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Caldera: Caldera es un recipiente metálico, cerrado, destinado a producir vapor o calentar agua,
mediante la acción del calor a una temperatura superior a la del ambiente y presión mayor que la
atmosférica. Un generador de vapor (genera vapor sobrecalentado) es el conjunto o sistema
formado por una caldera y sus accesorios.
En la práctica se habla de “calderas” refiriéndose a todo el conjunto o “generador de vapor”. Por tal
razón, en adelante, usaremos indistintamente ambos términos.
Corrosión
La corrosión en calderas es el deterioro del metal por reacción química. EI metal es disuelto o
“comido”. El efecto corrosivo puede debilitar seriamente al metal, de modo que puede ocurrir un
fallo inesperado de una parte del recipiente a presión de la caldera.
Orígenes de La acidez. Las condiciones ácidas en el agua de calderas normalmente son el resuItado
de reacciones químicas y no de la entrada directa de un ácido en el condensado o agua de
alimentación. Las sustancias formadoras de ácido son: (1) dióxido de carbono gaseoso; (2) cloruro
magnésico; (3) sulfato magnésico; (4) cloruro sódico; y (5) ciertos aceites.
EI más importante de estos es el dióxido de carbono, que es el mas soluble de los gases en agua, y
tiene tendencia a formar ácido carbónico, H2CO,. La rotura química de las sales del bicarbonato
por acción del calor libera dióxido de carbono.
Fatiga:
Metodología.
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• Corrosión en el lado del agua
La corrosión más común encontrada en el lado del agua es debida al oxígeno. Las tres
maneras de que el oxígeno pueda ser admitido por el lado del agua en los sistemas de
vapor son: durante la operación, el aire puede quedar encerrado en el sistema en regiones
donde la presión interna es menor que la atmosférica.
Usualmente, el aire es admitido en el sistema cada vez que es abierta para ser reparada o
limpiada. El oxígeno libre está relacionado también como un producto de la disociación
molecular del agua.
La corrosión superficial ataca pequeñas áreas, porque comienza como un ánodo para el
resto de la superficie o porque está localizado en una alta concentración de contaminantes
corrosivos en el agua. Es el resultado directo de un rompimiento pasivo de una película en
la superficie frecuentemente. Esto ocurre relativamente rápido, resultando en una rápida
perforación, debido al largo radio del área cátodo a ánodo.
Adicionalmente, los depósitos sólidos y residuos líquidos en los pasajes de los gases
pueden alterar las características de transferencia de calor del sistema, con un potencial
efecto severo en la eficiencia del sistema y en la temperatura de las paredes de los tubos.
Uno de los problemas de corrosión que se encuentra con más frecuencia es resultado de la
exposición del metal de la caldera al oxígeno disuelto. Como los óxidos de hierro son un
estado estable y natural, los aceros volverán a esta forma, si las condiciones son favorables
desde el punto de vista termodinámico. En general, las condiciones son favorables si el
acero que no está cubierto por la forma protectora del óxido de hierro se expone a agua
que contenga oxígeno.
Factores críticos
Los tres factores críticos que rigen el arranque y progreso de la corrosión por oxígeno
incluyen la presencia de humedad o de agua, la presencia de oxígeno disuelto y una
superficie no protegida del metal.
Una superficie no protegida del metal puede ser causada por tres condiciones: La
superficie metálica está desnuda; por ejemplo, después de una limpieza con ácido. La
superficie metálica está cubierta con un óxido de hierro marginalmente protector o no
protector, como la hematita. La superficie metálica está cubierta con un óxido de hierro
protector, como la magnetita, pero existen zonas descubiertas o grietas en el
recubrimiento.
Identificación
Basta el simple examen visual, si las superficies dañadas son accesibles. Si éstas no son
accesibles, es posible que se necesiten técnicas de pruebas no destructivas, como las
pruebas ultrasónicas.
