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COM
PEN
DIUM
□
Eli Compendio práctico que sistematiza y conecta la doctrina y
jurisprudencia más relevante y actual con los artículos del Código Penal
Tomo I
G aceta Ju r íd ic a S.A.
Av. Angamos O este N° 526, U rb. M iraflores
M iraflores, L ima - P erú
Central T elefónica: (01)710-8900
E-mail: ventas@gacetajuridica.com.pe
www.gacetajuridica.com.pe
Impreso en: Imprenta Editorial El Búho E.I.R.L.
San Alberto N° 201, Surquillo
Lima - Perú
Julio 2019
Publicado: agosto 2019
PRESENTACION
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uno por uno de manera radical de forma tal que si no se cumplen de forma estricta,
la conducta no será punible, esto es, no toda conducta imputada necesariamente
debe concluir en una condena, no, la ley y su sabiduría expresarán en la interpre
tación penal los valores meridianos que permitan establecer las reglas lesivas a
la norma en un contexto social determinado. Es por ello que la jurisprudencia se
encuentra en constante dinám ica y cobra dimensiones importantes, pues tiene en
cada caso la oportunidad de reformular los contenidos, objetivos y finalidades de
lo que significa la lesión jurídica al amparo de la norma, los principios, las garan
tías y las reglas que la Constitución impone y que ciertamente son de obligato
rio cumplimiento.
Es por ello que en la actualidad la jurisprudencia constituye objeto de estu
dio, análisis, reflexiones, tomas de postura, críticas y todo lo que es propio al
camino del desarrollo del Derecho y en concreto al Derecho Penal. Esta actitud
es necesaria, siempre existe la posibilidad o tentación del intérprete de la ley de
ampliar los ámbitos punitivos, en la creencia de que hace justicia o que realiza
labores promocionales de corte político criminal o aunque no se señale expre
samente, muchas veces detrás de una sentencia se encuentra una pura vocación
punitiva, donde todo es delito, una aparente pureza que no se condice con la
sociedad peruana que se ha constituido bajo el modelo de Estado de derecho y
el primer valor es la persona humana en toda su esencia: su dignidad. De ahí la
importancia de que nuestros jueces, los jueces de la ley penal, sean jueces com
prometidos con los valores sustanciales que nuestra Constitución consagra y no
reducir su labor a pequeños y aparentes reconocimientos públicos en desmedro
de la estructura jurídica que representa la ley penal. Cualquier alejamiento de lo
estrictamente consagrado en la ley penal no solo significa una reducción a la nada
de la ley, sino un daño irreversible a la credibilidad y respeto a las bases mismas
de la juridicidad y, por tanto, una afección, en primer lugar, al sistema jurídico
y, seguidamente, al sistema social, a la sociedad peruana, que en su convivencia
requiere precisamente de modelos prestigiosos de Derecho.
12. Estimado lector, el presente texto es fruto de un trabajo llevado ad
lante con entusiasmo, rigor y de forma estricta, dadas las responsabilidades
-por las consecuencias- del Derecho Penal, y por tal razón el esmero de trasla
dar la norma desde su aparición hasta la actualidad y con ello agregar e insertar
los cambios, variantes y nuevas opciones desde el punto de vista de la interpre
tación penal.
Debo agradecer a Alien Martí Flores Zerpa, Natalí Laura Zubia Fernández
y Gabriela Alexandra Aliaga Estrada por haberme acompañado en la reestructu
ración del presente texto. Ellos, jóvenes y distinguidos estudiantes de la Facultad
de Derecho de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, han fortificado el
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EXPOSICION DE MOTIVOS
ANTECEDENTES
Exactamente al año y medio de vigencia del Código Penal y por Ley N° 5168 del
31 de julio de 1925, se designó una comisión compuesta por el senador doctor
Angel Gustavo Cornejo y el diputado doctor Plácido Jiménez con la finalidad de
introducir las modificaciones que fueran necesarias al Código Penal. En 1928 se
dio a publicidad el proyecto.
El Gobierno presidido por el arquitecto Femando Belaúnde Terry, por Decreto
Supremo N° 136-AL del 25 de marzo de 1965, nombró una comisión de juristas
encargada de revisar el Código Penal de 1924. La Corte Suprema, la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos, la Pontificia Universidad Católica del Perú y la
Federación Nacional de Colegios de Abogados del Perú designaron a sus represen
tantes para integrar dicha comisión. El 7 de junio de 1972, la comisión presidida
por el doctor Octavio Torres Malpica e integrada por los doctores Luis Bramont
Arias, Luis Roy Freyre, Raúl Peña Cabrera, Hugo Piaggio y Carlos Espinoza Vi-
llanueva, presentó el anteproyecto destinado a reformar el Código Penal.
Por Resolución Suprema N° 070-81-JUS, del 8 de setiembre de 1981, se constituye
una comisión integrada por juristas como los doctores Luis Roy Freyre, Eduardo
Mimbela de los Santos, Carlos Espinoza Villanueva, Lauro Muñoz Garay, Alfon
so Aguilar Bustillos, Víctor Maúrtua Vásquez, Nicolás de Piérda y Balta y el Co
ronel PIP José Cabrera Márquez, encargada de proponer al Ministerio de Justicia
el anteproyecto de Código Penal. El 3 de agosto de 1983, el Ministro de Justicia,
doctor Armando Buendía Gutiérrez, remitió el Proyecto de Ley del Código Penal al
Senado de la República, el que se publicó en el diario oficial El Peruano del 3 al
5 de setiembre de 1984.
Por Ley N° 23 859 del 5 de julio de 1984 se facultó al Poder Ejecutivo a promulgar
mediante decreto legislativo el Código Penal, constituyéndose una Comisión Re-
visora integrada por los doctores Javier Alva Orlandini, Luis Bramont Arias, Hugo
Denegrí Cornejo, Víctor Alfaro de la Peña, Guillermo Bettochi Ibarra, Oriel Bol-
drini Pomareda, Edmundo Haya de la Torre, Segundo Peña Reyna, Víctor Pérez
Liendo, Juan Portocarrero Hidalgo y Bonifacio Quispe C usí . El trabajo de esta
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E xposición de motivos
Del mismo modo prestaron su valioso concurso los secretarios letrados Ana María
Valencia Catunta, Pablo Rojas Zuloeta, María del Pilar Mayanga Carlos, Javier
López Moreno, Miguel Carbajal Espinoza y Rosa Sandoval de Carranza.
La Ley N° 25305 prorrogó por sesenta días el plazo para la revisión del Proyecto
y la promulgación del Código Penal.
Es dable reconocer que el Código Penal cuya vigencia cesa, constituyó en su épo
ca un paso trascendental con relación a las ciencias penales que le antecedieron.
Sin embargo el paso irreversible del tiempo, con los nuevos avances doctrinales
y la explosiva realidad social del país estremecieron su estructura funcional. El
fenómeno criminal con los índices alarmantes y las nuevas modalidades violentas
de la desviación social presionaban por mejores propuestas de reacción punitiva.
CONTENIDO
Hasta hace poco la tendencia era la de hacer una reforma parcial del Código Pe
nal; pero desde 1979, con la promulgación de la Constitución Política del Estado,
se entendió que había llegado el momento de afrontar la reforma total del ordena
miento jurídico punitivo. Esta empresa debería abocarse no solamente a adaptar el
Código Penal al sistema político dibujado por la Constitución, sino también a las
nuevas realidades de nuestra sociedad y a los avances que presenta en esta hora
la política criminal, la dogmática penal, la criminología y la ciencia penitenciaria.
El Código Penal persigue concretar los postulados de la moderna política crimi
nal, sentando la premisa de que el Derecho Penal es la garantía para la viabilidad
posible en un ordenamiento social y democrático de Derecho.
El Código Penal en su Título Preliminar enarbola un conjunto de principios ga-
rantistas como son: finalidad preventiva y protectora de la persona humana de la
ley penal (art. I); legalidad, según el cual la actividad punitiva del Estado debe te
ner apoyo pleno, claro y completo en la ley (art. II); prohibición de la aplicación
analógica de la ley penal (art. III); principio de la lesividad o puesta en peligro de
bienes jurídicos para la aplicación de las penas (art. IV); garantía jurisdiccional,
las sentencias no pueden ser dictadas más que por juez competente (art. V); ga
rantía de ejecución, exige que la pena se cumpla en el modo previsto por la ley
(art. VI); responsabilidad penal como fundamento de la aplicación de la pena (art.
VII); proporcionalidad de la pena a la responsabilidad por el hecho y de la medida
de seguridad a intereses públicos predominantes (art. VIII); función retributiva,
preventiva, protectora y resocializadora de la pena, y los fines de curación, tutela
y rehabilitación de las medidas de seguridad (art. IX); aplicación de las normas
generales del Código Penal a las leyes especiales (art. X).
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E xposición de motivos
Aplicación espacial
La novedad consiste aquí en aceptar el criterio de la ubicuidad para determinar el
lugar de comisión del delito, pudiendo ser aquel sitio en que se produjo la acción
u omisión o el de la manifestación del resultado (art. 5).
Aplicación temporal
1. En acatamiento del artículo 233 inciso 7) de la Constitución Política, se pres
cribe la aplicación de “lo más favorable al reo en caso de conflicto en el tiem
po de leyes penales” (art. 6). De esta manera el Proyecto sustituye el princi
pio de la unidad de ley aplicable, ya fuese la precedente, la subsecuente, o
la intermedia, según consagra el artículo 7 del Código Penal de 1924, por el
nuevo principio de la combinación, que toma lo más benigno que tenga cada
una de las normas sucesivas.
2. Las leyes penales temporales o pasajeras, denominadas así porque regirán
durante un tiempo predeterminado en su propio texto, se aplican a todos los
hechos delictivos realizados en la época de su vigencia, aunque ya no estuvie
ren en vigor al producirse el juzgamiento, salvo que otra ley prescriba después
lo contrario. La razón de esta nueva norma proyectada está en que, de no ser
así, se cometería el absurdo de anunciar la ineficacia de las leyes temporales
cuando, los delitos que prevé, fueren cometidos ante la inminencia de fini
quitar el tiempo de su vigor (art. 8).
3. En cuanto al momento en el que debe considerarse cometido un delito, el Pro
yecto indica que no es otro que el correspondiente a la acción u omisión, sin
tomar en cuenta el instante en el que se produzca el resultado (art. 9).
Aplicación personal
Fundándose en la igualdad ante la ley, el artículo 10 reconoce prerrogativas en ra
zón de la función o cargo previstas en leyes o tratados internacionales.
HECHO PUNIBLE
Bases de la punibilidad
1. Se subsana un importante vacío legislativo al señalarse los requisitos para
que la comisión por omisión pueda llegar a ser castigada. Teniendo en este
tema como fuentes al Proyecto Alternativo Alemán de 1966 (parágrafo 12) y
el Código Penal de Alemania Occidental de 1975 (parágrafo 13), el Proyecto
de la Comisión Revisora Nacional precisa que el omitente del impedimento
de un hecho punible será sancionado cuando tenga el deber legal o jurídico
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Tentativa
1. A diferencia del Código Penal de 1924, en el que la atenuación de la pena para
la tentativa tiene nada más que una aplicación facultativa, en el actual Proyec
to, la benignidad anotada asume un sentido de obligatoriedad para el juzgador
(art. 16).
2. Como consecuencia de la norma propuesta en el artículo IV del Título Pre
liminar del Proyecto que se motiva, texto que estipula que la imposición de
pena solo acontece ante la lesión o puesta en peligro de un bien jurídico, re
sulta que ahora se ha previsto la impunidad de la tentativa cuando es abso
lutamente inidónea, ya sea por la ineficacia del medio empleado o por la im
propiedad del objeto sobre el que recae la acción (art. 17). Es así como desa
parecerá de nuestro ordenamiento jurídico la punibilidad del delito imposible
(que se sustenta en la peligrosidad del autor), tanto por no existir bien jurídico
alguno dañado o arriesgado, como también por la falta de alarma social.
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E xposición de motivos
a otra persona, esta debe tener estrecha vinculación con el que actúa por nece
sidad. En un segundo párrafo se dice que no procede la exención de respon
sabilidad penal “si al agente pudo exigírsele que aceptase o soportase el peli
gro en atención a las circunstancias, especialmente cuando hubiese causado
el peligro o estuviese obligado por una particular relación jurídica”, fórmula
mucho más explícita que la contenida en el artículo 85 inciso 3 del Código
Penal de 1924 (“[...] si en las circunstancias en que se ha cometido el acto no
podía razonablemente exigirse del autor el sacrificio del bien amenazado”).
3. Aun cuando la fórmula de la obediencia jerárquica del Proyecto (art. 20, inc.
9), es exactamente igual a la del Código Penal vigente (art. 85, inc. 5), cabe
destacar que la Comisión Revisora interpreta, que con las locuciones “orden
obligatoria”, “autoridad competente” y “ejercicios de sus funciones” se alu
de tácitamente, pero de manera suficiente, a que la orden superior no debe
ser manifiestamente ilícita, no siendo necesario, en tal sentido, indicarlo así
expressis verbis.
4. La coincidencia de voluntades, entre el sujeto activo y el sujeto pasivo de un
delito, no tiene penalmente el significativo valor que ostenta el acuerdo ajus
tado por las partes en el área del Derecho Privado. Sin embargo, teniéndose
en consideración que en el campo penal no siempre son públicos los intere
ses ofendidos, el Proyecto de la Comisión Revisora admite, entre otras causas
de exención de responsabilidad penal, el actuar con el consentimiento válido
del titular de un bien jurídico, siempre que este sea de libre disposición (art.
20, inc. 10).
El presente Proyecto, a diferencia del “Código Maúrtua”, prescribe con un ca
rácter facultativo, mas no imperativo, la reducción de la pena por debajo del
mínimo legal señalado para el hecho cometido, cuando el agente tuviere más de
18 años de edad y menos de 21 años de edad al momento de realizar la in
fracción y para las personas mayores de 65 años (art. 22).
Autoría y participación
1. La pena del cómplice secundario, que conforme al Código Penal en vigor es
de atenuación facultativa, en el Proyecto que se motiva resulta de obligatoria
disminución, debiendo imponerse la sanción por debajo del mínimo legal se
ñalado para el delito cometido (art. 21).
2. El texto que establece la responsabilidad penal de las personas físicas que ac
túan en representación de una persona jurídica, (art. 27), ha sido tomado del
artículo 15 bis del Código Penal Español (adicionado por la Ley Orgánica
8/1983), así como también del artículo 31 de la Propuesta del Anteproyecto
del Nuevo Código Penal Español de 1983. Siguiendo, en su mayor parte, el
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Exposición de motivos
Las penas
La Comisión Revisora, a pesar de reconocer la potencia criminógena de la prisión,
considera que la pena privativa de libertad mantiene todavía su actualidad como
respuesta para los delitos que son incuestionablemente graves. De esta premisa se
desprende la urgencia de buscar otras medidas sancionadoras para ser aplicadas a
los delincuentes de poca peligrosidad, o que han cometido hechos delictuosos que
no revisten mayor gravedad. Por otro lado, los elevados gastos que demandan la
construcción y sostenimiento de un centro penitenciario, obligan a imaginar nue
vas formas de sanciones para los infractores que no amenacen significativamente
la paz social y la seguridad colectivas.
Clases de penas
1. El sistema de sanciones del Proyecto resulta positivamente innovador. La Comi
sión Revisora estima haber perfeccionado la pena privativa de libertad al unificarla
(eliminando las penas de intemamiento, penitenciaria, relegación y prisión),
y permitiendo sea sustituida, en los casos expresamente indicados, por otras
formas de sanciones que no importen recortar la libertad ambulatoria. No pue
de negarse la audacia con que el Proyecto ha previsto la aplicación de penas
limitativas de derechos distintas a la privación de la libertad ambulatoria, pero
hay que considerar que la densa población carcelaria, los efectos perniciosos
de la prisión y la escasez de recursos públicos para cubrir las más elementales
necesidades que exige al respecto la condición humana, compelen a indagar
por soluciones que, sin ser perfectas, constituyan al menos un relativo avan
ce en la lucha contra el delito.
2. El Proyecto prevé un elenco de penas marcadamente simple. Las sanciones
son de tres clases: privativa de libertad, restrictiva de libertad, limitativa de
derechos y multa (art. 28).
3. La unificación de la pena privativa de libertad se ha hecho siguiendo una ten
dencia legislativa que tuvo su origen en el Proyecto Alternativo Alemán de
1966 (parágrafo 36). La citada pena se extiende de dos días a 25 años (art.
29).
4. Las penas limitativas de derechos son la de prestación de servicios a la comu
nidad, la limitativa de días libres e inhabilitación (art. 31). Dichas sanciones se
aplican como autónomas, o como sustitutivas de la pena privativa de libertad,
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Aplicación de la pena
1. El Proyecto consagra el importante principio de la coculpabilidad de la so
ciedad en la comisión del delito cuando prescribe que el juzgador deberá te
ner en cuenta, al momento de fundamentar el fallo y determinar la pena, las
carencias sociales que hubieren afectado al agente (art. 48). En esta forma
nuestra colectividad estaría reconociendo que no brinda iguales posibilidades
a todos los individuos para comportarse con adecuación a los intereses ge
nerales, aceptando una responsabilidad parcial en la conducta delictiva, mea
culpa que tiene el efecto de enervar el derecho de castigar que el Estado ejerce
en nombre de la sociedad. La Comisión Revisora conceptúa que la culpabili
dad a la que se alude, disminuye o desaparece en la misma medida en que el
delincuente haya tenido las oportunidades de comportarse según las normas
de convivencia social.
2. Una verdadera innovación es la consistente en la forma en que debe compu
tarse la detención preventiva en los casos de sentencia a pena privativa de
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Exención de pena
Se trata de otro recurso del Proyecto para evitar se ejecute la pena privativa de li
bertad de corta duración.
La exención de pena procede en los casos en que la sanción privativa de libertad
señalada para el delito no sea mayor de 2 años, así como también cuando la pena
es limitativa de derechos o multa, todo a condición de que la responsabilidad del
agente sea mínima (art. 68). La Comisión Revisora advierte que la exención de
pena mantiene resabios de la composición (acuerdo entre las partes), instituto que
cristalizó elementales anhelos de justicia y fue socialmente eficaz en la medida en
que superó la venganza privada.
Rehabilitación
Estando en la línea de la simplificación administrativa, el Proyecto prescribe que
la rehabilitación no necesita trámite alguno, debiendo producirse automáticamente
(art. 69). La rehabilitación tiene el efecto de cancelar las anotaciones o registros
relativos a la condena que se impuso, lo que importa guardar absoluto silencio
respecto a los antecedentes policiales, judiciales y penales (art. 70).
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E xposición de motivos
Consecuencias accesorias
Resaltan, por su importancia y novedad, las distintas medidas aplicables a las
personas jurídicas cuando el delito fuera perpetrado por personas naturales que
actúen en ejercicio de las actividades sociales o utilizando la organización para
favorecer u ocultar las infracciones penales. Entre las medidas enumeradas en el
proyecto destacamos las siguientes: clausura de la empresa, disolución de la socie
dad, asociación o fundación, y suspensión o prohibición de actividades (art. 105).
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Exposición de motivos
1. En este orden de ideas, dentro del Título de los Delitos contra la Vida, el Cuerpo
y la Salud, se suprime el término “intencionalmente” en el delito de homicidio,
considerado en el Código anterior para hacer realmente el aspecto subjetivo; se
hace mención expresa al ascendiente o descendiente adoptivo y al concubino
como sujetos pasivos en el delito de parricidio; se incluye al homicidio piado
so como delito consistente en matar a un enfermo incurable quien le solicita al
autor, de manera expresa y consciente, que le quite la vida para poner fin a sus
intolerables dolores. También dentro del mismo título, el Código Penal prevé
como delitos el aborto sentimental (o ético) y el eugenésico. De esta manera, se
protege el derecho a la vida del ser en formación, amparado constitucionalmente
(art. 2, inc. 1), pues al que está por nacer se le considera nacido para todo
cuando le favorece.
2. La consideración del delito de genocidio en el Código Penal plasma lo previsto
por la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de
1948, aprobada en el Perú en 1959, cumpliendo con lo dispuesto con la Consti
tución Política que prohíbe la discriminación por razón de sexo, raza, religión,
opinión o idioma. En este delito se ataca al ser humano global e internacional-
mente; de ahí la especial importancia para el Derecho Internacional. Se ataca
al sujeto en cuanto persona y se le trata de destruir en todas las dimensiones,
legándole por medio de exterminio, su existencia, posición, desarrollo e his
toria. Todos sus bienes personalísimos son afectados.
3. Dentro de un solo Título se incluyen los diversos Delitos contra la Libertad
Individual, entre ellos los delitos de violación de la intimidad. La protección
del derecho a la intimidad tiene reconocimiento de carácter universal desde
que la propia Declaración Universal de los Derechos Humanos afirma que
“nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su domicilio
o su correspondencia, ni ataques a su honra ni a su reputación”. Se sancionan,
asimismo, los delitos de violación de la libertad de expresión, que es un bien
jurídico que tiene protección constitucional.
4. Los delitos de violación de la libertad de trabajo constituyen la materialización
de la protección constitucional de los derechos laborales en el Código Penal.
Nuestra ley fundamental establece que en toda relación laboral se prohíbe
cualquier condición que impida el ejercicio de los derechos constitucionales
de los trabajadores o que desconozca o rebaje su dignidad y que nadie puede
ser obligado a prestar trabajo personal sin su libre consentimiento y sin la de
bida retribución (art. 42). En este capítulo se reprimen, entre otras conductas,
los atentados contra la libertad de sindicalización; el compeler al trabajador a
laborar sin la debida retribución o sin las condiciones de seguridad e higiene
industriales; el obligar a otro a celebrar contrato de trabajo a adquirir mate
rias primas o productos industriales o agrícolas; la retención indebida de las
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Reincidencia y habitualidad
Resulta imperativo connotar las razones principales por las que la Comisión Revi-
sora decidió proscribir del Proyecto de Código Penal, los institutos penales de la
reincidencia y la habitualidad. Hoy no resulta válido, en verdad, conservar en
nuestro ordenamiento jurídico estas formas aberrantes de castigar que susten
tan su severidad en el modo de vida de un individuo (derecho penal de autor). La
Comisión Revisora estima que carece de lógica, humanidad y sentido jurídico,
el incremento sustantivo de la pena correspondiente a un nuevo delito, vía la re
incidencia o habitualidad, sin otro fundamento que la existencia de una o varias
condenas precedentes, por lo demás, debidamente ejecutadas. Dentro de este razo
namiento, castigar a una persona tomando en cuenta sus delitos anteriores, cuyas
consecuencias penales ya ha satisfecho, conlleva una violación del principio non
bis in idem (nadie puede ser juzgado dos veces por un mismo delito), el mismo
que se encuentra consagrado en el artículo 233 inciso 11 de la Carta Política. La
experiencia ha demostrado que la drasticidad de las penas impuestas en nombre
de la reincidencia y habitualidad no han servido para atemorizar, de conformidad
con criterios de prevención general, todo lo cual ha llevado a la Comisión Revi
sora a no incluir en el documento proyectado este rezago de los viejos tiempos del
derecho de castigar y que el positivismo peligrosista auspició con el fin de reco
mendar la aplicación de medidas eliminatorias y de segregación social.
31
MIEMBROS DE LA COMISIÓN REVISORA
DEL CÓDIGO PENAL
Dr. L uis G A Z Z O L O M IA N I
Representante del Senado de la República
Dr. G ilberto C A B A N IL L A S B A R R A N T E S
Representante de la Cámara de Diputados
Dr. E duardo L Ó P E Z H IE R E S E
Representante de la Cámara de Diputados
Dr. José B A F F IG O T O R R E
Representante de la Cámara de Diputados
Dr. Pedro M É N D E Z JU R A D O
Representante del Ministerio Público
Dr. Juan PO R T O C A R R E R O H ID A L G O
Representante del Ministerio de Justicia
Dr. L uis B R A M O N T A R IA S
Representante del Colegio de Abogados de Lima
Dr. L uis L Ó P E Z P É R E Z
Representante de la Federación Nacional de Colegios de Abogados del Perú
CÓDIGO PENAL
(Decreto Legislativo N° 635)
Promulgado el 3 de abril de 1991
Publicado el 8 de abril de 1991
Vigente a partir del 24 de abril de 1991
TÍTULO PRELIMINAR
PRINCIPIOS GENERALES
TITULO PRELIMINAR
PRINCIPIOS GENERALES
N ormas concordantes
C: arts. 1, 2, 3, 159 ines. 1), 2), 3); 162; CP: art. 11; C EP : arts. II, III, X ; CC: arts. 1, 3,
2046; C N A : arts. II, IV; L O M P : arts. 1, 9, 10, 11; D U D H : arts. 1, 2; C A D H : arts. 1, 4, 5, 6
DOCTRINA
Sumario: Fines del Derecho Penal / Función del Derecho Penal / El Derecho Penal como medio
de control social.
_I)_ O
_O_HI_ F ines del D erecho Penal: ALCACER GUIRAO, R. (1997). Fines d el D ere
cho Penal. Buenos Aires: Ad-Hoc, p. 258. “El fin preventivo del Derecho Penal -además
del fin garantístico de protección del ciudadano frente a la violencia estatal- radica pri
mordialmente en la protección de bienes jurídicos y solo secundariamente en la protec
ción de la vigencia de la norma [...] Así el fin de aseguramiento de expectativas operaría
como un fin en sí mismo, si bien de segundo orden, pero también como un medio -dado
su fomento de respeto de las normas- para la consecución del fin prioritario de la protec
ción de bienes jurídicos”.
_I)_ 0002
_ _ _ F u n ción d el D erecho Penal: GARCIA PABLOS, A. (2005). Introducción al
D erecho P enal. 3a edición. Madrid: Universitaria Ramón Areces, p. 205. “La función
específica del Derecho Penal -la que legitima su existencia- es proteger los bienes jurí
dicos fundamentales mediante la creación de un marco general de garantías y seguridad
jurídica. El Derecho Penal minimiza, así, la violencia a través de su intervención forma
lizada y garantista. La pena se legitima porque supone un mal menor (en cuanto reacción
menos aflictiva, menos arbitraria y más controlable) en comparación con otras reacciones
no jurídicas y que cualquier otra alternativa basada en la anarquía punitiva [...].
Por ello, tal vez pueda darse como óptima la fórmula sugerida por FERRAJOLI: un Dere
cho Penal mínimo que asegure la máxima reducción cuantitativa de la intervención penal,
la más amplia extensión de sus vínculos y límites garantistas y la rígida exclusión de otros
métodos de intervención coercitiva”.
39
A rt. I T ítulo preliminar
I) (1(103 E l D erech o P en al com o m edio de con trol social: MIR PUIG, S. (2002).
________
Derecho Penal. Parte general. 6a edición. Barcelona: Reppertor, §1/1, pp. 47-48. “El
Derecho Penal constituye uno de los medios de control social existentes en las sociedades
actuales. Como todo medio de control social, este tiende a evitar determinados comporta
mientos sociales que se reputan indeseables, acudiendo para ello a la amenaza de imposi
ción de distintas sanciones para el caso de que dichas conductas se realicen; pero el Dere
cho Penal se caracteriza por prever las sanciones en principio más graves -las penas y las
medidas de seguridad-, como forma de evitar los comportamientos que juzga especial
mente peligrosos —los delitos-”.
Á ! JURISPRUDENCIA
Sumario: CORTE SUPREMA: Objeto de protección del Derecho Penal / El Derecho Penal como
medio de control social / Fin del Derecho Penal vs. responsabilidad penal / Fin del
Derecho Penal y garantía de responsabilidad penal del condenado.
CO RTE SUPREMA
J 0001 O bjeto de p rotección d el D erecho P en a l: “El Derecho Penal tiene encomen
dado la protección de bienes jurídicos, ya que en toda norma jurídico-penal subyacen jui
cios de valor positivos sobre bienes vitales imprescindibles para la convivencia humana
en sociedad; que son por lo mismo merecedores de protección penal a través del poder
coactivo o punitivo del Estado, representado por la pena pública y de ese modo lograr
la paz social en la comunidad” (Ejecutoria Suprema del 18/05/2004, R. N. N° 111-2004-
San Martín. En: CASTILLO ALVA, J. L. (2006). Jurisprudencia penal. Sentencias de la
Corte Suprema de Justicia de la República. Tomo III. Grijley, Lima, p. 71).
J 0002 E l D erech o P e n a l com o m edio de c o n tro l social: “El Derecho Penal constituye
un medio de control social que sanciona aquellos comportamientos que lesionan o ponen
en peligro los bienes jurídicos tutelados por la ley en aras de lograr la paz social, pro
pósito que se persigue a través del proceso penal” (Ejecutoria Suprema del 15/06/2000,
Exp. N° 820-2000-Tacna. En: URQUIZO OLAECHEA, J. (Asesor), CASTILLO ALVA,
J. L. (Director) y SALAZAR SÁNCHEZ, N. (Coordinador) (2005). Jurisprudencia penal.
Jurista Editores, Lima,p. 67).
J 0003 F in d el D erech o P e n a l vs. respon sabilidad p en a l: “Teniendo a buen recaudo,
que si bien el Derecho Penal tiene como propósito principal la sanción de las conductas
humanas típicas, antijurídicas y culpables, la prevención de los delitos como medio protec
tor de la persona humana y de la propia sociedad, el juzgador al aplicar la norma sustan
tiva debe arribar al total convencimiento de haber encontrado certeza legal en la responsa
bilidad penal del procesado” (Ejecutoria Suprema del 12/05/1998, Exp. N° 5737-97-Lima.
En: CARO CORIA, D. (2002). Código Penal. Gaceta Jurídica, Lima,p. 88).
40
P rincipio de legalidad A rt. II
N ormas concordantes
C: arts. 2 inc. 24) lit. d); 103, 139 inc. 10); 140; CP: arts. 2, 3, 6, 9; CEP: art. I; CPP2004:
arts. VI, 65; C de PP: art. 77 inc. 6; CNA: art. 200; LOPJ: arts. 1, 6; DUDH: art. 11 inc.
2); CADH: art. 9; PIDCP: art. 15 inc. 1)
DOCTRINA
41
A rt. II T ítulo preliminar
entraña esta Magna Charta del ciudadano (lex praevia, lex certa, lex scripta, lex stripta)
trazan el marco de actuación de aquél sus contornos y fronteras [...].
El principio de legalidad significa y proclama el imperium de la ley, la total supremacía de
la ley, el necesario sometimiento de todos -del ciudadano, de las instituciones del Estado-
a la Ley. Pero una interpretación correcta del alcance genuino del nullum crimen fiel a
los orígenes históricos de este principio y a la trascendencia política del mismo, obliga a
entenderlo en el marco de una determinada concepción del origen de la sociedad civil y
del Estado, de la legitimación del poder y de su ejercicio, esto es, de la doctrina del con
trato social, de la soberanía popular y de la división de poderes. Fuera de tal contexto,
se incurrirá en una lectura formalista inadmisible, que desvirtuaría el significado político
del nullum crimen. [...] La ley representa la voluntad popular, y, en consecuencia, solo
el poder legislativo está legitimado para limitar las libertades individuales (autolimitar),
definiendo los delitos y las penas que el pueblo soberano consienta”.
JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0005 P rin cipio de legalidad com o derech o su bjetivo constitucional: “F. J. 2. El prin
cipio de legalidad penal se encuentra consagrado en el artículo 2, inciso 24, literal ‘d’ de
la Constitución Política del Perú, según el cual: ‘Nadie será procesado ni condenado por
acto u omisión que al tiempo de cometerse no esté previamente calificado en la ley, de
manera expresa e inequívoca, como infracción punible, ni sancionado con pena no pre
vista en la ley’. En la STC N° 0010-2002-AI/TC, este Tribunal sostuvo que el principio
de legalidad exige que por ley se establezcan los delitos así como la delimitación pre
via y clara de las conductas prohibidas. Como tal, garantiza la prohibición de la apli
cación retroactiva de la ley penal ( lex praevia ), la prohibición de la aplicación de otro
derecho que no sea el escrito (lex scripta), la prohibición de la analogía (lex stricta) y de
42
P rincipio de legalidad A rt. II
cláusulas legales indeterminadas ( lex certa). F. J. 3. Este Tribunal considera que el prin
cipio de legalidad penal se configura también como un derecho subjetivo constitucional
de todos los ciudadanos. Como principio constitucional, informa y limita los márgenes de
actuación de los que dispone el Poder Legislativo al momento de determinar cuáles son
las conductas prohibidas, así como sus respectivas sanciones. En tanto que, en su dimen
sión de derecho subjetivo constitucional, garantiza a toda persona sometida a un proceso
o procedimiento sancionatorio que lo prohibido se encuentre previsto en una norma pre
via, estricta y escrita, y también que la sanción se encuentre contemplada previamente en
una norma jurídica. F. J. 4. Por tanto, resulta igualmente claro que la dimensión subjetiva
del derecho a la legalidad penal no puede estar al margen del ámbito de los derechos pro
tegidos por la justicia constitucional, frente a supuestos como la creación judicial de de
litos o faltas y sus correspondientes supuestos de agravación o, incluso, la aplicación de
determinados tipos penales a supuestos no contemplados en ellos. El derecho a la legali
dad penal vincula también a los jueces penales y su eventual violación posibilita obvia
mente su reparación mediante este tipo de procesos de tutela de las libertades fundamen
tales” (STCExp. N° 08377-2005-PHC/TC-Ayacucho, caso: Fredy Miguel Rodríguez, del
14/11/2005, ff.jj. 2, 3 y 4).
J 0006 Control constitucional sobre una resolución judicial por afectación del prin
cipio de legalidad: “[Ejxcepcionalmente quepa efectuar un control constitucional sobre
una resolución judicial por afectación del principio de legalidad penal y, en concreto, en
aquellos casos en los que, al aplicar un tipo penal o imponer una sanción, el Juez penal
se aparte del tenor literal del precepto o cuando la aplicación de un determinado pre
cepto obedezca a pautas interpretativas manifiestamente extravagantes o irrazonables,
incompatibles con el ordenamiento constitucional y su sistema material de valores. En
consecuencia, en la justicia ordinaria se establece la culpabilidad o inocencia del impu
tado, determinando en el caso si se da el supuesto de hecho previsto en la norma y sobre
la base de consideraciones de orden penal, de acuerdo con la alternativa que ofrezca la
dogmática penal que se estime la más adecuada. En la justicia constitucional, en cambio,
se determina si la resolución judicial cuestionada afecta los derechos constitucionales”
(STC Exp. N° 08646-2005-PHC/TC-Arequipa, caso: Jhonny Fernando Narrea Ramos,
del 24/11/2005, f j. 7).
ACUERDO PLENARIO
43
A rt. II T ítulo preliminar
CO R TE S U P R E M A
J 0009 Presupuestos fácticos del principio de legalidad: “La garantía especial especí
fica del principio de legalidad, en materia sancionadora, impide que se pueda atribuir la
comisión de una falta si esta no está previamente determinada por ley, y también prohíbe
que se pueda aplicar una sanción si esta no está también determinada por ley. El principio
de legalidad impone tres exigencias concurrentes: la existencia de una ley (lex scripta),
que la ley sea anterior al hecho sancionado ( lex previa), y que la ley describa un supuesto
de hecho estrictamente determinado ( lex certa). Entonces el principio de legalidad penal
se configura como un principio, pero también como un derecho subjetivo constitucional
de todos los ciudadanos, ya que protege el derecho de no ser sancionado por supuestos no
previstos en forma clara e inequívoca en una norma jurídica” (R. N. N° 11-2007-La Liber
tad, del 14/02/2012, f. j. 3, Sala Penal Permanente).
J 0010 Nullum crimen sine lege previa: “La garantía de lex previa se manifiesta en
la prohibición retroactiva de la ley penal, esto es, para que una conducta pueda sancio
narse como delictiva, la misma debe estar prevista como delito con anterioridad a su
44
P rincipio de legalidad A rt. II
realización; en tal sentido, la ley penal creadora de delitos solo tiene efectos ex nunc
(desde el momento en que se crea hacia el futuro: por regla general hasta que sea dero
gada), pero no ex tune (retrotrayendo sus efectos a acciones anteriores) [...] garantizando
al ciudadano que una acción no sancionada como delito al momento de su comisión no
podrá ser sancionadas como delictiva con posterioridad a esta. Con dicha garantía se res
tringe también la aplicación de consecuencias jurídicas que no hayan estado previstas con
anterioridad a la comisión del delito y que agraven la situación jurídica del imputado. La
referida prohibición presenta su excepción, en materia penal, cuando favorece al reo, evi
tando el castigo o la agravación de una conducta que la sociedad ha decidido dejar sin
reproche o atenuar el mismo” (R. N. N° 456-2012-Del Santa, del 13/05/2014, f j. 2.3.2.1,
Sala Penal Permanente).
§
A rt. III T ítulo preliminar
N ormas concordantes
C: art. 139 irte. 9); CPP 2004: art. V II inc. 3; CC: art. I V
DOCTRINA
46
P rohibición de la analogía (i n m a la m partem ) A rt. III
amplían la punibilidad más allá de los tipos de la Parte Especial, es decir en la tentativa,
coautoría y participación”.
Elüs jurisprudencia
T R IB U N A L C O N ST IT U C IO N A L
J 0013 Inaplicabilidad de la ley penal por analogía: “F. J. 70. Un primer aspecto a
dilucidar es la adecuación al principio lex certa de las ‘cláusulas de extensión analógica’.
Para ello debe distinguirse dos supuestos diferentes: i) los casos de integración norma
tiva, en los que, frente a un vacío normativo, el juzgador, utilizando la analogía con otras
normas similares, crea una norma jurídica; y, ii) aquellos casos de interpretación jurí
dica en los que existe una norma, cuyo sentido literal posible regula el caso concreto,
y el juzgador se limita a delimitar su alcance a través de un razonamiento analógico.
F. J. 71. La analogía como integración normativa está proscrita en el Derecho Penal por
mandato constitucional (art. 139, inc. 9, Constitución). En cambio, sí se reconoce la legi
timidad del razonamiento analógico en la interpretación [...] Las cláusulas de interpreta
ción analógica no vulneran el principio de lex certa cuando el legislador establece supues
tos ejemplificativos que puedan servir de parámetros a los que el intérprete debe referir
47
A rt. III T ítulo preliminar
otros supuestos análogos, pero no expresos. [...] Este es precisamente el caso de las cláu
sulas sub examine, por lo que no atenían contra el principio de lex certa” (STC Exp.
N° 010-2002-AI/TC-Lima, caso: Marcelino Tineo Silva y más de 5000 ciudadanos, del
03/01/2003, ff.jj. 70 y 71).
CORTE SUPREMA
48
P rincipio de ofensividad A rt. IV
Principio de ofensividad
L a pena, necesariam ente, precisa de la lesión o puesta en peligro de bienes jurídicos
tutelados p or la ley.
N ormas concordantes
C: art. 2 inc. 24) lits. h), d); CP: art. V III
DOCTRINA
Sumario: Principio de ofensividad / Teoría del delito y principio de lesividad / Principio de lesi-
vidad. Principio de fragmentariedad / Principio de subsidiariedad.
49
A rt.I Y T ítulo preliminar
que tengan una importancia fundamental. Es decir, implica que no pueden ser amparados
por el Derecho Penal intereses meramente morales -esto es, solamente morales, lo que no
impide que los bienes jurídico-penales puedan ser, como de hecho lo son los más impor
tantes, también bienes morales, pero exige que tengan algo más que los haga merecedo
res de protección jurídico-penal-”.
I) 0014 P rin cip io de lesividad. P rin cip io de fragm entariedad: ROXIN, C. (1997).
Derecho Penal. Parte general. Traducción de la 2a edición alemana y notas por Diego
Manuel Luzón Peña, M. Díaz y García Conlledo y Javier de Vicente Remesal. Madrid:
Civitas, §2/12, pp. 56-57. “Las meras inmoralidades no lesionan bienes jurídicos. Así por
ejemplo, la punición de relaciones homosexuales u otras consideradas inmorales, mante
nidas entre adultos, solo restringe la libertad del individuo, pero además no solo es super-
flua, sino incluso nociva para la capacidad funcional del sistema social, por crear conflic
tos sociales innecesarios al estigmatizar a personas socialmente integradas”.
■Illa JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0017 P rin cipio de lesividad y C onstitución: “El Derecho Penal es la rama del ordena
miento jurídico que regula el iuspuniendi, monopolio del Estado, y que, por tal razón, por
antonomasia, es capaz de limitar o restringir en mayor o menor medida, el derecho funda
mental a la libertad personal. De ahí que, desde una prospectiva constitucional, el estable
cimiento de una conducta como antijurídica, es decir, aquella cuya comisión pueda dar
50
P rincipio de ofensividad A rt. IV
A C U ER D O PLU N A R IO
J 0019 B ien ju ríd ic o p e n a l (definición): “El bien jurídico queda establecido dentro de
la norma jurídica, de manera que a cada norma le corresponde un bien jurídico. Este es
creado por el Derecho que elige los objetos que, en opinión del legislador, merece pro
tección; así, bien jurídico será todo lo que, aún no constituye derecho, es valorado por el
legislador como condición para que la vida comunitaria se desarrolle normalmente. Por
lo que es interés de la comunidad conservarlo íntegro protegiéndolo mediante normas
jurídicas. El objeto del legislador no es la defensa del interés jurídico individual sino el
mantenimiento de las condiciones complejas para que la paz social no sea perturbada y
los individuos puedan desarrollarse normalmente y ejercer sus derechos en libertad [...]
Todo bien jurídico debe partir de los principios fundamentales basados en la Constitución
a través de los cuales se les marcan sus límites de potestad punitiva del Estado, califi
cando a los bienes jurídicos como aquellas circunstancias dadas o finalidades que son úti
les para el individuo y su libre desarrollo en el marco de un sistema social global estruc
turado sobre la base de esa concepción de los fines o para el funcionamiento del propio
sistema [...] El Derecho Penal no puede intervenir en todos los conflictos sociales, sino
que se limita a la protección de los valores fundamentales del orden social, estos valores
son los denominados bienes jurídicos -interés jurídicamente tutelado-. Un Derecho Penal
democrático solo debe proteger aquellos bienes jurídicos que se valoran como absoluta
mente indispensable para la permanencia y el desarrollo de la coexistencia pacífica [...]
por ende, no existen bienes jurídicos que fluctúan libremente sin estar asignados aun titu
lar, sino solo aquellos de cuya titularidad goza un individuo o un colectivo [...] de ahí que
el artículo IV del Título Preliminar del CP ha establecido que la imposición de pena nece
sariamente requiere la lesión o puesta en peligro de bienes jurídicos tutelados por la ley;
entiéndase bienes jurídicos relativos al tipo penal correspondiente (expresión del carácter
51
A rt.I V T ítulo preliminar
estricto del tipo penal), para no extender los alcances del Derecho Penal fuera de los lí
mites de lo racional. Si bien la fuente principal del Derecho Penal es la ley, su aplica
ción es insuficiente a partir de una mena interpretación literal de la misma, ya que en la
actualidad la interpretación teleológica es el más importante criterio de interpretación, lo
cual evidentemente se efectúa con el apoyo de la jurisprudencia, la costumbre, principios
generales del Derecho, la doctrina, entre otras fuentes. Lo anterior va de la mano con la
concepción de bien jurídico, pues esta constituye la base de la estructura e interpretación
de los tipos, siendo núcleo central y directriz en la formación del tipo, constituyendo así
mismo el motivo y el límite del Derecho Penal [...] El bien jurídico tutelado en los tipos
penales constituye su esencia; no es de libre generación o determinación, menos aún judi
cial, y desde que no existe en el Estado Democrático de Derecho un solo tipo penal que no
afecte o ponga en riesgo algún bien jurídico de relevancia tal que merezca protección bajo
amenaza de sanción como delito, se ha de concluir que forma parte del carácter estricto
relativo a la tipología penal” (Acuerdo Plenario N° 01-2012/CJU-116 sobre “Reconduc
ción del delito de abuso sexual no consentido p o r adolescentes mayores de 14 y menores
de 18 años de edad, al artículo 170 del Código Penal", del 26/03/2012, f j. 1 0 ,1Pleno
Jurisdiccional Extraordinario de las Salas Penales Permanente y Transitoria).
CORTE SUPREMA
:J 0020 P rin cipio de lesividad (definición): “F. J . 7. El principio de lesividad, por el cual
‘la pena necesariamente, precisa de la lesión o puesta en peligro de bienes jurídicos tutelado
por ley’, sin embargo, no cualquier lesión o puesta en peligro tiene aptitud para activar el
sistema penal, sino solo aquellos comportamientos sumamente reprochables y no pasibles
de estabilización mediante otro medio de control menos estricto; en ese sentido, para la
materialización de un delito se requiere que el sujeto activo haya cometido un hecho lo
suficientemente grave como para ser objeto de represión penal y no un simple desliz dis
ciplinario. F. J . 8. En un plano estrictamente dogmático, lo acabado de mencionar tiene su
correlato en la teoría de la imputación objetiva, en virtud de cuyos fundamentos se tiene la
configuración de la tipicidad atraviesa un filtro de valoración por la cual alcanzan el nivel
de una conducta típica solo aquellos comportamientos que expresen el significado de una
relevancia social, o que produzcan una ‘perturbación social’ en sentido objetivo [...] de lo
contrario la intervención del Derecho Penal plasmada en la imputación jurídico-penal no
refiej aria las expectativas normativas de la sociedadpor una genuinaprotección penal” (R. N.
N° 3763-23011-Huancavelica, del 29/01/2013, ff. jj. 7y 8, Sala Penal Permanente).
J 0021 B ien ju ríd ic o p e n a l (definición): “Desde una perspectiva general, el bien jurí
dico se instituye como fundamento y límite del derecho punitivo del Estado, lo primero,
por cuanto se dirige a proteger los derechos individuales y colectivos requeridos para
una convivencia pacífica, es decir, los bienes jurídicos deben ser instituidos y pondera
dos desde un contexto político social; y como límite, en cuanto restringe al legislador
a sancionar solo los comportamientos que verdaderamente la potencialidad de dañar o
poner en riesgo los bienes jurídicos protegidos por la norma, en tanto que al juez, en cada
caso concreto le corresponde verificar si la conducta efectivamente lesionó o colocó en
peligro el bien jurídico” (R. N. N° A.V.23-2001-09, del 18/07/2011, f. j. 22, Sala Penal
Transitoria).
52
P rincipio de ofensividad A rt. IV
J 0022 Necesidad de determinación del sujeto pasivo en virtud del principio de lesivi-
dad: “El artículo IV del Título Preliminar del Código Penal establece el principio de lesi-
vidad, en virtud del cual en la comisión de un delito tiene que determinarse, según corres
ponda la naturaleza del mismo, al sujeto pasivo que haya sufrido la lesión o puesta en
peligro del bien jurídico tutelado por la norma penal, de allí que el sujeto pasivo siem
pre es un elemento integrante del tipo penal en su aspecto objetivo; que por tanto, al no
encontrarse identificado trae como consecuencia la atipicidad parcial o relativa de la con
ducta delictiva; que, en consecuencia, para la configuración del tipo penal del delito de
hurto agravado es imprescindible individualizar al sujeto pasivo, titular del bien o bienes
muebles afectados” (R. N. N° 2529-99-Huánuco, del 05/08/1999, Sala Penal).
53
A rt. IV T ítulo preliminar
con medios menos lesivos y graves que los penales, no es preciso y no debe utilizarse, e incluso
aunque haya que proteger bienesjurídicos, donde sean suficientes los medios del Derecho Civil,
del Derecho Público o incluso medios extrajurídicos, ha de retraerse el Derecho Penal, pues su
intervención -con la dureza que sus medios implican sería innecesaria y, por tanto, injustifica
ble] y al carácter fragmentario del mismo [el llamado carácter fragmentario del Derecho Penal
sostiene que no se trata de proteger todos los bienes jurídicos ni penar todas la conductas lesivas
a los mismos, sino sólo los ataques más graves a los bienes jurídicos más importantes, los cua
les constituyen el límite formal del iuspuniendi]” (R. N. N°3756-2009-Piura, del 12/10/2010,
f. j. 4, Sala Penal Permanente).
J 0028 Principio de fragmentariedad del Derecho Penal: “El Derecho Penal tiene
como principio rector que es fragmentario y de última ratio y ello implica, que solo se
van a sancionar las conductas que realmente lesionan bienes jurídicos tutelados” (R. N.
N° 3400-2005-Amazonas, del 12/12/2006, f. j. 2, Segunda Sala Penal Transitoria).
54
P rincipio de jurisdiccionalidad de las penas A rt. V
J 0029 Interdepen den cia d e l prin cipio de lesividad con otros p rin cip io s: “El Dere
cho Penal constituye un medio de control social que sanciona aquellos comportamien
tos que lesionan o ponen en peligro los bienes jurídicos tutelados por la ley en aras de
lograr la paz social, propósito que se persigue a través del proceso penal, correspondién
dole al juzgador determinar la aplicación de las sanciones que hubiere lugar, bajo el prin
cipio constitucional, que la inocencia se presume, la responsabilidad se prueba” (Ejecu
toria Suprema del 15/06/2000, R. N. N° 820-2000-Tacna. En: URQUIZO OLAECHEA,
J. (Asesor); CASTILLO ALVA, J. L. (Director) y SALAZAR SÁNCHEZ, N. (Coordinador)
(2005). Jurisprudencia penal. Jurista Editores, Lima, p. 67).
N ormas concordantes
C: arts. 2 inc. 24) lit. d); 138, 139 ines. 1), 3), 10); 140, 173; CP: art. 28; C de P P : arts. 11,
16, 19, 23, 26; C P P 2 0 0 4 : arts. V, VI, 80; C E P : art. I; L O P J : arts. 1, 6; D U D H : arts. 5, 9,
10; C A D H : art. 7 ines. 5), 6)
DOCTRINA
55
A rt. y T ítulo preliminar
derecho al juez legal o a que dicha sentencia sea dictada por el juez competente o prede
terminado por la ley”.
JURISPRUDENCIA
T R IB U N A L C O N S T IT U C IO N A L
J 0030 In depen den cia de la fu n c ió n ju risd ic c io n a l (dim ensiones): “En este sentido el
principio de independencia de la función jurisdiccional tiene dos dimensiones: a) Inde
pendencia extema. Según esta dimensión, la autoridad judicial, en el desarrollo de la fun
ción jurisdiccional, no puede sujetarse a ningún interés que provenga de fuera de la orga
nización judicial en conjunto [...]. Las decisiones de la autoridad judicial, ya sea que
esta se desempeñe en la especialidad constitucional, civil, penal, penal militar, laboral,
entre otras, no pueden depender de la voluntad de otros poderes públicos (Poder Ejecu
tivo o Poder Legislativo, por ejemplo), partidos políticos, medios de comunicación o par
ticulares en general, sino tan solo de la Constitución y de la ley que sea acorde con esta
[...]. b) Independencia intema. De acuerdo con esta dimensión, la independencia judi
cial implica, entre otros aspectos, que, dentro de la organización judicial: 1) la autori
dad judicial, en el ejercicio de la función jurisdiccional, no puede sujetarse a la voluntad
de otros órganos judiciales, salvo que medie un medio impugnatorio; y, 2) que la autori
dad judicial, en el desempeño de la función jurisdiccional, no pueda sujetarse a los inte
reses de órganos administrativos de gobierno que existan dentro de la organización judi
cial. En cuanto al primero de los puntos mencionados, cabe mencionar que el principio
de independencia judicial prohíbe que los órganos jurisdiccionales superiores obliguen
a los órganos de instancias inferiores a decidir de una determinada manera, si es que no
existe un medio impugnatorio que de mérito a tal pronunciamiento. De este modo, siem
pre que medie un medio impugnatorio las instancias superiores podrán corregir a las infe
riores respecto de cuestiones de hecho o de derecho sometidas a su conocimiento, según
sea el caso. En cuanto al segundo punto, el principio de independencia judicial implica,
56
P rincipio de jurisdiccionalidad de las penas art. y
CORTE SUPREMA
J 0031 Juez natural como garantía procesal: “Que, ahora bien, el segundo párrafo del
numeral tres del artículo ciento treinta y nueve de la Constitución, consagra entre otras
garantías procesales la del juez legal -denominado por un sector de la doctrina ‘juez natu
ral’- , bajo el enunciado ‘ninguna persona puede ser desviada de la jurisdicción prede
terminada por la ley que la predeterminación legal del juez no es otro que el juez
territorial, objetiva y funcionalmente competente, de modo tal que las normas sobre com
petencia se erigen en un auténtico presupuesto procesal, aun cuando es de rigor aclarar
que no necesariamente, por ejemplo, el incumplimiento de las reglas sobre competencia
territorial vulneran esta garantía, salvo -desde luego- que infrinjan la independencia judi
cial o el derecho al debido proceso y/o entrañen la sustracción indebida o injustificada al
órgano judicial al que la ley le atribuye el conocimiento de un caso, manipulando el texto
de las reglas de atribución de competencia con manifiesta arbitrariedad” (R. N. N° 2448-
2005-Lima, del 12/09/2005, f. j. 6, Sala Penal Permanente).
J 0032 Nulidad de la condena dictada por un juez distinto al natural: “Al haberse dic
tado contra el recurrente una sentencia condenatoria en el fuero privativo militar, resulta
imperioso la anulación de todo el proceso y su consiguiente condena, por cuanto el jui
cio se realizó quebrantando el derecho al juez natural, pese a su condición de civil; siendo
imprescindible el despliegue del conjunto de actos necesarios para que su situación jurí
dica se resuelva bajo las garantías que contienen el debido proceso en la jurisdicción
penal ordinaria (R. N. N° 798-2004-Lima, del 05/08/2004,/. j. 2, Sala Penal Permanente).
J 0033 Facultades del juez de garantías: “En el vigente Estado Constitucional de Dere
cho los jueces de la Corte Suprema desempeñan el rol de jueces de garantías de los dere
chos de los ciudadanos, de tal manera que, contando de una parte con el respaldo legal
de lo dispuesto en el artículo trescientos uno del Código de Procedimientos Penales, que
faculta a esta suprema instancia a absolver al condenado cuando no considere fundada
la sentencia condenatoria, de otra parte en aplicación del aforismo iura novit curia, el
juez tiene el poder-deber de identificar el derecho comprometido en la causa, aun cuando
no se encuentre expresamente invocada por las partes [...], estando legitimado a absol
ver inclusive a quien se acogió a la conformidad procesal cuando, luego de una revi
sión integral del expediente y de las pruebas obrantes en el mismo, existen fundadas
razones basadas en los principios del Derecho Penal para absolver al acusado (R. N.
N° 3763-2011-Huancavelica, del 29/01/2013, f. j. 4, Sala Penal Permanente).
57
A rt. V I Título preliminar
además el colegiado para imponer pena por debajo del mínimo legal tiene el deber de fun
damentar, si se trata de algún elemento negativo imperfecto del delito o de orden proce
sal, en cuyo caso también tiene la obligación de indicar el dispositivo legal que justifica
la atenuación de la punición que señala” (Exp. N° 3462-97-Lambayeque, del 15/09/1997,
Sala Penal).
N ormas concordantes
C: arts. 2 inc. 24) lit. d); 139 ines. 21), 22); C P: art. 28; C P P 2004: arts. V, VI, 6 inc. 1 lit.
e, 2 8 inc. 5 lit. a, 475, 488, 489, 491, 540, 544-A , 565 inc. 2, 566; C E P : arts. II, III, 2; C N A :
art. 191; L O P J : art. 20; D U D H : art. 5; C A D H : art. 5 inc. 2)
DOCTRINA
_I)_ lili
_ _IV
_ In stru m en tos ju ríd icos de sujeción: LANDECHO, C. y MOLINA, C.
(1996). Derecho Penal español. Parte general. Madrid: Tecnos, p. 118. “No hay ejecu
ción de una pena sin la ley ( milla executio sine legé). No pueden variarse las circunstan
cias de la ejecución de la pena señaladas en las leyes y reglamentos correspondientes”.
I) 11(1211 In stitu cion es a las que com pete su aplicación: RE VILLA LLAZA, P. (2004).
“Principio de legalidad en la ejecución de la pena”. En: Código Penal comentado. Tomo
I. Lima: Gaceta Jurídica, pp. 176-177. “No obstante la brevedad de los términos utiliza
dos, ‘la intervención judicial’ a que se refiere el precepto debe entenderse como que, en
todo caso, la legalidad de la ejecución o el cumplimiento de la ejecución legal de una
pena, por la afectación de derechos fundamentales que implica, debe ser controlada o
supervisada por el órgano jurisdiccional competente (juez penal, Sala Penal, etc., pero
58
P rincipio de garantía de ejecución A rt. V I
JURISPRUDENCIA
■ í
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0036 Legalidad del cumplimiento de penas: “Este Tribunal debe precisar que el cum
plimiento sucesivo de penas no corresponde, propiamente, a una simple acumulación
material o suma de penas, sino que tiene su justificación en la observancia de legalidad
en el cumplimiento de las penas a que se refiere el artículo VI del Título Preliminar del
Código Penal, al establecer que: ‘No puede ejecutarse pena alguna en otra forma que la
prescrita por la ley [...]. En todo caso, la ejecución de la pena será intervenida judicial
mente’, tal como prevé el artículo 52 del Código de Ejecución Penal, aplicable al caso de
autos” (STC Exp. N° 06233-2007-PHC/TC-Huaura, caso: Faustino Teófilo Mejía Vilca-
rino, del 18/12/2007, f. j. 5).
ACUERDO PLENARIO
CORTE SUPREMA
J 0038 Inejecución jurídica de una pena (fundamento): “En el caso de autos, se tiene
que al acusado [...], se le ha condenado a un año de pena privativa de la libertad, al habér
sele encontrado responsable de los delitos contra la Administración Pública -ej ercicio ile
gal de la profesión y desacato-; que, indebidamente la Sala Penal Superior, ha impuesto
59
A rt. V II T ítulo preliminar
N ormas concordantes
C: art. 2 inc. 24) lit. e); C P: arts. 12, 13, 14, 16; C P P 200 4 : arts. II, 341 inc. 6, 349 inc 1
lit. e, 372 inc. 5, 398, 399, 400, 4 4 7 inc. 5; D U D H : arts. 1, 11 inc. 1); C A D H : art. 5 inc. 3)
DOCTRINA
60
P rincipio de responsabilidad penal A rt. V II
D 0023 Elementos estructurales del dolo: ROXIN, C. (1997). D erecho Penal. P arte
general. Traducción de la 2a edición alemana y notas por Diego Manuel Luzón Peña, M.
Díaz y García Conlledo, y Javier de Vicente Remesal. Madrid: Civitas, §10/58, p. 306.
“Por dolo típico se entiende, según la usual forma abreviada, el conocimiento (saber) y
voluntad (querer) de los elementos del tipo objetivo. Por tanto, quien sustrae una cosa
ajena que contunde con la suya propia, actúa sin saber en referencia al elemento ‘ajena’
contenido en el tipo objetivo del tipo de hurto, o sea que le falta el dolo [...], por lo que no
puede ser castigado por hurto”.
■III. JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0040 P rin cipio de cu lpabilidad (fundam ento constitucional): “El principio de res
ponsabilidad personal y la proscripción de responsabilidad por hecho ajeno constituyen
una manifestación del principio de culpabilidad, que a su vez es uno de los pilares sobre
los que descansa el Derecho Penal. Este principio, si bien no goza de reconocimiento
constitucional expreso, puede ser derivado del principio de proporcionalidad de las penas
y de legalidad penal [...]. Así, el principio de culpabilidad brinda la justificación de la
imposición de penas cuando la realización de delitos sea reprochable a quien los come
tió [...], de este modo queda proscrita la responsabilidad objetiva. Al respecto, en el pre
sente caso se alega que se le imputa a los favorecidos el delito por la sola vinculación
familiar y no en atención a una concreta conducta propia” (STC Exp. N ° 03245-2010-P H /
TC-Lima, caso: Jesús B elisario E steces O stolaza y Santos Orlando Sánchez Paredes, del
13/10/2010, f. j . 28).
61
A rt. V II T ítulo preliminar
62
P rincipio de responsabilidad penal A rt. V II
ACUERDO PLENARIO
63
A rt. V II T ítulo preliminar
J 0045 Responsabilidad penal del imputado como fundamento de toda sentencia con
denatoria: “Toda sentencia condenatoria debe fundarse en suficientes elementos proba
torios que acrediten de manera indubitable la responsabilidad del imputado en la comi
sión de los hechos investigados; en ese sentido, a mérito de las pmebas actuadas durante
el proceso, tal como fueron expuestas y analizadas en la resolución materia de vista, han
quedado plenamente acreditadas la comisión del delito y la responsabilidad penal de la
acusada” (R. N. N° 14-2004-Huánuco, del 17/05/2004, f. j. 1, Sala Penal Permanente).
64
P rohibición de exceso A rt. V IH
elemento que no concurre respecto del procesado; de otro lado, en autos no se ha demos
trado el nexo causal entre los supuestos hechos y el antes citado apoderado” (Ejecutoria Su
prema del 16/04/2002, R. N. N° 4340-2001-Huánuco. En: PÉREZ ARROYO, M. (2006).
La evolución de la jurisprudencia penal en el Peni. Tomo I. Instituto Peruano de Crimino
logía y Ciencias Penales. Iuris Consulti - San Marcos, Lima, p. 262).
C O R TES SU PE R IO R E S
TEXTO ORIGINAL:
Artículo VIIL- La pena no puede sobrepasar la responsabilidad por el hecho. La
medida de seguridad solo puede ser ordenadapor interesespúblicos predominantes.
65
A rt. VIII T ítulo preliminar
N ormas concordantes
C: art. 2 inc. 24) lit. d); C P: art. 46; C d e P P : art. 285; C P P 2 0 0 4 : arts. VI; C A D H : art. 4
DOCTRINA
66
P rohibición de exceso A rt. V IH
67
A rt. V III T ítulo preliminar
gHlg JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
68
P rohibición de exceso Art . VIII
A C U E R D O P L E N A R IO
E JE C U T O R IA SU P R E M A V IN C U L A N T E
69
A rt. V IH T ítulo preliminar
CORTE SUPREMA
70
P rohibición de exceso A rt. V IH
J 0060 Proporcionalidad entre la pena impuesta y la gravedad del delito: “Las exi
gencias que plantea la determinación de la pena no se agotan en el principio de culpa
bilidad, ya que no solo es preciso que se pueda culpar al autor del hecho que es objeto
de represión penal; sino que, además, la gravedad de esta debe ser proporcional a la del
delito cometido; ello, a su vez, implica el reconocimiento de que la gravedad de la pena
debe estar determinada por la trascendencia social de los hechos que con ella se repri
men, de allí que resulta imprescindible la valoración de la nocividad social del ataque al
bien jurídico, de la revisión del proceso se advierte que la pena impuesta al encausado,
por el superior Colegiado, no resulta ser proporcional con la gravedad del delito come
tido, siendo del caso modificársele la misma” (Sala Penal, R. N. N° 3588-99-La Libertad.
En: CHOCANO RODRÍGUEZ, R. y VALLADOLID ZETA, V. (2002). Jurisprudencia
penal. Jurista, Lima, p. 66).
71
A rt. V III Título preliminar
72
F ines de la pena y medidas de seguridad A rt. IX
N ormas concordantes
C: art. 1 3 9 ines. 21), 22); C EP : arts. II, IV, VI, 3; C P P 2 0 0 4 ; arts. 399, 492; C N A : art. 191;
D U D H : art. 5; C A D H ; art. 5 ines. 2), 6); P ID C P : art. 1 ines. 1), 3)
DOCTRINA
Sumario: Concepto de pena / Fines de la pena / Gravedad de la pena / Fines de la pena y de las
medidas de seguridad / Fines de las medidas de seguridad.
I) 0(130 Fines de la pena: ROXIN, C. (1997). Derecho Penal. Parte general. Tra
ducción de la 2a edición alemana y notas por Diego Manuel Luzón Peña, M. Díaz y
García Conlledo y Javier de Vicente Remesal. Madrid: Civitas, 7/64, p. 168. “El fin de
la pena solo puede ser de tipo preventivo. Puesto que las normas penales están justifica
das cuando tienden a la protección de la libertad individual y a un orden social que está a
su servicio [...]. De ello resulta además que la prevención especial y la prevención gene
ral deben figurar conjuntamente como fines de la pena. Puesto que los hechos delictivos
deben ser evitados tanto a través de la influencia sobre el particular como sobre la colec
tividad, ambos medios se subordinan al fin último al que se extienden y son igualmente
legítimos”.
I) 1)031 Gravedad de la pena: LUZÓN PEÑA, M. (2016). Derecho Penal. Parte gene
ral. 3a edición. Montevideo: B de F, p. 93. “La gravedad de la pena ha de ser proporcio
nal a la gravedad del hecho antijurídico, a la gravedad del injusto. Aquí cuenta funda
mentalmente la gravedad intrínseca del hecho, por el grado de desvalor del resultado y
de la acción —importancia y número de bienes afectados, entidad del daño, peligrosidad
de la acción y desvalor de la intención-, pero también puede influir, aunque secundaria
mente y sin excesos, la gravedad “extrínseca” del hecho, esto es, el peligro de frecuen
cia de su comisión y consiguiente alarma social, que también cabe incluir en el desvalor
objetivo de la acción. Si un hecho es poco grave, no se puede castigar igual que otro más
73
A rt . IX T ítulo preliminar
grave. Ello es evidente en una concepción ecléctica de la pena que, entre sus ñnes, junto
con la prevención, admita la realización de la exigencia de justicia, más frecuente y tra
dicionalmente denominada retribución. Pero también ha de ser así para una concepción
puramente preventiva de la pena -aunque no se acepte la concepción justicial o retribu
tiva-, porque no es necesario su castigo para la prevención general, pero sobre todo por
que así lo requiere la eficacia e idoneidad preventivo-general de las penas, ya que, si se
castigaran igual los hechos poco graves que los graves, no habría mayor intimidación e
inhibiciones para cometer delitos graves, cuya frecuencia podría aumentar, y además se
producirá una gravísima confusión en los esquemas valorativos de los ciudadanos y la
sociedad; en suma, la proporcionalidad es necesaria para un adecuado funcionamiento de
la prevención general”.
74
F ines de la pena y medidas de seguridad A rt . IX
JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0065 Rehabilitación del penado: “Sobre este último supuesto no cabe duda que el
cumplimiento de la pena comporta, a la vez, la rehabilitación de la persona, sin más
trámite, y la restitución de sus derechos suspendidos y/o restringidos. En ese sentido,
teniendo en cuenta los fines de la pena y del régimen penitenciario, al margen que el juez
penal de ejecución de la pena pueda de oficio declarar la rehabilitación del penado, esta
opera de manera automática a favor del penado, esto es, sin más trámite que el puro y
simple cumplimiento de la pena, no siendo necesario la presentación de una solicitud, y
mucho menos, la existencia de un pronunciamiento judicial” (STC Exp. N ° 04629-2009-
PH C/TC-Cusco, caso: Jorge Choque García, del 17/08/2010, f. j. 8).
75
A rt. IX T ítulo preliminar
J 0067 Prevención del delito como medio protección del bien jurídico: “F. J. 13. No
obstante ello y en paralelo a la función de prevención especial positiva, se encuentra
la función preventiva de penas y medidas de seguridad garantizados en el artículo IX
del mismo Título Preliminar, precepto que debe interpretarse sistemáticamente de modo
indispensable con el artículo I; en tal sentido llegaremos al convencimiento que ambas
funciones, las de prevención y protección; y las de resocialización se encuentran regula
das, en el primer artículo al enunciar que la legislación penal tiene por objeto la preven
ción de delitos y faltas como medio protector de la persona humana y la sociedad. Inter
pretación que le asigna a la pena las funciones de prevención, protección y resocialización
que emanan de la misión y sentido de la legislación penal lo que no es otra cosa que la
prevención del delito como medio de protección de bienes jurídicos. F. J. 14. Así los fines
preventivos de la pena plantean un Derecho Penal vinculado a la evitación de delitos y
faltas como tarea primaria de la legislación punitiva, en tanto que los fines de protección
asignados se relacionan con la tutela de bienes jurídicos, sean personales o colectivas”
(STC Exp. N° 803-2003-HC/TC-Arequipa, caso: Pedro Felipe Cuba Ramírez o Salvador
Mamani Quispe, del 30/11/2004, ff. jj. 13 y 14).
76
F ines de la pena y medidas de seguridad A rt. IX
penas, en especial la privativa de libertad, por estar orientadas a evitar la comisión del
delito, operan como garantía institucional de las libertades y la convivencia armónica a
favor del bienestar general. Dicha finalidad la logran mediante distintos mecanismos que
deben ser evaluados en conjunto y de manera ponderada. En primer lugar, en el plano abs
tracto, con la tipificación de la conducta delictiva y de la respectiva pena, se amenaza con
infringir un mal si se incurre en la conducta antijurídica (prevención general en su ver
tiente negativa). En segundo término, desde la perspectiva de su imposición, se renueva
la confianza de la ciudadanía en el orden constitucional, al convertir una mera esperanza
en la absoluta certeza de que uno de los deberes primordiales el Estado, consistente en
‘[...] Proteger a la población de las amenazas contra su seguridad; y promover el bienestar
general que se fundamenta en la justicia [...]’ (artículo 44 de la Constitución), se materia
liza con la sanción del delito (prevención especial en su vertiente positiva); con la con
secuente vigencia efectiva del derecho fundamental a la seguridad personal en su dimen
sión objetiva (inciso 24 del artículo 2 de la Constitución). Asimismo, la grave limitación
de la libertad personal que supone la pena privativa de libertad, y su quantum específico,
son el primer efecto reeducador en el delincuente, quien internaliza la seriedad de su con
ducta delictiva, e inicia su proceso de desmotivación hacia la reincidencia (prevención
especial de efecto inmediato). Finalmente, en el plano de la ejecución de la pena, esta
debe orientarse a la plena rehabilitación y reincorporación del penado a la sociedad (pre
vención especial de efecto mediato, prevista expresamente en el inciso 22 del artículo
139 de la Constitución). F. J. 41. Es preciso destacar, sin embargo, que ninguna de las
finalidades preventivas de la pena podría justificar que exceda la medida de la culpabili
dad en el agente, la cual es determinada por el juez penal a la luz de la personalidad del
autor y del mayor o menor daño causado con su acción a los bienes de relevancia cons
titucional protegidos. F. J. 42. Pero a su vez, ninguna medida legislativa podría, en un
afán por favorecer ‘a toda costa’ la libertad personal, anular el factor preventivo como
finalidad de la pena a imponerse. En tales circunstancias, lejos de ponderar debidamente
los distintos bienes protegidos por el orden constitucional, se estaría quebrando el equi
librio social que toda comunidad reclama como proyección de la Constitución material.
Es más, ninguna medida tendiente a resocialización del imputado (prevención especial),
podría anular el efecto preventivo general, sobre todo en sus vertientes positiva [...]. En
consecuencia, toda ley dictada como parte de la política criminal del Estado será inconsti
tucional si establece medidas que resulten contrarias a los derechos fundamentales de las
personas, procesadas o condenadas. Pero también lo será si no preserva los fines que cum
ple la pena dentro de un Estado social y democrático de Derecho” (STC Exp. N° 0019-
2005-PI/TC-Lima, caso: Más del 25 % del número legal de congresistas. Demanda de
inconstitucionalidad contra el artículo único de la Ley N° 28562 que modifica el artículo
47 del Código Penal, del 21/07/2005, ff. jj. 40, 41 y 42).
A C U E R D O PLENA RIO
J 0069 L o s beneficios pen iten ciarios: “En el presente caso, si bien a futuro puede con
figurarse una regulación normativa distinta entre la población penitenciaria -los penados,
específicamente- respecto del goce de los beneficios penitenciarios, legislación que, por
lo demás, ha evolucionado en el transcurso del tiempo; el establecimiento de esa diferen
ciación jurídica persigue no solo una finalidad legítima, en orden al régimen y tratamiento
77
A rt. IX T ítulo preliminar
CORTE SUPREMA
J 0070 Materialización de la función preventiva, retributiva y resocializadora de la
pena: “Mucho se ha escrito respecto a cuales son las finalidades de la pena privativa de
la libertad, no obstante, la dura letra de la norma que nuestro legislador ha escrito en el
artículo antes citado [...]. Dicha construcción dogmática, sostiene que la pena cumple su
fin preventivo que importa la protección de bienes jurídicos al momento en que el legis
lador da la norma penal que tiene por finalidad intimidar a quienes pensaron cometer un
delito; en un segundo momento, cuando se impone la sanción penal cumpliría su función
retributiva que además al proteger bienes jurídicos fundamentales que al ser vulnerados
fundamentan una sanción aflictiva contra su agresor; y finalmente un tercer momento,
durante la ejecución de la pena, en la cual el establecimiento penitenciario debe buscar
la rehabilitación del delincuente” (R. N. N° 1302-2014-Lima Sur, del 16/09/2014, f. j. 4,
Sala Penal Permanente).
J 0071 Fines de la pena: “F. J. 2.2.1. Previo a emitirse juicio al respecto, se debe preci
sar que nuestro ordenamiento jurídico penal señala en su artículo IX del Título Preliminar,
que la pena tiene función preventiva, protectora y resocializadora. En ese sentido, nues
tro Código se inscribe en la línea de una teoría unificadora preventiva, pues la pena sirve
a los fines de prevención especial y general; así también lo ha precisado la sentencia del
Tribunal Constitucional recaída en el expediente número cero cero diecinueve guión dos
mil cinco guión PI/TC, del veintiuno de julio de dos mil cinco: Tas teorías preventivas,
tanto a especial como la general, gozan de protección constitucional directa, en tanto y en
cuanto, según se verá, sus objetivos resultan acordes con el principio-derecho de digni
dad, y con la doble dimensión de los derechos fundamentales; siendo, por consiguiente, el
mejor medio de represión del delito, el cual ha sido reconocido por el constituyente como
un mal generado contra bienes que resultan particularmente transcendentes para garanti
zar las mínimas condiciones de una convivencia armónica en una sociedad democrática’.
F. J. 2.2.2. En ese contexto, las exigencias que determinan la dosificación de la pena no
se agotan en las referidas directrices, sino que además debe tenerse en cuenta el princi
pio de proporcionalidad contemplado en el artículo VIII del Título Preliminar del Código
Penal, límite al ius puniendi, que procura la correspondencia entre el injusto cometido y
la pena a imponerse, y que estas en rigor deben cumplir los fines que persigue la pena
preventiva, protectora y resocializadora, confirme lo prevé el numero sexto del articulo
cinco de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, el mismo que ha sido reco
gido en el numeral veintiuno y veintidós del artículo ciento treinta y nueve de la Constitu
ción Política del Estado, y en el artículo IX del Título Preliminar del Código Penal” (R. N.
N° 1741-2015-Apurímac, de 15/06/2016, fifi. jj. 2.2.1 y 2.2.2, Sala Penal Permanente).
78
F ines de la pena y medidas de seguridad A rt.I X
J 0072 Fines de la pena: “Que lo relatado precedentemente, por obvias razones, influye
en la determinación judicial de la pena, en tanto teniendo en cuenta el principio de la pre
vención especial de la pena, así como los fines de la misma, esto es, preventivo, protec
tor y resocializador, estos no concilian con una pena de carácter efectiva. En suma se
advierte una concurrencia plural diversa e intensa de atenuantes privilegiadas: confesión
sincera, responsabilidad restringida, escasa lesividad; a lo que se debe agregar la natura
leza y modalidad del hecho cometido y que con el tiempo transcurrido se formó y con
solidó una familia con la agraviada, que una intervención penal desproporcionada puede
perjudicarla, todo lo cual permite estimar con elevada probabilidad que para conseguir los
fines que persigue el Derecho Penal a través del ius puniendi -que se concentra en impe
dir que se cometa un nuevo delito- basta con la aplicación de una pena privativa de liber
tar suspendida, bajo determinadas reglas de conducta; la pena privativa de libertad efec
tiva, en circunstancias como estas, resulta desproporcionada” (R. N. N° 3300-2014-Lima,
de 21/10/2015, f. j. 7, Sala Penal Transitoria).
J 0073 Fin preventivo de la pena: “En cuanto al agravio del Ministerio Público consis
tente en que se debe imponer quince años de pena privativa de libertad, postulada en su
acusación escrita, es de señalar que el fin preventivo de la pena presenta dos orientaciones
para su cumplimiento: general (mediata) y especial (inmediata) siendo la primera aque
lla que intimida a la colectividad con la finalidad de que no cometan delitos y se plasma
en la conminación legal [pena abstracta para cada delito]; mientras que la segunda influye
directamente en el agente, buscando su reeducación, rehabilitación y reincorporación en
la sociedad, cuya actuación se produce en el momento de la determinación judicial de
la pena; por ello al momento de establecer la pena prevalece su fin preventivo espe
cial, para lo cual exige tomar en consideración los diversos criterios que establecen los
artículos cuarenta y cinco y cuarenta y seis del Código Penal” (R. N. N° 197-2015-Lima,
del 09/07/2015, f. j. 12, Sala Penal Permanente).
J 0075 Fin resocializador de la pena vs. pena de cadena perpetua: “Si bien la pena
establecida para el delito es la de cadena perpetua, el juzgador ha de tener en cuenta, para
aplicar la pena, la finalidad resocializadora de esta según la legislación nacional e inter
nacional referida a los derechos humanos, así como el principio de proporcionalidad.
Habiéndose acreditado la responsabilidad del inculpado, procede establecerse un trata
miento terapéutico, adicional a la pena, para facilitar su readaptación el cual requiere de
79
A rt.I X T ítulo preliminar
C O R T E S SU P E R IO R E S
J 0078 Fines de la pena (artículo IX del CP vs. fines de la teoría de la pena): “Es
importante señalar que las teorías de la pena son puntos de vista que intentan explicar
racionalmente la existencia del Derecho Penal, que permite que unos ciudadanos (los jue
ces) en nombre de la sociedad, causen a sus semejantes el daño o mal que supone el sufri
miento de la pena, teniendo dicha teoría como función la sistematización y racionaliza
ción de la pena. Ahora bien, existen varias teorías que tratan este tema, a saber, las tesis
absolutas, las preventivas y las de la unión, siendo esta últimas las que desarrollan un
punto de vista intermedio, procurando articular las ideas de culpabilidad y de prevención
para el logro de una pena que resulte, a un mismo tiempo, justa y útil. Estas inciden fun
damentalmente de manera práctica en el tema de los criterios que se deben tener en cuenta
para llevar a cabo la individualización de la pena, es decir, para determinar dentro del
marco legal, la pena concreta que debe imponerse al autor de un determinado delito. Esta
teoría de la unión, a su vez adopta dos versiones diferentes, según se dé primacía a las exi
gencias de la justicia o de la prevención en caso de conflicto entre ambas, a saber, la teoría
de la unión aditiva, caracterizada porque da prioridad a las exigencias de la justicia sobre
las de prevención, y la otra, la teoría de la unión dialéctica, que por el contrario da priori
dad a las exigencias de la prevención sobre las de la justicia. Nos adscribimos ahora a la
teoría de la unión aditiva, por lo cual partiremos de considerar que, en el marco de la pena
legalmente establecida, el juez ha de buscar, en primer lugar, un nuevo marco: el de la
pena justa, esto es la pena adecuada a la gravedad de la culpabilidad del autor o adecuada
al mal uso de su libertad. Dentro de ese marco, en segundo término el juez podrá moverse
80
Sujeción de las leyes penales especiales A rt. X
libremente atendiendo a las exigencias de la prevención y elegir la pena útil para ese autor
concreto. El principio de culpabilidad juega así una función de garantía como fundamento
de la pena ya que la única pena lícita sería aquella que resulta adecuada a la gravedad
de la culpabilidad del autor” (Exp. N° 019-2002-SPE/CSJL. En: BARANDIARÁN DEM-
PWOLF, R. y NOLASCO VALENZUELA, J. (2006). Jurisprudencia penal generada en
el subsistema anticorrupción. Tomo II. Palestra, Lima, pp. 848-849).
N ormas concordantes
CP: art. 440; C C: art. IX ; L O P J : arts. 4, 10, 24
DOCTRINA
Sumario: Aplicación obligatoria de los principios que consagra el Código Penal a otros ámbitos
del sistema punitivo.
81
A rt. X T ítulo preliminar
y que han sido definidas por la doctrina como aquellas que estableciendo penas para un
hecho, no se hallan incorporadas al Código Penal común”.
1) 003N A p licación obligatoria de los p rin cip ios que consagra el C ódigo Penal a
otros ám bitos del sistem a punitivo: PEÑA CABRERA, R. (1999). Tratado de Dere
cho Penal. Estudio programático de la parte general. 3a edición, Lima: Grijley, p. 110.
“La aplicación extensiva del Título Preliminar se refiere a las leyes penales especiales a
expedirse, recomendando que se sujeten a los principios generales de la Parte General
del Código Penal, pues esta es la fuente emanada y auspiciosa del desarrollo de las ins
tituciones penales. El carácter de norma rectora hace inviable toda pugna contra el con
tenido específico del artículo X del Título Preliminar. Es tal la trascendencia de la inclu
sión de este Título Preliminar que los principios en él incorporados deben extenderse,
siempre que no se opongan a lo dispuesto allí, a las leyes que regulan meras transgresio
nes administrativas de competencia de órganos administrativos en cuanto son expresión
de la potestad sancionadora del Estado [...], y ello es ineludible si se quiere salvaguardar
la seguridad jurídica”.
¡g| JURISPRUDENCIA
Sumario: CORTES SUPERIORES: Supletoriedad vinculante de las garantías del Título Preliminar
del CP.
CORTES SUPERIORES
J 0079 S u p leto ried a d vin cu lan te de las g aran tías del Título P relim in a r d e l CP: “Para
efectos de la graduación de la pena, es menester precisar la función preventiva, protec
tora y resocializadora de la pena, y en virtud del principio de proporcionalidad y racio
nalidad de la pena, esta prima respecto de las disposiciones contenidas en leyes espe
ciales, conforme a lo dispuesto en los numerales VII, IX y X del Título Preliminar del
Código Penal [...]. Se debe ser coherente con la finalidad teleológica ya que la pena sirve
para la reinserción social del acusado que es en definitiva lo que se pretende, ello acorde
con lo dispuesto en el artículo 139, inciso 22 de la Constitución Política del Estado que
establece que el régimen penitenciario tiene por objeto la reeducación, rehabilitación y
reincorporación del penado a la sociedad” (Exp. N° 232-2000-Cono Norte de Lima, del
09/08/2000,/. j. 8, Segunda Sala Penal de Reos en Cárcel de la Corte Superior del Cono
Norte de Lima).
82
LIBRO PRIMERO
PARTE GENERAL
TÍTULO I
DE LA LEY PENAL
C A P ÍT U L O I
A P L IC A C IÓ N E SP A C IA L
DOCTRINA
Sumario: Contenido y carácter vinculante del principio de territorialidad / Definición del princi
pio de territorialidad / Fundamento del principio territorialidad / Principio del pabellón.
Alcances.
85
A rt. 1 L ibro primero / Parte general
de la realización de un hecho delictivo, pues no solo hay que saber hasta dónde llega el
territorio, sino cuándo el delito se comete dentro del territorio”.
JURISPRUDENCIA
CORTE SUPREM A
J 0080 A lcan ces d e l principio de territorialidad: “F. J. 15. [...]. Por el principio de terri
torialidad los tribunales del lugar del crimen ejercen jurisdicción, en efecto, este princi
pio corresponde a la fórmula latina del forum delicti commissi, es decir, el tribunal com
petente es aquel del país donde el crimen se ha cometido; en tal sentido, se ha afirmado
que el locus delicti es una base de jurisdicción indiscutible, la primera de ellas, la pre
ferente y recomendable: los delitos pueden y deben ser juzgados allí donde se cometen,
más aún cuando los responsables y las víctimas son nacionales y residentes en el territorio
[...] Que, sin embargo, debe anotarse también que dicho principio no resulta ser en modo
alguno absoluto en el Derecho Internacional, así lo precisó la Corte Permanente de Justicia
86
A plicación espacial A rt. 1
J 0081 E xtradición de procesados p o r delitos com etidos en territorio d el Perú: “En vir
tud del principio de territorialidad, el Estado peruano tiene jurisdicción para conocer y pro
nunciarse enjuicio sobre el proceso materia de extradición, pues el hecho punible se realizó
en territorio peruano, a lo que se agrega que el ‘extraditurus’ no ha sido juzgado definiti
vamente ni se ha hecho merecedor a un beneficio de amnistía o indulto, la acción penal no
ha prescrito, el proceso penal incoado, de modo alguno, resulta una persecución política o
conexa, y el juzgamiento de las causas se realizará ante los tribunales ordinarios nacionales
y con arreglo al debido proceso, según las disposiciones regulares de la ley procesal penal.
(Extradición Activa N° 27-2013-Lima, caso: extradición dirigida a las autoridades judicia
les del Reino de España respecto del ciudadano Eli Héctor Bustos Vigil, f. j. 3).
87
A rt. 2 L ibro primero / Parte general
J U R IS P R U D E N C IA E X T R A N J E R A
----------------- § -------------------
(2) A rtículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 del D ecreto Legislativo N° 982
del 22/07/2007.
88
A plicación espacial A rt. 2
TEXTO ORIGINAL:
Artículo 2.- La Ley Penal peruana se aplica a todo delito cometido en el extranjero,
cuando:
1. E l agente es funcionario o servidor público en desempeño de su cargo;
2. Atenta contra la seguridad o la tranquilidadpúblicas, siempre que produzca sus
efectos en el territorio de la República;
3. Agravia al Estado y la defensa nacional; a los Poderes del Estado y el orden
constitucional o al orden monetario;
4. Es perpetrado contra peruano o por peruano y el delito está previsto como sus
ceptible de extradición según la Ley peruana, siempre que sea punible también
en el Estado en que se cometió y el agente ingyesa de cualquier manera al terri
torio de la República; y,
5. E l Perú está obligado a reprimir conforme a tratados internacionales.
DOCTRINA
Sumario: Ámbito de aplicación del principio real o de defensa / Principio de personalidad activa
y pasiva / Principio de personalidad (artículo 2, incisos 1 y 4 del CP) / Principio real
o de defensa (artículo 2, incisos 2 y 3 del CP).
89
A rt. 2 L ibro primero / Parte general
I) 0046 P rin cip io real o de defensa (artículo 2, incisos 2 y 3 del CP): BUS
TOS RAMÍREZ, J. (2004). Derecho Penal. Parte general. Tomo I. Lima: Ara,
p. 605. “Principio real o de defensa o de protección: Conforme a este principio se aplica
la ley del Estado respecto de todos los hechos dirigidos contra sus intereses, sin conside
ración a nacionalidad y el lugar donde hayan sido realizados”.
1> 11047 P rin cip io real o de defensa (artículo 2, in cisos 2 y 3 del CP): CEREZO
MIR, J. (1996). Curso de Derecho Penal español Parte general. Tomo I. Madrid: Tecnos,
p. 204. “El principio real, de defensa o de protección de intereses permite al Estado casti
gar los delitos cometidos en el extranjero, con independencia de que su autor sea nacio
nal o extranjero, cuando lesionen sus intereses. Este principio suele introducirse en las
legislaciones, como complementario del de territorialidad, para castigar únicamente los
delitos cometidos en el extranjero que lesionen intereses del Estado que se consideren
esenciales”.
.M, JURISPRUDENCIA
90
A plicación espacial A rt. 3
T R IB U N A L C O N ST IT U C IO N A L
CORTE SUPREM A
J 0084 D o ble incrim inación: “Los mencionados hechos también se encuentran sancio
nados en nuestro ordenamiento legal; que, habiéndose cumplido con los requisitos estable
cidos en la ley, de conformidad con el Tratado de Extradición suscrito entre la República
del Perú y los Estados Unidos de Norteamérica, en aplicación del principio de reciprocidad
declarado por ambas naciones, dictaminaron que se declare procedente la extradición” (Eje
cutoria Suprema del 29/03/1997, Exp. N° 02-97-Lima. En: CHOCANO, R. y VALLADO-
LID, V. (2002). Jurisprudencia Penal. Jurista, Lima.p. 283).
DOCTRINA
91
A rt. 3 L ibro primero / Parte general
I) 005» E xtradición. Concepto: MIR PUIG, S. (2002). Derecho Penal. Parte general.
6a edición. Barcelona: Reppertor, §1/12 y 13, p. 64. “[...] Es este un tema que afecta al Dere
cho Internacional Público, puesto que se refiere a relaciones entre Estados. Aquí añadiremos
únicamente que la extradición es la única forma legal de poner a un sujeto que se halla en
el extranjero a disposición de los tribunales españoles contra su voluntad -no caben vías de
hecho-, y que a su vez las normas reguladoras de la extradición fijan determinados límites”.
glüi JURISPRUDENCIA
92
Aplicación espacial A rt. 3
T R IB U N A L C O N S T IT U C IO N A L
J 0087 F ines de la extradición: “La extradición [...] es un instituto jurídico que via
biliza la remisión de un individuo por parte de un Estado, a los órganos jurisdiccionales
competentes de otro, a efectos que sea enjuiciado o cumpla con una condena señalada.
Los Estados recurren a tales procedimientos en el caso de que un imputado se sustraiga de
la acción de la justicia, ocultándose en un país distinto del suyo. El sustraerse de la acción
de la justicia constituye, evidentemente, una conducta obstruccionista del proceso, tanto
más si ello implica salir del territorio del país, obligando así a las autoridades judicia
les a recurrir al procedimiento de extradición. Dicha conducta debe ser tomada en cuenta
al momento de determinar el plazo razonable del proceso y de la detención” (STC Exp.
N° 1257-2005-PHC/TC-Lima, caso: Enrique José Benavides Morales, del 13/04/2005, f. j. 1).
93
A rt. 4 L ibro primero / Parte general
CORTE SU PR EM A
94
Aplicación espacial A rt. 4
DOCTRINA
Sumario: Improcedencia de la extradición por violación del principio n e bis in ídem / Improce
dencia de la extradición por extinción de la acción penal / Improcedencia de la extradi
ción por delito político.
I) 0052 Im procedencia de la extradición por violación del p rin cip io ne bis in ídem:
CEREZO MIR, J. (2004). Curso de Derecho Penal español. Parte general. 6a edición.
Tomo I. Madrid: Tecnos, p. 284. “No se concede la extradición si el delito ha sido o es ya
objeto de enjuiciamiento en el Estado requerido, en los casos en que sea competente, con
arreglo a sus leyes, para juzgarlo (principio ne bis in idem) [...] Se declara también, sin
embargo, que podrá ser denegada la extradición si las autoridades de la parte requerida
hubieren decidido no entablar persecución, o poner fin a los procedimientos pendientes
por el mismo o los mismos hechos”.
95
A rt. 5 L ibro primero / Parte general
DOCTRINA
96
Aplicación espacial A rt. 5
|(IL, JURISPRUDENCIA
97
C A P ÍT U L O II
A P L IC A C IÓ N T E M P O R A L
DOCTRINA
98
A plicación temporal A rt. 6
99
A rt. 6 L ibro primero / Parte general
| Ü JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0092 E xcepción a la no aplicación retroactiva de las norm as: “F. J. 2. En cuanto a
la aplicación de normas en el tiempo, cabe señalar que la regla general en nuestro ordena
miento jurídico, conforme al artículo 103 de la Constitución, es la aplicación inmediata.
Ello implica que los hechos, relaciones o situaciones jurídicas existentes, se regulan por
la norma vigente al momento en que estos ocurren. En cambio, la aplicación retroactiva
de las normas se produce cuando a un hecho, relación o situación jurídica se le aplica
una norma que entró en vigencia después que estos se produjeron. Nuestro ordenamiento
prohíbe la aplicación retroactiva de las normas, con excepción de las que versen sobre
materia penal, cuando le favorecen al reo. Así, el artículo 103 de la Constitución dispone
que ‘Ninguna ley tiene fuerza ni efecto retroactivos, salvo en materia penal cuando le
favorece al reo’. F. J. 3. En el Derecho Penal material o sustantivo, la aplicación inme
diata de las normas determina que a un hecho punible se le aplique la pena vigente al
momento de su comisión. Ello es conforme con el ya referido artículo 103 de la Consti
tución, pero también con el principio de legalidad penal, reconocido en el artículo 2 ,2 4 .d
de la Constitución, concretamente con la garantía de la lex praevia que impide ser con
denado sobre la base de un marco normativo que no se encontraba vigente al momento
de cometerse el hecho delictivo” (STC Exp. N° 5786-2007-PHC/TC-Junín, caso: Caja
Collazos Rubén Nemecio, del 24/09/2009, ff. jj. 2 y 3).
100
A plicación temporal A rt. 6
J 0093 Retroactividad de la norma penal en favor del reo: “La aplicación retroactiva
de las normas se produce cuando a un hecho, relación o situación jurídica se les aplica
una norma que entró en vigencia después que estos se produjeron. Nuestro ordenamiento
prohíbe la aplicación retroactiva de las normas. Como excepción a la regla se permite la
aplicación retroactiva en materia penal, cuando favorece al reo. Así, el artículo 103 de
la Constitución dispone que: ‘Ninguna ley tiene fuerza ni efecto retroactivos, salvo en
materia penal cuando favorece al reo’. Esta excepción es aplicable a las normas del Dere
cho penal material, por ejemplo, en caso de que, posteriormente a la comisión del delito,
entre en vigencia una norma que establezca una pena más leve. El artículo 6 del Código
Penal prescribe que se aplicará la norma vigente al momento de la comisión del delito, en
caso de conflicto de normas penales en el tiempo, se aplicará la más favorable” (STC Exp.
N ° 1300-2002-HC/TC-Lima, caso: Hugo Eyzaguirre Maguiña, d el 27/08/2003, f. j . 8).
101
A rt. 6 L ibro primero / Parte general
102
Aplicación temporal A rt. 6
103
A rt. 6 L ibro primero / Parte general
que toma lo más benigno que tenga cada una de las normas sucesivas” (Acuerdo Plenario
N ° 2-2006/CJ-l 16 sobre “Combinación de leyes o unidad en la aplicación de las leyes”,
del 13/10/2006, jf. jj. 10, 11, 1 2 y l 3 , Pleno Jurisdiccional de las Salas Penales Perma
nente y Transitorias).
104
Aplicación temporal A rt. 6
J 0102 Criterios de sustitución de la pena: “Que para una sustitución adecuada y razo
nable de una pena impuesta en aplicación de las penas conminadas en los artículos 296
y 297 del Código Penal antes de la Ley N° 28002 y para evitar una valoración que lleve
a una nueva pena concreta, el Pleno Jurisdiccional de Trujillo acordó los siguientes cri
terios de sustitución: a) Si la pena impuesta fue mayor a la del nuevo máximo, se redu
cirá el nuevo máximo legal; b) Si la pena impuesta fue el mínimo anterior, se convertirá
en el nuevo mínimo legal; c) Si la pena impuesta fue el mínimo anterior, pero mayor del
nuevo mínimo, se reducirá al nuevo mínimo legal; y, d) Si la pena impuesta fue inferior
al nuevo mínimo legal y menor al nuevo máximo de la pena del tipo base (art. 296), no se
podrá reducir la pena” (R. N. N° 352-2005-Callao, del 16/03/2005, f j. 6, Segunda Sala
Penal Transitoria).
CORTE SUPREM A
J 0104 Materialización del principio tempus regit actum: “Que, el principio del ‘tem-
pus regit actum ’ se encuentra asociado al principio de combinación, favorabilidad y re
troactividad benigna de la ley más favorable al procesado en caso de conflicto de leyes,
prescrito en el artículo 6 de nuestro Código Penal vigente; implica la aplicación de la
ley más benigna al procesado y la del momento de ocurridos los hechos, en ese sen
tido tenemos que el artículo 137 del Código Procesal Penal, modificado por la Ley
N° 27553 establece que el plazo de detención en el proceso ordinario sería de 18 meses,
sin embargo dicha ley no sería aplicable a los procesados [...], toda vez que al momento
de ocurrido los hechos imputados a los citados procesados se encontraba vigente la Ley
N° 25824 que señalaba como plazo máximo de detención en los casos de proceso ordi
nario el de 15 meses, ello por aplicación estricta del principio anotado líneas anteriores”
(R. N. N° 2445-2003-Lima, del 11/09/2003, f. j. 2, Sala Penal Transitoria).
J 0105 Elección entre dos leyes penales sucesivas en el tiempo en mérito de los pre
ceptos más favorables para el reo: “F. J. 4. Que, el Acuerdo Plenario de las Salas Penales
Permanentes y Transitorias N° 02-2006/CJ-l 16, establece como doctrina legal que resulta
105
A rt. 6 L ibro primero / Parte general
posible elegir de entre dos leyes penales sucesivas en el tiempo los preceptos más favo
rables, en virtud al ‘principio de combinación’ que permite al juzgador poder establecer
una mayor benignidad penal a favor del reo, con lo que se efectiviza un proceso de inte
gración de normas que le resultan más favorables, lo cual no colisiona con los contenidos
del principio de legalidad. F. J. 5. Que, siendo ello así, resulta aplicable al presente caso,
la legislación sobre prescripción de la acción penal regulada en el Código Penal de 1924,
debiendo tenerse en cuenta, en atención al principio de combinación aludido, que no
resulta aplicable la dúplica del plazo de prescripción, por cuanto el Código Penal vigente
solo la admite bajo determinados supuestos que no se presentan en el caso del imputado”
(R. N. N ° 4094-2009-Lima, del 29/01/2010, jf. jj. 4 y 5, Sala Penal Transitoria).
J 0106 Modificaciones normativas más favorables ex post facto: “Que, respecto a las
alegaciones expuestas por la recurrente, debe precisarse que, en virtud a la garantía de
la cosa juzgada, reconocida en el inciso 11 del artículo 139 de la Constitución Política
del Estado, una sentencia firme no puede ser alterada o modificada; sin embargo, la pro
pia norma fundamental, en el inciso 11 del artículo citado prevé la posibilidad de aplica
ción de la ley más favorable al procesado, supuesto que se encuentra referido a las modi
ficaciones normativas más favorables ex post facto, de conformidad con el principio de
retroactividad benigna de la ley penal, regulado en el segundo párrafo del artículo 6 del
Código Penal según el cual, ‘si durante la ejecución de la sanción se dictare una ley más
favorable al condenado, el juez sustituirá la sanción impuesta por la que corresponda,
conforme a la nueva ley’; en ese orden de ideas, solo podrá evaluarse la procedencia
-o no—de una solicitud de adecuación del tipo penal cuando esta se encuentre susten
tada en un cambio legal respecto de la conducta incriminada al peticionante [...]” (R. N.
N ° 3015-2010-Lima, del 01/04/2011, f. j. 3, Sala Penal Transitoria).
J 0107 La cosa juzgada solo puede ser modificada por ley penal favorable a un pro
cesado: “F. J. 2. Que una vez que una sentencia adquiere firmeza y ostenta la calidad
de cosa juzgada no es posible modificarla o alterar sus fundamentos, salvo que, [...]
durante su ejecución se dictare una ley más favorable en cualquier ámbito de la estruc
tura del delito (art. 6 del CP), lo que puede importar desde (i) la sustitución de la sanción
impuesta por la que corresponde conforme a la nueva ley, hasta (ii) la reconducción del
tipo legal -si de uno u otro modo subsiste la punibilidad de la conducta pero se modifi
can de alguna manera sus elementos típicos: eliminación o limitación de subtipos agra
vados, o inclusión o ampliación de subtipos privilegiados- a (iii) la absolución si la con
ducta objeto de sanción no se amolda a justificación -supuestos de ley penal abolitiva,
artículo 7 del Código sustantivo-, figura delictiva alguna o se incorpora alguna causa.
F. J. 3. Que, en el presente caso, no se trata de una modificación normativa ocurrida luego
de la expedición, de la sentencia firme, que es el supuesto de aplicación de leyes sustitu-
tivas o abolitivas por retroactividad benigna autorizada por los artículos 6 y 7 del Código
Penal en los supuestos de sucesión de leyes en el tiempo, sino de una solicitud de recti
ficación de la tipificación efectuada en las sentencias emitidas por la Sala Penal Superior
[...] y este Supremo Tribunal, y consecuente sustitución de la penalidad impuesta, peti
ción que no es viable por no estar autorizada legalmente y porque colisiona con la pro
pia naturaleza de la cosa juzgada, que dota a toda sentencia de irrevocabilidad” (R. N.
N ° 4717-2009-Ayacucho, del 08/06/2010, ff. jj. 2 y 3, Sala Penal Permanente).
106
Aplicación temporal A rt. 7
JURISPRUDENCIA EXTRANJERA
J 0108 Irretroactividad de las leyes penales desfavorables (pena posterior más grave):
“Es un axioma jurídico, elevado entre nosotros al rango de garantía constitucional, el de
irretroactividad de la ley más gravosa para el imputado, y es más gravosa la ley que varía
en perjuicio de este, el régimen de la reincidencia, por los efectos derivados de esta cir
cunstancia erigidos en agravante de la penalidad” (Tribunal Supremo de Córdoba, Sala en
lo Criminal y Correccional del 29/10/1970. En: ZAFFARONI, E .y BAIGÚN, D. (2002).
Código Penal. Hammurabi, Buenos Aires, p. 33).
----------------- § ------------------
DOCTRINA
107
A rt. 7 L ibro primero / Parte general
JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0110 Principio de retroactividad benigna y su afinidad con otros derechos funda
mentales: “F. J. 8. Se advierte entonces que el principio de retroactividad benigna pro
pugna la aplicación de una norma jurídica penal posterior a la comisión del hecho delic
tivo con la condición de que dicha norma contenga disposiciones más favorables al reo.
Ello sin duda constituye una excepción al principio de irretroactividad de la aplicación
de la ley y se sustenta en razones político-criminales, en la medida que el Estado no tiene
interés (o no en la misma intensidad) en sancionar un comportamiento que ya no cons
tituye delito (o cuya pena ha sido disminuida) y, primordialmente, en virtud del princi
pio de humanidad de las penas, el mismo que se fundamenta en la dignidad de la persona
humana (art. 1 de la Constitución). F. J. 9. [...] ningún derecho fundamental ni principio
constitucional es absoluto. En efecto por alta que sea su consideración dogmática y axio-
lógica, ningún derecho fundamental tiene capacidad de subordinar, en toda circunstan
cia, el resto de derechos, principios o valores a los que la Constitución también concede
protección. Los principios interpretativos de unidad de la Constitución y de concordan
cia práctica permiten considerar a las distintas disposiciones constitucionales como un
complejo normativo armónico, coherente y sistemático. Toda tensión entre ellas debe ser
resuelta ‘optimizando’ la fuerza normativo-axiológica de la Constitución en conjunto; de
ahí que, en estricto, los derechos fundamentales reconocidos por la Constitución y los lí
mites que en su virtud les resulten aplicables, forman una unidad. F. J. 11. Por tanto, al
resolver una solicitud de sustitución de pena por retroactividad benigna de la ley penal
(reconocida en el artículo 103 de la Constitución) no es este el único precepto constitu
cional que debe ser tomado en cuenta. Al momento de determinar la pena concreta el juez
108
A plicación temporal A rt. 7
penal deberá ponderar los intereses en conflicto tomando en cuenta los bienes constitu
cionales cuya protección subyace a la persecución de dicho delito” (STC Exp. N° 9810-
2006-PHC/TC-Lima, caso: José Marino Vásquez Acuña, del 07/08/2008, ff. jj. 8, 9 y 11).
CORTE SUPREMA
J 0112 Aplicación retroactiva de una ley favorable por descriminalización de una
conducta: “A consecuencia de las variaciones del sueldo mínimo vital, el hecho inves
tigado ya no constituye delito, sino una falta, en aplicación del principio de la retroacti
vidad benigna [...], tratándose de una falta y en consideración al transcurso del tiempo,
la acción penal ha prescrito” (Ejecutoria Suprema del 20/09/1988, Exp. N° 533-87-Lima:
Jurisprudencia Penal III. (1998). Cultural Cusco, Lima, p. 25).
J 0113 Clases de retroactividad benigna: “Que una ley penal benigna puede serlo
tanto cualitativa o cuantitativamente; que, en el primer caso, cuando la ley penal es más
benigna respecto a los elementos integrantes del tipo, sean estos objetivos o subjetivos;
y, en el segundo supuesto, cuando la ley penal es más benigna respecto a la entidad
de la pena, siendo este último supuesto, materia de análisis y pronunciamiento” (R. N.
N° 1966-2004-Callao, del 17/08/2004, f. j. 2, Sala Penal Permanente).
109
A rt. 8 L ibro primero / Parte general
JURISPRUDENCIA EXTRANJERA
J 0115 Clases de n orm as p e n a le s m ás ben ign as: “Se entiende que es más benigna
la ley que excluye la pena eliminando el hecho del catálogo de delitos o agregándole
a la figura delictiva elementos nuevos o poniendo mayores exigencias para la persecu
ción penal del hecho o favoreciendo su extensión o ampliando su causa de impunidad.
También lo es la que establece una pena menos severa, sustituyendo la vigente por una
especie menos grave, o por otra de la misma especie, pero de menor duración o de ejecu
ción más favorable” (Suprema Corte de Mendoza, Sala II del 19/09/1973. En: ZAFFA-
RONI, E .yB A lG Ú N , D. (2002). Código Penal. Hammurabi, Buenos Aires, p. 73).
---------------- § -----------------
DOCTRINA
110
A plicación temporal A rt. 8
juicio, carece de base pues la ley intermedia no estaba en vigor en el momento de la reali
zación de la conducta delictiva y ha sido ya derogada en el momento del juicio. Es cierto
que dicha medida puede dar lugar a resultados comparativamente injustos, por la mayor o
menor lentitud de los procesos, pero la utilización de la ley intermedia como término de
comparación carece de fundamento”.
_I)_ 00()K
_ _ _ Características: VILLA STEIN, J. (2014). Derecho Penal. Parte general.
Lima: Ara, p. 230. “Las leyes son temporales propiamente, cuando responden a necesi
dad de ciertos plazos en procura de un buen gobierno. Tal es el caso de las leyes financie
ras, tributarias, policiales e incluso de política criminal, como leyes penales premíales o
de arrepentimiento terrorista, etc.”.
JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0116 Retroactividad y ultractividad de la norma penal: “[...] Toda norma jurídica
desde su entrada en vigencia es de aplicación a las situaciones jurídicas existentes, y que
la teoría de los derechos adquiridos tiene una aplicación excepcional y restringida en
nuestro ordenamiento jurídico, pues únicamente se utiliza para los casos que de manera
expresa señala la Constitución, tal como ya lo ha establecido el Tribunal Constitucional
cuando determinó que ‘ [...] la aplicación ultractiva o retroactiva de una norma solo es posi
ble si el ordenamiento lo reconoce expresamente -a un grupo determinado de personas.-
que mantendrán los derechos nacidos al amparo de la ley anterior porque así lo dispuso el
Constituyente —permitiendo que la norma bajo la cual nació el derecho surta efectos, aun
que en el trayecto la norma sea derogada o sustituida-; no significando, en modo alguno,
que se desconozca que por mandato constitucional las leyes son obligatorias desde el día
siguiente de su publicación en el Diario oficial [...]”’ (STC Exp. N°00008-2008-PI/TC,
caso: Angel Agustín Solazar Piscoya y doña Sandrita Najar Kokally, en representación
de 10 388 ciudadanos. Demanda de inconstitucionalidad contra diversos artículos y dis
posiciones de la Ley N° 29062 - Ley que modifica la Ley del Profesorado en lo referido a
la Carrera Pública Magisterial, del 22/04/2009, f. j. 73).
CORTE SUPREMA
J 0117 Ultractividad de las normas penales: “[...] Agrega que si bien es cierto tales
dispositivos entraron en vigencia después de ocurrido los hechos, se debe tener presente
que las normas procesales se aplican desde su entrada en vigencia incluso a los procesos
en trámite” (R. N. N° 2448-2005-Lima, del 12/09/2005, f. j. 1, Sala Penal Transitoria).
111
A rt. 9 L ibro primero / Parte general
J 0119 Aplicación de la ley más favorable en caso de conflicto de leyes penales: “El
artículo 173 inciso 3 del Código Penal ha sufrido diversas modificaciones, siendo la pri
mera el Decreto Legislativo N° 896, del 24 de mayo de 1998, posteriormente la Ley
N° 27472, del 5 de junio del 2001, estableció una pena más benigna fijando el mínimo
legal en diez años y un máximo de quince años, y posteriormente la Ley N° 27507, del
13 de junio del 2001, restableció las penas del Decreto Legislativo número 896; de modo
que al existir un conflicto de leyes penales, debe aplicarse la más favorable al reo, de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 103 de la Constitución Política y sexto del
Código Penal, siendo aplicable al presente caso la Ley número 27472” (R. N. N° 907-
2003-San Martín. En: RO JAS VARGAS, F. (2005). Jurisprudencia penal comentada.
Tomo II. Idemsa, Lima, p. 134).
JURISPRUDENCIA EXTRANJERA
J 0120 Efectos ultraactivos de las leyes temporales (leyes de emergencia): “Las dis
posiciones legales calificadas como de ‘emergencia’ deben por principio tener aplicación
ultraactiva, pues la institución de la ley transitoria (temporal y excepcional) lleva implí
cito el designio de su real efectividad con relación a los actos punibles cometidos den
tro de los plazos previstos, intención que debe mantenerse mientras ese propósito legis
lativo no se declare insubsistente en forma inequívoca, por un acto de abrogación de la
ley penal” (Cámara Nacional de Apelaciones en lo Penal Económico de la Capital Fede
ral, Sala IIIdel 02/08/1971. En: ZAFFARONI, E. y BAIGÚN, D. (2002). Código Penal.
Hammurabi, Buenos Aires, p. 80).
112
A plicación temporal A rt. 9
N ormas concordantes
C: art. 2 inc. 24) lit. d); C P : arts. 80, 81, 82; C de P P : art. 5; C P P 2 0 0 4 : art. V II
DOCTRINA
glHj JURISPRUDENCIA
113
A rt. 9 L ibro primero / Parte general
TRIBU N A L CONSTITUCIONAL
CO RTES SU PER IO R ES
J 0123 Momento de comisión de un delito: “El equivalente valor del daño causado en
moneda nacional al tipo de cambio al momento de la realización de los hechos no sobre
pasaba la exigencia típica del delito de daños, esto es, que al momento del hecho, este no
constituía delito, y si bien el tipo de cambio ha variado, dicha circunstancia no puede ser
en perjuicio del imputado, dado que el momento de la comisión de un delito es aquel en el
cual el autor o partícipe ha actuado u omitido la obligación de actuar, independientemente
del momento en que el resultado se produzca” (Exp. N° 4149-98-A-Lima, del 16/11/1998,
Sala Penal de la Corte Superior de Lima).
114
C A P ÍT U L O III
A P L IC A C IÓ N P E R S O N A L
DOCTRINA
Sumario: Naturaleza del trato diferenciado a ciertas personas / Naturaleza de las prerrogativas
que ciertas personas tienen ante la ley / Fines de las prerrogativas que ciertas personas
tienen ante la ley.
1) 1)1(72 Naturaleza de las prerrogativas que ciertas personas tienen ante la ley:
CUELLO CONTRERAS, J. (2002). E l Derecho Penal español. Parte general. 3a edi
ción. Madrid: Dykinson, p. 281. “La idea de inmunidad recoge una serie de privilegios
tales como la prohibición de detener a un parlamentario, salvo que se trate de un delito fla
grante, o la exigencia de obtener autorización de la Cámara a que pertenece el parlamen
tario de la nación (suplicatorio) antes de poder procesarlo por la comisión de cualquier
delito. Aquí no se trata, a diferencia de las inviolabilidades, de que la responsabilidad por
actos relacionados con la actividad parlamentaria, ni de excluir la responsabilidad penal
del Parlamento, sino de someterla a controles que impidan utilizar la puesta en marcha del
aparato policial o judicial para dificultar la presencia de aquel en el Parlamento”.
1)0(173 Fines de las prerrogativas que ciertas personas tienen ante la ley: CASTI
LLO ALVA, I. L. (2004). “Principio de igualdad ante la ley penal”. En: Código Penal
comentado. Tomo I. Lima: Gaceta Jurídica, p. 362. “Las prerrogativas impiden la per
secución y sanción penales de quienes gozan de dicha prerrogativa, únicamente cuando
los hechos que generarían responsabilidad penal son cometidos en el ejercicio de sus
funciones, las prerrogativas (inviolabilidad) buscan garantizar en esa medida el ejerci
cio libre de las funciones de los funcionarios estatales de mayor nivel, de forma tal que
la independencia de su actuación quede protegida contra intromisiones de los poderes
115
A rt . 10 L ibro primero / Parte general
públicos o de Estados extranjeros. Tal prerrogativa es reconocida, a nivel interno, para los
congresistas de la República, estatus que se extiende a los magistrados del Tribunal Cons
titucional y al Defensor del Pueblo”.
pije-, JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0125 Igualdad en la aplicación de la ley como límite del accionar de los órganos
jurisdiccionales: “F. J . 5. El derecho a la igualdad, reconocido en el artículo 2, inciso 2
de la Constitución, tiene dos facetas: igualdad ante la ley e igualdad en la aplicación de
la ley. Mientras la primera constituye un límite al legislador, la igualdad en la aplicación
de la ley se configura como límite al accionar de los órganos jurisdiccionales o adminis
trativos, exigiendo que los mismos, al momento de aplicar las normas jurídicas, no atri
buyan distintas consecuencias jurídicas a dos supuestos de hecho que sean sustancial
mente iguales [...]. El presente caso se configura como uno de igualdad en la aplicación
de la ley. F. J. 6. Sin embargo, constituye un requisito para que se configure la exigen
cia del órgano jurisdiccional de aplicar el mismo criterio de dos casos similares derivados
del principio de igualdad, que se trate del mismo juez, ya que en caso contrario se estaría
atentando contra el principio de autonomía judicial, reconocido en el artículo 139, inciso
2 de la Constitución. Como lo ha señalado este Tribunal Constitucional: ‘La independen
cia judicial debe ser entendida como aquella capacidad autodeterminativa para proceder a
la declaración del derecho, juzgando y haciendo ejecutar lo juzgado, dentro de los marcos
que finjan la constitución y la ley’. F. J . 8. En ese orden de ideas el contenido del dere
cho a la igualdad en la aplicación de la ley por parte de los órganos jurisdiccionales exige,
entre otros requisitos, que se trate de los mismos jueces. Asimismo, solo será exigible a
un juez suscribir el criterio plasmados en una resolución jurisdiccional emitida por otro
en caso de que se trate de sentencias con contenido vinculante como las expresadas en el
párrafo precedente” (STCExp. N ° 02593-2006-PHC/TC-Huámico, caso: Clever Inocen
cio Retís, del 05/01/2009, ff. jj. 5, 6 y 8).
116
Aplicación personal A rt. 10
J 0128 P ro ceso de antejuicio p o lítico : “F. J . 2. [...] Existen dos tipos de pronuncia
miento mediante los cuales se puede acusar a ciertos altos funcionarios del Estado. Estos
son el antejuicio político y el juicio político, que son de distinta naturaleza y alcance. En
relación al antejuicio político, el artículo 99 de la Constitución señala que ‘corresponde
117
A rt. 10 L ibro primero / Parte general
118 -
A plicación personal A rt. 10
CORTE SUPREMA
J 0130 Principio de igualdad ante la ley enfocado desde la participación de los par
ticulares en los delitos especiales de infracción de deber: “Que, la participación de los
particulares en los delitos especiales de infracción de deber, se fundamenta en virtud de la
lesión o puesta en peligro del bien jurídico administración pública, es decir, en la infrac
ción del deber de no dañar, esto es, que la administración puede ser dañada no solo por
los intraneus que se encuentran en una situación prevalente en relación al bien jurídico,
sino también por los particulares que se encuentran fuera del sistema administrativo; de
ahí que ambos responden como partícipes por haber generado riesgos prohibidos; de este
modo es como se materializa el principio constitucional de igualdad ante la ley, y por
ende a ser sancionados sin prelación alguna: los funcionarios públicos como autores y
los segundos como partícipes; que, tampoco se violenta el principio de legalidad, pues,
si bien ello impide que los particulares sean considerados autores de delitos especiales
(por que los tipos solo se dirigen a los funcionarios, salvo la corrupción del artículo 400
del Código sustantivo en que puede ser cometido por cualquiera), no restringe la partici
pación de ambos en la comisión de un delito especial; que la calidad de agente no tiene
relevancia en las reglas de participación; el estatus de intraneus solo es importante para
los efectos de la autoría, en cambio, en la participación lo que determina la imputación es
la creación de riesgos de peligro o de lesión sobre el bien jurídico” (R. N. N° 4166-2004-
Lima, del 27/04/2005, f. j. 6, Sala Penal Transitoria).
JURISPRUDENCIA EXTRANJERA
J 0132 Contenido del principio de igualdad ante la ley: “No toda desigualdad de trato
en la Ley o en aplicación de la Ley supone una infracción del artículo 14 C.E., sino solo
aquella que introduce una diferencia entre situaciones de hecho que puedan considerarse
iguales y que carezcan de justificación objetiva y razonable; en consecuencia, la apre
ciación de una violación del principio de igualdad jurídica exige constatar; en primer
lugar, si los actos o resoluciones impugnados dispensan de un trato diferente a situa
ciones iguales y; en caso de respuesta afirmativa, si la diferencia de trato tiene o no una
fundamentación objetiva y razonable [...]” (Sentencia del Tribunal Supremo español del
19/04/1989. En: CONDE-PUMPIDO FERREIRO, C. (1997). Código Penal: Doctrina
y jurisprudencia. Tomo I. Trivium, Madrid, p. 51).
119
TÍTULO II
DEL HECHO PUNIBLE
C A P ÍT U L O I
B A S E S DE L A P U N IB IL ID A D
DOCTRINA
Sumario: Funciones del artículo 11 del CP / Principios que subyacen en el artículo 11 del CP.
D 0074 Funciones del artículo 11 del CP: JIMENEZ DIAZ, M. J. (1999). “Comen
______
tario al artículo 10 español”. En: COBO DEL ROSAL, M. (Director). Comentarios a l
Código P enal de 1995. Madrid: Edersa, p. 377 y ss. “Como carácter general puede afir
marse que el artículo 11 del CP peruano (10 de España) goza de una trascendencia incues
tionable, por cumplir, al menos, tres funciones fundamentales: garantista, definitoria, y
de cobertura para el caso fortuito. La función garantista del artículo 10 del Código Penal
español supone la afirmación de dos importantes principios, el de legalidad y el de cul
pabilidad. La función definitoria y normativa consagra una definición legal del delito,
siendo imposible prescindir de ella si se quiere realizar una construcción dogmática del
delito coherente con el Derecho Penal vigente. Siendo aún más precisos, el artículo 11
formula un concepto genérico de infracción penal comprensivo tanto de las que tienen
carácter grave (delitos) como las que tienen carácter leve (faltas). La función de cober
tura se manifiesta mediante la exigencia que concurran el dolo o la imprudencia para que
haya delito, siendo esta exigencia más que suficiente para determinar la impunidad del
caso fortuito”.
_I)_ 1)1)75
_ _ _ Funciones del artículo 11 del CP: CASTILLO ALVA, J. L. (2004). “Cla
ses de infracciones: por comisión u omisión dolosas o culposas penadas por la ley”. En:
C ódigo P enal com entado. Tomo I. Lima: Gaceta Jurídica, p. 383. “El principio de respon
sabilidad subjetiva no se encuentra recogido de manera unitaria y explícita en alguna dis
posición del Código Penal. Sin embargo, su construcción puede lograrse en virtud de una
interpretación sistemática del Código Penal. Una de ellas, que es la más clara, precisa
mente la constituye el artículo 11 (título II, capítulo I), que prescribe: ‘Son delitos y faltas
las acciones u omisiones dolosas o culposas penadas por la ley’. Además de servir este ar
tículo de asidero legal para el principio de legalidad y el principio del hecho, consagra un
121
A rt. 11 L ibro primero / Parte general
referencia directa al principio de responsabilidad subjetiva cuando exige que las acciones
sean dolosas o culposas”.
¡lUj JURISPRUDENCIA
122 -
B ases de la punibilidad A rt. 11
el ámbito intemo del procesado, sino que el énfasis de centrará en la valoración extema
de la conducta, vale decir, en la imputación. F. J. 4.5. En una concepción normativa del
dolo, la prueba buscará determinar si el sujeto, según el rol que ocupa en el contexto con
creto, tenía o no conocimiento de que la acción que realizada era constitutiva de un delito.
F. J. 4.6. Por ejemplo, si un policía tiene un arma y dispara a un delincuente en la cabeza,
de forma innecesaria más aún cuando el delincuente estaba desarmado podríamos consi
derar que estamos frente a un hecho doloso. En este caso, el policía sabe que el disparo
que el realiza tendrá como efecto la muerte de la persona. F. J. 4.7. Tradicionalmente el
dolo se ha definido como conciencia y voluntad de la realización de una conducta obje
tivamente típica. En el dolo, la relación es directa tanto en la causal como en lo culpa
ble, por ello el agente conoce el resultado delictivo y lo quiere, para actuar dolosamente
no es suficiente con el conocimiento de los elementos del hecho típico es preciso querer
realizarlo. Es la concurrencia de esta voluntad lo que fundamenta el mayor desvalor de
acción del tipo de injusto doloso frente al imprudente. F. J . 4.8. En ese sentido, el dolo
del cómplice radica en el conocimiento de la clase del hecho al cual coopera, saber que
es un hecho injusto y la voluntad no es complicidad. F. J . 4.9. En consecuencia, estando a
los argumentos antes esgrimidos, este tribunal considera que debe establecerse como doc
trina jurisprudencial que para los efectos de determinar la responsabilidad penal en grado
de complicidad, sea primaria o segundaria, deberá analizarse si la conducta desplegada
por el imputado en el caso concreto al cooperar o prestar colaboración ha constituido un
aporte que contenga elementos subjetivos del dolo” (CasaciónN° 367-2011-Lambayeque,
del 15/07/2013, ff. jj. 4.1, 4.2, 4.3, 4.4, 4.5, 4.6, 4.7, 4.8 y 4.9, Sala Penal Permanente).
CORTE SUPREMA
J 0134 Teoría del consentimiento y de la probabilidad para determinar el dolo even
tual: “F. J. 24. Tradicionahnente se había considerado que el dolo es la voluntad reali
zadora del tipo, guiada por el conocimiento de los elementos del tipo objetivo necesa
rios para su configuración, así era usual referirse al dolo como conocimiento y voluntad
de realizar el tipo pena; no obstante teorías actuales tratan de eliminar el elemento voli
tivo del dolo y solo darle un contenido normativo, entendiendo al dolo como mero cono
cimiento, sin embargo, esto no ha sido posible, más aún cuando se trata de dilucidar si
una conducta se realizó mediante dolo eventual o mediante culpa consiente, pues aceptar
la teoría cognoscitiva implicaría eliminar la culpa consciente a favor del dolo eventual.
F. J. 25. Para diferenciar entre dolo eventual y culpa consciente se han recurrido a muchas
teorías; sin embrago, en abstracto y básicamente se puede indicar que el dolo implica el
realizar un plan criminal, es decir, la acción humana voluntaria y consciente de actuar
contra el Derecho; en cambio, la culpa solo implica la negligencia o ligereza en la actua
ción humana, es decir, su conducta o quiere ser contraria al Derecho. Partiendo de ello la
doctrina dominante y la jurisprudencia han adoptado una postura intermedia entre la teo
ría del consentimiento [...]; y la de la probabilidad [...], así, habrá dolo eventual cuando el
autor juzgue el riesgo de realización del resultado o que se resigne a ella, sobre la base de
estos conceptos se debe evaluar la conducta del procesado” (R. N. N° 3873-2013-Lima,
del 25/07/2014, ff. jj. 24 y 25, Sala Penal Permanente).
123
A rt. 11 L ibro primero / Parte general
J 0135 Error de tipo vencible: El error del tipo es de carácter vencible si el sujeto
actuando dentro de los parámetros de la diligencia debida, hubiese podido darse cuenta
del error en el que incurría, se trata pues, de un error superable, aquí se elimina el dolo
pero subsiste la culpa, y el hecho ser[á] sancionado como un delito culposo, siempre y
cuando se encuentre tipificado específicamente en el Código Penal, ya que, según lo esta
blecido en el artículo 12 del Código sustantivo, con relación a los delitos culposos se
adopta el sistema de ‘numeras clausus’” (R. N. N ° 63-2004-La Libertad, del 01/10/2004,
Primera Sala Penal Transitoria).
J 0136 Elementos para la determinación del tipo objetivo de los delitos culposos: “[...]
el tipo objetivo de los delitos culposos o imprudentes exige la presencia de dos elementos:
a) la violación de un deber objetivo de cuidado, plasmado en normas jurídicas, normas
de la experiencia, normas del arte, ciencia o profesión, destinadas a orientar diligente
mente el comportamiento del individuo, y b) la producción de un resultado típico impu
table objetivamente al autor por haber creado o incrementado un riesgo jurídicamente
relevante, que se ha materializado en el resultado lesivo del bien jurídico; que, en el caso
de autos no existe violación del deber objetivo de cuidado en la conducta del encausado
[...], aconteciendo que un grupo aproximado de 40 personas en estado de ebriedad se dis
pusieron a bailar sobre el mencionado puente colgante ocasionando el desprendimiento
de uno de los cables que lo sujetaba a los extremos, produciéndose la caída del puente
con su ocupantes sobre las aguas del Río Santa en el que perecieron dos personas a causa
de una asfixia por inmersión y traumatismo encéfalo craneano, conforme al examen de
necropsia [...], quedando asimismo heridos mucho otros; que, en efecto, no puede exis
tir violación del deber de cuidado en la conducta de quien organiza un festival de rock
con la autorización de la autoridad competente, asumiendo al mismo tiempo las precau
ciones y seguridad a fin de evitar riesgos que posiblemente pueden derivar de la realiza
ción de dicho evento, porque de ese modo el autor se está comportando con diligencia
y de acuerdo al deber de evitar la creación de riegos; que, de otra parte, la experiencia
enseña que un puente colgante es una vía de acceso al tránsito y no una plataforma baila
ble como imprudentemente le dieron uso los agraviados creando así sus propios riesgos
de lesión; que, en consecuencia, en el caso de autos la conducta del agente de organizar
un festival de rock no creó ningún riesgo jurídicamente relevante que se haya realizado
en el resultado, existiendo por el contrario una autopuesta en peligro de la propia víctima,
la que debe asumir las consecuencias de la asunción de su propio riesgo, por lo que con
forme a la moderna teoría de la imputación objetiva, en el caso de autos ‘el obrar a propio
riesgo de los agraviados tiene una eficacia excluyente del tipo penal’ [...], por lo que los
hechos subexamine no constituyen delito de homicidio culposo y consecuentemente tam
poco generan responsabilidad penal, siendo del caso absolver al encausado [...]” (R. N.
N ° 4288-97-Lima, del 13/04/1998, Sala Penal).
J 0137 Deber objetivo de cuidado en los delitos imprudentes: “F. J. 3. Que tanto
la sala de juicio como el fiscal supremo en lo penal sostienen una conducta delic
tiva imprudente del efectivo policial [...] porque debió mantener su arma con seguro
-tal como estaba entrenado-, de suerte que en el forcejeo se percuto como consecuencia
124
B ases de la punibilidad A rt. 11
de su propia imprudencia. Es claro que 1) lo esencial del tipo del injusto del delito
imprudente no es la simple causación de un resultado, sino la forma en que se realiza
la acción. El punto de referencia lo da el ‘deber objetivo de cuidado’, que es un con
cepto objetivo y normativo. Desde la perspectiva objetiva interesa cual es el cuidado
requerido en la vida de relación social respecto a la realización de una conducta deter
minada; y, desde el juicio normativo, es de resaltar las consecuencias de previsible pro
ducción y que la acción quede por debajo de la medida adecuada socialmente. 2) Por
otro lado, el tipo subjetivo del delito imprudente atiende a la capacidad individual, al
nivel de conocimiento, previsibilidad y experiencia del sujeto [...]. F. J. 4. Que si bien
es cierto el encausado [...] omitió colocar el seguro a su arma de reglamento luego de
haberla restrillado en una intervención para consolidar la efectiva captura del conde
nado [...] en flagrante delito de robo agravado -por el cual incluso ha sido sancionado
penalmente-; es de destacar tres circunstancias relevantes para el juicio de tipicidad
i) que el efectivo policial participó en la captura del agraviado, quien había cometido un
delito de robo agravado y donde hubo oposición al arresto policial, incluso con la activa
intervención de terceros, ii) que el arma se encontraba guardada en la funda de su cha
leco táctico; y, iii) que el detenido en presencia de varios custodios policiales, atacó de
improviso al encausado y trató de arrebatarle el arma de fuego de reglamento, en cuyo
ámbito de defensa se produjo el forcejeo correspondiente que dio lugar a que el arma
se dispare y lesione al intervenido” (R. N. N° 2804-2012-Lima, del 07/01/2013, ff. jj. 3
y 4, Sala Penal Transitoria).
125
A rt. 11 L ibro primero / Parte general
J 0141 D iferen cia entre dolo even tu al y culpa consciente: “[...] el dolo es conoci
miento de los elementos del tipo, por lo que la diferenciación entre dolo e impruden
cia equivaldría, pues, a la distinción entre conciencia e inconsciencia, argumento que
debe ser rechazado, pues pueden darse supuestos en los que, existiendo el mismo grado
de conocimiento en la mente del autor, una mínima lógica [...] indica que deben tener
una respuesta penal diferente. Los criterios que asume la Sala para examinar la eventual
readecuación típica de la imputación y que diera lugar a la sentencia venida en grado [...]
son otros: (I) Aun cuando el ordenamiento vigente no sea explícito, las exigencias implí
citas en los principios de responsabilidad por el hecho, proporcionalidad y legalidad, pre
vistos en el Título Preliminar del Código Penal, determinan que sea delimitada clara
mente la frontera entre lo eventualmente doloso con lo culposamente consciente; (II) Esta
delimitación no puede ser satisfecha por la sola verificación del elemento cognitivo en el
dolo del autor u omitente; (111) Pues la única exigencia de conocimiento de la probabi
lidad del resultado advertido por el autor u omitente, es inútil para distinguir, en el dolo
eventual ‘una gran probabilidad’ y, en la culpa consciente ‘una posibilidad muy lejana’.
La dificultad de esta diferencia de grado se presenta en casos límite, en los que la pro
babilidad advertida no es ni muy elevada ni muy pequeña; (IV) Por lo demás, la impu
tación en materia penal no puede estar sustentada únicamente en la concurrencia de ele
mentos cognitivos. En el ámbito penal, sustentado con más o menos reservas en el libre
albedrío de las personas; o en su capacidad de dirigir finalmente sus acciones u omisiones,
la voluntad ocupa un valor relevante, incluso en la culpa consciente. Es preciso por tanto
definir cuál puede ser la diferencia, en el plano volitivo de la culpa consciente con el dolo
eventual, sin descuidar claro está el elemento cognitivo. Una interpretación garantista e
integral de la diferencia antes mencionada debe comprender ambas dimensiones del tipo
subjetivo. Esto es, en el dolo y en especial del dolo eventual que es la categoría más cer
cana de la culpa consciente debe exigirse: (I) Un conocimiento de la capacidad concreta
de la conducta para generar un resultado típico; (II) La producción del resultado típico
debe evaluarse dentro del contexto de un aumento al riesgo permitido; (III) Dicho cono
cimiento no debe implicar una evaluación estadística, por parte del agente, de la proba
bilidad de daño, por las objeciones mencionadas anteriormente; (TV) Se trata de evaluar
en la situación concreta y con relación al agente, si su pronóstico concreto lo llevaba a la
convicción de que no se produciría el resultado típico; (V) Lo que diferencia, dentro de
esta línea de análisis, al dolo eventual de la culpa consciente es que en el primer caso el
agente considera seriamente la probabilidad del resultado dañoso, aceptando necesaria
mente dicha probabilidad con la realización de la conducta peligrosa, per se, o por otra
persona. En la culpa consciente existe por el contrario la creencia de que el peligro no
va concretarse; (VI) Finalmente, es de señalar que la ‘aceptación’ a la que se alude en el
dolo eventual, en los términos aquí planteados, no se refieren a la aceptación del resul
tado dañoso [...], sino únicamente de la conducta capaz de producirlo: ‘Quien toma en
serio la probabilidad del delito, en el sentido que no la descarta ha de aceptar necesaria
mente dicha probabilidad si decide realizar la conducta peligrosa’ [...]. En situaciones
especiales y masivamente peligrosas el conocimiento del peligro propio de una acción
que supera el límite de riesgo permitido, es suficiente para acreditar el carácter doloso del
126 -
B ases de la punibilidad A rt. 12
comportamiento; en consecuencia, obrará con dolo el autor que haya tenido conocimiento
del peligro concreto que deriva de su acción para los bienes jurídicos’’(Exp. N° 306-2004-
Lima, del 24/11/2004, f. j. 16, Primera Sala Penal para Procesos con reos en cárcel de la
Corte Superior de Lima).
J 0142 Elementos típicos de los delitos culposos: “El tipo objetivo de los delitos culpo
sos o imprudentes exige la presencia de dos elementos: a) la violación de un deber obje
tivo de cuidado, plasmado en normas jurídicas, normas de la experiencia, normas del arte,
ciencia o profesión, destinadas a orientar diligentemente el comportamiento del indivi
duo; y b) la producción de un resultado típico imputable objetivamente al autor por haber
creado o incrementado un riesgo jurídicamente relevante, materializado en el resultado
lesivo del bien jurídico” (Ejecutoria Superior del 09/09/1998; Exp. N° 2505-98-Puno.
En: ROJAS VARGAS, F. (2003). Código Penal. Gaceta Jurídica, Lima, pp. 61-62).
---------------- § -----------------
m DOCTRINA
Sumario: Diferencias entre dolo, culpa consciente y culpa inconsciente / Principio de legalidad y
técnicas de tipificación de las conductas dolosas y de las conductas imprudentes / Sis
tema de num erus clausus y num erus apertus / Garantías de la técnica de num eras clau-
sus en la tipificación de las conductas culposas.
127
A rt. 12 Libro primero / Parte general
128
B ases de la punibilidad A rt. 12
|¡J¡|2||| Sistema de num erus clausus y n um erus apertus: MEINI, I. (2014). Lecciones
de Derecho Penal. Parte general. Teoría jurídica del delito. Lima: Fondo Editorial de la
Pontificia Universidad Católica del Perú, pp. 260-261. “Todas las infracciones que con
templa la legislación tienen una modalidad dolosa, pero solo algunas gozan además de
una modalidad imprudente. Así, por ejemplo, se ha previsto el homicidio y las lesiones
dolosas e imprudentes; pero solo se ha tipificado la violación dolosa de libertad sexual,
el hurto doloso y la defraudación dolosa de rentas de aduana. Ello ha dado lugar a que la
doctrina y la jurisprudencia señalen que la regulación de la imprudencia se rige por el sis
tema de numerus clausus y no por el sistema de numerus apertus; lo que genera la sensa
ción equivocada de que para las infracciones dolosas rige el sistema de numerus apertus.
Sin embargo, todas las infracciones (dolosas e imprudentes) se regulan de manera expresa
y taxativa; por lo que el único sistema de tipificación válido en Derecho Penal es el de
numerus clausus. El propio artículo 12 del CP así lo exige. El que se haya previsto en el
mencionado artículo que ‘el agente de infracción culposa es punible en los casos expresa
mente establecidos por la ley’, no significa que no ocurra lo mismo con las dolosas, más
aún cuando el principio de legalidad así lo demanda. No obstante, una interpretación his
tórica y sistemática del mencionado artículo enseña que su razón de ser es superar aquel
modelo de tipificación de delitos imprudentes conforme al cual no se diferencia expre
samente entre infracciones dolosas e imprudentes y era el juez quien debía interpretar si
el tipo penal admitía o no su perpetración imprudente. Este modelo, superado en nuestro
país desde el Código Penal de 1924, es conocido en derecho comparado como ‘sistema
de numerus apertus'; pero, como se viene señalando, dicha terminología no es incorrecta
porque incluso en dicho modelo no habría más infracciones imprudentes que los delitos
previstos por la ley”.
129
A rt. 12 L ibro primero / Parte general
no solo al aspecto objetivo. Así, se garantiza la seguridad jurídica de un modo que, por
muchos esfuerzos que realicen doctrina y jurisprudencia, nunca termina de alcanzarse
con sistemas de numerus apertus. Por otro lado, y desde una perspectiva material, se
argumenta que el sistema de numerus clausus conlleva, si no conceptualmente, sí en la
forma en que se ha puesto en práctica tal sistema en la totalidad de los países, el carácter
excepcional de la infracción culposa
.111. JURISPRUDENCIA
Sumario: CORTE SUPREMA: Elementos del dolo / Elemento subjetivo del dolo a partir de cri
terios de racionalidad mínima / La prueba en el dolo como elemento subjetivo / Delitos
culposos se fundamentan en la infracción al deber de cuidado / Alcances de la imputa
ción por delito imprudente / Imputación subjetiva en los delitos culposos / Concepto de
dolo eventual / Dolo eventual (teoría de la representación o de la probabilidad). COR
TES SUPERIORES: Contenido del dolo típico / Dolo eventual y culpa consciente /
Dolo eventual / Diferencia entre dolo eventual y culpa consciente / Elementos de la
imputación obj etiva en el delito culposo / Naturaleza normativa de la conducta culposa /
Falta de imputación objetiva por no creación de riesgos jurídicos prohibidos / Riesgo
permitido vs. imputación a la víctima.
CO RTE SU PREM A
J 0144 E lem en tos d e l d o lo : “La exigencia del dolo como elemento subjetivo del tipo,
entendido como el saber y querer todas las consecuencias del tipo legal, comprendiendo
tanto el requisito intelectual (saber) y volitivo (querer), constituyendo la realización del
plan la esencia misma del dolo, consecuentemente un resultado se considera dolosamente
realizado cuando se corresponda con el plan del sujeto [...]” (R. N. N ° 775-2004-Junín,
del 26/10/2004, f. j. 4, Primera Sala Penal Transitoria).
J 0145 E lem en to subjetivo d el dolo a p a r tir de criterios de racion alidad m ínim a: “Que,
el aspecto subjetivo del tipo legal puede determinarse a partir de criterios de racionalidad
mínima. Es evidente que los sujetos que procuran realizar una acción determinada tien
den a asegurar el resultado que pretenden, aunque también existen acciones no intencio
nales -que son siempre consecuencias no queridas y no previstas de otra acción-. Enton
ces, para advertir el elemento subjetivo, de acuerdo con una presunción de racionalidad
mínima, es necesario conocer las acciones previas realizadas antes del hecho delictivo
-conducta externa- y a partir de ellas hacer inferencias basadas en la experiencia” (R. N.
N° 2167-2008-Lima, del 10/12/2010, f. j. 8, Sala Penal Permanente).
130
B ases de la punibilidad A rt. 12
J 0148 A lca n ces de la im putación p o r delito im prudente: “Que en el caso de autos per
sonal militar, presumiblemente sin experiencia o sin adoptar las medidas de seguridad y
de cuidado que el caso exigía, produjo una explosión al manipular indebidamente pertre
chos militares con resultado muerte y lesiones graves a varias personas; que la imputación
por delito culposo o imprudente no solo puede recaer en el ejecutor material del hecho
inmediato -los que efectivamente manipularon los pertrechos militares-, sino también en
todo aquel que dispone u ordena su realización sin adoptar las precauciones de rigor, o
incluso en todo aquel que tiene el deber de control sobre una fuente de peligro y la obli
gación consiguiente de adoptar o prever las medidas preventivas necesarias para evitar
el resultado lesivo; que en estos delitos el núcleo del tipo del injusto consiste en la diver
gencia entre la acción realmente realizada y la que debería haber sido realizada en vir
tud del deber de cuidado que era necesario observar” (R. N. N°3738-2004-Tumbes, del
20/01/2005, f j. 5, Sala Penal).
J 0149 Im pu tación su bjetiva en los delitos culposos: “Que, por el contrario, dicho cau
dal probatorio ha permitido acreditar la responsabilidad penal de la encausada [...] por
el delito de homicidio culposo tipificado en el artículo ciento once, tercer párrafo; que,
este tipo penal sanciona al que, por culpa, ocasiona la muerte de una persona; que el ele
mento central del delito culposo es la infracción del deber de cuidado, por ello, única
mente se puede imputar el quebrantamiento de un deber que, en el contexto social con
creto, formaba parte de la esfera de competencia del actuante, es decir, únicamente puede
ser objeto de la imputación jurídico penal el quebrantamiento o la inobservancia de los
deberes inherentes al rol del agente, que debía saber en el contexto social de su acción, de
esta forma, ‘la imputación subjetiva completa su contenido como atribución de un sentido
normativo al conocimiento configurador del tipo penal (R. N. N °2792-2010-Lima,
del 17/01/2011, f. j. 6, Sala Penal Permanente).
131
A rt . 12 L ibro primero / Parte general
con el conocimiento de la realización del tipo penal y que su conducta se dirija hacia la
prosecución de una finalidad considerada inaceptable por la normativa penal, ya sea que
infrinja una prohibición o no se acate un mandato imperativo. Según la tesis incrimina-
toria los encausados [...] actuaron con dolo eventual. Se conoce en la doctrina como dolo
eventual, aquella clase de dolo en la que el autor representa como posible la concreción
del resultado y pese a ello no se abstiene de actuar, por el contrario, se conforma con ello
—teoría de la representación o de la probabilidad-. El agente sabe que el riesgo de su com
portamiento es elevado, pero acepta la probable realización del resultado. A diferencia
del dolo directo o de primer grado, en el que el agente persigue, al decidirse actuar, alcan
zar el fin propuesto, en el dolo eventual no busca la realización del resultado, sino que lo
acepta como probable ante el riesgo que importa su conducta. F. J. 9. Que está acredi
tado el conocimiento por parte de los encausados [...] del peligro que representaba la ins
talación de una pesada grúa en un lugar inapropiado, para lo cual tuvo que utilizarse dur
mientes de madera sobre los cuales apoyarse, y a pesar que uno de ellos se encontraba
cediendo, decidieron continuar con el rodaje del spot publicitario, de suerte que asumie
ron el riesgo que ello importaba, pues lejos de rechazarlo aceptaron como probable la cau
sación de un resultado como el producido, lo cual evidencia que actuaron con dolo even
tual, en los términos que se tiene expuesto, lo que descarta la tesis de un accidente. Por
lo tanto, sus conductas merecen el reproche social y una sanción penal” (R. N. N° 5083-
2008-Cusco, del 20/01/2010, ff. jj. 8 y 9, Sala Penal Permanente).
J 0152 C ontenido d e l dolo típico: “Para actuar dolosamente, el sujeto de la acción debe
saber qué es lo que hace y conocer los elementos que caracterizan su acción como típica,
asimismo, no basta tener mero conocimiento de los elementos objetivos del tipo, es nece
sario además querer realizarlos” (Ejecutoria Superior del 20/05/1998; Exp. N° 132-98,
Lima: En: BACA CABRERA, D.; RO JAS VARGAS, F. y NEYRA HUAMÁN, M. (1999).
Jurisprudencia penal: Procesos sumarios. Gaceta Jurídica, Lima, p. 533).
J 0153 D o lo even tu al y culpa con scien te : “[...] la tipicidad es uno de los aspectos inte
grante de la teoría del delito, la misma que se subdivide en tipicidad objetiva y tipicidad
subjetiva. Respeto de esta segunda categoría es necesario realizar algunas precisiones
[...]. Así, al tipo subjetivo pertenecen aquellas circunstancias que convierten el hecho en
acción típica; es decir dolo e imprudencia y en su caso, la concurrencia de elementos sub
jetivos adicionales al dolo. El tipo subjetivo debe concurrir en el momento de empren
der la acción ejecutiva -en sentido de acción u omisión- teniendo presente que la acción
y la omisión no son dos formas ontológicamente distintas del comportamiento humano.
Cuando hablamos del dolo, este se clasifica en directo, indirecto y eventual. Aquí solo nos
vamos al dolo eventual, pues en tal clase de dolo se ha calificado el aspecto subjetivo de
los hechos objeto de acusación. En el dolo eventual se exige, además de la previsibilidad
del resultado como posible, que el autor lo haya ratificado o aceptado. El agente, a pesar
de representarse el peligro actual de la realización de un resultado dañoso como posible,
no se detiene en su actuar, continúa su acción hacia ese resultado. El sujeto no solo se
representa el riesgo y el resultado y no aplica ninguna de las medidas de precaución exi
gidas en el ámbito de relación, sino que además su actitud es la de contar con dicho riesgo
132 -
B ases de la punibilidad A rt. 12
y resultado o de decidirse por ese curso de acción. En otros términos, el agente se repre
senta que con su accionar puede ocasionar un resultado dañoso y sin embargo lo acepta
en forma temeraria y en lugar de abstenerse o tomar las precauciones necesarias, conti
núa con su accionar hasta que se produce el resultado dañoso por el representado y acep
tado. En cambio en la culpa consciente, la actitud del sujeto es de confianza, sobre la base
de circunstancias tácticas o personales comprobables, en que finalmente la posible afec
ción del bien jurídico no se producirá. Esta confianza tiene que ser fundada. Ello significa
que los elementos en que se basa, personales o tácticos, tienen que ser aptos para gene
rar la confianza. Así resulta necesario establecer bajo ciertas reglas basadas en la hipóte
sis de relevancia según la cual, respecto de los datos físicos, deben ser considerados todos
aquellos que contribuyeron a conformar el caso; respecto de los datos psíquicos (o esta
dos mentales), solo deben ser considerados relevantes aquellos que se reputan epistémi-
camente racionales. En otros términos, en la culpa consciente el agente al estar realizando
una acción peligrosa se representa el peligro de ocasionar un resultado dañoso, no obs
tante confía en que no se producirá. Teniendo claro tales conceptos teóricos, se concluye
que los hechos aparecen bien calificados como dolosos en la modalidad de dolo eventual”
(Exp. N° 50274-2007-0-Lima, f. j. 14, Primera Sala Penal conReos en Cárcel Colegiado
Par de la Corte Superior de Lima).
J 0154 D olo eventual. “Que, el dolo eventual se produce cuando el autor considera
seriamente como posible la realización del tipo legal y se conforma como tal “eventual”
realización. El contenido del injusto del dolo eventual es menor que el de las otras dos
clases de dolo (directo e indirecto). Porque aquí el resultado no fue ni propuesto ni tenido
como seguro, sino que su producción o realización se abandona al curso de las cosas. Así
pues, hay dolo eventual cuando el sujeto se representa la posibilidad de un resultado que
no desea, peor cuya producción ratifica en última instancia. En efecto, cuando la inten
ción va dirigida a un fin cierto la estimación del dolo no ofrece duda, el individuo quiere
matar a una persona, por ejemplo, y lo hace cumpliendo su determinada intención diri
gida hacia el resultado deseable, es decir, con conocimiento de los elementos del tipo y
la voluntad de lograr el resultado, hay dolo indirecto (preponderancia del conocimiento
sobre la voluntad). Cuando entre la intención y el resultado interviene la duda, una incer
tidumbre, entonces existe dolo eventual (el agente actúa con la esperanza que factores
ajenos a su dominio impidan la realización del resultado muerte). El sujeto no ha tenido
la intención, no ha querido tampoco el resultado antijurídico pero sí se lo ha representado
como posible en más o menos, y no retrocediendo en su accionar, ante esta duda, actúa y
el resultado típicamente antijurídico, o sea, el delito se produce: ‘el dolo eventual se pro
duce cuando el agente realiza un hecho cuya consecuencia probable o posible es la rea
lización del tipo pero lo realiza sin propósito de conseguir dicha consecuencia típica’,
siendo ello así, a manera de ahondamiento se debe recordar que: ‘en lo que respecta al
dolo eventual, este se caracteriza porque el autor es consciente del problema o inminente
peligro de realización del tipo, es decir, el autor se percata del riesgo de lesión prohibida
que crea con su comportamiento. Sin embargo no se detiene en su accionar pese a que
desde el punto de vista racional es consciente que no podrá evitar por sí mismo la rea
lización del resultado’ de lo que se desprende que el dolo eventual se diferencia de los
otros tipos de dolo, en virtud a que el autor, a pesar de ser consciente de la inminente
133
A rt. 12 L ibro primero / Parte general
realización del resultado típico, continua con su accionar delictivo basado en la esperanza
de que fuerzas o factores ajenos impidan la realización del resultado lesivo [...]” (Exp.
N° 18707-2011-Lima, del 02/05/2012, f j. 6, Vigésimo Octavo Juzgado Penal de ¡a Corte
Superior de Justicia de Lima).
J 0155 D iferen cia entre dolo eventual y cu lpa consciente: “Para que exista dolo even
tual es necesario que el agente, al realizar la conducta lesiva, se haya representado seria
mente la posibilidad del daño (elemento cognoscitivo del dolo), y que, a pesar de ello se
conforme con el resultado posible (elemento voluntario), aun cuando no quiera el mismo.
La culpa consciente, por el contrario, exige en el sujeto la confianza que el resultado,
a pesar de su posibilidad, no se producirá” (Sentencia N° 035-98 de la Sala Mixta de
Camaná de la Corte Superior de Justicia de Arequipa, del 10/02/1998. En: ARMAZA
GALDÓS, Jorge y ZAVALA TOYA, F. (1999). La decisión judicial. Gaceta Jurídica,
Lima, p. 27).
J 0156 D iferen cia entre dolo even tu al y cu lpa consciente: “Lo que diferencia al dolo
eventual de la culpa consciente es que, en el primer caso, el agente considera seriamente
la probabilidad del resultado dañoso, aceptando necesariamente dicha probabilidad con
la realización de la conducta peligrosa, per se o por otra persona. En la culpa consciente
existe, por lo contrario, la creencia de que el peligro no va a concretarse; es de señalar que
la aceptación a la que se alude en el dolo eventual, en los términos aquí planteados, no se
refiere a la aceptación del resultado dañoso (por ejemplo, producción de muerte o lesiones
a la persona), sino únicamente a la conducta capaz de producirlo. En situaciones especia
les y masivamente peligrosas el conocimiento del peligro propio de una acción que supera
el límite del riesgo permitido, es suficiente para acreditar el carácter doloso del comporta
miento; en consecuencia obrará con dolo el autor que haya tenido conocimiento del peli
gro concreto que deriva de su acción para los bienes jurídicos” (Sentencia de la Primera
Sala Penal para Procesos con Reos en Cárcel de la Corte Superior de Justicia de Lima,
del 24/11/2004, Exp. N° 306-2004. En: Diálogo con la Jurisprudencia (2005). Año 10,
N°76. Gaceta Jurídica, Lima, p. 176).
J 0157 E lem en tos de la im putación objetiva en e l delito culposo: “En los delitos cul
posos el hecho resultante, además de ser causado por la infracción del deber de cuidado,
debe ser susceptible de imputársele objetivamente a la imprudencia del autor, circunstan
cia que contempla una doble circunstancia: a) la relación de causalidad entre la acción y el
resultado; y b) que la causación del resultado esté dentro de la finalidad de protección de
la norma de prudencia vulnerada, faltando este presupuesto cuando, pese al riesgo creado,
el resultado no era previsible o cuando el resultado no tenga nada que ver con la infrac
ción cometida” (Ejecutoria Superior del 14/12/1998. Exp. N° 4988-98-Puno. En: BACA
CABRERA, D.; RO JAS VARGAS, F. y NEYRA HUAMÁN, M. (1999). Jurisprudencia
penal: Procesos sumarios. Gaceta Jurídica, Lima, p. 101).
J 0158 N a tu ra leza norm ativa de la con du cta culposa: “Actúa culposa o impruden
temente el que omite la diligencia debida. Se trata, por lo tanto, de la infracción del
deber de cuidado, o sea, de las normas de conducta exigibles para el caso, las cuales se
extraen de la experiencia común y no dependen necesariamente de la trasgresión de leyes
134
B ases de la punibilidad A rt. 13
J 0160 R iesgo p e rm itid o vs. im putación a la víctim a: “No existe violación del deber
objetivo de cuidado en la conducta del procesado, ya que este conducía su vehículo a
una velocidad prudente y razonable, coligiéndose, por ende, que su actuación no generó
ningún riesgo; existiendo, por el contrario, una autopuesta en peligro por parte del pro
pio agraviado, quien debe asumir las consecuencias de la asunción de su propio riesgo,
pues caminaba por una vía destinada a la circulación de vehículos, en completo estado de
ebriedad” (Ejecutoria Superior de la Sala Penal de Apelaciones para Procesos Sumarios
con Reos Libres de la Corte Superior de Justicia de Lima, del 09/09/1998. Exp. N° 2SOS
OS. En: RO JAS VARGAS, F. (1999). Jurisprudencia penal comentada. Gaceta Jurídica,
Lima,p. 638).
(3) Inciso vigente conform e a la modificación realizada por el artículo único de la Ley N° 26682 del 11/11/1996.
135
A rt. 13 L ibro primero / Parte general
TEXTO ORIGINAL:
Artículo 13.-E l que omite impedir la realización del hecho punible será sancionado:
1. Si tiene el deber moral o jurídico de impedirla o si crea un peligro inminente que
fuere propio para producirla: y
2. Si la omisión corresponde a la realización del tipo penal mediante un hacer.
La pena del omiso podrá ser atenuada.
DOCTRINA
136
Bases de la punibilidad A rt. 13
_IMKIS4
_ _ _ _ Elementos normativos estructurales: URQUIZO OLAECHEA, J. F. y
SALAZAR SÁNCHEZ, N. (2007). “Responsabilidad penal del directivo de la empresa
en el Código Penal peruano. Competencia por organización y naturaleza normativa del
injusto de resultado lesivo en los supuestos de comisión por omisión”. En: Actualidad
Jurídica. N° 160 (marzo del 2007). Lima: Gaceta Jurídica, pp. 255-256. “El contenido,
estructura y fundamento de la comisión por omisión -en virtud del principio de legalidad-
solo pueden configurarse en función de lo estipulado por el artículo 13 del CP y conforme
a los planteamientos doctrinarios que son compatibles con el sentido teleológico de nues
tra legislación. Al respecto, el artículo 13 señala: ‘El que omite impedir la realización del
hecho punible será sancionado: 1) si tiene el deber jurídico de impedirlo o si crea un peli
gro inminente que fuere propio para producirlo; y 2) si la omisión corresponde a la realiza
ción del tipo penal mediante un hacer’. Del presente texto legal, se infieren dos cuestiones
normativas básicas que fundamentan la comisión por omisión. Estas son: a) La posición de
garante (inciso 1); y b) la equiparación jurídico-penal de la omisión contemplada en el ar
tículo 13 con los elementos normativos de los tipos legales de la parte especial (inciso 2).
Por exigencia, de la ley, es condittio sine qua non que, para la configuración de un delito
mediante comisión por omisión, estén presentes estas dos instituciones. En este contexto,
en lo que sigue, nos referiremos a la posición de garante y a la equiparación que tiene, en
el Derecho Penal, el artículo 13 con los tipos penales de la parte especial”.
137
A rt. 13 L ibro primero / Parte general
JURISPRUDENCIA
Sumario: CORTE SUPREMA: Posición de garante en los delitos de comisión por omisión / La
posición de garante como requisito de la punibilidad de los delitos de comisión por omi
sión / Omisión impropia y deber de garante. CORTES SUPERIORES: Omisión impro
pia y deberes de injerencia relacionados con la competencia de los representantes lega
les de las personas jurídicas. JURISPRUDENCIA EXTRANJERA: Omisión impropia
y deberes procedentes de la injerencia / Elementos objetivos y subjetivos en las conduc
tas omisivas impropias.
CO RTE SU PREM A
J 0161 P osición de g a ra n te en los delitos d e com isión p o r om isió n : “Que [...] la comi
sión por omisión u omisión impropia se configura cuando el sujeto activo se encuentra
en una posición de garante con relación al bien jurídico, entendido como el deber de rea
lizar acciones de salvamento y protección para evitar su lesión o puesta en peligro, por
138
B ases de la punibilidad A rt . 13
situarse el bien jurídico en una relación de dependencia respecto a quien ostenta dicho
deber; que, por lo tanto, el encausado no tenía la posición de garante en el hecho incrimi
nado, pues si bien fue jefe del Grupo de Intervenciones Rápidas -GIR—y en esas circuns
tancias apoyó la intervención policial del agraviado, quien fue conducido e ingresado a la
Comisaría de Sullana -lugar donde se produjo el deceso- Dicho recinto no se encontraba
bajo su custodia ni responsabilidad, en consecuencia no ostentaba la posición de garante
-porque no reunió los requisitos especiales para ser un sujeto cualificado- y, por ende, no
tenía la responsabilidad jurídicamente impuesta de hacer lo posible para evitar el resul
tado, pues no se llegó a acreditar la existencia de una estrecha relación entre el mencio
nado encausado y el bien jurídico que debió proteger, de manera tal que en sus manos
haya estado el control de la situación” (R. N. N ° 1008-2010-Piura, del 05/08/2010, Sala
Penal Permanente).
J 0163 Omisión impropia y deber de garante: “Nuestro Código Penal vigente le con
fiere relevancia jurídica, tanto al aspecto activo del comportamiento humano, constituido
por el ejercicio de la finalidad a través de un hacer, como a su aspecto pasivo, constituido
por la omisión; dicha omisión social y jurídicamente relevante está referida a la realiza
ción de una acción determinada que le es exigida al agente; de allí que estructuralmente
los delitos omisivos consistan en la infracción de un deber jurídico, no estando todos estos
139
A rt. 13 L ibro primero / Parte general
comportamientos omisivos penalmente relevantes descritos por un tipo penal, es por ello
que la doctrina reconoce la existencia de delitos omisivos impropios, o llamados también
de comisión por omisión; respecto de los cuales el Código Penal en su artículo 13 esta
blece una cláusula de equiparación que nos permite adecuar el comportamiento omisivo
al comisivo, siendo preciso para ello constatar no solo la causalidad de la omisión, sino
también la existencia de un deber de evitar el resultado por parte del agente frente al bien
jurídico, vale decir, de un deber de garante; que en el caso de autos se verifica la existen
cia de esta causalidad hipotética, es decir, la posibilidad que tuvo el encausado de evitar
el resultado; en principio, por cuanto él tenía la condición de efectivo policial al mando
de la patrulla a bordo de la cual se desplazó a los agraviados, ya que tenía mayor jerar
quía frente a sus encausados, y por cuanto estaba obligado a impedir la realización del
delito, para lo cual tenía plena capacidad, siéndole, por ello, el resultado lesivo perfec
tamente imputable; también se hallaba en una posición de garante frente al bien jurídico
de los agraviados, ya que esta surge también cuando el agente tiene el deber de vigilar la
conducta de otras personas” (Ejecutoria Suprema del 25/08/1999, Exp. N° 2528-99-Lima.
En: Revista Peruana de Jurisprudencia (2000). Año II. N° 3. Normas Legales, Trujillo,
p. 358).
CORTES SUPERIORES
J 0164 O m isión im propia y deberes de injerencia relacion ados con la com petencia de
los representantes legales de las perso n a s ju ríd ica s: “Respecto a la posición de garante,
exigida en los delitos de comisión por omisión, se entiende que quien configura estable
mente una organización está en todo caso obligado a eliminar el peligro de ella derivado.
El fundamento normativo de la posición de garante estriba en la ponderación de intereses,
donde dicha ponderación pretende responder a la pregunta acerca de quién es especial
mente competente, de acuerdo con los principios de distribución adecuada de libertades y
de cargas, para evitar que se produzcan determinados cursos causales peligrosos para bie
nes jurídicos de terceros; en consecuencia, atribuir responsabilidad penal por omisión al
representante de una determinada empresa por todos los hechos cometidos por sus depen
dientes, sería negar el principio de confianza que impera en todas las relaciones contrac
tuales de subordinación y coordinación” (Ejecutoria Superior de la Sala Penal de Apela
ciones para Procesos Sumarios con Reos Libres de la Corte Superior de Justicia de Lima
del 13/05/1998, Exp. N°8380-97-A-Lima. En: BACA CABRERA, £>.; ROJAS VARGAS,
F. y NEIRA HUAMAN, M. (1999). Jurisprudencia penal: Procesos sumarios. Gaceta
Jurídica, Lima, p. 633).
JURISPRUDENCIA EXTRANJERA
J 0165 O m isión im propia y deberes pro ced en tes d e la injerencia: “Una correcta valo
ración jurídica de los hechos debería; en realidad, haber considerado que el fundamento
de la responsabilidad del recurrente respecto de la muerte ocasionada no es su compor
tamiento activo; sino la omisión de impedir el resultado para el cual había creado con
su hecho anterior el peligro de su producción [...]. No cabe duda, en primer lugar, que
el recurrente creó el peligro antijurídico al arrojar el colchón hacia el lugar en el que
sabía se podía encontrar la víctima. Por lo tanto, cuando se percató de que el peligro
había tenido comienzo de concreción se encontraba en posición de garante fundado en su
140
B ases de la punibilidad A rt. 14
J 0166 E lem en tos objetivos y su bjetivos en las conductas om isivas im propias: “La
acusada tuvo, en primer lugar, conocimiento de la situación que generaba su deber de
actuar, dado que fue ella misma la que encerró a los niños en el piso en que fueron encon
trados. Por las mismas razones, supo que en tales condiciones, los niños no tenían posibi
lidad de acceder a alimento alguno y que, en consecuencia, dependían para su subsisten
cia de la alimentación que ella misma le debía proporcionar. Asimismo, no cabe duda que
la procesada tuvo conocimiento de su capacidad de acción; es decir, la posibilidad de ali
mentar y cuidar de los niños por sí misma [...]. Por último, no ofrece tampoco la menor
duda que la recurrente tuvo conocimiento de las circunstancias que fundamentan su posi
ción de garante, es decir, las circunstancias de las que surgía su deber de impedir la pro
ducción del resultado”. (En: MORENO y BRAVO, E. (1997). Autoría en la doctrina del
Tribunal Supremo. Dykinson, Madrid, p. 129).
----------------- §-------------------
DOCTRINA
Sumario: Error de tipo y error de prohibición / Concepto de error de tipo / Concepto de error de
prohibición / Error vencible de tipo y error vencible de prohibición / Ámbito de aplica
ción del error de tipo.
141
A rt. 14 L ibro primero / Parte general
comportamiento sea típico por ausencia de los elementos subjetivos (dolo e imprudencia)
y el error de tipo vencible conlleva a que la infracción se califique de imprudente porque
el sujeto habría podido percatarse de su error si hubiera sido negligente o cuidadoso. Por
su parte, el error de prohibición, al analizarse en la culpabilidad -en particular en la no
exigibilidad de otra conducta-, solo repercute en ella y no en la tipicidad ni en la antiju
ridicidad; categorías que previamente habrán debido ser acreditadas para llegar al análi
sis de la culpabilidad. Así, el error de prohibición invencible es una causa de exculpación
que impide la atribución del injusto al sujeto y el consecuente reproche de culpabilidad;
y el error de prohibición vencible atenúa la culpabilidad del sujeto, el reproche penal y,
en consecuencia, la pena”.
142
B ases de la punibilidad A rt. 14
I) 1)091 Ámbito de aplicación del error de tipo: LAS CANO, C. (2002). “El tipo
doloso de comisión”. En: LASCANO, C. (Director). Derecho Penal. Parte general.
Córdova: Advocatus, p. 287. “El error de tipo puede recaer sobre un elemento del tipo
básico, sin el cual desaparece la tipicidad -por ejemplo, el autor cree que la cosa de la
cual se apodera no pertenece a un tercero sino que es suya-, o sobre una circunstancia
agravante o atenuante del tipo calificado, -por ejemplo, aunque quiere matar a otro, el
sujeto no sabe que la víctima es su padre- en cuyo caso su error es accidental porque solo
excluye el tipo de parricidio, pero no el de homicidio simple”.
lüls JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0167 L a p ru e b a en el error de p roh ibición '. “Resulta ser una prueba inútil. Ella en sí
misma no permite establecer la existencia o inexistencia del hecho que se pretende probar
143
A rt. 14 L ibro primero / Parte general
A C U ER D O PLEN A RIO
J 0168 E special referen cia a los errores de tipo, p ro h ib ició n , y cu ltu ral en e l m arco
d e la adm inistración de ju stic ia p o r p a rte de lo s ronderos: “El agente, [...] como conse
cuencia de su patrón cultural rondero puede actuar (i) sin dolo -error de tipo- al no serle
exigióle el conocimiento sobre el riesgo para el bien jurídico; (ii) por error de prohibición
porque desconoce la ilicitud de su comportamiento, esto es, la existencia o el alcance de
la norma permisiva o prohibitiva; o (iii) sin comprender la ilicitud del comportamiento
ejecutado o sin tener la capacidad de comportarse de acuerdo a aquella comprensión [...].
Las normas que en este caso se han de tomar en cuenta para la exención de pena por diver
sidad cultural serán, en todo caso, las previstas en los artículos 14 y 15 del CP. Es de rigor,
sin embargo, prevenir que en el caso de ronderos es de muy difícil concurrencia -aunque
no imposible ni inusitado- los casos de error de tipo y, en muchos supuestos, las prescrip
ciones del artículo 15 del CP -que entraña un problema no de conocimiento sino de com
prensión, de incapacidad de comportarse de acuerdo con cánones culturales que al sujeto
le resultan extraños—, porque los ronderos, como regla ordinaria, son individuos integra
dos al Estado total o parcialmente en cuya virtud al tener contacto con la sociedad ‘oficial’
como parte de su modo de vida, aunque sea parcialmente, se les puede exigir algún tipo de
conducta acorde a las normas del Estado, por lo que puede intentar motivar su conducta y,
por ende, desaprobarla cuando sea contraria a los intereses predominantes de la sociedad
con la cual se relaciona” (Acuerdo Plenario N ° 1-2009/CJ-116 sobre “Rondas campesi
nas y Derecho Penal ”, del 13/11/2009, f. j. 15, VPleno Jurisdiccional de las Salas Pena
les Permanente y Transitorias).
CORTE SUPREMA
J 0169 D efinición de error de tipo: “El error de tipo [artículo 14 del CP] con trascen
dencia en los elementos descriptivos del ilícito penal se presenta cuando el agente tiene
una representación equivocada de una circunstancia a la que se hace referencia en el tipo
objetivo, que describe la conducta prohibida, entre las que se consideran: la calidad del
sujeto activo, la calidad de la víctima, el comportamiento activo u omisivo, las formas y
144
B ases de la punibilidad A rt. 14
J 0170 D efinición de los errores de tipo vencibles e invencibles: “El error de tipo es
vencible cuando el sujeto, actuando con la diligencia debida, hubiese podido darse cuenta
del defecto de apreciación en el que incurría; es un error superable que solo elimina el
dolo, dejando subsistente la culpa, por lo que el hecho es sancionado como un delito cul
poso si se halla previsto como tal en la ley. El error de tipo invencible, en cambio, se pre
senta cuando, a pesar de obrar con la diligencia debida, el sujeto no puede darse cuenta
de su error; es un error insuperable, en donde el agente queda exento de responsabilidad
penal, pues se elimina tanto el dolo como la culpa” (R. N. N° 1384-2009-Madre de Dios.
En: Gaceta Penal & Procesal Penal. Tomo 39. Gaceta Jurídica, Lima, p. 174).
J 0171 D efinición de los errores de tipo vencibles e invencibles: “El error surge cuando
el sujeto tiene una falsa representación de la realidad o no entiende de manera correcta el
significado social o jurídico de sus actos. Ahora bien, el error de tipo se encuentra regu
lado en el primer párrafo del artículo 14 del Código Penal, este recae sobre un elemento
objetivo del tipo que el agente desconoce o no reconoce realmente. El error de tipo es de
carácter vencible si el sujeto, actuando dentro de los parámetros de la diligencia debida,
hubiese podido darse cuenta del error en que incurría, se trata pues de un error supe
rable; aquí se elimina el dolo pero subsiste la culpa y el hecho será sancionado como
un delito culposo siempre y cuando se encuentre tipificado en el Código Penal, ya que
según lo establece el artículo 12 del Código Sustantivo, con relación a los delitos culpo
sos se adopta el sistema de numerus clausus. Sin embargo, el error invencible se presenta
cuando, a pesar de haber actuado con la diligencia debida el sujeto no puede darse cuenta
de su error, es decir, es un error de carácter insuperable, en donde el agente queda exento
de responsabilidad penal, pues se elimina tanto el dolo como la culpa, configurándose una
causal de atipicidad” (Ejecutoria Suprema del 01/10/2004. R. N. N° 63-04-La Libertad.
En: Jurisprudencia penal (2005). Tomo II. Normas Legales, Trujillo, p. 48).
J 0172 D efinición de error de tipo vencible: “El error de tipo vencible es aquel que
hubiese podido superarse observando la debida diligencia por la previsibilidad, cognosci
bilidad o advertibilidad y evitabilidad del resultado, por lo que se deberá valorar el con
creto comportamiento desplegado por el imputado, atendiendo a sus características per
sonales, para establecer si estaba en la posibilidad de conocer real y objetivamente que la
víctima tenía trece años, dado que la vencibilidad del error de tipo debe determinarse en
función a la capacidad del sujeto para evitar la realización del tipo cognoscible” (R. N.
N° 2317-2011-Huánuco. En: Gaceta Penal & Procesal Penal. Tomo 47, Gaceta Jurídica,
Lima, p. 98).
J 0173 C ontenido y consecuencias del error de tipo: “El error de tipo surge cuando en
la comisión del hecho se desconoce un elemento del tipo penal o una circunstancia que
agrave la pena, si es invencible excluye la responsabilidad o la agravación. Si fuere ven
cible, la infracción será castigada como culposa cuando se hallare prevista como tal en la
ley. Aludiéndose con el término ‘elemento’ a los componentes de la tipicidad objetiva del
145
A rt. 14 L ibro primero / Parte general
tipo penal, referentes al autor, la acción, bien jurídico, causalidad, imputación objetiva
y los elementos descriptivos y normativos. En ese sentido, el dolo presupone el conoci
miento de todos los elementos del tipo objetivo y en el error de tipo falta ese conocimiento
total o parcialmente, el mismo que excluye el dolo” (Ejecutoria Suprema del 04/10/2004,
R. N. N° 227-2004-Lima. ÁVALOS RODRÍGUEZ, C. y ROBLES BRICEÑO, M. (2005).
“Modernas tendencias dogmáticas en lajurisprudencia penal de la Corte Suprema En:
Diálogo con la Jurisprudencia. Gaceta Jurídica, Lima, p. 107).
J 0175 C ontenido d el error de proh ibición : “La conducta del agente de cuidar a una
menor de edad por un acto de solidaridad humana prodigándole cuidado en un ambiente
familiar por más de dos años y medio, otorgándole además sus apellidos, no puede ser
considerado delito de alteración y supresión del estado civil y tampoco puede ser pasible
de una sanción penal; puesto que su conducta no merece el juicio de reproche al haber
actuado altruistamente, debiéndose apreciar la existencia de un error de prohibición sobre
la licitud de la conducta por haber creído; el sujeto activo, estar actuando con arreglo al
ordenamiento jurídico; por lo que su proceder carece de culpabilidad conforme a lo dis
puesto por el último parágrafo del artículo catorce del Código Penal” (Ejecutoria Su
prema del 15/08/1997, Exp. N° 4103-96-Lima).
146
B ases de la punibilidad A rt. 14
J 0177 A lcan ces d el error de proh ibición : “Los cargos efectuados por el representante
del Ministerio Público no se han acreditado de modo alguno, puesto que el encausado al
efectuar las llamadas de larga distancia de carácter personal, en su condición de direc
tor del hospital, lo hizo pensando que era uno de sus derechos y que le estaba permitido,
al no tener ninguna comunicación que estableciera lo contrario, por lo que actuó en error
de prohibición, ya que consideró que estaba procediendo por la condición de jefe y des
conocía que al efectuar las llamadas telefónicas a larga distancia se configuraba delito de
peculado de uso” (Ejecutoria Suprema del 21/03/2003, Exp. N° 1522-2000-Ayacucho.
En: SALAZAR SANCHEZ, N. (2004). Delitos contra la Administración Pública. Jurispru
dencia penal. Jurista, Lima, p. 397).
J 0180 D iligen cia debida en e l error de tipo: “Que [...] se advierte que no se cuenta
con prueba indubitable, idónea, conducente y útil que demuestre de modo certero que
el encausado haya estado en la posibilidad de conocer con plena certeza que la menor
147
A rt . 14 L ibro primero / Parte general
agraviada, a la fecha de la comisión del evento delictivo, contaba con menos de catorce
años de edad, para de esta forma subsumir la conducta del encausado en el tipo penal de
violación sexual de menor de edad. No obstante, se aprecia que el procesado pudo llegar
a conocer su verdadera edad si tomaba la diligencia debida, pues cuando menos pudo pre
ocuparse por averiguarla, sin embargo no indagó más al respecto y tan solo asumió como
verdad que esta contaba con más de catorce años de edad, pues como ha mencionado no
se tiene certeza sobre la edad que la menor agraviada le refirió, dado que la víctima no ha
podido precisar si efectivamente brindó una edad errada al encausado [ ...] ; a ello se aúna,
que la menor en todas sus declaraciones ha sostenido que mantuvo una relación sentimen
tal de ‘enamorados’ con el referido encausado, y que los actos sexuales que mantuvo con
este se produjeron con su consentimiento, lo que ha permitido —según el especialista- que
la menor se identifique y tenga afecto hacia su agresor, en este caso, el recurrente [...]; lo
que se ve reflejado con la decisión de la víctima respecto de continuar con la relación de
enamorados con el encausado, y que incluso habrían estado conviviendo juntamente con
su menor hija, es decir, no se advierte rechazo alguno a su agresor; en ese mismo sentido,
la madre de la menor [...], en su declaración testimonial [...], aseveró que su hija le men
cionó sobre la relación que mantenía con el recurrente, y que los actos sexuales se habrían
producido con el consentimiento de la menor, y que esta se encontraba en estado de gra
videz” (R. N. N ° 310-2014-Ayacucho, del 30/10/2014,/. j. 7, Sala Penal Permanente).
