Está en la página 1de 4

20 cualidades de liderazgo para desarrollar

Capacidad para resolver problemas. Los líderes son expertos en resolver


problemas: identificar el desafío, desglosarlo en sus partes constituyentes y
diseñar los procesos y los enfoques que conduzcan a una solución viable.

Tener una mentalidad abierta. Parte de la resolución eficaz de problemas es


estar abierto a probar nuevas ideas, nuevos enfoques, nuevos ángulos, más
allá de dónde provengan. Saber que no se sabe todo es un atributo de
liderazgo clave y abre la posibilidad de obtener información útil y soluciones
de una amplia gama de fuentes, influencias y culturas.

Capacidad para inspirar. El manejo de los aportes de otras personas no


necesariamente tiene que ser manifiesto u oficial; no es requisito contar con
un distintivo de gerente para liderar a los integrantes de su equipo de
trabajo. Los líderes son aquellas personas que inspiran y motivan a otras, a
través de diversos medios, para que dirijan sus esfuerzos en una misma
dirección a fin de lograr un objetivo.

Intuición. Los buenos líderes confían en su instinto. Aprenden de la


experiencia, así como también de escuchar a los demás y dejarse guiar por
sus pares, que —a su vez— los inspiran a ellos.

Mentalidad innovadora. Ver las cosas desde un ángulo diferente. Probar


nuevas ideas. Estar abierto a los comentarios y sugerencias de diversas
fuentes. Experimentar. Fallar e intentarlo nuevamente. Estas cualidades
creativas son fundamentales para un buen liderazgo.

Mentalidad positiva. Mantener un enfoque positivo y aprender a no dejarse


frenar por lo negativo son cualidades que tienen fuertes repercusiones en los
equipos de trabajo y las personas. En un ambiente de trabajo, es muy fácil
quedar atrapado en la negatividad, que puede volverse tóxica muy
rápidamente. Los buenos líderes saben cómo evitar caer en esta trampa y
mantenerse enfocados en los objetivos y las tareas rendidoras.

Confianza. Creer en uno mismo, sabiendo que no se puede saber todo, pero
tener la actitud correcta y la mente abierta para encontrar soluciones.
Además de aceptar la diversidad de pensamiento y aprender de la
experiencia. Trabajar para lograr resultados positivos: todo esto genera una
confianza interna que llega e inspira a otras personas.

Excelentes habilidades de comunicación. Parte de ser un buen líder consiste


en saber compartir y articular lo que piensa, necesita o desea lograr. Es
fundamental desarrollar habilidades de comunicación sólidas para que otras
personas puedan comprender y aceptar su visión o idea.

Capacidad para delegar. Es imposible hacer todo uno mismo. Y la mayoría de


las personas odian que las microcontrolen en su trabajo. Aprender a delegar
y a reconocer las fortalezas de otras personas es una aptitud central para el
liderazgo, que ayuda a inspirarlas y motivarlas, así como a aprovechar
diversas habilidades.

Confiabilidad. La transparencia es clave. Además de contar con excelentes


habilidades de comunicación, debe demostrar a los demás que tiene
integridad y que pueden confiar en que usted cumplirá sus compromisos.
Usted es el tipo de persona que habla con franqueza y claridad. Además de
ser confiable en que no les quitará el mérito a quienes trabajan junto a usted.

Determinación. Tiene una idea clara de lo que desea, de cómo llegar allí y de
cómo superar los obstáculos que pueda encontrar en el camino.
Inteligencia emocional. La inteligencia emocional es la capacidad
interpersonal para formar a otras personas o trabajar con ellas, en equipos o
de forma individual. Se toma el tiempo para comprender a los demás y
desarrollar las habilidades para conectarse con ellos.

Perseverancia. No se da por vencido fácilmente. No importa cuán difícil sea


un trabajo o cuánto tiempo le lleve lograrlo, usted tiene la mirada puesta en
el premio. Poder resistir y continuar, a pesar de los obstáculos, es un
indicador clave del liderazgo.

Confiabilidad. Respeta un cronograma, es puntual, cumple con lo que se


compromete a cumplir. Otras personas saben que pueden confiar en usted.

Desarrollo de relaciones. Se toma el tiempo y se esfuerza por ver las


fortalezas (y debilidades) de otras personas. A medida que desarrolla las
relaciones interpersonales, desarrolle estas fortalezas para generar sinergias
y hacer las cosas de manera más eficiente.

Capacidad para pensar estratégicamente. Comprende para qué hace las


cosas. Comprende la necesidad detrás de la tarea y cómo encaja dentro de
un objetivo general. Piensa en la mejor manera de utilizar los recursos para
alcanzar su objetivo. Puede establecer conexiones entre las diferentes etapas
de un plan.

Capacidad para organizarse. Desde la administración del tiempo hasta la


planificación y la generación de informes, la buena organización garantiza
que todo se lleve a cabo dentro del tiempo asignado.
Meticulosidad. "Bastante bien" no es suficiente para usted. Presta atención al
más mínimo detalle. Usted es un pensador integral, minucioso y particular en
cómo se enfoca en las metas.

Humildad. Los buenos líderes son aquellos que tienen la humildad para
escuchar a los demás, reconocerlos y recompensarlos y, al hacerlo,
inspirarlos y motivarlos a trabajar juntos en torno a una visión compartida.

Autenticidad. Es más fácil de lo que cree detectar a una persona falsa o


propensa a los "chismes". Los verdaderos líderes son genuinos. Creen en lo
que hacen y dicen. Su encanto es genuino.

Tómese un momento para reflexionar: ¿cuántos de estos atributos, según


usted, son innatos a su personalidad? ¿Y en cuántos tiene que trabajar para
desarrollarlos? El liderazgo, como todas las demás habilidades, es algo que se
puede perfeccionar, desarrollar y mejorar activamente con el tiempo.

También podría gustarte