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Constitucional
N.º 105
Sala de lo Constitucional
Dr. José Óscar Armando Pineda Navas
PRESIDENTE
Sala de lo Civil
Lic. Óscar Alberto López Jerez
PRESIDENTE
Sala de lo Penal
Lcda. Doris Luz Rivas Galindo
PRESIDENTA
La presente edición pretende ser un texto útil para los interesados en conocer y
aplicar la jurisprudencia como fuente de derecho.
En ese sentido, se espera que esta y las siguientes publicaciones sean de máxima
utilidad práctica y didáctica y que permitan calibrar la jurisprudencia constitucional,
orientándola al debate, estudio y a la investigación, para el logro de los ideales gene-
rales de justicia, libertad y paz duradera en El Salvador.
OBSERVACIONES PRELIMINARES
METODOLOGÍA
Ejemplo:
109-2010
iii
Descriptor
AMPARO CONTRA LEYES
418-2009
Restrictor
Improcedente cuando la pretensión se configura sobre una disposición que
ya fue declarada inconstitucional
Descriptor
ASUNTOS DE MERA LEGALIDAD
272-2009
Restrictor
Inconformidades que carecen de contenido constitucional.
iv
Toda comunicación o colaboración
debe enviarse a la siguiente dirección:
REVISTA DE DERECHO CONSTITUCIONAL
CENTRO DE DOCUMENTACIÓN JUDICIAL
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
Oficinas administrativas y jurídicas
de la Corte Suprema de Justicia,
Centro de Gobierno,
San Salvador, El Salvador.
1
La investigación se llevó a cabo como Trabajo de Investigación en el marco del Seminario de Graduación
de la Maestría en Derecho Penal Constitucional que se impartía en la Universidad Centroamericana José
Simeón Cañas (UCA).
Artículo
INTRODUCCIÓN
2
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ser de gran ayuda para litigantes, fiscales, defensores, policías, jueces, colabo-
radores jurídicos, etc., ya que actualmente se plantean diversos hábeas corpus
contra actos de restricción que han acaecido mucho antes de la presentación
de la demanda, pero que aún subsistentes efectos adversos a los derechos tu-
telados por la citada garantía constitucional.
La presente investigación se ha llevado a cabo a través del método dogmá-
tico jurídico. No obstante, dicho análisis no se restringe a aspectos meramente
conceptuales, pues ellos podrían conducir a conclusiones equivocadas. La téc-
nica empleada ha sido el análisis de contenido de las fuentes, mediante el cual
se ha logrado identificar los elementos de juicio relevantes en la construcción
del discurso de justificación de la propuesta. De manera que, en la presente
investigación, se ha realizado un análisis cualitativo de resoluciones judiciales,
pues se ha utilizado fuentes bibliográficas, artículos de revistas jurídicas espe-
cializadas, informes de algunas instituciones y organismos no gubernamen-
tales, jurisprudencia constitucional nacional y la legislación pertinente, con el
objeto de determinar las causas del fenómeno y analizar si la respuesta que la
Sala de lo Constitucional brindada es desproporcionada e incompatible con las
características y dimensiones subjetivas y objetivas del hábeas corpus cuya exis-
tencia y validez ha sido reconocida por la misma jurisprudencia constitucional.
Considerando lo expuesto, el trabajo de investigación se desarrolla en seis
apartados. En el primero se plantean los aspectos generales del proceso de
hábeas corpus, con especial énfasis en las implicaciones jurídicas que suponen
sus dimensiones subjetiva y objetiva en relación con su objeto de tutela, na-
turaleza jurídica y características. En el segundo apartado se analiza la pre-
tensión constitucional de hábeas corpus y las consecuencias procesales que se
producen por su falta de configuración adecuada. En el tercer apartado se
emprende un estudio breve sobre los límites y alcances de la autonomía pro-
cesal de la Sala de lo Constitucional para el análisis y resolución de las preten-
siones planteadas en los procesos constitucionales de control concreto y su
aplicabilidad en la determinación de los motivos o causas a través de las cuales
tales procesos finalizan de manera anormal. En el cuarto apartado se estudia
la evolución de la jurisprudencia vinculada a la falta de actualidad del agravio
constitucional en el hábeas corpus y se identifica la línea jurisprudencial objeto
de análisis y sus principales premisas. En el quinto apartado se discuten amplia-
mente los diferentes argumentos esgrimidos a favor y en contra de la citada
línea jurisprudencial y se fundamentan las razones por las cuales se sostiene
que su estructuración y aplicación deniega el derecho el acceso a la justicia
constitucional. Finalmente, en el sexto apartado se plantean las conclusiones
y recomendaciones, abogando por la aplicación restrictiva y excepcional del
citado motivo de finalización anticipada del hábeas corpus.
3
Artículo
Concepto
2
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, Exp. de HC 379-2000, sentencia.
3
Arts. 11 y 247 inc. 2° de la Constitución de la República.
4
Actualmente, el hábeas corpus se encuentra desarrollado en la Ley de Procedimientos Constitucionales.
Dicho instrumento normativo, que data de 1960, regula específicamente desde el artículo 38 hasta el 77 lo
referido al HC.
5
El derecho a la protección judicial se encuentra reconocido en diversas disposiciones de instrumentos interna-
cionales, entre ellos los artículos 8 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos12, 25.1 de la Con-
vención Americana sobre Derechos Humanos y 2.3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
los cuales se refieren a la necesidad de la existencia de un “recurso” en caso de vulneración a los derechos
fundamentales. Así también lo prevé la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, en
su artículo 18. Pero las normas internacionales también se refieren a mecanismos de protección específica-
mente en relación con la libertad física, de forma que en los artículos 7.6 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos y 9.4 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos se establece el derecho de
las personas de acudir a un juez o tribunal para que decida sobre la legalidad de su privación de libertad y, en
caso de que fuera ilegal, se ordene su libertad.
6
Cfr. Z.C. Cevallos Clímaco, La protección de la integridad personal por medio del hábeas corpus correctivo,
según la jurisprudencia de la sala de lo constitucional (El Salvador: Universidad Centroamericana José Si-
meón Cañas) 159.
7
Cfr. N.P. Sagués, Derecho Procesal Constitucional. Hábeas corpus, 56
8
Cfr. L.A. Huerta Guerrero, El proceso constitucional de hábeas corpus en el Perú, http://www.juridicas.unam.
mx/publica/librev/rev/dconstla/cont/2006.1/pr/pr25.pdf, consulta el 15-VII-2016.
4
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.º 105
Naturaleza jurídica
9
Cfr. Z.C. Cevallos Clímaco, Op. Cit., 159.
10
“El objeto del recurso de exhibición personal es garantizarle al individuo su libertad personal respecto de los
actos arbitrarios que le priven ilegalmente de ese derecho constitucional” (cursivas añadidas).Cfr. SALA DE LO
CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, Exp. de hábeas corpus 8-C-94, sentencia. El
capítulo I del título dedicado al hábeas corpus se denomina “naturaleza y objeto del recurso”, sin perjuicio de que
en el artículo 1 también se le denomina proceso constitucional. Un recurso es un mecanismo establecido en la
ley, por medio del cual una persona que resulta agraviada con una resolución judicial o administrativa, solicita
que esta sea nuevamente analizada, ya sea por la misma autoridad que la emitió o por otra diferente, para lograr
su modificación, revocación o anulación. Cfr. G.J., BIDART CAMPOS, Manual de Derecho Constitucional Argen-
tino, 430. BURGOA alude al recurso stricto sensu manifestando que se trata de un medio jurídico de defensa a
través del cual se impugna un acto suscitado en un proceso administrativo o jurisdiccional con la finalidad de que
sea modificado, mediante un nuevo análisis. Cfr. I. BURGOA, El Juicio de Amparo, 578. Con el recurso se busca
un nuevo examen de los hechos, con el fin de que la autoridad competente revoque, anule, modifique o reforme
el acto impugnado. Cfr. J.G. QUESADA MORA, Habeas Corpus, 319.
11
Los derechos fundamentales son derechos de los individuos que garantizan un estatus jurídico o la libertad
en un ámbito de existencia y que son directamente exigibles frente a otros sujetos de Derecho. Cfr. J. PÉREZ
ROYO, Curso de Derecho Constitucional, 260. Cfr. P. PÉREZ TREMPS, Los derechos fundamentales en
Derecho Constitucional volumen I, 136.
12
El hábeas corpus puede considerarse, entonces, una garantía de carácter jurisdiccional y específica, ya que se
trata de un mecanismo jurídico-procesal establecido para la tutela de ciertos derechos fundamentales y que, por
lo tanto, es diferente de estos últimos. Cfr. COMISIÓN REVISORA DE LA LEGISLACIÓN SALVADOREÑA, Op.
Cit., 107. Cfr. GERARDO LIÉVANO CHORRO, Op. Cit., 214. Asimismo, HERNÁNDEZ VALLE se refiere al há-
beas corpus como una garantía procesal de indudable importancia. Cfr. R. HERNÁNDEZ VALLE, Op. Cit.tomo
II, 408. En referencia al ordenamiento español, se indica que el hábeas corpus es una garantía constitucional
de los derechos fundamentales en la detención (a diferencia del caso salvadoreño, en el que se trata de una
garantía que opera en cualquier tipo de restricción de la libertad física). Cfr. J. GARCÍA MORILLO, El Derecho a
la libertad personal, 127 y 136. REBATO PEÑO sostiene que el hábeas corpus es una garantía adicional, única
y específica del derecho de libertad personal. Cfr. M.E. REBATO PEÑO, Op. Cit., 246.
13
Cfr. M.A. MONTECINO GIRALT, Defensa de la Constitución en Teoría de la Constitución Salvadoreña, 352.
HERNÁNDEZ VALLE, quien también cataloga al hábeas corpus como una garantía y como un derecho sub-
jetivo, según se indicó en los apartados respectivos, sostiene que el hábeas corpus es un auténtico proceso
constitucional. Cfr. R. HERNÁNDEZ VALLE, Op. Cit.tomo II, 407, 671. Cfr. G. LIÉVANO CHORRO, Op. Cit.,
214. Cfr. F. BERTRAND GALINDO y otros, Op. Cit. tomo I, 328. Cfr. J. G. QUESADA MORA, Op. Cit., 316.
S.Y. CASTAÑEDA OTSU, El Proceso de hábeas corpus en el Código Procesal Constitucional en Introducción
a los procesos constitucionales, 89 y siguientes.
5
Artículo
Finalidad o dimensiones
14
Algunos autores rechazan expresamente que el hábeas corpus sea un recurso, en tanto aquel no implica un
nuevo conocimiento judicial en relación con decisiones previas emitidas en un proceso o procedimiento, de
manera que no se pretende con él la revisión de una resolución, sobre el objeto del proceso, para ser revo-
cada, modificada o anulada y por ello debe descartársele como tal. Cfr. R. SORIANO, El derecho de hábeas
corpus, 267; Cfr. V. E. DÍAZ MUÑOZ, La eficacia del habeas corpus como mecanismo de protección de los
derechos fundamentales vulnerados con las desapariciones forzadas en El Salvador, 61; Cfr. COMISIÓN
REVISORA DE LA LEGISLACIÓN SALVADOREÑA, Op. Cit., 107.; y Cfr. G. LIÉVANO CHORRO, El hábeas
corpus, en La Constitución de El Salvador. Conferencias, 214.
15
DÍAZ MUÑOZ también sostiene que el hábeas corpus no puede ser considerado como un derecho subjetivo,
pues los que tienen tal carácter son los tutelados a través de dicho mecanismo, es decir la libertad personal
y los derechos conexos relativos a la dignidad e integridad física y moral de los detenidos. Cfr. V. E. DÍAZ
MUÑOZ, Op. Cit., 61. De igual forma, RUBIO LLORENTE ha indicado que no se trata de un derecho funda-
mental sino una garantía institucional que resulta de la tutela efectiva en todas sus vertientes. Cfr. F. RUBIO
LLORENTE. Derechos fundamentales y principios constitucionales (doctrina jurisprudencial). 172. También
se ha sostenido que “El hábeas corpus no es el derecho sino el medio protector de la libertad, que sí es el
derecho fundamental protegido”. Cfr. COMISIÓN REVISORA DE LA LEGISLACIÓN SALVADOREÑA, Op.
Cit., 107. Incluso SORIANO, en su libro titulado “El derecho de hábeas corpus” reconoce que, procesalmente,
el hábeas corpus puede ser un juicio, un recurso o un procedimiento, pero no un derecho, pues este último es
justamente el que protege la garantía de hábeas corpus: la libertad física. Cfr. R. SORIANO, Op. Cit., 29, 30.
16
Cfr. OUBIÑA BARBOLLA, S. El Tribunal Constitucional. Pasado, presente y futuro, 181, dicha autora agrega que
esa doble dimensión no solo es atribuible a los procesos constitucionales, sino a todo proceso jurisdiccional.
6
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.º 105
los otros Órganos del Estado para resolver los supuestos análogos que se les
presenten.
Características
A. Jurisdiccionalidad
El conocimiento y decisión del hábeas corpus, como un proceso que tiene
por objeto la protección de derechos fundamentales, está consignado desde la
Constitución a la Sala de lo Constitucional y de las Cámaras de Segunda Instan-
cia con residencia fuera de la capital. Con conocimiento de segunda instancia
de las resoluciones dictadas por estas últimas ante la Sala. Estas autoridades
forman parte del Órgano Judicial17.
Tal circunstancia posibilita que los funcionarios judiciales –obligados a ser
imparciales– y con conocimientos jurídicos determinen las agresiones al dere-
cho de libertad. Y es que justamente el hábeas corpus, en su manifestación
original, lo que pretende es la inmediata puesta a disposición judicial de toda
persona que ha sido detenida ilegalmente, para que la autoridad decida sobre
la legalidad de esta18.
B. Antiformalismo
Esta característica es la que permite que el hábeas se interponga a favor
de otro, sin necesidad de apoderado; que pueda hacerse incluso a través de
telegrama19 o carta, lo cual implica la ausencia de los requisitos propios de
un documento formal como la demanda y la factibilidad de ser promovido a
través de un escrito sencillo, y sin requerirse abogado autorizante. Así, la no
exigibilidad de formalismos es una de las características del proceso en estudio.
Basta que se indique de forma sucinta los motivos del mismo sin ser necesario
la argumentación jurídica20, el nombre de la persona a favorecer y la autoridad
o el particular a quien se le atribuye la vulneración constitucional que se alega,
de ser posible.
17
También otros ordenamientos jurídicos tienen el conocimiento del hábeas corpus en autoridades de dicho
órgano, por ejemplo, el ordenamiento costarricense establece la competencia de la Sala de lo Constitucional
para decidir dichos procesos. Hernández Valle, tomo II, 657 y 665. En Argentina también son competentes
para conocer del hábeas corpus autoridades pertenecientes al Órgano Judicial, ya sea tribunales nacionales
o provinciales, según la autoridad de la que emana el acto lesivo. Cfr. P.N. Sagües, Derecho Procesal Cons-
titucional, 121.
18
Cfr. M. E. Rebato Peño, La detención desde la Constitución (Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitu-
cionales, 2006) 246.
19
Quesada Mora refiere que en el ordenamiento jurídico costarricense el hábeas corpus es un proceso de trámi-
te sencillo y libre de toda formalidad. Cfr. J.M. Quesada Mora, El hábeas corpus, 316.
20
Cfr. Pérez Royo, Curso de derecho constitucional, 365.
7
Artículo
C. Brevedad
La jurisprudencia constitucional ha señalado que este proceso debe ser ex-
pedito. Por ello, en el auto mediante el cual se decreta la exhibición personal,
también se designa al juez ejecutor y se resuelven los reclamos que no se consi-
deren parte de la competencia material de la Sala. En el mismo auto, se solicita
el informe a la autoridad demandada, el cual, tal como se acotó antes, se ha
incorporado por analogía del amparo al proceso de hábeas corpus23.
De igual forma, si se requiere, a criterio del tribunal, a partir de la preten-
sión, la imposición de una medida cautelar esta también se ordena en el auto
de exhibición personal. La necesidad de que su tramitación sea ágil y sencilla
se sustenta en la naturaleza y finalidad del hábeas corpus24, a efecto de que
la vulneración a los derechos protegidos sea reparada con celeridad. Además,
la resolución que se dicte debe ser rápidamente observada por la autoridad25.
En el artículo 45 de la Ley de Procedimientos Constitucionales se señala un
plazo máximo de veinticuatro horas, desde el recibo del auto de exhibición per-
sonal, para que el juez ejecutor realice la intimación a la autoridad demandada
y, en el artículo siguiente, se indica que la autoridad correspondiente deberá
21
Cfr. Díaz Muñoz, El hábeas corpus para desapariciones forzadas, 85.
22
Cfr. Comisión Revisora de la Legislación Salvadoreña, 109.
23
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, Exp. de HC 195-2014, resolución de 27-8-2014.
24
Cfr. Díaz Muñoz, Díaz Muñoz, El hábeas corpus para desapariciones forzadas, 85.
25
Cfr. Comisión Revisora de la Legislación Salvadoreña, 109.
8
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D. Especificidad
El hábeas corpus en El Salvador es una garantía específica para proteger
determinados derechos fundamentales, la libertad física e integridad personal
de los detenidos, de acuerdo con el artículo 11 inc. 2° de la Constitución antes
citado. Y es que, si bien se tutelan de forma conexa otros derechos y principios
constitucionales, estos últimos únicamente pueden analizarse vinculados con
una de las categorías protegibles y no de forma autónoma26.
En cuanto al derecho de libertad física, la protección que se ofrece como se
puede advertir es amplia, y para cualquier persona sin distinción de edad o de
nacionalidad, o de cualquier otra condición. En el caso de la integridad perso-
nal, su tutela a través del hábeas corpus está limitada a personas detenidas27.
Pretensión constitucional
26
Cfr. R. M. Ramos Villatoro, El habeas corpus clásico como mecanismo de protección de los derechos fun-
damentales vulnerados por el exceso en el plazo de la medida cautelar de la detención provisional en El
Salvador (Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”), 112-116.
27
Cfr. Z.C. Cevallos Clímaco, Op. Cit., 34.
28
Cfr. Landa Arroyo, C. “Autonomía procesal del Tribunal Constitucional”. en: Justicia Constitucional Año II, N° 4, 273.
9
Artículo
29
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 128-2003, resolución de 15-I-2004.
30
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 53-2011, HC 104-2010, HC 148-
2015 y HC 205-2015, resoluciones de 18-II-2011, 16-VI-2010, 10-VI-2015 y 07-VIII-2015, respectivamente.
31
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 49-2004 y HC 288-2011, resolucio-
nes de 20-I-2005 y 24-VIII-2011, respectivamente.
32
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 437-2014, HC 56-2015 y HC 228-
2015, resolución de 22-X-2014, 08-V-2015 y 24-VIII-2015, respectivamente.
10
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33
Cfr. E. Figueroa Gutarra, “El principio de autonomía procesal. Notas para su aplicación material”, en: Pensa-
miento Constitucional N° 19, 2014, pp. 331-354.
34
Cfr. Landa Arroyo, C. Op Cit., 64.
35
Art. 8 de la Constitución de la República.
11
Artículo
otro propio del Derecho público, basado en la autonomía de los poderes pú-
blicos y los organismos constitucionales, que encuentran su fundamento en el
principio de división y control de poderes36.
En lo que atañe a los procesos constitucionales, la autonomía procesal se
asienta en la idea de autonomía de derecho público, que tiene su razón de ser
en la Constitución como norma suprema y como norma fuente de derecho.
Y es que de ella emana su fuerza normativa para, por un lado, subordinar las
normas legales a los mandatos constitucionales; y, por otro, ser fuente creador
del derecho, es decir, principio y limite para la expedición de las normas legales
y la jurisprudencia constitucional37.
Los límites pueden ser de dos tipos: formales y materiales. Los primeros
están establecidos en el derecho positivo; mientras que los segundos se expre-
san en la jurisprudencia constitucional en la medida que desarrollan los vacios
procesales de las normas38.
Limites formales
36
Art. 86 de la Constitución de la República.
37
Cfr. Landa Arroyo, César., Op. Cit., 286.
38
Cfr. Landa Arroyo, César., Op. Cit., 304.
12
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este órgano está llamado a garantizar, esto es, que la vigencia efectiva de los
derechos fundamentales y la supremacía de la Constitución no cedan ante
la ausencia o la deficiencia de las normas procesales. Además, el tribunal
está obligado a expresar las razones que justifican, en cada caso concreto,
la necesidad de recurrir al principio de autonomía procesal, con lo cual debe
poner en evidencia los valores y principios constitucionales que orientan y
legitiman su labor.
d. El reconocimiento de los principios procesales. Los procesos constitucio-
nales deben estar regidos por aquellos principios de dirección judicial, tales
como economía, inmediación, antiformalismo, pues lo contrario implicaría co-
rrer el riesgo de el Tribunal Constitucional sea sometido a un positivismo jurídi-
co procesal basado en la ley, que podría no estar orientado al cumplimientos
de los fines constitucionales que tales procesos están llamados a tutelar.
Limites materiales
13
Artículo
39
Cfr. Landa Arroyo, César. Op. Cit. 304.
40
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de Amp. 767-2014, resolución de 10-XI-
2014.
41
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de Amp. 767-2014, resolución de 10-XI-
2014.
42
En el auto de admisión del proceso de amparo 310-2013 se solicitaron de una sola vez los informes justifica-
tivos a los que se refieren los artículos 21 y 26 L.Pr.Cn. Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de
Justicia. Exp. de Amp. 310-2013, resolución de 17-IV-2013.
43
Mediante un auto pronunciado en el amparo 155-2013 se omitieron los traslados que establece el art. 27 de
L. Pr. Cn., para tal efecto, se sostuvo que los términos del debate habían sido fijados ya por el peticionario y
por la autoridad demandada; por tanto, con la finalidad de procurar la celeridad en la tramitación del proceso,
en virtud de los derechos fundamentales que se estimaban vulnerados, se omitieron los referidoS traslados
y se abrió a prueba. Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de Amp. 155-2013,
resolución de 8-XI-2013.
14
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.º 105
Agravio constitucional
44
Al respecto, se ha afirmado que, si bien la Ley de Procedimientos Constitucionales únicamente se refiere a la
suspensión del acto reclamado como medida cautelar en el amparo, esta previsión legislativa no constituye
un obstáculo para decretar cualquier otro tipo de medidas tendentes a asegurar la ejecución de las decisiones
que se dictan en dicho Tribunal. Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de Amp.
32-2012, resolución de 15-II-2012; y Amp. 310-2012, resolución de 17-IV-2013.
45
La Sala de lo Constitucional ha establecido, por ejemplo, que en los casos en los que en la demanda de
amparo se alegue la supuesta vulneración del derecho a la libertad del demandante, dicho Tribunal se en-
cuentra facultado para tramitar la petición por medio del cauce procedimental que jurídicamente corresponde,
con independencia de la denominación que el actor haya hecho de la vía procesal que invoca. Por lo que en
dichos procesos se desestima el conocimiento de la queja formulada en el proceso de amparo y se ordena su
tramitación de conformidad con el procedimiento que rige el hábeas corpus. Cfr. Sala de lo Constitucional de
la Corte Suprema de Justicia. Exp. de Amp. 767-2014, resolución de 10-XI-2014.
46
Diccionario de la Real Academia Española.
47
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de Amp. 17-C-92, Amp. 11-A-93 y Amp.
419-97, resoluciones de 18-XI-93, 05-VI-93 y 17-XI-1997.
48
Cfr. M.A. Montecino Giralt, Protección jurisdiccional de los derechos en el ordenamiento jurídico salvadoreño,
213.
49
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de Amp. 915-91, resolución de 4-X-91; y
Amp. 43-2010, resolución de 4-IX-2010.
15
Artículo
50
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 53-2005, resolución de 8-V-2006;
y HC 8-2008, resolución de 14-IV-2009.
51
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 8-2008, resolución de 14-IV-2009.
52
Es necesario aclarar que en el caso del agravio de futuro inminente la alegación y demostración del peligro
de daño corre a cargo del actor, teniendo que demostrar la inminencia de forma tal que autorice al tribunal a
considerar ilusoria una reparación ulterior y, por ende, prevenir toda lesión que, aunque no sea actual, sea
deducible del agravio; caso contrario, cuando el demandante no pruebe la inmediatez del daño a configurarse
por el acto lesivo, la pretensión se tendría que rechazar in limine litis, al deducirse que se trata de una mera
probabilidad o mera expectativa y no de una verdadera certeza fundada de agravio. Y es que, ante la falta de
inminencia en el agravio, el planteamiento de la pretensión sería conjetural e indeterminado y lo cual supone
un agravio de futuro remoto. Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de Amp. 227-
98, resolución de 27-XI-98: Amp. 546-98, resolución de 04-I-99, Amp. 81-99, resolución de 01-II-99; y Amp.
27-2004, resolución de 23-IV-2004.
16
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.º 105
53
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 205-2008, resolución de 16-VI-
2010.
54
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 53-2005, resolución de 8-V-2006;
y HC 8-2008, resolución de 14-IV-2009
55
Ver anexo I.
17
Artículo
56
En tal resolución se enfatizó que, al igual que en el amparo, si el acto reclamado, al momento de iniciarse el
hábeas corpus, ya no estaba surtiendo efectos el agravio deviene en inexistente y, por ende, la pretensión se
encuentra viciada. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 53-2005, resolución
de 8-V-2006.
57
Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 23-2014, resolución de 2-VII-2014.
58
Ver anexo II.
18
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59
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 41-2006, resolución de 22-VI-2006;
HC 114-2006, resolución de 2-VII-2007; HC 8-2008 y HC 18-2008, ambas resoluciones de 14-IV- 2009; HC
178-2008, resolución de 4-IX-2009; HC 53-2010, resolución de 3-XI-2010; HC 377-2015, resolución de 11-
III-2015; y HC 293-2015, resolución de 12-X-2015.
60
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 78-2010, resolución de 30-VI-2010
y HC 378-2011, resolución de 5-X-2011.
61
En el HC de preventivo 188-2013 se sostuvo que el favorecido no se encuentra cumpliendo la pena de pri-
sión de la cual se queja, pues la decisión en la cual ha sido ordenada no se encuentra firme y no puede ser
ejecutada, pues esta podrá cumplirse según lo decida el tribunal que se encuentra conociendo del recurso
de casación. De modo que el acto restrictivo de libertad cuestionado –la pena de prisión– devenido por la
omisión atribuida a la autoridad demandada –falta de notificación del recurso de casación interpuesto por la
representación fiscal– no está surtiendo efectos en la esfera jurídica de éste, por lo que el agravio de natura-
leza constitucional alegado deviene inexistente. Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia.
Exp. de HC 188-2013, resolución de 12-II-2014.
62
En el HC de pronto despacho 103-2010 se sostuvo que se había verificado la inexistencia del agravio alega-
do, pues al momento de plantearse el hábeas corpus se cuestionaba la falta de una respuesta judicial que
aún no había acontecido porque, en efecto, aún no se le había solicitado a la autoridad demandada. Cfr. Sala
de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 103-2010, resolución de 24-VIII-2011.
63
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC. 28-2008R, resolución de 18-III-2011.
64
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 6-2015, resolución de 26-X-2015;
y HC 243-2015, resolución de 9-XI-2015.
19
Artículo
65
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 363-2015, resolución de 21-XII-
2015.
66
Ver anexo II.
67
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC218-2006, resolución de 12-VI-2007.
68
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 157-2007, resolución de 2-XII-
2008.
69
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 87-2006, resolución de 25-III-2008;
HC 125-2005, resolución de 29-II-2008.
70
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 28-2006, resolución de 7-XI-2006;
HC 172-2006R, resolución de 4-XII-2007; y HC 30-2007, resolución de 19-XI-2008.
71
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 107-2006, resolución de 8-VI-2007.
72
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 22-2011, resolución de 17-VI-2011.
73
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 502-2014, resolución de 30-I-2014.
74
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. HC 150-2006, resolución de 11-VI-2007; HC
120-2006, resolución de 7-IX-2007; HC 117-2009, resolución de 20-X-2010; y HC 387-2015, resolución de
18-I-2016.
75
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 112-2006, resolución de 19-VI-2007
76
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. HC 104-2006, resolución de 12-VI-2007.
20
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77
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. HC 22-2008, resolución de 22-V-2009; HC 204-
2010, resolución de 2-II-2011; HC 67-2011, resolución de 11-III-2011; HC 57-2011, resolución de 31-V-2011;
HC 13-2011, resolución de 27-VII-2011; HC 197-2010 y HC 83-2011, ambas resoluciones de 31-VIII-2011;
HC 258-2011, resolución de 9-XI-2011; 253-2011, resolución de 11-XI-2011; HC 379-2011, resolución de
20-I-2012; y HC 500-2011, resolución de 28-II-2012.
78
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. HC 169-2006, resolución de 29-II-2008; y HC
74-2005, resolución de 7-V-2007.
79
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 105-2012, resolución de 8-V-2013.
80
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. HC 74-2005, resolución de 17-V-2007; HC 74-
2006, resolución de 6-VII-2007; HC 96-2006, resolución de 29-I-2008; HC 169-2006, resolución de 29-II-2008;
y 151-2009, resolución de 22-VII-2011.
81
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. HC 53-2005, resolución de 8-V-2006; HC
13-2006, resolución de 13-VII-2006; HC 36-2006, resolución de 12-IX-2006; HC 93-2006, resolución de 10-
IV-2007; HC 140-2006, resolución de 15-VI-2007; HC 29-2007R, resolución de 7-IX-2007; HC 141-2006,
resolución de 16-X-2007; HC 3-2009, resolución de 25-X-2010; HC 17-2009, resolución de 29-X-2010; HC
171-2010, resolución de 13-IV-2011; HC 102-2010 y HC 202-2010, ambas resoluciones de 29-VI-2011; HC
120-2010, resolución 2-IX-2011; HC 68-2012, resolución de 13-IV-2012; HC 369-2013, resolución de 19-
III-2014; HC 92-2014, resolución de 15-VIII-2014; HC 297-2014, resolución de 2-X-2014; HC 344-2014, re-
solución de 15-X-2014; HC 365-2014, resolución de 6-XI-2014; HC 474-2014, resolución de 12-XI-2014;
HC 242-2014, resolución de 12-XI-2014; HC 152-2014, resolución de 26-XI-2014; HC 65-2014, resolución
de 12-XII-2014; HC 154-2014, resolución de 6-II-2015; HC 21-2014, resolución de 23-II-2015; HC 76-2015,
resolución de 10-IV-2015; HC 444-2013, resolución de 10-IV-2015; HC 527-2014, resolución de 10-IV-2015;
HC393-2014, resolución de 11-V-2015; HC 394-2013, resolución de 24-VI-2015; HC161-2015, resolución de
1-VII-2015; HC 204-2015, resolución de 24-VII-2015; HC 195-2015, resolución de 18-IX-2015; HC 248-2015,
resolución de 1-X-2015; y HC 199-2015, resolución de 9-XI-2015;
82
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 401-2011, resolución de 25-XI-2011.
83
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 156-2005, resolución de 17-IV-2008.
84
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 205-2008, resolución de 16-VI-2008.
85
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 58-2014, resolución de 26-III-2014;
y HC 281-2015, resolución de 7-X-2015.
86
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 117-2015, resolución de 5-VI-2015.
21
Artículo
87
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 524-2014, resolución de 14-VIII-2015.
88
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 158-2015, resolución de 7-X-2015;
HC 213-2015, resolución de 14-XII-2015; HC 249-2015, resolución de 15-II-2016; y HC 353-2015, resolución
de 15-II-2016.
89
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 23-2014, resolución de 2-VII-2014;
HC 24-2014, resolución de 2-VII-2014; HC 92-2014, resolución de 15-VIII-2014; HC 191-2014, resolución de
20-X-2014; HC 340-2014, resolución de 12-XI-2014; HC 503-2014, resolución de 3-XII-2014; HC 500-2014,
resolución de 12-I-2015; HC 526-2014, resolución de 16-I-2015; HC 463-2015, resolución de 21-I-2015; HC
22-2015, resolución de 13-II-2015; HC 117-2015, resolución de 4-V-2015; HC 177-2015, resolución de 20-
VII-2015; HC 328-2015, resolución de 26-X-2015; HC 336-2015, resolución de 9-XI-2015; y HC 278-2015,
resolución de 22-II-2016.
90
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 191-2014, resolución de 20-X-2014;
HC 340-2014, resolución de 12-XI-2014; HC 476-2014, resolución de 21-XI-2014; HC 503-2014, resolución
de 3-XII-2014; HC 500-2014, resolución de 12-I-2015; HC 526-2014, resolución de 16-I-2015; HC 22-2015,
resolución de 13-II-2015; HC 328-2015, resolución de 26-X-2015; y HC 278-2015, resolución de 22-II-2016.
91
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 408-2014, resolución de 1-X-2014;
y HC 327-2015, resolución de 11-XII-2015.
92
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 489-2014, resolución de 26-XI-
2014; y HC 174-2015, resolución de 26-VI-2015;
93
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 109-2014, resolución de 21-I-2015.
94
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 363-2015, resolución de 21-XII-2015.
95
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 210-2015, resolución de 18-I-2016.
96
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 361-2015, resolución de 10-II-2016.
22
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97
Dentro del hábeas corpus, la actualidad del agravio parte de la idea general apuntada en la jurisprudencia de
amparo, pues también prevé que la actuación u omisión de la autoridad o particular se encuentra surtiendo
efectos al momento de iniciarse la exhibición personal; es decir, que la persona que reclama del acto, efec-
tivamente se encuentre siendo afectada en su derecho de libertad física o en su integridad física, psíquica o
moral; y así, en caso de emitirse una decisión estimativa, se haga cesar dicha afectación restableciéndose
así las categorías jurídicas violentadas. Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de
53-2005, resolución de 8-V-2006; HC 18-2008, resolución de 14-IV-2009; y HC 8-2008, resolución de 14-IV-
2009; y
98
Citando lo sostenido en la sentencia de Amparo 24-2009, de fecha 16-XI-2012.
23
Artículo
24
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99
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 489-2014, resolución de 26-XI-
2014; y HC 174-2015, resolución de 26-VI-2015;
100
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 363-2015, resolución de 21-XII-
2015.
101
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de HC 210-2015, resolución de 18-I-2016.
102
Con dicho término se alude a las sentencias o resoluciones más relevantes dentro de la línea jurisprudencial.
Cfr. D. López Medina, Op. Cit.,140.
25
Artículo
26
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27
Artículo
No
HC 23-2014 (2-VII-2014) 2
Sí (porque ha
(porque hay desaparecido
HC 259-2009 (28-VII-2010) HC 489-2014 (26-XI-2014) 3
restricción en el elemento
1
los derechos, del agravio
HC 363-2015 (21-XII-2015) 4
ocasionada material
por el acto debido a la
HC 210-2015 (18-I-2016) 5
reclamado) inactividad
del actor)
103
Cfr. D. López Medina, Op. Cit.,142-145.
28
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104
Exp. de Inc. 40-2009/41-2009, resolución de 12-XI-2010.
105
Cfr. L.A. Huerta Guerrero, Op. Cit. 25.
29
Artículo
Juicio proporcionalidad
106
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de Amp. 548-2009, resolución de fecha
26-VIII-2011.
107
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de Amp. 633-2005, 177-2006 y 159-2006,
resoluciones de 21-IV-2007, 14-XII-2007 y 3-X-2007, respectivamente.
108
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de Amp.305-99, resolución de 19-III-
2001. Desde esa perspectiva, la jurisprudencia constitucional sostiene que el derecho a la seguridad jurídica
“implica la certeza que las personas poseen de que su situación jurídica no será modificada o extinguida más
que por procedimientos regulares y autoridades competentes, ambos establecidos previamente y, además,
la convicción que dichos actos respetarán lo establecido legalmente sin alterar el contenido material de la
Constitución, es decir, los derechos fundamentales en la forma prescrita por ella”. Exp. de Amp. 404-2008 y
1113-2008, de fechas 19-V-2010 y 24-XI-2010, respectivamente.
109
Cfr. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Exp. de Amp. 548-2009, resolución de fecha
26-VIII-2011.
30
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31
Artículo
32
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CONCLUSIONES
33
Artículo
de realizar una revisión integral que permita establecer si las decisiones en los
que dicho motivo se adopta son proporcional en atención a la naturaleza de
los derechos a las que está llamada a garantizar.
4. Se propone a la Sala de lo Constitucional aplicar únicamente de forma
restrictiva y excepcional la línea jurisprudencial referida a la falta de falta de ac-
tualidad en el agravio en el hábeas corpus, especialmente cuando, al momento
de presentarse la demanda, la restricción del derecho de libertad personal del
favorecido depende del acto impugnado, pero que ha transcurrido un plazo
razonable sin que el interesado solicitara su protección constitucional. Es decir,
únicamente en aquellos supuestos donde existe certeza que el favorecido no
sufre una restricción a su derecho de libertad personal contraria a la Constitu-
ción. Caso contrario, se deberá habilitar la posibilidad procesal de prevenir y,
en ciertos casos, admitir la demanda, a fin de que las circunstancias fácticas
que impidieron plantear la pretensión constitucional sean objeto de prueba
en el proceso y así no vulnerar con su decisión el derecho de acceso a la justicia
constitucional al privado de libertad.
34
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35
Artículo
36
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Tesis:
37
Artículo
Páginas web:
Legislación nacional:
Jurisprudencia nacional:
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Artículo
40
cuadro fáctico
Amparos
Improcedencias
383-2017 Pág. 153
La sociedad actora impugna el artículo 11 letra c) de la Ley
de Impuestos a la Actividad Económica del Municipio de Soya-
pango, por medio del cual se establece un impuesto municipal
a cargo de las empresas que realizan actividades económicas
dentro del municipio de Soyapango, tomando como base im-
ponible o parámetro cuantificador el activo imponible de los
contribuyentes. Del estudio de la pretensión, no se observa
que la disposición legal impugnada genere una posible vulne-
ración al derecho de propiedad de la sociedad demandante,
pues el contenido de aquella no inobserva el principio de ca-
pacidad económica derivado del art. 131 ord. 6° de la Cn., por
lo que en el presente caso no se evidencia la existencia de un
agravio constitucional, debiendo de descartarse la pretensión
a través de la declaratoria de improcedencia.
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Cuadro fáctico
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Cuadro fáctico
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Cuadro fáctico
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Cuadro fáctico
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Cuadro fáctico
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Cuadro fáctico
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Cuadro fáctico
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Cuadro fáctico
66
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191-2017
El peticionario dirige su reclamo contra la Ministra de Sa-
lud, a quien le atribuye la omisión de aplicarle el porcentaje
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Cuadro fáctico
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Cuadro fáctico
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Cuadro fáctico
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Cuadro fáctico
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Cuadro fáctico
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Cuadro fáctico
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Cuadro fáctico
Sobreseimientos
126-2015 Pág. 779
La sociedad actora participó en un procedimiento de
licitación ante el Ministerio de Salud, en el que dicha insti-
tución ofertó la contratación de diversos medicamentos y
al finalizar dicho procedimiento se le adjudicó el contrato
de suministro correspondiente; sin embargo, incumplió el
contrato y fue sancionada con una multa. Inconforme con
esa decisión, interpuso un recurso pero la ministra de sa-
lud no se pronunció sobre ello. En consecuencia, considera
que dicha autoridad le vulneró sus derechos a recurrir y a
la propiedad.
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Cuadro fáctico
Sentencias definitivas
415-2015 Pág. 813
El actor pretende que se determine si el Director Ge-
neral de la Policía Nacional Civil vulneró sus derechos de
audiencia, de defensa y a la estabilidad laboral, al haberlo
trasladado, primero, del cargo de jefe de la División de Bien-
estar Policial al de asesor policial de la Dirección General y,
posteriormente, de la plaza de asesor aludida a la de co-
laborador de la Subdirección de Investigaciones, sin trami-
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Cuadro fáctico
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Cuadro fáctico
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Cuadro fáctico
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Hábeas corpus
Improcedencias
297-2017 Pág. 1023
Los actores reclaman que fueron detenidos por orden
administrativa el 14/7/2015, y posteriormente se les decretó
la detención provisional, medida cautelar que ya sobrepasó
el límite legal máximo dispuesto en la ley, pues no obstan-
te la autoridad demandada extendió por doce meses más
el plazo de la misma, mediante resolución del 17/7/2017 y
que por lo tanto esta es ilegal.
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Cuadro fáctico
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Cuadro fáctico
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Cuadro fáctico
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Cuadro fáctico
calía por ser familiar del autor, con quien asegura no tiene
otra relación.
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Cuadro fáctico
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Cuadro fáctico
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Cuadro fáctico
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Cuadro fáctico
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Cuadro fáctico
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Cuadro fáctico
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Cuadro fáctico
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Cuadro fáctico
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Cuadro fáctico
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Cuadro fáctico
Inadmisibilidades
322-2017 Pág. 1403
Declaratoria de inadmisibilidad de la pretensión de há-
beas corpus al no haber sido atendida la prevención dirigida
al pretensor.
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Sobreseimientos
171-2017 Pág. 1419
El actor expone que fue condenado por el Juzgado
Octavo de lo Penal de San Salvador a treinta y tres años
de prisión, como mayor de edad, pero al verificarse que
al momento en que cometió ciertos delitos era menor, el
Juzgado Segundo de Menores de San Salvador ordenó su
inmediata libertad, quedando a la orden y disposición del
Juzgado Primero de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución
de la Pena de San Salvador, pena que se redujo a dieci-
nueve años. Al respecto indica que por tal razón solicité al
Juzgado Primero de Vigilancia penitenciaria en reiteradas
ocasiones la modificación del cómputo situación que has-
ta la fecha no se dio llegando al punto de sobrepasar el
cumplimiento de la pena. En conclusión se sobreséese el
hábeas corpus promovido, en virtud de haberse reparado
por la autoridad demandada la vulneración constitucional
alegada.
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Cuadro fáctico
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Cuadro fáctico
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Cuadro fáctico
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Cuadro fáctico
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Sentencias definitivas
306-2016 Pág. 1501
El pretensor reclama sobre las condiciones en que cum-
ple la pena de prisión el favorecido en el centro penitencia-
rio donde se encuentra recluido, específicamente las rela-
tivas a la forma en que duerme, en el piso junto con otros
reos con enfermedades contagiosas, y sin la privacidad mí-
nima para su aseo personal y sus necesidades fisiológicas, lo
cual vulnera su integridad física, psíquica y moral. Además,
expresa que en la Penitenciaría Central “La Esperanza” no le
han permitido participar al beneficiado en los programas de
readaptación que son necesarios para obtener alguno de
los beneficios penitenciarios dispuestos en la ley, por lo que
solicitó al Director General de Centros Penales la incorpora-
ción a alguno de ellos, sin obtener respuesta hasta la fecha,
con lo cual, considera, se vulnera, su derecho de libertad fí-
sica pues aun habiendo cumplido con las dos terceras partes
de la pena, no puede optar a la libertad condicional.
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Cuadro fáctico
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Cuadro fáctico
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Cuadro fáctico
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Cuadro fáctico
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INCONSTITUCIONALIDADES
Sin lugar
66-2017 Pág. 1801
El presente proceso de inconstitucionalidad fue requeri-
do mediante la remisión de la certificación de la resolución
de inaplicabilidad pronunciada por la Cámara Ambiental
de Segunda Instancia de Santa Tecla, para que el Tribunal
Constitucional se pronunciarse sobre la constitucionalidad
de los arts. 1104 ord. 2º y 1111 al 1114 del Código de Proce-
dimientos Civiles, por la supuesta contradicción con los arts.
17 inc. 2º, 172, 182 ords. 5º y 9º y 247 de la Constitución de
la República.
144
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Sobreseimientos
55-2015 Pág. 1881
En el presente caso el Juez de lo Civil de Santa Tecla,
departamento de La Libertad, en sentencia pronunciada el
25-V-2015 declaró inaplicable el art. 1 del Decreto Legisla-
tivo n° 637 en virtud de que dicha disposición, al estable-
cer el plazo de prescripción de dos años para el ejercicio de
las acciones judiciales derivadas de los contratos de crédito
otorgados por los Bancos y el FOSAFFI, cuya mora aconteció
a partir del 10-I-2005, supone un trato diferenciado injusti-
ficado con respecto a los bancos cooperativos y sociedades
de ahorro y crédito que poseen un plazo de prescripción
de cinco años para ejercer las acciones judiciales correspon-
dientes para la recuperación de sus créditos y, por ende,
vulnera el principio de igualdad.
Sentencias definitivas
110-2016AC Pág. 1889
El presente proceso constitucional acumulado fue ini-
ciado de conformidad con el art. 77-F de la Ley de Proce-
dimientos Constitucionales, en razón de las certificaciones
remitidas por el Juzgado Tercero de Menores de este dis-
trito judicial, de las decisiones pronunciadas el 13-VI-2016 y
14-VI-2016, por las que dicha autoridad declaró inaplicables
los arts. 52 inc. 1º, 53 inc. 3º y 54 incs. 1º y 2º de la Ley Penal
Juvenil, por supuesta vulneración al art. 35 inc. 2º Constitu-
ción.
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Cuadro fáctico
Improcedencias
114-2017 Pág. 1925
El peticionario solicita la inconstitucionalidad del art.
156 inc. 1° del Código Tributario, por la aparente violación a
los arts. 1, 2 y 131 ord. 6° de la Constitución de la República.
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Cuadro fáctico
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Cuadro fáctico
Inadmisibilidades
76-2017 Pág. 2003
El actor por medio del presente proceso solicita que este
tribunal declare la inconstitucionalidad de los artículos 11
y 23 inciso 2 de la Ley del Nombre de la Persona Natural y
artículo 2 de la Ley del Seguro Social y 14 del Reglamento
para la aplicación del Régimen del Seguro Social , por la su-
puesta contravención a los artículo 3 inciso 1 y 36 inciso 3
de la Constitución.
Sentencias definitivas
44-2015AC Pág. 2007
Los actores solicitan se declare la inconstitucionalidad
en el artículo 339 Código de Trabajo porque contraviene los
artículos 3 y 50 inciso 1° de la Constitución.
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Amparos
Improcedencias
383-2017
De ¢8,750.01 ($1,000.00) hasta ¢13.13 ($1.50) más ¢0.10 ($0.01) por millar o fracción de
¢50,000.00 ($5,714.28) millar que exceda de ¢8.750.00 ($1,000.00).
De ¢50,000.01 ($5,714.28) hasta ¢17.99 ($2.05) más ¢0.10 ($0.01) por millar o fracción
¢100,000.00 ($11,428.57) de millar que exceda de ¢50,000.00 ($5,714.28).
Amparos / Improcedencias
De ¢100,000.01 ($11,428.57) hasta ¢35.97 ($4.11) más ¢0.10 ($0.01) por millar o fracción de
¢250,000.00 ($28,571.42) millar que exceda de ¢100,000.00 ($11,428.57).
De ¢250,000.01 ($28,571.42) hasta ¢79.67 ($9.10) más ¢0.10 ($0.01) por millar o fracción
¢500,000.00 ($57,142.85) de millar que exceda de ¢250,000.00 ($28,571.42).
De ¢500,000.01 ($57,142.85) hasta ¢145.94 ($ 16.67) más ¢0.10 ($0.01) por millar o frac-
¢1,000,000.00 ($114,285.71) ción de millar que exceda de ¢500,000.00 ($57,142.85).
De ¢1,000,000.01 ($114,285.71) ¢266.81 ($30.49) más ¢0.10 ($0.01) por millar o fracción
hasta ¢2,000,000.00 ($228,571.42) de millar que exceda de ¢1, 000,000.00 ($114,285.71).
De ¢2,000,000.01 ($228,571.42) ¢459.42 ($52.50) más ¢0.10 ($0.01) por millar o fracción
hasta ¢4,000,000.00 ($457,142.85) de millar que exceda de ¢2, 000,000.00 ($228,571.42).
De ¢4,000,000.01 ($457,l42.85) ¢667.84 ($76.32) más ¢0.10 ($0.01) por millar o fracción
hasta ¢8,000,000.00 ($914,285.7l) de millar que exceda de ¢4, 000,000.00 ($11,428.57).
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Amparos / Improcedencias
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Amparos / Improcedencias
471-2017
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Amparos / Improcedencias
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Amparos / Improcedencias
583-2016
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Amparos / Improcedencias
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Amparos / Improcedencias
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832-2016
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Amparos / Improcedencias
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Amparos / Improcedencias
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34-2016
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Amparos / Improcedencias
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Amparos / Improcedencias
del contrato, reclamar los pagos, tanto por el anticipo contractual como por
obras ejecutadas y no pagadas por el mencionado Ministerio. Este juicio fue
dirimido, en primera instancia, por la Cámara Segunda de lo Civil de la Primera
Sección del Centro quien el día 4-X-2011 lo declaró improponible, pues, para
dicho tribunal el contrato ya había sido resuelto por la Ministra de Salud por
medio del “... Decreto de Rescisión (sic)...” (mayúsculas suprimidas).
Así, la sociedad Planeamiento y Arquitectura, S.A. de C.V. presentó un
recurso de apelación “... para y ante la Sala de lo Civil...” quien, conociendo
en segunda instancia, el 17-I-2012 le ordenó a la Cámara que admitiera la
demanda. De esa manera, dicho tribunal conoció el fondo del asunto pero
el 18-I-2013 “... dio por resuelto el contrato y declaró no ha lugar a la indem-
nización de daños y perjuicios solicitada por la contratista...” (mayúsculas su-
primidas). Ante ello, la citada sociedad afianzada, nuevamente, apeló ante la
Sala de lo Civil quien el 19-VII-2013 anuló la sentencia controvertida; de ahí
que, la Fiscalía General de la República (como representante del Estado) plan-
teó un recurso de casación ante la Corte Suprema de Justicia en Pleno, que
admitió el medio impugnativo y, según afirmó el abogado, estaba pendiente
de resolver.
2. Por otra parte y, no obstante la “... situación en suspenso...”, es decir el
recurso de casación, pues a criterio del abogado Meyer García no se ha deter-
minado “... quien es el culpable de la terminación de contrato (sic)...”, la Fis-
calía General de la República le exigió a su representada La Central de Fianzas
y Seguros S.A. el “pago compulsivo” de la fianza. Para ello promovió un juicio
ejecutivo mercantil usando como documento base de la acción el acuerdo de
rescisión del contrato emitido por la Ministra de Salud. Ese proceso judicial lo
dirimió el Juez Cuarto de lo Civil y Mercantil de San Salvador, quien el 17-VII-
2015 condenó a la afianzadora a pagar al “Estado y Gobierno de la República
de El Salvador (sic)” cierta cantidad de dinero como producto de la fianza para
garantizar las obras ejecutadas por la sociedad fiada Planeamiento y Arquitec-
tura, S.A. de C.V.
Así, el abogado de la sociedad fiadora indicó que, estando inconforme con
el fallo del juez, su mandante planteó un recurso de apelación ante la Cámara
Segunda de lo Civil de la Primera Sección del Centro quien declaró inadmisi-
ble el medio impugnativo. Luego, interpusieron un recurso de revocatoria que
también se resolvió sin lugar.
3. Consecuentemente, el apoderado de La Central de Fianzas y Seguros
S.A. reclamó que su mandante había sido condenada como fiadora a pagar
una fianza de terminación de contrato pero que aún no se había declarado la
responsabilidad de la sociedad afianzada (Planeamiento y Arquitectura, S.A.
de C.V.) en la ejecución de las obras (dado que el juicio donde se discute esa
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Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.º 105
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Amparos / Improcedencias
autoridad judicial consignó que “... La Central de Seguros y Fianzas, S.A. pro-
cederá a efectuar próximamente el pago de los daños aplicables arriba citada
(sic) según cuenta definida en Sede Fiscal y aceptada por el Ministerio el día
[18-X-2011], cuyo monto asciende a [$169,243.41] ...”.
Ahora bien, la jurisprudencia emanada de esta Sala ha establecido de ma-
nera ilustrativa en su jurisprudencia –verbigracia en las resoluciones emitidas
en los Amp. 508-2006, 157-2006, 1109-2008 y 343-2011 los días 7-IX-2006, 8-III-
2007, 12-I-2009 y 10-VIII-2012 respectivamente- que las causales de improce-
dencia en el proceso de amparo concurren cuando: (a) la pretensión se dirige
contra particulares y sus actuaciones no están vinculadas con ningún supuesto
amparable; (b) la infracción puede subsanarse dentro del respectivo proce-
so por medio de los recursos que establece el ordenamiento jurídico; (c) la
pretensión se fundamenta en derechos tutelados por el habeas corpus; (d) se
plantean asuntos puramente judiciales o administrativos –mera legalidad–; y
(e) existen actos que de alguna manera expresan o manifiestan la conformidad
del agraviado con la situación debatida.
En cuanto a la última causal, conviene acotar que un acto de autoridad se
entiende expresamente consentido o aceptado cuando se ha hecho por parte
del supuesto agraviado una adhesión a este, ya sea de forma verbal, escrita o
plasmada en signos inequívocos e indubitables de aceptación. Dentro de ese
contexto, se estima que la conformidad con el acto reclamado se traducirá
en la realización de hechos por parte del presumible afectado que indiquen
claramente su disposición de cumplir dicho acto reclamado o admitir sus efec-
tos, cuyo ejemplo puede ser la aceptación de una indemnización o emitir una
declaración de voluntad en la cual expresamente se libere, exonere o exima a
determinada autoridad de la responsabilidad de una actuación dada; o como
en este caso la aceptación de pagar una cierta cantidad de dinero en razón de
la fianza acordada.
Por lo anteriormente expuesto, dado que lo dicho el escrito de evacuación
de prevención y la documentación anexa a la demanda, contendrían aspectos
contradictorios sobre dicho punto que esta Sala considera oscuros, no se estima
pertinente declarar este punto improcedente pero sí inadmisible pues no subsa-
nó tal aspecto que constituye un punto de gran importancia para la procedencia
de un proceso constitucional de amparo. Consecuentemente, dado la parte acto-
ra no ha aclarado o corregido ciertas deficiencias de su demanda, esta también
deberá declararse inadmisible a tenor de lo previsto en el artículo 18 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, el cual determina que la falta de aclaración o
corrección satisfactoria de la prevención produce dicha declaratoria.
V. Además de lo expuesto, corresponde en este apartado exponer los fun-
damentos jurídicos de un apartado de la resolución que se proveerá.
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Amparos / Improcedencias
por el Juez dos del Juzgado Cuarto de lo Civil y Mercantil de San Salvador y
la Cámara Primera de lo Civil de la Primera Sección del Centro en el juicio eje-
cutivo que la Fiscalía General de la República (FGR) -como representante del
Estado y Gobierno de la República de El Salvador- promovió en contra de la
sociedad La Central de Seguros y Fianzas, S.A. en su calidad de afianzadora.
Esto en virtud de que el abogado Meyer García reiteradamente alega que
dicho proceso judicial no debió tramitarse con base en el “decreto de rescisión”
que emitió la Ministra de Salud para terminar el contrato suscrito entre la socie-
dad contratista Planeamiento y Arquitectura S.A. de C.V. y dicha Secretaría de
Estado; pues, por una parte dicha rescisión fue determinada unilateralmente por
la titular de ese ministerio, lo que en su opinión, le impidió a la contratista discutir
en un tribunal las inconformidades en la ejecución del contrato -y eso conculcó
el derecho de audiencia- y, por otra parte, se encuentra pendiente un recurso de
casación relacionado al proceso declarativo común de terminación de contrato
que la sociedad fiada promovió en contra del referido ministerio y en donde la
actora de este amparo -La Central de Seguros y Fianzas, S.A.- no participó, es de-
cir, para el apoderado Meyer García todavía está pendiente la decisión definitiva
respecto a la imputabilidad en el incumplimiento del contrato.
Así, sus argumentos están dirigidos, básicamente, a que este Tribunal de-
termine si el Juez dos del Juzgado de lo Civil y Mercantil de San Salvador no
debió tramitar el juicio ejecutivo y condenar a su mandante al pago de la fian-
za, tomando como base, además del título ejecutivo, el “decreto de recisión”
del contrato emitido por el Ministerio de Salud y que presentó la FGR para
acreditar que la obligación principal se había vuelto exigible o si dicho .funcio-
nario debió declarar la litispendencia hasta que el Proceso Declarativo Común
de Terminación de Contrato quedara firme luego de agotarse todos los medios
impugnativos utilizados (aún se encuentra pendiente la decisión sobre el recur-
so de casación que dirime Corte Plena). Por otra parte, se observa que, sobre
los actos que le reclama a la Cámara Segunda de lo Civil de la Primera Sección
del Centro el abogado de la sociedad demandante no manifestó argumentos
específicos en su contra.
Al respecto, de la documentación anexa con la demanda, esta Sala advierte
que dicha situación fue alegada durante el juicio ejecutivo y el juez demanda-
do al emitir la sentencia, razonó que la fianza no se presume sino que debe en-
tenderse a su tenor literal y para proceder a su pago debe exigirse únicamente
el requerimiento de pago y el cumplimiento de los requisitos exigidos en la
ley, lo cual según el juzgador quedó determinado; por otra parte, la autoridad
demandada, sobre la litispendencia mencionó que la fianza es un contrato que
vale por sí mismo y no se encuentra subordinado a ningún otro, además, que
no hay identidad de sujeto, objeto y causa entre el juicio ejecutivo (en donde
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Amparos / Improcedencias
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Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.º 105
actuaciones del Juez dos del Juzgado Cuarto de lo Civil y Mercantil de San
Salvador, en virtud de que no logró subsanar las deficiencias advertidas en
la demanda únicamente en cuanto a aclarar la aceptación del pago de la
fianza que le fue requerida por el Ministerio de Salud y cuyo contenido fue
relacionado por el juez al que demanda en la sentencia definitiva pronun-
ciada en el juicio ejecutivo.
2. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por el referido
apoderado, en razón de que la pretensión planteada constituye una cues-
tión de estricta legalidad ordinaria y de simple inconformidad con las ac-
tuaciones impugnadas, pues ataca los razonamientos del juez de primera
instancia y, como conexión, respecto a las resoluciones emitidas por la Cá-
mara Segunda de lo Civil de la Primera Sección del Centro sobre las cuales
no esbozó argumentos precisos; además, se advierte la falta de titularidad
del demandante respecto al derecho de audiencia cuya vulneración alegó.
3. Notifíquese.
A. PINEDA.---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ.---SONIA DE SEGOVIA.---PRO-
NUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCO-
RRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.
389-2017
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443-2017
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Amparos / Improcedencias
el cuidado personal del niño **********, que se fijara una cuota alimenticia
de quinientos dólares a favor del niño y que se estableciera un régimen de
visitas de dos veces al mes.
Así, el pretensor alega que dichas peticiones debieron ser planteadas me-
diante reconvención y al ser admitidas por la Jueza de Familia de San Vicente
esto implicó que no pudo controvertir tales pretensiones en ejercicio de su
derecho de defensa. En ese sentido, alega que la señora **********obvió lo
establecido en el art. 49 de la Ley Procesal de Familia, que establece que única-
mente al contestarse la demanda puede proponerse la reconvención, siempre
que la pretensión del demandado tenga conexión por razón del objeto o causa
con la pretensión del demandante.
En ese sentido, el peticionario alega que la Jueza de Familia debió prevenir
a la demandada para que formulara sus pretensiones legalmente mediante la
reconvención y únicamente de esa manera pudiera ser válida la estimación de
los reclamos de la señora **********.
No obstante lo anterior, el proceso continuó su trámite y se realizó la audien-
cia de sentencia en la que –asegura– no se produjo prueba a efecto de establecer
una cuota alimenticia. Así, la Jueza de Familia de San Vicente mediante decisión
del 22-III-2017 le confirió el cuidado personal del niño ********** a la señora
**********, se estableció un régimen de visita y se fijó una cuota alimenticia sin
que se haya propuesto prueba para establecer el monto de la misma, ni valorar
aspectos como la capacidad del alimentante, la necesidad del alimentado, ni la
proporcionalidad en relación con el otro progenitor y sin que presuntamente
el peticionario haya tenido la oportunidad de controvertir dichas pretensiones.
Además, indica que, a pesar de lo expuesto, al ser impugnada dicha resolución
ésta fue confirmada por la Cámara de Familia de la Sección de Oriente.
Al respecto, alega que ambos pronunciamientos a pesar de expresar que
aseguran atender al interés superior del niño “... no han considerado el hecho
de que el niño se encuentra estudiando en la Escuela Bilingüe ********** en
San Salvador, y que a fecha faltan los meses de septiembre, octubre y noviem-
bre para que concluya el año lectivo, en dicha institución, abonado a ello [su]
hijo asiste como actividades extracurriculares acompañado de [su] persona a
la Escuela de Taekwondo ********** y Escuela de Football **********[,] ello
cual violenta el derecho a la educación y recreación del niño **********, ya
que en la ciudad de San Lorenzo no existe una institución que se equipare a la
que asiste el niño en esta ciudad, y en la ciudad de San Vicente, no existe una
institución que sea bilingüe...”.
Por lo antes expuesto, el actor cuestiona la constitucionalidad de las si-
guientes actuaciones: a) la resolución del 7-XII-2016 emitida por la Jueza de
Familia de San Vicente que admitió la contestación de la demanda de la señora
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Amparos / Improcedencias
admitidas por la Jueza de Familia de San Vicente esto implicó que no pudo
controvertir tales pretensiones, lo cual vulneró su derecho de defensa. En ese
sentido, alega que tanto la señora **********como la autoridad demandada
obviaron lo establecido en el art. 49 de la Ley Procesal de Familia, que indica
que únicamente al contestarse la demanda puede proponerse la reconven-
ción, siempre que la pretensión del demandado tenga conexión por razón del
objeto o causa con la del demandante.
En ese sentido, el peticionario señala que la Jueza de Familia debió preve-
nir a la demandada para que formulara sus pretensiones legalmente mediante
la reconvención y únicamente de esa manera podía ser válida la estimación de
los reclamos de la señora **********.
Asimismo, la parte actora menciona que al no estar de acuerdo con lo re-
suelto en primera instancia planteó un recurso de apelación, respecto del cual
la Cámara de Familia de la Sección de Oriente confirmó la decisión pronun-
ciada por la juzgadora; no obstante –a su juicio– “... se realizó ignorando (...)
[su] derecho a la seguridad jurídica (...), por cuanto, la ley procesal de familia
establece los parámetros de actuación del Tribunal Superior en grado de cara
a la impugnación de la sentencia pronunciada por el Juez A Quo, sin embargo,
la actuación de la Cámara de la Familia de la Sección Oriente en el incidente de
apelación, sobre[pasó] los límites que la Ley Procesal de Familia establece para
su actuación, pues si bien es cierto hubo una omisión de parte de la señora Jue-
za de Familia de San Vicente, al no pedir la opinión de la señora Procuradora
General de la República de conformidad al art. 216 inciso tercero del Código
de Familia, debió declarar la nulidad de la sentencia y mandar a reponer la
audiencia de sentencia...”.
2. De lo expuesto, se observa a partir del análisis de los argumentos es-
bozados en la demanda, así como de la documentación incorporada a este
expediente, que aun cuando la parte actora afirma que existe vulneración a
sus derechos fundamentales, los alegatos esgrimidos únicamente evidencian la
inconformidad con el contenido de las decisiones adoptadas por las referidas
autoridades demandadas.
A. Al respecto, sus argumentos están dirigidos, básicamente, a que este
Tribunal determine si era legalmente procedente que la Jueza de Familia de San
Vicente, estimara que el cuido, guarda y crianza, así como la representación
legal del niño ********** la tendría la señora **********, y se estudie si, de
conformidad con las reglas legales aplicables y la situación personal de los inte-
resados, era razonable la cantidad impuesta en concepto de cuota alimenticia a
favor del referido niño. En similares términos, el peticionario también pretende
que se analice si fine apegado a derecho que la Cámara de Familia de la Sección
de Oriente haya confirmado la decisión emitida en primera instancia y no haya
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declarado la nulidad de la sentencia, tal como pretendía el actor. Por lo que re-
visar si los criterios relativos a la interpretación y aplicación de la ley secundaria
por parte de dichas autoridades son correctos o errados constituyen situacio-
nes que escapan del catálogo de competencias conferido a esta Sala.
Por ello, se observa que lo que persigue con su queja el peticionario es que
este Tribunal verifique si los razonamientos que las autoridades demandadas
consignaron en sus pronunciamientos se ajustan a la exigencia subjetiva del de-
mandante, es decir, que se analice si en tales actuaciones se expusieron todas
las cuestiones, circunstancias, razonamientos y elementos que –a juicio de la
referida parte actora– debían plasmarse en ellas.
B. Asimismo, un argumento central del actor es que las peticiones de la seño-
ra ********** de que se le otorgara el cuidado personal del niño **********,
que se fijara una cuota alimenticia de quinientos dólares y que se estableciera
un régimen de visitas debieron efectuarse bajo la figura de la reconvención al
momento de contestar la demanda, por lo que al haberse tramitado el pro-
ceso sin que la autoridad demandada previniera esa situación, se transgredió
–a su criterio– lo preceptuado por el art. 49 de la Ley Procesal de Familia. Sin
embargo, se advierte que no le corresponde a este Tribunal determinar si los
actos procesales de las partes reunían los requisitos formales que establece la
legislación secundaria
Al respecto, esta Sala ha establecido –v.gr. el citado auto pronunciado en el
Amp. 408-2010-– que, en principio, la jurisdicción constitucional carece de com-
petencia material para efectuar el análisis relativo a la interpretación y aplica-
ción que las autoridades judiciales desarrollen con relación a los enunciados
legales que rigen los trámites cuyo conocimiento les corresponde, pues hacerlo
implicaría la irrupción de competencias que, en exclusiva, han sido atribuidas y
debe realizarse por los jueces y tribunales ordinarios.
C. De igual modo, el actor alega que la Jueza de familia de San Vicente al
momento de imponer la cantidad de dinero que en concepto de cuota alimen-
ticia debía aportar el peticionario para la manutención de su hijo, no se valoró
“... aspectos como la capacidad del alimentante, la necesidad del alimentado,
ni la proporcionalidad en relación con el otro progenitor...”. No obstante, de
sus argumentos y de la documentación presentada se deduce que se encuen-
tra simplemente inconforme con los razonamientos que las autoridades de-
mandadas hicieron respecto de los medios probatorios y otros elementos de
juicio que sirvieron para determinar la referida cuota alimenticia.
Sobre aspectos como lo argumentado, la jurisprudencia constitucional ha
establecido –v.gr. la resolución pronunciada el día 11-VIII-2008 en el Amp. 338-
2008–, que la valoración de los distintos medios probatorios presentados en
sede jurisdiccional o administrativa es una actividad cuya realización le corres-
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y de los respectivos recursos, para lo cual debía señalar el agravio de estricta tras-
cendencia constitucional y los derechos que presuntamente le fueron vulnerados
con cada uno de los actos reclamados.
II. En ese orden de ideas, el abogado Guerra Romero manifiesta –en síntesis–
que las sociedades Telemóvil de El Salvador y CTE Telecom Personal son empresas
de difusión por sistema de operador de cable, los canales de películas, telenove-
las, programas, canales de música, entre otros, poseen contenidos musicales que
se encuentran administrados por los repertorios de su patrocinada.
Afirma que luego de un largo tiempo de negociaciones con Telemóvil de El
Salvador, esta reconoció su obligación de cancelar las respectivas regalías del
derecho de autor de SAMIC E.G.C. y suscribió el 15-VIII-2016 un contrato de
licencia de uso no exclusivo de derechos de autor y actualmente está intentan-
do llegar a un acuerdo con CTE Telecom Personal.
Así, expresa que ese tipo de compañías publica en sus canales programas
con contenidos musicales que son administrados por su mandante, de ahí
considera que con la presente demanda se logre que SIGET cumpla con el
art. 103 Cn. relacionado con el art. 89-A de la Ley de Propiedad Intelectual
–LPI– y exija que estas tengan sus respectivas licencias de uso no exclusivo de
derechos de autor.
Así, indica que la autoridad demandada es la Superintendente de la SIGET
puesto que no ha obtenido respuesta de ella a pesar de haber solicitado en va-
rias oportunidades –vía telefónica– reuniones para continuar viendo el tema.
No obstante lo anterior, alega que su patrocinada ha continuado trabajan-
do directamente con las empresas de naturaleza de difusión para que reconoz-
can y paguen las regalías de derecho de autor, como en el caso de Telemóvil
de El Salvador y actualmente está en renegociación del contrato con ASDER.
Finalmente, señala que su patrocinada no ha presentado acciones legales de
naturaleza civil ni mercantil contra compañías de difusión por sistema de ope-
rador de cable porque desea agotar instancias conciliatorias antes de proceder.
II. Determinados los argumentos expresados por el apoderado de la peti-
cionaria, corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de
la resolución que se proveerá.
1. Tal como se ha sostenido en la resolución de 27-X-2010, pronunciada
en el Amp. 408-2010, en este tipo de procesos las afirmaciones de hecho de la
parte actora deben justificar que el reclamo formulado posee trascendencia
constitucional, esto es, deben poner de manifiesto la presunta vulneración a
la dimensión subjetiva de los derechos fundamentales que se proponen como
parámetro de confrontación.
Por el contrario, si tales alegaciones se reducen al planteamiento de asun-
tos puramente judiciales o administrativos consistentes en la simple inconfor-
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midad con las actuaciones o el contenido de las decisiones emitidas por las
autoridades dentro de sus respectivas competencias, la cuestión sometida al
conocimiento de este Tribunal constituye un asunto de mera legalidad, lo que
se traduce en un vicio de la pretensión que imposibilita su juzgamiento.
2. Por otra parte, tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pro-
nunciada en el Amp. 795-2006, este proceso constitucional persigue que se
imparta a la persona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de auto-
ridad que estime inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice
el ejercicio de los derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia en la etapa inicial de la pretensión de
amparo, es necesario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se autoa-
tribuya alteraciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas de los
efectos de la existencia de una presunta acción u omisión –lo que en términos
generales de la jurisprudencia constitucional se ha denominado simplemente
agravio–. Dicho agravio tiene como requisitos que se produzca con relación a
normas o preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y que genere
una afectación difusa o concreta en la esfera jurídica de la persona justiciable
–elemento material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-
titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
2. A. Por otro lado, en la sentencia del 16-XI-2012, pronunciada en el Amp.
24-2009, este Tribunal sostuvo que el agravio es de tipo actual cuando, no obs-
tante el tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración de
derechos fundamentales que se alega y el de la presentación de la demanda de
amparo, no hayan desaparecido –es decir, permanezcan en el tiempo– los efec-
tos jurídicos directos de dicha transgresión en la esfera particular de la persona
que solicita el amparo, entendidos estos últimos como la dificultad o imposibili-
dad para continuar ejerciendo materialmente las facultades subjetivas derivadas
de un derecho del cual se tiene o se ha tenido su titularidad.
Entonces, para determinar si un agravio posee actualidad se deberá ana-
lizar –atendiendo a las circunstancias fácticas de cada caso concreto y, en es-
pecial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el lapso
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Así, el art. 1 inciso primero de la LT establece que dicha ley tiene por “obje-
to normar, regular y supervisar las actividades relacionadas con el sector de las
Telecomunicaciones y las Tecnologías de la Información y la Comunicación, que
incluye la gestión del espectro radioeléctrico; el acceso a recursos esenciales; el
plan de numeración, el servicio público de telefonía; la administración eficiente
de las redes; la calidad, la cobertura y la continuidad de los servicios de teleco-
municaciones y la protección de los derechos de los usuarios”.
De lo antes expuesto, los argumentos del apoderado de la actora están
dirigidos, básicamente, a que este Tribunal determine si, de conformidad con
lo establecido en la legislación secundaria, la SIGET tiene dentro de sus com-
petencias la potestad de verificar y sancionar a los operadores que no tengan
contratos de licencia de uso no exclusiva de derechos de autor. Lo anterior
constituye una situación que escapa del catálogo de competencias conferido a
esta Sala, ya que se observa que lo que persigue con su queja el peticionario es
que este Tribunal verifique si la Superintendente de la SiGET debía regular lo
relativo a la propiedad intelectual, de conformidad con la LT.
En ese orden de ideas, se colige que lo expuesto por el apoderado de la
demandante, más que evidenciar una supuesta transgresión a los derechos
fundamentales de su patrocinada, se reduce a plantear un asunto de mera
legalidad y de simple inconformidad.
3. A. Finalmente, de los términos expuestos por el citado profesional, se
advierte que no se está en presencia de un agravio actual en la esfera jurídica
de su patrocinada, puesto que la reunión sostenida con el Gerente de la SIGET
fue el 6-V-2015, por lo que transcurrió un año y dos meses desde el citado acto
hasta que fue presentada la demanda de amparo el 7-VII-2016, de lo cual no se
infiere la existencia de un perjuicio actual respecto de los efectos negativos que
la omisión impugnada le ha causado a la parte actora y, consecuentemente,
el elemento material del agravio que aparentemente se le ha ocasionado ha
perdido vigencia.
Y es que, debido a la naturaleza jurídica del proceso de amparo, es nece-
sario que además de que exista un agravio concreto en la esfera jurídica del
peticionario, este debe ser actual. Así, debe indicarse cuál es el perjuicio actual
que sufre la parte actora en sus derechos fundamentales y no limitarse a ma-
nifestar –de manera general– acotaciones relacionadas a afectaciones a esfera
jurídico-patrimonial.
En ese sentido, se observa que la peticionaria no promovió el amparo du-
rante un lapso prolongado, aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afec-
tación padecida como consecuencia de la omisión por parte de la autoridad
demandada. Además, el hecho de que realizara llamadas telefónicas para soli-
citar reuniones no desvirtúa el agravio actual.
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En ese orden, el abogado de la parte actora señala que existe una diferen-
cia sustancial que genera una distorsión en la aplicación del pago a cuenta y
el impuesto del cual se deriva, y es que el ISR se calcula sobre la utilidad neta,
mientras que el pago a cuenta sobre los ingresos brutos. Esta diferencia en la
base del cálculo –ingresos netos y brutos– amplifica el excedente que puede
originarse entre lo anticipado a cuenta mensualmente y el impuesto calculado
al final del período fiscal.
Aunado a lo anterior, el referido profesional expresa que disiente –a su
juicio– del criterio de esta Sala en cuanto a que para que un gravamen o medi-
da fiscal sea confiscatorio no es indispensable acreditar que su aplicación hace
imposible el funcionamiento o continuidad de la empresa, más bien, considera
que lo esencial es demostrar que el Estado por medio de su aplicación sustrae
un porcentaje alto de las rentas netas del contribuyente, que le priva de mane-
ra gravosa, sustancial e irreversible de los recursos económicos para su funcio-
namiento, desarrollo e inversión.
Y es que, advierte que la aplicación del anticipo a cuenta implica el 45%
de las rentas netas de su poderdante “dejándole casi la mitad de los ingresos
netos para efecto de honrar el resto de sus obligaciones y generar riqueza o
más capital o realizar inversión...”. Asimismo, expresa que la referida obliga-
ción es una medida repetitiva, por lo que todos los meses su poderdante debe
buscar medios para financiar dicho pago; sin embargo, considera que el hecho
que encuentre medios de financiamiento para honrar la obligación tributaria
y no cierre operaciones mediante la quiebra, no significa que la medida no sea
confiscatoria, pues –a su criterio– la condición de quiebra o impago de una em-
presa no debe ser el parámetro exclusivo para considerar que un gravamen sea
confiscatorio “sino advertir qu[é] cantidad de la riqueza generada es afectada
por este beneficio para el Estado”.
Por último, considera que es inaceptable invocar la tesis de la neutraliza-
ción “del desapropio del excedente bajo la figura de su eventual reintegro”, ya
que la dinámica del ISR y su anticipo a cuenta “hace imposible que el nivel del
excedente se empareje con el cumplimiento de la obligación de renta” debido
a la periodicidad diferenciada entre ambos y a que la devolución no se efectúa
como un pago en exceso o indebido, lo que imposibilita su reclamo o reintegro
de manera inmediata, sino que debe existir una previa fiscalización.
II. Expuestos los planteamientos esenciales de la parte actora, es necesario
formular ciertas consideraciones de índole jurisprudencial que han de servir
como fundamento de la presente decisión.
En las resoluciones de fechas 14-X-2009 y 12-X-2011, pronunciadas en los
Amp. 406-2009 y 94-2011, esta Sala expuso que el instituto de la cosa juzgada
debe entenderse como la permanencia en el tiempo de la eficacia procesal de
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Por tanto, con base en las consideraciones precedentes, esta Sala RESUEL-
VE:
1. Tiénese al abogado Guillermo Enrique Romero Choto, como apoderado
general judicial de la sociedad Valores y Servicios Regionales, Sociedad
Anónima de Capital Variable, en virtud de haber acreditado en forma de-
bida la personería con la que interviene en el presente proceso.
2. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por el referido
abogado en la calidad en la que actúa, contra la Asamblea Legislativa por
la emisión por parte de la del D.L. número 958 de fecha 14-XII-2011, publi-
cado en el D.O. número 235 Tomo 393 del 15-XII-2011 que contiene refor-
mas al art. 151 inc. 2° Código Tributario referente a la figura denominada
“pago a cuenta” del impuesto sobre la renta, por la supuesta vulneración
al derecho de propiedad por infracción al principio de no confiscación, en
virtud de existir un pronunciamiento previo por parte de esta Sala sobre la
pretensión planteada.
3. Previénese al abogado Romero Choto que deberá actualizar su persone-
ría; o en su caso, el representante de la sociedad demandante tendrá que
comparecer de manera directa, si posteriormente la parte actora pretende
plantear recurso alguno. En ambos supuestos deberá presentarse la docu-
mentación necesaria para acreditar la calidad en la que se desee actuar de
conformidad a los arts. 61, 67 y siguientes del Código Procesal Civil y Mer-
cantil.
4. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del medio técnico (fax) proporcio-
nado por el abogado de la sociedad demandante para oír notificaciones.
5. Notifíquese.
A. PINEDA.---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ.---SONIA DE SEGOVIA.---PRO-
NUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCO-
RRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.
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era de asesor jurídico, habiendo finalizado sus servicios en el año 2007, siendo
en los años 2008 y 2009 que los denunciantes llegaron a ocupar el inmueble
sobre el que recae su denuncia. Por tanto, alega que no se debió haber ejer-
cido acción penal en su contra, pues la relación con la denunciada no lo hace
partícipe del hecho.
Manifiesta que la Cámara Tercera de lo Penal de la Primera Sección del
Centro, además de otorgarle medidas alternas a la detención provisional, se
pronunció afirmando “...que mi persona era inocente de la imputación por
no haber obtenido ningún provecho económico injusto, ni había engañado a
nadie...”; por cuya decisión, asegura haber permanecido con medidas alternas
a la detención durante un año (de agosto 2016 a junio 2017).
No obstante, indica que el día 29/06/2017 fue nuevamente capturado,
debido a la existencia de un remanente de denunciantes, coincidiendo el pro-
blema, el terreno, la propietaria y los acusados, ante lo cual señala que si es
inocente respecto a los primeros 153 demandantes también lo es en relación
a las 11 personas cuyas denuncias sustentan la segunda imputación; por esa
razón, afirma que el fraccionamiento de la investigación realizado por la re-
presentación fiscal es ilegal, pues si bien el tiempo de las denuncias es distinto,
el requerimiento fue presentado con posterioridad a todas, por tanto debió
haberse realizado una sola imputación. Agrega que, en la vista pública del
primer caso, celebrada el día 28/07/2017, se propuso una conciliación por la
suma de $10,000 que abarcaba a los denunciantes de ambas acusaciones; de
ahí que –insiste–, debió haberse presentado un mismo requerimiento fiscal y
no de forma fraccionada como se ha hecho.
Señala que su privación de libertad la cumple en una celda del Centro Peni-
tenciario La Esperanza, la cual tiene capacidad para 10 personas, encontrándose
más de 65 en ella, y agrega: “...tengo problemas de salud; depresión y ansiedad,
hígado graso, hongos en mi cuerpo, (...) [e]ste hacinamiento es tormentoso (...)
pues hay limitantes de agua, la comida no puedo consumirla porque daña mi es-
tómago por tener mal funcionamiento hepático, la violencia es palpable, es por
el ambiente, por lo que la violación a mi dignidad es clara... “(sic).
Indica que la presunción de inocencia se vulneró en la audiencia inicial,
pues a pesar de contar con la conciliación respecto al primer caso, y que la
fiscalía dijo no contar con prueba que acreditara que recibió dinero como pro-
vecho injusto o que engañó a los denunciantes, fue enviado a prisión, cuando
lo correcto era otorgarle medidas sustitutivas a la detención o en su defecto,
por no haber pruebas, emitir un sobreseimiento.
Expresa vulneración al derecho de defensa debido a la no autorización
judicial de diligencias probatorias de descargo –como peritaje contable, ins-
pección, etc.–, el rechazo de prueba testimonial por extemporánea, alegan-
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ria penal, las que por ley están facultadas para analizar y determinar asuntos
como el requerido –ver improcedencia de HC 375-2015 del 30/11/2015–.
Aunado a lo anterior y en relación a la detención que sufre en virtud de la
última imputación, es de señalar que de conformidad con lo dispuesto en el pri-
mer inciso del artículo 13 de la Constitución y los artículos 77 y 324 del Código
Procesal Penal, la Fiscalía General de la República puede decretar la detención
administrativa de una persona a quien se imputa un delito cuando estime que
concurren los presupuestos que justifican la detención provisional –contenido
en el artículo 329 del mismo cuerpo de leyes–. De manera que, en el momento
de estudiar si procede emitir tal orden de restricción, determinará si se cum-
plen los requisitos de ley.
No corresponde, entonces, a esta Sala examinar la relación de hechos y
la prueba para establecer, con base en ello, si procedía decretar su detención
administrativa, pues dicho análisis corresponde exclusivamente al ente fiscal.
En ese sentido, respecto al fraccionamiento del proceso penal, también
concierne a dicha autoridad decidir la presentación, en contra de una perso-
na, de un requerimiento fiscal por diferentes delitos o varios requerimientos;
lo cual puede obedecer a diversos aspectos, como por ejemplo el estado de
las investigaciones en relación con cada hecho delictivo –ver sentencia de HC
2-2009/38-2009 del 16/12/2011–; por lo tanto, dicha determinación se en-
cuentra dentro de su margen de competencia y la objeción respecto a ello no
posee trascendencia constitucional.
2. Con relación al reclamo referido a la no autorización judicial de realiza-
ción de diligencias probatorias de descargo, tal señalamiento carece de con-
tenido constitucional pues está orientado a expresar su inconformidad con la
decisión mediante la cual se le deniega la admisión y práctica de pruebas ofre-
cidas y solicitadas, lo cual implicaría que esta Sala actúe como un tribunal de
segunda instancia para revisar los motivos expuestos por la autoridad deman-
dada para resolver en tal sentido.
En cuanto a ello, la jurisprudencia constitucional ha sostenido de manera
reiterada que la Sala no puede considerarse como una instancia más dentro
del proceso penal, ya que su función es de índole estrictamente constitucional
y no admite la examen de decisiones emitidas a cargo de un tribunal inferior
–véase la sentencia del HC 145-2008R, de fecha 28/10/2009–
Respecto a la valoración de prueba que califica como fraudulenta, la ju-
risprudencia constitucional ha dispuesto que en esta sede no es posible de-
terminar si ha existido o no una actuación de autoridad, o en su caso de un
particular, que pueda implicar un fraude procesal o la comisión de un ilícito
penal –entre otros–, pues estas son circunstancias que deben investigarlas y
decidirlas las autoridades competentes, como la Fiscalía General de la Repú-
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nota del 20-III-2014 que el MOP había dado por cerrado el caso, con base en
un informe técnico de fecha de octubre de 2013.
Alega que a partir de ese momento fue que conoció de ese informe por lo
que no fue posible desmentir lo que en el mismo se decía y se le ha vencido sin
garantizársele su derecho de audiencia. En consecuencia, estima vulnerados
sus derechos de propiedad y audiencia.
II. Determinados los argumentos expuestos por la pretensora, corresponde
en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la decisión que se emitirá.
Así, tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el
Amp. 795-2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la per-
sona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime
inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia al inicio del proceso de la pretensión
de amparo, es necesario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se autoa-
tribuya alteraciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas de los
efectos de la existencia de una presunta acción u omisión –lo que en términos
generales de la jurisprudencia constitucional se ha denominado simplemente
agravio–. Dicho agravio tiene como requisitos que se produzca con relación a
normas o preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y que genere
una afectación difusa o concreta en la esfera jurídica de la persona justiciable
–elemento material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-
titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del demandante no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
III. Corresponde ahora evaluar la posibilidad de conocer de las infracciones
alegadas por la parte actora en el presente caso.
1. La señora Capacho Preza encamina su reclamo contra el Ministro y Vi-
ceministro de Obras Públicas por haber dado por cerrado su caso relacionado
con la reinstalación de un portón y de un techo de su propiedad que invadían
el derecho de vía.
Para fundamentar la inconstitucionalidad de esa actuación, centra su pre-
tensión en los siguientes aspectos: i) que su caso fue cerrado conforme a un
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der presentado no era válido al haber sido conferido ante sus propios oficios, lo
cual trasgrede la prohibición expresa del artículo 9 de la Ley de Notariado.
En ese sentido, el abogado Escalante Pérez señala que “... la Cámara de
Segunda Instancia al advertir la falta de legitimación (sic) por un error material
en el poder general judicial presentado, y siendo este de carácter subsana-
ble, debió de conformidad con el artículo 300 del CPCM [sic] otorgar un plazo
máximo de cinco días para proceder a su debida corrección, debiendo a tal
efecto suspender la audiencia, lo cual no ocurrió, y como consecuencia de ello
se declaró improponible el recurso de apelación...” [mayúsculas suprimidas].
2. De lo expuesto, se observa a partir del análisis de los argumentos es-
bozados en la demanda, así como de la documentación incorporada a este
expediente, que aun cuando el abogado de la parte actora afirma que exis-
te vulneración a los derechos fundamentales de su poderdante, los alegatos
esgrimidos únicamente evidencian la inconformidad con el contenido de las
decisiones adoptadas por las referidas autoridades demandadas.
A. Al respecto, los argumentos del citado profesional están dirigidos, bá-
sicamente, a que este Tribunal determine si era legalmente procedente que la
Cámara Segunda de lo Civil de la Primera Sección del Centro y la Sala de lo Civil
estimaran que el poder presentado para validar su personería –luego de que
venciese el emitido por la anterior representante de la sociedad Trecom S. A. de
C. V.– transgredía la prohibición del art. 9 de la Ley de Notariado de autorizar
instrumentos en los que pueda resultar algún provecho directo para el notario,
específicamente por emitirse un poder a favor de sí mismo. Además, se preten-
de que este Tribunal estudie si eran conforme a Derecho los señalamientos de
anormalidades que la referida Cámara encontró respecto al poder presentado y
que finalmente devinieron en una falla de personería para actuar en el inciden-
te de apelación. Por lo que revisar si los criterios relativos a la interpretación y
aplicación de la ley secundaria por parte de dichas autoridades eran correctos
o errados constituyen situaciones que escapan del catálogo de competencias
conferido a esta Sala.
Por ello, se observa que lo que persigue con su queja el representante de
la sociedad peticionaria es que este Tribunal verifique si los razonamientos que
las autoridades demandadas consignaron en sus pronunciamientos se ajustan
a la exigencia subjetiva del demandante, es decir, que se analice si en tales ac-
tuaciones se expusieron todas las cuestiones, circunstancias, razonamientos y
elementos que –a juicio de la referida parte actora– debían plasmarse en ellas.
B. Asimismo, un argumento central del abogado de la sociedad actora es
que la Cámara de Segunda Instancia al advertir la falta de personería por un
“error material” en el poder general judicial presentado, y ser este un defecto
de carácter subsanable, debió de conformidad con el artículo 300 del Código
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Amparos / Improcedencias
Procesal Civil y Mercantil, otorgar un plazo de cinco días para que se procediera
a su debida corrección. Sin embargo, en la documentación anexa se advierte que
en el acta de audiencia de apelación celebrada el 21-XI-2016 consta que dicha
Cámara concedió un período de tiempo al licenciado Escalante Pérez a efecto de
que este pudiese acreditar su personería respecto del recurso de apelación por él
planteado, lo cual finalmente no logró; sin embargo, no le corresponde a este Tri-
bunal determinar si los documentos de postulación procesal de los abogados de
las partes reunían los requisitos formales que establece la legislación secundaria.
No obstante, de sus argumentos y de la documentación presentada –al
advertirse que al representante de la peticionaria se le concedió la posibilidad
de subsanar la prevención que respecto del poder se le efectuó– se deduce
que se encuentra simplemente inconforme con los razonamientos que las au-
toridades demandadas hicieron respecto del documento con el que buscaba
ser habilitado para poder actuar en representación de la sociedad Trecom S.A.
de C.V. y que sirvieron de sustento para que fueran declarados improponibles
e inadmisibles los medios impugnativos promovidos respectivamente ante la
referida Cámara y la Sala de lo Civil.
Al respecto, esta Sala ha establecido –v.gr. el citado auto pronunciado en el
Amp. 408-2010– que, en principio, la jurisdicción constitucional carece de com-
petencia material para efectuar el análisis relativo a la interpretación y aplica-
ción que las autoridades judiciales desarrollen con relación a los enunciados
legales que rigen los trámites cuyo conocimiento les corresponde, pues hacerlo
implicaría la irrupción de competencias que, en exclusiva, han sido atribuidas y
debe realizarse por los jueces y tribunales ordinarios.
Por lo que ponderar las razones por las que las autoridades demandadas
valoraron la documentación relativa a la personería de determinada manera
implicaría invadir la esfera de competencias de dichas autoridades, actuación
que a esta Sala le está impedida legal y constitucionalmente, al fundamentarse
en un asunto de estricta legalidad.
3. En ese orden de ideas, se colige que lo expuesto por la parte actora
más que evidenciar una supuesta transgresión a sus derechos fundamentales,
se reduce a plantear un asunto de mera legalidad y de simple inconformidad
con el contenido de las siguientes decisiones: la resolución emitida el 21-XI-
2016 por la Cámara Segunda de lo Civil de la Primera Sección del Centro me-
diante la cual se declaró improponible el recurso de apelación planteado por
el licenciado Escalante Pérez en contra de la decisión pronunciada en primera
instancia por el Juez Cuarto de lo Civil y Mercantil de San Salvador; y la deci-
sión proveída el 8-V-2017 por la Sala de lo Civil mediante la cual declaró inad-
misible el recurso de casación promovido contra la resolución de la referida
Cámara de Segunda Instancia
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En estrecha relación con lo expuesto, debe acotarse que cuando una de-
manda de amparo es rechazada liminarmente mediante la figura de la im-
procedencia por existir un vicio de fondo en la pretensión, ese auto definitivo
adquiere firmeza una vez agotado el recurso correspondiente o transcurrido
su plazo de interposición, de conformidad con lo establecido en el art. 229 del
Código Procesal Civil y Mercantil –de aplicación supletoria en los procesos de
amparo– y por tanto se generan efectos equivalentes a la cosa juzgada, por lo
que dicha pretensión no puede ser propuesta nuevamente ante este Tribunal
en idénticos términos, puesto que sería objeto de un mismo pronunciamiento
de rechazo ya que subsistiría el vicio de fondo y, principalmente, debido a que
ya existiría un auto definitivo firme que rechaza esa pretensión.
En consecuencia, si se advierte que en sede constitucional se ha emitido un
pronunciamiento de carácter definitivo y firme en relación con una determina-
da pretensión, y esta es planteada nuevamente en otro proceso, tal pretensión
no estará adecuadamente configurada y, por tanto, existirá una evidente im-
procedencia de la demanda planteada, lo cual se traduce en la imposibilidad
jurídica de que el órgano encargado del control de constitucionalidad conozca
y decida sobre el fondo del caso alegado.
IV. Trasladando las anteriores nociones al caso concreto, se observa que
en el presente caso, la apoderada de la actora dirige su reclamo contra el
Director de Centros Penales a quien atribuye la decisión de dar por finalizado
su vínculo laboral.
Al respecto, se advierte que –tal como se apuntó supra y según consta en
los registros que lleva la Secretaría de este Tribunal– previamente la pretenso-
ra presentó otra demanda de amparo, la cual fue clasificada con la referencia
116-2013, en la que impugnó el mismo acto cuyo control constitucional actual-
mente solicita.
Dicha demanda de amparo fue declarada improcedente mediante la reso-
lución de fecha 6-XI-2014, debido a que se advirtió que no se estaba en pre-
sencia de un agravio de trascendencia constitucional en la esfera jurídica de
la pretensora, pues el núcleo de su pretensión se basaba en el perjuicio de
carácter económico ocasionado por la finalización del contrato que la vincula-
ba a la institución, por lo que su reclamo, más que una especial trascendencia
constitucional, revestía una motivación de carácter estrictamente patrimonial
orientada a obtener una resolución de naturaleza indemnizatoria, aspecto ex-
cluido del catálogo de competencias propios de este Tribunal.
Actualmente, la abogada interesada impugna la misma actuación, tal como
en la demanda anteriormente presentada; en ese orden de ideas, se observa
que el reclamo que fue sometido a conocimiento constitucional en el Amp.
116-2013 versa, en esencia, sobre el mismo asunto planteado en el presente
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Amparos / Improcedencias
proceso de amparo, pues existe identidad entre los elementos que conforman
ambas pretensiones –sujetos, objeto y causa–.
