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22/7/2016 Tribunal 

Constitucional de Bolivia

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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0104/2013

Sucre, 22 de enero de 2013

SALA TERCERA

Magistrada Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños

Acción de amparo constitucional

Expediente:                  02063‐2012‐05‐AAC

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Departamento:             Santa Cruz

En revisión la Resolución 32/2012 de 26 de octubre, cursante de fs. 36 vta. a 38, pronunciada


dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Ramiro Condori Aguilar contra
William Tórrez Tordoya y Edgar Carrasco Sequeiros, Vocales de la Sala Penal Primera del
Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

    

I.1. Contenido de la demanda

Por memorial presentado el 27 de agosto de 2012, cursante de fs. 12 a 13 vta., y el de


subsanación a fs. 19 el accionante manifestó que:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

Dentro del proceso penal seguido en su contra por la presunta comisión del delito de trafico de
sustancias controladas, solicitó la extinción de la acción penal por duración máxima del proceso,
misma resuelta previo análisis de los datos del proceso, valoración y compulsa de los
antecedentes por el “Tribunal de Sentencia” que emitió la Resolución de 29 de marzo de 2012,
declarando extinguida la acción penal, fallo que fue apelado por el Ministerio Público, instancia
en la cual la Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, en
contravención a los principios básicos de objetividad, razonabilidad, certeza, con errónea e
indebida interpretación y aplicación de la norma, alejados de la línea jurisprudencial sobre la
diferencia entre la extinción y la prescripción, dictaron el Auto de Vista de 15 de junio de 2012,
que admitió la apelación y revocó la “prescripción de la acción penal” ﴾sic﴿, disponiendo la
prosecución del proceso con el argumento escueto que el presunto delito de transporte de
sustancias controladas, al tratarse de delitos de narcotráfico es de lesa humanidad y por tanto
imprescriptible, refrendado por el art. 145 de la Ley 1008 y por Tratados Internacionales, por ser
considerados de gravedad al constituir una amenaza para la salud y un peligro constante para la
sociedad.

Refiere que considera necesario aclarar que su solicitud ante el Tribunal de Sentencia de Puerto
Suárez, fue la extinción de la acción penal por duración máxima del proceso y no la prescripción
como erróneamente lo han entendido y resuelto los Vocales demandados; por cuanto conforme
a la jurisprudencia constitucional y de la “Corte Suprema de Justicia”, la extinción de la acción
penal se produce por dos causas: una es el vencimiento del plazo máximo de duración del
proceso ﴾tres años﴿, y la otra es la prescripción de la acción penal que está íntimamente ligada al
quantun de la pena prevista en el art. 29 del Código de Procedimiento Penal ﴾CPP﴿. Por otra parte,
al constituir cada modalidad un presupuesto distinto, merecen también un tratamiento individual
y específico conforme a la jurisprudencia que señala: “la prescripción y la extinción de la acción
penal por vencimiento del plazo máximo de duración del proceso, constituyen presupuestos
distintos, debiendo en consecuencia merecer cada instituto tratamientos específicos diferentes”. En
consecuencia, el fundamento expuesto en el citado Auto de Vista que revoca la extinción por ser
considerada el delito de lesa humanidad, reconocido en instrumentos internacionales, se refiere a

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la imprescriptibilidad de los delitos de narcotráfico, quiere decir que la acción penal puede
ejercitarse en cualquier tiempo por los órganos encargados de la persecución penal. Sin embargo,
debe considerarse que una vez iniciado el proceso, éste debe concluir dentro de los términos
señalados por la ley, caso contrario, se estaría vulnerando el derecho de toda persona a ser
juzgada dentro de un término razonable, conforme así lo establecen los Convenios y Tratados
Internacionales sobre los Derechos Humanos, entre ellos el art. 81 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, concordante con el art. 14.3 inc. c﴿ del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos ﴾PIDCP﴿. Concluye señalando que los Vocales demandados resolvieron una
demanda de prescripción inexistente, cuyo tratamiento no puede ser aplicado a la extinción
invocada y correctamente entendida por el Tribunal de Sentencia de Puerto Suárez.

I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados

El accionante alega la vulneración de su derecho al debido proceso, citando al efecto los arts. 115
y 180.I y II de la Constitución Política del Estado ﴾CPE﴿.

Tribunal Constitucional Plurinacional ‐ 2014

I.1.3. Petitorio

El accionante solicita se conceda la tutela demandada, disponiendo se deje sin efecto y anule el
Auto de Vista 99/2012 de 15 de junio, y que los Vocales demandados dicten uno nuevo, acorde a
la correcta interpretación y aplicación de las normas referidas a la extinción de la acción penal.

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías

Celebrada la audiencia pública el 26 de octubre de 2012, conforme consta en el acta cursante de


fs. 35 a 36 vta. de obrados, se produjeron los siguientes actuados.

I.2.1. Ratificación de la acción

La parte accionante ratificó la acción planteada, y reiteró se conceda la tutela solicitada.

I.2.2. Informe de las autoridades demandadas

Los demandados, William Tórrez Tordoya y Edgar Carrasco Sequeiros, Vocales de la Sala Penal
Primera del Tribunal Departamental de Justicia d Santa Cruz, no asistieron a la audiencia pública
ni remitieron su informe de rigor, no obstante su legal citación.

