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El sufrimiento del inocente como paradoja de la bondad de Dios

Gustavo Alberto Larumbe


Buenos Aires 2020
INTRODUCCION
El libro de Job nos introduce en uno de los misterios más profundos para el ser humano,
como es el misterio del sufrimiento del inocente.
En el primer versículo del primer capítulo queda de manifiesto que Job era realmente un
hombre justo e inocente: “Erase un hombre llamado Job que vivía en el país de Us. Era
un hombre íntegro y recto, temeroso de Dios y apartado del mal”1.
La introducción al libro de Job, presentada en la Biblia de Jerusalen, resume en pocos
renglones dicha inocencia: “Erase una vez un siervo de Yahvé, llamado Job, que vivía
rico y feliz. Dios permitió a Satán que lo probara para ver si seguía siendo fiel a pesar
de su infortunio. Herido primero en sus bienes y sus hijos, Job acepta que Yahvé se
tome lo que le había dado. Herido en su carne con una enfermedad repugnante y
dolorosa, Job sigue sumiso y rechaza a su mujer, que le aconseja maldecir a Dios”2.
Por tanto, no queda duda de la inocencia y de la rectitud de Job. Realmente se trata de
un hombre íntegro que sufre tormentos increíbles.
Es fácil, quizás, para una persona religiosa recitar el credo de su religión. Lo difícil es
vivirlo. Nos fascinan los misterios de Dios, pero cuando un misterio nos toca las fibras
más íntimas de nuestro ser empiezan las dudas.
Job nos abre la puerta a un misterio que solo podemos empezar a comprenderlo cuando
lo atravesamos.
Al realizar una primera lectura nos surgen varios interrogantes que están en lo profundo
del corazón de todo ser humano que atraviesa el dolor en algún momento de su vida.
¿Por qué sufre un inocente? ¿Qué valor tiene el sufrimiento? ¿dónde está Dios cuando el
inocente sufre? ¿El sufrimiento es efecto del pecado? O dicho de otra manera ¿Dios es
la causa del mal y del sufrimiento en el mundo? Si esta última pregunta es cierta,
entonces ¿Por qué al malvado le va bien y el justo tiene que sufrir? ¿cómo mira el
hombre el sufrimiento? Y ¿cómo lo mira Dios?
Todas estas preguntas, y muchas otras que se suscitan en nuestros corazones nos dejan
mudo ante el misterio del mal, del dolor y del sufrimiento del inocente.
Los amigos de Job, en los distintos discursos que tienen con él, tratan de dar respuesta a
estos interrogantes. Pero todas sus afirmaciones son insuficientes como para hacer una
defensa de la Justicia de Dios.
Luis H. Rivas, en el diccionario de personajes y lugares Bíblicos, al presentar la figura
de Job presenta no solo la inocencia de este, sino que es el mismo Dios que hace callar a
los amigos: “En esta obra se plantea el problema del sufrimiento del justo. Se presenta
entonces la figura de Job, un justo que no pertenece a Israel sino a algún lugar al sur de
Edom. Satán propone a Dios poner a prueba a Job para saber si su fidelidad a Dios es
auténtica. Job sufre entonces toda clase de calamidades. Tres amigos que concurren a

1
Job 1,1
2
Biblia de Jerusalen, Introducción al libro de Job
consolarlo, Elifaz, Bildad, y Sofar, dan distintas interpretaciones del origen del dolor del
hombre. Al final del libro, Dios hace callar a todos porque no han hablado con Verdad”3
El hombre desea encontrarle un sentido a la vida y a todo lo que le pasa. Cuando el
dolor nos toca también es importante encontrarle un sentido verdadero y profundo. El
dolor se agudiza cuando ese sentido no aparece.
El dolor puede ser algo profundamente oscuro en nuestra vida cuando las preguntas que
se suscitan en nuestro corazón no encuentran una respuesta. Al dolor se le añade la
angustia.
Pero el dolor puede llegar a ser algo positivo en nosotros cuando encontramos la
respuesta. Y esa respuesta es el misterio, entendiéndolo en el sentido estricto de la
palabra.
El misterio es aquello que nos deja mudo. Y frente al misterio no podemos tener otra
actitud que callar y adorar.
Cuando Dios hace callar a los amigos de Job y desde la tormenta les habla, resalta la
sabiduría de Dios, su poder sobre el mal y queda de manifiesto la ignorancia del
hombre. Es allí, ante la grandeza de Dios, que Job hace un acto de fe. Y seguido a esto,
Dios lo bendice duplicando sus bienes.
En este ensayo pretendemos mostrar que el sufrimiento del inocente es un misterio ante
el cual no hay una respuesta teórica. Es necesario atravesar el misterio, mirarlo de cara,
arrodillarnos, asombrarnos y hacer un acto de fe y abandono en sus manos,
descubriendo en el la bondad de un Dios que quiere compartir su vida con nosotros.
¿Qué sentido tiene el sufrimiento del inocente? No es un castigo, y tampoco es un
remedio, porque no hay enfermedad. Este es el problema que no se puede resolver con
la sola razón humana., es necesario hacer un acto de fe en Dios.
Dice Job “si recibimos de Dios los bienes porque no vamos a recibir los males” 4. Esta
actitud depende de nuestro amor, de un amor desinteresado. Es importante no mirar a
Dios por lo que puede darnos, sino por lo que es Él en sí mismo.
Como dijo una vez santa Teresita es importante “buscar más al Dios de los consuelos
que los consuelos de Dios”.
En definitiva, el misterio del dolor no deja de ser un misterio por el cual Dios quiere
acercarse a nosotros. Por lo tanto, el problema con el que nos encontramos aquí no es
solamente el problema del sufrimiento en sí mismo, sino su aparente triunfo sobre el
justo.
La filosofía, como la ética o la moral son incapaces de dar una respuesta a dicho
problema, de ahí que la explicación sólo pueda estar en el terreno de la fe.
La causa final de dicho ensayo no es otra, entonces, que la adoración ante el misterio
como respuesta ante la existencia del mal y del sufrimiento.

3
Luis H. Rivas, Diccionario de personas y lugares de la Biblia, Job
4
Job 2,10
Como nos aclara Queiruga en su libro Repensar el mal, “El compromiso de amor de
Dios con el hombre y el mundo nos lleva a una visión de esperanza ante el mal que
cuenta con la realidad del mal: no existe el mundo-sin-mal. Sin embargo, Dios se ha
comprometido con un amor misericordioso, en la cruz y en la resurrección de Cristo,
con la lucha contra el mal, su triunfo definitivo es realizado en la resurrección, y lo
esperamos en la vida otro-mundana, que empieza a realizarse en este mundo”5. Es decir,
Job acepto la realidad del mal y supo atravesar el escandalo para lograr una aceptación
absoluta que lo llevo a una esperanza absoluta, previendo “proféticamente” incluso
hasta la resurrexion de Cristo.

