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Máster en Formación del Profesorado de

Educación Secundaria

Sociedad, Familia y Educación

Unidad didáctica 1. Individuo y sociedad


UD 1. Individuo y sociedad ............................................................................................... 3

1.1. La relación individuo y sociedad ............................................................................... 4

1.1.2. Colectivismo e individualismo ............................................................................. 5

1.1.3. El interaccionismo simbólico y la vida en sociedad ................................................. 6

1.1.4. La condición humana y la vita activa ................................................................... 7

1.1.5. La construcción social del conocimiento ............................................................... 8

1.1.6. El rol del lenguaje en las sociedades .................................................................. 10

1.2. El proceso de socialización..................................................................................... 11

1.2.1. Socialización primaria ...................................................................................... 12

1.2.2. Agentes primarios de socialización .................................................................... 13

1.2.3. Socialización secundaria .................................................................................. 14

1.2.4. Agentes secundarios de socialización ................................................................. 16

1.3. La configuración social y la identidad ...................................................................... 16

1.3.1. Sistema, estructura y rol social ......................................................................... 18

1.3.2. Sociedad y ciudadanía ..................................................................................... 19

1.3.3. Identidades colectivas ..................................................................................... 20

1.3.4. Derechos e identidades pedagógicas ................................................................. 21

Resumen ...................................................................................................................... 22

Mapa de contenidos ....................................................................................................... 23

Recursos bibliográficos ................................................................................................... 24

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UD 1. Individuo y sociedad

Video 1.

Esta primera unidad de la asignatura Sociedad, Familia y Educación tiene por finalidad preparar
el terreno para la integración de conocimientos más específicos del campo educativo.

La base disciplinar de la asignatura es la mirada sociológica, pero se nutre de diferentes campos


del conocimiento en su interrelación dentro del mundo social. La filosofía, la antropología, la
sociolingüística o la psicología social permiten entregar una mirada relacional a la intersección
entre sociedad, familia y educación que se irá desplegando a lo largo del curso.

La relación entre individuo y sociedad es el eje vertebrador de esta unidad, lo que permite
conectar los conceptos de lengua, educación e identidad.

En la primera parte se pone el foco sobre la construcción social de la realidad y el conocimiento,


haciendo hincapié en aquellas características que diferencian a la especie humana de otras y que
le han permitido evolucionar y constituirse como sociedad.

En la segunda parte se establece el fenómeno de la socialización para comprender de mejor


manera la relación entre individuo y sociedad, y comenzar a dimensionar la gran estructura que
soporta la sociedad humana y dilucidar qué papel juega cada uno.

Y para finalizar, se revisa el complejo concepto de identidad para obtener algunas luces sobre
qué implica el sentido de pertenencia dentro del marco social.

Objetivos de la UD 1. Individuo y sociedad

• Determinar factores relevantes en la construcción social de la realidad.


• Discriminar características propias de la especie humana como ser social.
• Establecer nociones básicas sobre la relación entre individuo y sociedad.
• Especificar características del proceso de socialización.
• Identificar las diferentes formas del proceso identitario.

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1.1. La relación individuo y sociedad

Sociedad, Familia y Educación forma parte —junto con Aprendizaje y Desarrollo de la Personalidad
y Procesos y Contextos Educativos— de las asignaturas que introducen al profesorado en
formación dentro del amplio mundo de conocimientos que deberán adquirir para desempeñar su
labor. La función de esta asignatura es abrir la mirada hacia la dimensión social, haciendo posible
comprender que los individuos y los sistemas educativos son causa y consecuencia de la sociedad.

Esta asignatura tiene como base la sociología, que es la ciencia que se ocupa de estudiar la vida
social de las personas, aunque no es la única que se encarga de ello. También lo hacen otras
disciplinas del conocimiento como la psicología social o la antropología, pero existen diferencias
entre todas ellas, y en gran medida esa diferencia la aporta la perspectiva desde la cual se observa
cada fenómeno. Por ejemplo, la psicología observa la realidad desde el individuo hacia la sociedad,
y la antropología y la sociología lo hacen a la inversa. Las diferencias entre la sociología y la
antropología son algo más sutiles, aunque la sociología se concentra en analizar contextos
específicos de desarrollo (momentos, lugares, culturas, instituciones, etc.) y la antropología, en
explicar cómo ha sucedido algo a lo largo del tiempo.

Nota

Si quieres conocer cuáles son los aportes de la Escuela de Chicago para la investigación en
ciencias sociales puedes consultar el artículo de Azpúrua (2005).

Figura 1. La relación entre individuo y sociedad está mediada por el contexto en el cual se desarrolla.

