Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Existen trastornos específicos del lenguaje y del aprendizaje que podemos encontrar, pero es importante
recalcar que estos problemas no tienen como tal una relación con el coeficiente intelectual, pero que pueden
generar problemas motores, motrices, de coordinación, comprensión a la hora de leer, escribir, hablar,
entender y otras afectaciones que por lo regular se suelen detectar en la edad de la niñez y llegan a
ocasionarles problemas escolares o en la vida diaria, por lo cual, detallaremos los tipos de trastornos DIS para
que los conozcas e identifiques las diferencias.
La disgrafía es una condición que causa dificultad con la expresión escrita. El término viene de las palabras
griegas dys (“impedido”) y grafía (“hacer forma de letras a mano”). La disgrafía es una dificultad que se basa
en el cerebro y no es el resultado de que un niño sea perezoso.
Para muchos niños con disgrafía el simple hecho de sostener un lápiz y organizar las letras en una línea es muy
difícil. La escritura a mano de estos niños tiende a ser desordenada. Muchos batallan con el deletreo, la
ortografía y para poner sus ideas en un papel.
Estas y otras tareas de escritura, como poner las ideas en un lenguaje organizado, almacenarlas en la memoria
y luego utilizarlas, podrían agregarse a la batalla de la expresión escrita.
Los profesionales podrían usar diferentes términos para describir las dificultades con la expresión escrita. El
Manual Diagnóstico y Estadística de los Trastornos Mentales-5 (DSM-5, por sus siglas en inglés) no utiliza el
término disgrafía, pero sí utiliza la frase “impedimento en la expresión escrita” bajo la categoría de “trastorno
específico del aprendizaje”. Este es el término utilizado por la mayoría de los médicos y psicólogos.
Algunos psicólogos escolares y maestros utilizan el término disgrafía como una manera corta para hablar de
los “trastornos de las expresiones escritas”.
Para calificar para los servicios de educación especial, un niño debe tener una dificultad nombrada o descrita
en la Ley para la Educación de los Individuos con Discapacidades (IDEA, por sus siglas en inglés). A pesar de
que IDEA no utiliza el término de “disgrafía”, sí lo describe bajo la categoría de “discapacidad de aprendizaje
específica”. Esto incluye las dificultades con la comprensión o el uso del lenguaje (hablado o escrito) que
dificulta escuchar, pensar, hablar, leer, escribir, deletrear o, incluso, hacer cálculos matemáticos.
Cualquiera que sea la definición utilizada es importante entender que la escritura lenta o desordenada no es
necesariamente un signo de que su hijo no esté tratando lo mejor que él puede. La escritura requiere un
conjunto complejo de habilidades motoras finas y del procesamiento del lenguaje. Para los niños con disgrafía,
el proceso de escribir es más complicado y más lento. Sin ayuda, un niño con disgrafía podría tener
dificultades en todas las actividades de la escuela.
Características de la disgrafía
Con esas sencillas pautas podrás ayudar a tu hijo o hija con este problema, que si tiene solución
1.- Lo primero de todo es adoptar una postura correcta en La silla.
4.- Repasar la escritura punteada con el lápiz sin salirse de la línea., a una velocidad media
5.- Pasatiempos como los laberintos, donde el niño debe seguir con el lápiz el recorrido ayudan para mejorar
el trazado.
6.- Actividades de “seguir los números” para formar un dibujo son muy buenos para el mismo fin. Al igual que
aquellos en los que se debe seguir el punteo y colorear.
Síntomas
Un niño que padece digrafía presentará una serie de síntomas que son fácilmente detectables por padres y
educadores. Entre los síntomas podemos encontrar:
1. Escritura ilegible.
2. Falta de concordancia entre tipos de letra, habiendo mayúsculas o cursivas en medio de las palabras.
3. Letras mayúsculas sin sentido en medio de las palabras.
4. Espacios irregulares entre las letras y palabras de un texto.
5. Mala ortografía.
6. Puntuación incorrecta.
Se debe estar atento a las señales. Generalmente, un niño disgráfico comete varios de los errores
anteriormente mencionados. Observar y detectar estos síntomas nos pueden indicar que el niño o niña está
sufriendo el problema de la digrafía o disortografía.
Podemos clasificar los síntomas de la disgrafia en diferentes categorías, estas son: visoespaciales, dificultades
de motricidad fina, problemas para escribir a mano, dificultades a la hora de procesar el lenguaje, problemas
con la gramática, y lenguaje escrito mal estructurado y pobre.
1. Visoespaciales (espacio entre letras, escribe en todas direcciones, problemas para escribir en una
línea, problemas de dibujo, no respeta los márgenes…)
2. Dificultades con la motricidad fina (dificultades al dibujar, recortar, trazar líneas, problemas para
sujetar el lápiz, posiciones raras a la hora de escribir…)
3. Problemas con la escritura a mano (problemas para deletrear, mezcla de tipos de letra en la misma
palabra como cursivas o mayúsculas, no puede leer su propia escritura, problemas con las reglas de
ortografía…)
4. Dificultades para procesar el lenguaje (expresar las ideas por escrito, problemas para entender reglas
de los juegos o entender lo que se le está diciendo…)
5. Problemas de gramática (problemas con la puntuación, mezcla de tiempos verbales, oraciones muy
largas con muchas comas…)
6. Mal lenguaje escrito (no se organiza bien para contar una historia, utiliza descripciones muy pobres,
no organiza las ideas para hablar, deja fuera de la historia detalles importantes y se centra en lo
superficial.)
La disortografía se conoce como un trastorno de la ortografía que se incluye dentro de los llamados trastornos
de la escritura. Se puede definir como " el conjunto de errores de la escritura que afectan a la palabra y no al
trazado o grafía." (García Vidal, 1989). Se refiere a la dificultad significativa en la trascripción del código escrito
de forma inexacta, es decir, a la presencia de grandes dificultades en la asociación entre el código escrito, las
normas ortográficas y la escritura de las palabras. De esta forma las dificultades residen en la asociación entre
sonido y grafía o bien en la integración de la normativa ortográfica, o en ambos aspectos.
¿CÓMO SE CLASIFICA?