J 0181 E l error recae en los elem entos n orm ativos o descriptivos del tipo objetivo:
“El error de tipo como aquel error o ignorancia sobre uno o todos los elementos que inte
gran el tipo objetivo -la calidad del sujeto activo, la calidad de la víctima, el comporta
miento activo u omisivo, las formas y medios de acción, el objeto material, el resultado,
la relación de causalidad y los criterios para imputar objetivamente el resultado al com
portamiento activo u omisivo-. Cabe agregar que el error puede recaer sobre cualquiera
de los elementos del tipo objetivo, ya sean descriptivos o normativos; si el agente ha per
cibido equivocadamente un elemento típico, el error recae sobre los elementos descripti
vos, pero si el agente careció de una valoración que le haya permitido comprender el sig
nificado del elemento típico, el error recae sobre los elementos normativos; además este
error puede ser invencible que excluye la imputación personal, eliminando tanto el dolo y
la culpa, y se produce cuando el agente a pesar de actuar diligentemente no pudo evitarlo
y caso contrario (error superable) se tratará de un error vencible que solo elimina el dolo
pero subsiste la culpa, por ende el hecho será sancionado como culposo siempre y cuando
se encuentre tipificado como tal en el Código Penal” (R. N. N ° 1163-2014-Ayacucho, del
09/10/2014,/j. 3.2, Sala Penal Permanente).
148
B ases de la punibilidad A rt. 14
procesales afirmados por el fiscal -propiamente, degradarlos-, era en todo caso absolver
al imputado, pero no declarar fundada una inexistente excepción de naturaleza de acción;
que esta institución solo funciona respecto del hecho objeto del proceso -el cual lo deli
mita el fiscal, no el Tribunal- [...]. F. J. 5. [...] La presencia de un error, vencible o inven
cible, requiere un análisis de las circunstancias internas y externas del autor y su entorno
-la carga de la prueba, si se alega error, corresponde al alegante, es decir, él deberá pro
bar tanto su existencia como, en su caso, su carácter invencible-; que no solo se trata del
análisis lógico y práctico de la afirmación en contrario de los sujetos activo y pasivo del
delito -de sus dichos y explicaciones, del problema de la atendibilidad o preferencia por
una de las versiones-, sino esencialmente del examen de los elementos externos u objeti
vos, los cuales permitirán imputar al encausado el conocimiento de la edad de la víctima;
que al respecto cabe tener presente las características intemas del imputado -madurez,
sociabilidad, integración cultural, educación, inteligencia-, su actividad social, el tiempo
de conocimiento o de trato con la agraviada y las vinculaciones con ella, y las relaciones
con su entorno social, entre otros” (R. N. N ° 4591-2008-Arequipa, del 18/02/2010, ff. jj.
3 y 5, Sala Penal Permanente).
149
A rt. 14 L ibro primero / Parte general
150
B ases de la punibilidad A rt. 14
elimina el dolo pero subsiste la culpa, sancionando el hecho como culposo cuando se
encuentre tipificado como tal en la norma penal, conforme lo informa el primer párrafo
del artículo catorce del Código Penal. F. J . 5. En cuando a la agraviada, [...] en su decla
ración preliminar [...], no mencionó que haya mentido al encausado [...] sobre su edad
[...], refirió que mantenía relaciones sexuales desde los once años de edad, pero no aludió
haber comunicado su edad [...] señaló que mantuvo relaciones sexuales con su consenti
miento, pero que nunca comunicó sobre su edad porque nunca se lo preguntó y tampoco
se lo mencionó. F. J . 6. [...] El encausado reconoció haber sostenido relaciones sexua
les con la agraviada dentro de una relación sentimental, producto de la cual procrearon
una hija [...] agregando que desconocía la edad exacta de la menor agraviada, quién apa
rentaba tener unos catorce años de edad, [...] precisando que el error sobre la edad cro
nológica de la menor agraviada fue porque esta nunca comento su edad, aseveración que
adquiere verosimilitud por el mérito de las declaraciones dadas por la menor agraviada y
delpaneux fotográfico [...] donde se aprecia que esta aparenta físicamente una edad supe
rior a la que tiene, todo lo cual evidencia que efectivamente el precitado encausado prac
ticó el acto sexual con la agraviada en su creencia que contaba con más de catorce años de
edad. F. J. 7. En consecuencia, en su actuar existió un error de tipo sobre uno de los ele
mentos descriptivos del tipo penal de violación sexual de menor de catorce años de edad,
el que fue vencible, por cuanto el encausado [...] actuando con las previsiones del caso se
hubiera dado cuenta del error en el que incurría, lo cual elimina el dolo, pero subsiste la
culpa, por consiguiente, queda exento de responsabilidad, puesto que el Código Penal no
contempla el tipo culposo de violación sexual de menor de catorce años de edad” (R. N.
N° 365-2014-Ucayali, del 12/12/2014, fifi. jj. 4, 5, 6, y 7, Sala Penal Permanente).
J 0187 A plicación del error de tipo vencible desaparece respon sabilidad d el im pu
tado p o r violación sex u a l de una m en or de edad, p u e s elim ina e l actu ar doloso y no
se p u e d e p u n ir e l ilícito de “violación sexu al cu lposa”: “Que, el consentimiento solo
tiene efectos de atipicidad en los delitos de violación sexual cuando el sujeto pasivo tiene
catorce o más años de edad; por ello, dicho efecto solo resultaría operable en este caso
desde que la menor cumplió sus catorce años de edad -enero de dos mil ocho- hasta la
culminación de las relaciones sexuales consentidas -mayo de dos mil ocho-, no siendo
aplicable cuando tenía trece años de edad; sin embargo, advertimos en el proceso un
elemento que impide la configuración del tipo subjetivo, esto es, un error de tipo, por
cuanto el encausado, [...] expresó que la menor le había referido -cuando tuvieron rela
ciones sexuales en el mes de diciembre de dos mil siete- que tenía catorce años de edad
y no trece, lo que motivó al encausado a mantener las relaciones sexuales consentidas
con ella, puesto que no habría podido advertir que tenía menos años; además, esta con
clusión es respaldada por la declaración jurada, [...], perteneciente a [...] la propietaria
del inmueble donde habitaba el encausado, señalando que este trajo a la menor a su habi
tación, no cuestionándole dicha conducta porque la menor agraviada parecía tener unos
veinte años de edad; en ese sentido, su conducta no se encuadra en el tipo penal de vio
lación sexual de menor al generarse un error de tipo, puesto que el encausado estuvo en
error o ignorancia sobre uno de los elementos que integran el tipo objetivo -la edad de
la menor- [...], resultando atípica su conducta al no haber actuado con dolo, y porque
resulta irrelevante determinar si el error fue invencible o vencible, puesto que de pre
sentarse el segundo caso no podría determinarse una pena en base a un delito inexistente
151
A rt. 14 L ibro primero / Parte general
J 0138 L a confianza entre e l p ro cesa d o j la agraviada n o es g a ran tía d e que p rim ero
haya actuado dolosam ente en e l delito de violación sex u a l d e m en or de 1 4 a ñ o s : “F. J.
2. Que, se atribuye al procesado [...] haber mantenido relaciones amorosas por espacio
de tres meses con la menor agraviada [...], quien [...] fue al domicilio del procesado [...]
para luego dirigirse al balneario de Sambaray, y seguidamente alquilaron una habitación
en un hostal [...] llegando a tener relaciones sexuales en dos oportunidades, retomando
el encausado a su domicilio [...], dirigiéndose antes al paradero de taxis embarcando a la
menor agraviada a su domicilio. [...]. F. J . 4. Que, el error de tipo invencible tipificado
en el primer párrafo del artículo catorce del Código Penal, señala que, el error sobre un
elemento del tipo penal o respecto a una circunstancia que agrave la pena, si es inven
cible, excluye la responsabilidad o la agravación; así la doctrina sostiene que el error de
tipo es aquel que se da cuando ‘el agente desconoce un elemento del tipo objetivo [base
de la ilicitud del acto], actúa sin dolo [...] carece de conciencia respecto al acto que rea
liza, de modo que el error de tipo constituye la contrapartida negativa del aspecto intelec
tual del dolo, por lo que resulta además indispensable que no se le pueda reprochar que
haya incurrido en error’ [...]. F. J . 5. Que, si bien el representante del Ministerio Público
en su recurso impugnatorio alega que el Colegiado Superior no debió aplicar el error de
tipo invencible, atendiendo a la confianza y la relación amorosa que tenían el procesado
y la menor agraviada; sin embargo, estos argumentos no son suficientes para determi
nar que el procesado conocía la verdadera edad de dicha menor, toda vez que el proce
sado [...] en su manifestación policial [...] refirió que: ‘la menor le manifestaba que tenía
quince años [...], era alta y de contextura regular’, versión que resulta creíble conforme
se puede observar de la fotografía de la menor agraviada [...], en donde se aprecia a una
joven que aparenta tener más de catorce años de edad, por lo que, en el caso de autos, se
ha producido la figura del error de tipo invencible, el mismo que tuvo lugar cuando el
procesado no se dio cuenta de su error, eliminándose el dolo, quedando exento de respon
sabilidad [...]” (R. N. N°4234-2007-Cusco, del 17/03/2008, ff. jj. 2, 4 y 5, Segunda Sala
Penal Transitoria).
J 0189 In con sisten cia de la alegación d e l error de tipo en los delitos contra la liber
ta d se x u a l : “Que respecto al cuestionamiento del error de tipo, el acusado admite haber
mantenido relaciones sexuales con la agraviada con su consentimiento, quien le dijo que
tenía quince años de edad; es de precisarse que el imputado era una persona muy cercana
y conocida a los familiares de la menor agraviada, conforme se desprende de las declara
ciones de la [...] madre de la agraviada, quien refiere que este trabajaba con su hermano
[...] como vigilante de una empresa, y además vivía en la casa de su hermana [...]; con lo
que se evidencia que el acusado tenía pleno conocimiento de la edad de su víctima, más
aún si admitió [...] que sabía que la agraviada era menor de edad, la que aseguró haberle
dicho su edad; a ello se suma que el procesado tenía 45 años de edad, lo que implica un
grado de maduración conductual que le permitía discernir, discriminar o advertir la edad
de la afectada, en tal sentido tal alegación carece de sustento” (R. N. N° 453-2013-Junín,
del 06/05/2013,fi j. 4, Sala Penal Transitoria).
1 5 2
Bases de la punibilidad A rt. 14
- 153
A rt. 14 L ibro primero / Parte general
154
B ases de la punibilidad Art. 14
fue ‘el diez de abril de dos mil cuatro’ y que su padre autorizó para que conviva con él en
‘abril del dos mil cuatro’ [...] es más, la agraviada agrega que la denuncia fue interpuesta
por presión de uno de los enfermeros que la auscultó durante su primer mes de emba
razo [...]; de otro lado, indica que la convivencia que ella mantenía era de conocimiento
de sus vecinos y de las autoridades del lugar, y que en el pueblo donde vivía también
habían otras chicas de su edad que estaban comprometidas [...]. Que la madre de la menor,
igualmente al concurrir al acto oral y rendir su testimonial, ratifica la relación conviven-
cial entre su hija y el encausado, expresamente autorizada desde abril del dos mil cuatro,
aclarando, respecto a la denuncia de su esposo y padre de la menor, que se interpuso por
que ‘la profesora le exigió que vaya a denunciarlo’, ya que su hija era una menor de edad
[...], agrega que no le parecía extraño que su hija conviva con el procesado debido a que
ella tuvo su primer hijo a los ‘doce o trece años’ y también porque en la zona es normal
que ‘de trece a catorce años ya convivan’. F. J . 7. Que, no obstante que el error al que se
hace referencia surge cuando el sujeto tiene una falsa representación de la realidad o no
entiende de manera correcta su significado social o jurídico, tal posibilidad no exime a
un ciudadano con instrucción mínima y edad suficiente de su deber de informarse en el
momento de actuar o cuando tenga duda que su acto está permitido o no, en este contexto,
aun cuando el procesado argumenta que desconocía que tener relaciones sexuales con una
menor de catorce años era delito, tanto más si en el lugar donde residía habían personas
que convivían con menores, dicha situación no lo excusaba de cerciorarse sobre la lici
tud de su conducta, pues por sus condiciones personales, con segundo año de educación
secundaria, según consta de sus generales de ley de fojas ciento siete que brindó al rendir
su declaración instructiva, hacen colegir que el encausado debía haberse informado sobre
la licitud de su conducta; a este respecto, debe hacerse mención de los criterios para deter
minar la vencibilidad del error, entre ellos, [...] sobre la posibilidad de poder ‘acudir a
algún medio idóneo de información’, ‘el tiempo que disponga para la decisión, reflexión’
y ‘la capacidad intelectual’ [...], presupuestos que en el caso del encausado también se
advierten, consecuentemente, a pesar de haberse acreditado la comisión del delito [...],
podemos inferir que el imputado ha incurrido en un error de prohibición vencible, no obs
tante ello, el legislador ha establecido en el segundo párrafo del artículo catorce del [...]
Código Sustantivo, la obligatoriedad de la atenuación de la pena, justificándose en que
el agente, debido a la buena fe con la que ha actuado, es menos culpable que quien obra
conscientemente contra el Derecho” (R. N. N ° 4426-2007-Junín, del 25/03/2008, ff. jj. 5,
6 y 7, Segunda Sala P en al Transitoria).
155
Art. 14 L ibro primero / Parte general
CO RTES SU PER IO R ES
J 0196 D istin ción entre error de tipo y error de p ro h ib ic ió n : “En lo que se refiere al
error de prohibición, contenido en el artículo catorce del Código Penal, expresada por
algunos de los acusados, al señalar que se levantaron en armas ‘porque ellos ante la
situación política y social que vivía el país, pensaron que era su deber levantarse con
tra el Presidente de esa época, el señor Alejandro Toledo’, se debe tener en cuenta lo
siguiente: Que, en principio ‘ignorantia vel error inris non excusaf (es decir: la ignoran
cia o el error de Derecho, no excusan) viene del Derecho Romano, [...].Es por esta cues
tión que no es posible alegar desconocimiento de la ley, para excluir la culpabilidad y
156
B ases de la punibilidad A rt. 14
evitar responsabilidades. Sin embargo, en el Derecho Penal, el tema del error tiene mati
ces especiales y peculiares. En principio, si el error impide comprender la criminalidad
del acto, debe excluir la culpabilidad. A su vez también es de suma importancia distin
guir entre el error de prohibición y el error de tipo. El error de prohibición, conforme al
artículo catorce del Código Penal antes invocado, sería aquel que recae sobre normas que
dan lugar a un hecho, el carácter de delito. El error de tipo, sería aquel que recae sobre las
circunstancias que dan contenido a la figura o tipo delictivo, es decir, sobre circunstan
cias de hecho. A efectos de ubicar el tema, debemos distinguir entre error de tipo y error
de prohibición. Se debe señalar que error que recae sobre los elementos que son exigidos
en el tipo objetivo, es el error de tipo, que invariablemente excluye la tipicidad dolosa de
la conducta. Asimismo, cuando el error de tipo es invencible elimina cualquier tipicidad,
en tanto que cuando es vencible, puede dar lugar a tipicidad culposa, en caso de que los
extremos de la misma estén dados. El error de prohibición no pertenece para nada a la
tipicidad ni se vincula con ella, ni la elimina siquiera, pero puede ocurrir que la conducta
no sea reprochable porque el error de prohibición es un puro problema de exclusión de la
culpabilidad en su aspecto negativo, así como la justificación era el aspecto negativo de
la antijuridicidad. De esta manera, frente al error de tipo que elimina siempre la tipicidad
dolosa, pero que, cuando es vencible, puede dar lugar a tipicidad culposa, está el error de
prohibición, que cuando es invencible elimina la culpabilidad. Así como el ‘error de tipo’
es lo contrario de la existencia de dolo, el ‘error de prohibición’ lo es del actual cono
cimiento del injusto. Entonces, se llama error de prohibición al que recae sobre la com
prensión de la antijuridicidad de la conducta. Cuando es invencible, es decir, cuando
con la debida diligencia el sujeto no hubiese podido comprender la antijuridicidad de su
injusto, tiene el efecto de eliminar la culpabilidad. Cuando es vencible, para nada afecta
la tipicidad dolosa o culposa que ya está afirmada al nivel correspondiente, teniendo solo
el efecto de disminuir la reprochabilidad, es decir, la culpabilidad, lo que se traduce en la
cuantía de la pena que puede disminuirse. Si es invencible elimina también la culpabili
dad, si es vencible puede dar lugar a culpa. Como bien pude demostrar, el error de prohi
bición dentro de la teoría del delito se encuentra en la estructura de la culpabilidad, ya
que de ser esencial e invencible la elimina. La culpabilidad como característica del delito
es la reprochabilidad, es decir, que se le reprocha al autor de un delito la conducta típica
y antijurídica porque le era exigible un comportamiento adecuado a Derecho tomando en
cuenta elementos objetivos y subjetivos. Por lo expresado es que cuando se produzca un
error de prohibición esencial e invencible habrá ausencia de culpabilidad del autor de la
conducta, y aquella no podrá reprochársele, ya que aun cuando se hubiera tenido la debida
diligencia, el sujeto no habría podido comprender la antijuridicidad de su injusto, es decir,
de su conducta” (Exp. N ° 20-2005-CS-Lima, del 13/10/2009, f j. 1, Primera Sala Penal
para Reos en Cárcel de la Corte Superior de Lima).
----------------- § ------------------
■157
A rt. 15 L ibro primero / Parte general
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 15.- El que por su cultura o costumbres comete un hecho punible sin poder
comprender el carácter delictuoso de su acto o determinarse de acuerdo a esa com
prensión, será eximido de responsabilidad. Cuando por igual razón, esa posibilidad
se halla disminuida, se atenuará la pena.
DOCTRINA
(4) A rtículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 de la L ey N° 30838 del 04/08/2018
158
B ases de la punibilidad A rt. 15
_1)_ (1096
_ _ _ Estructura e implicancias: VILLAVICENCIO TERREROS, F. (2004).
“Error de comprensión culturalmente condicionado”. En: Código Penal comentado.
Tomo I. Lima: Gaceta Jurídica, p. 500. “Debemos precisar que la simple contrastación
fáctica de que el individuo no ba internalizado la norma prohibitiva, a pesar de conocerla
(y también la pertenencia a otro segmento cultural), no es suficiente para eximir de res
ponsabilidad penal ya que de acuerdo al texto del artículo 15 se demanda la determina
ción si le era exigible que lo hiciera (la intemalización), pues se establece claramente que
actúe ‘sin poder comprender el carácter delictuoso de su acto’ y no únicamente sin com
prender la prohibición. Pues cuando se cumple un injusto, el Derecho no requiere para
afirmar la culpabilidad que el sujeto haya internalizado esos valores, puesto que la mayo
ría de veces el injusto obedecerá a una falta de intemalización. Lo que requiere es que
el sujeto haya tenido la posibilidad de internalizarlos en grado razonablemente exigible.
_I)_ 0(197
_ _ _ Crítica: MEINI, I. (2008). “Inimputabilidad penal por diversidad cultural
sobre el artículo 15 CP”. En: Revista Peruana de Ciencias Penales. Tomo 20. Lima:
Idemsa, p. 316. “El artículo 15 CP prevé, como consecuencia jurídica, la exclusión de
responsabilidad en caso la cultura o costumbres generen en el sujeto incapacidad para
comprender el carácter ilícito de su acto o para determinarse de conformidad a ello, y
si se trata tan solo de una disminución de dicha facultad, la atenuación de la pena. Con
secuencia que, como advierte la doctrina partidaria de leer en el artículo 15 CP un error
comprensión culturalmente condicionado, se corresponde con la del error de prohibi
ción. De ahí que se diga, siempre por parte de aquella doctrina, que el artículo 15 CP es
un error de prohibición. Sin embargo, como ya se adelantó, ello es invertir el orden de
las cosas, atribuyendo una determinada naturaleza jurídica sobre la base de las conse
cuencias que el legislador ha previsto. Con todo, que el artículo 15 CP tenga la conse
cuencia jurídica que tiene, induce a pensar que la voluntad del legislador fue, efectiva
mente, la de regular una modalidad de error sobre la ilicitud. Pero dicha voluntad no es
un criterio que condicione la interpretación jurídica”.
159
A rt. 15 L ibro primero / Parte general
jMg JURISPRUDENCIA
Sumario: ACUERDO PLENARIO: Lincamientos para la adecuada aplicación del artículo 15 del
CP en procesos penales interculturales por agresión sexual contra niñas y adolescentes /
Aplicación del artículo 15 del CP (error de compresión culturalmente condicionado)
para el caso de rondas campesinas. CORTE SUPREMA: Criterios para determinar el
error de prohibición vencible / Error de prohibición vencible causado por los facto
res culturales / Diferencia entre error de prohibición en general y el error de compren
sión culturalmente condicionado / Circunstancias que permiten colegir la aplicación
del error de comprensión culturalmente condicionado / Exclusión de la responsabilidad
penal en los supuestos de error de prohibición culturalmente condicionado / Ausencia de
culpabilidad por concurrencia del error de comprensión culturalmente condicionado /
Operatividad del error culturalmente condicionado en los delitos contra la indemnidad
sexual / Error de comprensión culturalmente condicionado (“Servinacuy”, costumbre
ancestral arraigada a una comunidad, permitió eximir de responsabilidad al procesado) /
Inaplicabilidad del error de comprensión culturalmente condicionado por el modo y
forma de la ejecución del hecho punible / Aspectos relevantes de las condiciones del
imputado para aplicar el error de comprensión culturalmente condicionado / Circuns
tancias merituables para la inaplicabilidad del error de comprensión culturalmente
condicionado / Límites de la potestad jurisdiccional de las comunidades campesinas
y nativas cuando se afectan derechos fundamentales (la vida y la libertad personal),
Inaplicabilidad del artículo 15 del CP / Utilidad de la pericia antropológica en la apli
cación del artículo 15 del CP / Necesidad de pericia antropológica como fundamento
para la aplicación del concepto de error de comprensión culturalmente justificado / La
prueba pericial o documento antropológico como medio de prueba idóneo para demos
trar el error de comprensión culturalmente condicionado / Contenido de las pericias
antropológicas que se requieren para la aplicación del artículo 15 del CP.
ACUERDO PLENARIO
J 0197 L in cam ien tos p a ra la adecuada aplicación del artículo 1 5 d e l C P en p ro ceso s
p e n a le s in tercu ltu rales p o r agresión se x u a l contra niñas y adolescentes: “El artículo 15
del Código Penal regula una causal de exculpación, plena o relativa, que opera en aque
llos casos donde la realización de un hecho que la ley penal califica como delito, le es
imputado a quien por su cultura y valores originarios no puede comprender tal condición
antijurídica y, por ende, tampoco está en capacidad de determinar su conducta conforme
a tal comprensión. La doctrina penal nacional ha aportado en tomo a dicho dispositivo
legal diferentes lecturas y funciones dogmáticas. En tal sentido, se le ha considerado
como una modalidad especial de error de prohibición o de causal de inimputabilidad o
incapacidad penal [...]. Ahora bien, la consecuencia jurídica prevista por dicho artículo
afecta siempre la punibilidad del hecho ilícito imputado. Por consiguiente, si se cumplen
sus presupuestos normativos el agente, según los casos, no será sancionado penalmente o
se le aplicará una disminución punitiva. Ahora bien, los riesgos o impactos negativos,
derivados de una aplicación judicial indebida o distorsionada de tales efectos de exonera
ción o disminución punitiva, al recaer sobre potenciales autores de delitos tan sensibles
para la comunidad nacional, como son las agresiones sexuales contra niñas y adolescen
tes menores de catorce años, proyectan un equivocado mensaje psicosocial de tolerancia
160
B ases de la punibilidad A rt. 15
o validación judicial de un acto delictivo. Esto es, transmiten o promueven una sensación
colectiva de impunidad frente a la cual solo se esgrime como justificación el origen cul
tural del infractor, lo cual, por su insuficiencia o argumentación aparente, resiente toda
concesión razonable de tutela jurisdiccional efectiva para los derechos fundamentales de
las víctimas. Es más, como advierte un sector de la doctrina, tales prácticas erradas de la
judicatura, sobre la interpretación y los límites constitucionales de la diversidad cultural,
solo expresarían ‘una contradicción paradójica en el sistema: garantizar los derechos fun
damentales de la persona y, al mismo tiempo, considerar eximentes de pena a pautas cul
turales o costumbres contrarias a estos mismos derechos’ [...]. Por tanto, pues, deben
fijarse lincamientos ideológicos y prácticos que posibiliten una atinada gestión de los pro
cesos penales por tales delitos, a la vez que vinculen a los jueces penales con una delicada
y escrupulosa aplicación del artículo 15 del Código Penal a los imputados. En coherencia
con tales finalidades, es menester que los órganos jurisdiccionales penales de todas las
instancias adopten y utilicen los siguientes criterios: i) Desarrollar una aplicación selec
tiva y restringida del artículo 15 del Código Penal, a fin de que este no proyecte indebida
mente sus efectos sobre autores de delitos de abuso y violencia sexual en agravio de niñas
y adolescentes menores de 14 años. Por tanto, deben excluirse de los alcances de dicha
disposición y reprimirse penalmente, toda forma violenta de abuso o prevalimento que
hayan utilizado los imputados para someter a la víctima menor de catorce años de edad a
un acceso camal. No siendo, en ningún caso, excusa suficiente el aval posterior de tales
actos por parte de familiares o la aceptación por estos de cualquier forma de compensa
ción, toda vez que la vulneración de derechos fundamentales, especialmente en casos de
violencia sexual de menores de catorce años de edad, no admite compensación ni conci
liación alguna. Al respecto, se valorará la fenomenología casuística relevante como las
notorias diferencias de edad entre el autor y la víctima, la oportunidad y las circunstancias
del hecho, la condición de vulnerabilidad de la menor agraviada, el estado civil del agre
sor al momento del hecho, la existencia de formas de negociación o arreglo para la entrega
con fines de prácticas sexuales de la menor al margen de su voluntad y consentimiento, la
aceptación de formas posteriores de composición o indemnización, la constitución y
duración forzada de un estado de convivencia posterior a los hechos, el grado de acultu-
ración adquirido por el imputado, entre otros análogos, los cuales deberán ser apreciados
y motivados en cada caso por el juez para decidir su relevancia intercultural o su signifi
cado de género, ii) La construcción técnica e idónea de las pericias antropológicas en pro
cesos penales sobre la materia. La pericia antropológica es obligatoria e imprescindible,
en todos los casos, para decidir la aplicación del artículo 15 del Código Penal. El órgano
jurisdiccional debe, además, supervisar que la pericia sea practicada por un profesional
idóneo y con experiencia acreditada en la materia. En cuanto a su contenido y alcances,
la pericia antropológica debe de centrarse en el origen de la costumbre invocada y en su
validez actual, procurando auscultar la presencia de vetas de ilustración en el entorno cul
tural de los sujetos involucrados, las cuales evidencien procesos de cuestionamiento o
rechazo del sometimiento de menores de catorce años a prácticas sexuales tempranas.
Asimismo, sobre la existencia de normas, procedimientos o formas de sanción que se
apliquen a las agresiones sexuales en agravio de niñas y adolescentes o que no brinden a
estas una tutela jurisdiccional efectiva o que discriminen su acceso a la justicia. El juez
competente debe también advertir al perito sobre lo impertinente de todo contenido o
161
A rt. 15 L ibro primero / Parte general
conclusión pericial que pronuncie por aspectos de carácter jurídico o de naturaleza proce
sal o punitiva, o que descalifique a la víctima. Es pertinente, pues, recomendar que las
pericias antropológicas se estructuren siguiendo un orden metodológico y expositivo
homogéneo. Para ello, por ejemplo, es recomendable la estructura referida por la ‘Guía
Metodológica para la Elaboración de Peritajes Antropológicos en causas Indígenas’ [...],
cuyos aportes principales se transcriben a continuación y se incorporan con sentido orien
tador en este Acuerdo Plenario [...]. Según dicho documento ilustrativo toda pericia antro
pológica debe contener, mínimamente, tres partes y que son las siguientes: ‘1. La primera
parte debe incluir la descripción de la preparación del peritaje, la actuación de los méto
dos y técnicas de investigación, y el ordenamiento de los datos en función de la consulta
hecha y del problema señalado por el juez o fiscal. 2. La segunda parte debería conside
rar los puntos sobre los que versará el peritaje, ordenados de acuerdo a la lógica de los
hechos y fundados en los principios de la investigación antropológica. 3. La última parte
deberá incluir la conclusión del peritaje; es decir, la opinión o dictamen del perito sobre
la consulta formulada por el magistrado. En este punto también podrá apoyarse en las
fuentes secundarias consultadas y en todo el material (escrito o visual) recopilado que le
sirve de fundamento para sustentar su dictamen’. En cuanto a su sistemática formal e
intema, las pericias antropológicas, siguiendo la propuesta del citado documento orienta
dor, debe configurarse observando el siguiente esquema: a) La procedencia, b) Los ante
cedentes, c) El nombre del procesado, d) El motivo del análisis, e) El método de análisis
y las técnicas usadas, f) Los resultados, g) Las observaciones, h) Las recomendaciones,
i) Las conclusiones, iii) La necesaria incorporación y valoración de otros medios de
prueba idóneos para contrastar, complementar o posibilitar una mejor valoración judicial
de las conclusiones de relevancia intercultural aportadas por las pericias antropológicas.
Por ejemplo, la autoridad judicial a cargo del caso puede solicitar o aceptar informes
(amicus curiae ) o testimonios complementarios o supletorios provenientes de las autori
dades comunales o róndenles, que coadyuven a la validación, contraste crítico o reem
plazo de las pericias antropológicas requeridas. La pertinencia y conducencia de estos
medios debe ser flexible y solo ser sopesados por su utilidad y necesidad para la evalua
ción o decisión adecuada sobre la legitimidad de invocar o aplicar los efectos regulados
por el artículo 15 del Código Penal. Sin embargo, y en todo caso, el órgano jurisdiccional
debe abstenerse de resolver sobre la aplicación de dicha norma penal si no cuenta con nin
gún medio de prueba de naturaleza intercultural idóneo para ello. iv. La inserción en el ra
zonamiento y argumentación de las decisiones judiciales, de la doctrina internacional y
nacional sobre enfoque de género, interés superior del niño y compensación de la vulne
rabilidad de las mujeres, niñas y adolescentes en contextos pluriculturales. Los jueces
deben insertar en su razonamiento y toma de decisiones jurisdiccionales, sobre todo en
aquellos casos sobre la efectividad del artículo 15 del Código Penal, las normas, reglas y
principios vinculantes regulados por la legislación internacional y nacional alusiva a la
proscripción de toda forma de discriminación y violencia física o sexual contra la mujer
y los menores de edad. Asimismo, los jueces ordinarios deben considerar también los
efectos jurídicos, culturales y sociales de la prevalencia del interés superior del niño en
condiciones de vulnerabilidad” (Acuerdo Plenario N ° 01-2015/CIJ-ll 6 sobre "La aplica
ción judicial del artículo 15 del Código Penal y los procesos interculturales por delitos de
162
B ases de la punibilidad A rt. 15
163
A rt. 15 L ibro primero / Parte general
CO RTE SU PREM A
J 0199 Criterios para determinar el error de prohibición vencible: “Si bien el error
de prohibición vencible surge cuando el autor del delito tiene una falsa representación
de la realidad o no entiende de manera correcta su significado social o jurídico, ello no
lo exime, en caso tenga instrucción mínima y edad suficiente, del deber de informarse al
actuar o cuando tenga duda de que su conducta está permitida o prohibida, ni lo libera de
responsabilidad penal. Al respecto, se consideran criterios para determinar la vencibilidad
del error de prohibición, la posibilidad que tiene el agente de acudir a algún medio idóneo
de información, el tiempo del que disponga para tomar la decisión y su capacidad intelec
tual” (R. N. N ° 1575-2013-Pasco. En: Gaceta Penal & Procesal Penal (2012). Tomo 59,
Gaceta Jurídica, Lima, p. 120).
J 0200 Error de prohibición vencible causado por los factores culturales: “Que aun
cuando el proceder del acusado carece de amparo legal y se encuadre dentro de las exigen
cias típicas de los delitos de secuestro y lesiones leves, es de estimar que actuó mediando
error de prohibición sobre la licitud del hecho, pues consideró que lo hacía cumpliendo
con sus funciones y en el ámbito de las atribuciones que tenía como presidente del Comité
de Autodefensa, lo que, sin embargo, no está permitido por la ley; que tal error, empero,
no puede ser calificado de invencible, pues el imputado estuvo en condiciones de advertir
un ámbito general de legalidad y considerar que no podía privar de la libertad a una per
sona y menos, realizar actos de esclarecimientos, aun con la intervención de la comuni
dad, sin acudir al inmediato concurso de la autoridad policial; que tratándose de un error
de prohibición vencible cabe atenuar la pena, que por configurar un elemento que inte
gra el contenido esencial de la categoría de culpabilidad, vinculado al juicio integral de la
responsabilidad penal, debe estimarse que tal atenuación puede ser incluso hasta límites
inferiores al mínimo legal, en aplicación analógica del artículo 21 del Código Penal” (Eje
cutoria Suprema del 24/01/2005. R. N. N ° 3654-2004-Ucayali. En: PÉREZ ARROYO, M.
(2006). La evolución de la jurisprudencia penal en el Perú (2001-2005). Tomo I. Instituto
Peruano de Criminología y Ciencias Penales. Iuris Consulti - San Marcos, Lima, p. 370).
164
B ases de la punibilidad Art . 15
165
A rt. 15 L ibro primero / Parte general
materia del proceso; que en el presente caso, pese a no contarse con dicho examen peri
cial, lo actuado es suficiente para inferir la existencia de un estado de error de compren
sión culturalmente condicionado y relativamente vencible, por cuanto las poblaciones de
la amazonia tienden a la precocidad sexual de sus jóvenes, siendo aplicable lo dispuesto
por la parte final del artículo 15 del Código Penal, sin que por ello se restrinja el carácter
penal de la acción cometida por el agente” (Ejecutoria Suprema del 02/04/2003, R. N.
N° 2584-2002-Amazonas. En: PÉREZ ARROYO, M. (2006). La evolución de la jurispru
dencia penal en el Perú (2001-2005). Tomo I. Instituto Peruano de Criminología y Cien
cias Penales. Iuris Consulti - San Marcos, Lima, p. 382).
166
B ases de la punibilidad A rt. 15
J 0208 Aspectos relevantes de las condiciones del imputado para aplicar el error de
comprensión culturalmente condicionado: “Que, en tal sentido, a efectos de resolver
la situación jurídica del procesado, se debe tener en cuenta su condición personal como
natural de una comunidad campesina que se ubica en las alturas de la ciudad de Cuzco,
en donde es costumbre ancestral que las menores de edad sean entregadas por sus padres
para que hagan vida marital desde los inicios de su pubertad, a lo que se suma que el
autor aludido ha tenido una instrucción incipiente, de escasos recursos económicos y que
para la comisión de los hechos no ha utilizado violencia alguna sobre la agraviada por
lo que su conducta se adecúa a la figura del error de prohibición culturalmente condicio
nado, previsto en el artículo 15 del Código Penal, pues como se reitera el procesado se ha
desarrollado en un medio sociocultural que no ha interiorizado la norma de prohibición
que penaliza su conducta, como es la comunidad campesina de [...], en donde mantener
167
A rt. 15 L ibro primero / Parte general
relaciones con una menor resulta ser un comportamiento normal y socialmente aceptado
por los pobladores del lugar [...]” (R. N. N° 755-2004-Cusco, del 17/06/2004, f .j . 4, Sala
Penal Transitoria).
168
B ases de la punibilidad A rt. 15
169
A rt. 15 L ibro primero / Parte general
170
B ases de la punibilidad A rt. 15
pericia antropológica debe contener, mínimamente, tres partes y son las siguientes: i) La
primera parte debe incluir la descripción de la preparación del peritaje, la actuación de
los métodos y técnicas de investigación, y el ordenamiento de los datos en función de la
consulta hecha y del problema señalado por el juez o fiscal: ii) La segunda parte debe
ría considerar los puntos sobre los que versará el peritaje, ordenados de acuerdo con la
lógica de los hechos y fundados en los principios de la investigación antropológica; y,
iii) La última parte deberá incluir la conclusión del peritaje; es decir, la opinión o dic
tamen del perito sobre la consulta formulada por el magistrado. En este punto también
podrá apoyarse en las fuentes secundarias consultadas y en todo el material (escrito o
visual) recopilado que le sirve de fundamento para sustentar su dictamen” (Casación
N ° 337-2016-Cajam arca, del 21/06/2017, ff. jj. 6.2, 6.3, 6.4, Sala P enal Permanente).
----------------§ -----------------
171
C A P ÍT U L O II
T EN TA TIV A
ARTÍCULO 16 Tentativa
En la tentativa el agente comienza la ejecución de un delito, que decidió cometer, sin
consumarlo.
El juez reprimirá la tentativa disminuyendo prudencialmente la pena.
N ormas concordantes
C C: art. 667 inc. 1); C P P 2 0 0 4 : art. 21 inc. 1
DOCTRINA
172
T entativa A rt. 16
[M, JURISPRUDENCIA
J 0215 L a con su m ación en e l delito de lavado de activos: “Con las modificaciones que
introdujo el Decreto Legislativo N° 986 en los artículos 1 y 2 de la Ley N° 27765 el delito
de lavado de activos ha quedado configurado como un delito de resultado. Por tanto, en
los actos de conversión, transferencia ocultamiento y tenencia de activos de procedencia
ilícita la consumación del delito requiere, necesariamente, verificar si el agente logró con
tales conductas, cuando menos momentáneamente, dificultar la identificación de su ilí
cito origen, o su incautación o decomiso. Esto es asegurar, siquiera mínimamente, tales
activos y su potencial o real aplicación o integración en el circuito económico. En con
secuencia, pues, si dichos resultados no se realizan, esto es, se frustra de cualquier modo
la operación de cubierta que el agente busca construir o consolidar sobre los activos que
pretende lavar se deberá calificar a tal inicio de ejecución como una tentativa, la cual será
- 173
A rt. 16 L ibro primero / Parte general
punible conforme a lo dispuesto en el artículo 16 del Código Penal. Esto ocurrirá, por
ejemplo, cuando el agente no alcance a culminar el procedimiento de conversión o de
transferencia de los activos ilícitos que hubiera emprendido, sea por la intervención de
terceros o por otras razones o condiciones ajenas a su voluntad. En ese sentido, [...] ‘El
artículo 16 del Código Penal permitiría castigar el emprendimiento de actos dirigidos a
realizar el delito sin llegar a consumarlo. Si bien con la anterior redacción resultaba cues
tionable afirmar la tentativa en un delito de peligro abstracto, en la actualidad esa limi
tación conceptual no se presenta. Por esta razón, resulta perfectamente posible castigar
como tentativa los actos de conversión, transferencia, ocultación y tenencia que no consi
gan dificultar la identificación del origen de los activos, o su incautación o decomiso. En
todo caso, dada la exigencia subjetiva de la tentativa, esta solamente podría tener lugar en
caso de una realización dolosa del delito de lavado de activos’ [...]. La doctrina extranjera
califica como casos frecuentes de tentativa a los siguientes: ‘Se puede querer convertir
billetes de baja denominación cambiándolos por otros de mayor valor, en la primera etapa
del lavado, interrumpiéndose el proceso ejecutivo por acto de la autoridad, quedando por
consiguiente el delito de lavado por conversión en grado de tentativa. O también se puede
imaginar una transferencia de valores en proceso, por ejemplo de una cuenta a otra, que
es interrumpida por intervención de la autoridad, en cuyo caso los autores habrán come
tido lavado en grado de tentativa’ [...]. Ejemplos similares de formas de tentativa de actos
de conversión y transferencia han sido expuestos por la doctrina nacional [...]” (Acuerdo
Plenario N ° 3-2010/CJ-116 sobre “El delito de lavado de activos”, del 16/11/2010,
f. j. 15, VI Pleno Jurisdiccional de las Salas Penales Permanente y Transitorias).
CO RTE SU PR EM A
174 -
T entativa A rt. 16
J 0219 D istin ción entre tentativa y consum ación: “En caso de autos, los encausados
no lograron ejercer la disposición de los bienes del agraviado, toda vez que al momento
de la intervención de los mismos no se les encontró en poder de cada uno de ellos nin
guna pertenencia de la víctima, por lo que la conducta de los agentes mal podría tenerse
como delito consumado; siendo lo propio calificarla como delito tentado, toda vez que la
tentativa, a diferencia de la consumación, importa de parte del agente una puesta en mar
cha del plan personal de ejecución sin lograr realizar el fin representado” (Ejecutoria Su
prema del 13/06/2001; Exp. N° 1476-01-Lima).
J 0220 D istin ción entre tentativa y actos preparatorios: “La actividad probatoria des
plegada a lo largo del proceso no ha permitido confirmar la hipótesis criminosa recaída
contra los encausados en cuanto a la tentativa del delito patrimonial; así, tenemos que úni
camente existe la versión del agraviado, en el sentido que fue comunicado por su guar
dián que había observado cuatro personas en un vehículo merodeando el inmueble de su
propiedad, sin que en autos existan elementos probatorios que concluyan afectación del
bien jurídico protegido por el tipo penal; si bien, resulta evidente que existía en los agen
tes la intención criminal de perpetrar un ilícito penal, por el hecho objetivamente incon
trovertible del hallazgo de las especies antes glosadas, ello por sí mismo no resulta repro
chable penalmente, en tanto que constituyó actos preparatorios dentro del iter criminis,
caracterizado por el conjunto de actos donde el autor dispone de los medios elegidos con
el objeto de crear las condiciones para el fin que se propone, que preceden a la fase eje
cutiva del ilícito, de tal manera que resultan atípicos y no sancionables punitivamente;
por lo que la sentencia absolutoria en este extremo se encuentra arreglada a ley” (Ejecu
toria Suprema del 12/04/2004, R. N. N° 3540-2003-Cañete. En: CASTILLO ALVA, J. L.
(2006). Jurisprudencia penal. Tomo II. Sentencias de la Corte Suprema de Justicia de la
República. Grijley, Lima,p. 376).
175
A rt . 16 L ibro primero /Parte general
contra los encausados [...] en cuanto a la tentativa del delito patrimonial; así tenemos, que
únicamente existe la versión del agraviado [...], en el sentido que fue comunicado por
su guardián de nombre [...] que había observado a cuatro personas en un vehículo mero
deando el inmueble de su propiedad, sin que en autos existan elementos probatorios que
concluyan la afectación del bien jurídico protegido por el tipo penal; que, si bien resulta
evidente que existía en los agentes la intención criminal de perpetrar un ilícito penal, por
el hecho objetivamente incontrovertible del hallazgo de las especies antes glosadas, ello
por sí mismo no resulta reprochable penalmente, en tanto que constituyó actos preparato
rios dentro del ‘iter criminis caracterizado por el conjunto de actos donde el autor dis
pone de los medios elegidos con el objeto de crear las condiciones para alcanzar el fin
que se propone, que preceden a la fase ejecutiva del ilícito; de tal manera que resultan
atípicos y no son sancionables punitivamente, por lo que la sentencia absolutoria en este
extremo se encuentra arreglada a ley” (R. N. N ° 3540-2003-Cañete, del 12/04/2004,/. j. 2,
Sala Penal Permanente).
J 0222 D istin ción entre actos p reparatorios y actos ejecutivos d el delito: “F. J. 10.
Para que exista el delito provocado es exigible que la provocación [...] nazca del agente
provocador, de tal manera que se incite a cometer un delito a quien inicialmente no tenía
tal propósito, surgiendo así en el agente todo el ‘iter criminis ', desde la fase de ideación
o deliberación a la ejecución del delito, como consecuencia de la iniciativa y comporta
miento del provocador, por ello la actividad criminal nace viciada. El agente provocador
cuando incita a otro a cometer un delito no lo hace con el fin de lesionar o poner en peli
gro el bien jurídico tutelado, sino con el propósito de que el provocado se haga merece
dor de una sanción [...]. F. J . 12. En este contexto, dentro del marco fáctico en que fue
descubierto el procesado [...] no se advierte una auténtica provocación por parte de la
menor agraviada, pues su comportamiento estuvo dirigido a ponerlo al descubierto -ya
que su condición de docente le hizo requerimientos amorosos indebidos- y procurar ele
mentos de prueba indispensable para demostrar que la pretendía seducir abusando de su
condición de educador [...]. F. J . 13. La ley penal no solo sanciona los actos que efecti
vamente lesionan el interés jurídicamente por ella tutelado, sino también aquella situa
ción en que lo protegido es puesto en peligro mediante la conducta del agente, conforme
al principio de lesividad previsto el artículo IV del Título Preliminar del Código Penal,
el cual establece que la pena, necesariamente, precisa de la lesión o puesta en peligro de
bienes jurídicos tutelados por ley. Ejemplo de ello, es lo que sucede con la tentativa, en la
que el agente inicia la comisión de un hecho considerado como delictivo, pero no logra
su consumación por factores ajenos a su voluntad, aunque también se puede presentar un
caso de desistimiento voluntario. El inicio de la ejecución del delito por parte del agente
es, entonces, requisito para que se estructure la tentativa. F. J. 14. La tentativa como dis
positivo amplificador del tipo penal, pone de relieve la toma de postura que un determi
nado ordenamiento realiza frente a la discusión dogmática entre el desvalor de acción y
el desvalor de resultado. Prueba de ello es que el artículo diecisiete regula la tentativa ini
dónea. Así, la distinción entre actos preparatorios y actos ejecutivos como punto de dis
cusión en tomo a la tentativa, debe resolverse a partir de la concepción del injusto que
maneje un determinado ordenamiento, en el caso concreto, la legislación peruana. El
fundamento de la punición de la tentativa va jugar un papel determinante a la hora de
176
T entativa A rt. 16
distinguir entre actos preparatorios y actos ejecutivos. En efecto, según la postura que se
adopte, el sustento de la punición variará, y ello afecta, a su vez, la posición en tomo a la
distinción entre acto ejecutivo y acto preparatorio” (Casación N° 13-2011 -Arequipa, del
13/03/2012, ff. jj. 10, 12, 13 y 14, Sala Penal Permanente).
J 0223 E stru ctu ra del iter crim ittis: “Que, para efectos de resolver lo que es materia
de pronunciamiento, debemos indicar lo siguiente: i) respecto al iter criminis o itinerario
del delito; que el proceso de un delito comprende la fase intema; constituida por la idea
ción, esto es, el proceso mental del sujeto que termina con la toma de decisión de come
ter el delito (no punible); y, la fase extema; constituida por: a) los actos preparatorios (el
autor dispone de los medios elegidos con el objeto de crear las condiciones para lograr el
fin que se propone -conducta que generalmente es atípica y en consecuencia impune-);
b) ejecución (el agente empieza a utilizar los medios previstos para lograr cometer su plan
delictivo -aquí se presenta la tentativa-); c) consumación (se verifica la realización com
pleta de todos los elementos del tipo penal); y, d) agotamiento (el agente logra satisfa
cer fines específicos); y, ii) respecto a la tentativa, que esta se presenta cuando el agente
empieza la fase ejecutiva del delito, sin consumarlo, ya sea por causas voluntarias o extra
ñas a él” (R. N. N° 2528-2010-Jimín, del 17/01/2011, f. j. 5, Sala Penal Permanente).
J 0224 C arácter no p u n itivo de los actos p reparatorios en el iter crim inis: “Que, en
este sentido, del análisis de lo actuado de la declaración de la menor agraviada [...], se
aprecia que si bien sindica al procesado [...] como el sujeto que le cogió del hombro a la
vez que le puso un cuchillo en el pecho y le propuso ir a la Cruz, instante en que reac
cionó y empezó a correr solicitando ayuda, pensando que este sujeto era la persona que
venía realizando violaciones sexuales por ese lugar; sin embargo este hecho descrito por
la agraviada solo forma parte de los actos preparatorios del iter criminis del delito de vio
lación sexual, mas no así la de tentativa, pues no se dio comienzo a la ejecución del delito
conforme lo exige el artículo dieciséis del Código Penal, debido a que no se produjeron
actos demostrativos del agente para poner en obra su finalidad delictiva, como desnu
darse o haber desvestido a la menor agraviada o la derribe a esta y la ponga en posición
adecuada, sino solo hubo un diálogo que en modo alguno puede ser punible y, por consi
guiente, ponga en peligro el bien jurídico tutelado en el artículo ciento setenta y tres del
Código Penal” (R. N. N° 2166-2008-Lima, del 21/06/2008, f. j. 5, Segunda Sala Penal
Transitoria).
J 0225 Tentativa acabada o delito fru strado: “El encausado conjuntamente con sus
coprocesados a bordo de una camioneta asaltaron con arma de fuego al pagador de los tra
bajadores de la obra y al chofer del vehículo a quienes luego de un forcejeo y disparos, les
arrebataron la bolsa con el dinero, dándose a la fuga, pero fueron perseguidos por los traba
jadores que los redujeron y recuperaron el dinero de manos de uno de los procesados, por
lo que debe tenerse en cuenta que se trata de un delito frustrado” (Ejecutoria Suprema del
28/40/2004, R. N. N° 223-2004-La Libertad. En: ÁVALOS RODRÍGUEZ, C. y ROBLES
BRICENO, M. (2005). “Modernas tendencias dogmáticas en lajurisprudencia penal de la
Corte Suprema ”. En: Diálogo con la Jurisprudencia. Gaceta Jurídica, Lima, p. 117).
177
A rt. 16 L ibro primero / Parte general
J 0227 E lem en tos estructurales de la ten tativa acabada: “La tentativa acabada lla
mada también delito frustrado, tentativa perfecta, agotada o delito fallido, comprende el
caso de ‘quien conforme a su plan personal ha realizado todos los actos necesarios para
que se consume el delito, faltando solamente, a partir de ese momento, la producción del
resultado’; nuestro Código, pasa por alto la tesis del delito frustrado y tanto la tentativa
acabada e inacabada las trata como una sola mera tentativa, la cual según nuestro ordena
miento jurídico es penada según su gravedad y la afectación al bien jurídico protegido por
la ley penal y en relación con la voluntad del autor” (Ejecutoria Suprema del 24/11/2004,
R. N. N° 604-2004-Ucayali. En: CASTILLO ALVA, J. L. (2006). Jurisprudencia penal 1.
Sentencias de la Corte Suprema de Justicia de la República. Grijley, Lima, p. 502).
J 0229 D elito ten tado en cu asiflagran cia: “Que, no obstante ello, debe establecerse que
conforme se aprecia de los hechos probados el encausado [...] fue inmediatamente apre
hendido por las personas que se encontraban junto a él en el ómnibus de pasajeros donde
se desarrolló el evento delictivo, lo que evidencia que el aludido no tuvo la mínima posi
bilidad de disponer del dinero robado, por lo que debe entenderse que los hechos alcanza
ron únicamente el grado de tentativa de conformidad con el artículo dieciséis del Código
Penal” (R. N. N° 3808-2009-Arequipa, del 07/10/2010, f. j. 8, Sala Penal Permanente).
178 —
T entativa A rt. 16
lesividad [...]. En consecuencia, queda claro que si el ilícito de violación sexual de menor
de edad no llega a consumarse, pese a haberse iniciado la ejecución del mismo, el juez
al momento de determinar la pena a imponer necesariamente deberá disminuirla pru
dencialmente” (Casación N° 14-2009-La Libertad, del 05/02/2010, f. j. 13, Sala Penal
Permanente).
J 0231 E l acto d e apoderam iento com o elem ento central de identificación p a ra deter
m in ar la con su m ación o la tentativa en el delito de robo: “Que, de otro lado, es de rigor
precisar que el acto de apoderamiento es el elemento central de identificación para deter
minar el —iter criminis-, la consumación o la tentativa, en el delito de robo, cuyos elemen
tos de tipicidad -desde una perspectiva objetiva- son la sustracción o apoderamiento legí
timo de un bien mueble -total o parcialmente ajeno-, mediante el empleo de la violencia
-vis absoluta- o la amenaza -vis compulsiva-; que, desde esta perspectiva, el apodera
miento importa: i) la separación o desplazamiento físico de la cosa del ámbito de custodia
de su titular y la incorporación a la del sujeto activo, y ii) la realización material de actos
posesorios -posibilidad de realizar actos de disposición sobre la cosa-; en ese sentido,
incurre en delito de robo en grado de tentativa, el agente que da inicio a los actos ejecu
tivos del debo, llevando a cabo todos los actos que -objetiva y subjetivamente- deberían
producir el resultado típico, el mismo que finalmente no se consumó por causas ajenas a
la voluntad del agente; que, en el presente caso, el procesado [...] conjuntamente con sus
cosentenciados no lograron sacar de la esfera de dominio de los agraviados [...] ni ejercer
la disposición de los bienes que pretendía sustraer, toda vez que el agraviado logró repeler
el ataque con el arma de fuego que portaba -con instrumento de defensa- y así evitó que
se consumara el hecho delictivo que previamente había sido debidamente planificado, por
lo que no podría ser calificado como delito tentado -tentativa acabada-, y reducir pru
dencialmente la pena, conforme lo dispuesto por el segundo párrafo del artículo dieciséis
del Código Penal, por lo que en atención a los principios de lesividad y proporcionali
dad previstos en los artículos cuatro y octavo del Título Preliminar del Código Penal, se
concluye válidamente que la pena impuesta es proporcional al contenido del injusto y a
la culpabilidad del hecho; asimismo, la reparación civil impuesta por el colegiado se fijó
en forma proporcional con magnitud del daño causado” (R. N. N° 2818-2011-Puno, del
24/01/2012, f. j. 12, Sala Penal Transitoria).
J 0233 C on figu ración de la ten tativa en e l delito de robo agravado: “Atendiendo que
el delito que se le imputa a los encausados, se ha desarrollado solo en grado de tenta
tiva, toda vez que los procesados premunidos de armas de fuego abordaron un ómnibus
* 179
A rt. 16 L ibro primero / Parte general
con el ñn de apoderarse de las pertenencias de los pasajeros, ilícito que no llegó a con
sumarse por la intervención de un policía que se encontraba en el mencionado ve
hículo, siendo así el ilícito denunciado no constituye un delito consumado, debiendo
adecuarse la pena al tipo correspondiente” (Ejecutoria Suprema del 16/05/2000, R. N.
N° 87-2000-Huaura. En: URQUIZO OLAECHEA, J. (Asesor); CASTILLO ALVA, J.
L. (Director) y SALAZAR SANCHEZ, N. (Coordinador) (2005). Jurisprudencia penal.
Jurista, Lima, p. 175).
J 0234 C onsum ación d el delito de robo agravado: “F. J. 1. Que, esta suprema sala
conoce del presente proceso al haber interpuesto recurso de nulidad el acusado [...] con
tra la sentencia de [...], a cuyo efecto sostiene que el delito perpetrado quedó en grado de
tentativa, que la agraviada exageró los hechos, y que no se valoró debidamente su con
fesión sincera, por lo que solicita se rebaje la pena impuesta. F. J. 2. Que, del análisis de
la prueba de cargo actuada se advierte que, en efecto, está probada la comisión del delito
de robo agravado en grado de tentativa, por cuanto el acusado luego de golpear a la agra
viada y apoderarse de su bolso conteniendo la suma de mil seiscientos nuevos soles inme
diatamente se dio a la fuga, pero fiie capturado por la policía en plena huida, a cuadra y
media del lugar de los hechos; que ello significa que, previa intimidación y agresión leví
sima a la víctima, si bien se produjo el apoderamiento del bien ajeno, empero no hubo
la mínima posibilidad de disponer del mismo, consecuentemente, la acción delictiva del
acusado [...] no se consumó y por tanto quedó en grado de tentativa; que, en tal virtud,
es de aplicación el artículo dieciséis del Código Penal, por lo que debe precisarse que la
condena por el delito contra el patrimonio, en la figura de robo agravado, es en grado de
tentativa, tanto más si el tribunal de instancia en contradicción a lo que anotó en la parte
resolutiva, así lo consideró en el tercer fundamento jurídico de la sentencia recurrida.
F. J. 3. Que, respecto al quantum de la pena impuesta, es de tener en cuenta que la sala
penal superior la fijó por debajo del mínimo legal, en siete años de privación de libertad,
por lo que no es del caso disminuirla aún más. F. J. 4. Que, ahora bien, la segunda sala
penal transitoria de la Corte Suprema de la República [...] ha sentado precedente vincu
lante en la Ejecutoria de fecha diecisiete de febrero del año en curso respecto a la deter
minación del momento en que se consuma el delito de robo agravado, concluyendo, en su
quinto fundamento jurídico, que este se consuma ‘...con el apoderamiento del objeto mue
ble aunque sea por breve lapso de tiempo’; que tal concepción, ajuicio de esta sala penal
permanente, no es de recibo, puesto que el apoderamiento debe entenderse consumado,
no con el solo hecho de aprehender o coger la cosa —contrectatio—ni en el mero hecho
de la separación de la posesión material del ofendido, sino con la illatio, esto es, cuando
el autor ha logrado la disponibilidad potencial, que no efectiva sobre la cosa -puede ser
incluso momentánea, fugaz o de breve duración, así como de parte de lo sustraído para
que quede consumado en su totalidad, en tanto que se precisa la efectiva disposición de la
misma-, lo que no sucede cuando se está persiguiendo al agente y se le captura en pose
sión de la misma; que, por consiguiente, es de considerar que hay tentativa, pese a la apre
hensión de la cosa, cuando el imputado es sorprendido in fraganti o in situ y perseguido
inmediatamente y sin interrupción es capturado, o si en el curso de la persecución aban
dona los efectos, sin haber conseguido su disponibilidad momentánea o fugaz” (R. N.
N° 102-2005-Lima, del 11/04/2005, ff. jj. 1, 2, 3 y 4, Sala Penal Permanente).
180
T entativa A rt. 17
CORTES SUPERIORES
J 0236 E lem en tos constitutivos de la tentativa y de los actos preparatorios: “Penal
mente la tentativa se da cuando el sujeto da inicio a la ejecución de la acción típica
mediante hechos directos, faltando uno o más actos para la consumación del delito; en
este punto nuestro ordenamiento sigue la teoría de la responsabilidad en virtud de la
cual el merecimiento de pena se centra en que el sujeto pone en peligro un bien jurídico
penalmente protegido; la tentativa se castiga, entonces, por la probabilidad de lesión.
Conforme a dicha teoría no se castigan los actos preparatorios porque, todavía no se ha
producido la puesta en peligro del bien jurídico y se castiga con mayor sanción la consu
mación que la tentativa por el grado de afectación al objeto de la tutela penal” (Senten
cia Exp. N° 133-98-Camaná de la Sala Mixta de Camaná de la Corte Superior de Justi
cia de Arequipa, del 24/04/1998. En: ARMAZA GALDÓS, J. y ZAVALA TOYA, F. (1999).
La decisión judicial. Gaceta Jurídica, Lima, p. 59).
----------------- § -------------------
DOCTRINA
181
A rt. 17 L ibro primero / Parte general
182
T entativa A rt. 17
no está prohibido por norma alguna) o en los que se dirige contra objetos sobrenaturales
(lo que tampoco prohíbe norma alguna)”.
JURISPRUDENCIA
Sumario: CORTE SUPREMA: Tentativa inidónea por falta de idoneidad del medio empleado
(delito contra la fe pública) / Delito imposible por inexistencia del objeto material del
delito en un robo agravado / Tentativa inidónea de violación sexual por falta de erección
del miembro viril / Incorrecta aplicación de la tentativa inidónea.
CO RTE SUPREM A
J 0237 Tentativa inidónea p o r fa lta de idon eidad d el m edio em pleado (delito contra la
f e p ú b lica ): “La posesión de cartuchos de dinamita, que se encuentran en mal estado de
conservación y funcionamiento por la descomposición de sus componentes, encontrán
dose inactivos para su funcionamiento, no crean peligro común para el bien jurídico pro
tegido por la ley penal; por lo que no se cumple la exigencia del artículo cuarto del Título
Preliminar del Código Penal. El hecho incriminado no constituye delito porque según
la pericia se está ante un material inocuo, es decir, se da el caso de un delito imposible,
expresamente previsto en la ley como un hecho irrelevante a la ley penal” (Ejecutoria
Suprema del 21/06/2002. R. N. N° 2636-2001-Lima. En: Diálogo con la Jurisprudencia
(2003). Año 9. N° 60. Gaceta Jurídica, Lima, p. 200).
J 0238 Tentativa inidónea p o r fa lta de idon eidad d e l m edio em pleado (delito contra la
f e pú b lica ): “El haber presentado la procesada un escrito dirigido al juez civil en el que
se ventilaba el juicio de retracto, acompañando la constancia emitida por el Banco de la
Nación, no importa la comisión de los delitos contra la fe pública y contra la función ju
risdiccional que se le imputan; pues es evidente que no constituía un medio eficaz para
inducir a error al juez, pues lo que prevalecía para resolver la controversia entre las par
tes del citado juicio de retracto era el texto inequívoco del propio certificado de consigna
ción” (Ejecutoria del 28/05/1998. R. N. N° 524-97-Lima. En: ROJAS VARGAS, F. (1999).
Jurisprudencia penal comentada. Gaceta Jurídica, Lima, p. 883).
183
A rt. 18 L ibro primero / Parte general
como sustento la declaración plenaria [...] del encausado [...], donde señaló que no estaba
acompañado de sus coprocesados, lo que coincidiría con la versión del menor agraviado”
(R. N. N° 2906-2013-Callao, del 13/05/2014, ff. jj. 2 y 4, Sala Penal Transitoria).
J 0241 In correcta aplicación de la ten tativa inidónea: “[...] En relación [al tema] el
artículo diecisiete del Código Penal establece que no es punible la tentativa cuando es
imposible la consumación del delito, por absoluta impropiedad del objeto (lo que ocurre
verbigracia cuando se trata de matar a una persona que el agente desconoce que ya estaba
muerta); sin embargo, dicha situación no se dio en el presente caso, por cuanto el agra
viado [...] se encontraba con vida antes de las múltiples agresiones sufridas con piedras
en rostro y cráneo por parte del encausado y el menor infractor, lo que justamente oca
sionó su deceso, conforme con el protocolo de necropsia del occiso [...] donde se deter
minó como causa de muerte shock hipovolémico - laceraciones de parénquima cerebral,
como consecuencia de fracturas múltiples de cara y cráneo ( Casación N° 38-2012-Cusco,
del 22/08/2013, f. j. 4, Sala Penal Permanente).
---------------- § -----------------
DOCTRINA
Sumario: Elementos normativos del desistimiento impune / Reversión del peligro en el desisti
miento / Presupuestos materiales del desistimiento impune.
184
T entativa A rt. 18
______
I) OIOS Presupuestos materiales del desistimiento impune: VILLAVICENCIO
TERREROS, R (1992). Código Penal comentado. Lima: Cultural Cusco, p. 109. “Se
presenta en la tentativa inacabada, cuando iniciado el proceso de ejecución el autor aban
dona voluntariamente la ejecución. Según su plan de actuación él considera que no ha
hecho lo que tenía que hacer para consumar el delito y decide voluntariamente interrum
pir la ejecución”.
[J& JURISPRUDENCIA
Sumario: CORTE SUPREMA: Estructura el iter crim inis I Diferencia entre tentativa frustrada y
desistimiento voluntario impune / Impunidad del arrepentimiento activo / Elementos
del desistimiento voluntario en el delito de indemnidad sexual / Desistimiento a través
de acciones realizadas por terceros / Actos para evitar el resultado punible.
CORTE SUPREMA
J 0242 E stru ctu ra d e l iter crim inis: “El proceso del delito comprende dos fases: la fase
interna, que comprende la ideación, y la fase externa, que abarca los actos preparatorios,
la tentativa, la consumación y el agotamiento del delito. Por regla general, los procesos
que concurren en el mundo interior de la gente (ideación), no son típicos y; por ende, son
■185
A rt. 18 L ibro primero / Parte general
impunes, dado que al Derecho Penal no le interesa reprimir las ideas o un simple pensa
miento delictivo; sino que es necesario que se transforme en una conducta real” (Ejecuto
ria Suprema del 11/01/1999, Exp. N° 4804-98, En: Revista Peruana de Doctrina y Juris
prudencia Penales (2001). N°2. Grijley, Lima,pp. 667-668).
J 0243 D iferen cia entre tentativa fru stra d a y desistim iento voluntario im pune: “La
tentativa no es punible solo cuando el agente se hubiera desistido espontáneamente de la
infracción, no así cuando el desistimiento se produce al darse cuenta que los padres de la
menor volvían en el preciso momento en que le despojaba de su calzón con el propósito
de practicarle el acto sexual” (Ejecutoria Suprema del 29/10/1970. En: Revista de Juris
prudencia Peruana (1971). Lima,p. 264).
J 0244 Im p u n id a d d e l arrepen tim ien to activo: “Es facultad del juzgador reducir la
pena por debajo del mínimo legal. Si la conducta del agente está dirigida a impedir un
resultado que quiso causar en un primer momento, estamos ante el caso del arrepenti
miento activo. Resulta impune el arrepentimiento activo, salvo que los actos por él prac
ticados constituyan de por sí otros delitos” (Ejecutoria Suprema del 28/09/1994, Exp.
N ° 2169-94. En: ROJJASI PELLA, C. (1997). Ejecutorias Supremas Penales 1993-1996.
Legrima. Lima,p. 104).
J 0245 E lem en tos d e l desistim iento volu n tario en e l delito de in d em n id a d sexual: “En
el presente caso, resulta de aplicación el artículo 18 del Código Penal que regula la insti
tución del desistimiento voluntario de consumar el delito, en tanto que el imputado rea
lizó parte de los actos de ejecución del delito de violación sexual, pero voluntariamente se
desistió de consumarlo en un momento en que todavía, según su representación, no había
hecho todo lo que era necesario para consumarlo; que, en efecto, se cumplen los requisi
tos de la misma: evitación de la consumación y voluntariedad del desistimiento; que, en
primer lugar, desde una perspectiva objetiva, el propio imputado evitó la consumación del
delito, no siguió actuando y, por ende, yacer sexualmente con la víctima; que, en segundo
lugar, desde una perspectiva subjetiva, la no consumación se debió a la propia voluntad
del imputado, pues dada la forma y circunstancias del hecho estuvo en condiciones -pese
a la oposición de la víctima, una menor de 10 años, de culminar la ejecución del delito-,
no hubo impedimentos forzosos, no se produjo una presión insuperable de la situación
fáctica o consecuentemente, su conducta al desistirse evidenció una actitud poco decidida
a cometer el delito; que sin embargo, con arreglo al último extremo del invocado artículo
18 del Código Penal, la pena se producirá solo cuando los actos practicados constitu
yen por sí otro delito consumado (tentativa cualificada), esto es, la impunidad por desis
timiento no alcanza a este; que, por tanto, en este caso es de aplicación el delito de actos
contra el pudor o abuso deshonesto, previsto y sancionado en el artículo 176-A, numeral 3
del Código Penal” (Ejecutoria Suprema del 28/09/2004, R. N. N° 2132-2004-Cañete. En:
SAN MARTÍN CASTRO, C. (2006). Jurisprudencia y precedente penal vinculante, selec
ción de ejecutorias de la Corte Suprema. Palestra, Lima, pp. 281-282).
J 0246 D esistim ien to a través de accion es realizadas p o r terceros: “F. J. 2.4. [...]
Para que se configure un desistimiento en tentativa acabada, debe cumplirse como
requisito que: a) haya una actividad positiva del agente, b) se aprecia voluntariedad del
186
T entativa A rt. 18
desistimiento, c) el desistimiento debe ser definitivo, d) debe apreciarse eficacia del desis
timiento. Dado que se desarrollan actividades y acciones destinadas del delito, en este
tipo de tentativa se requiere también para la configuración del desistimiento el despliegue
de acciones positivas por el agente, para evitar la consumación del delito. F. J . 2.5. Preci
samente porque en esta clase de tentativa se desarrollan acciones orientadas a la consuma
ción del delito, la norma exige que se verifique si esas acciones de manera independiente
podrían haber consumado otro ilícito del catálogo penal y, de ser así, el agente deberá
responder bajo esa calificación jurídica. F. J . 2.6. En el presente caso, existe certeza res
pecto a la materialización de la conducta dirigida a causar la muerte del propio hijo bajo
envenenamiento, para lo cual se lo administró en el desayuno, dentro de un marco de
confianza, puesto que era usual y cotidiano; pero el delito no se consumó por interven
ción de terceros que tomaron conocimiento de los hechos a través de la propia encausada.
F. J. 2.7. Lo medular radica en determinar si su conducta posterior a la ingesta del
veneno por el agraviado, corresponde ser enmarcada en el supuesto de desistimiento, así
como los alcances que podría generar respecto de la calificación jurídica de los hechos.
F. J. 2.8. La defensa de la encausada sostiene que el desistimiento consistió en que la pro
cesada le contó lo sucedido a su hermana, y le pidió que salve al agraviado, la que a su vez
llamó a un sobrino, quien finalmente llevó al afectado a un centro médico para el lavado
gástrico correspondiente, evitándose así la muerte [...]. F. J . 2.9. Por tanto, la encausada
desarrolló actividades posteriores para impedir la consumación del delito, por lo que debe
tenerse en cuanta que la voluntariedad del desistimiento quedó configurada; no se exige
que los actos consecuentes sean igualmente personales, por lo que también pueden efec
tuarse a través de terceros, como en el presente caso, en que entrevieron familiares de la
víctima y la agente activa. F. J . 2.10. La encausada abandonó el propósito original, y las
acciones efectuadas fueron eficaces dado que el resultado inicialmente representado no
se produjo, si su actuar hubiera sido más intenso, la consecuencia punitiva en su perjuicio
hubiera sido necesariamente menor. F. J . 2.11. Corresponde aplicar el artículo dieciocho
del Código Penal (desistimiento), situación que no fue evaluada adecuadamente en pri
mera instancia [...]” (R. N. N°815-2013-Lima Sur, del 21/01/2014, ff. jj. 2.4, 2.5, 2.6, 2.7,
2.8, 2.9, 2.10 y 2.11, Sala Penal Transitoria).
J 0247 A cto s p a ra evitar e l resultado pu n ible: “Que, de otro lado, si bien el certificado
de dosaje etílico [...] determina que el acusado se encontró en estado de ebriedad, no es
menos cierto que ello no alteró su conciencia total ni parcialmente, por la forma como se
desarrolló el evento delictivo, teniéndose en cuenta las múltiples lesiones corporales de
la agraviada, ocasionándose inclusive la fractura del sexto y sétimo arco costal a nivel
de cara externa de parrilla costal izquierda y la actitud posterior de conducir a la víctima
hasta el hospital, que se explica como un acto de arrepentimiento de haber consumado el
hecho delictivo; por lo que devienen en inatendibles los agravios del recurrente” (R. N.
N° 2564-2003-Puno, del 01/12/2003, f. j. 6, Sala Penal Permanente).
---------------- § -----------------
187
A rt. 19 L ibro primero / Parte general
DOCTRINA
188
T entativa A rt. 19
asimismo solo es punible por manifestarse dispuesto a cometer un crimen aquel que tiene
un dolo dirigido a la consumación del hecho respectivo y satisface los eventuales elemen
tos adicionales del tipo subjetivo. Aquel que en realidad no tiene la voluntad de come
ter el hecho, si bien al manifestar que tiene tal voluntad pone directamente en cuestión
la validez de la norma respectiva, no es punible en razón de que esto no alcanza como
único fundamento punitivo
¡JEls JURISPRUDENCIA
JURISPRUDENCIA EXTRANJERA
J 0248 Individualización de la im pu n idad en caso de que uno de los autores o partíci
p e s voluntariam ente im pide qu e se realice el resultado : “El desistimiento en la tentativa
supone la interrupción que el autor realiza por obra de su espontánea y propia voluntad
en cuanto al iter criminis, evitando así la perfección y consumación de la figura delictiva.
Tal definición no elude, de otro lado, la trascendencia que habrían de tener ya los actos
realizados por el autor -o partícipe- hasta el momento en que este, voluntariamente inte
rrumpa su acción criminal” (Sentencia del Tribunal Supremo español del 30/01/1991. En:
CONDE PUMPIDO FERREIRO, C. (1997). Código Penal: Doctrina y jurisprudencia.
Trivium, Madrid, p. 552).
189
C A P ÍT U L O III
C A U SA S Q U E E X IM E N O A T E N Ú A N
L A R E S P O N S A B IL ID A D P E N A L
(5) Inciso vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 3 de la Ley N° 26447 del 21/04/1995
(6) L iteral vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 de la Ley N° 27936 del 12/02/2003
190
Causas que eximen o atenúan la responsabilidad penal A rt. 20
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 2 0 .- Está exento de responsabilidad penal:
1. E l que por anomalía síquica, grave alteración de la conciencia o por sufrir alte
raciones en la percepción, que afectan gravemente su concepto de la realidad,
no posea la facultad de comprender el carácter delictuoso de su acto o para
determinarse según esta comprensión:
2. El menor de 18 años;
3. El que obra en defensa de bienes jurídicos propios o de terceros, siempre que
concurran las circunstancias siguientes:
a) Agresión ilegítima;
b) Necesidad racional del medio empleado para impedirla o repelerla; y,
c) Falta de provocación suficiente de quien hace la defensa;
4. E l que, ante un peligro actual e insuperable de otro modo, que amenace la
vida, la integridad corporal, la libertad u otro bien jurídico, realiza un hecho
destinado a conjurar dicho peligro de sí o de otro, siempre que concurran los
siguientes requisitos:
a) Cuando de la apreciación de los bienes jurídicos en conflicto afectados y de
la intensidad del peligro que amenaza, el bien protegido resulta predomi
nante sobre el interés dañado; y
b) Cuando se emplee un medio adecuado para vencer el peligro;
5. El que, ante un peligro actual y no evitable de otro modo, que signifique una
amenaza para la vida, la integridad corporal o la libertad, realiza un hecho
antijurídico para alejar el peligro de sí mismo o de una persona con quien tiene
estrecha vinculación.
No procede esta exención si al agente pudo exigírsele que aceptase o soportase
el peligro en atención a las circunstancias; especialmente, si causó el peligro o
estuviese obligado por una particular relación jurídica;
6. El que obra por una fuerza física irresistible proveniente de un tercero o de la
naturaleza;
(7) Inciso vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 de la L ey N° 30151 del 13/01/2014.
191
A rt. 20 L ibro primero / Parte general
192
C ausas que eximen o atenúan la responsabilidad penal A rt. 20
DOCTRINA
Sumario: Racionalidad de la defensa (inc. 3) / Naturaleza del miedo insuperable (inc. 7) / Ejerci
cio legítimo de un derecho (inc. 8 ).
Del inciso 3:
Del inciso 7:
193
A rt . 20 L ibro primero / Parte general
Del inciso 8:
g ü JURISPRUDENCIA
194
Causas que eximen o atenúan la responsabilidad penal A rt. 20
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0249 Diferencia sustancial entre derecho de defensa y legítima defensa: “[...]. Llama
la atención la afirmación del accionante respecto de la presunta afectación a su derecho
a la legítima defensa, el cual es distinto del correspondiente a la defensa, pues en el pri
mer caso, en términos latos, estamos frente a la respuesta o actuación que puede realizar
cualquier ciudadano en caso de ser agredido de manera sorpresiva o irregular y que ade
más va a influir en el análisis que vaya a realizar el juez penal; mientras que en el segundo
caso, estamos frente al derecho fundamental que tiene todo ciudadano en los procesos en
que sea parte o en los que se vea incurso; en consecuencia, a pesar del error advertido en
cuanto al derecho invocado, este colegiado tendrá presente las afirmaciones a efectos de
determinar cuál o cuáles resultan siendo los derechos presuntamente afectados” (STC Exp.
N° 3802-2004-AA/TC-Haaura, caso: Elgar Marreros Saucedo, del 25/01/2005, f. j. 3).
A C U ER D O PLEN A R IO
195
A rt. 20 L ibro primero / Parte general
constitucionalmente protegidos. Así las cosas, los alcances de un tipo legal pueden res
tringirse en dos casos: A) Cuando la interpretación de los elementos normativos del tipo
lo permita (interpretación del tipo conforme a la Constitución). B) Cuando sea aplica
ble una causa de justificación, en especial la prevista en el artículo 20.8 del Código Penal
-en adelante, CP—: cumplimiento de un deber o en el ejercicio legítimo de un derecho.
Lo expuesto guarda coherencia con el alcance del fuero comunal rondero. Desde el pri
mer caso -supuesto de atipicidad de la conducta- se descarta de plano, por ejemplo, el
delito de usurpación de funciones (art. 361 CP) en la medida de que el rondero actúa en
ejercicio de la función jurisdiccional comunal constitucionalmente reconocida y garan
tizada. También se rechaza liminarmente la imputación por delito de secuestro (art. 152
CP) puesto que el rondero procede a privar la libertad como consecuencia del ejerci
cio de la función jurisdiccional -detención coercitiva o imposición de sanciones-. Asi
mismo, cabe destacar que la actuación de las rondas campesinas y de sus integrantes no
está orientada a obtener beneficios ilegales o fines de lucro, y -en principio- la compo
sición y práctica que realizan tienen un reconocimiento legal, que las aleja de cualquier
tipología de estructura criminal (banda o criminalidad organizada) asimilable a aquellas
que considera el Código Penal como circunstancias agravantes o de integración criminal
(arts. 186, párrafo 2, inciso 1, y 317 CP). Efectivamente, su intervención se origina en un
conflicto de naturaleza y trascendencia variables, que involucra a personas que reconocen
en las rondas campesinas instancias conciliadoras, de resolución de conflictos y con capa
cidad coercitiva —uno de los atributos esenciales de la jurisdicción-. En estas condicio
nes, es de enfatizar que no es asimilable la actuación y la conducta, siempre colectiva, de
sus integrantes a un delito de secuestro extorsivo y cuya presencia relevante en las esta
dísticas de la criminalidad nacional determinó las modificaciones y reformas del artículo
152 CP, caracterizadas, todas ellas, por un incremento constante de las penas conminadas
y de los rigores de su cumplimiento. F. J . 14. Cuando no sea posible esta primera posi
bilidad -la atipicidad de la conducta-, será del caso recurrir al análisis de la procedencia
de la causa de justificación centrada, con mayor relevancia, en el ejercicio legítimo de un
derecho (art. 20.8 CP). Aquí se tendrá en cuenta el presupuesto -situación de amenaza a
los bienes jurídicos antes citados-y los límites o condiciones para el correcto ejercicio de
la función jurisdiccional comunal-rondera ya analizados. El respectivo test de proporcio
nalidad es el que debe realizarse para cumplir este cometido, para lo cual es de tener en
cuenta los bienes jurídicos comprometidos con la conducta ejecutada por los ronderos en
relación con el derecho a la identidad cultural y al fuero comunal rondero, prevaleciendo
siempre los intereses de más alta jerarquía en el caso concreto, que exige la no vulnera
ción del núcleo esencial de los derechos fundamentales” (Acuerdo Plenario N° 1-2009/
CJ-116 sobre “Rondas campesinas y Derecho Penal”, del 13/11/2009, ff. jj. 13 y 14, V
Pleno Jurisdiccional de las Salas Penales Permanente y Transitorias).
J 0252 C ausas de ju stificación en e l ám b ito de las rondas cam pesinas: “F. J. 14.
Cuando no sea posible esta primera posibilidad -la atipicidad de la conducta-, será del
caso recurrir al análisis de la procedencia de la causa de justificación centrada, con mayor
relevancia, en el ejercicio legítimo de un derecho (art. 20.8 del CP). Aquí se tendrá en
cuenta el presupuesto -situación de amenaza a los bienes jurídicos antes citados- y los
196
Causas que eximen o atenúan la responsabilidad penal A rt . 20
CORTE SUPREM A
Del inciso 1:
197
A rt. 20 L ibro primero / Parte general
de estado de inconsciencia, que comporta la ausencia total de voluntad del agente” (Queja
N° 558-2007-Huancavelica, del 24/09/2007, ff. jj. 1 y 4, Sala Penal Permanente).
198
Causas que eximen o atenúan la responsabilidad penal A rt . 20
según han precisado los peritos [...] no ameritando su caso la aplicación de una medida de
seguridad, pues dada la naturaleza de los delitos que se le incrimina y su personalidad no
puede deducirse un pronóstico de comportamiento futuro que revele una elevada proba
bilidad de comisión de nuevos ilícitos” (Revisión N ° 15-2004-Huancayo, del 15/01/2005,
f. j. 2, Sala Penal).
199
A rt. 20 L ibro primero / Parte general
J 0260 Responsabilidad penal de agente con retardo mental leve porque su capaci
dad de discernimiento no quedó anulada: “Que la responsabilidad penal del encausado
[...] se encuentra plenamente acreditada con la versión espontánea, coherente y uniforme
del menor agraviado en sede preliminar y de instrucción [...], quien enfáticamente lo sin
dicó como la persona que lo violó sexualmente hasta en dos oportunidades para lo cual
aprovechaba cuando se encontraba solo en el inmueble y cometía dicho acto delictivo,
entregándole golosinas, retirándose luego no sin antes amenazarlo, circunstancia ilícita
que también se produjo en perjuicio de su menor hermana de once meses de edad a quien
le introdujo los dedos en el ano; que ello se corrobora con los certificados médicos lega
les [...], aunado al padecimiento psicológico sufrido por el menor agraviado como con
secuencia de los actos cometidos en su contra [...] que concluye que el menor agraviado
presenta trastornos emocionales; que la minoría de edad de las víctimas se establecen con
las actas de nacimiento [...]; que si bien el protocolo de pericia psicológica [...] señala que
presenta retardo mental leve, ello de modo alguno lo enerva de la comisión de los hechos,
pues en la diligencia de ratificación pericial [...] los peritos señalaron que el agente puede
discernir entre las valoraciones de lo bueno y lo malo” (R. N. N° 2009-2006-Lima, del
07/09/2006, f. j. 4, Sala Penal Transitoria).
Del inciso 2:
J 0261 Minoría de edad: “La minoría edad constituye una causa de inimputabilidad cri
minal, cuya importancia normativa supone una presunción legal iiire et de iure que incide
en una dimensión biológica de la persona, por lo que bastará la sola constatación de que el
sujeto no ha alcanzado la mayoría de edad para fundar la exclusión de su responsabilidad
penal” (Ejecutoria Suprema del 29/10/1999, Exp. N° 2920-94-Lima. En: Revista Peruana
de Jurisprudencia (2000). Normas Legales, Año II, N° 4. Trujillo, p. 401).
Del inciso 3:
200
Causas que eximen o atenúan la responsabilidad penal A rt. 20
J 0263 L egítim a defensa: “En el caso sub exánime se aprecia que la acción realizada
por el procesado, de disparar contra un automóvil, en cuyo interior se daba a la fuga
el occiso, quien en su huida efectuó varios disparos contra el patrullero en donde se
encontraba el referido encausado junto a otros efectivos policiales, se ampara en las cau
sas de justificación de la legítima defensa (agresión ilegítima, necesidad racional del
medio empleado para impedir o repelerla, falta de provocación suficiente de quien hace
la defensa) y del obrar en cumplimiento de un deber (al tratarse de un miembro de la
Policía Nacional que cumplió deberes especiales al intervenir el vehículo ocupado por
el occiso); en consecuencia, la acción realizada por el procesado debe ser visto como un
comportamiento aceptado socialmente en consideración al contexto especial en que se
desarrolló la agresión, la respuesta a ella el cumplimiento de su deber de policía, desa
pareciendo así la antijuricidad de su conducta, no asistiéndole, entonces, ninguna posi
bilidad de imputación del resultado por no haber creado la situación de conflicto, siendo
el caso declarado exento de responsabilidad penal” (Ejecutoria del 12/06/1998; R. N.
N ° 4075-97. En: ROJAS VARGAS, F. (1999). Jurisprudencia penal comentada. Gaceta
Jurídica, Lima, p. 85).
J 0264 L egítim a defensa: “Con relación al delito de lesiones graves que se imputa al
acusado, hay que considerar que en horas de la noche se percató que cuatro personas esca
lando las paredes del Colegio donde se desempeña como guardián, pretendían robar e
incluso el agraviado-encausado, había ingresado y amenazado al referido guardián, quien
frente a esta agresión ilegítima y a la superioridad numérica de los asaltantes, y el peli
gro inminente en el que se encontraba, hizo uso del arma que se le entregó para el cum
plimiento de sus funciones de guardianía y siendo así, le alcanza la eximente prevista en
el artículo veinte inciso tercero del Código Penal respecto del delito de lesiones por el
que ha sido procesado” (Ejecutoria Suprema del 08/11/2000, Exp. N° 3842-2000-Lima.
En: FRISANCHO APARICIO, M. (2002). Jurisprudencia penal. Jurista, Lima,p. 276).
J 0265 L egítim a defensa: “No debe confundirse la relación que debe existir entre la
agresión y la defensa, con la proporcionalidad entre el daño que hubiera causado la agre
sión y el causado por la defensa, por cuanto la racionalidad de la necesidad de la defensa
solo se vincula con la primera cuestión; así, para determinarla es preciso tomar en consi
deración las acciones que el autor tenía a su disposición para impedir o repeler la agresión
antes de comenzar la defensa y establecer si la comprendida es realmente la que hubiera
impedido la lesión amenazada por la agresión causando menos daño” (Ejecutoria Su
prema del 14/06/1999, Exp. N ° 1985-99-Lima. En: Revista Peruana de Jurisprudencia.
(2000). Año II. N° 3. Normas Legales, Trujillo, p. 281).
J 0266 L eg ítim a defen sa: “La conducta del acusado en los hechos materia de instruc
ción por los delitos de lesiones graves y de tenencia ilegal de armas de fuego, consisten
tes en haber causado lesiones con su arma al procesado, a la que tuvo que recurrir para
repeler el asalto del que era víctima -pues los asaltantes contaban con mayor número
de armas de fuego y ya habían herido de bala a su hijo- carece de relevancia penal al
201
A rt. 20 L ibro primero / Parte general
hallarse regulada como una causal que excluye la antijuricidad del hecho en el inciso
tercero del artículo 20 del Código Penal (legítima defensa), lo que amerita declararlo
exento de responsabilidad penal” (Ejecutoria Suprema del 12/09/1997, R. N. N° 3418-
97-Lima. En: ROJAS VARGAS, F. (1999). Jurisprudencia penal comentada. Gaceta
Jurídica, Lima, p. 85).
J 0267 Desproporción del medio utilizado para repeler la agresión: “[...] la legítima
defensa se descarta porque si bien medió una agresión inicial de los agraviados; sin
embargo, la necesidad imperiosa de la defensa, en las condiciones que se desarrolló pre
viamente, estuvo relativamente ausente, en tanto y en cuanto los actos de violencia pre
via, aun cuando existentes, no fueron mayormente significativos, más allá de la superio
ridad numérica de los atacantes, pues el agredido respondió agresivamente y peleó con
sus contendientes e, incluso, se enfrentó a ellos cuando era dable huir de la escena de los
hechos ante la conminación a sus agresores con el revólver que portaba. Además, y en
todo caso, el medio empleado para repeler los actos de agresión fue claramente despro
porcionado, lo que determinó excesos repudiables que, además, importaron disparar sin
más a todos sus agresores -lo que transforma su actitud en una conducta propiamente
ofensiva y no meramente defensiva-, sin antes siquiera efectuar disparos de adverten
cia, siempre posibles en el contexto en que se desenvolvieron los hechos [...]” (R. N.
N° 4708-2009-Callao, del 10/06/2008, f. j. 8, Sala Penal Permanente).
J 0268 Exceso del medio empleado para repeler una agresión ilegítima: “[...] que
actuó en legítima defensa; que, al respecto, es de precisar que dicho instituto jurídico-
penal como causa de justificación, se funda desde un plano individual, en la defensa que
realiza la persona en respuesta racional frente a una agresión injusta, y desde el plano
supraindividual, en la necesidad de defensa del orden jurídico y del Derecho en general,
conculcados por la agresión antijurídica; que, sin embargo, la importancia y trascendencia
que tiene conceder a una persona derechos que incluso se niegan al Estado (por ejemplo,
matar a otra persona en defensa propia), imponen la necesidad de limitar ese derecho indi
vidual a casos y situaciones realmente excepcionales, en los que solo el individuo puede
defender sus bienes jurídicos más preciados y, en la medida en que no sea posible, ope
rar eficazmente otros mecanismos jurídicos protectores del bien puesto en peligro; que,
además, el ordenamiento legal no admite que el derecho de defensa frente a la agresión
ilegitima sea absoluto e ilimitado, sino que este derecho debe emnarcarse dentro de la
observancia de principios informadores de las causas de justificación como el de necesi
dad, razonabilidad, ponderación de intereses, etc.; que, según el artículo veinte inciso tres
del Código Penal, son requisitos de la legítima defensa: la agresión ilegitima, necesidad
racional del medio empleado para impedirla o repelerla, y falta de provocación suficiente
de quien hace la defensa; que la falta de alguno de estos requisitos impide la aplicación
de la eximente penal antes descrita” (R. N. N° 1878-2007-Áncash, del 07/05/2008,/. j. 4,
Sala Penal Permanente).
202
Causas que eximen o atenúan la responsabilidad penal A rt. 2 0
El acto del defensor es ilícito [...] solo constituye una circunstancia atenuante de la pena
[...] debido a que se considera que la excitación de la angustia provocada por el ataque
ilícito limita la capacidad del agente para apreciar bien la proporcionalidad de su manera
de defenderse. De modo que su culpabilidad es disminuida’. Luego, aquella encuentra
amparo legal en el artículo veintiuno del Código Penal, conforme al cual ‘en los casos del
artículo veinte [uno de cuyos supuestos es la legítima defensa - inciso tres de este último
precepto] cuando no ocurra alguno de los requisitos necesarios para hacer desaparecer
totalmente la responsabilidad, el juez podrá disminuir prudencialmente la pena hasta lí
mites inferiores al mínimo legal” (R. N. N° 1358-2011-Junín, del 17/11/2011,/. j. 4, Sala
Penal Transitoria).
Del inciso 4:
J 0271 C onfiguración del estado de n ecesidad ju stifican te: “Se aprecia que la proce
sada fue coaccionada bajo amenaza de su integridad física a prestar colaboración a los
elementos subversivos, a cuyo efecto colaboró en la preparación de alimentos; que, en
consecuencia no existiendo prueba alguna que desvirtúe lo declarado por esta ni prueba
que demuestre que haya participado en acciones subversivas, su conducta constituye una
causal de eximencia comprendida en el inciso cuarto del artículo 20 del Código Penal,
que señala: Está exento de responsabilidad penal: el que ante un peligro actual e insupe
rable de otro modo, que amenace su vida, la integridad corporal, la libertad u otro bien
jurídico, realiza un hecho destinado a conjurar dicho peligro de sí o de otro” (Ejecuto
ria Suprema del 19/07/2004, R. N. N° 2538-2003-Ayacucho. En: SANMARTÍN CASTRO,
C. (2006). Jurisprudencia y precedente penal vinculante. Selección de ejecutorias de la
Corte Suprema. Palestra, Lima, p. 283).
J 0272 Configuración del estado de n ecesidad ju stificante: “La participación de los acu
sados en un juicio popular, en calidad de expectadores, al ser obligados bajo amenaza de
muerte por elementos subversivos, no configura el delito de terrorismo al presentarse en tal
contexto de acción un estado de necesidad justificante que exime de responsabilidad penal”
(Ejecutoria Suprema del 05/07/1999, Exp. N° 386-99-Lambayeque. En: Revista Peruana de
Jurisprudencia (2000). Año II. N° 3. Normas Legales, Trujillo, p. 387).
203
A rt. 20 L ibro primero / Parte general
J 0276 Configuración del estado de necesidad exculpante solo es aplicable ante peli
gros graves, actuales y no evitables de otro modo: “Que, el tipo penal que se le atribuye al
encausado [...] no exige como verbo típico coactar, ni que exista impacto sceleris o acuerdo
204
C ausas que eximen o atenúan la responsabilidad penal A rt. 20
entre las partes, sino que se satisface anticipadamente con una conducta destinada a corrom
per a un funcionario o servidor público [sea con dádivas, promesas o ventajas de cualquier
clase] para que haga u omita algo en violación de sus obligaciones; que dicho encausado
reconoció durante el iter procesal haber cometido el ilícito que se le imputa [...] razón que
justifica la fijación de su pena por debajo del mínimo legal; que, en rigor, [...] solo objeta la
sentencia por no tomar en cuenta que obró inmerso en la eximente de responsabilidad penal
referida al estado de necesidad [exculpante]; que dicho alegato debe desestimarse, no solo
porque la mencionada circunstancia únicamente es aplicable ante peligros graves, actuales
y no evitables de otro modo [menos lesivo que realizar una conducta antijurídica], sino que
expresamente se limita a los supuestos en que colisiona la preservación de los bienes jurí
dicos vida, integridad física y libertad [propios o de personas con las que se tiene estrecha
vinculación] en desmedro de los bienes jurídicos vida, integridad física y libertad ajenos”
(R. N. N° 3750-2006-Ayacucho, del 14/02/2008, f. j. 4, Sala Penal Permanente).
Del inciso 7:
J 0279 Requisitos de la eximente de miedo insuperable: “[...] cabe acotar que el miedo
debe ser insuperable, tal como se prescribe en el numeral siete del artículo veinte del
Código Penal, es decir, no dejar otra posibilidad normal al sujeto en el momento de
actuar, pues es superior a la exigencia media de soportar males y peligros. Son requisitos
que configuran dicha eximente: a) que el miedo sea causado por estímulos extemos al que
lo padece, lo que se acredita en el hecho de que el acusado [...] fue amenazado por varios
sujetos identificándose como miembros de Sendero Luminoso premunidos de armas de
fuego; b) debe ser insuperable, es decir, difícil de resistir en la medida del hombre medio,
205
A rt. 20 L ibro primero / Parte general
siendo que en el caso sub examine, el acusado tenía motivos suficiente para temer por
cuanto sus atacante eran subversivos encapuchados que pertenecían a Sendero Lumi
noso, tanto más si el lugar donde se produjo el hecho había sufrido los embates de la
indicada agrupación terrorista, no siendo argumento suficiente por parte del recurrente
que en el lugar de los hechos también se encontraban personal policial y del Ejército; y
c) debe tratarse de un mal de igual o mayor grado, esto es, no basta que el estímulo que
causa el miedo insuperable sea real, sino que a la vez ofrezca una amenaza de igual o
mayor grado al que el autor ocasiona bajo el amparo del miedo, aspecto que se evidencia
en el hecho que el acusado [...] temía por su vida que resulta ser un bien jurídico preva-
lente” (R. N. N° 1055-2014-Lima, del 13/10/2015, f. j 6, Sala Penal Permanente).
J 0281 En el delito de colusión el actuar ilícito de los agentes por temor a perder el
trabajo no constituye miedo insuperable: “Que la línea de defensa de los acusados, inte
grantes del Comité Especial de Adquisiciones, estriba en que actuaron presionados, bajo
amenaza de perder su puesto de trabajo y por la dependencia jerárquica. Es decir, invo
can implícitamente la causal de miedo insuperable como un supuesto de no exigibilidad
de otra conducta -subjetiva o individual-. Empero, [...] según los datos que se tienen, los
imputados no se encontraban frente a una situación tan extrema que no fuera aconseja
ble desde los fines de la pena, imponerle una sanción penal. El temor de perder su trabajo
o de ver perjudicada a su comunidad o su estatus de interlocutora respecto de los intere
ses sociales que defendía [...], como es evidente, no tiene el carácter de insuperable. La
206
C ausas que eximen o atenúan la responsabilidad penal A rt. 20
Del inciso 8:
Del inciso 9:
207
Art. 20 L ibro primero / Parte general
artículo veinte del Código Penal; así, en el caso de la llamada ‘obediencia jerárquica’ [...]
es necesario distinguir si la orden de la autoridad competente es conforme o no a Derecho,
siendo que, [...] esto es cuando la orden es ilícita, el subordinado que la ejecuta comete un
acto ilícito del mismo título que el superior que la dicta; en consecuencia, en el caso subli
tis, al tratarse de una orden a todas luces ilícita, la conducta del recurrente sí es sanciona-
ble penalmente, por lo que la sentencia expedida por el colegiado se encuentra arreglada a
ley” (R. N. N ° 551-2005-Apurímac, del 14/04/2005, f j . 4, Primera Sala Penal Transitoria).
208
C ausas que eximen o atenúan la responsabilidad penal Art. 20
J 0290 Consentimiento del titular del bien jurídico lesionado como causa excluyente
de la antijuricidad: “El ejercicio de la acción en los delitos contra el honor es privado,
por lo que al ser un bien jurídico disponible, el consentimiento excluye la responsabi
lidad, no existiendo infracción cuando el titular del derecho hubiese otorgado al efecto
su consentimiento; siendo así, y no entrando al estudio de los ánimos que excluyen el
injusto típico, estamos ante una causa excluyente de la antijuridicidad, pues el titular al
consentir los ataques los legitima; estando recogida esta causa de justificación en el ar
tículo 20.10 del Código Penal” (Exp. N° 378-98 del 31/03/1998. En: CARO CORIA, D.
(2002). Código Penal. Gaceta Jurídica, Lima, p. 162).
J 0291 Consentimiento del titular del bien jurídico lesionado como causa excluyente
de la antijuricidad: “Si bien el acto sexual lo realizó con el consentimiento de la agra
viada, no habiendo mediado para ello fuerza o amenaza alguna, ello no lo exime de su
responsabilidad, ya que se trata de una menor que no tiene control racional sobre su con
ducta sexual, por lo que su aceptación no puede tenerse en consideración” (Ejecutoria Su
prema del 10/01/2000, Exp. N° 4385-99-Amazonas. En: Revista Peruana de Jurispruden
cia. (2000). Año II, N° 4. Normas Legales, Trujillo, p. 356).
209
A rt. 20 L ibro primero / Parte general
CORTES SUPERIORES
J 0294 Estado de inimputabilidad causado por anomalía psíquica, alteración de li
conciencia o anomalías en la percepción: “El colegiado ha tomado convicción, en lo:
debates orales de que el agente es inimputable, ya que no es capaz de responder de su:
actos, debido a su enfermedad mental ‘esquizofrenia paranoide’ de carácter crónico e irre
versible, hallándose incapacitado para distinguir el mal del bien, apreciar el carácter di
sus actos y responder por los mismos; conforme se acredita con el informe médico, lo.
reconocimientos legales e informe sicológico debidamente ratificados, además de la his
toria clínica alcanzada a esta Sala; por lo que se hace pasible de aplicarle una medida d
210
C ausas que eximen o atenúan la responsabilidad penal A rt. 20
J 0297 Estado de necesidad exculpante: “El disparar contra un grupo de personas que
se acercaban y amenazaban de muerte, encontrándose en medio de una manifestación en
donde se habían producido actos violentos, constituye un supuesto de estado de necesidad
exculpante [...], por lo que el inculpado ha de ser absuelto” (Sentencia de la Sala Penal de
la Corte Superior de Justicia de Loreto del 06/08/1999, Exp. N° 99-0025-191601-SP-02.
En: ACADEMIA DE LA MAGISTRATURA. (2000). Serie de Jurisprudencia. N° 3. Amag,
Lima, p. 264).
J 0298 Obrar por orden obligatoria de autoridad competente: “Procede absolver a los
soldados integrantes de una patrulla, quienes si bien estaban en la obligación de denunciar
a sus superiores los hechos ilícitos de favorecimiento y facilitación del tráfico de drogas
cometido por determinados oficiales, cabe destacar que tal denuncia no pudo realizarse
en razón a que los mismos involucrados eran sus superiores, a quienes debían respeto y
obediencia según la normativa castrense, habiendo sido incluso amenazados, presiona
dos y coaccionados por dichos oficiales, bajo sanción de ser sometidos a la justicia mili
tar; consecuentemente se encontraban sujetos a las relaciones de superior a inferior jerár
quico, relación que se da en el Derecho Militar, donde las órdenes se cumplen sin dudas
211
A rt. 20 L ibro primero / Parte general
ni murmuraciones, bajo sanción de ser sometidos a la justicia militar por delito de desobe
diencia; por lo que esta conducta se encuentra tipificada en el inciso 9 del artículo 20 del
Código Penal” (Sentencia de la Primera Sala Penal de la Corte Superior de Justicia de
Junín del 09/07/1996, Exp. N°983-95-Junín. En: ACADEM A D ELA MAGISTRATURA.
(2000). Serie de Jurisprudencia. N° 4. Amag. Lima, p. 367).
JURISPRUDENCIA EXTRANJERA
J 0299 M iedo in su perable: “El miedo, según eminentes psicólogos, es uno de los
gigantes del alma, pudiendo ser patológico, en cuyo caso su estudio corresponde a la psi
quiatría, o no patológico, supuesto en el que el fijado estudio es competencia del Dere
cho Penal. Ante todo, esta eximente es inaplicable a los timoratos, pusilánimes o asusta
dizos, que se sobresaltan y atemorizan ante cualquier contratiempo, fabulando un estado
de zozobra que no está justificado sientan, debiéndose de tratar, antes al contrario de un
temor intenso y acuciante, de pánico o terror, los que, sin embargo, no es necesario, como
a veces ha exigido este tribunal que, el pavor sea de tal índole que, el sujeto activo quede
galvanizado o paralizado, así como totalmente incapacitado para comprender y para que
rer” (STS 29/06/1990. En: CONDE-PUMPIDO FERREIRO, C. (1997). Código Penal:
Doctrina y jurisprudencia. Trivium, Madrid, p. 698).
J 0300 M iedo in su perable: “El empleo del adjetivo insuperable en la definición legal,
que tantas veces puso en entre dicho el juego de la eximente obligó a soslayar tesis maxi-
malistas y a sondear la realidad, cuando no ha recurrir a los estudios psiquiátricos para
comprender que no puede hablarse del miedo como concepto unívoco, sino que existen
miedos o graduaciones de este estado emocional, que arranca de estados de mera pru
dencia y llegan al de verdadero terror, pasando por grados intermedios de desconfianza,
alarma, ansiedad y pánico, con lo que pudo llegarse a la pacífica conclusión de que si el
mal comninado ha de ser mayor o igual, conforme a nuestra terminología legal, la insu-
perabilidad encontrará sus matizaciones y adecuaciones según las condiciones del sujeto
y en atención al hombre medio” (STS 26/05/1983. En: CONDE-PUMPIDO FERREIRO,
C. (1997). Código Penal: Doctrina y jurisprudencia. Trivium, Madrid, p. 699).
J 0302 O brar p o r orden obligatoria de au to rid a d com petente: “La exención de la res
ponsabilidad criminal de obediencia debida se produce cuando la orden recibida, cuyo
212
C ausas que eximen o atenúan la responsabilidad penal A rt. 21
gil!} JURISPRUDENCIA
ACUERDO PLEN A R IO
J 0303 Atenuación de la pena en supuestos especiales (cuando quienes incurren en
una eximente incompleta prevista por el artículo 20 del CP son los ronderos campesi
nos en el ejercicio de la administración de justicia): “[...] Cuando no sea posible decla
rar la exención de pena por diversidad cultural, esta última, sin embargo, puede tener
entidad para atenuarla en diversos planos según la situación concreta en que se pro
duzca. En los niveles referidos a la causa de justificación (art. 20.8 CP), al error de tipo
o de prohibición (art. 14 CP) o a la capacidad para comprender el carácter delictivo del
213
A rt. 21 L ibro primero / Parte general
CO RTE SU PREM A
J 0304 Atenuación de lapena por hechos que afectan la capacidad del agente: “En la
legítima defensa imperfecta, el exceso intensivo consiste en que el agredido se defiende
de modo desproporcionado, es decir, no se comporta de la manera menos perjudicial para
el agresor. Su defensa rebasa el límite establecido por la ley, por lo que su acto defensivo
es ilícito, sin embargo, debe atenuarse la pena debido a que se considera que la excitación
o la angustia provocadas por el ataque ilícito limitan la capacidad del agente para apreciar
bien la proporcionalidad de su manera de defenderse, lo que origina una culpabilidad dis
minuida” (R. N. N ° 1358-2011-Junín. En: Gaceta Penal & Procesal Penal (2013). Tomo
47, Gaceta Jurídica, Lima, p. 92).
J 0305 Retardo mental leve atenúa, mas no anula, la responsabilidad penal: “F. J.
5. [...] El encausado [...] ha reconocido haber introducido uno de sus dedos en el ano
del menor en dos oportunidades, lo que resulta suficiente para que se haya realizado
el presupuesto de la norma indicada, por ende, dicha conducta resulta ser típica y anti
jurídica, pues se ha lesionado el bien jurídico protegido, esto es la indemnidad sexual,
toda vez que se entiende que el agente pasivo en este tipo de delitos no ha alcanzado el
grado de madurez suficiente para determinarse sexualmente en forma libre y espontánea.
F. J . 6. [...] la defensa del encausado [...] indica que su patrocinado debe ser absuelto, pues
es inimputable para lo cual hace referencia al protocolo de pericia psicológica [...] en el
que se indica que su patrocinado presenta retardo mental leve (educable); que en tal sen
tido, debe indicarse que la imputabilidad es la capacidad de entender y querer en el campe
del Derecho Penal. La imputabilidad implica salud mental, aptitud psíquica de actuar er
el ámbito penal, precisamente al cometer el delito, es decir, el sujeto, primero tiene que
ser imputable para luego ser culpable; así, no puede haber culpabilidad si previamente nc
se es imputable; que el artículo veinte, inciso uno, del Código Penal señala que ‘[...] el
que por anomalía psíquica, grave alteración de la conciencia o por sufrir alteraciones er
214
C ausas que eximen o atenúan la responsabilidad penal A rt. 21
215
A rt. 21 L ibro primero / Parte general
216
C ausas que eximen o atenúan la responsabilidad penal A rt . 22
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 2 2 .- Podrá reducirse prudencialmente ¡apena señalada para el hecho puni
ble cometido cuando el agente tenga más de dieciocho y menos de veintiún años, o
más de sesenticinco años, al momento de realizar la infracción.
(8) Artículo vigente conform e a la m odificación realizada por la única disposición com plem entaria
m odificatoria del Decreto Legislativo N° 1181 del 27/07/2015.
217
A rt. 22 L ibro primero / Parte general
DOCTRINA
218
Causas que eximen o atenúan la responsabilidad penal Art . 22
para el hecho punible cometido o realizado, siempre que tenga más de dieciocho y menos
de veintiún años, o más de sesenta y cinco años de edad, al momento de realizar la infrac
ción. La misma disposición excluye la posibilidad de reducir la pena cuando se trata de
delitos de violación de la libertad sexual, tráfico ilícito de drogas, terrorismo y terrorismo
agravado, atentados contra la seguridad nacional y traición a la patria u otro delito san
cionado con pena privativa de libertad no menor de veinticinco años cadena perpetua”.
pifen JURISPRUDENCIA
Sumario: ACUERDO PLENARIO: Pronunciamiento sobre el control difuso del segundo párrafo
del artículo 22 del CP. CORTE SUPREMA: Responsabilidad penal restringida (crite
rios interpretativos del artículo 22 del CP) / Responsabilidad penal restringida por la
edad del agente / Responsabilidad restringida en virtud de que el agente tuvo más de 18
y menos de 21 años de edad al momento de cometer el delito / Excepción de inaplica
ción de atenuante el en delito de violación sexual por las edades del imputado y la agra
viada / Exclusión de la responsabilidad restringida vinculada a la edad en los delitos
contra la libertad sexual / Inaplicación del artículo 22 del CP por falta de requisitos /
Inaplicabilidad de la figura de responsabilidad restringida por expreso mandado del CP
/ Inaplicación de responsabilidad restringida por mandato del artículo 22 del CP contra
viene a la igualdad jurídica / Inaplicabilidad del segundo párrafo del artículo 22 del CP
mediante control difuso de constitucionalidad / Responsabilidad restringida en el delito
de robo agravado / Limitación jurisdiccional de aplicación del artículo 22 del CP vul
nera el principio de relevancia constitucional.
ACUERDO PLENARIO
J 0311 P ronunciam iento sobre el con trol difuso d el segu n do p á rra fo del artículo 22
d e l CP: “10) Igualmente debe establecerse si para los casos de delitos de violación de la
libertad sexual se aplica o no la atenuación de pena por responsabilidad restringida, al
colisionar el segundo párrafo del artículo veintidós del Código sustantivo con el princi
pio-derecho fundamental de igualdad ante la Ley. El artículo 22 del Código Penal, modi
ficado por la Ley número veintisiete mil veinticuatro, del veinticinco de diciembre de mil
novecientos noventa y ocho, establece en su primer párrafo la regla general. Dice: ‘Podrá
reducirse prudencialmente la pena señalada para el hecho punible cometido cuando el
agente tenga más de dieciocho y menos de veintiún años, o más de sesenta y cinco años,
al momento de realizar la infracción’. Empero, en su segundo párrafo, introduce diver
sas excepciones en función del delito cometido, no a la culpabilidad del autor y a la nece
sidad preventiva de pena, como pudiera parecer coherente con el fundamento material
de la imputabilidad. Así, ‘Está excluido el agente que haya incurrido en delito de viola
ción de la libertad sexual, [...] y otro delito sancionado con pena privativa de libertad no
menor de veinticinco años o cadena perpetua’. Sobre el particular es de mencionar que
existe pronunciamiento de la Sala Constitucional Permanente de la Corte Suprema que,
desaprobando una sentencia consultada que hizo control difuso e inaplicó dicho segundo
párrafo del artículo veintidós del Código Penal, declaró que dicha norma penal no se
contrapone a la Constitución. Esa decisión obliga a establecer si tiene, a su vez, carác
ter vinculante; y, por ende, si clausura la discusión judicial. 11) El sistema de control de
- 219
A rt. 22 L ibro primero / Parte general
la constitucionalidad de las leyes que asume nuestra Ley Fundamental es tanto concen
trado como difuso. El primer modelo es de exclusiva competencia material del Tribunal
Constitucional, mientras el segundo corresponde a los jueces ordinarios, que lo ejercen
en cada caso particular. Desde esta perspectiva, no corresponde al Pleno Jurisdiccional
Penal adoptar un Acuerdo vinculante pronunciándose sobre la legitimidad constitucional
de la norma en cuestión, pues -por sus efectos- invadiría las atribuciones exclusivas del
Tribunal Constitucional y restaría competencia a la Sala Constitucional de este Supremo
Tribunal. El control difuso, como ya se anotó, es de aplicación por todos los jueces de la
jurisdicción penal ordinaria. Como tal, los jueces tienen incluso la obligación de inapli-
car las normas pertinentes que coliden con la Constitución, sin perjuicio que por razones
de seguridad y garantía de unidad de criterio, corresponda la consulta a la Sala Constitu
cional de la Corte Suprema. Los efectos generales de una sentencia judicial, por su propia
excepcionalidad, exige no solo una norma habilitadora sino también una decisión especí
fica, que así lo decida, de dicha Sala Jurisdiccional de la Corte Suprema. Y, la única posi
bilidad, legalmente aceptable, sería que dicha Sala siga el procedimiento establecido en
el artículo 22 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, que por lo demás no ha utilizado
en el presente caso. Los jueces penales, en consecuencia, están plenamente habilitados
a pronunciarse, si así lo juzgan conveniente, por la inaplicación del párrafo segundo del
artículo 22 del Código Penal, si estiman que dicha norma introduce una discriminación
-desigualdad de trato irrazonable y desproporcionada, sin fundamentación objetiva sufi
ciente-, que impide un resultado jurídico legítimo” (Acuerdo Plenario N ° 4-2008/CJ-ll 6
sobre “Aplicación del artículo 173.3 del Código Penal", del 18/07/2008, ff. jj. lO y 11, IV
Pleno Jurisdiccional de las Salas Penales Permanente, Transitorias y Especial).
CORTE SUPREMA
J 0312 R espon sabilidad p e n a l restringida: criterios interpretativos d el artícu lo 22 d el
CP: “Que, las normas que limitan derechos fundamentales deben ser interpretadas restric
tivamente; de acuerdo con ello, a contrario sensu, las normas que maximizan derechos
fundamentales deben ser interpretadas extensivamente; que, el artículo 22 del Código
Penal establece que si el agente al momento de la comisión del delito tiene entre diecio
cho y veintiún años de edad, el juzgador podrá reducirle prudencialmente la pena; que, de
la mencionada norma jurídico-penal debe entenderse, en primer lugar, que la prudencia a
la que se refiere alude al criterio jurisdiccional del juzgador -señalando su razonamiento
y fundamentos-, y, en segundo lugar, que si bien dicho artículo no señala explícitamente
que la reducción de la pena puede realizarse por debajo del mínimo legal, este supremo
tribunal considera que no solo nada obsta para que así sea, sino que la reducción de la
pena por debajo del mínimo legal en esta norma jurídico-penal constituye un imperativo
jurídico, toda vez que la reducción de la pena impuesta a límites por debajo del mínimo
legal constituye una maximización del ius ambulandi” (R. N. N ° 1183-2010-Lima, del
18/08/2010,/. j. 7, Sala Penal Transitoria).
220
Causas que eximen o atenúan la responsabilidad penal A rt. 22
221
A rt. 22 L ibro primero / Parte general
flagrancia, con lo cual no les quedó otra cosa que reconocer su delito; por lo que no puede
argumentarse la confesión sincera como elemento de rebaja de la pena; más aún, si no
han aportado nuevos elementos que permitan indicar la comisión de mayores delitos de
los incriminados u otros cómplices; que para la valoración de la pena impuesta se advierte
que el Colegiado ha apreciado debidamente la actuación de cada uno de los sentenciados,
advirtiendo como lo indica en el trigésimo primer considerando de la sentencia, que no
obstante la responsabilidad restringida del procesado, se le impone la misma pena que los
demás, dado el rol protagónico que cumplió dicho acusado quien portaba el arma blanca,
golpeó y maltrató a las agraviadas en el interior del vehículo, no resultando de aplicación
en su caso el artículo 22 del Código Penal” (Ejecutoria Suprema del 18/03/2005, R. N.
N° 2599-2004-Huaura. En: Diálogo con la Jurisprudencia (2006). Año 11. N° 90. Gaceta
Jurídica, Lima, pp. 194-195).
J 0318 In a p lica b ilid a d de la fig u ra de respon sab ilid a d restringida p o r expreso m an
dado d e l CP: “Que, el imputado perpetró el delito en estado de ebriedad relativo, aun
que es de precisar que no es posible invocar la causal de responsabilidad restringida por
la edad del agente, por expreso mandato del artículo veintidós del Código Penal [...]; que
el delito si bien fue perpetrado por el abuelo de la niña, con quien vivía, situación con
templada en la acusación, no es posible extenderlo al absolver el grado, para imponer una
pena mayor, por impedirlo el principio de interdicción de la reforma peyorativa; que en
autos no existen vicios de nulidad del fallo que requiera anularlo [...]” (R. N. N°2886-
2005-Piura, del 06/10/2005, Sala Penal Permanente).
222
Causas que eximen o atenúan la responsabilidad penal A rt. 22
injusto penal, resulta evidente que introducir una excepción a la aplicación de esa diferen
cia -propia de individuos objetivamente diferentes por su situación personal- fundada en
un criterio de diferenciación absolutamente impertinente, deviene en arbitraria y discri
minatoria, esto es, inconstitucional por vulnerar la garantía de la igualdad jurídica” (R. N.
N° 3904-2007-Lima Norte, del 16/01/2008, ff. jj. 8 y 9, Segunda Sala Penal Transitoria).
223
A rt. 22 L ibro primero / Parte general
la pena. Sin embargo, tal limitación por vulnerar el principio institucional, de relevancia
constitucional, de igualdad no puede ser aplicada. En efecto, la base de la diferencia en
función de edad se sustenta en la capacidad penal disminuida -sustento o elemento esen
cial de la culpabilidad-, no en el delito cometido; hacerlo por esa razón significa incor
porar como regla de interdicción de exención de pena un elemento impropio que decide
de la antijuricidad y, por tanto, con una base objetiva no razonable que una democra
cia constitucional no puede aceptar. Siendo así, es imperativo amparar parcialmente el
recurso de nulidad y solo disminuir la pena impuesta la inmediatamente inferior” (R. N.
N ° 701-2014-H uancavelica, del 13/01/2015, f. j. 7, Sala P en a l Transitoria).
---------------- § -----------------
224
CAPÍTULO IV
AUTORÍA Y PARTICIPACIÓN
DOCTRINA
Sumario: Casos típicos en los delitos de dominio de autoría mediata / Autoría inmediata como
dominio de la acción / Fundamento de la coautoría / Formas de autoría en los delitos de
dominio: a) Autoría directa; b) Autoría mediata; c) Coautoría.
I) «118 C asos típicos en los delitos de dom inio de autoría mediata: ROXIN, C. (2014).
Derecho Penal. Parte general. Especiales formas de aparición del delito. Tomo II. Ia edi
ción. España, p. 85. “En primer lugar, se puede dominar un hecho como sujeto de atrás for
zando al ejecutor a la realización del tipo (dominio de la voluntad en virtud de coacción).
En segundo lugar, se puede dirigir el acontecer desde la retaguardia engañando al ejecu
tor y convirtiéndolo así en ejecutante de su plan delictivo (dominio de la voluntad en vir
tud de error). Y, en tercer lugar, se puede controlar el acontecer de manera determinante o
decisiva pudiendo servirse discrecionalmente, como persona que da órdenes, de un apa
rato organizado de poder, de los órganos de ejecución intercambiables y no dependiendo
ya de la disposición de un autor individual a ejecutar el hecho (dominio de la voluntad en
virtud de aparatos organizados de poder). No son concebibles otras formas fundamentales
de dominio que estas tres. La autoría mediata en caso de utilización de inimputables, suje
tos con imputabilidad disminuida y jóvenes, que se tratará aparte aquí, es estructuralmente
una combinación de dominio en virtud de coacción y en virtud de error”.
_I)_ «119
_ _ _ A utoría inm ediata com o dom inio de la acción: ROXIN, C. (2014). Dere
cho Penal. Parte general. Especiales formas de aparición del delito. Tomo II. Ia edición.
España, p. 80. “En primer lugar es autor quien sea solo, sea con intervención de varios-
cumple o realiza el tipo global mediante propia actividad corporal (es decir, por regla
general, de propia mano). No se puede dominar mejor un hecho que cuando lo ejecuta uno
mismo. En la autoría inmediata el dominio le viene dado al ejecutor por la realización de
la acción que se corresponde con el tipo; por ello hablo de ‘dominio de la acción’. Se trata
en este caso del tipo de autoría más obvio, porque esta forma de dominio se corresponde
del modo más claro posible con el entendimiento de la autoría como realización del tipo.
La admisión de autoría en caso de realización de propia mano del tipo se confirma por el
tenor literal de la ley, que atribuye la autoría a quien ‘comete ... por sí mismo’ el hecho”.
225
A rt. 23 L ibro primero / Parte general
I) 1)121 Form as de au toría en los delitos de dom inio: a) A utoría directa: BUSTOS
RAMÍREZ, J. (2004). Obras completas. Tomo I. Lima: Ara, p. 1073. “Autor directo es
el que realiza actos de ejecución, sin duda estos actos ejecutivos, han de ser actos típicos.
Sin embargo, la formalidad de un concepto de autor determinado por la realización de un
acto ejecutivo que signifique la realización inmediata del tipo, sin lugar a dudas, precisa
mente por su formalidad restringe considerablemente el concepto de autor y todo lo más
comprende al que ejecuta por sí solo, pero no al coautor ni al mediato [...]”.
1)0122 Form as de autoría en los delitos de dom inio: b) A utoría m ediata: CEREZO
M1R, J. (2004). Curso de Derecho Penal español. Parte general. Tomo III. 4areimpresión
de la 2a edición, Madrid: Tecnos, pp. 215-216. “En mi opinión, los supuestos de autoría
mediata que corresponden con las diversas formas del dominio del hecho son los siguientes:
Dominio del hecho mediante la coacción. Se coacciona a una persona para que cometa
un delito. Para que esa persona aparezca como un mero instrumento y se dé, por tanto, la
autoría mediata es preciso que estuviera exenta de culpabilidad, es decir, que estuviera
amparada por las eximentes del estado de necesidad como causa de inculpabilidad o de
miedo insuperable. Dominio del hecho induciendo a una persona a error o aprovechando
la situación de error en que se encuentra. Puede tratarse de un error sobre un elemento
del tipo, sobre la antijuridicidad de la conducta o sobre la concurrencia de una causa de
inculpabilidad. Dominio del hecho por utilización de un inimputable, por ejemplo, una
persona que padezca una anomalía o alteración psíquica provocándole dicho estado de
inimputabilidad o aprovechándose del mismo. Cuando se utilice a un menor, no será sufi
ciente con que se trate de un menor de catorce años, sino que el criterio decisivo para afir
mar el dominio del hecho y la autoría mediata será su capacidad de comprender el carác
ter ilícito de su conducta y de obrar conforme a esa comprensión. Cuando se utiliza como
instrumento a una persona que actúa amparada por una causa de justificación. Por ejem
plo, se provoca una situación de legítima defensa para que el agredido se defienda y mate
al agresor, o se utiliza como instrumento a una persona obligada por un deber jurídico de
obediencia”.
226
A utoría y participación A rt. 23
_1)0123
_ _ _ _ F orm as de autoría en los delitos de dom inio: c) C oautoría: M IR PUIG, S.
(2002). D erecho Penal. P arte general. 6a edición. Barcelona: Reppertor, §2/1, p. 382.
“Son coautores los que realizan conjuntamente y de mutuo acuerdo un hecho. Los coau
tores son autores porque cometen el delito entre todos. Los coautores se reparten la rea
lización del tipo de autoría. Como ninguno de ellos por sí solo realiza completamente el
hecho, no puede considerarse a ninguno partícipe del otro. No rige, pues aquí el princi
pio de accesoriedad de la participación, según el cual el partícipe solo es punible cuando
existe un hecho antijurídico del autor, sino un principio en cierto modo inverso: el princi
pio de imputación recíproca de las distintas contribuciones. Según este principio, todo lo
que haga cada uno de los coautores es imputable”.
pin, JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0323 Diferencia entre el autor y el partícipe: “F. J. 34. La doctrina precisa que sola
mente puede hacerse tal delimitación en los tipos dolosos. Así, define como autor de
delito doloso a ‘ [a] aquel que mediante una conducción consciente de fin, del acontecer
causal en dirección del resultado típico, es señor sobre la realización del tipo’. Es decir,
el autor puede manipular sobre el resultado del hecho y puede desistirse inclusive. En
tanto que el p a rtíc ip e está supeditado a la actuación del autor, pues su intervención sola
mente se produce siempre que el autor, por lo menos, arriba al grado de tentativa, sin el
cual no hay complicidad ni instigación. Consecuentemente, el partícipe no tiene domi
nio del hecho. F. J . 35. Así, es autor quien tiene el poder para manipular el resultado del
hecho, cuya contribución, aun siendo distinta, es considerada como un todo, y el resul
tado total le es atribuible independientemente de la entidad material de su intervención; y
227
A rt. 23 L ibro primero / Parte general
es partícipe aquel cuya intervención está condicionada al resultado obtenido por el autor o
aquel cuyo accionar no contribuye decididamente a la ejecución del delito, sino que su in
tervención se limita a coadyudar en su ejecución” (STCExp. N ° 1805-2005-HC/TC-Lima,
caso: Máximo Humberto Cáceda Pedemonte, del 29/04/2005, ff. jj. 34 y 35).
J 0324 A u toría en los delitos de infracción de deber. “F. J. 9. El punto de partida dog
mático está dado por la categoría de estos delitos: de infracción de deber. Actualmente,
en la doctrina y la jurisprudencia se ha definido que existen tipos legales que requieren
un dominio del autor para su construcción, como por ejemplo los delitos de robo agra
vado, homicidio calificado, estafa, tráfico ilícito de drogas, entre otros -denominados de
litos de dominio—. Sin embargo, también existen tipos legales que excluyen el dominio
para su configuración y se forman a partir de la infracción de un deber especial que le
corresponde a la órbita del autor -característica intrínseca de los delitos cometidos por
los funcionarios y servidores públicos- El autor del delito -de infracción de deber- no
puede ser cualquier persona, sino solo aquel funcionario o servidor público que ocupa un
estatus especial y mantiene una vinculación exclusiva con el injusto sobre la plataforma
del deber que ostenta. La infracción del mismo lo convierte en autor, con independen
cia del dominio de la situación fáctica que no tiene ninguna trascendencia jurídica, pues
el fundamento está construido por la posición que domina en relación al deber estatal
que le corresponde: conducirse correctamente con lealtad y probidad en el ejercicio de la
Administración Pública y con los bienes que se encuentran bajo su ámbito. En este espa
cio, por ejemplo, deberá disponer correctamente del patrimonio estatal que administra.
F. J . 10. Por consiguiente, el funcionario o servidor público, en tanto en cuanto su res
ponsabilidad penal se sustenta en la infracción del deber, siempre será autor del delito
contra la Administración Pública, sin perjuicio -claro está- de los diferentes presupues
tos que también se requieran para determinar la autoría de cada injusto, como por ejem
plo en el delito de peculado, que exige además el vínculo funcional con el objeto. F. J.
11. Este tipo de delitos restringe el círculo de autores -como se anotó—, pero se admite la
participación del extraneus que no ostenta esa obligación especial, como partícipe: induc
tor o cómplice. Para fundamentar esta perspectiva -en tomo a la accesoriedad de la par
ticipación- en la jurisprudencia nacional actual se considera dominante y homogénea la
tesis de la unidad de título de imputación para resolver la situación del extraneus. Esta
posición, sostiene lo siguiente: a) Un mismo hecho no puede ser reputado bajo dos tipos
penales diferentes; b) El extraneus puede participar en delitos funcionariales y responderá
por el injusto realizado por un autor que infringe el deber especial. Por tanto, la participa
ción del extraneus no constituye una categoría autónoma de coejecución del hecho puni
ble, sino que es dependiente del hecho principal. Esto es, no posee autonomía y configu
ración delictiva propia a pesar de que aquel toma parte en la realización de la conducta
punible. F. J . 12. Desde esta posición subsidiaria, serán partícipes los que sin infringir el
deber, formen parte del hecho referido a la acción del infractor del deber -e l hecho puni
ble está unido esencialmente al autor y constituye una imputación única-. Esta posición
guarda absoluta concordancia con el artículo 26 CP que regula las reglas de la incomu
nicabilidad de las circunstancias de participación y señala lo siguiente: ‘Las circunstan
cias y cualidades que afectan la responsabilidad de algunos de los autores y partícipes no
228
A utoría y participación A rt. 2 3
modifican las de los otros autores o partícipes del mismo hecho punible’. Esta fórmula
ratifica la opción dogmática y jurisprudencial que sostiene la imposibilidad de la puni-
bilidad del extraneus como autor de un delito de infracción de deber. Lo expuesto signi
fica, además, que el partícipe solo merece ser sancionado si existe un hecho antijurídico
por parte del autor” (Acuerdo Plenario N° 2-2011/CJ-ll 6 sobre “Nuevos alcances de la
prescripción”, del 06/12/2011, ff. jj. 9, 10, 11 y 12, VIIPleno Jurisdiccional de las Salas
Penales Permanentes y Transitoria).
CO RTE SUPREMA
J 0327 Autoría mediata (concepto y formas): “F. J. 719. Se identifican como autoría
mediata aquellos casos donde el delito es realizado por el agente u hombre de atrás, a tra
vés de un intermediario material o persona interpuesta. A esta última, la literatura espe
cializada le ha asignado distintas denominaciones, como hombre desde adelante, ejecu
tor inmediato, ejecutor directo o simplemente ejecutor. Sin embargo, se acepta también
la expresión ‘instrumento’, aunque ella es cuestionada por resultar equívoca, según algu
nos autores nacionales [...]. Por tanto, será un autor mediato aquel que se aprovecha o
utiliza la actuación de otra persona para alcanzar su objetivo delictivo. Tales supues
tos tradicionalmente han sido vinculados al empleo de la coacción sobre el intermedia
rio material; o aprovechando el error en que este se encuentra; o empleando en la ejecu
ción del delito a personas incapaces. La función asignada a la categoría dogmática de
229
A rt. 2 3 L ibro primero / Parte general
la autoría mediata es, pues, la de hacer responder penalmente al autor real de un delito
que ha sido cometido por otra persona. Se trata, en consecuencia, de una forma espe
cial de autoría en la que el agente realiza el hecho punible valiéndose de la persona inter
puesta, por lo que debe hacérsele acreedor a las consecuencias penales que correspon
dan a dicha conducta ilícita. F. J . 720. En la actualidad se admiten tres formas de autoría
mediata. En todas ellas el agente actúa o incide dominando la voluntad del intermedia
rio material. Por consiguiente, ‘el autor mediato debe tener la posibilidad de controlar y
dirigir de facto el comportamiento de la persona que utiliza para cometer el delito’. Ini
cialmente, solo se reconocían dos modalidades de autoría mediata: (1) La primera prove
nía del ‘dominio por error’, ya que en ella el autor mediato dominaba la voluntad del eje
cutor a través del engaño sobre las circunstancias reales del hecho que este realizaba, o
al darle al suceso donde aquel intervenía, un sentido o significado distintos del que real
mente le correspondía. (2) La segunda modalidad era la del ‘dominio por coacción’. Aquí,
el hombre de atrás direccionaba la voluntad del ejecutor empleando la amenaza o intimi
dación de un mal inminente y grave que estaba en sus facultades realizar. En ambos casos,
pues, era el hombre de atrás quien condicionaba y decidía la estructura del hecho delic
tivo, de manera tal que la conducta realizada por la persona interpuesta solo podía impu
társele como obra suya. (3) La tercera modalidad es conocida como ‘autoría mediata por
dominio de la voluntad en aparatos de poder organizados’, cuyas características, presu
puestos, requisitos y consecuencias serán objeto de un análisis posterior. Es importante
destacar que en tomo a esta modalidad de autoría mediata, subsisten algunas posiciones
discrepantes entre los autores nacionales y extranjeros que la confunden con supuestos de
coautoría, instigación o complicidad, pese a no darse en ella la horizontalidad, o la rela
ción directa o periférica que caracteriza a aquellas. Esta interpretación discrepante sobre
la posición dogmática del nivel superior estratégico, también se ha proyectado en la juris
prudencia nacional. En efecto, en la Ejecutoria de la Segunda Sala Penal Transitoria de
la Corte Suprema -caso Abimael Guzmán Reynoso- del catorce de diciembre de dos mil
siete un voto singular consideró la hipótesis de la coautoría. Al respecto el propio ROXIN
ha aclarado que con relación a la coautoría ‘falta una resolución común hacia el hecho, la
cual, según la doctrina absolutamente dominante, es presupuesto de cualquier ‘comisión
conjunta’ en el sentido de la coautoría. Y es que el hombre de atrás y el ejecutante mayor
mente ni siquiera se conocen, no acuerdan nada conjuntamente ni tampoco se consideran
a sí mismos como portadores de decisiones con igual rango. La ejecución de un reque
rimiento, como el que se presenta en los casos en cuestión, se basa en una orden y no en
una decisión conjunta’. Y con referencia a la instigación ha sostenido que ‘la diferencia
decisiva también radica en que el inductor no domina la ejecución del hecho, la realiza
ción del tipo no depende de su voluntad. En el autor de escritorio esto es distinto: él es la
figura central dominante del delito ordenado por él, mientras que los esbirros ejecutan
tes, si bien también son responsables como autores debido a su dominio de la acción, no
pueden disputar al dador de la orden su superior dominio de la voluntad que resulta de la
dirección del aparato’” (Exp. N°A.V. 19-2001, del 07/04/2009,ff. jj. 719 y 720, Sala Penal
Especial [Caso: Alberto Fujimori por Barrios Altos y La Cantuta]).
230
A utoría y participación A rt. 23
del hecho delictivo no es directa, sino que se realiza a través de un aparato organizado de
poder o mando; es decir, no se trata de una disposición estrictamente normativa o legal,
sino del abordaje o comprensión del comportamiento humano o legal, sino del abordaje o
comprensión del comportamiento humano delictivo cuando el hecho es realizado a través
del accionar del otro, pues ello se orienta a dar contenido a la previsión legal contenida en
el artículo veintitrés del Código Penal, el cual prevé que la conducta típica pueda darse de
mano propia o mediatizando a un tercero. Por ello el autor mediato es aquel que a través
del control o manejo que tiene de una organización, dispone la realización de actos delic
tivos, sin tener necesariamente el control directo e imnediato del operador o ejecutor, sino
que el control lo ejerce sobre la organización y en ese contexto consigue que este último
realice sus órdenes delictivas de manera prácticamente automática. Conforme la doctrina
ha establecido, los presupuestos de tal autoría mediata porten de la necesaria existencia
previa de una organización criminal estructurada, con asignación de roles que opera autó
nomamente respecto de sus integrantes y en tal contexto se debe identificar: i) el poder
de mando que tiene el hombre de atrás sobre la organización, ii) el apartamiento del dere
cho en el accionar de la organización, iii) la fungibilidad de los ejecutores, iv) predisposi
ción en el subordinado-ejecutor para cumplir las órdenes. Este desarrollo dogmático sirve
para determinar la imputabilidad a nivel de autoría, puntualmente de tipo mediato, pero
en modo alguno se puede sostener que el aspecto subjetivo que gobierna el comporta
miento humano sea inexistente o irrelevante, sino que ello es de aplicación al determinar
la tipicidad de la conducta. [...] La autoría mediata abarca, a través de aparatos de poder,
abarca tanto al abuso de una estructura de poder estatal y, sobre todo, a una estructura no
gubernamental, como en los supuestos de la macrocriminalidad o criminalidad organi
zada como la presente, lo relevante desde la perspectiva de la autoría mediata con uso de
aparatos de poder es del hecho que exista una estructura jerárquica, con ejecutores fim-
gibles y en el que el hombre de atrás ejerza un dominio de hecho cuya decisión se tra
mita a través de una cadena de mando en la que cada agente transmisor sea igualmente un
autor mediato. Esta dinámica en la transmisión de la voluntad del autor mediato es fac
tible de presentarse en una organización criminal, más aún, si la estructura de poder es
altamente jerarquizada y la fungibilidad de sus miembros (ejecutores del acto) está fuer
temente condicionada por la verticalidad y centralismo. En consecuencia, teóricamente
es posible evaluar la conducta del líder o cabecilla de una organización terrorista dentro
de este contexto organizacional [...]” (R. N. N °2308-2012-L im a, del 24/09/2014, f. j . 5.9,
Sala P en a l Transitoria).
J 0329 Autoría mediata y comisión por omisión: “Que la sentencia recurrida se sus
tenta en la autoría mediata en comisión por omisión (posición de garante), pues los encau
sados como organizadores de la marcha asumieron el control de la fuente de peligro, por
lo que cualquier resultado lesivo como consecuencia de la omisión de controlar dicha
fuente de peligro les es imputable a título de autoría; que los encausados [...], como direc
tivos del comité de gestión para la creación de la municipalidad del centro poblado de
Manchay organizaron la marcha hacia la Municipalidad de Pachacámac e ingresaron a
dialogar con el gerente de asesoría legal de dicha municipalidad [...]; [hecho aceptado por
los encausados], quienes al notar que la turba ubicada al frontis de la municipalidad se
estaba exaltando les solicitó que salieran a apaciguarlos; sin embargo, estos hicieron caso
231
A rt. 23 L ibro primero / Parte general
omiso a dicha petición; que esta omisión conllevó a que los manifestantes produjeron des
manes en las instalaciones de la referida comuna, y siendo que el control de dicha fuente
de peligro estaba a cargo de los encausados [...] las consecuencias le son imputables a
título de autoría [...] pues la imputación es en comisión por omisión” (R. N. N ° 206-2010-
Lima, del 08/03/2011, f. j. 6, Sala Penal Permanente).
232
A utoría y participación A rt. 23
dentro de este contexto organizacional. [...] La autoría mediata como criterio de impu
tación tiene su mayor sustento en la teoría del dominio del hecho de Roxin que recoge
nuestro Código sustantivo en su artículo 23. [...] ‘La doctrina del dominio del hecho,
tiene como meta superar las dificultades de las teorías unitarias y de las teorías diferen-
ciadoras clásicas, en cuanto vistas aisladamente, dejan sin resolver problemas esencia
les respecto del autor y de la participación [...] Es decir, la teoría del dominio del hecho
permite, entre otras ventajas, distinguir más claramente la diferencia entre autor y par
tícipe, así será autor quien domina la configuración del injusto y partícipe quien no ejerce
tal dominio y solo colabora con un hecho doloso ajeno. Consecuentemente, no compar
timos la posición de que hay que abandonar toda la doctrina sobre autoría y participa
ción ni menos podemos certificar el ocaso o el deceso de la teoría del dominio del hecho.
En el caso materia de este pronunciamiento, la autoría mediata por dominio de organi
zación que se imputa a Guzmán Reynoso y sus coprocesados parte por determinar si el
denominado Partido Comunista del Perú conocido como ‘Sendero Luminoso’ se confi
guró como un verdadero aparato organizado de poder donde la cúpula dirigencial pueda
responder a título de autor mediato en tanto sus militantes de base o cuadros intermedios
íúeron los ejecutores materiales o autores inmediatos de los delitos que se les atribuye. La
respuesta es afirmativa, el PCP-SL, se construyó a escala nacional, con células, comités
zonales, sub-zonales, regionales y en el vértice el Comité Central con Guzmán Reynoso a
la cabeza, llegando a contar con treinta y tres mil ‘combatiente’ según versión de la pro
pia organización. Con mayor razón, si en el contexto de su denominada ‘guerra popular’
todas sus estructuras se militarizaron y su principal principio de organización, el ‘centra
lismo democrático’, que presuntamente combina centralismo con democracia, con predo
minio de uno de sus componentes según el momento político, resulta obvio que la demo
cracia interna estaba subordinada a un rígido centralismo donde las ordenes o directivas
de la dirección nacional, Comité Central, simplemente se acataban en base a una férrea
disciplina partidaria. Así se puede entender que la orden de dar muerte a los sesenta y
nueve comuneros de Lucanamarca provino del Comité Permanente del Partido pero fue
ejecutada por los miembros del Comité Regional Cangallo-Fajardo, por lo que, los que
dieron las órdenes resultan ser los autores mediatos y los ejecutores los autores directos.
En relación a la fúngibilidad de los ejecutores de los hechos delictivos no cabe duda que
este elemento de la autoría mediata por aparatos organizados de poder, en este caso, no
estatal, aparece nítidamente por el simple hecho de que la dirigencia nacional del PCP-SL
aprovechó la disciplinada estructura de la organización subversiva siendo conocido que
incluso sus militantes firmaron las llamadas ‘cartas de sujeción al Presidente Gonzalo’
que no era otra cosa que una declaración formal y solemne de sometimiento incondicional
a la voluntad de su líder y su organización y una suerte de renuncia a su propia identidad
civil. [...]. Se puede sostener del mismo modo que en organizaciones o aparatos de poder
como el PCP-SL el grado de fúngibilidad de los autores directos del delito de terrorismo,
que por lo general no es simultánea sino sucesiva, supera con creces a la del crimen orga
nizado para casos de delitos comunes como la del narcotráfico trasnacional, para poner
un ejemplo, donde también puede darse la figura de autoría mediata. De las tres formas
de dominio del hecho: por acción, por voluntad y dominio del hecho funcional, en el pre
sente caso la imputación penal aplicable es por dominio de la voluntad en la modalidad
que se conoce como dominio por organización, pues, se ha establecido que los acusados
233
A rt. 23 L ibro primero / Parte general
han actuado dentro de una organización con nítida primacía de relaciones verticales, con
subordinación de los ejecutores directos propias de la autoría mediata y no de relaciones
horizontales propias de la coautoría. Según la doctrina dominante, tres son los requisitos
para que se configure el dominio de voluntad en virtud de aparatos organizados: a) orga
nización con estructura jerarquizada rígida, b) fimgibilidad de los autores inmediatos y c)
apartamiento del ordenamiento jurídico. El análisis de la actuado, en opinión mayoritaria
de este colegiado, permite concluir que en el presente caso se tiene configuradas las con
diciones antes reseñadas y, por lo tanto, los protagonistas de los hechos deben responder
a título de autores mediatos” (R . N. N ° 5385-2006-Lim a, d el 14/12/2007, f. j . 4.5.4., P ri
m era Sala P en al Transitoria).
J 0332 Formas de autoría en los delitos de dominio del hecho: “[...] El Código Penal
peruano vigente, en su Capítulo IV, en el libro de la Parte General, sistematiza dos for
mas de intervención delictiva: ‘Autoría y Participación’. El texto del artículo 23 de este
Código sustantivo, establece las distintas formas de autoría, en los siguientes términos:
‘el que realiza por sí, o por medio de otro el hecho punible y los que los cometan con
juntamente serán reprimidos con la pena establecida para esta infracción’. De este modo
se configuran normativamente la autoría directa o inmediata (el que realiza por sí); la
autoría mediata (por medio de otro) y la coautoría (los que cometan conjuntamente).
Siendo así, es claro que nuestro Código ha optado por la teoría del dominio del hecho
para distinguir entre autoría y participación. En tal sentido, el segundo supuesto de auto
ría, por medio de otro, es la forma que se conoce como autoría mediata. Será tal autor
quien utiliza o se aprovecha de la actuación de otra persona para concretizar sus objeti
vos delictivos. B) Clases de autoría mediata: [...] el jurista alemán Claus Roxin a dado
a conocer una nueva forma de autoría mediata que tiene como cimiento el criterio del
dominio de la voluntad en aparatos organizados de poder, la misma que le permite atri
buir responsabilidad penal a título de ‘autor’ a quien, sin ejecutar los hechos delicti
vos de forma directa y ‘sin querer ensuciarse las manos deja que otros hagan el trabajo
[...]’. En este sentido, ‘autor mediato no es solo el jefe máximo de una organización cri
minal, sino todo aquel que en el ámbito de la jerarquía transmite la instrucción delic
tiva con poder de mando autónomo’, siendo el factor decisivo, en este primer plantea
miento, para fundamentar el dominio de la voluntad, ‘la fimgibilidad del ejecutor’, la
que actúa al mismo tiempo como un ‘engranaje -sustituible en cualquier momento-
en la maquinaria del poder’ (Vide. ROXIN, Claus. Autoría y dominio del hecho en
Derecho Penal. Marcial Pons, Madrid, 1998, p. 273); es así que, con esta nueva forma
de autoría mediata, conjuntamente con las otras formas clásicas del dominio del hecho
por ‘coacción’ y ‘error’, se agotarían las tres posibles formas de autoría mediata, las
que se materializan en la realización de un hecho punible efectuado por otra persona
o instrumento, y por ende, que no sea el de propia mano. [...] C) Concepto de auto
ría mediata por dominio de la organización: Autor mediato es quien valiéndose del
pleno dominio de una organización (para el presente caso, un aparato de poder orga
nizado) ordena la comisión de delitos. En este sentido, para atribuirle al autor mediato
el dominio sobre la producción del resultado (el que materialmente es realizado por un
órgano de ejecución del aparato organizado de poder: autor inmediato) este debe tener
pleno dominio concreto sobre la organización, mas no sobre el ejecutor inmediato [...];
234
A utoría y participación A rt. 2 3
J 0333 C oncepto de coautoría: “F. J . 4. [...] De los hechos probados [...] fluye que
el encausado [...] conjuntamente con otros tres individuos, todos ellos armados, ataca
ron a los vigilantes [...], a quienes les dispararon y luego sustrajeron las armas de fuego
que portaban. Los hechos así glosados permiten colegir fundadamente que los asaltan
tes, entre ellos el imputado [...], siguieron un plan delictivo previamente determinado y
lo ejecutaron decididamente, sorprendieron a los vigilantes, les dispararon y les sustra
jeron las armas de fuego que portaban. Es obvio entonces, que el encausado [...] inter
vino en la decisión común y que realizó un aporte objetivo al hecho punible. Así las
cosas, no hay duda a los efectos de la subsunción típica que los cuatro individuos actua
ron en coautoría, figura jurídico-penal que supone la realización conjunta de un delito
por varias personas que intervienen en él conscientemente. En el caso concreto medió un
supuesto de coautoría ejecutiva, en la que se produjo un reparto de las tareas ejecutivas:
si bien todos atacaron y dispararon sus armas de fuego, es obvio que no todos los dispa
ros de necesidad mortal fueron realizados por el imputado [...], quien según la sentencia
recurrida, los disparos que efectuó no impactaron a la víctima. Disparar contra los agra
viados fue la ejecución de un plan común, aceptado por todos. Así, entonces, las distin
tas contribuciones deben considerarse como un todo y el resultado total debe atribuirse
a cada coautor, independientemente de la entidad material de su intervención. La contri
bución del imputado, formando parte del grupo, atacando al unísono a los agraviados y
235
A rt. 2 3 L ibro primero / Parte general
apoderándose de las armas es, pues, un eslabón importante de todo el acontecer delic
tivo. El resultado muerte permaneció en el ámbito de la decisión común acordada previa
mente, que se expresó en la forma como se atacó a los vigilantes, no fue un exceso de uno
de los asaltantes matar al agraviado. El imputado cometió en común con otros el hecho
punible. Hubo, pues,p a ctu m scaeleris -que, como es obvio, no necesariamente ha de ser
formal e incluso puede ser tácito, basta que se desprenda su existencia de la misma natu
raleza y dinámica de los hechos que se incriminan colectivamente-, elemento subjetivo -
dolo compartido o decisión conjunta- y elemento objetivo -aportación causal decisiva-.
Dados estos elementos o presupuestos, de obsta la variedad y diversa entidad de los pape
les asignados a los distintos coautores en el desarrollo del proyecto delictivo asumido, ya
que cada uno de los coautores no tiene por qué realizar la totalidad de la conducta típica,
aunque siempre es atribuible la totalidad de la acción a cada uno, es decir, el hecho delic
tivo les pertenece en igual medida -vínculo de solidaridad penal-, no son partícipes en
lo hecho por otro y por ello no juega el principio de accesoriedad propia de la partici
pación en un hecho ajeno. No se infringió el artículo 23 del Código Penal. F. J. 6. [...]
la decisión jurisdiccional no infringió el principio de proscripción de la responsabilidad
objetiva, reconocido en el artículo VII del Título Preliminar del Código Penal. Los jue
ces de mérito no pusieron a cargo del imputado recurrente un elemento objetivo del tipo
legal de robo agravado, independientemente de la existencia de dolo o culpa. No se ha
castigado al imputado por un hecho fortuito o por un comportamiento que cae dentro del
riesgo permitido. No se le atribuyó un hecho ajeno. Precisamente los presupuestos de la
coautoría, según lo expuesto en el cuarto fundamento jurídico, piden estimar que se vul
neró el principio del hecho propio, el imputado intervino en la decisión común y realizó
un aporte objetivo al hecho punible, además el resultado no constituyó un exceso de uno
de los intervinientes en el hecho” (Casación N ° 5 5 -2 009-L a Libertad, del 2 0 /0 7 /2 0 1 0 , jf.
jj. 4, 5 y 6, Sala P ena l Perm anente).
J 0334 D e fin ic ió n d e c o a u to ría : “[...] Que cuando la conducta típica es realizada por
dos o más personas, se presenta la co-autoría o supuesto de autoría funcional donde cada
uno de los sujetos toma parte en la ejecución de los hechos en forma consciente y volun
taria con un dominio compartido del hecho; esto es, cada uno de los coautores tiene en
sus manos el dominio del hecho, a través de la ejecución de la parte que le corresponde en
la división ejecutiva del acto delictivo. Se trata, pues, de una coautoría ejecutiva parcial,
basada en el reparto de las tareas comisivas de la infracción” (R. N. N ° 4 1 72-2004-C hin-
cha, d el 0 6 /0 5 /2 0 0 5 ,/. j . 4 d), Sala Penal).
236
A utoría y participación Art. 23
237
Art. 23 L ibro primero / Parte general
238
A utoría y participación A rt. 23
fiscal. Cabe destacar que se trató de tres delitos perpetrados grupalmente por integrantes
de una pandilla de jóvenes delincuentes y, por tanto, que existió un dolo común de atacar
y matar o lesionar gravemente a las víctimas, aprovechándose del factor sorpresa y del
número de atacantes, que no dieron oportunidad a las víctimas de defenderse o ponerse
a buen recaudo” (R. N. N ° 3048 -2 0 1 2 -L a Libertad, del 0 7 /03/2013, f . j. 4, Sala P ena l
Transitoria).
J 0342 C o a u to ría n o eje cu tiv a : “[...] La realización conjunta de un delito por varias
personas que colaboran consciente y voluntariamente. La coautoría es una especie de
conspiración llevada a la práctica y se diferencia de esta figura precisamente en que el
coautor interviene de algún modo en la realización del delito. Se exige para considerar que
un hecho fue ejecutado en coautoría que exista: decisión común entre los intervinientes
de cometer el ilícito, común dominio del hecho y contribución propia en el hecho, lo
que se extiende desde luego a lo estipulado tanto en el Código actual como en el ante
rior. En efecto, debe existir la decisión previa, sin importar la anticipación de la determi
nación -pueden ser días o meses antes del hecho o aún en instantes previos, lo que está
en función del caso en concreto-, sumada a la ejecución de un acto necesario en la rea
lización de la infracción, conforme a la decisión común [...]. Distingue Muñoz Conde
entre coautoría ejecutiva y coautoría no ejecutiva, en esta última se produce un reparto
de roles entre los intervinientes en la realización de un delito, de tal modo que alguno o
algunos de los coautores puede ni siquiera estar presente en el momento de su ejecución,
pero en función al criterio seguido por la doctrina mayoritaria del dominio funcional del
hecho, se asume por igual la responsabilidad en la realización del delito. Precisa Muñoz
Conde ‘que las distintas contribuciones deben considerarse como un todo y el resultado
total debe atribuirse a cada coautor, independientemente de la entidad material de su in
tervención’. Agrega ‘que no basta el simple acuerdo de voluntades, es necesario que se
contribuya de algún modo en la realización del delito (no necesariamente con actos eje
cutivos), de tal modo que dicha contribución pueda estimarse como un eslabón impor
tante de todo el acontecer delictivo [...]’ (R. N. N ° 2 9 5 7 -2 0 0 9 -Lima, d el 1 5 /0 1 /2 0 1 0 ,/. j . 6,
Sala Penal P erm anente).
239
A rt. 23 L ibro primero / Parte general
y conducta excesiva del llamado ‘chino’ o ‘Elás’ y de T.B, a los acusados B.T y T.L” (R. N.
N ° 3694-2003-U cayali, del 05/04/2004, ff. j j 3, 4 y 5, Sala Penal).
J 0347 C o a u to ría e n los d elito s co n tra la lib erta d s e x u a l : “Aun cuando en la diligen
cia judicial la agraviada refiera que el coacusado no fue uno de los que la violó, es de
precisar que valorando la forma y circunstancias en que se desarrolló el evento delictivo
-concurso de dos o más personas, a mano armada, bajo el ejercicio de violencia física
y psíquica constante- existió la decisión común en los participantes para la materiali
zación del tipo descrito en el artículo 170 del Código Penal, al haberse distribuido roles
en su participación; así tenemos que mientras uno cuidaba a la agraviada, los demás la
amordazaban e introducían hacia una chacra para inmediatamente suscitarse la agresión
sexual por dos de los sujetos negándose los restantes a realizar la penetración y proce
der todos juntos a amordazar a la víctima, atándola de pies y manos” (Ejecutoria S u
p rem a del 01 /0 6 /2 0 0 4 , R. N. N ° 5 1 6-2004-Ica. E n : CASTILLO ALVA, J. L. (2006). Ju ris
p ru d en cia p enal. Sentencias d e la Corte Suprema d e Justicia d e la República. Tomo I.
Grijley, Lima, p . 2 46).
241
A rt. 23 L ibro primero / Parte general
---------------- § -----------------
242
A utoría y participación Art. 24
ARTÍCULO 24 Instigación
El que, dolosamente, determina a otro a cometer el hecho punible será reprimido
con la pena que corresponde al autor.
N ormas concordantes
CPP1991: art. 135; CPP2004: arts. 31 me. 2, 65 irte. 1, 68 irte. 1 lits. e, h, l; 105, 200, 259
irte. 4, 513 irte. 1, 5 1 6 irte. 1, 525 inc.3; C deP P : art., 72 irte. 1, 77 irte. 6, 315.
DOCTRINA
_I)_ 1)126
_ _ _ Concepto y elementos de la inducción: MIR PUIG, S. (2002). D erech o
Penal. Parte general. 6a edición. Barcelona: Reppertor, §15/51 y 52, p. 395. “Induc
ción es la causación objetiva y subjetivamente imputable, mediante un influjo psíquico en
otro, de la resolución y realización por parte de este de un tipo de autoría doloso o impru
dente. Debe distinguirse pues entre inducción a un hecho doloso e inducción a un hecho
imprudente. La inducción a un hecho doloso requiere de los siguientes elementos: a)
—- 243
Arar. 24 L ibro primero / Parte general
_I)_IH
_ _2N_ Diferencias entre autoría mediata e inducción: BUSTOS RAMÍREZ, J.
(2004). Obras completas. Tomo I. Lima: Ara, p. 1086. “Instigar o inducir es determinar a
otra persona ajena a ejecutar un hecho doloso. La inducción implica necesariamente que
el instigador tenga plena conciencia del hecho en el cual participa, por eso, tiene que ser
necesariamente dolosa, de ahí que se le llamara autor intelectual, pues es quien ha conce
bido realmente el delito y se lo transmite a otra persona, el autor. Por eso, no puede haber
una inducción a un hecho culposo, pues si quien ha concebido el hecho es inductor, frente
a un autor culposo que no tiene un dominio de lo que realiza, será el inductor el que tiene
el dominio del hecho y, por tanto, será un autor mediato. Si solo se trata de una incitación
al hecho, en que no hay una concepción del hecho como doloso, sino que simplemente en
el sujeto hay una imprudencia con relación al hecho que el otro realiza, solo podrá plan
tearse sí cabe respecto de él la calificación de autor imprudente. Por ejemplo, en un cruce
de tren sin barrera, el amigo convincentemente anima al conductor del autobús, para que
pase, pues el tren viene todavía muy lejos. Sería diferente si se da cuenta, claramente, que
no van a pasar y lo convence a realizar el hecho: se trataría de una autoría mediata dolosa
con un autor inmediato culposo”.
244
A utoría y participación A rt. 2 4
¿Ijjs, JURISPRUDENCIA
CORTE SUPREMA
J 0351 C onceptos y condiciones de la fig u ra de la instigación: “Por instigación o
inducción, se entiende a la figura en virtud de la cual una persona determina a otra a rea
lizar el injusto doloso concreto, de allí que el instigador sea quien se limita a provocar en
el autor la resolución delictiva determinada sin tener el dominio del hecho, lo cual lo dis
tingue del coautor. Se puede instigar mediante regalos, promesas, amenazas, violencia,
coacción, provocación de error en el instigado, con abuso del ascendiente o autoridad que
se detenta, mediante la emisión de consejos a través de la expresión de deseos, valién
dose de apuestas, etc., lo importante es que cualquiera de los medios utilizados sea idó
neo y eficaz de cara a la realización de la conducta perseguida. Sobre el particular, señala
Mir Pug que la instigación es: ‘la acusación objetiva y subjetiva imputable, mediante el
influjo psíquico a otro, de la resolución y realización por parte de este de un tipo de auto
ría dolosa’. Apunta, además, Conde Pumpido Ferreiro que: ‘La inducción es una forma
de participación moral consistente en hacer nacer en otro dolosamente la resolución de
ejecutar el acto punible. De allí que se llama también autoría intelectual por cuanto es el
inductor quien concibe y quiere inicialmente el delito, que pretende que cometa material
mente otro’. Para la existencia de esta figura debe llenarse condiciones de diverso orden,
tal como se indica a continuación: i) debe existir un vínculo entre el hecho principal y la
acción de inductor -la conducta típica y antijurídica realizada por el autor (injusto) debe
ser producto de la actividad desplegada por el inductor, valiéndose de cualquiera de los
medios antes mencionados, a su tumo el autor debe haber realizado el injusto al cual ha
sido determinado, sin importar que lo haya hecho de manera culpable-; ii) la actuación
del inductor debe ser determinada -la acción desplegada por el inductor debe ocasionar la
resolución en el autor de la conducta típica y antijurídica de cometer el hecho, debe com
pelerlo o determinarlo, lo cual resulta de suma importancia, pues el agente puede inten
tar inducir a quien ya está decidido a realizar el injusto-; iii) el hecho realizado debe, por
lo menos, implicar el comienzo de ejecución -e l actuar al que induce debe consumarse o
alcanzar, siquiera, el grado de tentativa punible-; iv) el inductor debe carecer de dominio
del hecho final-social -e l instigador debe carecer de dominio del hecho, pues si lo tiene
debe pensarse en la figura de la coautoría-; y, v) el inductor debe actuar de forma dolosa
-para aludir a la exigencia subjetiva a diferencia de las anteriores que son objetivas, el
inductor debe actuar con dolo, por lo menos eventual, de donde se infiere la ausencia de
punibilidad e instigación culposa” (R. N. N° 1192-2012-Lima, d el 1 9 /12/2012,/. j. 4.1.2,
S ala Penal Transitoria).
245
A rt. 2 4 L ibro primero / Parte general
J 0352 E lem en tos de la instigación: “El artículo 24 del Código Penal referido a la ins
tigación, reprime al que dolosamente determina a otro a cometer el hecho punible con la
pena que le corresponde al autor, que mediante la instigación el instigador hace surgir en
otra persona -llamada instigada- la idea de perpetrar un delito, siendo este último el que
ejecuta materialmente el medio típico, además el instigador debe actuar intencionalmente
a fin de lograr el hecho delictivo; que de autos se aprecia que el interesado, ante los pro
blemas legales que tenía aceptó la propuesta de ir a entrevistarse con el encausado, el cual
supuestamente tenía influencias sobre los magistrados de la Corte Superior y podría solu
cionarle sus problemas, que siendo así tanto el interesado como el intermediario habrían
actuado como instigadores del delito de tráfico de influencias; declararon haber nuli
dad en la propia sentencia en cuanto se tiene como agraviado al interesado” (Ejecutoria
Suprema del 09/08/2004, R. N. N° 1552-2003-Del Santa. En: SAN MARTÍN CASTRO,
C. (2006). Jurisprudencia y precedente penal vinculante. Selección de ejecutorias de la
Corte Suprema. Palestra, Lima, pp. 311-312).
246
A utoría y participación A rt . 24
» 247
A rt. 2 4 L ibro primero / Parte general
J 0357 E jecu ción de instigación a través de cartas: “Que, de la revisión de los actua
dos, se advierte que el título de imputación por el que la sentencia de grado condenó a la
encausada [...] es por el de autora mediata del delito de parricidio; sin embargo, este no
resulta ser acorde al análisis que la institución de la autoría mediata merece, por cuanto
la actuación de la procesada se circunscribió a la redacción de cartas remitidas por esta
encausada a su coprocesado con el objeto que este desaparezca a su conviviente, sugi
riéndole incluso que aparente un accidente, puesto que ambos coprocesados mantenían
una relación sentimental de ‘amantes’, evidenciándose con ello que el papel que cumplió
la coprocesada fue el de instigadora y no de autora mediata como erróneamente apreció
el colegiado superior por lo que en este extremo debe tenérsela en la calificación jurídica
de la procesada como instigadora” (R. N. N ° 2501-2009-Cañete, del 28/01/2010, f. j. 6,
Sala Penal Transitoria).
JURISPRUDENCIA EXTRANJERA
J 0358 N a tu ra leza m aterial de la in stigación : “El encausado, propuso y convenció a su
esposa para que introdujera en el recinto carcelario una determinada cantidad de produc
tos, estupefacientes y psicotrópicos, con la finalidad de difundirlos y venderlos posterior
mente dentro del establecimiento penitenciario; por lo que esta Sala la considera influen
cia decisiva o inducción directa [...]; en consecuencia, el comportamiento del acusado
lo constituye efectivamente en autor por inducción” (STS del 31/08/96. En: OLMEDO
248
A utoría y participación A rt. 2 5
----------------- §-------------------
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 2 5 .- E l que, dolosamente, preste auxilio p a r a la realización del hecho p u n i
ble, sin el cual no se hubiere perpetrado, será reprim ido con la pen a p revista p a ra
e l autor.
A los que, de cualquier otro modo, hubieran dolosam ente prestado asistencia s e les
disminuirá prudencialm ente la pena.
DOCTRINA
(9) Artículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 2 del Decreto Legislativo N° 1351
del 07/01/2017.
249
A rt. 25 L ibro primero / Parte general
luego con plena conciencia del hecho al que se colabora. Por eso, tiene un carácter doloso
y, además, necesariamente tiene que ser a un hecho doloso. La colaboración dolosa a un
hecho imprudente no tendría el carácter de complicidad, pues el sujeto tendría un domi
nio superior al autor inmediato, sería un autor mediato. En efecto, quien le pasa a otro
una escopeta, para que dispare sobre lo que él cree que es un siervo, aunque él se ha dado
cuenta de que es un hombre, no realiza una cooperación dolosa, sino que utiliza el acto
imprudente del otro como instrumento, es un autor mediato”.
JURISPRUDENCIA
250
Autoría y participación A rt. 25
asistencia pero esta no debe ser imprescindible / Diferencias entre complicidad pri
maria y secundaria / Ausencia de dominio del hecho en la complicidad secundaria /
Accesoriedad y dependencia de la complicidad secundaria / Accesoriedad de la com
plicidad en los delitos especiales o de infracción de deber / Complicidad primaria y
unidad de título de imputación en los delitos especiales o de infracción de deber /
Diferencia entre autoría y participación en los delitos especiales o de infracción de
deber / Complicidad en el delito de enriquecimiento ilícito / El imputado generó la idea
delictiva pero no participó en la ejecución. Al facilitar el delito, califica como cómplice
primario / El imputado participó como “campana” y por ende califica como cómplice
primario / La atenuación en la complicidad / Variación de la calificación participativa de
coautores o cómplices primarios / El Código Penal no regula la figura de la complicidad
posconsumativa. CORTES SUPERIORES: Complicidad primaria y unidad de título de
imputación en los delitos especiales o de infracción de deber.*80
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0359 P lazo de p rescrip ció n de la acción p e n a l en la fig u ra del cóm plice secunda
rio en los delitos de cohecho p a sivo p ropio: “F. J . 10. [...] que si bien, tal como consta
[...], los demandantes habrían sido condenados como cómplices secundarios del delito
de cohecho pasivo propio [...] y a su vez el artículo 25 del Código Penal señala que a los
cómplices secundarios se les disminuirá prudencialmente la pena en la medida en que su
actividad no es indispensable para la consumación del delito, la prescripción de la acción
penal, entendida como supuesto de extinción de la acción penal, se rige por los artículos
80 y 83 del Código Penal ya citado, fijándose que el plazo de la prescripción en caso de
delitos conminados con pena privativa de libertad será igual al máximo de la pena esta
blecida en la ley para el plazo ordinario y dicho plazo más la mitad para el plazo extraor
dinario. F. J. 11. Sentado lo anterior, si bien la condena a imponerse en un proceso penal
puede ser variable en atención al grado de participación del agente, el plazo de prescrip
ción del delito se computa sobre la base del plazo máximo legal establecido para el delito
imputado, siendo este el único referente válido” (STCExp. N ° 9291-2006-PHC/TC-Lima,
caso: Juana Luisa Quiroz Bocanegray otros, del 27/03/2007, ff. jj. 10y 11).
CORTE SUPREM A
J 0360 A sp ectos doctrin arios del p a rticip e (cóm plice p rim a rio o secundario) en un
ilícito p en al: “F. J . 3.2. Nuestro Código Penal distingue dos formas de intervención:
la autoría y participación. En tomo a la primera caben las figuras de la autoría directa,
mediata, coautoría y la inducción (tradicionalmente conocida como autoría intelectual).
En tomo a la segunda solo caben la complicidad primaria y la complicidad secundaria.
F. J. 3.3. No existe una diferencia establecida en el Código Penal en tomo a qué debe
entenderse por autoría y qué ha de entenderse por complicidad. De ahí que es necesa
rio acudir a la doctrina y jurisprudencia para establecer una diferenciación entre ambos
niveles de intervención. F. J . 3.4. En primer lugar, puede adoptarse la teoría del injusto
único de intervención. Según esta teoría no existe una distinción, a efectos de la configu
ración del injusto, entre la autoría y la participación. Ambas categorías solo serán dife
renciadas al momento de la determinación de la pena, siendo que el autor recibirá una
mayor pena y el cómplice una menor. F. J. 3.5. Debido a que la autoría y la participación
■ 251
A rt. 25 L ibro primero / Parte general
252
A utoría y participación A rt. 25
Penal solo admite la posibilidad de una participación dolosa, distinto a lo que prevé la
doctrina. Por ello, necesariamente en la imputación subjetiva tendrá que determinar si la
persona tenía o no conocimiento de que el aporte (objetivamente típico) que estaba reali
zando, sea esencial o no esencial, servía para la comisión del delito. F. J. 3.14. Estando a
los fundamentos esgrimidos, podemos arribar a la conclusión que existen conductas desa
rrolladas por algunos sujetos que si bien pueden evidenciar una forma de aporte para la
interpretación de un hecho, lo cual significaría que estamos ante un acto objetivo de com
plicidad; sin embargo, luego de realizado el análisis objetivo, debe establecerse el aná
lisis subjetivo, buscando concretamente determinar si el aporte fue realizado de manera
dolosa para los efectos de arribar a la conclusión de si aquel aporte alcanza una respon
sabilidad penal” (Casación N° 367-2011-Lambayeque, del 15/07/2013, jf. jj. 3.3 al 3.14,
Sala Penal Permanente).
J 0362 L a sola p resen cia de uno de los p rocesados en e l lu gar de los hechos, a s í com o no
auxiliar a l agraviado de un hom icidio calificado, no lo h ace responsable del ilícito p en a l:
“F. J. 10. Que, en este sentido, si bien el colegiado superior considera que la sola pre
sencia en el lugar de los hechos, así como no auxiliar al agraviado y sí a uno de los pro
cesados resulta relevante para atribuirle a tal comportamiento la calidad de cómplice
secundario; sin embargo, no ha valorado tal comportamiento como una unidad de sentido
jurídico-penal, sobre todo cuando no estuvo atento al artículo VII del Título Preliminar,
de los Principios Generales del Código Penal, el cual establece con rigor que: ‘la pena
requiere de la responsabilidad penal del autor. Queda proscrita toda forma de responsa
bilidad objetiva’, es decir, la responsabilidad penal debe revestir un adecuado juicio de
imputación normativo (objetivo y subjetivo), así como un correcto juicio de la culpabili
dad, ello con la finalidad de que la responsabilidad no sea una simple constatación fáctica
- 253
A rt. 25 L ibro primero / Parte general
de los hechos, sino un juicio valorativo y normativo de ‘atribución entre los hechos, el autor
y el tipo penal’. En este sentido, la sola presencia del procesado observando los hechos, así
como auxiliar al procesado y no a la víctima, es un comportamiento causal en los hechos sin
unidad de sentido típico, pues este no aporta la creación de un riesgo prohibido o la infrac
ción de un deber negativo de colaborar dolosamente de cualquier modo prestando asisten
cia en el injusto penal, toda vez que, se requiere además de la simple presencia en el lugar
de los hechos, un aporte que si bien no sea determinante, por tratarse de una complicidad
secundaria, este se configure dentro del injusto normativo del tipo penal y no un simple o
eventual comportamiento natural o causal en el contexto de los hechos, esta delimitación
entre lo natural y normativo, es recogida por el Código Penal en el artículo antes mencio
nado con carácter de sanción de proscripción o ‘de exclusión’, a toda forma de responsa
bilidad meramente objetiva. En consecuencia, no se ha logrado acreditar que el procesado
M.G.M haya cumplido un rol de cómplice secundario, es decir que su aporte contribuya al
injusto penal, en consecuencia no se ha enervado de presunción de inocencia que le asiste a
todo justiciable debiendo absolvérsele de los cargos expuestos en la acusación fiscal” (R. N.
N ° 1615-2015-Huánuco, del 31/05/2016, f. j. 10, Sala Penal Permanente).
J 0363 A p o rte d el cóm plice de un hecho delictivo debe ser anterior o concom itante a
la p erpetración d el ilícito: “F. J. 4. Que como a los citados imputados se les atribuye la
condición de cómplices, en armonía con el artículo veinticinco del Código Penal, dicha
calidad es aplicable al que ‘dolosamente presta auxilio para la realización del hecho puni
ble’, es decir, el agente debe participar conscientemente en el plan delictivo que anima al
autor y, en tal virtud, presta su colaboración en la realización del hecho típico y antijurí
dico, lo que significa que su aporte debe ser anterior o concomitante al momento de ejecu
ción del hecho delictivo, de tal manera que no se rompa el nexo o vínculo entre el hecho
principal llevado a cabo por el autor del injusto y la acción desplegada por el cómplice,
pues toda contribución posterior al suceso que no suponga un compromiso anterior por
parte del agente no podrá calificarse como complicidad. F. J. 5. Que, el hecho atribuido a
los encausados [...] se circunscribe a una supuesta participación en las tareas de vigilancia
y/o almacenaje del material propagandístico dispuesto por los autores del delito de pecu
lado, de lo que se infiere que el marco de imputación se circunscribe a actividades post
consumativas, hipótesis que resulta incompatible con la calidad de cómplice que se atri
buye a los encausados; que, además no se encuentre probado que los mencionados acu
sados, antes de la disposición indebida de los fondos públicos, se comprometieron a rea
lizar los actos por los cuales son juzgados” (R. N. N ° 2232-2009-Lima, del 21/07/2010, f.
j. 4 y 5, Sala Penal Permanente).
J 0364 A p o rtes d el cóm plice de un delito solo p u ed en realizarse desde los actos p r e
p a ra to rio s h asta la consum ación: “F. J . 4. [...]. La intervención que se reputa de compli
cidad primaria de dicha encausada no es tal, pues la complicidad primaria requiere de un
aporte indispensable para la realización del delito, siendo de resaltar que en el presente
caso el aporte imputado [...] se realizó después que los delitos de colusión y de peculado
se consumaron, esto es, cuando se firmó el contrato de ejecución de obra o cuando se
efectuó el pago que afectó el erario municipal; que, por lo demás, la conducta de compli
cidad primaria solo será aquella que incrementa sustancialmente el riesgo de realización
254
A utoría y participación A rt. 25
del delito por el autor por consistir en una aportación que, de ser retirada, podría desbara
tar el plan delictivo, aunque claro está no lo domina porque su contribución no opera en
la fase ejecutiva. F. J. 5. [...] la contribución de la encausada, [...] se llevó a cabo cuando
los delitos atribuidos a los autores de los mismos ya se habían consumado e, incluso, ter
minado: el dinero ya había sido entregado al ‘interesado’ a partir de un acuerdo coluso
rio que se consolidó antes de que se elabore el informe técnico, que es el momento en
que se sitúa la intervención de H.P, y si se tiene en cuenta que la complicidad solo puede
realizarse desde los actos preparatorios hasta la consumación, y en algunos delitos hasta
el agotamiento, y si en el presente caso el ‘aporte’ de la encausada se produjo mucho des
pués de ese momento final, es de concluir que la conducta objeto de imputación no es sub-
sumible en el supuesto de complicidad en general -primaria e, incluso, secundaria- de los
delitos de colusión y peculado -artículo veinticinco del Código Penal-; que, siendo así,
los hechos objeto de acusación fiscal, con independencia de su efectiva comisión y de la
intención o ánimo subjetivo de quien los realizó, no tipifican una conducta de complici
dad en los delitos de colusión y peculado” (R. N. N° 2038-2009-Áncash, del 18/03/2010,
ff. jj. 4 y 5, Sala Penal Permanente).
J 0366 C onfiguración de la com plicidad p rim aria: “Si bien como lo anota el señor Fis
cal Supremo, no concurre la instigación en la conducta desplegada por la sentenciada,
no es menos cieito que un correcto juicio de imputación sobre su participación delic
tiva permite colegir que actuó en calidad de cómplice primario, al haber brindado auxi
lio doloso determinante para su ejecución, aprovechando su familiaridad con la víctima,
coordinando la entrega de las sumas de dinero y llevándola personalmente a la habita
ción del centro de hospedaje donde se concretaron los vejámenes sexuales, actos que no
se habrían concretado sin su contribución” (Ejecutoria Suprema del 20/07/2004, R. N.
N° 306-2004-San Martín. En: Jurisprudencia Penal. Tomo II. (2005). Normas Legales,
Trujillo,p. 65).
255
A rt. 25 L ibro primero / Parte general
J 0368 D iferen cias entre com plicidad p rim a ria y secundaria: “La participación de la
comisión del delito, supone una conducta accesoria de parte del agente, dependiendo de
la existencia de un hecho principal; sin embargo, dicha accesoriedad puede significar dos
tipos de participación distinguibles, de ahí que pueda expresarse a través de un aporte
esencial para la realización del hecho punible en los actos preparatorios o a través de un
simple acto de colaboración; en el primero de los supuestos estamos ante una participación
a título de complicidad primaria, mientras en el segundo de ellos la calificación corres
ponde a la complicidad secundaria. Verificándose que el aporte brindado para la perpetra
ción del delito por parte de los mencionados encausados no solo fue anterior a la comisión
del ilícito -fase preparatoria- sino que además, constituye un acto de colaboración dolosa
que adecúa su conducta dentro de los alcances de la complicidad secundaria” (Ejecuto
ria Suprema del 27/04/2000, R. N. N° 168-2000-Huámico. En: URQUIZO OLAECHEA,
J. (Asesor); CASTILLO ALVA, J. L. (Director) y SALAZAR SÁNCHEZ, N. (Coordinador)
(2005). Jurisprudencia penal. Jurista, Lima, p. 217).
