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Producto Académico N° 01: Arbitraje
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CARRERA DE DERECHO

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25/10/2020

JULIO CESAR SAAVEDRA MONDACA

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Arbitraje

Producto Académico N° 01: Arbitraje


Semipresencial – Programa a Distancia
Asignatura

1. Explique usted, realizando una interpretación de la fuente de


información ¿Cuál ha sido la evolución del arbitraje y cómo se
originó?

Este sistema del arbitraje surgió en la cultura griega resolviendo conflictos entre
distintos grupos étnicos por parte de ancianos, representantes de las tribus. Asimismo,
en la Grecia clásica existieron árbitros de carácter público, quienes juzgaban las
disputas criminales y públicas.

En el Derecho Romano existía el proceso público y el proceso privado, siendo un rasgo


particular de este último el que la definición del litigio o controversia se otorga siempre
a través de un acto inicial de parte- al estar involucrado un interés particular- y la
decisión de la controversia no se encomienda a un órgano jurisdiccional, sino a un
órgano privado que las partes eligen o aceptan. Asimismo, se comprometen a acatar la
decisión en base a un contrato arbitral, la litis contestatio.

En la Edad Media el arbitraje fue la forma de resolución de controversias más utilizada.


Ello como consecuencia del auge del comercio y la existencia de las asociaciones
gremiales, a la cuales acudían los comerciantes para resolver sus conflictos.

Según Feldstein “la burguesía encontró en el arbitraje el instrumento ideal para dirimir
con seguridad y rapidez sus conflictos comerciales entre gremios y corporaciones. La
justicia del monarca, llena de laberintos procesales, lenta y pesada fue dejada de lado
por los nuevos mercaderes”.

Los señores feudales resuelven sus litigios entre ellos mismos o acuden al rey en
calidad de árbitro.

En la Edad Media la denominada justicia consular se forma como una jurisdicción


distinta a la ordinaria como consecuencia al desarrollo que alcanzaron las
Corporaciones de Mercaderes en Italia, Francia y España en los siglos XII y XIII.

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Es así como se reconoce al arbitraje como una institución de carácter jurídico privado,
equiparando a los árbitros con los jueces en materia de responsabilidad, dándole
fuerza ejecutiva y efectos de cosa juzgada a la sentencia arbitral.

La ley de las siete partidas de 1265 consolidó la función judicial del arbitraje, mantiene
la eficacia del laudo e hizo la división entre árbitros avenidores y árbitros arbitradores,
los primeros decidían en Derecho y los segundos decidían como a bien tuvieran.

La revolución francesa favoreció al arbitraje, pues consideraban que era compatible


con los principios republicanos y liberales. Durante el periodo moderno, el arbitraje se
desarrolló en el ámbito internacional, pues se creó normativa con respecto a
estructuras e instituciones propias del arbitraje internacional y en el campo nacional,
fue reconocido en casi la totalidad de ordenamientos jurídicos.

2. Explique usted, ¿Qué entiende sobre los esquemas de composición


de conflicto y cómo el arbitraje forma parte de este?

Definición de Conflicto

Las definiciones del conflicto así como su tipología son variadas. Así, podemos definir
al conflicto como aquella confrontación o lucha de intereses subjetivos, que afecta o
amenaza a una persona o grupo.

Puede ser entendido asimismo, como aquel proceso que se inicia cuando una parte
percibe que otra la ha afectado de manera negativa o que está a punto de afectar de
igual manera, en alguno de sus intereses.

Por otro lado, para que un conflicto surja es necesario que entre los intervinientes
exista un proceso de comunicación previo, sea verbal o corporal, el cual se ve alterado
negativamente por distintas causas que deben ser analizadas para optar por la mejor
solución; y un principio clave para ello es saber que este no es bueno ni malo, positivo
ni negativo sino, que es parte natural de nuestra vida en sociedad, que nos afecta a
todos, y entenderlo ayuda a resolverlo en forma efectiva y productiva.

El conflicto se puede presentar de diversas maneras y en ámbitos como el familiar,


laboral, penal, vecinal, social, nacional e internacional, dependiendo del tipo de
protagonistas, niveles, cultura, causas, etc. Cabe entonces preguntarse cómo
enfrentarlo. Para ello existen diferentes mecanismos, siendo los más importantes: la
autotutela, la heterocomposición y la autocomposición.

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La Heterocomposición

La heterocomposición es la solución al conflicto a través de la intervención de un


tercero imparcial, con poder y autoridad suficiente para imponer su decisión. Dicho
tercero puede ser el juez en el proceso judicial o el árbitro en el arbitraje. Una
característica de la heterocomposición es que siempre existirá la figura del ganador –
perdedor, es decir que se trata de un tipo de solución suma-cero, lo que uno gana el
otro inevitablemente lo pierde, lo que evidentemente genera descontento.