Así, en ambos procesos de amparo la parte actora es la señora MRGR, la
autoridad demandada es el Director General de Centros Penales y el acto recla-
mado es la no renovación de su contrato laboral para el año 2013; asimismo,
se observa que esencialmente se aduce la conculcación de los mismos derechos
fundamentales y que los alegatos utilizados para fundamentar la presunta le-
sión de tales derechos son esencialmente los mismos.
En ese sentido, puede verificarse la semejanza relevante entre los sujetos
activo y pasivo, así como la identidad de objeto; además, se observa una iden-
tidad de causa o fundamento, puesto que la actuación impugnada, la relación
fáctica, los motivos por los cuales se alega la vulneración constitucional y los
derechos invocados en ambos supuestos son básicamente los mismos.
Por ende, se colige que la apoderada de la peticionaria pretende que este
Tribunal revise nuevamente la pretensión referida a la supuesta conculcación
de sus derechos constitucionales como consecuencia de su destitución del car-
go que desempeñaba dentro de la Dirección General de Centros Penales, pese
a que ya se ha emitido un pronunciamiento sobre esta declarando su improce-
dencia anteriormente.
Aunado a lo anterior, aunque actualmente sostiene que lo que busca es que
este Tribunal le brinde “... el poder vinculante y definitivo, a la [sic] resoluciones
que la PDDH ha emanado...” estableciendo la supuesta vulneración de los dere-
chos de la interesada, en principio dicha situación escapa del catálogo de com-
petencias conferidas a esta Sala, toda vez que más bien pretende que se vuelva
a conocer sobre la misma pretensión que ya fue resuelta bajo el pretexto de que
se defina la naturaleza de las resoluciones emitidas por la PDDH, de conformidad
con la normativa secundaria pertinente; además, se observa que la declaratoria
de improcedencia relacionada fue emitida el 6-XI-2014, que la resolución de la
Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos fue pronunciada 24-II-
2015 y que la demanda que ha dado inicio a este amparo fue presentada hasta
el 31-X-2016, por lo que la interesada no promovió el amparo durante un lapso
prolongado, aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afectación padecida
como consecuencia de la actuación que pretende impugnar nuevamente.
En consecuencia, se advierte que la pretensión de amparo planteada por
la actora en relación a la supuesta vulneración de sus derechos fundamentales,
ya fue objeto de una decisión judicial firme –en otro proceso de amparo–; ra-
zón por la cual, no debe ser atacada ni contradicha en posteriores decisiones
de órganos judiciales, situación que se traduce en un vicio de la pretensión que
impide el conocimiento del fondo de la petición así planteada y produce el re-
chazo liminar de la demanda mediante la figura de la improcedencia.
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Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.º 105
Por tanto, con base en las consideraciones precedentes, esta Sala RESUELVE:
1. Tiénese a la abogada Sonia Maribel Campos Medina en calidad de apode-
rada de la señora MRGR, en virtud de haber acreditado en forma debida la
personería con la que actúa en el presente proceso.
2. Declárese improcedente la demanda de amparo presentada por la citada
profesional en la mencionada calidad, en virtud de haberse planteado una
pretensión que ya fue objeto de una decisión judicial previa en otro proce-
so de amparo.
3. Tome nota la Secretaría de esta Sala del lugar y medio técnico indicados
por la apoderada de la demandante para recibir los actos procesales de
comunicación.
4. Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---R. E. GON-
ZALEZ.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.
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Meléndez de Rodríguez, fiscal del caso, Josué Jonathan Mata Aldana, Jefe [de
la] Unidad Penal de la Defensa de los Intereses del Estado de la ciudad de San
Salvador, quienes resolvieron tipificando el delito de Incumplimiento de Deve-
res [sic], regulado en el Art. 321 del Código Penal...” [mayúsculas suprimidas].
Expresa que: “... las personas que hoy represent[a], participaron en la fun-
dación de la Asociación Cooperativa de Producción Agropecuaria ‘Hacienda la
Carrera de R.L.’, desde los años (...) ochenta (...) [t]odas las Cooperativas de
la Reforma Agraria (...) acuden al Departamento de Asociaciones Agropecua-
ria[s] para hacer sus respectivas inscripciones o registros (...) [que] se encuen-
tra en el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG); el cual actualmente es
representado por (...) FMFA, quien es actualmente el encargado de llevar la
custodia de los archivos de cada una de las cooperativas inscritas en esa insti-
tución, a quien se le dirige[n] los escritos, en la que se interpone (...) cualquier
violación que se vincule dentro de las cooperativas...”.
En ese orden de ideas, sostiene que sus poderdantes: “... deciden hacer
una manifestación de reclamo frente al portón de entrada de la Cooperativa
la Carrera, con el fin de que se le entregaran los derechos que le corresponden
(...) según los Estatutos (...) llegando al acuerdo (...) que el Departamento au-
torizado por el señor FMFA, ordenaba y autorizaba, que se revisara el expe-
diente historial de la Asociación (...) ‘la Carrera’. Siendo en esa revisión de los
expedientes, que se logra detectar la sustracción de los listados conocidos[,] los
cuadros de membrecías [sic] del año ochenta al año noventa, de los cuales no
se encuentran en el expediente que ese departamento mantiene en su custo-
dia...” [mayúsculas suprimidas].
Indica que por tal razón “... [e]l Tribunal de Ética Gubernamental (...)
[abrió] expediente administrativo sancionador de Ref. 153-TGE-2011 iniciado
por denuncia interpuesta por [sus poderdantes] (...) contra el cervidor [sic] pú-
blico, FMFA (...) por el delito de Incumplimiento de Deberes (...) [l]os señores
fiscales (...) [d]espués de la investigación que hiciera (...) [el Tribunal] de Ética,
concluye, que los hechos narrados no guardan relación con los deberes y pro-
hibiciones previstas en la pasada Ley de Ética Gubernamental ni en la actual ley
(...) por lo que carecen de tipicidad, y (...) declar[ó] improcedente la denuncia
(...) certificando el expediente (...) [a] Fiscalía General de la República, en don-
de (...) reciben el expediente ya tipificado por [el] Tribunal de Ética Guberna-
mental (...) jamás los señores fiscales dieron su propio criterio (...) en cuanto a
(...) [la] calificación del delito ... “ [mayúsculas suprimidas].
Como consecuencia de ello, estima que se ha conculcado los derechos de
audiencia, defensa y a la “protección” de sus poderdantes, así como el debido
proceso, el principio de legalidad y “debida justicia”.
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Amparos / Improcedencias
II. Delimitados los elementos que constituyen el relato de los hechos plan-
teados por el abogado García Soto, conviene ahora exponer brevemente los
fundamentos jurídicos en que se sustentará la presente decisión. En concreto,
esta Sala se referirá a los presupuestos de procedencia del mismo, particular-
mente, lo relativo a la necesaria trascendencia de índole constitucional de las
actuaciones atribuidas a las autoridades demandadas y lo concerniente al ca-
rácter definitivo de los actos que deben ser sometidos a control de constitu-
cionalidad, mediante los procesos de amparo (III), y finalmente se harán las
consideraciones respectivas al caso en concreto (IV).
III. 1. Tal como se sostuvo en la resolución emitida el día 27-X-2010 en
el Amp. 408-2010, en este tipo de procesos las afirmaciones de hecho de la
parte actora deben justificar que el reclamo formulado posee trascendencia
constitucional, esto es, han de poner de manifiesto la presunta vulneración a
los derechos fundamentales que se proponen como parámetro de control de
constitucionalidad.
Por el contrario, si tales alegaciones se reducen a aspectos puramente lega-
les o administrativos –consistentes en la simple inconformidad con el ejercicio
de las respectivas competencias–, la cuestión sometida a conocimiento se erige
en un asunto de mera legalidad, situación que se traduce en un vicio de la pre-
tensión que imposibilita su juzgamiento.
2. Además, en la resolución de fecha 20-II-2009, pronunciada en el Amp.
1073-2008, se estableció que en este tipo de procesos, el objeto material de
la fundamentación fáctica de la pretensión se encuentra determinado por el
acto reclamado, que en sentido lato, puede ser una acción u omisión prove-
niente de cualquier autoridad pública o de particulares, el cual debe reunir de
manera concurrente ciertas características, entre las que se destacan (a) que se
produzca en relaciones de supra a subordinación, (b) que genere un perjuicio
o agravio en la esfera jurídica de la persona justiciable y (c) que además posea
carácter definitivo.
En ese sentido, este Tribunal -en principio- únicamente tiene competencia
para controlar la constitucionalidad de los actos concretos y de naturaleza defi-
nitiva emitidos por las autoridades demandadas, encontrándose impedido de
analizar aquellos que carecen de dicha definitividad por tratarse de actuacio-
nes de mero trámite.
Por ello, para promover el proceso de amparo constitucional, es impres-
cindible que el acto u omisión impugnada sea de carácter definitivo, capaz de
generar en la esfera jurídica del demandante un agravio de igual naturaleza
con trascendencia constitucional; caso contrario, resultaría contraproducente,
desde el punto de vista de la actividad jurisdiccional, la sustanciación de un pro-
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Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.º 105
ceso cuya pretensión carezca de uno de los elementos esenciales para su ade-
cuada configuración, pues ello volvería improductiva la tramitación de este.
IV. Con el objeto de trasladar las nociones esbozadas al caso concreto, se
efectúan las consideraciones siguientes:
De manera inicial, se observa que el abogado García Soto ataca la reso-
lución emitida el día 1-IV-2016 por la Dirección de la Defensa de los Intereses
del Estado, en la que la Fiscal Dina Zonia Méndez de Rodríguez calificó como
atípica la conducta atribuida por sus poderdantes a FMFA, Jefe del Departa-
mento de Asociaciones Agropecuarias del Ministerio de Agricultura y Ganade-
ría, porque a su juicio, no se cumplían los elementos del tipo exigidos para la
calificación del delito de Incumplimiento de Deberes.
1. Al respecto se advierte que, por una parte, la actuación contra la que
el apoderado de los demandantes dirige su queja no constituye un acto de
carácter definitivo y, en consecuencia, no puede producir un agravio de igual
naturaleza en la esfera jurídica de sus poderdantes, debido a que la califica-
ción provisional de un delito por parte de la Fiscalía General de la República
únicamente es una actuación que permite que el proceso penal correspon-
diente dé inicio.
Así pues, es evidente que tal resolución no puede generar una posible vul-
neración de carácter definitivo a los derechos fundamentales alegados, ya que,
en atención a sus propios efectos, no podría ocasionar un agravio ni directo ni
reflejo en la esfera jurídica de los actores, a quienes les queda aún expedita la
vía ordinaria (Art. 29 Código Procesal Penal) para plantear sus argumentos y
presentar los elementos probatorios con base en los cuales pretendan susten-
tar sus alegatos, por lo que pueden argüir su inconformidad con la valoración
efectuada por la autoridad demandada.
2. Por otra parte, es necesario destacar, que los argumentos expuestos
por el aludido profesional no ponen de manifiesto la forma en la que se ha-
brían infringido los derechos constitucionales alegados; por el contrario, más
bien evidencian que el fundamento de la pretensión planteada descansa en un
mero desacuerdo con la decisión emitida por la autoridad demandada y que se
centra en la no calificación del delito propuesto en la denuncia efectuada. Con-
secuentemente, de lo acotado por el abogado de los interesados se colige que
su pretensión únicamente radica en que esta Sala, a partir de las circunstancias
particulares del caso, determine si la calificación del delito realizada por Fiscalía
General de la República es correcta o no.
Por las consideraciones antes esbozadas, también es conclusión obligatoria
que no le corresponde a este Tribunal determinar si, de conformidad con los
resultados de la investigación penal seguida en contra del señor FMFA, era o
no procedente concluir si el hecho presuntamente atribuido es constitutivo de
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circunstancia que redundó en que una vez solventados los vicios denunciados,
el Tribunal pudo entrar a conocer del recurso y confirmó lo actuado.
IV. Corresponde ahora exponer ciertas consideraciones sobre los asuntos
de mera legalidad.
Así, tal como se sostuvo en el auto de 27-X-2010, pronunciado en el Amp.
408-2010, en este tipo de procesos las afirmaciones de hecho de la parte actora
deben justificar que el reclamo formulado posee trascendencia constitucional,
esto es, han de poner de manifiesto la presunta vulneración a la dimensión
subjetiva de los derechos fundamentales que se proponen como parámetro
de confrontación.
Por el contrario, si tales alegaciones se reducen al planteamiento de as-
pectos puramente legales o administrativos –consistentes en la simple incon-
formidad con las actuaciones o el contenido de las decisiones emitidas por las
autoridades dentro de sus respectivas competencias–, la cuestión sometida a
conocimiento se erige en un asunto de mera legalidad, situación que se tradu-
ce en un vicio de la pretensión que imposibilita su juzgamiento.
V. Establecido lo anterior, corresponde evaluar la posibilidad de conocer de
las infracciones alegadas.
1. De manera inicial, debe puntualizarse que el actor somete a control de
constitucionalidad los siguientes actos: (a) la resolución del 8-XII-2014 emiti-
da en el proceso de destitución iniciado ante la Comisión de Servicio Civil de
la Dirección General de Ganadería del Ministerio de Agricultura y Ganadería,
mediante la cual confirmó la decisión de destitución propuesta por el Director
General de Ganadería; y (b) la resolución del Tribunal de Servicio Civil pronun-
ciada en el proceso número 1-68-2015 que confirmó el pronunciamiento de la
citada comisión.
En ese sentido, el interesado señala –fundamentalmente– que la referida
Comisión de Servicio Civil –desacertadamente– dio trámite a una solicitud que
nunca debió ser admitida, debido a que, a juicio del actor, “... adolecía de múl-
tiples defectos legales, los cuales imposibilitaban su admisión...”.
En ese mismo sentido, el interesado argumenta que el Tribunal de Servicio
Civil –erróneamente– al conocer del caso concreto en revisión efectuó obser-
vaciones al trámite seguido por la comisión y devolvió las diligencias con el
objeto de que esta subsanara las inconsistencias advertidas. Así, una vez que el
trámite fue saneado, conoció del recurso y confirmó la resolución impugnada.
Por ello, el peticionario considera que el Tribunal de Servicio Civil no estaba
habilitado para efectuar tales observaciones y devolver el proceso, sino que
tendría que haber revocado la autorización de su destitución.
Y es que, a juicio del actor, las resoluciones que pretende controvertir ha-
brían transgredido su derecho a la seguridad jurídica, pues –según expone– la
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do. Ello, vale aclarar, no significa que tal resolución deba ser necesariamente
favorable a lo pedido, sino solamente dar la respuesta correspondiente.
B. Además, las autoridades legalmente instituidas –que en algún momento
sean requeridas para dar respuesta a determinado asunto– tienen la obliga-
ción, por una parte, de resolver lo solicitado en un plazo razonable, si no existe
un plazo expresamente determinado en el ordenamiento jurídico para ello; y,
por otra parte, de motivar y fundamentar debidamente su respuesta, siendo
necesario que, además, comuniquen lo resuelto al interesado.
De lo anterior se concluye que un funcionario o entidad estatal garantiza
y posibilita el ejercicio del derecho de petición cuando emite y notifica una
respuesta a lo que se le ha requerido dentro del plazo establecido o, en su
ausencia, dentro de aquel que sea razonable, siendo congruente con lo pedi-
do, siempre en estricta observancia de lo preceptuado en la Constitución y la
normativa secundaria pertinente.
III. Corresponde ahora evaluar la posibilidad de conocer de las infracciones
alegadas por la pretensora en el presente caso, por lo cual se efectúan las con-
sideraciones siguientes:
1. De manera inicial, se observa que la parte actora aunque manifiesta que
se han vulnerado sus derechos de propiedad y posesión respecto del citado
inmueble, de lo solicitado en la demanda, se advierte que pretende que este
Tribunal se pronuncie respecto a la cancelación del cobro que se le hace sobre
este, pues manifestó su desacuerdo en que se le esté descontando una cuota
relativa a un inmueble que ella no utiliza.
En relación con ello, solicitó además que esta Sala declare responsable a la
autoridad demandada y ordene dar por terminado el contrato por medio del
cual se garantiza el pago del préstamo que dicha institución le otorgó.
Ahora bien, en razón de los antecedentes jurisprudenciales esbozados se
concluye que las valoraciones planteadas por la parte demandante, lejos de
poner en evidencia la relevancia constitucional del presente reclamo, tienden
a revelar la simple inconformidad de la parte actora por los cobros que se le
efectúan en virtud de una obligación preexistente.
2. Por otra parte, se advierte que el derecho que la pretensora podría con-
siderar vulnerado es el de petición, sin embargo sus argumentos más que evi-
denciar un reclamo y fundamentación sobre este, ponen de manifiesto que
lo que exige es únicamente la suspensión del cobro de la mencionada cuota,
situación que escapa de las atribuciones de esta Sala, pues se traduce a aspec-
tos meramente administrativos.
En razón de lo expuesto, el reclamo presentado carece de fundamento
constitucional, ya que se sustenta en una mera inconformidad con el cobro
que se efectúa a raíz del mutuo hipotecario que la señora Jiménez de Sosa
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posee con el Fondo Social para la Vivienda y, además, se deduce que su preten-
sión se encuentra encaminada a que este Tribunal ordene dar por terminado
el referido contrato.
Así pues, el asunto formulado no corresponde al conocimiento de la juris-
dicción constitucional, por no ser materia propia del proceso de amparo. De
esta forma, ya que la cuestión planteada carece de trascendencia constitucio-
nal, es pertinente declarar la improcedencia de la demanda de amparo, por
concurrir defectos en la pretensión que habilitan la terminación anormal del
proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo presentada por la señora
Alma Luz Jiménez de Sosa en contra del presidente del Fondo Social para la
Vivienda, en virtud de que su pretensión constituye un asunto de mera lega-
lidad e inconformidad con el cobro realizado por la autoridad demandada.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar .y medio técnico señala-
dos por la actora para recibir los actos procesales de comunicación.
3. Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---R. E. GON-
ZALEZ.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.
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licenciado en ciencias jurídicas obtenido (...) por no ser condición para poder
obtener su autorización como abogado de la República, y no pudiendo es[a]
Corte determinar si existe irregularidad en la obtención del mismo, es proce-
dente exonerar de responsabilidad a (...) MRR del informativo disciplinario...”.
En ese sentido, el apoderado del interesado considera que los actos emiti-
dos por la C.S.J., como resultado del informativo tramitado por la Sección de
Investigación Judicial, han afectado la esfera jurídica de su poderdante trans-
grediendo sus derechos fundamentales, ya que, a su juicio, este fue removido
del cargo como resultado de un procedimiento en que los motivos por los cua-
les se le destituyó nunca se comprobaron.
Así, se observa que el abogado del demandante pretende –en esencia–
que este Tribunal efectúe un análisis sobre el procedimiento efectuado, así
como de la legislación aplicada por la C.S.J., para remover al peticionario del
cargo de Juez Primero de Paz de San Marcos, departamento de San Salvador,
pues considera que las razones que motivaron la aludida remoción ya han sido
esclarecidas y procede –a su criterio– exonerar a su representado de toda res-
ponsabilidad. En otros términos, pretende que esta Sala analice las actuaciones
señaladas, debido a que la C.S.J., ha emitido una resolución en la que se decla-
ró que no puede determinarse si existió irregularidad en la obtención del título
de licenciado en Ciencias Jurídicas por parte del señor Rodríguez Rojas, y por lo
tanto le eximió de responsabilidad del informativo disciplinario.
2. A. Pese a lo antes expuesto, se advierte que las decisiones que preten-
de controvertir y que atribuye a la C.S.J. fueron emitidas respectivamente en
fechas 5-IX-2002 y 3-X-2002, mientras que la demanda mediante la cual se ha
dado inicio al presente proceso de amparo fue presentada a la Secretaría de
este Tribunal el día 27-II-2017.
Por lo antes señalado, los argumentos expresados por el abogado del pe-
ticionario evidencian la falta de un agravio actual y de transcendencia consti-
tucional en la esfera jurídica de este último, pues además de haber planteado
la demanda de amparo más de catorce años después de que su representado
fuera removido de su cargo, con su reclamo pretende que esta Sala analice
aspectos de estricta legalidad cuya competencia no le corresponde.
En otros términos, se observa que además de dejar transcurrir un lapso
irrazonable de tiempo para plantear el presente amparo con relación a la su-
puesta vulneración a los derechos constitucionales de su mandante, tampoco
se ha puesto de manifiesto la existencia de un perjuicio de estricta trascenden-
cia constitucional.
Y es que, debido a la naturaleza jurídica del proceso de amparo, es nece-
sario que, además de la existencia de un agravio concreto en la esfera jurídica
del peticionario, este debe ser actual, tal como se acotó en los autos de impro-
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Por otro lado, tal como se hizo en la sentencia del 25-XI-2016 proveída en
el Amp. 574-2014 en atención a los arts. 245 de la Cn. y 35 inc. 1° de la L.Pr.
Cn., este Tribunal habilita a la parte actora a la promoción de un proceso por
los daños materiales y/o morales ocasionados como consecuencia de la vulne-
ración de derechos constitucionales declarada por sentencia de amparo contra
la persona que cometió la aludida vulneración.
Ahora bien, al exigir en el proceso judicial correspondiente el resarcimiento
del daño directamente a la persona que fungía como funcionario, indepen-
dientemente de que se encuentre o no en el ejercicio del cargo, deberá com-
probársele en sede ordinaria que ha incurrido en responsabilidad civil, por lo
que en el proceso respectivo se tendrá que demostrar: i) que la vulneración
constitucional ocasionada por su actuación dio lugar a la existencia de tales da-
ños –sean morales o materiales–; y ii) que dicha circunstancia se produjo bajo
un determinado grado de responsabilidad –sea esta dolo o culpa–.
De los antecedentes jurisprudenciales antes detallados, se deduce que en
los supuestos en los que determine una vulneración al derecho a la estabilidad
laboral y se ordene el pago de una cantidad equivalente a los salarios no de-
vengados por causa imputada al patrono y a las prestaciones laborales de las
que gozaba un empleado despedido corresponde en principio a la autoridad
realizar la cancelación de los mismos, pues el hecho de desempeñar un cargo
va unido el derecho de devengar una remuneración económica.
Lo anterior, no debe ser confundido con la habilitación que realiza este
Tribunal a la parte actora de promover un proceso por los daños materiales
y/o morales ocasionados como consecuencia de la vulneración de derechos
constitucionales contra el funcionario que cometió dichas vulneraciones, pues
en este supuesto se pretende la responsabilidad por la conducta dolosa o cul-
posa del funcionario que emitió la actuación reclamada mientras que el pago
de los salarios no devengados por causa imputable al patrono y las prestacio-
nes laborales corresponde en principio a la institución en la que el trabajador
ejercía sus funciones.
4. Por lo que, según se expuso en la resolución del 27-X-2010, emitida en el
Amp. 408-2010, la jurisdicción constitucional carece de competencia material
para efectuar el análisis relativo a la interpretación y aplicación que las auto-
ridades judiciales desarrollen con relación a los enunciados legales que rigen
los trámites cuyo conocimiento les corresponde. En consecuencia determinar
la forma en la que la Sala de lo Contencioso Administrativo debió establecer
el pago de salarios no devengados en un caso en concreto por el despido de
un trabajador por parte del Municipio de San Miguel implicaría la irrupción de
competencias que, en exclusiva, han sido atribuidas y deben realizarse por los
jueces y tribunales ordinarios.
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por haber emitido el Acuerdo D.G. No. 2014-03-0129 en el que se dio por ter-
minada su relación laboral con base en la citada sentencia; y iii) el Jefe de la
Sección de Servicios y Oficinas y Administrativas del ISSS por haberle comunica-
do la terminación de su relación laboral “... omitiendo notificar[le] el respecti-
vo acuerdo de la Dirección General...”.
Al respecto, se advierte que –tal como se apuntó supra y según consta en
los registros que lleva la Secretaría de este Tribunal– previamente el pretensor
presentó otra demanda de amparo por medio de apoderado, la cual fue clasi-
ficada con la referencia 9-2016, en la que impugnó, básicamente, los mismos
actos cuyo control constitucional actualmente solicita.
Dicha demanda de amparo fue declarada improcedente mediante la reso-
lución de fecha 12-VI-2017, debido a que, de lo expuesto en la demanda se co-
legía que el actor únicamente estaba en desacuerdo con la decisión consistente
en autorizar su destitución del cargo que desempeñaba y que lo que buscaba
con su queja es que esta Sala revisara el procedimiento previo que se siguió en
su contra y que terminó con su separación del cargo, concluyendo que –contra-
rio a lo establecido en las normas infraconstitucionales correspondientes y en
la jurisprudencia de este Tribunal– el Director General del ISSS debió tramitar
el proceso regulado en el Contrato Colectivo de Trabajo del ISSS a pesar de su
calidad de directivo sindical, así como que se revisaran las pruebas incorpora-
das ante las autoridades judiciales que conocieron del asunto planteado y con
base en las cuales emitieron sus respectivos pronunciamientos, lo cual no es
competencia de este Tribunal.
Actualmente, el pretensor impugna básicamente las mismas actuaciones,
tal como en la demanda anteriormente presentada, en ese orden de ideas,
se observa que el reclamo que fue sometido a conocimiento constitucional
en el Amp. 9-2016 versa, en esencia, sobre el mismo asunto planteado en el
presente proceso de amparo, pues existe identidad entre los elementos que
conforman ambas pretensiones –sujetos, objeto y causa–.
Así, en ambos procesos de amparo la parte actora es el señor FECM, las au-
toridades demandadas son el Juez de lo Civil de Mejicanos y el Director General
del ISSS y los actos reclamados son la resolución en la que se declaró ha lugar
la autorización de su destitución y el acuerdo en el que se dio por finalizada su
relación laboral; asimismo, se observa que esencialmente se aduce la conculca-
ción de los mismos derechos fundamentales y que los alegatos utilizados para
fundamentar la presunta lesión de tales derechos son semejantes.
En ese sentido, puede verificarse la semejanza relevante entre los sujetos
activo y pasivo, así como la identidad de objeto; además, se observa una iden-
tidad de causa o fundamento, puesto que las actuaciones impugnadas, la rela-
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Amparos / Improcedencias
ción fáctica, los motivos por los cuales se alega la vulneración constitucional y
los derechos invocados en ambos supuestos son básicamente los mismos.
Por ende, se colige que el peticionario pretende que este Tribunal revise
nuevamente la pretensión referida a la supuesta conculcación de sus derechos
constitucionales como consecuencia de su destitución del cargo que desempe-
ñaba dentro del ISSS, pese a que ya se ha emitido un pronunciamiento sobre
esta declarando su improcedencia anteriormente.
En consecuencia, se advierte que la pretensión de amparo planteada por el
actor en relación a la supuesta vulneración de sus derechos fundamentales, ya
fue objeto de una decisión judicial firme –en otro proceso de amparo–; razón
por la cual, no debe ser atacada ni contradicha en posteriores decisiones de
órganos judiciales, situación que se traduce en un vicio de la pretensión que
impide el conocimiento del fondo de la petición así planteada y produce el re-
chazo liminar de la demanda mediante la figura de la improcedencia.
Por tanto, con base en las consideraciones precedentes, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo presentada por el señor
FECM, en virtud de haberse planteado una pretensión que ya fue objeto
de una decisión judicial previa en otro proceso de amparo.
2. Tome nota la Secretaría de esta Sala del lugar y medio técnico indicados
por el demandante para recibir los actos procesales de comunicación.
F. MELENDEZ---J. B. JAIME---R. E. GONZALEZ.---PRONUNCIADO POR LOS
SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRI-
CADAS.
841-2016
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Y es que, las causas por las que un juez puede ser apartado del conocimien-
to de un asunto deben basarse en la existencia de sospechas objetivamente
justificadas -exteriorizadas y apoyadas en datos objetivos- que permitan afir-
mar que el juez no es ajeno a la causa.
En el presente caso, el Magistrado Propietario José Belarmino Jaime ha
manifestado que no participó en los hechos que anteceden a los actos recla-
mados, los cuales han sido emitidos en el proceso civil ordinario de nulidad
de escritura pública de remedición de inmueble, reivindicatorio de dominio
y reclamo de daños y perjuicios que se tramitó en contra de la sociedad co-
lectiva Ramón Kury y Co., parte actora de este amparo, sino que intervino en
representación de unos registradores del Centro Nacional de Registros en un
proceso de reclamación de daños y perjuicios que se siguió contra aquellos por
haber autorizado la inscripción de la remedición que posteriormente fue de-
clarada nula en el otro proceso civil. Es decir, si bien expresa que no intervino
en el juicio relacionado con los actos reclamados no puede obviarse el hecho
de que ha sido señalado por el apoderado del presunto terrero beneficiado de
una circunstancia que podrían afectar su apariencia de imparcialidad.
En virtud de lo anterior, este Tribunal considera que de permitir que tal
funcionario siga conociendo, las potenciales decisiones que emita en la gestión
del proceso podrían ser vistas como motivadas por razones distintas a las sumi-
nistradas por el ordenamiento jurídico, aspecto que el principio de imparciali-
dad (art. 186 inc. 5° Cn.) pretende evitar.
En ese sentido, a pesar de que el citado Magistrado propietario ha preci-
sado que no intervino en el proceso del cual se derivan los actos que reclama
en- el presente amparo, el representante del tercero beneficiado lo ha relacio-
nado con el objeto procesal que se pretende plantear en el presente caso, por
lo tanto se observa que existen circunstancias serias y razonables que podrían
restarle pureza al proceso frente a las partes o a la sociedad, por lo que, con
el fin de evitar dudas sobre la imparcialidad del juzgador y no deslegitimar el
pronunciamiento final que eventualmente se emita en este amparo, es pro-
cedente declarar que ha lugar a la recusación formulada en relación con el
Magistrado José Belarmino Jaime.
3. Una vez acreditada la existencia de causas justificadas para apartar al
mencionado Magistrado del conocimiento del reclamo planteado en el presen-
te proceso de amparo, resulta procedente determinar a quién corresponderá
el conocimiento del fondo de la queja formulada. Para lo anterior, habrá que
tomar en cuenta que, de acuerdo a lo sostenido en la jurisprudencia de este
Tribunal en la resolución de fecha 27-VI-2011, emitida en el proceso de Inc. 16-
2011, la Sala de lo Constitucional estará integrada por los Magistrados desig-
nados expresamente por la Asamblea Legislativa, y no por personas distintas,
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Amparos / Improcedencias
ya que a éstas les haría falta la legitimación democrática derivada del nombra-
miento directo por el citado Órgano fundamental del Estado.
En consecuencia, dado que, en defecto de los Magistrados Propietarios, úni-
camente los suplentes están legitimados democráticamente para integrar el tri-
bunal constitucional al haber sido electos por la Asamblea Legislativa y habiendo
sido debidamente convocado a conformar Sala, es procedente que sea el Magis-
trado Suplente Francisco Eliseo Ortiz Ruiz, quien junto a los demás Magistrados
conozcan en adelante el reclamo planteado por la sociedad peticionaria.
III. Una vez conformado el Tribunal, corresponde ahora evaluar la posibilidad
de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora del presente caso.
En síntesis, el abogado Arévalo Rodríguez manifiesta que el señor AR pro-
movió en contra de su representada un “... Proceso Civil Ordinario de Nuli-
dad de Escritura de Remedición de Inmueble, Reivindicatorio de Dominio y
Reclamo de Daños y Perjuicios (sic)...”. Dicho proceso fue tramitado ante el
Juzgado Segundo de lo Civil de San Salvador, quien lo clasificó con la referen-
cia 190-O-1994 y pronunció una sentencia favorable al señor R pues le ordenó
a la sociedad Ramón Kury y Co. reivindicar un inmueble que, según alega el
abogado Arévalo Rodríguez, se encuentra dentro de un bien raíz propiedad
de su mandante.
Sobre dicho punto, menciona el referido profesional que estando incon-
forme con la resolución del juez de primera instancia planteó un recurso de
apelación ante la Cámara Primera de lo Civil de la Primera Sección del Centro
quien sustanció el medio impugnativo y el 22-XII2010 confirmó la sentencia
cuestionada. De ahí, posteriormente presentó un recurso de casación ante la
Sala de lo Civil alegando “...dos motivos...”, uno de los cuales fue la “...inob-
servancia del precepto material que obliga a singular (sic) el bien objeto de la
reivindicación...”, el que fue declarado inadmisible y, el segundo, por “...infrac-
ción material aplicable al caso...”, respecto del cual el 8-VIII-2016 se declaró sin
lugar a casar la sentencia.
Ahora bien, el abogado de la sociedad actora considera que se han vul-
nerado los derechos constitucionales de su mandante pues con el fallo del tri-
bunal de apelación se confirmó la sentencia pronunciada por el juzgado de
primera instancia en la que se ordenó a su patrocinada restituir el inmueble, el
cual en su opinión, se “... identificó de forma genérica, sin ninguna especifica-
ción para reconocerlo (sic)...”. Con relación a dicho punto fue que se planteó
el recurso de casación.
De igual modo arguye que el juez de primera instancia pronunció el fallo
relativo a la reivindicación del inmueble “...sin tener en cuenta que entre los
diversos medios probatorios faltó precisar coincidente y exactamente la iden-
tidad del que sería objeto de reivindicación...”, asimismo, alega que el tribunal
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Agrégase a sus antecedentes el escrito firmado por el señor EAZR, por me-
dio del cual intenta evacuar la prevención que le fue formulada y modifica la
calidad en la que actúa, puesto que manifiesta comparecer en su calidad de
Secretario de Organización y Estadística del Sindicato de Trabajadores de la
Comisión Nacional de la Micro y Pequeña Empresa.
Antes de emitir el pronunciamiento que corresponda, se estima convenien-
te realizar las siguientes consideraciones:
I. 1. En síntesis, el actor dirigía su reclamo contra el Juez Tercero de lo
Laboral de San Salvador por haber emitido la resolución de fecha 29-VI-2016,
mediante la cual se declaró ilegal la huelga realizada por la Junta Directiva del
Sindicato de Trabajadores de la Comisión; Nacional de la Micro y Pequeña Em-
presa. Como consecuencia de dicho acto estimaba vulnerados sus derechos de
audiencia y defensa –como manifestaciones del debido proceso– y, además,
consideraba que se habría transgredido el principio de legalidad.
En ese orden, planteaba un amparo contra ley heteroaplicativa, pues ale-
gaba que –con base en los artículos 553 letra c) y 556 letra a), ambos del Có-
digo de Trabajo– en ningún momento había sido emplazado, ni se le había
notificado del proceso que se segura ante la autoridad demandada; asimismo,
cuestionaba que en dicho proceso no se hubiere realizado inspección ni aper-
tura a pruebas. Aunado a lo anterior, señalaba que no existía ningún recurso
para controvertir dicha decisión.
Finalmente, destacaba que por ser empleado público, la autoridad judicial
demandada no tenía competencia para conocer del proceso, por lo que debió
haber conocido el Tribunal de Servicio Civil.
2. De igual forma, se previno al peticionario que aclarara o señalara con
exactitud: i) las razones por las cuales consideraba que los artículos 553 letra c)
y 556 letra a), ambos del Código de Trabajo, eran contrarios a la Constitución;
ii) los motivos de estricta trascendencia constitucional con base en los vulne-
rados por el acto que impugnaba; iii) cuáles eran los derechos fundamentales
que, a su juicio, habían sido conculcados como consecuencia de la supuesta
transgresión del principio de legalidad, así como los motivos por los que esti-
maba que cada uno de ellos había sido vulnerado en virtud del acto reclama-
do; y iv) si lo que pretendía era establecer un correo electrónico para recibir
diligencias de notificación, se previno que registrara su dirección electrónica en
el Sistema de Notificación Electrónica Judicial en la Secretaría de este Tribunal.
3. Con el objeto de evacuar dichas prevenciones, el actor manifiesta, en
primer lugar, que actúa en su calidad personal pero, además, como parte de
la Junta Directiva del Sindicato de Trabajadores de la Comisión Nacional de la
Micro y Pequeña Empresa.
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En otro orden, señala que los artículos 553 letra c) y 556 letra a), ambos del
Código de Trabajo, vulneran los derechos de audiencia, defensa y a la libertad
sindical de los miembros de la Junta Directiva del referido sindicato, ya que
en virtud de la declaratoria de ilegalidad de la huelga fueron sancionados con
descuentos en sus salarios. Asimismo, reitera que en ningún momento se tuvo
conocimiento de que se había solicitado la ilegalidad de la huelga y tampoco se
les notificó del proceso ni se les dio la oportunidad de intervenir.
Finalmente, la parte actora estima vulnerados sus derechos fundamentales
debido a que la resolución mediante el cual se declara ilegal la huelga no ad-
mite recurso.
II. Expuesto lo anterior, resulta pertinente analizar si en el presente caso es
posible autorizar la intervención del señor EAZR en el carácter que se atribuye,
es decir, en su calidad de Secretario de Organización y Estadística del Sindicato
de Trabajadores de la Comisión Nacional de la Micro y Pequeña Empresa.
1. En ese orden, es preciso aclarar que, tal como este Tribunal sostuvo en la
sentencia del 4-III- 2011, pronunciada en el Amp. 934-2007, la legitimación ac-
tiva constituye uno de los requisitos para que pueda constituirse válidamente
un proceso de amparo.
Así, casi siempre la posibilidad de aceptar una legitimación activa amplia so-
bre intereses difusos y colectivos, que sea capaz de trascender a los efectos inter
partes, depende de la naturaleza del bien jurídico que se pretende tutelar. Sin
embargo, permitir solamente una pretensión procesal basada en un interés di-
recto y una afectación personal a los derechos subjetivos, podría constituir una
limitación demasiado estricta a la protección jurisdiccional –y no jurisdiccional–;
en tanto existen vínculos entre los sujetos y el objeto de decisión que son igual
ente merecedores de protección, aunque no formen parte de la esfera particular
de los individuos a título de derecho –v. gr. intereses colectivos o difusos–.
En el caso del interés colectivo, el sujeto al que aparecen imputados los
bienes a los que el interés se refiere es individualizado o individualizable, en la
medida en que aparece relacionado con colectividades de carácter permanen-
te y vinculadas a la consecución de los fines que las caracterizan. Es decir, los
intereses colectivos se identifican con los miembros de un grupo determinado,
unidos por un vínculo jurídico, es decir, atañen al individuo en tanto que forma
parte del grupo. Por tanto, cuando el interés apunta a un conjunto de sujetos
identificable, abarcable y de contornos relativamente nítidos, es decir, más o
menos organizado, estaremos en presencia de un interés colectivo.
2. Trasladando dichas nociones al presente proceso, cabe aclarar que, de lo
expuesto en la demanda y de la documentación adjunta, se advierte que preci-
samente el acto reclamado está relacionado con los derechos de los miembros
del referido sindicato.
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ción supondría revisar el análisis realizado por la autoridad demandada con re-
lación a determinar, en primer lugar si –en aplicación del Código de Trabajo–,
era procedente declarar ilegal la huelga realizada por el referido sindicato. Al
respecto, esta Sala ha establecido –v.gr. el auto pronunciado en el citado Amp.
408-2010– que, en principio, la jurisdicción constitucional carece de competen-
cia material para efectuar el análisis relativo a la interpretación y aplicación
que las autoridades judiciales o administrativas desarrollen con relación a los
enunciados legales que rigen los trámites cuyo conocimiento les corresponde.
Aunado a lo anterior, es preciso aclarar que no corresponde al conocimien-
to de esta Sala, por no ser propio del proceso de amparo, determinar o resol-
ver conflictos de competencia, puesto que este Tribunal no opera como un
ente decisor de esta desde una perspectiva legal, sino que pretende brindar
una protección reforzada de los derechos fundamentales consagrados a favor
de las personas. Asimismo, en principio, el acto que atribuye a la autoridad
demandada no es susceptible de ocasionar un agravio de trascendencia consti-
tucional en la parte actora, puesto que este no se constituye como una sanción
en su contra, ya que la referida declaratoria de ilegalidad de la huelga apa-
rentemente habría sido consecuencia de no haberse llevado a cabo las etapas
previas que establece la legislación.
A. Por otra parte, con respecto al argumento expuesto por la parte actora,
según el cual se vulnera el derecho a recurrir al no existir ningún recurso para
controvertir la declaratoria de ilegalidad de la huelga, es preciso aclarar que este
Tribunal sostuvo en la sentencia del 12-XI-2010, emitida en la Inc. 40-2009, que
si la ley configura el proceso corno de única instancia, la inexistencia legal de re-
currir, en modo alguno vulneraría preceptos constitucionales, siempre y cuando
esta limitación sea evidentemente objetiva, esto es, proporcional y razonable en
relación con la naturaleza del caso, la urgencia del objeto del proceso, las posibi-
lidades de dispendio jurisdiccional y la menor complejidad del asunto.
En ese sentido, se colige que dicho argumento utilizado por el interesado,
más que evidenciar una vulneración a derechos fundamentales, se reduce a ex-
poner su inconformidad con la forma en la que el legislador reguló el proceso
de declaratoria de ilegalidad de la huelga y la inexistencia de recursos, por lo
que su análisis no correspondería a este Tribunal.
B. Finalmente, con relación a la supuesta vulneración de derechos como
consecuencia de los descuentos de salario efectuados a los miembros de la
Junta Directiva del Sindicato de Trabajadores de la Comisión Nacional de la
Micro y Pequeña Empresa, es preciso aclarar que este Tribunal ha sostenido,
verbigracia en la resolución de fecha 11-V-2015, emitida en el Amp. 926-2014,
que el hecho de prescindir del pago de salarios por los retrasos o por el tiempo
dejado de trabajar sin excusa suficiente no tiene un carácter sancionatorio, ni
puede atribuírsele al desarrollo de la potestad disciplinaria del empleador, sino
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que constituye una medida que este adopta como consecuencia directa del
incumplimiento por parte del trabajador, materializada en la inobservancia del
tiempo previsto de trabajo, ya sea en el contrato o en un nombramiento para
una determinada plaza. Así, debido a que las órdenes de descuento de salario
no tienen naturaleza punitiva, es decir, no se constituyen como una sanción, no
se advierte la vulneración de los derechos constitucionales de la parte actora, ni
la transgresión del fuero sindical, puesto que no se exige que deban ir precedi-
das de un procedimiento previo.
3. En conclusión, del análisis de las circunstancias fácticas y jurídicas expues-
tas se deriva la imposibilidad de juzgar, desde una perspectiva constitucional,
el fondo del reclamo planteado por la parte actora, ya que este se fundamenta
en un asunto de estricta legalidad, por lo que es pertinente declarar la impro-
cedencia de la demanda de amparo.
Por tanto, de conformidad con los razonamientos antes expuestos, esta
Sala RESUELVE:
1. Tiénese al señor EAZR como Secretario de Organización y Estadística del
Sindicato de Trabajadores de la Comisión Nacional de la Micro y Pequeña
Empresa, en virtud de haber legitimado debidamente la calidad con la que
actúa y por comparecer en defensa de los derechos colectivos de los miem-
bros de dicho sindicato.
2. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por el señor EAZR,
en su calidad personal y en el carácter antes indicado, contra el Juez Tercero
de lo Laboral de San Salvador, por tratarse de un asunto de mera legalidad,
al pretender que este Tribunal, determine, en primer lugar, si la autoridad
demandada era competente y si era procedente declarar ilegal la huelga
efectuada por la Junta Directiva del referido sindicato; en segundo lugar,
si se debió haber determinado un recurso para controvertir dicha decisión
y, finalmente, si debió haberse seguido un proceso contra cada uno de los
directivos sindicales previo a efectuarles los descuentos de salario como pro-
ducto de la inasistencia los días de la huelga que fue declarada ilegal.
3. Notifíquese.
A. PINEDA---J. B JAIME---E.S. BLANCO R.---R.E. GONZÁLEZ---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN--- E. SOCORRO C.--
-SRIA. ---RUBRICADAS.
503-2017
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para que tuviera lugar la acción resarcitoria. Por lo cual, estando inconformes
plantearon un recurso de casación ante la Sala de lo Civil, con el que preten-
dían que se declarara lo que en su opinión era una infracción de ley cometida
por el tribunal de segunda instancia “...al dejar de aplicar en debida forma los
mandatos legales que le obligaban a reconocer el valor de las pruebas presen-
tadas conforme a la ley...”, y es que, el abogado buscaba la tutela del derecho
de propiedad de sus mandantes manifestado en el derecho a obtener la in-
demnización a la que dio lugar el error registral.
Dicho recurso de casación fue admitido mediante auto del 27-I-2017 pero,
luego de los trámites de ley, la Sala de lo Civil pronunció sentencia el 16-VIII-
2017 mediante la cual falló que no había lugar a casar la sentencia de que se
había hecho mérito por el motivo de fondo: infracción de ley. En cuanto a ello,
el abogado reclama que sí se explicaron los motivos por los cuales se conside-
raba equívoca valoración de la prueba que hizo la citada Cámara, no obstan-
te eso, dicha Sala se limitó a resolver el fondo de la pretensión utilizando las
aseveraciones de la Cámara en referencia, sin cotejar la falta de aplicación de
los preceptos invocados con relación al motivo expuesto en el recurso y que
básicamente se refiere a la infracción cometida por la Cámara sobre la forma
de valorar la prueba en su conjunto y de acuerdo a la sana crítica.
Por lo tanto, el abogado de los actores cuestiona la constitucionalidad de
la sentencia pronunciada por la Sala de lo Civil el día 16-VIII-2017 pues consi-
dera que dicha autoridad no atendió cuando se le expuso y se acreditaron las
infracciones cometidas por la Cámara Primera de lo Civil de la Primera Sección
del Centro en su fallo.
Dicho acto, en opinión del apoderado, les ha vulnerado a sus mandantes
los derechos a la indemnización como manifestación del derecho de propie-
dad, protección jurisdiccional y seguridad jurídica.
II. Determinados los argumentos esbozados por el abogado de los actores,
corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la resolu-
ción que se proveerá.
Tal como se ha sostenido en la resolución de 27-X-2010, pronunciada en el
Amp. 408-2010, en este tipo de procesos las afirmaciones de hecho de la parte
actora deben justificar que el reclamo formulado posee trascendencia cons-
titucional, esto es, deben poner de manifiesto la presunta vulneración a los
derechos fundamentales que se proponen como parámetro de confrontación.
Por el contrario, si tales alegaciones se reducen al planteamiento de asun-
tos puramente judiciales o administrativos consistentes en la simple inconfor-
midad con las actuaciones o el contenido de las decisiones emitidas por las
autoridades dentro de sus respectivas competencias, la cuestión sometida al
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mandada ha adoptado con relación a las sesiones del Concejo Municipal. Así,
al no tener naturaleza punitiva, no se advierte la vulneración de los derechos
constitucionales de la actora, ni se exige que deba existir un procedimiento
previo. Y es que, en el acuerdo cuya constitucionalidad se impugna en ningún
momento se establecen consideraciones subjetivas con respecto a la actora u
otros concejales suplentes en particular, sino que se adopta una medida pre-
supuestaria teniendo en cuenta la situación financiera de dicha entidad –en el
marco de la autonomía municipal–.
En ese sentido, se colige que los argumentos expuestos por la interesada,
más que evidenciar una vulneración a derechos fundamentales, se reduce a su
inconformidad con la forma en la que la autoridad demandada ha aplicado las
disposiciones del Código Municipal –por una parte– en la gestión administrati-
va y económica de las sesiones del Concejo y –por otra parte– en el examen de
admisibilidad del recurso de revocatoria planteado por la actora, por lo que su
análisis no correspondería a este Tribunal.
3. En conclusión, del análisis de las circunstancias fácticas y jurídicas expues-
tas se deriva la imposibilidad de juzgar, desde una perspectiva constitucional,
el fondo del relamo planteado por la parte actora, ya que este se fundamenta
en un asunto de estricta legalidad, por lo que es pertinente declarar la impro-
cedencia de la demanda de amparo.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 .de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por la señora Nel-
sa Noemí Rodríguez Espinoza contra el Concejo Municipal de San Anto-
nio del Monte, departamento de Sonsonate, por tratarse de un asunto de
mera legalidad, al pretender que este Tribunal realice en sede constitucio-
nal una revisión a efecto de determinar si de conformidad con el Código
Municipal la referida autoridad estaba habilitada para adoptar la decisión
de no convocar a los concejales suplentes, a menos que falten concejales
propietarios para formar quorum y, si debió haberse admitido el recurso de
revocatoria planteado por la actora.
2. Tome nota la Secretaría de esta Sala del medio técnico señalado por la se-
ñora Nelsa Noemí Rodríguez Espinoza para recibir los actos procesales de
comunicación, así como de la persona comisionada para tal efecto, no así
del lugar indicado por estar fuera de la circunscripción territorial del Muni-
cipio de San Salvador.
3. Notifíquese.
F. MELENDEZ---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ.---PRONUN-
CIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO
C.---SRIA.---RUBRICADAS.
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emplaz[ó] a [su] representado por medio de una persona (...) sin que esta es-
tuviese legitimada para recibir la esquela de emplazamiento, la cual no reunió
los requisitos de ley...”.
En cuanto al agravio actual que le genera a su mandante el presuntamen-
te no haber sido emplazada en legal forma, señala que esa situación no per-
mitió que aquella conociese de la demanda, ejerciera sus derechos de audien-
cia y defensa en el proceso y además que ello permitió que compareciera en
el proceso de divorcio supuestamente en representación de su mandante “...
el abogado Jaime Roberto Cruz Blanco, quien utilizando un poder específico
que [su] representada nunca otorgó a su favor, cuya autentica (sic) de firma
la realiz[ó] el notario José Antonio Fuentes Quintanilla (...) quien se allanó a
las pretensiones del demandante...”.
Asimismo, alega que el agravio sigue produciendo efectos jurídicos puesto
que en la sentencia del 6-VI-2011 pronunciada por el Juez Segundo de Familia
de San Miguel se le confirió el cuidado personal de la hija de ambos al deman-
dante y se le impuso a su poderdante el pago mensual de una cuota alimen-
ticia de cincuenta dólares y que, pese a que la menor vive con su madre, “...
existe la incertidumbre jurídica que su padre la sustraiga de su hogar y que [su]
representada sea procesada penalmente por el delito de Incumplimiento de
deberes de asistencia económica...”.
Por otra parte, señala que sí se presentó ante el Juez Segundo de Familia
de San Miguel a señalar lugar para oír notificaciones –sin indicar la fecha en
que lo hizo– y dicha autoridad mediante decisión del 6-IV-2016 ordenó notifi-
carle la referida sentencia.
Asimismo, sostiene que estima vulnerado el “derecho a constituir y a for-
mar parte de una familia” de su mandante, puesto que la misma “.... est[á] al
cuidado de su menor hija constituyendo su grupo familiar, existiendo la incerti-
dumbre jurídica que su padre la sustraiga de su hogar y que [su] representada
deba pagar las cuotas alimenticia[s] que a la fecha adeuda...”. Finalmente, in-
corpora las copias de las resoluciones pronunciadas en el proceso de instancia.
III. Expuesto lo anterior, resulta pertinente reseñar los hechos que motiva-
ron la presentación de la demanda de amparo:
En síntesis, la apoderada de la peticionaria manifestó que se promovió en
el Juzgado Segundo de Familia de San Miguel por parte del señor JDLG un
proceso familiar de divorcio, en el que la causal invocada fue por separación de
uno o más años consecutivos, regulada en el número 2 del art. 106 del Código
de Familia. Así, en dicha pretensión además se reclamaba el cuidado de la hija
menor de edad de ambos y una cuota alimenticia. Para tal efecto se abrió el
expediente clasificado bajo la referencia **********.
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den serlo: en primer lugar, la actitud del demandante, en tanto que deberá
determinarse si la dilación es producto de su propia inactividad que, sin causa
de justificación alguna, dejó transcurrir el tiempo sin requerir la protección juris-
diccional respectiva; y en segundo lugar, la complejidad –fáctica o jurídica– de
la pretensión que se formule.
V. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la apoderada de la
peticionaria en el presente caso.
1. A. La abogada de la demandante pretende impugnar el emplazamiento
efectuado el 16-III-2011 dentro del proceso familiar de divorcio promovido por
el señor JDLG respecto del cual aduce se realizó transgrediendo las normas del
debido proceso, al haber sido efectuado mediante esquela. Además, se colige
de los hechos narrados en la demanda que el acto definitivo que es susceptible
de afectar la esfera jurídica de su mandante es la sentencia pronunciada el
6-VI-2011 por el Juez Segundo de Familia de San Miguel, puesto que de ahí han
surgido las presuntas vulneraciones al supuestamente no haber participado en
el proceso ni siquiera con representación ya que al abogado Jaime Roberto
Cruz Blanco en ningún momento se le concedió poder para representarla en
el referido proceso. De tal modo que –a su juicio– le vulneraron a su mandan-
te aparentemente sus derechos de audiencia, defensa y a constituir y formar
parte de una familia.
B. Ahora bien, pese a los alegatos expuestos por la representante de la in-
teresada se advierte que la decisión que presuntamente vulneró los derechos
fundamentales de esta última fue pronunciada el 6-VI-2011; además señala
que su mandante se enteró de los efectos de dicha resolución en el año 2014
cuando solicitó una certificación de partida de nacimiento y advirtió la margi-
nación de divorcio en dicho documento, mientras que la demanda de amparo
fue presentada el día 14-XI-2016 en la Secretaría de este Tribunal, es decir, el
amparo fue incoado más de dos años después de que la peticionaria tuvo co-
nocimiento material de los efectos jurídicos de la decisión que estima vulneró
sus derechos fundamentales.
Y es que, debido a la naturaleza jurídica del proceso de amparo, es necesa-
rio que, además de que exista un agravio concreto en la esfera jurídica del peti-
cionario, este debe ser actual, tal como se acotó en los autos de improcedencia
emitidos el 29-XI-2013 en los Amps. 593-2013 y 678-2013. Así, para que un
reclamo esté debidamente fundamentado debe indicarse cuál es el perjuicio
actual que sufre la parte actora en sus derechos fundamentales y no limitarse a
manifestar su desacuerdo con los razonamientos ofrecidos en las resoluciones
que pretende impugnar.
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debiendo identificar los derechos que se habrían vulnerado con dicha actua-
ción y los motivos para argüir esa transgresión; f) en caso de no haber hecho
uso de dicha vía, debía manifestar las razones objetivas que le impidieron utili-
zarla; y (g) si lo que pretendía era establecer un correo electrónico para recibir
diligencias de notificación, registrara su dirección electrónica en el Sistema de
Notificación Electrónica Judicial en la Secretaría de este Tribunal.
III. Con el objeto de evacuar la prevenciones formuladas por este Tribunal,
el peticionario indica que estaba vinculado a la institución por medio de un
contrato individual de trabajo de carácter indefinido, de conformidad con las
disposiciones del Código de Trabajo y que el puesto de trabajo que desempe-
ñaba no era de confianza personal ni política, sino eminentemente técnico y
permanente.
Del mismo modo, manifiesta que con su pretensión busca que “... se [le]
ampare de los efectos del acuerdo de fecha [1-XI-2016] emitido por los miem-
bros del CNJ, en ocasión de la Sesión Plenaria de la fecha mencionada e identi-
ficado como Sesión Número 07-2016, ya que violenta el derecho de audiencia
y el derecho de defensa, entre otros...”.
Además, expone que cuando se le contrató para desempeñar el cargo de
Evaluador, en la plaza de Coordinador General de la Unidad Técnica de Evalua-
ción, se sometió tal nombramiento a los procedimientos internos establecidos
en el CNJ, concluyendo que él era el profesional idóneo para desempeñar tal
cargo en atención a su experiencia técnica y a haber desempeñado tal activi-
dad en años anteriores, por lo cual fue nombrado en esa plaza y se dejó sin
efecto su nombramiento anterior.
Asimismo, afirma que no hizo uso del proceso de nulidad regulado en la
Ley de Servicio Civil para atacar el acto impugnado, pues –a su juicio– al haber
sido despedido de su cargo sin proceso previo, lo que procedía era la interposi-
ción del presente proceso de amparo.
En ese mismo sentido, agrega que no utilizó el citado medio impugnativo,
debido a que –a su criterio– las instituciones autónomas no están sujetas a la
Ley de Servicio Civil, de conformidad con el art. 2 de la referida normativa y,
“... siendo el CNJ una autónoma...”, estimó que no debía impugnar mediante
dicho proceso la decisión de su despido.
IV. Determinados los argumentos expresados por el señor MG en su de-
manda corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la
resolución que se proveerá.
1. La jurisprudencia constitucional ha establecido –v. gr. en el auto del 26-
I-2010, pronunciado en el Amp. 3-2010– que uno de los presupuestos proce-
sales del amparo es el agotamiento de los recursos que la ley que rige el acto
franquea para atacarlo, puesto que, dadas las particularidades que presenta el
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ria propia del proceso de amparo, ya que este mecanismo procesal no opera
como una instancia superior de conocimiento para la revisión, desde una pers-
pectiva legal, de las actuaciones realizadas por las autoridades dentro de sus
respectivas atribuciones, sino que pretende brindar una protección reforzada
de los derechos fundamentales reconocidos a favor de las personas.
De esta forma, ya que el asunto planteado carece de trascendencia cons-
titucional, es pertinente declarar la improcedencia de la demanda de am-
paro, por concurrir un defecto en la pretensión que habilita la terminación
anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo presentada por los abo-
gados Juan Antonio Buruca García y Jorge Alberto Escalante Pérez en su
calidad de apoderados de los señores Reynaldo Alfredo AA y Felipe Car-
los AA, en contra del Juzgado Primero de Instrucción de San Miguel y la
Sala de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia, en virtud de constituir un
asunto de mera legalidad, ya que fundamento de la pretensión planteada
descansa en un desacuerdo con las decisiones emitidas por las autoridades
demandadas consistentes en declarar responsable civilmente en abstracto
a la señora AA por el delito atribuido en su contra.
2. Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---R. E. GON-
ZALEZ.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.
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dad de los actos concretos y de carácter definitivo emitidos por las autoridades
demandadas, encontrándose, en principio, impedido de analizar aquellos ac-
tos que carecen de dicha definitividad.
Por ello, para sustanciar un proceso de amparo constitucional, generalmen-
te es imprescindible que el acto u omisión impugnado sea de carácter definiti-
vo, capaz de generar en la esfera jurídica del demandante un agravio de igual
naturaleza con trascendencia constitucional; caso contrario, resultaría contra-
producente, desde el punto de vista de la actividad jurisdiccional, la gestión de
un proceso cuya pretensión carezca de uno de los elementos esenciales para su
adecuada configuración, pues ello volvería improductiva su tramitación.
1. A. Por otra parte, según lo afirmado en el auto de 12-XI-2010, pro-
nunciado en el proceso de Amp. 104-2009, entre los presupuestos procesales
especiales establecidos para la procedencia de la pretensión de amparo se en-
cuentra el agotamiento de los recursos que la ley franquea para impugnar el
acto contra el cual se reclama.
Lo anterior se justifica en que el amparo posee características propias que
lo configuran como un proceso especial, que ha sido establecido para proteger
de forma óptima a las personas frente a las acciones u omisiones de cualquier
autoridad o particular que vulneren, restrinjan u obstaculicen los derechos o
garantías reconocidos en la Constitución de la República. Por ello, se trata de
una exigencia particular que el legislador ha incorporado dentro de los presu-
puestos procesales del citado trámite.
A esta condición específica se refiere el art. 12 inciso 3° de la Ley de Proce-
dimientos Constitucionales, al prescribir que el amparo únicamente puede pre-
sentarse cuando el acto contra el que se reclama no puede subsanarse dentro
del respectivo procedimiento mediante otros recursos. Tal presupuesto obede-
ce a la función extraordinaria que está llamado a cumplir un Tribunal Consti-
tucional: la eficaz protección de los derechos fundamentales por su papel de
guardián último de la constitucionalidad.
De ahí que el proceso en referencia se erija como un mecanismo de pro-
tección reforzada que deberá iniciarse únicamente cuando se han agotado los
recursos idóneos -judiciales o administrativos-, por medio de los cuales pueda
brindarse una protección jurisdiccional o no jurisdiccional conforme a la Cons-
titución. Dicho trámite está reservado sólo para aquellas situaciones extremas
en las que, por inexistencia de otras vías legales o ineficacia de las que existan,
peligra la salvaguarda de los derechos fundamentales.
B. Ahora bien, con arreglo a lo sostenido en la sentencia de 9-XII-2009, pro-
nunciada en el proceso de Amp. 18-2004, la exigencia del agotamiento de los
recursos debe hacerse de manera razonable, atendiendo a su finalidad, es de-
cir, la de permitir que las instancias judiciales ordinarias o administrativas repa-
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el crédito que le había sido concedido, este exigió un documento que garanti-
zara su devolución, y fue así como se celebró un contrato de promesa de venta
para 6 meses de plazo, sobre el mismo inmueble.
De lo anterior, manifiesta que se acredita la existencia de un crédito que se
garantizó con la venta del inmueble y una sucesiva promesa de venta, median-
te la cual su representado recuperaría su propiedad.
Indica que, estando a punto de cumplirse el plazo estipulado en la prome-
sa de venta, “…se hizo público [...] que se encontraban siendo investigados los
bienes muebles e inmuebles de la señora ALSM...”, de esta forma, a su juicio “...
le nace a [su] representado el Justo Impedimento de no haber pagado en la
totalidad el crédito materializado en la promesa de venta...” en virtud de que
según el Art. 146 del Código Procesal Civil y Mercantil “... [a]l impedido por justa
casusa no le corre plazo desde el momento en que se configura el impedimento
y hasta su cese...”, por lo que este acudió al Juzgado Especializado de Extinción
de Dominio, a presentarse como tercero de buena fe exento de culpa.
No obstante, señala que la autoridad demandada rechazó la intervención
de su mandante, debido a la falta de acreditación documental del legítimo
interés para intervenir en ese proceso. Lo anterior, sin habérsele permitido “...
la intervención de [su] representado, para que en audiencia se hubiera reco-
nocido con arreglo a las leyes si efectivamente era tercero de buena fe exento
de culpa o no...”. En consecuencia, estima vulnerados a la seguridad jurídica,
propiedad, audiencia, defensa y acceso a la justicia, así como el debido proceso
de su representado.
2. De igual forma, se destaca que la representante del peticionario previa-
mente presentó una demanda de amparo, a la cual se le asignó la referencia
48-2017, cuya pretensión estaba dirigida contra la misma autoridad, y con el
objeto de impugnar un acto que se encuentra íntimamente vinculado con los
actos referidos en párrafos precedentes.
Lo anterior, se puede afirmar al momento de advertir que la apoderada del
peticionario, en la demanda de Amp. 48-2017 señalaba que la Jueza Especiali-
zada de Extinción de Dominio de San Salvador obvió concederle audiencia a su
mandante para demostrar que tenía interés como tercero de buena fe exento
de culpa, respecto del inmueble objeto de litigio, y que por ese motivo, decidió
plantear un escrito ante dicha autoridad, en el cual hizo de su conocimiento
la existencia de un contrato de promesa de venta que había celebrado con la
señora SM sobre dicho inmueble. Así, sobre esa petición la Jueza Especializada
de Extinción de Dominio resolvió rechazar la intervención de su mandante, de-
bido a la falta de acreditación documental del legítimo interés para intervenir
en ese proceso. Dicho amparo finalizó mediante resolución del 29-III-2017, en
la que se declaró la improcedencia de la pretensión planteada.
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II. Ahora bien, en vista que el reclamo efectuado en este proceso, envuelve
una petición que ya ha sido planteada y resuelta por este Tribunal con ante-
rioridad, es necesario exteriorizar brevemente los fundamentos jurídicos en
que se sustentará la presente decisión, específicamente, ciertas acotaciones
respecto de la institución de la cosa juzgada.
En efecto, tal como se sostuvo en las resoluciones de fechas 14-X-2009 y
12-X-2011, pronunciadas en los Amp. 406-2009 y 94-2011, el instituto de la
cosa juzgada debe entenderse como la permanencia en el tiempo de la efica-
cia procesal de la decisión judicial, por lo que constituye un mecanismo para la
obtención de seguridad y certeza jurídica.
Por medio de ella, el ordenamiento jurídico pretende que las resoluciones
de los jueces sobre los derechos de los ciudadanos queden permanentemente
eficaces en el tiempo, con lo que se alcanza una declaración judicial última en
relación con la pretensión planteada, que no podrá ser atacada ni contradicha
por medio de providencias de órganos judiciales.
De acuerdo con lo anterior, la eficacia de la cosa juzgada no tiene prepon-
derantemente carácter interno sino externo, es decir, no se refleja tanto en el
proceso en el que se produce, sino en un potencial proceso posterior. Por ello,
sin referencia a otro proceso posterior –considerada en sí misma– la cosa juz-
gada atiende únicamente a la situación de la relación o situación jurídica, que
en su momento fue deducida y que queda definitivamente definida.
En ese sentido, la cosa juzgada adquiere su completo sentido cuando se le
relaciona con un proceso posterior, ya que implica la exclusión de toda decisión
jurisdiccional futura entre las mismas partes y sobre el mismo objeto, es decir,
sobre la misma pretensión.
En estrecha relación con lo expuesto, debe acotarse que cuando una de-
manda de amparo es rechazada de manera inicial mediante la figura de la im-
procedencia por existir un vicio de fondo en la pretensión, ese auto definitivo
adquiere firmeza, una vez agotados los recursos correspondientes o transcurri-
do su plazo de interposición, de conformidad con lo establecido en el artículo
229 del Código Procesal Civil y Mercantil –de aplicación supletoria en los proce-
sos de amparo– y, en consecuencia, genera efectos equivalentes a la cosa juz-
gada, por lo que dicha pretensión no puede ser propuesta nuevamente ante
este Tribunal en idénticos términos, puesto que sería objeto de un mismo pro-
nunciamiento de rechazo ya que subsistiría el vicio de fondo y principalmente,
debido a que ya existiría un auto definitivo firme que rechaza esa pretensión.
En consecuencia, si se advierte que en sede constitucional se ha emitido un
pronunciamiento de carácter definitivo y firme en relación con una determina-
da pretensión y esta es planteada nuevamente en otro proceso, tal declaración
de voluntad no estará adecuadamente configurada y, por tanto, existirá una
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minio de San Salvador, que rechazó la intervención del señor Maldonado Her-
nández, debido a la falta de acreditación documental del legítimo interés para
intervenir en ese proceso, pues afirma que: “... como consecuencia en dicha
sentencia se constituyó nueva titularidad a favor del Estado, a través del [...]
CONAB[...] [del] inmueble que se encontraba bajo la titularidad de la señora
ALSM, inmueble que ha poseído (y materialmente lo sigue poseyendo) [su]
cliente por habérsele otorgado una escritura pública de promesa de venta...”.
Como se expone, se evidencia que los argumentos de la representante
del actor, terminan inevitablemente en atacar los aspectos aludidos –deci-
sión de rechazar la intervención como tercero de buena fe exento de culpa–,
los cuales fueron analizados en la resolución de improcedencia emitida en el
Amp. 48-2017.
4. En ese orden de ideas, se observa que el reclamo sometido a conoci-
miento constitucional en el proceso de amparo con referencia 48-2017, versa,
en esencia, sobre el mismo asunto planteado en el presente proceso de ampa-
ro, pues existe identidad entre los elementos que conforman ambas pretensio-
nes –sujetos, objeto y causa–.
En ese sentido, puede verificarse la semejanza relevante entre los sujetos
activo y pasivo: señor German Rigoberto Maldonado Hernández en contra de
la Jueza Especializada de Extinción de Dominio de San Salvador; así como la
identidad de objeto, ya que en ambos procesos se ha solicitado que se declare
la vulneración de los derechos de audiencia, defensa, propiedad y a la seguri-
dad jurídica, así como el debido proceso. Además, se observa una identidad de
causa o fundamento –a pesar de citar como acto reclamado la resolución de
fecha 3-XII-2015–, puesto que la relación fáctica, los motivos por los cuales se
alega la vulneración constitucional y los derechos invocados en ambos supues-
tos son básicamente los mismos.
Por ende, se colige que la abogada del peticionario pretende que este Tri-
bunal revise nuevamente la pretensión referida a la supuesta conculcación de
los derechos antes citados, pese a que ya se ha emitido un pronunciamiento
sobre ella declarando su improcedencia.
4. En consecuencia, se advierte que la pretensión de amparo planteada
por la apoderada del demandante ya fue objeto de una decisión judicial –en
otro proceso de amparo–; razón por la cual, no debe ser atacada ni contra-
dicha en posteriores decisiones de órganos judiciales, lo que impide el cono-
cimiento del fondo de la petición así planteada y produce el rechazo de la
demanda mediante la figura de la improcedencia.
Por tanto, con base en las consideraciones precedentes, esta Sala RESUELVE:
1. Tiénese a la abogada Georgina Teresa Aguilar Cárdenas como apoderada
del señor Germán Rigoberto Maldonado Hernández, en virtud de haber
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el citado señor BS y “... no obstante la advertencia (...) [del] profesional del de-
recho que [la] representó, en el sentido que estaba extemporánea la intención
para ejercer dicha acción, [la pretensora] insistió] en realizarla, cons[c]iente del
posible resultado, la cual no fue admitida a consideración del señor juez por
haber caducado la acción...”.
Por lo antes expuesto, la peticionaria cuestiona la constitucionalidad de la
resolución pronunciada el 25-XI-2016 por el Juez de Familia de San Marcos me-
diante la cual declaró improcedente la demanda del proceso de declaratoria
judicial de unión no matrimonial promovido por la pretensora. Dicho acto –a
su juicio– le ha vulnerado los derechos que establece el art. 11 de la Constitu-
ción y su derecho a la constitución de familia.
II. Determinados los argumentos expresados por la parte actora correspon-
de en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la resolución que
se proveerá.
Tal como se ha sostenido en la resolución de 27-X-2010, pronunciada en el
Amp. 408-2010, en este tipo de procesos las afirmaciones de hecho de la parte
actora deben justificar que el reclamo formulado posee trascendencia cons-
titucional, esto es, deben poner de manifiesto la presunta vulneración de los
derechos fundamentales que se proponen como parámetro de confrontación.
Por el contrario, si tales alegaciones se reducen al planteamiento de asun-
tos puramente judiciales o administrativos consistentes en la simple inconfor-
midad con las actuaciones o el contenido de las decisiones emitidas por las
autoridades dentro de sus respectivas competencias, la cuestión sometida al
conocimiento de este Tribunal constituye un asunto de mera legalidad, lo que
se traduce en un vicio de la pretensión que imposibilita su juzgamiento.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la peticionaria en el
presente caso.
1. La demandante pretende atacar la resolución pronunciada el 25-XI-2016
por el Juez de Familia de San Marcos mediante la cual declaró improcedente la
demanda del proceso de declaratoria judicial de unión no matrimonial promovi-
do por la pretensora, ya que estima que dicho acto le vulneró los derechos esta-
blecidos en el artículo 11 de la Constitución y el derecho a constituir una familia.
Asimismo, sostiene que la vulneración a su derecho a constituir una fami-
lia se configuró al declarársele improcedente la demanda de declaratoria de
unión no matrimonial, puesto que ello le impide el goce de derechos heredi-
tarios y ser beneficiaria de una pensión. Sin embargo, en la misma demanda
indica que se encontraba sabedora que la pretensión para promover dicha
declaratoria estaba extemporánea y a pesar de ello la planteó, obteniendo el
resultado previsto.
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legales que rigen los trámites cuyo conocimiento les corresponde, pues hacerlo
implicaría la irrupción de competencias que, en exclusiva, han sido atribuidas y
debe realizarse por los jueces y tribunales ordinarios.
En ese orden de ideas, se colige que lo expuesto por la peticionaria más
que evidenciar una supuesta transgresión a sus derechos fundamentales, se
reduce a plantear un asunto de mera legalidad y de simple inconformidad con
el resultado del proceso de instancia, específicamente con el contenido de la
decisión pronunciada por el Juez de Familia de San Marcos mediante la cual se
declaró improcedente la demanda de declaratoria judicial de unión no matri-
monial que fue promovida por el apoderado de la pretensora.
Así pues, el asunto formulado por la parte actora no corresponde al cono-
cimiento de la jurisdicción constitucional, ya que los argumentos esgrimidos
carecen de un verdadero fundamento constitucional, puesto que se sustentan
en una mera inconformidad con el contenido de la resolución pronunciada por
la autoridad demandada, por lo que no se advierte en ningún momento que
exista vulneración a los derechos constitucionales de la peticionaria.
De esta forma, ya que el asunto planteado carece de trascendencia cons-
titucional, es pertinente declarar la improcedencia de la demanda de amparo,
por concurrir un defecto en la pretensión que habilita la terminación anormal
del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por la señora
LLCE contra la actuación atribuida al Juez de Familia de San Marcos, por
sustentarse en una mera inconformidad con el contenido de la resolución
impugnada, lo cual constituye un asunto de mera legalidad que carece de
trascendencia constitucional.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar y medio técnico indica-
dos para oír notificaciones por la parte actora.
3. Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZA-
LEZ.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.
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hasta ¢
Si el activo es ¢5.00
10.000.00
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Art. 3- Para los efectos de esta tarifa el activo o la base de imposición, la es-
tablecerá la Alcaldía fundamentándose con base en el Balance General de la
Empresa debidamente autorizado y correspondiente al ejercicio económico fis-
cal que se grava, siempre y cuando la empresa lleve contabilidad formal. Dicho
estado financiero servirá de base para todo un año. En caso contrario de no
llevar contabilidad formal, la Alcaldía Municipal determinará el activo o la base
de imposición sobre la que recaerá el impuesto.
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jurídica fue el 31-VIII-2013 –sin olvidar que la resolución que ordenó la adjudi-
cación en pago data del 9-I-1971–, de lo cual no se infiere la existencia de un
perjuicio actual respecto de los efectos negativos que la actuación impugnada
le ha causado y, consecuentemente, el elemento material del agravio que apa-
rentemente se le ha ocasionado ha perdido vigencia.
C. En definitiva, con arreglo a las circunstancias expuestas, se concluye que
este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la constitucionalidad
de la actuación cuestionada, debido a que no se observa actualidad en el agra-
vio respecto de la esfera jurídica de la peticionaria con relación al acto reclama-
do. De esta forma, es pertinente declarar la improcedencia de la demanda de
amparo, por concurrir un defecto en la pretensión que habilita la terminación
anormal del proceso.
3. Finalmente, también es importante mencionar que la pretensora argu-
menta que en la decisión de la autoridad demandada se expresó que entre su
hermana, la señora LTS “... y [su] persona no existe parentesco alguno y que
por eso se adjudica dicha propiedad a [su] persona...”. Respecto de lo anterior,
señala que “... no es cierto pues (...) [existe documentación] (...) en las que
consta que s[í] existe parentesco pues so[n] hermanas e hijas legitimas (sic) de
padre y madre; lo cual queda evidenciado que todo el trámite de apropiación
de [su] porcentaje en proindiviso por parte de la autoridad demandada ha
sido de mala fe...”.
Al respecto, esta Sala ha establecido –v.gr. el auto pronunciado en el Amp.
408-2010–que, en principio, la jurisdicción constitucional carece de competen-
cia material para efectuar el análisis relativo a la interpretación y aplicación
que las autoridades judiciales o administrativas desarrollen con relación a los
enunciados legales que rigen los trámites cuyo conocimiento les corresponde,
pues hacerlo implicaría la irrupción de competencias que, en exclusiva, han
sido atribuidas y deben realizarse por los jueces y tribunales ordinarios.
En ese orden de ideas, se colige que lo expuesto por la demandante, más
que evidenciar una supuesta transgresión a sus derechos fundamentales, se
reduce a plantear un asunto de mera legalidad y de simple inconformidad con
el contenido de la resolución emitida por el Juez Primero de lo Civil de San
Miguel –ahora Juez Tercero de Familia–, específicamente con la manera en
que fue redactada la sentencia y con la valoración realizada por la autoridad
demandada en cuanto a la no existencia de parentesco entre la peticionaria y
la señora LTS, lo cual al parecer tuvo el efecto de habilitar la adjudicación del
inmueble objeto de litigio a favor de la referida señora, lo cual es un asunto
que no compete revisar a esta Sala. Así pues, los argumentos esgrimidos care-
cen de un verdadero fundamento constitucional, ya que se sustentan en una
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establecido en el art. 229 del Código Procesal Civil y Mercantil –de aplicación
supletoria en los procesos de amparo–, por lo que dicha pretensión no puede
ser propuesta nuevamente ante este Tribunal en idénticos términos, puesto
que sería objeto de un mismo pronunciamiento de rechazo ya que subsistiría
el vicio de fondo y, principalmente, debido a que ya existiría un auto definitivo
firme que rechaza esa pretensión.
En consecuencia, si se advierte que en sede constitucional se ha emitido un
pronunciamiento de carácter definitivo y firme en relación con una determina-
da pretensión, y esta es planteada nuevamente en otro proceso, tal pretensión
no estará adecuadamente configurada y, por tanto, existirá una evidente im-
procedencia de la demanda planteada, lo cual se traduce en la imposibilidad
jurídica de que el órgano encargado del control de constitucionalidad conozca
y decida sobre el fondo del caso alegado.
2. A. En otro orden, en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el Amp.
795-2006, se sostuvo que el proceso de amparo persigue que se imparta a la
persona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que es-
time inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio
de los derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia al inicio del proceso de la pretensión
de amparo, es necesario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se autoa-
tribuya alteraciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas de los
efectos de la existencia de una presunta acción u omisión –lo que en términos
generales de la jurisprudencia constitucional se ha denominado simplemente
agravio–. Dicho agravio tiene como requisitos que se produzca con relación a
normas o preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y que genere
una afectación difusa o concreta en la esfera jurídica de la persona justiciable
–elemento material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-
titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
B. Por otro lado, en la sentencia del 16-XI-2012, pronunciada en el Amp.
24-2009, este Tribunal sostuvo que el agravio es de tipo actual cuando, no obs-
tante el tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración
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da por esta Sala, por lo que existe cosa juzgada y, con relación a los otros actos
reclamados, por una parte, no se observa actualidad en el agravio respecto de
la esfera jurídica de la sociedad peticionaria y, por otra parte, se advierte que
se trata de un asunto de mera legalidad. De esta forma, es pertinente declarar
la improcedencia de la demanda de amparo, por concurrir defectos en la pre-
tensión que habilitan la terminación anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con los razonamientos antes expuestos, esta
Sala RESUELVE:
1. Tiénese al señor OJLC como representante de la sociedad Transportes Le-
mus, Sociedad Anónima de Capital Variable, en virtud de haber acreditado
en forma debida la personería con la que interviene en el presente proceso.
2. Declárese improcedente la demanda planteada por el señor OJLC, en el
carácter antes indicado, contra el Director General del Instituto Salvadore-
ño del Seguro Social, en virtud de haberse planteado una pretensión que
ya fue objeto de una decisión judicial previa en otro proceso de amparo;
asimismo, declárese improcedente la demanda planteada contra el Jefe de
la Primera Sección de Inspección Patronal del Departamento de Afiliación
e Inspección de la División de Prestaciones Económicas y Servicios y el Jefe
de la Sección de Inspección Patronal , ambos del Instituto Salvadoreño del
Seguro Social, debido a que –por una parte– no se infiere la existencia de
un perjuicio actual respecto de los efectos negativos que los actos impug-
nados le habrían causado a la sociedad demandante y, consecuentemente,
el elemento material del agravio que aparentemente se le ha ocasionado
ha perdido vigencia y –por otra parte– por tratarse de un asunto de mera
legalidad y de simple inconformidad con relación a las resoluciones en vir-
tud de las cuales se sancionó a la sociedad actora.
3. Tome nota la Secretaría de esta Sala del lugar señalado por el señor OJLC,
en el carácter antes indicado, para recibir los actos procesales de comunica-
ción, así como de la persona comisionada para tal efecto.
4. Notifíquese.
F. MELENDEZ. ---J. B. JAIME. ---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ. ---PRO-
NUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCO-
RRO C.--- SRIA. ---RUBRICADAS.
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2. Notifíquese.
A. PINEDA.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ.---C. ESCO-
LAN---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.
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Sin embargo, ese proceso de amparo fue admitido y tramitado por la su-
puesta omisión del juzgador de notificar una resolución que prevenía a las par-
tes concurrir al Tribunal para el nombramiento de nuevos peritos (en la fase de
ejecución) y no por la valoración mencionada “acta de inspección”. Por lo que, la
Sala emitió sentencia el día 9-II-1999 y declaró que no había lugar al amparo soli-
citado por la señora Margarita Vanegas Ortíz de Ramírez; esa decisión definitiva
versó exclusivamente sobre el punto del acto de comunicación reclamado.
2. Además de lo anterior, específicamente sobre la pretensión planteada
contra la sociedad Inversiones ALAGISA, S.A. de C.V., se observa que aparte
que no se advierte la existencia de una relación de supra-subordinación entre
la demandada, la pretensora tiene a su disposición los mecanismos procesales
correspondientes en sede ordinaria -penal o civil-para que las autoridades com-
petentes diriman su queja.
Por lo tanto, se concluye que el caso planteado no reúne los presupuestos
señalados por la jurisprudencia constitucional para la procedencia de un am-
paro contra particulares, por cuanto no se ha comprobado que concurran las
exigencias establecidas para este tipo de amparos, ya que se advierte que no
existe una relación de supra subordinación, que ha expuesto una mera incon-
formidad con las actuaciones de la sociedad y además que tiene la posibilidad
de plantear sus pretensiones ante los funcionarios ordinarios competentes.
3. En definitiva, con arreglo a las circunstancias expuestas, se concluye
que este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la constitucionali-
dad de la actuación cuestionada, debido a que no se observa actualidad en el
agravio respecto de la esfera jurídica de la peticionaria con relación a los actos
reclamados; también por no cumplirse con los presupuestos señalados por la
jurisprudencia constitucional para la procedencia de un amparo contra parti-
culares. De esta forma, es pertinente declarar la improcedencia de la demanda
de amparo, por concurrir un defecto en la pretensión que habilita la termina-
ción anormal del proceso.
Por tanto, con base en las consideraciones precedentes, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por la señora
Margarita Vanegas Ortíz de Ramírez en su carácter personal en contra del
Juez Cuarto de lo Civil de San Salvador, la Cámara Segunda de lo Civil de
la Primera Sección del Centro y la sociedad Inversiones ALAGISA, S.A. de
C.V., en virtud de que no se observa actualidad en el agravio respecto de la
esfera jurídica de la peticionaria con relación a los actos reclamados; tam-
bién por no cumplirse con los presupuestos señalados por la jurisprudencia
constitucional para la procedencia de un amparo contra particulares
2. Tome nota la Secretaría de esta Sala de la dirección señalada para recibir
los actos procesales de comunicación.
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3. Notifíquese.
J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ.---C. ESCOLAN ---PRONUN-
CIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO
C.---SRIA.---RUBRICADAS.
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–hijo del peticionario–; ii) la resolución del 7-IV-2016, por medio de la cual la
Cámara de Familia de la Sección del Centro rechazó el recurso planteado por
el actor, por considerar que existía “carencias de fundamentación” y por –su-
puestamente– no haber señalado cuáles eran las disposiciones legales que se
habían infringido; y iii) la declaratoria de improcedencia de fecha 15-VII-2016,
en virtud de la cual la Sala de lo Civil de la Corte Suprema de Justicia rechazo
el recurso de casación debido a que en materia de familia dicho recurso solo es
admisible cuando se trata de sentencias definitivas pronunciadas en apelación.
Como consecuencia de dichos actos, el actor estima vulnerados sus dere-
chos de audiencia, igualdad, a recurrir y a la protección jurisdiccional; asimismo,
considera que se ha transgredido el principio de legalidad y de congruencia.
En ese sentido, asegura que la Jueza Primero de Familia de San Salvador tuvo
por establecida la convivencia entre la señora ********** y su hijo, pese a que–
según su opinión– con la prueba testimonial aportada por la señora **********
no se lograron acreditar los requisitos legales establecidos en el CF.
Asimismo, cuestiona que se haya rechazado el recurso de apelación por
medio de un auto y no de una sentencia y, además, que la Sala de lo Civil haya
declarado improcedente el recurso de casación con base en el art. 519 ord.
2° del CPCM aduciendo que en materia de familia ese recurso únicamente es
admisible cuando se trata de sentencias definitivas pronunciadas en apelación.
2. Ahora bien, a partir de los análisis de los argumentos de la demanda, se
advierte que, aun cuando la parte actora afirma que existe vulneración a dere-
chos fundamentales, sus alegatos únicamente evidencian que el fundamento
de la pretensión planteada descansa en un desacuerdo con las decisiones emi-
tidas por las autoridades demandadas.
Así, se observa que mediante la presentación de la demanda, la parte acto-
ra pretende que se realice en sede constitucional una revisión a efecto de de-
terminar: i) si mediante la prueba testimonial se lograba acreditar –según los
parámetros del CF– el requisito de que los convivientes hubieren hecho “vida
en común libremente, en forma singular, continua, estable y notoria”; ii) si con
la prueba documental aportada en el proceso se lograba establecer que no
existían impedimentos entre los convivientes para contraer matrimonio; iii) si la
Cámara de Familia de la Sección del Centro debió haber admitido el recurso de
apelación planteado, lo cual implicaría revisar si la demanda presentada estaba
suficientemente fundamentada; y iv) si la Sala de lo Civil debió haber admitido
el recurso de de casación, pese a que según la ley dicho recurso solo procede
contra sentencias y no contra autos.
Sin embargo, debe tenerse en cuenta que la jurisdicción constitucional care-
ce de competencia material para verificar dichas situaciones, ya que ello escapa
del catálogo de atribuciones conferidas a este Tribunal. Y es que, tal situación
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supondría revisar el análisis realizado por las autoridades demandadas con re-
lación a determinar, en primer lugar si –en aplicación del CF, la Ley Procesal de
Familia y el CPCM–, era procedente declarar la unión no matrimonial entre la
señora ********** y el hijo del actor y, en segundo lugar, si se debieron haber
emitido los recursos de apelación y casación incoados por el demandante.
Al respecto, según la jurisprudencia constitucional–v.gr. el auto emitido el
día 21-XII-2011 en el Amp. 515-2011–, la valoración probatoria realizada por
las autoridades judiciales o administrativas, consiste en el juicio de aceptabili-
dad de los resultados producidos por los medios de prueba, es decir, en la ve-
rificación de los enunciados fácticos introducidos en el proceso a través de los
referidos medios, así como el reconocimiento a los mismos de un determinado
valor o peso en la formación de la convicción del juzgador sobre los hechos que
se someten a su conocimiento.
Asimismo, esta Sala ha establecido –v.gr. el auto pronunciado en el cita-
do Amp. 408-2010– que, en principio, la jurisdicción constitucional carece de
competencia material para efectuar el análisis relativo a la interpretación y
aplicación que las autoridades judiciales o administrativas desarrollen con re-
lación a los enunciados legales que rigen los tramites cuyo conocimiento les
corresponde y, en consecuencia revisar la valoración que la autoridad haya
realizado de los medios de prueba ventilados dentro de un proceso especifico,
implicaría la irrupción de competencias que, en exclusiva, has sido atribuidas y
debe realizarse por los jueces y tribunales ordinarios.
Finalmente, con respecto al argumento expuesto por el actor, según el cual
se vulnera el derecho de recurrir al limitar la interposición del recurso de casa-
ción únicamente respecto de sentencias y no de autos, este Tribunal sostuvo
en la sentencia del 12-XI-2010, emitida en la Inc. 40-2009. que si incluso si la
ley configura el proceso como de única instancia, la inexistencia legal de recu-
rrir, en modo alguno vulneraría preceptos constitucionales, siempre y cuando
esta limitación sea evidentemente objetiva, esto es, proporcionaly razonable
en relación con la naturaleza del caso, la urgencia del objeto del proceso, las
posibilidades de dispendio jurisdiccional y la menor complejidad del asunto.
En ese sentido, se colige que dicho argumento utilizado por el interesado,
más que evidenciar una vulneración a derechos fundamentales, se reduce a su
inconformidad con la forma en la que el legislador reguló la procedencia del
recurso de casación en materia de familia, por lo que su análisis no correspon-
dería a este tribunal.
3. En conclusión, del análisis las circunstancias fácticas y jurídicas expuestas
se deriva la imposibilidad de juzgar, desde una perspectiva constitucional, el
fondo del reclamo planteado por la parte actora, ya que este se fundamenta
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4. Notifíquese.
J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ.---C. ESCOLAN---PRONUN-
CIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO
C.---SRIA.---RUBRICADAS.
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4. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar y medio técnico (fax)
indicado por los apoderados de la parte actora para recibir los actos proce-
sales de comunicación.
5. Notifíquese.
A. PINEDA.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ.---PRONUN-
CIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO
C.---SRIA.---RUBRICADAS.
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Art. 11.- Para efectos de esta Ley se tendrá como base imponible el activo impo-
nible, entendiendo por activo imponible aquellos valores en activos que posee
una persona natural o jurídica para el desarrollo de su actividad económica es-
pecífica. El activo imponible se determinará deduciendo del activo total, todos
aquellos activos gravados en otros municipios. Las empresas que se dediquen
a dos o más actividades determinadas en esta Ley, pagarán el impuesto corres-
pondiente por cada una de dichas actividades...”
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que los sujetos pasivos del tributo pueden realizar a su favor, la base imponible
del impuesto –cualquiera que sea su denominación– excluye el pasivo de los
contribuyentes reflejado en sus balances contables, conforme al principio de
capacidad económica contenido en el art. 131 ord. 6° de la Cn.
En ese orden, en la citada sentencia se expuso que tal interpretación es
más acorde con las disposiciones constitucionales que conforman el Derecho
Constitucional Tributario, pues permite que las personas contribuyan al gas-
to público tomando en consideración las posibilidades económicas reales que
tienen para ello y, además, que los Municipios –sujetos activos de este tipo de
tributos– efectúen la recaudación necesaria para la realización de los planes de
desarrollo local que elaboren conforme al art. 206 de la Cn.
Aunado a lo anterior, en la sentencia del 26-V-2017 pronunciada en el proce-
so de Inc. 50-2015, se explicó que el art. 127 de la Ley General Tributaria Munici-
pal–LGTM– dispone que en la determinación de la base imponible de los tributos
municipales debe considerarse los pasivos del contribuyente, por lo que, siendo
dicha normativa de carácter general en materia tributaria municipal, comple-
menta las leyes especiales en esa materia. En tal sentido, si una norma tributaria
especial no aclara si en la cuantificación de la base imponible puede determinar-
se deduciendo también el pasivo del contribuyente, no debe interpretarse como
regulación opuesta o que se sustrae del art. 127 LGTM, más bien debe entender-
se que si las deducciones del pasivo para determinar la base imponible no fueron
previstas en las leyes tributarias especiales, es porque el legislador decidió dejarlo
a la regulación de la Ley General Tributaria Municipal.
3. En consideración a lo expuesto, a partir de la mencionada jurisprudencia
es posible colegir que, si bien la ley permite restar a la base imponible del im-
puesto cuestionado –activo imponible– las deducciones mencionadas en el art.
11 LIAEST, ello no debe interpretarse en el sentido que estas sean las únicas
que puedan excluirse para determinar el quantum del tributo, ya que las au-
toridades administrativas correspondientes, en aplicación del art. 131 ord. 6°
de la Cn., deberán excluir del cálculo del impuesto las obligaciones que el con-
tribuyente posee con acreedores (pasivo), con lo cual se tiene que el tributo
establecido en la LIAEST únicamente grava la riqueza neta de su destinatario,
resultando acorde con el principio de capacidad económica.
En consecuencia, en esta etapa del proceso, no se observa que las dispo-
siciones legales impugnadas generen una posible vulneración al derecho a la
propiedad de la parte demandante, pues el contenido de aquellas no inob-
serva el principio de capacidad económica derivado del art. 131 ord. 6° de la
Cn., por lo que en el presente caso no se evidencia la existencia de un agravio
constitucional, debiendo descartarse la pretensión a través de la declaratoria
de improcedencia.
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notificada el día 20 de ese mismo mes y año, por medio de la cual rechazaron
el recurso de revisión interpuesto por el defensor del demandante.
Inicialmente, señala que a su representado se le estaba siguiendo un pro-
ceso de destitución ante la Comisión del Servicio Civil del Ministerio de Medio
Ambiente y Recursos Naturales, por supuestas “faltas a su trabajo”. A raíz de
ello, manifiesta que el día 8-III-2016 se le notificó la sentencia en la que decla-
raron que había lugar a su destitución.
Por lo tanto, a fin de impugnar la mencionada decisión que le causaba
agravio, apunta que por medio de un defensor público laboral su representa-
do interpuso una revisión ante el Tribunal del Servicio Civil, quien rechazó el
referido recurso aduciendo que no se había “... estampado el sello de abogado
postulante...” conforme a lo establecido en el artículo 160 del Código Procesal
Civil y Mercantil –CPCM–.
Al respecto, considera que dicha autoridad realizó en una interpretación
errónea y, con ello, convalidó tácitamente la destitución de su representado,
puesto que en el caso de los defensores públicos laborales, en aplicación de lo
dispuesto en la Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República –nor-
ma especial que rige su actuación– su personería se acredita con la credencial
única emitida por el titular de dicha institución y no estampan sello de aboga-
do en sus escritos para evitar ser confundidos con procuradores privados.
Por todo lo antes expuesto, argumenta que se han transgredido los dere-
chos de audiencia, defensa y acceso a los medios impugnativos –como manifes-
taciones al debido proceso– del señor Calderón Crespín. Asimismo, solicita que
esta Sala decrete la suspensión del acto reclamado.
II. Determinados los argumentos esbozados por el defensor de la parte
actora, corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la
resolución que se proveerá.
