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Josie Bliss: La amante birmana de Pablo Neruda después de 88 años

Josie Bliss, la amante de Pablo Neruda en Rangún durante 1928, se transformó en


un sujeto de análisis literario y biográfico infaltable en la crítica sobre la obra
nerudiana. De las pocas referencias personales que tenemos por parte del poeta
sobre la estadía en oriente, es esta enigmática mujer aquella que sigue alimentando
la fantasía interpretativa de los especialistas mundiales en torno a la verdadera
esencia de la relación que tuvo con Neruda y la posible influencia de oriente sobre su
poesía.
La “pantera birmana”, “la maligna”, “la más bella de Mandalay” o “mi niña amorosa”
sigue viviendo a través de los tiempos mucho más allá de la muerte en los
extraordinarios poemas del vate que han fascinado a generaciones completas de
lectores. Sin embargo, el torrente de ensayos nerudianos, muchos de ellos
excelentes, se han basado casi exclusivamente en las breves confesiones que hace
Neruda sobre este episodio, dejando de lado un análisis más crítico de lo que pudo
haber llevado a esta mujer a la desesperación cuando es abandonada secretamente
por su amante sin darle ninguna explicación. La versión del poeta ha sido tan
poderosa e influyente, que Josie Bliss ha quedado hasta ahora prisionera detrás de
los barrotes de esa imagen: la amante “obsesiva”, “criminal”, la “desdichada” que no
habría dudado en matarlo a cuchillazos de no haber escapado a tiempo al puerto de
Colombo en Ceylán (hoy Sri Lanka).
Han pasado exactamente 88 años luego de este período en la vida de Neruda. He
tenido la fantástica oportunidad de vivir en Birmania (hoy Myanmar), viajar por el
país durante meses y conversar con decenas de birmanos, entre ellos estudiantes,
profesionales, trabajadores, y dueñas de casa de todas las edades. He recorrido las
librerías de Rangún (hoy Yangón) y decenas de puestos callejeros de libros usados y
he seguido las huellas del poeta hasta dar con el lugar donde vivió por brevísimo
tiempo, antes de irse a vivir con Josie Bliss por ocho meses a las afueras de la ciudad.
He conocido directamente la complejidad de las relaciones sociales en este hermoso
país, su historia política y económica y es justamente este aspecto el que me ha dado
nuevas pistas para una comprensión más integral de la vida de Neruda en la
Birmania colonial, envuelta hasta hoy en una especie de nebulosa romántico-
dramática. La verdadera esencia de los hechos acaecidos en torno a la “pantera
birmana” solo puede ser descubierta con mayor realismo tomando distancia crítica
del verdadero mito que se ha ido construyendo acerca de la estadía de Neruda en el
oriente y al mismo tiempo acercándose a la historia de Birmania para alcanzar un
punto de encuentro.
Conviene recordar que Josie Bliss es la gran amante sin voz, aquella que va y viene
en el mundo poético de Neruda y nutre las fantasías orientales de los lectores
occidentales latinoamericanos y europeos. Solo sabemos que era de piel oscura
(azul), de pie pequeño, que adornaba sus peinados con flores amarillas, llevaba
anillos en los dedos y la boca y fumaba grandes cigarros. Al parecer era oriunda de
Mandalay, actualmente la segunda ciudad más importante de Birmania y
antiguamente la capital del reino. Como nunca conoceremos su verdadero nombre
birmano, ni su edad, sólo es posible deducir - allende lo que nos cuenta Neruda- cual
era probablemente su carácter, sus sentimientos, sus pesares y sus ilusiones a partir
del particular mundo que la rodeó en la época colonial.
Pero, ¿Quién era Josie Bliss verdaderamente?, ¿existió en el mundo real o fue solo
una ficción? , ¿Qué oficio tenía?, ¿Era efectivamente una mujer peligrosa, suicida o
enferma de celos?, ¿fue su relación un amor correspondido?, ¿Quién era el joven
Pablo Neruda que se relacionó con ella?, ¿Por qué la crítica literaria se contenta hasta
el día de hoy con la versión de Neruda acerca de Birmania y Josie Bliss?.
Birmania como premio de consuelo
Durante 1926, Neruda había buscado desesperadamente ser nombrado en algún
cargodiplomático para salir de la miseria económica que vivía en Santiago y poder
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continuar con su labor literaria. Sabía que chocaría con la realidad oligárquica chilena
que prefería designar diplomáticos a los aspirantes provenientes de familias de
alcurnia y rancios apellidos. Entonces consiguió el apadrinamiento de una conocida e
influyente familia santiaguina a través de Manuel Bianchi Gundán, quien había sido
diplomático. El joven poeta mostraba tempranamente dotes sociales al saber
relacionarse con las personas adecuadas que le ayudarían en su carrera. Sin
embargo, entendía que debía aceptar “cualquier destinación” sin hacer preguntas, ya
que el sueño de ir a París o a Madrid todavía estaba muy lejos de su alcance.