J 0369 A u sen cia de dom inio del hecho en la com plicidad secundaria: “La conducta del
encausado es la de un ‘campana’ en estricto, esto es, la de la persona que a sabiendas cola
bora en la perpetración de un delito y se encarga de vigilar la eventual presencia de terceras
personas que obstaculizan la comisión del delito y ante ese caso avisa a los ejecutores cri
minales para que tomen las precauciones que el caso amerita, sin tener intervención directe
en la realización; en consecuencia, no habiendo participado en la ejecución del robo, se
actuación carece del dominio del hecho, constituyendo su participación un simple actc
de colaboración dolosa, que se adecúa dentro de los alcances de la complicidad secunda
ria” (Ejecutoria Suprema del 02/04/2001, R. N. N° 373-2001-Lima. En: URQUIZO OLAE
CHEA, J. (Asesor); CASTILLO ALVA, J. L. (Director) y SALAZAR SÁNCHEZ, N. (Coordi
nador) (2005). Jurisprudencia penal. Jurista, Lima, p. 215).
256
A utoría y participación Art. 25
conformidad con el artículo veinticinco del Código Penal, ya que no ha tenido parti
cipación en el dominio, planificación o ejecución del delito” (Ejecutoria Suprema del
12/07/2000, Exp. N° 877-2000-Chimbote. En: URQUIZO OLAECHEA, J. (Asesor) ;
CASTILLO ALVA, J. L. (Director) y SALAZAR SÁNCHEZ, N. (Coordinador) (2005).
Jurisprudencia penal. Jurista, Lima, p. 222).
257
A rt. 25 L ibro primero /Parte general
punible, de tal forma que la unidad del título imputativo será la que corresponda al
autor (unidad del título de imputación). Por ende, las personas extrañas que no tengan
la calidad exigida por la ley para el autor material responden en calidad de cómplices
de un hecho punible realizado por quien sí posee tal cualificación. Esta cualificación
no se exige para el cómplice pues ninguna de estas personas realizan materialmente la
conducta descrita en el tipo. Aquel determina a otro a obrar y el cómplice contribuye a
la realización del hecho punible, habiéndose establecido en la doctrina respecto que en
los delitos especiales (sic) en tanto que no se describe, o no solo se describe, el alcance
de un ámbito de organización, sino un estatus del autor, las expectativas de compor
tamiento conforme a Derecho se determinan también a través del titular del deber. En
estos casos, al que no está obligado de por sí únicamente se le puede hacer responder
en segundo término y por tan solo limitadamente” (Ejecutoria Suprema del 11/10/2004,
R. N. N ° 375-2004-Ucayali).
258
A utoría y participación A rt. 25
J 0376 El imputado participó como “campana” y por ende califica como cómplice pri
mario: “Es de concluir por la responsabilidad penal del precitado encausado [...], quien de
acuerdo al rol desempeñado de ‘campana’, debe ser considerado como cómplice primario,
mas no como coautor del delito, pues no ejecutó directamente el asesinato, ni tenía material
mente el dominio del hecho, sino que prestó ayuda para vigilar el lugar del evento delictivo,
asegurando de esta manera que nadie pudiese impedir el actuar de los ejecutores directos”
(R. N. N ° 3542-2008-Cajamarca, del 13/01/2010,/. j. 8, Sala Penal Transitoria).
259
A rt. 25 L ibro primero / Parte general
ello de modo alguno puede importar la anulación de la causa, pues se trata, evidente
mente, de un error material; por lo que analizamos el caso de autos a la luz de los agra
vios expuestos por los procesados [...], se tiene que nuestro ordenamiento penal distingue
entre autores y partícipes, definiendo al primero como aquel que realiza el hecho y del
que se puede afirmar que es suyo, mientras que la complicidad puede ser primaria -cono
cida comúnmente como necesaria-, puesto que su contribución resulta ser determinante
para la ejecución del delito; caso contrario en lo que sucede con la complicidad secunda
ria, en tanto la colaboración del partícipe no es necesario y aun cuando el autor prescinda
de su participación, la comisión del delito no se verá afectada. En este contexto, se apre
cia que los encausados no tuvieron dominio del hecho, pero su participación fue determi
nante para la resolución criminal, de ahí su calidad de cómplices primarios, pues movi
lizaron al ejecutor material, acompañaron además a quien sustrajo el celular, huyendo
conjuntamente con él. Que dicha variación de su calidad de autores a cómplices primarios
no crea indefensión material en los imputados pues los cargos fueron claramente expues
tos, y sobre ellos se defendieron. No correspondiéndoles una pena menor a la expedida
por el tribunal superior, en tanto la sanción impuesta resulta ser extremadamente benigna;
sin embargo, esta no puede ser incrementada al no haber impugnado el representante
del Ministerio Público, en concordancia con el principio de interdicción a la ‘reforma in
p e ía s ’ (R. N. N ° 114-2014-Loreto, del 22/09/2015, f. j . 6, Sala P en al Transitoria).
si este ya se realizó, no cabe forma de participación alguna. De ser así y acreditarse que el
sentenciado participó luego del acto consumativo, su conducta sería penalmente inocua
para el Derecho y, consecuentemente, correspondería una absolución” (Casación N° 363-
2015-Del Santa, del 09/08/2016, ff. jj. 3.6y 3.7, Sala Penal Transitoria).
CORTES SUPERIORES
J 0380 Complicidad primaria y unidad de título de imputación en los delitos espe
ciales o de infracción de deber: “La participación del extraneus a título de complicidad
en los delitos especiales está dada por el título de imputación, por lo que, la conducta de
todos los intervinientes en el evento delictivo, autores y cómplices, deben ser enmarcados
en el mismo nomen inris delictivo, por lo que el argumento de que su conducta debe ser
enmarcada en un delito común homologable, no solo es inconsistente, sino que implica
la afectación al título de imputación y la observancia del principio de accesoriedad
limitada” (Sentencia de la Sala Penal especial A de la Corte Superior de Justicia de
Lima del 21/06/2004, Exp. N° 027-2002-Lima. En: BARANDIARÁN, R. y NOLASCO,
J. (2006). Jurisprudencia penal generada en el subsistema anticorrupción. Tomo II,
Palestra, Lima, p. 1058).
DOCTRINA
261
A rt . 26 L ibro primero /Parte general
_1)0134
_ _ _ _ Consecuencias: PEÑA CABRERA, R. (1999). Tratado de Derecho Penal.
Estudio programático de la parte general. 3a edición. Lima: Grijley, p. 357. “Bajo el
título de incomunicabilidad de las circunstancias se tratan, muchas veces, cuestiones rela
tivas a la accesoriedad y al principio de individualización de la pena. En los casos de
coautoría, la cuestión no importa problema alguno, pues al verificarse la comisión de un
delito al juzgador solo le queda determinar el quantum de la pena a imponerse de acuerdo
con su culpabilidad (principio de individualización de la pena). No obstante, el artículo
26 suscita dos interrogantes: ¿cuáles son las circunstancias y las cualidades personales
que afectan la culpabilidad?, y ¿cuáles son las circunstancias y cualidades personales que
afectan la penalidad? Frente a ello, y de acuerdo con el principio de accesoriedad limi
tada ya hemos visto que la culpabilidad y la penalidad de cada interviniente en el delito
es una cuestión personal”.
glfea JURISPRUDENCIA
Sumario: ACUERDO PLENARIO: Sobre la condición dogmática y el rol normativo que real
mente posee y cumple el artículo 26 del Código Penal. CORTE SUPREMA: Unidad
de la imputación y principio de accesoriedad / Principio de accesoriedad limitada / El
extraneus no puede ser calificado como cómplice del ilícito perpetrado por un funciona
rio público porque no pertenece a la Administración Pública / En los delitos especiales
el sta tu s de autor impide que se pueda imputar responsabilidad a una persona distinta a
él / Comunicabilidad de los elementos que fundamentan y agravan los injustos especia
les o de infracción de deber. JURISPRUDENCIA EXTRANJERA: Comunicabilidad de
los elementos que fundamentan o agravan el injusto penal.
J 0381 Sobre la condición dogmática y el rol normativo que realmente posee y cumple
el artículo 26 del Código Penal: “Según el texto legal del artículo 26 del Código Penal
de 1991: ‘Las circunstancias y cualidades que afectan la responsabilidad de los auto
res o participes no modifican las de los otros autores o participes del mismo hecho puni
ble’ . El antecedente legislativo e inmediato de dicha disposición lo encontramos en el ar
tículo 104 del Código Penal de 1924. La fórmula normativa utilizada por este precedente
262
A utoría y participación A rt. 26
legal era muy similar a la actual, destacando también que ias circunstancias y cualida
des personales que afecten la culpabilidad y la penalidad de alguno de los autores o cóm
plices, no modifican las de los demás autores o cómplices del mismo hecho punible’. Sin
embargo, en otro texto legal histórico, el Código Penal de 1863, la redacción empleada
por un dispositivo equivalente, el artículo 56, fue mucho más precisa al establecer el rol
dogmático de dicha norma, señalando de modo especifico que ‘las circunstancias agra
vantes o atenuantes que resulten del estado moral o intelectual del reo, o de sus relaciones
con el ofendido, solo atenúan o agravan las penas de los delincuentes en quienes concu
rran’. Resulta, por tanto, evidente, que en el devenir del tiempo las normas legales cita
das han tenido un mismo propósito y función, cual es disponer la incomunicabilidad de
circunstancias modificativas de la punibilidad que solo concurrían en determinados auto
res o partícipes de un mismo delito. Ello significa que su eficacia operaba únicamente en
tomo a la determinación conminada o concreta de la penalidad de un mismo hecho puni
ble en cuya realización concurrirán varias personas, sea como ejecutores o como parti
cipes. Se trataba, pues, de circunstancias antecedentes, concurrentes o posteriores que
incidían en la configuración de la posibilidad punitiva de un determinado delito sea este
común o especial, de infracción de deber o de dominio, pudiendo ellas ejercer una efica
cia agravante o atenuante; así como de incremento o disminución de punibilidad única
mente sobre los intervinientes, autores o participes, en quienes se dieran sus presupuestos
de configuración. Siendo así, el artículo 26 y sus antecedentes históricos nunca tuvieron
por función la identificación o constitución de un hecho punible como de autoría común
o especial; ni mucho menos, su disposición normativa estuvo dirigida a delimitar la cali
dad o condición particular de quien desde un tipo penal debía fungir como autor exclu
sivo de la conducta criminalizada. Cabe destacar, además, que las circunstancias no son
tipos penales de delitos, ni integran los elementos típicos que identifica a su autor poten
cial. Solo de manera excepcional en la Parte Especial del Código Penal peruano, ellas se
integran o fusionan con un tipo penal básico para permitir la construcción de tipos pena
les derivados (elementos típicos accidentales). Lo cual ocurre en los casos de los deno
minados homicidios calificados o privilegiados que derivan del delito de homicidio sim
ple (Cfr. arts. 106, 108,112). Sin embargo, en ninguno de los diferentes tipos penales que
describen delitos funcionariales contra la Administración Pública se ha empleado dicha
técnica legislativa. Por el contrario, en la descripción de tales tipos penales que tratan de
delitos especiales propios o de infracción de deber, el autor es siempre identificado como
componente esencial de la estructura típica. Y a él se refiere la ley como un funcionario
público o titular de un deber especial derivado o asignado por las competencias o facul
tades que ejerce. Tal condición funcionarial, no es, pues, una circunstancia para medir la
intensidad de la punición del delito sino un elemento constitutivo fundamental para que
el hecho punible se pueda configurar y realizar. En consecuencia, pues, los delitos fiin-
cionariales especiales propios o de infracción de deberes institucionales no reproducen
circunstancias específicas, sino a un modelo específico de autor. No tienen, por tanto,
ninguna conexión dogmática o político criminal con lo regulado por el artículo 26 del
Código Penal. Lo expuesto, pues, permite señalar que el artículo 26 no es una disposi
ción que permita sustentar, legal o técnicamente, la adopción o preeminencia de cual
quier enfoque teórico dirigido a excluir la necesaria accesoriedad de la intervención de
un tercero extraneus como cómplice o instigador del mismo delito especial propio o de
263
A rt. 26 L ibro primero / Parte general
infracción de deber que solo puede ejecutar el funcionario público (teorías de ruptura del
título de imputación). La eficacia y utilidad dogmática de dicha norma, se limita, en rea
lidad, únicamente a evitar que la mayor o menor punibilidad que puede proyectar una cir
cunstancia genérica, específica o cualificada; así como causales de disminución o incre
mento de punibilidad [...], sobre la valoración y medición, punitiva concreta del proceder
delictivo del autor o partícipe de un mismo hecho punible -sea cual fuere la naturaleza
de dicho delito-, afecte o privilegie en igual medida a las demás personas intervinientes
que interactuaron con aquél” (Acuerdo P lenario N ° 3 -2 0 1 6 /C J-1 1 6 sobre "La partici
pación d el extraneus en los delitos especiales p ro p io s: el caso del enriquecim iento ilí
cito ”, del 12/06/20 1 7 , f . j . 12, X Pleno Ju risdiccion al de las Salas Penales Perm anente
y Transitoria).
CORTE SUPREMA
J 0382 Unidad de la imputación y principio de accesoriedad: “[...] respecto a la acu
sada R.H.F.P. -en su condición de abastecedora de víveres para la alimentación de inter
nos del Establecimiento Penal de Sentenciados de Pucallpa-, a quien se le atribuye el
delito de malversación de fondos en calidad de cómplice primaria -acogiendo la tesis de
la unidad del título de imputación, según la cual el ‘extraño’ puede ser partícipe de un
delito especial, pues si bien no es ni puede ser autor del tipo penal especial propio por no
ostentar la condición de funcionario o servidor público, nada impide que pueda ser cóm
plice o instigador de ese mismo delito, y considerando que lo esencial para esta tesis es
que la participación a título de cómplice o instigador siempre es accesoria del injusto
doloso ajeno-, es de considerar que en el presente caso, no se ha logrado acreditar la res
ponsabilidad penal del supuesto autor del delito de malversación de fondos -[...] por lo
tanto, en virtud del principio de accesoriedad, no es posible sostener una imputación en
calidad de cómplice del citado delito; en consecuencia, es de estimar que la absolución de
la encausada EP por el delito de malversación de fondos en calidad de cómplice primario,
es conforme a Derecho” (R. N. N ° 2628-2006-U ca ya li, del 2 5 /0 4 /2 0 0 8 , f . j. 5, Segunda
Sala P enal Transitoria).
264
A utoría y participación A rt. 26
del hecho punible; por otro lado, la participación del extraneus a título de complici
dad en los delitos especiales está dada por el título de imputación, por lo que la con
ducta de todos los intervinientes en el evento delictivo autores y cómplices, deben ser
enmarcados en el mismo nom en ju ris delictivo, por lo que el argumento de que su con
ducta debe ser enmarcada en un delito común homologable, no solo es inconsistente,
sino que implica la afectación al título de imputación y la inobservancia del principio
de accesoriedad limitada antes indicado” (R. N. N ° 3203-2002-L im a , del 1 4 /0 1 /2 0 0 3 ,
f . j . 3, Sala P enal).
J 0384 El extraneus no puede ser calificado como cómplice del ilícito perpetrado por
un funcionario público porque no pertenece a la Administración Pública: “Se estima
que al no tener los citados encausados en esa oportunidad la calidad de funcionarios
públicos, en atención a la tesis de la autonomía o de la ruptura del título de imputación,
no se les puede imputar el delito de función a título de complicidad en los delitos de colu
sión y peculado, dado que el extraneus es ajeno a la Administración Pública; carece de
las condiciones de ftmcionario o servidor público, y no se le puede exigir, en tanto extra
neus, posición de garante que legitime la exigencia de rendir cuentas como deber, con
lo que indebida e inconstitucionalmente se les invertiría la carga de la prueba, contravi
niendo los principios de presunción de inocencia y de legalidad (Cfr. Rojas Vargas, Fidel.
Delitos contra la Administración Pública. 2a edición, Lima, 2002, p. 620). Conforme
esta tesis, los intranei y extranei deben responder por la naturaleza de sus contribucio
nes al delito, siendo la contribución del autor diferente a la del cómplice; en consecuen
cia, la contribución del autor será imputada a título del delito especial o más propiamente
de infracción de deber, y la del cooperador a título de delito común. Una interpretación
que sostenga la unidad del título de imputación; esto es, que tanto los cómplices par
ticulares como los autores funcionarios o servidores públicos respondan por el mismo
delito especial, es violatoria del principio de legalidad; en particular del artículo veinti
séis del Código Penal peruano en la que expresamente se opta por la incomunicabilidad
de las circunstancias que modifican la responsabilidad de los partícipes. Además, debe
considerarse que la interpretación de los alcances de dicho artículo debe ser restrictiva
y limitada a fijar el ámbito de punibilidad de los autores, dicha interpretación extensiva
y socorrida por la doctrina extranjera, además de ilegal de cara al ámbito legal peruano,
puede ser engañosa. En este sentido, hay que tener en consideración que en la legislación
comparada se da otra situación, porque son otros los supuestos legislativos que comen
tan. Así, Maurach, comentando el artículo veintiocho del StGB alemán dice que ‘puesto
que la participación es una colaboración en un hecho ajeno, también la participación de
sujetos extraños en delitos especiales debe ser limitadamente posible’ (Maurach, Rein-
hart. Tratado d e D erecho Penal. Tomo II, Ed. Ariel S.A., Barcelona 1962, página 329).
En el mismo sentido se pronuncia Jescheclc, partiendo como es obvio del mismo aparato
legislativo, cuando afirma que ‘en los delitos especiales propios la participación carece
de limitación’ (Jescheck, Hans. Tratado d e D erecho Penal. Parte general. Ed. Comares,
Granada, 1993, página 241). En el modelo español, el artículo sesenta y cinco, inciso uno
de su Código Penal de mil novecientos noventa y cinco, señala que si las cualidades per
sonales del autor en el delito especial impropio no se comunican al partícipe, se rompe el
título de la imputación en general. Respecto en cambio del delito especial propio -el de
265
A rt. 26 L ibro primero /Parte general
J 0385 En los delitos especiales el status de autor impide que se pueda imputar res
ponsabilidad a una persona distinta a él: “El artículo 26 del Código Penal recoge la tesis
de la ruptura del título de imputación. Esto significa que en los delitos especiales, el sta
tus del autor impide que se pueda imputar responsabilidad penal a otra persona distinta
de él. La razón estriba en que los delitos especiales criminalizan conductas que solo pue
den desplegar ciertos sujetos, y de hecho el desvalor de la conducta está en función a esa
condición especial que tiene la persona. Si lo que permite sanciona es esa condición par
ticular del agente, todo aquel que no la tenga escapa del radio punitivo de la norma por
aplicación del principio de legalidad” ( Casación N ° 7 8 2 -2 0 1 5-D el Santa, del 06/07/2016,
f . j. 10, Sala Penal P erm anente).
266
A utoría y participación Art. 2 7
JURISPRUDENCIA EXTRANJERA
J 0387 Comunicabilidad de los elementos que fundamentan o agravan el injusto
penal: “Es doctrina constante de esta Sala que son comunicables a los partícipes en una
acción delictiva las circunstancias que consisten en la ejecución material del hecho o
en los medios empleados para la realización y; por tanto, las circunstancias agravantes
como las que forjan el subtipo cualificado, siempre que previamente o en el momento de
ejecutar la acción todos los partícipes tuviesen conocimiento de las mismas” (Sentencia
d el Tribunal Suprem o español d el 0 3 /0 2 /1 9 9 2 . E n : CO N D E-PU M PID O FER R EIR O ,
C. (1997). Código P en a l: D octrina y jurisp ru dencia . Trivium, M adrid, p . 3 3 2 ).
---------------- § -----------------
DOCTRINA
267
A rt. 27 L ibro primero / Parte general
pflj JURISPRUDENCIA
CORTE SUPREMA
J 0388 Nuestro ordenamiento penal no admite la responsabilidad de las personas
jurídicas, ella se extiende a las personas que actúan en su nombre: “[...] el artículo
veintisiete del Código Penal exige que el representante de la persona jurídica realice el
tipo legal de un delito, esto es, que el delito debe imputarse objetiva y subjetivamente al
representante, situación que en el presente caso no se ha probado, al respecto citamos la
268
A utoría y participación A rt.2 7
J 0390 Irresponsabilidad penal de las personas jurídicas: “Si bien la persona jurídica
no puede ser sujeto activo de un delito, de acuerdo al principio ‘societas delinquere non
potest’, ya que esta calidad solo lo puede tener la persona física, también lo es que una
vez identificada la persona que actuó como órgano de representación o como socio repre
sentante autorizado de una empresa, recayendo dicha función en la persona del encau
sado, al haber actuado en su condición de administración y representación legal de una
Empresa, le recae responsabilidad a título de autor en virtud de lo establecido por el ar
tículo veintisiete del Código Penal” (Ejecutoria Suprem a del 2 0 /1 2 /1 9 9 9 , Exp. N ° 3469-
9 9 -Lima. E n : CHOCANO RODRÍGUEZ, R. y VALLADOLID, Z. (2002). Jurisprudencia
penal. Jurista, Lima, p. 106).
269
TÍTULO III
DE LAS PENAS
CAPÍTULO I
CLASES DE PENA
DOCTRINA
Sumario: Clases de penas: Penas privativas de libertad / Penas restrictivas de libertad / Penas
limitativas de derechos / Penas pecuniarias.
271
A rt. 28 L ibro primero / Parte general
njfo JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0391 F in de la p e n a p riv a tiv a de la libertad'. “[...] la justificación de la pena pri
vativa de libertad es, en definitiva, proteger a la sociedad contra el delito. Tal protec
ción solo puede tener sentido, si se aprovecha el periodo de privación de libertad para
lograr, en lo posible, que el delincuente, una vez liberado, no solamente quiera respe
tar la ley y proveer a sus necesidades, sino también que sea capaz de hacerlo” (STC Exp.
N° 4570-2005-PHC-Arequipa, caso: Juan Carrión Huarca, del 04/08/2005, f. j. 4).
CORTE SUPREMA
J 0392 D osificación p u n itiv a p a r a im pon er una san ción p e n a l: “Que para la dosifica
ción punitiva o para los efectos de imponer una sanción penal el legislador ha establecido
las clases de pena y el quantum de estas, a la vez ha señalado los criterios necesarios para
que el juzgador pueda individualizar judicialmente la pena concreta; que, en este sen
tido, debe obseivarse el principio de proporcionalidad que conduce a establecer el daño
y la transcendencia de la acción desarrollada por el agente culpable bajo el criterio de la
individualización, cuantificando la gravedad del delito, su modo de ejecución, el peligro
ocasionado y la personalidad o capacidad del imputado ” (R. N. N° 2901-2011-Callao, del
01/06/2012, f. j. 4, Sala Penal Transitoria).
JURISPRUDENCIA EXTRANJERA
J 0393 H u m an idad de las p e n a s de p riv a c ió n de la libertad: “Las penas de privación
de la libertad deben ser organizadas sobre una amplia base de humanidad, eliminando en
su ejecución cuanto sea ofensivo para la dignidad humana, teniendo en cuenta al hombre
que hay en todo delincuente” (Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correc
cional de la Capital Federal; Sala II del 25/06/1989. En: ZAFFARONI, E. y BAIGÚN, D.
(2002). Código Penal. Hammurabi. Buenos Aires, p. 143).
272
C lases de pena A rt. 29
SE C C IÓ N I
Pena privativa de libertad
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 2 9 .- La pena privativa de libertad tendrá una duración mínima de dos días
y una máxima de veinticinco años.
(10) Artículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 del D ecreto Legislativo N° 982
del 22/07/2007.
(11) M ediante Sentencia del Tribunal Constitucional, del 17/11/2001, recaída en el Expediente N° 005-2001-
AI-TC, se declaró inconstitucional por la forma, el Decreto Legislativo N° 895, adem ás y com plem en
tariam ente, la inconstitucionalidad por el fondo, de los artículos 1, 2 literal a), num eral 6), 6, incisos b),
c) y d), 7, incisos a), b), c), e), f), g), i), prim er y tercer párrafo, e inciso j) y del artículo 8 del Decreto
Legislativo N° 895. Posteriorm ente, el numeral 204 de los fundam entos de la sentencia del Tribunal
Constitucional recaída en el Expediente N° 010-2002-AI-TC-Lima, publicada el 04/01/2003, señala que
“sobre el particular, el Tribunal Constitucional debe advertir que, en efecto, en la actualidad no existe un
plazo m áxim o de determ inación de la pena” . Pero esa inexistencia es solo tem poral, pues debe com pu
tarse a partir del día siguiente que este m ism o Tribunal (Exp. N° 005-2001-AI/TC) declaró inconstitu
cional el Decreto Legislativo N° 895, cuya quinta disposición Final m odificó el artículo 29 del Código
Penal, que señalaba que tratándose de las penas privativas de libertad tem porales, estas se extendían, con
carácter general, entre dos días, com o m ínimo, a 35 años, com o m áxim o. Finalm ente, el artículo 4 de la
L ey N° 27569 del 02/12/2001 derogó el Decreto Legislativo N° 895.
■273
A rt. 29 L ibro primero / Parte general
N ormas concordantes
C: arts. 2 inc. 24) lit. b); 33 inc. 2); C P: arts. 45, 52, 62, 68, 92, 335, 393, 395; C EP : arts.
III, 95, 97; C P M P : arts. 17, 18, 482; C P P 1 9 9 1 : art. 135; C P P 2 0 1 4 : arts. 392 inc. 4, 411;
C d e P P : art. 225; D L 25475: arts. 3, 20; L e y 30037: art. 23; D . L eg. 921: art. 1; D S 015-
2 0 0 3 -J U S : art. 5 6 y ss;
DOCTRINA
_I)_0140
_ _ _ Duración por la pena: PRADO SALDARRIAGA, V. (2009). “La reforma del
sistema de penas y el anteproyecto de la parte general de la Comisión revisora especial”.
En: R evista Peruana de Ciencias P enales. Tomo 21. Lima: Idemsa, p. 167. “Según el
citado artículo del Código Penal vigente, coexisten en nuestra legislación dos clases de
penas privativas de libertad: La pena privativa de libertad temporal y la pena privativa de
libertad de cadena perpetua. Ambas sanciones afectan la libertad ambulatoria del conde
nado. Ellas determinan su ingreso y permanencia en un centro penitenciario por el tiempo
que dure su condena. En tal sentido, como precisa GARCIA CAVERO: ‘La pena priva
tiva de libertad consiste en la limitación coactiva de la libertad de movimiento mediante
el intemamiento en un establecimiento penitenciario’ [...]”.
«mn JURISPRUDENCIA
274
Clases de pena A rt. 29
TRIBU N A L CONSTITUCIONAL
J 0395 L ím ites m áxim os de las p e n a s : “F. J. 6. Considerando que el caso suh exa
mine pone en cuestión la aplicación de la ley N° 27569, que en su artículo 4 derogó
el Decreto Legislativo N° 895, que fuera declarado inconstitucional mediante sentencia
N° 005-2001- Al/TC, publicada el 17 de noviembre de 2001, y cuya Quinta Disposición
Final modificó el artículo 29 del Código Penal estableciendo que ‘la pena privativa de la
libertad puede ser temporal o de cadena perpetua. En el primer caso, tendrá una duración
mínima de 2 días y un a máxima de 35 años, surge el tema de determinar cuál es la dura
ción máxima de la pena privativa de la libertad, por lo que es pertinente formular algunas
precisiones con el propósito de orientar la absolución de controversias en aquellos casos
en los que los tipos penales solo han establecido la pena mínima a imponer, creando un
problema de indeterminación respecto a la ausencia de pena máxima conminada’. F. J.
7. Este tribunal, en el fundamento N° 147 de su sentencia N° 010-2002-AI/TC publicada
el 4 de enero de 2003, advirtió que no existía un plazo máximo de determinación de la
pena desde el día siguiente en que la sentencia N° 0056-2001-AI/TC declaró inconstitu
cional el Decreto Legislativo N° 895, cuya quinta disposición final modificó el referido
artículo 29 del Código Penal, por lo que recomendó que, análogamente al tratamiento de
la pena de la cadena perpetua debía exhortarse al legislador para que, dentro de un plazo
razonable, cumpla con prever los plazos máximos de pena en cada una de las cuestio
nadas figuras típicas del decreto ley N° 25475. F. J. 8. En efecto, el Decreto Legislativo
N° 921, publicado el 18 de enero del 2003, fue la norma que satisfizo la exhortación que
hiciera el Tribunal Constitucional al Congreso de la República para que se concuerde el
régimen jurídico de la cadena perpetua con lo expuesto en la sentencia N° 010-2002-AI/
TC, y además estableció los límites máximos de las penas de determinados delitos regu
lados por el Decreto Legislativo N° 25475, solucionando con ello la indeterminación de la
pena antes señalada. F. J. 9. En cuanto, al límite al que se puede extender la duración de la
pena privativa de la libertad, este corresponde al de la cadena perpetua, considerando que
su aplicación rige no solo para los delitos de nuestra legislación nacional que carezca de
pena máxima -conforme se colige del Decreto Legislativo N° 921-; no obstante, el Tri
bunal Constitucional considera que este límite resultaría evidentemente incompatible con
el principio de proporcionalidad en la aplicación de las penas, en aquellos casos de de
litos de mínima dañosidad o gravedad, por lo que debe interpretarse en lo sucesivo, como
regla general de duración máxima de la pena, los 35 años de pena privativa de la libertad
establecidos para la revisión de la cadena perpetua, límite que se justifica en la necesidad
de proteger los derechos o bienes constitucionales del condenado y por serle más favo
rable” (STC Exp. N° 0965-2004-HC/TC-Arequipa, caso: Juan Carlos Herrera Mendoza,
d e l 11/10/2004, ff. jj. 6, 7, 8 y 9).
275
A rt. 29 L ibro primero / Parte general
aquellos casos de delitos de mínimo daño o gravedad, por lo que debe interpretarse en lo
sucesivo, como regla general de duración máxima de la pena, los 35 años de privación de
la libertad establecidos para la revisión de la cadena perpetua, límite que se justifica en la
necesidad de proteger los derechos o bienes constitucionales del condenado y por serle
más favorable” (STCExp. N ° 1778-2004-HC/TC-Cajamarca, caso: Gilberto Maldonado
Pérez, del 18/05/2005, f. j. 9).
276
C lases de pena A rt. 29
diversos mecanismos para hacer que una pena, prima facie, sin límites temporales, como
la cadena perpetua, sea susceptible de devenir en temporalmente limitada a través del
referido procedimiento de revisión” (STC Exp. N° 003-2005-PI/TC-Lima, caso: Walter
Húmala Lema, del 05/09/2005, ff. jj. 15, 17, 20 y 21).
J 0398 Cadena p erp etu a (cosificación d el p en ado p o rq u e term ina siendo considerado
com o un objeto de la P olítica Crim inal): “F. J . 183. La denominada ‘cadena perpetua',
en su regulación actual, es intemporal; es decir, no está sujeta a límites en el tiempo, pues
sí tiene un comienzo, sin embargo carece de un final y, en esa medida, niega la posibili
dad de que el penado en algún momento pueda reincorporarse a la sociedad. F. J. 187.
En el ámbito penitenciario, la proyección del principio de dignidad comporta la obliga
ción estatal e realizar las medidas adecuadas y necesarias para que el infractor de deter
minados bienes jurídicos - penales pueda reincorporarse a la vida comunitaria, y que ello
se realice con respeto a su autonomía individual, cualquiera sea la etapa de ejecución de
la pena. Sin embargo, y aunque no se exprese, detrás de las medidas punitivas de natura
leza drástica como la cadena perpetua subyace una cosificación del penado, pues este ter
mina considerado como un objeto de la política criminal del Estado, sobre el cual-porque
nunca tendrá oportunidad de ser reincorporado- tampoco habrá la necesidad de realizar
las medidas adecuadas para su rehabilitación” (STC Exp. N° 10-2002-Al/TC-Lima, caso:
Marcelino Tineo Silva y más de 5000 ciudadanos, del 03/01/2003, ff. jj. 183 y 187).
CORTE SUPREMA
J 0399 Criterios p a ra g ra d u a r la duración de la pen a: “Se advierten motivos fundados
para imponer una sanción severa, pero debe considerarse que el procesado no registra an
tecedentes judiciales [...] además, que al inicio de la comisión de los hechos [...] superaba
los treinta años de edad [...] y que colaboró con la investigación, toda vez que en su decla
ración instructiva [...] brindó detalles de cómo sucedieron los hechos, de modo oportuno
y relevante dada la naturaleza de la comisión oculta del delito, advirtiéndose la configu
ración de la confesión sincera que faculta al legislador a reducir hasta una sexta parte de
la cadena perpetua -no obstante que su regulación actual, es legal al tener visos de tem
poralidad, en virtud del Decreto Legislativo número novecientos veintiuno- representa
ría, en el caso sub examine, entender al Derecho Penal como un instrumento de venganza
por inocuizar de manera casi definitiva al agente activo del delito, sin considerar que la
pena tiene como finalidad el logro de la recuperación y, por ende, la reinserción del sen
tenciado a la sociedad, por lo que, en virtud a dichas consideraciones y, por ende, al carác
ter preventivo especial positivo de la pena se le debe permitir a dicho encausado tener
una oportunidad [...] a fin que enmiende sus actos. [...]” (R. N. N ° 4088-2011-Lima, del
22/01/2013, f. j. 2.3, Sala Penal Permanente).
277
A rt. 29 L ibro primero / Parte general
pena impuesta debajo del mínimo legal dista por mucho de la que corresponde en razón
a los injustos cometidos en concurso real, por lo que se tiene la posibilidad de transfor
mar una pena de tipo permanente a una pena de tipo temporal; en el presente caso se tiene
que el procesado se acogió a la conclusión anticipada del proceso, la cual tiene la posibi
lidad de generar este efecto, en cuya virtud resulta admisible que la pena de cadena per
petua sea remplazada por una pena de tipo temporal; no obstante, este Tribunal Supremo
entiende que la pena impuesta de veintidós años está muy por debajo de la pena tempo
ral que corresponde por la comisión de los hechos graves cometidos en agravio de meno
res con edades de nueve y seis años, en consecuencia estas solo pueden generar además,
del cambio del tipo de pena una de muy mínima reducción, por tal virtud se estima que
la pena debe ubicarse en el último cuadrante de gravedad de las penas temporales” (R. N.
N° 3655-2013-Junín, del 14/08/2014, f. j. 5, Sala Penal Permanente).
278 ■
C lases de pena A rt. 29-A
.111. JURISPRUDENCIA
(12) Artículo vigente conforme a la incorporación realizada por el artículo 4 de la Ley N° 29499 del
19/01/2010.
A rt. 29-A L ibro primero / Parte general
E JE C U T O R IA SU PREM A VINCULANTE
280
C lases de pena A rt. 30
para este [...], respecto a los requisitos establecidos en la norma procesal anterior [...], lo
cual permite a su vez que haya igualdad y no discriminación de tratamiento procesal en el
referido extremo respecto a los lugares geográficos en donde se lleva a cabo una investi
gación judicial sujeta al nuevo Código Procesal Penal [...] que establece como uno de los
requisitos para dictar detención preventiva, una prognosis de pena mayor a cuatro años de
pena privativa de libertad. F. J. 6. Que, en consecuencia por los fundamentos anotados y
siendo evidente que la vacación legal a que se hace referencia en la primera disposición
final de la ley número veintinueve mil cuatrocientos noventa y nueve está referida solo a
la aplicación de la Vigilancia Electrónica Personal [...] este Supremo Tribunal interpreta
que se encuentra vigente la modificatoria de la referida ley respecto al artículo ciento
treinta y cinco del Código Procesal Penal [...] que no genera gastos económicos, a excep
ción de la parte in fine de su último párrafo, que establece expresamente: ‘en cuyo caso
el juez podrá disponer la utilización de la vigilancia electrónica personal como meca
nismo de control decisión judicial que se corresponde a la observancia del derecho
a la libertad y seguridades personales, previstos en el literal ‘d’, inciso veinticuatro del
artículo dos e incisos tres del artículo ciento treinta y nueve de la Constitución Política
del Estado [...] y el debido proceso, previsto en el inciso tres del artículo ciento treinta y
nueve del referido texto constitucional” (R. N. N ° 4216-2009-Lima, del 25/04/2011, fifi. jj.
4, 5 y 6, Sala Penal Permanente).
----------------§ -----------------
SECCIÓN II
Penas restrictivas de libertad
TEXTO ORIGINAL:
A rtículo 3 0 .- Las penas restrictivas de libertad son:
1. La expatriación, tratándose de nacionales; y
2. La expulsión del país, tratándose de extranjeros.
Ambas se aplican después de cumplida la pena privativa de libertad.
(13) Artículo vigente conforme a la modificación realizada por la segunda disposición complementaria
modificatoria de la Ley N° 30219 del 08/07/2014.
A rt. 30 L ibro primero /Parte general
DOCTRINA
I) 0143 Naturaleza jurídica: VILLA STEIN, J. (2014). Derecho Penal. Parte general.
Lima: Ara, pp. 557-558. “Es obvio que estas penas, además de anticonstitucionales por
colisionar con el inciso 11 del artículo 2 de la Norma Mayor, que asegura el derecho de
residencia, violenta los Derechos Humanos, y atenta en particular contra la Convención
Americana de Derechos Humanos y la Declaración Universal de Derechos Humanos”.
¿mj JURISPRUDENCIA
282
Clases de pena A rt. 30
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0404 Im proceden cia d e l hkbeas corpus (fiscal no está fa cu lta d o p a ra dictar m edi
das restrictivas de la libertad)'. “Como se ha dicho anteriormente, dado que el fiscal no
tiene la facultad de dictar medidas restrictivas de la libertad o derechos conexos, en prin
cipio no se configuraría una amenaza cierta e inminente de algún derecho tutelable por
el hábeas corpus. No obstante, es preciso tomar en consideración que si bien la denun
cia fiscal no vincula al juez —el mismo que solo abrirá instrucción si considera que de la
denuncia fluyen indicios suficientes o elementos o elementos de juicio que razonable
mente revelen la existencia de un delito-, en cambio, sí constituye un importante indica
tivo para el juez, el cual podría ser inducido a error sobre la base de una denuncia abier
tamente arbitraria, orientada a conseguir que el presunto autor del hecho delictivo sea
procesado” (STC Exp. N ° 6167-2005-PHC/TC-Lima, caso: Fernando Cantuarias Sala-
verry, del 28/02/2006, f. j. 40).
J 0405 S u pu estos de las restricciones explícitas ordin arias : “Las restricciones explíci
tas ordinarias se presentan cuando, en un estado de normalidad constitucional, se estima
necesario que deben protegerse otros derechos fundamentales o bienes jurídicos, de modo
que, en atención a un estudio de razonabilidad, puede limitarse el derecho a la libertad
de tránsito. Son diversos los supuestos que se incluyen dentro de las restricciones expli-
citas ordinarias: Razones sanitarias: son aquellas que surgen en pro del resguardo de la
plenitud físico - psíquica de la población, la cual puede verse afectada por la existencia
de pestes, epidemias y otros eventos de similar características, limitación permitida en el
propio inciso 11 del artículo 2 de la Constitución. Razones jurisdiccionales: son aque
llas que surgen de la existencia de una orden judicial de impedimento de salida del terri
torio nacional, expatriación de nacionales o expulsión de extranjeros. La expatriación de
una nacional (acción de sacar a la fuerza a un natural del territorio de su propio país) pro
cede en los casos de comisión de atentados contra la seguridad nacional, la participación
de un grupo armado dirigido por un extranjero, la alteración de hitos fronterizos, actos
desleales con el país o la traición a la patria (casos previstos explícitamente entre los ar
tículos 325 y 332 del CP). Sobre la materia, este Colegiado reserva pronunciamiento
sobre la constitucionalidad o inconstitucionalidad de dicha modalidad punitiva. La expul
sión de un extranjero (acción de hacer salir por la fuerza a un no nacional del territorio
patrio) procede como consecuencia de un acto subsecuente del cumplimiento de una con
dena con pena privativa de la libertad impartida por un tribunal nacional. Razones de
extranjería: son aquellas que basándose en el inciso 11 del artículo 2 de la Constitución,
derivan de la falta de aptitud legal de un extranjero para ingresar al territorio nacional o
para continuar residiendo dentro de él. Tales son los casos siguientes: Por ingreso clan
destino o fraudulento al territorio nacional, por haber sido anteriormente expulsado del
territorio nacional por razones jurisdiccionales de poder de policía (reglas de migración),
por ser prófugo de la justicia por delitos tipificados como ilícitos comunes en la legisla
ción nacional, por haber sido expulsado de otro país por la comisión del delito tipificado
como ilícitos comunes en la legislación nacional o por infracción a normas de extranje
ría homologas a las nuestras, por encontrarse incurso en razones de seguridad, por regis
trar antecedentes penales o policiales por delitos tipificados como comunes en la legisla
ción nacional, por carecer de recursos económicos que le permitan solventar los gastos
283
A rt. 31 L ibro primero / Parte general
de permanencia en nuestro territorio, por haber realizado actos contra la seguridad del
estado, el orden público interno o la defensa nacional. [...]” (STC Exp. N ° 2872-2005-
PHC/TC-Lima, caso: Nilsen Mallqui Laurence y otro, del 22/06/2005, f. j. 16).
SECCIÓN III
Penas limitativas de derechos
DOCTRINA
284 -
Clases de pena A rt. 31
JURISPRUDENCIA
ACUERDO PLENARIO
■ 285
A rt. 32 L ibro primero / Parte general
las penas, salvo las de intemamiento, relegación, penitenciaría o expatriación. Cabe ano
tar que las tres primeras penas no fueron ratificadas por el CP de 1991, por lo que en dicho
caso el aludido precepto procesal carece actualmente de significación alguna. La senten
cia condenatoria impugnada, solo si impone pena de expatriación, exigirá que el encau
sado quede ‘ [...] entre tanto, bajo vigilancia de la autoridad política’ -así lo precisa el
artículo 331 in fine ACPP-. Al respecto es pertinente señalar que si bien la pena de expa
triación ha sido reconocida en el artículo 30.1 CP, su legitimidad es inaceptable desde
la perspectiva superior del artículo 22.5 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, lo cual ha determinado que el Congreso discuta su posible exclusión. En cam
bio, la pena de expulsión del país, que igualmente es una pena restrictiva de libertad, pre
vista en el artículo 30.2 CP solo para extranjeros, no tiene ese grave vicio de ilegitimidad
y, por ende, será posible instmmentar los mecanismos de vigilancia adecuados si su apli
cación promueve la interposición de un recurso impugnatorio. En consecuencia, la pena
de inhabilitación según las normas del ACPP -con diferencia del régimen del NCPP- se
ejecuta provisionalmente (no hay al respecto ninguna regla de excepción similar a la con
tenida en el NCPP). Siendo así, no hace falta esperar la firmeza de la sentencia condena
toria que la imponga para comenzar a ejecutar la pena de inhabilitación. El sistema que
para esta clase de pena sigue el ACPP, ante la interposición de un recurso, es el de la eje
cución provisional” (Acuerdo Plenario N° 10-2009/CJ-ll 6 sobre “Ejecución de la pena
de inhabilitación y recurso impugnatorio”, del 13/11/2009, f. j. 8, V Pleno Jurisdiccional
de las Salas Penales Permanente y Transitorias).
----------------- § -------------------
(14) Artículo vigente conforme a la modificación realizada por el artículo único de la Ley N° 27186 del
20/10/1999.
286
Clases de pena A rt. 32
TEXTO ORIGINAL:
A rtículo 3 2 .- Las penas limitativas de derechos previstas en los dos primeros incisos
del artículo 31, se aplican como autónomas cuando están específicamente señala
das para cada delito, y, también, como sustitutivas de la pena privativa de libertad,
cuando la sanción sustituida a criterio deljuez no sea superior a tres años.
DOCTRINA
_I)_ 0149
_ _ _ Consagración legal: MIR PUIG, S. (2002). Derecho Penal. Parte general. 6a
edición. Barcelona: Reppertor. 30/1.5, p. 689. “Las penas privativas de derechos (limitativas
de derechos) se prevén en el CP a veces como penas principales o autónomas y otras como
accesorias (sustitutivas). Recuérdese que se prevén como accesorias las penas como dice
el CP, no imponiéndolas especialmente, la ley declara que otras penas las llevan consigo”.
- 287
A rt. 34 L ibro primero / Parte general
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 34.- La pena de prestación de servicios a la comunidad obliga al conde
nado a trabajos gratuitos en entidades asistenciales, hospitalarias, escuelas, orfana
tos, otras instituciones similares u obras públicas.
Los servicios serán asignados, en lo posible, conforme a las aptitudes del conde
nado, debiendo cumplirse en jornadas de diez horas semanales, entre los días sába
dos y domingos, de modo que no se perjudique la jornada normal de su trabajo
habitual.
(15) Artículo vigente conforme a la modificación realizada por la única disposición complementaria
modificatoria del Decreto Legislativo N° 1191 del 22/08/2015.
288
C lases de pena A rt. 34
El condenado puede ser autorizado para prestar estos servicios en los días útiles
semanales, computándosele la jornada correspondiente.
Esta pena se extenderá de diez a ciento cincuentiséisjornadas de servicios semanales.
La ley establecerá los procedimientos para asignar los lugares y supervisar el desa
rrollo de la prestación de servicios.
DOCTRINA
289
A rt. 34 L ibro primero / Parte general
las privativas de derechos, puesto que es dudoso que prive de algún derecho. Téngase en
cuenta que se ofrece como alternativa que requiere la aceptación voluntaria del sujeto”.
JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CO N STITUCIONAL
290
Clases de pena Art. 35
TEXTO ORIGINAL:
Artículo 35.- La limitación de días libres consiste en la obligación de permanecer
los días sábados, domingos y feriados, por un mínimo de diez y un máximo de die
ciséis horas en total por cada fin de semana, en un establecimiento organizado con
fines educativos y sin las características de un centro carcelario.
Esta pena se extenderá de diez a ciento cincuentiséis jornadas de limitación semanales.
Durante este tiempo el condenado recibirá orientaciones tendientes a su rehabilitación.
La ley establecerá los procedimientos de supervisión y cumplimiento de la pena.
(16) Artículo vigente conform e a la modificación realizada po r la única disposición com plem entaria
m odificatoria del D ecreto Legislativo N° 1191 del 22/08/2015.
291
A rt. 35 L ibro primero / Parte general
DOCTRINA
Sumario: Esencia de la limitación de días libres / Excesos de la limitación de días libres / Conse
cuencias de su aplicación.
______
1)0154 Excesos de la limitación de días libres: BOLDOBA PASAMAR, M. A.
(1998). “Penas privativas de derechos”. En: GRACIA MARTÍN, L. (Coordinador). Lec
ciones de consecuencias jurídicas del delito. Valencia: Tirant lo Blanch, p. 69. “Los exce
sos a que da lugar la imposición de las penas de arrestos de fines de semana (tanto como
pena sustitutiva de la responsabilidad personal subsidiaria por impago de la multa como
de la pena de prisión) pueden resultar contradictorios con la naturaleza y el sentido que
originariamente se han atribuido a esta pena (como pena sustitutiva de las penas cortas
privativas de libertad de duración continua), así como con su configuración penitenciaria,
pudiendo así verse mermada su eficacia”.
§
C lases de pena A rt. 36
ARTÍCULO 36 Inhabilitación(17)
La inhabilitación produce, según disponga la sentencia:
1. Privación de la función, cargo o comisión que ejercía el condenado, aunque pro
venga de elección popular;
2. Incapacidad o impedimento para obtener mandato, cargo, empleo o comisión
de carácter público;
3. Suspensión de los derechos políticos que señale la sentencia;
4. Incapacidad para ejercer por cuenta propia o por intermedio de tercero profe
sión, comercio, arte o industria, que deben especificarse en la sentencia;
5. Incapacidad para el ejercicio de la patria potestad, tutela o cúratela;
6. Suspensión o cancelación de la autorización para portar o hacer uso de armas
de fuego. Incapacidad definitiva para renovar u obtener licencia o certificación
de autoridad competente para portar o hacer uso de armas de fuego, en caso de
sentencia por delito doloso o cometido bajo el influjo del alcohol o las drogas.
7. Suspensión, cancelación o incapacidad definitiva para obtener autorización
para conducir cualquier tipo de vehículo;
8. Privación de grados militares o policiales, títulos honoríficos u otras distincio
nes que correspondan al cargo, profesión u oficio del que se hubiese servido el
agente para cometer el delito;
9. Incapacidad definitiva para ingresar o reingresar al servicio docente o admi
nistrativo en instituciones de educación básica o superior, pública o privada,
en el Ministerio de Educación o en sus organismos públicos descentralizados
o, en general, en todo órgano dedicado a la educación, capacitación, forma
ción, resocialización o rehabilitación, o para ejercer actividad, profesión, ocu
pación u oficio que implique la enseñanza, el cuidado, vigilancia o atención de
niñas, niños o adolescentes o del alumnado de educación superior tanto téc
nica como universitaria de las personas condenadas con sentencia consentida o
ejecutoriada por cualquiera de los siguientes:
a. Terrorismo, previsto en el Decreto Ley 25475.
b. Apología del delito de terrorismo, establecido en el artículo 316-A.
c. Trata de personas, formas agravadas de la trata de personas, explotación
sexual y esclavitud y otras formas de explotación, previstos en los artículos
153,153-A, 153-B y 153-C.
d. Homicidio simple (art. 106), parricidio (art. 107), homicidio calificado (art.
108) y feminicidio (art. 108-B).
e. Lesiones graves (art. 121) y lesiones graves por violencia contra las mujeres
e integrantes del grupo familiar (art. 121-B).
f. Libro Segundo: Título IV: Capítulo IX: violación sexual (art. 170), violación
de persona en estado de inconsciencia o en la imposibilidad de resistir (art.
171), violación de persona en incapacidad de dar su libre consentimiento
(17) Artículo vigente conforme a la modificación realizada por la segunda disposición complementaria
modificatoria de la Ley N° 30901 del 29/12/2018.
- 293
A rt. 36 L ibro primero / Parte general
(art. 172), violación sexual de menor de edad (art. 173), violación de persona
bajo autoridad o vigilancia (art. 174), violación sexual mediante engaño
(art. 175), tocamientos, actos de connotación sexual o actos libidinosos sin
consentimiento (art. 176), tocamientos, actos de connotación sexual o actos
libidinosos en agravio de menores (art. 176-A), Capítulo X (proxenetismo) y
Capítulo XI (ofensas al pudor público).
g. Tráfico ilícito de drogas, previsto en la Sección II, se impone obligatoria
mente en la sentencia como pena principal(18).
10. Privación del derecho a residir en determinados lugares o acudir a ellos;
11. Prohibición de aproximarse o comunicarse con la víctima, sus familiares u otras
personas que determine el juez; o,
12. Prohibición de comunicarse con internos o visitar establecimientos penitenciarios.
13. Incapacidad definitiva o temporal para la tenencia de animales.
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 36.- La inhabilitación producirá, según disponga la sentencia:
1. Privación de la función, cargo o comisión que ejercía el condenado, aunque
provenga de elección popular;
2. Incapacidad para obtener mandato, cargo, empleo o comisión de carácter
público;
3. Suspensión de los derechos políticos que señale la sentencia;
4. Incapacidad para ejercer por cuenta propia o por intermedio de tercero profe
sión, comercio, arte o industria, que deben especificarse en la sentencia;
5. Incapacidad para el ejercicio de la patria potestad, tutela o cúratela;
6. Suspensión o cancelación de la autorización para portar o hacer uso de armas
de fuego;
7. Suspensión o cancelación de la autorización para conducir cualquier tipo de ve
hículo; o
8. Privación de grados militares o policiales, títulos honoríficos u otras distincio
nes que correspondan al cargo, profesión u oficio del que se hubiese servido el
agente para cometer el delito.
(18) Inciso vigente conform e a la m odificación realizada por la segunda disposición com plem entaria
m odificatoria de la L ey N° 30901 del 29/12/2018.
294
C lases de pena A rt. 36
295
A rt. 36 L ibro primero / Parte general
DOCTRINA
296
C lases de pena A rt. 36
JURISPRUDENCIA
297
A rt. 36 L ibro primero / Parte general
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0409 C ontenido de la inhabilitación p o lític a : “F. J . 15. Tanto el artículo 100 de la
Constitución como el artículo 89 del Reglamento del Congreso se infiere que el Congreso
de la República puede imponer, luego de realizado el procedimiento de acusación consti
tucional, sanciones políticas que pueden manifestarse de tres formas: 1) la suspensión, 2)
la inhabilitación o 3) la destitución del funcionario público. F. J. 16. En lo que respecta
al presente informe, es claro señalar que corresponde analizar, propiamente, el contenido
de la sanción de inhabilitación política que impone el congreso a un funcionario público.
En este sentido, es del caso analizar cuál es el contenido de esta sanción y cuáles son sus
alcances. F. J. 17. En principio, cabe señalar que la inhabilitación política es una sanción
política discrecional pero sujeta a criterios de razonabilidad constitucional, que impone
el Congreso de la República. Esto la hace distinta, precisamente por su naturaleza, a la
inhabilitación penal (prevista en el art. 36 del CP) y a la inhabilitación administrativa
(según establece el artículo 30 de la Ley de la Carrera Administrativa, el artículo 159 de
su Reglamento y la Ley Marco del Empleo Público), las cuales son de carácter estricta
mente jurídico. F. J . 18. En tal sentido, la inhabilitación política es una sanción política
que impone el Congreso de la República a los más altos funcionarios del Estado compren
didos en el artículo 99 de la Constitución por infracción a la Constitución y por los de
litos cometidos en el ejercicio de sus funciones, los mismos que solo comportan una res
tricción en el ejercicio de los derechos políticos del funcionario que sea sancionado. F. J.
19. La inhabilitación política despliega sus efectos sobre los derechos políticos que son
aquellos mediante los cuales los ciudadanos participan en la formación y dirección de las
actividades del Estado: son, por tanto, derechos que permiten a los ciudadanos partici
pan en le vida política y pública. F. J. 20. [...] La inhabilitación política incide sobre estos
derechos en dos ámbitos: material y temporal. En el aspecto sustantivo, los efectos de la
inhabilitación impiden al funcionario público sancionado ejercer el derecho de sufragio
(elegir y ser elegido), el derecho de participación y el derecho a fundar, organizar, per
tenecer o representar a una organización o partido político, movimiento o alianza” (STC
Exp. N ° 3760-2004-A A /TC -Lim a, caso: Gastón Ortiz A cha, del 18/02/2005, ff. jj. 15, 16,
17, 18, 19 y 20).
ACUERDO PLENARIO
J 0410 D efinición y n aturaleza de la p e n a de inhabilitación : “F. J. 6. La pena de inha
bilitación consiste en la privación, suspensión o incapacitación de uno o más derechos
políticos, económicos, profesionales y civiles del penado. A través de esta pena se san
ciona a quien ha infraccionado un deber especial propio de su cargo; función, profe
sión, comercio, industria o relación familiar; o a quien se ha prevalido de su posición de
poder o de dominio para delinquir. F. J . 7. La pena de inhabilitación, según su impor
tancia o rango interno, puede ser principal o accesoria (art. 37 del CP). La inhabilitación
298
C lases de pena A rt. 36
cuando es principal se impone de forma independiente sin sujeción a ninguna otra pena,
esto es, de manera autónoma aunque puede ser aplicada conjuntamente con una pena pri
vativa de libertad o de multa. En cambio, la inhabilitación accesoria no tiene existencia
propia y únicamente se aplica acompañando a una pena principal, generalmente priva
tiva de libertad, es, pues, complementaria y castiga una acción que constituye una viola
ción de los deberes especiales que impone un cargo, profesión, oficio o derecho -se basa
en la incompetencia y el abuso de la función- (arts. 39 y 40 del CP). La autonomía de
la inhabilitación principal está en función de su conminación en un tipo delictivo con
creto de la parte especial del Código Penal o de leyes penales complementarias. Por ello
aun cuando en algunos tipos legales, como los contemplados en los artículos 177, 181-B
y 398 del Código Penal, se indique que la inhabilitación conminada es accesoria, por su
propia ubicación sistemática y legal debe entenderse que es principal” (Acuerdo Plena-
rio N ° 2-2008/C J-116, del 18/0 7 /2 0 0 8 sobre “A lcances d e la p e n a de inhabilitación ", del
1 8 /07/2008, ff. jj. 6 y 7, IV P len o Jurisdiccional d e las Salas P enales Perm anente, Tran
sitorias y E special).
J 0412 E xten sión de la inhabilitación com o p e n a prin cipal: “El término de la inhabili
tación, en caso de ser impuesta como pena conjunta, corre paralelamente a las otras penas
principales, y se computa a partir de la fecha en que la sentencia queda firme. Por tanto,
no es de aceptar que el cómputo de la inhabilitación principal recién se inicia una vez
cumplida la pena privativa de libertad, pues de ser así aquella alternativa en la vida del
condenado tendría la inadmisible consecuencia de alterar los cómputos correspondientes
al fallo. Es más, si la inhabilitación recién comenzase después de cumplida la pena pri
vativa de libertad, sería del caso que un penado podría votar en prisión, y aun ejercer
un cargo público, aunque con las incomodidades propias de su estado. Pero al margen
de estos argumentos está la regla sobre el cómputo de la prisión preventiva, pues si la
299
A rt. 36 L ibro primero / Parte general
300
C lases de pena A rt. 36
301
A rt. 36 L ibro primero / Parte general
inhabilitación [...] requiere, como paso previo, que al adquirir firmeza la sentencia conde
natoria el órgano jurisdiccional de instancia que la dictó cumpla con lo dispuesto en el ar
tículo 332 del Código de Procedimientos Penales. [...] A continuación, ese mismo órgano
judicial debe remitir la causa al juez penal competente para dar inicio al proceso de ejecu
ción También demanda, con igual finalidad aclaratoria, un reexamen el párrafo 9 del
citado Acuerdo Plenario en cuanto acotó que: ‘El término de la inhabilitación, en caso de
ser impuesta como pena conjunta, corre paralelamente a las otras penas principales, y se
computa a partir de la fecha en que la sentencia queda firme’. Ahora bien, no resulta dis
cutible, desde luego, que la inscripción de la pena en el Registro Judicial y su comunica
ción a los órganos penitenciarios -en caso de inhabilitación conjunta o accesoria a pena
privativa de libertad- solo deba producirse una vez que quede firme la sentencia condena
toria correspondiente. Este es el principio rector sancionado expresamente tanto en el ar
tículo 332 del Código de Procedimientos Penales de 1940 -en adelante, ACPP-, como en
el artículo 403.1 del nuevo Código Procesal Penal de 2004 -en adelante, NCPP-. El tema
en discusión es si la ejecución de la pena de inhabilitación requiere como presupuesto la
firmeza del fallo que la imponga o su inscripción en el Registro Judicial. F. J. 8. Es evi
dente que la regulación del momento inicial de la ejecución de una pena es un ámbito que
incumbe al legislador procesal -el Código Penal, por lo demás, no ha establecido un pre
cepto al respecto-. En su relación con los recursos, puede existir, como regla, el sistema
de ejecución provisional o el sistema suspensivo. En la legislación procesal penal nacio
nal se ha optado por ambos modelos. En este contexto cabe precisar lo siguiente: A. Si
se examina el régimen del NCPP, podrá advertirse, en el caso de la sentencia condenato
ria, la inclinación por el primer modelo: la impugnación no tiene efecto suspensivo -así
lo dispone el artículo 402.1 NCPP como regla específica frente a la genérica del artículo
412.1 NCPP-, con la excepción de la imposición de las penas de multa o limitativas de
derechos, una de las cuales es, por cierto, conforme al artículo 31.3 del Código Penal,
la pena de inhabilitación. Ello significa, entonces, que solo las sentencias que imponen
penas privativas de libertad y restrictivas de libertad que consignan los artículos 29 y 30
del Código Penal -en adelante, C P- se cumplen provisionalmente pese a la interposición
de un recurso impugnatorio contra ellas. Por tanto, si el condenado estuviera en libertad
y se impone pena o medida de seguridad privativa de libertad de carácter efectivo, el juez
penal, interpuesto el recurso, según lo autoriza el artículo 402.2 NCPP, podrá optar por
su inmediata ejecución o por imponer alguna restricción de las previstas en el artículo
288 NCPP. A su turno, el Tribunal de Revisión, en caso se hubiera optado por la inme
diata ejecución de la pena impuesta, podrá suspenderla, atendiendo a las circunstancias
del caso, según el artículo 418.2 NCPP. Tal efecto suspensivo concluirá cuando la senten
cia queda firme. En consecuencia, la pena de inhabilitación conforme a las disposiciones
pertinentes del NCPP no se ejecuta hasta que la sentencia condenatoria adquiera firmeza.
Rige plenamente, en este dominio, el denominado sistema suspensivo. B. Distinta es la
regulación normativa adoptada por el ACPP. En efecto, su artículo 330 admite expresa
mente el sistema de la ejecución inmediata o provisional para todas las penas, salvo las
de intemamiento, relegación, penitenciaría o expatriación. Cabe anotar que las tres pri
meras penas no fueron ratificadas por el CP de 1991, por lo que en dicho caso el aludido
precepto procesal carece actualmente de significación alguna. La sentencia condenato
ria impugnada, solo si impone pena de expatriación, exigirá que el encausado quede ‘[...]
302
C lases de pena A rt. 36
entre tanto, bajo vigilancia de la autoridad política’-así lo precisa el artículo 331 in fine
ACPP-. Al respecto es pertinente señalar que si bien la pena de expatriación ha sido reco
nocida en el artículo 30.1 CP, su legitimidad es inaceptable desde la perspectiva superior
del artículo 22.5 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, lo cual ha deter
minado que el Congreso discuta su posible exclusión. En cambio, la pena de expulsión
del país, que igualmente es una pena restrictiva de libertad, prevista en el artículo 30.2
CP solo para extranjeros, no tiene ese grave vicio de ilegitimidad y, por ende, será posible
instrumentar los mecanismos de vigilancia adecuados si su aplicación promueve la inter
posición de un recurso impugnatorio. En consecuencia, la pena de inhabilitación según
las normas del ACPP -con diferencia del régimen del NCPP se ejecuta provisional
mente (no hay al respecto ninguna regla de excepción similar a la contenida en el NCPP).
Siendo así, no hace falta esperar la firmeza de la sentencia condenatoria que la imponga
para comenzar a ejecutar la pena de inhabilitación. El sistema que para esta clase de pena
sigue el ACPP, ante la interposición de un recurso, es el de la ejecución provisional. F. J.
9. En conclusión, resulta obvio, entonces, que los alcances de la pena de inhabilitación
respecto del Acuerdo Plenario número 2-2008/CJ-116, del 18 de julio de 2008, funcionan
plenamente en aquellos Distritos Judiciales en los que se dictó la referida pena con arre
glo al NCPP, en especial los fundamentos jurídicos 9 y 11. Esta pena se ejecuta una vez
que la sentencia condenatoria que la impuso adquirió firmeza. Por ende, el plazo de eje
cución se inicia desde esa fecha, no antes. Distinto es el caso de la pena de inhabilitación
impuesta bajo el régimen procesal del ACPP, pues la impugnación que se interpone con
tra ella no tiene efecto suspensivo. Así las cosas, concedido el recurso impugnatorio, se
remitirán las copias pertinentes al Juez de Ejecución -e l juez penal según el ACPP y la
Ley Orgánica del Poder Judicial- para que inicie el procedimiento provisional de ejecu
ción, según las reglas sancionadas en los fundamentos jurídicos 15 al 16. Por otro lado,
en aplicación supletoria del artículo 380 del Código Procesal Civil, si la sentencia es anu
lada o revocada se declarará la ineficacia de todo lo actuado sobre la base de su vigencia.
El juez penal, en este caso, precisará las actuaciones que quedan sin efecto atendiendo a
lo resuelto por el superior” (Acuerdo Plenario N ° 10-2009/CJ-ll 6 sobre "Ejecución de ¡a
pena de inhabilitación y recurso impugnatorio”, del 13/11/2009, ff. jj. 7, 8 y 9, VPleno
Jurisdiccional de las Salas Penales Permanente y Transitorias).
303
A rt. 36 L ibro primero / Parte general
CORTE SUPREMA
J 0417 P rin cipio de leg a lid a d en la im posición de la p e n a d e in h abilitación : “Que, el
tipo previsto en el tercer párrafo del artículo doscientos noventa y seis del Código Penal
modificado por la ley veintiocho mil dos, establece como únicas sanciones la pena priva
tiva de libertad de cinco a diez años y la pena de multa, de sesenta a ciento veinte días;
sin embargo, infringiendo el principio de legalidad contenido en el artículo segundo del
Título Preliminar del código sustantivo, el colegiado impuso contra la acusada la pena
de inhabilitación, que no se encuentra establecida en el citado dispositivo legal, resul
tando imperioso decretar la nulidad de este extremo de la parte resolutiva de la senten
cia; precisándose que tal determinación no incide sobre la decisión adoptada en ella,
porque la nulidad se circunscribe al aspecto cuestionado, conforme la reiterada jurispru
dencia que este supremo tribunal ha establecido; del mismo modo, se ha impuesto una
pena de multa por encima del máximo legal que es de ciento veinte días multa, siendo
imperioso corregirlo, asimismo deberá integrarse para establecerse el porcentaje, el plazo
para su pago y el apercibimiento de conversión en caso de incumplimiento, [...]” (R. N.
N° 14-2004-Huánuco, del 17/05/2004, f. j. 4, Sala Penal Permanente).
304
C lases de pena A rt. 37
---------------- § -----------------
DOCTRINA
305
A rt. 37 L ibro primero /Parte general
m JURISPRUDENCIA
ACUERDO PLENARIO
J 0421 L a p e n a de in h abilitación p u e d e ser p rin c ip a l o a ccesoria: “[...] A) Como
se ha establecido en los fundamentos jurídicos anteriores, el artículo 37 el Código
Penal establece que la pena de inhabilitación -según su importancia y rango- puede ser
impuesta como principal o accesoria. La pena de inhabilitación principal se impone de
forma independiente sin sujeción a ninguna otra, de manera autónoma, y es la estable
cida en el tipo legal pertinente. La pena de inhabilitación accesoria, no tiene existencia
propia y únicamente se aplica acompañando a una pena principal a la cual complementa,
y conforme al artículo 39 del citado Código se fija en atención a la naturaleza del delito
cometido por el individuo, siempre que ‘ [...] el hecho punible constituye abuso de auto
ridad, de cargo, de profesión, oficio, poder o, violación de un deber inherente a la fun
ción pública, comercio, industria, patria potestad tutela, cúratela o actividad regulada
por ley’. Los delitos culposos de tránsito también incluyen una modalidad de inhabilita
ción accesoria, según lo establece el artículo 40 del Código Penal. B) Como regla gene
ral del Código Penal, la pena de inhabilitación, cuando se impone como pena conjunta,
306
C lases de pena A rt. 37
• 307
A rt. 38 L ibro primero / Parte general
y 398 del Código Penal, se radique que la inhabilitación conminada es accesoria, por su
propia ubicación sistemática y legal debe entenderse que es principal” (Acuerdo Plenario
N ° 2-2008/ CJ-116 sobre “Alcances de la pena de inhabilitación”, del 18/07/2008, jf. jj.
6 y 7, IVPleno Jurisdiccional de las Salas Penales Permanente, Transitorias y Especial).
CORTE SUPREMA
J 0423 E xten sión de la inhabilitación com o p e n a accesoria (delito de tráfico ilícito de
drogas): “La pena de inhabilitación solamente podrá extenderse por igual tiempo que la
pena principal cuando expresamente esté contemplada en la ley como pena accesoria, no
presentándose dicho supuesto en el presente caso, dado que la pena de inhabilitación en
los delitos por tráficos ilícitos de drogas tiene la calidad de principal, debiendo procederse
de acuerdo con el artículo 38 del Código Penal. Por estas razones, declararon no haber
nulidad en la sentencia recurrida, en el extremo que condena; declararon haber nulidad
en la propia sentencia en el extremo que fija en 200 nuevos soles el monto que por con
cepto de reparación civil deberá abonar el sentenciado a favor del Estado e impuso la pena
accesoria de inhabilitación por el término de la condena; reformándola en estos extremos:
fijaron en 600 nuevos soles el monto de reparación civil e impusieron la pena de inhabili
tación por el término de 5 años” (Ejecutoria Suprema del 22/06/2004, R. N. N ° 526-2004-
Piura. En: CASTILLO ALVA, J. L. (2006). Jurisprudencia penal 1, Sentencias de la Corte
Suprema de Justicia de la República. Grijley, Lima, p. 515).
---------------- § -----------------
308
C lases de pena A rt. 38
o actúe por encargo de ella; o cuando el valor del dinero, bienes, efectos o ganancias
involucrados supere las quinientas unidades impositivas tributarias.
En el caso de los delitos contemplados en los artículos 1, 2 y 3 del Decreto Legisla
tivo 1106, la inhabilitación también será perpetua cuando el dinero, bienes, efec
tos o ganancias provienen de la minería ilegal, tráfico ilícito de drogas, terrorismo,
secuestro, extorsión o trata de personas
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 38.- La inhabilitación principal se extiende de seis meses a cinco años.
309
A rt. 38 L ibro primero / Parte general
g il JURISPRUDENCIA
ACUERDO PLENARIO
J 0424 Precisiones sobre la inhabilitación en los casos de destitución: “[...] A) El ar
tículo 46, primer párrafo, del Código Penal, con estricto apego a la garantía penal de lega
lidad, establece que la pena se debe determinar dentro de los límites fijados por la ley. En
el caso de la pena de inhabilitación principal el tiempo de duración está fijado, específica
mente, en el tipo legal respectivo. B) No obstante, son varios los tipos legales establecidos
en el Código Penal que no fijan específicamente el tiempo de duración de la pena conmi
nada de inhabilitación. En estos casos se deberá recurrir a lo establecido en el artículo 3 8 del
citado Código. Así ocurre, por ejemplo, en los casos de los artículos 111 segundo y último
párrafo, 117,121-A, 124 segundo párrafo, 122-A, 124,153-A, 155,157,169,170,177,181-A,
181-B, 1,83-A, 200 cuarto párrafo, 2 2 2 ,2 2 3 ,2 2 5 ,2 3 7 , 243, 243-C, 247 in fine, 259,260,
274, 296, 296-A, 297, 300, 303-B, 316.1 y 2, 317 in fine, 318, 318-A penúltimo párrafo,
320, 323 in fine, 324, 376-A, 393, 394, 395, 396, 398, 3 9 9 ,4 0 0 ,4 0 1 ,409-B y 450-A . En
otras ocasiones el Código Penal acude a una técnica legislativa donde se alude a la pena
de inhabilitación y a su duración al final de un capítulo o título: Por ejemplo, los artículos
353 -delitos contra los poderes del Estado y el orden constitucional-, 360 -delitos con
tra la voluntad popular-, 426 -delitos cometidos por funcionarios públicos y delitos contra
la Administración de justicia-, 432 -delitos de falsificación de documentos-y 436 -delitos
de falsificación de sellos, timbres y marcas oficiales En la legislación penal complementa
ria, existen tipos legales con esa misma característica en la Ley N° 28008 -delitos aduane
ros-, artículo 10. b) y c); y en el Decreto Ley N° 25475 -delitos de terrorismo-, artículos
5 y 6-A. En lo que respecta a la pena de inhabilitación accesoria ella tiene fijado su tiempo
de duración exclusivamente en el artículo 39 del Código sustantivo” (Acuerdo Plenario
N° 2-2008/CJ-116, sobre “Alcances de la pena de inhabilitación”, del 18/07/2008, f. j.
13, IVPleno Jurisdicicional de las Salas Penales Permanente, Transitorias y Especial).
310
C lases de pena A rt. 39
CORTE SUPREMA
J 0426 E xtensión de la p e n a de inhabilitación p rin c ip a l : “[...] La pena de inhabilita
ción solamente podrá extenderse por igual tiempo que la pena principal cuando expresa
mente esté contemplada en la ley como pena accesoria, no presentándose dicho supuesto
en el presente caso dado que la pena de inhabilitación en los delitos por tráfico ilícito
de drogas tiene la calidad de principal, debiendo procederse de acuerdo con el artículo
treinta y ocho del Código Penal” (R. N. N ° 526-2004-Piura, del 22/06/2004, f. j. 4, Sala
Penal Permanente).
J 0427 Inhabilitación im puesta a fu n cion arios p ú blicos en el ám bito d e los delitos con
tra la A dm inistración P ú blica siem pre será p e n a principal: “[...] La Corte Suprema ha
establecido que la pena de inhabilitación que se impone a los funcionarios públicos en el
ámbito de los delitos contra la Administración Pública constituye siempre una pena princi
pal; siendo así, su límite temporal es el establecido en el artículo 38 del Código Penal: ‘La
inhabilitación principal se extiende de seis (6) meses a cinco (5) años, salvo en los casos
a los que se refiere el segundo párrafo del numeral 6) del artículo 36, en la que es defini
tiva’ [...]” (Exp. N ° 37-2006-Lima, del 21/07/2009,/. j. 24, Primera Sala Penal Especial).
---------------- § -----------------
311
A rt. 39 L ibro primero / Parte general
patria potestad, tutela, cúratela, o actividad regulada por ley. Se extiende por igual
tiempo que la pena principal.
N ormas concordantes
C: art. 33 inc. 2); C P: arts. 157, 169, 178; C P P 2 0 0 4 : arts. 548, 549; L e y 30037: art. 23.
DOCTRINA
B& JURISPRUDENCIA
312
Clases de pena A rt. 39
313
A rt. 39 L ibro primero / Parte general
F. J. 5.2. En esta línea de desarrollo y coherente con los postulados básicos en materia
de inhabilitación, el fáctu m agravado que se imputa al encausado se halla previsto en el
inciso 7 del artículo 297 del Código Penal, en el estado actual de análisis dicho fáctum
no guarda relación o vinculación con la inhabilitación prevista en los incisos 1), 2), 4),
5) y 8) del artículo 36 del Código Penal; por lo que, dicha agravación, considerada ais
ladamente, no constituye presupuesto idóneo para que operen todos los supuestos inha-
bilitadores en materia de tráfico ilícito agravado de drogas, reseñados u tsu pra. F. J. 5.3.
Establecido lo anterior, cabe precisar como criterio general para la operatividad de los
supuestos inhabilitantes en materia de tráfico ilícito de drogas que en su dinámica comi-
siva se relacione con alguna o algunas de las funciones, cargas o condiciones enumera
das en los incisos 1), 2), 4), 5) y 8) del artículo 36 del Código Penal; y que se impondrán
a pedido del titular de la acción penal o por el tribunal sentenciador (ante la omisión de su
requerimiento) cuando fue incorporada la materia a la discusión en el decurso del proceso
penal, a efectos de evitar fallos sorpresivos. F. J. 5.4. Como corolario de lo expuesto, en
la sentencia habrá que especificar, la profesión, oficio, industria o comercio respecto a los
que recae la inhabilitación [como sucede en la inhabilitación especial para empleo o cargo
público] puesto que dicha concreción es consustancial a los estándares motivacionales,
cuyo núcleo argumental lo constituye la demostración de la conexión o relación directa
entre la dinámica del delito y la profesión para la que se inhabilita. El fundamento estriba
en que la inhabilitación como sanción no ha de concebirse como una condena abierta al
hombre p e r se, sino a su derecho al trabajo, constitucionalmente reconocido en un área
determinada, de esta forma se debe restringir únicamente en la materia de lo imprescripti
ble y que, por consiguiente, solo en aquellos casos en que la profesión, oficio, industria o
comercio de que se trate ha sido utilizada como medio para delinquir. F. J. 6. De la confi
guración de la imposición de la pena principal de inhabilitación por ausencia del ele
mento cuantitativo de la cantidad de la droga incautada: F. J. 6.1. Como se advierte
de la reiterada jurisprudencia nacional, la pena de inhabilitación en los delitos de tráfico
ilícito de drogas tiene la calidad de principal. F. J. 6.2. Acorde a la línea jurisprudencial
en materia de inhabilitación, y teniendo presente la doctrina mayoritaria, la inhabilitación
está focalizada para ciertos delitos, excluyéndose dinámicas delictivas sin referencia a las
calidades o condiciones del sujeto activo antes descritos. F. J. 6.3. Habiéndose demos
trado la ausencia de vinculación o relación de las condiciones de calidades enumeradas
en los incisos 1), 2), 4), 5) y 8) del artículo 36, con el elemento cuantitativo de la canti
dad de drogas, previsto en el inciso 7 del artículo 297 del Código Penal, en el caso par
ticular no se configura el supuesto de abuso de cargo, profesión o su equivalente, que via-
bilicen la aplicación de alguno de los supuestos de especifica inhabilitación en materia de
tráfico ilícito de drogas agravado. F. J. 7. De la aplicación de la inhabilitación acceso
ria prevista en el artículo 39 del Código Penal. F. J. 7.1. Expuesto lo anterior a partir de
314
Clases de pena A rt. 39
315
A rt. 40 L ibro primero / Parte general
CORTE SUPREMA
J 0429 Incapacidad para obtener mandatos y cargos públicos como pena accesoria
de inhabilitación: “Los delitos de encubrimiento real y corrupción de funcionarios con
llevan la pena accesoria de inhabilitación, la misma que no ha sido impuesta a los acusa
dos —policías nacionales- correspondiendo integrar la sentencia con la pena de inhabilita
ción con pérdida de la función e incapacidad para obtener mandatos-cargos o comisión de
carácter público, debiendo oficiarse, para su efectividad, al Ministerio del Interior como
corresponde” (R. N. N° 5730-96-Callao, del 01/08/1997, Sala Penal).
JURISPRUDENCIA EXTRANJERA
J 0430 Supuestos en que procede imponer la pena accesoria de inhabilitación espe
cial: “Procede imponer la pena complementaria o accesoria de inhabilitación especial aun
cuando la profesión, en cuyo ejercicio se cometió el delito, no sea de las reglamentadas por
la autoridad. También procede imponerla cuando, tratándose de profesión reglamentada,
el autor careciera de título o autorización correspondiente” (Cámara Nacional de Apela
ciones en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal; Sala IV del 16/06/1925. En:
ZAFFARONI, E.yBAIGÚN, D. (2002). Código Penal. Hammurabi, Buenos Aires, p. 250).
----------------- § -------------------
gp DOCTRINA
_I)_0164
_ _ _ Fundamento de la inhabilitación accesoria en los delitos de trán
sito culposos: VILLA STEIN, J. (2014). Derecho Penal. Parte general. Lima: Ara,
p. 562. “El legislador ha querido además, instruir a los jueces en el hecho de poder aplicar
accesoriamente la pena de inhabilitación para el caso de los delitos culposos de tránsito”.
_I)_0165
_ _ _ Materialización de la inhabilitación accesoria: VILLAVICENCIO
TERREROS, F. (2001). Código Penal comentado. Lima: Grijley, p. 175. “En este ar
tículo se prevé una pena de inhabilitación como accesoria en caso de los delitos culposos
316
C lases de pena A rt. 40
¡ s JURISPRUDENCIA
CORTES SUPERIORES
J 0431 Determinación de la pena de inhabilitación: “F. J . 5.19. La inhabilitación, con
forme al artículo 36, inciso 7 del Código Penal, produce la cancelación o suspensión de la
autorización para conducir cualquier tipo de vehículo o incapacidad definitiva para obte
ner autorización para conducir cualquier tipo de vehículo; no obstante, el artículo 40 del
acotado señala que esta pena podrá aplicarse como pena accesoria en los delitos culposos
de tránsito. En tal sentido, deberá tenerse en cuenta lo dispuesto en el fundamento jurí
dico décimo tercero, último párrafo del inciso B, del Acuerdo Plenario N° 2-2008/0-116
que señala: ‘en lo que respecta a la pena de inhabilitación accesoria, ella tiene fijado
su tiempo de duración exclusivamente en el artículo 39 del Código Sustantivo’”. (Exp.
N ° 25259-2012-0-Lima, del 10/04/2018, f. j. 5.19, Sexta Sala Penal para Procesos con
Reos Libres de la Corte Superior de Lima).
JURISPRUDENCIA EXTRANJERA
J 0432 Finalidad de la inhabilitación en los delitos culposos de tránsito: “La inhabi
litación del conductor tiene un fundamento social de prevención de accidentes y segu
ridad de las personas, frente a un obrar culposo, para evitar que quien haya conducido
con imprudencia pueda continuar haciéndolo, creando de forma permanente un riesgo en
la vía pública. La inhabilitación traduce una finalidad precautoria de seguridad frente a
quien no fue correcto o cauteloso en el ejercicio de su arte, profesión o derecho” (Cámara
del Crimen de Rosario, en pleno del 27/12/1966. En: ZAFFARON1, E. y BAIGÚN, D.
(2002). Código Penal. Hammurabi, Buenos Aires, p. 241).
317
A rt. 41 L ibro primero / Parte general
culposo del obrero de un taller, electrocutado por las deficiencias en las instalaciones;
pues la interdicción se refiere a un cargo, arte o profesión que requiera conocimientos
especiales y que el hecho se haya cometido quebrantándolos. En el caso, el acusado no
es técnico en electricidad y su responsabilidad nace de no haber hecho hacer con los téc
nicos especialistas las reparaciones exigidas por el peligroso estado de la maquinaria”
(Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal,
Sala IV d el 03/09/1965. En: ZAFFARONI, E. y BAIGÚN, D. (2002). Código Penal. Ham-
murabi. Buenos Aires, p. 241).
--------- § ----------
SECCIÓN IV
Pena de multa
DOCTRINA
318
Clases de pena A rt. 41
I) 0168 Naturaleza jurídica: MIR PUIG, S. (2002). Derecho Penal. Parte general.
6a edición. Barcelona: Reppertor. §30/11. 33 y 34, pp. 693-694. “La multa es la pena más
frecuentemente utilizada por el Código después de las privativas de libertad. Siguiendo
el ejemplo de otras legislaciones recientes, como la alemana, la austríaca, la italiana y
la francesa, el Derecho Penal español ha querido conceder a la pena de multa un papel
mucho más importante que el que le correspondía anteriormente [...]. El Código Penal
actual extiende mucho más el uso de la pena de multa y lo hace con el objetivo de intentar
una alternativa a las penas privativas de libertad en los delitos pocos graves y en las faltas.
[...]. La ventaja principal de la pena de multa es que, pese a poder afectar en forma sensi
ble al patrimonio y a las posibilidades de actuación que él mismo supone, no menoscaba
ningún bien personalísimo como la libertad, no arranca al sujeto de su entorno familiar y
social, ni le priva de su trabajo. Frente a la prisión se presenta como una pena más humana
y menos desocializante. Por otro lado, en lugar de suponer un costo económico para la
colectividad, le proporciona ingresos con los que cabría atender mejor a las víctimas del
delito y a las necesidades de la justicia penal y de las instituciones penitenciarias”.
______
I) 0 1 6 9 Características: JESCHECK, H. y WEIGEND, T. (2002). Tratado de Dere
cho Penal. Parte general. Traducción de la 5a edición por M. Olmedo y Cardenete. Gra
nada: Comares. §73 1/4, pp. 828-829. “De la investigación criminológica no se derivan
datos realmente importantes acerca del efecto preventivo-general y especial de la pena
de multa en comparación con la de prisión. Ciertamente, puede comprobarse que el autor
que es sancionado con una pena de multa es claramente menos reincidente que aquel
otro al que se le impone una pena de prisión o que, incluso, debe cumplir con esta; sin
embargo, es muy difícil indagar en qué medida este resultado no está condicionado por
el hecho de que principalmente la pena de prisión es impuesta a aquellos delincuentes en
los que, desde un principio, existe un peligro alto de delincuencia. Los resultados obteni
dos hasta el momento hablan con probabilidad a favor de una hipótesis de intercambiabi-
lidad según la cual —desde un punto de vista estadístico, esto es, que no sucede necesaria
mente en el caso concreto- para la probabilidad de reincidencia es indiferente si al sujeto
se le impone una pena de prisión o de multa”.
.lili JURISPRUDENCIA
Sumario: CORTE SUPREMA: Formalidades de la pena de multa / Formalidad que debe tener
en cuenta el juzgador al imponer la pena de multa. CORTES SUPERIORES: Ele
mentos que se toman en consideración para fijar los días-multa. JURISPRUDENCIA
EXTRANJERA: Naturaleza de la pena de multa
- 319
A rt. 41 L ibro primero / Parte general
CORTE SUPREMA
J 0434 F orm alidades de la p e n a de m u lta: “Que de otro lado, el artículo cuarenta y
cuatro del Código Penal establece que la pena de multa deberá ser pagado dentro de
los diez días de pronunciada la sentencia y el artículo cincuenta y tres del acotado esta
blece la conversión en caso de incumplimiento, presupuestos que se han omitido en la
sentencia, por lo que es de integrar este extremo en atención a lo dispuesto por el cuarto
parágrafo del artículo doscientos noventa y ocho del Código de Procedimientos Penales,
modificado por Decreto Legislativo ciento veintiséis” (R. N. N° 150-2004-Ayacucho, del
02/06/2004, f. j. 5, Sala Penal Permanente).
CORTES SUPERIORES
J 0436 E lem en tos qu e se tom an en con sideración p a ra jija r los días-m ulta: “El sis
tema de día de multa persigue permitir una mejor individualización de la pena de multa,
tomando en cuenta tanto el delito y la culpabilidad del autor, así como la situación eco
nómica de este que, asimismo, cada delito establece el marco penal en que va a poder
ser impuesta (límites máximo y mínimo), en este orden de ideas, se debe señalar que la
concreción del número de días multa se debe hacer tomando en consideración el desva
lor de la acción, desvalor del resultado y la culpabilidad del autor, motivándose dicha
concreción en la sentencia, siendo que posteriormente se fije el importe de cada cuota
tomando en consideración las circunstancias económicas del reo” (Ejecutoria Superior
del 06/08/1998, Exp. N° 263-98-Lima. En: ROJAS VARGAS, F. (2003). Código Penal.
Idemsa, Lima, p. 107).
JURISPRUDENCIA EXTRANJERA
J 0437 N atu raleza de la p e n a de m u lta: “La pena de multa es el pago en dinero al
Estado, en concepto de retribución al delito cometido. No es una pena reformadora, sino
intimidatoria, porque consiste en la privación de una parte del patrimonio del condenado”
(Cámara Federal de San Martín, Sala 2 a del 31/12/1992. En: ZAFFARONI, E. y BA1-
GÚN, D. (2002). Código Penal. Hammurabi, Buenos Aires, p. 286).
---------------- § -----------------
320
Clases de pena A rt. 42
DOCTRINA
321
A rt. 42 L ibro primero / Parte general
no se debe dejar influenciar por el patrimonio del condenado, pues en esta fase inicial solo
se podrá tomar en consideración el grado de responsabilidad, la gravedad de la conducta
y otras circunstancias”.
?Jib JURISPRUDENCIA
E JE C U T O R IA SU PREM A VINCULANTE
CO RTE SUPREM A
322 -
C lases de pena A rt. 43
CORTES SUPERIORES
J 0440 L ím ites m ín im os y m áxim os d el día-m ulta: “El importe dinerario de la cuota
diaria de la multa debe establecerse en atención a un porcentaje del ingreso económico
del condenado, si este posee como única renta lo que recibe de su trabajo dependiente.
Cabe integrar el porcentaje mencionado, con arreglos a los topes que establece el artículo
43 del Código Penal, si en la sentencia recurrida se omitió consignarlo” (Exp. N ° 5154-
97-Lima. E n : CARO CORIA, D. (2002). Código Penal. Gaceta Jurídica, Lima, p . 194).
-----------------§ ------------------
ARTÍCULO 43 Lím ite mínimo y m áxim o del im porte del día-m ulta
El importe del día-multa no podrá ser menor del veinticinco por ciento ni mayor del
cincuenta por ciento del ingreso diario del condenado cuando viva exclusivamente
de su trabajo.
N ormas concordantes
CP: arts. 28, 41, 42, 44, 56; C P P 2 0 0 4 : arts. 402 inc. 1, 478 inc. 3, 547, 549, 5 6 6 inc. 4; C
d e P P : art. 292, 327.
DOCTRINA
Sumario: Montos mínimos y máximos del importe del día-multa / Forma de determinación del
día-multa.
I) II1“4 Montos mínimos y máximos del importe del día-multa: VILLA STEIN, J.
(2014). D erecho Penal. P arte general. Lima: Ara, p. 563. “El límite al importe a pagar
por el condenado en concepto de multa no será menor del veinticinco por ciento ni mayor
del cincuenta por ciento del ingreso diario, cuando viva exclusivamente de su trabajo”.
• 323
A rt. 44 L ibro primero / Parte general
disposición tiene cierta similitud con el artículo 45 tercer párrafo del Código Penal Tipo
(si el condenado viviere exclusivamente del producto de su trabajo, el día-multa no podrá
ser inferior a la mitad de su entrada diaria ni exceder el tanto de ella)”.
Mi JURISPRUDENCIA
Sumario: CORTE SUPREMA: Porcentaje del ingreso diario impuesto como pena de multa / Lí
mites mínimos y máximos especiales del importe del día-multa.
CORTE SUPREMA
J 0441 Porcentaje del ingreso diario impuesto como pena de multa: “A tenor de lo
estipulado en los artículos 62 y 63 del Código Penal, y conforme postula un sector de
la doctrina penalista, en el caso de que se interponga reserva de fallo condenatorio, en
la parte de pena privativa de libertad y 30 días multa, cuyo importe sería 35% de ingre
sos diarios del imputado a favor del tesoro público” (R. N. N ° 742-2004-Ayacucho, del
2 8 /06/2004, Sala P ena l Perm anente).
J 0442 Límites mínimos y máximos especiales del importe del día-multa: “El importe
del día-multa no puede ser menor que el veinticinco por ciento ni mayor del cincuenta por
ciento del ingreso diario del condenado, cuando viva exclusivamente de su trabajo [...]”
(Ejecutoria Suprem a del 2 5 /07/1997, Exp. N ° 3770-96-Lim a).
---------------- § -----------------
324 ■
Clases de pena A rt. 4 4
JURISPRUDENCIA
Sumario: CORTE SUPREMA: Aspectos que debe precisar el juez al imponer la pena de multa /
Plazo de pago de la pena de multa.
CORTE SUPREMA
J 0443 Aspectos que debe precisar el juez al imponer la pena de multa: “[...] Al
imponerse la pena de multa, el juzgador no solo debe precisar los días multa y el plazo
perentorio para el pago, sino también el porcentaje y apercibimiento de conversión en
caso de incumplimiento, tal como lo disponen las normas penales previstas en los ar
tículos cuarenta y tres y cincuenta y seis del acotado Código Penal; presupuestos que han
sido omitidos por el colegiado en la sentencia recurrida, siendo susceptibles de integra
ción de conformidad con el penúltimo parágrafo del artículo doscientos noventa y ocho del
Código de Procedimientos Penales, modificado por el Decreto Legislativo número ciento
veintiséis” (R. N. N ° 5 38-2003-H uánuco, del 0 2 /07/2003, f . j. 3, Sala P enal Perm anente).
---------------- § -----------------
• 325
C A P ÍT U L O II
A P L IC A C IÓ N D E L A PE N A
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 4 5 .- E l juez, al momento d e fun d a m en ta r y determinar la p en a , d eberá tener
en cuenta:
1. Las carencias sociales que hubiere sufindo e l agente;
2. Su cultura y sus costum bres; y
3. Los intereses d e la víctima, de su fa m ilia o d e las personas q u e de ella dependen.
(19) A rtículo vigente conform e a la m odificación realizad a po r la prim era disposición com plem entaria
m odificatoria de la L ey N° 30364 del 23/11/2015.
326
A plicación de la pena A rt. 4 5
DOCTRINA
.lili JURISPRUDENCIA
• 327
A rt. 45 L ibro primero / Parte general
ACUERDO PLEN A R IO
CO RTE SU PREM A
J 0446 C riterios p a ra determ inar qu e una p e n a p riv a tiv a de libertad sea efectiva o
suspendida: “[...] en el caso de autos, el legislador ha previsto una pena abstracta de
entre cinco a ocho años [...] parámetro legislativo sobre el cual la Sala Penal sentencia
dora impuso [...] cuatro años de pena privativa de libertad efectiva, pena que se encuen
tra por debajo de los parámetros legales establecidos, para lo cual se tuvo en cuenta, con
forme se aprecia [...] de la sentencia impugnada, la reducción de la pena por aplicación
del Acuerdo Plenario cero cinco - dos mil ocho / CJ - ciento dieciséis [...] la ausencia de
antecedentes penales, las condiciones personales de la encausada, su calidad de agente
primaria [...] conforme a los argumentos expuesto por el imputado [...] no es materia de
cuestionamiento el quantum de la pena impuesta, sino su carácter efectivo. Al respecto
debemos precisar lo siguiente: a) es importante tener presente que si bien el merecimiento
de la pena a una conducta delictiva es una condición necesaria para imponer una pena a
un caso concreto; sin embargo, es insuficiente pues resulta necesario además que la pena
sea útil y reporte a la sociedad y al condenado un beneficio respecto a la conservación
de los bienes jurídicos y la estabilidad normativa; b) en ese sentido, es importante veri
ficar si en el caso de autos es necesario recurrir a la pena privativa de libertad efectiva
para proteger y asegurar el bien jurídico: correcto funcionamiento de la administración
pública y si la pena efectiva va a lograr los fines de prevención especial con la senten
ciada, esto es, rehabilitarla y reinsertarla en la sociedad, más de lo que podría lugar una
pena suspendida; c) respecto a lo primero, es importante tener en cuenta que en el pre
sente caso, además de la pena privativa de la libertad impuesta a la impugnante, también
se le ha sancionado con la pena de inhabilitación en virtud del cual se le priva del ejerci
cio del cargo que venía ejerciendo, por tanto consideramos que con una pena suspendida
por el período de tres años sumada a la inhabilitación es suficiente para lograr que otros
ciudadanos se desistan a cometer la conducta desarrollada por el sentenciado, lográndose
una menor incidencia de dichas conductas y por consiguiente una menor lesión del bien
jurídico tutelado; d) respecto a la rehabilitación de la sentenciada, es importante tener en
cuenta su grado de instrucción superior, su condición de primaria y la existencia de cri
minales de mayor peligrosidad en las cárceles del Perú, para asumir que una pena priva
tiva de libertad efectiva en su caso, no ayudaría para su rehabilitación y reinserción a la
328
Aplicación de la pena A rt. 45
— 329
A rt. 45-A L ibro primero / Parte general
J 0450 E valu ación de las carencias so cia les y p e rso n a les d e l encausado en la deter
m inación ju d ic ia l de la p e n a : “Que, en el ámbito de la determinación judicial de la pena,
las carencias sociales y condiciones personales del encausado se evalúan con relación
al injusto cualificado cometido y su reprochabilidad por el hecho; que, en tal sentido, se
aprecia que ninguna de las circunstancias concurrentes tienen aptitud para reducir la pena
conminada por debajo del mínimo legal; que, sin embargo, se advierte que no es legítimo
incrementar la pena impuesta (17 años de pena privativa de libertad) en virtud al prin
cipio del non reformado in peius, pues el recurso proviene solo del encausado” (R. N.
N ° 1891-2008-Madre de Dios, del 01/09/2008, f. j. 7, Sala Penal Permanente).
J 0451 E n e l tráfico ilícito de drogas debe p re c isa rse de q u é m odo las carencias socia
les y cu ltu rales influyeron en la com isión d e l delito: “Que no basta invocar la concurren
cia de carencias sociales o culturales, sino que -en un delito como el tráfico ilícito de dro
gas- el recurrente debe precisar de qué modo estas influyeron en la comisión del hecho
punible en el caso concreto; que la apremiante necesidad económica no solo no está acre
ditada en autos, sino que tal circunstancia no genera efectos atenuantes si se la pondera
con la alta gravedad y nocivas repercusiones del delito incriminado” (R. N. N ° 3326-
2007-Madre de Dios, del 29/01/2007, f. j. 7, Sala Penal Permanente).
Individualización de la pena(20)
Toda condena contiene fundamentación explícita y suficiente sobre los motivos de la
determinación cualitativa y cuantitativa de la pena.
Para determinar la pena dentro de los límites fijados por ley, el juez atiende la res
ponsabilidad y gravedad del hecho punible cometido, en cuanto no sean específica
mente constitutivas del delito o modificatorias de la responsabilidad.
El juez determina la pena aplicable desarrollando las siguientes etapas:
1. Identifica el espacio punitivo de determinación a partir de la pena prevista en la
ley para el delito y la divide en tres partes.
2. Determina la pena concreta aplicable al condenado evaluando la concurrencia
de circunstancias agravantes o atenuantes observando las siguientes reglas:
a) Cuando no existan atenuantes ni agravantes o concurran únicamente cir
cunstancias atenuantes, la pena concreta se determina dentro del tercio
inferior.
b) Cuando concurran circunstancias de agravación y de atenuación, la pena
concreta se determina dentro del tercio intermedio.
(20) A rtículo vigente conform e a la incorporación realizada por el artículo 2 de la L ey N° 30076 del
19/08/2013.
330
Aplicación de la pena Art. 45-A
DOCTRINA
Sumario: Naturaleza.
_1)0179
_ _ _ _ Naturaleza: SILVA SANCHEZ, J. (2007). “La teoría de la determinación de
la pena como sistema (dogmático): Un primer esbozo”. En: Revista Peruana de Ciencias
Penales. Tomo 19. Lima: Idemsa, p. 468. “Se supone, que la determinación de la medida
de pena correspondiente a un hecho concreto, habría de tener lugar recurriendo directa
mente a consideraciones de retribución, prevención general o prevención especial rela
cionadas con el referido hecho. A lo sumo, se admite que la valoración retrospectiva de
los elementos del concreto hecho cometido se considere como un elemento más junto a
aquellos otros.
De este modo, la argumentación de amplios sectores doctrinales suele moverse, en el
mejor de los casos, en un terreno impuro o mixto, que mezcla lo retrospectivo con lo pros
pectivo. La determinación de la pena, se explica como un ámbito en el que no inciden solo
argumentos relativos al hecho delictivo realizado, vinculados a las reglas dogmáticas de
imputación, sino también (y sobre todo) una argumentación asentada directamente en la
teoría de los fines de la pena (esto es, en principios político-criminales generales). Según
esto, la individualización de la pena, se conformaría como una materia-puente. En ella,
se combinaría la concreción del contenido delictivo del hecho (que no se sabe a ciencia
cierta cómo abordar) con la entrada enjuego de consideraciones político-criminales gene
rales sobre el hecho realizado o a la persona del autor. Estas últimas, basadas en buena
medida en pronósticos u otros juicios empíricos, carecían de un sistema de reglas que
posibilitara una traducción siquiera aproximada en conclusiones cuantitativas”.
331
A rt. 45-A L ibro primero / Parte general
A JURISPRUDENCIA
E JE C U T O R IA SU PR EM A VINCULANTE
332 —
A plicación de la pena A rt. 45-A
el artículo 45 del Código Penal y las fórmulas de derecho premia, como confesión, ter
minación anticipada del proceso, conformidad del acusado con la acusación y colabo
ración eficaz. Este listado no es taxativo, por lo que el juez puede fundarse en otras cir
cunstancias que modifique la pena, siempre que los justifique la resolución” (Casación
N° 626-2013-Moquegua, del 30/06/2015,/. j. 31, Sala Penal Permanente).
CO RTE SUPREM A
J 0454 C riterios p a ra individualizar la pena: “Que las exigencias que plantea la deter
minación de la pena no se agotan en el principio de culpabilidad, ya que no solo es preciso
que se pueda culpar al autor del hecho que es objeto de represión penal, sino que además
esta debe establecerse en estricta observancia de los principios de proporcionalidad y fin
de la ley penal previstos en los artículos octavo y noveno del Título Preliminar del Código
Penal, respectivamente; por lo que estando a la forma y circunstancias de la comisión
del evento delictivo, de conformidad a lo dispuesto por el artículo 46 del Código Penal,
corresponde rebajar prudencialmente la pena impuesta al inculpado [...]” (R. N. N° 2599-
2003-Lima, del 15/01/2004,/ j. 3, Sala Constitucional y Social Transitoria).
333
A rt. 46 L ibro primero / Parte general
(21) A rtículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 del Decreto Legislativo N° 1323
del 06/01/2017.
(22) Literal vigente conform e a la m odificación realizada po r el artículo 1 del Decreto Legislativo N° 1323 del
06/01/2017.
334
Aplicación de la pena A rt. 46
g) Hacer más nocivas las consecuencias de la conducta punible, que las necesa
rias para consumar el delito;
h) Realizar la conducta punible abusando el agente de su cargo, posición eco
nómica, formación, poder, oficio, profesión o función;
i) La pluralidad de agentes que intervienen en la ejecución del delito;
j) Ejecutar la conducta punible valiéndose de un inimputable;
k) Cuando la conducta punible es dirigida o cometida total o parcialmente
desde el interior de un lugar de reclusión por quien está privado de su liber
tad o se encuentra fuera del territorio nacional;
l) Cuando se produce un daño grave al equilibrio de los ecosistemas naturales;
m) Cuando para la realización de la conducta punible se han utilizado armas,
explosivos o venenos, u otros instrumentos o procedimientos de similar efi
cacia destructiva.
n) Si la víctima es un niño o niña, adolescente, mujer en situación de espe
cial vulnerabilidad, adulto mayor conforme al ordenamiento vigente en la
materia o tuviere deficiencias físicas, sensoriales, mentales o intelectuales
de carácter permanente o si padeciera de enfermedad en estado terminal,
o persona perteneciente a un pueblo indígena en situación de aislamiento y
contacto inicial.
TEXTO ORIGINAL:
A rtículo 4 6 .- Para determinar la pena dentro de los límites fijados por la ley, el Juez
atenderá la responsabilidad y gravedad del hecho punible cometido, en cuanto no
sean específicamente constitutivas del hecho punible o modificatorias de la respon
sabilidad, considerando especialmente:
1. La naturaleza de la acción;
2. Los medios empleados;
3. La importancia de los deberes infringidos;
4. La extensión del daño o peligro causados;
5. Las circunstancias de tiempo, lugar, modo y ocasión;
6. Los móviles y fines;
7. La unidad o pluralidad de los agentes;
8. La edad, educación, situación económica y medio social;
9. La reparación espontánea que hubiere hecho del daño;
10. La confesión sincera antes de haber sido descubierto;
11. Las condiciones personales y circunstancias que lleven al conocimiento del
agente.
El juez debe tomar conocimiento directo del agente y, en cuanto sea posible o útil,
de la víctima.
335
A rt. 46 L ibro primero / Parte general
A rtícu lo 4 6 .- Para determinar la pena dentro de los límites jijados por la ley, el Juez
atenderá la responsabilidad y gravedad del hecho punible cometido, en cuanto no
sean específicamente constitutivas del hecho punible o modificatorias de la respon
sabilidad, considerando especialmente:
(...)
12. L a h a b itu a lid a d d e l agente a l delito.
13. L a reincidencia.
Segunda modificación: artículo 1 de la Ley N° 30076 del 19/08/2013.
A rtícu lo 46.-
1. Constituyen circunstancias de atenuación, siempre que no estén previstas espe
cíficamente para sancionar el delito y no sean elementos constitutivos del hecho
punible, las siguientes:
a) La carencia de antecedentes penales;
b) E l obrar por móviles nobles o altruistas;
c) El obrar en estado de emoción o de temor excusables;
d) La influencia de apremiantes circunstancias personales o familiares en la
ejecución de la conducta punible;
e) Procurar voluntariamente, después de consumado el delito, la disminución
de sus consecuencias;
f) Reparar voluntariamente el daño ocasionado o las consecuencias deriva
das del peligro generado;
g) Presentarse voluntariamente a las autoridades después de haber cometido
la conducta punible, para admitir su responsabilidad;
h) La edad del imputado en tanto que ella hubiere influido en la conducta
punible.
2. Constituyen circunstancias agravantes, siempre que no estén previstas especí
ficamente para sancionar el delito y no sean elementos constitutivos del hecho
punible, las siguientes:
a) Ejecutar la conducta punible sobre bienes o recursos destinados a activi
dades de utilidad común o a la satisfacción de necesidades básicas de una
colectividad;
b) Ejecutar la conducta punible sobre bienes o recursos públicos;
c) Ejecutar la conducta punible por motivo abyecto, fú til o mediante precio,
recompensa o promesa remuneratoria;
d) Ejecutar el delito bajo móviles de intolerancia o discriminación de cual
quier índole;
e) Emplear en la ejecución de la conducta punible medios de cuyo uso pueda
resultar peligro común;
f) Ejecutar la conducta punible mediante ocultamiento, con abuso de la con
dición de superioridad sobre la víctima o aprovechando circunstancias de
tiempo, modo o lugar, que dificulten la defensa del ofendido o la identifica
ción del autor o partícipe;
336
A plicación de la pena A rt. 46
g) Hacer más nocivas ¡as consecuencias de la conducta punible, que las nece
sarias para consumar el delito;
h) Realizar la conducta punible abusando el agente de su cargo, posición eco
nómica, formación, poder, oficio, profesión o función;
i) La pluralidad de agentes que intervienen en la ejecución del delito;
j) Ejecutar la conducta punible valiéndose de un inimputable;
k) Cuando la conducta punible es dirigida o cometida total o parcialmente
desde el interior de un lugar de reclusión por quien está privado de su liber
tad o se encuentra fuera del territorio nacional;
l) Cuando se produce un daño grave al equilibrio de los ecosistemas naturales;
m) Cuando para la realización de la conducta punible se han utilizado armas,
explosivos o venenos, u otros instrumentos o procedimientos de similar efi
cacia destructiva.
Tercera modificación: artículo único delDecreto Legislativo N° 1237 del 26/09/2015.
A rtícu lo 46.-
1. Constituyen circunstancias de atenuación, siempre que no estén previstas espe
cíficamente para sancionar el delito y no sean elementos constitutivos del hecho
punible, las siguientes:
a) La carencia de antecedentes penales;
b) E l obrar por móviles nobles o altruistas;
c) El obrar en estado de emoción o de temor excusables;
d) La influencia de apremiantes circunstancias personales o familiares en la
ejecución de la conducta punible;
e) Procurar voluntariamente, después de consumado el delito, la disminución
de sus consecuencias;
f) Reparar voluntariamente el daño ocasionado o las consecuencias deriva
das del peligro generado;
g) Presentarse voluntariamente a las autoridades después de haber cometido
la conducta punible, para admitir su responsabilidad;
h) La edad del imputado en tanto que ella hubiere influido en la conducta
punible.
2. Constituyen circunstancias agravantes, siempre que no estén previstas especí
ficamente para sancionar el delito y no sean elementos constitutivos del hecho
punible, las siguientes:
a) Ejecutar la conducta punible sobre bienes o recursos destinados a activi
dades de utilidad común o a la satisfacción de necesidades básicas de una
colectividad;
b) Ejecutar la conducta punible sobre bienes o recursos públicos;
c) Ejecutar la conducta punible por motivo abyecto, fú til o mediante precio,
recompensa o promesa remuneratoria;
d) Ejecutar el delito bajo móviles de intolerancia o discriminación de cual
quier índole;
337
A rt. 46 L ibro primero / Parte general
DOCTRINA
Sumario: Elementos y factores que deben ser observados obligatoriamente por el juez al momento
de determinar la pena.
338
Aplicación de la pena A rt. 46
_1)_ (MSI
_ _ _ Elementos y factores que deben ser observados obligatoriamente por el
juez al momento de determinar la pena: MAURACH, R. (1994). Derecho Penal.
Parte general. Edición actualizada por Heinz Zipf. Traducción de la 7a edición alemana
por Jorge Bofill Genzsch y Enrique Aimone Gibson. Tomo. II. Buenos Aires: Astrea,
p. 694. “Mientras el marco punitivo contiene la valoración abstracta de la materia de ilí
cito por el legislador, el marco de la culpabilidad representa la concreta valoración que
el juez hace de la culpabilidad por el hecho respecto del acusado de la conducta materia
de la acusación. De esta manera, la culpabilidad representa la porción del régimen legal
de la pena que equivale al contenido del ilícito y de la culpabilidad del hecho. El juez
llega al marco de la culpabilidad, mediante la clasificación del hecho concreto dentro del
esquema de valoración preestablecido por el régimen legal. El alcance de la culpabilidad
se adecúa dentro de un límite máximo y otro mínimo; dentro de estas fronteras están las
magnitudes punitivas que el juez debe seleccionar según puntos de vista preventivos”.
_I)_ ■
_)1_S3_ Elementos y factores que deben ser observados obligatoriamente por el
juez al momento de determinar la pena: MAURACH, R. (1994). Derecho Penal.
Parte general. Edición actualizada por Heinz Zipf. Traducción de la 7a edición alemana
por Jorge Bofill Genzsch y Enrique Aimone Gibson. Tomo. II. Buenos Aires: Astrea, p.
339
A rt. 46 L ibro primero / Parte general
JURISPRUDENCIA
340
Aplicación de la pena Art . 46
341
A rt. 46 L ibro primero / Parte general
el extremo mínimo de la pena prevista para el delito cometido. Por último, frente a la
existencia simultánea de circunstancias agravantes y atenuantes, la posibilidad cuanti
tativa de la pena deberá reflejar un proceso de compensación entre factores de aumento
y disminución de la sanción, pudiendo situarse la pena concreta en el ámbito medio de
la pena básica [...]. Sin embargo, es pertinente destacar que la concurrencia simultánea
o sucesiva de varias circunstancias solo tiene efectividad en la determinación de la pena
concreta cuando todas las circunstancias concurrentes son compatibles entre sí. Esto es,
siempre que cada circunstancia concurrente se refiera a un factor o indicador diferente
[...]” (Acuerdo Plenario N ° 1-2008/CJ-116 sobre “Reincidencia, habituaüdady determi
nación de la p en a ”, del 18/07/2008, ff. jj. 6, 7, 8 y 9, IV Pleno Jurisdiccional de las Salas
Penales Permanente, Transitorias y Especial).
342
A plicación de la pena A rt. 46
343
A rt. 46 L ibro primero / Parte general
E JE C U T O R IA SUPREM A VINCULANTE
344
Aplicación de la pena A rt. 46
(art. 46 del CP)” (Casación N° 126-2012-Cajamarca, del 13/06/2013, ff.jj. 2.4., 2.5., 2.6.,
2.7., 2.8. y 2.9., Sala Penal Permanente).
CO RTE SUPREM A
J 0461 C ontenido y lím ites de la determ inación ju d ic ia l de la p en a : “Que para los efec
tos de la pena o individualización de la misma, el juez debe tener en cuenta en principio
la pena tipo, esto es, la que considera la norma penal en la parte que subsume la conducta
dentro de sus parámetros máximo y mínimo, pudiendo imponerla por debajo del mínimo
legal solo cuando concurran atenuantes generales y específicos jurídicamente válidos,
asimismo debe compulsar obligatoriamente los indicadores y circunstancias a que se con
traen los artículos 45 y 46 del Código Penal, debiendo tenerse en cuenta además el princi
pio de proporcionalidad y racionalidad de la pena descrita en el artículo octavo del Título
Preliminar de nuestro Código Penal, en ese sentido el tipo penal descrito en el artículo 108
del citado cuerpo normativo solo señala el extremo mínimo de pena conminada sin seña
lar el máximo de pena, existiendo un vacío respecto a la pena máxima, toda vez que el ar
tículo 29 del Código Penal en la actualidad se encuentra vigente al entrar en vigor el ar
tículo 4 de laLeyN 0 27569 que derogó el Decreto Legislativo N° 895, que establecía como
pena máxima de la pena privativa de libertad 35 años; que, a efectos de sustentar la pena
impuesta en el presente caso es necesario realizar una interpretación literal y teleológica del
artículo 108 del Código Penal, del cual se desprende que el asesinato es una especie
agravada del delito de homicidio por las circunstancias que encierra la muerte de la víc
tima, por ello el legislador fijó en 15 años la pena mínima; sin embargo, al no conside
rar una penalidad máxima, su intención en ningún momento ha sido que esta sea el límite
máximo, sino que deja al juzgador plena libertad para determinar dicho plazo, debiendo
tener siempre en cuenta los principios y reglas de determinación y medición, de pena; en
consecuencia, del estudio de autos se colige que estos resultan ser graves por la persona
lidad del autor y la forma y modo como fue consumada, en tal sentido la pena impuesta
de 20 años de privación de libertad se condice con la realidad y se encuentra dentro de
los alcances de la ley penal” (Ejecutoria Suprema del 10/07/2003, R. N. N ° 1249-2003-
Lima. En: PEREZ ARROYO, M. (2006). La evolución de la jurisprudencia penal en el
Perú (2001-2005). Tomo II. Instituto Peruano de Criminología y Ciencias Penales. Iuris
Consulti - San Marcos, Lima, p. 855).
J 0462 C onsideración de elem en tos n orm ativos abstractos y elem en tos m ateriales
co n creto s en la determ in ación ju d ic ia l de la p e n a : “Que, el delito de robo en casa
habitada y con el concurso de dos o más personas se reprimiría con pena privativa de
libertad no menor de 10 ni mayor de 20 años, por lo que hay que tener en cuenta dicho
marco legal, para los efectos de la determinación judicial de la pena, con lo que seña
lan los artículos 45 y 46 del Código sustantivo; que, si bien es cierto que en el presente
caso, el referido acusado tiene la condición de cómplice secundario, al haberse limi
tado a esperar a los demás agentes en el vehículo que iba a ser utilizado para la fuga
de la escena del delito, por lo que debe ser sancionado con una penalidad disminuida,
también lo es que la Sala Penal Superior no ha realizado una argumentación jurídica
coherente que justifique la pena impuesta contra el mismo; que, en efecto, la exigencia
de motivación de la sentencia, a que hace referencia el inciso quinto del artículo 139
— 345
A rt. 46 L ibro primero / Parte general
346
Aplicación de la pena Art. 46
J 0464 E lem entos n orm ativos de carácter sustantivo y elem entos m ateriales de carác
ter p erso n a l qu e se consideran en la determ inación ju d ic ia l de la p e n a (robo agravado):
“Para la determinación de la pena conforme al artículo 46 del Código Penal se tiene pre
sente la naturaleza dolosa y consumada, la pluriofensividad del delito de robo agravado
en que se lesionan bienes jurídicos como la libertad, la integridad y patrimonio, en cuya
vulneración se debe tener en cuenta la gravedad del hecho y no simplemente el precio de
la cosa apoderada ilegítimamente; la circunstancia de tiempo durante la noche, cuando
la posibilidad de auxilio casi no existe, con pluralidad de agentes, anulando así cualquier
capacidad de resistencia de la víctima; el agente si bien es de responsabilidad restringida,
gozaba a plenitud de sus facultades mentales teniendo estudios de educación secundaria
incompleta y a la vez careciendo de antecedentes penales; que todos estos hechos indi
cadores constituyen los antecedentes del injusto y culpabilidad para establecer la pena a
imponer al agente dentro del principio de proporcionalidad; siendo del caso modificar la
misma; declararon haber nulidad en la sentencia recurrida, en cuanto impone 4 años de
pena privativa de libertad, reformándola en este extremo impusieron 9 años de pena pri
vativa de libertad” (Ejecutoria Suprema del 22/09/2000, R. N. N° 350-2000-Lima. En:
URQUIZO OLAECHEA, J. (Asesor); CASTILLO ALVA, J. L. (Director) y SALAZAR
SANCHEZ, N. (Coordinador) (2005). Jurisprudencia penal. Jurista, Lima, p. 270).
J 0465 E lem entos n orm ativos de carácter sustantivo y elem entos m ateriales de carác
te r p e rso n a l qu e se tom an en cuenta en la determ inación ju d ic ia l de la p e n a (robo agra
vado): “Que para los efectos de la medición, de pena se tiene en cuenta la pluralidad de
delitos a mano armada, la pluralidad de agentes que participaron en su ejecución, la actua
ción concertada de todos los ejecutores, el amplio despliegue de recursos logísticos para
su ejecución y terminación, el monto de lo afectado y los bienes vulnerados con la comi
sión de los delitos, así como las cualidades personales de los agentes, los mismos que
registran amplios prontuarios; que es de puntualizar que se ha impuesto a los acusados
25 años de pena privativa de libertad, aun cuando en virtud del tipo penal invocado, esta
debió ser cadena perpetua, empero como el recurso solo proviene de los propios impu
tados no corresponde modificarlo en su perjuicio; que es de acotar que como los hechos
cometidos denotan la configuración de un plan de ejecución y roles precisos en su con
creción, lo sucedido en su perpetración, respecto, de la conducta de uno de los coautores
y, en su caso, cómplices, le es imputable a todos; que por lo demás, respecto de la muerte
del agraviado, no existe evidencia alguna que permita sostener que quienes dispararon lo
hicieron fuera del plan común; que, por otro lado no resulta de aplicación el artículo 136
del Código de Procedimientos Penales, en tanto no se admitieron todos los hechos y no
se detalló todas las circunstancias de planificación, ejecución y disposición de los bienes
robados” (Ejecutoria Suprema del 12/08/2005, R. N. N° 1932-2005-Lima. En: SAN MAR
TIN CASTRO, C. (2006). Jurisprudencia y precedente penal vinculante. Selección de eje
cutorias de la Corte Suprema. Palestra, Lima, p. 299).
J 0466 E lem entos n orm ativos de carácter sustantivo y elem entos m ateriales de carác
ter p e rso n a l que se tom an en cuenta en la determ inación ju d ic ia l d e la p e n a : “Para
los efectos de la imposición de la pena debe tenerse en cuenta la naturaleza de la acción,
los medios empleados, la extensión del daño causado, la pluralidad de agentes, sus
347
A rt. 46 L ibro primero /Parte general
condiciones personales, así como la forma y circunstancias de la comisión del evento cri
minoso; asimismo, se tiene que tener en cuenta las circunstancias atenuantes de orden
sustantivo, relativas al estado de ebriedad, y las de orden procesal dado que el citado acu
sado se sincera y acepta relativamente su participación en el evento delictivo; declararon
haber nulidad en la sentencia recurrida, en el extremo que impone 12 años de pena pri
vativa de libertad, reformándola impusieron 10 años de pena privativa de libertad” (Eje
cutoria Suprema del 26/03/2001, R. N. N ° 375-2001-Lima. En: URQUIZO OLAECHEA,
J. (Asesorj; CASTILLO ALVA, J. L. (Director) y SALAZAR SÁNCHEZ, N. (Coordinador)
(2005). Jurisprudencia penal. Jurista, Lima, p. 278).
J 0467 E lem en tos norm ativos de carácter sustantivo y elem en tos m ateriales de carác
ter p e rso n a l qu e se tom an en cuenta en la determ inación ju d ic ia l de la p e n a : “Que, las
exigencias que plantea la determinación de la pena no se agotan en el principio de culpa
bilidad, ya que no solo es preciso que se pueda culpar al autor del hecho que es objeto de
represión penal, sino que además, la gravedad de esta debe ser proporcional a la del delito
cometido; que por lo tanto para los efectos de la graduación de la pena se debe tener en
cuenta la forma y circunstancias con que la encausada perpetró el ilícito que se le atri
buye, conforme a lo dispuesto por el artículo 46 del Código Penal; declararon haber nuli
dad en la sentencia recurrida, en el extremo que impone 4 años de pena privativa de liber
tad, reformándola impusieron 1 año de pena privativa de libertad” (Ejecutoria Suprema
del 05/04/2001, R. N. N° 68-2001-Lima. En: URQUIZO OLAECHEA, J. (Asesor); CAS
TILLO ALVA, J. L. (Director) y SALAZAR SÁNCHEZ, N. (Coordinador) (2005). Juris
prudencia penal. Jurista, Lima, p. 287).
348
A plicación de la pena A rt. 46
349
A rt. 46 L ibro primero /Parte general
penales, mas no aplicó de modo adecuado las circunstancias descritas en los artículo cua
renta y cinco y cuarenta y seis del Código Penal; entre ellas, el grado de instrucción, situa
ción cultural, social y económica, entre otras circunstancias personales de la encausada,
así también considerando la pena impuesta a sus coencausados por los mismos hechos
imputados -entre siete y nueve años de pena privativa de libertad por sentencia de conclu
sión anticipada (R. N. N° 2971-2013-Lima,f. j. 9, Sala Penal Transitoria).
J 0476 In dividu alización de la p e n a con p resen cia solo de agravantes: “Que en ese
sentido, [...] corresponde determinar el quantum de la pena, para ello se debe tener en
350
Aplicación de la pena A rt. 46
cuenta el marco punitivo del delito de robo agravado [...] en aplicación de los artículos 45
y 46 del Código Penal y con sujeción a los principios de proporcionalidad y racionalidad,
no solo se deber tener en cuenta la gravedad del hecho punible, la forma y modo de su
comisión, el bien jurídico afectado, sino también los antecedentes penales, desprendién
dose de autos que [...] registra un amplio prontuario judicial que evidencia que se trata
de un agente proclive al delito; atendiendo además a que, en el caso concreto, se le atri
buye también el delito de tenencia ilegal de armas de fuego, por lo que resulta de aplica
ción lo dispuesto por el artículo cincuenta del Código Penal, [...] que establece la suma-
toria de las penas; por todo ello, se concluye que la pena impuesta al citado encausado
se encuentra arreglada a ley” (R. N. N ° 2456-2009-Cañete, del 09/03/2010, f. j. 6, Sala
P en a l Transitoria).
— 351
A rt . 46 L ibro primero / Parte general
habría correspondido efectuar de modo independiente para cada uno de los dos hechos
atribuidos, resulta por demás evidente que solo la sumatoria de las penas mínimas de cada
uno de los delitos que en concurso sobrepasan la pena de dieciocho años de privación de
la libertad solicitada por el fiscal en su acusación, sin embargo, dado a que los hechos han
quedado conformados, la Sala tiene como único límite no imponer una pena superior a la
pedida por el Fiscal; tal como lo establece el Acuerdo Plenario N° 5-2008/CJ-116. F. J.
5. En atención a lo expuesto, nuestro ordenamiento jurídico penal para determinar e indi
vidualizar la pena exige que se tomen en cuenta los diversos criterios que establecen los
artículos cuarenta y cinco y cuarenta y seis del Código Penal; de tal forma que en el pri
mero se prevén las carencias sociales que hubiera sufrido el agente, su cultura y costum
bres; así como los intereses de la víctima, su familia o las personas que de ella dependen;
mientras que en el segundo se contemplan los factores para la medición, o graduación de
la pena, a los que se recurre en atención a la responsabilidad y gravedad del delito come
tido, en cuanto no sean específicamente constitutivas del hecho punible o modificatorias
de su culpabilidad. En ese sentido, se advierte que al momento de fundamentar el quan
tum de la pena impuesta [...] la Sala Penal Superior consideró como factores atenuan
tes las circunstancias previstas en la ley para la determinación e individualización de
la pena del encausado, valoró la carencia de antecedentes. Asimismo, el Superior Cole
giado aplicó los efectos benéficos que su acogimiento a la conclusión anticipada contrae
-reducción máxima de un sétimo de la pena concreta, conforme establece el Acuerdo
Plenario N° 5-2008/CJ-116-, así como las funciones de la pena privativa, protectora y
resocializadora, así como los principios de proporcionalidad y racionalidad. F. J. 6. Sin
Embargo, cabe precisar que a ello se contraponen las circunstancias especiales de agra
vación no contempladas por el Colegiado Superior, referidas a que el hecho se cometió a
mano armada, pluralidad de agentes, sobre vehículo automotor y en agravio de menor de
edad, que la pena impuesta por el Superior Colegiado es inferior a la que le correspondía
por el hecho incriminado, por lo que es del caso que sobre la base de la pena solicitada por
el fiscal superior en su acusación la pena impuesta sea incrementada. F. J. 7. Así mismo,
se aprecia que el Colegiado erróneamente consideró como elemento de atenuación la con
fesión sincera del procesado, sin embargo debe precisarse que la ratio de esta institución
procesal, prevista en el artículo 136 del Código de Procedimientos Penales, es la facili
tación del esclarecimiento de los hechos delictivos y, por tanto, debe ser relevante para
efectos de la investigación del delito, debiendo evidenciar, además, una voluntad de cola
boración a los fines del ordenamiento jurídico que contrarreste la anterior voluntad anti
jurídica mostrada por el imputado al cometer el acto delictivo, relevancia que no se pre
senta en el caso del procesado E. C. M., en tanto que de sus declaraciones no se advierte
admisión de cargos. Así, aprecia que a nivel preliminar declaró ante la autoridad policial,
en presencia del Ministerio Público, no conocer a la menor agraviada, por lo que él no es
el autor de la violación, para luego, en su declaración instructiva de fojas ciento cinco,
señalar que la menor agraviada era su enamorada, con quien mantuvo relaciones consen
tidas, hechos que ocurrieron sin la presencia de una tercera persona; en consecuencia, su
admisión efectuada en el plenario no permite que sea favorecido con la reducción de ls
pena establecida para la confesión sincera, sino únicamente en función a lo previsto en el
artículo 5 de la Ley N° 28102 (Ley de la Conclusión del Proceso), por lo que teniendo er
cuanta la carencia de antecedentes penales y su acogimiento a la conclusión del proceso.
352 -
A plicación de la pena A rt. 46-A
así como la gravedad de los hechos, corresponde incrementar la pena” (R. N. N° 1577-
2014-Lima, del 01/06/2015, ff. jj. 4, 5, 6 y 7, Sala Penal Transitoria).
----------------- § -------------------
(23) Artículo vigente conform e a la modificación realizada po r el artículo único de la L ey N° 30875 del
29/11/2018.
353
A rt. 46-A L ibro primero / Parte general
TEXTO ORIGINAL:
Artículo 46-A<24>.- Constituye circunstancia agi'avante de la responsabilidad penal
si el sujeto activo se aprovecha de su condición de miembro de las Fuerzas Arma
das, Policía Nacional, autoridad, funcionario o servidor público, para cometer un
hecho punible o utiliza para ello armas proporcionadas por el Estado o cuyo uso le
sea autorizado por su condición de funcionario público.
En estos casos el Juez podrá aumentar la pena hasta en un tercio por encima del
máximo legal fijado para el delito cometido, no pudiendo esta exceder del máximo
de pena privativa de libertad temporal establecida en el Artículo 29 de este Código.
No será aplicable lo dispuesto en el presente artículo cuando la circunstancia agra
vante esté prevista al sancionar el tipo penal o cuando esta sea elemento constitu
tivo del hecho punible.
354
Aplicación de la pena A rt. 46-A
JURISPRUDENCIA
355
A rt. 46-A L ibro primero / Parte general
activo dispuesto en el artículo 46-A del Código Penal / Valoración del artículo 46-A en
la determinación judicial de la pena / Agravante específica y principio de igualdad ante
la ley / Agravante genérica relacionada con la calidad de sujeto activo / Circunstancia
agravante compatible con la condición de funcionario público del sujeto activo.
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0480 Agravante especialpor la condición del sujeto: “Finalmente, el cuestionamiento
del recurrente referido a la condena realizada al margen de lo estipulado por el artículo
46-A del Código Penal, que establece la agravante especial, en caso el sujeto activo se
aprovecha de su condición de miembro de las Fuerzas Armadas, Policía Nacional o Fun
cionario Público, pero que no será aplicable cuando la circunstancia agravante esté pre
vista al sancionar el tipo penal o cuando esta sea un elemento constitutivo del hecho puni
ble, debe desestimarse porque fue sentenciado por el tipo básico de los delitos citados,
que no incluyen agravante” (STCExp. N° 4799-2007-PH C/TC-Lim a, caso: M anuel Jesús
A ybar Marca, d el 09/01/2008, f. j. 26).
ACUERDO PLENARIO
J 0481 Nociones generales y prescripción de la acción penal del artículo 46-A del
Código Penal: “F. J . 6. El artículo 46-A CP regula una circunstancia agravante genérica
por la condición del sujeto activo -funcionario público-. El texto legal de dicha norma fue
introducido por la Ley número 26758, del 14 de marzo de 1997, modificado por el Decreto
Legislativo número 982, del 22 julio de 2007. El referido artículo 46-A CP posibilita al
juez incrementar la pena hasta un tercio por encima del máximo legal fijado para el delito
cometido -segundo párrafo del artículo mencionado-. Asimismo fija un límite, al preci
sar que esta no puede exceder del máximo de pena privativa de libertad temporal estable
cida en el artículo 29 CP -3 5 años-. La norma penal, que es de naturaleza abstracta - con
creta, fija criterios adicionales propios y legitimadores del incremento de una mayor
culpabilidad por el hecho -con la consiguiente agravación de la pena-. Así la ostentación
de una determinada condición profesional, incrementará la culpabilidad, cuando existe
una relación interna [...] entre la profesión o posición del sujeto y el propio hecho delic
tivo. Empero, no existe un principio jurídico general según el cual los integrantes de
determinados grupos profesionales tengan un deber intensificado de comportarse de con
formidad con la norma. [...]. Acorde con dicho criterio nuestra norma penal —artículo
46-A CP—, se sujetará a dichas exigencias: subjetivo y objetivo. Se incrementará la pena,
solo si el sujeto activo se aprovecha de su condición de miembro de las Fuerzas Armadas,
Policía Nacional, autoridad, funcionario o servidor público, para cometer un hecho puni
ble, o utiliza para ello armas proporcionadas por el Estado o cuyo uso le sea autorizado
por su condición de funcionario público o cuando el sujeto haya desempeñado cargos -
haber sido autoridad, funcionario o servidor público-y se aprovecha de los conocimien
tos adquiridos en el ejercicio de su función para cometer el hecho punible. Y cuando el
sujeto activo, desde un establecimiento penitenciario -se entiende privado ya de su liber
tad—, comete en calidad de autor o partícipe el delito de tráfico ilícito de drogas, lavado de
activos, trata de personas, terrorismo, extorsión o secuestro (de conformidad al segundo
y tercer párrafo de la modificatoria introducida por el Decreto Legislativo número 982).
356 -
A plicación de la pena A rt. 46-A
Aunque con los criterios fijados, se tendrá que tener especiales consideraciones con la
última referencia. [...] F. J. 9. Las circunstancias del delito son elementos accidentales
nominados o innominados dentro de la estructura del delito que influyen en la determina
ción de la pena. Su carácter accidental implica entonces que no constituyen (ni son co-
constitutivas) del injusto ni de la responsabilidad del sujeto. Por eso hay que diferenciar
las de aquellas que han pasado a formar parte del injusto del respectivo delito como en el
asesinato, y en general de la mayoría de los delitos, ya que un tipo legal, como es la des
cripción de un ámbito situacional, requiere ser circunstanciado [...]. En virtud a ello es
que se señala que solo se pueden considerar las circunstancias (agravantes o atenuantes)
a efectos de la individualización de la pena, cuando no sean específicamente constitutivas
del hecho punible o modificatorio de la responsabilidad. Entre las clases de circunstan
cias, encontramos: a) Las ‘circunstancias comunes o genéricas’, que son aquellas que
operan en el proceso de determinación de la pena de cualquier delito -como es el caso de
las previstas en el artículo 46 y el artículo 46-A del CP-, con la salvedad de que solo se
pueden considerar dichas agravantes a efectos de la individualización de la pena, cuando
no sean específicamente constitutivas del hecho punible o modificatorias de la responsa
bilidad, es decir, que a veces por la propia estructura del tipo legal no se pueden aplicar.
Con ello se respeta la prohibición del principio de la doble valoración del injusto y del
reproche penal. En el caso específico del artículo 46-A CP, su aplicación es exclusiva
mente para delitos donde no se requiera una cualidad especial en el sujeto activo -miem
bro de las Fuerzas Armadas, Policía Nacional, autoridad, funcionario o servidor público-,
b) Las ‘circunstancias especiales o específicas’ que son aquellas que están señaladas para
un delito determinado o un grupo de delitos solamente. Así por ejemplo, las previstas en
el artículo 189 CP, que operan únicamente con el delito de robo; en el artículo 186 que
operan solamente con el delito de hurto; en el artículo 297 que operan solamente con el
delito de tráfico ilícito de drogas; y el ‘delito masa’ -regulado en el último inciso del pri
mer párrafo del artículo 49 CP-, que opera únicamente con el delito continuado. Y, c) Las
circunstancias denominadas ‘elementos típicos accidentales’, son aquellas que concurren
con una conducta típica, esta (la circunstancia) se anexa a una conducta típica y forma un
tipo penal derivado, prototipo es el parricidio [...].Las circunstancias tienen, pues, por
objeto una mayor precisión del injusto, es decir, están dirigidas a una mejor consideración
graduacional de las valoraciones que lo componen e, igualmente, están en relación al
sujeto responsable, se trata de una mejor graduación de su responsabilidad, sobre la base
de determinar las circunstancias que han influido en su conciencia y en sus estados moti-
vacionales [...]. La función de las circunstancias es determinar el quantum de la pena, es
decir, afectan su medida, ya sea para aumentarla o disminuirla. Por eso mismo, aquellas
que por sí mismas constituyen ya un delito (un injusto) o son concordantes del injusto, no
pueden ser tenidas en cuenta, ya que han servido para fijar el marco penal y, por tanto, no
podrían nuevamente ser consideradas para su medida [...]. F. J. 11. Estando a lo expuesto,
queda por determinar si al plazo de prescripción de la acción ‘ .. .fijado por la ley para el
delito’ [artículo 80 CP], es posible adicionarle el incremento de pena prevista en la cir
cunstancia agravante genérica por condición del sujeto activo (art. 46-A CP) o la circuns
tancia agravante específica por pluralidad de personas perjudicadas por el delito conti
nuado (art. 49 CP). Según se ha indicado precedentemente, para efectos de determinar la
prescripción de la acción penal nuestra legislación ha optado por tomar en cuenta la pena
357
A rt. 46-A L ibro primero /Parte general
abstracta fijada para el delito. Esta se configura como la respuesta preconstituida a un con
junto de hechos que coinciden en construir un determinado tipo de injusto penal, culpable
y punible, en el que se contienen los elementos que fundamentan el merecimiento y necesi
dad de aquella pena-marco. Por ende, su determinación sucede en un estadio previo al
hecho delictivo mismo, propio de un sistema penal garantista, regido por el principio de
legalidad. Este principio constituye una garantía básica de todo ciudadano en un Estado de
Derecho, que abona el derecho a saber no solo qué está prohibido: conductas que constitu
yen delito, sino las consecuencias que tendrá la realización de la conducta delictiva: forma
y característica de la reacción penal, lo que deriva en dos garantías puntuales: la criminal -
que exige que la conducta esté prevista en la ley con suficiente precisión o determinación.-
y la penal -que exige la previsibilidad de las penas en la ley y que sean determinadas-. La
pena concreta, por el contrario, sucede en un estadio posterior y final. Por ello se señala que
la determinación judicial de la pena es el acto por el cual el juez pondera la infracción a la
norma y la transforma en una medida de pena determinada (pena concreta), y su magnitud
es siempre expresión de la ponderación del ilícito culpable (cuantificación de la culpabili
dad) [...]. Es recién en este momento en el que actuarán las denominadas ‘circunstancias’
(agravantes o atenuantes), siempre y cuando por sí mismas no constituyan ya un delito (un
injusto), sean concordantes del injusto, y en general no estén ya descritas en el tipo penal,
puesto que de ser así, debe entenderse que ya habrían servido al legislador para fijar el
marco penal abstracto; y, por tanto, no podrían nuevamente ser consideradas para la medida
de la pena concreta. F. J . 12. En este sentido, la circunstancia prevista en el artículo 46-A CP
viene a ser una agravante genérica del delito por la condición del sujeto activo -funcionario
público- y, como tal, se trata de un elemento accidental dentro de la estructura del delito, que
influye en la determinación judicial de la pena -pena concreta-, mas no en la pena abstracta.
Su carácter accidental implica que no constituye el injusto ni la responsabilidad del sujeto.
Por eso hay que diferenciarla de aquellas circunstancias que han pasado a formar parte del
injusto del respectivo delito. Sin duda, el artículo 46-A CP prevé un incremento punitivo
que mira las especiales calidades del sujeto activo de la conducta típica y antijurídica, a
quien se ha investido de especiales deberes de lealtad para con la organización social, lo
cual implica un mayor desvalor de acción, que se traduce, al mismo tiempo, en un más ele
vado desvalor de resultado. Empero, tal incremento punitivo solo se expresa al momento de
la determinación de la pena por el juez, específicamente cuando corresponde verificar la
presencia de circunstancias que concurren al caso concreto. De modo que el incremento de
pena que implica dicha agravante no puede ser adicionado para efectos de determinar el
plazo de prescripción de la acción penal. Por tanto, el único momento donde puede estar
justificado su anáfisis e injerencia es al determinar judicialmente la pena” (Acuerdo Plena-
rio N° 8-2009/CJ-ll 6 sobre "La prescripción de la acción penal en el art. 46-A y art. 49 del
CP”, del 13/11/2009, ff. jj. 6, 9, 11 y 12, VPleno Jurisdiccional de las Salas Penales Per
manente y Transitorias).
358
A plicación de la pena A rt. 46-A
todo si tal ilícito fue realizado en casa habitada (agravante de primer grado), causando
lesiones leves a la víctima (agravante de segundo grado) y por integrantes de una banda
(agravante de tercer grado). F. J. 9 Esta presencia múltiple de circunstancias agravan
tes configura lo que la doctrina denomina concurrencia de circunstancias. Según la doc
trina y la jurisprudencia nacional, la determinación de la pena concreta, en tales supues
tos, demanda una visualización analítica pero integrada, a la vez que coherente, de la
calidad y eficacia de las circunstancias concurrentes. Lo cual implica, como regla gene
ral, que el Juez no puede dejar de apreciar y valorar cada circunstancia concurrente (Cff.
Acuerdo Plenario N° 1-2008/CJ-116 del 18 de julio de 2008, Fundamento Jurídico 9). F.
J. 10. Por tanto, todas las circunstancias presentes en el caso sub júdice deberán ser eva
luadas, atendiendo a su condición, naturaleza y efectos, para poder configurar la pena
concreta. Esto significa, por ejemplo, que a mayor número de circunstancias agravantes
concurrentes la posibilidad de alcanzar el extremo máximo de la pena básica será también
mayor. Sin embargo, la eficacia de las circunstancias agravantes concurrentes quedará
siempre limitada por la imposibilidad de realizar una doble valoración sobre un mismo
indicador o factor de agravación. Esto es, garantías procesales como el ne bis in idem exi
gen, para tales casos, que el juez aplique un test de compatibilidad sobre todas las cir
cunstancias agravantes que concurren. Es decir que examine que cada circunstancia con
currente este referida siempre a un factor o indicador diferente. F. J. 11. Ahora bien, si
las circunstancias agravantes luego de ser examinadas por el juez resultan compatibles
entre sí, el órgano jurisdiccional deberá, como ya se ha mencionado, de valorarlas en con
junto y extraer de ellas los efectos correspondientes que abonen a la construcción y defi
nición de la pena concreta. Por el contrario, cuando las circunstancias agravantes concu
rrentes aluden a un mismo factor, ellas son incompatibles y deben excluirse en función
de su especialidad. Es decir, la circunstancia agravante especial excluirá a la genérica. Un
ejemplo de ello, en base a las circunstancias agravantes específicas del artículo 189, sería
el caso de la pluralidad de agentes (primer párrafo inciso 4) que quedará excluida por la
calidad de integrantes de una organización criminal que aquellos tengan (tercer párrafo).
Solo esta última deberá ser tomada en cuenta por el juez para decidir sobre la pena con
creta. F. J. 12. El problema a dilucidar está en relación con la Concurrencia de Circuns
tancias Agravantes Específicas de distinto grado o nivel. Este conflicto se presenta cuando
en la realización de un delito concurren simultáneamente circunstancias agravantes que,
como en el ejemplo anteriormente planteado, no corresponden a un mismo nivel o grado
sino a diferentes grados y, por tanto, están vinculadas a distintas escalas de pena conmi
nada. El siguiente ejemplo gráfica tal situación: X ha cometido un delito de robo en casa
habitada (art. 189, inc. 1, primer párrafo, pena privativa de libertad entre doce y veinte
años), apoderándose de un bien de valor científico (art. 189,4, segundo párrafo, pena pri
vativa de libertad entre veinte y treinta años), y causando lesiones graves al propietario
del inmueble (art. 189, tercer párrafo). En estos casos la circunstancia de mayor grado
absorberá el potencial y eficacia agravante de las de grado inferior. Por consiguiente,
ella operará como pena básica a partir de la cual el juez determinará la pena concreta a
imponer. Por tanto, el ejemplo utilizado permite reconocer y concluir señalando que ante
tal concurrencia de circunstancias agravantes el juez deberá decidir la pena concreta en
base a la escala punitiva del agravante específica de mayor grado o nivel (producción de
lesiones graves), por lo que la pena a imponer al condenado será la de cadena perpetua”
359
A rt. 46-A L ibro primero / Parte general
J 0483 A g ra va n te gen érica basada en la c a lid a d de sujeto activo: “El artículo 46-A CP
regula una circunstancia agravante genérica por la condición del sujeto activo -funciona
rio público-. El texto legal de dicha norma fue introducido por la Ley número 26758, del
14 de marzo de 1997, modificado por el Decreto Legislativo número 982, del 22 julio de
2007. El referido artículo 46-A CP posibilita al Juez incrementar la pena hasta un tercio
por encima del máximo legal fijado para el delito cometido -segundo párrafo del artículo
mencionado-. Asimismo, fija un límite, al precisar que esta no puede exceder del máximo
de pena privativa de libertad temporal establecida en el artículo 29 CP -3 5 años-.
La norma penal, que es de naturaleza abstracta-concreta, fija criterios adicionales pro
pios y legitimadores del incremento de una mayor culpabilidad por el hecho -con la
consiguiente agravación de la pena-. Así la ostentación de una determinada condición
profesional, incrementará la culpabilidad, cuando existe una relación interna (innere
Beziehung) entre la profesión o posición del sujeto y el propio hecho delictivo. Empero,
no existe un principio jurídico general según el cual los integrantes de determinados gru
pos profesionales tengan un deber intensificado de comportarse de conformidad con la
norma [...]. Acorde con dicho criterio nuestra norma penal -artículo 46-A CP-, se suje
tará a dichas exigencias: subjetivo y objetivo. Se incrementara la pena, solo si el sujeto
activo se aprovecha de su condición de miembro de las Fuerzas Armadas, Policía Nacio
nal, autoridad, funcionario o servidor público, para cometer un hecho punible, o utiliza
para ello armas proporcionadas por el Estado o cuyo uso le sea autorizado por su con
dición de funcionario público o cuando el sujeto haya desempeñado cargos -haber sido
autoridad, funcionario o servidor público- y se aprovecha de los conocimientos adquiri
dos en el ejercicio de su función para cometer el hecho punible. Y cuando el sujeto activo,
desde un establecimiento penitenciario -se entiende privado ya de su libertad-, comete en
calidad de autor o partícipe el delito de tráfico ilícito de drogas, lavado de activos, trata de
personas, terrorismo, extorsión o secuestro (de conformidad al segundo y tercer párrafo
de la modificatoria introducida por el Decreto Legislativo número 982). Aunque con los
criterios fijados, se tendrá que tener especiales consideraciones con la última referencia
[...] la circunstancia prevista en el artículo 46-A CP viene a ser una agravante genérica
del delito por la condición del sujeto activo -funcionario público- y, como tal, se trata
de un elemento accidental dentro de la estructura del delito, que influye en la determina
ción judicial de la pena -pena concreta-, mas no en la pena abstracta. Su carácter acci
dental implica que no constituye el injusto ni la responsabilidad del sujeto. Por eso, hay
que diferenciarla de aquellas circunstancias que han pasado a formar parte del injusto del
respectivo delito.
Sin duda, el artículo 46-A CP prevé un incremento punitivo que mira las especiales cali
dades del sujeto activo de la conducta típica y antijurídica, a quien se ha investido de
especiales deberes de lealtad para con la organización social, lo cual implica un mayor
desvalor de acción, que se traduce, al mismo tiempo, en un más elevado desvalor de
360
A plicación de la pena A rt. 46-A
CORTE SUPREM A
J 0486 A g ra va n te específica y prin cipio de igu aldad an te la ley: “La calidad de miem
bro de la Policía Nacional constituye circunstancia agravante; que dicha circunstancia, en
modo alguno viola el principio de igualdad ante la ley garantizada en la Constitución, la
calidad de miembro de la institución tutelar del orden impone deberes especiales que obli
gan frente a la sociedad y que no debe confundirse con una condición discriminatoria que
se recusa” (Exp. N° 3319-95-Lambayeque. En: CARO CORIA, D. (2002). Código Penal.
Gaceta Jurídica, Lima,p. 204).
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A rt. 46-B L ibro primero / Parte general
---------------- § -----------------
(25) A rtículo vigente conform e a la modificación realizada por el artículo 1 de la L ey N° 30838 del 04/08/2018
362
Aplicación de la pena A rt. 46-B
TEXTO ORIGINAL:
A rtículo 46-B (26K- El que, después de haber cumplido en todo o en parte una con
dena privativa de libertad, incurre en nuevo delito doloso, tendrá la condición
de reincidente. Constituye circunstancia agravante la reincidencia. El juez podrá
aumentar la pena hasta en un tercio por encima del máximo legalfijado para el tipo
penal. A los efectos de esta circunstancia no se computarán los antecedentes pena
les cancelados.
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A rt. 46-B L ibro primero /Parte general
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Aplicación de la pena A rt. 46-B
365
A rt. 46-B L ibro primero / Parte general
DOCTRINA
giH:l JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0489 Reincidencia (concepto, situaciones de configuración y calificación por parte
del juzgador): “F. J . 17. En primer término, la reincidencia constituye una circunstancia
específica en que se halla una persona a la que se le imputa la comisión del delito y que
abre espacio para la valoración de sus conductas anteriores, con miras a determinar la gra
duación de las penas. Por ello, se ha señalado que ‘ [...] la reincidencia se ocupa de los pro
blemas de las disposiciones legales que habilitan mayor poder punitivo en razón de que
la persona, con anterioridad, haya sido condenado o sufrido pena por otro’ . Así la rein
cidencia es una situación fáctica consistente en la comisión de un delito en un momento
en el cual el actor experimenta, previamente, una sanción por la comisión de uno ante
rior. Dependiendo de la opción de política criminal de cada Estado, la reincidencia puede
considerarse existente en cualquier de estas dos situaciones: (1) cuando el imputado ha
366
Aplicación de la pena A rt. 46-B
367
A rt. 46-B L ibro primero / Parte general
quiere decir que ante la presunta realización de un delito, el juzgador evalúa, en un primer
momento, si la conducta puede subsumirse en los elementos que conforman el tipo penal;
si se produce dicha subsunción, la conducta es calificada con el nomen iuris que corres
ponde al delito (primera calificación). En un segundo momento, el juzgador evalúa nue
vamente la conducta para establecer si califica como reincidencia, en función a la exis
tencia de antecedentes del imputado por cometer anteriormente el mismo delito (segunda
calificación). Una vez que se constata la comisión del delito y su carácter reincidente, se
produce la atribución de las sanciones: una sanción por la comisión per se del delito y la
agravación de dicha sanción como consecuencia de haberse identificado el carácter rein
cidente de la persona” (STCExp. N° 003-2005-PI/TC. f. j. 48 caso: Más de cinco mil ciu
dadanos. Demanda de inconstitucionalidad contra los Derechos Legislativos N°s 921,
922, 923, 924, 925, 9 2 6 y 927, del 09/08/2006, f j. 48).
ACUERDO PLEN A R IO
J 0492 R ein ciden cia (finalidad, requisitos y determ inación de la p en a ): “La reinci
dencia es, sin duda alguna, una institución muy polémica. La finalidad de su inclusión
responde a la necesidad de una mayor represión penal por razones de prevención espe
cial, basada en la mayor peligrosidad del sujeto. Esa calificación, como es evidente, tiene
un alto valor simbólico social. El Tribunal Constitucional, por lo demás, reconociendo la
jerarquía constitucional del principio de culpabilidad, no consideró que la agravante de
reincidencia era incompatible con el mencionado principio. Desde una perspectiva gene
ral se puede calificar de reincidente a quien por la repetición de hechos delictivos revela
la inclinación a cometerlos, por lo que el plus de punición se orienta a la reforma de aque
lla inclinación delictiva. Los requisitos para la calificación de reincidencia, en función a
una interpretación gramatical y sistemática del artículo 46-B del Código penal, en concor
dancia con el último párrafo del artículo 69 del citado Código, en su versión establecida
por la Ley número 28730, del trece de junio de dos mil seis, son los siguientes: (1) Haber
cumplido en todo o en parte una condena a pena privativa de libertad. No está compren
dido el cumplimiento total o parcial de otra clase de pena. Se trata de una sentencia con
denatoria ejecutoriada a pena privativa de libertad de carácter efectiva. (2) Los delitos -
se excluyen las faltas- antecedente y posterior han de ser dolosos. El delito posterior debe
de cometerse luego del cumplimiento total o parcial de la pena privativa de libertad. Ello
presupone sentencias firmes y con principio de ejecución efectiva. (3) No hace falta que el
delito posterior esté en el mismo Título del Código, o mejor dicho, sea de la misma natu
raleza, es decir, que existe identidad o similitud del tipo o la identidad del bien jurídico
vulnerado; no hay un elemento relacional entre los dos delitos. Se trata, por consiguiente,
de una reincidencia genérica. (4) El lapso que debe transcurrir, luego del cumplimiento
total o parcial de la pena privativa de libertad -condición básica para; calificar de rein
cidente a un delincuente-, es de cinco años. Para el entendimiento de este último requi
sito se recurre a la regla del artículo 46-C del Código Penal, que precisa que los hechos
punibles se han de perpetrarse ‘[...] en un lapso que no exceda de cinco años’. (5) Es una
circunstancia personal e incomunicable a los coautores o partícipes en quienes no con
curra. Procesalmente debe tomarse en consideración dos requisitos. El primero, el juz
gador, para la calificación de reincidente de un imputado, ha de tener a la vista el bole
tín de condenas y, en su caso, la hoja cancelada respectiva -que establece la fecha exacta
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A plicación de la pena A rt. 46-B
369
A rt. 46-B L ibro primero / Parte general
tres de los Antecedentes de este Acuerdo Plenario, se asumen los siguientes criterios de
interpretación: a) Sobre la operatividad paralela de las mismas circunstancias en disposi
ciones legales con funciones diferentes. Queda claro que la reincidencia y la habitualidad
no pueden cumplir a la vez las funciones que corresponden a una circunstancia común y a
una cualificada. Solo deben apreciarse en su rol de circunstancias cualificadas, pues úni
camente en ese caso pueden agravar la pena por encima del marco de conminación legal
de la sanción para el delito cometido, lo cual fue el sentido de su reincorporación al Dere
cho penal nacional, b) Sobre la eficacia de las agravantes cualificadas para, la determi
nación judicial de la pena concreta. La condición cualificada de una agravante siempre
demanda que el juez determine la pena concreta dentro del nuevo marco conminatorio
que ha fijado la ley como consecuencia punitiva para la reincidencia y la habitualidad. Y
donde tomando de referencia la pena conminada para el delito que posibilita la configu
ración de la agravante cualificada, el nuevo máximo de la pena básica será el límite fijado
por el artículo 46-B para dicho tipo de agravante (un tercio o una mitad por encima del
máximo original)” (Acuerdo Plenario N ° 1 -2 0 0 8 /C J-1 1 6 sobre “Reincidencia, habituali
dad y determinación de la p e n a ”, del 1 8 /0 7 /2 0 0 8 , f . j . 13, I V Pleno Jurisdiccion al de las
Salas P enales Perm anente, Transitorias y E special).
CORTE SUPREMA
J 0494 P rin cipios qu e fu n d a m en ta n e l a u m en to d e l quan tu m d e la p e n a p o r reinci
dencia d el agente: “En consecuencia, corresponde incrementar la pena impuesta al acu
sado [...] por tener la calidad de reincidente al momento de la comisión del evento delic
tivo, en tanto que se cumple con el requisito procesal necesario para la calificación de
reincidente de un imputado, pues en el caso sub exam ine, por imperio del principio acu
satorio y como circunstancia agravante cualificada, la reincidencia fue solicitada por el
fiscal superior en su acusación escrita, por ello solicitó que se le imponga al imputado una
pena de treinta y cinco años de privación de la libertad [...]. Por tanto, si bien de confor
midad con lo previsto en el artículo 46-B del Código Penal, que prevé que en los casos de
reincidencia, el juez aumenta la pena en no menos de dos tercios por encima del máximo
legal fijado para el tipo penal, que en este caso sería de veinticinco años y por tanto, el
límite máximo sería de treinta y cinco años -puesto que en ningún caso la pena concreta
que corresponda a la efectividad de la agravación por reincidencia puede superar este
máximo-; este Supremo Tribunal considera que en atención a los principios de legalidad,
proporcionalidad y razonabilidad jurídica, así como a los fines de la pena, contemplados
en los artículo segundo, octavo y noveno del Título Preliminar del acotado código, res
pectivamente, debe incrementarse la pena impuesta al acusado [...] e imponerse treinta
años de privación de la libertad, la cual resulta de acuerdo a ley, al tener en cuenta que el
titular de la acción penal fue quien impugnó, en este extremo, la sentencia recurrida” (R.
N. N ° 3 8 0 7 -2 0 1 3-Junín, del 1 2 /08/2014, f. j . 5, Sala P en a l Transitoria).
370
Aplicación de la pena A rt. 46-B
argumento de que dicho imputado tiene la condición de reincidente; por ello aplicó el ar
tículo 46-B del Código Penal [...]; sin embargo, no consideró que el citado artículo está
referido a calificar como reincidente a quien comete un nuevo delito doloso después de
haber cumplido en todo o en parte una pena privativa de libertad con carácter de efec
tiva, tal como se estableció en el fundamento jurídico décimo segundo, numeral uno, del
Acuerdo Plenario número uno - dos mil ocbo/CJ-ciento dieciséis, del dieciocho de julio
del dos mil ocho, que trata sobre ‘reincidencia, habitualidad y determinación de la pena’;
por ello, al verificarse que en el presente caso, dicho imputado registra anotación de una
condena con pena privativa de la libertad con carácter de suspendida [...], no le alcanza la
circunstancia cualificada antes aludida; por tanto, corresponde a este Supremo Tribunal
modificar la sanción impuesta y, reformándola, debe rebajarse a una pena acorde a ley”
(R. N. N ° 3 5 0 5 -2 0 1 3-Lima, del 0 1 /0 8 /2 0 1 4 ,/. j. 8, Sala Penal Transitoria).
J 0496 L a rein ciden cia com o agravante g en érico : “Que, en principio, la calificación
de reincidente, en tanto agravante genérico, cumple las exigencias del artículo 46-B del
Código Penal, modificado por Ley número 29604, del veintidós de octubre del dos mil
diez. El encausado [...] volvió a delinquir el nueve de noviembre de dos mil once, una vez
que cumplió su condena en marzo de dos mil once; es decir, antes de haber transcurrido
cinco años desde el cumplimiento de la pena privativa de la libertad efectiva impuesta en
octubre de dos mil seis. Por tanto, no es posible sostener que a la fecha de excarcelación
se rehabilitó y, por ende, no puede ser reincidente. Las disposiciones sobre reincidencia
son claras y precisamente, la exclusión de esa agravante solo procede -en caso de pena
privativa de libertad efectiva- cuando transcurre cinco años desde la excarcelación del
agente delictivo. De otro lado, es cierto que no se aplica la circunstancia agravante especí
fica de ‘mano armada’ porque, como lo reconoce la Fiscalía y el Tribunal a quo, el impu
tado utilizó una réplica de un arma, lo que no entraña peligrosidad alguna en la propia
ejecución delictiva -no potencia su capacidad ofensiva ni revela su capacidad de causar
daño—” (R. N. N ° 18 7 2 -2 0 1 3-Lima Norte, del 0 1 /1 0 /2 0 1 3 ,/. j. 3, Sala P en a l Transitoria).
371
A rt. 46-C L ibro primero / Parte general
por la imputada está previsto en el artículo doscientos noventa y seis del Código Penal,
modificado por la Ley número veintiocho mil dos, norma que prevé una pena no menor
de ocho años de privación de libertad; que si bien en autos existe una causa que puede
atenuar la pena a imponer a la acusada hasta por debajo del mínimo legal -confesión sin
cera-, también lo es que esta es reincidente en la comisión de este tipo de ilícitos pena
les, constituyendo tal circunstancia una agravante, por lo que se puede elevar la pena
más allá del máximo legal -de conformidad con el artículo cuarenta y seis B del Código
Penal-, pero, en el presente caso, además se debe tener en cuenta las calidades persona
les de la imputada, la entidad del injusto perpetrado y la culpabilidad por el hecho, lo que
permite ajustar la pena, pero no por debajo del mínimo legal” (R. N. N ° 4577-2007-Lim a,
del 2 9 /05/2008, f. j. 3, Sala P ena l Perm anente).
J 0499 R ein ciden cia y concurso id ea l de delitos: “Los imputados no son confesos y
aun cuando son delincuentes primarios, no existe circunstancia atenuante que autorice
a rebajar la pena por debajo del mínimo legal; que por lo demás, es de acotar que existe
una pluralidad de víctimas y una lógica delictiva reiterada en el tiempo; que este concurso
real homogéneo de delitos obliga a tomarlos en cuenta para medir la pena” (Ejecutoria
Suprem a del 2 7 /0 5 /2 0 0 4 , R. N. N ° 430-2004-C u sco . E n : CASTILLO ALVA, J. L. (2006).
Jurisprudencia penal. Sentencias de la C orte Suprem a de Justicia de la República. Tomo
I. Grijley, Lima, p . 2 8 3 ).
CORTES SUPERIORES
J 0500 N o es fa c tib le aplicar la agravan te de rein ciden cia en los procesados que se
encuentren reh abilitados : “[...] La sentenciada no cumple con las condiciones para ser
considerada reincidente o habitual, ya que no registra anotaciones de condenas previas
vigentes a la fecha de la sentencia, teniendo la calidad de primaria. No obstante que, si
bien es verdad que fue sentenciada anteriormente por delitos similares, a la fecha de la
comisión del presente delito, jurídicamente ya se había rehabilitado, no es factible de apli
carle por ello el instituto de la reincidencia, por ser una norma de vigencia posterior a la
imposición de estas condenas, y como ninguna ley rige de forma retroactiva, no resultan
ser consideradas para merituarlas en el presente caso. [...]” (Exp. N ° 607-2008-Lim a, del
31/12/2008, f. j. 11, Tercera Sala P en a l p a r a P roceso s con R eos en C árcel de la Corte
Superior d e Justicia Lima).
(27) A rtículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 d e la L e y N 0 30838del 04/08/2018.
372
Aplicación de la pena A rt. 46-C
en un lapso que no exceda de cinco años. El plazo fijado no es aplicable para los de
litos previstos en los capítulos IX, X y XI del Título IV del Libro Segundo y en los ar
tículos 107,108,108-A, 108-B, 108-C, 108-D; 121, segundo párrafo, 121-B, 152,153,
153-A, 153-B, 153-C; 173,173-A, 186,189,195, 200, 297, 317-A, 319, 320, 321, 322,
325, 326, 327, 328, 329, 330, 331, 332 y 346 del Código Penal, el cual se computa sin
límite de tiempo. Asimismo, tiene condición de delincuente habitual quien comete de
tres a más faltas dolosas contra la persona o el patrimonio, de conformidad con los
artículos 441 y 444, en un lapso no mayor de tres años.
La habitualidad en el delito constituye circunstancia cualificada agravante. El juez
aumenta la pena hasta en un tercio por encima del máximo legal fijado para el
tipo penal, salvo en los delitos previstos en los párrafos anteriores, en cuyo caso se
aumenta la pena en una mitad por encima del máximo legal fijado para el tipo penal,
sin que sean aplicables los beneficios penitenciarios de semilibertad y liberación con
dicional. En los supuestos de habitualidad no se computan los antecedentes cancela
dos o que debieren estar cancelados, salvo en los delitos antes señalados.
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 46-C <28>.~ Si el agente com ete un nuevo delito doloso, se rá considerado
delincuente habitual, siempre que se trate al menos de tres hechos punibles que se
hayan p erp etra d o en un lapso que no exced a de cinco años. L a habitualidad en el
delito constituye circunstancia agravante. E l ju e z p o d rá aum entar la p en a hasta en
una mitad p o r encim a del máximo lega l fijado p a ra e l tipo penal.
373
A rt. 46-C L ibro primero / Parte general
374
A plicación de la pena A rt. 46-C
321, 322, 325, 326, 327, 328, 329, 330, 331, 3 3 2 y 3 4 6 del Código Penal, el cual se
computa sin límite de tiempo.
Asimismo, tiene condición de delincuente habitual quien com ete de tres a más faltas
dolosas contra la p erson a o el patrimonio, de conformidad con los artículos 441 y
444, en un lapso no mayor de tres años.
L a habitualidad en el delito constituye circunstancia cualificada agravante. E l ju e z
aumenta la p en a hasta en un tercio p o r encim a del máximo legal fijado p a ra el
tipo penal, salvo en los delitos previstos en los párrafos anteriores, en cuyo caso
se aumenta la p en a en una mitad p o r encim a del máximo legal fijado p a ra el tipo
penal, sin q u e sean aplicables los beneficios penitenciarios d e sem ilibertady libera
ción condicional.
E n los supuestos de habitualidad no se computan los antecedentes cancelados o que
debieren estar cancelados, salvo en los delitos antes señalados.
Sexta modificación: única disposición complementaria modificatoria del Decreto
Legislativo N° 1181 del 27/07/2015.
Artículo 46-C .- Si el agente com ete un nuevo delito doloso, es considerado delin
cuente habitual, siem pre qu e se trate p o r lo menos de tres hechos p unibles qu e se
hayan perp etra d o en un lapso qu e no exced a de cinco años. E l plazo fijado no es
aplicable p a ra los delitos previstos en los artículos 107, 108, 108-A, 108-B , 108-C ,
108-D , 121-A, 121-B, 152, 153, 153-A, 173, 173-A, 186, 189, 195, 200, 297, 317-A,
319, 320, 321, 322, 325, 326, 327, 328, 329, 330, 331, 3 3 2 y 3 4 6 del Código Penal,
el cual se computa sin límite d e tiempo. Asimismo, tiene condición de delincuente
habitual quien com ete de tres a más faltas dolosas contra la p erso n a o el patrim o
nio, de conform idad con los artículos 441 y 444, en un lapso no mayor de tres años.
L a habitualidad en el delito constituye circunstancia cualificada agravante. E l ju e z
aumenta la p e n a hasta en un tercio p o r encim a del máximo legal fijado p a ra el
tipo penal, salvo en los delitos previstos en los párrafos anteriores, en cuyo caso
se aumenta la p en a en una mitad p o r encim a del máximo legal fijado p a ra el tipo
penal, sin q u e sean aplicables los beneficios penitenciarios de sem ilibertad y libera
ción condicional.
E n los supuestos de habitualidad no se computan los antecedentes cancelados o que
debieren estar cancelados, salvo en los delitos antes señalados.
Sétima modificación: artículo 1 de la Ley N° 30838 del 04/08/2018.
(Ver texto vigente)
N ormas concordantes
CP: art. VIII; C P P 2 0 0 4 : arts. 2 inc. 9, 161, 471; C de P P : art. 77-B inc. 2.
DOCTRINA
■375
A rt. 46-C L ibro primero / Parte general
JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0501 La habitualidad : “F. J . 48. En el Derecho Penal se entiende la habitualidad
como la comisión reiterada de delitos, usualmente los mismos. En su acepción legal, la
habitualidad implica la reiteración de más de tres delitos, en tiempos diversos e inde
pendientes unos de otros. En esa misma sede se han formulado determinadas críticas a
la habitualidad, por entender que esta no puede ser explicada en cuanto hecho antijurí
dico que se materializa repetidamente a través del tiempo, sino a partir de una justifica
ción psicológica atendiendo a que el delincuente habitual, al manifestar una proclividad
al delito, revela una personalidad de naturaleza patológica expuesta en una conducta anti
social, renuente a internalizar los mandatos legales y a actuar en virtud de ese conoci
miento normativo. [...] F. J . 52. [...] la habitualidad no necesariamente supone que el juz
gador penal ingrese en el ámbito de la personalidad del autor, castigado con una mayor
pena el modo de vida del autor, que genere un riesgo a la tranquilidad y seguridad de
los ciudadanos. Y es que no debe olvidarse que la reeducación, la reincorporación y la
resocialización, previstas en el artículo 139, inciso 22, no son los únicos fines de la pena,
376
A plicación de la pena A rt. 46-C
ACUERDO PLENARIO
J 0502 C riterios de interpretación de la habitualidad: “Sobre la base de los anteriores
fundamentos jurídicos, y en tomo a los problemas detectados y definidos en el numeral
tres de los Antecedentes de este Acuerdo Plenario, se asumen los siguientes criterios de
interpretación: [...] c) Sobre la operatividad de la agravante cualificada del artículo 46-C
frente a las reglas sobre concurso real y concurso real retrospectivo de delitos. Siendo la
habitualidad una circunstancia agravante cualificada, se deberán aplicar sus efectos puni
tivos solo en el tercer delito cometido en el lapso de cinco años y luego se sumará la pena
resultante a las penas concretas correspondientes a los otros delitos del concurso real,
pero respetando siempre los límites punitivos fijados por los artículos 50 y 51 del Código
Penal, (la pena total no debe ser superior al doble del máximo conminado para el delito
más grave, ni mayor de treinta y cinco años de privación de libertad; y si para uno de los
delitos en concurso corresponde cadena perpetua, solo se aplicará esta sanción exclu
yéndose las demás), d) Sobre los elementos de configuración de las agravantes cualifi
cadas de los artículos 46-B y 46-C. Se debe asumir que la reincidencia opera solo hasta
los cinco años posteriores al cumplimiento parcial o total de pena privativa de libertad
por condena anterior. Este límite cronológico es compatible con el que históricamente se
fijaba en el artículo 111 del Código Penal de mil novecientos veinticuatro, además resulta
similar al considerado por el artículo 46-C del Código Penal vigente para la habitualidad
que regula una efectividad penal más gravosa. El nuevo delito que da lugar a la reinciden
cia puede ser de igual o distinta naturaleza que el que determinó la pena privativa de liber
tad cumplida total o parcialmente. En cuanto a la habitualidad, ella se produce solamente
en el caso de que los tres delitos se hayan cometido en un lapso de 5 años y no medie
condena sobre alguno de ellos en dicho plazo. Además la habitualidad requiere que todos
los delitos cometidos sean dolosos y de igual naturaleza. Esta especialidad en la reiteran-
cia indica la habituación delictiva del agente y justifica su mayor punibilidad. e) Sobre
la determinación de la pena concreta en caso de concurrencia de circunstancias cualifi
cadas del artículo 46-A, con las previstas por los artículos 46-B o 46-C. Si concurrieran
las agravantes cualificadas del artículo 46-A (calidad de funcionario público, aprovecha
miento de conocimientos privilegiados, comisión en prisión de delitos graves) con las de
reincidencia o habitualidad se deberán aplicar los efectos punitivos correspondientes en la
determinación de la pena concreta, por ser todas circunstancias compatibles. No obstante,
la pena concreta resultante no podrá exceder de los límites contemplados por el artículo
46-A del Código Penal (de treinta y cinco años de privación de libertad), f) Límites de la
penalidad derivada de las agravantes de los artículos 46-B y 46-C. En coherencia con los
límites punitivos fijados en los artículos 29, 46A, 50 y 51 del Código Penal, en ningún
caso la pena concreta que corresponda a la efectividad de la agravación por reincidencia
— 377
A rt. 46-C L ibro primero / Parte general
o habitualidad será mayor de treinta y cinco años de pena privativa de libertad. Cuando
los delitos que dan lugar a tales supuestos tengan prevista pena de cadena perpetua solo
se aplicará dicha pena, g) Eficacia de los antecedentes penales cancelados en los casos de
reincidencia según los artículos 46-B y 69 in fin e. La reforma del artículo 69 del Código
Penal, sobre cancelación de antecedentes y rehabilitación inmediata, tuvo lugar mediante
la Ley número 28730, del trece de mayo de dos mil seis. Esto es, cuatro días después que
la Ley número 28726 que introdujo el artículo 46-B del Código Penal sobre la agravante
de reincidencia. Por consiguiente, la primera de las normas citadas modificó implícita
mente a la segunda. Siendo así el párrafo in fin e del nuevo texto del artículo 69, donde se
dispone que ‘la reincidencia deja sin efecto la cancelación de los antecedentes penales,
judiciales, y policiales, hasta el cumplimiento de la nueva pena’, derogó, el párrafo final
del artículo 48-B del Código Penal que establecía, que: ‘A los efectos de esta circunstan
cia no se computarán los antecedentes penales cancelados’. De esta manera, pues, a par
tir de la vigencia de la Ley número 28730, la reincidencia es, una excepción a la regla
general de la rehabilitación inmediata por cumplimiento de la pena privativa de liber
tad impuesta. Ahora bien, esa excepción solo debe ser aplicable a condenas que se hayan
impuesto y cumplido con posterioridad a la ya citada reforma del numeral 69 del Código
Penal. En todo caso, cuando se haya vencido el plazo de prescripción de la reincidencia
acordado en cinco años posteriores a la excarcelación (ver literal ‘d’), operará definitiva
mente la cancelación de los antecedentes generados por esa condena” (Acuerdo Plenario
N ° 1 -2 0 0 8 /C J-116 sobre “R eincidencia, habitualidad y determ inación de la p e n a ”, del
18/07/2008, f . j. 13, IV P le n o Jurisdiccion al d e las Salas P ena les Perm anente, Transito
rias y Especial).
---------------- § -----------------
378
Aplicación de la pena A rt. 46-E
(29) Artículo vigente conform e a la incorporación realizada por el artículo único de la Ley N° 30030 del
04/06/2013.
(30) Artículo vigente conforme a la incorporación realizada por la segunda disposición complementaria
m odificatoria de la L ey N° 30364 del 23/11/2015.
379
A rt. 47 L ibro primero / Parte general
N ormas concordantes
CP: arts. 29, 45, 45-A, 4 6 ines. d ),j), n); C C : arts. 2 3 6 a l 238; C N A : arts. 6, 8; L e y 30364:
art. 1 y ss.
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 4 7 .- E l tiempo de detención q u e haya sufrido el p ro cesa d o se abonará p a ra
el cómputo de la p e n a impuesta a razón de un día de p en a privativa de libertad p o r
cada día de detención.
Si la p en a correspondiente al hecho p u n ib le es la de multa o limitativa de d ere
chos, la detención se com putará a razón de dos días de dichas p en a s p o r cada día
de detención.
(31) A rtículo vigente conform e a la restitución realizada por el artículo único de la L ey N ° 28577 del
09/07/2005.
(32) M ediante sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el E xpediente N° 0019-2005-PI-TC del
22/07/2005 se declara inconstitucional la frase “y dom iciliaria” . Por lo tanto, inconstitucional el extremo
de la disposición que perm ite que el tiem po de arresto dom iciliario sea abandonado para el cómputo de
la pena im puesta a razón de un día de pena privativa de libertad por cada día de arresto. Ningún juez o
m agistrado de la R epública puede aplicar el precepto im pugnado, por haber cesado sus efectos.
N o obstante, en virtud del artículo único de la L ey N° 28577 del 09/07/2005, se derogó la Ley N° 28568
y se restableció la vigencia del texto original del artículo 47 del Código Penal.
380
A plicación de la pena A rt. 47
Segunda modificación: Texto original del artículo restituido por el artículo único
de la Ley N° 28577 del 09/05/2005.
(Ver texto vigente).
N ormas concordantes
CP: arts. 29, 31, 35, 41; C P P 1 9 9 1 : arts. 135, 137; C P P 2 0 0 4 : arts. 259, 261, 2 6 4 a l 266,
290, 399 incs. 1,2; 490 inc. 2; C de P P : arts. 82, 84.
e!»<¡ JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0504 E x ceso d el p la zo de la detención preventiva: “F. J. 7. En el presente caso este
Tribunal considera que la detención del favorecido dispuesta en el proceso seguido ante
el fuero privativo militar no corresponde ser adicionado a la ordenada en el proceso del
fuero común, de conformidad a lo dispuesto en el cuarto párrafo del artículo 137 del
Código Procesal Penal, que dice: ‘[...] el cómputo del plazo a que se refiere el primer
párrafo de este artículo, cuando se trata de procesos complejos o se hubiere declarado
la nulidad, no considerará el tiempo transcurrido hasta la fecha del nuevo auto apertorio
de instrucción. En los casos en que se declare la nulidad del proceso seguidos en fueros
diferentes, el plazo se computa desde la fecha en que se dicte el nuevo auto de detención
[...]’. F. J. 8. De los autos también se acredita que el proceso penal que se sigue al recu
rrente es de carácter complejo, por la naturaleza y la gravedad de los hechos investigados
y por la necesaria actuación de diversos medios probatorios, algunos de ellos especializa
dos como testimoniales, pruebas de ADN en algunos fragmentos de restos óseos, declara
ciones testimoniales entre otros [...]; por lo tanto, resulta aplicable la duplicación automá
tica establecida en la aludida jurisprudencia de este tribunal [...], por lo que la detención
que cumple el recurrente desde el día 17 de junio de 2005 a la fecha no ha vencido” (STC
Exp. N ° 02354-2010-P H C /T C -U cayali, caso: E nrique Aurelio de la Cruz Salcedo, del
06/01/2011, f f .j j . 7 y 8).
381
A rt. 47 L ibro primero / Parte general
señala que ‘ [...] la pena que fije el juez se sumará a la anterior hasta un máximo del doble
de la pena del delito más grave, no pudiendo exceder de 35 años’. En consecuencia, las
penas concretas (parciales) que se obtengan en cada proceso judicial serán sumadas a las
anteriores, debiéndose cumplir posterior e independientemente de las demás. F. J. 3.1.3.