• Corrosión Cáustica
En general, la corrosión cáustica queda restringida a: 1) los tubos enfriados por agua en
regiones de elevado flujo de calor, 2) los tubos inclinados u horizontales, 3) lugares debajo
de depósitos gruesos y 4) regiones de transferencia de calor en anillos de respaldo en
soldaduras u otros dispositivos que perturban el flujo, o adyacente a ellos.
La penetración cáustica se refiere a la interacción corrosiva de hidróxido de sodio con un
metal, para producir depresiones claras, hemisféricas o elípticas. Las depresiones pueden
estar llenas con productos densos de la corrosión que, a veces, contienen cristales
brillantes de magnetita. En general, la superficie metálica alterada tiene un contorno liso y
laminado.
Identificación
Si las superficies alteradas son accesibles, la corrosión cáustica se puede identificar por el
simple examen visual. Si no lo son, es posible que se requieran técnicas no destructivas de
prueba, como las ultrasónicas. También pueden aplicarse estudios del vapor en los que se
utilice un analizador de hidrógeno con el fin de identificar la corrosión cáustica.
Los remedios siguientes pueden eliminar la corrosión que depende de la disponibilidad del
hidróxido de sodio o de sales productoras de alcalinidad:
1. Reducir la cantidad de hidróxido de sodio libre disponible. Impedir la liberación
inadvertida de productos químicos.
2. Evitar la infiltración de sales productoras de alcalinidad hacia los condensadores.
3. Prevenir la contaminación del vapor y el condensado por las corrientes de los procesos.
4. Impedir la salida desde la ebullición nucleada.
5. Impedir la formación excesiva de depósitos del lado del agua y Prevenir la creación de
líneas de nivel alcanzado por el agua en los tubos.
Se cree que la corrosión ocurre por la oxidación catalítica del metal por el pentóxido de
vanadio. La rápida oxidación resultante del metal reduce el espesor de la pared, lo cual, a
su vez, reduce el área que soporta la carga.
Esta del área que soporta la carga conduce a un incremento en los esfuerzos a través de la
región adelgazada. Llega un momento en que la influencia combinada del nivel
incrementado de los esfuerzos y las altas temperaturas del metal conducen a una falla por
rotura por flujo plástico.
Factores críticos
Se puede desarrollar una escoria corrosiva cuando se usa combustible que contiene niveles
elevados de vanadio, sodio o azufre, o una combinación de estos elementos; cuando se
cuenta con cantidades excesivas de más aire del necesario para la formación de V2O5, o
cuando se alcanzan temperaturas del metal mayores que 593° C.
Identificación
Se tiene corrosión severa por ceniza de combustible siempre que la temperatura del metal
sobrepasa los 593° C.
Deben existir de manera simultánea dos circunstancias para producir las condiciones
localizadas de pH. En primer lugar, la caldera debe operarse fuera de los parámetros
normales y recomendados de la química del agua. La segunda condición es un mecanismo
para concentrar las sales productoras de acidez.
Siempre que existen condiciones de bajo pH, la delgada capa de óxido magnético se
disuelve y el metal es atacado. El resultado es pérdida de metal en bruto. Esta pérdida
puede tener contornos lisos y laminados con aspecto semejante al de la penetración
cáustica. El área penetrada muchas veces estará cubierta con óxidos de hierro protectores.
Factores críticos
Dos factores críticos contribuyen al bajo pH. El primero es la disponibilidad del ácido libre o
de sales productoras de acidez. El segundo factor es el mecanismo de concentración.
Existen tres mecanismos básicos de concentración: Salida desde la ebullición nucleada,
Formación de depósitos y evaporación en una línea del nivel alcanzado por el agua.
