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BIBLIOTECA

AUTORES CRISTIANOS
DE

DOCTRINA
Declarada de interés nacional

ESTA COLECCIÓN SE PUBLICA BAJO LOS AUSPICIOS Y ALTA


PONTIFICIA
DIRECCIÓN DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA
11
LA COMISIÓN D E DICHA PONTIFICIA
U N I V E R S I D A D E N C A R G A D A D E LA Documentos políticos
INMEDIATA RELACIÓN CON LA B. A. C ,
EDICIÓN PREPARADA POR
E S T Á I N T E G R A D A E N E L A Ñ O 1958
POR LOS S E Ñ O R E S S I G U I E N T E S : JOSÉ LUIS GUTIÉRREZ GARCÍA
PROFESOR EN EL INSTITUTO SOCIAL LEÓN XIII
PRESIDENTE :

Excmo. y Rvdmo. Sr. D r . Fr. F R A N C I S C O BARBADO


ESTUDIO INTRODUCTORIO V SUMARIO VU TESIS POR
V I E J O , O. P . , Obispo de Salamanca y Gran Canciller
de la Pontificia Universidad. ALBERTO MARTIN A RTAJO
CON LA COLABORACIÓN EN EL SUMAKIO DE TESIS DE
V I C E P R E S I D E N T E : l i m o . Sr. D r . L O R E N Z O T U R R A D O ,
VENANCIO LUIS AGUDO
Rector Magnífico.

VOCALES : R. P. Dr. Fr. AGAPITO SOBRADILLO,


O. F . M. C , Decano de la Facultad de Teología;
M. I . Sr. D r . TOMÁS GARCÍA BARBERENA, Decano de
la Facultad de Derecho; M . I . Sr. D r . BERNARDO R I N -
CÓN, Decano de la Facultad de Filosofía; R. P . Dr. JOSÉ
JIMÉNEZ, C. M . F . , Decano de la Facultad de Huma-
nidades Clásicas; R . P . D r . F r . MAXIMILIANO GARCÍA
CORDERO, O. P . , Catedrático de Sagrada Escritura;
R. P . D r . B E R N A R D I N O L L O R C A , S. I.,'Catedrático de
Historia Eclesiástica
SECRETARIO : M . I . Sr. D r . L u i s SALA BALUST, Profesor.

L A E D I T O R I A L C A T Ó L I C A , S. A. APARTADO 466 BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS


MADRID . MCMLVIII
MADRID . MCMLVIII
\ilii; iili.síiií. 1). liiiriqui' Vulvi'fili', Censor,
/MI/'I iniiihir: f José María, Ob. aux. y Vic. KCII.
Madrid, 7 octubre 1958.
A /a <¿o6/e memoria ejemplar
de mi padre y de mi hermano.
JOSÉ LUIS GUTIÉRREZ GARCÍA.

Depósito legal M 1S40-1858


Í N D I C E G E N E R A L

* Pdgs.

Exposición sintética de la doctrina pontificia acerca de la consti-


tución cristiana de la sociedad y del Estado 11- 75*
Addenda 76- 87*
Sumario sistemático de tesis 88-176*
Primera parte: La concepción cristiana de la vida pública. . . 88- 91*
Segunda parte: Los fundamentos del orden social y político. 92-102*
Tercera parte: La sociedad civil. Los cuerpos intermedios. . . 102-106*
Cuarta parte: El Estado. Su naturaleza, su fin y sus funciones. 106-110*
Quinta parte: La sociedad familiar ante el Estado. La misión
educativa 110-117*
Sexto parte: L a Iglesia y el Estado. Sus atributos y relaciones.. 117-127*
Séptima parte: Libertad, igualdad y autoridad 127-132*
Octava parte: Derechos personales y libertades cívicas 133-141*
Novena parte: El poder y sus límites. Acatamiento y obedien-
cia 142-150*
Décima parte: Formas de gobierno y sistemas políticos. La
participación del pueblo 151 -157*
Undécima parte: El orden internacional. La Comunidad de
los Estados '-SI'17°*
Duodécima parte: Deberes especiales de los católicos en la vida
pública 170-176*
Siglas empleadas en esta edición 177-178*
Introducción 179-183*
Bibliografía general.. . .' 184*

SECCIÓN PRIMERA .

Pío IX (1846-1878) 1-38


Quanta cura. El naturalismo social y político 3-18
Syllabus. Catálogo de errores modernos 19- 38

SECCIÓN SEGUNDA

León XIII (1878-1903) 39-376


Inscrutabili Dei. La Iglesia y la civilización 41-58
Quod apostolici muneris. El socialismo 59- 74
Arcanum divinae. El matrimonio cristiano 75-106
Diutumum illud. La autoridad política 107-126
Cum multa. La unión de los católicos españoles 127-138
Nobilissima gallorum gens. La religión y el Estado 139-154
Humanum genus. La masonería r55-185
Immortale Dei. La constitución 'cristiana del Estado 186-220
Libertas praestantissimum. La libertad y el liberalismo 221-260
Sapientiae christian'ae. Los deberes del ciudadano cristiano... . 261-294
Au milieu des sollicitudes. Las formas de gobierno 295-311
R» INDICR GENERAL
ÍNDICE GENEKAL 6*
PdgS.
PdgS.
Nolre conmhulon. llicn común y formas de gobierno 312-317
Praeclara gritiiiliitumis. Llamamiento a la unidad 318-342 La elevatezza. La supranacionalidad de la Iglesia y la res-
Annum irmrwní. I ,ti «uerra contra la Iglesia 343-376 tauración del mundo 918- 929
Nella storia. Triple invitación a los gobernantes 930- 940
La festivitá. Insinceridad y verdad en la vida pública 941- 951
SECCIÓN TERCERA Consideraciones en torno a la Unión Europea 952- 955
Gravi. Dos obligaciones del cristiano en el mundo moderno. 956- 967
3an Pío X (ioo,v»<)»4) 377"434 Prensa católica y opinión pública 968- 975
Vehemente1 Nos. La separación entre la Iglesia y el Estado.. 379-400 La verdadera noción del Estado 976- 979
Notre diaiRe iifoslulique. «Le Sillón» y la democracia 401-423 La organización política mundial 980- 983
La libertml tic la Iglesia 424-428 La decimaterza. La aportación de la Iglesia a la paz 984- 995
// grave dolóte. La guerra interior contra la Iglesia 429-434 LA paz internacional y la guerra fría 996-100I
El espíritu europeo 1002-1005
Comunidad internacional y tolerancia 1006-1016
SECCIÓN CUARTA
Crisis de poder y crisis de civismo 1017-1023
Benedicto X V (1914-1922) 435-488 Ecce ego. La coexistencia 1024-1038
Ad Beatissimi. La guerra mundial y sus causas 437-462 II programma. Conflictos de pueblos y principios de solución. 1039-1050
Des le debut. Las bases de una paz justa 463-468 ÍNDICE ALFABÉTICO DE DOCUMENTOS 1051-1052
ÍNDICE DE MATERIAS 1053-1073
Pacem Dei. La reconciliación cristiana y la paz 469-483
In hac quidem. Relaciones entre la Iglesia y el Estado 484-488

SECCIÓN QUINTA

Pío X I (1922-1939) ^89-746


Quas primas. La realeza de Jesucristo 491-517
Ñous avons lu. Sobre la «Action Francaise» 518-523
Divini illius Magistri. La educación cristiana de la juventud. 524-577
Non abbiamo bisogno. En defensa de la Acción Católica 578-603
Acerba animi. Sobre la injusta situación de la Iglesia en Méjico. 604-621
Dilectissima Nobis. Sobre la injusta situación de la Iglesia en
España 622-641
Mit brennender Sorge. Situación de la Iglesia católica en el
Reich alemán 642-665
Divini Redemptoris. El comunismo ateo 666-723
Firmissimam constantiam. Sobre la situación religiosa en Mé-
jico 724-746

SECCIÓN SEXTA

Pío XII (1939) •••• ••••• 747-105°


Summi Pontificatus. Solidaridad humana y Estado totalitario. 749- 802
In questo giorno. Postulados fundamentales de una paz justa. 803- 813
Grazie. Bases indispensables del nuevo orden 814- 824
Nell'alba. Los presupuestos de un orden internacional nuevo. 825- 837
Con sempre. Los fundamentos del orden interno de los Es-
tados 838- 855
El Primado de la Iglesia romana y la paz 856- 867
Benignitas et humanitas. El problema de la democracia 868- 885
La Iglesia católica y el nacionalsocialismo 886- 896
La constitución, ley fundamental del Estado 897- 898
Negli ultimi. La supranacionalidad de la Iglesia y la p a z . . . . 899- 911
Constitución política y aristocracia 912- 917
Exposición sistemática de* la doctri-
na pontificia acerca de la constitu-
ción cristiana de la Sociedad tf del
Estado

INTRODUCCIÓN
Las cuestiones políticas que se ofrecen al pensamiento mo-
derno son muchas, graves y complejas. Pero los grandes prin-
cipios sobre los que debe asentarse la vida pública, así en lo
que concierne al orden interno de las naciones como al orden
internacional, son pocos, sólidos y sencillos. Si se conocen
con certeza y se profesan resueltamente, ellos darán la clave
para resolver, en lo que humanamente sea posible, los pro-
blemas de la política.
Pensadores y gobernantes, todo a lo largo dé la Historia,
se afanan en elaborar doctrinas que den sistema a las ideas
políticas y en formular criterios que sirvan para el gobierno
de los pueblos. Se esfuerzan, singularmente, en conjugar, en
teoría y en la práctica, el trascendental binomio: Hombre-
Estado, y aquel otro, paralelo a él, no menos grave y proble-
mático: Autoridad y Libertad. Así, ala luz de la razón y a la
vista de las experiencias históricas, se han ido formulando las
leyes que rigen las relaciones entre los dos grandes sujetos
de recíprocas facultades y obligaciones y las que armonizan
los atributos de la autoridad con los fueros de la libertad,
dando con ello cuerpo a la Filosofía política y al Derecho
público.
En éste como en todos los campos de la cultura, el pensa-
miento humano, cuando procede por tanteos* de pura refle-
xión, incide con frecuencia en error y tiene que rectificarse
constantemente. En el orden político, singularmente, cada cuar-
to de siglo se alza en el mundo una determinada ideología
que avanza con aire arrollador hasta un punto y momento en
que parece avasallarlo todo triunfalmente. Entonces, el sis-
tema cae, muchas veces, con estrépito, para ceder el paso a
una doctrina nueva, igualmente pujante y ambiciosa, llamada
a correr-la misma-suerte. -
.2* EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA 13»

La explicación está en esto: hay que conjugar trinomios, que yace la doctrina social de la Iglesia, algunos de los cuales,
r no binomios. Porque, sin un tercer término de la relación, como la encíclica Quadragesimo anno, de Pió XI, encierran
jue es, en todos los órdenes, el primero de ellos: Dios y sus mucho contenido político, v.gr.: acerca de la estructura cor -
derechos, carecen de explicación y de fundamento los otros porativa del Estado.
ios: hombre, Estado; autoridad y libertad. De aquí la ne- Con el parco y sincero encomio del libro que se presenta
;esidad de apelar a una concepción teísta del orden político. «debiera terminar este Prólogo, de no habérsele confiado a su
La doctrina católica se ofrece al pensamiento moderno todo •autor otra tarea, por cierto no tan fácil, aunque sí sumamente
[o elaborada que éste pudiera desear, gracias, singularmente, honrosa: exponer de modo sistemático, en unas pocas pági-
al magisterio pontificio, que, en los últimos cien años, no ha nas, la quintaesencia de la doctrina pontificia respecto del
faltado ni un solo momento, sea mediante la definición de orden político. Lo intentaré de la mejor manera, esto es, ci-
los principios verdaderos, sea por vía de condenación de las ñéndome en ideas y expresiones a tan autorizados textos, aun
afirmaciones erróneas. a riesgo de que resulte mi esquema demasiado denso y escueto
El estudio de la doctrina de los Papas acerca del Estado y, por lo tanto, poco ameno. Será, en cambio, más útil.
resulta, para el hombre culto de hoy, inexcusable. A un lado La doctrina de la Iglesia acerca del orden interno de los
la autoridad dogmática del Sumo Pontífice, cuando habla ex Estados hállase en los documentos pontificios, unas veces, de
cathedra y es su palabra infalible, merced a la asistencia del modo positivo, como definición de principios fundamentales;
Espíritu Santo, el magisterio ordinario de los Papas, aun sin otras, en forma negativa por la condenación de los errores
contar con las dotes de infalibilidad, reúne las mayores ga- que se le oponen. Como se trata de documentos de carácter
rantías de verdad que pudieran requerirse. Ninguna otra en- pastoral, no obedecen éstos a un sistema científico o pedagó-
señanza cuenta con tanta seguridad de acierto, por las dotes y gico, ni se ajustan, es natural, a una técnica jurídica. Por eso
cualidades del maestro, por la rectitud y pureza de sus in- la exposición sistemática de esta doctrina, en la forma que
tenciones, por la autoridad e independencia de su cátedra y sigue, es de la exclusiva responsabilidad de quien esto escribe,
por las colaboraciones de que se ve asistido. aunque las ideas sean rigurosamente auténticas de los Papas,
y su expresión, de ordinario, textual. Si no se cita la proceden-
# * # cia de los textos es porque pueden encontrarse fácilmente en
el Sumario de tesis que sigue a esta Exposición.
Reunir y ordenar en un solo volumen—como lo hace la
Biblioteca de Autores Cristianos—lo sustancial del magisterio
pontificio sobre el orden interno de los Estados y acerca tam-
bién del orden internacional, es prestar a todo hombre culto, 1. LA CONCEPCIÓN CRISTIANA DE LA
y singularmente a los católicos, un servicio inestimable. Y es VIDA PUBLICA
también rendir una contribución inapreciable a la ciencia po-
lítica moderna. Existe un concepto cristiano de la vida, y de él forma parte
Enriquecen el libro la cuidada selección de los documentos, el orden cristiano de la vida pública.
la versión bilingüe de muchos de los textos, los extractos que Dios Creador, realidad suprema, autor de la vida indivi-
preceden a cada uno de ellos y las notas de que se acompañan dual, familiar y social, ha marcado a la Humanidad unos
para exponer su encuadramiento histórico, el sistema de citas caminos. Hombres y pueblos los recorren más o menos, porque
y referencias y, en fin, el amplio Sumario general de tesis que su obrar es libre. El orden cristiano, hay que recordarlo desde
se antepone a ellos, obra esta última en la que quien esto es- el principio, es esencialmente un orden de libertad. Los planes
cribe ha puesto particular empeño, por creerla de singular uti- divinos acerca de la Humanidad resultan, en su ejecución,
lidad para el lector. imperfectos, porque los hombres los descomponemos, cosa
No quiere decirse con ello que el libro agote la materia, pues que el propio Dios permite por respetar nuestro libre albedrío.
ha de completarse este volumen, según los planes de la BAC, Pero existe ese «orden querido por Dios» e importa conocerlo.
con otro volumen que recoja los documentos pontificios en Cristo, Redentor nuestro, dueño y señor de los hombres y
16* KXl'OStClÓN SIS'i'KMÁIICA EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA 17*

sistemas políticos modernos. Por el contrario, ella hace servir asegurar la paz social y el bienestar público. No bastan los
al bien común las transformaciones más profundas de la His- lazos puramente humanos para sujetar a los hombres en co-
toria, aporta la solución verdadera a los más intrincados pro- munidad, y menos para rendirlos a obediencia. Si la relación
blemas y promueve el primado del derecho y de la justicia, de hombre a hombre tiene que pasar por Dios, más aún la
que son los fundamentos más firmes de los Estados. de subdito a soberano.
Para ello, la Iglesia no tiene que renegar del pasado. Le Deleznable asiento el de una vida social que se apoye sobre
basta con tomar los organismos rotos por la revolución y, fundamentos puramente terrenos y fíe su autoridad a la fuerza
devolviéndoles el espíritu cristiano que los inspiró, adaptar- externa. Sólo la religión impone con máxima autoridad á los
los al nuevo medio creado por la evolución material de la gobernantes la medida de su poder y a los ciudadanos la sumi-
sociedad contemporánea. sión a la autoridad y la obediencia a la ley.
Por la violencia del poder se sujetan los cuerpos, mas no
Retorno al Cristianismo los espíritus; y el miedo es débil fundamento para la sujeción;
pues, si los amedrentados esperan escapar impunes, se levan-
El retorno al Cristianismo es, en consecuencia, el único tan contra los gobernantes con mayor furia. Es la historia de
remedio de los males públicos que padece la época presente. muchas revoluciones. Ningún poder coercitivo del Estado, como
En el loco intento de emanciparse de Dios, la sociedad ningún ideal puramente terreno, podrá sustituir por mucho
civil rechazó lo sobrenatural y la revelación divina, substra- tiempo a los profundos estímulos de la fe en Dios, que lleva
yéndose así a la eficiencia vivificante del Cristianismo, es de- al acatamiento de la autoridad que manda en su nombre.
cir, a la más sólida garantía del orden, el más poderoso vínculo Sólo este apoyo moral, que viene de lo eterno, de lo divino,
de fraternidad, a la inexhausta fuente de las virtudes públicas. es capaz de domeñar la libérrima voluntad humana.
Al Cristianismo debe, por .tanto, retornar la sociedad extra- La obediencia absoluta al Creador se extiende a todas las
viada si quiere el reposo, el bienestar, la salud. No hay más esferas de la vida, y, al exigir la conformidad de todo orden
que un solo remedio: volver a un verdadero Cristianismo en moral con la ley divina, pide también la adecuación de los
el Estado y en la sociedad de los Estados. ordenamientos humanos, mudables y contingentes, al ciclópeo
sistema de los inmortales ordenamientos divinos.

Los principios éticos


II. FUNDAMENTOS DEL ORDEN SOCIAL
Y POLÍTICO
Sobre el cimiento religioso del Estado se asienta su fun-
damento moral. Se trata ahora de los vínculos éticos, no reli-
La sociedad y el Estado se asientan sobre cimientos no giosos ni jurídicos, que ligan a los hombres dentro del orden
puramente humanos, sino divinos. Estos son religiosos, mora- social, determinando el conjunto de sus deberes, y que for-
les y jurídicos. man, a la vez, la trabazón intrínseca de este orden.
La pretensión de que no existe vínculo alguno entre el Existe una norma universal de rectitud moral que se aplica
hombre o el Estado y Dios, Creador y legislador supremo,
a la vida política, un sistema de principios éticos universales
es totalmente contraria a la naturaleza. Como lo es la creencia
que obligan a subditos y gobernantes; una ley moral, en fin,
de que sea lícito en la vida política apartarse de los preceptos
divinos y legislar sin contar con ellos. que preside el desenvolvimiento de la conducta humana, se-
Este es el más grueso error del liberalismo filosófico, del gún conciencia.
cual derivan luego, en cadena, una parte de los errores socia- La concepción materialista de la sociedad y del Estado
listas y comunistas y los totalitarios. niega abiertamente la existencia de esta norma morai uni-
La religión—lazo que liga al hombre con Dios—es esen- versal y se satisface con un ordenamiento jurídico, no hay que
cial e inexcusable para vincular a los hombres entre sí, for- decirlo, de origen puramente humano y positivo. El orden
mando la sociedad civil; y lo es para sustentar la autoridad y político, al decir de esta doctrina, excluye toda consideración
EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA » 19*
18* EXroSICIÓN SISTEMÁTICA
ridad y los subditos, no en nombre de la religión ni de la
ética, y, por tanto, según ella, la vida individual no está moral, sino en nombre de la justicia; -
ligada con la social por vínculo moral ninguno. La civilización se apoya en las leyes inmutables del dere-
La verdad es la contraria. El Estado no escapa al orden cho y de la justicia, y el primado de éstas es el fundamento
moral que rige al mundo; y son los conceptos de deber, vir- más. firme de los Estados.
tud y conciencia los que sostienen su autoridad, más que la Este derecho de que se habla, apenas hay que decirlo,
severidad de las leyes o la amenaza de los castigos. Por eso, la emana a su vez de la religión y de la moral. El ordenamiento
razón demuestra y la historia confirma que la libertad, la jurídico no es, no debe ser otra cosa que una refracción ex-
prosperidad y la grandeza de un Estado se hallan en razón terna del orden social querido por Dios; por eso no se pueden
directa de la moral de sus ciudadanos y de sus gobernantes. desgajar los fundamentos del derecho de la verdadera fe en
Dios y de las normas de la revelación divina.
Moral religiosa Yerran, por tanto, quienes quieren ponerlos en otra parte:
el positivismo jurídico, que, separando el derecho de la moral,
Se trata, claro está, de una moral fundada en la religión, atribuye una majestad engañosa a leyes puramente humanas;
sobre la fe en Dios, genuina y pura; sobre la ley eterna y el utilitarismo, que entiende por derecho lo que es útil para
las leyes divinas positivas. Se trata de una doctrina moral ob- la nación; y toda suerte de materialismos, ya pongan la raíz
jetiva que obedece a directrices eternas; se trata de un orden del derecho en la propia realidad de su existencia, ya en los
de convivencia que se halla en relación de dependencia con fenómenos económicos, en el buen éxito de lo mandado o en
la verdad, la justicia y la solidaridad humana. la fuerza que lo impone. Nada de esto crea el verdadero de-
No basta, como otros quieren, la llamada moral «inde- recho, como tampoco lo legitima; antes bien, el derecho debe
pendiente», apariencia de moral, puramente civil, que lleva a prevalecer sobre tales factores; sobre la utilidad, sobre la ra-
hacer de la propia voluntad del hombre la ley de sí mismo, zón de Estado, sobre la fuerza.
por lo cual, bajo pretexto de libertad, le concede una licencia El fundamento jurídico del orden social y político se en-
ilimitada. Tampoco sirve una moral hedonista o utilitaria, se- cuentra formulado por el derecho natural, o sea, aquel sistema
gún la cual las normas éticas emanarían de la «razón de Es- de normas impresas por Dios en el corazón del hombre, que
tado», o bien del sistema económico subyacente, olvidando éste descubre mediante la razón. La ley natural es la misma
que el orden moral debe insuflar su espíritu así a la política ley eterna, que, grabada en los seres racionales, inclina a éstos
como a la economía social. Ni sirve, en fin, una moral seudo- a las obras y al fin que les son propios. El derecho natural no
patriótica, por la que lo bueno o lo malo en la conducta humana es, por tanto, creación del Estado: es anterior a él.
depende de que se haga o no por amor a la patria y en su El derecho natural no es vago e impreciso y como inapren-
obsequio. sible. Por el contrario, es claro y bien determinado, está prees-
No. La moral que sirve de base al Estado es la que tiene tablecido y encierra tal riqueza de preceptos, que de él pue-
su fuente e a la religión. Y el intento de separarla de la base den extraerse, como de inexhausta cantera, nuevas formas para
granítica de la fe para reconstruirla sobre la arena movediza las nuevas situaciones que crea la marcha de los tiempos.
de normas convencionales, por puramente humanas, conduce, Tampoco es una regla puramente negativa, una frontera que
pronto o tarde, así a los individuos como a las naciones, a la cierra el paso en sus avances a la legislación positiva. Por el
decadencia moral y, tras de ésta, a la subversión social y a la contrario, es el alma que da forma, sentido y vida al derecho
anarquía. positivo.

