Está en la página 1de 53

CARLOS ARTURO GUARÍN JURADO

Magistrado ponente

SL139-2023
Radicación n.° 85834
Acta 02

Bogotá, D. C., treinta (30) de enero de dos mil


veintitrés (2023).

Decide la Sala el recurso de casación interpuesto por


ANÍBAL CHARRY GONZÁLEZ, contra la sentencia proferida
por la Sala Civil, Familia, Laboral del Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Neiva, el veintidós (22) de mayo de dos
mil diecinueve (2019), en el proceso que instauró a la
UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE COLOMBIA.

I. ANTECEDENTES

Aníbal Charry González llamó a juicio a la Universidad


Cooperativa de Colombia para que, en aplicación del
principio de la primacía de la realidad, se declarara que
entre ellos existió una relación laboral del 1° de abril de
1995 al 19 de agosto de 2014, que finalizó unilateralmente
por causas imputables a la empleadora.

SCLAJPT-10 V.00
Radicación n.° 85834

Solicitó que, en consecuencia, se condenara a la


demandada al pago de i) las diferencias salariales causadas
entre los honorarios que percibió y la remuneración salarial
de los cargos que desempeñó; ii) los incrementos de esa
asignación; iii) las cesantías y sus intereses, iv) las primas
de servicios; v) las vacaciones; vi) los aportes al sistema de
seguridad social; vii) la indemnización del artículo 99 de la
Ley 50 de 1990, la de la cláusula 29 de la CCT 2013 por
despido injusto, la de los perjuicios materiales y morales
irrogados por la terminación del contrato en cuantía de
1000 SMMLV; viii) la indexación de las condenas y las
costas.

Narró que su vinculación laboral con la universidad se


surtió a través de sucesivas contrataciones, así: i) con
intermediación de una cooperativa de trabajo del 1° de abril
de 1995 al 10 de diciembre de 2010; ii) con fundamento en
varias ataduras laborales «[...] a término fijo de un año [...] de
renovación automática», conforme se había pactado en la
Convención Colectiva del 10 de enero de «2012» al 30 de
mayo de 2013 y, iii) de carácter indefinido, entre el 8 de
enero de 2013 al 19 de agosto de 2014, cuando finalizó el
vínculo por causas imputables a la demandada.

Precisó que en esos interregnos ejerció diferentes


cargos en la Facultad de Derecho, tales como: catedrático,
docente de medio tiempo, jefe del área de derecho procesal,
asesor del consultorio jurídico en esa misma rama y en la
de laboral, director seccional y decano; que los últimos tres

SCLAJPT-10 V.00
2
Radicación n.° 85834

exigían ocupación exclusiva y permanente; que como


trabajador de la demandada coadyuvó a la fundación del
sindicato de Trabajadores de la Universidad Cooperativa de
Colombia – Sede Neiva.

Contó que en Acuerdo 114 del 11 de octubre de 2012,


el Consejo Superior Universitario de la UCC, del que hacía
parte, sancionó a Diógenes Sánchez por «haber falsificado
los certificados de notas [de] siete semestres académicos,
suspendiéndole la opción para optar por el título de abogado
e imponiéndole la categoría de egresado no graduado»; que,
posteriormente, el mencionado estudiante inició una
campaña de desprestigio en su contra y de la de los
miembros del sindicato.

Apuntó que, en efecto, el citado señor los días 11 y 18


de abril de 2013, publicó en su página de Facebook que
quienes hacían parte de la organización sindical eran unos
«[...] sin vergüenzas tramposos [...] cínicos [...] descarados» y
que el único objeto del «paro», que en el 2012 se había
realizado, era «llenar la planta administrativa de sus amigos
y familiares»; que con causa en esos actos de injuria y
calumnia, el consejo de la Facultad de Derecho de la
Universidad, ordenó la apertura de una investigación
disciplinaria.

Expuso que en Auto del 14 de octubre de 2013 se


calificó como doloso el obrar del «egresado»; que el
disciplinado rindió versión libre en la que ratificó sus
calificativos degradantes; que el decano ad hoc que instruyó

SCLAJPT-10 V.00
3
Radicación n.° 85834

la causa, recomendó la sanción de expulsión de esa persona


de la universidad; que, sin embargo, en «Acuerdo 197 del 18
de junio de 2014», aquel consejo ordenó archivar la
investigación, tras considerar que el señor Sánchez no era
sujeto disciplinable.

Informó que igual decisión se tomó en el «Acuerdo 196


del 18 de junio de 2014», por medio del cual se definió el
asunto seguido contra Sergio Andrés Trujillo Perdomo,
Sergio Andrés Guevara Álvarez y Yeison Andrés Gómez; que,
no obstante, él como instructor de la causa, había
aconsejado la expulsión de éstos de la universidad, por
cuanto el primero de ellos ofreció dinero a los dos últimos,
en su condición de monitores del consultorio jurídico, para
que modificaran la nota en su favor.

Manifestó que el 4 de agosto de 2014, el sindicato pidió


la revocatoria directa de los Acuerdos 196 y 197; que por
ese mismo motivo la Asamblea General de Estudiantes
ordenó el «cese de actividades»; que el 8 de ese mes y año, el
presidente de Sintraucc dio a conocer al Rector Nacional
dicha decisión, junto con el acuerdo de la comunidad
universitaria en la que exigía al Consejo Superior «restituir
[su] dignidad y [...] decoro».

Ilustró que, para lograr aquel propósito, los


trabajadores de la demandada, también instauraron acción
de tutela; que en Acuerdos 198 y 199 de 2014 fueron
derogados «de oficio» los 196 y 197, ordenando que se
instruyeran mejor los procesos disciplinarios, porque los

SCLAJPT-10 V.00
4
Radicación n.° 85834

investigados debían acatar el estatuto estudiantil al no


haber terminado sus programas de formación profesional.

Agregó que el 17 de julio de 2013, el Consejo de la


Facultad de Derecho, con su firma, solicitó al Rector
Nacional de la Universidad, con sede en Medellín, retirar
toda mención al nombre de César Pérez García y los
retratos, placas, monumentos o cualquier otra que existiera,
pues había sido condenado por la Corte, por haber
participado en la masacre de Segovia; que el 10 de agosto de
2014, dio por terminado el contrato de trabajo
unilateralmente y por justa causa, por considerar que la
empleadora atentó contra su dignidad (f.° 167 a 184,
cuaderno n.° 1 del juzgado).

La accionada se resistió a las pretensiones y en cuanto


a los hechos aclaró, que no sostuvo con el actor una única
relación laboral; que, por el contrario, le vinculó a través de
múltiples contratos de trabajo a término fijo, a partir del 10
de enero y del 1° de febrero de 2012, para que ejerciera
como decano y profesor catedrático, respectivamente.

Aseveró que los servicios que le suministró el


reclamante, previo a esas fechas, fueron en el marco de una
relación cooperativa, en la que aquél decidió asociarse libre
y voluntariamente a los entes solidarios Cooperativa
Multiactiva Nacional – Comuna y Cooperativa de Trabajo
Asociado - La Comuna, desde el 3 febrero de 1997 y el 26 de
enero de 2004, correspondientemente; que, no obstante,
debía denotar que todas sus actividades fueron por periodos

SCLAJPT-10 V.00
5
Radicación n.° 85834

de tiempo definidos y con interrupciones.

Contó que las vinculaciones laborales del señor Charry


González, en realidad habían sido:

Contrato Inicio Fin Cargo


141628 10 de enero de 15 de Decano
2012 diciembre de
2012
157017 8 de enero de 19 de agosto de Decano
2013 2014

Contrato Inicio Fin Cargo


145874 1° de febrero de 2 de junio de Docente
2012 2012
153116 1° de agosto de 30 de Docente
2012 noviembre de
2012
159885 28 de enero de 30 mayo de Docente
2013 2013

Puntualizó que la Atadura n.° 157017 se modificó


mediante otrosí, el 6 de mayo y el 1° de julio de 2013; que
en el primero de ellos se ordenó «dar por finiquitado el n.°
159885, dando con ello aplicación a la cláusula tercera de la
Convención Colectiva con vigencia 2013 - 2014» y, en el
segundo, se dispuso extender su término de duración hasta
el «8 de enero de 2014»; que igual sucedió con el Contrato
n.° 159885, conviniendo que su terminación ocurriría el 5
de julio de 2013 y que la norma convencional no exigía
contratar de manera indefinida, sino por períodos de un
año.

Estableció que, aunque los hechos relacionados con la


fundación del sindicato, los ceses de actividades y los

SCLAJPT-10 V.00
6
Radicación n.° 85834

trámites disciplinarios eran ciertos, no guardaban relación


con las pretensiones de la demanda, menos aún, para
establecer la justificación del trabajador en su renuncia por
causas imputables al empleador, porque, en últimas, nunca
irrespetó su dignidad personal con causa en esas
circunstancias, como él lo pretende hacer ver.

Formuló como excepciones de mérito las de


prescripción, buena fe, inexistencia de la obligación,
inexistencia de las justas causas invocadas por el actor,
pago y compensación (f.° 201 a 233, cuaderno n.° 2 del
juzgado).

II. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

El Juzgado Tercero Laboral del Circuito de Neiva, el 24


de julio de 2017, resolvió:

PRIMERO: DECLÁRASE que entre el señor ANÍBAL CHARRY


GONZÁLEZ, como trabajador y la UNIVERSIDAD
COOPERATIVA DE COLOMBIA SEDE NEIVA, como empleadora,
se verificaron varios contratos de trabajo a término indefinido y
a término fijo que a continuación se relacionan:

1. Contrato de trabajo a término indefinido:

Fecha Inicial Fecha Final


01/04/1995 31/12/1995
01/05/1996 31/12/1996
25/03/1997 18/12/2011

2. Contrato de trabajo a término fijo:

Como CATEDRÁTICO:

Fecha Inicial Fecha Final


01/02/2012 02/06/2012
02/08/2012 30/11/2012

SCLAJPT-10 V.00
7
Radicación n.° 85834

28/01/2013 31/05/2013
OTRO SÍ n.° 1 06-05-2013 Terminó el contrato anterior y
fusionado al de Decano

Como DECANO:

Fecha inicial Fecha Final


10/01/2012 31/12/2012
08/01/2013 31/12/2013 (157017)
OTRO SI n.° 1-06-05-2013 Reajuste salarial por fusión
con docencia
OTRO SI n.° 2 01-07-2013 Reajuste salarial por fusión
con docencia
Ampliado hasta el
08/01/2014
PRÓRROGA 09/01/2014 - 19 de agosto de 2014
31/12/2014 (RENUNCIA)

SEGUNDO: DECLÁRESE que UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE


COLOMBIA omitió el deber de afiliación y el pago de los aportes
al sistema de seguridad social en pensiones en favor del señor
ANÍBAL CHARRY GONZÁLES en cada uno de los períodos que
se relacionan a continuación:

Fecha inicial Fecha Final


01/04/1995 31/12/1995
01/05/1996 31/12/1996
25/03/1997 18/12/2011

TERCERO: En consecuencia, CONDÉNASE a la UNIVERSIDAD


COOPERATIVA DE COLOMBIA a asumir la carga pensional
causada en favor del señor ANÍBAL CHARRY GONZÁLEZ, en
ejecución de los contratos de trabajo que aquí se han declarado,
y señalados en el ordinal segundo, pagando en la
Administradora de Fondos de Pensiones que este señale, previo
el cálculo actuarial el valor del título pensional correspondiente
a los aportes no efectuados y que se relacionaron en el ordinal
anterior.

