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Nombre:

Rafelin Rodríguez Poche

Matricula:
20192-0118

Profesor/a:
Félix Eduardo Dini Saldaña

Asignatura:
Historia Dominicana

Tema:
Estudio de casos sobre el autoritarismo y el caudillismo
durante el periodo 1844-1916.
El autoritarismo:

Es un régimen político que abusa de su autoridad y se impone al poder sin un


consenso por parte del pueblo. Este tipo de sistema puede estar al mando de
un tirano, de gobiernos militares, de un líder de la elite o de un poder
económico extranjero, que suprime todos los derechos humanos.

El sistema autoritario es lo opuesto a una democracia. Se asemeja al


totalitarismo en que ambos abusan del poder y suprimen los derechos
humanos. Sin embargo, se diferencian en que el régimen autoritario no tiene
una ideología tan desarrollada que lo defina, sino que persigue los intereses de
un líder o minoría que está al mando.

El autoritarismo es un modo de ejercer el poder de una forma autoritaria. Se


entiende también como una actitud abusiva de la autoridad. Esta palabra se
utiliza especialmente para describir sistemas de gobierno autoritarios de una
nación o país. Procede del adjetivo 'autoritario'. El autoritarismo, entendido
como forma de gobierno autoritario, se ha dado a lo largo de la Historia de la
Humanidad.

El autoritarismo es una de las características de sistemas dictatoriales. Un


ejemplo actual de autoritarismo puede ser el Gobierno de Corea del Norte. Una
democracia o sistema democrático puede derivar en autoritarismo cuando a
través de los medios como el ejército o la legislación se ejerce el poder de
manera unilateral y represiva sin buscar el consenso social. Algunos líderes
elegidos democráticamente han ejercido su poder de forma autoritaria o
autocrática, estableciendo leyes que corrompen la idea de democrática real y
participativa. Esto ocurre especialmente cuando un partido que obtiene
mayoría absoluta utiliza esa ventaja para realizar cambios, por ejemplo, en el
sistema de acceso al poder

El caudillismo:
El largo periodo del decurso histórico nacional comprendida entre 1844 y 1931
fue dominado por el caudillismo. En este lapso se pueden deslindar dos
grandes etapas, la primera comprende el periodo entre 1865–1886, en la cual
se definieron los rasgos básicos del caudillismo dominicano, así como algunos
patrones de su actuación, los cuales fueron asumidos por los caudillos de la
segunda etapa, que se inició en este último año y culmino en 1931, cuando fue
abatido el último de los caudillos, el general Desiderio Arias.

Este fue un fenómeno político prácticamente universal en América Latina, cuya


emergencia se produjo a partir de los procesos revolucionarios que se
desarrollaron en la región contra el dominio colonial español. A pesar de que
algunos caudillos defendieron los intereses nacionales, contribuyeron a la
independencia y la unidad de los pueblos e, incrementando la conciencia
política, en general, se convirtieron en el obstáculo más formidable para la
constitución del estado-nación.

A partir de 1844, en la sociedad dominicana se verifico una primicia del


poder ejecutivo sobre los demás poderes del estado, que surgió seriamente
disminuido en sus funciones burocráticas y racionalizadoras, lo cual lo inhabilito
para la unificación del conglomerado social. Luego de esto, se creó un ámbito
fértil para el auge de los caudillos, quienes militaron en contra de la
fermentación de un Estado nacional y de la cohesión del conglomerado social,
su espacio territorial se hallaba fragmentado y difuso. El poder, en lugar de
estar concentrado en un conjunto de aparatos, se hallaba completamente
atomizado, personalizado en los caudillos regionales, quienes permeaban
las pocas instituciones conformadas en esa etapa.

Esta situación impedía que el Estado adquiriera sustancia económica, pues


estaba privado de su principal fuente de ingresos fiscales que eran las
aduanas, las cuales estaban bajo el control privado de los caudillos, lo que
impedía su autonomía. El Estado de esta época no respondía al interés general
de la nación.