1. En la resolución de fecha 27-I-2009 pronunciada en el Amp. 795-2006,
este Tribunal señaló que este proceso constitucional persigue que se imparta a
la persona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que
estime inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejerci-
cio de los derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia inicial de la pretensión de amparo, es
necesario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se autoatribuya altera-
ciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas de los efectos de la
existencia de una presunta acción u omisión –lo que en términos generales
de la jurisprudencia constitucional se ha denominado simplemente agravio–.
Dicho agravio tiene como requisitos que se produzca con relación a normas
o preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y que genere una
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III. Expuesto lo anterior, resulta pertinente reseñar los hechos que motivan
la presentación de la demanda de amparo:
De conformidad al referido profesional, su mandante es titular de la insti-
tución educativa denominada Liceo Cristiano Reverendo Juan Bueno, la cual
además de tener una sede central, ejerce su actividad a través de filiales situa-
das dentro de esta ciudad. En ese orden, solicitó el 4-VIII-2015 a la Municipa-
lidad de San Salvador la licencia para el funcionamiento del referido centro
educativo –tanto su sede central como sus filiales–correspondiente para los
años 2014 y 2015.
Como consecuencia de dicha solicitud, la Municipalidad capitalina inició de
oficio los procedimientos administrativos con referencia RLF-106-15 y RLF-107-15
que concluyeron con la determinación del monto aparentemente adeudado por
la Conferencia Evangélica en concepto de la tasa anual de licencias para funciona-
miento correspondientes a los años 2014 y 2015. Asimismo, en dichas resoluciones
se le concedió el plazo de 60 días a la sociedad actora para efectuar el pago.
No obstante, afirma que previo al vencimiento del plazo otorgado, la Mu-
nicipalidad inició dos procedimientos administrativos sancionatorios –PRS-13-
2015 y PRS-12-2015– por haber presentado extemporáneamente la solicitud
de renovación de licencia para funcionamiento para los años 2014 y 2015, res-
pectivamente. En ambos procedimientos se resolvió sancionar con multa a la
Conferencia Evangélica por no haber renovado la referida licencia dentro de
los primeros tres meses de los correspondientes años.
El abogado de la Conferencia Evangélica sostiene que existe una nulidad
de pleno derecho en los citados procedimientos administrativos sancionato-
rios, puesto que fueron resueltos por un funcionario no facultado para ello, lo
cual vulnera el debido proceso. Y es que, el Gerente de Catastro no posee la
acreditación necesaria para emitir las resoluciones en referencia, puesto que
no se encuentra agregada a los expedientes tal y como requiere la jurispruden-
cia de la Sala de lo Contencioso Administrativo –SCA–. Aunado a lo anterior,
considera que las referidas resoluciones fueron emitidas con base en una orde-
nanza inconstitucional.
En ese orden, el referido profesional sostiene que las autoridades deman-
dadas, mediante los actos cuestionados, han vulnerado los derechos de propie-
dad, seguridad jurídica, y defensa –como manifestación del debido proceso–,
y los principios de proporcionalidad, reserva de ley, no confiscación respecto a
la esfera jurídica de su mandante.
IV. Del escrito presentado por el apoderado de la parte demandante para
evacuar la prevención formulada se advierte que algunas carecen de los ele-
mentos necesarios para suplir adecuadamente todas las deficiencias observa-
das inicialmente en su demanda.
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De ahí que resulte exigible que el pretensor cumpla con las condiciones
objetivas y subjetivas establecidas para la admisibilidad y procedencia de los
medios de impugnación, sea que estos se resuelvan al mismo nivel o sea que se
resuelvan en uno superior, debido a que la inobservancia de dichas condiciones
motivaría el rechazo por la autoridad respectiva y, en consecuencia, no sería
posible entender que se ha producido la actuación debida y plena del presu-
puesto en mención para la procedencia de la queja constitucional.
Y es que –como se advirtió en el apartado anterior– el propósito de exigir
el agotamiento de los recursos es permitir que las instancias judiciales o admi-
nistrativas ordinarias reparen la lesión de derechos fundamentales que hayan
ocasionado con sus actuaciones, a efecto de cumplir con lo prescrito en el art.
12 inc. 3° de la LPCn. De este modo, la pretensión de la parte demandante de-
berá rechazarse por no cumplir con los requisitos necesarios para su admisión.
3. En conclusión, los argumentos expuestos por el abogado de la parte
actora no demuestran su connotación constitucional, pues estos se ciñen a la
supuesta falta de cumplimiento de requisitos formales para la delegación de
funciones dentro del procedimiento sancionatorio. Además, se advierte que
no agotó la etapa recursiva en sede administrativa por lo que no cumple con
lo establecido en la LPCn, por lo que su pretensión deberá rechazarse por ser
improcedente.
Por tanto, de conformidad con lo expuesto en los acápites precedentes y
según lo regulado en los artículos 12, 13, 14 y 18 de la Ley de Procedimientos
Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese inadmisible la demanda suscrita por el abogado José Omar Pera-
za López, en su calidad de apoderado judicial de la Conferencia Evangélica
de Las Asambleas de Dios en contra del Concejo Municipal de San Salvador,
con relación a la emisión de los los arts. 1, 3, 5.6, 7 letra b), 9 parte final, 11,
14 inciso primero, 16, 27, 38; 43, 45, 48, 50, 54, 55, 58 y 59 de la ORTSMSS,
por la supuesta vulneración a los derechos de propiedad, seguridad jurídi-
ca, y defensa –como manifestación del debido proceso– y los principios de
proporcionalidad, reserva de ley y no confiscación, por no haber cumplido
los requisitos necesarios para plantear un amparo contra ley –ordenanza–
autoaplicativa.
2. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por el referido
profesional, en la calidad antes indicada, en contra de las resoluciones emi-
tidas por la Gerencia de Catastro de la Municipalidad de San Salvador en
los procesos sancionatorios con referencias números PRS-13-2015 y PRS-12-
2015, de fechas 8-XII-2015 y 9-XII-2015, respectivamente, por la supuesta
vulneración a los derechos de propiedad, seguridad jurídica, debido proce-
so, defensa y a los principios de proporcionalidad, no confiscación y reserva
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Carmen Amaya Velásquez y José Luis Elías Escalante, este último actuando en
su calidad personal y como representante legal de la Asociación Cooperativa
de Producción Agropecuaria “El Espino” de Responsabilidad Limitada –en ade-
lante, “la asociación”–, mediante el cual procuran evacuar las prevenciones
que les fueron formuladas.
Antes de emitir el pronunciamiento correspondiente, es necesario efectuar
las siguientes consideraciones:
I. Mediante la resolución emitida el día 8-IX-2017, se previno a la parte
actora que señalara con toda claridad y exactitud: (i) si pretendían colocar
en el extremo pasivo de su reclamo a los Magistrados de la Sala de lo Civil, en
cuyo caso, debían apuntar los derechos constitucionales que estimaban con-
culcados como consecuencia del acto que les atribuyeran, así como las causas
que fundamentaran su presunta lesión; (ii) el agravio de estricta trascendencia
constitucional que fue ocasionado en sus esferas jurídicas a raíz de los actos
que impugnaran, tomando en cuenta que este Tribunal es incompetente para
conocer de asuntos de mera legalidad que reflejen la mera inconformidad con
el contenido de las actuaciones reclamadas, con la aplicación que las autorida-
des competentes realicen de normas infraconstitucionales y con la valoración
que estas efectúen de las circunstancias particulares de los casos sometidos a
su conocimiento; (iii) cómo se enteraron de la existencia del proceso ejecutivo
mercantil que alegan les fue perjudicial, cuál fue el momento preciso en el cual
se dieron cuenta del mismo, a qué dirección le fueron notificados los actos
procesales mediante los cuales tuvieron conocimiento de este y del inicio de la
respectiva fase ejecución forzosa, debiendo determinar en todo caso la forma
en la que se les hicieron saber tales actuaciones. De igual manera debían escla-
recer si intentaron intervenir como legítimos contradictores en alguna etapa
del mismo y, en caso negativo, las razones por las que no lo hicieron; (iv) si en
alguna etapa del proceso ejecutivo, se dirigieron o presentaron algún escrito
ante las autoridades que demandan a efectos de solicitar su intervención en ca-
lidad de terceros en el referido proceso, a fin de alegar y defender sus intereses
en dicho juicio; en caso negativo, que expresaran los motivos que les impidie-
ron hacerlo; (v) el período o fechas puntales durante las cuales habían estado
en posesión de los inmuebles en mención y, por otro lado, que aclararan si
siguieron algún tipo de diligencias tendientes a reconocer la posesión que ale-
gan respecto a los lotes embargados y de los cuales se les pretende desalojar;
si era así, debían establecer cuál fue la resolución de las mismas o en caso de no
existir resolución aún, que mencionaran cuál era el estado de estas o, de no ser
así, las razones objetivas que les impidieron hacerlo; y (vi) si previo a la presen-
tación del amparo alegaron –en el proceso ejecutivo mercantil– los hechos en
los que sustentaron las vulneraciones de sus derechos fundamentales.
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II. Con el objeto de evacuar las citadas prevenciones, los peticionarios in-
dican que su reclamo está dirigido únicamente contra el Juez de lo Laboral y la
Cámara de la Cuarta Sección del Centro, ambos de Santa Tecla, departamento
de la Libertad, pues consideran que la primera de estas autoridades no verificó
si el instrumento base de la pretensión en el juicio ventilado en esa sede cumplía
con los requisitos de la legislación secundaria, pues en la resolución que emitió
“... no justificó en forma razonable los motivos que di[eron] lugar a la admisión
de la demanda” contraviniendo así con las garantías del debido proceso.
Asimismo, agregan que dicha autoridad no valoró de forma suficiente si
el representante legal de la entidad obligada se encontraba legalmente fa-
cultado para otorgar el documento base de la acción, “... ya que según los
estatutos de la entidad demandada, no lo facultaban para comparecer a su
otorgamiento”.
En cuanto a cómo se enteraron de la existencia del proceso ejecutivo mer-
cantil iniciado en contra de la asociación, expresan que fue en el momento
en que se fijaron los carteles de venta en pública subasta en cada uno de los
lotes embargados, sin embargo aclaran que no fueron notificados de ninguna
resolución judicial y, por tanto, han sido imposibilitados de comparecer en al-
guna instancia judicial como legítimos contradictores o en calidad de terceros
a efectos de hacer valer sus derechos constitucionales.
Finalmente, señalan que han poseído dichos inmuebles de manera ininte-
rrumpida desde el año 2004 hasta la fecha, pero que estos quedaron sin escri-
turarse debido a que se incumplió el acuerdo pactado con el licenciado Raúl
Alfredo Velásquez Hidalgo. Como consecuencia de todo lo expuesto, explican
que no lograron alegar previamente, en ninguna sede, las vulneraciones que
arguyen en su demanda de amparo.
II. Determinados los argumentos expuestos por los interesados, resulta
pertinente reseñar los hechos que motivan la presentación de la demanda de
amparo:
En síntesis, los actores manifiestan que demandan al Juez de lo Laboral
de Santa Tecla por el auto pronunciado el día 10-VIII-2010 donde se admitió
la demanda y se decretó embargo sobre 15 inmuebles de la asociación y la
sentencia emitida el día 25-VII-2011 en razón del proceso ejecutivo mercantil
tramitado en contra de aquella. Asimismo, reclaman contra la sentencia del
3-I-2012, pronunciada por los Magistrados de la Cámara de la Cuarta Sección
del Centro de Santa Tecla que conocieron del recurso de apelación respectivo.
Los pretensores exponen que el señor Velásquez Hidalgo promovió, ante
el precitado juzgado de lo laboral, el proceso ejecutivo mercantil con referen-
cia 678-EM-10 en contra de la asociación, teniendo como base de la pretensión
una letra de cambio sin protesto firmada por el señor Oscar Armando Solís
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2. Por otro lado, tal como se sostuvo en las resoluciones de fechas 14-X-
2009 y 12-X-2011, pronunciadas en los Amp. 406-2009 y 94-2011, el instituto
de la cosa juzgada debe entenderse como la permanencia en el tiempo de la
eficacia procesal de la decisión judicial, por lo que constituye un mecanismo
para la obtención de seguridad y certeza jurídica.
Por medio de ella, el ordenamiento jurídico pretende que las resoluciones
de los jueces, sobre los derechos de los ciudadanos, queden permanentemente
eficaces en el tiempo, con lo que se alcanza una declaración judicial última en
relación con la pretensión planteada que no podrá ser atacada ni contradicha
por medio de providencias de órganos judiciales.
De acuerdo con lo anterior, la eficacia de la cosa juzgada no tiene prepon-
derantemente carácter interno sino externo, es decir, no se refleja tanto en el
proceso en el que se produce, sino en un potencial proceso posterior. Por ello,
sin referencia a otro proceso posterior –considerada en sí misma– la cosa juz-
gada atiende únicamente a la situación de la relación o situación jurídica que
en su momento fue deducida y que queda definitivamente definida.
En ese sentido, la cosa juzgada adquiere su completo sentido cuando se le
relaciona con un proceso posterior, ya que implica la exclusión de toda decisión
jurisdiccional futura entre las mismas partes y sobre el mismo objeto, es decir,
sobre la misma pretensión.
En estrecha relación con lo expuesto, debe acotarse que cuando una deman-
da de amparo es rechazada mediante la figura de la improcedencia o del so-
breseimiento por existir un vicio de fondo en la pretensión, ese auto definitivo
adquiere firmeza, una vez agotados los recursos correspondientes o transcurrido
su plazo de interposición, de conformidad con lo establecido en el artículo 229
del Código Procesal Civil y Mercantil –de aplicación supletoria en los procesos de
amparo– y, en consecuencia, genera efectos equivalentes a la cosa juzgada, por
lo que dicha pretensión no puede ser propuesta nuevamente ante este Tribunal
en idénticos términos, puesto que sería objeto de un mismo pronunciamiento de
rechazo pues el vicio de fondo seguiría subsistiendo y principalmente, debido a
que ya existiría un auto definitivo firmé que rechaza esa pretensión.
En consecuencia, si se advierte que en sede constitucional se ha emitido un
pronunciamiento de carácter definitivo y firme en relación con una determina-
da pretensión, y esta es planteada nuevamente en otro proceso, tal declara-
ción de voluntad no estará adecuadamente configurada y, por tanto, existirá
una evidente improcedencia de la demanda planteada, lo cual se traduce en la
imposibilidad jurídica de que el órgano encargado del control de constitucio-
nalidad conozca y decida sobre el fondo del caso alegado.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte demandante
en el presente amparo.
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por E. V., junto con la documentación anexa, se realizan las siguientes con-
sideraciones:
I. En síntesis, el representante del actor señala que su mandante ingresó a
laborar en la Policía Nacional Civil –en adelante PNC– el 15-I-1996 con el cargo
de supernumerario y que sus labores consistían en brindar seguridad en el pre-
dio vehicular San José Shangallo.
De igual manera, indica que su representado laboró en dicha institución
hasta el 21-I-2015, luego que “... injustamente fue destituido de su trabajo por
el Tribunal Disciplinario Metropolitano de la [PNC]; a través de la sentencia
número 062/PRO/2014 de fecha [1-X2014]...” [mayúsculas y resaltado supri-
midos]. Al respecto del proceso en que se emitió dicha destitución, alega que a
su mandante no se le garantizaron sus derechos puesto que no fue asistido por
un abogado desde el momento en que fue señalado como autor o partícipe
de una falta.
Por otra parte, indica que al no encontrarse de acuerdo con dicha decisión
su representado planteó un recurso de apelación ante el Tribunal Primero de
Apelaciones de la PNC, el cual mediante sentencia de fecha 23-VII-2015 confir-
mó la decisión emitida en primera instancia y en consecuencia quedó firme la
sanción de destitución del cargo.
Por lo antes expuesto, el peticionario cuestiona la constitucionalidad de
las siguientes actuaciones: a) la sentencia pronunciada el 1-X-2014 por el Tri-
bunal Disciplinario Metropolitano de la Policía Nacional Civil, mediante la cual
se le destituyó definitivamente del cargo de agente policial por la presunta
comisión de las faltas disciplinarias muy graves tipificadas en el artículo 9 nu-
merales 27, 29 y 32 de la Ley Disciplinaria Policial; y b) la sentencia emitida el
23-VII-2015 por el Tribunal Primero de Apelaciones de la PNC que confirmó la
decisión emitida en primera instancia.
Dicho actos –a su juicio– le infringieron los derechos de audiencia y defensa
–como manifestaciones del debido proceso–, y a la estabilidad laboral “relacio-
nado al derecho al trabajo”.
II. Determinados los argumentos expresados por el representante de la
parte peticionaria corresponde en este apartado exponer los fundamentos ju-
rídicos de la resolución que se proveerá.
1. Así, tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el
Amp. 795-2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la per-
sona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime
inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia inicial de la pretensión de amparo, es
necesario – entre otros requisitos– que el sujeto activo se autoatribuya alte-
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4. Notifíquese.
F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ.---PRONUN-
CIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO
C.---SRIA.---RUBRICADAS.
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dada informó sobre los criterios que se aplicarían para otorgar el incentivo de
escalafón durante el año 2017 y expuso cuál era la asignación presupuestaria
recibida por dicho Ministerio.
Por tanto, se colige que los argumentos expuestos por la interesada, más
que evidenciar una vulneración a derechos fundamentales, se reduce a su in-
conformidad con el monto específico que se le asignó de aumento y con la for-
ma en la que la autoridad demandada ha aplicado el porcentaje de escalafón,
por lo que su análisis no correspondería a este Tribunal.
3. En conclusión, del análisis de las circunstancias fácticas y jurídicas expues-
tas se deriva la imposibilidad de juzgar, desde una perspectiva constitucional,
el fondo del reclamo planteado por la parte actora, ya que este se fundamenta
en un asunto de estricta legalidad, por lo que es pertinente declarar la impro-
cedencia de la demanda de amparo.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por la señora Ana
Francisca Paz López contra la Ministra de Salud, por tratarse de un asunto
de mera legalidad, al pretender que este Tribunal realice en sede constitu-
cional una revisión a efecto de determinar si –de conformidad con la Ley de
Creación de Escalafón del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social– el
monto específico que se le asignó de aumento es el correcto.
2. Notifíquese.
F. MELENDEZ.---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ.---PRONUNCIADO POR
LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.---SRIA.---
RUBRICADAS.
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derarse los pasivos del contribuyente, por lo que, siendo dicha normativa de
carácter general en materia tributaria municipal, complementa las leyes espe-
ciales en esa materia. En tal sentido, si una norma tributaria especial no aclara
si en la cuantificación de la base imponible puede determinarse deduciendo
también el pasivo del contribuyente, no significa que esta se interprete como
regulación opuesta a lo previsto en el art. 127 LGTM, más bien se entienden
como complementarias.
C. En virtud de lo expuesto, los aplicadores de disposiciones que regulan
impuestos municipales a la actividad económica, tal como el art. 10 LIAEMSA,
deben de acatar la jurisprudencia pronunciada por esta Sala, en el sentido que
para calcular dicho impuesto deberán de restar al activo del contribuyente to-
dos sus pasivos y sobre el resultado obtenido –la riqueza imponible– calcular el
referido tributo utilizando las alícuotas establecidas en la ley.
Así, el mecanismo descrito anteriormente a grandes rasgos garantiza los
principios constitucionales del Derecho Tributario –entre estos la capacidad
económica– y por tanto, respeta los derechos de los contribuyentes ante la
Administración Tributaria Municipal. Y es que, es pertinente acotar que esta
Sala reviste el papel del máximo intérprete de la Constitución, por lo que sus
decisiones deben ser acatadas y su jurisprudencia debe servir como guía no
solo a las autoridades judiciales sino también a las administrativas.
3. Al respecto, esta Sala ha advertido que la jurisprudencia constitucional
consiste en una actividad racional y argumentativa creadora de reglas constitu-
cionales, las cuales han de convertirse en un canon de obligatoria observancia
para este Tribunal –autoprecedente– y para las otras entidades jurisdiccionales
–precedentes verticales–, así como para los particulares y los poderes públicos,
con el fin de poder dirimir los casos futuros, siempre y cuando estos guarden
una semejanza relevante con los ya decididos – sentencia del 29-IV-2011, Inc.
11-2005–.
En ese sentido, la jurisprudencia constitucional como fuente del Derecho en
nuestro sistema, es de obligatoria observancia para los intérpretes y aplicadores
del ordenamiento jurídico. De ahí que los criterios jurisprudenciales en materia
constitucional se erijan como una base normativa idónea y suficiente para funda-
mentar en ellos, jurídicamente, las resoluciones judiciales y administrativas.
4. En atención a lo expuesto, si la parte actora considera que la cuantifica-
ción del tributo en cuestión realizada por la Municipalidad es ilegal por no res-
petar los parámetros establecidos en la ley –bajo la interpretación conforme a
la Constitución–, esta se encuentra habilitada para hacer uso de los mecanis-
mos pertinentes e idóneos para solicitar la ilegalidad del acto emitido por las
autoridades edilicias puesto que la observancia de la jurisprudencia de esta Sala
es de obligatorio cumplimiento para las autoridades administrativas.
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Los apoderados del Banco sostienen que el citado artículo vulnera el dere-
cho de propiedad de su mandante por inobservancia del principio de capaci-
dad económica pues el hecho imponible consiste en el activo de los comercian-
tes que realizan alguna actividad comercial en el municipio de Soyapango. En
ese sentido, el cobro del impuesto que tiene como base imponible el activo del
contribuyente no refleja la capacidad económica de este, sino únicamente la
potencialidad de la capacidad productiva.
II. Determinados los argumentos expresados por los apoderados de la par-
te actora, corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de
la resolución que se emitirá.
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Finalmente, indicaba que los mismos argumentos que había expuesto ser-
vían para incoar el reclamo en contra de la resolución emitida por la Sala de lo
Civil de la Corte Suprema de Justicia, pues, a su juicio esta no fundamentó la
resolución que declaró inadmisible el recurso de casación.
Por lo antes apuntado, estimaba que con tales actuaciones se habían trans-
gredido sus derechos al debido proceso, seguridad jurídica, posesión y al ejer-
cicio sin intromisiones arbitrarias de la libertad económica.
II. Se previno al actor que aclarara o señalara con exactitud: (a) la fecha de
emisión de la resolución pronunciada por la Sala de lo Civil de la Corte Suprema
de Justicia y anexar –de ser ello posible– copia del citado pronunciamiento; (b)
el agravio de estricta trascendencia constitucional que, según su criterio, había
sido ocasionado en su esfera jurídica, debiendo manifestar las razones por las
cuales afirmaba que las resoluciones emitidas por las autoridades demandadas
carecían de motivación, así como las razones por las que consideraba que las
autoridades judiciales habían efectuado una errónea valoración de la prueba;
(c) los motivos por los cuales aseguraba que con la actuación que impugnara,
la autoridad demandada había conculcado el derecho constitucional a la segu-
ridad jurídica, o si lo que en definitiva pretendía alegar era la vulneración del
derecho a obtener una resolución motivada –como manifestación del derecho
a la protección jurisdiccional– en relación con el de propiedad, como derecho
material transgredido; (d) por qué consideraba que tanto el Juez de lo Civil de
Chalchuapa, la Cámara de lo Civil de la Primera Sección del Occidente y la Sala
de lo Civil de la Corte Suprema de Justicia habían transgredido los derechos
que en definitiva señalara como conculcados; y (e) a qué se refería en su de-
manda cuando manifestaba transgredido su derecho al ejercicio sin intromisio-
nes arbitrarias de la libertad económica.
II. Con el objeto de evacuar las prevenciones efectuadas por este Tribu-
nal, el demandante afirma que no le es posible señalar con precisión la hora y
fecha de la resolución pronunciada por la Sala de lo Civil que declaró inadmisi-
ble el recurso de casación planteado, puesto que solamente tuvo acceso a leer
la resolución, pero no pudo quedarse con copia de la misma.
Del mismo modo, sostiene que se ha afectado su esfera jurídica debido a
que las autoridades judiciales demandadas lo condenaron al pago de cierta
cantidad de dinero, a pesar de que alegó que el documento base de la preten-
sión “... contenía una ilicitud que no permitía su continuidad, la cual deriva[ba]
de tratarse de unos intereses prohibitivos a la luz de la Ley de Usura...”.
Además, estima vulnerado su derecho a obtener una resolución motivada,
pues –a su juicio– los jueces deben explicitar los elementos de convicción y
fundamentos jurídicos que los lleven a tomar determinada decisión judicial y,
según afirma, las autoridades demandadas omitieron tal obligación.
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pués de que aprob[ó] [su] ascenso, el cual solo (...) pueden degradar[lo] a
través de un Tribunal Disciplinario Policial...”.
Por lo antes expuesto, el señor J. A. T. M. cuestiona la constitucionalidad
de la decisión emitida el 8-XII-2016 por el TIA de la PNC mediante la cual fue
excluido del ascenso a la categoría de cabo por haber sido sancionado discipli-
nariamente dentro del proceso de ascenso. Dicho acto a su juicio le vulneró los
derechos a la estabilidad laboral, audiencia y defensa.
II. Determinados los argumentos esbozados por la parte demandante,
corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la resolu-
ción que se proveerá.
Tal como se ha sostenido en la resolución de 27-X-2010, pronunciada en el
Amp. 408-2010, en este tipo de procesos las afirmaciones de hecho de la parte
actora deben justificar que el reclamo formulado posee trascendencia cons-
titucional, esto es, deben poner de manifiesto la presunta vulneración a los
derechos fundamentales que se proponen como parámetro de confrontación.
Por el contrario, si tales alegaciones se reducen al planteamiento de asun-
tos puramente judiciales o administrativos consistentes en la simple inconfor-
midad con las actuaciones o el contenido de las decisiones emitidas por las
autoridades dentro de sus respectivas competencias, la cuestión sometida al
conocimiento de este Tribunal constituye un asunto de mera legalidad, lo que
se traduce en un vicio de la pretensión que imposibilita su juzgamiento.
III. Con el objeto de trasladar las nociones esbozadas al caso concreto, se
efectúan las consideraciones siguientes:
1. El demandante pretende atacar la decisión emitida el 8-XII-2016 por el TIA
de la PNC mediante la cual fue excluido del ascenso a la categoría de cabo por ha-
ber sido sancionado disciplinariamente dentro del proceso de ascenso. Dicho acto
a su juicio le vulneró los derechos a la estabilidad laboral, audiencia y defensa.
Asimismo, sostiene que la vulneración por parte de dicha autoridad radica
en que la sanción que le fue impuesta “... ocurrió el [27-VII-2016], es decir[,]
tres meses después de que aprob[ó] su ascenso, el cual solo (...) pueden de-
gradar[lo] a través de un Tribunal Disciplinario Policial, y en consecuencia de
tal acto reclamado, también se debe incluir el salario que como cabo debo
ganar...”.
2. A partir del análisis de los argumentos esbozados en la demanda, así
como de la documentación incorporada a este expediente, se advierte que
aun cuando la parte actora afirma que existe vulneración a sus derechos fun-
damentales, sus alegatos únicamente evidencian la inconformidad con el con-
tenido de la decisión adoptada por la referida autoridad demandada.
Y es que, sus argumentos están dirigidos, básicamente, a que este Tribunal
determine si fue correcto que el TIA de la PNC con fundamento en el art. 28
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una situación que escapa del catálogo de competencias conferido a esta Sala,
ya que se observa que lo que persigue con su queja el peticionario es que este
Tribunal verifique si el Juez Quinto de lo Laboral debió haber aplicado la LCAM
o la Ley Reguladora de Garantía de Audiencia de los Empleados Públicos no
Comprendidos en la Carrera Administrativa para determinar su competencia.
En ese orden de ideas, se colige que lo expuesto por el procurador del
demandante, más que evidenciar una supuesta transgresión a sus derechos
fundamentales, se reduce a plantear un asunto de mera legalidad y de simple
inconformidad.
3. Por otra parte, a efecto de cumplir con lo prescrito en el artículo 12
inciso 30 de la L.Pr.Cn., resulta necesario exigir a la parte actora que, previo a la
incoación del proceso de amparo, haya alegado los hechos en los que se susten-
ta la vulneración de derechos fundamentales que arguye en su demanda. Con
dicha exigencia se garantiza el carácter subsidiario y extraordinario del proceso
de amparo.
En definitiva, con ello, se otorga a las autoridades que conozcan de un
caso concreto y a aquellas ante quienes se interpongan los recursos que de-
ben agotarse previo a incoar la pretensión de amparo, una oportunidad real
de pronunciarse sobre la transgresión constitucional que se les atribuye y, en
su caso, de repararla de manera directa e inmediata. Además, se garantiza la
aplicación de los principios de veracidad, lealtad, buena fe y probidad procesal,
evitándose que las partes, a pesar de tener conocimiento de la infracción cons-
titucional y contar con la oportunidad procesal de hacerlo, omiten alegarla
en sede ordinaria, con el objetivo de conseguir, en el supuesto de que las de-
cisiones adoptadas en esa sede les sean desfavorables, la anulación de dichos
pronunciamientos por medio del amparo y, con ello, la dilación indebida del
proceso o procedimiento.
4. A. En ese sentido, previo a incoar una demanda de amparo, es necesario
que, cuando sea el caso, el demandante haya empleado todos los recursos que
le franquean los artículos 75, 78 y 79 de la LCA.M, los cuales les permiten cum-
plir –por lo menos de manera liminar–esta finalidad.
Según la LCAM, el trabajador que fuere despedido sin que se le siguiere el
procedimiento previo, interpondrá una demanda de nulidad de despido ante
el Juez de lo Laboral del municipio –artículo 75–. En caso de que la sentencia
resulte desfavorable, podrá plantear el recurso de revocatoria ante la misma
autoridad –artículo 78– y si esta también es adversa, podrá emplearse el re-
curso de revisión, “... dentro de los tres días hábiles siguientes a la fecha de la
notificación de la denegación del recurso de revocatoria...” –artículo 79–.
Ahora bien, del escrito de evacuación se colige que el interesado no pro-
movió el proceso de nulidad de despido que prevé la LCAM ni tampoco los
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República para que le concediera permiso con goce de sueldo por incapacidad
por enfermedad, el cual fue favorable.
Posteriormente, el 18-X-2016 fue operado y estuvo incapacitado hasta el
14-XI-2016 por lo que presentó varios escritos de fechas 25-X-2016, 8-XI-2016,
13-XII-2016 y 3-III-2017, dirigidos los primeros dos a la Comisión de Funciona-
rios de la Corte de Cuentas de la República, el tercero al Presidente de dicha
institución y el último al Director de Recursos Humanos, en los cuales solicitaba
permiso por incapacidad con goce de sueldo; sin embargo, afirma que no ob-
tuvo respuesta de ninguna autoridad.
En consecuencia, se le descontó una determinada cantidad de dinero de su
salario de diciembre de 2016, por lo que realizó todas las gestiones para que le
pagaran tales montos sin haber obtenido resultados.
Ahora bien, afirma que de conformidad con la opinión jurídica Ref. D.J.
23-C-2017 del 17-II-2017 se consideró procedente el pago de las incapacidades
por enfermedad de los empleados que laboran en la institución que estuvieran
pensionados y que cumplían con las condiciones que establece el art. 6 de la
Ley de Asuetos, Vacaciones y Licencias de los Empleados Públicos, por lo que
considera que no debió sufrir ningún descuento en su salario.
De lo antes expuesto, argumenta que la autoridad demandada no le rea-
lizó ningún proceso previo antes de descontarle su salario y, asimismo, que
por no darle a tiempo una respuesta, no pudo demandarla ante el Tribunal de
Servicio Civil.
En consecuencia, considera que se le han vulnerado sus derechos de au-
diencia, defensa –como manifestaciones del debido proceso– y al salario.
I. Expuestos los planteamientos esenciales de la parte actora, es necesa-
rio formular ciertas consideraciones de índole jurisprudencial que han de servir
como fundamento de la presente decisión.
Tal como se ha sostenido en la resolución de 27-X-2010, pronunciada en
el Amp. 408-2010, en este tipo de procesos las afirmaciones de hecho de la
parte actora deben justificar que el reclamo formulado posee trascendencia
constitucional, esto es, deben poner de manifiesto la presunta vulneración a
la dimensión subjetiva de los derechos fundamentales que se proponen como
parámetro de confrontación.
Por el contrario, si tales alegaciones se reducen al planteamiento de asun-
tos puramente judiciales o administrativos consistentes en la simple inconfor-
midad con las actuaciones o el contenido de las decisiones emitidas por las
autoridades dentro de sus respectivas competencias, la cuestión sometida al
conocimiento de este Tribunal constituye un asunto de mera legalidad, lo que
se traduce en un vicio de la pretensión que imposibilita su juzgamiento.
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Art. 10. Para efectos de esta Ley se entenderá como activo total, aquellos va-
lores que posee el sujeto pasivo para el desarrollo de su actividad económica.
El activo imponible se determinará deduciendo del activo total: aquellos acti-
vos gravados en otros municipios que sean debidamente comprobados; el dé-
ficit o pérdidas de operaciones acumuladas cuando esté reflejado en el activo,
esto se comprobará con la presentación del estado de resultado respectivo.
Las empresas financieras tendrán además, derecho a deducir las cantidades
contabilizadas para la formación de reservas para saneamiento de préstamos
de acuerdo con las disposiciones emanadas de la Superintendencia del Sistema
Financiero, el encaje legal correspondiente y el monto de los bienes que admi-
nistren en calidad de fideicomisos.
Las empresas que se dediquen a dos o más actividades determinadas en esta
Ley, pagarán por los activos imponibles el impuesto correspondiente por cada
una de dichas actividades.”
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hasta esa fecha. En tal sentido se expresó que debía entenderse que, inde-
pendientemente de que un cuerpo normativo establezca o no deducciones
específicas que los sujetos pasivos del tributo pueden realizar a su favor, la
base imponible del impuesto –cualquiera que sea su denominación– excluye el
pasivo de los contribuyentes reflejado en sus balances contables, conforme al
principio de capacidad económica contenido en el art. 131 ord. 6° de la Cn.
En ese orden, en la citada sentencia se expuso que tal interpretación es
más acorde con las disposiciones constitucionales que conforman el Derecho
Constitucional Tributario, pues permite que las personas contribuyan al gasto
público tomando en consideración las posibilidades económicas reales que tie-
nen para ello y, además, que los Municipios – sujetos activos de este tipo de
tributos– efectúen la recaudación necesaria para la realización de los planes de
desarrollo local que elaboren conforme al art. 206 de la Cn.
Aunado a lo anterior, en la sentencia del 26-V-2017 pronunciada en el proce-
so de Inc. 50-2015, se explicó que el art. 127 de la Ley General Tributaria Munici-
pal–LGTM– dispone que en la determinación de la base imponible de los tributos
municipales debe considerarse los pasivos del contribuyente, por lo que, siendo
dicha normativa de carácter general en materia tributaria municipal, comple-
menta las leyes especiales en esa materia. En tal sentido, si una norma tributaria
especial no aclara si en la cuantificación de la base imponible puede determinar-
se deduciendo también el pasivo del contribuyente, no debe interpretarse como
regulación opuesta o que se sustrae del art. 127 LGTM, más bien debe entender-
se que si las deducciones del pasivo para determinar la base imponible no fueron
previstas en las leyes tributarias especiales, es porque el legislador decidió dejarlo
a la regulación de la Ley General Tributaria Municipal.
3. En consideración a lo expuesto, a partir de la mencionada jurispruden-
cia es posible colegir que, si bien la ley permite restar a la base imponible del
impuesto cuestionado –activo imponible– las deducciones mencionadas en el
art. 10 LIAEMS, ello no debe interpretarse en el sentido que estas sean las úni-
cas que puedan excluirse para determinar el quantum del tributo, ya que las
autoridades administrativas correspondientes, en aplicación del art. 131 ord.
6° de la Cn., deberán excluir del cálculo del impuesto las obligaciones que el
contribuyente posee con acreedores (pasivo), con lo cual se tiene que el tributo
establecido en el art. 11 LIAEMS –tabla de aplicación de impuestos– únicamen-
te grava la riqueza neta de su destinatario, resultando acorde con el principio
de capacidad económica.
En consecuencia, en esta etapa del proceso, no se observa que la disposi-
ción legal impugnada genere una posible vulneración al derecho a la propie-
dad de la parte demandante, pues el contenido de aquella no inobserva el
principio de capacidad económica derivado del art. 131 ord. 6° de la Cn., por
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midad con las actuaciones o el contenido de las decisiones emitidas por las
autoridades dentro de sus respectivas competencias, la cuestión sometida al
conocimiento de este Tribunal constituye un asunto de mera legalidad, lo que
se traduce en un vicio de la pretensión que imposibilita su juzgamiento.
III. Corresponde ahora evaluar la posibilidad de conocer de la situación
alegada por los peticionarios en el presente caso, para lo que se efectúan las
consideraciones siguientes:
1. A partir del análisis de lo expuesto en la demanda, se advierte que la
actuación que la parte interesada pretende someter a control de constitucio-
nalidad a través del presente amparo es el desalojo de su vivienda ordenado
por el Juez Segundo de lo Civil de Santa Ana.
2. En un primer momento, cabe destacar que este Tribunal, en princi-
pio, únicamente es competente para controlar la constitucionalidad de actos
concretos y de carácter definitivo emitidos por las autoridades demandadas,
encontrándose por lo general impedido de analizar aquellos que carecen de
dicha definitividad y que no sean capaces de generar, en la esfera jurídica del
demandante, un agravio de igual naturaleza con trascendencia constitucional.
Es así, que el acto que los interesados pretenden someter a control de cons-
titucionalidad a través del presente amparo no es de aquellos –que dentro del
juicio ejecutivo en comento– pueda constituir una actuación que por sí sola
limite de manera incontrovertible y definitiva sus derechos constitucionales,
pues, ésta es una mera consecuencia del fallo condenatorio pronunciado apa-
rentemente en su contra.
En ese sentido, en atención a los propios efectos que produce al interior
del proceso, el desalojo antes apuntado, no revela –en el presente caso– la
posibilidad de generar una afectación de orden definitivo en la esfera jurídica
de los peticionarios, sobre todo, si se toma en consideración que la misma es
una natural consecuencia del pronunciamiento definitivo que se dictó en el
juicio en comento.
2. A. Por otro lado, de lo establecido en la demanda, este Tribunal tam-
poco logra apreciar el presunto agravio de trascendencia constitucional ocasio-
nado en la esfera jurídica de los actores pues estos se han limitado a solicitar
que esta Sala amplíe el plazo establecido por la autoridad judicial ordinaria
para llevar a cabo la diligencia de desalojo respectiva.
Sin embargo, de la lectura de la demanda y tomando en cuenta el antece-
dente jurisprudencia’ antes esbozado, puede concluirse que el requerimiento
planteado, lejos de poner en evidencia la relevancia constitucional del presen-
te reclamo, tiende a revelar la simple inconformidad de la parte actora con el
plazo fijado por el Juez Segundo de lo Civil de Santa Ana para la realización del
desalojo. Y es que este Tribunal no es material ni funcionalmente competente
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do, las razones objetivas que les impidieron hacerlo; (v) si sus poderdantes se
dirigieron o presentaron algún escrito ante el Juez de lo Civil de San Vicente a
efectos de solicitar su intervención en calidad de terceros en el proceso reivin-
dicatorio de dominio, a fin de defender sus intereses en dicho juicio. En caso
de negativa, debían expresar los motivos que les impidieron hacerlo; (vi) si
previo a la tramitación del amparo alegaron –en el proceso civil– los hechos
en los que sustentaban las vulneraciones de los derechos fundamentales de los
demandantes; y (vii) a qué tipo de procesos se referían con los relacionados en
el considerando V de su demanda, qué autoridad conoció de estos, cuáles eran
las partes procesales en los mismos, el estado en que aquellos se encontraban,
así como las razones por las cuales apuntaron que estos existían y cuál era la
relevancia directa que estos poseían con el presente amparo.
II. En ese orden de ideas, a efectos de evacuar las prevenciones formu-
ladas, el licenciado antes indicado reiteró que el acto concreto contra el cual
reclama es “... que cese la ejecución de la referida sentencia definitiva conde-
natoria [en contra del señor Fidel Antonio Ávalos Cruz] [...] pues no han sido
sus representados los condenados en la misma”. En relación a esto, manifestó
que el agravio generado es que a sus mandantes no se les ha dado la posibili-
dad de defenderse, sino que “... de una sola vez [se] les está notificando que
presenten [el] título o escritura pública” que no poseen, por lo que se les está
“... sacando de la propiedad donde han vivido durante mucho tiempo”.
Por otro lado, señala que estos nunca siguieron algún tipo de diligencias
tendientes a reconocer su posesión respecto del inmueble del que se les pre-
tende desalojar, pues este lo adquirieron de una compraventa que pactaron de
palabra con la señora Catarina Á., la cual nunca tituló ni escrituró el inmueble.
Adicionalmente, agregó que sus poderdantes presentaron un escrito “...
en virtud de la notificación que se les hiciera por parte del Tribunal [...] ya que
si bien es cierto en dicha notificación [se] les dice que presenten [el] título, pero
como carecen de [este], el trámite del lanzamiento seguirá su curso, sin hacer
valer [sus] derechos”. Respecto de tal escrito –agregó– que en él alegaron los
derechos fundamentales que arguyen en la demanda del presente amparo,
pero que no han tenido respuesta sobre este. Finalmente aclaró que los pro-
cesos de amparo que citó en su demanda no guardan relación con el presente
proceso, pues solo los apuntó como antecedentes.
III. Expuesto lo anterior, resulta pertinente reseñar los hechos que motivan
la presentación de la demanda de amparo.
En síntesis, los abogados de la parte actora manifestaron que demandan
al Juez de lo Civil de San Vicente, en virtud de la sentencia que emitió en el
proceso declarativo común reivindicatorio de dominio con referencia C-37-5-
2011 el día 17-VII-2012, donde se condenó al señor Fidel Antonio Avalos Cruz a
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los actos concretos y de carácter definitivo emitidos por las autoridades de-
mandadas, encontrándose impedido de analizar aquellos actos que carecen
de dicha definitividad.
Por ello, para sustanciar un proceso de amparo constitucional, es impres-
cindible que el acto u omisión impugnado sea de carácter definitivo, capaz de
generar en la esfera jurídica del demandante un agravio de igual naturaleza
con trascendencia constitucional; caso contrario, resultaría contraproducente,
desde el punto de vista de la actividad jurisdiccional, la gestión de un proceso
cuya pretensión carezca de uno de los elementos esenciales para su adecuada
configuración, pues ello volvería improductiva su tramitación.
2. Asimismo, tal como se ha sostenido en la resolución de 27-X-2010,
pronunciada en el Amp. 408-2010, en este tipo de procesos las afirmaciones
de hecho de la parte actora deben justificar que el reclamo formulado posee
trascendencia constitucional, esto es, deben poner de manifiesto la presunta
vulneración a los derechos fundamentales que se proponen como parámetro
de confrontación.
Por el contrario, si tales alegaciones se reducen al planteamiento de asun-
tos puramente judiciales o administrativos consistentes en la simple inconfor-
midad con las actuaciones o el contenido de las decisiones emitidas por las
autoridades dentro de sus respectivas competencias, la cuestión sometida al
conocimiento de este Tribunal constituye un asunto de mera legalidad, lo que
se traduce en un vicio de la pretensión que imposibilita su juzgamiento.
V. Con el objeto de trasladar las nociones esbozadas al caso concreto, se
efectúan las siguientes observaciones:
1. A partir del análisis de lo expuesto en la demanda se advierte que la
actuación que la parte interesada pretende someter a control de constitucio-
nalidad es la ejecución forzosa de la sentencia emitida el 17-VII-2012 por el
Juez de lo Civil de San Vicente, en la que se condenó al señor Fidel Antonio
Ávalos Cruz a restituir a la señora Nicolasa Ávalos de Iraheta –ya fallecida, pero
representada por sus herederos– una porción de un inmueble donde habitan
los ahora pretensores.
Sin embargo, este Tribunal aprecia que la referida actuación, dentro del
proceso declarativo común reivindicatorio de dominio, no constituye una ac-
tuación que por sí sola limite de manera incontrovertible derechos constitu-
cionales, pues se trata de una mera consecuencia del fallo condenatorio pro-
nunciado en contra de señor Ávalos Cruz, respecto del cual la autoridad que
demandan les proporcionó un determinado plazo para que se opusieran a la
misma, oportunidad que –según logra dilucidarse– no fue atendida.
En ese sentido, por los propios efectos que produce al interior del proce-
so el lanzamiento antes apuntado, se colige que no revela –en el presente
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atribuyera, así como las causas que fundamentaban su presunta lesión; (ii) el
agravio de estricta trascendencia constitucional que fue ocasionado en la esfera
jurídica de sus mandantes a raíz de los actos que finalmente impugnara, toman-
do en cuenta que este Tribunal es incompetente para conocer de asuntos de
mera legalidad que reflejen una simple inconformidad con el contenido de las
actuaciones reclamadas, con la aplicación que las autoridades competentes reali-
cen de normas infraconstitucionales y con la valoración que estas efectúen de las
circunstancias particulares de los casos sometidos a su conocimiento; (iii) quién
era la parte actora –o demandante– en los juicios en los que sus representados
habían procurado intervenir en calidad de terceros; (iv) si previo a la presenta-
ción del amparo –es decir, en el recurso de casación interpuesto– sus mandantes
alegaron los hechos en los que sustentaban las vulneraciones a los derechos fun-
damentales que argüía en su demanda; (v) anexara –en lo posible– copia de las
respectivas sentencias emitidas por el Juez de Primera Instancia de Armenia y por
la Cámara de la Segunda Sección de Occidente con sede en Sonsonate; y (vi) si lo
que se pretendía era establecer un correo electrónico para recibir diligencias de
notificación, debía registrar su dirección electrónica en el Sistema de Notificación
Electrónica Judicial en la Secretaría de este Tribunal.
II. En ese orden de ideas, a efectos de evacuar las prevenciones formuladas,
el licenciado Henríquez Rosales apunta que desea agregar al extremo pasivo
de su demanda al Juez de Primera Instancia de Armenia y a los magistrados de
la Cámara de la Segunda Sección de Occidente de Sonsonate. Al referido Juez,
por estimar que ha vulnerado los derechos de propiedad, posesión, defensa,
acceso a la justicia, seguridad jurídica, petición y respuesta y los principios de
legalidad, congruencia y “protección jurisdiccional” de sus representados, toda
vez que dicho juez declaró improponible la demanda de tercería de dominio
excluyente interpuesta por estos, sin considerar que estos son dueños y posee-
dores, desde hace más de cuarenta años, de un edificio construido en el inmue-
ble que fue objeto del proceso reivindicatorio de dominio iniciado en esa sede,
en contra del señor Oseas Molina Ascencio. En cuanto a la segunda autoridad
mencionada, indica que al confirmar la sentencia apelada vulneró también los
derechos transgredidos en primera instancia.
Asimismo, recalcó que impugna la resolución emitida por los magistrados
de la Sala de lo Civil por haber reiterado las transgresiones presuntamente
efectuadas por las autoridades judiciales antes mencionadas, al declarar inad-
misible la casación presentada por sus mandantes.
Por otro lado, afirmó que el juicio en el que sus poderdantes procuraron
intervenir fue uno iniciado por la Iglesia de Dios en la República de El Salvador
en contra del señor Molina Ascencio, quien no pudo dar cumplimiento a la
sentencia pronunciada en ese proceso por causa de su muerte y por no ser el
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poseedor del solar a reivindicar, tal como expresa que ha quedado establecido
en el acta de audiencia preparatoria celebrada en ese juicio, misma que anexó
a su escrito de evacuación.
De todo lo anterior, concluyó que la ejecución forzosa con referencia EF
6-1/16, derivada del mencionado juicio, únicamente posee efectos contra el
señor Molina Ascencio y no contra sus representados. Finalmente, explicó que
las vulneraciones constitucionales invocadas en su demanda ya habían sido
alegadas en el recurso de casación declarado inadmisible, decisión que busca
controvertir mediante el presente amparo.
III. En virtud de lo expuesto, resulta pertinente reseñar los hechos que mo-
tivan la presentación de la demanda de amparo.
En síntesis, el abogado de la parte actora explica que demanda a las siguien-
tes autoridades: a) el Juez de Primera Instancia de Armenia, por haber decla-
rado improponible la demanda de tercería de dominio excluyente presentada
por los peticionarios; b) los magistrados de la Cámara de la Segunda Sección de
Occidente con sede en Sonsonate, por confirmar la resolución apelada; y c) los
magistrados de la Sala de lo Civil por la resolución emitida el 28-VIII-2017 en la
que inadmitieron el recurso de casación con referencia 266- CAC-2017.
El mencionado profesional manifiesta que presentó dicho medio impug-
nativo por estimar que tanto el Juez de Primera Instancia de Armenia, como
la Cámara de la Segunda Sección de Occidente con sede en Sonsonate, habían
infringido la ley al haber declarado y confirmado la improponibilidad de las
demandas intentadas por sus poderdantes en contra de la Iglesia de Dios en la
República de El Salvador.
Al respecto, apunta que esta última autoridad a la que responsabiliza, es-
tableció en su resolución que la casación había sido interpuesta por la parte
demandada, “... aseveración que no es ciert[a], porque [sus] representados
han actuado [...] como tercero,[s] opositor[es] excluyente[s]” y en esa misma
calidad es que han procurado intervenir en primera y segunda instancia.
En consecuencia, expresa que la Sala de lo Civil hizo una errónea interpre-
tación al rechazar su pretensión, tal como lo hicieron las autoridades judiciales
de las otras dos instancias mencionadas, por considerar que el Código Procesal
Civil y Mercantil (CPCM) únicamente prevé las tercerías para los procesos eje-
cutivos, más no así para los procesos de ejecución forzosa. En razón de ello,
agrega que a sus poderdantes se les ha negado una verdadera oportunidad de
hacer valer sus derechos respecto del edificio del cual son propietarios, mismo
que se encuentra ubicado en el inmueble objeto de litigio en el juicio reivindi-
catorio de dominio tramitado en contra del señor Molina Ascencio.
Por todo lo expuesto, arguye que se han transgredido los derechos de pro-
piedad, posesión, acceso a la justicia, seguridad jurídica, petición y respuesta,
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audiencia y defensa –estos últimos dos como manifestaciones del debido pro-
ceso–, así como los principios de legalidad, congruencia y “protección jurisdic-
cional” de sus mandantes.
IV. Determinados los argumentos esbozados por el abogado de los ac-
tores, corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la
resolución que se proveerá.
Tal como se ha sostenido en la resolución de 27-X-2010, pronunciada en el
Amp. 408-2010, en este tipo de procesos las afirmaciones de hecho de la parte
actora deben justificar que el reclamo formulado posee trascendencia cons-
titucional, esto es, deben poner de manifiesto la presunta vulneración a los
derechos fundamentales que se proponen como parámetro de confrontación.
Por el contrario, si tales alegaciones se reducen al planteamiento de asun-
tos puramente judiciales o administrativos consistentes en la simple inconfor-
midad con las actuaciones o el contenido de las decisiones emitidas por las
autoridades dentro de sus respectivas competencias, la cuestión sometida al
conocimiento de este Tribunal constituye un asunto de mera legalidad, lo que
se traduce en un vicio de la pretensión que imposibilita su juzgamiento.
IV. Con el objeto de trasladar las nociones esbozadas al caso concreto, se
efectúan las siguientes observaciones:
1. A partir del análisis de lo expuesto en la demanda se advierte que las
actuaciones que la parte interesada pretende someter a control de constitu-
cionalidad son, entre otros, las decisiones adoptadas por el Juez de Primera
Instancia de Armenia y los Magistrados de la Cámara de la Segunda Sección de
Occidente, con sede en Sonsonate, en los procesos ventilados en sus sedes, me-
diante las cuales declararon improponible la demanda de tercería de dominio
excluyente interpuesta por sus representados y confirmaron dicho pronuncia-
miento, respectivamente.
En ese sentido, se colige que lo que se pretende es que este Tribunal arribe
a una conclusión diferente de la obtenida por las autoridades demandadas,
específicamente respecto de la decisión de admitir la demanda interpuesta por
los interesados, tomando como parámetro para ello las circunstancias parti-
culares del caso concreto y las disposiciones infraconstitucionales aplicables,
situaciones que escapan del catálogo de competencias conferido a esta Sala
por estar circunscrita su función exclusivamente a examinar si ha existido vulne-
ración a derechos constitucionales y no al estudio de cuestiones fácticas cuyo
análisis y determinación han sido atribuidos a otras autoridades.
Por otro lado, también se reclama contra la resolución pronunciada por los
magistrados de la Sala de lo Civil en la que declararon inadmisible el recurso de
casación interpuesto por los demandantes; al respecto, el referido profesional
señaló que tal decisión fue consecuencia de un “... errado análisis” –mismo que
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peticionario, este debe ser actual. Así, debe indicarse cuál es el perjuicio ac-
tual que sufre la parte actora en sus derechos fundamentales y no limitarse a
manifestar –de manera general– acotaciones relacionadas a afectaciones a su
esfera jurídico-patrimonial.
2. En ese mismo sentido, atendiendo a la naturaleza del caso planteado, se
observa que el lapso del tiempo trascurrido entre la supuesta conculcación de
los derechos fundamentales alegados como vulnerados y la fecha de interpo-
sición de la presente demanda de amparo ha sido consecuencia de la propia
inactividad de la interesada y no de factores externos que hayan sido ajenos a
su voluntad o de la complejidad del caso concreto, es decir que, sin causa de
justificación alguna, dejó transcurrir el tiempo sin requerir adecuadamente la
protección jurisdiccional respectiva.
En ese sentido, se observa que la señora Lobos Chévez no promovió el am-
paro durante un lapso prolongado, aspecto que desvirtuaría la actualidad de
la afectación padecida- como consecuencia del acto ahora impugnado.
Por lo que, de los términos expuestos en la demanda, se colige que no se
está en presencia de un agravio actual en la esfera jurídica de la mencionada
señora, dado que lo que reclama su apoderado sucedió hace aproximadamen-
te más de cinco años, por lo que no logra inferirse la existencia de un perjuicio
actual respecto de los efectos negativos de la actuación impugnada y, conse-
cuentemente, el elemento material del agravio que aparentemente se le ha
ocasionado ha perdido vigencia.
En consecuencia, se debe afirmar que en casos como el presente, en los
que la actora no se encontraba objetivamente imposibilitada para requerir la
tutela de sus derechos fundamentales y, pese a ello, dejó transcurrir un plazo
razonable sin solicitar la protección jurisdiccional de dichos derechos, el agra-
vio –específicamente su elemento material– que alega le ha sido ocasionado
ha perdido vigencia, pues aquella ya no sufriría en su esfera jurídica, al menos
de manera directa e inmediata, los efectos que la actuación impugnada le ha
causado, es decir la imposibilidad de continuar ejerciendo materialmente las
facultades subjetivas derivadas de los derechos que alega conculcados.
3. Establecido todo lo anterior, corresponde precisar que la existencia de
vicios o defectos esenciales en la pretensión genera la imposibilidad por parte
de este Tribunal de juzgar el caso concreto o, en todo caso, torna inviable la
tramitación completa de todo el proceso, por lo cual la demanda de amparo
debe ser rechazada.
En consecuencia, del análisis de las circunstancias fácticas y jurídicas esbo-
zadas en el presente caso, así como de la documentación anexa a la demanda,
se colige la falta de actualidad del agravio presuntamente ocasionado en la
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del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social. Sin embargo, debe tenerse
en cuenta que la jurisdicción constitucional carece de competencia material
para verificar dichas situaciones, ya que ello escapa del catálogo de atribucio-
nes conferidas a este Tribunal.
Al respecto, esta Sala ha establecido –v.gr. el auto pronunciado en el citado
Amp. 408- 2010– que, en principio, la jurisdicción constitucional carece de com-
petencia material para efectuar el análisis relativo a la interpretación y aplica-
ción que las autoridades judiciales o administrativas desarrollen con relación a
los enunciados legales que rigen los trámites cuyo conocimiento les corresponde.
Aunado a lo anterior, se advierte que la referida decisión se adoptó como
una medida administrativa financiera, teniendo en cuenta la disponibilidad de
la asignación presupuestaria correspondiente. En ese orden, este Tribunal sos-
tuvo en la sentencia de fecha 26-VII-2017, pronunciada en la Inc. 1-2017/ 25-
2017, que a fin de garantizar un presupuesto equilibrado, tal como lo ordena
la Constitución, los Órganos del Estado y demás instituciones públicas deben
tomar las medidas necesarias para evitar la aprobación de gastos no priori-
tarios, excesivos o injustificados, que no guardan coherencia con la situación
fiscal y financiera del Estado, y que impactan negativamente en el equilibrio
presupuestario que debe observarse, según el art. 226 Cn. Asimismo, se deter-
minó que desde la perspectiva del principio de igualdad, todos los servidores
públicos beneficiados con escalafón deben mantenerlo en una proporción re-
lativamente constante, que no genere distorsiones entre un sector laboral y
otro, ni presiones fiscales desproporcionadas. Esa relación constante e igualita-
ria entre los servidores públicos de las distintas instituciones, también debe ser
verificada por los diferentes órganos del Estado, de manera que, sin violentar
el contenido esencial de los derechos laborales, se mantenga la racionalidad,
austeridad y equilibrio presupuestario exigidos por la Ley Suprema.
Finalmente, pese a que el actor manifiesta que no se dio respuesta a la
petición efectuada por el sindicato antes mencionado el 3-XI-2016, se observa
que precisamente mediante el oficio de fecha 25-I-2017 la autoridad deman-
dada informó sobre los criterios que se aplicarían para otorgar el incentivo de
escalafón durante el año 2017 y expuso cuál era la asignación presupuestaria
recibida por dicho Ministerio.
Por tanto, se colige que los argumentos expuestos por el actor, más que
evidenciar una vulneración a derechos fundamentales, se reduce a su inconfor-
midad con el monto específico que s le asignó de aumento y con la forma en
la que la autoridad demandada ha aplicado el porce taje de escalafón, por lo
que su análisis no correspondería a este Tribunal.
3. En conclusión, del análisis de las circunstancias fácticas y jurídicas expues-
tas se deriva la imposibilidad de juzgar, desde una perspectiva constitucional,
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el fondo del reclamo planteado por la parte actora, ya que este se fundamenta
en un asunto de estricta legalidad, por lo que es pertinente declarar la impro-
cedencia de la demanda de amparo.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por el señor José
Mauricio campos Navarro contra la Ministra de Salud, por tratarse de un
asunto de mera legalidad, al pretender que este Tribunal realice en sede
constitucional una revisión a efecto de determinar si –de conformidad con
la Ley de Creación de Escalafón del Ministerio de Salud Pública y Asistdncia
Social– el monto específico que se le asignó de aumento es el correcto.
2. Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.
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cia de una presunta acción u omisión –lo que en términos generales de la juris-
prudencia constitucional se ha denominado simplemente como agravio–. Dicho
agravio tiene como requisitos que se produzca con relación a normas o preceptos
de rango constitucional –elemento jurídico–y que genere una afectación difusa
o concreta en la esfera jurídica de la persona justiciable –elemento material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-
titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
1. A. Por otro lado, en la sentencia pronunciada en el Amp. 24-2009 el día
16-XI-2012, este Tribunal sostuvo que el agravio es de tipo actual cuando, no
obstante el tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulnera-
ción de derechos fundamentales que se alega y el dé la presentación de la de-
manda de amparo, no hayan desaparecido –es decir, permanezcan en el tiem-
po–los efectos jurídicos directos de dicha transgresión en la esfera particular de
la persona que solicita el amparo, entendidos tales efectos como la dificultad o
imposibilidad para continuar ejerciendo materialmente las facultades subjetivas
derivadas de un derecho del cual se tiene o se ha tenido su titularidad.
Entonces, para determinar si un agravio posee actualidad se deberá ana-
lizar atendiendo a las circunstancias fácticas de cada caso concreto y, en es-
pecial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega–si el lapso
transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos
fundamentales y el de la presentación de la demanda no ha sido consecuen-
cia de la mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover
el respectivo proceso de amparo. Así, en el caso de no encontrarse objetiva-
mente imposibilitado el interesado para requerir la tutela de sus derechos y
haber dejado transcurrir un plazo razonable sin solicitar su protección jurisdic-
cional –volviendo con ello improbable el restablecimiento material de dichos
derechos–se entendería que ya no soporta en su esfera jurídica, al menos de
manera directa e inmediata, los efectos negativos que la actuación impugnada
le ha causado y, consecuentemente, que el elemento material del agravio que
aparentemente se le ha ocasionado ha perdido vigencia.
B. En tal sentido, a efecto de determinar la irrazonabilidad o no de la du-
ración del plazo para promover un proceso de amparo luego de acontecida
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señor Omar Antonio Vásquez Umaña, por medio del cual pretende subsanar
las prevenciones realizadas por este Tribunal.
Al efecto, se hacen las siguientes consideraciones:
I. Mediante la resolución del 9-X-2017 se previno al precitado abogado
que, dentro del plazo de tres días contados a partir del siguiente al de la no-
tificación respectiva, aclarara con exactitud: i) si también deseaba colocar en
el extremo pasivo de la pretensión a las autoridades judiciales que conocie-
ron del caso en primera y segunda instancia, debiendo señalar para cada una
de ellas cuál era el acto concreto y de carácter definitivo que impugnaba, así
como los derechos constitucionales que habrían resultado conculcados como
consecuencia de estos, los motivos en los que fundamentaba su transgresión
y, finalmente –tomando en consideración que el pretensor, como parte proce-
sal, le asiste el derecho a consultar los expedientes judiciales de instancia– de
ser posible, anexara las resoluciones correspondientes; ii) cuál era el agravio
de estricta trascendencia constitucional que la declaratoria de inadmisibilidad
de la casación emitida por los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia en
Pleno había generado en la esfera jurídica del peticionario, considerando que
no corresponde a esta Sala el análisis del cumplimiento de requisitos de proce-
sabilidad y procedencia de los recursos cuyo conocimiento ha sido atribuido a
autoridades ordinarias; iii) si lo afirmado en el romano V del Acuerdo Ministe-
rial No. 106 de fecha 20-IX-2012 era cierto y, de ser así, que apuntara ante qué
autoridad se le otorgó a su representado la posibilidad de ejercer su derecho
de audiencia y defensa, detallando cómo se hicieron efectivas estas garantías
y por qué infería que el Ministro de Trabajo y Previsión Social se los había res-
tringido; iv) los motivos por los que estimaba que se había lesionado el dere-
cho a la estabilidad laboral del actor, tomando en cuenta que aparentemente
concurrieron motivos que habilitaban su separación del cargo; v) las razones
por las cuales aducía que el derecho a la seguridad jurídica del señor Vásquez
Umaña había resultado vulnerado en virtud de los actos impugnados, debien-
do valorar lo establecido por la jurisprudencia de esta Sala, o si en realidad
intentaba argüir el quebrantamiento de derechos constitucionales más especí-
ficos, indicando, además, las causas concretas por las que invocaba la supuesta
infracción de estos; vi) los fundamentos por los que consideraba que el cargo
que el demandante desempeñaba no es de aquellos de confianza y que, por lo
tanto, debía tramitarse un procedimiento previo a su separación del cargo que
desempeñaba; vii) si el pretensor había recibido alguna cantidad de dinero en
concepto de indemnización por el despido del que aducía haber sido objeto o
si había emitido una declaración de voluntad en la cual expresamente liberara,
exonerara o eximiera al Ministerio de Trabajo y Previsión Social –MTPS– de la
responsabilidad de tal actuación.
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Si el activo es
¢10.000.00 ¢5.00
hasta
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03. Financiero
03.1 Empresas Financieras
Considéranse empresas financieras, las instituciones de crédito, los bancos pri-
vados, sucursales de bancos extranjeros, asociaciones de ahorro y préstamo,
empresas que se dediquen a la compra y venta de seguros y cualquier otra, que
se dedique a operaciones de crédito, financiamiento, afianzadoras, montepíos
o casas de empeño y otras similares. Pagarán conforme la siguiente tabla:
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capacidad económica derivado del art. 131 ord. 6° de la Cn., por lo que en el pre-
sente caso no se evidencia la existencia de un agravio constitucional, debiendo
descartarse la pretensión a través de la declaratoria de improcedencia.
IV. Por otra parte, se advierte que en la demanda, el abogado Gavidia
Paredes únicamente señala para recibir actos de notificación una dirección de
correo electrónico.
Al respecto, la Corte Suprema de Justicia cuenta con un sistema de notifi-
cación electrónica judicial que da soporte al envío de notificaciones vía web y,
además, lleva un registro de la información proporcionada por las partes que
han suministrado sus datos y medios informáticos, así como su dirección, con el
objeto de recibir notificaciones. Es decir, que la institución lleva un registro de
las personas que disponen de los medios antes indicados así como otros, datos
de identificación, que permite poder comunicar las resoluciones por esa vía a
los interesados que así lo hubieren solicitado.
Ahora bien, en el presente caso, se observa que el referido profesional no
ha ingresado sus datos a este registro, lo cual es necesario para que este Tribu-
nal pueda realizar los actos de notificación por dicho medio. En ese sentido, el
abogado Gavidia Paredes deberá realizar los trámites correspondientes en la
Secretaría de la Sala de lo Constitucional para registrar su dirección electrónica
en el Sistema de Notificación Electrónica Judicial.
Por tanto, de conformidad con lo expuesto en los acápites precedentes y
según lo regulado en el artículo 13 de la Ley de Procedimientos Constituciona-
les, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda suscrita por el abogado Gavidia Pa-
redes, contra actuaciones de la Asamblea Legislativa por la emisión del ar-
tículo 1 números 02.1 y 3 de la Tarifa de Arbitrios de la Municipalidad de
San Salvador creada mediante Decreto número 436 de fecha 22-X-1980,
publicado en el D.O. número 220, tomo 269 de fecha 21-XI-1980, en el cual
se regulan impuestos a las actividades económicas desarrolladas en dicho
municipio, por la supuesta vulneración al derecho de propiedad por infrac-
ción al principio de capacidad económica de la parte demandante, por no
evidenciarse un agravio de trascendencia constitucional.
2. Previénese al abogado Gavidia Paredes que deberá actualizar su persone-
ría; o en su caso, el representante del Cadejo Brewing Company, S.A. ten-
drá que comparecer de manera directa, si posteriormente dicha sociedad
pretende plantear recurso alguno. En ambos supuestos deberá presentar-
se la documentación necesaria para acreditar la calidad en la que se desee
actuar de conformidad a los arts. 61, 67 y siguientes del Código Procesal
Civil y Mercantil. Lo anterior, en virtud de que se advierte que la persona
que confirió el poder al citado abogado ya habría cesado en su cargo.
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por el Banco Procredit S.A. el 29-V-2007 y el auto que decretó el embargo fue
pronunciado el 12-VII-2007, lo cual implica que el “... el mandamiento de em-
bargo fue emitido aproximadamente un año antes de haberse presentado la
demanda y decretado el embargo, cuando ni tan siquiera se había iniciado el
juicio...”.
Por lo anterior, el apoderado del pretensor alega que la orden de embargo
que sirvió de base para despojar a su mandante de sus bienes era ilegal por
haberse. librado un año antes de haberse pronunciado la resolución que la
sustentaba o respaldaba. En vista de ello, asegura que dicho mandamiento era
absolutamente nulo.
Asimismo, narra que de “... las arbitrariedades cometidas por el Juez de lo
Civil de Usulután, se interpuso recurso de queja por atentado de despojo en
base al art. 1101 [del Código de Procedimientos Civiles] para ante la Cámara
de la Segunda Sección de Oriente (...) pero la Cámara al resolver el recurso in-
terpuesto, sin una resolución de fondo motivada y congruente, declaró no ha
lugar [dicho recurso] ...” [mayúsculas suprimidas].
Respecto de ello, señala que dicha Cámara en la decisión emitida el 11-I-
2008 razonó que “... aunque aparezca que el mandamiento de embargo fue
tramitado dentro del Juicio Mercantil incoado contra el ejecutado Oscar Fer-
nández Alfaro, y que en ese orden de ideas, la Cámara concluye que en el pre-
sente caso no ha podido cometerse el atentado denunciado, porque el mismo
fue ejecutado dentro del trámite del juicio...” [mayúsculas suprimidas].
Así, indica que al ser devuelto el caso al tribunal de origen, el Juez de lo Civil
de Usulután pronunció el 1-VIII-2008 una sentencia condenando a su represen-
tado a pagar al Banco Procredit S.A. una determinada cantidad de dinero por
distintas obligaciones adquiridas con dicha entidad financiera. De tal modo
que, al no estar de acuerdo con dicha decisión, planteó un recurso de apela-
ción ante la Cámara de la Segunda Sección de Oriente, la cual confirmó me-
diante decisión del 29-IX-2008 la sentencia pronunciada en primera instancia.
Finalmente, al encontrarse en desacuerdo con la anterior resolución pro-
movió ante la Sala de lo Civil un recurso de casación, el cual fue declarado
inadmisible mediante providencia emitida el 20-VIII-2009.
Por lo antes expuesto, el apoderado del peticionario cuestiona la consti-
tucionalidad de las siguientes actuaciones: a) el mandamiento de fecha 12-
VII-2006, mediante el cual se ordenó trabar embargo en bienes propios de
su mandante, sin que presuntamente existiese una demanda ejecutiva que lo
antecediera; b) la resolución pronunciada el 11-I-2008 mediante la cual la Cá-
mara de la Segunda Sección de Oriente declaró sin lugar el recurso de queja
por atentado promovido por su patrocinado contra la decisión que ordenó el
aludido embargo; c) la decisión emitida el 1-VIII-2008 por el Juez de lo Civil de
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3. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar señalado por la parte
actora para oír notificaciones.
4. Notifíquese.
F. MELENDEZ---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ.---PRONUN-
CIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO
C.---SRIA.---RUBRICADAS.
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ción era de diez años y desde luego el plazo transcurrido entre el nacimiento
de la acción y la notificación de la demanda no era de diez años...”.
Asimismo, en lo que respecta a la Sala de lo Civil arguye que dicho Tribunal
al momento de denegar el recurso de casación sostuvo que para plantearlo “...
debió argumentarse en todas las instancias el sub motivo de incompetencia de
jurisdicción por razón de la materia, cuando en primera instancia el Juez no
se pronunció sobre la naturaleza del juicio que se estaba ventilando y por tal
motivo la Honorable Cámara tuvo que decir[lo], asegurando que se trataba de
un juicio civil, de suerte que la primera instancia por una imposibilidad material
de determinar la naturaleza del juicio [se] asum[ió] que se consideraba de na-
turaleza mercantil (...)...”.
Finalmente, el representante del peticionario argumenta que los procedi-
mientos en las tres instancias fueron ilegítimos dado que quien inició el proce-
so no estaba habilitado para efectuarlo, además el proceso era de naturaleza
mercantil ya que se derivó de un acto mercantil y la excepción perentoria de
prescripción no fue resuelta en la sentencia de primera instancia contravinien-
do de esa manera el artículo 132 del aludido Código de Procedimientos Civiles.
Además que la Sala de lo Civil justificó “... para rechazar el recurso de casación
(...) que no se alegó en todas las instancias la incompetencia de jurisdicción,
pero como el Juez de lo Civil no la determinó expresamente[,] asumimos que
se trataba de un proceso mercantil y no fue hasta la segunda instancia que la
Cámara dijo que se trataba de un proceso civil en la sentencia, cuando ya no
había oportunidad de rebatir el punto, es decir estuvimos en presencia de una
fuerza mayor por un acto de autoridad que [l]os inhibió [a] presentar [sus]
argumentos sobre la naturaleza del juicio...”.
Por lo antes expuesto, el apoderado del peticionario cuestiona la constitu-
cionalidad de las siguientes actuaciones: a) la sentencia emitida por el Juez de
lo Civil de Usulután el 18-VII-2007 en la cual se condenó a su mandante al pago
de una determinada cantidad de dinero a favor de la Caja de Crédito de Con-
cepción Batres, Sociedad Cooperativa de Responsabilidad Limitada de Capital
Variable; b) la resolución pronunciada el 25-IX-2007 por la Cámara de la Segun-
da Sección de Oriente que confirmó la decisión proveída en primera instancia;
c) la decisión de inadmisibilidad emitida el 18-VIII-2010 por la Sala de lo Civil
de la Corte Suprema de Justicia en el recurso de casación planteado contra la
decisión de la referida Cámara de Segunda Instancia; y d) el auto del 9-VII-2017
pronunciado por el Juez de lo Civil de Usulután mediante el cual se adjudicó en
pago a la referida Caja de Crédito los inmuebles embargados a su patrocinado.
Dichos actos –a su juicio– le infringieron a su mandante el principio de
legalidad y los derechos a la seguridad jurídica, defensa, propiedad y debido
proceso.
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En estrecha relación con lo expuesto, debe acotarse que cuando una de-
manda de amparo es rechazada liminarmente mediante la figura de la im-
procedencia por existir un vicio de fondo en la pretensión, ese auto definitivo
adquiere firmeza una vez agotados los recursos pertinentes o transcurrido el
plazo para su interposición, de conformidad con lo establecido en el artículo
229 del Código Procesal Civil y Mercantil –de aplicación supletoria en los proce-
sos de amparo– y en consecuencia, genera efectos equivalentes a la cosa juz-
gada, por lo que dicha pretensión no puede ser propuesta nuevamente ante
este Tribunal en idénticos términos, puesto que sería objeto de un mismo pro-
nunciamiento de rechazo ya que subsistiría el vicio de fondo y principalmente,
debido a que ya existiría un auto definitivo firme que rechaza esa pretensión.
En consecuencia, si se advierte que en sede constitucional se ha emitido un
pronunciamiento de carácter definitivo y firme en relación con una determina-
da pretensión, y esta es planteada nuevamente en otro proceso, tal declara-
ción de voluntad no estará adecuadamente configurada y, por tanto, existirá
una evidente improcedencia de la demanda planteada, lo cual se traduce en la
imposibilidad jurídica de que el órgano encargado del control de constitucio-
nalidad conozca y decida sobre el fondo del caso alegado.
3. Tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el
Amp. 795-2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la per-
sona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime
inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia de la pretensión de amparo, es necesa-
rio –entre otros requisitos– que el sujeto activo se autoatribuya alteraciones di-
fusas o concretas en su esfera jurídica derivadas de los efectos de la existencia
de una presunta acción u omisión –lo que en términos generales de la jurispru-
dencia constitucional se ha denominado simplemente agravio–. Dicho agravio
tiene como requisitos que se produzca con relación a normas o preceptos de
rango constitucional –elemento jurídico– y que genere una afectación difusa
o concreta en la esfera jurídica de la persona justiciable –elemento material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-
titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama. Consecuen-
temente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los elementos antes
mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser rechazada por
existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito constitucional.
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Inc. 130-2007/22-2008– que cuando el artículo 639 inciso primero del aludido
Código de Procedimientos Civiles preveía la adjudicación en pago del bien al
acreedor ejecutante –ante la falta de postores a la venta en pública subasta–
podría hacerse no solo por las dos terceras partes del valúo, sino que también
por la totalidad del valúo del bien, si con este porcentaje se alcanzaba a cubrir
lo adeudado, intereses y costas –o una buena parte de ello–; con lo cual se
ajustaba su contenido a lo exigido constitucionalmente.
En ese sentido, de lo expuesto por el apoderado de la parte pretensora se
advierte que la actuación de la autoridad demandada se adecuó a los pará-
metros establecidos por la citada sentencia puesto que adjudicó en pago los
bienes a la demandante con un valor del cien por ciento del valúo establecido
pericialmente, en consecuencia, con base a los hechos mencionados por el mis-
mo representante del actor no se deduciría la existencia de un agravio consti-
tucional en el supuesto en estudio.
Así, con base en lo esbozado jurisprudencialmente y los alegatos de la par-
te actora se evidencia que no se han expuesto argumentos que reflejen un
agravio de trascendencia constitucional, toda vez que este Tribunal no se en-
cuentra facultado para revisar si se aplicó correctamente la ley en un caso con-
creto y debido a que –según su menciona– la autoridad demandada efectuó
la adjudicación en pago con base en el cien por ciento del valúo establecido
pericialmente respecto de los bienes.
En razón de lo expuesto, no se observa que en el sustrato fáctico expuesto
en la demanda exista una afectación en la esfera particular de la parte peticio-
naria, por lo que se configura un supuesto de ausencia de agravio de carácter
constitucional, lo cual provoca un vicio en el elemento material de la preten-
sión de amparo y vuelve pertinente su rechazo liminar mediante la figura de
la improcedencia.
4. En consecuencia, se advierte que, por un lado, la pretensión de amparo
planteada por el demandante respecto de tres de los actos reclamados ya fue
objeto de una decisión judicial –en otro proceso de amparo– razón por la cual, no
debe ser atacada ni contradicha en posteriores decisiones de órganos judiciales;
por otro lado, si bien impugna el auto del 9-VII-2017 mediante el cual se adjudicó
en pago los bienes embargados, no se advierte la existencia de un agravio de
trascendencia constitucional. Por consiguiente se observa la concurrencia de situa-
ciones que impiden el conocimiento del fondo de la petición así planteada y pro-
ducen el rechazo liminar de la demanda mediante la figura de la improcedencia.
Por tanto, con base en las consideraciones precedentes, esta Sala RESUELVE:
1. Tiénese al abogado Oscar Mauricio Carranza como apoderado del señor
VMRC, en virtud de haber acreditado en forma debida la personería con la
que interviene en el presente proceso.
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el cargo de Embajador; (c) los motivos por los cuales alegaba que a su man-
dante se le habían transgredido los derechos de audiencia y defensa –como
manifestaciones del debido proceso–, ya que en su relato omitía expresar las
razones por las cuales consideraba que, previo a la adopción del traslado orde-
nado por el Ministro de Relaciones Exteriores, debió seguirse un procedimien-
to en el que su patrocinada tuviera la oportunidad de participar y defenderse;
(d) las razones en las cuales sustentaba la supuesta desmejora laboral y salarial
que su mandante padecería como consecuencia de la citada decisión, toda vez
que el salario que se le asigna a los miembros del Cuerpo Diplomático de El Sal-
vador corresponde al costo o estándar de vida del lugar donde se desarrolla la
misión diplomática en la cual son designados, por lo cual –al menos preliminar-
mente– parecía que la aparente reducción salarial correspondía al cambio de
misión en la que se desempeñaría la interesada; (e) si efectuó alguna solicitud
por escrito y en debida forma ante el Ministro de Relaciones Exteriores con el
objeto de que dicho funcionario reconsiderara la decisión de su traslado; y (f)
si lo que pretendía era establecer un correo electrónico para recibir diligencias
de notificación, registrara su dirección electrónica en el Sistema de Notificación
Electrónica Judicial en la Secretaría de este Tribunal.
III. Mediante escrito presentado a la Secretaría de este Tribunal el día
17-X-2017, el abogado de la demandante manifiesta que por resolución N°
1288/2017, de fecha 5-X-2017, el Ministro de Relaciones Exteriores, amparado
en lo dispuesto en el art. 219 inc. 3° de la Constitución, decidió remover a su
representada del cargo de Ministra Consejera en la Representación Diplomáti-
ca y Consular de El Salvador en Brasil, con sede en Brasilia, por no concurrir en
su persona el parámetro de confianza requerida para desempeñar esa función
diplomática.
En ese sentido, el citado profesional afirma que, si bien planteó la demanda
con el objeto de controvertir el traslado de su representada de la Representa-
ción Diplomática y Consular de El Salvador en Suiza y Misión Permanente ante
la Oficina Europea de la Naciones Unidas y los Organismos Internacionales en
Suiza hacia la plaza de Ministra Consejera en la Representación Diplomática y
Consular de El Salvador en Brasil, a partir de los nuevos hechos acontecidos,
solicita la modificación de la demanda de amparo en el sentido que la actua-
ción que pretende someter a control de este Tribunal es la terminación de la
relación laboral de su mandante ordenada en fecha 5-X-2017 y no el traslado
presuntamente arbitrario que enunció en su escrito de demanda presentado
en fecha 21-IX-2017.
III. Por escrito presentado a la Secretaría de este Tribunal el día 27-X-2017
y con el objeto de evacuar las observaciones efectuadas por este Tribunal, el
abogado de la peticionaria afirma que el traslado ordenado por el Ministro
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ba perjuicio, indicando –en el supuesto que lo haya hecho– cuál fue el resulta-
do del mismo; y, en caso negativo, las razones por las que omitió plantearlo; y
(v) adjuntara –en lo posible y en caso que el acto que finalmente impugnara
sea uno distinto al ya anexado a su demanda– copia de la resolución o resolu-
ciones que en definitiva indicara como actos reclamados.
II. En el escrito presentado a efectos de evacuar las prevenciones formu-
ladas, el referido profesional aclaró que la autoridad judicial que pretendía
demandar es al Juez Primero de lo Civil de San Salvador, por haber vulnerado
los derechos de propiedad y audiencia –como manifestación del debido proce-
so– de su representado.
En cuanto al presunto agravio generado en la esfera jurídica del señor Barre-
ra expresó que este radica en que el valúo ordenado en el proceso ejecutivo civil
iniciado en contra de su poderdante, no fue realizado “conforme a lo establecido
en el art. 645 Pr.C”, debido a que los peritos valuadores lo presentaron con base
a una extensión superficial del inmueble distinta a la real, pues se remitieron
únicamente a lo establecido en el antecedente registral, por lo que aduce que la
diligencia está viciada y le resta valor al inmueble de su representado.
Finalmente explicó que no presentó ningún recurso debido a que el Juez
demandado declaró sin lugar la petición en donde se oponían al valúo realizado.
III. En virtud de lo expuesto, resulta pertinente reseñar los hechos que
motivan la presentación de la demanda de amparo.
En síntesis, referido profesional explica que su representado fue deman-
dado por la señora María del Rosario Borja de Calderón, en un juicio ejecutivo
civil con referencia 261-EC-07-3CV1, en el cual –en su fase de ejecución forzo-
sa– el Juez Primero de lo Civil de San Salvador ordenó el valúo de un inmueble
propiedad de su mandante.
Al respecto, señala que dicha práctica no se realizó apegada a derecho
debido a que los peritos no midieron el inmueble sino que lo valuaron con
base en la extensión registral que constaba en el antecedente respectivo y no
conforme a la extensión superficial actual del mismo.
En razón de ello, manifiesta que el 22-IX-2017 se presentó un escrito ante
el Juez Tercero de lo Civil –de quien expresa que fue el que conoció del caso
inicialmente– a fin de que dejara sin efecto el valúo y se nombraran nuevos
peritos para volver a realizar la diligencia.
Por lo anteriormente expuesto, cuestiona la constitucionalidad de dicha di-
ligencia por la presunta vulneración de los derechos de audiencia –como mani-
festación del debido proceso– y propiedad de su poderdante, pues aduce que
con base al mencionado cálculo se llevará a cabo la venta en pública subasta
del bien antes relacionado.
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car el art. 4 del Código Municipal que regula el ámbito de competencia de los
municipios en su número 12 expresa que les compete a estos “... [l]a regulación
de la actividad de los establecimientos comerciales, industriales, de servicio y
otros similares ...”.
En ese sentido, se advierte que la regulación de la actividad comercial que
realiza la sociedad demandante a través del hotel de su propiedad se encuentra
dentro de las competencias de la Municipalidad, por lo que está habilitada a emi-
tir tasas que coadyuven a tal regulación. Lo anterior no implica una intromisión
de la Municipalidad en las competencias de otras entidades públicas, pues las
autorizaciones que estas emiten están vinculadas a ciertos aspectos específicos
en la prestación del servicio hotelero, ya sea de ordenamiento o de salud.
3. A. En relación a la supuesta falta de consideración por parte del Con-
cejo Municipal de la capacidad económica al establecer el tributo en cuestión,
esta Sala ha manifestado en su jurisprudencia –sentencia de fecha 10-X-2012,
Inc. 15-2012–que en las tasas no se exige el principio de capacidad económica
para su configuración como tributo –como sí sucede con los impuestos–sino
que se rigen por el principio de beneficio, el cual establece que la estructura de
estas indefectiblemente incluye una actividad estatal que favorezca de manera
particular al sujeto pasivo de la tasa, es decir que le cause un provecho específi-
co al obligado; situación que se evidencia en el tributo cuestionado al emitirse
una licencia como contraprestación.
B. Por otra parte, respecto a la determinación del monto a pagar por las
tasas, esta Sala ha expresado –v.gr. sentencia de 20-II-2013, Amp. 617-2010–,
que necesariamente debe estar en proporción con: el costo del servicio brinda-
do, el beneficio o ventaja que el contribuyente recibe por la contraprestación
o la capacidad económica de los sujetos obligados a su pago, dependiendo de
la clase de tributo que se trate.
En ese sentido, no existe un criterio absoluto respecto del elemento selec-
cionado para fijar el quantum de las tasas, ya que en ocasiones la jurispruden-
cia ha establecido como criterio determinante el costo que para la Administra-
ción conlleva la prestación de un servicio y en otras el beneficio o ventaja que
los contribuyentes perciben por la contraprestación realizada a su favor.
En virtud de lo expuesto, se concluye que el ente con potestad normativa
no está constitucionalmente obligado a tomar en cuenta la capacidad econó-
mica para determinar el monto del tributo a exigir.
Tomando en consideración lo anterior, se tiene que la sola verificación de
la proporcionalidad en el sentido estrictamente tributario de correlación mate-
mática entre, por un lado, el quantum de una tasa, y por otro lado, el costo del
servicio, el beneficio para el contribuyente o la capacidad económica de este,
es una cuestión que carece de relevancia constitucional y, que por ello, no pue-
de ser sometida a conocimiento de este Tribunal en esos términos.
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no por personas distintas a ellas, ya que a estas les haría falta la legitimación
democrática derivada del nombramiento directo por el citado Órgano funda-
mental del Estado, es procedente determinar a quién corresponderá el conoci-
miento del fondo de la queja formulada.
En consecuencia, dado que, en defecto de los Magistrados Propietarios, úni-
camente los suplentes están legitimados democráticamente para integrar el Tri-
bunal Constitucional al haber sido electos por la Asamblea Legislativa y habiendo
sido debidamente convocados a conformar Sala, es procedente que seamos las
Magistradas Suplentes Celina Escolán Suay y Sonia Dinora Barillas de Segovia,
junto con los Magistrados Propietarios José Óscar Armando Pineda Navas, José
Belarmino Jaime y Edward Sidney Blanco Reyes, quienes conozcamos en adelante
el reclamo planteado por el abogado José Dimas Romano Cruz.
III. Una vez conformado el Tribunal, se procede a efectuar el análisis de la
demanda planteada y, sobre el particular, se efectúan las siguientes conside-
raciones:
1. En síntesis, el abogado José Dimas Romano Cruz, en carácter de apode-
rado del señor José Dimas Romano, ubica en el extremo pasivo de su preten-
sión a la Corte Suprema de Justicia en Pleno.
Al respecto, el abogado del actor expone que por resolución de la Corte
Suprema de Justicia de fecha 17-XII-2013, se ordenó la inhabilitación de su
mandante por 6 años en el ejercicio de la abogacía –para el que había sido au-
torizado mediante acuerdo número 93-D, el 27-VI-1979– y, además, se excluyó
al actor –y al señor Luis Sigifredo Nativí Fuentes– de la nómina permanente de
notarios. En razón de ello, la parte actora sostiene que la referida autoridad
habría vulnerado sus derechos a la seguridad jurídica y al honor; asimismo,
considera que se han lesionado los principios de legalidad, presunción de ino-
cencia y al juez natural.
En ese sentido, el referido profesional argumenta que su mandante fue
sancionado sin que la autoridad demandada tuviera la competencia para co-
nocer de una causa penal, por ser una autoridad eminentemente administrati-
va. Aunado a lo anterior, destaca que los hechos que se le atribuían a su man-
dante no fueron comprobados en el procedimiento administrativo seguido
en su contra, ya que supuestamente no existió “plena prueba” y, finalmente,
cuestiona que la autoridad demandada se extralimitó al haber sancionado al
peticionario por un plazo de seis años.
2. Determinados los argumentos expuestos por la parte actora, correspon-
de en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la resolución que
se emitirá.
Tal como se ha sostenido en la resolución de 27-X-2010, pronunciada en el
Amp. 408-2010, en este tipo de procesos las afirmaciones de hecho de la parte
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cional, esto es, deben poner de manifiesto la presunta vulneración a los derechos
fundamentales que se proponen como parámetro de confrontación.
Por el contrario, si tales alegaciones se reducen al planteamiento de asun-
tos puramente judiciales o administrativos consistentes en la simple inconfor-
midad con las actuaciones o el contenido de las decisiones emitidas por las
autoridades dentro de sus respectivas competencias, la cuestión sometida al
conocimiento de este Tribunal constituye un asunto de mera legalidad, lo que
se traduce en un vicio de la pretensión que imposibilita su juzgamiento.
2. En tal sentido, para la procedencia de la pretensión de amparo, es nece-
sario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se autoatribuya alteraciones
difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas de los efectos de la existencia
de una presunta acción u omisión –lo que en términos generales de la jurispru-
dencia constitucional se ha denominado simplemente agravio–. Dicho agravio
tiene como requisitos que se produzca con relación a normas o preceptos de
rango constitucional –elemento jurídico– y que genere una afectación difusa
o concreta en la esfera jurídica de la persona justiciable –elemento material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-
titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
III. Acotado lo anterior, corresponde ahora evaluar la posibilidad de cono-
cer las infracciones alegadas en la demanda.
1. A. De la lectura de la demanda se advierte que la queja de la apoderada
de la parte pretensora se circunscribe a que –en su opinión– la autoridad de-
mandada no motivó adecuadamente su decisión, ni fue congruente al momen-
to de analizar el juicio de tipicidad.
Aunado a lo anterior, la procuradora del DGTT considera que la supuesta
falta de motivación también ha derivado en una afectación al derecho a la
seguridad jurídica, en tanto se “... trasciende en la tutela del interés general de
los ciudadanos destinatarios del servicio público
B. Para sostener estas afirmaciones, la abogada Arteaga centraliza su argu-
mentación en que la SCA habría considerado equivocadamente que “ ... el su-
puesto fáctico ocurrido no fue una suspensión del servicio de transporte público
sino un paro de transporte...”. En tal sentido, arguye que la autoridad demandada
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IV. Por otra parte, el señor Escamilla solicita que se le tenga como tercero
coadyuvante de la parte demandante, en virtud de haber fungido como DGTT
al momento de la emisión de la resolución VMT-DGTT-LAE-PR/AD-001-01-2013.
Al respecto, este Tribunal considera que resulta procedente reconocerle a
la referida persona su calidad de coadyuvante de la parte actora, por lo que
es pertinente hacer de su conocimiento el contenido de la presente resolución;
lo anterior teniendo en cuenta que posee un interés directo y legítimo en el
resultado de este amparo y que la demanda planteada no reúne uno de los
presupuestos de procedencia establecidos por la jurisprudencia y la legislación
procesal aplicable, así como que el presente auto implica la finalización anor-
mal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo expuesto en los acápites precedentes y
según lo regulado en el artículo 13 de la Ley de Procedimientos Constituciona-
les, esta Sala RESUELVE:
1. Tiénese a la abogada Beira Xiomara Arteaga, en su carácter de apoderada
judicial del Director General de Transporte Terrestre, por haber acreditado
en debida forma su personería.
2. Tiénese como coadyuvante de la parte demandante al señor Luis Alonso
Escamilla.
3. Declárese improcedente la demanda suscrita por la abogada Arteaga en
contra de la Sala de lo Contencioso Administrativo por haber emitido la
sentencia del 14-XII-2016 –dentro del proceso con referencia 124-2013–
mediante la cual se declaró la ilegalidad de la resolución del Director Ge-
neral de Transporte Terrestre con referencia VMT-DGTT-LAE PR/AD-001-
01-2013, en lo referente a la revocación del permiso de línea de la señora
María Luz Guevara de Morales.
4. Tome nota la Secretaría de esta Sala del lugar y medio técnico señalados
por la apoderada de la parte demandante y por el tercero coadyuvante
para recibir los actos procesales de comunicación.
5. Notifíquese.
A. PINEDA---F. MELENDEZ---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZA-
LEZ.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.
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Al respecto, alega que “... al retrotraer el proceso hasta el último acto v[á]
lido que es la admisión de la demanda no se ha interrumpido la prescripción
a favor de [su] mandante pues no se ha[n] llenado los requisitos que [...] es-
tablece[n] los artículos 2257 en relación con el 2242 [CC], sino es hasta el día
[12-X-2016] que le nace [sic] el derecho a [su] mandante para alegar cualquier
tipo de excepción dentro del proceso, de lo cual se alegó la prescripción...”.
Fue así que, el Juez Cuarto de lo Civil y Mercantil de San Salvador –entre
otros aspectos– resolvió que por no cumplirse con lo establecido en el art. 995
romano IV del Código de Comercio y los artículos 2242 y 2257 CC, se condena-
ba a su mandante, puesto que la prescripción se interrumpió el 24-II-2011 –fe-
cha de presentación de la demanda–. De tal modo, dicha autoridad finalmente
resolvió condenar a la pretensora en su calidad de codeudora solidaria a pagar
al Banco Procredit S.A. una determinada cantidad de dinero en concepto de
capital, intereses convencionales y moratorios. Así como también que se man-
tuviese el embargo sobre un inmueble de la peticionaria a favor de la referida
entidad bancaria y además se le condenó al pago de las costas procesales.