Disortografía natural: caracterizada por un déficit en el uso de la vía indirecta o fonológica (proceso
cognitivo que permite la lectura o escritura de palabras en base a sus componentes mínimos, fonemas
o grafemas), por lo que la escritura de palabras se apoya en la utilización de la vía directa o léxica.
Afecta al desarrollo fonológico y a las reglas de conversión fonema-grafema. Una adición u omisión de
una letra o un cambio de una letra que suponga un cambio de fonema al pronunciar lo escrito se
consideran errores de ortografía natural.
Disortografía visual: caracterizada por un déficit en el uso de la vía directa (proceso cognitivo que
permite la lectura y escritura de forma global gracias a la existencia de imágenes visuales y ortográficas
de las mismas), por lo que la escritura debe apoyarse en la vía indirecta. Afecta a las reglas
ortográficas. Una omisión u adición de una letra 'h' o un cambio entre 'b' y 'v' se consideran errores de
ortografía arbitraria.
La disortografía implica una serie de errores sistemáticos y reiterados en la escritura y la ortografía, que
incluso en ocasiones llevan a una total ininteligibilidad de los escritos.
Omisiones de fonemas, en general consonánticos. Omisiones de sílabas enteras "car" por " carta".
Omisiones de palabras.
Adiciones de fonemas, por insuficiencia o exageración del análisis de la palabra - " tarata" por "tarta".
Adiciones de sílabas enteras – castillollo. Adiciones de palabras.
Inversiones de los sonidos, por falta de habilidad para seguir secuencia de los fonemas. Inversiones de
grafemas dentro de las sílabas inversas – " aldo " por " lado" - , mixtas - " credo " por " cerdo" - y
compuestas – " bulsa" por " blusa". Inversiones de sílabas en una palabra. Inversiones de palabras. Este
tipo de errores corresponde a la llamada ortografía natural, cuyo aprendizaje debe alcanzarse durante
el primer ciclo de la Primaria, siendo tales errores más frecuentes durante estos primeros años.
Los tres últimos errores se incluyen dentro de las llamadas ortografía visual y se derivan de peculiaridades
ortográficas, cuyo aprendizaje depende, en gran medida, de la memoria visual.
c) Errores de carácter viso-auditivo: Dificultad para realizar la síntesis y la asociación entre fonemas y
grafemas, de ahí que se cambien u por otras, sin sentido alguno.
d) Errores con relación al contenido: Dificultad para separar las secuencias gráficas pertenecientes a cada
secuencia fónica, mediante los espacios en blanco correspondientes. Uniones de palabras – lacasa.
Separaciones de sílabas que componen una palabra. Unión de sílabas perteneciente a dos palabras – es-
tatapa.
e) Errores definidos en las reglas de ortografía: No poner m antes de "p" y b". Infringir reglas de puntuación.
No respetar mayúsculas. Escribir con "v" los verbos terminados en "aba".
Los niños/as con dislexia tienen numerosos errores de ortografía, tanto natural como arbitraria, porque suelen
tener dificultades para superar la «Fase Logográfica» cuando comienzan a desarrollar la conciencia
metalingüística y dificultades para asimilar y automatizar los aprendizajes de la «Fase Alfabética», en la que
aprenden a asociar los fonemas con sus grafemas, es decir, a aplicar las RCFG (Reglas de Conversión Fonema-
Grafema).
Esta dificultad para automatizar los procesos implicados en la escritura que se desarrollan durante estas
etapas, (el Conocimiento Fonológico o capacidad de analizar y manipular unidades que componen el lenguaje,
la Conversión de Fonemas en Grafemas, la Segmentación correcta de las palabras …), impide el buen
desarrollo de la «Fase ortográfica», en la que se utilizan los patrones ortográficos almacenados previamente
por la experiencia lectoescritora para escribir las palabras frecuentes sin necesidad de aplicar las RDFG.
El sistema de escritura visual, directa u ortográfica, funcional en cualquier lector experto sin dificultades, es
imprescindible para escribir palabras irregulares y palabras con ortografía arbitraria o variante, por lo que su
mal funcionamiento provoca que el niño/a tenga muchas dificultades para escribir palabras en otros idiomas
que no tienen sistemas ortográficos transparentes, como por ejemplo el inglés, y para escribir palabras con
ortografía irregular.
Esto quiere decir que, aunque los niños lean muchas veces la misma palabra, esta no se almacenará en su
léxico ortográfico, por lo que siempre tendrán que recurrir a su fonología para poder escribirla, lo que además
de perjudicar a las funciones superiores de redacción, les lleva a cometer muchas faltas de ortografía.
APLICACIONES EDUCATIVAS
El niño no aprende la ortografía copiando 10 veces la palabra con error ni haciendo cuadernillos típicos de
ortografía, se necesita que asocie la ortografía a otro tipo de información multisensorial para poder
memorizarla, pues su almacén ortográfico no funciona adecuadamente.
Hay que prestar menos atención a la ortografía para permitir que desarrollen las capacidades necesarias para
la composición de textos, (niveles de complejidad superior a los procesos léxicos). Si sabemos que no tiene la
capacidad de almacenar el patrón ortográfico de una palabra en su mente, no intentemos que lo consiga por
repetición porque es absurdo, démosle tiempo y pautas y veremos como ellos irán desarrollando estrategias
para corregir su ortografía, pero no pretendamos que lo haga al mismo tiempo que otros niños porque los
niños disléxicos no tienen la misma habilidad mental para esa tarea específica.
En lenguas extranjeras no se puede pretender que los disléxicos escriban correctamente las palabras ya que
ellos tienen el almacén ortográfico defectuoso y por tanto, siempre tenderán a utilizar las RCFG para poder
escribir una palabra irregular. Intentemos que primero aprendan este 2º o 3º idioma, que conozcan
vocabulario y su pronunciación pero no exijamos que sepan escribir bien las palabras porque para ellos es algo
imposible y, si ven que «el inglés» es imposible, pues pensarán que no pueden aprenderlo.
PARA SABER INTERVENIR ES IMPRESCINDIBLE CONOCER EL POR QUÉ DE LAS DIFICULTADES ESPECIFICAS
PRIMERO: Hay que desmembrarle, de manera sencilla, el sistema de ortografía, la diferencia entre ortografía
arbitraria y natural, los grafemas que se ven afectados por la ortografía arbitraria y las reglas básicas de
ortografía invariable y variable, para que se haga un esquema mental de lo que implica la ortografía.
