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Para seguir con nuestra observación la directora nos dio permiso para entrar a una sala
donde pudimos ver cómo está distribuido el mobiliario ahora con el tema de la
pandemia, las mesas están distribuidas con distanciamiento y con no más de 3 niños
por cada una, los niños no comparten los juguetes como rompecabezas u otro juego
de mesa que provee el jardín, sino que llevan sus juguetes propios para propiciar el
cuidado higiénico y el no contacto físico entre ellos. Dentro de esa sala pudimos
observar que no había rincones, si había un mobiliario con varios casilleros donde cada
uno contenía tappers grandes que tenían materiales como cartulinas, tijeras y otros
elementos que cada niño trajo para trabajar con sus elementos en cada propuesta.
Había otro casillero que contenía cajas azules etiquetadas con los nombres de cada
niño, donde se guardan las producciones que van realizando para que al final del ciclo
lectivo la docente las transformara en carpetas. También hay un pizarrón que está al
alcance de los niños, laminas también acorde a sus edad y a su alcance; y un perchero
para colgar prendas como camperas y otro para colgar sus mochilas (todos adecuados
a tu tamaño y alcance). También hay un televisor LCD y un DVD que no está a su
alcance ya que son elementos manejados por la docente. La sala cuenta con luz
artificial y luz natural que entra por las 3 ventanas de las cuales 2 dan para el patio
trasero y una para el exterior (tienes vista a la vereda y calle).
Luego de este recorrido por el jardín pudimos entablar un dialogo con la directora
donde le preguntamos si la institución trabaja aplicando el método Montessori o
alguna otra metodología a lo que ella nos respondió que no trabajan con este método
y con ningún otro conocido dentro de nuestro ámbito, pero que ellos si trabajan y se
manejan con la política normalista que viene de hace años.
En otra pregunta que le hicimos fue sobre la función del juego, si a este lo toman como
un contenido o como una estrategia, a lo que ella respondió que no lo toman como
contenido sino como metodología como un complemento estratégico de las
propuestas didácticas (como juego trabajo, juego dramático, juego reglado, etcétera).
Según Lassalle destaca “que la constatación de que en las prácticas cotidianas de la
escuela infantil, el juego no se concreta con la intensidad y frecuencia que corresponde
a su centralidad”, todavía hoy en muchos jardines se priorizan “los trabajitos” y la
realización de innumerables actividades cotidianas (saludo, higiene, registros, rondas
de intercambio, momentos de alimentación, traslados y momentos de organización del
grupo) que son ejecutadas acríticamente, y muchas veces rutinizadas, lo que las
empobrece como tiempo instructivo y las convierte en tiempos inertes (Sarle, 2.010:
33). Por esto podemos decir que el jardín está muy estructurado, en lo que hace a la
rutina y el juego no está centralizado sino que pasa a tomar un papel secundario,
porque los niños tienen un juego real o sea sin intromisión del docente, más que nada
como algo innato y de placer solo en el momento de la salida al patio. “Enseñar en
clave lúdica” (Sarle, 2008), es lo que muchas veces en los jardines no se cumple como
en este caso.
El Proyecto Educativo Institucional hace que las seños se manejen con un cronograma
de fechas pero sin dejar de lado la prioridad de lo curricular (lo que está establecido en
el diseño). Este proyecto está conformado por todos porque es una elaboración
comunitaria y está dividido en 3 dimensiones: el cuerpo docente (docentes de sala,
docentes auxiliares –celadoras- y docentes de áreas especiales); la parte administrativa
es quien programa lo curricular y la confección del mismo; y por ultimo las familias
quienes son los encargados de hacer saber a los docentes las necesidades de sus hijos
y de lo que ellos como padres creen que es correspondiente o necesario que los niños
trabajen y aprendan en las salas. Un ejemplo de esta última dimensión es cuando las
docentes quieren saber si los padres están de acuerdo que se les enseñe Educación
Sexual Integral. La didáctica de la Educación Inicial permite contar con un conjunto de
conocimientos acerca de las formas específicas de enseñar a niños pequeños, acerca
de los criterios de selección y secuenciación de contenidos y actividades; criterios
referidos a la organización de los espacios, de los tiempos, de los modos de interacción
más adecuados para promoverse entre adultos y niños, entre otros aspectos propios
del discurso didáctico. De esta forma las teorizaciones que ofrece la Didáctica
permitirán planificar y concretar en la práctica las propuestas de enseñanza de un
modo adecuado, y contextualizado, respondiendo a las genuinas demandas de los
niños de 45 días a 6 años. (Los pilares. Rosa Violante y Claudia Alicia Soto). Como
podemos ver el proyecto está conformado por todos los actores necesarios, ya que lo
que se imparte como educación en la institución debe ser un acuerdo en conjunto,
porque es un trabajo en equipo que debe darse de la mejor manera posible teniendo
una comunicación fluida para llegar a obtener una buena propuesta pedagógica en
base a las necesidades de los alumnos para cubrir esas demandas.