5
Queiruga Andrés Torres, Repensar el mal.
1. Acercamiento al libro de Job
Para centrarnos en el tema que nos interesa es importante tener primero una visión
general del libro, planteando luego la cuestión fundamental que nos interesa atravesar.
En la introducción al libro de Job que presenta la Biblia de Jerusalen se dice que “El
libro de Job constituye la obra maestra literaria del movimiento sapiencial en Israel”6.
¿Qué queremos decir con esto? Que el libro de Job propone un ejercicio literario como
reflexión al problema del sufrimiento contraponiéndolo a la teología clásica de la biblia
que llamamos el pensamiento deuteronomista.
Para la teología deuteronomista se volvió clásico pensar que el sufrimiento era la
consecuencia del pecado. Si el hombre sufre siempre hay un pecado detrás por eso la
insistencia en los tres diálogos y en el cuarto sobre el tema de reconocer la falta y el
arrepentimiento.
El libro de Job comienza con una historia que tiene lugar en los cielos. Dios se
encuentra allí con unas creaturas angelicales llamadas “los hijos de Dios”. En esta
primera escena Dios señala a un hombre que es justo y recto llamado Job.
Luego aparece en escena Satanás. ¿Quién es satanás? La palabra satanás literalmente
significa el adversario y es quien cuestiona la manera en que Dios está gobernando el
mundo.
Para Satanás, Job no ama realmente a Dios. Es decir, que solamente es una buena
persona porque Dios lo recompensa. Si Dios le quitara a Job todos los bienes entonces
vería que Job lo dejaría de amar.
Dios accede a este experimento y le permite a satanás que haga sufrir a Job. Primero
perdiendo su fortuna, luego sus hijos, terminando con una gran enfermedad.
El no merece nada de esto, Dios mismo lo dijo. Incluso en el capitulo 31 Job hace una
defensa de su inocencia realmente extensa.
En el capítulo tercero, Job muestra la magnitud de su dolor haciendo una extensa
maldición del día en que nació. Grande era su dolor, como grande era su justicia.
Después de esto algunos amigos de Job vienen a visitarlo y a ofrecerle su ayuda. Todos
sus amigos defienden la teología clásica deuteronomista. Si Job sufre es porque lo
merece, algo malo habrá hecho o el o sus hijos.
Sus amigos llegan, incluso a inventar listas de posibles pecados que Job debió haber
cometido. Pero después de cada acusación Job defiende su inocencia.

6
Biblia de Jerusalen, Introducción al libro de Job
Job se encuentra en una encrucijada. Lo llama a Dios, que venga en persona y se
explique a si mismo. Dios viene en forma de una gran nube de tormenta.
Hay algo sorprendente en la respuesta de Dios. Él no le da a Job una respuesta directa.
Dios lleva a Job en un recorrido por el universo. Le muestra a Job cuan grandioso es el
mundo creado y gobernado por Él mismo.
La respuesta de Dios es un poco extraña. Pero es una respuesta que Job si entiende: la
sabiduría Divina es infinitamente más grande que la inteligencia humana.
Esto deja a Job en una condición de humildad. Job nunca supo porque sufrió y sin
embargo es capaz de vivir en paz con Dios.
Pero no es ahí donde termina el libro porque después de esto Dios le restaura el doble de
lo que perdió. Ahora ¿es esto una recompensa? No. La pérdida no era un castigo, como
tampoco era un premio el devolverle el doble.
Dios en su sabiduría decidido hacerle un regalo a Job, no sabemos por qué. Pero lo que
si sabemos es que Job esta transformado, sin importar lo que suceda es una persona que
puede confiar en Dios.
Como hemos podido observar, el atrevimiento de la propuesta del libro de Job, es
cuestionar lo clásico de la teología deuteronomista, planteando en un punto la paradoja
de un hombre inocente y amante de Dios que sufre, sin quitar la mirada a lo escandaloso
del sufrimiento.
En la contemplación del misterio y ante la gloria y sabiduría de Dios el hombre es
doblegado. En el éxtasis de la contemplación de Dios está la respuesta final.
2. Concepciones erróneas sobre el problema del mal
Los amigos de Job quieren realmente responder al problema del sufrimiento. Se
constituyen “Abogados defensores de la justicia de Dios”. En sus respuestas vemos
encarnada la teología clásica deuteronomista: “Si Job sufre es por algún pecado”.
Poner textos de la teología deuteronomista
Ahora, en realidad no hacen más que preservar la imagen de Dios que tienen en su
mente, en el que no hay espacio para preguntas que nos pongan de frente al escándalo.
Veamos la postura de estos amigos que tratan de hacer una defensa de Dios.
Podemos resumir la defensa que Elifaz hace de Dios a lo largo de todos sus discursos en
cinco puntos clásicos:
El inocente no puede perecer: “¡Recuerda! ¿Qué inocente jamás ha perecido? ¿dónde
han sido los justos extirpados?”7. El pecado provoca el castigo: “Así lo he visto: los que
labran maldad y siembran vejación, eso cosechan Bajo el aliento de Dios perecen éstos,
desaparecen al soplo de su ira”8. Dios encuentra faltas en todo hombre: ¿Cómo puede
ser puro un hombre? ¿cómo ser justo el nacido de mujer? Si ni en sus santos tiene Dios

7
Job 4,7
8
Job 4,8-9
confianza, y ni los cielos son puros a sus ojos” 9. El sufrimiento está ordenado a la
corrección: “¡Oh sí, feliz el hombre a quien corrige Dios! ¡No desprecies, pues, la
lección de Sadday! Pues él es el que hiere y el que venda la herida, el que llaga y luego
cura con su mano”10. El sufrimiento conduce a la prosperidad: “Seis veces ha de librarte
de la angustia, y a la séptima el mal no te alcanzará. Durante el hambre te salvará de la
muerte, y en la guerra, del alcance de la espada. Estarás a cubierto del punzón de la
lengua, sin miedo a la devastación, cuando se acerque”11. (5,19-26).
Bildad en sus discursos defiende los intereses de Dios, al cual se le haría injuria sólo
con poner en duda su gobierno providencial: (25,1-6; 26,5-14).
Se apoya en la tradición (8,8-10).
Sofar es abiertamente agresivo, sutil y pesimista. No apela a otra autoridad que a la suya
propia (20,2; 24,25). Aborda a Job con violencia (11,2-4).

Esto exaspera un poco mas a Job agregando mas dolor a Job. A su perdida. (Cfr.
kierkegaard)Los lirios del campo y las aves del cielo: tema del consuelo: el callar es
respeto al dolor. Los amigos perdieron respeto al hablar. Los lirios y las aves son
maestros que no hablan. Los amigos de job no se comportaron como lirios y aves,
quisieron ser eruditos y dar explic. Job necesitaba haber conocido esta predicación de
cristo hablar de los grandes maestros lirio y aves, en la contemplación de ellos hubiera
aceptado el misterio y se hubiera confiado a las manos del creador

Aceptar la inocencia de Job supondría abrir una grieta peligrosa en un universo cerrado,
seria aceptar el escandalo: «Mis reflexiones me mueven a replicarte por la inquietud que
hay dentro de mí. Escucho doctrinas que me molestan», replica Sofar a Job (Job 20,2-
3).

Job proclama su inocencia. Su comportamiento virtuoso es, además, público y notorio.


Pero no hay espacio para los datos que no entran en nuestro esquema: la realidad que
contraviene nuestra medida debe ser reinterpretada.

La afirmación de Dios en el último capítulo, dirigiéndose a Elifaz —«Estoy irritado


contra ti y contra tus dos compañeros, porque no habéis hablado rectamente de mí,
como lo ha hecho mi siervo Job» (Job 42,7)—, contiene un juicio revolucionario en el
contexto mesopotámico de la obra. ¿Cómo es posible que Dios se vuelva contra
aquellos que pretendían defenderle? De un plumazo, Dios echa por tierra la teoría de la
retribución, que ligaba el sufrimiento de los hombres a las faltas cometidas. Con este
juicio, libera a la razón de un freno secular y le vuelve a dar todo su espacio natural, el
del porqué, el de la búsqueda de significado.

La diferencia esencial entre Job y sus amigos está en que el hombre de Us concibe a
Dios como alguien vivo (el Ser del que es deudor todo ser), con quien entabla un

9
Job 15,14-16
10
Job 5,17-18
11
Job 5,19-21
combate del que espera respuesta para una pregunta lacerante. Los tres amigos de Job,
por su parte, reducen a Dios a una fórmula que apaga toda pregunta.

3. La respuesta de Dios

El libro de Job todavía nos reserva algunas sorpresas. Ante todo, Dios tiene que
responder a la pregunta sobre la injusticia y el sufrimiento, y su respuesta, de hecho, se
hace esperar: no aparece hasta el final, ocupando los cuatro últimos capítulos de la obra
(Job 38-41), antes del epílogo.