Así, al no encontrarse de acuerdo con dicha decisión, el apoderado de la
pretensora planteó un recurso de apelación respecto del cual la Cámara Segun-
da de lo Civil de la Primera Sección del Centro confirmó el fallo de la sentencia
recurrida “... declarando sin lugar la nulidad del emplazamiento alegada, pero
no por las razones expuestas por el Juez a quo en su sentencia, sino por las ex-
puestas en la presente [sic] y declarando sin lugar la excepción de prescripción
de la acción ejecutiva alegada por el abogado apelante...”.
Al respecto, el representante de la actora alega que la interpretación erró-
nea de la ley por parte de las autoridades demandadas ha vulnerado los dere-
chos fundamentales de su mandante al no respetar lo previsto en el art. 2257
relacionado con el 2242 CC. En ese sentido, la referida Cámara consideró que
el elemento fundamental de la prescripción es el lapso de tiempo y que este
se interrumpió por la sola presentación de la demanda y con ello –afirma– se
puede concluir “... que la acción de cobro intentada por vía cambiaria en el
caso en estudio está prescripta [sic]...”.
Por lo antes expuesto, el representante de la peticionaria cuestiona la cons-
titucionalidad de las siguientes actuaciones: a) la sentencia pronunciada el 18-
I-2017 por el Juez Cuarto de lo Civil y Mercantil de San Salvador, en el proceso
ejecutivo mercantil clasificado bajo la referencia 87-(00870-11-PE-4CM1)-1D y
b) la resolución emitida el 16-III-2017 por la Cámara Segunda de lo Civil de la
Primera. Sección del Centro mediante la cual se confirmó la decisión emitida en
primera instancia. Dichos actos –a su juicio– le han vulnerado a su representa-
da los derechos de propiedad y a la igualdad en la aplicación de la ley.
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el agotamiento de los recursos que la ley franquea para impugnar el acto con-
tra el cual se reclama.
Lo anterior se justifica en que el amparo posee características propias que
lo configuran como un proceso especial, que ha sido establecido para proteger
de forma óptima a las personas frente a las acciones u omisiones de cualquier
autoridad o particular que vulneren, restrinjan u obstaculicen los derechos o
garantías reconocidos en la Constitución de la República. Por ello, se trata de
una exigencia particular que el legislador ha incorporado dentro de los presu-
puestos procesales del citado trámite.
A esta condición específica se refiere el art. 12 inciso 3° de la Ley de Pro-
cedimientos Constitucionales, al prescribir que el amparo únicamente puede
incoarse cuando el acto contra el que se reclama no puede subsanarse dentro
del respectivo procedimiento mediante otros recursos. Tal presupuesto obe-
dece a la función extraordinaria que está llamado a cumplir un Tribunal Cons-
titucional: la eficaz protección de los derechos fundamentales por su papel de
guardián último de la constitucionalidad.
De ahí que el proceso en referencia se erija como un mecanismo de pro-
tección reforzada que deberá iniciarse únicamente cuando se han agotado los
recursos idóneos –judiciales o administrativos–, por medio de los cuales pueda
brindarse una protección jurisdiccional o no jurisdiccional conforme a la Cons-
titución. Dicho trámite está reservado sólo para aquellas situaciones extremas
en las que, por inexistencia de otras vías legales o ineficacia de las que existan,
peligra la salvaguarda de los derechos fundamentales.
B. Ahora bien, con arreglo a lo sostenido en la sentencia de 9-XII-2009, pro-
nunciada en el proceso de Amp. 18-2004, la exigencia del agotamiento de los
recursos debe hacerse de manera razonable, atendiendo a su finalidad, es de-
cir, la de permitir que las instancias judiciales ordinarias o administrativas repa-
ren la lesión al derecho fundamental en cuestión, según sus potestades legales
y atendiendo a la regulación normativa de los “respectivos procedimientos”.
Con base en lo anterior, se infiere que, al margen de si los recursos son
ordinarios o extraordinarios, lo que debe analizarse de ellos es si los medios de
impugnación en sentido estricto poseen la idoneidad o aptitud mínima e in-
dispensable para reparar el derecho o garantía fundamental que se considera
conculcada.
En ese sentido, para configurar plenamente la pretensión de amparo y se
pueda dirimir la cuestión en ella planteada, es imprescindible que se hayan
agotado los recursos idóneos franqueados por el ordenamiento jurídico aten-
diendo a la finalidad que ellos persiguen.
III. Con el objeto de trasladar las nociones esbozadas al caso concreto, se
efectúan las consideraciones siguientes:
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demanda, puesto que a juicio de dicha autoridad existió una interrupción civil,
que no permitió que operase la prescripción extintiva solicitada. Además, que
se analice si es correcto el criterio tomado por dicho juzgador respecto del mo-
mento preciso en que la interrupción civil se produjo en el caso en estudio, y se
califique si es errónea o no la interpretación efectuada por la citada autoridad
del art. 2257 inciso final CC. Asimismo, se establezca si fue apegado a derecho
que la Cámara Segunda de lo Civil de la Primera Sección del Centro estimara
que no se había cumplido el requisito temporal exigido por la ley para declarar
prescrita una obligación. Por lo que revisar si esa valoración fue o no apegada
a la norma secundaria, constituye una situación que escapa del catálogo de
competencias conferido a esta Sala.
Por ello, se observa que lo que persigue con su queja el apoderado de
la peticionaria es que este Tribunal verifique si los razonamientos que las au-
toridades demandadas consignaron en sus pronunciamientos se ajustaron a
la exigencia subjetiva de la pretensora, es decir, que se analice si en tales ac-
tuaciones se expusieron todas las cuestiones, circunstancias, razonamientos y
elementos que –a juicio de la referida parte actora– debían plasmarse en ellas.
Al respecto, esta Sala ha establecido –v.gr. el citado auto pronunciado en el
Amp. 408-2010– que, en principio, la jurisdicción constitucional carece de com-
petencia material para efectuar el análisis relativo a la interpretación y aplica-
ción que las autoridades judiciales desarrollen con relación a los enunciados
legales que rigen los trámites cuyo conocimiento les corresponde, pues hacerlo
implicaría la irrupción de competencias que, en exclusiva, han sido atribuidas y
debe realizarse por los jueces y tribunales ordinarios.
En ese orden de ideas, se colige que lo expuesto por el abogado de la acto-
ra más que evidenciar una supuesta transgresión a los derechos fundamentales
de su mandante, se reduce a plantear un asunto de mera legalidad y de simple
inconformidad con el resultado del proceso de instancia, específicamente con el
contenido de las decisiones pronunciadas por el Juez Cuarto de lo Civil y Mercan-
til de San Salvador mediante la cual se condenó a su representada al pago de una
determinada cantidad de dinero a favor del Banco Procredit S.A. en concepto de
capital, interés convencional y moratorio, así como seguro de vida y daños, así
como con la pronunciada por la Cámara Segunda de lo Civil de la Primera Sección
del Centro mediante la cual se confirmó la decisión emitida en primera instancia.
3. Asimismo, se observa que la última decisión que impugna fue pronun-
ciada el 16-III-2017 por la Cámara Segunda de lo Civil de la Primera Sección del
Centro de San Salvador, por lo cual se colige –dado que el apoderado de la pe-
ticionaria no afirma lo contrario– que la sentencia que se emitió en ese caso no
ha sido recurrida en otro grado de conocimiento dentro de la jurisdicción or-
dinaria, ni se encuentra pendiente una decisión por parte de ningún tribunal.
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implica que a los supuestos de hecho semejantes deben serles aplicadas unas
consecuencias jurídicas que también sean iguales; es decir que, a pesar de las
situaciones de diferenciación establecidas y justificadas por el legislador en una
disposición, estas deben ser aplicadas de igual forma a todos aquellos que per-
tenezcan al rango de homogeneidad establecido por el legislador.
En otras palabras, las resoluciones o determinaciones que se adopten res-
pecto al goce y ejercicio de los derechos de las personas deben ser las mismas,
una vez efectuado el análisis de iguales presupuestos de hecho, evitando así
cualquier vulneración consistente en que un precepto legal se aplique arbi-
trariamente con evidente desigualdad en casos sustancialmente idénticos. Sin
embargo, esto no es óbice para que el aplicados de la disposición, pese a tra-
tarse de casos sustancialmente iguales, modifique el sentido de sus decisiones,
siempre que su apartamiento de los precedentes posea una fundamentación
suficiente y motivada.
Así con respecto a que las autoridades demandadas transgredieron dicho
derecho al no tener en cuenta que la Sala de lo Civil ha establecido criterios ju-
risprudenciales en los temas de interrupción civil y prescripción extintiva, se ob-
serva que para que surja una vulneración del derecho a la igualdad en la apli-
cación de la ley en la esfera jurídica de una persona implica que una autoridad
judicial aplique a unos supuestos de hecho semejantes consecuencias jurídicas
distintas; sin embargo, en el caso en estudio no se advierte dicha situación
puesto que el Tribunal que ha emitido la citada jurisprudencia con respecto a
los temas de interrupción civil y prescripción extintiva ha sido la referida Sala.
En ese sentido, al advertirse que dicho órgano jurisdiccional no ha emitido
ninguno de los actos reclamados, no existiría vulneración al referido derecho
de la demandante. En razón de lo expuesto, no se observa que en el sustrato
fáctico expuesto en la demanda exista una afectación –con respecto al referi-
do derecho a la igualdad en la aplicación de la ley– en la esfera particular de
la pretensora, por lo que se configura un supuesto de ausencia de agravio de
carácter constitucional, lo cual provoca un vicio en el elemento material de la
pretensión de amparo y vuelve pertinente su rechazo liminar mediante la figu-
ra de la improcedencia.
Así, se colige que lo expuesto por el demandante, más que evidenciar una
supuesta transgresión a sus derechos fundamentales, se reduce a plantear una
simple inconformidad con el contenido de las resoluciones emitidas por el juez
Cuarto de lo Civil y Mercantil de San Salvador y la Cámara Segunda de lo Civil
de la Primera Sección del Centro de San Salvador.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 12 y 13 de la
Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
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que manifiesta haber planteado, misma que será resuelta y analizada indistin-
tamente a la presente resolución.
4. En otro orden de ideas, en cuanto a los procesos constitucionales ini-
ciados por la señora Orellana Olivares cabe recalcar que en el Amp. 312-2016
ella reclamó del auto emitidito por la misma autoridad ahora demandada, en
el cual, durante el diligenciamiento del proceso laboral en comento, se le previ-
no que proporcionara una dirección dentro de la circunscripción territorial del
juzgado (en Santa Tecla) para ser notificada. Dicho proceso culminó con una
declaratoria de improcedencia en virtud de que este Tribunal consideró que se
trataba de un asunto que carecía de estricta relevancia constitucional pues se
reducía a plantear una simple inconformidad con la actuación que impugnaba.
Asimismo, la peticionaria hace referencia a que esta Sala no ha emitido
respuesta alguna respecto a la demanda de inconstitucionalidad presentada el
día 3-I-2017 la cual, luego de ser analizada y debido a la naturaleza de la pre-
tensión, fue tramitada en esta sede por medio del Amp. 21-2017 en el que esta
Sala declaró improcedente “su petición en virtud de que el acto controvertido
no poseía la característica de definitividad por ser un acto de mero trámite y
por no observarse la actualidad en el agravio respecto de la esfera jurídica de
la peticionaria con relación al acto que atacaba.
De manera que no es acertado indicar que este Tribunal no ha emitido
respuesta a las pretensiones planteadas por la actora, por lo que –en princi-
pio– dicha situación no es óbice para que el Juzgado Primero de lo Civil de San
Salvador ejecute la orden de desalojo emitida por el Juzgado Pluripersonal de
lo Laboral de Santa Tecla, departamento de La Libertad.
5. Por las razones antes expuestas, se concluye que esta Sala se encuentra
imposibilitado para controlar la constitucionalidad de la actuación cuestiona-
da, debido a que no se observa que esta tenga carácter definitivo y, además,
no se advierte la trascendencia constitucional de la queja sometida a conoci-
miento de esta Sala, por constituir una cuestión de estricta legalidad ordina-
ria y de simple inconformidad con la actuación impugnada; situaciones que
evidencian la existencia de defectos de la pretensión de amparo que impiden
la conclusión normal del presente proceso y vuelve pertinente su terminación
mediante la figura de la improcedencia.
Por tanto, con base en las consideraciones precedentes y conforme a lo es-
tablecido en los artículos 13 y 14 de la Ley de Procedimientos Constitucionales,
este Tribunal RESUELVE:
1. Declárase improcedente la demanda de amparo firmada por la señora San-
dra Orellana Olivares, pues no se observa que la actuación reclamada ten-
ga un carácter definitivo y, además, no se advierte la trascendencia cons-
titucional de la queja sometida a conocimiento de esta Sala, por ser una
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4. Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---R. E. GON-
ZALEZ.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.
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cional, el fondo del reclamo planteado por la peticionaria, ya que este se fun-
damenta en un asunto dé estricta legalidad y, en consecuencia, es pertinente
declarar la improcedencia de la demanda de amparo.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo presentada por la señora
Marta Lissette Flores de Perdomo, quien pretende actuar en representa-
ción del señor Abel de Jesús Perdomo Aragón, contra el Tribunal Cuarto de
Sentencia de San Salvador, en virtud que pretende que este Tribunal revise
la valoración probatoria realizada en sede ordinaria.
2. Previénese a la señora Flores de Perdomo que, si posteriormente pretende
plantear algún recurso, deberá presentar la documentación necesaria para
acreditar el carácter en el que actúa de conformidad con los arts. 61, 67
y siguientes del Código Procesal Civil y Mercantil; de lo contrario el actor
tendría que comparecer de manera directa en este proceso.
3. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar y medio técnico señala-
dos por la citada señora para recibir los actos procesales de comunicación,
así como la persona comisionada para tal efecto.
4. Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---R. E. GON-
ZALEZ.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.
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Sobre lo anterior se advierte, que si bien es cierto se trata del mismo actor
y el mismo cuadro fáctico (originado por la supuesta venta fraudulenta de un
inmueble propiedad del interesado) los actos reclamados son distintos, pues
en el amparo 163-2016 se impugnaban las actuaciones del Juez de lo Civil de
Mejicanos y la Cámara Tercera de lo Civil de la Primera Sección del Centro en
lo relativo al juicio civil ordinario de mero derecho de nulidad de instrumento
público promovido por el señor Guadrón Marroquín contra la señora MIAR,
mientras que en el presente caso, el actor impugna la actuación del Juez de lo
Civil de Soyapango, respecto del juicio civil ordinario reivindicatorio de dominio
iniciado por la señora Arteaga viuda de Ruano contra el interesado, la cual fue
confirmada por la Cámara Tercera de lo Civil de la Primera Sección del Centro.
Por lo que, tratándose de actos de distinta naturaleza es procedente analizar
si se reúnen los presupuestos procesales de la pretensión del presente amparo.
II. Determinado lo anterior, es necesario exponer brevemente los funda-
mentos jurídicos en que se sustentará la presente decisión.
Tal como se sostuvo en la resolución emitida el día 27-X-2010 en el Amp.
408-2010, en este tipo de procesos las afirmaciones de hecho de la parte actora
deben justificar que el reclamo formulado posee trascendencia constitucional,
esto es, han de poner de manifiesto la presunta vulneración a los derechos
fundamentales que se proponen como parámetro de control de constitucio-
nalidad.
Por el contrario, si tales alegaciones se reducen a aspectos puramente lega-
les o administrativos –consistentes en la simple inconformidad con el ejercicio
de las respectivas competencias–, la cuestión sometida a conocimiento se erige
en un asunto de mera legalidad, situación que se traduce en un vicio de la pre-
tensión que imposibilita su juzgamiento.
III. Con el objeto de trasladar las anteriores nociones al caso concreto, se
efectúan las consideraciones siguientes:
1. De manera inicial, se observa que el actor dirige su reclamo contra la
resolución de fecha 28-XI-2016 emitida por el Juez de lo Civil de Soyapango
que condenó al interesado a la restitución de un inmueble propiedad de la
señora MIAR, por considerar que era poseído indebidamente por este y la se-
ñora MTRM. Dicho inmueble, había sido vendido con anterioridad por el señor
Guadrón Marroquín en favor de la señora AR, instrumento que es refutado de
falso por el interesado.
2. Ahora bien, a partir del análisis de los argumentos expuestos en la de-
manda, se advierte que el interesado pretende que sea este Tribunal quien
determine que la autoridad demandada debía emitir un pronunciamiento en
beneficio del demandante, situación que no es competencia de este Sala. En
ese sentido, se observa que los alegatos dirigidos a evidenciar la supuesta afec-
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B. Ahora bien, en relación al tema en cuestión –el activo como base impo-
nible–, resulta pertinente reseñar que en el Amp. 142-2015 –Sentencia de 6-IV-
2016– se advirtió que el art. 1.02.1 de la Tarifa de Arbitrios de la Municipalidad
de San Salvador (TAMSS) regula un impuesto que tiene como hecho generador
la realización de actividades económicas y cuya base imponible es el “activo”,
el cual se determina en ese caso concreto deduciendo del activo total única-
mente los rubros establecidos en el art. 4 letra A) de dicha ley. De tal forma,
se advirtió que las “deducciones” mencionadas en la TAMSS, no consideraban
las obligaciones que el contribuyente poseía con acreedores (pasivo), por lo
que no reflejaba la riqueza efectiva del destinatario del tributo en cuestión y,
en ese sentido, no atendía al contenido del principio de capacidad económica.
2. No obstante lo anterior, en la Sentencia de fecha 19-IV-2017, emitida
en el proceso de Amp. 446-2015, este Tribunal determinó que era necesario ha-
cer un cambio en la interpretación constitucional que se había sostenido hasta
esa fecha, en tal sentido se expresó que debe entenderse que, independien-
temente de que un cuerpo normativo establezca o no deducciones específicas
que los sujetos pasivos del tributo pueden realizar a su favor, la base imponible
del impuesto –cualquiera que sea su denominación– excluye el pasivo de los
contribuyentes reflejado en sus balances contables, conforme al principio de
capacidad económica contenido en el art. 131 ord. 6° de la Cn.
En ese orden, en la citada sentencia se expuso que tal interpretación es
más acorde con las disposiciones constitucionales que conforman el Derecho
Constitucional Tributario, pues permite que las personas contribuyan al gas-
to público tomando en consideración las posibilidades económicas reales que
tienen para ello y, además, que los Municipios –sujetos activos de este tipo de
tributos– efectúen la recaudación necesaria para la realización de los planes de
desarrollo local que elaboren conforme al art. 206 de la Cn.
Aunado a lo anterior, en la sentencia del 26-V-2017 pronunciada en el
proceso de Inc. 50-2015, se explicó que el art. 127 de la Ley General Tributaria
Municipal –LGTM– dispone que en la determinación de la base imponible
de los tributos municipales debe considerarse los pasivos del contribuyente,
por lo que, siendo dicha normativa de carácter general en materia tributaria
municipal, complementa las leyes especiales en esa materia. En tal sentido,
si una norma tributaria especial no aclara si en la cuantificación de la base
imponible puede determinarse deduciendo también el pasivo del contribu-
yente, no debe interpretarse como regulación opuesta o que se sustrae del
art. 127 LGTM, más bien debe entenderse que si las deducciones del pasivo
para determinar la base imponible no fueron previstas en las leyes tributarias
especiales, es porque el legislador decidió dejarlo a la regulación de la Ley
General Tributaria Municipal.
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De ¢0.00 a ¢4,375.00
¢30.00 ($3.43)
(De $ 0.00 a $ 500.00)
¢39.9875 ($4.57) más ¢1.7500 ($0.2000) por millar
De ¢4,375.01 a ¢10,000.00
o fracción o su equivalente en dólares sobre lo que
(De $ 500.01 a $ 1,142.86)
exceda de ¢4,375.00 ($500.00)
¢50.00 ($5.71) más ¢1.1996 ($0.1371) por millar o
De ¢10,000.01 a ¢25,000.00
fracción o su equivalente en dólares sobre lo que
(De $ 1,142.87 a $ 2,857.14)
exceda de ¢10,000.00 ($1,142.86)
¢70.00 ($8.00) más ¢1.1497 ($0.1314) por millar o
De ¢25,000.01 a ¢50,000.00 fracción o su equivalente en dólares sobre lo que
(De $2,857.15 a $ 5,714.28) exceda de ¢25,000.00 ($2,857.14)
¢125.0 375 ($14.29) más ¢1.0998 ($0.1257) por
De ¢50,000.01 a ¢100,000.00 millar o fracción o su equivalente en dólares sobre
(De$ 5,714.29 a $ 11,428.57) lo que exceda de ¢50,000.00 ($5,714.29)
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IMPUESTO MENSUAL
hasta ¢
Si el activo es ¢5.00
10.000.00
poi-pillar o1racción
“” 3,000.000.01 5,000.000.00” 1.232.50””0.15 ¢3,000.000.00
sobre el excedente
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fue adecuada o si los militantes cumplían con los requisitos para poder votar en
las elecciones internas. Asimismo, no le corresponde a este Tribunal dilucidar
si existieron o no modificaciones en el padrón desde el año 2015, tomando en
consideración que los militantes inscritos pudieron dejar de pertenecer al refe-
rido partido político por diversas razones.
En ese orden de ideas, se colige que lo expuesto por los demandantes, más
que evidenciar una supuesta transgresión a sus derechos fundamentales, se
reduce a plantear un asunto de mera legalidad y de simple inconformidad con
la decisión del TSE de declarar sin lugar la solicitud de medida cautelar y que
se autorizara utilizar el padrón del año 2015 y, por otra parte, con la forma de
depurar el padrón electoral interno del FMLN.
3. Por otro lado, los peticionarios afirman que la Comisión Especial Elec-
toral del FMLN no les notificó nada en cuanto a su inscripción; sin embargo,
no se advierte la existencia de un agravio constitucional en la esfera jurídica de
los actores, en virtud de que, tal como los mismos actores señalan, la autori-
dad demandada efectivamente inscribió la plantilla presentada por estos. En ese
sentido, se colige que efectivamente participaron en las elecciones internas que
se realizaron el 25-VI-2017, independientemente de que el resultado no fuera
satisfactorio a criterio de los peticionarios por considerar que al enterarse de la
inscripción de su planilla “... ya no estaba[n] en un momento oportuno...”.
4. Por lo antes expuesto, se evidencia que los argumentos esgrimidos
por los actores carecen de un verdadero fundamento constitucional, ya que se
sustentan en una mera inconformidad, así como en la falta de agravio consti-
tucional, por lo que no se advierte la existencia de vulneración a los derechos
constitucionales de los peticionarios. De esta forma, ya que el asunto plantea-
do carece de trascendencia constitucional, es pertinente declarar la improce-
dencia de la demanda de amparo, por concurrir defectos en la pretensión que
habilitan la terminación anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por los señores
Argumedo Benítez García, Román de Jesús Ventura Alvarenga, Alejandro
Salvador Ventura Moreno, Gloria Mercedes González de Rovira, Marvin
Arnoldo Castro Benítez y Juan Bautista Ayala Ramos, contra actuaciones
atribuidas a la Comisión Especial Electoral del FMLN y al TSE, en virtud de
que: a) existe una mera inconformidad con la resolución impugnada puesto
que pretenden que este Tribunal determine si el TSE debió haber adoptado
la medida cautelar solicitada, la cual era paralizar las elecciones internas
para darles tiempo para competir –a su juicio– en igualdad de condiciones
y si debió autorizar la utilización del padrón del año 2015; además, si la de-
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puración del padrón realizada por la Comisión Especial Electoral del FMLN
era la adecuada al haber presuntamente dejado de lado a militantes que
estaban inscritos en el padrón del año 2015, todo lo cual no corresponde
a este Tribunal; y b) hay una falta de agravio constitucional puesto que la
citada Comisión efectivamente inscribió la plantilla presentada por estos
para que participaran en las elecciones internas que se realizaron el 25-VI-
2017.
2. Previénese a la parte actora que señale un medio técnico o un lugar dentro
del municipio de San Salvador para recibir los actos procesales de comuni-
cación; de lo contrario, estos se realizarán en el tablero de esta Sala con-
forme a lo dispuesto en los artículos 170 y 171 del Código Procesal Civil y
Mercantil –de aplicación supletoria en los procesos de amparo–; lo anterior
debido a que el lugar que señalan se encuentra fuera de la circunscripción
territorial de este municipio y el número telefónico que establecen no per-
mite dejar constancia de la realización de notificaciones por ese medio.
3. Notifíquese.
J. B. JAIME.---R. E. GONZALEZ.---M. R. Z.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES
MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.
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De $ 2,857.1440 (¢25,000.01)
$ 11.4286 (¢100.00)
a $5,714.2857 ¢ (50,000.00)
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libros desde que empezó a correr el plazo oficial (2-VI-2017) “... de haber sido
así, indudablemente hui[eran] hecho todo el esfuerzo para inscribi[rse] como
candidatos...”.
Determinados los argumentos expuestos por los pretensores, corresponde
en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la decisión que se emitirá.
1. Tal como se ha sostenido en el auto del 27-X-2010, pronunciada en el
Amp. 408-2010, en este tipo de procesos las afirmaciones de hecho de la parte
actora deben justificar que el reclamo formulado posee trascendencia cons-
titucional, esto es, deben poner de manifiesto la presunta vulneración a los
derechos fundamentales que se proponen como parámetro de confrontación.
Por el contrario, si tales alegaciones se reducen al planteamiento de asun-
tos puramente judiciales o administrativos consistentes en la simple inconfor-
midad con las actuaciones o el contenido de las decisiones emitidas por las
autoridades dentro de sus respectivas competencias, la cuestión sometida al
conocimiento de este Tribunal constituye un asunto de mera legalidad, lo que
se traduce en un vicio de la pretensión que imposibilita su juzgamiento.
III. La jurisprudencia constitucional ha establecido –v. gr. en el auto del
26-I-2010, pronunciado en el Amp. 3-2010– que el objeto del proceso de am-
paro está representado por la pretensión, para cuya validez es indispensable el
efectivo cumplimiento de una serie de presupuestos procesales que posibilitan
la formación y el desarrollo normal del proceso, autorizando la emisión de un
pronunciamiento sobre el fondo del asunto.
Uno de los requisitos antes mencionados es el agotamiento de los recursos
que la ley que rige el acto franquea para atacarlo, puesto que, dadas las parti-
cularidades que presenta el amparo, este posee características propias que lo
configuran como un proceso especial y subsidiario, establecido para dar una
protección reforzada a los derechos fundamentales consagrados en la Consti-
tución a favor de las personas.
Así, se ha señalado que la exigencia del agotamiento de los recursos com-
prende, además, una carga para la parte actora del amparo de emplear en
tiempo y forma los recursos que tiene expeditos conforme a la normativa de
la materia. De forma que, para entender que se ha respetado el presupuesto
apuntado, el pretensor debe cumplir con las condiciones objetivas y subjetivas
establecidas para la admisibilidad y procedencia de los medios de impugna-
ción, ya sea que éstos se resuelvan al mismo nivel o en uno superior de la admi-
nistración o la jurisdicción, debido a que la inobservancia de dichas condiciones
motivaría el rechazo de tales recursos en sede ordinaria y, en consecuencia, no
se tendría por satisfecho el requisito mencionado.
IV. Corresponde ahora evaluar la posibilidad de conocer de las infracciones
alegadas por los señores LR y TV en el presente caso.
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errónea de los plazos...” que realizó el Departamento, entre otros, todo lo cual
no corresponde a este Tribunal.
Así, se colige que el pretensor únicamente está en desacuerdo con la deci-
sión del Departamento de multar a su representada y de inadmitir el recurso
de apelación en contra de dicha sanción, así como también con la resolución
de la Sala de lo Contencioso Administrativo que rechazó la demanda presen-
tada. Lo que busca con su queja es que esta Sala revise los fallos emitidos,
concluyendo –contrario a lo establecido en las normas infraconstitucionales
correspondientes– que la primera de las autoridades demandadas no debió
imponer la multa de $400 dólares al municipio de Santa Tecla; además, que
era procedente conocer del fondo del recurso de apelación interpuesto y que
la Sala de lo Contencioso Administrativo tuvo que admitir la demanda y darle
el trámite de ley respectivo.
En ese sentido, se deduce de los argumentos expuestos por el representan-
te del actor, que pretende se arribe a una conclusión diferente de la obtenida
por las autoridades demandadas, tomando como parámetro para ello, las cir-
cunstancias particulares del caso concreto y la aplicación de las disposiciones
infraconstitucionales correspondientes, situaciones que escapan del catálogo
de competencias conferidas a esta Sala, por estar circunscrita su función exclu-
sivamente a examinar si ha existido vulneración a derechos constitucionales.
Por ende, no se infiere la estricta relevancia constitucional de la pretensión
planteada, pues se advierte que los argumentos expuestos por el apoderado
del municipio peticionario, más que evidenciar una supuesta transgresión de
derechos fundamentales, se reducen a plantear un asunto de mera legalidad y
de simple inconformidad con las actuaciones que se impugnan.
3. Así pues, el asunto formulado no corresponde al conocimiento de la
jurisdicción constitucional, por no ser materia propia del proceso de amparo,
ya que este mecanismo procesal no opera como una instancia superior de co-
nocimiento para la revisión, desde una perspectiva legal, de las actuaciones
realizadas por las autoridades dentro de sus respectivas atribuciones, sino que
pretende brindar una protección reforzada de los derechos fundamentales re-
conocidos a favor de las personas.
De esta forma, ya que el asunto planteado carece de trascendencia cons-
titucional, es pertinente declarar la improcedencia de la demanda de amparo,
por concurrir un defecto en la pretensión que habilita la terminación anormal
del proceso.
Por tanto, con base en las consideraciones precedentes, esta Sala RESUELVE:
1. Tiénese al abogado Jorge Óscar Sáenz Portillo en calidad de apoderado del
municipio de Santa Tecla, en virtud de haber acreditado la personería con
la que interviene en el presente proceso.
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Amparos / Improcedencias
561-2017
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Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.º 105
Así, señala que el medio de impugnación presentado cumplió con los requi-
sitos de admisibilidad del art. 489 del Código procesal Penal, ya que la senten-
cia emitida en contra de su mandante es condenatoria, ejecutoriada y existen
nuevos elementos de prueba; sin embargo, aquel fue declarado inadmisible
con base en argumentos propios del fondo del asunto.
En consecuencia, estima vulnerados los derechos de acceso a los medios de
impugnación y audiencia de su representado.
II. Determinados los argumentos del apoderado del demandante, corres-
ponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la decisión
que se emitirá.
Tal como se ha sostenido en la resolución de 27-X-2010, pronunciada en el
Amp. 408-2010, en este tipo de procesos las afirmaciones de hecho de la parte
actora deben justificar que el reclamo formulado posee trascendencia cons-
titucional, esto es, deben poner de manifiesto la presunta vulneración a los
derechos fundamentales que se proponen como parámetro de confrontación.
Por el contrario, si tales alegaciones se reducen al planteamiento de asun-
tos puramente judiciales o administrativos consistentes en la simple inconfor-
midad con las actuaciones o el contenido de las decisiones emitidas por las
autoridades dentro de sus respectivas competencias, la cuestión sometida al
conocimiento de este Tribunal constituye un asunto de mera legalidad, lo que
se traduce en un vicio de la pretensión que imposibilita su juzgamiento.
III. Corresponde ahora evaluar la posibilidad de conocer de las infracciones
alegadas por el apoderado de la parte actora en el presente caso.
1. Dicho profesional encamina su pretensión contra la resolución del 19-
I-2017 emitida de forma unipersonal por uno de los Jueces que conforman el
Tribunal de Sentencia de San Francisco Gotera, departamento de Morazán por
medio de la que se declaró inadmisible la revisión de la sentencia proveída en
contra de su representado.
Para fundamentar la inconstitucionalidad de esta actuación, menciona que
la autoridad demandada denegó la revisión de la condena impuesta a su man-
dante, pese a que el medio de impugnación presentado cumplía con todos
los requisitos para ser admitido. Asimismo, indica que el Juez de Sentencia de
San Francisco Gotera resolvió la inadmisibilidad del mismo con base en razona-
mientos relativos al fondo del asunto.
2. Ahora bien, se advierte que los argumentos expuestos por el referido
profesional no ponen de manifiesto la forma en la que se habrían infringido
los derechos constitucionales de su poderdante, sino que, más bien, evidencian
que el fundamento de la pretensión planteada descansa en un desacuerdo con
la decisión emitida por la autoridad demandada.
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Amparos / Improcedencias
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Sobreseimientos
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Amparos / Sobreseimientos
(UES) y el escrito firmado por el señor Cristian Josué Galicia Opico, parte actora
en este proceso de amparo, por medio del cual evacúa la audiencia conferida
en el auto de fecha 11-VIII-2017.
En este estado del proceso, corresponde exponer las siguientes conside-
raciones:
I. 1. Los peticionarios refirieron en su demanda que participaron en el pro-
ceso de selección de la UES y no fueron aceptados en las carreras a las cuales
pretendían ingresar, que pertenecen al ámbito de la Facultad de Ciencias Na-
turales y Matemática de la UES. Al respecto, señalaron que en ejercicio de su
derecho de petición presentaron el 25-I-2016 a la junta directiva de la referida
facultad una solicitud para que considerara su admisión; sin embargo, a la fe-
cha de presentación de su demanda no habían recibido la respuesta razonada
a la que tienen derecho de acuerdo con la Constitución.
2. Mediante resolución de fecha 3-X-2016 se admitió la demanda plantea-
da, circunscribiéndose al control de constitucionalidad de la aparente omisión
en la que incurrió la junta directiva de la Facultad de Ciencias Naturales y Mate-
mática de la UES por no haber dado respuesta a la solicitud que los demandan-
tes le formularon mediante el escrito de fecha 25-I-2016, con lo cual se habría
vulnerado el derecho de petición de los pretensores.
3. Al rendir el informe justificativo que le fue requerido, la autoridad de-
mandada explicó que la firma de recibido estampada en el escrito presentado
por los actores no pertenece a la secretaria de la junta directiva de la Facultad
de Ciencias Naturales y Matemática de la UES, que es la funcionaria compe-
tente para recibir la correspondencia de este órgano conforme a los arts. 6 y
7 del Reglamento Interno de la Facultad de Ciencias Naturales y Matemática
(RIFCNM), sino al vicedecano. En ese sentido, alegó que la petición firmada
por los actores no ingresó por el conducto preestablecido para ello, razón por
la cual ignoraba su existencia y, por ende, no le pudo dar una debida respuesta.
4. A. La lectura del referido informe sugirió una posible causal de sobresei-
miento por inexistencia de agravio, por lo que le fue conferida audiencia a la
parte actora para que se pronunciara al respecto.
B. Al evacuar la audiencia conferida, uno de los demandantes argumentó
en el escrito relacionado al inicio de este proveído que los reglamentos –en
referencia al RIFCNM– no pueden contradecir la Constitución ni la Ley Orgáni-
ca de la Universidad de El Salvador (LOUES). Al respecto, señaló que esta ley
asigna al vicedecano la responsabilidad de trasladar peticiones académicas y
administrativas a la junta directiva y, de esta forma, concluyó que los arts. 6
y 7 del RIFCNM carecen de asidero constitucional, porque solo mediante ley
formal se pueden limitar derechos constitucionales.
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Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.º 105
II. Delimitado el objeto del proceso y expuestos los argumentos de las par-
tes, es preciso referirse a los aspectos siguientes, que conforman los presupues-
tos de esta resolución: (1) la falta de agravio como causal de terminación anor-
mal del proceso de amparo y (2) las consecuencias de advertir, in persequendi
litis, defectos en la configuración de la pretensión.
1. La jurisprudencia de este Tribunal ha sostenido que el actor debe indicar
en la pretensión de amparo el agravio que le ocasiona la actuación de la auto-
ridad demandada a su esfera jurídica. Asimismo, ha señalado los requisitos del
agravio así: (i) que se produzca en relación con una norma constitucional –ele-
mento jurídico– y (ii) que suscite una afectación concreta o difusa a la esfera
jurídica del peticionario –elemento material–.
También se ha indicado que hay ausencia de agravio cuando el acto u omi-
sión es inexistente o cuando, a pesar de que este exista, se ha producido confor-
me a la Constitución o es incapaz de cercenar la esfera jurídica del peticionario.
2. En este orden de ideas, si una pretensión de amparo no incorpora los re-
quisitos del agravio enunciados, debe ser rechazada por improcedente o sobre-
seerse en caso de detectarse in persequendi litis, ya que impide la tramitación
íntegra del proceso, conforme a lo prescrito en el art. 31 de la Ley de Procedi-
mientos Constitucionales (L.Pr.Cn.).
III. 1. En el presente caso, se advierte que los argumentos esgrimidos por el
señor Cristian Josué Galicia Opico, al evacuar la audiencia que le fue conferida
a la parte actora, por un lado, confirman la versión de la autoridad demanda-
da de que la petición fue recibida por el vicedecano de la Facultad de Ciencias
Naturales y Matemática de la UES y, por otro lado, esbozan una contradicción
del RIFCNM con la Constitución y la LOUES, así como una supuesta limitación al
derecho de petición por parte del reglamento en cuestión.
2. A propósito de este razonamiento, es pertinente explicar que el RIFCNM
pertenece a la especie de reglamentos denominados de organización, que esta-
blecen la estructura de una administración –en este caso, la Facultad de Ciencias
Naturales y Matemática de la UES– a partir de los fundamentos o principios ge-
nerales de una ley –la LOUES–. Desde este punto de vista, el RIFCNM concreta y
complementa la regulación de la LOUES y del Reglamento de la LOUES, que fijan
su ámbito normativo.
Lo anterior obedece a razones técnicas, pues la LOUES y su reglamento no
han sido elaborados con el propósito de prescribir una regulación minuciosa,
sino con el objetivo de que las administraciones que surjan de su aplicación –
facultades y dependencias de la UES– se organicen a sí mismas con base en los
principios, fines y ámbitos que han prefijado. Así, es válido que los arts. 6 y 7
del RIFCNM asignen la función de recibir la correspondencia de la junta directi-
va a la secretaria de este órgano, ya que es una potestad reglada dimanante de
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directa o indirecta de las partes. Uno de los supuestos en los que el procedimien-
to finaliza como consecuencia directa de la voluntad de dichos sujetos procesales
es el desistimiento, el cual consiste en la declaración unilateral de voluntad del
actor de abandonar su pretensión y tiene por efecto la extinción del proceso en
el que se controvierte la posible vulneración de un derecho fundamental.
Ahora bien, tal como este Tribunal ha sostenido en su jurisprudencia –v.
gr., Resoluciones de 15-III-2009, Amps. 944-2007 y 945-2007–, el desistimiento
constituye una causal de sobreseimiento que no requiere, como requisito pre-
vio, la aceptación de los demandados –art. 31 n° 1 de la Ley de Procedimientos
Constitucionales–.
2. En el caso que nos ocupa, la señora Ana Miriam Montalvo de Cerón
manifestó en el escrito relacionado al inicio de este proveído que, con fecha
12-X-2017, le fue entregada una copia certificada por la secretaria general de
la FGR de la resolución n° 520 de fecha 11-X-2017, emitida por el titular de esa
institución, mediante la cual ordenó su traslado a fiscal auxiliar de la Unidad de
Investigación Financiera, conservando su misma plaza nominal de auxiliar del
FGR II, a partir del 16-X-2017.
En ese sentido, indicó que la nueva plaza correspondía al mismo nivel jerár-
quico de la plaza que había ocupado con anterioridad dentro del Organigrama
Funcional de la FGR y, por consiguiente, consideraba que con este último tras-
lado se veía satisfecha su pretensión constitucional. En razón de ello, la deman-
dante solicitó que se tuviera por desistida la pretensión de amparo que en su
oportunidad planteó ante esta Sala.
3. Teniendo en cuenta lo anterior, con dicho requerimiento la actora ha
decidido inhibir a este Tribunal de conocer del fondo de la mencionada pre-
tensión constitucional. En consecuencia, dado que la figura del desistimiento
se encuentra contemplada como una causal de sobreseimiento y que aquella
no requiere la aceptación de la parte contraria, es procedente acceder a la
petición formulada por la señora Ana Miriam Montalvo de Cerón, por lo que
deberá sobreseerse en el presente amparo.
Por tanto, con base en lo anteriormente expuesto y en la disposición legal
citada, esta Sala RESUELVE:
1. Sobreséese en el presente proceso de amparo promovido por la señora
Ana Miriam Montalvo de Cerón, en contra del Fiscal General de la Repúbli-
ca, por haber desistido la actora de su pretensión.
2. Cesen los efectos de la medida cautelar adoptada y confirmada mediante
las resoluciones de fechas 17-II-2017 y 23-VIII-2017, respectivamente.
3. Notifíquese
A. PINEDA.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ.---PRONUN-
CIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO
C.---SRIA.---RUBRICADAS.
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Amparos / Sobreseimientos
fecha 7-IX-2012. Asimismo, sostuvo que el valúo al que hace referencia el señor
Montes Valencia fue realizado en el año 2014 y no en el año 2012 como este
lo afirmó en su demanda. Sobre dicho punto, indicó que rechazó la solicitud
formulada por el referido señor porque el valúo respectivo se había efectuado
en una fecha aún reciente y, además, por observar que la intención de aquel
era únicamente la de dilatar la tramitación de la ejecución de la sentencia.
II. Delimitado el reclamo objeto de conocimiento en este proceso, así como
los argumentos de las partes, se hará referencia al agravio como elemento de
la pretensión de amparo (1); para, posteriormente, examinar si la pretensión
adolece de un vicio que impediría realizar un pronunciamiento de fondo sobre
la queja planteada en este proceso (2).
1. A. En la Resolución de fecha 4-I-2012, pronunciada en el proceso de
Amp. 609-2009, se precisó que, para la procedencia de la pretensión de ampa-
ro, es necesario –entre otros requisitos– que el actor se autoatribuya afectacio-
nes concretas o difusas a sus derechos, presuntamente derivadas de los efectos
de una acción u omisión –elemento material–. Además, el agravio debe produ-
cirse con relación a disposiciones de rango constitucional –elemento jurídico–.
Ahora bien, hay casos en que la pretensión del actor no incluye los anterio-
res elementos. Dicha ausencia puede ocurrir cuando no existe el acto u omisión
o cuando, no obstante existir, por la misma naturaleza de los efectos de dicho
acto u omisión, el sujeto activo de la pretensión no sufre perjuicio de trascen-
dencia constitucional en su esfera particular.
B. Desde esa perspectiva, la falta de agravio de trascendencia constitucio-
nal es un vicio de la pretensión que genera la imposibilidad de juzgar el caso
concreto y, si se observa durante el trámite, es una causal de sobreseimiento
conforme a los arts. 12 y 31 n° 3 de la Ley de Procedimientos Constitucionales
(L.Pr.Cn.)
2. A. El Juez de Primera Instancia de San Juan Opico aportó como prueba
certificación de ciertos pasajes del proceso ejecutivo mercantil con ref. 05-EM-
09, dentro de la cual se encuentra agregada la resolución de fecha 22-V-2012,
mediante la cual resolvió, a petición de la parte ejecutante, realizar la venta en
pública subasta del inmueble embargado y para ello ordenó librar los carteles
respectivos y proceder de conformidad con lo prescrito en el art. 606 inc. 1° del
C.Pr.C. –actualmente derogado, pero aplicable al caso concreto–.
Además, el Banco Hipotecario de El Salvador, S.A., tercero beneficiado con
el acto reclamado, aportó como prueba copia del Diario Oficial de fecha 7-IX-
2012, en la que aparece la tercera publicación del cartel de subasta del men-
cionado bien. De igual forma, se encuentra agregado al expediente de este
proceso el informe general de valuación del inmueble en cuestión, en el cual
consta que dicha diligencia se realizó en el año 2014.
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Seguimiento de cumplimiento de sentencias
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ción a su cargo la información de la que dispone, consistente en: (i) los datos
sobre servicios de agencias de publicidad para el diseño, producción e imple-
mentación de campañas publicitarias del año 2010 y su prórroga, incluyendo la
referencia de la contratación, la denominación y giro de la contratista, la mo-
dalidad, monto, servicios y plazo :de la contratación; (ii) los acuerdos ejecutivos
de encargo de despacho por misiones oficiales al extranjero del expresidente
de La República, señor Carlos Mauricio Funes Cartagena, detallando el número
y fecha del acuerdo, el periodo de encargo, la cantidad de días que compren-
dió el viaje y el funcionario a quien se encargó el despacho; (iii) los acuerdos
ejecutivos de autorización de gastos por misiones oficiales a funcionarios y em-
pleados que acompañaron al expresidente Funes Cartagena en misiones oficia-
les al extranjero, precisando el número y fecha del acuerdo, el nombre y cargo
del servidor, el monto de los gastos asignados a este, el destino, motivo y fecha
de la misión correspondiente; y (iv) los acuerdos ejecutivos de autorización de
gastos por misiones oficiales a funcionarios y empleados que acompañaron a
la entonces esposa del exjefe de Estado, señora Vanda Guiomar Pignato, en
misiones oficiales al extranjero; detallando el número y fecha del acuerdo, el
nombre y cargo del servidor, el monto de gastos asignados a este, así como el
destino, motivo y fecha de la misión respectiva.
B. En otro orden, aclara que la información antes descrita es la única que
existe en los registros de esa entidad, en relación con los viajes internacionales
realizados por el expresidente y su entonces esposa durante el periodo de inte-
rés, y que no se cuenta con información acerca de los viáticos, valor de pasajes
y cualquier otro gasto asignado a ellos por las misiones oficiales efectuadas en
el extranjero. Agrega que tampoco poseen información relacionada con los
gastos en actividades protocolarias realizadas en ocasión de la visita de funcio-
narios extranjeros durante el anterior periodo presidencial.
C. Finalmente, en lo relativo al efecto objetivo de la sentencia pronunciada
en este amparo, expresa que en fecha 14-III-2016 –antes de que este Tribunal
emitiera la sentencia que puso fin a este proceso– instruyó al Secretario de
Participación, Transparencia y Anticorrupción en el sentido de realizar gestio-
nes tendientes a garantizar “el compromiso de [su] Gobierno de fomentar la
transparencia, el acceso a la información y ejercer una administración con hon-
radez”. En este mismo orden, manifiesta que en Consejo de Ministros de fecha
14-IX-2014 se emitió instrucción para que las instituciones públicas implemen-
ten, en cumplimiento de la antedicha sentencia, una efectiva identificación;
sistematización, resguardo y custodia de la información que se genera en su
seno; derivándose de dicha reunión una serie de medidas específicas de obliga-
torio cumplimiento para las instituciones con las cuales tiene relación.
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Amparos / Seguimiento de cumplimiento de sentencias
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Amparos / Seguimiento de cumplimiento de sentencias
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Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.º 105
c. Respecto de los datos que han sido puestos a disposición del público
sobre los viajes oficiales realizados por el expresidente y su entonces esposa
durante el periodo presidencial 2009-2014 y las visitas oficiales de funcionarios
extranjeros a El Salvador en el mismo lapso, se advierte que existen numerosos
vacíos que tornan inviable tener por cumplido el efecto restitutorio de la Sen-
tencia pronunciada por esta Sala en fecha 1-IX-2016, en lo tocante a ambos
rubros de información.
En primer lugar, no obstante que en la Sentencia del 1-IX-2016 se estable-
ció que toda la información objeto de este amparo debía ser centralizada y
publicada en el Portal de Transparencia de la Presidencia de la República, hubo
necesidad de acceder a los sitios web de otras instituciones públicas para revisar
y analizar toda la información concerniente a este caso que fue revelada. En ese
sentido, persiste la dispersión de información que ya fuera señalada en la ante-
dicha sentencia, la cual en sí misma constituye un obstáculo para el pleno ejer-
cicio del derecho de acceso a la información pública por parte de la ciudadanía.
En segundo lugar, si bien existe un cuadro sinóptico de los viajes oficiales
realizados por el expresidente Funes Cartagena durante el periodo en que ejer-
ció funciones, se observa la carencia de un resumen similar respecto de la señora
Vanda Pignato, entonces esposa del funcionario en cuestión. De este modo, no
existe claridad en cuanto a los viajes realizados por esta última como parte de la
comitiva presidencial –en su carácter de esposa del exmandatario– en contraste
con los viajes efectuados de manera independiente o en su calidad de Secretaria
de Inclusión Social. Una situación común a ambos es la ausencia total de informa-
ción pública sobre el costo de los boletos aéreos, viáticos y demás gastos de viaje
que les correspondieron por la realización de misiones oficiales.
En tercer lugar, en lo atinente a las comitivas que acompañaron a ambos
funcionarios durante los aludidos viajes, se advierte que no se han publicado
datos sobre las personas que asistieron junto al Presidente de la República a las
misiones llevadas a cabo en el año 2009 y los primeros 6 viajes del año 2010. En
cuanto a la señora Pignato, el vacío de información en este sentido afecta a to-
dos los viajes efectuados en el año 2010. También debe notarse que, dentro de
las erogaciones que se relacionan en los correspondientes acuerdos ejecutivos
de autorización de gastos para dichas comitivas, no se agregan en la gran ma-
yoría de casos los costos de boletos aéreos en que se incurrió para posibilitar el
traslado de dichos funcionarios y empleados a los países en que desarrollaron
sus misiones, sino únicamente lo erogado en concepto de viáticos, gastos de
viaje y gastos terminales.
En cuarto lugar, al contrastar el cuadro sinóptico de acuerdos de encargo
de despacho publicado por la Presidencia de la República –el cual presunta-
mente contiene información sobre la totalidad de misiones oficiales realizadas
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Amparos / Seguimiento de cumplimiento de sentencias
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Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.º 105
pública incurrió para recibir a las autoridades extranjeras, tanto los realizados
directamente como aquellos ejecutados vía contratación directa de terceros, y
mucho menos se han revelado datos de las empresas beneficiadas con dichas
contrataciones –en caso de que hayan tenido lugar– y los montos específicos
de cada contratación; insumos cuya publicación fue ordenada en la Sentencia
del 1-IX-2016.
C. a. De lo expuesto en los párrafos precedentes, se concluye que la Pre-
sidencia de la República no dio estricto cumplimiento a lo dispuesto en la sen-
tencia que puso fin al presente amparo, pues de los tres rubros de información
cuya publicación le fue requerida –gastos de producción e implementación de
campañas en el año 2010 y sus prórrogas, viajes internacionales en misiones ofi-
ciales realizados por el expresidente Funes y su entonces esposa en el periodo
presidencial 2009 y 2014, y gastos de actividades protocolarias realizadas en
ocasión de la visita de funcionarios extranjeros durante el mismo periodo– úni-
camente ha publicado de forma íntegra la información relativa a uno de ellos.
Consecuentemente, dicha sentencia se tendrá por cumplida por parte de dicha
entidad únicamente en lo relativo a la publicación de la información relativa
a los gastos del diseño, producción e implementación de campañas del año
2010 y sus prórrogas y, respectó a los otros rubros de información, el aludido
pronunciamiento definitivo se tendrá por no cumplido.
b. Por otra parte, dado que el art. 5 n° 1 de la Ley de la Corte de Cuentas de
la República faculta a tal institución para “[p]racticar auditoría externa financiera
y operacional o de gestión a las entidades y organismos que administren recursos
del Estado”, es procedente ordenar a dicha entidad contralora que remita los
resultados de las auditorías realizadas –o, en su caso, lleve a cabo las auditorías
pertinentes– respecto al origen y monto de los recursos estatales destinados por
la Presidencia de la República a la realización de las siguientes actividades y ero-
gaciones: (i) compra de boletos aéreos destinados a misiones oficiales realizadas
por el expresidente de la República Carlos Mauricio Funes Cartagena y su enton-
ces esposa Vanda Guiomar Pignato durante el periodo presidencial 2009-2014,
dentro de los cuales deberán incluirse todos los viajes que se encuentran catalo-
gados por la DGME como “oficiales” con independencia de que su realización se
encuentre respaldada o no mediante un acuerdo ejecutivo de encargo de despa-
cho; (ii) compra de boletos aéreos para las personas que integraron las comitivas
de acompañamiento a los funcionarios antes relacionados en misiones oficiales
durante el aludido periodo presidencial; (iii) otorgamiento de viáticos, gastos de
viaje y gastos terminales al expresidente Funes Cartagena y su entonces esposa
Vanda Guiomar Pignato por la realización de misiones oficiales en el periodo en
que ejercieron sus cargos o, en su defecto, cualquier cantidad de dinero que se
les haya otorgado por dicho motivo; y (iv) actividades protocolarias realizadas
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Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.º 105
las partes pueden hacer ese tipo de solicitudes en el plazo de los 2 días siguien-
tes a la notificación respectiva.
Ahora bien, el plazo establecido en la referida disposición para solicitar
aclaraciones y/o rectificaciones de autos y sentencias debe entenderse que
es perentorio para efectos de garantizar el cumplimiento de los principios de
celeridad y de preclusión procesal. No obstante, cuando tales aclaraciones o
rectificaciones se soliciten con el fin de ejecutar la sentencia, puede eximirse
del cumplimiento del plazo antes referido con la finalidad de garantizar al eje-
cutante su derecho a la efectividad de las resoluciones judiciales.
B. Corresponde a continuación emitir un pronunciamiento sobre el aspecto
cuya aclaración ha sido solicitada por la tercera interesada.
a. En primer lugar, debe resaltarse que el solicitante pide específicamente
que se aclare la letra d, apartado (ii) del fallo contenido en la Sentencia del
1-IX-2016. En dicha parte de la resolución, este Tribunal requirió a la Presiden-
cia de la República que publicara “el listado, de los viajes internacionales rea-
lizados con fondos públicos por el Presidente de la República y [su entonces
esposa], conjunta o separadamente, durante el periodo comprendido entre el
1-VI-2009 y el 31-V-2014, incluyendo el nombre de los funcionarios y/o emplea-
dos que los acompañaron, destino, objetivo, valor del pasaje, viáticos asigna-
dos y cualquier otro gasto”.
De lo anterior, se infiere que dicho profesional persigue no solamente que
el Tribunal realice una aclaración sobre los alcances de la publicidad de los
viajes internacionales efectuados por el expresidente Carlos Mauricio Funes
Cartagena y su entonces esposa Vanda Pignato, sino también que se entien-
dan incluidos dentro de los datos que debían ser revelados por la Presidencia
de la República, como parte del efecto restitutorio establecido en la Sentencia
del 1-IX-2016, aquellos relativos a los viajes realizados por ambos funcionarios
en su carácter privado.
b. Respecto de lo antes apuntado, debe señalarse que todos los viajes in-
ternacionales –ya sean de carácter oficial o privado– realizados por la persona
que ocupa el cargo de Presidente de la República, así como los realizados por
su cónyuge, revisten interés público, en la medida que resulta necesario, en el
contexto de un Estado Constitucional de Derecho como el salvadoreño, el es-
crutinio ciudadano sobre el control que de tales viajes realizan las instituciones
públicas, entre otros aspectos. Dicho control corresponde, en el caso del Presi-
dente de la República, a la Asamblea Legislativa, en el ejercicio de la facultad
que le conceden los arts. 131 n° 15 y 158 de la Cn.
En efecto, en la sentencia definitiva correspondiente a este proceso se esta-
bleció que tales disposiciones constitucionales persiguen “en primer lugar, [...]
controlar las ausencias de dicho funcionario durante el ejercicio de la función
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y (ii) en lo relativo a los actos acaecidos en los años 2012, 2013 y 2014, la CCR
deberá practicar las auditorías que sean necesarias a fin de determinar posibles
responsabilidades administrativas en la gestión de recursos públicos, en caso
de que a la fecha no lo hayan efectuado. En ambos casos, el informe respectivo
deberá ser remitido a este Tribunal en el plazo arriba señalado.
Por tanto, en virtud de lo expuesto, esta Sala RESUELVE: (a) Téngase por
cumplido por parte de la Presidencia de la República el efecto restitutorio or-
denado en la sentencia pronunciada en este amparo en fecha 1-IX-2016, úni-
camente en lo relativo a la publicación de la información correspondiente a los
gastos del diseño, producción e implementación de campañas del año 2010 y
sus prórrogas; en consecuencia, devuélvase a dicha entidad el sobre cerrado,
bajo custodia de este Tribunal, que contiene la información relativa a dicho
rubro; (b) Téngase por no cumplido por parte de la Presidencia de la República
el antedicho efecto restitutorio en lo relativo a la publicación de la información
sobre viajes internacionales en misión oficial realizados por el expresidente
de la República Carlos Mauricio Funes Cartagena y su entonces esposa Vanda
Guiomar Pignato en el periodo presidencial 2009-2014, y sobre los gastos en
actividades protocolarias realizadas en ocasión de la visita de funcionarios ex-
tranjeros durante el mismo periodo; (c) Extiéndase al Presidente de la Repúbli-
ca una certificación íntegra de este proceso de amparo; (d) Declárese sin lugar
la solicitud del Presidente de la República relativa a que se le, devuelvan los
sobres cerrados que adjuntó en algunos de los informes presentados en este
amparo; (e) Requiérese a la Corte de Cuentas de la República que, en un plazo
de cinco días hábiles contados a partir de la notificación del presente auto,
remita los resultados de las auditorías realizadas o, en caso de no haberlas
realizado, las lleve a cabo e informe al tribunal en un plazo máximo de treinta
días hábiles contados a partir de la notificación de este auto, respecto al origen
y monto de los recursos estatales destinados por la Presidencia de la Repúbli-
ca a la realización de las siguientes actividades y erogaciones: (i) compra de
boletos aéreos destinados a misiones oficiales realizadas por el expresidente
Funes Cartagena y su entonces esposa Vanda Pignato durante el periodo pre-
sidencial 2009-2014, dentro de los cuales deberán incluirse todos los viajes que
se encuentran catalogados por la Dirección General de Migración y Extran-
jería como “oficiales” con independencia de que su realización se encuentre
respaldada o no mediante un acuerdo ejecutivo de encargo de despacho; (ii)
compra de boletos aéreos para las personas que integraron las comitivas de
acompañamiento a los funcionarios antes relacionados en misiones oficiales
durante el aludido periodo presidencial; (iii) otorgamiento de viáticos, gastos
de viaje y gastos terminales al expresamente Funes Cartagena y su entonces
esposa Vanda Pignato por la realización de misiones oficiales en el periodo en
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tiene el carácter de empleado público; (ii) que las labores pertenecen al giro
ordinario de la institución, es decir, que guardan relación con las competencias
de dicha institución; (iii) que las labores son de carácter permanente, en el
sentido de que se realizan de manera continua y, por ello, quien las efectúa
cuenta con la capacidad y experiencia necesarias para ejecutarlas de manera
eficiente; y (iv) que el cargo desempeñado no es de confianza, circunstancia
que debe determinarse con base en los criterios fijados por este Tribunal.
D. Además, el derecho a la estabilidad laboral conlleva una especial pro-
tección para los servidores públicos comprendidos en la carrera administrativa
frente a ciertos actos que anulan o limitan sus condiciones esenciales de traba-
jo, tales como los traslados arbitrarios.
a. El traslado es un acto administrativo en virtud del cual un servidor públi-
co asume, ante una necesidad imperiosa de la Administración, un cargo simi-
lar al que desempeñaba previo a la emisión de dicho acto. Su fundamento se
encuentra en la necesidad de garantizar que la institución para la cual labora
dicho servidor público realice adecuadamente cada una de sus funciones por
medio del recurso humano idóneo. Ello significa que el Estado tiene la facultad
de destinar a sus funcionarios y empleados a distintos puestos de trabajo, se-
gún su nivel de especialización, en aras de satisfacer un interés público.
b. Es necesario distinguir el traslado de otras figuras similares, previstas en
el ordenamiento jurídico, que también conllevan un cambio en alguna de las
condiciones de las relaciones laborales entre el Estado y sus servidores públicos.
Entre dichas figuras están las siguientes: (i) el ascenso, el cual le permite a una
persona ocupar un cargo de mayor jerarquía al que desempeñaba anterior-
mente; (ii) la permuta, que implica un intercambio voluntario de plazas entre
dos servidores públicos; y (iii) el descenso de clase, que consiste en el traslado
de un servidor público a un cargo de categoría inferior al que desempeñaba
previamente.
Este último opera como sanción, cuando a dicho servidor se le comprueba
descuido o mal comportamiento mediante resolución de la respectiva comisión
de servicio civil, y no debe ser confundido con el traslado. En este último se
produce un desplazamiento a una plaza de igual o similar categoría a la que
tenía asignada anteriormente la persona, en aras de satisfacer una necesidad
imperiosa de la institución pública correspondiente. En cambio, en el descenso
de clase ocurre una desmejora de ciertas condiciones laborales, como la cate-
goría del cargo, las funciones asignadas o el salario; producto de una sanción
debida al incumplimiento de sus atribuciones, por parte de un servidor, en el
ejercicio de su cargo primigenio.
c. Para que un traslado sea legítimo se debe justificar su necesidad, la cual
debe estar basada en razones objetivas relacionadas con el adecuado desem-
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tes: (i) que el cargo sea de alto nivel, es decir que sea determinante para la
conducción de la institución, (ii) que el cargo implique un grado mínimo de
subordinación al titular de la institución y (iii) que el cargo implique un vínculo
directo con el titular de la institución.
C. Al subsumir los hechos en las premisas precedentes se constata que: (i) la
actora era empleada pública, pues la contrató una persona jurídica de Derecho
Público –el Hospital Nacional Rosales–; (ii) que las labores de secretaria que
prestaba –atención a usuarios, archivo de ultrasonografías, entrega de citas–
pertenecían al giro ordinario de la institución contratante; (iii) que estas acti-
vidades no eran eventuales sino permanentes –las venía ejecutando desde el
año 2008– y (iv) que el cargo de secretaria no es de confianza; por consiguien-
te, se concluye que la actora era titular del derecho a la estabilidad laboral.
En la resolución impugnada el director del Hospital Nacional Rosales justi-
ficó la no renovación del contrato de la actora en el incumplimiento de las la-
bores asignadas y una deficiente atención a los usuarios. Este Tribunal advierte
que tales afirmaciones no pueden esgrimirse sin más y no ser objeto de prueba
en un procedimiento que asegure el derecho de defensa y contradicción del
empleado, de manera que al omitirlo el director del Hospital Nacional Rosales
conculcó el derecho a la estabilidad laboral de la peticionaria; en consecuencia,
se estimará la pretensión en este punto.
3. La actora adujo que su derecho a la protección no jurisdiccional fue cer-
cenado por el Tribunal de Servicio Civil al haber rechazado in limine su deman-
da de nulidad de despido con el argumento del incumplimiento de una mera
formalidad. Así, le negó la posibilidad de recurrir y controvertir la decisión del
director del Hospital Nacional Rosales.
A. A propósito del derecho a recurrir o derecho a los medios impugnativos,
en Sentencia de 28-V-2014, Amp. 695-2012, este Tribunal sostuvo que las dis-
posiciones que contemplan los requisitos y presupuestos de los medios de im-
pugnación deben interpretarse y aplicarse de conformidad con la Constitución,
lo que se traduce en la obligación de la jurisdicción ordinaria de interpretar y
aplicar esas disposiciones de la manera más favorable para la efectividad de
los derechos fundamentales. Una interpretación y aplicación restrictivas, como
exigir requisitos sin atender a su finalidad y sin verificar que esta se haya alcan-
zado por otros medios, puede devenir en la vulneración del derecho a recurrir.
B. En el presente caso el Tribunal observa que la demanda de nulidad de
despido fue interpuesta por el abogado Melvin Armando Zepeda en calidad
de defensor público laboral. Según consta en el auto de improponibilidad de
demanda emitido por el Tribunal de Servicio Civil el 1-IV-2016, el abogado
Zepeda legitimó su personería con la credencial única extendida por la PGR;
documento que de acuerdo con el art. 26 inc. 2º del Reglamento de la Ley
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POR TANTO: con base en las razones expuestas y en lo prescrito en los arts.
32, 33, 34 y 35 de la L.Pr.Cn, en nombre de la República, esta Sala FALLA:
(a) Declárase que ha lugar el amparo promovido por el abogado Melvin Ar-
mando Zepeda, en representación de MFSC, contra el director del Hospital
Nacional Rosales por la vulneración de los derechos de audiencia, de defen-
sa y a la estabilidad laboral de su defendida;
(b) Declárase que ha lugar el amparo incoado por el referido profesional con-
tra los miembros del Tribunal de Servicio Civil por la conculcación del dere-
cho a la protección no jurisdiccional de su representada;
(c) Invalídese la decisión del director del Hospital Nacional Rosales y, en conse-
cuencia, continúe la actora en el cargo que desempeñó previo a la resolu-
ción del referido funcionario.
(d) Páguese a la demandante la cantidad pecuniaria equivalente a los salarios
caídos, con base en el art. 61 inc. 4º de la Ley de Servicio Civil.
(e) Queda expedito a la demandante la promoción de un proceso por los da-
ños materiales y/o morales resultantes de la vulneración de derechos cons-
titucionales;
(f) Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ.---SONIA DE
SEGOVIA.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUS-
CRIBEN---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.
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por retención ilícita” con ref. 05-J2(230)-2012-3, promovido ante la Juez Espe-
cializada de la Niñez y Adolescencia de Santa Ana por el señor **********,
a favor de sus menores hijos ********** y **********, ambos de apellido
**********. En dicho recurso confirmaron la sentencia pronunciada por la
juez a quo, en el sentido de ordenar la restitución inmediata de los menores en
cuestión bajo la tutela de su padre.
Inconforme con dicha decisión, y luego de haber agotado otras vías impug-
nativas la recurrente los denunció ante la PDDH y ante esta Sala –en el proceso
de Amp. 607-2012– casi de forma simultánea. Los alegatos en ambos casos fue-
ron, a su juicio, los mismos que se plantearon en la primera y segunda instancia
de aquel proceso abreviado. Respecto del amparo iniciado ante este Tribunal,
se resolvió en fecha 12-IV-2012 declarar improcedente la demanda. Sin embar-
go, el titular de la PDDH decidió en fecha 6-V-2013 declararlos responsables de
la vulneración del derecho a un debido proceso de los menores **********.
El argumento esgrimido por dicha autoridad para emitir su decisión se re-
sume en que la vía procesal utilizada por la Juez Especializada para la Niñez y
Adolescencia de Santa Ana para atender la pretensión del señor **********
no fue la adecuada, pues llevó a cabo la sustanciación de un proceso abreviado
cuando lo correspondiente era el trámite de un proceso ordinario. A juicio del
titular de la PDDH, debieron haber advertido dicha circunstancia al resolver
el precitado recurso de alzada y, al confirmar la resolución pronunciada en
primera instancia, la antedicha vulneración de derechos humanos también les
fue imputada.
Como consecuencia de lo anterior, señalaron que en fecha 25-VI-2013 in-
terpusieron un recurso de revisión y rectificación contra la resolución en la que
se les declaró responsables de vulneraciones a derechos humanos, con base en
el art. 45 del Reglamento para la Aplicación de los Procedimientos del Sistema
de Protección de los Derechos Humanos de la PDDH (RAPS-PDDH). Sin embar-
go, la autoridad demandada resolvió dicho recurso 2 años, 11 meses y 28 días
después de haber sido planteado, confirmando la resolución impugnada.
B. En razón de lo expuesto en los párrafos que preceden, alegaron que
fueron vulnerados sus derechos de audiencia, de defensa, a la seguridad ju-
rídica y a la independencia judicial, pues el titular de la PDDH actuó como un
“tribunal de instancia” al declararlos responsables de vulneraciones a derechos
humanos sin darles oportunidad de ejercer adecuadamente su defensa y, con
ello, excedió las funciones encomendadas a ese funcionario en el art. 194 de la
Cn. A juicio de los pretensores, si bien dicha disposición constitucional faculta al
titular de la PDDH a señalar y censurar a los responsables de este tipo de con-
culcaciones, únicamente puede realizar tal función en el contexto del sistema
salvadoreño de protección jurisdiccional y no jurisdiccional de derechos. En ese
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mando lo resuelto por la juez de primera instancia; (iii) que en fecha 6-V-2013
el titular de la PDDH resolvió, en el contexto del procedimiento administrativo
con ref. SS-0524-2012, declarar responsables a los integrantes de la referida
Cámara –actores en este amparo– de la vulneración a los derechos a un debido
proceso, a “la adopción de medidas especiales para su protección” y “a opinar
y que dicha opinión sea tenida en cuenta” de los menores **********, por
no haber enmendado la vulneración directa de tales derechos causada por
la juez a quo con su sentencia; (iv) que en fecha 24-VI-2013 los pretensores
interpusieron recurso de revisión y rectificación de la decisión adoptada por
el titular de la PDDH; y (v) que en fecha 18-V-2016 la autoridad demandada
resolvió la referida impugnación confirmando en todas sus partes la primera
de sus decisiones.
2. Establecido lo anterior, corresponde verificar si la autoridad demandada
vulneró los derechos invocados por los pretensores.
A. Los abogados Barillas de Segovia y Marroquín Martínez sostienen que
las resoluciones impugnadas en este proceso de amparo han vulnerado su
derecho a la seguridad jurídica, pues el titular de la PDDH, al declararlos res-
ponsables de trasgresiones a derechos humanos en el caso de los menores
**********, ejerció de manera desnaturalizada y arbitraria las potestades que
le han sido conferidas en el art. 194 de la Cn. Y es que, a su juicio, la autoridad
demandada pretendió actuar como un “tribunal de instancia” al tomarse la
atribución de adjudicarles responsabilidad, sin encontrarse constitucional y le-
galmente facultado para ello.
En relación con ello, afirman que el titular de la PDDH desatendió las re-
soluciones pronunciadas por esta Sala y por la Presidencia de la Corte en el
proceso de Amp. 607-2012 y en el procedimiento con ref. 108/2013 (53), en las
cuales se les relevó de responsabilidad respecto a las presuntas vulneraciones
que se les imputaron, por lo que la autoridad demandada incumplió su deber
legal de acatar los precedentes jurisdiccionales, lo cual también derivó en la
vulneración de su derecho a la seguridad jurídica. Finalmente, alegan que el
titular de la PDDH intentó incidir de manera directa e ilegítima en el caso de
los menores ********** con la emisión de los actos reclamados, con lo cual se
habría transgredido el principio de independencia judicial.
B. a. La Constitución le atribuye un papel relevante a la PDDH en la conser-
vación y defensa de los derechos fundamentales. Así lo ha afirmado la jurispru-
dencia de este Tribunal en la Sentencia de fecha 28-III-2006, pronunciada en el
proceso de Inc. 2-2005, al sostener que corresponde al Ministerio Público, por
medio de la PDDH, velar de manera permanente por el respeto y promoción de
los derechos de las personas. Dicha entidad se encuentra llamada a guardar y ga-
rantizar su independencia orgánica con respecto a los otros Órganos del Estado,
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B. Teniendo en cuenta lo dispuesto en los arts. 330 inc. 2º, 331 y 341 inc. 1º
del Código Procesal Civil y Mercantil (C.Pr.C.M.) –de aplicación supletoria a los
procesos de amparo–, con la certificación y copias simples de los documentos
antes detallados, se han comprobado los hechos que en ellos se consignan.
C. Con base en los elementos de prueba presentados, valorados conjunta-
mente y conforme a la sana crítica, se tienen por establecidos los siguientes he-
chos y datos: (i) que la sociedad D’QUISA, S.A. de C.V., fue demandada por la
sociedad Alas Doradas, S.A. de C.V., ante la Jueza (3) del Juzgado Quinto de lo
Civil y Mercantil de esta ciudad en el proceso declarativo común de existencia
de obligación ref. 05353-13-MRPC-5CM3; (ii) que la demandante señaló como
dirección para que la sociedad demandada fuera emplazada la **********,
departamento de San Salvador; (iii) que el notificador del mencionado juzga-
do no llevó a cabo el acto de comunicación, en virtud de haber sido informa-
do que la sociedad D’QUISA, S.A. de C.V., ya no se encontraba funcionando
en el lugar señalado; (iv) que la autoridad judicial previno a la demandante,
por medio de la resolución pronunciada el 21-X-2013, para que se pronunciara
sobre la situación antes relacionada, quien expresó que no contaba con otra
dirección para que se efectuara el emplazamiento, por lo que solicitó que se
procediera de conformidad con el art. 181 del C.Pr.C.M.; (v) que por medio de
la resolución de fecha 12-XI-2013 se solicitó al ISSS y al Registro de Comercio
información relacionada con la sociedad D’QUISA, S.A. de C.V.; (vi) que la au-
toridad judicial demandada, por resolución del 20-I-2014, en virtud de que las
instituciones proporcionaron la misma dirección en la que ya se había intenta-
do la notificación, tuvo por agotado los medios pertinentes para localizar a la
sociedad demandada y resolvió notificar a la sociedad D’QUISA, S.A. de C.V.,
por medio de edicto; (vii) que por resolución de fecha 27-V-2014 se nombró
a la abogada Laura Geordana Cortez Rosales como curadora ad litem de la
sociedad D’QUISA, S.A. de C.V.; (viii) que por resolución de fecha 10-VI-2014 la
Jueza (3) del Juzgado Quinto de lo Civil y Mercantil ordenó que se emplazara
a la sociedad demandada mediante la curadora ad litem nombrada para que
representara sus intereses; (ix) que la referida autoridad emitió sentencia el
19-IX-2014, mediante la cual se condenó a la sociedad D’QUISA, S.A. de C.V.,
al pago de cierta cantidad de dinero a favor de la sociedad Alas Doradas, S.A.
de C.V.; (x) que dicha resolución le fue notificada a la sociedad demandada por
medio de la curadora ad litem según esquela de fecha 24-IX-2014.
2. A. Con relación a la supuesta vulneración de los derechos de audiencia,
defensa y a la propiedad, por la falta de emplazamiento y notificación de la
sentencia pronunciada en el proceso declarativo común de existencia de obli-
gación ref. 05353-13-MRPC-5CM3, es preciso señalar que las notificaciones de
las decisiones judiciales a las partes son actos de comunicación mediante los
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para recibir los actos de comunicación, en aras de cumplir con las formalidades
prescritas en la norma previamente citada y en el art. 11 de la Cn.
Por todo lo expuesto, se colige que la sociedad D’QUISA, S.A de C.V., al no
haber sido emplazada ni notificada conforme lo establece la legislación aplica-
ble, no tuvo la oportunidad real de intervenir en el proceso seguido en su con-
tra, en virtud de lo cual no pudo ejercer los derechos que le franqueaba la ley,
razón por la cual deberá estimarse su pretensión y, en consecuencia, declararse
que ha lugar el amparo que solicita.
VI. Determinada la transgresión constitucional derivada de la actuación
de la autoridad demandada, corresponde establecer el efecto de la presente
sentencia.
1. El art. 35 inc. 1º de la L.Pr.Cn. establece que el efecto material de la
sentencia de amparo consiste en ordenarle a la autoridad demandada que las
cosas vuelvan al estado en que se encontraban antes de la vulneración consti-
tucional. Pero, cuando dicho efecto ya no sea posible, la sentencia de amparo
será meramente declarativa, quedándole expedita al amparado la promoción
de un proceso en contra del funcionario personalmente responsable.
En efecto, de acuerdo con el art. 245 de la Cn., los funcionarios públicos que,
como consecuencia de una actuación u omisión dolosa o culposa, hayan vulne-
rado derechos constitucionales deberán responder, con su patrimonio y de ma-
nera personal, de los daños materiales y/o morales ocasionados. En todo caso,
en la Sentencia del 15-II-2013, Amp. 51-2011, se aclaró que, aun cuando en una
sentencia estimatoria el efecto material sea posible, el amparado siempre tendrá
expedita la incoación del respectivo proceso de daños en contra del funcionario
personalmente responsable, en aplicación directa del art. 245 de la Cn.
2. A. En el presente caso, al haberse comprobado la vulneración a los dere-
chos de audiencia, defensa y a la propiedad de la sociedad D’QUISA, S.A. de
C.V., como consecuencia de la sentencia emitida el 19-IX-2014 por la Jueza (3)
del Juzgado Quinto de lo Civil y Mercantil de San Salvador, mediante la cual
se le condenó al pago de cierta cantidad de dinero a favor de la sociedad Alas
Doradas, S.A. de C.V., el efecto restitutorio de esta sentencia de amparo se
concretará en dejar sin efecto la aludida resolución, así como todos los actos
que se efectuaron con posterioridad a esa actuación.
En consecuencia, deberá retrotraerse el proceso declarativo común de exis-
tencia de obligación en cuestión al momento en que se admitió la demanda
presentada, a efecto de que se emplace debidamente a la referida sociedad
y esta cuente con la oportunidad de ejercer la defensa de los derechos que la
Constitución y la ley le confieren.
B. Además, en atención a los arts. 245 de la Cn. y 35 inc. 1º de la L.Pr.
Cn., la parte actora tiene expedita la promoción de un proceso, por los daños
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ción que no sea generada o establecida por la Constitución o la ley, siendo una
de estas limitaciones el objeto natural al cual se debe: la función social –art.
103 inc. 1º de la Cn.–.
Finalmente, cabe aclarar que el derecho a la propiedad previsto en el art. 2
de la Cn. no se limita a la tutela del derecho real de dominio que regula la legis-
lación civil, sino que, además, abarca la protección de los derechos adquiridos
o de las situaciones jurídicas consolidadas por un sujeto determinado y sobre
los cuales este alega su legítima titularidad.
2. A continuación, se especificarán algunas nociones sobre la potestad tri-
butaria municipal (A); los limites formales y materiales de dicha potestad (B); y
los tributos, su clasificación y diferencias (C).
B. En el ejercicio de su autonomía local, los municipios gozan de potestad
tributaria, pues se encuentran facultados conforme a lo prescrito en los arts.
204 de la Cn. y 3 nº 1 del Código Municipal (CM) para decretar tasas y contri-
buciones especiales. Esta potestad es ejecutada por medio de la emisión de
ordenanzas municipales, las cuales deberán cumplir con los principios básicos y
el marco normativo que establecen la Constitución y la ley, en particular la Ley
General Tributaria Municipal.
C. a. Los principios que, según la jurisprudencia de esta Sala –v. gr., las Sen-
tencias de 9-VII-2010 y 5-X-2011, Inc. 35-2009 y Amp. 587-2009, respectivamen-
te–, constituyen los límites formales –reserva de ley y legalidad tributaria– y
materiales –capacidad económica, igualdad, progresividad y no confiscación–
de la potestad tributaria funcionan como garantías –en sentido amplio– del
derecho a la propiedad. En ese orden, la inobservancia o el irrespeto de alguno
de esos principios puede ocasionar una intervención ilegítima en el citado de-
recho, por lo que su vulneración puede ser controlada por la vía del proceso de
amparo, como dispone el art. 247 de la Cn.
b. Respecto al principio de reserva de ley en materia tributaria, en la Sen-
tencia de 23-XI2011, Amp. 311-2009, se sostuvo que este tiene como finalidad
garantizar, por un lado, el derecho a la propiedad frente a injerencias arbitra-
rias del poder público –dimensión individual– y, por otro lado, el principio de
autoimposición, esto es, que los ciudadanos no paguen más contribuciones
que aquellas a las que sus legítimos representantes han prestado su consenti-
miento –dimensión colectiva–.
Dicho principio tiene por objeto que un tema de especial interés para los
ciudadanos –el reparto de la carga tributaria– dependa exclusivamente del
órgano estatal que, por los principios que rigen su actividad, concilia de mejor
manera los intereses contrapuestos en ese reparto. Así, en nuestro ordena-
miento jurídico la reserva de ley tributaria tiene reconocimiento expreso en
el art. 131 ord. 6º de la Cn.; sin embargo, este debe integrarse de manera
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sistemática con lo dispuesto en el art. 204 ord. 1º de la Cn., que habilita a los
municipios a establecer tasas y contribuciones especiales, por lo que la reserva
solo afecta a esta clase de tributos cuando son de alcance nacional.
C. a. La jurisprudencia de esta Sala –v. gr., las Sentencias de 16-I-2013 y
17-IV-2013, Incs. 81-2007 y 1-2008, respectivamente– ha sostenido que el im-
puesto es el tributo cuyo hecho imponible es definido sin referencia alguna a
servicios o actividades de la Administración. Por ende, el impuesto es el tributo
por antonomasia: se paga porque se ha realizado un hecho indicativo de capa-
cidad económica, sin que la obligación tributaria se conecte causalmente con
actividad administrativa alguna.
Así, en la Sentencia de 7-II-2014, Inc. 63-2013, se sostuvo que los presu-
puestos elementales del impuesto son: (i) una vocación o aptitud general, lo
que conlleva un cobro a todo ciudadano sin distinción que realice el hecho
generador; (ii) no guardan una relación directa e inmediata con un beneficio
determinado para el obligado tributario; (iii) por lo general, en cuanto ingre-
san a las arcas del Estado conforme al principio de unidad de caja, éste puede
disponer de ellos de acuerdo con lo estipulado en el presupuesto general del
Estado –lo anterior sin perjuicio de que existen algunos impuestos con destino
específico–; (iv) el pago del referido tributo no es optativo ni discrecional, lo
que implica que su cumplimiento puede exigirse coactivamente por la vía judi-
cial; y (v) la capacidad económica del contribuyente es un principio de justicia y
equidad que debe reflejarse en la ley que lo crea, lo que no significa que pierda
su vocación de carácter general.
Por otra parte, en la Sentencia de 15-II-2012, Inc. 66-2005, se estableció que
la tasa es el tributo cuyo hecho generador está integrado por una actividad o
servicio divisible del Estado o Municipio, hallándose esa actividad relacionada
directamente con el contribuyente. La jurisprudencia de este Tribunal –v. gr., la
Sentencia del 30-IV-2010, Amp. 142-2007– ha caracterizado a las tasas con los
siguientes elementos: (i) es un gravamen pecuniario, que puede regularse en una
ley u ordenanza municipal y frente al cual el Estado o el municipio se comprome-
ten a realizar una actividad o contraprestación, la cual debe plasmarse expresa-
mente en su texto; (ii) se trata de un servicio o actividad divisible, a fin de posibili-
tar su particularización; y (iii) se trata de actividades que el Estado o el municipio
no pueden dejar de prestar porque nadie más está facultado para desarrollarlas.
En resumen, las características propias y esenciales de la tasa son, por un
lado, que el hecho generador supone un servicio vinculado con el obligado al
pago, y, por otro, que dicho servicio constituye una actividad estatal inherente
a la soberanía. Es decir, para que exista una tasa debe haber una contrapres-
tación realizada por el Estado o el municipio que se particulariza en el contribu-
yente y la cual no puede ser efectuada por un ente privado.
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cual el municipio sí estaría facultado para crearla, ya que pareciera que se efec-
túa un cobro por la prestación de un servicio: el otorgamiento de un permiso.
Esta conclusión sería errónea.
En primer lugar, en la Sentencia de 13-III-2006, Inc. 27-2005, esta Sala acla-
ró que no es válido exigir el pago de tasas por la prestación de servicios o
realización de actividades que no sean susceptibles de ser individualizadas en
sujetos determinados. De ahí que, cuando el beneficiado sea el conjunto social
o una parte del mismo, la financiación de los servicios públicos de que se trate
solo puede hacerse vía impuestos o contribuciones especiales. No es válido, en
cambio, exigir el pago de una tasa a los destinatarios de una actuación de la
Administración de esa naturaleza. En efecto, tal circunstancia rompería la idea
de la tasa como una prestación exigida en ocasión de una actividad del ente
público que beneficia particularmente al obligado.
En segundo lugar, en el presente caso, según el objeto de la normativa
cuestionada y su hecho generador, la prestación que el contribuyente reci-
biría no es el otorgamiento de un permiso por cambio de suelo, calificación
del lugar o revisión vial –lo que sí podría ser objeto de una tasa–, sino la
realización de proyectos eco-ambientales en áreas de máxima protección;
la recuperación, rescate y conservación de las zonas con vocación ambiental
y paisajística, para convertir, las que sea posible, en zonas eco-turísticas; la
realización de programas que generen en la población conciencia ecológica
respecto al tratamiento adecuado que debe darse a la flora, fauna y recur-
sos hídricos; la impartición de seminarios sobre el manejo ambientalmente
responsable de los recursos naturales para la preservación y restauración del
equilibrio ecológico; el desarrollo de proyectos para dotar de servicios básicos
a las comunidades, que permitan mejorar su calidad de vida; y el desarrollo
e implementación de medidas de conservación de las zonas verdes y de las
fuentes hídricas naturales, obras tanto superficiales como subterráneas, con
la finalidad de proporcionar a los habitantes del municipio un medio ambien-
te que mejore la calidad de vida. En ese sentido, tampoco puede afirmarse
que se está en presencia de una tasa municipal.
En virtud de lo expuesto, se concluye que el tributo contenido en el art. 5
de la OCEPPEAMA se adecua a la categoría de los impuestos, aunque en la ci-
tada ordenanza se le denomine “contribución especial”, y por ello, con su crea-
ción, el Concejo Municipal de Apopa ha infringido el principio de reserva de ley
en materia tributaria. De igual forma, se advierte la vulneración del derecho a
la propiedad de la sociedad demandante, pues la citada disposición la obliga a
pagar cierta cantidad de dinero en concepto de un tributo que es contrario a
la Constitución; razón por la cual corresponde estimar la pretensión planteada
por la citada sociedad, declarando que ha lugar el amparo.
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contra de la aludida sentencia, dentro del cual presentó un escrito por medio del
cual ofreció como prueba copias de documentos de compraventa para que fuera
valorada por dicha autoridad; (iii) que en el mencionado escrito se consignó el
número de referencia EDA: JOR 16/10 C-III, cuando la referencia del incidente de
apelación en cuestión era 16-2009 C-III; (iv) que la referida documentación no
fue incorporada físicamente al expediente del recurso de apelación en cuestión,
sino que, al constatarse la incorrección antes descrita, se previno a la represen-
tante del recurrente que corrigiera tal error, pero esta, a pesar de varios intentos,
no logró subsanarlo; (v) que no consta en el proceso que la autoridad judicial
demandada haya emitido pronunciamiento alguno respecto a la situación an-
tes descrita; y (vi) que la Cámara de Segunda Instancia de la Tercera Sección de
Oriente emitió sentencia con fecha 23-II-2011, por medio de la cual confirmó la
sentencia pronunciada en primera instancia.
2. A. En el presente caso la autoridad demandada justificó el no haber
agregado y valorado la prueba documental que oportunamente le presentó el
actor en la incorrección cometida por la defensora pública que representaba a
este, al plasmar en su escrito un número de referencia que correspondía a otro
proceso judicial de naturaleza jurídica distinta. De ello se colige que la aludida
autoridad hace recaer la responsabilidad de su omisión en el pretensor, pues
este, a pesar de haber sido requerido en varias ocasiones para que enmendara
su error, no logró subsanarlo.
B. Al respecto, se advierte que en virtud del principio iura novit curia –el
Derecho es conocido para el Tribunal– los jueces están facultados para suplir
de oficio los errores de derecho en los que incurran las partes dentro de un
proceso judicial, siendo tal suplencia posible únicamente en aquellos casos en
los que el error o la deficiencia sea eminentemente jurídica.
Ahora bien, no obstante la consignación de un número de referencia inco-
rrecto en un escrito no constituye un error de derecho, la Cámara de Segunda
Instancia de la Tercera Sección de Oriente debió subsanar de oficio el error que
advirtió, a efecto de potenciar el ejercicio de los derechos fundamentales de
defensa y a utilizar los medios probatorios pertinentes del actor. Es decir que,
en aras de favorecer el ejercicio de tales derechos, debió agregar físicamente al
expediente tanto el escrito como los documentos que lo acompañaban; sobre
todo porque verificó en sus registros que estos correspondían al incidente de
apelación interpuesto por el demandante y contaba con elementos suficientes
para subsanar el error material advertido.
Y es que, independientemente de si los medios probatorios propuestos
eran o no admisibles, o si parte de ellos ya habían sido agregados con anteriori-
dad al proceso, la autoridad demandada debió anexarlos materialmente al ex-
pediente correcto, analizarlos y emitir un pronunciamiento motivado al respec-
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(L.Pr.Cn.), quienes manifestaron que eran ciertos los hechos que les fueron
atribuidos en la demanda, por lo que el Alcalde y el Concejo Municipal de la
Libertad elegidos en el año 2015 aumentaron el salario del actor en enero y
en abril de 2016, con lo cual la nueva administración municipal no vulneró los
derechos del pretensor.
C. Finalmente, se le confirió audiencia a la Fiscal de la Corte de conformi-
dad con el art. 23 de la L.Pr.Cn., pero esta no hizo uso de la oportunidad pro-
cesal que le fue conferida.
3. Por auto de fecha 10-III-2017 se confirmó la denegatoria de la suspen-
sión de los efectos del acto reclamado y, además, se pidió a las autoridades
demandadas que rindieran el informe justificativo que regula el art. 26 de la.
L.Pr.Cn., pero estas no atendieron el requerimiento que se les efectuó.
4. Posteriormente, en virtud de la resolución de fecha 22-V-2017 se con-
firieron los traslados que ordena el art. 27 de la L.Pr.Cn., respectivamente, a
la Fiscal de la Corte, quien manifestó que le correspondía a las autoridades
demandadas comprobar que su actuación no le causó al demandante alguna
afectación a sus derechos constitucionales; y a la parte actora, quien ratificó lo
que expuso en su demanda.
5. Por auto de fecha 7-VIII-2017 se concedió audiencia al pretensor para
que se pronunciara sobre la posible causa por la que correspondería sobreseer
en el presente proceso, en virtud de que las autoridades demandadas presen-
taron una constancia de la cual se deduce que se efectúo el aumento de salario
que el actor reclama. Al respecto, el peticionario alegó que, si bien en el año
2016 recibió dos aumentos salariales, aún subsistía el agravio ocasionado por
los años en los que no devengó las cantidades de dinero que le correspondían,
por lo que manifestó su oposición a que se sobreseyera en el presente amparo.
6. Por resolución de fecha 24-VIII-2017 se abrió a pruebas este proceso por
el plazo de ocho días, de conformidad con lo prescrito en el art. 29 de la L.Pr.
Cn., lapso en el cual las partes ofrecieron la prueba que estimaron pertinente.
7. A continuación, en virtud del auto de fecha 25-IX-2017 se otorgaron
los traslados que ordena el art. 30 de la L.Pr.Cn., respectivamente, a la Fiscal
de la Corte, quien sostuvo que se ha establecido la vulneración constitucional
alegada por el peticionario, en virtud de que las autoridades demandadas han
aceptado la omisión que se les atribuye; a la parte actora, quien reiteró los
argumentos expuestos en sus anteriores intervenciones; y a las autoridades de-
mandadas, quienes sostuvieron que ya se efectuó el aumento de salario que el
pretensor les reclama, por lo que solicitan se sobresea en el presente amparo,
por haber cesado los efectos de la actuación impugnada.
8. Con estas últimas actuaciones, el proceso quedó en estado de pronun-
ciar sentencia.
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lo cual supuestamente obedeció a una discriminación por ser una persona que
adolece de una discapacidad física.
IV. 1. A. En la Sentencia de fecha 4-V-2011, emitida en el proceso de Inc.
18-2010, se sostuvo que la igualdad es uno de los valores constitucionales –
junto con el de libertad– en los que se concreta la justicia (art. 1 inc. 1° de la
Cn.), entendida esta clásicamente como “dar a cada quien lo suyo”. Además, la
igualdad es un principio constitucional y un derecho fundamental, reconocido
en el art. 3 inc. 1° de la Cn.
De la igualdad, como principio constitucional, se deducen las siguientes
obligaciones: (i) tratar de manera idéntica las situaciones jurídicas idénticas;
(ii) tratar de manera diferente las situaciones jurídicas que no comparten nin-
guna característica, (iii) tratar de manera igual aquellas situaciones jurídicas en
las cuales las similitudes son más relevantes que las diferencias y (iv) tratar de
manera diferente aquellas situaciones jurídicas en las cuales las diferencias son
más relevantes que las similitudes.
De lo anterior se colige que, si bien la igualdad se presenta como un man-
dato de carácter predominante formal, su correcta aplicación requiere del in-
térprete la valoración de las circunstancias concretas de las situaciones jurídi-
cas comparadas, a efecto de determinar si procede equiparar o diferenciar.
Inclusive, existen casos en los cuales se puede justificar constitucionalmente el
nato diferenciado, por medio de acciones positivas, a fin de lograr la igualdad
formal en el plano real; se habla, en ese sentido, de “igualdad material”.
La igualdad, como principio constitucional, irradia hacia todo el ordena-
miento jurídico, en su creación y aplicación. Así, el legislador, al momento de
expedir la normativa secundaria, debe tratar de manera paritaria a los ciuda-
danos que se encuentran en situaciones equiparables (igualdad en la formula-
ción de la ley). Por su parte, los funcionarios de la Administración y del Órgano
Judicial deben resolver de modo idéntico los supuestos idénticos (igualdad en
la aplicación de la ley).
Más aun, es posible afirmar que la igualdad alcanza a las relaciones jurídicas
que se entablan entre los particulares; es decir, su eficacia no es solo vertical, sino
también horizontal. Por ejemplo, en el ámbito laboral, la contratación o la re-
muneración discriminatorias constituyen vulneraciones del principio de igualdad.
Con base en el art. 3 inc. 1° de la Cn., toda persona tiene derecho a exigir
al Estado y, en su caso, a los particulares que se le brinde un trato igual fren-
te a situaciones jurídicas idénticas o equiparables y a exigir que se le brinde
un trato desigual frente a situaciones totalmente diferentes o que no sean
equiparables.
