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Fases de un programa de modificación conductual

1. Recogida de datos para identificar el problema y ver quién debe realizar el


tratamiento.

Ésta consiste en rellenar un formulario con la historia personal del sujeto: nombre,
dirección, edad, estado civil y una descripción breve de por qué quiere cambiar.
Además se verá qué especialista es más adecuado para la intervención y se verá
si su conducta atenta contra la seguridad de las personas como ocurre por
ejemplo en los casos de pedofília.

1. Evaluación previa al tratamiento. Se realiza una evaluación conductual para


saber la dimensión del problema antes de la introducción del programa de
modificación de conducta. Supone la recogida y análisis de datos e
información con el fin de identificar y describir los objetivos
comportamentales, especificar las causas probables del comportamiento,
elegir las estrategias de intervención más adecuadas para modificarlo y
evaluar los resultados del tratamiento.
2. Fase de tratamiento: Una vez evaluada la conducta problemática los
especialistas idearán un programa para lograr la mejora de esa conducta.
Los programas de modificación de conducta implican la observación y el
registro continuo del comportamiento a lo largo del tratamiento.

3. Fase de seguimiento En esta última fase se observa atentamente si se


mantienen los avances conseguidos en el tratamiento una vez concluido
éste.

Características de la conducta a registrar

 Topografía.
 Cantidad: Frecuencia, duración.

 Intensidad.

 Control de los estímulos.

 Latencia.
Estrategias para registrar la conducta
Según Martin y Pear (2007, pp. 297-298) para registrar la conducta se utilizan las
siguientes estrategias:

 Registro continuo: Recoge todas las apariciones del comportamiento


durante un período concreto.
 Registro por intervalos: Se selecciona un período específico en el que se va
a observar y registrar todas las apariciones del comportamiento.

 Registro de intervalo parcial: Sólo se registra la conducta de manera


dicotómica (si aparece la conducta en un intervalo de tiempo concreto o no
aparece).

 Registro de intervalo completo: Sólo se registra la conducta si persiste


durante un intervalo de tiempo completo.

 Registro de muestreo temporal: Se puntúa una conducta como presente o


ausente en intervalos de tiempo breves y temporales.

 Muestreo temporal momentáneo: Registro dicotómico de momentos


puntuales, como por ejemplo; las horas en punto.

 Observación y registro: Se puede dar un tiempo breve para observar y el


mismo para registrar las conductas.

TÉCNICAS OPERANTES
Introducción histórica

Las técnicas operantes han sido de las primeras que comenzaron a emplearse
dentro de la Modificación de Conducta siendo también las que se han aplicado con
mayor frecuencia (Méndez y otros, 2001).

Estas técnicas se han originado a partir de los trabajos de aprendizaje animal


realizados a finales del siglo XX por Thorndike (1898) y que constituyeron las
bases del modelo del condicionamiento instrumental. Sin embargo, fue B. F.
Skinner (1938), quien desarrolló definitivamente este modelo, introduciendo por
primera vez el término de condicionamiento operante.
[editar]Bases teóricas y experimentales

Las bases teóricas y experimentales de la modificación de conducta surgen


fundamentalmente tras los estudios de Thorndike (1898) y de Skinner (1938).

B. F. Skinner (1904-1990).

Thorndike realizó experimentos con animales en los que éstos (perros, gatos o
pollos) eran encerrados en las que él llamaba “cajas-problema”. Para poder
escapar de estas cajas y acceder a la comida que tenían visible, los animales
debían mover un cerrojo o presionar una palanca.

Caja de Skinner desarrollada a partir de las "cajas-problema" de Thorndike).

A partir de aquí, Skinner desarrolló dicho modelo, utilizando el término de


condicionamiento operante. Su principio básico era que las conductas se
aprenden y se mantienen como resultado de sus consecuencias, sentando así la
importancia del ambiente. Skinner llama conductas operantes a aquellas que
pueden ser controladas mediante la alteración de sus consecuencias; así, el sujeto
realiza una conducta operante cuando ésta produce unas consecuencias en el
medio, que a su vez pueden controlar dicha conducta.

Pero además, para que podamos cambiar la conducta mediante la alteración de


sus consecuencias, éstas deben ser contingentes a la conducta. Es decir, las
consecuencias deben producirse justo después de la aparición de la conducta.