I.2.3. Resolución

La Sala Civil Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, constituida en Tribunal
de garantías, mediante Resolución de 26 de octubre de 2012, cursante de fs. 36 vta. a 38,
concedió la acción de amparo constitucional, declarando nulo y sin efecto legal el Auto de Vista
de fecha 15 de junio de 2012, dictado por los Vocales de la Sala Penal Primera, debiendo dicho

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Tribunal dictar una nueva Resolución en base a los fundamentos y lineamientos mencionados en
la Resolución, sin responsabilidad por ser excusable, con los siguientes fundamentos: a﴿ La
prescripción y el vencimiento del plazo máximo de duración del proceso, son dos figuras
diferentes que confundió a los Vocales demandados porque el incidente de extinción de acción
planteado por el accionante no invocó la causal de prescripción prevista en el art. 27 inc. 8 del
CPP, de manera que no correspondía que el Tribunal de alzada se pronuncie sobre dicho motivo,
sino sobre el invocado que está expresamente previsto en el inc. 10 de la misma disposición legal
y se refiere a la duración máxima del proceso; b﴿ Otro aspecto a considerar es que la prescripción
es una figura jurídica de naturaleza sustantiva, mientras que la causal invocada por el imputado,
hoy accionante y planteada como fundamento para su solicitud de extinción de la acción penal,
es de naturaleza estrictamente procesal; y, c﴿ La jurisprudencia mencionada por los Vocales
demandados tiene anterioridad de un año respecto a la que se ampara el accionante, de manera
que aplicando el presupuesto jurídico previsto en el art. 420.II del CPP, y en coherencia con el
principio de favorabilidad, corresponde aplicar la jurisprudencia generada en forma posterior,
cual es la del año 2008, cuyos fundamentos son favorables a la pretensión del accionante.

I.3. Tramite procesal en el Tribunal Constitucional Plurinacional


Tribunal Constitucional Plurinacional ‐ 2014

Mediante Acuerdo Administrativo TCP‐SP‐AD 037/2012 de 17 diciembre, se determino la


suspensión del plazo procesal del 24 de diciembre de 2012 hasta el 2 de enero de 2013, por
receso de fin de año, reanudándose el cómputo de plazo para emitir Resolución, dentro del plazo
establecido.

II. CONCLUSIONES

Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establecen las siguientes
conclusiones:

II.1. Dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público contra el accionante, Ramiro
Condori Aguilar, por la presunta comisión del delito de transporte de sustancias controladas,
planteó la excepción de extinción de la acción penal por duración máxima del proceso, la que fue
declarada probada a la vez que se ordenó la cesación de las medidas cautelares personales y el
archivo de obrados, mediante la Resolución de 29 de marzo de 2012, emitida por el Tribunal de
Sentencia de Puerto Suárez ﴾fs. 2 a 3﴿.

II.2. Contra la referida Resolución, el Ministerio Público planteó apelación, instancia en la cual, la
Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, pronunció el Auto de
Vista 99/2012 de 15 de junio, que revocó el Auto apelado, disponiendo la continuación del juicio
oral, conforme a derecho, con el fundamento de:

        Es evidente que ha transcurrido más de tres años desde el primer acto del procedimiento;
sin embargo, tomando en cuenta que el proceso se tramita en base al delito de transporte de
sustancias controladas, hace inviable la solicitud de extinción porque no se dan las condiciones
establecidas en la “Ley 1970”, en razón a que los Autos Supremos 402 de 13 de abril de 2007 y
413 de 17 del igual mes i año, establecen que los delitos de narcotráfico son delitos de ”lesa
humanidad” y por tanto son de carácter imprescriptibles, así se encuentra refrendado por el art.
145 de la Ley 100; es decir, que son considerados como graves que constituyen una amenaza
para la salud y un peligro constante para la sociedad en general y que también han sido
declarados imprescriptibles por Tratados Internacionales como la Convención de Viena, mediante
Ley 2116 de 11 de septiembre de 2000 ﴾fs. 4 a 6﴿.

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III. FUNDAMENTOS JURIDÍCOS DEL FALLO

El accionante, alega la vulneración de su derecho al debido proceso, por cuanto dentro del
proceso penal seguido en su contra por la presunta comisión del delito de transporte de
sustancias controladas, el Tribunal de Sentencia de Puerto Suárez, declaró la extinción de la
acción penal por duración máxima del proceso, además de ordenar la cesación de todas las
medidas cautelares personales y el archivo de obrados, por él; determinación que en apelación
planteada por el Ministerio Público, fue revocada por los Vocales demandados mediante Auto de
Vista 99/2012 de 15 de junio, disponiendo la prosecución del juicio, fundamentando su decisión
en que los delitos de narcotráfico son imprescriptibles, sin considerar que demandó la extinción
de la acción por duración máxima del proceso y no por prescripción que son dos institutos
diferentes. En consecuencia, corresponde determinar si los extremos demandados son evidentes
para conceder o denegar la tutela solicitada.

III.1.  La acción de amparoTribunal Constitucional


constitucional. Plurinacionalconstitucional
Su configuración ‐ 2014

El orden constitucional boliviano, dentro de las acciones de defensa, instituye en el art. 128 la
acción de amparo constitucional como un mecanismo de defensa que tendrá lugar contra los “…
actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores públicos, o de persona individual o
colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos por
la Constitución y la ley”.

