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BRAUDEL- LAS CIVILIZACIONES ACTUALES


CAPITULO II
La civilización se define en relación con las diferentes ciencias del hombre: El concepto de
civilización solo se puede definir a la luz de todas las ciencias del hombre, comprendida la historia.
Las civilizaciones son Espacios: siempre es posible localizar las civilizaciones en un mapa, sea cual sea
su tamaño, tanto a las civilizaciones ricas como a las pobres. Esta claro que este medio ha sido
transformado por el hombre desde hace siglos, en todos los paisajes quedan huellas de este trabajo que
se va perfeccionando con cada nueva generación.
1. Al hablar de civilizaciones se habla de espacios, de tierras, de relieves, de climas, de vegetaciones, de
especies animales, de prerrogativas dadas o adquiridas y de todas las consecuencias que esto tiene
para el hombre; agricultura, ganadería, etc. Sin embargo, el medio natural y transformado por el
hombre no es el único factor de condicionamiento.
Por consiguiente, cada civilización esta sujeta a un ámbito y a unos límites más o menos estables ahí su
geografía particular. Como resultado tenemos una abigarrada superficie del mundo, zonas de grandes
cultivos, etc.
2. Para los antropólogos, un área cultural es un espacio en el interior del cual predomina la asociación de
ciertos rasgos culturales. Así, por ejemplo, cuando se habla de pueblos primitivos, además del idioma,
determinadas culturas de subsistencia, determinada ceremonias, creencias etc. Las culturas primitivas
formaban, a pesar de las sensibles diferencias entre ellas, poseían un único conjunto natural humano,
la cultura. De esta manera natural y siguiendo el ejemplo de los antropólogos, los geógrafos e
historiadores, han aceptado el concepto de áreas culturales.
3. La fijeza de esos ámbitos, sólidamente ocupados y de las fronteras que los limitan no excluye la
permeabilidad de estas mismas fronteras ante las múltiples transferencias de bienes culturales que las
están franqueando continuamente. Todas las civilizaciones exportan y reciben bienes culturales,
pudiéndose tratar de una técnica, habilidades o el culto religioso.

LAS CIVILZACIONES SON SOCIEDADES:

1. Es imposible separar a la sociedad de la civilización, ambos conceptos se refieren a una misma


realidad. Como dice Levi-Strauss “no corresponden a objetos distintos, sino a dos perspectivas
complementarias de un mismo objeto que es descrito adecuadamente, tanto para uno de los dos
términos, como por el otro según el punto de vista que se adopte”.
El concepto de sociedad supone un contenido extremadamente rico, lo mismo que el de civilización, al
que tantas veces se aproxima. De esta manera, la civilización occidental en la que vivimos depende de
la sociedad industrial, que es la que le da vida.
Cuando la sociedad subyacente se mueve o transforma, la civilización se transforma y se mueve a su
vez.
2. La señal exterior más importante de estas distinciones entre “culturas” y “civilizaciones” es, sin duda
alguna, la presencia o ausencia de ciudades.
Es en el nivel de las civilizaciones, las ciudades proliferan mientras que apenas están embozadas en el
nivel de las culturas. Sin embargo, las civilizaciones, las sociedades más flamantes, engloban dentro
de sus propios límites, culturas y sociedades elementales.
En una sociedad, el desarrollo nunca ha alcanzado por igual a todas las regiones, es frecuentes que
queden islotes de subdesarrollo, sociedades primitivas apartadas de las redes de comunicación.
3. Dada la estrecha relación existente entre civilización y sociedad, conviene plantearse en términos
sociológicos la historia larga de las civilizaciones. Pero, puesto que somos historiadores, no podemos
confundir sociedades y civilizaciones. En el plano de duración, la civilización comprende espacios
cronológicos más amplios que una realidad social dada. Se transforma más rápidamente que las
sociedades que lleva o arrastra consigo.