Al respecto, corresponde dilucidar sobre el inicio de la ejecución de casa una de las penas
concretas parciales que constituyen el concurso real retrospectivo, debiéndose precisar
que su computo están relacionados al artículo 47 del Código Penal. El procedimiento de
la individualización judicial de la pena para casos de concurso real de delitos ha quedado
precisado en la norma penal, teniéndose que se realizará un análisis de la pena para cada
delito que configura el concurso, arribándose así a penas concretas parciales, las que se
sumarán para obtener una pena concreta total. Situación que también resulta aplicable
para el concurso real retrospectivo, conforme así lo señala el fundamento jurídico noveno
del Acuerdo Plenario N° 04-2009/CJ-116. F. J . 3.1.4. En ese sentido, corresponde seña
lar que en casos de concurso real retrospectivo, al tenerse que cada delito juzgado posee
como consecuencia jurídica una pena, esta deberán empezarse a ejecutar cuan la pena
anterior haya sido cumplida, considerándose lo establecido en el artículo 47 del Código
Penal, referido al cómputo de la detención. Por ejemplo: ‘X ’ cometió delito de robo en
2013, motivo por el cual empezó a ser procesado en 2015, dictándosele prisión preven
tiva en su contra, siendo finalmente sentenciado en 2016 e imponiéndose una pena priva
tiva de libertad de diez años, la misma que en aplicación del artículo 47 del Código Penal,
al tenerse que está en prisión desde 2015, vencerá el 2025. No obstante, posteriormente
se descubre que cometió delito de falsificación de documento público en 2010, dictándo
sele prisión preventiva en 2019, siendo condenado en 2020 a ocho años de pena priva
tiva de la libertad, aquí surge la pregunta: ¿desde cuándo se ejecuta (computa) la segunda
pena? conforme se señaló, se tiene que la primera pena concreta parcial vence el 2025, sin
embargo, por este segundo delito el procesado sufrió prisión preventiva desde 2019 hasta
2020; en consecuencia, la pena por el segundo delito se iniciará a computarse en 2025,
debiéndose restar el tiempo de prisión preventiva que sufrió el procesado por este pro
ceso; por lo que, en este ejemplo, las penas se cumplirán en 2032” (R. N. N ° 30 8 4 -2 0 1 5 -
Lim a Norte, del 02 /0 6 /2 0 1 6 , ff. jj. 3.1.2, 3 .1 .3 y 3.1.4, Sala P en a l Perm anente).
CORTE SUPREMA
J 0506 P recision es so b re e l cóm puto de la detención: “Se advierte de autos que la Sala
Superior ha efectuado un incorrecto cómputo de la detención del justiciable, contabilizán
dola desde el día en que se dispuso el intemamiento en el establecimiento penitenciario,
cuando lo es, desde el día de la fecha de su detención policial, de conformidad con lo dis
puesto por el artículo 47 del Código sustantivo” (Ejecutoria Suprem a del 31/05/2004, R. N.
N ° 330-2004-H uánuco. E n : ÁVALOS RODRÍGUEZ, C. y R O B LESB R IC EÑ O , M. (2005).
“M odernas tendencias dogmáticas en la ju risp ru d en cia p e n a l de la Corte S u p rem a ”.
E n : D iálogo con la Jurisprudencia. Gaceta Jurídica, L im a ,p . 188).
382
A plicación de la pena A rt. 48
TEXTO ORIGINAL:
A rtículo 48.- Cuando varias disposiciones son aplicables al mismo hecho se repri
m irá con la que establezca la p en a más grave.
L as penas accesorias y m edidas d e segu rid a d p o d rá n se r aplicadas aunque solo
estén previstas en una de esas disposiciones.
DOCTRINA
Sumario: Definición de concurso ideal / Clases de concurso ideal / Unidad de acción y pluralidad
de delitos / Diferencias con el concurso aparente de leyes.
______
I) 0186 Definición de concurso ideal: JESCHECK, H. y WEIGEND, T. (2002).
Tratado de D erecho Penal. P a rte gen eral. Traducción de la 5a edición alemana por M.
Olmedo y Cardenete. Granada: Comares. §67 E l, pp. 773-774. “Existe concurso ideal
cuando el autor, a través de la misma acción, infringe varias normas penales o una misma
repetidas veces. Por tanto, el presupuesto del concurso ideal es doble: por un lado, debe
concurrir unidad de acción [...] y, por otro, a través de la acción tiene que haber tenido
lugar una pluralidad de infracciones legales. Para ello, se tienen en cuenta tanto la aplica-
bilidad de distintas normas penales, como también de que la misma norma penal sea apli
cada varias veces. El primer caso, se denomina concurso ideal heterogéneo y el segundo
se califica de homogéneo”.
I) 11187 Clases de concurso ideal: MIR PUIG, S. (2002). D erecho Penal. Parte g en e
ral. 6a edición. Barcelona: Reppertor. §27/37, 38, 39, p. 632. “Habrá concurso ideal
cuando un solo hecho constituya dos o más infracciones. La doctrina distingue el con
curso ideal heterogéneo del concurso ideal homogéneo. El primero se produce cuando el
hecho realiza delitos distintos, mientras que el segundo se dará cuando los delitos come
tidos son iguales. Ejemplos: Causar lesiones a un agente de la autoridad constituye un
(33) Artículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 3 de la L ey N° 28726 del 09/05/2006.
= 383
A rt. 48 L ibro primero / Parte general
_1)_0188
_ _ _ Unidad de acción y pluralidad de delitos: POLAINO NAVARRETE, P.
(2017). Lecciones de Derecho Penal. Parte general. Tomo II. 2a edición. Madrid: Tec-
nos, p. 283. “La ejecución d un solo acto por un sujeto lesiona simultáneamente dos o más
bienes jurídicos diferentes e infringe dos o más normas penales diversas. La unidad de
acción no es incompatible de la plural relevancia penal de la misma. [...]. Esta modalidad
de concurrencia de delitos constituye el denominado concurso ideal de delitos. El término
ideal se refiere a la unidad de acción ejecutada y se contrapone a la real comisión de una
pluralidad de diferentes acciones delictivas. La pluralidad de delitos existe, en virtud de
la pluralidad de las normas penales infringidas; pero unidad de acción también existe, por
cuanto el sujeto solo ejecuta un único acto tipificado por la ley.
La realización de la conducta pluri-significativa o de plural trascendencia típica, en cuanto
quebranta más de una normal penal, origina el concurso ideal (por la unidad de acción) de
delitos (por la pluralidad de infracciones de diversas normas penales)”.
pñir| JURISPRUDENCIA
Sumario: ACUERDO PLENARIO: Delimitación conceptual entre concurso ideal y real de de
litos frente al concurso aparente de delitos. CORTE SUPREMA: Concepto de con
curso ideal de delitos / Supuesto de configuración del concurso ideal de delitos / Con
curso ideal (prescripción ordinaria y prescripción extraordinaria) / Unidad de acción en
la consumación de delitos sometidos a concurso ideal / Concurso ideal de los delitos
de asociación ilícita para delinquir y encubrimiento personal / Concurso ideal hetero
géneo de delitos y plazo de prescripción de la acción / Concurso ideal de delitos entre
secuestro y extorsión / Concurso ideal de delitos entre desobediencia a la autoridad y
peculado / Elemento constitutivos del concurso aparente de leyes / Concurso aparente
384
Aplicación de la pena A rt. 48
J 0507 D elim itación conceptual entre concurso ideal y rea l d e delitos fren te a l con
curso aparen te de delitos: “F. J. 14. Los verbos típicos utilizados para describir los de
litos analizados, así como los medios comisivos previstos para su perpetración tienden a
conectarse o confundirse por su similitud. Por tanto, se requiere esclarecer cuando se con
figura uno u otro tipo penal, y así deslindar la presencia o no de un concurso de delitos
(ideal o real) o de un concurso aparente de leyes entre ellos. En los delitos de violación
sexual se está ante tipos legales claramente diferenciables en los que la conducta típica
queda plenamente definida por el acceso camal (vaginal, anal o bucal) o análogo (intro
ducción de objetos o partes del cuerpo vía vaginal o anal), que practica el propio sujeto
activo con la víctima. Sin embargo, los delitos de trata de personas y de favorecimiento a
la prostitución, como de proxenetismo, generan conflictos de interpretación por su posi
ble convergencia normativa. Por consiguiente, a continuación se harán las precisiones
teóricas y prácticas que posibiliten reconocer y facilitar la operatividad de la adecuada
calificación judicial de unos y otros. F. J . 15. En primer lugar, es de señalar que no se trata
de un supuesto de identidad típica. No se ha tipificado en los artículos 153,179 y 181 del
CP el mismo delito. Se está ante conductas delictivas diferentes. En efecto, el delito de
trata de personas agota su realización en actos de promoción, favorecimiento, financia
ción o facilitación del acopio, custodia, traslado, entrega o recepción de personas dentro
del país o para su ingreso o salida de él, con la finalidad de que ejerzan la prostitución o
sean sometidas a esclavitud o explotación sexuales. Es un delito de tendencia intema tras
cendente donde el uso sexual del sujeto pasivo es una finalidad cuya realización está más
allá de la conducta típica que debe desplegar el agente pero que debe acompañar el dolo
con que este actúa. Es más, el delito estaría perfeccionado incluso en el caso de que la víc
tima captada, desplazada o entregada no llegue nunca a ejercer la prostitución o se frus
tre, por cualquier razón o circunstancia, su esclavitud o explotación sexual por terceros.
F. J. 16. En cambio, en los actos de favorecimiento de la prostitución el sujeto activo
actúa indirectamente, promoviendo (inicia, impulsa o influencia positivamente) o favo
reciendo (creando las condiciones necesarias para sus actividades sexuales o proveyén
dole clientes) la prostitución de la víctima (relaciones sexuales con terceros a cambio de
dinero). Es un típico delito de corrupción sexual cuyo móvil suele ser lucrativo. F. J. 17.
Finalmente, en el delito de proxenetismo el agente directamente interviene en el comer
cio sexual de la víctima a la cual, previamente, convence o compromete para que se entre
gue sexualmente por una contraprestación económica a terceros. El agente en este delito
oferta y administra la prostitución de la víctima. Desarrolla pues un negocio ilegal en
tomo a la venta sexual de aquella. F. J. 18. Se podría graficar las diferencias entre tratante,
promotor y proxeneta señalando que el primero actúa como proveedor; el segundo como
impulsor o facilitador; y el tercero como expendedor y gestor de la prostitución de las víc
timas. Por consiguiente, el concurso real entre estos tres delitos resulta ser la posibilidad
más técnica de conectarlos hipotéticamente. Así, quien practica la trata puede, también,
385
A rt. 48 L ibro primero / Parte general
CORTE SUPREMA
J 0508 C oncepto de concurso ideal de d e lito s : “Que, el concurso ideal de delitos se
produce porque un solo hecho da lugar a dos o más delitos, lo que el artículo cuarenta y
ocho del Código Penal vigente, establece señalando que se presenta cuando varias dispo
siciones son aplicables al mismo hecho, es decir, que con una sola acción u omisión se
viola diversas normas legales que no se excluyen entre sí, aplicándose la pena del delito
más grave; en cambio, el concurso real de delitos es aquella situación resultante de la
comisión de una o más acciones realizadas por el mismo sujeto, las que serán juzgadas
en un mismo proceso penal, y que el artículo cincuenta del mismo Código establece que
se presenta cuando concurren varios hechos punibles que deben ser considerados como
otros tantos delitos independientes, imponiéndose la pena del delito más grave, debiendo
el juez tener en cuenta los otros delitos, de conformidad con el artículo cuarenta y ocho
de la norma legal antes mencionada” (R. N. N° 896-2005-Callao, del 22/06/2005, f j. 2,
Segunda Sala Penal Transitoria).
J 0509 S u pu esto de configuración d el con cu rso id ea l de d elito s: “[...] Los hechos que
han dado lugar a la presente investigación se ha dado unidad de acción, por ende se trata
de un concurso ideal de delitos, esto es que una sola acción ha dado lugar a varias lesiones
a un bien jurídico tutelado en el caso de autos “delito de robo” y ‘contra la libertad sexual’
por lo que estos deben ser analizados en forma conjunta, más no así desligada [...]” (R. N.
N°1166-2005-Huánuco, del 05/07/2005, Sala Penal Transitoria).
386
A plicación de la pena A rt. 48
J 0511 U nidad de acción en la consum ación de delitos som etidos a concurso ideal.
“Que los delitos de receptación y cohecho pasivo impropio imputados al encausado [...]
constituye un concurso ideal de delitos. Debido a que dichos ilícitos penales se consu
maron con la sola acción de aceptar dinero del erario público de parte del ex asesor pre
sidencial Vladimiro Montesinos Torres, a efectos de cambiarse de agrupación política, lo
cual debería presumir que era de procedencia ilegal, por la forma y circunstancia en que
ocurrieron los hechos [...]” (R. N. N° 1283-2012-Lima, del 02/04/2013, f. j. 9, Sala Penal
Transitoria).
J 0514 C on cu rso id e a l d e d elito s en tre secu estro y extorsió n : “El delito de secues
tro tipificado por el artículo 152 del Código Penal, se halla subsumido en el delito de
extorsión previsto en el artículo 200 del mismo Código, por cuanto la conducta del
procesado referida a la aprehensión del agraviado en calidad de rehén hasta el día
siguiente en que fue entregada la suma de dinero exigida para su liberación, se aplica
al tipo que prevé la pluralidad de dicha conducta; por tanto, se trata de un concurso
ideal de delitos, pues con el secuestro se llegó a la ventaja económica materia del
387
A rt. 48 L ibro primero / Parte general
J 0516 E lem en tos constitutivos d e l con cu rso aparente de leyes: “El concurso aparente
de normas surge cuando un sujeto realiza una acción ante la cual concurren de manera
aparente varias disposiciones legales, cuando en realidad una sola es la aplicable a dicha
acción; por lo mismo, no es exactamente un problema concursal, sino uno de interpreta
ción, o lo que es lo mismo, la cuestión es establecer qué tipo legal es el aplicable a la con
ducta del agente” (Ejecutoria Suprema del 25/01/1996, Exp. N° 4647-95-Lambayeque.
En: ROJAS VARGAS, F. (1999). Jurisprudencia penal. Gaceta Jurídica, Lima, p. 164).
J 0518 C oncurso aparente de leyes p e n a le s entre los tipos d e lesiones g ra ves y robo
agravado: “Si bien la conducta desplegada por el agente puede encuadrarse en más de un
tipo penal, debe ser de aplicación aquel que prevea el carácter pluriofensivo de su con
ducta, de modo que en aplicación del principio de especialidad, la figura típica de lesiones
388
A plicación de la pena A rt. 4 9
graves se encuentra subsumida dentro de los alcances del tipo penal que prevé el delito de
robo agravado” (Ejecutoria Suprema del 07/10/1999, Exp. N° 3274-99-Piura. En: ROJAS
VARGAS, F. (2000). Jurisprudencia penal patrimonial. Grijley, Lima, p. 107).
J 0519 Concurso aparente de leyes penales entre los tipos penales de secuestro, robo
agravado y extorsión: “Durante la noche del día 15 de junio de 2001, los encausados
interceptaron a la víctima, le sustrajeron sus pertenencias, la despojaron de sus tarjetas
bancarias obligándola a proporcionar las claves de acceso, la detuvieron por espacio de
tres horas y se apoderaron de su dinero citado en diferentes entidades bancarias, esto es
en un vehículo motorizado, con el concurso de varios individuos y a mano armada, actos
que habrían generado la tipificación de tres ilícitos: robo agravado, secuestro y extorsión.
Dándose un concurso aparente de leyes, esto es cuando dos o más normas se disputan ser
aplicadas a un mismo hecho, la más adecuada, de acuerdo al principio de especialidad
desplaza las demás, teniendo en cuenta que en el presente caso el móvil real del ilícito
era el apoderamiento del dinero de la víctima y no el de privarle de su libertad u obligarla
contra su voluntad a dar una ventaja económica, es que en aplicación del mencionado
principio de especialidad, el delito de robo agravado perpetrado por el sentenciado, des
plaza a los supuestos tipos de secuestro y extorsión” (Ejecutoria Suprema del 09/01/2004,
Exp. N° 2454-2003-Lima. En: CASTILLO ALVA, J. L. (2006). Jurisprudencia penal. Sen
tencias de la Corte Suprema de Justicia de la República. Tomo I. Grijley, Lima, p. 357).
----------------- § ------------------
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 49.- Cuando varias violaciones de la misma ley penal hubieran sido come
tidas en el momento de la acción o en momentos diversos con actos ejecutivos de la
(34) Artículo vigente conform e a la modificación realizada por el artículo único de la Ley N° 26683 del
11/11/1996.
389
Art . 49 L ibro primero / Parte general
DOCTRINA
_I)_ (II9
_ _11
_ N atu raleza jurídica: CEREZO MIR, J. (2004). Curso de Derecho Penal
español. Parte general. 6a edición. Tomo I. Madrid: Tecnos, p. 296. “La unidad de lesión
jurídica debe apreciarse cuando las diferentes acciones u omisiones estén comprendidas
en un mismo tipo básico o fundamental, es decir, en un tipo básico y en uno agravado
o privilegiado. Debe apreciarse, asimismo, entre la tentativa y la consumación o entre
diversas conductas de la tentativa. No exige el Código una conexión espacial o tempo
ral entre las diversas acciones u omisiones. La exigencia de una conexión espacial carece
de todo fundamento. [...] No es obstáculo a la apreciación del delito continuado el que el
autor haya contado en cada acción u omisión con la cooperación, necesaria o complici
dad, de personas diferentes. Cabe apreciar la continuidad no solo respecto del autor, sino
también de los partícipes que hayan intervenido en todas las acciones. Dado el criterio de
unidad que rige en nuestro Código, no me parece posible, en cambio, apreciar delito con
tinuado para el inductor, cooperador necesario o cómplice que induce o coopera, en vir
tud de un plan preconcebido o aprovechando la misma ocasión, con diversos autores. No
cabe tampoco la continuidad entre conductas de autor y partícipe”.
390
A plicación de la pena A rt. 49
delito continuado si las diferentes acciones particulares se dirigen contra distintos titula
res del bien jurídico, por ejemplo, homicidio de varias personas, abuso sexual sobre dis
tintos niños, violación a varias mujeres, coacción a distintas personas. Esta restricción se
fundamenta en que con los bienes jurídicos personalismos el injusto de acción, el resul
tado y también el contenido de la culpabilidad referidos a cada acto individual, deben ser
comprobados y valorados en la sentencia de forma separada, c) Para la delimitación del
delito continuado es determinante el carácter unitario del dolo (unidad del injusto perso
nal de acción) [...]. d) Si para el delito continuado se requiere un dolo global, entonces en
los hechos imprudentes no puede concurrir ninguna relación de continuidad”.
_I)_01‘1
_ _ 3_ Elementos esenciales: POLAINO NAVARRETE, P. (2017). Lecciones de
Derecho Penal. Parte general. Tomo II. 2a edición. Madrid: Tecnos, p. 287. “Son ele
mentos esenciales fijos sin los cuales, conforme a su propia naturaleza, no cabe apreciar
la existencia legal del delito continuado los siguientes caracteres de la institución: Uni
dad de sujeto activo. Pluralidad de conductas típicas. Pluralidad de infracciones normati
vas. Son elementos esenciales alternativos que han de concurrir necesariamente, pero de
manera alternativa, en alguna de las dos formas específicas previstas por la ley: Identidad
de precepto infringido (‘El mismo precepto penal’) o similitud de los preceptos infrin
gidos (‘o preceptos de igual o semejante naturaleza’). Ofensa típica que puede incidir
sobre un sujeto pasivo único o sobre una pluralidad de sujetos pasivos titulares del bien
jurídico protegido. La ejecución de un plan delictivo preconcebido o bien, alternativa
mente, el aprovechamiento de una idéntica ocasión criminal”.
391
A rt. 49 L ibro primero / Parte general
Los actos en relación de continuidad que no han sido considerados dentro del proceso y
que se descubren luego de la condena no tienen ningún efecto en la determinación de la
pena, pues ya se encuentran incluidos en la consideración global del delito continuado”.
|I| JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0520 D elito con tin u ado (aplicación d e la norm a vigente): “F. J . 3. Cuando baya
más de una norma vigente al momento de la comisión del delito, por tratarse, por ejem
plo, de un delito continuado, se aplicará, como norma vigente al momento de la comi
sión del delito, la última norma vigente durante su comisión. Esto es así, porque la
norma vigente al momento de la comisión del delito se aplica de manera inmediata. F.
J. 4. En el caso de autos, se trata de un delito continuado que fue cometido durante la
vigencia de dos normas penales con consecuencias jurídicas distintas: el Código Penal
de 1991 y el Decreto Legislativo N° 813. Tal como se ha establecido en los fundamen
tos precedentes, no se trata de un conflicto de normas en el tiempo, por lo que no es
amparable la aplicación de lo dispuesto en el artículo 139 de la Constitución” (STC
Exp. N° 0901-2003-HC/TC-Lima, caso: Pedro Antonio Esteban Schultz Alvarez, del
12/05/2003, ff.jj. 3 y 4).
ACUERDO PLENARIO
J 0521 C oncepto de delito continuado: “El artículo 49 del CP, cuyo texto fue modifi
cado por la Ley número 26683, del 11 de noviembre de 1996, prevé el denominado delito
continuado: sucesivas violaciones de la misma ley, igual o semejante, cometidas con
actos ejecutivos de la misma resolución criminal, consideradas como un solo delito ‘con
tinuado ’. Asimismo, identifica en el último inciso de su primer párrafo la denominada cir
cunstancia agravante específica por pluralidad de personas perjudicadas por el delito con
tinuado: el ‘delito masa’. En este último caso hace referencia al supuesto en el que con las
sucesivas violaciones de la misma ley -delito continuado- por parte del agente, hubieran
resultado perjudicadas una pluralidad de personas; supuesto en el que el Juez aumentará la
pena hasta un tercio de la máxima prevista para el delito más grave. El delito continuado
consiste en la realización de acciones similares u homogéneas en diversos momentos pero
que transgreden el mismo tipo legal [...]. Ello implica que aquellas conductas entre las
que existe relación de continuidad deben ser percibidas como parte de un único fenómeno
392
Aplicación de la pena A rt. 49
global [...]. No todos los delitos admiten la figura del delito continuado. En este sentido,
‘solo es viable, entonces, en los delitos cuyo injusto sea cuantificable, susceptible de agra
vación con actos que se realizan en sucesión progresiva [...]. No tiene cabida allí donde
el injusto se agote necesariamente con un acto único e indivisible, como es el caso de la
vida o de los llamados bienes personalísimos, de suyo inacumulables cuando la lesión
pasa de un titular a otro [...]’” (Acuerdo Plenario N ° 8 -2 0 0 8 /C J-l 1 6 sobre "L a p res crip
ción de la acción p en a l en artículos 4 6 y 4 9 del C P ”, d el 1 3 /1 1 /2 0 0 9 ,/. j. 7, V P len o J u
risdiccional de las Salas P enales Perm anente y Transitorias).
J 0522 D iferen cias entre e l delito continuado y e l delito m asa: “Lo que determina la
diferencia entre uno y otro instituto jurídico es que en el delito masa la denominada ‘pena
de arranque’ será la pena base del delito continuado [...], y que podría elevarse hasta un
tercio de la máxima prevista para el delito más grave, por lo que sigue considerándose al
delito masa como una ‘subespecie del delito continuado’ [...]. El fundamento de la agra
vación punitiva del delito masa se construye sobre la existencia de un injusto de mayor
gravedad [...] al que informa, según nuestra legislación, la pluralidad de personas a las
que afecta. El efecto plus punitivo de esta figura radica, precisamente, en la posibilidad de
aglutinar distintos resultados o perjuicios a fin de erigir una ‘unidad’ sustrayendo de este
modo el supuesto a las reglas de los concursos de cuya naturaleza no participa el delito
masa. Son elementos del delito masa: a) la realización de un delito continuado; y, b) plu
ralidad de personas perjudicadas por el delito. [...]. De modo que, el delito masa viene
a ser una circunstancia agravante específica del delito continuado. Se basa en la plura
lidad de personas perjudicadas por el delito continuado que ejecuta el agente. En este
caso, la pena será aumentada en un tercio de la máxima prevista para el delito más grave”
(Acuerdo Plenario N ° 8 -2 0 0 8 /C J-1 1 6 sobre "La p rescripció n de la acción p en a l en ar
tículos 4 6 y 4 9 d el C P ”, d el 1 3 /1 1 /2 0 0 9 ,/. j. 7, V P leno Ju risdiccional de las Salas P en a
les Perm anente y Transitorias).
CORTE SUPREM A
393
A rt. 49 L ibro primero / Parte general
prescrito por resultar de aplicación el artículo ochenta y tres del Código sustantivo, que
regula el plazo extraordinario por razones de interrupción por el inicio del proceso penal”
(R. N. N ° 2976-2003-A purím ac, del 0 5 /0 4 /2 0 0 4 , ff. jj. 3 y 4, Sala P ena l Perm anente).
J 0526 A cto s continuados en e l delito de robo: “Se desprende que el acusado, dado los
aprietos económicos por los que estaba pasando decidió ejecutar los eventos delictivos,
para los cuales se agenció de dos cuchillos; [...] coligiéndose que ha existido unidad de
resolución criminal, por lo que nos encontramos frente a un delito continuado de robo, en
el que concurre el subtipo agravado del robo a mano armada” (Ejecutoria Suprem a del
2 2 /0 7 /1 9 9 9 , Exp. N °2337-99-L im a ).
J 0527 A c to s continuados en los delitos contra la lib erta d sexual: “De la revisión de la
prueba actuada, se tiene que el acusado en el año 1997, aprovechando que la menor agra
viada, quien es su hermana, estuvo bajo su cuidado abusó sexualmente de ella, siendo la
última vez, en marzo de 1999; por lo que tratándose de un delito continuado, la pena a
imponerse es la que corresponde a la de la legislación vigente al momento del acto delic
tivo” (Ejecutoria Suprem a del 03 /0 7 /2 0 0 1 , R. N. N ° 1 8 1 4 -2 0 0 1 -Camaná. E n : P É R E Z
ARROYO, M. (2006). L a evolución de la jurisp ru d en cia p en a l en el P erú (2 0 0 1-2005).
Tomo I. Instituto Peruano de Criminología y Ciencias Penales. Turis Consulti - San M ar
cos, Lima, p . 622).
J 0528 A c to s continuados en los delitos de fa lse d a d docum ental: “El encausado, apro
vechando su condición de funcionario de la unidad de licencias de la Dirección de Trans
portes, Comunicaciones, Vivienda y Construcción de Abancay, adulteró el padrón de
licencias y consignó su nombre en la licencia de conducir de categoría B, correspon
diente al fallecido, la que vino usando cotidianamente; que, posteriormente, utilizando
esa misma licencia obtuvo la recategorización al nivel D, y para luego y finalmente,
394
Aplicación de la pena A rt. 49
395
A rt. 50 L ibro primero / Parte general
consumado o intentado, pero todas ellas se valoran juntas como un solo delito. El delito
continuado, exige la presencia de determinados elementos: a) Objetivos: homogenei
dad del bien jurídico lesionado, homogeneidad de los modos de comisión del delito,
cierta conexión espacial y temporal; y, b) Subjetivos: la presencia de un dolo conjunto
o designio criminal común a las diversas acciones realizadas. La imputación contra el
autor del delito de enriquecimiento ilícito, como ya ha sido detallado, consiste en que
este aprovechando su condición de oficial del ejército se enriqueció en forma inde
bida entre mil novecientos noventa al dos mil, lo que no implica que durante todo este
tiempo y de manera interrumpida se habría estado enriqueciendo en forma indebida,
sino por el contrario de los medios de prueba que se han aportado y actuado durante
la etapa del proceso penal y específicamente durante la etapa del juicio oral, se des
prende que el autor del hecho habría estado incrementando su patrimonio de manera
progresiva. No cabe duda pues que en el caso que nos ocupa concurren los requisitos
que reclama el delito continuado, pues se ha lesionado un mismo bien jurídico la Admi
nistración Publica que se ha visto afectada por la conducta del procesado [...], quien
abusando de su cargo en la Administración Pública se ha enriquecido indebidamente
durante el periodo comprendido entre mil novecientos noventa al dos mil, con lo que no
solo existe homogeneidad en el modo de comisión, sino que además una conexión espa
cial y temporal entre cada acto de enriquecimiento [...]. En cuanto al designio criminal,
resulta evidente que el objetivo último del autor del hecho no era otro que incrementar
su patrimonio, para ello no dudo en aprovechar del cargo que ostentaba al interior de
las Fuerzas Armadas en su condición de oficial del Ejército. Determinada la condición
de delito continuado del delito de enriquecimiento ilícito, corresponde analizar cuál fue
el papel que desempeñaron los procesados a quienes se le imputa haber participado en
el hecho típico y antijurídico atribuido al encausado [...], y si este comportamiento se
adecúa a la tipificación de la complicidad” (Exp. N ° 99-2009-L im a, d e l 25/01/2011, P ri
m era S ala P en a l E special).
(35) A rtículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 3 de la L ey N° 28730 del 13/05/2006.
396
Aplicación de la pena Art. 50
TEXTO ORIGINAL:
A rtículo 50.- Cuando concurran varios hechos p unibles qu e deben considerarse
como otros tantos delitos independientes, se impondrá la p en a del delito más grave,
debiendo el Ju ez tener en cuenta los otros, de conform idad con el artículo 48.
DOCTRINA
397
Art. 50 L ibro primero / Parte general
El concurso real de delitos responde al básico principio jurídico que proclama: ‘tantas
acciones tantos delitos’, que encuentra su correlativo punitivo en el axioma ‘tantos delitos
tantas penas ’: ‘ quot delicia tot poenae ’. En suma, la vigencia de estos criterios normativos
equivale a establecer ‘tantas penas cuantos delitos’ han sido cometidos”.
á JURISPRUDENCIA
Sumario: ACUERDO PLENARIO: Diferencia entre concurso real y el concurso ideal de delitos
/ Clases de concurso real / Elementos del concurso real / Determinación judicial de la
pena concreta en el concurso real de delitos. CORTE SUPREMA: Determinación de la
pena en el concurso real de delitos / Concurso real de delito (determinación de la pena
y principio de legalidad) / El principio de acumulación en la determinación de la pena
concreta en el caso de concurso real de delitos / Prescripción de la acción penal en el
concurso real de delitos / Concurso real de delitos y el acuerdo reparatorio / Vigencia
de la acción penal y concurso real de delitos / Las penas accesorias y las medidas de
seguridad en el concurso real de delitos / Concurso real de delitos entre robo agra
vado y tenencia ilegal de armas / Concurso real de delitos entre robo agravado y
violación sexual. CORTES SUPERIORES: Elementos constitutivos de concurso real
de delitos.
ACUERDO PLEN A R IO
J 0532 D iferen cia entre e l concurso re a l y e l concurso ideal de delitos: “Se produce un
concurso real de delitos cuando un mismo autor con una pluralidad de acciones indepen
dientes entre sí, realiza, a su vez, varios delitos autónomos. A diferencia del concurso ideal
(que presenta unidad de acción), el concurso real se caracteriza por presentar pluralidad
de acciones y por ello constituye la contrapartida del concurso ideal” (Acuerdo Plenario
N ° 4 -2 0 0 9 /C J-1 1 6 sobre “Determ inación d e la p e n a y concurso r e a l”, del 13/11/2009, f .
j. 6, V P leno Jurisdiccion al de las Salas P en a les Perm anente y Transitorias).
J 0533 C lases de concurso real: “Existen dos formas de concurso real de delitos: el
homogéneo y el heterogéneo. El concurso real es homogéneo si la pluralidad de delitos
cometidos corresponde a una misma especie; por ejemplo, cuando en diversas ocasio
nes y de modo independiente se cometieron varios robos. El concurso real es heterogé
neo cuando los delitos realizados por el mismo autor constituyen infracciones de distinta
especie, es decir, si en distintas oportunidades se cometieron un hurto, lesiones y una fal
sificación de documentos” (Acuerdo P len a rio N ° 4 -2 0 0 9 /C J-ll 6 so bre "Determ inación
398
Aplicación de la pena A rt. 50
J 0534 E lem en tos del concurso real: “Los presupuestos y requisitos legales del concurso
real de delitos son los siguientes: A) Pluralidad de acciones; B) Pluralidad de delitos inde
pendientes; C) Unidad de autor. El agente en el concurso real de delitos debe ser objeto de
enjuiciamiento en un mismo proceso penal “enjuiciamiento conjunto-, lo que, por consi
guiente, da lugar a una imputación acumulada al agente de todos los delitos perpetrados
en un determinado espacio de tiempo [...]. La comisión de varios delitos en concurso real
crea los presupuestos de su enjuiciamiento simultáneo en función a la conexidad material
existente entre ellos” (Acuerdo Plenario N ° 4 -2 0 0 9 /C J-1 1 6 sobre "Determ inación d e la
p en a y concurso real", d el 13/11/2009, f. j. 6, V P len o Jurisdiccional de las Salas P en a
les P erm anente y Transitorias).
399
A rt. 50 L ibro primero / Parte general
dicha sanción punitiva sería la única que tendría la condición de pena concreta, supri
miéndose, en tal caso, las demás penas concretas parciales. Cabe aclarar que si más
de un delito resultase con pena concreta parcial de cadena perpetua estas no se suma
rían debiendo aplicarse como pena concreta total solo una de ellas” (A cuerdo P lenario
N ° 4 -2 0 0 9 /C J-1 1 6 s o b re “D eterm inación de l a p e n a y concurso re a l”, del 13/11/2009, f .
j . 7, V P leno Jurisdiccion al de las Salas P ena les Perm anente y Transitorias).
CO RTE SU PREM A
400
A plicación de la pena Art. 50
delitos -robo agravado y violación sexual- que en aplicación del artículo cincuenta del
Código Penal, modificado por Ley número veintiocho mil setecientos treinta, exige sumar
las penas privativas de libertad que fije el juez para cada una de ellas. F. J. 14. Que, al
respecto, se tiene el Acuerdo Plenario N° 04-2009/CJ-116 [...], que establece que para la
determinación de la pena concreta aplicable, en caso del concurso real de delitos, rige un
procedimiento que responde a las reglas derivadas del denominado ‘principio de acumu
lación’, precisándose que, en primer orden debe identificarse una pena básica y una pena
concreta parcial para cada delito integrante del concurso y, una vez cumplido ello, se pro
cederá a sumar las penas concretas parciales y así obtener, con dicha adición, un resul
tado que será la pena concreta total del concurso real” (R. N. N ° 3592-2009-A yacucho, del
30/06/2010, jf. jj. 13 y 14, Sala Penal Perm anente).
401
Art. 50 L ibro primero / Parte general
j 0541 Vigencia de la acción p en a l y concurso real de delitos : “Que, estando a los térmi
nos de la acusación fiscal, queda claro que las acciones realizadas por los mencionados proce
sados fueron ejecutados en dos momentos diferentes, pues, en primer lugar se habrían apro
piado de parte de los galones de petróleo que habían sido adquiridos dentro del ‘Plan Sierra
Verde’, para lo cual habrían usurpado las funciones del manejo técnico y administrativo del
citado Plan; que, en segundo lugar, para justificar dicha actividad ilícita, elaboraron y/o adul
teraron documentación falsa, ello con el fin de sustentar lo que indebidamente se habrían apro
piado; por lo que, queda claro que los hechos imputados a los aludidos encausados resultan
ser conductas independientes -concurso real de delitos- y no simultáneas -concurso ideal de
delitos- como erróneamente precisa el representante del Ministerio Público -fiscal supremo-;
debiendo tenerse en cuenta que los documentos incriminatorios de falsificación son de natu
raleza privada, la cual se sanciona con una pena no mayor de cuatro años -artículo cuatro
cientos veintisiete del Código Penal-; que, al respecto, nuestro ordenamiento jurídico penal
sustantivo establece las formas de extinción de la acción penal, entre ellas la prescripción
que, conforme lo determina el artículo ochenta del Código Penal, opera cuando transcurre un
tiempo igual al máximo de la pena fijada por ley para el delito, y en caso de darse la interrup
ción de los plazos, en aplicación del último párrafo del artículo ochenta y tres del Código sus
tantivo, esta opera indefectiblemente cuando el tiempo transcurrido sobrepasa en una mitad
el plazo ordinario; que, dentro de ese contexto, se advierte que el momento consumativo del
delito contra la fe pública -año dos mil- a la actualidad, han transcurrido más de siete años y
once meses, por lo que la acción penal que generó la conducta dolosa incriminada al proce
sado Ñ.Q se ha visto afectada extintivamente, pues según la pena máxima de cuatro años pre
vista en el numeral cuatrocientos veintisiete del Código Penal y estando a lo dispuesto por los
artículos ochenta y ochenta y tres —in fine - del mismo cuerpo legal, la vigencia de la acción
penal quedó limitada al plazo de seis años, situación jurídica de la que emerge el imperativo
de amparar la excepción de prescripción, haciéndose extensiva al reo P.M, por tener la misma
situación jurídica-como acertadamente concluyó el Tribunal Superior-; debiendo enfatizarse
que el extremo materia de impugnación, no resulta de aplicación lo dispuesto en la última
parte del artículo ochenta del Código sustantivo -que duplica el plazo de prescripción-, pues
dicha norma está referida única y exclusivamente cuando el agente en calidad de funciona
rio o servidor público, vulnera tipos penales que perjudican directamente el patrimonio del
Estado, lo cual no sucede en los delitos contra la fe pública, cuyo bien jurídico protegido es el
tráfico jurídico documentario [...]” (R. N. N ° 3601-2007-Arequipa, del 10/11/2008,/. j. 3, Pri
mera Sala Penal Transitoria).
402
A plicación de la pena Art. 50-A
J 0543 Concurso re a l de delitos entre robo agravado y tenencia ilegal de arm as: “Ha
quedado acreditado que los acusados han participado conjuntamente en la comisión de
tres latrocinios: el primero, en el cual actuaron durante la noche, a mano armada y con
el concurso de más de dos personas; mientras que en el segundo y tercer atentado patri
monial, en los que han actuado en casa habitada, durante la noche y con el concurso de
dos personas, teniendo en cuenta el accionar de los acusados, nos encontramos frente a
un delito continuado de robo agravado, resultando de aplicación la norma penal vigente
al momento que cesó la actividad delictiva. Asimismo, se ha probado la responsabilidad
penal de los acusados por el delito de tenencia ilegal de armas de fuego, de lo que se colige
que entre este evento delictivo y los atentados patrimoniales, se ha configurado un con
curso real de delitos” (Ejecutoria Suprema del 17/06/1999, Exp. N ° 1536-99-Tacna. En:
CHOCANO RODRÍGUEZ, R. y VALLADOLID, V. (2002). Jurisprudencia penal. Grijley,
L im a,p. 139).
J 0544 Concurso re a l de delitos entre robo agravado y violación sexual: “El imputado
no solo, mediante amenaza con arma blanca y anunciando que pertenece a un grupo terro
rista, sustrajo diversos artefactos y dinero a la agraviada, sino que además le hizo sufrir
violación sexual, produciéndose un concurso real de delitos entre violación sexual y robo
agravado” (Ejecutoria Suprema del 28/06/2004, R. N. N ° 742-2004-Ayacucho. En: CAS
TILLO ALVA, J. L. (2006). Jurisprudencia penal. Sentencias de la C orte Suprema de Jus
ticia de la República. Tomo I. Grijley, Lima, p . 464).
CORTES SUPERIORES
J 0545 E lem entos constitutivos del concurso real de delitos: “La dogmática penal esta
blece que para que exista concurso real de delitos, se requiere entre otros elementos: plura
lidad de acciones punibles, de tal suerte que cada uno de ellos, con sus propios elementos
constitutivos, puedan considerarse como infracciones autónomas; que esta circunstancia
no ha operado en el presente caso, en que admitir el concurso de la tentativa de homici
dio y lesiones implicaría una doble valoración de la conducta incriminada” (Sentencia de
la Corte Superior de Justicia de La L ibertad del 31/05/2001. Exp. N ° 98-0199-16070. En:
Jurisprudencia p en a l (2003). Normas Legales, Trujillo,p. 167).
-----------------§ ------------------
(36) Artículo vigente conform e a la incorporación realizada por el artículo 2 de la L ey N° 29407 del
18/09/2009.
(37) Texto conform e a la rectificación de fe de erratas del 29/09/2009.
403
Art. 50-A L ibro primero / Parte general
penal o preceptos de igual o semejante naturaleza, será sancionado como autor del
delito correspondiente y se le impone la pena privativa de libertad prevista para
este, teniendo en cuenta el perjuicio total causado.
N ormas concordantes
C P: arts. 440, 441, 444; C P P 2 0 0 4 : arts. 30, 482 inc. 2, 484; C d e P P : arts. 9, 12, 18, 59,
324, 333; N C P P : arts. 17, 30; L e y 2 9 8 2 4 : art. 1 6 inc. 3
¡¡«¡i JURISPRUDENCIA
ACUERDO PLEN A R IO
404
Aplicación de la pena A rt. 50-A
405
A rt. 51 L ibro primero / Parte general
TEXTO ORIGINAL:
A rtíc u lo 51.- Si después de la sentencia definitiva condenatoria se descubriere
otro hecho punible cometido antes de ella por el mismo condenado, será some
tido a nuevo proceso y se aumentará la pena o se impondrá la nueva pena
correspondiente.
DOCTRINA
Sumario: Naturaleza.
_I)_0199
_ _ _ Naturaleza: GARCIA CAVERO, P. (2008). Lecciones de Derecho Penal.
Parte general. Lima: Grijley, pp. 666-667. “[...] El denominado concurso real retrospec
tivo se produce cuando los delitos que comprometen el concurso no han sido juzgados
simultáneamente en un solo proceso, esto es, el procesado ha sido autor de varios delitos,
pero inicialmente fue juzgado y condenado solo por uno o algunos de los delitos cometi
dos. De allí que al descubrirse con posterioridad a tal juzgamiento y condena los delitos
(38) Artículo vigente conform e a la modificación realizada por el artículo 3 de la L ey N° 28730 del 13/05/2006.
406
A plicación de la pena A rt. 51
restantes, ellos darán lugar a un nuevo juzgamiento, sin que aquella anomalía procesal
afecte la integridad del concurso real de delitos que cometió el agente. [...]
La actual regulación del concurso real retrospectivo establece una sola regla; El sen
tenciado será sometido a proceso penal y la pena que le fije el juez se sumará a la ante
rior hasta un máximo del doble de la en del delito más grave, no pudiendo excederse de
treinta y cinco años. Si uno de estos delitos se encuentra reprimido con cadena perpetua,
se aplicará solamente esta”.
J 0547 Concepto y elem entos d el concurso rea l retrospectivo: El concurso real retros
pectivo o posterior se configura cuando los delitos que componen el concurso no fueron
juzgados simultáneamente en un solo proceso penal. Es decir, al autor de esa pluralidad
concursal de delitos independientes se le fue sometiendo a juicio y condenando secuen-
cialmente por cada hecho punible, según la oportunidad en que tales ilícitos se fueron,
sucesivamente, descubriendo. Un ejemplo puede ilustrar esta peculiar situación mate
rial y procesal: X cometió un hurto en abril de 2003. Al año siguiente, en marzo de 2004,
utilizó una libreta electoral falsa para suscribir un contrato de arrendamiento. Luego, en
junio de 2006, ocasionó lesiones graves a su vecino. Este último lo denunció, por lo que
X fue procesado y condenado a cinco años de pena privativa de libertad. Sin embargo,
estando recluido él fue reconocido por el agraviado del hurto que cometió en el 2003,
quien al denunciarlo le generó un nuevo proceso penal. Al iniciarse este nuevo juicio se
descubrió la utilización del documento falso el año 2004, lo que motivó que se le amplíe
la instrucción por el delito contra la fe pública. Como se puede apreciar en este ejemplo,
si bien existe un concurso real entre los delitos de robo (art. 185 del CP), falsedad docu
mental (art. 427 del CP) y lesiones graves (art. 121 del CP), tales delitos no han podido
ser juzgados en el mismo proceso judicial sino en juicios sucesivos posteriores a la pri
mera condena por lesiones graves. Partiendo de la estructura normativa del concurso
real retrospectivo de delitos, cabe identificar como sus presupuestos y requisitos a los
407
A rt. 51 L ibro primero / Parte general
J 0548 D eterm in a ció n ju d ic ia l de la p e n a con creta en e l con cu rso rea l retro sp ectivo
d e delitos: “En la imposición de la pena concreta para esta modalidad especial de con
curso real la doctrina exige que se fije como criterio rector que el autor no debe resul
tar con una pena concreta final y total, luego de sus sucesivos juzgamientos y conde
nas, que sea más severa que aquella que se le habría aplicado si hubiese sido juzgado
simultáneamente, en un solo proceso, por todos los delitos que cometió y que dieron
lugar al concurso real [...]. En coherencia con dicho criterio la modificación del artículo
51 del CP, mediante la Ley N° 28730, ha establecido que la pena concreta para tales
casos, surgirá, también, de la aplicación del mismo procedimiento regulado para el con
curso real de delitos en el artículo 50 del CP. Es decir, el órgano jurisdiccional compe
tente en cada juzgamiento deberá adicionar las penas concretas parciales que obtenga
por los delitos que procesó, a aquellas que ya fueron impuestas en los juzgamientos
precedentes. Luego deberá someter el resultado o pena concreta total del concurso real
retrospectivo, a las verificaciones y límites señalados en el mismo artículo 51 del CP
y a los cuales ya se ha hecho mención al analizar el caso del concurso real (no supe
rar treinta y cinco años de pena privativa de libertad ni superar el doble de la pena
concreta parcial correspondiente al delito más grave y aplicar solo la pena de cadena
perpetua si ella resulta como sanción para, cuando menos, uno de los delitos en con
curso)” (Acuerdo Plenario N° 4-2009/CJ-116 sobre “Determinación de la pena y con
curso real", del 13/11/2009, f. j. 9, VPleno Jurisdiccional de las Salas Penales Perma
nente y Transitorias) .
408
Aplicación de la pena A rt. 51
legalidad penal. En aquellos supuestos de concurso, como es el caso del concurso real
de delitos, en que el Fiscal omitió mencionar la cita legal respectiva y afirmar explíci
tamente la existencia de tal institución, ha de entenderse que se trata de un error evi
dente fácilmente constatable por la defensa, pues la ley explícitamente contempla tal
supuesto cuya consecuencia penológica no puede serle ajena. [...]. F. J. 17. El problema
se presenta cuando la acusación ha solicitado erróneamente la imposición de una pena
que no corresponde a lo previsto en la ley, bien porque haya requerido la aplicación de
una pena inferior al mínimo legal, o bien porque omita pedir alguna de las penas que la
ley haya previsto para esa concreta infracción penal -por ejemplo, no incluyó alguna
de las penas principales conjuntas o una pena accesoria-. En estos casos prima el prin
cipio de legalidad, pues el Juez está sometido a la Ley, que no puede dejar de aplicarla.
El Juez, en suma, debe imponer la pena dentro del marco legal correspondiente. No está
librado al arbitrio del Ministerio Público la fijación de penas distintas a las señaladas por
la ley para cada delito. No se trata de impedir que la acusación señale un límite máximo
-que es la pauta legal fijada por el NCPP-, sino de evitar que pueda establecer penalida
des diferentes a las legales, cuestión totalmente diferente, que se resuelve con la prima
cía del principio de legalidad. Tal limitación, dice por ejemplo la Sentencia del Tribunal
Supremo español del 12 de abril de 1995, no es aplicable a los errores que hayan podido
cometerse en los escritos de calificación (acusación fiscal). Por lo demás, en estos casos
el Tribunal ha de imponer la pena legalmente procedente, teniendo en cuenta los ele
mentos agravatorios introducidos por la acusación y debatidos (o susceptibles de haberlo
sido) en el juicio oral, concretándola en cuanto a su cuantía y duración en el mínimo legal
[...]” (Acuerdo Plenario N° 4-2009/CJ-ll 6 sobre “Determinación de la pena y concurso
real", del 13/11/2009, ff. jj. 15 y 17, VPleno Jurisdiccional de las Salas Penales Perma
nente y Transitorias).
E JE C U T O R IA SUPREM A VINCULANTE
409
A rt. 51 L ibro primero / Parte general
410
A plicación de la pena Art. 51
la aplicación del concurso real retrospectivo, llegando a los siguientes acuerdos plena-
rios con relación a este tema: a) Para efectuar la comparación entre la pena impuesta en
la sentencia y el delito recién descubierto cometido antes de ella, debe estarse a la pena
conminada legalmente, sin perjuicio de tenerse presente los supuestos de eximentes, b) El
sobreseimiento por concurso real retrospectivo no impide a la parte civil interponer una
demanda en sede civil, c) En el caso que el delito recién descubierto mereciera una pena
igual a la impuesta en la sentencia condenatoria no puede sobreseerse el proceso; y d) La
ley que modificó el artículo 51 del Código Penal no es inconstitucional, ya que no afecta
el principio del debido proceso, el derecho a la tutela jurisdiccional, el derecho a la pre
sunción de inocencia, ni el derecho a la igualdad de la ley” (R. N. N ° 367-2004-Santa, del
23/02/2005, ff. jj. 4 y 6, Segunda Sala Penal Transitoria).
CO RTE SUPREM A
J 0553 E lem en to s con stitu idos y requ isitos d e l con cu rso re a l retrospectivo: “De la
revisión de lo actuado, se advierte que el artículo 51 del Código Penal regula la figura
del concurso real retrospectivo, por el cual el órgano jurisdiccional está en la obligación
de dictar un sobreseimiento definitivo de la causa, y por ende, su archivo definitivo,
cuando en fecha posterior a la expedición, de una sentencia condenatoria, se descubre
otro hecho punible cometido antes de la emisión del fallo condenatorio por el mismo
condenado de igual o distinta naturaleza que merezca una pena inferior a la impuesta;
que no es del caso de autos, porque el solicitante después de la condena impuesta el
25 de agosto de 1998 que le impone 15 años de pena privativa de libertad, comete un
nuevo delito por el que fue juzgado 23 meses después de haberse producido el juicio
oral en el primer proceso, en el que recayó la sentencia de fecha 11 de julio de 2000,
que le impone 7 años de pena privativa de libertad, por hechos cometidos en febrero
de 2000; que no se establecen los requisitos necesarios para operar la refundición de
penas, porque se requiere que entre los hechos objeto de condena medie una relación
de concurso real, sin que entre ellos se haya pronunciado una sentencia firme o se haya
producido una causa de extinción de la acción” (Ejecutoria Suprema del 08/03/2002, R.
N. N ° 4200-2001-Huánuco. En: PÉREZ ARROYO, M. (2006). La evolución de la juris
prudencia penal en el Perú (2001-2005). Tomo I. Inris Consulti - San Marcos, Lima,
p. 636).
J 0554 E lem en tos constituidos y requisitos del concurso real retrospectivo: “El argu
mento esgrimido por la defensa del encausado en su recurso de nulidad, señala que este
ha sido condenado por el Juez del sexto juzgado penal de Lima, por delito de usurpación
de funciones, en agravio del Estado a 9 años y cuatro meses de privación de libertad, sen
tencia que ha quedado consentida y ejecutoriada, por lo que solicita el sobreseimiento de
la presente causa, por cuanto la pena solicitada por el Fiscal Superior es de ocho años,
siendo esta inferior a la condena de 9 años y cuatro meses impuesta por el juzgado, ampa
rando su pedido en el artículo 51 del Código Penal, el mismo que señala que si después
de la sentencia condenatoria se descubriera otro hecho punible cometido antes de ella,
procede el sobreseimiento; requisito que no se cumple en el presente proceso, ya que este
hecho fue descubierto antes de que quedara consentida la condena impuesta al procesado
por delito de usurpación de funciones, de fecha 31 de enero de 2003, ya que conforme
411
A rt . 51 L ibro primero /Parte general
412
A plicación de la pena A rt. 51
ley prohíbe un beneficio penitenciario a quien ha sido objeto de una condena anterior no
puede entenderse que está referida al dato formal de la existencia de una sentencia, pues
esta incluso puede comprender varios hechos típicos juzgados simultáneamente, de modo
que si del análisis de la norma el resultado interpretativo incorporaría un factor de desi
gualdad irrazonable cuando, por circunstancias derivadas de la persecución penal, no se
acumularon hechos delictivos en un solo proceso antes de la sentencia; F. J. 5. que, en
consecuencia, cuando se produce la refundición de penas como consecuencia de un con
curso real retrospectivo, es de entenderse que finalmente la condena es una sola o única,
esto es, que el resultado que se obtiene es una pena refundida que por lo demás, no nece
sariamente significa sin más que la pena mayor absorba a la pena menor, sino que para
el tratamiento punitivo único es de rigor tener como criterio rector lo que establece la
concordancia de los artículos 50 y 48 del Código Penal-; que, en el presente caso, como
medió una refundición de penas con el resultado de una pena única, no se está ante el
impedimento regulado en el artículo cuatro de la Ley N° 26320” (Ejecutoria Suprema del
10/02/2005, R. N. N° 4052-2004-.Ayacuchojf.jj. 4 y 5. En: PÉREZ ARROYO, M. (2006).
La evolución de la jurisprudencia penal en el Perú (2001-2005). Tomo I. Inris Consulti -
San Marcos, Lima, pp. 646-6475).
413
CAPÍTULO III
DE LAS CONVERSIONES
SECCIÓN I
Conversiones de la pena privativa de libertad
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 52.- En los casos que no fuera procedente la condena condicional o la
reserva del fallo condenatorio, el juez podrá convertir la pena privativa de libertad
no mayor de un año en otra de multa, prestación de servicios a la comunidad o limi
tación de días libres, a razón de un día de privación de libertadpor un día-multa, por
una jornada de prestación de servicios a la comunidad o por una jornada de limita
ción de días libres.
(39) Artículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo único de la Ley N °27186 del
20/10/1999.
414
D e las conversiones A rt. 52
Sur y Callao, en los cuales se aplicará una vez concluido el proceso de selec
ción por concurso público e implementados todos los mecanismos de la vigilan
cia electrónica personal. A la fecha de esta edición, no se han producido aún las
condiciones establecidas en la citada disposición; por consiguiente, la modifica
ción antes referida aún no ha entrado en vigencia. Cuando ello ocurra, el texto
del artículo 52 del Código Penal conforme a la Ley N° 29499 será el siguiente:
“A rtícu lo 52.- En los casos que no fuera procedente la condena condicional o la
reserva del fallo condenatorio, el juez podrá convertir la pena privativa de libertad
no mayor de dos años en otra de multa, o la pena privativa de libertad no mayor de
cuatro años en otra de prestación de servicios a la comunidad, o limitación de días
libres, a razón de un día de privación de libertad por un día de midta, siete días de
privación de libertad por una jornada de prestación de servicios a la comunidad o
por una jornada de limitación de días libres.
Igualmente, el juez podrá, de oficio o a petición de parte, convertir la pena privativa
de libertad en pena de vigilancia electrónica personal, a razón de un día de priva
ción de libertad por un día de vigilancia electrónica personal, en concordancia con
el inciso 3 del artículo 29-A del presente Código
N ormas concordantes
CP: art. 62; C d e P P : art. 286; C P P 2 0 0 4 : art. 4 1 6 irte. 1 lit. a, 478 inc. 3; L e y 27770: art. 3
DOCTRINA
415
A rt. 52 L ibro primero / Parte general
_I)_0204
_ _ _ Equivalencia de la conversión de la pena: BRAMONT ARIAS, L. A.
(2004). Derecho Penal peruano (visión histórica). Parte general. Lima: Ediciones Jurí
dicas Unifé, p. 501. “La vía de la conversión de esta medida alternativa, se rige por las
equivalencias contenidas en el artículo 52. El artículo 52 distingue dos situaciones: 1) Si
la pena impuesta no es mayor de dos años de pena privativa de libertad la conversión se
hace con la pena de multa y con la siguiente equivalencia: un día de privación de liber
tad se convierte en un día de multa; 2) Si la pena es mayor de dos años y menor de cua
tro años de privación de libertad, la conversión se hará con penas limitadas de derechos
y observando la siguiente proporción: siete días de pena privativa de libertad se conver
tirán en una jomada de prestación de servicios a la comunidad, en una jomada de limita
ción de días libres”.
416
De las conversiones A rt. 52
condena condicional o la reserva del fallo condenatorio. Esta norma constituye una expre
sión del criterio de recurrir a la pena privativa de libertad como última ratio. La equiva
lencia que se establece es la siguiente: a) Un día de privación de libertad por un día-multa;
b) Siete días de privación de libertad por una jomada de prestación de servicios a la comu
nidad; c) Siete días de privación de libertad por una jomada de limitación de días libres”.
iJnig JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0560 Conversión de la pena (facultad y no obligación del juzgador): “El artículo 52
del Código Penal estipula que: ‘En los casos que no fuera procedente la condena condi
cional o la reserva del fallo condenatorio, el juez podrá convertir [...] la pena privativa de
libertad no mayor de cuatro años en otra de prestación de servicios a la comunidad o limi
tación de días libres [...]’. En consecuencia, resulta meridianamente claro que la conver
sión de la pena es una facultad, y no una obligación del juez penal, de manera tal que la
condena al cumplimiento de una pena privativa libertad efectiva, a pesar de que esta sea
menor de 4 años, tal como ocurrió en el caso del beneficiario de la acción, según se apre
cia de la sentencia obrante a fojas 16, no constituye afectación del derecho fundamental a
la libertad personal” (STC Exp. N° 1140-2004-HC/TC-Cono Norte de Lima, caso: James
Williams León Mejía, del 16/06/2004, f. j. 2).
417
A rt . 52 L ibro primero / Parte general
de dos o cuatro años de pena privativa de libertad; y, ii) que en el caso concreto como
requisito especial exige que no sea posible aplicar al sentenciado una suspensión de la
ejecución de la pena o una reserva del fallo condenatorio. 4. El artículo 52 del Código
Penal es el marco normativo en el cual reposa la conversión de la pena privativa de liber
tad, precisando dicha norma que en los casos que no fuera procedente la condena condi
cional o la reserva del fallo condenatorio, el juez podrá convertir la pena privativa de
libertad no mayor de dos años en otra de multa, o la pena privativa de libertad no mayor
de cuatro años en otra de prestación de servicios a la comunidad, o limitación de días
libres, a razón de un día de privación de libertad por día de multa, siete días de privación
de libertad por una jomada de prestación de servicios a la comunidad o por una jomada
de limitación de días libres. 5. Literalmente la norma señala: ‘En los casos que no fuera
procedente la condena condicional o la reserva del fallo condenatorio el juez podrá con
vertir la pena [...]’. Además, que los tipos de pena sustituidos en la conversión de la pena
son: prestación de servicios a la comunidad, limitación de días libres y multa. 6. Los ar
tículos 53 y 54 del Código Penal contemplan como causales de revocación de la pena,
que el condenado no cumpla en forma injustificada con el pago de multa o de prestación
de servicio o con la jomada de limitación de días-libres, lo cual se diferencia de las penas
suspendidas o reserva del fallo, que señalan una serie de reglas de conductas impuesta
por el juez en la sentencia. F. J . 4. B. El momento de la conversión de la pena: 1. El
artículo 46 del Código Penal señala que para determinar la pena dentro de los límites
fijados por la ley, el juez atenderá a la responsabilidad y gravedad del hecho punible
cometido, en cuanto no sean específicamente constitutivas del hecho punible o modifi
cativas de la responsabilidad, considerando las circunstancias genéricas señaladas en el
artículo invocado. A su vez, el último párrafo del artículo 47 del Código Penal establece
que la pena correspondiente al hecho punible es la de multa o limitativas de derechos, la
detención se computará a razón de dos días de dichas penas por cada día de detención.
Queda claro entonces que es de asumir que en la sentencia se deberá fundamentar la
razón de la pena a imponer o pena sustitutiva elegida, ya que esta última resulta una
medida alternativa de carácter subsidiaria frente a las otras penas que regula el Código
Penal. 2. En efecto, si en un proceso penal se determinó la responsabilidad penal de una
persona respecto al delito cometido, siendo condenado a pena privativa de libertad sus
pendida bajo ciertas reglas de conducta, resulta imperativo que esta deba ser cumplida
en el plazo y modo señalado en la ley; toda vez, que la conversión de pena es una alter
nativa que establece el Código Penal frente a la imposición de una pena efectiva de corta
duración y por expresa disposición normativa la conversión de pena se efectúa al
momento de emitirse sentencia; toda vez que opera residualmente, es decir, cuando no
procede la condena condicional o reserva del fallo, y como estas se determinan al emi
tirse sentencia, la conversión de pena por otra alternativa se realizará al momento de
emitirse sentencia. 3. El inciso 2 del artículo 139 de la Constitución Política del Estado
señala que ninguna autoridad puede dejar sin efecto resoluciones que han pasado en
autoridad de cosa juzgada, ni cortar procedimientos en trámites, ni modificar sentencias
ni retardar su ejecución, lo cual implica que la sentencia se cumpla en sus propios térmi
nos, sin poder calificar su contenido o sus fundamentos, restringir sus efectos o restrin
gir sus efectos o interpretar sus alcances, bajo responsabilidad civil, penal o
418
D e las conversiones A rt. 52
administrativa que la ley, tampoco se puede dejar sin efecto resoluciones judiciales con
autoridad de cosa juzgada, ni modificar su contenido, ni retardar su ejecución, ni cortar
procedimientos en trámites, tal como lo establece el artículo 4 del Texto Unico Ordenado
de la Ley Orgánica del Poder Judicial. 4. Existe una duda válida, que tiene trascendenta
les efectos prácticos, en torno al momento de aplicación del instituto de conversión de
pena. Al respecto, existen dos posturas que sintetizan el estado actual. Una primera pos
tura considera que la medida alternativa de conversión de pena solamente opera durante
la expedición, de la sentencia, la emisión de la sentencia es realizada a través de un pro
nunciamiento jurisdiccional. El efecto principal de optar por esta postura es que no
pueda ser ejercida nuevamente con la finalidad de desnaturalizar los otros sustitutos
alternativos de la pena. Una segunda postura considera que opera también en la fase de
ejecución de sentencia. Esta postura señala que apelando a una interpretación sistemá
tica de ‘todo el capítulo de la conversión de la pena’, lleva a la otra conclusión también
jurídica válida y justa, de que su aplicación puede hacerse en fase de ejecución de sen
tencia; toda vez que el Código Penal no ha contemplado en forma expresa la conversión
de penas en la etapa de ejecución, sin embargo, tampoco está prohibida. 5. Desde nues
tra perspectiva la solución al problema se halla en diferenciar las medidas alternativas
adoptadas por el Código Penal al momento de su aplicación, lo cual determinará sus
efectos durante la fase de ejecución de sentencia. En efecto, al momento de emitir sen
tencia el juez valora las circunstancias genéricas que prevén los artículos 45 y 46 del
Código Penal, para imponer una medida drástica que es la prisión efectiva, momento en
el cual si descarta la condena condicional o la reserva del fallo condenatorio, convencido
que la pena concreta a imponer debe ser efectiva, revalorará el pronunciamiento, y optará
por las medidas alternativas, esto es, multa, prestación de servicios a la comunidad o
limitación de días libres. 6. De lo mencionado, es evidente que la actividad realizada
para la conversión de pena por el magistrado es referida al momento de la determinación
judicial de la pena concreta, ya que en ese momento realiza una actividad estrictamente
jurisdiccional y porque en el fallo debe fijarse la pena impuesta y a continuación debe
acordarse la conversión, sostener que se pueda realizar en un momento posterior impli
cará que se alteraría la autoridad de cosa juzgada, ya que se emitiría pronunciamiento
sobre circunstancias no conocidas al momento que se determinó la pena concreta 7. Esta
interpretación se ampara en que la conversión de pena es una institución con presupues
tos y requisitos preestablecidos porque una de sus funciones es evitar que una persona
ingrese a prisión, no sacarla de prisión. 8. Sobre las consideraciones precedentes, se con
cluye que la conversión de pena opera al momento de la emisión de la sentencia. La
razón radica en el tipo de valoración que hace el juez al momento de la determinación
judicial de la pena concreta, puesto que al emitir el fallo valora la personalidad del
agente y las circunstancias que rodean al hecho punible, para luego de un proceso inte
lectivo, declarar si procede o no la conversión de pena” (Casación N ° 382-2012-La
Libertad, del 17/10/2013, ff. jj. 4.A y 4.B, Sala Penal Permanente).
CORTE SUPREMA
J 0562 C ondiciones p a r a la conversión de la p e n a p riv a tiv a d e la libertad: “Sin per
juicio de lo expuesto, nos pronunciaremos sobre la conversión de la pena impuesta en la
419
A rt. 52-A L ibro primero / Parte general
sentencia recurrida. El artículo 52 del Código Penal, establece la conversión de penas pri
vativas de libertad, prescribiendo la aplicación de esta figura para aquellos casos en que
no fuera procedente la condena condicional o la reserva del fallo condenatorio, facul
tando al juez para convertir la pena privativa de libertad no mayor de dos años en otra de
multa, o la privativa de libertad no mayor de cuatro años en prestación de servicios a la
comunidad, o limitación de días libres. Ahora bien, para que proceda esta medida alter
nativa se exige las siguientes condiciones: i) que la pena impuesta en la sentencia conde
natoria no exceda de dos o cuatro años de pena privativa de la libertad, para los casos de
conversión en pena de multa y prestación de servicios a la comunidad o limitativa de días
libres, respectivamente; ii) que en el caso concreto como requisito especial se exige que
no sea posible aplicar al sentenciado una suspensión de la ejecución de la pena o reserva
de fallo condenatorio [...]” (R. N. N ° 3123-2013-Lam bayeque, d el 28/08/2014, f j. 3.5,
Sala P en a l Permanente).
JURISPRUDENCIA
E JE C U T O R IA SUPREM A VINCULANTE
(40) A rtículo vigente conform e a la incorporación realizada por la prim era disposición complementaria
m odificatoria del Decreto Legislativo N° 1300 del 30/12/2016.
420
De las conversiones A rt. 53
que se alteraría [sic] la autoridad de cosa juzgada, ya que se emitiría nuevo pronuncia
miento sobre circunstancias no conocidas al momento que se determinó la pena concreta.
F. J. 4.B.8. [...] Se concluye que la conversión de pena opera al momento de la emisión
de la sentencia. La razón radica en el tipo de valoración que hace el Juez al momento de
la determinación judicial de la pena concreta, puesto que al emitir el fallo valora la perso
nalidad del agente y las circunstancias que rodean al hecho punible, para luego de un pro
ceso intelectivo, declarar si procede o no la conversión de pena” (Casación N° 382-2012-
La Libertad, del 17/10/2013, ff. jj. 4.B.6. y 4.B.8., Sala Penal Permanente).
CORTE SUPREMA
J 0564 C onversión de p e n a efectiva a p resta ció n de servicios com u n itarios: “Los cri
terios para la valoración judicial de la conversión de la pena privativa de libertad en una
prestación de servicios a la comunidad deben ser los siguientes, teniendo en cuenta que
los primeros son copulativos, y el último alternante, a) Imposibilidad de aplicar la sus
pensión de la ejecución de la pena o reserva del fallo condenatorio. [...] b) Que, el con
denado no registre antecedentes penales y que las circunstancias individuales le permi
tan sostener al juez penal que este no cometerá un nuevo delito al haberse excluido el
riesgo de reincidencia. [...] c) La lesión material de la expectativa normativa o del injusto
debe ser de mínima entidad o efectos de que la conversión de la sanción penal consiga
los fines preventivos de la pena efectiva que debió imponerse. [...] d) Deber de coopera
ción por parte del condenado con la búsqueda de la verdad procesal y la configuración
del hecho punible” (R. N. N° 1100-2015-Cusco, del 07/07/2016, f. j. III.4, Sala Penal
Permanente).
421
A rt . 53 L ibro primero / Parte general
DOCTRINA
¿ ¡j JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0565 F orm alidades de la revocación d e la conversión d e la p e n a p o r incum pli
m ien to injustificado d e l procesado: “F. J . 3. conforme el artículo 53 del Código Penal,
ante el incumplimiento injustificado del pago de la multa o la prestación de servicios asig
nado a la jomada de limitación de días libres, la conversión será revocada, previo aper
cibimiento judicial, debiendo ejecutarse la pena privativa de libertad fijada en la senten
cia. F. J . 4. Según se advierte del estudio de estos, en el proceso por el delito de omisión
de asistencia familiar (Exp. N° 340-2007) se le impuso al favorecido la pena de dos años
de privación de libertad que se convirtió en una prestación de servicios a la comunidad a
razón de 7 días por una jomada de prestación de servicios, correspondiéndole prestar 104
jomadas de servicios a la comunidad bajo apercibimiento de revocarse la conversión y
procede conforme a ley, resolución de fecha 24 de junio de 2008 (fojas 5) y que fue con
firmada por resolución de fecha 4 de julio de 2008. F. J. 5. De la revisión de autos [...]
se observa que la resolución de fecha 23 de julio de 2010 hace mención a que, en reite
radas ocasiones, mediante las resoluciones de fecha 16 de marzo de 2009 y 7 de mayo de
422
D e las conversiones A rt. 5 4
2010, se amonestó a don [...] a fin de que reinicie las jomadas de prestación de servicios a
la comunidad bajo apercibimiento de que, ante su incumplimiento, se proceda a su inter-
namiento en la cárcel pública, resoluciones que fueron debidamente notificadas, como se
observan de los cargos de notificación [...]. Con ello se evidencia que el juez de la causa
no revocó la condicionalidad de la pena de manera arbitraria e irrazonable y en vulnera
ción de su derecho de defensa, sino luego de haberse notificado debidamente al favore
cido” (STC Exp. N° 00265-2011-PHC/TC-Lima Norte, caso: Giraldo Ricardo Condori
Quispe, del 11/04/2011, ff. jj. 3, 4 y 5).
DOCTRINA
423
A rt. 54 L ibro primero /Parte general
_I)_0210
_ _ _ Condiciones de la revocación por comisión de nuevo delito: PEÑA
CABRERA, R. (1999). Tratado d e D e rec h o Penal. Estudio program ático de la parte
gen eral. 3a edición. Lima: Grijley, p. 634. “Asimismo, la revocación sería automática si
el condenado comete un delito doloso sancionado con la pena privativa de libertad no
menor tres años (art. 54 del CP), haciéndose hincapié en la nueva sentencia. Es destaca-
ble poner de relieve que para revocar la conversión, el nuevo delito debe estar sancio
nado con la pena privativa de libertad, esto es, que si la sanción prevista fuera la de pres
tación de servicios a la comunidad (art. 163), limitación de días libres (art. 164) o de la
multa (art. 131), la revocación no se da. Además, no solo es que la pena sea privativa de
libertad, sino que ella debe ser mayor de tres años, por lo que si fuera menor, no procede
la revocación (así, el caso del aborto, artículo 120, cuya pena privativa de libertad, tiene
como máximo tres meses, o el de lesiones culposas, artículo 124), con lo que entendemos
se busca evitar que el condenado se vea afectado con las consecuencias de la prisoniza-
ción, algo que resulta positivo”.
A JURISPRUDENCIA
424
De las conversiones Art. 5 5
SECCIÓN II
Conversión de la pena de prestación de servicios
a la comunidad y limitativa de días libres
TEXTO ORIGINAL:
Artículo 55.- Si el condenado no cumple, injustificadamente, con la prestación de
servicios o con la jo rn a d a de limitación de días-libres aplicadas como p en a s autó
nomas, dichas sanciones se convertirán en privativas de libertad, previo apercibi
miento judicial, conform e a las equivalencias establecidas en el artículo 53.
DOCTRINA
(41) Artículo vigente conform e a la modificación realizada por el artículo 3 de la L ey N° 28726 del 09/05/2006.
425
Art . 56 L ibro primero / Parte general
SECCIÓN III
Conversión de la pena de multa(42)
DOCTRINA
426
De las conversiones A rt. 56
JURISPRUDENCIA
427
A rt. 56 L ibro primero /Parte general
CORTE SUPREMA
J 0567 C onversión de la p e n a de m u lta en p e n a p riva tiva d e libertad: “Conforme a
lo dispuesto por el artículo 56 del Código Penal, en caso que el sentenciado incumpla el
pago de la pena de multa impuesta, deberá procederse a su conversión; que, en tal razón
al haber omitido el colegiado en señalar este extremo en la sentencia materia de grado,
corresponde a esta suprema sala integrar la sentencia en aplicación del penúltimo pará
grafo del artículo 298 del Código de Procedimientos Penales” (Ejecutoria Suprema del
09/02/2001, R. N. N° 130-21999-Lima. En: ROJAS VARGAS, F. (2002). Jurisprudencia
penal comentada. Tomo II. Idemsa, Lima, p. 156).
---------------- § -----------------
428 —
CAPÍTULO IV
SUSPENSIÓN DE LA EJECUCIÓN
DE LAPENA
ARTÍCULO 57 Requisitos(43)
El juez puede suspender la ejecución de la pena siempre que se reúnan los requisi
tos siguientes:
1. Que la condena se refiera a pena privativa de libertad no mayor de cuatro años.
2. Que la naturaleza, modalidad del hecho punible, comportamiento procesal y la
personalidad del agente, permitan inferir al juez que aquel no volverá a come
ter un nuevo delito. El pronóstico favorable sobre la conducta futura del conde
nado que formule la autoridad judicial requiere de debida motivación.
3. Que el agente no tenga la condición de reincidente o habitual.
El plazo de suspensión es de uno a tres años.
La suspensión de la ejecución de la pena es inaplicable a los funcionarios o servi
dores públicos condenados por cualquiera de los delitos dolosos previstos en los ar
tículos 384, 387, segundo párrafo del artículo 389, 395, 396, 399, y 401 del Código,
así como para las personas condenadas por el delito de agresiones en contra de las
mujeres o integrantes del grupo familiar del artículo 122-B, y por el delito de lesio
nes leves previsto en los literales c), d) y e) del numeral 3) del artículo 122.
TEXTO ORIGINAL:
A rtículo 57.- E l juez podrá suspender la ejecución de la pena siempre que se reúnan
los requisitos siguientes:
1. Que la condena se rejiera a pena privativa de libertad no mayor de cuatro años;
y
2. Que la naturaleza, modalidad del hecho punible y la personalidad del agente
hiciera prever que esta medida le impedirá cometer nuevo delito.
El plazo de suspensión es de uno a tres años.
(43) Artículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 d e la L e y N 0 30710 del 29/12/2017.
429
A rt. 57 L ibro primero / Parte general
DOCTRINA
Sumario: Descripción general del modelo / Denominación / Fines de la suspensión de la pena /
Naturaleza jurídica.
430
S uspensión de la ejecución de la pena Art. 57
Ifl« JURISPRUDENCIA
Eüü
431
A rt. 57 L ibro primero / Parte general
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0558 F in e s d e la su sp en sió n d e la e je c u c ió n d e la p e n a : “F. J. 2. Al respecto, conforme
lo reconoció este Tribunal en la sentencia recaída en el Exp. N° 3953-2004-HC/TC, el fin
del instituto jurídico de la suspensión de la pena es evitar la aplicación de las penas privati
vas de libertad de corta duración, a fin de salvaguardar los fines de resocialización consagra
dos en el artículo 139, inciso 22), de la Constitución, correspondiendo aplicar penas menos
traumáticas. En ese sentido, ‘la suspensión de la ejecución de la pena es una institución
acorde con la Constitución, y la imposición ineludible de reglas de conducta, que lleva apa
rejada, es la correspondencia necesaria para la plena operancia de dicha institución con los
efectos legales que las normas penales prevén’. F. J. 3. Por tanto, resulta importante señalar
que el instituto jurídico de la suspensión de la pena, regulado en los artículos 57 y siguientes
del Código Penal peruano, tiene por fin suspender la condena y, eventualmente, tener por no
pronunciada la sentencia condenatoria. En este último caso, se requiere la concurrencia de
los dos requisitos establecidos en el artículo 61 del Código Penal sustantivo; esto es, que el
condenado no cometa nuevo delito doloso, ni infrinja de manera persistente y obstinada las
reglas de conducta establecidas en la sentencia” (STC Exp. N° 5303-2006-PHC/TC-Gusco,
caso: Samuel Jesús Martínez Rayo, del 25/09/2006, jf. jj. 2 y 3).
CORTE SUPREMA
J 0569 E l m ed io so cia l d el su jeto a ctivo d e b e s e r tom ado e n c u e n ta e n la su sp en sió n
d e la e je c u c ió n d e la p e n a :
“El medio social (dentro de él: el entorno familiar) en que se
desenvuelve el sujeto activo es un dato que, en efecto, debe ser tomado en cuenta, par
ticularmente en el caso en que corresponda suspender una pena, una vez más, es atinente
señalar que es posible suspender las penas de cuatro años de privación de libertad, nótese
que el artículo 57 del Código Penal faculta al juez a decir la no efectividad de la pena
impuesta, es decir, el no intemamiento carcelario, si estima, quien juzga, que los requisi
tos legales se han cumplido. No se aprecia un mandato legal de suspensión, sino la posi
bilidad de evitar los efectos de la prisión de corta duración cuando estime el juzgador
que corresponda” (Casación N° 226-2011-Lima, del 05/02/2013, f. j. 2.3.3, Sala Penal
Permanente).
432 -
S uspensión de la ejecución de la pena A rt. 57
CORTES SUPERIORES
J 0573 R a z o n es n o rm a tiv a s y a x io ló g ica s q u e fu n d a m e n ta n la su sp en sió n d e la p e n a
“Que, en lo atinente a la graduación de la pena en el extremo con
p riv a tiv a d e lib e rta d :
denatorio, este Colegiado pone en evidencia que los encausados Enrique Alberto Romero
Zuleta, Angela Berta Cristina Romero Talledo y Alberto Venero Názar, aun cuando
rodeado de elementos de prueba en su contra, han admitido en un nivel razonable, estar
vinculados con el delito que se les imputa; con lo que se produce los efectos jurídicos pre
vistos para esta circunstancia por el artículo ciento treinta y seis del Código de Procedi
mientos Penales; de otro lado, resulta pertinente hacer mención, que sus conductas, de
algún modo, estuvieron supeditadas a la decisión de un tercero (Víctor Alberto Venero
Garrido) a tal punto que la decisión de este, fue quien desencadenó que el último de los
433
A rt. 58 L ibro primero / Parte general
citados movilizara las armas para ser ocultadas en el domicilio de los dos primeros; todo
lo cual, legitima la sustentación de la decisión declarativa de culpabilidad, bajo el sistema
de suspensión de la ejecución de la pena, regulada en el artículo cincuenta y siete del
Código Penal, con los rigores previstos por el a quo; toda vez, que la primacía del valor
justicia, en armonía con los afanes de prevención general, legitiman imponer una pena
que no suponga privación de la libertad de los sujetos a condena, sino merecer una pena
por debajo del mínimo legal, en sujeción al principio de proporcionalidad y racionalidad,
pues es reconocido a nivel doctrinario, en concordancia con el artículo octavo del Título
Preliminar del Código Penal, que ‘si bien el Derecho penal debe ser el medio adecuado
para la protección de los bienes, especialmente, no debe producir consecuencias despro
porcionadas’” (Ejecutoria Superior de la Sala Penal Especial de la Corte Superior de
Justicia de Lima del 09/08/2004, Exp. N° 029-2001-Lima).
Reglas de conducta(44)45
Al suspender la ejecución de la pena, el juez impone las siguientes reglas de conducta
que sean aplicables al caso:
1. Prohibición de frecuentar determinados lugares;
2. Prohibición de ausentarse del lugar donde reside sin autorización del juez;
3. Comparecer mensualmente al juzgado, personal y obligatoriamente, para infor
m ar y justificar sus actividades;
4. R eparar los daños ocasionados por el delito o cumplir con su pago fraccionado,
salvo cuando demuestre que está en imposibilidad de hacerlo;
5. Prohibición de poseer objetos susceptibles de facilitar la realización de otro delito;
6. Obligación de someterse a un tratamiento de desintoxicación de drogas o alcohol;
7. Obligación de seguir tratamiento o programas laborales o educativos, organiza
dos por la autoridad de ejecución penal o institución competente; o,
8. Los demás deberes adecuados a la rehabilitación social del agente, siempre que
no atenten contra la dignidad del condenado;
9. Obligación de someterse a un tratamiento psicológico o psiquiátrico*451.
TEXTO ORIGINAL:
El juez al otorgar la condena condicional, impondrá las siguientes
A rtícu lo 5 8 .-
reglas de conducta:
(44) Artículo vigente conform e a la modificación realizada por el artículo 1 de la L ey N° 30076 del 19/08/2013.
(45) Inciso vigente conform e a la incorporación realizada por el artículo 2 del D ecreto L egislativo N° 1351
del 07/01/2017.
S uspensión de la ejecución de la pena A rt. 58
DOCTRINA
• 435
A rt. 58 L ibro primero / Parte general
indemnizar los daños causados (art. 58 inc. 4) que refuerza el deber de reparar civilmente
los daños que impone el derecho civil, permitiendo la revocación de la suspensión en caso
de grave o persistente infracción (arts. 59 y 61). Las instmcciones desempeñan la función
de ayudar a la reinserción social; es la ayuda de tipo preventivo especial y el control de la
resocialización del condenado siempre que sean necesarias tales medidas”.
P *. JURISPRUDENCIA
TRIBUN AL CO N STITUCIONAL
J 0574 R eglas de conducta y sem i-libertad: “De este modo tiene cobertura dentro de
nuestro ordenamiento el beneficio penitenciario de semi-libertad, el cual permite al penado
egresar del establecimiento penitenciario antes de haber cumplido la totalidad de la pena
privativa de la libertad impuesta en caso de que la pena haya cumplido su efecto resociali-
zador. En atención a ello, el artículo 50 del Código de Ejecución Penal precisa que el bene
ficio será concedido en los casos en que la naturaleza del delito cometido, la personali
dad del agente y su conducta dentro del establecimiento, permita suponer que no cometerá
nuevo delito. No obstante, el mismo cuerpo normativo ha establecido en su artículo 52,
que la semi-libertad se revoca si el beneficiario comete un nuevo delito doloso o incum
ple las reglas de conducta establecidas en el artículo 58 del Código Penal, en cuanto sean
aplicables, precisando en el artículo 193 del Reglamento del Código de Ejecución Penal
que cuando la revocatoria de la semi-libertad se da por la condena de un delito doloso, el
beneficiario está obligado a cumplir el tiempo de la pena pendiente al momento de su con
cesión; sin embargo, para el supuesto de la revocatoria por incumplimiento de las reglas
de conducta señala: ‘cuando la revocatoria se sustenta en el incumplimiento de las reglas
de conducta, se computará el tiempo que el interno estuvo en semi-libertad [...] para efec
tos del cumplimiento de su condena’. La precitada norma es clara en distinguir los dos
436
S uspensión de la ejecución de la pena A rt . 58
J 0575 L o s beneficios sociales com o regla d e con du cta: “F. J. 2. El artículo 2, inciso
24), literal ‘c ’ de la Constitución Política del Estado señala como uno de los contenidos
constitucionales garantizados de la libertad y seguridad personal, que ‘No hay prisión por
deudas. Este principio no limita el mandato judicial por incumplimiento de deberes ali
mentarios’. En ese sentido, el Tribunal Constitucional considera que cuando el literal ‘c ’,
del inciso 24), del artículo 2 de la Constitución prohíbe la prisión por deudas, con ello se
garantiza que las personas no sufran restricciones de su libertad locomotora por el incum
plimiento de obligaciones cuyo origen se encuentra en relación de orden civil. La única
excepción a dicha regla se da como el propio dispositivo constitucional señala, en el caso
de incumplimiento de deberes alimentarios, toda vez que están de por medio los dere
chos a la vida, salud y a la integridad del alimentista, en cuyo caso el juez competente
puede ordenar la restricción de la libertad individual del obligado. Sin embargo, tal pre
cepto constitucional - y la garantía que ella contiene- no se extiende al caso del incumpli
miento de pagos que se establezcan en una sentencia condenatoria. En tal supuesto, no es
que se privilegie el enriquecimiento del erario nacional o carácter disuasorio de la pena
en desmedro de la libertad individual del condenado, sino fundamentalmente la propia
eficacia del poder punitivo del Estado y los principios que detrás de ella subyacen, como
son el control y regulación de las conductas de acuerdo con ciertos valores y bienes jurí
dicos que se consideran dignos de ser tutelados. F. J . 3. En el presente caso [...] se con
denó al demandante a un año de pena privativa de la libertad y a la obligación de cancelar
la suma de dieciséis mil diez nuevos soles con cincuenta céntimos por concepto de bene
ficios sociales a favor del agraviado. Dicha resolución suspendió la ejecución de la pena
privativa de la libertad impuesta por el plazo de un año, a condición de que el deman
dante observe determinadas reglas de conducta y cumpla con reparar su delito conforme
a ley. F. J. 4. Delimitado así el problema, queda por determinar si el incumplimiento de
pago de los beneficios sociales del agraviado del proceso penal constituye, en realidad,
una obligación de orden civil donde, por tanto, no cabe que se dicte judicialmente la pri
vación de la libertad; o, por el contrario una verdadera sanción penal, en cuyo caso su
incumplimiento así puede legitimar el dictado de la sentencia. En ese sentido, el Tribunal
Constitucional considera que el pago de los beneficios sociales constituye, a la vez que
un derecho del trabajador, una obligación del empleador que no tiene naturaleza de san
ción penal cuando esta es ordenada por un juez en materia de trabajo o con competencias
437
A rt. 58 L ibro primero /Parte general
en materia laboral. En tal caso, la obligación de pago que pesa sobre el empleador asume
el carácter de una obligación de naturaleza civil y, por tanto, su incumplimiento no puede
concluir con la privación de la libertad locomotora del sentenciado. Sin embargo, cuando
los términos de la controversia se trasladan del proceso laboral al ámbito penal y, en esa
sede, se condena a pagar los beneficios laborales y, no obstante ello, no se cumple, enton
ces, ya no puede sostenerse, por un lado, que dicho pago de los beneficios sociales sea de
naturaleza civil, pues tiene la condición de una sanción penal y, por otro, que su incum
plimiento impida que el juez penal pueda ordenar que se haga efectiva la pena de priva
ción de la libertad del sentenciado, establecida condicionalmente, como sucede en el pre
sente caso” (STC Exp. N° 1428-2002-HC/TC-La Libertad, caso: Ángel Alfonso Troncoso
Mejía, del 08/07/2002, ff. jj. 2, 3 y 4).
CORTE SUPREMA
J 0576 L a s reglas de conducta: “Las reglas de conducta se identifican con determinadas
normas mínimas, que el condenado deberá cumplir a fin de demostrar su voluntad posi
tiva hacia su recuperación social, importante desde la perspectiva de la prevención espe
cial; y asimismo se establecen una serie de reglas que apuntan a asegurar el control de sus
actos. Es por ello que, el artículo 58 del Código Penal contempla una seria de reglas que
deberá cumplir el condenado al suspender la ejecución de la pena impuesta; entre las cua
les en el inciso 3 prevé que el sentenciado deberá comparecer personal y obligatoriamente
en el juzgado, para informar y justificar sus actividades” (Casación N° 116-2010-Cusco,
del 05/05/2011,/. j. 3, Sala Penal Permanente).
J 0577 Vigencia del p rin cip io de legalidad en las reglas d e conducta: “El pago de la
reparación civil no puede ser considerado como regla de conducta, pues la misma no está
comprendida en el artículo 58 del Código Penal, por lo que es menester declarar nula la
resolución recurrida en cuanto a este extremo; asimismo, la suspensión en su ejecución
de la pena solo alcanza a las penas privativas de libertad, en consecuencia, la inhabili
tación conminada en la ley penal como pena conjunta debe aplicarse con carácter efec
tivo; declararon nula la sentencia en el extremo que fija como regla de conducta el pago
de la reparación civil y la inhabilitación con carácter de suspendida en su ejecución” (Eje
cutoria Suprema del 01/08/2003, R. N. N° 2376-2002-Cusco. En: PÉREZ ARROYO, M.
(2006). La evolución de la jurisprudencia penal en el Perú (2001-2005). Tomo I. Iuris
Consulti - San Marcos, Lima, p. 658).
J 0578 S u sp en sió n de la p e n a p riv a tiv a d e lib e rta d y reg la s de con du cta: “Haber
nulidad en el extremo de la sentencia que les impone tres años de pena privativa de
libertad efectiva con ejecución suspendida por el periodo de prueba de dos años; refor
mándola, les impusieron a dichos procesados un año de pena privativa de libertad
suspendida en su ejecución, a condición de que cumplan con las siguientes reglas de
conducta: a) no variar de domicilio ni ausentarse del lugar de su residencia, sin autori
zación de la Sala Penal; b) comparecer personal y obligatoriamente al juzgado el último
día hábil de cada mes, a fin de justificar sus actividades; c) Abstenerse de libar licor
en la vía pública y no frecuentar lugares de dudosa reputación, bajo apercibimiento de
438 -
S uspensión de la ejecución de la pena A rt. 59
CORTES SUPERIORES
J 0579 Sign ificado y alcances d el inciso 3 d e l artículo 58 d el C ódigo P en al: “La regla
de conducta que alude el inciso 3 del artículo 58 del Código Penal dispone la concurrencia
del condenado para informar o justificar sus actividades en la oportunidad que el órgano
jurisdiccional estime pertinente. Que, en consecuencia, no resulta adecuado a ley esta
blecer una concurrencia obligatoria cada mes durante el periodo de prueba” (Sala Penal
“C ”, Exp. N ° 5342-96-Lima).
J 0580 N o h ay regla de conducta sin ley: “La regla de conducta ‘respetar el patrimo
nio ajeno’, constituye un imperativo legal, cuyo incumplimiento trae las consecuencias
que la propia ley establece, por lo cual resulta inadecuada su imposición como regla de
conducta” (Ejecutoria Superior de la Sala Penal de Apelaciones para Procesos Sumarios
con Reos Libres de la Corte Superior de Lima del 19/09/2000. Exp. N° 5293-99-Lima.
En: ROJAS VARGAS, F. (2002). Jurisprudencia penal y procesal penal. Lima: Idemsa,
p. 329).
DOCTRINA
_I)_ 1)223
_ _ _ Clases de revocación: BRAMONT ARIAS, L. A. (2004). Derecho Penal
peruano (Visión histórica). Parte general. Lima: Ediciones Jurídicas Unifé, p. 492. “La
suspensión de la pena es condicional, por lo que naturalmente puede ser revocada. Dos
439
A rt. 59 L ibro primero / Parte general
son las especies de revocación: facultativa y obligatoria. Las facultativas deben ser consi
deradas y sopesadas por el Juez en los supuestos en que el condenado infrinja cualquiera
de las reglas de conducta impuesta por el Juez en la sentencia, y a pesar de la advertencia
de la autoridad, persista en hacerlo, o fuera condenado por otro delito (culposo o doloso
castigado con pena no mayor de tres años). En estos casos, el Juez puede optar: por amo
nestar al infractor, prorrogar el periodo de prueba hasta la mitad del plazo inicialmente
fijado, o revocar la suspensión de la pena (art. 59 ines. 1, 2, 3) o por ninguna de ellas. El
tiempo transcurrido no se computará para el cumplimiento de la condena”.
a JURISPRUDENCIA
TRIBUN AL CONSTITUCIONAL
440
S uspensión de la ejecución de la pena A rt. 59
J 0582 C onsecuencias m ateriales y norm ativas d e l cum plim iento de las reglas d e con
ducta: “En el presente caso, teniendo en cuenta que el beneficiario en este proceso, me
diante sentencia de fecha 8 de noviembre de 1996 fue condenado a un año de pena pri
vativa de libertad con el carácter de suspendida por el mismo plazo, y que luego, de
acuerdo con el artículo 59 inciso 2 del Código Penal, se dispuso la prórroga del periodo
de suspensión por 6 meses, se concluye que el vencimiento del plazo de condena se pro
dujo el 8 de mayo de 1997. En tal sentido, la resolución judicial de fecha veintitrés de
marzo de mil novecientos noventa y ocho, que revocó la condicionalidad de la pena,
fue expedida cuando ya había transcurrido el plazo de la pena originariamente impuesta
más la prórroga correspondiente; por lo que, el beneficiario de esta acción de garantía
debe ser excarcelado y, de acuerdo con los artículos 60 y 69 del Código Penal, rehabi
litado” (STCExp. N°363-2002-HC/TC-Lima caso: Carlos Valentín Chumioque Larrea,
del 13/05/2002, fundamento jurídico único).
441
A rt . 59 L ibro primero / Parte general
CO RTE SU PREM A
442
S uspensión de la ejecución de la pena A rt. 59
CORTES SUPERIORES
J 0588 Prórroga del plazo de suspensión por incumplimiento de las reglas de con
ducta: “Al haber el sentenciado incumplido con presentarse cada fin de semana al juz
gado a justificar sus actividades y firmar el libro de control respectivo, así como en can
celar el saldo restante de la restitución del bien; pese a ser requerido por la autoridad
judicial, se resuelve prorrogar el periodo de suspensión de la pena impuesta, a efectos
de garantizar el debido cumplimiento de la sanción y de las reglas de conducta fijadas”
(Ejecutoria Superior del 09/09/1998, Exp. N° 3513-98-Lima. En: ROJAS VARGAS, F.
(1999). Jurisprudencia penal patrimonial. Gaceta Jurídica, Lima, p. 335).
J 0589 Prórroga del plazo de suspensión por incumplimiento de las reglas de con
ducta: “Si bien la sentenciada ha incumplido con las reglas de conducta que fueron fija
das, razón por la cual se le amonestó bajo apercibimiento de prorrogarse el periodo de
prueba y posteriormente ante la continuación de su conducta omisiva, se resolvió prorro
garle el periodo de prueba, bajo apercibimiento de revocársele la condicionalidad de la
pena impuesta; que, del estudio de autos, se tiene que si bien es cierto la sentenciada no ha
cumplido con las reglas de conducta que le fueron impuestas, también lo es que la aludida
no ha tomado conocimiento de la variación que sufriera la pena que se le impuso inicial
mente, lo que denota descuido por parte del juzgador, toda vez que si no se la ubicó en su
domicilio real se debió tratar mediante otros mecanismos, como el notificarla en el domi
cilio procesal señalado en autos, fundamentos por los cuales reformaron el auto recurrido
- 443
A rt. 60 L ibro primero / Parte general
CP: art. 59; C E P : arts. 56, 57, 127; C d e P P : art. 210; L O M P : art. 95 inc. 9)
DOCTRINA
_I)_ 0225
_ _ _ Referencia legal: BRAMONT ARIAS, L. A. (2004). Derecho Penal
peruano (Visión histórica). Parte general. Lima: Ediciones Jurídicas Unifé, p. 493.
“Es obligatoria la revocación, cuando el penado antes de transcurrir el plazo sea de
nuevo sentenciado por otro delito doloso, cuya pena privativa de libertad sea mayor
de tres años. En este caso, se le obligará a que cumpla la pena que fue suspendida y la
que corresponde al segundo delito (art. 60). Se trata, por tanto de un delito doloso, con
una pena superior a los tres años de privación de libertad, cometida durante el plazo
de suspensión condicional de la pena. Basta que existan en autos la comprobación de
la sentencia condenatoria firme antes de vencido el plazo de la suspensión para que se
revoque el beneficio”.
444
S uspensión de la ejecución de la pena A rt. 60
JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0590 R evocación de la suspensión de la p e n a no exige apercibir a l p ro cesa d o : “[...]
De acuerdo a la norma glosada, la aplicación de dichas medidas que incluyen la revoca
ción de la condicionalidad de la pena, no requiere de ningún requisito de procedibilidad
previo, por lo que bastaría que se configuraran los hechos previstos en la norma (es decir,
la falta del cumplimiento de las reglas de conducta o la condena por la comisión de otro
delito) para proceder a la revocación. En otros términos, el órgano jurisdiccional no se
encuentra obligado de apercibir al sujeto inculpado que incumpla las reglas de conducta o
que haya sido condenado nuevamente para imponer las medidas previstas en el mencio
nado artículo 59 del Código Penal. [...]” ( STCExp . N ° 2503-2009-PHC/TC-Lambayeque,
caso: Segundo Sebastián Sandoval Moreno, del 07/01/2010,/. j. 5).
CORTE SUPREMA
J 0592 F orm alidades de la revocación de la p e n a suspendida: “Que, el Tribunal
revocó la condicionalidad de la pena impuesta en una sentencia anterior a la encausada
[...]. Sin embargo, solo se guió de lo que anotó en sus generales de ley en el acto oral y lo
que fluye del certificado de antecedentes judiciales y de la hoja carcelaria [...], la cual no
indica la fecha de la sentencia ni las demás penas impuestas, pues el tipo legal de tráfico
ilícito de drogas tiene penas principales de multa y, en su caso, de inhabilitación. Al no
tener a la vista el boletín de condenas o la copia certificada del fallo en cuestión, que el
Tribunal de Juicio solicitó en el acto oral [...], se efectuó una revocatoria apresurada. El
artículo 60 del Código Penal exige la revocatoria en esos casos, de suerte que en ejecu
ción de sentencia ha de promoverse un incidente de ejecución ante el juez competente
445
A rt. 61 L ibro primero / Parte general
• ---------------- § -----------------
DOCTRINA
446
S uspensión de la ejecución de la pena A rt. 61
JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0593 C on den a n o pron u n ciada opera siem pre y cuando se acaten las reglas d e con
ducta: “Por lo que se refiere al fondo del asunto, la demandante solicita que se deje sin
efecto la resolución mediante la cual se revoca la condena condicional, alegando haberse
cumplido el plazo de prueba. La condicionalidad de la pena se otorga para evitar los efec
tos negativos en el condenado de la pena privativa de libertad de corta duración, por lo
que es concedida en supuestos en los que se trate de una pena privativa de libertad no
mayor de cuatro años y siempre que el juez estime que, por la naturaleza del hecho puni
ble y la personalidad del agente, tal medida le impedirá cometer un nuevo delito (art. 57
del CP). Desde luego, dicho régimen excepcional opera siempre y cuando se acaten las
reglas de conducta; de lo contrario, deberá ser revocado. Por ello, de acuerdo con el ar
tículo 61 del Código Penal, la condena se considera como no pronunciada si transcurre el
plazo de pmeba sin que el procesado cometa un nuevo delito doloso o infrinja de manera
persistente las reglas de conducta establecidas en la sentencia” (STCExp. N° 4796-2005-
PHC/TC-Cusco, caso: María Estela Olivares Acurio, del 17/10/2005, f j. 2).
CO RTE SUPREM A
J 0594 E xtin ción de la condena p o r cum plim iento de reglas d e conducta du ran te el
p e rio d o de p ru e b a : “Conforme a lo dispuesto por el artículo 61 del Código Penal, la con
ducta se considera como no pronunciada si transcurre el plazo de prueba sin que el con
denado cometa nuevo delito doloso, supuesto que se ha verificado en el caso de autos, por
lo que, la rehabilitación dispuesta a favor del sentenciado se encuentra conforme a ley,
sin que ello importe una limitación al derecho de la parte agraviada a la exigencia de su
pago; en todo caso, para su materialización es pertinente utilizar los mecanismos procesa
les de carácter civil” (Ejecutoria Suprema del 21/09/2004, R. N. N° 338-2004-Huánuco).
• 447
A rt. 61 L ibro primero /Parte general
persistente y obstinada las reglas de conducta; que el imputado no cumplió con una de las
reglas de conducta que le fueron impuestas consistentes en reparar el daño causado, con
sistente en la devolución de dinero; que la reparación del daño causado, que en el pre
sente caso -por disposición de la propia sentencia- consiste en la devolución de una suma
determinada de dinero, cuya obligación no escapaba al sentenciado, e importa obvia
mente una negativa persistente y obstinada de su parte, sin que pueda entenderse que para
esa calificación sea necesario al órgano jurisdiccional requerimientos o amonestaciones
expresas, en consecuencia, solo se requiere que de autos se desprenda que el obligado se
mantenga firme o constante en no reparar el daño, que sea perseverante y tenaz en esa
decisión; por lo demás, la reparación del daño impone al condenado un deber positivo de
actuación, cuyo incumplimiento importa una condena omisiva, que en este caso, comu
nica inequívocamente una manifiesta voluntad-hostil al derecho- de incumplimiento a la
regla de conducta impuesta en el fallo; que este entendimiento del artículo 61 del Código
acotado es independiente y no se opone a lo dispuesto por el artículo 59 del mismo cuerpo
de leyes, que autoriza al órgano jurisdiccional para que, ante el incumplimiento de las
reglas de conducta, pueda amonestar al infractor, prorrogar el periodo de suspensión o
revocar la suspensión de la pena; que por otro lado, la inaplicación del artículo 61 del
Código Penal porque se infringió las reglas de conducta no significa que el imputado
siempre tendrá inscrita la sentencia, sino únicamente que no opera esta causal excep
cional de extinción de la responsabilidad penal” (Ejecutoria Suprema del 20/04/2006.
R. N. N° 2476-2005-Lambayeque. En: SAN MARTÍN CASTRO, C. (2006). Jurispruden
cia y precedente penal vinculante. Selección de ejecutorias de la Corte Suprema. Pales
tra, Lima, p. 178).
448
C A P ÍT U L O y
R ESER V A D E L FA L L O C O N D E N A T O R IO
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 62.- El juez podrá disponer la reserva del fallo condenatorio cuando la
naturaleza, modalidad del hecho punible y personalidad del agente, hagan prever
que esta medida le impedirá cometer un nuevo delito.
La reserva será dispuesta:
1. Cuando el delito está sancionado con pena privativa de libertad no mayor de
tres años o con multa;
2. Cuando la pena a imponerse no supere las noventa jornadas de prestación de
servicios a la comunidad o de limitación de días libres; o,
3. Cuando la pena a imponerse no supere los dos años de inhabilitación.
El plazo de reserva del fallo condenatorio es de uno a tres años, contado desde que
la decisión adquiere calidad de cosa juzgada.
(46) A rtículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 de la L ey N ° 30076 del
19/08/2013.
449
A rt. 62 L ibro primero /Parte general
DOCTRINA
450
R eserva del fallo condenatorio A rt. 62
I) (1233 Fines: PEÑA CABRERA, R. (1999). Tratado de Derecho Penal. Estudio pro
gramático de la parte general. 3a edición. Lima: Grijley, p. 649. “La reserva del fallo
condenatorio constituye también una de las medidas alternativas a la pena privativa de
la libertad de corta duración. Esta medida alternativa, además es aplicable a las penas de
multa y limitativas de derechos. El objetivo de esta clase de medidas no es la de suponer
el sistema de penas ni el de constituir un remiendo de poca trascendencia, sino -con obje
tivos más modestos- evitar que muchos infractores de la ley cumplan la pena en la cárcel,
impidiendo con ello la consiguiente desocialización y efectos traumáticos sobre la fami
lia del condenado. Cuando la pena es de corta duración, cuando su lesividad es mínima,
o cuando la naturaleza del ilícito o personalidad del autor no amerita la pena privativa de
libertad, es preferible optar por un medio alternativo, en el que no peligre la libertad y la
dignidad humana, pues la prisión no es el lugar indicado para que se dé cumplimiento a
la sanción penal”.
JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0596 Nociones de la reserva de fallo condenatorio y efectos del incumplimiento de
las reglas de conducta durante elperiodo de prueba: “F. J. 9. La reserva del fallo conde
natorio viene a ser la figura jurídica que constituye una alternativa a las penas privativas
de libertad, por la cual el juzgador se abstiene de dictar la parte resolutiva de la sentencia
que resulta aplicable a los agentes que por la modalidad del hecho punible y su personali
dad, hicieran prever que esta medida les impedirá cometer nuevo delito, sujetándose a las
reglas de conducta y al régimen de prueba que establezca el juzgador. El plazo de reserva
del fallo condenatorio es de uno a tres años, contando desde que la decisión adquiere
calidad de cosa juzgada. F. J. 10. El artículo 65 del Código Penal precisa los efectos que
genera su incumplimiento; así, cuando por razones atribuibles a su responsabilidad, el
agente no cumpliera con las reglas de conducta impuestas, el juez podrá: a) hacerle una
severa advertencia; b) prorrogar el régimen de prueba sin exceder la mitad del plazo ini
cialmente fijado. En ningún caso la prórroga acumulada sobrepasará de tres años; o, c)
revocar el régimen de prueba. La revocación del régimen de prueba implica que se notifi
que al sentenciado la pena impuesta en su contra, la misma que, hasta ese momento, está
reservada” (STCExp. N° 6314-2005-PHC/TC-Arequipa, caso: Aurelio Quispe Chura, del
12/09/2005, ff.jj. 9 y 10).
451
A rt. 62 L ibro primero / Parte general
CORTE SUPREMA
J 0598 Contenido de la reserva del fallo condenatorio: “La reserva del fallo conde
natorio, que se regula en los artículos 62 a 67 del Código Penal, en términos concretos,
452
R eserva del fallo condenatorio A rt. 62
C O R T E S S U P E R IO R E S
453
A rt. 63 L ibro primero / Parte general
J 0604 Inaplicación de pena cuando se dicta la reserva del fallo condenatorio: “Se
desnaturaliza la naturaleza de la reserva del fallo condenatorio en caso de señalarse la
aplicación de dicha figura e imponerse al mismo tiempo una pena de multa al inculpado,
por lo que ha de ser declarada nula la sentencia” (Exp. N° 3118-97-Cono Norte de Lima.
En: CARO CORIA, D. (2002). Código Penal. Gaceta Jurídica, Lima, p. 223).
(47) Artículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 d e la L e y N 0 27868 del 20/11/2002.
454
R eserva del fallo condenatorio A rt. 63
TEXTO ORIGINAL:
Artículo 63.- El juez al disponer la reserva del fallo condenatorio se abstendrá de
dictar la parte resolutiva de la sentencia, sin perjuicio defijar las responsabilidades
civiles que procedan.
La reserva del fallo condenatorio importa la suspensión de su inscripción en el
Registro Judicial.
DOCTRINA
Sumario: Contenido.
455
A rt. 64 L ibro primero / Parte general
sino específicamente la pena, y por lo que cabría una corrección legislativa en ese sen
tido. Solo se dispone la reserva del fallo cuando se trata de fallo condenatorio. Con esta
disposición (reserva del fallo) no se afecta las responsabilidades civiles que deriven del
ilícito penal cometido”.
gÜl JURISPRUDENCIA
C O R T E S S U P E R IO R E S
J 0605 Naturaleza jurídica de la reserva del fallo condenatorio: “El juzgador al dis
poner de la reserva del fallo condenatorio se abstendrá de dictar la parte resolutiva de la
sentencia [...], transgrede el artículo 63 del Código Penal si la Sala al expedir la sentencia
materia de grado ha condenado a los acusados por los delitos materia de investigación;
y, al mismo tiempo, indebidamente les reserva el fallo bajo las reglas de conducta que en
la sentencia se indican” (Exp. N° 2583-95-Piura. En: CARO CORIA, D. (2002). Código
Penal. Gaceta Jurídica, Lima,p. 224).
J 0606 Naturaleza jurídica de la reserva delfallo condenatorio: “La reserva del fallo
condenatorio no impide a la Corte en señalar las consecuencias civiles del delito; en este
caso de delito de abandono de mujer embarazada, la reparación civil y la pensión alimen
taria” (Exp. N° 473-97-Huaraz. En: CARO CORIA, D. (2002). Código Penal. Gaceta
Jurídica, Lima, p. 224).
(48) A rtículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 d e la L e y N 0 30076del 19/08/2013.
456
R eserva del fallo condenatorio A rt. 64
TEXTO ORIGINAL:
Artículo 64.- El juez, al disponer la reserva del fallo condenatorio, impondrá las
reglas de conducta siguientes:
1. Prohibición de frecuentar determinados lugares;
2. Prohibición de ausentarse del lugar donde reside sin autorización del Juez;
3. Comparecer mensualmente aljuzgado, personal y obligatoriamente, para infor
mar y justificar sus actividades;
4. Reparar los daños ocasionados por el delito, salvo que demuestre que esté
imposibilitado de hacerlo;
5. Que el agente no tenga en su poder objetos susceptibles de facilitar la realiza
ción de otro delito; y,
6. Las demás reglas de conducta que el Juez estime convenientes para la rehabili
tación social del agente, siempre que no atente contra la dignidad delprocesado.
(49) Inciso conform e a la incorporación realizada por el artículo 2 del Decreto Legislativo N° 1351 del
07/01/2017.
457
A rt. 64 L ibro primero / Parte general
DOCTRINA
Sumario: Fines de las reglas de conducta que se imponen en la reserva del fallo condenatorio /
Referencia legal.
I) 0236 Fines de las reglas de conducta que se imponen en la reserva del fallo con
denatorio: BRAMONT ARIAS, L. A. (2004). D erech o P en a l peru a n o (Visión histó
rica). P arte gen era l. Lima: Ediciones Jurídicas Unifé, p. 496. “Las reglas de conducta
deben adecuarse a los fines de rehabilitación del procesado. El Juez puede imponer otras
reglas de conducta distintas a las que señalan en el artículo 64, siempre que fueren con
venientes para el procesado y no atenten contra su dignidad personal. El pago de la repa
ración civil puede ser una regla de conducta”.
'IH] JURISPRUDENCIA
Sumario: CORTE SUPREMA: Legalidad de las reglas de conducta que se aplican en la reserva
del fallo condenatorio.
CORTE SUPREMA
J 0807 L e g a lid a d de las reglas de co n d u cta que se aplican en la reserva d e l fa llo con
denatorio: “No es del caso, imponer como regla de conducta lo que la ley por propio
imperio prohíbe; declararon insubsistente la regla de conducta impuesta como prohibi
ción de cometer nuevo delito doloso” (Ejecu toria Suprem a del 1 7 /08/1998, Exp. N ° 2666-
98-Lima, Sala P ena l “C ”) .
458
R eserva del fallo condenatorio A rt. 65
DOCTRINA
Sumario: Características.
_I)_1)238
_ _ _ Características: BRAMONT ARIAS, L. A. (2004). D erech o Penal p eru an o
( Visión histórica). Parte gen eral. Lima: Ediciones Jurídicas Unifé, p. 497. “La revoca
ción del régimen de prueba es incompatible con cualquiera de las medidas anteriores,
pero no vemos incompatibilidad entre la solemne advertencia y la prórroga del periodo
de prueba por lo que pueden ser aplicadas simultáneamente. La revocación del régimen
de prueba prevista en este artículo es una medida opes ju d iéis , contrariamente al artículo
siguiente que es ope lege (art. 66 segunda parte)”.
m,
süa JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0608 P resu pu estos ante incum plim ientos de reglas de conducta en la reserva d e l
fa llo condenatorio: “El artículo 65 del Código Penal precisa los efectos que genera el
incumplimiento [de las reglas de conducta]; así, cuando por razones atribuibles a su res
ponsabilidad, el agente no cumpliera con las reglas de conducta impuestas, el juez podrá:
a) hacerle una severa advertencia; b) prorrogar el régimen de prueba sin exceder la mitad
del plazo inicialmente fijado. En ningún caso la prórroga acumulada sobrepasará de tres
años; o, c) revocar el régimen de prueba. La revocación del régimen de prueba implica
que se notifique al sentenciado la pena impuesta en su contra, la misma que, hasta ese
momento, está reservada” (S T C Exp. N ° 6314-2005-P H C /TC -A requipa, caso: Aurelio
Quispe Chura, d el 12/09/2005, f. j. 10).
459
A rt. 66 L ibro primero / Parte general
1 DOCTRINA
_1)_(I2
_.V
_) Naturaleza jurídica: M APELLI CAFARENA, B. y TERRADILLOS
BASOCO, J. (1996). L as co n sec u e n c ia s ju ríd ic a s d el delito. 3a edición. Madrid:
Civitas, pp. 91-92. “Por más que la nueva regulación ha aproximado nuestro modelo de
suspensión a la p ro b a d o inglesa con una mayor orientación preventivo-especial, avan
zando en la desaparición de los elementos más objetivos (tipos de delito, rebeldía, etc.),
resulta aún excesivamente rígido hacer depender la revocación de la simple comisión de
un nuevo delito sin atender a otros criterios. No debe olvidarse que el sentido de este insti
tuto es favorecer la reinserción del penado, y para ello es preciso atender a las circunstan
cias personales así como a los vínculos sociales del condenado, que no siempre guardan
relación con la reincidencia. Los antecedentes no deben ser más que un elemento a tener
en cuenta en el estudio de la personalidad, pero no una conditio sine qua non” .
I) 0240
_ _ _ _ _ Causas de revocación: BRAMONT ARIAS, L. A. (2004). D erech o Penal
p eru a n o (Visión histórica). P arte gen eral. Lima: Ediciones Jurídicas Unifé, p. 497. “La
revocación de la reserva del fallo condenatorio procede, si el agente comete nuevos de
litos dolosos durante el periodo de prueba, de acuerdo al artículo 66. Sin embargo, el ar
tículo 67 establece dos especies de revocaciones: facultativas y obligatorias. La primera
se da cuando por el nuevo delito cometido se imponga pena privativa de libertad superior
a 3 años; y la segunda, la revocatoria será obligatoria si el nuevo delito cometido por el
nuevo sentenciado tiene pena conminada superior a tres años”.
¡Wj JURISPRUDENCIA
460
R eserva del fallo condenatorio A rt. 66
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0609 C ircunstancias de incum plim iento de las reglas de conducta que desencade
nan en la revocatoria de un p e rio d o de pru eba: “F. J . 11. Al respecto, de autos se acre
dita que confirmada la sentencia que dispuso la reserva del fallo condenatorio impuesto
al beneficiario [...], y ante el incumplimiento de las reglas de conducta fijadas, se pro
rrogó el régimen de prueba por la mitad del plazo inicialmente fijado [...], previa adver
tencia y requerimiento efectuados por resolución [...]. Luego, ante la renuencia a dar cum
plimiento a las mismas, se revocó el régimen de prueba fijado al sentenciado mediante
reserva de fallo condenatorio [...]. Posteriormente, [...], se dio lectura a la parte resolu
tiva de la sentencia (la que, hasta ese momento, estaba reservada), imponiéndose al sen
tenciado 2 años de pena privativa de libertad, suspendida por el plazo de 1 año y 6 meses,
bajo el cumplimiento de reglas de conducta, así como la obligación de reparar el daño
causado [...], la misma que, recurrida, fue desestimada por extemporánea [...]. De lo cual
se colige que el extremo de la pena impuesta adquirió -en este momento- carácter de cosa
juzgada F. J. 12. A mayor abundamiento, ya en ejecución de la sentencia firme, el bene
ficiario fue amonestado por su incumplimiento y renuencia a resarcir el daño causado
[...], prorrogándose el periodo de suspensión de la pena posteriormente, fue reque
rido para dar cumplimiento al mandato judicial, bajo apercibimiento de revocársele la
pena suspendida [...], y en aplicación del apercibimiento decretado se hizo efectiva la
pena impuesta [...]. Finalmente, fue puesto a disposición del Sexto Juzgado Penal a cargo
en ese entonces del emplazado [...], que dispuso su intemamiento en el establecimiento
penitenciario que designe el Instituto Nacional Penitenciario, conforme se acredita con
las copias certificadas [...]. F. J . 13. En este orden de ideas, la expedición, de la condena
en forma posterior no constituye un doble juzgamiento, como invoca la demandante, sino
la consecuencia de la revocación del régimen de prueba, ante el incumplimiento de las
reglas de conducta impuestas por el juzgador, de conformidad con el acotado artículo 65
del Código Penal. Por consiguiente, al no evidenciarse la vulneración constitucional que
sustenta la demanda, no resulta de aplicación el artículo 2 del Código Procesal Constitu
cional, debiendo desestimarse la demanda” (S T C E xp . N ° 6314-2005-P H C /TC -A requipa,
ca so : Aurelio Quispe Chura, d el 12/09/2005, ff. jj. 11, 1 2 y 13).
CORTE SUPREMA
J 0610 Im proceden cia de la libertad anticipada en caso de revocación d el régim en de
p ru e b a o suspensión de ejecución de la pen a: “[...] La revocatoria del régimen de prueba
-o de suspensión de ejecución de la pena- que da lugar a una sanción privativa de liber
tad efectiva, no puede convertirse en otra pena no privativa de la libertad. Tal supuesto
no está previsto en el Código Penal, pues no existe la revocatoria de la revocatoria, que
llevaría a que la pena privativa de libertad impuesta a consecuencia de la revocatoria del
régimen de prueba, nuevamente se convierta en una medida para obtener la recuperación
de libertad ambulatoria” (Casación N ° 189-2011-Huaura, del 16/10/2013, f j . 13, Sala
P en a l Perm anente).
461
A rt. 67 L ibro primero / Parte general
' DOCTRINA
gjjla JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0611 E xtin ción del régim en de pru eba a l cum plirse el p la zo fijado: “Que siendo así
se observa que dicha resolución se encuentra adicionalmente sustentadas al argumentarse
que respecto del pedido de la actora sobre la revocatoria del régimen de prueba, es aplica
ble el artículo 67 del Código Penal, el cual señala que si este régimen no fuera revocado
462
R eserva del fallo condenatorio A rt. 67
----------------§ -----------------
463
CAPÍTULO V I
EXENCIÓN DÉ LA PENA
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 6 8 .- E l juez podrá eximir de sanción, en los casos en que el delito esté pre
visto en la ley con pena privativa de libertad no mayor de dos años o con pena limi
tativa de derechos o con multa, si la responsabilidad del agente fuere mínima.
ijH DOCTRINA
(50) A rtículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 de la L ey N° 29407 del 18/09/2009.
464
E xención de la pena A rt. 68
_______
I) 0245 Presupuestos de aplicación: BRAMONT ARIAS, L. A. (2004). D erecho
P en a l peruano (Visión histórica). P arte general. Lima: Ediciones Jurídicas Unifé, p. 499.
“El fundamento de la exención de pena resulta de consideraciones de prevención espe
cial, de oportunidad, de merecimiento de pena y de falta de necesidad de pena. Preven
ción especial, porque se trata de imputados que no requieren de reeducación ni de rea
daptación a la vida social. Oportunidad, porque la afectación grave, el Ministerio Público
puede abstenerse de ejercitar la acción penal correspondiente. Falta de merecimiento de
pena, porque se trata de casos en los que la dispensa de pena está justificada, dada de la
poca importancia del delito y la culpabilidad. Falta de necesidad de pena, porque el reo
se ha castigado a sí mismo con las graves consecuencias de su delito que le ha alcanzado
( ‘p o en a naturalis’)”.
JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0612 N a tu raleza ju ríd ic a d e l beneficio de exención d e la p e n a : “El Tribunal Cons
titucional se ha pronunciado sobre la naturaleza jurídica del beneficio de exención de
la pena en la sentencia recaída en el expediente N° 1454-2006-HC/TC, estableciendo
que: a) La exención de la pena establecida en el Decreto Legislativo N° 824 permite al
implicado, sometido a investigación policial o proceso judicial por tráfico ilícito de dro
gas, quedar fuera del proceso, es decir, exento de responsabilidad. La exención se pro
duce cuando una vez producido un delito la persona que cometió el hecho punible queda
exenta de sanción alguna o la misma se le aplica en menor medida, [...] cuando propor
cione información oportuna y veraz que permita identificar y detener a dirigentes o jefes
de organizaciones dedicadas al tráfico ilícito de drogas en el ámbito nacional e interna
cional o a las actividades de tráfico ilegal de armas o lavado de dinero, vinculados con
465
A rt. 68 L ibro primero /Parte general
CO RTE SU PREM A
J 0613 Su pu estos, requisitos y p ro ced im ien to p a r a la exención de p e n a en e l caso de
investigados o p ro cesa d o s p o r e l delito de tráfico ilícito de drogas: “F. J. 2. Que, es de
tener presente que el Decreto legislativo N° 824, en su artículo 19, literal a), regula dos
supuestos que permiten a una persona investigada o procesada por tráfico ilícito de dro
gas lograr la exención de pena; que el numeral dos de dicha norma, por su parte, precisa
los requisitos legales para la obtención del indicado beneficio premial; que en este último
supuesto la información que proporciona el agente debe permitir tres resultados concre
tos: el primero, decomisar drogas, insumos, dinero, materias primas, infraestructuras y
otros medios utilizados en la obtención de drogas, que a su vez establezcan fehaciente
mente el funcionamiento —como opera- de una organización dedicada al tráfico de dro
gas; el segundo, identificar -no capturar- a los dirigentes o jefes de la organización; y, el
tercero, desbaratar la organización criminal en el sentido de deshacer, arruinar, desarti
cular o descomponer en su lógica funcional y estructural la asociación delictiva. F. J. 3.
Que, asimismo, el citado decreto legislativo prevé el procedimiento que debe seguirse en
estos casos, siendo de resaltar que, en lo esencial, la solicitud de exención de pena con
la consiguiente declaración judicial de conversión del imputado-colaborador en testigo
requiere un pronunciamiento positivo del fiscal provincial -en rigor, teniendo a la vista
el atestado policial elaborado al efecto, una solicitud de su parte-, pronunciamiento que
debe estar en función a la denuncia formalizada que debe realizar al efecto como conse
cuencia de la información del imputado-colaborador -es su petición la que da inicio for
mal al procedimiento especial de exención de pena-, para lo cual incluso debe tenerse a
la vista las actuaciones que determinaron el procesamiento del imputado-colaborador que
solicita acogerse al beneficio premial correspondiente, tal como se desprende del artículo
veintitrés, literal a) del Decreto Legislativo N° 824 y los artículos once y siguientes del
Decreto Supremo N° 008-98-JUS” (R. N. N ° 1776-2005-Tacna, del 05/07/2005, ff. jj. 2 y
3, Sala Penal Permanente).
---------------- § -----------------
466
CAPÍTULO VII
REHABILITACIÓN
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 69.- E l que ha cumplido la pena o medida de seguridad que le fue impuesta,
o que de otro modo ha extinguido su responsabilidad, queda rehabilitado sin más
trámite.
La rehabilitación produce los efectos siguientes:
1. Restituye a la persona en los derechos suspendidos o restringidos por la senten
cia. No produce el efecto de reponer en los cargos, comisiones o empleos de los
que se le privó; y,
(51) Artículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 del Decreto Legislativo N° 1453
del 16/09/2018.
467
A rt. 69 L ibro primero / Parte general
468
R ehabilitación A rt. 69
por cinco años. Vencido dicho plazo y sin que medie reincidencia o habitualidad, ¡a
cancelación será definitiva.
Cuarta modificación: artículo 2 del Decreto Legislativo N° 1243 del 22/10/2016.
A rtícu lo 6 9 .- E l que ha cumplido la pena o medida de seguridad que le fue impuesta,
o que de otro modo ha extinguido su responsabilidad, queda rehabilitado sin más
trámite.
(...)
L a reh abilitación autom ática n o opera cuando se trate de inhabilitación p erp etu a
im puesta p o r la com isión de delitos contra la A dm inistración P ública, en cuyo caso
la rehabilitación p u e d e ser declarada p o r e l órgano ju risd iccio n a l qu e dictó la con
dena luego d e transcurridos veinte años, conform e a l artículo 59-B d el Código de
E jecución P enal.
Quinta modificación: artículo 1 del Decreto Legislativo N° 1367 del 29/07/2018.
A rtícu lo 69.- El que ha cumplido la pena o medida de seguridad que le fue impuesta,
o que de otro modo ha extinguido su responsabilidad, queda rehabilitado sin más
trámite.
La rehabilitación produce los efectos siguientes:
1. Restituye a la persona en los derechos suspendidos o restringidos por la senten
cia. No produce el efecto de reponer en los cargos, comisiones o empleos de los
que se le privó; y,
2. La cancelación de los antecedentes penales, judiciales y policiales. Los certifica
dos correspondientes no deben expresar la pena rehabilitada ni la rehabilitación.
Tratándose de pena privativa de libertad impuesta por la comisión de delito doloso,
la cancelación de antecedentes penales, judiciales y policiales será provisional hasta
por cinco años. Vencido dicho plazo y sin que medie reincidencia o habitualidad, la
cancelación será definitiva.
La rehabilitación automática no opera cuando se trate de inhabilitación perpetua
impuesta por la comisión de los delitos previstos en los artículos 296, 296-A pri
mer, segundo y cuarto párrafo; 296-B, 291, 382, 383, 384, 387, 388, 389, 393, 393-
A, 394, 395, 396, 397, 397-A, 398, 399, 400y 401 del Código Penal, así como el ar
tículo 4-A del Decreto Ley 25475 y los delitos previstos en los artículos 1, 2 y 3 del
Decreto Legislativo 1106, en cuyo caso la rehabilitación puede ser declarada por el
órgano jurisdiccional que dictó a condena luego de transcurridos veinte años con
forme al artículo 59-B del Código de Ejecución Penal.
Sexta modificación: artículo 1 de la Ley N° 30838 del 04/08/2018.
A rtícu lo 69.- E l que ha cumplido la pena o medida de seguridad que le fue impuesta,
o que de otro modo ha extinguido su responsabilidad, queda rehabilitado sin más
trámite, cuando además haya cancelado el íntegro de la reparación civil.
La rehabilitación produce los efectos siguientes:
1. Restituye a la persona en los derechos suspendidos o restringidos por la senten
cia. No produce el efecto de reponer en los cargos, comisiones o empleos de los
que se le privó; y,
469
A rt. 69 L ibro primero / Parte general
DOCTRINA
_I)_ 0247
_ _ _ Naturaleza: HURTADO POZO, J y PRADO SALDARRIAGA, V. (2011).
Manual de Derecho Penal. Parte general. Tomo II, 4a edición. Lima: Idemsa, pp. 373-
374. “La rehabilitación tiene como principal función eliminar los efectos penales de iure
que afectan al condenado y que son diferentes a las penas y de las medidas de seguri
dad. Tales efectos consisten en la imposibilidad de obtener la condena condicional si se
comete otro delito, la posibilidad de que se aplique la agravación por reincidencia o de
que se califique al autor como habitual, la incapacidad para participar en determinados
concursos públicos o ejercer ciertas profesiones, así como toda una serie de restriccio
nes en orden al ejercicio de actividades que necesiten permiso o licencia de algún orga
nismo público.
Se trata, por tanto, de un remedio legal que permite anular las consecuencias colaterales
de índole penal que produce una sentencia condenatoria en la persona del sentenciado. La
rehabilitación solo puede operar después de cumplida o extinguida la sanción impuesta en
la sentencia. Por consiguiente, es correcto afirmar que no anula la pena (esta ya se cum
plió o extinguió) sino la condena; dicho de otra manera, elimina la condición de conde
nado. Según se ha sostenido es “un verdadero derecho subjetivo del penado y no una con
cesión más o menos generosa del Estado”. De allí que su declaración sea con frecuente
automática y de oficio”.
470
R ehabilitación A rt. 69
_I)_ 0249
_ _ _ Características: GRACIA MARTÍN, L. (1998). “Penas privativas de dere
chos”. En: GRACIA MARTIN, L. (Coordinador). Lecciones de consecuencias jurídicas
del delito. Valencia: Tirant lo Blanch, p. 296. “La rúbrica del título es incorrecta, ya que
la rehabilitación -hoy cancelación de antecedentes penales- ni extingue la responsabi
lidad criminal ni es, propiamente, uno de sus efectos. Las sentencias condenatorias, ade
más de imponer como consecuencias jurídicas del hecho punible probado una o varias
penas principales y, en su caso, las correspondientes penas accesorias, pueden desplegar
también otros efectos no previstos expresamente en ellas. Dado el efecto estigmatizador
y desocializador de los antecedentes penales, especialmente durante su segundo tramo de
su vigencia, se hace necesario restringir el margen de actuación de los mismos”.
eSla JURISPRUDENCIA
Sumario: TRIBUNAL CONSTITUCIONAL: La rehabilitación del condenado que cumplió con
la pena impuesta es automática y no requiere resolución judicial que autorice la anu
lación de los antecedentes penales / La rehabilitación automática del procesado que
cumplió con la pena impuesta. CORTE SUPREMA: El cumplimiento de la pena es el
único presupuesto fáctico que condiciona la operatividad de la rehabilitación automá
tica. CORTES SUPERIORES: Finalidad de la rehabilitación.
TRIBUN AL CONSTITUCIONAL
J 0614 L a rehabilitación d e l condenado que cu m plió con la p e n a im puesta es auto
m ática y no requiere resolución ju d ic ia l que au torice la anulación de los antecedentes
pen a les: “F. J . 4. En el caso de autos, si bien es verdad de que han transcurrido más de
40 años desde la condena penal impuesta al recurrente (Exp. N° 0881-1968), quien, por
cierto, ya la cumplió (por lo que el cuestionamiento no está dirigido a que se le otor
gue su libertad) y de acuerdo con lo señalado en el artículo 69 del Código Penal, que
prevé que ‘quien ha cumplido la pena o medida de seguridad que le fue impuesta, o que
de otro modo ha extinguido su responsabilidad, queda rehabilitado sin más trámite’; se
entiende que debería habérsele restituido los derechos que le fueron suspendidos o res
tringidos por la sentencia, y que puede hacer libre ejercicio de ellos, sin que exista impe
dimento alguno. F. J. 5. Al comprobarse que el recurrente, a la fecha de la interposición
de la demanda, aún registra antecedentes penales por la condena impuesta en el Expe
diente N° 0881-1968, lo que contraviene claramente el fin resocializador de la pena con
tenido en el artículo 139.2 de la Constitución y el principio-derecho de dignidad humana,
por cuanto no le han sido cancelados, consideramos que la presente controversia, enten
dida como proceso de amparo, debe resolverse a favor de la parte demandante. En con
secuencia, el Jefe del Registro Nacional de Condenas del Poder Judicial debe proceder a
cancelar los antecedentes penales del favorecido, sin más trámite, como lo dispone el ar
tículo 69, numeral 2 del Código Penal” (STCExp. N° 05212-2011-PHC/TC-Lima, caso:
Albino Valentín Jamanca Celestino, del 01/12/2014, ff. jj. 4 y 5).
471
A rt. 69 L ibro primero / Parte general
J 0616 L a rehabilitación autom ática del condenado que cum plió con la p e n a impuesta:
“F. J. 8. La cuestión central, entonces, reside en diferenciar la situación jurídica de quien se
encuentra cumpliendo una condena por delito doloso, respecto de quien ya la ha cumplido.
Sobre este último supuesto no cabe duda que el cumplimiento de la pena comporta, a la vez,
la rehabilitación de la persona, sin más trámite, y la restitución de sus derechos suspendi
dos y/o restringidos. En ese sentido, teniendo en cuenta los fines de la pena y del régimen
penitenciario, al margen que el juez penal de ejecución de la pena pueda de oficio declarar
la rehabilitación del penado, esta opera de manera automática a favor del penado, esto es,
sin más trámite que el puro y simple cumplimiento de la pena, no siendo necesario la pre
sentación de una solicitud, y mucho menos, la existencia de un pronunciamiento judicial. F.
J. 9. Precisamente, de modo similar, en una anterior oportunidad, ante la solicitud de reha
bilitación de quien había cumplido en exceso la pena, no estando obligado a ello, este Tri
bunal señaló que: ‘la Sala, al haber admitido su pedido sin existir un procedimiento prees
tablecido convirtió al proceso en irregular, contraviniendo lo consagrado en el inciso 3 del
artículo 139 de la Constitución del Estado’ (STC Exp. N° 1257-2001-AA/TC, f. j. 4). No
obstante ello, debe quedar claro que la rehabilitación automática no produce el efecto de
reponer a la persona en el cargo, tampoco garantiza el ingreso de manera automática a un
puesto o cargo, sino que esta debe sujetarse a las reglas y etapas preestablecidas para ello,
con las responsabilidades a que hubiere lugar” (STC Exp. N° 04629-2009-PHC/TC-Cusco,
caso: Jorge Choque García, del 17/08/2010, ff. jj. 8 y 9).
CO RTE SU PREM A
J 0616 E l cum plim iento de la p e n a es el único presu pu esto fáctico que condiciona la
operatividad de la rehabilitación autom ática: “F. J. 9. Estando a lo que es objeto de análi
sis cabe remitirse a lo precisado en el artículo 61 del Código Penal, conforme al cual ‘la con
dena se considera como no pronunciada si transcurre el plazo de prueba sin que el conde
nado cometa nuevo delito doloso, no infrinja de manera persistente y obstinada las reglas de
conducta establecida en la sentencia’. Por otro lado, corresponde también considerar lo pre
visto en el artículo 69 del citado texto penal, que establece dos aspectos en tomo a la reha
bilitación: i) los supuestos de hecho en que opera [el incumplimiento de la pena o medida
de seguridad impuesta y la extinción de la responsabilidad de sentencia en cualquier modo];
ii) los efectos que produce [restitución a la persona en los derechos suspendidos o restrin
gidos por la sentencia y cancelación de los antecedentes penales, judiciales y policiales];
es asi que la rehabilitación conforme a las normas expresas, opera de forma automática,
encontrándose únicamente condicionada al cumplimiento de la pena. F. J. 10. Dicho crite
rio ha sido jurisprudencialmente recogido en el precedente vinculante recaído en el recurso
de nulidad N° 2466-2005, del 20 de abril de 2006, que señala: ‘[...] que conforme a lo dis
puesto en el artículo 57 de Código Sustantivo y al propio título de la institución, lo que se
suspende es la ejecución de la pena privativa de libertad, de suerte que sus efectos solo están
referidos a la pena [...], que por tanto la suspensión no se extiende a las demás penas prin
cipales y accesorias y, menos, a la reparación civil -esta última, como es obvio, no es una
pena ni está dentro de los límites del iuspuniendi del Estado, [...]-; que, aun cuando fuera
procedente el artículo 61 del Código Penal y, en su caso, la rehabilitación prevista en el ar
tículo 69 del Código Penal, ello no obsta a que el condenado deba pagar la reparación civil,
pues lo contrario importaría un lesión directa al derecho de la víctima a la reparación y un
472
R ehabilitación A rt. 70
CORTES SUPERIORES
J 0617 F in alidad de la rehabilitación: “La finalidad de la rehabilitación es que el reha
bilitado obtenga un certificado negativo de antecedentes y pueda desenvolverse sin mayo
res obstáculos en el seno de la sociedad. Atento a tal finalidad, deben extenderse los efec
tos de la rehabilitación a la anulación consiguiente de los antecedentes policiales” (Exp.
N° 08-85-Lima, Décimo Tribunal Correccional de Lima, 1988. En: Jurisprudencia penal.
Corte Superior de Lima. Tomo III, p. 400).
(53) Artículo vigente conform e a la modificación realizada por el artículo 1 de la Ley N° 30076 del 19/08/2013.
473
A rt. 70 L ibro primero / Parte general
DOCTRINA
474
TITULO IV
D E LA S M ED ID AS DE SE G U R ID A D
■ DOCTRINA
475
A rt. 71 L ibro primero / Parte general
-ilñ| JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0618 M edidas de seg u rid a d (fines y leg itim id a d constitucional): “F. J. 3. [...] para
que la imposición de las medidas de seguridad sea constitucionalmente legítima su dic
tado debe conformarse a los límites que la ley prevé y observar de manera estricta el prin
cipio de proporcionalidad que la propia normativa legal ha previsto en el artículo 73 del
aludido Código al señalar que ‘las medidas de seguridad deben ser proporcionales con
la peligrosidad delictual del agente, la gravedad del hecho cometido y los que proba
blemente cometiera si no fuera tratado’. Por otra parte, el artículo 75 del Código Penal
regula la duración de la medida de internación, estableciendo que ‘ella no podrá exceder
el tiempo de duración de la pena privativa de libertad establecida para el delito en cues
tión’, y señala que el juez hará cesar la medida de internación impuesta cuando las cau
sas que hicieron necesaria su aplicación han desaparecido, esto es, sustentada en la pericia
médica que corresponda. Por último, el artículo 76 señala que ‘el tratamiento ambulato
rio será establecido y se aplicará conjuntamente con la pena al imputable relativo que lo
requiera con fines terapéuticos o de rehabilitación’. F. J. 4. Entonces las medidas de segu
ridad suponen ‘un tratamiento dirigido a evitar que un sujeto peligroso llegue a come
ter un delito’ esto es, que su imposición judicial obedece a una previsión legal que tiene
por finalidad evitar la comisión de un futuro delito. Ahora, desde una apreciación cons
titucional Tas medidas de seguridad no solo justifican [...] evitar la comisión de futu
ros delitos’, sino con igual o mayor finalidad persiguen la recuperación de la salud de
las personas peligrosas. F. J . 5. A ello se debe agregar que, conforme a la previsión legal
establecida y al deber de la aplicación del principio de proporcionalidad en estos casos,
la duración de las medidas de seguridad (así como lo es la temporalidad de las penas) no
puede ser indefinida sino que debe ser delimitada” (STC Exp. N ° 3425-2010-PHC/TC-
Lima, caso: Carlos Gomales La Torres, del 14/01/2011, ff. jj. 3, 4 y 5).
J 0619 M edidas de segu ridad (naturaleza, objeto y lím ites): “F. J. 5. En nuestro orde
namiento, las penas tienen una naturaleza muy distinta con respecto a las medidas de
seguridad. Así, mientras que la pena constituye la sanción tradicional que caracteriza al
Derecho Penal y es un mal con el que este amenaza en el caso de que se realice un acto
considerado como delito; las medidas de seguridad ‘no suponen la amenaza de un mal
en el caso de que se cometa un delito’, sino un tratamiento dirigido a evitar que un sujeto
peligroso llegue a cometerlo. Mientras que la pena se inflige por un delito cometido, la
medida de seguridad se impone como medio de evitarlo. No obstante, desde la perspec
tiva del Derecho Constitucional, la medida de internación no solo se justifica porque per
sigue evitar la comisión de futuros delitos, sino también porque su finalidad es la recu
peración de la persona. Y no puede ser de otro modo, pues nuestra Constitución (art. 1)
476
De las medidas de seguridad A rt. 71
CORTE SUPREM A
• 477
A rt. 72 L ibro primero / Parte general
CORTES SU PER IO R ES
J 0621 R equ isitos y fin e s de la im posición de las m edidas de seguridad: “Las medi
das de seguridad se aplica ante un pronóstico de peligrosidad post-delictual, en atención
al delito cometido, la modalidad de ejecución y la evaluación psicológica, con la finali
dad que el sujeto no cometa nuevos delitos; habiendo desaparecido la peligrosidad y aten
diendo al informe médico se hará cesar la internación” (Resolución de la Primera Sala
Penal Corporativa para Procesos Ordinarios de la Corte Superior de Justicia de Lima
del 07/08/1998).
DOCTRINA
478
De las medidas de seguridad A rt. 72
en una figura de delito descrita en la ley; b) que no concurra ninguna causa de justifica
ción [...] el hecho debe presentar todos los requisitos de la antijuricidad penal, por ello,
no es permitido, por ejemplo, acordar la internación en un reformatorio judicial de un
muchacho que ha matado o lesionado en legítima defensa. En orden al segundo presu
puesto, es decir, la peligrosidad del reo. El concepto de peligro referido a la peligrosidad
del delincuente surge con el positivismo criminológico. Los clásicos habrían tratado el
concepto de peligro en la estructura del delito, definiéndolo como probabilidad de daño.
Al construir su sistema en base a la culpabilidad fundada en el libre arbitrio, y en la res
ponsabilidad moral, desconocieron por completo de la idea de peligrosidad”.
JURISPRUDENCIA
TRIBUN AL CONSTITUCIONAL
479
A rt. 72 L ibro primero /Parte general
haya realizado un hecho previsto como delito, y 2. Que del hecho y de la personalidad
del agente pueda deducirse un pronóstico de comportamiento futuro que revele una ele
vada probabilidad de comisión de nuevos delitos. De conformidad con lo previsto en el
artículo 73, las medidas de seguridad deben ser proporcionales con la peligrosidad delic-
tual del agente, la gravedad del hecho cometido y los que probablemente cometiera si no
fuera tratado. En tal sentido, el artículo 74 del mismo cuerpo normativo establece que la
internación consiste en el ingreso y tratamiento del inimputable en un centro hospitalario
especializado u otro establecimiento adecuado, con fines terapéuticos o de custodia. Solo
podrá disponerse la internación cuando concurra el peligro de que el agente cometa de
litos considerablemente graves. F. J. 8. Por último, el artículo 75 del Código Penal regula
la duración de la internación, estableciendo que: ‘La duración de la medida de interna
ción no podrá exceder el tiempo de duración de la pena privativa de libertad que hubiera
correspondido aplicarse por el delito cometido. Sin perjuicio de que el juez lo solicite
cada seis meses, la autoridad del centro de internación deberá remitir al juez una peri
cia médica a fin de darle a conocer si las causas que hicieron necesaria la aplicación de la
medida han desaparecido. En este último caso, el juez hará cesar la medida de internación
impuesta”. F. J . 9. Se trata entonces, el presente caso, de una sentencia en etapa de eje
cución, siendo obligación del centro hospitalario efectuar exámenes periódicos al bene
ficiario, a fin de determinar su estado psiquiátrico, mas no determinar el cese o suspen
sión de la medida de internación impuesta, pues esta es facultad exclusiva del juez. Por
ello la resolución cuestionada mediante la demanda de autos es válida, pues en ella no se
evidencia vulneración alguna de los derechos constitucionales del actor; siendo así, no
resulta de aplicación al caso el artículo 2 del Código Procesal Constitucional” (STC Exp.
N ° 0516-2006-PH C/TC-Lim a, caso: C arlos Augusto G onzáles L a Torre, del 22/02/2006,
f f .jj. 6, 7, 8 y 9).
CO RTE SU PREM A
480
D e las medidas de seguridad A rt. 73
DOCTRINA
481
A rt. 73 L ibro primero / Parte general
I) 1)262 Crítica: VILLA STEIN, J. (2014). D erecho Penal. P arte general. Lima: Ara,
p. 609. “Aclarar que la proporcionalidad que menciona el artículo 73 es distinta y más
amplia e hipertrofiada que la consagrada por el art. VIII del Título Preliminar del CP, que
alude a una proporcionalidad de la pena al hecho. En cambio la del artículo 73 la propor
cionalidad será a la peligrosidad del agente, la gravedad del hecho y la hipotéticamente
cometiera de no ser tratado. Se instala en nuestro ordenamiento jurídico claramente, un
derecho penal de autor y una contingencia predelictual”.
egía JURISPRUDENCIA
TRIBUN AL CO N STITUCIONAL
J 0624 P rin cipio de p ro p o rcio n a lid a d en las m edidas d e seguridad: “[...] Este cole
giado advierte que no ocurre lo mismo en cuanto a la fundamentación que concierne a la
duración de la medida de tratamiento ambulatorio impuesta al actor, pues si bien la tem
poralidad de dicha medida no fue fijada por las instancias ordinarias precedentes la Sala
Suprema emplazada debió establecer su término, esto es, precisar con criterios de propor
cionalidad y razonabilidad la fecha de su culminación, a fin de que su imposición resulte
válida. Por lo tanto, en este extremo de la ejecutoria suprema cuestionada se observa una
ausencia; sin embargo, ello no termina por invalidarla si apreciamos que dicho pronun
ciamiento judicial, en su conjunto, comporta una motivación insuficiente que debe ser
subsanada. A estos, el órgano judicial emplazado debe considerar: i) la temporalidad del
tratamiento terapéutico con internación que le fue impuesto al actor, en referencia a la
temporalidad que debe tener el tratamiento ambulatorio; ii) que la imposibilidad material
del cumplimiento de la internación sentenciada no puede imputarse al favorecido; iii) el
tratamiento efectivo que habría recibido el favorecido desde la fecha en que fue senten
ciado teniéndose al respecto la aseveración descrita en la cuestionada ejecutoria suprema
que señala que el beneficiario viene ‘asistiendo a las terapias médicas y colaborando con
el tratamiento farmacológico’, por lo que la duración del tratamiento ambulatorio habría
disminuido prudencialmente; y, iv) valorando debidamente los informe médicos que con
cluyeron en la última evaluación realizada al paciente que -conforme se expone en la
resolución cuestionada—acreditan que el actor no presenta signos ni síntomas de tipo psi-
cótico y cuenta con la capacidad de discernimiento y buen juicio de la realidad, instru
mentales que deben ser contrastadas con una nueva pericia médica estatal que el juez
ordinario debe disponer que se practique al favorecido en el día de notificada la pre
sente sentencia. A ello se debe agregar que la temporalidad de la medida de internación
impuesta en la sentencia constituye el marco de temporalidad del tratamiento terapéutico
del favorecido y es en dicha medida que debe establecerse la duración del tratamiento
ambulatorio, pues una cuestión es el tratamiento terapéutico al interior de un nosoco
mio especializado y otra similar -pero no igual- el tratamiento ambulatorio con terapias,
farmacología y control en forma trimestral (que se alude en la resolución cuestionada),
482
D e las medidas de seguridad A rt. 74
ARTÍCULO 74 Internación
La internación consiste en el ingreso y tratamiento del inimputable en un centro hos
pitalario especializado u otro establecimiento adecuado, con fines terapéuticos o de
custodia.
Solo podrá disponerse la internación cuando concurra el peligro de que el agente
cometa delitos considerablemente graves.
N ormas concordantes
C: arts. 7, 9; C P: arts. VIII, 71, 72; C E P : arts. 11, 12, 92, 104; C P P 2004: arts. 293, 294.
DOCTRINA
_I)_026.1
_ _ _ Formas de ordenar la internación: MAURACH, R. (1994). D erecho Penal.
Parte general. Edición actualizada por Heinz Zipf. Traducción de la T edición alemana por
Jorge Bofill Genzsch y Enrique Aimone Gibson. Buenos Aires: Astrea, pp. 870-871. “La
internación, puede ser ordenada, en primer término, con ocasión de un hecho punible come
tido por un autor con capacidad de culpabilidad disminuida (art. 21). En tal caso hace su
aparición junto a la pena, con lo cual se garantiza el sistema de la doble vía. No obstante, la
internación también puede ser utilizada respecto de autores incapaces de culpabilidad (art.
20), que solo hayan cometido un hecho antijurídico; esto es, una acción típica y antijurídica
y con responsabilidad por el hecho. En este caso, dado que el incapaz de culpabilidad no
puede actuar culpablemente y, con ello, de manera plenamente delictiva, la imposición de
una pena se halla excluida, de modo tal que la internación tiene lugar en lugar de la pena.
Aquí rige el principio vicarial. Ambas formas de la internación presuponen que la falta de
capacidad de imputabilidad descanse sobre un patológico permanente. Es común a ambos
casos también la prognosis y sus consecuencias: la internación debe ser ordenada forzosa
mente por el tribunal, cuando la valoración global del autor y su hecho arrojen que, como
consecuencia de su estado, deba esperarse de aquel la comisión de hechos antijurídicos rele
vantes y que, por lo mismo resulta peligroso para la colectividad”.
483
A rt. 74 L ibro primero / Parte general
consecuencias ju ríd ica s del delito. Valencia: Tirant lo Blanch, p. 323. “Las medidas pri
vativas de libertad consisten en el intemamiento del sujeto en un establecimiento ade
cuado a sus características de personalidad. En su ejecución suponen también, como la
pena privativa de libertad, el sometimiento del sujeto a un régimen determinados de vida
y a una disciplina, lo que hace que las diferencias formales con la ejecución de aquella
sean mínimas”.
_1)_ «265
_ _ _ Intemamiento en un establecimiento de deshabituación: MAURACH, R.
(1994). D erecho Penal. P a rte general. Edición actualizada por Heinz Zipf. Traducción de
la 7a edición alemana por Jorge Bofill Genzsch y Enrique Aimone Gibson. Buenos Aires:
Astrea, pp. 874-875. “Conforme a ello, el fin de corrección debiera ser ubicado en primer
plano y la peligrosidad del autor no debería constituir un presupuesto de su disposición. A
ello se opone que la internación en un establecimiento de deshabituación solo puede tener
lugar bajo el presupuesto de que sea dable esperar la comisión de nuevos hechos antijurí
dicos relevantes, por parte del autor. Esta es una evidente prognosis de peligrosidad [...].
Son objetos de esta medida de seguridad los alcohólicos, los toxicómanos, los drogode-
pendientes, debido a que el motivo de su intemamiento es la comisión de determinados
hechos antijurídicos condicionados por una tendencia o un estado de embriaguez o dro-
gadicción por parte del vicioso. Este debe haber sido condenado, o bien no haberlo sido
solo por el hecho de haberse demostrado su incapacidad de culpabilidad, o cuando esta
no pueda excluirse, en relación con un hecho antijurídico cometido en estado de embria
guez o que pueda retrotraerse a su tendencia”.
■ JURISPRUDENCIA
Sumario: CORTE SUPREMA: Fines de la internación del procesado tras habérsele dictado una
medida de seguridad. CORTES SUPERIORES: Finalidad de la medida de intema-
miento / Imposición de intemamiento con base en la peligrosidad / Pericias requeridas
para imponer una medida de intemamiento.
CORTE SUPREMA
J 0625 Fines de la internación del procesado tras habérsele dictado una medida de
seguridad: “Que, el artículo setenta y uno del Código Penal establece como una de las
medidas de seguridad, la de internación; esta, a su vez, es descrita por el artículo setenta
y cuatro del Código citado, como ‘el ingreso y tratamiento del inimputable en un cen
tro hospitalario especializado u otro establecimiento adecuado, con fines terapéuticos o
de custodia. Solo podrá disponerse la internación cuando concurra el peligro de que el
agente cometa delitos considerablemente graves’; que uno de los fundamentos de las
medidas de seguridad radica en que existen sujetos que no ofrecen la fiabilidad cogni-
tiva para ser tratados como personas en Derecho, o como sujetos que no muestran en
conjunto una línea de vida que permita concluir que serán fieles al Derecho; en este sen
tido, la necesidad de heteroadministrar implica que la persona portadora de derechos y
484
D e las medidas de seguridad A rt. 74
deberes incumple de manera obstinada determinados deberes, por lo que ya no puede ser
tratada como tal ni igual que a los demás, no significando ello que se genere una discri
minación, sino que se le priva de derechos para neutralizarla como fuente de peligro, esto
es, ‘heteroadministración de la existencia que se produce en el caso de internamiento en
un hospital psiquiátrico, un centro de deshabituación o en custodia de seguridad’ [JA-
KOBS, Günther. ‘Coacción y personalidad. Reflexiones sobre una teoría de las medi
das de seguridad complementarias a la pena’. En: InDret, Barcelona, febrero de dos mil
nueve, página diez y siguientes], lo que es posible en la medida en que no sea la socie
dad la que evite a la persona, sino que se coaccione a la persona para evitar a la socie
dad o para hacerse de nuevo capaz de vivir en sociedad” (R . N. N ° 2 3 7 5-2009-C usco, del
2 6 /0 1 /2 0 1 0 , f . j . 3, Sala P enal Transitoria).
CORTES SUPERIORES
J 0626 Finalidad de la medida de internamiento: “Atendiendo a que el inimputable
necesita de un tratamiento adecuado para que pueda recuperar su salud mental, a que es
cierto que la infraestructura de los nosocomios nacionales no permiten cupo en sus ins
talaciones, y siendo el tratamiento recomendado externo o ambulatorio, encontrándose
el beneficiario en cárcel, lugar no adecuado y teniendo en cuenta lo señalado en los ar
tículos 72 (inc. 2) y 74 del Código Penal vigente, el mismo que señala que será la auto
ridad judicial quien dispondrá la internación del procesado, por lo que dispusieron que
se oficie en el día al director del Instituto Nacional Penitenciario (INPE) y al director del
Hospital Víctor Larco Herrera a fin que el inimputable sea internado en dicho nosoco
mio, debiendo dichas autoridades tomar las providencias del caso para el cumplimiento
de la presente resolución bajo apercibimiento de ser denunciados por delitos contra la
Administración Pública violencia y resistencia a la autoridad” (Resolución N ° 1 4 0 0 de
la N ovena Sala P en a l de la C orte S up erio r d e Justicia de Lima d el 1 6 /1 2 /1 9 9 2 , Exp.
N ° 2 5 7-70-Lim a).
485
Art. 75 L ibro primero /Parte general
DOCTRINA
Sumario: Criterios de determinación/Momento de determinación y tiempo de duración/Naturaleza.
_I)_ll2ú(i
_ _ _ Criterios de determinación: GRACIA MARTIN, L. (1998). “Penas priva
tivas de derechos”. En: GRACIA MARTÍN, L. (Coordinador). L ecciones de co n secuen
cias jurídicas del delito. Valencia: Tirant lo Blanch, p. 342. “En los casos en que un sujeto
es penalmente responsable -aunque sea de un modo atenuado- y es, criminalmente peli
groso pueden concurrir las dos consecuencias típicas del Derecho Penal: por un lado, la
pena adecuada a la medida de la culpabilidad del autor; y, por otro, la medida de segu
ridad adecuada a su peligrosidad. Este es el caso, por ejemplo, de los semiimputables a
quienes se aplica la correspondiente eximente incompleta cuando sean, además, peligro
sos penalmente”.
486
De las medidas de seguridad A rt. 75
En efecto, la ley dispone que cada seis meses; y sin perjuicio de que el órgano jurisdic
cional lo requiera, ‘la autoridad del centro de internación deberá remitir al juez una peri
cia médica a fin de darle a conocer si las causas que hicieron necesaria la aplicación de la
medida han desaparecido’. De constatarse dicho resultado exitoso ‘el juez hará cesar la
medida de internación impuesta’. Como señala Martín Castro, ello es plenamente compa
tible con la función curativa que se asigna a esta clase de seguridad”.
JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0629 D u ración de la m edida de internación y obligación d el p e rito de rem itir infor
m es a l ju e z so b re la situación rea l de la sa lu d m en ta l d e l interno: “La medida de inter
nación consiste en el ingreso y tratamiento del inimputahle en un centro hospitalario u
otro establecimiento adecuado, con fines terapéuticos o de custodia, dicho ingreso no
puede ser por un tiempo indefinido sino limitado, motivo por el cual se ha previsto que ‘la
duración de la medida de internación no podrá exceder el tiempo de duración de la pena
privativa de libertad que hubiera correspondido aplicarse por el delito cometido’ (art. 75
del CP). Finalmente, cabe señalar que la imposición de la medida de internación com
porta una facultad para el juez que la dictó y un deber para la autoridad del centro en el
cual se encuentra internada la persona. Así, el juez penal puede solicitar cada 6 meses a
la autoridad del centro de internación un peritaje a fin de conocer si las causas que dieron
lugar al dictado de la medida de internación han desaparecido o no. Sin perjuicio de ello
la autoridad del centro de internación está obligada a remitir dicho informe, al margen de
que el juez lo solicite o no (art. 75 del CP). En cualquier caso, si las causas que hicieron
necesaria la aplicación de la medida han desaparecido ‘el juez hará cesar la medida de
internación impuesta’” (STCExp. N" 3426-2008-PHC/TC-Lima Norte, caso: Pedro Gon
zález Marroquín Soto, del 26/08/2010, f. j. 15).
487
A rt. 76 L ibro primero / Parte general
es una medida de seguridad que conlleva graves restrictivos en la libertad de las personas.
Por lo demás, como señala Claux Roxin ‘[...] el fin de la pena y las medidas de seguridad
no se diferencian en esencia. Ciertamente, los fines preventivos se persiguen por las medi
das de seguridad de una forma diferente y que la mayoría de las veces contrasta también
con la orientación de los cometidos de la pena en el caso individual, pero la tendencia fun
damentalmente preventiva es la misma’ (Claus Roxin. Derecho Penal. Parte general. Tomo
I, Editorial Civitas. Madrid, 1997). b) Que, en consecuencia, tratándose de una sanción de
medida de internación solo puede ser interpuesta en la sentencia y luego de que enjuicio se
haya acreditado la realización del delito por el inimputable y su estado de peligrosidad, c)
Que la duración de la medida de internación no puede ser indeterminada, pues el operador
judicial debe definir en la sentencia su extensión temporal, la cual, conforme lo establece el
artículo 75 ab initio, en ningún caso puede exceder los límites cuantitativos de la pena pri
vativa de libertad concreta, que se hubiera aplicado al procesado si hubiera sido una pena
imputable, d) Que, además, la duración de la medida de internación debe ser proporcional a
la peligrosidad potencial del agente y coherente con las recomendaciones que sobre el tra
tamiento a aplicar haya precisado el perito psiquiátrico” (R. N. N° 104-2005-Ayacucho, del
16/03/2005, f. j. 8, Segunda Sala Penal Transitoria).
CORTE SUPREMA
J 0631 L a m edida de internam iento ha d e ejecutarse en un centro p siqu iátrico esta
ta l y su duración no p u e d e ser indefinida: “Que respecto a que el encausado ha llevado
tratamiento psiquiátrico desde el año 1993 y tiene a sus padres vivos para curarlo priva
damente y de modo ambulatorio, que de acuerdo a lo revelado por el perito médico psi
quiátrico [...], se puede establecer que este presenta un grado de peligrosidad intermedia,
pues en estado de descompensación ha sido capaz de ejecutar un comportamiento sexual
impropio en contra de una niña de seis años de edad. No obstante, ha convivido con la
enfermedad mental desde los once años de edad sin registrar un evento dañoso en contra
de la sociedad llevando una vida educativa y laboral relativamente normal y que adecua
damente medicado ha respondido favorablemente en su rol de persona, sin embargo este
se resiste al tratamiento médico; por lo tanto, la medida de internamiento impuesta a ser
ejecutada en un centro psiquiátrico del Estado es irrevocable, no obstante, debe tenerse en
cuenta que, en cualquier caso, el tiempo de internación que se establezca no tiene carácter
definitivo de acuerdo a lo estipulado en el artículo 75 del Código Penal” (R. N. N° 1974-
2014-Lima Norte, del 14/04/2015,/. j. 6, Sala Penal Permanente).
----------------- § -------------------
488
D e las medidas de seguridad A rt. 76
DOCTRINA
gfllg JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0G32 C riterios p a ra determ inar la p e rio d icid a d de la m edida d e segu ridad de trata
m ien to am bulatorio: “Este Tribunal, para resolver la periodicidad de la medida de trata
miento ambulatoria estima pertinente señalar los siguientes criterios: a) en general, toda
medida de seguridad de tratamiento ambulatorio impuesta al inculpado debe conside
rar una determinada periodicidad de las atenciones terapéuticas especializadas y con un
límite de duración del tratamiento; b) toda medida de seguridad de tratamiento ambulato
rio impuesta al inculpado debe contar con una motivación especial que justifique su impo
sición en suficientes pericias médicas estatales; c) conforme a lo establecido en el artículo
75 del Código Penal debe interpretarse que: i) corresponde al juez de ejecución penal con
trolar al tratamiento ambulatorio que fuere impuesto al sentenciado a través de las perió
dicas pericias médicas estatales, y ii) el juez de ejecución puede hacer cesar la medida de
seguridad de tratamiento ambulatorio -en momento anterior al límite temporal judicial
mente impuesto en la sentencia- sustentándose en las suficientes pericias médicas esta
tales, determinación judicial que debe ponerse en conocimiento de las partes; d) la impo
sición de la medida de seguridad de tratamiento ambulatorio, en todos los casos, debe
obedecer a los principios de proporcionalidad y razonabilidad, lo que implica que aquella
sea idónea, adecuada y estrictamente necesaria para el logro de los fines que persiguen las
489
A rt. 77 L ibro primero / Parte general
CORTE SUPREMA
J 0633 S u jetos a quienes se im pone la m edida de segu ridad de internam iento am bula
torio: “El tratamiento ambulatorio, como medida de seguridad, solo se impone al imputable
relativo, conforme a lo dispuesto por el artículo setentiséis del Código Penal; que, habién
dose acreditado que el acusado [...] al momento de cometer los hechos, se encontraba en
pleno uso de sus facultades mentales; debe disponerse que se deje sin efecto dicho trata
miento” (R. N. N ° 4344-97-Callao, del 28/10/1997, Sala Penal de la Corte Suprema).
--------------------§ ---------------------
DOCTRINA
______
1) (1272 Naturaleza y alcance: ZUGALDÍA ESPINAR, J. (1991). Fundamentos de
Derecho Penal. Parte general. España: Universidad de Granada, p. 104. “El sistema de
acumulación se utiliza para los casos en los que la medida de seguridad no consiste en una
privación de libertad y se lleva a la práctica a través del cumplimiento simultáneo tanto de
la pena como de la medida de seguridad. En cambio, el sistema vicarial se utiliza en aque
llos casos en los que facultativamente el Juez decide acumular una pena y una medida
de seguridad ambas privativas de libertad. En tales supuestos de coincidencia para un
490
De las medidas de seguridad A rt . 77
mismo hecho de una pena y una medida de seguridad -cuya duración no podrá exceder
de la duración de la pena impuesta- se debe cumplir antes que la pena y que el periodo de
internación de la medida se computa como tiempo de cumplimiento de la pena, sin per
juicio de que el Juez pueda dar por extinguida la condena por reducir su duración en aten
ción al buen resultado del tratamiento”.
I) 1)273 Comentario crítico: VILLA STEIN, J. (2014) D erecho Penal. P a rte general.
Lima: Ara, p. 608. “La fórmula nos parece interesante, no obstante su marcado acento
monista no distintivo entre penas y medidas de seguridad.
Insistimos en que la fórmula es adecuada pues en el semi-imputable la realización del tipo
está condicionada y hasta determinada por su estado psicológico (bonderline, toxicoma
nía, alcoholismo, etc.), en consecuencia la medida de seguridad previa a la pena es lo más
lógico como es igualmente lógico que si el tratamiento resulta exitoso, el juez pueda dar
por extinguida la condena o reducir su duración”.
»iiu JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0634 R espon sabilidad d e l E stado de im plem entar p o lítica s de sa lu d m ental: “F. J.
18. El artículo 11 de la Ley N° 26842, Ley General de Salud, prescribe que: ‘El alcoho
lismo, la farmacodependencia, los trastornos psiquiátricos y los de violencia familiar se
consideran problemas de salud mental. La atención de la salud mental es responsabilidad
primaria de la familia y del Estado ’. En ese sentido, resulta de especial relevancia la activa
y oportuna intervención del Ministerio de Salud para desarrollar la política estatal de tra
tamiento y rehabilitación de la salud mental de las personas que se encuentran sujetas a
medidas de seguridad de internación. Sin embargo, tal labor se concretiza a través de los
centros hospitalarios que, en estricto, actúan como órganos de recepción y de ejecución
de dichas medidas; ello porque según el artículo 28 del Decreto Supremo N° 013-2002-
SA, Reglamento de la Ley del Ministerio de Salud: ‘La misión general de los hospita
les es prevenir los riesgos, proteger del daño, recuperar la salud y rehabilitar las capaci
dades de los pacientes, en condiciones de plena accesibilidad y de atención a la persona
desde su concepción hasta su muerte natural’. F. J. 19. El Estado debe asumir la polí
tica de tratamiento y rehabilitación a personas con problemas de salud mental teniendo
como fundamento el respeto de todos sus derechos íundamentales, pues las personas que
adolecen de enfermedades mentales (esquizofrenia, paranoia, depresión, etc.), dentro de
las que se incluyen a las personas sujetas a medidas de internación se encuentran en un
estado de especial vulnerabilidad. Así las cosas, parece no haber duda sobre el reconoci
miento de los derechos sociales (salud mental); no obstante el problema se presenta en
el bajo nivel de cumplimiento, respecto al cabal desenvolvimiento de estos derechos, de
491
A rt. 77 L ibro primero / Parte general
los establecimientos de salud mental, por lo que el Estado debe adoptar todas las medidas
destinadas a superar dicha problemática, fortaleciendo los niveles de coordinación intra e
interinstitucional: Ministerio de Justicia, Ministerio de Economía y Finanzas, Ministerio
de Salud, Congreso de la República, Poder Judicial, etc.” (STCExp. N° 3426-2008-PHC/
TC-Lima Norte, caso: Pedro Gonzalo Marroquin Soto, del 26/08/2010, ff. jj. 18 y 19).
--------------------§ ---------------------
492
r
TITULO Y
E X T IN C IÓ N DE LA A C C IÓ N
PEN A L Y DE LA PEN A
Causales de extinción(55)
La acción penal se extingue:
1. Por muerte del imputado, prescripción, amnistía y el derecho de gracia.
2. Por autoridad de cosa juzgada.
3. En los casos que solo proceda la acción privada, esta se extingue, además de las
establecidas en el numeral 1, por desistimiento o transacción.
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 7 8 .- La acción penal se extingue:
1. Por muerte del imputado, prescripción y amnistía.
2. Por autoridad de cosa juzgada.
3. En los casos que solo proceda la acción privada, esta se extingue, además de las
establecidas en el inciso 1, por desistimiento o transacción; y, en los delitos con
tra la libertad y el honor sexuales, por matrimonio subsiguiente.
DOCTRINA
(55) Artículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 de la Ley N° 26993 del 24/11/1998.
A rt. 78 L ibro primero / Parte general
_I)_H2"(i
_ _ _ Naturaleza de la prescripción: BUSTOS RAMIREZ, J. (2004). Obras com
pletas. Tomo I. Lima: Ara, p. 675. “La prescripción: artículo 78: El problema de la natu
raleza de la prescripción está ligada al principio de la necesidad de la pena. El transcurso
del tiempo afecta directamente a la facultad punitiva del Estado. Tiene la prescripción,
en consecuencia, una vinculación directa con un principio de carácter básico material en
el sistema penal, que informa tanto al Derecho Penal sustantivo como al Derecho Proce
sal penal”.
494
E xtinción de la acción penal y de la pena A rt. 78
BÜis JURISPRUDENCIA
TRIBUN AL CONSTITUCIONAL
J 0635 L a prescripción com o lím ite de la p o te sta d p u n itiva d e l E stado: “F. J. 2. Con
forme a lo señalado por este Tribunal en reiterada jurisprudencia la prescripción, desde
un punto de vista general, es la institución jurídica mediante la cual, por el transcurso del
tiempo, la persona adquiere derechos o se libera de obligaciones. Y, desde la óptica penal,
es una causa de extinción de la responsabilidad criminal fundada en la acción del tiempo
sobre los acontecimientos humanos o en la renuncia del Estado al ius punendi, bajo el
supuesto de que el tiempo transcurrido borra los efectos de la infracción, existiendo ape
nas memoria social de ella. Dicho de otro modo, en una Norma Fundamental inspirada
en el principio pro homine, la ley penal material otorga a la acción penal una función pre
ventiva y resocíalizadora, en la cual el Estado autolimita su potestad punitiva; orientación
que se funda en la necesidad de que, pasado cierto tiempo, se elimine toda incertidumbre
jurídica y se abandone el castigo de quien lleva mucho tiempo viviendo honradamente,
consagrada de esta manera el principio de seguridad jurídica. F. J. 3. Así, la ley considera
varias razones que permiten extinguir la acción penal, en virtud de las cuales el Estado
autolimita su potestad punitiva: causas naturales (muerte del infractor), criterios de paci
ficación o solución de conflictos sociales que tienen como base la seguridad jurídica (cosa
juzgada o prescripción) o razones sociopolíticas o de Estado (amnistía). F. J. 4. En este
orden de ideas, resulta lesivo al derecho al plazo razonable del proceso que el represen
tante del Ministerio Público, titular de la acción penal, sostenga una imputación cuando
esta se ha extinguido, o que formule denuncia penal cuando la potestad persecutoria del
495
A rt. 78 L ibro primero / Parte general
Estado, por el trascurso del tiempo, se encuentra extinguida, y que el órgano jurisdic
cional abra instrucción en tales supuestos. F. J . 5. El Código Penal reconoce la prescrip
ción como uno de los supuestos de extinción de la acción penal. Es decir, que mediante
la prescripción se limita la potestad punitiva del Estado, dado que se extingue la posibi
lidad de investigar un hecho criminal y, con él, la responsabilidad del supuesto autor o
autores del mismo. F. J . 6. Conforme a lo expuesto, la prescripción de la acción penal
tiene relevancia constitucional, toda vez que se encuentra vinculada con el contenido del
derecho al plazo razonable del proceso, el cual forma parte del derecho fundamental al
debido proceso. Es por ello que muchas de las demandas de hábeas corpus en las que se
ha alegado prescripción de la acción penal han merecido pronunciamiento de fondo por
parte de este Tribunal (Cfr. STC. Exp. N° 2506-2005-PHC/TC; STC Exp. N° 4900-2006-
PHC/TC; STC Exp. N° 2466-2006-PHC/TC; STC Exp N° 331-2007-PHC/TC). F. J. 7.
Sin embargo, es preciso indicar que no obstante la relevancia constitucional de la pres
cripción de la acción penal, el cálculo de dicho lapso requiere, en algunas ocasiones, la
dilucidación de aspectos que no corresponde determinar a la justicia constitucional. En
efecto, conforme al articulo 82 del Código Penal el cómputo del plazo de prescripción
se cuenta desde la fecha en que se consumó el delito (para el delito instantáneo) o desde
el momento en que cesó la actividad delictuosa (en los demás casos). Como es de verse,
la determinación de la prescripción de la acción penal requerirá previamente dilucidar
la fecha en la que cesó la actividad delictiva o el momento de la consumación, lo que es
competencia de la justicia ordinaria. F. J . 8. En caso de que la justicia penal hubiera deter
minado todos estos elementos que permiten el cómputo del plazo de prescripción, podrá
cuestionar ante la justicia constitucional la prosecución de un proceso penal a pesar de
que hubiera prescrito la acción penal. En caso contrario, la pretensión deberá ser recha
zada. Así, este Tribunal Constitucional en la sentencia recaída en el Exp. N° 5890-2006-
PHC/TC, no obstante la relevancia constitucional que ostenta la prescripción de la acción
penal no puede estimar la pretensión incoada, toda vez que la justicia ordinara no había
establecido la fecha de consumación del ilícito, aspecto crucial para determinar el plazo
de prescripción de la acción penal y que no puede ser dilucidado por la justicia constitu
cional. F. J . 9. En tal sentido, en caso de que la pretensión en la que se alegue la prescrip
ción de la acción penal exija la dilucidación de aspectos que conciernen evaluar a la justi
cia ordinara, la demanda deberá ser rechazada” (STC Exp. N" 2407-2011-PHC/TC-Lima,
caso: José Rafael Blossiers Mazzini, del 10/08/2011, ff. jj. 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 y 9).
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E JE C U T O R IA SU PREM A VINCULANTE
CO RTE SUPREM A
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A rt. 78 L ibro primero / Parte general
juzgado no puede volver a serlo (eadem personae ); y el segundo -objetivo- se ciñe a los
hechos penales tal como se describen en la sentencia o auto de sobreseimiento (eadem
res), estando al margen de ese supuesto la calificación jurídica del referido hecho punible
y sus consecuencias jurídico-penales; que es de precisar que la sentencia o auto de sobre
seimiento debe ser firme, y que no tiene trascendencia alguna a estos efectos tanto la iden
tidad de quienes ejercitan la acción, como el título por el que se acusó. Que en el presente
caso, por los mismos hechos, que involucraban la tenencia del vehículo materia de este
proceso penal, ya se juzgó al encausado, sobreseyendo la causa en su favor; que, la cir
cunstancia que en el proceso anterior fue considerado como agraviado una persona jurí
dica privada y no el Estado, como lo es en esta causa, es absolutamente intrascendente en
tanto que el hecho punible es, en puridad el mismo; por estos fundamentos declararon no
haber nulidad en la sentencia en cuanto de oficio declara fundada la excepción de natura
leza de cosa juzgada a favor del procesado en la instrucción seguida en su contra por el
delito de peculado extensivo” (Ejecutoria Suprema del 24/05/2004, R. N. N° 660-2003-
Junín. En: PEREZ ARROYO, M. (2006). La evolución de ¡a jurisprudencia penal en el
Perú (2001-2005). Tomo I. Iuris Consulti - San Marcos, Lima, p. 678).
J 0648 Iden tidad de la cosa juzgada: “Que, la cosa juzgada es considerada en el Código
Penal como una causa de extinción de la acción penal (numeral dos del artículo setenta y
ocho); a su vez, el artículo noventa de dicho Código prohíbe que se pueda perseguir a una
persona por segunda vez ‘[...] en razón de un hecho punible sobre el cual se falló definiti
vamente’; más aún el Código de Procedimientos Penales en su artículo quinto señala que
existe cosa juzgada cuando el hecho denunciado ha sido objeto de una resolución firme,
nacional o extranjera, en el proceso penal seguido contra la misma persona. Para que se pro
duzca cosa juzgada se requieren dos identidades: a) unidad del imputado; y, b) unidad del
hecho punible. El primer requisito -o límite subjetivo de la cosa juzgada- se refiere solo
a la del procesado; mientras que, el segundo requisito se refiere a que en ambos procesos,
esto es, en el que se deduce la excepción y en el que se funda la excepción, deben estar refe
ridos al mismo hecho, lo que no se debe confundir con la tipificación que puede dar el juz
gador al abrir instrucción” (R. N. N° 1195-2005-Cañete, del 13/10/2005, f. j. 3, Sala Penal).
500
E xtinción de la acción penal y de la pena A rt. 78
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A rt. 79 L ibro primero / Parte general
prensa; en su agravio y, por no emitidas: la resolución de fecha veinte de mayo del dos
mil cinco, que confirma la sentencia, de fecha veintiséis de noviembre del dos mil cua
tro que dispone la reserva del fallo condenatorio a favor de A.A.A.R, por delito contra el
honor - difamación por medio de prensa, en agravio de J.M.F.P, por el período de prueba
de un año, quedando además sujeto al cumplimiento de reglas de conducta, y al pago de
veinte mil nuevos soles, por concepto de reparación civil, a favor de la querellante, con lo
demás que contiene [...]” (R. N. N°2183-2005-Lima, del 21/10/2005, f. j. 3, Sala Penal).
CORTES SUPERIORES
J 0652 E fectos de la prescripción : “En la prescripción el transcurso del tiempo extingue
la posibilidad de ejercer la acción penal (persecución procesal del hecho), pero además al
hacer desaparecer la necesidad de pena (fundamento material de prescripción), impide la
persecución de la misma, en caso de haberse ejercitado habría interrupción, prescribiendo
en todo caso cuando el tiempo transcurrido sobrepasa la mitad del plazo ordinario” (Exp.
