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Módulo 1
Hoy, siglo XXI, y partir del siglo pasado la Psicología ha alcanzado una independencia tal
que permite hablar de ella como ciencia, es decir como un estudio que tiene
perfectamente delimitado su objeto y los métodos que le son propios. Es por esta razón
que nos parece más conveniente empezar por un encuadre histórico de la Psicología,
desde el momento en que ella pasa a ser una ciencia independiente.
Los historiadores han dado en establecer como hito para el nacimiento de la Psicología
científica la instalación del Laboratorio de Psicología de Wilhelm Wundt (1832-1920) en
Leipzig (Alemania) en 1879. Si bien éste no fue el primer laboratorio de psicología, sí fue
el primero que inició un gran movimiento de agitación.
Lo que este laboratorio puso en práctica con riguroso celo fue la aplicación del método
científico a la problemática psicológica. Los métodos de observación y registro de datos
que permitieron el constante y exitoso progreso de las ciencias físicas y naturales fueron
aplicados a los hechos mentales. Así surgió la nueva psicología denominada
experimentalismo, cuyos seguidores creían que los fenómenos mentales eran
susceptibles de medición y tratamiento experimental.
Los investigadores continuadores de Wundt, si bien se apartaron de él, no pudieron
abandonar un esquema de trabajo netamente experimental.
No fue privativo de Alemania el enfocar la problemática, psicológica desde otro ángulo. En
Inglaterra, Darwin publica en 1859 Origen de las especies, y en consecuencia, el criterio
naturalista y evolucionista del sabio ingles” dio lugar a numerosos replanteos de orden
psicológico. El hecho de ser la especie humana no algo de singular importancia, sino un
punto más en el proceso de la evolución natural, determinó que la Psicología volviese sus
ojos no sólo al hombre en sí mismo, sino también a las circunstancias ambientales,
La psicología infantil es una rama de la psicología que se dedica al estudio del niño y el
proceso por el cual se convierte en adulto, la comunicación con otras personas, el
desarrollo de su actividad en el seno de la escuela y la familia, el proceso psíquico, la
formación de su personalidad y cualidades como la imaginación, percepción, atención,
pensamiento, memoria, lenguaje, sentimientos y formas primarias de conducta.
Los cambios en la vida de
un niño pueden afectar su
salud mental, como el
cambio de ciudad, el
cambio de colegio, mudarse
a otro barrio, la muerte de
un familiar, cambios que
provocan ansiedad, miedo e
incluso depresión en la
adultez, y mucho más aún
en la niñez.
La psicología infantil se
ocupa del estudio y análisis
del comportamiento del niño
hasta la adolescencia,
centrándose en el desarrollo físico, perceptivo, cognitivo, motor y social. En el desarrollo
cognitivo influyen diversidad de factores, en especial el comportamiento de los padres, de
su familia y su propia personalidad. En cuanto a la personalidad, la inteligencia se
relaciona con el temperamento y el desarrollo emocional. La curiosidad y asertividad de
un niño activo que toma iniciativas tiene buen desempeño en las evaluaciones que miden
el coeficiente intelectual, mientras que un niño retraído, apático y pasivo aprenderá menos
como consecuencia del escaso contacto con su medio ambiente. En cuanto a la influencia
de los padres, este suele ser el factor más decisivo. Los niños con alto coeficiente
intelectual suelen tener padres cálidos, sensibles y cariñosos, que aceptan la conducta de
sus hijos permitiéndoles expresarse y explorar el ambiente. Apelan a la lógica y no a las
Aquí podemos darnos cuenta en como desde que se encuentra el bebe dentro de la
madre hasta su desarrollo en sus primeros años de vida van dando ciertos indicios de
personalidad y de cómo es el patrón de crecimiento del mismo.
bien con su sexo. Si esto no tiene importancia para el grupo de amigos los niños se
preocuparán muy poco porque sus ropas los identifiquen o no con su grupo sexual.
▪ Ocultamiento: Todos los niños se hacen autoconscientes de los defectos y los
rasgos físicos o las constituciones corporales que se desvíen considerablemente
de la de sus amigos. Descubren, a menudo por medio de ensayo y error, que las
ropas les ayudan a ocultar esas características. Cuanto más ansiosos se sientan
de dar una impresión favorable como ayuda para obtener la aceptación social,
tanto más se interesen por la ropa que les sirve como ocultamiento.
aprobado para el propio sexo. Una d las tareas importantes de desarrollo en la niñez se
centran en este aprendizaje.