En esta instituciones se dan todas la políticas públicas a nivel de estado, reciben por
parte de estos: materiales, alimentos, fondo monetario (que es poco para poder
distribuir para todos los niveles, entonces se realiza una división que cuando llega este
monto lo toma una vez el nivel primario, otra vez el nivel inicial y otra vez el nivel
secundario). También desarrolla algunos planes que pueden ser a nivel nacional o
provincial. El estado como administrador de lo público, junto a la sociedad civil en su
conjunto, son quienes garantizan la enseñanza de la primera infancia. Pensar la
realidad y accionar sobre ella de acuerdo con una mirada que abarque los derechos
humanos, la interculturalidad, la educación sexual integral, las tecnologías de la
información y la comunicación, entre otras. Por esto, es que consideramos que el
Estado tiene el deber de cubrir las necesidades educativas de las instituciones así como
también establecer leyes y derechos para todos los niños para que tengan una
sociedad más justa y a su vez vivan una infancia plena y respetada por los adultos.
La directora de la institución hizo mención sobre el currículo que no está actualizado
por lo que no pueden realizar una enseñanza actualizada ni reflejar la realidad, donde
existen demandas que son necesarias cubrir. De acuerdo con Sacristan y Perez Gomez
(1.992):
De acuerdo con esta cita bibliográfica creemos que hay contenidos que deben ser
repensados, ya que algunos han perdido su sentido y valor pedagógico ante la
sociedad que va cambiando porque surgen nuevas necesidades y otras se van dejando
atrás; y otros necesitan ser revalorizados como por ejemplo, el juego.
La docente realizan los inventarios de los materiales que los niños van a utilizar y estos
deben llevar para realizar las actividades. También seleccionan estrategias para llamar
la atención al grupo cuando desarrollan los contenidos con insumos como telas,
títeres, pintura, etcétera. Coincidimos en que la docente debe estar preparada con
materiales que deslumbre a los niños y les llame la atención para favorecer el
desarrollo de la propuesta pedagógica y recrear un buen clima de trabajo en la sala. Es
importante establecer el juego como contenido ya que es de alto valor cultural para el
desarrollo cognitivo, afectivo, ético, estético, motor y social. También la docente debe
proponerlo con más frecuencia entre los niños porque para ello es placentero el solo
hecho de pensar en la posibilidad de realizar diferentes actividades lúdicas y llevarlas a
cabo es como un sueño logrado ya que es algo que les nace de forma innata.
Sabemos que no todos los niños juegan de la misma manera y tampoco a los mismos
juegos es por eso que cada uno tiene su necesidad y debe ser cubierta. Es necesario
que los niños participen en situaciones de juego de manera regular. Cada formato de
juego implica atributos distintivos que potencien combinaciones y aprendizajes,
situaciones-problemas: juegos corporales, de ejercicio, de dramatización, etcétera.
Esto implica que la docente no solo debe proponer jugar un juego en sí, sino que
también debe dejar a libre elección de los niños a que jugar, con qué y quien jugar y
cuánto tiempo jugar, que ellos realicen lo que llamamos juego libre donde no hay
intervención del docente pero si supervisión sobre ellos.