Tenemos que explicárselo poco a poco, practicando cada paso por separado, poniendo ejemplos,
haciendo ejercicios con colores distintos, con letras móviles, con asociación de gestos, imágenes o
cualquier tipo de pistas sensoriales
Hay que dedicar el tiempo necesario para la automatización de cada norma o grafema, hasta llegar a
su automatización. Una vez automatizado un grafema o regla pasamos a otro y vamos combinando, los
ya asimilados, en ejercicios siguientes.
Con niños más pequeños haremos una tarea de clarificar y explicar la ortografía sin profundizar tanto,
solamente les explicaremos que hay algunas palabras que pueden escribirse de dos manera distintas
pero que tienen el mismo sonido y que tenemos que aprender a saber cuando va un sonido u otro por
las técnicas que nos vamos a inventar.
Aplicar este proceso a cada ortografía concreta, empezando siempre por las normas de ortografía
invariables y por los errores de ortografía natural y, por último, trabajando la ortografía arbitraria.
Ejemplo:
Normas de ortografía invariables: Aquí hay que conocer, consolidar y automatizar: (r/rr), (ga, gue, gui, go, gu),
(güe/güi), (za, zo, zu, ce, ci), (ca, co, cu, que, qui), (m delante de p y b), (z/d al final de palabra), (uso
mayúsculas), (acentos) y (uso de los signos de puntuación).
Fragmentación de palabras: También tenemos que trabajar las segmentaciones comenzando por explicarles
la diferencia entre las palabras cortitas (palabras función), que no tienen un significado implícito y que
utilizamos para no «hablar como los indios», y las palabras de contenido que tienen un significado que
podemos imaginar o dibujar.
Palabras que se pueden escribir con dos grafemas diferentes que suenan igual, (ortografía arbitraria):
Normas de Ortografía variable: (B/V), (Ge,Gi/Je,Ji), (Y/LL), (X/S) y (uso de la h). (Aunque en español no se
consideran todas ortografía arbitraría por la diferencia de pronunciación (x/s), yo la incluyo como tal para los
niños/asporque ellos las perciben como ortografía arbitraria, (de igual sonido y diferente grafema).
Este es el primer paso, comprender que es la ortografía y por qué está compuesta para tener claro que es lo
que tenemos que aprender.
Aunque se comprendan y asimilen adecuadamente este tipo de tareas, los niños/as disléxicos seguirán
cometiendo errores de ortografía causados por:
Las dificultades para generalizar y automatizar lo aprendido.
La falta de recursos cognitivos para llevar a cabo todos los procesos, (léxicos y subléxicos), que
implica la escritura. Es decir, como los niños/as no automatizan adecuadamente las habilidades
metafonológicas , tienen que dedicar a estas tareas, que están automatizadas en el alumnado,
numerosos recursos atencionales por lo que no tienen recursos suficientes para dedicarlos a otros
procesos superiores de la composición escrita
La carencia de un almacén ortográfico funcional que les permita, como a cualquier otro lector, ir
almacenando el patrón ortográfico de las palabras conocidas, para poder leerlas y escribirlas
directamente por la ruta visual, sin tener que recurrir a las RCFG.
Es un trastorno específico del desarrollo, de base biológica, que afecta profundamente al aprendizaje de las
capacidades aritméticas y las matemáticas. Muchas veces se define como “dislexia matemática”. Esta
patología es independiente al nivel de inteligencia del niño y también a los métodos pedagógicos empleados.
La dificultad se centra en la capacidad interpretación de los símbolos numéricos y los conocimientos
aritméticos como la suma, resta, multiplicación y división. El niño que sufre discalculia es aquel que confunde
los números y los signos y no consigue realizar cálculos mentales ni trabajar con abstracciones. Estos niños
encuentran dificultades para cumplir con ejercicios académicos o tareas prácticas como problemas o cálculos
matemáticos.
Por lo tanto, la discalculia podría definirse como la disfunción en las conexiones neuronales que procesan el
lenguaje numérico, dificultando las funciones cerebrales que permiten el procesamiento y acceso a la
información numérica.
La prevalencia de la discalculia entre la población escolar que oscila entre el 3% - 6%, siguiendo una
distribución similar entre niños y niñas.
también, con la inhibición, afecta negativamente a la agilidad con la que el niño se desenvuelve en las
tareas matemáticas.
Atención dividida: Esta habilidad es importante ya que permite atender a dos estímulos al mismo
tiempo. Los niños con discalculia presentan problemas para responder ágilmente a un determinado
estímulo porque no son capaces de focalizar, se despistan con estímulos irrelevantes, y se cansan
fácilmente.
Memoria de trabajo
: Esta habilidad cognitiva se refiere al almacenamiento temporal y a la capacidad de manipular
información para realizar tareas complejas. Las dificultades atienden a problemas para seguir
instrucciones, olvidan instrucciones y tareas, presentan bajo nivel de motivación, recuerdos
incompletos, alto nivel de distracción, no recuerda los números y aritmética mental retardada, entre
otras.
Memoria a corto plazo
: Es la capacidad de poder retener en el cerebro una pequeña cantidad de información durante un
periodo breve de tiempo. Este déficit cerebral explica la incapacidad para realizar tareas aritméticas.
Las dificultades que encuentran a la hora de ejecutar un cálculo o problemas matemáticos- Esta
habilidad cognitiva está relacionada también con la incapacidad para recordar números o tablas de
multiplicar.
Habilidad de denominación: Implica la capacidad de recuperar una palabra o número de nuestro léxico
y posteriormente expresarla. Los niños con discalculia tienen dificultades para recordar los números
porque su nivel de procesamiento de la información y habilidad de denominación es deficiente.
Planificación: Bajos niveles en esta habilidad cognitiva implica dificultades a la hora de comprender el
planteamiento y dar sentido numérico al ejercicio. Esta incapacidad de anticipación impide ejecutar la
tarea de forma correcta.
Velocidad de procesamiento: Se corresponde con el tiempo que tarda nuestro cerebro en recibir una
información (un número, una operación matemática, un problema…), entenderla y responder a ella.