CUARTO: CONDÉNASE a la UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE


COLOMBIA a pagar al señor ANÍBAL CHARRY GONZÁLEZ , la
suma de $100.429.831, por concepto de indemnización por
despido injusto en los términos de la Convención Colectiva de
Trabajo.

QUINTO: ABSÚELVASE a la UNIVERSDIAD COOPERATIVA DE


COLOMBIA de las restantes pretensiones propuestas [...].

SEXTO: DECLÁRANSE no probadas las excepciones propuestas


por la UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE COLOMBIA
denominadas «INEXISTENCIA DE LA OBLIGACIÓN,

SCLAJPT-10 V.00
8
Radicación n.° 85834

INEXISTENCIA DE JUSTAS CAUSAS INVOCADAS POR EL


ACTOR, COMPENSACIÓN» y probadas parcialmente las de
«PAGO» y la de «PRESCRIPCIÓN».

SÉPTIMO: CONDÉNASE en costas a la UNIVERSIDAD


COOPERATIVA DE COLOMBIA y en favor del [demandante] (f.°
426 a 428, en relación con CD f.° 430, cuaderno n.° 2).

III. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA

La Sala Civil, Familia, Laboral del Tribunal Superior


del Distrito Judicial de Neiva, el 22 de mayo de 2019, al
resolver las apelaciones de las partes, definió:

PRIMERO. CONFIRMAR el numeral primero de la sentencia


proferida por el Juzgado Tercero Laboral del Circuito de Neiva,
el 24 de julio de 2017, de conformidad con lo expuesto en la
parte motiva de esta providencia.

SEGUNDO. REVOCAR los numerales segundo y tercero de la


sentencia objeto de impugnación en lo que respecta al
reconocimiento y pago de los aportes al sistema de seguridad
social en pensiones, causados a partir del 25 de marzo de 1997,
para en su lugar DECLARAR probada la excepción de mérito
propuesta por la Universidad Cooperativa de Colombia
denominada pago.

TERCERO. REVOCAR el numeral cuarto del fallo aludido, para


en su lugar, DECLARAR probada la excepción de mérito
denominada inexistencia de las justas causas invocadas por el
actor, propuesta por la parte demandada.

CUARTO. CONFIRMAR en lo demás.

QUINTO. COSTAS condenar en costas de segundo grado a


Aníbal Charry González en favor de la Universidad Cooperativa
de Colombia.

Argumentó que no se encontraba en discusión que la


relación jurídica de las partes fue subordinada; que lo que
determinaría era si esta se edificó con diversos contratos;
que, para el efecto, tendría en cuenta que la jurisprudencia
ha explicado, entre otras, en un trámite seguido contra la

SCLAJPT-10 V.00
9
Radicación n.° 85834

misma demandada (CSJ SL, 25 mar. 2015, rad. 45303) que,


pese a la suscripción de múltiples vínculos, por virtud del
principio de la primacía de la realidad, podría declararse
solo uno, siempre y cuando, entre las ataduras formalmente
convenidas, no mediara una interrupción considerable de
tiempo o se acreditara que el trabajador continuó prestando
el servicio.

Anunció que, sin embargo, no era posible declarar la


existencia de un único vínculo, de la manera en que se le
peticionaba, por cuanto las interrupciones que se
evidenciaban entre ellos eran significativas; que, además no
había prueba de que el demandante hubiere laborado sin
solución de continuidad; que, efectivamente, cuando se le
preguntó a Eduardo Rubiano sobre el particular, dijo que el
tema tendría que verificarse en los documentos; mientras
que, William Sánchez y Gloria Patricia Rave, aseveraron que
al culminar el período existían otras actividades, tales como
preparatorios, habilitaciones y cursos vacacionales, pero
que, al finalizar el año y al comenzar el siguiente, es decir,
entre el 20 de diciembre y el 6 o 9 de enero, las
instalaciones de la universidad estaban cerradas.

Adujo que los períodos de vinculación como decano y


catedrático del accionante eran distintos; que los primeros,
incluían el período adicional que implicaba la ejecución de
funciones administrativas y extracurriculares sobre las que
discurrieron los declarantes y que de las certificaciones
laborales se seguía que, entre abril de 1995 y diciembre de
2011, hubo diferentes contratos, porque la interrupción

SCLAJPT-10 V.00
10
Radicación n.° 85834

entre los mismos fue de 14 a 45 días (f.° 4 a 10, cuaderno


n.° 1).

Precisó que, de acuerdo con la documental y «dado el


objeto del contrato y la continuidad del servicio en época
intersemestral que alumnos testigos [afirmaron]», entre 1995
y 2011, tenía por existentes las siguientes ataduras: i) del 1°
de abril de 1995 al 31 de diciembre de 1995; ii) del 1° de
mayo (sic) de 1996 al 31 de diciembre de 1996; iii) del 3 de
febrero de 1997 al 18 de diciembre de 2011; que, para los
interregnos subsiguientes, lo que se presentó fueron unos
contratos de trabajo a término fijo, así:

Como catedrático:

1) 1° de febrero de 2012 al 2 de junio de 2012.


2) 3 de agosto de 2012 al 30 de noviembre de 2012.
3) 28 de enero de 2013 al 6 de mayo de 2013 cuando
se terminó de mutuo acuerdo y se fusionó con el de
decano.

Como decano:

1) 10 de enero de 2012 al 15 de diciembre de 2012.


2) 8 de enero de 2013 al 8 de enero de 2014
prorrogado mediante otro sí hasta el 19 de agosto de
2014

Apuntó que el demandante admitió que suscribió libre


y voluntariamente esos convenios de duración limitada;

SCLAJPT-10 V.00
11
Radicación n.° 85834

que, inclusive, del «material probatorio allegado [...]se tiene


que el empleador y el trabajador, en el plano de la realidad,
siempre estuvieron prestos a dar cumplimiento a lo acordado,
pues se generaron los preavisos de manera oportuna en
procura de dar por terminado los convenios»; que, de hecho,
«[...] consensual[mente] se procedió a dar por [finalizado] uno
de aquellos [...] de manera anticipada para poderlos fusionar
con otro», por lo que no hubo equívoco del primer juez al
aplicar el artículo 46 del CST.

Refirió que, en los asuntos en los que se discute la


ocurrencia de un despido indirecto, el reclamante tiene la
carga de demostrar los hechos que alega como sustento de
su decisión de terminar unilateralmente el contrato; así
como también, que los mismos constituyen una justa
causa; que, por tanto, en el particular el actor debía
acreditar «que con ocasión a la expedición de los acuerdos
196 y 197 del 18 de junio de 2014, en los que el claustro
universitario [...] se abstuvo de sancionar a terceros que
atentaron contra su honra y buen nombre», hubo un
incumplimiento de las obligaciones patronales.

Sostuvo que no se cuestionó el fundamento del


finiquito del trabajador, es decir, que la Universidad
adelantó unos procesos disciplinarios contra Andrés Gómez
y Diógenes Sánchez y que, en principio, estos terminaron
con orden de archivo (f.° 46 a 53, cuaderno n.° 1), por lo que
el conflicto jurídico se contraía a establecer si «se cumplen
los supuestos de sistematicidad y gravedad a que aluden los
numerales 6° y 8° del literal b) del artículo 62 del CST»,

SCLAJPT-10 V.00
12
Radicación n.° 85834

porque la demandada hubiere obviado el deber de respetar


el honor, la dignidad humana o la honra del trabajador, de
conformidad con los artículos 57, 58 y 59 n.° 9 del CST, en
concordancia con los tratados o convenios internacionales
sobre derechos humanos.

Connotó que, en todo caso, en ese contexto, la


violación que se endilgue al empleador debe ser «grave» y
que, «examinadas las pruebas», no se advierte que el
claustro universitario hubiere incurrido en una de esas
categorías, pues la decisión de aquellos trámites debió
asumirse con total imparcialidad; que, en consecuencia, no
era admisible la conclusión de la primera juez, según la
cual, hubo desorden administrativo y desconocimiento de la
posición jerárquica del demandante que lesionó su
dignidad, a tal punto que por «presión de la comunidad
educativa», se hubieran retrotraído las decisiones
cuestionadas.

Arguyó que,

[...] los actos que afirma el actor lesionaron su honra, provienen


de personas ajenas a la relación de trabajo y aun cuando la
demanda se abstuvo de sancionarlos en el marco de un proceso
disciplinario, ello en manera alguna implica que los actos que se
juzgaban hubieran sido autorizados o siquiera consentido por la
empleadora, con el propósito de poner en entredicho la
autoridad del demandante en el ejercicio de su cargo o
minimizar su imagen ante la comunidad universitaria.

[Que lo que] se advierte [es] que la determinación [de] la


Universidad Cooperativa de Colombia obedeció a una
interpretación del Reglamento académico, en el sentido de
entender que tales personas no eran sujetas disciplinarias, dada
su condición de egresados no graduados.

SCLAJPT-10 V.00
13
Radicación n.° 85834

Explicó que sin determinar la legalidad de la decisión


disciplinaria, pues tal situación no puede ser evaluada en el
proceso laboral, «lo cierto [era] que el empleador [...] juzgó
bajo una interpretación razonable del Reglamento Académico
(f.° 54 a 80 el cuaderno n.° 1), en el sentido de considerar,
que es estudiante [...] y por consiguiente sujeto disciplinable,
quien se encuentre matriculado en cualquier programa»,
según el artículo 69 de ese compendio y que, como los
investigados no cumplían con ese requisito, no podían ser
sancionados.

Razonó que con independencia del acierto jurídico de


la decisión disciplinaria, esta no había sido abusiva, ni
caprichosa y tampoco había obedecido a «una directriz
institucional a la que se hubiera acudido en forma deliberada
con el propósito de mancillar el honor y la dignidad del
demandante en su posición dentro de la estructura
jerárquica del ente educativo»; que era muy distinto que lo
definido por los entes universitarios, no coincidiera con los
intereses de su trabajador, pues, en últimas, no hubo «una
afrenta a [su] propio proyecto de vida, por parte del
empleador, con el fin de herir sus sentimientos y atentar
contra su dignidad».

Adujo que los derechos a las vacaciones, las primas de


servicio y los intereses a las cesantías, se causaban en
desarrollo de la relación laboral; que, por tanto, para efectos
de la prescripción, su exigibilidad, en contraposición a la de
las cesantías (artículo 149 del CST y 99 de la Ley 50 de
1990), no estaba determinada por la finalización del

SCLAJPT-10 V.00
14
Radicación n.° 85834

contrato; que, en ese orden, como el demandante radicó


demanda el «21 de junio de 2016», no otorgaría aquellos
derechos que se generaron antes del «21 de agosto de 2013».

