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Neuropsicología Positiva: Nuevo Enfoque; Nuevas Oportunidades (Positive


Neuropsychology: New Approach; New Opportunities)

Article · January 2019


DOI: 10.5839/rcnp.2018.13.02.08

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Yunier Broche-Pérez

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Rev. Chil. Neuropsicol. 13(2): 45-51, 2018 DOI: 10.5839/rcnp.2018.13.02.08
www.neurociencia.cl

Artículo de revisión

Neuropsicología Positiva: Nuevo Enfoque; Nuevas Oportunidades


Positive Neuropsychology: New Approach; New Opportunities

Broche-Pérez, Yunier1*
1 Departamento de Psicología, Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, Cuba.

Resumen
Desde hace relativamente poco tiempo, se observa un incremento en el número de investigaciones dedicadas a examinar las variables potenciadoras de la salud
cognitiva. Este movimiento emergente ha sido denominado como Neuropsicología Positiva (NP). La NP ha sido definida como la orientación práctica y
académica enfocada en el estudio y la promoción de la salud cognitiva. La presente revisión teórica, presenta los orígenes de la neuropsicología positiva y sus
dominios teórico-metodológicos. Adicionalmente, se discuten evidencias empíricas a favor de este enfoque neuropsicológico. Se realizó un estudio teórico de
tipo clásico, seleccionando de manera direccionada los artículos pertinentes a la temática, utilizando como bases de datos primarias a Scopus, Medline y
PsycINFO. Como conclusión fundamental, se señala que la promoción de salud cognitiva debe considerar la integración de varios métodos orientados a
potenciar el funcionamiento cerebral óptimo, maximizando el rendimiento cognitivo en individuos con limitaciones neuropsicológicas y también en personas
cognitivamente sanas.
Palabras clave: neuropsicología positiva, salud cognitiva, afectividad positiva, mindfulness, optimismo

Abstract
Since relatively recently, there has been an increase in the number of investigations devoted to examining the cognitive health enhancing variables. This emerging
movement has been termed as Positive Neuropsychology (PN). PN has been defined as the practical and academic orientation focused on the study and
promotion of cognitive health. The present theoretical review presents the origins of positive neuropsychology and its theoretical-methodological domains.
Additionally, empirical evidence in favor of this neuropsychological approach is discussed. A classic theoretical study was carried out, selecting in a targeted
manner the articles pertinent to the subject, using as primary databases Scopus, Medline and PsycINFO. As a main conclusion, it is pointed out that the
promotion of cognitive health should consider the integration of several methods aimed at enhancing the optimal cerebral functioning, maximizing cognitive
performance in individuals with neuropsychological limitations and also in cognitively healthy people.
Keywords: positive neuropsychology, cognitive health, positive affectivity, mindfulness, optimism

Introducción neuropsicólogo (Neurology, 1996). De acuerdo con la AAN, los neuropsicó-


logos son útiles cuando: 1) se desea conocer la existencia probable de dete-
El desarrollo de la neuropsicología ha estado estrechamente vinculado a pro- rioro o déficit cognitivo, 2) en el seguimiento de una enfermedad o en su
cesos patológicos de naturaleza diversa. En este sentido, se han descrito una remisión, 3) cuando se desea evaluar la reincorporación de una persona al
amplia diversidad de síndromes cognitivos asociados con la patología cere- trabajo o la escuela, 4) cuando se someterá a una persona a un proceso reha-
bral, encontrándose entre los más conocidos las afasias, las agnosias, las apra- bilitatorio específico, 5) para complementar un diagnóstico obtenido a partir
xias, entre otras (Ardila, 2013). Esta realidad ha conllevado a que en el pre- de análisis de laboratorio y neuroimágenes, 6) cuando se considera la inter-
sente exista un nivel de información realmente impresionante en lo que vención quirúrgica en la epilepsia, y por último 7) en litigios legales donde
respecta al funcionamiento neuropsicológico relacionado con procesos pa- sea relevante el funcionamiento cognitivo. Sin mencionar la completa ausen-
tológicos de índole variada (Ruff, 2003). cia de los procederes interventivos, las recomendaciones muestran explícita-
Esta orientación en la investigación y la práctica neuropsicológica, ha mente una representación de la práctica neuropsicológica estrechamente li-
permitido un gran desarrollo en campos como la neuropsicología de los tras- gada al desarrollo de procesos patológicos.
tornos de personalidad, la Esclerosis Múltiple, las demencias con énfasis en Tomemos también como evidencia de este enfoque, los contenidos que
la Enfermedad de Alzheimer, en el Trastorno por Déficit de Atención con conforman varios manuales dirigidos a la formación en neuropsicología,
Hiperactividad, la Epilepsia, entre otros (Campos-Rufo, 2006). Los resulta- como por ejemplo, el texto Clinical Neuropsychology: A Practical Guide to Assess-
dos obtenidos a partir del estudio de estos procesos patológicos, han facili- ment and Management for Clinicians (Goldstein & McNeil, 2004). El libro está
tado la creación de nuevos instrumentos para el diagnóstico neuropsicológico compuesto por temáticas de neurociencias básicas, evaluación neuropsicoló-
y además el desarrollo de nuevas formas de intervención (Ruff, 2003). gica, neuropsicología del adulto, áreas especiales de actuación y rehabilita-
Sin embargo, esta realidad ha generado una representación global de la ción. Por ejemplo, la sección dedicada a la neuropsicología del adulto está
neuropsicología como una disciplina anclada en el “daño” o, dicho de otra integrada en su totalidad por epígrafes que abordan procesos disfuncionales,
manera, una disciplina de utilidad para quien está “enfermo”. Un ejemplo de incluso los contenidos del capítulo sobre las áreas especiales de actuación
esta realidad se ve representado en las recomendaciones que realiza la Aca- (neuropsicología del adulto mayor, infantil y legal) se fundamentan en un en-
demia Americana de Neurología (AAN) a quienes buscan los servicios de un foque basado en procesos patológicos.