La justicia y el derecho El Derecho natural y el positivo

Siguiendo el símil de la construcción de un edificio, ente- Por eso, todo derecho humano positivo debe conformarse
ramente apropiado, sobre el doble cimiento religioso y moral, con el derecho natural. Porque la ley humana—usando la
la edificación de la sociedad y del Estado requiere un tercer lapidaria definición de Santo Tomás—no es otra cosa que la
suelo: el jurídico, que se refiere a las normas que rigen la ordenación de. la recta razón, promulgada por la autoridad
convivencia entre los hombres y las relaciones entre la auto-
EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA " 21*
20* KXI'OSICIÓ!» SISTEMÁTICA

legítima para el bien común. Su ámbito lo constituyen las re- razón de su fuerza de obligar. Desde León XIII a Pío XII abun-
glas peculiares de la convivencia humana. Su eficacia deriva dan las declaraciones condenatorias de tales errores. Para lá
de su conformación con la ley eterna, de la que recibe su doctrina católica, el augusto poder de las leyes humanas, comb
sanción. queda dicho, proviene de más alto: proviene de la ley natural
Cuando las leyes tienen por objeto lo que es bueno o malo y de la ley eterna.
por naturaleza, la misión del legislador civil se limita a lograr,
por medio de una disciplina común, la obediencia de los ciu-
dadanos a los preceptos naturales. Cuando regulan cosas que III. LA SOCIEDAD CIVIL
sólo de un modo general y en conjunto han sido determinadas
por la naturaleza, queda a la prudencia humana fijar el modo, Es de tradición en la doctrina católica distinguir entre so-
la medida y el objeto de esos preceptos genéricos. Esto quiere ciedad y Estado. La sociedad civil se identifica con la colecti-
decir que derivan del derecho natural las leyes humanas, unas vidad humana y encierra en su seno un conjunto de sociedades.
de modo inmediato y directo y otras sólo de manera indirecta El Estado es una de ellas; encuentra sus límites en su ámbito
y mediata. Pero todas han de «conformarse» a él. territorial y en su naturaleza jurídica; se integra, a su vez, por
De aquí que las leyes que están en oposición insoluble otras sociedades que no debe absorber: familias, municipios,
con el derecho natural adolezcan de un vicio original que no corporaciones económicas o culturales...; y coexiste con una
puede ser subsanado ni con el imperio de la autoridad ni sociedad universal, de naturaleza distinta, que es la Iglesia.
con el aparato de la fuerza externa. Por su parte, está, en cierto modo, subordinado a la Comunidad
Encierra esta doctrina una singular importancia para la vida de las Naciones, que agrupa el conjunto de los Estados.
pública. Porque el derecho humano positivo, en tanto resulta El hombre es sociable por naturaleza, nace inclinado a la
legítimo en cuanto se conforma con el derecho natural; y sólo unión con sus semejantes. La unión de los hombres forma la
en esto obliga a obediencia. Por consiguiente, si una ley, aun- sociedad civil, que es una comunidad nacional. Tal es el desig-
que establecida por legítima autoridad, es contraria a la recta nio de Dios, autor de la Naturaleza. El manda que los hombres
razón y perniciosa para la comunidad, su fuerza legal es nula. vivan en sociedad, y los hombres nacen ordenados para ello-
Más: si estuviese en abierta oposición con el derecho divino Es, pues, falsa la idea roussoniana que coloca la causa eficiente
y contradijese a los deberes religiosos, entonces la resistencia de la comunidad civil en la libre voluntad de cada uno de los
a la ley es un deber; la obediencia, un crimen. hombres, fingiendo que éstos, por propio consentimiento, ce-
den algo de su derecho y de su libertad para formarla.
Tesis condenables La vida social, en sí misma, posee un carácter absoluto,
que se halla por encima del mudar de los tiempos. Sus normas
Huelga casi decir que son condenables las doctrinas que básicas, las últimas, lapidarias y fundamentales normas de la
establecen la independencia de todo derecho positivo respecto sociedad, son inmutables y no dependen tampoco del arbitrio
del derecho natural. Y mucho más las que se atreven a impug- humano. Nunca, por tanto, podrán ser abrogadas con eficacia
nar la existencia de éste. El Syllabns contiene una explícita jurídica por obra del hombre.
condenación de las proposiciones que dicen que «no es necesa- El principio creador de la sociedad humana y, a la vez, su
rio que las leyes humanas se conformen con el derecho natu- elemento de conservación es el bien común, el cual, por lo
ral» y que «las leyes civiles pueden y deben separarse de la mismo, se erige en la ley primera y última de toda sociedad.
autoridad divina». Más tarde, León XIII condena el llamado La sociedad humana posee una unidad orgánica interna,
a la sazón, «derecho nuevo», por contrario, en muchas de sus No es una masa de individuos sin cohesión, ni tampoco una
tesis, al derecho natural. máquina que funcione por puro automatismo. Se concibe, por
Igual repulsa merecen las tesis liberales que tratan de asen- el contrario, como un cuerpo crecido y maduro, que tiende,
tar la majestad de la ley simplemente sobre la voluntad del bajo el gobierno de la Providencia y mediante la colaboración
pueblo, con independencia de todo derecho divino. Según ellas, de los diversos órganos que la forman, a conseguir los eternos
la razón colectiva, la fuerza de una mayoría numérica, la volun- fines de la. civilización humana. Por eso, su unidad esencial
tad del partido prevalente, son la raíz única del derecho y la
22* EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA
EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA * 23*
respeta las diferencias naturales de sus elementos constituti-
que posee su esfera de vida propia e intangible. Pero también
vos, diferencias que la enriquecen, formando dentro de ella
las corporaciones públicas, ya sean locales o profesionales, y
varios órdenes que son diversos en dignidad, en poder, en de-
las asociaciones culturales y las ideológicas tienen su derecho
rechos, que mutuamente se necesitan y que juntos conspiran
a existir y deben ser reconocidas por el Estado y respetadas,
al bien común. En una palabra, la noción de sociedad com-
cuando no estimuladas y apoyadas por él.
porta la de jerarquía; es una ordenación en que las cosas ínfi-
Esta es la esencia de la doctrina corporativa de la Iglesia,
mas alcanzan sus fines a través de las intermedias, y éstas por
basada en el principio de subsidiaridad de que arriba se ha
medio de las superiores. Todo este vasto sistema, en fin, im-
hecho mérito. Si es cierto que aquello que pueden hacer los
plica la existencia de un ordenamiento jurídico en vital co-
individuos por sus propias fuerzas no se debe entregar a la co-
nexión con el genuino orden social.
munidad, análogamente debe reservarse para las agrupaciones
Sociedad y persona «menores» y de orden inferior aquello que puedan ellas reali-
zar en la órbita de su competencia y no atribuirlo todo a las
Pero la sociedad es medio, y no fin, con relación a la per- superiores y más amplias. El bien común, con miras al cual
sona humana. Es éste un punto sumamente grave de la buena fué establecido el poder civil, culmina en la vida autónoma de
doctrina. La sociedad no ha sido instituida por la naturaleza las personas, así individuales como morales o colectivas. Por
para que el hombre la busque como fin último, sino para que, eso no se compadece con esta doctrina, el carácter fuertemente
en ella y por medio de ella, posea los medios eficaces para al- centralizador de las naciones modernas, que reduce en exceso
canzar su propia perfección. Por eso, toda autoridad social es, las libertades congénitas de individuos y de colectividades.
por naturaleza, subsidiaria; debe servir de sostén a los miem- Más en particular, la Iglesia recomienda que en el seno de
bros del cuerpo social y no absorberlos. La sociedad es para la nación crezcan y se desarrollen así las entidades municipa-
el hombre y no el hombre para la sociedad. les como los cuerpos profesionales que coordinan los intereses
Siendo un medio la sociedad, su fin es servir al hombre de esta clase. Unos y otros facilitan al Estado la gestión de los
para que alcance el suyo propio. El desarrollo de los valores asuntos públicos, pues tienden al bien común del propio Es-
personales del hombre completo, el pleno desenvolvimiento de tado. Si éste se atribuye y apropia iniciativas que deben ser
la persona, éste es el fin supremo de toda la vida social. El bien- privadas, no sólo será en daño del derecho de éstas, sino tam-
estar material, la perfección de la virtud moral e indirectamen- bién en detrimento del bien público.
te la salvación eterna de los hombres: he aquí los objetivos de
la comunidad civil. Y el supuesto previo a ellos es la paz social, Grupos de presión
esto es, la tranquilidad del orden público, que hace posible la
convivencia. Ya se entiende que, asimismo, por el otro extremo se puede
Opuesta per diametrum a este concepto social cristiano es pecar, o sea cuando los cuerpos de que se habla, y singular-
la concepción materialista de la sociedad, que la imagina como mente los que agrupan y representan intereses profesionales
un gigantesco artefacto para la producción de bienes por medio o económicos, se hacen con exceso prepotentes y abusan de su
del trabajo colectivo y que subordina toda autoridad social al fuerza, anteponiendo sus intereses parciales al bien general. Es
estímulo único de la utilidad o del interés. Como que se co- éste un peligro grande del momento presente, dado el desarro-
rresponde con un concepto pagano de la vida humana, que no llo y poderío que alcanzan así los sindicatos patronales y obre-
asigna a ésta otra finalidad que el disfrute de los bienes terre- ros como los grandes «trusts» y consorcios de carácter econó-
nales. mico. Unos y otros, con frecuencia, se convierten en grupos
de presión y hacen fuerza a los fueros de la autoridad y a los
Sociedades intermedias derechos del Estado. Si los responsables de estos organismos,
al ensanchar sus horizontes, rompen las perspectivas naciona-
El Estado no se alza sobre los individuos como un monoli- les, si no aciertan a supeditar lealmente sus intereses y aun su
to en un desierto de arena. Entre el individuo y el Estado exis- prestigio a lo que piden la justicia y el bien público, paralizan
ten sociedades, cuerpos, instituciones, que aquél debe respe- el ejercicio del poder político y comprometen, a la postre, la
tar. El primero, la familia, como sociedad anterior al Estado y libertad y los derechos de aquellos a quienes nretendon «.«r-mV
BXFOSICIÓff SISTEMÁTICA 25*
24* KXI'OSICION SISTEMÁTICA
rigir estas actividades al bien común, definido éste en función
con el perfeccionamiento natural del hombre. El Estado no
puede absorber ni suplantar a la sociedad ni a la persona.
IV. EL ESTADO Se produce en el funcionamiento del Estado como una co-
rriente que circula del individuo a la colectividad, para refluir
El Estado, o sea la sociedad jurídicamente organizada bajo de nuevo sobre el individuo. Toda su actividad está como pre-
una autoridad soberana, no es ninguna abstracción. Es una en- sidida por este designio: la realización permanente del bien co-
tidad viva, emanación normal de la naturaleza humana. Es, mún en la sociedad, mirando siempre a la persona.
además, una sociedad necesaria, con necesidad de medio, para
la propia vida humana, en cuanto forma de unidad y de orden
entre los hombres. La familia, fuente de vida, y el Estado, tu- Principio de subsidiaridad
tor del derecho, son las dos columnas que sostienen la sociedad.
Las funciones del Estado son concurrentes con las de otras
Tiene sus raíces en el orden de la Creación, y es por ello sociedades intermedias y son subsidiarias de éstas. Veamos
uno de los elementos constitutivos del derecho natural. Dicho cómo se entiende este «principio de subsidiaridad», que viene
de otro modo, se funda en el orden moral del mundo. Pero determinado por el bien común como objetivo de la actividad
si su origen trascendente está en Dios, el próximo o inmediato del Estado.
:
-se encuentra en el hombre y en la sociedad. De aquí que su El bien común dijérase que es como el sistema de aquellas
fin último sea servir a la persona humana, directamente o a tra- condiciones externas que son necesarias al conjunto de los ciu-
vés de la sociedad, entendida en su sentido más amplio. dadanos para el desarrollo de su vida, así económica como pro-
fesional, intelectual y religiosa, en tanto en cuanto no basten
Medio y no fin o no alcancen a conseguirlas las energías de la familia y los es-
fuerzos de otras sociedades a las que corresponde una prece-
Se puede repetir en este punto lo que arriba queda dicho dencia «natural» sobre el Estado y en cuanto no correspondan
acerca de la sociedad civil, a saber: que el Estado es medio y no a la Iglesia, sociedad universal deparada por la voluntad sal-
fin de sí mismo. Como también que el Estado es para el hom- vífica de Dios al servicio de la persona humana, y singularmen-
bre y no el hombre para el Estado. El Estado, el Poder político, te de sus fines religiosos.
ha sido establecido por el supremo Creador con el designio de El Estado, por tanto, no puede ser una omnipotencia opre-
facilitar a la persona humana su perfección física, intelectual sora de las autonomías legítimas. Su misión no es la de asumir
y moral, y para ayudarle, además, a que consiga su fin sobre- directamente las funciones económicas, culturales o sociales
natural. No debe ser su único objetivo obtener la prosperidad que pertenecen a otras competencias. Su misión está en coordi-
y el bienestar públicos, pero sí el primordial, el preferente. Los nar y orientar los esfuerzos de todos al fin común superior. Por
gobiernos deben consagrar su principal preocupación a crear eso, debe reconocer una justa parte de autonomía y de respon-
los medios materiales de vida necesarios para el ciudadano. sabilidad a cuanto represente en el país un poder efectivo
El modo como ordinariamente el Estado contribuye a los y valioso.
fines de la persona es a través de la comunidad, sirviendo al Crece la importancia de esta doctrina a medida que se ex-
bien común. Por eso, en cierto modo, puede decirse que el fin tienden, de día en día, las atribuciones del Estado en todos los
del Estado es, a la vez, la persona individual y la colectiva. Su campos: en el social, en el técnico, en el económico. Nadie
imperio debe ponerse a un tiempo al servicio de la sociedad pone hoy en duda la necesidad de ensanchar su campo de ac-
y al del individuo. Su función, su «magnífica función», consiste ción para el mejor servicio del bien colectivo, como tampoco
en favorecer, ayudar, promover la cooperación activa de sus la precisión de acrecer sus poderes. Pero esta ampliación cre-
miembros en orden al bien de la comunidad. Los verbos que ciente de las funciones del Estado sólo se hará sin daño ni pe-
se emplean para expresar las funciones del Estado están esco- ligro si se tiene una apreciación justa del fin del Estado y del
gidos por los Papas con sumo cuidado. Véase en este otro pa- carácter supletorio de una parte de sus funciones con relación
saje : el Estado tiene esta noble misión: reconocer, regular y pro- a las demás sociedades.
mover en la vida nacional las actividades de los individuos y di-
26» EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA E X P O S I C I Ó N SISTEMÁTICA 27*
La misión del Estado, en resumen, el bien común de orden tado tiene preeminencia sobre la familia, que sólo'dentro del
temporal, consiste en una paz y seguridad de las cuales pue- Estado alcanza su conveniente perfección temporal.
dan disfrutar las familias y los individuos en el libre ejercicio El Estado debe respetar a la sociedad familiar y está obli-
de sus derechos; y en la mayor abundancia de bienes espiritua- gado a ayudarla, singularmente creando en torno suyo el am-
les y temporales que sea posible; todo ello mediante la concor- biente moral y social que le permita cumplir su misión propia.
de colaboración activa de todos los ciudadanos. La función de La familia es el principio y el fundamento de la sociedad
la autoridad política del Estado es, pues, garantizar y promover, civil y, por consiguiente, del Estado. Como que es la fuente
pero nunca absorber a la familia y al individuo o suplantarlos. perenne de donde mana la vida, el hogar en que se forja el
hombre, luego ciudadano y, en fin, la célula vital del pueblo.
Estatolatría Su origen es divino. No sólo el de la primera pareja creada
por Dios. También el de los sucesivos matrimonios, o por me-
Incompatible con este concepto cristiano de la misión del jor decir, el del matrimonio mismo en cuanto institución. Las
Estado es cualquier suerte de totalitarismo o estatolatría que prerrogativas fundamentales de la familia han sido determina-
diviniza al Estado considerándole como ñn de sí mismo, al que das por el Creador.
hay que subordinarlo todo y como suprema norma, fuente y
origen de todos los derechos. Tales doctrinas, que tienen su La patria potestad
viciada raíz en la negación del origen trascendente del Estado, Dios comunica de modo inmediato a la familia, en z\ orden
pervierten y falsifican el orden natural y han sido causa de ma- natural, la fecundidad, principio de vida y, por tanto, princi-
les inmensos para los pueblos. pio de educación para la vida, y la autoridad, principio de
No hay que decir que se desvía igualmente del pensamien- orden.
to católico la tesis comunista, según la cual el Estado y su po- Es falso, por tanto, pretender que el matrimonio sea un
der no son sino el medio, el instrumento más eficaz y más uni- contrato civil y la sociedad doméstica una institución mera-
versal para conseguir el objetivo comunista de la subversión mente convencional que reciba su autoridad del derecho po-
social. sitivo. Y falso también que la ordenación jurídica del matri-
monio competa libremente a la autoridad civil y que ésta pue-
da legislar acerca del vínculo conyugal y sobre su unidad y es-
tabilidad; establecer impedimentos dirimentes, sancionar el di-
V. LA SOCIEDAD FAMILIAR ANTE vorcio y asumir para sí las causas matrimoniales. El Estado
EL ESTADO debe respetar la autoridad, así legislativa como jurisdiccional,
de la Iglesia acerca del matrimonio.
Tres son las sociedades necesarias, distintas, pero armóni- La familia forma una unidad en varios órdenes: económi-
camente unidas por Dios, en el seno de las cuales nace el hom- co, jurídico, moral y religioso. Tiene su gobierno propio, que
bre: dos sociedades son de orden natural, la familia y el Es- corresponde al padre, cuya autoridad deriva de la autoridad
tado; la tercera, la Iglesia, de orden sobrenatural. del Padre celestial y que ejerce de modo incoercible sus dere-
La familia es sociedad instituida inmediatamente por Dios chos, que son, a la vez, deberes, respecto de sus hijos. Nadie
para su fin específico, que es la procreación y educación de la puede arrebatar a los padres, sin grave ofensa del derecho, la
prole. Tiene, por ello, prioridad de naturaleza y, por consi- misión que Dios les ha encomendado de proveer al bienestar
guiente, prioridad de derechos respecto del Estado. temporal y al bien eterno de la prole.
Pero la familia es sociedad imperfecta, puesto que no posee Es errónea, por tanto, cualquier concepción del Estado que
en sí misma todos los medios necesarios para la perfecta con- entregue a éste la autoridad sobre los hijos de familia, pretex-
secución de su fin propio. En cambio, el Estado es una socie- tando que las generaciones jóvenes le pertenecen. Y es falsa
dad perfecta, por tener en sí mismo todos los medios necesa- también la tesis que, aun respetando las prerrogativas pater-
rios para su fin propio, que es el bien común temporal. Desde nas, no las reconoce como derechos naturales y las hace deri-
este punto de vista, pues, o sea en orden al bien común, el ES- var y depender de la ley civil.
28* EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA
SS-POSICIÓN SISTEMÁTICA 20*
El unánime sentir del género humano repudia la idea de
que la prole pertenezca al Estado por el hecho de que el hom- Misión educativa de la Iglesia
bre nazca ciudadano. Para ser ciudadano, el hombre debe exis-
tir, y la existencia no se la da el Estado, sino los padres. Son Pertenece la educación de un modo supereminente a la
los hijos como algo del padre, una extensión, en cierto modo, Iglesia por dos títulos de orden sobrenatural, superiores a cual-
de su persona, y, hablando con propiedad, no entran a formar quier otro de orden natural. Es el primero la expresa misión
parte de la sociedad civil por sí mismos, sino a través de la docente y la suprema autoridad de magisterio que le fueron
familia en cuyo seno han nacido. conferidas por su divino Fundador. El segundo, la materni-
La patria potestad, en consecuencia, es de tal naturaleza, dad sobrenatural, por virtud de la cual la Iglesia engendra y ali-
que no puede ser suprimida ni absorbida por el Estado, por- menta a sus hijos en la vida divina de la gracia.
que tiene el mismo principio que la vida misma del hombre. En el ejercicio de su misión educadora, la Iglesia es inde-
pendiente de todo poder terreno; por ser sociedad perfecta con
La misión educativa derecho a elegir los medios más idóneos, y porque toda ense-
ñanza tiene una relación necesaria de dependencia con el fin
La familia recibe, también de modo inmediato, del Creador último del hombre.
la misión y, por tanto, el derecho de educar la prole; derecho Esta misión educativa no sólo se refiere al objeto propio
itreñunciáble por estar inseparablemente unido a una estric- de su magisterio, la fe y las costumbres, el cual, por beneficio
ta obligación; y anterior a cualquier otro derecho del Estado divino, está inmune de todo error, sino que alcanza ál Conjun-
y de la sociedad y, por lo mismo, inviolable por parte de toda to de las disciplinas y enseñanzas humanas que son patrimo-
potestad terrena. nio común de todos. Por esto la Iglesia fomenta la literatura,
Pío XII dedica una encíclica, la Divini illius Magistri, a la la ciencia y el arte, en cuanto son útiles para la educación cris-
educación cristiana de la juventud. Sigue, en punto a princi- tiana de las almas.
pios, a Santo Tomás y recoge lo fundamental del magisterio Es, además, su derecho inalienable, y, a la vez, su inexcu-
de l,eón XIII. Sólo un capítulo de ella cae en el terreno de esta sable deber, vigilar la educación que se dé a los fieles en cual-
recopilación, el relativo a la misión educadora; a él se ciñe la quier institución pública o privada, no sólo en lo referente a la
exposición presente. enseñanza religiosa, sino en cualquier disciplina y plan de es-
La educación no es obra de individuos, es obra de la socie- tudios, por la conexión que éstos puedan tener con la religión
dad, y, por abarcar a todo el hombre, como persona y como y la moral.
mietmbro de la sociedad, y así en el orden de la naturaleza como Por lo que toca a la extensión de la misión educativa de la
en el de la gracia, pertenece la educación a las tres sociedades Iglesia, ésta abarca a todos los pueblos, sin limitación alguna
necesarias, familia, Iglesia y Estado, en una medida proporcio- de tiempo o lugar, y comprende no sólo a los fieles en cuanto
nada, que corresponde, según el orden presente de la provi- subditos suyos, sino también a los infieles, ya que todos los
dencia establecido por Dios, a la coordinación jerárquica de hombres están llamados a conseguir la salvación eterna.
sus respectivos fines. Esta supereminencia educativa de la Iglesia concuerda per-
Sobre la misión educativa de la familia hay que añadir que fectamente con los derechos de la familia y del Estado, porque
el derecho de los padres a educar sus hijos no es absoluto ni el orden sobrenatural no destruye ni menoscaba el orden na-
despótico, porque está subordinado al fin último de éstos y a la tural, sino que, por el contrario, lo eleva y lo perfecciona.
ley natural y divina, por lo cual ese derecho comporta la obli-
gación correlativa de que la educación de la prole se ajuste al Misión educativa del Estado
fin para el cual Dios les ha dado los hijos; que el deber educa-
tivo de la familia comprende no sólo la formación religiosa y El primado de la Iglesia y de la familia en la función edu-
moral, sino también la física y la civil; y, en fin, que para aque- cativa no implica daño alguno para los genuinos derechos del
llo que no puedan los padres enseñar por sí mismos deben de- Estado en este orden.
legar su misión educativa en el maestro, siempre que la escue- Estos derechos le están atribuidos al Poder civil por el mis-
mo Autor de la naturaleza en virtud de la autoridad que el
la reúna los requisitos que garanticen una cristiana educación.
EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA 31»
30* EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA
Existen, en efecto, dos supremas sociedades: la una, el Estado,
Estado tiene para promover el bien común temporal, que es
cuyo fin próximo es proporcionar al género humano les bie-
su fin específico.
nes temporales de esta vida; y la otra, la Iglesia, que tiene por
En materia educativa, el Estado tiene el derecho y la obli-
designio conducir al hombre a la felicidad verdadera, celes-
gación de tutelar con su legislación el derecho antecedente de
tial y eterna, para la que ha nacido.
la familia y de respetar el de la Iglesia. Y es también misión
Reconoce la doctrina católica, sin ambages, que es el Estado
suya suplir, por razón del bien común, la labor de los padres
sociedad perfecta, pero afirma en seguida que también la Igle-
en los casos en que falte por dejadez, incapacidad o indignidad.
sia, no menos que el Estado, es una sociedad completa en su
Es, asimismo, función del Estado garantizar la educación
género y jurídicamente perfecta, porque tiene todos los ele-
moral y religiosa de la juventud, removiendo los obstáculos
mentos necesarios para su existencia y su acción. Dios ha re-
que la estorben, y promover su instrucción general, sea favore-
partido, por tanto, el género humano entre dos poderes: el
ciendo y ayudando las iniciativas de la Iglesia y de las familias,
poder eclesiástico y el poder civil, y los pueblos tienen el deber
sea completando la labor de ellas cuando fuese insuficiente.
de estar sujetos a ambos a un mismo tiempo.
Dado que posee el Estado mayores medios, puestos a su dis-
Reside la dificultad para delimitar ambas potestades en la
posición para las comunes necesidades de todos, es justo que
coincidencia de Iglesia y Estado en punto a territorio, sub-
las emplee en provecho de aquellos de quienes proceden.
ditos, bienes e instituciones. La Iglesia se encuentra con los
Por último, puede el Estado exigir y debe procurar la for- Estados en un mismo territorio, abraza a los mismos hombres,
mación ciudadana de sus subditos y aun reservarse la creación usa de los mismos bienes y utiliza a veces las mismas institu-
de escuelas preparatorias para sus funcionarios y especialmen- ciones. Difieren, como queda dicho, en razón de sus fines.
te para el ejército. La Iglesia es distinta de la sociedad política, porque el fin de
La condición general que se impone al Estado en el des- aquélla es sobrenatural y espiritual, y el de ésta, temporal y
arrollo de toda esta vasta función educadora es que respete los terreno. Cada una de estas soberanas potestades, en consecuen-
derechos naturales de la Iglesia y de la familia y que observe cia, queda circunscrita dentro de ciertos límites que vienen
la justicia, que manda dar a cada uno lo suyo. definidos por su propia naturaleza y por su fin próximo; ellos
Dedúcese de lo expuesto que es injusto todo monopolio es- determinan la esfera jurídica de su peculiar jurisdicción y
tatal en materia de educación que fuerce física o moralmente competencia. Iglesia y Estado son, pues, sociedades que tie-
a las familias a enviar a sus hijos a la escuela del Estado, con- nen cada una su propia autoridad; no son en sí contradictorias
trariando sus legítimas preferencias. Y que es pernicioso abu- ni se confunden entre sí.
so de los nacionalismos configurar militarmente la educación Tal distinción arranca de los orígenes mismos de la Iglesia.
física de los jóvenes exaltando el espíritu de violencia y subs- Jesucristo, su divino Fundador, quiso que el poder sagrado
trayéndolos al santuario de la vida familiar. fuese distinto del poder civil y que ambos gozasen dé plena
libertad en su terreno propio. En la gestión de los asuntos
de su propia competencia ninguno está obligado a obedecer
al otro. Tal distinción, además, no es circunstancial o pasa-
VI. LA IGLESIA Y EL ESTADO jera; es inmutable y perpetua.