B. En ese orden, es pertinente aclarar que, cuando se dice que dos perso-
nas, cosas o situaciones son iguales, ello no significa que sean idénticas, sino
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b. Por otro lado, el art. 314 ord. 1° del C.Pr.C.M. establece que no requie-
ren ser probados los hechos admitidos por las partes. Estos son los hechos no
controvertidos por los intervinientes, es decir, aquellos sobre los que existe
conformidad entre las partes, porque: (i) ambas han afirmado los mismos he-
chos; (ii) una de ellas ha admitido los aseverados por la contraria; o (iii) una de
ellas los ha corroborado mediante la exposición de otros hechos o argumentos
relacionados con los expresados por la contraparte. El tener por establecidos
los hechos admitidos en el proceso, de modo que queden excluidos de prueba,
es algo razonable y que se encuadra dentro del poder de disposición de las
partes, pues si estas pueden disponer de su pretensión o resistencia, también
pueden disponer de los hechos que la sustenta.
En el presente caso, el actor afirmó en su demanda que las autoridades
demandadas no lo incluyeron en el aumento de salario que la referida muni-
cipalidad efectuó en el año 2014 y que esto se debió a una discriminación por
ser una persona que adolece de una discapacidad física. Por su parte, las au-
toridades demandadas, al rendir el informe que les fue solicitado, aseveraron
que eran ciertos los hechos que el pretensor les atribuyó en su demanda y que,
para resarcir las vulneraciones cometidas, aumentó el salario de este en enero
y en abril de 2016. Con estas manifestaciones, dichas autoridades han admiti-
do los hechos aseverados por el pretensor en su demanda.
C. Con base en los elementos de prueba presentados y la aceptación de los
hechos expresada por las autoridades demandadas, valorados conjuntamente
y conforme a la sana crítica, se tienen por establecidos los siguientes hechos y
datos: (i) que el actor labora para la municipalidad de La Libertad en el cargo
de administrador del Cementerio Municipal; (ii) que las autoridades deman-
dadas no lo incluyeron en el aumento de salario que la referida municipalidad
efectuó para la mayoría de los empleados en el año 2014; (iii) que exclusión
del incremento salarial antes relacionado se debió a que el pretensor es una
persona que adolece de una discapacidad física; y (iv) que al demandante se le
aumentó su salario en enero y en abril de 2016.
2. En el presente caso, debe determinarse si la exclusión del actor en el in-
cremento salarial que la municipalidad de La Libertad otorgó a sus empleados
en el año 2014 se encontraba justificada o si, por el contrario, dicha exclusión
constituye un trato discriminatorio debido a la discapacidad física que el pre-
tensor padece.
A. a. La Convención Interamericana para la Eliminación de todas las Formas
de Discriminación contra las Personas con Discapacidad –ratificada mediante
Decreto Legislativo n° 610 de fecha 15-XI-2001, publicado en el Diario Oficial
n° 238, Tomo 353, del 17-XII-2001– define la discapacidad como “... una defi-
ciencia física, mental o sensorial, ya sea de naturaleza permanente o temporal,
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al empleado igual remuneración, cualquiera que sea su sexo, raza, credo o na-
cionalidad. Al respecto, de acuerdo con los arts. 2 y 3 del Convenio n° 100 de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre igualdad de remuneración,
los Estados tienen el deber de garantizar a todos los trabajadores el principio de
igualdad salarial, mediante la promoción de métodos objetivos para la fijación
de tasas salariales, la incorporación de un sistema de escaños salariales en la ley
de la materia o el fomento de su uso en las contrataciones colectivas, entre otros.
En el informe sobre Igualdad Salarial: Guía Introductoria (2013), la OIT sos-
tiene que en virtud del mencionado derecho debe asegurarse a los trabajado-
res recibir igual salario por un trabajo igual o bien de igual valor –cuando pese
a las diferencias entre dos o más puestos de trabajo, la importancia del servicio
aportado y las competencias requeridas para su realización son equiparables–;
ello exige al empleador –público o privado– realizar una evaluación objetiva
de los puestos de trabajo, es decir, del tipo de atribuciones a desempeñar, los
conocimientos exigidos, las aptitudes requeridas, etc., para valorar y fijar la
categoría salarial que corresponde, a fin de que a las personas que desarrollan
similares atribuciones o de igual valor se les reconozca igual salario.
b. En este contexto, no debe confundirse la evaluación técnica objetiva
de los puestos de trabajo –empleadas para establecer los rangos salariales de
cada cargo– con la evaluación de rendimiento del personal, la cual tiene por
objeto medir y valorar la productividad del empleado, su desempeño, aptitu-
des, el interés por actualizar sus conocimientos y aportarlos a las labores, el
cumplimiento de metas, etc.; factores que, indiscutiblemente inciden y justi-
fican ascensos de puesto de trabajo, el reconocimiento de incrementos sala-
riales, bonificaciones u otros incentivos a quienes tienen mejores resultados.
Otros factores a considerar en la evaluación de rendimiento son la antigüedad,
la experiencia profesional y la formación académica del personal.
En el mencionado informe, la OIT señala que de la evaluación del rendimien-
to puede resultar favorecido un trabajador en concreto con el reconocimiento de
una prima o emolumento diferente en relación con otros, sin que ello represente
un trato discriminatorio al resto de empleados si los criterios empleados para
dicha evaluación no son discriminatorios en sí y todo aquel, en su misma posición
laboral, ha tenido la oportunidad de beneficiarse de estas primas.
c. De lo anterior se colige que las diferencias en el pago de las remunera-
ciones al personal que realiza igual trabajo no implican per se una vulneración
al derecho a la igualdad salarial, pues la valoración de algunos aspectos en el
desempeño de las labores, tales como la productividad, aptitudes, capacida-
des, formación continua, etc., puede colocar a uno o varios empleados en una
posición diferente al resto que merezca reconocimiento mediante aumentos
salariales, ascensos, bonificaciones, etc. De ahí que la conculcación al derecho
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(i) que la vulneración constitucional ocasionada por sus actuaciones dio lugar a
la existencia de tales daños –morales o materiales–; y ii) que dicha circunstan-
cia se produjo con un determinado grado de responsabilidad –dolo o culpa–.
Asimismo, deberá establecerse en dicho proceso, con base en las pruebas apor-
tadas, el monto estimado de la liquidación que corresponda, dependiendo de
la vulneración acontecida y del grado de responsabilidad en que se incurrió en
el caso particular.
POR TANTO: con base en las razones expuestas y lo prescrito en los arts.
3, 38 ord. V y 245 de la Cn., así como en los arts. 32, 33, 34 y 35 de la L.Pr.Cn.,
a nombre de la República, esta Sala FALLA: (a) Declárese sin lugar el sobre-
seimiento planteado por el Alcalde y el Concejo Municipal de La Libertad, en
virtud de los argumentos expuestos en el Considerando II de esta sentencia; (b)
Declárase qué ha lugar el amparo solicitado por el señor M. A. G. contra el Al-
calde y el Concejo Municipal de La Libertad, por la vulneración de sus derechos
fundamentales a la igualdad y a una retribución; (c) Queda expedita al señor
M. A. G. la promoción de un proceso por los daños materiales y/o morales
ocasionados como consecuencia de la vulneración de derechos constituciona-
les declarada en esta sentencia, directamente en contra de las personas que
cometieron la aludida vulneración constitucional; y (d) Notifíquese.
A. PINEDA.---R. E. GONZALEZ.--- FCO. E. ORTIZ. R.---PRONUNCIADO POR
LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.---SRIA.---
RUBRICADAS.
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que la separación del cargo del actor se realizó sin haberse tramitado previa-
mente un procedimiento en el cual pudiera ejercer la defensa de sus derechos.
2. A. a. Cuando se ordenó su despido, el demandante desempeñaba el
puesto de atención al contribuyente en la municipalidad de El Tránsito, de
lo cual se colige que la relación laboral en cuestión era de carácter público y,
consecuentemente, aquel tenía a la fecha de su separación del mencionado
puesto de trabajo la calidad de servidor público.
b. Asimismo, dado que la autoridad demandada no alegó ni comprobó que
el cargo desempeñado por el pretensor se encontraba excluido del régimen la-
boral regulado en la Ley de la Carrera Administrativa Municipal (LCAM), se co-
lige que el peticionario era empleado incorporado a la carrera administrativa
municipal y titular del derecho a la estabilidad laboral reconocido en el art. 219
de la Cn. Al respecto, el art. 50 n° 1 de la LCAM dispone que los funcionarios o
empleados de la carrera gozan de “estabilidad en el cargo”; en consecuencia,
no pueden ser destituidos, suspendidos, permutados, trasladados o rebajados
de categoría sino en los casos y con los requisitos que establece la ley.
B. Por otra parte, se ha acreditado que el Concejo Municipal de El Tránsito
emitió el Acuerdo n° 10 de fecha 9-III-2016, en el que ordenó la supresión de
la plaza de trabajo del demandante. En dicho documento se hizo constar que,
por encontrarse subutilizadas y con el fin de optimizar el uso de los recursos de
la municipalidad, se consideraba procedente suprimir algunas plazas.
3. A. El derecho a la estabilidad laboral de los empleados públicos no es ab-
soluto ni debe entenderse como el derecho a una completa inamovilidad, pues
puede ceder ante el interés general de mejoramiento de los servicios de la Ad-
ministración Pública. En ese sentido, las instituciones públicas están facultadas
constitucional y legalmente para adecuar su funcionamiento y estructura a las
necesidades de los servicios que prestan, por lo que pueden crear, modificar,
reorganizar y suprimir los cargos de su personal cuando las necesidades públi-
cas o las limitaciones fiscales se lo impongan.
Sin embargo, ello no debe implicar el menoscabo del derecho a la estabi-
lidad laboral del que gozan los servidores públicos y convertir la supresión de
plazas en un sistema anómalo o encubierto de remoción y sustitución de perso-
nas. Por ello, previo a ordenar la supresión de un puesto de trabajo, se requiere
que la autoridad competente cumpla con las formalidades siguientes: (i) ela-
borar un estudio técnico de justificación, basado exclusivamente en aspectos
de presupuesto, necesidad del servicio y técnicas de análisis ocupacional; (ii)
adoptar las medidas compensatorias de incorporación a un empleo similar o
de mayor jerarquía o, cuando se demuestre que esto no es posible, conceder
una indemnización; (iii) reservar los recursos económicos necesarios para efec-
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cia del sistema normativo, pues el fraude de ley se basa en una interpretación
aislada de la norma de cobertura. Como consecuencia inmediata de esta doble
fundamentación del fraude de ley se deriva la irrelevancia de la intencionali-
dad de quien realiza la conducta prevista en la norma de cobertura, porque
lo que se pretende reprimir no es la finalidad maliciosa o conscientemente
antijurídica del agente (el engaño subjetivamente realizado), sino la situación
objetiva de oposición o incompatibilidad de los efectos de su conducta con la
norma defraudada (el daño objetivamente producido).
b. De lo anterior, tal y como se consideró en supuestos similares en las
Sentencias de 18-VIII-2017 y 1-IX-2017, Amps. 187-2016 y 188-2016, se colige
que la autoridad demandada utilizó de manera fraudulenta la figura de la
supresión de plaza para intentar revestir de legalidad un acto que, en esencia,
configuró un despido. Por consiguiente, al haberse comprobado que el Con-
cejo Municipal de El Tránsito tomó la decisión de suprimir la plaza laboral del
señor Ventura Árticas de manera arbitraria, se concluye que la aludida auto-
ridad vulneró los derechos de audiencia, de defensa y a la estabilidad laboral
del referido señor; por lo que resulta procedente ampararlo en su pretensión.
VI. Determinadas las vulneraciones constitucionales derivadas de la actua-
ción de la autoridad demandada, corresponde establecer el efecto restitutorio
de la presente sentencia.
1. El art. 35 inc. 1° de la L.Pr.Cn. establece que el efecto material de la
sentencia de amparo consiste en ordenarle a la autoridad demandada que las
cosas vuelvan al estado en que se encontraban antes de la vulneración consti-
tucional. Pero, cuando dicho efecto ya no sea posible, la sentencia de amparo
será meramente declarativa, quedándole expedita al amparado la promoción
de un proceso en contra del funcionario personalmente responsable.
En efecto, de acuerdo con el art. 245 de la Cn., los funcionarios públicos que,
como consecuencia de una actuación u omisión dolosa o culposa, hayan vulne-
rado derechos constitucionales deberán responder, con su patrimonio y de ma-
nera personal, de los daños materiales y/o morales ocasionados. En todo caso,
en la Sentencia de 15-II-2013, Amp. 51-2011, se aclaró que, aun cuando en una
sentencia estimatoria el efecto material sea posible, el amparado siempre tendrá
expedita la incoación del respectivo proceso de daños en contra del funcionario
personalmente responsable, en aplicación directa del art. 245 de la Cn.
2. A. En el caso que nos ocupa, dado que durante la tramitación del presen-
te amparo se ordenó la suspensión de los efectos del acto reclamado, pues se
consideró que existían situaciones que debían preservarse mediante la adop-
ción de esa medida cautelar, la decisión del Concejo Municipal de El Tránsito
de despedir al demandante no se consumó, por lo que el efecto restitutorio de
esta sentencia deberá concretarse en dejar sin efecto dicha decisión.
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Paz de Santa hizo constar que no realizó la diligencia en virtud de que la vivien-
da se encontraba deshabitada y los vecinos manifestaron que desconocían el
paradero de los referidos señores; (iii) resolución de fecha 19-X-2012, mediante
la cual la citada autoridad judicial ordenó que se libraran oficios a la DGME y al
RNPN, para que proporcionaran los datos de los señores RECH, PJSC y EAOC;
(iv) hojas de datos e imagen del trámite de emisión del Documento Único de
Identidad (DUI) correspondiente a los mencionados señores, por medio de las
cuales el RNPN cumplió con el requerimiento efectuado; (v) resolución de fe-
cha 6-XI-2012, mediante la cual la referida autoridad judicial ordenó realizar el
emplazamiento del señor EAOC, conocido por EAOCB, en la dirección propor-
cionada por el RNPN; (vii) acta de notificación de fecha 15-XI-2012, en la que
el notificador del Juzgado Segundo de Paz de Santa Ana hizo constar que no
pudo emplazar al señor CB debido a que “no se encontró ninguna casa mar-
cada con el número **********” al que aludía la dirección señalada y que al
preguntarle a los vecinos del lugar manifestaron no conocer al aludido señor;
(viii) resolución de fecha 29-XI-2012, mediante la cual se previno a la sociedad
demandante que proporcionara otra dirección que permitiera realizar el acto
de comunicación al señor EAOC; (ix) escrito de fecha 5-XII-2012, por medio del
cual la sociedad acreedora solicitó que se emplazara al señor CB por medio de
edicto; (x) resolución de fecha 7-XII-2012, por medio de la cual se ordenó el em-
plazamiento del señor EAOC, conocido por EAOCB, por medio de edicto; (xi)
resolución de fecha 20-II-2013, mediante la cual se nombró al abogado Nelson
Iván López Santamaría como curador ad litem para que representara los inte-
reses del señor CB en el mencionado proceso ejecutivo mercantil; (xii) senten-
cia de fecha 11-IV-2014, mediante la cual se condenó a los señores RECH, PJSC,
conocida por PJSC, y EAOC, conocido por EAOCB, al pago de cierta cantidad de
dinero a favor de la sociedad Scotiabank El Salvador, S.A.
B. Teniendo en cuenta lo dispuesto en los arts. 331 del Código Procesal Civil
y Mercantil y 30 de la Ley del Ejercicio Notarial de la Jurisdicción Voluntaria y
de otras Diligencias, con la certificación de los documentos antes detallados, la
cual fue expedida por los funcionarios correspondientes en el ejercicio de sus
competencias, se han comprobado los hechos que en ellos se consignan.
C. Con base en los elementos de prueba presentados, valorados conjunta-
mente y conforme a la sana crítica, se tienen por establecidos los siguientes he-
chos y datos: (i) que ante el Juez Cuarto de lo Civil y Mercantil de San Salvador
se tramitó el proceso ejecutivo mercantil con ref. 382(03819-12-PE-4CM1)3, el
cual fue promovido por la sociedad Scotiabank El Salvador, S.A., en contra
de los señores RECH, PJSC, conocida por PJSC, y EAOC, conocido por EAOCB;
(ii) que por resolución de fecha 24-IX-2012 la citada autoridad judicial ordenó
efectuar el emplazamiento de los demandados en la dirección que la sociedad
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acreedora le proporcionó para tales efectos; (iii) que el notificador del Juzgado
Cuarto de Paz de Santa Ana no llevó a cabo el emplazamiento en virtud de que
los demandados no residían en el lugar señalado y los vecinos expresaron que
desconocían su paradero; (iv) que por resolución de fecha 19-X-2012 se solicitó
a la DGME y al RNPN información relacionada con el domicilio de los señores
CH, SC y CB; (v) que el RNPN señaló como lugar de residencia del señor CB la
**********, Santa Ana; (vi) que el 15-XI-2012 se intentó emplazar al señor
EAOCB en la dirección proporcionada por el RNPN, pero no fue posible realizar
dicha diligencia porque el notificador del Juzgado Segundo de Paz de Santa
Ana no encontró el número de casa referida en la aludida dirección y de que el
señor CB no era conocido por los vecinos de dicho lugar; (vii) que la citada au-
toridad judicial previno a la sociedad demandante, por medio de la resolución
de fecha 29-XI-2012, que se pronunciara sobre la situación antes relacionada,
quien expresó que solicitaba que se realizara el emplazamiento del señor CB
por medio de edicto; (ix) que la autoridad judicial demandada, por resolución
de fecha 7-XII-2012, en virtud de considerar que había agotado los medios idó-
neos para localizar al señor CB, decidió realizar el emplazamiento de este por
medio de edicto; (x) que se nombró al abogado Nelson Iván López Santamaría
como curador del señor CB; y (xi) que el 11-IV-2014 la autoridad demandada
pronunció sentencia condenando a los señores CH, SC y CB al pago de cierta
cantidad de dinero a favor de la sociedad Scotiabank El Salvador, S.A.
2. A. El demandado alega la vulneración de sus derechos de audiencia, de
defensa, a recurrir y a la propiedad, debido a que el Juez Cuarto de lo Civil y
Mercantil de San Salvador emitió sentencia en el proceso ejecutivo mercantil
con ref. 382(03819-12-PE-4CM1)3, en la cual lo condenó el pago de cierta can-
tidad de dinero a favor de la sociedad Scotiabank El Salvador, S.A., sin haberle
brindado una oportunidad real de defensa, en virtud de que no fue emplaza-
do en legal forma y, por ello, no tuvo participación alguna dentro del proceso.
B. a. Al respecto, las notificaciones de las decisiones judiciales a las partes
son actos de comunicación mediante los cuales se hace saber a los intervi-
nientes los actos procesales realizados en el proceso, por lo que, dada su
importancia, es imperativo que la concreción de aquellos se efectúe de ma-
nera personal, de forma tal que haya un conocimiento real y oportuno de la
decisión que se emite.
Específicamente con relación al emplazamiento, en la Sentencia de fecha
21-X-2011, emitida en el proceso de Amp. 408-2009, se sostuvo que aquel no
es una mera notificación, sino que constituye la primera y fundamental comuni-
cación que perfecciona la relación jurídico-procesal, ya que con ella se garantiza
el respeto al derecho de audiencia de la persona que ha sido demandada en un
proceso. De ahí que, a efecto de que el emplazamiento cumpla con su finalidad,
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actos: (i) el acuerdo de fecha 21-V-2015, mediante el cual la Titular del MTPS
ordenó la suspensión del cargo sin goce de sueldo durante cinco días al señor
Borys Francisco Constancia Moreno, de conformidad con el art. 42 inc. 3° de
la LSC; y (ii) la resolución de fecha 13-VIII-2015, por medio de la cual el TSC de-
claró improponible la demanda de injusticia manifiesta, aduciendo que no se
había estampado el sello de abogado postulante conforme a lo establecido en
el art. 160 del C.Pr.C.M.
Con dichas actuaciones se habrían conculcado los derechos de audiencia y
defensa – como manifestaciones del debido proceso–, a la protección no juris-
diccional y al salario, pues, por un lado, la sanción en cuestión le fue impuesta al
actor sin que previamente se tramitara un procedimiento en el que se justificaran
y comprobaran las causas para su imposición, así como en el que se le brindara la
oportunidad de controvertir aquellas y ejercer de manera efectiva su defensa; y
por otro lado, el TSC vulneró el derecho a la protección no jurisdiccional del pre-
tensor al declarar improponible la demanda de injusticia manifiesta que planteó
ante esa autoridad, por no haber estampado el sello de abogado postulante el
defensor público laboral que lo representaba, pues, a criterio del actor, tal requi-
sito no era le era exigible por encontrarse debidamente acreditado para procurar
con la credencial extendida por la titular de la PGR.
B. En la misma interlocutoria se declaró sin lugar la suspensión de los efectos
de los actos reclamados y, además, se pidió a las autoridades demandadas que
rindieran el informe regulado en el art. 21 de la Ley de Procedimientos Consti-
tucionales (L.Pr.Cn.). En atención a dicho requerimiento, la titular del MTPS, a
través de su apoderada, la abogada Iliana Argentina Quintanilla Melgar, negó
las violaciones constitucionales que le fueron atribuidas por el demandante
y señaló que el acuerdo ministerial cuya constitucionalidad se cuestiona fue
emitido con apego y cumplimiento de todas las garantías y derechos constitu-
cionales; por su parte, el TSC negó haber conculcado los derechos alegados por
el pretensor y sostuvo que declaró improponible la demanda que aquel inter-
puso por supuesta injusticia manifiesta, en virtud de que el defensor público
laboral que lo representaba no dio cumplimiento al requisito legal de estampar
su sello de abogado en el escrito de demanda presentado. De igual manera,
sostuvo que, debido a que dicho profesional actuaba en calidad de delegado
y en representación de la Procuradora General de la República, debió asegurar
la adecuada presentación de los escritos ante ese tribunal, debiendo suscribir-
los y, además, sellarlos conforme a lo dispuesto en los arts. 144 inc. 3° de la
LOJ y 160 del C.Pr.C.M. Por último, alegó que la demanda planteada no fue
declarada improponible por falta de personería o falta de acreditación de la
capacidad de postulación, sino por la falta de un requisito insubsanable de la
demanda. Finalmente, manifestó que, a pesar de lo reseñado, dicho tribunal,
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servirse de la cosa y aprovechar los servicios que rinda; (ii) gozar libremente de
los bienes, que se manifiesta en la posibilidad del dueño de recoger todos los
productos que deriven de su explotación, y (iii) disponer libremente de los bie-
nes, que se traduce en actos de enajenación respecto a la titularidad del bien.
En suma, las modalidades del derecho de propiedad, esto es, el libre uso,
goce y disposición de los bienes, se ejercen sin otras limitaciones más que aque-
llas establecidas en la Constitución o la ley. Así, la propiedad se encuentra limi-
tada por el objeto natural al cual se debe: la función social.
V. 1. A. De acuerdo con los Considerandos I al IV de la Ley de Creación de
la SIGET y los arts. 1 y 9 inc. 1º de la LT, la SIGET es la autoridad responsable
de regular las actividades y de supervisar el cumplimiento del marco legal del
sector de electricidad y telecomunicaciones, siendo algunos de sus objetivos el
garantizar el uso racional y eficiente del espectro radioeléctrico, el incentivar
la libre competencia y evitar las prácticas monopólicas en este rubro de la eco-
nomía nacional, velando no solo por los derechos de los sujetos que participan
en esas actividades, sino también por los intereses públicos comprometidos.
Según los arts. 1 inc. 2º y 2 de la LT, la SIGET tiene las obligaciones siguien-
tes: (i) fomentar el acceso a las telecomunicaciones para todos los sectores de la
población; (ii) proteger los derechos de los usuarios, operadores y proveedores
de los servicios de telecomunicación; (iii) desarrollar un mercado competitivo
en todos sus niveles; y (iv) optimizar el uso del espectro radioeléctrico, pues si
bien este es reutilizable resulta escaso en relación con la demanda de ofertan-
tes de servicios y las necesidades de desarrollo de otros campos que también
requieren de su uso. Para la consecución de tales fines se encuentra investida
de una serie de potestades reglamentarias, directivas, fiscalizadoras y sancio-
natorias encaminadas a la administración, gestión y control de las actividades
vinculadas con la utilización del espectro radioeléctrico por el aparato estatal y
por los particulares, entre las que se encuentran los servicios de radiodifusión.
Ahora bien, con la entrada en vigencia de la Ley de Competencia (LC) –me-
diante D.L. nº 528, de 26-IX-2004, publicado en el D.O. nº 240, tomo 365, de
23-XII-2004–, específicamente el art. 57 letra f) de la LC que derogó el art. 111
de la LT, las facultades de regular, controlar, investigar y sancionar las prácticas
restrictivas a la competencia en el sector de electricidad y telecomunicaciones
–por ejemplo, durante los procedimientos de concesión del servicio público
de telefonía y la explotación del espectro radioeléctrico– fueron conferidas
a la SC (arts. 1, 13 y 14 de la LC). Dicho ente regulador se dedica de manera
permanente y especial a promover, proteger y garantizar la competencia en
todo el mercado nacional, con el objeto de asegurar la eficiencia económica y
el bienestar de los consumidores.
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vamente, por un lado, en la gestión eficiente de los fondos públicos y, por otro,
en la confianza y garantía de que los contratos se preparan respetando las
pautas legales y se adjudican a quien limpiamente realiza la mejor oferta, en
orden a satisfacer la necesidad pública que pretende atenderse con su celebra-
ción. En virtud de ello, el art. 25 de la LC prohíbe que dos o más competidores
actúen de manera concertada respecto del resto, por ejemplo, para tomar el
control de una determinada porción del mercado en el que operan, para im-
pedir la entrada de un nuevo competidor o al menos restringirla, o para fijar
precios u otras condiciones de compra o venta bajo cualquier forma.
Así, cuando la SIGET tenga conocimiento o indicios de posibles acuerdos
entre dos o más participantes en los procesos de concesión por subasta públi-
ca para obtener alguna ventaja sobre los demás, por ejemplo, en el precio a
pagar por el otorgamiento de la frecuencia, deberá informar tal situación a la
SC, remitir la documentación o cualquier otra información que aquella estime
necesaria y, en su caso, adoptar las medidas que la SC emita para prevenir
restricciones a la libre competencia o daños a los intereses de terceros, como
el cumplir con las medidas cautelares dentro del procedimiento sancionatorio
respectivo o con las que ordene en la resolución final, a fin de evitar futuras
infracciones.
b. En consecuencia, con base en los arts. 1, 13 letra s), 40 al 41-A, 50 y 57
letra f) de la LC, cuando se adviertan o se denuncien prácticas anticompetitivas
en los procedimientos de concesión del espectro radioeléctrico corresponderá,
por un lado, a la SIGET informar y colaborar con la SC en el esclarecimiento
de tales hechos y, por otro, a la SC tramitar el procedimiento sancionatorio
respectivo para determinar la existencia de las infracciones y las sanciones co-
rrespondientes, debiendo pronunciarse preliminarmente sobre la posibilidad
de emitir o no alguna medida cautelar, a fin de proteger los intereses de los
demás participantes en el trámite administrativo en el que tuvieron lugar las
conductas denunciadas o del interés público e, incluso, del supuesto infractor
en caso de que se descarte la existencia de una práctica anticompetitiva.
VI. Corresponde en este apartado analizar si la actuación de la autoridad
demandada se sujetó a la normativa constitucional.
1. A. El demandante ofreció como prueba certificación –entre otros– de los
siguientes documentos: (i) escrito de fecha 30-XI-2010, firmado por el Rector
de la Universidad Salvadoreña Alberto Masferrer, mediante el cual solicitó que
se asignara a esa institución educativa la frecuencia 680 KHz, para el servicio de
radiodifusión sonora de libre recepción en amplitud modulada; (ii) resolución
nº T-1151-2010, de fecha 29-XII-2010, mediante la cual en calidad de Superin-
tendente de la SIGET admitió la solicitud de concesión en cuestión y, con base
en los arts. 76, 78 y 79 de la LT, ordenó su publicación en el Diario Oficial, en el
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en dejar sin efecto el proveído impugnado y ordenar a la SCA que emita el que
corresponda, tomando en consideración lo expuesto en esta resolución.
B. Además, en atención a los arts. 245 de la Cn. y 35 inc. 1º de la L.Pr.Cn.,
la parte actora tiene expedita la promoción de un proceso por los daños mate-
riales y/o morales resultantes de la vulneración de los derechos constitucionales
declarada en esta sentencia, directamente en contra de las personas que come-
tieron dichas vulneraciones.
Ahora bien, al exigir el resarcimiento del daño directamente a las referidas
personas, independientemente de que se encuentren o no en el ejercicio del
cargo, deberá comprobárseles en sede ordinaria que incurrieron en responsa-
bilidad civil, por lo que en el proceso respectivo se tendrá que demostrar: (i)
que la vulneración constitucional ocasionada por su actuación dio lugar a la
existencia de tales daños –morales o materiales–; y (ii) que dicha circunstancia
se produjo con un determinado grado de responsabilidad –dolo o culpa–. Asi-
mismo, deberá establecerse en dicho proceso, con base en las pruebas aporta-
das, el monto estimado de la liquidación que corresponda, dependiendo de la
vulneración acontecida y del grado de responsabilidad en que se incurrió en el
caso particular.
POR TANTO: Con base en las razones expuestas y en aplicación del art. 2
de la Cn., así como en los arts. 32, 33, 34 y 35 de la L.Pr.Cn., a nombre de la
República, esta Sala FALLA: (a) Declárase que ha lugar el amparo promovido
por el señor LEMM, en contra de la Sala de lo Contencioso Administrativo, por
la vulneración de sus derechos a la seguridad jurídica, a la motivación de las
resoluciones y a la propiedad; (b) Déjase sin efecto la sentencia de fecha 12-III-
2014, emitida en el proceso contencioso administrativo nº 422-2011 y, en con-
secuencia, ordénase a la autoridad demandada pronunciar la que corresponda
tomando en cuenta las acotaciones realizadas en esta resolución; (c) Queda
expedita a la parte actora la promoción de un proceso por los daños materiales
y/o morales resultantes de la vulneración de derechos constitucionales declara-
da en esta sentencia directamente en contra de las personas que cometieron
las aludidas infracciones; y (d) Notifíquese.
A. PINEDA.---R. E. GONZALEZ.--- ---E. S. BLANCO R.---PRONUNCIADO POR
LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---SRIA.---
RUBRICADAS.
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ma empresa sin causa justificada, etc.–, ya que, si bien el despido se erige como
la sanción de consecuencias más graves, no es la única que puede utilizarse en
contra de los directivos sindicales.
V. A continuación, se analizará si la actuación de la autoridad demandada
se sujetó a la normativa constitucional.
1. A. Las partes aportaron como prueba instrumental, entre otros, los si-
guientes documentos: (i) certificaciones de la demanda que dio inicio al proce-
so individual de trabajo que promovió el señor QM contra Lido y de las decla-
raciones de los testigos propuestos por este en dicho proceso, expedidas por
la secretaria del Juzgado Tercero de lo Laboral de San Salvador; (ii) copia de
la sentencia pronunciada por el juez tercero de lo laboral de San Salvador con
fecha 28-X-2013, mediante la cual absolvió a Lido en el mencionado proceso
individual de trabajo; y (iii) certificación de la sentencia emitida por la Cámara
Segunda de lo Laboral de San Salvador, en la cual confirmó la decisión del re-
ferido juez.
B. Las certificaciones relacionadas fueron expedidas por funcionarios públi-
cos en el ejercicio de sus funciones, razón por la cual, con base en el art. 331
del Código Procesal Civil y Mercantil (C.Pr.C.M.) –de aplicación supletoria al
proceso de amparo–, se ha comprobado de manera fehaciente la existencia de
los documentos que se encuentran incorporados a ellas. En cuanto a la copia
simple presentada, de acuerdo con los arts. 330 inc. 2º y 343 del C.Pr.C.M., en
la medida en que no se ha demostrado su falsedad, con ella se establecen los
hechos que documenta.
C. Con base en los elementos de prueba presentados, valorados conjun-
tamente y conforme a la sana crítica, se tienen por establecidos los siguientes
hechos y datos: (i) que el pretensor inició un proceso individual de trabajo ante
el juez tercero de lo laboral de San Salvador, en el cual reclamó su reinstalo y
la correspondiente indemnización por despido injustificado; (ii) que el referido
juez desestimó dicha pretensión porque consideró que no se había probado la
forma como se produjo efectivamente el despido, pues los testigos presenta-
dos narraron hechos que, a su juicio, eran excluyentes, dado que se referían
tanto a un despido indirecto, a uno colectivo como a uno directo; y (iii) que la
Cámara Segunda de lo Laboral de San Salvador confirmó la decisión adoptada
en primera instancia, con base en esos mismos argumentos.
2. Establecido lo anterior corresponde verificar si las autoridades deman-
dadas vulneraron los derechos invocados por el actor. En ese sentido, si bien
el peticionario ha impugnado la constitucionalidad de decisiones emitidas por
autoridades judiciales, es preciso advertir que la supuesta vulneración a sus
derechos fundamentales deviene de la protección deficiente que estas le brin-
daron frente a su despido, el cual fue efectuado por un particular. Esta débil
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con ref. 131-CAC-2013, en la cual –entre otras cosas– declaró que había lugar
a la acción civil reivindicatoria en contra de ETESAL, vulneró los derechos de la
parte actora a la libertad de empresa y a la seguridad jurídica –por la presunta
infracción a los principios de irretroactividad de las leyes y de legalidad–.
IV. 1. A. La libertad de empresa (art. 102 Cn.) tiene como finalidad la pro-
tección de la empresa, es decir, la forma de organización productiva que pro-
picia las condiciones para el intercambio o circulación de bienes o servicios en
el mercado, cuyo límite radica en el interés social. Entonces, la libertad de em-
presa es una manifestación de la libertad económica e implica, según la Sen-
tencia del 3-V-2011, Amp. 206-2008, la libertad de los ciudadanos de afectar
o destinar bienes a la realización de actividades económicas, con el objeto de
producir e intercambiar bienes y servicios, conforme a las pautas y modelos de
organización típicos del mundo económico contemporáneo, y de obtener un
beneficio o ganancia.
Desde esa perspectiva, la libertad de empresa se manifiesta en: (i) la libertad
de los particulares de crear empresas, es decir, de elegir y emprender las activi-
dades económicas lícitas que deseen y de adquirir, utilizar, destinar o afectar los
bienes y servicios necesarios para el real y efectivo ejercicio de esa actividad; (ii)
la libertad de realizar la gestión de la empresa –v. gr., el establecimiento de los
objetivos propios de la empresa, su planificación, dirección, organización y admi-
nistración–; y (iii) la libertad de cesar el ejercicio de dicha actividad.
B. Dado que las actividades económicas suponen la satisfacción de diversas
necesidades de la sociedad y de los distintos intereses privados, el Constituyen-
te estableció directrices sobre cómo debe ejercerse la libertad empresarial para
solucionar los conflictos que surjan con dichas necesidades. Lo anterior supone
una obligación para el legislador de establecer las condiciones en las que se
puede ejercer tal derecho y sus restricciones, procurando que la intervención
que efectúe en el ejercicio de esa libertad cumpla con los fines consagrados en
la Constitución.
De ahí que la regulación legislativa de la libertad de empresa debe velar
porque el ejercicio de este derecho no se oponga al interés social. De igual
manera, el reconocimiento de la libertad a los particulares de crear, desarrollar
y cesar la práctica de cierta actividad empresarial no excluye la posibilidad de
crear monopolios y estancos a favor del Estado a que alude el art. 110 de la Cn.
En consecuencia, corresponde al Estado, entre otros roles, arbitrar las rela-
ciones y tensiones que se susciten entre el interés privado y el interés colectivo
en las actividades económicas de los particulares, ateniéndose a las directrices
que se desprenden de la Ley Suprema. Sin embargo, ello no implica negar el
ejercicio del citado derecho, sino solo su limitación a efecto de resguardar los
intereses sociales protegidos.
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tud se ejerce la calidad de dueño de una cosa sin serlo, de conformidad con los
requisitos y las formas que la ley prevé. De ahí que, si bien la posesión vista en sí
misma constituye una simple relación de poder de hecho sobre un bien, dentro
del art. 2 de la Cn. se ha reconocido su naturaleza de derecho fundamental y,
en consecuencia, se ha procurado su protección jurídica, ello en virtud de los
efectos que conlleva su ejercicio, es decir la eventualidad de obtener la titulari-
dad del bien que se detenta.
En ese sentido, pese a que la posesión no es un poder jurídico definitivo
como el derecho de propiedad, puede ser visto como un derecho de carácter
provisional que se ejerce en espera de que una vez cumplidos los requisitos
previstos en la ley pueda obtenerse la titularidad de un bien, por lo que debe
ser protegido por el solo hecho de ser una manifestación positiva de la volun-
tad de las personas en relación con los bienes que detentan, de manera que
la interrupción de su ejercicio debe llevarse a cabo dentro de los parámetros
jurídicos establecidos para tal efecto.
B. Por ello, cuando se requiera la tutela del derecho a la posesión por la vía
del proceso de amparo, es necesario que la persona que la solicita se encuentre
ejerciendo un poder de hecho sobre un bien con ánimo de ser su dueño, situa-
ción que deberá probarse en el transcurso del proceso por medio del título que
ampare su posesión o, en los casos en que no pueda suministrarse o no exista
dicho documento, mediante la acreditación de la existencia de hechos positi-
vos de aquellos a que solo da derecho el dominio.
3. A. El art. 70 de la Cn. prescribe la obligación del Estado de brindar pro-
tección especial a las personas en situación de indigencia –es decir, que carecen
de los recursos necesarios para vivir dignamente– que, por su avanzada edad o
adolecer de una incapacidad física o mental, se encuentran inhabilitados para
trabajar.
Si bien la familia, como núcleo fundamental para el desarrollo social, es la
primer responsable de brindar el apoyo necesario a sus miembros en situación
de indigencia, cuando aquella carezca de los recursos para prestar esa ayuda y
las personas colocadas en dicha situación se encuentren en abandono corres-
ponde al Estado, en cumplimento de los fines consagrado en el art. 1 de la Cn.,
ofrecer una protección especial y subsidiaria a este grupo vulnerable.
B. La aludida obligación se convierte frente a sus beneficiarios en el dere-
cho fundamental del adulto mayor o del incapaz indigentes a la protección del
Estado. En efecto, la protección especial y subsidiaria reconocida a favor de
aquellos constituye un derecho a gozar de un resguardo de índole personal y
social por parte del Estado.
De ahí que el ámbito de protección de este derecho se integre –entre
otros– por los siguientes elementos: (i) la prohibición de actos discriminatorios
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Amparos / Sentencias definitivas
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Amparos / Sentencias definitivas
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ria para procurar que el señor C recibiera la atención y protección que podría
haber requerido. Por consiguiente, se concluye que el Juez de lo Civil de La
Unión no vulneró los derechos a la vivienda del no propietario, a la posesión y
del adulto mayor indigente a la protección del Estado del referido señor; razón
por la cual deberá desestimarse la pretensión planteada.
POR TANTO, con base en las razones expuestas y lo prescrito en los arts. 2
y 70 de la Cn., así como en los arts. 32, 33 y 34 de la L.Pr.Cn., en nombre de la
República, esta Sala FALLA: (a) Declárase que no ha lugar el amparo solicitado
por el señor VC en contra del Juez de lo Civil de La Unión, por la vulneración de
sus derechos a la vivienda del no propietario, a la posesión y del adulto mayor
indigente a la protección del Estado; (b) Cesen los efectos de la medida cau-
telar adoptada y confirmada mediante las resoluciones de fechas 23-VI-20l5 y
9-VII-20l5, respectivamente; y (c) Notifíquese.
A. PINEDA.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ.--- M. R. Z.---
PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E.
SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.
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Hábeas corpus
Improcedencias
297-2017
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Hábeas corpus / Improcedencias
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Hábeas corpus / Improcedencias
contamino la mente del juez o tribunal de modo tal que el juicio prácticamen-
te quedo definido con tal evidencia de otros actos ya determinados por otras
autoridades...”
Continua manifestando: “...con esta breve explicación paso a los motivos
de este recurso de h[á]beas corpus (...) primero; la misma sentencia y expe-
diente demuestran que fiscalía introdujo y el juez permiti[ó] evidencia de otros
actos pasados. Esto fu[e] violatorio al principio de culpabilidad contenido en
el artículo doce (12) de nuestra Constitución (...) Segundo; no prueba de tal
hecho de yo tocar a una menor existió. Por lo tanto este delito y penalidad
son arbitrarios y violan manifiestamente mis garantías bajo los artículos once y
doce de la Constitución (...) Es mi entender que la culpabilidad de un imputado
–según las leyes– es basada única y exclusivamente en la evidencia presentada
en el juicio y referente a la acusación por la que el juicio es celebrado (...) Esta
evidencia de pasada violencia intrafamiliar, fue en su tiempo asunto para otras
instancias legales y su adjudicación y resultados finales correspondían (corres-
pondieron) a esa instancia judicial. No a este tribunal que juzg[ó] el llamado
feminicidio en grado de tentativa...” (mayúsculas y resaltados suprimidos)(sic).
I. El peticionario en síntesis reclama que: (i) el juez admitió prueba relacio-
nada con actos de violencia intrafamiliar previamente denunciados para atri-
buirle la comisión del delito de feminicidio en grado de tentativa, lo cual atenta
contra el principio de culpabilidad; y, (ii) no es responsable y no existe prueba
del delito de agresión sexual en menor e incapaz, por el que fue condenado, lo
cual viola los arts. 11 y 12 de la Constitución de la República.
III. Respecto de los argumentos planteados, se aclara que mediante el há-
beas corpus se controlan actuaciones u omisiones de las autoridades o particu-
lares, que inciden o amenacen el derecho de libertad física o integridad –física,
psíquica o moral– de los solicitantes; de manera que éstos al efectuar sus peti-
ciones, deben señalar con precisión dichos aspectos configurativos del agravio,
que hacen constitucionalmente trascendente su pretensión y que permiten
que la misma pueda ser analizada, de lo contrario este Tribunal se encontraría
imposibilitado para continuar su examen –ver improcedencias HC 338-2016,
del 23/09/2016 y HC 273-2015 del 23/09/2015–.
Así, vía jurisprudencia se ha sostenido que no forma parte de las atribucio-
nes de esta Sala hacer análisis sobre las circunstancias o elementos de convic-
ción que rodean al hecho y que fundamentan las decisiones que adoptan los
jueces penales o los que hagan sus veces, pues ello es atribución exclusiva de
estos, conocer dichos supuestos implicaría convertirse en un juzgador de ins-
tancia más, con capacidad de revisar las actuaciones del resto de autoridades
judiciales –ver improcedencias HC 167-2016 del 23/5/2016 y HC 318-2016 del
31/8/2016, entre otras–.
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Hábeas corpus / Improcedencias
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2. Tome nota la Secretaría de esta Sala del medio técnico y dirección señala-
dos por el peticionario, para recibir los actos procesales de comunicación.
De advertirse alguna circunstancia que imposibilite la comunicación que
se ordena practicar por dicho medio, se autoriza a la Secretaría de este
Tribunal para que notifique a través de otros mecanismos legalmente dis-
puestos, según lo indicado en el considerando IV de esta resolución
3. Notifíquese y oportunamente archívese.
A. PINEDA --- E. S. BLANCO R.--- R. E. GONZALEZ --- SONIA DE SEGOVIA.---
PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.--- E.
SOCORRO C.--- SRIA.--- RUBRICADAS. -
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Hábeas corpus / Improcedencias
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Hábeas corpus / Improcedencias
tipo de reclamos a través de los mecanismos dispuestos en la ley, entre ellos los
recursos; en este punto lo argumentado obedece a una mera inconformidad
con la decisión de la Juez de Instrucción de Quezaltepeque, que autorizó el
referido medio de prueba, por lo que esta parte de la pretensión deberá decla-
rarse improcedente por no exponer elementos que describan o evidencien vul-
neraciones de normas constitucionales con afectación directa a sus derechos
de libertad o integridad –física, psíquica o moral–.
b. En cuanto a que por su condición de invalidez no cometió el delito de
violación agravada, esta Sala ha sostenido que no forma parte de sus atribu-
ciones hacer análisis sobre las circunstancias o elementos de convicción que
rodean al hecho y que fundamentan las decisiones que adoptan los jueces y
tribunales penales, pues ello es atribución exclusiva de estos, conocer dichos su-
puestos implicaría convertirse en un juzgador de instancia más, con capacidad
de revisar las actuaciones del resto de autoridades judiciales –ver resolución HC
318-2016 del 31/08/2016–.
La existencia del delito y la adecuación de la conducta de una persona a un
tipo penal en concreto no son asuntos que puedan ser dilucidados mediante el
proceso constitucional que nos ocupa, el cual tutela vulneraciones de carácter
constitucional que afectan directamente la libertad física de los peticionarios; en
sentido contrario, el examen realizado en este tipo de proceso no se refiere a re-
valorar la prueba existente en determinado proceso penal con el objeto de poder
revertir la decisión adoptada en el mismo, así como se ha pretendido en este caso.
c. En lo que respecta a que por no saber leer ni escribir no comprende el
motivo de su condena y el rechazo de su petición para que la víctima compa-
reciera a declarar, este Tribunal advierte lo contradictorio de lo manifestado
y es que es el mismo actor expone: “...fue denegada mi petición (...) ya que se
basó en la oposición que mostraba fiscalía...”, es decir que su queja representa
una inconformidad con la decisión tomada por el juez penal que desestimó su
requerimiento de recepción de prueba.
Cabe añadir que el diseño del proceso penal incorpora la figura de un
abogado que ejerce el rol de asesoramiento y representación del imputado, a
quien este puede acudir para tener una mejor comprensión de las resoluciones
emitidas por las autoridades judiciales, sobre todo en sus aspectos técnicos, ha-
biendo manifestado el pretensor que su familia ha nombrado un profesional
que ejerza su defensa, también debe apoyarse en este para el entendimiento
de los puntos que estime convenientes y la posterior utilización, si así lo decide,
de los mecanismos legalmente pertinentes. El incoado también puede acudir
ante las mismas autoridades judiciales para que se le aclaren cuestiones rela-
cionadas con las resoluciones; sin embargo no es este proceso constitucional la
herramienta a utilizar para solventar tal situación.
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342-2017
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Hábeas corpus / Improcedencias
Que dicha actuación es ilegal y ar[b]itraria sin ningún fundamento legal que
lo [h]abilite para dicha actuación en juicio por lo que me genera una i[n]negable
y clara violación (...) [a] la seguridad jurídica y al principio de legalidad (...)
Asimismo en la presente sentencia recurrida rige para el ca[s]o el irrespeto
y la le[s]ividad al principio doctrinario de razón suficiente apartir de los hechos
acreditados para poder encontrarme responsable al impetrante del delito (...)
El Sr. Juez del Tribunal Segundo de Sentencia de Santa Ana, me está res-
tringiendo (...) la libertad personal ambulatoria (...)” (mayúsculas suprimidas)
(sic).
II. El peticionario en síntesis reclama: i) del monto de la pena que le fue
impuesta por la autoridad demandada, pues alega que sin fundamento legal
se le otorgó la máxima aumentada con una tercera parte; y ii) el irrespeto de
la autoridad demandada al principio de razón suficiente para poder establecer
su culpabilidad.
Acerca de lo expuesto, es necesario precisar que mediante el proceso de
hábeas corpus se controlan actuaciones u omisiones de las autoridades o par-
ticulares, que incidan o amenacen el derecho de libertad física o integridad
física –física, psíquica o moral– de los solicitantes; de manera que estos, al efec-
tuar sus peticiones, deben señalar con precisión dichos aspectos configurativos
del agravio, que hacen constitucionalmente trascendente su petición y que
permiten que la misma pueda ser analizada, de lo contrario este Tribunal se
encontraría imposibilitado para continuar con su examen –v. gr. resoluciones
interlocutorias HC 53-2011 del 18/2/2011 y HC 104-2010 del 16/6/2010–.
Se ha dicho además como uno de los límites a las atribuciones conferidas
constitucional y legalmente a esta Sala, realizar análisis de los elementos de
convicción que rodean al hecho y que fundamentan las decisiones que adop-
tan jueces y tribunales penales, pues ello es atribución exclusiva de estos, y su
arrogación implicaría convertirse en un tribunal de instancia más, capaz de
revisar las actuaciones del resto de autoridades judiciales bajo esas circuns-
tancias –v. gr. Improcedencias HC 162-2013 del 26/6/2013 y HC 269-2014 del
20/06/2014–.
1. Ahora bien el peticionario señala que fue condenado por el delito de
agresión sexual en menor e incapaz agravada, y que de conformidad con el
art. 161 Pn. se le impuso la pena de 16 años de prisión, es decir la pena máxima
establecida en dicho artículo aumentada una tercera parte y de esto deviene
su ilegalidad; sin embargo advierte este Tribunal, que dada la calificación jurídi-
ca definitiva del delito a que hace referencia el solicitante, es posible establecer
que en razón de las circunstancias en que ocurrieron los hechos acusados, la
autoridad demandada aplicó alguna de las circunstancias agravantes estable-
cidas en el art. 162 Pn., de manera que en tal disposición, el legislador dispuso
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modificar la sentencia, la pena está dentro del parámetro normal del delito,
es decir que los 30 años es la pena máxima según el decreto 1009 y que no
es necesario modificarla a 20 años (…) la actuación del Juez especializado de
Sentencia de San Miguel, de negarse a la aplicación de la ley más favorable al
reo y modificar la pena impuesta es una vulneración al derecho de audiencia y
defensa arts. 11 y 12 Constitución, afectando la categoría jurídica de la libertad
física...”(mayúsculas suprimidas)(sic).
II. En resumen, la requirente manifiesta su inconformidad con la resolución
que denegó su petición de modificación de pena, interpuesta ante el Juzgado
Especializado de Sentencia de San Miguel; pues, según expone, solicitó a la
referida autoridad aplicara en su beneficio –de forma retroactiva– la reforma
que sufrió el inciso último del artículo 129 del Código Penal para las agravantes
tipificadas en los numerales 3, 4 y 7.
Ante lo alegado, es dable advertir que este proceso constitucional tiene
por objeto controlar actuaciones u omisiones de las autoridades o particulares,
que inciden o amenacen el derecho de libertad física o integridad –física, psí-
quica o moral– de la persona a cuyo favor se solicita; las peticiones, se deben
señalar con precisión dichos aspectos configurativos del agravio, que hacen
constitucionalmente trascendente su propuesta y que permiten que la misma
pueda ser analizada en esta sede, de lo contrario, al plantearse reclamos que
constituyan meras inconformidades con decisiones adoptadas por autoridades
judiciales, esta Sala se encontraría imposibilitado para continuar con el examen
de la queja –ver resoluciones interlocutorias HC167-2016 del 23/05/2016 y HC
318-2016 del 31/08/2016–.
De lo expuesto se advierte que lo expresado por la señora CJC respecto de
la negativa de la autoridad demandada de aplicar a su favor lo dispuesto en
la reforma al art. 129 N° 3 del Código Penal, emitida por Decreto Legislativo
Número 1009, de fecha 29/2/2012, publicado en el Diario Oficial Número 58,
Tomo 394, de -fecha 23/3/2012, relativa a la disminución del mínimo a veinte
años de prisión y el máximo a treinta años, constituye un asunto de mera in-
conformidad con la decisión adoptada por el Juzgado Especializado de Senten-
cia de San Miguel de rechazar su petición.
Y es que, cabe aclarar, la modificación que sufrió la disposición citada cier-
tamente disminuye –respecto a las anteriores reformas– el mínimo de la pena
a imponer a veinte años de prisión en caso que determinada persona incurra
en esa conducta delictiva en los supuestos de algunas agravantes y se estable-
ció un máximo de treinta años; a pesar de ello, según expone la peticionaria,
la condena que continúa cumpliendo es de treinta años de prisión sin que la
misma se ajuste a la nueva disposición.
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Hábeas corpus / Improcedencias
años y 7 meses, sin que hasta la fecha se haya resuelto o definido mi situación
jurídica, incumpliendo el plazo del art. 8 Código Procesal Penal. La categoría
jurídica vulnerada es mi libertad física por el incumplimiento de lo regulado en
los arts. 11 y 12 Constitución en relación con el art 8 C. P. P. 3) Me encuentro
detenida provisionalmente en Centro Penal para Mujeres de Ilopango...” (sic).
II. Antes de analizar la pretensión planteada, esta Sala considera pertinen-
te hacer referencia al examen inicial que se realiza a la solicitud presentada en
este proceso constitucional, para verificar el cumplimiento de las condiciones
necesarias para emitir una decisión sobre lo requerido.
A ese respecto, es preciso señalar que de acuerdo con el registro de ex-
pedientes que lleva esta Sala a favor de la señora SMCL se promovió proceso
constitucional de hábeas corpus el día veintitrés de noviembre de dos mil die-
ciséis, registrado con el número de referencia 486-2016 en contra el Juzgado
Especializado de Sentencia de San Miguel.
En la referida solicitud de hábeas corpus se reclamó –en síntesis– la incons-
titucionalidad de la detención provisional que cumple la persona que se pre-
tende favorecer, por haberse excedido el plazo máximo legal de duración de
dicha medida cautelar.
En virtud de dicho planteamiento este Tribunal ordenó auto de exhibición
personal por resolución del seis de enero de dos mil diecisiete, en aquel proce-
so, para lo cual se nombró juez ejecutor y se solicitó informe de defensa a la
referida autoridad demandada.
A partir de lo anterior, esta Sala considera que la pretensión propuesta
en la solicitud que nos ocupa, registrada con el número 364-2017, la cual fue
presentada el veintiuno de septiembre del corriente año, ha sido planteada en
idénticos términos a la del proceso constitucional con referencia de HC 486-
2016, pues en ambas se reclama contra el Juzgado Especializado de Sentencia
de San Miguel por encontrarse excedida la medida cautelar de detención pro-
visional que cumple la señora SMCL, quien está siendo procesada por el delito
de tráfico ilícito.
De manera que, siendo coincidentes los elementos constitutivos de las pre-
tensiones en ambos hábeas corpus –tal como se evidenció–, ello permite apre-
ciar que actualmente existe litispendencia, ya que el reclamo correspondiente
al proceso de hábeas corpus 4862016 aún se encuentra en conocimiento de
este Tribunal.
Por lo anterior, a fin de evitar un inútil dispendio de la actividad jurisdiccio-
nal de este Tribunal, corresponde declarar improcedente la solicitud de hábeas
corpus que nos ocupa por haberse advertido la existencia de la causal de litis-
pendencia de forma liminar. En el mismo sentido ha resuelto esta Sala en los
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haberse realizado una sola imputación. Agrega que, en la vista pública del
primer caso, celebrada el día 28/07/2017, se propuso una conciliación por la
suma de $10,000 que abarcaba a los denunciantes de ambas acusaciones; de
ahí que –insiste–, debió haberse presentado un mismo requerimiento fiscal y
no de forma fraccionada como se ha hecho.
Señala que su privación de libertad la cumple en una celda del Centro
Penitenciario La Esperanza, la cual tiene capacidad para 10 personas, encon-
trándose más de 65 en ella, y agrega: “...tengo problemas de salud; depresión
y ansiedad, hígado graso, hongos en mi cuerpo, (...) [e]ste hacinamiento es
tormentoso (...) pues hay limitantes de agua, la comida no puedo consumirla
porque daña mi estómago por tener mal funcionamiento hepático, la violen-
cia es palpable, es por el ambiente, por lo que la violación a mi dignidad es
clara...”(sic).
Indica que la presunción de inocencia se vulneró en la audiencia inicial,
pues a pesar de contar con la conciliación respecto al primer caso, y que la
fiscalía dijo no contar con prueba que acreditara que recibió dinero como pro-
vecho injusto o que engañó a los denunciantes, fue enviado a prisión, cuando
lo correcto era otorgarle medidas sustitutivas a la detención o en su defecto,
por no haber pruebas, emitir un sobreseimiento.
Expresa vulneración al derecho de defensa debido a la no autorización judi-
cial de diligencias probatorias de descargo –como peritaje contable, inspección,
etc.–, el rechazo de prueba testimonial por extemporánea, alegando que hay
manipulación de información y que se han presentado “pruebas fraudulentas”.
Concluye que su restricción es inconstitucional pues su inocencia no ha po-
dido ser destruida por el ente acusador, y tenerlo privado de libertad, siendo
inocente, por un delito patrimonial es ilegal, pues el incumplimiento civil de
donación del inmueble por parte de la propietaria no lo involucra; por todo
lo anterior, es expreso en solicitar a esta Sala que se le otorguen medidas sus-
titutivas a la detención provisional por el segundo caso denunciado o, en su
defecto se dejen vigentes las otorgadas inicialmente por la cámara de segunda
instancia respectiva, debiendo considerar su arraigo laboral como consultor ju-
rídico en varios casos y como periodista para el Centro de Prensa Internacional
Asociado, además de tener un hijo de 7 años de edad que lo necesita.
II. De lo expuesto por el señor García, se advierte que básicamente recla-
ma: i) de las imputaciones penales instruidas en su contra, pues afirma que
según los hechos relatados no ha participado en el delito atribuido; asimismo,
cuestiona el fraccionamiento de la investigación realizado por la Fiscalía Ge-
neral de la República, por considerar que debía haberse interpuesto un solo
requerimiento fiscal; ii) la vulneración a su derecho de defensa en cuanto a
la no autorización judicial diligencias probatorias de descargo y a la presen-
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a la autoridad a cargo de la causa que se les sigue, para que sea ésta la que
determine si es posible conceder una medida alterna, y no a este Tribunal –ver
improcedencia de HC 143-2016 del 13/05/2016–.
Cabe agregar que, el relato referido a los padecimientos que el peticiona-
rio refiere como afectaciones a su salud, así como las condiciones de hacina-
miento y violencia que implica la restricción de su libertad en un centro peni-
tenciario, ya ha sido planteado anteriormente ante esta Sala en pretensiones
presentadas a su favor, en una de las cuales este Tribunal advirtió la falta de
configuración del reclamo para conocer del mismo, en razón de lo cual le fue
dirigida prevención en el proceso de habeas corpus registrado con referencia
264-2016, mediante resolución emitida el día 28/07/2016; sin embargo, el
señor G no subsanó la misma, a pesar de haber sido legalmente notificado
de la decisión.
Por tanto, al constituir un asunto de mera legalidad la pretensión plantea-
da, no es posible continuar con su tramitación y debe ser rechazada mediante
su declaratoria de improcedencia.
III. Finalmente, si bien el solicitante designa a una persona para recibir no-
tificaciones, al mismo tiempo indica que los actos procesales de comunicación
respectivos le sean realizados en el Centro Penitenciario La Esperanza; en ese
sentido, esta Sala estima pertinente, en virtud de la condición de restricción en
la que se encuentra el señor G, notificarle la presente por medio de auxilio ju-
dicial –previsto en el artículo 141 inciso 1° del Código Procesal Civil y Mercantil,
de aplicación supletoria–, en el recinto carcelario referido, a efecto de garanti-
zar su derecho de audiencia y de protección jurisdiccional, debiendo solicitar la
cooperación del Juzgado de Paz de Ayutuxtepeque, a efecto de comunicarle
este pronunciamiento, de manera personal, en el mencionado centro penal.
2. De advertirse alguna circunstancia que imposibilite la comunicación que
se ordena practicar al peticionario a través del aludido medio, también se auto-
riza a la Secretaría de este Tribunal para que proceda a realizar la notificación
por otros mecanismos dispuestos en la legislación procesal pertinente y que
fueren aplicables, debiendo efectuar las gestiones necesarias por cualquiera de
dichos medios para cumplir tal fin, inclusive a través de tablero judicial, una vez
agotados los procedimientos respectivos.
Por las razones expuestas y de conformidad con los artículos 11 inciso 2° de
la Constitución, 13 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, y 12, 20, 141
inciso 1° y 192 del Código Procesal Civil y Mercantil –de aplicación supletoria–,
esta Sala RESUELVE:
1.- Declárase improcedente la pretensión planteada a su favor por el señor
JFG, por haberse alegado asuntos de mera legalidad relacionados a su pe-
tición de otorgarle medidas alternas a la detención provisional.
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Por las razones expuestas y con base en los artículos 11 inciso 2° de la Cons-
titución y 13 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, 12, 20 y 180 del
Código Procesal Civil y Mercantil –de aplicación supletoria–, esta Sala resuelve:
1. Declárase improcedente la pretensión planteada por el abogado Saúl An-
tonio Menjívar Alas, a favor de los señores JAV y RAVO, por basarse en
argumentos que revelan una mera inconformidad con la decisión judicial
cuestionada.
2. Tome nota la Secretaría del medio técnico señalado por el pretensor para
recibir los actos procesales de comunicación. De existir circunstancias que
imposibiliten mediante dicha vía ejecutar la notificación ordenada, se de-
berá proceder de acuerdo a lo dispuesto en el considerando 111 de esta
decisión.
3. Notifíquese y archívese oportunamente.
A. PINEDA.--- F. MELENDEZ.--- E. S. BLANCO R.--- R. E. GONZALEZ.--- SONIA
DE SEGOVIA.--- PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO
SUSCRIBEN.--- E. SOCORRO C.--- SRIA.---RUBRICADAS. -
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tal fin, inclusive a través de tablero judicial, una vez agotados los procedimien-
tos respectivos.
Por tanto, con base en las razones expresadas y en cumplimiento de lo es-
tablecido en el artículo 11 inciso 2° de la Constitución; 13 de la Ley de Procedi-
mientos Constitucionales; 15, 20, 141, 169, 177 y 192 del Código Procesal Civil
y Mercantil –de aplicación supletoria–, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente el presente proceso constitucional iniciado a su
favor por el señor ACH, por existir vicios que impiden su conocimiento de
fondo, relacionados con su inconformidad con la pena de prisión impuesta
y el rechazo de recursos de revisión, los que constituyen asuntos de estricta
legalidad.
2. Requiérase auxilio al Juzgado de Primero de Paz de San Vicente, para que
notifique este pronunciamiento –de forma personal– al requirente en el
centro penitenciario de dicha localidad.
3. Ordénase a la Secretaría de este Tribunal que, con el fin de cumplir el re-
querimiento dispuesto en el número precedente, gire las comunicaciones
que estime convenientes. De existir alguna circunstancia que imposibilite
mediante dicha vía ejecutar la notificación que se ordena; se deberá proce-
der conforme a lo dispuesto en esta resolución.
4. Solicítese al funcionario judicial comisionado que informe a esta Sala, a la
brevedad posible, sobre la realización de dicho acto procesal de comunica-
ción.
5. Notifíquese y oportunamente archívese.
F. MELENDEZ --- J. B. JAIME --- E. S. BLANCO R.--- R. E. GONZALEZ --- PRO-
NUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.--- E. SOCO-
RRO C.--- SRIA.--- RUBRICADAS. -
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proceso hasta esta fecha ya que se encontraba imposibilitada para pagar los
honorarios de un abogado particular.
1. A partir de ello resulta importante aclarar como primer punto que la
jurisprudencia constitucional es una verdadera fuente de derecho, pues como
actividad racional y argumentativa crea reglas constitucionales, las cuales han
de convertirse en un canon de obligatoria observancia para no solo para esta
Sala –autoprecedente– sino para otras entidades jurisdiccionales, los particu-
lares y demás poderes públicos, con el fin de poder dirimir los casos futuros,
siempre y cuando estos guarden una semejanza con los ya decididos (ver sen-
tencia HC 445-2014 del 25/09/2014)
De ahí que los criterios jurisprudenciales en materia constitucional sean
vinculantes y se erijan como una base normativa idónea y suficiente para fun-
damentar en ellos, jurídicamente, las resoluciones judiciales y administrativas.
Tomando en cuenta lo anterior y en virtud de que precisamente la Ley de
Procedimientos Constitucionales no regula un plazo para presentar una soli-
citud de un amparo o hábeas corpus a partir de la ocurrencia del comporta-
miento que ha vulnerado derechos fundamentales, jurisprudencialmente y se
ha creado el criterio sobre la existencia de parámetros para establecer que la
actualidad o vigencia del agravio constitucional, a efectos de preservar la se-
guridad jurídica.
Es por ello que esta Sala se encuentra habilitada para analizar si los agra-
vios alegados por los demandantes poseen actualidad, en atención a las cir-
cunstancias fácticas de cada caso concreto y, en especial, a la naturaleza de
los derechos cuya transgresión se alega. Por lo que si se verifica que el lapso
transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos
fundamentales y la presentación de la demanda es consecuencia de la mera
inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el proceso, se
entendería que ya no soporta en su esfera jurídica, al menos de manera directa
e inmediata, los efectos negativos que la actuación impugnada le ha causado
y, consecuentemente, que el elemento material del agravio que aparentemen-
te se le ha ocasionado ha perdido vigencia (ver sobreseimiento HC 23-2014 del
01/07/2014).
Mediante proceso de hábeas corpus con referencia 200-2017 del
03/07/2017 se determinó que el agravio alegado por la peticionaria carecía de
actualidad pues, desde que se llevó a cabo la vista pública el 25/03/2015 hasta
la fecha de su petición el 08/06/2017, habían transcurrido más de dos años –si-
tuación que luego fue reiterada en habeas corpus 280-2017 presentado única-
mente a favor del señor QR y el cual fue también declarado improcedente-; en
esta oportunidad la señora MQ trata de justificar dicha inactividad aduciendo
“la falta de recurso económico” pues expone que se encontraba imposibilitada
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que con ello hace cre[í]ble a todas las partes en juicio logrando mi condena
(...) nunca fueron presentadas pruebas contundentes que en verdad pudieran
incriminarme como autor del delito de secuestro y en el mismo me declaro
inocente (...)
En el presente caso pido, a sus señorías (...) para que por sus oficios judicia-
les, y magistrados puedan ser dirigidos ante el Tribunal de Sentencia “B”, de
San Salvador, para que este tribunal especializado pueda resolverme el recurso
de revisión que he interpuesto, en contra la sentencia condenatoria definitiva
dictada (...)
En razón de lo anterior, solicita: “...se resuelva favorable, es decir, me dicte
una sentencia absolutoria o una sentencia con menos años de prisión...”(sic).
I. 1. Por resolución emitida a las trece horas con cuarenta y un minutos del
día dieciocho de mayo de dos mil diecisiete se previno al señor BQ para que, en
el plazo de tres días contados a partir del siguiente al de la notificación respec-
tiva, expusiera de forma clara y precisa, en qué fecha planteó ante el Juzgado
Especializado de Sentencia “B” de San Salvador, el recurso de revisión de su
sentencia condenatoria y del cual no ha recibido respuesta.
2. La referida resolución fue notificada personalmente al peticionario, en
la Penitenciaria Oriental de San Vicente, mediante auxilio judicial, el cual según
escrito de contestación del señor BQ, fue diligenciada el día trece de junio del
dos mil diecisiete; no obstante, debido a que el acta remitida por el Juzgado
Segundo de Paz de esa localidad estaba incompleta en relación a la fecha de
realización del acto procesal de comunicación, se solicitó a dicha autoridad que
realizara nuevamente la notificación en debida forma, consignando la fecha
correspondiente. En ese sentido, consta a folio 23 que la prevención le fue
comunicada el día cuatro de septiembre del presente año.
2. Aclarado lo anterior, se tiene que el señor BQ remitió oportunamente
escrito de contestación, en el cual expresó lo siguiente: “...he interpuesto re-
cursos de revisión en tres ocasiones, no recordando con perfección que día
(...) ya tu[v]ieron la respuesta, ya que en su resolución fueron inadmitidos,
no al lugar (...) ya que me hizo saber falta de fundamentos procesales ya que
no soy conocedor de la materia (...) los recursos fueron resueltos, con la única
diferencia que fueron inadmitidos ‘no’ hubo respuesta favorable (...) fue sin
lugar (...) –solicito– que me ampare (...) ante el tribunal que corresponde para
que me deje sin efecto la condena por otra más favorable o absolutoria por
ser inocente en este delito (...) que se me impuso injustamente....”(mayúsculas
suprimidas)(sic).
III. A partir de lo expuesto por señor BQ en sus dos escritos, se tiene que
reclama: de la sentencia condenatoria emitida en su contra por el Juzgado Es-
pecializado de Sentencia “B” de San Salvador, debido a que se basa en testimo-
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En ese orden de ideas, esta Sala advierte que en el presente caso el agravio
alegado por el solicitante –modificación, en sentencia de casación, de la califi-
cación jurídica del delito y de la pena o una más grave– carece de actualidad,
pues desde que se pronunció la referida resolución 28/8/2012 hasta la fecha
de inicio de su petición de hábeas corpus –23/8/2017– han transcurrido más
de cuatro años; eso significa que, pese a que el solicitante se ha presentado a
esta sede constitucional a plantear su reclamo, lo ha hecho después de haber
transcurrido un plazo que no resulta razonable para exigir el control constitu-
cional por el tema de vulneración al proceso constitucionalmente configurado.
Y es que si bien es cierto las autoridades judiciales para determinar la res-
ponsabilidad penal de una persona deben garantizar un debido proceso, una
vez transcurrido un tiempo sin que el condenado o cualquier persona haya
solicitado la tutela constitucional ante dicha omisión, se considera que des-
de el momento en que surgió la posibilidad de exigir dicho control –es decir,
desde la emisión de la sentencia condenatoria contra la cual se reclama– y la
presentación de la solicitud de este hábeas corpus, se desvaneció el agravio
planteado en los derechos de audiencia, defensa, la presunción de inocencia,
recurrir, seguridad jurídica y libertad física de las personas que se pretende
favorecer; con lo cual objetivamente se carece del elemento material necesario
para continuar con el trámite de la petición incoada, por lo que deberá decla-
rarse improcedente la pretensión.
El aludido criterio jurisprudencial ha sido sostenido por esta Sala en las re-
soluciones emitidas en los procesos de hábeas corpus con referencia 23-2014,
del 2/7/2014, y 132-2014, del 25/7/2014 –entre otras–, el cual es aplicable al
presente caso por advertirse –según se indicó– la falta de actualidad en el agra-
vio constitucional alegado al momento de instar la actuación de este Tribunal.
III. La Secretaría de esta Sala deberá tomar nota de la dirección y medio
electrónico señalado por el peticionario para recibir los actos procesales de
comunicación.
Sin perjuicio de dicho señalamiento, de advertirse alguna circunstancia que
imposibilite la comunicación que se ordena practicar al pretensor a través del
aludido medio, también se autoriza a la Secretaría de este Tribunal para que
proceda a realizar la notificación por otros mecanismos dispuestos en la legis-
lación procesal pertinente y en la jurisprudencia constitucional y que fueren
aplicables, debiendo efectuar las gestiones necesarias en cualquiera de dichos
medios para cumplir tal fin; inclusive a través de tablero judicial, una vez ago-
tados los procedimientos respectivos.
Por las razones expuestas y de conformidad con los artículos 11 inciso 2°
de la Constitución y 13 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala
resuelve:
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Es importante aclarar que el trece de mayo del año dos mil dieciséis, se
ordena, la localización a mi defendido, no obstante que no se menciona en la
relación circunstanciada [de] los hechos que se narran en el acta de captura,
ya que al leer la misma se nota que a los demás si les encontraron objetos
ilícitos, no así para mi representado, y es así que nunca se dijo si es autor
directo, o cómplice, ya que de alguna manera se logró orientar en contra de
los otros imputados la posibilidad de haber participado en algún hecho en
el acta de captura, su participación delincuencial, pero en lo que respecta a
mi defendido solo se ha decretado la detención por una simple presunción
de participación en el delito investigado, pero no hay un indicio fuerte de su
participación,...”(mayúsculas suprimidas) (sic).
Pretendiendo el solicitante que se establezca: “(...) que efectivamente exis-
te restricción ambulatoria de la libertad en contra de mi defendido, a quien la
fiscalía ha sido incapaz de establecer de qué manera ha participado en el delito
de homicidio agravado [y] (...) se ordene al Juez de Instrucción de Mejicanos,
que levante las órdenes de captura que sobre el reo ausente ya referido (…)”,
II. 1. Teniendo en cuenta que el licenciado Santamaría Sibrián en su escrito,
dirige sus reclamos contra actuaciones realizadas por el Juzgado de Menores
de Soyapango; de ahí que, aunque en la parte petitoria de su escrito solicita
que se levanten las [órdenes de captura] libradas por el Juzgado de Instrucción
de Mejicanos, es posible inferir que se trata de un error material cometido por
el referido profesional. En virtud lo antes anterior, es Sala considera pertinente
tener como sujeto pasivo de la pretensión únicamente al Juez de Menores de
Soyapango.
2. En ese sentido, el peticionario alega que la inconstitucionalidad de la
orden de localización girada en contra de su defendido, se fundamenta en que
este ya no se presentó al juzgado pues sospechó que habían testigos con inten-
ción de perjudicarlo y además arguye sobre la inocencia del joven procesado,
pues no se le encontró objeto alguno durante su captura, aduciendo que se ha
decretado la detención por una simple, presunción de participación y que no
se ha establecido de qué manera ha cometido el delito que se le acusa.
De tal argumento se evidencia que el pretensor pretende justificar el moti-
vo por el cual el joven MC se ha sustraído del proceso, refiriendo irregularida-
des en la prueba testimonial; y si bien alega que ha existido una presunción de
participación en contra del joven procesado, tal planteamiento se desvanece
a lo largo del relato, demostrándose un tema de disconformidad sobre la res-
ponsabilidad penal e inocencia, pues él mismo refiere que hay testigos que lo
quieren involucrar, de ahí que lo expuesto no puede ser determinado por este
Tribunal ya que constituye un asunto de mera legalidad, por lo que a esta Sala
no le corresponde sustituir al juez en sus competencias, siendo únicamente las
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autoridades judiciales en materia penal, las que por ley están facultadas para
analizar y determinar asuntos como los propuestos en esta solicitud.
Y es que, se ha establecido como uno de los límites a las atribuciones con-
feridas constitucional y legalmente a esta Sala, el análisis relacionado con ele-
mentos de convicción que rodean al hecho y que fundamentan las decisiones
que adoptan jueces y tribunales penales, pues ello es atribución exclusiva de
estos, y su arrogación implicaría convertirse en un tribunal de instancia más,
capaz de revisar las actuaciones del resto de autoridades judiciales bajo esas
circunstancias –v. gr. improcedencias HC 162-2013 del 26/6/2013 y HC 269-
2014 del 20/6/2014–.
Por consiguiente, pretender que este Tribunal revise la legalidad de los ele-
mentos de convicción que se han incorporado a la causa, o los que llevaron
a la Cámara de Menores de la Primera Sección del Centro, a revocar el so-
breseimiento definitivo dictado por la autoridad demandada, ordenando la
continuación del proceso en contra del joven MC, constituyen vicios en la pre-
tensión e impiden que pueda continuarse con su tramitación.
Aunado a lo anterior, y aunque el peticionario refiere que cuando se emitió
la resolución por la referida Cámara de Menores, su defendido ya no se encon-
traba en el país, de sus propias aseveraciones, se indica también la sustracción
voluntaria del proceso por parte del joven MC, consecuentemente se infiere
que la orden de localización girada por la autoridad demandada, tiene como
única finalidad someter al joven al proceso que se sigue en contra y permitir
el correcto devenir del mismo, situación que no genera, por si, ningún tipo de
vulneración constitucional, ya que ha sido considerada por el legislador en el
art. 27 de la Ley Penal Juvenil.
Por tanto, al carecer lo propuesto de argumentos que descansen en vulne-
raciones constitucionales susceptibles de ser analizadas mediante el proceso de
habeas corpus y siendo que este es un requisito indispensable para la correcta
configuración de la pretensión, existe un vicio insubsanable que impide su co-
nocimiento, con lo cual vuelve improcedente su tramitación.
III. Por otra parte, se denota que el pretensor señaló en su escrito de inicio
de este proceso constitucional, tanto una dirección ubicada de esta circunscrip-
ción territorial, así como un medio técnico para recibir notificaciones, los cuales
se deberán tomar en cuenta para tales efectos; sin embargo, de advertirse
alguna circunstancia que imposibilite la comunicación que se ordena practi-
car al peticionario a través de los aludidos mecanismos, también se autoriza a
la Secretaría de este Tribunal para que proceda a realizar la notificación por
otros mecanismos dispuestos en la legislación procesal pertinente y que fueren
aplicables, debiendo efectuar las gestiones necesarias por cualquiera de dichos
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Hábeas corpus / Improcedencias
medios para cumplir tal fin, inclusive a través de tablero judicial, una vez ago-
tados los procedimientos respectivos.
Por tanto, con base en las razones expresadas y en cumplimiento de lo
establecido en los artículos 11 inciso 2° de la Constitución y 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declarase improcedente la pretensión planteada por el licenciado Leopol-
do Santamaría Sibrián a Favor del joven GEMC, en virtud de que se funda-
menta en asuntos de mera legalidad.
2. Tome nota la Secretaria de esta Sala de la dirección y del medio técnico
señalado por el peticionario para recibir actos procesales de comunicación.
De existir alguna circunstancia que imposibilite mediante ese medio ejecu-
tar el acto de comunicación que se ordena, se deberá proceder de acuerdo
a lo dispuesto en el considerando III de esta decisión.
3. Notifíquese y oportunamente archívese.
A. PINEDA.--- F. MELENDEZ.--- E. S. BLANCO R.--- R. E. GONZALEZ.--- PRO-
NUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.--- E. SOCO-
RRO C.--- SRIA.---RUBRICADAS. -
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cedimientos Constitucionales y 20, 141, 171 y 181 del Código Procesal Civil y
Mercantil,–de aplicación supletoria– esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente la pretensión incoada a su favor por el señor
OAVP, en virtud de que la fundamenta en asuntos que carecen de trascen-
dencia constitucional.
2. Requiérase auxilio al Juzgado Segundo de Paz de Santa Ana para que no-
tifique este pronunciamiento –de forma personal– al requirente en el Cen-
tro Penal de Apanteos.
3. Ordénase a la Secretaría de esta Sala que gire las comunicaciones que esti-
me convenientes. De existir alguna circunstancia que imposibilite mediante
dicha vía ejecutar la notificación que se ordena; se deberá proceder confor-
me a lo dispuesto en esta resolución.
4. Solicítese al funcionario judicial comisionado que informe a esta Sala, a la bre-
vedad posible, sobre la realización de dicho acto procesal de comunicación.
5. Notifíquese y archívese oportunamente.
A. PINEDA.--- F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.--- E. S. BLANCO R.--- R. E. GON-
ZALEZ.--- PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN.--- E. SOCORRO C.--- SRIA.---RUBRICADAS. -
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entra la fecha preliminar y la vista p[ú]blica. O sea que se puede notar que pri-
mero se realiz[ó] la audiencia de vista p[ú]blica y posteriormente la audiencia
preliminar...”(mayúsculas y resaltados suprimidos)(sic).
II. Ante lo expuesto por el peticionario se le previno por resolución de
13/9/2017, para que dentro del plazo de tres días contados a partir del si-
guiente al de la notificación respectiva, señalara de forma clara y precisa, cuál
es su situación jurídica actual, cuál es la actuación específica realizada por el
Juzgado Especializado de Sentencia “B” de San Salvador que transgrede in-
constitucionalmente su derecho de libertad física y los motivos que hacen su-
poner esa vulneración.
La referida decisión fue notificada en el lugar designado por el actor el
25/9/2017; y, en el escrito de contestación de los aspectos prevenidos aduce
lo siguiente: “...aclaro que mi libertad ambulatoria no está restringida, ya que
estoy gozando de medidas sustitutivas o alternativas a la detención provisional
pero considero que se me violentaron mis derechos fundamentales condenán-
dome extemporáneamente a diez años de prisión que por parte del Juzgado
de Sentencia “B” tal como lo regula el art[í]culo 270 C[ó]digo Procesal Penal,
por lo que pido que se me resuelvan conforme a derecho corresponde...” (ma-
yúsculas suprimidas)(sic).
III. A partir de lo expuesto en el escrito de contestación y tomando en
cuenta los aspectos prevenidos en la resolución de fecha 13/9/2017, se advier-
te que el solicitante se queja del exceso de la detención provisional que sufrió
en el proceso penal incoado en su contra, por lo que es necesario verificar lo
planteado, a efecto de determinar si es susceptible de análisis mediante este
proceso constitucional.
Al respecto, es preciso señalar que este Tribunal ha establecido en su ju-
risprudencia que para proceder al análisis constitucional de un asunto debe
verificarse sí, en el momento de plantearse la pretensión, el acto reclamado
estaba produciendo un agravio en la esfera jurídica del favorecido, pues si al
iniciarse el proceso constitucional de hábeas corpus, el acto cuestionado ya no
sigue surtiendo efectos, el agravio alegado deviene en inexistente y ello viciaría
la pretensión –ver improcedencia HC 218-2016, del 31/8/2016–.
Por tanto, al solicitar la protección constitucional, la persona que se pre-
tende favorecer debe estar sufriendo afectaciones en sus derechos de libertad
física, dignidad o integridad física, psíquica o moral, derivadas de la actuación
u omisión de alguna autoridad o particular contra la que se reclama; así, en
caso de emitirse una decisión estimatoria, se hagan cesar dichas incidencias,
restableciéndose, si ese fuere el caso, tales categorías jurídicas –ver inadmisibi-
lidad HC 139-2015, del 22/07/2015–.
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III. En virtud del lugar y del medio técnico señalado por los peticionarios
para recibir los actos procesales de comunicación, la Secretaria de esta Sala
deberá considerar los mismos.
De advertirse alguna circunstancia que imposibilite la comunicación que se
ordena practicar a través del medio indicado, se autoriza a la Secretaria de este
Tribunal para que proceda a realizar la notificación por otros mecanismos dis-
puestos en la legislación procesal pertinente que fueren aplicables, debiendo
efectuar las gestiones necesarias en cualquiera de dichos medios para cumplir
tal fin, inclusive a través de tablero judicial, una vez agotados los procedimien-
tos respectivos.
Con fundamento en las razones expuestas, de conformidad con los artícu-
los 11 inciso 2° de la Constitución y 13 de la Ley de Procedimientos Constitucio-
nales, esta Sala RESUELVE:
1) Declárase improcedente la pretensión de hábeas corpus planteada a su
favor por los señores SDNB y RHCS, por no cumplirse los requisitos estable-
cidos para el trámite de un hábeas corpus de naturaleza preventiva.
2) Tome nota la Secretaría de esta Sala del lugar y medio técnico señalados
por los peticionarios para recibir los actos procesales de comunicación. De
advertirse alguna circunstancia que imposibilite la comunicación que se or-
dena practicar por dichos medios, se autoriza a la Secretaría de este Tribu-
nal para que notifique a través de otros mecanismos legalmente dispues-
tos, según lo indicado en el considerando III de esta resolución.
3) Notifíquese y oportunamente archívese.
J. B. JAIME.--- E. S. BLANCO R.--- R. E. GONZALEZ.--- PRONUNCIADO POR LOS
SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.--- E. SOCORRO C.--- SRIA.---RU-
BRICADAS. -
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condena que continúa cumpliendo es de treinta años de prisión sin que, según
su consideración, la misma ajuste a la nueva disposición.
Frente a tal escenario, lo reclamado únicamente evidencia el desacuerdo
con el criterio empleado por el juez para rechazar la solicitud de modificación
de pena interpuesta por la señora AMRC o AMSR, en razón de la errónea inter-
pretación realizada por la solicitante en cuanto al principio constitucional de
retroactividad de la ley penal más favorable y específicamente en cuanto a la
adecuación a su caso de la reforma de la pena contemplada para el Art. 129 C.
Pn.; pues según se alega, su sanción debe calcularse conforme con el margen
mínimo actual y reducirse a veinte años.
Pese a ello, debe aclararse, que al encontrarse la condena impuesta dentro
de la dosimetría estipulada en la reforma al art. 129 del C. Pn., no es factible la
aplicación retroactiva de la misma puesto que su pena se mantiene en el rango
que establece la reforma; de tal manera que lo planteado no constituye un
asunto con trascendencia constitucional, ya que el agravio que la actora consi-
dera subyace en los argumentos del rechazo de la modificación solicitada, no
es más que una actuación que se encuentra en coherencia con los límites lega-
les establecidos a las autoridades judiciales para el ejercicio de sus atribuciones.
En esos términos, lo propuesto contiene un vicio insubsanable consistente
en una mera inconformidad con la resolución que rechaza la modificación de
la condena impuesta, lo cual imposibilita su análisis posterior por parte de esta
Sala, por lo que la misma deberá declararse improcedente –ver resoluciones
interlocutorias HC 77-2017 del 19/4/2017 y HC 264-2015 del 28/9/2015–.
III. En virtud de haber señalado la requirente el Centro de Readaptación
para Mujeres de Ilopango, donde se encuentra recluida, como lugar para reci-
bir notificaciones, y tomando en cuenta la condición de restricción en la que se
encuentra la solicitante dentro de ese establecimiento penitenciario, es perti-
nente realizar el respectivo acto procesal de comunicación por la vía del auxilio
judicial para garantizar el derecho de audiencia y a la protección jurisdiccional
de la señora CJC, pues este mecanismo permite establecer con certeza la fecha
en que aquella tiene conocimiento directo e inmediato de los pronunciamien-
tos de este Tribunal. Lo anterior supone que el acto procesal de comunicación
debe efectuarse de forma personal a la destinataria de la misma y no por me-
dio de las autoridades penitenciarias.
En ese orden, es procedente aplicar de forma supletoria el artículo 141
inciso 1° del Código Procesal Civil y Mercantil, disposición que regula la figura
del auxilio judicial. De manera que, deberá requerirse la cooperación al Juzga-
do de Paz de Ilopango a efecto de notificar este pronunciamiento a la señora
AMRC o AMSR, de manera personal, en el mencionado centro penal.
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2. Tome nota la Secretaría de esta Sala del medio electrónico y personas co-
misionadas por el peticionario para recibir los actos de comunicación, así
como también para retirar y presentar documentación y consultar este ex-
pediente.
3. Notifíquese y oportunamente archívese este expediente.
J. B. JAIME.--- E. S. BLANCO R.--- R. E. GONZALEZ.--- PRONUNCIADO POR LOS
SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.--- E. SOCORRO C.--- SRIA.---RU-
BRICADAS. -
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[N]o tuve un juicio “con arreglo a las leyes” como mandan los artículos
once y doce y que la pena impuesta fue injusta en que, entonces no se cum-
plían las garantías por las antiguas condiciones de los penales(...)
La sentencia de treinta años (...) por las condiciones [de] “entonces”, el
equivalente a una pena perpetua (...) cuyas violaciones no solo son agravio y
daño a mi persona, pero igualmente al orden público; la sentencia debe ser
reducida...” (mayúsculas suprimidas) (sic).
II. Antes de analizar la pretensión planteada, esta Sala considera pertinen-
te hacer referencia al examen inicial que se realiza en este proceso constitucio-
nal, para verificar el cumplimiento de las condiciones necesarias y así emitir una
decisión sobre lo requerido.
En ese sentido, este Tribunal debe corroborar si el solicitante ha supera-
do los requisitos mínimos para conocer y decidir sobre los alegatos expuestos;
pues, cuando se propongan cuestiones que deban ser resueltas por otras auto-
ridades y que por lo tanto no trasciendan de ser inconformidades del deman-
dante con lo decidido por una autoridad judicial o administrativa, o carezcan
de trascendencia constitucional, la tramitación del habeas corpus será infruc-
tuosa y deberá rechazarse la pretensión al inicio del proceso, por medio de
una declaratoria de improcedencia –ver improcedencias de HC 162-2010 del
24/11/2010 y HC 90-2015 del 22/04/2015, entre otras–.
III. De lo expuesto por el señor GM, se advierte que básicamente reclama
sobre la inconstitucionalidad de la pena impuesta por la autoridad demanda-
da, pues considera: 1) que dada la edad promedio de vida de los salvadoreños
y la que tenía cuando fue condenado, al cumplir la totalidad de la pena esta
equivaldría a una perpetua, resultando infructuosos los programas de reedu-
cación que recibe, por lo tanto debe ser reducida; y 2) que el jurado y la juez
que conocieron de su caso estaban “contaminados” por otro proceso que se
seguía en su contra.
1. En cuanto al primer agravio, se advierte que el demandante parte de
una proyección sobre su tiempo de vida lo cual es incierto. Si bien el pretensor
se basa en la esperanza de vida del salvadoreño, para sostener que probable-
mente pasará el resto de ella en prisión, o si logra sobrevivir será una carga
para su familia, esto únicamente lo hace depender de la edad en la que fue
condenado por la comisión de un delito y a la gravedad del hecho realizado
–que amerita, según el legislador, una sanción de varios años de prisión– y no
a que el tribunal penal correspondiente haya decidido una pena de reclusión
desproporcionada que le obligue a pasar indefinidamente en prisión.
Por lo que tener en cuenta la edad a la que el imputado cometió el delito
y fue condenado por ello para determinar la perpetuidad de la pena concre-
ta decretada podría generar situaciones insostenibles, como –por ejemplo– la
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por alegarse asuntos de estricta legalidad; por ello, deberá finalizarse median-
te la declaratoria de improcedencia.
III. Por otra parte, esta Sala advierte que los peticionarios no indicaron un
lugar ni medio técnico para recibir notificaciones.
1. De modo que, según el artículo 170 inciso 1° del Código Procesal Civil y
Mercantil –de aplicación supletoria para el proceso constitucional de hábeas
corpus– establece que el demandante deberá determinar con precisión, en
el primer escrito, una dirección dentro de la circunscripción del Tribunal para
recibir notificaciones, o un medio técnico, sea electrónico, magnético o de cual-
quier otra naturaleza, que posibilite la constancia y ofrezca garantías de segu-
ridad y confiabilidad.
2. Ahora bien, se advierte que los jueces y tribunales –incluida esta Sala–
tienen el deber de obtener los datos de identificación necesarios con el fin de
potenciar un conocimiento real y efectivo de las decisiones que se provean,
para lo cual han de acudir a los registros públicos correspondientes. Y es que
dicha circunstancia viene exigida por el papel de guardián de la constitucionali-
dad que les corresponde a los operadores jurídicos en el momento de procurar
la obtención de la efectividad de sus decisiones.
En ese sentido, en virtud de que se cuenta con el nombre los solicitantes
y los números del documento único de identidad proporcionado por dos de
ellos, es oportuno aplicar análogamente lo establecido en el artículo 181 inciso
2° del Código Procesal Civil y Mercantil, disposición que prescribe que para po-
der localizar a una de las partes se han de utilizar los mecanismos que el juez
considere idóneos para ello.
En este caso, resulta procedente dirigirse al Registro Nacional de las Perso-
nas Naturales, –en virtud de la obligación que tiene toda persona o autoridad
de colaborar, según lo estipula el artículo 12 de aludido cuerpo legal–, por
constar dentro de las presentes diligencias de hábeas corpus, con el nombre de
los demandantes, siendo estos: SEM, JRM y JCTM; así como también se tiene
que los últimos dos solicitantes fueron identificados con los documentos únicos
de identidad siguientes: ********** y **********, tomando en considera-
ción que, entre otras cosas, corresponde a dicho registro en particular adminis-
trar la información que se incorpora en el documento único de identidad, den-
tro del cual se encuentra el lugar de residencia de los ciudadanos salvadoreños.
Por ello previo a notificar a los requirentes cualquier resolución mediante el
tablero de este Tribunal, se considera necesario requerir, con arreglo a lo que
dispone el artículo 12 del Código Procesal Civil y Mercantil, la colaboración de
la mencionada institución estatal para que, en caso que exista la información
pertinente, proporcione a este Tribunal la certificación del trámite de emisión
del documento único de identidad de los peticionarios a fin de poder notifi-
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carle las resoluciones que se emitan en el proceso de hábeas corpus por ellos
incoados, logrando así, optimizar su derecho fundamental de audiencia.
Ahora bien, en caso que la dirección de residencia de los solicitantes se en-
cuentre dentro de la circunscripción territorial de este Tribunal, se ordena a la
Secretaría de esta Sala que realice las gestiones pertinentes para realizar dicho
acto procesal de comunicación y, en caso contrario, se autoriza a la misma para
que requiera auxilio judicial al tribunal que corresponda, para lo cual deberá
librar las comunicaciones respectivas. Finalmente, en el supuesto que no sean
localizados en la dirección proporcionada por el registro público aludido, de-
berá proceder a notificar en el tablero de esta Sala, según lo habilita el 171 del
Código Procesal Civil y Mercantil.
Por tanto, con base en las razones expresadas y en cumplimiento de lo
establecido en los artículos 11 inciso 2° de la Constitución, 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, 12, 170 inciso 1°, 171 inciso 1° y 181 inciso
2° del Código Procesal Civil y Mercantil –de aplicación supletoria–, esta Sala
RESUELVE:
1. Declárase improcedente la pretensión incoada por los señores JRM, SEM y
JCTM, favor del señor RMM, en virtud que la fundamentan en asuntos que
carecen de trascendencia constitucional.
2. Requiérase al Registro Nacional de las Personas Naturales que, informe a
esta Sala cuál es el lugar de residencia actual de los demandantes SEM, JRM
y JCTM, los últimos dos con documento único de identidad: ********** y
**********, respectivamente.
3. Notifíquese de conformidad con lo dispuesto en el considerando III de esta
resolución y oportunamente archívese.
A. PINEDA.--- J. B. JAIME.--- E. S. BLANCO R.--- R. E. GONZALEZ.--- C ESCO-
LAN.--- PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN.--- E. SOCORRO C.--- SRIA.---RUBRICADAS. -
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alegada, eliminándose el valor o efecto jurídico del proceso penal por haberse
realizado en contravención a lo dispuesto en el artículo 175 del Código Pro-
cesal Penal, denotando la eficacia de la norma que se pretende hacerse valer
ante actos contrarios a ella, lo cual conlleva a una interpretación de la legali-
dad que únicamente corresponde realizar a los jueces en materia penal, siendo
ellos distinto a la declaratoria de una vulneración constitucional para la cual si
está facultado este Tribunal.
