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DOCENTE
YOILER EDUARDO ORDOÑES
CIENCIAS POLITICAS
11°
10/11/2021
INTRODICCION
El libro “Cóndores no entierran todos los días”, nace del realismo vivido por
el autor Gustavo Álvarez Gardeazabal; el mismo refiere que recreo sus
recuerdos dolorosos de la infancia al narrar en forma de novela los hechos
que tuvo que vivir en su infancia cuando en el país se desato una era de
violencia a causa del enfrentamiento de los dos partidos políticos de la
época, liberales y conservadores, siendo el partido conservador el que
mayores violencias e injusticias produjo, después de “el bogotazo”, suceso en
el que fue asesinado el caudillo Jorge Eliecer Gaitán
Esta película nos muestra la realidad de lo que sucedía en algunos, por no
decir que en la mayoría de los pueblos de nuestro país en la época del
conflicto entre conservadores y liberales, por el poder. Cóndores no
entierran todos los días nos ubica en el contexto de aquellos tiempos en que
los enfrentamientos eran constantes, enfrentamientos que
no excluyeron clases sociales, raza o sexo.
Además nos deja ver la influencia de las personas con dinero en la política y
el respeto que imponían como es el caso de Doña Gertrudis, como se
cambiaba de alcalde constantemente y la fuerte e importante influencia de la
iglesia católica en este conflicto, tanto así, que demostraba su apoyo a los
conservadores de forma oculta pero a la vez abierta.
EPIGRAFE
DESARROLLO
CONCLUSION
Para concluir cabe de destacar Cóndores no entierran todos los días, por sus
características narrativas es una novela que refleja la influencia de las formas
narrativas contemporáneas, y responde a los aspectos temáticos y estéticos
que su autor demandaba para una novelística de la Violencia y desde ese
punto de vista, la novela sería la realización del cuarto periodo de evolución
de esta literatura colombiana, en el que surge la novela trascendente, la
novela que muestra la particularidad y la complejidad de la Violencia en
Colombia. La mirada de la novela comprende la fuerte raigambre del
bipartidismo en un país con una tendencia democrática también muy fuerte,
en el que el respeto al poder no es gratuito, debe ser necesariamente
legitimado y lo que lo legitima son los procesos electorales, más
precisamente la conquista del electorado.
No es suficiente llegar al poder, es necesario fundamentarlo simbólicamente
a través de algo que le confiera legitimidad, y si ésta no existe se construye
por los medios disponibles, o asequibles, entre los cuales la violencia es el
más recurrente, porque está siempre a la mano. Las otras particularidades de
la Violencia en Colombia que la novela registra son las divisiones internas en
los partidos políticos, el apoyo de la Iglesia a uno de los partidos, con el cual
rompe su principio de universalidad, y la raíz familiar de la filiación política.
Sobre el segundo punto es necesario aclarar que la reacción de la Iglesia ha
sido matizada por el autor. En el caso de los sacerdotes, sus posiciones, sus
actuaciones, están divididas, pero es evidente que el evangelio tiene menos
fuerza que el imperativo de respetar a la Santa Madre Iglesia, que es,
después de todo, la mano que les alimenta.