Los niños sin dificultades de aprendizaje realizan este proceso de forma rápida y automática, en
cambio los niños con discalculia necesitan más tiempo y esfuerzo para procesar la información y
estímulos.
Causas de la discalculia
Existen numerosas investigaciones realizadas mediante técnicas de neuroimagen. Este tipo de técnicas
permiten visualizar en vivo la actividad cerebral y del sistema nervioso central. Gracias a estas
representaciones, se puede observar que el déficit en las conexiones neuronales asociadas a la discalculia se
encuentra específicamente en el módulo cerebral encargado del procesamiento numérico que está localizado
en el lóbulo parietal del cerebro. Además, otras áreas como la corteza prefrontal, la cingulada, la parte
posterior del lóbulo temporal y numerosas regiones subcorticales también forman parte del correcto
funcionamiento de las capacidades matemáticas o aritméticas.
La discalculia se debe a un trastorno congénito, es decir, de componente genético. Lo normal, es que alguno
de los padres de los niños con discalculia presentara, también, dificultades en el aprendizaje de la aritmética.
Alguna de las causas de discalculia se corresponden con:
Un déficit cognitivo en la representación numérica: Esto es, una disfunción neuronal que impide la
correcta representación mental de los números, dificulta la decodificación numérica y afecta a la
comprensión del significado de las tareas o cálculos matemáticos.
Déficit cognitivo que impide el acceso a la información almacenada en el cerebro: Los niños con
discalculia presentan una disfunción en una determinada red de conexiones neuronales que les impide
acceder a la información numérica con facilidad, sus redes de conexiones neuronales siguen rutas
alternativas y diferentes a las que presenta un cerebro normal.
Existen también otras posibles causas relacionadas con el trastorno de la dislexia son las alteraciones
cerebrales o neurobiológicas, fallos de maduración neurológica, alteraciones psicomotrices incluso problemas
de memoria y las relacionadas con el medio ambiente como la exposición de la madre a alcohol y drogas en el
útero o nacimiento prematuro.
Problemas para reconocer los símbolos asociados a los números por ejemplo, incapacidad de asociar
el número “4” con el concepto “cuatro”.
Escritura incorrecta de los números al copiarlos o en un dictado.
Errores de forma: Confundir, por ejemplo, el número 9 con el 6, o el 3 con el 8.
Invertir la escritura: Escribe los símbolos volteados.
Errores de sonido: Confundir números que suenan parecido: Por ejemplo el “seis” cono el “siete”
Síntomas a la hora de ordenar o secuenciar números: Repite algún número dos o más veces.
Cuando decimos a un niño con discalculia que cuente, por ejemplo, hasta el 5 y se detenga muchas
veces no es capaz de reconocer el límite al llegar al 5 por lo que sigue contando.
Omisión: Suele presentarse como un síntoma muy frecuente, y se produce al saltarse uno o más
números de una serie
Síntomas relativos a la secuencia: Otra característica de discalculia sucede cuando pedimos al niño
que empiece a contar, por ejemplo desde el 4, pero no es capaz de empezar a contar por este número
y tiene que decir la secuencia completa escribiéndola, o repitiéndola en voz baja.
Les cuesta reconocer y clasificar objetos por su tamaño y forma.
secundarios. Tienen serias dificultades para resolver problemas que necesitan más de un paso para
encontrar el resultado.
También suelen presentar síntomas más generales como problemas para reconocer y decir la hora y
suelen perderse frecuentemente porque su sentido de la orientación tiende a ser deficiente.
Pero también, es importante destacar, que no todos los niños que tienen problemas para realizar operaciones
matemáticas tienen problemas de discalculia, lo sustancial es detectar la frecuencia de los síntomas. Y
además, la discalculia no siempre está relacionada con las operaciones matemáticas, los niños también tienen
dificultades con las actividades cotidianas o juegos comunes
Tipos de discalculia
Aunque la sintomatología que presenta la discalculia suele ser común en los diferentes tipos de dislexia, esta
patología se suele enmarcar en cinco grandes tipos de discalculia que pasamos a explicar a continuación.
Discalculia verbal: Este tipo de discalculia representa dificultad en nombrar y comprender los conceptos
matemáticos presentados verbalmente. Los niños son capaces de leer o escribir los números pero no de
reconocerlos cuando son pronunciados por otros.
Discalculia practognóstica: Este tipo atiende a la dificultad para traducir su conocimiento sobre los
conceptos abstracto-matemáticos a conceptos netos o reales. Estas personas son capaces de entender
conceptos matemáticos pero tienen dificultades para enumerar, comparar y manipular las operaciones
matemáticas en la práctica.
Discalculia léxica: Se corresponde con la dificultad en la lectura de los símbolos matemáticos, los números
así como las expresiones matemáticas o ecuaciones. El niño con este tipo de discalculia léxica puede
entender los conceptos relacionados con las matemáticas cuando se habla de ellos pero tiene dificultades
para leerlos y comprenderlos.
Discalculia gráfica: Es la dificultad para escribir símbolos matemáticos, los niños que padecen este tipo de
discalculia son capaces de entender los conceptos matemáticos pero no tiene la capacidad para leerlos así
como escribir o usar los símbolos matemáticos.
Discalculia ideognóstica: Es la dificultad para realizar operaciones mentales, sin usar los números para
llegar al resultado y para comprender conceptos o ideas relacionadas con las matemáticas o la aritmética.
Además el niño con discalculia ideognástica tiene dificultades para recordar los conceptos matemáticos
después de aprenderlos.
Discalculia operacional: Este tipo de discalculia se corresponde con la dificultad para ejecutar operaciones
aritméticas o cálculos matemáticos tanto verbales como escritos. Una persona con discalculia operacional,
será capaz de entender los números y las relaciones entre ellos pero su dificultad se encuentra a la hora de
manipular números y símbolos matemáticas para el proceso de cálculo.
La discalculia no es fácil de diagnosticar, la mayoría de las escuelas no tienen implementado ningún sistema de
detección precoz que permita identificar el trastorno en el aula y ayudar a los niños con las herramientas
necesarias. Por eso, muchas veces el peso recae sobre las propias familias, que deben estar alerta, identificar
los primeros síntomas de la patología y acudir a un especialista para un diagnóstico.
