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Vicerrectorado académico.
y Sociales.
Escuela de Psicología.
Grupo de Exposición 2.
Presentado por:
Estefanía Panunzio.
Isabel Pomeda.
Luz Urrutia.
Zorelis mayor.
Amelié Hernández.
Gilbana Álvarez.
Así como existen dentro de la modificación conductual técnicas para lograr la adquisición
de alguna conducta deseada o adaptativa, existe a su vez un apartado dedicado a la
eliminación o reducción de aquellas conductas que son indeseadas o poco adaptativas
para el sujeto. Estas técnicas consistirán en evitar que al comportamiento indeseado que
exhiba el sujeto le sigan consecuencias o contingencias positivas, y que, por el contrario,
se encuentren seguidas por contingencias negativas o aversivas, para posteriormente
poder ser reemplazadas por conductas operantes de corte positivo. Estas técnicas tienen
su base teórica en el condicionamiento operante de Skinner.
1. EXTINCIÓN
Todo esto supone un control importante sobre el medio (eventos o personas) en el que se
emite la conducta que se desea reducir o eliminar, de forma que permita asegurar las
condiciones para que la persona no reciba reforzamiento tras la emisión de esta. Dado que
una conducta puede estar mantenida por varios reforzadores, es importante al menos
identificar los más importantes.
En líneas generales es una técnica menos eficaz que la extinción y su efecto suele ser
temporal, no permanente pues una vez que se pone fin al TFR, la persona vuelve a las
condiciones habituales anteriores, por lo que es lógico que la conducta vuelva a aparecer.
en la extinción) y del valor reforzante del ambiente del que se saca la persona
por la emisión de la conducta.
Su uso efectivo va a consistir de los siguientes pasos:
Ventajas y Desventajas
3. COSTO DE RESPUESTA
Características del CR
▪ Reducción rápida y completa de la conducta
▪ No es imprescindible identificar ni controlar los reforzadores que mantienen la
conducta
▪ Es imprescindible que la persona disponga de una reserva de reforzadores y
que estos puedan ser retirados
▪ Posibilidad de recuperación espontanea
▪ Con frecuencia aparecen respuestas emocionales y/o agresión inducida por
el CR.
Ventajas y Desventajas:
Practica negativa: repetición reiterada de una conducta en un lapso de tiempo corto hasta
que la realización de dicha conducta resulta desagradable (displacentera).
Son procedimientos fáciles de aplicar pues solo exigen conocer el estímulo o la respuesta
a utilizar. Sus efectos suelen ser inmediatos. Sin embargo, estos efectos suelen ser solo
temporales, al cabo de un cierto periodo de tiempo es previsible que el estímulo o la
conducta vuelvan a ser atractivos para el sujeto. Por esta razón ambos procedimientos
pueden utilizarse para establecer un periodo temporal de seguridad, periodo en que no
volverá a buscarse el estímulo o emitirse la respuesta.
Características
▪ La aplicación de saciación y practica negativa (PG) produce una
reducción inmediata de la conducta, aunque solo temporal.
▪ Por eso mismo son técnicas que nunca han de aplicarse en solitario,
sino en conjunción con procedimientos para desarrollar conductas
alternativas.
▪ Tras esta reducción inicial de la conducta pasado un lapso de tiempo
es de esperar que la conducta vuelva a aparecer.
▪ Ha de aprovecharse este lapso de tiempo para desarrollar conductas
alternativas.
▪ La saciación exige conocer el estímulo reforzador que mantiene la
conducta; la practica negativa no, por lo que es muy útil en conductas
que son autorreforzantes.
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Ventajas Desventajas
5. REFORZAMIENTO DIFERENCIAL
Para indagar de qué manera se hace uso de este tipo de técnica, cabe señalar a
continuación aquellas mencionadas por Miltenberger (2013):
Es necesario preguntarse según este mismo autor, lo siguiente: ¿Se quiere aumentar la
tasa de un comportamiento deseable?, ¿Ocurre la conducta al menos de vez en cuando?,
deseadas que no están siendo reforzadas (Vollmer, et. al.,1999; citado por
Miltenberger ,2013 ).
5. Eliminar el reforzamiento de los comportamientos no deseados. Para que el
RDA sea eficaz, se debe identificar y eliminar el reforzamiento de las conductas no
deseadas. Si no se puede eliminar completamente el reforzamiento, al menos éste debe
ser minimizado de forma que el contraste entre el reforzamiento de los comportamientos
deseados y no deseados sea considerable.
