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SANTANDER RAFAEL BRITO CUADRADO

Magistrado ponente

SL3657-2022
Radicación n.° 92611
Acta 35

Bogotá, D. C., tres (3) de octubre de dos mil veintidós


(2022).

Decide la Sala el recurso de casación interpuesto por


CERRO MATOSO S. A., contra la sentencia proferida por la
Sala Civil Familia Laboral del Tribunal Superior del Distrito
Judicial de Montería, el nueve (9) de julio de dos mil veintiuno
(2021) en el proceso ordinario que le instauró MISAEL
MIGUEL ROJAS ÁVILA.

I. ANTECEDENTES

Misael Miguel Rojas Ávila llamó a juicio a Cerro Matoso


S. A., para que se declarara la nulidad del proceso
disciplinario efectuado por la empresa, que concluyó con la
terminación del contrato laboral, por habérsele violado el
debido proceso (cuaderno digital del Juzgado, tomo 1).

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En consecuencia, se condenara al reintegro en un cargo


igual o de mayor jerarquía, el pago de los salarios y
prestaciones sociales legales y convencionales causados
desde la desvinculación hasta el reintegro, los intereses
moratorios, los aportes al sistema general de seguridad
social, la indexación de las condenas, lo ultra y extra petita,
costas y agencias en derecho.

Narró, inicialmente, que trabajó para Cerro Matoso S.


A. desde el 8 de marzo de 1985, con un contrato laboral a
término indefinido; que ingresó al sindicato de trabajadores
de la empresa – Sintracerromatoso el 14 de mayo de 1985 y
que era «MANTENEDOR MECÁNICO EN PREPARACIÓN DE
MINERAL».

Relató que, a partir de una modificación unilateral de la


jornada de trabajo, Sintracerromatoso convocó a una
asamblea general ordinaria de afiliados, mediante la
Resolución 01 del 12 de marzo de 2015, para el 27 de marzo
de ese año, en la que debía aprobarse el presupuesto para el
2015 y votarse un eventual cese de actividades.

Señaló, que en la asamblea del 27 de marzo de 2015, se


aprobó la huelga, habida cuenta que, de los 1.042 empleados
de Cerro Matoso S. A., 526 hacían parte del sindicato,
haciéndolo mayoritario; que se fijó el inicio del cese de
actividades para las 15:00 del 14 de abril de 2015 y, que el
22 de abril de 2015, Cerro Matoso S. A. presentó demanda
solicitando que se declarara la ilegalidad de la huelga.

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Apuntó, que el cese de actividades permaneció desde el


14 de abril de 2015 hasta el 1º de mayo de 2015, cuando se
suscribió el Acta de levantamiento entre Sintracerromatoso y
Cerro Matoso S. A.

Señaló, que el acta indicada consagró lo siguiente:

SEXTO: La Empresa y Sindicato se comprometen a acatar y a


cumplir el fallo de última instancia del proceso judicial
promovido por la Empresa, para que se declare la ilegalidad del
cese de actividades realizado por SINTRACERROMATOSO. No
habrá lugar a procesos disciplinarios sobre los hechos
relacionados con el cese, hasta tanto se profiera sentencia de
última instancia en firme […] (subraya y negrilla de la demanda).

El 2 de julio de 2015, la Sala Civil Familia Laboral del


Tribunal Superior del Distrito Judicial de Montería declaró la
ilegalidad del cese de actividades. La decisión fue apelada por
Sintracerromatoso y confirmada por la Sala de Casación
Laboral de la Corte Suprema de Justicia mediante la
providencia CSJ SL3195-2017 del 8 de marzo.

Precisó, que la sentencia se notificó por edicto el 27 de


abril de 2017; que el 3 de mayo de 2017 Sintracerromatoso
solicitó aclaración y complementación del fallo, solicitud
negada por el auto CSJ AL4950-2017, que se notificó por
estado el 9 de agosto y quedó en firme el 14 de agosto de
2017.

Manifestó, que Sintracerromatoso le solicitó a la


secretaría de esta Sala, el 27 de septiembre de 2017, una
certificación en la que constara la fecha de la ejecutoria de la
sentencia. Aquella expidió la certificación fechada el 26 de

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octubre de 2017, manifestando que el fallo quedó en firme el


27 de abril de 2017.

Expresó, que Sintracerromatoso radicó el 2 de


noviembre de 2017 una solicitud de corrección de la fecha de
ejecutoria de la providencia de segundo grado, advirtiendo
que se había solicitado aclaración y complementación de la
providencia. El 20 de noviembre de 2017, la secretaría de la
Sala Laboral, corrigió la certificación del 26 de octubre de
2016[sic], precisando que la sentencia había quedado en
firme el 14 de agosto de 2017 a las 5:00 p.m.

Anotó, que el 28 de abril de 2017, Ricardo Gaviria


Jansa, representante legal de Cerro Matoso S. A., comunicó
a los trabajadores y a los medios de comunicación: «que la
empresa comenzaría a evaluar las medidas legales y
disciplinarias relacionadas con el cese de actividades».

Dijo que, como trabajador fue citado a descargos el 31


de mayo de 2017 y, que la diligencia de descargos tuvo lugar
el 7 de junio de 2017. En la diligencia, expresó que no
pertenecía ni ejercía acciones de líder sindical y, reiteró, que
su participación se había limitado a acatar la decisión de la
mayoría del sindicato de declarar el cese de actividades.
También, expresó que le habían practicado una cirugía
recientemente, por lo que no podía movilizarse como hubiera
deseado.

Indicó, que el 13 de junio de 2017 se le notificó la


terminación del contrato de trabajo con justa causa, de

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acuerdo con los descargos rendidos, y supeditando el retiro


a la ejecutoria de la sentencia de la Corte Suprema de
Justicia.

Interpuso, contra esa decisión, el recurso convencional


de reconsideración el 15 de junio de 2018 [sic], ante su jefe
inmediato, el señor Audi Carrillo, supervisor de la unidad de
mantenimiento área 100 de la unidad de negocio y
mantenimiento. asimismo, incoó el recurso de
reconsideración ante el comité de relaciones laborales el 22
de junio de 2017.

Mencionó, que el comité extraordinario del 10 de julio


de 2017 ratificó la decisión sometida a reconsideración e,
igualmente, supeditó la efectividad de la desvinculación a la
firmeza del fallo de la Corte Suprema de Justicia. La decisión
se le notificó el 11 de junio[sic] de 2017 mediante
«comunicación final – terminación unilateral y con justa causa
del contrato de trabajo», firmada por el superintendente de
relaciones laborales, Honorio Castañeda Crespo. La
comunicación anterior, lo exoneró de la prestación del
servicio desde su notificación hasta que quedara en firme la
sentencia de segunda instancia.

