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Educación en Salud

Introducción a la Unidad 8

Vea este video en la versión online de la clase

Objetivos

 Identificar el concepto de Andragogía y las características de la educación de adultos.


 Distinguir los principios de la Andragogía.
 Identificar los pasos que permiten diseñar eficazmente una sesión educativa y las tareas de aprendizaje
destinadas a talleres de salud para adultos.

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Educación de Adultos: Conceptos y Principios de la


Andragogía

En este artículo introduciremos el concepto de Andragogía, revisando sus elementos generales y los principios
que lo configuran como una estrategia en el proceso de enseñanza-aprendizaje de adultos.

Introducción y Concepto de Andragogía


Basándose en los postulados de Freire 1, el MINSAL define la educación de adultos como:


“Un proceso educativo que tiene como objetivo que la persona pueda aumentar sus oportunidades para
lograr su autorrealización. Es un proceso sinérgico que permite incrementar el pensamiento, la
autogestión, la calidad de vida y la creatividad del participante adulto, cautelando como aspecto
fundamental, el respeto cuidadoso de la persona, su dignidad y libertad, como centro del proceso de
aprendizaje”.

En: MINSAL. Orientaciones para la implantación del modelo de atención integral de salud familiar y comunitaria.
Subsecretaría de Redes Asistenciales, División de Atención Primaria. 2012, p.77.

Documento PDF: Orientaciones para la implantación del modelo VER 

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Para Walker & Montero la educación para adultos ha sido un tema discutido estas últimas décadas y son diversas
las razones que determinan este acontecimiento:

 El aumento de la expectativa de vida.

 Comprobar las altas tasas de abandono de los cursos destinados a los adultos.

 La necesidad de utilizar bien los recursos en los programas para mejorar las condiciones de vida de los
adultos.
 El entusiasmo de los educadores por la calidad de vida de los adultos.

 La necesidad sentida tanto por los profesionales y autoridades, como por los mismos adultos interesados en
seguir aprendiendo.

Ludojoski 2 señala que esta teoría pedagógica surge de la necesidad de tomar conciencia respecto de la
insuficiencia existente en el campo educación para analizar e intervenir en los procesos de educación de los
adultos. Por ello, la andragogía tendría dos grandes finalidades:

 Formular los conceptos que permitan reconocer las particularidades de la personalidad del adulto y la
especificidad de sus procesos educativos.
 Diseñar los lineamientos de una metodología didáctica apropiada para establecer procesos de enseñanza y
de aprendizaje entre adultos.

Otros autores definen andragogía como una estrategia en el proceso de enseñanza que, en primer lugar, se
enfoca en entender las necesidades de los participantes, en este caso adultos, y luego tomarlas en cuenta al
momento de diseñar los contenidos y las estrategias de interacción.
Para Malcom Knowles3, en tanto:


“La Andragogía es el arte de enseñar a los adultos a aprender”.

En: Fasce, E. “Tendencias y perspectivas andragogía”. Revista de Educación de Ciencias de la Salud, 3 (2): 69-
70. (2006).

Knowles utilizó el término Andragogía para denominar la educación de adultos, en sus investigaciones se percató
de que se estaban utilizando con los adultos los métodos propios de la educación de los niños, es decir, la
pedagogía, lo que explicaba, en parte, las altas tasas de abandono de la educación de adultos. Knowles analizó
algunos programas dirigidos a adultos y constató los principios generales que marcaban la diferencia entre el
éxito y el fracaso, los que estaban estrechamente relacionados a la diferente etapa del ciclo vital en la que se
encuentra un adulto en comparación con el niño y que determinan las diferencias en su proceso educativo, es
decir, en cómo aprenden, qué los motiva, etc.

En el modelo andragógico, la relación es mucho más horizontal, a diferencia de lo que sucede en la pedagogía
que es la educación a niños y adolescentes. La educación de adultos está orientada al proceso más que
netamente al contenido, es decir, al desarrollo en etapas que se van alcanzado según los tiempos particulares de
cada grupo. Como principio fundamental es importante considerar al diseñar programas de educación de adultos,
que el adulto es diferente de un niño y aprende de forma distinta, por tanto, para interactuar con él es necesario
buscar e implementar nuevas estrategias que respondan a sus características particulares.

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Componentes del Modelo Andragógico


Para poder comprender el concepto de andragogía es necesario definir sus componentes y características. Este
modelo está conformado por el participante (eje principal del modelo), el profesor (facilitador), el grupo (que es
vital en la mediación) y el entorno (como influencia directa en la educación de adultos).