El vínculo entre individuo y sociedad es un tema fundamental en la consolidación de la sociología


como una ciencia diferenciada de otras disciplinas, y desde aquí emergen tres grandes escuelas
de pensamiento que proponen tres formas diferentes de abordarlo. Conocer las diferentes líneas
de la sociología permite comprender cómo se interpretan los modelos de sociedad, los modelos
de familia y los modelos de educación (Álvaro-Estramiana y Garrido-Luque, 2003).

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La teoría social francesa

• Los hechos sociales se explican en la conciencia colectiva y no en los individuos.


• Sociedad e individuos son entidades independientes.
• Se le relaciona con el colectivismo.
• Entre los representantes encontramos a Durkheim y Tarde.

La teoría social alemana

• El estudio del individuo explicaría los fenómenos colectivos.


• La conducta es reacción automática a estímulos, pero en la acción intervienen procesos
reflexivos.
• Se le relaciona con el individualismo.
• Sus exponentes más conocidos son Weber y Simmel.

La Escuela de Chicago

• Orientación microsociológica, centrada en el análisis de la acción y los procesos.


• Los seres humanos tienen voluntad y sus acciones están mediadas por la conciencia.
• Se sostiene en el interaccionismo simbólico.
• Sociología orientada a la reforma social y al humanismo.
• La Escuela de Chicago tiene muchas figuras connotadas como Park, Cooley y Mead.

1.1.2. Colectivismo e individualismo

El colectivismo es una doctrina social, política y económica que sitúa el bien del grupo sobre el
individual, sosteniéndose en principios de igualdad, de acceso y oportunidades.

Ejemplo:

Como ejemplos de sociedades colectivistas se encontrarían Corea del Norte, algunos países
de América Latina (como Venezuela) y de África (como Guinea Ecuatorial). Y de sociedades
individualistas podrían ser Estados Unidos de América, Inglaterra o Canadá.

Figura 2. En el individualismo el individuo es más relevante que el colectivo en el cual está inserto.

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El individualismo, en cambio, se aleja del modelo de Estado subsidiario. Sus premisas son la
autonomía, la autodeterminación y la autosuficiencia. Desde una perspectiva sociológica, como
señala Arribas (1999), se puede analizar el individualismo desde tres niveles:

Metodológico

Considera que todos los individuos «que forman la sociedad son igualmente racionales e
intercambiables; actúan buscando su propio beneficio después de un análisis de costes y
beneficios de su propia acción» (Arribas, 1999, p.10).

Ideológico

El individualismo actúa como justificación para tomar decisiones, siendo «una explicación que
las personas se dan a sí mismas, generalmente a posteriori, para legitimar su comportamiento
y el de los demás» (Arribas, 1999, p.11).

Realidad

Concibe que la comprensión de la realidad es compleja, pues «sólo es posible observarla a


través de los ojos de la ideología o, en el mejor de los casos, a través de los ojos del método
científico» (Arribas, 1999, p.11).

1.1.3. El interaccionismo simbólico y la vida en sociedad

Tomando como referencia el interaccionismo simbólico, los seres humanos se comportan de


acuerdo con el significado que las cosas tienen para ellos y no en respuesta a las cosas como tal
(como los animales). Los significados sobre las cosas se aprenden en interacción con otras
personas y todo en el mundo tiene un significado. Por ejemplo, si un estudiante considera que la
educación es algo útil para su vida intentará sacar un mayor provecho de sus clases y se esforzará
más.

Para hacer del mundo un lugar comprensible y sobrevivir en él disponemos de dos


macroestructuras: sociedad y cultura. Ninguna de estas estructuras contiene a la otra, y ninguna
puede existir sin la otra. La educación forma parte de estas dos macroestructuras y se manifiesta
de diferentes maneras, y no solo como como una institución formal. No hay sociedad sin cultura,
ni cultura sin sociedad, pero estas tampoco podrían existir sin la posibilidad de enseñar
(transmitir) los significados sobre el mundo.

Viaja

Si deseas comprender mejor qué es el interaccionismo simbólico y conocer su relación con la


educación lee este artículo.

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Sociedad

Los seres humanos son parte del mundo porque pertenecen a un conjunto de personas que
comparten un territorio, están sujetas a una autoridad común y tienen conciencia de poseer
una identidad colectiva que les diferencia de otros grupos sociales.

Cultura

Es la manifestación material, institucional y simbólica del conjunto de normas, valores y


creencias de una sociedad.

El ser humano tiene una capacidad de aprender muy superior a la de otros animales, pero es
también la única especie que necesita que se le enseñe a vivir. El extenso periodo en que se
desarrollan hasta convertirse en adultos es de gran plasticidad, y es lo que le convierte en un ser
educable. La educabilidad es un conjunto de cualidades, disposiciones y capacidades que permiten
a una persona construir su conocimiento a partir de las influencias de otras personas.

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Si quieres saber más sobre educabilidad tienes la opción de ver el este vídeo.