Aclaró, que había recibido incapacidades


concomitantes a la fecha del despido, que eran conocidas por
el empleador, así:

- Por treinta días, a partir del 15 de agosto de 2017.


- Por treinta días, a partir del 14 de septiembre del 2017, hasta
el 13 de octubre.

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- Por treinta días, a partir del 14 de octubre de 2017.


- Por treinta días, a partir del 9 de noviembre de 2017.
- Renovada, por treinta días, el 9 de diciembre de 2017.
- Prorrogada, por treinta días, el 3 de enero de 2018 hasta el 1
de febrero.
- Prorrogada, por treinta días, desde el 2 de febrero hasta el 3
de marzo.

Adujo, que el 5 de marzo de 2018, la demandada le


comunicó, a través de Ricardo Mejía, Gerente de
Mantenimiento, que su despido se haría efectivo a partir de
ese día. Anotó, que en el proceso disciplinario no intervino el
Ministerio del Trabajo.

Refirió, que la Junta Regional de Calificación de


Invalidez de Bolívar lo calificó el 14 de septiembre de 2017,
con una pérdida de capacidad laboral – PCL - del 13 %,
estructurada el 23 de abril de 2017. El 10 de enero de 2018,
el dictamen se complementó, ajustando la PCL en un 20 %
con misma fecha de estructuración.

Sintetizó, que buscó la protección de sus derechos


fundamentales al debido proceso, asociación sindical,
estabilidad laboral reforzada, sindicalización, al trabajo y a
la igualdad, por vía de tutela, en cuanto el proceso
disciplinario que se adelantó en su contra «adolece de
insanables vicios en el trámite», por haber iniciado antes de
que quedara ejecutoriada la sentencia que facultaba a la
empresa a realizar los procesos sancionatorios, como lo
disponían la ley y el acta para levantamiento de cese de
actividades.

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Destacó, que el Juzgado Primero Promiscuo Municipal


de Montelíbano amparó sus garantías el 9 de marzo de 2018,
ordenó el reintegro y le concedió un plazo de cuatro meses
para acudir a la jurisdicción ordinaria. Desatando la
impugnación interpuesta por Cerro Matoso S. A., el Juzgado
Promiscuo de Familia de Montelíbano confirmó la sentencia
de primera instancia el 22 de mayo de 2018.

Alegó, que fue reintegrado el 28 de mayo de 2018, y que


se le comunicó que estaría exonerado del servicio hasta que
el área encargada realizara una revisión del puesto de trabajo
y dispusiera que las condiciones eran óptimas para el
reintegro, lo que no había sucedido a la fecha de la
interposición de la demanda.

Finalizó, que estaba en vigor la Convención Colectiva


suscrita por Sintracerromatoso y Cerro Matoso S. A. el 14 de
junio de 2016, con vigencia del 1º de enero de 2016 hasta el
31 de diciembre de 2018, de la que era beneficiario y en la
que se pactó que: «la empresa respetará los derechos
adquiridos en cláusulas, pactos, acuerdos, actas que no
hayan sido modificadas, adicionadas o aclaradas por la
presente convención», de forma que la empresa no podía
iniciar los procesos disciplinarios antes de la ejecutoria de la
sentencia de segunda instancia, pues la ley y el acta suscrita,
disponían que era necesaria aquella de la sentencia que
declara la ilegalidad de la huelga, para iniciar las acciones
disciplinarias.

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Cerro Matoso S. A. se opuso a las pretensiones y, en


cuanto a los hechos manifestó que la jornada laboral no fue
modificada, pues solo se organizó un turno equivalente a 42
horas semanales, lo que fue reconocido por la Sala Laboral
del Tribunal Superior de Distrito Judicial de Bogotá; que el
acta de levantamiento de cese de actividades no buscó
modificar o aclarar el alcance de ninguna disposición
convencional; que la Convención Colectiva suscrita el 14 de
junio de 2016 reguló el procedimiento disciplinario,
derogando cualquier acuerdo anterior; que la sentencia de
segunda instancia, CSJ SL, 8 mar. 2017, rad. 72304, quedó
ejecutoriada el 9 de agosto de 2017, sin que se pudiera
confundir la ejecutoria del auto con la de la sentencia; que la
empresa encontró prueba suficiente de la participación
activa del demandante en el cese de actividades a pesar de
su estado de salud; que el demandante seguía vinculado a la
empresa en cumplimiento de un fallo de tutela y que el
trabajador fue reintegrado efectivamente (cuaderno digital
del Juzgado, tomo 3).

Fundamentó su defensa, en que el contrato de trabajo


terminó por la participación del demandante en el cese ilegal
de actividades. Señaló, que el juez de tutela de segunda
instancia, protegió únicamente el mínimo vital del actor,
desechando las consideraciones relativas a una supuesta
violación al debido proceso.

Narró, que cumplió a cabalidad con el procedimiento


establecido en el artículo 16 de la Convención Colectiva de
Trabajo; que el demandante ejerció su defensa, estuvo

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acompañado por el sindicato e hizo uso de todos los recursos


previstos en la Convención; que a la terminación del contrato
de trabajo, ya se encontraba ejecutoriada la CSJ SL3195-
2017; que el demandante erró al pretender darle al acta de
levantamiento de cese de actividades el carácter de
extraconvencional y que debía dársele cumplimiento a la
convención colectiva de trabajo.

En su defensa propuso las excepciones de mérito de


inexistencia de las obligaciones reclamadas, cobro de lo no
debido, pago, buena fe, compensación, prescripción e
inexistencia del despido injusto.

II. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

El Juzgado Promiscuo del Circuito de Montelíbano, por


decisión del 18 de febrero de 2020 (cuaderno digital del
Juzgado, tomo 6), decidió:

Primero: Declarar ineficaz el despido efectuado por la empresa


CERRO MATOSO S.A., en razón de las motivaciones expresadas
anteriormente.
Segundo: Como consecuencia de lo resuelto, condenar a la
demandada Cerro Matoso S.A. [a] reintegrar en forma definitiva
al actor MISAEL MIGUEL ROJAS AVILA [sic].
Tercero. No se accede a condenar a la empresa Cerro Matoso S.
A., al pago de salarios, prestaciones sociales y aportes a la
seguridad social, por cuanto el demandante se encuentra
laborando.
Cuarto. Se condena en costas a la parte demandada liquídense
por secretaría e inclúyanse en ellas la suma de 8 salarios
mínimos legales vigente[s], como honorarios, conforme al
Acuerdo PSAA16-20554 de 2016 emanado de la Sala
Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura.