Con una profunda ironía comienza una batería de preguntas que no esperan respuesta y
que se prolonga durante cuatro capítulos. Ante un Job que empequeñece por momentos,
Dios va desgranando todas las maravillas y los misterios de la creación, preguntando al
hombre de Us por su origen, que, sin duda, debe conocer, vista su voluntad de presentar
enmiendas a la lógica divina:

«¿Dónde estabas cuando cimenté la tierra?

Cuéntamelo, si tanto sabes.

¿Quién señaló sus dimensiones

(¡seguro que lo sabes!)

o le aplicó la cinta de medir?

¿Dónde encaja su basamento

o quién asentó su piedra angular

entre la aclamación unánime

de los astros de la mañana

y los vítores de los hijos de Dios?» (Job 38,4-7).

Cerrado este interrogatorio —que se prolonga hasta el final del capítulo 41— se acaba
la intervención divina. ¿Qué ha respondido Dios a la pregunta sobre la injusticia y el
sufrimiento inocente? Resulta curioso que el libro de Job ha quedado en el imaginario
popular como paradigmático del sufrimiento injusto. Sin embargo, si preguntáramos a la
gente cómo responde Dios al grito de Job, obtendríamos un embarazoso silencio por
respuesta. Alguno incluso preguntaría: «¿Pero Dios responde en ese libro?». No
estamos ante un caso de incultura popular. Los mismos especialistas se muestran
perplejos ante la «respuesta» de Dios. ¿Qué sentido tiene responder con una
pormenorizada descripción de las maravillas de la naturaleza a cuestiones que tienen
que ver con la libertad en el orden moral?

Un buen número de biblistas cree que Dios no responde a Job, probablemente porque
los capítulos dedicados a la intervención divina nada tenían que ver, en su origen, con la
pregunta y el drama del hombre de Us. En el largo y complejo proceso de redacción de
la obra estos capítulos habrían «aterrizado» en su lugar actual viniendo de otro sitio.
«La divinidad que aparece en las nubes no aporta respuesta alguna al alma atormentada
y el poema sobre la naturaleza, por muy objetivo y bello que sea, no puede sanar un
corazón herido» (P. Volz). «Verdaderamente, si estos capítulos no estuvieran donde
están, a nadie se le ocurriría meterlos ahí» (M. Jastrow). «[No veo] nada que no hayan
dicho los amigos de Job después de mucho tiempo; […] tres horas de ciencias
naturales…» (L. Steiger). «YHWH responde a cuestiones morales con la Física» (E.
Bloch). Incluso se ha llegado a calificar de «irrelevante» el discurso divino: «Parece
tratarse de algo verdaderamente irrelevante: es como agitar un sonajero ante un niño que
llora, para distraerle del hambre» (R.A.F. MacKenzie).

Algunos exégetas, sin embargo, se dejan interpelar por el hecho de que el discurso
divino resultó eficaz para Job. Gerhard von Rad recoge la reacción (de perplejidad) de
sus colegas para terminar sentenciando que «lo que no es tan seguro es que los
contemporáneos [de la obra] hayan experimentado idéntica reacción (…). De hecho, el
propio Job llegó a comprender el significado del discurso con mucha mayor rapidez y
sin tantas complicaciones como encuentra el lector moderno». Dicho de otro modo,
¿acaso no es nuestra mentalidad moderna lo que nos impide captar la respuesta que Dios
dirige a Job? Los que leían esta obra hace más de dos mil años (o hace mil),
¿experimentaban la misma perplejidad que nosotros? El dato que debemos aceptar, si
queremos respetar el hilo argumentativo del libro, es que Job se sintió corregido
por la intervención divina: «Te conocía solo de oídas, pero ahora te han visto mis
ojos; por eso, me retracto y me arrepiento, echado en el polvo y la ceniza» (Job
42,5-6).

Visto que Job se ha sentido corregido, deberíamos dirigirle a él la pregunta: «¿En qué
sentido la intervención divina responde a tu alegato?». Si volvemos nuestra mirada al
cine y no a la exégesis bíblica o a la literatura, podemos encontrar un eco lejano de
aquella respuesta que viene de lejos, del país de Us. El cineasta T. Malick firma una
prodigiosa película, “El árbol de la vida” (2011), cuyo hilo argumentativo sigue el
alegato de Job. Desde el primer fotograma, que presenta una frase fija sacada del
libro bíblico («¿Dónde estabas cuando cimenté la tierra (…) entre la aclamación
unánime de los astros de la mañana y los vítores de todos los ángeles?», Job 38,4.7),
seguido por el drama de una familia que pierde a un hijo, toda la película está
atravesada por la pregunta sobre el misterio del dolor, de las injusticias, de la
muerte. Pero lo que sorprende en Malick es la atención que, en su película, dirige a
la intervención divina en el libro de Job, que pretende salir al encuentro de aquel
misterio.

La dinámica del dolor había llevado a Job a plegarse sobre sí mismo. A su vez, la
potencia de la razón, que no descansa en su búsqueda de razones, había alzado a
Job, sordo a todo lo que le rodeaba, a la altura de Dios. Llegado a la presencia del
Altísimo, este le levanta la vista para que pueda «darse cuenta» de lo que le rodea:
su creación. ¿Qué tiene de «interesante» la creación? ¿En qué sentido su
contemplación puede corregir a Job? ¿Qué dato nuevo introduce en el razonar del
hombre de Us?
Pero ¿y el dolor? ¿Y las injusticias sufridas? ¿Y el niño devorado por los perros de
la novela de Dostoyevski? La pregunta no se ha cerrado, la herida sigue abierta.
Ahora, sin embargo, se convierte en el llanto de un niño delante de su madre. De
hecho, Job baja de la incómoda cátedra y ocupa su puesto en el pupitre de la
escuela. Ahora es él quien dirige sus preguntas a Dios: «Escúchame, pues, que voy
a hablarte, yo te preguntaré y tú me instruirás» (Job 42,4). Y aquí se acaba el
libro. Podemos imaginar las preguntas de Job, pero no las respuestas divinas. En
este sentido estamos ante un libro abierto, como todo el Antiguo Testamento es un
libro abierto, en busca de cumplimiento.

Tres estadios:
porque los amigos de job erraban siempre en las respuestas. Porque no lo entendían. Job
no estaba ni en un estadio estético, ni ético, sino en un estadio religioso
Ejemplo de la persona estética: don juan tenorio, como el que vive de lo superfdicial, es
decir del aplauso del mundo. El ético lo pone a Sócrates que muere antes de ir en contra
de sus principios (aquí se situan los amigos de Job con sus planteos éticos) y en el
estadio religioso como modelo esta Abraham que escucha una voz singular que le habla
a el y que nadie puede entenderlo como es el sacrificio de Isaac. Algo que parece
totalmente antiético. Hay un encuentro personal con Dios.
Job estaba acendiendo a un estadio religioso y por eso los amigos se quedaban afuera.
No lo podían entender.
El escandalo y la paradoja:
los amigos querían sortear el escandalo del dolor del justo. Evitarlo. Rodearlo.
Puentearlo. Job sigue cuestionando y mira e3l escandalo de frente: el escandalo es el
justo no puede sufrir. El justo es bendecido y el era un hombre justo, eso es un
escandalo. Job se anima, tiene el valor de mirar de frente el escandalo, lo contradictorio,
lo paradojal. Se atreve, transita ese camino, quizás no d ela mejor manera, quizás lo
transita con enojo. Pero lo transita y lo mira de frente
Migajas filosóficas o un poco de filosofía: la nocion de escandalo como categoría
kierkegardiana, tomada de la exegesis, nos clarifica muy bien l apostura tanto d ellos
amigos como de Job. Que es escandalo? Tiene que ver con lo paradojal que
aparentemente son posturas irreconciliables, lo que la mente humana no puede aferrar o
comprender.
El escandalo es la aceptación de no llegar a un concepto acabado y absoluto y tener que
llegar a aceptar que la vida es mas una nocion que un concepto.