A continuación, conozcamos cada uno de los elementos que componen el Modelo:

El Participante-Adulto 

Es el primer y principal recurso en el proceso de aprendizaje, apoyándose en sus conocimientos y


experiencias previas, el participante continúa la exploración y descubrimientos de sus talentos y
capacidades. El adulto está en el centro del aprendizaje, para Jane Vella, el centro es el sujeto que aprende,
ya que nadie puede saber mejor que él, quién es, a qué se dedica y qué necesita saber. Los participantes
poseen autonomía y la capacidad de dirigir el sentido del aprendizaje.4
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El Facilitador 

El profesor es denominado facilitador, quien delega en los participantes gran parte de sus tareas para que el
protagonismo real no sea el suyo, dando un rol principal y protagonista a los adultos participantes. El
facilitador es una persona experta en el tema a tratar que puede desempeñar varios roles, tales como:
consultor, transmisor, guía, agente de cambio, tutor etc. Su principal función es facilitar las interacciones
interpersonales con el grupo y organizar la actividad educativa. Se puede contar con el facilitador como un
“recurso”, considerándolo igualmente como un participante del proceso de aprendizaje.

El Grupo 

Los adultos reunidos en grupos de participantes constituyen un conjunto de recursos debido a sus
experiencias previas y su voluntad para aprender. Kurt Lewin 5 señala que para obtener un cambio en las
creencias, actitudes y comportamientos es necesario primero un cambio en la percepción de uno mismo y
del ambiente social.

El Entorno 

Mientras más cálido, estimulante y acogedor sea un ambiente, más libres se sienten las personas para
experimentar nuevos comportamientos, creencias y actitudes. Los lugares y salas donde se realizan los
talleres condicionan lo que ocurre en ellos, por eso es muy relevante la preparación de un ambiente que
invite a las personas a participar y a expresarse. Por ejemplo, colocar las sillas en semicírculo facilita que los
personas se dispongan a trabajar, que exista una cercanía entre los participantes y que el facilitador sea uno
más del grupo.

Es importante conocer los componentes del modelo para comprender el concepto de educación de adultos o
Andragogía y tomarlos en consideración a la hora de planificar sesiones educativas dirigidas a este público
específico.

Principios de la Andragogía
El educador de adultos Félix Adam, concibe la andragogía como una relación entre iguales, compartida en
actitudes, responsabilidades y compromisos hacia el logro y resultados exitosos. Según Adam, la educación de
adultos o andragogía se basa en tres principios: Participación, Horizontalidad y Flexibilidad. Conozcámoslos:
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1. Participación
La participación juega un rol muy importante en la educación de adultos porque, como hemos mencionado, el
estudiante no es concebido como un mero receptor, sino que como un individuo capaz de interactuar con sus
compañeros, intercambiando experiencias que ayuden a la mejor asimilación del conocimiento. Es decir, el
estudiante participante puede tomar decisiones en conjunto con otros estudiantes y actuar con estos en la
ejecución de un trabajo o de una tarea asignada. Esa discusión y los acuerdos que se toman en grupo, ayudan al
compromiso personal y animan al cambio de una forma que no es posible con el trabajo individual. Este modelo
apunta a un aprendizaje constructivista, es decir, que los propios adultos construyan su aprendizaje con la guía
del facilitador, que apoya y acompaña en el proceso educativo. La concepción educativa debe fundamentarse en
un paradigma que reconozca como significativa la toma de conciencia de la problemática particular que enfrentan
los adultos, para obtener una profunda y comprometida participación en sus procesos de aprendizaje personales
y colectivos. El adulto es un ser autodirigido y responsable de su propio proceso de aprendizaje, la educación
debe ser necesariamente personalizada, partir de los intereses personales y las búsquedas vitales. Y, aunque
parezca contradictorio, esto solo se logra cuando esas personas logran conformar comunidades de aprendizaje.
Por ejemplo, en los talleres de crianza como “Nadie es perfecto” del Programa Chile Crece Contigo, los talleres se
realizan en forma grupal para que los padres compartan experiencias. En un mismo taller encontramos a padres
primerizos con padres de familias numerosas y esa riqueza que se produce al compartir las experiencias es muy
positiva en la educación de adultos, porque se aprende desde y con el(los) otro(s), no solo desde el profesor.

2. Horizontalidad
La horizontalidad se manifiesta cuando el facilitador y el estudiante, en este caso adulto, se encuentran en las
mismas condiciones: los dos tienen conocimientos, capacidad de ser críticos, de analizar los contenidos
otorgados, de comprenderlos y tienen conciencia de sus deberes, derechos y responsabilidades en el proceso.
En este principio es necesario destacar que los adultos pueden tomar sus propias decisiones y las enseñanzas
impartidas las pueden cuestionar y mejorar, por tanto, es importante que el facilitador en su rol esté abierto a un
proceso más horizontal, en donde se puede cuestionar y ambas partes se retroalimenten, aprenden y nutren.
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3. Flexibilidad
Se debe considerar que los adultos poseen una carga educativa formativa, llena de experiencias previas y
responsabilidades familiares y/o económicas, por lo tanto, necesitan lapsos de aprendizaje acordes a eso y que
se alineen con sus aptitudes y destrezas. Como adultos tienden a ser más responsables en comparación a los
niños y adolescentes. Por lo general, no requieren gran vigilancia o supervisión en su proceso sino más bien
apoyo y guía, por eso es importante que el facilitador sea flexible y se adapte a ello.