Acaso sea la doctrina de las relaciones entre la Iglesia y el Errores condenados


Estado la que recibe más desarrollo en los documentos pon-
tificios. Y es natural, no sólo por la singular autoridad de los Ideologías heterodoxas niegan que la Iglesia sea soberana
Papas para formularla, sino, además, porque esta materia ha y perfecta. Le niegan, unas, la naturaleza y los derechos pro-
sido una de las más controvertidas en los últimos cien años. pios de una sociedad perfecta. Otras, su poder legislativo,
Resumiré sus principales tesis. judicial y coactivo, atribuyéndole tan sólo una función exhor-
Iglesia y Estado coexisten en el mundo como sociedades, tante, suasoria, orientadora... Algunas se limitan a atacar su
ambas, perfectas y soberanas. Pero son distintas entre sí, sin universalidad.
que quepa confusión entre ellas. Se distinguen por sus fines.
IM* EXPOSICIÓN SISTBMÍIICA
EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA 33*
En nuestros días, la Iglesia sufre particularmente de esta
las almas y gobernarlas en orden a su salvación eterna. El
última agresión; por parte, ayer, del nacionalismo, y ahora,
derecho a regirse a sí misma contando con todos los medios
de las llamadas democracias populares. La voz del Pontífice
necesarios para ello, esto es, con pleno" y perfecto poder, le-
reinante clama sin cesar contra tal tentativa de escisión. Por
gislativo, judicial y coactivo, que ha de ejercer con plena li-
su propia naturaleza, la Iglesia se extiende a toda la univer
bertad. El derecho a enseñar, en cumplimiento de su divina
salidad del género humano; es supranacional, porque es un
misión y del mandato imperativo de llevar a las almas tesoros
todo indivisible y universal. Es un sacrilego atentado, un golpe
de verdad y de bien. El derecho a adquirir y poseer los bienes
nefasto contra la unidad del género humano, confinar a la
materiales de que necesite como sociedad de hombres que es.
Iglesia en los angostos límites de una nación.
Los Pontífices, ante los continuos ataques a las prerroga-
Pero no es de hoy la condenación de estos intentos. L¡is
tivas y derechos de la Iglesia, los reivindican una y otra vez
supuestas iglesias nacionales que tratan los comunistas de es-
contra toda suerte de errores y atropellos. Claman contra la
tablecer en Hungría, en China o en otras naciones de ocupa-
falsa y mezquina concepción que quisiera confinar a la Iglesia,
ción soviética están ya anatematizadas desde el Syllabus, que
ciega y muda, en el retiro del Santuario; contra quienes dis-
condena la proposición de que se puedan establecer iglesins
cuten su potestad legislativa y su jurisdicción; contra aquellos
independientes.
que cercenan su derecho a adoctrinar, reduciéndolo a lo pura-
mente religioso; contra los que, reconociendo a todos la li-
La Iglesia, fundamento social bertad de poseer, se la niegan a la Iglesia y pretenden confe-
rir al gobierno de los Estados la propiedad o la administración
Importa considerar el aspecto social, no sólo el religioso, de los bienes eclesiásticos, sin detenerse ni ante los templos
de la Iglesia. Su Santidad Pío XII lo subraya, y en uno de sus o los seminarios.
discursos se contiene una notable definición social de la Iglesia.
Puede definirse, dice, la sociedad de quienes, bajo el influjo
sobrenatural de su gracia, en la perfección de su dignidad Relación unitiva
personal de hijos de Dios y en el desarrollo armónico de las
inclinaciones y energías humanas, edifican la potente armazón Punto importante del presente capítulo es el de las relacio-
de la convivencia humana. nes entre Iglesia y Estado a la luz de la doctrina pontificia.
No ya en tesis, también en la realidad, en la Historia, la ¿Identificación? ¿Separación? ¿Independencia? ¿Colabora-
Iglesia contribuye a asentar el fundamento de la vida social. ción?...
En virtud de su universalidad supranacional, da forma y figura Iglesia y Estado son, ya lo hemos visto, sociedades distin-
perdurables a la sociedad humana, por encima de toda vicisi- tas. Pero son inseparables. Rotundamente lo afirma León XIII:
tud y más allá de los límites de tiempo y espacio. Y merced son dos cosas inseparables por naturaleza. Por ello, es necesa-
a su misión providencial de formar hombres, «el hombre rio que entre ambas potestades exista una ordenada relación
completo», proporciona a la sociedad y al Estado los mejores unitiva, que es comparable a la que se da en el hombre entre
subditos y los más cabales ciudadanos. La Iglesia eleva al hom- el alma y el cuerpo. Entre la sociedad política y la religiosa,
bre a la perfección de su ser y de su vitalidad. Con hombres las relaciones deben ser no sólo externas, sino también internas
así formados, la Iglesia depara a la sociedad civil la base en y vitales.
que pueda descansar con seguridad. Es, pues, menester que exista una positiva colaboración
mutua entre ambas potestades, una relación de armonía, una
estrecha concordia. Lo exige así la voluntad divina, que dis-
Derechos inviolables puso la existencia concurrente de las dos sociedades; lo pide
el bien general de toda la sociedad, que se lucra de tal coopera-
Por ser sociedad perfecta y soberana, los derechos de la ción; lo reclama el bien personal de los hombres, subditos a
Iglesia son inviolables. El derecho a ejercer su misión religiosa, la vez de una y otra potestad.
que consiste en realizar en la tierra el plan divino de restaurar
La causa radical de esta armonía está en que el orden sobre-
todas las cosas en Cristo, procurar la paz y la santificación de
natural sobre el que se basan los derechos de la Iglesia no sólo
34» EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA 35*