Como poeta joven con dos importantes publicaciones, que luego se harían famosas:
“Crepusculario” y “Veinte Poemas de Amor y una Canción Desesperada”, Neruda
contaba ya en Santiago con un cierto prestigio y reconocimiento social. Su talento
poético era el respaldo que le abriría la oportunidad para conocer el mundo como
cónsul.Lo que nunca imaginó es que la estadía en Birmania le depararía amargos
momentos de miseria que ya había probado en cités y conventillos de Santiago
durante la etapa estudiantil.
Pablo Neruda, de 23 años, arribó en Rangún en calidad de cónsul honorario hacia
fines de octubre de 1927 luego de una travesía que había comenzado en
Valparaíso/Chile el 14 de junio del mismo año para embarcarse desde Buenos Aires/
Argentina hacia el Oriente. Llegó usando su nombre civil de Ricardo Neftalí Reyes en
compañía de su amigo de la infancia Álvaro Hinojosa, quien tenía experiencias
anteriores en viajes al extranjero pues había estado en Nueva York.
El Neruda joven y las mujeres
Llegó a Santiago desde el sur de Chile en 1921 a la edad de 17 años luego de haber
terminado la secundaria en la ciudad de Temuco. Era un chico tímido ymás bien
introvertido. Ayudado por una modesta mesada de su padre ingresó a estudiar
pedagogía en francés en la Universidad de Chile. Alojó en cuchitriles, conventillos y
pensiones de mala muerte, donde sufrió grandes aflicciones económicas. Se cuenta
que engañaba el estómago tomando interminablestazas de té.
En el Pedagógico entró en contacto con otros estudiantes y formaron círculos
literarios que cultivaban una activa vida bohemia en los bares de la ciudad. Su
carácter va cambiando y se transforma en un muchacho desenvuelto y extrovertido.
Vestía con desplante una extravagante capa larga que marcó su estilo. Eran pobres,
pero se gastaban el poco dinero en salidas nocturnas. Luego de tres años dejó los
estudios para dedicarse completamente a la poesía. Neruda “no se avergüenza de
ser escritor”, como le confesaría a su hermana Laura Reyes en una carta. Era
mujeriego y le gustaba viajar. Fue en ese tiempo, donde, entre otras, estableció una
relación con una compañera de universidad llamada Albertina Azócar a quien
dedicó “Veinte poemas de amor y una canción desesperada”. Le propuso incluso irse
a vivir con él sin casarse en circunstancias que en esos tiempos el consentimiento
habría constituido un escándalo para ella. Albertina finalmente desistió.
A pesar de esta desilusión, no se desanimó y siguió participando en revistas
literarias, publicando versos y frecuentando la vida nocturna santiaguina. No
obstante, la muerte de algunos amigos poetas devorados por la tuberculosis y las
malas condiciones de vida, le sirvieron de escarmiento. No quería terminar de esa
manera pues su voluntad de dedicarse por completo a la poesía era férrea. Fue
justamente este contexto el que lo sensibilizó frente a la cuestión social, pero no
desde el punto de vista político, sino que esencialmente íntimo y humano. Detestaba
tempranamente la falta de libertad y la imposibilidad de autodeterminación que
significaba la explotación humana y la pobreza.
Luego de cinco años de apoyo económico paternal sin los resultados esperados, su
padre le cortó la ayuda recién en 1926. Neruda no comprendía la rabia del padre al
verlo desertar de los estudios. Estaba tan convencido de su talento que la crítica
paterna le parecía injusta y se alejó de él. Cuando partió a Oriente no estimó
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necesario acudir a despedirse de la familia para “evitar conflictos”. Pero, después de


un breve tiempo en altamar dirigiéndose ya a Rangún, no dudó en escribirle a su
hermana Laura, a quien llamaba “conejita”, con el fin de pedirle que intercediera por
él ante el padre para que terminase de pagarle las cuotas en la sastrería donde se
había mandado a hacer un traje formal bajo el aval de un amigo a quien le caería la
deuda en caso de no cancelar lo acordado.