Los procedimientos en los que se basan las técnicas de modificación de conducta


del condicionamiento operante son el reforzamiento, el castigo, la extinción y el
control de estímulos.

Procedimientos operantes básicos

Los procedimientos operantes básicos se definen como la presentación o


eliminación contingente de un estímulo que puede ser apetitivo o aversivo para el
individuo.

Además, según la presentación o retirada y el tipo de estímulos que estemos


manipulando, obtendremos diferentes variantes de los procedimientos
mencionados.

Reforzamiento positivo
El reforzamiento positivo es un procedimiento mediante el cual se le presenta al
sujeto un estímulo que le gusta o le interesa inmediatamente después de la
realización de la conducta (presentación contingente). Con esto se consigue
aumentar la probabilidad de que la conducta vuelva a ocurrir. El estímulo o
situación apetitiva que se pone en juego en este proceso se conoce como
reforzador positivo (Méndez y otros, 2001). Cuando se descubre un reforzador
positivo para un individuo (por ejemplo, un caramelo para un niño), podemos
utilizarlo en otras situaciones. A pesar de ello, no deberíamos abusar de un solo
reforzador positivo ya que podríamos caer en la saciedad.

Tal como refleja Méndez y otros (2001), diversos autores han puesto de manifiesto
el procedimiento básico que debe seguirse para aplicar el reforzamiento positivo:
1. Especificar de forma concisa la conducta a modificar.
2. Identificar y seleccionar los reforzadores eficaces (que dependen de cada
individuo).

3. Administrar de forma inmediata los reforzadores.

4. Aplicar los reforzadores contingentemente.

5. Evitar la saciedad empleando diversos reforzadores que el sujeto no tenga.

6. Aproximar la cantidad adecuada de reforzador.

7. Ajustarse al programa de reforzamiento fijado (puede ser reforzamiento


continuo o reforzamiento intermitente).

8. Planificar la transición de un tipo de programa a otro (por ejemplo, de un


programa de reforzamiento continuo a uno de reforzamiento intermitente)
con el fin de generalizar los efectos.

Reforzamiento negativo
En este caso, se trata de incrementar una conducta deseable mediante la
eliminación de un estímulo o situación que sea desagradable para el sujeto, justo
después de la realización de dicha conducta (retiro contingente). Este tipo de
procedimiento suele emplearse menos que el anterior por las implicaciones éticas
que supone utilizarlo.

Un reforzador positivo es un estimulo que se añade al entorno y que trae consigo


una respuesta precedente. Si se otorga alimento, agua, dinero o elogios después
de una respuesta, es más probable que ésta se repita en el futuro.

Castigo positivo
Consiste en presentar un estímulo o situación desagradable para el individuo tras
lo cual se espera que disminuya su conducta.

Castigo negativo
Este procedimiento supone la retirada de una situación o estímulo agradable para
el sujeto tras la realización de la conducta problemática. Lo que se pretende es
aumentar la conducta adecuada.

Cuando un individuo realiza una respuesta, que ha sido anteriormente reforzada, y


no obtiene el reforzamiento la frecuencia de dicha respuesta disminuye. Esto es lo
que se conoce como extinción.

En palabras de Méndez y Olivares (2001, p.146), la extinción trae consigo dos


efectos: “En primer lugar, es esperable que inmediatamente después de poner en
marcha un programa de extinción se produzca un aumento de la frecuencia de la
conducta que se pretende disminuir […]. En segundo lugar, al implantar la
extinción es probable que se produzcan reacciones emocionales (por ejemplo,
frustración) y agresivas […]".

Estas características principales hacen que sea un procedimiento inadecuado para


personas que realizan conductas peligrosas para ellas mismas (conductas
autolesivas) o cuando sea intolerable que aumente temporalmente la conducta.

Técnicas para desarrollar y mantener las conductas

Se destacan tres técnicas para llevar a cabo el desarrollo y mantenimiento de las


conductas a lo largo del tiempo: moldeamiento, desvanecimiento y
encadenamiento. Antes de aplicar cualquiera de estas técnicas, así como
cualquier técnica de modificación de conducta, es preciso definir la conducta en
términos operacionales. Es decir, en forma de conducta observable y de manera
objetiva. Así nos será más fácil llevar a cabo el registro de las mismas y la
contrastación realista de los resultados.

