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Arte y Literatura

1.- Análisis crítico - literario del protagonista (es quien pasea en un museo, no es Abell

Rosel, pues este último es el personaje de las cartas, no de la obra en sí xd)

Anónimo no es estudiante, esposo ni expresidiario que se ha hospedado en una ciudad

cercana a B., que tampoco sabemos su nombre, por el contrario sí se nos dice cuál es el

nombre de B. y es La ciudad de los tísicos, es una localidad de la sierra,, pequeña eso sí que

posee grandes y exuberantes ideas, pasiones, idealizaciones y regocijo.

Una tarde

El personaje nunca dice su nombre quizás no lo tenga es probable que sí todos tienen un

nombre, pq no se os lo dice¿? Que uieren ocultar? Un secreto? Un misterio? Como tlla

mujer que visita cada 15 adias a L-…?¿

sensible, fino, cautivo y delicado

2.- Análisis crítico - literario de Alfonsín


Alphonsin

sensible, fino, cautivo y delicado

mano y la relifion Como es que nuevos “humanos” imprurifiacian la ciudad dde los tísicos la
ciudad B
Anónimo es un joven apasionado y sensitivo por el arte, que abandona lo que fuese que
haya abandonado para visitar la ciudad, de la que tanto su amigo, Abell Rosell, le hablaba
en sus cartas. B., la ciudad de los tísicos, era el objetivo de nuestro joven personaje. Antes
de arribar a la panacea serrana, se detuvo o se quedó por mera curiosidad una ciudad antes
-sin nombre, por cierto-. Aquel día de su llegada, se trasladó de la estación al hotel y del
hotel a la tienda de perfumes; esta breve travesía le permitió conocer por primera vez a una
o a la mujer misteriosa en medio de una búsqueda de pomos de Fleur de Lys. Dijo de ella
ser «una de esas mujeres que solo se encuentran una vez en la vida, que dejan tras de sí un
agradable recuerdo y una misteriosa esperanza». Para volver a verla, nuestro también
misterioso personaje ideó una treta con dos pomos de Fleur de Lys, con la ayuda de estos
pretendía aproximarse a la intimidad de su ser, a las reservas de su tiempo y sus
circunstancias; sin embargo, su gracia de triquiñuela no culminó tal como él lo hubiese
deseado, la cercanía prevista fue interrumpida por un temor súbito e inoportuno que
impidió el contacto entre esos dos seres.
Luego de este vaivén de emociones y de recuerdos arcanos, se edifica en la existencia de
nuestro personaje un nuevo trayecto muy marcado por su esencia per se; se condensa el
relato en esa actividad recreada por el hombre, con una finalidad estética, un aspecto de la
realidad o un sentimiento en formas bellas valiéndose de la materia, la imagen o el sonido.
Se relata arte como, por ejemplo, el de Gosé, y la belleza de las mujeres en su simplicidad;
Baldini y Gándaro, y el encanto en las exuberancias de la mujer, y el del gran pintor
olvidado, Ignacio Merino, y sus eternos lienzos vigorosos. De este mismo, nuestro
personaje enunció que «agonizante, cogió los últimos restos de la Colonia en busca de
color. En sus lienzos no hay sentencias; hay madrigales».
La obra de Merino es muy nutrida. Sus cuadros no discriminan, reflejan la realidad desde
damas e infazones hasta cuerpos ensangrentados, santos famélicos, cadáveres insepultos y
santos y ladrones. He ahí la esencia y el factor que convierte su obra en única y
revolucionaria.
Asimismo, nuestro grácil y mirado personaje nos propone recabar arte en lo impensable,
según el debemos buscar el arte «con vuestros propios ojos». El arte se ubica ahí donde
nadie más cree que está, esa frágil imagen turbada de nubarrón es arte si es que la
interpretamos como tal. Por ello, nos insta a encontrarlo en los huacos, en sus símbolos, a
descifrar sus miradas, a leer sus relatos aciagos y traducir su expresión. El huaco es un
perecedero reciente, es un símbolo. Significa muerte, desde las idealizaciones de los hijos
de Sol, pero no aquella muerte cristiana, que se traduce en tristeza y lugubricidad, sino en
la muerte inca, aquella muerte triunfal, aquella que se celebra, porque se sabe que hay vida
más allá de la muerte y esta es plena. Por lo que, no es motivo de profunda melancolía la
partida de un ser querido, ya que a él le espera una vida mejor a la que tuvo en esta
realidad.
Escrupuloso, remilgado, delicado y suave. El personaje principal de la ciudad de los tísicos
es todo ello, se alimentó y se alimenta de sus experiencias, de sus reflexiones acerca de la
vida, de la muerte y de la forma de morir basados en huacos incaicos. Después, de ese viaje
de meditación y ahondamiento en los aspectos de la vida, nuestro personaje se encuentra
muy cerca de B., y es en esos instantes, a punto de tomar el ferrocarril que lo llevará a la
ciudad de los tísicos, que se presenta ante él la dama misteriosa, la amante de Linier, para
sugerirle que no vaya, ya que esto desvanecería la misticidad y el enigma de B. La obra
acaba con el personaje principal desistiendo de dicha idea y remplazándola por el disfrute
de las cartas, una y otra vez, que Abell Rusel escribió sobre esa ciudad.
2.- Análisis crítico - literario de Alphonsin
Alphonsin es un joven sutil, tenue y un tísico notable -es el primer amigo de Abell Rosel-,
no cumple más que un rol incidental o episódico en la obra, un papel de
complementariedad en las travesías de Abell Rosel y de inspiración para magnificar esta
ciudad. Se mencionó que «se obsesionó por una rara teoría que solo él ve, a través de las
cosas y de los hombres, de los objetos y de los espíritus, observa a través de ellos leyes
artísticas inmutables». Alphonsin es sensitivo, impresionable y delicado, en el sentido
artístico, ve o reflexiona sobre el mundo de un modo inusual, de una forma extraordinaria
que lo faculta a él a poder expresarse de la forma en que lo hace.

