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ERROR DE PROHIBICIÓN

 
JUICIO DE RECOGNOSCIBILIDAD DE LA ANTIJURICIDAD DEL HECHO
 
“El artículo 28 inciso segundo del Código Penal regula en lo pertinente al error
de prohibición invencible: "El error invencible sobre la ilicitud del hecho
constitutivo de la infracción penal o de una causa de exclusión de la
responsabilidad penal, exime de ésta...".
El error de prohibición afecta a la significación antijurídica del hecho, ya por
creer que éste no está prohibido, ya por creerse el autor legitimado para hacerlo
(error sobre la justificación de la conducta). Dentro del error de prohibición se
incluyen: a) el error sobre la licitud de la conducta o error de prohibición directo;
y, b) el error sobre la concurrencia de una causa de justificación, o error de
prohibición indirecto.
Respecto de la clasificación del error de prohibición, la Sala de lo Penal de la
Corte Suprema de Justicia, en su sentencia con referencia número 441-CAS-
2009, pronunciada en San Salvador, a las nueve horas con quince minutos del día
seis de mayo de dos mil once, expresó: "A su vez, el error de prohibición puede
ser directo o indirecto, según que el sujeto actúe creyendo que su
comportamiento no es delito o bien que conociendo la prohibición penal en
general, supone que en el obrar concreto, le ampara una causa de justificación.
Una sub clasificación más, el error puede estar referido a la existencia de la causa
de justificación (error de permisión) o respecto de los presupuestos de ésta...".
Como todo error, el de prohibición puede ser absoluto o invencible, o bien
relativo, vencible o evitable. El error de prohibición invencible determina la
exclusión de responsabilidad criminal, mientras que el error vencible determina
la atenuación de la pena.
En el error de prohibición el conocimiento de la antijuricidad del hecho no debe
corresponderse con un conocimiento estricto y pormenorizado de los preceptos
legales, sino con una valoración paralela en la esfera del profano sobre el carácter
antijurídico o no de la conducta. La valoración que reclama el error de
prohibición debe centrarse en un juicio de "recognoscibilidad" de la antijuricidad
del hecho; se trata, por tanto, de valorar si el sujeto pudo, en una concreta
circunstancia y respecto de una determinada prohibición penal, reconocer la
antijuricidad del hecho, enjuiciamiento en el que deberá tenerse en cuenta una
multiplicidad de factores, tales como, la complejidad de la concreta prohibición
penal; y que, adrede, se analiza en la culpabilidad y no en la antijuricidad, como
erróneamente lo plantean los apelantes en la primera parte de su escrito.
Siguiendo la anterior línea de pensamientos este tribunal estima, que se debe
tomar en cuenta la evitabilidad del error, es decir, que el autor haya tenido
razones para pensar en la punibilidad de su comportamiento. Naturalmente, el
autor que conoce o pudo conocer la antijuricidad ya tiene razones para pensar en
la punibilidad. Y en general habrá razones para pensar en la punibilidad del
comportamiento, cuando el autor haya conocido circunstancias que le habrían
permitido tomar conciencia de la incompatibilidad de su comportamiento con el
orden jurídico y la gravedad del hecho.”
 
SUPUESTO DE CAUSAL DE JUSTIFICACIÓN DE QUIEN ACTÚA U
OMITE EN EJERCICIO DE UNA ACTIVIDAD LÍCITA
 
“Bajo los razonamientos antes expuestos, en el caso de estudio, esta curia
examinará si concurre un error de prohibición sobre una causa de justificación
que excluye de responsabilidad penal -Art. 27 Pn.-, pues de la lectura de los
argumentos agraviantes se desglosa que los impugnantes afirman que los
acusados actuaron creyendo que su comportamiento no era ilícito, en virtud que
desconocían lo que estipula el artículo 323 Pr. Pn., respecto a que la persona
aprehendida en flagrancia debe ser puesta a disposición de la policía,
circunstancia última que permite inferir a este tribunal que el error de prohibición
aducido por los apelantes versa sobre los presupuestos objetivos de una causa de
justificación, específicamente, un exceso extensivo de la misma.
Esta cámara advierte que los impugnantes no exponen cuál es la causa de
justificación que presuntamente ampara el actuar de los encartados. Sin embargo,
en virtud del principio iura novit curia, este tribunal adecua los hechos alegados
por los apelantes a la causa de justificación regulada en el artículo 27 numeral 1
del Código Penal, que estatuye que no es responsable penalmente: "Quien actúa u
omite en cumplimiento de un deber legal o en ejercicio legítimo de un derecho o
de una actividad lícita."
La causal de justificación antes relacionada contiene tres supuestos de hecho,
pero por interesar al caso de estudio, se desarrollará el último supuesto referente
a "quien actúa u omite en ejercicio de una actividad lícita". Este supuesto de
hecho se refiere a comportamientos que se llevan a cabo en el ejercicio de
actividades socialmente asumidas y que implican la realización de tipos penales.”
 