*Correspondencia: Dr. Yunier Broche Pérez, PhD. Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, Departamento de Psicología. Carretera de
Camajuaní Km 5½, Santa Clara, Villa Clara, Cuba, C.P. 54830. Email: yunierbp@uclv.edu.cu, yunierbroche@gmail.com

Recibido: 8 de octubre de 2018. Aceptado: 10 de diciembre de 2018. On-line: 16 de enero de 2019.


ISSN 0718-4913 versión en línea
Universidad del Desarrollo
Broche-Pérez. Rev. Chil. Neuropsicol. 13(2): 45-51, 2018

Igualmente ocurre con el Principles of Neuropsychology (Zilimer, Spiers, & Neuropsicología Positiva: Definición y Dimensiones
Culberston, 2008). A lo largo de sus 16 capítulos, predomina la descripción
de síndromes neuropsicológicos, apareciendo una breve sección en el capí- Desde hace poco más de 20 años, la Psicología Positiva se ha posicionado
tulo 14 dedicada al envejecimiento normal. Más recientemente se encuentra como una subdisciplina psicológica enfocada en los aspectos no patológicos
el Handbook of Medical Neuropsychology: Applications of Cognitive Neuroscience del comportamiento humano y la personalidad (Randolph, 2018). Este enfo-
(Armstrong & Morrow, 2010), el cual presenta explícitamente la palabra que basado en las potencialidades del ser humano, ha encontrado terreno
“trastorno” en seis de los ocho títulos dedicados a la presentación de las sec- fértil para su aplicación en los campos de la psicología clínica, la psicología
ciones (con excepción del apartado Envejecimiento y Rehabilitación). militar, los sectores empresariales, entre otros. Sin embargo, a pesar de su
No ha sido hasta hace muy poco, que la investigación y la práctica neu- rápido crecimiento y aplicación, la psicología positiva ha recibido mucha me-
ropsicológica ha volcado su interés hacia un grupo de procesos que se arti- nos atención en el campo de la Neuropsicología (Randolph, 2018).
culan como moduladores de la salud cognitiva y que protegen al cerebro Prueba de esta realidad son los resultados obtenidos por Randolph
tanto a lo largo del desarrollo normal como en procesos patológicos. En este (2013), quien luego de realizar un análisis de los contenidos de las tres revistas
sentido con mayor frecuencia se pueden encontrar en la literatura contem- más sobresalientes en el campo de la neuropsicología (Archives of Clinical Neu-
poránea constructos como “reserva cognitiva”, “resiliencia cognitiva”, “bie- ropsychology, Journal on the International Neuropsychological Society, Neuropsychology)
nestar”, “mindfulness”, entre otros. comprobó que en el periodo entre 1999 y 2009 la mayoría de los estudios
Estas categorías han emergido como respuesta a una realidad ineludible poseían un enfoque basado en el déficit cognitivo, con muy baja presencia de
desde el punto de vista neurológico y neuropsicológico, y es que necesaria- investigaciones orientadas a la potenciación de la salud cognitiva.
mente a lo largo del desarrollo no todos los individuos presentan disfuncio- No obstante, desde hace relativamente poco tiempo, se observa un cam-
nes cognitivas. Por el contrario, una parte importante muestran una adecuada bio orientado hacia un incremento en el número de estudios dedicados a exa-
salud cognitiva durante toda la vida. Incluso, se ha demostrado que algunas minar las variables potenciadoras de la salud cognitiva (Pimental, 2017). De-
personas aun cuando presentan marcadores biológicos que indican el pade- nominado como “Neuropsicología Positiva” esta nueva perspectiva ha sido
cimiento de una enfermedad de gran impacto sobre la cognición, no mues- definida como la orientación práctica y académica enfocada en el estudio y
tran indicios de deterioro en esta área (Pinto & Yeshwant, 2016). la promoción de la salud cognitiva (Randolph, 2018).
De esta forma la Neuropsicología Positiva se posiciona como un campo En este sentido, se han propuesto seis dominios para el campo de la
emergente que busca comprender cómo determinados procesos de natura- neuropsicología positiva (Randolph, 2013). De estos seis dominios, cuatro
leza biológica, psicológica y social interactúan entre sí para potenciar la salud son especialmente relevantes para los profesionales que brindan asistencia
cognitiva, ya sea en procesos patológicos o en ausencia de estos. El enfoque clínica y han sido incluidos en el modelo “CAPE” (Randolph, 2015a) (por
propuesto por la neuropsicología positiva podría ser especialmente útil, por sus siglas en inglés: Compensatory, Activity, Prevention, Education) estas son: (1)
ejemplo, en el estudio de las demencias (Broche-Pérez, 2018). Estrategias compensatorias, (2) Participación en actividades cotidianas, (3)
Se estima que en el continente Americano para el año 2020 más de 200 Prevención de disfunciones cognitivas y (4) Esfuerzos dedicados a la educa-
millones de personas serán adultos mayores y de ellos la mitad vivirán en ción popular en temas de salud cognitiva. Los tres dominios restantes cobran
Latinoamérica y el Caribe (Alzheimer’s Disease International, 2018). De no vital importancia para quienes se dedican a la investigación neuropsicológica:
realizar intervenciones inmediatas en el plano de la promoción de salud cog- (5) Estudio de personas y pacientes con rendimiento cognitivo óptimo y (6)
nitiva, para el año 2030 aproximadamente 530 mil adultos mayores de la re- Comprensión del funcionamiento cognitivo superior (Randolph, 2015b).
gión habrán recibido el diagnóstico de demencia, cifra que representa un in- Dentro de las categorías que cuentan hoy con un mayor respaldo empí-
cremento del 449% con relación al año 2010 (Informe ADI/Bupa, 2013). rico, y que se sustentan en este enfoque, se encuentran la reserva cognitiva
En este sentido, se reconoce actualmente que este síndrome podría verse (Cognitive Reserve) y el bienestar (Wellness). Ambos constructos han demos-
drásticamente reducido si se modificaran algunos factores controlables rela- trado ser importantes moduladores de la salud cognitiva en una amplio rango
cionados con el estilo de vida. Por ejemplo, la modificación de factores de de patologías y también durante el desarrollo normal (Hakansson et al., 2009;
riesgo como el tabaquismo, la obesidad, la actividad física, la hipertensión Lachman, Agrigoroaei, Murphy, & Tun, 2010; Opdebeeck, Martyr, & Clare,
arterial, la diabetes y la depresión, podrían reducir hasta un 48.4% de los casos 2015; Pinto & Yeshwant, 2016; Stern, 2012; K. Strout & Howard, 2012; K.
que en la actualidad son diagnosticados con un síndrome demencial (Ashby- Strout & Howard, 2015).
Mitchel, Burns, Shaw, & Antsey, 2017). Esto sería posible si se tomara como Otros constructos dentro de la psicología positiva no han corrido igual
marco de referencia a la promoción de salud y el desarrollo de estilos de vida suerte. Por ejemplo, categorías como “optimismo”, “resiliencia”, “bienestar
saludables, en oposición al tradicional enfoque “curativo” centrado en la en- psicológico”, satisfacción con la vida”, “mindfulness”, han recibido mucha
fermedad. atención desde la psicología clínica, pero no desde la neuropsicología.
Este artículo tiene como objetivo presentar una revisión teórica acerca En este sentido, es infrecuente encontrar estudios en el campo de la
del campo de la neuropsicología positiva. Para ello se revisan los dominios neuropsicología que relacionen alguno de los constructos antes mencionados
de actuación que han sido propuestos para su estudio desde una orientación con la salud cognitiva. Incluso, algunas investigaciones de orientación posi-
basada en la evidencia. De igual forma, se presentan un grupo de evidencias tiva, cuando controlan variables emocionales lo hacen desde un enfoque de
sobre el efecto de los estados emocionales de valencia positiva sobre el fun- daño. Esto ha dado como resultado, que la mayoría de las evidencias actuales
cionamiento cognitivo. Adicionalmente, se incluyen estudios sobre el efecto a favor del impacto de las emociones sobre el funcionamiento cognitivo no
del mindfulness (como ejemplo de intervención no tradicional) sobre el rendi- provengan de los enfoques basados en la neuropsicología positiva.
miento cognitivo y la actividad cerebral. Por último, se discuten las líneas Por el contrario, mucho del conocimiento al que tenemos acceso, del
fundamentales para el desarrollo de investigaciones desde el enfoque de la efecto que sobre el cerebro y la cognición ejercen los estados afectivos, han
neuropsicología positiva. sido conducidos tomando como eje fundamental a la depresión. A continua-
ción, proponemos repasar algunas evidencias que demuestran el impacto de
Metodología la depresión sobre el funcionamiento cognitivo y que pueden servir como
premisa para justificar una línea de estudios que, en lugar de este proceso,
Se realizó un estudio teórico de tipo clásico, atendiendo a la clasificación pro- considere la presencia de otros constructos provenientes de la psicología po-
puesta por Montero y León (2007). De acuerdo con estos autores, en esta sitiva. Tal es el caso del optimismo, la resiliencia, el bienestar psicológico o el
categoría se incluyen los estudios que gestionan la revisión de ideas sin hacer mindfulness, por mencionar algunos.
uso de análisis estadísticos para llevar a cabo la fundamentación de sus tesis.
Como base de datos primarias para la gestión de los reportes de investigación Afectividad Negativa, Cerebro y Salud Cognitiva
se utilizó Scopus, Medline y PsycINFO. Las siguientes palabras claves fueron
utilizadas para la realización de la búsqueda: “positive neuropsychology”, “depres- Quizás el estado afectivo sobre el que más se ha estudiado su impacto sobre
sion and cognitive functions”, “wellbeing and cognitive functions”, “wellness and cognitive la cognición sea la depresión. Existen sólidas evidencias que respaldan el
functions” y “mindfulness and cognitive functions”. La información se analizó a par- efecto de la depresión sobre el cerebro, tanto en la dimensión estructural
tir de fichas de contenido. (Elbejjani et al., 2015), así como también en el rendimiento cognitivo
(Allerhand, Gale, & Deary, 2014; Goveas et al., 2016).
En 1996 se publicó el primer artículo cuyas conclusiones demostraban
que la depresión persistente a través del tiempo podía provocar cambios vo-
lumétricos en el hipocampo, reduciéndolo de tamaño (Sheline, Wang, Gado,