Moldeamiento
El moldeamiento es una técnica mediante la cual se adquieren conductas
ausentes o presentes muy vagamente en el repertorio conductual del sujeto
(Méndez y Olivares, 2001). Consiste en reforzar consistentemente conductas
semejantes a la conducta que pretendemos que el sujeto adquiera y eliminar
mediante extinción aquellas que se alejan de la conducta deseada.
Para realizarlo correctamente, deben seguirse una serie de pasos 

 Definir de forma precisa la conducta final que pretendemos obtener.


 Elegir una conducta más amplia que incluya la que pretendemos que el
sujeto adquiera o que tenga semejanza con ésta.

 Reforzar dicha conducta (2), hasta que se presente de forma frecuente.

 Reducir la amplitud de la conducta para que se parezca cada vez más a la


conducta meta utilizando para ello el refuerzo diferencial.

Tal como dice Larroy (2008), el moldeamiento se utiliza de forma espontánea en el


aprendizaje de habilidades cotidianas como aprender hablar. Así, cuando un niño
produce los primeros balbuceos es reforzado por sus padres, pero cuando
produce las primeras sílabas ya no le refuerzan el balbuceo sino lo último. Lo
mismo ocurre cuando pronuncian las primeras palabras. De esta manera,
mediante el refuerzo diferencial los padres van reforzando aquellas conductas que
cada vez se parecen más a la conducta deseada (hablar), pero no las anteriores.

Desvanecimiento
El desvanecimiento se basa en la disminución gradual las ayudas que se le han
dado al individuo para que realice la conducta deseada. Pretende que se
mantenga el comportamiento del individuo a pesar de la reducción de las ayudas
que se le proporcionaron para aprenderlo. Diversos autores (Méndez, Olivares y
Beléndez, 2001; Larroy, 2008) coinciden en que el desvanecimiento consta de dos
fases:

 Fase aditiva: se le suministra al sujeto todas las ayudas necesarias para la


consecución de la conducta meta.
 Fase sustractiva: las ayudas se van reduciendo de forma progresiva hasta
que el sujeto pueda realizar la conducta sin ninguna ayuda externa. La
disminución puede desarrollarse de distintas maneras: disminuyendo o
demorando la ayuda o bien reduciendo su intensidad.
En ambas fases, se han de facilitar tras la emisión de conductas cercanas a la
conducta objetivo, un refuerzo continuo y contingente a dicha emisión. Esta
técnica es utilizada junto con el moldeamiento y, al igual que ella, suele emplearse
tanto para el aprendizaje cotidiano como para conductas más específicas (ámbito
educativo, por ejemplo).

Encadenamiento
La técnica del encadenamiento supone descomponer una conducta compleja en
conductas sencillas, de manera que cada una de ellas suponga un eslabón de la
cadena. La adquisición de la conducta se produce mediante el reforzamiento de
los “eslabones”, los cuales son estímulos reforzadores para la respuesta anterior y
estímulos discriminativos (Ed) para la siguiente. Tal como ejemplifica Larroy (2008,
p. 299):

Si una chica quiere prepararse para salir a la calle tendrá que realizar distintas
conductas como ducharse, vestirse, peinarse…De manera que cada uno de estos
actos funciona como estímulo discriminativo del siguiente (si ya me duché, ahora
tengo que vestirme) y como reforzador de anterior (poder peinarme es el
reforzador de haberme vestido, que a su vez es el reforzador de haberme
duchado).

El aprendizaje mediante esta técnica puede realizarse de varias formas:

 Encadenamiento hacia atrás. Es el más utilizado. Se empieza por el último


eslabón y se van enseñando los restantes en dirección al inicio de la
conducta.
 Encadenamiento hacia adelante. En este caso sucede al contrario. Se
enseña el primer paso y se refuerza, luego se enseña en segundo y se
refuerza la realización de ambos juntos, etc.

 Tarea completa. Utilizado para tareas sencillas, se trata de que el sujeto


realice todos los pasos seguidos, repitiendo la operación hasta que se
consolide el aprendizaje de la conducta. El reforzador se proporciona tras la
realización de todos los pasos.