no destruye ni menoscaba el orden natural al que pertenecen Proposición es ésta anatemizada en el Syllabus: la Iglesia
los derechos del Estado, sino que, por el contrario, lo eleva debe estar separada del Estado. Separación hostil que se de-
y lo perfecciona. creta en nombre de la libertad y desemboca en la negación
Prestan base a esta colaboración, de un lado, el recíproco de la misma libertad que se promete. La Iglesia, pues, por
respeto de las privativas esferas de competencia: al Estado, principio, o sea, en tesis, no puede aprobar la separación com-
sus derechos y obligaciones; a la Iglesia, los suyos; y de otro, pleta entre los dos poderes, entendiendo por tal la completa
la supeditación del orden temporal al sobrenatural, que obliga independencia de la legislación política respecto del poder le-
al Estado a prestar de un modo positivo a la Iglesia los medios gislativo religioso, la absoluta indiferencia del poder secular
externos propios del Estado de que aquélla puede necesitar. con relación a los intereses y los derechos de la Iglesia; esto es,
La dificultad se presenta, supuesta la profesión de la buena que todo el ordenamiento jurídico, las instituciones, las cos-
doctrina y la recta intención de ambas partes, en el deslinde tumbres, las leyes, las funciones públicas, la educación de la
de los campos privativos y en el trato que se dé a las materias juventud, etc., queden al margen de la Iglesia, como si ésta
de competencia mixta. no existiera, como si no hubiera razón en el mundo moderno
El orden religioso y moral, está claro, es privativo de la para obedecer a la Iglesia.
Iglesia. Todo lo que de alguna manera es sagrado en la vida Los católicos, por consiguiente, nunca se guardarán bas-
humana, todo lo que pertenece a la salvación de las almas y al tante de admitir tal separación.
culto de Dios, sea por su propia naturaleza, sea por el fin al
que está referido, todo ello cae bajo el dominio y autoridad Concordia en materia mixta
de la Iglesia. Así, el gobierno de las almas, la formación de las
conciencias, la administración de los sacramentos, y entre ellos Queda por tratar el punto relativo a la jurisdicción en ma-
el matrimonio, el magisterio religioso... Pero las demás cosas terias mixtas. Se dan éstas y es necesario prevenir el caso de
que el régimen civil abraza y comprende—declaran los propios un posible conflicto jurisdiccional. El poder político, en efecto,
Papas—es de justicia que queden sometidas a éste. y el religioso, aunque tengan fines y medios específicamente
distintos, al ejercer sus respectivas funciones, pueden llegar,
en algunos casos, a encontrarse; v.gr.: al legislar de una misma
Independencia, no separación materia, aunque por razones distintas. Tal es el caso, entre
los más importantes, de la educación de la juventud, materia
Cada una de estas potestades, en la esfera de su competen- que pertenece conjuntamente a la Iglesia y al Estado, si bien
cia, debe gozar de plena libertad. La Iglesia se la reconoce al bajo diferentes aspectos.
Estado en los asuntos propios de la esfera civil; pero pide que La norma para resolver estas cuestiones es la mutua con-
el Estado, a su vez, respete la suya en su ámbito propio. Porque cordancia acerca de tales materias de jurisdicción común, aun-
en el cumplimiento de su misión divina no puede depender de que, en último extremo, el poder humano se subordinará como
voluntad ajena ninguna. conviene al poder divino. En las cuestiones de derecho mixto
En tal sentido hay que proclamar la independencia de la —adoctrinan los Papas—, en aquellas materias que afectan si-
Iglesia respecto del poder civil, que quiere decir su absoluta multáneamente, aunque por causas diferentes, a ambas potes-
libertad de acción y su derecho a gobernarse por sus propias tades, es plenamente conforme a la naturaleza y a los derechos
leyes y según sus métodos privativos, incluido el llamado de Dios el común acuerdo, la concordia.
poder temporal de la Santa Sede, que se juzga necesario para Esta es la principal razón de ser de los Concordatos, expre-
la conservación de su plena independencia espiritual. sión escrita de ese espíritu de colaboración entre Iglesia y
Pero esta independencia de los dos poderes nada tiene Estado y normación sistemática de las relaciones jurídicas en-
que ver con la doctrina llamada de la separación, que está tre ellos, singularmente por lo que atañe a las materias de
abierta y explícitamente condenada por los Papas como con- mixta jurisdicción.
traria a aquel principio de relación unitiva que los vincula como No siempre el Concordato expresa el desiderátum de la
cosas por naturaleza inseparables. Iglesia; a veces se acoge a fórmulas de mal menor o de bien
36* EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA
EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA 37*
posible, Por eso, la firma de la Iglesia al pie de un pacto puede
ticos y tiene el derecho y el deber de rechazar de plano toda
significar una expresa aprobación, pero puede también expre-
pasión partidista. Ni puede avenirse tampoco a juzgar con
sar una simple tolerancia.
criterios exclusivamente políticos; no puede ligar los intere-
El Concordato, en todo caso, es, jurídicamente, un pacto o
ses de la religión a conductas determinadas por motivos te-
contrato bilateral que obliga a ambas partes a observar invio-
rrenos, ni puede siquiera exponerse al peligro de que se dude
lablemente todas sus cláusulas. Debe garantizar a la Iglesia
con fundamento de su carácter puramente religioso.
una estable condición de derecho y de hecho dentro del Estado
con el que se concierta y firma. Cuando la Iglesia ha puesto No es la Iglesia enemiga del Estado, ni usurpadora de sus
su firma a un Concordato, éste es válido en todo su contenido. derechos, ni invasora del campo político. El reconocimiento
Pero su sentido íntimo puede ser graduado con la mutua aquies- de su autoridad divina no merma en nada los derechos de las
cencia de las dos altas partes contratantes. legítimas autoridades humanas. Por ello, con la mayor auto-
ridad condena las extralimitaciones del Estado cuando pre-
Los Concordatos, como todo tratado internacional, se ri-
tende éste tenerla sujeta, privarle, por la fuerza, de su liber-
gen por el derecho de gentes y de ninguna manera pueden
tad, subordinar su autoridad al arbitrio de la autoridad civil,
anularse unilateralmente. Desde el Syllabus viene condenada la
someter su acción a la vigilancia del Estado, exigiéndole su
proposición de que el poder civil tiene autoridad para res-
previo permiso o su asentimiento como si fuera una mera
cindirlos. La Iglesia mantiene con rigor este principio, que
asociación civil.
con frecuencia se ve impugnado y conculcado por parte de
toda suerte de absolutismos. Errores liberales
Queda por decir, en materia de relaciones entre Iglesia y
Estado, que el estatuto de libertad de la Iglesia alcanza a las El Syllabus anatematiza la proposición que atribuye a la
Ordenes y Congregaciones religiosas, a las Obras pías, a las autoridad civil un poder, siquiera sea indirecto y negativo,
Asociaciones de seglares y en particular a la Acción Católica. sobre las cosas sagradas, y aquella otra que le reconoce la
Textos explícitos de los Papas así lo establecen y lo recuerdan facultad de determinar por sí los derechos de la Iglesia y los
desde la encíclica Quas primas hasta los discursos de Pío XII. límites de estos derechos, como si ellos dependieran del favor
Son derecho de la Iglesia y son derecho de las almas así los de la autoridad civil y fuesen los eclesiásticos funcionarios
estados de perfección como el apostolado seglar. La Iglesia del Estado.
está dentro de su divino mandato cuando se ocupa de prepa- Tales errores tienen su fuente en la doctrina liberal de la
rar iluminadas y valiosas cooperaciones seglares al apostola- separación, que llega hasta atribuir la tutela del culto público
do jerárquico. Las almas apostólicas tienen el derecho de hacer no a la jerarquía divinamente establecida, sino a una supuesta
que participen en los tesoros de la revelación otras almas, cola- asociación civil a la cual el Estado da forma y personalidad
borando de esta manera en la actividad del apostolado jerár- jurídica.
quico. Fórmulas engendradas de tal errónea concepción son las
siguientes: la inmunidad de la Iglesia tiene su origen en el
La Iglesia y la política derecho civil y puede ser derogada; el fuero eclesiástico debe
ser suprimido; corresponde al poder civil por sí mismo el de-
La Iglesia, celosa de su libertad y de su independencia, recho de presentación de los obispos—otra cosa es que lo
respeta las del Estado y no trata de sobrepasar a costa de él haga, como en el caso de España, por benévola concesión de
su órbita propia. La Iglesia no es ningún imperio ni actúa la Iglesia—y el de deponerlos; los obispos necesitan del per-
como un poder político supranacional con la mira de ningún miso del gobierno para publicar sus letras apostólicas; la auto-
género de universal dominación. ridad civil puede impedir la comunicación de los fieles con los
Acusada la Iglesia muchas veces de ambiciones políticas y obispos y de unos y otros con el Papa; puede el poder civil
solicitada para mezclarse en la política activa de los Estados, limitar numéricamente el clero de una nación, prohibir la pro-
los Papas, sobre todo en los últimos años, han denunciado fesión de los religiosos o romper sus votos solemnes y aun
aquella calumnia y se han negado a este requerimiento. La Igle- suprimir las Congregaciones religiosas o disolver las que ha-
sia no puede ponerse al servicio de intereses meramente polí- gan voto de obediencia al Papa; los decretos de los Romanos
38» EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA
EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA 39»
Pontífices necesitan la sanción o, al menos, la aquiescencia del suprema y eterna y está sujeta el derecho natural y a la ley
poder civil; el Romano Pontífice debe ser despojado de su eterna de Dios. Rechazar el supremo dominio dé Dios sobre
principado civil y poder temporal; en caso de conflicto prevalece el hombre y la sociedad no es libertad, sino rebeldía, esto es,
el poder político; en materias de competencia mixta, son las perversión de la libertad.
autoridades del Estado las que establecen por sí las reglas de
jurisdicción; el poder civil tiene autoridad para rescindir los
Concordatos... Libertad y autoridad
Todas estas proposiciones, no hay que decirlo, están expre-
samente condenadas por los Papas. Conjugar el binomio libertad y autoridad, referidos ambos
términos a la comunidad jurídica, al Estado, ha sido y es
—-arriba queda dicho—el problema más grave y difícil de la
VIL LIBERTAD, IGUALDAD Y AUTORIDAD ciencia política. Se trata de deslindar los campos de dos gran-
des y poderosos señores. Y esta cuestión sólo se resuelve par-
tiendo, como lo hace la doctrina católica, del concepto verda-
Clara, valiente y sugestiva es la doctrina de los Papas acerca dero de la libertad humana, esto es, de un albedrío personal
de la relación de individuo a Estado. sujeto a la ley divina, y del concepto auténtico de la humana
El hombre, pequeño cosmos, señor de la Creación, el autoridad, o sea, en cuanto participación de la autoridad de
solo ser dotado de razón y de voluntad moralmente libre, es, Dios, de la que emana, por tanto, el deber de obediencia.
por lo mismo, el centro de la sociedad política. Sólo la Iglesia ha acertado siempre a unir en fecundo acuerdo
Los hombres ante el Estado no son masa, son personas, el principio de la legítima libertad con el de la autoridad
esto es, sujetos de derechos y de deberes inviolables. El Estado legítima.
no es una aglomeración de hombres a la manera de masa sin El libertinaje, el desenfreno, el espíritu de sedición, la
alma, sino una sociedad de seres individualizados que gozan desobediencia, nada tienen que ver con la libertad cristiana;
de una dignidad personal inviolable. no puede decirse siquiera que sean excesos o abusos de la li-
De aquí que en la relación de individuo a Estado sea me- bertad; son lo contrario de la libertad verdadera. Por el con-
nester salvar siempre la libertad de la persona humana, de la trario, la seguridad y la grandeza de la libertad están en razón
cual la Iglesia.es la más firme defensora. La doctrina de la directa de los frenos que se opongan a la licencia.
encíclica Libertas, de León-XIII, es la mejor prueba de ello. Aun la misma libertad verdadera del individuo no carece,
Pero la libertad humana no es absoluta e ilimitada. Ya en en su uso, de limitaciones, que vienen determinadas por el
su definición auténtica lleva sus límites. Porque la libertad interés general, por el bien común. Dañarlo o ponerlo en riesgo
no es la facultad de obrar lo que la voluntad apetezca; es la es abusar de la propia libertad, aunque ésta sea legítima.
facultad racional de obrar precisamente el bien, según las nor- La libertad de la persona humana, así concebida, es invio-
mas de la ley eterna. No hay libertad para. profesar el error lable. El Estado debe respetarla y está obligado a revocar las
ni para obrar el mal, mejor dicho, ésa no es libertad, sino medidas que le sean lesivas y a la reparación consiguiente.
libertinaje y desenfreno y, a la postre, esclavitud a la tiranía Pero el Estado, además, es el custodio de la libertad, tiene
de las pasiones. que proteger la libertad verdadera y reprimir la falsa. No puede
Dentro del Estado, la libertad verdadera del ciudadano declararse neutro, equiparando los derechos de la verdad a
consiste en poder vivir cada uno según la recta razón y con los del error, los de la virtud a los del vicio, y otorgando aná-
arreglo a ley. Dicho de otro modo, la libertad pública sólo loga libertad a unos y a otros.
es legítima cuando se ordena a facilitar la vida virtuosa. La Doctrina es ésta difícil de imbuir en los espíritus moder-
verdadera libertad, en el campo de la vida política, consiste nos después de tantos lustros de errores acerca de la libertad,
en que, por medio de las leyes civiles, pueda cada cual vivir fruto del liberalismo racionalista. Sin embargo, las tesis ponti-
según los preceptos de la ley de Dios. ficias son terminantes: el derecho, facultad moral, no puede
Toda libertad en los particulares y en la comunidad, en suponerse concedido por la naturaleza de modo igual a la
gobernantes y en gobernados, implica obediencia a una razón verdad y al error, a la virtud y al vicio; es contrario a la razón
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que la verdad y el error tengan los mismos derechos; la liber-
tad, como facultad que perfecciona al hombre, debe aplicarse Igualdad y desigualdades
exclusivamente a la verdad y al bien. Tras la doctrina de la libertad personal en relación con la
sociedad, es pertinente exponer las tesis católicas sobre-la
Doctrina sobre la tolerancia igualdad y fraternidad de los hombres, también en lo que
concierne a la vida pública.
La tesis acerca de la libertad es, pues, clara y rotunda. Es un principio sagrado el de la igualdad de los hombres
Entra aquí en juego, no obstante, un nuevo elemento, un fac- por naturaleza, que lleva aparejado el de la paridad jurídica
tor de hecho, la hipótesis que permite salvar la conducta de de los ciudadanos ante la ley. Consiste esta igualdad de los
la autoridad cuando, en determinadas situaciones, no puede hombres en que, teniendo todos la misma naturaleza, están
ajustarse a la tesis. Esta es la doctrina de la tolerancia, que, abocados todos a la misma eminente dignidad de hijos de
por lo mismo que es materia delicada, se pasa a exponer con Dios y todos y cada uno deben ser juzgados según una misma
la mayor fidelidad no sólo al pensamiento, sino a las propias ley eterna.
expresiones usadas por los Papas. Pero la igualdad por naturaleza no comporta una igualdad
Concediendo derechos, sólo y exclusivamente, a la verdad de condición, una igualación social. Por el contrario, la misma
y a la virtud, no se opone la Iglesia a la tolerancia, por parte de naturaleza de la vida social exige una desigualdad de situación y,
los poderes públicos, de algunas situaciones contrarias a la en consecuencia, de derecho y de autoridad. No porque los
verdad y a la justicia, para evitar un mal mayor o para conse- hombres sean iguales por naturaleza han de ocupar el mismo
guir un mayor bien. puesto en la vida social; cada cual tendrá el que adquirió
El bien común es, como siempre, el criterio definidor. por su conducta, pues, aunque la vida social exige unidad
El hecho de no impedir por medio de leyes estatales o de dis- interior, no excluye las diferencias causadas por la realidad.
posiciones coercitivas lo que daña a la verdad o a la norma mo- El principio de que toda desigualdad de condición social im-
ral, puede hallarse justificado por el interés de un bien supe- plica una injusticia es, como contrario a la naturaleza de las
rior y más general. Y el deber de reprimir las desviaciones mo- cosas, un principio subversivo del orden social.
rales y religiosas no siempre puede ser una última norma de Ahora bien, una concepción ideal pide que se acentúe pro-
acción; ha de estar subordinado a normas más altas y gene- gresivamente la unidad interior de la sociedad, aunque no lle-
rales, las cuales, en determinadas circunstancias, permiten no guen a desaparecer las diferencias. El orden nuevo que sea
impedir el error a fin de promover un mayor bien. Pero se base de la vida social tenderá a realizar de modo cada vez
trata de una simple permisión; si por causa del bien común, más perfecto la unidad interior de la sociedad; pero no igua-
y únicamente por ello, puede la ley humana tolerar el mal, no lando como con un rasero a todos. En un Estado que se aban-
puede ni debe jamás aprobarlo ni quererlo en sí mismo. dona al arbitrio de la masa, la igualdad degenera en una nive-
Hay que cuidar también de no excederse en la tolerancia, lación mecánica, en una monocroma uniformidad. Por el
porque su abuso puede traer males mayores, con lo cual deja contrario, en una concepción política impregnada por el pensa-
de estar justificado. Al ser la tolerancia del mal un postulado miento religioso, la igualdad teórica y la diferencia funcional
de la prudencia política, debe quedar estrictamente circuns- de los hombres deben tener su adecuada conjugación.
crita a los límites requeridos por la causa 0 razón de esa tole-
rancia, esto es, por el bien público. Por eso, si la tolerancia
daña al bien público, la consecuencia es su ilicitud.
En ningún caso, por último, debe faltar la tolerancia para
el bien, cosa que ocurre a veces cuando la manejan mentes
liberales que indebidamente prodigan la tolerancia para lo
malo; pues es muy frecuente que estos grandes predicadores
de la tolerancia sean, en la práctica, estrechos e intolerantes
cuando se trata del catolicismo.
42* EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA 43*
Nada tampoco tan contrario a la doctrina católica como la
suplantación del concepto de pueblo por el de masa. El Estado
es la unidad orgánica de un verdadero pueblo; no reúne me-
VIII. PERSONA, PUEBLO Y ESTADO cánicamente un conglomerado amorfo de individuos. El pue-
blo vive y se mueve por obra de, su propia vida; la masa'es
El hombre y el Estado están mutuamente ordenados entre de por sí inerte y sólo puede ser movida desde fuera.
sí por Dios. La persona individual y el poder público se ha- No basta, pues, con devolver a la persona humana su dig-
llan íntimamente unidos y vinculados; gobernantes y gober- nidad congénita; es preciso, además, oponerse a la aglomeración
nados están ligados por derechos y obligaciones. Ni el ciuda- de los hombres a la manera de masas sin alma, a su inconsisten-
dano ni el Estado pueden rehuir los deberes correlativos que cia moral, social, política, económica. Porque, en un pueblo
pesan sobre cada uno de ellos, ni desconocer los derechos digno de este nombre, el ciudadano siente en sí mismo la con-
del otro. ciencia de su personalidad, unida al respeto de la libertad y
Pero como el hombre es, por naturaleza, anterior al Estado dignidad de los demás. Bella doctrina que del terreno de la
y constituye—ya se ha dicho—el fin de la vida social, de aquí ciencia debe pasar al del arte político, al arte del buen gobierno.
que en esta relación funcional individuo-Estado debe, en últi-
mo término, prevalecer el hombre, la persona, pues, a la
postre, el bien común a que el Estado sirve ha de refluir en Derechos personales
el desarrollo y perfección del hombre. Hasta aquellos valores
más universales y más altos que solamente por la sociedad Al abordar tema tan clásico como el de los derechos per-
pueden ser realizados y no por el individuo, tienen, no obs- sonales, objeto de predilección por parte de los Pontífices, es
tante, como fin último al hombre. No se puede conseguir el menester distinguir entre derechos fundamentales de la perso-
debido equilibrio del organismo social y aun el bien de toda na y libertades cívicas y tratar a unos y a otras por separado.
la sociedad si no se otorgan a cada una de sus partes, es decir, La persona individual tiene unos derechos que son funda-
a cada hombre, como dotado de la dignidad de persona, los mentales, como que forman parte de su definición: persona es,
medios que necesita para cumplir su misión. precisamente, el ser capaz de derechos y obligaciones. Estos
El Estado—escribe textualmente Pío XII—puede exigir los derechos fundamentales derivan de la naturaleza; son, se diría,
bienes y aun la sangre, pero nunca el alma, redimida por congénitos a todo hombre y como consustanciales con él. For-
Dios, y cuanto más gravosos sean los sacrificios exigidos por man su órbita de libertad de movimientos y se dan, con razón
el Estado a los ciudadanos, tanto más sagrados e inviolables de medio, como esenciales para que pueda cumplir sus fines
deben ser para el Estado los derechos de las conciencias. propios. El reconocimiento de los derechos del hombre, en
Si bien se mira, la autoridad civil no gobierna hombres, cuanto persona, está anclado sobre el sólido fondo del acata-
sino que administra asuntos. De modo inmediato, el objeto miento a los derechos de Dios.
de su poder y de su acción son los negocios públicos del país; Puede hacerse un catálogo de los derechos fundamentales
sólo de modo mediato gobierna a las personas. Por eso, jamás de la persona, que de modo explícito se hallan reconocidos en
éstas, ni en su vida privada ni en su vida social, deben verse los documentos papales. Intentaré su clasificación, respetando
sofocadas bajo el peso de la Administración del Estado. las propias expresiones pontificias.
En relación a sujín último: derecho de seguir, según su con-
ciencia, la voluntad de Dios y de cumplir sus mandamientos;
Pueblo, no masa derecho de venerar al verdadero Dios y rendirle culto privada
y públicamente; derecho a la formación religiosa; derecho a
Nada tan opuesto al sentido cristiano de la vida como la santificar el día del Señor; derecho al ejercicio de la caridad;
absorción de la persona individual por parte de la comunidad, derecho a la elección de estado, incluidos el estado sacerdotal
la injerencia del Estado en la órbita personal, la negación de la y el de perfección religiosa; derecho a la acción apostólica seglar.
personalidad del hombre, la cual comporta una dignidad y En relación a su vida espiritual: derecho al honor y a la
una esfera de derechos fundamentales que nadie puede violar. buena reputación; derecho a vivir su propia vida personal; de-
44* EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA
EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA
recho a su educación y derecho a la educación de sus hijos;
Valga por todas una referencia a palabras del Papa reinante.
derecho a desarrollar plenamente su vida intelectual y moral;
La relación entre hombre y hombre, del individuo con la so-
derecho, en principio, al matrimonio y a la procreación y, en
ciedad y con la autoridad, debe cimentarse sobre un claro tun-
consecuencia, derecho a la sociedad conyugal y doméstica; de-
damento jurídico y estar protegida por la autoridad judicial.
recho a una patria y a unas tradiciones; derecho a un orden
Esto supone y exige un derecho formulado con precisión, nor-
jurídico estable y garantizado; derecho de asociación para fines
mas jurídicas claras, un tribunal y un juez.
lícitos; derecho a participar en la vida pública, así en la activi-
dad legislativa como en la ejecutiva; derecho a manifestar su
parecer sobre los deberes y cargas que le sean impuestos por Las libertades cívicas
el Estado.
Las libertades llamadas públicas, esto es, las que se atribu-
En relación a sus necesidades corporales: derecho a conser-
yen o reconocen a los hombres en cuanto ciudadanos de un
var y desarrollar la vida del cuerpo; derecho a la integridad
Estado; las libertades de conciencia, de expresión, de impren-
corporal; derecho a los medios necesarios para su subsisten-
ta, de asociación, de cátedra, de cultos..., si bien toman su
cia; derecho al trabajo, en cuanto medio para mantener la vida
origen de los derechos de la persona, no siempre pueden iden-
personal y familiar; derecho a la propiedad privada y al uso
tificarse con éstos ni tienen su misma naturaleza. Más que ori-
de los bienes de la tierra.
ginarias, son derivadas y, por tanto, no absolutas, sino mode-
Nótese que, respecto de algunos de estos derechos, se seña- radas y sujetas a limitación. He aquí unos textos que tienen,
lan determinadas peculiaridades; así, el derecho al matrimo- valor de clave, de la encíclica leonina Libertas. • Es totalmente
nio se reconoce en principio, puesto que está determinado por ilícito pedir, defender, conceder la libertad de pensamiento,
la confluencia del derecho de otra persona, el presunto cón- de imprenta, de cátedra, de cultos, como otros tantos derechos
yuge. Y del derecho de propiedad se dicen tres cosas: que se dados por la naturaleza al hombre. Estas libertades pueden ser
otorga a todos, porque la Iglesia lo defiende aun para los que reconocidas o toleradas dentro de ciertos límites y siempre que
nada tienen; que obliga a la sociedad, en consecuencia, a pro- se use de ellas para el bien. La Iglesia fué siempre fidelísima
veer el modo de otorgar a todos, en cuanto sea posible, una pro- defensora de las libertades cívicas moderadas.
piedad privada; y, en fin, que su uso tiene limitaciones sociales.
La moderación de su uso corresponde, en último término,
Pero esta importante materia se desarrolla en las encíclicas so-
a la prudencia política, que incumbe a la autoridad civil. Esta
ciales de los Papas más que en las políticas, objeto único de la
debe empezar por respetarlas, pero está obligada a reprimir su
presente compilación.
exceso y sus abusos. No es lícito difundir lo que es contrario
a la virtud y a la verdad, y mucho menos amparar tales publi-
Inviolables y garantizados caciones con la tutela de la ley. Las opiniones falsas, los vicios
corruptores, deben ser reprimidos por el Poder público para
Estos derechos fundamentales de la persona son inviola- impedir su propagación. De un modo singular merecen repul-
bles. Como concedidos por el Creador, la sociedad no puede sa los errores de los intelectuales, porque la mayoría de los ciu-
despojar al hombre de sus derechos personales ni impedir ar- . dadanos no pueden por sí mismos prevenirse contra sus arti-
bitrariamente su uso. Han de ser defendidos contra cualquier ficios; ejercen sobre las masas una verdadera tiranía y deben
atentado de la comunidad que pretendiese negarlos, abolirlos ser reprimidos por la ley con la misma energía que otro cual-
o estorbar su ejercicio. El Estado debe siempre protegerlos y quier delito inferido con violencia a los débiles.
nunca puede violarlos o sacrificarlos a un pretendido bien co- Con el cambiar de los tiempos se origina en esta materia
mún. Su reivindicación puede ser, según las circunstancias, una cierta confusión terminológica; por eso es necesario pre-
más o menos oportuna, más o menos enérgica. A la autoridad cisar términos y conceptos.
pública toca también proteger y defender el derecho de cada
cual contra su violación por parte de otro.
No falta en los documentos papales el capítulo clásico de
las garantías jurisdiccionales de los derechos de la persona.
46» EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA -17*
dencia para no herir el juicio legítimamente discrepante de los
Conciencia y culto
otros, ni menos desafiar su lealtad u ofender su buena fe.
Una cosa se entiende por libertad de conciencia, expresión La doctrina papal es amplia y abierta por lo que toca a ma-
clásica acuñada por el liberalismo racionalista, para afirmar la terias opinables. En ellas está permitido a cada uno tener su
falsa tesis de que es lícito a cada uno, según le plazca, dar o no parecer y exponerlo libremente. En las cuestiones en que -los
culto a Dios o bien manifestar y defender públicamente sus maestros de institución divina no hayan pronunciado su juicio,
ideas, sin que la autoridad eclesiástica o civil puedan limitar está autorizada por completo la discusión libre, y cada uno po-
esa libertad; y otra cosa distinta por libertad de la conciencia, drá mantener y defender su propia opinión. Esta libertad de
expresión cristiana que significa el derecho del hombre de se- opinión en cuestiones disputables es, en sí, buena y conduce
guir la voluntad de Dios según los dictados de su propia con- muchas veces al hallazgo de la verdad.
ciencia y el derecho a profesar su fe y practicarla en la forma Concretamente, en materias políticas, por ser éstas en gran
debida. Esta libertad verdadera, libertad digna de los hijos de parte opinables, pueden ser defendidos legítimamente parece-
Dios, es la que está por encima de toda violencia y a salvo de res diversos.
cualquier opresión; a pesar de que los liberales racionalistas Libertad «de cátedra»
califiquen a veces de delito contra el Estado cuanto hacen los
católicos por conservar esta cristiana libertad. Otro equívoca de términos o expresiones, que es convenien-
De la falsa libertad de conciencia dimana la no menos fic- te esclarecer, se da respecto de la libertad de cátedra con rela-
ticia libertad de cultos, según la cual cada uno puede profesar ción a la libertad de enseñanza. Por la primera entendía el libe-
a su arbitrio la religión que prefiera o no profesar ninguna. Esta ralismo el supuesto derecho de enseñarlo todo sin discrimina-
no es libertad; es una depravación de la libertad, pues equiva- ción: lo bueno y lo malo, lo verdadero y lo falso. Arranca esta
le a conceder el falso derecho de desnaturalizar una obligación tesis del falso principio, arriba examinado, que concede los
santísima y ser infiel a ella. mismos derechos a la verdad que al error, a la virtud que al
El Estado no puede fingirse neutral en materia religiosa. vicio. Contrariamente a ella, la enseñanza de la doctrina debe
No le es lícito medir con un mismo nivel todos los cultos, por- tener por objeto exclusivo la verdad; solamente la verdad debe
que no todos son igualmente aceptables y gratos a los ojos de penetrar en el entendimiento y enseñorearse de él.
Dios. La religión verdadera, la que Dios mismo ha mandado, Todo deriva del mal entendido concepto de la libertad, y no
ésta es la que deben conservar y proteger los gobernantes. En hay razón para que, en nombre de ésta o en el de la verdadera
cuanto a tolerar de hecho los cultos disidentes, son de aplica- ciencia, se indigne nadie ni lleve a mal las justas y debidas nor-
ción los criterios generales arriba expuestos sobre libertad y mas que, de consuno, la razón y la Iglesia imponen para regu-
tolerancia. lar el estudio de las ciencias humanas. En cuanto al Poder pú-
blico, no puede, sin quebrantar sus deberes, conceder a la so-
Libertad de expresión ciedad una tal libertad de cátedra.
Por libertad de enseñanza, en cambio—concepto católico—,
Si pasamos a la libertad de expresión, encuentra ésta su lici- se entiende el libre ejercicio de la función docente, que no pue-
tud en la verdad de su contenido y en la moderación de su de arrogarse el Estado en monopolio, pues corresponde antes
ejercicio. La libertad de expresión del pensamiento, abstrac- que a él a la familia y a la Iglesia. Pero este tema ha- sido ex-
ción hecha de su verdad o de su error, no es por sí misma un puesto en un capítulo precedente.
bien; ni existe derecho a tal libertad considerada como abso- Queda por decir una palabra sobre la libertad de asociación,
luta e inmoderada, sin limitación ni freno. defendida siempre, en principio, por los Papas, en consonancia
Su límite primero, y el principal, se da, pues, en razón del con su respeto a los cuerpos intermedios de que arriba se ha
contenido. Existe el derecho de propagar con libertad lo bueno hablado.
y lo virtuoso; no lo falso y perverso. Pero hay otras limitacio- La Iglesia no sólo reconoce el derecho de asociarse, sino
nes al derecho de propagar, aun lo que sea en sí bueno o ver- que expresa vivamente su deseo de que sean fundadas de con-
dadero: a esta propaganda se le exige, v.gr., moderación y pru- tinuo nuevas asociaciones, singularmente para la defensa de los
48* EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA 41»*