Del contenido del texto constitucional de referencia, puede inferirse que la acción de amparo
constitucional es un mecanismo de defensa jurisdiccional, eficaz, rápido e inmediato de
protección de los derechos fundamentales y garantías constitucionales, cuyo ámbito de
protección se circunscribe respecto de aquellos derechos fundamentales y garantías, que no se
encuentran resguardados por los otros mecanismos de protección especializada que el mismo
orden constitucional brinda a los bolivianos, como la acción de libertad, de protección de
privacidad, popular, de cumplimiento, etc. Asimismo, desde el ámbito de los actos contra los que
procede, esta acción se dirige contra aquellos actos y omisiones ilegales o indebidos
provenientes no sólo de los servidores públicos sino también de las personas individuales o
colectivas que restrinjan o amenacen restringir los derechos y garantías objeto de su protección.

En este contexto, el amparo constitucional boliviano en su dimensión procesal, se encuentra


concebido como una acción que otorga a la persona la facultad de activar la justicia
constitucional en defensa de sus derechos fundamentales y garantías constitucionales.

             El término de acción no debe ser entendido como un simple cambio de nomenclatura,
que no incide en su naturaleza jurídica, pues se trata de una verdadera acción de defensa
inmediata, oportuna y eficaz para la reparación y restablecimiento de los derechos y garantías
fundamentales, y dada su configuración, el amparo constitucional se constituye en un proceso
constitucional, de carácter autónomo e independiente con partes procesales diferentes a las del
proceso ordinario o por lo menos con una postura procesal distinta, con un objeto específico y
diferente, cual es la protección y restitución de derechos fundamentales con una causa distinta a
la proveniente del proceso ordinario, esto es, la vulneración concreta o inminente de derechos
fundamentales a raíz de actos y omisiones ilegales o indebidos con un régimen jurídico procesal
propio.

En este orden de ideas, la acción de amparo constitucional adquiere las características de


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sumariedad e inmediatez en la protección, por ser un procedimiento rápido, sencillo y sin


ritualismos dilatorios. A estas características se añade la de generalidad, a través de la cual la
acción puede ser presentada sin excepción contra todo servidor público o persona individual o
colectiva.

Finalmente cabe indicar, que dentro de los principios procesales configuradores del amparo
constitucional, el constituyente resalta la inmediatez y subsidiariedad al señalar en el parágrafo I
del art. 129 de la CPE, que esta acción se interpondrá “﴾…﴿ siempre que no exista otro medio o
recurso legal para la protección inmediata de los derechos y garantías restringidos, suprimidos o
amenazados”.

Lo señalado implica que la acción de amparo forma parte del control reforzado de
constitucionalidad o control tutelar de los derechos y garantías, al constituirse en un mecanismo
constitucional inmediato de carácter preventivo y reparador destinado a lograr la vigencia y
respeto de los derechos fundamentales y garantías constitucionales, siempre que no exista otro
medio de protección o cuando las vías idóneas pertinentes una vez agotadas no han restablecido
el derecho lesionado, lo queTribunal
significaConstitucional Plurinacional
que de no cumplirse ‐ 2014
con este requisito, no se puede
analizar el fondo del problema planteado y, por tanto, tampoco otorgar la tutela.

III.2.  La extinción de la acción penal por el transcurso del tiempo

Con relación a la extinción de la acción penal por el transcurso del tiempo, la SC 1529/2011‐R de
11 de octubre, estableció:“Para que el vencimiento del plazo máximo de duración del proceso,
constituya una causal de la extinción de la acción penal, prevista en el art. 27 inc.10) del Código de
Procedimiento Penal (CPP), además del transcurso del tiempo fijado en un máximo de tres años
según el art. 133 del citado cuerpo legal, es necesario tomar en cuenta las circunstancias que
incidieron para que se diera la dilación en su tramitación.

La jurisprudencia constitucional en la SC 1684/2010‐R de 25 de octubre, que a su vez cita la SC


1042/2005‐R de 5 de septiembre, afirma: '…Es importante recordar que la extinción del proceso
penal por mora judicial tiene su base de sustentación en el derecho que tiene toda persona
procesada penalmente a un proceso sin dilaciones indebidas, un derecho que forma parte de las
garantías mínimas del debido proceso, consagrado por el art. 14.3.c) del Pacto Internacional de
Derecho Civiles y Políticos y, art. 8.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos como
un derecho a un proceso dentro de un plazo razonable, instrumentos normativos que forman parte
del bloque de constitucionalidad, conforme ha determinado este Tribunal en su amplia
jurisprudencia'.