Aquí propongo algunas actividades y juegos divertidos para que disfrutéis en familia mientras superáis en
casa la discalculia:
Cocinar juntos: Revisar con el pequeño la receta que vais a preparar y pedirle que se encargue de preparar
los ingredientes necesarios para cocinarla. Por ejemplo, necesitamos 1/5 kg de lentejas, 3 zanahorias, 2
cebollas, 6 rodajas de chorizo… Tenemos que trocear las verduras en 5 trozos, etc…
Jugar con el reloj: Pedir al niño que se encargue de avisarte a una determinada hora, celebrar juntos lo
bien que lo ha hecho y lo responsable y “mayor” que es.
Ir al supermercado: Que te ayude a hacer la compra, podéis jugar a que sea responsable de identificar el
número de cosas que tenéis que comprar, identificar los productos y cantidades en el lineal y que las
introduzca él mismo en el carrito.
Consultar con él dudas sobre los precios: Si queremos ahorrar, ¿qué yogures deberíamos coger, los que
cuestan 1.00€, o estos otros que cuestan 1.30€? celebra con él la compra tan excelente que habéis
realizado juntos y lo que te ha ayudado.
Jugar a adivinar montones: Se hacen montoncitos de piedras, legumbres, o monedas y tenéis que jugar a
acertar en qué montón habrá más o menos. También podéis tratar de adivinar cuantas piedras hay en un
montón. Las contáis juntos, y quien diga el número más aproximado gana.
Jugar a contar: Contad, por ejemplo, todos los coches rojos que veáis, contad a las personas que os
encontréis con zapatillas blancas, contad las escaleras o peldaños que subáis, etc…
Encontrar números: Mientras paseáis, puedes jugar con el pequeño a encontrar números, proponle que
encuentre, por ejemplo, el número “7” y lo buscáis entre los números de las calles, en las matrículas de los
coches, etc…
Jugar a recordar teléfonos: Por ejemplo, tenéis que llamar a la abuela, pídele que se acuerde de las tres
primeras cifras y tú te encargas de recordar el resto. Llamáis juntos, y si lo ha hecho bien lo celebráis.
Que te ayude a repartir cantidades: Si en casa somos 4, ¿cómo podemos repartir un trozo de pastel en
partes iguales?
Jugar a poner la mesa: Repartir los platos, cubiertos, vasos, servilletas y pan… Que entienda que es
importante que a cada uno le corresponda un set completo.
Jugar a las tiendas: Imaginad que el niño es el dependiente de una tienda, que elija de entre todos los
productos que tenéis en casa las cosas que él va a vender en “su tienda” que asigne a cada una un precio y
las ponéis una etiqueta. Luego, tú te haces pasar por cliente. Con este juego, repasaréis cantidades,
realizando sumas, restas, incluso podéis manejar dinero. Es una fórmula muy divertida para pasar
momentos geniales en familia y aprender jugando.
Existe una importante comorbilidad con la dislexia, ambas son de carácter genético y presentan déficits
cognitivos comunes que dificultan el aprendizaje de la lectura, y también, de la aritmética.
¿Qué es la Disfasia?
La disfasia es un trastorno del lenguaje, concretamente de la adquisición del mismo, que se manifiesta en
dificultades para hablar (expresión oral) y para comprender el discurso hablado (compresión oral).
Los niños y niñas con disfasia, presentan déficits significativos en su lenguaje, tanto a nivel comprensivo como
expresivo, lo que limita mucho su capacidad de comunicación y puede resultar muy frustrante.
Dentro de estos trastornos específicos del lenguaje, nos encontramos dos similares, la afasia y la disfasia, la
diferencia entre afasia y disfasia viene dada por la causa del trastorno. La afasia se debe a unas lesiones
producidas en las zonas del cerebro responsables de controlar el lenguaje, mientras que la disfasia no tiene un
origen conocido, vinculándola a problemas genéticos.
Síntomas de la disfasia
A continuación detallamos los síntomas más frecuentes en la expresión y comprensión del lenguaje:
Síntomas de disfasia relativos a la expresión:
La aparición de las primeras palabras se produce con mucho retraso.
La forma de comunicarse es pobre y tienen dificultades para adaptarse a la persona que les habla.
Omitir elementos gramaticales relevantes a la hora de organizar una frase que desean expresar
Existe pobreza de vocabulario.
Su nivel de expresión se considera muy bajo. Apenas se expresan y cuando lo hacen son emisiones
pobres y en su mayoría sin sentido
Pocas muestras de intenciones de llegar a los demás.
Presentan dificultad para emplear los pronombres personales más allá de los 4 años.
El orden de sus frases y palabras se va a regir por el pensamiento que las ha creado, llegando muchas
veces a ser jerga propia del niño.
Tienen problemas para estructurar sintácticamente las oraciones, lo que se denomina agramatismo.
No usa las partículas que relacionan unas frases con otras, como, por ejemplo, las preposiciones o
conjunciones.
Emplean los verbos en forma atemporal: con infinitivos y perífrasis verbales.
No emplean el lenguaje con una función concreta.
Presentan dificultad al emitir palabras o unir los sonidos.
Síntomas de disfasia relativos a la comprensión:
En ocasiones pueden parecer niños sordos como consecuencia de la alteración que sufren de la
comprensión.
Presentan más dificultades que los niños con retraso del lenguaje.
Tienen dificultad para recordar y repetir frases largas.
Apenas existe comprensión sobre información abstracta, espacial y temporal.
La comprensión de las propiedades y los usos de los objetos se vieron afectados.
Repiten palabras sin saber su significado.
Tener dificultades a la hora de sintetizar una historia que les contado con anterioridad.
Puede llegar a no haber ningún tipo de estímulo verbal, siendo considerado esta situación como
sordera verbal.
Presenta las dificultades al aprender de una lectura.
Y con lo que otros:
Alteraciones en el ritmo
Dificultades para realizar los movimientos que permiten la articulación de las funciones, conocidas
como praxias orofaciales.
Retraso en el razonamiento lógico.
Dificultades psicomotoras
Trastornos psicoafectivos, produciéndose alteraciones en su equilibrio afectivo, pudiendo dar baja
autoestima y ansiedad en ciertas situaciones.
Déficit de atención e hiperactividad.