1.1.4. La condición humana y la vita activa

Los seres humanos son seres sociales, iguales en cuanto que humanos, pero diferentes entre sí,
y no pueden sobrevivir al mundo sino es entre otros humanos. El vivir en sociedad les genera
mutuas influencias y todas las acciones que se realizan afectan a otras personas, aunque no a
todas de la misma manera.

Ejemplo:

Una profesora que motiva adecuadamente a sus estudiantes puede contribuir a su éxito,
pero siempre existe la posibilidad de que surjan factores externos que requieran de otras
acciones para lograr los objetivos planteados.

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La vida humana siempre está en movimiento y nunca se detiene, es una «vita activa» (Arendt,
2016), que se define en tres actividades fundamentales:

Figura 3. Las tres actividades de la vita activa. Fuente: Arendt, 2016 (adaptación).

La educación (como fenómeno amplio) forma parte de esta vita activa contribuyendo al desarrollo
de todas las actividades, acompañando como guía a lo largo de la vida, aportando conocimientos
para la configuración de la mundanidad y generando condiciones para la gestión de la pluralidad.

Figura 4. La vida humana.

La vida en sociedad, en constante movimiento entre procesos biológicos y las mutuas influencias,
requiere formas de organización que se denominan «instituciones» (instituciones educativas,
instituciones jurídicas, instituciones políticas, instituciones administrativas, etc.) cuya misión es
mantener el orden social y controlar que los seres humanos mantengan las formas de vida
pactadas y así sea posible la convivencia. Es de recordar que la vida en sociedad es imprescindible
para los seres humanos.

1.1.5. La construcción social del conocimiento

La realidad es una construcción social. Todo lo que se ve, se aprende y se sabe ha sido elaborado
en la interacción entre seres humanos. Desde lo más sencillo, como qué es una manzana, hasta
conocimientos más complejos, como qué es educar.

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Nota

La educación formal es fundamental para la sociedad, pero también lo es la educación familiar


y la de los medios de comunicación. El conjunto de todos los saberes que circulan va
construyendo nuestra idea de realidad.

La realidad de una mujer trabajadora en los campos de arroz de Bali puede ser muy distinta a la
de un hombre que trabaja en la bolsa de valores de Wall Street, pero cada uno tiene los
conocimientos suficientes para sobrevivir y desenvolverse en sus respectivos medios
socioculturales. La diferencia estriba en que, aunque coexistan múltiples realidades, existe una
realidad común y cotidiana para la mayoría, la que Berger y Luckmann (1968) llaman «suprema
realidad».

Ejemplo:

La actual pandemia es una suprema realidad, ha afectado la forma de hacer educación y en


muchos lugares se combinan presencialidad y virtualidad. Para un estudiante con recursos
económicos suficientes eso puede implicar algunas consecuencias, pero para el estudiante
que no cuenta con ordenador ni internet puede significar el fracaso escolar.

Saber que la realidad se construye socialmente es relevante para quien ejerce docencia porque
le permite situarse en el presente, proyectarse hacia el futuro y analizar el pasado. Si la realidad
se construye socialmente también es posible aportar a mejorar las realidades de otras personas,
teniendo conciencia de su diversidad, valorando también otros conocimientos y no solo los
académicos, y retomando el ideal de que la educación puede transformar el mundo.

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Disfruta de este genial cortometraje que habla de la construcción social de la realidad en una
clase de psicología social. Este recurso no forma parte de los contenidos evaluables, pero
considera verlo porque podrás comprender de forma entretenida lo que hemos tratado hasta
ahora.

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1.1.6. El rol del lenguaje en las sociedades

Sin lenguaje no hay cultura, no hay sociedad, y no es posible aprender ni educar. El lenguaje
permite el desarrollo social e individual, porque la naturaleza humana necesita nombrar la
realidad para comprenderla. Al hablar las personas hacen que los objetos y las ideas sean reales,
que existan fuera del mundo conceptual (Austin, 1971). El lenguaje permite fijar lo que sucede,
posiciona hechos, acciones y momentos de manera temporal, es el factor de socialización más
importante, y permite objetivar, ordenar y legitimar la realidad (Berger y Luckmann, 1968).

Ejemplo:

Sabes lo que es una manzana porque alguien te ha dicho cuál es el nombre de ese objeto.
Te han dicho que las manzanas se comen, que crecen en los árboles, que pueden ser muy
dulces, etc. Sin el nombre «manzana», el objeto rojo que cuelga del árbol no es nada.