En ese sentido, la SC 0551/2010‐R de 12 de julio, haciendo alusión a los supuestos que deben ser
considerados para resolver, definiendo: 'Con relación a ello, vale dejar claramente establecido que el
plazo fatal y fijo, no puede ser considerado como único criterio para extinguir una causa por
duración máxima del proceso, sino que también debe ponderarse en forma concurrente los factores
ya citados en la jurisprudencia constitucional glosada, efectuando un análisis para cada caso
concreto, donde deberá analizarse si existen elementos suficientes que establezcan la extinción de la
acción, como son la conducta de las partes que intervinieron en el proceso penal y de las
autoridades que conocieron el mismo, aspectos que constituyen una omisión indebida por parte de
los codemandados, sin soslayar que la situación de los jueces y tribunales bolivianos, así como del
Ministerio Público no se encuentra sujeta únicamente a su propia voluntad sino a aspectos ajenos al
propio órgano, como la falta de nombramiento oportuno de dichas autoridades, las frecuentes e
intempestivas renuncias de funcionarios de esas reparticiones, así como otras circunstancias que
inciden negativamente en el propósito encomiable de una pronta y oportuna administración de
justicia. En consecuencia, corresponderá efectuar un estudio integral de los elementos que incidieron

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en la mora procesal, sin atentar contra la eficacia de la coerción penal favoreciendo a la


impunidad'.

En consecuencia, es el juez o tribunal el que determina si la retardación, se debió al encausado, al


órgano judicial o al Ministerio Público, evaluando los antecedentes cursantes para disponer, si la
situación lo amerita, la extinción de la acción penal, que supone para el Estado la pérdida del ius
puniendi.

(…)

En ese orden, conforme se encuentra consagrado en el art. 115 de la CPE: 'I. Toda persona será
Tribunal por
protegida oportuna y efectivamente Constitucional
los jueces y Plurinacional
tribunales en ‐el2014
ejercicio de sus derechos e
intereses legítimos. II. El Estado garantiza el derecho al debido proceso, a la defensa y a una justicia
plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones'; directamente relacionado con el
principio de economía procesal, deben ser entendidos como derechos exigibles tanto por la víctima
como por el imputado, por cuanto a ambos les interesa la conclusión del proceso, más aún tomando
en cuenta que la víctima en la configuración constitucional goza de una especial protección, así el
art. 121.II de la norma fundamental, señaló: 'La víctima en un proceso penal podrá intervenir de
acuerdo con la Ley, y tendrá derecho a ser oída antes de cada decisión judicial…', relacionado con el
art. 11 del CPP, que instituye: "La víctima podrá intervenir en el proceso penal conforme a lo
establecido en este Código, tendrá derecho a ser escuchada, antes de cada decisión que implique la
extinción o suspensión de la acción penal y, en su caso, a impugnarla', razón por la cual su
intervención es un derecho indiscutible que le asiste.

Esta previsión legal, se sustenta entre otros, en los valores de igualdad y equilibrio, previstos en el
art. 8.II y a su vez en el art. 14.I de la CPE, que dispone: 'Todo ser humano tiene personalidad y
capacidad jurídica con arreglo a las leyes y goza de los derechos reconocidos por esta Constitución,
sin distinción alguna'; con referencia a la igualdad procesal, el art. 119.I. de la CPE, establece que:
'Las partes en conflicto gozarán de igualdad de oportunidades para ejercer durante el proceso, las
facultades y los derechos que les asistan, sea por la vía ordinaria o por la indígena originaria
campesina'.

La extinción de la acción penal, como forma de conclusión extraordinaria del proceso, que libera al
imputado de la persecución penal, constituye una especie de sanción al Estado, por su ineficiencia,
pero en los hechos lo es también para la víctima, que se ve privada de su derecho a la tutela judicial
efectiva, por lo que, tampoco puede cargársele de tal ineficiencia, razones por las cuales, es
menester que al momento de resolver se tenga presente los intereses y derechos de ambas partes,
en estricta observancia de la igualdad de oportunidades de las que constitucionalmente gozan”.

III.3. De la prescripción de la acción penal

La SCP 0179/2012 de 18 de mayo, sobre la prescripción de la acción penal ha manifestado: “Se


debe necesariamente hacer algunas puntualizaciones sobre la prescripción, al respecto, es el art. 29
del Código de Procedimiento Penal (CPP) el que determina la prescripción de la acción por el
transcurso del tiempo en determinados delitos, ampliando el art. 29 bis del mismo código sobre la
imprescriptibilidad que señala que los delitos causados por servidores públicos que atentan contra el
patrimonio del Estado y causen grave daño económico, los cuales son imprescriptibles y no admiten

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régimen de inmunidad, desarrollando los arts. 30 al 35 CPP, los aspectos relevantes de la


prescripción como el inicio, la interrupción, o suspensión de la misma, entre otros.

Una vez determinados los aspectos básicos sobre la prescripción, debemos hacer referencia que la
prescripción encuentra razón de ser como una forma de 'extinción de la acción penal', al respecto,
es el art. 27 de la mencionada norma procedimental, el cual determina los motivos de extinción de
la acción penal, al señalar: 'La acción penal, se extingue:

1.  Por muerte del imputado;

2. Por amnistía;
Tribunal Constitucional Plurinacional ‐ 2014

3. Por el pago del máximo previsto para la pena de multa, en el caso de delitos sancionados sólo
con esa clase de penas;

4. Por la aplicación de uno de los criterios de oportunidad, en los casos y las formas previstos en
este Código;

5. Por el desistimiento o abandono de la querella respecto de los delitos de acción privada;

6. Por la reparación integral del daño particular o social causado, realizada hasta la audiencia
conclusiva, en los delitos de contenido patrimonial o en los delitos culposos que no tengan por
resultado la muerte, siempre que lo admita la víctima o el fiscal, según el caso;

