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2.1. EL CONOCIMIENTO
El conocimiento humano se puede entender como un proceso en el que se relacionan un sujeto cognoscente y un
objeto por conocer. Esto quiere decir que los elementos esenciales de todo proceso de conocimiento son el sujeto
cognoscente, el objeto por conocer y la relación que debe establecerse entre ellos para que se dé el conocimiento.
A grandes rasgos el conocimiento es un fenómeno espontáneo e instintivo, un proceso mental, cultural y emocional
a través del cual se refleja y se reproduce la realidad en el pensamiento. Este proceso parte de experiencias,
razonamientos y aprendizajes, los cuales se pueden captar con mayor o menor grado de subjetividad por parte del
sujeto quien trata de asimilarlos.
La rama filosófica que trata al conocimiento como objeto de estudio y pretende darle definición es la Teoría del
Conocimiento.
Independientemente del tipo de conocimiento que se vaya a adquirir, en todo proceso de adquisición de
conocimiento se pueden destacar los siguientes elementos: el sujeto, el objeto, la operación cognoscitiva y el
pensamiento.
El conocimiento se caracteriza por la presencia de un sujeto frente a un objeto. El sujeto cuando ve al objeto, lo
capta y lo hace suyo a través de una operación cognoscitiva dependiendo de la naturaleza del objeto y los medios
utilizados para reproducirlo.
Se pueden distinguir dos grandes grupos de conocimiento, el conocimiento sensorial y el conocimiento racional.
El conocimiento sensorial, se encuentra en hombres y animales, y se capta a través de los sentidos. El conocimiento
racional es inherente a los humanos y se capta a través de la razón.
Sujeto: Todo conocimiento es adquirido por un sujeto, es decir, forma parte del bagaje mental o
intelectual de un individuo.
No se puede hablar del conocimiento sin un sujeto que lo tenga. El sujeto es la persona que capta
algún objeto de la realidad y obtiene un pensamiento sobre el mismo.
En toda adquisición de conocimiento hay un sujeto, esto es, la persona que capta una información
que constituye la realidad, representada en forma de objeto y, a partir de ella, lleva a cabo una
operación cognoscitiva para tener una impresión o pensamiento acerca ese objeto.
En resumidas cuentas, el sujeto es quien conoce un nuevo conocimiento.
Ejemplo: El niño que descubre un plátano sería el sujeto. El pequeño es el que tiene capacidad de
observación y de generar una representación sobre la fruta.
Objeto: Son todos los elementos reconocibles de la realidad, que sirven al sujeto para formar
conocimientos, formularse ideas, entender relaciones y fabricar pensamientos. El sujeto solo, aislado
de todo y de todos, no puede obtener conocimiento.
El objeto es la cosa o persona reconocida por el sujeto. La cosa conocida no se llamaría objeto si no se
reconociera, por lo que es condición necesaria que un sujeto vea y reconozca al objeto, para que este
sea un objeto.
El conocimiento subjetivo se inclina a los intereses del sujeto frente al conocimiento objetivo que
expresa exactamente lo que ha sido observado sin añadir elementos externos.
Llegar al conocimiento totalmente objetivo es muy difícil para cualquier sujeto, independientemente
de cuál sea el objeto de conocimiento, el sujeto que trata de entenderlo puede o no captarlo en su
totalidad. La subjetividad del sujeto es el abismo que hay entre el conocimiento que ha adquirido y el
conocimiento real del objeto. Realmente, llegar al conocimiento totalmente objetivo es muy difícil.
Ejemplo: El objeto sería el plátano observado por el niño. Este se muestra inalterable en todo
momento, ya que no ganará o perderá propiedades o condiciones por el contexto. Es el niño, como
sujeto, el que sufre algún tipo de modificación al observar y analizar al plátano.
En esta operación es donde surge el pensamiento acerca del objeto. Es un proceso psicofisiológico
necesario para que el sujeto que se encuentra con un objeto, tenga algún pensamiento sobre él.
Esta operación solo dura un instante, sin embargo, es necesaria para que se pueda establecer un
pensamiento sobre el objeto observado. Una operación mental que resulta en un pensamiento.
Ejemplo: Esta parte sería la representación del plátano (objeto) en la mente del niño (sujeto). Esto se
debe al aprendizaje del niño, gracias a sus facultades cognoscitivas, acerca de las características del
plátano.