El lenguaje desempeña un rol importante para la socialización, fundamentalmente en la primera


infancia. Antes de la escolarización, la transmisión de los modelos de vida, las formas de pensar
y de actuar convierten al ser humano en un ser social a través de pequeños actos que se acumulan
y que no forman parte del ritual de instrucción de los años escolares posteriores. En las etapas
siguientes, el lenguaje permite la inserción social en los diferentes grupos, diferenciando
contextos y situaciones, moderando y modulando las relaciones interpersonales (Halliday, 1982).
Un ejemplo son las jergas juveniles y los argots profesionales.

En la onda

Escucha este divertido programa de radio para comprender algunas expresiones de la jerga
juvenil. Este contenido no forma parte de los contenidos evaluables de la unidad, pero te
ayudará a comprender mejor la importancia del lenguaje.

Figura 5. Los idiomas construyen el mundo y sus diferentes versiones.

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La lengua materna es crucial en el desarrollo de la identidad, proyectarla genera lazos únicos de
cohesión con lo propio, de pertenencia y de cultura. Así también, el aprendizaje en ambientes
multilingüísticos genera una mayor plasticidad en la construcción del yo, porque ello implica el
pensarse en varios idiomas y reconocer la existencia de otras culturas, lo que alejaría el fantasma
narcisista (Cohen, 2005).

Para quien ejerce docencia el lenguaje es su herramienta más poderosa, porque puede transmitir
no solo materias y saberes, sino también formas de comprender el mundo, de comprender la
relación entre docentes y estudiantes, de manifestar nociones de igualdad, respeto, derechos
sociales y esperanza.

1.2. El proceso de socialización

Bernstein (1998) definió la socialización como un proceso complejo a través del cual un ser
biológico se transforma en un sujeto cultural. La socialización es un proceso de control que suscita
disposiciones morales, intelectuales y afectivas, en donde un individuo aprende el idioma, las
costumbres, los valores, los símbolos de una cultura, etc. En definitiva, es el proceso por el que
se transmite y adquiere la cultura.

Recuerda

Socializar no es sinónimo de sociabilizar. Ser sociable es tener gusto por compartir con otras
personas. Todos somos seres sociales, pero no todos somos seres sociables.

Según Lucas-Marín (1986), existen tres aspectos que considerar sobre la socialización:

1. Adquisición de la cultura: en donde se adquieren conocimientos, modelos, valores y


símbolos culturales.
2. Integración de la cultura en la personalidad: cuando la cultura forma parte de la
persona, esta no percibe el control que se ejerce sobre ella.
3. Adaptación al entorno social: sentimiento de pertenencia biológica, afectiva y de
pensamiento con una comunidad.

El individuo está obligado a readaptarse permanentemente e integrarse en un entorno dinámico


y cambiante. La socialización comienza con el nacimiento y es más fuerte en los primeros años
de vida, pues preparan al individuo para la sociedad, pero se da durante toda la vida mediante la
interacción con los demás. El proceso toma especial relevancia en los cambios de estatus social
o en los casos en los que un individuo cambia de cultura.

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Los mecanismos principales en el proceso socialización, según Lucas-Marín (1986), son los
siguientes:

Aprendizaje

Es la socialización superficial y puede usarse para adiestrar personas o animales. Se utilizan


cuatro procedimientos: repetición, imitación, recompensas y castigos, y ensayos y errores.

Interiorización o internalización

Es la interpretación inmediata de la realidad, lo que permite comprender la realidad y a los


semejantes. Este mecanismo, a diferencia del aprendizaje, sería propiamente humano porque
le convierte en un ser social.

1.2.1. Socialización primaria

La socialización primaria es la fase en que un individuo se introduce en la sociedad, internaliza


los conocimientos que va adquiriendo y los emplea en su socialización. Estos conocimientos no
son solo cognoscitivos sino también emocionales, y, probablemente, sin la adhesión emocional el
aprendizaje sería difícil o imposible. Dado que los seres humanos nacen y se insertan
inmediatamente en el mundo social, se establece esta primera fase en la infancia y focalizada en
la familia. En este sentido, la familia se considera clave para el desarrollo de los individuos «debido
al impacto que genera la integración de un ser a la comunidad, por lo cual el fortalecimiento de
las dinámicas familiares surge como una necesidad social de reconocer y confortar el
relacionamiento interno familiar» (Martínez-Mejía et al., 2019, p. 113).

Ejemplo:

Lavarse las manos, lavarse los dientes y asearse diariamente forman parte de conductas
enseñadas, en la mayoría de los casos, dentro del seno familiar, y cumplen funciones tanto
de integración social como sanitarias.

Es en esta primera fase en donde se asimila la mayor parte de las normas sociales, culturales y
morales. Así también, se adquieren mecanismos básicos de socialización, como el lenguaje. Por
esto se considera que esta es la parte más importante del proceso de socialización. El lenguaje
social forma parte de los primeros conocimientos, y uno de los más importantes, para la
socialización.