En resumen, los papeles sexuales son de suma importancia para los niños, ya que desde
pequeños comienzan a desarrollar un pensamiento de acuerdo a su sexo y como se debe
desenvolver en la sociedad tomando en cuenta el mismo.
3. Tipos de familias
▪ Familias nucleares: La familia nuclear que consiste en los padres y los hijos,
prácticamente una familia pequeña, han reemplazado en gran parte a la familia
extensa: una familia nuclear, más los parientes que viven bajo el mismo techo.
▪ Familias pequeñas: Son familias conformadas por los padres y tres o menos hijos.
▪ Familias grandes: Son familias conformadas por los padres y que tienen más de
tres hijos.
▪ Familias sin hijos: Mediante elección propia, las familias sin hijos se están
haciendo cada vez más populares entre los hombres y las mujeres de cultura
elevada que, con frecuencia, tienen mayor orientación hacia sus carreras que hacia
sus familias.
▪ Familias de padres jóvenes: Son familias que son encabezadas por padres de
menos de 23 años y que ya tienen responsabilidad sobre sus hijos.
▪ Familias de un solo progenitor: Es una familia de un solo progenitor, este puede
ser la madre o el padre, que asume la responsabilidad de los hijos, después de la
muerte de su conyugue o el divorcio.
▪ Familias reconstruidas: En una familia reconstruida, después de la muerte o el
divorcio, uno de los progenitores es el natural y el otro un padrastro o una
madrastra.
▪ Familias de padres provisionales: Los padres provisionales reciben un pago, por
lo común del gobierno, para desempeñar el papel de padres reales, con la
excepción de que no tienen responsabilidades legales de sostener a los niños ni
estos últimos llevan sus apellidos.
▪ Familias en comunidad: Varias familias nucleares se unen y comparten las
responsabilidades del cuidado del hogar y los hijos.
▪ Familias adoptivas: En una familia adoptiva, algunos de los niños no tienen lazos
consanguíneos con sus padres, aun cuando estos pueden tener la responsabilidad
legal de ellos y darles el apellido familiar, como en el caso de los hijos naturales.
▪ Familias interraciales: El padre o la madre, en una familia interracial, proceden de
grupos raciales y diferentes.
▪ Familias interreligiosas: En una familia interreligiosa, los dos progenitores
proceden de distintos grupos religiosos; aunque pueden ser y, a menudo, son del
mismo grupo racial.
PEDAGOGÍA INFANTIL
La pedagogía infantil es una ciencia que estudia la educación en la niñez, no en relación
con la escolaridad sino con la capacidad del niño de adquirir nuevas habilidades a través
de su desarrollo. La utilización del método cognitivo le permite entender al pedagogo el
desarrollo psicológico-cognitivo del niño, ayudándolo a procesar la información en el
proceso de enseñanza-aprendizaje en la niñez.
Los padres son usualmente los primeros en reconocer cuando un hijo tiene un problema
emocional o de comportamiento. Aun así, la decisión de buscar ayuda o consejo
profesional puede ser difícil y doloroso, pues, en muchas ocasiones, se hace difícil saber
en qué momento esto es realmente necesario.
Uno se resiste quizás porque considera que no le van a decir nada nuevo, o que en caso
de hacerlo será cómo poner en entredicho su capacidad, como padre o adulto, de resolver
determinado problema. Sin embargo, pedir ayuda, no sólo como padre, sino también
desde cualquier rol o situación que la vida nos plantee, es una actitud de lo más madura y
consciente, propia de alguien que usa su decisión y los medios que están a su alcance
para afrontar determinada problemática. Muchas veces no sabemos si es suficiente o no
lo que nos está ocurriendo, a nosotros o a nuestros hijos, como para consultar a un
especialista. Ese punto o límite es algo totalmente individual y subjetivo, que queda
marcado de forma distinta por cada persona.
Sin embargo, hay situaciones objetivas generales, que indican la necesidad de hacerlo:
▪ Siente que las cosas le superan como padre/madre.