LAS CIVILIZACIONES SON ECONOMIAS: Toda sociedad, toda civilización está determinada por unos
datos económicos, técnicos, biológicos, demográficos. Las conficiones materiales y biológicas son siempre
un factor importante en el destino de las civilizaciones El aumento o disminución de la población, la salud,
el auge o decadencia económica repercuten tanto en lo social, como en lo cultural.
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1. La importancia del número: Durante mucho tiempo el hombre fue el único instrumento, el único
motor al servicio del hombre, por consiguiente, el único artesano de la civilización material. Ha
construido esta civilización con la fuerza de sus brazos y de sus manos.
En principio, toda expansión geográfica ha favorecido el auge de las civilizaciones, tal es el caso de
Europa en los siglos XIII, XVI, XVIII, XIX y XX.
Regularmente la excesiva abundancia de hombres, beneficiosa en un principio, un día se vuelve nociva,
cuando el aumento de la población excede al crecimiento económico. Esto fue probablemente, lo que
ocurrió en Europa antes de terminal el s XVI, y lo mismo que ocurre actualmente en la mayoría de los
pueblos subdesarrollados. Después de catástrofes o hambrunas de la Europa del sXIV pareciera que los
supervivientes, viven el momento con mas soltura y la expansión vuelve a reiniciar.
Parece que la industrialización, hacia fines del sXVIII y en el siglo XIX ha dotado al hombre su valor y
posibilidades de trabajo, a pesar de las superpoblaciones.
2. La incidencia de las fluctuaciones económicas: la vida económica esta continuamente oscilando en
fluctuaciones, las unas cortas las otras largas. Así se suceden, a lo largo de los años, los momentos de
buen tiempo y de mal tiempo económicos, en cada una de las sociedades y civilizaciones acusan las
consecuencias, sobre todo cuando se trata de movimientos prolongados. Por ejemplo, las expansiones
económicas de la segunda parte del siglo XVIII fueron objeto de retroceso precedido por la Revolución
Francesa, pero en su conjunto su benéfica aceleración sitúa el auge intelectual del “Siglo de las
Luces” en un contexto de bienestar, comercio activo, expansión industrial y aumento de la población.
3. La vida económica es casi siempre creadora de excedentes, sea cual sea el sentido de la
fluctuación: Ahora bien, el gasto el despilfarro de estos excedentes han sido indispensables para el
lujo de las civilizaciones, para ciertas formas del arte. Al admirar el día de hoy, esta arquitectura,
aquella escultura o aquel retrato contemplamos también sin ser siempre consciente de ello, el orgullo
de una ciudad o la locura de un príncipe. La civilización se encuentra así en función de una cierta
redistribución del dinero. Las civilizaciones se particularizan en su cumbre y mas tarde en su masa,
según el mecanismo de redistribución. En el siglo XVII, en los años económicos duros del reinado de
Luis XIV, en la corte no hay mas que mecenas. Toda la vida literaria y artística se centra en este
estrecho circulo. Con la riqueza y facilidades económicas del siglo XVIII, tanto en la aristocracia como
la burguesía, toman parte activa al lado de la monarquía, en la difusión de la cultura, la ciencia y
filosofía.
En esta época, el lujo continúa siendo un privilegio de una minoría social. La civilización subyacente, la
de la vida cotidiana y pobre no tiene participación alguna. Ahora bien, la capa mas baja de una
civilización es la que determina su grado de verdad. ¿qué es, entonces la libertad? ¿Qué es la cultura
del individuo, cuando un mínimo vital esta fuera de su alcance? Desde este punto de vista, el
denigrado siglo europeo de los nuevos ricos y del “empuje burgués”, es el que anuncia un nuevo
destino para las civilizaciones. Al tiempo que aumenta el numero de los hombres, estos empiezan cada
vez en un numero mayor a participar en una cierta “civilización colectiva”.
Tanto en la actualidad como en el futuro, el problema esta en crear una civilización que sea al mismo
tiempo cualitativamente rica y civilización de masas, tremendamente cara, inconcebible, sino se pone
una cantidad importante de excedentes al servicio de la sociedad, inconcebible también sin los
momentos de ocio.