Técnicas para reducir y eliminar conductas


Procedimiento de reforzamiento diferencial
Para Olivares y Méndez (2001, pp.160-165), los procedimientos de reforzamiento
diferencial son enfoques positivos para la reducción de conductas y podemos
encontrar tres tipos:

Reforzamiento diferencial de tasas altas de conducta (RDAT)


Consiste en un programa de reforzamiento intermitente bien de intervalo, bien de
razón en que se refuerzan las conductas que se emiten por encima de un criterio
determinado, criterio establecido tras la observación de las características de la
conducta de la persona cuya conducta se quiere incrementar.

Reforzamiento diferencial de tasas bajas de conducta (RDTB)


Consiste en facilitar reforzadores contingentemente a las conductas emitidas tras
un período fijo desde la última respuesta. Es muy apropiado para reducir
conductas problemáticas por sus excesos, no porque en sí sean problemáticas.
Puede aplicarse, por ejemplo, cuando alguien en un grupo hace un uso muy
frecuente de la palabra. El procedimiento consistiría en reforzarle sólo cuando
haga uso de la palabra tras un período establecido.

Reforzamiento diferencial de otras conductas (RDO)


El reforzamiento diferencial de otras conductas, se refiere, al refuerzo de la no
ejecución de una conducta determinada. Los autores J. A. Cruzado Rodriguez y
F.J. Labrador Encinas (2002, p.510) están de acuerdo en que la conducta que se
trata de eliminar se pone bajo extinción, mientras se refuerza cualquier otra
conducta alternativa.

Se pretende buscar una media en el tiempo de emisión de esa conducta. Si la


conducta no es emitida en el tiempo establecido estando así bajo control, ésta se
refuerza y el tiempo se disminuye.

El RDO resulta un procedimiento efectivo para la reducción de una gran diversidad


de conductas autodestructivas, agresivas, vómitos, etc. Por ejemplo, si un
individuo se golpea la cabeza con una frecuencia de tres veces por minuto como
media en la línea base, se comenzaría con intervalos de 15 ó 20 segundos para
asegurar al máximo el acceso al reforzamiento. Si el sujeto no se golpea la
cabeza, durante el intervalo, recibirá el refuerzo inmediatamente al final de éste. Si
se golpea la cabeza, se detendrá, no se le dará refuerzo y se iniciará un nuevo
intervalo. y asi se ase una conducta positiva

Reforzamiento diferencial de conductas incompatibles


Se pretende el reforzamiento de conductas incompatibles a las que se quieren
eliminar. Por ejemplo, el reforzamiento de trabajar en silencio en el aula reducirá
los ruidos.

Se debe tener en cuenta una serie de factores antes de aplicar de manera efectiva
el RDI.

1. Se debe elegir de una manera adecuada la conducta que se pretende


eliminar.
2. Así como la frecuencia con que se van a utilizar los reforzadores.

Una extensión del RDI en la práctica, es el entrenamiento en reacción de


competencia desarrollado por Azrin y Nunn (1987, citado por Olivares y Méndez
2001). Este entrenamiento implica aprender a emitir una respuesta físicamente
incompatible, es decir, el hábito nervioso no debe tener posibilidad de producirse
mientras la persona realiza la reacción de competencia.

Costo de respuesta
Los autores Olivares y Méndez (2001, pp. 165-167) definen el costo de respuesta
como la pérdida de un reforzador positivo disponible con el objeto de eliminar una
conducta desadaptativa. Un ejemplo de esta técnica seria la retirada del carné de
conducir por exceso de velocidad.

Para una aplicación efectiva se deben tener en cuenta las siguientes


consideraciones:

1. Al plantearse la aplicación se deben tener en cuenta otros procedimientos


que sean menos aversivos.
2. Para que el sistema de costo de respuesta funcione es necesario permitir
que el individuo acumule una reserva de reforzadores.
3. La efectividad del costo de respuesta depende de la magnitud del
reforzador retirado. Para que éste sea efectivo, debemos hacer diferentes
ensayos para ver que magnitud debemos usar para que la conducta sea
retirada.

4. Resulta adecuado procurar que la persona no pierda todos los


reforzadores. Si es así, la conducta inadecuada no disminuiría, ya que no
tendría nada que perder.