N° 745-97-Arequipa, del 11/10/2000, Corte Superior de Justicia de Arequipa).
--------------------§ ---------------------
gMg JURISPRUDENCIA
Sumario: CORTE SUPREMA: Extinción de la acción penal por la existencia de una sentencia
civil que declara lícito el hecho imputado / Fundamento de por qué una sentencia civil
que declara la licitud del comportamiento extingue la acción penal. CORTE SUPE
RIOR: Fundamento de por qué una sentencia civil que declara la licitud del comporta
miento extingue la acción penal.
CORTE SUPREMA
J 0653 E x tin ció n de la acción p e n a l p o r la ex isten cia d e una sen ten cia c iv il qu e
d eclara lícito e l hech o im pu tado: “Es causa de extinción de la acción penal la existen
cia de sentencia civil ejecutoriada, exigiendo fundamentalmente que el hecho imputado
como delito sea lícito, esto es que exista identidad de objeto entre lo decidido en la sen
tencia civil firme y el de la pretensión contenida en la sentencia penal” (R. N. N° 4677-
97-Junín, del 12/01/1998, Sala Penal).
502
E xtinción de la acción penal y de la pena A rt. 80
J 0654 F u n dam en to d e p o r qu é una sen ten cia civil que declara la licitu d del com
po rta m ien to extin gu e la acción p en al: “Constituye grave irregularidad que en el pro
ceso penal se pretenda cuestionar asuntos que han sido materia del proceso civil y que
han pasado en autoridad de cosas juzgadas” (Ejecutoria Suprema del 26/09/1990, Exp.
N° 843-88-Lima).
CORTES SUPERIORES
J 0655 F u ndam ento de p o r qu é una sen ten cia civil que declara la licitu d del com
po rta m ien to extin gu e la acción penal: “Al existir una sentencia civil, que se pronun
cia sobre los mismos hechos que se le atribuyen al inculpado, procede declarar extinta la
acción penal en virtud del principio nom bis in idem , prohíbe el perseguir múltiples veces
a una persona, a pesar de que la sentencia se haya pronunciado en una vía distinta a la
penal. Asimismo, debe tenerse en cuenta que ha de evitarse que existan dos sentencias
contradictorias” (Exp. N° 3908-97-Junín, del 10/07/1997, Primera Sala Penal de la Corte
Superior de Justicia de Junín).
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 80.- La acción penal prescribe en un tiempo igual al máximo de la pena
fijada por la ley para el delito, si es privativa de libertad.
En caso de concurso real de delitos, las acciones prescriben separadamente en el
plazo señalado para cada uno.
(56) Sum illa y sexto párrafo vigentes conforme a la m odificación realizada por la prim era disposición com
plem entaria m odificatoria de la Ley N° 30077 del 20/08/2013.
503
A rt. 80 L ibro primero / Parte general
En caso de concurso ideal de delitos, las acciones prescriben cuando haya transcu
rrido un plazo igual al máximo correspondiente al delito más grave.
En ningún caso, la prescripción será mayor a veinte años.
En los delitos que merezcan otras penas la acción prescribe a los tres años.
504
E xtinción de la acción penal y de la pena A rt. 80
N ormas concordantes
C: arts. 41, 1 3 9 inc. 13); C d e P P ; arts. 5, 77; C P P 2004; art. 517 inc. 2 lit. c.
DOCTRINA
Sumario: Fundamento / Clases de prescripción en función del tiempo / La pena abstracta como
referencia del tiempo que dura el plazo de prescripción.
I) 1)278 Fundamento: MIR PUIG, S. (2002). Derecho Penal. Parte general. 6a edi
ción. Barcelona: Reppertor. §30/24, p. 751. “El fundamento de la prescripción se halla
en parte vinculado a la falta de necesidad de la pena tras el transcurso de cierto tiempo
(fundamento material), y en parte a las dificultades de prueba que determina el transcurso
del tiempo (fundamento procesal). Este segundo aspecto solo afecta a la prescripción del
delito. En esta puede jugar también un papel la consideración de las expectativas que crea
en el sujeto la falta de persecución del hecho durante un determinado plazo”.
D 0280 La pena abstracta como referencia del tiempo que dura el plazo de pres
cripción: GRACIA MARTÍN, L. (1998). “Penas privativas de derechos”. En: GRACIA
MARTIN, L. (Coordinador). Lecciones de consecuencias jurídicas del delito. Valencia:
Tirant lo Blanch, p. 286. “El problema más importante para la apreciación de los efec
tos extintivos de la prescripción del delito se produce cuando el plazo de prescripción
del delito está en función de la duración de la pena [...]. A este respecto, básicamente
se defienden en la doctrina dos posibles interpretaciones: Atender a las penas abstractas
señaladas en la correspondiente figura de delito. O atender a las penas concretas. Por ello,
parece que el único método para determinar sin titubeos el plazo de prescripción, una vez
conocida la calificación del delito, es atender únicamente a las penas abstractas señala
das en la figura del delito”.
505
A rt. 80 L ibro primero / Parte general
djja JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CO N STITUCIONAL
506
E xtinción de la acción penal y de la pena A rt. 80
que: ‘[e]l plazo de prescripción se duplica en caso de delitos cometidos contra el patri
monio del Estado’. La redacción del texto constitucional no es clara; pareciera que se
refiere a todos los delitos cometidos en agravio del Estado, pero consideramos que no
es así, ya que, por el principio de legalidad y seguridad jurídica, debe entenderse tal
plazo de prescripción en el contexto de todo el artículo y, mejor aún, en el contexto de
todo el capítulo, que trata exclusivamente de los funcionarios y servidores públicos. F.
J. 18. Este Supremo Colegiado considera que duplicar el plazo de prescripción en todos
los delitos cometidos en agravio del Estado, sería atentar contra el principio de legali
dad, de cuya interpretación pro homine se infiere que aplicarlo a todos los imputados a
los que se procese es extender in malam parte lo que pudiera afectar a este, cuando por
el contrario su aplicación debe ser in bonam parte. En consecuencia, dicha duplicidad
solo es aplicable en el caso de delitos cometidos contra el patrimonio del Estado o de or
ganismos sometidos por este, de conformidad con el artículo 41, in fine, de la Constitu
ción” (STC Exp. N° 1805-2005-HC/TC-Lima, caso: Máximo Humberto Cáceda Piede-
monte, del 29/04/2005, fifi jj. 13, 14, 15, 16, 17 y 18).
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E xtinción de la acción penal y de la pena A rt. 80
concretos: A) En este Capítulo se regulan los delitos cometidos por funcionarios y servi
dores públicos; B) Dicho Capítulo protege además el patrimonio público vulnerado por
esos sujetos especiales, que es lo que exige la norma sustantiva de acuerdo a la interpre
tación con la norma constitucional prevista en el artículo cuarenta y uno de la Constitu
ción que contiene como mandato concreto que el plazo de prescripción se duplica en caso
de delitos cometidos contra el patrimonio del Estado por funcionarios y servidores públi
cos. Es de resaltar que no todos los delitos comprendidos allí tienen contenido patrimo
nial, por lo que en cada tipo legal se tiene que analizar si se cumple con el presupuesto
establecido para prolongar el plazo de prescripción en función a la afectación de los bie
nes jurídicos tutelados vinculados directamente con el patrimonio público o solo afectan
el correcto funcionamiento de la Administración Pública propiamente dicha, vulnerando
el ejercicio de funciones y servicios públicos bajo pautas de corrección y sometimiento
a la legalidad, la observancia de los deberes del cargo como empleo, regularidad y de
senvolvimiento normal de tal ejercicio, el prestigio y dignidad de la función, la imparcia
lidad en el desenvolvimiento decisional, y otros, desvinculados totahnente de la afecta
ción del patrimonio del Estado como tal y excluidos. F. J . 15. Si el fundamento esencial
de la duplicidad de la prescripción es la lesión efectiva del patrimonio del Estado reali
zada por los funcionarios o servidores públicos, es necesario que exista una vinculación
directa entre estos. Tal fundamento exige el concurso de tres presupuestos concretos: A)
Que exista una relación funcionarial entre el agente infractor especial del delito -funcio
nario o servidor público- y el patrimonio del Estado; B) El vínculo del funcionario o ser
vidor público con el patrimonio del Estado implica que este ejerza o pueda ejercer actos
de administración, percepción o custodia sobre bienes públicos; C) Puede servir como
fuente de atribución de dicha posición y faculta funcionarial una orden administrativa y,
por tanto, es posible que a través de una disposición verbal se pueda también transferir o
delegar total o parcialmente el ejercicio de funciones concretas de administración, per
cepción o custodia sobre bienes públicos al funcionario o servidor que originalmente por
su nivel y facultades específicas no poseía. F. J. 16. Una interpretación distinta sería irra
zonable y vaciaría de contenido la gravedad de la conducta de los funcionarios y servido
res públicos respecto del patrimonio del Estado y asimilaría el hecho a delitos comunes
sin ninguna diferenciación que le otorgue sentido a la disposición legal. F. J. 17. Debe
destacarse que los bienes sobre los cuales puede recaer la acción material pueden ser del
Estado, parcialmente del Estado o de propiedad privada. A) En cuanto a la primera moda
lidad, se trata de bienes íntegramente del Estado. B) La segunda modalidad se refiere a
bienes de Sociedades de economía mixta donde el Estado tiene parte por estar integrado
con capital proveniente tanto del sector público como del sector privado y se comparte
la propiedad de los bienes. Este tipo de Régimen Económico está reconocido en los ar
tículos 40 y 60 de la Constitución Política del Perú y en el artículo 2 del Decreto Legis
lativo número 674, del 27 de setiembre de 1991, que contiene las normas sobre la pro
moción de la inversión privada en las empresas del Estado. C) La tercera modalidad se
refiere a bienes de propiedad privada que se encuentren en posesión directa del Estado,
que ejerce la administración temporal para fines institucionales o de servicio a través de
un acto jurídico legalmente válido. F. J . 18. El patrimonio del Estado, parcialmente del
Estado o privado está constituido por bienes muebles o inmuebles con valor económico,
como los caudales y efectos, lo que se traduce en la presencia de un perjuicio patrimonial
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E xtinción de la acción penal y de la pena A rt. 80
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A rt. 80 L ibro primero / Parte general
ha sido regulada en el artículo 49 del CP, constituye ya un delito en sí -delito masa-. Por
consiguiente, en su regulación se ha creado un nuevo marco penal abstracto -la pena
correspondiente al delito más grave más el incremento de un tercio de la máxima prevista
para dicho delito-, por lo que para determinar la prescripción de la acción penal en esta
clase de delitos debe tomarse como base dicho marco punitivo abstracto” (Acuerdo Ple-
nario N° 8-2008/CJ-ll 6 sobre “La prescripción de la acción penal en el art. 46-A y art.
49 del CP ”, del 13/11/2009, f. j. 13, VPleno Jurisdiccional de las Salas Penales Perma
nente y Transitorias).
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E xtinción de la acción penal y de la pena A rt. 80
E JE C U T O R IA SUPREM A VINCULANTE
J 0666 Suspensión del curso de la prescripción de la acción penal: “En tal sentido,
habiéndose establecido que es un delito permanente, corresponde la aplicación del inciso
4, del artículo 82 del Código Penal, el cual establece que el momento a partir del cual
empieza a computarse el plazo para la prescripción de la acción penal, es ‘a partir del
día en que se cesó la permanencia’, y como quiera que el procesado en su condición
de representante legal de la empresa minera recién con fecha siete de enero de dos mil
once, obtuvo la aprobación del Plan de Cierre Pasivos Ambientales de acuerdo al artículo
treinta de la Ley N° 28711 -L ey General del Ambiente-, dichos planes de tratamiento de
pasivos ambientales están dirigidos a remediar los impactos ambientales originados por
uno o varios proyectos de inversión o actividades, pasado o presente, por lo que la acción
delictiva (omisión) se ha mantenido en el tiempo de manera permanente, cesando recién
el siete de enero de dos mil once; momento a partir del cual debe computarse el plazo
prescriptorio; debiendo tenerse presente lo preceptuado por el artículo 80 del Código
Penal [...], que señala: ‘la acción penal prescribe en un tiempo igual al máximo de la pena
fijada por la ley para el delito, si es pena privativa de libertad’, por lo tanto el plazo ordi
nario de prescripción de la acción penal es de tres años, sin embargo, al haberse forma
lizado la investigación [...] se suspende el curso de la prescripción de la acción penal, el
cual no puede prolongarse más allá de un tiempo acumulado equivalente al plazo ordina
rio más una mitad de dicho plazo -tal como lo establece el Acuerdo Plenario N° 3-2012/
CJ-116-; por lo que, en todo caso vence indefectible a los cuatro años y seis meses,
esto es el día siete de julio del año dos mil quince; en consecuencia, debe revocarse la
resolución impugnada, debiendo declararse infundada la excepción de prescripción de la
acción penal” (Casación N ° 383-2012-L a Libertad, del 15/10/2013, f. j . 4.10, Sala P enal
Permanente).
515
A rt. 80 L ibro primero / Parte general
el genérico que establecía el hoy suprimido artículo 29 del Código Penal, también en su
texto original, para la pena privativa de libertad y que era de veinticinco años. F. J. 4.
Que, en la redacción actual del artículo 173 del Código Penal, que fuera introducida por
la Ley N° 28704, del cinco de abril de dos mil seis, así como en las modificaciones esta
blecidas por las leyes números 26293, 27472, 27507 y 28251, sí se consignó para cada
inciso un límite mínimo y máximo de pena conminada; que con relación a la agravante
especial que describe el párrafo final del texto vigente del artículo 173 del Código Penal,
la pena aplicable a los casos de los incisos 2 y 3 es de cadena perpetua; que, no obstante
ello, en la redacción precedente que introdujo la Ley N° 28251, del ocho de junio de dos
mil cuatro, para dicho supuesto agravado la pena privativa de libertad señalaba solamente
un mínimo de treinta años, por lo que para los supuestos contenidos en los inicios antes
mencionados el máximo de pena privativa de libertad aplicable era de 30 años, por lo que
para los supuestos contenidos en los incisos antes mencionados el máximo de pena priva
tiva de libertad aplicable era de treinta y cinco años, pues el inciso uno consignaba como
pena exclusiva la de cadena perpetua” (R. N. N° 2860-2006-Ancash, del 25/06/2007, ff. jj.
3 y 4, Sala Penal Permanente).
CORTE SUPREMA
J 0668 P rescripción (noción y p la zo ): “F. J . 1. Que, la excepción de prescripción es un
medio técnico de defensa, por el cual se libera al encausado de ser objeto de persecución
penal por parte del Estado, debido al transcurso del tiempo establecido por ley, en efecto,
el artículo cinco del Código de Procedimientos Penales señala que: ‘la excepción de pres
cripción podrá deducirse cuando por el transcurso del tiempo, conforme a los plazos seña
lados por el Código Penal, se extingue la acción penal [...] las excepciones pueden dedu
cirse en cualquier estado del proceso y pueden ser resueltas de oficio por el juez F.
J . 2. Que, para efecto de resolver lo que es materia de pronunciamiento debe tenerse en
cuenta lo siguiente: i) Que, el Código Penal de mil novecientos noventa y uno, regula en
su Título Quinto, la extinción de la acción penal y de la pena, estableciendo el artículo
ochenta, que ‘la acción penal prescribe en un tiempo igual al máximo de la pena fijada
por la ley para el delito, si es privativa de libertad’, (plazo ordinario), e indicándose en su
último párrafo, que solo será aplicable la dúplica del plazo de prescripción ‘en casos de
delitos cometidos por funcionarios y servidores públicos contra el patrimonio del Estado
o de organismos sostenidos por este’; mientras que el artículo ochenta y uno establece
que: ‘Los plazos de prescripción se reducen a la mitad cuando el agente tenía menos de
veintiún o más de sesenta y cinco años al tiempo de la comisión del hecho punible’. De
igual forma, el artículo ochenta y tres, establece que en caso de interrupción de la pres
cripción de la acción penal, esta prescribe en todo caso, ‘cuando el tiempo transcurrido
sobrepasa en una mitad al plazo ordinario de prescripción’ (plazo extraordinario); mien
tras que el artículo ochenta y cuatro del referido texto legal, regula la figura de la suspen
sión de la prescripción de la acción penal, estableciendo que: ‘Si el comienzo o la con
tinuación del proceso penal depende de cualquier cuestión que deba resolverse en otro
procedimiento, se considera en suspenso la prescripción hasta que aquel quede concluido
[...]’” (A. V. N° 27-2003-Lima, del 22/03/2011, ff.jj. 1 y 2, Sala Penal Especial).
516
E xtinción de la acción penal y de la pena A rt. 80
J 0669 Tiempo en el que prescribe la acción penal: “El artículo 80 del Código Penal
vigente establece que la acción penal prescribe en un tiempo igual al máximo de la pena
fijada por la ley para el delito si es privativa de la libertad, agregando en el último párrafo
que cuando el delito es cometido por funcionarios o servidores públicos contra el patri
monio del Estado o de organismos sostenidos por este, el plazo de prescripción se duplica.
En tal sentido, teniendo en cuenta los tres años que establecía el artículo 389 del Código
Penal -antes de su modificatoria por Ley N° 27151- plazo que se duplica, y aplicando el
último parágrafo del artículo 83 del citado Código sustantivo, se requiere de nueve años
desde la realización del evento delictivo para que opere la prescripción, plazo que a la
fecha aún no ha prescrito” (Ejecutoria Suprema del 15/10/2004, R. N. N° 398-2004-Lima.
En: ÁVALOSRODRÍGUEZ, C. y ROBLESBRICEÑO, M. (2005). “Modernas tendencias
dogmáticas en la jurisprudencia penal de la Corte Suprema En: Diálogo con la Juris
prudencia. Gaceta Jurídica, Lima,p. 203).
517
A rt . 80 L ibro primero / Parte general
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E xtinción de la acción penal y de la pena A r t . 80
519
Art. 80 L ibro primero / Parte general
ordinaria del delito imputado es igual al máximo de pena prevista en su marco penal abs
tracto, esto es cuatro años. A esos cuatro años de plazo ordinario se le deben añadir los
dos años que se suman al activarse el plazo extraordinario de prescripción por la inte
rrupción del plazo debido a la acción del Ministerio Público y de las autoridades judi
ciales. De este modo se entiende que el delito por el que se le procesa a Rider Padilla
Sinahuara prescribe a los seis años desde la fecha de su comisión. F. J. 9. Se aprecia
[...] que la Contraloría detecta los hechos que configurarían el ilícito penal de malver
sación de fondos en el ejercicio anual del año 2003. Es menester precisar que conforme
al informe de la Contraloría General de la República, si bien se ha detectado una asig
nación presupuestal para obras distintas a las que debería ser destinado esos fondos, ‘la
municipalidad se ha resistido pese a reiterados requerimientos a entregar la Ejecución
Presupuestal del 2003’. Sin embargo, en todos los casos, a la fecha en que se redacta
la presente ejecutoria, el plazo de prescripción extraordinaria de seis años que aplica a
la presente causa por el delito de malversación de fondos, ya se ha cumplido al haber
transcurrido más de diez años. F. J . 10. En atención a lo expuesto, los hechos impu
tados que datan del año dos mil tres, ya no son pasibles de persecución penal en tanto
ha operado la prescripción contenida en el artículo 80 del Código Penal tomando impo
sible dar cabida a la pretensión punitiva del Estado en tanto hasta ahora no se ha con
seguido sentencia firme” (R. N. N ° 3366-2013-San Martín, del 03/09/2014, ff. jj. 8, 9 y
10, Sala Penal Permanente).
CORTES SUPERIORES
:J 0680 Definición de prescripción de la acción penal: “La prescripción es una de las for
mas de extinción de la acción penal reconocida por nuestro Código Penal, reconociéndose
520
E xtinción de la acción penal y de la pena A rt. 81
DOCTRINA
fctftg JURISPRUDENCIA
- 521
A rt. 81 L ibro primero / Parte general
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
;J 0681 Reducción del plazo de prescripción por tratarse de una persona menor de
veintiún años: “F. J . 12. Contra el accionante se sigue un proceso penal por delito de robo
agravado, el cual está contemplado en el artículo 189 del Código Penal y ha sufrido varias
modificaciones. En efecto, el Código Penal, al momento de la comisión del acto delictivo
imputado, preveía una pena privativa de libertad no menor de tres años ni mayor de ocho
años, de lo que se infiere que el plazo de prescripción, en el presente caso, tratándose de
que el accionante aún no había cumplido los 21 años de edad y de conformidad con lo
establecido en el artículo 81 del Código Penal, se reduce a la mitad. F. J. 13. En virtud de
este argumento y puesto que ni el juzgado ni la sala solicitaron información al Reniec con
relación al año de nacimiento del actor, este Colegiado solicitó por medio de resolución
[...] tal información. En respuesta a esta solicitud, el Reniec remitió la información, corro
borándose del estudio de dicha información, corriente en el cuadernillo constitucional,
de fojas 10 a 11, que al momento de la comisión del delito, el actor contaba 19 años y 2
meses de edad. F. J . 14. En consecuencia, le corresponde la aplicación del beneficio esta
blecido en el artículo 81 del Código Penal, que prescribe que, de tratarse de una persona
menor de 21 años, el plazo de prescripción para el delito de robo agravado se reduce a la
mitad, resultando que, a los seis años de transcurrida la acción, esta prescribió el 15 de
setiembre de 1999” (STCExp. N° 4118-2004-Piura, caso: Luis Alberto Velásquez Angulo,
del 06/06/2005, ff. jj. 12, 13 y 14).
J 0682 Reducción del plazo de prescripción extraordinario por la edad del procesado:
“Tomando en cuenta la fecha de nacimiento que, según consta en la partida correspon
diente [...], es el 19 de febrero de 1932, al momento de la comisión del delito (que según
lo dilucidado por las instancias penales se seguiría cometiendo en tanto se siga haciendo
uso del mismo en el proceso civil de otorgamiento de escritura pública), el accionante
tenía más de 65 años de edad, por lo que el plazo prescriptorio deberá ser reducido a la
mitad. Así, el plazo de prescripción extraordinaria de seis años deberá ser rebajado a tres.
Sin embargo, en tanto el proceso civil seguía su curso, habiéndose emitido sentencia de
segunda instancia con fecha 6 de diciembre de 2000, contra la cual se interpuso recurso de
casación, al momento en que se dictó la resolución de fecha 25 de setiembre de 2003, me
diante la cual la Corte Suprema de Justicia declara no haber nulidad de la sentencia con
denatoria, no había transcurrido aún el plazo de 3 años previsto para la prescripción de la
acción penal” (STC Exp. N° 1297-2006-PHC/TC-Lima, caso: Javier Iparraguirre Sagás-
tegui, del 12/03/2007,/. j. 11).
CORTE SUPREMA
J 0683 Disminución a la mitad del plazo prescriptorio de la acción penal: “F. J. 6.
Que, en tal sentido, el artículo 80 del Código Sustantivo establece que cuando se trata
de delitos sancionados con pena privativa de libertad, la acción penal prescribe cuando
transcurre un término igual al máximo de la pena fijada por ley para el delito objeto del
proceso penal, plazo al que debe agregarse una mitad en armonía con el artículo 83 del
acotado Código -plazo de prescripción extraordinario-; que, en el presente caso, la pena
E xtinción de la acción penal y de la pena A rt. 81
J 0685 Disminución del plazo de prescripción de la acción penal por la edad del
agente en el caso especial de la comisión del delito de tráfico ilícito de drogas: “F. J. 3.
Que, es de precisar que la encausada al momento de la comisión del delito imputado con
taba con veinte años de edad, según es de verse de la partida de nacimiento [...]; que en
estos casos, el artículo 81 del Código Penal establece que los plazos de prescripción se
reducen a la mitad; que es cierto que tratándose de un delito de tráfico ilícito de drogas no
puede reducirse prudencialmente la pena al imputado mayor de dieciocho años y menor
de veintiuno años de edad; tal como lo establece el artículo 22 del Código Penal, modifi
cado por la Ley N° 27024; que, sin embargo, esa exclusión, por su propia naturaleza res
trictiva, solo puede aplicarse llegado el momento de la individualización judicialmente
de la pena, por lo que es ajena a su ámbito de aplicación la determinación del plazo de
prescripción reglado por una norma jurídica distinta -artículo ochenta y uno del Código
Penal- que no ha incorporado dicha exclusión; que a ello se agrega en el presente caso
que el vigente delito de lavado de activos vulnera un bien jurídico distinto del delito de
tráfico ilícito de drogas y, por ende, aun cuando en el sub judice el delito previo es uno de
tráfico ilícito de drogas, el delito perpetrado objeto de esta causa en estricto sentido no lo
es” (R. N. N° 162-2004-Huánuco, del 21/09/2004, f. j. 3, Sala Penal Permanente).
----------------- § -------------------
523
A rt. 82 L ibro primero / Parte general
DOCTRINA
I) 1)283 Factores que se toman en cuenta para determinar el inicio del cómputo de
la prescripción: BRAMONT ARIAS, L. A. (2004). Derecho Penal peruano (Visión his
tórica). Parte general. Lima: Ediciones Jurídicas Unifé, p. 512. “Con relación al inicio
de la prescripción de la acción penal, el Código toma en cuenta el momento consumativo
del delito y el modo de ejecución del delito. La regla general es que el plazo de prescrip
ción de la acción penal debe comenzar a contarse a partir del momento en que el agente
consume su delito”.
glgg JURISPRUDENCIA
524
E xtinción de la acción penal y de la pena A rt. 82
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0686 Momento para el cómputo del plazo de prescripción de la acción penal: “F. J.
10. Conforme a lo expuesto, la prescripción de la acción penal tiene relevancia constitu
cional, toda vez que se encuentra vinculada con el contenido esencial del derecho al plazo
razonable del proceso, el cual forma parte del derecho fundamental al debido proceso. Es
por ello que muchas de las demandas de hábeas corpus en las que se ha alegado prescrip
ción de la acción penal han merecido pronunciamiento de fondo por parte de este Tribu
nal (Cfr. STC. Exp. N° 2506-2005-PHC/TC; Exp. N° 4900-2006-PHC/TC; Exp. N° 2466-
2006-PHC/TC; Exp. N° 331-2007-PHC/TC). F. J. 11. Sin embargo, es preciso indicar
que no obstante la relevancia constitucional de la prescripción de la acción penal, el
cálculo de dicho lapso requiere, en algunas ocasiones, una dilucidación de aspectos que
no corresponde a la justicia constitucional. En efecto, conforme al artículo 82 del Código
Penal el cómputo del plazo de prescripción se cuenta desde la fecha en que se consumó
el delito (para el delito instantáneo) o desde el momento en que cesó la actividad delic
tuosa (en los demás casos). Como es de verse, la determinación de la prescripción de la
acción penal requerirá previamente dilucidar la fecha en la que cesó la actividad delictiva
o el momento de la consumación, lo que es competencia de la justicia ordinaria. F. J. 12.
En caso de que la justicia penal hubiera determinado todos estos elementos que permiten
el cómputo del plazo de prescripción, podrá cuestionarse ante la justicia constitucional
la prosecución de un proceso penal a pesar de que hubiera prescrito la acción penal. En
caso contrario, la pretensión deberá ser rechazada. Así, este Tribunal Constitucional en
la sentencia recaída en el Exp. N° 5890-2006-PHC/TC, no obstante la relevancia cons
titucional que ostenta la prescripción de la acción penal no pudo estimar la pretensión
incoada, toda vez que la justicia ordinaria no había establecido la fecha de consumación
del ilícito, aspecto crucial para determinar el plazo de prescripción de la acción penal y
que no puede ser dilucidado por la justicia constitucional” (STC Exp. N° 0616-2008-HC/
TC-Lima, caso: Isidro Taya Berrocal, del 8/09/2008, ff. jj. 10, 11, 12).
J 0687 Cómputo del plazo de prescripción para delitos instantáneos y otros delitos:
“[...] Es preciso indicar que no obstante la relevancia constitucional de la prescripción
de la acción penal, el cálculo de dicho lapso requiere, en algunas ocasiones, la dilucida
ción de aspectos que no corresponde determinar a la justicia constitucional. En efecto,
conforme al artículo 82 del Código Penal el cómputo del plazo de prescripción se cuenta
desde la fecha en que se consumó el delito (para el delito instantáneo) o desde el momento
en que cesó la actividad delictuosa (en los demás casos). Como es de verse, la determi
nación de la prescripción de la acción penal requerirá previamente dilucidar la fecha en
la que cesó la actividad delictiva o el momento de la consumación, lo que es competen
cia de la justicia ordinaria” (STC Exp. N° 2203-2008-PHC/TC-Lima, caso: Víctor Javier
Solis Mejíasy otro, del 12/09/2008, f. j. 7).
CORTE SUPREMA
J 0688 Cálculo del plazo de prescripción en los delitos de carácter permanente: “F.
J . 6. Delito permanente: El delito es de carácter permanente cuando la acción antijurí
dica y su efecto necesario para la consumación del hecho delictivo pueden mantenerse sin
A rt. 82 L ibro primero / Parte general
intervalo por la voluntad del agente, de tal manera que cada momento de su duración debe
reputarse como una prórroga del estado de consumación. Es así que la prolongación de la
actividad antijurídica y su efecto consiguiente, cuyas posibilidades dilatorias dependen de
la acción indicada por el verbo principal empleado por el tipo penal, viene a determinar
en realidad el tiempo que dura la consumación. La finalización de este dinamismo prorro
gado puede producirse ya sea por la decisión del agente o por causas extrañas a su volun
tad como sería, por ejemplo, la intervención de la autoridad policial, dicho esto, la aso
ciación ilícita para delinquir materia de autos es un delito permanente como así también
lo reconocen la resolución de vista y la defensa de los encausados en los recursos de su
propósito. F. J . 7. Inicio del plazo de prescripción: Que, el artículo ochenta y dos del
Código Penal establece textualmente ‘Que los plazos de prescripción de la acción penal
comienzan: inciso primero.- En la tentativa, desde el día en que cesó la actividad delic
tuosa; inciso segundo.- En el delito instantáneo, a partir del día en que se consumó; inciso
tercero.- En el delito continuado, desde el día en que terminó la actividad delictuosa; e,
inciso cuarto.- En el delito permanente, a partir del día en que cesó la permanencia’. En
consecuencia, estando a que estos hechos corresponden en el caso del delito de asocia
ción ilícita para delinquir a uno permanente y en el de encubrimiento personal a uno con
tinuado, por lo que ya se ha determinado literalmente cuándo se inicia la prescripción para
cada delito, por lo tanto siendo a motivo de consulta el hecho de si los delitos antes refe
ridos han prescrito, no nos corresponde entrar en detalle al fondo del asunto; si no solo
señalar que dicha actividad permanente, se ha dado hasta después de la detención del pro
cesado Z.T [...]. F. J . 8. Prescripción de la acción penal: Estando a lo antes expuesto y
como se ha determinado en la parte pertinente del presente caso, toda vez que el delito
de encubrimiento personal ha quedado subsumido al de asociación ilícita para delinquir,
que además se trata de un delito de carácter permanente, en el que los actos de finaliza
ción de este dinamismo prorrogado pueden producirse, ya sea por decisión del agente o
por causas extrañas a su voluntad, como sería por ejemplo, la intervención de la autori
dad policial; y teniendo en cuenta que en la asociación de personas debe entenderse para
su finalización, la disgregación o disociación de esta; siendo esto así, una vez efectuada,
la disolución o disgregación definitiva, cesa el comportamiento delictivo de sus integran
tes, en consecuencia para efectos de la prescripción de la acción penal debe determinarse
dicha situación de hecho, la que según nuestro ordenamiento jurídico penal compete a la
Policial Nacional, con la detención de las personas en flagrante delito o mandato judicial.
[...]” (R. N. N° 3944-2004-Lima, del 27/05/2005, ff. jj. 6, 7y 8, Sala Penal).
J 0689 Inicio del plazo de prescripción en los delitos instantáneos con efectos per
manentes: “El delito de usurpación es de carácter instantáneo con efectos permanentes,
por lo que el término de prescripción de la acción penal se computa a partir de la fecha
de comisión del ilícito penal. En aplicación del principio de combinación de leyes pre
ceptuado en el artículo sexto del Código Penal vigente y la garantía de la administra
ción de justicia contemplada en el inciso undécimo del artículo ciento treintinueve de
la Constitución Política del Estado respecto a la aplicación de lo más favorable al reo,
el término de prescripción aplicable al caso es al que se refieren los artículos ochenta
y ochentitrés del Código Penal vigente” (Ejecutoria Suprema del 09/12/1994, Exp.
N° 3218-93-Lambayeque).
526
E xtinción de la acción penal y de la pena A rt. 83
J 0690 Inicio del plazo de prescripción en los delitos instantáneos: “En los delitos ins
tantáneos como es el delito de estafa, que además es un delito de resultado material, el
plazo de prescripción de la acción penal comienza a partir del día en que se consumó; en
este caso el delito de estafa se entiende consumado cuando el sujeto pasivo al ser indu
cido o mantenido en error por el sujeto pasivo, realiza el acto de disposición patrimonial
que provoca el daño en el patrimonio, esto es, se consuma con el perjuicio a partir del
cual el desvalor del resultado adquiere su plenitud” (Ejecutoria Suprema del 14/09/2004,
R. N. N° 3344-2003-Ayacucho. En: Jurisprudencia penal (2005). Tomo II. Normas Lega
les, Trujillo, p. 113).
CORTES SUPERIORES
J 0692 Inicio del plazo de prescripción en los delitos permanentes: “El delito de omi
sión de asistencia familiar es un delito permanente, por lo que el plazo de prescripción
que le corresponde debe contabilizarse conforme a lo dispuesto en el inciso 4 del artículo
82 del Código Penal, es decir, desde que cesó la permanencia” (Sala Penal de Apelacio
nes para Procesos Sumarios con Reos Libres de la Corte Superior de Justicia de Lima.
Exp. N° 1202-98-Lima).
DOCTRINA
Sumario: Diferencias entre interrupción y suspensión de la prescripción / Elementos con los que
se vinculan la interrupción y la suspensión de la prescripción / Significado e importan
cia / Interrupción de la prescripción por la comisión de un nuevo delito doloso.
528 -
E xtinción de la acción penal y de la pena A rt. 83
f «U JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0693 Interrupción del plazo de prescripción de la acción penal: “F. J. 5. [...] exis
ten causas establecidas en la ley que tienen por efecto interrumpir o suspender el plazo
de prescripción de la acción penal. La interrupción y la suspensión del plazo se distin
guen en el hecho de que, producida la interrupción, el plazo vuelve a contabilizarse. En
cambio, la suspensión solo detiene el cómputo del plazo y, superada la causal de suspen
sión, el plazo transcurrido se mantiene y se continúa contabilizando. F. J. 6. Las causa
les de interrupción del plazo de la prescripción se encuentran reguladas en el artículo 83
del Código Penal, y son las siguientes: a) las actuaciones del Ministerio Público o de las
autoridades judiciales y b) la comisión de nuevo delito doloso. F. J. 8. Por último, la pres
cripción de la acción, según la regulación establecida en nuestro Código Penal, puede ser
contabilizada a través del plazo ordinario y el plazo extraordinario. En primer lugar, el
plazo ordinario de prescripción, regulado en el artículo 80 del Código Penal, es el equi
valente al máximo de la pena fijada en la ley, en caso de ser privativa de libertad. En caso
de que la pena no sea privativa de libertad, la acción prescribe a los dos años. Asimismo,
en casos de delitos cometidos por funcionarios y servidores públicos contra el patrimo
nio del Estado o de organismos sostenidos por este, el plazo de prescripción se duplica.
F. J. 9. Por otro lado, existe el plazo extraordinario de prescripción, que será utilizado en
caso de que haya operado la interrupción del plazo de la prescripción y, según lo establece
el artículo 83 del Código Penal, es el equivalente al plazo ordinario de prescripción más
la mitad” (STCExp. 4118-2004-HC/TC-Piura, caso: Luis Alberto Velásquez Angulo, del
06/06/2005, ff. jj. 5,6, 8 y 9).
E JE C U T O R IA SUPREM A VINCULANTE
529
A rt. 83 L ibro primero / Parte general
CORTE SUPREMA
J 0695 E l p la zo extraordinario opera cu an do se h a in terru m pido e l p la zo de p re sc rip
ción de la acción p en a l: “[...] Es menester señalar que la prescripción penal se define
como la extinción de la responsabilidad penal, mediante el transcurso del tiempo en
determinadas condiciones, sin que el delito sea perseguido o sin que la pena sea afec
tada; en ese sentido, nuestro Código Penal, contempla dos clases de prescripción, una de
la acción penal, y otra de la pena. En la primera, la inercia estatal opera sobre el derecho
de perseguir la imposición de una pena, mientras que en la segunda, recae sobre el dere
cho de ejecutar penas ya impuestas por la autoridad judicial; consecuentemente el artículo
ochenta del Código Penal vigente establece en su primer párrafo que ‘la acción penal
prescribe en un tiempo igual al máximo de la pena fijada por la ley pare el delito, si es
privativa de libertad’. Este numeral establece la pena máxima para los delitos que merez
can pena privativa de la libertad, constituyendo esta la prescripción ordinaria; así también
se tiene la prescripción extraordinaria, la cual opera cuando se ha interrumpido el plazo
para la prescripción por actuación del Ministerio Público, de las autoridades judiciales o
por la comisión de un nuevo delito doloso; es decir, después de la interrupción comienza
530
E xtinción de la acción penal y de la pena A rt. 83
CORTES SUPERIORES
J 0698 Plazo de la prescripción extraordinaria cuando existe interrupción: “La
prescripción larga (o extraordinaria) es una excepción a los supuestos del artículo 83. El
cómputo implica el transcurso de un plazo ininterrumpido desde la comisión del delito
hasta el término del plazo ordinario de prescripción; incrementado en una mitad” (Sala
Penal de la Corte Superior de Justicia de Lima; Exp. N° 60-1995-Lima. En: PRADO SAL
DARRIAGA, V. (1999). Derecho Penal. Jueces y Jurisprudencia. Palestra, Lima,p. 450).
----------------§ -----------------
531
A rt. 84 L ibro primero / Parte general
DOCTRINA
Sumario: Concepto de suspensión de la acción penal / Elementos que pueden dar origen a la sus
pensión de la acción penal / Elementos que suspenden el plazo de prescripción de la
acción penal / Efectos de la cuestión prejudicial.
1) 02N‘) Elementos que pueden dar origen a la suspensión de la acción penal: BRA-
MONT ARIAS, L. A. (2004). Derecho Penal peruano (Visión histórica). Parte gene
ral. Lima: Ediciones Jurídicas Unifé, p. 514. “En la suspensión, generalmente la causa
que impide ‘el comienzo de un proceso penal’ es la llamada cuestión previa, que procede
cuando se inicia la investigación omitiendo un requisito de procedibilidad explícitamente
prevista en la ley (art. 5 del CPP, por ejemplo, el juicio civil de alimentos, en el debido
cumplimiento de los deberes de asistencia económica del art. 149 del CP); o impide la
‘continuación del proceso penal’ es la cuestión prejudicial (art. 6 del CPP) que procede
cuando sea necesario determinar en la vía extrapenal la existencia de uno de los elemen
tos constitutivos del delito, por ejemplo, la nulidad del matrimonio, en el delito de biga
mia del artículo 133 del CP”.
(57) D e conform idad con el resolutivo 2 del fallo del Expediente N° 0026-2006-PI-TC del 18/03/2007, se
declara que el presente artículo es la norm a aplicable para el caso de los congresistas protegidos por la
inmunidad de proceso.
532
E xtinción de la acción penal y de la pena A rt. 84
JURISPRUDENCIA
TRIBU N A L CONSTITUCIONAL
533
A rt . 84 L ibro primero /Parte general
ACUERDO PLENARIO
J 0701 Suspensión de la prescripción cuando existe recurso de nulidad concedido vía
queja excepcional en resoluciones que ponen fin a la instancia: “F. J. 6. El Título V
‘Extinción de la acción penal y de la pena’ del Libro Primero ‘Parte General’ del Código
Penal regula, entre otros aspectos, la suspensión de la prescripción de la acción penal.
Según estatuye el artículo 84 del citado Código ‘Si el comienzo o la continuación del pro
ceso penal depende de cualquier cuestión que deba resolverse en otro procedimiento, se
considera en suspenso la prescripción hasta que aquel quede concluido’. La citada dis
posición legal, así expuesta, exige como presupuestos que determinan el efecto suspen
sivo del plazo de prescripción, en primer lugar, que preexista o surja ulteriormente una
cuestión jurídica controvertida que impida la iniciación o la continuación del proceso
penal incoado; y, en segundo lugar, que la decisión que incida sobre la iniciación o con
tinuación del proceso se realice en otro procedimiento, obviamente distinto del que se ve
impedido de continuar o del que, por lo anterior, no pueda instaurarse. F. J. 7. La posi
bilidad de que el Supremo Tribunal conozca de las resoluciones que ponen fin a la ins
tancia en los procesos sumarios -vía recurso de nulidad- pasa por el filtro del recurso de
queja excepcional conforme a lo dispuesto por el apartado dos del artículo 297 del Código
de Procedimientos Penales, modificado por el Decreto Legislativo número 959. El objeto
de este recurso extraordinario es, claro está, que la Sala Penal Suprema resuelva la admi
sibilidad de un recurso de nulidad rechazado por la Sala Penal Superior que actuó como
Tribunal adqu em . El mencionado recurso será estimado siempre que *[...] se acredite que
la resolución impugnada o el procedimiento que la precedió infringió normas constitucio
nales o normas con rango de ley directamente derivadas de aquellas’. Es importante pre
cisar que, como consecuencia de la interposición del recurso de queja, el superior tribu
nal dicta el auto concesorio respectivo y ordena la formación del cuaderno de queja. Este
se eleva al supremo tribunal, que absuelve el grado previo dictamen fiscal, y remite copia
certificada de la respectiva ejecutoria suprema al colegiado superior, el que de estimarse el
recurso interpuesto concede el recurso de nulidad antes denegado. En este sentido, se debe
dilucidar si la interposición del recurso de queja excepcional suspende los plazos de pres
cripción. F. J. 8. El primer presupuesto material que determina la suspensión del plazo de
prescripción -indicado en el párrafo 6 - se presenta, con toda evidencia, puesto que la inter
posición del recurso de queja da origen a una cuestión jurídica inédita, centrada en definir
si el órgano jurisdiccional de mérito -en concreto, el Tribunal a d q u em - vulneró la Consti
tución o, en un sentido más amplio, el bloque de constitucionalidad, de suerte que su dilu
cidación, más allá o independientemente del propio efecto del recurso en análisis, obliga
a establecer si la causa debe o no continuar, si se abre o no una instancia jurisdiccional
excepcional. Es decir, impide hasta su dilucidación el archivo definitivo del proceso penal
incoado, el mismo que habría operado de no haberse interpuesto el citado recurso. F. J. 9.
El segundo presupuesto material que ocasiona la suspensión del plazo de prescripción -
precisado, igualmente, en el párrafo 6 - también concurre en el presente caso. En efecto,
como consecuencia de su interposición se forma un cuaderno de queja, que opera de forma
independiente al expediente principal a través de un procedimiento, sin duda excepcional y
autónomo, a mérito del cual el archivo de la causa se suspende hasta que no se resuelva el
534
E xtinción de la acción penal y de la pena A rt. 84
recurso de queja. F. J. 10. Por tanto, la incoación y trámite del recurso de queja respecto de
las resoluciones que ponen fin a la instancia en los procesos sumarios se adecúa a las exi
gencias de los procedimientos que suspenden la prescripción de la acción penal. En con
secuencia, para el cómputo de los plazos de prescripción en el referido supuesto no puede
considerarse el lapso comprendido entre la interposición del recurso de queja excepcio
nal, como consecuencia del denegatorio del recurso de nulidad, y la remisión al Tribunal
Superior de la copia certificada de la Ejecutoria Suprema que estima el recurso en cuestión
y concede el recurso de nulidad respectivo” (Acuerdo Plenario N° 6-2007-CJ-116 sobre
“Suspensión de la prescripción cuando existe recurso de nulidad concedido vía queja
excepcional en resoluciones que ponen fin a la instancia” del 16/11/2007, ff. jj. 6, 7, 8, 9 y
10, IIIPleno Jurisdiccional de las Salas Penales Permanente y Transitorias).
C O R T E SUPREM A
535
A rt. 85 L ibro primero / Parte general
---------------- § -----------------
DOCTRINA
Sumario: Fundamento / Extinción de la pena por muerte del condenado / Extinción de la pena por
amnistía / Concepto de muerte / Ambito de aplicación de la amnistía / Base jurídica del
indulto / Extinción de la pena impuesta / Significado de la prescripción de la pena por
cumplimiento de esta / Significado de la exención de la pena.
536
E xtinción de la acción penal y de la pena A rt. 85
■537
A rt. 85 L ibro primero / Parte general
Base jurídica del indulto: VILLA STEIN, J. (1998). Derecho Penal. Parte
general. Lima: San Marcos, p. 532. “El indulto.- El indulto es igualmente un derecho de
gracia del que puede hacer uso el Jefe de Estado. El artículo 118 inc. ‘c ’, faculta al Presi
dente de la República conceder indulto y conmutar penas y ejercer el derecho de gracia a
favor de los procesados y condenados. Aclarar que a diferencia de la amnistía que olvida
el delito y la pena retroactivamente; el indulto solo extingue la pena y rige para el futuro”.
Jifa JURISPRUDENCIA
538
E xtinción de la acción penal y de la pena A rt. 86
TRIBUN AL CONSTITUCIONAL
DOCTRINA
Sumario: Quantum de la pena impuesta al caso concreto como base de la prescripción de la pena /
Momento de inicio de la prescripción de la pena.
539
A rt. 87 L ibro primero / Parte general
grifi; JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0705 P rescripción de la p e n a : “De acuerdo al artículo 86 del Código Penal, el plazo
de prescripción de la pena es el mismo que fija la ley para la prescripción de la acción
penal. Asimismo, conforme al artículo 80 del Código Penal, la acción penal prescribe en
un tiempo igual al máximo de la pena fijada por la ley si es privativa de libertad. Por lo
tanto, el delito de apropiación ilícita, en su supuesto básico previsto en el primer párrafo
del artículo 190 del Código Penal, por el que fue condenado el demandante, al tener una
pena privativa de libertad máxima de 4 años, tiene un plazo ordinario de prescripción de
4 años. Asimismo, a tenor del tercer párrafo del artículo 87 del Código Penal, en los casos
de condena condicional, la prescripción comienza a correr desde el día de su revocación.
Es decir, que la revocación de la suspensión de la ejecución de la pena opera como una
causal de interrupción del plazo de prescripción, momento desde el cual deberá comen
zarse a contabilizar el plazo ordinario de prescripción” (STC Exp. N° 9314-2005-HC/
TC-La Libertad, caso: Luis King Peralta Iparraguirre, del 06/12/2005, f. j. 4).
---------------- § -----------------
540
E xtinción de la acción penal y de la pena A rt. 87
Sin embargo, la pena prescribe, en todo caso, en los mismos plazos de la acción
penal.
N ormas concordantes
CP: arts, 60, 66, 83
DOCTRINA
■541
A rt. 88 L ibro primero / Parte general
pena. En primer lugar, señala el hecho de que comience la ejecución de la pena impuesta
y, en segundo lugar, que se detenga al condenado por la comisión de un nuevo delito
doloso. Todo parece indicar, en ese último supuesto, que es suficiente que la imputación
del nuevo delito se encuentre en trámite procesal de investigación o juzgamiento. No es,
pues, necesario una nueva condena. Se trata, entonces, de una detención preventiva y no
del cumplimiento de una nueva pena privativa de libertad”.
---------------- § -----------------
DOCTRINA
542
E xtinción de la acción penal y de la pena A rt. 88
JURISPRUDENCIA
543
A rt . 89 L ibro primero / Parte general
considera que la interpretación desarrollada por la Sala Superior, que declaró fundada la
excepción de prescripción, es acorde a derecho, pues resguardó los derechos fundamen
tales del procesado y realizó una correcta interpretación del artículo ochenta y ocho del
Código Penal” (Casación N ° 347-2011-Lima, del 14/05/2013, ff. jj. 4.7, 4.8 y 4.9, Sala
Penal Permanente).
DOCTRINA
_I)_0309
_ _ _ Naturaleza de la amnistía: BU TELER , E. (2002). “Las penas”. En: LAS-
CANO, C. (Director) Derecho Penal. Parte general. Córdova: Advocatus, p. 688. “Se
trata de aquel instituto de naturaleza política en virtud del cual, el Estado, en un acto
de soberanía interna [...] fundado en graves razones de orden público cuya existencia y
oportunidad solo al Poder Legislativo le compete valorar, este, por medio de una ley con
(58) A rtículo conform e a la incorporación realizada por el artículo 2 de la Ley N° 30838 del 04/08/2018.
544
E xtinción de la acción penal y de la pena A rt. 89
JURISPRUDENCIA
■
Sumario: TRIBUNAL CONSTITUCIONAL: Efectos de la amnistía en la extinción de la eje
cución de la pena / Límites formales y materiales de la amnistía / Efectos del indulto.
CORTE SUPREMA: Naturaleza jurídica y efectos del indulto / Efectos del indulto.
T R IB U N A L C O N S T IT U C IO N A L
545
A rt. 89 L ibro primero / Parte general
546
E xtinción de la acción penal y de la pena A rt. 89
547
A rt. 89 L ibro primero /Parte general
CORTE SU PR EM A
J 0710 N atu raleza ju ríd ic a y efectos d el indulto: “El actual Código Penal en su artículo
78, establece como causal de extinción de la acción penal (‘hecho punible’), entre otros,
al derecho de gracia, que no es otro que el indulto, el cual está específicamente reconocido
en el artículo 89 del Código Penal y referido a ‘suprimir la pena impuesta’. El senten
ciado mientras cumplía la condena impuesta y estando pendiente de resolución su recurso
de nulidad, mereció la gracia del indulto presidencial, con fecha anterior a la expedi
ción. de la Ejecutoria de la Sala Penal de la Corte Suprema que anuló la sentencia por la
que se le había condenado, en vez de proceder, como correspondía, archivando la causa
por haber sobrevenido el indulto a favor de dicho condenado. En tanto la posibilidad del
indulto nace desde que hay proceso (art. 78) y si el Poder Ejecutivo puede lo más (indulto
a sentenciados), es claro que puede también lo menos, como es indultar a un procesado
sentenciado, estando pendiente el recurso de nulidad, de oficio declararon extinguida la
acción penal por el indulto” (Ejecutoria Suprema del 14/12/2004, R. N. N° 492-2004-
Puno. En: ÁVALOS RODRÍGUEZ, C. y ROBLES BRICEÑO, M. (2005). “Modernas ten
dencias dogmáticas en la jurisprudencia penal de la Corte Suprema”. En: Diálogo con
la Jurisprudencia. Gaceta Jurídica, Lima, p. 211).
J 0711 E fectos d e l indulto: “En lo que respecta a uno de los acusados se aprecia de la
Resolución Suprema N° 145-96-JUS del 3 de octubre de 1996, que este ha sido bene
ficiado con el derecho de gracia, acto del Poder Ejecutivo precisado en el artículo 118,
inciso 21 de la Constitución Política del Perú y que acarrea como consecuencia jurídica el
archivamiento de los actuados” (Sala Penal, R. N. N° 101-97-Lima. En: ROJAS VARGAS,
F. (1999). Jurisprudencia penal. Tomo 1. Gaceta Jurídica, Lima, p. 252).
■ 548
E xtinción de la acción penal y de la pena A rt. 90
DOCTRINA
Sumario: Diferencias entre cosa juzgada y autoridad de cosa juzgada / Concepto y efectos de la
cosa juzgada.
I) 1)312 D iferen cias en tre cosa ju zgad a y au torid ad de cosa juzgada: BRAMONT
ARIAS, L. A. (2004). Derecho Penal peruano (Visión histórica). Parte general. Lima:
Ediciones Jurídicas Unifé, p. 516. “Existen ligeras diferencias conceptuales entre la
expresión ‘cosa juzgada’ y la de la ‘autoridad de cosa juzgada’. Cosa juzgada es la
esencia de la decisión conclusiva del juicio contenida en una resolución jurisdiccional
con carácter de sentencia de absolución (o sobreseimiento) o de condena constituida
en irrevocable. En cambio, ‘la autoridad de cosa juzgada’ es la fuerza reconocida por
la ley a la decisión del juez para regular jurídicamente el caso concreto decidido, de
manera que se imponga positivamente con eficacia ejecutiva y negativamente, con efi
cacia prohibitiva”.
_I)_ 0313
_ _ _ C oncepto y efectos de la cosa juzgada: PRADO SALDARRIAGA. V.
(2000). Las consecuencias jurídicas del delito en el Perú. Lima: Gaceta Jurídica, p. 528.
“En consecuencia, la autoridad de cosa juzgada extingue la acción penal invocada en
tanto permite advertir que sobre el mismo hecho histórico y su autor, se ha emitido ya
una sentencia judicial firme. Ahora bien, para que la autoridad de la cosa juzgada ejerza
su efecto extintivo, debe evaluarse, previamente, la presencia real de un juzgamiento
anterior y en el cual se aprecia una situación de doble identidad con el hecho que se han
denunciado y son base del nuevo juicio”.
EÜ!] JURISPRUDENCIA
549 -
A rt. 90 L ibro primero / Parte general
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0712 Vertiente material y procesal del principio ne bis in ídem: “F. J . 2. Sobre el
principio de ne bis in idem este Tribunal ha declarado que si bien no se encuentra tex
tualmente reconocido en la Constitución como un derecho fundamental, al despren
derse del derecho reconocido en el inciso 2 del artículo 139 de la Constitución (cosa
juzgada), se trata de un derecho implícito que forma parte de un derecho expreso [...].
Asimismo el ne bis in idem es un derecho que tiene un doble contenido. Por un lado,
ostenta un carácter procesal y por otro un carácter material. Entender a este principio
desde su vertiente procesal implica ‘[...] respetar de modo irrestricto el derecho de una
persona de no ser enjuiciado dos veces por el mismo hecho [...] o no [...] ser juzgado
dos veces por los mismos hechos, es decir que un mismo supuesto fáctico no puede ser
objeto de dos procesos penales distintos o si se quiere que se inicien dos procesos pena
les con el mismo objeto [...]’. [...] Mientras que desde su vertiente material ‘[...] expresa
la imposibilidad de que recaigan dos sanciones sobre el mismo sujeto por la misma
infracción, puesto que tal proceder constituiría un exceso del poder sancionador [...]’.
F. J . 3. Del análisis de lo expuesto en la demanda se alega la violación del ne bis in ídem
de carácter material, pues se cuestiona que el beneficio haya sido sancionado dos veces
por la misma infracción respecto a la comisión del delito contra el patrimonio - robo
agravado en agravio de la empresa Telefónica Sociedad Anónima (agencia del Cercado
de Lima), hechos ocurridos en la noche del 10 de junio del 2002. Como lo ha indicado
este colegiado la protección por ne bis in ídem material se vincula a los hechos que fue
ron materia de un primer pronunciamiento y sobre los cuales no corresponde una nueva
revisión [...]. Además de establecer que para activar el ne bis in ídem la sola existencia
de dos procesos o dos condenas impuestas no pueden ser únicos fundamentos, pues es
necesaria la previa verificación de la existencia de una resolución que tenga la calidad
de cosa juzgada” (STCExp. N ° 3495-2011-PHC/TC-Lima, caso: Miguel Eduardo Pan-
toja de la Torre, del 18/10/2011, ff. jj. 2 y 3).
CORTE SUPREMA
J 0713 Principio de proporcionalidad y legalidad como fundamento de la prohibi
ción del ne bis in ídem: “Que, la prohibición del ne bis in ídem, desde su vertiente formal
y material, se fundamenta en el principio de proporcionalidad (prohibición de exceso) y
en el principio de legalidad (ley previa y de certeza o determinación) (CARO CORIA,
Dino Carlos. ‘El principio ne bis in idem en la jurisprudencia del Tribunal Constitu
cional’. En: Jurisprudencia y doctrina penal constitucional. Segundo Seminario, Lima,
Palestra, 2006, p. 302), siendo que esta modalidad del ne bis in idem evita la doble san
ción o juzgamiento sobre el mismo sujeto, hecho y fundamento, base fundamental de la
triple identidad. Si bien se absolvió al procesado F.F.C, en otro proceso, por el delito de
daños, a raíz del choque que sufrió el vehículo en mención el nueve de diciembre de dos
mil; no obstante, el hecho punible imputado en ese caso -causar daño doloso- es distinto
al hecho punible que se imputa en este proceso, esto es, usar (en calidad de funcionario
público) o dejar que un tercero use con fin distinto un vehículo del Estado; situación que
permite advertir la inexistencia del mismo hecho y también mismo fundamento, puesto
550
E xtinción de la acción penal y de la pena A rt. 90
que los bienes jurídicos protegidos en ambos son distintos” (R. N. N ° 1269-2009-P m o,
d el 19/08/2010, f. j . 3, Sala P en al Transitoria).
551
A rt. 91 L ibro primero / Parte general
forma y circunstancias del delito, su entidad y las condiciones personales del impu
tado, el tiempo de duración de la inhabilitación no puede ser mayor de un año” (R. N.
N° 3937-2008-El Santa, del 28/01/2010, f. j. 6 y 7, Sala Penal Permanente).
i 0715 Cosa juzgada en el delito de asesinato: “De la revisión de los autos, se des
prende que los procesados fueron, instruidos, juzgados y sentenciados por el delito de
homicidio calificado -asesinato- previsto en el artículo 108 del Código Penal, modifi
cado por el Decreto Legislativo N° 896, vigente a la fecha de los hechos, tramitándose la
causa con arreglo al Decreto Legislativo N° 897, recayendo posteriormente la ejecutoria
suprema, de fecha 2 de junio de 1999, habiendo por consiguiente adquirido la calidad de
cosa juzgada. El superior colegiado al disponer nueva instrucción y juzgamiento en apli
cación de la Ley N° 27569, incurre en causal de nulidad, puesto que la norma invocada
está referida para quienes fueron procesados y sentenciados por el delito de terrorismo
agravado ante el fuero militar, con arreglo al Decreto Legislativo N° 895 y bajo el proce
dimiento del Decreto Legislativo N° 897, lo que se verifica en su artículo tercero el que
dispone el procedimiento de remisión de expedientes del Fuero Militar al Fuero Común,
supuesto normativo en el que no se encuentra el presente caso, lo contrario sería atentar
contra el principio de seguridad jurídica con protección constitucional” (Ejecutoria Su
prema del 21/05/2004, R. N. N° 152-2004-Apurímac. En: ÁVALOS RODRÍGUEZ, C. y
ROBLES BRICEÑO, M. (2005). “Modernas tendencias dogmáticas en la jurispruden
cia penal de la Corte Suprema ”. En: Diálogo con la Jurisprudencia. Gaceta Jurídica,
Lima, p. 212).
---------------- § -----------------
552 - ..
E xtinción de la acción penal y de la pena Art. 91
eülj JURISPRUDENCIA
-----------------§ ------------------
- 553
TÍTULO VI
LA REPARACIÓN CIVIL
DE
Y CONSECUENCIAS ACCESORIAS
CAPÍTULO I
REPARACIÓN CIVIL
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 9 2 .- La reparación civil se determina conjuntamente con ¡apena.
DOCTRINA
(59) A rtículo vigente conform e a la m odificación realizada po r el artículo 1 de la L ey N° 30838 del 04/08/2018.
555
A rt. 92 L ibro primero / Parte general
556 —
R eparación civil A rt. 92
positivistas, pues el sistema instaurado no podría conducir a que la única finalidad del pro
ceso penal fuere justamente la sanción reparadora, con la cual la amenaza penal del pro
ceso socavaría las garantías de un Estado de derecho respecto de los intereses privados”.
JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0718 P ago de la reparación civil m aterializa la eficacia d el p o d e r p u n itivo d el
E stado: “El Tribunal Constitucional en la sentencia recaída en el Exp. N° 1428-2002-
HC/TC (fundamento 2) ha precisado que la exigencia del pago de la reparación del daño
ocasionado por la comisión del delito, como regla de conducta cuya inobservancia deri
varía en la revocación de la suspensión de la pena, tiene asidero en que dicha obligación
no es de naturaleza civil, por cuanto, al encontrarse dentro del ámbito del Derecho Penal,
se constituye en una condición para la ejecución de la pena; consecuentemente, ‘no es
que privilegie el enriquecimiento del erario nacional o el carácter disuasorio de la pena
en desmedro de la libertad individual del condenado, sino, fundamentalmente, la propia
eficacia del poder punitivo del Estado y los principios que detrás de ella subyacen, como
el control y regulación de las conductas de acuerdo con ciertos valores y bienes jurídi
cos que se consideran dignos de ser tutelados’” (S T C E xp . N ° 3556-2012-P H C /T C , caso:
Serafín Martín Estrada Quispe, del 2 4 /0 9 /2 0 1 2 ,/. j . 3.2).
ACUERDO PLENARIO
J 0719 L a respon sabilidad civil descansa en e l daño ocasionado: “F. J. 24. [...] Como
se está ante una institución de naturaleza jurídico-civil; que descansa en el daño ocasio
nado, no en el delito cometido, y se proyecta, en cuanto a su contenido, a lo establecido
en el artículo 93 del Código Penal, procesalmente está informada por los principios dis
positivo y de congruencia. La vigencia de los indicados principios, a tono con la natura
leza privada -y, por ende, disponible- de la responsabilidad civil ex delicio, determina
que si no se cuestiona la reparación civil fijada en la acusación fiscal el Tribunal está limi
tado absolutamente a la cantidad acordada, esto es, no puede modificarla ni alterarla en
su alcance o ámbito y magnitud [...]. F. J . 28. Establecer como doctrina legal, conforme
a los fundamentos jurídicos ocho a veintitrés, la siguiente: [...] 8) La conformidad sobre
el objeto civil está informada por los principios dispositivo y de congruencia. Si no se
cuestiona la reparación civil no es posible modificarla. Debe respetar la pretensión civil
557
A rt. 92 L ibro primero / Parte general
alternativa de la parte civil. Es posible, si fuera el caso, la cesura del juicio para la actua
ción de pruebas en aras de la determinación de la reparación civil. Debe tomarse en cuenta
para su concreción la suma global la regla de la solidaridad en los supuestos de codelin
cuencia. La variación del monto de la reparación civil en la segunda sentencia no altera
la fijada en la sentencia conformada. [...]” (Acuerdo P lenario N ° 5 -2 0 0 8 sobre “Nuevos
alcances de la conclusión anticipada”, d el 1 8 /0 7 /2 0 0 8 , ff. jj. 2 4 y 28.8), IV P len o Ju ris
diccional de las Salas P enales P erm anente, Transitorias y Especial).
CORTE SUPREMA
J 0720 N oción y fu n dam en to de la responsabilidad civil derivada de un delito: “F. J. 1.
Al respecto, el profesor Silva Sánchez, ha señalado: [el fundamento de la institución ‘res
ponsabilidad civil derivada del delito’ se halla en un criterio de economía procesal, orien
tado a evitar el denominado ‘peregrinaje de jurisdicciones’, vid., ¿ex delito? Aspectos de la
llamada ‘Responsabilidad civil’ en el proceso penal. En: www.indret.com, julio 2001]. F. J.
2. Tal posición dogmática a la que arriba el autor, se ve fielmente recogida y reflejada en el
artículo 444, numeral 3, del nuevo Código Procesal Penal, al establecer que: ‘si la senten
cia es absolutoria, se ordenará, la restitución de los pagos efectuados por concepto de repa
ración civil y multa [...]’. Esto implica que la responsabilidad penal derivada del delito, no
exige que el daño causado por este, tenga una relevancia penalmente a nivel de tipicidad, es
decir ‘no es necesario que el resultado dañoso constituya un elemento del delito por el que
se condena’ o ‘no tiene por qué ser coincidente con el resultado típico del delito’ Vid, Silva
Sánchez, ¿”ex delicio”? Caso distinto es la legitimidad de un juez penal para imponer una
reparación civil, aquí se exigirá que se acredite no solo el hecho como lo afirma la doctrina
mayoritaria, sino, tal como discrepa y sostiene autorizadamente, el profesor García Cavero,
‘no basta la sola exigencia de un hecho dañoso sin que sea necesario siquiera un juicio de
tipicidad para determinar la reparación civil, este juicio de tipicidad no tiene que abarcar
su vertiente subjetiva, por lo que bastará con que el juez determine respecto del hecho su
tipicidad objetiva y la ausencia de una justificación objetiva’; agrega este autor: ‘dado que
un presupuesto del daño civilmente indemnizable es su causación por un acto ilícito, esta ili
citud solamente puede ser la que corresponde determinar al juez penal, es decir, la tipicidad
objetiva de la conducta’, precisando, ‘que no se pretende negar que puede existir un ilí
cito civil que no sea penalmente relevante, sino que, en estos casos, no hay legitimidad del
juez penal para entrar a determinar la responsabilidad civil’ [García Cavero, Percy. D e re
cho Penal. Parte general. 2a ediciónición, marzo de 2012, p. 954 y 955]. F. J. 3. Por ello,
los criterios según los cuales afirma que los delitos de peligro o de mera actividad no gene
ran responsabilidad civil por el hecho de que no produce efectivamente un daño, son equí
vocos, pues la lógica del legislador penal ha sido: ‘adelantar el momento de la consumación
del delito, relegando el eventual resultado lesivo a la condición de circunstancias postcon
sumativa. Así pues la condena por un delito de peligro no obsta a la condena; asimismo, a
la reparación del daño producido, si cabe establecer el correspondiente nexo de imputación
objetiva y subjetiva (según las reglas de Derecho Civil de daños) entre el mismo y la con
ducta penalmente típica’, Vid, Silva, ¿ex delicto?” (Casación N ° 164-2011-La Libertad, del
14/08/2012, ff. jj. 1, 2 y 3, Sala Penal Perm anente).
558
R eparación civil A rt. 92
559
A rt. 92 L ibro primero / Parte general
tuvo que atender al imputado en un hospital público por herida de bala; y que el enfren
tamiento tuvo entidad suficiente para generar fundada alarma social, a lo que se agrega
la propia actividad terrorista del imputado; que esas bases de determinación de la cuantía
de la reparación civil autorizan a aumentar el monto fijado en la sentencia recurrida aco
giendo parcialmente los agravios del Procurador Público; por esos fundamentos, decla
raron haber nulidad en la sentencia en cuanto fija en 10,000 nuevos soles el monto de
la reparación civil, reformándola la fijaron en 20,000 nuevos soles dicho monto a favor
del Estado” (Ejecutoria Suprem a del 2 8 /0 4 /2 0 0 5 , R. N. N ° 5 9 4 -2 0 0 5 -Lima. E n : PÉREZ
ARROYO, M. (2006). L a evolución de la ju risp ru den cia p e n a l en e l P e rú (2001-2005).
Tomo II. Iuris Consulti - San M arcos, Lima, p . 806).
J 0726 P roporcion alidad de la reparación c ivil a l daño causado: “En cuanto a la repa
ración civil, si bien el tribunal de instancia omitió determinar, en primer lugar, que esta
debe comprender el pago del valor de los parabrisas destrozados y, en segundo, lugar la
devolución de lo sustraído; como el recurso solo se ha interpuesto por el acusado, no es
del caso corregir tal omisión en aplicación del principio tantum devolutum quantum ape-
llatunr, que, sin embargo, si es necesario acotar que la reparación civil está considerada
en función del perjuicio de cada agraviado, dada su naturaleza de proporción cuantitativa
con el peijuicio individual correspondiente, por lo que se debe precisar que el monto que
se establece corresponde a cada uno de ellos, entendiéndose a favor de cada uno de los
agraviados” (Ejecutoria Suprem a d el 0 9 /0 8 /2 0 0 4 , R. N. N ° 12 8 8 -2 0 0 4 -L a Libertad. E n :
CASTILLO ALVA, J. L. (2006). Ju risp ru d en cia penal. Sentencias d e la Corte Suprema de
Justicia de la República. Tomo I. Grijley, Lima, p . 390).
J 0727 P roporcion alidad de la reparación civil a l daño causado: “En cuanto al monto
de la reparación civil impugnado por la parte civil, se debe tener en cuenta la magnitud
del daño ocasionado por la comisión del delito y la posibilidad económica de los respon
sables, y, si bien, el Colegiado no ha sustentado de modo alguno dicho extremo para efec
tos de determinación, cierto es, que en el caso, los procesados, resultan ser estudiantes y
ama de casa, por tanto, no tienen un ingreso económico fijo, por lo que en este extremo la
recurrida también se encuentra arreglada a ley” (Ejecutoria Suprem a d el 2 3 /06/2004, R.
N. N ° 2 5 1 9-2003-Á ncash. E n : CASTILLO ALVA, J. L. (2006). Ju risprud en cia penal. Sen
tencias de la Corte Suprem a de Justicia de la República. Tomo II. Grijley, Lima, p . 283).
560
R eparación civil A rt. 93
CORTES SUPERIORES
J 0728 O portunidad de la determ inación de la reparación civil: “Que, en cuanto al
cuestionamiento de la sentencia por la falta de motivación en la determinación del monto
de la reparación civil, porque no se señala cuáles son los hechos probados que conforman el
daño civil indemnizable, ni el tipo de daño causado. Al respecto, los artículos 92, 93 y 101
del Código Penal señalan que el monto de la reparación civil se determina conjuntamente
con la pena, y comprende la restitución del bien, o si no es posible el pago de su valor, así
como la indemnización de los daños y peijuicios. Por lo que, recogiendo estas disposicio
nes, ante el hecho de haberse hallado responsable a la autora del delito, y que no tener la
calidad de insolvente, ya que posee ingresos económicos según su declaración instructiva;
la víctima automáticamente se hace merecedora del pago de una suma de dinero por el con
cepto de reparación por el daño causado al bien jurídico protegido; que, en el presente caso
no se puede ‘devolver’ o ‘restituir’, por ser eminentemente moral el daño causado al honor
del agraviado, concepto que se vincula a la dignidad de la persona, y constituye un derecho
fundamental que posee protección constitucional cuando afirma que la dignidad de la per
sona es el fin supremo de la sociedad y del Estado. Por lo que, estando a lo expuesto, sí se
justificó que la juez haya fijado un monto determinado por este concepto; que en el presente
caso no resulta acorde con el daño causado por el delito, por cuanto el daño se ha efectuado
por medio de prensa masiva como la revista Magaly Te Ve de tiraje nacional semanal, que
aunque no se ha determinado el número de tiraje, son varios los números de la publicación
en los que se agravia al querellante; que además se publicitaron y difundieron en televisión
nacional, de señal abierta, en el programa Magaly Te Ve\ que es de público conocimiento
que lidera el rating televisivo en su horario, que posee múltiples auspiciadores en su dura
ción; así como que también se propaló la noticia difamatoria por medio de la página web
señalada, que tiene difusión internacional y compromete mayor número de visitantes poten
ciales, tal como el Tribunal Constitucional lo ha señalado en la sentencia N° 2372-2004-
AA-TC, sobre el potencial daño que causa la difusión de noticias falsas o erradas en las
páginas web. Por lo que dando respuesta a la impugnación que de ella también hace la víc
tima del delito, que obviamente la remite en cuanto al monto, a su pretensión de la demanda.
El colegiado se encuentra facultado para fijar un monto nuevo, mayor al establecido en
la sentencia por los hechos probados en el presente juicio” (Exp. N ° 6 0 7 -2008-Lima, del
31/12/2008, f. j. 12, Tercera Sala P enal P ara Procesos con Reos en Cárcel).
---------------- § -----------------
561
A rt. 93 L ibro primero / Parte general
ines. 1, 2; 392 ines. 1, 4; 393 inc. 3 lit.f, 3 9 9 inc. 4, 425 inc. 3 lit. b, 444 inc. 3, 468 ines. 2,
5, 6, 7; 473-A, 477 inc. 4, 4 8 0 inc. 2 lits. b, c; 488 lit. 2, 493, 503 inc. 2, 542 inc. 1 lit. e, 545
ines. 1, 2; C d e P P : arts. 57, 9 4 lit. a, 188-A inc. 2 lit. a, 244 inc. 3, 285, 290, 300 inc. 4, 337;
C C : arts. 1321, 1969, 1983 a 1985
DOCTRINA
Sumario: Elementos que deben tomarse en cuenta para fijar la reparación civil / Naturaleza de la
reparación civil consistente en la restitución / Contenido de la reparación civil / Con
cepto de daño / Contenido del daño.
I) 1)320 Elementos que deben tomarse en cuenta para fijar la reparación civil:
GRACIA MARTÍN, L. (1998): “Penas privativas de derechos”. En: GRACIA MAR
TIN, L. (Coordinador). L eccio n es d e consecuencias ju rídicas d el delito. Valencia: Tirant
lo Blanch, p. 412. “Para que nazca el deber de indemnizar no basta con que exista cons
tancia del delito o falta, sino que es preciso, en primer lugar, que se pruebe la existencia
de unos daños, así como la cuantía de los mismos. En segundo lugar, se requiere también
para que el daño sea indemnizable, que se dé un nexo causal entre aquel y el delito, esto
es, que exista entre ambos una causa-efecto. El objeto de la indemnización son tantos
los daños materiales como los morales. Los daños o perjuicios materiales o patrimonia
les son aquellos que producen un menoscabo valuable en dinero sobre intereses patrimo
niales del perjudicado, mientras que los daños morales afectan a bienes inmateriales del
perjudicado”.
562
R eparación civil A rt. 93
Hh JURISPRUDENCIA
563
A rt . 93 L ibro primero / Parte general
ACUERDO PLENARIO
J 0729 N o cio n es de la reparación civil en lo s delitos de p elig ro : “F. J. 7. La reparación
civil, que legalmente define el ámbito del objeto civil del proceso penal y está regulada
por el artículo 93 del Código Penal, desde luego, presenta elementos diferenciadores de la
sanción penal; existen notas propias, finalidades y criterios de imputación distintos entre
responsabilidad penal y responsabilidad civil, aun cuando comparten un mismo presu
puesto: el acto ilícito causado por un hecho antijurídico, a partir del cual surgen las dife
rencias respecto de su regulación jurídica y contenido entre el ilícito penal y el ilícito
civil. Así las cosas, se tiene que el fundamento de la responsabilidad civil, que origina la
obligación de reparar, es la existencia de un daño civil causado por un ilícito penal, el que
obviamente no puede identificarse con ‘ofensa penal’ -lesión o puesta en peligro de un
bien jurídico protegido, cuya base se encuentra en la culpabilidad del agente- [la causa
inmediata de la responsabilidad penal y la civil ex delicio, infracción/daño, es distinta]; el
resultado dañoso y el objeto sobre el que recae la lesión son distintos. F. J. 8. Desde esta
perspectiva, el daño civil debe entenderse como aquellos efectos negativos que derivan de
la lesión de un interés protegido, lesión que puede originar consecuencias patrimoniales y
no patrimoniales. Una concreta conducta puede ocasionar tanto (1) daños patrimoniales,
que consisten en la lesión de derechos de naturaleza económica, que debe ser reparada,
radicada en la disminución de la esfera patrimonial del dañado y en el no incremento en el
patrimonio del dañado o ganancia patrimonial neta dejada de percibir -menoscabo patri
monial-; cuanto (2) daños no patrimoniales, circunscrita a la lesión de derechos o legíti
mos intereses existenciales -no patrimoniales- tanto de las personas naturales como de
las personas jurídicas -se afectan, como acota Alastuey Dobón, bienes inmateriales del
perjudicado, que no tienen reflejo patrimonial alguno- (Conforme: Espinoza Espinoza,
Juan. D erech o de la Responsabilidad Civil. Gaceta Jurídica, 2002, pp. 157-159). F. J.
9. Los delitos de peligro -especie de tipo legal según las características externas de la
acción- pueden definirse como aquellos en los que no se requiere que la conducta del
agente haya ocasionado un daño sobre un objeto, sino que es suficiente con que el objeto
jurídicamente protegido haya sido puesto en peligro de sufrir la lesión que se quiere evi
tar [el peligro es un concepto de naturaleza normativa en cuanto a que su objeto de refe
rencia es un bien jurídico, aunque su fundamento, además de normativo, también se basa
en una regla de experiencia o de frecuente que es, a su vez, sintetizada en un tipo legal],
sea cuando se requiere realmente la posibilidad de la lesión -peligro concreto- o cuando
según la experiencia general representa en sí misma un peligro para el objeto protegido
-peligro abstracto- (Bacigalupo Zapater, Enrique. D erecho Penal. Parte general. Ara,
Lima, 2004, p. 223). Los primeros son, siempre, delitos de resultado, y los otros son de
litos de mera actividad. F. J . 10. A partir de lo expuesto, cabe establecer si los delitos de
peligro pueden ocasionar daños civiles y, por tanto, si es menester fijar la correspondiente
reparación civil, más allá de las especiales dificultades que en estos delitos genera la con
creción de la responsabilidad civil. Como se ha dicho, el daño civil lesiona derechos de
naturaleza económica y/o derechos o legítimos intereses existenciales, no patrimoniales,
de las personas. Por consiguiente, aun cuando es distinto el objeto sobre el que recae la
lesión en la ofensa penal y en el daño civil, es claro que, pese a que no se haya producido
564
R eparación civil A rt. 93
un resultado delictivo concreto, es posible que existan daños civiles que deban ser repara
dos. [...]” (Acuerdo Plenario N° 6-2006/CJ-l 16 sobre "Reparación civil y delitos depeli
gro”, del 13/10/2006, ff.jj. 7, 8, 9 y 10, II Pleno Jurisdiccional de las Salas Penales Per
manente y Transitorias).
CO RTE SUPREM A
J 0730 L a reparación c ivil (daños patrim on iales y no patrim on iales): “F. J. 3.2. Al
respecto, es necesario tener en consideración el daño civil generado a la víctima con la
perpetración del delito materia de autos, el cual debe entenderse como aquellos efectos
negativos que derivan de la lesión de un interés protegido, lesión que puede originar con
secuencias patrimoniales y no patrimoniales, los daños patrimoniales, consisten en la
lesión de derechos de naturaleza económica, que debe ser reparada; y los daños no patri
moniales, se encuentran circunscritos a la lesión de derechos o legítimos intereses exis-
tenciales no patrimoniales—, tanto de las personas naturales y jurídicas como de entes
colectivos; en este orden de ideas, dada a la naturaleza del ilícito incriminado y del daño
causado, valorando los efectos negativos de carácter no patrimonial derivado de la con
creta conducta incriminada al encausado, y de la consecuente lesión en la salud de la
agraviada generada por la perpetración del ilícito en el grado de tentativa a su vida, se
ha determinado que la reparación civil impuesta no guarda relación con los principios de
proporcionalidad y razonabilidad. F. J. 3.3. En este sentido, si bien se ha tenido en cuenta
el perjuicio patrimonial generado a la agraviada, que dejó de laborar eventualmente de.
acuerdo a lo referido en el informe social [...] durante el periodo prescrito por el certifi
cado médico legal [...]; y las instrumentales [...] que sustentan los gastos incurridos en su
recuperación; no se ha evaluado proporcionalmente la magnitud de los daños y perjuicios
ocasionados a la víctima, no patrimoniales, afirmado por las instrumentales [...], pericia
e informes psicológicos practicados a la misma, que concluyen requiere contar con psi
coterapia individual para poder recuperar su estado emocional, por tanto en este extremo
debe incrementarse la reparación civil impuesta, atendiendo a la lesión moral ocasionada
a la víctima que debe ser indemnizada” (R. N. N°2721-2013-Ucayali, del 12/06/2004, ff.
jj. 3.2 y 3.3., Sala Penal Permanente).
565
A rt. 93 L ibro primero / Parte general
J 0732 P roporcion alidad entre e l con ten ido de la reparación c ivil y e l daño causado:
“Que, a efectos de fijarse la reparación civil, es necesario tener en cuenta lo estable
cido por el artículo 93 del Código Penal, que implica la valoración del daño económico
y moral -daño emergente y lucro cesante- causado al agraviado o, en su defecto, a los
familiares de la víctima, según sea el caso; en ese sentido, ha quedado plenamente esta
blecido la gravedad de la afectación ocasionada a la agraviada por las lesiones sufridas y
a los familiares de la fallecida por la pérdida irreparable de su hija; que, al momento de
fijarse el monto de reparación civil, no se ha tomado en cuenta la real magnitud del per
juicio ocasionado al bien jurídico protegido; que, en el caso de autos, es la vida; en ese
sentido, el monto de la reparación civil fijada por la Sala Penal no se condice con la rea
lidad, por lo que este debe ser incrementado; en consecuencia, declararon haber nulidad
en la propia sentencia en el extremo que fija 70,000 nuevos soles la suma que por con
cepto de reparación civil deberá abonar el sentenciado a favor de los herederos legales de
la agraviada, reformándolo fijaron en 300,000 nuevos soles dicha suma” (Ejecutoria Su
prema del 10/07/2003, R. N. N° 1249-2003-Lima. En: PÉREZ ARROYO, M. (2006). La
evolución de la jurisprudencia penal en el Perú (2001-2005). Tomo II, Iuris Consulti -
San Marcos, Lima, pp. 856-857).
J 0733 P roporcion alidad entre e l con ten ido de la reparación civil y los daños
causados: “En el caso de autos se aprecia que el inculpado al desplazar su vehículo con
la puerta anterior abierta, llevando un pasajero en su estribo, ha producido como resul
tado la muerte del agraviado, y si bien la vida humana no puede ser valorada económi
camente, la reparación civil solidariamente fijada debe guardar relación con el perjuicio
causado a los deudos del sujeto pasivo, debiéndose, por tanto, aumentar el monto de la
reparación civil” (Exp. N ° 2671-97-Lima. En: CARO CORLA, C. (2002). Código Penal.
Gaceta Jurídica, Lima, p. 254).
566
R eparación civil A rt. 93
567
A rt. 94 L ibro primero / Parte general
DOCTRINA
Sumario: Contenido de la restitución del bien / Bien sobre el cual recae la restitución / Naturaleza
del bien sobre el cual recae la restitución.
568
R eparación civil A rt. 94
i ) ».*:<. Bien sobre el cual recae la restitución: CASTILLO ALVA, J. L. (2001). Las
consecuencias jurídico-económicas del delito. Lima: Idemsa, pp. 131-132. “Problemática
especial representa el objeto de restitución. En principio, se debe enfatizar que la restitu
ción deberá recaer en el mismo bien sobre el que recayó la acción delictiva. Estamos aquí
ante los casos de una restitución propia. Si se le entrega un bien distinto o el equivalente
en dinero, o una especie similar, pero diferente en clase o cantidad se habrá salido de la
esfera de la restitución para ingresar al campo de la indemnización”.
_____
I) 0327_ Naturaleza del bien sobre el cual recae la restitución: CASTILLO ALVA,
J. L. (2001). Las consecuencias jurídico-económicas del delito. Lima: Idemsa, p. 128.
“Aunque la ley no lo diga, la restitución solo puede producirse, tanto jurídica como onto-
lógicamente, cuando el bien posee una entidad corporal o tenga alguna cualidad física. No
hay restitución de bienes inmateriales o espirituales. Sobre ellos es imposible alegar cual
quier clase de restitución, dado que lo impide la naturaleza de las cosas. La restitución,
asimismo, puede recaer tanto sobre bienes muebles, bienes inmuebles, bienes fungibles
(siempre que sean de la misma clase o calidad) y bienes no fungibles”.
eIHj jurisprudencia
Sumario: EJECUTORIA SUPREMA VINCULANTE: Restitución del bien cuando exista plurali
dad de acusados por el mismo hecho y sean sentenciados independientemente. CORTE
SUPREMA: Alcances de la determinación de la reparación civil.
CORTE SUPREMA
J 0739 A lca n ces de la determ inación de la reparación civil: “La reparación civil com
prende la restitución del bien o, si no es posible, el pago de su valor y la indemniza
ción de daños y perjuicios; que además, la reparación civil está en función al daño cau
sado, sin que en la concreción de su monto deba advertirse las posibilidades económicas
del responsable o su situación personal, en tanto que esta se oriente a reparar e indem
nizar a la víctima por el daño generado por la conducta del responsable, que, como la
569
A rt. 95 L ibro primero / Parte general
reparación civil integra el objeto civil del proceso, está regida por el principio disposi
tivo y, por tanto, el órgano jurisdiccional no puede sobrepasar el monto solicitado por
quien introdujo la pretensión en el modo, forma y oportunidad fijada por la ley” (R. N.
N° 3700-2005-Ucayali, del 07/12/2005, Sala Penal Permanente).
---------------- § -----------------
C P: arts. 23, 25, 96; C P P 2 0 0 4 : 389 inc. 1, 503, 505, 542 inc. 1 lit. e; C C : arts. 1981, 1983
DOCTRINA
Sumario: Significado de la solidaridad de la reparación civil entre los agentes del delito / Obs
táculos de la materialización de la solidaridad de la reparación civil / Diferencias entre
pena y reparación civil.
570
R eparación civil A rt. 95
responder si no es por su propia acción o su contribución personal que no tiene por qué
coincidir con el daño causado. La reparación civil, por su parte, es transferible y solida
ria, y se fija en base al daño causado que, además, por lo general, se aleja del principio del
hecho propio. Con razón se apuntala una realidad jurídica: mientras la responsabilidad
penal tiende a estrecharse o reducirse respecto del número de sujetos responsables, la res
ponsabilidad civil tiende a aumentarse. En una rige la responsabilidad personal o subje
tiva y en otra la responsabilidad objetiva”.
¡£¡5 JURISPRUDENCIA
J 0740 R eparación civil (determ inación del m onto y obligados a cubrirla cuando se
trata de copartícipes): “F. J . 26. Por último, es materia de discusión en el ámbito de la
responsabilidad civil, la determinación del monto y los obligados a cubrirlo cuando se
trata de una pluralidad de copartícipes -codelincuencia-, varios de los cuales no se han
sometido a la conformidad procesal. Sobre el particular, en los marcos de una senten
cia conformada, es de tener en consideración dos aspectos sustanciales: el primero, refe
rido a los alcances de la sentencia conformada: esta solo comprenderá a los imputados
que se someten a la conformidad; y, el segundo, circunscrito al monto de la reparación
civil, el cual está en función al daño global irrogado, bajo la regla de la solidaridad entre
los responsables del hecho punible y los terceros civilmente obligados (art. 95 del CP).
Siendo así, el Tribunal fijará el monto de la reparación civil de modo global [la cantidad
en cuestión siempre será única, no puede dividirse], de suerte que como esta es solida
ria si existieran copartícipes - y no mancomunada—, al emitirse condena contra ellos en el
juicio sucesivo, si así fuera el caso, tal suma no variará y solo se les comprenderá en su
pago. Es posible, sin embargo, que en el juicio contradictorio la determinación del monto
puede variar, en virtud a la prueba actuada. En ese caso tal variación, de más o de menos,
no puede afectar al fallo conformado, al haber quedado firme o ganado firmeza. Por con
siguiente, la variación solo puede alcanzar a los acusados comprendidos en la condena
objeto del juicio contradictorio. [...]. F. J . 28. Establecer como doctrina legal, conforme a
los fundamentos jurídicos ocho a veintitrés, la siguiente: [...] 8) La conformidad sobre el
objeto civil está informada por los principios dispositivo y de congruencia. Si no se cues
tiona la reparación civil no es posible modificarla. Debe respetar la pretensión civil alter
nativa de la parte civil. Es posible, si fuera el caso, la cesura del juicio para la actuación de
pruebas en aras de la determinación de la reparación civil. Debe tomarse en cuenta para su
concreción la suma global y la regla de la solidaridad en los supuestos de codelincuencia.
La variación del monto de la reparación civil en la segunda sentencia no altera la fijada
571
A rt. 95 L ibro primero / Parte general
CORTE SUPREMA
J 0741 C aracterística de la respon sabilidad solidaria en un hecho p u n ib le p erp etra d o
p o r varios autores: “Que de la lectura del último numeral se aprecia que en la comisión
de un hecho punible por varios autores la reparación civil es solidaria; que al respecto es
de puntualizar lo siguiente: i) que una de las características esenciales de las obligaciones
solidarias -pasiva- es la existencia de varios deudores -en el ámbito del Derecho: artículo
1983 CC—en tomo a una sola prestación, que la ley le otorga la calidad de solidarias a
determinadas obligaciones -como las derivadas de los procesos penales- y le permite al
acreedor que puede exigir a cualquiera de los deudores del pago íntegro de la deuda, pues
el cumplimiento de la obligación se extiende a cada uno de ellos, y en ese sentido, no es
posible el fraccionamiento de la prestación debida para cada obligado; ii) que otra carac
terística importante es la unidad en la prestación, en tanto en cuanto la deuda siempre es
única e idéntica para todos los deudores y no se admite la separación de los créditos y aun
cuando existan varios deudores, siempre existirá una sola deuda -todos deben lo mismo-
y varios responsables de esa única acreencia; que, es decir, cada uno de ellos responderá
por el todo y el acreedor podrá reclamar o elegir a cualquiera de ellos para que cumpla
con el pago; iii) que por tanto, es evidente que la solidaridad, en relación a la reparación
civil fijada en un proceso penal, permite que el agraviado goce de una garantía amplia y
una mayor posibilidad para que pueda obtener el pago total, que comprende: la restitu
ción del bien o, si no es posible, el pago de su valor y la indemnización de los daños y
perjuicios -debiendo observarse los artículos 1984 y 1985 del Código Civil: daño moral
y contenido de la indemnización-; que ese pago es exigible a cualquiera de los sentencia
dos que produjeron el daño, en tanto la acción civil siempre se fundamenta en la comi
sión de un hecho que ocasiona daño o perjuicio a otra persona; que una interpretación
distinta vaciaría de contenido jurídico el precepto legal -artículo 95 del Código Penal-,
pues si se admitiera el fraccionamiento de la reparación civil de un hecho punible para
cada sentenciado, es obvio que estos no estarían obligados a una sola prestación idéntica
y el agraviado no podrá exigirles a cualquiera de ellos la totalidad de la prestación” (R. N.
N° 3514-2011-Piura, del 15/05/2011, f j. 9, Sala Penal Transitoria).
J 0742 C arácter solidario de la respon sabilidad civil cuando existen varios responsa
bles: “La obligación de indemnizar no solo recae sobre quienes han participado directa
mente en la comisión del hecho -en calidad de autores, cómplices u otra forma de parti
cipación- sino también sobre terceros que si bien no han intervenido en la comisión del
hecho delictivo, están llamados por ley a responder solidariamente, como sucede con el
tercero civilmente responsable, que es el sujeto procesal que sin ser autor o partícipe del
delito, tiene la obligación de indemnizar a la víctima, de conformidad con lo que esta
blecen las normas sustantivas penales y civiles” (R. N. N° 2930-2011-Lima. En: Gaceta
Penal & Procesal Penal, Tomo 42, Gaceta Jurídica, Lima, p. 130).
572
R eparación civil A rt. 95
J 0743 Carácter solidario de la respon sabilidad c ivil cuando existen varios respon
sables: “Se advierte que el Colegiado ha fijado sumas por conceptos de reparación en
forma independiente en relación a los participantes en el delito de robo agravado, con
traviniendo lo dispuesto por el artículo 95 del Código Penal; asimismo, se evidencia que
el quantum de tales conceptos resulta diminuto y no se corresponde con el daño ocasio
nado por los ilícitos, siendo pertinente aumentarlos bajo los criterios contenidos en el ar
tículo 93 del acotado Código; del mismo modo, a pesar de haberse dispuesto que carecía
de objeto de pronunciamiento por el delito de tenencia ilegal de arma de fuego, el Cole
giado ha fijado en 100 nuevos soles el monto por reparación civil, vulnerándose, de este
modo, el principio de congruencia que debe existir en toda resolución judicial y la propia
naturaleza adoptada en su decisión; por lo que, es el caso declarar la nulidad de la recu
rrida en ese extremo, sin que con ello se afecte la unidad del fallo” (Ejecutoria Suprema
del 28/04/2004, R. N. N°2722-2003-Huánuco. En: CASTILLO ALVA, J. L. (2006). Sen
tencias de la Corte Suprema de Justicia de ¡a República. Tomo II. Grijley, Lima, p. 319).
J 0745 L a respon sabilidad civil d el tercero en e l delito: “F. J. 85. Ahora bien, corres
ponde indicar que la comisión de un hecho delictivo, por un lado, da lugar a la responsa
bilidad penal pero también, en cuanto acto ilícito que produce daño a terceros a una res
ponsabilidad civil, conocida como responsabilidad civil ex delicio. El tercero civilmente
responsable resulta ser aquel sujeto procesal, persona natural o jurídica, que sin haber par
ticipado en la comisión del delito y sin alcanzarle responsabilidad penal, asume el pasivo
civil quedando, por disposición de la ley, solidariamente obligado con el o los responsa
bles penales, por el importe de la reparación civil. F. J. 86. Este tipo de responsabilidad
se rige por la teoría de la responsabilidad civil, específicamente la responsabilidad civil
extracontractual, debiendo acotar que esta responsabilidad supone la violación del deber
general de no causar daño a otro. F. J. 87. A fin de aclarar un poco más el panorama res
pecto a la responsabilidad civil debemos referirnos en primer término a las funciones de
la responsabilidad civil, que según la doctrina mayoritaria son: a) reaccionar contra el
573
A rt. 96 L ibro primero / Parte general
acto ilícito dañino, a fin de resarcir a los sujetos a los cuales el daño ha sido causado; b)
retomar al statu quo ante , en el cual la víctima se encontraba antes de sufrir el perjuicio;
c) reafirmar el poder sancionatorio del Estado; d) disuadir a cualquiera que intente, volun
taria o culposamente, cometer actos perjudiciales para terceros; y modernamente se han
incluido e) la distribución de las pérdidas y f) la asignación de costos, desde una pers
pectiva de análisis económico del Derecho. F. J . 88. Asimismo, debemos indicar que la
responsabilidad civil posee elementos constitutivos, comunes tanto a la responsabilidad
civil contractual como a la extracontractual, a saber: a) la imputabilidad, es decir, la apti
tud del sujeto de Derecho de ser responsable por los daños que ocasiona, b) la ilicitud o
antijuricidad, es decir, la constatación de que el daño causado no está permitido por el
ordenamiento jurídico; c) el factor de atribución, o sea, el supuesto justificante de la atri
bución de responsabilidad al sujeto, es decir, es el fundamento del deber de indemnizar;
d) el nexo causal, concebido como la vinculación entre el evento lesivo y el daño produ
cido; y d) el daño, que comprende las consecuencias negativas derivadas de la lesión de
un bien jurídico tutelado. F. J. 89. Ahora bien, en función del factor de atribución, cabe
señalar que existen factores de atribución subjetivos (culpa y dolo) y objetivos (realizar
actividades o ser titular de determinadas situaciones jurídicas que la ley considera obje
tivamente o prescindiendo del criterio de la culpa), a lo que algunos añaden al abuso de
derecho y la equidad, pero no hay uniformidad sobre ello. F. J. 90. En el caso de la res
ponsabilidad civil derivada de la comisión de un delito, ubicada dentro de la responsa
bilidad civil extracontractual, cabe señalar que nos encontramos frente a la denominada
responsabilidad objetiva, es decir, aquella que se basa en factores de atribución objetivos,
considerados como tales por el ordenamiento jurídico. Debiendo indicar que en la sección
sexta del Código Civil en el artículo mil novecientos ochenta y uno, se prevé la inclusión
de un tercero como civilmente responsable en un proceso penal, cuando se establece que
‘aquel que tenga a otro bajo sus órdenes, responde por el daño causado por este último,
si ese daño se realizó en el ejercicio del cargo o en cumplimiento del servicio respectivo’
siendo el criterio de imputación, la relación que existe entre el responsable y el sujeto que
ha causado el daño, pues desde esta óptica el principal estaría en la obligación de resar
cir, por cuanto si se beneficia económicamente con la actividad realizada por el ‘tercero’,
debe asumir los costos que origine los daños del mismo (criterio del riesgo-beneficio)”
(Exp. N° 011-2001-Lima, del 08/08/2006, ff. jj. 85, 86, 87, 88, 89 y 90, Segunda Sala
Penal Especial de la Corte Superior de Justica de Lima).
574
R eparación civil A rt. 96
DOCTRINA
§-
575
A rt. 97 L ibro primero / Parte general
DOCTRINA
dlb JURISPRUDENCIA
Sumario: TRIBUNAL CONSTITUCIONAL: Es nulo el acto jurídico privado y previo que fue
posterior a la sentencia.
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0746 E s nulo e l acto ju ríd ico privado y p re v io que f u e p o sterio r a la sentencia: “F. J. 4.
En ese sentido, la instancia judicial que ahora resulta emplazada con la presente demanda,
ha establecido que el acto jurídico que deviene en nulo no es precisamente una resolu
ción judicial como sugiere el recurrente, sino el acto jurídico privado y previo, esto es,
el anticipo de legítima [...], en la medida en que dicho acto fue posterior a la sentencia
que les condena por el delito de estafa. En este sentido, el acto jurídico de disposición del
bien aludido tendría como único propósito incumplir el mandato expreso de la sentencia
penal que en la parte correspondiente dispuso el pago por concepto de reparación civil
por parte de los condenados, hasta por la suma de 15 mil nuevos soles, monto que pese al
576
R eparación civil A rt . 98
tiempo transcurrido según se lee en la decisión de la Sala penal emplazada, no habría sido
pagado” (STC Exp. N ° 2494-2005-A A /TC -Lim a, caso: Bladimiro H u a ra n cca Ayrampo,
d el 21/11/2006, f . j . 4).
DOCTRINA
(Mj JURISPRUDENCIA
CORTE SUPREMA
J 0747 D esproporcion alidad de la reparación civil: “La reparación civil fijada por el
Colegiado no guarda proporción con la entidad de los bienes jurídicos lesionados, entre
los que figura la vida que resulta invalorable y es prevalente frente a los demás bienes, por
lo que resulta procedente elevarla de forma prudencial, sin perjuicio de individualizarla a
favor de cada uno de los agraviados. Que de otro lado, el importe del día-multa no podrá
ser menor del veinticinco por ciento del ingreso diario del condenado cuando viva exclu
sivamente de su trabajo” (R. N. N °2814-99-L im a , Sala Penal).
577
A rt. 99 L ibro primero /Parte general
DOCTRINA
Sumario: Circunstancias en las que procede la demanda por reparación civil en un proceso civil.
?HI3 JURISPRUDENCIA
CORTE SUPREMA
J 0748 E l tercero civilmente responsable: “En lo atinente al tercero civilmente responsa
ble es correcta la actuación del superior colegiado, pues al advertir la existencia de un ter
cero civil responsable, de acuerdo a la concordancia de lo dispuesto en los artículos noventa
y tres y noventa y cinco del Código Penal -norma última que señala que la reparación será
solidaria entre los responsables del hecho punible y los terceros civilmente responsables-
incorporó a la Empresa [...] para que conjuntamente con el procesado [...] cumpla con el
pago de la pretensión económica fijada por concepto de reparación civil, no solo porque
por error involuntario el juez de la investigación preparatoria omitió pronunciarse al res
pecto, sino también porque constituyó uno de los argumentos invocados por la agraviada
578
R eparación civil A rt. 100
en su escrito de fojas setenta y ocho: ‘el imputado no solo era socio y gerente de la citada
empresa, sino también poseía gran parte de dichas acciones’. No existió indefensión mate
rial al incorporarlo como tal, y la necesidad de su concurrencia como obligado civil surge
del artículo noventa y cinco del Código Penal, por tanto, teniendo en cuenta los lineamien-
tos de la norma sustantiva antes acotada -artículo noventa y tres del referido cuerpo legal-
y de acuerdo a los fundamentos jurídicos precedentes, debe disminuirse prudencialmente”
(Casación N ° 37-2008-L a Libertad, del 1 0 /0 3 /2 0 1 0 ,/. j. 6, Sala Penal Permanente).
CORTES SUPERIORES
J 0749 Solidaridad del pago de la reparación civil entre los responsables del delito y
el tercero civilmente responsable: “La reparación civil deberá guardar relación y propor
cionalidad al daño causado a los intereses de la víctima, debiendo comprender la restitu
ción del bien, o siendo imposible esto, el pago de su valor y la indemnización por daños
y perjuicios, así como la capacidad económica del obligado; debiendo, en el caso de exis
tir terceros civilmente obligados, efectuar el pago de la reparación civil en forma solida
ria según lo prevé el artículo 95 del Código Penal” (Ejecutoria S up erior de la Sala Penal
d e A pelaciones p a ra procesos Sumarios con R eos Libres d e la Corte Superior de Justicia
d e Lim a del 2 6 /01/1998, Exp. N ° 7346-97-Lima).
---------------- § -----------------
DOCTRINA
579
A rt . 100 L ibro primero / Parte general
vinculados a los alcances de la prescripción del delito, que a la postre puede ser más o
menos larga. Se puede apuntar que si la reparación civil fuera una institución genuina-
mente civil no tendría por qué tener una prescripción distinta a la reservada a la respon
sabilidad extracontractual”.
S80
R eparación civil A rt. 101
vía en la que pueda ser ejercida la acción civil. Por ejemplo, si la acción penal se ha extin
guido por cualquier causa (muerte, amnistía, cosa juzgada, derecho de gracia o prescrip
ción) también se extinguirá la acción civil”.
DOCTRINA
_I)_ 11342
_ _ _ Normas complementarias que rigen la reparación civil: BRAMONT
ARIAS, L. A. (2004). D erech o P ena l p eru an o (Visión histórica). Parte general. Lima:
Ediciones Jurídicas Unifé, p. 532. “La reparación civil en el CP se rige por los artículos
92 al 101 y por las normas que regulan la ‘responsabilidad extracontractual ’ prevista en
los artículos 1969 a 1988 y 2001 del Código Civil, de conformidad con los dispuesto por
el artículo 101 del CP, en cuanto establece que la ‘reparación civil se rige, además por las
disposiciones pertinentes del Código Civil’”.
■III. JURISPRUDENCIA
Sumario: CORTE SUPREMA: La reparación civil en los ilícitos penales debe establecerse con
arreglo a la normatividad civil sustantiva / Aplicación supletoria del Código Civil en
ilícitos penales para determinar la cuantía de la reparación civil / Aplicación supletoria
del Código Civil en la determinación de la reparación civil / Aplicación supletoria de
las normas del Código Civil al pago de la reparación civil fijada en la sentencia conde
natoria / Prescripción de la ejecución del pago de la reparación civil.
581
A rt. 101 L ibro primero / Parte general
CORTE SUPREMA
J 0750 La reparación civil en los ilícitos penales debe establecerse con arreglo a la
normatividad civil sustantiva: “Que la reparación civil debe establecerse en función al
daño causado, debiendo considerarse tanto los daños patrimoniales como los extrapatri
moniales, con arreglo a la normatividad civil sustantiva que regula la responsabilidad
extracontractual, de aplicación supletoria en virtud de lo dispuesto por el artículo 101 del
Código Penal; que en el caso de autos los hechos atribuibles al citado acusado estriban en
que formó parte del movimiento terrorista Sendero Luminoso, y en esa condición parti
cipó en el atentado dinamitero que ocasionó la destrucción de la Antena de Microondas
de la entonces empresa estatal Entel Perú, instalada en el cerro Ilucán; que como conse
cuencia de dicha conducta se produjo la pérdida completa de las baterías y equipos, así
como también el derribamiento y la destrucción total de la torre, lo que ocasionó ingentes
daños patrimoniales que debieron ser asumidos por el Estado, que, siendo ello así, se jus
tifica la elevación del monto de la reparación civil, la misma que debe fijarse atendiendo
a la magnitud del perjuicio ocasionado por el acusado” (R. N. N ° 1 328-2005-C ajam arca,
d el 10/06/2005, f j. 3. Sala P en a l P erm anente).
J 0751 Aplicación supletoria del Código Civil en ilícitos penales para determinar la
cuantía de la reparación civil: “Que no integra el ámbito del recurso el juicio de cul
pabilidad del encausado Caruajulca Centurión por la comisión del hecho punible, pues
la impugnación se circunscribe al extremo de la determinación judicial de la reparación
civil, la misma que se establece en función al daño causado, y se considera tanto los
daños patrimoniales como los extrapatrimoniales con arreglo a la normatividad civil sus
tantiva que regula la responsabilidad extracontractual, de aplicación supletoria en vir
tud de lo dispuesto por el artículo ciento uno del Código Penal; que en el caso de autos
se está ante daños extrapatrimoniales dado que el atentado contra la vida humana no
puede ser calculada en base a parámetros objetivos, siendo el propósito cuando se fija
una suma dineraria mitigar el grado de aflicción que se causa a la víctima [...]” (R. N.
N ° 3520-2009-C ajam arca, d el 12 /0 8 /2 0 1 0 , Sala P ena l Perm anente).
582
R eparación civil A rt. 101
583
CAPÍTULO II
CONSECUENCIAS ACCESORIAS
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 102.- El juez resolverá el decomiso o pérdida de los efectos provenientes de
la infracción penal o de los instrumentos con que se hubiere ejecutado, a no ser que
pertenezcan a terceros no intervinientes en la infracción.
(60) A rtículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 del D ecreto Legislativo N° 1373
del 04/08/2018.
584
C onsecuencias accesorias A ut. 102
E l Juez podrá disponer en todos los casos, con carácter previo, la medida de
incautación, debiendo además proceder conforme a lo previsto en otras normas
especiales.
Segunda modificación: artículo 1 de la Ley N° 30076 del 19/08/2013.
El juez, siempre que no proceda el proceso autónomo de pérdida de dominio pre
visto en el Decreto Legislativo N° 1104, resuelve el decomiso de los instrumentos
con que se hubiere ejecutado el delito, aun cuando pertenezcan a terceros, salvo
cuando estos no hayan prestado su consentimiento para su utilización. Los obje
tos del delito son decomisados cuando, atendiendo a su naturaleza, no corresponda
su entrega o devolución. Asimismo, dispone el decomiso de los efectos o ganancias
del delito, cualesquiera sean las transformaciones que estos hubieren podido expe
rimentar. El decomiso determina el traslado de dichos bienes a la esfera de titulari
dad del Estado.
El juez también dispone el decomiso de los bienes intrínsecamente delictivos, los que
serán destruidos.
Cuando los efectos o ganancias del delito se hayan mezclado con bienes de proce
dencia lícita, procede el decomiso hasta el valor estimado de los bienes ilícitos mez
clados, salvo que los primeros hubiesen sido utilizados como medios o instrumentos
para ocultar o convertir los bienes de ilícita procedencia, en cuyo caso procederá el
decomiso de ambos tipos de bienes.
Si no fuera posible el decomiso de los efectos o ganancias del delito porque han sido
ocultados, destruidos, consumidos, transferidos a tercero de buena fe y a título one
roso o por cualquier otra razón atribuible al autor o partícipe, el juez dispone el
decomiso de los bienes o activos de titularidad del responsable o eventual tercero
por un monto equivalente al valor de dichos efectos y ganancias.
Tercera modificación: artículo 2 del Decreto Legislativo N° 1351 del 07/01/2017.
E l juez, siempre que no proceda el proceso autónomo de pérdida de dominio pre
visto en el Decreto Legislativo N° 1104, resuelve el decomiso de los instrumentos
con que se hubiere ejecutado el delito, aun cuando pertenezcan a terceros, salvo
cuando estos no hayan prestado su consentimiento para su utilización. Los obje
tos del delito son decomisados cuando, atendiendo a su naturaleza, no corresponda
su entrega o devolución. Asimismo, dispone el decomiso de los efectos o ganancias
del delito, cualesquiera sean las transformaciones que estos hubieren podido expe
rimentar. E l decomiso determina el traslado de dichos bienes a la esfera de titulari
dad del Estado.
Eljuez también dispone el decomiso de los bienes intrínsecamente delictivos, los que
serán destruidos.
Cuando los efectos o ganancias del delito se hayan mezclado con bienes de proce
dencia lícita, procede el decomiso hasta el valor estimado de los bienes ilícitos mez
clados, salvo que los primeros hubiesen sido utilizados como medios o instrumentos
para ocultar o convertir los bienes de ilícita procedencia, en cuyo caso procederá el
decomiso de ambos tipos de bienes.
Si no fuera posible el decomiso de los efectos o ganancias del delito porque han
sido ocultados, destruidos, consumidos, transferidos a tercero de buena fe y a título
585
A rt. 102 L ibro primero / Parte general
oneroso o por cualquier otra razón análoga, el juez dispone el decomiso de los bie
nes o activos de titularidad del responsable o eventual tercero por un monto equiva
lente al valor de dichos efectos y ganancias.
Cuarta modificación: artículo 1 del Decreto Legislativo N° 1373 del 04/08/2018.
(Ver texto vigente)
N ormas concordantes
C P : arts. 103, 104, 221, 231; C d e P P : art. 171; C P P 2004: arts. 15 ines. 1, 2; 223 inc. 4,
318 inc. 4, 349 inc. 1 l i t . f 399 inc. 4, 4 6 8 ines. 2, 5, 6; 488, 493 inc. 3, 496, 4 9 8 inc. 3, 542
inc. 1 lit. e, 545 ines. 2, 3; 547, 549; C C: arts. 660, 929, 1135, 1136; L e y 28 0 0 8 : arts. 1 3,14,
23, 24, 25, 26; R 9 6 4 -2 0 0 1 -M P -F N : p á ssim
DOCTRINA
586
C onsecuencias accesorias A rt. 102
JURISPRUDENCIA
A C U ER D O PLEN A R IO
587
A rt. 102 L ibro primero / Parte general
E JE C U T O R IA SU PR EM A VINCULANTE
588
C onsecuencias accesorias Art. 103
DOCTRINA
Sumario: Naturaleza jurídica y riesgo de arbitrariedad judicial / Restricción del decomiso prove
niente del delito / Propuesta de lege fe r e n d a / Requisitos para su aplicación.
589
A rt. 103 L ibro primero / Parte general
feren da es deseable, estas tendrían que ser excluidas del comiso facultativo. Ello se debe
a la necesidad político-criminal de no premiar al delito, autorizando al autor a disfrutar
de los beneficios obtenidos de su conducta delictiva. Lo contrario, significaría, como ha
puesto de relieve Conde-Punpido Ferreiro, una contribución judicial al agotamiento del
ilícito penal. El comiso facultativo deberá restringirse al caso de los instrumentos o efec
tos del delito que sean de ilícito comercio”.
|g¡ JURISPRUDENCIA
590
C onsecuencias accesorias A rt . 104
DOCTRINA
591
A rt. 105 L ibro primero / Parte general
¡¡1*3 JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0758 T itularidad de ios derechos de las p erso n a s ju ríd ica s de D erecho P rivado: “[...]
Tal titularidad de los derechos por las personas jurídicas de Derecho Privado se desprende
implícitamente del artículo 2, inciso 17), de nuestra Carta Fundamental, pues mediante
dicho dispositivo se reconoce el derecho de toda persona de participar en forma individual o
asociada en la vida política, económica, social y cultural de la nación. Este derecho, además
de constituir un derecho fundamental por sí mismo, es, a su vez, una garantía institucional,
en la medida en que promueve el ejercicio de otros derechos fundamentales, ya en forma
individual, ya en forma asociada, por lo que aquí interesa destacar. En ese sentido, entiende
el Tribunal que, en la medida en que las organizaciones conformadas por personas natura
les se constituyen con el objeto de que se realicen y defiendan sus intereses, esto es, actúan
en representación y sustitución de las personas naturales, muchos derechos de estos últi
mos se extienden sobre las personas jurídicas. Una interpretación contraria concluiría con
la incoherencia de, por un lado, habilitar el ejercicio de facultades a toda asociación -enten
dida en términos constitucionales y no en sus reducidos alcances civiles- y, por otro, negar
las garantías necesarias para que tal derecho se ejerza y, sobre todo, puedan ser susceptibles
de protección. Sin embargo, no solo de manera indirecta las personas jurídicas de Derecho
Privado pueden titularizar diversos derechos fundamentales. También lo pueden hacer de
manera directa. En dicho caso, tal titularidad no obedece al hecho de que actúen en sustitu
ción de sus miembros, sino en cuanto a sí mismas y, naturalmente, en la medida en que les
sean extendibles [...]” (STCExp. N ° 905-2001-AA/TC-San Martín, caso: Caja de Ahorro y
Crédito de San Martín, del 14/08/2002, f. j. 5).
(61) A rtículo vigente conform e a la modificación realizada por el artículo 2 del Decreto L egislativo N° 1351
del 07/01/2017.
592
C onsecuencias accesorias A rt. 105
TEXTO ORIGINAL:
A rtículo 1 0 5 .- Si e l hecho punible fu e re com etido en ejercicio de la a ctividad de
cualquier p erso n a ju ríd ic a o utilizando su organización p a ra favo recerlo o encu
brirlo, el Juez p o d rá aplicar todas o algunas de las medidas siguientes:
1. Clausura de sus locales o establecim ientos, con carácter tem poral o definitivo.
La clausura tem poral no excederá de cinco años.
2. D isolución de la sociedad, asociación, fundación, cooperativa o comité.
3. Suspensión de las actividades de la sociedad, asociación, fundación, coopera
tiva o com ité p o r un p la zo no m ayor de dos años.
4. Prohibición a la sociedad, fundación, asociación, cooperativa o com ité de rea
lizar en el futuro actividades, de la clase de aquellas en cuyo ejercicio se haya
cometido, favorecido o encubierto el delito.
La prohibición p o d rá tener carácter tem poral o definitiva. L a prohibición tem
p o ra l no será m ayor de cinco años.
Cuando alguna de estas medidas fu e ra aplicada, el Juez ordenará a la autoridad
com petente que disponga la intervención de la perso n a ju ríd ica p a ra salvaguardar
los derechos de los trabajadores.
593
A rt. 105 L ibro primero / Parte general
DOCTRINA
Sumario: Naturaleza jurídica de las consecuencias accesorias / Medidas aplicables a las personas
jurídicas.
594
C onsecuencias accesorias A rt. 105
_I)_0354
_ _ _ Medidas aplicables a las personas jurídicas: CASTILLO ALVA, J. L.
(2001). Las consecuencias jurídico-económicas del delito. Lima: Idemsa, p. 291. “No es
indispensable que para que se impongan las medidas contra las personas jurídicas que el
delito se cometa solo en ejercicio de su actividad. También se pueden aplicar cuando la
organización de las personas jurídicas se emplea para favorecer o encubrir delitos de ter
ceros. Se puede afirmar sin ningún inconveniente que mientras la comisión de un delito
en el ejercicio de la actividad de la persona jurídica es un caso de imputación directa; el
favorecer o encubrir un hecho constituye un caso de imputación accesoria o indirecta, de
menor disvalor jurídico, y que es portadora además de un menor merecimiento y necesidad
de pena, al menos desde un punto de vista abstracto. No interesa si toda o solo una parte
de la organización de la persona jurídica se dedica a favorecer o encubrir el delito. La ley
solo requiere el empleo de la organización con dichos fines. Asimismo, resulta completa
mente indiferente si el favorecimiento o encubrimiento del delito es la actividad principal
de la empresa o si solo se ha producido ocasionalmente. Sin duda, este último extremo ha
de influir en la magnitud del injusto realizado, junto a la misma gravedad del delito favo
recido o encubierto, y tendrá repercusiones en la clase y calidad de medida a imponer”.
JURISPRUDENCIA
ACUERDO PLENARIO
J 0759 P erson as ju ríd ica s y consecuencias accesorias: “F. J. 11. Si bien subsiste un
delineado debate en la doctrina nacional sobre el concepto y la naturaleza que
595
A rt. 105 L ibro primero / Parte general
596
C onsecuencias accesorias A rt. 105
del delito. C. Que se haya condenado penalmente al autor, físico y específico, del delito.
Ahora bien, en dicha norma coexisten cuatro clases de consecuencias accesorias que el
juez penal puede imponer a una persona jurídica. Cada una de las cuales tiene distinta
configuración y efectividad. Resulta, por tanto, necesario identificar, seguidamente, sus
principales características y funciones. F. J. 15. Las consecuencias jurídicas previstas en
el citado artículo 105 CP, tienen las siguientes características y funciones: A. El inciso 1)
dispone la clausura temporal o definitiva de locales o establecimientos. Es decir, regula
sanciones que afectan el funcionamiento de los ambientes físicos e inmuebles en los cua
les la persona jurídica realiza sus actividades organizacionales y operativas. Cuando la
clausura sea temporal no puede durar más de cinco años. Es importante precisar que para
que proceda esta medida el local o establecimiento tiene que haber servido para la comi
sión, favorecimiento, facilitación o encubrimiento del delito [Castillo Alva, José Luis.
Las consecuencias jurídico-económicas del delito. Editorial Idemsa, Lima, 2001, pp. 310
y 311], B. El inciso 2) considera la disolución de la persona jurídica. Es la sanción más
grave que se podría imponer a un ente colectivo [Hurtado Pozo, José. “Personas jurídicas
y responsabilidad penal”. En: Anuario de Derecho Penal. 1996, Responsabilidad penal de
las personas jurídicas, p. 148. Zúñiga Rodríguez, Laura: Obra citada, pp, 488/499], Por
tanto, la disolución debe de quedar reservada, entre otros casos, para aquellos donde la
propia constitución, existencia y operatividad de la persona jurídica, la conectan siempre
con hechos punibles, situación que generalmente ocurre con las denominadas personas
jurídicas de fachada o de papel. En estas empíricamente se ha detectado no un defecto de
organización sino un evidente defecto de origen de la organización. Pero, también, cabe
disponer la disolución de la persona jurídica, en supuestos donde se identifique una alta
probabilidad de que aquella vuelva a involucrarse en delitos o peligrosidad objetiva de la
persona moral. C. El inciso 3) regula la suspensión de actividades de la persona jurídica,
Esta sanción solo puede ser impuesta con carácter temporal y sin exceder a dos años. La
suspensión de actividades puede ser total o parcial. Sin embargo, ella, en su opción par
cial, deberá recaer solamente sobre aquellas actividades estratégicas u operativas especí
ficas que se relacionaron con el delito cometido o con su modus operandi y efectos
[Espinoza Goyena, Julio César: “La persona jurídica en el nuevo proceso penal”. En: El
nuevo proceso penal. Estudios fundamentales. Editorial Palestra, Lima, 2005, p. 329], La
suspensión total deberá justificarse por la absoluta naturaleza ilícita del quehacer ejercido
por la persona jurídica. D. Por último, el inciso 4) contiene la prohibición de realizar acti
vidades futuras de aquellas que involucraron a la persona jurídica con la comisión, favo
recimiento o encubrimiento de un hecho punible. Esta modalidad de consecuencia acce
soria puede ser temporal o definitiva. En el primer caso la prohibición no puede extenderse
más allá de cinco años. Con esta sanción se afecta la operatividad posterior al delito del
ente colectivo. Tiene, pues, un claro sentido de inhabilitación para su desempeño futuro.
No obstante, el alcance de esta sanción es limitado y especial, pues no puede extenderse
hacia otras actividades no vinculadas con el delito. F. J . 16. En el artículo 105 CP no exis
ten reglas de determinación que orienten la aplicación judicial, así como la justificación
interna o externa de las decisiones jurisdiccionales que impongan las distintas consecuen
cias accesorias que dicha norma contempla. No obstante, esta limitación normativa puede
ser superada, de modo transitorio, recurriendo a la implementación judicial de los crite
rios adoptados, para tal efecto, por el artículo 110 del Anteproyecto de Reforma de la
597
A rt. 105 L ibro primero /Parte general
Parte General del Código Penal de la Comisión Especial Revisora creada por Ley número
29153 [Véase: Congreso de la República: Anteproyecto de Ley de Reforma del Código
Penal, J y O, Lima, 2009], en tanto en cuanto sus postulados en modo alguno son impli
cantes con los establecidos por el vigente CP y constituyen reglas de desarrollo plenamente
derivadas desde los principios de lesividad, proporcionalidad y prevención incorporados
positivamente en el Título Preliminar del Código Penal. Por tanto, corresponde utilizarlos
en todo proceso de determinación judicial, cualitativa y cuantitativa, de las consecuencias
accesorias que deban imponerse en un caso concreto. Tales criterios son los siguientes: A.
Prevenir la continuidad de la utilización de la persona jurídica en actividades delictivas. B.
La modalidad y la motivación de la utilización de la persona jurídica en el hecho punible.
C. La gravedad del hecho punible realizado. D. La extensión del daño o peligro causado.
E. El beneficio económico obtenido con el delito. R La reparación espontánea de las con
secuencias dañosas del hecho punible. G. La finalidad real de la organización, actividades,
recursos o establecimientos de la persona jurídica. H. La disolución de la persona jurídica
se aplicará siempre que resulte evidente que ella fue constituida y operó solo para favore
cer, facilitar o encubrir actividades delictivas. F. J. 17. Es pertinente destacar que por su
naturaleza sancionadora, las consecuencias accesorias imponen que su aplicación judicial
observe, también, con justificada racionalidad, las exigencias generales que derivan del
principio de proporcionalidad concreta o de prohibición del exceso. En tal sentido, el
órgano jurisdiccional deberá evaluar en cada caso la necesidad especial de aplicar una con
secuencia accesoria en los niveles de equidad cualitativa y cuantitativa que correspondan
estrictamente a las circunstancias del suceso sub júdice y según los criterios de determina
ción anteriormente detallados. Ello implica, pues, que excepcionalmente, el juez puede
decidir omitir la aplicación de tales sanciones a una persona jurídica cuando lo intrascen
dente del nivel de intervención e involucramiento del ente colectivo en el hecho punible o
en su facilitación o encubrimiento, hagan notoriamente desproporcionada su imposición.
Por lo demás, cabe recordar que estas opciones jurisdiccionales no son ajenas a nuestra
legislación vigente y se expresan normativamente en el sentido y función del artículo 68
del Código Penal, al tratar de la exención de pena. No obstante, es de demandar siempre
que esta clase de decisiones sean consecuencia de un riguroso análisis fáctico y normativo,
y que ellas sean motivadas de manera específica y suficiente. F. J. 18. En el artículo 105
CP también se incluyen salvaguardas a favor de los derechos de terceros: trabajadores y
acreedores, los que pudieran resultar afectados con la imposición de consecuencias acce
sorias a la persona jurídica. Por consiguiente, el juez está autorizado por dicha norma para
disponer, ante la autoridad competente, la intervención del ente colectivo sancionado hasta
por dos años. Con esta medida se procura controlar o paliar los efectos transpersonales
que, necesariamente, producirán la aplicación de una o más consecuencias accesorias,
sobre el patrimonio o la estabilidad laboral de personas ajenas al quehacer ilegal de la per
sona jurídica o de sus órganos de gestión. Sin embargo, esta posibilidad de promover la in
tervención, por su propia naturaleza y operatividad, solo debe utilizarse cuando se impon
gan consecuencias accesorias de efectividad temporal como la clausura de locales o la
suspensión o prohibición de actividades” (Acuerdo Plenario N° 7-2009/CJ-116 sobre
“Personas jurídicas y consecuencias accesorias”, del 13/11/2009, jf. jj. 11, 12, 13, 14, 15,
16, 17, 18, VPleno Jurisdiccional de las Salas Penales Permanente y Transitorias).
598
C onsecuencias accesorias A rt. 105-A
(62) Artículo vigente conform e a la incorporación realizada por la segunda disposición complementaria
m odificatoria de la Ley N° 30077 del 20/08/2013.
599
LIBRO SEGUNDO
PARTE ESPECIAL - DELITOS
TÍTULO I
D E L I T O S C O N T R A L A V ID A ,
E L C U E R P O Y L A SA L U D
C A P ÍT U L O I
H O M IC ID IO
DOCTRINA
Sumario: Bien jurídico / Límites de protección de la vida / Tipo objetivo / Sujeto activo / Sujeto
pasivo / Configuración típica/ Tipo subjetivo / Causas de justificación.
603
A rt. 106 L ibro segundo /Parte especial - delitos
_I)_03«2
_ _ Configuración típica: QUERALT JIMENEZ, J. J. (2002). Derecho Penal
español. Parte especial. Barcelona: Atelier, pp. 5-10. “ac. Acción. “Acá, matar equivale a
privar de la vida a alguien; por lo tanto, puede ser cometido tanto mediante un comporta
miento que suponga una acción positiva como una omisión impropia, es decir, en comi
sión por omisión. Las concretas modalidades que las acciones del homicida puedan reves
tir son, pues, múltiples”.
_I)_«363
_ _ _ Configuración típica: BRAMONT ARIAS, L. A. (1988). Temas de Derecho
Penal. Lima: Sp Editores, p. 35. “La acción consiste en ‘matar a otro’, o sea que el hecho
material se concretiza al privar de la vida a un sujeto. La acción comprende: a) la con
ducta, que podría consistir en un hacer o en un no hacer u omisión [...] b) el resultado, que
consiste en privar de la vida al individuo, un hecho de muerte, [...] puede constituir una
tentativa de homicidio”.
604
Homicidio A rt. 106
I) 0365 Configuración típica: CREUS, C. (1999). Derecho Penal. Parte especial. Tomo
I. 2a reimpresión de la 6a edición. Buenos Aires: Astrea, p. 9. “[...] estamos en presencia de
un delito de resultado, este, es decir, la muerte, debe haber sido causada por la acción del
autor, lo cual ocurre tanto cuando el ataque infligido es, de suyo, normalmente letal (p. ej.,
una herida de bala que atraviesa el corazón), como cuando, sin serlo normalmente, ha resul
tado letal en el caso concreto al unirse con circunstancias que han contribuido a la causa
ción, sin haber interrumpido la secuencia causal entre la acción del agente y el resultado”.
pI» e JURISPRUDENCIA
605
A rt. 106 L ibro segundo / Parte especial - delitos
normativas típicas entre el homicidio simple y el parricidio / Concurso real entre los
delitos de homicidio simple y tentativa de feminicidio (quantum de la pena impuesta).
CORTES SUPERIORES: Imputación objetiva en el delito de homicidio simple.
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0760 Concepto de vida: “F. J . 82. Conforme a lo expuesto en la STC N° 2945-2003-
AA/TC, actualmente, la noción de Estado social y democrático de derecho concreta los
postulados que tienden a asegurar el mínimo de posibilidades que toman digna la vida. La
vida, entonces, ya no puede entenderse tan solo como un límite al ejercicio del poder, sino
fundamentalmente como un objetivo que guía la actuación positiva del Estado, el cual
ahora se compromete a cumplir el encargo social de garantizar, entre otros, el derecho a la
vida y a la seguridad. F. J. 83. Nuestra Constitución Política de 1993 ha determinado que
la defensa de la persona humana y el respeto a su dignidad son el fin supremo de la socie
dad y del Estado; la persona está consagrada como un valor superior, y el Estado está obli
gado a protegerla. El cumplimiento de este valor supremo supone la vigencia irrestricta
del derecho a la vida, pues este derecho constituye su proyección; resulta el de mayor
connotación y se erige en el presupuesto ontológico para el goce de los demás derechos,
ya que el ejercicio de cualquier derecho, prerrogativa, facultad o poder no tiene sentido
o deviene inútil ante la inexistencia de vida física de un titular al cual puedan serle reco
nocidos tales derechos” (STCExp. N° 1535-2006-PA/TC-Junín, caso: Empresa de Trans
portes Turismo Imperial S.A., del 31/01/2008, ff. jj. 82 y 83).
CORTE SUPREMA
J 0762 Elementos típicos del delito de homicidio simple: “El agraviado fue intercep
tado por el encausado, quien empleando un arma corto punzante le produjo una herida
606
H omicidio A rt. 106
cortante sobre la columna dorsal superior y otras lesiones en diferentes partes del cuerpo
producidas con objeto contundente, a ñn de quitarle la vida; resultando que si bien ha
quedado acreditado que el agente se condujo con animus necandi, no concurre ninguno
de los presupuestos de agravación de la conducta, de allí que el hecho se encuadre dentro
de los alcances del artículo 106 del Código Penal” (Ejecutoria Suprema del 21/06/2000,
R, N. N° 1094-2000-Arequipa. En: URQUIZO OLAECHEA, J. (Asesor); CASTILLO
ALVA, J. L. (Director) y SALAZAR SÁNCHEZ, N. (Coordinador) (2005). Jurisprudencia
penal. Jurista, Lima, p. 340).
J 0764 Diferencias entre los delitos de homicidio simple y asesinato para ocultar otro
delito: “Luego de la instrucción, los debates orales y la deliberación queda establecido
que los hechos materia de proceso configuran el delito de homicidio simple, previsto en
el artículo 106 del Código Penal y no el delito de homicidio calificado para ocultar otro
delito, previsto en el inciso 2 del artículo 108 del Código Penal, puesto que el día de los
hechos, siendo las dos y cuarenta de la madrugada, aproximadamente, el acusado asestó
al agraviado un golpe, con una piedra en la cabeza, ocasionándole la muerte, al haber
ocasionado la volcadura de su vehículo, en circunstancias que retomaba a la ciudad del
Cusco, luego de haber estado libando licor; es así, que teniendo en cuenta la forma, modo
y circunstancias como se han producido los hechos, de ninguna manera cabe invocar la
concurrencia de las circunstancias agravantes de ocultar otro delito, toda vez que no exis
ten pruebas contundentes que conlleven determinar que el agraviado haya cometido dos
acciones delictivas distintas, siendo la primera la de robo y luego el homicidio para ocul
tar el anterior ilícito. Por tanto, al no haberse acreditado que el agraviado llevaba consigo
dinero, que haya sido planificado el suceso por el encausado, por cuanto se conocieron
de manera circunstancial al solicitarle servicio de taxi. En consecuencia, corresponde a
esta Suprema Sala adecuar correctamente la conducta incriminada dentro del tipo penal,
invocando para tal efecto el principio de determinación alternativa” (Ejecutoria Suprema
del 11/06/2001, R. N. N° 1867-2001-Ccmchis / Sicuani. En: PÉREZ ARROYO, M. (2006).
La evolución de la jurisprudencia en el Perú (2001-2005). Tomo II. Iuris Consulti - San
Marcos, Lima, p. 813).
J 0765 Diferencias normativas típicas entre los delitos de homicidio simple y asesi
nato con alevosía: “Ha quedado establecido que los hechos materia del proceso configu
ran el delito de homicidio simple y no el delito de homicidio calificado con gran crueldad
o alevosía, puesto que ocurrieron en circunstancias que se suscitaba un pugilato, donde el
procesado armado de un cuchillo le infiere una herida punzo penetrante y cortante en el
tórax al agraviado, ocasionándole graves lesiones, las mismas que originan su muerte ese
607
A rt. 106 L ibro segundo / Parte especial - delitos
mismo día; es así que, teniendo en cuenta la forma, modo y circunstancias como se han
producido los hechos, las lesiones traumáticas descritas en el protocolo de necropsia, de
ninguna manera cabe invocar la concurrencia de la circunstancia agravante de alevosía,
toda vez que para que concurra ello se requiere que la agresión ha de hacerse de tal forma
que elimine las posibilidades de defensa del agredido, lo que lleva como consecuencia
inseparable la inexistencia de riesgo para el atacante, que pudiera proceder del comporta
miento defensivo de la víctima; presupuestos estos que no concurren en autos, ya que los
hechos se producen a consecuencia de una pelea” (Ejecutoria Suprema del 13/05/2002,
R. N. N ° 740-2002-Lima. En: PÉREZ ARROYO, M. (2006). La evolución de la jurispru
dencia en el Perú (2001-2005). Tomo II. Iuris Consulti - San Marcos, Lima, p. 817).
J 0766 Diferencias normativas típicas entre homicidio simple y parricidio: “Que del
estudio de los actuados, los mismos que se han llevado de acuerdo a los principios que
informan el debido proceso, se desprende que en autos ha quedado suficientemente acre
ditada la responsabilidad penal del encausado, quien es convicto y confeso en el delito
de homicidio simple; en efecto, teniendo en cuenta la forma, modo y circunstancias en
que se han desarrollado los hechos, se concluye que se ha configurado el delito de homi
cidio simple y no de parricidio, ya que dicho ilícito penal solo puede ser atribuido a los
convivientes, cuando el sujeto activo hace vida en común con su víctima; sin embargo,
fluye, con toda claridad, que en el momento en que se produjo la muerte de la agraviada,
se encontraba separada de hecho del encausado y residía en otro inmueble; y estando a
que durante el juzgamiento no se ha determinado la concurrencia de alguna de las agra
vantes a que se refiere el artículo 108 del Código Penal, el superior colegiado ha discer
nido eficientemente para establecer la naturaleza de los hechos cometidos, la calificación
de ilícito y la sanción que corresponde” (Cfr. Ejecutoria Suprema del 30/10/2002, R. N.
N ° 2748-2002-Cajamarca. En: PÉREZ ARROYO, M. (2006). La evolución de la jurispru
dencia en el Perú (2001-2005). Tomo II. Inris Consulti - San Marcos, Lima, p. 820).
J 0767 Concurso real entre los delitos de homicidio simple y tentativa de feminicidio
(quantum de la pena impuesta): “F. J . 4. Que el tribunal superior impuso doce años de
pena privativa de libertad, al considerar que el encausado ejecutó un solo comportamiento
subsumible en los tipos penales de tentativa de feminicidio y homicidio simple, lo que a
su juicio permite calificar el delito como concurso ideal, conforme con lo previsto en el
artículo cuarenta y ocho del Código Penal, aunado a las circunstancias que rodearon el
hecho -como el estado de ebriedad del encausado-, la aceptación de los cargos al inicio
de los debates orales, que dio origen a la conclusión anticipada del juzgamiento y el grado
de tentativa respecto al delito de feminicidio, que por ser el tipo penal que tiene la pena
más grave fue tomado como parámetro a partir del cual se determinó la referida sanción
punitiva. F. J . 5. Que, sin embargo, el análisis de ponderación de pena realizado por el
Colegiado Superior no resulta adecuado, pues en el accionar desplegado por el encausado
operó un concurso real de delitos -conforme bien lo advirtió el fiscal superior en la acu
sación escrita de fojas doscientos noventa y ocho-. En efecto, el día de los hechos, el acu
sado Javier Cabrera Huamaní tuvo la determinación criminal de atentar primero contra la
vida de su exconviviente Tomasa Marlene Balderrama Serrano, a quien no logró matar, y
608
H omicidio A rt. 106
luego procedió a victimar a la madre de esta, Celsa Serrano Huamanñahui, cuando intentó
salir en su defensa. Por tanto, no fue una sola acción, como lo sostiene la Sala Superior,
sino que se trata de acciones y voluntades independientes o autónomas, las cuales única
mente coincidieron en un mismo contexto criminal. F. J. 6. Que, en este contexto, corres
ponde reformular el quantum de la pena, a partir de la sumatoria de estas, en virtud al con
curso real de los delitos de homicidio simple y tentativa de feminicidio, con atención al
marco punitivo previsto para cada uno de los citados tipos penales: no menor de seis ni
mayor de veinte años, en el caso del hecho cometido en perjuicio de Celsa Serrano Hua
manñahui, y no menor de quince años, en el caso del atentado contra la vida de Tomasa
Marlene Balderrama Serrano, concordante con el artículo dieciséis, pues el hecho no
llegó a consumarse. Así, la pena concreta que corresponde por el primer delito es de trece
años y, por el segundo ilícito, diez años de pena privativa de libertad, sanciones punitivas
que hacen un total de veintitrés años. Que sobre la base de la citada pena concreta, corres
ponde efectuar la reducción de la séptima parte por conclusión anticipada de los deba
tes orales, correspondiéndole la pena de veinte años de pena privativa de libertad” (R. N.
N° 288-2013-Apitrímac, del 02/05/2013, ff. jj.4, 5 y 6, Sala Penal Permanente).
CORTES SUPERIORES
J 0768 Im pu tación objetiva en el delito de h om icidio sim p le: “Que, respecto al delito
de homicidio simple, se hace menester mencionar en principio que el bien jurídico pro
tegido es la vida humana independiente, desde que comienza hasta que se extingue. Así
también es preciso señalar que la conducta típica consiste en matar a otro, es decir cau
sar la muerte de otra persona, o dicho de otro modo en quitarle la vida a otro ser humano;
entendiéndose —ya que el tipo penal no hace referencia a la forma de aniquilar la vida
de otro- que su perpetración puede realizarse por acción u omisión. Es importante tener
en cuenta que para calificar el delito de homicidio simple resulta irrelevante determinar
la modalidad empleada por el agente así como los medios utilizados (revolver, cuchillo,
golpe de puño, etcétera) para consumar el hecho punible, teniendo cabida por tanto todos
los actos dirigidos por la conciencia del autor para la producción del resultado muerte.
El delito de homicidio simple es un tipo de injusto que no especifica el modo, forma, ni
circunstancia de ejecución, limitándose a exigir la producción de un resultado -en este
caso la muerte- sin indicar cómo o de qué manera debe arribarse a dicho resultado; lo
único que se exige es la idoneidad del medio utilizado para originar el resultado dañoso.
Sin embargo, ello no implica que en materia penal, tales formas, circunstancias y medios
empleados resulten irrelevantes, toda vez que estos devienen en importantes al momento
de graduarse la pena a imponerse al homicida por la autoridad jurisdiccional competente.
Es preciso mencionar también que según la moderna doctrina penal, para que el compor
tamiento del autor cumpla el tipo se requiere no solo el nexo de causalidad, sino, ade
más que dicha conducta sea imputable jurídicamente a una persona; lo que conlleva a
considerar que el nexo de causalidad entre el resultado de muerte y la acción u omisión
no es suficiente para considerar a una conducta como típica. En efecto, se requiere ade
más la relevancia del nexo causal que permita comprobar que ese resultado puede ser
objetivamente imputado al comportamiento del autor. En este extremo, entra a tallar la
609
A rt. 107 L ibro segundo /Parte especial - delitos
moderna teoría de la imputación objetiva para resolver los problemas que eventualmente
pueden presentarse para el juzgador en un caso concreto. Esta teoría sostiene que para
atribuir o imputar responsabilidad penal a un sujeto se requiere que su acción u omisión
haya creado un riesgo no permitido jurídicamente, o aumentado un riesgo jurídico y nor
malmente permitido, trayendo como consecuencia el resultado letal. De acuerdo con lo
expuesto, para que el resultado muerte sea imputado a un sujeto, se requiere en princi
pio, comprobar la existencia de un nexo causal efectivo entre la acción desplegada y el
resultado producido; luego de lo cual -comprobada la causalidad- se tendrá que anali
zar si es posible imputar objetivamente al sujeto el resultado producido, ‘[...] para ello
se emplean tres criterios generales de imputación: 1) que la conducta del sujeto cree un
riesgo desaprobado, o lo que es lo mismo, no se encuentre dentro de los alcances del
riesgo permitido, 2) que el resultado sea la materialización del riesgo prohibido creado
por el sujeto con su comportamiento y, 3) que el resultado causado esté comprendido den
tro del alcance del tipo, por ser precisamente, la materialización del peligro generado por
el comportamiento que el tipo quiere prohibir’ Finalmente es preciso señalar que el tipo
requiere como elemento subjetivo el dolo, no existiendo discrepancia en la doctrina res
pecto a que este delito se pueda cometer mediante las tres modalidades de dolo, esto es:
directo o de primer grado, indirecto o de segundo grado y dolo eventual” (Exp. N° 18707-
2011-Lima, del 02/05/2012, f. j. 5, Corte Superior de Justicia de Lima).
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 107.- El que, a sabiendas, mata a su ascendiente, descendiente, natu
ral o adoptivo, o a su cónyuge o concubino, será reprimido con pena privativa
de libertad no menor de quince años.
(63) A rtículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 de la L ey N° 30068 del 18/07/2013.
(64) Párrafo vigente conform e a la incorporación realizada por el artículo 1 de laL ey N " 30323 del 07/05/2015.
610
H omicidio A rt . 107
DOCTRINA
Sumario: Desvalor juridico-penal del vínculo sanguíneo o legal / Imputación objetiva / Configu
ración típica / Tipo subjetivo.
611
A rt. 107 L ibro segundo /Parte especial - delitos
_I)_H3"4
_ _ _ Tipo subjetivo: BRAMONT ARIAS, L. A. (1988). Temas de Derecho Penal.
Lima: Sp Editores, pp. 40-4. “El parricidio exige, como elemento subjetivo del tipo, que
el autor mate ‘a sabiendas’ de que la víctima es su ascendiente, descendiente o cónyuge,
o sea que el autor sepa, conozca asertivamente el vínculo. El agravamiento reside en la
clara conciencia que tiene el autor de violarlo [...] El error de hecho accidental o inesen
cial no tiene relevancia para destruir el delito, ya sea por aberratio idus, aberratio in per-
sonam o aberratio delictr, pero tratándose de la hipótesis en que el elemento subjetivo del
tipo (‘a sabiendas’) va dirigido a privar de la vida al ascendente, descendente o cónyuge,
612
H omicidio A rt. 107
■HU JURISPRUDENCIA
CORTE SUPREMA
J 0769 Juicio de tipicidad en el delito de parricidio : “Que, por otro lado, desde el juicio
de tipicidad se tiene que se han calificado los hechos como delito de parricidio en aten
ción al vínculo convivencial actual entre el imputado y agraviada. Sin embargo, para que
pueda calificarse este vínculo como un supuesto de parricidio se exige cumplir con los
requisitos que recoge el artículo 326 del Código Civil: dos años de convivencia. En el pre
sente caso, por declaración del propio encausado, así como de la madre de la occisa [...],
se deprende que el vínculo convivencial solo tenía un tiempo de tres o cuatro meses, por
lo que el delito debe ser reducido al de homicidio simple. Por la forma y circunstancias
del hecho, la pena impuesta, que está dentro de los párrafos del tipo legal del artículo 106
613
A rt. 107 L ibro segundo / Parte especial - delitos
614
H omicidio A rt. 107
J 0774 Animus necandi en el delito de parricidio : “Que esa conducta se tipificó como
delito de parricidio -en grado de tentativa-, previsto en el artículo 107 del Código Penal;
que el tipo penal exige que el agente del hecho punible evidencie una intención dirigida
contra el sujeto pasivo del delito que tenga como directriz producir su muerte; que dicha
intención homicida tiene que estar presente en la conciencia del agresor -dolo-, pues el
animus necandi es el elemento esencial para determinar el grado de culpabilidad por la
infracción penal, en tanto en cuanto, determinar que el agente ha querido matar a la víc
tima, no obstante ese propósito criminal constituye un presupuesto subjetivo que tendrá
que ser inferido de los elementos objetivos o de hechos anteriores, coetáneos y posterio
res a la comisión del evento delictivo -prueba de indicios-, que se ha establecido en la
jurisprudencia y la doctrina comparada, aquellos supuestos que permiten deducir la inten
ción del sujeto, entre los que se pueden anotar: i) las relaciones entre el autor y la víctima;
ii) la personalidad del agresor; iii) las actitudes o incidencias observadas o acaecidas en
momentos precedentes al hecho, particularmente si mediaron actos provocativos, pruebas
insultantes y amenazas de males; iv) la dirección, el número y la violencia de los golpes;
v) las circunstancias conexas de la acción” (R. N. N° 3013-2011-Lima, del 27/03/2012, f.
j. 3, Sala Penal Transitoria).
J 0776 Mujer que enviaba cartas a su amante pidiéndole que mate a su conviviente
es instigadora y no autora mediata de parricidio: “Que, de la revisión de los actua
dos, se advierte que el título de imputación por el que la sentencia de grado condenó
a la encausada E.P.C. es por el de autora mediata del delito de parricidio; sin embargo,
este no resulta ser acorde al análisis que la institución de la autoría mediata merece, por
cuanto la actuación de la procesada se circunscribió a la redacción de cartas remitidas por
esta encausada a su coprocesado con el objeto de que este desaparezca a su conviviente,
615
A rt. 108 L ibro segundo / Parte especial - delitos
sugiriéndole incluso que aparente un accidente, puesto que ambos coprocesados man
tenían una relación sentimental de ‘amantes’, evidenciándose con ello que el papel que
cumplió la coprocesada fue el de instigadora y no de autora mediata como erróneamente
apreció el colegiado superior. Por lo que en este extremo debe tenérsela en la calificación
jurídica de la procesada como instigadora” (R. N. N ° 2501-2009-Cañete, del 28/01/2010,
f, j. 6, Sala Penal Transitoria).
(65) Artículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 de la L ey N° 30253 del 24/10/2014.
616
Homicidio A rt. 108
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 108.- Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de qidnce
años, el que mata a otro concurriendo cualquiera de las circunstancias siguientes:
1. Por ferocidad o por lucro.
2. Para facilitar u ocultar otro delito.
3. Con gran crueldad, alevosía o veneno.
4. Por fuego, explosión u otro medio capaz de poner en peligro la vida o salud de
otras personas.
- 617
A rt. 1 0 8 L ibro segundo / Parte especial - delitos
DOCTRINA
Sumario: Comentario crítico / Bien jurídico / Tipo objetivo / Sujeto activo / Sujeto pasivo / Con
figuración típica / Modalidades del inciso 1 (por ferocidad) / Modalidades del inciso
1 (codicia) / Modalidades del inciso 1 (lucro) / Modalidades del inciso 1 (por placer)/
Modalidades del inciso 2 (para facilitar otro delito) / Modalidades del inciso 2 (para
ocultar otro delito) / Modalidades del inciso 3 (con gran crueldad) / Modalidades del
inciso 3 (con alevosía) / Modalidades del inciso 4 (por fuego) / Modalidades del inciso
4 (por explosión) / Modalidades del inciso 4 (por cualquier otro medio capaz de poner
en peligro la vida o salud de otras personas).
I) 1)377 Bien jurídico: SERRANO GÓMEZ, A. (2004). Derecho Penal. Parte espe
cial. 9a edición. Madrid: Dykinson, p. 38. “El bien jurídico protegido es el mismo que
en el homicidio, la vida humana independiente. Sujeto activo y pasivo puede serlo cual
quier persona. Por su parte, la acción consiste en dar muerte a una persona concurriendo
al menos una de las circunstancias previstas en el artículo 108”.
618
H omicidio A rt. 108
619
A rt . 108 L ibro segundo /Parte especial - delitos
_I)_H3S4
_ _ _ Modalidades del inciso 1 (por lucro): BRAMONT ARIAS, L. A. (1988).
Temas de Derecho Penal. Lima: Sp Editores, p. 45. “Lucro es negocio, utilidad por nego
cio, califica tanto al mandante como al mandatario por igual. Ambos obtienen una uti
lidad, porque el concepto doctrinal de lucro no tiene significación exclusiva de dinero.
Matar por lucro el que desea la utilidad de desprenderse de su enemigo como quien pacta
para ‘desprenderlo’”.
620
H omicidio A rt. 108
esa muerte le produce una sensación agradable [...]. Mientras el perverso actúa, según
CARRARA, en un impulso feroz, ‘peor que una fiera’, el homicida por placer puede
hacerlo, y lo hará a menudo, con verdadero refinamiento, propio de una mente sádica y
antinatural, pero refinamiento al fin, totalmente opuesto a la idea de lo brusco, y carente
de la característica que trasciende de la palabra brutal”.
_1)_ 0386
_ _ _ Modalidades del inciso 2 (para facilitar otro delito): HURTADO POZO, J.
(1993). Manual de Derecho Penal. Parte especial. Tomo I. Lima: Juris, pp. 35-37. “El
homicidio es el delito-medio cometido por el agente con el propósito de hacer posible la
ejecución de delito-fin [...] Es de considerar, igualmente, que también esta circunstan
cia agravante constituye un elemento subjetivo del tipo legal. Es decir, la realización del
segundo delito debe encontrarse en el espíritu del delincuente como un objetivo o una a
lograr. [...] No es necesario, por tanto, que el delito fin (cualquiera de los estatuidos en las
leyes penales) sea consumado o intentado. [...] Lo que califica es la conexión final no es
la materialización del fin delictivo que mueve al matador, sino el fin en sí mismo, como
pura situación anímica de aquel”.
I) (1388 Modalidades del inciso 2 (para ocultar otro delito): BRAMONT ARIAS,
L. A. (1988). Temas de Derecho Penal. Lima: Sp Editores, p. 47. “La calificación se
aplica cuando el homicidio es perpetrado inmediatamente después de realizado el otro.
Ese otro delito, puede ser culposo. El delito que importa la agravación es materialmente
solo este último. Para la existencia del agravante es necesario la constitución de dicho fin,
aun cuando el medio resulte inidóneo para ocultar el primer delito. La circunstancia, en
efecto, concierne al elemento psíquico y no al elemento material del delito”.
I) I138'i Modalidades del inciso 3 (con gran crueldad): HURTADO POZO, J. (1993).
Manual de Derecho Penal. Parte especial. Tomo I. Lima: Juris, pp. 35-37. “A diferen
cia del resto de las manifestaciones típicas de la figura [...] el ensañamiento no tiene lugar
como preparativo de la consumación sino durante su ejecución misma. O lo que es lo
mismo, la crueldad deliberada”.
_I)_ 03'Ml
_ _ _ Modalidades del inciso 3 (con gran crueldad): BRAMONT ARIAS, L. A.
(1988). Temas de Derecho Penal. Lima: Sp Editores, p. 48. “El homicidio por gran cruel
dad consiste en prolongar premeditadamente los dolores de la víctima, obteniendo, con
ello, el autor del placer morboso, una satisfacción sádica. Se requiere entonces un propó
sito deliberado de aumentar los padecimientos de la víctima”.
621
A rt. 108 L ibro segundo / Parte especial - delitos
_1)0391
_ _ _ _ Modalidades del inciso 3 (con alevosía): HURTADO POZO, J. (1993).
Manual de Derecho Penal. Parte especial. Tomo I. Lima: Juris, pp. 35-37. “La constitu
yen aquellos medios, modos o formas de ejecución del deliro que tiendan directa o espe
cialmente a asegurarla, procurando evitar además el riesgo que pueda suponer la defensa
que ejerciera el ofendido [...] Basta con sacar provecho de la situación en sí”.
i) 0 3 " : Modalidades del inciso 3 (con alevosía): MUÑOZ CONDE, F. (2017). Dere
cho Penal. Parte especial. 21a edición. Valencia: Tirant lo Blanch, pp. 44-45. “La cues
tión de la alevosía es menos discutible en el caso de durmientes, sobre todo cuando esta
situación de sueño ha sido provocada por el sujeto activo, suministrando, por ejemplo,
un narcótico la víctima o esperando a que esta se duerma para matarla. No cabe duda de
que aquí sí se busca y se crea el aseguramiento de la ejecución y se evita toda posibilidad
de defensa. Lo decisivo en la alevosía es, por tanto, el aseguramiento de la ejecución del
hecho y la ausencia del riesgo ante la defensa que pueda hacer el ofendido, de ahí que se
estime siempre alevosa la muerte a traición o por sorpresa [...]”.
1) 0393 Modalidades del inciso 3 (con alevosía): GONZALES RUS, J. J. (1999). En:
Comentarios al Código Penal. Tomo V. Homicidio. Lesiones. Aborto y manipulación
genética. Artículos 138 a 162. COBO DEL ROSAL, M. (Director) Madrid: Edersa, pp.
134-135. “En definitiva, el actuar sobre seguro, sin riesgo, en la ejecución de la muerte
de otro [...] No es preciso que el sujeto realice de propia mano los elementos objetivos
constitutivos de la circunstancia, siendo suficiente con que aproveche los que pueda haber
creado otro o se sirva de las circunstancias que le aseguran la indefensión”.
_I)_ l)3'»5
_ _ _ Modalidades del inciso 3 (con alevosía): GRACIA MARTIN, L. (1997). En:
Comentarios al Código Penal. Parte especial. Tomo I. DIEZ RIPOLLES, J. L. y GRA
CIA MARTÍN, L. (Coordinadores). Valencia: Tirant lo Blanch, pp. 97-98. “El funda
mento de la misma es, como señala CEREZO MIR, ‘la idea del aseguramiento de la eje
cución evitando los riesgos de la posible defensa de la víctima’. Del concepto legal de
alevosía se deduce que es absolutamente imprescindible, para que pueda apreciarse, que
las finalidades de asegurar la ejecución y de evitar los riesgos que puedan proceder de una
622
H omicidio Art . 108
posible defensa de la víctima que vayan unidas. [...] En el delito de asesinato la alevosía
debe ir vinculada necesariamente a la acción de matar y, por tanto, solamente cabrá apre
ciarla si la realza el autor. No obstante, según la opinión dominante, sí será preciso que
él mismo realice de propia mano los elementos objetivos de la circunstancia, Bastará con
que utilice medios, modos o formas de ejecución, que le vengan previamente dados, cons
tituidos y organizados, con los mismos si ya devienen dados. Será posible, por tanto, que
sea otro quien proporcione los medios alevosos y el autor los utilice. [...] Para la aprecia
ción de la alevosía, tanto la jurisprudencia como la doctrina dominante entienden que no
será necesario que el autor haya conseguido realizar objetivamente los fines de la circuns
tancia: el aseguramiento de la ejecución o haber evitado el riesgo de la reacción defensiva
de la víctima, Según la opinión dominante estamos entre una circunstancia de tendencia y
lo mismo que sucede con respecto a los elementos subjetivos en los delitos de tendencia
[...] elemento subjetivo: La finalidad de asegurar la ejecución y de evitar los riesgos pro
cedentes de la posible defensa de la víctima”.
1) 0398 Modalidades del inciso 4 (Por cualquier otro medio capaz de poner en peli
gro la vida o salud de otras personas): BRAMONT ARIAS, L. A. (1988). Temas de
D erecho Penal. Lima: Sp Editores, p. 51. “Para que proceda la agravante debe haber una
relación psíquica entre el medio estragador empleado y el fin perseguido de dar muerte a
alguna persona. Así, incendiar un rancho para matar a los moradores; inundar un campo
para asfixiar a los labradores; descarrilar un ferrocarril para matar a los pasajeros. [...] El
medio empleado debe ser de naturaleza estragadora; el que mata por fuego sin incendio,
por asfixia sin inundación, etc., no incurre en esta agravante, aunque pueda incurrir en la
de gran crueldad”.
tiüS JURISPRUDENCIA
- 623
A rt. 108 L ibro segundo / Parte especial - delitos
del delito de homicidio calificado / Definición del asesinato por ferocidad / Alcances
típicos de la configuración del ilícito en el delito de homicidio por lucro / Asesinato para
cometer otro delito / Descripción normativa de los elementos típicos del delito de ase
sinato para facilitar otro delito / Homicidio calificado para facilitar u ocultar otro delito
/ Contenido y alcances de la alevosía / Descripción fáctica del asesinato realizado con
alevosía / Conceptualización normativa del asesinato que se realiza con ‘gran cruel
dad’ / Descripción fáctica del delito de asesinato con gran crueldad / Significado de los
elementos ‘gran crueldad’ y ‘alevosía’ / Homicidio calificado para ocultar un delito de
violación sexual / La participación del instigador en un homicidio calificado. CORTES
SUPERIORES: Descripción del homicidio calificado con alevosía.
ACUERDO PLENARIO
J 0778 D iferen ciación entre e l h om icidio calificado p a ra fa c ilita r un delito y p a ra
ocu ltar otro delito: “Distinto es el caso del asesinato para facilitar u ocultar otro delito.
Aquí el autor mata con el fin de conseguir un propósito ulterior. En el primer supuesto -
para facilitar otro delito-, el asesinato implica una relación de medio-fin, en que el homi
cidio es el delito-medio cometido por el agente con el propósito de hacer posible la ejecu
ción del delito-fin, siempre doloso; situación muy frecuente, por lo demás, en los delitos
contra el patrimonio. Ahora bien, en el segundo supuesto -para ocultar otro delito-, el
delito previamente cometido o el que está ejecutándose -e l delito a ocultar puede ser
doloso o culposo- es la causa del comportamiento homicida del agente. Ello ocurre, por
ejemplo, cuando el agente es sorprendido en el acto del robo y para evitar su captura,
dispara contra su perseguidor o contra quien trata de impedir su fuga, que conduciría
al descubrimiento o esclarecimiento de su delito [José Hurtado Pozo. Manual de Dere
cho Penal, parte especial I, homicidio, 2a edición, Ediciones Juris, Lima, 1995, páginas
59/69]. En ambos supuestos, pues, el elemento subjetivo del tipo legal es determinante.
En tal sentido, la referencia legal al mundo interno del agente, a la finalidad que persi
gue, es de tal relevancia que será suficiente para la consumación de la conducta típica que
compruebe la presencia de este factor. Por consiguiente, el agente, en la circunstancia o
en el contexto situacional en que interviene ha de valorar la perpetración del homicidio
como vía para garantizar su objetivo ligado siempre a otro delito [José Luis Castillo Alva:
Derecho Penal parte especial. I, Grijley, Lima, 2008, páginas 410/411]” (Acuerdo Ple-
nario N° 3-2009/CJ-116 sobre “Robo con muerte subsecuente y delito de asesinato. Las
lesiones como agravantes en el delito de robo”, del 13/11/2009, f. j. 8, VPleno Jurisdic
cional de las Salas Penales Permanente y Transitorias).
CORTE SUPREMA
J 0779 A cció n típica de las m odalidades d e l delito d e hom icidio calificado: “Que, sin
embargo, de un análisis jurídico-doctrinario del hecho incriminado se aprecia que el tri
bunal de mérito vulneró el principio de legalidad material, pues no realizó una correcta
adecuación de la conducta admitida por el encausado al tipo legal correcto (juicio de
tipicidad y subsunción); que, en efecto, conforme a los hechos declarados probados, por
el modo, forma y circunstancias [en] como ocurrió la muerte del agraviado es de esti
mar que en el caso sub materia no concurre ninguna circunstancia agravada del delito de
homicidio, en tanto no se advierte desde la perspectiva de la hipótesis fiscal y admisión
624
Homicidio A rt. 108
de cargos del encausado que la muerte del agraviado haya ocurrido por ferocidad, en
tanto, el encausado no concluyó con la vida del agraviado sin motivo o móvil aparente
inexplicable o procedió de modo inhumano con la víctima; que tampoco se aprecia que
haya mediado lucro, pues el encausado no tuvo el firme propósito y objetivo de obte
ner un provecho o ganancia patrimonial; que, asimismo, no se insinúa placer en la con
ducta del encausado, es decir, que haya dado muerte al agraviado por el puro placer de
hacerlo -experimente con ella una sensación agradable, un contenido de ánimo o rego
cijo perverso-, que del mismo modo, no se aprecia en el accionar de los encausados
‘gran crueldad’, pues esta consiste en acrecentar deliberada e inhumanamente el sufri
miento de la víctima, causándole un dolor que es innecesario para la consecución de su
muerte, tampoco se aprecia alevosía [...], pues la muerte del agraviado no se produjo a
traición, en tanto el encausado no empleó medios, modos o formas en su ejecución ten
dientes a asegurar la consumación del delito, sin correr riesgo de acciones que procedan
de la defensa que pudiera haber ejercido el agraviado [...]” (R. N. N ° 263-2012-Ucayali,
del 21/05/2012, f. j. 7, Sala Penal Transitoria),
J 0780 D efinición d e l asesinato p o r fero cid a d : “El asesinato por ferocidad significa dar
muerte a una persona a partir de un móvil o motivo tiltil o inhumano. Es una circunstan
cia que pertenece a la esfera de la culpabilidad, en cuanto categoría que alberga la forma
ción de la voluntad del agente, reflejando un ánimo perteneciente al ámbito subjetivo del
agente. Tiene como elemento significativo que el motivo de la muerte es de naturaleza
deleznable -ausencia de objetivo definido- o despreciable -ferocidad brutal en la deter
minación- o el motivo en cuestión no es atendible o significativo. No obstante que la fero
cidad refleja un ánimo perteneciente a la esfera subjetiva del agente (móvil desproporcio
nado, deleznable o bajo), su descubrimiento y probanza han de estar vinculados a patrones
objetivos, debiendo deducirse de las circunstancias externas del acto (la forma en que se
ejecutó el crimen y se produjo la muerte). La determinación de la personalidad o com
portamiento común del autor a través de una pericia psiquiátrica o psicológica, y sus an
tecedentes, constituyen un dato más a tener en cuenta (no el único ni el más importante)”
(Casación N ° 163-2010-Lambayeqiie. En: Gaceta Penal & Procesal Penal. Tomo 68.
Gaceta Jurídica, Lima, 2015, p. 114).
625
A rt. 108 L ibro segundo / Parte especial - delitos
indiferente que se presta por codicia a servir sus deseos criminales; y respecto del man
datario, en la muerte dada sin un fin propio o sea como instrumento de fines ajenos -el
término lucro empleado por nuestro código es más lato que los términos ‘codicia’, ‘pre
cio’, ‘promesa remuneratoria’ que emplean otros códigos-. Por último tenemos que un
hombre puede matar a otro no solo por lucrar con el precio en dinero que le haga el induc
tor; sino también, por obtener una casa, una alhaja, un empleo, etc.; además, de acuerdo
con la doctrina no es preciso que el dinero o la recompensa se hayan entregado; basta la
mera promesa” (R. N. N°1192-2012-Lima, del 19/12/2012,f. j. 4, Sala Penal Transitoria).
J 0782 A sesin ato p a r a com eter otro delito: “Teniendo en cuenta la forma, modo y cir
cunstancias en que se han desarrollado los hechos, se concluye que se ha configurado el
delito de homicidio calificado, en la modalidad de facilitar la comisión de otro delito, ilí
cito que se caracteriza por la muerte de una persona como medio para hacer viable otro
hecho delictuoso; siendo que en el caso de autos el acusado no ha tenido reparos en sacri
ficar la vida humana para satisfacer su afán de posesión económica; coligiéndose así que
el delito fin era el robo” (Ejecutoria Suprema del 03/11/1998, Exp. N° 3551-98-Cusco).
J 0783 D escripción n orm ativa de los elem en tos típicos d el delito d e asesinato p a ra
fa c ilita r otro delito: “El delito de homicidio calificado, en la modalidad de facilitar la
comisión de otro delito, se caracteriza por la muerte de una persona como medio para
hacer viable otro hecho delictuoso. La responsabilidad penal de los coacusados, solo debe
responder por el robo agravado que planificaron con debida antelación, esto es, que no
les alcanza responsabilidad penal por la muerte del agraviado, en razón a que no existió
acuerdo previo para ello, y menos estos prestaron alguna colaboración en la ejecución de
la misma” (R. N. N° 1108-99-Lambayeque, del 28/05/1999, Sala Penal).
J 0784 H om icidio calificado p a ra fa c ilita r u ocu ltar otro delito: “[E]n cuanto al delito
de homicidio calificado en grado de tentativa, se tiene como único cuestionamiento a la
sentencia impugnada, lo señalado por la procesada F.A.N.M., en el sentido de que solo
se tiene como prueba de cargo en su contra la declaración del agraviado, la misma que
no resulta suficiente para establecer su responsabilidad penal. Previamente debe anotarse
que el delito de asesinato, previsto en el artículo 108 del Código Penal, con la agravante
del inciso 2, esto es: ‘para ocultar otro delito’, requiere que el agente dé muerte a una per
sona con la finalidad o propósito de que no se descubra o esclarezca la comisión de otro
delito, también cometido por este. En ese sentido, según la descripción típica señalada, se
advierte un delito precedente, que puede ser de cualquier naturaleza y lesionar o compro
meter cualquier bien jurídico, y otro consecuente, que, en un segundo momento, lesiona
la vida de la víctima, siendo que al momento de perpetrarse esta segunda acción debe
coexistir tanto la decisión de matar como el propósito de dificultar el esclarecimiento
del delito ya cometido. En tal virtud, suele presentarse una especial dificultad a la hora
de determinar el elemento subjetivo; sin embargo, en el presente caso la forma, lugar y
circunstancias en que ocurrieron los hechos, así como los indicios razonables y prueba
concreta que obran en autos dan luces suficientes para evidenciar tal propósito, en aten
ción, principalmente, a que los agentes no tomaron ningún tipo de precaución para prote
ger su identidad durante el tiempo que privaron al agraviado de su libertad, sin importar
les que dado lo prolongado de dicho lapso el agraviado podría reconocerlos con facilidad
626
Homicidio A rt. 108
posteriormente, de lo cual se infiere que tal hecho les resultaba irrelevante, por cuanto
mucho antes de secuestrar al agraviado ya tenían la resolución criminal común de darle
muerte [...]” (R. N. N ° 1625-2011-Lima, del 30/11/2011, f. j . 5.4, Sala P en al Transitoria).
J 0785 C ontenido y alcan ces de la alevosía: “La alevosía requiere que la conducta se
desarrolle en forma insidiosa, es decir, que la agresión ha de hacerse de manera tal que
elimine las posibilidades de defensa del agredido, lo que lleva como consecuencia inse
parable la inexistencia de riesgo que pudiera proceder del comportamiento defensivo de
la víctima; que se puede apreciar, que el acusado había preparado debidamente el enfren
tamiento con el agraviado, habiéndose inclusive proveído de los elementos contunden
tes que podría utilizar ante la eventual reacción de la víctima, a quien haciéndole confiar
a través de un acto de amabilidad le ofreció trasladarlo hasta su domicilio en el vehículo
que conducía habiendo solicitado a su coacusado que lo acompañara, ubicándose este
estratégicamente en la parte posterior del vehículo, detrás del agraviado y reaccionando
en el momento oportuno conforme al plan macabro fríamente ejecutado; motivos por los
cuales, la conducta de dichos sujetos si bien es cruel y bmtal no alcanza, sin embargo, a
reunir los requisitos exigidos para ser considerado un homicidio con gran crueldad; más
bien sí llega a constituir una forma felona de matar, aprovechando el estado de indefen
sión, la condición de adulto mayor de la víctima y el lapso de semiinconsciencia o de ago
nía de la misma, lo que configura la comisión de un delito de homicidio con alevosía”
(Ejecutoria Suprema del 09/10/2003, R. N. N ° 2332-2003-C ono N orte de Lima. En: CAS
TILLO ALVA, J. L. (2006). Jurisprudencia penal. Sentencias de la Corte Suprema de Jus
ticia de la República. Tomo 11. Grijley, Lima, p . 27).
J 0787 C onceptualización norm ativa del asesinato que se realiza con “g ra n cruel
d a d ”: “El matar a la víctima con gran crueldad significa causarle, mediante la intensi
dad o duración de la acción, dolores físicos o psíquicos extraordinarios, que no son los
propios de la acción homicida -incluso torturando o maltratando innecesariamente a la
víctima y saboreando su sufrimiento- demostrando con ello falta de sensibilidad, lo que
constituye a final de cuentas el fundamento de la agravante. La prueba actuada solo revela
que se mató a la víctima con un instrumento punzo- cortante, no siendo determinante a los
efectos de dicha agravante la sola acreditación de varias heridas punzocortantes o cortan
tes inferidas al agraviado. En cuanto a la ferocidad, esta modalidad homicida se encuen
tra en el móvil de la acción, esto es, en su inhumanidad -que no sea consciente o racio
nal- que sea desproporcionado, deleznable o bajo, o que se actúe impulsado por un odio
acérrimo, lo que revela en su autor una personalidad particular con un grado de culpa
bilidad mayor que la del simple homicida” (Ejecutoria Suprema del 09/09/2004, R. N.
N ° 1488-2004-Piura. En: ÁVALOS RODRÍGUEZ, C. y ROBLES BRICEÑO, M. (2005).
627
A rt. 108 L ibro segundo / Parte especial - delitos
J 0788 D escripción fá c tic a d e l delito de asesinato con gran crueldad: “El procesado
actuó con dolo y gran crueldad y no con alevosía, como se señala en la sentencia, al
haber torturado a la agraviada con fuertes golpes de puño y puntapiés en diferentes par
tes del cuerpo y a sabiendas de que se encontraba embarazada de él por tercera vez;
estado de gestación que inevitablemente incrementó el grado de sufrimiento de la víc
tima, al sentir afectado al ser que llevaba en sus entrañas, por una acción consciente del
agresor, quien se aprovechó de las circunstancias de encontrarse solos, lejos de la comu
nidad y en horas de la madrugada, con lo que queda desvirtuado el argumento esbozado
por el procesado en el sentido de que la muerte se produjo de manera accidental al caer
ambos al río como consecuencia de la pelea que sostuvieron, pues de haber sido así, la
causa de la muerte sería el ahogamiento” (Ejecutoria Suprema del 16/07/2004, R. N.
N° 739-2004-Ayacucho. En: CASTILLO ALVA, J. L. (2006). Jurisprudencia penal. Sen
tencias de la Corte Suprema de Justicia de la República. Tomo I. Grijley, Lima, p. 91).
J 0789 Sign ificado de los elem entos “g ra n cru eld a d ” y “a levo sía ”: “La gran crueldad
o alevosía presupone, en el primer extremo, la premeditación en el agente para prolongar
el sufrimiento de la víctima, esto es, la idea de dar muerte y de querer hacerlo de deter
minada manera sin ningún motivo ni móvil aparentemente explicable; y en relación al
extremo de la alevosía, exige, como uno de sus presupuestos, la indefensión de la víctima
producto de la explotación de la relación de confianza existente entre esta y el homicida”
(Ejecutoria Suprema del 24/11/2003, R. N. N° 2420-2003-Piura. En: CASTILLO ALVA,
J. L. (2006). Jurisprudencia penal. Sentencias de la Corte Suprema de Justicia de la Re
pública. Tomo II. Grijley, Lima, p. 19).
J 0790 H om icidio calificado p a ra ocultar un delito de violación sexu al : “Que, desde esa
perspectiva, en autos se aprecia lo siguiente: (i) que el acusado [...] conocía a la víctima y el
día de los hechos la observó cuando llevaba el almuerzo a sus ‘patrones’; (ii) que la esperó,
la interceptó y la ultrajó sexualmente; (iii) que, luego para ocultar esa agresión sexual, la
tomó por la cabeza y la sumergió en el arroyo del lugar hasta causarle la muerte -hipótesis
fáctica contenida en la acusación fiscal [...] aceptada por el agente infractor en el juicio oral
[...]: se sometió a la conclusión anticipada del juicio oral, declarados probados en la senten
cia y que no ha sido cuestionada por ninguno de los sujetos procesales-; que esta conducta
del imputado denota un total desprecio por la integridad física y la vida humana, en cuanto
abusó sexualmente de la víctima sin importarle la afección de su integridad y luego la ahogó
en el agua para ocultar el primer hecho, lo que evidencia una perversidad execrable ani
mada por un designio de placer sexual, sin reparar en la realización de actos mortales” (R. N.
N° 2403-2010-Ayacucho, del 10/03/2011,/. j. 8, Sala Penal Transitoria).
628
H omicidio A rt. 108
dosis de pena privativa de libertad impuesta por el Colegiado Superior resulta adecuada
al injusto cometido y la culpabilidad del agente; que, en ese orden de ideas, este supremo
tribunal comparte la decisión del Colegiado Superior respecto al quantum de la pena
impuesta, pues en el marco de la vulneración a un bien jurídico de la más alta importancia
como la vida y el modo, forma y a las circunstancias en que fue eliminada la agraviada,
aun cuando la corroborada versión policial del encausado P.C.M.A. haya sido reveladora
de la participación criminal de su encausada A.M.L., la pena impuesta resulta proporcio
nal, pues el desvalor de su conducta se aprecia en su magnitud, en tanto hallándose labo
rando para la agraviada y depositando esta su confianza en el mismo -lo hizo partícipe
incluso de los videos en que señala teme por su vida y adelanta responsabilidad en la
encausada A.M.L.—aprovechó tal circunstancia para lograr su cometido, a cambio de una
suma de dinero; que, en el mismo sentido, respecto a la encausada A.M.L, si bien quedó
claro que el grado de intervención en el delito de homicidio es a título de instigación y por
consiguiente, le correspondía la imposición de una pena menor que la del ejecutor mate
rial; sin embargo, apreciamos la presencia de circunstancias que aumentan el grado de
reproche penal en la instigadora, en tanto a través de su poder económico logró que otra
persona diera muerte a la agraviada con quien mantuvo no solo una relación sentimental,
sino también comercial y artística por un lapso aproximado de nueve años, lo que la ubica
dentro de las características de una persona que no tuvo ningún tipo de reparos trente a su
ex pareja convivencial, es decir, con un total desprecio no solo a la vida humana, sino por
un ser amado, todo lo cual intensifica el desvalor de su acción instrumentalizando a otra
persona para ejecutar su plan, es decir, predeterminando a su coencausado para que eje
cute el acto criminal; acto que realizó conforme a su personalidad violenta e impulsiva
como así dan cuenta sus antecedentes por el delito de lesiones, aprovechando su situa
ción económica que le facilitó convencer a una persona cercana a su entorno, esto es,
de confianza, para que concretara su designio criminal, todo lo que permite establecer
una concreta pena que garantice su resocialización social” (R. N. N° 1192-2012-Lima,
del 19/12/2012, f. j. 7.7., Sala Penal Transitoria).
CORTES SUPERIORES
J 0792 D escripción d el homicidio calificado con alevosía: “C.- El artículo 108 del
Código Penal prescribe: ‘Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de quince
años el que mate a otro concurriendo cualquiera de las circunstancias siguientes: [...] 3.-
Con gran crueldad o alevosía’ D.- La característica de la alevosía es el actuar sobre seguro,
esto es sin posibilidad alguna de defensa de la víctima: ‘La alevosía es una circunstancia de
naturaleza mixta en la que concurren tanto elementos objetivos, manifestados en este caso
en el obrar sin riesgo y en el estado de indefensión de la víctima, por un lado, y la voluntad
y conciencia de aprovechar las situaciones objetivas que se presentan por el otro, de acuerdo
a esta posición, la alevosía no puede ser vista solo como una circunstancia objetiva o como
una agravante subjetiva dado que, ningún criterio aislado logra explicar satisfactoriamente
su esencia, por lo que se debe hacer una consideración integral del hecho como se da en el
presente caso, toda vez que los procesados actuaron no solo con conocimiento y voluntad;
sino también, [con] premeditación [...]” (Exp. N°295-2008-Trujillo, del 27/09/2011,/. j. 3,
Juzgado Penal Colegiado de la Corte Superior de Justicia de La Libertad).