Factores críticos
Existen dos factores principales que rigen el agrietamiento por esfuerzo con corrosión en el
medio ambiente de la caldera. En primer lugar, el metal en la región alterada debe ser
esforzado a la tensión hasta un nivel suficientemente elevado. Los esfuerzos pueden ser
aplicados o residuales, o de ambos tipos. En segundo lugar, se debe tener concentración
de un corrosivo específico en el lugar del metal esforzado. El corrosivo específico para los
aceros al carbono en los sistemas de calderas es el hidróxido de sodio; para los aceros
inoxidables, el corrosivo puede ser hidróxido de sodio o cloruros. Las infiltraciones
pequeñas pueden conducir a la concentración de corrosivos.
Identificación
Las fallas causadas por agrietamiento por corrosión bajo esfuerzo siempre producen caras
de la fractura de pared gruesa, sin importar el grado de ductilidad del metal. Con
frecuencia vienen asociadas ramificaciones con estas grietas. A menos que haya ocurrido la
falla, el agrietamiento por corrosión bajo esfuerzo puede ser difícil de ver a simple vista, ya
que las grietas tienden a ser muy finas y apretadas.
En general, evitar la existencia de corrosivos concentrados es el medio con más éxito para
reducir o eliminar el agrietamiento por corrosión bajo esfuerzo. Los primeros pasos son
evitar la salida de ebullición nucleada, conservar las superficies internas suficientemente
libres de depósitos y evitar la formación de líneas de nivel del vapor y líneas del nivel del
agua en los componentes que reciben un elevado flujo de calor. Otros pasos pueden incluir
el de evitar la infiltración de sales productoras de alcalinidad; impedir la contaminación del
agua para eliminar el sobrecalentamiento por materiales alcalinos o cloruros, y evitar el
arrastre por parte del agua de la caldera.
Aunque alguna de las nuevas aleaciones “fuertes” presentan mala resistencia a la fatiga con
corrosión, existen materiales que combinan la resistencia a la fatiga con corrosión con una buena
resistencia mecánica. Los aceros inoxidables austeníticos, que poseen resistencia excelente a la
corrosión sin esfuerzos, se comportan bien incluso en presencia de esfuerzos alternativos.
Las muescas microscópicas de las capas superficiales y las fuerzas a tracción que las mantienen
abiertas tienden a promover la fatiga y la fatiga con corrosión, las fuerzas a compresión producen
el efecto opuesto. En la práctica, los esfuerzos de compresión se suelen aplicar por granallado, es
decir proyección de granalla. En condiciones correctas, el granallado confiere mayor resistencia a la
fatiga y a la fatiga con corrosión, pero depende mucho de la presión apropiada de la proyección de
la granalla y de la clase de esta.
Granalla: Metal o metaloide reducido a granos pequeños para facilitar su fundición.
A los materiales no férreos se les puede aportar beneficios semejantes produciendo en las capas
superficiales algunos nitruros que no solo son duros, sino también voluminosos. Se emplean
aceros especiales que contienen elementos como el cromo y el molibdeno que poseen afinidad
por el nitrógeno; el aluminio y el vanadio suelen estar presentes. Algunos de estos materiales
tienen una elevada resistencia a la fatiga pura entes de la nitruración, pero su resistencia a la fatiga
con corrosión aumenta mucho de valor al calentarlos en amoniaco anhidro. El efecto se atribuye al
aumento del volumen que acompaña a la formación de los nitruros, que producen un estado de
compresión en las capas superficiales. Este proceso recibe el nombre de “granallado químico”.
La capa de aleaciones de aluminio para evitar la fatiga con corrosión ha sido motivo de mucha
investigación. Coles dice que los “tratamientos y pinturas que dan buena protección contra la
corrosión estática, son igualmente eficaces contra la fatiga con corrosión (H. G. Cole, Primera
Conferencia Internacional sobre Corrosiones Metálicas, Londres, 1962, pag. 642). Sin embargo hay
algunas pruebas de que las capas de metal de sacrificio, incluyendo incluso el forrado, son mucho
menos eficaces contra la fatiga con corrosión bajo ciertas condiciones de carga de fatiga.