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III. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA

Por apelación de la demandada, la Sala Civil Familia


Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Montería, mediante fallo del 9 de julio 2021 (cuaderno digital
del Tribunal), confirmó la de primer grado.

En lo que interesa al recurso extraordinario, el Tribunal


consideró que debía determinar si la demandada desconoció
un acuerdo convencional al adelantar un proceso
disciplinario en contra del accionante, sin encontrarse en
firme la sentencia judicial que declaró la ilegalidad del cese
de actividades.

Dejó fuera de discusión el vínculo laboral, el cese de


actividades, la pertenencia del demandante al sindicato y el
acta de acuerdo para el levantamiento de cese de actividades,
que reprodujo.

Frente a la validez del acta, y sus efectos de acta


extraconvencional, citó la CSJ SL8155-2016.

Resaltó, que el acta fue suscrita por el tesorero y el


presidente de Sintracerromatoso, así como por
representantes del empleador.

Advirtió, que dentro de las inspecciones que hizo el


Ministerio del Trabajo en las instalaciones de la empresa,
durante el cese de actividades, siempre solicitó la
representación de los trabajadores, que la asumió el

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presidente del sindicato y fue él quien suscribió las diversas


actas, incluyendo el acta de acuerdo de levantamiento de
cese de actividades.

Refirió, que la demandada rechazaba la validez del acta


de acuerdo de levantamiento de cese de actividades,
argumentando que quien la suscribió no estaba autorizado
por los trabajadores. Citó, entonces, los numerales 3° y 5°
del artículo 374 CST, sobre las funciones de los sindicatos.

Indicó, que el numeral 6° del acta de acuerdo de


levantamiento de cese de actividades reglaba que no habría
lugar a procesos disciplinarios sobre los hechos relacionados
con el cese, hasta que se profiriera sentencia de última
instancia en firme.

Relató, que la que declaró la ilegalidad de la huelga fue


confirmada en segunda instancia por la Corte Suprema de
Justicia el 8 de marzo de 2017, y que la solicitud de
aclaración de Sintracerromatoso fue desatada negativamente
el 2 de agosto de 2017. Anotó, que conforme al artículo 451
CST, la sentencia que declare la ilegalidad del cese de
actividades debe cumplirse una vez quede ejecutoriada.

Explicó, que la ejecutoria consiste en una característica


de los efectos jurídicos de las providencias que se reconocen
por su imperatividad y obligatoriedad, cuando frente a dichas
determinaciones: 1) no procede recurso alguno, 2) se omite
su interposición dentro del término legal previsto, 3) una vez
interpuestos se hayan decidido y, 4) cuando su titular

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renuncia expresamente a ellos.

Recalcó, que el artículo 302 CGP se refiere a dos clases


de providencias, las proferidas en audiencia y las dadas por
escrito. Precisó, que ellas dadas por escrito quedan
ejecutoriadas tres días después de notificadas cuando:

A) Carecen de recursos.

B) Han vencido los términos sin haberse interpuesto los recursos


que fueren procedentes.

C) Queda ejecutoriada la providencia que resuelva los


interpuestos.

Y si es objeto de una solicitud de aclaración o complementación,


tres (3) días después de notificadas.

Apuntó, que la última regla se armonizaba con el inciso


tercero del artículo 285 CGP, cuando señala que:

[…] la providencia que resuelva sobre la aclaración no admite


recursos, pero dentro de su ejecutoria podrán interponerse los
que procedan contra la providencia objeto de aclaración, es decir,
que una decisión escrita sobre la cual pesa una solicitud de
aclaración no queda ejecutoriada con la mera resolución de la
misma, sino que debe esperar que transcurran tres días para
que, conjuntamente con el proveído que resolvió la aclaración,
quede en firme.

Sostuvo, que aplicando la regla que «los recursos


interpuestos seguirán rigiendo por las leyes vigentes al
momento en que [se] interpusieron», debía aplicarse el artículo
331 CPC, que disponía que, en caso de aclaración o
complementación de una providencia, su firmeza solo se
produciría una vez ejecutoriada la que la resuelva, tomando
en cuenta que el recurso presentado contra la sentencia de
primera instancia fue interpuesto en vigencia del CPC.

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Reiteró, que la sentencia del 2 de julio de 2015 que


declaró ilegal la huelga fue apelada y, por lo tanto, cobró
firmeza cuando quedó ejecutoriada la providencia que
resolvió la alzada.

Narró, que una vez proferida la sentencia de alzada,


Sintracerromatoso solicitó la aclaración de esta, que se
resolvió en el auto CSJ AL4950-2017 del 2 de agosto de 2017,
que se notificó por estado el 9 de agosto de 2017, quedando
ejecutoriado el 14 de agosto del 2017, fecha en que quedó
ejecutoriado tanto el auto, como la sentencia del 2 de julio de
2015.

Concluyó, que antes de la firmeza de la providencia, la


ilegalidad de la huelga era un hecho incierto sin ningún
efecto jurídico, de modo que las consecuencias de la
ilegalidad de la huelga no surgirían sino hasta la firmeza de
la sentencia de primera instancia.

Hizo alusión, entonces, a lo dicho por la Corte


Constitucional en la CC SU-039-1999, respecto a los efectos
de la ilegalidad de la huelga, que incluyen la facultad de
despedir a los trabajadores que intervinieron o participaron
en el cese. En el asunto, el proceso disciplinario que culminó
con el despido del demandante, se llevó a cabo antes de la
ejecutoria de la providencia que declaró la ilegalidad del cese
de actividades.

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Reprodujo, los numerales 1° y 7° del artículo 16 de la


Convención Colectiva, así:

[numeral 1]: El llamado a descargo de un trabajador lo hará por


escrito el jefe inmediato o el Gerente de la unidad de Negocios en
horas laborales del trabajador en las instalaciones de trabajo de
la Empresa, en los cinco (5) días hábiles siguientes a la comisión
de la presunta falta, con copia al sindicato y al comité de
Relaciones Laborales.

[…]

[numeral 7]: no producirá efecto legal alguno la sanción


disciplinaria o el despido impuesto con la violación del
procedimiento señalado en el presente artículo. La empresa
acatara[sic] la determinación de la justicia ordinaria laboral.

Finalizó, que atendiendo a que el proceso disciplinario


en contra del demandante inició con la citación a descargos
el 31 de mayo de 2017 y culminó con su despido el 13 de
junio de 2017, antes de la ejecutoria de la sentencia que
declaró la ilegalidad de la huelga -14 de agosto de 2017-,
quedaba en evidencia que se desconoció lo dispuesto en la
Convención Colectiva y en el acta de levantamiento de cese
de actividades, que establecía que los proceso disciplinarios
solo iniciarían una vez se quedara en firme la sentencia de
última instancia.

