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Civilización

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Para otros usos de este término, véase Civilización (desambiguación).

Vista sobre la origen del concepto de ciudadano y con él el de civilización.

Una civilización es una sociedad compleja,12 y por tanto sus rasgos definitorios


son su forma de organización, sus instituciones y su estructura social, así como su
tecnología disponible y la forma de explotación de los recursos disponibles. 345678910
11

Las civilizaciones se diferencian de las sociedades tribales basadas en


el parentesco12 por el predominio del modo de vida urbano (la ciudad, que impone
relaciones sociales más abiertas) y el sedentarismo (que implica el desarrollo de
la agricultura y a partir de ella todo tipo de
desarrollos tecnológicos y económicos con la división del trabajo, la
comercialización de excedentes13 y, más tarde, la industrialización y
la terciarización).14 Con pocas excepciones, las civilizaciones son históricas, es
decir, utilizan la escritura para el registro de su legislación y su religión (aparecidas
con el poder político -reyes, estados- y religioso -templos, clero-) y para la
perpetuación de la memoria de su pasado (incluyendo la aparición de los
conceptos de tiempo histórico y calendario).
Si se utiliza en un sentido amplio, civilización pasa a ser sinónimo
de cultura (englobando las visiones del mundo o ideologías, las creencias,
los valores, las costumbres, las leyes e instituciones), que se suele aplicar con
carácter más general.
Recientemente, surge un nuevo concepto de civilización: «la civilización empieza a
aparecer cuando se establece un sistema de vida factible; es decir, una relación
apropiada entre el hombre y la naturaleza, de acuerdo con las características de
una región determinada».15 De acuerdo a este nuevo enfoque, el desarrollo
industrial solo desarrolla a una civilización si éste contribuye al bienestar de
la sociedad y del medio ambiente. A partir de esta definición, vemos una profunda
relación entre civilización y sustentabilidad. Yendo más lejos, se puede decir que
el progreso no siempre es acumulativo, sino que es no lineal; el paso del tiempo
en una sociedad puede afectar tanto al bienestar de sus miembros como al
bienestar de la naturaleza.
Etimológicamente, la palabra «civilización» deriva indirectamente
del latín civitas (ciudad) que entronca con civitio o sentimiento comunitario16 y
de civis (ciudadano) a través de civil y civilizar.

Índice

 1Historia del concepto

 2Civilización en singular o civilizaciones en plural


o 2.1Civilización como estado de la evolución cultural
o 2.2Relativismo cultural
o 2.3Civilizaciones en perspectiva histórica

 3Referencias

 4Bibliografía

 5Enlaces externos

Historia del concepto[editar]


La palabra inglesa civilization procede del francés de principios de la Edad
Moderna (siglo XVI) civilisé ("civilizado"), del latín civilis ("civil"), relacionado
con civis ("ciudadano") y civitas ("ciudad").17 El tratado fundamental es El proceso
de la civilización de Norbert Elias (1939), que traza las costumbres sociales desde
la medieval hasta el 'período moderno temprano'.18 En La filosofía de la
civilización (1923), Albert Schweitzer esboza dos opiniones: una
puramente materialista y otra materialista y ética. Dice que la crisis mundial
proviene de la pérdida por parte de la humanidad de la idea ética de civilización,
"la suma total de todos los progresos realizados por el hombre en todas las
esferas de acción y desde todos los puntos de vista, en la medida en que los
progresos contribuyen al perfeccionamiento espiritual de los individuos como el
progreso de todos los progresos".19
Palabras relacionadas como "civismo" se desarrollaron a mediados del siglo XVI. El
sustantivo abstracto "civilización", que significa "condición civilizada", surgió en la
década de 1760, también del francés. El primer uso conocido en francés es en
1757, por Victor de Riqueti, marqués de Mirabeau, y el primer uso en inglés se
atribuye a Adam Ferguson, quien en su Ensayo sobre la historia de la sociedad
civil de 1767 escribió, "No sólo el individuo avanza de la infancia a la virilidad, sino
la propia especie de la rudeza a la civilización". 20 La palabra se oponía, pues, a la
barbarie o a la grosería, en la búsqueda activa del progreso característico del Siglo
de las Luces.
A finales de 1700 y principios de 1800, durante la Revolución Francesa,
"civilización" se utilizaba en el singular, nunca en plural, y significaba el progreso
de la humanidad en su conjunto. Éste sigue siendo el caso en francés. El uso de
"civilizaciones" como un sustantivo contable fue de uso ocasional en el siglo XIX,21
pero se ha hecho mucho más común a finales del siglo XX, a veces sólo con el
significado de cultura (a su vez, en origen, un sustantivo incontable, convertido en
contable en el contexto de la etnografía).22 Sólo en este sentido generalizado se
puede hablar de una "civilización medieval", que en el sentido de Elías habría sido
un oxímoron.