POSIBILIDAD DE QUE LOS PARTICULARES REALICEN DETENCIÓN
EN CASOS DE URGENTE E INMEDIATA NECESIDAD COMO LA
FLAGRANCIA
 
“Al hacer un compendio de los argumentos de los recurrentes se extrae, que el
error de prohibición que arguyen se basa en los siguientes hechos: que los
sindicados privaron de su libertad a la víctima […], porque éste estaba
extorsionando a uno de los acusados y que en razón de ello procedieron a
restringir su libertad ambulatoria, para llevarlo a la casa de su abuela y explicarle
lo que la víctima estaba haciendo, acción que fue realizada porque los acusados
desconocían que el artículo 323 Pr. Pn., estipula que la persona aprehendida en
flagrancia debe ser entregada a la policía y que el error se ve reforzado porque los
acusados fueron detenidos en sede policial, cuando trataban de poner la denuncia
contra la víctima por el delito de extorsión.
En razón de lo expuesto por los apelantes, es necesario hacer referencia a la
supuesta conducta lícita que motivó la acción de los justiciables. El artículo 323
inciso primero del Código Procesal Penal, regula: "La policía aprehenderá a
quien sorprenda en flagrante delito. En el mismo caso, cualquier persona estará
autorizada a practicar la aprehensión y a impedir que el delito produzca
consecuencias_ ulteriores e inmediatamente se entregará al aprehendido a la
Policía Nacional Civil, para el inicio de la investigación correspondiente." (El
subrayado es nuestro).
Las personas particulares en relación con la práctica de la detención, en principio,
no están habilitados, ni siquiera facultados legalmente, para privar de libertad a
ninguna persona, incurriendo, si lo hacen, en responsabilidad penal.
Excepcionalmente se encuentran autorizados para llevar a cabo la detención de
un sujeto en casos de urgente e inmediata necesidad, como sucede en los casos de
flagrante delito. La posibilidad que se reconoce a los particulares de practicar una
detención constituye simplemente una facultad que la Constitución en su artículo
13 inc. 1ro. y el artículo 323 inc. 1ro. Pr. Pn., les otorga y que, por tanto, no están
obligados a ejercitar.”
 
DETENCIÓN HECHA POR PARTICULARES NO CONLLEVA PRIVACIÓN
DE LIBERTAD CUANDO SE REALIZA CON EL FIN DE ENTREGAR AL
AUTOR DEL HECHO A LA AUTORIDAD POLICIAL
 
“En virtud de lo anterior, el particular que detuviere a otro en el supuesto de la
flagrancia, al carecer de facultades legales para realizar actos de investigación,
deberá entregarlo inmediatamente a la policía, para la realización de las
correspondientes averiguaciones, siendo ésta la finalidad inmediata de la
detención, razón por la cual el tiempo de aprehensión no podrá ser superior al
indispensable para hacerlo; por tanto, la detención realizada por un particular no
conlleva privación de libertad, ni atenta contra el derecho de libertad física,
siempre y cuando se realice con el fin de entregar al presunto autor del hecho
delictivo a la autoridad policial.”
 
IMPOSIBILIDAD DE ESTABLECERSE COMO CAUSA DE
JUSTIFICACIÓN QUE EL PARTICULAR CAPTURE A UNA PERSONA
PARA HACERLE JUSTICIA POR SU PROPIA MANO
 
“Una vez establecida la causa de justificación que presuntamente amparaba el
actuar de los encartados, esta cámara procederá a examinar si concurre el error de
prohibición que alegan los apelantes, para lo cual debe examinarse la capacidad
de los incoados de elegir, actividad que depende también de lo que pudieron
comprender para realizar esa elección, pues el análisis jurídico del reproche debe
tener presente esas condiciones personales por las cuales se pudo optar y
seleccionar una determinada conducta.
En el caso sub júdice se advierte, de los datos generales de identificación
aportados por cada sindicado en el juicio, que ambos son mayores de edad,
salvadoreños, que residen […], datos de los que si bien, no se puede determinar
con claridad las condiciones socio-culturales de ambos, se puede establecer que
los imputados son originarios y que tienen su domicilio en el país, circunstancia
que permite inferir, que como ciudadanos salvadoreños, conocen que es la
Policía Nacional Civil la institución encargada de la investigación de los delitos.
Aunado a ello, de la prueba vertida en juicio no se desprenden elementos que
indiquen que la víctima fue detenida en flagrancia por haber cometido el delito
de extorsión en contra de uno de los sindicados.
Asimismo, no existe prueba de que las condiciones mentales de cada procesado
sean o hayan sido afectadas en el desarrollo de los actos en que participaron.
En virtud de lo antes expuesto se infiere que los sindicados, aún ante la supuesta
captura en flagrancia del joven […], pudieron preguntar a la autoridad
administrativa (PNC) qué hacer ante la detención o directamente entregarlo y
poner la denuncia correspondiente, por lo que se desprende que existieron las
condiciones mínimas mediante las cuales los acusados habrían podido reconocer
la ilicitud de sus actos y procurar evitarlos, pues no es razonable pensar que los
indiciados como ciudadanos salvadoreños y en perfecto uso de sus facultades
mentales (ya que no existe prueba que demuestre lo contrario), hayan estimado
que, por ser presuntamente víctimas de un delito, podrían hacer justicia por ellos
mismos.
De la declaración de la víctima […] se extrae, que los acusados cuando lo
capturaron lo hicieron con el propósito de agredirlo físicamente, pues lo
trasladaron a un predio baldío donde lo tuvieron por un lapso de media hora y lo
golpearon, estimando la posibilidad de matarlo, circunstancias que permiten
inferir a este tribunal, que los justiciables capturaron a la víctima para hacer
justicia por su propia mano y que no actuaron creyendo que era lícito lo que
hacían, pues coligado a lo que se ha expresado en parágrafos anteriores, debe
considerarse de igual forma, que los acusados tuvieron que ocultar su identidad y
realizar la supuesta detención en horas nocturnas y de forma clandestina, no a la
vista de la comunidad, razones por las que no se puede colegir que se configuró
el error de prohibición alegado, pues ha quedado evidenciado que los imputados
actuaron de manera antijurídica y culpable, infiriéndose que las alegaciones de
los recurrentes son meras apreciaciones personales que reflejan su inconformidad
con la sentencia apelada.
Consecuentemente, esta cámara considera que el tribunal sentenciador no ha
inobservado el artículo 28 inciso segundo del Código Penal.

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