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Sabías que:

Las primeras palabras del bebé están destinadas a cubrir las necesidades más básicas (llamar
a la madre o al padre, pedir agua, pedir comida, decir que siente dolor, etc.), y son aprendidas
gracias a que el núcleo familiar las repite incansablemente hasta que el bebé puede
pronunciarlas.

Figura 6. En la socialización primaria el aprendizaje es más acelerado que en etapas posteriores.

La socialización primaria sienta las bases para la construcción de la identidad, y es donde los
agentes primarios de socialización tienen un rol fundamental para que el individuo interiorice la
identidad asignada. Por ejemplo, la identidad de género (diferente a la identidad sexual) es
modulada en las diversas culturas a través de fórmulas (vestuario, formas de hablar y de
comportamiento, formas de comer, de caminar, etc.), que pueden ser más o menos estrictas y
que tienen por finalidad guiar al individuo hacia la identidad de género que le ha sido asignada
de acuerdo con su sexo. Existen otras identidades que pueden plasmarse en igual medida (y con
las mismas fórmulas), como la identidad de clase económica, la identidad cultural, la identidad
étnica, etc.

1.2.2. Agentes primarios de socialización

Como agentes primarios se consideran aquellos que tienen como finalidad específica la
socialización, con independencia de que estos puedan también tener diferentes niveles de
jerarquía de acuerdo con el contexto social. Aquí se encontrarían fundamentalmente la familia, la
religión y la escuela.

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La familia es uno de los agentes de socialización más importantes, pero hay que recordar que ha
sufrido modificaciones en el transcurso de la historia y que la noción de familia no es igual en
todas las culturas, como tampoco la religión tiene la misma relevancia en todos los contextos.

Figura 7. Funciones de la familia. Fuente: Agulló-Tomás y Sánchez-Moreno, 2003 (adaptación).

La religión forma parte del ideario moral de los individuos y puede tener implicaciones que
condicionen la inserción social más allá de las propias fronteras de la institucionalidad religiosa.
Como la familia, la religión ha sufrido transformaciones y presenta diferentes características, de
las cuales se pueden destacar las siguientes, de acuerdo con Agulló-Tomás y Sánchez-Moreno
(2003):

• Cohesión social: une a la sociedad por medio de valores, símbolos y creencias.


• Control social: mantiene la conformidad con el orden establecido.
• Función catártica: consuela y ayuda a sobrellevar problemas.
• Conflicto social: Produce inestabilidad social y política, y violencia. Produce confusión
social de valores, fomento de prejuicios, etc.

Por su parte, la escuela es uno de los agentes sociales más estudiados y ha servido tanto para
legitimar la estructura social y sus jerarquías como para producir movilidad.

1.2.3. Socialización secundaria

La socialización secundaria contempla los procesos posteriores a la socialización primaria, en


donde el individuo ya socializado explora otros sectores sociales, involucrándose en lo que Berger
y Luckmann (1968) denominan «“submundos” institucionales». Los submundos pueden
comprenderse como realidades parciales que requieren de legitimación (símbolos rituales o
materiales), diferentes a la realidad base de la socialización primaria pero constituidas igualmente
por componentes normativos, afectivos y cognoscitivos.

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Nota

La socialización secundaria comienza cuando el individuo se aproxima a otros núcleos


humanos fuera de la familia, probablemente en el periodo que finaliza la infancia. Aunque no
existen certezas sobre cuándo comienza, sí se tiene claro que nunca termina, porque el ser
humano nunca deja de socializar.

Figura 8. El profesorado puede cumplir un rol importante para guiar a sus estudiantes en la compleja etapa de la
socialización secundaria.

En la socialización secundaria se producen reajustes en la identidad personal y social dada la


identificación con diversos grupos. Por ejemplo, el reconocimiento con formas de vida específicas
(como el veganismo) y con posiciones ideológico-políticas o religioso-espirituales no adquiridas
en primera infancia. En esta fase también surge la distribución de roles, la división del trabajo y
el conocimiento especializado. Se adquieren vocabularios específicos de acuerdo con el rol
adquirido, que contribuyen a la interpretación de comportamientos rutinarios institucionales y
también a comprensiones obvias, evaluaciones y colaboraciones afectivas. Por ejemplo, los argots
profesionales, las jergas juveniles, las lenguas originarias o de lugar de acogida, etc.

Ejemplo:

Los casos de bullying suelen darse al finalizar la infancia, cuando el sujeto entra en contacto
con otros grupos sociales que construyen códigos de identidad y pertenencia. Asimismo,
muchos de los conflictos de identidad sexual o cultural se generan también en este periodo.

En la socialización secundaria el universo simbólico cobra fuerza como criterio de legitimación.


