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¿Qué es el found footage?

: Las
posibilidades del archivo
Por: Ma. Cristina Alemán, editora en jefe (@mcristina)
Es posible que hayas escuchado el término found footage, que se
traduce literalmente al español como metraje encontrado, pero ¿de qué
se trata exactamente? Como su nombre lo indica, el found footage es
material audiovisual presentado fuera de su contexto original: imágenes
“encontradas” a diferencia de “creadas” expresamente para una obra –
pueden ser tomadas de archivos de cualquier tipo o incluso de películas
caseras. Esta definición es amplia (y algo ambigua) porque el concepto
abarca muchas posibilidades, las cuales trataré de abordar a
continuación.

Found footage como fuente de “verdad”

En el cine documental, e incluso en los noticieros, es común que se


utilicen imágenes de archivo para ilustrar algo: un evento histórico o la
moda femenina en cierta época, por ejemplo. Hay documentales que
están compuestos exclusivamente de found footage como Senna (2010),
de Asif Kapadia e It Felt Like a Kiss (2009), de Adam Curtis. En otros
casos el material de archivo se mezcla con nuevo material, como en los
cortometrajes de la mexicana Dalia Huerta Cano, mostrados en el FICM.
A veces la intención de usar metraje encontrado es brindarle fuerza o
contexto a un argumento, en esos casos el found footage funciona como
una cita cinematográfica.

A veces el cine de ficción también incorpora material audiovisual


preexistente por las mismas razones, contextualizar la historia y dotarla
de realismo. Y es que a pesar de todas las posibilidades que tenemos de
manipularlo, el material audiovisual está ligado con lo fotográfico y por lo
tanto, con la realidad – cuando vemos una película casera antigua
tenemos la sensación de que “esto sucedió así”… bien podría tratarse de
un montaje, pero el momento capturado en video (o en cine) se convierte
en un sustituto de la memoria.

Póster de Final Cut – Ladies and Gentlemen (2012) de György Pálfi.

Found footage como herramienta para el arte

A principios del Siglo XX Marcel Duchamp colocó un mingitorio en un


museo en Nueva York y el mundo se volvió loco. De cierta manera,
cuando un cineasta o videoartista utiliza material de archivo en su
trabajo, está haciendo un gesto parecido al de Duchamp: utilizando un
objeto (o material audiovisual) que inicialmente no tenía fines artísticos y
que no realizó él, reapropiándolo y cambiando su significado.
Las películas collage, compuestas de found footage de distintas fuentes
exploran las capacidades expresivas del material de archivo, sin importar
su uso original. Por ejemplo, el largometraje Final Cut – Ladies and
Gentlemen (2012) de György Pálfi, que se presentó en el 10º FICM,
ensambla fragmentos de 500 películas de todo el mundo para contar una
historia de amor arquetípica. Un ejemplo más antiguo es El hombre de la
cámara (1929), de Dziga Vertov, un documental soviético en el que el
efecto poético del montaje predomina sobre la continuidad temporal o
espacial; aunque Dziga Vertov (o su equipo) filmó las imágenes de El
hombre de la cámara, su trabajo de edición sentó un precedente para
todas las películas collage que se han realizado desde entonces.

En el territorio del arte se han realizado obras increíbles con found


footage. Por ejemplo, The Clock es una instalación del artista visual
Christian Marclay que, en efecto, es un reloj, pero está compuesto de
miles de escenas relacionadas con el tiempo tomadas de películas y
algunos programas de televisión, editadas meticulosamente para
mostrarse en “tiempo real” (dura 24 horas): cada escena contiene un
indicador del tiempo (por ejemplo, un reloj o un diálogo) que está
sincronizado con el tiempo que transcurre en la galería.

En México desde 2012 existen las Jornadas de Reapropiación, un


espacio para cortometrajes contemporáneos que reutilicen metraje
encontrado. La convocatoria para enviar trabajos a su edición 2015 está
abierta hasta el 15 de mayo y las Jornadas presentarán los trabajos
seleccionados en sus sedes y en Internet. Puedes ver la Selección Oficial
Online de las Jornadas de Reapropiación 2014, curada por Gabriela
Ruvalcaba y Bruno Varela: aquí.

Found footage falso
Probablemente el ejemplo más famoso es The Blair Witch Project (1999),
de Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, cuya campaña de publicidad
consistió en hacer creer al público que la película estaba compuesta por
material encontrado en el bosque después de que los protagonistas
habían desaparecido; la promesa no era “la película está basada en
hechos reales” sino “estas viendo hechos reales”, lo cual la hacía mucho
más aterradora. La verdad es que The Blair Witch Project siempre fue
ficción, pero fue filmada para parecer material de archivo; otro ejemplo
similar es Paranormal Activity (2007), de Oren Peli.

Aunque no son exactamente el mismo fenómeno, los mockumentaries o


documentales falsos también juegan con la expectativa de la audiencia
de “estar viendo algo real” – imitan un lenguaje que relacionamos con el
documental para presentar algo completamente ficticio.

Found footage como método de preservación:

Comparado con las otras artes el nacimiento del cine no fue hace tanto
tiempo, sin embargo los curadores audiovisuales ya se enfrentan con una
cantidad monumental de material que tiene que ser catalogado y
archivado para su preservación, ¿cuántas horas de imágenes en
movimiento se han creado desde los inicios del cine hasta el día de hoy?
El reciclaje de metraje encontrado es una manera de revalorar el
patrimonio audiovisual de la humanidad.

Para más información sobre el found footage, recomiendo visitar la


página de las Jornadas de Reapropiación (jornadasdereapropiacion.tk). A
continuación, un cortometraje tomado de este sitio: This Song Was
Written By Leonard Cohen, de Anne Forrester, un ejemplo de que nada
es original:
Si tienes un impulso creativo y crees que el metraje encontrado te podría
inspirar, el Internet está repleto de archivos audiovisuales libres de
derecho, disponibles para ser utilizados al gusto, ¡adelante!

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