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1.4.

Las reformas religiosas y la ruptura de


la cristiandad occidental1

1.4.1. Antecedentes.

1.4.2. Las confesiones protestantes.

1.4.3. La reforma católica.

1.4.4. Una Europa confesional.

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Fuente: Historia Moderna General. UNIR y otros materiales didácticos.
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Las Reformas religiosas y la ruptura de la Cristiandad occidental

Causas

Religiosas Sociopolíticas

Conclusiones Reforma católica


Protestantes

Lutero Calvino Anglicanismo Concilio de Trento


Ruptura Zwinglio Anabaptistas Ruptura Ruptura
Ruptura 1523 - Primeros movimientos
1507-1520 1533-1541 1533-1534
1535-1545

- Celebración
1545-1565

- Aplicación
Segunda mitad del siglo XVI

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1.4.1. Antecedentes

Una aclaración terminológica

El deseo de purificar y perfeccionar la vida cristiana por medio del retorno a las
auténticas enseñanzas de Cristo, llevó a la gestación del proyecto reformista, un
planteamiento que, en origen, no traía consigo un deseo de ruptura. Sin embargo, la
ruptura se produjo, primero entre el luteranismo y el catolicismo, y después dentro
del propio luteranismo, dando lugar a otros movimientos reformadores como los
de Zwinglio, los anabaptistas, los calvinistas o los anglicanos. Mientras tanto, la
Europa católica, pasó a denominarse precisamente así, “católica”, como un modo de
reivindicar no solo su autenticidad, sino su misión misionera y universal.

Estos enfrentamientos llevaron a una definición, por oposición, de todas las


corrientes cristianas, lo que motivó la acuñación del término “contrarreforma” en
Alemania, para referirse a la reacción católica. Sin embargo, siglos de estudios, nos
han proporcionado una nueva perspectiva de los acontecimientos, que ya no hacen tan
útiles los términos reforma y contrarreforma, puesto que tanto protestantes, como
católicos, quisieron reformar sus iglesias, al tiempo que reaccionaron ante los actos del
contrario. Ambos caerían así en movimientos reformistas y contrarreformistas.

Por último, como veremos cuando llegue el momento, a pesar de que dentro de la
Iglesia católica había un claro deseo de recuperar a la cristiandad que habían perdido
ante el protestantismo; un deseo por otra parte paralelo al que había en el seno de los
reformismos protestantes, el retraso en la celebración del Concilio de Trento haría
que llegado el momento de actuar, la división religiosa de Europa ya estuviera
asentada, de manera que el objetivo principal del Concilio fue reformar la propia
Iglesia, al tiempo que frenar el avance protestante.

Antecedentes

La aparición y desarrollo de los movimientos reformistas estuvo muy ligado al


Renacimiento, al Humanismo y a la imprenta. Impulsados por los problemas y
excesos que traía consigo la religiosidad bajomedieval, por el pensamiento de
humanistas como Erasmo y potenciada difusión gracias al uso de la imprenta, las
nuevas reformas recorrieron el continente, dando como resultado una Europa
dividida, una Cristiandad nuevamente quebrada, en la que cada corriente se
consideraba auténtica y tildaba de hereje a la contraria. Este fenómeno unido y
posibilitado por las alianzas entre los poderes civiles y seculares, vendrá a dar lugar a lo
que se ha llamado la confesionalización de Europa.

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Pero, ¿cuál fue el caldo de cultivo que propició este deseo de reforma?

Motivos de la reforma

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Motivos religiosos Motivos políticos

Motivos religiosos

1. El desprestigio del Papado, a causa del Gran Cisma de Avignon.

2. La decadencia de la escolástica y la aparición de dos importantes pensadores:


Scoto y Ockham. El primero defendía que el entendimiento solo trabajaba con
los sentidos, y que por tanto la comprensión de Dios y de lo divino escapa al ser
humano. Por su parte, el segundo, en una línea parecida a la de Scoto, defendía
que no puede haber prueba teórica posible de la existencia de Dios, sino está
basada en experiencias reales, por lo que la Teología no sería una ciencia.
Ambos tuvieron una gran influencia en el desarrollo de las ciencias materiales, y
fomentaron el escepticismo. A pesar de lo cual, el interés por el estudio de las
Sagradas Escrituras no disminuyó, tal y como vimos en la unidad anterior.

3. El desprestigio y escasa preparación del clero y de las órdenes monásticas.


En las parroquias rurales, el sacerdote se había convertido en un mero
administrador de ritos, que no contaba ni con la suficiente preparación
intelectual ni autoridad moral para desempeñar sus tareas. Una situación que
no mejoraba entre los obispos, quienes ausentes de sus sedes, se habían
centrado en acumular beneficios y en inmiscuirse en los asuntos políticos. Un
desprestigio que alcanzaba, por supuesto, a Roma, donde el Papado se
comportaba más como líder de un Estado, que de la Cristiandad. Finalmente,
eran muchos los regulares que vivían con relajación la vida de sus órdenes,
faltando a los votos que habían jurado guardar.

4. La tradición herética, en la que siempre había estado unido el deseo de


reforma de la Iglesia, con el contenido político.

