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¿La publicidad registral es importante en la configuración de los derechos

reales?
la necesidad de publicitar el derecho real tiene mucho que ver con su esencia. no sólo los derechos
reales necesitan de inscripción registral, por un lado, no se puede negar, por el otro, que la
publicidad misma siempre estuvo ligada al derecho real. el derecho real es aquel en el cual una
persona -sujeto- se encuentra en forma directa e inmediata en relación con la cosa -objeto del
derecho-, de tal manera que no existen sino esos dos elementos: persona y cosa, relacionados en
forma directa e inmediata, dicho esto con carácter general. Los demás son terceros.

Cabe resaltar que, para hacer nacer al derecho real hace falta que se cumpla con el requisito de la
traditio, la cual debe estar justificada por un título suficiente, claro está. Y la traditio misma cumple
y cumplió desde antaño una finalidad publicitaria.

¿Existen otros métodos de publicidad?


Principalmente la publicidad (sobre todo la “registral”) ha sido establecida en afán de proteger la
seguridad del tráfico y cuando se produce un enfrentamiento ha de triunfar la seguridad del
tráfico -y no la “individual”-, porque ahí apareció el “tercero”.

Hay publicidad de diversas formas, desde la simple y elemental publicidad posesoria -


anuncio- hasta la más evolucionada publicidad registral. La necesidad de la publicidad siempre se
relacionó con el derecho real mismo. Y el Derecho Registral no es ni más ni menos que una forma
avanzada de publicidad. Su forma más perfecta. Vale decir que el derecho real -tanto en su
constitución, cuanto en su ejercicio o exteriorización-, la publicidad en general, y el Derecho
Registral en especial, están clara e íntimamente conectados.

La publicidad no es necesaria en las relaciones personales en donde un sujeto determinado


(deudor) debe cumplir una prestación frente a otro sujeto determinado (acreedor) formando una
especie de círculo cerrado; en cambio en el derecho real el “deber de respetar” es genérico, pesa
sobre toda la sociedad. Cualquier sujeto está en situación de poder infringirlo -en el derecho de
crédito sólo el deudor puede transgredirlo- y, por lo tanto, “todos deben conocer la existencia de
los derechos reales que dan origen a tales deberes”

¿Considera apropiado transitar hacia la inscripción registral en nuestro país?


Debe quedar en claro que el género es la publicidad, siendo la inscripción una de sus muchas
especies, la última, la más avanzada y perfecta.

La publicidad es la “posibilidad formal de anoticiamiento”, la congnocibilidad. Ello no significa en


modo alguno “conocimiento” de lo que sucede o ha sucedido, sino la simple posibilidad de que se
conozca y la inscripción es un modo por el cual se va a dar publicidad. “Es un sistema, una técnica
por la cual se recepta lo que ya viene en un resumen y se hace otro resumen, que es el asiento
registral”.

Es por ello que, actualmente no sólo se acude a la inscripción de los derechos reales, sea sobre
inmuebles (Registro Inmobiliario), sea sobre ciertos muebles (Registro del Automotor, de Buques,
Aeronaves, etc.), sino que constatamos la existencia de Registros personales y hasta de los
derechos intelectuales.
¿Cómo fortalecer la seguridad jurídica en la dinámica de los derechos reales?
con la creación de los Registros se ayudó a contribuir en forma considerable a afianzar el valor
seguridad jurídica. Siendo que, se logra afianzar la seguridad “dinámica”. Así como la seguridad
estática hace referencia a la protección que se dispensa al titular que inscribe su derecho, en la
dinámica se tiene presente su transmisión, el cambio de titularidad de una determinada
propiedad, su tráfico jurídico. Su norte está enfocado en la protección de “terceros”.

Esta seguridad dinámica tiene varias proyecciones. Es sumamente útil para que “terceros” en
general puedan conocer en todo momento el estado registral de una finca, si posee gravámenes,
quién es su titular, etc. También sirve para tener presente el estado real (al menos el “registral”)
del patrimonio de una persona, y de esta manera poder ejercer cierto control, o tomar
determinadas precauciones frente a eventuales o actuales deudores. Por ello en la doctrina
española se hace referencia a un doble juego de intereses dinámicos, el del crédito y el del
comercio propiamente dicho.

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