LAS CIVILIZACIONES SON MENTALIDADES COLECTIVAS: La psicología colectiva no es una


ciencia tan segura de si misma, ni tan rica en resultados como las otras ciencias del hombre a las que,
hasta ahora, nos hemos referido. La psicología colectiva rara vez se ha aventurado el campo de la
historia.
1. ¿Psiquismo colectivo, tomas de conciencia mentalidad o utillaje mental? : Un historiador
especialista, Alphonse Dupront , prefería utilizar la palabra Psiquismo. Toma de conciencia solo alude
a un momento dado de estas evoluciones, mentalidad resulta de uso más cómodo. Pero Lucien Fevre,
opta por emplear la expresión utillaje mental, en su obra Rabelais.
Pero poco importan las palabras, ya que el problema no radica en ellas. A cada época le corresponde
una determinada concepción del mundo y de las cosas, una mentalidad colectiva predominante que
anima y penetra a la masa global de la sociedad. Esta mentalidad que determina las actitudes y las
decisiones arraiga los prejuicios, influye en un sentido o en otro los movimientos de una sociedad, es
eminentemente un factor de civilización.
Las reacciones de una sociedad frente a los acontecimientos del momento, frente a las presiones que
ejercen sobre ella, y a las decisiones que se le exigen, obedecen menos a la lógica e incluso al interés
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egoísta, que, a este imperativo no formulado, muchas veces informulable, que nace del inconsciente
colectivo.
Seguramente, lo mas incomunicable que tienen las civilizaciones entre si, lo que las aísla y las
distingue mejor, es este conjunto de valores fundamentales de estructuras psicológicas. Y estas
mentalidades son igualmente poco sensibles al paso del tiempo.

2. A este respecto, la religión es el rasgo predominante en el corazón de las civilizaciones, a la vez


su pasado y su presente: Y, sobre todo claro está en el corazón de las civilizaciones no europeas. En
la india, por ejemplo, todos los actos cobran forma y justificación partir de la vida religiosa, no de la
racional.
Al lado de una profunda humildad religiosa, parece que el occidente ha olvidado sus orígenes
religiosos, pero más que una ruptura operada por el racionalismo entre lo religioso y lo cultural, habría
que hablar de hecho de una coexistencia entre laicismo, ciencia y religión. El cristianismo se afirma
como una realidad esencial de la vida occidental, y a veces deja su huella en los ateos, aunque estos
no siempre sean cociente de ello.
La tendencia de la civilización occidental, desde el desarrollo del pensamiento griego es la de un
continuo movimiento hacia el racionalismo y por lo tanto un alejamiento de la vida religiosa. Casi todas
las civilizaciones están invadidas o sumergidas en lo religioso, lo sobrenatural y lo mágico; viven en
ellos desde siempre y de ello sacan las motivaciones más poderosas de su psiquismo particular.

CAPITULO III

LAS CIVILIZACIONES SON CONTINUIDADES: Es necesario introducir a la historia, con sus


dimensiones y sus explicaciones, evidentemente fundamentales, en este debate tan complicado al que
ella complicará más, pero al que “dará un sentido”. Y en efecto, ninguna civilización actual
verdaderamente comprensible sin un conocimiento de los valores antiguos, de las experiencias vividas.
Una civilización es siempre un pasado, un cierto pasado vivo.
Por consiguiente, la historia de una civilización no es sino el intento de entresacar de sus coordenadas
antiguas las que siguen siendo validas para la actualidad.

LAS CIVILIZACION EN SUS COYUNTURAS: Cualquier civilización, hoy es igual que ayer, se
presenta en primer lugar como una serie de manifestaciones fáciles de aprender; por ej una obra de
teatro, un libro etc. Estos hechos de civilización tienen siempre una existencia efímera, lo importante es
saber cómo pueden conducirnos hacia ellas y que son al mismo tiempo pasadas y actuales., pues
algunos hechos se suceden y otras ocasiones se destruyen en vez de continuarse.

1. Estos espectáculos son efecto, objeto de cambios obstinados. Un programa cambia porque
nadie tiene interés en que mantenga durante mucho tiempo en cartel: Esta variabilidad se traduce
a la sucesión misma de las épocas literarias, artísticas o filosóficas, que se reducen a una serie de
episodios cerrados en si mismo. Cabe decir, aplicando la terminología de los economistas, que hay
coyunturas culturales, lo mismo que hay coyunturas económicas, es decir fluctuaciones mas o
menos largas o precipitadas y que en la mayoría de los casos se suceden contraponiéndose
violentamente.
La imagen predominante es la de un continuo ir y venir, una civilización lo mismo que una economía
tiene un ritmo propio. Se presenta como historia que presenta la idea de continuidad, aunque se puede
presentar por pedazos sucesivos que se desconocen unos de otros, como por ej el siglo de Luis XIV
o del siglo de Las Luces.