5. Nuevas corrientes espirituales, que abogaban por una relación más directa
con Dios. Entre ellas, las más destacables serían el misticismo alemán, que
buscaba una relación directa e individual con Dios y sin intermediarios, o la
devotio moderna, que abogaba por una religiosidad más íntima y emocional,
anti escolástica, y basada en que los único importante era imitar a Cristo, a través
del estudio de la Biblia. En cualquier caso, ambas corrientes rechazaban la
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existencia de una jerarquía eclesiástica.

6. La difusión y traducción de la Biblia, facilitada por la imprenta, sumada a la


aparición de la crítica filológica de Lorenzo Valla.

7. La exagerada piedad bajomedieval, que exaltaba sentimientos y temores.


Profetismos apocalípticos, manifestaciones trágicas de la religiosidad, el miedo al
infierno que deseaban paliar con la devoción desordenada y llena de intercesores
especializados, eran claros rasgos de este tipo de piedad, que abría la puerta a los
abusos. Se acabó cayendo en el comercio espiritual, cuando no en la
superstición.

8. Un clima de fondo en el que la gente se preocupaba por la salvación, sentía


culpa, angustia y pesimismo. Había que asegurarse la salvación, algo que van a
prometer las distintas reformas.

Motivos políticos

1. Existe en la Europa moderna un movimiento de resistencia ante Roma, muy


fuerte en Alemania, donde va acompañado de un fuerte sentimiento nacionalista.

2. La Reforma se asentará, además, en Alemania, como modo de resistencia ante


el Sacro Imperio Germánico y la centralización de la casa de Habsburgo. En
este contexto, los príncipes, que buscan fortalecer su poder en sus territorios, son
los primeros en apoyar a Lutero.

3. Además, Alemania pasa por una difícil situación: la nobleza está perdiendo
poder y las rentas son bajas, ante lo cual la solución más fácil es expropiar las
propiedades de la Iglesia y fortalecer su poder mediante la adhesión y apoyo de
la nueva Iglesia reformada. Por su parte, el campesinado sufre no sólo la
crisis, sino también la presión de la aristocracia, y produce motines, muchas
veces apoyados en los movimientos reformistas, que llegarán a su culmen en
1525, por influencia de Lutero.

1.4.2. Las confesiones protestantes

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Confesiones protestantes

Lutero Calvino

Zwinglio Anglicanismo

Anabaptistas

Lutero

Nacido en 1483, en el seno de una familia campesina


acomodada. Se doctoró en Filosofía y Teología, pero se
decantó por el estudio de las lenguas clásicas y fue
profesor de Sagrada Escritura. Entre 1505 y 1517
desarrolla su pensamiento que llevará a la aparición del
luteranismo. Angustiado por su propia salvación y
preocupado por la necesidad de reforma de la orden
agustina a la que pertenecía, viajó a Roma en 1511, de
donde regresó escandalizado por lo que había visto allí.

La base de su visión teológica está en que el hombre, tras el pecado original, es


indigno e incapaz de ser feliz, pero Dios es misericordioso y nos envía a Cristo
que nos abre la posibilidad de salvarnos. Lutero centra su teología en la gratuidad
absoluta de la misericordia de Dios, a través del sacrificio de Cristo, y por tanto,
interpreta que el mal no puede ser contrarrestado, ni curado mediante las buenas
acciones, pues el camino de la salvación solo está en la gracia que se obtiene por la
fe. Mantener la gracia por la fe es lo único que hace falta para salvarse. Lógicamente,
desde esta interpretación, la mediación intercesora de la Iglesia es totalmente ineficaz
e innecesaria.

La ruptura de Lutero se produciría en 1507, cuando el Papa Julio II, protector y


mecenas de Rafael y Miguel Ángel, decidiera otorgar indulgencias a quien aportase
dinero para la construcción de la Basílica de San Pedro. Este hecho, se unió a otro
suceso que tuvo lugar en el seno de la Iglesia alemana, cuando Alberto de
Brandemburgo (Arzobispo de Magdeburgo y administrador de Halberstadt desde
1513; Arzobispo de Maguncia desde 1514 y Sacerdote-Cardenal desde 1518) decidió
hacer uso de la mitad del dinero recaudado mediante las indulgencias, para pagar un
préstamo de 30.000 ducados, que había recibido por parte de la familia Fugger. Esto
impulsaría a Lutero, ya desde tiempo atrás deseoso de una reforma eclesiástica, a
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escribir cartas de protesta y a predicar que el dinero no podía comprar el paraíso.

En 1517, Lutero envió a Alberto de Brandemburgo una carta, en la que pedía


discutir el asunto, lo que indica que Lutero no buscaba una ruptura, sino una reforma.
Al no recibir respuesta, difundió sus 95 tesis, en las que defendía que la Iglesia no
tenía poder para reducir o borrar las penas del purgatorio y que la verdadera Iglesia
solo necesitaba los Evangelios y la gracia, no ingresos económicos.

En 1518, Lutero fue invitado a retractarse. Al no lograr una respuesta positiva, el Papa
León X condenó como heréticas 41 de sus 95 tesis, mediante la bula Exurge
Domine, 1520. La reacción de Lutero fue quemar la bula. También Carlos V
intentó mediar en el conflicto, a través de la Dieta de Worms en 1521, pero el
resultado no fue para nada conciliador. El emperador condenó a Lutero al exilio y a la
quema de sus libros. Sin embargo, el ya famoso reformador logró escapar al castigo,
gracias a la protección de Federico el Sabio de Sajonia.

