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NULIDADES

 
DEBERÁ DECRETARSE CUANDO EL VICIO EN QUE SE INCURRE
CAUSE INDEFENSIÓN O SEA INSUBSANABLE
 
“2. Inicialmente, la Sala considera que la denuncia hoy conocida pone en
perspectiva, por una parte, las garantías y principios que obran a favor del
justiciable, y por otra, las formas procesales, debiendo por tanto iniciar
exponiendo que al sistema de garantías penales sustantivas y procesales
consagradas en la Constitución se le conoce como debido proceso, el cual consta
de un conjunto de derechos reconocidos que resultan ser el reflejo del sistema
político y jurídico adoptado por el Estado.
 
Como consecuencia, asumida toda esta normativa como parámetro de
constitucionalidad, el ordenamiento secundario no lo puede desconocer,
constituyéndose en su límite, dentro del cual se deben desarrollar los derechos de
carácter penal sustantivo y procesal.
 
Para los efectos de esta impugnación, interesan aquellos derechos que tienen
incidencia en la etapa de juicio y su desarrollo, destacando los llamados:
Derechos del procedimiento como integrantes del debido proceso; el principio de
legitimidad de la prueba, inmediación de la prueba, publicidad del proceso -
debate oral-, valoración razonable de la prueba y Juez Natural, entre otros.
 
Como parte del principio de legalidad contenido en el Art. 2 Pr. Pn., según el
cual no puede imponerse pena, sin la realización de un proceso penal legalmente
establecido -debido proceso legal-, exigiéndose que para el juzgamiento de un
individuo debe contarse con jueces competentes y debidamente instituidos con
anterioridad, quienes están en la obligación de resolver con objetividad la causa
y asegurar la participación en igualdad procesal (Art. 12 Pr. Pn.).
 
En este marco contextual, debe indicarse entonces que al momento de vulnerarse
alguna de las garantías antes indicadas, nuestra legislación otorga una sanción
denominada nulidad, definiéndola doctrinalmente como: "una conminación legal
por la cual deben declararse inválidos determinados actos procesales cumplidos
sin observar las disposiciones exigidas para su realización..." (Clariá Olmedo,
Jorge. Tratado de Derecho Procesal Penal. Tomo 4. Ediar S.A., 1963, p. 186).
 
2. Ahora bien, sobre este particular, la doctrina en lo pertinente
recoge: "la actividad procesal irregularmente cumplida perjudica el
desenvolvimiento normal del proceso, y puede atentar contra los intereses
protegidos por él. En consecuencia, no debe en principio mantenérsela como
integrante de la serie de actos, a cuyo fin a de impedirse que produzca efectos o
deben eliminarse los que hubiere producido. Pero otros factores orientadores del
proceso hacia su meta final, contribuyen a que esta solución no sea rígida. Es así
como el extremo formalismo ha sido atemperado en su concepción amplia, pues
en muchos casos se tolera actualmente su inobservancia cuando se causa
perjuicio a la defensa, no afecta a alguno de los presupuestos procesales o no
rompe el equilibrio entre las partes establecido por las reglas de la igualdad y del
contradictorio" (Clariá Olmedo, Jorge."Tratado de Derecho Procesal Penal",
Tomo IV. Ediar, Buenos Aires, 1964, pp.141).
 
En esta tesitura debe entenderse que una nulidad procesal sólo debe decretarse
cuando el vicio en que se incurre cause indefensión o no pueda ser subsanable,
en razón que el principio de la nulidad por la nulidad misma no es aceptable,
pues, una nulidad aunque absoluta, si su declaratoria no envuelve ningún interés
procesal no debe declararse, en tanto que debe tenerse siempre presente que falta
tal requisito en aquellos supuestos en los cuales la repetición del acto viciado no
trae ninguna ventaja procesal para la parte que la alega, o para el objeto del
procedimiento, y no debe confundirse con el interés de la parte procesal en que
se repitan otros actos del procedimiento que le son adversos.”
 
CONSIDERACIONES JURISPRUDENCIALES SOBRE LA ACTIVIDAD
PROCESAL DEFECTUOSA
 
“Así las cosas, en materia de nulidades no debe soslayarse el concepto de
Actividad Procesal Defectuosa, desde el cual se deben analizar los vicios
producidos en el proceso, habiendo sido desarrollado mediante la jurisprudencia
de esta Sala, que en lo pertinente ha expresado: "se logran verificar los
presupuestos que operan en materia de actividad procesal defectuosa, los cuales
son: Taxatividad: en virtud del cual, únicamente se declarará la nulidad de un
acto ilícito o irregular, en los casos que la ley procesal lo estipule. Dicho
presupuesto se encuentra consignado en la parte primera del art. 345 Pr. Pn.
Trascendencia: indica que, no todo acto ilícito o irregular que esté sancionado en
la ley con nulidad, será objeto de la misma, sino únicamente cuando el defecto
cause un grave perjuicio. Ese principio se encuentra consignado en la última
parte del inciso primero de ese artículo. Conservación: en atención al cual, solo
se declarará la nulidad de un acto procesal defectuoso, cuando sea
imprescindible para restablecer los derechos de la parte perjudicada, es decir,
preservando la validez de los actos independientes del defectuoso. Ese requisito
se encuentra impregnado en el inciso segundo de ese artículo. Subsanación: que
sostiene la subsistencia del acto defectuoso, a través de la respectiva
convalidación en los casos que la ley señala. Proporcionalidad: en atención al
cual, la consecuencia jurídica debe ser acorde al defecto o vicio procesal, no
siendo excesiva aquella." (Ver Ref. 172C2017 del 21/05/2018).
 
Bajo la noción de la actividad procesal defectuosa, no cabe centrar un litigio
sobre las formas, sino sobre el conflicto, en el que la trascendencia del vicio está
supeditada al agravio y no solo al quebrantamiento de la forma. Como lo refiere
la doctrina: "... sólo se han decretado cuando el incumplimiento de las
formalidades procesales han ocasionado un perjuicio definitivo e irreparable a
los principios que rigen el DEBIDO PROCESO PENAL..." (Cruz Castro,
Fernando, La Nulidad por la Nulidad, la Justicia Pronta y Cumplida, y la
vigencia del Formalismo Procesal. Proyecto de Reforma Judicial, 1994, p.18).
Atendiendo a esa postura, ha dicho este Tribunal, que para anular una sentencia
o resolución a través del recurso de casación tiene que existir un daño irreparable
y definitivo de forma que garantice la vigencia real de las garantías
constitucionales.

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