El predominio de los caudillos regionales, o jefaturas locales, estaba asociado


también a la creación de las Delegaciones Regionales durante la Guerra
Restauradora, bajo la dirección de una figura militar, responsable de encabezar
la lucha antianexionista, que, con el discurrir del tiempo, adquirió un poder
prácticamente absoluto sobre el conglomerado regional bajo su égida y terminó
perpetuándose en el poder. Su encomienda básica era el mantenimiento del
orden y sofocar los conatos de rebelión que eventualmente se generasen.
Cada caudillo generalmente recibía del gobierno con el que había pactado, una
porción del presupuesto nacional, para gastarlo a su discreción. En el caso de
las ciudades marítimas o fronterizas, y dada la no diferenciación entre la
economía y la política, entre lo público y lo privado, a los caudillos regionales
se les cedía el control de los impuestos sobre importaciones, solventados en el
puerto de desembarque, lo que les permitía obtener préstamos de los
comerciantes locales para financiar sus ejércitos privados. Hasta la dictadura
de Heureaux, los préstamos a comerciantes nacionales y a financistas
internacionales representaban la principal fuente de ingresos del Estado, dada
la imposibilidad de organizar un eficiente aparato fiscal.

Campesinos y caudillismo

La base de sustentación, o clase apoyo de los caudillos regionales estaba


constituida por los grupos campesinos, conglomerado social mayoritario,
percibido por los sectores ilustrados urbanos como el más grave obstáculo para
alcanzar la modernización del país. En los textos de José Ramón López, por
ejemplo, encontramos un repertorio de calificativos denigratorios del
campesino:

"raza de ayunadores que vegetan sin higiene, presa de las enfermedades más
repugnantes ", que "viven hundidos en las tinieblas de su miseria física y
moral", "incestuosos", "jugadores empedernidos", "ladrones", "ignorantes”,
“homicidas", "perezosos", etc. Para este sociólogo, "los rasgos principales que
la degeneración ha impreso en el carácter de los campesinos son: la
imprevisión, la violencia y su doblez.

Ahora bien, cabe preguntarse, ¿por qué los pobladores rurales se adherían
masivamente a los caudillos? Dos factores explican el fenómeno. En primer
término, el deseo de movilidad social, de obtener recursos para asegurar la
solución de elementales problemas existenciales. Enrolarse en las revueltas le
aseguraba al hombre común un alto nivel de inmunidad, participar de las
dádivas y en actos de pillaje, obtener algún rango militar, y sobre todo, una
mayor primacía ante sus congéneres en un entorno donde primaba la
inseguridad. En segundo lugar, es posible que en la adhesión a las revueltas
incidiera un elemento de carácter subjetivo, referido a esa conciencia heroica,
propia de las sociedades premodemas. En el período post Guerra
Restauradora, los campesinos dominicanos habían manifestado una
propensión a la violencia. Los ejércitos revolucionarios estaban integrados por
pobladores rurales. En 1874, y con el propósito de contrarrestar la tendencia de
los campesinos a adherirse a las revueltas protagonizadas por los caudillos, el
presidente González desarrolló una campaña a través de los periódicos,
orientada a desarraigar esta cultura violenta y la tendencia levantisca de los
pobladores rurales.

Ulises Heureaux:

Caudillo de la República Dominicana, Ulises Hilarión Heureaux Lebert, más


conocido como Lilís (nació en San Felipe de Puerto Plata el 21 de octubre de
1845) fue militar y político dominicano, este fue presidente en tres ocasiones.
La primera ocasión del 1 de septiembre de 1882 al 1 de septiembre del 1884,
también entre el 6 de enero y el 27 de febrero de 1887, y nuevamente desde el
30 de abril de 1889 hasta su asesinato en Moca el 26 de julio de 1899.

Su forma de gobernar dictatorial condujo al país a la bancarrota, situación que


provocó una fuerte inestabilidad política y fue causa de la principal posterior
intervención estadounidense de 1916.

Resumen Histórico

Lilís se incorporó a la milicia y probó su valentía en los campos de batalla,


ascendiendo de rango por sus habilidades para el combate.

Cuando República Dominicana fue anexada a España en 1861, muchos


dominicanos se insurreccionaron con la intención de restaurar la independencia
perdida. Lilís se integró con entusiasmo a ese movimiento y entró al servicio
del general Gregorio Luperón. Se desempeñó con tanta brillantez que se
convirtió en el principal lugarteniente del general.
Cuando tuvo la oportunidad de combatir en el Sur demostró todo su coraje y
capacidad de guerrero. Luchó allí por varios meses y de esta manera conoció
más a fondo la región y sus hombres. Al terminar la campaña, ya había
obtenido el rango de general.