Las ideas de Lutero quedarían reflejadas en varios libros breves, y serían difundidas
ampliamente gracias a la ayuda de Felipe Melanchton. Pero, ¿cuáles eran las
principales características de las propuestas reformistas de Lutero?

1. Una visión claramente pesimista del hombre, según la cuál el pecado reduce su
libertad para elegir entre el bien y el mal, lo que hace inservibles las buenas
obras como posible vía de salvación.

2. Una relación más íntima, personal, espiritual y directa con Dios. En este sentido,
la Biblia, libremente interpretada por cada uno, es la única herramienta
necesaria para guiar al hombre en su relación con Dios. La tradición y el magisterio
de la Iglesia son innecesarios.

3. En consecuencia de lo anterior, los sacramentos se convierten en meros signos,


cuyo único poder reside en la fe del fiel que los recibe, no en sí mismos. Confieren la
gracia en la medida de la fe de aquél que los recibe. Los únicos sacramentos
aceptados son el Bautismo y la Comunión.

4. Los santos y la Virgen han dejado de ser intercesores entre Dios y los hombres,
para quedar reducidos a meros modelos a imitar.

5. Una iglesia en la que todos los fieles son iguales mediante el bautismo. Lutero
defiende el sacerdocio universal, por lo que los pastores, aunque prestan un
servicio de predicación y administración de sacramentos a la comunidad, no son
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distintos de los demás y no pertenecen a un orden superior. Por el mismo motivo,
los pastores pueden casarse.

6. Lutero, con la ayuda de Melanchton, hizo la liturgia más participativa, sobre


todo porque ponía el centro en la predicación, que muy pronto vino a verse apoyada
en la música y el canto. La utilización de las lenguas vernáculas, la comunión a
través de las dos especies, y la participación directa de los fieles a través del canto
de salmos y textos, la hizo mucho más cercana al pueblo.

En 1520, Lutero daría un paso más allá de la reforma religiosa, con su llamamiento a la
nobleza alemana: A la nobleza cristiana de la nación alemana acerca de la
reforma de la condición cristiana. En dicho manifiesto, Martín Lutero afirmaba
que, además del sacerdocio universal, existía la capacidad del príncipe para, al
margen del papado, decidir su credo, los designios de su conciencia, y con ellos, los
de su pueblo.

Lógicamente, fueron muchos los príncipes alemanes que se dieron cuenta de las
posibilidades que este argumento les abría, para consolidar sus realengos a costa de
los feudos eclesiásticos y para mantener el vasallaje de sus súbditos, mediante un
nuevo elemento legitimador.

Pero la fuerza de las ideas de Lutero, convenientemente potenciada gracias a las


habilidades comunicativas de Melanchton, hizo que prendieran no sólo entre los
príncipes alemanes, sino también entre los campesinos, dando lugar a fuertes
tensiones sociales. La guerra de los campesinos alemanes, 1524-1525, fue clara
manifestación de estas tensiones.

Thomas Müntzer, líder de la revuelta, se inspiró en Lutero, para hacer una serie de
reclamaciones políticas y sociales, como el derecho a elegir el propio sacerdote, la
eliminación de parte del diezmo, la abolición de la servidumbre, la libertad de caza y
pesca, el pago del trabajo extra, la reducción de las rentas, o el fin de los castigos
arbitrarios. Müntzer argumentó que si al comparar sus peticiones con las Sagradas
Escrituras, aquéllas no coincidían con el espíritu del texto sagrado, que fueran
rechazadas.

Las revueltas fracasaron, pero el hecho más destacado es que Lutero rechazó
fuertemente la actuación de los campesinos. La misma persona que en el llamamiento a
la nobleza había proclamado al campesinado como “depósito incorrupto de virtudes
cristianas”, firmó una carta a los príncipes de Sajonia, en la que condenaba a
Müntzer como un instrumento de Satán, por incitar a la revuelta y a la resistencia

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frente a las autoridades.

Entre 1520 y 1540, la Reforma se extendió con rapidez por el Sacro Imperio
Germánico, y los príncipes procedieron a implantarla dentro de sus territorios, no
siempre de forma pacífica. Irónicamente, la implantación de la iglesia reformada vino
acompañada de una serie de ordenanzas eclesiásticas que regulaban el culto, y de
un sistema de visitas mediante el cual se controlaba la aplicación de las mismas. Los
príncipes comenzaban a asumir poderes episcopales. Tampoco trascurrió mucho
tiempo antes de que los pastores se vieran arrastrados por el mismo proceso,
mejorando su situación social, a costa de su alianza con la autoridad civil.

A pesar de todo, aún parecía existir la esperanza de conciliar catolicismo y


reformismo, para lo que se apeló constantemente a la celebración de un concilio
universal que parecía no llegar nunca. Mientras tanto, la afirmación de las iglesias
protestantes dentro del Imperio alemán se fue produciendo al paso de complejos
fenómenos militares y políticos.