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Csernansky, & Vanner, 1996). Los investigadores evaluaron un grupo de mu- diabetes, hipertensión arterial, índice de masa corporal, consumo de alcohol
jeres que habían sido dadas de alta luego de recibir tratamiento por presentar y la práctica continua de ejercicios físicos; además controlaron la presencia
episodios depresivos mayores y las compararon con un grupo de controles de síntomas depresivos.
sanos. Luego de realizar mediciones volumétricas del hipocampo, compro- Los resultados demostraron que los mejores predictores del envejeci-
baron una reducción en esta estructura superior al 10% (otros estudios han miento cognitivo exitoso estuvieron relacionados con un mayor nivel educa-
reportado una disminución de hasta el 19% del volumen total del hipocampo tivo, la existencia de una red de apoyo social amplia, elevados niveles de salud
(Bremner et al., 2000)). percibida, el bajo consumo de alcohol, la práctica sistemática de ejercicios
Sin embargo, a nuestro juicio el resultado más interesante no guarda re- físicos y también una menor presencia de síntomas depresivos (Yaffe et al.,
lación con la reducción del volumen de la estructura en sí misma, sino de las 2009).
condiciones que determinaban la disminución del hipocampo. En primer lu- Los tres estudios que se presentan como ejemplo en esta sección, tienen
gar, la reducción guardaba relación directa no con la intensidad del episodio varias fortalezas importantes que deben ser consideradas en el marco de la
depresivo, sino con el número total de días en crisis. La segunda condicio- neuropsicología positiva. En primer lugar, se encuentra el empleo predomi-
nante fue igualmente sorprendente; los resultados sugirieron que la disminu- nante de diseños longitudinales, que permiten evaluar los cambios cronoló-
ción se presentaba en los pacientes con historia de depresión mayor, y no en gicos, mostrando la variabilidad e interfuncionalidad de los predictores in-
quienes presentaban episodios de la enfermedad en el momento del estudio cluidos en cada diseño. Los factores considerados como “predictores” no
(Sheline et al., 1996). tienen que mostrar la misma importancia en la juventud, la adultez o la vejez,
Recientemente, se ha comprobado además que el sexo podría constituir sino que deben ser analizadas con ajuste a la etapa de la vida que se estudia.
un mediador del efecto de la depresión sobre la estructura cerebral y particu- Otra fortaleza se muestra en los tamaños de muestra empleados, las cua-
larmente el hipocampo. En un estudio longitudinal desarrollado durante 4 les garantizan una potencia muy elevada en estos estudios. Este elemento no
años, se dio seguimiento a una muestra de 1,328 pacientes con diagnóstico es desestimable si se toma en consideración que muchos de los resultados
de depresión, evaluando el volumen del hipocampo a través de resonancia obtenidos en el campo de las ciencias biomédicas a partir de muestras peque-
magnética. Los autores concluyeron que en el caso de las mujeres existía una ñas podrían ser falsos (Ioannidis, 2005); disminuyendo la confiabilidad de las
disminución mayor del volumen hipocampal en comparación con los hom- investigaciones especialmente dentro de las neurociencias (Button et al.,
bres (Elbejjani et al., 2015). 2013).
En su conjunto, estas conclusiones ofrecen una explicación tentativa de Los estudios en el campo de la neuropsicología positiva necesitan reali-
los principios sobre los que pudiera operar la relación emociones-cerebro- zarse considerando a priori los tamaños de los grupos con los que se realizarán
cognición. Primeramente, sería la vivencia sistemática (y no la intensidad) de estas investigaciones, evitando incurrir en tres errores fundamentales que po-
los estados emocionales la que tendría un efecto sobre el cerebro. En se- drían socavar la confiabilidad de los resultados. Hacemos referencia a la baja
gundo lugar, es plausible pensar que para lograr un efecto protector se nece- probabilidad de encontrar efectos verdaderos; la disminución considerable
sitaría iniciar la estimulación cognitiva, a través de la vivencia emocional po- de los valores predictivos positivos y por último la estimación exagerada de
sitiva, en etapas tempranas de la vida. Tercero, la relación entre el la magnitud de los efectos encontrados cuando realmente existen (Button et
funcionamiento cognitivo y la experiencia afectiva podría estar modulada por al., 2013).
diversos factores, entre ellos el sexo, aunque podrían existir otros muchos, La tercera fortaleza que resaltaremos en los estudios aquí reportados,
por ejemplo, la reserva cognitiva. radica en la amplia variedad de posibles factores predictivos que podrían ex-
Si bien estas conclusiones no rebasan el plano especulativo, no es impo- plicar la preservación cognitiva. Solamente el registro de un número amplio
sible su comprobación empírica, constituyendo una línea interesante para el de factores intervinientes puede responder, y al mismo tiempo establecer, las
desarrollo de estudios en el campo de la neuropsicología positiva. También interrogantes científicas adecuadas.
existen estudios recientes que comprueban el efecto mediador de la depre- No obstante, a los ejemplos antes mencionados, todavía son poco visi-
sión sobre el rendimiento cognitivo y que han sido realizados desde un enfo- bles los diseños en los que se incluyan dimensiones positivas como el opti-
que positivo. Estas investigaciones se han orientado en lo fundamental a la mismo, la resiliencia, la espiritualidad, el mindfulness, entre otras. Los estudios
determinación de aquellos predictores que permiten anticipar un funciona- persisten en sobredimensionar a la depresión como estado emocional funda-
miento cognitivo óptimo en la tercera edad (Allerhand et al., 2014; Goveas mental, sin considerar que otros procesos podrían ejercer un efecto modula-
et al., 2016; Yaffe et al., 2009). dor sobre el funcionamiento cognitivo a largo plazo.
Por ejemplo Goveas et al. (2016) llevó a cabo un estudio longitudinal Esto podría deberse a varias razones, entre las que podrían mencionarse
con el objetivo de determinar los predictores del funcionamiento cognitivo la dificultad para llegar a consensos teóricos sobre los constructos propios de
preservado en adultos mayores con más de 80 años, en una muestra de 1,905 la psicología positiva, las limitaciones metodológicas para la evaluación cuan-
participantes. Entre las variables de estilo de vida se evaluaron la presencia titativa confiable de estas categorías, la existencia de protocolos de asistencia
de tabaquismo, la actividad física, el uso de alcohol, calidad del sueño, apoyo médica que incluyen la evaluación de la depresión, pero no la exploración de
social y la existencia de eventos estresores. Dentro de las variables psicológi- la afectividad positiva, etc. Por otra parte, no debemos desestimar la existen-
cas se incluyeron el optimismo, la depresión, felicidad y el bienestar emocio- cia de un abundante cuerpo teórico-referencial dentro de las neurociencias
nal. También se registraron dimensiones del funcionamiento físico en los que ha relacionado depresión y funcionamiento cognitivo con suficiente evi-
participantes, como el índice de masa corporal, la historia de enfermedades dencia empírica.
cardiovasculares y de diabetes. Los resultados demostraron que en aquellos Esto conlleva a que no solo se estudie de manera directa el efecto de la
adultos mayores donde se reportaron niveles elevados de bienestar emocio- depresión sobre la cognición, sino que además se le controle con mucha ma-
nal y menos síntomas depresivos también existía mayor preservación del fun- yor sistematicidad como variable de confusión. También es importante seña-
cionamiento cognitivo (Goveas et al., 2016). lar que dentro de las neurociencias básicas existe una mayor claridad con re-
Allerhand et al. (2014) respaldó las conclusiones anteriores a partir de lación a cómo inducir modelos experimentales de depresión en animales (por
una investigación longitudinal donde se estimó la asociación entre el bienes- ejemplo, en ratas), lo cual ha permitido el estudio de la efectividad de nuevos
tar psicológico y el funcionamiento cognitivo en una muestra con de 10,985 fármacos; esta misma suerte no la han corrido otros estados emocionales.
participantes con edades comprendidas entre los 50 y los 90 años. Se consi- Más adelante, en este mismo trabajo, se presentarán algunas experiencias re-
deraron además de las variables incluidas en el estudio anterior (Goveas et cientes del efecto de emociones de valencia positiva sobre la cognición en
al., 2016) las dificultades para realizar actividades de la vida diaria y la estima- modelos animales.
ción del bienestar psicológico. Los autores reportaron que las mayores varia- No obstante, existen algunos estudios alentadores que relacionan a los
ciones en las puntuaciones del funcionamiento cognitivo se explicaban mejor procesos afectivos con la preservación cognitiva y que provienen de campos
a partir de la variable edad, mientras que las puntuaciones del bienestar se como las neurociencias básicas y también de estudios neuropsicológicos. A
explicaban mejor a partir de la depresión. Por otra parte, cuando se contro- continuación, se repasan algunas experiencias novedosas relacionadas con
laron las variables edad y depresión se comprobó la existencia de asociación esta temática.
entre el bienestar y el rendimiento cognitivo (Allerhand et al., 2014).
En esta misma línea de resultados Yaffe et al. (2009) condujo un estudio Afectividad Positiva, Cerebro y Salud Cognitiva:
con un diseño longitudinal con el objetivo de determinar los predictores del
envejecimiento cognitivo exitoso en una muestra de 2,509 adultos mayores.
Aproximaciones
La investigación realizó el seguimiento de los participantes durante 8 años,
incluyendo como posibles variables predictoras el nivel educacional, la exis- Desde el punto de vista histórico, el interés por comprobar el impacto de los
tencia de redes de apoyo, salud física percibida, presencia de tabaquismo, procesos afectivos positivos sobre la cognición se remonta a la década de los