Ascenso al poder
Ya obtenida la Restauración de la República, siguió secundando al General
Luperón, trabajando junto a él para derrocar a Buenaventura Báez, quien había
obtenido el poder, pero cuya forma de gobernar no agradaba a Luperón.
Al surgir el Partido Azul y ascender a la presidencia Ulises Francisco Espaillat,
Lilís, que se había convertido en uno de los líderes de ese partido, fue
nombrado Ministro de Guerra y Marina .
Luperón alcanzó la presidencia en 1879, pero escogió permanecer en su tierra
natal donde se estableció como un próspero mercader de tabaco, delegando
en Heureaux la autoridad en Santo Domingo.
El padre católico Fernando Arturo de Meriño asumió la presidencia en
septiembre de 1880 siendo Heureaux nombrado Ministro de Interior y Policía.

Primera presidencia (1882-1884)


Al término de dos años, Meriño le pasó las riendas del gobierno a Heureaux,
quien mantuvo un gobierno democrático durante el período constitucional 1 de
septiembre de 1882 hasta 1 de septiembre de 1884. Bajo su primer gobierno se
fomentó la política de inmigración extranjera a territorio dominicano, se
trasladaron al país los restos de Duarte desde Venezuela, se aumentó los
ingresos fiscales y se reforzó la profesionalización de los militares con el fin de
que brindaran mejor servicio al Estado.

Comienzo de la dictadura
El gobierno de Heureaux se caracterizó por la represión y es recordado como
uno de los gobernantes más derrochadores y que terminó llevando al país a la
bancarrota.
Las administraciones de Luperón y Meriño propiciaron una relativa estabilidad
política al país situación que se mantuvo en el primer periodo de Heureaux,
donde solo se verificó un levantamiento de relevancia.
Para 1884, con el partido azul como entidad política dominante, no había ni un
potencial sucesor entre los varios caudillos locales que constituían el grupo de
líderes de la república. Luperón que seguía siendo el líder del "Partido Azul",
decidió apoyar al General Segundo Imbert, mientras que Heureaux apoyo
la candidatura del General Francisco Gregorio Billini. Heureaux aseguró a
Luperón que se pondría de lado de Imbert en caso de que el mismo ganara
las elecciones, pero cometió un fraude al llenar de votos las urnas
de precintos clave y asegurando de esa forma la elección de Billini.
Después de ser electo el 1 de septiembre de 1884, Billini se resistió a los
esfuerzos de Heureaux para manipularlo, a lo que este respondió esparciendo
rumores de que Billini decretaría una amnistía política con el fin de poder
conspirar con el expresidente Cesáreo Guillermo en contra del liderazgo
de Luperón en los Azules. Esto trajo como consecuencia una crisis
gubernamental que forzó a Billini a renunciar el 16 de mayo de 1885.
Billini fue reemplazado por el vicepresidente Alejandro Woss y Gil, y Heureaux
asumió un rol más activo bajo el nuevo gobierno debido al gran número de
seguidores que ocuparon puestos en la administración pública. Heureaux
asumió el control de la armada para enfrentar la rebelión liderada por
Guillermo, quien se suicidó antes de ser capturado, hecho que ayudó a mejorar
las relaciones entre Heureaux y Luperón, enemigos de por vida de Guillermo.

Segunda presidencia (1887-1899)