Por ello, la etapa entre la infancia y la adultez es compleja, y puede parecer determinante para
la inserción de los individuos en unos grupos u en otros. Los grupos que pueden resultar
determinantes en la ubicación del sujeto en la estructura social, porque una vez finalizada esta
etapa la movilidad no es posible (Berger y Luckmann, 1968).

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1.2.4. Agentes secundarios de socialización

La sociedad utiliza todos los medios disponibles para integrar a un individuo en la sociedad y para
que cumpla los roles que han sido preestablecidos. La mayoría de los medios están
institucionalizados y seguir lo establecido es un proceso sencillo. Aun cuando los agentes
primarios pueden ser más trascendentales, al menos en las primeras etapas de la vida, con los
cambios sociales y culturales se pueden incorporar agentes secundarios como parte esencial del
proceso de socialización. De acuerdo con las diferentes etapas de la vida serán unos u otros los
que tengan mayor relevancia.

De los diferentes agentes de socialización secundaria propuestos por Agulló-Tomás y Sánchez-


Moreno (2003) se destacan los siguientes.

El trabajo

Parte del terreno que ocupaba la iglesia lo ocupa el trabajo remunerado. Se destacan aquí
cuatro de sus funciones:

• Función económica.
• Facilita el acceso a la economía y al consumo. Es una fuente de legitimación o exclusión
social.
• Función de confort y comodidad.
• Mejora la calidad de vida material.
• Función de estructuración de tiempo y espacio.
• Marca el ritmo de vida de las personas.
• Función de identidad personal, laboral y social.
• Demarca la utilidad social de la persona, «somos lo que hacemos».

Los agentes políticos

Partidos políticos o movimientos sociales, instituciones políticas y administrativas del Estado.


Su principal función es el control del orden social y fomentar la participación social.

Los medios de comunicación social

Todos los medios de información han adquirido una relevancia inusitada. Tienen por función
dirigir la opinión pública, mantener el orden social, inculcar valores y actitudes, fomentar la
libertad, la articulación social o construir redes sociales, dependiendo del tipo de medio de
comunicación. La diferencia, por ejemplo, entre la televisión e internet es un claro ejemplo de
cómo pueden dos medios de comunicación tener funciones y usos diferentes.

1.3. La configuración social y la identidad

La identidad se conforma de la identificación que otros hacen del sujeto (en donde se le atribuyen
características y un rol) y de la aprehensión de esa identidad que este mismo hace. La identidad
se define de acuerdo con un mundo específico y solo se puede comprender en ese mundo, al
aceptar su realidad (Berger y Luckmann, 1968).

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Ejemplo:

La identidad de clase en el mundo capitalista se define por la acumulación de capital y su


capacidad de endeudamiento; en el mundo precolombino, el trueque (o intercambio de
bienes, que aún se mantiene en algunos territorios) impedía la acumulación de capital:
¿cómo se definía quiénes eran ricos y pobres en un mundo no capitalista?

La «identidad social» puede definirse como la identidad social esperada, aquella que puede
comprenderse bajo grandes categorías sociales como el sexo o la edad. Cuando los sujetos se
relacionan buscan información que les permita conocer la pertenencia social del otro, y así actuar
para obtener las respuestas deseadas. Sin embargo, y dado que es un proceso común, las
personas construyen «fachadas» para ser funcionales dentro de los diversos grupos (Goffman,
1981, 1979, 1970).

Nota

La confianza en otros y la autoconfianza adquirida en la infancia son escudos para el «yo» y


permiten una mejor relación con el mundo.

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Mira el siguiente cortometraje para reflexionar sobre la idea de la «fachada» social. Este
recurso no forma parte del material evaluable de la unidad, pero es recomendable verlo
porque trata sobre jóvenes estudiantes.

La identidad es un proceso de pertenencia y relación. Actualmente la pertenencia es cada vez


más múltiple y variada (la familia, el partido político, la empresa, el club deportivo, etc.), siendo
cada vez más complejo separarlas (García Martínez, 2008). Cuando se desempeña un rol y se
hace un esfuerzo por llevar la máscara termina convirtiéndose en nuestro «yo más verdadero»,
en lo que quisiéramos ser (Goffman, 1981). Sin embargo, el yo no es una entidad pasiva
determinada por influjos externos porque los individuos pueden actuar e intervenir socialmente
(Giddens, 1995).

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1.3.1. Sistema, estructura y rol social

Un «sistema social» puede comprenderse como un metasistema que aloja una multiplicidad de
subsistemas, y que permite su interconexión y organización en la estructura social. Los sistemas
humanos abarcan todos los ámbitos de interacción humana, y cada miembro puede afectar directa
e indirectamente al comportamiento de los demás individuos. Un sistema social es «una pluralidad
de actores individuales que actúan entre sí […] en situaciones mediadas y definidas por un sistema
de símbolos culturalmente estructurados y compartidos» (Parsons, 1996, p. 25).