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80 y principios de los 90 del siglo pasado. Durante este periodo se realizaron de esta estructura (Way, Creswell, Eisenberger, & Lieberman, 2010) y un ta-
varios estudios que comprobaron la existencia de un efecto directo y benefi- maño menor de la región derecha (Taren, Creswell, & Gianaros, 2013), en
cioso de la afectividad positiva sobre el rendimiento en distintos procesos aquellas personas que son practicantes sistemáticos de mindfulness.
neuropsicológicos. Por ejemplo, se comprobó que la presencia de emociones Existen experiencias desde la neuropsicología que han reportado un
positivas facilitaba la solución de problemas y la recuperación de informa- efecto beneficioso de la práctica de mindfulness sobre dominios cognitivos, por
ción (Isen, Rosenzweig, & Young, 1991), sin embargo, estos hallazgos no ejemplo, la atención sostenida. Al respecto Jha y colaboradores (2016) dise-
influyeron significativamente en las corrientes de pensamiento neuropsicoló- ñaron un estudio con participantes militares donde un grupo (n = 31) recibió
gico de la época. un entrenamiento en mindfulness de 8 semanas, mientras que el otro grupo (n
En la actualidad, existen algunos resultados interesantes que demuestran = 24) funcionó como un control pasivo. En ambos grupos se realizaron me-
la relación entre los procesos psicológicos positivos y el funcionamiento ce- diciones de la atención sostenida antes y después de las ocho semanas, com-
rebral y cognitivo. Aunque todavía con un desarrollo incipiente, las conclu- probando que quienes practicaron meditación mindfulness mostraban menor
siones que se han obtenido hablan a favor de la fertilidad de este campo y de cantidad de lapsos atencionales en comparación con los participantes del
la necesidad sistemática de su estudio. A continuación, repasaremos algunos grupo de control. Aunque el estudio fue capaz de mostrar efectos beneficio-
de estos resultados a fin de conocer un grupo de investigaciones pioneras en sos luego de la intervención, no pueden dejar de señalarse el tamaño pequeño
este campo. de la muestra empleada, así como la ausencia de un grupo de control activo.
Existen estudios realizados en animales que demuestran el impacto de la No obstante, todavía existen importantes preguntas por responder en
afectividad positiva sobre la actividad cerebral e incluso, la respuesta inmune. este sentido. Por ejemplo, se desconoce el efecto neuroprotector específico
Por ejemplo, proyectos con ratas han demostrado que aquellos animales que de este proceso sobre el funcionamiento cognitivo (¿qué procesos se ven be-
viven durante semanas en ambientes afectivamente enriquecidos, muestran neficiados y cuáles no?). Tampoco se ha explorado cómo interactúa el mindful-
una menor susceptibilidad para el desarrollo de epilepsia, esclerosis múltiple ness con otros mecanismos protectores como la reserva cognitiva o las di-
y adicción (Grimm, 2018). Quizás lo más interesante resulta que estos cam- mensiones del bienestar (wellness).
bios no solo se observan en el cerebro de las ratas jóvenes sino además en También queda pendiente el estudio del incremento del mindfulness en
las de mayor edad. Estos cambios se expresan concretamente en un incre- pacientes que presentan alguna patología cerebral; ¿puede este proceso retar-
mento de células gliales y un aumento en el suministro de sangre al cerebro dar el avance de un padecimiento progresivo?, ¿cómo interactúa con la tera-
(Grimm, 2018; Markham & Greenough, 2004). pia farmacológica? Aunque los resultados parciales son alentadores, se nece-
Más recientemente se ha comprobado que en la misma medida que el sitan todavía muchos estudios sobre este tema que permitan realizar
estrés puede reducir la neurogénesis (Balu & Lucki, 2009), la experiencia de conclusiones más precisas sobre la posibilidad de implementar este tipo de
estados afectivos positivos la puede potenciar y consolidar. Por ejemplo Ya- intervenciones en poblaciones en riesgo (Berk, van Boxtel, & van Os, 2017).
mamuro (2010) encabezó un estudio experimental en el que se estimuló de Por otra parte, el empleo de otras formas de meditación orientadas a
manera táctil a un grupo de ratas durante cinco días consecutivos con una incrementar la afectividad positiva (específicamente la compasión y la ama-
duración diaria de cinco minutos. La estimulación se realizó con el objetivo bilidad) también ha recibido atención recientemente. En una de estas inves-
de generar un estado emocional global positivo en los animales. Luego de tigaciones se compararon dos grupos de practicantes, en primero había acu-
transcurridas las cinco semanas se comprobó que en el grupo de ratas esti- mulado más de mil horas de meditación a lo largo de su vida, mientras que el
muladas existía un número significativamente mayor de nuevas células, espe- otro apenas se iniciaban en esta práctica. En ambos grupos la práctica medi-
cíficamente en áreas del hipocampo. Este resultado guarda relación directa tativa tenía como objetivo incrementar la afectividad positiva.
con los mecanismos de la neuroplasticidad, y específicamente con procesos Los investigadores encargados de monitorear el proceso comprobaron