▪ Su hijo es caprichoso y no sigue las pautas que usted le indica.
▪ La relación conyugal se ha tornado pobre y no hay un buen clima afectivo.
▪ Ud. ha vivido o está viviendo una crisis importante en la familia: pérdida del trabajo,
mudanza de vivienda, cambio de escuela, muerte de un familiar o alguien allegado,
una enfermedad grave, separación de su pareja, etc.
▪ Su hijo tiene problemas en la escuela.
▪ Su hijo tiene malas relaciones con sus compañeros.
▪ Ud. castiga a sus hijos física y/o emocionalmente.
▪ Su hijo le castiga a Ud. física o emocionalmente.
▪ Su hijo es demasiado activo e inquieto.
▪ Su hijo está deprimido, ha perdido interés por la vida o ha intentado suicidarse.
▪ A Ud. le preocupan demasiado los aspectos de la adopción.
▪ A su hijo le preocupa demasiado el tema de la adopción y Ud. no se siente capaz
de tranquilizarlo.
▪ La conducta, personalidad y amistades del niño han cambiado de forma drástica;
quizás exista un problema de alcoholismo o drogas.
▪ Ud. no se siente capaz o con fuerzas para encarar determinado problema.
Si bien es cierto que la principal tarea de un psicólogo infantil es identificar los problemas
en los niños y las posibles causas que desencadenan sus reacciones, estos también se
encargan de proporcionarnos herramientas y soluciones, entre las cuales se encuentran:
Ayuda a aumentar la comprensión de la familia y los padres:
Los padres no nacemos con un manual que nos enseñe cómo criar a los niños, por lo que
reaccionamos incorrectamente ante muchas situaciones. Es por este motivo que debemos
apoyarnos en los psicólogos para que nos ayuden a evitar actitudes erróneas.
psicólogos ofrecen técnicas valiosas para ayudarlos a enfrentar toda clase de eventos
estresantes.
Es muy angustioso pensar que nuestro pequeño puede estar experimentando una
situación difícil en su escuela o en el hogar ya que lo que menos queremos es que sufran,
pero antes de acudir a un psicólogo infantil es indispensable saber en qué momento
podemos optar por esta opción:
Algunos padres creen que los niños solo deben ir al psicólogo si tienen una patología
mental y es totalmente errado pensar así porque la psicología es muy útil para ayudar y
orientar a los niños a desarrollar sus habilidades y a fortalecerse mentalmente.
Sin duda alguna, la psicología infantil es muy importante en la vida de nuestros pequeños,
pero es aún mucho más importante la ayuda y el apoyo de su familia y de los padres.
La familia es el entorno más cercano, así que no hay mejor manera de resolver el
problema de un niño incorporando ayuda psicológica. Las herramientas profesionales
aunadas a la comprensión, el amor y las demostraciones de afecto de sus seres queridos
son las mejores recetas para que los niños tengan una buena salud emocional.
El niño -con su conducta desbordada- está pidiendo que se lo contenga, que un adulto
pueda frenarlo, un “no” que lo limite y lo asegure.
Nunca será suficiente subrayar la importancia de la primer etapa de vida del niño, tan
frágil y tan receptiva, sus tempranas experiencias, sus adquisiciones. Allí es donde
comienzan los primeros aprendizajes de los límites para el dominio de los impulsos.
Es importante la reflexión adulta de los padres y su transmisión a las otras personas que
tienen a cargo el cuidado del niño para establecer una postura coherente. Si un “no”
puesto en un determinado momento se transforma en un “sí” frente a la insistencia del
niño -porque resulta difícil sostener la postura inicial-, el niño estará recibiendo un doble
mensaje que lo dejará sumido en una confusión perturbadora.
Es común que los niños deseen y pidan cosas en todo momento; también es cierto que no
es posible satisfacerlos siempre, es una ilusión y sería totalmente perjudicial para la salud
mental del niño si uno pudiera hacerlo.
Si un niño intenta tocar la estufa encendida, será advertido por la madre con un “no” claro,
firme y decidido; luego repetirá su tentativa, procurando averiguar si el padre también lo
frena; más adelante procederá igual frente a otro tipo de aprendizaje o al aprendizaje
escolar. Por lo tanto, la puesta de límites debe ser compartida y acordada entre los
adultos y sostenida en el tiempo. El niño necesita de la experiencia de ver confirmado por
los adultos lo que se le acaba de transmitir.