Civilización en singular o civilizaciones en plural [editar]


Civilización, un concepto fundacional de las ciencias sociales, tiene un uso
conceptualmente distinto, incluso opuesto,23 cuando se emplea intencionalmente
en singular, refiriéndose al grado superior de desarrollo de la sociedad humana,
con lo que se indica que existe una única civilización; o cuando se hace en plural,
para indicar la pluralidad de las civilizaciones a través del tiempo, el espacio
geográfico y los distintos rasgos culturales (lenguas, religiones, e incluso los
polémicos conceptos de etnias o razas humanas), con lo que se indica que han
existido y existen muchas: civilización micénica, civilización andina, civilización
grecorromana -o civilización griega y civilización romana-, civilización
china, civilización islámica, civilización cristiana, civilización occidental, etc.,
incluso las identificadas con las naciones europeas que han tenido un mayor peso
en la formación histórica de imperios o han ido extendiendo su lengua o su cultura
(civilización portuguesa, civilización española, civilización francesa, civilización
británica, civilización rusa, civilización alemana, civilización italiana).
Civilización como estado de la evolución cultural[editar]
La descripción tradicional de la evolución cultural de la humanidad incluía su paso
por tres estadios: salvajismo, barbarie y civilización. Esta perspectiva implicaba
la idea de progreso, por más que entre sus establecedores estuviera Rousseau,
que no veía mejora, sino degradación, en el paso del estado de
naturaleza del buen salvaje al estado de civilización, en que el hombre está
pervertido y corrompido por la sociedad. El pesimismo rousseauniano fue
superado por los intelectuales posteriores, claramente optimistas
(positivismo de Auguste Comte).
El predominio europeo desde la era de los descubrimientos (siglo XV), pero sobre
todo desde la Revolución industrial (siglo XVIII) y el reparto colonial de
África (siglo XIX), en la fase del capitalismo que se conoce
como Imperialismo (definición de Lenin), parecía hacer evidente para los
contemporáneos la supremacía de todas sus particulares formas de organización:
fueran económicas, sociales, políticas, incluso sus creencias y
su raza (misionerismo y racismo). Desde ese punto de vista, el
concepto ilustrado de civilización universal pasó a imponerse como un modelo a
que todas las partes del mundo debían amoldarse, de grado o por la fuerza, por su
propio bien; y las potencias imperialistas occidentales debían afrontar, no por ser
su interés, sino por ser su sagrada misión, esa carga del hombre blanco (Rudyard
Kipling).
Relativismo cultural[editar]
El surgimiento de dudas en el esquema es paralelo a su propia formulación, y
pueden ubicarse desde la Junta de Burgos y la Junta de Valladolid, en que se
realizó el debate de los justos títulos en el que Bartolomé de las Casas tomó
partido por los conquistados en vez de por sus compañeros de conquista (aunque
desde luego pensaba en su religión como única verdadera). El relativismo
cultural que se hace científico con la antropología moderna (Franz Boas) va a
ampliarse al concepto de civilización, que empieza a usarse en plural, y en pie de
igualdad relativa, para definir a cada una de las organizaciones humanas,
vinculadas a una forma de entender la vida, más allá incluso del concepto
de Religión o de Cultura.
Tanto el Oxford Dictionary como el DRAE coinciden en que civilizar es sacar a algo o alguien de un estado bárbaro o salvaje, instruyéndole en las artes
de la vida -añade el libro inglés- de modo que pueda progresar en la escala humana. O sea que, aunque una civilización sea el conjunto
de creencias y valores que conforman una comunidad, a la civilización en sí podemos definirla como el progreso a secas. Las civilizaciones, en
cambio, constituyen un concepto más ambiguo e impuro: hacen referencia no sólo a los valores culturales, éticos o de cualquier otro tipo que sustentan
la sociedad, sino también a sistemas o mecanismos de organización de la misma. Tienen, por eso, que ver con la cultura y la educación, pero
también, y en gran medida, con el poder. En la historia de las culturas desempeña, a no dudar, un papel relevante la de las religiones, y de ahí se deriva
el frecuente abuso intelectual que tiende a confundir éstas con las civilizaciones propiamente dichas. Sería absurdo negar que la religión, y su práctica,
han tenido enorme influencia en el devenir de los humanos.
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Entendido de este modo, en plural, cada civilización es una entidad cultural que