Por lo expuesto, halló que el despido no estaba llamado


a producir efectos y se tornaba viable el reintegro.

IV. RECURSO DE CASACIÓN

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Interpuesto por Cerro Matoso S. A., concedido por el


Tribunal y admitido por la Corte, se procede a resolver
(cuaderno digital de la Corte).

V. ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN

Pretende que se case la sentencia recurrida, para que,


en sede de instancia, se revoquen las condenas de primer
grado, se le absuelva de las pretensiones incoadas en su
contra y se provea en costas como en derecho corresponda.

Con tal propósito formula dos cargos, por la causal


primera de casación, que fueron replicados y se pasan a
estudiar.

VI. CARGO PRIMERO

Acusa la decisión del ad quem,

[de incurrir] en violación medio de los artículos 285, 302 y 627


del Código General del Proceso; 331 del Código de Procedimiento
Civil; 145 del Código Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social
y 29 de la Constitución Política, lo que condujo al
quebrantamiento directo, por aplicación indebida, de los
artículos 27, 37, 39, 47, 186, 249, 306, 307, 450, 451, 467, 468,
469 y 470 del Código Sustantivo del Trabajo; 1º de la Ley 52 de
1975; 1° y 99 de la Ley 50 de 1990; 26 de la Ley 100 de 1993.

Reproduce los apartes pertinentes de la de alzada, para


explicar, posteriormente, que el Tribunal erró al concluir que,
como la CSJ SL2195-2017 fue proferida por la Corte
Suprema de Justicia, y se solicitó una aclaración, su
ejecutoria se produjo tres días después de notificado el auto

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CSJ AL4950-2017, es decir, el 14 de agosto del 2017.

Alega, que la correcta hermenéutica del artículo 302


CGP, indica que una vez emitida la providencia que resuelve
sobre la aclaración o complementación, queda ejecutoriada
la sentencia:

[…] máxime cuando contra ésta no procede recurso alguno, por


lo que la sentencia de la Corte Suprema de Justicia – Sala de
Casación Laboral, que confirmó la ilegalidad del cese de
actividades, adquirió firmeza con la notificación por Estado del
auto que resolvió la solicitud de aclaración y adición, que tuvo
lugar el 9 de agosto de 2017.

Se refiere, entonces, al artículo 331 CPC, que regulaba


la ejecutoria de las providencias y resalta de este que «No
obstante, en caso de que se pida aclaración o
complementación de una providencia, su firmeza sólo se
producirá una vez ejecutoriada la que la resuelva».

Sin embargo, sostiene, que el CPC fue derogado con la


Ley 1564 de 2012 (CGP), que entró en vigencia a partir del 1º
de enero de 2016. El artículo 302 CGP, afirma, introdujo una
modificación sustancial sobre este punto, al señalar que: «[…]
No obstante, cuando se pida aclaración o complementación de
una providencia, solo quedará ejecutoriada una vez resuelta
la solicitud».

Así, la nueva regulación determinó que basta con que


se expida y notifique la providencia que resuelve la adición o
aclaración para que adquiera ejecutoria la providencia objeto
de la solicitud.

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Explica, que la ejecutoria de la segunda providencia no


condiciona la firmeza de la primera y que no se puede
asimilar el contenido del artículo 302 CGP con el del artículo
331 CPC pues:

[…] tanto en la legislación anterior, como en la actual, las


sentencias o autos escritos pueden ser aclarados de oficio o a
solicitud de parte cuando tal solicitud se hace dentro del término
de ejecutoria, esto es, dentro de los tres días posteriores a su
notificación y su ejecutoria se configura pasados 3 días a partir
de la notificación de la providencia que resuelva la aclaración o
complementación

Resalta, que conforme al artículo 285 CGP, «la sentencia


no es revocable ni reformable por el juez que la pronunció».,
por lo que la decisión judicial tiene plena certeza y no es
modificable de fondo. Cita, la CC C548-1997, de la que
subraya: «por cuanto esa permisión permite mantener
incólume el contenido del fallo proferido, dotando de certeza la
decisión».

Argumenta, que el artículo 285 CGP no podría


interpretarse de otra forma, pues se aclara lo que suscita
duda, es ambiguo, lo que causa perplejidad o hesitación y,
solamente respecto de la parte resolutiva o cuando lo
expuesto en la parte motiva influye en ella, manteniendo
incólume la prohibición al juzgador de pronunciarse de
nuevo sobre la sentencia ya proferida.

Asevera, que no es cierta la conclusión del Tribunal, en


el sentido de que la sentencia que confirmó la declaratoria de
ilegalidad de la huelga: «fue imperativa y obligatoria a partir

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de la firmeza de la sentencia que resuelve la solicitud de


aclaración y adición solicitada, antes de ello la ilegalidad de
la huelga era un hecho incierto […]» pues, lo ajustado a
derecho y a la lógica elemental, es que la ilegalidad era un
hecho cierto e indiscutible en la medida en que aun si la
Corte hubiera accedido a la aclaración, no podía por ello
revocar ni reformar la decisión de ilegalidad de la huelga
contenida en la parte resolutiva.

Hace alusión a lo expuesto por la Sala de Casación Civil


en la CSJ CS2776-2018, que sobre la interpretación del
artículo 302, precisó:

[…] su ejecutoria se predica una vez notificado el proveído y


finiquitado el término previsto en la norma, que puede ser usado,
valga recordarlo, para solicitar la corrección, la aclaración o la
complementación del veredicto, caso en el cual la ejecutoria
aplica una vez emitida la decisión correspondiente.

Infiere, que una vez emitida la providencia que resuelve


sobre la aclaración o adición, queda ejecutoriada la
sentencia, máxime cuando no procede recurso alguno contra
esta; por esta razón, el ad quem no podía concluir que la
ejecutoria de la CSJ SL3195-2017 se configuró el 14 de
agosto de 2017.

Proclama, que resulta un contrasentido afirmar que, si


la providencia no es susceptible de ataque por medio de
ningún recurso ordinario, queda en firme ipso jure, pero que,
si se pide oportunamente su aclaración o adición, su firmeza
se posterga hasta la ejecutoria de la providencia que resuelva
la solicitud (tres días después de notificado el acto).

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Expone, que debe aplicarse la misma consecuencia ante


la misma situación, de forma que contra la providencia que
resuelve sobre la aclaración o complementación no procede
recurso alguno, una vez emitida la providencia que resuelve
la solicitud, queda ejecutoriada la sentencia.