Finalmente, Carlos V incapaz de someter el Imperio a una única autoridad suprema y


católica, optó por aceptar la Paz de Augsburgo entre católicos y luteranos, en la que
se acordó:

El principio cuius regio, eius religio. En otras palabras, que los príncipes
podían elegir su confesión e imponerla a sus súbditos.

La “reserva eclesiástica”, que consistía en que cualquier príncipe del Sacro


Imperio Germánico podía abandonar el catolicismo, pero en caso de hacerlo
después de 1552, no podría conservar sus territorios.

La declaratio ferdinandea, por la que los nobles, pueblos y ciudades que


habían adoptado el protestantismo antes de 1552 podían mantener su fe.

Zwinglio
Ulrich Zwinglio, nacido en 1484 en Suiza, coetáneo de
Lutero y también un experimentado predicador. Humanista y
seguidor de Erasmo, abrazó el luteranismo en 1523 y
procedió a implantarlo en Zurich, apoyado por el Consejo de la
ciudad.

Sin embargo, el contexto socio-político suizo era muy diferente al alemán: se


trataba de una confederación de 13 cantones, en el que los obispos no tenían
poderes temporales, y en el que en vez de príncipes territoriales, dominaban las

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oligarquías urbanas y rurales que gobernaban de forma federal y comunitaria.

En lo religioso, la reforma de Zwinglio también se diferenció de la luterana,


comenzando por el fuerte movimiento iconoclasta que desató. El reformador suizo no
solo prohibió las imágenes sino también las campanas, las velas y el canto.

Características:

Iconoclasta.
Defendió la sola autoridad de la Biblia.
Total ineficacia de las obras.
Predestinación: Dios ya ha decidido quién se salvará.
Administración de los sacramentos en lengua vernácula.
Bautismo y comunión como meros símbolos, ni siquiera otorgan la gracia
en medida de la fe del fiel que la recibe.
Una iglesia organizada en pequeñas comunidades.
Cada comunidad elige a sus pastores, apóstoles y profetas, encargados de
gobernarla espiritual y socialmente.
La iglesia tiende a inmiscuirse en el gobierno civil.

Zwinglio no logró imponer su reforma a la totalidad de la confederación suiza, pero su


labor perduró en Zurich, gracias a su discípulo Martin Butzer, conocido como
Bucero, a través del cual, muchas de sus proposiciones fueron asumidas por
Calvino.

Los anabaptistas

El movimiento de los anabaptistas se aproximaba más a una secta que a una reforma
religiosa, y se caracterizaba por constituir grupos de puros, elegidos, que operaban
sin jerarquía ni estructura, movidos por el Espíritu Santo. Sus sueños y visiones
les transmitían las misiones encomendadas por el Espíritu y les animaban a realizar
en el mundo las utopías que habían sido profetizadas en la Biblia. Caracterizados por
una convicción apocalíptica, y decididos a llevar a la práctica la comunidad de
bienes y la igualdad social, no resulta extraño que chocaran violentamente con las
autoridades y que por ello fueran perseguidos.

Se extendieron, de forma pacífica o violenta según el caso, desde Suiza hasta


Bohemia y Países Bajos, aunque el movimiento prácticamente acabó
desapareciendo.

Calvino
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Juan Calvino, nacido en 1509 en Noyon, en el seno
de una familia burguesa, recibió una educación
humanística en París, para a continuación, estudiar
Derecho en Orleans y Bourges. En el campo de la
Teología fue autodidacta y su afán reformista se vio
más animado por el deseo de devolver la gloria a Dios y
por restaurar lo que él consideraba la verdadera
Iglesia, que por un deseo de salvación espiritual.

Tras las persecuciones antiluteranas que se produjeron entre 1533 y 1534, Calvino
llegó a Ginebra en 1536, tras haber pasado un tiempo en Basilea. Una vez más el
conflicto entre reformadores y conservadores le hizo huir, lo que le llevó a residir entre
1538 y 1541 en Estrasburgo, hasta que un cambio de gobierno en la ciudad de
Ginebra en este último año le abrió las puertas para poner en marcha la reforma.

Teológicamente, muchos consideran el calvinismo como el perfeccionamiento del


luteranismo, ya que es más radical en varios de sus presupuestos. Sin embargo,
también es preciso tener en cuenta que parte de este “perfeccionamiento”, de este
impulso, lo obtendrá de la muerte de Lutero en 1546, pues al perder fuerza el
luteranismo en el suroeste, la reforma protestante retomará fuerza gracias a Calvino.

Características:

Trascendencia absoluta de Dios, completamente inalcanzable para el ser


humano.
Un Dios riguroso, incomprensible e inalcanzable.
La predestinación: Dios ya ha decidido la salvación o condena de cada ser
humano, y no importa lo que éste haga en su vida, porque no puede influir sobre el
resultado.
Total ineficacia de las obras.
Calvino defiende que hay indicios que indican si uno está destinado a salvarse,
como la aceptación de la predicación o la entrada en la Iglesia reformada.
Los calvinistas están completamente convencidos de estar predestinados a la
salvación.
La Biblia constituye la norma suprema, y dentro de ella adquiere mucha más
importancia el Antiguo Testamento.
El Bautismo y la Cena son mera conmemoración de los episodios de la vida de
Cristo. No conceden la gracia.
Una iglesia organizada en cuatro ministerios:

o Pastores: encargados de predicar y de administrar los sacramentos.