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Características de la Andragogía y su aplicación en Salud

A continuación, estudiaremos las características esenciales de la Andragogía que debemos considerar para
elaborar estrategias de enseñanza-aprendizaje enfocadas en salud.
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A continuación, revisemos los elementos constituyentes de cada una de estas características.

Relevancia
Como ya hemos mencionado, el adulto tiene una experiencia de vida, un conocimiento o percepción previa de los
temas, la cual debe considerarse como material de trabajo. La experiencia previa no solo debe preguntarse al
comenzar una sesión educativa sino que debe considerarse como el punto de partida para el diálogo, integrando
a la educación todos esos recursos con que los adultos cuentan. Por ejemplo, en una sesión educativa a
pacientes con patologías cardiovasculares, al hablar de alimentación saludable es probable que tengan algunas
nociones, en este caso antes de comenzar a planificar una sesión educativa con ellos es importante conocer qué
saben, cuáles han sido sus experiencia en relación a la comida, etc. De este modo, tendremos material necesario
para saber desde dónde partir, desmitificar algunos mitos y tomar sus experiencias para incorporarlas en la sesión
educativa. Por otra parte, los adultos tienen tareas de vida muy concretas que cumplir y, en general, no aprenden
como el niño que tiende a pensar “algún día este aprendizaje me podría servir”. Un niño o joven puede estudiar
para entrenar las capacidades cognitivas, para una preparación profesional futura o para pruebas de evaluación
obligatorias dentro de su formación. El adulto, en cambio, aprende contenidos para aplicarlos en el presente, es
decir, asiste a cursos porque tiene necesidades concretas relacionadas a su calidad de vida (por ejemplo, ser
capacitado para poder inyectarse insulina, etc.).
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En este sentido, los contenidos del curso o sesión educativa son cruciales porque si no son relevantes para los
adultos o no le ayudan para sus objetivos, lo más probable es que los abandone debido a las otras múltiples
presiones de la vida cotidiana. Este principio se relaciona con los llamados temas generativos, los cuales son
aquellos temas o intereses que “generan energía”, por lo tanto, son temas capaces de movilizar a la persona para
realizar el esfuerzo que significa aprender, a pesar de las demandas que tiene la vida adulta.

Es importante destacar que al momento de planificar una sesión educativa con adultos es necesario conocer los
temas generativos y de interés de los participantes. Todo esto apunta a incentivar la motivación de adulto por las
temáticas a tratar, las cuales deben ser necesidades sentidas por
ellos mismos.

 En la educación de adultos la elección de los contenidos debe ser un ejercicio colaborativo entre
el facilitador y los participantes. Esto contribuye a que las temáticas a abordar sean de interés de
los participantes y se incentive la motivación de querer aprender más.

Knowles establece seis supuestos relacionados con la motivación en el aprendizaje de adultos:

1. Necesidad de saber. Los adultos necesitan conocer la razón por la que se aprende una determinada temática,
esto está muy ligado a la aplicabilidad de la clase en el presente, que se traduzca en algo concreto y de interés.

2. Concepción personal del aprendizaje. Los adultos necesitan ser responsables por sus decisiones en términos
de educación e involucrarse en la planificación y evaluación de la sesión educativa. El adulto es capaz de
establecer sus propias necesidades de aprendizaje y de encontrar los medios para alcanzarlas con la guía del
facilitador.

3. Experiencia previa. Ya hemos mencionado la importancia de partir desde la base que los adultos tienen
experiencias previas, un conocimiento o percepción acerca de los temas que deben considerarse como material
de trabajo y sustento para el nuevo aprendizaje, el cual se consolida en forma más significativa. En este sentido,
también es relevante incluir el error y las experiencias negativas de los participantes; tomar el error como sustrato
para reflexionar acerca de ello y utilizarlo como un medio de aprendizaje.

En un taller para fomentar la adherencia al tratamiento, nosotros como


profesionales podemos indagar acerca del por qué los participantes no han
adherido al tratamiento y cuáles creen ellos son los factores que influyen en su
conducta. Esto nos brindaría información importante para trabajar en la sesión
educativa.

4. Prontitud en aprender. Los adultos están más interesados en temas de aprendizaje que tienen relevancia
inmediata con sus trabajos o con su vida personal. El interés de un adulto en aprender está fuertemente ligado
con el desarrollo de tareas relacionadas con su rol social.

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 Los adultos otorgan más valor a los aprendizajes que se vinculan con aquellas demandas
inherentes a su quehacer en la vida cotidiana.