Plantea, que la violación de las normas procesales


indicadas, sirvió como como instrumento o medio para
aplicar indebidamente las demás disposiciones enlistadas en
la proposición jurídica, que fueron el fundamento incorrecto
para imponer las condenas. Finaliza, que, para el 10 de
agosto de 2017, estaba ejecutoriada la providencia, en los
términos del artículo 451 CST.

Concluye citando el concepto que rindió el tratadista


Jairo Parra Quijano, sobre la interpretación del artículo 302
CGP, que corrobora la sustentación de la acusación.

VII. RÉPLICA

Misael Miguel Rojas Ávila, se opone al cargo, señalando


inicialmente que la argumentación del cargo se asemeja a un
alegato de instancia, pues no se le hace reproche alguno al
ad quem que no se hubiera advertido previamente en el
recurso de apelación.

Critica, que más que exponer un reproche frente a la


correcta intelección y aplicación de la norma, la censura
persistió en un debate en contra de una postura que no

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comparte, pero que es consonante con la ley, la


jurisprudencia y la certificación expedida por la secretaría de
la Sala Laboral de esta Corporación.

Advierte, que la regulación referente a la ejecutoria de


una providencia proferida por fuera de audiencia, cuando
sobre ella recae una solicitud de aclaración y
complementación, es la misma en el artículo 331 CPC y en el
artículo 302 CGP.

Precisa, que como la CSJ SL3195-2017 se pronunció


fuera de audiencia, su regulación se encuadra en el literal 3°
de la norma, por lo que quedó ejecutoriada tres días después
de notificado el auto que resolvió la aclaración y
complementación.

Plantea que, aun si en gracia de discusión la sentencia


hubiese quedado ejecutoriada el 9 de agosto de 2017, la
notificación de la finalización del contrato de trabajo tuvo
lugar el 11 de junio de 2017, por lo que ni en ese supuesto
se puede remediar el error de la compañía.

Aduce, que en la CSJ SL047-2017, que resolvió un


asunto idéntico, la Sala estableció que la ejecutoria de la CSJ
SL3195-2017 se dio el 14 de agosto de 2017 y que se había
desconocido la ley y el acuerdo extraconvencional al
adelantar el proceso disciplinario antes de la ejecutoria de la
sentencia.

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Radicación n.° 92611

Refiere, que las siguientes comunicaciones o


providencias dataron la ejecutoria de la del 14 de agosto de
2017:

[…] la secretaría de la Sala Laboral de la Corte Suprema de


Justicia al certificar que la sentencia SL3195-2017 quedó
ejecutoriada el 14 de agosto de 2017; ii) la Sala Laboral de la
Corte en la sentencia de tutela STL9474-20181 y en la
providencia de casación SL047-2022, en las cuales se confirmó
la misma data y iii) la Sala Penal de esta misma Corporación al
expedir la reciente sentencia STP4411-2022 en donde negó la
tutela presentada por CERRO MATOSO S.A., en contra de la
citada providencia SL047-2022 y confirmó la correcta intelección
que le otorgó la Sala Laboral al asunto de la ejecutoria de la
decisión hoy cuestionada.

VIII. CONSIDERACIONES

El Tribunal fundamentó su decisión en que Cerro


Matoso S. A. procedió a iniciar los trámites disciplinarios
convencionales previos al despido del actor del juicio, sin que
se encontrara legalmente ejecutoriada la sentencia de
segunda instancia que puso fin al proceso especial de
calificación del cese colectivo de actividades que aquella
instaurara en contra de la organización sindical
Sintracerromatoso. Al respecto aseveró:

Por otro lado, aceptando que la remisión del artículo 145 del
Código Procesal del Trabajo al “Código Judicial” – hoy Código
General del Proceso – cobije el transito normativo del Código de
Procedimiento Civil al del Código General, que permita aplicar la
regla que los recursos interpuestos seguirán rigiendo por la leyes
vigentes al momento de en qué interpusieron, es decir, que se
aplique el artículo 331 del CPC, dicha norma igualmente disponía
que en caso de aclaración o complementación de una
providencia, su firmeza sólo se producirá una vez ejecutoriada la
que la resuelva; ello teniendo en consideración que el recurso
presentado contra la sentencia de primera instancia adiada 2 de
julio de 2015, fue interpuesto en vigencia del CPC.

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Radicación n.° 92611

Acorde con lo expuesto, debemos reiterar que la sentencia del 2


de julio de 2015 mediante la cual se declaró ilegal la huelga, fue
objeto del recurso de apelación, por lo que cobró firmeza cuando
quedó ejecutoriada la providencia que desató el recurso de
apelación. Sin embargo, notificada la sentencia de segunda
instancia proferida escrituralmente por la Sala de Casación
Laboral de la Corte Suprema de Justicia, se elevó por
SINTRACERROMATOSO solicitud de aclaración, que fue resuelta
en Auto AL4950-2017 del 02 de agosto de 2017, el que fue
notificado por estado del 9 de agosto de 2017 (Folio 83), por lo
que su ejecutoria se cumplió tres días después de notificado, es
decir, el 14 de agosto de 2017, día en que no sólo coincidieron las
firmezas de estas dos providencias sino que también lo hizo la
sentencia del 2 de julio de 2015 (Resaltado de la Sala).

La censura radica su inconformidad en que, bastaba


con que se expidiera y notificara la providencia que resolvió
la solicitud de adición y aclaración de la decisión de segunda
instancia, elevada por el sindicato, para que quedara
ejecutoriada, «esto es, con la desfijación del Estado del 9 de
agosto de 2017, lo que significa que para el 10 del mismo mes
y año, día siguiente a su notificación, estaba en firme»
(Cuaderno digital de la Corte), argumentando que se hallaba
en vigencia el Código General del Proceso desde el 1º de enero
de 2016.

Con fines de resolver, el cargo enderezado por vía


directa, no se discute en casación: i) que del 14 de abril al 1º
de mayo de 2015 se llevó a cabo un cese colectivo de
actividades en la empresa Cerro Matoso S. A.; ii) que la
accionada instauró ante la jurisdicción ordinaria laboral y en
contra de la organización sindical Sintracerromatoso,
proceso especial de calificación de dicho cese; iii) que en
primera instancia la Sala Civil Familia Laboral del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Montería conoció de aquél,
declarando la ilegalidad del cese de actividades, mediante

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Radicación n.° 92611

sentencia escritural del 2 de julio de 2015 (f.° 10 a 40 del


cuaderno 2 digital del Juzgado); iv) que esta Sala desató el
recurso de apelación elevado por la organización sindical,
mediante providencia CSJ SL3195-2017 del 8 de marzo de
2017, confirmando la decisión inicial (f.° 42 a 78 del mismo
cuaderno); v) que Sintracerromatoso solicitó aclaración y
adición de la sentencia (f.° 84, ibídem), misma que fue
desatada el 2 de agosto de 2017, decisión que se notificó en
estado del 9 de agosto de 2017, negando lo peticionado.