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o Ancianos: corrigen las costumbres y velan por la disciplina.
o Diáconos: se encargan de la beneficencia dirigida a pobres y enfermos.
o Doctores: enseñan a la juventud e interpretan las Sagradas Escrituras.
Una iglesia que cuenta con un organismo supremo: el consistorio. Formado
por pastores y ancianos, constituye un tribunal dogmático, moral, y en ocasiones
político. La disciplina calvinista es muy rigurosa, por lo que se persigue la herejía,
las malas costumbres y la disidencia política.

La iglesia calvinista era rígida, hasta el punto de prohibir el canto, el baile, las lecturas
profanas o la bebida. Sin embargo, esta misma rigidez le dio prestigio y potenció su
difusión, sobre todo entre 1550 y 1570. El objetivo de Calvino era extender su
reforma a Europa, aunque en ocasiones hiciera falta motivar el conflicto o hacer uso
de la violencia.

Por otra parte, el tipo de organización de la iglesia calvinista, en pequeñas


comunidades, confederadas por naciones, facilitaba dicha expansión, incluso en
climas políticamente adversos.

Calvinismo

Francia Países Bajos Escocia

El calvinismo en Francia

Tanto Calvino, como muchos de sus primeros discípulos eran franceses exiliados,
por lo que no resulta para nada extraño que intentaran extender el calvinismo en su
país de origen. En este sentido, la muerte de Enrique II, en 1559, supuso la
apertura de una brecha política hasta 1589, que sería aprovechada por el
calvinismo para intentar establecerse entre los franceses.

La lucha política se desató entre católicos, la familia Guisa, y hugonotes-


calvinistas, la casa de Borbón. A finales de siglo, más o menos uno de cada diez
franceses era seguidor de Calvino, sin embargo ocho sangrientas guerras civiles
entre 1562 y 1598 forzaron un compromiso. Enrique de Borbón, cabeza de los
hugonotes, pasó a ocupar el trono por derecho de sangre, pero accedió a hacer
retornar al país al catolicismo, que era mayoritario. Así, mediante el Edicto de
Nantes de 1598, el rey estableció el catolicismo en Francia, aunque en el marco de
una amplia tolerancia religiosa.

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El calvinismo en Países Bajos

En Países Bajos, el calvinismo arraigó con fuerza en el marco de la resistencia


contra el gobierno de Felipe II. El principal líder calvinista, Guy de Bray, motivó
en 1566 una gran furia iconoclasta, que fue respondida con una dura represión por
parte del gobierno hispánico. Sin embargo, los conflictos acabaron por dar como
resultado la división de Países Bajos en dos ligas, a consecuencia de la revuelta
generalizada de las provincias.

Las provincias del sur permanecieron fieles a Felipe II y al catolicismo,


mediante la constitución de la liga de Arras, 1579. Las provincias del norte
encabezaron la lucha por la independencia, por medio de la liga de Utrecht,
guiados por Guillermo de Orange, y apoyados por el calvinismo.

El calvinismo en Escocia

Gracias a John Knox, el luteranismo llegó a Escocia para evolucionar pronto hacia
el calvinismo. En 1560, el líder reformista aprovechó la ausencia de la reina,
María Estuardo, para que la junta de los lores aprobase un Reformation
Parliament. A continuación, proclamaron su ruptura con el Papado,
promulgaron la Confesisio Scotica y secularizaron muchos bienes
eclesiásticos, que fueron repartidos entre la nobleza y la corona. María Estuardo,
incapaz de imponer la restauración católica, abdicó en Jacobo VI. Finalmente, el
discípulo de Knox, Andrew Melville implantó una nueva variante del calvinismo,
el presbiterianismo.

Características:

No hay diferencia de jerarquía entre obispos y pastores Cada comunidad elige a los
pastores, diáconos y ancianos
El consistorio local se encarga de elegir a los representantes que han de acudir a
la asamblea nacional
Doctrinalmente calvinista
Una organización más participativa

El anglicanismo

El caso inglés fue claramente diferente de las demás reformas protestantes, ya que su
detonante no partió de ningún teólogo, sino del propio rey. Enrique VIII, angustiado
por su incapacidad para tener un heredero varón con su esposa, Catalina de
Aragón, solicitó a Roma la nulidad del matrimonio, un proceso que sería

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ralentizado por la presión de Carlos V, que quería impedir que el rey de
Inglaterra se separase de su tía.

Ante tales dificultades, Enrique VIII decidió actuar por su cuenta, de modo que en
1533, Thomas Cranmer, primado de Canterbury, declaró nulo el matrimonio con
Catalina de Aragón y válido el que ya había contraído Enrique VIII con Ana Bolena,
embarazada en aquellos momentos. Un año más tarde el Parlamento aprobó la
ruptura con Roma, y promulgó el Acta de Supremacía, que convertía al rey en la
suprema cabeza de la iglesia de Inglaterra. Se desataron las primeras persecuciones
con quienes no aceptaron la situación, y se procedió a la expropiación de los bienes
eclesiásticos, que el rey aprovechó para ganarse el favor de nobles y eclesiásticos.