intereses profesionales y económicos. El límite de este derecho


está en el interés del bien público, al cual debe supeditarse Su origen divino
siempre el interés parcial de cualquier grupo. Por lo mismo que la existencia de la autoridad se debe a
disposición divina, todo poder legítimo proviene de Dios. El
Abusos del estatismo origen del poder político hay que ponerlo, pues, en Dios, no
Al paso que se exponía la buena doctrina sobre los dere- en la multitud ni en el pueblo. Los que tienen el derecho de
chos personales y las libertades públicas, han quedado refuta- mandar, de nadie lo reciben si no es de Dios: de El toman los
dos los errores que a ella se oponen. Se dan la mano, en este gobernantes la autoridad. Porque ningún hombre tiene en sí
campo, aunque parezcan entre sí antagónicos, el liberalismo y o por sí el derecho de sujetar la voluntad de los demás con los
el comunismo. Y la razón es que tienen la viciada raíz común vínculos de este imperio.
de un erróneo concepto de la persona. Así ocurre que, a lo No se trata ya del origen histórico del poder, sino también
largo de la historia contemporánea, a los liberales, antaño in- de su raíz filosófica. Por eso, tanto vale origen como funda-
dividualistas, les nacen como hijos espirituales los totalitarios. mento, dependencia y sanción. Si la autoridad recibe de Dios
Del falso concepto de los derechos del hombre y del ciudada- el poder, éste de Dios depende y en El encuentra su apoyo y su
no proclamado por la Revolución política por excelencia, la sanción, esto es, su fuerza de obligar.
francesa de 1798, surgen los excesos de la democracia, y ésta Importan poco al caso la forma de gobierno y el sistema
engendra después el estatismo. Se diría que las libertades pú- político; sean éstos cuales sean, la autoridad que mediante ellos
blicas, creación de la democracia, ahogaron a los derechos per- se ejerza de Dios deriva. Y no sólo se funda en El la autoridad
sonales, que eran sagrados para el viejo orden tradicional. No del soberano, también la de sus subalternos.
se habla de su conculcación, que es cosa de todos los tiempos, Dimana de aquí el carácter sagrado de la autoridad. Sien-
sino de su negación teórica por obra de los totalitarismos de do el poder legítimo de los gobernantes una participación del
toda laya, ya sean burgueses o comunistas. Dondequiera que poder divino, alcanza el poder político una dignidad mayor
se ha dado la expoliación por el Estado de los derechos perso- que la meramente humana, dignidad verdadera y sólida como
nales, allí ha recaído el hombre en la esclavitud. recibida por don de Dios. Y esto aunque fuese indigno el que
ejerce la autoridad, porque es en ésta y no en su titular en quien
se ve una como imagen de la majestad divina.
Negar, como lo hace el racionalismo, que Dios es la fuente
IX. EL PODER Y SUS LIMITES y el origen de la autoridad política, es arrancarle a ésta su dig-
nidad y su vigor, es despojarla de su majestad, privarla de su
Forman un cuerpo de doctrina admirable, por su firmeza universal fundamento.
y por su fluidez, las tesis pontificias sobre los fueros de la auto- Por eso sucede tantas veces que, recibida la autoridad como
ridad y los deberes de la obediencia, tesis derivada de un mis- venida, no de Dios, sino de los hombres, los fundamentos mis-
mo principio: el origen divino del poder. mos del poder quedan arruinados; como que se ha suprimido
Él principio de autoridad se contrapone al de anarquía. En la causa principal de que unos tengan el derecho de mandar y
toda sociedad humana es necesaria una autoridad que la go- otros la obligación de obedecer. Faltando la persuasión de ser
bierne. No puede ni siquiera concebirse una comunidad de divinos el origen, la dependencia y la sanción de la autoridad
hombres sin que haya alguien que aune sus voluntades. Mucho civil, pierde ésta su más grande fuerza de obligar y el más alto
menos puede existir de hecho y conservarse ninguna sociedad título de acatamiento y de respeto.
sin un jefe supremo que mueva a todos sus miembros con un No. Los gobernantes son ministros de Dios y como delega-
mismo impulso eficaz encaminado al bien común. dos suyos. No mandan por derecho propio, sino en virtud de
Dios, autor de la sociedad, es quien lo ha dispuesto así. El un mandato y de una representación del Rey divino que com-
ha querido que en la comunidad civil haya quienes gobiernen porta el derecho de mandar.
a la multitud; sin este vínculo del poder, la sociedad se disuel-
ve. Quien creó la sociedad, creó también la autoridad.
50* EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA ni*
L a designación de los gobernantes que el bien común está, a la postre, al servicio de la persona,
quiérese decir que entra también en la misión del gobierno
Pero, si el poder en sí es de origen divino, la forma de su proporcionar las mayores facilidades para que los subditos con-
ejercicio y la designación de los gobernantes, esto es, de los ti- sigan el sumo y último bien.
tulares que han de ejercerlo, no tienen, por lo menos de modo Quien ejerce el poder debe penetrarse de la alta misión que
inmediato, el mismo divino origen, sino que derivan de la vo- se le confía: realizar en la vida pública el orden querido por
luntad de los hombres. La distinción es clara: una cosa es el Dios, y sólo podrá cumplir con ella si tiene una clara visión
poder considerado en sí mismo, el cual Dios lo confiere, y otra de los fines señalados por la divina ordenación a la sociedad
las formas que reviste y las personas que lo encarnan, unas y humana y un profundo sentido de sus deberes de gobernante
otras establecidas por modos humanos. y de su responsabilidad. Por eso, debe ejercerse el poder de
Los textos pontificios son también en esto terminantes: Si modo justo y no despótico; firme, pero no violento. Y austero;
el poder político es siempre de Dios, no se sigue de aquí que la administración pública debiera desenvolverse siempre con
la designación divina afecte siempre e inmediatamente a los una sobriedad grande.
modos de transmisión de este poder, ni a las formas contingen-
tes que reviste, ni a las personas que son sujeto del poder mis- Sumisión y acatamiento
mo. Porque los que han de gobernar los Estados pueden ser
elegidos por la voluntad y juicio de la multitud. Bien entendi- El poder y la autoridad exigen sumisión, acatamiento y obe-
do que con esta elección se designa el gobernante, pero no se diencia por parte de los subditos.
confieren los derechos del poder. Ni se entrega el poder como El principio general es sumamente preciso y apremiante:
un mandato, sino que se establece la persona que lo ha de los subditos deben sumisión al poder legítimo y obediencia a la
ejercer. autoridad que lo ejerce; y esto por dos modos: por deber de
Tiene esta doctrina particular importancia en los casos de conciencia y en obsequio al bien .común.
cambio de régimen. Toda la novedad se reduce entonces, se- A los que están investidos de autoridad se les ha de obe-
gún ella, a la distinta forma política que adopta el poder civil decer, no de cualquier modo, sino religiosamente, por obliga-
o al sistema nuevo de transmisión de este poder; pero en modo ción de conciencia. Los ciudadanos están obligados a aceptar
alguno afecta al poder en sí mismo, que persevera inmutable con docilidad los mandatos de los gobernantes y a guardarles
y digno de todo respeto. fidelidad. Por eso, el no obedecer a la autoridad constituye ma-
nifiestamente un pecado.
Límites del poder La subordinación sincera que se debe a los gobiernos cons-
tituidos se funda en la razón del bien social. Cuando en una
El poder político, en su ejercicio, no es nunca absoluto; tie- sociedad existe un poder constituido y actuante, el interés co-
ne limitaciones. Las principales de ellas derivan de su obliga- mún se halla ligado a este poder, y por esta razón debe acep-
da fidelidad a la causa o finalidad del poder, a su razón de ser, tarse éste tal cual existe.
a su misión; esto es, el servicio del bien público. Helo aquí Entramos con esta tesis en la doctrina del acatamiento al
dicho con frase lapidaria de labios pontificios: la última legi- poder constituido aun cuando se tratare de gobiernos de hecho.
timidad moral y universal del regnare es el serviré. El poder El gran definidor de la sutil doctrina es León XIII. He aquí los
político, en efecto, no ha sido dado para el provecho de ningún textos más expresivos: cuando de hecho queda constituido un
particular ni para utilidad de aquellos que lo ejercen, sino para nuevo régimen político, representante del poder en sí mismo
bien de los subditos que les estuvieren confiados. inmutable, su aceptación no solamente es lícita, sino incluso
Oficio propio de gobernantes es, por tanto, procurar el obligatoria, con obligación impuesta por la necesidad del bien
bien común. Y éste debe entenderse no sólo de los intereses común, que le da vida y lo sostiene. Por eso es obligado acep-
materiales, sino también de los bienes del espíritu. El fin pró- tar sin reservas, con la lealtad perfecta que conviene al cristia-
ximo del gobierno es proporcionar a los gobernados la prospe- no, el poder civil en la forma que de hecho exista. Y esto aun
ridad terrena; pero su fin remoto mira más lejos. Como quiera cuando la nueva forma política no fuera en su origen legítima..
S2* EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA 58*
Es1;os cambios de régimen están muy lejos de ser siempre legí- obediencia. El acatamiento a la autoridad se exige siempre;
timos en el origen; es incluso difícil que lo sean. Sin embargo, la obediencia a sus mandatos no siempre se puede exigir.
el criterium supremo del bien común y de la tranquilidad pú- Sigue hablando León XIII. El respeto al poder constituido
blica impone la aceptación de estos nuevos gobiernos estable- no puede exigir ni imponer como cosa obligatoria un'a obe-
cidos de hecho, sustituyendo a los anteriores que de hecho ya diencia ilimitada o incondicionada a las leyes que él promulgue.
np existen. De esta manera quedan suspendidas las reglas ordi- Pero la causa que justifica la desobediencia es una sola:
narias de la transmisión de los poderes y hasta puede suceder la injusticia de lo mandado. Una sola causa tienen los hombres
que con el tiempo queden abolidas. para no obedecer: cuando se les exige algo que repugna abier-
tamente al derecho natural o al derecho divino. Porque, cuando
Raíz de la obediencia el poder humano manda algo claramente contrario a la volun-
tad divina, traspasa los límites que tiene fijados, entra en con-
Es el esplendor augusto y sagrada que la religión imprime flicto con la divina autoridad, y en este caso es justo no obe-
a la autoridad política lo que ennoblece la obediencia civil, que decer. Pues hay que obedecer a Dios antes que a los hombres.
encuentra, como ya se ha dicho, la razón de obligar de lo man- Cuando no existe el derecho de mandar o se manda algo
dado en ser el poder humano una participación del divino. La contrario a la razón, a la ley eterna, a la autoridad de Dios, es
obediencia, por tanto, no daña a la dignidad humana, porque, justo entonces desobedecer a los hombres para obedecer a
más que a los hombres, a Dios se obedece; se presta obediencia Dios. En todos estos casos se ha pervertido la justicia; y la
a la más justa y elevada autoridad. autoridad sin la justicia es nula.
Nada más contrario a la verdad que suponer en manos del
pueblo el derecho de negar la obediencia a la autoridad cuan- Legítima resistencia
do le plazca. Cuando el poder legítimo manda lo justo, no se
Un paso más: no sólo es justo, a veces, el desobedecer;
le puede, en consecuencia, desobedecer sin ofensa a Dios'. Los
puede serlo también el resistir por medios lícitos a los poderes
que resisten al poder político, resisten a la divina voluntad.
injustos. Siempre es lícito, ante un gobierno que abusa del
Más: los que rehusan honrar a los gobernantes, rehusan hon-
poder, coartar la tiranía y procurar al Estado otra organiza-
rar al mismo Dios. No importa el titular; despreciar el poder
ción política más moderada bajo la cual se pueda obrar libre-
legítimo, sea quien sea su titular, es tan ilícito como resistir a la
mente. Ya se entiende que usando de medios lícitos. Pero
voluntad de Dios.
también lo es, más en concreto, unirse los ciudadanos para
Caen por tierra, ante la doctrina cristiana del origen divi- defenderse contra un gobierno injusto, en coalición de con-
no del poder, los falsos dogmas de la soberanía popular tan ciencias que no están dispuestas a renunciar a la libertad.
caros al racionalismo liberal como a los totalitarismos de cual- Esta doctrina es de Pío XII. Cuando los poderes constituidos
quier clase. Según ellos, la autoridad deriva del arbitrio de la se levantasen contra la justicia y la verdad hasta destruir los
muchedumbre, o bien del pueblo jurídicamente organizado, fundamentos mismos de la autoridad, no se ve cómo se po-
del consentimiento de los gobernados o de la voluntad de la dría entonces condenar el que los ciudadanos se unieran para
nación. El pueblo, además, confiere a sus gobernantes la auto- defender la nación y para defenderse a sí mismos con medios
ridad a título de mandato revocable, pues se entiende que él lícitos y apropiados.
continúa detentándola. Quienes la ejercen lo hacen por dele-
Tal suerte de resistencia a la tiranía, como recurso supre-
gación del pueblo y en su nombre. Y, en fin, la obediencia no
mo y excepcional contra un gobierno injusto, exige la con-
es sino una subordinación de todos a la decisión de una mayo-
currencia de unos requisitos muy precisos: que tales reivin-
ría numérica...
dicaciones tengan razón de medio o de fin relativo y no de
Cuándo es lícito desobedecer fin último y absoluto; que sean acciones lícitas y no intrinse-
camente malas; que no causen a la comunidad daños mayores.
La sumisión al poder constituido no implica una obedien- En todo caso deben quedar fuera de esta acción así el clero
cia ilimitada a sus leyes y mandatos. Hay que distinguir entre como el apostolado seglar, porque no es de su incumbencia
poder y legislación y, consiguientemente, entre acatamiento y el uso de tales medios.
54* EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA
EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA 55*