5. Aprendizajes orientados y con propósito. El aprendizaje de los adultos está centrado en la problemática de la
situación más que en los contenidos, es decir, la sesión educativa debe orientarse a un aprendizaje situado en su
realidad. Para que la educación de adultos sea motivante para ellos, debe estar centrada en resolver sus dudas.
Muchas veces se explican extensos marcos teóricos y conceptos disgregados que no ayudan a resolver sus
problemáticas.

Si hacemos un taller de alimentación saludable, la idea, más que hablar de las


composiciones de las proteínas, carbohidratos y grasas en general, es saber
acerca del menú de los participantes: qué contiene carbohidratos, proteínas y
grasa en él, para, así, permitirles conocer cómo ordenarlo, de manera que
quede balanceado.

6. Motivación intrínseca para aprender. Los adultos tienen una mayor tendencia a estar motivados por factores
autónomos: el íntimo deseo de encontrar soluciones y alcanzar metas personales, más que obtener incentivos
externos y gratificaciones. Es decir, ellos prefieren temáticas educativas de su interés, sentidas por ellos mismos,
por sobre temas impuestos por los profesores. De ahí la importancia de indagar los temas de interés antes de
planificar una sesión educativa. Es importante conocer las motivaciones para llegar a consensos y acuerdos, en
donde las necesidades e intereses de los adultos sean escuchados y las problemáticas educativas percibidas por
los profesionales de salud, también sean incluidas. Si no hacemos esa amalgama, lo más probable es que los
talleres no cuenten con la asistencia esperada o que sí la tengan, pero no se produzca el cambio o impacto
deseado.

Como profesionales de la salud podríamos pensar que un tema relevante para


los adultos mayores es el manejo de sus patologías crónicas, pero muchas
veces, luego de indagar sobre sus intereses, pueden aparecer inquietudes
distintas como, por ejemplo, la sexualidad en la tercera edad. En este caso, la
mejor amalgama sería un taller educativo para aprender cómo manejar y
cuidar las patologías crónicas para una vida sexual saludable en la tercera
edad.

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Respeto
La forma de hacer el diseño de una sesión educativa para adultos nos hace tomar contacto y construir una
relación diferente con los participantes del taller. Todo lo que haga el facilitador para lograr que el participante
pueda participar, discutir, escuchar o manifestar su postura, va en la línea del respeto. Otro aspecto que apunta
hacia el respeto es conocer sus expectativas y experiencia previa del tema, la preparación de materiales
atractivos, adecuados a su edad, características y experiencia.

 De alguna forma, todo esto le transmite al participante el mensaje: “Esto ha sido preparado
para usted”.

El considerar que existen diferentes ritmos de aprendizaje, también debe ser objeto de preocupación para el
profesor, ya que significa que hay respeto por las particularidades de cada participante. Finalmente, el respeto se
probará si el programa presentado responde a las necesidades de los participantes y también, mediante la
cantidad y calidad del diálogo que se establezca en la sesión.

Aplicación inmediata
Según Knowles, el adulto quiere aplicar en la tarde lo que aprendió por la mañana. La aplicación inmediata tiene
dos vertientes. Por una parte, aumenta la motivación al darse cuenta de que “puede hacerlo” y, por otra, tiene
relación con la memoria y la retención de lo aprendido. Si se le da la posibilidad de aplicar de inmediato el nuevo
material presentado, el participante tendrá mayores probabilidades de fijar en su memoria de forma íntegra los
nuevos contenidos.

 Esto los participantes lo saben y lo expresan en sus repetidos comentarios en las evaluaciones de
los cursos: “Me gustaría que hubiera existido más práctica…"

Porcentaje de retención
Como señala un proverbio chino: “Lo que oigo, lo olvido; lo que veo, lo recuerdo; lo que hago, lo aprendo”. Es
fundamental que los talleres o clases incluyan sesiones de aplicación y análisis para generar un puente que
acerque la teoría a la práctica. Por ejemplo, si estamos realizando un taller para cuidadores de personas con
dependencia severa, lo importante, luego de ver las técnicas de movilización, es que las realicen entre ellos
mismos y que los facilitadores estén ahí para, de ser necesario, guiarlos y corregirlos. Muchas veces nos
encontramos con clases o talleres de largas sesiones o concentrados teóricos que dejan poco tiempo a la práctica
o, simplemente, no la consideran y solo recomiendan que los participantes del curso lleguen a la casa y
practiquen lo aprendido. Es aquí donde el facilitador pierde su rol y se convierte en un mero transmisor de
contenidos; lo más probarle es que lo adultos no retengan a largo plazo ni integren esta información porque se
requiere mucho más que la sola información para lograr un aprendizaje. Un taller para cuidadores de personas
con dependencia severa debe incluir sesiones prácticas, en donde los participantes muestren cómo lo han estado
haciendo, compartan técnicas y experiencias; y en donde el facilitador pueda guiarlos en cada caso. No es lo
mismo movilizar a un adulto obeso con hemiplejia que a un niño con parálisis cerebral, es decir, es necesario
facilitar la aplicación de los contenidos a su situación particular.