7. Por conciliación en los casos y formas previstos en este Código;

8. Por prescripción;

9. Si la investigación no es reabierta en el término de un año, de conformidad con lo previsto en el


Artículo 304º de este Código;

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10. Por vencimiento del plazo máximo de duración del proceso; y,

11. Por cumplimiento de las condiciones de la suspensión condicional del proceso”.

Por su parte, el art. 308 del CPP, determina que las partes podrán oponerse a la acción penal,
mediante excepciones de previo y especial pronunciamiento descritas en dicho artículo,
encontrándose entre ellas el núm. 4, que señala la: 'Extinción de la acción penal según lo
establecido en los artículos 27 y 28 de este Código'. Por consiguiente, la excepción de extinción de la
acción penal por prescripción debe ser de previo y especial pronunciamiento, contenidas en el art.
27, entre ellas la que determina 'por duración máxima del proceso' toda vez que está contemplado
en la norma procedimental y porque también es una forma extraordinaria de poner fin al proceso.

Siendo los motivos descritos en el art. 27 del CPP formas de conclusión extraordinaria del proceso, y
a la vez de previo y especial pronunciamiento, ello implica, que bajo los supuestos antes señalados,
deben ser resueltos con anterioridad a la causa principal,
Tribunal Constitucional toda vez‐que
Plurinacional el objetivo como se señaló, es
2014
que se declare prescrita la acción penal, debiendo tomarse en cuenta lo señalado y estipulado por
los arts. 29 al 35 del CPP por parte del juez o tribunal que conoce la causa”.

III.4.  Análisis del caso concreto

           El accionante, denuncia a través de la interposición de esta acción constitucional que


dentro del proceso penal seguido en su contra por la presunta comisión del delito de transporte
de sustancias controladas, interpuso ante el Tribunal de Sentencia de Puerto Suárez, la excepción
de extinción de la acción por duración máxima del proceso, que fue declarada probada mediante
Resolución de 29 de marzo de 2012, determinación que fue revocada por Auto de Vista de 15 de
junio del mismo año, emitido por la Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de
Santa Cruz, al haber declarado admisible  y procedente la apelación planteada por el Ministerio
Público, disponiendo la continuación del juicio oral conforme a derecho, con el fundamento que
los delitos de narcotráfico son de lesa humanidad.

Planteada la problemática precedente, se constata la existencia de dos cuestionamientos: 1﴿ La


extinción de la acción por prescripción; y, 2﴿ La extinción de la acción penal por duración máxima
del proceso, toda vez que la Resolución impugnada revocó la declaratoria de extinción por
duración máxima del proceso, fundamentando que los delitos de narcotráfico son
imprescriptibles. Por ello, es imperioso referirse a cada uno de estos institutos jurídicos.

III.5.  Extinción de la acción penal por prescripción

           En nuestro ordenamiento jurídico vigente, el art. 27. 8﴿ del CPP, establece que la acción
penal, se extingue entre otras causas por prescripción, para posteriormente el art. 29 del mismo
procedimiento, en sus cuatro incisos, señalar los casos en que prescribe: i﴿ En ocho años, para los
delitos que tengan señalada una pena privativa de libertad cuyo máximo legal sea de seis o más
años; ii﴿ En cinco años, para los que tengan señaladas penas privativas de libertad cuyo máximo
legal sea menor de seis y mayor de dos años; iii﴿ En tres años, para los demás delitos sancionados
con penas privativas de libertad; y, iv﴿ En dos años para los delitos sancionados con penas no
privativas de libertad.

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Dentro del contexto señalado, este instituto jurídico, de acuerdo a la definición de Manuel Osorio,
ha sido definido como la “Caducidad de los derechos en su eficacia procesal, por haber
transcurrido los plazos legales para su posible ejercicio”. Por su parte la jurisprudencia
constitucional ﴾SC 23/2007‐R, de 16 de enero﴿, remitiéndose a la doctrina expresó que: “De
acuerdo a la doctrina, la prescripción se traduce en los efectos que produce el transcurso del tiempo
sobre el ejercicio de una determinada facultad. Esta definición, aplicada al ámbito penal, significa la
expresa renuncia por parte del Estado del derecho a juzgar debido al tiempo transcurrido.

Conforme a ello, es el propio Estado el que, a través de la norma penal (procesal o sustantiva, según
las legislaciones), establece los límites de tiempo en que puede ejercer la persecución penal. La
actividad represiva del Estado no puede ser ejercida de manera indefinida, ya que al hacerlo se
quebrantaría el equilibrio que debe existir entre la función de defensa de la sociedad y la protección
de derechos y garantías individuales”, de lo que se infiere que la prescripción importa, por un lado,
una garantía para el imputado quien queda liberado y, por otro, constituye una sanción para el
Estado que no puede continuar ejerciendo la acción penal que estaba obligado a promover.

           Como se advierte, la Tribunal Constitucional


naturaleza jurídica de laPlurinacional
prescripción‐de
2014
la acción penal es de carácter
sustantiva, por cuanto su procedencia además del tiempo transcurrido está directamente
vinculada al delito y su sanción traducida en años de privación de libertad; es decir, que es la
misma ley que determina los casos en que es viable, razón por la cual prescribe el inicio del
término de la prescripción como cuando ésta es interrumpida ante la declaratoria de rebeldía del
imputado, momento a partir del que el plazo se computa nuevamente.