Sucede que a veces los niños no aceptan las explicaciones, pero un “no” puesto con
decisión y firmeza desde los padres es aceptado y resulta tranquilizador y pacificante.
El padre con autoridad es aquél que escucha al niño, a quien considera y respeta en su
condición de tal, que no toma decisiones a la ligera sino en función de su cuidado y
bienestar.
ESTRÉS INFANTIL
En los últimos tiempos se ha hecho evidente el uso y el abuso de la palabra estrés, se ha
vuelto tan popular que ya forma parte del vocabulario cotidiano. Ahora bien, para
propósito del tema a desarrollar, debemos abordar esta definición desde tres
perspectivas, a saber:
A) El estrés como estímulo o acontecimiento,
B) Estrés como respuesta adoptada por el organismo y
C) Estrés como interacción entre un organismo y su entorno.
Desde la concepción de estrés como estímulo, podría definirse como aquellos estímulos
o acontecimientos ambientales que obligan a llevar a cabo cambios adaptativos por parte
del sujeto (en este caso del niño) sobre el que inciden, provocándole un aumento de la
tensión emocional y dificultando los patrones normales de respuesta. Las categorías que
engloban tales acontecimientos son las siguientes: estresores agudos, limitados en el
tiempo (por ejemplo, la visita del niño al dentista); secuencias estresantes (por ejemplo, la
muerte de uno de los padres del niño); estresores intermitentes crónicos (por ejemplo,
exámenes escolares); y estresores crónicos continuos (por ejemplo, que el niño sea
objeto de abusos físicos recurrentes por parte de sus padres).
Desde la perspectiva del estrés como respuesta, se hablaría de reacción de estrés, esta
visión es adoptada por numerosos autores. Ellos operativizan tales reacciones en
términos de alteraciones perceptivas, motivacionales, conductuales, etc.
Ante un mismo acontecimiento estresante, dos niños pueden tener dos respuestas
totalmente distintas entre sí. Este carácter diferencial de la reacción de estrés
introduce la tercera de las concepciones del término estrés, aquella que lo aborda
como una interacción entre el niño y su entorno. Desde esta tercera perspectiva queda
conceptualizado como una desproporción o desequilibrio entre las demandas ambientales
que acontecen sobre el niño y las respuestas que produce al verse enfrentado a ellas.
Factores de los que depende la reacción infantil de estrés.
No se puede establecer una relación fija entre el evento estresante y la respuesta que
éste provoca en el niño, ya que ésta puede ir desde el extremo de la
adecuación/adaptación hasta el polo opuesto de la inadecuación/desadaptación a los
requerimientos del medio. Con esto se pueden establecer diferencias no sólo
El hecho de que los estresores tengan lugar en el seno del hogar, va a aumentar
considerablemente su probabilidad de ocurrencia, así como el tiempo de exposición del
niño a los agentes estresantes. Por tal motivo, se puede pensar que estos estresores
serán más perjudiciales para la salud tanto física como emocional del niño.
• Estresores dentro del ámbito familiar son entre otros: divorcio o separación de los
padres, duelo de uno o ambos padres, maltrato físico por parte de los padres,
abusos sexuales en el hogar, etc.; circunstancias todas ellas que tienen una
repercusión negativa sobre el bienestar emocional del niño.
• Estresores que actúan sobre el niño como sujeto frente a estresores que inciden
sobre el niño como miembro de una familia o de un grupo de niños.
En este caso, los primeros representan una mayor repercusión en la salud mental
del niño.
• Estresores asociados a victimización primaria del niño (ser objeto directo de
acontecimientos adversos) frente a padecimiento como víctima secundaria
(presenciar o tener conocimiento indirecto de tales actos).
Por todo lo antes expuesto sólo queda la reflexión de lograr como padres tener un niño
sano, con un adecuado desarrollo evolutivo, con sólo dos grandes actividades que hacer,
estudiar y jugar, que pertenezca a una familia que lo quiera, emocionalmente estable,
operativa y donde se le respeten los derechos que todo niño tiene, de tal forma que los
eventos estresores que le toquen vivir tengan la menor repercusión emocional posible.