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A continuación, para esquematizar todo lo que hemos señalado, observa el siguiente cuadro comparativo que
sintetiza las principales diferencias de la pedagogía y la andragogía o educación
de adultos:

Principales diferencias entre Pedagogía y Andragogía

Pedagogía Andragogía

Propósito del Se recoge la información que entrega el Orientado a objetivos o metas claramente
aprendizaje profesor. definidas.

Rol del docente Conducir el aprendizaje y definir objetivos y Facilitador y guía según necesidades de
contenidos. aprendices.

Experiencia En etapa de formación y desarrollo. Poseen experiencia y necesitan


conectarla con lo nuevo.

Demandas de Disponen de mayor de tiempo para dedicar Requieren equilibrar sus


aprendizaje al aprendizaje. responsabilidades sociales con las
demandas de aprendizaje.

En: E, Fasce. “Tendencias y perspectivas andragogía”.


Revista de educación de ciencias de la salud. 2006.

La teoría propuesta por Knowles fue debatida por algunos autores, lo que, años más tarde, llevó al autor a
reconocer que no existe una separación tajante entre pedagogía y andragogía, planteando, más bien, la idea de
un continuum en el cual ambas estrategias tienen aplicación en función de los diversos contextos, diferentes
situaciones y diferentes tiempos, independientemente de la edad del aprendiz. Es importante tener en cuenta
estas características a la hora de diseñar una sesión educativa destinada a adultos.

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Sesión educativa para adultos: los 7 pasos según Jane Vella

En este artículo presentaremos los 7 pasos propuestos por Jane Vella para el diseño de una sesión educativa
destinada a adultos, los cuales nos permitirán planificar estrategias de intervención para promover una conducta
saludable en los pacientes y sus familias.

La Dra. Jane Vella 1 hace una síntesis con los principios y teorías de diversos autores como Knowles, Lewin,
Freire, entre otros, para crear su método de Educación Participativa de Adultos, en donde el Dialogo es de vital
importancia. Vella señala que el diseño para el diálogo es la base de cualquier sesión educativa, considera que
los adultos se transforman en “investigadores críticos” en diálogo con el facilitador, quien a su vez es también un
“investigador crítico”. Es decir, el rol del facilitador es proporcionar las condiciones para que el educando pase del
nivel de la opinión al nivel del conocimiento en su comprensión del hombre y del mundo.

El diseño de una intervención educativa requiere que el facilitador construya un proceso único centrado en el
grupo de participantes, sin estereotipos o diseños previos, donde es clave considerar e integrar todos los
principios de la educación de adultos. A continuación, describiremos los 7 pasos para el diseño de una sesión
educativa para adultos propuestos por Vella:

Paso 1: ¿Quiénes?
El primer paso es identificar quiénes son los sujetos del aprendizaje, es decir, conocer y analizar las
características de los participantes. Las preguntas clave son:

 ¿A quiénes va dirigido el diseño?

 ¿Quiénes son los participantes?


 ¿Cuáles son sus temas generativos y la tarea que deben realizar? (sus expectativas, recursos, experiencia
previa, limitaciones, campos de posibilidad de actuación, etc.).

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Los temas generativos, como ya hemos explicado, son aquellas situaciones, ideas, problemas y alegrías acerca
de las cuales, un grupo de personas habla, se preocupa o celebra continuamente. Se les denomina generativos
porque generan energía, por eso al relacionar el tema generativo con el tema de la sesión educativa se produce
una sinergia que potencia el aprendizaje. Este análisis del grupo debería conducirnos a realizar con ellos lo que
se llama un perfil de necesidades de aprendizaje, de tal forma que sea más fácil llegar a un acuerdo de lo que se
hará y evaluará en la sesión.

Diseñaremos un curso o taller para cuidadores de personas con dependencia severa. El primer paso que propone
Vella es, justamente, identificar a quiénes está dirigido.

Supongamos que será un grupo de 5 mujeres, edades entre 38 y 55 años, con


algún grado de parentesco con la de persona dependiente (hermana, hija,
cuñada, nuera, etc.). Los temas generativos podrían ser lo derivados de la
etapa del ciclo vital en la se encuentran, que es la adultez media y una gran
sobrecarga laboral, tanto fuera (algunas tienen un trabajo remunerado) como
dentro del hogar (labores domésticas, crianza de hijos, etc.).

En este ejemplo propuesto, es importante saber si nuestro sujetos de aprendizaje cuentan con recursos y cuáles
son, conocer su limitaciones y experiencias al respecto (si han cuidado a otras personas, si han realizado
previamente otro taller o bien, han aprendido solas, etc.) para así, planificar un sesión educativa a la medida, es
decir, una sesión planificada pensando en quiénes va dirigida.