6. Usar el reforzamiento intermitente para mantener la conducta objetivo. El
reforzamiento continuo de la conducta deseable se utiliza en las primeras etapas del RDA.
Sin embargo, una vez que la conducta empieza a producirse de manera constante y que
los comportamientos no deseados ocurren raramente, se debería empezar a disminuir el
programa de reforzamiento y reforzar el comportamiento deseado de forma intermitente. El
reforzamiento intermitente mantendrá la conducta deseada en el tiempo, haciéndola más
resistente a la extinción.
2. Elegir el intervalo inicial del RDO. La duración del intervalo debe estar vinculada a
la tasa de la conducta problema: si la conducta problema ocurre con frecuencia, el intervalo
del RDO será corto; si la conducta problema ocurre con poca frecuencia, el intervalo de
RDO será más largo. Se debe elegir un intervalo de duración que dé lugar a una alta
probabilidad de reforzamiento (Repp, 1983).
3. Retirar el reforzador cuando se presente el problema de conducta y
presentarlo cuando el problema de conducta esté ausente. Como pudimos observar en
el ejemplo del caso de Sara anteriormente.
4. Reinicia el intervalo si el problema de conducta ocurre. Supongamos que el
intervalo de RDO es de 10 minutos. Entonces, cada vez que se produzca el problema de
comportamiento antes del final del intervalo de 10 minutos, la persona que aplica el
tratamiento reinicia el intervalo de 10 minutos. Después de 10 minutos, si el problema de
comportamiento no se ha producido, se entrega el reforzador.
5. Incrementar gradualmente la duración del intervalo. Una vez que haya
disminuido la conducta problema y que el cliente esté recibiendo el reforzamiento después
de casi todos los intervalos, será el momento de aumentar la duración de los intervalos. La
duración del intervalo se incrementa lentamente para mantener la reducción de la conducta
problema.
6. SOBRECORRECCIÓN (SC)
Labrador (2008) expone que "el procedimiento de SC consiste en que, tras la realización
de una conducta inadecuada, el sujeto remedie (en exceso) las consecuencias negativas
de esa conducta inadecuada (sobrecorregir)". Básicamente, el autor explica que la
sobrecorrección es este proceso donde se corrige de forma excesiva, ya sea por repetición
o extensión, una conducta que se considera inadecuada o problemática, así como sus
respectivas consecuencias. Siguiendo esta idea, se pueden distinguir dos procedimientos
de SC:
Por su parte, Labrador (2008) explica que esta técnica básicamente consiste en
compensar el “daño” o “perjuicio” ocasionado con una conducta restituyendo o
mejorando en exceso. La idea es que el individuo dejé en condiciones mejores lo
que se alteró como consecuencia de su conducta. Para verlo de manera más
sencilla se plantea el siguiente ejemplo: si una persona hizo un graffiti en una pared
que no debía, tendrá que limpiar la pared y pintarla completamente al color original,
o por el contrario, deberá limpiar varias paredes. La consecuencia es mayor y
exagerada en comparación a la conducta que la causó.
Ventajas y desventajas:
(a) que sus efectos son graduales, no inmediatos; (b) requiere un cierto tiempo para su
aplicación, (c) en ocasiones hay dificultades para identificar o establecer las conductas
alternativas adecuadas, y (d) a veces se considera un método “muy infantil”.
El castigo puede adoptar dos formas: El castigo 1 positivo, donde se presenta un estímulo
que disminuye la fuerza de la respuesta previa; y el castigo 2 negativo, en el que se retira
algo de la situación, generalmente de carácter agradable.
Desventajas:
Una conducta castigada no se elimina, sólo se suprime. Hace que la respuesta
tenga menos probabilidad de ocurrir. Sin embargo, esto suele tener un efecto
temporal.
A veces, el castigo provoca un aumento de la conducta que se castiga. En algunos
casos, este efecto puede deberse al hecho de que el «castigo» tenga en realidad un
efecto reforzante. Por ejemplo, la reprimenda de un profesor puede resultar
reforzante para una niña que busca llamar su atención.. En concreto, cuando se
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castiga una conducta en una situación determinada, puede que esa conducta
disminuya en esa situación, pero aumente en otra en la que esa conducta no se ha
castigado, un fenómeno que se conoce como contraste conductual. Por ejemplo,
algunos niños que se portan mal en la escuela puede que sean descritos por sus
padres como auténticos angelitos cuando están en su casa. Es posible que esos
niños estén muy controlados en su casa y que allí sus infracciones se castiguen con
severidad y, por ello, realicen las conductas prohibidas en la escuela, donde quizá
las consecuencias sean más soportables.
