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EL BOCIO

El bocio es un aumento del tamaño de la tiroides, que puede estar provocado por diversas
causas.

Externamente, puede aparecer un tumor en la parte frontal inferior del cuello, debajo de la laringe,
pero, si bien normalmente, no tiene por qué tratarse de un tumor o un cáncer, es necesario realizar
el estudio oportuno para establecer la causa que lo provoca. En otras ocasiones, no se aprecia a
simple vista y se detecta a través de la palpación de esa parte del cuello.

Causas
La causa más común de bocio en zonas endémicas (aquellas áreas geográficas en las que afecta
a más del 10% de la población general) es la deficiencia de yodo, ya que el cuerpo necesita este
micromineral para producir la hormona tiroidea. Si no cuenta con el suficiente, se agranda para
intentar absorber todo el posible.

Otras posibles causas del bocio son:

 El sistema inmunitario del cuerpo ataca a la glándula tiroides (ocurre en problemas


autoinmunes como la enfermedad de Graves o la tiroiditis de Hashimoto; esta última es la
causa más frecuente de bocio en áreas no endémicas).
 Ingerir de manera habitual sustancias denominadas bociógenas, ya sean
determinados medicamentos con compuestos yodados (el carbonato de litio o los antitiroideos,
entre otros) o algunos alimentos (por ejemplo, la soja y las verduras de la familia del brócoli y el
repollo, entre otros).
 El tabaquismo.
 Haber sufrido infecciones, puede estar en el origen de algunas tiroiditis (inflamaciones de la
glándula tiroides) ,
 Otras causas: quistes, tumores benignos  ó malignos.

Signos y síntomas

El principal signo del bocio es el agrandamiento de la glándula tiroides. Puede formarse un solo
nódulo pequeño o crecer hasta convertirse en una masa grande en la parte frontal del cuello.

Es posible que no haya otros síntomas, aunque, raramente, la tiroides agrandada puede oprimir la
tráquea y el esófago y producir:
 Compresión en la garganta.
 Dificultades para tragar (deglutir), sobre todo alimentos sólidos.
 Dificultades para respirar, sobre todo cuando la persona afectada levanta los brazos o se
acuesta boca arriba, en el caso de tamaños muy grandes.
 Dolor en la zona de la tiroides.
 Tos.
 Ronquera o afonía.
 Además, si el bocio produce una cantidad insuficiente o excesiva de hormonas tiroideas,
pueden aparecer los síntomas propios del hipotiroidismo o el hipertiroidismo.

Tratamiento
Tras un estudio adecuado (habitualmente consistente en un análisis de la función tiroidea,
ecografía y, en ocasiones, una punción del nódulo o una gammagrafía), en algunos casos
solo será necesario controlarlo de manera periódica. En cambio, en otros casos, el tratamiento
dependerá de la causa y tamaño del bocio:
 Si la causa es la carencia de yodo, deben administrarse dosis pequeñas de solución de yodo de
Lugol o de yoduro de potasio. Dado que el déficit de yodo es una causa frecuente del bocio
endémico, es importante prevenir esta enfermedad incluyendo sal yodada en nuestra dieta,
aunque siempre debe tomarse con moderación. Consulta con tu médico el aporte más
adecuado según tu lugar de residencia.
 Si existe hipotiroidismo, se debe administrar tiroxina.
 Si existe hipertiroidismo, se puede recurrir a medicamentos antitiroideos, al yodo radiactivo
para reducir el tamaño de la tiroides o, en casos poco frecuentes, a la cirugía (tiroidectomía),
para extirpar la glándula entera o una parte de ella.
También puede ser necesario recurrir a la cirugía si el bocio crece rápido, si se debe a un
proceso maligno o si ejerce demasiada presión y provoca problemas para respirar o deglutir.

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