Expresó que, en relación con las cesantías causadas a


partir del 22 de agosto de 2013 al 19 de agosto de 2014 y
los aportes al sistema de seguridad social, declararía que
hubo pago, de acuerdo con los documentos de f.° 283 a 312;
402 y 403 y 414 a 421, cuaderno n.° 2, pues de ellos
emergía que las cooperativas o el empleador, consignaron
dichos emolumentos, cuestión ratificada con la confesión
del demandante en el interrogatorio de parte, al aseverar
que presentó acción de tutela para lograr el reconocimiento
de lo adeudado por el concepto de aportes y por Gloria
Patricia Rave.

Coligió que lo concedido por la cooperativa, debía ser


tenido en cuenta, pues ésta era una deudora solidaria; que
imponer una condena por lo ya cubierto por ese sujeto era
admitir un enriquecimiento sin justa causa y que, en ese
sentido, revocaría la orden relativa al cálculo actuarial (f.°
48, en relación con CD anexo, cuaderno del Tribunal).

IV. RECURSO DE CASACIÓN

Interpuesto por el demandante, concedido por el


Tribunal y admitido por la Corte, se procede a resolver.

V. ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN

SCLAJPT-10 V.00
15
Radicación n.° 85834

Pretende que se case parcialmente la sentencia


recurrida, en cuanto,

[...] revocó los numerales 2°, 3° y 4º de la [de primer instancia],


confirmó el 5º que absuelve de todas las demás pretensiones y
confirmó el numeral 1° que reconoció el principio de primacía de
la realidad decidiendo que todos los contratos suscritos por el
actor tuvieron la calidad de contratos laborales con la
demandada, pero estableciendo solución de continuidad entre
ellos.

Solicita que, en sede de instancia, se proceda a:

[...] modifi[car] los numerales 1° declarando que hubo una sola


relación laboral desde el 1º de abril de 1995 hasta el 19 de
agosto de 2014, el 2º para que declare la omisión de la
demandada del pago de los aportes de la seguridad social del 1º
de abril de 1995 al 31 de diciembre de 2011, el 3° condenando
al pago del cálculo actuarial por la demandada y de los aportes
a la seguridad social durante toda la relación laboral y el
numeral 4º para que tenga todo el tiempo laborado para efectos
de cuantificar la indemnización convencional y revoque el
numeral 5° condenando a pagar al actor todas las prestaciones
causadas durante la relación de trabajo tales como: a) auxilio de
cesantías, b) intereses a las cesantías y, c) indemnización
moratoria consagrada en el artículo 99 de la Ley 50 de 1999; se
condene a la demandada al pago de los perjuicios materiales y
morales irrogados [...] con ocasión de su despido indirecto y a la
indexación de todas las sumas adeudadas. Costas en ambas
instancias y en esta actuación (f.° 4, cuaderno de la Corte).

Con tal propósito formula tres cargos, por la causal


primera de casación, que fueron replicados, los cuales se
estudiarán conjuntamente, porque, aunque no comparten
la misma vía de impugnación, persiguen semejantes
objetivos.

VI. CARGO PRIMERO

Denuncia que el Tribunal infringió la ley por la vía


directa en la modalidad de infracción directa de

SCLAJPT-10 V.00
16
Radicación n.° 85834

[...] los artículos 101 y 102 del CST que conllevó a la


vulneración de los artículos 29 y 53 de la CP; 1°, 8°, 13, 56, 57,
127 (subrogado por el artículo 14 de la Ley 50 de 1990), 128
(subrogado por el artículo 15 de la Ley 50 de 1990), 142, 186,
192 (modificado por el artículo 8 del Decreto 617 de 1954), 249,
252, 253 (subrogado por el artículo 17 del Decreto 2351 de
1965), 254, 10° de la Ley 52 de 1975 y 99 de la Ley 50 de 1990.

Alega que con independencia de si existieron


interrupciones contractuales entre junio y agosto y enero y
diciembre de cada año, los jueces de primera y segunda
instancia desconocieron la norma sustantiva citada, que
impone la liquidación de las cesantías y las vacaciones para
personal docente, sin descontar los periodos de vacaciones.

Estima que asistía razón al magistrado disidente, al


considerar que ese término de descanso no interrumpe o
impone solución de continuidad en los contratos de trabajo;
que, por tanto,

Si la mayoría de la Sala no hubiese desconocido la existencia de


las normas señaladas habría contabilizado como vacaciones
académicas en la seccional Huila de la Universidad Cooperativa
de Colombia los lapsos intersemestrales que toma como
interrupción entre los contratos y habría aceptado que todos
ellos nunca tuvieron solución de continuidad, lo que hubiese
traído como consecuencia el reconocimiento de un solo periodo
para establecer el auxilio de cesantía, los intereses a la cesantía
y la moratorio, regulados por las disposiciones citadas en el
acápite de la IMPUGNACIÓN (f.° 10 y 11, cuaderno de la Corte).

VII. RÉPLICA

Recuerda que la jurisprudencia ha insistido que el


recurso extraordinario no puede ser utilizado como una
tercera instancia; que en garantía del debido proceso exige
el cumplimiento de unos requisitos formales; que así por

SCLAJPT-10 V.00
17
Radicación n.° 85834

ejemplo, por el sendero jurídico impone que se acepten las


conclusiones fácticas del fallo atacado; que, sin embargo, al
margen de esa condición, la acusación propone
cuestionamientos de hecho relacionados con la existencia o
no de interrupciones contractuales, no obstante eligió el
sendero de puro derecho para cuestionar el fallo, lo que es
suficiente para desestimarlo.

Argumenta que, además, el recurrente acude


equivocadamente a los artículos 101 y 102 del CST, pues en
contraposición a lo que plantea en el alcance de la
impugnación, estos no permiten declarar la existencia de
una sola relación laboral, sino la de varias de ellas a
término fijo de un año (CC C483-1995 y CSJ, 23 abr. 2001,
rad. 15623) (f.° 28 a 32, ib) .

VIII. CARGO SEGUNDO

Cuestiona la legalidad de la segunda decisión por el


sendero indirecto por la aplicación indebida de

[…] los artículos 53 de la CP; 19 (en relación con la


Recomendación 198 de 2006 de la Organización Internacional
del Trabajo sobre la existencia de la relación laboral), 46
numeral 9°; artículo 59 y 488 del CST, que conllevó a la
vulneración de los artículos 13, 25, 29, 83, 93 de la CP; 1º del
Convenio 95 de la OIT aprobado por Ley 54 de 1962,
debidamente ratificado y promulgado por el Decreto número
1264 de 1997; 1°, 13, 14, 16, 21, 32 (subrogado por el artículo
1° del D.L. 2351 de 1965), 55, 56, 57, 59, 61 (subrogado por el
artículo 5° de la Ley 50 de 1990), 64 modificado por el artículo
28 de la Ley 789 de 2002), 65 del CST (modificado por el
artículo 29 de la Ley 789 de 2002), 127 (subrogado por el
artículo 14 de la Ley 50 de 1990), 128 (subrogado por el artículo
15 de la Ley 50 de 1990), 132 (subrogado por el artículo 18 de
la Ley 50 de 1990), 186, 192 (modificado por el artículo 8º del
Decreto 617 de 1954), 193, 249, 253 (subrogado por el artículo

SCLAJPT-10 V.00
18
Radicación n.° 85834

17 del Decreto 2351 de 1965), 254, 467, 468, 469, 470 y 470
(modificado por el artículo 38 del Decreto 2351 de 1965) del
CST; 99 de la Ley 50 de 1990; 17, 18, 22, 23, 161 y 204 de la
Ley 100 de 1993; 16, 17, 1603, 1622, 1740, 1741, 1742
(subrogado por el artículo 2° de la Ley 50 de 1936), 1743 y 1746
del CC, 10° de la Ley 52 de 1975, 16 de la Ley 446 de 1998 y 96
y 97 de la Ley 500 de 2000 en relación con el artículo 19 del
CST.

Asevera que el Tribunal incurrió en los siguientes


defectos fácticos:

1. No dar por demostrado, estándolo, que entre Aníbal Charry


González y la demandada existió una única relación de trabajo
desde el 1º de abril de 1995 hasta el 19 de agosto de 2014.

2. Dar por demostrado sin estarlo que existieron varias


relaciones de trabajo entre las partes entre el 1º de abril de
1995 y el 19 de agosto de 2014.

3. No dar por demostrado, estándolo, que para las actividades


del actor como profesor los periodos intersemestrales
correspondían a las vacaciones de la Universidad Cooperativa
de Colombia.

4. No dar por demostrado, estándolo, que durante los períodos


de vacaciones el actor como Directivo o Decano debía
desarrollar tareas académicas y administrativas.

5. No dar por demostrado, estándolo, que las directivas


universitarias Nacionales decidieron no sancionar a estudiantes
que fueron investigados por la seccional para despojar al actor
de su dignidad por haber promovido el sindicato de profesores y
haber rechazado las conmemoraciones deshonrosas que
pretendían hacerle a César Pérez García, que fue condenado por
la justicia colombiana por delitos de lesa humanidad como
autor intelectual de la masacre de Segovia.

6. No dar por demostrado, estándolo, que la rectificación de la


postura del Consejo Superior Universitario accediendo a iniciar
procesos disciplinarios contra alumnos que habían deshonrado
públicamente al actor, no se dio por su autonomía en sus
decisiones, sino por la protesta ciudadana y universitaria, por el
paro de los profesores, por la iniciación de un proceso de tutela
y después de que el actor ya había dado por terminado el
contrato de trabajo.

7. No dar por demostrado, siéndolo, que los hechos y conductas


señaladas por el actor para dar por terminado el contrato de

SCLAJPT-10 V.00
19
Radicación n.° 85834

trabajo tuvieron gran difusión y resonancia en la sociedad


huilense.

8. No dar por demostrado, siéndolo, que las decisiones de las


directivas centrales de la Universidades sobre las acciones de
alumnos que fueron disciplinados en la seccional Neiva
perseguían y lograron parcialmente el objetivo de atentar y
quitarle toda dignidad, aprecio y estima que a nivel regional
gozaba el actor.

9. No dar por demostrado, siéndolo, que la labor del actor, en la


Universidad más importante del Huila, durante más de 20 años,
como la máxima autoridad de la Seccional, estaba altamente
reconocida y estimada como centro de dignidad, pulcritud y
altos conocimientos profesionales.

10. No dar por demostrado, estándolo, que existió un fraude de


la demandada al exigir al actor la suscripción de los contratos
de trabajo a término fijo cuyo fin era desvirtuar la continuidad
de la relación laboral.

11. No dar por demostrado, estándolo, que los hechos


endilgados por el actor a la demandada eran una justa causa
para dar por terminado su contrato de trabajo.

12. Dar por demostrado, sin estarlo, que el proceso disciplinario


desplegado por la Universidad Cooperativa de Colombia contra
Diógenes Sánchez se desarrolló con autonomía e independencia
y que se enmarcó en una interpretación razonable del artículo
69 del Reglamento Estudiantil de la demandada.

13. Dar por demostrado, sin estarlo, que las cesantías y los
intereses a las cesantías adeudados al actor con anterioridad al
21 de agosto de 2013 prescribieron.