El rey reguló la doctrina y liturgia de la iglesia inglesa, aunque se mantuvo


inicialmente en una antiprotestante. Afirmó la supremacía de las Sagradas
Escrituras, la liturgia en inglés, el celibato de los sacerdotes como algo
voluntario, la reprobación de la venta de indulgencias y reliquias y por último,
la obligación de predicar de todos los sacerdotes. Hubo movimientos posteriores en
los que se intentó regresar a normas anteriores a la ruptura.

Bajo el reinado de Eduardo VI, se promulgaron los Cuarenta y dos artículos de


la fe, 1553, con los que se dio un importante paso hacia el protestantismo: se negó
la presencia de Cristo en la liturgia, que volvió a impartirse en inglés, y se dio
mucha más importancia a la predicación. Se anuló de nuevo el celibato de obispos
y presbíteros, y se conservaron únicamente los sacramentos del bautismo y la
comunión.

María Tudor, hija de Catalina de Aragón y casada con Felipe II, trató de llevar a
buen puerto la restauración católica, con la ayuda del cardenal Reginald Pole. Pole,
impulsor de la reforma de Trento, regresó a Inglaterra como legado papal y obispo De
Canterbury, y consiguió no sólo que el Parlamento aboliera la legislación anterior,
sino que el Papa Paulo III les absolviera del cisma y aceptara las secularizaciones
instauradas. El error de Pole fue llevar a cabo un movimiento “purificador”, consistente
en la quema de 273 herejes, que dio lugar a la redacción del Book of Martyrs, y
por extensión, a que María Tudor fuera conocida como Bloody Mary. La principal
consecuencia fue que, a partir de entonces, Inglaterra pasó a identificar protestantismo
con la virtud y la resistencia.

El reinado de Isabel I, hija de Ana Bolena, supuso la afirmación del anglicanismo


como una variante del protestantismo, mediante el restablecimiento de la
legislación religiosa anterior, 1559. La excomunión de la reina, por parte del Papa

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Pío V en 1570, motivó un endurecimiento de la persecución de los católicos. Sin
embargo, es preciso recordar que también aquellos protestantes que abogaron por una
profundización de la reforma, llamados puritanos, también fueron perseguidos.

1.4.3. La reforma católica

Antecedentes y movimientos previos

Durante los años previos a la celebración del Concilio de Trento, existieron, dentro de
la Iglesia católica, algunos movimientos de tono reformista como la cuidada
selección de obispos por parte de los Reyes Católicos, la constitución de cofradías, la
reforma de algunas órdenes y la creación de otras nuevas, y en especial la
fundación, por parte de Ignacio de Loyola de la Compañía de Jesús. Sin embargo,
ninguna de estas iniciativas supuso una reforma a nivel general

Algunas palabras merece, no obstante, la orden de los jesuitas, debido al importante


papel que tendrá, años después, en la aplicación de las reformas conciliares. La
peculiaridad más destacada de la nueva orden fue añadir a los votos tradicionales, el
de obediencia al Papa. Además, los jesuitas se caracterizaron por tener una
estructura jerárquica y unitaria, cuidadosamente mantenida por el prepósito de
la orden, que ocupaba el cargo de modo vitalicio. Pero fue sobre todo la rigurosa
selección y formación de sus miembros, lo que hizo de esta Compañía un eje
fundamental, tanto para la aplicación y difusión de las reformas tridentinas, y para
la evangelización de las Indias.

La celebración del Concilio de Trento

Etapas de la celebración del Concilio

PAPA TEMAS TRATADOS INCIDENCIAS

Carlos V derrota a la Liga de


Smalkanda y trata de imponer la
Temas doctrinales planteados por
aceptación del concilio a los protestantes
Paulo III
el protestantismo.
alemanas.
(1545-1549)
Cuestiones disciplinares.
Relaciones entre el Papa y Carlos V se
deterioran.
Carlos V celebra la Dieta de Augsburgo.

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El Concilio fue suspendido.
El Papa intentó imponer la reforma
Julio III Nueva guerra de religión, que afectó al
por decreto mediante la bula de
(1551-1552) Sacro Imperio Germánico y a Francia.
Reforma. El Papa murió antes de
proclamarla.

No hay concilio.
Intenta imponer la reforma por

Paulo IV decreto. El Papa era antiespañol, y mantenía malas


(1555-1559) Reorganiza la Inquisición relaciones con los Austria
romana.
Primer Índice pontificio de libros
prohibidos.

Ya firmada la paz de Augsburgo, 1555.


En Inglaterra había fracasado
Pío IV Reforma interna de la Iglesia.
la restauración católica.
(1562-1563)
Los hugonotes amenazan con hacerse
con la corona en Francia.

Aplicación del Concilio

Principalmente, se llevó a cabo una clarificación dogmática, que respondía a las


cuestiones planteadas por las reformas protestantes.

Fuentes de la fe

Las Sagradas Escrituras son la principal fuente de la fe, sin embargo, deben ser
interpretadas de acuerdo con la tradición y con el magisterio de la Iglesia.