El escandalo es aceptar la contradicción. Aceptar que no podemos dar


explicación de todas las cosas, y en definitiva es aceptar el misterio. Implica una
actitud fundamental como la humildad.

Lo que le paso a Job que después de escuchar a Dios fue humilde.


Los amigos de Job parecen haber sido profetas, no de cristo sino de la
modernidad: el “cogito ergo sum” cartesiano como fundante de la modernidad.

La soberbia de creer que uno conoce todo y conoce lo absoluto. El pecado del
antropocentrismo: el hombre como centro.

El hom,bre no puede comprenderlo todo y no es el centro del universo (de ahí la


respuesta de Dios)

La paradoja: lo paradojal atraviesa toda la biblia. Como puede ser que a job
todo lo que le paso siga amando mas a Dios. todos los relatos bíblicos están
atravesados por temas paradojales

Alejamiento de Dios: mentalidad deuteronomista, ver el castigo es ver que Dios lo


rechazaba. El mayor dolor de Job: dios mio dios mio porque me has abandonado.

Mas que el dolor físico era un dolor moral. Sufrimiento de Israel desterrado: “lloramos
junto al rio en babilonia”
El dolor moral. salmo 68, 21 del que se siente abandonado
Si Dios lo abandona es igual que no lo ama. La angustia

4. Tres posturas ante el escandalo


a. Lo que hicieron los amigos de Job:
tratan de esclarecer, tratan de conceptualizarlo, atraparlo, aprehenderlo. Poseerlo.
Dominarlo. La mente dominadora en la aclaración y negación de todo misterio: no hay
misterio ya que de no poder aprehenderlo la mente queda con una cierta ansiedad.
Quizás para evitar la ansiedad que genera en ellos el no poder dilucidar las cosas.
El pecado de los amigos de job es el pecado de la ciencia moderna. Descuidando lo
ético de la técnica busca romper para conocer y la pregunta es hasta donde se nos
permite romper las cosas, lastimarlas para conocerlas.
Niegan el misterio, niegan el escandalo.
b. La que observamos en varias partes de la biblia: mirar el escandalo sin aceptar
Los que caen en una suerte de escandalicidio (neologismo matar el escandalo). Los que
entienden que es algo escandaloso. Es escandalo que un justo sufra, no lo niegan, pero
no hay aceptación. Realmente hay un escandalo, si dios es bueno porque permite el
mal? Si dios me ama y es bueno porque permite que sufra?
No se resuelve el problema del escandalo: Dios es bueno y Job es Justo.
Esta postura es de aquellos que ven el escandalo pero lo matan.
Este Dios me escandaliza: me asusto de este Dios. no comprendo como puede obrar asi
un Dios que creo justo. No es el mismo Dios de nuestros padres, Abraham Isaac y
Jacob. No es el Dios de los patriarcas. Es como matarlo.
c. La actitud de Job
Miro el escandalo, lo atravesó y lo supero. Los pimeros lo rodean, los segundos se
chocan muriendo en el intento sucumben el escandalo, job lo lo mira de frente,atraviesa
y lo supera.
5. La encrucijada en la vida de Job
Dios lo llama desde la encrucijada de su vida. TEXTOS ENCRUCIJADA DE
KIERKEGARD

Job atraviesa el escandalo: lo que no se puede comprender


Sonia fernandez Vidal. Física quántica. Creación. Misterio. En relación con otras
ciencias.
Concepción de humildad ante la grandeza de Dios: humildad sentirse pequeño.
Silencio. Donde uno escucha una voz. Como job. Estadio del ser humano estético,
ético y religioso, aquí entra en una dimensión Misteriosa, participa del misterio.
(Oscar cuervo, el silencio, la voz)
Final: Los castigos no son meritorios por el pecado, como los reglaos tampoco son
meritorio de nusestras acciones sino por el amor que nop tiene motivos: esto se
fundamente en que quiere:
Los problemas que presenta el libro
El tema del mal
Para centrarnos en el tema que nos interesa es importante tener primero una visión
general del libro, planteando luego el problema que intentaremos resolver y dar
respuesta.
La Biblia de Jerusalen, en la introducción al libro de Job, nos puede servir a dicho
propósito:
“El libro de Job constituye la obra maestra literaria del movimiento sapiencial en Israel.
Comienza con una narración en prosa. Erase una vez un siervo de Yahvé, llamado Job,
que vivía rico y feliz. Dios permitió a Satán que lo probara para ver si seguía siendo fiel
a pesar de su infortunio. Herido primero en sus bienes y sus hijos, Job acepta que Yahvé
se tome lo que le había dado. Herido en su carne con una enfermedad repugnante y
dolorosa, Job sigue sumiso y rechaza a su mujer que le aconseja maldecir a Dios.
Luego, llegan tres amigos suyos a compadecerle: Elifaz, Bildad y Sofar, 1-2. 
Después de este prólogo se inicia un amplio diálogo poético que forma el cuerpo del
libro. Primero es una conversación entre cuatro: en tres ciclos de discursos, 3-14, 15-21,
22-27, Job y sus amigos contraponen sus concepciones de la justicia divina; las ideas
avanzan aparentemente sin excesiva sujeción a un plan, gracias a una luz que se
concentra intensamente sobre los principios establecidos ya desde el comienzo.
Elifaz habla con la moderación de la edad y también con la severidad que puede dar una
larga experiencia de lo que son los hombres; Sofar se deja llevar por arrebatos de la
juventud; Bildad es un hombre sentencioso que se mantiene en un término medio. Pero
los tres defienden por igual la tesis tradicional de la retribución terrestre: si Job sufre, es
que ha pecado; puede creerse justo en su fuero interno, pero no lo es a los ojos de Dios.
Ante las protestas de inocencia de Job se limitan a endurecer su postura. A estas
consideraciones teóricas, Job opone su dolorosa experiencia y las injusticias que llenan
el mundo. Lo repite sin cesar, y sin cesar choca con el misterio de un Dios justo que
aflige al justo. No avanza, forcejea en la noche. En su confusión moral tiene gritos de
rebeldía y palabras de sumisión, al igual que tiene momentos de crisis y de alivio en su
sufrimiento físico. Este movimiento alternativo alcanza dos cumbres: el acto de fe del
cap. 19 y la protesta final de inocencia del cap. 31. Entonces interviene un nuevo
personaje, Elihú, quien a la vez desautoriza a Job y a sus amigos y trata de justificar la
conducta de Dios con una elocuencia difusa, 32-37.
Le interrumpe el propio Yahvé, que responde a Job «desde el seno de la tempestad», es
decir, en el marco de las antiguas teofanías, o que más bien se niega a responder, porque
el hombre no tiene derecho a juzgar a Dios, que es infinitamente sabio y omnipotente, y
Job reconoce que ha hablado neciamente, 38 1 - 42 6. El libro concluye con un epílogo
en prosa: Yahvé censura a los tres interlocutores de Job y devuelve a éste hijos e hijas,
junto con sus bienes duplicados, 42 7-17”12
Realizando una primera lectura del libro salta a la vista el tema fundamental del mismo:
El problema del sufrimiento del inocente y el deseo por una respuesta. A lo largo del
mismo van surgiendo distintos interrogantes: ¿el sufrimiento es un castigo a nuestros
pecados? ¿es un remedio ante el orgullo o a posibles pecados futuros? ¿Dios es injusto?
¿Qué valor tiene el sufrimiento?
Cabe ahora, hacernos una última pregunta: ¿Cuál es el problema que queremos plantear
a la luz de la lectura de este libro? No se trata simplemente del problema del sufrimiento
del inocente, sino de la respuesta que Dios nos pide ante el dolor.
Realidad del sufrimiento
Todo hombre desea alcanzar la felicidad y la dicha. Es un deseo grabado en el corazón.
Pero hay algo que no podemos ignorar: El sufrimiento es una realidad que todo ser
humano atraviesa en algún momento de su vida y se pregunta el porqué.
Cornelio Fabro, en el libro “Drama del hombre y misterio de Dios”, lo describe de la
siguiente manera:
“Dolor, sufrimiento, ignorancia, perversión, vicio, desesperación, fracasos,
incomprensiones, fallos… y muerte constituyen el horizonte de lo que la humanidad ha
12
Biblia de Jerusalen, Introducción al libro de Job
llamado y antes que nada experimentado como el «Problema del mal». Es un problema
que, de ordinario, se queda en la superficie, al menos en la tradición de la filosofía
occidental, la cual prefiere partir del ser y del bien para orientarse al punto hacia la
ciencia y la praxis, para vivir y gozar de la vida y sólo en un segundo tiempo, cuando la
vida se encierra en sus laberintos, advierte el mal y se irrita ante el obstáculo y se
desespera con el dolor. Así como el filosofo advierte antes la presencia del ser, se
complace en contemplar el perenne surgir de sus formas y el desplegarse de la libertad
en la historia… y sólo en un segundo tiempo, ante los cataclismos de la naturaleza (por
ejemplo, el terremoto de Lisboa para Voltaire) y los extravíos de la historia y de sus
protagonistas, se halla encajado en el mal y se pregunta con Plotino: «¿De dónde
procede el mal?»”13.
El grito de Job es el grito de toda la humanidad, un grito dirigido a Dios: “Dame a
conocer por qué te querellas contra mí. ¿Es que te agrada oprimirme, despreciar la obra
de tus manos y favorecer los planes de los impíos?14.
Decía Kierkegaard: “¡Habla tú, pues, Job inolvidable, portavoz fiel y valiente de todos
los afligidos! (…) ¡Tengo necesidad de ti, oh Job! Necesito un hombre que se lamente
en voz tan alta que se le oiga en el cielo”15.
La realidad de Job
La misma vida de Job nos enseña que el sufrimiento no puede ser un castigo. Él es
quien declara su misma inocencia. Quedando de manifiesto que su sufrimiento es el de
un inocente
Luego de perder todos sus bienes, al final del primer capitulo, hablando de Job, se dice:
“En todo esto no pecó Job, ni profirió la menor insensatez contra Dios 1,22
Y en el segundo capitulo después de ser herido en su carne y no aceptar el consejo de su
mujer se dice: “En todo esto no pecó Job con sus labios”. 2,10
Todo el capitulo 31 es una gran muestra de la inocencia de Job. Hombre justo, no
solamente inocente, sino también lleno de misericordia:
Sobre su inocencia
Sobre su misericordia
“Había hecho yo un pacto con mis ojos, y no miraba a ninguna doncella. Y ¿cuál es el
reparto que hace Dios desde arriba, cuál la suerte que manda Sadday desde la
altura? ¿No es acaso desgracia para el inicuo, tribulación para los malhechores? ¿No ve
él mis caminos, no cuenta todos mis pasos? ¿He caminado junto a la mentira? ¿he
apretado mi paso hacia la falsedad? ¡Péseme él en balanza de justicia, conozca Dios mi
integridad!. Si mis pasos del camino se extraviaron, si tras mis ojos fue mi corazón, si a
mis manos se adhiere alguna mancha, ¡coma otro lo que yo sembré, y sean arrancados
mis retoños! Si mi corazón fue seducido por mujer, si he fisgado a la puerta de mi
prójimo, ¡muela para otro mi mujer, y otros se encorven sobre ella! Pues sería ello una