Paso 2: ¿Por qué?


El segundo paso busca analizar por qué se necesita realizar el taller, de dónde surge la necesidad, cuál es el
problema, qué se espera lograr, etc. En este paso se analizan cuáles son las necesidades, quién pidió la sesión y
a quién se le dará. Las preguntas clave son:

 ¿De dónde o de qué situación surgió la necesidad de hacer este taller?


 ¿A quién se le ocurrió?

 ¿Cuál es el problema de base?

 ¿Cuál es el interés o cuáles son los logros esperados? (tanto por los expertos como por las autoridades de la
institución y los participantes).

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Analizaremos el por qué estamos planificando una sesión educativa a


cuidadoras, es decir, identificar el problema de base que generó esta
necesidad educativa. Puede ser: una propuesta de los profesionales del
CESFAM, el aumento de personas con dependencia, cuidadores sin
capacitación, demanda de cuidadores para solicitar el estipendio o presencia
de problemas de salud en las personas con dependencia severa
(desnutrición, úlceras por decúbito, etc.).

Es importante señalar que el primer y segundo paso, es decir, las respuestas a las preguntas ¿Quiénes? y ¿Por
qué?, constituyen el denominado diagnóstico de necesidades de aprendizaje. Para realizar este diagnóstico,
Vella agrega que se deben considerar tres perspectivas: la de los expertos en el tema, la de las autoridades de la
institución y la de los participantes.

 Por ejemplo, derivado del primer y segundo paso, podremos analizar en conjunto con las
participantes las necesidades de aprendizaje frente al taller propuesto y, a partir de ello, sintonizar
con sus expectativas para canalizar las herramientas disponibles que permitan facilitar el cuidado
de su familiar dependiente.

Paso 3: ¿Cuándo?

El tiempo es una variable fundamental que nos determinará los objetivos posibles de lograr en el plazo que
tenemos para el curso o taller; sin embargo, es una variable poco considerada. Muchas veces es complejo ajustar
los contenidos al tiempo, por eso los objetivos muy ambiciosos en relación al escaso tiempo pueden provocar
frustración en los participantes. Es importante no solo considerar el tiempo total, sino cómo está distribuido. Por
ejemplo, si tenemos una sesión semanal tendremos que considerar un tiempo al inicio de la clase para retomar
los contenidos ya vistos, porque luego de una semana los adultos tienden a olvidar. Las preguntas clave de esta
etapa son:

 ¿Cuánto tiempo se dispone para realizar el taller?

 ¿En qué horario?

 ¿Se trata de un taller de 8 horas o es una sesión semanal por varios meses?

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Saber con precisión el tiempo disponible. Para el taller de cuidadores


tenemos algunas tardes por semana (4 horas cronológicas, lunes, miércoles y
viernes durante dos semanas). En total, 6 tardes para planificar el taller.
Idealmente no debe pasar mucho tiempo (no más de 48 horas) entre una
sesión y otra para que recuerden los conceptos; de lo contrario, tendremos
que destinar tiempo al inicio para sintetizar la clase anterior y efectuar
retroalimentación con los participantes.

Paso 4: ¿Dónde?
Los lugares y salas donde se realizan los talleres cobran mucha relevancia. No es posible planificar sesiones
participativas, en que se espera que haya diálogo, si los alumnos están sentados sin poder mirarse las caras y el
profesor está de pie vigilando desde su escritorio. El método Vella se basa en el trabajo de grupos pequeños, lo
que requiere mesas y sillas cómodas para adultos. Una sala confortable facilitará que las personas se dispongan
a trabajar y a entregar lo mejor de sí. La posibilidad de espacios para distenderse, pasear y poder tomar café o
bebidas fuera del horario es otra
característica positiva.

Para este taller teórico-práctico disponemos de una sala de reuniones. La idea


es que contemos con datashow, una camilla donde podamos simular un
paciente postrado y otros implementos que nos ayuden en los pasos prácticos
del taller. Debemos disponer las sillas en círculo para facilitar la participación
de todos y resguardar que la sala tenga un tamaño adecuado para el número
de personas (que esté, idealmente, en un ambiente protegido y lejos del
ruido).

Paso 5: ¿Para qué?


Esta etapa se basa en los objetivos a lograr por los alumnos, que buscan responder a las necesidades que nos
han planteado. Estos objetivos deben ser formulados claramente, usando acciones a ser realizadas y verificables
de manera objetiva por el facilitador y los participantes. La definición de los objetivos es una de las etapas en las
que se juega el éxito o fracaso del taller. Para Vella, el principal error que se comete es comenzar un diseño con
los objetivos, sin considerar los pasos previos que hemos descrito, es decir, sin considerar a quién va dirigido el
taller, para qué, el tiempo y lugar que
se dispone.
Recordar incorporar las necesidades de aprendizaje de los participantes al momento de hacer los objetivos. Otro
punto importante es la redacción de los objetivos donde es fundamental escoger los verbos adecuados, tal como
se muestra en el ejemplo, la idea es que sean verbos que apunten a acciones que podamos observar en los
participantes al terminar el curso.