Al respecto, es cierto que, en punto a la sentencia


judicial, el legislador ha previsto que como con ella se pone
fin a la instancia es necesario que quede ejecutoriada y en
firme para que pueda ser exigible su cumplimiento, lo que se
alcanza cuando esta carece de recursos o han vencido los
términos sin haberse interpuesto aquellos, cuando quede
ejecutoriada la providencia que resuelva los presentados y
también, cuando habiéndose solicitado oportunamente su
aclaración o complementación, como ocurrió en el presente
asunto, quede ejecutoriada la providencia que resuelva tales
pedimentos toda vez que,

[…] la sentencia y su complemento no son dos actos procesales


distintos, inconexos o separables, sino, precisamente, uno solo
que puede comprender uno o varios pronunciamientos para cuya
estructuración interna y externa, congruencia, precisión,
claridad y adecuada motivación la ley fija un particular momento,
pero que, por las razones anotadas, puede ser aclarada, corregida
o adicionada en otro posterior, conforme a reglas procesales
predeterminadas (CSJ SL3844-2015).

Ahora bien, teniendo en cuenta que el despido de Misael


Miguel Rojas Ávila tuvo como soporte la sentencia que

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Radicación n.° 92611

declaró la ilegalidad del cese colectivo de actividades (f.° 103,


ibídem), la que, en los términos de artículo 451 del CST
«deberá cumplirse una vez quede ejecutoriada», forzoso es
establecer cuándo cobró ejecutoria aquella decisión.

Así mismo, del recuento que antecede se extracta que


en el mencionado trámite especial de calificación del cese
colectivo de actividades, se dictó sentencia de primera
instancia el 2 de julio de 2015; seguidamente, se interpuso
apelación por la parte demandada Sintracerromatoso,
habiéndose concedido el recurso ante la Sala de Casación
Laboral de esta Corporación, desatándolo mediante fallo del
8 de marzo de 2017, del que el Sindicato solicitó aclaración
y adición, petición resuelta por esta Corporación en proveído
de 2 de agosto de aquella anualidad, notificado a las partes
en estado del 9 de mismo mes y año.

Empero, ante el razonamiento de la vigencia del Código


de Procedimiento Civil para efectos de resolver el recurso de
apelación en el tránsito legislativo con el Código General del
Proceso y, por ende, los efectos en lo relacionado a la
ejecutoria cuando se solicita aclaración de la providencia,
halla la Corte que acude razón al censor, pero por distinto
argumento, en el sentido de que si bien es cierto que para el
1º de enero de 2016 el Código General del Proceso entró en
vigencia en todos los distritos judiciales del país (Acuerdo
PSAA15-10392 del 1º de octubre de 2015, proferido por el
Consejo Superior de la Judicatura), también lo es que, para
el distrito de Montería, la implementación gradual inició el 3
de junio de 2014 conforme al artículo 1º del Acuerdo

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Radicación n.° 92611

PSAA13-10073 del 27 de diciembre de 2013, por lo cual, no


existía motivo para que el Colegiado aplicara la norma en
forma distinta.

Por lo tanto, traída al asunto bajo examen la aludida


orientación, no se requiere de ninguna otra consideración
adicional, para concluir, que el Tribunal, incurrió en la
indebida aplicación enrostrada por la censura, lo que implica
que el cargo tenga prosperidad; sin embargo, no habría lugar
a casar la sentencia fustigada, por cuanto, en sede de
instancia, la Corte llegaría a la misma conclusión
confirmatoria, aunque con motivaciones diferentes a las
consignadas, tal y como pasa destacarse a continuación.

Lo anterior porque, establecido que la ejecutoria de la


decisión de segundo grado debía regirse por el artículo 302
del CGP, se tiene que, el mismo contempla:

ARTÍCULO 302. EJECUTORIA. Las providencias proferidas en


audiencia adquieren ejecutoria una vez notificadas, cuando no
sean impugnadas o no admitan recursos.

No obstante, cuando se pida aclaración o complementación de


una providencia, solo quedará ejecutoriada una vez resuelta la
solicitud.

Las que sean proferidas por fuera de audiencia quedan


ejecutoriadas tres (3) días después de notificadas, cuando
carecen de recursos o han vencido los términos sin haberse
interpuesto los recursos que fueren procedentes, o cuando queda
ejecutoriada la providencia que resuelva los interpuestos.

De la lectura del artículo en cita se tiene que, regla y ata


la ejecutoria de las providencias judiciales, a la manera como
fueron proferidas, es decir, si en audiencia pública o fuera de

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Radicación n.° 92611

ella. En el primer evento, refiere que su ejecutoria se dará


«una vez notificadas, cuando no sean impugnadas o no
admitan recursos» y, cuando se dicten fuera de audiencia,
«quedan ejecutoriadas tres (3) días después de notificadas,
cuando carecen de recursos o han vencido los términos sin
haberse interpuesto los recursos que fueren procedentes, o
cuando queda ejecutoriada la providencia que resuelva los
interpuestos», siendo este último evento el que corresponde al
sub lite, en tanto que no solo la sentencia de segunda
instancia sino el auto que resolvió la solicitud de adición y
aclaración se profirieron fuera de audiencia pública, por lo
que, se itera, notificado este último proveído el 9 de agosto
de 2017, la sentencia que puso fin al litigio quedó legalmente
ejecutoriada y en firme 3 días después, esto fue, el 14 de
agosto de 2017.

Ello, en razón a que, a pesar de que el artículo


contemple que «cuando se pida aclaración o complementación
de una providencia, solo quedará ejecutoriada una vez
resuelta la solicitud», resulta evidente que ello solo es
aplicable en su tenor literal siempre que se resuelvan
aquellas solicitudes en audiencia pública, evento en el cual
es proferida y conocida la decisión en el acto por las partes,
pues resultaría inimaginable pensar que cuando sean
pronunciadas fuera de audiencia la providencia quede
ejecutoriada una vez se resuelva la adición o aclaración y con
el mero acto de su notificación por estado, razón por la cual
y como a renglón seguido lo contempla expresamente el
mismo artículo 302 del CGP, en este último caso, la firmeza
de tales providencias pende de su comunicación a las partes

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Radicación n.° 92611

por lo que, su ejecutoria se da 3 días después de aquel acto


procesal.

En consecuencia, aunque fundado el cargo, no resulta


próspero, pero por las razones aquí expuestas.