5. Los sujetos deben ser informados de las reglas del juego y llevar un control
de las ganancias y las pérdidas.

Tiempo fuera
Según Marta Albert, Psicóloga de la Asociación Española para el Síndrome de
Prader-Willi, el tiempo fuera consiste en retirar al sujeto de la situación en la que
realiza la conducta que se desea eliminar. Por ejemplo, “si el niño tira arena a sus
amigos, la madre dice ¡eso no se hace! o ¡no se tira arena! y le sienta un rato a su
lado. Durante ese tiempo no se le dirige la palabra al niño, ni se le echa la bronca
durante y después del periodo de aislamiento. Luego se da opción a seguir
jugando”.

Se describen algunas pautas para su aplicación:

1. La primera vez que se aplique, se le deja claro al sujeto que no se le dejará


de aislar hasta que la conducta cese.
2. Antes de aplicar el aislamiento debemos intentar controlar la conducta de
modo verbal.

3. El tiempo de aislamiento debe ser de minuto por año de edad y puede


aplicarse así hasta los 15 años. De esta manera evitaremos que pueda
entretenerse con la invención de alguna actividad.

4. No reforzaremos ni positivamente ni negativamente antes o después del


aislamiento.
5. Si esta técnica no resulta en una semana debemos cambiar el
procedimiento.

Cruzado y Labrador, (2002, p.522) consideran que este procedimiento es útil en el


tratamiento de la conducta alborotadora, agresiva y de desobediencia y se
desaconseja en conductas autoestimulatorias y autolesivas.
[editar]Saciedad
Con este procedimiento utilizaremos el reforzador, que mantiene la conducta, de
una manera continua hasta que éste pierda su valor.

Primero se debe detectar la frecuencia de la conducta para así determinar las


sesiones. A continuación se aplicará el reforzador de manera continuada y en
grandes cantidades hasta que la conducta adquiera un valor aversivo. Por ejemplo
si a un niño le encantan las hamburguesas le daremos hamburguesas todos los
días y a todas horas.

Se puede aplicar en trastornos como los tics, en el tabaquismo, etc. Y no pueden


aplicarse en conductas que son peligrosas para el sujeto como las conductas
autolesivas.

Sobrecorrección
El objetivo principal es compensar las consecuencias de la conducta
desadaptativa. Se puede aplicar de dos maneras (Cruzado y Labrador, 2002, pp.
523-528):

 Sobrecorrección restitutiva: el sujeto debe restaurar el daño que ha hecho.


 Sobrecorrección de práctica positiva: consiste en repetir una conducta
positiva.

Al observar que el sujeto realiza la conducta indeseable debemos dar un aviso


verbal. Si esto no funciona tenemos que aplicar la sobrecorrección de forma
insistente e inmediata.

“Este método ha mostrado su eficacia en la reducción de conductas


autoestimulatorias en niños psicóticos y con retraso, así como en el control de la
agresividad, en la rumiación y otras conductas destructivas.”
SISTEMAS DE ORGANIZACIÓN DE CONTINGENCIAS
Economía de fichas

Los reforzadores que se usan son fichas que después se intercambiarán por algo
que al sujeto le guste. Para eliminar la conducta indeseable se hará a través de la
pérdida de las mismas.

Marta Albert, Psicóloga de la Asociación Española para el Síndrome de Prader-


Willi, considera que en primer lugar se deben dejar claros los objetivos que se van
a trabajar, así como los premios a los que se podrá acceder mediante la
realización de conductas específicas, y fijación de “precios en fichas” para cada
uno de ellos.

Debemos tener en cuenta distintos aspectos:

 Las fichas deben administrarse una vez realizada la conducta.


 El tipo de fichas dependerá de las características y gustos del individuo.

 La persona ha de poder elegir entre diversos premios.

 Debe mantenerse un equilibrio entre las fichas que se ganan y las que se
gastan.

 El precio de los premios debe estar ajustado a la frecuencia de su


consumo, a las preferencias de la persona y a su coste económico.

 Es conveniente fijar cuándo se van a hacer los intercambios y estipular un


sistema de ahorro.

Puede usarse tanto a nivel individual como grupal y es útil para una gran variedad
de conductas.