Luperón en consecuencia apoyó a Heureaux en las elecciones
presidenciales de 1887. El fraude electoral que cometió de nuevo llevó a los
seguidores de su oponente, Casimiro de Moya, a una rebelión armada en
el Valle del Cibao. Apoyado por Luperón, Heureaux suprimió brutalmente el
levantamiento, poniendo fin al sentir de descontento que había copado a la
sociedad dominicana.
Habiendo obtenido el poder nuevamente, Heureaux lo mantuvo en sus manos
por el resto de su vida, abarcando los períodos 1887-89, 1889-93, 1893-97 y
1897-99. En 1888 exilió a su mentor Gregorio Luperón, y al año siguiente forzó
al Congreso a pasar una reforma constitucional aboliendo el impedimento a
la reelección presidencial y eliminando el sistema de votación por voto directo.
Además, forzó que el Congreso se convirtiera en Convención Nacional a fin de
modificar la Constitución para extender a cuatro años el período presidencial de
dos y lograr que las elecciones se celebraran de acuerdo con la vieja forma
indirecta de los colegios electorales, en vez de la del sufragio universal. El
Congreso no solo lo complació, sino que además le otorgó el título
de Pacificador de la Patria. Para expandir su base de poder e influencia,
incorporó en su gobierno a miembros del partido político rival: los Rojos.
También desarrolló una amplia red de espías, informantes y policías
secretos con el fin de prevenir rebeliones, asesinar o forzar el exilio de políticos
negados a cooperar con su gobierno. Heureaux llenó las cárceles de presos
políticos, amordazó a la prensa y controló el Congreso.
Heureaux y sus seguidores se enriquecieron a través de grandes inversiones
privadas en la pujante economía de exportaciones. El punto era que “la
separación entre los bienes privados del presidente y las finanzas del Estado
era vaga, fluida y casi inexistente.” 1

Economía y desarrollo al final del siglo XIX


Durante las últimas dos décadas del siglo XIX, el azúcar sobrepasó
al tabaco como principal producto de exportación del país como resultado del
ingreso de plantadores de azúcar de origen cubano, que emigraron a Santo
Domingo a raíz de la Guerra de los Diez Años . Lilís regaló grandes terrenos en
los valles de la costa sureste, donde se construyeron los primeros ingenios
azucareros mecanizados del país.
Su dictadura se embarcó en varios proyectos ambiciosos de modernización del
país, incluyendo la electrificación de la ciudad de Santo Domingo, la
construcción de un puente sobre el río Ozama y el comienzo del servicio
interno de ferrocarril de una sola vía conectando
las ciudades de Santiago y Puerto Plata.

Lilís y el endeudamiento externo.


Con el objetivo de enriquecerse a sí mismo y a sus seguidores, reforzar
el sistema de sobornos, pagar a la armada, fomentar la industria de los
ingenios azucareros y financiar el desarrollo de infraestructuras, Lilís tomó
grandes préstamos de bancos europeos y americanos, incluso mientras los
precios del azúcar experimentaban una aguda bajada.
En 1888, tomó un préstamo por tres cuartos de millón de libras esterlinas de la
casa de préstamos de Ámsterdam, Westendorp. La Westendorp Company se
declaró en bancarrota en 1892, después de que su agente reveló fraudes en
el servicio de aduanas, donde Heureaux había logrado tarifas preferenciales
para algunos de sus acreedores locales.
Un consorcio de hombres de negocios de Nueva York que se llamaban a sí
mismos Santo Domingo Improvement Co. compró la Westendorp, tomando las
reclamaciones de sus bondholders europeos, a cambio de dos préstamos, uno
por $1.2 millones y el otro por £2 millones, para proveer fondos para la deuda
externa del país y que serían saldados con la recaudación de las aduanas.4