La rebelión no es lícita deban cruzarse de brazos, indiferentes ante los varios siste-
mas políticos, sino que quedan libres en conciencia para pre-
Si todos los ciudadanos tienen la obligación de acatar el ferir el que crean que mejor se acomode a su país en un mo-
poder y aceptar los regímenes constituidos, no les es lícito mento dado.
derrocarlos por la violencia, aunque abusen de su poder. El
derecho de rebelión—escribe León XIII—es contrario a la Licitud de todas ellas
razón. Porque acarrea el peligro de una perturbación mayor, La Iglesia, en efecto, aprueba todas las formas de gobier-
de un daño más grande. La religión manda la sumisión a los no, con tal de que queden a salvo la religión y la moral. No
poderes legítimos, prohibiendo toda revolución y todo conato estando ligada a una más que a otra, si se salvan los derechos
que pueda turbar el orden y la pública tranquilidad. La Igle- de Dios y los de la conciencia cristiana, no encuentra dificul-
sia condena la insurrección violenta—que sea «arbitraria», dice tad en avenirse con las diversas instituciones políticas, sean
León XIII; «injusta», se lee en Pío XII—contra los poderes monárquicas o republicanas, aristocráticas o democráticas. To-
constituidos. Y esto aun cuando los gobernantes ejerzan el das son moralmente válidas, siempre que tiendan rectamente
poder con abusos y extralimitaciones. En todo caso, provocar a su fin, es decir, al bien común, razón de ser de la autoridad
revoluciones por medio de la fuerza de las masas constituye política; siempre que sean aptas por sí mismas para la utilidad
un crimen de lesa majestad no solamente humana, sino divina. de los ciudadanos, asegurando la prosperidad pública. La Igle-
sia ha dejado siempre a las naciones el cuidado de darse el
gobierno que juzguen más ventajoso para sus intereses.
X. FORMAS DE GOBIERNO Y SIS TEMAS POLÍTICOS La causa de tal inhibición es clara. Si bien el poder es
de origen divino, la designación de las formas contingentes
que el poder revista pertenece al arbitrio humano. Por esto,
Hoy en día se hace necesario hablar a la vez de formas de sea cual sea en una nación la forma de gobierno, de ningún
gobierno y de sistemas políticos, porque los términos clásicos: modo puede tenerse por tan definitiva que haya de permanecer
monarquía, república, democracia, aristocracia, se combinan por siempre inmutable, aun cuando ésta hubiera sido la vo-
en la realidad de las más varias maneras. luntad de quienes los establecieron. En razón de ello, los ca-
No es exacto que las formas de gobierno sean meros con- tólicos son libres en cada caso de preferir la que hic et nunc
tinentes en las que quepan toda clase de contenidos políticos. juzguen mejor.
Pero tampoco es cierto que a una determinada forma polí- En el ámbito del valor universal de la ley divina hay am-
tica le sea consustancial un sistema determinado; v.gr.: a la plio campo y libertad de movimiento para las más variadas
monarquía, un régimen de autoridad; a la república, un sis- formas de concepciones políticas. Pero esta libertad de elec-
tema de democracia radical. Ejemplos hay de toda suerte de ción se refiere al orden especulativo; porque, en la práctica, la
combinaciones en los regímenes políticos vigentes. elección de un sistema político o de otro vendrá más o menos
Quizá por eso la terminología papal ha variado, en este determinada por un conjunto de causas concomitantes, las
capítulo, al compás de los tiempos. León XIII hablaba de cuales hacen de un determinado sistema de gobierno el más
formas de gobierno. Pío XII emplea, además, la expresión sis- apto y conveniente para la manera dé ser de un pueblo y el
temas políticos. En todo caso, los textos de los Pontífices se más en armonía con las instituciones de su pasado y con las
refieren a una misma cuestión y la doctrina es perfectamente costumbres de sus mayores.
coherente en todos ellos. Diríase que, en su larga y serena experiencia, la Iglesia
Con poca propiedad se ha calificado la doctrina de la Igle- ha aprendido a no fiar tanto en la perfección técnica de los
sia como de indiferencia de las formas de gobierno. Más sistemas políticos como en la formación moral de los gober-
exacto sería llamarla de su licitud. Porque no se defiende que nantes. En la práctica—escribía León XIII a los franceses en
todas las formas de gobierno sean igualmente buenas, sino la encíclica en que les invitaba al ralliement con la República—,
que todas pueden ser lícitas si cumplen determinadas condi- la calidad de las leyes depende más de la calidad moral de los
ciones. Por ello, lo que se predica- a los católicos no es que gobernantes que de la forma de gobierno establecida. Y así
56* EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA 57*
puede ocurrir—añadía—que en un régimen cuya forma sea, Los falsos dogmas de ésta son los siguientes: la voluntad
quizás, la más excelente de todas, sea la legislación detestable. del pueblo es ley suprema; la autoridad emana de la multitud,
Dos sistemas políticos son objeto de atención preferente el número es fuerza decisiva, y la mayoría o la prevalente vo-
por parte del magisterio pontificio: la democracia y el tota- luntad de un partido, creadora exclusiva del derecho. ítem
litarismo. Se pasa a examinarlos. más: la nivelación mecánica de los hombres tomados como
masa; la artificiosa agrupación de los ciudadanos, según ten-
dencias egoístas; la prepotencia de partidos que defienden
La democracia intereses parciales antes que el bien de todos.
La democracia radical, a la postre, degenera en tiranía,
. La democracia, entendida como gobierno de muchos, en que acaba con la dignidad humana y con los derechos del
contraposición al gobierno de uno solo, es en sí misma legí- hombre como persona. En un Estado democrático, abando-
tima. No hay razón, en efecto, para desaprobar el gobierno nado al arbitrio de la masa, la libertad se transforma en una
de muchos, con tal de que sea justo y atienda a la común pretensión tiránica, la igualdad degenera en una mecánica ni-
utilidad. También es lícita si se entiende por democracia el velación. Y el ciudadano no es otra cosa que una mera unidad
sistema según el cual los gobernantes son elegidos por la vo- numérica cuya suma total constituye una mayoría o una mi-
luntad y el juicio de la multitud. Porque ya queda dicho que noría que puede invertirse por el desplazamiento de algunas
la designación de los titulares del poder*se deja al arbitrio voces o quizás de una sola, cambiando con ello ilícitamente
humano. Es más: principio es de buena doctrina que el pue- la suerte de la justicia o del bien público.
blo tenga alguna suerte de participación en el gobierno, la En conclusión, si el porvenir ha de pertenecer a la demo-
cual'puede no sólo ser provechosa, sino incluso obligatoria cracia, una parte esencial en su realización habrá de corres-
para los ciudadanos. El pueblo, en todo caso, tiene derecho ponder a la religión de Cristo y a su Iglesia.
a hacer valer su voluntad singularmente por dos medios: ex-
presando públicamente su opinión y usando del voto.
De un modo paladino, León XIII declaró que era lícito Los sistemas totalitarios
preferir para el Estado una forma de gobierno que estuviese En la explotación de la masa se da la mano con la demo-
moderada por el elemento democrático. Y Pío XII reconoce cracia radical el totalitarismo, que maneja con habilidad su
que, en la hora presente, la forma democrática de gobierno fuerza elemental sin el menor respeto a la persona. El Estado
parece a muchos como un postulado natural impuesto por totalitario, abusando autocráticamente del poder, reduce al
la razón misma. Sería, sin embargo, una injuria a las restantes hombre a una mera ficha en el juego político, una pieza de
formas de gobierno afirmar que la democracia es la única que sus cálculos económicos. Para él, la ley y el derecho no son
inaugura el reino de la perfecta justicia. más que instrumentos en manos de los círculos dominantes.
Declarada, pues, la legitimidad, en principio, de los siste- El totalitarismo, ya sea comunista o burgués, es incompa-
mas democráticos, importa distinguir en seguida las distintas tible con la doctrina cristiana, y también con una auténtica
formas de democracia, porque no todas son igualmente váli- democracia. Es, por naturaleza, enemigo de la verdadera opi-
das. Puede hablarse de una democracia sana, que es la mode- nión pública. Constituye un sistema contrario a la dignidad
rada, y de una democracia viciosa, que es la radical. del hombre y opuesto al bien del género humano. Representa,
La democracia sana o_ verdadera exige determinados re- en fin, un continuo peligro de guerra.
quisitos. Debe estar investida de una autoridad firme y eficaz. El totalitarismo comunista, además, abusa criminalmente
Ha de contar con las clases directoras. Debe respetar la tra- del poder público para ponerlo al servicio del terrorismo co-
dición nacional. Necesita capacitar moralmente a los ciuda- lectivo. Y, en cuanto forma moderna del imperialismo, hace
danos, y en singular a los que ejercen cargos de representación al hombre siervo de las fuerzas que desencadena para el do-
para la vida cívica. Debe contar a la hora del sufragio con la minio del mundo.
posición familiar y profesional de los ciudadanos. Tendrá sus
raíces en una democracia económica y moral. Estará, en fin,
libre de los errores que vician a la democracia radical.
58» ' EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA 59*

La participación del pueblo tánea de la voluntad colectiva. Porque se da en los Estados


modernos una falsa y engañosa opinión pública que se forja
El pueblo tiene derecho a participar de algún modo y en artificiosamente mediante el artilugio de la propaganda. Se da
grado mayor o menor en el gobierno. Lo hace, singularmente, lo mismo en los regímenes democráticos cuando el vocerío
manifestando su opinión y haciéndose representar en los cuer- de los partidos prepotentes suplanta a la auténtica voz del
pos electivos, mediante el ejercicio del voto. En el Estado mo- pueblo, como en los sistemas totalitarios en que la opinión
derno, sin embargo, la participación real del simple ciudadano se finge o se contrahace desde el poder.
en la vida pública es cada vez más hipotética, aun dentro de El crear artificiosamente, por medio del dinero o de una
los sistemas auténticamente democráticos. Con visión realista, censura arbitraria, vertiendo juicios unilaterales y falsas afir-
Pío XII lo denuncia con las siguientes palabras: la estructura maciones, una seudo opinión pública que mueve el pensamien-
de la máquina moderna del Estado, el encadenamiento casi to y la voluntad de los electores como cañas agitadas por el
inextricable de las relaciones económicas y políticas, no per- viento, nada tiene que ver con ese eco espontáneo despertado
miten al simple ciudadano intervenir eficazmente en las deci- en la conciencia de la sociedad que es la opinión pública ver-
siones públicas. Todo lo más, con su voto libre, puede tener dadera, que el gobernante debe siempre escuchar.
alguna influencia en la dirección general de la política, y aun La pretendida opinión pública, superficial y artificiosa, que
esto en medida limitada. hoy se conoce en muchas partes, está dictada o impuesta por
Importa singularmente exponer la doctrina acerca del res- la fuerza de la mentira o del prejuicio, por el artificio del estilo
peto debido a una auténtica opinión pública. oratorio, los efectos de voz y gesto, la explotación de los sen-
Al refutar, condenándolos, los errores totalitarios, y sin- timientos, todo un conjunto de malas artes que hacen ilusorio
gularmente al nacionalsocialismo, Pío XII desarrolla toda una él derecho personal al propio juicio. Se trata de una verdadera
teoría de lo que debe ser la opinión pública y cuál sea el papel técnica de elaboración de una fingida opinión pública, acomo-
de la prensa al servicio de ésta. dada al servicio de una determinada política, con olvido de
todo sentido moral y sin respeto a la verdad ni a la conciencia.
La opinión pública
Patrimonio de toda sociedad normal formada por hombres Prensa y representación
conscientes de su conducta personal y moral, la opinión pú-
blica es como el eco natural que los acontecimientos de la vida El papel de la prensa es servir a la opinión pública, no di-
pública provocan en sus espíritus. rigirla. ¿Cómo? Educándola y orientándola. A la prensa in-
La existencia de una auténtica opinión pública es un gran cumbe, en efecto, un papel decisivo en la educación de la
bien para el Estado y una señal de salud colectiva. Allí donde opinión pública, no para dictarla o dirigirla, sino para servirla
no apareciese manifestación alguna de la opinión pública—pién- útilmente. Periódicos y publicaciones tienen la noble tarea de
sese, singularmente, en los países oprimidos por el comunis- ayudar a esa opinión colectiva a encontrar la senda de la ver-
mo—debería verse un vicio, una enfermedad, un mal de la dad y de la justicia y a mantenerse en ella; deben servir a la
vida social que pone en peligro la paz y la tranquilidad pública. justa libertad de pensar con juicio propio.
Ahogar la voz de los ciudadanos, reducirla a un silencio Más en particular, la prensa católica tiene por misión ex-
forzado, es, a los ojos de todo cristiano, un atentado contra el presar en fórmulas claras el pensamiento del pueblo, confuso,
derecho natural del hombre, una violación del orden del mundo vacilante y embarazado ante el complicado mecanismo mo-
tal como Dios lo ha establecido. Y es más funesta todavía la derno de la legislación positiva. Y debe luchar para que se
situación de los pueblos donde la opinión pública permanece mantenga y consolide la sana opinión pública, oponiendo un
muda, no por haber sido amordazada por una fuerza exterior, obstáculo infranqueable a los intentos que tratan de minar
sino porque le faltan aquellos presupuestos intrínsecos que sus fundamentos.
deben darse en toda comunidad de hombres. Los que han de gobernar los Estados pueden ser elegidos
Cuando se habla de opinión pública, sin embargo, en- por la voluntad y juicio de la multitud, esto es, del pueblo.
tiéndese que se trata de una manifestación auténtica y espon- Pero en el sufragio popular deben contar la posición social
60* EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA 61*
del ciudadano y su papel en la familia y en la profesión. He benevolencia común. Jamás se han necesitado tanto unos n
aqu| un principio de representación orgánica. otros, y nunca han podido ayudarse de tan eficaz manera.
Constituidas de este modo las corporaciones públicas, y La misma ley de caridad que rige las relaciones entre los .
singularmente los cuerpos legislativos, reunirán en su seno hombres, rige también el trato entre las naciones. De aquí
una serie de auténticos representantes de todo el pueblo, imagen que el odio entre los pueblos sea siempre de una injusticia
verdadera de su vida multiforme, los cuales deben poseer cruel, absurda e indigna del hombre.
juicio justo y seguro, sentido recto y práctico, doctrina sana y Y del mismo modo que los hombres viven fraternalmente
clara» y, en fin, propósitos firmes y rectilíneos. unidos en sociedad, también las naciones forman una comu-
nidad natural que los liga con vínculos morales y jurídicos,
tiene como designio el bien de todas las gentes y se regula por
leyes propias.
XI. LA COMUNIDAD DE LOS ESTADOS Esta comunidad universal de los pueblo^ es fruto de la
voluntad divina, está querida como tal por el Creador, y por
eso se ofrece y aun se impone como un hecho ineluctable al
Complemento necesario de la doctrina sobre el orden in- que las naciones se someten como a voz de la naturaleza y
terno d,£l Estado es el magisterio pontificio acerca del orden se esfuerzan por darle una, regulación externa de carácter es-
internacional. Iniciado por Pió X y Benedicto XV con ocasión table, una organización capaz de asegurar la independencia
de la primera gran guerra europea, corresponde singularmente de cada una a la vez que la colaboración de todas en beneficio
a Pío XII el mérito de haber desarrollado la doctrina sobre la de la Humanidad.
comunidad de los Estados en términos de intrépida precisión.
Arranca el pensamiento papal de este principio supremo:
la unidad del género humano: uno en su origen común, que El derecho internacional
es Dios; uno en su naturaleza racional y en el fin próximo y
en el último de todos los hombres; uno en su misma habitación El consorcio entre las naciones se ve sujeto, como todo lo
sobre la tierra... humano, a una norma universal de rectitud moral, en la cual,
Esta unidad, de hecho y de derecho, de la Humanidad, a la postre, se encuentra la única garantía sólida de colabora-
ción entre los pueblos. Todo el orden internacional ha de
viene requerida por el orden absoluto de los medios y de los
alzarse sobre la roca inconmovible de esta ley moral, manifes-
fines como exigencia moral y coronamiento de la vida social
tada al hombre por el mismo Creador mediante el orden na-
misma y se alimenta por el unificante precepto del amor de
tural. Nada se puede asentar sobre la movediza arena de nor-
Dios y del prójimo, en el que se apoya la ley universal de la mas efímeras inventadas por el utilitario egoísmo de las nacio-
mutua solidaridad humana. nes, más cerrado y temible, a veces, que el de los individuos.
Ahora bien, de la unidad del género humano deriva la
Sobre este subsuelo de orden moral se afirman los funda
unidad de la familia de pueblos que lo forman y constituyen,
mentos jurídicos del orden supranacional, esto es, el derecho
la cual hay que referirla también a una exigencia y a un im- natural, que ha de servir de base, a su vez, a todo derecho «le
pulso de la misma naturaleza, que le da carácter de necesidad gentes positivo. La ley natural es para los pueblos la .sólida
moral. base común de todo derecho y de todo deber, el lenguaje jurí-
Si, históricamente, los pueblos se van diferenciando unos dico universal necesario para cualquier acuerdo, el fundamento
de otros, no por eso deben romper la unidad sustancial de la de toda organización de Estados. Las relaciones normales y
familia humana; antes bien, deben enriquecerla con la mutua estables entre éstos exigen que todos y cada uno di- CIIOH reco-
comunicación de sus peculiares dotes espirituales y el recí- nozcan y observen los principios normativos del «L-iedio na-
proco intercambio de sus bienes y riquezas. Hoy, más que tural en cuanto regulador de la convivencia entre I.IN luiciones.
nunca, dado el gran progreso de la civilización y el maravilloso Separar el derecho de gentes del derecho naliinil y divino,
incremento de las comunicaciones, están los pueblos entrela- para apoyarlo en la voluntad autónoma de lem Estados, es
zados por el doble vínculo de una común indigencia y de una privarle de su asiento verdadero. La vohint.iil roncorde de
62* KXI-ORICIÓN SISTEMÁTICA BXPOSICLÓN SISTEMÁTICA 63*

los Estados puede formular normas jurídicas que se impongan el equilibrio y la armonía entre las naciones dependen del
como obligatorias, pero ha de ser a condición de que respeten interno equilibrio y de la madurez intrínseca de cada u n o de
esa ley natural que es común a todos los pueblos, de la cual los Estados, así en el orden económico como en el moral y
deriva toda norma de ser, de obrar y de deber, y cuya obser- el intelectual. N o deben, pues, ser tratados como cosas sepa-
vancia asegura a la vez la convivencia pacífica y la mutua radas y m u c h o menos contrapuestas.
colaboración.
Por su parte, el derecho positivo de los pueblos, indispen- Límites
sable a la comunidad de los Estados, tiene una doble misión:
definir con mayor exactitud las exigencias de la naturaleza,
acomodándolas a circunstancias concretas, y adoptar, por la Se trata de potestades y de derechos perfectamente conci-
vía de los convenios, otras disposiciones ordenadas siempre al liables, si el concepto de soberanía del Estado y el de autoridad
bien de la comunidad. supranacional se mantienen en su acepción verdadera. Porque
ni uno ni otro concepto son absolutos; ambos conocen límites.
Soberanía y autoridad supranacional Soberanía, en el orden internacional, significa autarquía y
jurisdicción exclusiva dentro del territorio nacional y en las
E n t r a n d o ya en los problemas del orden internacional; se materias de la competencia interna, sin dependencia alguna
ofrece como el primero de ellos la* conciliación de la soberanía del ordenamiento jurídico interior de cualquier otro Estado.
de los Estados con la autoridad supranacional, y la concor- Esta soberanía estatal, así entendida, ya se ve que es perfec-
dancia de los derechos de las naciones con los propios derechos tamente compatible con una autoridad supranacional q u e re-
de la comunidad. fiera exclusivamente su jurisdicción a las relaciones de esos
Porque también las naciones, en cuanto personas morales, Estados soberanos entre sí y a la vida colectiva de la comunidad
tieneh sus derechos fundamentales, que guardan u n cierto q u e todos ellos formen. Porque, en esta comunidad de los
paralelo con los derechos individuales. Helos aquí enunciados pueblos, cada Estado queda encuadrado dentro del común or-
en una cita de Pío XII, quien los califica de exigencias del denamiento del derecho internacional, en el cual su soberanía
derecho de gentes: el derecho a la existencia, el derecho al
exterior encuentra sus límites. Por decirlo todo, el Estado, en
respeto y a la buena reputación, el derecho a una manera de
realidad, no ha sido nunca soberano en el sentido de una ausen-
ser propia y a una cultura peculiar, el derecho al propio des-
cia total de limitaciones. N o lo ha sido en el orden interno;
envolvimiento, el derecho a la observancia de los tratados in-
m u c h o menos en el exterior.
ternacionales...
La conciencia de una universal solidaridad fraterna, que Pero tampoco la autoridad supranacional puede tener pre-
la doctrina cristiana suscita y favorece, n o se opone al amor tensiones d e soberanía. E n primer lugar, porque ha de res-
de la tradición y de las glorias de la propia patria ni al fomento petar íntegramente esa esfera de interior supremacía de cada
de la prosperidad nacional. N o se trata de abolir las patrias uno de los Estados miembros. Pero, además, porque su auto-
ni de fundir arbitrariamente las razas. Se trata sólo de que ridad en la esfera internacional está condicionada al bien común
cada nación muestre comprensión y respeto hacia los senti- de la colectividad de las naciones. Por eso, la futura organiza-
mientos patrióticos de las demás. El amor a la patria no debe ción política mundial, de que más adelante se habla, gozará
significar jamás desprecio a las otras naciones ni menos ene- de una autoridad efectiva en la medida q u e salvaguarde y
mistad hacia ellas, porque no puede ser obstáculo al precepto favorezca la vida propia de una comunidad internacional cuyos
cristiano de la caridad universal. La ley natural nos impone la miembros todos concurran conjuntamente al bien de la hu-
obligación de amar singularmente el país en que hemos nacido manidad entera.
hasta dar la vida por él; si además nos manda amar a la co-
m u n i d a d de las naciones, se entiende que ha de ser sin detri- El nacionalismo egocéntrico
mento del amor a la propia patria.
Las relaciones internacionales y el orden interno d e los Es, en cambio, incompatible del todo con la solidaridad
Estados se hallan, por otra parte, estrechamente unidos, porque internacional el nacionalismo intransigente y egocéntrico, que
la buena doctrina condena por eso mismo, porque niega o con-
64* EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA 65*