629
A rt. 108-A L ibro segundo / Parte especial - delitos
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 108-A {61'>.- El que mata a un miembro de la Policía Nacional, de las Fuerzas
Armadas, a un magistrado del Poder Judicial o del Ministerio Público o aun miem
bro del Tribunal Constitucional o a cualquier autoridad elegida por mandato popu
lar, en el ejercicio de sus funciones o como consecuencia de ellas, será reprimido con
pena privativa de libertad no menor de veinte años.
DOCTRINA
gHíj JURISPRUDENCIA
(66) Artículo vigente conform e a la modificación realizada po r el artículo único del D ecreto Legislativo
N° 1237 del 26/09/2015.
(67) Artículo conform e a la incorporación realizada p o r el artículo 1 de la L ey N° 30054 del 30/06/2013.
630
H omicidio A rt. 108-B
CORTE SUPREMA
J 0793 A sesin ato de efectivo p o lic ia l en e l cum plim iento de su fu n ció n : “Respecto
a este ilícito cabe mencionar que, el dolo del autor, no solo ha de abarcar la calidad
de persona que exige el tipo de homicidio; sino también, que la víctima es aquella que
ejerce las funciones que se enumeran en la tipificación penal en cuestión, en el caso con
creto se trata de un efectivo policial en ejercicio de su función, pues no basta que la víc
tima ostente el cargo público, sino ultimado en el cumplimiento de sus funciones” (R. N.
N ° 1232-2010-Loreto, del 27/04/2011, f. j. 17, Sala Penal Permanente).
---------------- § -----------------
(68) Artículo vigente conforme a la m odificación realizada por el artículo 1 de la L ey N° 30819del 13/07/2018.
631
Art. 108-B L ibro segundo / Parte especial - delitos
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 108-B (69>.- Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de
quince años el que mata a una mujer por su condición de tal, en cualquiera de los
siguientes contextos:
1. Violencia familiar;
2. Coacción, hostigamiento o acoso sexual;
3. Abuso de poder, confianza o de cualquier otra posición o relación que le con
fiera autoridad al agente;
4. Cualquier form a de discriminación contra la mujer, independientemente de que
exista o haya existido una relación conyugal o de convivencia con el agente.
La pena privativa de libertad será no menor de veinticinco años, cuando concurra
cualquiera de las siguientes circunstancias agravantes:
1. Si la víctima era menor de edad;
2. Si la víctima se encontraba en estado de gestación;
3. Si la víctima se encontraba bajo cuidado o responsabilidad del agente;
4. Si la víctima fu e sometida previamente a violación sexual o actos de mutilación;
5. Si al momento de cometerse el delito, la víctima padeciera cualquier tipo de
discapacidad;
6. Si la víctima fu e sometida para fines de trata de personas;
7. Cuando hubiera concurrido cualquiera de las circunstancias agravantes esta
blecidas en el artículo 108.
La pena será de cadena perpetua cuando concurran dos o más circunstancias
agravantes.
E n caso de qu e e l agen te tenga hijos con la víctim a, adem ás será reprim ido con la
p e n a de inhabilitación p re v ista en e l in ciso 5 d el artículo 36.69
(69) Artículo conform e a la incorporación realizada po r el artículo 2 de la Ley N° 30068 del 18/07/2013.
632
H omicidio Art. 108-B
DOCTRINA
633
A rt. 108-B L ibro segundo / Parte especial - delitos
_1)_(1401
_ _ _ El contenido de la “condición de tal” en el feminicidio: YVANCONVICH
VÁSQUEZ, B. S. (2016). “El sujeto activo en el delito de feminicidio”. En: Gaceta Penal
& Procesal Penal. Tomo 89. Lima: Gaceta Jurídica, pp. 137-140. “Hay situaciones que
permiten identificar escenarios de discriminación por razón de género, como lo es el
impedir el acceso a un servicio público o privado sin mayor justificación que el género
de la persona que lo solicite. [...] En primer lugar, es importante la configuración de un
634
H omicidio Art. 108-B
fIIIi jurisprudencia
Sumario: ACUERDO PLENARIO: Alcances típicos del delito de feminicidio. CORTE SU
PREMA: Descripción del sujeto activo y tipos de feminicidio / Homicidio por emoción
violenta vs. delito de feminicidio.
ACUERDO PLENARIO
J 0794 Alcances típicos del delito de feminicidio: “Tipo objetivo: F. J. 32. Sujeto
activo.- El sujeto activo en los delitos comunes tiene una misma presentación en el
Código Penal. En general, el sujeto activo es identificable, por el uso de la locución pro
nominal ‘El que’ y designa a la persona que puede realizar el tipo penal. En los delitos de
homicidio se sigue igualmente el mismo estilo gramatical. Ahora bien, por la descripción
general de las conductas homicidas, no existe duda alguna que con esta locución prono
minal se alude, como sujeto activo, tanto al hombre como a la mujer. Cuando en el Código
Penal se quiere circunscribir la condición de agente a sujetos cualificados o específicos
(delitos especiales), se les menciona expresamente. Es el caso del delito de auto aborto o
de aborto con abuso profesional, en donde los sujetos activos son ‘la mujer’ o ‘el médico’
- 635
A rt. 108-B L ibro segundo /Parte especial - delitos
636
H omicidio Art. 108-B
permanente que tiene toda persona, por el hecho de serlo. El producirle la muerte, inde
pendientemente de que sea varón o mujer, es su negación. La estabilidad de la población
femenina se relaciona con otro delito de lesa humanidad como el genocidio, pero no
puede contundirse con un delito de organización y común como el feminicidio. F. J. 39.
Distinta es la configuración del bien jurídico en este delito, cuando se revisan las circuns
tancias agravantes que concurren en su comisión. En estos casos, se puede verificar que,
por el modo de comisión, las conductas previas a la muerte o la condición misma de la
víctima, concurren otros intereses jurídicos adicionales o independientes que deben
considerarse. En el caso de que la víctima se haya encontrado gestando, se protege
también la vida del feto que también es suprimida. En el caso que la víctima haya sido
violada o mutilada previamente, se vulnera también la libertad (indemnidad) sexual y la
integridad física, respectivamente. Si el sometimiento contextual a la conducta feminicida
se realizó con fines de trata de seres humanos o cualquier forma de explotación, se pro
tege también la libertad personal. Si la conducta feminicida se realiza a sabiendas de la
presencia de los hijos de la víctima o de niños que estén al cuidado del feminicida, se pro
tege la integridad sicológica de dichas personas. En resumen, en estos casos si se puede
sostener que el delito de feminicidio agravado es pluriofensivo. F. J. 40. Comporta
miento típico.- La conducta típica del sujeto activo varón es la de matar a una mujer por
su condición de tal. Al igual que en todos los tipos penales de homicidio, la conducta del
sujeto activo es descrita con la locución ‘El que mata’, en el contexto de un Derecho
Penal de acto, el feminicidio debe implicar una actividad homicida del agente que pro
duzca la muerte del sujeto pasivo mujer. Desde esta perspectiva, el feminicidio es también
un delito de resultado. F. J. 41. La muerte puede producirse por acción o por comisión por
omisión. Estas dos formas de comportamiento típico están sujetas a las mismas exigen
cias que rigen el comportamiento humano. Tratándose de un feminicidio por acción, debe
existir un mínimo control de la voluntad, para que se entienda que la muerte se ha produ
cido por un individuo que actuaba. Si se trata de un feminicidio por comisión por omi
sión, el sujeto activo o, mejor dicho, el omitente no impidió la producción de la muerte de
la mujer, habiendo tenido el deber jurídico de impedirlo o si hubiera creado un peligro
inminente que haya sido idóneo para producirlo (posición de garante). En este caso, la
omisión del hombre corresponde a la realización activa del feminicidio (juicio de equiva
lencia). F. J. 42. Medios.- Los medios que se pueden utilizar para matar son diversos. En
los tipos penales de homicidio no se hace mención expresa a los medios para la perpetra
ción del homicidio, salvo en el asesinato donde el uso de determinados medios, califica la
conducta (fuego, explosión o cualquier otro medio capaz de poner en peligro la vida o la
salud de otras personas). Lo mismo ocurre en el feminicidio; cualquier medio idóneo para
matar es relevante típicamente. Pueden usarse medios directos o inmediatos (puño, pies,
cuchillo, arma de fuego), o indirectos o mediatos (veneno, pastillas). Del mismo modo se
acepta que se puede matar con medios materiales o físicos, o por medios psicológicos.
F. J. 43. La muerte producida por medios psicológicos es de especial importancia en el
delito de feminicidio. No es que este medio sea utilizado o invocado con frecuencia, en el
ámbito judicial, sino porque en el contexto en el que se producen las conductas feminici-
das, pueden hacer pensar que la muerte de la víctima sea un proceso acumulativo de ten
siones, degradación psicológica, o estrés, o la conducta de hostigamiento, acoso, o coac
ción pueda desembocar en un ataque cardiaco o en un derrame cerebral. Será ciertamente
637
Art. 108-B L ibro segundo / Parte especial - delitos
una ardua cuestión probatoria el determinar que la presión psicológica produjo la muerte
de la mujer. Dependerá de criterios objetivos como la idoneidad del medio psicológico
empleado (coacción, acoso, hostigamiento), la vulnerabilidad general de la mujer (menor
de edad o adulta mayor), la vulnerabilidad especial de esta (depresiva, hipertensa), la
intensidad y frecuencia dé la violencia psicológica. Los medios probatorios relevantes
serán las pericias médicas, psicológicas y psiquiátricas, pero también los testimonios que
den cuenta de la sistematicidad y características de la agresión. La evaluación que haga el
juez debe realizarla en el contexto de los criterios de imputación objetiva. F. J. 44. Cau
salidad e imputación objetiva.- El nexo causal es un elemento indispensable en los de
litos de resultado, como el feminicidio. La imputación objetiva se construye además
sobre la base de la causalidad. En este sentido, en el feminicidio, como en cualquier otra
conducta homicida debe establecerse que hay una vinculación entre la conducta del sujeto
activo -hombre- y la muerte de la mujer. Los jueces deberán establecer conforme a las
máximas de la experiencia y los conocimientos que aporta la ciencia, en el estado en el
que se encuentre, los que determinarán si la muerte de la mujer es una consecuencia de la
conducta del sujeto activo. No se trata de atribuir calidad de causa a cualquier condición
presente en el resultado. Solo de considerar la que sea especialmente relevante para tener
la condición de causa. F. J. 45. Luego de establecida la base causal, ello no genera auto
máticamente una imputación objetiva del resultado, pues la causa, en sentido natural, no
coincide con la imputación, en sentido atribución del resultado muerte de la mujer, como
obra del hombre. Al respecto se dice que ‘un hecho solo puede ser imputado a una per
sona si la conducta ha creado un peligro para el bien jurídico no cubierto para el riesgo
permitido, y dicho peligro se ha realizado en el resultado dentro del alcance del tipo’ Por
tanto, si la conducta del hombre no genera peligro alguno a la vida de la mujer, o el peli
gro no produce la muerte de esta o el resultado es distinto a la muerte, prohibición por la
norma penal subyacente al tipo penal de feminicidio, no podría colegirse la imputación
objetiva, en el caso concreto. Tipo subjetivo. F. J. 46. El feminicidio es un delito doloso.
En el contexto presente, el dolo consiste en el conocimiento actual que la conducta des
plegada por el sujeto activo era idónea para producir la muerte de la mujer, produciendo
un riesgo relevante en la vida de esta y se concretó en su muerte. No se trata de un cono
cimiento certero de que producirá el resultado muerte. Es suficiente que el agente se haya
representado, como probable, el resultado. Por ende, el feminicidio puede ser cometido
por dolo directo o dolo eventual. F. J. 47. Ahora bien, la prueba del dolo en el feminicidio,
para distinguirlo de las lesiones (leves o graves), de las vías de hecho o incluso de lesio
nes con subsecuente muerte, es una labor compleja. Hurgar en la mente del sujeto activo,
los alcances de su plan criminal, es una tarea inconducente. Ha de recurrirse a indicios
objetivos para dilucidar la verdadera intencionalidad del sujeto activo. Deben considerarse
como criterios, por ejemplo, la intensidad del ataque, el medio empleado, la vulnerabili
dad de la víctima, el lugar en donde se produjo las lesiones, indicios de móvil, el tiempo
que medió entre el ataque a la mujer y su muerte. F. J. 48. Pero, el legislador al pretender
dotar de contenido material, el delito de feminicidio y, con ello, convertirlo en un tipo
penal autónomo, introdujo un elemento subjetivo distinto al dolo. Para que la conducta
del hombre sea feminicidio no basta con que haya conocido los elementos del tipo obje
tivo (condición de mujer, idoneidad lesiva de la conducta, probabilidad de la muerte de la
mujer, creación directa de un riesgo al bien jurídico); sino que además, haya dado muerte
638
H omicidio Art. 108-B
a la mujer ‘por su condición de tal’ Para la configuración del tipo penal al conocimiento
de los elementos del tipo objetivo, se le agrega un móvil: el agente la mata motivado por
el hecho de ser mujer. El feminicidio deviene así en un delito de tendencia interna tras
cendente. F. J. 49. Se advierte que con el propósito de darle especificidad al feminicidio,
de poner en relieve esa actitud de minusvaloración, desprecio, discriminación por parte
del hombre hacia la mujer, se ha creado este tipo penal. La función político criminal de
los elementos subjetivos del tipo es la de restringir su ámbito de aplicación, no de
ampliarlo. Su función en el presente caso no es, en estricto la autonomía del tipo penal,
independizarlo de los demás tipos penales de homicidio. Así como la ausencia del móvil
feroz convierte el homicidio calificado en homicidio simple, así la ausencia del móvil de
poder, control y dominio determina que la conducta homicida se adecúe en la modalidad
simple. F. J. 50. Ahora bien, el agente no mata a la mujer sabiendo no solo que es mujer,
sino precisamente por serlo. Esta doble exigencia -conocimiento y móvil- complica más
la actividad probatoria que bastante tiene ya con la probanza del dolo de matar, que lo
diferencie del dolo de lesionar. JOSEPH DU PUIT piensa que esta fórmula es superflua,
redundante, y que pudo bien suprimirse. En realidad, no le falta razón al jurista suizo, este
elemento subjetivo, en lugar de aportar a la especificidad del delito de feminicidio, más
bien lo complejiza, y por lo demás, como veremos no lo independiza del homicidio. F. J.
51. El móvil solo puede deducirse de otros criterios objetivos que precedieron o acompa
ñaron el acto feminicida. En este sentido, el contexto situacional en el que se produce el
delito es el que puede dar luces de las relaciones de poder, jerarquía, subordinación o de
la actitud sub estimatoria del hombre hacia la mujer. Podría considerarse como indicios
contingentes y precedentes del hecho indicado: la muerte de la mujer por su condición de
tal. De la capacidad de rendimiento que tenga la comprensión del contexto puede llegarse
a conclusión que este elemento subjetivo del tipo, no es más que gesto simbólico del
legislador para determinar que está legislando sobre la razón de ser del feminicidio. Con
textos en los que se produce el feminicidio. F. J. 52. El feminicidio es un acto concreto
realizado por un hombre suprimiendo la vida de una mujer. Es ciertamente el reflejo de un
conjunto de condiciones estructurales, que van más allá de la conducta homicida del
sujeto activo, y que expresan una relación asimétrica de poder entre el hombre y la mujer,
en desmedro de esta última. F. J. 53. Si bien por exigencias de un Derecho Penal de acto,
se debe castigar únicamente las manifestaciones concretas del autor, en contra de la norma
penal que prohíbe atentar contra la vida de la mujer, el legislador ha considerado necesa
rio ubicar el ataque a la vida de la mujer, en un contexto situacional determinado. De esta
manera, ha estimado que la violencia desencadenante de la muerte de la víctima, no es un
episodio, no es una eventualidad, sino el lamentable resultado de un conjunto de circuns
tancias precedentes, y parte de construcciones culturales que han alimentado el resultado
fatal. Por imperativos del mandato de determinación, es menester delimitar cada uno de
ellos, en concordancia claro está con el ordenamiento jurídico en general. F. J. 54. Vio
lencia familiar.- Este contexto es fundamental delimitarlo, porque es el escenario más
recurrente en los casos de feminicidio. Para ello debe distinguirse dos niveles interrela
cionados pero que pueden eventualmente operar independientemente: el de violencia
contra las mujeres y el de violencia familiar en general. Para efectos típicos, el primero
está comprendido dentro del segundo. Pero puede asumirse que un feminicidio se pro
duzca, en un contexto de violencia sistemática contra los integrantes del gmpo familiar,
639
Art. 108-B L ibro segundo / Parte especial - delitos
640
H omicidio A rt. 108-B
impedido por la ley. F. J. 60. Por hostigamiento debe entenderse el acto de hostigar; esto
es de molestar a la mujer o burlarse de ella insistentemente. Al respecto, debe considerarse
que estas molestias o burlas están relacionadas con el menosprecio del hombre hacia la
mujer; con una búsqueda constante de rebajar su autoestima o su dignidad como persona.
El hostigador, sin ejercer actos de violencia directa, va minando la estabilidad psicológica
de la víctima, incluso con actos sutiles o sintomáticos. F. J. 61. Para efectos de compren
der el tercer contexto de este artículo, debemos remitimos igualmente a un referente legal.
Al respecto, debemos considerar lo pertinente de la Ley N° 27942; Ley de Prevención y
Sanción del Hostigamiento Sexual. Previo a la remisión de lo que se entiende por hosti
gamiento sexual, debe aclararse que el legislador al mencionar el contexto del feminicidio
aludió al ‘hostigamiento y acoso sexual’ La adjetivación expresada en singular debe ser
interpretada que lo que en el ámbito penal se designa como acoso sexual es en realidad el
hostigamiento al que se alude, en el ámbito extrapenal. Pero también el hostigamiento que
se menciona, en el tipo penal, no es el que se regula en el ámbito extrapenal, pues el legis
lador penal lo hubiera comprendido usando el adjetivo ‘sexual’ en plural. F. J. 62. Acla
rado este punto, se tiene que el hostigamiento [acoso sexual en el lenguaje del Código
Penal] tiene dos variantes: el hostigamiento sexual típico o chantaje sexual y el hostiga
miento sexual ambiental. El primero ‘consiste en la conducta física o verbal reiterada de
naturaleza sexual o sexista no deseada o rechazada, realizada por una o más personas que
se aprovechan de una posición de autoridad o jerarquía o cualquier otra situación venta
josa, en contra de otra u otras, quienes rechazan estas conductas por considerar que afec
tan su dignidad, así como sus derechos fundamentales’ En tanto que el segundo ‘consiste
en la conducta física o verbal reiterada de carácter sexual o sexista de una o más personas
hacia otras con prescindencia de jerarquía, estamento, grado, cargo, función, nivel remu
nerativo o análogo, creando un clima de intimidación, humillación u hostilidad’ Para pre
cisar mejor el concepto de acoso sexual, los jueces deben completar estos conceptos,
remitiéndose en particular a los artículos 5 y 6 de la Ley N° 27492 (elementos alternati
vos para su configuración y manifestaciones del mismo). F. J. 63. Prevalimiento.- Otro
contexto, en el que se puede dar el delito de feminicidio, es el de abuso de poder, con
fianza o cualquier posición o relación que le confiera autoridad al agente. Son las típicas
conductas del llamado prevalimiento; esto es, el de aprovecharse o valerse de una posi
ción de poder, confianza o legitimación para someter o pretender sojuzgar arbitrariamente
a la mujer, en el ámbito privado o público. F. J. 64. Las formas de prevalerse de una posi
ción determinada pueden ser distinta índole: familiar, laboral, privada o pública, militar,
policial, penitenciaria. Tres son las consideraciones a tener en cuenta para su configura
ción: a. la posición regular del agente, en la familia, en la empresa, en la institución del
Estado, en la Policía Nacional o en las Fuerzas Armadas, en la institución educativa o de
salud, en el establecimiento penitenciario; b. La relación de autoridad que surge de esa
posición funcional, (estado de subordinación, obediencia, sujeción); c. El abuso de la
posición funcional (desvío de poder) para someter, humillar, maltratar a la mujer. F. J. 65.
Actos de discriminación.- Finalmente, el delito de feminicidio puede realizarse en el
contexto de cualquier forma de discriminación contra la mujer, independientemente de
que exista o haya existido una relación conyugal o de convivencia con el agente. Se
entiende por discriminación, la actitud de impedir la igualdad de oportunidades o de dar
igual trato a la mujer, en cualquier ámbito (personal, familiar, laboral, de salud,
641
A rt. 108-B L ibro segundo / Parte especial - delitos
642
Homicidio A rt. 108-B
CORTE SUPREMA
643
A rt. 108-C L ibro segundo / Parte especial - delitos
una relación íntima, familiar, de convivencia o afín, actual o pasada, con el homicida. El
feminicidio no íntimo se da cuando la víctima no tiene o no tenía algún tipo de relación
de pareja o familiar con el agresor; y el feminicidio por conexión cuando la mujer muere
en la línea de fuego de un hombre que pretendía dar muerte o lesionar a otra mujer [...]”
(R. N. N ° 2 5 8 5 -2 0 1 3-Junín, del 0 3 /0 4 / 20 1 4 , f j. 5).
J 0796 H om icidio p o r em oción violenta vs. delito d e fem in icid io : “En ese sentido, es
evidente la contradicción entre los elementos de prueba antes descritos y la posición
defensiva asumida por el acusado durante el proceso, pues este indicó [...] que, cuando la
agraviada le insinuó que no era el verdadero padre de su hijo, entró en cólera, la cogió del
cuello con ambas manos, escuchó que ‘algo sonó’ y esta dejó de moverse. No obstante,
se sabe que la causa de la muerte se debió a una asfixia mecánica por estrangulamiento y
no por el rompimiento de alguna vértebra de la agraviada; además, las huellas que se pue
den apreciar en el cuello de la víctima no se condicen con las de manos o dedos humanos,
sino con el retazo de ropa que fue utilizado para tal fin. Así, se aprecia que el esfuerzo por
negar la causa de la muerte y sus circunstancias impide valorar objetivamente el argu
mento de la emoción violenta, más aún cuando su defensa se desistió de ella previamente
a la emisión de la sentencia recurrida” (R. N. N ° 2 1 8 0 -2 0 1 7 -Lima, del 1 8 /04/2018, f. j. 9,
Sala P en a l P erm anente).
(70) A rtículo vigente conform e a la incorporación realizada por el artículo 1 del D ecreto Legislativo N° 1181
del 27/07/2015.
644
H omicidio A rt. 108-C
DOCTRINA
I) 0404 Concurso con el asesinato por lucro: RIVAS LA MADRID, S. (2015). “El
tipo penal de sicariato”. En: A ctu alidad Penal. Lima: Instituto Pacífico, p. 182. “Nos
encontramos ante un concurso aparente de normas (o llamado también unidad de ley),
mediante el cual un tipo penal excluye a otro por principio de exclusión. Para poder ele
gir cual es la norma aplicable, rigen varios principios, uno de los cuales corresponde al
645
A rt. 108-C L ibro segundo /Parte especial - delitos
principio de especialidad, mediante el cual, entre dos o más tipos penales, uno excluye al
otro porque contempla de forma más especifica al hecho. En consecuencia, el tipo penal
más específico prima sobre el especial. [...] Siendo así, creemos que de encontrarse ante el
supuesto de hecho relativo a que el agente actúe motivado por una persona que le ofrece
un beneficio a cambio del homicidio, es decir la modalidad de homicidio sicaral, debe de
recurrirse al artículo 108 C del Código Penal, por contemplar este de forma más espe
cífica el hecho delictivo, así como por establecerse adicionalmente circunstancias agra
vantes específicas. Por tanto, consideramos que si nos encontramos ante la modalidad de
comisión de actuar motivado por otra persona (motivación bilateral), debe de recurrirse al
artículo 108-C del Código Penal. [...] Mientras que de encontrarse ante la modalidad del
agente que actúa motivado por sí mismo para obtener el beneficio (motivación unilateral),
es decir, el caso que tomamos como ejemplo de aquel que por decisión propia mata para
heredar, debe ser tipificada la conducta en el inciso 1 del artículo 108 del Código Penal”.
éS JURISPRUDENCIA
CORTE SUPREMA
J 0797 C ontenido con ceptu al de delito de sicariato: “F. J. 4.1.6. Este Supremo Tri
bunal establece que el ‘sicariato’ como categoría crimino-sociológico y traducida jurídi
camente como homicidio por lucro, se encuentra tipificado en el inciso uno del artículo
ciento ocho del Código Penal; denominándose sicario al que comete homicidio por precio.
Así, el origen histórico del sicariato, se inicia en la antigua Palestina y específicamente
en la población judía; esto es, que el sicariato existe desde épocas de antaño, cuando se
le denominaba ‘muerte por encargo’, siendo una de las características de dicha conducta
delictiva, la frialdad con la que actúan al cometer delitos. De este modo, podemos seña
lar que el ‘encargo’ no es más que la acción de encargar, encomendar algo a alguien; que,
en el caso de un homicidio, una persona quiere la muerte de otra, y a efectos de no lle
var directamente la consumación, encarga la ejecución a otra persona. Cabe indicar que
existe la interrogante de por qué el propio mandante no ejecuta el crimen por sí mismo,
teniendo como explicación el temor, evitar riesgos directos, confiar en el éxito criminal
del comisionado por tratarse de un avezado asesino, pánico a ser sorprendido in fraga nti,
preparar su coartada si se descubre al encomendado entre otros; de manera que quien
encarga el homicidio es quien lo ideó, esto es, el autor mediato o intelectual; y siendo
quien lo ejecuta, el que materialmente mata a la víctima, esto es, autor material o ‘brazo
ejecutor’ F. J . 4.1.7. Asimismo, el solo hecho de celebrar el pacto entre autor intelectual
y actor material resulta siniestro y perverso, por eso es preciso establecer que la acepta
ción por parte del autor material es netamente económica: siendo esta la principal carac
terística de esta modalidad de muerte aunque en determinados sectores el sicario mata
por deber de obediencia, ya que formar parte de una escala en la jerarquía mafiosa, sea de
bandas de narcotráfico, antisociales por tráfico de mujeres, tráfico de armas, entre otros;
y, es en ese sentido, que para que el mandante contrate los servicios de un ‘sicario’ deberá
646 -
H omicidio A rt. 108-D
necesariamente existir un móvil; siendo estos múltiples, como: por venganza, odio, ren
cor, despecho, ansia de heredar eliminando al interpuesto en el orden sucesorio, oculta-
miento de un accionar corrupto, deudas, ajuste de cuentas por deudas de narcotráfico. F.
J. 4.1.8. Ahora bien, en cuanto a la forma en que se perpetra un homicidio por un sicario,
se debe tener en cuenta que estos asesinatos en algunos casos suelen ser cometidos por
hombres enmascarados, que trabajan solos o en pequeños grupos y disparan a sus vícti
mas desde una motocicleta en marcha, pues, los sicarios y sus intermediarios suelen estar
asociados a grupos de delincuencia organizada, utilizando armas de fuego sofisticadas; en
cuanto a la conexión que pueda existir entre el autor intelectual y el sicario es de múltiples
formas, debe considerarse que en la actualidad se utilizan los mecanismos de internet para
promocional- esta modalidad de homicidio, o también se les puede encontrar en bares; sin
embargo, estos pueden ser personas cuyos servicios son más baratos; toda vez que aque
llos sujetos que se dedican al sicariato profesional son mucho más caros y en su accionar
se advierte mucha más sofisticación, y es por ello que en la mayoría de casos estos ase
sinos rara vez son identificados, y casi nunca capturados. F. J. 4.1.9. En efecto, la cien
cia social señala que hay sicarios improvisados y otros ‘profesionales’ Los primeros sue
len ejecutar casi a ciegas a sus víctimas, dejando indicios suficientes para que luego los
atrapen rápido, en efecto, existen sicarios que eliminan a su objetivo sin importar la pre
sencia de otras personas, haciéndolo parecer un asalto, o simplemente sorprendiendo a su
objetivo de frente; otros en cambio eliminan al objetivo, sin la presencia de testigos pues
si los hubieran también son eliminados, rápido y sin rodeos; aquellos sicarios ‘disfraza
dos’ que eliminan al objetivo sin dejar testigos, configurando una situación que pudiera
hacerlo parecer un accidente, suicidio o cualquier otra cosa que esté distante de la reali
dad. Se debe precisar que los sicarios ‘profesionales’, son aquellos que incluso evitan ser
vistos por sus clientes, como método de prevención, ante cualquier chantaje o traición por
parte de quien le fuera a pagar, son personas que generahnente no saben ni quieren saber
quién es su víctima (nombre o cargo) ni quién le encarga; sin embargo, existen los opor
tunistas e improvisados; quienes no tienen un método específico para perpetrar los crí
menes, aquellos que incluso recurren a la extorsión como recurso para que posterior a la
muerte de la víctima se sigan efectuando pagos por su silencio” (Casación N ° 3 6 2 9 -2012-
Lima, del 19/07/2013, ff.jj.4.1.6., 4.1.7., 4.1.8., 4 .1 .9 ., Sala Penal Perm anente).
(71) Artículo vigente conform e a la incorporación realizada por el artículo 1 del Decreto Legislativo N° 1181
del 27/07/2015.
647
A rt. 108-D L ibro segundo /Parte especial - delitos
DOCTRINA
648
Homicidio A rt. 109
DOCTRINA
649
A rt. 1 0 9 L ibro segundo /Parte especial - delitos
subjetiva, con la cual quiere decir que el autor no debe haber provocado intencionalmente
el estímulo para emocionarse, caso relativamente académico, pero posible (no es el caso
de quien provocó la circunstancia externa para fingirse emocionado, que es un supuesto
de ausencia de emoción violenta, ni opera, por consiguiente, la figura atenuada. Pero no
es la situación del que provocó culposamente el estímulo sin preordenarlo a la produc
ción de la emoción: el mero ocasionamiento material de la causa no coloca al autor fuera
del tipo atenuado”.
_____
I) 0412_ Tipo objetivo: VILLAVICENCIO TERREROS, F. (2017). Derecho Penal.
Parte especial. Vol. 1. Lima: Grijley, p. 246 (original 2014). ‘Esta fórmula se desarro
lla sobre la base de los elementos estructurales de la imputación al homicidio. Si bien se
considera que este delito “se comete mediante acción en sentido estricto’, creemos que
esta figura puede ser realizada tanto por comisión como por omisión impropia [...]. En
cuanto a los medios utilizados por el agente, es suficiente cualquier idóneo, pues este tipo
legal puede coexistir con circunstancias que de otra manera podrían calificar lo injusto
del sujeto”.
650
H omicidio A r t . 109
preponderante, impulsadas por afectos emocionales. [...] Para ser considerada como ate
nuante debe tratarse de ‘un verdadero impulso desordenadamente afectivo, porque este es
destructivo de la capacidad reflexiva de frenación’”.
_O_ (1415
_ _ _ Imputabilidad: HURTADO POZO, J. (1993). M anual d e D erecho Penal.
P a rte especial. Tomo I. Lima: Juris, p. 68. “Para admitir la culpabilidad del agente se
debe comprobar que el agente es imputable. La emoción violenta influencia el estado per
sonal del delincuente. Constituye un factor perturbador de su capacidad penal. [...] Esta
relación entre emoción e imputabilidad, la destaca BRAMONT ARIAS (p. 56) cuando
señala que la ley no exige que la conmoción del ánimo prive al agente de su capacidad de
comprender y de orientar su comportamiento”.
JURISPRUDENCIA
CO RTE SUPREM A
J 0798 E lem en tos d e im putación p resen tes en la em oción violenta: “Para que se con
figure la emoción violenta es necesario que la alteración o trastorno repentino o abrupto
del ánimo del sujeto activo del delito guarde una relación de inmediatez con la que ori
gina su súbita y vehemente alteración. Es necesario que el hecho o la causa que ori
gina la supuesta emoción violenta preceda al fatal desenlace” (Ejecutoria Suprema del
03/05/1994, Exp. N ° 1055-94).
651
A r t . 109 L ibro segundo / Parte especial - delitos
652 -
H omicidio A rt. 109
del procesado y en su recurso impugnatorio (esto es, haber actuado bajo los efectos de
la emoción violenta) no tiene asidero; máxime si no fue corroborado con prueba alguna,
puesto que para que se configure el delito de homicidio por emoción violenta que alega
el recurrente (previsto en el artículo 109 del CP), se requiere de dos presupuestos: estos
son: i) el intervalo de tiempo sucedido entre la provocación y el hecho; es decir, que
el delito tiene que cometerse en un lapso durante el cual el sujeto se encuentra bajo el
imperio de la emoción violenta, por lo que no puede transcurrir un largo espacio tempo
ral entre el hecho provocante y su reacción, ii) el conocimiento previo por parte del autor
del homicidio emocional; es decir, que la emoción violenta debe desencadenarse por
la aparición súbita de una situación importante para el sujeto. Así, pues, el agente debe
actuar en un estado de conmoción anímica repentina; esto es, bajo un impulso afectivo
desordenado y violento, en el que no se acepta la premeditación. F. J . 11. En efecto, se
aprecia que en el caso sub examine no se configura el delito de homicidio por emoción
violenta como alega el recurrente (es decir, no actuó baja una impresión súbita), puesto
que tal como afirmó el acusado J. M., pensó que el señor H. C. mantenía una relación
clandestina con su pareja (la víctima) desde un año antes de los hechos y que en ante
riores oportunidades ya lo había encarado con su señora, por lo que se evidencia, tal
como lo esgrimió el colegiado en la recurrida, de que su reacción no fue súbita porque
ya tenía conocimiento del hecho y, por ende, no fue considerada una situación impor
tante para el encausado, ya que pese a saber de dicha relación continuó con la conviven
cia marital. Por tanto, quedó demostrado no existió una emoción violenta que lo impul
sara a matar a la agraviada. F. J. 12. Asimismo, en cuanto a que la muerte ocasionada a
la agraviada no fue premeditada o con alevosía, sino de manera circunstancial, tampoco
tiene sustento, pues conforme se acreditó con los medios probatorios actuados durante
el curso del proceso, los mismos que fueron valorados por el tribunal de juzgamiento,
el acusado J. M. actuó alevosamente -entendido como el actuar a través de medios de
ejecución de especial intensidad para consumar el hecho (utilización de medios ase-
gurativos), que por su naturaleza o el contexto en que se presentan, no permita que la
víctima se defienda o pueda repeler el ataque (aprovechamiento del estado de indefen
sión de la víctima)-, lo que implica que el autor haya realizado el homicidio sin riesgo
propio, pues la muerte de la agraviada se produjo durante la noche y en el interior del
inmueble donde ambos tenían vida familiar al lado de sus menores hijos, por lo que la
ejecución que perpetró a la víctima la realizó sin mayor riesgo” (R. N. N ° 1882-2014-
Lima, del 21/07/ 2015, ff.jj. 10, 11 y 12, Sala Penal Transitoria).
653
A rt. 110 L ibro segundo /Parte especial - delitos
con discusión en sede de alegatos por todas las partes con plenitud de garantías procesa
les para los sujetos: derecho de defensa y contradicción e igualdad material de condicio
nes para controvertir esa pretensión de parte como forma de un proceso adversarial; que
es de acotar, que en el caso concreto la presencia de esa circunstancia no puede ser exa
minada a partir de la ausencia del contradictorio; que por otro lado, el propio allanamiento
de la parte acusada no autoriza a valorar los actos de investigación y demás actuaciones
realizadas en el etapa de instrucción; que estas pautas procesales fueron asumidas en los
fundamentos jurídicos número nueve y diez del Acuerdo Plenario N° 5-2008/CJ-116 [...],
del dieciocho de julio de dos mil ocho; que una decisión en contrario vulneraría flagrante
mente las reglas para la aplicación de la institución de la ‘conformidad’ o conclusión anti
cipada del juicio oral; que, por tanto, su argumentos en este extremo deben ser desesti
mados” (R. N. N ° 312-2012-Ancash, del 01/06/2012, ff. jj. 3 y 4, Sala Penal Transitoria).
N ormas concordantes
C: arts. 1, 2 inc. 1); C P: arts. 12, 22, 28, 29, 31 inc. 1); 34, 57, 92; C P P 1 9 9 1 : art. 241; C PP
2 0 0 4 : arts. 197, 298, 314; C d e P P : arts. 51, 193, 315, 361; C C: arts. 242 inc. 6); 515 inc.
8); D U D H : art. 3; C A D II: art. 4; L e y 2 6 8 4 2 : arts. 108, 109, 110, 112, 114, 116
DOCTRINA
Sumario: Sujeto activo y sujeto pasivo / Sujeto activo / Conducta típica / Definición de estado
puerperal / Tipo subjetivo.
654
H omicidio A rt. 111
(72) Artículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 de la Ley N° 2943 9 del 19/11/2009.
655
A rt. 111 L ibro segundo /Parte especial - delitos
La pena privativa de la libertad será no menor de cuatro años ni mayor de ocho años
e inhabilitación, según corresponda, conforme al artículo 36 -incisos 4), 6) y 7)-, si la
muerte se comete utilizando vehículo motorizado o arma de fuego, estando el agente
bajo el efecto de drogas tóxicas, estupefacientes, sustancias psicotrópicas o sintéti
cas, o con presencia de alcohol en la sangre en proporción mayor de 0.5 gramos-litro,
en el caso de transporte particular, o mayor de 0.25 gramos-litro en el caso de trans
porte público de pasajeros, mercancías o carga en general, o cuando el delito resulte
de la inobservancia de reglas técnicas de tránsito.
TEXTO ORIGINAL:
A rtíc u lo 1 1 1 .- El
que, por culpa, ocasiona la muerte de una persona, será reprimido
con pena privativa de libertad no mayor de dos años o con prestación de servicio
comunitario de cincuentidós a ciento cuatro jornadas.
Cuando son varias ¡as víctimas del mismo hecho o el delito resulte de la inobser
vancia de reglas técnicas de profesión, de ocupación o industria, la pena privativa
de libertad será no menor de dos ni mayor de seis años e inhabilitación conforme al
artículo 36, incisos 4, 6 y 7.
656
H omicidio A rt. 111
DOCTRINA
_I)_0422
_ _ _ Introducción: CREUS, C. (1999). Derecho Penal. Parte especial. Tomo I. 2a
reimpresión de la 6a edición. Buenos Aires: Astrea, p. 46. “Como un complemento de los
demás homicidios, deja el Código Penal (argentino) para este lugar el homicidio culposo,
castigando con una pena de seis meses a tres años e inhabilitación especial, en su caso,
por cinco a diez años, al que por ‘imprudencia, negligencia, impericia en su arte o pro
fesión o inobservancia de los reglamentos o de los deberes de su cargo, causare a otro la
muerte. [...]’. Los autores tratan este delito en la Parte especial, limitándose a repetir los
principios generales del obrar culposo. La realidad es que, con relación a cada uno de esos
principios, el delito resulta un claro exponente”.
657
A rt. 111 L ibro segundo /Parte especial - delitos
IIJU R IS P R U D E N C IA
CO RTE SUPREM A
658
H omicidio A rt. 111
que uno de los aspectos nucleares y centrales de los delitos culposos es la violación del
deber de cuidado -sin querer hacerlo- y en el caso concreto de los accidentes de tránsito,
se trata de deberes de cuidado normativizados en el Reglamento Nacional de Tránsito;
(ii) que el citado tipo penal emplea la figura culposa de inobservancia de los reglamen
tos -básicamente constituye negligencia- que supone la violación de un deber de cuidado
que impone la normativa sobre tránsito; que, desde esa óptica jurídica, se debe analizar
la conducta imputada al acusado [...]” (R. N. N ° 165-2010-Apurímac, d el 05/04/2011,/. j.
3, Sala P enal Transitoria).
659
A rt. 112 L ibro segundo /Parte especial - delitos
DOCTRINA
660
H omicidio A rt. 112
_I)_ II42X
_ _ _ Problemática de la disponibilidad de la vida y bien jurídico: GONZALES
RUS, J. J. (1999). En: Com entarios al Código Penal. Tomo V: Homicidio. Lesiones.
Aborto y manipulación genética. Artículos 138 a 162. COBO DEL ROSAL, M. (Direc
tor). Madrid: Edersa, pp. 30-41. “El bien jurídico protegido en los delitos de homicidio
es la vida humana independiente. Como no podía ser de otra forma, así lo reconoce uná
nimemente la doctrina; aunque en algún caso se añade también, con carácter secundario,
pero importante, la autodeterminación del sujeto, como consecuencia de la impunidad del
suicidio. En esta misma línea, DEL ROSAL BLASCO y SEGURA GARCÍA entienden
que el bien jurídico protegido es básicamente la autodeterminación del sujeto, por con
siderar que, como consecuencia del libre desarrollo de la personalidad reconocida a los
ciudadanos, en los delitos contra la vida no es esta, como realidad biológica, el objeto de
tutela, sino que lo protegido es el conjunto de facultades de decisión y disposición que el
sujeto tiene sobre la misma. Además, se ampararía el interés general en el mantenimiento
del sustrato material, que forma parte también del bien jurídico. Todo ello como coro
lario de su entendimiento de que en los bienes jurídicos individuales el Derecho Penal
no protege sustratos materiales sino facultades de disposición. [...] Frente a este criterio,
otro sector doctrinal, cada vez más numeroso, considera que la vida es un bien disponi
ble. Las fimdamentaciones de este criterio, siempre de naturaleza constitucional, son muy
variadas. CARBONELL MATEU, apela a un ‘principio general de libertad’ que se deri
varía de la proclamación de la libertad como un valor superior del ordenamiento jurídico
(art. 1.1 C.E.) y del reconocimiento de la dignidad y el libre desarrollo de la personalidad
como fundamentos del orden político y la paz social. [...] En términos parecidos, QUE-
RALT JIMENEZ entiende, igualmente sobre la base del reconocimiento de la libertad
como valor superior del ordenamiento jurídico, que ello obliga a dar la debida protección
jurídica a quien decide quitarse la vida y a quien le auxilie, siempre que se cumplan unas
concretas condiciones [...]
Negar la capacidad del sujeto para disponer de su vida significa reconocer que hay inte
reses de naturaleza social (cumplimiento de deberes con el Estado, cargas económicas
que asumir o que evitar, etc.) o moral (mantenimiento del tabú de la vida, interpretación
‘paternalista’ desde el Estado del bienestar individual y de lo que es mejor para el indi
viduo, etc.) que resultan preferentes, hasta el punto de que deben sobreponerse y anular
la capacidad personal para decidir lo que se quiere hacer con la propia existencia. Cual
quiera de estas fimdamentaciones no cohonesta, empero, con un Estado como el constitu
cionalmente configurado, en el que la libertad aparece como un valor superior del orden
social y jurídico”.
661
Art. 112 L ibro segundo / Parte especial - delitos
I) II42‘» Sujeto activo: HURTADO POZO, J. (1993). Manual de Derecho Penal. Parte
especial. Tomo I. Lima: Juris, p. 92. “Toda persona puede cometer el homicidio piadoso.
En la práctica, como la experiencia enseña, se tratará generalmente de alguien que man
tenga una relación familiar, sentimental, de amistad [...] con la persona enferma. Pero un
elemento de tal naturaleza no ha sido previsto como elemento constitutivo del tipo legal”.
1)0430 Sujeto pasivo: HURTADO POZO, J. (1993). Manual de Derecho Penal. Parte
especial. Tomo I. Lima: Juris, p. 92. “Víctima solo puede serlo una persona que padece
una enfermedad incurable”.
_1)0431
_ _ _ _ Conducta típica: GONZÁLEZ RUS, J. J. (2000). “Formas de homicidio.
Asesinato. Inducción y cooperación al suicidio y homicidio a petición. Eutanasia”. En:
COBO DEL ROSAL, M. (Director). Compendio de Derecho Penal. Parte especial.
Madrid: Marcial Pons, p. 63. “La conducta típica consiste en matar a otro que ha soli
citado expresamente que se le cause la muerte. No cabe la comisión por omisión, por la
expuesta voluntad legal de castigar solo los comportamientos activos. Solamente cabe el
dolo directo, sin que ofrezca dificultad alguna el castigo a la tentativa, en la medida que se
trata de un delito de resultado. Cabe la participación de los terceros cuando colaboran con
el autor en la ejecución de la muerte. [...] es un tipo privilegiado respecto del homicidio”.
_I)_1_14_33
_ Conducta típica: HURTADO POZO, J. (1993). Manual de Derecho Penal.
Parte especial. Tomo I. Lima: Juris, pp. 92-93. “En razón a la finalidad ‘poner fin a sus
intolerables dolores’- perseguida por quien solicita se le cause la muerte, cabe pensar
que el legislador ha considerado, sobre todo, el caso de enfermedades graves que pro
vocan sufrimientos agudos; por ejemplo, un enfermo de cáncer, enfermedades general
mente fatal y causante de dolores insoportables. [...] El fundamento esencial de la atenua
ción reside en la solicitud ‘expresa y consciente’ del ‘enfermo’ para que se le mate. [...] El
pedido del enfermo es el elemento decisivo para la intervención del agente”.
662
H omicidio A rt. 113
1) 11435 Tipo subjetivo: HURTADO POZO, J. (1993). Manual de Derecho Penal. Parte
especial. Tomo I. Lima: Juris, pp. 93-94. “El agente debe actuar dolosamente como todo
aquel que comete un homicidio simple. El homicida debe estar consciente, en particular,
de la situación personal de la víctima. El móvil de la piedad constituye un elemento sub
jetivo que condiciona el animus del agente [...] El móvil ha previsto un solo móvil: la pie
dad. Este elemento caracteriza de manera especial al aspecto subjetivo del tipo legal”.
DOCTRINA
— 663
A rt. 113 L ibro segundo / Parte especial - delitos
lícito, siempre que lo tome cada uno en ejercicio responsable de su libertad. Se trata de
una decisión personalísima e intransferible: nadie más, aparte del suicida, puede tomarla.
Por ello la inducción a un hecho lícito únicamente puede devenir en delictiva si consiste
en la arrogación parcial, por parte del inductor, de esa decisión privativa e indelegable.
En consecuencia, el verbo típico inducir ha de ser interpretado restrictivamente: solo se
puede entender en el sentido de hacer que alguien adopte la resolución de darse muerte,
de modo que sin la conducta de inducción, la persona del suicida no habría resuelto darse
muerte. La inducción aparece, pues, como una propuesta efectiva que crea en el suicida la
idea de suicidarse u aunque es finalmente el suicida quien lo ejecuta la decisión es, atri-
buible compartidamente de algún modo al introductor, como fuente de la que emana la
propuesta persuasiva”.
664
H omicidio A rt. 113
_I)_ 0440
_ _ _ Ayuda al suicidio: BRAMONT ARIAS, L. A. (1988). Temas de Derecho
Penal. Tomo II. Lima: San Marcos, p. 13. “La acción de ayudar comprende todos aque
llos comportamientos no ejecutivos que de algún modo favorecieran la producción de la
muerte del suicida. [...] La ayuda se halla comprendida entre un límite mínimo y un límite
máximo. El límite mínimo está representado por la mínima eficacia en la facilitación de
la realización del suicidio (homicidio - suicidio); y el límite máximo está representado por
los actos necesarios de ayuda que presuponen la ejecución de la muerte (homicidio - sui
cidio). Todas las conductas, positivas u omisivas, que se encuentran entre esos dos polos,
constituyen prestación de ayuda al suicidio”.
665
A rt. 113 L ibro segundo /Parte especial - delitos
sujeto de que se dé la muerte por sí mismo. [...]. La acción destinada a convencer a la víc
tima puede adoptar cualquier forma que no implique eliminar la voluntariedad de aquella
en la decisión de darse muerte (consejos, promesas), o que no suplante esa voluntad por
la del agente (mandato, orden) y expresarse por cualquier medio: escrito, verbal, simbó
lico (el militar que muestra a otro militar un signo que indica conveniencia de que se dé
muerte); hasta puede adquirir la forma de actos realizados directa o indirectamente sobre
la víctima, intencionalmente dirigidos a que tome la determinación de darse muerte. Pero
la actividad instigadora debe estar enderezada a una persona determinada, la dirigida a
personas indeterminadas no llena el tipo (por ejemplo, incitar al suicidio colectivo por un
medio masivo de comunicación)”.
I) 0445 Tipo subjetivo: MUÑOZ CONDE, F. (2017). D erecho Penal. P arte especial.
21a edición. Valencia: Tirant lo Blanch, p. 66. “Solo es posible la comisión dolosa. El que
coopera con actos necesarios al suicidio de otro ha de conocer la voluntad de privarse de
la vida de otra persona y querer auxiliar a este fin, aunque respecto a la necesidad de la
cooperación basta con que tenga conciencia de la importancia de la cooperación.
En la práctica, la punibilidad de la cooperación al suicidio por omisión depende de la
prueba del dolo del cooperador. Muchas veces las conductas pasivas que favorecen el
suicidio de otra persona no son más que imprudencias de quienes, por razones profesio
nales o familiares, tienen la obligación de controlar y vigilar a depresivos con tenden
cias suicidas y negligentemente dejan a su alcance productos tóxicos o armas de fuego.
Pero la calificación será en estos casos la de homicidio por imprudencia, siempre que
se den los requisitos de esta forma de imputación”.
666
H omicidio A rt. 113
[jlb JURISPRUDENCIA
J 0807 E lem entos objetivos y subjetivos que estructuran la tipicidad d el delito de ins
tigación a l su icidio: “Requieren que la conducta del sujeto activo sea de colaboración
prestada a la muerte, en relación de causalidad con su producción y con pleno conoci
miento y voluntad de cooperar a la misma, de tal modo que sea el propio suicida el que
tenga, en todo momento, el dominio del hecho” (STS del 23/11/1994. En: CONDE-PUM -
P ID O FERREIRO, C. (2001). Código Penal: D octrina y jurisprudencia. Tomo II. Tri-
vium, M adrid, p. 1823).
667
C A P ÍT U L O II
ABORTO
N ormas concordantes
C : arts. 1, 2 inc. 1 ) ; C P : arts. 1 2 , 2 3 , 2 9 , 3 1 , 4 5 , 4 6 , 5 7 , 6 2 , 6 8 , 9 2 ; C d e P P : art. 1 7 9 ; C P P
1 9 9 1 : art. 2 4 4 ; C P P 2 0 0 4 : art. 2 0 0 . ; C C : a rts. 1, 5 1 5 inc. 8 ) ; 5 9 8 , 6 1 7 ; L e y 2 6 8 4 2 : art. 3 0
' DOCTRINA
Sumario: Bien jurídico / Sujeto activo-pasivo / Conducta típica / Tipo subjetivo / Autoría y parti
cipación / Relevancia penal del consentimiento de la madre / Relación de causalidad en
el aborto / Consumación / Tentativa.
668
A borto A rt. 114
1)0454 Relevancia penal del consentimiento déla madre: CREUS, C. (1999). D ere
cho Penal. P arte especial. Tomo I. 2a reimpresión de la 6a edición. Buenos Aires: Astrea,
p. 68. “El otorgamiento del consentimiento de la mujer para que se realicen maniobras
abortivas sobre el feto del que está embarazada, no es punible en sí mismo, sino que lo
es cuando el tercero quien obra como agente ha consumado o tentado el delito. La simple
prestación del consentimiento son que el tercero haya realizado actos ejecutivos queda
fuera de punibilidad”.
669
A rt . 114 L ibro segundo /Parte especial - delitos
_I)_ 0456
_ _ _ Consumación: HURTADO POZO, J. (1994). M anual d e D erecho Penal. Parte
especial. Tomo II. Lima: Juris, p. 64. “El aborto se consuma con la muerte del feto (BRA-
MONT, p. 28; PEÑA, p. 190; ROY, p. 258). Se trata de un delito de daño y no de peli
gro. Cuando las maniobras abortivas producen la expulsión del feto, sin causarle -en
razón de su desarrollo—la muerte, solo hay tentativa. La muerte del feto, momento en
que se consuma el delito, puede no coincidir plenamente con la ejecución de las prácticas
abortivas. La muerte puede sobrevenir después de la expulsión del vientre materno; pero
debe ser la consecuencia de dichas maniobras. Si el ser sobrevive a las maniobras, la
muerte que luego se le produzca constituirá homicidio, atenuado o agravado según las
circunstancias”.
_I)_ 11457
_ _ _ Tentativa: HURTADO POZO, J. (1994). M anual de D erecho Penal. P arte
especial. Tomo II. Lima: Juris, pp. 64-65. “En las tres formas de delito de aborto es fac
tible la tentativa en sus diversos grados. [...] De ahí que consideremos que la mujer que
es sorprendida en el acto de preparar la poción abortiva, por más que se compruebe su
voluntad de abortar, no podrá ser sancionada; pues, acción es un mero acto preparatorio.
Tampoco, puede ser sancionada por el simple hecho de haber proporcionado su consenti
miento o de haber concurrido al local donde se va a practicar el aborto, Sin embargo, tam
poco es indispensable que se haya comenzado a matar al feto; basta que se realicen actos
físicos y temporalmente relacionados de manera estrecha con esta acción (R.J.P. 1969,
p. 112). [...] Si la mujer se somete a prácticas abortivas, por creerse embarazada sin estarlo
realmente, no será punible por falta de idoneidad del objeto sobre el que recae la acción
delictuosa (art. 17). Lo mismo sucede, en caso de que la mujer embarazada utilice medios
inidóneos con el objeto de interrumpir el embarazo [...] En el Código de 1924, estas con
ductas eran reprimidas a título de delito imposible (un caso de tentativa, art. 99)”.
dm JURISPRUDENCIA
Sumario: CORTE SUPREMA: Atipicidad de la conducta imputada por falta de creación de ries
gos prohibidos (tentativa de aborto). CORTES SUPERIORES: Atipicidad de la con
ducta imputada por falta de creación de riegos prohibidos.
CO RTE SUPREM A
J 0808 A tip icid a d de la conducta im pu tada p o r fa lta de creación de riesgos proh ibidos
(tentativa de aborto): “En la instrucción no existe prueba que produzca plena convicción
respecto a que el procesado habría incurrido en la comisión de tentativa de aborto, pues de
las pericias médicas de reconocimiento no aparece que la agraviada hubiese presentado
amenaza de aborto o algunos otros indicios compatibles con dicho ilícito” (caso en dis
cordia) (Ejecutoria Suprema del 09/03/2001, R. N. N ° 3 602-2000-Lim a. En: URQUIZO
OLAECHEA, J. (Asesor); CASTILLO ALVA, J. L. (D irector) y SALAZAR SÁNCHEZ, N.
(Coordinador) (2005). Jurisprudencia penal. Jurista, Lima, p . 337).
670
Aborto A rt. 115
N ormas concordantes
C: arts. 1, 2 inc. 1); C P: arts. 12, 20, 22, 29, 31, 45, 46, 57, 92; C P P 1991: art. 244; C PP
2004: art. 200; CC: arts. 1, 515 inc. 8); L e y 26842: art. 3 0
DOCTRINA
Sumario: Bien jurídico / Conducta típica / Sujeto activo-pasivo / Tipo subjetivo / Contenido nor
mativo del consentimiento de la madre / Tipo subjetivo.
I) (1458 Bien jurídico: HURTADO POZO, J. (1994). Manual de Derecho Penal. Parte
especial. Tomo II. Lima: Juris, p. 63. “[...] Bien que se daña: vida en germen, aún no
lograda, ni independiente como la del que está naciendo o ha nacido”.
_I)_ 0459
_ _ _ Conducta típica: HURTADO POZO, J. (1994). Manual de Derecho Penal.
Parte especial. Tomo II. Lima: Juris, pp. 63-64. “Este consiste en que el agente realiza,
con el consentimiento de la madre, actos que causan la interrupción del embarazo. El
aborto sigue siendo ilícito porque la vida, aunque embrionaria, no es un bien jurídico del
que la madre puede disponer libremente. [...] El consentimiento debe ser serio y expreso.
Al momento de consentir la mujer debe ser una persona capaz. Se trata de la capaci
dad natural: una mujer menor de edad puede consentir si es suficientemente madura. No
puede oponérsele la voluntad contraria de su representante legal. No es válido, por el
671
A rt . 115 L ibro segundo / Parte especial - delitos
672
A borto A rt. 115
¡4¡[jj JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0810 A b o rto con sen tido con sobreviniente m uerte de la víctim a: “F. J. 6. En el pre
sente caso [...] las resoluciones de fecha 25 de agosto y 15 de octubre de 2001, emitidas
por los jueces emplazados, que dictan y confirman el mandato de detención a la actora
por la supuesta comisión del delito contra la vida, el cuerpo y salud -homicidio cul
poso, aborto consentido con sobreviniente muerte de la víctima y encubrimiento real-; al
respecto, el cuarto considerando del auto que dicta la detención preliminar expresa que
existe suficientes elementos de la comisión del delito que se le imputa como autora, y
hace referencia a una declaración de una testigo que describe como acompañó a la víc
tima al domicilio de la beneficiada, sumándose a ello, las inspecciones técnico-policiales
y el protocolo de necropsia [también son] hechos que la incriminan. F. J. 7. Respecto al
requisito de que la sanción a imponerse sea superior a los cuatro años de pena privativa de
libertad, en el quinto considerando de la resolución cuestionada se expresa que el delito
de aborto con sobreviniente muerte de la víctima está dentro de los márgenes de legalidad
673
A rt. 116 L ibro segundo / Parte especial - delitos
donde se le sanciona al agente hasta con una pena no mayor a los cinco años de pena pri
vativa de libertad (art. 115 del CP) y respecto al requisito de la existencia de suficientes
elementos probatorios para concluir que la imputada intenta eludir' la acción de la justicia
o perturbar la acción probatoria; asimismo, el sexto considerando del auto de detención
preliminar señala que se aprecia que a los investigados (refiriéndose entre ellos a la bene
ficiada) se les atribuye la comisión de diversos ilícitos cuyas penalidades resultantes son
graves lo que estaría sumado a la forma como se habrían desplegado los hechos referidos
al ocultamiento del cadáver que hace apreciar una conducta indicativa de no querer some
terse a la persecución penal por lo que se establece de que trataron de eludir la acción de
justicia” (ST C Exp. N ° 445-2011-P H C /T C -Ica, caso: D o ra E delia H uasasqu iche de Cas
tillo, d el 02/08/2011, ff. jj. 6 y 7).
CORTE SUPREMA
J 0811 D escripción fá c tic a de una con du cta típica de aborto con sen tido: “En autos
se ha establecido que el procesado realizaba prácticas abortivas contando con la compli
cidad de la coencausada, quien en algunas ocasiones le recomendaba los clientes, esta a
través de sus declaraciones a lo largo del proceso admite solo parte de los hechos, seña
lando que su participación concluyó cuando llevó a la menor agraviada y a sus familiares
al tópico del encausado; sin embargo, dicha versión es contradicha con lo declarado por
el coprocesado quien de manera clara ha explicado que efectivamente la menor agraviada
íue conducida por la encausada para que le practique el aborto, quedando acreditada su
participación y responsabilidad en el ilícito en calidad de cómplice, ya que gracias a su
colaboración se realizó el acto abortivo con las consecuencias descritas” (E n : CASTILLO
ALVA, J . L. (2006). Jurisprud en cia penal. Sentencias de la Corte Suprem a d e Justicia de
la República. Tomo II. Grijley, Lima, p. 82).
CORTES SUPERIORES
J 0812 B ien ju ríd ic o p rotegido en el delito d e aborto consentido: “En esta clase de de
litos se protege la vida humana dependiente, esto es, la vida del embrión o feto; teniendo
en cuenta que nuestra Constitución Política consagra en su artículo segundo, inciso pri
mero la vida humana como derecho fundamental de la persona y se establece además que
el concebido es sujeto de derecho en todo cuanto le favorezca” (Ejecutoria S uperior del
2 6 /0 1 /1 9 9 8 , Exp. N ° 5 8 2 1 -9 7 -Lima).
674
Aborto A rt. 116
N ormas concordantes
C : arts. 1, 2 irte. 1 ) ; C P : arts. 1 2 , 2 2 , 2 9 , 4 5 , 4 6 , 5 7 , 6 2 , 9 2 ; C d e P P : art. 1 7 9 ; C P P 1 9 9 1 :
art. 2 4 4 ; C P P 2 0 0 4 : art. 2 0 0 ; C C : arts. 1, 5 1 5 irte. 8 ) ; L e y 2 6 8 4 2 : art. 3 0
DOCTRINA
_______
I) 0465 Problemática: CARBONELL MATEU, J. C. y GONZALEZ CUSSAC, J. L.
(1996). “Aborto”. En: VIVES ANTÓN, T. S.; BOIX REIG. J.; CARBONELL MATEU,
J. C. y GONZÁLEZ CUSSAC, J. L. (Coautores). Derecho Penal. Parte especial. Valen
cia: Tirant lo Blanch, p. 101. “La conducta consiste en causar un aborto sin el consenti
miento de la mujer. No importan los medios empleados. No hay obstáculos para la comi
sión por omisión. Basta con la existencia de una posición de garantía y la probabilidad
rayana en la certeza de evitar el resultado de mediar la conducta activa: piénsese en el
compañero de la embarazada, ginecólogo, que no hace nada, por evitar un aborto que se
produce naturalmente contra la voluntad de esta y pudiendo evitarlo. Naturalmente, que
sea correcta la afirmación anterior, es necesario el dolo en cualquiera de sus modalidades
directa o eventual”.
JURISPRUDENCIA
CORTE SUPREM A
676
A borto A rt. 117
DOCTRINA
677
A rt. 118 L ibro segundo / Parte especial - delitos
M í \JURISPRUDENCIA
CORTE SUPREMA
J 0815 In h abilitación accesoria en e l delito de aborto realizado p o r profesion ales:
“Cabe aplicar la pena de inhabilitación accesoria, consistente en la prohibición de ejercer
profesión médica, si el acusado abusó de su condición especial para practicar un aborto”
(Ejecutoria Suprem a del 2 3 /10/1997, Exp. N ° 4674-96-H uám tco).
DOCTRINA
Sumario: Conducta típica / Tipo subjetivo /Aborto con dolo eventual.
_I)_04"4
_ _ _ Tipo subjetivo: HURTADO POZO, J. (1994). M anual de D erech o Penal.
Parte especial. Tomo II. Lima: Juris, pp. 68-69. “La referencia legal a la falta de propó
sito de causar el aborto, excluye del todo la forma dolosa. Solo actúa con propósito de
678 .........
Aborto A rt . 119
[PXÍflSJ Aborto con dolo eventual: CREUS, C. (1999). D erecho Penal. Parte es p e
cial. Tomo I. 2a reimpresión de la 6a edición. Buenos Aires: Astrea, p. 65. “El tipo exige
que haya ejercido violencia, es decir, empleado una energía física dirigida sobre la mujer
[...]. Está comprendido cualquier despliegue de energía física, sea intencionalmente orien
tada a dañar a la persona (golpes, malos tratos) o que constituya medio para obtener otros
resultados (coacciones, violencias carnales); puede operar sobre el cuerpo de la paciente
o sobre su psiquismo [...]. Pero la violencia desplegada por la figura es la que el autor
quiso desplegar sobre la mujer o que admitió que recayese sobre ella; con ello, quedan al
margen las acciones que culposamente han hecho incidir la energía. En consecuencia, los
resultados de las violencias culposas deberán ser punidos por los correspondientes tipos
culposos de homicidio o lesiones con respecto a la persona de la embarazada”.
IÜ3 JURISPRUDENCIA
CORTES SUPERIORES
J 0816 D escripción fá c tic a del aborto p reterin ten cion al: “Constituye aborto preterin
tencional el hecho que los procesados hayan agredido físicamente a la agraviada, siendo
evidente el embarazo de esta; profiriéndole golpes de puño y patada en la zona del estó
mago y vientre ocasionando la pérdida del producto de la concepción” (Ejecutoria S up e
rio r del 19/04/1998, Exp. N ° 7816-97 -Lima).
679
A rt. 119 L ibro segundo / Parte especial - delitos
DOCTRINA
_I)_Ii4"(>
_ _ _ Tipo objetivo: HURTADO POZO, J. (1994,). Manual de Derecho Penal.
Parte especial. Tomo II. Lima: Juris, p. 95. “El único que puede practicar el aborto tera
péutico es un médico diplomado. [...] Están excluidos los prácticos o cualquier otra per
sona dedicada a profesionales sanitarias (farmacéuticos, odontólogos, oculistas...), aun
cuando contaren con los conocimientos y la práctica suficientes. [...] Esto supone, evi
dentemente, que primero se resuelve el conflicto de interés en favor de la vida o salud de
la madre. El requisito consistente en contar con la opinión favorable de dos médicos que
hubieran tratado el caso [...] Estos debían pronunciarse sobre la necesidad y oportunidad
de la inteiTupción del embarazo”.
DH4"S Fin del aborto terapéutico: CREUS, C. (1999). Derecho Penal. Parte espe
cial. Tomo I. 2a reimpresión de la 6a edición, Buenos Aires: Astrea, p. 62. “El aborto debe
haber sido decidido a fin de evitar un grave peligro para la vida o la salud de la madre,
pero esa finalidad solo influirá en la impunidad cuando el peligro no pueda ser evitado
por otros medios distintos del aborto. Los bienes que tienen que ponerse en peligro por
la continuación misma del embarazo o por la eventualidad del alumbramiento, son los de
la vida o la salud de la embarazada; otros perjuicios que no se refieran a ellas (por ejem
plo, deformaciones que no influyan en el funcionamiento orgánico de la mujer) no que
dan comprendidos”.
680
A borto A rt . 119
a JURISPRUDENCIA
681
Art. 120 L ibro segundo /Parte especial - delitos
el único medio para salvar la vida de la gestante o para evitar en su salud un mal grave
permanente’ 2.4. El 16 de agosto de 2001, la señora Amanda Gayoso, asistente social ads
crita al Colegio de Asistentes Sociales del Perú, realizó una evaluación del caso y con
cluyó que se recomendaba la intervención médica para interrumpir el embarazo ‘ya que
de continuar solo se prolongaría la angustia e inestabilidad emocional de Karen y su fami
lia’ Sin embargo, la intervención no se realizó debido a la negativa de los funcionarios
médicos adscritos al Ministerio de Salud. 2.5. El 20 de agosto de 2001, la doctora Marta
B. Rendón, médico psiquiatra adscrita al Colegio Médico Peruano rindió un infoime
médico psiquiátrico de la autora, concluyendo que: ‘el presunto principio de la beneficen
cia para el feto ha dado lugar a maleficencia grave para la madre, pues se le ha sometido
innecesariamente a llevar a término un embarazo cuyo desenlace fatal se conocía de ante
mano y se ha contribuido significativamente a desencadenar un cuadro de depresión con
las severas repercusiones que esta enfermedad tiene para el desarrollo de una adolescente
y para la futura salud mental de la paciente’ 2.6. El 13 de enero de 2002, con una demora
de tres semanas respecto a la fecha normalmente prevista para el parto, la autora dio a luz
una niña anencefálica, que vivió cuatro días; periodo durante el cual debió amamantarla.
Después de la muerte de su hija, la autora se sumió en un estado de profunda depresión.
Así lo diagnosticó la psiquiatra Marta B. Rondón. Asimismo, la autora afirma que pade
ció de una inflamación vulvar que requirió tratamiento médico. 2.7. La autora presenta al
Comité la declaración médica de los doctores Annibal Faúdes y Luis Távara, especialis
tas de la asociación Centerfor Reproductive Rights, quienes el 17 de enero de 2003 estu
diaron el expediente clínico de la autora y señalaron que la anencefalia es una enfermedad
fatal para el feto en todos los casos. La mayoría mueren inmediatamente después del naci
miento. Además pone en peligro la vida de la madre. En su opinión, al haber rechazado
interrumpir el embarazo, el personal médico tomó una decisión perjudicial para la autora
[...] 7. El Comité de Derechos Humanos, actuando de conformidad con el párrafo 4 del
artículo 5 del Protocolo Facultativo del Pacto, considera que los hechos que tiene ante sí
ponen de manifiesto una violación de los artículos 2, 7 ,1 7 y 24 del Pacto. 8. De conformi
dad con el apartado a) del párrafo 3 del artículo 2 del Pacto, el Estado parte tiene la obli
gación de proporcionar a la autora un recurso efectivo que incluya una indemnización.
El Estado parte tiene la obligación de adoptar medidas para evitar que se cometan vio
laciones semejantes en el futuro” (Comunicación N° 1153/2003, caso: K.Cvs. Perú, del
24/10/2005, Párrafos: 2.1, 2.2, 2.3, 2.4, 2.5, 2.6, 2.7, 7 y 8, Comité de Derechos Huma
nos de la ONU).
- 682
A borto A rt. 120
C: arts. 1, 2 m e. 1); CP: arts. 12, 29, 45, 52, 62, 68; C P P 1991: art. 244; C P P 2004: art. 200;
CC: arts. 1, 5, 6; C A D H : art. 4 inc. 1); D U D H : arts. 3, 6
DOCTRINA
Sumario: Fundamento / Importancia del dictamen médico / Tipo objetivo del aborto sentimental /
Tipo subjetivo / Antijuricidad / Consentimiento.
I) H4S4 Tipo objetivo del aborto sentimental: HURTADO POZO, J. (1994). Manual
de Derecho Penal. Parte especial. Tomo II. Lima: Juris, pp. 90-91. “[...] El embarazo
debe ser consecuencia de ‘violación sexual fuera de matrimonio’ o de ‘inseminación arti
ficial no consentida y ocurrida fuera de matrimonio’. Por violación sexual es de enten
der tanto la violación presunta como la violación simple o agravada, en la que la víctima,
capaz de consentir válidamente, es sometida por la violencia [...] en cuanto a la exigencia
que la violación o la inseminación artificial tengan lugar fuera de matrimonio, resulta difí
cil comprenderla. En caso de la violación es, por lo menos incoherente de reprimir la vio
lación aún dentro de matrimonio y, al mismo tiempo, considerar que el aborto sentimen
tal solo procede cuando la violación se produce fuera de matrimonio”.
1) 0485 Tipo objetivo del aborto eugenésico: HURTADO POZO, J. (1994). Manual
de Derecho Penal. Parte especial . Tomo II. Lima: Juris, p. 89. “Tara significa estigma
de decadencia o enfermedad. [...] No debe tratarse de cualquier anormalidad. La ley la
califica de grave. En caso de taras físicas, se puede tratar, por ejemplo, de la falta de las
dos piernas, pero no solo la falta de una mano. Como taras síquicas, es de mencionar la
imbecilidad, la esquizofrenia. No debe tratarse, por consiguiente, de taras que puedan ser
683
A rt. 120 L ibro segundo / Parte especial - delitos
eliminadas mediante una intervención médica (labio leporino) o que no impidan al nuevo
ser llevar una vida autónoma; no basta la posibilidad que perturbe su bienestar. [...] Esta
circunstancia deberá ser determinada por un médico previamente a la interrupción del
embarazo. [...] La predicción debe estar basada en elementos evidentes. No basta una
simple presunción”.
_I)_ ll4N
_ _ n_ Tipo subjetivo: HURTADO POZO, J. (1994). Manual de Derecho Penal.
Parte especial. Tomo II. Lima: Juris, p. 86. “El autor debe obrar dolosamente; en par
ticular con conciencia plena de la situación particular en que actúa: estado del feto apre
ciado conforme el pronóstico médico previo o el hecho que el embarazo sea el resul
tado de una violación sexual y que esta haya ido, al menos, denunciada ante la autoridad
correspondiente. El dolo eventual es suficiente”.
_I)_(1488
_ _ _ Consentimiento: HURTADO POZO, J. (1994). Manual de Derecho Penal.
Parte especial. Tomo II. Lima: Juris, p. 88. “Obrar contra su voluntad constituye una cir
cunstancia que acentúa el carácter ilícito del comportamiento. Si se considera superfluo
el consentimiento de la madre, en caso de aborto eugenésico, se debería concluir que el
único fundamento de la atenuación de la pena es la integridad corporal o el estado de
salud (física o mental) del feto. Lo que supondría que los intereses en conflicto son, de
un lado, la vida embrionaria y, de otro lado, evitar el nacimiento de seres minusválidos
o la carga social que representa su crianza y mantenimiento. Por el contrario, si se tiene
en cuenta que el factor decisivo para la atenuación de la represión (para la impunidad, en
el sistema de las indicaciones consagrado en leyes extranjeras) es la libertad de la madre
para asumir todas las privaciones y sacrificios personales que implica la crianza de un hijo
gravemente deficiente, resulta indispensable que ella exprese libremente su voluntad. Su
dignidad de persona y su derecho a una maternidad responsable impiden que pueda impo
nérseles la interrupción del embarazo”.
tWj JURISPRUDENCIA
684
Aborto A rt. 120
JURISPRUDENCIA EXTRANJERA
J 0818 C onceptualización d e l aborto sen tim en tal y su s repercusiones en la m adre:
“Basta considerar que la gestación ha tenido su origen en la comisión de un acto no solo
contrario a la voluntad de la mujer, sino realizado venciendo su resistencia por la violen
cia, lesionando en grado máximo su dignidad personal y el libre desarrollo de su perso
nalidad, y vulnerando gravemente el derecho de la mujer a su integridad física y moral, al
honor, a la propia imagen y a la intimidad personal. Obligarla a soportar las consecuen
cias de un acto de tal naturaleza es manifiestamente inexigible; la dignidad de la mujer
excluye que pueda considerársele como mero instrumento y el consentimiento necesa
rio para asumir cualquier compromiso u obligación cobra especial relieve en este caso
ante un hecho de tanta trascendencia como el de dar vida a un nuevo ser; vida que afec
tará profundamente a la suya en todos los sentidos” (1985/53 TC; Pleno. 11 de abril de
1985. España).
685
CAPÍTULO III
LESIONES
(73) A rtículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 de la Ley N° 30819 del 13/07/2018.
L esiones A rt. 121
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 1 2 1 .- El que causa a otro daño grave en el cuerpo o en la salud, será repri
mido con pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor de ocho años. Se con
sideran lesiones graves:
1. Las que ponen en peligro inminente la vida de la víctima.
2. Las que mutilan un miembro u órgano principal del cuerpo o lo hacen impropio
para su función, causan a una persona incapacidad para el trabajo, invalidez o
anomalía psíquica permanente o la desfiguran de manera grave y permanente.
3. Las que infieren cualquier otro daño a la integridad corporal, o a la saludfísica
o mental de una persona que requiera treinta o más días de asistencia o des
canso, según prescripción facultativa.
Cuando la víctima muere a consecuencia de la lesión y si el agente pudo prever este
resultado, la pena será no menor de cinco ni mayor de diez años.
MODIFICACIONES AL TEXTO ORIGINAL:
Primera modificación: artículo 1 de la Ley N° 28878 del 17/08/2006.
A rtícu lo 1 2 1 .- El que causa a otro daño grave en el cuerpo o en la salud, será repri
mido con pena privativa de libertad no menor de cuatro ni mayor de ocho años. Se
consideran lesiones graves:
1. Las que ponen en peligro inminente la vida de la víctima.
2. Las que mutilan un miembro u órgano principal del cuerpo o lo hacen impropio
para su función, causan a una persona incapacidad para el trabajo, invalidez o
anomalía psíquica permanente o la desfiguran de manera grave y permanente.
3. Las que infieren cualquier otro daño a la integridad corporal, o a la saludfísica
o mental de una persona que requiera treinta o más días de asistencia o des
canso, según prescripción facultativa.
Cuando la víctima muere a consecuencia de la lesión y si el agente pudo prever este
resultado, la pena será no menor de cinco ni mayor de diez años.
Cuando la víctima es miembro de la Policía Nacional del Perú o de las Fuerzas
Armadas, Magistrado del Poder Judicial o del Ministerio Público, en el cumpli
miento de sus funciones, se aplicará pena privativa de libertad no menor de cinco
años ni mayor de doce años.
Segunda modificación: artículo 2 de la Ley N° 30054 del 30/06/2013.
A rtícu lo 121.- El que causa a otro daño grave en el cuerpo o en la salud, será repri
mido con pena privativa de libertad no menor de cuatro ni mayor de ocho años. Se
consideran lesiones graves:
1. Las que ponen en peligro inminente la vida de la víctima.
2. Las que mutilan un miembro u órgano principal del cuerpo o lo hacen impropio
para su función, causan a una persona incapacidad para el trabajo, invalidez o
anomalía psíquica permanente o la desfiguran de manera grave y permanente.
687
A rt . 121 L ibro segundo /Parte especial - delitos
688
L esiones A rt. 121
DOCTRINA
Sumario: Bien jurídico / Daño en el cuerpo/ Darío en la salud / Imputación objetiva / Tipo subje
tivo / Tentativa /Agravante del inciso 2.
689
A rt . 121 L ibro segundo /Parte especial - delitos
________
I ) H4‘)2 Daño en la salud: BRAMONT ARIAS, L. A. (1988). Temas de Derecho Penal.
Tomo II. Lima: San Marcos, p. 38. “Por daño en la salud se entiende toda modificación
en el funcionamiento del organismo de una persona. Se trata de un concepto fisiológico:
lesiones de los órganos intemos que no se manifiestan exteriormente. El trastorno funcio
nal ha de tener alguna duración. Las sensaciones momentáneas [...] no constituyen lesio
nes. La situación es distinta si esas sensaciones perduran por un término más o menos
largo, de suerte que pueden reputarse como trastornos en el estado de salud del individuo.
690
L esiones A rt. 121
Constituyen daño en la salud, las lesiones causadas por el contacto o contagio, como las
infecciones blenorrágicas o sifilíticas, la tuberculosis, etc.
I) (I4‘>5 Tentativa: ROY FREYRE, L. E. (1986). Derecho Penal. Parte especial. 2a edi
ción. Lima: Eddili, pp. 307-308. “Siendo las lesiones un delito de naturaleza material, la
tentativa es configurable [...] solo queda a salvo de esta posibilidad el caso de las lesiones
seguidas de muerte (también denominado, aunque con impropiedad en nuestra dogmá
tica, “homicidio preterintencional”). Algunos penalistas han sostenido que no existe posi
bilidad de tentativa en el delito de lesiones, en razón a que, al frustrarse el proceso ejecu
tivo de esta infracción penal, no se podría conocer si el propósito del agente fue causar
una lesión grave o una lesión menos grave. No obstante, nosotros pensamos que, si las
circunstancias ponen de manifiesto un animas vulnerandi que merece mayor reprochabi-
lidad, no materializado por motivos ajenos a la voluntad del agente, entonces no hay difi
cultad para la configuración de tentativa. Los medios empleados por el actor pueden aquí
servir de valiosos elementos de juicio. Así, por ejemplo, en el caso de quien arroja ácido
sulfúrico con dirección al rostro de su enemigo, el mismo que, al desviarse o desubicarse
oportunamente, consigue escavar ileso. En cambio, cuando las circunstancias, en lugar de
ser claras, ofrecieran alguna duda con respecto a si la intervención del sujeto activo fue
causar una lesión grave o una menos grave, la solución está dada por el principio indubio
pro reo, de universal aplicación”.
691
A rt. 121 L ibro segundo / Parte especial - delitos
JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0820 In teg rid a d físic a : “La integridad física presupone el derecho a conservar la
estructura orgánica del ser humano; y, por ende, a preservar la forma, disposición y fun
cionamiento de los órganos del cuerpo humano y, en general, la salud del cuerpo. La afec
tación de la integridad física se produce cuando se generan incapacidades, deformacio
nes, mutilaciones, perturbaciones o alteraciones funcionales, enfermedades corpóreas,
692
L esiones Art . 121
etc. En ese orden de ideas, el apartado h) del inciso 24) del artículo 2 de la Constitución
prohíbe toda forma de violencia física.
La indemnidad corporal está sujeta, como regla general, al principio de irrenunciabilidad;
vale decir, que la Constitución no avala ni permite las limitaciones físicas voluntarias,
salvo casos excepcionales. En ese sentido, la persona tiene la responsabilidad de mante
ner incólume su integridad y, por consiguiente, de no atentar contra su propia estructura
corpórea. Los actos de disposición del cuerpo solo son admisibles cuando surge una exi
gencia ante un estado de necesidad, una razón médica o motivos de humanitarismo (pér
dida de un miembro u órgano para salvar el resto de la estructura corpórea, una gangrena
o la donación de un órgano para preservar una vida ajena).
Al respecto, el artículo 6 del Código Civil -precepto que complementa el mandato constitu
cional- prohíbe los actos de disposición del propio cuerpo cuando ocasionan una disminu
ción permanente del mismo o, en todo caso, cuando sean contrarios al orden público o a la
buenas costumbres. En virtud de ello, la persona solo puede disponer de aquellas partes de
su cuerpo que, al ser despojadas o separadas, no ocasionen una disminución permanente de
su integridad física. Por ende, cabe la posibilidad de que la persona pueda ceder todas aque
llas partes, sustancias o tejidos que se regeneren, siempre que ello no atente gravemente
contra su salud o ponga en peligro su vida; tales los casos del corte del cabello, la donación
de sangre, etc. Dicha postura tiene como base y fundamento el histórico caso de Paolo Sal-
vatori (Ñapóles, 1930), en el cual este fue objeto de una intervención quirúrgica de ceden-
cia de testículo a favor de Vittorio La Pegna. Allí el Tribunal de Nápoles fijó el criterio de
que, con dicha disposición del cuerpo, no se había ocasionado ninguna disminución grave.
Asimismo, el artículo 7 del Código Civil autoriza expresamente la facultad de donar par
tes del cueipo o de órganos o de tejidos; empero, precisa que dicha cesión no deberá per
judicar gravemente la salud o reducir sensiblemente el tiempo de vida del donante. El
consentimiento del donante debe ser expreso y por escrito, además de ser libre, sin coac
ción ni fraude. Añádase que la autorización debe sustentarse en la previa y adecuada
información acerca de la naturaleza del acto quirúrgico a practicarse sobre él, sus con
secuencias y riesgos” (STC Exp. N° 2333-2004-HC/TC-Callao, caso: Natalia Foronda
Crespo y otras, del 12/08/2004,/. j. 2.1).
693
A rt. 121 L ibro segundo /Parte especial - delitos
en el ámbito familiar (manipulaciones para el goce del régimen de visitas, retardo no jus
tificado de las prestaciones alimentarias, etc.). En ese orden de ideas, el apartado h) del
inciso 24) del artículo 2 de la Constitución prohíbe toda forma de violencia psíquica con
tra una persona” (STC N° 2333-2004-HC/TC-Callao, caso: Natalia Foronda Crespo y
otras, del 12/08/2004, f j. 2.3).
ACUERDO PLENARIO
J 0822 S obre la a n o m a lía p síq u ic a p e r m a n e n te d e riva d a d e la lesió n : “F. J. 12. El
inciso 2 del artículo 121 del CP se refiere a la ‘anomalía psíquica permanente’ cau
sada con la lesión inferida a la víctima. La anomalía psíquica permanente está con
templada en la ley penal (art. 20.1) y en la doctrina peruana como: eximente de res
ponsabilidad penal; y dentro de ellas, las oligofrenias (retrasos mentales), las
demencias, las esquizofrenias y otros trastornos psicóticos. F. J. 13. Las circunstan
cias eximentes de responsabilidad penal, han sido tratadas por la doctrina penal; com
parativamente en una referencia no exhaustiva a partir de las sentencias del Tribunal
Supremo de España, se hallan por ejemplo el trastorno psicótico de tipo paranoide o
esquizofrenia paranoide (manifestado en una interpretación delirante de la realidad
que da lugar a reacciones violentas); las oligofrenias profundas -id iocia- (en cocien
tes intelectuales inferiores al 25 o 30 por 100 que corresponde a una edad mental por
debajo de los 4 años de edad). Para Alonso Peña-Cabrera Freyre, el tipo penal requiere
que la anomalía psíquica sea permanente, quedando descartadas aquellas perturbacio
nes psicológicas temporales, que vayan a cesar después de un tiempo. F. J. 14. Es de
común conocimiento que las oligofrenias leves, moderadas o profundas no son efec
tos o consecuencias surgidas de una agresión súbita y que en las psicosis hay un tras
fondo bioquímico larvado que puede ser ‘gatillado’ o ‘disparado’ por una experiencia
traumática, de modo que corresponde a los expertos señalar con solvencia si hay o no
supuestos en que se pueda establecer que la referencia a anomalía psíquica perma
nente tiene sentido en el inciso dos del artículo 121 de modo independiente del inciso
3 del propio artículo 121. F. J. 19. Estando el inciso 3, del primer párrafo del artículo
121 del Código Penal, se considera lesión grave a la que ocasiona ‘daño a la salud
mental que requiera 30 o más días de asistencia o descanso’, según prescripción
facultativa; tal forma de fijación de la alteración a la salud mental, considerada en
días de asistencia o descanso es refractaria a la nueva determinación de los niveles de
daño psíquico que establece el artículo 124-B, por lo cual, resulta razonable entender
que aquel parámetro, solo puede ser de aplicación a las lesiones físicas. La referencia
al daño a la salud mental en función a días de asistencia médica o descanso ha deve
nido en una reminiscencia, una residualidad impropia e inoperativa de cara al cambio
legislativo introducido por el Decreto Legislativo N° 1323, que no fue corregido por
omisión del legislador. F. J . 26. A consideración de la licenciada en psicología y
perito argentina doña Silvia Castelao, el concepto más claro de daño psíquico es el
propuesto por el médico psiquiatra don Ricardo Ernesto Risso: quien lo considera
como un ‘Síndrome psiquiátrico coherente (enfermedad psíquica), novedoso en la
biografía, relacionado causal o concausalmente con el evento de autos (accidente,
enfermedad, delito), que ha ocasionado una disminución en las aptitudes psíquicas
694
L esiones A rt. 121
695
A rt. 121 L ibro segundo /Parte especial - delitos
Variable
Recuperación o croniñcación de la sintomatología
Readaptación (6 meses a 2 años) (reac traumática
ción a largo plazo)
696
L esiones A rt. 121
En la última parte del inciso 3 del artículo 121 del CP se ha considerado que se configura
una lesión grave cuando ‘se determina un nivel grave o muy grave de daño psíquico’ Se
requiere precisión legislativa con el apoyo de la ciencia, en cuanto a la connotación de
ambos términos que aluden menoscabo sobrevenido de la salud mental, por cuanto de
ser similares, habrá de prevalecer el 121.3; en tanto que de no serlo, se habrán generado
supuestos de anomalía psíquica permanente que no requerirán un semestre de observa
ción y tratamiento (es deber constitucional del Estado a través de los servicios de salud
pública el atender y curar a los enfermos) para el diagnóstico de la ausencia o presencia de
‘huella psíquica’ y su nivel o escala. Los expertos debidamente calificados, deberán seña
lar solventemente en cual patología específica diferente a las señaladas se amerita estimar
consolidado el daño psíquico antes de tal lapso (que no sea solo manifestación de estrés
agudo)” (Acuerdo Plenario N° 2-2016/CJ-l 16 sobre “Lesiones y faltas por daño psíquico
y afectación psicológica", del 12/06/2017, ff. jj. 12,13, 14,19, 26, 27y 28, X Pleno Juris
diccional de las Salas Penales Permanente y Transitorias).
CO RTE SUPREM A
J 0823 Ju stificación de las lesiones gra ves p o r ejercicio de legítim a defensa: “En rela
ción al delito de lesiones graves que se imputa al acusado hay que considerar que en horas
de la noche se percató que cuatro personas escalando las paredes del colegio donde se
desempeñaba como guardián, pretendían robar e incluso el agraviado-encausado había
ingresado y amenazado al referido guardián, quien frente a esta agresión ilegítima y la
superioridad numérica de los asaltantes y el peligro inminente en que se encontraba, hizo
uso del anua que se le entregó para el cumplimiento de sus funciones de guardianía, y
siendo así le alcanza la eximente prevista en el artículo veinte inciso tercero del Código
Penal respecto del delito de lesiones por el que ha sido procesado” (Ejecutoria Suprema
del 04/12/2000, Exp. N° 3842-2000-La Libertad, Sala Penal “C ”).
■ 697
A rt. 121-A L ibro segundo /Parte especial - delitos
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 121-A(76K- En los casos previstos en la primera parte del artículo anterior,
cuando la víctima sea menor de catorce años y el agente sea el padre, madre, tutor,
guardador o responsable de aquel, la pena será privativa de libertad no menor de
cinco ni mayor de diez años, suspensión de la patria potestad según el literal b) del
artículo 83 del Código de los Niños y Adolescentes e inhabilitación a que se refiere
el artículo 36 inciso 5.
Igual pena se aplicará cuando el agente sea el cónyuge, conviviente, ascendiente,
descendiente natural o adoptivo, o pariente colateral de la víctima.
Cuando la víctima muera a consecuencia de la lesión y el agente pudo prever este
resultado, la pena será no menor de seis ni mayor de quince años.
MODIFICACIONES AL TEXTO ORIGINAL:
Primera modiñcación: artículo 9 de la Ley N° 29282 del 27/11/2008.
A rtícu lo 121-A .- En los casos previstos en la primera parte del artículo 121, cuando
la víctima sea menor de catorce años y el agente sea el tutor, guardador o responsa
ble de aquel, la pena será privativa de libertad no menor de cinco ni mayor de ocho
años, remoción del cargo según el numeral 2 del artículo 554 del Código Civil e
inhabilitación a que se refiere el artículo 36 inciso 5.
Cuando la víctima muere a consecuencia de la lesión y el agente pudo prever este
resultado, la pena será no menor de seis ni mayor de doce años.
Segunda modiñcación: artículo único de la Ley N° 29699 del 04/06/2011.
A rtícu lo 1 2 1 -A .- En los casos previstos en la primera parte del artículo 121, cuando
la víctima sea menor de catorce años, la pena es privativa de libertad no menor de
cinco ni mayor de diez años.7456
(74) A rtículo derogado conform e a la única disposición com plem entaria derogatoria del D ecreto L egisla
tivo N° 1323 del 06/01/2017.
(75) A rtículo conform e a la m odificación realizada po r la prim era disposición com plem entaria modificatoria
de la Ley N° 30364 del 23/11/2015.
(76) Artículo conform e a la incorporación realizada po r el artículo 1 de la Ley N° 26788 del 16/05/1997.
698
L esiones A rt. 121-A
Cuando el agente sea el tutor o responsable del menor, procede además su remoción
del cargo según el numeral 2 del artículo 554 del Código Civil e inhabilitación con
forme a lo dispuesto en el inciso 5 del artículo 36 del presente Código.
Cuando la víctima muere a consecuencia de la lesión y el agente pudo prever ese
resultado, la pena será no menor de seis ni mayor de doce años.
Tercera modificación: primera disposición complementaria modificatoria de la
Ley N° 30364 del 23/11/2015.
Artículo 121-A.-En los casos previstos en la primera parte del artículo 121, cuando
la víctima sea menor de edad, mayor de sesenta y cinco años o sufre discapacidad
física o mental y el agente se aprovecha de dicha condición se aplica pena privativa
de libertad no menor de seis ni mayor de doce años.
Cuando la víctima muere a consecuencia de la lesión y el agente pudo prever ese
resultado, la pena será no menor de doce ni mayor de quince años.
Cuarta modificación: única disposición complementaria derogatoria del Decreto
Legislativo N° 1323 del 06/01/2017.
(Ver texto actualmente derogado)
N ormas concordantes
C: art. 4; CP: arts. 35 inc. 6, 121; C P P 1 9 9 1 : art. 243; C P P 2 0 0 4 : art. 314 irte. 1; CC: arts.
244, 333 inc. 2; 515 mtms. 2, 8; 554, 746, 783; C N A : art. 75 lit. e)
DOCTRINA
699
A rt. 121-A L ibro segundo / Parte especial - delitos
JURISPRUDENCIA
Sumario: CORTE SUPREMA: Atipicidad de la conducta respecto del delito de lesiones graves
seguidas de muerte por falta de dolo / Descripción fáctica de las lesiones seguidas de
muerte / Diferenciación entre homicidio y lesiones graves en función de la imputación
subjetiva / Diferenciación entre homicidio y lesiones graves seguidas de muerte en fun
ción de la creación de riesgos típicos para el bien jurídico tutelado.
CO RTE SUPREM A
J 0825 A tipicidad de la conducta respecto del delito de lesiones graves segu idas de
m u erte p o r fa lta de dolo: “Si bien, el procesado no ha impugnado la venida en grado, es
pertinente señalar que, según lo actuado, la intención de los procesados fue solo apode
rarse del dinero producto de la venta de los terrenos que habían efectuado los agravia
dos, no habiendo mediado dolo deliberado o premeditado con anticipación, respecto a
las lesiones graves que ocasionaron la posterior muerte de la víctima; actos que se pre
sentaron como necesarios para la realización del premeditado plan de apoderamiento del
dinero, por lo que debe absolverse por el delito contra la vida y la salud -lesiones segui
das de muerte—” (Ejecutoria Suprema del 21/01/2004, R. N. N° 2519-2003-Ancash. En:
CASTILLO ALVA, J. L. (2006). Jurisprudencia penal. Sentencias de la Corte Suprema de
Justicia de la República. Tomo II. Grijley, Lima, p. 288).
J 0826 D escripción fá c tic a de las lesiones seguidas d e m uerte: “Se atribuye al encau
sado haber intentado matar a su cónyuge, ocasionándole diversos cortes, básicamente
en el rostro, utilizando para tal efecto un cuchillo, tipificándose la conducta del acu
sado en el artículo 170 del Código Penal; sin embargo, el estudio de lo actuado nos
permite llegar a la plena convicción de que no se da este supuesto, sino que reconfi
gura el delito de lesiones graves, siendo obligación del Supremo Tribunal ade
cuar correctamente la conducta incriminada dentro del tipo penal que corresponde”
(Ejecutoria Suprema del 03/07/2000, R. N. N° 1517-2000-Ucayali. En: URQUIZO
OLAECHEA, J. (Asesor); CASTILLO ALVA, J. L. (Director) y SALAZAR SÁNCHEZ, N.
(Coordinador) (2005). Jurisprudencia penal. Jurista, Lima, p. 370).
700
L esiones A rt. 121-B
acción y resultado deben estar íntimamente ligados, tanto en espacio y tiempo” (Ejecuto
ria Suprema del 22/01/1998, Exp. N ° 6386-98-Puno).
(77) Artículo vigente conform e a la modificación realizada por el artículo 1 de la Ley N° 30819del 13/07/2018.
701
A rt. 121-B L ibro segundo / Parte especial - delitos
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 121-B m .- El que causa a otro daño grave en el cuerpo o en la salud por
violencia familiar será reprimido con pena privativa de libertad no menor de cinco
ni mayor de diez años y suspensión de la patria potestad según el literal e) del
artículo 75 del Código de los Niños y Adolescentes.
Cuando la víctima muere a consecuencia de la lesión y el agente pudo prever este
resultado, la pena será no menor de seis ni mayor de quince años.
702
L esiones Art. 121-B
DOCTRINA
j f t JURISPRUDENCIA
703
A r t . 121 -B L ibro segundo /Parte especial - delitos
704 ■
L esiones A rt. 122
(79) Artículo vigente conform e a la modificación realizada por el artículo 1 de la Ley N° 30819 del
13/07/2018..
705
A rt. 122 L ibro segundo / Parte especial - delitos
706
L esiones A rt. 122
707
A rt. 122 L ibro segundo / Parte especial - delitos
DOCTRINA
Sumario: Carácter subsidiario del tipo de lesiones leves / Diferencia con la falta contra el cuerpo
/ Naturaleza de la lesión.
1)05 0 0 Carácter subsidiario del tipo de lesiones leves: DONNA, E. (2003). Derecho
Penal. Parte especial. Buenos Aires: Rubinzal Culzoni, p. 259. “El tipo de lesiones es un
tipo penal subsidiario, ya que, las lesiones leves quedan absorbidas cuando el hecho con
figura la tentativa de homicidio, o lesiones graves. También cuando se trata de delitos que
se cometen utilizando la fuerza sobre la víctima, como el robo, la violación de la libertad
sexual o la resistencia y atentado contra la autoridad. En este sentido, se ha dicho que las
lesiones leves ocasionadas con motivo de la violencia ejercida para el robo, son asumi
das por este mediante las reglas del concurso aparente de tipos penales. Pero, en cuanto
al carácter subsidiario de las lesiones leves, hay que aclarar que si un daño está previsto
expresa o tácitamente como integrante de otro delito, queda desplazada la eventual consi
deración del hecho como lesiones leves si media alguna causa excluyente de la pena del
otro delito”.
708
L esiones A rt . 122
que gozaba el sujeto pasivo antes de la acción del agente. En consecuencia, no constituye
lesión, la alteración que resulte un beneficio para el equilibrio funcional (salvo que, a la
vez, la alteración implique un daño en el cuerpo)”.
gM| JURISPRUDENCIA
J 0830 D iferen cia en la in ten sid a d del daño se establece en base a in dicadores rela
cionados con la in ca p a cid a d gen erada p o r la lesión: “En relación a las lesiones aludi
das en el inciso 1 del segundo párrafo del artículo 189 cabe definir si ellas se correspon
den con las referidas en los artículos 441 o 122 (lesiones leves) del CP. Es de mencionar
que, en estas dos disposiciones, la diferencia en la intensidad del daño a la salud del
sujeto pasivo se establece en base a indicadores cuantitativos relacionados con la inca
pacidad generada por la lesión o con el tiempo de asistencia facultativa que demanda.
Así, (i) si estas requieren hasta diez días de asistencia o descanso, según prescripción
facultativa, siempre que no concurran medios que den gravedad al hecho, se estará ante
una falta de lesiones; (ii) si las lesiones requieren más de diez y menos de treinta días de
asistencia o descanso, según prescripción facultativa, se estará ante un delito de lesio
nes leves. Esta distinción sistemática debe servir para establecer cuando, con motivo de
la comisión del acto de desapoderamiento, el ejercicio de violencia física con la produc
ción subsecuente de lesiones, configure el agravante que se examina. En tal sentido, es
pertinente destacar que como el delito de robo, según se tiene expuesto, requiere para
su tipificación el ejercicio de violencia física sobre la persona, los daños personales que
esta pueda ocasionar forman parte necesariamente de esa figura delictiva. Entender, por
tanto, que el supuesto agravado del inciso 1) de la segunda parte del artículo 189 del CP
comprende toda clase de lesiones, con excepción de las graves, por estar referida taxati
vamente al último párrafo del citado artículo 189 del CP, no resulta coherente con el tipo
básico, ya que lo vaciaría de contenido. En consecuencia, si las lesiones causadas no son
superiores a diez días de asistencia o descanso, el hecho ha de ser calificado como robo
simple o básico, siempre que no concurran medios que den gravedad a las lesiones oca
sionadas. Si, en cambio, las lesiones causadas son superiores a diez días y menores de
treinta días, su producción en el robo configura el agravante del inciso 1) de la segunda
parte del artículo 189 del CP” (Acuerdo Plenario N ° 3-2009/CJ-116 sobre “Robo con
muerte subsecuente y delito de asesinato. Las lesiones como agravantes en el delito de
robo ”, del 13/11/2009, f. j. 12, VPleno Jurisdiccional de las Salas Penales Permanen
tes y Transitorias).
709
A rt . 122-A L ibro segundo / Parte especial - delitos
CORTE SUPREMA
J 0831 Tratam iento de las fa lta s com o delito cuando hay circunstancias o m edios
que le den gravedad: “Que del análisis de la resolución en cuestión se advierte que esta
se sustenta en el siguiente razonamiento: ‘[...] Esta solución —aplicar al supuesto de fal
tas la consecuencia jurídica prevista en el primer párrafo del artículo ciento veintidós del
Código Penal- aumenta la punición de la falta sin que exista una laguna legal que habi
líte la aplicación analógica in malam parten ? de la citada norma legal. Por lo que a crite
rio de este tribunal, la pena de dicha falta convertida en delito solo puede ser la fijada para
las faltas y el hecho que se le considere como delito tiene como consecuencia que no se le
apliquen las disposiciones sobre faltas (art. cuatrocientos cuarenta del CP) sino las con
tenidas en la parte general [...]’, que al respecto debe anotarse que el citado artículo cua
trocientos cuarenta y uno del Código Penal establece que tratándose de lesiones levísimas
en las que concurran circunstancias o medios que den gravedad al hecho, estas consti
tuyan delito, viabilizando de esa manera las consecuencias derivadas de tal situación;
que, siendo así, la motivación utilizada en la decisión jurisdiccional que se cuestiona no
reúne las condiciones para su validez jurídica, lo cual a su vez, hace viable la estimación
de la queja propuesta” (Queja N° 26-2010-Arequipa, del 15/10/ 2010, f. j. 3, Sala Penal
Permanente).
(80) A rtículo derogado por la prim era disposición com plem entaria derogatoria de la Ley N° 30364 del
23/11/2015.
(81) Artículo conform e a la m odificación realizada po r el artículo único de la Ley N° 29699 del 04/06/2011.
(82) A rtículo conform e a la incorporación realizada p o r el artículo 1 de la Ley N° 26788 del 16/05/1997.
710
L esiones A rt. 122-A
JURISPRUDENCIA
Sumario: CORTE SUPREMA: Atipicidad de la conducta por falta de imputación objetiva / Des-
proporcionalidad de la pena impuesta al condenado respecto al delito cometido.
CORTE SUPREM A
J 0832 A tipicidad d e la conducta p o r fa lta de im putación objetiva: “El perito médico
en el desarrollo de la audiencia ha examinado al agraviado, y ha comprobado que no pre
senta desfiguración del rostro que sea grave y permanente, como así lo exige el inciso
segundo del artículo ciento veintiuno del Código Penal, por lo que estando al principio de
inmutabilidad de los hechos y principio de determinación alternativa, los hechos deben
adecuarse” (R, N. N° 3310-97-Puno, del 04/03/1998, Sala Penal).
711
Art. 122-B L ibro segundo / Parte especial - delitos
(83) A rtículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 de la L ey N° 30819 del 13/07/2018.
(84) Artículo conform e a la incorporación realizada p o r el artículo 12 de la Ley N° 29282 del 27/11/2008.
712
L esiones A rt. 122-B
DOCTRINA
_I)_IRI4
_ _ _ Circunstancias agravantes: TAMARIT SUMALLA, J. M. (2005). Comen
tarios a ¡a parte especial del Derecho Penal. OLIVARES QUINTERO, G. (Director);
PRATS MORALES, F. (Coordinador). Navarra: Thomson-Arazandi, p. 116. “Los elemen
tos que conforman el ensañamiento: a) la causación de sufrimientos adicionales (idea de
‘lujo de males’) o aumento del dolor de la víctima con daños “innecesarios” para la ejecu
ción de la lesión; b) el carácter deliberado e inhumano de la acción, que la jurisprudencia
subjetiva (en consonancia con la idea de ‘saña’) hasta la exigencia de un ‘especial deleite de
los autores en el dolor’ como móvil prevalente ante otros posibles, como el de venganza”.
JURISPRUDENCIA
ACUERDO PLENARIO
J 0834 A fectación p sico ló g ica en el entorno fam iliar: “En el artículo 122-B del CP se
considera delito el ocasionar algún tipo de afectación psicológica, cognitiva o conduc-
tual a las mujeres o integrantes del grupo familiar en los contextos del primer párrafo del
artículo 108-B del CP, agravándose este resultado en los supuestos comprendidos en el
segundo párrafo del artículo 122-B. El legislador consideró [como] síntomas conductua-
les y cognitivos el referirse a la afectación psicológica sin tomar en cuenta las emocio
nales, que forman parte de los factores propios de la personalidad humana, pero ha de
entenderse esa ausencia de referencia a la esfera afectiva no como una exclusión, sino
como una omisión superable. En referencia al maltrato doméstico Echeburúa precisa que,
a diferencia de otras conductas violentas [esta] presenta las siguientes características:
a) es una conducta que no suele denunciarse, y si se denuncia, la víctima muy frecuen
temente perdona al agresor antes de que el sistema penal sea capaz de actuar; b) es una
conducta continuada en el tiempo: el momento de la denuncia suele coincidir con algún
momento crítico para el sistema familiar y c) como conducta agresiva, se corre el riesgo
de ser aprendida; en cuanto a las víctimas de violencia familiar refiere que pueden presen
tar el trastorno de estrés post traumático y otras alteraciones (depresión, ansiedad pato
lógica, etc.); y el mantenerse en una relación de maltrato crónico implica un coste psico
lógico (depresión, baja autoestima, trastorno de estrés postraumático, inadaptación a la
vida cotidiana). Es de anotar que, los actos reiterativos de violencia pueden generar tras
tornos mentales (como el estrés post traumático), y como tal, de ser delito, tendría que
considerarse la sanción propia para el daño psíquico grave (4 a 8 años de PPL) o mode
rado (2 a 5 años de PPL). No obstante en el artículo 122-B del CP no se ha previsto dife
rencia entre un acto único de violencia o actos continuos de agresión y según previsión
normativa todos los casos de esta naturaleza devendrían únicamente en afectación psi
cológica con privación de la libertad no menor de uno ni mayor de tres años, por lo que
se requiere que el parlamento proteja adecuadamente la salud mental de las mujeres e
integrantes del entorno familiar” (Acuerdo Plenario N ° 2-2016/CJ-116 sobre "Lesiones
714
L esiones A rt. 1 2 3
N o r m a s c o n c o r d a n t e s
C: arts. 1, 2 inc. 1); CP: arts. 12, 46, 62, 68; C PP: art. 243; CC: art. 667 inc. 2)
DOCTRINA
Sumario: Concepto de lesiones preterintencionales / Tipo objetivo / Conducta típica / Tipo subje
tivo / Consumación / Culpabilidad.
I) ll5(ld Tipo objetivo: ROY FREYRE, L. (1986). En: D erecho P enal p eru a n o : Delitos
contra la vida, el cuerpo y la salud, delitos contra el honor. 2a edición. Lima: Eddili, pp.
335-336. “a).- propósito de causare una lesión menos grave que la resultante, la acción
tiene que ser inicialmente de carácter doloso. La forma culposa aquí está excluida porque
nuestra ley habla de ‘la lesión que no quiso inferir’. El daño que el sujeto activo quiso
causar no debe revestir gravedad en manera alguna, pues un agravio de tal magnitud lo
exige la ley como resultado imprevisto, pero no como una consecuencia intencionalmente
procurada. En este sentido, es indudable que nuestra dogmática exige que la conciencia y
la voluntad del. actor estén orientadas solo a producir una de las lesiones a que se refiere.
[...] c).- que el resultado más grave no haya sido querido, no haya sido previsto por el
agente. La manifestación de voluntad solo viene a ser aquí la causa mediata de un resul
tado productivo y explicable por la concurrencia de una concausa, preexistente o super-
viniente, ignorando o no calculada por el agente. No es que el nexo de causalidad desa
parezca en esta hipótesis delictiva, lo que sucede es que no toda cadena causal ha sido
deseada o previsible por el sujeto activo. [...] d).- que el resultado más grave no sea huma
namente previsible en circunstancias normales, He aquí un elemento esencial del caso
que permite diferenciarlo claramente de la preterintencionalidad. En la jurisprudencia
715
A rt . 123 L ibro segundo /Parte especial - delitos
_1)051(1
_ _ _ _ Consumación: BRAMONT ARIAS, L. A. (1988). Temas de D erech o Penal.
Tomo II. Lima: Sp Editores, p. 59. “Se consuma el delito en el momento en que se verifi
can las lesiones, independientemente de la producción ‘resultado grave’”.
716 -
L esiones Art . 123
así, una vez más, que, en materia de lesiones, la relación de causalidad no es suficiente
para la represión. La represión es el resultado de la culpabilidad”.
JURISPRUDENCIA
ACUERDO PLENARIO
J 0835 D iferen cia s entre e l hom icidio preterin ten cio n a l y las lesiones fo rtu ita s: “[...]
el agente buscaba el desapoderamiento patrimonial de la víctima, pero como consecuen
cia del ejercicio de violencia contra ella -de los actos propios de violencia o vis in cor-
p o r e - le causa la muerte, resultado que no quiso causar dolosamente pero que pudo pre
ver y evitar. Se trata, pues, de un típico supuesto de homicidio preterintencional donde el
resultado solo se le puede atribuir al agente a título de culpa -la responsabilidad objetiva
por el simple resultado es inadmisible, está prohibida por el artículo VII del Título Preli
minar del Código Penal-, El citado dispositivo regula, entonces, un caso de tipificación
simultánea, dolosa y culposa, pero de una misma conducta expresamente descrita. Como
se advierte en la doctrina especializada, la preterintención es una figura compuesta en la
que el resultado sobrepasa el dolo del sujeto. Así, el agente roba valiéndose del ejercicio
de violencia física contra la víctima, esto es, infiere lesiones a una persona, quien fallece
a consecuencia de la agresión, siempre que el agente hubiere podido prever este resultado
(la muerte, en este caso, no fue fortuita) -es una situación de preterintencionalidad hetero
génea- [Felipe Villavicencio Terreros: Derecho Penal parte general, Grijley, Lima, 2006,
páginas 409/410], Como se puede inferir del ejemplo planteado, la conducta típica se arti
cula sobre la base de dos elementos: el apoderamiento del bien mueble y la utilización
de violencia en la persona, la cual en el presente caso, produce la muerte de esta última”
(Acuerdo P lenario N ° 3 -2 0 0 8 /C J-ll 6 so b re "Robo con muerte subsecuente y delito de
arrebato. L a lesión caso agi'avantes en el delito de ro b o ”, del 13/11/2009, f . j. 7, V P len o
Jurisdiccional de las Salas Penales Perm anentes y Transitorias).
CORTE SUPREMA
717 —
A rt. 124 L ibro segundo / Parte especial - delitos
CORTES SUPERIORES
J 0837 Im pu tación a los p a d re s de la víctim a a l ser m en or de edad: “Al haberse acre
ditado que el factor determinante del accidente de tránsito fue el ingreso intempestivo de
la menor agraviada a la vía de circulación sin prever el peligro, lo que si bien no podía
exigírsele dada su minoría de edad, empero sí a los familiares que se encontraban en
ambos extremos de la vía; y advirtiendo que el exceso de velocidad imputable al proce
sado no ha sido determinado en el curso del proceso, es pertinente absolver al encausado”
(Ejecutoria Superior del 09/11/1998, Exp. N° 4347-98-Lima).
J 0838 C reación de riesgo ju ríd ic o -p e n a l y exclu sión d e l caso fo rtu ito : “El inculpado
ha infringido el deber de cuidado, al desplazar su vehículo a una velocidad no razonable
para las condiciones del momento y lugar; máxime si como conductor de un vehículo des
tinado al transporte de colegiales no ha tenido presente la velocidad máxima para circular
en zonas escolares” (Exp. N° 798-98-Lima del 16/06/1998. En: BACA CABRERA, D.;
ROJAS VARGAS, F. y NEIRA HUAMAN, M. (1999). Jurisprudencia penal: Procesos
sumarios. Tomo III. Gaceta Jurídica. Lima, p. 144).
(85) A rtículo vigente conform e a la modificación realizada por el artículo 1 de la Ley N° 29439 del 19/11/2009.
L esiones A rt. 1 2 4
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 1 2 4 .- El que, por culpa causa a otro un daño en el cuerpo o en la salud, será
reprimido, por acción privada, con pena privativa de libertad no mayor de un año, o
con sesenta a ciento veinte días-multa.
La acción penal se promoverá de oficio y la pena será privativa de libertad no menor
de uno ni mayor de dos años y de sesenta a ciento veinte días-multa, si la lesión es
grave.
El Juez podrá acumular la multa con la pena privativa de libertad.
N ormas concordantes
C: arts. 1, 2 inc. 1); C P: arts. 12, 22, 29, 41, 45, 52, 56, 57, 62, 68, 92, 111; C d e P P : arts. 2,
74; C P P 1 9 9 1 : arts. 2 inc. 3; C P P 2 0 0 4 : arts. 2 inc. 1 lit. a, 312-A inc. 2
DOCTRINA
IHI5I4 Tipo subjetivo: ROY FREYRE, L. E. (1986). En: Derecho Penal peruano:
Delitos contra la vida, el cuerpo y la salud, delitos contra el honor. 2a edición. Lima:
Eddili, p. 341. “La reprochabilidad se sustenta en un juicio formulado a título de negli
gencia. Se trata de sancionar una imprevisión culpable”.
1)0515 Tentativa: BRAMONT ARIAS, L. A. (1988). Temas de Derecho Penal. Tomo II.
Lima: San Marcos, p. 61. “No es posible la tentativa por tratarse de un delito culposo.
Cabe el concurso de delitos. El delito de lesiones culposa puede concurrir con cualquier
otro, aunque fuere doloso; por ejemplo, el ladrón de automóviles que, por negligencia,
atropella a un viajante”.
720 -
L esiones A rt. 1 2 4
¿¡jl JURISPRUDENCIA
Sumario: CORTE SUPREMA: Concepto objetivo y normativo del “deber objetivo de cuidado” /
No se puede imputar un resultado por culpa cuando un comportamiento cuidadoso no
habría podido evitar el resultado / El exceso de velocidad como riesgo creado impru
dentemente. CORTES SUPERIORES: Configuración de la imputación objetiva en las
lesiones culposas / Atipicidad por falta de riesgos jurídico-penales prohibidos / Defini
ción de lesiones culposas.
CO RTE SUPREMA
J 0839 C oncepto objetivo y norm ativo del “deber objetivo de cu id a d o ”: “[...] Es claro
que 1) lo esencial del tipo injusto del delito imprudente no es la simple causación del
resultado, sino la forma en que se realiza la acción. El punto de referencia lo da ‘el deber
objetivo de cuidado’, que es un concepto objetivo y normativo. Desde la perspectiva
objetiva interesa cuál es el cuidado requerido en la vida de relación social respecto a la
realización de una conducta determinada; y, desde el juicio normativo, es de resaltar las
consecuencias de previsible producción y que la acción quede por debajo de la medida
adecuada socialmente. 2) por otro lado, el tipo subjetivo del delito imprudente atiende a
la capacidad individual, al nivel de conocimiento, previsibilidad y experiencia del sujeto
[...]” (R. N. N ° 2408-2012-Lima, del 07/01/2013, f j. 3, Sala Penal Transitoria).
721
A rt. 124 L ibro segundo /Parte especial - delitos
J 0841 E l exceso de velocidad com o riesgo creado im pru den tem en te : “[Q]ue de ser
así, se encuentra acreditado en autos que el día de los hechos imputados, el encausado
E.V.H.R. estacionó su vehículo de placa de rodaje N° BF-3314, a un costado de la carre
tera que era de doble sentido, debido a desperfectos mecánicos y para que sus dos pasaje
ros aborden otro vehículo, pero solo tenía encendidas las luces de freno posteriores, más
no las luces intermitentes; dicha inobservancia a la regla de tránsito, si bien constituye
un riesgo creado imprudentemente, no provocó el resultado de la lesión del agravio, dado
que conforme con la versión de este último, fue el automóvil donde estaba como pasa
jero, de placa de rodaje N° BP-6341 conducido por el encausado A.C.T, el que se des
plazó a gran velocidad por la carretera lo que ocasionó que chocara con la cuneta y, pos
teriormente, con un vehículo estacionado de placa de rodaje N° B F-3314, por tanto no se
le puede imputar al encausado E.V.H.R. el resultado -lesión- por imprudencia, si en la
misma situación un comportamiento cuidadoso -en este caso el encendido de las luces
intermitentes al estacionar su vehículo-, tampoco habría podido evitar el resultado [...]”
(R. N. N° 2145-2013-Huancavelica, del 16/08/2013, f. j. 8., Sala Penal Transitoria).
CORTES SUPERIORES
J 0842 C onfiguración de la im putación objetiva en las lesion es culposas: “Si la acción
se realiza con la diligencia debida, aunque sea previsible un resultado, se mantiene en el
ámbito de lo permitido jurídicamente y no se plantea problema alguno, pues la acción
objetivamente imprudente; es decir, realizada sin la diligencia debida que incrementa
de forma ilegítima el peligro de que un resultado se produzca es, junto con la relación
de causalidad, la base y fundamento de la imputación objetiva. ‘Si el certificado médico
legal precisa que el agraviado requiere dos días de atención facultativa por 6 de incapa
cidad para el trabajo, producto de las lesiones y fractura que le causara el procesado, la
tipificación adecuada al presente caso sería la de faltas contra la persona y no a nivel de
delito’” (Ejecutoria Superior del 19/03/1998, Exp. N° 8122-97-Lima, Sala Penal de Ape
laciones de la Corte Superior de Justicia de Lima).
J 0844 D efinición de lesiones culposas: “Las lesiones culposas pueden ser definidas
como aquella lesión producida por el agente al no haber previsto el posible resultado
722
L esiones A rt . 124-A
DOCTRINA
Sumario: Bien jurídico protegido y sujeto activo /Bien jurídico /Tipo subjetivo / Consumación y
tentativa / Naturaleza del objeto material del delito.
(86) Artículo vigente conforme a la incorporación realizada por el artículo 1 de la Ley N° 27716 del
08/05/2002.
A rt. 124-A L ibro segundo / Parte especial - delitos
|j| JURISPRUDENCIA
JURISPRUDENCIA EXTRANJERA
J 0845 Valoración ju ríd ic a de las lesiones a l concebido: “Las lesiones causadas durante
el curso de la gestación deben tener relevancia penal porque la acción -en sentido láta
se intenta y se realiza sobre una persona, la madre, al feto por ser parte integrante de la
misma, aunque las taras somáticas o psíquicas no adquieran notoriedad o evidencia hasta
después del nacimiento” (STS del 25/04/1995. CONDE-PUMPIDO, C. (1997). Código
Penal. Doctrina y Jurisprudencia. Tomo 11. Trivium, Madrid, p. 1940).
724 •
L esiones A rt. 124-B
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 124-BPX)- El nivel de ¡a lesión psicológica es determinado mediante valo
ración realizada de conformidad con el instrumento técnico oficial especializado que
orienta la labor pericial, con la siguiente equivalencia:
a. Falta de lesiones leves: nivel leve de daño psíquico.
b. Lesiones leves: nivel moderado de daño psíquico.
c. Lesiones graves: nivel grave o muy grave de daño psíquico.
DOCTRINA
(87) A rtículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 del Decreto Legislativo N° 1323
del 06/01/2017.
(88) A rtículo conforme a la incorporación realizada por la segunda disposición com plem entaria modificatoria
de la Ley N° 30364 del 23/11/2015.
725
A rt. 124-B L ibro segundo / Parte especial - delitos
1S 1 JURISPRUDENCIA
Sumario: ACUERDO PLENARIO: Tratamiento normativo del daño psíquico y faltas por daño
psíquico.
ACUERD O PLENARIO
J 0846 Tratamiento normativo del daño psíquico y faltas por daño psíquico: “F. J.
15. Mediante la segunda disposición complementaria modificatoria de la Ley N° 30364
para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres y los Integrantes del
Grupo Familiar, publicada el 23 de noviembre de 2015, se incoiporó el artículo 124-B
al Código Penal, según el cual se establecen tres niveles o escalas de daño psíquico que
deben ser considerados, de acuerdo al grado de intensidad, como lesiones graves, lesiones
leves y faltas según determinación pericial dando con ello inicial contenido a la expec
tativa de protección contra las agresiones que en el Derecho Penal se estableció desde
mucho antes para la salud mental. F. J. 16. El daño psíquico, se consideró según la gra
vedad de la aflicción causada, esta división se ve recogida en la Guía para Determinar el
Daño Psíquico, en la que se definió al daño como ‘la afectación y/o alteración de algu
nas de las funciones mentales o capacidades de la persona, producida por un hecho o
conjunto de situaciones de violencia, que determinan un menoscabo temporal o perma
nente, reversible o irreversible del funcionamiento integral previo’ [Instituto de Medicina
Legal y Ciencias Forenses. Guía de Valoración del Daño Psíquico en Personas Adultas
Víctimas de Violencia Intencional. 2016. p. 40] definición que también se encuentra en
el inciso b, del artículo 8 de la Ley N 0 30364. F. J. 21. En el primer supuesto del primer
párrafo del artículo 441 del CP, no se alude al daño psíquico leve que el acápite ‘a’ del
primer párrafo del artículo 124-B ha introducido, por tanto la construcción léxica del tipo
derivada de las dos normas, quedaría así: ‘El que, de cualquier manera, causa a otro una
lesión dolosa que requiera hasta diez días de asistencia o descanso, según prescripción
facultativa, será reprimido con prestación de servicio comunitario [...] ‘Falta de lesiones
leves: nivel leve de daño psíquico’. Un ejercicio interpretativo /ordenador de la construc
ción del texto, puede llevar a descartar el vacío normativo por ausencia de tipificación ex
presa. F. J. 23. El tercer supuesto dirigido a víctimas menores de catorce años o agentes
726 -
L esiones A rt. 124-B
72 7
C A P ÍT U L O IV
E X P O S IC IÓ N A P E L IG R O O A B A N D O N O
D E P E R S O N A S E N PE L IG R O
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 125.- El que expone a peligro de muerte o de grave e inminente daño a la
salud o abandona en iguales circunstancias a un menor de edad o a una persona
incapaz de valerse por sí misma que estén legalmente bajo su protección o que se
hallen de hecho bajo su cuidado, será reprimido con pena privativa de libertad no
menor de uno ni mayor de cuatro años.
Si resulta lesión grave o muerte y estas pudieron ser previstas, la pena será no menor
de tres ni mayor de cinco años en caso de lesión grave, y no menor de cuatro ni
mayor de ocho años en caso de muerte.
|Sj|l DOCTRINA
Sumario: Descripción típica / Bien jurídico protegido / Formas de creación de riesgos / Sujeto
activo - pasivo / Conducta típica / Tipo subjetivo / Consumación / Tentativa.
n o ? ::- Descripción típica: DONNA, E. (2003). Derecho Penal. Parte especial. Tomo
I. 2a edición. Buenos Aires: Rubinzal Culzoni, p. 371. “Se trata en este artículo de tipos
penales alternativos que tienen que ver con la relación del autor frente a la víctima, los
cuales se pueden concretar, tanto en conductas de acción como de omisión. La cuestión
(89) Articulo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 2 de la L ey N° 26926 del 21/02/1998.
728
E xposición a peligro o abandono de personas en peligro A rt. 125
es sencilla en estos términos, porque de acuerdo a los verbos que emplea la ley -exposi
ción o abandono- lo típico está en un caso, en que el sujeto traslada a la víctima, mien
tras, en el otro quien se desplaza es él, dejándola en lugar en que estaba, pero en el estado
de abandono”.
I) 0523 Bien jurídico protegido: DONNA, E. (2003). Derecho Penal. Parte espe
cial. Tomo I. 2a edición. Buenos Aires: Rubinzal Culzoni, p. 370. “Tanto la ubicación que
el legislador ha asignado a este tipo penal, como la mención que el mismo artículo res
pecto de la vida y la salud, evidencian que se trata de un delito que protege la incolumi
dad de las personas. GÓSSEL ha mantenido este criterio, afirmando que el bien jurídico
es la vida y la integridad corporal de otra persona, que lo que se pone en riesgo es, como
se señaló, la vida y la integridad corporal de la persona ofendida. Se podría afirmar que se
trata de tipos penales que tienen en vista dentro del ámbito de los delitos contra la vida, el
deber de ayuda, socorro o asistencia a otras personas, vista la posición que se encuentra
el autor del hecho. Son delitos de peligro, ya que la víctima entra en el ámbito del estado
de peligro”.
_I)_ 1)524
_ _ _ Bien jurídico protegido: BRAMONT ARIAS, L. A. (1988). Temas de Dere
cho Penal. Tomo II. Lima: Sp Editores, p. 98. “El objeto de tutela penal es la seguridad
de la persona física, protegida aún contra los riesgos que puedan provenir del abandono o
la omisión de asistencia, por parte de quienes tienen deberes especiales de cuidado y pro
tección o deberes generales de solidaridad social.
En efecto, todas las figuras de este Título son de peligro presunto o concreto para los bie
nes jurídicos de la vida o de la integridad humana. [...] El objeto específico de la tutela
penal es el interés del Estado”.
729
A rt. 125 L ibro segundo /Parte especial - delitos
_I)_II52‘)
_ _ _ Conducta típica: BRAMONT ARIAS, L. A. (1988). Temas de Derecho Penal.
Tomo II. Lima: Sp Editores, pp. 101-103. “La acción se concreta en ‘exponer a peligro’ o
en ‘abandonar o desamparar’ a un niño o a una persona incapaz de valerse por sí misma,
Será que la exposición a peligro defiere del abandono o desamparo. Los verbos ‘expo
ner’ y ‘abandonar’ son empleados, desde el punto de vista jurídico penal, en idéntico sen
tido. Actualmente está desacreditada la antigua distinción que se hacía entre exposición y
abandono. [...] La exposición a peligro no es otra cosa que abandono. Nada importa saber
si el agente se separa de la víctima con la intención condicionada o incondicionada de vol
ver a tomar la guarda: lo que decide es el hecho de dejar a la víctima indefensa, en situa
ción de peligro, Ocurrida la situación de peligro, por breve que sea, no le valdrá al agente,
sino para el efecto de la atenuación de pena, retomar o reasumir la guarda del niño o del
incapaz el delito está consumado, llámese a este exposición o abandono. [...] El aban
dono no solo consiste en la falta de protección o de cuidados, sino también en el aleja
miento del autor de la persona de la víctima. El delito consiste, en rigor, en el alejamiento
de aturo con desamparo de la víctima, no en la sola omisión de protección y cuidados. [...]
El abandono puede consumarse en dos formas: sacando a la víctima fuera del ambiente
de protección en que se encuentra y dejándola en otro lugar desamparada; o apartándose
el autor de aquel ambiente y dejando allí a la víctima en esta condición La duración del
abandono es indiferente. Da lo mismo que el abandono sea definitivo o temporal, siem
pre que la interrupción de la protección y cuidados del menor del incapaz coloque a estos
en una situación de peligro”.
730
E xposición a peligro o abandono de personas en peligro A rt . 125
gl§g JURISPRUDENCIA
CO RTE SUPREM A
731
A rt. 125 L ibro segundo /Parte especial - delitos
CORTES SUPERIORES
J 0848 C onductas típicas d el delito de exposición o abandono d e un m en o r o inca
p a z : “La imputación criminal, dirigida a los médicos de guardia de la especialidad de
neurocirugía, radica en el hecho de no haber tomado dichos acusados, como profesio
nales médicos de la especialidad, las medidas oportunas para elaborar un diagnóstico
cierto, creando un riesgo mayor para la persona del agraviado, dada la inadecuada aten
ción médica brindada, permitiendo que sobrevenga el cuadro de ruptura de aneurisma y
hemorragia con las secuelas posteriores en su salud física y mental e incluso haciendo
peligrar la vida, pese a que otros profesionales de su misma especialidad afirmaron la
necesidad de los exámenes complementarios que debieron realizar y que ninguno de los
procesados ordenó; dándose de alta al agraviado sin lograr franca mejoría en su estado
de salud, lo que motivara precisamente su traslado a otro centro hospitalario por parte de
los familiares del agraviado, para ser posteriormente sometido a intervención quirúrgica;
que, sin embargo la conducta atribuida a los acusados desde el inicio de la investigación
lo ha sido a título de culpa por negligencia en el actuar profesional, pese a que el ilícito
bajo juzgamiento solo puede ser imputado a título de dolo, es decir, actuación consciente
y voluntaria del agente que expone o abandona a peligro a la persona, es decir, omite
adrede el cuidado necesario, transgrede intencionalmente el deber especial de protección
que corresponde al agente, lo que no se puede demostrar en el presente caso pues la aten
ción deficiente o la falta de cuidado necesario que se detecta no configura el ilícito su b
ex a m in e, dado el verbo rector en la conducta atribuida, al no existir elemento objetivo que
demuestre intencionalidad de causar este peligro o daño en la integridad del agraviado;
que, no adecuándose la conducta de los encausados al tipo penal descrito en el artículo
125 del Código Penal, el hecho denunciado no constituye el delito previsto y sancionado
como de exposición o abandono de persona a peligro, resultando de aplicación el artículo
5 del Código de Procedimientos Penales” (E xp. N ° 5 7 7 -9 6 -L im a, d e l 2 9 /1 2 /1 9 9 9 . T ercera
732 -
E xposición a peligro o abandono de personas en peligro A rt. 126
DOCTRINA
Sumario: Bien Jurídico / Descripción típica / Elementos típicos / Concepto de abandono / Con
cepto de socorro / Tipo subjetivo.
1) 0534 Descripción típica: ROSAL BLASCO, B. (2000). “De la Omisión del Deber
de Socorro”. En: COBO DEL ROSAL, M. (Director). C o m p en d io d e D e r e c h o P en a l.
P a r te e s p e c ia l. Madrid: Marcial Pons, p. 260. “La conducta consiste en no socorrer, es
decir, no actuar, allí donde -valorando la situación ex a n t e - hubiese sido posible hacerlo
con un mínimo de eficacia, anulando, neutralizando o modificando positivamente la situa
ción de riesgo. Ello implica que la acción de socorro tiene que tener un mínimo de efica
cia para el fin que persigue (al margen de que el error sobre eficacia de la ayuda que se
está prestando es valorable penalmente para eximir de la responsabilidad)”.
733
A rt. 126 L ibro segundo /Parte especial - delitos
I) 0535 Elementos típicos: DONNA, E. (2003). Derecho Penal. Parte especial. Tomo
I. 2a edición. Buenos Aires: Rubinzal Culzoni, p. 399. “Estamos ante el ejemplo clásico
del tipo omisivo: la norma que subyace a este tipo penal no es una prohibición, sino un
mandato, tendiente a proteger el bien jurídico ‘solidaridad humana en supuestos de peli
gro para los bienes vida e integridad personal’. Es un delito que no requiere de resultado
alguno, pues la omisión por sí misma es lesiva del bien jurídico. No se exige, en conse
cuencia, la lesión de los valores vida o integridad, sino solo la ausencia injustificada de
ayuda. Los elementos que lo configuran son: La existencia de un niño perdido o desam
parado, o de una persona herida o inválida, la presencia de un peligro manifiesto y grave;
la capacidad personal de acción del que tiene la obligación de prestar socorro o solicitar
ayuda ajena, y finalmente, la omisión de ayuda de forma injustificada”.
gÜ JURISPRUDENCIA
CORTE SUPREMA
J 0849 R iesgos p erm itid o s en la corrección de m enores: “Los maltratos físicos y abu
sos en los medios de corrección de los menores, que no ameriten un tratamiento médico
o incapacidad para el trabajo mayor a los 10 días, no configuran los supuestos previstos
734 —
E xposición a peligro o abandono de personas en peligro A rt. 1 2 7
en los tipos penales de lesiones y exposición a peligro de la vida o salud de menor, más
bien, suponen atipicidad de faltas contra la persona o, en su caso, un supuesto de violen
cia familiar” (Ejecutoria Suprema del 28/11/1997, Exp. N° 1289-97-Arequipa).
CORTES SUPERIORES
J 0850 E lem en tos norm ativos de la im putación objetiva en el delito d e om isión de
auxilio o p erso n a que se ha herido: “El momento objetivo del tipo, en los delitos de
abandono de personas en peligro, exige el análisis de tres aspectos: a) creación de la con
dición para que sea posible realizar el verbo rector (haber herido o incapacitado a los
agraviados); b) realización del verbo rector (omitir prestar ayuda); y c) resultado (puesta
en peligro la vida o la salud -se entiende en grado mayor- de los agraviados). Consin
tiendo el socorro en la modificación de una situación de peligro, debe entenderse que se
concluye el mismo, en el instante en que el inculpado decide omitir una conducta incom
patible con aquella modificación; por otro lado, la imposibilidad material de modificar la
situación de riesgo, sin que se haya abandonado el propósito de socorrer (materializán
dose este a posteriori), no configura el ilícito descrito en nuestro texto punitivo” (Exp.
N° 499-98-Arequipa, del 07/12/1998, Sala Mixta de Camaná de la Corte Superior de Jus
ticia de Arequipa).
DOCTRINA
I) 11539 Bien jurídico: MAGGIORE, G. (1986/ Derecho Penal. Parte especial'. De
litos en particular. Volumen IV. 3a edición. Bogotá: Temis, p. 382. “El objeto de esta acri
minación es inculcar la obligación de socorrer a las personas que, por edad, enfermedad o
por otro motivo, son incapaces de salir de una dificultad grave o de un peligro. [...] Dicha
acriminación supone que el hecho no viola ningún deber especial de asistencia, impuesto
por norma jurídica, sancionada penalmente”.
735
A rt. 127 L ibro segundo /Parte especial - delitos
736
E xposición a peligro o abandono de personas en peligro A rt. 128
por su función, esté obligada a suministrar el auxilio. Este aviso debe ser inmediato, sin
solución de continuidad entre la formulación y el hecho de haber encontrado a la víctima.
Y debe ser también adecuado, de modo que no cualquier comunicación será suficiente
para ver cumplido el deber, sino solo aquella que pueda llevar ayuda a la persona en peli
gro. En síntesis, no basta con dar mero aviso, sino que es necesario que se pida auxilio a
una persona capaz de prestarlo (autoridad)”.
_I)_0541
_ _ _ Tipo subjetivo: BRAMONT AMAS, L. A. (1988). Temas de D erecho Penal.
Tomo II. Lima: Sp editores, p. 112. “[...] Es dolosa. Su ejecución, por consiguiente, exige
que la falta de asistencia sea voluntaria y que se realice con la conciencia del peligro
que corre la víctima, El dolo puede ser directo o eventual El error esencial e invencible
excluye al dolo. Por ejemplo, si las circunstancias son de tal naturaleza que impiden el
conocimiento de la situación de peligro (haciendo suponer al agente que se trata no de una
persona desesperada o abatida por la herida, sino que reposa o duerme tranquilamente),
no tiene responsabilidad el que la encuentra y no le presta asistencia. Es irrelevante el
motivo determinante del delito salvo para la medida de la pena. No interesa que sea indi
ferencia, el egoísmo, la pusilanimidad”.
(90) Artículo v igente conform e a la m odificación realizada por el artículo 2 del D ecreto Legislativo N° 1351
del 07/01/2017.
A rt. 128 L ibro segundo /Parte especial - delitos
N ormas concordantes
C : arts. 1, 2 inc. 1 ) ; C P : arts. 1 2 , 1 3 , 2 9 , 4 5 , 5 7 , 9 2 , 1 2 1 , 1 5 2 inc. 5 ) ; 1 6 8 inc. 2 ) : C P P : arts.
1 3 5 , 1 4 3 , 2 4 3 ; C C : arts. 4 2 3 inc. 3 ) ; 4 6 3 , 5 0 2 , 5 1 5 inc. 8 ) ; 5 6 4
DOCTRINA
738
E xposición a peligro o abandono de personas en peligro A rt. 129
JURISPRUDENCIA
CORTES SUPERIORES
J 0851 C onducta de agresión fís ic a y p sicológica reiterante de p a d re a h ijos confi
g u ra el tipo p e n a l de exposición a p elig ro de p erso n a dependiente: “La conducta del
procesado que agrede física y psicológicamente, de manera constante y reiterada, a sus
hijos configura el tipo penal a que se refiere el artículo 128 del Código Penal debiendo
aplicársele, de manera accesoria, la pena de inhabilitación conforme a lo señalado por el
artículo 36, inciso 5 y artículo 36 del Código Sustantivo Penal” (Ejecutoria S uperior del
17/09/1997, Exp. N °3063-97-Lim a).
TEXTO ORIGINAL:
CAPÍTULO V
GENOCIDIO(92>
(91) Artículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 3 de la Ley N° 26926 del 21/02/1998.
(92) Capítulo derogado por el artículo 6 de la Ley N° 26926 del 21/02/1998. Cabe precisar que la m encio
nada derogación solo se refiere al Capítulo V y su correspondiente denom inación (Genocidio), m as no al
artículo 129, el cual sin embargo fue m odificado por el artículo 3 de la ley antes citada con el texto que
figura en esta edición, como vigente. P or su parte, el delito de genocidio ha sido regulado en el Capítulo I
del Título XTV-A (Delitos contra la hum anidad), artículo 319.
739
A rt. 129 L ibro segundo / Parte especial - delitos
A rtícu lo 129.- Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de veinte
años el que, con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional,
étnico, social o religioso, realiza cualquiera de los actos siguientes:
1. Matanza de miembros del grupo.
2. Lesión grave a la integridadfísica o mental de los miembros del grupo.
3. Sometimiento del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su
destrucción física de manera total o parcial.
4. Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo.
5. Transferencia forzada de niños a otro grupo.
N ormas concordantes
C : arts. 1, 2 inc. 1); C P : arts. 12, 23, 29, 45, 9 2 ,1 0 6 ,1 1 6 , 121, 1 2 5 ,1 2 8 ; C P P 1 9 9 1 : art. 240;
C P P 2 0 0 4 : arts. 196; C E P : art. 46; D U D H : arts. 2, 3
DOCTRINA
I) 11545 Visión crítica: DONNA, E. (2003). Derecho Penal. Parte especial. Tomo I.
_______
2“ edición. Buenos Aires: Rubinzal Culzoni, pp. 393-394. “A nuestro juicio, el resultado
muerte, necesariamente, debe tener alguna relación subjetiva con el abandono. En este
punto se advierten serias dificultades para determinar si se trata de un resultado culposo
o doloso. El principal problema se presenta cuando se intenta establecer una diferencia
entre este delito y el homicidio simple cometido con dolo eventual, cuando el sujeto que
abandona se representa la posible muerte del sujeto pasivo y no hace nada para evitarlo.
Una futura reforma legislativa debería aclarar expresamente este punto, a fin de evitar for
zadas interpretaciones a la hora de aplicar el tipo penal al caso concreto”.
740
E xposición a peligro o abandono de personas en peligro A rt. 129
constituyen resultados culposos, los mismos que unidos al contenido doloso del peli
gro, configuran el delito preterintencional. Naturalmente que el resultado mayor, muerte
o lesiones, no es querido, pero el agente asume la responsabilidad, porque siendo previ
sible no ha tomado las precauciones para evitarlo. La legislación vigente solo considera
la forma agravada preterintencional, cuando, como está dicho, el agente, pretendiendo el
peligro por falta de previsión, genera un resultado dañoso, no considera la forma agravada
por el parentesco, por ejemplo, cuando el agente es ascendiente, descendiente o hermano
del agraviado; agravante que sí consideraba el Código abrogado. De presentarse hoy esta
figura, solo cabe elevarse la pena dentro del límite legal en el tipo básico”.
-----------------§ ------------------
741
TITULO II
DELITOS CONTRA EL HONOR
C A P ÍT U L O Ú N IC O
IN JU R IA , C A L U M N IA Y D IF A M A C IÓ N
DOCTRINA
Sumario: Acción típica / Resultado típico / Tipo subjetivo / Antijuridicidad / Bien jurídico
protegido.
743
A rt. 130 L ibro segundo /Parte especial - delitos
, .l n ■JURISPRUDENCIA
744
I njuria , calumnia y difamación A rt. 130
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0852 La tutela con stitu cion al de derecho de h on or de la com u n idad nativa: “F. J.
36. Ahora debe este tribunal definir si se ba producido la violación alegada, y para ello
se debe pronunciar sobre el contenido del derecho al honor. Este colegiado ha dejado de
adscribirse a la postura fáctica recogida en la constitución y en la jurisprudencia antigua.
La consideración de honor subjetivo o interno (honor propiamente dicho u honra) y de
honor objetivo o extremo (buena reputación o buen nombre -tal vez por dicho motivo,
su concepto fue incluido en la demanda-) ha sido superada en vista de las dificultades de
coherencia con relación al principio-derecho de igualdad. F. J. 37. El honor es un derecho
único que engloba también la buena reputación, reconocida constitucionalmente. Así lo
ha postulado también el Código Procesal Constitucional, que deja de mencionar la buena
reputación. Y si bien tiene una base en la dignidad humana y, por lo tanto, se cuestionaría
su reconocimiento a favor de la persona jurídica, el honor se ha entendido como ‘[...] la
capacidad de aparecer ante los demás en condiciones semejantes, lo que permite la parti
cipación en los sistemas sociales y corresponde ser establecido por la persona en su libre
determinación [...]’ Protege a su titular contra el escarnecimiento o la humillación, ante sí
o ante los demás, incluso frente al ejercicio arbitrario de las libertades comunicativas, al
significar un ataque injustificado a su contenido. Forma parte de la imagen humana (qui
zás por ello el equívoco de incluir en la demanda el cuestionamiento a la imagen). F. J.
38. A partir de los conceptos vertidos, este colegiado retoma el tema relativo a la inclu
sión de la protección del honor a favor de las personas jurídicas. Es cierto que en juris
prudencia tal reconocimiento existe, pero lo hace relacionándolo con la buena reputación;
incluso es imposible desligar la dignidad humana de la protección de honor. Entonces,
¿cómo así una persona jurídica como la demandante puede tener derecho al honor? El
honor como concepto único, también es aplicable a la persona jurídica si su capacidad
para interactuar en la sociedad se ve mellada, debe originarse la defensa del honor. La
tutela de la dignidad de los integrantes de la comunidad nativa origina la salvaguardia del
derecho al honor de Sawawo Hito 40” (ST C Exp. N ° 4611-2007-PA/TC-Ucayali, caso:
Com unidad Nativa Sawawo Hito 40, representada p o r Juan García Campos, del 0 9 /0 4 /
2 0 1 0 ,ff .j j. 36, 3 7 y 38).
CORTE SUPREMA
J 0853 E lem en tos típicos d e l delito de injuria: “El delito de injuria se configura cuando
el sujeto activo ofende o ultraja a una persona con palabras, gestos o vías de hecho, lo
que significa que el medio empleado es la palabra dicha, lo que implica que se requiere la
realización de un acto en sí ultrajante. La ofensa llamada en doctrina ‘injuria real’, puede
manifestarse mediante gestos o a través de cualquier otro signo representativo de un con
cepto o idea ultrajante. Las vías de hecho son las conductas que se exteriorizan por movi
mientos corporales” (Ejecutoria Suprema del 05/11/1998, Exp. N ° 4465-98-Lim a, Sala
P enal).
CORTES SUPERIORES
J 0854 A tip icid a d p o r f a lta de riesgos ju rídico-pen ales: “Si del análisis de la carta
notarial no se acredita ofensa o ultraje a la querellante, toda vez que el contenido de la
— 745
A rt. 131 L ibro segundo / Parte especial - delitos
misma se basa en el reclamo que el querellado hace sobre el pago de beneficios socia
les, es decir, problemas de índole laboral que deben ser ventilados en la instancia corres
pondiente, los hechos imputados no son configurativos del delito de injuria” (Ejecutoria
S uperior d el 15/01/1 9 9 8 , Exp. N ° 7926-97-Lim a, Sala Penal d e la Corte S up erior de Ju s
ticia de Lima).
C: art. 2 inc. 7); CP: arts. 12, 29, 41, 56, 68, 92; C d e P P : arts. 302, 314, 467; C C: arts. 667
inc. 3); 747, 783, 1982; D U D H : art. 12; P ID C P : art. 17; C A D H : art. 11
DOCTRINA
Sumario: Bien jurídico protegido / Sujetos / Acción típica / Objeto de la imputación / Diferencia
entre injuria y calumnia / Resultado típico / Tipo subjetivo / Antijuridicidad / Ite r crim i-
n is / Autoría y participación / Concurso de delitos.
746
Injuria , calumnia y difamación Art. 131
calumnia- a todas las personas, aun cuando carezcan de aptitud para percibir de forma
directa el contenido deshonroso de la imputación”.
747
A rt. 131 L ibro segundo / Parte especial - delitos
_i>
_ii_?_í.:_ Tipo subjetivo: LAURENZO COPELLO, P. (2002). Los delitos contra el
honor. Valencia: Tirant lo Blandí, p. 108. “El tipo subjetivo de la calumnia se concreta
en la concurrencia del dolo, sin que sea preciso ningún otro elemento subjetivo adicio
nal. [...]. Por lo que se refiere a la exigencia legal del conocimiento de falsedad o el teme
rario desprecio hacia la verdad, la doctrina mayoritaria considera que se trata de referen
cias al dolo, con expreso reconocimiento del dolo eventual. En mi opinión, sin embargo,
estos elementos subjetivos encuentran mejor explicación en el contexto de la antijuridi
cidad, [...]”.
_I)_ 0564
_ _ _ I te r crim inis: LAURENZO COPELLO, P. (2002). Los delitos contra el
honor. Valencia: Tirant lo Blanch, p. 110. “En general, se admite la posibilidad de tenta
tiva en el delito de calumnia. Tal situación se producirá si a la acción calumniosa, exter
namente manifestada, no le sigue el mínimo de publicidad necesario para la realización
del resultado típico, como puede ser el caso de una carta no recibida por su destinatario o
un artículo periodístico que no llega a publicarse”.
748 ■
I njuria , calumnia y difamación A rt. 131
^ JURISPRUDENCIA
CORTE SUPREMA
J 0855 E lem en tos constitutivos de los delitos de calu m n ia y difam ación '. “Que los ele
mentos constitutivos para la configuración de los delitos de calumnia y difamación son:
a) incriminar hechos o situaciones capaces de perjudicar el honor y/o reputación; b) divul
garlos de modo que se diíundan y lleguen a conocimiento de muchos; y c) que exista
dolo; del estudio de autos se aprecia que no existen los elementos configurativos de los
delitos antes mencionados por parte del querellado, ya que este en su condición de regidor
y por ende fiscalizador de la comunidad de Usquil, dio a conocer los malos manejos por
parte del alcalde -querellante-, los cuales han sido plasmados en una denuncia penal en
su contra [...]; por lo que la noticia cuestionada contiene un hecho cierto, descartándose
el animus difamandi, no existiendo dolo en el accionar del querellado [...]” (Exp. N° 384-
2003-La Libertad, del 29/03/2004, Sala Penal Permanente).
J 0856 L a calum nia se subsum e com o agravan te d el ilícito de difam ación: “Que,
a manera de introducción para que se configure el delito de difamación agravada -por
medio de prensa- previsto en el último párrafo del artículo 132 del Código Penal, tie
nen que concurrir los siguientes elementos: i) la imputación de un hecho, cualidad o con
ducta que pudiera perjudicar el honor o la reputación de una persona, ii) la diíusión o
propalación de dicha imputación a través de un medio de prensa, capaz de llegar a una
cantidad de personas, y iii) que existía intención de vulnerar y maltratar el honor del
querellante mediante las aseveraciones descritas precedentemente sin que haya realizado
alguna labor de investigación sobre los hechos a los que se refirió, elemento que la doc
trina ha denominado el animus difamandi, constituyendo otra circunstancia agravante,
conforme lo estipula el segundo párrafo de este mismo artículo, cuando la difamación se
refiere a hechos previstos en el artículo ciento treinta y uno de la aludida norma sustan
tiva; esto es, cuando el agente, con la única finalidad de lesionar el honor, definido como
749
A rt. 131 L ibro segundo /Parte especial - delitos
el derecho a ser respetado por los demás por el simple hecho de constituir un ser racional
dotado de dignidad personal, le atribuye, inculpa, achaca o imputa a su víctima, la comi
sión de un hecho delictuoso que es falso; en este sentido, el delito de calumnia se encuen
tra subsumido como una circunstancia agravante del tipo penal de difamación, por lo que
el colegiado superior deberá determinar si existe un aparente concurso de delitos, previo
traslado a las partes para que informen al respecto” (R. N. N° 3680-2010-Lima, del 25/04/
2011, f. j. 3, Sala Penal Permanente).
J 0857 Atipicidad por falta de animus calum niandi: “Fluye de autos que se le atribuye
al encausado haber vertido declaraciones a través de la prensa escrita y televisiva impu
tando al querellante participación en la falsificación de su firma. Del análisis efectuado se
advierte que el comportamiento del procesado no refleja el animas calumniandi ni ani
mus difamandi, en las declaraciones vertidas ante un programa televisivo, pues solo se
limitó a responder preguntas sobre un hecho que ya era materia de investigación por auto
ridad competente, no configurándose en ningún momento la intención de haber querido
lesionar el honor y la reputación del querellante” (Ejecutoria Suprema del 12/07/2000,
R. N. N° 348-2000-Lima. En: URQUIZO OLAECHEA, J. (Asesor); CASTILLO ALVA, J.
L. (Director) y SALAZAR SÁNCHEZ, N. (Coordinador) (2005). Jurisprudencia penal.
Jurista, Lima, p. 394).
J 0858 Atipicidad por falta de riesgos prohibidos: “No configura el delito de calumnia
quien formula la denuncia ante el Ministerio Público en resguardo de sus derechos, aun
que se haya declarado no ha lugar para formalizar la denuncia y ordenado el archivo de lo
actuado” (Ejecutoria Suprema del 02/09/1992, Exp. N° 316-92-Lima).
C O R T E S S U P E R IO R E S
J 0859 Tipicidad objetiva y subjetiva del delito de calumnia: “Constituye acto típico
del delito de calumnia el hecho de haber denunciado el querellado al querellante ante la
Dirección Superior de la Policía Nacional por una serie de hechos delictivos, de cuya in
vestigación se concluyó por su no responsabilidad, apreciándose el ánimo delictivo del
querellado de sus propias incongruencias y de la tergiversación que hizo de la magnitud
de los hechos” (Ejecutoria Superior del 05/06/1998, Exp. N° 1287-98-Lima).
§
I njuria , calumnia y difamación A rt. 132
DOCTRINA
Sumario: Diferencias entre difamación, injuria y calumnia / Difamación por medio de prensa /
Tipicidad genérica de la difamación.
751
A rt. 132 L ibro segundo /Parte especial - delitos
Jifa JURISPRUDENCIA
ACUERDO PLENARIO
J 0861 Ponderación constitucional entre los derechos de información y la vulnera
ción al honor: “F. J. 8. La solución del conflicto pasa por la formulación de un juicio
ponderativo que tenga en cuenta las circunstancias de cada caso en particular y permita
determinar que la conducta atentatoria contra el honor está justificada por ampararse en el
752 -
I njuria , calumnia y difamación A rt. 132
753
A rt. 132 L ibro segundo /Parte especial - delitos
rigor. Para los supuestos de reportaje neutral el deber de diligencia se satisface con la
constatación de la verdad del hecho de la declaración, pero no se extiende en principio
a la necesidad de acreditar la verdad de lo declarado, aun cuando se exige la indicación
de la persona -debidamente identificada- que lo proporciona (a este se le exige la vera
cidad de lo expresado), siempre que no se trate de una fuente genérica o no se deter
minó quién hizo las declaraciones, sin incluir opiniones personales de ninguna clase.
Por lo demás, no se excluye la protección constitucional cuando media un error infor
mativo recaído sobre cuestiones de relevancia secundaria en el contexto de un reportaje
periodístico. F. J . 13. Otra ponderación se ha de realizar cuando se está ante el ejerci
cio de la libertad de expresión u opinión. Como es evidente, las opiniones y los juicios
de valor -que comprende la crítica a la conducta de otro- son imposibles de probar (el
Tribunal Constitucional ha dejado expuesto que, por su propia naturaleza, los juicios de
valor, las opiniones, los pensamientos o las ideas de cada persona pueda tener son de
naturaleza estrictamente subjetivas y, por tanto, no pueden ser sometidos a un test de
veracidad, Sentencia del Tribunal Constitucional número 0905-2001-AA/TC del
14/08/2002) Por tanto, el elemento ponderativo que corresponde está vinculado al prin
cipio de proporcionalidad, en cuya virtud el análisis está centrado en determinar el inte
rés público de las fiases cuestionadas -deben desbordar la esfera privada de las personas,
única posibilidad que permite advertir la necesidad y relevancia para lo que constituye
el interés público de la opinión- y la presencia o no de expresiones indudablemente
ultrajantes u ofensivas, que denotan que están desprovistas de fundamento y o
formuladas de mala fe -sin relación con las ideas u opiniones que se expongan- y, por
tanto, innecesarias a ese propósito, a la que por cierto son ajenas expresiones duras o
desabridas y que puedan molestar, inquietar o disgustar a quien se dirige” (Acuerdo
Plenario N° 3-2006/CJ-116 sobre “Delitos contra el honor personal y derecho consti
tucional a la libertad de expresión y de información ”, del 13/10/2006, ff. jj. 8, 9, 10, 11,
12 y 13, Pleno Jurisdiccional de las Salas Penales Permanente y Transitoria).
755
A rt. 132 L ibro segundo / Parte especial - delitos
el Derecho Penal nacional se aborda mediante la creación de los tres delitos inicialmente
mencionados- (“Los delitos cometidos por medio del libro, la prensa y demás de comu
nicación social se tipifican en el Código Penal y se juzgan en el fuero común”: segundo
párrafo del numeral 4) del artículo 2 Constitucional). La Corte Interamericana de Dere
chos Humanos en la sentencia Herrera Ulloa vs. Costa Rica, del 2 de julio de 2004, pre
cisó que el derecho a la libertad de expresión y de pensamiento no es absoluto, cuyas res
tricciones deben cumplir tres requisitos, a saber: 1) deben estar expresamente fijadas por la
ley; 2) deben estar destinadas a proteger ya sea los derechos o la reputación de los demás,
o la protección de la seguridad nacional, el orden público o la salud o moral pública; y 3)
deben ser necesarias en una sociedad democrática” (Acuerdo Plenario N° 3-2006/CJ-116
sobre “Delitos contra el honor personal y derecho constitucional a la libertad de expre
sión y de información ”, del 13/10/2006, f. j. 7, Pleno Jurisdiccional de las Salas Penales
Permanente y Transitoria).
CO RTE SUPREM A
J 0863 L a difam ación com o delito in stan tán eo de efecto p e rm a n e n te : “F. J. 5.2. Doc
trinariamente, se considera a la consumación de un fenómeno delictual, como la plena
realización del tipo en todos sus elementos y generalmente, en los delitos de resultado,
la consumación se produce en el momento de la materialización del resultado lesivo, en
tanto que se denomina delito de acción permanente a aquel en el cual el estado de antiju
ridicidad no cesa y persiste por actos posteriores del agente; en contrapartida, los delitos
instantáneos, son aquellos que se definen atendiendo a la relación de continuidad entre la
consumación y el efecto, es decir, los que en el momento que se consuman producen las
consecuencias antijurídicas. F. J. 5.3. Que atendiendo a la conceptualización que precede,
es evidente que en el presente caso, la conducta delictiva se produce cuando se ha reali
zado el verbo principal del tipo penal que sanciona el delito de difamación con todos sus
elementos agravantes, es decir, ha consumado el delito en el instante en que el agente rea
lizó la conducta descrita en el artículo ciento treinta y dos del catálogo punitivo, siendo
dicho estadio del iter criminis independiente de la permanencia en el tiempo que puedan
mostrar sus efectos; esta circunstancia ha permitido que reiterada jurisprudencia peruana,
se haya referido a esta figura delictiva como delito instantáneo de efectos permanentes
y de esa forma ha sido reputado igualmente en mayoría por el pleno jurisdiccional penal
desarrollado en la ciudad de lea [...]” (R. N. N° 2555-2012-Callao, del 22/10/ 2012, f f jj.
5.2 y 5.3, Sala Penal Transitoria).
J 0864 E lem en tos objetivos y su bjetivos qu e configuran la tip icid a d d el delito de difa
m ación: “Los elementos constitutivos para la configuración de los delitos de calumnia
y difamación son: a) incriminar hechos o situaciones capaces de perjudicar el honor y /o
reputación; b) divulgarlos de modo que se difundan y lleguen a conocimiento de muchos;
y c) que exista dolo. Del estudio de autos se aprecia que no existen los elementos consti
tutivos de los delitos antes mencionados por parte del querellado. Este en su condición
de regidor, y por ende fiscalizador, dio a conocer los malos manejos por parte del alcalde
-querellante-, los cuales han sido plasmados en una denuncia penal en su contra, lo cual
se corrobora con documentos, por lo que la noticia cuestionada contiene un hecho cierto
756 — —
I njuria , calumnia y difamación A rt. 1 3 2
J 0865 T ipicidad subjetiva en el delito de difam ación: “En la tipicidad subjetiva del
delito de difamación agravada, el dolo importa la conciencia del contenido ofensivo de las
expresiones que se profieren. En el presente caso, no se advierte que los querellados hayan
actuado con animus injurandi en su condición de directivos del programa periodístico, en
tanto que fue un tercero -cuya imagen aparece en los reportaj es-, quien sindicó al querellante
como uno de los autores del atentado realizado en su contra, y quien sería parte de una red de
terror, por lo que estamos frente a un supuesto de reportaje neutral. En el Acuerdo Plenario
N° 3-2006/CJ-l 16 se estableció que en los supuestos de reportaje neutral no es necesario
acreditar la veracidad de lo divulgado, aun cuando se exige la indicación de la persona
-debidamente identificada- que proporciona la información - a quien sí se le exige la
veracidad de lo expresado-, siempre que no se trate de una fuente genérica o no se deter
mine quién hizo las declaraciones, sin incluir opiniones personales de ninguna clase”
(R. N. N° 1281-2010-Lima. En: Gaceta Penal & Procesal Penal. Tomo 37. Gaceta Jurí
dica, Lima, 2012, p. 88).
757
A rt. 132 L ibro segundo /Parte especial - delitos
J 0867 M edio p a ra com isión d el delito de difam ación agravada: “Que, el delito mate
ria de controversia es el previsto en el tercer párrafo del artículo ciento treinta y dos del
Código Penal, denominado difamación agravada, en tanto el medio empleado para come
ter el delito de difamación tiene una aptitud difusora cualificada del agravio con relación
a su figura básica establecida en el primer párrafo del artículo antes citado, como puede
ser el uso de ‘impresiones o publicaciones, o prensa, o con escritos, vendidos o exhibidos
o por carteles expuestos al público, o el cinema, la radio, la televisión y otro medio aná
logo de publicación’, o como anota sintéticamente el tercer párrafo de la aludida norma
jurídica: ‘por medio del libro, la prensa u otro medio de comunicación social’; que, en tal
sentido, se debe tratar de medios que proporcionen una mayor difusión o propagación a
la ofensa -sea en foima oral, visual o escrita-, de modo que produzcan un efecto lesivo
superior al honor del afectado, a consecuencia del conocimiento de la expresión inju
riosa por un número amplio e indeterminado de personas” (R. N. N° 2555-2012-Callo, del
22/10/ 2012, Sala Penal Transitoria).
J 0868 Coautoría de difam ación agravada com etida p o r la p ren sa : “Se incrimina al
condenado, que en su condición de Director del diario publicó en la primera página y en
la central, con la fotografía del agraviado ‘Pandilleros secuestran y violan hija de tombo’,
‘malditos subieron a escolar en auto con lunas polarizadas y se llevaron a casa de cons
trucción’, según es de verse de los recortes periodísticos; del estudio de autos se tiene
que dicha infoimación fue proporcionada por un periodista de dicho diario, siendo este
el responsable de su contenido, no obstante, con los documentos de prueba acopiados en
el procedimiento se tiene que el procesado en su condición de director, conjuntamente
con el editor, fueron los encargados de ponerle el titular a la nota periodística, por ende,
los adjetivos agraviantes al honor del querellante, resultan reveladores de su responsabi
lidad penal, siendo el fallo emitido por el Colegiado acorde con esta valoración” (Ejecu
toria Suprema del 10/01/2001, R. N. N° 1487-2000-Lima. En: URQU1ZO OLAECHEA,
J. (Asesor); CASTILLO ALVA, J. L. (Director) y SALAZAR SÁNCHEZ, N. (Coordinador)
(2005). Jurisprudencia penal. Jurista, Lima, p. 402).
J 0869 D iferen cias con ceptu ales entre la s conductas exentas de responsabilidad
p e n a l p o r estar am paradas en e l riesgo p e rm itid o de los derechos a la libertad de infor
m ación y expresión: “Para la solución del conflicto existente entre el derecho al honor y
el derecho a la libertad de infoimación, ambos de relevancia constitucional, es de tener
en consideración a efectos de estimar la primacía del segundo, el ámbito y sus requisitos
de legitimidad, siempre que se ejerza respetando el contenido esencial de la dignidad de
la persona. En lo atinente al ámbito del derecho a la libertad de infoimación, es claro que
la crónica se refirió a temas de interés público, lo que justifica abordarlos libre, pero res
ponsablemente. Sin embargo, en lo referente al ejercicio legítimo de la libertad de infor
mación, para considerarlo como tal se requiere lo que se denomina ‘veracidad subjetiva’
del informador, que comporta un específico deber de diligencia, esto es, que lo que se
transmita por el informador como ‘hechos’ hayan sido objeto de previo contraste razo
nable de datos objetivos, pues de lo contrario denotaría una actuación con menosprecio
de la verdad o falsedad del comunicado. Desde la perspectiva, intema del informador, la
758
I n juria , calumnia y difamación A rt. 132
759
A rt. 133 L ibro segundo / Parte especial - delitos
expusieron durante un diálogo mantenido por personas que al parecer planificaban estra
tegias políticas en forma reservada, y tercero, no podían presumir que el diálogo mante
nido estuviese siendo filmado y menos que aún posteriormente sería difundido al público.
Por otro lado, respecto a las demás declaraciones dadas por el querellado en los diversos
medios de comunicación indicados por el querellante, se tiene que estas fueron prestadas
a consecuencia y con referencia a la propagación periodística del aludido vídeo encon
trado en las instalaciones del Servicio de Inteligencia Nacional. Que, en tal sentido, de la
resolución impugnada se advierte que el colegiado no ha efectuado una debida aprecia
ción de la prueba y de los hechos, ni una adecuada determinación de la conducta impu
tada, al no tener en cuenta que en la actividad política los adjetivos calificativos son de
uso normal, sin que por ello signifique un atentado contra el honor; por tales considera
ciones, y al amparo de la facultad conferida por el artículo 301 del Código de Procedi
mientos Penales declararon haber nulidad en la sentencia, que confirmando la sentencia
apelada declara infundada la excepción de naturaleza de acción deducida por el quere
llado y lo condena como autor del delito de difamación agravada” (Ejecutoria Suprema
del 06/05/2004, R. N. N ° 1822-2002-Lima. En: PÉREZ ARROYO, M. (2006). La evolu
ción de la jurisprudencia en el Perú (2001-2005). Tomo II. Iuris Consulti - San Marcos,
Lima, p. 894).
760
I njuria , calumnia y difamación A rt. 1 3 3
DOCTRINA
1) 0571 Atipicidad de las ofensas de los litigantes: CREUS, C. (1999). Derecho Penal.
Parte especial. Tomo 1.2areimpresión de la 6a edición. Buenos Aires: Astrea, pp. 159-160.
“Trátese, pues, de una excusa absolutoria concedida por la ley para preservar, hasta sus
extremos más lejanos e indirectos, el ejercicio de la defensa. Por eso, si bien el legisla
dor considera penalmente impunes las ofensas, deja subsistente la posibilidad de que se
impongan al ofensor las correcciones disciplinarias correspondientes para mantener el
buen orden en el proceso, previstas por las leyes procesales o por otros cuerpos legales de
carácter administrativo (leyes orgánicas) [...]. ‘Sujeto pasivo puede ser cualquier persona,
ya se trate de una contraparte (otro litigante, apoderado o defensor), de un tercero que
interviene en el juicio (testigo, perito), o hasta que sea totalmente extraño a él, con tal de
que la ofensa que se le infiera sea concerniente al objeto del juicio (sin embargo, alguna
doctrina excluye a estos últimos)’”.
761
A rt. 133 L ibro segundo /Parte especial - delitos
JURISPRUDENCIA
Sumario: CORTE SUPREMA: Las críticas vertidas en los medios de comunicación refe
ridas a la gestión funcional son impunes / Atipicidad de la conducta por estar
cubierta por el riesgo permitido (críticas literarias, artísticas o científicas) / Ati
picidad de la conducta por estar cubierta por el riesgo permitido (abogado en
cumplimiento de sus funciones).
CO RTE SU PREM A
762
I njuria , calumnia y difamación A rt. 134
DOCTRINA
_1)_ (1573
_ _ _ Límites de la comprobación de la veracidad: CREUS, C. (1999). Derecho
Penal. Parte especial. Tomo I. 2a reimpresión de la 6a edición. Buenos Aires: Astrea,
p. 149. “El querellante no puede pedir una prueba que recaiga sobre un objeto distinto
-por más conexo que sea con la imputación-, ni el querellado extender la prueba a cir
cunstancias que no se refieran a dicho objeto”.
763
A rt. 1 3 4 L ibro segundo / Parte especial - delitos
o garantía del interés público, según se deduce de la disposición que acabamos de citar;
tampoco lo es cuando la ofensa no se vincula con el interés público, aunque se la haya
formulado en oportunidad de su defensa (por ejemplo, el atribuir al funcionario el carác
ter de arbitrario se lo moteje de bastardo)”.
______
I) H5"(i Exceptio veritatis en el delito de calumnia: VIVES ANTÓN, T. (2016). “De
litos contra el honor”. En: Derecho Penal. Parte especial. GONZÁLEZ CUSSAC, J.L.
(Coordinador). 5a edición revisada y actualizada a la Ley Orgánica 1/2015. Valencia:
Tirant lo Blandí, p. 305. “Dado que la definición de calumnia no comporta ya la falsedad
objetiva del hecho delictivo imputado, sino la simple inveracidad, puede darse el caso de
que un hecho imputado inverazmente, resulte ser verdadero. A estos supuestos queda res
tringida expresamente en la actualidad la operatividad de la exceptio veritatis regulada en
el presente artículo. Se trata, pues, de una causa de exclusión de la penalidad de natura
leza objetiva (comunicable, por tanto, a los partícipes), que puede tener lugar en el trans
curso del proceso por calumnia, y que encuentra su fundamento en el interés del Estado
en la persecución y castigo de los delitos.
Aunque el precepto parece desplazar sobre el autor la carga de la prueba de la verdad, ha
de tenerse presente que esta puede producirse como consecuencia de la actuación oficial
o por otros medios ajenos al acusado de calumnia sin que ello impida aplicar la excep
tio, pues parece clara la voluntad de la ley de excluir la pena allí donde el hecho delictivo
imputado resulte ser cierto”.
jIHj JURISPRUDENCIA
CORTE SUPREMA
J 0876 A plicació n de exceptio veritatis (querellado actuó en interés d e una causa
p ú b lic a ): “Que, en base a las consideraciones precedentes, se tiene que ante la inexisten
cia de la acción dolosa del querellado -pues este no tuvo la voluntad específica de lesionar
el honor de la querellante, sino que actuó en interés de una causa pública-, al tener la que
rellante calidad de funcionaría pública, cuyos actos deben ser controlados, y habiéndose
demostrado la veracidad de las imputaciones es procedente la exceptio veritatis” (R. N.
N ° 3561-2011-Ucayali, del 31/01/ 2013, f. j. 5, Sala Penal Permanente).
764
I njuria , calumnia y difamación A rt. 135
cual se difundieron las frases difamantes por el querellado, las mismas que afectan el
honor de la querellante, como persona y no como funcionario público, por lo que en este
caso, no es procedente la exceptio veritatís argumentada por el querellado, ya que no ha
actuado en interés de una causa pública; en conclusión, [se presentan] los elementos con
figurativos del tipo penal imputado señalado en el artículo 132 del Código Penal” (R. N.
N° 2520-2004-Junín, del 31/01/2004, f. j. 5, Sala Penal Transitoria).
----------------§ -----------------
TEXTO ORIGINAL:
A rticulo 1 3 5 .- No se admite en ningún caso la prueba:
1. Sobre imputación de cualquier hecho punible que hubiese sido materia de abso
lución definitiva en el Perú o en el extranjero.
2. Sobre cualquier imputación que se refiera a la intimidad personal y familiar, o a
un delito de violación de la libertad sexual que requiere acción privada.93
(93) Inciso vigente conform e a la modificación realizada por el artículo 1 de la Ley N° 27480 del 13/06/2001.
765
A rt. 135 L ibro segundo / Parte especial - delitos
¡ DOCTRINA
Sumario: Contenido o significado normativo del primer inciso / Contenido o significado norma
tivo del segundo inciso.
766
Injuria , calumnia y difamación A rt. 136
JURISPRUDENCIA
JU RISPRU D EN CIA EX T R A N JE R A
DOCTRINA
767
A rt . 137 L ibro segundo / Parte especial - delitos
IMI5S0 Formas de injurias equívocas: CREUS, C. (1999). Derecho Penal. Parte espe
cial. Tomo I. 6a edición. Buenos Aires: Astrea, p. 152. “La equivocidad puede obedecer a
dos circunstancias. Equivocidad por el contenido: trátese de los casos en que el contenido
de la pretendida ofensa puede asumir una doble significación: una inocente, ofensiva la otra
(por ejemplo, empleo de fiases o palabras de sentido ambiguo o de doble sentido) [...] Equi
vocidad por la dirección: Son los casos, en los que la dirección de la ofensa puede revertir
sobre la persona del querellante o sobre otra distinta, pero no comprender ambas a la vez”.
DOCTRINA
768
I njuria , calumnia y difamación A rt. 138
recibida con otra en la que la intensidad ofensiva sea mayor por las circunstancias en que
se la inflige. [...]. Pero, sí reclama que la injuria que reconoce su motivación en otra ante
rior, ofenda a la persona que ofendió con esta; si la segunda injuria recae sobre un tercero
extraño que no intervino en la ofensa precedente, la excusa es inaplicable”.
169
A rt . 138 L ibro segundo /Parte especial - delitos
“¡r|l
— DOCTRINA
Sumario: Sujetos titulares de la acción penal en los delitos contra el honor / Sujeto pasivo en el
delito de ofensas a la memoria de los muertos / Casos en los que procede el ejercicio de
la acción privada.
I) U5N5 Sujetos titulares de la acción penal en los delitos contra el honor: FONTÁN
BALESTRA, C. (1998). D erech o Penal. P a rte especial. 15a edición. Buenos Aires: Abe-
ledo Perrot. p. 199. “En los delitos de injuria y de calumnia la acción es intransferi
ble mientras viva el ofendido, puesto que solo puede ser ejercitada por él. Unicamente
después de su muerte, el derecho de la acción se traslada al cónyuge, los hijos; nietos,
o padres sobrevivientes. La enumeración legal de los titulares de la acción después de
muerto el ofendido no autoriza a su ejercicio indistintamente por cualquiera de los parien
tes que sobreviven, el orden de la enumeración legal es excluyente”.
|g¡ JURISPRUDENCIA
CORTE SUPREMA
J 0880 C aracterísticas de la persecu ción p e n a l p o r delito p riva d o : “Debe tenerse
en cuenta que, según nuestro ordenamiento procesal, determinadas conductas delic
tivas, como las contempladas en los delitos de difamación, merecen un tratamiento
770
Injuria , calumnia y difamación A rt. 1 3 8
771
TÍTULO III
D E L IT O S C O N T R A L A F A M IL IA
CAPÍTULO I
MATRIMONIOS ILEGALES
DOCTRINA
Sumario: Naturaleza jurídica / Bien jurídico / Conducta típica / Tipo subjetivo / Sujeto activo y
formas de autoría.
I) 0588 Naturaleza jurídica: GONZÁLEZ RUS, J. J. (2000). “Delitos contra las rela
ciones familiares (I)”. En: COBO DEL ROSAL, M. (Director). Compendio de D erecho
Penal. P arte especial. Madrid: Marcial Pons, p. 351. “Sujeto activo es quien ya estaba
casado al contraer el segundo o ulterior matrimonio. El texto legal es concluyente: se cas
tiga a quien contrae segundo o ulterior matrimonio, y eso solo puede hacerlo quien está
previamente casado. Como consecuencia, la bigamia es un delito de propia mano, en el
que el otro contrayente será cooperador necesario (pero no coautor) si conoce que su
pareja está ya casada. Si los dos contrayentes tienen cada uno un matrimonio previo legal
mente subsistente, cada uno será, a su vez, sujeto activo de un delito de bigamia. Sujeto
pasivo es, dada la naturaleza social del bien jurídico, la comunidad [...]”.
773
Art. 139 L ibro segundo /Parte especial - delitos
elementos propios o específicos de este delito: a) Que el culpable esté ligado por un matri
monio anterior válido. Matrimonio válido es el matrimonio civil, contraído de acuerdo a
las exigencias y formalidades sustanciales, de modo que no pueda ser declarado insubsis
tente; y que no esté afectado por alguna causal de nulidad absoluta ni por alguna nulidad
relativa no subsanada [...]. Es agravante la circunstancia ‘inducido en error respecto de su
libertad de estado, a la persona con quien hubiere contraído matrimonio posterior’ [...] la
circunstancia se funda [...] en sugerir un engaño, una convicción a la víctima, acerca del
estado conyugal; y puede traducirse en una conducta activa, positiva [...] o en un signifi
cativo silencio, pues la simple omisión equivale al engaño, cuando el culpable se encuen
tra en circunstancias tales que el hablar es necesario u oportuno”.
_I)_II5‘)|
_ _ _ Tipo subjetivo: BRAMONT ARIAS, L. A. (1988). Temas de Derecho Penal.
Tomo III. Lima: Sp Editores, pp. 30-31. “El elemento psíquico del delito es doloso. El
dolo consiste en la conciencia y voluntad de contraer un nuevo matrimonio civil, a sabien
das, de la exigencia y vigencia de un matrimonio anterior también civil”.
| g j JURISPRUDENCIA
CORTES SUPERIORES
J 0881 C onsum ación d e l delito de bigam ia: “El delito de bigamia se consuma al
momento que se contrae matrimonio por segunda vez, no siendo necesaria la cohabita
ción posterior a la celebración, ya que es suficiente para ello que el matrimonio se haya
celebrado después de prestado el consentimiento de los contrayentes y producida la res
pectiva declaración del funcionario público; los actos subsecuentes a tal situación impli
can los efectos del ejercicio del estado de casado, por lo que se trata de un delito de comi
sión instantáneo” (Ejecutoria Superior del 14/11/1997, Exp. N ° 4357-97, Sala Penal de
Apelaciones para procesos Sumarios con Reos Libres de la Corte Superior de Justicia
de Lima).