III.6.  Extinción de la acción penal por duración máxima del proceso

           La excepción de la extinción de la acción penal, por duración máxima del proceso se
encuentra legislada en nuestro ordenamiento jurídico vigente en el art. 27 inc. 10﴿ del CPP, norma
que está estrechamente vinculada y en armonía con el art. 133 del mismo cuerpo de leyes, que
prescribe: “Todo proceso tendrá una duración máxima de tres años, contados desde el primer
acto del procedimiento, salvo el caso de rebeldía”. Asimismo, las disposiciones legales se
relacionan directamente con el art. 135 del CPP, que determina que el incumplimiento de los
plazos establecidos en ese Código, dará lugar a la responsabilidad disciplinaria y penal del
funcionamiento negligente; es decir, que los plazos legales y su no cumplimiento por parte de las
autoridades jurisdiccionales, acarrea la dilación del proceso, lo que viabiliza la procedencia de la
extinción de la acción penal por duración máxima del proceso y conlleva la responsabilidad del
juzgador negligente.

Es así, que respecto a la naturaleza jurídica de este instituto jurídico, cabe referir que no es
sustantiva como la prescripción, sino de índole procedimental, su viabilidad, además del tiempo
transcurrido, no requiere del delito ni de la sanción que éste merezca ‐ que como se ha indicado‐
se traduce en pena privativa de libertad, de ahí su importancia, por cuanto al constituir un
derecho fundamental de la persona el ser procesado sin dilaciones y dentro de un plazo
razonable, derecho que también se encuentra consagrado en el art. 8.1 de la Convención
Americana Sobre Derechos Humanos de San José de Costa Rica, que hace referencia al plazo
razonable en la tramitación del proceso. sobre el mismo tópico, la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, adoptó la teoría del "no plazo", en virtud a la cual, no puede establecerse
con precisión absoluta cuándo un plazo es razonable y cuándo no; de lo que emerge, un plazo
establecido en la ley procesal, que constituye un parámetro objetivo, a partir del cual se analiza la
razonabilidad del plazo, en base a: a﴿ la complejidad del asunto, b﴿ la actividad procesal del
interesado y, c﴿ la conducta de las autoridades judiciales, criterios asimilados en la SC 0101/2004
de 14 de septiembre, y el AC 0079/2004‐ECA de 29 del mismo mes y año. Por ello, no todo
proceso que exceda el plazo de duración máxima previsto por ley, vulnera la garantía de
juzgamiento en plazo razonable, sino únicamente cuando resulta evidente la indebida dilación de

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la causa. Por ello, el art. 115.I de la CPE, consagra y garantiza una justicia sin dilaciones, al
expresar: “Toda persona será protegida oportuna y efectivamente por los jueces y tribunales en el
ejercicio de sus derechos e intereses legítimos. II. El Estado garantiza el derecho al debido
proceso, a la defensa y a una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin
dilaciones”, entendiéndose precisamente que, la administración de justicia debe estar exenta de
dilaciones indebidas, lo cual sucede cuando se producen actos o se emiten resoluciones de
carácter inoportuno por los funcionarios jurisdiccionales o administrativos encargados del
proceso.

           En el caso de autos, dentro del proceso penal que se sigue de oficio contra el accionante,
éste al haber transcurrido más de los tres años determinados por el art. 133 del CPP de estar
sometido a juzgamiento, impetró la extinción de la acción penal por duración máxima del
proceso que fue declarada por el Tribunal de Sentencia de Puerto Suárez mediante Resolución de
29 de marzo de 2012; que fue apelada por el Ministerio Público, instancia en la cual la Sala Penal
Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, declaró admisible y procedente la
apelación, por Auto de Vista de 15 de junio de 2012, disponiendo la continuación del juicio oral
conforme a derecho, con el argumento que: “evidentemente han transcurrido más de tres años
desde el primer acto del procedimiento y que a la fecha
Tribunal Constitucional no existe‐ 2014
Plurinacional una sentencia pasada en
autoridad de cosa juzgada; sin embargo, debemos tomar encuentra que el presente proceso se
está tramitando en base al delito de transporte de sustancias controladas previsto por el art. 55
de la Ley 1008, situación que hace inviable la admisión de la solicitud de extinción, toda vez que
no se dan las condiciones establecidas en la Ley 1970, en razón a que los Autos Supremos 402 de
fecha 13 de abril de 2007 y 413 de 17 de abril de 2007, establecen claramente que los delitos de
narcotráfico son delitos de 'lesa humanidad' y por tanto son de carácter imprescriptibles, así se
encuentra refrendando por el art. 145 de la Ley 1008; es decir que los delitos reprochables de
narcotráfico son delitos de lesa humanidad considerados como graves, que constituyen una
amenaza para la salud y un peligro constante para la sociedad en general, y que también han
sido declarados imprescriptibles por Tratados Internacionales como la Convención de Viena,
aprobados mediante Ley 2116 del 11 de septiembre del año 2000”.