Puede que no se advierta la relación entre la respuesta y el castigo. El castigo y,
especialmente, el castigo físico, puede distraer la atención del individuo respecto a
la conducta que ha sido castigada. Las personas suelen ser menos conscientes de
la respuesta que ha sido castigada que del castigo en sí mismo. Evidentemente, el
castigo no puede ser eficaz si la persona no sabe por qué está siendo castigada.
El castigo suele provocar respuestas emocionales indeseables y puede conducir a
conductas de escape y evitación. Es más, un estímulo que ha llegado a provocar
miedo debido a su asociación con el castigo, puede acarrear respuestas de escape
o evitación. Estas respuestas adoptan diversas formas en la escuela, tales como el
déficit de atención, las trampas, las mentiras, el rechazo a participar en las
actividades de clase o el absentismo.
El castigo puede provocar agresión.
El castigo no ofrece un modelo de conducta correcta.
El castigo severo puede llegar a causar daño físico o psicológico.
El castigo debe ser punitivo. El castigo, igual que el reforzamiento, se define por sus
efectos sobre la conducta: un auténtico castigo debe disminuir la respuesta previa.
Si una consecuencia determinada no disminuye la respuesta, significa que se trata
de una consecuencia que no resulta aversiva para la persona que está siendo
«castigada»
El castigo debe ser suficientemente fuerte como para resultar eficaz, pero sin llegar
a extremos inaceptables. Un castigo demasiado breve o demasiado blando no
resulta efectivo. A la vez, el castigo no debe ser excesivamente duro, ni provocar
efectos colaterales indeseables como resentimiento, hostilidad, agresión o
conductas de escape.
Antes de administrar el castigo debería amenazar o advertirse de su inminencia (uso
el término amenazar no como sinónimo de intimidar, sino de advertir). El castigo
tiene mayor probabilidad de detener la conducta cuando la persona sabe que esa
conducta provocará un castigo. Un error muy frecuente que cometen padres y
profesores es amenazar una y otra vez con un castigo sin llegar a imponerlo nunca.
Una amenaza es aconsejable, pero no la repetición constante de la misma.
La conducta que se va a castigar debe describirse en términos muy claros y
precisos.
Las conductas alternativas deseables deben ser destacadas y reforzadas.
Siempre que sea posible, el castigo debe aplicarse inmediatamente después de que
se haya producido la conducta inapropiada. Igual que ocurre con el reforzamiento, la
eficacia del castigo disminuye de manera drástica cuando se demora su obligación.
Debería ofrecerse una explicación de por qué resulta inaceptable la conducta
castigada.
Allgunos castigos no resultan eficaces y deben evitarse. Entre los castigos no
recomendables se encuentran el castigo físico, el castigo psicológico, el trabajo
extra y la expulsión del colegio. El castigo físico sólo debe utilizarse cuando es la
única manera de conseguir que los niños muy pequeños no realicen conductas
potencialmente peligrosas. Por ejemplo, el bebé al que le gusta introducir objetos
metálicos en los enchufes eléctricos, necesita aprender rápidamente y de manera
explícita que eso no se puede hacer. Castigos psicológicos tales como avergonzar o
insultar a los niños tampoco resultan aconsejables (Davis y Thomas, 1989; Walker y
Shea, 1995). Aquellos niños a los que de manera sistemática se les hace sentir
inferiores o incapaces, tienden a desarrollar una baja autoestima.
manera el estímulo doloroso (Mowrer, 1938, 1939). De manera similar, los niños aprenden
rápidamente a apretar una luz que indica que pueden evitar un ruido desagradablemente
elevado (Robinson y Robinson, 1961).
Una razón probable para explicar la elevada resistencia ante la extinción de las respuestas
de evitación, es que cuando un organismo evita una situación previamente aversiva, no
tiene la oportunidad de aprender que esa situación ha dejado de serlo. Por ejemplo: un
ejercicio de matemáticas.
- Escape
Y en el segundo caso a través del C.O dado por el refuerzo negativo que permite escapar
del estímulo preaversivo que produce temor (E.C R.C (miedo)