13
Cornelio Fabro, Drama del hombre y misterio de Dios, Problema y misterio del mal
14
Job 10,2-3
15
Kierkegaard, La repetición
impudicia, un crimen a justicia sujeto; sería fuego que devora hasta la Perdición y que
consumiría toda mi hacienda. Si he menospreciado el derecho de mi siervo o de mi
sierva, en sus pleitos conmigo, ¿qué podré hacer cuando Dios se levante? cuando él
investigue, ¿qué responderé? ¿No los hizo él, igual que a mí, en el vientre? ¿no nos
formó en el seno uno mismo? Me he negado al deseo de los débiles? ¿dejé desfallecer
los ojos de la viuda? ¿Comí solo mi pedazo de pan, sin compartirlo con el
huérfano? ¡Siendo así que desde mi infancia me crió él como un padre, me guió desde el
seno materno! ¿He visto a un miserable sin vestido, a algún pobre desnudo, sin que en
lo íntimo de su ser me bendijera, y del vellón de mis corderos se haya calentado? Si he
alzado mi mano contra un huérfano, por sentirme respaldado en la Puerta, ¡mi espalda
se separe de mi nuca, y mi brazo del hombro se desgaje! Pues el terror de Dios caería
sobre mí, y ante su majestad no podría tenerme. ¿He hecho del oro mi confianza?, o ¿he
dicho al oro fino, Tú, mi seguridad? ¿Me he complacido en la abundancia de mis bienes,
en que mi mano había ganado mucho? ¿Acaso, al ver el sol cómo brillaba, y la luna que
marchaba radiante, mi corazón, en secreto, se dejó seducir para enviarles un beso con la
mano? También hubiera sido una falta criminal, por haber renegado del Dios de lo
alto. ¿Del infortunio de mi enemigo me alegré, me gocé de que el mal le alcanzara? ¡Yo
que no permitía a mi lengua pecar reclamando su vida con una maldición! ¿No decían
las gentes de mi tienda: «¿Hay alguien que no se haya hartado con su carne?» El
forastero no pernoctaba a la intemperie, tenía abierta mi puerta al caminante. ¿He
disimulado mis culpas a los hombres, ocultando en mi seno mi pecado, porque temiera
el rumor público, o el desprecio de las gentes me asustara, hasta quedar callado sin
atreverme a salir mi puerta? ¡Oh! ¿quién hará que se me escuche? Esta es mi última
palabra: ¡respóndame Sadday! El libelo que haya escrito mi adversario pienso llevarlo
sobre mis espaldas, ceñírmelo igual que una diadema. Del número de mis pasos voy a
rendirle cuentas, como un príncipe me llegaré hasta él. Si mi tierra grita contra mí, y sus
surcos lloran con ella, si he comido sus frutos sin pagarlos y he hecho expirar a sus
dueños, ¡en vez de trigo broten en ella espinas, y en lugar de cebada hierba hedionda!
Fin de las palabras de Job”16.
A pesar de ser inocente, el sufrimiento no se aparto de su puerta. Pero lo peor quizás no
haya sido el sufrimiento en si mismo, sino el silencio de Dios. Job, herido en sus bienes
y en su misma carne, pedía respuestas, se quejaba a Dios a semejanza de como lo hacia
el salmista en el salmo 21:
“Dios mío, de día clamo, y no respondes, también de noche, no hay silencio para mí.
¡Mas tú eres el Santo, que moras en las laudes de Israel!. En ti esperaron nuestros
padres, esperaron y tú los liberaste; a ti clamaron, y salieron salvos, en ti esperaron, y
nunca quedaron confundidos. Y yo, gusano, que no hombre, vergüenza del vulgo, asco
del pueblo, todos los que me ven de mí se mofan, tuercen los labios, menean la
cabeza”17.
Una clara imagen de las heridas de Job. Herido en sus bienes, herido en su carne y lo
peor y más angustiante de todo, sentirse abandonado y lejos de Dios.