Tempranamente recurrió a la soledad, la pobreza y la desolación como elementos
inspiradores de su obra poética. Cuenta Schidlowsky, que cuando Pablo Neruda
recibió el primer adelanto del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile para
emprender el viaje a Rangún, esa misma noche se farreó todo el dinero con amigos
en bares debiendo posponer la partida “porque de pronto les había dado una sed
tremenda”. Contrastan estas anécdotas con el tono de sus declaraciones a El Mercurio
el 10 de octubre de 1926: “… yo creo que el arte es una cosa seria, no tengo
vergüenza de decir que soy escritor, y prefiero a los hombres insatisfechos, aun
cuando se hallen entre los criminales”. A los 22 años demostraba una ética rebelde,
pero disciplinada a la vez. Detestaba la hipocresía y la pacatería religiosa de los
poderosos, pero tenía plena conciencia que los necesitaba como aliados para
conseguir buenos contactos.
Neruda era un joven congusto por la bohemia, los placeres, los amigos, la vida
mundana, las tertulias y las mujeres. Pero su meta principal era: ser un poeta
fundacional con un nuevo lenguaje que revolucione la poesía moderna y alcanzar a
través de ello fama internacional. El Neruda veinteañero tenía ya plena confianza en
sí mismo. Por eso no sorprende la audacia de haber tenido las agallas de emprender
viaje a rumbos desconocidos, a pesar de haber podido optar por marcar el paso y
disfrutar del incipiente éxito en Chile y la admiración manifiesta del público local.
La historia de Josie Bliss estará sometida a esta jerarquía de prioridades que Neruda
había definido mucho antes de conocerla a ella y a todas las otras mujeres que
vendrían. Sin embargo, no sólo esta prioridad dibujaría el tablero para su “pasión”
con Josie, sino que también otros dos elementos propios de un muchacho
latinoamericano de su época: los prejuicios raciales y el machismo
Neruda se mostraríarudo, sincero y directo, como se lo contaría a su hermana, en
octubre de 1927: “Aquí las mujeres son negras, no hay cuidado, no me casaré”; o
bien a su amigo Yolando Pinto el 27 de diciembre de 1927: “Uno… se cansa de ver
raras costumbres….de acostarse solo con mujeres de color…”, “… las mujeres,
material indispensable para el organismo, son de piel oscura, … de un olor distinto.
Todo es encantador la primera semana, pero las semanas, el tiempo pasa…”.
El 12 de diciembre de 1928, le escribió nuevamente a Laura desde Ceylán: “Aquí
todas las cabras (muchachas, nota de la autora) tratan de casarme, resisto
heroicamente, son demasiado inteligentes, saben demasiado, lo que para mí es un
inconveniente”, o bien lo que ya en la madurezrecordó en “Confieso que he vivido” y
que resultaba un tanto contradictorio con los dichos anteriores: “Amigas de varios
colores pasaban por mi cama de campaña sin dejar más historia que el relámpago
físico. Mi cuerpo era una hoguera solitaria encendida noche y día en aquella costa
tropical [….] se acostaban conmigo desinteresadamente”.
Consulado Fantasma en Rangún
Cuando llegó Neruda a Rangún nadie lo esperaba y no tenía donde alojar
oficialmente. El y su amigo Hinojosa comprobaron que el costo de los hoteles en
Rangún era altísimo, y no es de sorprenderse, ya que en esa época Rangún era uno
de los puertos internacionales de mejor infraestructura del sudoeste asiático, solo
comparable con los de Inglaterra, y una bullente ciudad cosmopolita, donde convivían
mongoles, persas, armenios, portugueses, franceses e ingleses, dispuestos a pagar
los precios que se les exigiera para disfrutar y/o establecerse rápido en algún
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negocio. En Rangún se activaba el mayor flujo de mercancías del comercio


internacional de la región hacia las metrópolis coloniales y vice-versa.
Ante esta situación, Neruda e Hinojosa, deseosos de aprovechar su estadía en
Birmania paraconocer los países vecinos, decidieron llevar una vida errante para
ahorrar dinero alojando en albergues baratos como los del YMCA ( Young Men
Christian Association) fundado en 1876 por misioneros británicos, o bien durmiendo
donde los sorprendiera la noche, ya sea en las pagodas (templos budistas),
prostíbulos o fumaderos de opio. Fieles a su plan, viajaron en noviembre de 1927 al
sudeste de la India a la ciudad de Madrás, y entre enero y marzo de 1928 a la China
y Japón. Luego de estas experiencias, Álvaro Hinojosa decidió separarse de Neruda
y seguir su camino por cuenta propia.
El consulado de Chile en Rangún era una especie de oficina fantasma, que no contaba
con un lugar físico de funcionamiento. Tenía una sola función, y ésta se realizaba
regularmente cada tres meses requiriendo unos pocos días: la tramitación aduanera
de la importación y exportación de cargamentos de té que provenían de Calcuta y
llegaban al puerto de Rangún para ser despachados rumbo a Chile. El resto del tiempo
quedaba entonces a libre disposición del poeta.