La «estructura social» es la organización de la vida humana, y cada subsistema cuenta con niveles
de jerarquía que hacen de la realidad algo más estable y menos caótico. La estructura social
forma parte fundamental de la vida cotidiana y es parte del proceso de socialización. Las personas
al nacer ya forman parte de esa estructura y ya tienen destinado un lugar. La estructura social
determina los procesos sociales, y la formación y el mantenimiento de la identidad (Berger y
Luckmann, 1968).

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Si quieres saber algo sobre el origen de las clases sociales mira este vídeo. No forma parte
de los contenidos evaluables pero es útil para comprender las ideas aquí planteadas.

Figura 9. La pertenencia a un grupo forma parte de las características de las sociedades humanas, y para los jóvenes es
una necesidad que aporta a su autoimagen y autoestima.

El «rol social» es lo que cada individuo desempeña en el contexto en el cual participa. Al


desempeñar el rol asignado contribuye a reproducir la sociedad, los subsistemas y su posición
dentro de la estructura social. Un individuo puede tener muchos roles y cada rol le coloca en una
posición de la estructura social, en un «estatus social» determinado, que gira en torno a
expectativas, gratificaciones y recompensas que provocan el optimismo sobre la movilidad social,
el cambio de estatus y la integración dentro de la sociedad. El subsistema educativo es un ejemplo
muy claro de cómo funcionan en la práctica las expectativas, gratificaciones y recompensas.

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e.moti.on

Este vídeo no es evaluable, pero revísalo para que puedas interiorizar el concepto de
estructura social y pobreza.

1.3.2. Sociedad y ciudadanía

Tradicionalmente, el sistema educativo ha modelado la relación entre los ciudadanos y entre estos
y el Estado. Desde el sistema educativo la noción de ciudadanía configura uno de los objetivos
sociales más reconocible, y que contempla los derechos y deberes que unifican a una comunidad.
La ciudadanía es definida como la pertenencia plena a una comunidad, en derechos y deberes,
aunque estos no estén definidos en términos universales. Y es preciso destacar ese diálogo entre
pertenencia-ciudadanía e identidad (Marshall, 1997).

A, B, C…

Ciudadanía

Vínculo jurídico entre un individuo y la sociedad organizada de la que forma parte. Permite
participar de las decisiones políticas del Estado, votar y optar a un cargo público, y deberes
como defender el país y su constitución.

El modelo de ciudadanía actual no concibe la marginación de ninguno de sus ciudadanos, y el


acceso a los beneficios públicos debe ser en igualdad de condiciones. Este requisito de tener un
acceso igualitario para todos los ciudadanos y ciudadanas obliga a los Estados a constantes
mejoras.

De acuerdo con Marshall (1997), hay tres fases históricas de la ciudadanía:

1. Ciudadanía civil: tiene relación principalmente con derechos económicos, y es de inicios


de la modernidad.
2. Ciudadanía política: sufragio y derecho a organización política. Propio de la sociedad
burguesa del siglo XIX.
3. Ciudadanía social: estado de bienestar y protección social. Surge a mediados del siglo
XX.

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Dado que la noción de ciudadanía está sujeta a un marco jurídico vinculante, todos los ciudadanos
y todas las ciudadanas de los países que conforman la Unión Europea son también ciudadanos de
la Unión Europea. A diferencia de la ciudadanía de cada país, este es un vínculo formal que es
aún débil, pero que implica una serie de derechos que han quedado establecidos por el Parlamento
Europeo (2021), como:

• El derecho a sufragio activo.


• El derecho a representación y protección diplomática de otro Estado miembro al
encontrarse el territorio de un tercer país.
• El derecho a comunicarse por escrito en cualquiera de las lenguas de los Estados miembros
y a recibir contestación en esta.

1.3.3. Identidades colectivas

La identidad colectiva es un conjunto de entidades que obedecen a procesos y mecanismos


específicos. Son diferentes a los individuos que las componen, y aunque no eliminan la identidad
individual, la reducen a su expresión colectiva (Lipiansky 1992, en Giménez, 1997). Esta tiene
una dimensión de pertenencia y reconocimiento (positivo o negativo) y la presencia de
características en común que permiten su distanciamiento con otros.

El actual contexto social permite distinguir diversas identidades colectivas, como las destacadas
por Castells (2010):

• Identidad legitimadora: se construye desde las instituciones y el Estado. Francia es un


ejemplo, el Estado ha construido la unidad nacional a través de un modelo cultural; le petit
citoyen français.
• Identidad de resistencia: son formas de autoidentificación de quienes se sienten
marginados y subordinados. Un ejemplo es la autodenominación de los negros y negras,
que reapropian el insulto y lo convierten en instrumento de resistencia.
• Identidad proyecto: se articula desde la autoidentificación y hay un proyecto de
construcción de colectividad; como feministas y ecologistas.