La fe y las obras

La gracia, concedida por los sacramentos, posibilita al hombre la realización de


obras meritorias y le ayuda a vencer las tentaciones. De todas formas, el dilema,
sobre cómo se armonizaban la gracia y omnipotencia divina con la libertad humana,
siguió sin ser resuelto.

Los sacramentos

Son siete signos de Cristo, no de la Iglesia, que conceden la gracia por sí


mismo, no en la medida de la fe del receptor, como defendía Lutero. Especialmente,
se procedió a la glorificación y exaltación de la Eucaristía, entendida como
renovación real y física del sacrificio de Cristo.

Asimismo, el sacramento de la ordenación estableció una distinción clara entre


laicos y clérigos, mientras que el sacramento del matrimonio fue dignificado
mediante la obligada presencia del sacerdote como testigo.
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La Iglesia

La Iglesia se definió, al mismo tiempo, como cuerpo místico de Cristo y como


sociedad histórico jurídica, caracterizada por la unidad y la jerarquía. Por
otra parte, se reconoció el sacerdocio universal, pero dentro del mismo se exaltó
el sacerdocio ministerial, adquirido mediante la ordenación.

Junto a la clarificación dogmática, el Concilio procedió a implementar una serie de


ajustes disciplinares y otras medidas:

o Sobre el clero
Obispos: debían ser maestros y pastores de la Iglesia, canonistas o
teólogos. Además, estaban obligados a residir en la diócesis, a
predicar, enseñar y promover la formación moral e intelectual del
clero, y por último, a introducir las reformas necesarias mediante los
concilios provinciales y los sínodos diocesanos.
Sacerdotes: se les aplicaba el celibato obligatorio, al tiempo que se les
encomendaba la cura pastoral en las parroquias. Debían encargarse de
la predicación dominical, de la catequesis, de controlar la
administración de los sacramentos mediante los registros parroquiales,
y de vigilar el cumplimiento de los mandamientos. Para llevar a cabo
todas estas funciones, el sacerdote debía recibir una cuidada formación,
tanto moral como intelectual, a través de los seminarios construidos al
efecto.
Órdenes religiosas: recortaron sus exenciones y se las puso bajo un
control más directo, por medio de los obispos.
o Sobre la piedad: impulsaron las cofradías y el ejercicio de la caridad, la
oración por los difuntos y la celebración de los misterios. Se reconocieron
algunos milagros, se canonizaron nuevos santos, se cuidó la catequesis y la
predicación dominical, y se dio una importancia especial a la predicación
misional.
o Sobre la reafirmación de la fe: se potenciaron las procesiones, como
manifestación pública y colectiva de la fe, y se cuidó la música sacra y el arte,
en general.
o Sobre los textos eclesiásticos: se publicaron catecismos, y se impuso la
publicación de tres textos específicos para regular la celebración litúrgica, el
misal, el breviario, y un texto unificado de la Biblia. En general se
prohibió la publicación de Biblias en lenguas vernáculas, lo que se sumó al
mantenimiento de la liturgia en latín.

Felipe II fue uno de los primeros monarcas en aceptar las consecuencias del
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Concilio, sin embargo impuso la supervisión de su aplicación, para salvaguardar así
sus privilegios reales. Las guerras religiosas hicieron difícil y lenta la aceptación de
las reformas, en el conjunto de Europa.

Los pontífices postconciliares continuaron la labor iniciada a través del


saneamiento de Roma. Allí comenzaron a enseñar los más prestigiosos
teólogos y se fundaron seminarios específicamente encargados de la
recatolización europea. Asimismo, los nuncios quedaron encargados de supervisar
la implantación de las reformas y el funcionamiento de la Iglesia en sus respectivos
países, y los obispos fueron obligados a informar periódicamente a Roma,
sobre sus diócesis.

1.4.4. Una Europa confesional

La confesionalización de Europa se enmarca en la segunda mitad del siglo XVI,


cuando las distintas iglesias redactaron sus correspondientes confesiones de fe y
establecieron la regulación, más estricta que nunca, de aspectos como el culto, el
derecho o la organización de sus comunidades.

Conscientes de la importancia de la educación, tanto protestantes como católicos,


hicieron un gran esfuerzo encomendando la formación del clero a centros
especializados, y poniendo gran énfasis en la catequesis de los niños. Pero junto a
estas medidas, que podríamos calificar como positivas o constructivas, se desarrollaron
otras de carácter negativo: instituciones inquisitoriales, censura, licencias para
predicar, índices de libros prohibidos o censurados y la prohibición de estudiar en
el extranjero.

Por supuesto, este proceso de confesionalización no hubiera podido tener éxito de no


ser por la alianza entre poder civil y religioso. “Una fe, una ley, un rey” pasó a ser
el lema característico del Estado moderno. ¿Por qué? Principalmente por dos motivos,
a nivel político, porque gobernar sobre un territorio en el que coexistían confesiones
rivales era claramente problemático, y a nivel filosófico, porque no se entendía la
libertad de conciencia y culto como un derecho de la persona. Este proceso vino
acompañado, como no podía ser de otra manera, de persecuciones, violencia, guerras y
paces religiosas que no consiguieron acabar del todo con los problemas existentes.