aglutina un sentido más o menos consciente de unidad, y que agrupa en su seno a
varias naciones y pueblos distintos.
Determinadas sociedades, por sus especiales logros culturales y por la capacidad
de estos de imponerse como comunes a un espacio más o menos amplio, son
consideradas por los historiadores como civilizaciones independientes. Un ejemplo
claro lo daría la anfictionía que unificaba a todas las polis griegas en torno a
determinados lugares de culto (el oráculo de Delfos), festividades (las Olimpiadas)
o textos (las obras de Homero) y que las oponía a lo que
consideraban bárbaro (extranjero, que habla con sonidos ininteligibles: bar-bar) y
no helénico, como los persas.
Evolución de las civilizaciones antiguas. Se aprecia que distintas civilizaciones históricas (dentro de una misma figura) comparten el mismo grado de desarrollo

político, social y cultural.


Pirámide en Teotihuacan. Las construcciones de este tamaño requieren la organización social que encontramos en las civilizaciones. El impacto
que el descubrimiento de este tipo de construcciones junto a las complejas sociedades que se les asociaban, tuvo en los conquistadores
españoles y en los teóricos que reflexionaron sobre los justos títulos de dominio sobre ellas; está en el origen de las distintas consideraciones y
descripciones de los indígenas americanos (de buen salvaje a caníbal despiadado), del debate intelectual que fundó el derecho de gentes y de la
reflexión europea sobre el concepto mismo de civilización. También en la Grecia clásica, el contacto con otros pueblos de diferentes lenguas y
culturas había sido el desencadenante que estimuló el surgimiento de la reflexión crítica indispensable para el nacimiento de la filosofía y
la historia (Tales de Mileto, Heródoto).

Fráncfort, centro financiero de la Unión Europea (un exitoso ejemplo de integración supranacional en el continente más devastado por las guerras
hasta la primera mitad del siglo XX), ejemplifica la moderna sociedad postindustrial o de la información, fruto de la evolución tecnológica en su
última fase (aplicación masiva de la informática y las telecomunicaciones).

Civilizaciones en perspectiva histórica[editar]

El choque entre grupos rivales según Huntington (1996), tal como se presenta en el libro. Occidente (azul), América Latina (violeta), Japón (rojo), mundo chino

(granate), mundo indio (naranja), Mundo islámico (verde), países ortodoxos (celeste), África negra (marrón), países budistas (amarillo). Otros colores pueden indicar

líneas de falla donde el choque de civilizaciones puede ocurrir. Transilvania (en Rumanía), el oeste de Ucrania, el norte de Serbia y otros están en el "mundo

occidental" de acuerdo con el libro. El autor considera que en lugar de pertenecer a las civilizaciones "mayores" Etiopía y Haití (en marrón claro) son países

"solitarios", y que Israel (turquesa) puede ser considerado un único Estado con su propia civilización, muy similar a Occidente. El Caribe angloparlante (violeta claro),

antiguas colonias británicas, constituyen una entidad diferenciada.

La perspectiva histórica utilizada para clasificar a una civilización (más que a un


país) como una unidad, es de origen relativamente reciente. A partir de la Edad
Media, la mayor parte de los historiadores adoptaron un punto de vista religioso o
nacional. El punto de vista religioso prevaleció hasta el siglo XVIII entre
los historiadores europeos, que consideraban la revelación cristiana como el
suceso histórico más importante, tomándolo como referencia para su clasificación.
Los primeros historiadores europeos no estudiaron otras culturas más que como
curiosidades o como áreas potenciales de actividad misionera.
El punto de vista nacional, a diferencia del religioso, se desarrolló a principios del
siglo XVI a partir de la filosofía política del estadista e historiador italiano Nicolás
Maquiavelo, quien sostenía que el objeto adecuado de estudio histórico era
el Estado. El español Francisco de Vitoria, fundador del Derecho internacional,
abordó el tema de los derechos de la Corona de España en la conquista de
América. Sin embargo, los múltiples historiadores que más tarde realizaron la
crónica de los estados nacionales de Europa y América sólo estudiaron las
sociedades al margen de la cultura europea, para describir su sumisión a las
potencias europeas, a su entender más progresistas. Caso aparte es el de los
misioneros y teólogos españoles que profundizaron en el conocimiento y análisis
de las civilizaciones re

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