Contratos de contingencias o contrato conductual

Es un acuerdo escrito entre distintas personas (pareja, amigos, etc.) para cambiar
alguna conducta, ya sea por parte de ambos (contrato multilateral) o de una
persona (contrato unilateral). Los términos del contrato se negocian entre todos
hasta llegar a un acuerdo.
Los autores Olivares y Méndez (2001, pp.180-181) creen importante seguir una
serie de orientaciones a la hora de diseñar un contrato de contingencias efectivo.

 Las partes implicadas deben llegar a un consenso a la hora de marcar el


objetivo del contrato.
 Deben especificarse los privilegios que se lograran tras la ejecución de la
conducta y las penalizaciones por no llevar a cabo los cambios
correspondientes.

 El contrato debe contener una cláusula adicional de bonificaciones por si la


persona excede las demandas mínimas del contrato.

Los contratos de contingencia se pueden usar en gran cantidad de problemas y


tanto con adultos como con niños. Por ejemplo en toxicomanías, tratamiento de la
obesidad, problemas de pareja, tabaquismo, etc.

TÉCNICAS DE RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS

El entrenamiento en solución de problemas según D’ Zurilla (citado por E. Becoña


Iglesias, 2002 pp. 710-733) consta de cinco fases o etapas:

 Orientación general hacia el problema.


 Definición y formulación del problema.

 Generación de soluciones alternativas.

 Toma de decisiones.

 Puesta en práctica y verificación de la solución.

TÉCNICAS AVERSIVAS

Lo que intentan es asociar un patrón de reacción de algún comportamiento no


deseado con un estímulo desagradable para que así el emisor deje de realizarlo.

Según Cáceres, (2002, p. 563-572) los procedimientos básicos empleados en las


técnicas aversivas pueden diferenciarse en:
1. Estímulos incondicionados: Aversiones eléctrica, olfativa, gustativa y
bloqueo facial.
2. Estímulos condicionados.

TÉCNICAS DE AUTOCONTROL

Muchos problemas de autocontrol se relacionan con aprender a moderarse para


reducir comportamientos excesivos que son inmediatamente gratificantes, como
por ejemplo; comer, beber… Otros problemas de autocontrol requieren un
incremento de la conducta como por ejemplo estudiar, limpiar… Existen cinco
fases básicas en la mayoría de los programas de auto-modificación o de manejo
personal (Martín y Osborne, 1993).

Causas de los problemas de autocontrol

Problemas relacionados con excesos comportamentales


Estos problemas son generados por un exceso de una acción: comer demasiado,
beber, fumar…

Los comportamientos exagerados son reforzados inmediatamente por un sabor


agradable, sensación de saciedad… aunque acarrean consecuencias negativas,
pero esas consecuencias no son eficaces para el autocontrol de ese exceso
comportamental.

En dichos casos se puede actuar de la siguiente forma:

Reforzar inmediatamente o castigar con demora un comportamiento


La persona realiza alguna acción para hacer algo que quiere aunque sabe que
luego será castigado, pero el reforzador instantáneo es el que prevalece sobre el
castigo. Pongamos un ejemplo: Un niño que quiere salir a la calle con sus amigos
y sabe que sus padres no se lo van a permitir; para conseguir salir, miente a sus
padres aunque sabe que cuando llegue será castigado, pero el placer de salir
prevalece sobre el castigo.

Reforzadores inmediatos frente a castigos menores con efecto acumulativo


Un reforzador que se da instantáneamente se impone ante un castigo que se da
poco a poco, como por ejemplo; el fumador se relaja fumando mientras el alquitrán
se va depositando poco a poco en sus pulmones dañándolos. Sólo ve las
consecuencias de sus actos (castigo) cuando ha fumado mucho y tiene tos, dolor
de garganta.

Reforzadores inmediatos de conductas problemáticas frente a reforzadores


diferidos de conductas alternativas deseables
En los problemas de autocontrol que implican escoger entre dos comportamientos
alternativos, ambos con consecuencias positivas, prevalece la que produce un
refuerzo inmediato. Por ejemplo, elegir entre estudiar sin saber si aprobarás o ver
la serie preferida; probablemente se escogería la serie preferida porque es un
reforzador instantáneo.