2. “Cambios”, acontecimientos, héroes: las coyunturas, los episodios sucesivos ayudan a


comprender el lugar aparte que ocupan en la historia de las civilizaciones ciertos
acontecimientos o personajes excepcionales: Cada episodio se desintegra en una serie de actos,
de gestos, de funciones. En fin, de cuentas, las civilizaciones están constituidas por los hombres, y por
lo tanto, por las gestiones las acciones, los entusiasmos y los “compromisos” de los hombres y también
sus cambios en la manera de actuar y pensar. Sin embargo, se impone hacer una selección de en esta
serie de actos, de obras y de biografías; los acontecimientos o los hombres que señalan un “cambio”
una fase nueva destacan por mismos. A esta categoría excepcional pertenecen los creadores de los
grandes sistemas del pensamiento: Sócrates, Platón, Confucio, Descartes, Carlos Marx, son
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fundadores de la civilización y tan importantes como los fundadores de la religión, tales como Buda,
Cristo o Mahoma.

LAS CIVILIZACIONES EN SUS ESTRUCTURAS: El lenguaje de las distintas épocas solo nos da a
conocer imágenes cambiantes: aparece sobre el escenario de las civilizaciones, para desaparecer
después.

1. Entre ellas están las realidades consideradas en el capitulo anterior: las sujeciones impuestas
sin termino aparente por el medio geográfico, por las jerarquías sociales, por las “psiques”
colectivas, por las necesidades económicas, todas ellas fuerzas profundas y, sin embargo,
difícilmente reconocibles a primera vista sobre todo para aquellos que viven al mismo tiempo,
para quienes aparecen como naturales y sin problemas. Estas realidades son conocidas, en la
actualidad con el término “estructuras”: El mismo historiador no las capta enseguida, en su habitual
relato cronológico, demasiado precipitado. Por lo mismo, solo es posible comprender y sobre todo
seguir el rastro de estas realidades en su lentísima evolución si se recorren y se contemplan espacios
de tiempos muy amplios. He aquí los fundamentos o mejor dicho las “estructuras” de las
civilizaciones: los sentimientos religiosos, por ejemplo, o bien el inmovilismo de las comunidades
campesinas o las diferentes actitudes ante la muerte, el trabajo o la vida familiar.
Estas realidades, estas estructuras son en general antiguas de larga duración, y siempre tienen
rasgos distintivos y originales. Son las que caracterizan y crean civilizaciones, y estas no las
cambian porque las consideran valores insustituibles. Es evidente que estas permanencias, estas
selecciones heredadas o denegaciones con respecto a otras civilizaciones son generalmente
inconscientes.

2. Una civilización se resiste, por lo general a la incorporación de una aportación cultural que
ponga en tela de juicio una de sus estructuras profundas. Esta resistencia a nuevas
incorporaciones, estas hostilidades secretas, son relativamente escasas, pero llevan
generalmente al corazón de una civilización: Las civilizaciones están incorporando continuamente
bienes culturales de las civilizaciones vecinas, aunque luego los sometan a un “reajuste” a fin de
asimilarlos. A primera vista toda civilización puede ser comparada con una estación de mercancías,
que no deja de recibir y expedir. Sin embargo, puede darse que una civilización rechace
obstinadamente aportes al exterior.