IX. CARGO SEGUNDO

Acusa la sentencia,

[de] viola[r] directamente la ley sustancial, por interpretación


errónea del artículo 467 del Código Sustantivo del Trabajo lo que
condujo a aplicar indebidamente los artículos 27, 37, 39, 47,
186, 249, 306, 307, 450 y 451 del Código Sustantivo del Trabajo;
1º de la Ley 52 de 1975; 1° y 99 de la ley 50 de 1990; 26 de la
Ley 100 de 1993.

Indica, que el ad quem se equivocó al concluir que el


acta de acuerdo de levantamiento de cese de actividades tiene
efectos vinculantes, porque la fuerza vinculante y el carácter
normativo de una convención colectiva de trabajo implican
que sea aplicada preferentemente sobre otros acuerdos que
pueda haber entre el sindicato y la empresa, máxime si estos
no buscan modificar el contenido de la convención. En el
caso, se trató de un acta de levantamiento de cese de
actividades, no de un acuerdo extraconvencional, y así lo
reconoció el Tribunal.

Trascribe el artículo 467 CST, un fragmento de la CSJ


SL16811-2017 y un aparte de la CC SU-1185-2001 para,
luego, reiterar que las convenciones colectivas de trabajo
poseen fuerza normativa en cuanto contienen los acuerdos
de voluntades a los que llegan las organizaciones sindicales

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y los empleadores, por lo que un acta de levantamiento de


cese de actividades no puede modificar el contenido de la
convención colectiva vigente, en cuanto no se originó a partir
de un proceso de negociación colectiva que buscara construir
normas que regularan la relación laboral de las partes, ni
viene de mecanismos que tengan como finalidad aclarar o
precisar el alcance de disposiciones convencionales.

Subraya, de la CSJ SL, 24 may. 1982, rad. 6169 que,


incluso simples actas de conciliación «pueden aclarar
aspectos oscuros o deficientes de las normas
consuetudinarias o convencionales en las cuales se han fijado
las condiciones regulantes de los contratos […]».

Sin embargo, recalca, estos mecanismos ad hoc,


adoptados por personas sin potestad de sustituir los
representantes legalmente elegidos para suscribir los
convenios colectivos, no pueden modificar la convención
colectiva, como lo adoctrinó esta Sala en la CSJ SL, 10 nov.
1995, rad. 7499.

Puntualiza, tras citar la CSJ SL14432-2017, que un


acta de levantamiento de cese de actividades no constituye
un acuerdo extraconvencional aclaratorio ni modificatorio,
con lo que el Tribunal incurrió en error al otorgarle dicha
naturaleza.

Resume el decurso procesal de la CSJ SL8155-2016, en


la cual «creyó hallar sustento el Tribunal» y manifiesta que la
jurisprudencia versa sobre un caso sustancialmente

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Radicación n.° 92611

diferente, en el que sí se suscribió un acuerdo


extraconvencional modificatorio de la Convención Colectiva,
no un acta de levantamiento de cese de actividades.

Argumenta, que si no se le hubiera dado el alcance que


se le dio al acta, el Tribunal jamás habría considerado que la
citación a descargos se realizó prematuramente.

Presenta, como alegatos de instancia, que Cerro Matoso


S. A. cumplió con el procedimiento establecido en el artículo
16 de la Convención Colectiva de Trabajo y reitera lo dicho
en el cargo.

X. RÉPLICA

Se opone el demandante al cargo, señalando


nuevamente que la censura presenta alegatos idénticos a los
plasmados en la apelación, como si se tratara de una tercera
instancia. Añade, que la recurrente pretende decir que el
Tribunal erró al respetar el acuerdo que ella misma firmó
para conseguir sus objetivos, que luego incumplió y pretende
ahora restarle validez.

Expresa, que la actuación del ad quem se ajustó a lo


pactado entre las partes, al artículo 16 Convencional
numerales 1°, 4° y 7°; a los artículos 450 y 451 CST y a la
reiterada jurisprudencia de esta sala, que ha reconocido la
validez de los acuerdos firmados entre las partes, siempre
que no desmejoren las condiciones convencionales, lo que
solo cabría por la vía de la denuncia de la convención.

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Denuncia que,

Aceptar en este momento que el pacto en donde la empresa y el


sindicato ni modificaron ni variaron el contenido del
procedimiento disciplinario como confusamente lo plantea en la
casación el recurrente, sino que determinaron que la
oportunidad para iniciar los procesos disciplinarios se sujetaría
a la ejecutoria de la providencia de cara a los términos de la
norma convencional, resultaría premiar la mala fe de CERRO
MATOSO S.A.

Aclara, que el acuerdo suscrito buscaba poner en pausa


los términos convencionales para dar inicio al proceso
disciplinario, para evitar su vencimiento, buscando que se
empezara a contabilizar no desde la comisión de la falta sino
desde la firmeza de la sentencia que declarara la ilegalidad
del cese.

Itera, que la CSJ SL047-2022 le reconoció validez y


obligatoriedad al acuerdo de levantamiento de cese de
actividades al que, señala, incluso ha acudido la empresa
para despedir trabajadores, para levantar la huelga y para
obtener el retorno de indemnizaciones pagadas a los
empleados.

XI. CONSIDERACIONES

Dada la senda por la que se orienta el cargo, no existe


discusión relativa a que entre Cerro Matoso S. A. y el
sindicato Sintracerromatoso se suscribió, el 1º de mayo de
2015, Acta de Levantamiento del Cese de Actividades (f.° 3 a
8 del cuaderno 2 digital del Juzgado), en la que, los

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Radicación n.° 92611

suscribientes se comprometieron a acatar y cumplir «el fallo


de última instancia» proferido dentro del varias veces citado
proceso especial de calificación del cese colectivo de
actividades, así como que la empresa no adelantaría
«procesos disciplinarios sobre los hechos relacionados con el
cese, hasta tanto se profiera sentencia de última instancia en
firme».

Al respecto, el Tribunal luego de remitirse al tenor literal


del artículo 16 de la Convención Colectiva de Trabajo 2016-
2018 sostuvo que, teniendo en cuenta que la sentencia que
declaró la ilegalidad del cese colectivo de actividades cobró
ejecutoria el 14 de agosto de 2017, los procesos disciplinarios
solo podían iniciarse después de esa data, por lo que, «el
despido no está[ba] llamado a producir efecto alguno y se
tornaba totalmente viable el reintegro», con apoyo en la CSJ
SL8155-2016, que ratificó la validez del acuerdo
extraconvencional celebrado entre las partes.

