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Parcial Ficción sentimental

Samuel Arturo Puerto

La articulación entre el aspecto formal del autor-narrador y el aspecto temático del amor
funciona en la medida en que el sentimiento amoroso actúa como hilo conductor a lo
largo de la obra y es el personaje del autor el que se encarga de organizarlo, evaluarlo y
darle sentido en Cárcel de amor al caracterizarlo y explicarlo a través de las acciones y
el discurso de Leriano.

En un principio se podría entender al autor como un mero testigo mediador entre Leriano
y Laureola quien a modo de mensajero narra la historia externamente de manera
descriptiva. En oposición a esto se ve como el autor es el que da rienda a la trama; en su
condición de caballero extranjero carga el conocimiento de las maneras corteses y
valores cristianos que parecen sobrepasar fronteras y hacen parte del imaginario del
caballero medieval. Lo presto que está a ayudar a Leriano habla del servicio que es sin
duda uno de los rasgos fundamentales en cualquier caballero. La lealtad férrea con que el
autor se entrega a la tarea de aliviar la pena de el cautivo es el primer elemento que lo
configura como personaje activo dentro de la trama.

Es gracias a las descripciones de este y a la construcción alegórica del comienzo de la


obra que los lectores pueden hacerse una idea del estado psicológico de Leriano. Kate
Whinnom lo dice de manera concreta: "La novela empieza con la conocida alegoría de la
cárcel de Amor... que permite a San Pedro explicar, de un modo artístico y ameno, toda
una psicología de la pasión amorosa…” (Pág 50-51) 1

El autor observa y evalúa el actuar de este (Leriano) lo que es posible ya que el mismo es
un caballero y conoce las consecuencias de romper con el conjunto de maneras que
hacen de un caballero su honra y también entiende el amor como condición de
sufrimiento. Así pues, el autor pasa de las opiniones a las acciones dentro de la trama,
interviene y opina en las decisiones del enamorado actuando como la voz de la razón que
se contrapone a la pasión (no carnal) que domina el juicio de Leriano. Conforme la obra
avanza la relevancia del autor cobra más importancia al tener contacto con Laureola y su

1
En José Luis Canet. El proceso del enamoramiento en la ficción sentimental (Pág. 237)
enamorado, él autor se permite ya no solo opinar a favor de Leriano sino que llega al
punto de construir una historia, una narración de los encuentros con cada personaje,
resalta o esconde el sufrimiento del enamorado a los ojos de su amada o exalta y sobre
interpreta las acciones de Laureola como se ve en el siguiente fragmento:

“Finalmente, el autor busca dejar de lado las acciones bélicas características de las novelas de
caballería para centrarse en la situación y el paso a paso de Leriano desde lo alegórico de la
cárcel hasta su descenso a la tumba: “Si Leriano se nonbraua en su presencia, desatinua de lo
que dezía, boluíase súpito colarada y después amarilla, (…) viendo en ella tales señales tenía en
mi despacho alguna esperança,…” (Pág. 132)

En torno al otro tópico a trabajar: el del sentimiento amoroso y la forma en que la obra lo
aborda, es necesario partir de la construcción alegórica en que la cárcel de amor es
introducida, la abundancia de personajes e imágenes que allí se encuentran hablan de una
característica tradicional en las ficciones sentimentales de donde San Pedro se nutre; en
palabras de Cesar Besó: “Esta manera de desmenuzar la pasión amorosa de Leriano no es
original de Diego de San Pedro. El recurso de la alegoría ya se había dado con
frecuencia en las primeras novelas sentimentales, y es muy probable que la alegoría
inicial de la Cárcel de amor sea un préstamo tomado por San Pedro de las obras
iniciadoras de la ficción sentimental.” (Págs. 1,2). Este no es el único papel que
cumplen dichas alegorías pues es gracias a la introducción del autor y la explicación de
Leriano que es posible observar las diferentes capas en las que la condición de
enamorado lo afecta: espiritual, mental y sobre todo en este primer apartado físicamente
con las diversas torturas que su cuerpo recibe.

Ya en las cartas que son mediadas por voz del autor se ve nuevamente la idea de
oposición entre el honor del caballero y su pasión amorosa. Esta dualidad de Leriano es
lo que se encuentra en el centro del problema, como caballero no puede manchar su fama
ni la de Laureola quién constantemente está repitiendo: “Si pudiese remediar su mal sin
amanzillar mi onra, no con menos afición con que tú lo pides yo lo haría.” (Pág. 136)

Por otro lado lo intenso de sus emociones y la perfección con la que caracteriza a su
amada son una condición de la que solo puede sufrir y resistir ya que sucumbir a esta
pasión sería una afrenta y además, la condición del dolor de amor (no el amor en sí
mismo) ennoblecen al caballero, es la manera en que Leriano busca recrear la idea de
servicio al imponerse una especie de batalla voluntaria dentro de si mismo en la cual su
resistencia es la manera en que tiene de acercarse a la perfección de Laureola. En torno a
esto Besó dice: “los códigos que hacen que el enamorado sea un perfecto amante, le
impiden abandonar este amor sin esperanza, y esto le lleva primero al amor frustrado,
después a la desesperación y, finalmente, a la tragedia, que, por regla general, es el
suicidio.” (Pág.8). Es esta contradicción que nos es introducida desde el principio de la
obra (la intensidad versus la imposibilidad de amar) lo trágico, al no poder coexistir no
hay lugar ni solución posible para el enamorado.

Bibliografía:

César Besó Portalés, “El sentimiento amoroso en la Cárcel de amor”, Espéculo. Revista
de estudios literarios, 2002

José Luis Canet, “La seducción a través del discurso misógino hispánico medieval”, en
El arte de la seducción en el mundo románico medieval y renacentista, ed. de Elena Real
Campos, Valencia, Universidad, 1995, pp. 75-93.

San Pedro, D., Cárcel de amor. Arnalte y Lucenda. Sermón, ed. de J. F. Ruiz Casanova,
Madrid: Cátedra, 1995.

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