14. No dar por demostrado, siéndolo, que el actor recibió


ingentes perjuicios morales por las actuaciones de la
universidad.

Refiere que el colegiado incurrió en «una mala


interpretación y tergiversación de unas pruebas y
desconocimiento de otras», así:

Pruebas mal apreciadas

1. Copia del certificado del 25 de marzo de 2009, expedido por


el Contador seccional de la UCC de Neiva. (Folio 3 del cuaderno
1).

SCLAJPT-10 V.00
20
Radicación n.° 85834

2. Copia del certificado del 25 de octubre de 2007, expedido por


la Cooperativa Multiactiva Nacional - COMUNA. (Folios 4 y 5 del
cuaderno 1).

3. Copia del certificado de fecha 19 de agosto de 2014 expedido


por la Cooperativa Multiactiva Nacional - COMUNA. (Folios 6 a 8
del cuaderno 1).

4. Copia del certificado del 7 de octubre de 2011 expedido por


Cooperativa Multiactiva Nacional - COMUNA. (Folios 9 y 10 del
cuaderno 1).

5. Certificado de fecha 3 de junio de 2015 expedido por la


subdirectora de Gestión Humana de la UCC. (Folio 11 del
cuaderno 1).

6. Convención Colectiva de Trabajo de SINTRAUCC de Neiva.


(Folios 12 a 24 vto. del cuaderno 1).

7. Certificado expedido por la UCC de Neiva el 11 de junio de


2015. (Folios 25 y 26 del cuaderno 1).

8. Contrato de trabajo a término fijo celebrado con la UCC con


fecha del 10 de enero de 2012. (Folios 234 a 236 del cuaderno
1).

9. Contrato de trabajo a término fijo celebrado con la UCC con


fecha del 1° de febrero de 2012. (Folios 262 a 266 del cuaderno
1).

10. Contrato de trabajo a término fijo celebrado con la UCC con


fecha del 8 de enero de 2013. (Folios 31 a 33 del cuaderno 1).

11. Carta de terminación del contrato de trabajo del actor de


fecha 10 de agosto de 2014 (Folios 27 a 30 del cuaderno 1).

12. Certificado de la Dirección Nacional de Gestión Humana de


la UCC de fecha 19 de agosto de 2014. (Folio 34 del cuaderno
1).

13. Otro si al contrato laboral del 6 de mayo de 2013 (Folio 271


del cuaderno 1).

14. Otro sí al contrato laboral del 6 de mayo de 2013 (Folio 273


del cuaderno 1).

15. Otro sí al contrato laboral del 1° de julio de 2013 (Folio 274


del cuaderno 1).

16. Contrato de trabajo a término fijo celebrado con la UCC con


fecha del 28 de enero de 2013. (Folios 275 a 277 del cuaderno
1).

SCLAJPT-10 V.00
21
Radicación n.° 85834

17. Certificaciones de pagos realizados al actor (Folios 284 a


308 del cuaderno 1).

18. Constancia de depósito de cesantías a la AFP Porvenir.


(Folio 312 del cuaderno 1).

19. Certificaciones de pagos al sistema general de seguridad


social en salud y pensiones a favor del actor. (Folios 309 a 311 y
414 a 421 del cuaderno 1).

20. Interrogatorio de parte del demandante. (Cd obrante a folio


429 del cuaderno 1).

21. Carta de fecha 7 de junio de 2013 dirigida al rector nacional


de la UCC César Augusto Pérez por el decano y Consejo de
facultad, pidiendo el retiro del nombre de César Pérez García de
la biblioteca de la universidad y demás sitios. (Folios 35 a 37 del
cuaderno 1).

22. Carta de respuesta del rector César Augusto Pérez al decano


y Consejo de Facultad de fecha julio 17 de 2013. (Folios 38 a 42
del cuaderno 1).

23. Nota de fecha 3 de agosto de 2013 dirigida a César Augusto


Pérez por el decano Aníbal Charry. (Folios 43 y 44 del cuaderno
1).

24. Carta de fecha noviembre 13 de 2013 del Director Nacional


de Gestión Humana de la UCC, donde se comunica la
restricción arbitraria de vacaciones. (Folio 45 del cuaderno 1).

25. Copia de los Acuerdos Superiores 196 y 197 de junio 18 de


2014. (Folios 46 a 53 del cuaderno 1).

26. Acuerdo superior No. 199 del 11 de agosto de 2014 (Folio


238 del cuaderno 1).

27. Copia del Acuerdo Superior 001 de 25 de enero de 2008


'Reglamento Académico UCC'. (Folios 54 a 80 del cuaderno 1).

28. Copia del derecho de petición dirigido al Consejo Superior


Universitario para pedir la revocatoria de los Acuerdos 196 y
197 por SINTRAUCC. (Folios 81 a 99 del cuaderno 1).

29. Copia de la carta de fecha 8 de agosto de 2014 dirigida al


rector nacional César Augusto Pérez González, por el presidente
de SINTRAUCC José William Sánchez Plazas. (Folios 100 a 102
del cuaderno 1).

30. Proceso disciplinario adelantado contra Diógenes Sánchez,


Sergio Andrés Trujillo Perdomo, Sergio Andrés Guevara Álvarez

SCLAJPT-10 V.00
22
Radicación n.° 85834

y Yeison Andrés Gómez (Folios 239 a 261 y 349 a 364 del


cuaderno 1).

31. Copia de la acción de tutela presentada por el sindicato de


trabajadores de la UCC- SINTRAUCC con fecha 8 de agosto de
2014. (Folios 106 a 123 del cuaderno 1).

32. Copia de la página Diario del Huila del 3 de agosto de 2014.


(Folios 124 a 27 y 130 del cuaderno 1).

33. Copia de la página La Nación donde aparece entrevista al


Director seccional de la UCC de Neiva, Luis Alfredo Ortiz Tovar
(Folio 128 del cuaderno 1).

34. Copia de la columna de opinión de Aníbal Charry González


en el Diario del Huila del domingo 4 de octubre de 2015. (Folio
129 del cuaderno 1).

35. Sentencia de tutela del 25 de agosto de 2014 proferida por


el Juzgado Segundo Penal Municipal para Adolescentes con
función de control de garantías de Neiva. (Folios 131 a 143 del
cuaderno 1)

Pruebas tergiversadas [...]:

Testimonios de Eduardo Rubiano Cortés, José William Sánchez


Plazas y Gloria Patricia Rave Iglesias (CD obrante a folio 429 del
cuaderno 1).

Apunta que el Tribunal no tuvo en consideración el


principio de la primacía de la realidad sobre las formas, al
concluir que existieron interrupciones en la relación de
trabajo, porque las que se presentaron, al tenor de lo
explicado en la sentencia CSJ SL1148-2016, no tenían la
virtualidad de ser verdaderas soluciones de continuidad,
pues entre uno y otro vínculo hubo interrupciones de corta
duración (8, 23, 30 y 34 días), que no fracturaban la unidad
contractual, por cuanto la labor fue permanente y continua.

Plantea que, además, la valoración correcta del


«interrogatorio de parte y los documentos», habría permitido
concluir que los períodos intersemestrales correspondían a

SCLAJPT-10 V.00
23
Radicación n.° 85834

las vacaciones de los funcionarios de la UCC, esto es, que se


trataba de lapsos de inactividad que imponía la misma
empleadora.

Sostiene que, en todo caso, en su condición de decano,


antes de iniciar el semestre, estaba obligado a desarrollar
tareas administrativas, relacionadas con preparatorios,
entrevistas, programaciones y funciones que tenían que ver
con el consejo de facultad; que tal circunstancia podía darse
por acreditada con las reglas de la experiencia, así como
también, con una evaluación objetiva de los testimonios, en
armonía con las pruebas calificadas como los contratos
escritos y «la relación [de] las actividades desarrolladas en
los tiempos intermedios de su ejecución».

Denota que el juez de la apelación tergiversó lo


manifestado por Eduardo Rubiano Cortés, José William
Sánchez Plazas y Gloria Rave Iglesias, al referir que al
primero no le constaban la prestación de servicios en los
períodos intersemestrales y que los dos últimos habían
informado que la Universidad permanecía cerrada entre el
20 de diciembre y el 6 o 9 de enero, porque,

[...] de ellas se desprende que en los periodos intersemestrales


se cerraba la universidad por ser el periodo de vacaciones para
estudiantes y funcionarios, y en el de fin de año se cerraba
físicamente, [...], pero [...], en los primeros días de enero debían
ingresar a laborar los funcionarios, como el Decano, como lo
atestiguan los profesores interrogados al expresar que [...]
prestó de manera ininterrumpida sus servicios en los periodos
inter semestrales pues tenía a su cargo varias tareas
administrativas asignadas para ejecutarlas en ese tiempo.

SCLAJPT-10 V.00
24
Radicación n.° 85834

Aduce que de reconocerse la continuidad en la


prestación del servicio, como debió haber sido, se habría
condenado al pago de los aportes a seguridad social, las
cesantías (sin prescripción alguna) y sus intereses, junto
con las indemnizaciones moratorias pretendidas, con
fundamento en un solo vínculo, especialmente, porque los
contratos de trabajo a término fijo que suscribió, eran
fraudulentos, tal y como lo habían sido los signados con las
cooperativas de trabajo, que pretendían ocultar la verdadera
relación y su permanencia.

Estima que el que aceptara en su interrogatorio haber


firmado voluntariamente esos pactos, «no [era] óbice para
ignorar el contexto del desarrollo de la relación laboral», por
cuanto a lo que se refería era que no fue amenazado con esa
finalidad y a que su intención era permanecer vinculado
con la Universidad, para darle continuidad al legado que
logró construir por más de diez años; por lo que se vio
obligado a aceptar la condición que el empleador le imponía,
esto es, acogerse a «las formas contractuales abusivas».

Asevera que es trasgresor de los principios laborales,


admitir que las ataduras con las cooperativas de trabajo
asociado, que sostuvo del 1° de abril de 1995 al 10 de enero
de 2012, se convertían en un vínculo a término indefinido,
pero que los contratos laborales subsiguientes, no lo eran,
porque ello conllevaría a advertir, contrario a lo que se
espera, que la regularización de su vinculación perjudicó al
trabajador.

SCLAJPT-10 V.00
25
Radicación n.° 85834

Repara en que, inclusive, por virtud del principio de la


primacía de la realidad sobre las formas, «Del examen de las
pruebas señaladas en los numerales 1° a 16», debió tenerse
en consideración: i) que el cambio de modelo contractual
por unas ataduras a término fijo carecía de fundamento,
«hasta el punto que el mismo empleador se vio obligado a
envolver nuevamente la relación laboral en la forma de
contrato a término indefinido a partir del 8 de enero de 2013»
y, ii) que el único objeto de aquellos vínculos era ocultar la
verdadera unicidad y vocación de permanencia.

Señala que también erró el colegiado al declarar que la


terminación del contrato no ocurrió por causas imputables
a la empleadora, tras considerar que en el marco de la
imparcialidad y la autonomía universitaria, se dio una
lectura razonable del reglamento estudiantil, porque lo
probado fue que el cambio de la decisión obedeció a la
presión ejercida por los trabajadores y los alumnos en su
favor.