A ese respecto, debe acotarse que en el caso que esta Sala –con compe-
tencia constitucional– conociera de lo propuesto por el solicitante estaría ac-
tuando como un tribunal de instancia, lo cual supondría exceder el ámbito de
control que le ha sido concedido, en virtud de reclamarse cuestiones de estricta
legalidad relacionadas con la inconformidad de la parte actora con actuacio-
nes judiciales y la declaratoria de nulidad del proceso penal.
En consecuencia, este Tribunal, conforme a sus atribuciones, se encuentra
impedido de examinar lo planteado por el abogado Coppo Méndez, por cuanto
carece de contenido constitucional para pronunciarse sobre las nulidades alega-
das en un proceso penal y la negativa de las autoridades a declarar la existencia
de las mismas; por ello, deberá emitirse una declaratoria de improcedencia.
Aunado a lo anterior, es preciso indicar que, si bien el solicitante vincula
su reclamo de rechazo de la nulidad alegada en el proceso penal con la vulne-
ración de los principios de inocencia y legalidad, a partir de la inexistencia del
documento en el cual conste la autorización del fiscal superior para las “opera-
ciones especiales de la policía en las investigaciones y/o entregas controladas
de dinero específicamente en los delitos de extorsión o actos de terrorismo”,
debido a que estimas que dichos agentes policiales se “convierten en testigos
encubiertos” según los exige el artículo 175 inciso 4° parte final del Código
Procesal Penal, tampoco es posible conocer de tales aspectos por las siguientes
razones:
La referida disposición establece que “… tratándose de operaciones encu-
biertas practicadas por la policía, se permitirá el uso de mecanismos engañosos
con el exclusivo objeto de investigar y probar conductas delincuenciales (…),
previa autorización por escrito del fiscal superior”.
Ahora bien, la propuesta así planteada por parte de la equivoca interpre-
tación del peticionario de la referida disposición legal al equiparar las entregas
vigiladas con las operaciones encubiertas, conocidas comúnmente por la doc-
trina con la figura del agente encubierto.
Respecto a esta última la Sala ha sostenido que se constituye como el ar-
quetipo básico de la infiltración policial cuya finalidad es proporcionar “desde
adentro” de la estructura de una organización con fines delictivos informa-
ción que permita el enjuiciamiento de sus integrantes y su posterior disolución.
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[M]i persona ha sido diabético e hipertenso desde hace 9 años con el en-
cierro el problema de salud sigue aumentando con altos riesgos para mi inte-
gridad física de mi vida. Varios compañeros que están privados de libertad les
han amputado las piernas por gangrenas y otras patologías, pues mi cuerpo
no cicatriza las lesiones y una pequeña herida se puede convertir en algo muy
grave para mi integridad...” (Mayúsculas suprimidas) (Sic).
El requirente relacionó legislación nacional e internacional, para luego re-
ferirse a decretos que la Asamblea Legislativa ha emitido para beneficiar a
personas privadas de libertad que padecen enfermedades, y expone que la
autoridad judicial demandada debe considerar su situación de salud para otor-
garle beneficios penitenciarios a efectos de no vulnerar sus derechos constitu-
cionales, pues –alega– que aunque la edad sea un elemento contemplado en
el artículo 86 de la Ley Penitenciaria, debido a su enfermedad con el pasar de
los meses “el peligro para su vida es gradual”.
Finalmente solicitó a este Tribunal que se proteja su derecho a la vida, sa-
lud e integridad física “ordenando al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria que
le de Beneficio Penitenciario” y requiriendo se la practique un peritaje médico
forense, a efectos de determinar su situación de salud.
II. En relación con dicho planteamiento por resolución del 11/09/2017 se
previno al demandante para que, dentro del plazo de tres días contados a
partir del siguiente al de la notificación respectiva, señalara de manera clara y
específica las actuaciones u omisiones de las autoridades correspondientes que
están lesionando su derecho a la integridad física, psíquica o moral, así como a
qué funcionarios específicos atribuía su reclamo.
La referida decisión fue notificada personalmente al peticionario el día
05/10/2017, tal como consta en el acta suscrita por este, la cual corre agregada
al folio 13 del presente proceso.
Por su parte, el solicitante remitió escrito con fecha 06/10/2017 recibido en
la Secretaría de este Tribunal el 09/10/2017, mediante el cual afirma contestar
la referida prevención en los siguientes términos:
“....Que el tribunal demandado es el juzgado Primero de Vigilancia Peni-
tenciaria y Ejecución de la Pena de San Salvador, pues (...) se han enviado escri-
tos solicitando tanto evaluaciones jurídicas como médicas y no hay respuestas.
Además el juez de vigilancia debe de pedir los informes jurídicos y médicos y
buscar opciones de protección efectiva para los privados de libertad que tene-
mos problemas de salud que ponen en peligro la vida y deterioran la integri-
dad física. Las condiciones de la realidad carcelaria han logrado que mi situa-
ción cada día se deteriore además la frustración de que me condenaron por
delitos que nunca cometí. (...) Por lo que el juez penitenciario al no evaluarme
y darme un mecanismo opcional de medidas sustitutivas está violentando el
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III. Por otra parte, la peticionaria señaló que puede ser notificada median-
te teléfono celular y correo electrónico.
Al respecto, según el artículo 170 inciso 1º del Código Procesal Civil y Mer-
cantil –de aplicación supletoria para el proceso constitucional de hábeas cor-
pus–, el demandante deberá determinar con precisión, en el primer escrito,
una dirección dentro de la circunscripción del tribunal para recibir notificacio-
nes, o un medio técnico, sea electrónico, magnético o de cualquier otra natu-
raleza, que posibilite la constancia y ofrezca garantías de seguridad y confiabi-
lidad. Además, el inciso segundo de ese artículo, establece que si no se hiciere
el aludido señalamiento el tribunal mandará a subsanar dicha omisión.
No obstante lo anterior, se advierte que en la documentación anexada a la
demanda de hábeas corpus se encuentra copia del documento único de iden-
tidad de la solicitante, donde consta que reside en **********, San Salvador.
En atención a ello, es pertinente notificar en la dirección que consta en el re-
ferido documento a fin de garantizar sus derechos de audiencia y a la protección
jurisdiccional, pues este mecanismo permite establecer con certeza la fecha en
que tiene conocimiento directo e inmediato de los pronunciamientos de este Tri-
bunal. Lo anterior supone que el acto procesal de comunicación debe efectuarse
de forma personal al destinatario del mismo y no por vía de intermediarios.
Sin perjuicio de dicho señalamiento, de advertirse alguna circunstancia que
imposibilite la comunicación que se ordena practicar a la peticionaria a través del
aludido medio, también se autoriza a la Secretaría de este Tribunal para que pro-
ceda a realizar la notificación por otros mecanismos dispuestos en la legislación
procesal pertinente y en la jurisprudencia constitucional y que fueren aplicables,
debiendo efectuar las gestiones necesarias en cualquiera de dichos medios para
cumplir tal fin; inclusive, en esta ocasión en defecto de lo ordenado, a través de
tablero judicial, una vez agotados los procedimientos respectivos.
Por las razones expuestas y con base en los artículos 11 inciso 2º de la Cons-
titución; 13, 26, 30, 43, 44, 45, 46 y 71 de la Ley de Procedimientos Constitucio-
nales; 12, 20, 170 inc. 1º, 171 inc. 1º, 141 inc. 1º y 192 del Código Procesal Civil
y Mercantil –de aplicación supletoria para el proceso de hábeas corpus–, esta
Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente la pretensión de hábeas corpus promovida a favor
del señor BHS, en virtud de contener un vicio que imposibilita continuar
con su trámite.
2. Notifíquese de la forma dispuesta en el romano III de esta resolución.
3. Archívese oportunamente.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZA-
LEZ.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN.---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.
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ciones ilícitas solo se castigará cuando a los acusados de este delito también se
les acuse y se compruebe que han participado en otros delitos.
Pero es el caso (...) que (...) la sentencia mediante al cual fueron condena-
dos mis familiares, (...) en ningún momento en todo el proceso, se les acusó a
ellos de haber participado en otros delitos, (...) Es por lo antes expuesto, vengo
(...) a solicitar el auto de exhibición personal a favor de todos mis familiares,
porque considero que existe una sentencia dictada fuera de los parámetros
que da la ley (...)
[Existe] un agravio o daño actual, porque ellos se encuentran privados en
libertad; ese agravio se hace extensivo a toda su familia, porque ahora nos ve-
mos perjudicados en el aspecto económico teniendo que pagar abogados para
la defensa y privándonos de lo que nuestros familiares privados de libertad
aportan económicamente para el sostenimiento familiar (...) para los agravia-
dos, tanto los privados de libertad como sus familiares, no existe la pronta y
cumplida justicia, sino una gran injusticia...” (mayúsculas suprimidas) (sic).
II. La peticionaria sostiene, en síntesis, la ilegalidad de la sentencia emitida
en contra de las personas que se pretende favorecer, pues alega que aquellas
fueron condenadas por el delito de agrupaciones ilícitas sin que hubieran co-
metido otro delito, resultando que, a su criterio, dicha conducta solo puede ser
castigada si se atribuyen otros ilícitos, circunstancia que no ha ocurrido en el
presente caso. Además, expresa que tiene la convicción que los señores García
Nieto y López Parada no han cometido delito y que todo ello ha ocasionado un
perjuicio económico en sus familiares.
Sobre tal punto es preciso señalar que la jurisprudencia constitucional ha
sostenido que si esta Sala analizara si la conducta de una persona se adapta
al comportamiento previsto en un tipo penal determinado, ello supondría no
solo la valoración de los elementos probatorios incorporados al proceso penal,
sino también realizar un juicio de tipicidad, siendo dicha facultad una labor
que les ha sido otorgada únicamente a los jueces y tribunales competentes en
el área penal y cuyo establecimiento, en definitiva, constituye un asunto de
mera legalidad, que por su naturaleza está excluido del conocimiento de esta
Sala –por ejemplo, improcedencia HC 205-2010 de fecha 26/1/2011–.
Y es que, precisamente a los jueces competentes en materia penal les ata-
ñe determinar si se cumplen o no los elementos objetivos y subjetivos que
permitan establecer la existencia del delito y, además, la comprobación de la
participación delincuencia! de los imputados en su comisión, por cuanto se les
ha encomendado por ley el control de la legalidad, siendo en la jurisdicción
ordinaria en donde la peticionaria, las personas que se pretende favorecer o
sus defensores disponen de los medios de impugnación respectivos que, la le-
gislación secundaria prevé, para manifestar su inconformidad con la decisión
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judicial que le afecta; por lo tanto este Tribunal no puede sobrepasar esa fun-
ción jurisdiccional, al hacerlo se estaría arrogando facultades concedidas exclu-
sivamente a los jueces penales –improcedencia HC 44-2010, del 18/3/2010–.
Tomando en cuenta los precedentes jurisprudenciales citados se advierte
un vicio en esta propuesta de la pretensora, pues requiere que esta Sala de-
termine que los señores Cristian Javier García Nieto y Moisés Antonio López
Parada, no han cometido el delito por el cual han sido condenados a la pena
de prisión, cuestión que, como se indicó, constituye un aspecto que escapa del
control constitucional al estar conferido de forma exclusiva a los jueces compe-
tentes y, por tanto, se torna inoperante la continuación del presente proceso
constitucional al plantearse un asunto de estricta legalidad.
Además, la regulación legal de la cual reclama la pretensora, referida a las
agrupaciones ilícitas, no niega la posibilidad de que se examine únicamente la
atribución de este hecho a una persona, sin que sea vinculado a la ejecución
de delitos adicionales –como ella lo considera–, sino solo implica que aquel no
excluye la probable comisión de otros ilícitos penales, debiendo analizarse en
este último caso bajo las reglas de los concursos de delitos.
Cabe decir que los perjuicios económicos que pueden derivarse de la priva-
ción de libertad de una persona tampoco pueden ser objeto de conocimiento
de esta Sala, en la medida que tales argumentos no están referidos a evidenciar
una incidencia en los derechos objeto de tutela del hábeas corpus, como son
la libertad personal y la integridad física y psíquica de las personas detenidas.
Por las consideraciones señaladas, esta Sala advierte un vicio en la preten-
sión de la señora Mónica Beatriz Velasco Mena, imposibilitándose conocer del
fondo de la misma por tratarse de un asunto de mera legalidad; por lo que,
deberá finalizarse este proceso mediante la declaratoria de improcedencia.
III. Finalmente, se tiene que la peticionaria señaló un medio técnico para
recibir notificaciones, el cual será tornado en cuenta para tal efecto; sin em-
bargo, de advertirse alguna circunstancia que imposibilite la comunicación que
se ordena practicar a la solicitante, también se autoriza a la Secretaría de este
Tribunal para que proceda a realizar la notificación por otros mecanismos dis-
puestos en la legislación procesal pertinente y en la jurisprudencia constitu-
cional y que fueren aplicables, debiendo efectuar las gestiones necesarias en
cualquiera de dichos medios para cumplir tal fin; inclusive a través de tablero
judicial, una vez agotados los procedimientos respectivos.
En atención a las razones expresadas y en cumplimiento de los artículos 1
inciso 2° de la Constitución y 13 de la Ley de Procedimientos Constitucionales,
esta Sala resuelve:
1. Declárase improcedente la pretensión planteada a favor de los señores
Cristian Javier García Nieto y Moisés Antonio López Parada, por alegar un
asunto de estricta legalidad.
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2. Tome nota la Secretaría de esta Sala del medio técnico señalado por la
peticionaria para recibir los actos procesales de comunicación y, de existir
alguna circunstancia que imposibilite mediante dicha vía ejecutar la noti-
ficación que se ordena, se deberá proceder conforme a lo dispuesto en el
considerando III de esta resolución.
3. Notifíquese la presente resolución y oportunamente archívese el corres-
pondiente proceso constitucional.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---R. E. GON-
ZALEZ.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.
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miento sobre el fondo del asunto por parte de este Tribunal y que torna ino-
perante la continuación del proceso, siendo pertinente declarar la pretensión
improcedente.
III. La secretaría de esta Sala deberá tomar nota del medio técnico señala-
do por el peticionario para recibir los actos procesales de comunicación.
De advertirse alguna circunstancia que imposibilite la comunicación que
se ordena practicar al pretensor a través del medio indicado en el número an-
terior, se autoriza a la Secretaría de este Tribunal para que proceda a realizar
la notificación por otros mecanismos dispuestos en la legislación procesal per-
tinente que fueren aplicables, debiendo efectuar las gestiones necesarias en
cualquiera de dichos medios para cumplir tal fin, inclusive a través de tablero
judicial, una vez agotados los procedimientos respectivos.
En atención a las razones expuestas y con base en los artículos 11 inciso 2º
de la Constitución, 13 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala
RESUELVE:
1. Declárase improcedente la pretensión planteada a favor de los señores
ERLQ y JEQM, por alegarse un asunto de mera legalidad en relación con la
medida cautelar de detención provisional que cumplen.
2. Tome nota la Secretaría de esta Sala del medio técnico señalado por el peti-
cionario para recibir los actos procesales de comunicación; sin embargo, de
existir alguna circunstancia que imposibilite mediante dicha vía ejecutar la
notificación que se ordena, se deberá proceder conforme a lo dispuesto en
el considerando III de esta resolución.
3. Notifíquese.
F. MELENDEZ.---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ.---PRONUNCIADO POR
LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---SRIA.---
RUBRICADAS.
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Pero tal garantía no ampara los casos en los que se requiere su participa-
ción pasiva dentro de una práctica procesal como objeto de prueba, como
acontece por ejemplo en el reconocimiento de rueda de reos o toma de cabe-
llo para efectuar alguna pericia; lo anterior tiene como límite el respeto de la
dignidad y la integridad física del imputado.
Y es que el interés público propio de la investigación de un delito y, más en
concreto, la determinación de los hechos relevantes, son las causas legítimas
para justificar una intervención corporal en contra de la negativa del imputa-
do, pero siempre y cuando se respeten determinados presupuestos.
Así, uno de los límites más importantes a que se encuentran sujetos estos
actos de investigación y de prueba, lo constituye el hecho de no poder conver-
tirse en actos que afecten la dignidad de la persona. Esto acontece cuando,
en sí mismos o por la forma de realizarse, determinen un trato inhumano o
degradante, aspectos prohibidos de forma absoluta.
De acuerdo con lo expuesto, su práctica no es, en primera fase, contraria a
la dignidad personal, a menos que implique padecimientos físicos o psicológi-
cos ilícitos u ocasionados de modo vejatorio para quien los sufre. Solo en estos
últimos supuestos serán abiertamente nulos e inconstitucionales.
En la resolución citada se concluyó que el artículo 167 del Código Procesal
Penal derogado no contraviene la prohibición de no declararse culpable conte-
nida en el artículo 12 de la Constitución, ni tampoco constituye una afectación
a la dignidad humana que se oponga al artículo 10 de la Constitución, por lo
que desestimó la pretensión de los actores de que se declarara inconstitucional
dicha disposición legal.
3. La realización de una intervención corporal, consistente, por su propia
definición, en la extracción de muestras corporales para ser sometidas a aná-
lisis pericial, llevada a cabo en contra de la voluntad del imputado no es, por
sí, contraria a su intimidad, dignidad e integridad ni tampoco transgrede la
prohibición de obligar al incoado a declarar contra sí mismo.
Ahora bien, el peticionario alega justamente lo descartado por este Tribu-
nal en la referida sentencia de inconstitucionalidad: que realizar la intervención
corporal en contra de la voluntad del procesado DP, esta sería inconstitucional.
Al haber dirimido esta Sala el aspecto que el solicitante ha sometido a discu-
sión, negando que ello genere vulneraciones a los derechos citados, el agravio
reclamado en los términos planteados en todo caso devendría en inexistente.
Es de hacer notar que, no obstante la sentencia de inconstitucionalidad
está referida al Código Procesal Penal derogado, la normativa procesal penal
actual –aplicada en el enjuiciamiento del acusado– también regula la posibi-
lidad de que el juez ordene la realización de intervención corporal cuando el
imputado se niegue a su ejecución –art. 200– contrario a lo manifestado por
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realizadas varios años atrás puedan ser impugnadas mucho tiempo después
de su ocurrencia, con todos los efectos negativos que dicha situación conlleva,
tanto respecto a la seguridad jurídica como consecuencias prácticas –verbigra-
cia sobreseimiento HC 23-2014, del 2/7/2014–.
Para determinar si un agravio es actual, de acuerdo a este Tribunal, debe
analizarse –en atención a las circunstancias Tácticas de cada caso concreto, y,
en especial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el
lapso transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los de-
rechos fundamentales y la presentación de la demanda, no sea consecuencia
de la mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el
proceso, pues en el caso de no encontrarse objetivamente imposibilitado para
requerir la tutela de sus derechos y haber dejado transcurrir un plazo razona-
ble sin solicitar su protección jurisdiccional se entendería que ya no soporta
en su esfera jurídica, al menos de manera directa e inmediata, los efectos ne-
gativos que la actuación impugnada le ha causado y, consecuentemente, que
el elemento material del agravio que aparentemente se le ha ocasionado ha
perdido vigencia –ver sobreseimiento de HC 132-2014, del 25/7/2014–.
A efecto de determinar la razonabilidad del plazo transcurrido entre la
vulneración alegada y la solicitud de exhibición personal incoada, debe hacerse
un análisis de las circunstancias del supuesto en atención a criterios objetivos
como la inactividad del pretensor desde el agravio acontecido, que sin justifica-
ción alguna dejó pasar el tiempo sin solicitar la protección jurisdiccional.
En ese orden de ideas, esta Sala advierte que en el presente caso el agravio
alegado por el solicitante –cumplimiento de pena de prisión impuesta en vir-
tud de una sentencia condenatoria en la cual no existen elementos probatorios
que acrediten su participación delincuencial– carece de actualidad, pues desde
que se pronunció la referida resolución –octubre de 2015– hasta la fecha de
inicio de su petición de hábeas corpus –octubre de 2017 han transcurrido dos
años; eso significa que, pese a que el solicitante se ha presentado a esta sede
constitucional a plantear su reclamo, lo ha hecho después de haber transcurri-
do un plazo que no resulta razonable para exigir el control constitucional por
el tema de vulneración al proceso constitucionalmente configurado.
Y es que si bien es cierto las autoridades judiciales para determinar la res-
ponsabilidad penal de una persona deben garantizar un debido proceso, una
vez transcurrido un tiempo sin que el condenado o cualquier persona haya
solicitado la tutela constitucional ante dicha omisión, se considera que des-
de el momento en que surgió la posibilidad de exigir dicho control –es decir,
desde la emisión de la sentencia condenatoria contra la cual se reclama– y la
presentación de la solicitud de este hábeas corpus, se desvaneció el agravio
planteado en los derechos de audiencia, defensa, la presunción de inocencia,
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I. El peticionario refiere que contra los señores VMIF y AEEDI, se siguió pro-
ceso penal desde el 24/06/2010 al 06/05/2015, ante el Juzgado Especializado
de Sentencia de San Miguel, autoridad que en la vista pública celebrada en el
mes de noviembre del año dos mil once los absolvió por los delitos de tráfico ilí-
cito y prescripción o suministro, y los condenó a tres años de prisión el delito de
actos preparatorios, proposición, conspiración y asociaciones delictivas, cuya
pena fue reemplazada por trabajos de utilidad pública. Dicha sentencia con-
denatoria fue recurrida en casación; sin embargo, la Sala de lo Penal resolvió
el 06/05/2015, declarando no ha lugar el recurso, quedando desde esa fecha
ejecutoriada la citada sentencia definitiva.
Por otro lado, en fecha 14/11/2011, al finalizar la vista pública del anterior
proceso, agentes de la Policía Nacional Civil y un investigador de esa institu-
ción, informaron a los condenados que existía una orden de detención ad-
ministrativa girada por la División Antinarcóticos de la Fiscalía General de la
República, por los mismos delitos que dieron lugar a su condena previa. Duran-
te la audiencia de imposición de medidas cautelares, el Juez Especializado de
Instrucción de San Miguel suplente consideró que había doble persecución; de-
cisión que fue revocada por el tribunal de alzada ante el recurso de apelación
interpuesto, por lo que el proceso continuó hasta celebrarse vista pública el día
13/05/2013, en el Juzgado Especializado de Sentencia de San Miguel, resultan-
do absueltos por los delitos de tráfico ilícito, actos preparatorios, proposición,
conspiración y asociaciones delictivas y prescripción y suministro, según senten-
cia definitiva pronunciada por esa autoridad el 27/05/2013.
Ese juicio y el fallo absolutorio fueron anulados por la Cámara Especiali-
zada de lo Penal, en recurso de apelación, por lo que la mencionada sede de
sentencia continuó conociendo el proceso penal, el cual finalmente los ha con-
denado a 10 años de prisión por el delito de actos preparatorios, proposición,
conspiración y asociaciones delictivas y ha decretado su detención provisional.
En razón de lo anterior, relaciona la solicitud de exhibición personal plan-
teada el día 17/02/2017 ante esta Sala, a favor de sus representados, alegando
vulneración a la garantía de prohibición de doble juzgamiento, la cual fue re-
gistrada con la referencia 44-2017, y que mediante resolución del 09/06/2017
fue sobreseída por no estar restringida la libertad de los procesados al mo-
mento de promover la pretensión, y afirma que tal situación ha cambiado, por
encontrarse ya detenidos.
A partir de tales circunstancias, el demandante aduce que persiste una do-
ble persecución en contra de sus representados, pues no se ha considerado
la existencia de sentencia firme y ejecutoriada respecto al delito por el que
han sido condenados en el segundo caso, tratándose ambas imputaciones del
mismo hecho histórico, esto es, la venta masiva de producto controlado y la
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Hábeas corpus / Improcedencias
obtención de recetas de parte de médicos sin que los pacientes hayan pasado
consulta con ellos; finalmente, refiere que los procesos se basan en igual prue-
ba, la cual es testimonial, sin existir ninguna ampliación de sus declaraciones.
Por lo que solicita exhibición personal a favor de los señores IF y EdI.”
II. 1. Por resolución emitida a las once horas y trece minutos del día dos de
octubre de dos mil diecisiete se previno al abogado Cardoza Rodríguez para
que, en el plazo de tres días contados a partir del siguiente al de la notificación
respectiva, expusiera de forma clara y precisa: i) si ha recurrido del fallo con-
denatorio dictado el día 25/07/2017 en la vista pública celebrada por el Juz-
gado Especializado de Sentencia de San Miguel, en el proceso penal instruido
en contra de los señores VMIF y de AEEDI; ii) de haber sido así, cuáles fueron
los motivos que sustentan el medio impugnativo planteado; iii) cuáles son los
derechos alegados como vulnerados; y, iv) cuál es el estado de los recursos
presentados.
2. La referida resolución fue notificada al peticionario, a través del medio
técnico que señaló para esos efectos, el día 06/10/2017. En razón de ello, este
presentó oportunamente escrito de contestación, en el cual expresó lo siguiente:
Que los defensores particulares que asistieron a sus representados en la vista
pública interpusieron apelación en contra del fallo condenatorio dictado el día
25/07/2017, alegando cuatro motivos, entre los cuales está: “...la existencia de
la excepción perentoria de cosa juzgada e infracción a la prohibición de doble
persecución, el planteamiento que se ha hecho, es lo mismo que se ha alegado
mediante esta solicitud de habeas corpus, esto es, que se ha vulnerado la garan-
tía contenida en el art. 11 de la Constitución que preceptúa (...) que nadie puede
ser juzgado dos veces por la misma causa; y de igual manera, se ha violentado
el art. 9 del Código Procesal Penal que establece la única persecución (...) pues
consideramos que el nuevo proceso, en el cual se condenó a mis defendidos, se
trata de los mismos hechos por los cuales ya fueron juzgados (...)
He sido informado (...) que la última notificación recibida es la proveída
por la Honorable Cámara Especializada de lo Penal (...) -el- 6 de septiembre
de corriente año, en donde (...) en vista de la recusación que hizo uno de los
defensores a los señores magistrados de la misma (...) resolvieron apartarse de
conocer de dicho proceso (...) y remitir los pasajes pertinentes a la Sala de lo Pe-
nal para que resuelva lo que a derecho corresponda. Por lo que la tramitación
del recurso se encuentra suspendida, a la espera de la resolución (...) en cuanto
a la recusación planteada; y la designación de los magistrados que conocerán
del recurso de apelación interpuesto...” (mayúsculas suprimidas)(sic).
III. A partir de lo expuesto por el abogado Cardoza Rodríguez en sus dos
escritos, se tiene que reclama de la existencia de doble juzgamiento en el se-
gundo proceso penal seguido contra los señores VMIF y AEEDI, que los man-
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Hábeas corpus / Improcedencias
dada en sede ordinaria a través del recurso de apelación, pues afirma que uno
de los aspectos que sustentan el medio impugnativo aludido es la infracción a
lo dispuesto en los artículos 11 de la Constitución y 9 del Código Procesal Penal,
ambos referidos a que nadie puede ser juzgado dos veces por igual causa.
En ese sentido, a partir de los términos en que ha sido planteada la pre-
tensión que nos ocupa, se advierte que se reclama de los mismos hechos y se
ha invocado la tutela del mismo derecho en iguales términos que lo alegado
mediante el recurso de apelación incoado ante la Cámara Especializada de lo
Penal, lo que en este momento impide proceder al análisis y determinación de
la infracción señalada como lesión al derecho de libertad física de las personas
que se pretende favorecer.
En efecto, ante la identidad de las situaciones procesales sometidas a con-
trol en este proceso de hábeas corpus y el recurso de apelación respectivo, esta
Sala se encuentra imposibilitada, al presente, de analizar el asunto planteado,
pues los hechos que motivan la queja constitucional han sido propuestos en
iguales términos en un tribunal ordinario, y debe por tanto agotarse dicha vía
procesal.
Y es que, la Cámara Especializada de lo Penal debe proteger y restablecer
el derecho o derechos fundamentales lesionados, si los hubiere, en virtud de
sujetarse su decisión a lo establecido en el ordenamiento jurídico entero, en
cuya cúspide se ubica desde luego la normativa constitucional. Esto es una
necesaria consecuencia del carácter normativo de la Constitución, en el que
todo Juez es y debe ser “Juez de la Constitucionalidad” -ver resolución de HC
61-2007R de 22/02/2008-.
Por lo antes expresado y dado que el recurso de apelación interpuesto por
la defensa de los procesados aún se encuentra pendiente de resolución -según
se indica- en virtud del trámite de recusación suscitado en el mismo, esta Sala
debe abstenerse de emitir una decisión sobre el fondo del asunto traído a su
conocimiento, a fin de evitar sentencias contradictorias acerca de la misma
cuestión controvertida, por lo que deberá declararse improcedente la preten-
sión que nos ocupa.
Debe quedar claro que la decisión que se provee en este caso no obsta
para que con posterioridad se pueda promover un nuevo proceso de hábeas
corpus, siempre y cuando haya sido resuelto de forma definitiva los recursos en
sede ordinaria que se encuentran pendientes y subsista la vulneración constitu-
cional que afecta el derecho a la libertad física de los justiciables.
Por tanto, en razón de lo expuesto y de conformidad a lo establecido en el
artículo 13 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente la pretensión planteada a favor de VMIF y de AE-
EDI, por contener un vicio que impide su conocimiento de fondo, es decir,
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-con competencia constitucional-, en una instancia más dentro del proceso ini-
ciado en sede penal lo cual supondría exceder el ámbito de actuación de esta
sede, circunscrito a la tutela del derecho a la libertad personal y a la dignidad o
integridad física, psíquica o moral de las personas detenidas.
2. Aunado a lo anterior y respecto de la inviolabilidad de la morada re-
clamada este Tribunal en su jurisprudencia -ver sentencia de HC 144-2008 del
6/7/2011- ha sostenido que desde el punto de vista constitucional, el domicilio
tutelado mediante tal garantía consiste básicamente en el lugar donde la per-
sona desarrolla su vida sin estar sujeta a los usos y convencionalismos sociales,
por lo que puede ejercer su libertad en su máxima expresión; siendo objeto de
protección de la misma tanto el espacio físico, en sí mismo considerado, como
todo lo que en él hay de emanación de la persona y de su esfera privada.
Lo anterior, se justifica en la protección que brinda la inviolabilidad de la
morada al derecho a la intimidad, pues si ésta última tiene por objeto de tutela
un ámbito reservado de la vida de las personas excluido del conocimiento de
terceros -sean autoridades públicas o particulares-, la primera protege todo
ámbito espacial donde se ejercita tal derecho, sin sujeción -en principio- a su
ubicación, configuración física -si se trata o no de un lugar cerrado-, su carácter
mueble o inmueble, la existencia o tipo de título jurídico que habilite su uso o
disposición, o a la intensidad, periodicidad o habitualidad con la que se desa-
rrolle la vida privada en el mismo.
Y es que, el rasgo esencial que define los espacios físicos objetos de protec-
ción del artículo 20 de la Constitución reside en la aptitud para desarrollar en
él vida privada y en su destino específico a tal desarrollo aunque sea eventual.
Lo anterior, significa que el destino o uso que se hace de los mismos delimita
los espacios que son constitucionalmente protegidos, sin perjuicio de que, por
alguna de las circunstancias antes dichas o de otras de carácter también obje-
tivas, pueda inferirse clara y anticipadamente que tales lugares no pueden ser
considerados como domicilio a efectos constitucionales.
Así, el rasgo esencial antes señalado delimita negativamente los espacios
que no pueden ser considerados domicilio constitucionalmente protegido a
través de la referida garantía, siendo estos, por un lado, aquéllos en los que
se demuestre de forma efectiva que se han destinado a cualquier actividad
distinta a la vida privada, sea dicha actividad comercial, cultural, política, o
de cualquier otra índole; y otro, aquellos que, por sus propias características,
nunca podrían ser considerados aptos para desarrollar en ellos vida privada.
Y siendo que, el actor argumenta que en el lugar allanado funcionaba una
empresa denominada Transporte Roque, dicho inmueble no estaba destinado
para desarrollar vida privada, por lo que no gozaría de la garantía de inviolabi-
lidad de la morada de la que se queja.
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del recurso sin haber celebrado la audiencia respectiva, sin desfile probatorio y
sin garantizar la contradicción.
Mediante resolución emitida el día 03/02/2017, la Cámara Especializada
de lo Penal declaró no ha lugar la recusación planteada, haciendo alusión a
los requisitos de admisión de la revisión y al criterio sostenido por aquella en
cuanto a que si el motivo es manifiestamente injustificado, se rechaza por “la
clara improcedencia del asunto, es decir, se rechaza por razones de fondo, tal
como ha ocurrido en el presente caso”, agregando que la juez de sentencia
realizó un correcto análisis sobre el recurso y la decisión se encuentra apegada
a derecho.
En razón de lo anterior, la jueza de sentencia declaró improcedente el re-
curso de revocatoria interpuesto.
Por tales motivos afirma que concurren como autoridades demandadas la
Jueza Especializada de Sentencia mencionada y la Cámara Especializada de lo
Penal, ambas de esta ciudad, la primera por “haber emitido bajo la figura de
la ‘inadmisibilidad’ un pronunciamiento sobre el fondo del recurso de revisión,
vulnerando el derecho de audiencia (...) defensa (...) contradicción de la prue-
ba, y el derecho de acceso a los medio impugnativos como expresión del debi-
do proceso y el principio de legalidad (...) -y la segunda autoridad- por haberse
excedido el conocimiento de la recusación y haber avalado por auto lo resuelto
y actuado por la aludida jueza, en lo pertinente a la inadmisibilidad del recurso
de revisión la sentencia por motivos de fondo (...)
Lo que habilita y torna meritorio que sean examinadas por esa Honorable
Sala, a través del (...) hábeas corpus, ambas resoluciones (...) se emita resolu-
ción en el sentido que se declare la existencia de las vulneraciones constitucio-
nales alegadas, y se proceda la anulación de lo actuado por las autoridades
demandadas (...) [a]nexo al presente escrito copia de los autos referidos...”(-
mayúsculas suprimidas)(sic).
II. Antes de analizar la pretensión expuesta, esta Sala considera pertinente
hacer referencia al examen inicial que se realiza a la solicitud presentada en
este proceso constitucional, para verificar el cumplimiento de las condiciones
necesarias para emitir una decisión sobre lo requerido.
En ese sentido, este Tribunal debe verificar si el peticionario ha cumplido
con los requisitos mínimos para conocer y decidir sobre los alegatos plantea-
dos; pues, cuando se propongan cuestiones que deban ser resueltas por otras
autoridades y que por lo tanto no trasciendan de ser inconformidades del de-
mandante con lo decidido por una autoridad judicial o administrativa, la trami-
tación del hábeas corpus será infructuosa y deberá rechazarse la pretensión al
inicio del proceso, por medio de una declaratoria de improcedencia -ver impro-
cedencia HC 162-2010 del 24/11/2010-.
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una orden de restricción en contra del señor MR, requisito ineludible para acti-
var este mecanismo de protección constitucional –véase sobreseimiento de HC
8-2011 de fecha 05/10/2011–.
Por consiguiente, lo relativo a las actuaciones de la Policía Nacional Civil
y de la Fiscalía General de la República, carecen de este elemento, por no ser
ellas las que han emitido una decisión que genera una restricción al derecho
de libertad del actor. Así pues, concurre una circunstancia que imposibilita a
este Tribunal evaluar la propuesta del peticionario sobre la actuación de dichas
autoridades administrativas, por tanto siendo el juez el director del proceso, es
a este a quien debe hacerse tales planteamientos.
Sumado a lo anterior, debe acotarse que el peticionario indica anomalías
procesales atribuidas a la representación fiscal, a los agentes investigadores
de la Policía Nacional Civil y al testigo criteriado para vincularlo al delito por el
cual fue condenado. En relación a este punto, en su jurisprudencia esta Sala
ha establecido que, en los casos donde se alega la posible existencia de actua-
ciones irregulares atribuidas a particulares o autoridades –judiciales o admi-
nistrativas– que incluso podrían trascender a la existencia de hechos punibles,
la legislación secundaria otorga los mecanismos adecuados para que el agra-
viado se dirija ante las autoridades competentes a fin de denunciarlo, sin que
pueda pretenderse que este Tribunal sea el que investigue y determine aspec-
tos como el referido, ya que no constituye parte de sus atribuciones –v. gr. im-
procedencias de HC 105-2012 del 16/05/2012 y HC 123-2010 del 25/08/2010–.
De ahí que, si una persona considera que ha acontecido falsedad en una
actuación procesal, el ordenamiento jurídico secundario contempla los meca-
nismos adecuados a interponer ante las autoridades competentes a fin de con-
trovertir el perjuicio ocasionado por aquella, sin que pueda pretenderse que
este Tribunal sea el que investigue y determine aspectos como los referidos, ya
que no constituyen parte de sus atribuciones.
2. En relación con lo propuesto en el reclamo 2) y de los propios argumen-
tos del actor se advierte que pretende que esta Sala con competencia consti-
tucional realice actuaciones propias de un tribunal de segunda instancia con
competencia en materia penal, pues plantea su inconformidad con la senten-
cia condenatoria firme pronunciada por el Juzgado Especializado de Senten-
cia de esta ciudad, por la valoración de la prueba que desfiló en vista pública,
requiriendo además que se deje sin efecto la sentencia condenatoria que se
dictó en su contra.
Al respecto, se ha sostenido en la jurisprudencia constitucional, en la nece-
sidad de que las pretensiones de hábeas corpus estén cimentadas en vulnera-
ciones a disposiciones constitucionales que incidan en la libertad física o en la
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pio de proporcionalidad que deriva del derecho de libertad del afectado, para
que este pueda ejercer los medios de control correspondientes (...)
[L]a autoridad demandada, en la resolución impugnada expuso, como su-
puestas razones del traslado (...) ‘...iv) Que el privado de libertad (...) ha mani-
festado no tener ninguna afinidad a ninguna pandilla, pero se considera que por
lo delicado e importancia que revisten el o los delitos que se le atribuyen, y por
el caso en particular, debe guardar prisión en un centro de máxima seguridad,
que reúna las condiciones de seguridad suficientes para mantenerlo en control y
vigilancia, y a la vez un resguardo de su vida e integridad física, por su seguridad
misma. v) Que tal medida ha sido debidamente evaluada por este Ministerio, la
que tendrá un carácter preventivo y durará el tiempo que sea necesario...’(...)
[E]sta supuesta motivación de la medida de traslado penitenciario es solo
aparente y en realidad es una burla de los requisitos constitucionales de justi-
ficación del ingreso (...) a un centro de máxima seguridad (...) [l]a motivación
aparente del traslado inconstitucional tiene como base única la ‘debida eva-
luación del Ministro’, es decir, no se basa en ningún dictamen criminológico o
técnico de la conducta del favorecido...”(mayúsculas suprimidas)(sic).
II. De lo expuesto por el abogado Salazar Villatoro, se tiene que básica-
mente reclama de la decisión que ordenó el traslado para el cumplimiento de
la detención provisional del señor JASU hacia el Centro Penal de Seguridad de
Zacatecoluca, por considerar que no está motivada.
Al respecto, este Tribunal estima conveniente hacer referencia a lo sosteni-
do por la jurisprudencia constitucional en relación con la exigencia de motiva-
ción, en virtud de la cual se ha afirmado que esta no llega a extremos tales de
exigir una exposición extensa y prolija de las razones que llevan una autoridad
-judicial o administrativa- a resolver en tal o cual sentido, ni es imprescindible
una descripción exhaustiva de lo que se consideró probado, dado que basta
con exponer en forma breve, sencilla pero concisa, los motivos de la decisión,
de tal manera que tanto la persona a quien se dirige la resolución, como cual-
quier otro interesado en la misma, logre comprender y enterarse de las razo-
nes que la informan -ver sentencia del HC 514-2014R del 14/1/2015 e improce-
dencia de HC 367-2016 del 05/10/2016-.
Considerando la jurisprudencia señalada, se advierte que en el presente
caso, la vulneración constitucional que refiere el actor en perjuicio del señor
SU, la hace depender de la supuesta falta de fundamentación en la decisión
emitida por la autoridad que demanda al haber ordenado su reclusión a un
centro penitenciario de seguridad, omitiendo -a juicio del solicitante- pronun-
ciarse de manera motivada en cuanto a los presupuestos legales que habilitan
tal actuación; no obstante, el mismo peticionario trascribe las razones concre-
tas que sustentan y contiene la decisión que cuestiona.
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bles escenarios para su aplicación, cuando este mismo cuerpo normativo deter-
mina en su artículo 3 que dicha ley deberá interpretarse de forma restrictiva.
“...[L]a información obtenida de las escuchas fue utilizada después de ha-
ber transcurrido más de los seis meses que regula la LEIT, existiendo violación
por parte del ente Fiscal (...) quedando según el Ministerio Fiscal a discreciona-
lidad de ellos la utilización de esa información, creando incertidumbre jurídica
por que la fiscalía podría estar utilizando elementos probatorios que por man-
dato de ley ya son prohibidos o inutilizables (...)
La Cámara Primero de lo Penal, para declarar no ha lugar a la nulidad plan-
teada y fundamentar la detención provisional de mi representado, ha realiza-
do diferentes interpretaciones de esta disposición, ausentándose del someti-
miento a la ley suprema (...)
La autoridad judicial en los considerandos de su decisión, establece (...)
“Conforme a lo anterior deben señalarse diversos escenarios que pueden con-
currir en el supuesto del artículo 23 LEIT, siendo que solo en uno de ellos se
impondría la destrucción mandatoria que establece la norma (...)
Según la citada autoridad existe un segundo escenario, el cual lo desarrolla
en el considerando número 29, el cual manifiesta: “Ahora concurre otro esce-
nario que es menester aclarar, y que supone la necesidad del informe del minis-
terio fiscal, pero no necesariamente la destrucción de la información obtenida
mediante las telecomunicaciones. En este caso, la fiscalía siempre debe cumplir
el mandato de informar al juez que autorizó la intervención de las telecomu-
nicaciones, de que no se ha iniciado la persecución penal, pero que no estima
conveniente proceder a la destrucción de la información obtenida, porque la
complejidad del asunto, no permite todavía concluir si la información será útil
para una investigación posterior, o para otras relacionadas, que en un prin-
cipio no permiten determinar su utilidad pero que la misma podría revelarse
provisionalmente (...)
En tal sentido, si el fiscal peticiona en el informe del art. 23 que aunque
no haya requerido en el plazo de seis meses necesita la preservación de la
información, tal aspecto puede ser considerado por el juez, según los funda-
mentos que exponga el fiscal; y la no destrucción de la información en el plazo
previsto no generará la prueba ilícita, puesto que se trata de una intervención
en la cual se mantiene el control judicial y la información podría ser utilizada
ulteriormente en el caso que datos posteriores determinaran su relevancia en
una investigación penal; puesto que en este caso se ha cumplido con el deber
del informe del artículo precitado y se ha hecho control judicial; siendo que el
plazo de prórroga es posible -de manera análoga- asimilarlo al de la ampliación
de plazo de la intervención”
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tivo de las sentencias, adoptando para esto, todos los mecanismos necesarios
e idóneos para salvaguardar los derechos de la parte a cuyo favor se pronun-
ció la sentencia o resolución, pues la idea consustancial al Estado de derecho
requiere no sólo de un pronunciamiento judicial que declare la vulneración de
un derecho, sino que se restituya el ejercicio de ese derecho mediante el cum-
plimiento efectivo de la sentencia o decisión en los términos que aquélla haya
sido dictada -ver improcedencias de HC 5-2013 del 26/06/2013 y HC 165-2015
del 08/07/2015-.
3. Ahora bien, el solicitante, sostiene que el Consejo Criminológico Regio-
nal Occidental y el Equipo Técnico Criminológico del Centro Penal de Apan-
teos, no han remitido los informes y evaluaciones correspondientes del señor
SH, a pesar de que el Juez Segundo de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución
de la Pena de Santa Ana, los ha requerido en varias ocasiones.
En consideración del alcance que tiene el derecho a la protección jurisdic-
cional como se ha hecho mención, las decisiones de las autoridades judicia-
les cumplen la tutela del mismo hasta su efectiva ejecución, tanto se trate de
sentencias definitivas como de resoluciones, y en esos términos, la omisión de
las autoridades en acatar reiterados pronunciamientos judiciales mediante las
cuales se le ha ordenado la remisión del dictamen criminológico del interno,
se enmarca en la referida actividad de ejecución de lo juzgado atribuida cons-
titucionalmente a jueces y tribunales, para este caso debe ser realizada por
el Juzgado Segundo de Vigilancia Penitenciaría y de Ejecución de la Pena de
Santa Ana.
De manera que, al expresar el peticionario que las autoridades peniten-
ciarias demandadas no han acatado reiteradas decisiones judiciales, está ex-
poniendo un tema de falta de ejecución de resoluciones previamente pronun-
ciadas; de ahí que tal circunstancia se enmarca dentro de las facultades que
tiene el Juez Segundo de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena
de Santa Ana para hacer cumplir lo resuelto mediante los mecanismos legales
correspondientes.
Por tanto, no es posible pretender que este Tribunal con competencia cons-
titucional, verifique el incumplimiento de las decisiones judiciales emitidas por
la mencionada sede judicial, pues entrar a conocer nuevamente de las omisio-
nes que atribuye a las autoridades penitenciarias aludidas, se insiste, implicaría
un desconocimiento -por parte de esta Sala- de la potestad jurisdiccional de la
autoridad que emite la orden; de manera que deberá ser el juez aludido quien,
en atención a sus facultades constitucionales, ejecute sus decisiones.
Por las consideraciones que anteceden, esta Sala advierte un vicio en la pre-
tensión que imposibilita conocer del fondo de la misma, debiendo declararse
improcedente la pretensión.
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Sin perjuicio de ello, se advierte que la omisión por parte del Consejo Cri-
minológico Regional Occidental y el Equipo Técnico Criminológico del Centro
Penal de Apanteos ha sido reiterada, por ello, debe señalarse que las autori-
dades que incumplen con sus obligaciones de manera ilegal y sin justificación
alguna pueden incurrir en una acción ilícita de las contempladas en el Código
Penal y la autoridad judicial que presencia ese tipo de actuaciones puede cer-
tificarlas a la Fiscalía General de la República para su respectiva investigación;
consecuentemente, este Tribunal estima pertinente certificar esta resolución
al Juzgado V Segundo de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena de
Santa Ana, al Consejo Criminológico Regional Occidental y al Equipo Técnico
Criminológico del Centro Penal de Apanteos, a fin de que, el primero, tome
en cuenta las actuaciones o providencias que puede efectuar para ejecutar las
decisiones que emita y, el resto, tenga conocimiento sobre las consecuencias
jurídicas que traen consigo las omisiones injustificadas en que puedan incurrir.
III. 1. Por otra parte, se advierte que el peticionario señaló para recibir
notificaciones el Centro Penal de Apanteos, por lo que este Tribunal considera
conveniente aplicar supletoriamente el artículo 141 inciso 1° del Código Proce-
sal Civil y Mercantil, disposición que regula la figura del auxilio judicial, con el
objeto de garantizar el derecho de audiencia y a la protección jurisdiccional del
favorecido. En ese sentido, deberá requerirse cooperación al Juzgado Primero
de Paz de Santa Ana, para que le notifique este en el centro penitenciario de
esa localidad.
2. De advertirse alguna circunstancia que imposibilite la comunicación que
se ordena practicar al peticionario a través del aludido medio, se autoriza a
la Secretaría de este Tribunal para que proceda a realizar la notificación por
otros mecanismos dispuestos en la legislación procesal pertinente que fueren
aplicables, debiendo efectuar las gestiones necesarias en cualquiera de dichos
medios para cumplir tal fin, inclusive a través de tablero judicial, una vez ago-
tados los procedimientos respectivos.
Por las razones expuestas y con base en los artículos 11 inciso 2º y 172 de
la Constitución, 13 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, 12, 20, 141 y
192 del Código Procesal Civil y Mercantil, y 37 numeral 1 y 2 de la Ley Peniten-
ciaria, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente la pretensión planteada a su favor por el señor
MSH por no ser competencia de esta Sala seguir el proceso de ejecución de
las resoluciones pronunciadas por los Juzgados de Vigilancia Penitenciaria
y de Ejecución de la Pena en virtud de incidentes incoados para la obten-
ción de beneficios penitenciarios.
2. Certifíquese esta resolución al juzgado Segundo de Vigilancia Penitenciaria
y de Ejecución de la Pena de Santa Ana, al Consejo Criminológico Regional
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Hábeas corpus / Improcedencias
422-2017
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Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.º 105
nunca resolvió s[i] eran citadas o no lo eran ¿,por qué razón?; ya que de haber
sido citadas estas personas, y el testimonio de las mismas a favor de mi esposa
y suegra, respectivamente, testimonios que constituían prueba de descargo y
por ende la absolución de ellas del ilícito que injustamente han sido inculpa-
das (...) Amén de lo anterior en las diligencias extrajudiciales del proceso en
comento y que se les incoa a ellas, la fiscal del caso no ha firmado. En vista de
esas deficiencias, (...) considero (...) que mi esposa GEADM y mi suegra MA han
sido detenidas injustamente (...) desde el día veintiuno de agosto del año dos
mil quince...” (mayúsculas suprimida) (sic).
II. Con relación a los reclamos planteados es de indicar, como esta Sala
lo ha reiterado en su jurisprudencia, que los asuntos sometidos a control por
medio del proceso de hábeas corpus deben fundarse en la existencia de vul-
neraciones a derechos fundamentales con incidencia en la libertad física de las
personas, es decir deben de tener un matiz constitucional -v. gr. improcedencia
HC 162-2010 del 24/11/2010, entre otras-.
Caso contrario, cuando se propongan cuestiones que deban ser resueltas
por otras autoridades y que por lo tanto no trasciendan de ser inconformida-
des de los demandantes con lo decidido por otra autoridad, la tramitación del
hábeas corpus será infructuosa y deberá rechazarse la pretensión al inicio del
proceso, por medio de una declaratoria de improcedencia.
III. El peticionario en síntesis reclama de la detención en la que se encuen-
tran las señoras GEADM y MA, por considerarla injusta, pues alega su no par-
ticipación en el delito que se les atribuye, refiriendo además que con la decla-
ración de los testigos de descargo ofertados se lograría la absolución de dichas
procesadas, pero que estos nunca fueron citados, desconociendo el motivo de
tal situación y que existen deficiencias en la diligencias extrajudiciales del pro-
ceso, por falta de la firma de la fiscal del caso.
Al respecto, esta Sala considera que la pretensión planteada en esos térmi-
nos impide su control constitucional por medio del proceso de hábeas corpus,
pues de los argumentos expuestos en la solicitud, se evidencia que el actor
manifiesta su inconformidad con la detención de las procesadas arriba men-
cionadas, alegando su inocencia y deficiencias en las diligencias extrajudiciales
del proceso, siendo tales aspectos -entre otros- de aquellos que no pueden ser
determinados mediante el proceso constitucional que nos ocupa.
Lo anterior porque esta Sala ha sostenido reiteradamente que en el caso
que se analizara si una persona es inocente o culpable de un hecho delictivo en
concreto, ineludiblemente supondría valorar las pruebas agregadas al proceso
penal para determinar si las mismas evidencian que las acciones realizadas por
aquella se adaptan al supuesto de hecho contenido en la norma penal, siendo
esta facultad -la valoración de elementos probatorios-, una labor que les ha
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Hábeas corpus / Improcedencias
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Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.º 105
339-2017
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Hábeas corpus / Improcedencias
bunal ha denegado tal petición, pues argumentó que mi persona debe seguir
gozando de medidas sustitutivas, pero no me han dado la libertad, y mi situación
de salud empeora. [S]e está pidiendo una audiencia especial ante el juez para
hacer un cambio de garantía hipotecaria, pero el tiempo está pasando (...)
El encierro ha aumentado mi depresión y ansiedad, como no puedo comer
porque mi hígado graso no está funcionando bien y empiezan grandes dolo-
res estomacales (...) que a dos meses de la prisión he perdido 110 libras; más
el pánico de estar en el sector II del Penal de Mariona, donde el hacinamiento
carcelario, la alimentación inadecuada, la falta de tratamientos médicos es-
pecializados y la incertidumbre de que están pasando los días y no he podido
trabajar como consultor jurídico y periodista (...) pudiéndome llevar a perder
la vida por el suicidio (...)
La acción de hábeas corpus [v]a en contra de la Jueza de Paz de Apopa,
por haberme ordenado el internamiento y el Juez de Instrucción de Apopa,
por ratificar mi internamiento y la F.G.R. subregional de Apopa...” (mayúsculas
suprimidas) (sic).
Requiere la aplicación de medidas cautelares urgentes pues considera que
su integridad y vida están en grave peligro, en razón de encontrarse en un sitio
inhumano y tormentoso por el hacinamiento carcelario y su estado de salud.
Asimismo solicita: “Ordenar al Juez de Instrucción de Apopa, sustituir la
prisión por una medida cautelar menos gravosa (...) ordenar al instituto de
Medicina Legal realizarme peritaje médico, psiquiátrico, cardiológico para ve-
rificar mi estado de salud; [y] ordenar a la clínica del centro penal remitir el
expediente clínico, para confirmar el deterioro de salud, integridad y el peligro
que corre mi vida...”.
II. El peticionario en síntesis reclama: 1) de la medida cautelar de la deten-
ción provisional en la que se encuentra, dictada por el Juzgado de Paz de Apo-
pa y ratificada por el Juzgado de Instrucción de dicho lugar, alegando sobre
su inocencia y la inexistencia de prueba, solicitando por ello y por su condición
de salud, que se ordene el otorgamiento de medidas sustitutivas a la misma; y
2) sobre el fraccionamiento de la investigación efectuada en su contra por la
Fiscalía General de la República, por el delito de estafa agravada.
Con relación a lo propuesto, se advierte la existencia de un impedimento
para tramitar la pretensión, ya que según consta en la base de datos que lleva
esta Sala, el señor JFG, solicitó -por iguales motivos- exhibición personal en el
proceso 335-2017, habiéndose resuelto con fecha 06/10/2017, en el cual se
declaró improcedente el reclamo, en virtud de haberse alegado aspectos de
estricta legalidad.
En dicha petición de hábeas corpus -en resumen- el demandante reclamó
que no debió haberse ejercido la acción penal en su contra en el mes de marzo
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Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.º 105
de dos mil dieciséis, por el delito de estafa agravada, originada por una denuncia
interpuesta por 153 personas en contra de dos miembros de la junta directiva de
una comunidad, de la propietaria del inmueble donde se encontraba esta y de
su persona, pues la relación con la denunciada no lo hace partícipe del hecho.
Que la Cámara Tercera de lo Penal de la Primera Sección del Centro además de
otorgarle medidas alternas a la detención provisional, se pronunció sobre su ino-
cencia; y que no obstante ello el 29/06/2017 fue nuevamente capturado, debido
a un remanente de denunciantes, por lo que afirmó que el fraccionamiento de la
investigación realizado por la representación fiscal era ilegal, sin embargo en la
vista pública del primer caso, celebrada el día 28/07/2017, se propuso una conci-
liación que abarcaba a los denunciantes de ambas acusaciones.
Señaló además que la privación de libertad la cumple en una celda del
Centro Penitenciario La Esperanza, la cual tiene capacidad para 10 personas
encontrándose más de 65 en ella; y que padece problemas de salud, depresión
y ansiedad, hígado graso, hongos en su cuerpo, siendo el hacinamiento tor-
mentoso, teniendo limitantes de agua, la comida no la podía consumir pues
daña su estómago por tener mal funcionamiento hepático.
Indicó que la presunción de inocencia se vulneró en la audiencia inicial,
pues a pesar de contar con la conciliación respecto al primer caso, y que la
fiscalía dijo no tener pruebas, fue enviado a prisión, cuando lo correcto era
otorgarle medidas sustitutivas a la detención provisional o en su defecto emi-
tirse un sobreseimiento.
Con ello pretendía que esta Sala le otorgara le otorgara medidas sustitutivas
a la detención provisional por el segundo caso o, en su defecto se dejaran vigen-
tes las otorgadas inicialmente por la cámara de segunda instancia respectiva.
La presente solicitud ha sido presentada en los mismos términos, según se
advierte en la descripción consignada en el considerando precedente, resultan-
do que el reclamo ahora expuesto ya ha sido sometido a control de esta Sala
en el hábeas corpus 335-2017, configurándose una identidad entre los elemen-
tos que conforman tales pretensiones -sujeto, objeto y causa-.
Así, los sujetos activo y pasivo en las pretensiones planteadas son iguales:
hábeas corpus solicitado a su favor por el señor JFG, contra actuaciones de
la Fiscalía General de la República, Juzgado de Paz y Juzgado de Instrucción,
todos de Apopa. Además se establece la coincidencia en cuanto a la identidad
de objeto, pues el solicitante requiere que con este proceso constitucional, se
declare la vulneración constitucional a su derecho de libertad física.
Por último, también se determina una igualdad de causa o fundamento,
en atención a que la relación fáctica y los motivos por los cuales se alega vulne-
ración constitucional, se han planteado en términos similares al proceso antes
citado.
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Hábeas corpus / Improcedencias
En ese sentido, lo propuesto ya había sido resuelto por esta Sala en otro
proceso de hábeas corpus y en los mismos términos que en la actualidad, de-
clarándose improcedente en aquel momento, por alegarse aspectos de estricta
legalidad, pues pretendía que este Tribunal concluyera sobre su no participa-
ción en el supuesto delito atribuido y que se le concedieran medidas sustituti-
vas a la detención provisional con base a la determinación de su no responsa-
bilidad penal, a los arraigos descritos en su demanda, a su estado de salud y en
las condiciones del centro penitenciario donde se encuentra, determinándose
que tales asuntos debían ser decididos por el juez a cargo del proceso penal
que se sigue en su contra.
De hecho, cabe añadir, el pretensor afirma que ha solicitado una audiencia
especial ante el juez para solventar lo relativo a una garantía hipotecaria y así
que se apliquen medidas cautelares diferentes a la detención provisional.
En cuanto al fraccionamiento del proceso, en la referida resolución se dijo,
que concierne a la Fiscalía General de la República, decidir la presentación,
en contra de una persona, de un requerimiento fiscal por diferentes delitos o
varios requerimientos, lo cual podía obedecer a diversos aspectos, como por
ejemplo el estado de las investigaciones en relación con cada hecho delictivo,
por lo que dicha determinación, se encuentra dentro de su margen de compe-
tencia y la objeción respecto a ello no posee trascendencia constitucional.
En consecuencia, habiéndose establecido con anterioridad que lo argüido
por el señor JFG no puede ser objeto de control constitucional, debe declararse
improcedente la presente pretensión a efecto de evitar un dispendio de la ac-
tividad jurisdiccional impartida por esta sede - verbigracia, improcedencias de
HC 254-2011 del 18/04/2012 y HC 425-2013 del 20/11/2013-.
III. Finalmente, si bien el solicitante designa a una persona para recibir no-
tificaciones, al mismo tiempo indica que los actos procesales de comunicación
respectivos le sean realizados en el Centro Penitenciario La Esperanza; en ese
sentido, esta Sala estima pertinente, en virtud de la condición de restricción en
la que se encuentra el señor G., notificarle la presente por medio de auxilio ju-
dicial -previsto en el artículo 141 inciso 1° del Código Procesal Civil y Mercantil,
de aplicación supletoria-, en el recinto carcelario referido, a efecto de garanti-
zar su derecho de audiencia y de protección jurisdiccional, debiendo solicitar la
cooperación del Juzgado de Paz de Ayutuxtepeque, a efecto de comunicarle
este pronunciamiento, de manera personal, en el mencionado centro penal.
De advertirse alguna circunstancia que imposibilite la comunicación que se
ordena practicar al peticionario a través del aludido medio, también se auto-
riza a la Secretaría de este Tribunal para que proceda a realizar la notificación
por otros mecanismos dispuestos en la legislación procesal pertinente y que
fueren aplicables, debiendo efectuar las gestiones necesarias por cualquiera de
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Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.º 105
dichos medios para cumplir tal fin, inclusive a través de tablero judicial, una vez
agotados los procedimientos respectivos.
Por las razones expuestas y .de conformidad con los artículos 11 inciso 20
de la Constitución, 13 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, y 12, 20,
141 inciso 1° y 192 del Código Procesal Civil y Mercantil -de aplicación supleto-
ria-, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente la pretensión planteada a su favor por el señor
JFG, por existir un pronunciamiento previo en relación con la misma pre-
tensión.
2. Requiérase auxilio al Juzgado de Paz de Ayutuxtepeque, para que notifi-
que este pronunciamiento al solicitante en el Centro Penitenciario de esa
localidad.
3. Ordénase a la Secretaría de esta Sala que, con el fin de cumplir el requeri-
miento dispuesto en el número precedente, libre el oficio correspondiente
junto con la certificación de esta decisión; y, de existir alguna circunstancia
que imposibilite mediante dicha vía ejecutar la comunicación que se orde-
na; se deberá proceder conforme a lo dispuesto en el considerando III de
esta resolución.
4. Solicítese al funcionario judicial comisionado que informe a esta Sala, a la
brevedad posible, sobre la realización de dicho acto procesal de comunica-
ción.
5. Notifíquese y oportunamente archívese el respectivo expediente
A. PINEDA.--- F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.--- E. S. BLANCO R.--- R. E. GON-
ZALEZ.--- PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN.--- E. SOCORRO C.--- SRIA.---RUBRICADAS.-
351-2017
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Hábeas corpus / Improcedencias
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Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.º 105
van a las autoridades a adoptar las decisiones en torno a las causas penales,
constituyen vicios en la propuesta e impiden que pueda continuarse con su
trámite normal –ver HC 120-2016, del 15/07/2016–.
A partir de lo anterior, es que esta Sala advierte que la queja planteada por
el señor JFGL, carece de trascendencia constitucional, dado que su argumento
cuestiona el análisis realizado por la autoridad judicial para la imposición de
la detención provisional; es decir, su solicitud no contiene elementos que des-
criban o evidencien vulneraciones de normas constitucionales con afectación
directa en los derechos de libertad personal o integridad –física, psíquica o
moral– por el contrario, se advierte que lo propuesto se reduce exclusivamente
a una inconformidad con la medida privativa de libertad impuesta y preten-
de que este Tribunal enjuicie el análisis realizado por el juzgador a efecto de
revertir la medida cautelar decretada en su contra, la cual es ilegal, según su
parecer, por manifestar que no ha participado en el delito atribuido sino que
únicamente desempeñaba su trabajo.
Esta Sala tampoco puede determinar si una persona determinada debe
tener calidad de testigo o de imputado en el proceso penal, pues dilucidar tal
aspecto corresponde al ente promotor de la acción penal, cuyas actuaciones
serán controladas con posterioridad por las autoridades judiciales ante quienes
se tramite el proceso correspondiente.
En consecuencia, lo alegado por el señor GL no describe ni evidencia vul-
neraciones de normas constitucionales con afectación directa en los derechos
de libertad física o integridad –física, psíquica o moral–; lo cual constituye un
obstáculo para conocer el fondo del reclamo por tratarse de asuntos de es-
tricta legalidad; por tanto, deberá finalizarse de manera liminar por existir un
impedimento para su examen de fondo.
III. Por otra parte, el señor JFGL señaló en su demanda de hábeas corpus,
el lugar, medios y persona comisionada para ser notificado, por lo que la Se-
cretaría de esta Sala deberá realizar los actos de comunicación teniendo en
cuenta dichas vías.
Sin perjuicio de ello, en caso de advertirse alguna circunstancia que impo-
sibilite la comunicación que se ordena practicar a través de los medios señala-
dos, también se autoriza a la Secretaría de este Tribunal para que proceda a
realizarla por otros mecanismos dispuestos en la legislación procesal pertinen-
te y que fueren aplicables, debiendo efectuar las gestiones necesarias en cual-
quiera de dichos medios para cumplir tal fin, inclusive por medio del tablero
judicial, una vez agotados los procedimientos respectivos.
Por tanto, con base en las razones expresadas y en cumplimiento de lo es-
tablecido en el artículo 11 inciso 20 de la Constitución; 13 de la Ley de Procedi-
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Hábeas corpus / Improcedencias
mientos Constitucionales; 15, 20, 169, 177, 178 y 180 del Código Procesal Civil
y Mercantil –de aplicación supletoria–, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente la pretensión promovida por el abogado señor
JFGL, por reclamar asuntos sin trascendencia constitucional.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar, medio técnico y persona
comisionada por el peticionario en su escrito, para recibir los actos proce-
sales de comunicación. De existir alguna circunstancia que imposibilite a
través de dicho medio ejecutar la notificación que se ordena, se deberá
proceder conforme a lo dispuesto en el considerando III de esta decisión.
3. Notifíquese y oportunamente archívese.
A. PINEDA --- F. MELENDEZ --- J. B. JAIME --- E. S. BLANCO R.--- R. E. GON-
ZALEZ --- PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN.--- E. SOCORRO C.--- SRIA.--- RUBRICADAS. -
402-2017
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van a las autoridades a adoptar las decisiones en torno a las causas penales,
constituyen vicios en la pretensión e impiden que pueda continuarse con su
trámite normal.
También se ha establecido como uno de los límites a las atribuciones con-
feridas constitucional y legalmente a esta Sala, la imposibilidad de realizar aná-
lisis de los elementos de convicción que rodean al hecho y que fundamentan
las decisiones que adoptan jueces y tribunales penales, pues ello es atribución
exclusiva de estos, y su arrogación implicaría convertirse en un tribunal de ins-
tancia más, capaz de revisar las actuaciones del resto de autoridades judiciales
bajo esas circunstancias (véase improcedencias HC 162-2013 del 26/6/2013,
269-2014 del 20/6/2014).
2. Ahora bien, el peticionario plantea que el Juez Cuarto de Paz de San
Salvador decretó instrucción formal con detención provisional en contra de la
señora MdG, sin haberla citado, decisión que fue ratificada por el Juez Cuar-
to de instrucción de la misma ciudad, reclamando que dicha medida cautelar
no fue debidamente motivada por ambos juzgadores quienes interpretaron
inadecuadamente la figura del lavado de dinero y activos, pues cuando el de-
lito generador de este es la evasión fiscal, es necesario que la administración
tributaria haya establecido la existencia de obligaciones líquidas no pagadas o
incrementos patrimoniales no justificados.
Asimismo arguye que la metodología y técnica de investigación utilizada
por el ministerio fiscal para determinar la participación de su defendida en el
delito que se le imputa es inadecuada e irregular, alegando la inexistencia de
una serie de actos de investigación que a su criterio debieron efectuarse para
establecer si hay delito a perseguir, aunado a que la referida señora no fue
citada para la audiencia inicial en que se le decretó la referida medida.
En relación con lo propuesto es preciso acotar que si bien el licenciado To-
rres Rojas efectúa ciertos señalamientos con los que pretende fundamentar la
existencia de una vulneración a derechos fundamentales, de los amplios argu-
mentos que sostienen su alegato se advierte que su pretensión está orientada
en reclamar su inconformidad con la valoración que los juzgadores efectuaron
de las diligencias de investigación realizadas por el ministerio fiscal y sobre las
cuales se fundó la imputación y el análisis preliminar de la posible participación
delincuencial de la señora MdG.
Ante ello, este Tribunal estima que tal planteamiento constituye un aspec-
to de estricta legalidad que compete analizar a las autoridades judiciales en-
cargadas de enjuiciar las conductas ilícitas atribuidas, en virtud de que forma
parte de la actividad vinculada con la valoración probatoria la validez e idonei-
dad de las diligencias de investigación incorporadas a una causa penal en las
que se sustenta la imputación dirigida contra una persona, así como la deter-
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delito de lado de dinero y activos– con los resultados de las fiscalizaciones rea-
lizadas por la administración tributaria (...) para así acreditar el objeto material
del delito atribuido en el requerimiento fiscal (...)
[E]n el proceso, es notoria la ausencia de certificaciones de las fiscalizacio-
nes realizadas, de algún aviso sobre la posible comisión de ilícitos, certifica-
ciones de deudas declaradas líquidas y firmes por la autoridad competente o
la existencia de incrementos patrimoniales no justificados que constituyen un
hecho generador de tributos y que resultan ser los indicios adecuados que la
Administración Tributaria estaba en la obligación de informar a la Unidad de
Investigación Financiera (...) pues esta es la única forma mediante la cual se
puede afirmar que existió un incremento patrimonial no justificado, producto
de la evasión de impuestos y que constituye a su vez un hecho generador del
delito de lavado de dinero (...)
La Administración Tributaria validó y certificó los ejercicios fiscales de la
señora SU, por ende posee derechos adquiridos (...)
[L]os Jueces Cuarto de Paz y Cuarto de Instrucción emitieron resoluciones
carentes de motivación que transgreden los principios constitucionales en con-
tra de la señora SU quien se encuentra perseguida sin fundamento (...) y quien
irónicamente, a la fecha es una ciudadana que la administración tributaria la
considera que es una contribuyente que posee el status de solvente de todas
sus obligaciones tributarias...” (mayúsculas suprimidas) (sic).
II. 1. Es necesario hacer notar que este proceso constitucional tiene por ob-
jeto controlar actuaciones u omisiones de las autoridades o particulares, que
inciden o amenacen el derecho de libertad física o integridad –física, psíquica o
moral– de los solicitantes o de las personas a cuyo favor se promueve la acción;
de manera que estos, al efectuar sus peticiones, deben señalar con precisión
dichos aspectos configurativos del agravio, que hagan constitucionalmente
trascendente su pretensión y que permitan que la misma pueda ser analizada,
de lo contrario este Tribunal se encontraría imposibilitado para continuar con
su examen (verbigracia resoluciones interlocutorias HC 53-2011 del 18/2/2011
y 104-2010 del 16/6/2010).
De modo que, la falta de señalamiento expreso del agravio generado por
la autoridad contra quien se reclama, con las características antes menciona-
das, o pretender que este Tribunal revise los elementos de convicción que lle-
van a las autoridades a adoptar las decisiones en torno a las causas penales,
constituyen vicios en la pretensión e impiden que pueda continuarse con su
trámite normal.
También se ha establecido como uno de los límites a las atribuciones con-
feridas constitucional y legalmente a esta Sala, la imposibilidad de realizar aná-
lisis de los elementos de convicción que rodean al hecho y que fundamentan
1293
Hábeas corpus / Improcedencias
las decisiones que adoptan jueces y tribunales penales, pues ello es atribución
exclusiva de estos, y su arrogación implicaría convertirse en un tribunal de ins-
tancia más, capaz de revisar las actuaciones del resto de autoridades judiciales
bajo esas circunstancias (véase improcedencias HC 162-2013 del 26/6/2013,
269-2014 del 20/6/2014).
2. Ahora bien, el peticionario plantea que el Juez Cuarto de Paz de San
Salvador decretó instrucción formal con detención provisional en contra de
la señora SU, sin haberla citado, decisión que fue ratificada por el Juez Cuar-
to de Instrucción de la misma ciudad, reclamando que dicha medida cautelas
no fue debidamente motivada por ambos juzgadores quienes interpretaron
inadecuadamente la figura del lavado de dinero y activos, pues cuando el de-
lito generador de este es la evasión fiscal, es necesario que la administración
tributaria haya establecido la existencia de obligaciones líquidas no pagadas o
incrementos patrimoniales no justificados.
Asimismo arguye que la metodología y técnica de investigación utilizada
por el ministerio fiscal para determinar la participación de su defendida en el
delito que se le imputa es inadecuada e irregular, alegando la inexistencia de
una serie de actos de investigación que a su criterio debieron efectuarse para
establecer si hay delito a perseguir, aunado a que la referida señora no fue
citada para la audiencia inicial en que se le decretó la referida medida.
En relación con lo propuesto es preciso acotar que si bien el licenciado To-
rres Rojas efectúa ciertos señalamientos con los que pretende fundamentar la
existencia de una vulneración a derechos fundamentales, de los amplios argu-
mentos que sostienen su alegato se advierte que su pretensión está orientada
en reclamar su inconformidad con la valoración que los juzgadores efectuaron
de las diligencias de investigación realizadas por el ministerio fiscal y sobre las
cuales se fundó la imputación y el análisis preliminar de la posible participación
delincuencial de la señora SU.
Ante ello, este Tribunal estima que tal planteamiento constituye un aspecto
de estricta legalidad que compete analizar a las autoridades judiciales encarga-
das de enjuiciar las conductas ilícitas atribuidas, en virtud de que forma parte
de la actividad vinculada con la valoración probatoria la validez e idoneidad de
las diligencias de investigación incorporadas a una causa penal en las que se sus-
tenta la imputación dirigida contra una persona, así como la determinación de
la participación o no de esta (ver improcedencia HC 387-2016 del 12/12/2016).
Esos juicios de valoración, en el sentido relacionado, únicamente pueden
ser objeto de análisis en esas instancias y no por esta Sala encargada de exami-
nar asuntos de carácter estrictamente constitucional; dado que dependerá de
la estimación que efectúe la autoridad judicial penal para tener por suficiente-
mente fundamentada la acusación con base en ellas.
1294
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.º 105
Además solamente el juez o tribunal penal que conoce de una causa puede
otorgar determinado valor a las diligencias de investigación, independiente-
mente de cuáles se traten (para el caso las solicitudes de información a di-
ferentes instituciones del sistema financiero y la confrontación de estas con
los registros informáticos del Ministerio de Hacienda) y sustentar en estas las
decisiones que pronuncia; por tanto la ponderación de esos elementos proba-
torios no puede ser suplida por este Tribunal en un proceso constitucional, de
lo contrario, esa actuación implicaría una flagrante invasión a las atribuciones
de autoridades correspondientes (en el mismo sentido resolución 148-2015 del
10/06/2015).
Consecuentemente, el planteamiento del demandante al constituir un as-
pecto de estricta legalidad, imposibilita la continuación de su examen de fondo
y por ende debe ser declarado improcedente.
III. Por otra parte, el peticionario ha señalado que puede ser notificado
mediante dirección dentro de la jurisdicción de este Tribunal o fax, por lo que
la Secretaría de esta Sala podrá efectuar los actos de comunicación correspon-
diente a través de esas vías.
Sin embargo, de advertirse alguna circunstancia que imposibilite la comuni-
cación que se ordena practicar al requirente por los aludidos medios, se auto-
riza a esta Secretaría para que proceda a realizar la notificación por otros me-
canismos dispuestos en la legislación procesal pertinente y en la jurisprudencia
constitucional y que fueren aplicables, debiendo efectuar las gestiones nece-
sarias en cualquiera de dichos medios para cumplir tal fin; inclusive a través de
tablero judicial, una vez agotados los procedimientos respectivos.
Por las razones expuestas y lo establecido en los artículos 11 inc. 2° de la
Constitución y 13 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala RE-
SUELVE:
1. Declárase improcedente la pretensión incoada por el abogado Ángel
Samuel Torres y Rojas, a favor de la señora MHSU, en virtud de alegarse
aspectos de estricta legalidad.
2. Tome nota la Secretaría de esta Sala del lugar y medio técnico señalado
por el solicitante en su escrito, para recibir los actos procesales de comuni-
cación. De existir alguna circunstancia que imposibilite a través de dichos
mecanismos ejecutar la notificación que se ordena, se deberá proceder
conforme a lo dispuesto en el considerando III de esta decisión.
3. Notifíquese y oportunamente archívese la presente resolución.
A. PINEDA.--- F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.--- E. S. BLANCO R.--- R. E. GON-
ZALEZ.--- PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN.--- E. SOCORRO C.--- SRIA.---RUBRICADAS. -
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Hábeas corpus / Improcedencias
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Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.º 105
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Hábeas corpus / Improcedencias
con exponer en forma breve, sencilla pero concisa, los motivos de la decisión ju-
risdiccional, de tal manera que tanto la persona a quien se dirige la resolución,
como cualquier otro interesado en la misma, logre comprender y enterarse de
las razones que la informan -ver sentencia de HC 514-2014R, del 14/1/2015-.
Aunado a lo anterior, no se exige que en una decisión emitida en la prime-
ra fase del proceso judicial, se analicen de todos los aspectos relacionados con
la atribución de responsabilidad penal al imputado, sino que basta un señala-
miento de los elementos básicos que permitan advertir la existencia de razones
para decretar una medida restrictiva de la libertad personal. Esto es así pues
conforme se va avanzando en las etapas del proceso penal, el grado de con-
vencimiento exigido a los juzgadores en relación con la existencia del delito y
la participación delincuencial es mayor, por ejemplo en la audiencia preliminar,
es inaceptable sostener una privación de libertad sin poder determinar con al-
guna claridad y acompañada de elementos de prueba razonables la supuesta
participación que tuvo el imputado en el mismo, situación que no se equipara
a los requerimientos de motivación al inicio de un proceso penal –ver sentencia
HC 379-2015, del 9/11/2016–.
A partir de lo anterior, esta Sala advierte que lo propuesto por el señor
MÁRP, carece de trascendencia constitucional, dado que su argumento cues-
tiona el análisis realizado por la Cámara Especializada de lo Penal que revocó
la decisión del juez de instrucción; es decir, su solicitud no .contiene elemen-
tos que describan o evidencien vulneraciones de normas constitucionales con
afectación directa en los derechos de libertad personal o integridad –física,
psíquica o moral– por el contrario, únicamente se advierte su disconformidad
con el análisis y decisión pronunciada por la autoridad demandada y procura
que este Tribunal enjuicie el análisis realizado a efecto de revertir, la medida
cautelas decretada en su contra, lo cual excede la competencia constitucional
de esta Sala.
Y es que, es el mismo pretensor quien expone que la autoridad requerida,
fundamenta su decisión en la existencia de la prueba agregada al proceso,
como lo son actas policiales de identificación por medio de cardex y entrevistas
cíe testigos, por lo que conocer su reclamo excedería el ámbito de actuación
de esta sede, circunscrito a la tutela del derecho a la libertad personal y a la
dignidad o integridad física, psíquica o moral de las personas detenidas.
En consecuencia, al no advertirse en la queja del señor Rodríguez Parada
vulneraciones de normas constitucionales con afectación directa en los dere-
chos de libertad física o integridad –física, psíquica o moral–; existe un obstá-
culo para conocer el fondo de lo propuesto por tratarse de asuntos de estricta
legalidad; por tanto, deberá -finalizarse de manera liminar por existir un impe-
dimento para su examen de fondo.
1298
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.º 105
III. Por otra parte, el señor MÁRP señaló en su solicitud de hábeas corpus,
el lugar, medios y persona comisionada para ser notificado, por lo que la Se-
cretaría de esta. Sala deberá realizar los actos de comunicación teniendo en
cuenta dichas vías.
Sin perjuicio de ello, en caso de advertirse alguna circunstancia que impo-
sibilite la comunicación que se ordena practicar a través de los medios señala-
dos, también se autoriza a la Secretaría de este Tribunal para que proceda a
realizarla por otros mecanismos dispuestos en la legislación procesal pertinen-
te y que fueren aplicables, debiendo efectuar las gestiones necesarias en cual-
quiera de dichos medios para cumplir tal fin, inclusive por medio del tablero
judicial, una vez agotados los procedimientos respectivos.
Por tanto, con base en las razones expresadas y en cumplimiento de lo es-
tablecido en el artículo 11 inciso 2° de la Constitución; 13 de la Ley de Procedi-
mientos Constitucionales; 15, 20, 169, 177, 178 y 180 del Código Procesal Civil
y Mercantil –de aplicación supletoria–, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente la pretensión promovida por el señor MÁRP, por
reclamar asuntos sin trascendencia constitucional.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar, medio técnico y persona
comisionada por el peticionario en su escrito, para recibir los actos proce-
sales de comunicación. De” existir alguna circunstancia que imposibilite a
través de dicho medio ejecutar la notificación que se ordena, se deberá
proceder conforme a lo dispuesto en el considerando III de esta decisión.
3. Notifíquese y oportunamente archívese.
A. PINEDA --- F. MELENDEZ --- J. B. JAIME --- E. S. BLANCO R.--- R. E. GON-
ZALEZ --- PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN.--- E. SOCORRO C.--- SRIA.--- RUBRICADAS. -
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Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.º 105
nal son insuficientes para motivar la condena emitida en contra del imputado,
supondría valorar prueba, lo cual produciría una desnaturalización del proceso
de hábeas corpus, convirtiendo a esta Sala –con competencia constitucional–,
en una instancia más dentro del proceso iniciado en sede penal, ocasionando
un dispendio de la actividad jurisdiccional –véase improcedencias de HC 54-
2013 del 08/03/2013 y HC 107-2014 del 28/03/2014–.
Por tanto, este Tribunal se encuentra imposibilitado para revisar lo vertido
en una sentencia condenatoria, específicamente lo relativo al resultado de la
función de valoración de la prueba realizada por el juzgador mediante la cual
se haya establecido la responsabilidad penal de un individuo por la comisión de
un hecho delictivo; pues ello, se reitera, es una potestad de los jueces penales
quienes dentro de su jurisdicción deben determinar tales circunstancias –en el
mismo sentido improcedencia de HC 351-2016 del 14/11/2016–.
2. En cuanto al segundo reclamo, dirigido en contra de la decisión que pro-
rroga por un año más la detención provisional, luego de haber transcurrido el
límite legal establecido para dicha medida cautelar.
Al respecto debe indicarse que este Tribunal ha señalado que la habilita-
ción legal prescrita en el inciso tercero del artículo 8 del Código Procesal Penal
de extender la detención provisional por doce meses más una vez agotado
el plazo máximo dispuesto para dicha medida durante el trámite del proceso
penal, se justifica en la imposibilidad de tener una sentencia definitiva firme
antes de los doce o veinticuatro meses –según el tipo de delito–, dado que
la sentencia emitida aun sea susceptible de impugnación o, porque una vez
recurrida, en su trámite se alcance ese límite. Es decir, la incorporación de ese
tiempo adicional está dispuesta para la etapa de impugnación de la sentencia
condenatoria, ya que en el referido inciso se señala que la privación de libertad
“podrá extenderse durante o como efecto del trámite de los recursos de la sen-
tencia condenatoria”. Con base en ello, únicamente frente a la ocurrencia de
tales supuestos las autoridades judiciales estarán habilitadas para emitir una
decisión que incremente los períodos de tal restricción –sentencia 193-2013,
de fecha 23/10/2013–.
De ahí que, de la afirmación del peticionario, referida a que la autoridad
judicial debió sustituir la detención provisional por otras medidas cautelares,
aunque se interpusieran recursos de la sentencia, únicamente por haberse ex-
cedido el límite legal, se advierte una errónea interpretación acerca del cumpli-
miento de los parámetros legales para la extensión del plazo de la detención
provisional, y es que es precisamente para efecto del trámite de los recursos de
la sentencia condenatoria, que el legislador consideró la posibilidad de exten-
der por doce meses más la referida medida cautelar.
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Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.º 105
Con base en ello, esta Sala estima que la solicitante pretende que se efec-
túe un contraste entre su postura y la adoptada por la autoridad demandada
respecto de la resolución que rechazó el recurso de revisión interpuesto; es
decir, intenta que decida si era procedente admitir la revisión respecto a la
sentencia condenatoria.
De la lectura de la resolución de inadmisibilidad transcrita y adjuntada por
la requirente de este hábeas corpus, se advierte que el análisis efectuado se
refiere a la determinación de la vinculación de los argumentos y pruebas pro-
puestas con los motivos de revisión dispuestos en la normativa procesal penal.
El juzgado especializado de sentencia relacionado, como parte de sus fun-
ciones para verificar la procedencia del trámite del indicado mecho de impug-
nación, debe efectuar un análisis sobre la correspondencia entre lo alegado y
los supuestos que legalmente habilitan su realización. Ello se fundamenta en
las atribuciones dadas a dicha autoridad para dar trámite solo a aquellos recur-
sos que tengan el fundamento suficiente para considerar necesario revisar una
decisión definitiva que ya se encuentra siendo ejecutada; de ello puede adver-
tirse el carácter excepcional que tiene este tipo de medios de impugnación y
la necesidad que la autoridad judicial solo tramite aquellos que encajen en los
motivos señalados en la legislación.
Tomando en cuenta la resolución emitida por la autoridad demandada –
adjunta a la hábeas corpus presentado– este Tribunal estima que las considera-
ciones emitidas para declarar inadmisible el recurso de revisión, son conformes
con las atribuciones que legalmente le corresponden en el análisis de peticio-
nes de revisión de la sentencia condenatoria, precisamente porque se refieren
a determinar si lo expuesto y las pruebas ofrecidas encajan en los supuestos
legalmente prescritos para conocer y decidir ese medio de impugnación.
Y es que, cuino se ha dicho, la jurisprudencia de esta Sala ya ha estableci-
do las condiciones de acceso a los recursos, referidas al cumplimiento de los
requisitos legales regulados para su ejercicio; con lo cual, a pesar de haberse
invocado derechos constitucionales como infringidos, a partir de lo dicho, se
advierte que lo reclamado es una mera inconformidad con la decisión del re-
curso de revisión.
Pues, se insiste que lo propuesto en esos términos implica efectuar un juicio
de las valoraciones emitidas por el juez de sentencia, en el ejercicio de atribu-
ción jurisdiccional de conocer el medio impugnativo interpuesto; situación que
convertiría a esta Sala en una instancia más dentro del proceso penal, con-
trolando las decisiones dictadas por los jueces competentes en materia penal,
pues de examinarse las razones dadas en la decisión de un recurso de este tipo,
se produciría una desnaturalización del hábeas corpus. Con lo cual se configura
una circunstancia que inhabilita aseste tribunal para efectuar el ‘análisis y de-
cisión requeridos.
1305
Hábeas corpus / Improcedencias
En ese sentido, existe una imposibilidad para este Tribunal do analizar los
argumentos propuestos a su conocimiento, pues están referidas a meras incon-
formidades con la falta de admisión del recurso de revisión presentado a favor
del señor MM, decisión que, (le acuerdo a lo establecido legalmente, constitu-
ye una de las competencias de la sede demandada.
III. Por otra parte, la abogada Ana Virginia Gáleas Rodríguez señaló en
su demanda de hábeas corpus, el medio técnico en que puede ser notificada,
por lo que la Secretaría de esta Sala deberá realizar los actos de comunicación
teniendo en cuenta dicha vía.
Sin perjuicio de ello, en caso de advertirse alguna circunstancia que impo-
sibilite la comunicación que se ordena practicar a través del medio señalado,
también se autoriza a la Secretaría de este Tribunal para que proceda a rea-
lizarla por otros mecanismos dispuestos en la legislación procesal pertinente
y que fueren aplicables, debiendo efectuar las gestiones necesarias en cual-
quiera de dichos medios para cumplir tal fin, inclusive por medio del tablero
judicial, una vez agotados los procedimientos respectivos.
Por tanto, con base en las razones expresadas y en cumplimiento de lo
establecido en el artículo 11 inciso 2° de la Constitución; 13 de la Ley (le Proce-
dimientos Constitucionales; 15, 20, 169, 176 y 178 del Código Procesal Civil y
Mercantil -de aplicación supletoria-, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la pretensión promovida por la abogada Ana Vir-
ginia Gáleas Rodríguez u favor del señor CEMM, por reclamar asuntos de
mera legalidad, relacionados con la decisión que rechazó el recurso de revi-
sión interpuesto.
2. Tome nota la Secretaría (le este Tribunal del medio técnico señalado por
la peticionaria en su escrito, para recibir los actos procesales de comunica-
ción. De existir alguna circunstancia que imposibilite a través de dicho me-
dio ejecutar la notificación que se ordena, se deberá proceder conforme a
lo dispuesto en el considerando III de esta decisión.
3. Notifíquese y oportunamente archívese.
A. PINEDA --- J. B. JAIME ---E. S. BLANCO R.--- PRONUNCIADO POR LOS
SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.--- E. SOCORRO C.--- SRIA.--- RU-
BRICADAS. -
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por el tribunal en esa decisión para contrastarla con las propias aseveraciones
de los peticionarios y, en consecuencia, excede las atribuciones de esta sede.
Y es que, el proceso constitucional de hábeas corpus no es la vía idónea
para controlar la estricta legalidad de las pruebas o de las decisiones judiciales,
para ello la ley ha dispuesto de mecanismos de impugnación que habilitan a la
parte interesada la posibilidad de controvertir tales aspectos ante las autorida-
des penales respectivas.
En ese sentido, lo alegado por los solicitantes carece de contenido cons-
titucional al estar referido a asuntos de estricta legalidad relacionarlos con la
valoración de las pruebas, la determinación de la responsabilidad penal del se-
ñor MV y su desacuerdo con la sentencia condenatoria emitida por el Tribunal
de Sentencia de La Unión, y ante la imposibilidad de examinar lo propuesto,
deberá emitirse una declaratoria de improcedencia de la pretensión.
III. En virtud del lugar y del medio técnico que señalan los requirentes para
recibir actos procesales de comunicación, la. Secretaría de esta Sala deberá tomar
nota de los mismos para tales erectos; sin embargo de advertirse alguna circuns-
tancia que imposibilite la comunicación que se ordena practicar a los solicitantes
mediante los mecanismos propuestos, se autoriza a la Secretaría de este Tribunal
para que proceda a realizarla por otros medios dispuestos en la legislación proce-
sal pertinente que fueren aplicables, debiendo efectuar las gestiones necesarias
en cualquiera de dichos medios para cumplir tal fin, inclusive a través de tablero
judicial, una vez agotados los procedimientos respectivos.
Por las razones expresadas y en cumplimiento de los artículos 11 inciso 2°
(le la Constitución y 13 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala
resuelve:
1. Declárase improcedente la pretensión propuesta por los licenciados Jorge
Alberto Orellana Villalta y José Pérez Aguillón, a favor del señor JEMV, por
alegar asuntos de estricta legalidad.
2. Notifíquese la presente resolución conforme se dispone en el considerando
III de esta decisión y oportunamente archívese el expediente.
A. PINEDA --- J. B. JAIME ---E. S. BLANCO R.--- PRONUNCIADO POR LOS
SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.--- E. SOCORRO C.--- SRIA.--- RU-
BRICADAS. -
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nal nombre [a] un juez ejecutor para que me resuel[v]a lo solicitado por mi
persona...” (sic)
II. 1. Esta Sala en su jurisprudencia ha señalado que en materia constitucio-
nal la ‘incoación de un proceso viene determinada por la presentación de una
solicitud o demanda, según sea el caso, caracterizada como el acto procesal
de postulación que debe llevar implícita una pretensión de naturaleza consti-
tucional. Esta condiciona la iniciación, el desarrollo y la conclusión del proceso.
Es así que en el hábeas corpus, si bien no está considerada la presentación
de una demanda en los términos exigidos para los procesos de inconstitucio-
nalidad y amparo (arts. 6 y 14 de la Ley de Procedimientos Constitucionales,
respectivamente) la solicitud que la impulsa debe contener al menos, un acto
generador de violaciones constitucionales con incidencia directa en los dere-
chos de libertad física o integridad personal de quien se pretenda favorecer.
Entonces, ante la solicitud para iniciar este proceso constitucional, resulta
inevitable examinar si el pretensor ha presentado los requisitos mínimos para
conocer y decidir sobre la queja planteada. Con ese objeto, debe señalarse
que en reiterada jurisprudencia emitida por este Tribunal se ha expuesto que
el hábeas corpus constituye un mecanismo destinado a proteger el derecho
fundamental de libertad física o integridad –física, psíquica o moral– de los
justiciables ante restricciones, amenazas o perturbaciones ejercidas en tales
categorías de forma contraria a la Constitución y concretadas ya sea por par-
ticulares o autoridades judiciales o administrativas (verbigracia improcedencia
de HC 104-2010, del 16/06/2010).
2. Ahora bien, el señor C alude que no ha tenido respuesta de las denuncias
presentadas ante la Sección de Investigación Judicial de la Corte Suprema de
Justicia, debido al comportamiento de un juez y ante la Fiscalía General de la
República donde señaló a un magistrado que lo despojó de unos, inmuebles;
sin embargo, lo reclamado carece de la vinculación necesaria con el derecho
de libertad física, es decir, la omisión de resolver dichos planteamientos, no
revela una conexión ineludible con el derecho objeto de tutela en este tipo de
proceso constitucional.
Y es que como se mencionó antes, una de las características indispensa-
bles de la queja planteada en un proceso de hábeas corpus, es que se ale-
gue una afectación a los derechos de libertad física o integridad personal,
por lo que al no vincularse dichos reclamos con los aspectos configurativos
de la pretensión que la hacen constitucionalmente trascendente y permiten
que la misma pueda ser analizada; este Tribunal se encuentra imposibilita-
do para continuar con su examen (véase improcedencia de HC 53-2011 del
18/02/2011 y HC 504-2016 del 01/02/2017).
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configurándose una identidad entre los elementos que conforman tales pre-
tensiones –sujeto, objeto y causa–.
Así, se advierte la semejanza de los sujetos activo y pasivo entre las preten-
siones planteadas: ambas promovidas por el abogado Rafael Rivas Cedillos, a
favor del señor CNR, contra actuaciones del Juzgado de lo Civil de San Marcos.
Además se establece la coincidencia en cuanto a la identidad de objeto, pues
se requiere que se declare la vulneración constitucional a los derechos de au-
diencia, defensa y presunción de inocencia de su representado.