Los tics nerviosos se definen como movimientos involuntarios bruscos, cortos y repetitivos
de cualquier grupo muscular. Son considerados como el trastorno del movimiento más
frecuente de la infancia, siendo más frecuentes en los niños que en las niñas, sobre todo
en los más tímidos y cohibidos.
Por definición, los tics nerviosos son movimientos involuntarios, aunque en ocasiones se
puede anticipar su aparición, y con mucha concentración se pueden controlar, pero de
forma muy limitada. El intento de controlarlos comporta, además, mucha angustia para el
niño, por lo que conviene restarle importancia, entre otras cosas, porque en la mayoría de
ocasiones desaparece sin precisar tratamiento antes de llegar a la adolescencia.
Los tics nerviosos pueden afectar a cualquier músculo, aunque los más frecuentes son
parpadeo, carraspeo, tos persistente, chasquido de lengua, movimientos mandibulares,
alzamiento de cejas, movimientos de cabeza o elevación de hombro.
Factores genéticos
Diversos estudios han demostrado la presencia de tics similares en gemelos idénticos, lo
que apoya la teoría de que algunos genes pueden contribuir a la aparición de estos
movimientos involuntarios.
Factores neurobiológicos
La mayor prevalencia de este trastorno en los varones conduce a la teoría de la
implicación de algunas hormonas, como la testosterona. También se ha relacionado con
la dopamina, un neurotransmisor fundamental en las conexiones cerebrales. De hecho
algunos de los fármacos utilizados para disminuir la frecuencia de los tics nerviosos son
inhibidores de la dopamina.
Por ello, algunas pautas de actuación ante un niño que presenta un tic son:
• Evitar en la medida de lo posible las situaciones estresantes.
• Analizar en qué situaciones se intensifica el tic y tratar de evitarlas.
• Fortalecer su autoestima y premiar las cosas que hace bien.
• Intentar restarles presión, especialmente en los niños muy perfeccionistas.
Sólo en algunos casos muy seleccionados, los tics nerviosos precisarán tratamiento. Hay
que tener en cuenta que la medicación trata el síntoma, pero no la causa; para ello
pueden utilizarse relajantes musculares, neurolépticos, sedantes… Para tratar la causa
del tic se emplean técnicas psicológicas de autocontrol, como el “procedimiento de la
inversión del hábito”, aunque es difícil de aplicar en niños.
DEPRESIÓN INFANTIL
Durante un largo período de tiempo la comunidad científica, por estrictas razones teóricas,
sostenía que la Depresión Infantil no existía (coincidiendo con la poca importancia que se
le daba a la salud mental de los niños). Sin embargo, en el mundo real existían niños
deprimidos y algunos clínicos empezaron a revelarse contra la ortodoxia que vetaba la
posibilidad de su existencia.
Definición:
La depresión infantil puede definirse como una situación afectiva de tristeza mayor en
intensidad y duración que ocurre en un niño. Se habla de depresión mayor, cuando los
síntomas son mayores de 2 semanas, y de trastorno distímico, cuando estos síntomas
pasan de un mes.
Los partidarios de una depresión infantil específica se ubican en dos tendencias, a saber:
los evolucionistas, que opinan que la depresión infantil se va transformando según la
época evolutiva de la vida del niño en la que se presenta, sostienen pues la existencia de
una DI Evolutiva, y aquellos que sostienen la existencia de la depresión infantil con una
sintomatología propia, no equiparable a la del adulto, especialmente relacionada con
problemas de conducta, de allí el nombre de DI Enmascarada, puesto que muchos
profesionales equivocan su diagnóstico.
Criterios y Síntomas Emocionales
Los expertos en el tema de depresión infantil, a través de numerosas investigaciones han
llegado a la aceptación de los siguientes síntomas característicos y criterios de la
depresión infantil: tristeza, irritabilidad, anhedonia (pérdida del placer), llanto fácil, falta del
sentido del humor, sentimiento de no ser querido, baja autoestima, aislamiento social,
cambios en el sueño, cambios de apetito y peso, hiperactividad, disforia e ideación
suicida.
Esta definición operativa puede ser utilizada como guía diagnóstica y tiene la ventaja de
representar un núcleo de coincidencia de un amplio espectro de la comunidad científica.