como el aprendizaje y la formación de nuevos recuerdos (Yamamuro et al., que en quienes acumulaban más horas de meditación se observaba un incre-
2010). mento en las oscilaciones y la sincronía gamma en comparación con los con-
Solo recientemente se comienza a comprender los mecanismos cerebra- troles (Lutz, Greischar, Rawlings, Ricard, & Davidson, 2004). El incremento
les que subyacen a los procesos afectivos positivos en los seres humanos. En en las señales BOLD fueron detectadas a través de resonancia magnética fun-
este caso, se ha reportado que la experiencia de afectividad positiva está aso- cional (fMRI) en respuesta a sonidos emocionales, en regiones de la corteza
ciada con un mayor volumen de materia gris en la región parahipocampal del como la ínsula y las zonas de confluencia temporo-parietales, áreas que tam-
giro dentado, el precuneus y el córtex prefrontal ventromedial izquierdo (Luo bién se han asociado a una mayor empatía (Lutz, Brefczynski-Lewis,
et al., 2017; Shi et al., 2018). Johnstone, & Davidson, 2008). Este resultado es muy interesante si se con-
Por ejemplo, actualmente se ha logrado relacionar el bienestar subjetivo sidera que el incremento en las oscilaciones y la sincronización gamma han
con la disminución del riesgo de padecer demencia. Una investigación longi- sido asociadas con mecanismos de plasticidad cerebral (Uhlhaas, Roux, Ro-
tudinal, realizada a lo largo de un periodo de entre seis y ocho años, evaluó driguez, Rotarska-Jagiela, & Singer, 2010).
las dimensiones de satisfacción con la vida, optimismo, propósito en la vida En esta misma línea, se han diseñado otros estudios para comprobar el
y afectos positivos en una muestra de 10,099 adultos mayores (Sutin, Step- efecto de distintas formas de meditación sobre la actividad cerebral. En una
han, & Terracciano, 2018). Los investigadores reportaron que la dimensión investigación se obtuvieron imágenes a través de resonancia magnética fun-
de propósito en la vida estaba asociada con una reducción del 30% en el cional de 26 participantes, luego de que recibieran 8 semanas de entrena-
riesgo de padecer demencia, independientemente de variables como el estrés miento en meditación. En comparación con los resultados de la línea base,
psicológico, otros factores de riesgo clínicos (por ejemplo, antecedentes de se comprobó una reducción en el estrés percibido, además disminuyó el vo-
enfermedades crónicas no transmisibles) y componentes genéticos. Este es- lumen de la materia gris en la región basolateral derecha de la amígdala
tudio es el primero que logra establecer una asociación directa entre una di- (Hölzel, 2010). Este resultado respalda la hipótesis del efecto acumulativo y
mensión psicológica positiva con la disminución de la incidencia de una en- a largo plazo que tienen las emociones positivas sobre el cerebro, tanto en el
fermedad neurodegenerativa específica, estableciendo nuevas e importantes plano estructural como funcional.
interrogantes para el campo de la neuropsicología positiva. También el optimismo ha demostrado poseer un efecto beneficioso so-
Otra interesante línea de investigación se ha venido concretando en el bre el cerebro y la cognición. Recientemente se ha comprobado que los ras-
campo del mindfulness y sus efectos en el funcionamiento cerebral. Este cons- gos personológicos de optimismo guardan relación con el tamaño de estruc-
tructo ha sido conceptualizado como la capacidad de atender, consciente- turas de la corteza cerebral. Para llegar a estos resultados se evaluaron 61
mente y sin juzgar, a todo aquello que rodea nuestra experiencia de la realidad adultos jóvenes, a los cuales se les administró una prueba de personalidad, un
en un momento presente (Kabat-Zinn, 2018). test de optimismo y se obtuvieron imágenes cerebrales empleando resonan-
Varios estudios han demostrado que las intervenciones basadas en cia magnética funcional. Los investigadores comprobaron un volumen ma-
mindfulness tienen un profundo efecto en un amplio número de procesos físi- yor de la corteza orbitofrontal en aquellos adultos jóvenes con mayor pre-
cos y psicológicos, como por ejemplo, en la reducción de las recaídas en la sencia de rasgos optimistas (Dolcos, Hu, Iordan, Moore, & Dolcos, 2016).
depresión profunda, retarda además la patogénesis relacionada con el VIH, Como se conoce esta región cerebral juega un papel fundamental en el pro-
incrementa la respuesta inmune, mejora el efecto del tratamiento para la pso- ceso de toma de decisiones (Broche-Pérez, Herrera-Jiménez, & Omar-Mar-
riasis y reduce el riesgo de recaídas en la dependencia a las drogas (Bowen et tínez, 2016), además de formar parte de una compleja red neural encargada
al., 2014; Young et al., 2018). del uso de estrategias de afrontamiento flexibles en presencia de eventos ad-
Se ha comprobado que la práctica sistemática del mindfulness reduce la versos (Flagan & Beer, 2013).
reactividad de estructuras como la amígdala, el giro cingulado anterior, el cór- De igual manera, se ha sugerido que el continuo optimismo-pesimismo
tex prefrontal ventromedial y el hipotálamo (Young et al., 2018). En el caso podría estar lateralizado cerebralmente en hemisferios distintos. Mientras el
particular de la amígdala, se ha confirmado una menor actividad en reposo