cuica los deberes de solidaridad para con la gran familia de'las y el cambio de situación lo exigiere o simplemente lo aconse-
naciones. jare; la denuncia previa en forma clara y regular del tratado,
A este propósito, es necesario distinguir entre vida nacional cuya resolución estuviese prevenida; la apelación formal a las
y política nacionalista. La vida nacional, derecho y gloria de instituciones encargadas de garantizar el sincero cumplimiento
un pueblo, es el conjunto operante de todos aquellos valores de los contratos...
de civilización que son propios y característicos de un determi- Importa singularmente afianzar la seguridad jurídica mer-
nado grupo humano. Debe ser promovida, porque, lejos de ced al respeto de los pactos; porque considerar los convenios
estorbar a la vida internacional, la ayuda y enriquece. Pero el ratificados como cosa efímera y caduca y atribuirse la tácita
nacionalismo, en cuanto mentalidad egocéntrica al servicio de facultad de rescindirlos o quebrantarlos unilateralmente cuando
las ambiciones ilimitadas de uno de esos grupos nacionales, la propia utilidad parezca aconsejarlo, es proceder que echa
debe ser reprimido, porque desconoce o viola la convivencia por tierra toda confianza.
internacional y es la causa preponderante de los conflictos in-
ternacionales y aun de las conflagraciones bélicas. Los conflictos, sujetos a derecho
Profesa el nacionalismo una concepción hegeliana de la
soberanía, según la cual ésta equivale a la omnipotencia del Pero no sólo las relaciones normales de los Estados han
Estado, por lo que, entregadas al arbitrio de los gobernantes de sujetarse al derecho; también los conflictos internacionales
las relaciones internacionales, la prepotencia casi infinita del deben tener un tratamiento jurídico, en lugar de ser entrega-
Estado rompe la unidad que vincula entre sí a todos ellos, dos a la decisión de las armas.
abre camino a la violación de los derechos ajenos y hace casi Se entra, con esto, a exponer la doctrina pontificia sobre
imposible la convivencia pacífica y más aún la colaboración la guerra, doctrina que avanza audazmente con relación a las
entre las naciones. teorías tradicionales de filósofos y teólogos, puesto que trata
Contra las desviaciones del nacionalismo intransigente, los de conducir la mentalidad cristiana a la plena reprobación
Papas predican de modo cada vez más apremiante la solida- de toda guerra que no sea la puramente defensiva.
ridad internacional, sometida a un ordenamiento jurídico, el Parece, en efecto, llegada la hora en que la Humanidad,
cual tanto abarca las relaciones normales entre Estados como dado el progreso alcanzado, se pregunte francamente—dice
las situaciones de crisis y conflicto. Pío XII—si debe resignarse a lo que en el pasado pareció una
dura ley histórica o si, por el contrario, debe buscar caminos y
hacer esfuerzos para librar al género humano de la pesadilla
Regulación jurídica convencional perpetua de los conflictos bélicos.
Esa regulación jurídica de las relaciones entre Estados, en El precepto de la paz es de derecho divino, y su fin es la
épocas de convivencia normal, ve formuladas su.-> normas por protección de los bienes de la Humanidad en cuanto son
vía de pactos y tratados. bienes del Creador. Por eso hay que salvar la paz a toda costa,
haciendo que, sobrevenido un caso de conflicto, la fuerza ma-
Base común del propio régimen convencional son los si-
terial de las armas sea sustituida por la fuerza moral del de-
guientes postulados fundamentales: el respeto íntegro de la
recho.
independencia y libertad de todos los Estados, así como de sus
Viejos errores sobre la amoralidad de la guerra resucitados
derechos fundamentales; la justicia y equidad en los tratos,
en los últimos años han tenido que ser explícitamente conde-
de modo que aquello que una nación reivindique para sí deba
nados por los Papas. Así, la proposición de que la guerra es
concederlo, en igualdad de situaciones, a las otras; la acepta-
un hecho ajeno a toda responsabilidad moral, por lo cual el
ción de los deberes inherentes a los derechos que se invocan
i;obemante que la declara, si bien puede incurrir en un error
y ejercen, puesto que van deberes y derechos tan íntimamente
político cuando la guerra se pierde, no puede ser acusado de
unidos, que constituyen una sola y única totalidad jurídica;
culpa moral ni de delito. Así también la simple condenación
la observancia inviolable de los pactos estipulados y la fidelidad
de la guerra por sus horrores y no, además, por su injusticia.
a la palabra que se empeña; la equitativa, prudente y leal re-
Así, en fin, la tesis de que la guerra es una fase más de la ac-
visión conjunta de sus tratados cuando el transcurso del tiempo
DIHIT fonlif. i 3-
KXPOSICIÓN SISTEMÁTICA 87*
66* EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA

ción política y tan natural y admisible como cualquiera otra fuerza al agresor. Porque algunos de los bienes que constitu-
de ellas. yen el patrimonio de las naciones son de tanta importancia
La teoría que juzga la guerra como medio apto y propor- para la convivencia humana, que su defensa bélica contra la
cionado para resolver los conflictos internacionales está ya injusta agresión es, sin duda, plenamente legítima. Por otra
sobrepasada. Otros medios existen y otros procedimientos para parte, una propaganda pacifista que provenga de quien niega
vindicar los propios derechos, si hubiesen sido violados. la fe en Dios es un simple medio de provocar efectos tácticos
de excitación y confusión.
Vale igualmente esta doctrina para la guerra fría, y, cuan-
G u e r r a de agresión y defensiva do se produce, el atacado tiene no solamente eí derecho, sino
también el deber de defenderse. Porque ningún Estado puede
Conviene, llegado este punto, distinguir la guerra de agre- aceptar impasible la esclavitud política o la ruina económica.
sión y la guerra defensiva. En cuanto a la primera, su inmora- Hay que ir más lejos. El deber de resistir la agresión puede
lidad aparece cada día más evidente. Toda guerra de agresión alcanzar a los demás Estados que no son el agredido. Se da
contra aquellos bienes que el ordenamiento divinó de la paz como una suerte de obligación general de venir en socorro del
obliga a respetar es pecado, delito, atentado contra la majestad atacado. Ante una injusta agresión, la solidaridad que une a la
de Dios, creador y ordenador del mundo. Es más, la guerra familia de los pueblos prohibe a los demás comportarse como
ofensiva, aun cuando sólo revista la forma de la llamada guerra simples espectadores en una actitud de impasible neutralidad.
fría, debe ser condenada absolutamente por la moral. La comunidad de las naciones tiene el deber de no abandonar
La conciliación, el arbitraje, son las instituciones jurídicas al pueblo agredido.
a que se debe acudir en caso de conflicto. Y deben hacerse
obligatorias, hasta el punto que se impongan sanciones al Estado
que rehuse someterse a ellas o se niegue a aceptar sus decisiones. La Organización de las Naciones
En fin, para evitar la guerra de agresión deben ser limitados
los armamentos, con lo cual se esquivarán la tentación y el Para garantía de una paz justa y durable, la Comunidad de
riesgo de que la fuerza material, en vez de servir para tutelar las Naciones debe organizarse jurídicamente.
el derecho, apoye la tiránica violación de éste. Con la limita- Punto esencial de todo futuro arreglo del mundo, según el
ción de los excesivos armamentos quedarán, además, liberados Papa reinante, es la existencia de un órgano para el manteni-
los pueblos de la pesada servidumbre económica que hoy les miento de la paz, órgano investido, por consentimiento común,
aflige a causa de los grandes dispendios militares. de una suprema autoridad y cuyo oficio será sofocar en su raíz
Pero no todo se remedia con la restricción de los arma- cualquier amenaza de agresión, aislada o colectiva, y tratar lue-
mentos. Cae en un materialismo práctico o en un sentimenta- go de resolver el conflicto por medios pacíficos.
lismo superficial quien considera, en el problema de la paz, El tema de la autoridad supranacional es siempre el más
única o principalmente la amenaza de las armas y no da valor difícil. Esta deberá ser verdadera y efectiva sobre los Estados
alguno a la ausencia del orden cristiano, que es la verdadera miembros, pero de tal forma que todos conserven igual dere-
garantía de la paz. cho a su soberanía relativa. El común consenso de todos ellos
Otro es el caso de la guerra defensiva, la cual es lícita y será el sostén de esta autoridad.
hasta puede ser obligada si es el único medio que queda al Otro punto delicado es el de la sanción al Estado rebelde.
pueblo atacado para repeler la agresión Se apunta en la doctrina pontificia algo como un juicio inter-
Contra el moderno irenismo y contra la propaganda pacifis- nacional y una condena de ostracismo. El violador del derecho
ta, que abusa de la palabra paz para ocultar designios nada en la comunidad de los pueblos debe ser condenado como cri-
pacíficos, los Papas recuerdan que ni la sola consideración de minal y, en tal concepto, llamado a rendir cuentas de sus accio-
los dolores y males que derivan de la guerra ni la ponderación nes. Y debe ser apartado, como perturbador de la paz, en in-
cuidadosa del daño y de la utilidad que de ella puedan seguir- famante soledad, lejos de la sociedad civil.
se valen para determinar si es moralmente lícito e incluso, en Por el método, tan usual en los Papas, de enunciar deseos
algunas concretas circunstancias, obligatorio rechazar con la y aspiraciones, se contienen en los diversos mensajes del Pon-
EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA 89»
68* EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA

tífice reinante algunos juicios muy concretos sobre la Organi- —el Papa no se asusta de hablar de la constitución de un or-
zación de las Naciones Unidas: ¡Ojalá que la Organización de ganismo político único—, es esencial que cuente con una ver-
las Naciones Unidas pueda llegar a ser la plena y pura expre- dadera autoridad supranacional, aunque se entienda fundada
sión de la solidaridad internacional de la paz! Claro que para en una delegación parcial de la soberanía de sus miembros. Es
ello habrá de borrar antes de sus instituciones y de sus esta- punto decisivo, del que depende la constitución de una comu-
tutos todo vestigio de su origen, que fué, por necesidad, una nidad en sentido propio, la presencia de este poder real, res-
solidaridad de guerra. Y, para comenzar esta transformación, ponsable, y su encarnación en ün órgano ejecutivo.
deberá asociar gradualmente a los vencidos a la obra do recons-
trucción general, reconociéndoles la misma consideración y los Sobre bases cristianas
mismos derechos que a los demás Estados.
Más que la técnica política de la unión europea, es natural
que al Papa le preocupe el espíritu que debe animar la nueva
La unificación de l i u r o p a comunidad. Esta ha de ser la fe cristiana, que constituye la
base de su civilización y cuya difusión en el mundo ha sido
Sin detrimento de la organización universal de los listados, y es la misión histórica de Europa. Era la religión el alma de
pueden y deben determinadas naciones asociarse en familias Europa en sus siglos de esplendor, y cuando la cultura europea
de pueblos. Tal es singularmente el caso de Europa, cuya uni- se separó de ella, la unidad de Europa quedó rota.
dad se hace cada vez más necesaria y apremiante. Muchos dis- Por eso, hoy, por encima del fin económico y del político,
cursos ha dedicado al tema europeo el Papa Pío XIÍ. I l«? aquí la Europa unida debe asumir como misión propia la afirmación
sus ideas principales: y la defensa de los valores espirituales que en otro tiempo cons-
La unidad de Europa es necesaria, y es, por tanle, uerta- tituyeron el fundamento de su existencia, y que ella tenía la
da la política de unificación. Hay todo un cúmulo de i n/.ones vocación de transmitir a las restantes partes de la tierra. Poi-
que invitan hoy a las naciones europeas a federarse. La Euro- que el mensaje cristiano permanece, hoy como ayer, el más
pa maltrecha y decaída siente la necesidad de unirse para po- genuino de los valores de que Europa es depositaría y sigue sien-
ner fin a las rivalidades seculares; ve los territorios antes su- do capaz de mantener en su integridad y en su vigor las liber-
jetos a su tutela llegar a la edad de su emancipación; comprue- tades fundamentales de la persona humana, la función inviola-
ba que el mercado de primeras materias ha pasado de la escala ble de la familia y los fines de la sociedad nacional; y de garan-
nacional a la continental; siente, en fin, y el mundo entero con tizar en el ámbito de una comunidad supranacional el respeto
ella, que todos los hombres son hermanos y están llamados de las diferencias culturales y el espíritu de conciliación y de
a unirse para acabar con el escándalo del hambre y la ignoran- colaboración entre todos sus miembros.
cia de la pobre Humanidad. La misión civilizadora de Europa abarpa al mundo entero,
Una común política exterior europea, susceptible, por otra sobre el cual distribuye las riquezas espirituales acumuladas
parte, de admitir diferenciaciones, se hace indispensable en un por cada una de las naciones que la forman. Hay, sin embargo,
mundo que tiende a agruparse en bloques más o menos com- una mención especial para el continente africano. Nos parece
pactos. Los países europeos que han admitido el principio de necesario—ha dicho recentísimamente Pío XII—que Europa
delegar una parte de su soberanía en un organismo supra- mantenga en África la posibilidad de ejercer su influencia edu-
nacional, entran en una vía saludable, de donde puede salir, cativa y de aportar una ayuda material amplia y comprensiva
para ellos y para Europa, una vida nueva en todos los órdenes, que contribuya a elevar el nivel de vida de los pueblos africa-
no solamente en el económico y el cultural, sino también en nos y a revalorizar las riquezas materiales de aquel continente.
el espiritual y religioso. He aquí una orientación y un consejo de actualidad palpitante.
El designio de la Europa unida seré garantizar la subsis-
tencia de cada uno de sus miembros y la del todo constituido
por ellos, de suerte que su poder político pueda hacerse res-
petar como conviene en el concierto de las potencias mundiales.
La comunidad europea, bajo forma federal o de o t r o modo
70* KXPOSICIUN SISTEMÁTICA
EXPOSIC1ÓN SISTEMÁTICA 71*

ceptos dados por la Iglesia; obraréis en completa armonía con


los obispos.
XII. LOS CATÓLICOS Y LA VIDA PUBLICA Se debe tal sumisión no sólo respecto de los principios ge-.
nerales, también en punto a criterios de aplicación y aun a los
T o d o a lo largo de los documentos pontificios que tratan procedimientos. E n efecto, además de una gran conformidad
del orden cristiano de los Estados se contienen declaraciones en los criterios y en la acción, es necesario ajustarse en el modo
de carácter preceptivo o admonitorio acerca de los deberes de de proceder a lo que enseña la prudencia política de la autori-
los católicos en la vida pública, q u e son del mayor interés para dad eclesiástica.
formar la conciencia colectiva. Mantener entre sí la concordia es otro de los grandes debe-
E n León XIII se encuentra una afirmación que debiera in- res de los católicos cuando actúan en la vida pública. Se les
fundirnos a todos una preocupación, m u y viva. En la vida prác- pide no sólo unidad en la acción exterior, sino también unión
tica, dice, los deberes de los católicos son más numerosos y más perfecta de corazones y de voluntades. U n i d a d de pensamien-
graves que los deberes de quienes están mal instruidos en nues- to, de pareceres, de opiniones, y unanimidad de propósitos y
tra fe. de resoluciones.
El deber primero de los católicos es instruirse en la doctri- T a l unidad, que se refiere, como queda dicho, a todo lo que
na de la Iglesia, profesarla abierta y constantemente y propa- sea fundamental y singularmente en defensa de la religión, no
garla según la capacidad de cada uno. Negativamente, están, excluye las legítimas discrepancias cuando se trata de materias
además, obligados a rechazar lo que sea incompatible con su opinables. Entonces el precepto de la concordia se cumple en
profesión cristiana. forma de respeto recíproco de las actitudes y posiciones que
Los seglares deben tener conciencia cada vez más clara no lícitamente adopten unos y otros. Porque, en materias opina-
sólo de pertenecer a la Iglesia, sino de ser ellos la Iglesia misma. bles, es lícita toda discusión moderada con deseo de alcanzar
Apenas es necesario decir que debe el católico amar a la la verdad. Concretamente, si se trata de cuestiones estricta-
Iglesia y a su patria. Pero sí importa subrayar esta prelación. m e n t e políticas, del mejor régimen político, de tal o cual for-
H e m o s de amar a la patria, que nos ha dado la vida mortal; ma de constitución política, está permitida una honesta diver-
pero debemos tener u n amor más entrañable a la Iglesia, que sidad de opiniones.
nos ha comunicado la vida eternamente duradera del alma. Pero si la religión se halla en peligro, deben cesar al punto
A m b o s amores proceden de u n mismo principio eterno, pro- todas las diferencias y, con unanimidad de pareceres y volun-
ceden de Dios; pero, por ser el uno natural y sobrenatural el tades, deben combatir todos en defensa de la religión, que es
otro, debe ocupar lugar preferente el amor a la patria eterna. el bien común por excelencia. Porque alcanza a todos la obli-
gación de unirse para mantener vivo en la nación el verdadero
sentimiento religioso y para defenderlo vigorosamente cuandi i
O b e d i e n c i a a la j e r a r q u í a
sea necesario.
Con mayor insistencia se predica, sin duda porque se cum-
ple peor, el deber de obediencia de los católicos a la jerarquía S u m i s i ó n a la a u t o r i d a d civil
eclesiástica en lo que concierne a la' vida pública. N o se trata
ya de la obediencia debida al Papa y a los obispos en materia En lo que concierne al acatamiento al poder constituido
de jurisdicción eclesiástica, sino de la sumisión del propio jui- y a la obediencia a la autoridad civil, si d e todos los hombres
cio y de la voluntad propia al magisterio y a las normas que la se predica el deber, como queda antes dicho, de sumisión y de
jerarquía dicte acerca de la acción política cuando ésta toca, obediencia, mucho más estricto será el de los católicos. Porque
ya se entiende, a materias d e doctrina, y principalmente si éstos, aun cuando fuere indigno el que ejerce la autoridad, re-
afecta a la religión o a la familia. Las amonestaciones papales conocen en él una como imagen de la majestad divina.
son continuas: conformaréis con toda diligencia vuestra con- D e la misma singular manera, les alcanza la obligación de
ducta a nuestras prescripciones; obedeceréis virilmente los pre- resistir a las leyes cuando la autoridad manda algo injusto. En
tal situación, los católicos se valdrán de todos los medios legí-
EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA 73»
72» EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA
so capa de sobrenaturalismo, no es conforme a la buena doctrina.
timos que, por derecho natural y por las disposiciones legales, Tampoco puede circunscribirse tal intervención política a la
queden a su alcance para inducir a los legisladores a reformar defensa de la fe, aunque sea éste el primero de sus objetivos;
los preceptos injustos. En la medida de sus posibilidades, así debe mirar también a la defensa de la verdad y de la justicia
los fieles como los sacerdotes, deben oponerse a la legislación y al servicio del bien común.
inicua; y es postura acertada no rehusar el combate político
cuando sea necesario, evitando dos peligros: la connivencia con Dos notas han de marcar la actuación de los católicos en la
la injusticia y una resistencia menos enérgica. vida pública, que se corresponden a dos virtudes entre sí com-
plementarias: intrepidez y prudencia. Los que han de tomar
Reaparece aquí la doctrina sobre la tolerancia en un aspec- parte en la vida política de un modo activo deben, por tanto,
to especialmente delicado, porque ahora no se refiere a la to-
evitar con sumo cuidado dos vicios contrarios, el primero de
lerancia que pueda practicar la autoridad, sino a la que esté
los cuales usurpa el nombre de prudencia y el segundo incu-
permitida a los ciudadanos.
rre en temeridad. La cobardía de los buenos fomenta la auda-
Aprobar una injusta ley o colaborar con ella voluntariamen-
cia de los malos.
te es totalmente ilícito; pero es cosa muy distinta someterse
por la fuerza y con repugnancia a lo mandado, y más si se trata Para la mayor parte de los católicos, la acción se ceñirá al
de aminorar con tal conducta los perniciosos efectos. Entonces ejercicio de sus derechos ciudadanos. De aquí que les está impe-
se tolera el mal a la fuerza para evitar un daño mayor, y esto rado el ejercicio del derecho del voto, y precisamente en favor
es lícito. Tal doctrina es de Pío XI y se refiere a la conducta del candidato mejor dispuesto para con la Iglesia, cuando están
que deben observar los católicos, principalmente los sacerdotes, enjuego el bien de ésta o el de la patria. La abstención electoral,
ante la persecución religiosa en Méjico. como el fraude fiscal, la crítica estéril contra la autoridad, la
Concretamente, es un escrúpulo infundado pensar que se defensa egoísta de los privilegios de clase a costa del interés
colabora con las autoridades públicas en una acción injusta si general,, deben ser borrados del proceder de los católicos.
aun después de los vejámenes sufridos se les pide autorización Su colaboración, por otra parte, se extiende no sólo a las
legal para ejercer el sagrado ministerio. Entonces, toda apa- funciones del Estado, sino también, concretamente, a la admi-
riencia de cooperación formal y de aceptación de la ley queda nistración municipal y a la órbita internacional. El crstiano
suprimida por las solemnes reclamaciones hechas por la Sede no puede hoy encerrarse en un cómodo y egoísta «aislacionis-
Apostólica, por los obispos y aun por el pueblo. Con tal con- mo», dando pábulo a la nefasta política nacionalista, que hace
ducta, los sacerdotes no aprueban positivamente la ley inicua imposible la convivencia de las naciones.
ni aceptan sus cláusulas; sólo materialmente se someten a esta Por último, hay un deber de tipo negativo que importa
injusta legislación, y esto para salvar el obstáculo que les im- mucho observar: el cuidado de no enfeudar políticamente a la
pide el cumplimiento de sus sagradas funciones. Iglesia. Es éste un vicio muy tentador; muchos, en efecto, mo-
vidos de un engañoso celo, se apropian un papel que no les
Cooperación ciudadana pertenece: quieren que en la Iglesia todo se haga según su
juicio y parecer. Pero querer complicar a la Iglesia en quere-
Si es deber de todo ciudadano intervenir en la vida pú- llas de política partidista o pretender tenerla por auxiliar para
blica, los católicos tienen especiales motivos para ello. Es vencer a los adversarios políticos, constituye un abuso muy
bueno participar en la vida política, y no querer hacerlo sería grave de la religión. Los hombres políticos que intentaren ha-
tan reprensible como negarse a colaborar al bien común. Por cer de la Esposa de Cristo su aliada o el instrumento de sus
eso está mandado expresamente que la acción de los católicos ambiciones políticas, sean éstas nacionales o internacionales,
se extienda al poder supremo del Estado. Los católicos poseen lesionarían la esencia misma de la Iglesia y dañarían a la propia
la verdad, pero la verdad tiene que ser vivida, encauzada, apli- vida de ésta al rebajarla al plano en que se debaten los conflic-
cada en todos los campos de la vida para que fructifique en
tos de intereses temporales.
obras de bien común. En la medida de sus fuerzas, cada uno
debe, pues, cooperar a la defensa, la conservación y la prospe- Siempre, pero más en el campo político, a la Iglesia hay
ridad del Estado; a su constitución y a la organización de sus que servirla como ella quiera ser servida. Mucho menos excu-
funciones. Desdeñar la acción política y desentenderse de ella, sable sería tratar de servirse de ella.
74* ' EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA
EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA 75*

para tu mayor gloria y para el verdadero bien de la sociedad


humana y de todas tus criaturas.
E P I L O G O Escúchanos, Señor, a fin de que nunca falte tu luz a nuestra
mente, tu fuerza a nuestra voluntad y el calor de tu caridad a'
nuestro corazón, que debe amar tiernamente a nuestro pueblo.
La plegaria del hombre político
Aparta de nosotros toda humana ambición y toda ilícita ansia
Como remate de esta síntesis de la doctrina pontificia sobre de lucro; infúndenos un sentimiento vivo, actual y profundo
la sociedad y el Estado, escrita sin otra mira que servir de in- de lo que es un orden social sano guardador del derecho y de
troducción a la lectura de los documentos que se recopilan en la equidad, y haz que un día, juntamente con aquellos que
el presente volumen, parece lo mejor transcribir la oración estuvieron confiados a nuestros cuidados, podamos gozar de
compuesta, en enero del año en curso, por Su Santidad Pío XII tu presencia beatífica, como premio supremo, por toda la eter-
expresamente para que sea rezada por los políticos católicos. nidad. Así sea.»
Dice así, siendo la traducción del italiano de cuenta de quien
esto escribe: ALBERTO MARTÍN ARTAJO.

