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Aseguramiento del riesgo 

 
Cualquier persona o empresa está constantemente expuesta a distintos riesgos,
que no sabemos si se pueden materializar o no, lo que representa una
incertidumbre constante que se puede mitigar con la adquisición de un seguro que
cubra ese riesgo. Aunque no todos los riesgos son asegurables. En algunos casos
los riesgos no son asegurables dado que no pueden ser medidos en términos
financieros o porque no existe un interés asegurable, es decir, el asegurado no
tendría una pérdida financiera si ocurriera el evento asegurado. En otras
situaciones se trata de riesgos especulativos, aquellos que suceden en gran
escala los cuales, en principio, no son asegurables pero que en la práctica si son
cubiertos.  
Por ejemplo, cuando conducimos un automóvil existe el riesgo constante de un
accidente, y si ese accidente sucede por nuestra culpa tenemos la obligación de
resarcir el daño que causemos, que puede ser la reparación de algún daño en otro
vehículo, o las lesiones o muerte causadas a una o más personas. 
Ese riesgo se asegura para que, si ocurre, quien responda económicamente por él
sea la empresa aseguradora, para lo cual se paga una prima de seguro. 
Es el caso por ejemplo cuando se adquiere una póliza de seguro contra robo de
un vehículo; en el momento en que el vehículo sea robado, la aseguradora debe
pagar el valor convenido al asegurado. 
 
DECLARACIÓN DEL ESTADO DEL RIESGO 
 
De acuerdo con lo establecido en el Artículo 1058 del Código de Comercio, el
tomador está obligado a declarar sinceramente los hechos o circunstancias que
determinan el estado del riesgo, según el cuestionario que le sea propuesto por el
asegurador. La reticencia o la inexactitud sobre hechos o circunstancias que,
conocidos por el asegurador, lo hubieren retraído de celebrar el contrato, o
inducido a estipular condiciones más onerosas, producen la nulidad relativa del
seguro. 
Si la declaración no se hace con sujeción a un cuestionario determinado, la
reticencia o la inexactitud producen igual efecto si el tomador ha encubierto por
culpa, hechos o circunstancias que impliquen agravación objetiva del estado del
riesgo. 
Si la inexactitud o la reticencia provienen de error inculpable del tomador, el
contrato no será nulo, pero el asegurador sólo estará obligado, en caso de
siniestro, a pagar un porcentaje de la prestación asegurada, excepto lo previsto en
el artículo 1161. 

 
TRANSMISIÓN DEL INTERÉS ASEGURADO 
 
El interés asegurado “Es la relación económica que se ve amenazada en su
integridad por uno o varios riesgos, en que una persona se halla con las cosas o
derechos, tomados en sentido general o particular.” (Efrén Ossa,“ Teoría General
del Seguro”, Editorial Temis 1984). 
El interés asegurado puede transmitirse y su transmisión tiene efectos frente al
contrato de Seguros, así: 
POR CAUSA DE MUERTE: Cuando se adquiera un bien por causa de muerte, el
contrato de seguros subsiste debiendo cumplirse las obligaciones del mismo por el
adquirente del bien. Dispone la Ley que el adquirente cuenta con un plazo de 15
días para notificarle a la Aseguradora la adquisición del bien, pero en caso de
incumplimiento de la obligación mencionada el contrato terminará
automáticamente.  
POR ACTO ENTRE VIVOS: Por regla general la transmisión por acto entre vivos
del interés asegurado da lugar a la terminación del contrato de seguro, salvo
cuando subsiste en el asegurado inicial algún interés en el bien asegurado, caso
en el cual el contrato de seguros subsistirá en la medida necesaria para proteger
ese interés. 
 
PROCEDIMIENTO EN CASO DE SINIESTRO 
Ocurrido el siniestro, el asegurado está obligado a evitar su extensión y
propagación, y a proveer al salvamento de las cosas aseguradas.  
el beneficiario estarán obligados a dar noticia al asegurador de la ocurrencia del
siniestro, dentro de los tres días siguientes a la fecha en que lo haya conocido o
debido conocer.   
Corresponde al asegurado demostrar la ocurrencia del siniestro, así como la
cuantía de la pérdida, si fuere el caso.   
El Asegurador está obligado a efectuar el pago de la indemnización u objetarlo
dentro del mes siguiente a la fecha en que el beneficiario acredite la ocurrencia del
siniestro y la cuantía de la pérdida, de conformidad con lo consignado en el
artículo 1077 del Código de Comercio. 
De ser procedente, dicho pago se efectuará en dinero o mediante la reposición,
reparación o reconstrucción de los bienes o de cualquier parte de ellos, a elección
de la Compañía. Vencido este plazo, el asegurador reconocerá y pagará al
asegurado o beneficiario, un interés moratorio igual al certificado como bancario
corriente por la Superintendencia Financiera de Colombia, aumentado en la
mitad. 

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