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En el taller para cuidadores de adultos mayores con dependencia severa, los


participantes podrán:
- Identificar las principales características de la piel del
adulto mayor.
- Distinguir los diferentes tipos de úlceras por presión.
- Practicar técnicas para la prevención de úlceras (como la movilización del
paciente en cama).

Paso 6: ¿Qué?
En este paso debemos seleccionar los contenidos, es decir, la "materia" a estudiar o el "qué". Estos contenidos
deben derivar y responder directamente a los objetivos propuestos. La coherencia entre el objetivo y el contenido
es clave para el éxito de la intervención educativa.

Como ya sabemos, en el curso para cuidadores de adultos mayores con dependencia severa, los participantes
podrán identificar las principales características de la piel del adulto mayor, distinguir los diferentes tipos de
úlceras por presión y practicar técnicas para la prevención de ellas, como, por ejemplo, movilización del paciente
en cama. En este sentido, es importante compartir y definir los contenidos con los participantes según sus
necesidades, pues puede que ya sepan algunas cosas y/o quieran profundizar en otras.

En caso del taller de cuidador de personas con dependencia severa, para el


objetivo de distinguir los diferentes tipos de úlceras por presión, los contenidos
podrían ser:
- Concepto de úlceras por presión.
- Causas o etiología de las úlceras por presión.
- Los diferentes tipos de úlceras y sus características.

Paso 7: ¿Cómo?
Se seleccionan las tareas y materiales para entregar los contenidos necesarios que permitan a los participantes
alcanzar los objetivos propuestos. Se verá lo que se requiere y lo que se puede usar acorde a las características
de los participantes. Este paso considera las Tareas de Aprendizaje. Una tarea es un trabajo que se da a los
participantes para que aprendan un nuevo conocimiento, habilidad
o actitud.

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La forma de presentar tareas o actividades puede ser muy variada, por


ejemplo, clases expositivas breves y lectura de textos (conocimientos),
análisis de casos (comprensión), ejercicios prácticos (habilidades), compartir
experiencias propias o conocer la experiencia de otros (actitudes) y hacer
grupos de encuentro (valores).

Una técnica muy utilizada en la enseñanza de adultos es el análisis de casos. Se recomienda el uso de cuatro
preguntas para el análisis:

Descripción ¿Qué ve que está ocurriendo aquí?

Análisis ¿Por qué cree que está ocurriendo?

Aplicación de la situación a la vida Si a usted le ocurriera, ¿qué consecuencias le traería?

Práctica ¿Qué podemos hacer al respecto?

En este sentido, Jane Vella 1 propone tener presente para el diseño de las tareas de aprendizaje la estrategia
“4íes”, con el fin de garantizar la efectividad de una sesión de aprendizaje. La estrategia de las 4ies consiste en
dividir la sesión educativa o clase en cuatro tipos de tareas:

1. Tareas de Inducción o Inductivas. Son tareas que pretenden “conectar” al participante con el tema, permitirle
clarificar “dónde está” con respecto al tema, cuáles son sus percepciones, actitudes y/o habilidades respecto de él.
Habitualmente se usan al inicio de la sesión para también acercarnos con sus temas generativos y el momento
que están viviendo. Nos permiten entrar en contacto con la realidad de los sujetos, para que se sientan
efectivamente incorporados en la sesión. Estas tareas se acercan a la vida o experiencia de los alumnos,
generalmente, a través de preguntas abiertas. En la mayoría de las tareas inductivas, el contenido será la
percepción del alumno.

 Por ejemplo, partir la sesión con tareas inductivas, preguntándoles a los participantes
directamente o trabajando de manera grupal y luego, establecer una posterior discusión:

- ¿Cómo ha sido su experiencia este tiempo como cuidadora?


- ¿Qué se siente capaz de realizar como cuidadora?
- ¿Qué creen que les falta aprender para cuidar a sus familiares?
- ¿Cuáles con sus expectativas con este curso?

2. Tareas de Input. Este tipo de tareas permite que los participantes adquieran e integren nuevo conocimiento,
habilidades o actitudes. Las tareas de input, a diferencia de la tarea inductiva, entregan nueva información; el
desafío es presentarla de manera ágil y entretenida, como parte integral
del aprendizaje.

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 Por ejemplo, después de una clase con los conceptos centrales del tema, ver un video en donde
los participantes visualicen las técnicas para movilizar a una persona en cama, de manera tal de
prevenir lesiones y poder movilizar efectivamente a los familiares según lo visto en clase.