No advierte la Sala vocación de prosperidad en la


argumentación esgrimida por la censura, con la que se busca
desconocer o restar efectos jurídicos al acuerdo que de
manera libre y voluntaria suscribieron la empresa y la
organización sindical, el 1º de mayo de 2015, para levantar
el cese colectivo de actividades, pues el mismo recoge el
asentimiento que dieron las partes en cuanto al no
adelantamiento de procesos disciplinarios sobre hechos
relacionados con el cese colectivo de actividades hasta tanto
en el proceso que definiera sobre su legalidad o ilegalidad se
profiriera sentencia judicial ejecutoriada o en firme, mismo

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que en manera alguna se condicionó en cuanto a su


aplicación y vigencia a la suscripción de una convención
colectiva de trabajo, la que para la vigencia 2016-2018, en
todo caso, avaló las actas extaconvencionales que no
hubieren sido modificadas, aclaradas o adicionadas por la
norma convencional, circunstancias que no se dieron
respecto de la que es materia de estudio en esta decisión pues
esta última en su artículo 16 lo único que reglamentó fue el
procedimiento para aplicar sanciones disciplinarias el que,
de acuerdo a lo pactado, se reitera, debía emplearse una vez
se contara con sentencia judicial en firme en relación con la
legalidad o no del cese colectivo de actividades.

En lo concerniente, esta Corporación en la CSJ SL8155-


2016, reiterada entre otras en la CSJ SL19441-2017 y CSJ
SL1792-2019, señaló:

[…] el mismo carácter de “extraconvencional” con el que se tituló


el acta, evidencia una vez más que las partes no le dieron calidad
de convención colectiva a la misma, sino que simplemente
acordaron una serie de puntos relacionados con el manejo de
algunas situaciones laborales de las cuales surgen obligaciones
para la empleadora, entre las que cabe destacar el relativo a la
estabilidad laboral con un mandato imperativo para ella en
cuanto acordó que no “podrá dar por terminado unilateralmente
un contrato individual de trabajo sino tan solo por alguna de las
justas causas debidamente comprobadas y establecidas en el
artículo 7° del Decreto Ley 2351 de 1965, con previo
cumplimiento de lo contemplado en el artículo 7° del mismo
Decreto y respetando el debido proceso”, agregándole a renglón
seguido la consecuencia para su inobservancia: La ineficacia de
la terminación unilateral del contrato de trabajo y la acción
judicial del trabajador para solicitar su reintegro en las mismas
condiciones de empleo o el pago de la indemnización prevista en
la convención colectiva de trabajo vigente.

Nada se opone a que en el Derecho del Trabajo los trabajadores,


bien sea por sí mismos o representados por la organización
sindical a la cual pertenecen, celebren acuerdos con los

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Radicación n.° 92611

empleadores tendientes a regular diversas situaciones laborales


y menos aún, tampoco puede haber oposición o ilicitud en cuanto
con ellos se superen los mínimos derechos legales o inclusive
convencionales. Si el simple acto unilateral de un empleador
puede crear derechos para los trabajadores en tanto superen los
mínimos legalmente establecidos, con mucha mayor razón ello
puede aplicarse a los convenios directos que celebren con sus
servidores.

Un acuerdo, como el que ahora ocupa la atención de la Sala, se


convierte en ley para los contratantes sin desconocer el clásico
principio que lo informa y según el cual debe ejecutarse de buena
fe. Así se desprende claramente de los artículos 1602 y 1603 del
Código Civil, que entre otros regulan el efecto de las obligaciones
válidamente celebradas y de cuyas fuentes o nacimientos,
señaladas en el artículo 1494 ibídem, vale la pena destacar el
concurso real de voluntades de dos o más personas o el hecho
voluntario de la persona que se obliga.

Y a renglón seguido, indicó:

Al respecto, la Sala advierte que en el texto de la citada acta


extraconvencional, no hay expresión alguna que permita
colegir que los puntos acordados se debían tener en cuenta
para una próxima convención colectiva a celebrarse (…)”

[…]

Como se puede observar, la lectura del acta extraconvencional de


marras deja al descubierto que las partes no supeditaron su
vigencia a la firma de una próxima convención colectiva de
trabajo; y en el artículo 17 convencional nada se dijo sobre la
pérdida de vigor de lo allí consagrado, y al contrario se determinó
el respeto de la “estabilidad laboral” de los trabajadores conforme
a lo legal y convencionalmente establecido a esa fecha,
habiéndose retirado de la negociación únicamente lo discutido el
“27 de julio de 2004”; lo que significa, que se mantuvo el derecho
al reintegro en que el actor funda el restablecimiento del contrato
de trabajo.

En este orden de ideas, el Tribunal apreció con error los


anteriores medios de convicción, y se equivocó al restarle fuerza
al “acuerdo” que sobre estabilidad, habían concertado los
trabajadores a través de la organización sindical con la empresa
convocada al proceso, que como se explicó en el antecedente
jurisprudencial que atrás se transcribió del 3 de julio de 2008
radicado 32347, dicho preacuerdo extraconvencional es lícito o
legal, tiene plena validez y resulta de obligatorio cumplimiento
para los pactantes, así éstos no le hubieran dado el carácter de
convención colectiva de trabajo, el cual para el momento de la

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terminación del contrato de trabajo del demandante estaba en


pleno vigor, aun cuando para esa época ya estuviera firmada la
convención con vigencia hasta el 31 de diciembre de 2007, que
se insiste no modificó lo concerniente a la consecuencia del
reintegro (negrilla y resaltado del texto).

De otra parte, si se restara validez al mencionado


acuerdo del 1º de mayo de 2015, ninguna variación tendría
la decisión impugnada, como lo refiere el promotor del juicio
en su escrito de réplica, pues como ya se dijera, en los
términos del artículo 451 del CST, la sentencia de
declaratoria de ilegalidad de la huelga en la que se fincó la
terminación del contrato de trabajo del demandante, «deberá
cumplirse una vez quede ejecutoriada», presupuesto legal
que, como quedó visto en el cargo anterior, no se respetó por
parte de la empresa demandada.

Por lo anterior, el cargo no prospera.

Sin costas en el recurso extraordinario porque el primer


cargo resultó fundado aunque no prospero.

XII. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia,


Sala de Casación Laboral, administrando justicia en nombre
de la República y por autoridad de la ley, NO CASA la
sentencia dictada el nueve (9) de julio de dos mil veintiuno
(2021) por la Sala Civil Familia Laboral del Tribunal Superior
del Distrito Judicial de Montería, dentro del proceso
ordinario laboral seguido por CERRO MATOSO S. A. contra
MISAEL MIGUEL ROJAS ÁVILA.

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Costas como se dijo en la parte motiva.

Notifíquese, publíquese, cúmplase y devuélvase el


expediente al Tribunal de origen.

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