774
M atrimonios I legales A rt. 141
C: art. 4; CP: arts. 12, 29, 45, 5 7 a 61, 69, 80 y 86, 92, 93; CPP: art. 143; CC: arts. 241
irte. 5); 2 7 4 inc. 3)
DOCTRINA
_I)_ 0593
_ _ _ Acción típica: FONTÁN BALESTRA, C. (1998). Derecho Penal. Parte
especial. 15a edición. Buenos Aires: Abeledo Perrot, p. 265. “La ocultación por parte del
contrayente de mala fe, no supone necesariamente subterfugios, maquinaciones o menti
ras; el simple silencio sobre la existencia del impedimento, puede ser aquí suficiente: pero
no lo es siempre, pues el silencio puede responder a la suposición fundada de que el otro
contrayente conoce la existencia del impedimento”.
ARTÍCULO 141 M atrim onio ilegal celebrado dolosam ente por funcio
nario público
El funcionario público que, a sabiendas, celebra un matrimonio ilegal será repri
mido con pena privativa de libertad no menor de dos ni mayor de cinco años e inha
bilitación de dos a tres años conforme al artículo 36, incisos 1,2 y 3.
775
A rt. 141 L ibro segundo / Parte especial - delitos
C: arts. 4, 39; CP; arts. 12, 29, 36, 45, 52, 57, 92, 425; CPP: art, 143; CC: arts. 247, 248,
250, 251, 260, 261, 2 7 4 irte. 9); 2 7 7 irte. 8).
g¡! DOCTRINA
Sumario: Sujetos activo y pasivo / Conducta típica / Tipo objetivo y subjetivo / Tipo imprudente.
_I)_II59S
_ _ _ Tipo objetivo y subjetivo: CHIRINOS SOTO, F. (1993). Comentarios al
nuevo Código Penal del Perú. Tomo II. Lima: Rodhas, p. 120. “La norma se refiere,
por cierto, a funcionarios con competencia para la celebración del matrimonio, que son
los alcaldes provinciales y distritales y los servidores de las oficinas del Registro Civil a
quienes los alcaldes deleguen la función. En cuanto al matrimonio ilegal, debe tratarse
de aquel que contrae una o dos personas casadas [...]. Con las palabras ‘a sabiendas’ se
denota claramente que es una infracción dolosa, aunque la segunda parte del artículo
también reprime una modalidad culposa. Incurriría en ella el alcalde o funcionario que
celebra un matrimonio ilegal, pero sin saberlo y sin haber adoptado las providencias con
siguientes para conocer la verdadera situación de los pretendientes”.
776
M atrimonios I legales A rt. 142
su actuar negligente, pues caso contrario si llega a determinarse que el funcionario, antes
de participar en la celebración del matrimonio, exigió todos los requisitos, no incurrirá en
delito así al final se determine que uno de los contrayentes le sorprendió presentando un
documento falso de soltería”.
C: arts. 4, 39; CP: arts. 12, 29, 36, 45, 52, 57 a 67, 92 a 93, 425; C PP: arts. 135, 143; CC:
arts. 248 a 268, 259, 260, 261, 263, 2 6 8
DOCTRINA
777
A rt. 142 L ibro segundo /Parte especial - delitos
mejor de los casos, sea convalidado o declarado con eficacia jurídica. La tentativa solo es
posible en el tiempo en que se celebra el acto del matrimonio, pero antes de la firma res
pectiva. Antes de concurrir al acto del matrimonio es imposible pensar que haya tentativa,
igual ocurre cuando ya se haya firmado el acta matrimonial, por ejemplo, habrá tentativa
cuando, estando por firmar los contrayentes el acta matrimonial, uno de ellos se arrepiente
y no firma el acta correspondiente. Aquí el funcionario habrá cometido el delito en sede
pero en grado de tentativa”.
778 -
CA PÍTU LO II
D E L IT O S C O N T R A E L E ST A D O C IV IL
C: arts. 2 inc. 1); 177, 183; CP; arts. 12, 29, 33, 34, 36, 45, 55, 57, 62, 68, 92, 427; CC:
arts. 19, 25, 26, 28, 30, 74, 515 inc. 8); C EP : arts. 119, 120, 121; CPP; art. 143; C A D H ;
art. 18; D U D H : art. 6
DOCTRINA
Sumario: Bien jurídico tutelado / Verbo rector “suprimir” / Verbo rector “alterar” / Tipo subjetivo.
_I)_ IIÓ
_ _II4_ Verbo rector “suprimir”: FONTÁN BALESTRA, C. (1998). Derecho
Penal. Parte especial. 15a edición. Buenos Aires: Abeledo Perrot, pp. 279-280. “Supri
mir el estado civil es privar al sujeto por completo de su estado, sin atribuirle otro, lo que
importa tanto como crear en él la ignorancia de ese estado y la imposibilidad total de
poderlo probar [...]. Esto puede ocurrir por omisión o por acción. Lo primero, sucederá,
por ejemplo, cuando para ocultar el nacimiento de un recién nacido, se omite dar cuenta
al registro; lo segundo, cuando se suprime el acta donde consta un nacimiento, tratándose
de personas cuyo estado solo lo constituye ese hecho”.
779
A rt. 143 L ibro segundo /Parte especial - delitos
un estado civil distinto del verdadero. Pero, lo que se modifica o sustituye es el estado
civil en su totalidad, para lo cual no es necesario que se reemplace un dato por otro, pues
puede bastar con la supresión de ese dato. Esto sucede, v. gr., con la destrucción o alte
ración de un acta de casamiento, supuesto en el cual solo se suprime, sin reemplazarlo,
el instrumento legal probatorio de la situación de casado; pero, esa supresión altera el
estado civil del individuo, al hacer parecer como no casado a quien es casado. En otros
casos, puede procederse por vía de sustitución, como ocurriría si se altera un acta de naci
miento haciendo aparecer como matrimonial un hijo que figura como extramatrimonial
o viceversa”.
¡pIH^ JURISPRUDENCIA
CORTE SUPREMA
J 0882 A tip ic id a d de la conducta im p u ta d a p o r fa lta de im putación objetiva: “El
hecho que en la partida de nacimiento de la menor haya asentado la procesada el nombre
del agraviado como padre de la misma, ello no genera ningún efecto ni vínculo de filia
ción extramatrimonial; y no habiéndose probado en autos perjuicio contra el agraviado,
como lo exige el artículo ciento cuarenta y tres del Código Penal, la conducta de la pro
cesada no asume relevancia penal; debiendo de reconducirse la situación filial por la vía
correspondiente” (Ejecutoria Suprema del 10/08/1998, Exp. N° 604-98-La Libertad) .
780
D elitos contra el E stado C ivil A rt. 143
DOCTRINA
I) iihir Sujeto pasivo: GONZÁLEZ RUS, J. J. (2000). “Delitos contra las relaciones
familiares (I)”. En: COBO DEL ROSAL, M. (Director). C o m p en d io d e D e r e c h o P en a l.
P a r te e s p e c ia l. Madrid: Marcial Pons, p. 355. “Sujeto pasivo es el niño cuya adscrip
ción familiar y estado civil se altera al atribuirle una madre que no es la suya. Ha de tra
tarse de un niño realmente existente y vivo, pues aunque también los muertos tienen fami
lia y estado civil, no se lesiona sustancialmente en estos casos el bien jurídico protegido.
Debe ser un recién nacido, pues así lo exige la referencia al parto (en contra, admitiendo
también que pueden serlo quienes todavía no son capaces de percatarse de su pertenen
cia a una familia)”.
781
A rt. 143 L ibro segundo / Parte especial - delitos
| Ü JURISPRUDENCIA
Sumario: CORTE SUPREMA: Fingimiento de embarazo para captar madres gestantes / Fingi
miento de embarazo para registrar a menor como su hija.
CO RTE SU PREM A
<) 0884 F in gim ien to de em barazo p a ra reg istra r a m enor com o su hija: “[...] Se tiene
como hecho cierto y probado que la encausada atendió a la sentenciada en el consultorio
consignado en la historia clínica, un supuesto estado de embarazo [...] la propia senten
ciada [...] sostuvo que fingió estar embarazada y para ocultar ello, llevaba ecografías de
ofias gestantes, consignando la encausada lo que estas señalaban y lo que advertía de la
evaluada, apreciando que en este caso consignó en la historia clínica de la sentenciada [...]
el haber contrastado su estado de preñez ; y, si bien ello puede operar como un indicador
de participación en los hechos, es de resaltar que a esta apreciación médica no solo llega
la encausada, sino [...] [también] otros profesionales de la salud, [...] conclusión médica
que llega a tener correspondencia con el diagnóstico de puérpera inmediata del Hospi
tal de la Solidaridad, por lo que, es de colegir que sí es factible asumir que la sentenciada
[...] realizó un conjunto de acciones idóneas para engañar a distintos profesionales de la
salud [...] más aún porque el iter de los acontecimientos nos llevó a establecer que la sen
tenciada logró que los médicos de la Maternidad de Lima le otorguen un certificado de
alumbramiento con el cual pudo registrar a la menor, hija de la agraviada C.L.H como
hija suya, no apreciando indicio alguno que nos oriente a establecer que la encausada [...]
efectuó aporte causal idóneo para el fingimiento del embarazo de la sentenciada [...], en
consecuencia, su absolución se encuentra arreglada al mérito de lo actuado y a la ley” (R.
N. N ° 2 4 6 3 -2 0 1 0 -L im a , d e l 0 4 /0 5 /2 0 1 1 ,/. j . 7, S a la P e n a l P erm a n en te).
782
D elitos contra el E stado C ivil A rt. 1 4 5
DOCTRINA
A JURISPRUDENCIA
Sumario: CORTE SUPREMA: Atipicidad de la conducta imputada por falta de imputación obje
tiva / Irregularidad en la inscripción registral del menor no es suficiente para que se con
figure el delito de alteración o supresión de la filiación de menor.
CORTE SUPREMA
J 0885 A tip ic id a d de la conducta im putada p o r fa lta de im putación objetiva: “[...] c)
que no se ha evaluado adecuadamente las pruebas aportadas, con las que se acredita que
la procesada absuelta, indujo a su difunto hijo para que inscribiera como suya a la hija de
la procesada, a efectos de evaluar debidamente el recurso planteado; esta sala penal de la
Corte Suprema considera pertinente efectuar las siguientes consideraciones: a) que la ins
cripción de la menor ante la Municipalidad (segunda inscripción) en la cual se consigna
como padre al hijo del agraviado, fue realizada a solicitud de este y no de la procesada,
como puede verse del propio contenido de la partida de nacimiento y de la exhibición
del libro de actas de nacimientos; circunstancia que fue corroborada por la testimonial de
la jefa del Registro Civil; b) que si bien es cierto que la procesada estuvo presente en la
Municipalidad en el momento de la inscripción, no se ha probado que esta hubiese tenido
una participación penalmente relevante, y mucho menos que hubiera inducido al decla
rante para la realización de la inscripción cuestionada; c) que no existe elemento objetivo
alguno que indique que la procesada a través de acciones concretas determinó la volun
tad del difunto para realizar la inscripción del menor; d) que tampoco se advierte de los
actuados que la conducta realizada al solicitar la inscripción de la menor hubiera tenido
naturaleza penal -dirigida a falsear la verdad o alterar la filiación de la menor-, pues no se
aprecia indicios de actuación dolosa alguna; por el contrario, se trataría de una conducta
atípica por ausencia de tipicidad subjetiva, lo cual ha sido compulsado por la Sala Supe
rior, de conformidad con el artículo 284 del Código de Procedimientos Penales” (Ejecuto
ria Suprema del 11/10/2004, R. N. N° 325-2004-Junín. En: PÉREZ ARROYO, M. (2006).
La evolución de la jurisprudencia en el Perú (2001-2005). Tomo II. luris Consulti - San
Marcos, Lima, p. 915).
784
D elitos contra el E stado C ivil A rt. 146
DOCTRINA
785
A rt. 146 L ibro segundo / Parte especial - delitos
hija que no está casada. Para estos casos está prevista una pena de prestación de servicios
comunitarios de veinte a treinta jomadas”.
_IHIÍilS
_ _ _ _ Presupuesto material del tipo: CREUS, C. (1999). D erecho Penal. P arte
especial. Tomo I. 6a edición. Buenos Aires: Astrea, p. 263. “Con lo dicho se demuestra
que el delito se completa con la presentación de un niño como producto de la preñez y
nacido y del parto supuestos. En el momento de la ejecución del delito debe haber, pues,
un niño vivo, que es otro cuyo estado civil se altera; no se dan las características típicas
ni en la falta de inscripción de un niño inexistente como producto de la falta de preñez y
del falso parto, [...]”.
786
CAPÍTULO III
ATENTADOS CONTRA LA PATRIA POTESTAD
TEXTO ORIGINAL:
Artículo 147.- El que, mediando relación parental, sustrae a un menor de edad o
rehúsa entregarlo a quien ejerce la patria potestad será reprimido con pena priva
tiva de libertad no mayor de dos años.
DOCTRINA
Sumario: Bien jurídico / Sujeto activo / Sujeto activo-pasivo / Tipo objetivo / Conducta típica /
Tentativa y consumación.
1)0011) Bien jurídico: VIVES ANTON, T.; BOIX REIG, J.; ORTS BERENGUER, E.;
CARBONELL MATEU, J. y GONZÁLEZ CUSSAC, J. (1999). Derecho Penal. Parte
especial. 3a edición. Valencia: Tirant lo Blandí, p. 334. “Aquí se trata tan solo de no pre
sentar a los padres y a los guardadores sin justificación para ello al menor de edad [...]. Se
protege la relación familiar y la pertenencia del menor al ámbito de custodia de los padres
[...], es decir, la patria potestad, tutela [...]. No es, desde luego, preciso que se haya produ
cido quiebra alguna de su seguridad ni peligro para su integridad o vida”.
(94) Artículo vigente conform e a la modificación realizada por el inciso a) del artículo 1 dé la Ley N° 28760
del 14/06/2006.
A rt. 147 L ibro segundo / Parte especial - delitos
I) ll()2il Sujeto activo: CREUS, C. (1999). Derecho Penal. Parte especial. Tomo I.
6a edición. Buenos Aires: Astrea, pp. 319-320. “Ofendido por el delito es el que legítima
mente ejerce la tenencia del menor de la que es despojado. La legitimidad de la tenencia
puede estar fundada en un derecho reconocido legalmente (patria potestad), en un acto
voluntario por quien tiene potestad para producirlo (tutela dativa), en una sentencia que
lo haya conferido (entrega de la guarda) o en un hecho no contrario a la ley (p.ej., institu
ción que se hace cargo de un expósito)”.
788
Atentados contra la Patria P otestad A rt. 148
gróg JURISPRUDENCIA
CORTES SUPERIORES
J 0887 Elementos normativos de la imputación objetiva y subjetiva en el delito de sus
tracción de menor: “En el delito sub judice (sustracción de un menor) se requiere nece
sariamente cumplir con el elemento de tipicidad objetiva contenido en el hecho que el
agente debe conocer que se le ha privado del ejercicio de la patria potestad, y a sabiendas
de ello sustrae o retiene al menor de quien sí posee ejercicio legal mencionado; además,
debe de concurrir el elemento de tipicidad subjetiva consistente en el dolo constituido en
el hecho que el agente debe actuar a sabiendas de que existe tal impedimento legal” (Eje
cutoria Superior, del 30/06/1998 Exp. N° 1486-98-Lima).
DOCTRINA
______
I) 1)625 Bien jurídico: BRAMONT ARIAS, L. A. (1988). Temas de Derecho Penal.
Tomo III. Lima: Sp Editores, p. 54. “El objeto específico de la tutela penal es el interés del
Estado de salvaguardar la familia contra la inducción de un menor a la fuga de la casa de
sus padres, tutores o encargados de su persona, porque ello constituye una lesión al dere
cho de la patria potestad y de la tutela”.
789
A rt. 1 4 8 L ibro segundo / Parte especial - delitos
La inducción ha de ser directa y eficaz, en el sentido de que sea ella la que ha creado
una voluntad de fuga que no existía antes de la intervención ajena. Para la consuma
ción se requiere, sin embargo, que el inducido haya abandonado tales lugares, debiendo
considerarse atípica la inducción que no va seguida del abandono”.
UJIJIJII Acción típica: CREUS, C. (1999). D erecho Penal. P a rte especial. Tomo I.
6a edición. Buenos Aires: Astrea, p. 322. “Inducir significa aconsejar seriamente al menor
para que se fugue, no es suficiente la simple manifestación a él formulada de la conve
niencia de que lo haga o la alabanza de la acción de un tercero que adoptara esa conducta:
el agente tiene que desplegar toda una actividad destinada a persuadir al menor para que
se fugue, es decir, a que abandone el lugar donde se encuentra, sea la casa de sus padres,
tutores, encargados o guardadores, o un domicilio distinto, en que se encuentra a dispo
sición de ellos o con su anuencia (colegio, institución militar o religiosa, etc.); no cons
tituye el delito inducirlo a que salga por allí por lapsos más o menos prolongados, pero
con la voluntad de volver, pues tal conducta no constituye el abandono propio de la fuga”.
Mm JURISPRUDENCIA
CORTE SUPREMA
J 0888 Im posición de la p e n a en atención a las condiciones p erso n a les del encau
sado: “[...] Que, del análisis de las diligencias y pruebas actuadas se ha establecido que
el encausado M.A.O.S., bajo falsas promesas y aprovechando la ingenuidad de la menor,
cuya identidad se preserva conforme a ley, indujo a la fuga de su hogar, conduciéndole en
primer término a la localidad de Huaral y posteriormente a Chepén, presentándola a sus
familiares como su ‘enamorada’ permaneciendo en dichos lugares por espacio de casi dos
meses, lapso en el cual bajo intimidación la obligó mantener relaciones sexuales, perju
dicando la integridad sexual de la menor conforme se acredita con el certificado médico
legal de fojas veintiocho; que, aun cuando el ilícito sub materia reviste gravedad; sin
embargo, para los efectos de la imposición de la pena al citado encausado, debe tenerse
en cuenta la foima y circunstancias de la comisión del evento, así como sus condiciones
personales, dado que se trata de una persona de escasa cultura y el medio social en que se
desarrollaron los hechos, resultando pertinente aplicar el principio de proporcionalidad;
790
Atentados contra la Patria P otestad A rt. 148-A
JURISPRUDENCIA EXTRANJERA
J 0889 O bjeto o fin a lid a d qu e busca p ro teg er e l tipo p e n a l del artículo 148 d el CP: “Es
un precepto que tutela al menor, protegiéndole mediante la permanencia en el hogar fami
liar, tutela y vigilancia de sus guardadores que tienen la obligación en todo momento de
velar por su bien. La extracción, aunque sea con su consentimiento de ese ambiente pro
tector, atenta no solo a sus derechos y deberes de los que la ley o resolución judicial deben
velar por el bien del menor, sino que le quedan a este inerme y a merced de terceros que
ataca esta esfera de intimidad familiar protectora a la que tienen derecho. Es un ataque
de doble vertiente y que ordinariamente se presenta en males contra la vida, la libertad,
la integridad, la sexualidad de estos menores siendo esta la ratio essendi del precepto. La
menor, tras largo tiempo de relaciones sexuales con el recurrido, prestó su consentimiento
para huir del pueblo con el procesado, viajando a varias capitales, hasta que no regresó a
las pocas fechas y aunque no consta cuantos días estuvo fuera de su casa, el hecho es que
está claro que fueron varias fechas, que el consentimiento de la menor no tiene relevancia
en el presente caso, pues el CP valora el delito por el resultado: abandono de la casa y no
están facultados legalmente para consentir los ataques a las esferas de protección penal de
los menores. Con lo que reunieron todos los requisitos precisos para la concurrencia del
delito” (STS del 11/03/98. En: CONDE-PUMPIDO FERREIRO, C. (1997). Código Penal
español: Docttána y jurisprudencia. Tomo II. Trivium, Madrid, p. 2478).
(95) Artículo vigente conforme a la m odificación realizada por la segunda disposición com plem entaria
m odificatoria del Decreto Legislativo N° 1204 del 23/09/2015.
791
A r t . 148-A L ibro segundo /Parte especial - delitos
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 148-A {9S). - El que instiga o induce a menores de edad a participar en pan
dillas perniciosas, o actúa como su cabecilla, líder o jefe, para cometer las infrac
ciones previstas en el Capítulo III-A del Título III del Libro Cuarto del Código de los
Niños y Adolescentes, será reprimido con pena de privada de libertad no menor de
diez (10) no mayor de veinte (20) años.
(96) A rtículo conform e a la incorporación realizada por la prim era disposición com plem entaria y final del
D ecreto Legislativo N° 899 del 28/05/1998.
792
C A P ÍT U L O IV
O M IS IÓ N DE A S IS T E N C IA F A M IL IA R
DOCTRINA
I) 062*) Bien jurídico: SERRANO GÓMEZ, A. (2004). Derecho Penal. Parte espe
cial. 9a edición. Madrid: Dylcinson, p. 328. “Dentro del bien jurídico tutelado destaca la
protección de la familia en cuanto a los derechos y obligaciones que le son inherentes
como miembro de la misma”.
I) 0631 Tipo subjetivo: MUÑOZ CONDE, F. (1999). Derecho Penal. Parte especial.
Valencia: Tirant lo Blanch, p. 301. “En este delito solo es punible la comisión dolosa del
mismo, por tanto, es preciso que el sujeto sepa que tiene obligación de realizar los pagos
y que, sin embargo, no quiera hacerlo. Pero obviamente, [...] es necesario que esas obli
gaciones estén ya previamente establecidas”.
793
A rt. 1 4 9 L ibro segundo / Parte especial - delitos
Mlk JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0890 L eg a lid a d de la p en alización del incum plim iento d e deberes alim entarios: “El
artículo 2, inciso 24), literal c, de la Constitución Política del Estado señala, como uno
de los contenidos constitucionalmente garantizados de la libertad y seguridad personal,
que ‘no hay prisión por deudas. Este principio no limita el mandato judicial por incum
plimiento de deberes alimentarios’. En ese sentido, el Tribunal Constitucional considera
que cuando el citado artículo prohíbe la prisión por deudas, con ello, se garantiza que las
personas no sufran restricción de su libertad locomotora por el incumplimiento de obliga
ciones, cuyo origen se encuentra en relaciones de orden civil. La única excepción a dicha
regla se da, como la propia disposición constitucional lo señala, en el caso del incumpli
miento de deberes alimentarios, toda vez que, en tales casos, están de por medio los dere
chos a la vida, la salud y a la integridad del alimentista, en cuyo caso el juez competente
puede ordenar la restricción de la libertad individual del obligado. Sin embargo, tal pre
cepto —y la garantía que ella contiene- no se extiende al caso del incumplimiento de pagos
que se establezcan en una sentencia condenatoria. En tal supuesto, no es que se privile
gie el enriquecimiento del erario nacional o el carácter disuasorio de la pena en desme
dro de la libertad individual del condenado, sino, fundamentalmente, la propia eficacia
del poder punitivo del Estado y los principios que detrás de ella subyacen, como son el
control y la regulación de las conductas de acuerdo con ciertos valores y bienes jurídicos
794
O misión de A sistencia Familiar A rt. 149
ACUERDOPLENARIO
J 0892 A lcan ces d e l pro ceso inm ediato en los delitos de om isión a la asistencia fa m i
liar (legitim idad con stitu cion al d e l proceso inm ediato reform ado): “F. J. 13. El proceso
inmediato reformado, en tanto en cuanto se circunscriba a los delitos evidentes y a los
supuestos de investigación simple o sencilla en modo alguno afecta el debido proceso, la
tutela jurisdiccional y la defensa procesal. No es un proceso configurado legalmente para
condenar a los imputados. Precisamente, la realización de las audiencias de incoación y
de juicio permite esclarecer probatoriamente el hecho punible con pleno cumplimiento
de los principios de contradicción, igualdad, publicidad, inmediación y oralidad. No es,
795
A rt. 1 4 9 L ibro segundo /Parte especial - delitos
CO RTE SUPREM A
J 0893 E l p a g o de las p en sio n es adeu dadas com o regla de conducta'. “F. J. 3. Que,
para el caso de autos el referido artículo cincuenta y ocho del Código Penal, fija como
una de las reglas de conducta: 'Reparar los daños ocasionados por el delito, salvo que
demuestre que está en imposibilidad de hacerlo’; justamente la ratio del delito de omi
sión a la asistencia familiar es sancionar al infractor que incumple dolosamente con su
796
Omisión de A sistencia Familiar A rt. 149
obligación alimentaria judicialmente declarada, puesto que con ello ocasiona un grave
perjuicio a la salud del sujeto pasivo del delito, quien se encuentra privado de satisfacer
sus necesidades más apremiantes para poder desarrollarse de manera normal; por tanto,
dicha circunstancia se enmarcaría perfectamente dentro de la regla de conducta antes des
crita. F. J. 4. Que, teniendo en cuenta lo expuesto en el considerando anterior se concluye
que, en el delito de omisión de asistencia familiar, la restitución de las pensiones adeu
dadas (originadas del incumplimiento de la obligación alimentaria) por el sentenciado,
es factible de ser considerada como una de las regla de conducta para la suspensión con
dicional de la pena que ha de cumplir este, por tanto, lo resuelto por la sala superior se
encuentra arreglada a ley [...]” (R. N. N °2113-2005-H uánuco, del 27/06/2005, ff. jj. 3 y
4, P rim era Sala Transitoria)
797
A rt. 149 L ibro segundo /Parte especial - delitos
similar, cumpliéndose de esta manera con el carácter de prevención especial que la Cons
titución asigna a la pena” (Exp. N° 6094-2014-Arequipa, del 04/05/2017, f. j. 3.5, Corte
Superior de Justicia de Arequipa).
del omitente con el alimentista no puede ser objeto de análisis en este proceso penal;
pues debe tenerse en cuenta que la configuración del ilícito penal de omisión de asisten
cia familiar no se da con la filiación padre-hijo, sino con una sentencia de alimentos que
ordena un pago, con un requerimiento ante el incumplimiento de dicho pago y una posi
bilidad de pago del sentenciado” (Exp. N° 70-2017-Arequipa, del 23/05/2017, f. j. 4.2.,
Corte Superior de Justicia de Arequipa).
J 0896 Validez d e la notificación efectuada en el dom icilio p ro cesa l q u e conm ina a l
p a g o de las p e n sio n e s devengadas en e l delito de om isión d e asistencia fa m ilia r: “F. J.
3. Que, el delito de omisión de asistencia familiar imputado al sentenciado se encuentra
descrito en la primera parte del numeral ciento cuarenta y nueve del Código Penal, que
a la letra señala: ‘El que omite cumplir su obligación de prestar los alimentos que esta
blece una resolución judicial será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de
tres años, o con prestación de servicio comunitario de veinte a cincuenta y dos joma
das, sin perjuicio de cumplir el mandato judicial F. J. 4. Que, si bien es cierto, de la
revisión de autos, se aprecia que el requerimiento de pago de las pensiones devengadas,
contenido en la resolución número cuatro obrante en copia certificada [...], ha sido noti
ficado al procesado en su domicilio procesal, también lo es, que no existe norma legal
que ordene a la judicatura notificar al demandado tanto en su domicilio real como pro
cesal, siendo menester citar las siguientes normas aplicables en forma extensiva y suple
toria para el caso en concreto: ‘La cédula será entregada por el órgano de auxilio judi
cial o por el encargado de la oficina respectiva, según el caso, en el domicilio real o legal,
o el procesal señalado en autos, [...]’ y ‘[...] [s]i no pudiera entregarla, la adherirá en la
puerta de acceso correspondiente a los lugares citados o la dejará debajo de la puerta
según sea el caso’. F. J . 5. Que, estando al considerando precedente, se tiene que el hecho
de no haberse notificado al ahora procesado la resolución que lo requería para el pago de
las pensiones devengadas, en su domicilio real, además del procesal, no constituye de
manera alguna causa de invalidación de la notificación, ni mucho menos crea en el pro
cesado un estado de indefensión, tal como este argumenta en su escrito de apelación [...],
en razón de haberse dado estricto cumplimiento a lo prescrito en las normas citadas en
el considerando anterior, tal como se corrobora con el aviso de notificación obrante en
copia certificada [...], y la cédula de notificación también en copia certificada [...], dirigi
das al domicilio procesal que el procesado brindó ante el Primer Juzgado de Paz Letrado
de Chorrillos, en el proceso que se le siguió por alimentos, la cual no ha sido variada por
este en ningún estado de la demanda a nivel de juzgado, por lo tanto, dicho domicilio pro
cesal subsistía al momento del requerimiento de las pensiones devengadas, siendo res
ponsabilidad del procesado informarse sobre las notificaciones recepcionadas en el domi
cilio que este brindó [...]” (Exp. N° 149-2008-Lima, del 03/10/2008, ff. jj. 3, 4 y 5, Corte
Superior de Justicia de Lima).
799
A rt. 150 L ibro segundo / Parte especial - delitos
DOCTRINA
_1)0633
_ _ _ _ Bien jurídico protegido: SALINAS SICCHA, R. (2000). Curso de Derecho
Penal peruano. Parte especial. Lima: Palestra, p. 136. “De la literatura penal desarro
llada en el Perú, se observa que los penalistas coinciden en sostener que lo que se trata de
proteger es la integridad física y moral de la mujer en estado de gestación, por lo tanto,
se pretende evitar algún daño en aquel sentido. En efecto, se estima que con el tipo penal
se tutela no solo la integridad física y moral de la gestante, sino la esperanza de vida del
embrión”.
1) (1635 Naturaleza jurídica: VIVES ANTON, T.; BOIX REIG, J.; ORTS BEREN-
GUER, E.; CARBONELL MATEU, J. y GONZÁLEZ CUSSAC, J. (1999). Derecho
Penal. Parte especial. 3a edición. Valencia: Tirant lo Blanch, p. 339. “Estamos ante lo que
la doctrina denomina un delito de ‘omisión propia de garante’, esto es, un delito que se
consuma por la insatisfacción de los derechos, o si se prefiere por el incumplimiento de
los deberes que produce esta”.
¿Wj JURISPRUDENCIA
Sumario: CORTE SUPREMA: Configuración del ilícito penal de abandono de mujer gestante /
Elementos que estructuran la imputación objetiva / Atipicidad de la conducta por falta
de pruebas / Atipicidad de la conducta imputada por falta de imputación objetiva.
800
O misión de A sistencia Familiar A rt. 150
CORTE SUPREMA
J 0897 C onfiguración d e l ilícito p e n a l de abandono de m ujer gestante: “F. J. 3. Que,
en el caso de autos el primer hecho ha sido suficientemente probado, no solo con la decla
ración del acusado y la agraviada; sino también, por el hecho objetivo de que al momento
de formularse la denuncia policial de fojas uno, la perjudicada se encontraba en estado de
gestación; que, sin embargo, no sucede lo mismo con el segundo supuesto desde qué no
se ha logrado recabar la partida de nacimiento de la agraviada por no haber sido inscrita
oportunamente; situación que genera duda razonable, por lo que, en relación a este ilí
cito, resulta de aplicación el principio universal del in dubio p ro reo y, por consiguiente,
estimar que las relaciones sexuales tuvieron lugar cuando la agraviada contaba con más
de catorce años de edad. F. J. 4. Que, en cuanto al delito de abandono de mujer gestante,
previsto y sancionado por el artículo ciento cincuenta del Código Penal, para su confi
guración, es necesario que se dé el abandono de la mujer en estado de gestación y que se
acredite además que al momento de producirse tal hecho se encontraba en una situación
crítica, supuesto último que no se ha logrado probar a lo largo del proceso, debiendo seña
larse además que la agraviada en la audiencia de fecha once de diciembre de dos mil dos,
refirió que le ocultó su embarazo al procesado y cuando tomó conocimiento del hecho
comenzó a apoyarla económicamente [...]” (R. N. N ° 638-2003-H itámico, del 04/05/2004,
ff. jj. 3 y 4, Sala Penal Perm anente).
J 0898 E lem en tos que estructuran la im putación objetiva: “Para la configuración del
delito de abandono de mujer en estado de gestación, no solo se requiere que el agente
abandone a una mujer en dicho estado, sino además, que deba producirse cuando esta se
halle en situación crítica, esto es, que la agraviada se encuentre en la imposibilidad de
valerse por sí misma, si la agraviada contó con el apoyo de sus familiares no se dan los
presupuestos exigidos en el tipo penal” (R. N. N ° 6416-96-P uno, Sala Penal).
801
TITULO IV
D E L IT O S C O N T R A L A LIBER TA D
CA PÍTU LO I
V IO L A C IÓ N DE L A L IB E R T A D P E R S O N A L
DOCTRINA
Sumario: Bien jurídico protegido / Tipo objetivo / Conducta típica / Con violencia y amenaza /
Modalidad típica / Tipicidad subjetiva / Tentativa y consumación.
I) IKi.'íi Bien jurídico protegido: CREUS, C. (1999). Derecho Penal. P arte especial.
Tomo I. 6a edición. Buenos Aires: Astrea, p. 328. “Lo que se protege es la libertad psíquica
que encuentra su expresión en la intangibilidad de las determinaciones de las personas.
Las amenazas atacan esa libertad, menoscabando la normalidad de las condiciones dentro
de las cuales el hombre puede determinarse sin condicionamientos procedentes de terce
ros. El núcleo de la ilegitimidad que se castiga no reside tanto en que ellas sean suscepti
bles de crear un estado de temor o inquietud en quien las sufre, sino en que ese estado le
impone al individuo limitaciones que no tendrían por qué existir. Que le impiden ejercer
aquella libertad en la medida deseable, o sea, que quiebran o perturban (mejor dicho en
que pueden crear el peligro de quebrar o perturbar) la situación de normalidad dentro de
la que el sujeto pasivo puede determinarse sin traba alguna”.
803
A rt . 151 L ibro segundo / Parte especial - delitos
I) 0638 Conducta típica: ROY FREYRE. L. (1975). D erech o P ena l peruano. Parte
especial. Delitos contra las buenas costumbres. Delitos contra la familia. Delitos contra
la libertad. Tomo II. Lima: Unidas, pp. 259-260. “Son los que se detallan a continuación,
para ambas figuras delictivas:
a).- Empleo de violencia o amenaza para impedir a otro hacer lo que la ley no prohíbe, o
para compelerle a ejecutar o a dejar hacerlo que no quiera. La violencia, o la ‘coacción
violenta’ como nosotros preferimos denominarle, conocida también en la doctrina como
vis absoluta, vis phisica o vis corporalis, podemos definirla como a la fuerza material que
actuando sobre el cuerpo del a víctima la obliga a hacer, a omitir o a permitir algo contra
su voluntad. Observamos que la violencia opera en nuestro ordenamiento jurídico-penal
de tres maneras distintas: 1) como una causa de ausencia de acto con respecto a quien
sufre la presión de una fuerza física irresistible, concretándose la actividad, como pri
mer elemento y soporte material del delito, en la persona de quien ejerce la coacción [...]
2) como elemento modal que permite conformar determinadas tipologías de distinta natu
raleza ( como ocurre con varias hipótesis legales de hechos contra las buenas costum
bres); y, 3) como elemento constitutivo de una figura típica p e r se, en donde la violencia
aparece como una infracción específica, con autonomía sustancial e independiente de que
los resultados producidos fueren o no delictivos [...]”.
prevé, alternativamente, dos modalidades de conducta, bastando una de ellas para su rea
lización (tipo mixto alternativo): la primera, es impedir hacer lo que la ley no prohíbe,
que no se debe confundir con la omisión, es decir, el sujeto activo impide al pasivo hacer
algo, o sea, le obliga a un no hacer, pero no a omitir, pues la falta la posición de deber (o
el deber, según la teoría del delito que se siga) que le es propio. La segunda, es compeler
a efectuar lo que no se quiere sea justo o injusto”.
I) 0(i4l Tipicidad subjetiva: VIVES ANTON, T.; BOIX REIG, J.; ORTS BEREN-
GUER, E.; CARBONELL MATEU, J. y GONZÁLEZ CUSSAC, J. (1999). D erecho
Penal. P arte especial. 3a edición. Valencia: Tirant lo Blanch, p. 201. “Existe acuerdo
tanto doctrinal como jurisprudencial en afirmar que solo cabe la comisión dolosa, debién
dose descartar tanto la comisión imprudente como incluso la dolosa eventual, dado el
aspecto finalístico de la conducta”.
Billa JURISPRUDENCIA
Sumario: CORTE SUPREMA: Configuración del delito de coacción / Descripción de los elemen
tos típicos y atipicidad de los hechos imputados por falta de imputación objetiva. COR
TES SUPERIORES: Naturaleza de la violencia y la amenaza en el delito de coacciones
/ Diferencia entre amenaza y violencia / Atipicidad en el delito de coacción.
CO RTE SUPREM A
J 0901 C onfiguración del delito de coacción: “Que resolviendo el caso suh ju d ice, se
advierte: a) Que el delito de violación de la libertad personal-coacción, previsto y san
cionado en el artículo 151 del Código Penal, exige que el autor, mediante amenaza o vio
lencia, obligue a otro a hacer lo que la ley no manda o le impide hacer lo que ella no
prohíbe; b) Que en el caso de autos, no se encuentra acreditado que los encausados hayan
procedido de tal manera, es decir que mediante el uso de la amenaza o violencia, hayan
obligado al agraviado a dirigirse a la habitación del profesor J.L.G.H., donde supuesta
mente habría sido interrogado y amenazado para que no denuncie las irregularidades que
supuestamente cometían; c) Que, por el contrario, se encuentra acreditado, que el agra
viado así como otros alumnos, frecuentaban la casa de los acusados, conocida como la
casa del maestro, donde estos les daban clase de reforzamiento tal como se advierte de
805
A rt. 1 5 1 L ibro segundo /Parte especial - delitos
la propia declaración referencial del agraviado [...], en las que incluso refiere ‘que con
el profesor J.L.G.H. ha tomado una confianza de estima y cariño, tanto así que en varias
oportunidades acudía a su habitación’; d) Que dicha versión se encuentra corroborada
con las declaraciones instructivas de los procesados J.L.G.H., J.A.M.G. y C.A.H.Y. [...],
en donde manifiestan que el agraviado asistía a la casa del maestro voluntariamente y no
coaccionado” (R. N. N ° 880-2005-A requipa, d el 1 7 /0 6 /2 0 0 5 , f. j. 5, Sala Penal).
J 0902 D escripción de los elem entos típicos y a tip icid a d d e los hechos im putados
p o r fa lta de im putación objetiva: “El delito de secuestro, previsto y sancionado por el
artículo 152 del Código Penal, atenta contra la libertad ambulatoria de las personas, es
decir, presupone ir contra la voluntad del sujeto pasivo, identificándose diversos medios
comisivos, no determinados por la ley, pero que desde una perspectiva criminalística son,
por lo general, la violencia, la amenaza y el engaño, y cuyo perfil más nítido se da en los
casos de encierro o intemamiento y de detención del sujeto pasivo mediante los cuales
se priva al sujeto pasivo de la facultad de trasladarse libremente de un lugar a otro; ahora
bien, a los efectos de concretar con rigurosidad la concurrencia de los elementos objetivos
y subjetivos del tipo de injusto del citado delito de secuestro, que lleva consigo una gran
penalidad, es de estimar asumiendo el factor excluyente que informa el principio de insig
nificancia, que están excluidas del ámbito típico de dicha figura penal privaciones de la
libertad ambulatoria de escasa relevancia, a partir precisamente de la dimensión temporal
de la detención, las cuales, en todo caso, tipifican el delito de coacción, en tanto en cuanto
-com o anota un sector de la doctrina, en especial Muñoz Conde- no se trate de una priva
ción de libertad como finalidad en sí misma o como medio para exigir un rescate o lograr
una finalidad ilegal, casos en los cuales tal hecho siempre constituirá secuestro (Dere
cho Penal. Parte especial, 13a edición, Editorial Tirant lo Blanch, Valencia, 2000, pp. 160
y 167); que, en el presente caso, no se da este supuesto, toda vez que se detuvo al agra
viado, ejerciendo violencia contra él, y se lo llevó inmediatamente a la Comisaría en cuya
sede se hizo mención a una supuesta conducta delictiva en que aquel habría incurrido al
distribuir volantes injuriosos contra el Alcalde; no se trató pues de una privación de liber
tad ambulatoria como finalidad en sí misma ni como medio para lograr una finalidad ile
gal concreta, en tanto que enseguida, sin tardanza, se condujo y se puso al agraviado a dis
posición de la autoridad policial para que esta actúe conforme a sus atribuciones, lo que
-com o ya se anotó- en todo caso tipificaría el delito de coacciones” (Ejecutoria Suprem a
d el 2 8 /01/2005, Exp. N ° 2 9 6 6 -2 0 0 4 , Arequipa. E n : P É R E Z ARROYO, M. (2006). L a evo
lución de la jurisp ru d en cia en el P erú (2 0 0 1 -2 0 0 5 ). Tomo II. Iuris Consulti - San M ar
cos, Lima, p . 943).
CORTES SUPERIORES
J 0903 N atu raleza de la violencia y la am en aza en e l delito de coacciones: “La vio
lencia debe ser entendida como la fuerza física ejercida sobre otra persona suficiente para
vencer su resistencia, pudiendo recaer sobre bienes muebles o inmuebles, siempre que
estos tengan alguna conexión con el sujeto pasivo del delito. La amenaza, viene a ser el
enuncio del propósito de causar un mal a otra persona mediante palabras, gestos, actos,
con la misma finalidad” (Ejecutoria S uperior del 0 8 /0 6 /1 9 9 8 , Exp. N ° 1379-98-Lim a).
806
V iolación de la libertad personal A rt. 151 -A
J 0904 D iferencia entre am enaza y violencia: “La amenaza es aquella acción que debe
producir en el sujeto pasivo un temor o compulsión, por lo que se ve obligado a obedecer
al agente, realizando una conducta que este le indica, debiendo ser tal temor consecuencia
de una amenaza suficientemente idónea acerca de un mal inminente. La violencia física,
en cambio, debe ser suficientemente marcada para generar la anulación de la voluntad de
la víctima, quien se ve obligada a realizar una conducta no querida” (Ejecutoria Superior
d el 19/06/1998, Exp. N ° 1 3 1 0-98-Lima).
J 0905 A tip icid a d en e l delito de coacción: “La resistencia ofrecida por los pobladores
y otros funcionarios ediles que impidiera que el Alcalde tomara posesión de su despacho,
por la forma y circunstancias como ocurrieron los hechos, no configura los elementos del
tipo penal de coacción, tanto más si el denunciante el día de los hechos se apersonó con
efectivos policiales” (Ejecutoria S up erior d el 03/06/1998, Exp. N ° 8 1 8 9 -9 7 -Lima).
Acoso(97)
El que, de forma reiterada, continua o habitual, y por cualquier medio, vigila, per
sigue, hostiga, asedia o busca establecer contacto o cercanía con una persona sin su
consentimiento, de modo que pueda alterar el normal desarrollo de su vida coti
diana, será reprimido con pena privativa de la libertad no menor de uno ni mayor
de cuatro años, inhabilitación, según corresponda, conforme a los incisos 10 y 11 del
artículo 36, y con sesenta a ciento ochenta días-multa.
La misma pena se aplica al que, por cualquier medio, vigila, persigue, hostiga, ase
dia o busca establecer contacto o cercanía con una persona sin su consentimiento, de
modo que altere el normal desarrollo de su vida cotidiana, aun cuando la conducta
no hubiera sido reiterada, continua o habitual.
Igual pena se aplica a quien realiza las mismas conductas valiéndose del uso de cual
quier tecnología de la información o de la comunicación.
La pena privativa de la libertad será no menor de cuatro ni mayor de siete años,
inhabilitación, según corresponda, conforme a los incisos 10 y 11 del artículo 36, y
de doscientos ochenta a trescientos sesenta y cinco días-multa, si concurre alguna de
las circunstancias agravantes:
1. La víctima es menor de edad, es persona adulta mayor, se encuentra en estado
de gestación o es persona con discapacidad.
2. La víctima y el agente tienen o han tenido una relación de pareja, son o han sido
convivientes o cónyuges, tienen vínculo parental consanguíneo o por afinidad.
(97) Artículo vigente conforme a la incorporación realizada por el artículo 2 del Decreto Legislativo N° 1410
del 12/09/2018.
A rt. 152 L ibro segundo /Parte especial - delitos
Secuestro(98)9
Será reprimido con pena privativa de la libertad no menor de veinte ni mayor de
treinta años el que, sin derecho, motivo ni facultad justificada, priva a otro de su
libertad personal, cualquiera sea el móvil, el propósito, la modalidad o circunstancia
o tiempo que el agraviado sufra la privación o restricción de su libertad.
La pena será no menor de treinta años cuando:
1. Seabusa,corrompe,trataconcrueldadoponeenpeligro la vidaosaluddelagraviado.
2. Se pretexta enfermedad mental inexistente en el agraviado.
3. El agraviado o el agente es funcionario o servidor público.
4. El agraviado es representante diplomático de otro país.
5. El agraviado es secuestrado por sus actividades en el sector privado.
6. El agraviado es pariente, dentro del tercer grado de consanguinidad o segundo
de afinidad con las personas referidas en los incisos 3, 4 y 5 precedentes.
7. Tiene por finalidad obligar a un funcionario o servidor público a poner en liber
tad a un detenido o a conceder exigencias ilegales.
8. Se cometepara obligar al agraviado aincorporarseauna organización criminal<99).
9. Se comete para obtener tejidos somáticos del agraviado.
10. Se causa lesiones leves al agraviado.
11. Es cometido por dos o más personas o se utiliza para la comisión del delito a
menores de edad u otra persona inimputable.
12. El agraviado adolece de enfermedad grave.
13. La víctima se encuentra en estado de gestación.
(98) A rtículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 2 del Decreto Legislativo N° 982
del 22/07/2007.
(99) Inciso vigente conform e a la m odificación realizada por la prim era disposición com plem entaria
m odificatoria de la Ley N° 30077 del 20/08/2013.
808
V iolación de la libertad personal A rt. 1 5 2
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 1 5 2 .- E l qu e, sin d er ec h o , p r iv a a otro d e su lib e r ta d p e r s o n a l, s e r á re p r i
m id o c o n p e n a p r iv a tiv a d e lib e r ta d n o m en o r d e d o s ni m a y o r d e cu a tro años.
L a p e n a s e r á no m e n o r d e d ie z ni m a y o r d e vein te a ñ o s cu a n d o :
1. E l a g e n te ab u sa , co rro m p e, tra ta co n c r u e ld a d o p o n e en p e l ig r o la v id a o s a lu d
d e l a g ra v ia d o .
2. E l a g e n te p r e te x ta e n fe r m e d a d m en ta l in ex isten te en e l a g r a v ia d o .
3. E l a g r a v ia d o e s fu n c io n a r io , s e r v id o r p ú b lic o o rep resen ta n te d ip lom ático.
4. E l a g r a v ia d o e s p a r ie n te , d en tro d e l te r c e r g r a d o d e c o n sa n g u in id a d o seg u n d o
d e afin idad, c o n la s p e r s o n a s r e fe r id a s en e l in c iso p r e c e d e n te .
5. E l a g r a v ia d o e s m e n o r d e ed a d .
6. S e re a liz a c o n fi n e s p u b lic ita rio s.
7. T ien e p o r o b je t o o b lig a r a un fu n c io n a r io o s e r v id o r p ú b lic o a p o n e r en lib e r ta d
a un d eten id o.
8. S e c o m e te p a r a o b lig a r a l a g r a v ia d o a in c o r p o r a r s e a u n a o rg a n iz a ció n crim i
nal, o p a r a o b lig a r a l a g r a v ia d o o a un te rc er o a q u e p r e s t e a la o rg a n iz a ció n
a y u d a e c o n ó m ic a o su c o n cu r so en c u a lq u ier o tr a fo r m a .
9. T ien e p o r fi n a li d a d o b lig a r a la a u to r id a d p ú b lic a a c o n c e d e r ex ig en cia s
ileg a les.
809
A rt. 152 L ibro segundo / Parte especial - delitos
811
A rt . 152 L ibro segundo / Parte especial - delitos
10. S e com ete p a ra obtener tejidos som áticos de la víctim a, sin g ra ve dañ o físic o o
m ental.
(...)
812 •
V iolación de la libertad personal A rt . 152
L a p e n a s e r á n o m e n o r d e trein ta a ñ o s c u a n d o :
1. S e a b u sa , c o rr o m p e, tra ta co n c r u e ld a d o p o n e en p e lig r o la v id a o s a lu d d e l
a g ra v ia d o .
2. S e p r e te x ta e n fe r m e d a d m en ta l in ex isten te en e l a g ra v ia d o .
3. E l a g r a v ia d o o e l a g en te e s fu n c io n a r io o s e rv id o r p ú b lic o .
4. E l a g r a v ia d o e s rep resen ta n te d ip lo m á tic o d e otro p a ís .
5. E l a g r a v ia d o e s s e c u e s tr a d o p o r su s a c tiv id a d e s en e l s e c to r p r iv a d o .
6. E l a g r a v ia d o e s p a r ie n te , d en tro d e l te r c e r g r a d o d e c o n sa n g u in id a d o seg u n d o
d e a fin id a d co n la s p e r s o n a s re fer id a s en lo s in cisos 3, 4 y 5 p re c e d e n te s .
7. T iene p o r fi n a li d a d o b lig a r a un fu n c io n a r io o s e r v id o r p ú b lic o a p o n e r en lib e r
ta d a un d e te n id o o a c o n c e d e r ex ig en c ia s ileg a les.
8. S e c o m e te p a r a o b lig a r a l a g r a v ia d o a in c o r p o r a r s e a un a a g ru p a c ió n crim in al.
9. S e c o m e te p a r a o b te n e r tejid o s so m á tic o s d e l a g ra v ia d o .
10. S e c a u s a le s io n e s le v e s a l a g ra v ia d o .
11. E s c o m e tid o p o r d o s o m á s p e r s o n a s o s e utiliza p a r a la co m isió n d e l d e lito a
m en o res d e e d a d u o tr a p e r s o n a in im pu table.
12. E l a g r a v ia d o a d o l e c e d e e n fe r m e d a d g ra v e.
13. L a v íctim a s e en c u e n tra en e s ta d o d e g es ta c ió n .
L a m ism a p e n a s e a p lic a r á a l q u e con la fi n a lid a d d e co n trib u ir a la co m isió n d e l
d elito d e se c u estr o , su m in istra in fo rm a ció n q u e h a y a c o n o c id o p o r ra z ó n o co n o c a
sión d e su s fu n c io n e s , c a r g o u oficio, o p r o p o r c io n a d e lib e r a d a m e n te lo s m e d io s
p a r a la p e r p e t r a c ió n d e l d elito.
L a p e n a s e r á d e c a d e n a p e r p e tu a cu a n d o :
1. E l a g r a v ia d o e s m e n o r d e e d a d o m a y o r d e seten ta añ os.
2. E l a g r a v ia d o su fre d is c a p a c id a d y e l a g e n te s e a p r o v e c h a d e e s ta circu n stan cia.
3. Si s e c a u s a le s io n e s g r a v e s o m u erte a l a g r a v ia d o d u ran te e l s e c u estr o o c o m o
c o n s e c u e n c ia d e d ic h o a cto.
N o r m a s c o n c o r d a n t e s
DOCTRINA
Sumario: Bien jurídico / Sujeto activo-pasivo / Descripción típica / Conducta típica / Modalida
des Típicas / Tipo objetivo / Circunstancias agravantes / Consumación.
813
A rt. 1 5 2 L ibro segundo /Parte especial - delitos
_I)_ll()43
_ _ _ Bien jurídico: BRAMONT ARIAS, L. A. (1990). Temas de Derecho Penal.
Tomo Y. Lima: Sp Editores, p. 27. “Objeto especifico de la tutela penal: la libertad ambu
latoria, esto es, la capacidad de la actuación en lo referente a la movilidad del sujeto, la
capacidad del sujeto para trasladarse de un lugar a otro en el ámbito espacial que la ley le
asegura, el derecho de ir y venir o escoger el lugar donde se quiera quedar”.
814 —
V iolación de la libertad personal A rt. 152
golpeándolo, etc.) u otros actos que privan a la persona de su libre acción física (espo
sándola o poniéndole en corsé que impide el libre movimiento de su tronco o cuello). [...]
Se priva de libertad a una persona no solo realizando actos que impiden que la persona
se traslade de un lugar a otro o mueva su cuerpo o miembros, sino también impidiéndole
determinado desplazamiento o determinados movimientos (por ejemplo, el traslado for
zado en un vehículo u obligándole a mover sus miembros de cierta manera o caminar solo
de cierta forma).
No es necesario que exista la abducción de la víctima, o sea, que se opere con el traslado
de la persona a un lugar distinto de aquel en que se hallaba. Puede, por tanto, ser detenida
en su propia casa y hasta que se le prive de salir. [...] La privación de libertad puede tener
lugar a pesar del desplazamiento en el espacio. [...] Es indiferente se realice la acción u
omisión. La conducta negativa sucede cuando el autor omite su deber de liberar a la víc
tima, derivado de la ley que imponga obligación de cuidado, protección o vigilancia, o
que de otra forma se haya asumido la responsabilidad de impedir el resultado, o que con
su comportamiento anterior creo el riesgo de que ocurriera el resultado, que lo convierte
en garante de la libertad de ella. [...] La ley no delimita los medios de comisión del delito.
Puede ser practicado mediante violencia, amenaza, empleo de narcóticos o cualquier otro
medio fraudulento o insidioso”.
Tipo objetivo: ROY FREYRE. L. (1975). En: Derecho Penal peruano. Parte
especial. Delitos contra las buenas costumbres. Delitos contra la familia. Delitos con
tra la libertad. Tomo II. Lima: Unidas, pp. 264-266. “a).- Privar a una persona, sin dere
cho y, de cualquier manera, de su libertad personal. Por interpretación a contrario sensu
del texto comentado arribamos a la conclusión de que no habrá delito cuando el par
ticular, investido circunstancialmente de un derecho, procede a la detención de un sujeto.
Ya vimos que el artículo 56 de la Constitución permitiría que cualquier ciudadano común
y corriente substituya a la autoridad en caso de flagrante delito, es decir, cuando el dete
nido lo fuese en el acto de la comisión del hecho delictuoso, o en la hipótesis de que
huyera siendo imnediatamente perseguido por el ofendido, por la policía o por una o más
personas del pueblo.[...] Se entiende que si la ley faculta a los particulares para perseguir
por sus propios medios a un individuo situado en la circunstancia indicada, lógicamente
también los está autorizando para que procedan a detener. [...] La materialidad del delito
de secuestro consiste en privar a una persona de la facultad de movilizarse de un lugar a
otro, aun cuando se le deje cierto ámbito de desplazamiento que la víctima no puede físi
camente traspasar, configurando el delito precisamente la existencia de los límites impe
ditivos. [...] Tampoco es indispensable la abductio de loco in locum, es decir, que el sujeto
sea trasladado de un sitio a otro: el sujeto puede ser secuestrado inclusive en su propio
lugar de residencia”.
¡¡¡| JURISPRUDENCIA
CO RTE SU PREM A
816
V iolación de la libertad personal A rt. 1 5 2
las dos modalidades que reviste la conducta típica- mediante las cuales se priva al sujeto
pasivo de la facultad de trasladarse libremente de un lugar a otro; que, ahora bien, a los
efectos de concretar con rigurosidad la concurrencia de los elementos objetivos y subje
tivos del tipo de injusto del citado delito de secuestro, que lleva consigo una grave pena
lidad, es de estimar, asumiendo el factor excluyente que informa el principio de insig
nificancia, que están excluidas del ámbito típico de dicha figura penal privaciones de la
libertad deambulatoria de escasa relevancia, a partir precisamente, de la dimensión tem
poral de la detención, las cuales, en todo caso, tipifican el delito de coacción, en tanto
en cuanto -como anota un sector de la doctrina penalista, en especial Francisco Muñoz
Conde—no se trate de una privación de libertad como finalidad en sí misma o como medio
para exigir un rescate o lograr una finalidad ilegal, casos en los cuales tal hecho siem
pre constituirá secuestro (Derecho Penal, parte especial, décima tercera edición, Tirant lo
Blanch, Valencia, dos mil, páginas ciento sesenta y seis ciento sesenta y siete); que, en el
presente caso, no se da este supuesto, toda vez que se detuvo al agraviado ejerciendo vio
lencia contra él, y se le llevó inmediatamente a la comisaría, en cuya sede se hizo men
ción a una supuesta conducta delictiva en que aquel habría incurrido al distribuir volantes
injuriosos contra el alcalde; no se trató pues, de una privación de libertad deambulato
ria como finalidad en sí misma ni como medio para lograr una finalidad ilegal concreta,
en tanto que enseguida, sin tardanza, se condujo y se puso al agraviado a disposición de
la autoridad policial para que esta actúe conforme a sus atribuciones, lo que —como ya
se anotó- en todo caso tipificaría el delito de coacciones, ilícito penal que por el tiempo
transcurrido ya prescribió” (R. N. N° 2966-2004-Areqinpa, del 28/01/2005, f. j. 3, Sala
Penal Permanente).
J 0907 E xtorsión vs. secu estro extorsivo: “Que, de igual modo, el delito perpetrado es
el de extorsión, en su modalidad de secuestro extorsivo, y no el de secuestro, toda vez
que se mantuvo como rehén al menor hijo de la agraviada a fin de obligarla a otorgar un
rescate; esto es, una ventaja económica indebida para liberar al retenido, de suerte que el
sujeto pasivo del delito es el titular del patrimonio atacado y el secuestrado es el sujeto
pasivo de la acción, que precisamente es la finalidad perseguida por el sujeto activo lo que
distingue el delito de secuestro de la extorsión en la modalidad de secuestro extorsivo,
pues en este segundo supuesto, la privación de libertad es un medio para la exigencia de
una ventaja económica indebida, de un rescate, que es un caso especial de un propósito
lucrativo genérico, [característica] que está ausente en el secuestro, consecuentemente,
[corresponde] absolver por el delito de secuestro y ratificar que se trata de un delito de
secuestro extorsivo, como modalidad de extorsión, agravado por haberse afectado a un
menor edad y por la pluralidad de intervinientes en su comisión, tal como lo establecen
los incisos uno y seis del artículo doscientos del Código Penal; que este delito quedó en
grado de tentativa, dado que la víctima no se desprendió de su patrimonio al no haber
siquiera culminado las exigencias dinerarias, siendo de aclarar que este delito no requiere,
como en alguna ocasión se ha sostenido, que la víctima cumpla con entregar el dinero
solicitado” (R. N. N ° 488-2004-Lima, del 07/05/2004,/. j. 4, Sala Penal Permanente).
J 0908 A tip icid a d d el delito de secu estro : “Que, conforme a lo expuesto, se encuentra
acreditada la participación de los encausados, encontrándose, en principio, la conducta
817
Art. 1 5 2 L ibro segundo /Parte especial - delitos
desarrollada por los agentes prevista y penada en el artículo ciento cincuenta y dos del
Código Penal, que señala ’será reprimido con pena privativa de la libertad el que sin dere
cho, motivo, ni facultad justificada, priva a otro de su libertad personal, cualquiera que
sea el móvil, el propósito, la modalidad, circunstancia o tiempo que el agraviado sufra
la privación de su libertad’, advirtiéndose del tipo penal, la protección de la libertad de
movimiento entendida esta como la privación de la facultad de poder dirigirse al lugar
que quiera o competido a encaminarse a donde no desea ir o, en su defecto, como el
confinamiento en un lugar cerrado, empero el tipo penal señala que la conducta desa
rrollada por el agente no se encuentre justificada por un derecho que respalde la pri
vación de la libertad [ante lo cual] podrá concluirse que no existe delito por cuanto se
exige como requisito sirte qita non la ausencia de un derecho que lo justifique, afec
tándose directamente la tipicidad objetiva. Cuando se advierta la presencia de un dere
cho que justifique la privación de la libertad, devendrá en aplicable el inciso ocho del
artículo veinte del Código Penal como causal eximente de responsabilidad penal, pero
cabe acotar que este obrar conforme a derecho debe ser realizado dentro de los paráme
tros fijados por la ley, y dentro del plazo que señale la norma que justifique la medida,
no debiendo demorarse la entrega del detenido más allá del tiempo razonable, en sen
tido contrario, todo el tiempo de privación de libertad que sobrepasa el tiempo nece
sario para poner a disposición de la autoridad pertinente constituirá un ilícito penal.
Ahora, en el caso snb examine, los encausados miembros de la comunidad campesina
de ‘auto defensa’ actuaron respaldados por un derecho, pues se encuentra reconocida
como una de las funciones de los ‘Comités de Autodefensa’ la posibilidad de detener
personas, conforme se advierte del acápite ‘q’ del artículo diecinueve del Reglamento
de Organización y Funciones de los Comités de Autodefensa, apreciándose que los
agraviados fueron puestos a disposición de la autoridad policial, pues estos habían efec
tuado disparos y construido una choza en Tungasuca, distrito de Túpac Amaru, lo que
motivó a su detención, pues los comuneros creyeron que iban a tomar posesión de sus
tierras, por tanto la conducta resulta ser típica, pero no antijurídica por concurrir una
causa de exclusión de la antijuridicidad que convierte el hecho típico en un acto total
mente lícito y aprobado por el ordenamiento jurídico [...]” (R. N. N ° 847-2004-C nsco,
d el 29/10/2004, f. j . 4, Sala P en a l Transitoria).
818
V iolación de la libertad personal A rt. 152
una población guerrera, los resultados de la retención, pudieron ser sumamente adversos
para los afectados, de no haber mediado el actuar prudente de sus líderes; lo que, en todo
caso, demuestra la materialización del fenómeno de interculturalidad. F. J. 2.13. La pri
vación de libertad de los agraviados fue resultado de la ejecución de la cosmovisión del
pueblo nativo awajún, motivado por la defensa ante la amenaza potencial a su territorio
que anteriormente fue mutilado; acción generada por el derecho consuetudinario -ejerci
cio de función jurisdiccional-, conferido por la Constitución; con lo cual no cabe imputar
el delito de secuestro. Por lo tanto, la conducta atribuida a los encausados resulta entendi-
ble y justificada” (R. N. N°1333-2013-Amazonas, del 11/03/2014, ff. jj. 2.11, 2.12 y 2.13,
Sala Penal Transitoria).
J 0911 C on cu rso aparen te de leyes en tre los delitos de secu estro y coacción (prin
cipio d e especialidad): “Que de los delitos materia de imputación contra los encausa
dos E.T.H. y H.P.A. tenemos que: i) el artículo 152 del Código Penal prevé el delito
de secuestro, y señala: ‘será reprimido con pena privativa de libertad no menor de
diez, ni mayor de veinte años, el que sin duda, motivo, ni facultad justificada, priva a
otro de su libertad personal, cualquiera sea el móvil, el propósito, la modalidad, cir
cunstancia o tiempo que el agraviado sufra la privación restricción de su libertad’. El
delito de secuestro es aquel acto por el cual el agente, priva a otra persona de la liber
tad ambulatoria, el atributo que tiene toda persona de desplazarse de un lugar a otro
en mérito de su espectro volitivo. De otro lado, la Ley N° 27908-Ley de Rondas Cam
pesinas, en su artículo primero reconoce personalidad jurídica a las rondas campesi
nas, estableciéndose en su artículo tercero los derechos y deberes de los miembros de
las rondas campesinas; quienes en uso de sus normas consuetudinarias tienen la facul
tad justificada de privar de su libertad a una persona que ha delinquido o a una persona
sospechosa de un acto delictuoso. A fin de investigar el hecho y sancionar para preser
var el orden público en su jurisdicción, dichas noimas están sujetas a la inviolabilidad
de derechos fundamentales de los ciudadanos conforme lo establece el artículo ciento
cuarenta y nueve de la Constitución Política del Estado, ii) el delito contra la libertad
personal-coacción: el artículo 151 del Código Penal que establece: ‘el que mediante
amenaza o violencia, obliga a otro a hacer lo que la ley no manda o le impide hacer
lo que ella no prohíbe, será reprimido [...]’. Que en el presente caso, se trata de con
curso aparente de leyes, que constituye un problema de interpretación, el cual surge
819
Art . 152 L ibro segundo /Parte especial - delitos
cuando el sujeto activo realiza una acción que podría, aparentemente, ser calificada
en más de un tipo penal, pero en realidad solo se puede aplicar uno. Al respecto, Mir
Puig señala: *[...] cuando uno o varios hechos son incluidos en varios preceptos penales
solo uno puede aplicarse, puesto que su estimación conjunta supondría un bis in ídem.
Ello sucede siempre que uno de los preceptos basta por sí solo para aprehender todo el
desvalor del hecho o hechos concurrentes’ (Mir Puig, Santiago, ‘Derecho Penal. Parte
general’, sexta edición. Reppertor, Barcelona, 2002, p. 638). Siendo esto así, en el pre
sente caso, es de aplicación el principio de especialidad (entre dos tipos penales, uno
excluye al otro porque contempla de manera más específica al hecho, es decir, el tipo
legal más específico prima sobre el tipo más general); en consecuencia, no resulta apli
cable al caso el delito de coacción; pues la conducta incriminada al encausado se sub
sume dentro de los presupuestos objetivos y subjetivos del tipo penal de secuestro, pues
los encausados habrían privado al presunto agraviado de su libertad ambulatoria” (R. N.
N° 2680-2012-Lambayeque, del 13/02/2014, f. j. 3, Sala Penal Permanente).
J 0913 In terp reta ció n in correcta de los elem en to s n o rm a tivo s de los tipos p e n a le s
de robo y secu estro : “Que asimismo, conforme se advierte del proceso, en el auto de
apertura de instrucción, se abre instrucción contra los procesados por los delitos de robo
agravado en banda en agravio de personas no identificadas, y contra los antes citados
por delito contra la seguridad pública -peligro común—en la modalidad de tenencia ile
gal de anua de fuego en agravio del Estado; que, el delito de robo agravado con utili
zación de arma de fuego, como instrumento para ejecutarlo, no puede ser considerado
como delito independiente, conforme lo ha establecido esta Suprema Sala en nume
rosas ejecutorias, pues dada la naturaleza del acto ilícito, se subsume en el inciso ter
cero del artículo 189 del Código Penal, por lo que es procedente absolver a los citados
encausados de la acusación fiscal en dicho extremo, de conformidad con lo dispuesto
V iolación de la libertad personal A rt. 152
por el artículo 284 del Código de Procedimientos Penales; que, en cuanto al delito de
secuestro imputado a los procesados recurrentes, teniendo en cuenta la forma y circuns
tancias que tuvo lugar el hecho criminoso, la intención de los procesados no ha sido la
de secuestrar a los agraviados, ya que no hubo intención -dolo- en su accionar, sino
más bien su conducta fue la de facilitar el delito de robo agravado, por lo que es del caso
absolverlos de la acusación en dicho extremo” (Ejecutoria Suprema del 20/05/2004,
R. N. N° 116-2004-Junín. En: ÁVALOS RODRÍGUEZ, C. y ROBLES BRICEÑO, M.
(2005). Modernas tendencias dogmáticas en la jurisprudencia penal de la Corte Su
prema. Gaceta Jurídica, Lima, p. 241).
821
A rt. 1 5 3 L ibro segundo /Parte especial - delitos
Trata de personas(100)
1. El que mediante violencia, amenaza u otras formas de coacción, privación de
la libertad, fraude, engaño, abuso de poder o de una situación de vulnerabili
dad, concesión o recepción de pagos o de cualquier beneficio, capta, transporta,
traslada, acoge, recibe o retiene a otro, en el territorio de la República o para su
salida o entrada del país con fines de explotación, es reprimido con pena priva
tiva de libertad no menor de ocho ni mayor de quince años.
2. Para efectos del inciso 1, los fines de explotación de la trata de personas com
prende, entre otros, la venta de niños, niñas o adolescentes, la prostitución y
cualquier forma de explotación sexual, la esclavitud o prácticas análogas a la
esclavitud, cualquier forma de explotación laboral, la mendicidad, los trabajos
o servicios forzados, la servidumbre, la extracción o tráfico de órganos o tejidos
somáticos o sus componentes humanos, así como cualquier otra forma análoga
de explotación.
3. La captación, transporte, traslado, acogida, recepción o retención de niño, niña
o adolescente con fines de explotación se considera trata de personas incluso
cuando no se recurra a ninguno de los medios previstos en el inciso 1.
4. El consentimiento dado por la víctima mayor de edad a cualquier forma de
explotación carece de efectos jurídicos cuando el agente haya recurrido a cual
quiera de los medios enunciados en el inciso 1.
5. El agente que promueve, favorece, financia o facilita la comisión del delito de
trata de personas, es reprimido con la misma pena prevista para el autor.
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 153.- El que promueve, favorece o ejecuta el tráfico de menores, será repri
mido con pena privativa de libertad no menor de dos ni mayor de seis años.
La pena será privativa de libertad no menor de cuatro ni mayor de ocho años e inha
bilitación, conforme al artículo 36, incisos 1, 2 y 4:
1. Si el agente comete el hecho en agrupación o en calidad de afiliado a una agru
pación destinada al tráfico de menores.
2. Si el agente es funcionario o servidor público, que tiene vinculación especial o
genérica con menores.
(100) Artículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 de la Ley N° 30251 del 21/10/2014,
822
V iolación de la libertad personal A rt. 1 5 3
DOCTRINA
Sumario: Bienjurídico / Sujeto pasivo / Conducta típica / Tipo subjetivo / Tentativa / Consumación.
I) 0651 Bien jurídico: CORCOY BIDASOLO, M. y MIR PUIG, S. (2011). En: Co
mentarios al Código Penal. Reforma LO 5/2010. CORCOY BIDASOLO, M. (Director)
y MIR PUIG, S. (Coordinador). Valencia: Tirant lo Blanch, p. 422. “A los efectos de este
artículo se entiende por trata de personas el tráfico de personas, con independencia de su
nacionalidad, realizado sin el consentimiento de los traficados, bien por el uso de la vio
lencia o intimidación, o bien porque se trata de menores de edad. O con consentimiento
viciado por mediar engaño o existir una situación de necesidad y vulnerabilidad en la víc
tima, con fines de explotación (laboral, sexual o de órganos humanos)”.
I) 0652 Sujeto pasivo: MUÑOZ CONDE, F. (2010). Derecho Penal. Parte espe
cial. 15a edición. Valencia: Tirant lo Blanch, p. 208. “Sujeto pasivo puede ser cualquier
— ~ 823
A rt. 153 L ibro segundo / Parte especial - delitos
I) ll(<54 Conducta Típica: MUÑOZ CONDE, F. (2010). Derecho Penal. Parte espe
cial. 15a edición. Valencia: Tirant lo Blanch, p. 208. “La conducta típica consiste en cap
tar, transportar, trasladar, acoger, recibir o alojar a una persona, empleando para ellos for
mas de atentado a su liberad que van a desde la violencia hasta el abuso de una relación de
superioridad, necesidad o vulnerabilidad de la víctima. No se requiere llegar q la explo
tación efectiva, al transporte o al traslado a otro lugar, bastando con que el sujeto pasivo
haya sido ya captado para ello o se encuentre ya en disposición de ser objeto de alguna de
las finalidades que se menciona en el precepto”.
824
V iolación de la libertad personal A rt. 153
_I)_IHÓS
_ _ _ Consumación: ROY FREYRE. L. (1975). En: Derecho Penal peruano. Parte
especial. Delitos contra las buenas costumbres. Delitos contra la familia. Delitos con
tra la libertad. Tomo II. Lima: Unidas, p. 269. “El delito que nos ocupa alcanza la etapa
de la consumación en el momento en que el agente queda privado de su libertad de movi
lizarse en el espacio. Pensamos que se trata de un delito permanente en el que la activi
dad delictiva continúa proyectándose en el tiempo mientras dura el estado de secuestro.
La tentativa es configurable, en razón de que la resistencia opuesta por el ofendido puede
muy bien frustrar el perfeccionamiento del delito”.
JURISPRUDENCIA
825
A rt. 153 L ibro segundo /Parte especial - delitos
ACUERDO PLENARIO
J 0915 R elacion es sistem áticas, teleológicas y p u n itiva s entre los delitos contra la
lib erta d sex u a l y trata de person as. “F. J. 12. La trata de personas, en los términos como
aparece regulada en el Código Penal vigente, constituye un delito que atenta contra la
libertad personal [Salinas Siccha, Ramiro. Derecho Penal. Parte especial, volumen I.
Grijley, Lima, 2010, p. 498], entendida como la capacidad de autodeterminación con la
que cuenta la persona para desenvolver su proyecto de vida, bajo el amparo del Estado
y en un ámbito territorial determinado. En cambio, la violación sexual vulnera la liber
tad sexual, que comprende también la capacidad de autodeterminación de la persona pero
referida al ámbito específico de las relaciones sexuales. En tanto que, en los delitos de
favorecimiento a la prostitución o proxenetismo, se vulnera la moral sexual de la socie
dad y la dignidad sexual de aquella persona que es prostituida o explotada sexualmente,
y a la que se predetermina y somete a sostener prácticas sexuales con terceros a cam
bio de dinero. F. J. 13. Es evidente que hay una estecha relación ente los bienes jurí
dicos involucrados en los delitos sexuales y de trata de personas con fines sexuales. Sin
embargo, ello no impide entender las semejanzas y diferencias entre sus elementos típi
cos, así como las implicancias que acarrean para la aplicación de las consecuencias jurí
dicas del delito. Así, la violación sexual, en cualquiera de sus modalidades, constituye un
delito común al igual que los delitos de trata de personas con fines sexuales y de favore
cimiento o explotación de una persona prostituida. Sin embargo, en la violación sexual
se está ante un delito de propia mano, en el que se sanciona al que tiene de modo directo
y personal el acceso camal o acto análogo con la víctima. En tanto que, en la trata de
personas, se reprime a quien coloca a la víctima, a través de actos traslativos (posee un
tipo penal alternativo y complejo en base a las conductas que promueven, favorecen,
financian o facilitan la captación, transporte, traslado, acogida, recepción o retención de
la víctima), en una situación de vulnerabilidad para ser explotada sexualmente por otro
(se trata de un delito proceso, que implica diversas etapas desde la captación de la víctima
hasta su recepción o alojamiento en el lugar de destino y en las cuales se involucran fre
cuentemente diversas personas). Por su parte, en el [delito de] favorecimiento a la pros
titución o proxenetismo se sanciona al que favorece la prostitución de otro, o al que de
manera fraudulenta o violenta entrega físicamente a la víctima a otro para el acceso car
nal. Problemas concúrsales. F. J . 14. Los verbos típicos utilizados para describir los de
litos analizados, así como los medios comisivos previstos para su perpetración, tienden
a conectarse o confundirse por su similitud. Por tanto, se requiere esclarecer cuando se
configura uno u otro tipo penal, y así deslindar la presencia o no de un concurso de de
litos (ideal o real) o de un concurso aparente de leyes entre ellos. En los delitos de vio
lación sexual se está ante tipos legales claramente diferenciables en los que la conducta
típica viene definida por el acceso camal (vaginal, anal o bucal) o análogo (introducción
de objetos o partes del cuerpo vía vaginal o anal) que practica el propio sujeto activo
con la víctima. Sin embargo, los delitos de trata de personas y de favorecimiento a la
prostitución, como de proxenetismo, generan conflictos de interpretación por su conver
gencia normativa. Por consiguiente, a continuación se harán las precisiones teóricas y
prácticas que posibiliten reconocer y facilitar la operatividad de la calificación judicial
de unos y otros. F. J. 15. En primer lugar, es de señalar que no se trata de un supuesto de
826
V iolación de la libertad personal A rt. 153
identidad típica. No se ha tipificado en los artículos 153, 179y 181 del Código Penal el
mismo delito. Se está ante conductas delictivas diferentes. En efecto, el delito de trata de
personas agota su realización en actos de promoción, favorecimiento, financiación o faci
litación del acopio, custodia, traslado, entrega o recepción de personas dentro del país o
para su ingreso o salida de él, con la finalidad de que ejerzan la prostitución o sean some
tidas a esclavitud o explotación sexuales. Es un delito de tendencia interna trascendente,
donde el uso sexual del sujeto pasivo es una finalidad cuya realización está más allá de
la conducta típica que debe desplegar el agente pero que debe acompañar el dolo con
que este actúa. Es más, el delito estaría perfeccionado incluso en el caso de que la víc
tima captada, desplazada o entregada no llegue nunca a ejercer la prostitución o se frus
tre, por cualquier razón o circunstancia, su esclavitud o explotación sexual por terceros. F.
J. 16. En cambio, en los actos de favorecimiento de la prostitución el sujeto activo actúa
indirectamente, promoviendo (inicia, impulsa o influencia positivamente) o favoreciendo
(creando las condiciones necesarias para sus actividades sexuales o proveyéndole clien
tes) la prostitución de la víctima (relaciones sexuales con terceros a cambio de dinero). Es
un típico delito de corrupción sexual cuyo móvil suele ser lucrativo. F. J. 17. Finalmente,
en el delito de proxenetismo el agente directamente interviene en el comercio sexual de
la víctima a la cual, previamente, convence o compromete para que se entregue sexual-
mente por una contraprestación económica a terceros. El agente en este delito oferta y
administra la prostitución de la víctima. Desarrolla pues, un negocio ilegal en tomo a la
venta sexual de aquella. F. J . 18. Se podría graficar las diferencias entre fratante, promo
tor y proxeneta señalando que el primero actúa como proveedor; el segundo como impul
sor o facilitador; y el tercero como expendedor y gestor de la prostitución de las víctimas.
Por consiguiente, el concurso real entre estos tres delitos resulta ser la posibilidad más
técnica de conectarlos hipotéticamente. Así, quien practica la bata puede, también, dedi
carse de modo sucesivo o paralelo a la promoción o explotación directa de la persona a
quien captó, trasladó o retuvo inicialmente con la finalidad de entregarla a terceros pro
motores de la prostitución o proxenetas potenciales o en ejercicio” (Acuerdo Plenario
N° 3-2011/CJ-116 sobre “Delitos contra la libertad sexual y trata de personas y pena
lidad”, del 06/12/2011, jf. jj. 12, 13, 14, 15, 16, 17 y 18, Vil Pleno Jurisdiccional de las
Salas Penales Permanente y Transitoria).
CORTE SUPREMA
J 0916 S e exige que la captación sea con fin es de explotación p a r a qu e se consum e
e l delito de trata de perso n a s: “F. J. 2. En el presente caso, se observa que el tipo penal
de trata de personas previsto en el artículo 153 del Código Penal, al ser aplicado a meno
res de edad -adolescentes como agraviadas- no exige que el agente se valga de alguno
de los medios comisivos propios de este delito. Pero ciertamente, sí exige que la capta
ción sea con fines de explotación. En tanto no se especifica qué tipo de explotación, se
entiende que engloba a la explotación sexual y laboral. F. J . 3. Fue la ausencia de ese ele
mento de tipo penal la razón esencial de la solución absolutoria. Ese criterio que respeta
el principio de legalidad en su manifestación del mandato de determinación -lex certa-
no permite que hechos en los cuales no se advierte explotación, sean considerados como
delito de trata. F. J. 4. La recurrente pretende asimilar a explotación laboral, las condicio
nes en las que trabaja la menor, con específica mención al horario de la jomada laboral
827
A rt. 153-A LfflRO SEGUNDO / PARTE ESPECIAL - DELITOS
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 153-A{102\- El funcionario o servidor público y los directivos de las enti
dades privadas, vinculados especial o genéricamente con menores o personas
(101) A rtículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 de la L ey N° 28950 del 16/01/2007.
(102) A rtículo conform e a la incorporación realizada po r el artículo 2 de la L ey N ° 26309 del 20/05/1994.
V iolación de la libertad personal A rt. 153-A
DOCTRINA
I) 01.59 Sujeto activo: VILLA STEIN, J. (1998). Derecho Penal. Parte especial.
Lima: San Marcos, pp. 124-125. “Sujeto activo solo puede serlo el funcionario público,
lo mismo que el directivo de una entidad privada, vinculado especial o genéricamente con
menores o incapaces de valerse por sí mismos. El comportamiento debe implicar abuso
del cargo de funcionario o directivo al que nos hemos referido y el acto debe ser uno de
retención o traslado de la víctima, sin que sea exigencia del tipo simple perseguir finali
dad. El comportamiento agravado en cambio, implica que el agente actúe con la finalidad
de obtener una ventaja económica o de explotación económica o social de la víctima”.
829
A rt. 153-A L ibro segundo /Parte especial - delitos
g§| JURISPRUDENCIA
Sumario: CORTE SUPREMA: Es necesario que el imputado obligue a mantener un trato sexual
con clientes para la consumación del delito de trata de personas.
CO RTE SU PREM A
de personas) se subsume su conducta desplegada en el caso sub examine; siendo ello así,
la resolución superior cuestionada de fecha once de mayo de dos mil nueve, [...] adolece
de una debida motivación [...]” (R. N. N° 75-2010-Madre de Dios, del 31/09/2010, ff.jj.4
y 5, Sala Penal Transitoria).
Explotación sexual(103)
El que, mediante violencia, amenaza u otro medio, obliga a una persona a ejercer
actos de connotación sexual con la finalidad de obtener un aprovechamiento econó
mico o de otra índole, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de
diez ni mayor de quince años.
Si el agente comete el delito mediante engaño, manipulación u otro condiciona
miento, se aplicará la misma pena del primer párrafo.
La pena privativa de libertad será no menor de quince ni mayor de veinte años,
cuando:
1. El agente tiene a la víctima bajo su cuidado o vigilancia por cualquier motivo, o
mantiene con ella un vínculo de superioridad, autoridad, poder o cualquier otra
circunstancia que la impulse a depositar su confianza en él.
2. El agente comete el delito en el ámbito del turismo, en el marco de la actividad
de una persona jurídica o en el contexto de cualquier actividad económica.
La pena privativa de libertad será no menor de veinte ni mayor de veinticinco años,
cuando:
1. El agente es ascendiente o descendiente por consanguinidad, adopción o por afi
nidad; pariente colateral hasta el cuarto grado de consanguinidad o adopción,
o segundo grado de afinidad; cónyuge, excónyuge, conviviente, exconviviente o
tenga hijos en común con la víctima; o habite en el mismo domicilio de la víc
tima, siempre que no medien relaciones contractuales o laborales.
2. La explotación sexual es un medio de subsistencia del agente.
3. Existe pluralidad de víctimas.
4. La víctima tiene discapacidad, es adulta mayor, padece de una enfermedad
grave, pertenece a un pueblo indígena u originario, o presenta cualquier situa
ción de vulnerabilidad.
5. Se produzca una lesión grave o se ponga en peligro inminente la vida o la salud
de la víctima.
6. Se derive de una situación de trata de personas.
(103) A rtículo vigente conform e a la modificación realizada por el artículo 1 de la L ey N 030963 del 18/06/2019.
831
A rt. 153-A L ibro segundo / Parte especial - delitos
TEXTO ORIGINAL:
Artículo 153-B(I04>.- El que obliga a una persona a ejercer actos de connotación
sexual con la finalidad de obtener un aprovechamiento económico o de otra índole,
es reprimido con pena privativa de libertad no menor de diez ni mayor de quince
años.
Si el agente comete el delito mediante engaño, manipulación u otro condiciona
miento se aplicará la misma pena del primer párrafo.
E l consentimiento brindado por el niño, niña o adolescente carece de efectos
jurídicos.
La pena privativa de libertad es no menor de quince ni mayor de veinte años, cuando:
1. E l agente tiene a la víctima bajo su cuidado o vigilancia por cualquier motivo,
o mantiene con ella un vínculo de superioridad, autoridad, poder u otro que la
impulse a depositar su confianza en él.
2. La víctima tiene entre catorce y menos de dieciocho años de edad.
3. E l agente comete el delito en el ámbito del turismo, en el marco de la actividad
de una persona jurídica o en el contexto de cualquier actividad económica.
La pena privativa de libertad es no menor de veinte ni mayor de veinticinco años,
cuando:
1. El agente es ascendiente o descendiente por consanguinidad, adopción o por
afinidad; pariente colateral hasta el cuarto grado de consanguinidad o adop
ción, o segundo grado de afinidad.
2. La explotación es un medio de subsistencia del agente.
3. Existe pluralidad de víctimas.
4. La víctima tiene discapacidad, es menor de catorce años de edad, adulta mayor,
padece de una enfermedad grave, pertenece a un pueblo indígena o presenta
cualquier situación de vulnerabilidad.
5. Se produzca una lesión grave o se ponga en peligro inminente la vida o la salud
de la víctima.
6. Se derive de una situación de trata de personas.
Si se produce la muerte de la víctima, la pena privativa de libertad es no menor de
veinticinco ni mayor de treinta años.104
(104) A rtículo incorporado por el artículo 2 del D ecreto Legislativo N° 1323 del 06/01/2017.
832
V iolación de la libertad personal A rt. 153-C
N ormas concordantes
C: arts. 2 inc. 15), 4; CP: arts. 12, 23, 29, 36, 45; C P P 2004: arts. 161, 298, 372, 471;
C A D H : art. 6 inc. 2)
(105) Artículo vigente conform e a la incorporación realizada por el artículo 2 del Decreto Legislativo N° 1323
del 06/01/2017.
A rt . 153-C L ibro segundo / Parte especial - delitos
DOCTRINA
I ) H ( ) ( i 2 Bien jurídico: ROY FREYRE. L. (1975). D erech o P ena l p eruano. Parte espe
cial. Delitos contra las buenas costumbres. Delitos contra la familia. Delitos contra la
libertad. Tomo II. Lima: Unidas, pp. 277-278. “Es la libertad individual vulnerada aquí en
toda su extensión y con toda crudeza, solo superable por la esclavitud. El delito estudiado
compromete la propia dignidad del hombre. Es elemento que el derecho punitivo tutele la
condición básica de la persona humana, evitando su explotación como la cosa, su consi
deración como un medio de exclusiva y gratuita utilidad particular”.
I) fl(.(.4 Tipo subjetivo: MAGGIORE, G. (1986). En: D erecho Penal. P arte especial:
Delitos en particular. Volumen IV. Bogotá: Temis, pp. 452-453. “Este delito es doloso,
y su dolo es genérico, pues no se requiere ningún fin especial, como, por ejemplo, el fin
de lucro”.
834
V iolación de la libertad personal A rt. 153-D
(106) Artículo vigente conform e a la incorporación realizada por el artículo 2 de la Ley N° 30963 del 18/06/2019.
835
A rt. 153-E L ibro segundo /Parte especial - delitos
(107) Artículo vigente conforme a la incorporación realizada por el artículo 2 de la Ley N° 30963 del 18/06/2019.
(108) ídem .
836
V iolación de la libertad personal A rt. 153-G
(109) Artículo vigente conforme a la incorporación realizada por el artículo 2 de la Ley N° 30963 del 18/06/2019.
837
Art. 153-H L ibro segundo /Parte especial - delitos
(110) Artículo vigente conform e a la incorporación realizada por el artículo 2 de la L ey N° 30963 del 18/06/2019.
838
V iolación de la libertad personal A rt. 153-1
con la introducción de un objeto o parte del cuerpo por alguna de las dos prime
ras vías.
En todos los casos se impone, además, la pena de inhabilitación conforme al artículo
36, incisos 1, 2, 3,4, 5, 6, 8, 9,10 y 11.
N ormas concordantes
C P P 2 0 0 4 : arts. 161, 298, 372, 471
(111) Artículo vigente conforme a la incorporación realizada por el artículo 2 de la Ley N° 30963 del 18/06/2019.
839
A rt. 153-J L ibro segundo /Parte especial - delitos
(112) Artículo vigente conform e a la incorporación realizada por el artículo 2 de la Ley N° 30963 del 18/06/2019.
840
V iolación de la libertad personal A rt. 153-J
. 841
CAPÍTULO II
VIOLACIÓN DE LA INTIMIDAD
ARTÍCULO 154 Violación a la intimidad personal o familiar
E l que viola la in tim id ad de la vida p erson al o fam iliar ya sea observando, escu
chando o registrando un hecho, palabra, escrito o im agen, valién d ose de instrum en
tos, p rocesos técnicos u otros m edios, será reprim ido con p en a privativa de libertad
no m ayor de dos años.
L a p en a será no m enor de uno n i m ayor de tres años y de treinta a ciento veinte días-
m ulta, cuando el agente revela la in tim id ad conocida de la m anera antes prevista.
Si utiliza algún m edio de com unicación social, la pena privativa de libertad será no
m enor de dos n i m ayor de cuatro años y d e sesenta a ciento ochenta días-m ulta.
N o r m a s c o n c o r d a n t e s
C: arts. 1, 2 ines. 4), 6), 7), 10); CP: arts. 12, 23, 29, 45, 92; C P P 2004: arts. 459 al 467,
483, 484, 487; C d e P P : arts. 2, 74, 75, 302 a l 310.; CC: arts. 5, 14, 15, 16; CPC: art. 686;
C N A : art. 4; C A D H : art. 11 inc. 2)
[|jl DOCTRINA
Sumario: Bien jurídico protegido / Elementos típicos de naturaleza objetiva / Contenido de la
esfera íntima o de reserva.
842
V iolación de la I ntimidad A rt. 1 5 4
g¡| JURISPRUDENCIA
T R IB U N A L C O N S T IT U C IO N A L
J 0918 C onfiguración del delito de violación de la intim idad: “F. J . 25 [...] El delito
por el que fueron sentenciados los recurrentes en la querella por delito contra la intimi
dad, está prescrito claramente en el artículo 154 del Código Penal: ‘El que viola la inti
midad de la vida personal o familiar ya sea observando, escuchando o registrando un
hecho, palabra, escrito o imagen, valiéndose de instrumentos, procesos técnicos u otros
medios, será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de dos años. La pena será
no menor de uno ni mayor de tres años y de treinta a ciento veinte días-multa, cuando el
agente revela la intimidad conocida de la manera antes prevista. Si utiliza algún medio de
comunicación social, la pena privativa de libertad será no menor de dos ni mayor de cua
tro años y de sesenta a ciento ochenta días-multa’. En tal configuración, el delito no solo
se restringe a la responsabilidad por captar imágenes, sino que avanza hasta la difusión
de las mismas. Fue en cuanto a la difusión que los recurrentes solicitaron los informes
respectivos, pero también fluye de autos que respecto a captar imágenes no hubo informe
alguno que supuestamente lo autorice. Es decir, así se hubiese comprobado la existencia
de un informe, ello no hubiera podido exculpar o disminuir la responsabilidad de los que
rellados respecto al momento en que se preparó y se filmó el acto sexual de la querellante”
(STCExp. N° 6712-2005-HC/TC-Lima, caso: Magaly Jesús Medina VelayNey Guerrero
Orellana, del 17/10/2005, fi j. 25).
C O RTE SU PR EM A
J 0919 G rabación d e una reunión p o r uno de los protagon ista s d eb e analizarse y valo
rarse de acuerdo con los intereses en conflicto en el caso concreto: “Por otro lado, alega
la acusada que se vulneró su derecho a la intimidad - y la inviolabilidad de secreto de las
comunicaciones-, porque los audios se grabaron sin su consentimiento. Al respecto, cabe
843
A rt. 1 5 4 L ibro segundo /Parte especial - delitos
acotar que la grabación realizada por el particular [...], que supuso una injerencia en la
intimidad de la acusada [...], tiene que analizarse y valorarse de acuerdo con los intereses
en conflicto en el caso concreto: la intimidad y el interés en la persecución y castigo del
delito. Esta grabación de una conversación privada realizada por uno de los protagonis
tas, contenía la presunta comisión de un delito de la que era víctima, pues el supuesto de
hecho era la entrega de una suma de dinero que se había realizado a una funcionaría por
un particular, para que interceda de un asunto de competencia de otros funcionarios públi
cos; es decir, un delito de tráfico de influencias. Asimismo, con la misma, pretendió faci
litar su averiguación -identificando a la autora-, persecución y posterior castigo -existió
una justificación y la grabación no se hizo para divulgar secretos o datos de la intimidad
del grabado, para chantajearlo u obtener alguna prueba de hechos no delictivos-. Si a la
presunta víctima le asiste el derecho de denunciar el delito, tiene que considerarse legí
timo que provea de algún medio para acreditar el objeto de su denuncia [salvo el caso del
delito provocado], siempre que este medio sea constitucionalmente permitido y no inte
gre, a su vez, una infracción criminal. Por tanto, la grabación de esta conversación apor
tada al proceso como prueba, no se encontraba en el ámbito intangible por antonoma
sia de la vida personal; así como también en su lícita valoración, prima el interés en la
averiguación de la verdad, frente a la protección de la vida privada, porque el delito de
influencias es grave y sancionado con pena de hasta ocho años. Dentro de este contexto,
en aplicación del principio de la ponderación de intereses, prima el interés público a la
averiguación de la verdad, sobre el interés del particular a la intimidad. No puede olvi
darse, que se comprobó la autenticidad de esta prueba y se incorporó al juicio oral, para
ser sometido a contradicción y a la valoración del juzgador” (R. N. N ° 3824-2012-Del
Santa, del 09/05/2013,/. j. 10, Sala Penal Transitoria).
J 0920 F undam entos, pon d era ció n y lím ites d e l derecho de inform ación: “F. J. 5.
Fundamentos del derecho a la intimidad. Queda claro entonces, que la difusión tele
visiva de las escenas sexuales íntimas de la agraviada, no estaban de ningún modo justi
ficado por una exigencia informativa, en cuanto se estima que el derecho de información
tiene relevancia jurídica solamente en los límites de la utilidad social y de la esenciali-
dad y modales civilizados de la noticia. Con tales parámetros, no se trata de ‘bloquear’
la expresión de la libertad fundamental de la información, sino por el contrario, apoya
dos en el Código deontológico de los periodistas, hacer que ella se desenvuelva según
las características que le son propias, actuando así el balance de los intereses contrapues
tos. F. J . 6. Conflictos de derechos fundamentales. La doctrina informa además que,
el derecho de información no es absoluto, pues ningún derecho lo es, y ha de coexistir -
pacíficamente- con otros derechos fundamentales. En efecto, a partir de la Constitución
Política se establece que, cuando del ejercicio de tales libertades resulten afectados, la
intimidad y honor de las personas, nos encontramos ante un conflicto de derechos, ambos
de rango fundamental, que para resolverlo deberá recurrirse a los haremos siguientes:
a) la no existencia de derechos fundamentales absolutos, ni de límites absolutos a estos,
b) la delimitación de los derechos enfrentados, distinguiendo entre la libertad de infor
mación y de expresión, por un lado y el derecho a la intimidad personal, por otro, c) la
importancia de los criterios de ponderación y, d) la especial consideración de penetrar,
dolosa y abusivamente, en la intimidad personal. En tal virtud, en lo que se refiere a este
844
V iolación de la I ntimidad A rt. 154
845
Art. 154-B L ibro segundo /Parte especial - delitos
N o r m a s c o n c o r d a n t e s
N o r m a s c o n c o r d a n t e s
L e y 27942: art. 6
(113) A rtículo vigente conforme a la incorporación realizada por el artículo 5 de la L ey N° 30171 del
10/03/2014.
(114) A rtículo vigente conform e a la incorporación realizada por el artículo 2 del D ecreto Legislativo N° 1410
del 12/09/2018.
V iolación de la I ntimidad A rt. 155
TEXTO ORIGINAL:
A rtículo 155.- Si el agente esfuncionario o set'vidor público y, en ejercicio del cargo,
comete el hecho previsto en el artículo 154, la pena será no menor de tres ni mayor
de seis años e inhabilitación conforme al artículo 36 incisos 1, 2 y 4.
j¡jl DOCTRINA
(115) Artículo vigente conform e a la modificación realizada por el artículo único del Decreto Legislativo
N° 1237 del 26/09/2015.
847
A rt. 156 L ibro segundo / Parte especial - delitos
DOCTRINA
848
V iolación de la I ntimidad A rt. 157
imputar o atribuir el delito en análisis. Será necesario verificar si las cuestiones íntimas
que ha revelado las conoció por efectos mismos del desempeño de su trabajo. En conse
cuencia, de concluirse que el actor tuvo acceso a los aspectos de la intimidad personal o
familiar que ha revelado, por circunstancias ajenas a las de su trabajo, su conducta no se
subsumirá al supuesto de hecho del tipo penal en sede, sino en otro”.
DOCTRINA
I) «675 Modalidades típicas: VILLA STEIN, J. (1998). Derecho Penal. Parte espe
cial. Lima: San Marcos, p. 136. “El comportamiento del agente puede ser cualquiera de
los siguientes: a) Organizativo de archivos conteniendo datos referentes a las conviccio
nes políticas o religiosas y otros aspectos de la vida íntima de una o más personas. Se trata
849
A rt. 1 5 8 L ibro segundo /Parte especial - delitos
de una tarea que puede emplear cualquier sistema de archivos desde el simple manual por
tarjetas, hasta el más sofisticado sistema de cómputo con banco de datos amplios; b) Pro
porcionar o emplear datos ya organizados en archivo, sobre las convicciones políticas o
religiosas de la vida íntima de las personas”.
TEXTO ORIGINAL:
Artículo 158.- Los delitos previstos en este capítulo son perseguibles por acción
privada.
MODIFICACIONES AL TEXTO ORIGINAL:
(116) A rtículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo único del D ecreto Legislativo
N° 1237 del 26/09/2015.
850
V iolación de la I ntimidad A rt. 158
DOCTRINA
Sumario: Concepto de acción penal privada / Propuesta de /ege ferenda / Fundamento del ejerci
cio de la acción penal privada.
I) IH.-N Propuesta de lege ferenda : VILLA STEIN, J. (1998). Derecho Penal. Parte
especial. Lima: San Marcos, p. 138. “Se dispone por este tipo que la acción penal solo es
perseguible a instancias de parte -querella de parte- y solo puede denunciar el agraviado.
Creemos que este tipo debió obviarse en el Código Penal y situarlo en el procesal penal”.
851
C A P ÍT U L O III
V IO L A C IÓ N D E D O M IC IL IO
¡fp DOCTRINA
Sumario: Bienjurídico/ Sujeto activo / Sujeto activo-pasivo / Acción típica / Concepto de morada /
Tipo subjetivo / Consumación.
I) llfiNIl Bien jurídico protegido: ROY FREYRE. L. (1975). Derecho Penal peruano.
Parte especial. Delitos contra las buenas costumbres. Delitos contra la familia. Delitos
contra la libertad. Tomo II. Lima: Unidas, p. 302. “Es la llamada ‘libertad domiciliaria’
entendida como la facultad de disponer del local elegido como morada o como casa de
negocio, con sus respectivas dependencias, según nuestro texto penal, especialmente en
lo que se refiere a la admisión o repulsa de otras personas del perímetro que conforma el
domicilio. La intromisión de un extraño en la morada propia importa una violación más
reducida de la libertad personal”.
I) IK.S2 Sujeto activo: SERRANO GÓMEZ, A. (2004). Derecho Penal. Parte espe
cial. 9a edición. Madrid: Dykinson, p. 213. “Sujeto activo puede ser cualquier persona
-que no habite en la misma-. Sujeto pasivo es quien ostenta el derecho a ocupar la
morada, que puede ser el dueño de la misma o un tercero que la tiene arrendada, cedida
a título gratuito, etc.”.
852
V iolación de domicilio A rt. 1 5 9
I) lid!<4 Acción típica: MAGGIORE, G. (1986). Derecho Penal. Parte especial: De
litos en particular. Vol. IV. Bogotá: Temis, pp. 487-488. “Supone introducirse o perma
necer en la habitación ajena o en otro lugar de permanencia privada, o en dependen
cias. “Introducirse” significa entrar, pasar el umbral de la casa o penetrar a ella por otro
camino. [...] “Permanecer” quiere decir quedarse en la casa después de haber entrado
a ella arbitrariamente, pero también significa negarse a abandonarla después de haber
entrado legítimamente (como el sirviente despacho que se niega a irse). [...] “Habitación”
es cualquier lugar que haya elegido el hombre como su sede doméstica, definitiva o tem
poralmente; lugar que puede ser abierto o cerrado, estable o móvil (como las carretas de
los gitanos), con tal que este aislado del ambiente exterior de modo que el titular pueda
arrojar a los usurpadores. No es necesario que el habitante sea también propietario; puede
ser un inquilino o huésped; ni es necesario tampoco que la habitación sea de una sola per
sona, pues pueden convivir en ella muchas personas. [...] El concepto de “habitación”
está implícita la actualidad del uso, lo cual significa que la casa, en el momento del delito,
debe estar empleada para habitación, aunque sus habitantes no se hallen presentes. [...]
“Lugar de permanencia privada” es cualquier sitio, en que alguno suele estar por motivos
de estudio, distracción, juego, etc. (estudio profesional o comercial, circulo, biblioteca
privada, cafés, hosterías, casas de tolerancia, etc.). No se consideran como tales los tem
plos, los teatros, las oficinas públicas o las salas de espera en las estaciones. [...] El con
cepto de habitación o morada privada supone libre elección de parte del titular.
En resumen, la violación de domicilio no puede efectuarse sino invito domino [contra
voluntad del titular]. Lo cual puede acontecer, o porque la introducción (o permanencia)
en el domicilio ajeno se verifica “contra la voluntad expresa o tácita del titular”, o “clan
destinamente o con engaño”. [...] El disentimiento expreso debe resultar de una manifes
tación cierta y precisa. El consentimiento o la ratificación excluyen el delito, en cuanto le
quieran antijuridicidad. El disentimiento (o consentimiento) debe ser expresado por quien
tiene derecho de impedir la entrada o la permanencia. [...] Actualmente habita o mora en
la casa, aunque sea contra el propietario, el poseedor, etc.; o también el que presenta al
habitador, aun de manera temporal. [...] Del que se introduce en habitación ajena o en otro
o voluntad expresa o tácita del que tiene derecho de impedirlo”.
I) (1685 Acción típica: ROYFREYRE. L. (1975). Derecho Penal peruano. Parte espe
cial. Delitos contra las buenas costumbres. Delitos contra la familia. Delitos contra la
libertad. Tomo II. Lima: Unidas, pp. 303-305. “a). - Penetrar o permanecer sin derecho
en morada o casa de negocias ajenas, en sus dependencias o en recinto habitado por otro.
La violación del domicilio importa una injustificada agresión a la libertad personal, enten
dida esta como el derecho de todo individuo a desenvolverse libremente dentro del espa
cio físico le está reservado para la realización de su vida privada, lugar donde no deberá
ser perturbado por la presencia no autorizada de terceros. [...] ‘Penetrar’ significa introdu
cir el cuerpo por completo en el domicilio ajeno. No basta introducir una parte del cuerpo
como sería la cabeza, los pies o las manos. Tampoco perturbar la paz de los ocupantes
desde fuera, salvo cuando la intención de entrar al domicilio ajeno se hace inequívoca con
un comienzo de ejecución, como sucedería en el caso de que el actor pretenda dermmbar
— 853
A rt. 159 L ibro segundo /Parte especial - delitos
la puerta sin conseguirlo. [...] Por otro lado, la frase ‘quedarse allí sin hacer caso de la inti
midación’ es una fórmula con la que la ley peruana se refiere a la persistencia del actor en
permanecer ilícitamente en el domicilio ajeno (después de haber sido autorizado a ingre
sar), negándose a abandonarlo, no obstante haber sido expresa e inequívocamente reque
rido para tal efecto por quien tenía derecho a hacerlo. [...]. El texto peruano hace expresa
referencia a tres lugares: morada y sus dependencias, casa de negocios y sus anexos, con
cluyendo con la indicación del recinto habitado por otro. Entendemos por morada el lugar
que por su destino sirve para ser habitado por las personas, sea en foima permanente o
aislada, sea para pernoctar o no. [...]. ‘Casa de negocio’ es el local destinado a las activi
dades comerciales, profesionales, artísticas o tecnológicas. Para que se configure la viola
ción activa sería necesario que el agraviado habite dicho local. En cambio, para la confor
mación de la violación pasiva es suficiente que el representante o dueño del negocio que
se supone abierto al público ara admitir una concurrencia o más o menos indeterminada
de personas, ejerza la facultad de excluir a cualquiera de los circunstantes”.
I) IK.X" Tipo subjetivo: MUÑOZ CONDE, F. (2010). Derecho Penal. Parte especial.
15a edición. Valencia: Tirant lo Blanch, p. 288. “El dolo existe siempre que la acción se
realice con conocimiento de que se entra o permanece en la morada ajena sin consenti
miento del morador”.
JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
— 855
A rt. 1 5 9 L ibro segundo / Parte especial - delitos
CO RTE SUPREM A
J 0923 Atipicidad de la conducta por actuación dentro de los alcances del Derecho
consuetudinario : “[...] eran integrantes de la misma comunidad, y como tales, actuaron
en atención a la existencia de una norma tradicional, en este caso del adulterio de uno de
sus integrantes, actos que corresponde a conflictos puramente internos, y que en tal caso
no cabe sino afirmar la legitimidad constitucional de la conducta asumida por los cita
dos procesados, más aún si los actos cometidos no vulneraron los derechos fundamenta
les del agraviado, en tanto que los encausados ingresaron a su domicilio y lo privaron de
su libertad por escasas horas como consecuencia del ejercicio de la función jurisdiccional
especial comunal-ronderil, es decir, actuaron dentro de los alcances del Derecho consue
tudinario, amparado en el artículo ciento cuarenta y nueve de la Constitución y en obser
vancia de la doctrina legal contenida en el Acuerdo Plenario N° 1-2009/CJ-116 [...]” (R.
N. N° 4203-2009-El Santa, del 31/03/2011, f. j. 3, Sala Penal Transitoria).
856
V iolación de domicilio A rt. 160
DOCTRINA
Sumario: Sujeto Activo / Ejercicio de la función / Acción Típica / Tipo subjetivo / Consumación.
I) lll.S» Sujeto activo: ROY FREYRE. L. (1975). Derecho Penal peruano. Parte espe
cial. Delitos contra las buenas costumbres. Delitos contra la familia. Delitos contra la
libertad. Tomo II. Lima: Unidas, p. 307. “Sujeto activo solo puede serlo en funcionario
público o el agente de la autoridad, en tanto intervenga investido de la calidad de tal. No
interesa la jerarquía, pues lo que importa es que se encuentre al servicio del Estado. [...]
no se trata de cualquier funcionario o agente de autoridad, sino, solo de quien hubiere
tenido el derecho de entrar en el domicilio de haber cumplido con las formalidades lega
les, o en los casos que la ley misma determine”.
_I)_ IK.UII
_ _ _ Ejercicio de la función: CHIRINOS SOTO, F. (1993). Comentarios al nuevo
Código Penal del Perú. Tomo II. Lima: Rodhas, p. 164. “El sujeto activo del delito ha de
857
A rt. 160 L ibro segundo / Parte especial - delitos
I) ll(i()| Acción típica: MUÑOZ CONDE, F. (1999). Derecho Penal. Parte especial.
Valencia: Tirant lo Blanch, p. 263. “Debe tratarse de una actuación similar a la de un par
ticular, pero prevaliéndose de la función pública, es decir, debe ser un allanamiento de
morada o entrada indebida en un domicilio fuera de los casos permitidos por la ley y sin
mediar causa legal por delito”.
f|]|¡¡|||| Acción típica: ROY FREYRE. L. (1975). Derecho Penal peruano. Parte espe
cial. Delitos contra las buenas costumbres. Delitos contra la familia. Delitos contra la
libertad. Tomo II. Lima: Unidas, p. 308. “Allanamiento de domicilio sin las formalida
des prescritas por la ley o fuera de los casos determinados por la norma. En sentido téc
nico-jurídico el verbo ‘allanar’ significa penetración autorizada de los funcionarios de la
justicia en domicilio ajeno, con la finalidad de efectuar detenciones, registros, desalojos y
demás diligencias. El allanamiento del que habla aquí la ley es el abusivo, el que no tiene
amparo legal. Ciertamente, solo puede abusar (mal uso) quien hubiere tenido la posibili
dad de usar”.
_I)_il<
_>_‘)4_ Consumación: SALINAS SICCHA, R. (2000). Curso de Derecho Penal
peruano. Parte especial. Lima: Palestra, pp. 240-241. “La conducta punible se perfec
ciona o consuma en el mismo momento que el funcionario o servidor público penetra o
ingresa al domicilio ajeno sin contar con las formalidades establecidas por ley o fuera de
los casos previstos por aquella. Por ejemplo, se perfecciona el delito cuando un funciona
rio, sin contar con orden judicial escrita de allanamiento ingresa en determinada vivienda
sin contar con la autorización del titular del derecho domiciliario”.
JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0925 N o es inconstitucional e l allanam iento de dom icilio cuando se buscaba im pe
d ir la com isión de otro delito: “F. J . 9. Al respecto, si bien es cierto que la garantía
de la inviolabilidad del domicilio se encuentra reconocida en nuestra Constitución; sin
embargo, no está exenta de restricciones, como lo es la existencia de un flagrante delito
o muy grave peligro de su perpetración, conforme se señala en el artículo 2, inciso 9 de
la Constitución Política del Perú. F. J . 10. Este colegiado considera que el allanamiento
de los inmuebles no ha sido inconstitucional, puesto que se buscaba impedir la comisión
del delito de tráfico ilícito de drogas; es decir, el supuesto constitucional de excepción
como muy grave peligro de su perpetración (del delito). Por ello, el cuestionado allana
miento es compatible con las circunstancias particulares que se dieron en este caso, como
serían los reportes de inteligencia que determinaron la intervención de la policía -garan
tizada con la presencia del representante del Ministerio Público—evitando así que se tras
ladara la pasta básica de cocaína encontrada en el primer inmueble y por la misma razón
(evitar traslado de la droga), se ingrese al otro inmueble donde fueron detenidos los recu
rrentes y en el que se encontró pasta básica de cocaína y marihuana” (STC Exp. N° 3386-
2011-PHC/TC-Lambayeque, caso: Carlos Mendoza Martino y otro, del 10/04/2012, ff.
jj- 9 y 10).
CORTE SUPREMA
J 0926 E l allanam iento ilegítim o gen era p ru eb a ilícita: “[...] La Constitución tutela
preferentemente por su carácter de derecho fundamental, la libertad domiciliaria, por lo
que el domicilio solo puede ser intervenido por la autoridad mediando flagrancia delic
tiva, peligro inminente de la perpetración de un delito o por el libre y voluntario consenti
miento de su titular (art. 2, numeral 9, de la Constitución). De no ser así se trataría de una
obtención de pruebas ilícitas, de valoración prohibida, que determinaría por extensión, la
exclusión de toda fuente de prueba obtenida como consecuencia de ese acto antijurídico.
Tanto la prueba originaria como las derivadas son inutilizables para el proceso penal en
tanto la obtención de primera es inconstitucional” (R. N. N °2874-2013-Del Santa, del
13/03/2014, f. j. 4, Sala Penal Transitoria).
CORTES SUPERIORES
J 0927 P rin cipio de especialidad y delito de allanam iento de m orada agravado. “Al
haber ingresado el efectivo de la Policía Nacional al domicilio de los agraviados, abu
sando de su condición de policía, procediendo a registrarlo con la finalidad de buscar bie
nes sustraídos el día anterior de los hechos, se trata de un ilícito penal que, por la aplica
ción del principio de especialidad, se adecúa al injusto penal de allanamiento ilegal de
morada cometido por funcionario público” (Ejecutoria Superior de la Sala Penal de Ape
laciones para Procesos Sumarios con Reos Libres de la Corte Superior de Justicia de
Lima del 01/10/1998, Exp. N°3272-98-Lima).
859
C A P ÍT U L O IV
V IO L A C IÓ N D E L SE C R E T O
D E L A S C O M U N IC A C IO N E S
DOCTRINA
860
V iolación d el secreto de las comunicaciones A rt. 161
pliego en el que se contempla una escritura que su autor no haya destinado a la lectura
indistinta de cualquiera, propósito que puede exteriorizare a través de un lacre, la utiliza
ción de goma [...]. Es suficiente que se abra para consumar el delito, no resulta necesario
que el autor se imponga de su contenido”.
I) ()6‘)S Tipo subjetivo: SERRANO GÓMEZ, A. (2004). D erecho Penal. P arte espe
cial. 9a edición. Madrid: Dylcinson, p. 266. “Solo es posible la comisión dolosa, puesto
que el sujeto se apodera de los papeles, cartas, etc., con la intención de descubrir sus
secretos de otro o vulnerar su intimidad. En ese momento se produce la consumación del
delito. Es posible la tentativa”.
_I)_ lid')»
_ _ _ Autoría: CREUS, C. (1999). D erecho Penal. P a rte especial. Tomo I. 6a
edición. Buenos Aires: Astrea, p. 353. “Autor puede serlo toda persona que no sea
el destinatario de la comunicación, lo cual surge claramente de la ley, que emplea la
expresión ‘que no le esté dirigido’. El destinatario no comete este delito aunque por
orden legítimamente expedida se le haya prohibido abrir la correspondencia (por ejem
plo, por orden judicial), sin perjuicio de que pueda consumar otros delitos (como el de
desobediencia)”.
-Ws JURISPRUDENCIA
TRIBU N A L CONSTITUCIONAL
- 861
A rt. 161 L ibro segundo / Parte especial - delitos
§
V iolación del secreto de las comunicaciones Art. 162
(117) Artículo vigente conform e a la modificación realizada por la prim era disposición com plem entaria
m odificatoria del Decreto Legislativo N° 1182 del 27/07/2015.
863
A rt. 162 L ibro segundo /Parte especial - delitos
DOCTRINA
Diron Bien jurídico: VILLA STEIN, J. (1998). Derecho Penal. Parte especial.
Lima: San Marcos, p. 154. “Es exigencia del tipo que la conducta del agente sea anti
jurídica, esto es, a quien no lo ampare una norma permisiva como cuando hay autoriza
ción judicial. De ahí que el consentimiento sea causa de atipicidad, sin embargo, de haber
varios interlocutores, sigue incólume el agravio para quienes no consintieron, sin perjui
cio de la eventual coautoría o participación en que pudiera estar incurso quien consiente
a expensas de su interlocutor”.
_Dinn
_ _ _ _ Bien jurídico: SALINAS SICCHA, R. (2000). Curso de Derecho Penal
peruano. Parte especial. Lima: Palestra, pp. 257-258. “El interés prevalente que se pre
tende tutelar o resguardar con la tipificación de las conductas ilícitas examinadas, lo cons
tituye el derecho constitucional de la inviolabilidad de las comunicaciones debidamente
previsto en el inciso 10 del artículo 2 de nuestra Constitución Política. En ese sentido, se
entiende que se protege el ejercicio fundamental de comunicarse libremente, sin interfe
rencias ni coacciones de ningún tipo y en secreto a través del cable o hilo telefónico o
similar”.
gMg JURISPRUDENCIA
TRIBUN AL CONSTITUCIONAL
J 0931 In terceptación telefónica y derecho a la vida priva d a : “F. J. 18. La Corte
Interamericana de Derechos Humanos en la sentencia del caso Escher y otros vs. Bra
sil, del 6 de julio de 2009, ha precisado que el derecho a la vida privada previsto en el
artículo 11 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos protege Tas conver
saciones realizadas a través de la líneas telefónicas instaladas en las residencias particu
lares o en las oficinas, sea su contenido relacionado con asuntos privados del interlocu
tor, sea con el negocio o actividad profesional que desarrolla’. De ese modo, el derecho a
la vida privada tutela ‘a las conversaciones telefónicas independientes de su contenido e
incluso puede comprender tanto las operaciones técnicas dirigidas a registrar ese conte
nido, mediante su grabación y escucha, como cualquier otro elemento del proceso comu
nicativo mismo, por ejemplo, el destino de las llamadas que salen o el origen de las que
ingresan, la identidad de los interlocutores, la frecuencia, hora, duración de las llamadas,
aspectos que pueden ser constatados sin necesidad de registrar el contenido de la llamada
mediante la grabación de las conversaciones’. En definitiva, la Corte Interamericana de
Derechos Humanos ha enfatizado que ‘la protección a la vida privada se concreta en el
derecho a que sujetos distintos de los interlocutores no conozcan ilícitamente el contenido
de las conversaciones telefónicas o de otros aspectos, como los ya mencionados, propios
del proceso de comunicación’ [...]. F. J. 20. Pues bien, en el presente caso se advierte que
las conversaciones telefónicas del beneficiario que sirven de fundamento al auto de aper
tura que se cuestiona, no fueron interceptadas por agentes del Estado, por lo que la inje
rencia arbitraria en su vida privada no le es imputable al juez demandado, ni el fiscal que
interpuso la denuncia, en este sentido debe destacarse que las conversaciones telefónicas
del beneficiario no constituían información pública, por lo que su divulgación a través de
los medios de prensa sin autorización del beneficiario se tomó inconstitucional. Por esta
razón, este tribunal considera que el Estado debe investigar, juzgar y, en su caso, sancio
nar a los responsables de la violación del derecho a la vida privada del beneficiario, con
sistente en la interceptación y divulgación de sus conversaciones telefónicas, así como la
entrega de las conversaciones telefónicas a los medios de comunicación. Asimismo, debe
865
A rt. 162 L ibro segundo / Parte especial - delitos
CO RTE SUPREMA
866
V iolación del secreto de las comunicaciones A rt. 1 6 2
al analizar esta calificante: ‘constituye una típica infracción del deber que incumbe a las
autoridades o funcionarios de no inmiscuirse en la intimidad de las personas, salvo en los
expresamente autorizados’ de allí, pues, que la ley desvalore con mayor intensidad la rea
lización del delito por quienes tienen la obligación constitucional de tutelar y respetar la
intimidad de los ciudadanos y de sus comunicaciones telefónicas y afines” (Exp. N°A V-
33-2003-Lim a, d el 3 0 /0 9 /2 0 0 9 , f . j. 73, Sala Penal Especial).
J 0934 T ipicidad d e l delito de interceptación telefónica: “[...] en el caso sub exam ine ,
el delito de ‘interceptación telefónica’, conforme la redacción normativa definida bajo los
contornos legales del artículo 162 del Código Penal, [...] que a la letra señala lo siguiente:
‘el que, indebidamente, interfiere o escucha una conversación telefónica o similar será
reprimido con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de tres años’. De
entrada, debe acotarse que el tipo legal in comento, lo que tutela es el secreto de las
comunicaciones privadas, esto es, aquella esfera íntima del sujeto pasivo que debe estar
al margen de cualquier intromisión ajena; constituye un derecho fundamental, ubicado
en el pórtico de los bienes jurídicos plenamente disponibles por su titular; [...] la protec
ción constitucional se proyecta sobre el proceso de comunicación mismo, cualquiera sea
la técnica de transmisión utilizada y con independencia de que el contenido del mensaje
transmitido o intentado transmitir -conversaciones, informaciones, datos, imágenes, foto,
etcétera-, pertenezca o no al ámbito de lo personal, lo íntimo o lo reservado. Para un sec
tor de la doctrina, el bien jurídico predominante es la ‘privacidad individual’ y la ‘intimi
dad personal’, en relación con el ‘derecho de reserva’ que corresponde a las comunica
ciones interpersonales; [...] el bien jurídico protegido es, alternativamente, el secreto o la
intimidad, pero muchas veces, ambos derechos pueden coincidir, consecuentemente ser
violados en un solo acto por el agente [...]. De la normativa en cuestión, se colige que la
realización típica de este injusto penal, toma lugar a partir de dos modalidades típicas a
saber: primero, mediando la interferencia de una conversación telefónica y, segundo, a
través de la escucha de una conversación telefónica; quiere decir esto, que autor de este
delito, será todo aquel individuo -ajeno a los interlocutores-, quien de forma indebida
intercepta una comunicación privada, como se apunta en la doctrina, la palaba ‘escucha’,
es que la actividad siempre es captada por un tercero ajeno a la conversación. Llevado
dichos argumentos al caso que nos ocupa, se advierte que cada uno de los mencionados
procesados, desde el rol y/o tarea que desempeñan desde la estructura del aparato crimi
nal, prestaban una aportación esencial, para que los autores ejecutivos del plan criminal
puedan alcanzar el éxito en la operación delictiva (interceptación telefónica), es decir, se
procede a una contemplación global del hecho como un ‘todo’, no desde una perspectiva
formal, sino más bien de naturaleza ‘material’, por tales motivos, no resulta necesario un
acuerdo expreso formal entre ellos ni [que] se conozcan de forma personal, pues lo impor
tante a todo esto, es que ellos sabían que su aporte y/o contribución sumada a la de los
demás, daba como resultado la materialidad típica de los delitos que se perpetran desde
la estructura criminal de la persona jurídica que regentaban, de forma específica el delito
de interceptación telefónica, artículo 162 del Código Penal, esto es haciendo posible que
los procesados [...] quienes ejecutaron formalmente los actos de interceptación telefónica,
conforme se detalla en el punto siguiente del dictamen” (R. N. N ° 1 3 1 7 -2 0 1 2-Lima, del
14/09/2012, f j. 17, Sala Pena l Perm anente).
, 867 -----
Art. 162-A L ibro segundo / Parte especial - delitos
[ DOCTRINA
(118) Artículo vigente conform e a la incorporación realizada por la segunda disposición com plem entaria
m odificatoria del D ecreto Legislativo N° 1182 del 27/07/2015.
(119) Artículo conform e a la incorporación realizada p o r el artículo único del Decreto Legislativo N" 1234 del
26/09/2015.
868
V iolación del secreto de las comunicaciones A rt. 162-B
glHj JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0935 La validez de la comunicación: “F. J. 16. Este colegiado estima que es necesa
rio recordar que si bien la fuente o el soporte de determinadas comunicaciones y docu
mentos le pertenecen a la empresa o entidad en la que un trabajador labora, ello no sig
nifica que esta pueda arrogarse en forma exclusiva y excluyente la titularidad de tales
comunicaciones y documentos, pues con ello, evidentemente, se estaría distorsionando
el esquema de los atributos de la persona, como si estos pudiesen de alguna forma verse
enervados por mantenerse una relación de trabajo. En tal sentido, si bien el empleador
goza de las facultades de organizar, fiscalizar y sancionar, de ser el caso, si el trabajador
A rt. 163 L ibro segundo / Parte especial - delitos
incumple sus obligaciones; esto no quiere decir que se vean limitados los derechos consti
tucionales de los trabajadores, como lo establece el artículo 23, tercer párrafo, de la Cons
titución; y tampoco significa que tales atributos puedan anteponerse a las obligaciones de
trabajo, de manera tal que estas últimas terminen por desvirtuarse (STC Exp. N° 1058-
2004-PA/TC). En tal sentido, en el presente caso, si se trataba de determinar que el tra
bajador utilizó el correo electrónico en forma desproporcionada en horas de trabajo para
fines distintos a los que le imponían sus obligaciones laborales, la única forma de acre
ditarlo era iniciar una investigación de tipo judicial, habida cuenta de que tal configu
ración procedimental la imponía, para estos casos, la propia Constitución, otorgándole
garantías del caso. F. J . 17. Así, de la carta de despido se desprende que la emplazada usó
los correos electrónicos de cuentas privadas [para] imputar falta grave, los mismos que,
según la Constitución, carecerían de validez si se obtuvieron vulnerando el procedimiento
respectivo, por ser medios de prueba que habrían sido obtenidos ilícitamente” (S T C Exp.
N ° 04224-2009-P A/TC-Tacna, caso: A ngelina H uam ani Vargas, del 19/07/2011, ff. jj. 1 6
y 17).
gii DOCTRINA
870 — -
V iolación del secreto de las comunicaciones A rt. 164
_I)_mu.
_ _ _ Acción típica: FONTÁN BALESTRA, C. (1998). D e r e c h o P en a l. P a r te
e s p e c ia l. 15a edición. Buenos Aires: Abeledo Perrot, pp. 292-293. “No ha de entenderse
que suprimir significa destruir, pues no es la pieza de correspondencia lo que se suprime,
sino su entrega al destinatario. La destrucción constituirá supresión, pero esta no supone
aquella. Dentro de la hipótesis de supresión de correspondencia puede también subsu
mirse, en ciertos casos, el apoderamiento antes visto”.
C: art. 2 inc. 10); CP: arts. 35, 62, 68, 92, 93; C de P P : arts. 184, 185, 314; C P P 2004:
arts. 2 2 6 a l 229; C C: art. 16; C P M P : art. 150, 284; C A D H : art. 11 inc. 2); D V D H : art. 12;
P ID C P : art. 1 7 inc. 1)
DOCTRINA
871
A rt. 164 L ibro segundo / Parte especial - delitos
DiniN Sujeto activo: CREUS, C. (1999). D erecho Penal. P arte especial. Tomo I. 6a
edición. Buenos Aires: Astrea, p. 363. “Sujeto activo puede ser cualquier persona dis
tinta al remitente, incluso el destinatario (‘aunque haya sido dirigida a él’ dice la ley), que
se halle en posición legítima de la correspondencia. [...]. El dolo requiere en el autor el
conocimiento del carácter de la correspondencia y la voluntad de hacerla pública, aun
que en este segundo aspecto es suficiente el dolo eventual (por ejemplo, quien pone en
manos de un comentarista radial la correspondencia, aceptando que pueda utilizarla en
sus emisiones)”.
872
CAPÍTULO V
VIOLACIÓN DEL SECRETO PROFESIONAL
C: art. 2 ines. 7), 10); C E P : arts. 62, 68; CC: arts. 5, 14, 15, 16; C P C ; art. 686; C P P 2 0 0 4 :
art. 84, 165 inc. 2, 175, 224 ines. 1, 2; 3 2 7 inc. 2; C d e P P : art. 141; L O P J : art. 2 8 8 inc. 4);
C A D H : art. 11 inc. 2); D U D H : art. 12
DOCTRINA
Sumario: Sujeto activo / Acción típica / Modalidades típicas / Consentimiento.
— 873
A rt. 165 L ibro segundo / Parte especial - delitos
ÉS JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0936 Violación d el secreto p ro fesio n a l (excepciones a fin de tu telar bienes ju r íd i
cos p ro te g id o s con m ayor reproche pen al): “Para resolver este proceso se debe tener en
cuenta el Código de Conducta de 1979 para funcionarios encargados de hacer cumplir
la ley, aprobado por la Asamblea de las Naciones Unidas, cuyos artículos pertinentes al
caso se transcriben: ‘Artículo 4.- Las cuestiones de carácter confidencial de que tengan
conocimiento los funcionarios de hacer cumplir la ley se mantendrán en secreto, a menos
que el cumplimiento del deber o las necesidades de la justicia exijan estrictamente
V iolación del secreto profesional A rt. 165
lo contrario’. Por consiguiente, todo funcionario encargado de hacer cumplir la ley ten
drá sumo cuidado en la protección y el uso de tal información, que solo debe revelarse
en cumplimiento del deber o para atender las necesidades de la justicia, como lo ameri
taba el caso bajo examen. ‘Artículo 8.- Los funcionarios encargados de hacer cumplir la
ley respetarán la ley y el presente Código. También harán cuanto esté a su alcance para
impedir toda violación de ellos y por oponerse rigurosamente a tal violación. Los funcio
narios encargados de hacer cumplir la ley que tengan motivos para creer que se ha pro
ducido o va a producirse una violación del presente Código informarán de la cuestión
a sus superiores y, si fuere necesario a cualquier otra autoridad u organismo apropiado
que tenga atribuciones de control o correctivas’. Este artículo tiene por objeto mantener
el equilibrio entre la necesidad de que haya disciplina intema en el organismo del que
dependa principalmente la seguridad pública, la Policía Nacional del Perú, por una parte,
y la de hacer frente a las violaciones de los derechos humanos básicos, por otra. En el
caso de autos, se interpone demanda por violación del derecho a la vida, el cual prevalece
sobre el derecho al secreto profesional, a lo que se agrega que el recurrente era un miem
bro de la institución, que tiene como fines, entre otros, garantizar el cumplimiento de
las leyes, la seguridad de las personas y combatir la delincuencia; así lo manda la Cons
titución Política del Perú” (STC. N ° 8 0 4 -2 0 0 1 -A A /T C -L a L ib erta d , c a s o : M a rió n E lo y
H u am án G arcía, d e l 12/0 8 /2 0 0 2 , f . j . 2).
875
A rt. 165 L ibro segundo /Parte especial - delitos
profesión médica y la promoción de la salud, así como las profesiones que inciden en la
promoción de las libertades económicas en el marco del Estado social y democrático de
Derecho. F. J . 8. En cuanto al contenido de lo que debe considerarse secreto para los fines
de su protección, el Tribunal opina que aunque resulta difícil determinarlo en abstracto,
de modo general, puede establecerse que, se trata de toda noticia, información, situación
fáctica o incluso proyecciones o deducciones que puedan hacerse en base a la pericia o
conocimientos del profesional y que hayan sido obtenidas o conocidas a consecuencia del
ejercicio de una determinada profesión, arte, ciencia o técnica en general. Están incluidas
en la cláusula de protección y, por tanto, también les alcanza la obligación de mantener el
secreto, no solo los profesionales a quienes se ha confiado directamente, sino también sus
colaboradores, ayudantes, asistentes e, incluso, el personal al servicio del profesional que
tuviera acceso directo a tales secretos” (STC. N ° 7 8 11-2005-P A /T C -C añ ete, c a s o : V íctor
J e s ú s C h á v a rri C arhu atay, d e l 2 2 /1 1 /2 0 0 5 , f f . jj. 6, 7 y 8).
CORTE SUPREMA
J 0938 E l secreto p ro fesio n a l vs. fa vo recim ien to m a teria l a la com isión de un ilícito
p e n a l (colaboración terrorista): “Que esta suprema sala, rectificando lo expuesto en el
sexto fundamento jurídico del fallo recurrido, toma en cuenta y -por imperativo consti
tucional y del Derecho Internacional de los Derechos Humanos—asume la doctrina que
instituye la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos del dieciocho de
noviembre del año en curso, recaída en el asunto De la Cruz Flores versus Perú; que dicha
sentencia en el párrafo ciento dos estipula que el acto médico no se puede penalizar, pues
no solo es un acto esencialmente lícito, sino que es un deber del médico el prestarlo; asi
mismo, tampoco se puede criminalizar la omisión de denuncia de un médico de las con
ductas delictivas de sus pacientes conocidas por él en base a la información que obtengan
en el ejercicio de su profesión; que, por tanto, el acto médico constituye -como afirma un
sector de la doctrina penalista nacional- una causal genérica de atipicidad: la sola inter
vención profesional de un médico, que incluye guardar secreto de lo que conozca por ese
acto, no puede ser considerada típica, en la medida en que en esos casos existe una obli
gación específica de actuar o de callar, de suerte que no se trata de un permiso -justifica
ción- sino de un deber, no genérico, sino puntual bajo sanción al médico que lo incum
ple; que, ahora bien, los cargos contra el encausado P.R. [...] no se centran en el hecho de
haber atendido circunstancial y aisladamente a pacientes que por sus características deno
taban que estaban incursos en delitos de terrorismo, menos —en esa línea- por no haber
los denunciado -hechos que por lo demás él niega categóricamente-, sino porque estaba
ligado o vinculado como colaborador clandestino a las lógicas de acción coherente con
sus fines, de la organización terrorista Sendero Luminoso; que, en su condición de tal,
el citado imputado recabó y prestó su intervención en las tareas ciertamente reiteradas,
organizadas y voluntarias de apoyo a los heridos y enfermos de Sendero Luminoso, ocu
pándose tanto de prestar asistencia médica -cuyo análisis no puede realizarse aislada
mente sino en atención al conjunto de actos concretamente desarrollados y probados- y
también de proveer de medicamentos u otro tipo de prestación a los heridos y enfermos
de la organización -cuyo acercamiento al herido o enfermo y la información de su estado
y ubicación le era proporcionado por la propia organización, no que estos últimos hayan
acudido a él por razones de urgencia o emergencia y a los solos efectos de una atención
876
V iolación del secreto profesional A rt. 165
877
CAPÍTULO VI
VIOLACIÓN DE LA LIBERTAD DE REUNIÓN
DOCTRINA
D in? Sujeto activo: ROY FREYRE. L. (1975). Derecho Penal peruano. Parte espe
cial. Delitos contra las buenas costumbres. Delitos contra la familia. Delitos contra la
libertad. Tomo II. Lima: Unidas, p. 328. “Sujeto activo puede ser cualquier persona,
excepción hecha del funcionario público. [...] Sujeto pasivo puede ser cualquier persona
afectada en su derecho de reunirse, pues se trata de una garantía individual. También
puede tener la condición la persona jurídica que organizó la reunión”.
878
V iolación de la libertad de reunión Art. 166
á JURISPRUDENCIA
TRIBUN AL CONSTITUCIONAL
J 0939 P erturbación de reunión pú blica (la lim itación de este derecho solo se ju stifica
en causas válidas, objetivas y razonables): “F. J . 8. La libertad de reunión es un derecho
fundamental protegido por la norma fundamental en el artículo 2, inciso 12, cuando ex
presa que toda persona tiene derecho: ‘A reunirse pacíficamente sin armas. Las reuniones
en locales privados o abiertos al público no requieren aviso previo. Las que se convo
can en plazas y vías públicas exigen anuncio anticipado a la autoridad, la que puede pro
hibirlas solamente por motivos probados de seguridad o de sanidad públicas’. Con rela
ción a la vulneración de este derecho, la reclamante expresa que, dado que las personas
no pueden ingresar al local de Magdalena de la institución, se está impidiendo también
que se reúnan en él. Es decir, la recurrente tan solo ha hecho referencias indirectas a una
supuesta vulneración de este derecho, pues asevera que se viola la inviolabilidad de domi
cilio y, entonces, [...] como consecuencia nos impiden reunimos libremente como lo dis
pone la Constitución. Este colegiado decidió ingresar a analizar la existencia de tal vul
neración, luego que la sentencia de segunda instancia fijó tal transgresión como punto
controvertido. F. J . 9. Al respecto, cabe señalar que este derecho constitucionalmente pro
tegido por la Constitución, como todo derecho fundamental, no es uno absoluto o ilimi
tado. Así lo ha expuesto este tribunal en la sentencia recaída en el Expediente N° 4677-
2004-AA, tomando en cuenta lo expuesto por la Constitución en el artículo 2, inciso 12.
Asimismo, estos límites están previstos en la Convención Americana de Derechos Huma
nos, instmmento que permite interpretar la norma constitucional a la luz de Cuarta Dispo
sición Final y Transitoria de la norma fundamental. Así, debe tenerse en cuenta, de modo
particular, el artículo 15 de la Convención, que establece que: ‘Se reconoce el derecho de
reunión pacífica y sin amias. El ejercicio de tal derecho solo puede estar sujeto a las res
tricciones previstas por la ley, que sean necesarias en una sociedad democrática, en inte
rés de la seguridad nacional, de la seguridad o del orden público, o para proteger la salud
o la moral públicas o los derechos o libertades de los demás’. En todo caso, los motivos
que se aleguen para prohibir o restringir el derecho de reunión, deben ser ‘probados’. No
debe tratarse, en consecuencia, de simples sospechas, peligros inciertos, ni menos aún de
argumentos insuficientes, antojadizos o arbitrarios, sino deben ser razones objetivas, sufi
cientes y debidamente fundadas. En tal sentido, la prohibición debe ser la última ratio a la
que puede apelar la autoridad administrativa o judicial para limitar el derecho, debiendo
optar, de ser posible, por medidas simplemente restrictivas, tales como proponer la modi
ficación del lugar, fecha, hora duración o itinerario previsto. Se trata, en suma, de que
la prohibición o establecimiento de restricciones al ejercicio del derecho de reunión se
encuentre debidamente motivado por autoridad competente, caso por caso, de manera
tal que el derecho se restrinja solo por causas válidas, objetivas y razonables, y en modo
alguno más allá de lo que resulte estrictamente necesario” (STC. N° 6165-2005-HC/TC-
Lima, caso: Blanca Lucy Borja Espinoza, del 06/12/2005, ff. jj. 8 y 9).
879
A rt. 167 L ibro segundo / Parte especial - delitos
DOCTRINA
_I)_«717
_ _ _ Consumación: SALINAS SICCHA, R. (2000). Curso de Derecho Penal
peruano. Parte especial. Lima: Palestra, p. 286. “La figura delictiva se perfecciona obje
tivamente cuando el agente que tiene la condición especial de funcionario público en ejer
cicio no autoriza, no garantiza, prohíbe o impide la realización de una reunión pública
convocada lícitamente. De la lectura del tipo penal se evidencia que el supuesto de hecho
recoge hasta cuatro modalidades en que puede consumarse el delito en sede”.
880 •
C A P ÍT U L O V II
V IO L A C IÓ N DE L A L IB E R T A D DE T R A B A JO
TEXTO ORIGINAL:
A rtículo 168.- Será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de dos años
el que obliga a otro, mediante violencia o amenaza, a realizar cualquiera de las con
ductas siguientes:
1. Integrar o no un sindicato.
2. Prestar trabajo personal sin la debida retribución.
3. Trabajar sin las condiciones de seguridad e higiene industriales determinadas
por la autoridad.
4. Celebrar con trato de trabajo o adquirir materias primas o productos industria
les o agrícolas.
La misma pena se aplicará al que retiene las remuneraciones o indemnizaciones
de los trabajadores o no entrega al destinatario las efectuadas por mandato legal o
judicial: al que incumple las resoluciones consentidas o ejecutoriadas dictadas por
la autoridad competente; y al que disminuye o distorsiona la producción, simula
causales para el cierre del centro de trabajo o abandona este para extinguir las rela
ciones laborales.
(120) Artículo vigente conform e a la modificación realizada por el artículo 1 del D ecreto Legislativo N° 1323
del 06/01/2017.
881
A rt. 1 6 8 L ibro segundo /Parte especial - delitos
DOCTRINA
Sumario: Bien jurídico protegido / Sujeto activo y sujeto pasivo / Tipo objetivo / Conducta Típica /
Consumación y tentativa.
1) 0720 Bien jurídico protegido: CREUS, C. (1999). Derecho Penal. Parte espe
cial. Tomo I. 6a edición. Buenos Aires: Astrea, p. 373. “La libertad personal que aquí se
ampara es la relacionada con las actividades laborales: la libertad de cualquier sujeto a
trabajar cuando quiere, a integrar asociaciones laborales (por ejemplo, impedir la asocia
ción de una persona a un club social puede ser una coacción, pero si lo que se impide es la
integración de un obrero a un sindicato, tendremos entonces las figuras de este capítulo)”.
882
V iolación de la libertad de trabajo A rt. 1 6 8
______
I) 0725 Conducta típica: CORDOBA RODA, J. y GARCIA ARÁN, M. (2004). Co
mentarios al Código Penal. Parte especial. Tomo I. Madrid-Barcelona: Marcial Pons, pp.
1301-1303. “Los medios comisivos típicos ([...] fuerza, violencia o intimidación) cons
tituyen una importante restricción de los ilícitos penales, pero ello no obvia la necesidad
de delimitar previamente cuál es el contenido de los derechos, en orden a establecer qué
actos pueden impedir o limitar su ejercicio. [...] Libertad sindical. [...] El contenido de la
libertad sindical se encuentra desarrollado [...] a) derecho a la fundación de sindicatos; b)
derecho a la filiación y la separación de un sindicato; c) derecho de los afiliados a elegir
sus representantes; y d) derecho a la actividad sindical. [...] Impedir el ejercicio del dere
cho equivale a dejarlo sin contenido o hacerlo imposible”.
■883
A rt. 168 L ibro segundo / Parte especial - delitos
_I)_ _0726
_ _ _ Consumación y tentativa: FONTÁN BALESTRA, C. (1998). D erecho
Penal. P a rte especial. 15a edición. Buenos Aires: Abeledo Perrot, p. 384. “Sujeto activo
de este delito [...] puede ser un patrón, un empresario o un empleado. En cuanto al sujeto
pasivo, solo podrá serlo un patrón o un obrero, puesto que únicamente ellos pueden for
mar parte de una sociedad obrera o patronal [...]. El delito se consuma con el empleo de la
coacción, sin necesidad de que se logre el propósito perseguido. No es admisible la tenta
tiva y es perfectamente posible la participación”.
¡ i l JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0940 E l incum plim iento de p a g o de los beneficios sociales del agraviado dentro de
un p ro c e so p e n a l hace que e l ju e z p u e d a ex ig ir la p riva ció n efectiva de la libertad: “F.
J. 6. En ese sentido, este colegiado considera que el pago de los beneficios sociales cons
tituye a la vez, un derecho del trabajador [y] una obligación del empleador, que no tiene
naturaleza de sanción penal cuando es ordenada por un juez en materia de trabajo o con
competencias en materia laboral. En tal caso, la obligación de pago que pesa sobre el
empleador asume el carácter de una obligación de naturaleza civil y, por tanto, su incum
plimiento no puede concluir con la privación de la libertad locomotora del sentenciado. F.
J. 7. Sin embargo, cuando los términos de la controversia se trasladan del proceso labo
ral al ámbito penal y, en esa sede, se condena a pagar los beneficios laborales y, no obs
tante ello, no se cumple, entonces ya no se puede sostener, por un lado, que dicho pago
de los beneficios sociales sea de naturaleza civil, pues tiene la condición de una sanción
penal; y, por otro, que su incumplimiento impida que el juez penal pueda ordenar que se
haga efectiva la pena de privación de la libertad del sentenciado, establecida condicional
mente, como sucede en el presente caso” (STC. N ° 2786-2003-H C /TC -La Libertad, caso:
Segundo F elipe Villajulca Horna, del 9/02/2004, jf. jj. 6 y 7).
CORTE SUPREMA
J 0941 Violación de la libertad del trabajo (la condena p e n a l dictada a consecuen
cia d e un p ro c e so laboral no vulnera e l n on bis in ídem ): “F. J. 5. Que, respecto a lo
alegado por el procesado, al señalar que se ha vulnerado el debido proceso, ya que se le
juzgó dos veces, tanto en vía laboral como en lo penal, y que se ha quebrantado el princi
pio de non bis in idem, se debe señalar que en sede laboral, el procesado fue demandado
por no cumplir con el pago de los beneficios laborales, declarando el juzgado fundada
la demanda interpuesta, aplicando el artículo cuarenta de la ley veintiséis mil seiscien
tos treinta y seis y el artículo cuatro del D.S. N° 003-97-TR, y a pesar que fue notificado
constantemente para que cumpliera con dicha obligación, conforme se acredita [...], este
884
V iolación de la libertad de trabajo A rt. 168-A
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 168-A (U2\ - El que, infringiendo las normas de seguridad y salud en el tra
bajo y estando legalmente obligado, no adopte las medidas preventivas necesarias
para que los trabajadores desempeñen su actividad, poniendo en riesgo su vida,
salud o integridad física, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de
dos años ni mayor de cinco años.12
(121) Artículo vigente conform e a la modificación realizada por el artículo 2 de la L ey N° 30222 del 11/07/2014.
(122) Artículo conform e a la incorporación realizada por la cuarta disposición com plem entaria modificatoria
de la Ley N° 29783 del 20/08/2011.
885
A rt. 168-A L ibro segundo / Parte especial - delitos
DOCTRINA
886
V iolación de la libertad de trabajo A rt. 168-A
_1)_«730
_ _ _ Tipo objetivo: CORDOBA RODA, J. y GARCIA ARÁN, M. (2004). C o
m entarios al C ódigo Penal. P arte especial. Tomo I. Madrid-Barcelona: Marcial Pons,
pp. 1309-1314. “A partir de aquí, son apreciables tres elementos básicos en la parte obje
tiva de este tipo: a) infracción de las normas sobre prevención de riesgos laborales; b)
omisión del deber de facilitar los medios necesarios para que los trabajadores desem
peñen su actividad con las medidas de seguridad e higiene adecuadas; y c) puesta en peli
gro grave de la vida, salud o integridad física de los trabajadores. [...] La conexión entre
omisión y peligro concreto permite configurar este delito como un caso específico de
comisión por omisión del resultado de peligro, puesto que, además, los sujetos están cir
cunscritos a los legamente obligados a actuar, lo que les confiere posición de garante.
[...] Sujetos: los ‘legalmente obligados’ Con dicha expresión se limita el círculo de posi
bles sujetos activos, por lo que nos encontramos, indudablemente, ante un delito especial
propio. Lo que ocurre es que tal deber legal consistente en facilitar los medios necesarios
de seguridad e higiene no concurre solo en el empresario, sino que se extiende a todos
aquellos que, en el ámbito de la empresa, tengan atribuidas funciones de prevención de
riesgos.[...] Teniendo en cuenta al amplitud de los sujetos obligados, no serán frecuentes
los casos en que haya que acudir a las reglas establecidas para quien actúa en nombre del
sujeto especialmente obligado, pues quienes actúa en nombre del empresario en materia
de seguridad están igualmente incluidos en la fórmula ‘legalmente obligados’.
Con infracción de las normas de prevención de riesgos laborales [...] No se sanciona cual
quier omisión sino solo aquellas que infringen deberes de actuar establecidos en normas
sobre prevención de riesgos laborales. Por tanto, las normas a la que se hace referencia
son todas aquellas que establezcan deberes de actuar de determinada forma en materia
de seguridad e higiene. [...] En segundo lugar, basta con el incumplimiento del deber, sin
que sea necesaria una especial gravedad. [...] Peligro grave para la vida, salud e integri
dad física de los trabajadores [...] Tras la exigencia de la omisión, el texto legal establece
la producción de peligro grave mediante la expresión ‘... de forma que pongan así en peli
gro grave su vida, salud o integridad física’, refiriéndose, obviamente, a los derechos de
los trabajadores. De ello se desprende, como ya se apuntó, que la omisión debe ser deter
minante de la puesta en peligro o, si se prefiere, que la puesta en peligro debe ser impu
table objetivamente a la omisión de los deberes sobre prevención de riesgos laborales.
887
A rt. 168-B L ibro segundo /Parte especial - delitos
El elemento típico que ahora nos ocupa requiere el análisis de las siguientes cuestiones:
a) los derechos de los trabajadores afectados; b) el alcance del término ‘trabajadores’, y
c) los requisitos del peligro. [...] En cuanto a lo primero, la mención separada de la salud
y la integridad física permite incluir tanto riesgos de pérdida de partes del cuerpo o inte
gridad física) como riesgo de enfermedad o pérdida de la salud en general que incluye
tanto la física como la psíquica. [...] En segundo lugar, el texto del art. Se refiere a los tra
bajadores en plural, y con ello se apunta al carácter colectivo del bien jurídico aquí prote
gido, pero no significa que deba ponerse en peligro a más de un trabajador, sino que basta
con que el peligro se produzca para uno solo. [...] Por último, la cuestión que mayores
problemas plantea, lógicamente, es la relativa al a las características del ‘peligro grave’.
En primer lugar, existe gran coincidencia en estimar que se trata de un peligro concreto,
como se desprende de la expresión ‘ponga así en peligro’. Por tanto, no basta con la rea
lización de un comportamiento abstractamente peligroso, sino que es necesario que la
vida, salud o integridad física de los trabajadores hayan estado efectivamente en peligro”.
(123) Artículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo único de la ley N° 30924, publicada
el 29/03/2019.
888
V iolación de la libertad de trabajo A rt . 168-B
La pena será privativa de libertad no menor de doce años ni mayor de quince años
y multa de doscientos a trescientos días-multa si concurre alguna de las siguientes
circunstancias:
1. El agente tiene a la víctima bajo su cuidado o vigilancia por cualquier motivo,
o mantiene con ella un vínculo de superioridad, autoridad, poder u otro que la
impulse a depositar su confianza en él.
2. La víctima tiene entre catorce y menos de dieciocho años de edad, y la actividad
que desarrolla está prohibida por la ley en razón a su edad.
3. El agente comete el delito en el marco de la actividad de una persona jurídica o
en el contexto de cualquier actividad económica.
La pena será privativa de libertad no menor de quince ni mayor de veinte años y
multa de trescientos a trescientos sesenta y cinco días-multa, en los siguientes casos:
1. El agente es familiar de la víctima hasta el cuarto grado de consanguinidad o
segundo de afinidad.
2. Existe pluralidad de víctimas.
3. La víctima tiene menos de catorce años de edad, es adulta mayor, tiene discapa
cidad, padece de enfermedad grave, pertenece a un pueblo indígena, es trabaja
dor migrante o presenta cualquier situación de vulnerabilidad.
4. Se produzca lesión grave o se ponga en peligro inminente la vida o la salud de la
víctima.
5. Se derive de una situación de trata de personas.
Si se produce la muerte de la víctima, la pena privativa de libertad es no menor de
veinte ni mayor de veinticinco años. Se aplica la misma multa si se dan los agravan
tes precedentes.
En todos los casos se impondrá además la pena de inhabilitación conforme al artículo
36 incisos 1,2,3, 4, 5, 6, 8,10 y 11.
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 168-B (124K- E l que som ete u obliga a otra persona, a través de cualquier
m edio o contra su voluntad, a realizar un trabajo o p resta r un s e m c io , sea retri-
buido o no, será reprim ido con p e n a p riva tiva de libertad no menor de seis ni m ayor
d e doce años.
L a p e n a será p riva tiva de libertad no menor de doce años ni mayor de quince años,
si concurre alguna de las siguientes circunstancias:
1. E l agente tiene a la víctim a bajo su cuidado o vigilancia p o r cualquier motivo,
o mantiene con ella un vínculo de superioridad, autoridad, p o d e r u otro que la
impulse a depositar su confianza en él.
2. L a víctim a tiene entre catorce y menos de dieciocho años de edad, y la a ctivid a d
que desarrolla está proh ibida p o r la ley en razón a su edad.124
(124) A rtículo conform e a la incorporación realizada por el artículo 2 del Decreto Legislativo N° 1323, publi
cado el 06/01/2017,
889
A rt. 168-B L ibro segundo / Parte especial - delitos
3. E l agente com ete el delito en el m arco de la a ctivid a d de una p erso n a ju ríd ica o
en el contexto de cualquier a ctividad económica.
L a p e n a será p riva tiva de libertad no m enor de quince ni m ayor de veinte años, en
los siguientes casos:
1. E l agente es fa m ilia r de la víctim a hasta el cuarto gra d o de consanguinidad o
segundo de afinidad.
2. E xiste p lu ra lid a d de víctimas.
3. L a víctim a tiene menos de catorce años de edad, es adulta mayor, tiene discapa
cidad, p a d e c e de enferm edad grave, p erten ece a un p u eb lo indígena, es trabaja
dor m igrante o presen ta cualquier situación de vulnerabilidad.
4. Se produ zca lesión grave o se p o n g a en p elig ro inminente la vida o la sa lu d de
la víctima.
5. Se derive de una situación de trata de personas.
Si se produ ce la muerte de la víctima, la p en a p riv a tiv a de lib erta d es no m enor de
veinte ni m ayor d e veinticinco años.
En todos los casos se impondrá adem ás la p e n a de inhabilitación conforme al
artícido 36 incisos 1, 2, 3, 4, 5, 6, 8, 1 0 y 11.
N ormas concordantes
C: arts. 2 inc. 15), 4; CP: arts.12, 23, 29, 3 6 inc. 1), 2) y 4), 45; C A D H : art. 6 inc. 2)
jll DOCTRINA
890
C A P ÍT U L O V III
V IO L A C IÓ N D E L A L IBER TA D
D E E X P R E S IÓ N
DOCTRINA
I) 0-35 Tipo objetivo: FONTAN BALESTRA, C. (1998). Derecho Penal. 15a edición.
______
Buenos Aires: Abeledo Perrot, p. 389. “Se impide la circulación cuando se la imposibilita.
El hecho puede recaer sobre la totalidad de los ejemplares o solo sobre alguno de ellos;
no se trata aquí de impedir que circule la edición, de un libro o periódico, sino también de
uno solo o de varios ejemplares”.
I) 0-36 Tipo subjetivo: FONTÁN BALESTRA, C. (1998). Derecho Penal. 15a edi
______
ción. Buenos Aires: Abeledo Perrot, p. 390. “Es un delito doloso. No requiere propósito
891
A rt. 169 L ibro segundo /Parte especial - delitos
JURISPRUDENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
J 0942 N oción y diferencia entre los derech os a la lib erta d d e inform ación y expre
sión-. “F. J . 9. El inciso 4) del artículo 2 de la Constitución reconoce las libertades de
expresión e información. Aun cuando históricamente la libertad de información haya sur
gido en el seno de la libertad de expresión, y a veces sea difícil diferenciar la una de la
otra, el referido inciso 4) del artículo 2 de la Constitución las ha reconocido de manera
independiente, esto es, como dos derechos distintos y, por tanto, cada uno con un objeto
de protección distinto. Mientras que la libertad de expresión garantiza que las personas
(individual o colectivamente consideradas) puedan trasmitir y difundir libremente sus
ideas, pensamientos, juicios de valor u opiniones, la libertad de información, en cambio,
garantiza un complejo haz de libertades, que, conforme enuncia el artículo 13 de la Con
vención Americana de Derechos Humanos, comprende las libertades de buscar, recibir y
difundir informaciones de toda índole verazmente. Así, mientras que con la libertad de
expresión se garantiza la difusión del pensamiento, la opinión o los juicios de valor que
cualquier persona pueda emitir, la libertad de información garantiza el acceso, la bús
queda y la difusión de hechos noticiosos o, en otros términos, la información veraz. Por
su propia naturaleza, los juicios de valor, las opiniones, los pensamientos o las ideas que
cada persona pueda tener son de naturaleza estrictamente subjetivas y, por tanto, no pue
den ser sometidos a un test de veracidad; a diferencia de lo que sucede con los hechos
noticiosos, que, por su misma naturaleza de datos objetivos y contestables, sí lo pueden
ser” (STC. N° 905-2001-AA/TC-San Martín, caso: Caja Rural de Ahorro y Crédito de San
Martín, del 14/08/2002, f. j. 9).
892
C A P ÍT U L O IX
V IO L A C IÓ N D E L A L IB E R T A D S E X U A L
(125) A rtículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 de la L ey N° 30838 del 04/08/2018.
893
A rt. 1 7 0 L ibro segundo /Parte especial - delitos
11. Si la víctima tiene entre catorce y menos de dieciocho años de edad, es adulto
mayor o sufre de discapacidad, física o sensorial, y el agente se aprovecha de
dicha condición.
12. Si la víctima es mujer y es agraviada por su condición de tal en cualquiera de los
contextos previstos en el primer párrafo del artículo 108-B.
13. Si el agente actúa en estado de ebriedad, con presencia de alcohol en la sangre en
proporción mayor de 0.5 gramos-litro, o bajo el efecto de drogas tóxicas, estupe
facientes, sustancias psicotrópicas o sintéticas que pudiera alterar su conciencia.
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 170.- El que, con violencia o grave amenaza, obliga a una persona a prac
ticar el acto sexual u otro análogo, será reprimido con pena privativa de libertad no
menor de tres ni mayor de seis años.
Si la violación se realiza a mano armada y por dos o más sujetos, la pena será no
menor de cuatro ni mayor de doce años.
894
V iolación de la libertad sexual A rt. 170
895
A rt. 170 LlBR O SEGUNDO / PARTE ESPECIAL - DELITOS
DOCTRINA
Sumario: Bien jurídico protegido / Sujeto activo / Sujeto pasivo / Modalidades típicas / La falta
de consentimiento / Tipo subjetivo / Antijuridicidad / Consumación / Concurso de de
litos / Autoría y participación / Análisis de las agravantes.
_I)_0"38
_ _ Bien jurídico protegido: ORTS BERENGUER, E. (2016). “Delitos contra la
libertad e indemnidad sexuales (I): agresiones sexuales”. En: GONZALEZ CUSSAC, J.
(Coordinador). Derecho Penal Parte especial. 5a edición revisada y actualizada a la ley
orgánica 1/2015. Valencia: Tirant lo Blanch, p. 199. “a). La libertad sexual puede defi
nirse en abstracto como la facultad del ser humano de determinarse autónomamente en el
ámbito de la sexualidad; esto es, en el ámbito de la actividad vinculada al impulso vené
reo, su excitación y su satisfacción. En consecuencia, el contenido de la reiterada liber
tad sexual estará integrado por la posibilidad de elegir y practicar la opción sexual pre
ferida en cada momento y por la de utilizar y servirse del propio cuerpo en este orden de
cosas; de donde derivan las de escoger compañero, con el consentimiento de este por des
contado, y rechazar proposiciones no deseadas y, con más motivo, la de repeler eventua
les ataques”.126
896
V iolación d e l a libertad sexual A rt. 170
1)0741, Bien jurídico protegido: MUÑOZ CONDE, F. (2010). Derecho Penal. Parte
especial. 15a edición. Valencia: Tirant lo Blanch, p. 220. “Tanto la libertad como la
indemnidad sexual, [...] deben ser entendidas como bienes jurídicos autónomos en los de
litos sexuales, pero para su exacta delimitación deben situarse en un contexto valorativo
de reglas que disciplinan el comportamiento sexual de las personas en sus relaciones con
otras personas”.
— . 897
A r t . 170 L ibro segundo / Parte especial - delitos
I) 0743 Sujeto activo: MUÑOZ CONDE, F. (2010). Derecho Penal. Parte especial.
15a edición. Valencia: Tirant lo Blandí, p. 226. “No hay ninguna duda de que tanto el
hombre como la mujer pueden ser sujetos activos de la modalidad cualificadora con
sistente en introducción de objetos, pero la introducción como tal debe referirse a obje
tos (palo, dedo, etc.) y a cavidades (vaginal o anal) que tengan una evidente connotación
sexual (meter una cucharilla de café o un dedo en la boca o el oído difícilmente puede
constituir esta modalidad agravada o incluso una verdadera agresión sexual)”.
I) 074: ^ Tipo objetivo: MUÑOZ CONDE, F. (2010). Derecho Penal. Parte especial. 15a
edición. Valencia: Tirant lo Blanch, pp. 227-232. “La ambigüedad de la expresión ‘acceso
carnal’ admitiría, pues, prácticamente todas las posibles combinaciones: hombre-mujer,
mujer-hombre, hombre-hombre, mujer-mujer. [...] La actuación conjunta de dos o más
personas (antes se decía actuación en grupo de tres o más personas) no requiere que las dos
o más personas lleguen a realizar el acceso camal o la introducción de objetos, sino que
basta que una de ellas ejerza la violencia o intimide a la víctima, mientras que la otra rea
liza directamente, por ejemplo, el acceso camal. [...] En otros supuestos, la cualificación se
debe a la peligrosidad del medio empleado para ejercer la violencia o intimidación. [...] No
se trata, por tanto, del quebrantamiento de un especial deber para el autor de abstenerse de
este tipo de acciones, lo que podría entenderse en la relación parental descendiente (padres
respecto a hijos) que evoca el viejo ‘tabú’ de incesto, pero menos en otras más lejanas, sobre
todo cuando se trata de un parentesco colateral por adopción o afinidad; sino, como ya lo
proponíamos, de que la relación parental dé lugar a una relación de prevalimiento que, de
todos modos, normalmente irá implícita en la propia intimidación”.
898
V iolación de la libertad sexual A rt . 1 7 0
899
A rt. 170 L ibro segundo / Parte especial - delitos
que se dé al arma no permite aplicar automáticamente este tipo. Debe apreciarse un plus de
gravedad que vaya más allá de la consecución de la intimidación
900
V iolación de la libertad sexual A rt. 1 7 0
______
I) 1)755 Concurso de delitos: PENA-CABRERA FR EYRE, A. R. (2007). Delitos
contra la libertad e intangibilidad sexual. Lima: Idemsa, p. 138. “El delito de violación
puede concurrir con los delitos de secuestro, robo, extorsión y también con el de asesi
nato, si es que el agente pretendiese ocultar la violación matando a la víctima, dándose la
figura contemplada en el inciso 2) del artículo 108 del CP; sin embargo, si la muerte de
la ofendida, se produce como consecuencia del ejercicio de la violencia propia del acto
sexual, para vencer la resistencia de la víctima, la tipificación se traslada al tipo penal del
901
A rt. 170 L ibro segundo /Parte especial - delitos
artículo 177 del CP (formas agravadas). Cuando el agente perpetra varios accesos cama
les sobre la misma víctima sin mediar lapso sustantivo entre uno y otro (separables en el
tiempo y espacio), y dentro de las mismas circunstancias, estaríamos ante un delito conti
nuado, reprimible confoxme a lo establecido en el artículo 49 del CP, pues, de lo contrario,
se configuraría un concurso real homogéneo de delitos (art. 50 del CP), cuando la reno
vación de los actos que dan lugar al quebrantamiento sexual parten de una continuidad
temporal. Los actos privados de la libertad personal dirigidos a la realización del delito
de violación quedan absorbidos por este (coacción), de conformidad con el principio de
subsunción. Sin embargo, no es posible dicha absorción si es que la privación de libertad
es un estado permanente, dentro del cual la violación es solo un efecto de aquella, proce
diendo la represión del delito más grave (art. 152 del CP)”.
902 ■
V iolación de la libertad sexual A rt . 170
903
A rt. 1 7 0 L ibro segundo /Parte especial - delitos
M h JURISPRUDENCIA
Sumario: ACUERDO PLENARIO: Reconducción del delito de abuso sexual no consentido por
adolescente mayor de 14 y menor de 18 años de edad al artículo 170 del Código Penal /
Consumación del acceso camal / Bien jurídico protegido en el delito de violación sexual
/ Irrelevancia de la resistencia de la víctima de agresión sexual / La libre autodetermi
nación sexual y el bien jurídico “libertad sexual” / Valoración de la prueba pericial en
delitos de violación sexual (criterios para la valoración de la prueba pericial). EJECU
TORIA SUPREMA VINCULANTE: Ley penal más favorable al reo, ¿afectación a la
libertad o indemnidad sexual del adolescente? CORTE SUPREMA: Momento de con
sumación del delito de violación de la libertad sexual / Reconducción de la tipificación
de la conducta imputada al procesado por el delito de violación sexual / La libertad
sexual como bien jurídico protegido (el dolo, el error de tipo y el error de prohibición) /
Contornos fácticos del tipo básico del delito de violación sexual / Error de prohibición
no exime al agente de su deber de informarse sobre la licitud o ilicitud de su conducta
(error de comprensión culturalmente condicionado) / Sentido dual de la libertad sexual
/ Descripción de las modalidades típicas de la violación sexual / Violación agravada de
la libertad sexual en virtud del parentesco con la víctima / Requisitos para la valoración
del testimonio de la víctima de un delito de violación sexual.
A C U E R D O P L E N A R IO
J 0943 Reconducción del delito de abuso sexual no consentido por adolescente mayor
de 14 y menor de 18 años de edad al artículo 170 del Código Penal: “F. J. 9. C arácter
de los tipos penales: El tipo penal es la descripción concreta de la conducta prohibida
hecha por el legislador (del contenido o de la materia de la norma). El tipo, es un instru
mento legal que pertenece al texto de la ley. Es necesaria al poder penal, porque sin el tipo
no se puede delimitar el campo de lo prohibido en el que interviene el Derecho Penal.
Para la moderna teoría de la imputación, el tipo debe de acoger, en principio todos los ele
mentos que fundamentan el contenido material del injusto de un determinado delito. Se
debe describir de manera exhaustiva la materia de prohibición [Felipe Villavicencio
Terreros: Derecho Penal -parte general. Grijley, Lima, 2009, páginas 94/ss.]. Así, la ley
penal tiene que ser certera y estricta no pudiendo ser interpretada aplicándola a situacio
nes o casos parecidos. Se garantiza al ciudadano su seguridad jurídica que deberá
V iolación de la libertad sexual A rt. 1 7 0
905
A rt. 170 L ibro segundo / Parte especial - delitos
Estado, calificando a los bienes jurídicos como aquellas circunstancias dadas o finalida
des que son útiles para el individuo y su libre desarrollo en el marco de un sistema social
global estructurado sobre la base de esa concepción de los fines o para el funcionamiento
del propio sistema [Claus Roxin: Derecho Penal - Parte general, la estructura de la teoría
del delito, Tomo I, Traducción de la 2a edición alemana por Diego Luzón Peña, Miguel
Díaz y García Conlledo y Javier de Vicente Remesal; Editorial Civitas, Reimpresión,
2000, página 56]. El Derecho Penal no puede intervenir en todos los conflictos sociales,
sino que se limita a la protección de los valores fundamentales del orden social, estos
valores son los denominados bienes jurídicos -interés jurídicamente tutelado-. Un Dere
cho Penal democrático solo debe proteger aquellos bienes jurídicos que se valoran como
absolutamente indispensables para la permanencia y el desarrollo de la coexistencia pací
fica [Luis Bramont Arias Tomes: Manual de Derecho Penal - Parte general, tercera edi
ción, Editorial EDDILI, Lima, 2005, página 92], Por ende, no existen bienes jurídicos que
fluctúan libremente sin estar asignados a un titular, sino solo aquellos de cuya titularidad
goza un individuo o un colectivo [Olmedo Cardenete: Introducción al Derecho Penal,
Ara, 2007, página 53]. De ahí que el artículo IV del Título Preliminar del CP ha estable
cido que la imposición de pena necesariamente requiere la lesión o puesta en peligro de
bienes jurídicos tutelados por la ley; entiéndase bienes jurídicos relativos al tipo penal
correspondiente (expresión del carácter estricto del tipo penal), para no extender los
alcances del Derecho Penal fuera de los límites de lo racional. Si bien la fuente principal
del Derecho Penal es la ley, su aplicación es insuficiente a partir de una mera interpreta
ción literal de la misma, ya que en la actualidad la interpretación teleológica es el más
importante criterio de interpretación, lo cual evidentemente se efectúa con el apoyo de la
jurisprudencia, la costumbre, principios generales del derecho, la doctrina, entre otras
fuentes. Lo anterior va de la mano con la concepción de bien jurídico, pues esta consti
tuye la base de la estructura e interpretación de los tipos, siendo el núcleo central y direc
triz en la formación del tipo, constituyendo así mismo el motivo y el límite del Derecho
Penal [Bemd Schünemann. El Derecho Penal es la última ratio para la protección de bie
nes jurídicos, sobre los límites inviolables del Derecho Penal en un Estado liberal de
Derecho, Traducción de Angela de la Torre Benítez, Serie: Cuadernos de conferencias y
artículos N.° 38, Bogotá, página 21). El bien jurídico tutelado en los tipos penales consti
tuye su esencia; no es de libre generación o determinación, menos aún judicial, y desde
que no existe en el Estado democrático de Derecho un solo tipo penal que no afecte o
ponga en riesgo algún bien jurídico de relevancia tal que merezca protección bajo ame
naza de sanción como delito, se ha de concluir que forma parte del carácter estricto rela
tivo a la tipología penal. La judicatura penal suprema ha establecido recientemente en el
Acuerdo Plenario N° 1-2011/CJ-116 de seis de diciembre del dos mil once en el funda
mento 16 que, en los atentados contra personas que no pueden consentir jurídicamente,
cuando el sujeto pasivo es incapaz porque sufre anomalía psíquica, grave alteración de la
conciencia o retardo mental, o por su minoría de edad, lo protegido no es una inexistente
libertad de disposición o abstención sexual sino la llamada ‘intangibilidad’ o ‘indemnidad
sexual’. Se sanciona la actividad sexual en sí misma, aunque existe tolerancia de la víc
tima, lo protegido son las condiciones físicas o psíquicas para el ejercicio sexual en liber
tad. Asimismo, en el fundamento 15 se ha fijado que el bien jurídico en el Derecho Penal
sexual no es una difusa moral sexual, la honestidad, las buenas costumbres o el honor
906
V iolación de la libertad sexual A rt. 1 7 0
907
A rt. 170 L ibro segundo / Parte especial - delitos
aplicar las que dicta el parlamento, en cuanto sean acordes con la Constitución y los prin
cipios fundamentales de los Derechos Humanos, de los que deriva toda la arquitectura
jurídico penal de los sistemas democráticos. De ahí que la operación lógica de subsumir
los hechos en las normas penales ha de respetar la taxatividad para no extender los tipos
penales por interpretación, ni destipificar conductas penales que la representación del
pueblo en el parlamento ha considerado deben ser objeto de tutela penal, con una expec
tativa preventiva y de sanción, cuando corresponda. Ciertamente, la identificación de los
hechos ha de ser precisa (cuando menos suficiente para iniciar el proceso, pero cabal al
momento de definirlo), pero indudablemente ello implica que el marco normativo ha de
ser exacto, esto es debe estar libre de antinomias y sinsentidos y ser claro (inteligible)
tanto para el jurista como para el ciudadano ajeno al conocimiento jurídico. De ahí que,
la labor legislativa consiste en más que dictar leyes aprobándolas tras los dictámenes y
debates, con la mayoría correspondiente; las leyes deben ser coherentes con el sistema,
cabales, libres de ambigüedades, para motivar a la colectividad y para permitir una apli
cación diáfana. La labor judicial consiste en aplicar racionalmente las leyes, discernir en
caso de conflicto de leyes e inaplicar las que colisionan con la Constitución. F. J. 14. Pre
cisiones dogmáticas: El artículo IV del Título Preliminar del CP ha recogido la prudente
orientación de la doctrina, que ha guiado al legislador hacia la construcción de los tipos
delictivos a partir de la protección última ratio de cuando menos un bien jurídico trascen
dente que resulta materialmente dañado o puesto en peligro, con la acción u omisión
dolosa o culposa que el sujeto activo despliega. Dado que el orden sustantivo penal se ha
edificado a partir de los bienes jurídicos, no hay, ni puede haber ningún tipo penal al mar
gen de por lo menos uno (o más de uno, en los delitos pluriofensivos). No cabe por tanto
considerar hipotéticas conductas criminales que no tengan como sustento (como alma
esencial) un bien jurídico concreto (el contenido del tipo informa a la sociedad sobre la
protección que el Estado otorga a la colectividad; sobre la prohibición que se ha seleccio
nado bajo sanción). Expresado ello, con la tipificación de los delitos contra la libertad
sexual, se protege la indemnidad sexual y la libertad sexual, esta última expresada en dos
ámbitos: Positivo.- Capacidad de la persona de [tener] libre disposición de su cuerpo para
efectos sociales o la facultad de comportarse en el plano sexual según sus propios deseos.
Negativo.- Derecho de impedir intromisiones a dicha esfera, cuando no media su consen
timiento. La construcción de las conductas criminales previstas en los artículos 170 y 173
del CP, han sido objeto de modificaciones; en el concreto caso del artículo 173, se ha pro
ducido un conjunto de transformaciones (avances y retrocesos legislativos) que han deri
vado en la versión final en la que se extrajo la descripción fáctica contenida en el inciso 4
del segundo párrafo del artículo 170 (según Ley 28251/2004) y que fue trasladada auto
máticamente al inciso 3 del artículo 173, modificando los cuantificadores etáreos de la
escala precedente, sin tomar en cuenta que se trata de dos tipos penales autónomos. Mien
tras el artículo 170 del CP describe una conducta de acometimiento sexual abusivo
(mediando vis absoluta o vis com pulsiva) siendo el bien jurídico tutelado esencialmente
la libertad sexual, ajena por tanto a toda posibilidad de advenimiento o consentimiento de
la víctima; el artículo 173, describe un elenco de conductas de relación sexual con meno
res de edad, sin considerar -por innecesario- ningún tipo de violencia (ciertamente algu
nos menores de edad no tienen capacidad de ejercicio, y por tanto, no podrían consentir
válidamente las relaciones sexuales de las cuales son objeto; así, todos los menores de 14
908
V iolación de la libertad sexual A r t. 170
años). Por lo que la agresión sexual tiene el rasgo esencial de llevarse a cabo con violen
cia o intimidación, para doblegar la voluntad de la víctima [Alfonso Serrano Gómez y
Alfonso Serrano Maillo: Derecho Penal parte especial, Décima edición, Dykinson,
Madrid, 2005, página 215], La transportación mecánica del supuesto del inciso 4 del
segundo párrafo del artículo 170 al inciso 3 del artículo 173 del CP, ha disfuncionado el
afán político-criminal de proteger de modo más intenso a los integrantes de este grupo
etáreo. En consecuencia, si el artículo 173.3 del CP no se aplica para las relaciones sexua
les consentidas de los mayores de 14 y menores de 18 años, ¿Queda algún contenido en
dicha disposición? -Quienes responden afirmativamente- sostienen que este sub tipo
penal abarcaba tanto las relaciones sexuales consentidas como las abusivas, por lo que
eliminadas las posibilidades de relaciones consentidas, queda vigente la norma para las
relaciones abusivas [así entre otros García Cantizano, María del Carmen, Ponencia al I
Pleno Extraordinario Penal 2012]. -Quienes responden en sentido negativo, sostienen
que al no haber posibilidad de relaciones sexuales consentidas en el artículo 173, para
ninguna de sus tres escalas, porque los menores de 0 a 10 años no pueden expresar con
sentimiento, y lo propio tratándose de menores de 10 a 14, de modo que esa misma regla
tiene que regir para la escala de 14 a 18 años, de modo que por ilogicidad del contenido
del inciso 3 con el resto del ordenamiento jurídico nacional, no cabe considerar que
hubiera delito en las relaciones sexuales consentidas. Al no haberse previsto en dicho sub
tipo la presencia de violencia para las relaciones sexuales, no cabe extender los alcances
de la norma por interpretación contra reo, por lo que el inciso 3 del artículo 173 del CP ha
quedado efectivamente vacío de contenido. En ese sentido, la lesión de la libertad sexual
requiere necesariamente la presencia de conductas mediales que anulen su manifestación:
fraude (engaño), violencia, amenaza, generar estado de inconsciencia o imposibilidad de
resistir; mientras que, para la lesión de la indemnidad sexual es irrelevante la presencia de
alguna de estas conductas mediales. La protección pretendida por el legislador con la tipi
ficación y modificación del artículo 173.3 del CP persigue proteger a los menores de ata
ques sexuales, habiendo el legislador anulado la manifestación de la libertad sexual
[Rafael Cancho Alarcón. Ponencia al I Pleno Jurisdiccional Extraordinario Penal, Marzo
2012]. La aplicación del artículo 173.3 del CP para condenar los abusos sexuales genera
paradojas diversas. F. J. 15. Colisión aparente de normas: El conflicto de noimas del
mismo rango surge cuando las dos son válidas y dicha antinomia se resuelve bajo las
reglas de temporalidad y especialidad. El concepto de validez implica no solo que las nor
mas estén escritas en la ley especial o en un cuerpo codificado, sino que sean material
mente aplicables sin objeciones dogmáticas trascendentes. La aparente colisión norma
tiva coloca de un lado el inciso tercero del artículo 173 del CP y 170 del CP; y del otro,
directamente los artículos 1 7 5 ,179-Ay 170 del CP e indirectamente el inciso 3 de artículo
176-A del CP. Es de resaltar que, en el acervo legislativo nacional, hay normas que no se
han derogado pero que no son válidas; así entre otros casos, el artículo 245 C de PP (silen
cio del acusado en el juicio oral, objeto de desuetudo); el artículo 2 de la Ley N° 26640
(delito de contumacia, objeto de desuetudo); el artículo 95 y 100 del C de PP (señalamiento
de bienes libres para el embargo, norma declarada inaplicable por inconstitucional, deci
sión confirmada por la Sala Constitucional y Social de la Corte Suprema, en la causa
1999-2168 de la Segunda Sala Penal de la Corte Superior de Justicia de Arequipa); el
artículo 10 del D. L. N° 813 (caución tasada en delito tributario, declarada inaplicable por
909
A rt. 170 L ibro segundo / Parte especial - delitos
910
V iolación de la libertad sexual Art. 170
del CP, el legislador tendría que incluir en la descripción típica, la presencia de violencia
(física o psicológica -amenaza-), como circunstancia de agravación en los incisos 2 y 3,
o cuando menos en el 3 del artículo 173. Pero mucho más eficaz y conveniente resulta que
el legislador (atendiendo, entre otros pedidos de la sociedad civil, los planteamientos de
DEMUS sobre el particular) reponga el sentido del inciso 4 del segundo párrafo (anterior
versión) del artículo 170 del CP, castigando como violación agravada de la libertad sexual,
la conducta violenta contra personas mayores de 14 y menores de 18 años de edad, agre
gando (en realidad restableciendo) dicho supuesto de hecho en el texto actual del indicado
artículo, como el inciso 6 del segundo párrafo o creando un tercer párrafo con el conte
nido precitado, incluyendo nueva y razonable escala punitiva, coherente con las sancio
nes que se han establecido para los otros delitos sexuales del mismo capítulo del Código
Penal. F. J. 17. Solución judicial a la controversia: No se ha de forzar el alcance del bien
jurídico correspondiente a la conducta de abuso sexual en agravio de personas cuya dis
ponibilidad de su libertad sexual se ha reconocido, por lo que, en tanto no rectifique el
Parlamento Nacional, lo que se halla desarreglado, de todo lo precedentemente analizado
se concluye que la ley válida a ser judicialmente aplicada en casos de abuso sexual de
mayores de 14 y menores de 18 años, es el artículo 170 del Código Penal (entendido
como tipo penal y el bien jurídico que le es propio), y según los hechos concretos, corres
ponderá en su caso, la aplicación de los artículos 172, 173-A, 175 y 179-Adel CP o 176-
A.3 del CP, como fuera atinente. Con la indicada solución, el capítulo IX (Violación de la
libertad sexual) y el capítulo X (Proxenetismo) del Título IV (Delitos contra la libertad)
del Libro Segundo (Parte especial) del Código Penal, recuperan la coherencia que el
legislador había distorsionado y los justiciables sometidos a los alcances de los artículos
170,171, 172, 173, 1 7 4 ,1 7 5 ,176y 179-Adel CP, readquieren la vigencia plena del prin
cipio de igualdad ante la ley” (Acuerdo Plenario N ° 1-2012 sobre “Reconducción del
delito de abuso sexual no consentido por adolescente mayor de 14 y menor de 18 años de
edad al artículo 170 del Código Penal”, del 26/03/2012, ff. jj. 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16
Y 17. I Pleno Jurisdiccional Extraordinario de las Salas Penales Permanentes y
Transitoria).