3. Tareas de Implementación. Estas tareas están orientadas a cómo poner en acción esos nuevos aportes
durante la sesión educativa, para hacer visibles los nuevos aprendizajes. Las tareas de implementación ofrecen la
oportunidad de revisar e integrar los conceptos, practicar las habilidades y examinar las nuevas actitudes en la
misma sesión o curso. Esta tarea le permite al facilitador y al alumno saber qué saben o qué pueden hacer y en
qué grado o bien, qué falta por aprender. Lo importante es analizar si realmente los participantes podrán aplicar
este nuevo conocimiento, ya que en un grupo podemos tener a muchos participantes. Todos aprenden de
maneras diferentes y tienen diferentes realidades en donde aplicar este nuevo aprendizaje, de tal forma que
diferentes tareas pueden funcionar mejor en diferentes personas. Hay personas que prefieren analizar y
reflexionar acerca de un texto, otras que son más visuales y necesitan ver un video para después practicarlo, etc.

 En este taller para cuidadores de personas con dependencia severa, podemos pedir que nos
demuestren mediante un rol playing, cómo realizar la movilización de pacientes según lo visto en
clases. Incluso podemos solicitar que muestren cómo estaban realizando los cambios de posición
y traslado hasta ese momento, para que puedan contrastar su manera habitual de hacerlo con la
manera expuesta en la clase o taller.

4. Tareas de Integración. En este tipo de tareas los participantes deben aplicar sus conocimientos, habilidades o
actitudes a su trabajo diario y/o a su realidad actual. Este tipo de tareas implican una proyección del aprendizaje a
situaciones reales. Aquí, el estudiante hace una síntesis que deberá adaptar a su situación real.

 Por ejemplo, el participante deberá mostrar cómo moverá a su familiar con dependencia severa
con los implementos que tiene en casa. Idealmente, estas tareas deben homologar las
condiciones que los participantes tienen en sus casas, es decir, generar un ambiente lo más
semejante a su casa para que luego puedan replicar lo aprendido en sus condiciones reales.

A continuación, observa el siguiente cuadro resumen con el método propuesto por Jane Vella para diseñar una
sesión educativa:

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Paso Pregunta Acción a realizar

1 ¿Quiénes? Conocer y analizar las características de los participantes.

2 ¿Por qué? Analizar por qué se necesita realizar el taller.

3 ¿Cuándo? Definir el tiempo acorde a los objetivos planteados.

4 ¿Dónde? Decidir el lugar adecuado para propiciar un clima confortable.

5 ¿Para qué? Establecer los objetivos que respondan a las necesidades que los
participantes nos han planteado.

6 ¿Qué? Seleccionar los contenidos acorde con los objetivos propuestos.

7 ¿Cómo? Establecer el conjunto de tareas y materiales. Tareas de aprendizaje


“4ies”.

Así, es de vital importancia que podamos incorporar el concepto de Andragogía y sus principios de Horizontalidad,
Participación y Flexibilidad al hacer un taller o curso dirigido a adultos. Asimismo, debemos recordar en todo
momento que estamos planificando una sesión para adultos, que tienen características que determinan o
condicionan su forma de aprender y que el incorporarlos como actores del proceso educativo, nos brindará
mayores herramientas para diseñar y efectuar cursos o talleres de acuerdo a sus necesidades específicas de
aprendizaje. Con este propósito, los 7 pasos propuestos por Jane Vella nos permitirán planificar con éxito
sesiones educativas que promuevan el
diálogo participativo.

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Educación en Salud

Puntos Principales

 La Andragogía es una estrategia en el proceso de enseñanza que se enfoca en los adultos y en sus
necesidades específicas de aprendizaje. Considerar a los adultos como actores fundamentales del
proceso nos permitirá diseñar contenidos y estrategias de interacción que respondan a sus necesidades
específicas enfocadas en Salud.
 Componen el Modelo Andragógico: el participante (eje principal), el profesor (facilitador), el grupo y el
entorno.
 De acuerdo a Félix Adam, la educación de adultos o Andragogía se basa en tres principios:
Participación, Horizontalidad y Flexibilidad.
 Malcolm Knowles distingue 4 características de la Andragogía: Relevancia, Respeto, Aplicación
Inmediata y Porcentaje de Retención.
 Jane Vella crea el método de Educación Participativa de Adultos, en donde el Diálogo se establece
como base de cualquier sesión educativa. En el diseño de estas sesiones debemos establecer
preguntas respecto de ellas, los participantes y sus necesidades: ¿Quiénes?, ¿Por qué?, ¿Cuándo?,
¿Dónde?, ¿Para qué?, ¿Qué?, ¿Cómo?

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Video: Principios Claves en la Educación de Adultos

Vea este video en la versión online de la clase

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