La solucion judicial

En nuestro país ha perdurado una suerte de cultura del litigio, y a consecuencia de tan
enraizada y pésima costumbre, los tribunales de justicia se sobrecargan, se produce
demora en la tramitación de los procesos, lo que implica servicios más caros por parte
del Estado, el sistema de justicia se torna ineficiente al no poder mejorar el nivel de
tutela,lo que contribuye a la desaprobación de la población.

Una solución a tal escenario sería redefinir el rol de la justicia en la sociedad,


generando conciencia acerca de que la vía judicial es la última ratio o última opción a
recurrir luego de haberse agotado los medios necesarios para satisfacer el derecho sin
resultado positivo; y, por otro lado, fomentar el acceso a mecanismos alternativos de
solución de conflictos, siendo el arbitraje uno de los más destacados por su rapidez,
flexibilidad y seguridad que implica su procedimiento.

El Arbitraje

Es un mecanismo alternativo a la solución judicial -cuasi-judicial- que vincula a las


partes con un árbitro. Las normas generales que lo regulan son la Ley Nº 25935, Ley
General de Arbitraje así como su modificatoria, el Decreto Legislativo 1070.

El arbitraje nace por voluntad de las partes plasmada en el convenio o cláusula arbitral
contenido en el contrato que ambas suscriben; esto significa que de ocurrir alguna
controversia en la etapa de ejecución contractual, éstas se obligan a no acudir a la vía
judicial.

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3. ¿Cuál es la Naturaleza Jurídica del Arbitraje? mencionar las teorías y
sus componentes de cada una de ellas.

La doctrina suele identificar cuatro teorías que explican la naturaleza jurídica del
arbitraje. Estas son: la teoría contractual, la jurisdiccional, la mixta o híbrida y la
autónoma. Nos detendremos en cada una de ellas, identificando sus ventajas y
problemas.

a. Teoría Contractual

La teoría contractual entiende que el arbitraje, como mecanismo de solución de


controversias, tiene una clara naturaleza contractual (acuerdo de voluntades). Así, el
arbitraje nace y se desarrolla a partir del contrato. En otras palabras, el arbitraje es hijo
del contrato.

En el Perú, Alfredo Bullard es un ferviente defensor de esta teoría:

“Decíamos que el arbitraje es, finalmente un contrato. Lo que llamamos proceso arbitral
no es otra cosa que la ejecución de ese contrato. Su origen es el acuerdo y no la
delegación del Estado para administrar justicia, pues es falsa la percepción según la
cual el ori-gen de la justicia es estatal. Fue, como hemos dicho, privada y luego el
sistema jurídico pretendió estatizarla. Por eso más que una delegación de la justicia
estatal, el arbitraje es el retorno al origen privado del sistema de solución de
controversias.”

b. Teoría jurisdiccional

En el polo opuesto se encuentra la teoría jurisdiccional del arbitraje. Los defensores de


esta postura, consideran que el arbitraje no depende de la voluntad de las partes, sino
de la voluntad del Estado. Entienden que el arbitraje nace del reconocimiento del
Estado. Éste ser soberano y plenipotenciario es quien delega a los particulares la
facultad de solucionar sus conflictos. Sin reconocimiento estatal y sin una adecuada
regulación sobre la intervención judicial en el arbitraje, este último no se desenvolvería.
En ese sentido, se concluye que el arbitraje es una jurisdicción porque la Constitución o
la ley así lo establecen.

c. Teoría mixta o híbrida

En el medio de las dos teorías ya tratadas (y buscando evitar los problemas


identificados), se encuentra la teoría mixta o híbrida. Consiste básicamente en una

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compatibilización de las teorías antes descrita. Por un lado, reconoce la autonomía de
la voluntad de las partes como esencial. Mientras que, por el otro lado, se debe tomar
en cuenta que sin reconocimiento del Estado, el arbitraje sería de poca utilidad.

El arbitraje es pues para esta teoría un acuerdo de voluntades (un contrato) que tiene
efectos jurisdiccionales.

d. Teoría autónoma o deslocalizada.

Según la teoría autónoma, el arbitraje se desenvuelve en un régimen independiente,


libre y emancipado de cualquier ordenamiento jurídico. En otras palabras, tiene un
carácter autónomo. Esta teoría fue desarrollada en 1965 por Rubellin-Devichi, quien
sostiene que la naturaleza del arbitraje se puede determinar analizando las prácticas y
los objetivos que persigue. Manifiesta que el arbitraje no se puede clasificar como
exclusivamente contractual o jurisdiccional y que tampoco es una institución mixta.

4. ¿Cuál es la teoría que acoge el Sistema Jurídico Peruano? ¿Por


medio de qué instrumento se estableció ello?

El Tribunal Constitucional peruano ha hecho suya la teoría jurisdiccional.

Es justamente, la naturaleza propia de la jurisdicción arbitral y las características que la


definen, las cuales permiten concluir a este Colegiado que no se trata del ejercicio de
un poder sujeto exclusivamente al derecho privado, sino que forma parte esencial del
orden público constitucional.

