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AL DIA SIGUIENTE

Nos cuenta la aventura entre Abel y Claudio, para satisfacer el capricho de ver a la
misteriosa mujer de Liners, que querían conocer con tanta ansiedad. La carta
cuenta que los dos amigos salieron muy temprano hacia el ferrocarril, pero la
mujer misteriosa ya había subido y no lograron verla lo cual causo demasiada
desilusión en él, porque era una gran oportunidad de poder conocerla.

EL SILENCIO Y LAS ALMAS


“Agosto…. “
Trata de la conversación entre Abel y su amigo Alphonsin, sobre el análisis de los
oradores, Alphonsin expresa su desagrado frente a estos, los califica como
“hombres terciarios” él dice. que antes, cuando el hombre era primitivo usaba un
gruñido para expresar algo a otro, y ese gruñido ahora solo ha evolucionado, lo
instintivo es lo animal y el lenguaje es instintivo”. Alphonsin no cree que los
oradores, los discursos sea algo importante.
Después de esto no habla de artes que le parecen más “civilizadas” como la
poesía la música y la pintura, y le dice a Abel “¿para qué hablar? Las palabras
ahuyentan al espíritu. El silencio abra a las almas porque el silencio es bueno”

SOR LUISA DE LA PURIFICACION


“Mayo…”
En esta carta; relata la historia de una mujer, frágil, muy delgada, tez pálida, que
parece que va a quebrarse al menor choque, ella era tísica. Era una monja que
vestía de toca blanca y túnica negra, llevaba un cristo de plata en su pecho. Era
amable, serena, amante de las flores especialmente de los jazmines.

VERSOS DE ALPHONSIN
“Mayo…”
Aquí, se lee versos que escribe Alphonsin. Primero describe amorosamente a su
patria, y luego expresa el miedo que en un futuro llegaran hombres sanos a
destruir su ciudad porque irán a explotar los metales de sus cerros, y esto hará
que el aire, el agua y todo el encanto de su ciudad desaparezca. El expresa que,
a pesar de ser una ciudad de tísicos, y de que ellos saben que morirán pronto,
viven y disfrutan cada momento en este su lugar.

ELIZABETH
“Agosto…”
Esta carta se trata del nacimiento de una niña, la hija de Armando y Margarita, dos
tísicos que tuvieron una niña enferma. Sus padres no la dejaban ni un instante
para poder estar todo el tiempo que la vida les permitiera estar con ella, amándola
y disfrutando el ser padres, el de ser una familia.

LA RONDA
“Junio…”
Nos cuenta la amistad que tiene Abel con el hijo del cónsul, Eduardo, este era una
artista, pintaba de maravilla con acuarelas. También nos cuenta de otro personaje,
Gastón, él buen mozo, y sus aventuras amorosas, donde el juego y el amor se
mezclaban con la enfermedad que todos estos personajes tenían.

EL MES ENEMIGO
“Setiembre…”
En esta carta, le cuenta que en este mes mueren muchos amigos, decía:
“Setiembre se tiembla, decimos los enfermos, es el mes final obligado, los que no
mueren en verano morirán en setiembre y si sobreviven tendrán un año más de
vida”.
Le cuenta que solo en catorce días murió, la hija del cónsul, Bernardi, la segunda
de las G y la lamentable muerte de su a mida sor Luisa de purificación.

¿QUÉ DIA ES HOY?


“Setiembre…”
Es una carta algo desconcertante, donde Abel le cuenta al narrador, que esta
desubicado en tiempo, que recuerda el día del entierro de Sor Luisa de
purificación y después no sabe cuánto tiempo estuvo ¿dormido, enfermo?
También menciona a otro personaje, Mariguard, que era un hombre que quería
hacer creer que no estaba enfermo (tísico).

EL BAUTIZO
“Setiembre…”
Es una carta agradable donde relata que a pesar que la muerte les rodea, pasan
un momento alegre, el bautizo de Elizabeth, la hija de Armando y Margarita. Sus
padrinos fueron el señor Liniers y su señora, una dama desconocida que cada
quince días iba a visitar a su amado tísico.
Cuenta entre burla y tristeza de que la fiesta del bautizo se dé lo más pronto
posible porque si no no habrá invitados. Cuenta que murió Federico, el buen
mozo, Eduardo, el hijo del mexicano.
Termina esta carta confesando a su amigo que está enamorado de una muchacha
encantadora, triste, silenciosa, coqueta. Escribe no hay tísica más encantadora, la
amo… ella es Rosalinda.

L’UCOME
Acá, el narrador nos cuenta que decide viajar a la ciudad B para despedirse y
llevar unas rosas a la tumba de su amigo. Abel murió.
Pero antes decide ir a una invitación de una nota que decía: “La dama del perfume
agradece su envió y le recibirá en Villa Helena a la hora del té”. Describe su
emoción, su nerviosismo, pero su deseo de ver a esta dama del perfume de flor de
lis en persona. La describe con un traje negro de terciopelo, dos rosas en el pecho
y ahora sin sombrero, lo cual le permitía ver sus ojos negros y su sonrisa.
También nos relata su conversación con esta dama, donde el narrador le cuenta
que quiere, ¡que tiene! que viajar a la ciudad B, para despedirse y llevar unas
rosas a la tumba de su amigo, que también quiere conocer los lugares descritos y
los personajes mencionados en las cartas que le enviaba su amigo cuando este
vivía, llena de enfermos, tísicos, pero estaba lleno de historias y personajes tan
interesantes, de historias originales , de espíritus raros , fiestas, artistas,
situaciones y personajes mágicos… todo esto le contaba a la dama con tal
emoción que ella se dio cuenta que esta era su principal interés.
Ella le aconsejo no viajar, le dijo que si iba rompería todo el encanto de todo lo que
llego a él a través de un temperamento más artístico, que si iba se exponía a ver
las cosas de otro modo. Pero él seguía insistiendo en viajar y conocer a todos
estos personajes con tal ilusión. La dama le dijo no vaya, la desilusión de que
quien sabe si ya murieron estos personajes que quiere conocer, que ya no existen
los lugares que quiere visitar.
La dama le dijo quizá ya murió Rosalinda, el cónsul, sus dos hijos, Fernando,
quizá nadie sabe dónde está Alphosin, llegara buscando una ciudad extraordinaria
y encontrara una ciudad de tuberculosos agónicos. Todo esto le contaba como un
quizá, pero era verdad porque aquí le confiesa que la dama misteriosa, la esposa
de Liniers era ella Y su nombre era Magadalena Liniers (ML), la esposa que cada
quince días iba a visitar a su amado tísico.
Este fue el final, expresa un montón de sentimientos, que, al sentir a uno de sus
personajes, tangible, palpable, el misterio de toda su vida. La dama se despidió
con un ¡Adiós!… y con ella también se fue el encanto de esta aventura, de
irrealidades suaves, apariciones de ensueños de misterios revelados.
“LA CIUDAD DE LOS TISICOS”
ABRAHAM VALDELOMAR

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