3. Esta labor de aceptación o de rechazo practicada por una civilización frente a otras exteriores,
se realiza también lentamente en su interior. Casi siempre la selección es poco consciente o
prácticamente inconsciente. Pero poco a poco y gracias a esa selección, una civilización va
transformándose, “separándose” de una parte de su propio pasado: De entre la masa de bienes y
actitudes que su pasado y desarrollo le ofrecen va entresacando poco a poco, apartando y
favoreciendo a unos si y a otros no, hasta el momento que adopta por la selección hecha, un aspecto
nunca enteramente nuevo, pero tampoco absolutamente igual.
Estas repulsas internas pueden ser francas, mitigadas, duraderas o pasajeras. Los rechazos duraderos
resultan esenciales en este terreno, progresivamente aclarado por los estudios de historia psicológica,
cuando alcanzan las dimensiones de un país o una civilización. Una civilización solo alcanza su verdad
personal al rechazar lo que le molesta en la obscuridad de la tierras limítrofes y ya extranjeras.
4. Los contactos violentos entre diferentes civilizaciones: hasta ahora hemos supuesto siempre a
las civilizaciones en relaciones pacificas las unas con las otras y con la libertad de elección.
Pero por lo general sus relaciones han sido casi siempre violentas, trágicas y a la larga inútiles:
Éxitos como la romanización de las Galias y de una gran parte del Occidente europeo conquistado solo
se pueden explicar por la larga duración de esta y también porque a pesar de todo lo que se ha dicho,
los pueblos romanizados tenían en su momento un bajo nivel de vida, una gran admiración por el
vencedor, que fueron cómplices de la romanización. Estos éxitos son raros, pero excepciones que
confirman la regla.
En los casos de contacto violentos, los fracasos han sido más frecuentes que los éxitos. El
colonialismo ayer victorioso, hoy es un fracaso. Los vencidos ceden siempre ante el más fuerte, pero
su sumisión desde el momento en que hay conflicto entre civilizaciones, solo es previsional. Aunque
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estos largos periodos de coexistencia forzosa dan lugar a ciertas concesiones, acuerdos, empréstitos
culturales importantes y a veces fructíferos nunca sobrepasas ciertos límites.

HISTORIA Y CIVILIZACIONES: Estas incursiones a través de las resistencias de las


aquiescencias(conformidad), de las permanencias, de las lentas deformaciones de las civilizaciones,
permiten formular una última definición que devuelve a estas su aspecto particular y único. En este
sentido, la civilización es la mas larga de las largas historias. Pero el historiador no tiene un acceso
inmediato a esta verdad, solo se abre paso después de observaciones sucesivas.
1) Los diferentes tiempos de la historia: la historia trabaja en escalas, en unidades de medida
muchas veces diferentes, ya sea día a día, año a año, hasta por siglos:
A) Un primer plano, el de la historia tradicional, el del relato que enlaza acontecimiento con
acontecimiento, como hacia un cronista y como lo hace un periodista actualmente. Montones de
imágenes, que componen una instantánea historia multicolor. Sin embargo, esta historia que se borra
tan pronto como ha sido leída nos deja muchas veces con hambre e incapaces de juzgar y
comprender.
B) Un segundo plano, refleja los episodios considerados en bloque; el romanticismo, La Revolución
Francesa, La Revolución Industrial, la Segunda Guerra Mundial, se trata de acontecimientos largos
relacionados llamados fases, coyunturas o periodos, libres de detalles superfluos.
C) Un tercer plano desborda estos acontecimientos largos y recoge solo los movimientos seculares o
pluriseculares. Estudia una historia en la que todos los movimientos son lentos y ocupan grandes
espacios de tiempo, una historia que solo se puede cruzar con botas de siete leguas. Desde este punto
de vista, la Revolución Francesa es solo un momento, aunque esencial de la larga historia del destino
revolucionario liberal y violento de occidente.

2) Una civilización no es pues, ni una determinada economía ni sociedad, sino lo que persiste a
través de una serie de economías y sociedades y lo que se deja desviar a duras penas: Por lo
tanto, una civilización solo puede ser alcanzada en el tiempo largo en la duración larga; de hecho, una
civilización está constituida por que, en el curso de una historia tumultuosa muchas veces
tempestuosa, un grupo de hombres ha conservado y transmitido de generación en generación como su
bien más preciado. En estas condiciones, no debe aceptarse de manera apresurada, que la historia de
las civilizaciones sea “toda la historia”. Es sin duda, toda la historia, pero vista desde una cierta
perspectiva, considerada en el máximo de espacio cronológico posible, compatible con una cierta
cohesión histórica y humana.
Seguramente los historiadores tienen razón en desconfiar de los viajeros demasiado entusiastas, la
historia que se permite explicaciones generales tiene que volver constantemente a la realidad concreta,
a los números a los mapas y cronologías precisas. Por consiguiente conviene dedicarse al estudio de
los casos mas concretos , que a la gramática de las civilizaciones para comprender una civilización.

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