16
Job 31,1-40
17
Salmo 21,1-8
Al ver la inocencia de Job, surge naturalmente una pregunta ¿Puede Dios ser injusto con
Job? Sus amigos intentan responder esta cuestión sin resultados.
Las respuestas insuficientes

Frente al grito angustiante de Job surgen los amigos que intentan jugar el papel de
abogados defensores de Dios.

Los amigos de Job tratan de responder a estos mismos interrogantes en tres maneras,
que no dejan de ser las mismas.
El mal como producto del pecado
El mal como remedio del pecado

Insuficiencia de las explicaciones de los amigos (ejercitación del cristianismo: las


razones no son conclusivas. Se dirime en un salto de la fe)
categorias kierkegaard
Paradoja:
Tres estadíos
Escandalo

Entonación
Apropiación
Categoría aristotélica: causa efecto
Categoría estar: en escanone

conclusión
Encrucijada- misterio
Dios nos llama desde la encrucijada de la vida. Hay dos caminos que se cruzan donde
uno no sabe donde ir. Hay una especie de perplejidad, de angustia, y de dolor personal
porque nos sentimos nos sentimos tironeados desde dos fuerzas similares. Dios llama
desde el peor momento
A Job lo llama desde el peor momento
MISTERIO
Dicccionario Teologia Biblica
 
“El término "misterio" se utiliza tradicionalmente en el lenguaje cristiano con múltiples
acepciones. Encontramos un uso técnico particularmente en dos ámbitos diversos: sobre
todo a nivel intelectual, indica la inaccesibilidad de los contenidos fundamentales de la
revelación divina por parte de la lógica humana natural, que por eso mismo cede el paso
a la / fe;
b) Los constitutivos del misterio. De los textos citados se deduce que el misterio no es
unívoco, sino que lleva consigo toda una pluralidad semántica, que vamos a intentar
descomponer brevemente a continuación.
Hay, en primer lugar, un componente teológico. El misterio, aunque revelado, es "de
Dios" (cf 1Cor 2,1; Col 2,2). Esto significa no sólo que el misterio pertenece a la esfera
de lo divino, sino sobre todo que la aproximación a él es también a la vez un
acercamiento a Dios mismo”.

Gratuidad de la elección de Dios


Si recibo de Dios los bienes porque no los males. Dios es libre. El libro de Job es un
acercamiento al misterio insondable de Dios como supremo absoluto de todas las cosas,
y el ser humano una creatura que muchas cosas se les escapa como el misterio del mal
Mirada de Dios: Faustina: acercarlos y hacerlos amigos
Los santos
Acto de fe
Se dejo de preocupar job por el dia del mañana: Kierkegaard aves del cielo…-
Gracias por venir hoy. Poner todo en las manos de Dios
Conclusion
Haciendo una primera lectura del libro de Job, podemos caer en el error de querer tratar
el tema del sufrimiento intelectualmente.
Alonzo shoekel, en la introducción al libro de Job que trae en la biblia de nuestro
pueblo, comenta que un problema es algo que está frente a nosotros. Basta con ordenar
sus piezas y darle un sentido. Pero con el misterio pasa algo totalmente diferente. El
misterio “es una situación en la que «yo», en tanto que persona humana irrepetible y
única, me encuentro tan sumergido que no puedo distanciarme de él lo suficiente como
para contemplarlo «ahí, fuera de mí»”18.
Un problema, según alonzo shoekel, es algo que está para ser resuelto, mientras que “los
misterios son para ser vividos y vividos en relación con otros”19.

18
Luis alonzo shoeke, la bilia de nuestro pueblo, 1309
19
ibidem
Por eso que la pena más grande de Job no es el sufrimiento en sí mismo, sino que surge
de la confusión acerca de su relación con Dios. Alonzo shoekel se hace una pregunta
que muestra el dolor más grande de Job: “¿Es Dios realmente su enemigo?
Este dolor de Job lo podemos ver en la pregunta que el mismo le hace a Dios: ¿por qué
me ocultas tu rostro y me tienes por enemigo?20.
La respuesta a esta pregunta la da el mismo Dios en sus discursos. Dice Alonzo shoekel
que “El mero hecho de que el Señor responda muestra claramente que ha estado
presente, escuchando todo el tiempo, es decir, manteniendo y afirmando una relación.
Job no sabrá nunca el porqué de sus sufrimientos, pero sabe que no está solo, y esto le
da la fuerza para sobrellevar la lucha. Y así, el punto de mira del libro es menos un
problema de teología y más un misterio de fe: nuestra relación existencial con Dios […]
Dios y nuestra relación con Él son realidades demasiado grandes y profundas como para
ser reducidas o abarcadas por razonamientos intelectuales”21.
Los amigos de Job trataron el tema del sufrimiento como un problema y no como un
misterio. El error de ellos fue el de “buscar todas las referencias de Dios en el pasado,
sin comprender que el Dios bíblico nos está siempre sorprendiendo e impulsándonos
hacia la novedad del futuro (cfr. Gn 12,1-3). Es en esa frontera misteriosa de la novedad
y de la sorpresa donde Dios esperaba a su amigo y su amigo no le ha fallado. Job ha
hablado de su experiencia personal (la del misterio) con sinceridad y rectitud, y
justamente por eso, ha sido capaz de hablar de Dios de la misma manera. En definitiva,
Job se ha portado como un hombre de fe; sus amigos no han pasado de ser personas
superficialmente pías”22.
Job desea encontrarse con Dios y la prueba por la que está atravesando la vive ante todo
como una cuestión sobre Dios.
Ante el mal, el dolor, el sufrimiento, muchas veces nos preguntamos el porqué del
silencio de Dios. y aquí surge una vez más la paradoja.
El silencio de Dios, según Jean Leveque, es una oportunidad que Dios mismo le da a
Job. Una oportunidad ya sea para el rechazo o la aceptación. El silencio de Dios es un
“espacio para la huida o para la búsqueda, pero de todas formas un espacio de libertad.
Lo que es locura de Dios es más sabio que el hombre, y lo que Job siente la tentación de
tomar por Cinismo constituye de parte de Dios la más sana y la más atrevida de las
pedagogías. Dios finge retirarse, pero es para que Job pueda marchar hacia Él, Dios
escoge mostrarse lejano, pero es para que Job pueda rehacer a lo largo de su vida los
primeros pasos de la esperanza y de hecho Job, sin saberlo, se ha acercado a Yahvé,
pero le faltaban fuerzas para atravesar definitivamente el escándalo y decirle a Dios un
sí incondicional. Por eso Dios sale al encuentro de su servidor. Entonces, confortado en
su libertad de hombre, ya que Dios se sitúa delante de él como compañero, Job acepta
entrar por la fe en la lógica del amor creador de Dios”23.