Indica que «las directivas universitarias nacionales solo


cambiaron el contenido de la decisión de iniciarle un
disciplinario al alumno Diógenes Sánchez cuando [i] los
profesores iniciaron un cese de actividades para exigir el
cambio de la determinación de impunidad [...]», ii) el sindicato
interpuso acción de tutela y, iii) él presentó la renuncia;
que, por tanto, esa variación no podía calificarse de
autónoma.

SCLAJPT-10 V.00
26
Radicación n.° 85834

Reflexiona que con la decisión negativa de disciplinar


al estudiante que le difamó, las directivas universitarias
permitieron que éste «redoblara sus calumnias», porque la
falta de sanción la entendería como una desautorización
total al decano; que lo descrito provocó como única opción,
la terminación unilateral de su contrato, por «ausencia de
solidaridad de quienes había servido durante muchos años
con total dedicación [...] pues en un ambiente tan crispado de
irrespeto e insolencias hasta el más duro estoico
renunciaría».

Dice que de ello eran conscientes las directivas


nacionales, porque «nada extraño (hubo) en este proceder
tortuoso», si se tiene en cuenta, que ellas mismas mostraron
«posturas nefastas», como descalificar a la Corte por haber
condenado a César Pérez; que, en ese contexto,

[...] Si se hubieran apreciado correctamente las pruebas


relacionadas en los numerales 20 a 35 del acápite de 'Pruebas
mal apreciadas' [...] se hubiera concluido sin lugar a dudas que
Universidad Cooperativa, a través de su rector y el Consejo
Superior Universitario, pasaron de la rectitud y confianza en los
reglamentos a prohijar políticas de impunidad y deshonestidad,
no aceptable para ningún ciudadano común de bien, mucho
menos para la cabeza visible de ese centro educativo en la
región del Huila.

En caso de darse una correcta apreciación probatoria por parte


de la mayoría de la Sala se hubiera concluido que la
Universidad incurrió en las conductas prohibidas en el artículo
57 num. 9° del Código Sustantivo del Trabajo.

No es imposible concebir unas condiciones dignas y éticas de


trabajo académico, donde a quienes falsifican notas, compran
calificaciones y pruebas, injurian y calumnian a los directivos
por aplicar los reglamentos, no solo se les exonera de sanción
sino que se crean los precedentes, los caminos, las rutas, para
que todos quienes han terminado materias y están pendientes
de cumplir los requisitos para graduarse, puedan cometer
irregularidades de mayor calado en la impunidad bajo la

SCLAJPT-10 V.00
27
Radicación n.° 85834

consideración de que no son estudiantes sino egresados sin


título.

Memora que, según las pruebas enlistadas, se


demostró que Diógenes Sánchez fue sancionado
disciplinariamente, cuando él instruyó la causa; que,
posteriormente, aquél empezó amenazas y afrentas en su
contra; que en nuevo trámite por esas conductas, el mismo
fue absuelto, por no tener la condición de estudiante
(Acuerdo 197 de 2014); que en semejante sentido, quedó
definida la responsabilidad disciplinaria de otras personas
(Acuerdo 196, ibidem); que el sindicato requirió la
revocatoria de esos actos; que así procedió el Consejo
Superior en Acuerdos 198 y 199 de 2014, justo después de
que él presentó su renuncia.

Discurre que, con base en esos hechos, era


imprescindible haber deducido que,

[…] la desautorización que sufrió [...] no emanaba del hecho de


que no se hubieran acatado recomendaciones disciplinarias de
su parte o de que no se le hubiera permitido participar en el
trámite disciplinario, pues lo que se debía verificar [...] es
precisamente si la demandada a través de sus órganos
institucionales previamente designados, ejecutó todas las
actuaciones que se encontraban en sus manos para defender el
honor y la honra de uno de sus propios decanos ante los
vejámenes públicos que contra él estaba cometiendo uno de sus
estudiantes, quien además había sido previamente sancionado
por sus conductas irregulares y sombrías en el claustro, aún
detentando la controvertida calidad de "egresado no graduado".

Alega que el Tribunal también desacertó al aducir que


en el trámite no era posible cuestionar la decisión del
disciplinario, porque no pretendía que se dejaran sin efectos
esas absoluciones, sino que, encontrándose en entredicho el
despido indirecto, era necesario «verificar por parte del

SCLAJPT-10 V.00
28
Radicación n.° 85834

juzgador es si el empleador desplegó actos atentatorios en


contra del trabajador a la luz del numeral 9° del artículo 59
del CST, alegado [...] en su carta de terminación del contrato».

Explica que, sin desconocer la autonomía


universitaria, lo que ocurre es que era evidente que las
situaciones que se suscitaron en torno a los trámites
disciplinarios no fueron objetivas; que, por el contrario, lo
que se demostró es que hacían parte de la persecución
desplegada en su contra, debido a i) «la apología que la
demandada realizaba respecto del padre del rector de la
institución, quien había sido condenado por delitos de lesa
humanidad»; ii) la fundación del sindicato; iii) la
participación del cese de actividades y los actos de
promoción de los derecho laborales y de la comunidad
académica.

Insiste en que el hecho más diciente sobre la


imparcialidad de la universidad, es que después de que
renunció «se dignó a interpretar adecuadamente el
reglamento estudiantil y dejar sin efectos los acuerdos [que
se le] solicitaron revocar», es decir, cuando el perjuicio ya se
le había materializado; que, por tanto, «Quedó demostrado
cómo los procederes de la universidad se enmarcaron en una
serie de conductas que podrían catalogarse como sesgadas,
vengativas y malintencionadas».

Arguye que la intelección del reglamento para absolver


a Diógenes Sánchez y Yeison Gómez, tampoco era la
razonable, conforme lo precisó el colegiado con base en el

SCLAJPT-10 V.00
29
Radicación n.° 85834

artículo 69 de ese compendio (f.° 383, cuaderno n.° 1), pues,


i) ese precepto regulaba la anulación de los títulos otorgados
por la universidad, más no su campo de aplicación y, ii)
esas personas sí eran sujetos disciplinables, en tanto que,
si aquellas «[...] normas les aplicaban para obtener sus
requisitos de grado [...] no podían escindirse para concluir
que no [lo eran] para efectos disciplinarios», aun cuando no
se hallaren matriculados (artículos 71 a 73, f.° 383 a 384,
cuaderno n.° 1).

Endilga una indebida apreciación de «las pruebas


mencionadas en los numerales 32 a 34 [...]», por cuanto de
ellas, de la forma en que lo había expresado el magistrado
disidente en la decisión mayoritaria, se encontraban
acreditados los «perjuicios morales y materiales» causados
con «las injurias, calumnias y desautorizaciones de que fue
víctima», porque las conductas de Diógenes Sánchez en su
contra, toleradas por las directivas de la universidad,
quienes aprovecharon el espacio para lograr su renuncia,
atentaron contra su buen reconocimiento social y
profesional.

Plantea que, por consiguiente, se le adeuda una


indemnización por perjuicios morales subjetivados de 1000
SMMLV, de acuerdo con los artículos 96 y 97 del Código
Penal, a las que remite el artículo 19 del CST, pues

[...] las decisiones del Consejo Superior Universitario prohijaron


la calumnia y la injuria contra el actor, avaladas posteriormente
al no sancionar al agresor por considerarlo que no era
estudiante y dieron paso a menoscabar [su] reputación y
honorabilidad [pese a que era] un respetado profesional del

SCLAJPT-10 V.00
30
Radicación n.° 85834

derecho y académico de una trayectoria de más de 30 años, sin


mancha en el ámbito nacional y americano. Pero esa reputación
la enlodó la dirección universitaria al avalar la conducta de uno
de los egresados, Diógenes Sánchez Preciado, quien, al recibir
semejante respaldo, por los medios de comunicación y las redes
sociales continuó arrasando con su honra y buen nombre y la
del Consejo de Facultad y la misma universidad, por lo cual
tuvo que denunciarlo públicamente por tortura sicológica.

La sola separación del actor de sus funciones de docente y


Decano constituyen un perjuicio moral a quien ha vivido y
respira academia, pues le priva de su ambiente natural (f.° 11 a
20, ibidem).

IX. RÉPLICA

Sostiene que el cargo es inestimable, porque i) parte de


afirmaciones que no son ciertas, como que el Tribunal no
tuvo en consideración el principio de primacía de la
realidad; ii) deja de lado el deber de argumentar, por qué las
primeras 16 pruebas fueron valoradas con error; iii) funda
su crítica en el interrogatorio de parte y los testimonios, a
pesar de que no son prueba calificada; iv) no cuestiona las
premisas fácticas cardinales del proveído, entre ellas, la
confesión que se derivó de su declaración y, v) por la
naturaleza del ataque, deja indemne la interpretación de
fuente jurisprudencial acogida por el juzgador.

Refiere que, en todo caso, para definir el asunto, debía


tenerse en cuenta, que la aplicación del principio de
primacía de la realidad no permite que algunos de los
aspectos definidos por los contratantes, pierdan vigencia o
sean nulos (CSJ SL, 23 sep. 2008, rad. 20933 y CSJ
SL4816-2015), de la manera en que lo reclama el
recurrente, sin probar que en el tiempo que el juez de
segundo grado tuvo por interrumpido el vínculo, hubiere

SCLAJPT-10 V.00
31
Radicación n.° 85834

prestado sus servicios.

Afirma, sobre las indemnizaciones moratorias que,


como circunstancias relevantes del pleito, era imperativo
reparar en que la universidad nunca tuvo intención
defraudatoria; que el demandante era una persona
profesionalmente formada; que ocupó el cargo de decano de
la Facultad de Derecho; que, en consecuencia, no podía
tenerse como engañado, cuando suscribió contratos con la
Cooperativa Comuna y menos aún, al convenir en ataduras
a término fijo.

Añade, en punto de la absolución del despido


indirecto, que el ataque es un simple alegato de instancia,
pues no cuestiona el razonamiento del juez de la apelación,
por cuanto, éste no encontró indigna la no imposición de
sanción disciplinaria a unas personas que presuntamente
atentaron contra el buen nombre del demandante, porque el
reglamento académico de la universidad, daba pábulo para
arribar a esa definición del asunto y el recurrente no
confronta la lectura que aquél realizó de esa documental (f.°
32 a 48, ib).

X. CARGO TERCERO

Afirma que el Tribunal violó la ley por la vía indirecta,


en la modalidad de infracción directa,

[…] los artículos 53 de la CP (primacía de la realidad) y 19 del


CST (en relación con la Recomendación 198 de 2006 de la
Organización Internacional del Trabajo sobre la existencia de la
relación laboral), que conllevó a la vulneración de los artículos
13, 25, 29, 93 de la CP; 1º del Convenio 95 de la OIT aprobado

SCLAJPT-10 V.00
32
Radicación n.° 85834

por Ley 54 de 1962, debidamente ratificado y promulgado por el


Decreto número 1264 de 1997; 13, 21, 32 (subrogado por el
artículo 1° del D.L. 2351 de 1965), 55, 56, 57, 65 del CST
(modificado por el artículo 29 de la Ley 789 de 2002), 127
(subrogado por el artículo 14 de la Ley 50 de 1990), 128
(subrogado por el artículo 15 de la Ley 50 de 1990), 86, 192
(modificado por el artículo 8° del Decreto 617 de 1954), 193,
249, 253 (subrogado por el artículo 17 del Decreto 2351 de
1965), 254, 467, 468, 469, 470 y 470 (modificado por el artículo
38 del Decreto 2351 de 1965) del CST; 99 de la Ley 50 de 1990;
17, 18, 22, 23, 161 y 204 de la Ley 100 de 1993; 1603, 1622 del
CC, 10° de la Ley 52 de 1975.