Existen varios marcos teóricos que intentan explicar el origen de la depresión infantil, así
tenemos:
· Conductual: a través de la ausencia de refuerzos, deficiencia de habilidades sociales y
acontecimientos negativos ocurridos en la vida del niño.
· Biológico: por una disfunción del sistema neuroendocrino (aumentan los niveles de
cortisol y disminuye la hormona de crecimiento), por una disminución de la actividad de la
En la actualidad más bien se admite una compleja interacción de distintos factores tanto
de carácter biológico como social que sirven de base a la aparición de las distintas
conductas normales y patológicas. Es necesario que se dé una cierta vulnerabilidad
personal, familiar y ambiental que combinadas dan lugar a la aparición de una conducta
desajustada.
En el caso de la DI, los elementos que suponen una vulnerabilidad son de naturaleza
biológica, personal, social y demográfica.
Así mismo la depresión materna aparece claramente definida como uno de los factores de
riesgo asociados al desencadenamiento de una depresión en el niño.
Más tarde también son indispensables para el normal desarrollo emocional del niño las
buenas relaciones con los padres.
Una y otra vez numerosos expertos han señalado cómo las malas relaciones con los
padres son la fuente específica de muy diversos problemas infantiles, y también claro está
de la depresión.
En relación con la familia también se ha estudiado el puesto que se ocupa entre los
hermanos.
EL APEGO
La habilidad individual para formar y mantener relaciones haciendo uso de este “adhesivo
emocional” es diferente en cada uno de nosotros.
Estos sistemas cerebrales que nos permiten formar y mantener relaciones, se desarrollan
durante la infancia.
Las experiencias durante estos primeros y vulnerables años del desarrollo evolutivo de un
individuo, influyen significativamente en el moldeado de la capacidad para formar
relaciones íntimas y emocionalmente saludables.
Definición de apego
En el campo del desarrollo infantil, el apego se refiere a un vínculo específico y especial
que se forma entre madre-infante o cuidador primario-infante. El vínculo de apego tiene
varios elementos claves:
1) Es una relación emocional perdurable con una persona en específico.
2) Dicha relación produce seguridad, sosiego, consuelo, agrado y placer.
3) La pérdida o la amenaza de pérdida de la persona, evoca una intensa ansiedad. Los
investigadores de la conducta infantil entienden como apego la relación madre-infante,
describiendo que esta relación ofrece el andamiaje funcional para todas las relaciones
subsecuentes que el niño desarrollará en su vida.
Una relación sólida y saludable con la madre o cuidador primario, se asocia con una alta
probabilidad de crear relaciones saludables con otros, mientras que un pobre apego
parece estar asociado con problemas emocionales y conductuales a lo largo de la vida.
Formas de apego
Las formas de apego se desarrollan en forma temprana y poseen alta probabilidad de
mantenerse durante toda la vida. En base a como los individuos responden en relación a
su figura de apego cuando están ansiosos.
Podemos nombrar los tres patrones más importantes de apego y las condiciones
familiares que los promueven, existiendo el estilo seguro, el ansioso-ambivalente y el
evasivo.
• Los niños con estilos de apego seguro, son capaces de usar a sus cuidadores
como una base de seguridad cuando están angustiados. Ellos tienen cuidadores
que son sensibles a sus necesidades, por eso, tienen confianza que sus figuras de
Los científicos consideran que el factor más importante en la creación del apego, es el
contacto físico positivo (ejemplo: abrazar, besar, mecer, etc.), ya que estas actividades
causan respuestas neuroquímicas específicas en el cerebro que llevan a la organización
normal de los sistemas cerebrales responsables del apego.
Durante los primeros tres años de vida, el cerebro desarrolla un 90% de su tamaño adulto
y coloca en su lugar la mayor parte de los sistemas y estructuras que serán responsables
de todo el funcionamiento emocional, conductual, social y fisiológico para el resto de la
vida. De allí que las experiencias de vinculación conducen a un apego y capacidades de
apego saludables cuando ocurren en los primeros años.
En la actualidad está tomando importancia la relación o vínculo de apego del niño con el
padre, figura ésta de gran importancia para el normal desarrollo evolutivo de todo ser.