20
Job 14,24
21
Luis alonzo shoeke, la bilia de nuestro pueblo, 1309
22
Ibidem, 1310
23
Jean Leveque, Job el libro y el mensaje, 2 ed., verbo divino pamplona 1987, paginas
Concepto de misterio
El dolor
Job inocente
Sufrimiento del inocente: al que no tenia pecado… salmo 68,21
Alejamiento de Dios

La paradoja
Diferencia causa-Permision
DESARROLLO

Frente al mal solo queda el asombro: temor y temblor. Contemplación amorosa y


confiada ponernos de rodillas al misterio, la vida es un misterio
Silencio pacifico no, sino de alabanza: si recibimos los bienes porque no los males. Esto
depende del amor.
Rivas introducción a la biblia
Portada
Introducción:
punto de llegada: la bondad de Dios que todo lo permite para el bien de la creatura
todo ocurre para el bien de los que aman en Dios
“el sufrimiento del inocente como paradoja de la bondad de Dios”
- El sufrimiento para acercarme al otro:
- BUSCAR ALGO EN PAPA FRANCISCO Y TUCHO FERNANDEZ
- Paradoja:
- Concepto del misterio: no se puede explicar a fondo el tema del mal. Como
también es un misterio la idea del bien en Dios
- Diferencia causa-permisión
- Referencia bíblica dentro del a.t.
- Al que no conoció pecado dios lo hizo pecado
- Salmo 68, 21 sufrimiento del inocente
- Dios mira con amor al que sufre ver salmos
- El dolor del inocente: en la realidad: donde esta Dios en el pobre, en el que esta
solo
- Los tres estadios
- Alejamiento de DE Dios: lo sufrió Jesús, los sufrieron los santos y nosotros y
job.
- Faustina kowalska: diario: pruebas enviadas por dios a un alma particularmente
amada… tentaciones y oscuridades.
- San frco de sales
- San Carlos de sezze
- Madre teresa de Calcuta
- Job hace un acto de fe: ante el misterio debemos abandonarnos en el. Se entrega
- Acepta la paradoja y el misterio: y la bendición viene después de la aceptación
- El escandalo en kierkegard: ejercitación del cristianismo. El que no niega el
escandalo y lo atraviesa es el que lo supera. No se trata de negar, ni de mirar
hacia otro lado, la única forma es atravesar el misterio y aceptarlo. Animarse a
mirar el escandalo y atreverse a mirarlo. Como categoría kierkegardiana.
- Escandalo: se supera con un acto de fe: el escandalo es contradicción. Es algo
que no puede ser, lo que no puede entenderse: se supera atravesándolo desde la
fe: lo miro de frente: rasgasme la vestidura o atravieso con la aceptación: abierto
a lo paradojal, a lo que parece contradictorio.
- Entonación: el dolor es subjetivo, cada uno lo sufre, es aslgo intimo entre Dios y
la persona. Porque puedo decir que es malo lo que le paso a job, porque es algo
intimo entre Dios y Job. Es algo religioso. No esta en el plano ético o mortal,
sino que tiene un mensaje propio, el contenido es distinto.
- Fabro el problema del mal
- Afán de los amigos por explicar todo: job no entra en el manual de ellos. Job
sdale fuera de lo común. Cada uno es único irrepetible. Kierkegard diario intimo
15 mayo
- Castellani: job
- La vida de kierkegard se sintió condenado. Haber creido una maldición de dios.
Mpastando se enoja con dios y lo insulta. Se creía maldito de Dios como castigo
Pagina 54 introduccion a job: no existe el dolor en singular. Sucede en el estado
religioso, todo es misterio
¿cuál es el valor del dolor inocente? ¿Cómo creer en la bondad de Dios cuando lo
sentimos lejos?
¿Cómo trata dios a sus amigos?
“El dolor tiene un valor salvífico”. No es causa de la injusticia, ni de Dios, porque Dios
es el mas justo, ni del hombre.
¿Qué significa cuando decimos que Dios es justo?

El libro de Job quizás nos abre más interrogantes de lo que pretendemos resolver.
Al leer las páginas de este libro nos damos cuenta que nosotros nos planteamos los
mismo interrogantes:
¿Por qué sufre el justo? ¿? hipótesis (punto de llegada. Voy a reflexionar sobre esto):
cual es el tema, el enfoque y las preguntas que se van a ir desarrollando
¿Qué significa ser justo? ¿de qué manera Job era un hombre Justo? ¿Dios es justo?
¿Cómo se relacionan la justicia y la misericordia en Dios? ¿Si Dios permite que una
justo sufra, donde está la justicia Divina? El mal en el mundo prueba que Dios no es
justo, ni misericordioso, dado que Él podría impedirlo.
Ser justo significa que me den lo que quiero?

Desarrollo: quiero llegar a este lugar. 4 o 5 puntos que me permiten construir esa
hipótesis. Pasos necesarios para poder llegar a verificar mi hipótesis.
Conclusión
Índice
Bibliografía

Desde la Tormenta (Benedicto XVI)

(Homilía para el Duodécimo Domingo Ordinario, Año B)

Note: If strange symbols appear, go to "tools" then to "encoding"

Al comenzar, quisiera mencionar una de las bendiciones del Concilio Vaticano. Es fácil
ver las cosas negativas que han sucedido desde el Concilio: menos asistencia en la misa
dominical, crisis de identidad sacerdotal y confusión doctrinal. Debemos, al mismo
tiempo, ver los resultados positivos, especialmente la renovación de ritos sacramentales
y oraciones. Personalmente, atesoro la nueva Liturgia de Horas, que el Concilio ha
querido extender más allá de clérigos para incluir a laicos.

Muchos rezan no solamente Laudes y Vísperas, sino también el Oficio de Lecturas, que
invita el cristiano a meditar diariamente sobre selecciones de la Biblia entera. A veces
me encuentro esperando la “llegada” de ciertos libros de la Biblia, por ejemplo el Libro
de Job. Solamente en el nivel de literatura, Job es magnifico. Pero, más importante, se
enfrenta el mayor problema de la existencia humana: ¿Por qué la gente sufre por lo que
no es su culpa? Por ejemplo, ¿por qué se nace un niño con una deformidad terrible?
¿Por qué Dios permite que los seres humanos hacen cosas tan feas: tortura, violación,
acusaciones falsas; por que no hace algo contra el maltrato y abuso de niños?

Mas que cualquier otro libro en la Biblia, Job enfoca en el dilema de sufrimiento
inocente. Hoy escuchamos la conclusión dramática del Libro de Job. Después de unos
treinta y cino capítulos de tentativos humanos de resolver el rompecabezas, Job
finalmente tiene la oportunidad de oír a él que sabe la respuesta: Dios mismo. Es
importante ver como Dios habla a Job: lo hace “desde la tormenta.” Dios no da una
solución tranquila y filosófica al problema de sufrimiento. Empieza con una pregunta
que, al principio, parece irrelevante: ¿Quien puse el limite al mar? ¿Por qué las olas
llegan a cierto punto y no más? La pregunta no se puede contestar por medio de un
curso de oceanografía. Aun después de definir la gravitación y explicar la naturaleza de
agua, viento y tierra, la enigma permanece. Para reforzar el asunto, Dios propone una
serie de preguntas semejantes sobre el universo.

Mientras sabemos más sobre el mundo, más nos damos cuenta de lo poco que
entendemos. El asunto, no obstante, es mucho más profundo que reconocer los límites
del entender humano. Lo que el libro de Job subraya es que Dios habla “desde la
tormenta.” Durante los últimos años los medios de comunicación nos han hecho
conscientes de poder increíble de las tempestades. Aun los que no están en gran peligro,
se pueden sentir el sentido de impotencia, el deseo de huir o buscar refugio. Nos toca en
aquel nivel porque todos enfrentamos tormentas: algunas físicas, otras emocionales, la
turbulencia que resulta cuando algo suelta la cólera.. Las tormentas se pueden enfurecer,
pero no duran para siempre. Lo que importa, al largo plazo, es si Dios nos habla desde
la tormenta. La palabra de Dios humilla a Job. El inclina la cabeza en silencio.

Hace unas semanas el Papa Benedicto se puso ante el sitio de la tormenta mas horrorosa
en la historia humana. Al visitar el campamento de concentración de Auschwitz, el
Santo Padre respondió en una forma semejante a Job: “En un lugar como este,” dijo el
papa, “palabras nos fallan. Al final de las cuentas, puede haber solamente un silencio
terrible.” El silencio no significa desesperación, pero un deseo de oír la palabra de Dios.
El papa obviamente no resolvió el problema del mal. Como “hijo de Alemania”
reconoció ese capítulo horroroso en la historia de su patria. Al mismo tiempo, por
ciertos gestos, indicó que Dios no estaba totalmente ausente. Por ejemplo, el Papa
Benedicto fue a rezar al lugar donde murió San Maximiliano Kolbe, el padre
franciscano que sacrificó su vida para tomar el lugar de un hombre judío condenado..