Plantea que la segunda instancia se equivocó


protuberantemente al:

1. No dar por demostrado, estándolo, que entre Aníbal Charry


González y la demandada existió una única relación de trabajo
desde el 1º de abril de 1995 hasta el 19 de agosto de 2014.

2. Dar por demostrado sin estarlo que existieron varias


relaciones de trabajo entre las partes entre el 1º de abril de
1995 y el 19 de agosto de 2014.

3. No dar por demostrado, estándolo, que para las actividades


del actor como profesor los periodos intersemestrales
correspondían a las vacaciones de la Universidad Cooperativa
de Colombia.

4. No dar por demostrado, estándolo, que durante los periodos


de vacaciones el actor como Directivo o Decano debía
desarrollar tareas académicas y administrativas.

Señala que el juzgador realizó una mala apreciación de


los documentos enumerados 1° a 20 del anterior cargo y
una tergiversación de lo dicho por los testigos allí enlistados.

Reitera los argumentos expuestos en el cargo anterior,


relacionados con la falta de aplicación del principio de la
primacía de la realidad; la imposibilidad fáctica y jurídica de
tener por interrumpida su relación laboral; la existencia de
vacaciones en los períodos intersemestrales; la realización
de actividades preliminares, inclusive, en esa temporada; la

SCLAJPT-10 V.00
33
Radicación n.° 85834

tergiversación de los testigos; el fraude en la elaboración de


contratos por cooperativas y a término fijo y la obligación
consecuencial de condenar a sus derechos laborales y
prestaciones sociales con fundamento en un único vínculo
(f.° 21 a 25, ibidem).

XI. RÉPLICA

Solicita que se tengan en consideración los mismos


argumentos expuestos al oponerse al segundo de los cargos,
por cuando ambos aducen similares planteamientos (f.° 49,
ib).

XII. CONSIDERACIONES

Al margen de las deficiencias simplemente formales de


la acusación1, el análisis conjunto de los cargos permite in-
ferir que la recurrente denuncia que el Tribunal: i) infringió
directamente los artículos 101 y 102 del CST, al no liquidar
las cesantías y vacaciones, sin descontar del cómputo de
días las interrupciones vacacionales; ii) aplicó indebidamen-
te el principio de primacía de la realidad sobre las formas, al
haber dado por demostrado, sin estarlo, la solución de con-
tinuidad entre los vínculos documentados y, iii) aplicó inde-
bidamente los numerales 9° de los artículos 57 y 59 del

1
i) que el alcance de la impugnación persigue el quiebre de la
revocatoria del cálculo actuarial, a pesar de que no dirige ninguna
crítica que confronte los fundamentos de esa decisión; ii) que en el
segundo de los cargos, sobre el principio de primacía de la realidad
colisiona sub motivos de infracción y, iii) que en el tercero adjudica
una afrenta en la que el Tribunal no incurrió, al referir que omitió
normas que sí tuvo en consideración.

SCLAJPT-10 V.00
34
Radicación n.° 85834

CST, al negar la existencia del despido indirecto.

Sin embargo, en esos aspectos, ninguno de los ataques


logra derribar la presunción de legalidad y acierto que
ampara la sentencia del juez de la apelación, pues, como lo
refiere la réplica, la censura expone sus alegatos como si la
tarea de la Corte fuera, que no lo es, decidir una tercera
instancia (CSJ SL17693-2016; CSJ SL925-2018; CSJ
SL1980-2019; CSJ SL643-2020), conforme pasa a
explicarse:

1) De la liquidación de las cesantías y vacaciones

La juzgadora de primer grado i) declaró tres contratos


de trabajo indefinidos, entre 1995 y 2011 y, a partir de
2012, tres a término fijo para que el recurrente se
desempeñara en la labor de catedrático, más otro tres, con
el objeto de que lo hiciera como decano; ii) consideró que los
derechos laborales causados antes de junio de 2013 habían
prescrito y, iii) absolvió de las condenas que se hubieren
generado en ese lapso, porque encontró que fueron
pagadas.

El impugnante expresó que apelaba esas determinacio-


nes, en cuanto a que,

[...] no [se] aceptó que se condenara a la indemnización mora-


toria del artículo 99 de la Ley 50 de 1990 conforme a la de-
claración de linealidad del contrato a término indefinido [...] en
la forma solicitada en la pretensión primera desde el 1° de abril
de 1995 hasta el 19 de agosto de 2014, dado que [la universi-
dad] no pagó los incrementos salariales, ni auxilios a las cesan-
tías, ni las primas, ni las vacaciones, en la forma que se solicitó

SCLAJPT-10 V.00
35
Radicación n.° 85834

en la pretensión tercera [...] (negrillas fuera del original - Audio


3 horas 12 minuto a 3 horas 18 minutos, CD anexo).

Por consiguiente, el Tribunal, de conformidad con el


principio de consonancia del artículo 66 A del CPTSS,
examinó si hubo acierto en la decisión apelada al tener por
existentes múltiples ataduras laborales y al declarar la
prescripción y el pago de los derechos causados; sin
embargo, no se pronunció, porque no fue tópico de la
alzada, sobre una indebida liquidación de las cesantías y de
las vacaciones, en razón a que se hubieren restado en las
operaciones aritméticas, períodos que no debían
disminuirse, de la manera en que lo plantea el cargo con
fundamento en los artículos 101 y 102 del CST.

Luego entonces, como «en la lógica que gobierna el re-


curso extraordinario, no es factible enrostrar al Tribunal erro-
res respecto de asuntos que no fueron estudiados por el cole-
giado, ya que no fueron objeto de reproche frente a la segun-
da instancia» (CSJ SL5107-2020 y CSJ SL2408-2022), es
imposible abordar ese aspecto de la acusación, más aún, si
se tiene en consideración, que el debatido también es un
conflicto nuevo, cuya resolución en sede extraordinaria vul-
neraría el debido proceso de la demandada (CSJ SL1237-
2021).

Tal la afirmación, pues el actor ni siquiera pretendió


en el gestor la declaratoria de los contratos regulados por
las normativas mencionadas, como unas ataduras específi-
cas de término fijo para los cargos de docencia, que no ad-
miten prórroga automática (CSJ SL3110-2018); así como

SCLAJPT-10 V.00
36
Radicación n.° 85834

tampoco, pidió reajustar o reliquidar lo pagado por sus ser-


vicios como catedrático; por el contrario, aceptando que
aquellos convenios pueden coexistir con los que ejerció en
sus condiciones de decano, asesor, director o coordinador de
consultorio jurídico (CSJ SL4032-2022), solicitó que median-
te sentencia se afirmara que su relación respecto de esos
específicos cargos, a los que no les es aplicable el artículo
101 y 102 del CST, estuvo regida por un vínculo laboral de
naturaleza indefinida.

2) De las interrupciones contractuales

El recurrente plantea una visión alternativa de la


prueba, sin demostrar los defectos fácticos que endilga con
medios de convicción de fuente calificada, insistiendo en: i)
que no hubo interrupciones significativas; ii) que los
contratos a término fijo fueron fraudulentos y, iii) que en los
períodos intersemestrales, realizó actividades
administrativas que el colegiado no tuvo en cuenta.

Empero, vistas las fechas de inicio y de finalización de


las ataduras declaradas, que no cuestiona el cargo y que
cuentan con soporte en los contratos y las certificaciones la-
borales de f.° 3, 4 a 5, 6 a 8, 34, 262 a 264, 265 a 266, 268
a 270, 271, 273, 274, 275 a 277, cuadernos n.° 1 y 2, no es
posible deducir que no hubo solución de continuidad entre
1995 y 2014 y que, por tanto, se trató de una única relación
laboral a término indefinido.

SCLAJPT-10 V.00
37
Radicación n.° 85834

Tal la conclusión, porque entre una vinculación y otra


variaban los cargos y las funciones asignadas, pues el
recurrente, por lo menos entre 1995 y 2011, fue contratado
para ejercer como catedrático, jefe de área, coordinador de
área, asesor del consultorio jurídico, director seccional y
decano, lo que daba pábulo a inferir, que era posible que no
existiera unidad contractual, conforme se aprecia en el
siguiente cuadro:

PERÍODO 1995 - 2011


Desde Hasta Cargo folios
01/04/1995 31/12/1995 Docente 3
01/02/1996 31/12/1996 Docente 3
03/02/1997 15/06/1997 Docente 4a5
14/07/1997 19/12/1997 Jefe área y asesor 4a5
consultorio
12/01//1998 26/06/1998 Jefe área y asesor 4a5
consultorio
13/07/1998 22/12/1998 Jefe área 4a5
18/01/1999 30/06/1999 asesor consultorio 4a5
14/07/1999 30/11/1999 Jefe área y asesor 4a5
consultorio
17/01/2000 30/06/2000 Jefe área y asesor 4a5
consultorio
24/07/2000 22/12/2000 Coordinador área 4 a 5
05/02/2001 28/06/2001 Coordinador área 4 a 5
16/07/2001 21/12/2001 Coordinador área 4 a 5
17/01/2002 28/06/2002 Coordinador área 4 a 5
22/07/2002 20/12/2002 Coordinador área 4 a 5
13/01/2003 27/06/2003 Coordinador área 4 a 5
14/07/2003 19/12/2003 Coordinador área 6 a 8
26/01/2004 18/06/2004 Docente 6 a 8
12/07/2004 18/12/2004 Docente 6 a 8
11/01/2005 24/06/2005 Decano 6 a 8
11/07/2005 17/12/2005 Director seccional 6 a 8
16/01/2006 16/12/2006 Decano 6 a 8
15/01/2007 15/12/2006 Decano 6 a 8
01/02/2007 09/06/2007 Docente 6 a 8
23/07/2007 30/11/2007 Docente 6 a 8
14/01/2008 16/12/2008 Decano 6 a 8
13/01/2009 19/12/2009 Decano 6 a 8
12/01/2010 06/12/2010 Docente 6 a 8
11/01/2011 18/12/2011 Docente 6 a 8

SCLAJPT-10 V.00
38
Radicación n.° 85834

Además, objetivamente, las interrupciones que se


declararon no eran cortas y, en todo caso, la documental
respalda las conclusiones probatorias de la sentencia, que
se impone denotar, tampoco confronta la censura, según las
cuales, i) el recurrente tuvo múltiples contratos que
regulaban su actividad como catedrático, por un lado y, por
otro, como decano; ii) los últimas, incluían el período
acordado, que se destinaba para realizar las actividades
administrativas extra, como logra verse de la información de
f.° 3, 4 a 5, 6 a 8, en armonía con la de f.° 11 y 45,
cuaderno n.° 1, así:

PERÍODO 1995 - 2011


Desde Hasta Interrupción
01/04/1995 31/12/1995 31 días
01/02/1996 31/12/1996 33 días
03/02/1997 18/12/2011 43 días
CONTRATOS COMO DOCENTE – TÉRMINO FIJO
01/02/2012 02/06/2012 41 días
03/08/2012 30/11/2012 58 días
28/01/2013 06/05/2013
CONTRATOS COMO DECANO – TÉRMINO FIJO
10/01/2012 15/12/2012 23 días
08/01/2013 19/08/2014 renuncia

A lo dicho se suma, que el sentenciador no pasó por


alto, de la manera en que se le increpa, que los testigos hu-
bieren anunciado que el impugnante realizaba labores adi-
cionales que impedían tener por interrumpidos sus contra-
tos, pues, inclusive, por ese motivo tuvo por continuos los
26 vínculos que ejecutó el recurrente entre 1997 y 2011.