Problemas relacionados con carencias comportamentales


Estos problemas están generados por conductas que habría que potenciar, como
por ejemplo; estudiar más, limpiar la casa… Veamos las consecuencias de estas
conductas en el caso de que no se realicen:

Pequeños castigos inmediatos o refuerzos acumulativamente significativos


del comportamiento
Se trata de realizar comportamientos que generan un pequeño castigo inmediato
para conseguir con el tiempo efectos positivos. Por ejemplo: realizar deporte crea
agujetas si no lo has hecho anteriormente pero con el tiempo esas agujetas ya no
aparecen, el cuerpo se estiliza y nos vemos mejor en el espejo.

Pequeños castigos inmediatos si se produce el comportamiento o castigos


mayores pero improbables si no se produce
Las personas eligen un comportamiento negativo porque saben que es muy poco
probable que reciban un castigo mayor que si eligen un comportamiento positivo
que les proporciona pequeños castigos. Por ejemplo: un ciclista que no se pone
casco, porque le aprieta, le molesta y le crea sudor. Sabe que es muy poco
probable que se caiga y sufra una lesión cerebral.
Pequeños castigos inmediatos si se produce el comportamiento o castigos
mayores diferidos si no se produce
Se pueden realizar conductas positivas que producen un castigo débil instantáneo,
o no realizar esas conductas positivas, pero se consigue un castigo bastante
mayor que se produce tras muchos ensayos. En muchas ocasiones predomina la
conducta con respuesta más aversiva. Por ejemplo, ir al dentista para empastarse
una muela aunque se sepa que va a doler un poco o cancelar la cita una y otra
vez aún sabiendo que se sufrirán terribles dolores de muelas.

Elegir el modelo de autocontrol

Para elegir un modelo de autocontrol eficaz, se deberán analizar las causas de los
problemas de autocontrol, emitir la conducta deseable frente a la que ha de ser
controlada, elegir el modelo y aplicar las técnicas elegidas para resolver el
problema. El objetivo final será que la persona emita su propia conducta
controladora para así provocar un cambio en la conducta a controlar (Skinner,
1953. p.240, citado por Garry y otros, 2007).

Fases de un programa de autocontrol

Los pasos que se deberían seguir para realizar un programa de autocontrol son:

1. Especificar el problema y establecer los objetivos: Qué se quiere modificar.


2. Comprometerse a cambiar: Se debe señalar la importancia que conlleva
personalmente modificar ese problema y el esfuerzo que va a realizar para
conseguirlo.

3. Registrar los datos y establecer las causas del problema: En este paso se
toma nota de todos los datos que acontecen del problema: dónde, cuándo
y como suele ocurrir.

4. Diseñar y aplicar un programa de tratamiento del problema.

5. Prevenir la recaída y lograr que la mejoría perdure: Para prevenir las


recaídas hay que conocer primero las posibles causas de recaída y adoptar
las medidas necesarias para minimizar su efecto. En algunas ocasiones las
recaídas suceden porque no se presta el interés suficiente a los progresos
que se hacen y la persona se desanima o bien porque no se fija claramente
unos pasos para la mejora y el sujeto no ve bien si ha mejorado mucho,
poco o nada.

BIBLIOGRAFÍA

 MARTIN, G y PEAR, J. (2007). Modificación de conducta. Qué es y cómo


aplicarla. Madrid. Pearson.
 LABRADOR, F. J. (2008).Técnicas de modificación de conducta. Madrid.
Pirámide.

 LARROY, C. (2008). Técnicas operantes I: desarrollo de conductas, en


Técnicas de modificación de conducta. Madrid. Pirámide.

 MÉNDEZ, F. X. y OLIVARES, J. (2001). Técnicas de modificación de


conducta. Madrid. Biblioteca Nueva.

 http://www.gobiernodecanarias.org/educacion/9/Usr/lujose/tecnicas_conduc
tistas.htm, consultado el 8 de abril de 2009.

 http://www.psicopedagogia.com/modificacion-de-conducta , consultado el 8
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 http://gymboree1.tripod.com/id51.html, consultado el 8 de abril de 2009

 http://www.amspw.org/spw/tripticos/pdf/ANEX-V.pd, consultado el 5 de abril


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 http://www.actaodontologica.com/ediciones/2005/2/tecnicas_modificacion_c
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