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Broche-Pérez. Rev. Chil. Neuropsicol. 13(2): 45-51, 2018

hemisferio derecho muestra una especial actividad en presencia de pensa- tividad de la amígdala favoreciendo el autocontrol, el aumento de la conecti-
mientos pesimistas, el derecho parece servir de sustrato neural al optimismo vidad funcional en circuitos relacionados con la autorregulación, hasta la pre-
(Hecht, 2013). Este supuesto no solo tiene implicaciones desde el punto de vención de las demencias.
vista neuroanatómico, sino además en los procesos neuropsicológicos que
podrían verse afectados o potenciados por el predominio de uno de estos Conclusiones
rasgos.
El respecto, existen resultados que han correlacionado el estilo atribu-
Como se puede apreciar, recientemente se ha incrementado el interés por
cional con funciones ejecutivas como la memoria de trabajo. De acuerdo con
los investigadores del estilo atribucional, las personas realizan juicios sobre aplicar los principios de la psicología positiva a los campos la salud cognitiva,
emocional y física. Partiendo de esta realidad, algunas investigaciones actuales
los sucesos de su vida cotidiana, atribuyéndole causas. Estas atribuciones
pueden ser de dos tipos. La primera se conoce como estilo explicativo opti- en el campo de la neuropsicología comienzan a prestar mayor atención a los
factores asociados con la salud cognitiva y el bienestar en sentido general.
mista; en esta forma las evaluaciones de las situaciones cotidianas se caracte-
rizan por ser externas, temporales, y son contextuales (no se extrapolan a Gracias a esta reorientación, han surgido interesantes constructos relaciona-
dos con la prevención de enfermedades cerebrales y la promoción de salud
eventos futuros). El estilo opuesto se denomina estilo explicativo pesimista,
puesto que las atribuciones sobre las problemáticas de la vida cotidiana suelen cognitiva. Un ejemplo palpable son los resultados alcanzados por los inves-
tigadores dedicados al estudio de la reserva cognitiva y el bienestar. Ambos
ser internas, estables y las valoraciones persisten en el tiempo (Mahasneh, Al-
Zoubi, & Batayeneh, 2013). procesos demuestran actualmente una gran relación con los mecanismos de
resiliencia cognitiva, además de constituir excelentes predictores de la salud
Sobre esta temática, Saylik y Szameitat (2018) llevaron a cabo un estudio
experimental donde se evaluó el estilo atribucional en 91 participantes sanos cognitiva a lo largo de toda la vida y particularmente durante el envejeci-
miento.
y luego se exploró su rendimiento neuropsicológico en tareas de memoria de
trabajo (sistema ejecutivo central y agenda visuoespacial). Los resultados No obstante, todavía restan áreas importantes por ser exploradas, al me-
nos sistemáticamente. Tal es el caso de procesos positivos como el opti-
mostraron que los participantes con un estilo atribucional pesimista mostra-
ron un bajo rendimiento en las tareas de memoria de trabajo visuoespacial, mismo, la resiliencia, el bienestar psicológico, entre otros, y su relación con
la salud cognitiva. Aunque en este trabajo se presentan un grupo de estudios
no así en la dimensión del ejecutivo central. Este resultado resulta llamativo,
pues relaciona un constructo de la psicología positiva con un proceso neuro- primigenios que exploran la relación entre algunos de estos procesos con
mecanismos cerebrales específicos y el bienestar cognitivo, todavía resta mu-
psicológico de elevada importancia. Considérese que la memoria de trabajo
participa en la regulación de múltiples procesos como el control inhibitorio, cho por “cartografiar” en los dominios de la neuropsicología positiva.
Todavía son varias las preguntas que necesitan respuesta a la luz de este
el procesamiento de información auditiva, control atencional, entre otros
(Saylik & Szameitat, 2018). nuevo enfoque. Por ejemplo: ¿Qué efectos específicos tienen los procesos
psicológicos positivos sobre la salud cognitiva? ¿Son todos los procesos po-
Desde una perspectiva neuroquímica, Ashby, Isen y Turken (1999) han
planteado que los cambios producidos por la afectividad positiva sobre el sitivos (y sus interacciones) igualmente importantes para la salud cognitiva?
¿Cómo interactúan el optimismo, el bienestar psicológico, la resiliencia, etc.,
cerebro podrían deberse a un incremento en los niveles de dopamina. Esta
hipótesis, toma como referencia el impacto beneficioso que tiene el incre- con otros constructos como la reserva cognitiva y el bienestar? ¿Pueden los
mecanismos psicológicos positivos retrasar la progresión de enfermedades
mento dopaminérgico sobre procesos como la consolidación de los recuer-
dos a largo plazo, la memoria de trabajo y también la solución de problemas. como la Esclerosis Múltiple o el Alzheimer? ¿Qué características deben po-
seer las nuevas estrategias y técnicas (con sustento en la neuropsicología po-
Esta propuesta se ha visto respaldada a partir de estudios desarrollados sobre
la neurobiología de las emociones positivas. Al respecto, se ha comprobado sitiva) para resultar efectivas en la promoción de salud cognitiva? ¿Son todos
los procesos positivos igualmente importantes a lo largo del desarrollo del
la existencia de una compleja red neural distribuida tanto en los niveles cor-
ticales como subcorticales y que incluye estructuras como la amígdala, el cór- individuo?
Los resultados que se obtengan desde el enfoque de la neuropsicología