Sin embargo, no es menos cierto que la alianza entre poder civil y religioso benefició
por un lado a los reformadores, que vieron impuesta su doctrina en ciertos
territorios, y por otro, a los propios príncipes, que acrecentaron sus bienes, crearon
una clientela eclesiástica y reforzaron, en definitiva, su autoridad. El pueblo, no
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obstante, aún debía ser adoctrinado, quedaba un largo camino para que asumiera por
completo las doctrinas reformadas, fueran del signo que fueran.

Esquema de los principales presupuestos de


cada religión

Recomendaciones
GARCÍA CÁRCEL, Ricardo; "De la Reforma protestante a la Reforma católica:
reflexiones sobre una transición" en Manuscrits: Revista d'història moderna, no. 16
(1998): 39-64.
<http://www.raco.cat/index.php/Manuscrits/article/viewFile/23337/285288>

Un interesante artículo en el que el autor examina la transición del pensamiento


religioso, desde el erasmismo hasta la confesionalización en España bajo el reinado de
Felipe II, dividiendo esta transformación por etapas y por tácticas de expresión.

Un hombre para la eternidad

Director: Fred Zinnemann Productora: Columbia Pictures Año: 1966

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Duración: 120 minutos.

“Para divorciarse de su esposa Catalina de Aragón (hija de los Reyes Católicos y tía del
emperador Carlos V) y contraer matrimonio con Ana Bolena, Enrique VIII (1509-1547)
trata de obtener el apoyo de la aristocracia y del clero. Sir Thomas Moro, gran
humanista ("Utopía", 1516), ferviente católico y hombre de confianza del monarca, se
encuentra en una encrucijada: ¿debe actuar de acuerdo con su conciencia,
arriesgándose a ser tachado de traidor y ejecutado, o debe ceder ante un rey que no
tiene ningún reparo en adaptar la ley a sus necesidades?”. Resumen elaborado por
Filmaffinity: <http://www.filmaffinity.com/es/film566004.html>

CASTRO H., Pablo; “La Reforma Luterana: el problema de la ruptura. Una mirada a la
imagen de Lutero y la destrucción de la unidad” en Historias del Orbis Terrarum, nº 3,
2009, 103-114. <http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3622261>

En este artículo el autor se centra en analizar la Reforma protestante en tanto que


ruptura de la Cristiandad occidental

RUPP, Horst F.; “Philipp Melanchton” en Perspectivas: revista trimestral de


educación comparada, vol. XXVI, n° 3, septiembre 1996, 659-669.
<http://www.ibe.unesco.org/sites/default/files/melanchs.pdf >

En este artículo os acercaréis a la figura de Felipe Melanchton, fiel colaborador de


Lutero y sin el cual la Reforma protestante no hubiera tenido una difusión tan
importante.

Arte Historia

Página web sobre Historia y Arte, realizada por profesionales y patrocinada por la
Junta de Castilla y León. El proyecto incluye una revista digital, un canal en YouTube y
una base de datos a modo de enciclopedia, muy útil a la hora de llevar a cabo rápidas
consultas. Los artículos que se señalan pertenecen, precisamente, a la sección
“enciclopédica”, y explican cada concepto o periodo señalado en el título.

Martín Lutero
<https://www.artehistoria.com/es/personaje/lutero-martin >

Calvino y el calvinismo
<https://www.artehistoria.com/es/contexto/calvino-y-el-calvinismo >

21
Ulrich Zwinglio
<https://www.artehistoria.com/es/personaje/zwinglio-ulrich >

Reformas post-luteranas
<https://www.artehistoria.com/es/contexto/reformas-post-luteranas>

Cisma anglicano
<https://www.artehistoria.com/es/contexto/cisma-anglicano >

El Concilio de Trento
<https://www.artehistoria.com/es/contexto/el-concilio-de-trento >

Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

La Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes es un fondo bibliográfico abierto al público,


que hace accesibles importantes textos de Historia, Filosofía, Literatura y Derecho.
Resulta de gran interés para la consulta de obras históricas, consideradas patrimonio
de la sociedad, generalmente accesibles en todas las bibliotecas públicas, pero más
fácilmente consultables a través de la web.

En este caso, enlazamos las 95 tesis de Martín Lutero y los documentos publicados,
relacionados con el Concilio de Trento.

Las 95 tesis de Martín Lutero


<http://bib.cervantesvirtual.com/historia/CarlosV/7_3_1_tesis_lutero.shtml>

Concilio de Trento 1545-1563


<http://bib.cervantesvirtual.com/FichaAutor.html?Ref=6182>

Bibliografía

EGIDO, Teófanes; Las reformas protestantes; Madrid: Síntesis, 1992.


GARCÍA-VILLOSLADA, Ricardo; Martin Lutero; Madrid: Biblioteca de Autores
Cristianos, 2008, 2 vols.
JEDIN, Hubert; Historia del Concilio de Trento; Pamplona: Universidad de Navarra,
1972-1981.
LECLER, Joseph; Historia de la tolerancia en el siglo de la reforma; Alcoy: Marfil,
1969.
LÉONARD, Émile G.; Historia general del protestantismo; Madrid: Edicions 62, 1967.
PAREDES, Javier; Diccionario de los Papas y Concilios; Barcelona: Ariel, 1998.

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