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Dígase, finalmente, que en nuestra organización constitucional federal, los titulares

de las funciones del poder pueden identificarse de la siguiente manera: a) La función


legislativa se encuentra principalmente a cargo de dos órganos colegiados —las
Cámaras del Congreso—. Aunque el proceso de promulgación de una ley requiere de
la voluntad del Poder Ejecutivo, debe recordarse que si ella no se expresa en un plazo
determinado la ley queda promulgada tácitamente, y que si se pronuncia en sentido
contrario —esto es, a través del veto— ella podría ser superada a través de la
insistencia del Congreso, que impondría su voluntad y significaría la obligación de
promulgar la ley. b) La función administrativa está a cargo del Poder Ejecutivo —el
presidente de la Nación—, pero también a cargo de un conjunto de órganos que
integran la estructura de la Administración central y de entes que actúan en su ámbito,
pero con una personalidad jurídica distinta del Estado, que llamamos entes
descentralizados. c) La función jurisdiccional necesita una explicación más detallada,
pues ella está —en su totalidad— a cargo de cada uno de los jueces de la República
—cualquiera fuera el grado (primera instancia, segunda, casación o Corte Suprema)
que tuvieran. Con ello quiere decirse que la sentencia de un juez de Primera
Instancia, consentida y firme, tiene idéntico valor —en cuanto expresión de la función
jurisdiccional del Estado y sin perjuicio del análisis desde otras perspectivas— que un
fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, porque toda la jurisdicción se
encuentra expresada en la manifestación de cualquier juez de la República.

VII. DERECHO PÚBLICO Y PRIVADO, CRITERIOS DIFERENCIADORES

Un sistema jurídico es un conjunto de normas y principios calificado por su carácter


completo. Con ello no quiere decirse que las normas habrán de resolver todos los
problemas y conflictos que se presenten —como pretendieran los redactores del
Código de Napoleón— sino que, dado que el derecho está dirigido a la finalidad de
resolver casos concretos más que al estudio sobre las leyes (116), el juego armónico de
los preceptos y los principios que llenan los espacios vacíos permitirá tal resultado
omniabarcador, es decir hará posible la resolución de todos los conflictos jurídicos
posibles(117), a través de la labor hermenéutica y la consideración de valores tales
como justicia, equidad, dignidad, buena fe, no contradicción, confianza legítima, etc.

La integración de un sistema jurídico con diversas ramas nunca debe llevar al


intérprete a postergar aquella idea inicial de integración y comunicación entre los
ámbitos que la academia distingue(118).

Con esa advertencia inicial, que se vuelve concreta en un conjunto de instituciones que
contagian sus contenidos entre las diversas ramas jurídicas, dígase que posiblemente las dos
especialidades más consideradas en nuestra ciencia son el derecho público y el derecho privado. El
primero está vinculado a la regulación de conductas entre Estados, o entre el Estado y los
particulares, aunque en algunos casos el Estado asuma la representación de la sociedad —como
ocurre en el derecho penal—; el segundo se destina a las conductas en interferencia subjetiva
entre particulares. Las principales bases de la distinción pueden verse sintetizadas en el siguiente
cuadro:
DERECHO PRIVADO DERECHO PÚBLICO

Está predominantemente calificado por la relación Está predominantemente calificado por el principio de
de igualdad. autoridad/jerarquía . 1

Está predominantemente dominado por la vinculación positiva a


Está predominantemente dominado por el
la legalidad y el régimen estatutario (o sea, por las disposiciones
principio de autonomía de la voluntad.
del poder).

Genera relaciones de coordinación. Genera relaciones de subordinación.

Los bienes son predominantemente disponibles. Los bienes son predominantemente indisponibles.

Persigue predominantemente el interés particular. Persigue predominantemente el interés público.

La pauta de interpretación siempre es a partir de la La pauta de interpretación es a partir de la relación autoridad-


libertad. libertad.

Frente un conflicto, el paradigma es la Frente a un conflicto, el paradigma es la autoprotección (la


heteroprotección (la solución del conflicto se solución inicial del conflicto se atribuye a la Administración,
atribuye a un tercero: el juez). luego sometida al control judicial).

1
Quien tutela el interés público posee ciertas prerrogativas para llevarlo a cabo que
implica ubicarse en una situación que quiebra la igualdad típica de las relaciones
jurídicas de derecho privado.