tex frontal y el estriado ventral, los cuales se encuentran interconectados por
distintos mecanismos dopaminérgicos (Shi et al., 2018). positiva, serán de inestimable valor para la prevención de alteraciones cogni-
tivas a través de acciones de intervención en patologías específicas y además
En el orden neuropsicológico, los niveles de conectividad entre las es-
tructuras corticales anteriormente mencionadas, podrían explicar la elevada de promoción de salud. En el orden práctico, existe la posibilidad de imple-
mentar estrategias que no se limiten únicamente al manejo de pacientes con
adaptabilidad y flexibilidad cognitivas presentes en personas con elevados ni-
veles de bienestar subjetivo, lo cual favorece la regulación emocional y el alteraciones neuropsicológicas, sino que además permitirán educar al público
general sobre qué hacer para preservar su salud cerebral y cognitiva a lo largo
control cognitivo (Shi et al., 2018). Otras investigaciones neuropsicológicas
y con neuroimágenes, han reportado que en el caso de personas con elevada de la vida.
Los neuropsicólogos que se involucren, ya sea desde lo asistencial como
satisfacción con la vida, donde además se han registrado mayores niveles do-
paminérgicos, existe un mayor volumen del hipocampo, el precuneus iz- en la dimensión investigativa, con la neuropsicología positiva estarán en con-
diciones de maximizar la calidad de vida de sus pacientes a través de la im-
quierdo y el córtex prefrontal ventromedial (Luo et al., 2017). Estos resulta-
dos correlacionan con un mejor funcionamiento de procesos ejecutivos, plementación de acciones interventivas basadas en la evidencia, tomando
como referencia las potencialidades de cada individuo.
como por ejemplo, el control inhibitorio, favoreciendo además la autorregu-
lación emocional (Pe, Koval, & Kuppens, 2013). El presente estudio posee algunas limitaciones que no deben ser pasadas
por alto. En primer lugar, la revisión se concentró en un grupo de constructos
Por otra parte, recientemente se han integrado los resultados de la neu-
rofisiología con la neuropsicología en lo que respecta a la relación entre do- que, si bien son representativos dentro de la psicología de orientación posi-
tiva, no abarcan todas las dimensiones que podrían guardar relación con la
pamina, el proceso ejecutivo de toma de decisiones, la flexibilidad mental y
la planificación. Los estudios iniciales comienzan a mostrar el vínculo exis- salud cognitiva. Por ejemplo, sería oportuno indagar en próximas investiga-
ciones sobre la relación entre resiliencia psicológica y funcionamiento cogni-
tente entre los niveles de dopamina con la anticipación de recompensas, la
evaluación de costos, beneficios, el control cognitivo, así como el reforza- tivo. Adicionalmente, nuestro estudio utilizó como estrategia la búsqueda de
investigaciones en idioma inglés, pudiendo pasar por alto interesantes expe-
miento de los aprendizajes (Chong, 2018; Westbrook & Frank, 2018).
Como se puede apreciar, la literatura actual comienza a presentar una riencias cuya divulgación se realizase en otro idioma.
Como conclusión general de este artículo, podemos plantear que la Neu-
interesante línea de resultados que, aunque actualmente dispersos, podrían
alcanzar una estructura monolítica en el marco de las neurociencias positivas ropsicología Positiva; la disciplina definida como la orientación práctica y
académica enfocada en el estudio y la promoción de la salud cognitiva, abre
y más específicamente dentro de la neuropsicología positiva. Aunque el én-
fasis en la relación entre afectividad y funcionamiento cognitivo se ha enfo- un nuevo abanico de oportunidades para la búsqueda de nuevas formas de
intervención basadas en resultados científicamente comprobados. Para ello,
cado durante muchos años en procesos patológicos, ya se observan los pri-
meros resultados sobre el papel de los aspectos emocionales positivos sobre será necesario que complementemos de nuestros paradigmas y formas de
pensar la neuropsicología. Desplazarnos del daño hacia el bienestar, de la
la actividad nerviosa superior.
Los resultados iniciales comienzan a mostrar sólidas evidencias del enfermedad hacia la salud, de la curación hacia la prevención y la educación.
efecto positivo del bienestar psicológico, el optimismo y la práctica del
mindfulness, no solo sobre los aspectos estructurales del cerebro, sino además Conflictos de interés
sobre su funcionamiento general. Desde el incremento de la materia gris en
regiones específicas (por ejemplo, el hipocampo), la disminución de la reac- El autor declara no tener conflicto de intereses.

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Broche-Pérez. Rev. Chil. Neuropsicol. 13(2): 45-51, 2018

Agradecimientos Goldstein, L. H., & McNeil, J. E. (Eds.). (2004). Clinical Neuropsychology: A


Practical Guide to Assessment and Management for Clinicians. England:
El autor desea expresar su agradecimiento al Dr. John J. Randolph, PhD., de Wiley.
la Geisel School of Medicine at Dartmouth por su apoyo para la realización de este Goveas, J. S., Rapp, S. R., Hogan, P. E., Driscoll, I., Tindle, H. A., Smith, J.
trabajo. Adicionalmente, el autor agradece a los revisores que evaluaron las C., . . . Espeland, M. A. (2016). Predictors of Optimal Cognitive
versiones iniciales del manuscrito por las sugerencias y correcciones realiza- Aging in 80+ Women: The Women’s Health Initiative Me-
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