Tienden a confundir sonidos con otros o no se identifican con sonidos que pueden ser familiares para
el niño, produciendo problemas en la discriminación auditiva.
Dificultades en su desarrollo cognitivo relacionado con el pensamiento y el lenguaje.
Alteraciones en la memoria auditiva, es decir, en la capacidad que tiene el niño para retener y
reproducir una serie de números o palabras que le han dicho previamente de forma verbal.
Tipos de disfasia
Podemos clasificar 3 principales tipos de disfasia:
1- Disfasia sensorial o receptiva “sordera verbal”
La disfasia de tipo receptivo, también conocida como “sordera verbal”, se caracteriza por una comprensión
del lenguaje limitada. A pesar de poseer una audición totalmente normal, la persona es incapaz de
comprender, total o parcialmente, el lenguaje oído.
Es decir, el niño/a es incapaz de analizar e interpretar los sonidos del lenguaje hablado a pesar de que posee
un buen funcionamiento de los mecanismos periféricos de la audición.
Por tanto, la compresión del lenguaje es prácticamente nula. Es como si fuésemos a un país extranjero donde
no entendiéramos la lengua que hablan.
Dispraxia verbal: consiste en una incapacidad para realizar los movimientos necesarios para articular
correctamente los sonidos. Estos niños experimentan dificultad para repetir las palabras de tres
sílabas, hablan poco, no tienen fluidez y adoptan un estilo telegráfico. Es decir, emplean frases son
cortas y palabras sueltas. A veces se acompaña de disartria y alteraciones de la motricidad fina.
3- Disfasia mixta
La disfasia mixta comprende: la sordera verbal y el déficit sintáctico fonológico.
Diagnóstico de la disfasia
Para saber con total seguridad que se trata de este trastorno del lenguaje, se recomienda acudir, cuanto antes
mejor (sobre los 5 años de edad) al especialista, para elaborar un examen que lo determine. Para ello se
puede realizar una evaluación cognitiva, analizando la memoria visual, atención y capacidad de imitación,
entre otros. También se puede examinar el uso de gestos naturales, sonidos onomatopéyicos o balbuceo, por
ejemplo.
La fonología es otro factor que se somete a un examen, analizando, entre otros, el habla espontánea o la
imitación.
La morfosintaxis se evalúa revisando, por ejemplo, la comprensión y expresión. En cuanto al léxico, se examina
para verificar las diferencias entre el léxico expresivo y comprensivo.
Los aspectos suprasegmentales también se evalúan, estos son la entonación, el tono y la fluidez. Para acabar,
la pragmática también se examina, analizando si existe mantenimiento del contacto ocular, producción verbal
en un volumen audible, si se respeta los turnos conversacionales o si se adapta a situaciones novedosas.
Para completar el diagnóstico de esta alteración del lenguaje, puede que se realice una entrevista con la
familia.
Causas de la disfasia
Es muy difícil, en la mayoría de casos, saber cuál es el motivo que ha desencadenado la disfasia, lo que sí sabe
es que las lesiones cerebrales pueden intervenir en el desarrollo del trastorno.
En algunos niños, puede estar relacionado con la falta de oxígeno al nacer, el traumatismo craneoencefálico
en el momento del parto, o enfermedades infecciosas, como la meningitis, por ejemplo, que afectan al
sistema nervioso central.
Intervención y tratamiento de la disfasia
La intervención y tratamiento siempre debe adaptarse a las características y síntomas únicos de cada niño.
Para ello, es necesario detectar correctamente los procesos concretos que están alterados en el menor, y
conocer sus puntos fuertes o fortalezas. De esta forma, se elaboraá una intervención de mayor calidad,
individualizada y con mayor probabilidad de eficacia.
En cuanto a las metas y estrategias de la intervención, es importante tener en cuenta la madurez del niño.
Dichas estrategias y metas, serán diferentes en función de cada caso, como ya se ha dicho previamente, se
deben adaptar a cada niño, las más empleadas son:
Ejercicios de discriminación auditiva: con ellos se pretende enseñar al niño diferentes sonidos que le son
familiares, pero que no diferencia. Esto se suele realizar a través de grabaciones de sonidos, cuentos como
estímulos del sonido, pájaros, viento, campanas, sonidos de instrumentos musicales, etc., que el niño debe
escuchar e identificar de qué sonido se trata.
Ejercitar la memoria auditiva: para evitar el niño aprenda las palabras y las cosas olvidadas al poco
tiempo, o las distorsiones, es relevante en la memoria a través del análisis y la síntesis de las palabras. Para
ello, puede ser útil marcar el ritmo con golpes o palmadas que suenen a la vez que se dice la palabra.
Ejercicios para aumentar el vocabulario: se comienza con los conceptos que ya conoce y progresivamente
se incrementa el nivel de la complejidad de los mismos. De esta forma, cuando el niño ya tiene un número
elevado de conceptos adquiridos, también puede acceder a los mismos ya incluidos en categorías, que el
niño encuentre la función que tiene el vocabulario que va adquiriendo.
Ejercicios y praxias buco-faciales: estos ejercicios tienen el objetivo de lograr una pronunciación correcta,
para lo cual se ejercita y trabaja todos los órganos que intervienen en la articulación de la cabeza, como la
lengua, labios, respiración, etc. Para realizar estos ejercicios, se pedirá que abran y cierren la boca o que
hagan movimientos con la lengua, entre otros.
Actividades que permiten organizar el campo semántico: esto se consigue con imágenes y dibujos que los
niños deben relacionar en base a los conceptos que estos representan. Por ejemplo, una cámara se puede
relacionar con una casa o una flor con un jardín.
Actividades dirigidas a trabajar la pronunciación: mediante la intervención de un logopeda que le guíe y
ayude.
Se puede realizar ejercicios que aumentan la comprensión verbal: ejercicios morfosintácticos, actividades
para aprender la organización y la estructuración de las oraciones, etc. Es muy importante que se trate de
una intervención interdisciplinar, es decir, que trabajen como profesionales de educación, logopedas o
psiquiatra infantil. No hay que olvidar que, además, resulta de gran importancia la colaboración de los
padres y del colegio en todo el proceso. Para acabar, destacar que la intervención debe ser aplicada por
profesionales y especialistas en el tema. La evolución del niño no está solo para la estrategia de
intervención, sino que también influye en la medida de las características de dicho niño.Es por ello, que se
debe respetar el ritmo de este, su nivel de desarrollo y sus características personales.