III.7.  El narcotráfico, la Constitución Política del Estado, instrumentos internacionales y la


imprescriptibilidad

           En este apartado es imprescindible referirse a los delitos de narcotráfico y su tratamiento


en el orden constitucional interno e internacional, así como a la imprescriptibilidad de ciertos
delitos, prevista y establecida en la Constitución Política del Estado y en Convenios o Tratados
Internacionales, al ser el fundamento de la Resolución que ahora se impugna a través de esta
acción constitucional.

           Constitución Política del Estado Plurinacional

           “Artículo 111. Los delitos de genocidio, de lesa humanidad, de traición a la patria, crímenes
de guerra son imprescriptibles.

           Artículo 112. Los delitos cometidos por servidores públicos que atenten contra el
patrimonio del Estado y causen grave daño económico, son imprescriptibles y no admiten
régimen de inmunidad”.

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           Ley 1008

           “Artículo 145. COORDINACION Y COOPERACION INTERNACIONALES: Siendo el


narcotráfico un delito transnacional de 'lesa humanidad' y contrario al derecho internacional, el
Consejo Nacional Contra el uso Indebido y Tráfico Ilícito de Drogas coordinará sus acciones con
entidades públicas y privadas extranjeras, así como con Gobiernos y Organismos Internacionales.
Asimismo, de acuerdo con los intereses del Estado y para el cumplimiento de sus fines podrá
solicitar asesoramiento y colaboración de entidades públicas y privadas, empresas extranjeras,
Gobiernos y entidades internacionales para lograr una acción conjunta y eficaz en cumplimiento
de convenios internacionales y en el marco de la Constitución Política del Estado”.

           Ley 2116 de 11 de septiembre de 2000

           Mediante la cual, se aprobaron y se elevaron a rango de Ley de la República, los siguientes
Convenios Internacionales: Tribunal Constitucional Plurinacional ‐ 2014

             

              1.‐ Convención Internacional sobre la Supresión y Castigo del Crimen del Apartheid. 2.‐
Convención sobre la Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de los Crímenes de
Lesa Humanidad. 3.‐ Convención sobre la Esclavitud. 4.‐ Protocolo para modificar la Convención
sobre la Esclavitud. 5.‐ Convención Suplementaria sobre la Abolición de la Esclavitud del Tráfico
de Esclavos, y las Instituciones y Prácticas similares a la Esclavitud. 6.‐ Convención para la
Represión de la Trata de Personas y explotación de la Prostitución ajena. 7.‐ Convención sobre el
Estatuto de los Apáridas. 8.‐ Convención para reducir los casos de Apáridas.

Convención sobre la Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de los Crímenes de


Lesa Humanidad

Esta Convención fue adoptada y abierta a la firma, ratificación y adhesión por la Asamblea
General en su Resolución 2391 ﴾XXIII﴿, de 26 de noviembre de 1968, y entrada en vigor el 11 de
noviembre de 1970, de conformidad con el artículo VIII; siendo aprobada y elevada a rango de
Ley de la República, mediante la citada Ley 2116 de 11 de septiembre de 2000; Convenio que
determinó:

“Artículo I

Los crímenes siguientes son imprescriptibles, cualquiera que sea la fecha en que se hayan
cometido:

a﴿ Los crímenes de guerra según la definición dada en el Estatuto del Tribunal Militar
Internacional de Nuremberg, de 8 de agosto de 1945, y confirmada por las resoluciones de la
Asamblea General de las Naciones Unidas 3 ﴾I﴿ de 13 de febrero de 1946 y 95 ﴾I﴿ de 11 de
diciembre de 1946, sobre todo las 'infracciones graves' enumeradas en los Convenios de Ginebra
de 12 de agosto de 1949, para la protección de las víctimas de la guerra;

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b﴿ Los crímenes de lesa humanidad cometidos tanto en tiempo de guerra como en tiempo de
paz, según la definición dada en el Estatuto del Tribunal Militar Internacional de Nuremberg, de 8
de agosto de 1945, y confirmada por las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones
Unidas 3 ﴾I﴿ de 13 de febrero de 1946 y 95 ﴾I﴿ de 11 de diciembre de 1946, así como la expulsión
por ataque armado u ocupación y los actos inhumanos debidos a la política de apartheid y el
delito de genocidio definido en la Convención de 1948, para la Prevención y la Sanción del Delito
de Genocidio aun si esos actos no constituyen una violación del derecho interno del país donde
fueron cometidos.

Artículo II

Si se cometiere alguno de los crímenes mencionados en el artículo I, las disposiciones de la


presente Convención se aplicarán a los representantes de la autoridad del Estado y a los
particulares que participen como autores o cómplices o que inciten directamente a la
Tribunal
perpetración de alguno de esos Constitucional
crímenes, Plurinacional
o que conspiren ‐ 2014
para cometerlos, cualquiera que sea
su grado de desarrollo, así como a los representantes de la autoridad del Estado que toleren su
perpetración.

Artículo III

Los Estados Partes en la presente Convención se obligan a adoptar todas las medidas internas
que sean necesarias, legislativas o de cualquier otro orden, con el fin de hacer posible la
extradición, de conformidad con el derecho internacional, de las personas a que se refiere el
artículo II de la presente Convención.