Por último, también se determina una identidad de causa o fundamento,
en atención a que la relación fáctica y los motivos por los cuales se alega la
lesión constitucional, se han planteado en términos similares al proceso antes
citado; siendo el argumento jurídico a partir del cual se pretende que esta Sala
conozca nuevamente de estos hechos, la inconformidad del peticionario con el
juicio civil ejecutivo que el Juzgado de lo Civil de San Marcos registra en contra
del señor NR, quien tiene calidad de demandado, pues afirma que este es legí-
timo propietario del inmueble respecto al cual se ha ordenado su desalojo, por
lo que dicha decisión le vulnera derechos fundamentales.
En ese sentido, lo propuesto ya se había planteado a esta Sala en otro
hábeas corpus y en los mismos términos que en la actualidad, declarándose
improcedente en aquel momento, por no configurarse los presupuestos para
pronunciarse mediante este proceso, al alegarse la supuesta vulneración a de-
rechos fundamentales distintos de los tutelados mediante esta vía; por con-
siguiente, se ordenó a la Secretaría de este Tribunal que inscribiera el escrito
firmado por el abogado Rivas Cedillos en el registro de procesos de amparo, al
cual le fue asignado el número 492-2017, mismo en el que, después de habér-
sele dirigido una prevención al solicitante, fue declarado inadmisible, mediante
resolución del 16/10/2017, en tanto que no se subsanó los aspectos requeridos
en auto de fecha 20/09/2017, dentro del plazo que se le otorgó para ello.
En consecuencia, habiéndose definido que lo argüido por el peticionario
no puede ser objeto de control constitucional mediante el proceso constitu-
cional que nos ocupa, y tampoco atendió la prevención realizada en amparo,
debe declararse improcedente la presente pretensión a efecto de evitar un
dispendio de la actividad jurisdiccional impartida en esta sede –ver improce-
dencias HC 254-2011 del 18/04/2012 y 425-2013 del 20/11/2013-.
III. 1. Conviene en este caso advertir que el peticionario no ha señalado
dirección dentro de la circunscripción territorial de San Salvador, pues ha de-
signado la colonia********** calle **********, número **********, San
**********, Sonsonate; y, tampoco ha designado medio técnico idóneo para
recibir notificaciones. En ese sentido, a fin de hacer del conocimiento del abo-
gado Rivas Cedillos la presente decisión, deberá requerirse la cooperación del
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Hábeas corpus / Improcedencias
Juzgado de Paz de San Antonio del Monte para notificar de forma personal
este pronunciamiento al solicitante en la referida dirección.
2. De advertirse alguna circunstancia que imposibilite la comunicación que
se ordena practicar al peticionario a través del aludido medio, se autoriza a
la Secretaría de este Tribunal para que proceda a realizarla por otros meca-
nismos dispuestos en la legislación procesal pertinente que fueren aplicables,
debiendo efectuar las gestiones necesarias en cualquiera de dichos medios
para cumplir tal fin, inclusive a través de tablero judicial, una vez agotados los
procedimientos respectivos.
Por todo lo expuesto y con base en los artículos 11 inc. 2° de la Constitu-
ción, 13 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, 12, 20, 141 inc. 1°, 170
inc. 1° y 2”, 171, 181 inc. 2° y 192 del Código Procesal Civil y Mercantil –de apli-
cación supletoria–, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente la pretensión incoada a favor del señor Carlos Na-
vidad Ramos, por existir un pronunciamiento previo en relación con el mis-
mo reclamo.
2. Requiérase auxilio al Juzgado de Paz de San Antonio del Monte, depar-
tamento de Sonsonate, para que notifique este pronunciamiento al abo-
gado Rivas Cedillos en la colonia********** calle **********, número
**********, **********, Sonsonate.
3. Ordénase a la Secretaría de esta Sala que, con el fin de cumplir el reque-
rimiento anterior, libre el oficio correspondiente junto con la certificación
de esta decisión. De existir alguna circunstancia que imposibilite mediante
dicho medio ejecutar el acto de comunicación que se ordena; se deberá
proceder de acuerdo a lo dispuesto en el número 2 del considerando III de
esta decisión.
4. Solicítese al funcionario judicial comisionado que informe a. esta Sala, a la
brevedad posible, sobre la realización de dicho acto procesal de comunica-
ción.
5. Notifíquese.
A. PINEDA --- E. S. BLANCO R.--- R. E. GONZALEZ --- PRONUNCIADO POR
LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.--- E. SOCORRO C.--- SRIA.-
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LZ, pues este mecanismo permite establecer con certeza la fecha en que aquel
tiene conocimiento directo e inmediato de los pronunciamientos de este Tribu-
nal. Lo anterior supone que el acto procesal de comunicación debe efectuarse
de forma personal al destinatario de la misma y no por medio de las autorida-
des penitenciarias.
En ese orden, es procedente aplicar de forma supletoria el artículo 141 in-
ciso 1° del Código Procesal Civil y Mercantil, disposición que regula la figura del
auxilio judicial. De manera que, deberá requerirse la cooperación al Juzgado
de Paz de Ayutuxtepeque, a efecto de notificar este pronunciamiento al de-
mandante, de manera personal, en el mencionado centro penal.
Sin perjuicio de ello, de advertirse alguna circunstancia que imposibilite la
comunicación que se ordena practicar al peticionario a través del aludido me-
dio, también se autoriza a la Secretaría de esta Sala para que proceda a realizar
la notificación por otros mecanismos dispuestos en la legislación procesal per-
tinente y en la jurisprudencia constitucional y que fueren aplicables, debiendo
efectuar las gestiones necesarias en cualquiera de dichos medios para cumplir
tal fin, inclusive a través de tablero judicial, una vez agotados los procedimien-
tos respectivos.
Por tanto, con base en las razones expresadas y en cumplimiento de lo
establecido en el artículo 11 inciso 2° de la Constitución y 13 de la Ley de Pro-
cedimientos Constitucionales, artículos 15, 20, 141, 169, 177 y 192 del Código
Procesal Civil y Mercantil –de aplicación supletoria–, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente la pretensión del señor JFLZ, por falta de actuali-
dad en el agravio.
2. Requiérase auxilio al. Juzgado de Paz de Ayutuxtepeque, para que notifi-
que este pronunciamiento –de forma personal– al requirente en el Centro
Penitenciario de dicha localidad.
3. Ordénase a la Secretaría de este Tribunal que, con el fin de cumplir el re-
querimiento dispuesto en el número precedente, gire las comunicaciones
que estime convenientes. De existir alguna circunstancia que imposibilite
mediante dicha vía ejecutar la notificación que se ordena; se deberá proce-
der conforme a lo dispuesto en esta resolución.
4. Solicítese al funcionario y judicial comisionado que informe a esta Sala, a la
brevedad posible, sobre la realización de dicho acto procesal de comunica-
ción.
5. Notifíquese y oportunamente Archívese.
F. MELENDEZ --- E. S. BLANCO R.--- R. E. GONZALEZ --- PRONUNCIADO POR
LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.--- E. SOCORRO C.--- SRIA.-
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cual le solicitaron una partida de nacimiento o foto de su hija que ella procedió
a entregar.
Asimismo expone que un día entre el 26/08/2010 y 31/08/2010 le llevaron
a ella y a su familia a la Procuraduría para la Defensa de Derechos Humanos de
El Salvador para practicarles pruebas de ADN, sin referirle el proceso a seguir,
indicándole personal de “Cancillería” ese mismo día que se trataba de su hija,
por lo que el 05/09/2010 le entregaron una caja con sus restos.
Sin embargo, la señora ********** expone que nunca le proporcionaron
documentación donde se explicaran los hechos acaecidos, cómo ocurrió la
muerte de la joven, y cuál había sido el proceso de identificación de los restos,
a fin de verificar que efectivamente se tratase de su hija.
Lo anterior aunado a “noticias de que el Estado mexicano estaba entre-
gando cuerpos equivocados y hasta piedras en los ataúdes a familias en Cen-
troamérica”, generó dudas sobre la identidad de los restos entregados a la
pretensora, quien ante la incertidumbre de si se trataba de su hija pidió apoyo
a COFAMIDE y a la Fundación para la Justicia y el Estado Democrático del Dere-
cho, a efectos de que la asesoraran, teniendo conocimiento con posterioridad
de la existencia de un equipo de antropólogos forenses de nacionalidad ar-
gentina, quienes junto a otros profesionales prestaban colaboración a México
para esclarecer la masacre de Tamaulipas y ahora conforman un grupo deno-
minado “Comisión Forense”.
Con el apoyo de los referidos, la señora ********** solicitó la revisión de
su caso al Estado Mexicano, expresando haber sostenido varias reuniones con
instituciones mexicanas y salvadoreñas para aclarar el contexto en base al cual
considera que la “Comisión Forense” debe participar en la exhumación de los
restos identificados en principio como los de su hija, pues considera que dicha
institución tiene conocimiento del caso y la experticia necesaria para realizar el
cotejo de ADN entre la muestra de los restos y su persona, y pueden brindarle
un informe de los resultados de manera digna y exhaustiva.
Además, como consecuencia de la solicitud de revisión de caso el
29/04/2017 el Estado de México mediante la Dirección de Asistencia Jurídica
Internacional remitió un suplicatorio al Ministro de Justicia y Seguridad Pública
de El Salvador, solicitando su cooperación a efectos de que se exhumara el
cadáver identificado en principio como GYMS.
Pero la demandante aduce que no fue notificada por las autoridades salva-
doreñas -Fiscalía General de la República y Juzgado de Paz de Jayaque- sobre
tal situación, sino que únicamente tuvo conocimiento de manera informal que
en Jayaque se realizaría la diligencia de acto urgente de exhumación, bajo la
supervisión del referido Juzgado de Paz.
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III. Tome nota la Secretaría de esta Sala del lugar y medio técnico señalado
por la peticionaria para recibir actos procesales de comunicación, los cuales
deberán ser tomados en cuenta para tales efectos. Sin perjuicio de ello, en
caso de advertirse alguna circunstancia que imposibilite la comunicación que
se ordena practicar a través de los medios señalados, también se autoriza a la
Secretaría de este Tribunal para que proceda a realizarla por otros mecanismos
dispuestos en la legislación procesal pertinente y que fueren aplicables, de-
biendo efectuar las gestiones necesarias en cualquiera de dichos medios para
cumplir tal fin; inclusive por medio del tablero judicial, una vez agotados los
procedimientos respectivos.
Por lo expuesto y de conformidad con los artículos 2 inciso l° y 6 inciso 1°
de la Constitución y 12 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala
RESUELVE:
1. Declárase improcedente la solicitud de hábeas corpus planteada a favor
de la señorita GYMS, al no contarse con los elementos configuradores de
la supuesta desaparición forzada, y por fundamentar otro aspecto de su
pretensión en un derecho protegido por el proceso de amparo.
2. Ordénese a la Secretaría de esta Sala que inscriba el escrito firmado por la
señora **********, en el registro de procesos de amparo, asignándose el
número de referencia que corresponda para la tramitación mediante esa
vía procesal del alegato referido en el considerando II numeral 2 de esta
resolución.
3. Tome nota la Secretaría de esta Sala de medio técnico y lugar señalado por
la peticionaria para recibir actos procesales de comunicación. De existir al-
guna circunstancia que imposibilite mediante ese medio ejecutar el acto de
comunicación que se ordena; se deberá proceder de acuerdo a lo dispuesto
en el considerando III de esta decisión.
4. Notifíquese y oportunamente archívese.
J. B. JAIME.--- E. S. BLANCO R.--- FCO. E. ORTIZ R.--- PRONUNCIADO POR LOS
SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.--- E. SOCORRO C.--- SRIA.---RU-
BRICADAS.-
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Así, los sujetos activo y pasivo en las pretensiones planteadas por los mo-
tivos arriba indicados, son iguales: hábeas corpus solicitado a favor del señor
JJLL, contra actuaciones de la. Sala de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia.
Además se establece la coincidencia en cuanto a la identidad de objeto, pues
el solicitante requiere que con este proceso constitucional, se declare la vulne-
ración constitucional a su derecho de libertad física.
Por último, también se determina una igualdad de causa o fundamento, en
atención a que la relación Táctica y los motivos por los cuales se alega vulneración
constitucional, se han planteado en términos similares al proceso antes citado.
En ese sentido, lo propuesto ya había sido resuelto por esta Sala en otro
proceso de hábeas corpus y en los mismos términos que en la actualidad, decla-
rándose improcedente en aquel momento, pues de las propias descripciones
de lo acontecido, hechas por el demandante, se determinó que el tribunal de
casación resolvió sobre lo planteado en la impugnación: la alegada calificación
errónea decidida por el Tribunal de Sentencia de Sensuntepeque, el cual no
consideró la agravante respectiva; y en consecuencia, se impuso una pena en
relación con tal conducta punible. Es decir que tal aspecto había sido contro-
vertido en la presentación de la impugnación y, por tanto, en esas condiciones
no podrían vulnerar su derecho de defensa.
Y es que, como consta en la resolución de HC 201-2014, según los mismos
argumentos del peticionario, se advirtió en su demanda, en el acápite deno-
minado “falta de fundamentación de la sentencia”, quien recurrió la senten-
cia condenatoria dictada en contra del imputado objetó la calificación jurídica
otorgada por el tribunal de sentencia respectivo, por estimar que la considera-
ción de los hechos como delito de tráfico ilícito dejaba sin penar la “conducta
agravada que se acreditó”.
Por lo que, habiéndose establecido con anterioridad que lo argüido por
los demandantes a favor señor LL, en contra de la Sala de lo Penal de la Cor-
te Suprema de Justicia, no puede ser objeto de control constitucional, debe
declararse improcedente tal pretensión a efecto de evitar un dispendio de la
actividad jurisdiccional impartida por esta sede –verbigracia, improcedencias
de HC 254-2011 del 18/04/2012 y HC 425-2013 del 20/11/2013–.
ii. Los peticionarios reclaman además en contra de la resolución emitida
por el Tribunal de Sentencia de San Vicente, por no haberse abordado el au-
mento de la pena de su representado, luego del reenvío ordenado por la Sala
de lo Penal, por lo que alegan violación al derecho de defensa.
En relación con lo planteado, es pertinente establecer que tal como lo ha
sostenido reiteradamente esta Sala en su jurisprudencia, es necesario que la
pretensión de hábeas corpus se fundamente en un agravio constitucional,
pero, además, que las mismas se encuentren vinculadas directamente con una
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por nuestro Código (...) les] una acción penal prescrita...” (mayúsculas suprimi-
das) (sic).
II. De acuerdo con el planteamiento de los peticionarios se determina que
reclaman contra la decisión emitida por el Tribunal de Sentencia de Ahuacha-
pán, mediante la cual rechaza que el imputado se encuentre detenido en ra-
zón de una acción penal prescrita; pues a juicio de los pretensores, aquel sí
se encuentra amenazado de una restricción ilegal de su libertad, por haber
transcurrido el plazo y las condiciones señaladas en la ley para la aplicación de
dicha :figura, cuestionando además el tiempo que la autoridad demandada
dejó trascurrir para declarar la rebeldía.
1. En atención al planteamiento aludido es preciso establecer fas conside-
raciones jurisprudenciales de esta Sala sobre dicho tema:
A. En lo concerniente a la prescripción de la acción penal, se ha sostenido
que su determinación corresponde a los jueces competentes en materia penal;
sin embargo, cuando la restricción al derecho de libertad ha sido dictada en el
contexto de un proceso que tiene como base una acción prescrita, es decir, en
el que no se han respetado las condiciones procesales legales para el ejercicio
de la acción penal, la jurisdicción constitucional está habilitada para examinar el
asunto a efecto de determinar si dicha decisión efectivamente provoca alguna
vulneración en relación con el mencionado derecho. Así se ha expresado, por
ejemplo, en las sentencias emitidas en los procesos de HC 161-2010 del 11/2/2011,
HC 68-2011 del 4/9/2013 y HC 126-2015 del 20/7/2015, entre otras.
B. También es necesario referirse a la irretroactividad de la ley establecida
en el inciso 1° del artículo 21 de la Constitución de la República, el cual prescri-
be: “Las leyes no pueden tener efecto retroactivo, salvo en materias de orden
público, y en materia penal cuando la nueva ley sea, favorable al delincuente”.
Es así que la Constitución no garantiza un principio de irretroactividad ab-
soluto o total, sino que sujeta la excepción a dicho principio a los casos de leyes
favorables en materia penal y en materias de orden público, este último, de-
clarado expresamente en la ley y avalado por la jurisdicción constitucional (ver
sentencia Inc.11-2005, de fecha 29/4/2011).
C. Por su parte, la prescripción de la acción penal es entendida como la
imposibilidad de realizar el juzgamiento penal de un hecho delictivo por el
transcurso de determinados plazos señalados en la ley a partir de su comisión,
durante los cuales el procedimiento no se ha seguido contra el culpable o,
cuando dirigido contra una persona determinada, se ha paralizado por el tiem-
po igualmente señalado en la ley.
Según el criterio sostenido por esta Sala –en sentencias HC 174-2003 del
16/6/2004 y HC 68-2011 del 4/9/2013– las disposiciones reguladoras de la
prescripción de la acción penal se encuentran incluidas en “la materia penal”
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proceso penal para determinar si las mismas evidencian que las acciones reali-
zadas por aquel se adaptan al supuesto de hecho contenido en la norma pe-
nal, siendo estas atribuciones otorgadas exclusivamente a las autoridades juris-
diccionales competentes en materia penal, y cuya determinación, en definitiva,
constituye asuntos de mera legalidad, que por su naturaleza están excluido del
conocimiento de esta Sala –ver improcedencia HC 52-2012 del 29/2/2012–.
Sobre tal aspecto, se ha reiterado además que si esta Sala conociera de
inconformidades con decisiones judiciales estaría actuando como un tribunal
de instancia, lo cual supondría exceder su ámbito de control, circunscrito a la
tutela de los derechos a la libertad personal e integridad física, psíquica o mo-
ral de las personas privadas de libertad –ver improcedencia HC 442-2013 del
27/11/2013–.
En ese sentirlo, lo alegado por el solicitante carece de contenido constitu-
cional, al estar referido a la determinación de su responsabilidad penal, y ante
la imposibilidad de examinar lo propuesto, deberá declararse improcedente la
pretensión.
III. 1. En virtud de encontrarse el peticionario privado de libertad en la
Penitenciaría Central La Esperanza, se considera conveniente, aplicar de forma
supletoria el artículo 141 inciso 1° del Código Procesal Civil y Mercantil, disposi-
ción que regula la figura del auxilio judicial y realizar el respectivo acto procesal
de comunicación en ese centro penal, con el objeto de garantizar su derecho
de audiencia y de protección jurisdiccional. De manera que, deberá requerirse
la cooperación del Juzgado de Paz de Ayutuxtepeque, para notificar de forma
personal este pronunciamiento al señor A en el referido centro penal.
2. De advertirse alguna circunstancia que imposibilite la comunicación que
se ordena practicar al peticionario a través del aludido medio, se autoriza a
la Secretaría de este Tribunal para que proceda a realizarla por otros meca-
nismos dispuestos en la legislación procesal pertinente que fueren aplicables,
debiendo efectuar las gestiones necesarias en cualquiera de dichos medios
para cumplir tal fin. Inclusive a través de tablero judicial, una vez agotados los
procedimientos respectivos.
En atención a las razones expuestas y con base en los artículos 11 inciso 2°
de la Constitución, 13 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, 12, 20, 141
inciso 1° y 192 del Código Procesal Civil y Mercantil de aplicación supletoria-,
esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente el presente hábeas corpus iniciado a su favor, por
el señor CAA, por alegarse aspectos de estricta legalidad
2. Notifíquese esta resolución al solicitante en la Penitenciaría Central La Espe-
ranza; para ello, requiérase auxilio al Juzgado de Paz de Ayutuxtepeque,
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a su digna autoridad (...) nunca hubo (...) evidencia objeto del delito como
lo es celular (...) ni fue legalmente secuestrado (...) nunca la víctima presento
facturas para establecer el daño que se pretendía hacer a su patrimonio (...)
[A]l hacer la conjugación de estos elementos y contrastarlos con la decla-
ración del testigo denotamos que (...) debieron ser valorados desde otra pers-
pectiva en caso de duda lo más favorable al imputado (...) esta representación
no comparte en lo absoluto la credibilidad que se le ha dado al testigo (...)
los agentes –cuyos testimonios transcribe– nunca vieron los hechos solo les
contaron (...) [a]l analizar el respectivo reconocimiento en rueda de personas
(...) y el resultado positivo (...) es necesario que la víctima estableciera las ca-
racterísticas del vehículo (...) fueron condenados cuando en realidad pudieran
ser absueltos (...) –hay–motivación incompleta e ilegítima (...) elaborando una
inclusión hipotética de los elementos probatorios excluidos de valoración (...)
se hubiese derivado (...) en una sentencia de carácter absolutoria destruyendo
todo precepto de culpabilidad (...) es necesario que la sentencia condenatoria
se revocada, y se (...) absuelva a los imputados...”(mayúsculas suprimidas) (sic).
II. Con relación a los reclamos planteados es de indicar, como esta Sala
lo ha reiterado en su jurisprudencia, que los asuntos sometidos a control por
medio del proceso de hábeas corpus deben fundarse en la existencia de vul-
neraciones a derechos fundamentales con incidencia en la libertad física de las
personas, es decir deben de tener un matiz constitucional –ver improcedencia
HC 162-2010 del 24/11/2010–.
Caso contrario, cuando se propongan cuestiones que deban ser resueltas
por otras autoridades y que por lo tanto no trasciendan de ser inconformida-
des de los demandantes con lo decidido, la tramitación del hábeas corpus será
infructuosa y deberá rechazarse la pretensión al inicio del proceso, por medio
de una declaratoria de improcedencia.
II. En el presente caso los peticionarios reclaman –en síntesis– contra la
sentencia condenatoria firme emitida en contra de los señores ÁL y MT, por el
delito de robo agravado, por haber valorado las declaraciones de la víctima,
agentes captores y el reconocimiento en rueda de personas, prueba que cali-
fican de “inconsistente” e “incongruente”; asimismo, aducen la ausencia de
otros elementos probatorios que a su parecer se tuvieron que haber valorado,
a partir de lo anterior sostienen que se genera una duda razonable a favor
de los imputados, presumiendo su inocencia, y por ello solicitan se revoque el
aludido pronunciamiento, se emita una sentencia absolutoria.
A partir de lo expuesto por los propios solicitantes se advierte que su plan-
teamiento lo fundan en su inconformidad con la sentencia condenatoria seña-
lada al haberse determinado la participación delincuencial de los imputados en
el delito de robo agravado y haberles impuesto, en consecuencia, una pena de
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IV. Por otro lado, se advierte que los señores BELA y JWAR señalaron un
lugar y medio técnico para ser notificados; por lo que la Secretaría de este Tri-
bunal podrá realizar los actos de comunicación correspondientes a través de
dichas vías.
Sin perjuicio de tal señalamiento, de advertirse alguna circunstancia que
imposibilite la comunicación que se ordena practicar a los solicitantes a través
de los aludidos medios, se autoriza a la Secretaría de este Tribunal para que
proceda a realizar la notificación por otros mecanismos dispuestos en la legis-
lación procesal pertinente que fueren aplicables, debiendo efectuar las gestio-
nes necesarias en cualquiera de dichos medios para cumplir tal fin, inclusive a
través de tablero judicial, una vez agotados los procedimientos respectivos.
Por las razones antes expuestas y de conformidad con lo establecido en
los artículos 11 inciso 2° de la Constitución, y 13 de la Ley de Procedimientos
Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declarase improcedente la pretensión planteada a favor de EWÁL y ECMT,
por alegarse asuntos de estricta legalidad.
2. Notifíquese y oportunamente archívese.
A. PINEDA --- J. B. JAIME --- E. S. BLANCO R.--- M. R. Z.--- PRONUNCIADO
POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.--- E. SOCORRO C.---
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Inadmisibilidades
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ante otra instancia judicial y cuál fue el resultado de ello; y iv) si la sentencia
condenatoria emitida por la autoridad demandada ha sido declarada firme.
La referida decisión fue notificada el día 22/09/2017, por medio del telefax
señalado para tal efecto, tal como consta en acta de notificación agregada a
folios 7 de este proceso; por su parte el peticionario elaboró y presentó den-
tro del término establecido, escrito en-el cual expresa: “Requisitos que deben
concurrir para que se tenga por establecido la existencia de la (...) vulneración
constitucional.
A) Identidad de la persona (...) En cuanto al Juzgado Especializado de Ins-
trucción A de San Salvador, [el proceso] marcado bajo referencia A2-293-2011,
fue en mi contra así como de otras personas los datos que se utilizaron fueron
los siguientes: “RRJM, alias “**********” de veintisiete años de edad, salva-
doreño, soltero, estudiante, originario de Panchimalco, nacido el día tres de
diciembre de 1983, hijo de AAMB y TJM, residente en Cantón Las Crucitas,
Panchimalco (...) [por] la comisión de los delitos de agrupaciones ilícitas y ho-
micidio agravado (...)
Respecto al Juzgado Especializado de Sentencia “C” de San Salvador, mar-
cado con referencia 017-C-2014-4(1) acumulado a 026-C-2014-1 en donde se
me identificó por medio de los siguientes datos: “RRJM” alias **********, de
25 años de edad, soltero, carpintero, nació el 3 de diciembre de 1988, hijo de
AAMB y TJM, residente en Cantón Las Crusitas, caserío El Centro, Panchimalco,
San Salvador, a quien se le atribuye la comisión del delito de agrupaciones ilíci-
tas”. Por lo que existe una identidad en los dos procesos y estos dos procesos se
refieren a mi persona, además de ello se refieren .a la misma víctima, es decir,
en el presente caso a la Paz Pública.
B) Identidad del objeto de la persecución (...) se me ha vinculado siempre
el mismo delito de agrupaciones ilícitas, se me ha acusado de pertenecer a la
pandilla 18 Revolucionarios de la clica Tanys Locos Revolucionarios, siendo el
caso que en el primer proceso del Juzgado Especializado de Instrucción A de
San Salvador, fui capturado en el mes de septiembre del dos mil once y en
cuanto al segundo proceso el cual culminó en el Juzgado Especializado de Sen-
tencia fui intimado por ese hecho en diciembre de dos mil once. Además de
ello la condena se fundamentó por medio del testigo con protección Saturno,
quien manifestó que regresó a la pandilla en agosto de 2010, por lo que cuan-
do fui condenado ya había sido juzgado y consecuentemente fui sobreseído
definitivamente y representación fiscal no interpuso recurso alguno de dicho
sobreseimiento definitivo, por lo que quedó ejecutoriado y por lo tanto tengo
entendido que es cosa juzgada.
C) Identidad de la causa de persecución (...) en los dos procesos fui requeri-
do por el delito de agrupaciones ilícitas (...) en perjuicio de la Paz Pública, que
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Hábeas corpus / Inadmisibilidades
IV. Por otra parte, en la resolución que antecede se fijaron los mecanismos
para realizar los actos procesales de comunicación al peticionario de este pro-
ceso constitucional, el cual deberá atender la Secretaría de esta Sala; sin em-
bargo, de advertirse alguna circunstancia que imposibilite la comunicación que
se ordena practicar al peticionario a través de los aludidos medios, también se
autoriza a la Secretaría para que proceda a realizar la notificación por otras
vías dispuestas en la legislación procesal pertinente y que fueren aplicables, de-
biendo efectuar las gestiones necesarias en cualquiera de dichos medios para
cumplir tal fin, inclusive a través de tablero judicial, una vez agotados los pro-
cedimientos respectivos.
Por las razones expuestas y de conformidad con los artículos 11 inc. 2° de
la Constitución y 18 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala
resuelve:
1. Declárase inadmisible la pretensión planteada a su favor por el señor señor
RRJM, en virtud de no haber evacuado la prevención realizada en los tér-
minos exigidos por este Tribunal.
2. Notifíquese el presente pronunciamiento y, oportunamente, archívese el
expediente.
J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ.---PRONUNCIADO POR LOS
SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRI-
CADAS.
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Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.º 105
dieciséis horas del día cuatro de septiembre del año dos mil cinco (lo correcto
es cuatro de septiembre de dos mil quince), la víctima clave ‘Elías’ denunció en
la Fuerza de Tarea de Protección al Transporte de la Policía Nacional Civil de
San Salvador, que hace aproximadamente un año estaba siendo víctima del
delito de extorsión y que el día tres de septiembre del mismo año se acercaron
tres sujetos de la Mara Salvatrucha... una vez recibida la información el sargen-
to (...) se dirige al desvío de San Vicente, ya que en dicho lugar tenían a la vista
a los sujetos y al llegar observan un grupo de miembros de la mara salvatrucha,
procediendo a la intervención y captura de cinco sujetos (...) Con relación al
sobreseimiento provisional decretado por señor juez segundo de instrucción a
favor del ciudadano OACR, (...) la representación fiscal no solicito al juez ins-
tructor la reapertura del (...) proceso penal (...) por lo que (...) aquel sobresei-
miento provisional (...) debe entenderse como sobreseimiento definitivo (...)
Posteriormente es procesado nuevamente en el Juzgado Especializado de
Instrucción B de San Salvador, (...) por el mismo delito de organizaciones te-
rroristas, (...) [En] audiencia (...) [se impuso] detención provisional contra mi
defendido (...)
De ahí, mi inconformidad en cuanto a la aplicación de la garantía constitu-
cional de prohibición al doble juzgamiento o doble persecución penal (cono-
cida también como ne bis in íeden, non bis in ídem) inconformidad que mani-
fiesto de forma siguiente:
(...) [Que] la imposición de la medida cautelar de detención provisional con-
tra mi defendido (...) [en el segundo proceso] se decreto sobre la base del dicho
del testigo protegido con clave ‘Alfeo’, mismo que consta en la relación circuns-
tanciada de los hechos plasmada en la solicitud fiscal (...) donde se expresa: ‘se-
gún lo manifestado por el testigo con régimen de protección clave Alfeo, quien
fue miembro de la clica directos locos salvatruchos, que opera desde el kilómetro
cincuenta y uno de la carretera panamericana al desvió de [S]an Vicente, munici-
pio de [S]an [E]steban Catarina, [S]anta [C]lara, Apastepeque y parte del centro
del municipio de [S]an Vicente, que durante el tiempo que participo en las acti-
vidades delictivas tuvo la oportunidad de conocer a cada uno de los pandilleros
que se mencionan en el presente requerimiento, debido a que, con todos ellos en
algún momento tuvo comunicación, conoció sus alias y pertenencía a la pandilla
MS, que principalmente era mantener un control territorial de las zonas que se
ha mencionado, mediante la distribución de tareas de cada miembro (...) [al tes-
tigo] lo asignaron como encargado de un rol de postear, teniendo a su cargo a
un grupo de cipotes, a quienes ordenaba para que postearan siempre en la zona
del desvío de San Vicente... Entre los sujetos que el dicente ha observado que se
dedican a vender y que son miembros de la (...) clica a la cual perteneció el dicen-
te los directos locos salvatruchos, está organizada de la siguiente manera... (53)
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Hábeas corpus / Inadmisibilidades
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treinta de marzo de dos mil diecisiete, por lo tanto debe entenderse defectivo
aunque no lo haya declarado esa autoridad judicial, art. 147 y 350 No. 4 Pr.
Pn., sostengo que los hechos son los mismos por los cuales mi defendido ya
está absuelto, solo que el testigo es otro y para eso quiero traer a colación lo
previsto en el art. 9 Pr. Pn; que ‘establece’, nadie será procesado ni condenado
más de una vez por el mismo hecho, aunque se modifique su calificación o se
aleguen nuevas circunstancias, disposición legal que tiene su matriz en el art.
11 Cn; que establece. Que ninguna persona puede ser privada del derecho a la
vida, a la libertad, a la propiedad y posesión, ni cualquier otro de sus derechos,
sin ser previamente oída y vencida en juicio con arreglo a las leyes; ni puede
ser enjuiciado dos veces por la misma causa...” (mayúsculas suprimidas) (sic).
III. A partir de lo expuesto por el señor Arriaga Ruiz –en el escrito mediante
el cual pretende subsanar la prevención que le fuera realizada–, debe decirse
que el solicitante no aclaró las imprecisiones de su pretensión que fueron pre-
venidas por esta Sala, ya que sigue sin indicar los argumentos fácticos y jurídi-
cos a partir de los cuales considera que el señor CR está siendo procesado por
los mismos hechos por los cuales ya había sido sobreseído definitivamente, es
decir, por qué considera que en el proceso penal actualmente instruido por la
autoridad judicial demandada, existe una identidad en la persona, en el objeto
de la persecución y en la causa de persecución, limitándose a indicar que solo
hay un testigo diferente al propuesto en un primer proceso penal.
En ese sentido, siendo que los aspectos que no fueron subsanados y comple-
tados son indispensables para dar trámite a la solicitud de exhibición personal
inicialmente planteada, es que esta Sala considera pertinente, en aplicación del
artículo 18 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, declarar inadmisible la
pretensión iniciada por el pretensor respecto al reclamo indicado, al no haber
contestado la prevención realizada por este Tribunal en los términos que le fue-
ron expresamente requeridos en la resolución de fecha once de septiembre de
dos mil diecisiete –verbigracia resolución de HC 305-2011 del 18/4/2012–.
Por tanto, con fundamento en las razones expresadas y de conformidad
con lo dispuesto en el artículo 18 de la Ley de Procedimientos Constitucionales,
esta Sala RESUELVE:
1. Declárase inadmisible la pretensión propuesta por el abogado Nelson
Arriaga Ruiz a favor del señor OACR, por no haber contestado la preven-
ción realizada por este Tribunal en los términos requeridos en la resolución
dictada el día once de septiembre de dos mil diecisiete.
2. Notifíquese y oportunamente archívese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---R. E. GON-
ZALEZ.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.
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Hábeas corpus / Inadmisibilidades
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el delito o falta””. Por otra parte (...) la Cámara examinó las fotocopias de
las diligencias de investigación agregadas (...) se desprende que sí hubo una
dirección funcional de la Fiscalía General de la República, en el proceso penal
instruido en contra del procesado JSMG (...) En relación a lo antes expuesto
y retomando que nuestra competencia en el presente procedimiento es de
carácter constitucional y no penal, se determina que la solicitud realizada (...)
se fundamentó en argumentos que no son de contenido constitucional...”
(mayúsculas y negritas suprimidas)(sic).
Por lo que la aludida autoridad judicial declaró improcedente la solicitud de
hábeas corpus presentada.
III.- En el recurso de revisión interpuesto el 02/10/2017, el señor JSMG se-
ñaló que “...por medio del presente escrito me doy por notificado y por no
estar de acuerdo con la no admisión del recurso de exhi[b]ición personal, e
interpongo el recurso de apelación en base al artículo 72 de la Ley de Procedi-
mientos Constitucionales, en vista de considerar que mi detención es ilegal, y
con la misma se me han violentado una serie de garantías constitucionales por
no estar conforme a derecho...” (mayúsculas y negritas suprimidas)(sic).
IV.- En primer lugar, esta Sala estima necesario hacer una relación de los re-
quisitos exigidos en la Ley de Procedimientos Constitucionales para la interpo-
sición del recurso de revisión, ya que sólo a partir de su estricto cumplimiento,
existiría habilitación para emitir un pronunciamiento sobre la decisión recurrida.
El artículo 72 inciso 2° de la referida ley establece dos exigencias que deben
verificarse para acceder a esta vía: 1) la existencia de una resolución denegato-
ria de la libertad del favorecido emitida por una Cámara de Segunda Instancia,
referida a las mismas pretensiones planteadas en el recurso de revisión, y 2) la
interposición del medio impugnativo dentro del plazo de los cinco días hábiles
siguientes a la notificación de la decisión cuestionada.
1) De acuerdo al primero de los mencionados, debe existir una decisión
emitida por una cámara denegando la libertad del favorecido, es decir, una
providencia que no conceda la pretensión planteada ya sea por la existencia de
un vicio que impida su conocimiento de fondo –improcedencia o sobreseimien-
to, dependiendo del momento procesal en el que se advierta–, que en sentido
amplio implica una denegatoria de lo solicitado, o porque se haya determina-
do la ausencia de violación constitucional a la libertad física del favorecido o
en su pronunciamiento no se haya estimado procedente la restitución en el
ejercicio del referido derecho –sentencia desestimatoria–.
Asimismo, debe existir concordancia entre el contenido de la solicitud efec-
tuada ante la Cámara y el propuesto en el recurso de revisión ante esta Sala,
porque sólo así este Tribunal estará habilitado para conocer de los argumentos
planteados por el recurrente.
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341-2017
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visto afectado en su integridad física, debido a que fue privado de libertad por
un delito que admite medida cautelar (...) su integridad física se ha visto vulne-
rada, debido a que en dicho lugar no se cuentan con las condiciones mínimas
de higiene, lo cual ha llevado a deteriorar la salud del señor MAVC, adquirien-
do dentro de dicha celda una serie de enfermedades, las cuales han sido eva-
luadas por el médico forense del Instituto de Medicina [L]egal de Sonsonate
(...) dicho lugar se carece de oxigeno ya que no es un lugar lo suficientemente
ventilado, existe hacinamiento carcelario, se encuentra únicamente en ropa
interior, aparte de ello existen enfermedades infectocontagiosas, como granos
hongos y bacterias... “(sic).
Continua expresando: “...la afectación psíquica va más allá, debido a que
en dicha celda, se encuentran personas detenidas por delitos sumamente gra-
ves, no hay separación ni clasificación de reos, (...) aparte de ello la afectación
psíquica que ocasiona dicho encierro, obedece a aspectos que se vierten dentro
de dicho recinto (...) en cuanto a la afectación moral, se basa específicamente,
sobre la depravación de los compañeros de celda del señor VC, quienes no
conocen de moral ni de buenas costumbres, realizando tanto en el día como
en la noche, actos inmorales lo cual afecta su derecho individual (...) Debo ma-
nifestar que las enfermedades por las que está atravesando mi defendido en la
referida celda son: granos, hongos, cólicos, enfermedades del corazón, dolores
de cabeza intensos, dolores en las piernas, dolor en el brazo (...) enfermedades
del d[uo]deno y colon...”(sic).
III. 1. En atención a los alegatos propuestos se considera pertinente señalar
lo siguiente:
La jurisprudencia de este Tribunal ha desarrollado la figura del hábeas cor-
pus correctivo a partir de lo dispuesto en el artículo 11 inciso 2° de la Consti-
tución y ha establecido que dicha modalidad no intenta reparar lesiones en
la libertad física –derecho tradicionalmente protegido por medio del aludido
proceso constitucional– de la persona favorecida sino proteger su derecho
fundamental a la integridad personal, en cualquiera de sus tres dimensiones:
integridad física, psíquica o moral. Asimismo, esta Sala ha conocido de recla-
mos referidos al derecho a la salud de las personas privadas de libertad por su
vinculación directa con el derecho a la integridad personal –ver improcedencia
HC 14-2016 del 22/2/2016–.
En ocasión de solicitudes que conforman la aludida clase de exhibición per-
sonal, y que planteen pretensiones que se fundamenten en vulneraciones so-
bre la integridad en cualquiera de sus dimensiones, este Tribunal ha indicado
la ineludible exigencia del actor de proporcionar la descripción de las actua-
ciones u omisiones que estén lesionando o poniendo en inminente peligro la
integridad del favorecido. Las fórmulas generales –aquellas referidas a perso-
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Hábeas corpus / Sobreseimientos
tal fin, inclusive a través (le tablero judicial., una vez agotados los procedi-
mientos respectivos.
3. Archívese.
A. PINEDA --- F. MELENDEZ --- J. B. JAIME --- E. S. BLANCO R. --- R. E. GONZA-
LEZ --- PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.
--- E. SOCORRO C.--- SRIA. --- RUBRICADAS. -
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transcurso del mismo, por medio del sobreseimiento –v. gr. resoluciones de HC
22-2011 de fecha 17/06/2011, 160-2009 del 02/09/2011–.
Partiendo de lo anotado y con fundamento en la certificación remitida por
el Juzgado Especializado de Instrucción de San Miguel, es preciso indicar que en
el transcurso del proceso penal, luego de celebrarse la audiencia especial de im-
posición de medida cautelar el día 19/11/2016, en la que se decretó la detención
provisional contra el señor SRSC –acto reclamado en este hábeas corpus–, se
emitió resolución del 20/01/2017, en la que se accedió a la solicitud de audiencia
especial de revisión de la citada medida incoada por el defensor particular del
acusado, programándose para el 13/02/2017, día en que se llevó a cabo la misma
y se decidió que el imputado continuara restringido de su libertad física.
En ese orden, resulta evidente que la decisión que mantenía la detención
provisional del beneficiado al momento de promover este proceso era la pro-
nunciada el 13/02/2017 en la audiencia especial referida. Por lo que, cuando se
inició este hábeas corpus –28/04/2017–, la restricción sufrida por el procesado
dependía de la motivación emitida en dicha decisión judicial y no en la dictada
inicialmente en audiencia de imposición de medida cautelar el 19/11/2016.
Entonces, se advierte que al incoarse este proceso constitucional el acto re-
clamado carecía de actualidad, pues no era ese el que incidía en la esfera jurídica
del favorecido, lo cual ha sido determinado, como se dijo, con la certificación
remitida de los pasajes del proceso penal; así, se configura una circunstancia que
impide un pronunciamiento sobre el fondo del asunto y debe sobreseerse.
Por todo lo expuesto, y con fundamento en los artículos 2 y 11 inciso 2°
de la Constitución, 31 número 3 de la Ley de Procedimientos Constitucionales,
esta Sala RESUELVE:
1. Sobreséese el presente hábeas corpus solicitado a favor del señor SRSC, por
existir un vicio en la pretensión que impide su conocimiento de fondo, es
decir, por la falta de actualidad del agravio a la fecha de presentación de la
solicitud de este proceso constitucional.
2. Notifíquese. De existir alguna circunstancia que imposibilite ejecutar tal
acto de comunicación de la forma señalada por las partes, se autoriza a la
Secretaría de este Tribunal para que realice todas las gestiones pertinentes
con el objeto de notificar la presente resolución por cualquiera de los otros
mecanismos dispuestos en la legislación procesal aplicable, debiendo efec-
tuar las diligencias necesarias en cualquiera de dichos medios para cumplir
tal fin; inclusive a través de tablero judicial, una vez agotados los procedi-
mientos respectivos.
3. Archívese.
A. PINEDA. --- J. B. JAIME. --- E. S. BLANCO R.--- R. E. GONZALEZ. --- C ESCO-
LAN. --- PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN. --- E. SOCORRO C.--- SRIA. ---RUBRICADAS. -
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Por tanto, puede afirmarse que al momento de incoarse este proceso cons-
titucional, el agravio no formaba parte de los elementos integradores de la pre-
tensión interpuesta, por lo que el favorecido no se encontraba afectado en su
derecho, consecuentemente, este Tribunal no puede conocer del fondo de la
pretensión por constituir la inexistencia del agravio un vicio en la misma, con lo
cual, resulta procedente emitir un sobreseimiento (resolución de HC 103-2010
de fecha 24/08/2011).
Por las razones expuestas, y de conformidad con los artículos 11 inciso 2°
de la Constitución y 31 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala
RESUELVE:
1. Sobreséese el presente hábeas corpus solicitado a su favor por el señor
OEFR, por existir un vicio en la pretensión que impide su conocimiento de
fondo, es decir, por la falta de actualidad del agravio a la fecha de presen-
tación de la solicitud de este proceso constitucional.
2. Notifíquese. De existir alguna circunstancia que imposibilite ejecutar tal
acto de comunicación de la forma señalada en este proceso, se autoriza a
la Secretaría de este Tribunal para que realice todas las gestiones pertinen-
tes con el objeto de notificar la presente resolución por cualquiera de los
otros mecanismos dispuestos en la legislación procesal aplicable, debien-
do efectuar las diligencias necesarias en cualquiera de dichos medios para
cumplir tal fin; inclusive a través de tablero judicial, una vez agotados los
procedimientos respectivos.
3. Archívese.
A. PINEDA. --- F. MELENDEZ. ---J. B. JAIME. --- E. S. BLANCO R.--- R. E. GON-
ZALEZ. --- PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN. --- E. SOCORRO C.--- SRIA. ---RUBRICADAS. -
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después de su ocurrencia, con todos los efectos negativos que dicha situación
conlleva, tanto respecto a la seguridad jurídica como consecuencias prácticas,
–ver además sobreseimiento de HC 23-2014, del 2/7/2014, o improcedencia de
HC 361-2014 del 29/8/2014–.
Para determinar si un agravio es actual, de acuerdo a este Tribunal, debe
analizarse –en atención a las circunstancias fácticas de cada caso concreto, y,
en especial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el
lapso transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los de-
rechos fundamentales y la presentación de la demanda, no sea consecuencia
de la mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el
proceso, pues en el caso de no encontrarse objetivamente imposibilitado para
requerir la tutela de sus derechos y haber dejado transcurrir un plazo razona-
ble sin solicitar su protección jurisdiccional se entendería que ya no soporta en
su esfera jurídica, al menos de manera directa e inmediata, los efectos nega-
tivos que la actuación impugnada le ha causado y, consecuentemente, que el
elemento material del agravio que aparentemente se le ha ocasionado ha per-
dido vigencia –ver además sobreseimiento de HC 132-2014, del 25/7/2014–.
A efecto de determinar la razonabilidad del plazo transcurrido entre la
vulneración alegada y la solicitud de exhibición personal incoada, debe hacerse
un análisis de las circunstancias del supuesto en atención a criterios objetivos
como la inactividad del pretensor desde el agravio acontecido, que sin justifica-
ción alguna dejó pasar el tiempo sin solicitar la protección jurisdiccional.
2. En ese orden de ideas, esta Sala advierte que en el presente caso el agra-
vio alegado por el solicitante –sentencia definitiva que se sustentó en una di-
ligencia inicial de investigación y su confirmación por la Cámara de lo Penal
de la Primera Sección de Occidente– carece de actualidad, pues desde que la
sentencia cuestionada se tenía firme –17/03/2014– hasta la fecha de inicio de
su petición de hábeas corpus – 18/08/2017 – habían transcurrido más de tres
años; eso significa que, pese a que el solicitante se ha presentado a esta sede
constitucional a plantear su reclamo, lo ha hecho después de haber pasado el
tiempo antes señalado desde que se emitió la decisión finalmente referida; de
ahí que dicho plazo no resulta razonable para exigir el control constitucional
por el tema relativo al ejercicio de un derecho vinculado con la valoración pro-
batoria que fundamentó su condena.
Y es que si bien es cierto las autoridades judiciales se encuentran obligadas
a garantizar los derechos legal y constitucionalmente establecidos a favor de
los imputados, una vez transcurrido un tiempo razonable sin que el condena-
do o cualquier persona haya solicitado la tutela constitucional ante la omisión
de ello, se considera que desde el momento en que surgió la posibilidad de exi-
gir dicho control –es decir, desde la emisión y firmeza de la resolución judicial
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lo tanto los hechos que menciona el ciudadano señor JSGD, no son ciertos, según
antecedente, el fue detenido el día dieciocho de agosto de dos mil quince y la
Cámara de lo Penal de la Primera Sección de San Miguel, emitió un fallo el día
siete de febrero de dos mil diecisiete, en la cual ratifica la sentencia condenatoria
(...) lo cual nos da un computo de tiempo de dieciocho meses que ellos han es-
tado detenidos (...). Además mediante resolución de los Magistrados de la Sala
de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia, proveída a las ocho horas con veinte
minutos del día veintisiete de junio de dos mil diecisiete concluye confirmar lo de-
cidido por la Cámara de lo Penal de la Primera Sección de Oriente de San Miguel,
habiendo resuelto la Sala no ha lugar casar, la sentencia mediante el Recurso
de Casación (...); asimismo se confirma la sentencia definitiva condenatoria, y
la pena de cuatro años de prisión contra los imputados JSGD y GDS, volviendo
el expediente judicial al tribunal Segundo de Sentencia de San Miguel, para los
efectos legales correspondientes...” (mayúsculas suprimidas)(sic).
II.- La Sala de lo Penal, en fecha 03/11/2017 remitió oficio sin número me-
diante el cual informó que “...el proceso bajo la referencia 124C2017, instrui-
do contra JSGD, GDS y Otros, procesados por el ilícito penal de proposición,
conspiración en el delito de homicidio agravado (...) ya cuenta con resolución
debidamente notificada a las partes acreditadas, tal como consta en el sistema
de gestión de procesos. En tal sentido, la situación jurídica de los referidos sin-
dicados ha variado, puesto que dicho fallo se encuentra firme...” (mayúsculas
y negritas suprimidas)(sic).
IV.- De lo informado por el juez ejecutor, la autoridad demandada y de
los pasajes respectivos del proceso penal agregados a las presentes diligencias
se tiene que, a la fecha de presentación de la solicitud del presente proceso
de hábeas corpus –25/08/2017–la condición jurídica de los favorecidos había
variado puesto que la sentencia definitiva condenatoria dictada en su contra
ya había adquirido firmeza; pues la Sala de lo Penal había pronunciado la re-
solución del recurso de casación con fecha 27/06/2017, es así que, luego de su
notificación y vencido el plazo de ley, la sentencia condenatoria devino firme
por lo que el expediente fue remitido al tribunal de origen, consecuentemente
esto supone la cesación de la medida cautelar decretada dentro del proceso
penal y el inicio de otra privación de libertad: la pena de prisión.
En vista de lo anterior, es preciso señalar que la jurisprudencia de esta Sala
ha reiterado que para proceder al análisis constitucional de un asunto, debe
establecerse si al momento de plantearse la pretensión, el acto reclamado está
produciendo agravios en la esfera jurídica del favorecido, pues si al iniciarse el
proceso, el acto cuestionado ya no sigue surtiendo efectos, el agravio deviene
inexistente, y ello viciaría la pretensión, debiendo sobreseerse al respecto –v.
gr. resolución de HC 205-2008 de fecha 16/06/2010–.
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(...) algunas personas que han salido libres han manifestado que no hay agua
ni para tomar ni para el aseo tanto personal como de las celdas, y si mi hijo esta
con insuficiencia renal, y deshidratación (...) que más claro que está en riesgo
inminente...”(mayúsculas suprimidas)(sic).
II. De conformidad con lo establecido en la Ley de Procedimientos Consti-
tucionales se nombró como juez ejecutor a Saúl Ovidio Parada Chicas, quien
en su informe rendido ante esta Sala, indicó que no pudo hacer la intimación
respectiva al Director del Centro Preventivo y de Cumplimiento de Penas de
Ciudad Barrios, pues este no se encontraba.
Además, refirió que verificó el expediente clínico del favorecido, en el cual
se señala que estuvo con tratamiento por tuberculosis, desde junio de 2012
a febrero de 2013, habiendo superado la enfermedad, y que de igual forma
constan una serie de citas médicas y visitas de peritos del Instituto de Medicina
Legal, desde marzo del año 2009 a enero 2016.
Expresó, que desde el 6/7/2017 el beneficiado está en el Centro Preven-
tivo y de Cumplimiento de Penas de Izalco, “Fase III”, al cual se apersonó, al
respecto señaló que el interno en ese recinto: “...sí está recibiendo agua para
hidratarse, para su aseo personal así como para el aseo de su celda...”
Informó que el señor MC le manifestó: “...que a pesar que ha estado re-
cibiendo atención medica constantemente en cuanto a su salud e integridad
personal esta muy delicado ya que por causa de la colitis está padeciendo de
estreñimiento por la mal alimentación y se le ha suspendido la dieta así como
de migraña y desmayos...”(sic).
Por lo anterior concluyó, que se ha vulnerado el derecho a la salud del
favorecido, pues en los anteriores centros penales en los que estuvo no tenía
acceso a medicamentos.
III. La autoridad demandada, pese a haber sido informada de la tramita-
ción de este proceso, no remitió informe de defensa.
IV. A efecto de verificar los padecimientos de salud del favorecido, descri-
tos por la pretensora en este habeas corpus, esta Sala ordenó la realización
de un reconocimiento médico, el cual debía efectuarse confrontando la infor-
mación que consta en el expediente clínico del interno con el examen físico de
éste. Dicha pericia fue realizada en el Centro Penal de Izalco, el 3/8/2017, por
el doctor Juan Francisco Alvarado, del Instituto de Medicina Legal “Dr. Roberto
Masferrer”, en el cual señaló: “...Conclusiones: (...) al momento de esta eva-
luación, el imputado adolece de estreñimiento, escabiosis, enfermedad ácido
péptica y signos y síntomas de parasitismo intestinal. 2– Refiero a clínica médi-
ca de Centro Penal de Izalco para su tratamiento médico adecuado y descartar
diagnóstico de parasitismo intestinal. 3– Al momento sugiero administrar dieta
rica en fibra y libre de irritantes...” (mayúsculas suprimidas).
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En razón de que el citado examen fue ejecutado sin cumplir los términos
ordenados por este tribunal en el auto del 28/7/2017, se mandó a repetir el
mismo para que se llevara a cabo en el sentido indicado, es decir, que se verifi-
cara el contenido del expediente clínico del recluso.
Dicha pericia fue llevada a cabo nuevamente, el 24/10/2017, por el referi-
do médico forense, quien describió que el imputado al momento de la evalua-
ción adolecía de síndrome de intestino irritable, estreñimiento, y enfermedad
de ácido péptica. Manifestó que las causas probables de dichos diagnósticos
son el sedentarismo, dieta con abundante grasa o parasitismo intestinal. Indicó
que la masa corporal del favorecido se encuentra dentro del rango normal, por
lo cual el beneficiado no se diagnostica con desnutrición.
Afirmó que en el expediente clínico del interno creado con fecha 25/1/2017
no existen historias clínicas, ni notas de evolución de consultas médicas. Refirió
al examinado hacia hospital de la red nacional para toma de exámenes de la-
boratorio consistentes en: baciloscopia, creatinina, sodio, cloro y potasio, y así
poder diagnosticar o descartar tuberculosis, insuficiencia renal e hipocalemia.
Reiteró su recomendación de administrarle dieta rica en fibra y libre de
irritantes. Finalizó señalando que el favorecido se encuentra hemodinámica-
mente estable.
V. La peticionaria señala que el beneficiado posee varios padecimientos
y señala colitis, gastritis, tuberculosis, bajo de potasio y de peso, insuficiencia
renal, deshidratación, los cuales requieren asistencia médica y medicamentos;
pero desde que fue trasladado al Centro Preventivo y de Cumplimiento de
Penas de Ciudad Barrios –24/01/2017– y debido a la implementación de las
medidas extraordinarias se le ha impedido verlo, teniendo conocimiento, a tra-
vés de un proceso de denuncia de derechos humanos, que su hijo se encuentra
grave de salud, sin brindársele el tratamiento médico, no tiene acceso a agua
para beber, bañarse, ni asear su celda, lo cual agrava su problema renal y su
deshidratación, además de generar insalubridad en su celda, todo lo cual inci-
de en su integridad física y dignidad.
Sin embargo, de los datos objetivos que se extraen de la documentación
agregada a este proceso, se verifica que al momento de promover este habeas
corpus el 17/5/2017 no se tiene ningún dictamen médico que indique los pa-
decimientos que la señora ********** reclama que se le han diagnosticado al
favorecido.
Y es que constan dos peritajes médicos: uno de ellos efectuado el 3/8/2017,
en el cual, según la conclusión del profesional, el interno tiene otros pade-
cimientos; referidos a estreñimiento, escabiosis, enfermedad ácido péptica y
signos y síntomas de parasitismo intestinal. Y en el segundo documento, de
fecha 24/10/2017 se relacionan las mismas patologías ya descritas y además
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las prescripciones médicas que constan en los peritajes ordenados por este
tribunal; lo anterior, sin perjuicio de continuar brindando el tratamiento
que sea el adecuado, según las enfermedades diagnosticadas. Para ello, la
autoridad deberá efectuar las medidas de seguridad necesarias.
3. Notifíquese. De existir alguna circunstancia que imposibilite ejecutar tal
acto de comunicación de la forma señalada en este proceso, se autoriza a
la secretaría de este tribunal para que realice todas las gestiones pertinen-
tes con el objeto de notificar la presente resolución por cualquiera de los
otros mecanismos dispuestos en la legislación procesal aplicable, debien-
do efectuar las diligencias necesarias en cualquiera de dichos medios para
cumplir tal fin; inclusive a través de tablero judicial, una vez, agotados los
procedimientos respectivos.
4. Archívese oportunamente.
A. PINEDA.--- F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.--- E. S. BLANCO R.---. PRONUN-
CIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN. --- E. SOCORRO
C.--- SRIA. ---RUBRICADAS. -
328-2017
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rrir, según sea informado por el director del reclusorio respectivo (...) –art.
361 incs. 2°, 3° y 4°–.
Es así que dicho cuerpo normativo contempla una sola excepción para ce-
lebrar la audiencia preliminar sin la presencia del procesado, en cuyo caso de-
berá garantizarse su derecho de defensa.
No obstante, se ha dicho que la implementación y vigencia de las Disposicio-
nes Especiales Transitorias y Extraordinarias en los Centros Penitenciarios, Granjas
Penitenciarias, Centros intermedios y Centros Temporales de Reclusión, habilitan
a que la audiencia preliminar se celebre sin la asistencia del imputado, en tanto
procuran, de manera extraordinaria y provisional, proteger a la población de
acciones delictivas que se originan dentro de los reclusorios y controlar adecua-
damente éstos, ante la situación de violencia, que acontece en el país.
Sin embargo, pese a esta limitación a los derechos de audiencia y defensa
material que puede ejercer el imputado en la audiencia preliminar, se garan-
tiza su defensa técnica, por un profesional dispuesto’ específicamente para
velar por sus intereses tal como lo ha sostenido la jurisprudencia constitucional,
y la material de forma diferida; es decir, se procura la posibilidad, aunque de
manera restringida, que el imputado pueda participar activamente en la refe-
rida audiencia judicial, ya sea por medio de su abogado o proponiendo prueba
u otras cuestiones relativas a dicha diligencia, a efecto de que el tribunal sen-
tenciador se pronuncie en los términos del art. 366 C.Pr.Pn...”
Este Tribunal determinó en el caso concreto que aunque resultaba innega-
ble que al no permitir el traslado del acusado para que asistiera a la celebración
de audiencia preliminar, generó una limitación a sus derechos de audiencia y
defensa material –a estar presente en audiencia como expresión de este últi-
mo derecho–, mas no se trató de una supresión absoluta de los mismos ni una
disminución irrazonable, dados los otros intereses involucrados, entre ellos, la
necesidad de que el proceso penal se desenvuelva dentro de los plazos legales;
sin embargo, hizo énfasis en que esa situación se debió al régimen extraordi-
nario y provisional contemplado en el repetido decreto y, además, insistió en
que éste garantiza el ejercicio tanto de la defensa técnica como de la material,
ésta última de manera diferida.
Se estableció que lo anterior resultó excepcionalmente aceptable a partir
de la configuración legal de la audiencia preliminar, en tanto de ésta no se
exigen los presupuestos ineludibles de la vista pública, dado que no tiene por
finalidad primordial determinar la responsabilidad penal del acusado, tampo-
co se le requieren los relacionados con la fase inicial, entre los que se establece
la posibilidad de resolver con el requerimiento fiscal, pero sí la garantía esencial
de la defensa técnica y el juzgamiento en los plazos legalmente contemplados
para brindar una pronta y cumplida justicia.
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exista, a su vez, una vinculación con el acto del cual se reclama –v.gr. sobresei-
miento HC 26-2007, de 02/10/2009–.
En relación con lo acontecido en este caso –no haberse podido comprobar
que se presentaron los escritos aludidos a la autoridad demandada– es de se-
ñalar que esta Sala ha sostenido que al solicitar la protección constitucional,
quien pretende ser favorecido con el hábeas corpus debe estar sufriendo afec-
taciones en sus derechos de libertad física o integridad física, psíquica o moral,
derivadas de la actuación u omisión de alguna autoridad o particular contra la
que se reclama; para así, en caso de emitirse una decisión estimatoria, hacer
cesar dichas incidencias, restableciéndose, si ese fuere el caso, tales derechos y
que, ante la falta de agravio constitucional, corresponde dictar sobreseimiento
–resolución HC 295-2012, de fecha 17/7/2013–.
Por tanto, al no haberse establecido en este proceso que el favorecido haya
presentado las solicitudes al Equipo Técnico Criminológico adscrito al Centro
Penitenciario de San Vicente, existe un obstáculo para enjuiciar constitucio-
nalmente la reclamada falta de respuesta a las referidas peticiones de evalua-
ción y propuesta a la fase de confianza o a la libertad condicional anticipada;
consistente en que no se ha comprobado la existencia de un agravio que esté
afectando los derechos fundamentales del señor .Aguilar Barahona y en con-
secuencia debe sobreseerse (resolución de HC 79-2014 de fecha 26/01/2015).
VI.- Finalmente, en relación con lo denunciado por el juez ejecutor en su
informe, es preciso reiterarle a las autoridades penitenciarias que el objetivo
del nombramiento del juez – ejecutor es ser un apoyo útil y necesario que la ley
establece en el proceso de hábeas corpus, se encuentra investido de la autori-
dad para ser obedecido; en tanto que es un delegado de este tribunal, a quien
se le da la potestad de intimar –en nombre de la Sala de lo Constitucional o
Cámara, según el caso– al particular o a la autoridad a quien se le atribuye
el acto restrictivo de libertad lesivo a la Constitución. En tales términos, se le
encomiendan una serie de diligencias, las cuales debe cumplir a efecto de co-
adyuvar a la celeridad de este proceso constitucional.
Correlativamente, existe un mandato legal que obliga a las autoridades
demandadas a responder a los requerimientos de aquel, a colaborar con el
juez ejecutor, exhibir al favorecido y presentar la causa respectiva –art. 46 de la
Ley de Procedimientos Constitucionales–; todo con el fin de permitir el normal
desarrollo del hábeas corpus y, en consecuencia, que este tribunal provea una
respuesta adecuada a la protección de los derechos fundamentales que con el
mismo se protegen –v. gr. resolución de HC 19-2017 de 20/03/2017–.
En cuanto a la omisión de la autoridad demandada de mostrar el expedien-
te completo del señor AB, debe indicarse que de conformidad con el artículo
88 de la Ley Penitenciaria, existe el mandato legal para la administración pe-
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Por ello, manifestó que se han respetado los derechos humanos del priva-
do de libertad durante el tiempo de reclusión, por lo que no se ha vulnerado
sus derechos.
2. El apoderado del Director General de Centros Penales en informe del
6/1/2017 expresó que, en respuesta a la solicitud del Juzgado Primero de Vigi-
lancia Penitenciaria y Ejecución de la Pena de San Miguel, el Equipo Técnico Cri-
minológico del Centro Preventivo y de Cumplimientos de Penas “La Esperanza”
elaboró el día 12/5/2016 el respectivo dictamen criminológico desfavorable
del señor HS; además, que constan en su expediente dos diplomas de partici-
pación y aprobación en programas de trabajo penitenciario en electricidad y
mecánica automotriz impartidos de enero a junio de 2016, los cuales son requi-
sitos para optar a los beneficios penitenciarios y que -para superar las carencias
señaladas en el dictamen criminológico- actualmente se encuentra inscrito al
programa “ofensores sexuales” que inició el 12/1/2017 y finalizará en febrero
de 2018, con lo que establece que dicho interno ha concluido los programas
generales y se encuentra recibiendo los especializados.
Asimismo, agregó que la solicitud hecha por el señor HS mediante su abo-
gado el día 3/12/2015 se refería a su traslado de la Penitenciaría Central “La
Esperanza” hacia el Centro Penal de Usulután y no sobre la incorporación a los
programas necesarios para poder obtener beneficios penitenciarios; no obs-
tante ello, se requirió al Consejo Criminológico Nacional que determinara la
Factibilidad de realizar dicho traslado, para ser ratificado para esa dirección
una vez se contara con el informe correspondiente.
IV. La jurisprudencia constitucional respecto al derecho de integridad per-
sonal de los detenidos ha indicado que, según el inciso segundo del artículo 11
de la Constitución, “la persona tiene derecho al habeas corpus cuando cual-
quier individuo o autoridad restrinja ilegal o arbitrariamente su libertad. Tam-
bién procederá el habeas corpus cuando cualquier autoridad atente contra la
dignidad o integridad física, psíquica o moral de las personas detenidas”.
Dicha disposición constitucional determina que el hábeas corpus es un
mecanismo para tutelar, entre otros derechos, la integridad física, psíquica o
moral de las personas privadas de libertad, con el objeto de permitir a estas el
desarrollo de una vida desprovista de agravamientos ilegítimos en las condicio-
nes de ejecución de tal privación.
A la modalidad de hábeas corpus mencionada se le ha denominado en la
jurisprudencia hábeas corpus correctivo, pues la tutela en estos casos ya no se
solicita ni se dirige a reparar lesiones en la libertad física de la persona –dere-
cho tradicionalmente protegido por medio del aludido proceso constitucional–
sino a proteger el derecho fundamental a la integridad personal, en cualquiera
de las tres dimensiones aludidas.
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tal fin; inclusive a través de tablero judicial, una vez agotados los procedi-
mientos respectivos.
4. Archívese.
A. PINEDA. --- F. MELENDEZ. --- E. S. BLANCO R.--- R. E. GONZALEZ. --- SO-
NIA DE SEGOVIA--- PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO
SUSCRIBEN. --- E. SOCORRO C.--- SRIA. ---RUBRICADAS. -
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fundada y no por conducta personal que mi cliente haya sido descubierta revo-
can el cambio de medidas sustitutivas a la detención provisional, (...) decisión
que en ningún momento los magistrados hacen esfuerzo alguno sobre la base
de cuales elementos son decisivos para revocar lo resuelto por el juez interino;
es decir, los motivos de derecho en que [se] funda la detención provisional,
únicamente se limitan a relacionar un habeas corpus referencia 164-2009, que
se refiere al ‘principio rebus sic stantibus’ sin entrar a revisar el fondo de las
diligencias, a fin de verificar si tiene o no razón el fiscal impetrante, y el juez de
paz cuando tomó la decisión inicial...” (sic).
Por otro lado, manifiesta que en las bartolinas de la Subdelegación de
Sensuntepeque, donde se encuentra recluido el procesado, “... permanece
amarrado a barrotes y a [la] intemperie, aguantando sol y humillaciones por
parte de los agentes encargados de la custodia, no obstante haber un pro-
nunciamiento del señor juez de la causa a fin de fueran trasladados hacia el
centro penal de Izalco, Sonsonate, en ese sentido mi patrocinado solo puede
levantarse del lugar donde permanece amarrado, únicamente para realizar
sus necesidades fisiológicas lo cual se realiza de mala gana de parte de los cus-
todios, por lo que considero que cliente se encuentra sufriendo una especi[e]
de tortura psicol[ó]ogica, pues es notable el deterioro de su personalidad física
como consecuencia del encierro y el maltrato al que está sometido...” (sic).
II.- Se nombró juez ejecutor a Ludwin Alexander Sosa Coreas, quien en su
informe indicó, por un lado, que al intimar al Jefe de la Subdelegación de la
Policía Nacional Civil de Sensuntepeque, se le comunicó que el señor OANV ja-
más ingresó a las bartolinas de esa sede, pero que estaba recluido en la Subde-
legación Policial de Suchitoto; y por otro lado, señaló que no es comprobable
la vulneración de la garantía del debido proceso y al derecho de libertad física,
dado que al imputado se le atribuye un delito grave, pese a ello se le impuso
una medida sustitutiva a la detención provisional, “...lo cual va en contra de los
lineamientos específicos del debido proceso, tomando en consideración ele-
mentos de vital importancia que acreditan la gravedad del ilícito, su naturaleza
y la pena del mismo y que el imputado es señalado por el Testigo Clave Libra,
como miembro activo de la Pandilla...” (sic).
Posteriormente presentó segundo informe, sobre la intimación que realizó al
Jefe de la Subdelegación Policial de Suchitoto, en él señala que dicha autoridad
le manifestó “...que la mencionada sede policial actualmente no cuenta con bar-
tolinas por tanto deben tener en los pasillos de la subdelegación a los reclusos,
la cual se encuentra en una casa colonial con patio interior estilo andaluz. Que el
reo en su momento oportuno no fue trasladado al centro penal de Izalco porque
el tribunal competente no remitió el oficio, cuando finalmente fue remitido, el
Centro Penal se negó a aceptarle por falta de espacio, quedando a la espera de
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que se libere espacio (...) para su respectivo traslado (...) el imputado no podía
ser trasladado a un centro penal común debido al tipo penal que se le atribuía
(organizaciones terroristas) y a la gravedad del mismo (...)
[D]ialogó con el señor OANV, quien manifestó que no ha sido maltratado
físicamente por las autoridades policiales de la Subdelegación, que desconoce
la argumentación de su abogado porque “solo vino a sacarme la firma”, asimis-
mo manifiesta no ver a su defensor desde noviembre de 2016 y que su deseo
es ser trasladado a un penal común.
Posteriormente se dialogó con algunos reclusos quienes manifestaron no
ser maltratados, en lugar se observó a dos agentes policiales armados sentados
en torno a un escritorio y a un aproximado de cuarenta reclusos, esposados en
parejas, asimismo se pudo observar como algunos se iban a bañar o a realizar
sus necesidades fisiológicas...” (sic).
III- A requerimiento de este Tribunal, se recibieron los siguientes informes
de defensa:
1. La Cámara de la Segunda Sección del Centro remitió oficio número 292,
del 20/03/2017, mediante el cual expuso: “...Sobre el análisis efectuado (...)
es de hacer ver que esta Cámara ha sostenido de manera reiterada postura
análoga en casos similares como el presente, en los que la medida cautelar
impuesta se ha de mantener mientras persistan los motivos que constituyeron
la base legal de su adopción, inclusive se robusteció la fundamentación de tal
razonamiento invocando jurisprudencia de ese máximo Tribunal Constitucio-
nal verbigracia Habeas Corpus 164-99 y 10-2006, en los cuales también se ha
resuelto en el orden antes apuntado (. ..)
[E]l juez Primero de Instrucción interino otorgó medidas sustitutivas al im-
putado (...) expresando en su fundamento jurídico que se había probado el
arraigo laboral y domiciliar de dicho incoado, sobre dicha tesis este Tribunal
valoró que era una postura que debió alcanzar su máximo auge, es decir haber
sido discutida, en audiencia inicial y no como erradamente se realizó en el pre-
sente al haberlo hecho por la vía de audiencia especial de revisión de medidas,
sin tan siquiera haber justificado por que no se sometió al debate el punto en
cuestión, siendo indiscutible que a la fecha del conocimiento de la referida
alzada el procesado se encontraba desarraigado en atención a la detención
provisional impuesta (...)
[E]n cuanto a la aseveración que este Tribunal no conoció del fondo del
asunto, ello obedece a la limitante esgrimida en el Art. 459 CPP, cuando se
trata del conocimiento de recurso de apelación, mediante la cual esta Cámara
debe delimitarse únicamente a los puntos de la decisión a que refieren los
agravios, los cuales (...) se basaban únicamente en que se habían probado los
arraigos laboral y domiciliar del imputado, sin embargo no procedía confirmar
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por que los presupuestos que motivaron a imponer la misma no había variado,
por tal razón la competencia se limitaba a valorara sobre ese punto únicamen-
te, como así se hizo...” (negritas, cursivas y subrayado suprimidos) (sic).
2. El Jefe de la Subdelegación de la Policía Nacional Civil de Cabañas, envió
a esta sede escrito mediante el cual anexó memorándum relacionado con el
señor OANV, en el que señala que éste no se encontraba recluido en las barto-
linas de Sensuntepeque, Cabañas.
3. El jefe de la Subdelegación de Suchitoto, remitió oficio número 209 SDS,
recibido el 11/07/2017, en el que informa “...no tenemos bartolinas para el
resguardo de reos, por lo cual la superioridad a fin de poder mantener en
custodia a los imputados son detenidos por personal de la Subdelegación y
algunos por otras unidades de la Delegación Cuscatlán, en espera de que se
les proporcione cupos en Centros Penales, tomó a bien mandar a colocar un
tubo galvanizado, incrustado en el suelo de un corredor del inmueble don-
de funciona esta Subdelegación. En el cual hasta esta fecha se mantienen 49
reos esposados (...) incluyendo al señor OANV. Por lo cual a la hora que éstos
quieren hacer sus necesidades fisiológicas, son soltados y custodiados por el
Agente de turno.
Como he mencionado, los imputados permanece[n] en un pasillo (corre-
dor) de esta Subdelegación el cual no se ha cerrado del costado de enfrente,
por ser un local alquilado y para todo tipo de remodelación el propietario debe
hacer la gestión ante las instancias correspondientes. Sin embargo todos los
imputados en esta sede policial, permanecen bajo techo y no son expuestos al
sol ni a la lluvia.
Desde la fecha que dicho imputado se encuentra en esta Subdelegación,
no se le ha maltratado física ni psicológicamente por parte de personal policial
que labora en esta dependencia...” (sic).
Finalmente, agrega dicha autoridad que no fue posible el traslado del im-
putado al Centro Penal de Izalco, en virtud de que éste alegó no pertenecer a
la pandilla 18, y querer ser trasladado a un reclusorio para reos comunes, para
lo cual se están haciendo las gestiones respectivas.
IV. Por otra parte, se recibió oficio número 1299, en fecha 06/04/2017,
librado por el Juzgado Primero de Instrucción de Cojutepeque, a través del
que indica que la audiencia preliminar señalada en el caso del procesado, fue
reprogramada, y que el favorecido se encuentra en las bartolinas de la Subde-
legación Policial de Suchitoto.
IV. En síntesis, el peticionario reclama: 1) contra la Cámara de la Segunda
Sección del Centro, por haber revocado las medidas sustitutivas a la deten-
ción provisional decretadas por el Juzgado de Instrucción de Cojutepeque, sin
brindar motivos jurídicos en cuanto al peligro de fuga, pues aunque presentó
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argumentó que la decisión emitida por el juez no estaba conforme a los pará-
metros establecidos en la ley, pues no resultaba posible el remplazo de la prisión
preventiva, sobre todo habiendo verificado la documentación relativa a arraigos.
Agregó que para sustituir cualquier medida cautelar originaria debe tenerse en
cuenta la teoría de la variabilidad o regla de rebus sic stantibus.
El tribunal de alzada, en cuanto al peligro en la demora y, específicamente,
en relación con los arraigos del imputado, señaló “... ha sido agregada cierta
documentación de parte de los abogados particulares, con la que pretenden
acreditar los arraigos (...), lo cual es un argumento improcedente pues, no se
está frente al acto inicial del proceso sino en una Audiencia Especial de Revi-
sión de la Medida Cautelar, de donde deriva la obligada reflexión sobre las
circunstancias que pudieron haber hecho variar la prisión preventiva en su mo-
mento impuesta. En ese sentido, debió alegarse lo referente a dichos arraigos,
en la inicial audiencia del proceso (...) o en todo caso justificar el por qué no se
presentaron en el momento oportuno, y no a este estadio del proceso, pues
como consecuencia de la detención preventiva tales arraigos a esta fecha se
encuentran debilitados (...) Atendiendo a las circunstancias anteriores, de la
simple lectura a la documentación referida, se tiene que no resulta en ningún
modo suficiente para entender concurrente presupuestos de variabilidad que
justifiquen el cambio de la medida cautelar...” (sic).
De manera que, según lo indicado, el tribunal de alzada se negó a exami-
nar y pronunciarse sobre el establecimiento o no de los arraigos del procesado,
a pesar de tratarse, como se sostuvo antes en esta decisión, del tema que se le
había propuesto en el recurso de apelación.
Ahora bien, tal decisión se basó en el momento procesal oportuno para
comprobar tales circunstancias pues, según su criterio, la documentación debió
presentarse en audiencia inicial y no en una audiencia especial de revisión de
medidas cautelares. Esta posición de la cámara para rechazar el análisis de lo
propuesto en la impugnación es contraria al derecho de defensa, dado que
imposibilita que el acusado intente demostrar sus arraigos en cualquier estado
del procedimiento a través de una solicitud de audiencia de revisión de medida
cautelar como lo dispone el art. 343 C.Pr.Pn., por tanto, ello no solo transgrede
el derecho aludido sino que además va en contra de lo contemplado en dicha
disposición, con lo cual se restringe de manera ilegítima que el enjuiciado pue-
da revertir la restricción en que se encuentra.
De ahí que, de aceptarse la señalada interpretación representaría un evidente
obstáculo al derecho de defensa con incidencia en el de libertad física de aquellos
acusados que en audiencia inicial no hayan tenido la oportunidad de recolectar
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Antes se indicó que las bartolinas policiales no son lugares en los cuales
deba mantenerse recluidas a las personas detenidas provisionalmente ni en
cumplimiento de la pena de prisión, menos lo son los locales policiales que im-
provisan establecimientos de detención. Se trata de instalaciones que deben
ser utilizadas solo transitoriamente para el resguardo de personas detenidas,
mientras se realizan las gestiones para su presentación ante un juez, o en casos
extraordinarios cuando los imputados no puedan ser trasladados inmediata-
mente a un centro penal.
Por tales razones, es comprensible que las mismas no cuenten con todas las
condiciones materiales para que una persona se encuentre por muchos días o
meses en ellas, ni con la capacidad para solventar todas las necesidades de los
detenidos durante tiempos prolongados.
Sin embargo, como se señaló en el apartado 4 de este considerando, las
limitaciones que enfrenta el favorecido en detención se refieren a necesidades
esenciales de un ser humano. Especialmente debe hacerse alusión a que la fal-
ta de bartolinas en las instalaciones policiales de la, Subdelegación de Suchito-
to, ha causado que el imputado permanezca atado a un tubo galvanizado junto
a 49 reos más, sin un espacio para descansar o moverse de manera adecuada;
con independencia de que las instalaciones policiales no están dispuestas para
albergar lapsos extensos a privados de libertad, son inaceptables esas condicio-
nes a las que se encuentra sometido el beneficiado.
De modo que tampoco puede desvincularse por completo a la autori-
dad policial de su responsabilidad en la vulneración constitucional acontecida
pues, estando bajo su custodia el referido favorecido, es injustificable que no
atienda aspectos esenciales para preservar su integridad personal, a través,
de los recursos con los que cuente o la determinación de mejores opciones
para la tutela de la integridad personal del detenido, lo cual resulta contrario
a la Constitución.
Ello aunado a que no obstante se hizo una gestión de traslado, posterior-
mente no consta qué diligencias se han realizado para hacer efectivo el mismo
a un reclusorio destinado para el cumplimiento de la detención provisional en
que se encuentra, siendo dicha omisión la que permite también que el benefi-
ciado permanezca en las mencionadas condiciones y, por tanto, la vulneración
a su derecho fundamental es atribuible al Jefe de la Subdelegación Policial de
Suchitoto. Cabe añadir que tampoco constan gestiones para no recibir más
privados de libertad a partir de las condiciones que dicha autoridad reconoce.
Finalmente debe señalarse que, a propósito del análisis del supuesto plan-
teado a esta Sala, se ha advertido, por así haberlo reconocido el Jefe de la
Subdelegación de la Policía Nacional Civil de Suchitoto, que en las instalacio-
nes de esa institución, además del favorecido, se encuentran otras personas
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Por tanto, con base en lo anterior, este Tribunal considera procedente rea-
lizar la solicitud antes detallada a la mencionada sede judicial.
Por las razones expresadas y de conformidad con los artículos 2, 11, 12
inciso 1° de la Constitución y 71 de la Ley de Procedimientos Constitucionales,
esta Sala RESUELVE:
1. Declárase ha lugar el presente hábeas corpus solicitado por el abogado
Julio César Magaña Sánchez a favor del señor OANV, por haberse compro-
bado el incumplimiento del deber de motivación, respecto al presupuesto
de peligro en la demora, en la decisión dictada en su contra por parte de la
Cámara de la Segunda Sección del Centro, lo que generó vulneración a su
derecho de defensa con incidencia en su libertad personal.
2. En virtud que la actual restricción de libertad física del favorecido depende
de un acto posterior distinto al controlado por esta Sala, continúe el mismo
en la situación jurídica en que se encuentre.
3. Declárase ha lugar al hábeas corpus presentado a favor del referido señor
NV, por vulneración a su derecho fundamental de integridad personal, atri-
buida a la Policía Nacional Civil, Subdelegación de Suchitoto.
4. Ordénase al Jefe de la Subdelegación Policial de Suchitoto que realice de
inmediato las gestiones indispensables a efecto de trasladar al beneficiado
a un centro penal que albergue a reos comunes, en caso que al momento
de notificarse esta decisión aún se encuentre cumpliendo detención pro-
visional en las instalaciones policiales. Así como que efectúe las acciones
indispensables a fin de acondicionar las instalaciones, en los términos es-
tablecidos en esta sentencia, para la recepción de privados de libertad, o
aquellas tendientes al no recibimiento de los mismos.
5. Requiérase al Juzgado Primero de Instrucción de Cojutepeque que informe
al tribunal de sentencia al que remitió el proceso penal, que deberá reali-
zar las gestiones en el sentido relacionado en el número anterior.
6. Ordénase al Director General de la Policía Nacional Civil que no mantenga a
detenidos provisionalmente ni condenados en las bartolinas policiales cuan-
do, por ley, no deben encontrarse en tales lugares; así como que realice las
gestiones necesarias para superar las condiciones descritas en esta sentencia
y que vulneran el derecho a la integridad personal de los detenidos.
7. Solicítase al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena
de Cojutepeque que, se presente a la Subdelegación Policial de Suchitoto,
a realizar lo encomendado en el considerando IX de esta decisión.
8. Declárase no ha lugar el habeas corpus promovido a favor del señor NV, en
cuanto a los reclamados tratos humillantes que recibe por agentes policia-
les de la Subdelegación de Suchitoto, en virtud de no haberse comprobado
la vulneración constitucional alegada.
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dado un oficio por medio del cual le informa lo siguiente: ... él adolescente en
referencia se encuentra ingresado en el Hospital de esa ciudad, dando como
diagnóstico múltiples traumas por vapuleo, más pancreatitis traumática, más
hematuria microscópica para lo cual fotocópiese dicho oficio por el deterioro
que sufre...’
(...) La señora Jueza de Menores, autoriza el traslado de mi presentado
del Hospital General de Ilobasco, al hospital General Rosales, de la ciudad de
San Salvador, para realizar exámenes y de ser necesario su ingreso a dicho
nosocomio; (...) y en este momento ya lo trasladaron nuevamente al Centro
de inserción Social de Ilobasco, y en esperas que la señora Jueza Interina de
Menores, tome una decisión diferente a la medida decretada, como resultado
de petición realizada por el suscrito...” (Sic).
II.- En la forma prescrita por la Ley de Procedimientos Constitucionales, se
procedió a nombrar como juez ejecutor a Nelson Orlando Rodríguez Najarro a
fin de diligenciar el presente hábeas corpus, quien informó que “...de la lectura
de los artículos 12, 13 y 15 de la Constitución, y Acta de Captura de la Policía
Nacional Civil, donde consta la relación de los hechos (...) se disponían hacer
patrullaje preventivo y fue momento en que observaron a los jóvenes indicia-
dos entre ellos el joven **********, por lo que proceden a tirar los comandos
verbales de alto, haciendo caso omiso (...) y salir corriendo (...) se pusieron en
posición de pelea resultando ya ser una amenaza para los agentes captores,
quienes tenían el deber de neutralizar al joven (...) Al respecto, es importante
destacar que la Policía Nacional Civil, en el marco de sus atribuciones constitu-
cionales, entre ellas la dispuesta en el Art. 159 inc. 2° Cn., tiene a cargo mante-
ner la seguridad pública (...) de ninguna manera implica que dicha institución,
a través de sus agentes, se encuentra habilitada para que, en el ejercicio de sus
funciones, ejerza atropellos ilegales en perjuicio de los derechos de la integri-
dad física esenciales de cualquier persona. En tal sentido lo planteado por el
peticionario (...) no es revelador de un tema de transgresión inconstitucional
al aludido derecho, pues bajo el escenario planteado es dable inferir que cons-
tituyen acciones de prevención y garantía del orden público (...) la pretensión
debe ser rechazada a través de la improcedencia...” (mayúsculas y negritas
suprimidas)(sic).
III- La Jueza de Menores de Cojutepeque interina mediante oficio número
089 de fecha 23/01/2017, informó que el día 21/12/2016, se celebró audiencia
de vista de la causa, en el que el menor ********** fue absuelto por el delito
de posesión y tenencia.
Posteriormente, por medio de oficio 105, de fecha 25/01/2017, remitió infor-
me de defensa en el que manifestó que en la audiencia de información y discu-
sión de la posible medida a imponer del día 27/10/2016, al concedérsele la pa-
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Por tanto, a partir de lo anterior, esta Sala deberá estimar el reclamo pro-
puesto en este aspecto, pues con los datos objetivos que se tienen en el proce-
so, se puede establecer la vulneración constitucional a la integridad personal
del menor **********, al momento de su captura, por parte de personal de
la Policía Nacional Civil.
3. Ahora bien, en cuanto a los efectos de esta decisión con relación a las
agresiones sufridas por el favorecido, tal como se ha indicado, según informe
de la Jueza de Menores de Cojutepeque interina, el joven ********** se en-
cuentra en libertad. Ello, en virtud de haberse emitido sentencia absolutoria
a su favor, lo que vuelve materialmente inviable e innecesario determinar las
consecuencias de la estimación de la pretensión presentada, respecto a su li-
bertad personal.
4. Por otra parte, se advierte que la Jueza de Menores de Cojutepeque
interina envió informe sobre la denuncia del favorecido respecto de los gol-
pes recibidos tanto a la Inspectoría de la Policía Nacional Civil de Cojutepeque
como al Jefe de la Fiscalía Regional de dicha localidad, para que determinaran
responsabilidades; razón por la cual, este Tribunal estima pertinente certificar
esta decisión y remitirla a ambas instituciones para los efectos legales corres-
pondientes.
IX.- Por otra parte, el pretensor alega que la jueza de Menores de Cojutepe-
que al momento de ordenar la restricción de libertad para el joven **********
no tomó en cuenta que este había sido golpeado por el agente policial, deján-
dole gravemente lesionado.
1. En relación con lo planteado en este hábeas corpus es pertinente hacer
referencia a la caracterización que jurisprudencialmente se ha efectuado sobre
el deber de motivación y los requisitos para la imposición de medidas cautela-
res en un proceso penal, por ser esta la base propuesta para sostener la exis-
tencia de vulneración constitucional en perjuicio del favorecido.
Al respecto, se ha sostenido no sólo la obligación de toda autoridad de ex-
presar los motivos en que funda su resolución cuando esta implique afectación
de derechos, para el caso el de libertad física, sino además el deber de justificar
y razonar sus decisiones como medio necesario para dotar de eficacia el pro-
ceso correspondiente y no vulnerar derechos protegidos por la Constitución.
La jurisprudencia constitucional se ha referido a la importancia de la moti-
vación de las resoluciones judiciales, por su vinculación con el derecho funda-
mental de defensa, en tanto la consignación de las razones que llevaron a una
autoridad judicial a emitir una decisión en determinado sentido permite exa-
minar su razonabilidad, controlarla mediante los mecanismos de impugnación
y hacer evidente la sumisión del juez o cualquier autoridad a la Constitución
–resolución de HC 152-2008 de 6/10/2010, entre otras–.
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requerida; por otra parte, se desconocía –en ese momento procesal– el diag-
nóstico clínico del mismo, que amparase que aquel pudiese o no cumplir con
dicha medida cautelar. No obstante ello, se tiene que respecto de los golpes de
los cuales se consideró ofendido el incoado, efectivamente la jueza de menores
consideró dicha circunstancia y ordenó la práctica de un peritaje médico por el
Instituto de Medicina Legal y su remisión a las instituciones correspondientes
para dar trámite a la denuncia alegada.
Cabe añadir que cuando la autoridad judicial ya tuvo por establecida la con-
dición de salud del favorecido, procedió a celebrar una audiencia especial y cam-
biar la medida de internamiento provisional por otras no privativas de libertad.
En ese sentido, se ha logrado verificar que la autoridad demandada basó
su decisión en los presupuestos procesales exigidos en la Ley Penal Juvenil im-
poner la medida de internamiento Provisional, con los indicios presentados,
estableció la existencia del delito, la probable participación del procesado en el
mismo y el peligro de evasión de la justicia, elementos que justifican este tipo
de restricciones a la libertad de las personas.
Por tanto, se ha logrado determinar que la pretensión planteada no debe
ser estimada, en tanto que la autoridad demandada cumplió con su deber de
motivación al decretar la medida de internamiento provisional en contra del
favorecido, con base en los parámetros constitucionalmente admisibles.
Por todo lo anteriormente expuesto y de conformidad con los artículos 2
inciso 10, 11 inciso 2°, 12 de la Constitución, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase ha lugar al hábeas corpus iniciado por el abogado Ernesto Mo-
rales Flores a favor del menor **********, por haber existido vulneración
a su integridad física en el momento de su captura. Continúe el favorecido
en la situación jurídica en que se encuentre.
2. Declárase no ha lugar el presente hábeas corpus solicitado a favor del ado-
lescente **********, por haberse cumplido el deber de motivación en la
decisión en la que se decretó la medida de internamiento provisional en su
contra.
3. Certifíquese esta resolución y envíese a la Inspectoría de Policía. Nacional
Civil y al Jefe de la Fiscalía Regional, ambos de Cojutepeque.
4. Notifíquese. De existir alguna circunstancia que imposibilite ejecutar tal
acto de comunicación de la forma señalada por las partes, se autoriza a la
secretaría de este Tribunal para que realice todas las gestiones pertinentes
con el objeto de notificar la presente resolución por cualquiera de los otros
mecanismos dispuestos en la legislación procesal aplicable, debiendo efec-
tuar las diligencias necesarias en cualquiera de dichos medios para cumplir
tal fin; inclusive a través de tablero judicial, una vez agotados los procedi-
mientos respectivos.
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5. Archívese.
A. PINEDA. --- F. MELENDEZ. --- E. S. BLANCO R.--- R. E. GONZALEZ. --- SONIA
DE SEGOVIA. --- PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO
SUSCRIBEN. --- E. SOCORRO C.--- SRIA. ---RUBRICADAS. -
65-2017
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04/10/2012, según consta a folios 146 y folio 194, posterior a ello se mantuvo
en libertad sin medidas y se presentó de forma voluntaria a las citaciones del
tribunal, para los efectos del artículo 43 de la Ley Penitenciaria...” (mayúsculas
suprimidas) (sic).
Ante los escuetos argumentos del juez que constan en el acta de vista públi-
ca, es preciso indicar que, de acuerdo al art. 363 números 4, 5 y 6 C.Pr.Pn. deroga-
do, el contenido del acta de vista pública deberá limitarse, entre otros aspectos,
a: “Un resumen del desarrollo de la audiencia, con indicación del nombre de los
testigos, peritos e intérpretes y la referencia de los documentos leídos y de los in-
cidentes que se susciten (...) Las solicitudes y decisiones producidas en el curso de
la vista (...) La observancia de las formalidades esenciales, dejándose constancia
de la publicidad o si ella fue excluida, total o parcialmente...”.
El art. 357 del mismo código, en cuanto a los requisitos de la sentencia,
contempla que debe contener, entre otros elementos: “La determinación pre-
cisa y circunstanciada del hecho que el tribunal estima acreditado (...) La parte
dispositiva con mención de las normas aplicables (...)”.
Así, el legislador exige que el acta sea redactada con brevedad, pues en
ésta únicamente debe constar un resumen del desarrollo de la audiencia, las
formalidades esenciales y las decisiones adoptadas, tomando en cuenta que
ello está relacionado finalmente con el contenido detallado que se requiere de
la sentencia; de manera que, el fundamento de las decisiones adoptadas en la
vista pública no puede concebirse de forma aislada respecto de lo establecido
en el último documento mencionado, dado que es precisamente en éste en el
cual el tribunal debe especificar con detalle los motivos fácticos y jurídicos que
justifican razonablemente su decisión.
En ese orden, si bien la peticionaria aduce que la restricción en que se en-
cuentra el favorecido no fue motivada en la audiencia de vista pública, para
determinar si tal aseveración es cierta, debe analizarse en relación con los ar-
gumentos establecidos por el tribunal sentenciador en la respectiva sentencia
definitiva.
Con base en ello, es de hacer notar que, ciertamente en el acta de vista
pública la autoridad demandada estableció que procedía la detención provi-
sional contra el imputado, de conformidad al art. 292 C.Pr.Pn. derogado, por
considerar la gravedad de los delitos y la apariencia de buen derecho.
No obstante, en la sentencia determinó, en relación con el peligro en la
demora, que existía la posibilidad de fuga o sustracción del imputado ante la
gravedad de la pena impuesta por la sentencia de once años de prisión. Tam-
bién, valoró que el procesado en cierto momento del desarrollo de la causa
fue declarado rebelde y luego fue detenido por otro delito, posteriormente se
mantuvo en libertad con medidas sustitutivas.
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lo requerido por el favorecido, a efecto de que esta Sala constate tal circuns-
tancia, estime la pretensión por la lesión que implica a los derechos de petición
y libertad física y, consecuentemente, ordene a tal autoridad la emisión de su
contestación –ver resolución de HC 99-2010 de fecha 20/08/2010–.
Ahora bien, el contenido del derecho de petición no sugiere que su ob-
servancia sea entendida únicamente como la obtención de una respuesta por
la autoridad demandada que sea formulada de manera expresa frente a las
exigencias del peticionario, sino también corno la concreción de una actividad
del destinatario de la solicitud orientada a resolver la respectiva petición, con la
cual se pudiese colegir que dicha autoridad cumplió con lo requerido (senten-
cia amp. 473-2008, de fecha 16/6/2010 y de HC 7-2015, del 7/4/2015).
