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Injusticia humana y justicia divina

Se suponía que los amigos de Job debían consolarlo en su dolor. En


cambio, lo condenaron por haber propiciado su propio sufrimiento. Job
comenzó su réplica a Elifaz al llamarlo a él y a sus amigos "consoladores
molestos". Las palabras de Job revelan varias maneras para llegar a ser un
mejor consolador para aquellos que sufren:
(1) no hable sólo por hablar,
(2) no dé sermones al dar respuestas amables,
(3) no acuse ni critique,
(4) póngase en el lugar de la otra persona y
(5) ofrezca ayuda y aliento. Pruebe las sugerencias de Job, con el
conocimiento de que fueron dadas por una persona que necesitaba un gran
consuelo. Los que pueden consolar mejor son aquellos que saben algo
acerca del sufrimiento personal. 16.19 Job tenía miedo de que Dios lo
hubiese abandonado. Aun así, apeló directamente a Dios (su testigo) ya que
Dios conocía su inocencia. Un testigo es aquel que ha visto lo que sucedió,
y mi testimonio es como un abogado que habla a nombre del querellante. Al
usar estos términos, Job mostró que él había depositado en el Dios de los
cielos toda su esperanza de una defensa justa, porque probablemente
moriría antes de que sucediera en la tierra. En el Nuevo Testamento
aprendemos que Jesucristo intercede a nuestro favor (Heb 7:25, 1Jo 2:1),
por lo tanto, no tenemos nada que temer.

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