No obstante, la exacerbación de las distinciones, como se dijo más arriba, conduce


al equívoco de considerar dos espacios estancos, cuando la realidad jurídica es una
sola. No obstante, parece claro que en el campo del derecho privado campean los
principios de libertad, plena capacidad, igualdad y autonomía de la voluntad y se
busca el logro de la justicia conmutativa (el dar a cada uno lo suyo). En el campo del
derecho público, se acude normalmente a los principios de jerarquía y autoridad,
competencia limitada, desigualdad entre la ponderación jurídica de los intereses
públicos y los privados, sustitución de la voluntad de los sujetos por el imperio de los
contenidos normativos y se tiende al logro de las justicias distributiva (la participación
de la comunidad en los bienes y fines de un modo razonable mente justo) y legal (la
contribución justa de los ciudadanos para hacer posible el logro del bien común).

Advertir estas diferencias, no obstante, resultará útil a la hora de comprender con


qué herramientas, principios y criterios ha de examinarse un caso de derecho público,
que podrían ser diversos de aquellos a los que acudimos frente a un caso de derecho
privado, en especial en las materias apuntadas en el párrafo precedente.

Aún para el más desprevenido de los ciudadanos, o para quien hubiera decidido
evitar toda relación con el Estado, el sólo hecho de transitar nuestro territorio —ni
siquiera es preciso que se domicilie aquí—, lo incluye en uno de los términos de una
relación típica del derecho administrativo, cuyos factores son "autoridad estatal" -
"libertad personal" y que la doctrina califica como "relación general de sujeción". En
virtud de tal sola circunstancia, ese ciudadano "común" queda sujeto a un conjunto de
potestades de la Administración de cuyo ejercicio resultará una necesidad general de
sometimiento(119).

1. El derecho administrativo: concepto. La Administración Pública. La ciencia de la


Administración. Distintos tipos de actividad administrativa

Como se dijo, el Derecho Administrativo es una rama de la ciencia jurídica que


tiene como objeto de estudio a la organización y la actividad de la Administración
Pública en sus relaciones internas y con los ciudadanos (120). Podríamos apuntar ahora
que el objeto indicado tiene que ver con un tipo de actividad más que con la
Administración en sí, y señalar que nuestra rama del derecho se vincula con el estudio
de la organización de la Administración Pública y de las actividades que se cumplen
en función administrativa.

Para hacer posible la comprensión de ese concepto, se acudió al examen del


Estado, como organización y persona jurídica necesaria y se describieron sus
funciones principales, entre las que se distinguió a la función administrativa, desde su
perspectiva subjetiva y material.

Por otra parte, no es dudoso que para que existan juridicidad en estas relaciones
Estado-ciudadanos, es necesario concebir la alteridad entre estos términos —pues sin
ella no existe el derecho—, presupuesto que también obliga a admitir que no basta
con invocar los intereses sociales para postular el avasallamiento de cualquier
derecho individual, pues tal postulación significaría el aniquilamiento de aquella
alteridad básica.

Dígase, ahora, que para acudir al concepto de Administración Pública será


necesario recaer en la herramienta de Hauriou, quien define a "la institución" como
una idea de obra o de empresa, que se realiza y dura jurídicamente en un medio
social, para cuya concreción se organiza un poder que le procura órganos y genera
subordinación en el conjunto social, a través de manifestaciones de comunión
dirigidas por los órganos del poder y reguladas por un procedimiento (121).

La Administración Pública es una idea o empresa surgida de la Constitución,


destinada a realizarse y mantenerse jurídicamente en nuestro medio social, destinada
a la aplicación de los recursos del Estado para la consecución de los intereses
generales, en ejercicio de unas potestades que le confiere el ordenamiento jurídico
con límites precisos y que provocan la subordinación de los ciudadanos, y cuya
actuación se encuentra regulada por el derecho en forma sustancial y procedimental.

En el orden jurídico argentino, la Administración Pública no es un sujeto de


derecho, pues la personalidad jurídica corresponde al Estado Nacional. No obstante,
es claro que ella está destinada a ser el vínculo más directo entre el poder del Estado
y los ciudadanos, porque normalmente actúa de oficio —sin sujeción a una petición de

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