Pensamiento: Es difícil de definir, pero en este ámbito podemos comprenderlo como la “huella”
psíquica que el proceso cognoscitivo deja en el sujeto respecto de su experiencia con el objeto. Es
una representación mental del objeto, inserta en una red de relaciones mentales y que permiten la
existencia del conocimiento como tal.
El objeto, por otro lado, es extramental, existe fuera de la mente del sujeto independientemente de
cómo lo haya percibido. Pero también existen objetos intramentales que se producen cuando
intentamos enfocar la atención a conocimientos que hemos adquirido previamente.
El pensamiento difiere del objeto, ya que es la representación del sujeto del objeto que está
percibiendo. No funciona como una fotografía que captura al objeto, sino que es una construcción
mental representando al objeto.
Existen estudios neurofisiológicos que concluyen que, entre el pensamiento del objeto representado
y el objeto en sí, existe una diferencia radical.
Sin embargo, el pensamiento realista se produce una vez que el sujeto retrotrae su atención y
reflexiona acerca de los pensamientos que ha obtenido previamente, provocando nuevos
pensamientos diferentes al objeto observado. Esto es lo que llamamos pensar.
Existe un caso excepcional de conocimiento sobre uno mismo, el sujeto se capta a sí mismo no como
un objeto sino como un sujeto.
Ejemplo: Una vez que ha habido contacto entre el sujeto (niño) y el objeto (plátano), el primero
elabora una serie de pensamientos que se quedarán grabados en la mente, generándose una
construcción mental. Esta construcción mental variará de un sujeto a otro, ya que el mismo objeto
puede ser percibido de maneras distintas.
Por ejemplo, mientras el sujeto-niño podrá tener un pensamiento positivo del plátano porque le
guste su alegre color amarillo, un sujeto-niña podrá generarle un pensamiento negativo por
recordarle el plátano a un personaje de dibujos animados que le cause miedo.
LA RELACIÓN SUJETO – OBJETO
LA TEORÍA DE PRAXIS
La Teoría de la praxis es una propuesta científica en psicología surgida en México a finales del siglo XX. No
se trata de la filosofía de la praxis, sino de una teoría psicológica alternativa nucleada en el concepto griego
de praxis.
La teoría de la praxis, es producto de un diálogo respetuoso y crítico con algunos de los autores más
importantes de la psicología. Se pretende como síntesis y superación de las filosofías y teorías de grandes
autores, incorporando los ángulos valiosos que cada uno de ellos aportó, pero reprocesando sus conceptos
para darles nuevos significados dentro de una totalidad coherente y actualizada.
Así, la teoría de la praxis implica una revolución científico-filosófica centrada en una nueva forma de
comprender y explicar las experiencias estudiadas por los psicólogos. La idea es que esta teoría puede
tener implicaciones prácticas, técnicas y sociales importantes, así como profundizarse y abarcar cada vez
más aspectos de la vida humana, de tal manera que sus conceptos, en su evolución, tendrán una gradual
aceptación por las comunidades científicas en la medida en que vaya mostrando sus potencialidades
explicativas y sus alcances prácticos.
La teoría de la praxis tiene una esencia dialógica, se interesa por todos los puntos de vista sobre los temas
y fenómenos que estudia, está dispuesta y abierta a escuchar, discutir y encontrar ideas o atisbos valiosos
que, por definición, ha de poder ensamblar coherentemente con su corpus teórico o, en su caso, hacer las
modificaciones a éste que sean necesarias para integrar dichos elementos relevantes generados por otros
autores, investigadores y profesionales. La teoría de la praxis se niega a constituir un nuevo dogma, al
concebir que la aprehensión de lo verdadero supone integrar todas las experiencias y enfoques
relacionados. No como un eclecticismo, “pegoteando” de manera incoherente dichas experiencias, sino
generando los conceptos y otras formas de representación que integren las facetas que han sido
percibidas de manera aislada y aparentemente incompatible.
En efecto, la teoría de la praxis surge también con base en investigaciones y experiencias sobre diversos
aspectos de la comunicación, la persuasión, la organización, la vida cultural, la psicopatología, la
psicoterapia, la educación y la acción política, contextualizados históricamente.
El eje de la Teoría de la praxis es el concepto mismo de “praxis”. A diferencia de sus más frecuentes
interpretaciones, praxis NO es equivalente a:
a) práctica
b) congruencia teórico-práctica
c) acción revolucionaria.