El evangelio de hoy presenta una experiencia paradigmática de los discípulos


enfrentando una tormenta. A pesar de las olas estrellando contra la barca, Jesús estaba
durmiendo. (Me hace pensar en un amigo que puede dormir a pesar de cualquiera bulla.)
Como Job, los discípulos se preguntan si el Señor se preocupa por ellos. Después de
callar el mar, Jesús le cuestiona: “Por qué tenían tanto miedo? ¿Aun no tienen fe?”

Elifaz
- el inocente no puede perecer (4,7),
— el pecado provoca el castigo (4,8-9),
— Dios encuentra faltas en todo hombre (4,17-19; 15,14-16),
incluso en Job (22,6-10),
— el sufrimiento está ordenado a la corrección (5,17-18) y conduce a la prosperidad
(5,19-26).
Bildad es más espontáneo y más directo. Defiende los intereses de Dios, al cual se le
haría injuria sólo con poner en duda su gobierno providencial (25,1-6; 26,5-14). Se
apoya en la tradición (8,8-10). Sofar es abiertamente agresivo, sutil y pesimista. No
apela a otra autoridad que a la suya propia (20,2; 24,25). Aborda a Job con violencia
(11,2-4).
Eliú. Eliú resalta el valor disciplinar y eductativo del sufrimiento. Dios instruye a los
hombres no solamente mediante sueños, sino también mediante el sufrimiento (33,15-
23). Los sufrimientos son instrumentos de salvación (36,15). Si Dios parece desoír el
clamor de los afligidos, es porque éstos no lo invocan como creador y señor (35,9-13).
Dios salva a los arrepentidos (34,31-32; 36,11). Job mismo se verá libre de la angustia
(36,16), pero deberá guardarse de recaer en el pecado (36,18- 21).
La conclusión de esta singular teodicea es que al hombre no le cabe otra salida que
mantenerse inclinado ante Dios. Dios es inaccesible al razonamiento humano, el cual se
basa en una concepción moral, que se ve desbordada por la transcendencia divina (9,2-
3.12.19-20).
Dios. La intervención de Dios no aporta la solución que podíamos esperar de Aquél a
quien Job y sus amigos habían apelado. Dios no se rebaja al capricho de los hombres.
Habla como Dios y no como hombre. Da la razón a Job, ya que ha sido quien mejor ha
comprendido la transcendencia divina. Es precisamente esta transcendencia la que
acentúa el creador y ordenador del universo cuando despliega ante Job el panorama de
sus grandiosas obras. Su poder y su sabiduría han sujetado las fuerzas del caos y han
dado leyes y equilibrio al cosmos. ¿No será lógico esperar también que este poder y
sabiduría solucionarán los enigmas que escapan al alcance del hombre? La respuesta al
problema planteado continúa escondida en Dios, pero se presiente que pronto será
revelada al hombre. La última visión de Daniel (12,1-3), el segundo libro de los
Macabeos (7,9.11; 12,43-46) y el libro de la Sabiduría (cc.1-5) la darán a conocer.
JOB MALDICE EL DIA DE SU CONCEPCION
Desde el punto de vista literario, este poema de Job tiene un buen precedente en las
Confesiones de Jeremías, especialmente en Jer 20,14-18. Por lo que se refiere al
transfondo teológico, también el problema de Job había sido planteado por Jeremías en
sus confesiones: "Tú llevas razón, Yahveh, cuando discuto contigo; no obstante, voy a
tratar contigo un punto de justicia. ¿Por qué tienen suerte los malos y son felices todos
los felones? Los plantas y en seguida arraigan, van a más y dan fruto. Cerca estas tú de
sus bocas, pero lejos de sus corazones" (Jer 12,1-2). En buena parte la maldición de Job
está provocada por las desgracias que se han amontonado sobre él. Es decir, Job, lo
mismo que Jeremías, se plantea el problema del sufrimiento del justo.
El tema del mal en el antiguo testamento como fruto del pecado
Con todo el libro de Job tiene sus raíces inmediatas en la tradición bíblica. El problema
del sufrimiento planteado por Job está estrechamente relacionado con el tema de la
retribución, que conoce estadios sucesivos a lo largo del A. T.: — Retribución del bien
y del mal dentro del cuadro de sanciones de orden temporal primero a nivel colectivo y
luego en el plano individual. — A partir de la primera mitad del s. II a. J. C. empieza a
manifestarse la creencia en la retribución de ultratumba. Varios factores intervinieron en
este progreso. Ante todo, la luz de la revelación, pero también la historia con sus crisis
sucesivas y el talento natural de hombres privilegiados, que con su experiencia y
reflexión fueron purificando las creencias de la comunidad. En este camino de lucha por
la plena verdad se encuentra el libro de Job. Esta obra viene a coincidir con un momento
en el que la retribución individual y terrestre estaba expuesta a dificultades insolubles de
orden experimental.
Tradicionalmente se venía creyendo que al justo le iba bien y recibía premios en esta
vida, mientras que al impío le iba mal y recibía castigo. La experiencia muchas veces
demostraba lo contrario. Pero la dificultad se solucionaba recurriendo al principio de
solidaridad, según el cual el bien o el mal que hacía un hombre podía repercutir no
siempre necesariamente en él mismo, sino en otro miembro de la comunidad; más aún,
el bien o el mal hechos por un hombre podia ser premiado o castigado en sus
descendientes hasta la tercera y cuarta generación. El problema se agravó cuando, a
partir de Jeremías (31,29- 30) y Ezequiel (18,33), fue perdiendo vigencia el principio de
la retribución colectiva o solidaria. Ya no se dirá más: "Los padres- JOB 488 comieron
los agraces y los hijos sufren la dentera", sino que cada uno será responsable de sus
propios actos (Jer 31,29)
El dolor de Job
El libro de Job es un buen testimonio de este esfuerzo y forcejeo del hombre en la lucha
por llegar a la claridad total. Estos han sido los caminos de la pedagogía divina.
Job no solamente se ha visto privado de sus yuntas de bueyes, de sus rebaños, de sus
camellos, de sus criados y de sus hijos. No solamente se ha visto herido en su integridad
física por el sufrimiento y la enfermedad corporal. No solamente ha sufrido la
incomprensión de su esposa y de sus amigos, y hasta la excomunión y la reprobación
por parte de todo su entorno social. El dolor de Job es mucho más profundo; lo mismo
que el salmista, Job se siente abandonado no solamente de los hombres sino también de
Dios: "¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?" El dolor de Job es de
orden metafísico y existencial
Escrito durante el destierro de Babilonia o poco después, el libro de Job no es sólo la
expresión de un dolor individual sino también el eco dolorido de un pueblo fuertemente
traumatizado por el hecho del destierro, la destrucción de la ciudad santa y del templo, y
la desaparición de las instituciones, en las que se apoyaba la vida civil y religiosa de la
comunidad. Lo mismo que Job, Israel es un pueblo que se siente agonizar: "Andan
diciendo: Se han secado nuestros huesos, se ha desvanecido nuestra esperanza, todo se
ha terminado para nosotros" (Ez 37,11). Según la imagen de Ezequiel, la situación de la
comunidad israelita era semejante a la de un cadáver cuyos huesos resecos e inertes
estaban esparcidos por la vega (Ez 37,1-14).
Yo se que esta vivo mi vengador
Inocencia de job cap 31
De los catorce rasgos o aspectos que forman el retrato moral de Job, nuestra lectura ha
recogido tres: a) Caridad con los débiles y necesitados (vv.16-20); b) Pobreza espiritual,
que pone la confianza y la seguridad no en el oro ni en la abundancia de bienes, sino en
Dios (vv.24-25); c) Hospitalidad con los transeúntes y forasteros (vv.31-32).

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