Consecuencias de la disfasia
Debido a la dificultad, tanto para expresarse como para comprender el lenguaje, muchas veces puede
producirse aislamiento social y/o dificultades para interaccionar con los demás, establecer relaciones
satisfactorias, e integrarse socialmente, ya que al no hablar o no entender el lenguaje, tienden a aislarse.
Las dificultades asociadas a la disfasia repercuten, también, a nivel académico produciéndose, en muchos
casos, fracaso escolar, sobre todo en el aprendizaje de la lectoescritura y aprendizajes básicos.
Como consecuencia de estas dificultades, se puede llegar a desarrollar algún tipo de trastornos
psicológicos como alteraciones en las relaciones afectivas, problemas emocionales, rasgos de ansiedad, baja
autoestima, etc..
Cómo podemos ayudar a un niño con disfasia?
Para poder facilitar en la medida de lo posible la evolución de su hijo, es importante que se trabaje de forma
constante con el profesional o profesionales que lo atienden. Esta relación se debe seguir las pautas que dicta
el profesional, donde se indicará, entre otras cosas, los objetivos a corto y medio plazo.
Además, es importante que se refuercen las prácticas que el terapeuta realizan en las sesiones con su hijo, por
lo que es de gran relevancia que se trabaje en conjunto y coordinados.
Por otro lado, se debe recordar que su hijo no tiene problemas intelectuales, de tal modo que puede
desarrollarse de un modo normal, puede ayudar en la casa, vestirse solo, etc. Es por ello que, como padres, no
se debe fomentar la dependencia del niño, es muy importante reforzar y fomentar la independencia, lo que es
clave para su futuro y maduración.
Además, es muy importante observar el niño y sus inquietudes, si cree que su hijo puede tener ganas de
practicar algún deporte, o de pintar, o de realizar actividades culturales, entonces dele la oportunidad de que
lo pueda hacer.
Como padres es muy importante que no se pongan barreras, y que se fomente la evolución del niño en todos
sus aspectos.
Para acabar, destacar que la salud de la familia en una situación así, muchas veces se ve afectada. Es una
situación compleja y novedosa que despierta numerosas emociones de preocupación, tristeza y angustia,
entre otras.
Por ello, es importante que los padres sepan que las emociones no son malas, que se deben conversar y
compartir con otros padres o con profesionales, sobre todo cuando las emociones comienzan a ocupar mucho
espacio del día a día.
Una familia saludable permite un enfrentamiento mucho más positivo de la nueva situación. Es muy
importante obtener una economía emocional, la comunicación entre todos los miembros, expresar las
preocupaciones y, en definitiva, no desatender el grupo familiar, porque cada uno tiene necesidades y
requerimientos que deben ser cubiertos.
tumbado.
Ejercicios buco-faciales a través de praxias para adquirir agilidad y coordinación en los movimientos.
Actividades en el nivel de sílaba: contar número de sílabas; añadir sílabas a palabras; invertir el orden de
sílabas; sustituir sílabas, segmentar sílabas.
Actividades para mejorar los déficits perceptivos (entrenamiento auditivo): tareas de discriminación auditiva
(igual-diferente), tareas de reconocimiento como identificar el sonido inicial común, señalar palabras que
empiecen por un determinado fonema a través de dibujos, tareas de repetición.
La dispraxia o trastorno del desarrollo de la coordinación es uno de los trastornos del neurodesarrollo, en el
que los niños y niñas que la sufren muestran una gran dificultad a la hora de realizar actividades y
movimientos coordinados, supongan gestos simples o acciones que impliquen una secuenciación de
movimientos.
Síntomas
Los síntomas más evidentes son la presencia de torpeza, descoordinación y lentitud motoras, interfiriendo con
la vida habitual y el desarrollo del sujeto. Es frecuente que se tengan dificultades en el mantenimiento
postural y a la hora de realizar actos que requieran movilidad fina, precisando de ayuda para realizar acciones
básicas.
También pueden aparecer comportamientos inmaduros y dificultades sociales. No es infrecuente que existan
problemas comunicativos. Sin embargo estas alteraciones no tienen que ver con la existencia de ninguna
discapacidad psíquica, teniendo quienes padecen dispraxia una inteligencia normal.
A diferencia de la apraxia, en que se pierden facultades adquiridas previamente, la dispraxia se caracteriza
porque el sujeto nunca ha llegado a desarrollar la capacidad de secuenciar correctamente sus movimientos. Es
frecuente que los primeros síntomas ya sean observables durante los dos primeros años de edad, siendo
común que presenten retrasos en el desarrollo de la motricidad y tarden más de lo habitual en alcanzar
algunos de los hitos del desarrollo.
Aunque surge durante la infancia también se observa en adultos, siendo importante iniciar el tratamiento
cuanto antes de cara a disminuir el estigma social y las posibles consecuencias a lo largo del desarrollo. Tiende
a haber comorbilidad con otros trastornos, tales como otros problemas motores o con TDAH.
Tipos de dispraxia
Al igual que ocurre con las apraxias, existen diferentes tipos de dispraxia en función del tipo de en qué parte
del proceso de movimiento o del organismo se produzca la dificultad. Destacan especialmente cuatro tipos.
1. Dispraxia ideacional
Este tipo de dispraxia se caracteriza por el hecho de que el problema no es únicamente a nivel motor, sino que
el sujeto presenta dificultades para planificar a nivel de idea la secuencia de movimientos necesarios para
realizar una acción concreta.
2. Dispraxia ideomotora
En la dispraxia ideomotora la principal dificultad se encuentra de en el seguimiento de la cadena de
movimientos necesarios para llevar a cabo una acción sencilla. La dificultad se da únicamente a nivel motor,
pudiendo el sujeto realizar la acción correctamente en la imaginación. A menudo la dificultad se vincula a la
utilización de un instrumento u objeto.
3. Dispraxia constructiva
Se trata de un tipo de dispraxia en la que quien la padece tiene dificultades para entender las relaciones
espaciales y actuar conforme a ellas. Por ejemplo, un niño con este problema tendrá problemas para realizar
una copia de una imagen o a la hora de organizarse.