La facultad de los árbitros para resolver un conflicto de intereses no se fundamenta en


la autonomía de la voluntad de las partes del conflicto, prevista en el artículo 2º inciso
24 literal a de la Constitución, sino que tiene su origen y, en consecuencia, su límite, en
el artículo 139º de la propia Constitución.

Como se puede apreciar, el Tribunal Constitucional a partir de una interpretación literal


de la Constitución peruana de 1993, ha adoptado la postura jurisdiccional.

Nuestra Constitución consagra, en su artículo 139.1,19 al arbitraje como jurisdiccional,


siguiendo los postulados que alumbraron a la teoría jurisdiccionalita.

No son pocos los que han criticado dicha posición.

Al respecto, Juan Monroy Palacios señala:

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Contrariamente a lo que se suele pensar, la infeliz iniciativa de pretender
“jurisdiccionalizar” el arbitraje a través de la Constitución de 1979 (art 233.1) y la
repetición de aquella insensatez en lo actual (139.1), contribuyeron a crear el clima
enrarecido de hoy, donde la prepotencia de algunos jueces no es menos estridente que
los reclamos —varios con pintoresco tinte clasista— de quienes han resumido el rol de
“guardianes del arbitraje” (2008: 142).

Analizando la constitucionalidad del arbitraje, Mario Castillo Freyre expresa: “[...] para el
ordenamiento jurídico peruano, el arbitraje es una forma oficial, aunque no estatal, de
administrar justicia” (2007: 16).

Como puede verse, no son pocos los especialistas nacionales que manifiestan su
desencuentro con la norma constitucional. Y no dejan de tener razón, pues conceder al
arbitraje carácter jurisdiccional es desconocer que la jurisdicción es una función propia
del Estado.

5. Mencione ¿Cuáles han sido los antecedentes Legislativos del


Arbitraje en el Perú? ¿Cuáles son las propuestas de modificación de
la actual Ley de Arbitraje?

Si bien los antecedentes del arbitraje en el Perú se remontan desde la etapa colonial
con la llegada de las legislación española, es a partir de la década de los 90 que el
arbitraje en el Perú toma un impulso legislativo real para su utilización y empleo como
mecanismo extrajudicial de solución de conflictos alternativos al proceso judicial, pues
con anterioridad a este periodo la elección y utilización del arbitraje era prácticamente
inexistente para la comunidad jurídica y aún más para la sociedad peruana.

El objetivo del arbitraje es resolver controversias que versen sobre derechos


disponibles de las partes o para aquellas pretensiones que nuestra legislación autorice
expresamente. Lo interesante desde el punto de vista jurídico es como ya señalamos
antes, si un tribunal arbitral resuelve una controversia, la decisión adoptada es
inapelable y adquiere la calidad de cosa juzgada, es decir, es de obligatorio
cumplimiento para las partes que sometieron la resolución de su conflicto a la decisión
del árbitro.

Han transcurrido más de 27 años desde la dación de la primera ley de arbitraje en el


Perú, que fue aprobado por el Decreto Ley N° 25935 [2] y que marca un hito, un antes
y después, entre el régimen de arbitraje anterior regulado hasta ese momento en el
Código de Enjuiciamiento Civiles de 1912, el Código Civil de 1984 y en el Código

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Procesal Civil de 1993, con el régimen arbitral actual regulado en el Decreto Legislativo
N° 1071, que representa una legislación moderna sobre el arbitraje al recoger muchas
de las disposiciones del modelo UNCITRAL, brindándole autonomía procesal frente a la
normatividad sobre el proceso civil peruano e independencia en el ejercicio de la
función arbitral de los tribunales arbitrales y señalando expresamente la prohibición de
la injerencia judicial una vez instalado el arbitraje.

En la actualidad, el arbitraje se encuentra regulado por el Decreto Legislativo N° 1071


aprobado en el año 2008 (en adelante Ley de Arbitraje o LA); sin embargo, también
existen leyes especiales que regulan determinados tipos de arbitraje, como, por
ejemplo, la ley y reglamento de contrataciones con el Estado, que tiene regulaciones
particulares para las actuaciones arbitrales al tratarse de controversias en materia de
contrataciones públicas.

Definitivamente, el arbitraje en el Perú ha evolucionado respecto a la forma de


someterse a un arbitraje, a las materias que se pueden someter a este mecanismo de
solución de conflictos, así como a la regulación de este y la independencia de las
decisiones de los árbitros en las actuaciones arbitrales frente a la posible interferencia
judicial.

Bibliografía

Monroy Palacios, Juan (2008). “Arbitraje, jurisdicción y proceso”. Revista Peruana de


Derecho Procesal. Tomo X. Lima: Estudio Monroy Abogados

Quiroga León, A. (2017). La naturaleza procesal del arbitraje. Lima: Fondo Editorial de
la PUCP

CHAVEZ, J. H. (4 de agosto de 2017). El lado bueno, feo y pero del arbitraje. Obtenido
de https://www.youtube.com/watch?v=9dlL8Q1KLqA

https://www.castillofreyre.com/archivos/pdfs/vol46.pdf
https://www.redalyc.org/pdf/825/82510604.pdf

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