Invasión en contra de Heureaux


La situación siguió difícil para el dictador en el plano político y militar al sufrir un
duro revés con la huida de su Ministro de Relaciones Exteriores, Ignacio María
González Santín, quien también estaba implicado en la "rebelión de los
azuanos".
González huyó hacia Puerto Rico y desde allí lanzó un manifiesto revelando las
negociaciones secretas de Lilís para arrendar Samaná a los norteamericanos.
El ex –ministro, quien alegó que desconocía esas negociaciones hasta que
decidió abandonar el país, viajó entonces a Puerto Príncipe donde concertó
una alianza con Luperón y Moya para planear una invasión a finales de marzo
de 1894 con el pleno respaldo del presidente haitiano Hippolite, quien derrocó
al Gral. Legitime, con el apoyo del gobierno estadounidense.
Heureaux, al tener conocimiento de la invasión procedió a intimidar
nuevamente al mandatario haitiano comunicándole que de seguir apoyándola
entonces entregaría armas a sus adversarios en el exilio para que fuesen a
derrocarlo. El dictador, que conocía al gobernante haitiano, sabía que su
intimidación lograría su propósito y que este procedería a retirarle el apoyo a
los revolucionarios, por lo que asumió el mando de su tropa para enfrentar a los
invasores. Sin embargo, el presidente Hippolite se atemorizó con las amenazas
de Lilís, traicionando a los patriotas, que contaban con el prestigio de Luperón y
el apoyo de los generales Casimiro Nemesio de Moya, González y Villanueva.
Los revolucionarios cruzaron la frontera el 25 de marzo de 1894, luego de
recibir armas y municiones en Cabo Haitiano, pero fueron fácilmente vencidos
por Heureaux. A este nuevo fracaso de los enemigos del presidente
dominicano, el pueblo lo denominó "La Revolución de los Bimbines". El
calificativo hace referencia al hecho de que los expedicionarios estaban
dirigidos por hombres, que en más de una ocasión demostraron su hombría,
pero esta vez se comportaron como niños.
Heureaux chantajeó al presidente haitiano y lo obligó a entregarle determinada
cantidad de dinero, basado en el tratado de 1874. El dictador dominicano con
esos recursos pagó a Francia, en 1895 las compensaciones que ese país
exigió luego de este haber violado las Cajas del Banco Nacional de Santo
Domingo en repuestas a las medidas que Marchena adoptó en su contra
en 1892.
La agudización de la crisis económica, provocada, en gran medida por el
extraordinario gasto militar en que incurría el gobernante para poder sostenerse
lo obligó a buscar recursos en el extranjero sin tener en cuenta las
consecuencias. La alianza que concertó con los directivos de la Improvement
fue una demostración de ello, ya que aceptó que éstos fundaran
dos compañías subsidiarias, "The Santo Domingo Finance Company" y "Santo
Domingo Railways Company", cuyos únicos objetivos fueron entregarle dinero
al gobierno a cambio de grandes comisiones para los directivos de
Improvement y para el propio Heureaux.
Como la política de endeudamiento externo hacia posible el mantenimiento de
su maquinaria política y su enriquecimiento personal, Heureaux seguía
endeudándose mediante préstamos secretos con la San Domingo Improvement
Co., con productores azucareros y comerciantes locales.
En 1897, con el país al borde de la bancarrota, Lilís decide imprimir el
equivalente de cinco millones de dólares en papel moneda carente de respaldo,
las que fueron conocidas como las "papeletas de Lilís". Esta impresión de
dinero sin respaldo provocó la quiebra de muchos comerciantes locales.5 Esto
contribuyó a fomentar el descontento de los comerciantes y plantadores de
tabaco del Cibao, lo que desembocó en el ajusticiamiento de Lilís en Moca en
julio de 1899. Al momento de su muerte, la deuda nacional era de $35 millones,
suma quince veces mayor al presupuesto nacional.
Al expirar su mandato, la economía terminaría bajo el control de los Estados
Unidos. Al asumir el nuevo gobierno, en medio de una calamitosa situación
económica , este se declara en bancarrota lo que provocara posteriormente
la intervención militar de Estados Unidos en 1916.
Flank, puertoplateña nacida en 1856 e hija natural de Rosalía Jean Louis con la
cual había comenzado una relación en 1873. Lilís y Catalina procrearon cuatro
hijos, a los cuales legitimaron, a saber: Rosa (Rosita) de 7 años (nacida en
1873); Ulises de 6 años (nacido en 1874); Asunción de 2 años (nacida en 1878)
y Fenelón de 1 año (nacido en 1879).
Lilís tuvo 12 hijos en total con varias mujeres.
Exposición: https://drive.google.com/drive/folders/1E2dxTr-
q1JsrY8rSzYnSlf6cPzt1L2OB?usp=share_link

Referencias.
https://es.wikipedia.org/wiki/Ulises_Heureaux#:~:text=Primera%20presidencia%
20(1882%2D1884)%5B,hijos%20en%20total%20con%20varias%20mujeres.

https://www.google.com/url?sa=t&source=web&rct=j&url=https://catalogo.acade
miadominicanahistoria.org.do/opac-tmpl/files/ppcodice/CLIO-2004-167-203-
224.pdf&ved=2ahUKEwiYqdiA-
b_7AhUuQzABHSzcBOMQFnoECA4QAQ&usg=AOvVaw3I_hciOIuqU4maFdf6
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