Adicionalmente, atendiendo las declaraciones de terce-

SCLAJPT-10 V.00
39
Radicación n.° 85834

ros, - las cuales no es posible abordar por no ser prueba de


fuente calificada (CSJ SL4141-2019)-, lo que el colegiado
consideró es que era razonable que algunos de los conve-
nios declarados de término fijo no incluyeran la última se-
mana de diciembre y la primera de enero, pues, en todo
caso, en ese período la Universidad se encontraba cerrada.

Así las cosas, desde esas premisas no derruidas, no es


posible endilgar un yerro fáctico que conduzca a quebrar el
segundo proveído, por cuanto no se desprende del análisis
de la prueba, que se le hubiere desconocido o apreciado con
error y, menos aún, que ello hubiere conllevado a derivar
una premisa fáctica con la connotación de evidente,
manifiesta o protuberantemente contraria a los medios de
convicción (CSJ SL2574-2019; CSJ SL4444-2019; CSJ
SL2610-2020; CSJ SL3827-2020; CJS SL1221-2021 y CSJ
SL1529-2021).

Ahora, es necesario apuntar, que el empleador eligió


regular su relación laboral con el recurrente a través de di-
ferentes contratos de trabajo a término fijo, lo que es legal,
constitucional, válido y eficaz (CSJ SL5262-2021), en con-
textos en los que, por ejemplo, existiendo una variación de
la naturaleza contractual, no se hubieren utilizado para
menguar los derechos del trabajador, pues, en todo caso,
«La ley permite que una vinculación única y continua, si así
lo acuerdan [...] sea regulada por diferentes modalidades de
duración del contrato de trabajo, aún cuando sean celebra-
dos sin interrupción» (CSJ SL4850-2016).

SCLAJPT-10 V.00
40
Radicación n.° 85834

Bajo iguales criterios, la jurisprudencia ha insistido


que, de conformidad con el artículo 69 de la CP y la Ley 30
de 1992, en el marco de la autonomía universitaria, los
entes de educación superior tienen permitida la
contratación que consideren pertinente para cubrir sus
necesidades (CSJ SL2799-2020), por lo que les es posible
utilizar convenios de término fijo, sin que «el solo
cumplimiento de la actividad personal o el hecho que
subsistan las causas que le dieron origen, [...] determinen su
renovación automática» (CSJ SL5262-2021).

Por tanto, la suscripción de esas modalidades


contractuales no puede tomarse, de la forma en que lo
entiende el recurrente, como fraudulenta; además de que,
frente a los tópicos indiscutidos de la primera y la segunda
sentencia, no es cierto que el empleador hubiere cambiado
la modalidad de término indefinido, para posteriormente,
utilizar su contraria y regresar a la inicial, lo cual, en todo
caso, se reitera, en perspectiva de lo certificado a f.° 34,
cuaderno n.° 1, no constituiría, por sí solo, un
comportamiento contractual impropio que deba revelarse
como contrario a la realidad o sancionarse por ilegal.

Así se colige en el particular, en razón a que no hay


demostración de que con causa en esa duración
determinada de los contratos, se hubiere vulnerado algún
derecho laboral, al punto que quedó establecido sin
controversia del recurrente, que la empleadora pago
directamente o por interpuesta persona los créditos
causados (f.° 283 a 312 y 414 a 421, cuaderno n.° 2);

SCLAJPT-10 V.00
41
Radicación n.° 85834

allende a que, menos aún, hay medio de convicción


calificado que dé cuenta de que en los períodos en los que
no aparece vínculo convenido o prorrogado 2, hubiera
prestación del servicio.

Por consiguiente, como en esos aspectos, la valoración


individual de los medios de prueba habilitados en casación,
respeta los principios de integralidad, razonabilidad y sana
crítica y la apreciación conjunta de ellos es coherente, lógica
y consistente, el raciocinio del juez colectivo está protegido
por la libre apreciación de los medios de convicción y la
autonomía judicial de los artículos 61 del CPTSS y 228 de la
CP (CSJ SL13529-2016).

3) Del despido indirecto:

El impugnante expresa que con la decisión negativa de


disciplinar al estudiante Diógenes Sánchez, quien le había
difamado y calumniado a través de Facebook, la
Universidad permitió que éste lo comprendiera como una
falta de respaldo a su autoridad y «redoblara sus calumnias»;
que, frente a ese tratamiento, la única opción que tenía era
renunciar y que, inclusive, las autoridades nacionales
aprovecharon la situación para motivar su salida.

Agrega que lo último se podía inferir si se tenía en


cuenta i) que ya en otras oportunidades dichas autoridades
habían expuesto «posturas nefastas», como la de descalificar

2
Del 1° de enero de 1996 al 30 de enero de 1996; del 1° de enero al 2
de febrero de 1997; del 19 de diciembre de 2011 al 9 de enero de 2012
y del 16 de diciembre de 2012 al 7 de enero de 2013,

SCLAJPT-10 V.00
42
Radicación n.° 85834

a la Corte por haber condenado por delitos de lesa


humanidad a César Pérez; ii) que las mismas procedían a
prohijar políticas de impunidad y deshonestidad al no
sancionar a quienes incurrían en afrentas a la ética; iii) que
él había sido fundador del sindicato; iv) que también
participó activamente en los ceses de actividades y, v) que
después de su renuncia se revocaron los acuerdos
proferidos en los trámites disciplinarios que cuestionaba.

Memora la Sala los argumentos centrales de la


acusación, porque permiten denotar que, aunque el
recurrente se esfuerza en construir un razonamiento
probatorio, el mismo está fundado en conjeturas, que desde
su lectura particular, podrían derivarse lógicamente de
unos determinados hechos probados, como los de su
pertenencia al sindicato, las reclamaciones como decano
realizadas a las autoridades universitarias nacionales y de
tiempo que transcurrió entre su renuncia y la revocatoria
del Acuerdo 197 de 2014.

Sin embargo, la impugnación pasa por alto que los


indicios no son probanza calificada y no pueden fundar un
cargo en casación, enderezado por la vía indirecta (CSJ
SL10497-2017; CSJ SL2841-2020; CSJ SL2873-2020; CSJ
SL3591-2020; CSJ SL360-2021; CSJ SL1853-2021 y CSJ
SL2618-2021) y que «el hecho de no compartir [...] la
razonable estimación efectuada por el fallador [...] no
constituye necesariamente un yerro ostensible» (CSJ SL2051-
2014 y CSJ SL483-2021).

SCLAJPT-10 V.00
43
Radicación n.° 85834

Adicionalmente, la censura denuncia que el Tribunal


valoró con error las pruebas, empero no solo se refiere a
medios de convicción que provienen de terceros, como los
de los numerales 28, 29, 31 a 34, sobre los que la Sala no
se pronunciará, sino que no realiza el correspondiente
ejercicio de confrontación entre lo que acreditan los demás y
lo que de ellas dedujo con equivocación el sentenciador,
pues lo que estima es que de su lectura el juzgador habría
podido arribar a conclusiones distintas, como si presentar
ante la Corte una hipótesis probatoria paralela, le
permitiera sacar avante su propia visión del litigio.

Ahora, con trascendencia en el caso, es importante


advertir que el colegiado no dejó de dar por probados los
hechos sobre los que insiste la acusación y que cuentan con
soporte documental calificado, tales como:

1) Que en memorial del 17 de julio de 2013 dirigido,


entre otros, a Aníbal Charry González, el rector y
representante legal de la Universidad, negó la solicitud
presentada por el demandante y varios integrantes de la
comunidad académica de retirar toda mención a César
Pérez García de los «monumentos, placas, retratos [...]
particularmente de [...] la biblioteca», arguyendo que:

[...] la sanción impuesta al Dr. Pérez García es privativa de la


libertad, pero jamás privativa de sus demás derechos o del
reconocimiento de sus fecundas ejecutorias en bien de la
educación [...] o a la memoria de todos como homenaje de una
Universidad que se lo debe todo a él (f.° 35 a 37 en relación f.°
38 a 42, ib).

2) Que, en réplica a lo anterior, el recurrente, el 3 de

SCLAJPT-10 V.00
44
Radicación n.° 85834

agosto de 2013, señaló:

Está usted en todo su derecho, [...] , de no aceptar la condena


de su padre y la decisión adversa, respectivamente, pero no les
asiste ningún derecho a lesionar nuestra honra sugiriendo que
podemos atentar contra el sitio más emblemático de cualquier
universidad, por lo cual precisamente hicimos la petición en
forma altruista y sin prevención alguna de contradicción
personal [...] Por lo tanto reclamo como presidente del Consejo
de Facultad respeto y consideración de su parte, de la misma
forma como lo hemos hecho con usted como rector.

[...] es que no solo se nos ofende, sino que se pretende


apremiarnos para que, en contravía de lo que debe ser la
correcta operación del derecho en la administración de justicia,
aceptemos los argumentos de la defensa del Dr. César Pérez
García y así lo enseñemos a los estudiantes [...] para que se
desconozca la sentencia de la Corte Suprema de Justicia por
considerarla injusta, contrariando además la regla de oro de
una democracia, cual es el respeto y acatamiento de las
decisiones judiciales por equivocadas que parezcan [...].

[...]

Con su respuesta, no solo nos consideramos agredidos


moralmente por tratar de tutelar derechos fundamentales, sino
perseguidos como integrantes del sindicato de trabajadores,
pues consideramos como una retaliación por nuestra solicitud
la demanda extemporánea de declaratoria de ilegalidad de
nuestra justa huelga presentada el pasado 13 de julio, cuando
se firmó la convención colectiva de trabajo, -que entre otras
cosas se ha venido incumpliendo por parte de la universidad, y
se convino que las partes no presentarían ninguna demanda o
reclamación posterior a la solución del diferendo labora l (f.° 43
a 44, ibidem).