Ya solo y librado a su suerte, Neruda decidió arrendar un departamento en Dalhousie
Street 295 esquina con Bogalay Bazaar Street (hoy Bogalay Zay Street), dirección
que usará enadelante para la correspondencia postal privada. Según las
informaciones del Yangon Heritage Trust, dedicado a la conservación del patrimonio
colonial de Birmania, el edificio donde vivió Neruda fue demolido a fines de 1928 para
ser reemplazado en 1929 por un complejo residencial moderno construido por un
comerciante musulmán que puso al inmueble el nombre de “Haroon Soorty Mansion”.
Hoy se lo puede apreciar en esa ubicación en evidente estado de decadencia. En el
poema “El Viajero” de 1927, el poeta describió así su nueva residencia: “Desde mis
ventanas/ en Dalhousie Street, el olor/ indefinible, musgo de pagodas, perfumes y
excrementos, polen, pólvora/ de un mundo saturado por la humedad humana/ subió
a mí.”
La residencia en Dalhousie Street 295 será un brevísimo paréntesis en la vida de
Neruda. No alcanzará a estar allí más de un mes cuando se produjo el encuentro con
Josie Bliss, con quien se irá a vivir pronto. En vistas al inquietante estado en las
cuentas de Neruda, esta oportunidad le debe haber venido como anillo al dedo ya
que en Junio de ese mismo año se quedaría definitivamente sin dinero. En vano
serían las cartas que enviaría al Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile
pidiéndoles que le cancelaran sus sueldos impagos, y comprobaba indignado que los
editores del diario La Nación de Chile publicaban sus crónicas de viaje sin pagarle un
peso, por lo que no dudó en calificarlos como una “tropa de perros”.
Neruda recordará estos lacerantes momentos desde Ceylán y se los contará a su
amigo Eandi en carta fechada el 5 de octubre de 1929: “Debo explicarle mi primer
cable. Los cónsules de mi categoría —cónsules de elección u honorarios— tenemos
un miserable sueldo, el más reducido de todo el personal. La falta de dinero me ha
hecho sufrir inmensamente hasta ahora, y aún en este momento vivo lleno de
innobles conflictos. Tengo 166 dólares americanos por mes, por aquí este es el sueldo
de un tercer dependiente de botica. Y aún peor este sueldo depende de las entradas
que se reúnan en elConsulado, es decir que si no hay en un mes dado exportaciones
a Chile no hay tampoco sueldo para mí. Es en verdad tan penoso y humillante todo
eso: en Birmania aveces estuve cinco meses sin salario, es decir sin nada.Y aun peor:
todos los gastos que sean necesarios, escritorio, muebles, franqueo, arriendo de la
oficina debo pagarlos yo.Y aún peor: no tengo derecho a pasajes…”.
Estas circunstancias de vida determinarán la visión de Neruda con respecto a
Birmania. Despojado de las condiciones mínimas para una vida normal, no logrará
entender casi nada del país en donde se encontraba. Proyectaba sus propias
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tribulaciones en Birmania y la veía meramente como “una grande y desventurada


familia humana”. Sólo quería huir, tal cual se lo escribió aLaura a fines de febrero de
1928 desde Shangai:“Yo estoy bastante aburrido de Rangoon y pienso irme de allí
en corto tiempo. No te puedo describir el calor que hace, es como vivir en un horno
día y noche. Toda la gente termina por enfermarse de malaria, pero por suerte las
fiebres que he tenido hasta ahora se fueron pronto. La vida en Rangoon es un
destierro terrible. Yo no nací para pasarme la vida en tal infierno……aquí no se sale a
la calle sino después de las cinco de la tarde, antes el sol quema como fuego, y a esa
hora ya se puede respirar”.
El poeta se enfrascaba en su propio mundo. Un oscuro estado de ánimo lo invadía
ferozmente, y sería justamente este espíritu aquel que le daría las herramientas para
la búsqueda de un nuevo lenguaje poético que se condensará en los poemas de
Residencia en la Tierra.En mayo de 1928, el poeta se lo expresaría así a Eandi:
“A veces por largo tiempo estoy así tan vacío, sin poder expresar nada ni verificar
nada en mi interior, y una violenta disposición poética que no deja de existir en mí,
me vadando cada vez una vía más inaccesible, de modo que gran parte de mi labor
se cumple con sufrimiento, por la necesidad de ocupar un dominio un poco remoto
con una fuerza seguramente demasiado débil. No le hablo de duda o de pensamientos
desorientados, no, sino de una aspiración que no se satisface, de una conciencia
exasperada. Mis libros son ese hacinamiento de ansiedades sin salida.”

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