Por otro lado, es un personaje estático, pues no muestra cambios abruptos o desarrollados
durante el transcurso de la historia, sus motivaciones y características permanecen iguales.
El encuentro con B. y con Abell Rosel no modificó nada más allá de acrecentar
experiencias imborrables y últimas; aunque, en un inicio se haya instalado en París a
estudiar arte. En cuanto, al nivel de complejidad que presenta, puede ser clasificado dentro
de los «redondos», es decir, es un personaje complejo y completo, expresa las
complejidades de la naturaleza humana y enfatiza, constantemente, en las particularidades
que esta presenta y como el descubrirlas esta al alcance de todas las personas.

Alphonsin demuestra gran sensibilidad artística, puesto que hasta halla arte en simples
manos, dice de estas que las más largas les pertenecen a personas idealistas, de místicos, de
individuos de regiones profundas. Son manos de artistas, artífices y escultores. De acuerdo
con Alphonsin las manos largas son de la aristocracia, por el contrario, las gordas, de la
burguesía. Es impresionante las dimensiones que edifica respecto a cotidianeidades como
las manos, las sensaciones y las interpretaciones que llevamos a cabo con simples
razonamientos.

Por otro lado, también refirió una opinión acerca de huéspedes no tísicos en su ciudad -
pues era prácticamente tanto suya como la de los demás tísicos-, dijo de estos que no eran
bienvenidos, ya que supondrían impureza en B., se extinguiría de a pocos el hechizo, la
seducción y el encantamiento de estas tierras propias de tísicos. Por lo que, el viaje
emprendido por el personaje principal con rumbo a la ciudad de los tísicos y, a conocer lo
mencionado por Abell Rosel, no sería aprobada por Alphonsin.
Luego de esas inmensas reflexiones y de la actitud valetudinaria de Alphonsin para con
Abell Rosel, llegaba el momento de despedirse, por tal, ambos debían estrecharse las
manos Abell tendió la mano y Alphonsin «tendió la mano de despedida con un “adiós”
afectuoso y, mientras y salía, tomó en la puerta una actitud rígida y me dijo sonriendo:
ahora estoy en una actitud cuadrada…».

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