En este tipo de dispraxia el sujeto presenta dificultades en la coordinación de los movimientos necesarios para
comunicarse oralmente, a pesar de saber qué quiere decir. Se dificulta producir sonidos inteligibles.
Causas de la dispraxia
Las causas de la aparición de la dispraxia no son totalmente conocidas, pero se sospecha de que se deben a
alteraciones existentes a lo largo del neurodesarrollo que generan que las áreas cerebrales vinculadas a la
integración de la información motora y su secuenciación no maduren correctamente. Estas áreas cerebrales
están ubicadas en la parte posterior de los lóbulos frontales y alrededor de la cisura de Rolando.
Por lo general se debe a causas innatas, pero puede verse provocada por lesiones, enfermedades y
traumatismos durante la infancia.
La psicopedagogía también suele ser imprescindible de cara a educar al menor y permitirle que desarrolle la
coordinación necesaria para poder emitir palabras correctamente. A nivel educativo puede ser necesario
establecer planes individualizados que tengan en cuenta las dificultades del menor.
También puede ser de gran utilidad el uso de terapia expresiva o de técnicas que permitan fomentar la
autoestima del niño, que puede estar disminuido ante la percepción de sus dificultades. El entrenamiento en
habilidades sociales también facilita una correcta vinculación con el medio. La psicoeducación tanto para ellos
como para el entorno puede ser de gran ayuda de cara a facilitar el desarrollo normativo del sujeto y la
comprensión de las dificultades en él existentes.
Se denomina como dislexia a la dificultad del lenguaje que tienen algunas personas en cuanto a la fluidez y
comprensión de la lectura y la pronunciación de ciertas palabras. Es decir, para decodificar palabras,
problemas para pronunciar algunas letras y elaborar significados, entre otros.
A las personas que se le ha diagnosticado dislexia se les denomina disléxico o disléxica, según corresponda.
En consecuencia, la dislexia genera diversas dificultades de aprendizaje, especialmente a temprana edad
cuando los niños están aprendiendo a hablar, leer y escribir, incluso, durante el proceso de aprendizaje de los
cálculos matemáticos.
En algunos casos, las personas suelen confundir la dislexia con algún tipo de problema visual, justamente
porque acostumbran, por error, a cambiar el orden de las letras de una palabra, de las palabras en un texto y
de los números.
En los campos de la psicología y psiquiatría se ha determinado que la dislexia genera, principalmente,
dificultades para el aprendizaje y desarrollo de la lectura y escritura, pero no se relaciona ni tiene que ver con
otro tipo de problemas de tipo físico, motor o sensorial.
Se debe mencionar que, aunque la dislexia afecta el lenguaje, no es una dificultad que tenga relación con la
inteligencia de los individuos, de hecho, a través de una metodología especializada y la constancia, los
problemas de lectura, escritura y lenguaje pueden ser superadas.
Por tanto, quien sea disléxico puede ser tan inteligente y competitivo como cualquier otra persona.
Aún los investigadores y especialistas en los campos de la neurología, psiquiatría y psicología no han podido
determinar una causa cierta de la dislexia. Sin embargo, sí se sabe que puede tener dos posibles orígenes:
La dislexia se puede transmitir de forma genética, por lo que en una familia puede haber más de una
persona disléxica.
La anatomía y actividad cerebral en las áreas relacionadas con la habilidad de la lectura son diferentes
en las personas disléxicas.
Tipos de dislexia
La dislexia se puede presentar de diferentes maneras. En algunos casos puede ser adquirida a través de una
lesión cerebral y en otros, la dislexia puede ser evolutiva, sino se atiende a tiempo y, en especial, si el niño o
adulto no tuvo una buena base educativa que fomentara la lectura y escritura.
Ahora bien, los dos tipos de dislexia, determinadas hasta el momento son:
Dislexia fonológica
Es aquella en la que las personas con esta dificultad acostumbran a realizar lecturas generales todas aquellas
palabras que reconocen, pero sin detenerse en aquellas que desconocen o son nuevas para el lector.
En consecuencia, las personas disléxicas no saben cómo se deben pronunciar las palabras nuevas y comente
errores, así como, también se confunden aquellas otras palabras que pertenecen a una misma familia. El error
más común se da en la ortografía y pronunciación.
Dislexia superficial
Se caracteriza porque las personas no son capaces de reconocer ciertas palabras que le son familiares a simple
vista porque leen en pequeños fragmentos, es decir en sílabas y no las palabras completas.
Otra razón puede ser la fluidez de la lectura, la cual dependerá de reconocimiento rápido y preciso, a simple
viste, de las palabras que conforman un texto.
Este tipo de dislexia se da tanto en niños como en adultos, y su mayor problema se presenta cuando la
escritura de una palabra no se corresponde con su pronunciación.
Otros tipos de dislexia
Existen otros tipos de dislexias que también son comunes como, por ejemplo, la discalculia relacionada con las
habilidades matemáticas en la cual se cambia el orden de los números.
Los trastornos por déficit de atención e hiperactividad, y la disgrafía que es la dificultad para escribir
correctamente la palabras, entre otros.
Instrucción y apoyo
Es una enseñanza multisensorial, secuencial y estructurada del lenguaje. Es un método con el cual se enseña a
leer empleando diferentes texturas, sonido, figuras, actividades que faciliten el aprendizaje de la fonética y
ortografía de las palabras.
Terapias
Los especialistas han propuestos diferentes estrategias a fin de que las personas con dislexia puedan
reconocer la fonética de las palabras y decodificar su significado en aquellas que les generan mayor dificultad
para pronunciar, leer o escribir.
Se relacionan los sonidos de las sílabas de las palabras y luego se realiza su pronunciación completa. Por
ejemplo, haciendo rimas o haciendo llamados de atención cuando escuchan una sílaba en particular.
Trabajo en casa
El trabajo de los especialistas debe continuar en casa de manera individual o con la ayuda de otra persona, con
el fin de sobrepasar pronto las dificultades del lenguaje, es decir, lectura, escritura y habla.
La constancia en las terapias y ejercicios en el hogar logran una pronta mejoría en la persona con dislexia.