V. En virtud de lo informado por el juez ejecutor designado, la negativa
de la autoridad demandada de haber recibido escritos por parte del favoreci-
do planteando las solicitudes relativas a ser evaluado para acceder a fase de
confianza en las fechas aludidas, y las afirmaciones hechas a esta Sala por este
último mencionado, acerca de la existencia de dichos requerimientos; este Tri-
bunal mediante auto de fecha 6/6/2017 ordenó la apertura de un plazo para
que las partes pudiesen presentar las pruebas que consideraran convenientes.
1. El citado pronunciamiento fue notificado mediante fax a la autoridad
demandada el día 10/7/2017 y al favorecido a través de auxilio judicial en el
centro penal en el que se encuentra recluido el 7/8/2017 según acta de esa
misma fecha.
A. Respecto de ello, la autoridad aludida remitió el 25/7/2017 oficio nú-
mero 1668/ST/17 y anexó documentación. Con relación a lo anterior, debe
indicarse que la misma fue presentada fuera del término de tiempo habilitado
por este Tribunal, por lo que la misma será declarada inadmisible por extem-
poránea.
B. Por su parte el beneficiado, dentro del término probatorio, presentó
escrito en el que reiteró sus afirmaciones y señaló que no se le ha notificado
nada acerca de lo requerido, lo cual le permitiría, en su caso, hacer uso de los
mecanismos legales en contra de lo que se hubiere decidido.
2. En el caso en estudio, es de mencionar que el juez ejecutor designado
no tuvo acceso al expediente del interno, pues señaló que no se le permitió
verificarlo por parte de la autoridad penitenciaria, y esta última en su informe
de defensa negó la existencia de tales requerimientos, y únicamente aceptó
que se presentó un escrito del 14/12/2016 suscrito por el favorecido dirigido al
Equipo Técnico Criminológico de la Penitenciaría Oriental, San Vicente, el cual
ya fue contestado.
Al verificar el contenido del aludido escrito, se advierte que el señor CC
manifiesta a la citada autoridad administrativa que en el mes de enero de 2016
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al interno para ver si era necesaria la dieta indicada, y en cuanto a los refrige-
rios, señaló que no seguiría esa recomendación por no tener autorizados los
mismos a favor de los reclusos.
En reconocimiento médico forense que fue practicado al interno el
13/11/2015, se estableció que a partir de la referida cirugía se le dejó “una
dieta que consistía en comer seis veces al día en pequeñas cantidades, lo cual
desde que entro al centro penal hace dos meses no ha cumplido...”, recomen-
dándose que fuera evaluado por gastroenterólogo.
El interno consultó los días 23/11/2015 y 25/11/2015, en ambos casos se
emitió diagnóstico de colon irritable, se le indicó medicamento y se estableció
cambio de dieta a una rica en fibra. En fecha 23/12/2015, de acuerdo a oficio
UMO/654/2015, se autorizó al favorecido dieta referida por colon irritable,
para ser proporcionada desde el 24/11/2015 al 24/02/2016.
El 08/12/2015, se emitió nuevo diagnóstico consistente en gastritis duo-
denal crónica, a su vez el médico le estableció los fármacos que debía ingerir.
El favorecido fue evaluado por el médico gastroenterólogo JAGE, el día
06/01/2016, quien le diagnosticó “esofagitis péptica grado I (leve), hernia hia-
tal por deslizamiento, cambios gástricos post cirugía, gastritis crónica de toda
la cavidad y reflujo duodeno gástrico leve” y le prescribió: “Nexum 40 MG (Eso-
meprazol), Muvett S (Trimebutina/Simeticona), Sucrasyl sobres, Megalax, En-
sure en polvo”, con la respectiva dosis, y “dieta fraccionada que incluya frutas
y verduras”.
La Jueza Novena de Instrucción de San Salvador emitió oficio número 161,
de fecha 15/01/2016, solicitando al Director del Centro Penal de Zacatecoluca,
se tomaran las medidas pertinentes para darle cumplimiento a las recomenda-
ciones médicas y al tratamiento en la receta emitida por el doctor JAGE, la cual
inclusive podía ser suministrada por los familiares “en caso de que el centro
penal no lo pueda proporcionar”.
El día 06/01/2016 el paciente vuelve a consultar, en esta ocasión se indica
que tiene problemas para defecar, de colitis y colon irritable y se le prescribe
laxante.
El Subdirector de Asuntos Jurídicos de la Dirección General de Centros Pe-
nales, elaboró nota dirigida a la Jueza de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecu-
ción de la Pena de San Vicente, de fecha 26/01/2016, solicitándole direccionar
al Instituto de Medicina Legal a fin de que validara evaluación realizada al
interno por médico particular, la cual había sido ordenada por la jueza de ins-
trucción. La mencionada juzgadora resolvió no ha lugar a lo requerido.
El 19/02/2016, el favorecido fue diagnosticado nuevamente con gastritis
crónica, para la cual se le señaló tratamiento farmacológico, uno de los medi-
camentos era “Simeticona”.
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de las diligencias solicitadas por esta Sala pero no adjuntó ningún informe de
defensa.
IV. 1. En relación al argumento efectuado por el peticionario relativo a la
alegada falta de respuesta a la solicitud de recurso de revisión de sentencia rea-
lizada desde “hace cinco meses” a la autoridad judicial demandada; este Tribu-
nal ha sostenido que el artículo 2 de la Constitución reconoce, entre otros, el
derecho a la protección jurisdiccional, el cual se ha instaurado con la esencial
finalidad de permitir la eficacia de las categorías jurídicas subjetivas integran-
tes de la esfera jurídica de la persona, al permitirle reclamar válidamente frente
a actos particulares y estatales que atenten contra los derechos fundamentales
–v.gr. HC 184-2009 de fecha 27/10/2010, entre otras–.
En ese sentido, el referido derecho implica la posibilidad que tiene toda
persona de acceder al tribunal competente para plantearle una pretensión
procesal a efecto de obtener oportunamente una resolución judicial motivada,
dentro del marco de un proceso jurisdiccional. En consecuencia, es el derecho
aludido el que se podría ver conculcado en caso de verificarse el incumplimien-
to de la autoridad judicial en proporcionar una respuesta oportuna ante pre-
tensiones que conozca en su ejercicio jurisdiccional.
De acuerdo con lo anterior, debe decirse que el habeas corpus de pronto
despacho es el mecanismo utilizado a favor de la persona que mantiene una
restricción a su libertad personal, ante el retraso de una resolución, informe o
cualquier providencia que se espera le genere beneficios, para que los mismos
efectivamente se produzcan, con lo cual si bien no hay certeza de conseguirse
el restablecimiento de la libertad personal, se logra una respuesta sobre lo re-
querido, que pueda llegar a producir incidencia en el ejercicio de ese derecho.
Por tanto, con el referido tipo de hábeas corpus se pretende la obtención
de una contestación a la brevedad posible, ya sea que se estime o deniegue lo
pedido, de tal forma que no solamente se verifica si hay omisión en el otorga-
miento de la respuesta, sino también la dilación generada –v. gr. HC 41-2014
de fecha 11/06/2014–.
2. En el caso concreto, al verificar íntegramente la documentación remitida
se tiene que en efecto el favorecido elaboró un escrito en el que solicitó la re-
visión de su sentencia condenatoria, este fue recibido por el Tribunal Tercero
de Sentencia de San Salvador el 27/01/2017; en su reclamo de habeas corpus
el señor GD argumentó que aún no le dan respuesta.
No obstante, la solicitud incoada por el beneficiado fue del conocimiento
del Tribunal Tercero de Sentencia de San Salvador y ha sido resuelta según
consta en auto de las quince horas con treinta minutos del día 20/02/2017,
por medio del cual la autoridad demandada declaró inadmisible el recurso de
revisión de sentencia condenatoria solicitado.
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Asimismo se tiene oficio número 1806, de fecha 08/03/2017, por medio del
cual el tribunal de sentencia aludido solicita auxilio judicial al Juzgado de Paz
de Izalco para que notifique dicha decisión al condenado en el Centro Penal
de Izalco. Además, consta la razón que fue enviada vía fax el día 08/03/2017;
recibido por la licenciada Marta Noemí Cruz, Secretaria de dicho juzgado.
Sin embargo, a pesar de que la fecha de la respuesta del aludido escrito se
tiene que fue el 20/02/2017 y haberse solicitado el auxilio judicial para notifi-
carla el día 08/03/2017; ha transcurrido el tiempo sin que conste que la misma
haya sido notificada en legal forma al peticionario, razón por la cual interpuso
este hábeas corpus el 25/05/2017, fecha en la que aún no le habían comuni-
cado la contestación de su escrito al señor GD, vulnerando con ello su derecho
a la protección jurisdiccional pues no le informaron de manera oportuna la
resolución de la autoridad demandada.
Lo anterior en razón de que si bien el Tribunal Tercero de Sentencia de San
Salvador contestó el escrito y solicitó el auxilio judicial al juzgado de paz corres-
pondiente, no se aseguró de que aquél se haya diligenciado efectivamente,
de manera que transcurrieron más de tres meses –desde que se emitió la res-
puesta hasta la presentación de este hábeas corpus–sin que el pretensor haya
sido notificado de la decisión adoptada por la autoridad demandada lo cual,
naturalmente, lo hace afirmar que no hay contestación de la solicitud.
Y es que cabe aclarar, que aunque el tribunal de sentencia haya delegado al
Juzgado de Paz de Izalco la notificación de la resolución aludida, dicha actuación
no lo releva de la obligación de garantizar que se cumpla el procedimiento legal
para efectuarla, ya que es responsabilidad de la autoridad emisora de la decisión,
vigilar porque esta se notifique; y en caso de que no se logre, realizar las gestio-
nes necesarias para procurar su real y efectiva comunicación, de modo que se
garantice el pleno ejercicio del derecho a la protección jurisdiccional.
Cabe añadir que el Tribunal Tercero de Sentencia de San Salvador no se ha
manifestado al respectó; no habiendo por tanto, desvirtuado lo acontecido ni
justificado su omisión.
Por lo antes expuesto, es posible concluir que se ha dado una infracción
constitucional al derecho a la protección jurisdiccional que garantiza la Cons-
titución con incidencia en el derecho de libertad física del condenado GD;
pues se ha constatado que aunque la autoridad judicial resolvió la solicitud
presentada, no garantizó su notificación al peticionario, desconociendo este la
respuesta a su requerimiento durante un plazo que excede de los tres meses
hasta la interposición de este proceso constitucional; por tanto, la pretensión
debe estimarse.
3. Reconocida la vulneración constitucional sobre el aspecto citado, dada
la naturaleza de lo reclamado y en virtud de que ya se emitió una respuesta a
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da que notifique la resolución de las once horas y diez minutos del día
02/05/2017 al señor M en su centro de reclusión, en caso de no haberse
realizado durante la tramitación de este proceso.
2. Continúe el favorecido en la situación jurídica en la que se encuentra.
3. Notifíquese. De existir alguna circunstancia que imposibilite ejecutar tal
acto de comunicación de la forma señalada en este proceso, se autoriza a
la Secretaría de este Tribunal para que realice todas las gestiones pertinen-
tes con el objeto de notificar la presente resolución por cualquiera de los
otros mecanismos dispuestos en la legislación procesal aplicable, debien-
do efectuar las diligencias necesarias en cualquiera de dichos medios para
cumplir tal fin; inclusive a través de tablero judicial, una vez agotados los
procedimientos respectivos.
4. Archívese.
J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ.---PRONUNCIADO POR LOS
SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRI-
CADAS.
395-2016
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VI.- Uno de los reclamos del favorecido –al momento de requerir la tutela de
este Tribunal– es encontrarse sometido a un encierro dentro del régimen espe-
cial de seguridad con contacto familiar limitado a una visita de treinta minutos
cada quince días y de una llamada telefónica de siete minutos cada quince días.
Al respecto, debe indicarse que esta Sala ya emitió una decisión desesti-
matoria sobre dicho tema en el hábeas corpus con referencia HC 383-2016, de
fecha 20/3/2017, en el cual se sostuvo, entre otros aspectos que: “...es impor-
tante destacar el rol que desempeña un régimen de visitas y llamadas fami-
liares en la vida del recluso, pues es una forma concreta por medio de la cual
el encarcelado mantiene contacto con el mundo exterior y contribuye en su
rehabilitación, ya que –de una forma u otra– dicho acercamiento le ayudará a
su reintegración a la sociedad, que es uno de los propósitos que tiene la pena
según lo establecido en el artículo 27 de la Constitución.
No obstante ello, tanto el régimen de visitas como las llamadas telefóni-
cas a los privados de libertad pueden sufrir ciertas limitaciones inherentes a
dicha condición, en virtud de las circunstancias especiales que implica el propio
encarcelamiento, que aunque no existe una suspensión de dichos derechos,
inevitablemente se ven afectados en su ejercicio pues no se puede disfrutar
plenamente de ellos; en ese sentido, el Estado tiene la obligación de facilitar y
reglamentar el contacto entre los reclusos y sus familias (ya sea por correspon-
dencia, visitas o llamadas telefónicas), de ahí que cualquier medida que esté
orientada a restringir estos derechos deben ajustarse a los requisitos ordinarios
y razonables propios de la reclusión…”
Siguió señalando el Tribunal que: “
en la normativa nacional tanto la Ley
Penitenciaria –capítulo III-bis– como el Reglamento General de la Ley Peni-
tenciaria –arts. 7 al 10–, regulan lo relativo al régimen de visitas a los centros
penitenciarios, estableciendo los tipos de visitas, requisitos, plazos, las condi-
ciones para realizarlas, obligaciones y prohibiciones para los visitantes, entre
otros; preceptos necesarios para garantizar el ejercicio de ese derecho a los
Internos...”
Respecto de esa pretensión, en el caso concreto, el peticionario hizo re-
ferencia a una característica particular de su privación de libertad y es que se
encuentra cumpliendo pena de prisión en régimen de internamiento especial
conforme lo establecido en el artículo 103 de la Ley Penitenciaria, el cual tie-
ne condiciones y medidas distintas a las que rigen en los centros ordinarios; y
para el caso en concreto, referido al régimen de visitas y llamadas telefónicas
(numerales 4 y 5 del art. 103 LP), porque está diseñado para personas que
presentan peligrosidad extrema e inadaptación al tratamiento penitenciario.
Sobre ello esta Sala refirió que la aplicación del régimen especial, es ad-
misible constitucionalmente bajo parámetros de excepcionalidad, proporcio-
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que exista conformado un equipo para que cumpla con lo dispuesto en la nor-
mativa penitenciaria, artículo 44 letras “a”, “d” y “g” del reglamento indicado.
2. Advertido lo anterior, el reclamo propuesto está referido a una afecta-
ción al derecho de libertad física, pues se alega que no ha recibido programas
generales ni especiales, ni le han realizado evaluaciones por parte de un equi-
po técnico que permitan determinar la permanencia en dicho régimen especial
o ser trasladado a un centro ordinario en donde pudiese llegar a obtener, al
cumplir con los parámetros legales, ciertas cuotas de libertad.
En ese sentido, de la documentación remitida a esta Sala se ha verificado
que por resolución de fecha 29/05/2008 del Consejo Criminológico Regional
Oriental se resolvió ubicar por extrema peligrosidad al interno JABG en el Cen-
tro Penitenciario de Seguridad de Zacatecoluca, ingresando el día 30/05/2008.
Se elaboró una propuesta de tratamiento individualizado e integral de cumpli-
miento de régimen de seguridad el 16/06/2008, siendo revalidada el 15/01/09
por parte del Equipo Técnico Criminológico, la cual fue ratificada por el Conse-
jo Criminológico Regional Paracentral el 01/04/2009.
En la certificación del expediente único del interno JABG se encuentran
agregadas varias hojas de seguimiento de control de las diversas áreas psico-
lógica, trabajo social, educativo y jurídico que datan de los años 2008, 2009,
2010, 2013 y 2015. Asimismo se encuentran las hojas de evaluación psicológica
del interno de fechas 04/06/2008, 10/11/2015 y 11/11/2015. Además hay un
formato de clasificación inicial del interno de fecha 06/04/2016, en el que se
resuelve asignarlo en el nivel uno de tratamiento y seguridad. Denotándose
falta de seguimiento durante los años 2011, 2012, 2014 y 2016.
Debe indicarse que no se remitió a esta Sala documentación en la que
consten evaluaciones por parte del equipo técnico, sino únicamente las psi-
cológicas antes señaladas y el dictamen criminológico desfavorable emitido el
03/12/2015, en el cual se determina que no ha superado las carencias que lo
llevaron a cometer los delitos por lo que no está apto para gozar de la libertad
condicional ordinaria.
En cuanto al tratamiento penitenciario del señor BG se agregó documen-
tación en la que se evidencia que ha participado en los siguientes programas
especializados: adaptación y motivacional (julio 2008 a junio 2009), control del
comportamiento agresivo (agosto 2008 a abril 2010), programa pensamiento
pro-social, módulo solución de problemas (noviembre 2009 a enero 2010). En
cuanto al programa educativo, se tiene que en el año 2015 finalizó el primer
año de bachillerato general.
Por otra parte, se tiene –según dictamen criminológico– que el interno
ha recibido diplomas de participación: en el certamen de pintura (noviembre
2011), en el Grupo Nuevo Amanecer, grupo de teatro (agosto 2013), curso de
formación en la fe (septiembre 2015).
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nal respectivo, que es el que analiza si ratifica o revoca el dictamen del referido
equipo técnico.
Así, dada la naturaleza de la pretensión lo procedente es ordenar al Equipo
Técnico Criminológico del Centro Penitenciario de Seguridad de Zacatecoluca
que al recibo de esta resolución, realice las gestiones que correspondan para
que el favorecido sea incorporado en los programas generales y los de trata-
miento especializado a fin de que sea evaluado y se emita el dictamen que se
considere pertinente, ello, en caso de no haberlo hecho ya.
VIII.- El señor BG también indicó al momento de promover este proceso,
que en razón del encierro de régimen especial al cual está sometido, se en-
cuentra en una situación de tormento y tortura psicológica; además, de sufrir
de bajos niveles de potasio y sodio, por lo que su salud se está deteriorando
poco a poco.
1. Al respecto se estima necesario señalar que, según el inciso segundo del
artículo 11 de la Constitución, “la persona tiene derecho al habeas corpus cuan-
do cualquier individuo o autoridad restrinja ilegal o arbitrariamente su libertad.
También procederá el habeas corpus cuando cualquier autoridad atente contra
la dignidad o integridad física, psíquica o moral de las personas detenidas”.
Dicha disposición constitucional determina que el hábeas corpus es un
mecanismo para tutelar, entre otros derechos, la integridad física, psíquica o
moral de las personas privadas de libertad, con el objeto de permitir a estas el
desarrollo de una vida desprovista de agravamientos ilegítimos en las condicio-
nes de ejecución de tal privación. Este derecho objeto de protección presenta
una conexión innegable e intensa con la dignidad humana, en tanto pretende
resguardar la incolumidad de la persona, rechazando cualquier tipo de injeren-
cia en desmedro de las dimensiones física, psíquica y moral.
Y es que la protección a la integridad personal de los privados de libertad
no solo está reconocida de forma expresa en una disposición constitucional
sino también a través de normas de derecho internacional; entre ellos el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos el cual, en su artículo 10, establece
que las personas privadas de libertad serán tratadas humanamente; y la Con-
vención Americana sobre Derechos Humanos –en adelante CADH–, que reco-
noce el derecho al respeto a la integridad física, psíquica y moral de las personas
que se encuentran detenidas (artículo 5). Esto significa la prohibición de infligir
cualquier tipo de trato o pena inhumana o degradante, no como meras cláu-
sulas declarativas sino como normas exigibles.
Sobre la violación del derecho a la integridad personal (artículo 5 de la
Convención), la Corte Interamericana de Derechos Humanos –en adelante la
CoIDH– considera que la infracción del derecho a la integridad física y psíquica
de las personas es una clase de violación que tiene diversas connotaciones de
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grado y que abarca desde la tortura hasta otro tipo de tratos crueles, inhuma-
nos o degradantes cuyas secuelas físicas y psíquicas varían de intensidad se-
gún los factores endógenos y exógenos que deberán ser demostrados en cada
caso. Aún en ausencia de lesiones, los sufrimientos físicos y morales, pueden
ser considerados como tratos inhumanos. El carácter degradante se expresa en
un sentimiento de miedo, ansia e inferioridad con el fin de humillar, degradar
y romper la resistencia física y moral de la víctima.
Por otra parte, esta Sala ha sostenido –en la resolución HC 348-2016, ya
indicada– que la persona privada de libertad en su condición de reclusión tie-
ne relación de sujeción especial con el Estado y éste último de garante de los
derechos de aquel, quien –por las particularidades de su condición reclusa– no
puede satisfacer por cuenta propia una serie de necesidades básicas esenciales
para el desarrollo de su vida, y que por tanto, deben ser facilitadas por el Esta-
do. Caso Montero Aranguren y otros vs Venezuela, Sentencia de 05/07/2006.
En ese sentido, la CoIDH también ha indicado que: “cualquier otra medida
que pueda poner en grave peligro la salud física o mental del recluso están es-
trictamente prohibidas”. Sentencias de los casos Niños y adolescentes privados
de libertad en el “Complexo do Tatuape, de 30/11/2005; Penal Miguel Castro
Castro vs. Perú, de 25/11/2006.
Precisamente, el art. 5 de la citada Convención se encuentra dentro del
catálogo de derechos que, según el 27.2 de la misma normativa, no pueden
suspenderse en ningún caso –aun en estados de excepción dictados–. Enton-
ces, si bien el Estado puede adoptar ciertas medidas para superar situaciones
de emergencia en un momento determinado, estas siempre deben ser acordes
con la legalidad del derecho interno e internacional, y permitir que se garan-
tice a los privados de libertad, en todo tipo de circunstancias, la protección de
los derechos fundamentales. Sentencia Caso Tibi vs. Ecuador de 07/09/2004;
Caso Zambrano Velez y otros vs. Ecuador, sentencia de 04/07/2007.
De manera que, el reclamo propuesto está relacionado con una posible
incidencia en la integridad personal del señor JABG, siendo necesario que esta
Sala entre analizar si el favorecido, por la condición de encierro especial en la
que se encuentra ha sido afectado o no en su derecho a la salud psíquica o
física, sufriendo situaciones de tortura.
2. Esta Sala ordenó al Instituto de Medicina Legal la realización de dos pe-
ritajes médicos, respecto a la salud física y mental del beneficiado, a efecto de
verificar por un lado sus padecimientos de salud y por otro, posibles afectacio-
nes psicológicas que evidencien situaciones de tortura en su perjuicio.
A. Según el peritaje médico de fecha 27/01/2017, los doctores Iris Emeli-
na Rodríguez Chávez y José Gregorio Menjivar Trujillo realizaron un reconoci-
miento del estado de salud del señor JABG y sostuvieron:
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IV. Es de señalar que el favorecido en su escrito de inicio precisó que hizo una
petición de redención de pena al Consejo Criminológico Nacional, y afirmó que
dicha autoridad procedió a solicitar al área jurídica del Centro Penitenciario de
Apanteos lo relativo a las horas laboradas por él, como parte del trámite para la
redención de pena, pero que ha sido el recinto penitenciario el que no ha remi-
tido lo requerido a dicho consejo; es decir, que al momento de promover este
proceso el organismo administrativo demandado ya había efectuado actividades
para dar respuesta a la petición que se alega, pidiendo la información respectiva,
la cual a la fecha no había sido enviada por el aludido centro penal.
Ahora bien, con relación a la redención de pena, el art.105-A de la Ley
Penitenciaria dispone en lo pertinente: “Dentro de la actividad de tratamiento
orientada a la readaptación, el interno condenado podrá redimir su pena me-
diante el trabajo, a razón de dos días de pena por un día de labor efectiva. Di-
cha actividad será realizada bajo la dirección, control y supervisión del Consejo
Criminológico Nacional y la Administración Penitenciaria, los que emitirán los
lineamientos dentro de sus respectivas competencias (...) Oportunamente, el
Consejo Criminológico Nacional remitirá constancia de la actividad laboral rea-
lizada por el interno al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de
la Pena competente para que se efectúe rectificación del cómputo practicarlo,
según lo establecido en el Art. 44, inciso final de la presente Ley...”
De manera que, es el aludido consejo nacional el facultado por la ley para
dirigir y supervisar la actividad realizada por un condenado para redimir su
pena y además concluirlo en esa sede administrativa, pues es el encargado de
remitirlo al juez penitenciario competente para la rectificación de cómputo.
Así, en el presente caso, al haber solicitado dicho ente administrativo al
centro penitenciario en el cual se encuentra el favorecido, las horas laborales
realizadas por este último, le corresponde al mismo hacer cumplir su requeri-
miento, si este no se ha ejecutado, por ser una de las autoridades a las que el
legislador le confirió lo relativo a la redención de pena, en cuanto a su supervi-
sión, dirección y control.
De ahí que, tal organismo administrativo en el ejercicio de sus facultades
legales debe realizar las gestiones necesarias para alcanzar la comisión orde-
nada por ley.
Por consiguiente, es a dicha autoridad ante la cual el solicitante puede acu-
dir para que se lleve a cabo lo resuelto y no pretender que este Tribunal –con
competencia constitucional–conozca del incumplimiento generado supuesta-
mente por parte del centro penitenciario, según aduce, pues sería un dispen-
dio jurisdiccional que esta Sala entrara nuevamente a verificar la omisión recla-
mada en el presente hábeas corpus, cuando el propio pretender afirma que el
ente facultado ya inició el trámite respectivo; por tanto, le corresponde a tal
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Nacional para ello. Debe aclararse, además, que tal escrito es el mismo presen-
tado por el favorecido ante esta Sala junto con su solicitud de hábes corpus; es
decir, esta es la única petición que se tiene fue efectuada.
Con relación a ella, se encuentra agregado el oficio número 1351-B del
21/11/2016 suscrito por el aludido consejo regional y dirigido al favorecido
HS mediante el cual se le informa que tal requerimiento debe ser planteado al
equipo técnico criminológico del centro penitenciario en el cual se encuentra,
ya que él inicia la propuesta ante ese consejo.
Tal respuesta se advierte fue enviada a un número de fax, el cual, según
manifestó la autoridad demandada en su informe de defensa corresponde al
del centro penitenciario donde cumple pena el señor HS. Sin embargo, no se
encuentra constancia de que el aludido oficio fue hecho del conocimiento del
citado interno.
De manera que la respuesta a su solicitud no ha sido notificada al favore-
cido y por ello, naturalmente, sostiene en este hábeas corpus que no ha sido
emitida, pues el acto de comunicación no se ha llevado a cabo.
Es así que, cuando se promovió este proceso constitucional, según se indicó
en párrafos previos habían transcurrido más de tres meses sin que dicho con-
sejo regional informara de forma efectiva al favorecido lo resuelto respecto de
su petición.
Y es que, si bien como se alude en el mencionado oficio, el trámite para la
fase de confianza surgiría en ese consejo a partir de una propuesta del equipo
técnico del centro penal en el que está el beneficiado, tampoco se advierte
que dicho organismo administrativo remitió a esta última autoridad el reque-
rimiento citado.
Debe indicarse, además, que el Consejo Criminológico Regional Occidental
ni siquiera se percató si su respuesta llegó al peticionario, ya que en su informe
de defensa se limitó a señalar el envío por fax de la misma; así, dicha diligencia
no lo releva de la obligación de asegurar que se cumpla el procedimiento legal
para hacerla del conocimiento del requirente.
Por tanto, con su proceder se vulneraron los derechos de petición y de
libertad física del señor HS.
2. Queda por referirse a las peticiones que se afirman fueron hechas ante
el Juzgado Segundo de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena de
Santa Ana, mediante las cuales solicitó acceso a beneficios penitenciarios.
Según se advierte consta un escrito recibido en la aludida sede judicial peni-
tenciaria el 1/4/2016, en este se requiere que se le conceda fase de confianza
o de libertad condicional.
Dicha petición fue reiterada en escrito del 13/2/2017 presentado a ese juz-
gado; los cuales se encuentran agregados al presente proceso, por haber sido
remitidos por la jueza ejecutora designada.
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asegura que este le expresó que “...el sector cuatro es de seguridad para gen-
te realmente peligrosa y DVM lo es, pues representa un peligro para todo el
centro penal al ser una persona catalogada con un nivel de criminalidad alto,
además sacarlo de esa celda en la que se encuentra representa correr muchos
riesgos para el centro penal ya que muchos internos podrían atentar contra la
vida de él para poder vengarse (...) y para que este no vaya a generar distur-
bios en el centro penal...”.
Sobre las vulneraciones constitucionales alegadas, el juez ejecutor manifes-
tó “...si bien es cierto el interno DVM fue confinado en el sector cuatro por or-
den de una autoridad legalmente establecida, ésta no siguió el debido proceso
y se configuro un procedimiento irregular al no motivar esa decisión, docu-
mentarla y notificarla en debida forma (...). En cuanto al derecho de respuesta
(...) el director del centro penal (...) hasta cierto punto admitió que las peticio-
nes habían sido hechas por el interno pero manifestó que esas peticiones en
escritos se las dan a los custodios pero dichos documentos se extravían (...) por
lo tanto el derecho de petición y respuesta ha sido vulnerado...” (mayúsculas y
negritas suprimidas)(sic).
III.- El Director de la Penitenciaría Central “La Esperanza” de San Luis Ma-
riona suscribió informe, en fecha 13/01/2017 mediante el cual manifestó que
“...el Consejo Criminológico Regional Oriental, autorizó el traslado del interno
hacia esta Penitenciaría, se verificó el perfil y se reporta que el interno reingre-
saba a la Penitenciaría, que es miembro activo en la categoría de líder negativo
de la autodenominada organización delictiva La Raza de Mariona, y fue por
ello que se recluyó en el sector cuatro de esta Penitenciaría, en dicho sector se
encuentran recluidos los miembros de diversas organizaciones delictivas (...)
El Sector Cuatro no es un recinto de castigo pero si con mayor seguridad, está
destinado para todo interno que es líder de organización delictiva; tampoco
se puede describir como un sector de aislamiento, está figura está regulada
en el art. 129 ordinal uno de la Ley Penitenciaria y art. 379 inciso segundo del
Reglamento General de la Ley Penitenciaria; dicha sanción es consecuencia de
un proceso administrativo sancionatorio, y este tipo de sanción lleva implícita
la prohibición de recibir visitas y paquetes, remitir o recibir correspondencia y
realizar llamadas telefónicas.
En el sector cuatro los internos tienen acceso a visita familiar e íntima, ac-
ceso a tienda institucional, acceso a teléfono institucional, recibir paquetes de
aseo personal, ropa y dinero a través de los familiares, programas con iglesia
católica, cuentan con recreación dentro del sector, pero actualmente se ha
reducido a cuarenta y cinco minutos por celda, esto debido a que se están rea-
lizando construcción y ampliación del sector cuatro, en la cual se utilizan todo
tipo de herramientas que pueden poner en peligro la seguridad de los internos
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iglesia católica, recreación; se aclaró que este último se había reducido en vir-
tud de una construcción de remodelación y ampliación y en el tema de la visita
no se registra ingreso en razón que ningún familiar se acerca a visitarlo. Por lo
que, concluyen, dicho sector es uno más dentro de la organización administra-
tiva del centro penal.
El Director del aludido reclusorio señaló que la figura de la celda de aisla-
miento está regulada en los artículos 129 ordinal 1° de la Ley Penitenciaria y
379 del Reglamento General de la Ley Penitenciaria, que dicha sanción es a
consecuencia de un proceso administrativo sancionador y que lleva implícita
la prohibición de recibir visitas, paquetes, remitir o recibir correspondencia y
llamadas telefónicas.
Además, se agregó informe del Subdirector de Seguridad de la Peniten-
ciaría Central “La Esperanza”, quien manifiesta que le ha dado seguimiento
al caso del señor DVM y ha podido comprobar que es líder a nivel nacional
de la banda “La Raza de Mariona”, emisario en las reuniones de la tregua de
los años 2012 y 2013, que coordina todo tipo de tráfico ilícitos en dicha peni-
tenciaría y los centros penales de Izalco, Sonsonate y Apanteos, y atentados
contra personal penitenciario; siendo que dicho condenado es una persona
desestabilizadora, negativa en los procesos de readaptación y reinserción. Se
adjunta a dicho informe manuscritos elaborados por otros internos que deta-
llan dicha información (folio 106-110).
El juez ejecutor, por su parte, no constató las condiciones de reclusión en
la celda en la que se encuentra el favorecido; solamente verificó lo consignado
en el expediente único del señor VM y trasladó lo sostenido por el Director del
centro penal, quien señaló que el sector 4 es para gente realmente peligrosa
y el beneficiado es una persona catalogada con un nivel de criminalidad alto,
siendo que al sacarlo de dicho sector muchos internos podrían atentar contra
la vida de él por venganza.
El peticionario manifestó –entre otros aspectos– que en la celda convive
con más de quince personas, pasa las veinticuatro horas del día en la celda, sin
recibir sol, que su salud era bastante saludable, que tiene una comunicación
mínima, que su salud física y mental se ha deteriorado.
Ahora bien, respecto a las condiciones de la celda del sector 4 en la que
se encuentra el favorecido, de lo reseñado y la documentación remitida, se
tienen varios elementos que permiten establecer el tipo de reclusión del señor
VM; así, por un lado, el favorecido acepta que no se encuentra en una celda
de aislamiento pues él mismo señala que convive con más de quince personas,
por otra parte, también se advierte que las condiciones de su encierro son
conforme lo han expresado las autoridades demandadas, pues han indicado
que dicho sector se encuentra en construcción por lo que se les ha reducido el
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se fugado en fecha ocho de octubre de dos mil nueve, por lo que se encontró
en detención formal ocho años cuatro meses y veintiocho días; estableciéndo-
se en resolución del 03/11/2016, que la pena total la cumpliría el diecisiete de
septiembre de dos mil treinta y nueve.
Concluyó señalando que en ningún momento se le ha vulnerado el dere-
cho de libertad personal al señor VP, ni tampoco se ha inobservado el principio
de legalidad y de retroactividad de la ley penal favorable, sino que por reso-
lución de las doce horas del día tres de noviembre del año dos mil dieciséis, se
declaró la nulidad de la resolución que transgredía el principio de legalidad y
seguridad jurídica, se estableció el total de las penas a cumplir en atención a la
pena máxima vigente al momento de la comisión de los hechos, unificándose
la penas impuestas. Finalizó, advirtiendo que en fecha 18/11/2016 se recibió
informe vía fax de que el privado de libertad VP se encuentra condenado a la
pena de cuarenta años de prisión, por el delito de secuestro agravado, razón
por la que se solicitó informe al juzgado respectivo sin aún haberlo recibido.
2. Por resolución de 23/06/2017, la autoridad demandada reiteró todo lo
expuesto en su primer informe de defensa y señaló que respecto de la primera
pena de diecisiete años de prisión, impuesta por el Juzgado Primero de Instruc-
ción de Soyapango, ”
al practicarse el cómputo respectivo tal y como consta en
acta de las diez horas del veinticinco de julio del año mil novecientos noventa
y ocho, aplicó las reglas de la conversión de la detención provisional reguladas
en el Artículo 48 del Código Penal (ya derogado), estableciendo que la pena
total la cumpliría el veintitrés de octubre del año dos mil seis...”.
Aclaró además que “...debido a la fuga, y recapturas que registra el penado,
así como también por el historial delictivo que presenta el mismo éste es un caso
complejo y es comprensible que al mismo penado se le haga difícil de entender
su situación quien reitera su petición de cumplir únicamente treinta años de pri-
sión, por todas las penas que le han sido impuestas; sin embargo no se puede
definir aún en éste momento el cómputo de la pena total que ha de cumplir el
mismo, ya que no se cuenta con la sentencia que está ejecutando el Juzgado
Primero de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena de ésta ciudad, la
que es por cuarenta años de prisión, siendo ésta la que vendría a variar sustan-
cialmente el cómputo pues de la fecha de comisión de los delitos dependerá que
éste continúe cumpliendo treinta y siete años de prisión o ésta se vea modificada
a sesenta años de prisión como pena máxima a imponer...” (sic).
3. Finalmente, por oficio número 10744, de fecha 28/07/2017, informó
que en audiencia de incidente celebrada a las ocho horas con treinta minutos
de ese mismo día, se declaró la unificación de las penas que le han sido impues-
tas al privado de libertad RJVP, siendo las de treinta y siete años de prisión más
la de cuarenta años de prisión, estableciéndose que aquel debe cumplir la pena
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mara respectiva, la que confirmó la misma. Agregó que dicho favorecido está
a la orden del Juzgado Especializado de Sentencia “C” de esta ciudad por el
aludido ilícito.
IV. 1. En cuanto a los términos de la pretensión propuesta referida al su-
puesto exceso del límite máximo de la detención provisional en que se encuen-
tra el favorecido, esta Sala ha establecido parámetros generales que orientan
la determinación de la duración de la mencionada medida cautelar y así ha
señalado que esta: a) no puede permanecer más allá del tiempo que sea nece-
sario para alcanzar los fines que con ella se pretenden; b) no puede mantener-
se cuando el proceso penal para el que se dictó ha finalizado y c) nunca podrá
sobrepasar la duración de la pena de prisión señalada por el legislador para el
delito atribuido al imputado y que se estima, en principio, es la que podría im-
ponerse a este; d) tampoco es posible que esta se mantenga una vez superado
el límite máximo temporal que regula la ley (ver resoluciones HC 145-2008R,
75-2010 y 7-2010, de fechas 28/10/2009, 27/7/2011 y 18/5/2011, entre otras).
2. También es de hacer referencia, a los aspectos que sirven para determi-
nar la duración de la medida cautelar de detención provisional y para ello hay
que acudir a lo dispuesto en el artículo 8 del Código Procesal Penal, que señala
los límites temporales máximos de la misma: 12 y 24 meses, para delitos me-
nos graves y graves, respectivamente. Lo anterior sin perjuicio de la excepción
consignada en el inciso 3º de tal disposición legal, que permite la posibilidad
de ampliar el plazo de la detención provisional para los delitos graves por un
período de doce meses más, durante o como efecto del trámite de los recursos
de la sentencia condenatoria y mediante resolución debidamente fundada;
sin embargo, la existencia de tales límites no implica una habilitación para las
distintas autoridades que conocen de los procesos penales de irrespetar los
plazos dispuestos para el trámite de los mismos y llevar estos, de manera injus-
tificada, a prolongarse hasta aquellos extremos, sino que la disposición legal
relacionada lo que determina es que bajo ninguna circunstancia la detención
provisional dispuesta en un proceso penal, podrá mantenerse más allá de los
tiempos ahí dispuestos.
Además, la superación del límite máximo de detención dispuesto en la ley,
en inobservancia del principio de legalidad reconocido en el artículo 15 y, es-
pecíficamente en relación con las restricciones de libertad, en el artículo 13,
genera una vulneración a la presunción de inocencia, artículo 12, y a la libertad
física, artículo 2 en relación con el 11, todas disposiciones de la Constitución.
3. Dichos parámetros, a los que debe atenerse la autoridad correspondien-
te para enjuiciar la constitucionalidad de la duración de la medida cautelar más
grave que reconoce la legislación, no solamente están dispuestos en nuestra
Constitución y en la ley, sino también son exigencias derivadas de la Conven-
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1. Declárase ha lugar al hábeas corpus promovido a favor del señor RHL por
haber existido inobservancia del principio de legalidad y vulneración a los
derechos a la presunción de inocencia y libertad física, debido al exceso del
plazo legalmente dispuesto para el mantenimiento de la medida cautelar
de detención provisional; por parte del Juzgado Especializado de Instruc-
ción resuelve:A” de esta ciudad.
2. Comuníquese esta decisión al Juzgado Especializado de Sentencia “C” de
esta ciudad, o a la autoridad judicial a cuyo cargo se encuentre el proce-
sado, con el objeto de que disponga, de manera inmediata, la condición
jurídica en la que el favorecido enfrentará el proceso penal en su contra, a
efecto de garantizar los fines del mismo. Ello en caso de no existir pronun-
ciamiento sobre dicho aspecto.
3. Notifíquese. De existir alguna circunstancia que imposibilite, ejecutar tal
acto de comunicación que se ordena; se autoriza a la Secretaria de este
Tribunal para que realice todas las gestiones pertinentes para notificar la
presente resolución por cualquiera de los otros mecanismos dispuestos en
la legislación procesal aplicable, debiendo efectuar las diligencias necesa-
rias en cualquiera de dichos medios para cumplir tal fin; inclusive, a través
de tablero judicial, una vez agotados los procedimientos respectivos.
4. Archívese.
A. PINEDA---J. B. JAIME.----E. S. BLANCO R.----R. E. GONZALEZ.-----PRONUN-
CIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.-----E. SOCORRO
C.---SRIA.-----RUBRICADAS.
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audiencia inicial –como sería, por ejemplo, con sólo el examen del dictamen de
acusación–.
4. Por medio del Decreto Legislativo 321, publicado en el Diario Oficial
N° 59, Tomo N° 411, del 01/04/2016; se crearon las “Disposiciones Especiales
Transitorias y Extraordinarias en los Centros Penitenciarios, Granjas Peniten-
ciarias, Centros Intermedios y Centros Temporales de Reclusión”; el cual fue
reformado en algunas de sus disposiciones a través del Decreto Legislativo 379,
aprobarlo el 19/05/2016, publicado en el Diario Oficial N° 100, Tomo 411, del
31/05/2016. En éstas se contemplan reglas, de carácter provisional y extraordi-
nario, para proteger a la población del crimen que se origina desde el interior
de los reclusorios del país y controlar estos últimos.
De acuerdo al art. 2, literal c, una de las medirlas que pueden ser adopta-
das es la “restricción o limitación del desplazamiento de los privados de liber-
tad, a través del encierro o el cumplimiento de la pena en celdas especiales,
entre otras medidas, como último recurso.”
A su vez, el art. 4 incisos 1° y 3°, contemplan la suspensión de traslado,
durante la vigencia del decreto, de los privados de libertad, para la realización
de audiencias judiciales, debiendo garantizar el juez o tribunal la presencia del
defensor y el ejercicio de la defensa material de forma diferida. De las audien-
cias se remitirá copia videográfica dentro de las setenta y dos horas posteriores
a su celebración; y deberá dársele trámite a cualquier solicitud del procesado
respecto de esa diligencia.
Regula específicamente que “En caso de audiencia preliminar, las solicitu-
des a que se refiere el inciso anterior serán resueltas por el tribunal de senten-
cia en los términos señalados en el art. 366 del Código Procesal Penal.”.
En ese orden, el régimen estatuido a través del mencionado decreto debe
considerarse de carácter provisional, es decir, temporal y no indefinido, pues
ineludiblemente a causa del mismo se genera una limitación a algunos dere-
chos fundamentales de los privados de libertad en los centros penitenciarios,
que imposibilitan su pleno ejercicio; ello con la finalidad de combatir el crimen
proveniente de dichas localidades de internamiento y garantizar temporal-
mente un mejor control de ellas.
Cabe destacar que, no obstante el decreto habilita, excepcionalmente, la
realización de audiencias en el proceso penal, entre ellas la preliminar, sin la
presencia del imputado, al suspender temporalmente su traslado de encon-
trarse privado de libertad; al mismo tiempo contempla, a modo de mecanismo
de garantía, la posibilidad de que éste ejerza su defensa material de manera
diferida, esto es, posteriormente de efectuada la mencionada actuación judi-
cial, haciendo requerimientos a la autoridad judicial o proponiendo prueba,
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ofrecimiento que, de acuerdo al art. 366 C.Pr.Pn., deberá ser resuelto por el
tribunal de sentencia respectivo.
En ese orden, la última disposición legal citada hace referencia a la prepa-
ración de la vista pública, y prescribe la oportunidad de interponer excepciones
que se funden en hechos nuevos y recusaciones, dentro de los cinco días de
notificada la convocatoria al juicio; al mismo tiempo, establece que cuando
alguna de las partes considere que la prueba que ofreció le fue indebidamente
rechazada y hubiese solicitado revocatoria, podrá requerir al tribunal de sen-
tencia su admisión.
De manera que, luego de celebrada la audiencia preliminar, el procesado
puede proponer alguna de las cuestiones contempladas en la normativa pro-
cesal penal, las que se traducen en una concreción a su derecho de defensa.
De cualquier forma, este Tribunal, respecto al aludido régimen ha señalado
que –como lo respalda la jurisprudencia internacional en materia de derechos
humanos–excepcionalmente, pueden tomarse medidas extraordinarias para
salvaguardar la vida o integridad física de un interno o frente a la necesidad
institucional de guardar el orden y la seguridad del lugar y de los otros habitan-
tes de la sociedad. De ahí, que las medidas implementadas –como su nombre
lo indica– son extraordinarias, se dictaron en virtud de una problemática que
se suscitó dentro del sistema penitenciario (accionar delincuencial en contra de
la ciudadanía desde los centros penales), para hacer frente a la necesidad de
atender una situación actual y urgente, pero no hay que dejar de lado que ta-
les medidas son de naturaleza excepcional, de ahí que posteriormente deben
cesar cuando ya no se requiera más por haber superado la situación inicial o
porque se cumplió con el período de vigencia que se ha establecido de forma
expresa, como en el presente caso de un año según el art. 11 del citado Decre-
to Legislativo –ver sentencia de HC 383-2016, del 20/03/2017–.
VI. Pasando al análisis del reclamo propuesto, de la certificación de algunos
pasajes del proceso penal seguido contra el señor JFAP, se advierte que se llevó
a cabo audiencia de imposición de medida cautelar, el 27/08/2015, por el Juz-
gado Especializado de Instrucción “A” de esta ciudad, en la que ordenó instruc-
ción formal y decretó la detención provisional contra dicho acusado y otros.
A su vez, se encuentra agregado auto del 05/05/2016, mediante el cual
la mencionada sede judicial tuvo por recibido el respectivo dictamen de acu-
sación y programó audiencia preliminar para las nueve horas del 13/07/2016,
entre otros aspectos.
Consta resolución del 01/07/2016, en la que el juzgado instructor tuvo por
nombrado como defensor particular del favorecido, al licenciado José Rubén
Guerrero Ramos; además, indicó que en caso de que no fueran trasladados los
imputados a la audiencia, ésta se celebraría conforme al Decreto Legislativo
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Es así que dicho cuerpo normativo contempla una sola excepción para ce-
lebrar la audiencia preliminar sin la presencia del procesado, en cuyo caso de-
berá garantizarse su derecho de defensa.
No obstante, se ha dicho que la implementación y vigencia de las Disposicio-
nes Especiales Transitorias y Extraordinarias en los Centros Penitenciarios, Granjas
Penitenciarias, Centros Intermedios y Centros Temporales de Reclusión, habilitan
a que la audiencia preliminar se celebre sin la asistencia del imputado, en tanto
procuran, de manera extraordinaria y provisional, proteger a la población de
acciones delictivas que se originan dentro de los reclusorios y controlar adecua-
damente éstos, ante la situación de violencia que acontece en el país.
Sin embargo, pese a esta limitación a los derechos de audiencia y defensa
material que puede ejercer el imputado en la audiencia preliminar, se garanti-
za su defensa técnica, por un profesional dispuesto específicamente para velar
por sus intereses tal como lo ha sostenido la jurisprudencia constitucional, y la
material de forma diferida; es decir, se procura la posibilidad, aunque de ma-
nera restringida, que el imputado pueda participar activamente en la referida
audiencia judicial, ya sea por medio de su abogado o proponiendo prueba u
otras cuestiones relativas a dicha diligencia, a efecto de que el tribunal senten-
ciador se pronuncie en los términos del art. 366 C.Pr.Pn.
En este caso, se comprueba, precisamente, que si bien el favorecido no
asistió a la audiencia preliminar en atención a lo dispuesto en el decreto indica-
do, tuvo conocimiento de que la misma se llevaría a cabo el 13/07/2016, con
lo que, si su intención era ofrecer prueba podía hacerlo a través de su defensa
técnica, la cual fue notificada debidamente, ya que se encontró presente en la
aludida audiencia e intervino activamente en la misma en representación de
sus intereses, y, además, pudo hacerlo posteriormente en las condiciones con-
templadas en el art. 4 de las disposiciones especiales transitorias, en relación
con el art. 366 C.Pr.Pn. al habérsele enviado copia videográfica de la audiencia;
así como proponer cualquier cuestión respecto a dicha diligencia.
Con base en ello, se advierte que el encausado, en el contexto descrito,
tuvo oportunidades reales de defensa a pesar de no haber asistido a la au-
diencia, en razón de que, como se indicó, sabía cuando se celebraría la misma,
tenía asignado un defensor a quien podía requerirle que presentara prueba y
argumentos específicos y posteriormente, al haberle sido enviado el video del
acto, tuvo la posibilidad de rebatir lo acontecido dentro del lapso posterior
y ante el tribunal de sentencia, con lo cual se considera que, en los términos
contemplados en el decreto aludido, se garantizó el derecho de defensa del
acusado por parte de la autoridad demandada.
Aunque resulta innegable que al no permitir el traslado del señor JFAP para
que asistiera a la celebración de audiencia preliminar, generó una limitación a
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tal fin; inclusive a través de tablero judicial, una vez agotados los procedi-
mientos respectivos.
5. Archívese.
A. PINEDA --- J. B. JAIME --- E. S. BLANCO R. --- PRONUNCIADO POR LOS
SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN. --- E. SOCORRO C.--- SRIA. --- RU-
BRICADAS. -
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termina que el señor EH cumpliría la pena total de quince años de prisión el día
31/08/2017 “...Así las cosas, esta sede Judicial considera que al señor WNEH,
no se le ha violentado ningún derecho ni garantía de rango constitucional, ya
que fue ordenada su libertad con antelación debida para que el Director del
Centro Preventivo y Cumplimiento de Penas de Izalco Fase III, donde cumplía la
pena de prisión de quince años, que le impuso el Tribunal Sexto de Sentencia,
pudiera realizar los trámites administrativos y que su libertad se efectuará sin
dilación alguna, el día uno de septiembre de dos mil diecisiete. No siendo cierto
que la pena la cumpliría en el mes de mayo de este año, como lo asevera el
señor WNEH, tal como ha quedado acreditado con la documentación que se
ha relacionado en este proveído...” (negritas suprimidas)(sic).
IV. Establecidos los alegatos planteados por el requirente, relacionado el
informe emitido por la jueza ejecutora y la autoridad demandada; se procede-
rá a resolver lo solicitado, para lo que es preciso apuntar lo siguiente:
1. En cuanto al derecho de libertad física, la jurisprudencia de esta Sala
ha expresado que posee el carácter de límite al poder estatal consagrado a
favor de la persona humana, de manera que toda autoridad debe abstenerse
de ejecutar actos que quebranten o interfieran con el goce de dicho derecho,
siendo admisibles únicamente las limitaciones establecidas por el ordenamien-
to jurídico.
En ese sentido, respecto del derecho a la libertad personal, el artículo 13
de la Constitución establece que “Ningún órgano gubernamental, autoridad o
funcionario podrá dictar órdenes de detención o de prisión si no es de confor-
midad con la ley”, de donde se deriva la garantía primordial del derecho a la
libertad física, denominada reserva de ley. Dicha garantía tiene por objeto ase-
gurar que sea únicamente el legislador el habilitado para determinar los casos
y las formas que posibiliten restringir el derecho en comento; y ello ha de lle-
varse a cabo mediante un acto normativo que tenga el carácter de ley en sen-
tido formal, al cual su aplicador –el juez– debe ceñirse de manera irrestricta.
Asimismo, esta Sala ha sostenido que la reserva de ley predicable de los lí-
mites ejercidos sobre el derecho fundamental a la libertad, no solo se extiende
a los motivos de restricción del derecho de libertad física, sino también a las
formalidades requeridas para su ejecución y al tiempo permitido para su man-
tenimiento. –v. gr. resolución de HC 55-2016 de fecha 23/05/2016–.
Por otro lado, respecto al principio de legalidad, se ha dicho que “rige a
los tribunales jurisdiccionales, por lo que toda actuación de éstos ha de pre-
sentarse necesariamente como ejercicio de un poder o competencia atribuidos
previamente por la ley, la que los construye y delimita. Lo anterior significa
que los tribunales jurisdiccionales deben someterse en todo momento a lo que
la ley establezca. Este sometimiento implica que los tribunales jurisdiccionales
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ro 5296, de fecha 25/04/2017, en el que indica, entre otros aspectos, que a las
diez horas con cinco minutos del 19/04/2017 emitió resolución respondiendo
a lo pedido por el condenado en los dos escritos que presentó.
Añade que corresponde al Equipo Técnico Criminológico de cada centro
penal, de conformidad al art. 145 del Reglamento General de la Ley Peniten-
ciaria, formular las propuestas de progresión o regresión de fase respecto a
los internos.
IV. Antes de pasar al análisis del caso concreto, es preciso indicar que al revi-
sar detalladamente la documentación remitida se tiene que en efecto el favore-
cido elaboró dos escritos dirigidos al Juzgado Primero de Vigilancia Penitenciaria
y de Ejecución de la Pena de San Salvador, el primero con fecha 12/10/2016,
recibido el 23/03/2017, en éste solicitaba informe sobre la existencia de otro pro-
ceso penal en su contra, en virtud del cual, según manifestó le fue expresado
en el reclusorio, había sido condenado por el delito de fabricación, portación y
conducción de armas artesanales o explosivos y no tiene cómputo.
En cuanto a tal escrito, es de hacer notar que si bien el peticionario indicó
en su reclamo que había realizado solicitudes relacionadas con obtener el be-
neficio de libertad condicional, no obstante, como se ha advertido, dicho docu-
mento no trata sobre lo alegado, pues en éste, como se señaló, pidió informe
sobre la existencia de otro proceso penal instruido en su contra.
Al respecto, es evidente que lo consignado en el referido documento, del
cual el solicitante cuestiona la falta de respuesta, no tiene vinculación con el
derecho de libertad personal protegido en el hábeas corpus, dado que, por
medio de él únicamente requiere información sin que el supuesto retardo en
brindársela implique un tema de posible incidencia en el referido derecho.
Esta Sala ha reiterado en su jurisprudencia que los asuntos sometidos a
control por medio del proceso de hábeas corpus deben motivarse en supuestos
de vulneraciones a derechos fundamentales con incidencia en la libertad física
de las personas, es decir, deben tener un matiz constitucional –verbigracia,
resolución de HC 162-2010 del 24/11/2010–. Caso contrario, cuando se pro-
pongan cuestiones que deban ser resueltas por otras autoridades y que por lo
tanto no trasciendan al ámbito constitucional, la tramitación del hábeas cor-
pus será infructuosa y deberá rechazarse la pretensión.
En ese sentido, este Tribunal no tiene competencia para analizar y decidir
asuntos que carezcan de trascendencia constitucional, ya que aspectos de ín-
dole estrictamente legal deben requerirse a las autoridades judiciales que tie-
nen competencia para conocer el proceso penal o, en su caso, de la fase de eje-
cución de la pena; dado que es a ellos a los que se les ha atribuido esa facultad.
Esto no significa que las autoridades no deban dar una pronta respuesta a
las solicitudes que les hagan los internos, sino solamente que la realizada por
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puesto que no merece el carácter de indebida una dilación que haya sido pro-
vocada por el propio litigante y; (iii) la actitud del juez o tribunal, referida a si
las dilaciones en el proceso obedecen a la inactividad del órgano judicial, que
sin causa de justificación, dejó transcurrir el tiempo sin emitir la decisión corres-
pondiente para conceder la satisfacción real y práctica de las pretensiones de
las partes (ver resolución HC 99-2010, de fecha 20/08/2010).
2. Corresponde ahora verificar si la autoridad demandada, frente al segun-
do escrito elaborarlo por el favorecido, ha incurrido en dilaciones indebidas
que provoquen una vulneración al derecho a la protección jurisdiccional y que,
por tal circunstancia, se haya prolongado más allá de lo razonable una respues-
ta que puede tener incidencia en el derecho de libertad del favorecido.
Al verificar la documentación remitida se tiene que el beneficiado envió
escrito de fecha 05/01/2017 al juzgado penitenciario aludido y fue recibido
el 11/01/2017, solicitando se le asigne un defensor público y se requiera al
Consejo Criminológico Regional Central y al Equipo Técnico Criminológico de
la Penitenciaría Central La Esperanza, lo evalúen y remitan dictamen, a fin de
que se le conceda la libertad condicional ordinaria.
Dicha petición fue resuelta por la autoridad demandada en auto del
19/04/2017, estableciendo: “... se da trámite en esta fecha a la petición del
interno en virtud de la carga laboral de esta sede .judicial la cual no permite en
algunos casos resolver dentro del término de ley, constando dicha carga labo-
ral en los libros de correspondencia de cada colaborador (...) será necesario li-
brar oficio a la Procuraduría General de la República con la finalidad de solicitar
sea asignado profesional de dicha institución, a efecto de que le represente en
esta fase de ejecución de la sentencia (...) Líbrese oficio al Consejo Criminológi-
co Regional Central, con la finalidad de solicitar que sea elaborado y remitido
nuevo Dictamen Criminológico al señor CEFR...” (sic).
A pesar de que la autoridad judicial solicitó al Director de la Penitenciaría
Central La Esperanza, mediante oficio número 2508 de fecha 21/04/2017, no-
tificar la anterior decisión, no consta que ese documento haya sido recibido en
ese reclusorio y tampoco se ha anexado informe respecto a que la comunica-
ción efectivamente se ejecutó.
Si bien aparece agregada acta elaborada por el notificador del juzgado
penitenciario, de fecha 21/04/2017, en la que hizo constar la notificación del
aludido auto a la defensora particular que tenía previamente asignada el be-
neficiado en el proceso; no obstante ello, los escritos fueron suscritos por el
señor FR y no por su abogada, razón por la cual debía realizarse la notificación
al favorecido, tomando en cuenta, además, que éste había requerido que se le
asignara defensor público por carecer de recursos para sufragar uno particular.
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(numerales 4 y 5 del art. 103 LP), porque está diseñado para personas que
presentan peligrosidad extrema e inadaptación al tratamiento penitenciario.
Sobre ello esta Sala refirió que la aplicación del régimen especial, es ad-
misible constitucionalmente bajo parámetros de excepcionalidad, proporcio-
nalidad, temporalidad y necesidad (véase resolución HC 416-2011, de fecha
11/5/2012).
Así, se sostuvo que: “...resultan aceptables medidas tales como la super-
visión de sus comunicaciones, la revisión del material que reciben, y aún de
tomar las medidas precautorias que se estimen necesarias respecto a las visitas
carcelarias o para sus salidas al área exterior de las celdas. En este sentido, las
medidas prescritas en los numerales 4 y 5 del artículo 103 de la Ley Peniten-
ciaria, referidas a las llamadas telefónicas y las visitas familiares, se encuentran
justificadas y resultan constitucionales siempre y cuando se interprete en los
términos de excepcionalidad, temporalidad, proporcionalidad y necesidad –
véase Sentencia de Inconstitucionalidad con referencia 5-2001 acumulada, de
fecha 23/12/2010–...”
En referencia a la temática abordada en esa sentencia se aclaró que: “...
los estados de incomunicación total y permanente de las personas privadas
de libertad, son inaceptables, pues en ninguna circunstancia pueden ser de
carácter absoluto, y sólo en casos estrictamente necesarios para garantizar el
mantenimiento de la seguridad y del buen orden del establecimiento penal,
podría justificarse esta medida, pero con alcances limitados, por disposición de
ley, con sujeción a controles por las autoridades competentes...”
Ahora bien, se estableció que el “...régimen limitado de visitas y llamadas te-
lefónicas, vinculado con el régimen de internamiento especial (...) posee carac-
terísticas particulares que lo hacen más restrictivo en cuanto al ejercicio de de-
terminados derechos, lo que es constitucionalmente admisible en virtud de la
clasificación objetiva que realizan las autoridades penitenciarias y corroborada
también por el grado de peligrosidad extrema e inadaptación al tratamiento
penitenciario en los centros ordinarios de ejecución de pena; esto implica que
las medidas de seguridad implementadas en tales centros de seguridad, deban
ser mayores y más restrictivas de derechos, en virtud de la naturaleza misma
del tipo de internamiento, lo que no supone la supresión total del ejercicio de
sus derechos...” según se determinó en el caso concreto.
En tales términos, se concluyó que el régimen limitado de visitas y llama-
das telefónicas –según lo planteado por el pretensor– no puede considerarse
como violatorio al derecho a la integridad personal del favorecido pues el so-
metimiento del condenado a dicho régimen debe ser por el tiempo que sea
necesario hasta que desaparezcan o disminuyan significativamente las razones
o circunstancias que fundamentaron su internamiento en cumplimiento de ré-
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que debe usarse hasta que cesen los motivos que originaron el traslado hacia
este tipo de régimen.
Ahora bien, el régimen penitenciario es, en términos generales, la ordena-
ción de la vida normal de convivencia al interior de un establecimiento peni-
tenciario. El Reglamento General de la Ley Penitenciaria (RGLP), por su parte lo
define “como el conjunto de normas reguladoras de la convivencia y el orden
dentro de los Centros Penitenciarios, cualquiere que fuere su función” (sic),
–art. 247–.
Por su parte, el tratamiento penitenciario se define como el conjunto de
actividades dirigidas a la consecución de la reeducación y reinserción social de
los penados.
Como se advierte, ambos conceptos –tratamiento y régimen penitencia-
rio– son distintos, por tanto las actividades obligatorias de todo sistema peni-
tenciario no pueden confundirse con los métodos rehabilitadores que resultan
voluntarios –art. 126 de la Ley Penitenciaria–. Sin embargo, no debe perderse
de vista que el régimen constituye un medio para el tratamiento penitenciario
y su finalidad es conseguir una convivencia ordenada –dentro de los estableci-
mientos de ejecución de penas– que permita el cumplimiento de los fines de la
detención provisional respecto de los procesados y el tratamiento penitencia-
rio para los ya condenados.
En relación con el régimen penitenciario de los centros de seguridad, el
art. 199 del RGLP es enfático en señalar que el mismo deberá estar armoniza-
do con la exigencia de brindar tratamiento a los internos. Para tal efecto, las
actividades culturales, religiosas, deportivas y recreativas serán debidamente
programadas y controladas.
Es así, que el régimen especial de estos centros no podrá constituir en nin-
guna forma un obstáculo para la ejecución de los programas rehabilitadores
de los reclusos (véase resolución de HC 164-2005ac. de fecha 09/03/2011).
B. De acuerdo con el artículo 31-A números 1 y 2 de la Ley Penitenciaria,
los Equipos Técnicos Criminológicos deberán realizar evaluaciones periódicas a
los internos y proponer a los Consejos Criminológicos Regionales la ubicación
de estos en las fases del régimen penitenciario; de ahí que, en el artículo 194
del Reglamento General de la Ley Penitenciaria se establece que será el Equipo
Técnico Criminológico el que determinará o calificará la peligrosidad extrema
o la inadaptación del interno a los centros ordinario y abierto. Lo hará bajo la
apreciación de causas objetivas y mediante resolución razonada.
Asimismo, el Reglamento General de la Ley Penitenciaria en su artículo 145,
letra “c”, establece que una de las funciones de los Equipos Técnicos Crimino-
lógicos de cada centro penitenciario es la formulación de propuestas de ubica-
ción de los internos.
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dieciséis de mayo de dos mil diecisiete; pero en dicho libro tampoco consta que
se haya recibido el recurso aludido (...)
[A]l no haber registro de haberse recibido el recurso de revisión interpues-
to por el imputado (...) es imposible resolverlo por este juzgado, y en razón
de ello, no existe violación a derechos fundamentales o privación de libertad
como lo ha planteado el referido imputado” (sic).
Además, remitió copia del libro de control de entrada de escritos en los
meses de octubre, noviembre y diciembre del 2016 “los cuales se encuentran
dentro del parámetro en el que el imputado alega haberlo presentado al mani-
festar en fechas dieciséis de mayo que hace seis meses (le haberlo presentado
no obtuvo respuesta” (sic).
IV. Esta Salí abrió a pruebas el presente proceso a través de la resolución
dictada el 18/08/2017, a fin de que tanto la autoridad demandada como el
pretensor presentaran documentación que acreditara sus afirmaciones.
Pese a la oportunidad brindada por este Tribunal, ninguna de las partes
realizó ofrecimiento probatorio.
V. 1. A partir del reclamo planteado por el peticionario, es preciso indi-
car que esta Sala ha sostenido en su jurisprudencia que es competente para
examinar objeciones como la propuesta, por la incidencia en el derecho de
libertad del interesado, ello ante la falta de contestación o el retraso de una
resolución, informe o cualquier providencia que se espera le genere beneficios,
a fin de que las mismas efectivamente se produzcan, con lo cual si bien no hay
certeza de conseguirse el restablecimiento de la libertad personal, se logra una
respuesta sobre lo requerido.
Lo anterior, ha dado lugar al análisis de pretensiones de esa naturaleza a
través del hábeas corpus de pronto despacho, en relación con el derecho funda-
mental de protección jurisdiccional, tal como se ha señalado en las resoluciones
de HC 184-2009 de fecha 27/10/2010, 89-2016 del 30/05/2016, entre otras.
2. Ahora bien, en este caso el solicitante cuestiona la falta de respuesta a
un escrito que envió al Juzgado Especializado de Sentencia de San Miguel seis
meses antes de elaborar su petición de hábeas corpus –16/05/2017–, requi-
riendo revisión de su sentencia condenatoria.
Ante ello, por un lado, el juez ejecutor informó que al verificar el expedien-
te del proceso penal seguido contra el favorecido no encontró el escrito a que
hace referencia el mismo, sino únicamente dos presentados con anterioridad a
favor de otros procesados.
A su vez, la autoridad demandada señaló que de acuerdo al libro de en-
tradas de escritos que administra el juzgado, no existe registro de tal solicitud
que haya sido presentada en el lapso que refiere el peticionario; lo cual ha sido
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fecha siete de septiembre del presente año, este tribunal pronuncio sentencia
en el incidente de alzada (...) respecto de la cual han interpuesto recursos de
Casación a favor de otros procesados no así respecto del favorecido...” (sic).
IV. 1. Según los términos de la pretensión propuesta a este Tribunal, se
estima necesario exponer que, a través de la jurisprudencia de hábeas corpus,
se han determinado Parámetros generales que orientan la concreción de la
duración de la detención provisional y así ha establecido que esta: a) no puede
permanecer más allá del tiempo que sea necesario para alcanzar los fines que
con ella se pretenden; b) no puede mantenerse cuando el proceso penal para
el que se dictó ha finalizado; y c) nunca podrá sobrepasar la duración de la
pena de prisión señalada por el legislador para el delito atribuido al imputado
y que se estima, en principio, es la que podría imponerse a este; d) tampoco
es posible que esta se mantenga una vez superado el límite máximo temporal
que regula la ley, que en el caso del ordenamiento jurídico salvadoreño es
además improrrogable, por así haberlo decidido el legislador al no establecer
posibilidad alguna de prolongación (ver resoluciones HC 145-2008R, 75-2010 y
7-2010, de fechas 28/10/2009, 27/07/2011 y 18/5/2011, entre otras).
2. También es de hacer referencia, en síntesis, que esta Sala ha sostenido que
para determinar la duración de la medida cautelar de detención provisional debe
acudirse a lo dispuesto en el Art. 8 C.Pr.Pn., que prescribe los límites temporales
máximos de la misma: 12 y 24 meses, para delitos menos graves y graves, respec-
tivamente, prorrogables en 12 meses más en el último caso únicamente.
Lo anterior sin perjuicio de que, de conformidad con la posible pena a im-
poner y tomando en cuenta las reglas relativas a la suspensión de la pena o
a la libertad condicional, la duración de la detención provisional no tenga la
aptitud para llegar a tales límites máximos, en los delitos cuyas penas poco
elevadas no lo permitan, casos en los que se deberá respetar la regla de cesa-
ción de la detención provisional contenida en el art. 335 número 2 del código
mencionado.
Asimismo se ha indicado que dicho tiempo máximo está regulado para la
detención provisional durante todo el proceso penal, es decir desde su inicio
hasta su finalización, con la emisión de una sentencia firme (respecto al mo-
mento en que culmina el proceso penal ver, en coherencia con lo sostenido por
esta Sala, la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos del
caso López Álvarez contra Honduras, de 01/02/2006) y que la autoridad res-
ponsable de controlar la medida cautelar -con facultades, por lo tanto, de susti-
tuirla por otras cuando se exceda el aludido límite máximo de conformidad con
el art. 344 C.Pr.Pn.-, es el tribunal a cuyo cargo se encuentra el proceso penal.
La superación del límite máximo de detención dispuesto en la ley, en in-
observancia del principio de legalidad reconocido en el artículo 15 y, específi-
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mientras huían en un lugar conocido como ‘Las Pilitas’ fueron rodeados por
soldados quienes les dispararon. La ********** ‘corrió hacia un cerco con la
hija **********, entonces de un año de edad y se separó del resto de su fa-
milia, logrando sobrevivir, y que el padre de los niños, ********** huía junto
a **********, **********, **********, N y GZ (GS según partida de naci-
miento) R (...) que más adelante escuchó un helicóptero que aterrizó en el
lugar donde se habían quedado el resto de su familia, (...) dos días después se
encontró con su compañero ********** en un lugar cerca de la costa del de-
partamento de San Vicente donde se habían refugiado numerosos pobladores
(y que) ...********** le manifestó (...) que mientras huía habían perdido de
vista a los niños, que muchas personas fueron asesinadas, pero que momentos
después había escuchado que lloraban y que un helicóptero de la Fuerza Ar-
mada aterrizó cerca del lugar (...) (a)sí mismo el señor ********** y otras per-
sonas le comentaron que ‘volvieron al lugar (donde se dio el ataque) días des-
pués y encontraron varios cadáveres, sin embargo su hijo e hijas **********,
**********, VN y GZ (...) no fueron encontrados ni vivos ni muertos, hasta el
día de hoy’ ...”(mayúsculas suprimidas)(sic).
Recién ocurrida la desaparición de sus hijos, la señora ********** no rea-
lizó ninguna solicitud ante autoridades civiles o militares, debido al temor de
represalias contra su vida o la de sus familiares, por lo que hasta finalizado
el conflicto armado “...la señora **********, acude a externar su denuncia,
inicialmente ante la Comisión de la Verdad. Los casos de las hijas e hijo de la se-
ñora **********, aparecen en el listado de víctimas civiles, en los datos apor-
tados por fuentes indirectas. El caso fue señalado como ‘homicidio’, ocurrido
el catorce de agosto de mil novecientos ochenta y dos, bajo la responsabilidad
de la fuerza armada de El Salvador, en el Cantón El Caracol, municipio de San
Vicente, departamento de San Vicente...”(sic).
En el año 2004, en ocasión de pronunciarse sobre el caso de las hermanas E
y ESC, la PDDIE emitió un nuevo informe en el cual describió que tanto GS y N,
junto con sus hermanas y hermano “...huían de un operativo militar en el cerro
Juan Bosco, del Cantón San Juan Buenavista, se encontraron con elementos de
la Fuerza Armada entre ellos el Batallón Belloso, Quinta Brigada de Infantería y
elementos de la Guarda Nacional, quienes hicieron un cerco militar y rodearon
a las personas refugiadas, procediendo la Fuerza Armada a realizar una masa-
cre. Luego, que los elementos de la Fuerza Armada se habían retirado del sec-
tor, los pobladores comenzaron a buscar a sus familiares entre los sobrevivien-
tes y los muertos, pero no encontraron a los niños *********, ********** N,
**********, GZ (GS según partida de nacimiento) todos de apellido R’ (...) la
PDDH declaró la responsabilidad estatal por la desaparición de niños y niñas y
recomendó a la Fiscalía General de la República, investigar estos casos, sin que
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tre a partir de mil novecientos noventa y ocho; por lo que habiendo revisado el
sistema no se encontró registro alguno a nombre de GSCR y NCR.
xxi) Procuraduría General de la República, por escrito de 12/07/2017, la
licenciada Sonia Elizabeth Cortez de Madriz informó que “...se han buscado
minuciosamente en los registros que esta institución lleva de expedientes de
adopciones de niñas, niños y adolescentes a partir del año de 1982, no habién-
dose encontrado información sobre las niñas GS y N, ambas de apellido CR...”.
Por otra parte, debe indicarse que pese haberse requerido las certificacio-
nes de las partidas de nacimiento registradas a nombre de GS y N, ambas de
apellidos CR; e informes a la Comisión de Derechos humanos de El Salvador y
al Centro “Rosa Virginia Pelletier”, estas instituciones no remitieron documen-
tación alguna.
3.- Constan también agregadas certificaciones remitidas por las institucio-
nes no gubernamentales siguientes:
i) Escrito elaborado por el licenciado JCMB, en su calidad de Director Le-
gal de Editorial Altamirano Madriz, S.A. de C.V., junto con la certificación de
las notas periodísticas que documentan el operativo militar en San Vicente en
agosto de 1982.
ii) Escrito suscrito por el Representante Legal de la Sociedad Cooperativa
de Empleados de Diario Latino de Responsabilidad Limitada, señor NELP, me-
diante el cual remite certificación de notas periodísticas relacionadas con los
operativos militares ocurridos en San Vicente, en agosto de 1982.
4.- Con el fin de que sean incorporados a este proceso constitucional, la
Secretaría de esta Sala certificó documentación que consta agregada en otros
procesos de hábeas corpus, por contener información que puede coadyuvar
en la resolución del reclamo planteado en este caso, entre ellos, los siguientes:
i) Certificación del Informe pericial ordenado por esta Sala en el proceso
de habeas corpus con referencia 323-2012ac, que fue elaborado por la perito
MMZT con fecha 18/07/2014, sobre el patrón sistemático de desapariciones
forzadas acontecidas durante el conflicto armado en El Salvador.
i) Certificación de la resolución dictada a las diez horas con veintinueve
minutos del día 30/03/1998 por la Procuraduría para la Defensa de los Dere-
chos Humanos, contenida en el expediente de hábeas corpus con referencia
142-2015.
iii) Certificación del informe pronunciado el 02/09/2004 por la Procuradu-
ría para la Defensa de los Derechos Humanos sobre las “desapariciones forza-
das de las niñas E y ESC, su impunidad actual y el patrón de violencia en que
ocurrieron tales desapariciones”, agregada en el proceso HC142-2015.
Esta Sala, por resolución de las trece horas con cuarenta y dos minutos del
día 25/05/2017, ordenó la apertura a pruebas del presente proceso siendo que
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indicó en los párrafos anteriores- y son los que este tribunal determina como
acreditados.
En consecuencia, esta Sala pudo comprobar la existencia de las favoreci-
das, su desaparición, así como, la existencia de un vínculo entre esta y la prác-
tica de desapariciones forzadas llevada a cabo durante la época del finalizado
conflicto armado, específicamente respecto al operativo militar “Mario Alber-
to Azenón Palma” también conocido como “Invasión Anillo”.
Dicha conexión entre la desaparición de las beneficiadas, en el contexto de
una práctica sistemática de desapariciones forzadas, viene dado por la com-
probación de que las niñas, inmediatamente antes de su desaparición se en-
contraban en el lugar en el que miembros de la Fuerza Armada pertenecientes
a distintos batallones y unidades militares, en el mes de agosto de 1982, provo-
caron la desaparición de varios menores.
Por lo que a partir de los datos existentes, es dable sostener que la desa-
parición de las favorecidas ocurrió en el lugar y fecha indicados por los solici-
tantes, atribuible a miembros de la Fuerza Armada Salvadoreña. Actualmente
debido a su permanencia en el tiempo y el patrón de desinformación al respec-
to, estas también son responsabilidad del Ministro de la Defensa Nacional y del
Estado Mayor Conjunto de la Fuerza Armada.
Por tanto, al haberse comprobado a través de los elementos probatorios
aportados y recabados durante el proceso de hábeas corpus, que la desapari-
ción de GS y N, ambas de apellido CR es atribuible a agentes del Estado, esta
Sala debe otorgar la tutela constitucional acá requerida, y reconocer la viola-
ción al derecho de libertad física e integridad personal de las favorecidas.
VI.- 1. A partir de lo acontecido en este proceso constitucional, esta Sala
advierte que no existe un comportamiento activo del Ministerio de la Defensa
Nacional y del Estado Mayor Conjunto de la Fuerza Armada, en torno a los
casos de desaparición forzada reclamados mediante este hábeas corpus.
Esta se evidencia en la negativa, simple, respecto a proporcionar cualquier
información relacionada con las desapariciones-que incluye tanto la práctica
de las mismas durante el conflicto armado que ha sido reconocida incluso por
instancias internacionales; y, más precisamente, en relación con el caso de los
favorecidos en este hábeas corpus- negativa que no es acompañada de prueba
que justifique tal inexistencia, ni tampoco de las razones por las cuales no exis-
ten dichos registros, a pesar de tener obligación legal vigente-en ese entonces-
cuando iniciaron las desapariciones, y actualmente, de tener ese tipo de datos.
Pero también en su actitud pasiva ante la alegada falta de información so-
bre comportamientos de graves violaciones a los derechos fundamentales que
se atribuyen a esas instituciones y que fueron realizados hace más de treinta
años, como lo es la práctica sistemática de desapariciones forzadas llevadas a
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instituciones que cuentan con los instrumentos legales y técnicos para realizar
una efectiva investigación de campo y científica, a efecto que sean estas las que
coadyuven a otorgar una tutela de carácter material y así establecer el paradero
de personas desaparecidas, para el caso de todos los desaparecidos. Así, se tiene:
La Fiscalía General de la República, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo
193 ordinal 1°, 3° y 7° de la Constitución, le corresponde “Defender los inte-
reses del Estado y de la sociedad; (...) Dirigir la investigación del delito con la
colaboración de la Policía Nacional Civil en la forma que determine la ley; (...)
Nombrar comisiones especiales para el cumplimiento de sus funciones...”
El artículo 18 literal m) de la Ley Orgánica de la Fiscalía General de la Repú-
blica establece que son atribuciones del Fiscal General: “...nombrar comisiones o
fiscales especiales para el ejercicio de sus atribuciones, oyendo al Consejo Fiscal”.
Por tanto, es dable aseverar que la Fiscalía General de la República, cuenta
de forma directa e indirecta con medios técnicos o científicos para coordinar
investigaciones y entre sus atribuciones constitucionales y legales se encuen-
tra representar a las víctimas para garantizar el goce de sus derechos-Art. 18
letra g) de la Ley Orgánica de la Fiscalía General de la República-; por lo que
tiene encomendada la función de llevar a cabo todas las acciones necesarias
a efecto de establecer la situación material en este momento de los favore-
cidos. Adicionalmente debe señalarse que la Fiscalía General de la República
debe considerar la jurisprudencia de la CoIDH referida a las características de
la investigación que debe efectuarse, en relación con violaciones de derechos
humanos, a las que se hizo referencia en el considerando precedente.
Pero además, a los criterios de dicho tribunal que establecen, por un lado,
que, “[e]n aras de garantizar su efectividad, la investigación debe ser condu-
cida tomando en cuenta la complejidad de este tipo de hechos, que ocurrie-
ron en el marco de operativos de contrainsurgencia de las Fuerzas Armadas,
y la estructura en la cual se ubicaban las personas probablemente involucra-
das en los mismos, evitando así omisiones en la recaudación de prueba y en el
seguimiento de líneas lógicas de investigación” (caso Contreras y otros vs. El
Salvador, párr. 146), y, por el otro, que “... son inadmisibles las disposiciones
de amnistía, las disposiciones de prescripción y el establecimiento de exclu-
yentes de responsabilidad que pretendan impedir la investigación y sanción
de los responsables de las violaciones graves de los derechos humanos...”
(caso Hermanas SC vrs. El Salvador, párr. 172). Aunado a ello, este tribunal
sostuvo en la sentencia del 26/9/2000, Inc. 24-97, que “...la amnistía [...] es
aplicable únicamente en aquellos casos en los que el mencionado ocurso de
gracia no impida la protección en la conservación y defensa de los derechos
de las personas, es decir cuando se trata de delitos cuya investigación no per-
sigue la reparación de un derecho fundamental”.
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Por otro lado es de señalar que, desde el día que venció el plazo para ela-
borar la sentencia -16/05/2017, según la última acta de audiencia de vista
pública-, hasta la fecha de promoción de este habeas corpus -21/06/2017-, la
sentencia no había sido redactada ni notificada al procesado y su defensora,
habiendo transcurrido un mes y seis días aproximadamente.
En auto de las ocho horas con quince minutos del 31/05/2017, en atención
a requerimientos de los defensores particulares acreditados en el proceso, el
tribunal de sentencia hizo referencia a que la tardanza en la elaboración de la
sentencia se debe a una serie de vistas públicas programadas, a la tramitación
de nuevos procesos, a la resolución de recursos de revisión de sentencias, y,
entre otros aspectos, a que lo voluminoso y complejo del litigio imposibilitan
confeccionarla inmediatamente después de celebrada la audiencia de vista pú-
blica, por lo que no ha incurrido en una dilación indebida.
En tal sentido, esta Sala advierte que se trata de un caso de complejidad
fáctica y jurídica, que justifica el transcurso de un mes y seis días para la emi-
sión de la sentencia definitiva, en tanto requiere el análisis de una cantidad
considerable de prueba documental, testimonial y pericial, relacionada a seis
imputados en la supuesta comisión del delito aludido; habiendo participado
además en la vista pública que se desarrolló en ocho sesiones una pluralidad
de sujetos -once defensores, tres fiscales, seis imputados y dos víctimas- cuyos
argumentos expuestos debían ser analizados por el juez.
Por tanto, es posible establecer que la tardanza cuestionada carece de tras-
cendencia constitucional, en tanto se encuentra justificada en el motivo antes de-
tallado -complejidad fáctica y jurídica del caso-, es decir, no se ha comprobado la
existencia de dilaciones indebidas, pues existe una justificación legitima que ha
retardado la emisión de la sentencia, consistente en la cantidad de prueba desti-
lada, el número de partes que concurrió y el tiempo de duración del juicio; como
consecuencia de ello, se descarta la vulneración a los derechos de recurrir y liber-
tad física del señor JOBS, por lo que deberá desestimarse la pretensión planteada.
Cabe añadir que pese a que se ha verificado la legitimidad de la tardan-
za en la emisión de la sentencia con base en las condiciones aludidas, ello no
puede ser utilizado de excusa por la autoridad demandada para continuar di-
latando su elaboración, la cual debe acontecer lo más pronto posible, en caso
de no haberse hecho ya. En virtud de ello, el Tribunal de Sentencia de Santa
Tecla debe procurar emitir la sentencia correspondiente en el caso del señor
BS, en el menor tiempo que pueda, a fin de que éste haga uso de los medios de
impugnación que considere pertinentes y no afectar su libertad física.
Por las razones expuestas y de conformidad a los artículos 11 inciso 2°, 12,
13, 15 de la Constitución y 71 de la Ley de Procedimientos Constitucionales;
esta Sala RESUELVE:
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grupo y encerrada en una celda en donde paso todo el tiempo junto con otras
personas, limitada en mis derechos mismos. (...) en la celda que me encuentro
es de 9 ladrillos de largo y 8 ladrillos de ancho, que me encuentro con seis
personas más es decir estamos aislados, siendo una celda oscura, no recibimos
sol, nuestra alimentación es limitada, la celda se encuentra aislada, es húmeda
donde proliferan diferentes enfermedades, que por mi condición de salud he
pasado enferma todo este tiempo con diferentes enfermedades como azúcar
en sangre o diabetes, presión alta, asmática, que últimamente he padecido de
hongos, si bien es cierto recibo atención médica pero en ocasiones es necesario
que me lleven a un centro hospitalario cosa que por el decreto no hacen (...) he
hecho continuas peticiones a diferentes instituciones por medio de mi familia
y abogado, pero todos estas instituciones alegan que por encontrarme dentro
de las medidas extraordinarias no pueden hacer nada, sin que hasta este mo-
mento se haya demostrado que pertenezco a pandillas o maras, ya que perfec-
tamente se me puede trasladar a los sectores de cárcel de mujeres en donde
están las personas comunes, y con ello podría tener salidas al Hospital y visita
de parte de mis familiares, así como al depósito de dinero y otras cuestiones
que me son limitadas (...) los derechos que se me están vulnerando son a la
integridad física, psíquica y moral...” (sic)
II. En la forma prescrita por la Ley de Procedimientos Constitucionales se
nombró juez ejecutor, labor encomendada a Oscar Antonio Reinosa Sánchez
quien en su informe rendido ante esta Sala señaló que verificó el expediente
clínico de la señora AF y que constan reportes de las visitas médicas efectuadas,
en uno de ellos el doctor Ilex Elohim Hernández López informó que la interna
solicita salir del encierro en el cual permanece, porque ella considera que eso
deteriora más su salud.
También aludió que el galeno Fredy Arístides Cortez Urías el 25/5/2016,
diagnosticó a la favorecida antecedentes de asma bronquial, hipertensión ar-
terial, hemorroides externas por síndrome de colon. Se tiene además remisión
al Hospital Rosales con medicina interna.
Indicó que la beneficiada se encuentra recluida dentro del citado centro
penal, en el sector denominado “la isla, como sinónimo de aislamiento” este,
según le manifestaron las autoridades, ya estaba clausurado por la construc-
ción de nuevas instalaciones que servirían para resguardar a las internas some-
tidas a medidas extraordinarias.
Expresó que la procesada estaba ubicada en la celda 2-4 sector 13 y fue
trasladada al lugar en el que se encuentra en razón de reiteradas peticiones
efectuadas por ella, según el equipo técnico y directora del aludido recinto.
Refirió que verificó las condiciones de la celda en la que está la favoreci-
da, las cuales describió como deplorables, tiene acceso a luz, agua y existe un
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baño, estando dos personas más con ella cuando realizó tal inspección. Indicó
que también examinó la celda en la que estuvo antes la procesada, de la cual
observó que “está en mejores condiciones” que la actual.
Señaló que no encontró resolución del equipo técnico que motive la ubica-
ción de la beneficiada en ese lugar, pero sí consta un escrito en el que aparecen
las huellas digitales de la interna en el cual se consigna que esta pertenece a la
“pandilla MS”.
Expuso que la favorecida le manifestó que hace quince días le tocaba tra-
tamiento médico, pero no la llevaron y que solo cuenta ya con tres pastillas.
Concluyó que existen las vulneraciones alegadas pues no le cumplen sus
controles médicos, así como las malas condiciones carcelarias en las que está
la pretensora.
III. Las autoridades demandadas rindieron respectivamente su informe de
defensa, así:
1. Mediante oficio número 623/SDT/2017 del 22/6/2017, el Equipo Técni-
co Criminológico del Centro de Readaptación para Mujeres de llopango rindió
informe en el que manifestó que la pretensora ingresó a ese centro penal el
14/6/2016, por resolución ministerial, y fue instalada en el sector “E”, que co-
rresponde a un espacio de reciente construcción donde se albergaría a una
población de internas determinadas que representa cierta inadaptación.
Señaló que a pesar que dichas condiciones son mejores, la beneficiada insis-
tió en ser ubicada en un lugar distinto por motivos de no pertenecer a grupos
de maras o pandillas y debido al rechazo de las demás internas de ese sector.
Sin embargo, expresó que se tiene escrito en el que la misma pretensora indicó
ser parte de un grupo delincuencial.
En razón de lo anterior fue reubicada en un lugar que antes se utilizó para
separar administrativamente a las reclusas que mostraban “inadaptabilidad
manifiesta”, es decir, se le instaló en las antiguas celdas de separación adminis-
trativas, ello para garantizar su integridad física, además indicó que no pueden
trasladarla a otra parte del recinto debido al cumplimiento de las medidas ex-
traordinarias.
Afirmaron que no es posible hablar de la figura de una “celda de aislamien-
to” porque eso se refiere a una medida administrativa que se toma cuando la
privada de libertad ha cometido alguna falta, y la señora AF se encuentra en
dicho espacio a petición de ella misma.
Dicho equipo también informó acerca de los padecimientos de salud de la
favorecida, los cuales son diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial, asma
bronquial, trastorno depresivo; aseveró que de todos, tiene tratamiento pres-
crito y también recibe dieta especial desde agosto del año 2016 a la fecha.
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familia (...) veo luces que hablan y los bultos, oigo que me hablan y [que] soy
llorona me jalo el pelo (....) presentando áreas de alopecia...”
Dicha galena señaló que la paciente mostraba cuadro “depresivo grave”
con “psicóticos” más “riesgo suicida”; ordenó que fuera remitida de emergen-
cia al Hospital Nacional Psiquiátrico.
Posterior a ello, se encuentra hoja de retorno del aludido nosocomio, del
17/8/2016, en la cual, las doctoras Issa Margarita Chicas Sandoval y Karla Mer-
cedes Aguilar Portillo, indicaron que la paciente presenta “cuadro adaptativo
con depresión” pero acepta tomar tratamiento, estipularon como recomenda-
ción restringirle el acceso a objetos cortos punzantes y “que no se mantenga
en aislamiento”.
En el reconocimiento médico forense ordenado por esta Sala para verificar
el estado de salud de la beneficiada, efectuado el 21/6/2017 por los doctores
Luis Stanley Artiga Avilés y Leonardo Humberto Romero Tatua, se consignó:
“...según consta en el expediente clínico la paciente ha sido diagnosticada
desde hace ochos años con Diabetes Mellitus tipo dos (insulina dependiente),
tratada con insulina (rápida) (...) además de Hipertensión arterial Crónica con
mismo tiempo de evolución (...) Es evaluada en fecha del día dieciséis de agos-
to del año dos mil dieciséis por especialidad de psiquiatría siendo diagnostica-
da con trastorno depresivo grave con síntomas psicóticos más riesgo suicida,
indicándole en ese momento referencia hacia Hospital Nacional Psiquiátrico
en donde medican y dejan controles subsiguientes, pero no los cumplió; el día
veinte de marzo del año dos mil diecisiete, presenta cuadro de cefalea fiebre
y absceso en el glúteo derecho, por lo que es tratada con medicamentos (...)
el dieciocho de junio del presente año recibe una nueva consulta por especia-
lidad de psiquiatría, donde es diagnosticada con trastorno depresivo e indican
tratamiento (...) por seis meses (...) al momento de esta evaluación la paciente
refiere no encontrarse cumpliendo los controles de seguimiento y el tratamien-
to indicado por especialidad de psiquiatría...”
Indicaron que la interna colaboraba con la entrevista “pero se observa con
labilidad emocional y con tendencia al llanto, al narrar sobre sus problemas de
salud y sobre trato personal dentro del centro penal”.
En sus conclusiones señalaron: “...al momento de esta evaluación encontra-
mos a la paciente padeciendo de sus enfermedades crónicas degenerativas en
forma agudizada, por lo cual recomendamos que reciba atención médica por
parte de las especialidades de Medicina Interna y Psiquiatría, con el objetivo de
estabilizar su estado de salud y posteriormente debe continuar su tratamiento
de forma ambulatoria. Se confirmó que ha tenido asistencia médica brindada
en la clínica del centro penitenciario, pero la paciente refiere que no le cum-
plen su tratamiento según las dosis y en la forma en como ha sido indicado. En
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reiterar que una medida de tal naturaleza debe ser excepcional, sin embargo,
la autoridad demandada pese a que existe una prescripción médica en la cual
se expresa que dicha persona no debe permanecer en ese recinto, ha continua-
do en ese lugar por más de diez meses al momento de promover este proceso.
Con relación a ello, es indicar que es inaceptable para este tribunal que una
autoridad penitenciaria, como garante de los derechos de los internos bajo
su administración, permanezca inerte frente a situaciones que están generan-
do menoscabo a la salud de una persona privada de libertad, cuando existen
como en este caso dictámenes médicos que indican dicho deterioro en la inte-
gridad física de la persona por las condiciones en que cumple su restricción, y
no hacer nada para superar las mismas. Dicha pasividad refleja displicencia y
negligencia al permitir que la señora AF continuara en una celda con las condi-
ciones descritas como deplorables.
Así, se reitera que las autoridades penitenciarias no pueden mostrar aquies-
cencia frente a situaciones como las señaladas, pues ello no solamente transgre-
de la Constitución y los principios antes citados sino que también las normas de
derecho internacional. Y es que además, el art. 5 del Código de Conducta de las
Naciones Unidas para Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley, reza:
“Ningún funcionario encargado de hacer cumplir la Ley podrá infligir, instigar o
tolerar ningún acto de tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanas o de-
gradantes, ni invocar la orden de un superior o Circunstancias especiales; como
estado de guerra o amenaza de guerra, amenaza a la seguridad nacional, inesta-
bilidad Política extrema o cualquier otra emergencia pública, como justificación
de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes”.
Al respecto es de aclarar, que esta Sala no desconoce que la administración
penitenciaria tiene la potestad de ubicar a los privados de libertad por razo-
nes técnicas en recintos cancelarios disponibles, respetando las diversas sepa-
raciones con base en las condiciones jurídicas y perfiles criminológicos; y que,
excepcionalmente, puede tomar medidas extraordinarias para salvaguardar la
vida o integridad física de un interno o frente a la necesidad institucional de
guardar el orden y la seguridad del lugar.
No obstante, llama la atención de esta Sala el hecho de que la pretenso-
ra ha manifestado de forma insistente a las autoridades no pertenecer a un
grupo delincuencial, y que además en coherencia con ello ha sido rechazada
por el mismo, y a pesar de lo anterior, la autoridad penitenciaria no ha hecho
ninguna acción para indagar sobre la veracidad de lo expuesto, para luego
realizar las gestiones que se encuentren dentro de su competencia, según sea
lo conducente.
De modo que, en el presente caso, el encierro de la beneficiada en ese
lugar durante tanto tiempo ha repercutido en su integridad psíquica, quien
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