J 0944 Consum ación d e l acceso carnal: “La conducta básica sanciona a aquel que ‘con
violencia o grave amenaza obliga a una persona a tener acceso camal vía vaginal, anal o
bucal o realiza otros actos análogos introduciendo objetos o partes del cuerpo por alguna
de las dos primeras vías [...]’. ‘[...] para que exista acceso camal es indispensable, ante
todo, que se haya introducido el miembro viril de una persona en la cavidad orgánica de
otra, no interesando si esta introducción es completa o solo a medias, bastan con que ella
haya existido real y efectivamente’ [...]. La consumación se produce con la penetración,
total o parcial, del miembro viril en la cavidad vaginal, bucal o anal sin que sea necesa
rio ulteriores resultados, como eyaculaciones, ruptura del himen, lesiones o embarazo”
(Acuerdo Plenario N ° 1-2011/CJ-116 sobre “Apreciación de la prueba en los delitos con
tra la libertad sexual, del 06/12/2011, f.j. 13, Vil Pleno Jurisdiccional délas Salas Pena
les Permanente y Transitoria).
J 0945 B ien ju ríd ic o p rotegido en e l delito de violación sexual: “El bien jurídico en el
Derecho Penal sexual no es una difusa moral sexual, la honestidad, las buenas costumbres
911
A rt. 170 L ibro segundo /Parte especial - delitos
J 0946 I t relevan cia de la resistencia de la víctim a de agresión sexual: “F. J. 18. Aten
diendo al bien jurídico protegido en el delito de violación sexual, esto es, la libre autode
terminación en el ámbito sexual, una buena parte de la doctrina nacional sostiene que, en
estricto, lo que reprime este delito es un abuso sexual indeseado, no voluntario, no con
sentido. De ahí que según lo puntualizan autores como SALINAS SICCHA ‘[...] para
efectos de configuración del hecho punible, solo bastará verificar la voluntad contraria
de la víctima a practicar el acceso camal sexual [...]. La ausencia de consentimiento, la
oposición del sujeto pasivo a la relación sexual buscada por el agente, se constituye en
elemento trascendente del tipo penal [...]. En consecuencia, así no se verifiquen actos
de resistencia de parte del sujeto pasivo, se configura el ilícito penal siempre y cuando
se acredite la falta de consentimiento de la víctima o desacuerdo de aquella con el acto
sexual practicado abusivamente por el agente’ [SALINAS SICCHA, Ramiro. Los de
litos de carácter sexual en el Código Penal peruano. Segunda edición, Jurista, 2008, p.
41 y ss.). Esta falta de exigencia de resistencia de la víctima como un presupuesto mate
rial indispensable para la configuración del delito de violación sexual, encuentra explica
ción racional doble: de un lado, porque el tipo penal comprende la amenaza como medio
comisivo del delito; y, de otro, por la presencia de las circunstancias contextúales concre
tas que pueden hacer inútil una resistencia de la víctima. F. J. 19. Respecto a la primera
-la amenaza- ‘[...] puede darse el caso que la víctima para evitar males mayores desista
de efectuar actos de resistencia al contexto sexual no querido [...]’. Esto es, ‘[...] coexiste
la amenaza que a mayor resistencia de parte de la víctima, mayor será la descarga de vio
lencia que sufrirá’ [SALINAS SICCHA, Ramiro. Ibídem, p. 42]. Así también, Caro Coria
ha significado que ‘[...] para la tipicidad del art. 170 del Código Penal es suficiente una
amenaza o vis compulsiva que someta la voluntad de la víctima, en cuyo caso ni siquiera
es de exigirse algún grado de resistencia’ [CARO CORIA, Dino Carlos. Ibídem, p. 101],
En cuanto a la segunda-circunstancia contextual-, ‘[...] el momento de la fuerza no tiene
por qué coincidir con la consumación del hecho, bastando que se haya aplicado de tal
modo que doblegue la voluntad del sujeto pasivo, quien puede acceder a la cópula al con
siderar inútil cualquier resistencia” (Acuerdo Plenario N° 1-2011/CJ-116 sobre "Aprecia
ción de la prueba en los delitos contra la libertad sexual, del 06/12/2011, ff. jj. 18 y 19,
VII Pleno Jurisdiccional de las Salas Penales Permanente y Transitoria).
912
V iolación de la libertad sexual A rt. 1 7 0
913
A rt. 1 7 0 L ibro segundo /Parte especial - delitos
pautas para el juez que, apoyado en un conocimiento sobre la ciencia o la técnica, resol
verá sobre la base de un sistema de valoración regido por verdaderos criterios de conoci
miento que garanticen a la vez un adecuado juzgamiento. F. J. 17. Las opiniones pericia
les no obligan al juez y pueden ser valoradas de acuerdo a la sana crítica; sin embargo, el
juez no puede ‘descalificar’ el dictamen pericial desde el punto de vista científico, téc
nico, artístico ni modificar las conclusiones del mismo fundándose en sus conocimientos
personales. En consecuencia, el juez deberá fundamentar coherentemente tanto la acepta
ción como el rechazo del dictamen, observando para ello las reglas que gobiernan el pen
samiento humano; lo que generará, asimismo, la posibilidad de un control adecuado de
sus decisiones. El juez, en suma, no está vinculado a lo que declaren los peritos; él puede
formar su convicción libremente. Ahora bien, es indudable la fuerza de convicción que
tienen los informes periciales, especialmente los de carácter estrictamente científico téc
nico. Más discutible pueden resultar los de otra naturaleza (pericias médicas, o psicológi
cas, o contables), pero, en cualquier caso, siempre suelen ser la prueba de cargo, es decir,
la fundamental para enervar la presunción de inocencia [BANACLOCHE PALAO, Julio.
Aspectos fundamentales del Derecho Procesal Penal, La Ley, Madrid, 2010, p. 268], Las
pericias no son en sí mismas la manifestación de una verdad incontrovertible [STSE
997/1997, de 8 de julio]. No se puede conferir a p rio ri valor superior a un medio de
prueba sobre otro, por lo que si respecto a un tema concreto se hubieren llevado a cabo
distintas pruebas, además de la pericial, con resultado diferente, claro es que entonces se
reconoce al órgano jurisdiccional la facultad de realizar la conjunta valoración de la
prueba, que permite estimar eventualmente que la verdad del hecho no es la que aparece
expuesta por la prueba pericial sino la que ofrecen otros medios probatorios. Igual pauta
metodológica tendrá lugar cuando el juez razonablemente discrepe de todo o de parte del
contenido pericial [STSE 1/1997, de 28 de octubre]. Sin embargo, es igualmente plausi
ble que si el juez se aparta de la pericia sin razones que lo expliquen y justifiquen, se
estará ante un razonamiento contrario a las reglas de la racionalidad. F. J. 18. Los crite
rios que se exponen están orientados a la fijación de evaluación de la validez y fiabilidad
de la prueba pericial. De ellos se deriva la diferenciación entre lo que puede considerarse
ciencia de la que no es. Al respecto, la doctrina [MIRANDA ESTRAMPES, Manuel:
‘Pruebas científicas y estándares de calidad’, en La prueba en el proceso penal acusatorio.
Reflexiones adaptadas al Código Procesal Penal peruano de 2004, Jurista, Lima, 2011,
pp. 142 y 143] -sobre la base de la experiencia judicial norteamericana- ha propuesto los
criterios siguientes: A) La controlabilidad y falsabilidad de la teoría científica, o de la téc
nica en que se fundamenta la prueba, lo que implica que la teoría haya sido probada de
forma empírica, no solo dentro de un laboratorio. B) El porcentaje de error conocido o
potencial, así como el cumplimiento de los estándares correspondientes a la prueba
empleada. C) La publicación en revistas sometidas al control de otros expertos de la teo
ría o la técnica en cuestión, lo que permite su control y revisión por otros expertos. D) La
existencia de un consenso general de la comunidad científica interesada. Este criterio de
la aceptación general ‘general a ccep ta n ce’ deja de ser el único elemento de decisión
(como se había establecido en el caso Fiye). La decisión sobre la admisión de esta prueba
ya no corresponde únicamente a la comunidad científica sino al juez, quien deberá con
trolar la confiabilidad de la prueba científica, con arreglo a dichos criterios, y exponer los
motivos de su inadmisión. El enfoque de un tribunal no debe ser sobre las conclusiones
914
V iolación de la libertad sexual A rt. 170
alcanzadas por el perito, sino sobre la metodología empleada para llegar a estas conclu
siones. Y en caso que la conclusión no se desprenda de los datos que señala en su dicta
men, el tribunal tiene la libertad de determinar que existe un análisis inaceptable entre
premisas y conclusión [SANDERS, Joseph: ‘La paradoja de la relación metodológica y
conclusión y la estructura de la decisión judicial en los Estados Unidos’, en Derecho pro
batorio contemporáneo: Pruebas científicas y técnicas forenses, Universidad de Medellín,
Medellín, 2012. p. 110]. F. J. 19. A efectos de la valoración de las pericias, estas son cla
sificadas en formales y fácticas. Forman parte de las primeras, saberes como la Química,
Biología e Ingeniería, cuya calificación es indiscutible. Así, por ejemplo, la prueba de
ADN se basa en conocimientos científicos biológicos, o las pericias toxicológicas, físicas,
médicas (que se guían por el Manual de Protocolos de Procedimientos Médicos Legales
Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de 1998, Protocolos de Procedimiento
Médicos Legales 1997, Guía Médico Legal Evaluación Física de la Integridad sexual y
Manual de Procedimientos Administrativos de la División Central de Exámenes Médicos
Legales del Perú de 1995), y químicas. F. J . 20. Por otro lado, integran las ciencias fácti
cas, las ciencias sociales: Psicología, Historia, etc. Sus principales pericias son: la pericia
psicológica, psiquiátrica (que cuando son oficiales se orientan por la Guía Psicológica
Forense para la Evaluación de casos en Violencia Familiar 2013, Guía Médico Legal Eva
luación Física de la Integridad sexual, Guía de Procedimientos para Entrevista Unica de
Niños, Niñas y Adolescentes Víctimas de Abuso Sexual, Explotación Sexual y Trata con
fines de Explotación Sexual en Cámara Gesell de 2011, Guía de Procedimientos para la
Evaluación Psicológica de Presuntas víctimas de Abuso y Violencia Sexual atendidas en
Consultorio del año 2013 y Guía de Valoración del Daño Psíquico en Víctimas Adultas de
Violencia Familiar, Sexual Tortura y otras formas de Violencia Intencional del año 2011),
económica, antropológica. F. J . 21. No toda pericia que se utilizará en el proceso tendrá
como base conocimientos científicos, pues como enfatiza el artículo 172 del CPP, también
procederá siempre que, para la explicación y mejor comprensión de algún hecho, se
requiera conocimiento especializado de naturaleza científica, técnica, artística o de expe
riencia calificada. Muestra de ello es la pericia valorativa, balística, contable, grafotécnica,
dactiloscópica, informes especiales de controlaría (que se guía por el lineamiento de
Contraloría General de la República N° 03-2012-CG/GCAL). F. J . 22. Sobre la base de
estas consideraciones, se establecen los siguientes criterios de valoración de la piueba
pericial: A) La pericia como piueba compleja debe evaluarse en el acto oral a través, pri
mero, de la acreditación del profesional que suscribió el informe documentado: grado
académico, especialización, objetividad y profesionalidad. No se debe poner el acento en
que el perito es oficial o de parte. B) El informe debe haberse elaborado de acuerdo a las
reglas de la lógica y conocimientos científicos o técnicos. Especialmente, si se analiza el
objeto del dictamen, la correlación entre los extremos propuestos por las partes y los
expuestos del dictamen pericial, y la correspondencia entre los hechos probados y los
extremos del dictamen, la existencia de contradicciones entre el informe y lo vertido por
el perito en el acto oral. Asimismo, que se explique el método observado, que se aporten
con el dictamen pericial, los documentos, instrumentos o materiales utilizados para ela
borarlos y la explicación [de] cómo se utilizó. C) Evaluarse las condiciones en que se ela
boró la pericia, la proximidad en el tiempo y el carácter detallado en el informe, si son
varios peritos la unanimidad de conclusiones. Para una mejor estimación será preferible
915
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forense, Me. Graw Hill, México D.F., 2010, p. 101], F. J . 27. La Guía Médico Legal-Eva-
luación Física de la Integridad Sexual del Ministerio Público señala los requisitos míni
mos para realizar la evaluación física integral en casos de violencia sexual, a saber: a) El
examen debe ser realizado por dos peritos como mínimo, en ausencia de otro y/o en caso
de urgencia podrá ser realizado solo por un perito, b) Para su realización deberá ser asis
tido por un personal auxiliar capacitado, y de preferencia femenino, c) Se podrá contar
además con la presencia de cualquiera de las siguientes personas según voluntad expresa
del evaluado: i) familiar, ii) personal femenino de la PNP, iii) personal femenino acompa
ñante (custodio, tutores, asistentes sociales), d) si se realiza por un solo perito debe reali
zar la perennización del examen, previo consentimiento del evaluado, o, en su caso, de su
familiar si es menor de edad, y según la logística disponible (cámara fotográfica o video
cámara), e) debe contarse con un ambiente o consultorio adecuado, con buena ilumina
ción, mobiliario e instrumental. La pericia psicológica forense y la credibilidad del tes
timonio. F. J . 28. Una de las pruebas que se puede utilizar al acontecer delitos contra la
libertad sexual es la pericia psicológica sobre la credibilidad del testimonio. Esta se
encuentra orientada a establecer el grado en que cierto relato específico respecto de los
hechos investigados cumple, en mayor o menor grado, con criterios prestablecidos que
serían característicos de relatos que dan cuenta de forma fidedigna respecto de cómo
sucedieron los hechos [Unidad Especializada en Delitos Sexuales y Violentos, Fiscalía
Nacional del Ministerio Público: Evaluación pericial psicológica de credibilidad de testi
monios, Santiago de Chile, 2008, p. 37], F. J. 29. En ese sentido, la valoración de este
medio de prueba pericial, debe ser realizada de forma rigurosa, de ahí que el juez, al eva
luar al perito debe preguntar y verificar lo siguiente [DE GREGORIO BUSTAMENTE,
Alvaro: Abuso sexual infantil. Denuncias falsas y erróneas. Ornar Favale ediciones jurí
dicas, Buenos Aires, 2004, p. 208.]. A) El evaluado tiene capacidad para testimoniar. B)
Puede aportar un testimonio exacto, preciso y detallado sobre los hechos cuya comisión
se estudia. C) Puede ser sugestionado, inducido y llevado a brindar relatos y testimonios
inexactos o por hechos falsos. D) Puede mentir sobre los hechos de violación sexual. E)
Tiene capacidad y discernimiento para comprender lo que se le pregunta. F. J. 30. Para
realizar un análisis de credibilidad, resulta necesario efectuar evaluaciones a los sujetos
que vierten el relato, atendiendo a dos niveles: A) Cognitivos de la persona, que redundan
en su habilidad para relatar los hechos con precisión y exactitud. Considera de manera
particular los factores generales que influyen en la adquisición, retención, recuperación y
comunicación verbal de la información (exactitud). B) Al componente motivacional que
se refiere a la voluntad para explicar los hechos de modo apegado o no a la realidad. F. J.
31. Sin embargo, es pertinente precisar: Primero, que la valoración de esa modalidad de
pericia psicológica presupone una declaración prestada en forma legal, y con todas las
garantías procesales y constitucionales. Segundo, que el análisis crítico del testimonio es
una tarea consustancial a la responsabilidad de valorar y resolver de los jueces, cuyo cri
terio no puede ser sustituido por especialistas que solo pueden diagnosticar sobre la per
sonalidad en abstracto pero no sobre su comportamiento en el caso concreto, por lo que
el informe psicológico solo puede servir de apoyo periférico o mera corroboración -no
tiene un carácter definitivo—, pero no sustituir la convicción sobre la credibilidad del tes
tigo. Tercero, que el juicio del psicólogo solo puede ayudar al juez a conformar su crite
rio sobre la credibilidad del testigo; y, su informe, al contrastar las declaraciones de la
917
A rt. 170 L ibro segundo /Parte especial - delitos
víctima —menor de edad, sustancialmente—con los datos empíricos elaborados por la psi
cología, si existen o no elementos que permitan dudar de su fiabilidad. Cuarto, que el
informe pericial no puede decir, ni se les pide que lo hagan, si las declaraciones se ajustan
o no a la realidad, la cual es tarea del órgano jurisdiccional que entre otros elementos con
tará con su percepción directa de las manifestaciones y con el juicio del psicólogo sobre la
inexistencia de datos que permitan suponer fabulación, inducción, invención o manipula
ción [conforme: STS de 29 de octubre de 1996, de 16 de mayo de 2003, y de 488/2009, de
23 de junio]. L a pericia psicológica forense en los delitos sexuales. F. J. 32. El delito de
violación sexual genera un daño psicológico en la víctima que implica a su vez, lesiones
psíquicas agudas producidas por un delito violento -que en algunos casos puede requerir
con el paso del tiempo de un apoyo social o un tratamiento psicológico adecuado- y por
otro, a las secuelas emocionales que persisten en forma crónica como consecuencia del
suceso sufrido y que interfieren negativamente en su vida cotidiana [Echeburua, Enrique/
Amor, Pedro/ De Corral, Paz, ‘Evaluación del daño psicológico de las víctimas de delitos
violentos’, en Psicothema. Vol. 14 (2002), pp. 139 y 140], F. J. 33. La lesión psíquica inca
pacita significativamente para hacer frente a los requerimientos de la vida ordinaria a nivel
personal, laboral, familiar o social, por tanto su presencia es medible. Las lesiones más fre
cuentes son los trastornos adaptativos, el trastorno de estrés postraumático o la descom
pensación de una personalidad anómala. El trastorno de estrés postraumático, común en
los delitos de violencia sexual según la Organización Mundial de la Salud, es una altera
ción psíquica que aparece cuando la persona ha sufrido una agresión física o una amenaza
para la vida propia o de otra persona. Asimismo, cuando la reacción emocional experimen
tada implica una respuesta intensa de miedo, horror o indefensión [Asensi Pérez, Laura
Fátima: ‘La prueba pericial psicológica en asuntos de violencia de género’, en Revista
Intemauta de Práctica Jurídica. N° 21, enero-junio de 2008, p. 19]. F. J. 34. De otro lado,
las secuelas emocionales que se presentan se refieren a la estabilización del daño psíquico,
es decir, a una discapacidad permanente que no remite con el paso del tiempo ni con un tra
tamiento adecuado; es una alteración irreversible en el funcionamiento psicológico habi
tual [Echeburua, Enrique/ Amor, Pedro/ De Corral, Paz, ‘Evaluación del daño psicológico
de las víctimas de delitos violentos’, en Psicothema. Vol. 14 (2002), p. 140], Por esta razón,
la pericia psicológica forense es la idónea para determinar el daño causado. Ella es un
procedimiento metodológico, realizado por un perito psicológico, con la finalidad de escla
recer la conducta y determinar el estado de salud mental de personas implicadas en proce
sos de investigación policial y/o judicial [Policía Nacional del Perú: Manual de
Criminalística, Dirección de Criminalística, Lima, 2006, p. 356], F. J. 35. La referida peri
cia se basa en un procedimiento establecido: i) observación de la conducta, se debe regis
trar indicadores como fies, movimientos o temblores del cueipo, etcétera, ii) historia clí
nica psicológica, que es un documento biográfico del pariente basado en sus vivencias y
experiencias, así como de la familia; esencialmente deben anotar datos de la filiación y el
problema actual, iii) examen mental que es una herramienta que permite detectar alguna
patología mental la que será corroborada con los otros instrumentos, iv) reactivos psicomé-
tricos (pruebas psicológicas)” (A cu erdo P le n a r io N ° 4 -2 0 1 5 / C I J - l l 6 s o b r e “ V aloración d e
la p r u e b a p e r i c i a l en d e lito s d e v io la ció n s e x u a l”, d e l 02/10/2015, ff. jj. 15, 16, 17, 18, 19,
20, 21, 22, 23 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 32, 33, 3 4 y 35, I X P le n o Ju r is d ic c io n a l d e la s
S a la s P e n a le s P erm a n en te y T ransitoria).
9 1 8 ...
V iolación de la libertad sexual A rt. 170
E JE C U T O R IA SUPREM A VINCULANTE
• 919
A rt. 170 LlB R O SEGUNDO / PARTE ESPECIAL - DELITOS
párrafo del inciso primero del artículo 170 del Código Penal (vigente por ser el corres
pondiente) debiendo por tanto considerarse los márgenes punitivos de este tipo penal-,
por tanto, resulta necesario en el presente caso, reconducir la tipificación hecha en el tipo
penal del inciso 3 del artículo 173 -primer párrafo- del Código Penal, al regulado en la
primera parte del primer párrafo del artículo 170 del Código; debiendo puntualizarse, a
la luz de la sentencia del 6 de febrero de 2009, Exp. N° 00286-20008-PHC/TC-Ayacu-
cho, no se afecta principios constitucionales. F. J . 3.5., en los casos que correspondan,
procederá la consideración de circunstancias de agravación del artículo 171 o 172 del
Código Penal, en tanto el parlamento nacional modifique el marco específico de punción
o si en caso lo determinara en ejercicio de sus funciones constitucionales. F. J. 3.6. Como
segundo nivel de análisis, compete referirnos al qu an tu m de la pena impuesta, a tenor
de lo expuesto precedentemente cabe señalar que la pena anteriormente impuesta supo
nía una sanción no menor de 25 años ni mayor de 30 años, pero al haberse recalificado la
conducta, es pertinente aplicar la sanción legalmente correspondiente al del que afecta la
libertad sexual y siendo el artículo 170 del Código Penal, regulado en la primera parte
del primer párrafo del artículo 170 en un límite que va de seis a ocho años de pena pri
vativa de la libertad, teniendo en cuenta la forma que sucedieron los hechos y al no exis
tir circunstancias de atenuación (teniendo en consideración sus condiciones personales
al ser un agente con veintitrés años de edad, natural del caserío Coypín-Huamachuco,
conviviente, con sexto grado de instrucción primaria, agricultor y sin antecedentes pena
les) debe imponerse la sanción más alta correspondiente al nivel de afectación del bien
jurídico señalado, esto es, la de ochos años de privación de libertad. F. J. 3.7. Asimismo,
es pertinente señalar que no se vulneró el derecho de defensa del encausado ni sus dere
chos fundamentales, puesto que se mantiene la homogeneidad del bien jurídico protegido,
la inmutabilidad de los hechos y las pruebas, coherencia entre los elementos fácticos y
normativos para realizar la correcta adecuación del tipo y esencialmente no se produjo
agravio del encausado” (C a s a c ió n N a 4 9 -2 0 1 1 - L a L ib erta d , d e l 1 0/06/2012, ff . j j . 3.1, 3.2,
3.3, 3.4, 3.5, 3 .6 y 3.7, S a la P e n a l P erm a n en te).
CORTE SU PREM A
920
V iolación de la libertad sexual A rt. 170
■921
A rt. 170 L ibro segundo /Parte especial - delitos
libertad personal, que se orienta a propugnar que la actividad sexual de las personas se
pueda desarrollar dentro de un ambiente de libertad, sin violencia en ninguna de sus for
mas, empero, reservado para los seres humanos que han alcanzado una madurez psíquico-
biológica, mas no para quienes no han alcanzado una edad cronológica determinada, cabe
precisarse también que para la consumación del delito en cuestión se requiere el dolo,
esto es, el conocimiento y voluntad en la realización de todos los elementos del tipo obje
tivo. Que, a este respecto, el artículo catorce del Código Penal regula el error o ignorancia
sobre uno o todos los elementos que integran el tipo objetivo, esto es, el error de tipo y el
error de prohibición, asimismo, en el primer párrafo del artículo antes mencionado, dife
rencia dos clases de error de tipo, el primero de ellos, ‘el error invencible’, se da cuando
el error no se hubiese logrado evitar ni aun aplicando la diligencia debida; mientras que
el segundo, denominado ‘error vencible’, se presenta cuando el agente pudo haber evi
tado el resultado observando el debido cuidado que las circunstancias le exigían” (R. N.
N °2 5 4 0 -2 0 0 9 -A p u rím a c, d e l 2 7 /0 1 /2 0 1 0 , f . j . 2, S a la P e n a l T ran sitoria).
J 0954 E r r o r d e p r o h ib ic ió n n o e x im e a l a g e n t e d e s u d e b e r d e in fo r m a r s e s o b r e la
lic itu d o ilicitu d d e s u c o n d u c ta ( e r r o r d e c o m p r e n s ió n c u ltu ra lm e n te c o n d icio n a d o ) :
“F. J . 3. Que, para determinar la responsabilidad de un imputado por delito de violación
sexual de menor, en las circunstancias a las que alude el recurrente, esto es, con consen
timiento de la agraviada y bajo una relación convivencial, que para la ley resulta irrele
vante, cabe plantearse la posibilidad de saber si en el momento de actuar el agente era
consciente de que estaba cometiendo un acto contrario al ordenamiento jurídico o no,
922
V iolación de la libertad sexual A rt. 1 7 0
923
A rt . 1 7 0 L ibro segundo /Parte especial - delitos
a que ella tuvo su primer hijo a los ‘doce o trece años’ y también porque en su zona
es normal que ‘de trece a catorce años ya convivan’. F. J . 7. Que, no obstante que el
error al que se hace referencia surge cuando el sujeto tiene una falsa representación de
la realidad o no entiende de manera correcta su significado social o jurídico, tal posi
bilidad no exime a un ciudadano con instrucción mínima y edad suficiente de su deber
de informarse en el momento de actuar o cuando tenga duda que su acto está permitido
o no, en este contexto, aun cuando el procesado argumenta que desconocía que tener
relaciones sexuales con una menor de catorce años era delito, tanto más si en el lugar
donde residía habían personas que convivían con menores, dicha situación no lo excu
saba de cerciorarse sobre la licitud de su conducta, pues por sus condiciones persona
les, con segundo año de educación secundaria, según consta de sus generales de ley de
[...] brindó al rendir su declaración instructiva, hacen colegir que el encausado debía
haberse informado sobre la licitud de su conducta; a este respecto, debe hacerse men
ción de los criterios para determinar la vencibilidad del error, entre ellos, los sugeridos
por Felipe Villavicencio Terreros, sobre la posibilidad de poder ‘acudir a algún medio
idóneo de información’, ‘el tiempo que disponga para la decisión, reflexión’ y ‘la capa
cidad intelectual’ (.D e r e c h o P e n a l. P a r t e g e n e r a l. Grijley, primera reimpresión, julio de
dos mil seis, página seiscientos veintiuno y seiscientos veintiséis), presupuestos que en
el caso del encausado también se advierten, consecuentemente, a pesar de haberse acre
ditado la comisión del delito comprendido en el artículo ciento setenta y tres, inciso tres
del Código Penal, podemos inferir que el imputado ha incurrido en un error de prohi
bición vencible, no obstante ello, el legislador ha establecido en el segundo párrafo del
artículo catorce del mencionado código sustantivo, la obligatoriedad de la atenuación
de la pena, justificándose en que el agente, debido a la buena fe con la que ha actuado,
es menos culpable que quien obra conscientemente contra el derecho” (R. N. N ° 4 4 2 6 -
2 0 0 7 -Jitn in , d e l 2 5 /0 3 /2 0 0 8 , f f . j j . 3, 4, 5, 6 y 7, S a la P e n a l T ran sito ria ).
924
V iolación de la libertad sexual A rt. 1 7 0
anal con la conducta de imponer a una persona -o a un menor de edad—a practicar el sexo
oral, puesto que en ambos casos importa una vulneración intensa de su libertad sexual y
su facultad de autodeterminarse -o de su indemnidad sexual-, lo que a su vez implica -tal
como reconoce la doctrina de manera mayoritaria- que no es necesario el daño físico o la
comisión de un delito de lesiones para que exista una conducta subsumible en el artículo
170 o 173 del Código Penal. Como bien señala Caro Coria, ‘el ejercicio violento de la
libertad sexual no solo ataca aspectos físicos’ (Caro Coria, Dino Carlos: Delitos contra la
libertad e indemnidad sexual; p. 82) sino que compromete también aspectos valorativos
que se vinculan con el ejercicio de derechos constitucionales, los cuales no pueden permi
tir y tolerar una protección penal sesgada y unilateral” (Casación N ° 14-2009-La L iber
tad, d el 05/02/2010, f. j. 14, Sala P en al Permanente).
...... . 925
A rt. 170 L ibro segundo / Parte especial - delitos
J 0957 Violación agravada de la libertad sex u a l en virtu d d el p a ren tesco con la víc
tim a: “El recurrente pretende con su recurso de nulidad desvirtuar la relación que man
tenía con la agraviada en su condición de conviviente de la progenitora de esta, al soste
ner que su relación amorosa sexual con la víctima fue posterior a la fecha en que decide
separarse de su madre, sin advertir que durante el proceso tanto el encausado, la agraviada
como la denunciante han sostenido que esa relación se inició cuando eran convivientes, de
lo que se colige que el procesado ejercía particular autoridad sobre la víctima” (Ejecutoria
Suprema del 17/06/2004, R. N. N° 568-2004-Lima. En: CASTILLO ALVA, J. L. (2006).
Jurisprudencia penal. Sentencias de la Corte Suprema de Justicia de la República. Tomo I.
Grijley, Lima, p. 218).
926 -
V iolación de la libertad sexual A rt. 1 7 1
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 171.- El que practica el acto sexual u otro análogo con una persona, des
pués de haberla puesto con este objeto en estado de inconsciencia o en la imposibi
lidad de resistir, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de cuatro
ni mayor de ocho años.
( 127) A rtículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 de la Ley N° 3083 8 del 04/08/2018.
- 927
A rt. 171 L ibro segundo / Parte especial - delitos
N ormas concordantes
C: art. 2 inc. 1); CP: arts. 12, 22, 23, 29, 45, 57, 92, 177, 178; C P P 2 0 0 4 : arts. 95 inc. 1 lit.
c, 194 inc. 3, 199 inc. 2, 242 inc. 1, 298, 314; C de P P : arts. 143, 146; C C: arts. 402 inc. 4);
515 inc. 8); 667 inc. 2); L e y 27911: art. 1 y ss.; L e y 30364: arts. 5, 8
gp DOCTRINA
Sumario: Sujeto activo / Conducta típica / Tipicidad / Nexo de causalidad / Provocar estado de
inconsciencia / Colocar a la víctima en imposibilidad de resistir / Tipo subjetivo / Priva
ción de sentido / Consumación.
1)0759 Conducta típica: CASTILLO ALVA, J. L. (2002). Tratado de los delitos con
tra la libertad e indemnidad sexuales. Lima: Gaceta Jurídica, p. 202. “La violación sexual
insidiosa se diferencia del abuso sexual de persona con incapacidad psíquica o física, por
que la primera exige la provocación de la imposibilidad de resistir y estado de inconscien
cia -que es un estado de ausencia de acción- por parte del autor del delito; y la segunda
no requiere este requisito, sino que basta con aprovecharse de la situación de la víctima,
independientemente de si ha sido causado por causas extemas o intemas al sujeto pasivo
o por un tercero ajeno al autor. Como puede verse la principal diferencia reside en el ori
gen de la situación de inimputabilidad o de la imposibilidad de resistir”.
929
A rt. 171 L ibro segundo / Parte especial - delitos
¡ ¡ t i , JU R ISPR U D EN C IA
Sumario: ACUERDO PLENARIO: Bien jurídico protegido (indemnidad sexual). CORTE SU
PREMA: Violación de menor de edad en estado de inconciencia / Perpetración del
delito de violación de persona en estado de inconciencia e importancia de la pericia
toxicológica / Complicidad primaria en el delito de violación sexual de persona en
estado de inconsciencia.
A C U E R D O PL E N A R IO
CO RTE SU P R E M A
930
V iolación de la libertad sexual A rt. 171
sedada por su agresor, demostrándole, asimismo, el daño emocional sufrido, tras haberse
mostrado llorosa [al realizarle] las preguntas durante el proceso, aunado a ello, el exa
men del resultado toxicológico realizado a la menor que arrojó positivo para benzodiace-
pina, con lo que [se] corrobora lo manifestado por la agraviada, apreciándose además de
lo actuado, que se configura el delito con el certificado médico legal y el examen bioló
gico realizado horas después de la concurrencia de los hechos, que certificó la existencia
de restos seminales con escasas formas incompletas de espermatozoides; acreditándose,
asimismo, que la antes aludida contaba con 12 años de edad al momento de los hechos,
según su partida de nacimiento [los cuales] constituye[n] elementos probatorios válidos
que generan convicción y certeza sobre la existencia del delito investigado y responsabi
lidad penal del encausado” (R. N. N° 765-2004-Jimín, Sala Penal Permanente),
- 931
A rt. 172 L ibro segundo /Parte especial - delitos
(128) Artículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 de la Ley N° 30838 del 04/08/2018.
932
V iolación de la libertad sexual A rt. 172
N o r m a s c o n c o r d a n t e s
gp DOCTRINA
Sumario: Bien jurídico / Inexistencia de causa de justificación / Sujeto activo / Sujeto pasivo /
Tipicidad / Contenido normativo de los términos anomalía psíquica, grave alteración de
la conciencia, retardo mental, incapacidad de resistir / Tipo subjetivo / Consumación /
Agravante.
933
A rt. 172 L ibro segundo / Parte especial - delitos
es preciso que el trastorno llegue a la incapacidad total, pero tampoco se recogen aquí
los trastornos leves [...] 1. La situación de superioridad manifiesta [...] a) La situación de
superioridad derivada de la vulnerabilidad de la víctima por razón de su debilidad o enfer
medad mental [...]La presente modalidad abarca los abusos sexuales con prevalimiento
de la vulnerabilidad del a víctima derivada de una enfermedad mental”.
934
V iolación de la libertad sexual A rt . 172
debe abarcar también dicho elemento normativo, lo importante a todo esto, es que ante el
menor error (real y virtual), sobre dicho estado determinaría un error de tipo”.
I-Ltkii JURISPRUDENCIA
ACUERDO PLENARIO
J 0962 V a lo ra ció n d e la p e r ic ia p s ic o ló g ic a f o r e n s e y la c re d ib ilid a d d e l testim onio e n
“F. J. 28. Una de las pruebas que se
víctim as d e v io la ció n s e x u a l in c a p a c e s d e resistir:
puede utilizar al acontecer delitos contra la libertad sexual es la pericia psicológica sobre
la credibilidad del testimonio. Esta se encuentra orientada a establecer el grado en que
cierto relato específico respecto de los hechos investigados cumple, en mayor o menor
grado, con criterios preestablecidos que serían característicos de relatos que dan cuenta de
forma fidedigna respecto de cómo sucedieron los hechos [unidad especializada en delitos
sexuales y violentos, Fiscalía Nacional del Ministerio Público. Evaluación pericial psico
lógica de credibilidad de testimonios, Santiago de Chile, 2008, p. 37], F. J. 29. En ese sen
tido, la valoración de este medio de prueba pericial, debe ser realizada de forma rigurosa,
935
A rt. 1 7 2 L ibro segundo /Parte especial - delitos
de ahí que el juez al evaluar al perito debe preguntar y verificar lo siguiente [De Grego
rio Bustamente, Alvaro: Abuso sexual infantil. Denuncias falsas y erróneas. Ornar Favale
ediciones jurídicas, Buenos Aires, 2004, p. 208.]: A) El evaluado tiene capacidad para
testimoniar. B) Puede aportar un testimonio exacto, preciso y detallado sobre los hechos
cuya comisión se estudia. C) Puede ser sugestionado, inducido y llevado a brindar relatos
y testimonios inexactos o por hechos falsos. D) Puede mentir sobre los hechos de viola
ción sexual. E) Tiene capacidad y discernimiento para comprender lo que se le pregunta.
F. J. 30. Para realizar un análisis de credibilidad, resulta necesario efectuar evaluaciones
a los sujetos que vierten el relato, atendiendo a dos niveles: A) Cognítivos de la persona,
que redundan en su habilidad para relatar los hechos con precisión y exactitud. Consi
dera de manera particular los factores generales que influyen en la adquisición, retención,
recuperación y comunicación verbal de la información (exactitud). B) Al componente
motivacional que se refiere a la voluntad para explicar los hechos de modo apegado o no
a la realidad. F. J . 31. Sin embargo, es pertinente precisar: Primero, que la valoración de
esa modalidad de pericia psicológica presupone una declaración prestada en forma legal,
y con todas las garantías procesales y constitucionales. Segundo, que el análisis crítico del
testimonio es una tarea consustancial a la responsabilidad de valorar y resolver de los jue
ces, cuyo criterio no puede ser sustituido por especialistas que solo pueden diagnosticar
sobre la personalidad en abstracto pero no sobre su comportamiento en el caso concreto,
por lo que el informe psicológico solo puede servir de apoyo periférico o mera corrobo
ración -no tiene un carácter definitivo-, pero no sustituir la convicción sobre la credibili
dad del testigo. Tercero, que el juicio del psicólogo solo puede ayudar al juez a conformar
su criterio sobre la credibilidad del testigo; y, su infonne, al contrastar las declaraciones
de la víctima -menor de edad, sustancialmente—con los datos empíricos elaborados por la
psicología, si existen o no elementos que permitan dudar de su fiabilidad. Cuarto, que el
informe pericial no puede decir, ni se les pide que lo hagan, si las declaraciones se ajustan
o no a la realidad, la cual es tarea del órgano jurisdiccional que entre otros elementos con
tará con su percepción directa de las manifestaciones y con el juicio del psicólogo sobre
la inexistencia de datos que permitan suponer fabulación, inducción, invención o manipu
lación [conforme: STS de 29 de octubre de 1996, de 16 de mayo de 2003, y de 488/2009,
de 23 de junio]” (A cu erd o P le n a r io N° 4 -2 0 1 5 /C IJ-1 1 6 s o b r e " V aloración d e ¡a p r u e b a
p e r i c i a l en d e lito s d e v io la c ió n s e x u a l”, d e l 2 1 /0 6 /2 0 1 6 , f f . jj . 28, 29, 3 0 y 31, I X P le n o
Ju r is d ic c io n a l d e S a la s P e n a le s P erm a n en te y T ran sitoria).
CORTE SUPREMA
J 0963 E rror de tipo invencible en violación de p erso n a con incapacidad d e resisten
cia: “Que si bien el encausado negó haber forzado a la agraviada a tener trato sexual -la
primera vez incluso la agraviada se quedó a dormir con él-, sostuvo que desconocía de su
enfermedad mental [...] los padres de la víctima tampoco lo sabían, la enfermedad recién se
conoció a los tres meses de embarazo de la agraviada. Esta última ha dado varias versiones
[...], incluso mencionó un anterior enamorado y que aceptó ser enamorada del encausado.
No hay prueba de violencia o amenazas, ni que la agraviada, en esos momentos, presen
tase un entendimiento ostensiblemente disminuido -la falta de una denuncia oportuna resta
muchas posibilidades de sostener el acto de fuerza que inicialmente denunció-. Tampoco
existe prueba que el imputado, a sabiendas de la esquizofrenia de la acusada, le hizo sufrir
936
V iolación de la libertad sexual A rt. 172
el acto sexual. El error de tipo invencible es evidente. No se ha probado, más allá de toda
duda razonable, que el imputado violó a la agraviada pese a conocer su estado psíquico” (R.
N. N° 7 7 7 -2 0 1 3-Lim a, d e l 1 0 /1 2 /2 0 1 3 ,/. j . 3, S a la P e n a l P erm an en te).
937
A rt. 172 L ibro segundo /Parte especial - delitos
otorgar diferente valor probatorio a la prueba personal que fue objeto de inmediación
por el juez de primera instancia. Salvo que su valor probatorio sea cuestionado por una
prueba actuada en segunda instancia’; que, de esta manera al haber valorado en forma
independiente las pericias psicológicas con omisión de las demás pruebas aportadas a
los autos y asimismo, al habérseles otorgado un valor diferente a la prueba personal, en
este caso, ni siquiera mencionarlas, se estima que también desde este punto se infringió
el debido proceso al interpretar erróneamente la ley penal” (R. N. N ° 7 1 -2 0 1 2 -C a ñ ete,
d e l 2 0 /0 8 /2 0 1 3 , f . j . 12, S a la P e n a l P erm a n en te ).
J 0966 D escripción de los hechos fa c tic o s y su bsu n ción típica d el delito de violación
sex u a l de p erso n a s incapaces de resistir: “La forma y circunstancias en que fue sorpren
dido el encausado con la agraviada, no constituye la tentativa del delito de violación de
la libertad sexual, sino el propio delito, pues se trata del inicio de la ejecución material de
ese ilícito y su parcial consumación al existir cópula interrumpida. Estamos ante la moda
lidad que prevé el artículo ciento setenta y dos del Código Penál ya que reúne todos los
requisitos de la práctica del acto sexual, cometido con una menor que al momento de los
hechos contaba con catorce años de edad, que también presenta retardo mental como se
desprende de las pericias psicológicas, situaciones que el propio juzgado ha tomado en
consideración” (E je c u to ria S u prem a, E xp. N ° 3 0 2 9 -9 3 -B d e l 10/08/1994).
J 0967 E lem en tos objetivos y subjetivos d e l delito d e violación sex u a l de p e rso n a con
discapacidad intelectual: “F. J. 10. [...] Conforme a la nueva redacción, ya no es sufi
ciente que el dolo del sujeto activo abarque el conocimiento de que la víctima padece de
las discapacidades mencionadas, y que además conoce del impedimento para consen
tir -que le ocasiona la discapacidad- y se aprovecha de esta circunstancia. F. J. 12. [...]
[L]a discapacidad intelectual, es un elemento normativo y descriptivo del artículo 172 del
CP, que debe ser interpretado bajo nuevos enfoques, pues la Convención sobre los Dere
chos de las Personas con Discapacidad se acerca más a un enfoque social, que médico,
de la discapacidad [...]. F. J . 21. [...] En cuanto al libre consentimiento, constituye una
manifestación de la autodeterminación de la persona, quien es libre de tomar sus propias
decisiones. En ese sentido, si la víctima no puede autodetermínarse por su discapacidad
intelectual, entonces no es posible que brinde su consentimiento. F. J. 22. [...] Una inter
pretación del artículo 172 del CP en concordancia con la Convención sobre los Dere
chos de las Personas con Discapacidad, implica tener en cuenta que: a) el sujeto activo
conozca que el sujeto pasivo padece de discapacidad intelectual que le impide prestar un
libre consentimiento; b) el sujeto activo se prevalga de este conocimiento, y se aprove
che de la discapacidad de la víctima en el momento de los hechos; y c) el sujeto pasivo
padezca de discapacidad intelectual -conocida bajo el modelo médico como retardo men
tal- la que le impide comprender y consentir el acceso camal o el acto sexual cometido,
esto es, que su nivel de discapacidad no le permita, en el momento del hecho, consentir
válidamente el acto sexual. Esta determinación se efectuará según las circunstancias de
cada caso en particular, y con el apoyo de las pericias psiquiátricas y psicológicas, cuya
actuación es de rigor, las que deben tener en cuenta los déficits intelectuales de las per
sona con discapacidad. Además con los medios de prueba que aporten las partes” (C a s a
c ió n N ° 5 9 1 -2 0 1 6 -H u a u ra , d e l 09/0 5 /2 0 1 9 , f f . jj. 10, 12, 2 1 y 22, S a la P e n a l T ran sitoria).
938
V iolación de la libertad sexual A rt. 173
(129) Artículo vigente conform e a la modificación realizada por el artículo 1 de la Ley N° 30838 del 04/08/2018.
A rt. 173 L ibro segundo / Parte especial - delitos
940
V iolación d e la libertad sexual A rt. 1 7 3
DOCTRINA
Sumario: Bien jurídico / Consentimiento inválido del menor de edad / Sujetos / Sujeto activo-
pasivo / Acción típica / Tipo subjetivo / Consumación y tentativa / Concurso de delitos.130
(130) Mediante Sentencia del Tribunal Constitucional, del 24/01/2013, recaída en el Expediente N° 0008-2012-
PI-TC, se declaró inconstitucional este inciso.
(131) Texto del inciso según Fe de Erratas del 20/08/2013.
...— 941
A rt. 1 7 3 L ibro segundo /Parte especial - delitos
_______
l)U— Bien jurídico: SALINAS SICCHA, R. (2000). C u rso d e D e r e c h o P e n a l
p e r u a n o . P a r t e e s p e c ia l. Lima: Palestra, p. 385. “Con el delito de violación de menor se
pretende proteger la indemnidad o intangibilidad sexual de los menores de catorce años
de edad. La indemnidad o intangibilidad sexual se entiende como protección del desamo-
lío normal de la sexualidad de los menores quienes todavía no han alcanzado el grado de
madurez suficiente para determinar sexualmente en foima libre y espontánea”.
942
V iolación de la libertad sexual A rt. 173
— .- 943
Art. 1 7 3 L ibro segundo /Parte especial - delitos
abarcados por su esfera cognitiva, con dolo eventual; pues si se produjeron de forma
imprudente, esto es, con culpa, la conducta deberá ser reconducida al tipo del artículo
173-A. Los efectos mismos de coerción son constitutivos solo de violación de menor, no
entran en concurso con el delito de coacciones; sin embargo, si el autor ha privado de su
libertad al menor a fin de hacerse de un patrimonio, y en el ínterin abusa sexualmente de
él, sí se producirá un concurso ideal de delitos con el tipo previsto en el artículo 151, mas
no real, en la medida que el secuestro es un delito de naturaleza permanente”.
PJ | JURISPRUDENCIA
ACUERDO PLENARIO
J 0968 L in cam ien tos p a ra la adecuada aplicación ju d ic ia l d el artícu lo 15 d el Código
P e n a l en p ro c e so s pen a les interculturales p o r agresión sex u a l contra niñas y adoles
cen tes: “[...] Ahora bien, los riesgos o impactos negativos, derivados de una aplicación
judicial indebida o distorsionada de tales efectos de exoneración o disminución punitiva,
al recaer sobre potenciales autores de delitos tan sensibles para la comunidad nacional,
como son las agresiones sexuales contra niñas y adolescentes menores de catorce años,
proyectan un equivocado mensaje psicosocial de tolerancia o validación judicial de un
acto delictivo. Esto es, transmiten o promueven una sensación colectiva de impunidad
frente a la cual solo se esgrime como justificación el origen cultural del infractor, lo cual,
por su insuficiencia o argumentación aparente, resiente toda concesión razonable de tutela
jurisdiccional efectiva para los derechos fundamentales de las víctimas. Es más, como
advierte un sector de la docfrina, tales prácticas erradas de la judicatura, sobre la interpre
tación y los límites constitucionales de la diversidad cultural, solo expresarían “una con
tradicción paradójica en el sistema: garantizar los derechos fundamentales de la persona
y, al mismo tiempo, considerar eximentes de pena a pautas culturales o costumbres con
trarias a estos mismos derechos’ [Hurtado Pozo, José. Prado Saldarriaga, Víctor. Manual
de Derecho Penal. Parte general, ob. cit., p. 614]. Por tanto, pues, deben fijarse lincamien
tos ideológicos y prácticos que posibiliten una atinada gestión de los procesos penales por
tales delitos, a la vez que vinculen a los jueces penales con una delicada y escrupulosa
aplicación del artículo 15 del Código Penal a los imputados. En coherencia con tales fina
lidades, es menester que los órganos jurisdiccionales penales de todas las instancias adop
ten y utilicen los siguientes criterios: i. Desarrollar una aplicación selectiva y restringida
del artículo 15 del Código Penal, a fin de que este no proyecte indebidamente sus efectos
sobre autores de delitos de abuso y violencia sexual en agravio de niñas y adolescentes
menores de 14 años. Por tanto, deben excluirse de los alcances de dicha disposición y
reprimirse penalmente, toda forma violenta de abuso o prevalimento que hayan utilizado
los imputados para someter a la víctima menor de catorce años de edad a un acceso car
nal. No siendo, en ningún caso, excusa suficiente el aval posterior de tales actos por parte
de familiares o la aceptación por estos de cualquier forma de compensación, toda vez que
la vulneración de derechos fundamentales, especialmente en casos de violencia sexual de
menores de catorce años de edad, no admite compensación ni conciliación alguna. Al res
pecto, se valorará la fenomenología casuística relevante como las notorias diferencias de
edad entre el autor y la víctima, la oportunidad y las circunstancias del hecho, la condi
ción de vulnerabilidad de la menor agraviada, el estado civil del agresor al momento del
hecho, la existencia de formas de negociación o arreglo para la entrega con fines de
prácticas sexuales de la menor al margen de su voluntad y consentimiento, la aceptación
de formas posteriores de composición o indemnización, la constitución y duración for
zada de un estado de convivencia posterior a los hechos, el grado de aculturación
945
Art. 1 7 3 L ibro segundo /Parte especial - delitos
adquirido por el imputado, entre otros análogos, los cuales deberán ser apreciados y moti
vados en cada caso por el juez para decidir su relevancia intercultural o su significado de
género, ii. La construcción técnica e idónea de las pericias antropológicas en procesos
penales sobre la materia. La pericia antropológica es obligatoria e imprescindible, en
todos los casos, para decidir la aplicación del artículo 15 del Código Penal. El órgano
jurisdiccional debe, además, supervisar que la pericia sea practicada por un profesional
idóneo y con expeiiencia acreditada en la materia. En cuanto a su contenido y alcances,
la pericia antropológica debe de centrarse en el origen de la costumbre invocada y en su
validez actual, procurando auscultar la presencia de vetas de ilustración en el entorno cul
tural de los sujetos involucrados, las cuales evidencien procesos de cuestionamiento o
rechazo del sometimiento de menores de catorce años a prácticas sexuales tempranas.
Asimismo, sobre la existencia de normas, procedimientos o formas de sanción que se
apliquen a las agresiones sexuales en agravio de niñas y adolescentes o que no brinden a
estas una tutela jurisdiccional efectiva o que discriminen su acceso a la justicia. El juez
competente debe también advertir al perito sobre lo impertinente de todo contenido o con
clusión pericial que pronuncie por aspectos de carácter jurídico o de naturaleza procesal
o punitiva, o que descalifique a la víctima. Es pertinente, pues, recomendar que las peri
cias antropológicas se estructuren siguiendo un orden metodológico y expositivo homo
géneo. Para ello, por ejemplo, es recomendable la estructura referida por la ‘Guía Meto
dológica para la Elaboración de Peritajes Antropológicos en causas Indígenas’ elaborada
por Guevara Gil y cuyos aportes principales se transcriben a continuación y se incorporan
con sentido orientador en este Acuerdo Plenario [Conforme Guevara Gil, Armando -
Verona, Aarón-Vergara, Roxana (Editores): El peritaje antropológico. Entre la reflexión
y la práctica, Pontificia Universidad Católica del Perú, Departamento Académico de
Derecho, Lim a2015,p. 221 yss.]. Según dicho documento ilustrativo toda pericia antro
pológica debe contener, mínimamente, tres partes y que son las siguientes: 1. ‘La primera
parte debe incluir la descripción de la preparación del peritaje, la actuación de los méto
dos y técnicas de investigación, y el ordenamiento de los datos en función de la consulta
hecha y del problema señalado por el juez o fiscal. 2. La segunda parte debería conside
rar los puntos sobre los que versará el peritaje, ordenados de acuerdo a la lógica de los
hechos y fundados en los principios de la investigación antropológica. 3. La última parte
deberá incluir la conclusión del peritaje; es decir, la opinión o dictamen del perito sobre
la consulta formulada por el magistrado. En este punto también podrá apoyarse en las
fuentes secundarias consultadas y en todo el material (escrito o visual) recopilado que le
sirve de fundamento para sustentar su dictamen’. En cuanto a su sistemática formal e
intema, las pericias antropológicas, siguiendo la propuesta del citado documento orienta
dor, debe configurarse observando el siguiente esquema: a) La procedencia b) Los ante
cedentes c) El nombre del procesado d) El motivo del análisis e) El método de análisis y
las técnicas usadas f) Los resultados g) Las observaciones h) Las recomendaciones i) Las
conclusiones, iii. La necesaria incorporación y valoración de otros medios de prueba idó
neos para contrastar, complementar o posibilitar una mejor valoración judicial de las con
clusiones de relevancia intercultural aportadas por las pericias antropológicas. Por ejem
plo, la autoridad judicial a cargo del caso puede solicitar o aceptar infoimes (amicus
curiae ) o testimonios complementarios o supletorios provenientes de las autoridades
comunales o róndenles, que coadyuven a la validación, contraste crítico o reemplazo de
946 -
V iolación de la libertad sexual A rt. 173
J 0969 Alcances de la determinación de la pena en los delitos sexuales: “F. J. 26. [...]
[L]a inclusión de estos factores [los precisados en la Casación N° 335-2015-E1 Santa]
y la mención a un ‘control de proporcionalidad de la atenuación’ no son de recibo. Pri
mero, porque la ley -el artículo 46 del Código Penal- estipuló las circunstancias a las
que irremediablemente el juez debe acudir para determinar la pena concreta aplicable al
condenado dentro del sistema de tercios estatuido por el artículo 45-B del citado Código.
Segundo, porque, igualmente, la ley -en un sentido amplio- es la que fija las causales de
disminución de punibilidad y las reglas de reducción de pena por bonificación procesal.
No es posible, por consiguiente, crear pretorianamente circunstancias, causales de dismi
nución de punibilidad o reglas por bonificación procesal al margen de la legalidad (cons
titucional, convencional y ordinaria) -sin fundamento jurídico expreso-, tanto más si el
principio de legalidad penal impide resultados interpretativos contrarios o no acordes con
el ordenamiento. Ahora bien, determinado el tercio de la pena aplicable (inferior, inter
medio o superior), la individualización concreta dentro del tercio que corresponde debe
(i) asumir los lineamientos fijados por el artículo 45 del Código Penal, (ii) mensurar la
entidad de cada circunstancia aplicable, así como (iii) incorporar criterios admisibles jurí-
dico-constitucionalmente en orden a la gravedad del hecho y a la condición personal del
agente delictivo -responsabilidad por el hecho-, esto es, criterios de prevención general
o especial y también de índole retributiva basada en la culpabilidad por el hecho. La gra
vedad del hecho se refiere -no a la gravedad del delito, ya contemplada por el legislador
para fijar la conminación punitiva- a aquellas situaciones fácticas, de todo orden, que el
juez ha de valorar para determinar la pena y que sean concomitantes del supuesto con
creto que está juzgando. La condición personal del delincuente está integrada por aque
llos rasgos de su personalidad delictiva que configuran igualmente esos elementos dife
renciales para efectuar la individualización penológica (conforme: Rodríguez Ramos,
947
A rt. 173 L ibro segundo /Parte especial - delitos
Luis - Coordinador: Código Penal comentado y con jurisprudencia, 2da edición, Edi
torial La Ley, Madrid, 2007, pp. 205-206). La pena, a ñnal de cuentas, debe ser la justa
compensación al grado de culpabilidad del sujeto y a la gravedad intrínseca al delito
(conforme: STSE 1948/2002, de dieciocho de septiembre). O, desde una perspectiva más
amplia, la gravedad y consecuencias del hecho, la personalidad del autor y su reinser
ción bajo la consideración de los fines de la pena, resultan decisivos para la clase y mag
nitud de la sanción (así: BGH 20, 2214 [216]). Es aquí donde la individualización de la
pena atiende al concepto de lo proporcionado, en cuya virtud debe atenderse no solo a
los márgenes legalmente establecidos, sino también a todos los factores concurrentes en
el hecho, sin descuidar que la proporcionalidad hoy en día también se utiliza como cri
terio de interpretación teleológica de los preceptos penales. A lo que obliga el princi
pio de proporcionalidad es, en el ámbito de las penas, a un análisis que tenga en cuenta
todas las finalidades, todos los criterios, no solo como postulado meramente descriptivo;
que tome en cuenta, sí, aquella o aquel que pueda parecer más destacado en el caso en
concreto, pero analizando también en qué medida pueden entrar en juego otras u otros
[De la Mata Barranco, Norberto: La individualización de la pena en los Tribunales de
Justicia, Editorial Civitas, Pamplona, 2008, pp. 307, 316 y 317]. F. J. 32. Establecer
como doctrina legal, al amparo de los criterios expuestos en los fundamentos precedentes
-que se asumirán como pautas de interpretación en los asuntos judiciales respectivos-,
los siguientes lineamientos jurídicos: A. El artículo 173 del Código Penal no contempla
una pena inconstitucional. No existen razones definitivas o concluyentes, desde el prin
cipio de proporcionalidad, para estimar que la pena legalmente prevista para el delito de
violación sexual de menores de edad no puede ser impuesta por los jueces penales. B.
Corresponde al juez penal ser muy riguroso en la determinación e individualización de la
pena. En tal virtud, debe seguir las directivas establecidas en los artículos VIII y IX del
Título Preliminar del Código Penal, las disposiciones fijadas en los artículos 45, 45-Ay
46 del citado Código; y, los demás preceptos del Código Penal con influencia en la apli
cación, determinación e individualización de la pena (párrafos 21-14). Estas expresan las
reglas, de rango ordinario, que afirman los principios de legalidad, culpabilidad y propor
cionalidad propios del Derecho Penal en su relación con el Derecho Constitucional. El
párrafo 26 de esta sentencia plenaria debe tomarse en especial consideración. C. No son
aplicables los denominados ‘factores para la determinación del control de proporcionali
dad de la atenuación’. Estos no se corresponden con las exigencias jurídicas que guían la
aplicación, determinación y aplicación de las penas. La ley penal y el conjunto del Dere
cho objetivo tienen previstas las reglas respectivas, ya indicadas en el párrafo anterior.
D. La pena de cadena perpetua debe ser aplicada en sus justos términos. Siempre es posi
ble una opción individualizadora y de menor rigor en situaciones excepcionales. Al res
pecto, es de tener presente el párrafo 29 de esta Sentencia Plenaria” (Sentencia Plena
ria Casatoria N° 1-2018/CIJ-433 sobre “Alcances de la determinación de la pena en los
delitos sexuales”, del 18/12/2018, ff, jj. 2 6 y 3 2 ,1Pleno Jurisdiccional Casatorio de las
Salas Penales Permanente, Transitoria y Especial).
CORTE SUPREMA
J 0970 C onsum ación d el delito de violación sex u a l en agravio de m en or de edad :
“Que el delito de violación sexual se consuma con la introducción del pene aunque sea
948
V iolación de la libertad sexual A rt. 173
parcialmente; la consumación del delito solo requiere la penetración en los órganos sexua
les de la mujer, sin que sea exigióle la perfección fisiológica del coito, la cúpula completa
en su alcance y consecuencia, sin importar si se produce o no la rotura parcial o completa
del himen con desfloración de una mujer. En el caso de autos, el propósito del encau
sado [...] íue ultrajar sexualmente a la menor agraviada, pues el día anterior a los hechos
le bajó el pantalón sin consumar el delito por causas ajenas a su voluntad, pues fue inte
rrumpido por la amiga de la agraviada, por lo cual se vio forzado a retirarse del lugar, no
sin antes amenazarla. Finalmente [...] consumó el acto sexual contra la agraviada; por lo
que los actos contra el pudor que alega haber cometido, quedan subsumidos en el delito
de violación sexual de menor de edad” (R. N. N° 3843-2012-Lima, del 30/04/ 2013, f. j.
3, Sala Penal Transitoria).
J 0971 N oción de in dem n idad sexual: “[...] luego de haberse determinado la respon
sabilidad [...], anotamos que la imposición de la pena de cadena perpetua guarda corres
pondencia con su grado de responsabilidad y el injusto de su conducta, pues existe equi
valencia razonable con la extensión y relevancia del daño ocasionado a los menores, así
como con la transcendencia del bien jurídico lesionado, esto es, la indemnidad sexual
entendida como la preservación de la sexualidad de una persona cuando no está en condi
ciones de decidir sobre su actividad sexual aplicada a los menores e incapaces; debiendo
agregarse que el encausado tuvo una posición familiar que le adjudicó autoridad y potes
tad de dominio sobre la voluntad de las víctimas por ser su padre, aprovechándose de
esa circunstancia para agredirlos sexualmente en reiteradas oportunidades; todo lo cual
constituye el fundamento necesario para imponer el máximo de la sanción prevista en la
norma sustantiva para este ilícito” (R. N. N° 3825-2011-Ancash, del 24/04/2012, f. j. 15,
Sala Penal Transitoria).
949
Art. 1 7 3 L ibro segundo /Parte especial - delitos
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V iolación de la libertad sexual A rt. 1 7 3
J 0979 Irrelevan cia p e n a l d e l consentim iento d el m enor de catorce años: “El proce
sado ha aceptado haber practicado el acto sexual con la agraviada, sin embargo, señala
que fue con su voluntad, y en la creencia de que esta contaba con más de 14 años de edad
habida cuenta que su aspecto físico así lo hacía notar, sin embargo, conforme se aprecia
del acta de ratificación del médico legista, se desvirtúa esta tesis exculpatoria, toda vez
que el perito refiere que la menor, al momento del examen médico físicamente aparentaba
una edad que fluctúa entre los 10 a 12 años, lo que le otorga certeza a lo plasmado en la
partida de nacimiento; en este sentido, se ha llegado a establecer fehacientemente que las
relaciones sexuales habidas entre el procesado y la menor agraviada acontecieron cuando
tenía menos de 14 años” (Ejecutoria Suprema del 17/12/2003, R. .N. N ° 2401-2003-San
Martín. En: CASTILLO ALVA, J. L. (2006). Jurisprudencia penal. Sentencias de la Corte
Suprema de Justicia de la República. Tomo II. Grijley, Lima, p. 175).
951
A rt. 1 7 3 L ibro segundo / Parte especial - delitos
952
V iolación de la libertad sexual A rt. 173
el consentimiento de la menor frente a las relaciones sexuales que mantuvo con el pro
cesado” (Ejecutoria Suprema del 17/05/2004, R. N. N° 687-2003-Loreto. En: CASTILLO
ALVA, J. L. (2006). Jurisprudencia penal. Sentencias de la Corte Suprema de Justicia de
la República. Tomo II. Grijley, Lima, p. 150).
953
A rt. 1 7 3 L ibro segundo /Parte especial - delitos
J 0987 Violación sex u a l de m enor de e d a d se configura tam bién con e l uso de objetos
idóneos qu e invadan la libertad sexual'. “Que si bien el encausado niega su autoría, los
cuatro exámenes ginecológicos practicados a la menor han coincidido en señalar que se
produjo un desgarro himeneal en horas doce, por ende, que existe una desfloración anti
gua, máxime si la médico [...] realizó la observación inmediatamente después de ocu
rridos los hechos y concluyó ‘desgarro de himen reciente’; que los médicos igualmente
coinciden en diagnosticar que el referido desgarro no ha sido producido por un pene, no
obstante el acceso sexual a tenor del artículo 170 del Código Penal no está limitado úni
camente al miembro viril, sino también a otros objetos o partes del cuerpo, en tanto que
estos son igualmente idóneos para producir la afectación mediante invasión de la libertad
sexual, por lo que el daño que produce el sujeto activo, sea cual íúere el objeto u órgano
genital, es el mismo y se reprime con la misma intensidad como si fuera el miembro viril”
(R. N. N° 2314-2006-Huancavelica, del 03/08/2006, f. j. 4, Sala Penal Permanente).
madrastra, quien no puso en conocimiento a las autoridades, basándose esta versión con
forme a lo declarado por la menor agraviada; determinándose como consecuencia de
dichos actos que la menor sufre de esquizofrenia paranoide, trastorno por estrés pos
traumático, insomnio, ansiedad, desorganización conductual, alucinaciones auditivas y
otras complicaciones psíquicas, que han provocado su intemamiento en el Instituto de
Salud Mental ‘Honorio Delgado’. Que, sin embargo, conforme se advierte del Certificado
Médico Legal, ratificado en el acto oral, la menor no presenta desfloración alguna, no
existen signos contra natura así como tampoco lesiones traumáticas en el cuerpo, por la
que la sindicación de la menor respecto a que su padre sea el autor de la violación sexual
en su contra, es consecuencia de su estado mental alucinatorio ajeno a la realidad debido
a la esquizofrenia paranoide que sufre de acuerdo a la pericia psiquiátrica, y a su histo
ria clínica; por lo que, lo resuelto por el Colegiado superior se encuentra arreglado a ley,
en consecuencia, no hay nulidad de la sentencia absolutoria. El numeral vigésimo cuarto
párrafo ‘e’ del artículo segundo de la Constitución Política del Perú, señala que toda per
sona es considerada inocente mientras no se haya declarado judicialmente su responsabi
lidad” (Ejecutoria Suprema del 06/12/2004, Exp. N° 598-2004-Cono Norte de Lima. En:
CASTILLO ALVA, J. L. (2006). Jurisprudencia penal. Sentencias de la Corte Suprema de
Justicia de la República. Tomo I. Grijley, Lima, p. 164).
955
A rt. 173 L ibro segundo / Parte especial - delitos
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V iolación de la libertad sexual A rt. 173
J 0996 A plicación d e l p rin cip io de p roporcion alidad y prin cip io de hum anidad: “El
encausado en sede policial y en acto oral ha reconocido los hechos objeto de imputa
ción, por lo que lo beneficia lo dispuesto por el artículo 136 del Código de Procedi
mientos Penales, así como ha señalado que mantiene una relación de pareja estable con
la agraviada, con quien se casó civilmente, lo que ha sido corroborado por aquella y su
madre; que, en estas condiciones, dado que el acto sexual estuvo enmarcado en una rela
ción afectiva, que el imputado carece de antecedentes penales, y que ha reconocido a la
menor hija que procreó con la agraviada, desde la perspectiva del principio de propor
cionalidad de las penas -reconocido por el artículo VIII del Título Preliminar del Código
Penal- no resulta adecuado imponer una pena grave privativa de libertad, pues el rigor
957
A rt. 1 7 3 L ibro segundo /Parte especial - delitos
de la misma, según las circunstancias objetivas y subjetivas del caso concreto, importa
ría una carga excesiva que lesionaría la estabilidad individual y familiar del imputado y
de la propia víctima, así como toda meta rehabilitadora, socialmente necesaria” (Ejecu
toria Suprema del 04/05/2004, Exp. N° 704-2003-Ica. En: PÉREZ ARROYO, M. (2006).
La evolución de la jurisprudencia en el Perú (2001-2005). Tomo II. Iuris Consulti - San
Marcos, Lima, p. 974).
J 0997 E xclu sión de respon sabilidad p e n a l p o r aplicación d el p rin cip io in dubio pro
reo; “Si bien con el certificado médico legal se verifica que la menor agraviada presen
taba ‘desfloración antigua’, conclusión que es compatible con el mérito del dictamen peri
cial de psicología, también es verdad que sus declaraciones no han sido uniformes en el
proceso, resultando de por sí contradictorias; asimismo, teniendo en cuenta que la última
agresión sexual se habría producido en agosto de 2000 y con la data de la denuncia exis
tió un intervalo temporal de un año en que no se puso en conocimiento la agresión sexual,
sin que existiera motivo justificado alguno al respecto; de ofio lado, el acusado ha venido
negando los cargos de manera uniforme y coherente desde su inteivención policial y en
el decurso del proceso, sosteniendo que si bien la agraviada había sido traída por él desde
el Cusco con autorización de su familia, no abusó sexuahnente de ella, refiriendo que la
sindicación de la víctima se debía a que su conviviente advirtió la presencia de un nuevo
compromiso convivencial; en consecuencia, no obstante, acreditarse la desfloración de la
víctima, no existe elemento probatorio adicional que corrobore la incriminación; por lo
que se presenta un estado de duda razonable sobre la participación del encausado” (Ejecu
toria Suprema del 18/05/2004, R. N. N° 606-2003-Cono Norte de Lima. En: CASTILLO
ALVA, J. L. (2006). Jurisprudencia penal. Sentencias de la Corte Suprema de Justicia de
la República. Tomo II. Grijley, Lima, p. 161).
J 0999 D eterm in ación de la respon sabilidad p e n a l con base en elem entos científicos:
“Si bien el acusado niega los cargos formulados, su negativa queda desvirtuada con la sin
dicación uniforme y coherente de la menor agraviada, sostenida en su manifestación poli
cial, reiterada en sede judicial y en el acto oral; con el mérito del certificado médico legal;
sindicación que se reafirma, de modo contundente y categórico, con la pericia biológica
de ADN, ratificada en el juicio oral por sus autores, donde se ha especificado que al acu
sado no se le puede excluir de ser padre biológico del hijo de la menor agraviada en un
99.9999851450049%; además, debe valorarse que al conocimiento de los resultados de
esta prueba científica, el procesado señaló de modo inconsistente que habría realizado la
actividad delictiva de repente bajo los efectos del alcohol, porque se había emborrachado
V iolación de la libertad sexual A rt. 1 7 3
en una fiesta” (Ejecutoria Suprema del 15/04/2004, Exp. N° 3686-2003-Lima. En: PÉREZ
ARROYO, M. (2006). La evolución de lajurisprudencia en el Perú (2001-2005). Tomo II.
Inris Consulti - San Marcos, Lima, p. 984).
959
A rt. 1 7 3 L ibro segundo /Parte especial - delitos
960
V iolación de la libertad sexual A rt. 173
señala que la víctima presentaba indicadores de tendencia a mentir con probable manipu
lación del entorno, conclusión que es coherente con la retractación antes glosada” (Eje
cutoria Suprema del 21/06/2004, R. N. N° 542-2004-Huaura. En: CASTILLO ALVA, J.
L. (2006). Jurisprudencia penal. Sentencias de la Corte Suprema de Justicia de la Repú
blica. Tomo I. Grijley, Lima, p. 204).
J 1007 Im portan cia de la coh eren cia de las declaraciones d e las víctim as p a ra acre
d itar la respon sabilidad p e n a l d e l pro cesa d o : “Se encuentra acreditado en autos, que el
sentenciado ha hecho sufrir el acto sexual a las menores agraviadas, quienes son sus hijas
biológicas; ambas agraviadas manifiestan que los actos ultrajantes comenzaron cuando
estas contaban con 6 y 11 años de edad, respectivamente, siendo que una de las menores
procreó de esta agresión sexual una niña, siendo filmada por el padre agresor” (Ejecuto
ria Suprema del 21/11/2001, R. N. N° 3402-2001-Lima. En: URQUIZO OLAECHEA, J.
(Asesor); CASTILLO ALVA, J. L. (Director) y SALAZAR SÁNCHEZ, N. (Coordinador)
(2005). Jurisprudencia penal. Jurista, Lima, p. 438).
961
A rt . 1 7 3 L ibro segundo /Parte especial - delitos
elaborado por un solo médico legista, sin embargo, un segundo examen médico legal no
se pudo realizar por la inasistencia de la menor agraviada y estando al tiempo transcu
rrido no aportaría mayores elementos para el esclarecimiento de los hechos denunciados
pues las huellas del delito habrían desaparecido, por lo que mantiene su valor probatorio”
(Ejecutoria Suprema del 16/09/2003, R, N. N° 2353-2003-Tacna. En: CASTILLO ALVA,
J. L. (2006). Jurisprudencia penal. Sentencias de la Corte Suprema de Justicia de la Re
pública. Tomo II. Grijley, Lima, p. 126).
J 1010 A plicación d el prin cipio in dubio pro reo p a ra desvirtuar la im putación reali
zada p o r el M inisterio Público: “A pesar que la pericia psicológica concluía que la menor
es una adolescente maltratada (intrafamiliar, incesto), el acusado ha venido negando los
cargos de manera uniforme y coherente desde su manifestación policial y en el decurso del
proceso, sosteniendo que jamás abusó sexualmente de su hija. En consecuencia, no obs
tante acreditarse la desfloración de la víctima, no existe elemento probatorio adicional que
corrobore las imputaciones efectuadas por la menor, por lo que se presenta un estado de
duda razonable sobre la participación del encausado en los hechos, que debe resolverse a su
favor, en aplicación del principio del in dubio pro reo” (Ejecutoria Suprema del 06/05/2004,
R. N. N° 614-2003-Tacna. En: CASTILLO ALVA, J. L. (2006). Jurisprudencia penal. Sen
tencias de la Corte Suprema de Justicia de la República. Tomo II. Grijley, Lima, p. 157).
la misma que resulta insuficiente para acreditar los cargos formulados contra el acusado,
si se tiene en consideración que la perjudicada incurre en serias contradicciones que le
restan credibilidad a su versión incriminatoria. En efecto en sede policial, cuando con
taba con 15 años de edad, manifestó que el acusado, abusó de ella en diez oportunida
des cuando la declarante tenía entre 11 y 13 años de edad, sin embargo, en la investiga
ción llevada a cabo con motivo de la denuncia policial formulada confia la excónyuge del
encausado, por faltas contra la persona en agravio de la misma menor, declaró no haber
mantenido relaciones sexuales con nadie, pese a que en ese momento no existía ningún
tipo de coacción que le impidiera sindicar al autor del perjuicio sexual producido en su
contra; para finalmente durante el interrogatorio a que fue sometida por el Colegiado, vol
ver a imputar al procesado la autoría del delito materia de investigación, aunque contradi
ciéndose nuevamente en tanto señala que fue ultrajada en cuatro oportunidades, siendo la
primera vez cuando tenía siete años de edad y la última dos años después. Ante la inexis
tencia de pruebas de cargos contundentes que logren generar certeza con relación a la res
ponsabilidad penal del recurrente, surge duda razonable, consecuentemente resulta de
aplicación el principio universal in dubio pro reo, y proceder con arreglo a lo dispuesto
por el artículo 301 del Código Procesal; para los efectos de imponer una sentencia conde
natoria los hechos delictivos denunciados deben quedar fehacientemente acreditados por
los distintos medios de prueba, tal como lo tiene establecido el artículo 285 del Código
de Procedimientos Penales” (Ejecutoria Suprema del 01/06/2004, R. N. N° 576-2004-
Cusco. En: CASTILLO ALVA, J. L. (2006). Jurisprudencia penal. Sentencias de la Corte
Suprema de Justicia de la República. Tomo I. Grijley, Lima, p. 162).
- 963
A rt. 173-A LlBR O SEGUNDO / PARTE ESPECIAL - DELITOS
(132) Artículo derogado por la Ú nica D isposición Com plem entaria D erogatoria de la Ley N ° 30838 del
04/08/2018.
(133) A rtículo conform e a la m odificación realizada po r el artículo 1 de la L ey N° 28704 del 05/04/2006.
(134) A rtículo conforme a la incorporación realizada por el artículo 2 de la L ey N° 26293 del 14/02/1994.
964
V iolación de la libertad sexual Art. 173-A
gi DOCTRINA
Sumario: Bien jurídico / Imputación objetiva / Supuestos típicos: a) violación seguida de lesión
grave o muerte del menor; b) violación producida con gran crueldad / Tipo subjetivo /
Consumación / Descripción típica.
i) irx? Bien jurídico: ROY FREYRE, L. (1975). En: Derecho Penal Peruano. Parte
especial. Delitos contra las buenas costumbres. Delitos contra la familia. Delitos con
tra la libertad. Tomo II. Lima: Unidas, pp. 112. “Es la libertad sexual entendida como la
facultad de no ser constreñido a la práctica de relaciones sexuales”.
1) (1787 Supuestos típicos: a) violación seguida de lesión grave o muerte del menor:
PEÑA-CABRERA FREYRE, A. R. (2007). Delitos contra la libertad e intangibilidad
sexual. Lima: Idemsa, p. 199. “Se da esta figura, cuando a consecuencia de la violación,
sin intención de matar o causar lesión grave, se produce una lesión grave o la muerte de
la víctima, y esta es imputable a título de imprudencia; esto es, la preordenación delictiva
del agente, importaba únicamente el acceso carnal sexual de la víctima, mas los actos que
importaron dicha concreción delictiva fueron de tal intensidad lesiva que desencadenaron
un resultado más grave; un desvalor de la acción dirigido con un dolo de violación y un
desvalor del resultado que engloba la producción de dos resultados antijurídicos, si bien
corresponderían a un concurso ideal de delitos, para el legislador a efectos de ejercer una
mayor represión le resultó más útil la sanción del delito preterintencional”.
965
A rt. 173-A L ibro segundo /Parte especial - delitos
del tipo base, que en el marco de artículo 173, pueden servir de pauta al juzgador a fin de
agravar la pena de acuerdo al marco penal imposible”.
Lima: San Marcos, p. 192. “El Código adiciona un tipo resultativo -el del artículo 173-A-
en cuya virtud si los actos previstos en los incisos 2 y 3 del párrafo principal del artículo
173 producen previsiblemente, la muerte de la víctima o su lesión grave o si con ella se
procedió con crueldad”.
JURISPRUDENCIA
Sumario: CORTE SUPREMA: Concurso real entre violación sexual de menor y homicidio /
Descripción y valoración de hechos relacionados con la muerte del menor víctima de
violación.
966 -
V iolación de la libertad sexual A rt. 174
CORTE SUPREM A
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 1 7 4 .- E l qu e, a p r o v e c h a n d o la situ a ció n d e d ep e n d en c ia , a u to r id a d o v ig i
la n c ia p r a c t ic a e l a c t o s e x u a l u otro a n á lo g o co n u n a p e r s o n a c o l o c a d a en un h o s
p ita l, a s ilo u o tro e s ta b le c im ie n to sim ila r o q u e s e h a lla d eten id a , o interna, s e r á
rep rim id o co n p e n a p r iv a tiv a d e lib e r ta d n o m e n o r d e cu a tro ni m a y o r d e s e is a ñ o s e
in h a b ilita ció n d e d o s a cu a tro añ os, c o n fo rm e a l a rtíc u lo 36, in c iso s 1, 2 y 3.
(135) Artículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 de la Ley N° 3083 8 del 04/08/2018.
■967
A rt. 174 L ibro segundo / Parte especial - delitos
N o r m a s c o n c o r d a n t e s
C: art. 2 inc. 1); CP: arts. 12, 22, 23, 29, 36, 45, 57, 92, 177, 178; C P P 2 0 0 4 : arts. 95 inc. 1
lit. c, 194 inc. 3, 199 inc. 2, 242 inc. 1, 298, 314; C de P P : arts. 143, 146; L O P J : art. 214;
L e y 30364: arts. 5, 8
g DOCTRINA
___E lem en tos típicos: naturaleza norm ativa de la situación de d ependencia del
sujeto pasivo: CASTILLO ALVA, J. L . (2002). T ratad o d e lo s d e lito s c o n tr a la lib er
ta d e in d e m n id a d sex u a les. Lima: Gaceta Jurídica, p. 323. “La situación de dependencia,
968
V iolación de la libertad sexual A rt. 174
autoridad o vigilancia descrita por la ley debe entenderse como referida a la ostentación
o ejercicio por parte del autor a una posición, formal o material, de superioridad o cargo
respecto a la víctima que posibilita ya sea de modo expreso o implícito -normalmente a
través de los llamados actos concluyentes- un influjo psíquico sobre el sujeto pasivo para
realizar el acto sexual u otro análogo. Dicha situación de dependencia o autoridad refle
jada por la norma no es otra cosa que la detentación de una posición de superioridad obje
tiva por el cargo o la condición que el autor que desempeña dentro de una organización
del hospital o el asilo y que es utilizada para lograr el acceso camal ilícito”.
_1)_0797
_ _ _ Tipo subjetivo: CASTILLO ALVA, J. L. (2002). T ratad o d e lo s d elito s c o n
tra la lib e r ta d e in d e m n id a d sex u a les. Lima: Gaceta Jurídica, p. 351 “La única modali
dad comisiva del art. 174 es la conducta dolosa. El delito puede cometerse tanto por dolo
directo de primer grado y de segundo grado como por dolo eventual, ya que no existe
969
A rt. 174 L ibro segundo /Parte especial - delitos
algún elemento subjetivo o especial del injusto que nos lleve a pensar lo contrario. No
creemos que la expresión aprovechándose puede ser entendida como una exclusión de
dolo eventual, pues para aprovecharse de la situación de dependencia, autoridad o vigi
lancia no se requiere una intención y plena certeza, sino que basta una seria conciencia
del peligro o riesgo que con el emprendimiento de tal o cual conducta se está provechando
una determinada posición. El delito de abuso sexual de persona dependiente no implica
solo un conocimiento por parte del autor de la situación de dependencia, autoridad o vigi
lancia de la víctima y de que ella se encuentre colocada en un hospital o asilo, sino que
requiere el querer aprovecharse en dicha situación. La sola conciencia por parte del autor
de la posición de autoridad que detenta y de la especial situación de la víctima no basta
para tipifica dicha conducta como delictiva”.
_______
I) l)"')S Autoría y participación: CASTILLO ALVA, J. L. (2002). T ra ta d o d e lo s d e
litos c o n tr a la lib e r t a d e in d em n id a d se x u a le s . Lima: Gaceta Jurídica, pp. 353-354. “El
art. 174 es un delito especial que solo puede ser cometido por aquellos que poseen una
situación de dependencia, autoridad o vigilancia sobre la víctima. Dicha calidad no deriva
de la condición de funcionario público o privado, sino de la detentación material de un
determinado rol social que la ley ha descrito como la situación de dependencia, vigilan
cia o autoridad. Por tanto, solo puede ser autor quien ostente dicha condición o posición.
La coautoría solo es posible si las personas que intervienen en el hecho, distribuyéndose
las funciones, también poseen las condiciones aludidas por la ley. Si solo una persona es
la que tiene ios mencionados roles sociales específicos y los demás que intervienen esen
cialmente en el hecho carecen de esta característica, solo el primero podrá ser auto mien
tras que los últimos responderán por participación [complicidad primaria], [...] La com
plicidad aparece cuando existe una ayuda o auxilio para que el autor pueda cometer el
delito. Para ello es indispensable que el cómplice conozca y sepa que su obrar o ayuda
facilitará la comisión del hecho. Cuando el cómplice desconoce que le autor realizará
una acción criminal, v. gr. Abuso sexual de persona dependiente, pero le ayuda objetiva
mente sin saberlo, por ejemplo, prestándole las llaves del pabellón, estancia o nivel donde
se encuentra el sujeto pasivo, o presta las llaves de su departamento, no se podrá apre
ciar forma alguna de responsabilidad criminal. Asimismo, no hay complicidad cuando un
familiar o quien ejerce la tutela del sujeto pasivo lo coloca en un asilo, hospital o cual
quier otro establecimiento similar con el fin de que se rehabilite y recupere de su dolencia
y un tercero termina cometiendo un delito [art. 174] contra dicha persona”.
970
V iolación de la libertad sexual A rt. 175
gfilg JURISPRUDENCIA
Sumario: CORTE SUPREMA: Sujeto activo del delito de violación de persona bajo autoridad o
vigilancia.
CORTE SU PR EM A
TEXTO ORIGINAL:
A rtículo 1 7 5 .- E l qu e, m e d ia n te en g añ o, p r a c t ic a e l a c t o se x u a l con u n a p e r s o n a d e
c a to r c e a ñ o s y m e n o r d e d ie c io c h o , s e r á re p rim id o co n p e n a p riv a tiv a d e lib e r ta d
n o m a y o r d e d o s a ñ o s o c o n p r e s ta c ió n d e s e r v ic io co m u n ita rio d e v ein te a cin cu en -
tidós jo r n a d a s .
(136) Artículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 de la Ley N° 30838 del 04/08/2018.
A rt. 175 L ibro segundo / Parte especial - delitos
| ji DOCTRINA
Sumario: Bien jurídico / Sujeto activo-pasivo / Conducta típica / Imputación objetiva / Tipo sub
jetivo / Consumación.
972
V iolación de la libertad sexual A rt. 1 7 5
_I)_(IX
_ _II4_ Imputación objetiva: CASTILLO ALVA, J. L. (2002). Tratado de los delitos
contra la libertad e indemnidad sexuales. Lima: Gaceta Jurídica, p. 388. “La promesa ex
presa de matrimonio debe ser previa a la realización del acto sexual y debe mantenerse,
por lo general, hasta la consumación del hecho. Ello se deriva de las exigencias mismas
de la imputación objetiva y de la relación de causalidad que ha de mediar entre el engaño
y la práctica del acto sexual u otro análogo, las cuales requieren de la maniobra deffau-
datoria que posea una cronología anterior respecto al acceso camal, o por lo menos, una
relación de temporalidad o concomitancia al mismo. Si el engaño, en este caso la pro
mesa matrimonial, no ha causado ni provocado el consentimiento de las relaciones sexua
les, sino que este se ha dado por la participación de otros factores y condiciones, senci
llamente no habrá delito y no podrá fundarse responsabilidad penal alguna. Una promesa
o engaño posterior no está en condiciones de cumplir con la tipicidad objetiva y con la
relación de riesgo, que exige como elemento del tipo el artículo 175, v. gr., el llanto en
que irrumpe la víctima luego del acto sexual hace que el sujeto recién le ofrezca casarse
con ella”.
973
A rt. 175 L ibro segundo /Parte especial - delitos
JURISPRUDENCIA
974
V iolación de la libertad sexual A rt . 175
que cuando ocurrieron los hechos, esto es, en el mes de abril del año dos mil uno, contaba
con catorce años de edad; d) Que la versión de la agraviada es corroborada con las decla
raciones del procesado. Es así que en su manifestación policial [...] y en presencia de la
representante del Ministerio Público; así como en su instructiva [...] y en los debates ora
les [...], de manera reiterada y uniforme, el procesado ha sostenido que mantuvo relacio
nes sexuales con la menor en una sola oportunidad cuando esta contaba con catorce años
de edad, contando para ello con su pleno consentimiento; e) Que, de otro lado, en autos
también ha quedado acreditado que a la fecha de la comisión del delito, abril del año dos
mil uno, la menor agraviada contaba con catorce años de edad tal como se infiere de la
partida de nacimiento [...]; f) Que, por consiguiente, en el caso sub judice no se configu
ran los presupuestos típicos exigidos por el artículo ciento setenticinco del Código Penal
al no haberse empleado engaño para el acceso camal; siendo ello así la conducta del pro
cesado [...] es atípica y penalmente irrelevante. F. J . 6. Que, en consecuencia, habién
dose precisado los alcances de concepto de ‘engaño’ en el delito contra la libertad sexual
-seducción, del artículo ciento setenticinco del Código Penal, corresponde otorgar a dicha
interpretación jurisprudencial el carácter de precedente vinculante en aplicación de lo
auto” (R. iV. N ° 1628-2004-Ica, del 21/01/2005, ff. jj. 3, 4, 5 y 6, Sala Penal Transitoria).
CO RTE SUPREMA
J 1017 Sobre la configuración del engaño: “F. J. 5. Que de autos, se tiene que a la fecha
en que se produjeron los hechos, la menor de iniciales J.H.X.X terna más de catorce años
teniendo en cuenta que nació el once de julio de mil novecientos ochentisiete, conforme se
desprende de la copia certificada de su acta de nacimiento [...], no dándose el presupuesto
establecido en el dispositivo legal mencionado en el considerando precedente. F. J. 6. Que
la recurrida, aplicando el principio de determinación alternativa de la pena y en atención
a la edad de la agraviada, condena por el delito de seducción contemplado en el artículo
ciento setenticinco de la norma sustantiva, el cual se configura cuando mediante engaño se
practica el acto sexual u otro análogo con persona mayor de catorce años y menor de die
ciocho; es decir, que el engaño es el medio de que se vale el agente, entendido este como el
proceso de perturbación de la voluntad o vicio del consentimiento del sujeto pasivo con el
fin de practicar el acto sexual, debiendo ser apreciado conjuntamente con las circunstancias
concurrentes. F. J. 7. Que del análisis de los actuados, se tiene que el procesado V.H.T en
todo momento ha aceptado haber tenido relaciones sexuales con la agraviada J.H.X.X una
sola vez en octubre del año dos mil uno, habiendo accedido voluntariamente la agraviada
por cuanto él le ofreció comprarle ropa, lo cual cumplió; por su parte, el procesado M.H.T
también admite haber tenido relaciones sexuales con la agraviada en una sola oportunidad
en el mes de noviembre del mismo año y con el consentimiento de ella, que le solicitó una
propina, habiéndole entregado luego la suma de cinco nuevos soles. F. J. 8. Que siendo así,
no se ha configurado el delito de seducción, pues no ha existido engaño ni violencia de por
medio; aunado a ello, se tiene que la propia agraviada a nivel judicial ha variado su ver
sión dada a nivel policial, negando en todo momento haber sido violada sexualmente por
sus tíos procesados [...] F. J. 9 Que en cuanto a la otra menor N.H.X.X, no se ha actuado
prueba alguna que desvirtúe la presunción de inocencia de ambos procesados, y conside
raciones por las que resulta procedente su absolución [...]” (R. N. N ° 288-2014-Junín, del
02/11/2004, ff. jj. 5, 6, 7, 8 y 9, Sala Penal Transitoria).
975
A rt. 1 7 5 L ibro segundo / Parte especial - delitos
J 1020 E lem en tos típicos d el delito de sedu cción : “El delito tipificado en el artículo
175 del Código Penal se configura cuando el agente mediante engaño tiene acceso car
nal u otro análogo con una persona mayor de 14 y menor de 18 años de edad, requirién
dose para que se configure este delito que el agente emplee el engaño y con él vicie, a
través del error, el consentimiento de la víctima para realizar el acto sexual; el engaño,
por tanto, no debe tener la finalidad de conseguir el consentimiento de la víctima, sino
facilitar a través del error la realización de la práctica sexual; en el caso sub jiidice, no
se configuran los presupuestos típicos exigidos por el artículo precitado, ya que la pro
mesa incumplida por parte del procesado de entregar diversos objetos y bienes a favor
de la agraviada no representa el engaño que exige la ley penal, por lo que su conducta es
atípica” (Ejecutoria Suprema del 10/01/2005, R. N. N ° 284-2004-Junín. En: CASTILLO
ALVA, J. L. (2006). Jurisprudencia penal. Sentencias de la Corte Suprema de Justicia de
la República. Tomo I. Grijley, Lima, p. 178).
976
V iolación de la libertad sexual Art . 176
(137) Artículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 de la L ey N° 30838 del 04/08/2018.
977
A rt. 176 L ibro segundo / Parte especial - delitos
978
V iolación de la libertad sexual A rt. 1 7 6
libertad no menor de tres ni mayor de cinco años. La pena será no menor de cinco
ni mayor de siete:
1. Si el agente se encuentra en las agravantes previstas en el artículo 170 incisos
2, 3 y 4.
2. Si la víctima se hallare en los supuestos de los artículos 171 y 172.
3. Si el agente tuviere la condición de docente, auxiliar u otra vinculación acadé
mica c¡ue le confiera autoridad sobre la víctima.
Cuarta modificación: artículo 1 de la Ley N° 30838 del 04/08/2018.
(Ver texto vigente)
N ormas concordantes
C: art. 2 inc. 1); CP: arts. 12, 29, 45, 52, 55, 57, 68, 92, 143; CPP2004: arts. 95 inc. 1 lit. c,
194 inc. 3, 199 inc. 2, 242 inc. 1, 298, 314; C de PP: arts. 143, 146; L O P J : art. 214
DOCTRINA
Sumario: Bien jurídico / Sujetos / Conducta típica / Tipo subjetivo / La violencia como circuns
tancia agravante / Circunstancia agravante (segundo párrafo) / Circunstancias agravan
tes (segundo y tercer párrafo) / Consumación.
lJlllfÍ|fj Bien jurídico: CASTILLO ALVA, J. L. (2002). Tratado de los delitos contra
la libertad e indemnidad sexuales. Lima: Gaceta Jurídica, pp. 431-432. “Junto a la posi
ción que considera al pudor o a la honestidad como objeto de protección en el art. 176
se erige y levanta otro punto de vista que sostiene como bien jurídico es estos delitos a
la libertad sexual, tanto en su vertiente positiva que abarca la elección de la persona con
la que el sujeto se quiere involucrar sexualmente y el tipo de la relación sexual en la que
está dispuesto a participar; como en su vertiente negativa que se entiende como el dere
cho a repeler o rechazar cualquier proposición o acto que pretenda una injerencia intolera
ble en la esfera privada o la autonomía del sujeto. Para esta postura en los actos contrarios
al pudor pese a la expresa referencia legal al pudor de las personas y de los actos que lo
resquebrajan o vulneran no sería la honestidad y el pudor el bien jurídico protegido, sino
la libertad sexual. No habría razón alguna para dejar de la admitir a la facultad de dispo
nibilidad del propio cueipo y en especial de la sexualidad -expresión principal de la dig
nidad de la persona humana- como bien jurídico protegido en esta figura penal, toda vez
que ella se encuentra comprometida y en peligro de ser resquebrajada cuando se emplea
violencia o grave amenaza con el fin de lograr cualquier tipo de contacto sexual distinto
a la realización del acceso camal u otro análogo [...]”.
979
A rt. 176 L ibro segundo / Parte especial - delitos
esfera sexual, impidiendo la realización de actos libidinosos, que sin suponer acceso car
nal sexual, pueden afectar notablemente la reserva sexual de la víctima, así como su dig
nidad inherente”.
Sujetos: VILLA STEIN, J. (1998). Derecho Penal. Parte especial. Lima: San
Marcos, pp. 199-200. “Sujeto activo, cualquier persona. Sujeto pasivo, cualquier persona
mayor de catorce años de edad, pues si es menor de esa edad, la conducta del sujeto activo
se subsume en el tipo del artículo 176 del CP. Se trata de un tipo abierto por el que la con
ducta del actor debe implicar un acto contrario al pudor de la víctima, sin ánimo de prac
ticar el acto sexual u otro análogo con ella, pues de ser así, estaríamos en la tentativa para
la violación sexual”.
981
A rt. 176 L ibro segundo / Parte especial - delitos
¡¡¡I JURISPRUDENCIA
Sumario: CORTE SUPREMA: Configuración típica de los actos contra el pudor / Diferencia
entre violación sexual y actos contra el pudor.
CO RTE SUPREM A
J 1023 Configuración típica de los actos contra elpu d o r: “[...] constituye delito de abuso
deshonestos o actos contra el pudor; que debe entenderse como acto contrario al pudor todo
tocamiento lúbrico somático que ha de recaer sobre el cueipo del sujeto pasivo, tales como
palpación, tocamiento, manoseos de las partes genitales [así, parcialmente, Bramont Arias
Torres, Luis Alberto; García Cantizano, María del Carmen: Manual de Derecho Penal, ter
cera edición, editorial San Marcos, Lima, mil novecientos noventa y siete, página doscien
tos cincuenta y siete]; se exige, en consecuencia, en tanto elemento objetivo de un con
tacto coiporal o tocamiento impúdico, siempre con significado sexual, que, por lo demás,
no solo se tiene la versión referencial de la madre de la menor de iniciales M.E.R.E. [...]
sino también la pericia psicológica de la víctima [...], que acredita que presenta trastorno
de las emociones compatible con estresor sexual, y el informe social [...], que da cuenta del
atentado sexual que sufrió la agraviada; que, por último, si bien la pericia psiquiátrica [...],
no establece que el acusado presenta paidofilia empero por su edad y las circunstancias
de su entorno existe una relación con conductas respecto a menores que suele consistir en
tocamientos a partes sexuales secundarias, senos, glúteos, etcétera” (R. N. N° 5050-2006-La
Libertad, del 23/04/2007, f. j. 3, Sala Penal Permanente).
J 1024 D iferen cia entre violación sex u a l y actos contra e l p u d o r: “Los actos libi
dinosos, consistente en frotamientos vaginales con su miembro viril, sin que el agente
tuviera la decisión de hacerle sufrir el acto sexual constituye el acto contra el pudor, mas
no una violación de la libertad sexual en grado de tentativa” (Ejecutoria Suprema, del
21/08/1997, Exp. N ° 3529-97-Cusco).
J 1025 D iferen cia entre violación sex u a l y actos contra e l p u d o r: “F. J. 3.3. El men
cionado tipo penal también se ejecuta mediante un ánimo lúbrico; sin embargo, hace dife
rente a una conducta tentada de violación sexual la pauta interpretativa referida a la aje-
nidad del propósito de tener acceso camal; circunstancia que no se aprecia en el presente
caso, pues conforme a la declaración de la menor agraviada brindada en diversas etapas
procesales [...] se puede colegir la intencionalidad del agente en querer someterla sexual -
mente por vía anal y vaginal; así como la declaración del hermano del ahora sentenciado
[...] quien evitó la consumación del delito de violación sexual. [...]. F. J. 3.5. La violen
cia, como medio para ejecutar el tipo penal, es propia tanto de los actos contra el pudor
como de la violación sexual; sin embargo, diferenciará el uno del otro la zona en la que
se produjo. Así, la lesión extragenital por fricción permite concluir que no se trata de un
982 ■ -
V iolación de la libertad sexual A rt. 176-A
acto ejecutado sin el propósito de tener acceso camal, tanto más si el escenario, una habi
tación en la que yacían solos tanto el sentenciado como la menor agraviada, permite ase
verar que el afán no se restringía únicamente al de actos contra el pudor, sino a un intento
de violación que no se produjo por intervención del hermano del agresor” (R. N. N° 1667-
2017-Lima Norte, del 01/10/2018, jf. jj. 3.3y 3.5, Sala Penal Permanente).
TEXTO ORIGINAL:
A rtículo 1 76-A(,39).- El que sin propósito de practicar el acto sexual u otro análogo,
comete un acto contrario al pudor en una persona menor de catorce años, será repri
mido con pena privativa de libertad no menor de cuatro ni mayor de seis años.
Si la víctima está en algunas de las condiciones previstas en el último párrafo del
artículo 173, la pena será no menor de cinco ni mayor de ocho años.
(138) Artículo vigente conform e a la modificación realizada por el artículo 1 de la Ley N° 30838 del 04/08/2018.
(139) Artículo conform e a la incorporación realizada por el artículo 2 de la Ley N° 26293 del 14/02/1994.
A rt. 176-A L ibro segundo /Parte especial - delitos
984
V iolación de la libertad sexual A rt. 176-A
DOCTRINA
Sumario: Bien jurídico / Sujetos / Imputación objetiva / Conducta típica / Tipo subjetivo / Error
de tipo / Consumación / Concurso de delitos.
DOS 19 Bien jurídico: CASTILLO ALVA, J. L. (2002). Tratado de los delitos con
tra la libertad e indemnidad sexuales. Lima: Gaceta Jurídica, p. 433. “[...] debe señalarse
que no es la libertad sexual el bien jurídico protegido en el artículo 176-A del CP, sino
la indemnidad sexual, dado que aquí solo se castigan los actos contrarios al pudor que
recaen sobre los menores de catorce años. La diferencia estructural enrte el artículo 176
y el artículo 176-A, no es tanto la modalidad típica del comportamiento configurado!- del
injusto -que en líneas generales sigue siendo el mismo- sino que mientras una disposi
ción se asienta sobre la base de la imposición de un castigo para aquellas conductas rea
lizadas por un mayor de catorce años, la otra disposición alude a los actos contrarios al
pudor que recaen sobre personas menores de catorce años”.
985
A rt. 176-A L ibro segundo /Parte especial - delitos
la víctima puede otorgar carece de validez jurídica y, por ende, son nulos. [...]. Los actos
impúdicos pueden presentarse en varias formas, pero es imprescindible el contacto corpó
reo entre las partes. Estos actos pueden realizarse tanto en el cuerpo de la víctima, como
también, el caso de que el agente obligue a la víctima a realizar tocamientos lujuriosos
sobre sus órganos genitales, vaginales, etc.”.
I) HS25 E rro r de tipo: CASTILLO ALVA, J. L. (2002). Tratado de los delitos contra
¡a libertad e indemnidad sexuales. Lima: Gaceta Jurídica, p. 472. “El error, tanto de tipo
como de prohibición es admisible en los actos contrarios al pudor. Un ejemplo de error de
tipo lo da el creer que la conducta sexual que se ejecuta recae sobre una persona mayor de
catorce años cuando en realidad ella tiene, por ejemplo, doce años [...]”.
986
V iolación de la libertad sexual A rt. 176-A
este delito, pues el comienzo del iter criminis es ya un atentado contra el pudor, pues
se admite como un tipo penal de mera actividad, a diferencia del artículo 176 que es un
delito instantáneo”.
JURISPRUDENCIA
Sumario: CORTE SUPREMA: Configuración típica de los actos contra el pudor / Configuración
de la fase ejecutiva de actos contra el pudor en menores / En los actos contra el pudor es
necesario satisfacer un placer erótico, tocamiento lúbrico-somático prohibido / Deter
minación del quantum de la pena en los actos contra el pudor en menores de edad/Atri
bución de responsabilidad penal / Descripción de hechos y acreditación de responsa
bilidad penal / Descripción de hechos y subsunción típica. CORTES SUPERIORES:
Nociones generales de los actos contra el pudor en agravio de un menor de edad.
CORTE SUPREM A
J 1026 C onfiguración típica de los actos contra e l pu dor: “[...] constituye delito de
abuso deshonestos o actos contra el pudor; que debe entenderse como acto contrario
al pudor todo tocamiento lúbrico somático que ha de recaer sobre el cuerpo del sujeto
pasivo, tales como palpación, tocamiento, manoseos de las partes genitales [así, par
cialmente, Bramont Arias Torres, Luis Alberto; García Cantizano, María del Carmen:
Manual de Derecho Penal, tercera edición, editorial San Marcos, Lima, mil novecien
tos noventa y siete, página doscientos cincuenta y siete]; se exige, en consecuencia, en
tanto elemento objetivo de un contacto corporal o tocamiento impúdico, siempre con sig
nificado sexual, que, por lo demás, no solo se tiene la versión referenciál de la madre de
la menor de iniciales M.E.R.E [...] sino también la pericia psicológica de la víctima [...],
que acredita que presenta trastorno de las emociones compatible con estresor sexual, y
el informe social [...], que da cuenta del atentado sexual que sufrió la agraviada; que,
por último, si bien la pericia psiquiátrica [...], no establece que el acusado presenta pai-
dofilia empero por su edad y las circunstancias de su entorno existe una relación con
987
A rt. 176-A L ibro segundo /Parte especial - delitos
conductas respecto a menores que suele consistir en tocamientos a partes sexuales secun
darias, senos, glúteos, etcétera” (R. N. N° 5050-2006-La Libertad, del 23/04/2007, f. j. 3,
Sala Penal Permanente).
988
V iolación de la libertad sexual A rt. 176-A
989
A rt. 176-B L ibro segundo /Parte especial - delitos
reprimido con las siguientes penas privativas de la libertad’ estableciendo una pena no
menor de siete ni mayor de diez años si la víctima tiene menos de siete años. b. La inter
pretación del juzgador debe establecer cuál es el contenido de las frases ‘tocamientos
indebidos en sus partes íntimas’ así como ‘actos libidinosos contrarios al pudor’, para
dicha labor tendrá en cuenta los principios rectores del Título Preliminar del Código
Penal, en especial, los de legalidad, proporcionalidad, culpabilidad y lesividad. c. En este
tipo de delito, el carácter de ‘libidinoso’ de los tocamientos que contrarían el pudor de
los agraviados -en este caso una menor de seis años-, deben ser determinados en rela
ción con el deseo lúbrico, de carácter sexual del agente, de la manipulación que efectúe
este sobre el cuerpo de la agraviada este debe demostrar inequívocamente -conforme a
la modificación del tipo penal- su carácter o índole sexual, d. Que, en sede nacional se
ha definido que los ‘actos contrarios al pudor son aquellos tocamientos y manipulacio
nes que realiza el agente sobre el cuerpo de la víctima así como aquellos tocamientos o
actos libidinosos efectuados por el autor con el fin de satisfacer su propia lujuria, dichos
tocamientos deben ser lascivos, lúbricos, eróticos, lujuriosos e impúdicos’, para la con
figuración del delito, se requiere la concurrencia en el caso concreto de los elementos
objetivos, subjetivos y valorativos requeridos por el tipo, es decir, que el agente someta
a la víctima a tocamientos en sus zonas sexuales y tratándose de actos libidinosos, que
se hayan con la finalidad de obtener una satisfacción erótica, e. El bien jurídico que se
tutela, es la indemnidad sexual del menor, entendida como el libre desarrollo sexual y
psicológico, protegiendo el libre desarrollo de la personalidad de la menor, sin producir
alteraciones en su equilibrio psíquico futuro, a diferencia de la libertad sexual, que es la
facultad que tiene una persona para elegir realizar o no actividades sexuales, en el caso
concreto se protege específicamente el pudor de la menor agraviada” (Exp. N° 1609-2011-
Piura, del 25/01/2013, f. j. 3, Primera Sala Penal de Apelaciones de Piltra).
---------------- § -----------------
( 140) A rtículo vigente conform e a la incorporación realizada por el articulo 2 de la D ecreto Legislativo N° 1410
del 12/09/2018.
990
V iolación de la libertad sexual A rt. 176-B
C hantaje sexual(I41)
El que amenaza o intimida a una persona, por cualquier medio, incluyendo el uso
de tecnologías de la información o comunicación, para obtener de ella una conducta
o acto de connotación sexual, será reprimido con pena privativa de la libertad no
menor de dos ni mayor de cuatro años e inhabilitación, según corresponda, con
forme a los incisos 5, 9,10 y 11 del artículo 36.
La pena privativa de libertad será no menor de tres ni mayor de cinco años e inha
bilitación, según corresponda, conforme a los incisos 5, 9,10 y 11 del artículo 36, si
para la ejecución del delito el agente amenaza a la víctima con la difusión de imá
genes, materiales audiovisuales o audios con contenido sexual en los que esta apa
rece o participa.
N ormas concordantes
C P P 2 0 0 4 : arts. 95 irte. 1 lit. c, 194 irte. 3 ,1 9 9 irte. 2, 242 irte. 1, 314; C d e P P : arts. 1 4 3 ,1 4 6 ;
L e y 27942: art. l y s s . ; L ey 30314: art. 1 y ss.; R. A d m . 147-2009-C E -P J: D irectiva 003-2009-
C E -P J
(141) Artículo vigente conform e a la incorporación realizada por el artículo 2 de la Decreto Legislativo N° 1410
del 12/09/2018.
991
A rt. 177 L ibro segundo / Parte especial - delitos
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 177.- En ¡os casos de los artículos 170 al 176, ¡a pena será privativa de
libertad no menor de cinco años cuando los actos cometidos causan la muerte de la
víctima y el agente pudo prever este resultado.
La pena será no menor de cuafro ni mayor de diez años si los actos cometidos pro
ducen lesión grave a la víctima y si el agente pudo prever este resultado o si proce
dió con crueldad.
(142) A rtículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 de la Ley N° 30838 del 04/08/2018
V iolación de la libertad sexual A rt. 177
DOCTRINA
Sumario: Imputación objetiva / Supuesto de atipicidad por falta de alcance del tipo / Tipo subje
tivo / Consumación / Agravantes.
993
Art. 177 LIBRO SEGUNDO / PARTE ESPECIAL - DELITOS
994 ■
V iolación de la libertad sexual A rt. 1 7 7
gfiijj JURISPRUDENCIA
Sumario: CORTE SUPREMA: Precisión de los elementos típicos (violación sexual seguida de
muerte) / Violación sexual seguida de muerte (suficiencia probatoria).
CO RTE SUPREM A
J 1034 P recisión de los elem entos típicos (violación sexu al seguida de m uerte): “Uno
de los elementos para la configuración del delito de violación es que solo es posible la
violación sobre persona viva, dado que en caso contrario se configuraría un delito impo
sible. Llegando a la conclusión de que en el artículo 177 del Código Penal se acoge
un supuesto de violación cualificada por el resultado muerte, que solo tendrá aplicación
cuando la muerte de la víctima se produce durante el acto sexual o a consecuencia del
mismo” (Ejecutoria Suprema del 04/12/1980, Exp. N ° 1115-90-Lima).
J 1035 Violación sexu al seguida de m uerte (suficiencia prob a to ria ): “En el dictamen
pericial de psicología forense número cero treinta y siete/dos mil once [...], los otorgan
tes concluyeron que el encausado presenta personalidad agresiva, con antecedentes de
haber participado en hurtos (en pandilla), despectivo y hasta abusivo con los demás. De
conciencia social deficiente, sin respeto por las normas, por lo que actúa sin importarle
el derecho ajeno, irresponsable, mantiene conducta adictiva (alcoholismo), con dificultad
para controlar sus impulsos y en algunas circunstancias acompañado de sustancias psi-
coactivas, puede emplear en forma sistemática medios tortuosos para llegar a sus metas.
Refleja marcada energía libidinosa difícil de canalizar, pudiendo llegar al desenfreno de
sus actividades sexuales. [...] [L]a magnitud de las lesiones causadas y la crueldad con
...- 995
A rt. 178 L ibro segundo /Parte especial - delitos
----------------- § ------------------
(143) Artículo vigente conform e a la m odificación realizada po r el artículo 1 de la L e y N 0 30838 del 04/08/2018.
(144) Texto conform e a la rectificación de fe de erratas del 09/05/1991.
996
V iolación de la libertad sexual A rt. 178
(p DOCTRINA
I) 0836 A n álisis crítico: CASTILLO ALVA, J. L. (2002). Tratado de los delitos con
tra la libertad e indemnidad sexuales. Lima: Gaceta Jurídica, p. 539. “[...] cuál debe ser el
997
A rt. 1 7 8 L ibro segundo / Parte especial - delitos
tratamientojurídico respecto al artículo 178 de los casos en los que seproduce un emba
razo como consecuencia de una violación sexual múltiple en la que más de una persona
logra mantener relaciones sexuales v. gr., penetración pene-vagina con la víctima. [...].
Aun cuando el problema no sea de fácil y sencilla solución, creemos que laprestación de
alimentos debe recaer luego de haberse dilucidado mediante los mecanismos probatorios
idóneos larelación defiliación, pues si varios han sido los que han violado, desde el punto
de vista objetivo, todos se encuentran con las mismas posibilidades de ser tenidos como
padres y de ser quien solvente la respectiva prestación de manutención”.
¡É¡l JURISPRUDENCIA
CO RTE SUPREM A
J 1038 Criterios que se toman en cuenta para determinar la pensión alimenticia por
violación sexual: “Que en lo atinente a la pensión alimenticia, la pretensión del repre
sentante del Ministerio Público fue indeterminada y expresamente se dejó a criterio del
Tribunal, por lo que cabe revisar el monto que se ha impuesto; que la pensión alimenti
cia debe señalarse en atención a las condiciones económicas del obligado, a sus circuns
tancias personales y alas necesidades del alimentista, por lo que esta en el presente caso,
debe aumentarse prudencial y proporcionalmente; declararon haber nulidad en lapropia
sentencia, en el extremo que fija en 200 nuevos soles mensuales el monto de la pensión
alimenticia a favor del menor hijo de la agraviada, reformándola, fijaron en 500 nuevos
soles” (Ejecutoria Suprema del 19/04/2005, R. N. N° 626-2005-Arequipa. En: PÉREZ
ARROYO, M. (2006). La evolución de la jurisprudencia en el Perú (2001-2005). Tomo II.
Iuris Considti - San Marcos, Lima, p. 959).
998
V iolación de la libertad sexual A rt. 178-A
TEXTO ORIGINAL:
Artículo 178-A(I46K- El condenado a pena privativa de libertad efectiva por los de
litos comprendidos en este capítulo, previo examen médico o psicológico que deter
mine su aplicación será sometido a un tratamiento terapéutico a fin de facilitar su
readaptación social.
En los casos de suspensión de la ejecución de la pena y resei'va del fallo condena
torio, el juez dispondrá la realización de un examen médico y psicológico al conde
nado, para los efectos a que se refiere el párrafo anterior. El sometimiento al trata
miento terapéutico será considerado como regla de conducta.
Los beneficios penitenciarios de semilibertad liberación condicional y redención de
la pena por el trabajo y la educación, y el derecho de gracia del indulto y de la conmu
tación de la pena, no pueden ser concedidos sin el correspondiente informe médico y
psicológico que se pronuncie sobre la evolución del tratamiento terapéutico.
C: art. 2 inc. 1); CP: arts. 52, 55, 57, 68, 78, 92, 170 a l 176; CC: arts. 248, 414, 4 1 5 y 472;
L e y 30364: arts. 5, 8
DOCTRINA
I) 11838 Objeto de la ley: CASTILLO ALVA, J. L. (2002). Tratado de los delitos con
tra la libertad e indemnidad sexuales. Lima: Gaceta Jurídica, pp. 561 -562. “La naturaleza
(145) Artículo vigente conforme a la m odificación realizada por el artículo 1 de la Ley N° 30838 del 04/08/2018.
(146) Artículo conform e a la incorporación realizada por el artículo 2 de la Ley N° 26293 del 14/02/1994.
999
A rt. 178-A L ibro segundo / Parte especial - delitos
del artículo 178-A, primer párrafo, es indudablemente la de una medida de seguridad que
se impone al reo condenado a una pena privativa de libertad efectiva por haber cometido
un delito contra la libertad sexual. [...] Como toda medida de seguridad el art. 178-A, pri
mer párrafo, se funda en criterios de prevención especial y en la necesidad de prevenir de
litos frente al sujeto peligroso. Ellas se aplican a sujetos peligrosos en los que cabe apre
ciar la probabilidad de que delincan en el futuro”.
Jila JURISPRUDENCIA
ACUERDO PLENARIO
J 1039 E l tratam iento terapéutico es una m edida de seg u rid a d y n o una p en a : “No
vulnera el principio de interdicción de la reforma peyorativa cuando el tribunal de revisión
integra el fallo de instancia e impone la medida de tratamiento terapéutico en los delitos con
tra la libertad sexual [artículo 178-A del Código Penal, incorporado por la ley número vein
tiséis mil doscientos noventitrés]. El tratamiento terapéutico es una medida de seguridad, no
es una pena. Su objetivo es la facilitación de la readaptación social del condenado, y como
no altera el sentido de la sanción ni la modifica lesivamente en lo que respecta a su exten
sión o intensidad represiva, no puede afectarle la interdicción de la reforma peyorativa. En
consecuencia, como no importa una agravación del entorno jurídico del imputado, la inte
gración del fallo y su incorporación al mismo, no solo es posible sino necesario” (Acuerdo
Plenario N° 5-2007/CJ-116 sobre “La non reformado inpeiusy modificación de otras cir
cunstancias siempre que no se modifique la peno (art. 300 del CPP) ", del 16/11/2007, f. j.
12, IIIPleno Jurisdiccional de las Salas Penales Permanente y Transitoria).
CORTE SUPREMA
J 1040 M edida que tiende a fa c ilita r la readaptación so cia l d el en ca u sa d o : “Que de
la revisión de la sentencia se advierte que el colegiado superior ha omitido ordenar que
el encausado sea sometido a tratamiento terapéutico de conformidad con lo dispuesto
en el primer párrafo del numeral ciento setenta y ocho ‘A’ del Código Penal, siendo
QQ0 —
V iolación de la libertad sexual A rt. 178-A
del caso integrar dicho extremo en aplicación del penúltimo parágrafo del artículo dos
cientos noventa y ocho del Código de Procedimientos Penales, en tanto que por tra
tarse de una medida que tiende a facilitar la readaptación social del encausado no puede
estimarse que vulnera el principio de la interdicción de la reforma peyorativa” (R. N.
N ° 2102-2005-Cañete, del 26/08/2005,/. j. 6, Sala Penal).
1001
CAPÍTULO X
PROXENETISMO
(147) A rtículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 de la Ley N° 30963 del 18/06/2019.
P roxenetismo A rt. 179
(148) Inciso vigente conform e a la modificación realizada por la prim era disposición com plem entaria
modificatoria de la L ey N° 30077 del 20/08/2013.
1003
A rt. 179 L ibro segundo /Parte especial - delitos
N ormas concordantes
C: art. 2 inc. 1); C P: arts. 12, 29, 57, 92, 93; C P P 2 0 0 4 : art. 298; C C : arts. 515 inc. 8); 667
inc. 2); C N A : arts. 1 ,11
DOCTRINA
Sumario: Bien jurídico / Sujetos / Tipicidad objetiva / Conducta típica / Medios / Concepto de
organización / Tipicidad subjetiva / Consumación / Tentativa y consumación / Autoría
y participación / Concurso de delitos / Agravantes / Perspectiva crítica.
_DHS4I
_ _ _ _ Bien jurídico: SALINAS SICCHA, R. (2000). Curso de Derecho Penal
peruano. Parte especial. Tomo II. Lima: Palestra, p. 429. “El tipo básico al referirse a
conductas realizadas por mayores de edad, el bien jurídico protegido lo constituye deter
minada moral sexual. En tanto que de concurrir alguna de las circunstancias agravantes
a excepción de la sexta causal, sin duda el bien jurídico protegido es la libertad sexual”.
1004
P roxenetismo A rt. 179
1006
P roxenetismo A rt. 179
1007 —
A rt. 179 L ibro segundo / Parte especial - delitos
1008
Proxenetismo A rt. 179
_I)_II.X
_ _54_ Perspectiva crítica: REYNA ALFARO, L. (2005). “El nuevo tratamiento
legislativo de los delitos sexuales en el Código Penal peruano”. En: CANCIO MELIA,
M.; GARCÍA PAZ, O.; HÓRNLE, T.; PARMA, C. y REYNA ALFARO, L. (Directo
res). Los delitos contra la libertad e indemnidad sexual. Lima: Jurista, pp. 160 y 161. “El
supuesto típico que se comenta, al involucrar como elementos nucleares del injusto la
existencia de un acceso carnal realizado sobre un menor de edad entre catorce y diecio
cho años de edad, parece mostrarnos una figura delictiva que se encuentra a caballo entre
la violación sexual (de menor de edad) y la seducción. La distinción esencial entonces
entre la violación sexual, la seducción y la conducta que ahora analizamos tiene que ver
con el medio a través del cual el autor accede camalmente con la víctima. Mientras que
en la violación sexual este —el acceso carnal- se produce mediante violencia o amenaza
y en la seducción ocurre mediante engaño, en el caso del artículo 179 del Código Penal,
el acceso camal debe haberse realizado mediante una prestación económica o ventaja de
cualquier naturaleza”.
gM| JURISPRUDENCIA
ACUERDO PLENARIO
J 1043 T ipicidad y bien ju ríd ic o p ro teg id o en el delito de favorecim ien to a la p r o s ti
tución: “F. J. 9. El comportamiento típico consiste en promover o favorecer la prostitu
ción de otra persona. Conforme lo sostiene la doctrina nacional, promover implica ini
ciar, incitar o ejercer sobre otro una influencia para que realice una determinada acción,
en el caso sub examine, la prostitución. En tanto que favorecer, es sinónimo de coope
rar, coadyuvar o colaborar a fin de que el desarrollo de tal actividad ya establecida se siga
ejerciendo [PEÑA CABRERA, Raúl A. Estudios de Derecho Penal. Parte especial. D e
litos contra la libertad e intangibilidad sexual. Aspectos penales, procesales y crimino
lógicos. Ediciones Guerrero’s, Lima, 2002, p. 164]. F. J. 11. [...] Empero, la sanción es
ostensiblemente menor a los casos anteriores cuando se trata de actos de favorecimiento
a la prostitución o la explotación sexual de una persona menor de edad, ya que las penas
fluctúan para el primer delito entre 5 y 12 años de pena privativa de libertad, mientras que
para el segundo supuesto típico se prevé una pena privativa de libertad no menor de 6 ni
mayor de 12 años. F. J. 12. [...] En tanto que, en los delitos de favorecimiento a la pros
titución o proxenetismo, se vulnera la moral sexual de la sociedad y la dignidad sexual
de aquella persona que es prostituida o explotada sexualmente, y a la que se predeter
mina y somete a sostener prácticas sexuales con terceros a cambio de dinero. F. J. 16. En
cambio, en los actos de favorecimiento de la prostitución el sujeto activo actúa indirecta
mente, promoviendo (inicia, impulsa o influencia positivamente) o favoreciendo (creando
las condiciones necesarias para sus actividades sexuales o proveyéndole clientes) la pros
titución de la víctima (relaciones sexuales con terceros a cambio de dinero). Es un típico
1009
A rt. 179 L ibro segundo /Parte especial - delitos
delito de corrupción sexual cuyo móvil suele ser lucrativo” (Acuerdo Plenario N° 3-2011/
CJ-116 sobre “Delitos contra la libertad sexual y trata de personas: Diferencias típicas
y penalidad”, del 06/12/2011, ff. jj. 9, 11, 12 y 16, VII Pleno Jurisdiccional de las Salas
Penales Permanente y Transitoria).
CO RTE SU PREM A
J 1044 D escripción de los hechos típicos en e l delito de proxen etism o: “De las investi
gaciones realizadas a nivel judicial y en el juicio oral se ha acreditado la responsabilidad
penal del procesado como autor del delito contra la libertad sexual en su modalidad de
seducción y proxenetismo, quien admite haber mantenido relaciones sexuales con la agra
viada; de todo ello se establece que se aprovechó del momento de desolación emocional y
material que sufría la agraviada, quien había huido de su casa, la convenció para mante
ner relaciones sexuales y la obligó, empleando en algunas ocasiones la violencia, a pros
tituirse en el local de propiedad de su coencausado, quien disponía de una habitación en
dicho lugar para que la agraviada se prostituya” (Ejecutoria Suprema del 07/08/2000, R. N.
N° 1633-2000-Ica. En: URQUIZO OLAECHEA, J. (Asesor); CASTILLO ALVA, J. L.
(Director) y SALAZAR SANCHEZ, N. (Coordinador) (2005). Jurisprudencia penal.
Jurista, Lima, p. 449).
J 1045 N o se san cion a la prostitu ción , sin o las actividades conexas: “Que el delito de
proxenetismo previsto en el artículo ciento setenta y nueve del Código Penal, sanciona no
a la prostitución, sino a las actividades conexas a ellas efectuadas por otras personas que
sirven de mediadores o encubridores de ello; aspecto que se presenta en el caso de autos,
toda vez que de lo actuado se acredita que el procesado ha colaborado en el ejercicio nor
mal de aquella actividad, ya que la agraviada -trece años de edad conforme a la partida
de nacimiento de fojas ciento doce- ya se dedicaba a ejercer la prostitución con anterio
ridad, eso se deduce de su declaración de fojas doce en donde refiere textualmente: ‘tres
meses atrás empecé a mantener relaciones sexuales a cambio de dinero habiéndose
establecido de autos que el citado procesado se dedicaba a encubrir la actividad que ejer
cía la menor agraviada utilizando para ello como fachada su bar llamado ‘Nuevo Amane
cer’, donde fue intervenido por la policía con presencia del representante del Ministerio
Público enfraganti delito, conforme aparece descrito en el acta de constatación y recojo
de evidencias [...], acreditándose de igual modo en el accionar del procesado, el ánimo de
lucro, el cual se ha materializado en autos con la declaración del procesado [...] ofrecida
a nivel policial [...], ratificada en su declaración instructiva [...] así como con las decla
raciones de la menor agraviada, por tanto, queda establecida la responsabilidad penal del
encausado [...] en el delito imputado” (R. N. NT 229-2005-Cusco, del 08/04/2005, f. j. 3,
Sala Penal Transitoria).
1010
P roxenetismo A rt. 179
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 1 79-A(150>.- El que, mediante una prestación económica o ventaja de cual
quier naturaleza tiene acceso carnal por vía vaginal, anal o bucal o realiza otros
actos análogos introduciendo objetos o partes del cuerpo por alguna de las dos pri
meras vías con una persona de catorce y menor de dieciocho años, será reprimido
con pena privativa de la libertad no menor de cuatro ni mayor de seis años.
DOCTRINA
(149) Artículo vigente conform e a la modificación realizada por el artículo 1 de la Ley N° 30963 del 18/06/2019.
(150) Artículo incorporado por el artículo 2 de la Ley N° 28251 del 08/06/2004.
1011
A rt. 179 L ibro segundo /Parte especial - delitos
M> JURISPRUDENCIA
1012
P roxenetismo A rt. 180
Lima Norte, Callao, Cañete, Hitaura, del 10/08/2007 y 11/08/2007, Grupo de Trabajo
N° 02, Tema 1).
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 1 8 0 .- El que explota la ganancia deshonesta obtenida por una persona que
ejerce la prostitución será reprimido con pena privativa de libertad no menor de tres
ni mayor de ocho años.
Si la víctima es menor de catorce años, o cónyuge, conviviente, descendiente, hijo
adoptivo, hijo de su cónyuge o de su conviviente o si está a su cuidado, la pena será
no menor de cuatro ni mayor de doce años.
(151) Artículo vigente conforme a la m odificación realizada por el artículo 1 de la Ley N° 3 0963 del 18/06/2019.
A rt. 1 8 0 L ibro segundo /Parte especial - delitos
Si la víctima tiene entre catorce y menos de dieciocho años, la pena será no menor
de seis ni mayor de diez años.
Si la víctima tiene menos de catorce años, o es cónyuge, conviviente, descendiente,
hijo adoptivo, hijo de su cónyuge o de su conviviente o si está a su cuidado, la pena
será no menor de ocho ni mayor de doce años.
Segunda modificación: artículo 1 de la Ley N° 30963 del 18/06/2019.
(Ver texto vigente)
N o r m a s c o n c o r d a n t e s
C: art. 2 inc. 1); CP: arts. 12, 29, 57, 92; C P P 2 0 0 4 : art. 298; CC: arts. 333 inc. 6); 515 inc.
8); 667 inc. 2); C N A : arts. I, II, 45 inc. h)
§1 DOCTRINA
Sumario: Bien jurídico / Sujeto activo / Sujeto pasivo / Tipicidad objetiva / Acción / Tipicidad
subjetiva / Consumación / Concurso de delitos / Agravantes.
I) 11X59 Bien jurídico: V ILLA STEIN, J. (1998). Derecho Penal. Parte especial.
Lima: San Marcos, p. 217. “Se supone tutelada la sexualidad humana, sin embargo, pare
ciera tutelarse el patrimonio derivado de la prostitución. El autor considera que no hay
precisión respecto del bien jurídico protegido. Figura anacrónica además”.
1014
P roxenetismo A rt. 180
1)0864 Acción: MAGGIORE, G. (1986) Derecho Penal. Parte especial: Delitos en par
ticular. Vol. IV. 3a edición. Bogotá: Temis, p. 128. “La acción consiste en hacerse mante
ner, aunque sea en parte [...], explotando las ganancias que [...] obtiene de su prostitución.
‘Hacerse mantener, aunque sea en parte’, significa no solo vivir totalmente a cargo de la
prostituta, sino sacar cualquier otra utilidad de su toipe oficio, explotando las ganancias.
Por lo tanto, no es preciso que el explotador sea un pobre; también el que tiene por sí mismo
medios de subsistencia, alguna profesión o empleo, o trabaje de alguna otra manera, puede
consumar este delito si vive atenido, sea como sea, a las ganancias de la meretriz [...] Este
delito tiene carácter permanente y habitual, ya que el ‘hacerse mantener’ implica necesaria
mente la prolongación y reiteración habitual de la acción del explotador”.
1015
A rt. 180 L ibro segundo / Parte especial - delitos
no se dará la figura en cuestión, sino la prevista en el artículo 181 (in finé). Si aparte de la
explotación económica, también la maltrata física o psicológicamente, habrá un concurso
ideal con el delito de lesiones”.
Sm JURISPRUDENCIA
C O R T E SUPREM A
1016
P roxenetismo A rt. 181
de audiencia [...], solicitó al tribunal superior que se desvincule de la acusación fiscal por
el delito de trata de personas, previsto en el artículo 153 y 153-A del Código Penal -en su
modalidad básica y agravada- y reconduzca la tipicidad del delito de rufianismo previsto en
el artículo 180 del citado cuerpo legal; que la Sala Penal Superior Penal Superior informó al
Ministerio Público -permitiendo la discusión del punto de vista jurídico planteado- y pos
teriormente el encausado; que, desde la perspectiva de la vigencia del principio de contra
dicción, se respetó el derecho de defensa de los sujetos procesales al discutirse y plantearse
la estrategia en función de lo peticionado; que, asimismo, los hechos por los que se acu
saba permanecieron intactos y la modificación en la calificación jurídica fue consecuencia
de la prueba practicada en el juicio oral, en tanto en cuanto se trató de una diferente aprecia
ción jurídica de los mismos hechos. F. J. 10. Que, en consecuencia, si el tribunal superior
al dictar la sentencia se pronuncia por la condena por el delito de rufianismo, no es posible
que por esos mismos hechos, bajo otra perspectiva jurídica, absuelva por el delito de trata
de personas -como ocurrió en el caso concreto-, en tanto supondría una palmaria violación
del porque existe identidad fáctica -y de sujetos-; por tanto, la aplicación del principio de
desvinculación en la solución del conflicto, implica la calificación de la conducta propuesta
solo como delito de rufianismo” (R. N. N° 3031-2009-Ica, del 25/01/2010, ff. jj. 7, 8, 9 y 10,
Sala P enal Permanente).
Proxenetism o(152)
E l que dirige o gestiona la prostitución de otra persona será reprim ido con pena p ri
vativa de libertad no m enor de cuatro n i m ayor de seis años.
L a pena será no m enor de seis n i m ayor de doce años, cuando:
1. E l agente com eta el delito en el ám bito del turism o, en el m arco de la actividad
de una persona ju ríd ica o en el contexto de cualquier actividad económ ica.
2. E l agente sea ascendiente o descendiente por consanguinidad, adopción o por
afinidad, pariente colateral hasta el cuarto grado de consanguinidad o adopción
o segundo grado de afinidad; cónyuge, excónyuge, conviviente, exconviviente o
tenga hijos en com ún con la víctim a o habite en el m ism o dom icilio de la víctim a,
siem pre que no m edien relaciones contractuales o laborales.
3. E l proxenetism o sea un m edio de subsistencia del agente.
4. La víctim a esté en situación de abandono o extrem a necesidad económ ica.
., E xista pluralidad de personas en prostitución.
;. La persona en prostitución tenga discapacidad, sea adulta m ayor, padezca de
una enferm edad grave, pertenezca a un pueblo indígena u originario o presente
cualquier situación de vulnerabilidad.
(152) Artículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 d elaL ey N °3 0 9 6 3 del 18/06/2019.
1017
A rt. 181 L ibro segundo / Parte especial - delitos
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 181.- E l que compromete, seduce, o sustrae a una person a p a ra entregarla
a otro con el objeto de p racticar relaciones sexuales, o el que la entrega con este jin,
será reprimido con pen a p rivativa de libertad no menor de dos ni m ayor de cinco años.
L a p en a será no m enor de cinco ni m ayor de doce años, cuando:
1. L a víctim a tiene menos de dieciocho años de edad.
2. E l agente em plea violencia, am enaza, abuso de a u toridad u otro medio de
coerción.
3. L a víctim a es cónyuge, concubina, descendiente, hijo adoptivo, hijo de su cón
yu g e o de su concubina, o si está a su cuidado.
4. L a víctim a es entregada a un proxeneta.
(153) Inciso vigente conform e a la m odificación realizada por la prim era disposición complementaria
m odificatoria de la Ley N° 30077 del 20/08/2013.
1018
P roxenetismo A rt. 181
(...)
N ormas concordantes
C: art. 4; C P: arts. 12, 29, 92; C P P 2 0 0 4 : art. 298; CC: arts. 515 inc. 8); 667 inc. 2); C N A :
arts. 1, II, 4, 5, 12
DOCTRINA
1019
A rt . 181 L ibro segundo /Parte especial - delitos
tanto el hombre como la mujer, sin interesar la opción sexual, eso sí no puede serlo aquel
que está comprendido con los actos de favorecimiento y/o promoción de la prostitución
de una persona, pues de ser así estaría incurso en el artículo 179. Si el autor es quien
tiene acceso camal con la víctima, su conducta será atípica, siempre y cuando esta última
sea mayor de catorce años, pues si es menor de dicha edad, incurrirá en el tipo penal del
artículo 173. Sujeto pasivo: Cualquier persona, tanto el hombre como la mujer. De ser
menor de dieciocho años se configuraría la agravante prevista en el inciso 1”.
m is- : Tipicidad objetiva: VILLA STEIN, J. (1998). Derecho Penal. Parte especial.
Lima: San Marcos, p. 220. “El verbo comprometer alude a la creación de una obligación
para un contratante del servicio lúbrico a costa de la víctima. El agente obliga a que la
víctima cumpla contra precio. La víctima, sin embargo, presta su consentimiento de lo
contrario es violación. Por seducir debemos entender a los actos cautivadores del agente
a fin de inducir a la supuesta víctima el alquiler de su servicio sexual. Sustraer en cam
bio, es separar a la víctima de su ámbito o morada usual, para dedicarla a la prostitución”.
_I)_11875
_ _ _ Acción: ROY FREYRE, L. (1975). En: Derecho Penal peruano. Parte espe
cial. Delitos contra las buenas costumbres. Delitos contra la familia. Delitos contra la
libertad. Tomo II. Lima: Unidas, pp. 154-155. “‘Comprometer’ quiere decir aquí, en
nuestro concepto, llegar a un acuerdo más o menos forzado, aún con apariencia de lícito,
del cual deriva la posibilidad de exigirle a una persona el cumplimiento de alguna obliga
ción contraída, ‘seducir’ significa valerse de artificios fraudulentos, como astucia, hala
gos, promesas lisonjeras, con el fin de hacer equivocar engañosamente a otro en una deci
sión a tomar, ‘substraer’, por último, importa aquí tanto como separar a una persona, con
violencia o amenaza, del ambiente familiar de seguridad que integraba con garantía para
sus intereses. Los tres verbos empleados por la ley, a los cuales nos hemos referido, indi
can la realización de acciones que, por expresa exigencia del texto penal, deben ser ten
dientes a promover la prostitución [...] es decir, estar dirigidas finalmente a la iniciación
1020
Proxenetismo A rt. 181
en el meretricio de quien no conoce el oficio. [...] Es suficiente con el hecho de que [...]
haya sido comprometida, seducida, o sustraída por el actor para ser puesta posteriormente
a disposición de otra persona cualquiera con un objetivo erótico-sexual, aun cuando la
entrega no llegue a materializarse. La ley peruana incrimina aquí acciones que son en
sí mismas objetivamente peligrosas (‘comprometer’, ‘seducir’, ‘substraer’), porque van
acompañadas de la intención del agente de producir un evento concreto de daño (entregar
[...] para satisfacer la libidinosidad ajena)”.
..... 4021
A rt. 181 L ibro segundo / Parte especial - delitos
de confianza que es prevalida por aquel, para sustraerla, seducirla o comprometerla para
tener acceso camal con tercero, para que ingrese al mercado del meretricio. d) Si el agente
actúa como integrante de una organización delictiva o banda: [...], en este caso la mayor
peligrosidad social se manifiesta en cuanto el autor es miembro de una asociación delic
tiva, pues se sirve de las ventajas, que le proporciona dicha estructura criminológica, para
la perpetración del injusto, e) La víctima es entregada a un proxeneta: En esta hipótesis,
el tercero [...], no es cualquier persona, sino un individuo que se dedica a la promoción
y/o favorecimiento de la prostitución de terceras personas; pero, para comprender bien la
ratio del legislador, este tercero (proxeneta), no debe ser quien tenga acceso camal sexual
con la víctima, pues no se daría el tipo penal en cuestión, sino que este debe fungir como
intermediario entre la persona prostituida y el usuario”.
Ü | JURISPRUDENCIA
CORTES SUPERIORES
J 1049 C onfiguración típica del delito de proxen etism o : “[L]a conducta delictiva para
confirmar este delito consiste en comprometer, seducir o sustraer a una persona para
entregarla a otra con el objeto de mantener acceso camal por cualquier vía anal, vaginal o
bucal a cambio de una compensación económica por comprometer es crear con el sujeto
pasivo una obligación con otro de tal modo que resulte exigible su cumplimiento, sedu
cir significa engañar o encausar a alguien a la toma de algo equivocado a cambio de ofre
cer un bien y sustraer es apartar, separar o extraer a una persona del ámbito de seguridad
en la que se encuentra, el tipo penal no hace referencia a los medios que pueda emplear el
agente para realizar estos comportamientos, se emplea coerción, violencia o intimidad, lo
que está en el fundamento 10 del acuerdo” (Exp. N° 1815-2010-71, del 23/01/2013, jf.jj.
6.3, Juzgado Penal Colegiado A de la Corte Superior de Justicia de Piura).
1022
P roxenetismo Art. 181-A
(154) Artículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 d elaL ey N °3 0 9 6 3 del 18/06/2019.
Art. 181-A L ibro segundo / Parte especial - delitos
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 181-A (l5Sí.- El que promueve, publicita, favorece o facilita el turismo sexual,
a través de cualquier medio escrito, folleto, impreso, visual, audible, electrónico,
magnético o a través de internet, con el objeto de ofrecer relaciones sexuales de
carácter comercial de personas de catorce y menos de dieciocho años de edad será
reprimido con pena privativa de libertad no menor de dos ni mayor de seis años.
Si la víctima es menor de catorce años, el agente, será reprimido con pena privativa
de la libertad no menor de seis ni mayor de ocho años.
El agente también será sancionado con inhabilitación conforme al artículo 36 inci
sos 1, 2, 4 y 5.
Será no menor de ocho ni mayor de diez años de pena privativa de la libertad cuando
ha sido cometido por autoridad pública, sus ascendientes, maestro o persona que ha
tenido a su cuidado por cualquier título a la víctima.
1024
Proxenetismo A rt. 181-A
DOCTRINA
Sumario: Bien jurídico / Concepto de turismo sexual / Agravantes / Tipicidad subjetiva / Elemen
tos subjetivos del injusto / Consumación / Concurso de delitos.
1025
A rt. 181-A L ibro segundo /Parte especial - delitos
E lem en tos subjetivos del injusto: REYNA ALFARO, L. (2005). “El nuevo
tratamiento legislativo de los delitos sexuales en el Código Penal peruano”. En: CAN-
CIO MELIÁ, M.; GARCÍA PAZ, O.; HÓRNLE, T.; PARMA, C. y REYNA ALFARO, L.
(Directores). Los delitos contra la libertad e indemnidad sexual. Lima: Jurista, pp. 163-
164. “Ciertos tipos penales contienen elementos subjetivos adicionales que acompañan
al dolo. Estos elementos subjetivos adicionales suelen ser clasificados en elementos sub
jetivos de intención, elementos subjetivos de tendencia y en elementos de expresión. De
estos elementos nos interesan los de intención, conocidos como elementos de tendencia
intema trascendente. Estos elementos incorporan al dolo el ánimo de realizar una acti
vidad o producir resultado diferente al de realización del tipo penal. Pues bien, observa
mos que el artículo 181-A del Código Penal contiene un elemento subjetivo adicional al
dolo conformado por el ‘ánimo de ofrecer relaciones sexuales de carácter comercial de
personas de catorce y menos de dieciocho años de edad’. Es decir, deberá acreditarse, en
el ámbito del tipo subjetivo y de modo adicional al dolo, que los actos de promoción del
turismo sexual tenían por propósito ofrecer relaciones sexuales de carácter comercial de
personas de catorce y menos de dieciocho años de edad”.
1026.... -
P roxenetismo A rt. 181-B
algún tipo de explotación o esclavitud sexual [...]. Es indudable que estará consumado el
delito, si se logra la salida o entrada aunque la mujer no se le permita el ingreso al país de
destino y fuera repatriada, por cuanto se le detecten documentos apócrifos. Es posible la
tentativa en el caso en que, pese a la actividad promotora o facilitadora, no se produce la
salida o entrada en el país, o en todo caso el traslado dentro de nuestro territorio del sujeto
pasivo, por causas ajenas a la voluntad del sujeto activo”.
S JURISPRUDENCIA
P L E N O J U R IS D IC C IO N A L R E G IO N A L P E N A L
J 1050 Tentativa en los casos de turism o sex u a l in fan til : “En referencia al artículo
181-A (turismo sexual infantil) del Código Penal acordaron que sí es posible que se con
figure la tentativa siempre que el sujeto activo contrate a otra persona para distribución
o elaboración de publicidad sobre ofrecimiento de servicios sexuales de menores; sin
embargo esta tercera persona no distribuye no distribuye ni elabora dicha publicidad”
(Pleno Jurisdiccional Regional en Materia Penal “Explotación Sexual y Comercial de
Niños, Niñas y Adolescentes ”, Sesión Plenaria de los magistrados de la especialidad
Penal, Familia y mixtos de las Cortes Superiores de Loreto, Madre de Dios, Cusco, Lima
Norte Callao, Cañete, Huaura, del 10/08/2007/y 11 08/2007, Grupo de Trabajo N °2).
N ormas concordantes
C: arts. 1, 2 inc. 1); CP: arts. 3 6 inc. 5); 179, 180, 181, 181-A
(156) Artículo vigente conform e a la incorporación realizada por el artículo 1 de la Ley N° 29194 del
25/01/2008.
1027
A rt. 182 L ibro segundo /Parte especial - delitos
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 182.- El que promueve o facilita la entrada o salida del país o el traslado
dentro del territorio de la República de una persona para que ejerza la prostitución,
será reprimido con pena privativa de libertad no menor de cinco ni mayor de diez
años.
La pena será no menor de ocho ni mayor de doce años, si media alguna de las cir
cunstancias agravantes enumeradas en el artículo anterior.
(157) Artículo derogado por la quinta disposición com plem entaria, transitoria y final de La Ley N° 28950 del
16/01/2007.
(158) Artículo conform e a la m odificación realizada po r el artículo 1 de la Ley N° 28251 del 08/06/2004.
1028
P roxenetismo A rt. 182
DOCTRINA
I) 0887 T ipicidad objetiva: SOLER, S. (1978). Derecho Penal argentino. Tomo III.
Buenos Aires: Tipográfica Editora Argentina, p. 322. “El hecho consiste en promover o
facilitar la entrada o salida del país de personas, con el fin de que ejerzan la prostitución.
Se trata, pues, de una incriminación que alarga los alcances del proxenetismo, ya que con
aquella se abarcan acciones que pueden encontrarse bastante alejadas todavía del logro
de un efectivo estado de prostitución y que, en verdad son del todo carentes en sí mismas
de todo carácter sexual”.
1029
A rt. 1 8 2 L ibro segundo / Parte especial - delitos
I) (IN')II Responsabilidad civil: PEÑ A -CA BRERA FREYRE, A. (2007). Delitos con
tra ¡a libertad e intangibilidad sexual. Lima: Idemsa, p. 384. “En este caso, la persona
jurídica que representa el medio de comunicación, será considerada en el transcurso del
proceso penal, como tercera civil responsable, a efectos de garantizar la cobertura del
pago por concepto de reparación civil; en este caso, media pues una vinculación societa
ria y legal, entre el autor del injusto y la empresa que le sirve de sostén para publicar y/o
propalar dicha clase de publicidad”.
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 182-A <160K- Los gerentes o responsables de las publicaciones o ediciones a
transmitirse a través de los medios de comunicación masivos que publiciten la pros
titución infantil, el turismo sexual infantil o la trata de menores de dieciocho años de
edad serán reprimidos con pena privativa de la libertad no menor de dos ni mayor
de seis años.
E l agente también será sancionado con inhabilitación conforme al inciso 4 del
artículo 36y con trescientos sesenta días multa.
1030-
P roxenetismo A rt. 182
DOCTRINA
I) 0891 Sujeto activo: REYN A ALFARO, L. (2005). “El nuevo tratamiento legis
lativo de los delitos sexuales en el Código Penal peruano”. En: CANCIO MELIÁ, M.,
GARCÍA PAZ, O., HORNLE, T., PARMA, C. y REYNA ALFARO, L. (Directores).
Los delitos contra la libertad e indemnidad sexual. Lima: Jurista, pp. 165-166. “Se trata
de un delito especial propio que exige como condición especial de autoría: La posi
ción de gerente o responsable de las publicaciones o ediciones a transmitirse a través
de medios de comunicación masivos. En relación a la expresión gerente podemos decir
que se trata de un elemento de carácter normativo, lo que supone una remisión interpre
tativa a las disposiciones de carácter mercantil. ‘Gerente’, en ese sentido, es aquel que
posee las funciones de administración de la persona jurídica. Es quien ejecuta las dispo
siciones de la Junta General de Accionistas. Pues bien, la expresión ‘responsable’ alude
-en contraposición al término ‘gerente’- a los supuestos de administración de tacto. No
queda claro si el término ‘responsable’ es el más técnico, pero ese es el sentido dado por
el legislador a la expresión”.
I) 0892 Conducta típica: REYNA ALFARO, L. (2005). “El nuevo tratamiento legis
lativo de los delitos sexuales en el Código Penal peruano”. En: CANCIO MELIÁ, M.,
GARCÍA PAZ, O., HORNLE, T., PARMA, C. y REYNA ALFARO, L. (Directores). Los
delitos contra la libertad e indemnidad sexual. Lima: Jurista, p. 166. “La conducta mate
rial que castiga el artículo 182-A del Código Penal es publicitar la prostitución infantil, el
turismo sexual infantil o la trata de menores. La acción típica es pues publicitar. Es cierto
que en relación a la expresión publicidad no puede propugnarse una accesoriedad admi
nistrativa del Derecho Penal, de modo tal que podemos utilizar la normativa administra
tiva sobre publicidad. Esto, porque la publicidad, en sentido del Derecho Administrativo,
se rige por el principio de legalidad. La publicidad que anuncia productos ilícitos como la
prostitución infantil, el turismo sexual infantil y el tráfico de menores ciertamente viola
el mencionado principio”.
1031
A rt. 182 L ibro segundo /Parte especial - delitos
necesario entender que la responsabilidad del sujeto cualificado se produce cuando él -en
efecto- es quien publicita el comercio sexual con menores. No estamos trente a una cláu
sula de responsabilidad objetiva, pues no basta con la condición de gerente o represen
tante, es indispensable que el sujeto cualificado realice la acción típica”.
pjljl JURISPRUDENCIA
P L E N O J U R IS D IC C IO N A L R E G IO N A L P E N A L
1032““
CAPÍTULO XI
OFENSAS AL PUDOR PÚBLICO
(161) Artículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 de la Ley N° 30963 del 18/06/2019.
1033
A rt. 1 8 3 L ibro segundo / Parte especial - delitos
Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor de seis años:
1. El que muestra, vende o entrega a un menor de catorce años, objetos, libros,
escritos, imágenes sonoras o auditivas que, por su carácter obsceno, pueden
afectar gravemente el pudor, excitar prematuramente o pervertir su instinto
sexual.
2. E l que incita a un menor de catorce años a la ebriedad o a la práctica de un acto
obsceno o le facilita la entrada a los prostíbulos u otros lugares de corrupción,
3. El administrador, vigilante o persona autorizada para controlar un cine u otro
espectáculo donde se exhiban representaciones obscenas, que permita ingresar
a un menor de catorce años.
Segunda modificación: artículo 1 de la Ley N° 28251 del 08/06/2004.
A rtícu lo 183.- Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de dos
ni mayor de cuatro años el que, en lugar público, realiza exhibiciones, gestos,
tocamientos u otra conducta de índole obscena.
Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor de seis
años:
1. El que muestra, vende o entrega a un menor de dieciocho años, por cualquier
medio, objetos, libros, escritos, imágenes, visuales o auditivas, que por su carác
ter obsceno, pueden afectar gravemente el pudor, excitar prematuramente o per
vertir su instinto sexual.
2. E l que incita a un menor de dieciocho años a la práctica de un acto obsceno o
le facilita la entrada a los prostíbulos u otros lugares de corrupción.
3. El administrador, vigilante o persona autorizada para controlar un cine u otro
espectáculo donde se exhiban representaciones obscenas, que permita ingresar
a un menor de dieciocho años.
Tercera modificación: artículo 1 de la Ley N° 30963 del 18/06/2019.
(Ver texto vigen te)
N o r m a s c o n c o r d a n t e s
C: art. 2 inc. 4); CP: arts. 12, 29, 45, 52, 57, 62, 68, 92, 176, 176-A, 183-A ; C P P 2 0 0 4 : art.
298; C C: arts. 515 inc. 8); 6 6 7 inc. 2); C N A : arts. I, II, 4, 13, 15, 24
DOCTRINA
Sumario: Bien jurídico / Significado de exhibición obscena / Acción / Supuestos típicos / Moda
lidades típicas / Tipicidad subjetiva / Consumación.
1034
O fensas al pudor público A rt. 183
concretiza una relación sexual y, decidir también qué escenas de contenido sexual desea
contemplar y/o observar; por eso, somos de la opinión, que el legislador en vez de ape
lar a la ‘índole obscena’ hubiera empleado el término ‘índole sexual’, cuyo contenido es
más factible de determinación valorativa. Si nos remitimos a un Derecho Penal enraizado
de acepciones llenas de contenido moralista, diríamos que el objeto de tutela es la moral
sexual social del colectivo o la ‘normal sensibilidad ética’, de los asociados, de acuerdo a
una equilibrada concepción de la vida humana y social”.
_IH
_ IN
_ _'XI_ Acción: MAGGIORE, G. (1986). Derecho Penal. Parte especial: Delitos en
particular. Vol. IV. 3a edición. Bogotá: Temis, pp. 98-101. “El acto debe ser obsceno. La
ley define el acto obsceno como el que, ‘según el sentido común, ofende el pudor’. ‘Obs
ceno’ [...] es propiamente lo que ofende el pudor de un modo torpe, suscitando asco y
repugnancia. Obsceno es más que impúdico (lo que ofende el pudor), más que lascivo,
lúbrico o deshonesto. La obscenidad -dice TOMMASEO- es más descarada y repug
nante que la deshonestidad misma. [,..] Hay un clímax entre indecente, impúdico y obs
ceno, que no admite saltos; la indecencia ofende las leyes de la conveniencia y del decoro;
la impudicia ultraja le sentimiento del pudor y la vergüenza; y lo obsceno, con su fealdad,
mueve a disgusto. ‘Obsceno’ es lo que ofende gravemente el pudor. Típicamente, pues, es
el acto que tiene un contenido sexual, como la unión camal, normal o anormal, legítima
o ilegítima (hasta la cópula entre esposos cometida en público, es acto obsceno) y el acto
libidinoso (como el tocar las partes vergonzosas de otro, la masturbación, la autoexhi-
bición, etc.) [...] Parece excesivo [...] el considerar en todo caso como acto obsceno la
exhibición pública en todo caso como acto obsceno la exhibición pública de inverecun
das desnudeces. Es acto obsceno desnudarse en público cuando se trata de suscitar pru
ritos de lujuria y tentaciones lascivas. [...] ‘Lugar público’ es el normalmente accesible a
todos, por derecho o, de hecho, por naturaleza (calle y plazas) o por destino (villas y jar
dines públicos) [...] Tugar público’ siempre lo es, exista o no la posibilidad de que otros
vean (las plazas y las calles son lugares públicos, aunque estén desiertas o en completa
oscuridad)”.
1036=
O fensas al pudor público A rt. 183
prostíbulos u otros lugares de corrupción: [...], el primero de ellos será aquel lugar donde
personas de distinto sexo ofrecen prestaciones sexuales a cambio de un precio o cualquier
tipo de ventaja; solo se podrá facilitar el acceso, a centros que cuentan con una entrada,
es decir, lugares privados (sean centros de prostitución legales o clandestinos), pues en el
caso de la prostitución callejera, simplemente esto no es materialmente posible, a menos
que reconduzcamos esta conducta al inciso anterior (inc. 1), lo cual es en sí dudoso. Final
mente, en lo que refiere a otros lugares de corrupción, la tarea interpretativa no es empresa
fácil, pues el mismo término ‘corrupción’ deviene en un elemento de contenido indefi
nido por su relativismo y vaguedad conceptual. ¿Cuáles podrían ser entonces lugares de
corrupción de menores de 18 años de edad, bares, discotecas de adultos, salas de juego de
azar, night clubs, etc. (pp. 403-404)”.
— 1037
Art. 1 8 3 L ibro segundo /Parte especial - delitos
_|)0>I04
_ _ _ _ Consumación: SALINAS SICCHA, R. (2000). Curso de Derecho Penal
peruano. Parte especial. Lima: Palestra, p. 456. “Las conductas previstas en el inciso
1 del artículo 183 del CP se perfeccionan (consuman) en el mismo momento en que el
agente o sujeto activo expone, vende o entrega al agraviado material de carácter obs
ceno. Es posible la tentativa, por ejemplo, cuando el agente, en instantes que se dispone
a vender o entregar material pornográfico a un menor, es intervenido por efectivos de
la Policía Nacional. Los comportamientos tipificados en el inciso 2 del artículo 183 del
Código Penal, se perfeccionan en el momento que el agente, en lugar posible de ser visto,
comienza a efectuar las exhibiciones, gestos o tocamientos de carácter sexual. Es posi
ble la tentativa”.
JURISPRUDENCIA
CORTE SUPREMA
J 1052 D escripción de hechos y subsunción típica en e l delito de exhibición y p u b lic a
ciones obscenas: “Es obvio que el imputado perpetró los delitos mediando prevalimento,
pues impuso su condición de tío y aprovechó que las niñas ocasionalmente se hallaban
alojadas en su domicilio y estaban sometidas, de algún modo, bajo su autoridad; que, por
lo demás, se trata de la comisión de un concurso real de delitos, en agravio de tres meno
res de edad, a dos de las cuales incluso les impuso la observación de películas pornográfi
cas; que el hecho más grave está tipificado en el artículo 173 infine del Código Penal, que
- 1038 -
Ofensas al pudor público A rt. 183
fija como pena mínima 30 años de pena privativa de libertad, siendo de tomar en cuenta el
artículo 50 del Código Sustantivo. Que también se ha condenado al imputado por el delito
de pornografía infantil, previsto y sancionado en el artículo 183-A del Código Penal, en
su texto estatuido por la Ley N° 27459, del 26 de mayo de 2001, vigente cuando se per
petraron los hechos; que, sin embargo, ese tipo penal castiga la utilización de menores de
edad en los espectáculos pornográficos, que no es del caso de autos, siendo aplicable el
artículo 183 del Código Penal, modificado por la indicada ley que sanciona -entre otros
supuestos- al que muestra imágenes sonoras o auditivas de carácter obsceno con entidad
para afectar el pudor, excitar prematuramente o pervertir el instinto sexual de menores de
edad; que esta última figura penal se encuentra en el mismo rubro delictivo y solamente
importa una readecuación típica de la conducta imputada al encausado, sin variación de
los hechos ni de las circunstancias de perpetración típica, consecuentemente no existe
vulneración al principio acusatorio, y además se encuentra dentro de la perspectiva de la
defensa del imputado quien negó la exhibición de las cintas pornográficas materia de acu
sación, a la vez que se trata de una figura penal menos grave; que siendo así es del caso
entender que el tipo penal perpetrado es el previsto en el artículo 183 del Código Penal y
no en el 183-A del código acotado” (Ejecutoria Suprema del 17/01/2005, R. N. N ° 3504-
2004-lca. En: PEREZ ARROYO, M. (2006). La evolución de la jurisprudencia en el Perú
(2001-2005). Tomo II. Inris Consulti - San Marcos, Lima, p. 1003).
1039
A rt. 183 L ibro segundo / Parte especial - delitos
que la conducta descrita en el inciso uno, del artículo 183 del Código Penal protege el
desarrollo y formación sexual de menores de catorce años, teniendo en cuenta, ade
más, la versión original de este numeral, antes de su mencionada modificación. Así
lo sostienen Luis Alberto Bramont-Arias Torres, Raúl Peña Cabrera y Tomas Aladino
Gálvez Villegas. Asimismo, esta situación también fue ratificada por la jurisprudencia
a través del Acuerdo Plenario N° 7-2007/CJ-116 y 4-2008/CJ-116 [...]; 1-2012/CJ-116,
todos ellos constitutivos de la doctrina legal vinculante, expedida por la Corte Suprema
de Justicia de la República, que guarda estrecha relación con la sentencia del Tribu
nal Constitucional expedida en la demanda de inconstitucionalidad correspondiente al
expediente N° 0008-2012-PI/TC, contra el inciso 3 del artículo 173 del Código Penal,
respecto al delito de violación sexual contra víctimas entre catorce y dieciocho años de
edad, determinó que el objeto de protección en agraviados con esta edad, es la liber
tad sexual y no así la indemnidad sexual. Consecuentemente, al realizar un análisis de
interpretación sistemática de nuestro Derecho Penal nacional, nos revela que el bien
jurídico protegido es la tutela del desarrollo y formación sexual del menor, pero solo de
quienes tienen menos de catorce años. A quienes tienen una edad superior se les pro
tege su libertad de aceptar o rechazar este tipo de documentos de índole sexual, por lo
cual dicha figura típica, en todo caso, sería adecuada al delito de injuria, comprendida
en el artículo 130 del Código Penal, pues no se puede soslayar que el legislador no la ha
regulado todavía con precisión y exactitud, mediante otra circunstancia agravante, en
atención al principio de legalidad. F. J . 5. Que lo cierto es que del examen de los actua
dos se tiene, que la propia agraviada o solo reconoció su edad en la fecha de los hechos,
por cierto, superior a los catorce años, sino también que está suficientemente probado
que las partes mantuvieron comunicación vía internet y que para ello subsistió el con
sentimiento de la agraviada; así se desprende de su manifestación policial [...], rendida
en presencia del representante del Ministerio Público, en donde acepta haberse comu
nicado con el acusado unas quince veces, aproximadamente, desde el mes de enero
hasta que fue descubierta por su padre. De ahí que surgen dos detalles relevantes que
demuestran el tácito consentimiento de la agraviada; primero, que la agraviada ha sos
tenido que nunca fue amenazada por el procesado, pero sobre todo, que ella no denun
ció el hecho, contrariamente fue su padre quien lo hizo luego de descubrir, por casuali
dad, dichas comunicaciones. Por lo tanto, el hecho materia de proceso no es justiciable
penalmente, debido a su no justiciabilidad penal del hecho, esto es, por incurrir en
aquellos supuestos vinculados con el elemento sistemático ‘punibilidad’ o ‘penalidad’,
que se caracteriza por limitar la intervención penal sobre la base de perseguir determi
nados objetivos de política criminal, vinculados a la necesidad de la pena, las condicio
nes objetivas de punibilidad y las excusas absolutorias con causas de restricción de la
pena, que entran en funcionamiento cuando ya se han constatado todos los elementos
del delito y la culpabilidad del autor, de ahí que resulta plenamente satisfactorio incluir
los, procesalmente, dentro de supuestos de supuestos de no justiciabilidad penal, resul
tando de aplicación los alcances del artículo cinco del Código de Procedimientos Pena
les; y relevando a este supremo tribunal de realizar mayor comentarios respecto a los
demás agraviados planteados” (R. N. N ° 1915-2013-L im a, d e l 09/12/2014, ff. j j. 3, 4 y
5, Sala P en al Transitoria).
1040
Ofensas al pudor público A rt. 183-A
CORTES SUPERIORES
J 1054 C riterios p a r a determ inar e l bien ju ríd ic o p rotegid o : “El pudor público es pro
tegido como un bien social, y consiste en el concepto medio de decencia y buenas cos
tumbres, relacionado a cuestiones sexuales, debiendo ser analizado de acuerdo a los hábi
tos sociales, lo que por lo general varían según la sociedad que se trate, e incluso de
pueblo en pueblo” (Ejecutoria Superior del 11/08/1998, Exp. N° 3105-98-Lima).
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 2#5-/4(163).- El que posee, promueve, fabrica, distribuye, exhibe, ofrece,
comercializa o publica, importa o exporta objetos, libros, escritos, imágenes visua
les o auditivas, o realiza espectáculos en vivo de carácter pornográfico, en los cuales
se utilice a menores de catorce a dieciocho años de edad, será sancionado con pena
privativa de libertad no menor de cuatro ni mayor de seis años y con ciento veinte a
trescientos sesenta y cinco días multa.
Cuando el menor tenga menos de catorce años de edad la pena será no menor de
cuatro ni mayor de ocho años y con ciento cincuenta a trescientos sesenta y cinco
días multa.
(162) Artículo vigente conform e a la m odificación realizada por el artículo 1 d elaL ey N °3 0 9 6 3 del 18/06/2019.
(163) Artículo incorporado por el artículo 2 de la L ey N° 27459 del 26/05/2001.
•1041
A rt. 183-A L ibro segundo /Parte especial - delitos
1042..
O fensas al pudor público A rt . 183-A
N ormas concordantes
C: art. 2 inc. 4); C P: arts. 12, 29, 45, 52, 62, 68, 92; C P P 2 0 0 4 : art. 298; CC: arts. 515 inc.
8); 6 6 7 inc. 2); C N A : arts. I, II, 4, 13, 15 inc. g ); 24 inc. i)
DOCTRINA
£|j[¡£4¡|g Acción típica: REYNA ALFARO, L. (2005). “El nuevo tratamiento legisla
tivo de los delitos sexuales en el Código Penal peruano”. En: CANCIO MELIA, M.,
GARCÍA PAZ, O., HÓRNLE, T., PARMA, C. y REYNA ALFARO, L. (Directores). L o s
delitos confra la libertad e indemnidad sexual. Lima: Jurista, pp. 156-157. “El tipo básico
de pornografía infantil castiga, de modo alternativo, diez diversas acciones: Poseer, pro
mover, fabricar, distribuir, exhibir, ofrecer, comercializar, publicar, importar y expor
tar. Esta gama de comportamientos -indica el tipo penal, en su versión anterior y en la
actual- pueden recaer, de modo alternativo también, sobre objetos, libros, escritos, imá
genes visuales o auditivas, de carácter pornográfico en los que se utilice a personas de
catorce y menos de dieciocho años de edad. Asimismo, se incluye como supuesto típico
la realización de espectáculos en vivo de dicha connotación”.
1043
A rt. 183-A L ibro segundo /Parte especial - delitos
Jifa JURISPRUDENCIA
Sumario: CORTE SUPREMA: Idoneidad del medio de prueba empleado para acreditar la comi
sión del ilícito. PLENO JURISDICCIONAL REGIONAL PENAL: Imposibilidad de
tentativa en el delito de pornografía infantil / Medios probatorios en el delito de porno
grafía infantil.
1044
O fensas al pudor público A rt. 183-A
CO RTE SUPREMA
J 1056 Im po sib ilid a d d e tentativa en e l delito de porn ogra fía infantil: “En referencia
al artículo 183 y artículo 183-A del Código Penal acordaron, que no existe posibilidad de
que se configure la tentativa en estos delitos”. (Pleno Jurisdiccional Regional en Materia
Penal “Explotación Sexual y Comercial de Niños, Niñas y Adolescentes, Sesión Plena-
ria de los magistrados de la especialidad penal, familia y mixtos de las Cortes Superiores
deLoreto, Madre de Dios, Cusco, Lima Norte, Callao, Cañete, Huaura, del 10/08/2007y
11/08/2007, Grupo de Trabajo N°2).
1045
A rt. 183-B L ibro segundo /Parte especial - delitos
J 1057 M edios pro b a to rio s en el delito de p o rn o g ra fía infantil: “Los medios probato
rios necesarios para determinar fehacientemente a los culpables de pornografía infantil
son los registros personales, registros domiciliarios e incautación de objetos, la constata
ción policial, la imprenta y la máquina matriz de almacenamiento de pornografía, decla
ración testimonial, videos, toma fotográfica, la incautación de material informático, actas
de constatación”. (Pleno Jurisdiccional Regional en Materia Penal “Explotación Sexual
y Comercial de Niños, Niñas y Adolescentes ”, Sesión Plenaria de los magistrados de la
especialidad penal, familia y mixtos de las Cortes Superiores de Loreto, Madre de Dios,
Cusco, Lima Norte, Callao, Cañete, Huaura, del 10/08/2007y 11/08/2007, Grupo de Tra
bajo N° 07).
TEXTO ORIGINAL:
A rtícu lo 183-B (I6S>.~ El que contacta con un menor de catorce años para solicitar u
obtener de él material pornográfico, o para llevar a cabo actividades sexuales con
él, será reprimido con una pena privativa de libertad no menor de cuatro ni mayor de
ocho años e inhabilitación conforme a los numerales 1, 2 y 4 del artículo 36.
Cuando la víctima tiene entre catorce y menos de dieciocho años de edad y medie
engaño, la pena será no menor de tres ni mayor de seis años e inhabilitación con
form e a los numerales 1, 2 y 4 del artículo 36.
(164) Artículo vigente conform e a la modificación realizada por el artículo 1 de la L ey N° 30963 del 18/06/2019.
(165) Artículo incorporado por el artículo 5 de la L ey N° 30171 del 10/03/2014.
1 0 4 6 - ”“”
O fensas al pudor público A rt. 183-B
JURISPRUDENCIA
CORTE SUPREMA
J 1058 D e lito s m u tila d o s de d o s actos: “De otro lado, con respecto al delito pre
visto en el artículo 183-B del Código Penal, dicho tipo penal establece: ‘El que con
tacta con un menor de catorce años para solicitar u obtener de él material pornográfico,
o para llevar a cabo actividades sexuales con él, será reprimido con una pena priva
tiva de libertad no menor de cuatro ni mayor de ocho años e inhabilitación conforme
a los numerales 1, 2 y 4 del artículo 36’. Atendiendo a la estructura de la citada dispo
sición normativa, esta se enmarca en la categoría de los delitos de tendencia interna
trascendente. Como bien lo señala la doctrina autorizada, los tipos penales de tenden
cia interna trascendente pueden, a su vez, dividirse en dos grupos. Por un lado, están
los llamados delitos mutilados de dos actos, en los que el resultado ulterior se va a
obtener con una acción posterior a la que apunta la primera acción; y, por otro lado, se
encuentran los llamados delitos cortados de resultado, en los que el resultado ulterior
lo debe producir la misma acción típica sin una acción ulterior. El delito de Proposi
ciones sexuales a niños, niñas y adolescentes, previsto en el artículo 183-B del Código
Penal, se encuadra, precisamente, dentro de la sub categoría de los delitos mutilados
de dos actos. Para su configuración basta con que el agente ‘se contacte’ con un menor
de catorce años, para -com o acto posterior- solicitar u obtener de él material porno
gráfico, o para llevar a cabo actividades sexuales con él” (R. N. N ° 3303-2015-Lima,
del 24/02/2017, f. j. 12, Segunda Sala Penal Transitoria).
1047
C A P ÍT U L O X II
D IS P O S IC IÓ N C O M Ú N
DOCTRINA
I) 11:113 Alcance del tipo: CHIRINOS SOTO, F. (1993). Comentarios al nuevo Código
Penal del Perú. Tomo II. Lima: Rodhas, p. 229. “Todos los delitos con contenido sexual,
comprendidos en los capítulos noveno, décimo y décimo primero, vale decir, violación de
la libertad sexual, proxenetismo y ofensas contra el pudor público, son objeto de esta dis
posición común y especial, mediante la cual se convierte a los coautores en autores direc
tos, siempre que se trate de ascendientes, descendientes, afines en línea recta, hermanos y
cualquier otra persona que con abuso de autoridad, encargo o confianza, presten su coo
peración para la perpetración de esas infracciones”.
1048
D isposición común A rt. 184-A
(166) Artículo vigente conform e a la incorporación realizada p o r el artículo 2 de la Ley N° 30838 del
04/08/2018.
INDICE GENERAL
INDICE GENERAL
• Presentación................................................................................................................ 5
# Exposición de motivos................................................................................................ 15
TÍTULO PRELIMINAR
PARTE GENERAL
1053
Í ndice general
LIBRO PRIMERO
PARTE GENERAL
TÍTULO I
De la ley penal
Capítulo I
Aplicación espacial
Capítulo II
Aplicación temporal
Capítulo III
Aplicación personal
TÍTULO II
Del hecho punible
Capítulo I
Bases de la punibilidad
Capítulo II
Tentativa
Capítulo III
Causas que eximen o atenúan
la responsabilidad penal
Capítulo IV
Autoría y participación
TÍTULO III
De las penas
Capítulo I
Clases de pena
Sección I
Pena privativa de libertad
Sección II
Penas restrictivas de libertad
Sección III
Penas limitativas de derechos
1056
Índice general
Sección IV
Pena de multa
Capítulo II
Aplicación de la pena
Artículo 46-A Circunstancia agravante por condición del sujeto activo 353
1057
Í ndice general
Capítulo III
De las conversiones
Sección I
Conversiones de la pena privativa
de libertad
Sección II
Conversión de la pena de prestación
de servicios a la comunidad
y limitativa de días libres
Sección III
Conversión de la pena de multa
1058
Í ndice general
Capítulo IV
Suspensión de la ejecución de la pena
Capítulo V
Reserva del fallo condenatorio
Capítulo VI
Exención de la pena
Capítulo VII
Rehabilitación
1059 -
Í ndice general
T ÍT U L O IV
De las medidas de seguridad
Internación................................................................................. 483
TÍTULO y
Extinción de la acción penal y de la pena
Cosajuzgada.................................................................... 549
TÍTULO VI
De la reparación civil y consecuencias accesorias
Capítulo I
Reparación civil
Capítulo II
Consecuencias accesorias
LIBRO SEGUNDO
PARTE ESPECIAL - DELITOS
TÍTULO I
Delitos contra la vida, el cuerpo y la salud
Capítulo I
Homicidio
Artículo 106 Homicidio simple...................................................................... 603
Artículo 108-A Homicidio calificado por la condición oficial del agente.... 630
Capítulo II
Aborto
Artículo 114 Autoaborto................................................................................... 668
1062— — ■ ■ ■ ■ ■— — — — — — - —
Í ndice general
Capítulo III
Lesiones
Artículo 121-B Lesiones graves por violencia contra las mujeres e inte
grantes del grupo familiar.................................................... 701
Capítulo IV
Exposición a peligro o abandono
de personas en peligro
T ÍT U L O II
Delitos contra el honor
C apítulo único
Injuria, calumnia y difamación
T ÍT U L O III
Delitos contra la familia
Capítulo I
Matrimonios ilegales
1064“^^---==^^— — -— — —
Índice general
Capítulo II
Delitos contra el estado civil
Capítulo III
Atentados contra la patria potestad
Capítulo IV
Omisión de asistencia familiar
T ÍT U L O IV
Delitos contra la libertad
Capítulo I
Violación de la libertad personal
— 1065 ----
Í ndice general
Capítulo II
Violación de la intimidad
Capítulo III
Violación de domicilio
Capítulo IV
Violación del secreto de las comunicaciones
Capítulo V
Violación del secreto profesional
Capítulo VI
Violación de la libertad de reunión
Capítulo VII
Violación de la libertad de trabajo
Capítulo VIII
Violación de la libertad de expresión
1067
Í ndice general
Capítulo IX
Violación de la libertad sexual
Capítulo X
Proxenetismo
1068
Índice general
Capítulo XI
Ofensas al pudor público
Capítulo XII
Disposición común
1069
Este libro se terminó de imprimir en julio de 2019
en los talleres gráficos de
Imprenta Editorial El Búho E.I.R.L.
San Alberto N° 201, Surquillo
Teléfono: 242-2281
Lima, Perú