Dentro del marco territorial se gestan también otro tipo de identidades, que pueden ser más o
menos relevantes de acuerdo con el contexto de actuación.

• Identidad europea: es un proyecto de identidad colectiva que está aún en revisión, y


que requiere de un modelado desde diversos campos; como el político y el educativo
(Exteberría Mauleón, 2003).
• Identidad nacional: se adquiere a través de símbolos nacionales que permiten actuar
como unidad en situaciones que afectan a su identidad nacional (Marín-Gracia, 2002).
• Identidad local: fue absorbida por la nacional. Aunque en términos de identificación
cultural parece que existen otras formas de reconocimiento que se escapan al discurso de
lo nacional.

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Ejemplo:

Otros ejemplos de identidades colectivas pueden ser la identidad de las fuerzas militares, las
identidades profesionales o las identidades juveniles.

1.3.4. Derechos e identidades pedagógicas

La propuesta de Bernstein (1998) permite explicar la relación entre educación, Estado e identidad.
Los derechos pedagógicos definen condiciones para una democracia eficaz, sosteniéndose en que
los individuos deben sentir que tienen intereses en la sociedad (dar y recibir algo) y confianza en
que las entidades políticas satisfarán esos intereses.

Figura 10. Derechos pedagógicos. Fuente: Bernstein, 1998 (adaptación).

Las identidades pedagógicas repercuten en la práctica educativa, y, aunque se forman dentro de


la escuela, pueden representarse tanto dentro como fuera, permitiendo así la regulación simbólica
de diferentes aspectos de la sociedad.

• Identidades retrospectivas: Se configuran a partir de las grandes narraciones históricas


del pasado (nacionales, religiosas, culturales), recontextualizadas para ser estables en el
futuro. Como la recuperación de orígenes étnicos, genéticos o culturales.
• Identidades prospectivas: Se construyen a partir de una recontextualización selectiva
de hechos del pasado para afrontar la transformación cultural, económica y tecnológica.
Como las victorias bélicas o los acuerdos internacionales.
• Identidades descentradas de mercado: Se construyen hacia afuera y dirigen el flujo
de conocimiento a las necesidades del mercado. Proyectan identidades competitivas y
contingentes. Como la educación por competencias técnicas para el desarrollo económico
o la formación de capital humano en campos científicos para el desarrollo tecnológico.
• Identidades descentradas terapéuticas: Evitan la estratificación y tienen límites
borrosos en donde las relaciones de poder son borrosas. Se promueven la cooperación, la
estabilidad y la integración. Como las fórmulas educativas abiertas y la preocupación por
problemáticas sociales.

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Resumen

En esta unidad, «Individuo y sociedad», se ha presentado una panorámica general del amplísimo
mapa sociológico que aborda la interacción entre seres humanos, y se ha dado un espacio a
aquellas miradas que aportan al fortalecimiento de las bases teóricas para comprender la relación
de sociedad, familia y educación.

En el primer apartado se ha planteado la perspectiva socio-construccionista del mundo para pasar


luego a dilucidar la «condición humana» y sus implicaciones en el mundo social. Así también, se
han revisado teorías sociológicas que han dado origen a diferentes corrientes de pensamiento y
que permiten dimensionar lo importante que es el lenguaje y educabilidad de los seres humanos
para la construcción social.

El segundo apartado se ha centrado en la socialización y las diferentes dimensiones que proyecta


sobre la estructura social generando un mapa conceptual que permite comenzar a esclarecer de
qué manera se organiza la sociedad.

Y en el último apartado de desarrollo se ha desplegado el concepto de identidad, intentando


abarcar las diferentes aristas de este fenómeno que enmarca el vínculo entre individuo y sociedad.

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Mapa de contenidos

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Recursos bibliográficos

Bibliografía básica

Agulló-Tomás, M. S. y Sánchez-Moreno, E. (2003). El orden social. En J. L. Álvaro Estramiana


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En J. L. Álvaro Estramiana (ed.), Fundamentos sociales del comportamiento humano
(pp. 45-110). UOC.

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Berger, P. y Luckmann, T. (1968). La construcción social de la realidad. Amorrortu.

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lenguaje y del significado. Fondo de Cultura Económica.

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de Investigaciones Sociológicas, 9-25.

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Otros recursos

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Gabinete de Psicología M&M. (4 de marzo de 2016). Psicología Social: Psicópolis [Vídeo].


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Grancanariatv 2. (7 de abril de 2016). Ocho de cada diez niños pobres lo serán también en el
futuro, según Caritas [Vídeo]. https://cutt.ly/PbZSWFz

RTVA. (29 de noviembre de 2012). Ricos y pobres: el origen de las clases [Vídeo].
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