Evidentemente es aconsejable suplantar estas capas con un buen programa de pintura”.
Los metales pueden protegerse de la fatiga por corrosión bien por un tratamiento superficial o bien
por la adición de inhibidores en el medio corrosivo. En las siguientes tablas se muestran algunos
resultados experimentales que indican el efecto de diversos tratamientos superficiales para aceros
y metales no férreos. También se puede obtener cierto grado de protección frente a la corrosión
por tratamientos superficiales mecánicos como lo son el laminado superficial, el batido con
perdigones, nitruración. Estos tratamientos ofrecen protección por dos conductos, en primer lugar
evita el acceso del agente corrosivo al metal base, y en segundo lugar, si el recubrimiento es
anódico con respecto al metal base, puede disminuir el ataque electroquímico.
Si la fatiga por corrosión ha de evitarse únicamente impidiendo el acceso del agente corrosivo, el
recubrimiento debe ser completamente continuo y no poroso, pero los recubrir pero los
recubrimientos anódicos pueden dar protección aun cuando sean discontinuos.
Como el ataque corrosivo en ausencia de esfuerzos, tiene lugar a menudo, preferentemente en los
bordes del grano, se ha prestado atención a las trayectorias de las grietas en la fatiga por corrosión.
No obstante son predominantemente transcritalinas, (excepciones: plomo, algunas aleaciones de
aluminio). Es posible que las grietas producidas por la fatiga por corrosión puedan producirse o
iniciarse en los bordes del grano aunque esto no es una necesidad esencial, pues grietas por fatiga
por corrosión se han observado en su totalidad dentro del grano y fallos por fatiga por corrosión se
han encontrado en monocristales.
Se ha establecido que la fatiga por corrosión es un proceso electroquímico. Algunas regiones del
metal son anódicas con respecto a otras como consecuencia de las irregularidades en la superficie
o a las diferencias locales en las accesibilidad del oxígeno. La superficie consta de un número
elevado de células en las que los iones metálicos pasan a la solución en los ánodos. Este tipo de
corrosión es peligrosa por dos razones: la primera, porque los productos de la corrosión se forman
en la solución corrosiva, de forma que no hay posibilidad de que la reacción se suprima, y la
segunda, porque el ataque se confina a las regiones anódicas y este tipo puede ser más severo si el
área anódica es mucho más pequeña que la catódica. El ataque concentrado en algunas regiones,
que es típico de la fatiga por corrosión ofrece una prueba de que el proceso es electroquímico. Se
ha demostrado que la fatiga por corrosión puede retrasarse o evitarse por protección catódica
mediante el contacto con un metal noble y el efecto de los inhibidores es bien conocido.
Evans y Simand sugieren que el efecto acelerador de la corrosión provocada por los esfuerzo
alternantes puede atribuirse a los siguientes cuatro factores (descritos en términos
electroquímicos):
● La distorsión o destrucción de la estructura cristalina del metal, que llega a ser asi menos
estable y más reactivo. Esto produce un cambio del potencial anódico en la dirección del
metal base.
● La rotura de las películas protectoras, provocando una polarización anódica reducida.
● la separación de los productos de corrosión que de otro modo retardaron el ataque,
causando una resistencia reducida del electrolito entre cátodos y ánodos.
● el aumento de la concentración del oxígeno, dando una polarización catódica reducida.
las dos razones principales por las cuales el efecto conjunto de la corrosión y la fatiga son tan
perjudiciales cuanto más actúen ambos por separado son, en primer lugar, que la formación de
películas protectoras, que, generalmente, reducen la velocidad de corrosión en ausencia de
esfuerzo, va seguida de un rotura continua por el esfuerzo debido a la fatiga, y en segundo lugar,
que las concentraciones de esfuerzos introducidos por las picaduras por corrosión disminuyen
considerablemente las resistencia a la fatiga.