﴾…﴿

Estatuto del Tribunal Militar Internacional de Nuremberg de 8 de agosto de 1945

“Artículo 6

El Tribunal establecido por el Acuerdo aludido en el Artículo 1 del presente para el enjuiciamiento
y condena de los principales criminales de guerra del Eje Europeo estará facultado para juzgar y
condenar a aquellas personas que, actuando en defensa de los intereses de los países del Eje
Europeo, cometieron los delitos que constan a continuación, ya fuera individualmente o como
miembros de organizaciones:

Cualesquiera de los actos que constan a continuación son crímenes que recaen bajo la
competencia del Tribunal respecto de los cuales habrá responsabilidad personal:

a﴿ CRIMENES CONTRA LA PAZ: A saber, planificar, preparar, iniciar o librar

guerras de agresión, o una guerra que constituya una violación de tratados,


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acuerdos o garantías internacionales, o participar en planes comunes o en una conspiración para


lograr alguno de los objetivos anteriormente indicados;

b﴿ CRIMENES DE GUERRA: A saber, violaciones de las leyes o usos de la guerra. En dichas


violaciones se incluye el asesinato, los malos tratos o la deportación para realizar trabajos
forzados o para otros objetivos en relación con la población civil de un territorio ocupado o en
dicho territorio, el asesinato o malos tratos a prisioneros de guerra o a personas en alta mar, el
asesinato de rehenes, el robo de bienes públicos o privados, la destrucción sin sentido de
ciudades o pueblos, o la devastación no justificada por la necesidad militar, sin quedar las mismas
limitadas a estos crímenes;

c﴿ CRIMENES CONTRA LA HUMANIDAD: A saber, el asesinato, la exterminación, esclavización,


deportación y otros actos inhumanos cometidos contra población civil antes de la guerra o
durante la misma; la persecución por motivos políticos, raciales o religiosos en ejecución de
aquellos crímenes que seanTribunal Constitucional
competencia Plurinacional
del Tribunal ‐ 2014
o en relación con los mismos, constituyan o
no una vulneración de la legislación interna de país donde se perpetraron.

Aquellos que lideren, organicen, inciten a la formulación de un plan común o conspiración para la
ejecución de los delitos anteriormente mencionados, así como los cómplices que participen en
dicha formulación o ejecución, serán responsables de todos los actos realizados por las personas
que sea en ejecución de dicho plan”.

Abordados los institutos jurídicos de la extinción de la acción penal por prescripción y por
duración máxima del proceso, y definidas sus naturalezas jurídicas, cabe establecer que el
Tribunal de alzada al emitir la Resolución cuestionada mediante la presente acción constitucional,
erróneamente se pronunció revocando la declaratoria de extinción de la acción penal impetrada
por el accionante, fundamentando que el delito por el que está siendo procesado es de lesa
humanidad, como lo determina el art. 145 de la Ley 1008 aludiendo que así ha sido declarado por
los Tratados Internacionales como la Convención de Viena, lo que no es evidente toda vez que
precedentemente se han transcrito los instrumentos internacionales en los cuales no se
establecen que el narcotráfico sea un delito de lesa humanidad; empero al margen de los aludido,
la petición del accionante fue la extinción de la acción penal por duración máxima del proceso
que es diferente a la extinción también de la acción penal por prescripción, que como se ha visto
son institutos jurídicos diferentes, puesto que la última nombrada está vinculada con el delito lo
que no ocurre con la primera, que procede por la dilación y por el transcurso del tiempo y falta
de celeridad procesal en la sustanciación del proceso y que lesiona efectivamente el debido
proceso que como derecho fundamental consagrado por el orden constitucional como por los
instrumentos internacionales, merece protección de la persona que tiene el derecho a ser juzgada
en un plazo razonable, que en nuestro ordenamiento jurídico este plazo ha sido establecido en
tres años, circunstancia que determina se otorgue la tutela solicitada mediante esta acción
constitucional, que ha sido instituida para la protección y restablecimiento de los derechos
fundamentales al ser vulnerados, como en el caso de autos en el que el ahora accionante se
encuentra procesado por más de cinco años, situación que no fue compulsada debidamente por
el Tribunal de alzada que erróneamente se pronunció sobre la imprescriptibilidad de los delitos
de narcotráfico, no obstante que reconoce en su fallo que el procesado está siendo juzgado por
más de los tres años establecidos por el art. 133 del CPP.

El entendimiento establecido en este fallo, modula la línea jurisprudencial establecida en la  a SC


1907/2011‐R de 7 de noviembre.

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En consecuencia, la situación planteada se encuentra dentro de las previsiones del art. 128 de la
CPE, por lo que el Tribunal de garantías, al conceder la acción de amparo constitucional efectuó
una adecuada compulsa de los antecedentes procesales y dio correcta aplicación al citado
precepto constitucional.

POR TANTO

         

          El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Tercera; en virtud de la autoridad que le


confiere la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia y 12.7 de la Ley del tribunal
Constitucional PlurinacionalTribunal Constitucional
en revisión, Plurinacional la
resuelve: CONFIRMAR ‐ 2014
Resolución 32/2012 de 26 de
octubre, cursante de fs. 36 vta. a 38, dictada por la Sala Civil Primera del Tribunal Departamental
de Justicia de Santa Cruz, y en consecuencia CONCEDER la tutela solicitada.

          Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.

Fdo. Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños

MAGISTRADA

Fdo. Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez

MAGISTRADA

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