3) Que mediante Acuerdo 196 de 2014 del 18 de junio


de 2014, por medio del cual se decidió el proceso
disciplinario adelantado a Sergio Andrés Trujillo Perdomo,
Sergio Andrés Guevara Álvarez y Yeison Andrés Gómez, se
ordenó el archivo, tras advertir 3.1) que, contra el primero,
no se formuló la sanción de expulsión, por lo que no era
competente para decidir el asunto; 3.2) que a cargo del
segundo no existió pliego de cargos, lo que se interpretaba

SCLAJPT-10 V.00
45
Radicación n.° 85834

como una renuncia de la acción disciplinaria y, 3.3) que el


tercero no admitió su falta, los testigos no eran pertinentes
y el cruce de mensajes no permitía corroborar la conducta
que se le adjudicó de haber recibido dinero a cambio de
modificar unas notas como monitor del consultorio jurídico
(f.° 46 a 49, cuaderno n.°1).

4) Que en Acuerdo 197 del 18 de junio de 2014,


dentro del trámite disciplinario seguido contra Diógenes
Sánchez, por virtud de las publicaciones que realizó en la
página de facebook de la facultad, en contra de algunos
funcionarios de la Universidad y miembros del sindicato, se
encontró 4.1) que en el trámite existía «un caso de
prejudicialidad», pues el afectado interpuso demanda penal
por los delitos de calumnia e injuria y, 4.2) que, en todo
caso, según la prueba (certificación emitida por el jefe de
admisiones registro y control), el disciplinado era «egresado
no graduado», por cuanto había sido sancionado
previamente en proceso aparte y «perdido la condición de
estudiante», lo que impedía tenerlo como sujeto al
reglamento (f.° 50 a 53, ib).

5) Que el Reglamento Estudiantil (Acuerdo 001 del 25


de enero de 2001), indicaba:

5.1) que son estudiantes quienes se hallaren


matriculados en cualquier forma de programa de formación
universitario (artículo 14).

5.2) que esa condición desaparece con la culminación


del programa o por sanción académica o disciplinaria que

SCLAJPT-10 V.00
46
Radicación n.° 85834

implique la pérdida del derecho a la renovación de la


matrícula temporal o permanentemente (artículo 15).

5.3) que los estudiantes se clasifican en alumnos de


pregrado, postgrado o educación para el trabajo (artículo
16).

5.4) que son deberes de los mismos conocer y respetar


la universidad y observar una conducta acorde a su propia
dignidad y con las demás personas (artículo 21).

5.5) que el régimen disciplinario allí convenido «se


aplica a los estudiantes [incluso] a los que se encuentren
participando en eventos académicos internacionales con el
aval o respaldo de la Universidad» (artículo 69).

5.6) que a estos sujetos les está prohibido agredir


verbalmente a cualquier integrante de la comunidad e
incurrir en conductas contra la ética y las buenas
costumbres (f.° 54 a 80, ibidem).

6) Que el 10 de agosto de 2014, el reclamante dio por


terminado el contrato de trabajo por justa causa con
fundamento, «[...] en el artículo 62 [...] literal b) numerales 6°
y 8°, en concordancia con los artículos 57 numerales 5° y 9°
y 59 n.° 4° y 9° del CST[...]» (f.° 278 a 281, ibidem).

7) Que el trabajador imputó a la universidad haber


atentado contra su honra y dignidad, al haber expedido los
Acuerdos 196 y 197 de 2014, en los que se abstuvo de

SCLAJPT-10 V.00
47
Radicación n.° 85834

sancionar a terceros, pues, conforme se lee en esa misiva,


indicó:

[...] al no poder continuar al frente de mi cargo por violación de


las obligaciones y prohibiciones por parte del empleador que
afectan mis derechos y dignidad como trabajador,
fundamentalmente con los Acuerdos Superiores 196 y 197 [...]
expedidos por el Consejo Superior Universitario que
desconocieron su propio reglamento académico para no
administrar justicia disciplinaria los egresados no graduados
[...] por faltas graves que afectan la honra y el buen nombre del
suscrito como decano y la misma facultad de derecho,
pretextando que no tenían la calidad de estudiantes [...]
fomentando de esta manera la impunidad disciplinaria con
violación de las normas legales y académicas expedidas por la
misma Universidad.

Al exonerar a Diógenes Sánchez Precisado de sus graves faltas


disciplinarias perfectamente tipificadas en el reglamento [...],
constituye una aceptación tácita de la infamia por par del
Consejo Superior, y del arrasamiento de mi honra y buen
nombre que es lo único que he podido acumular como persona,
abogado, docente y decano [...] y se me vulnera en forma grave
mi dignidad humana, condenándome a seguir en mi cargo en
esas condiciones que no tengo porqué asumir, obligándome a
permanecer en esa indignidad y a tener que graduar no solo a
quien ha mancillado impunemente mi honra, la de la facultada
y la de la Universidad.
[...]

[...]
La decisión del Consejo Superior solo se entiende en su afán de
generar impunidad disciplinaria, y como una retaliación proclive
a mi calidad de fundador del sindicato [...] a los reclamos
permanente de mis derechos como trabajador [...] además de
restringirme las vacaciones unilateralmente y no pagarme los
aportes pensionales como catedrático, no obstante haberlo
ordenado un juez constitucional (f.° 278 a 281, cuaderno n.° 2).

8) Que a través de Acuerdo n.° 198 del 11 de agosto


de 2014 considerando 8.1) que se había certificado «en
debida forma la condición del señor Sánchez Preciado,
quedando claramente establecido su estatus de egresado no
graduado, toda vez que no acredita el cumplimiento de
requisitos necesarios para completar el programa de
formación como el trabajo de grado» y, 8.2) que lo anterior lo

SCLAJPT-10 V.00
48
Radicación n.° 85834

hacía sujeto disciplinable, debía ordenarse «la devolución


del expediente al Consejo Académico [...] para que instruya
en debida forma el presente proceso disciplinario» (f.° 352 a
353, ib).

Contexto en el que deviene en probatoriamente


acertada la decisión cuestionada, por cuanto de esos
elementos era razonable inferir, de la forma en que lo
concluyó el colegiado:

1) Que el trabajador aseguró que la falta de sanción


disciplinaria a Diógenes Sánchez, conllevó a que la
Universidad incumpliera sus obligaciones como empleador,
en relación con su dignidad humana, pues el citado le
denigró públicamente y no recibió sanción alguna por ese
hecho.

2) Que los actos que lesionaron la honra y dignidad del


demandante, provienen de terceras personas a la relación
de trabajo, específicamente de Diógenes Sánchez.

3) Que la falta de sanción disciplinaria al citado, no


constituye, propiamente, autorización o consentimiento en
su realización, menos aún, con el propósito de minimizar la
imagen del trabajador o afectar su proyecto de vida
personal.

4) Que la orden de archivo de aquel trámite, se derivó


de una lectura del reglamento académico, según la cual,
como los egresados no estaban matriculados en la
institución, lo que se deriva de los artículos 15, 16 y 69 del

SCLAJPT-10 V.00
49
Radicación n.° 85834

Reglamento Estudiantil, no eran sujetos disciplinables.

5) Que la decisión que se le cuestiona a la empleadora,


no fue abusiva, ni caprichosa; así como tampoco, se dio en
el marco de una directriz institucional para «mancillar el
honor y la dignidad del demandante», razón suficiente, para
no calificarla de grave.

Lo dicho, por cuanto, la denominada política de


impunidad, sobre la que alerta el impugnante, no la
acreditan dos decisiones de carácter disciplinario dictadas
en el fuero de autonomía e independencia del juez de esa
causa, que no se compartan, menos, si no se conoce a qué
porcentaje corresponde esa cantidad o muestra en el
universo de decisiones que se hubieren tomado esa
anualidad.

En efecto, los Acuerdos 196 y 197, de manera aislada,


no dejan ver, ni siquiera, inferencialmente, una
determinada orientación o directriz de la Universidad en pro
de absolver a todos aquellos que de forma fehaciente
incurrieren en faltas a la ética o al buen comportamiento, a
tal punto, que los argumentos para ordenar el archivo en
una y otra decisión; así como las infracciones endilgadas,
son distintas y no aparecen ligadas a las consideraciones
expuestas por el rector un año atrás, sobre la solicitud de
retirar las menciones, placas o monumentos de César Pérez
(f.° 38 a 42, ibidem), menos a que el reclamante fuera
miembro fundador del sindicato.

De otra parte, en nada desdice las premisas fácticas de

SCLAJPT-10 V.00
50
Radicación n.° 85834

la sentencia, lo anunciado por el trabajador en Memorial del


3 de agosto de 2013 (f.° 43 a 44, ibidem), al referir que, con
la respuesta emitida por el representante de la universidad
del 17 de julio de esa anualidad, los miembros del sindicato
se consideraban agredidos moralmente; así como también,
perseguidos como integrantes de ese organización y
retaliados por la solicitud de demanda extemporánea a la
declaratoria de ilegalidad de una huelga, que habían
presentado en el mes anterior, porque no sólo tal no fue la
causa esgrimida en el finiquito, sino que, como lo expresa
ese documento, constituyen apreciaciones personales del
reclamante.

Finalmente, cumple anotar que, por la naturaleza del


cargo, la impugnación deja libre de crítica los argumentos
jurídicos que sostienen el juicio del sentenciador, tales
como:

1) Que para demostrar la ocurrencia de un despido


indirecto, el trabajador debía acreditar los hechos.

2) Que, en aras de establecerlo, de conformidad con los


numerales 6 ° y 8° del literal b) del artículo 62 del CST, se
requiere el incumplimiento sistemático y grave de la
conducta.

3) Que, como en los procesos disciplinarios seguidos al


interior de una Universidad, se rigen por el principio de
autonomía universitaria y de imparcialidad, no era
admisible una presión externa sobre ellos o, se comprende,
la existencia de una inclinación, tendencia o animadversión

SCLAJPT-10 V.00
51
Radicación n.° 85834

del juez de la causa hacía el disciplinado.

Por tanto, en atención a que la sentencia se funda


tanto en premisas fácticas como jurídicas y la censura no
las derribó, la decisión, se itera, ha de permanecer indemne,
conforme se dijo en la providencia CSJ SL643-2020, con
referencia en las CSJ SL17693-2016; CSJ SL925-2018 y
CSJ SL1980-2019.

En consecuencia, no se casa la segunda sentencia y se


impone costas al recurrente, en favor de la oposición; se fija
como agencias en derecho la suma cuatro millones
setecientos mil pesos ($4.700.000), que se incluirán en la
liquidación que se practique conforme a lo dispuesto en el
artículo 366 del Código General del Proceso.

XIII. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley, NO
CASA la sentencia dictada el veintidós (22) de mayo de dos
mil diecinueve (2019) por la Sala Civil, Familia, Laboral del
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Neiva, dentro del
proceso ordinario laboral seguido por ANÍBAL CHARRY
GONZÁLEZ en contra de la UNIVERSIDAD COOPERATIVA
DE COLOMBIA

Costas como se dijo en la motiva.

SCLAJPT-10 V.00
52
Radicación n.° 85834

Notifíquese, publíquese, cúmplase y devuélvase el


expediente al Tribunal de origen.

SANTANDER RAFAEL BRITO CUADRADO

CECILIA MARGARITA DURÁN UJUETA

CARLOS ARTURO GUARÍN JURADO

SCLAJPT-10 V.00
53

También podría gustarte