ORACIÓN

«Dios grande y eterno, Creador y Señor de todas las cosas,


sumo Legislador y Rector supremo, de quien emana y depende
todo poder y en cuyo nombre los que tienen la misión de le-
gislar determinan lo que es justo e injusto como un reflejo de
tu divina sabiduría: nosotros, hombres políticos católicos, so-
bre quienes gravita el peso de una responsabilidad que nos
sitúa en el centro de la nación, imploramos tu ayuda para el
desempeño de un oficio que creemos aceptar y pretendemos
ejercer para el mayor bien espiritual y material de nuestro
pueblo.
Concédenos, Señor, aquel sentido del deber que nos in-
duzca a no omitir preparación ni esfuerzo para conseguir uu
fin tan alto y la objetividad y el sano realismo que nos permi-
tan percibir claramente lo que en cada momento es lo mejor.
Haz que no nos apartemos de la imparcialidad con que debe-
mos buscar, sin injustas preferencias, el bien de todos y que
no nos falten nunca la lealtad hacia nuestro pueblo, la fe en
los principios que abiertamente profesamos y la elevación de
espíritu para mantenernos por encima de todo peligro de co-
rrupción y de todo mezquino interés.
Haz que nuestras deliberaciones sean serenas, sin otra pa-
sión que la inspirada por el santo anhelo de la verdad; que
nuestras resoluciones sean conformes a tus preceptos, aun cuan-
do el servicio de tu voluntad nos imponga renuncias y sacri-
ficios, y que, en nuestra pequenez, procuremos imitar aquella
rectitud y santidad con que tú mismo gobiernas y diriges todo
ADDENDA 77»

ADDENDA* nentes centros de estudio, y hemos quedado admirados ante lo que


manifiestan de la fe y generosidad de vuestro pueblo y de la entre-
ga del clero, órdenes y congregaciones religiosas, cuya dedicación
incansable al estudio, a la investigación y a la cátedra los mantiene
en su alto nivel cultural. ¿No está indicado esperar que los estu-
diantes y graduados de estas escuelas fueran un apoyo principal
LA PRENSA Y LA OPINIÓN PUBLICA» para la prensa y literatura católicas? Se ha hecho mucho, estamos
seguros, para orientar el gusto de los estudiantes por la lectura;
y si al mismo tiempo se les hiciera comprender las responsabilida-
Estamos sinceramente agradecidos a nuestro venerable hermano des que pesan sobre el laicado católico hoy día y su consiguiente
el honorable presidente de la Asociación de la Prensa Católica de necesidad de profundizar, por el estudio continuo, su conocimiento
los Estados Unidos por el placer de dirigirnos a esa reunión anual de la fe, que es su herencia más preciosa; í>i llegaran a comprender
de sus miembros. Celebramos la oportunidad de expresar una pala- la naturaleza y magnitud de lo que se juega en la perenne lucha que
bra de alabanza y aliento para aquellos que están certísimamente la Iglesia ha de sostener frente a los que por ignorancia o malin-
en la vanguardia de los defensores de la causa de Cristo en vuestro tencionada enemistad la injurian y difaman, á ella y sus enseñanzas,
país. ¿se dejarían llevar lánguidamente a lecturas fáciles, triviales? O más
bien, con espíritu de fortaleza, ¿no se volverían con ardiente celo
caballeresco hacia las mejores fuentes de información e instrucción
[Los peligros de la libertad ] católicas?
Aquí, la prensa católica pretende ofrecerles la necesaria orienta--
En estos días, y en un país donde la libertad de prensa está
ción y dirección. Reconocemos que el éxito en este magno apos-
establecida por la ley, no debiera ser necesario insistir en la impor-
tolado presentará tres exigencias a los miembros de vuestra asocia-
tancia de una prensa católica. El poder de la palabra escrita está
ción. Primera, deben mostrar su competencia, adquirida por un
siendo desafiado por otros medios modernos de comunicación;
estudio serio y conocimiento seguro de los principios fundamentales
sin embargo, nadie negará la fuerte presión que todavía ejerce la
de la filosofía y la teología cristianas, hechos evidentes por una
prensa en moldear hábitos de pensamiento que primero debilitarían
clara y cultivada expresión de sanos juicios referentes a los impor-
y después destruirían los principios de la fe cristiana y la recta
tantes problemas del día. Segunda, han de reflejar en lo que escriben
conducta moral. La misma libertad poseída, como sabéis muy
la unidad de la Iglesia en su fe y enseñanza moral. Fué a sus após-
bien, aumenta el peligro, que sólo puede evitar o atenuar una opi-
toles, y por medio de ellos a sus sucesores, a quienes Cristo nuestro
nión pública informada y valerosa. Vuestros periódicos asociados,
Señor confió la Verdad que El vino a traer a la tierra a los hombres.
revistas y publicaciones, tanto semanales como trimestrales, como
De ahí que el ministerio docente de su Iglesia, como todos saben,
también el creciente número de libros firmados por católicos, tienen
pertenece al Obispo de Roma, su Vicario en la tierra para todo el
la noble y patriótica tarea y ambición de ayudar a esa opinión pú-
cuerpo de creyentes, y a los Obispos para aquel grupo de miembros
blica a encontrar y mantenerse en la senda de la verdad y la jus-
de la Iglesia confiados a su cuidado pastoral por ese Vicario. Ahora
ticia y, digámoslo sencilla y claramente, vida de santidad. Si conse-
bien, al llevar a cabo su grave obligación de enseñar, los Obispos
guís esto habréis ofrecido una monumental contribución a la paz,
solicitarán la ayuda de sacerdotes y también del laicado, cuya ga-
prosperidad y poder en bien de vuestra amada patria.
rantía en la enseñanza, sin embargo, no se deriva de su valor per-
sonal en ciencia, sino de la misión confiada. 1 ellos por los Obispos.
La prensa, como todos los fieles, les ofrecerá leal obediencia. Pero
[Lecturas orientadas ] en las cuestiones en las que los maestros de institución divina no
hayan pronunciado su juicio—y el campo es amplio y variado,
Sin duda, la influencia de la prensa católica estará en proporción salvando el de la fe y costumbres—está completamente autorizada
con la influencia y el número de sus lectores. Y aquí, ante esta la discusión libre y cada uno podrá mantener y defender su propia
asamblea, Nos desearíamos hacer un ferviente y paternal llama- opinión. Pero que estas opiniones se presenten con la debida re-
miento a los colegios y universidades católicos en todo el país. serva y ninguno condene a otro sólo porque no esté de acuerdo con
Con nuestros propios ojos hemos visto muchos de vuestros impo- su opinión, y mucho menos desafíe su lealtad.
* Insertamos a continuación los documentos políticos aparecidos con posterioridad a la
preparación
1
de esta" edición.
Radiomensaje de Su Santidad Pió XII a la Asociación de la Prensa Católica de los
Estados Unidos (17 de mayo de 1957).
78* ADDENDA ADDENDA 79»
muñes dotadas de una autoridad propia e independiente, en cierta
[Los problemas actuales, a la luz de Dios ] medida, de los gobiernos nacionales, se la podía considerar como
un ideal muy bello, sin duda, pero más o menos inaccesible.
Este anhelado lazo de unión, asegurado y sellado por la justicia
y la caridad, será irrompible—y ésta es la tercera exigencia que [Un paso adelante]
se presenta a vuestros miembros—si todos se sienten conscientes
de la única y sublime meta que todos y cada uno de vosotros pre-
Sin embargo, en 1952 los parlamentos de seis países de Europa oc-
tende alcanzar: la extensión entre los hombres del reino de Cristo,
cidental aprobaron la formación de la Comunidad Europea del Car-
de paz y salvación. Esta meta está en el orden divino de la creación.
bón y del Acero (C. E. C. A.), cuyos resultados se manifiestan ac-
Vosotros, que tendéis a ella, tenéis un carácter que os distingue
tualmente alentadores en el plano económico y social. La Comuni-
de los escritores ordinarios. Son problemas concretos, no de un
dad Europea de Defensa (C. E. D.), que había de agrupar los esfuer-
mundo ideal, sino de este mundo en que vivís aquí y ahora, y
zos de unificación en el plano militar y político, chocó, por el con-
donde lucháis y buscáis soluciones y os aferráis a ellas; pero nin-
trario, con vivas resistencias que la hicieron fracasar. Fué entonces
guna solución, lo sabéis, será adecuada o segura si no está mantenida
cuando muchos pensaron que las primeras esperanzas de llegar a
dentro de los límites claramente trazados por la infinita Verdad y
la unidad necesitarían mucho tiempo para renacer. En todo caso,
Bondad. La visión interior de cada uno debe, pues, elevarse de las
el momento de abordar de frente el problema de una comunidad
oscuras y confusas complejidades de un mundo pasajero para man-
supranacional no había llegado todavía, y hubo que replegarse sobre
tener firmemente a la vista la luz pura y blanca de la eternidad.
la fórmula de la Unión de la Europa Occidental (U. E. O.), que,
La prensa católica está ofrecida y consagrada a Dios con el ruego
además de la asistencia militar, tenía por objeto favorecer la colabo-
de que El se digne usarla como instrumento adecuado y efectivo
ración en el ámbito social, cultural y económico. Pero' como el prin-
para abrir a todos los hombres y facilitarles el camino a la vida
cipio de la decisión mayoritaria en el Consejo de ministros fué so-
eterna, que la sabiduría divina ha dicho que es conocerle a El, que
metido a estrechas limitaciones, y como la Asamblea no es capaz
es un solo Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien El envió.
de imponer su voluntad y de ejercer el control parlamentario, no se
A nuestro venerable hermano vuestro honorable presidente, la puede considerar como un fundamento suficiente para edificar
a todos nuestros venerables hermanos cuyo celo pastoral dirige y sobre ella una verdadera comunidad de Estados. Desde la prima-
alienta la prensa católica, a todos los miembros de vuestra asocia- vera de 1955 se tuvo el aliciente de lo que se ha dado en llamar «el
ción y a vuestros seres queridos, con un corazón lleno de alegría nuevo intento europeo» («la relance européenne»). Este desembocó
por vuestra devoción y éxito, y con afecto paternal, os damos nues- el 25 de marzo de 1957 en la firma de los tratados del Euratom y
tra bendición apostólica. del Mercado Común. Aun estando limitada al .campo económico,
esta nueva comunidad puede conducir, por. la extensión misma de
tal campo de acción, a afirmar entre los Estados miembros la con-
ciencia de sus intereses comunes, en primer lugar, y sin duda sobre
L A U N I D A D EUROPEA i el plano material solamente; pero si el éxito corresponde a las espe-
ranzas, esa comunidad podrá, en un segundo tiempo, extenderse
también a los sectores que respectan mayormente a los valores es-
Nos sentimos complacidos en recibiros, señores, con ocasión del pirituales y morales.
Congreso de Europa, reunido por iniciativa del Consejo Italiano
Vuestro Congreso ha mirado- con franqueza al futuro y ha exa-
del Movimiento Europeo. Habéis querido, mediante vuestros tra-
minado en primer lugar el punto decisivo del que depende la cons-
bajos, contribuir a reforzar la colaboración entre las organizaciones
titución de vina comunidad en sentido propio: el establecimiento de
y las fuerzas políticas con miras a constituir sin retraso la unidad
una comunidad política europea con un poder real que ponga en
de Europa.
juego su responsabilidad. Desde este punto de vista, el órgano eje-
Sabéis con qué solicitud Nos seguimos los progresos de la idea cutivo de la Comunidad Económica Europea (C. E. E.) representa
europea y de los esfuerzos concretos que tienden a hacerla penetrar un retroceso en relación con el de la Comunidad del Carbón y del
en los espíritus y a darle, según las actuales posibilidades, un co- Acero, donde la alta autoridad goza de poderes relativamente vastos
mienzo de realización. Aunque atravesando alternativas de éxito y no depende del Consejo de ministros sino en ciertos casos deter-
y de fracaso, esa idea ha ganado durante los últimos años mucho minados. Entre las tareas que os esperan ahora está en primer lugar
terreno. Pues aun desde que no encarnaba en las instituciones co- la ratificación, por los diveros parlamentos, de los referidos tratados
1
Discurso de Pío XII al Congreso de Europa en Roma (13 de junio de 1957). firmados en Roma en 25 de marzo; después habréis de buscar los
gg* ADDENDA
ADDENDA 81*
medios para atender a la potenciación del órgano ejecutivo en las
o la levadura que permite crecer y elaborar la masa, no es menos
comunidades existentes, para llegar, por último, a enfrentaros con cierto que este mismo mensaje permanece, hoy como ayer, el más
la constitución de un organismo político único. precioso de los valores de que es depositaría Europa, y es capaz
Habéis esjudiado también la cuestión de una política exterior de mantener en su integridad y en su vigor, a la vez que la idea
común y habéis observado a este respecto que, para ser aplicable y el ejercicio de las libertades fundamentales de la persona humana,
y para poder producir óptimos resultados, aquélla no supone ne- la función de la sociedad familiar y nacional, y de garantizar, en el
cesariamente que la integración económica sea ya un hecho. Una ámbito de una comunidad supranacional, el respeto hacia las dife-
política exterior europea común, susceptible, por otra parte, de ad- rencias culturales, el espíritu de conciliación y de colaboración, acep-
mitir diferenciaciones, según que se realice en el cuadro de este o de tando los sacrificios que implica y las obligaciones que impone. Nin-
• aquel otro organismo internacional, reposa igualmente sobre la con- gún programa de orden temporal cuaja en realidad sin suscitar, sin
ciencia de intereses comunes económicos, espirituales y culturales; crear por su misma realización, otras necesidades, otros objetivos.
ésta se hace indispensable en un mundo qvie tiende a agruparse en Las sociedades humanas se encuentran en u n continuo devenir,
bloques más o menos compactos. Afortunadamente no faltan pun- siempre a la búsqueda de una mejor organización, y a veces no so-
tos de apoyo para llevarla a la práctica en las instituciones europeas brevive más que desapareciendo y dando así lugar al nacimiento de
existentes, pero espera todavía un instrumento eficaz de elaboración formas de civilización trias luminosas y más fecundas. El cristianis-
y de aplicación. mo da a cada una un elemento de desarrollo y de estabilidad; dirige,
sobre todo, su marcha hacia adelante, en busca de un bien definiti-
vo, y presta la inmutable certeza de una patria que no es de este
[Europa y África] mundo y que sólo ella será la que conozca la unión perfecta, porque
nacerá de la fuerza y de la luz de Dios mismo.
Por último, habéis considerado los problemas de la asociación Auguramos de todo corazón que tal idea guíe siempre vuestras
de Europa y África, a las cuales el reciente tratado del Mercado Co- investigaciones y os permita soportar sin desaliento las fatigas, las
mún ha reservado un notable puesto. Nos parece necesario que Eu- amarguras, las desilusiones unidas a todas las empresas de tal relie-
ropa mantenga en África la posibilidad de ejercer su influencia edu- ve. Que podáis preparar a los hombres de este tiempo una morada
cadora e informativa y que a la base de esta acción aporte una ayu- terrena que se asemeje lo más posible al reino de Dios, al reino de
da material amplia y comprensiva que contribuya a elevar el nivel la verdad, de amor y de paz, al que aspiran aquéllos desde lo más
de vida de los pueblos africanos y a revalorizar las riquezas natura- profundo de su ser.
les de aquel continente. Así demostrará Europa que su voluntad de En prenda de los favores divinos que imploramos sobre vuestros
formar una comunidad de Estados no constituye un replegamiento trabajos, damos a vosotros, a vuestras familias y a todos los que os
egoísta, que no está determinado por un reflejo de defensa contra son queridos nuestra bendición apostólica.
las potencias exteriores que amenazan sus intereses, sino que pro-
cede, sobre todo, de movimientos constructivos y desinteresados.

EL NUEVO O R D E N E U R O P E O i
[El mensaje cristiano, valor el más precioso de Europa ]
Os acogemos con gusto, señores, y saludamos en vosotros a la
En la hora presente se percibe cada vez más la necesidad de la primera, y hasta aquí la única, institución parlamentaria europea
unión, así como la de poner pacientemente las bases sobre las que regularmente constituida por representantes de diferentes Estados.
habrá de apoyarse. La construcción avanza, alguna vez bien y algu- Nadie ignora con qué interés hemos seguido los esfuerzos de fede-
na vez mal, y a pesar de las tentativas para hacerla caer prosigue va- ración que se persiguen desde finales del último conflicto mundial,
lientemente. Vosotros tratáis de superar animosamente el estadio de y en particular el proyecto que había de conducir a la constitución
las realizaciones actuales para preparar desde ahora las piedras ne- de esta Comunidad Europea del Carbón y del Acero, dotada de
cesarias para el edificio de mañana. De ello nos alegramos, persua- verdaderos poderes gubernamentales en su propio campo. La idea
didos de que la inspiración que os anima procede de un sentimiento sobre ésta fué lanzada en el mes de mayo de 1950 «ton un espíritu
recto y generoso. Vosotros queréis procurar, con los mejores me- audaz y realizador a la vez, y al año siguiente un tratado signado por
dios posibles, a la Europa tantas veces desgarrada y ensangrentada, los seis países que vosotros representáis le daba su expresión; este
una cohesión duradera que le permita continuar su misión histórica. 1
Discurso de Su Santidad a la Asamblea de la Comunidad Europea del Carbón y del
Si es verdad que el mensaje cristiano fué para ella como el fermento Acero (C. E. C. A.) (4 de noviembre de 1957; texto francés en I.'Oiservatare Romano del 4-5).
82* ADDEXDA
ADDENDA 83*
tratado entraba en vigor el 25 de julio de 1952, y muy pronto los
primeros resultados económicos se dejaban sentir de forma favorable.
U n acontecimiento como la reunión de vuestro Parlamento en [Progresos sociales derivados de la C. E. C. A.]
Roma contribuirá, estamos seguros, a desarrollar el interés público
por las ventajas de una unidad más amplia que la de la nación en el Otra ventaja de la C. E. C. A. sobre la que queremos insistir es
sentido tradicional, y no dejará de atraerse la atención por el aumen- el progreso social que representa para los países interesados velando
to de la producción del carbón y del acero, por los precios más jus- por la mejora de las condiciones de vida de los trabajadores, asegu-
tos, debidos a la supresión de las barreras aduaneras y de las medi- rando el empleo de los obreros parados por consecuencia de una
das restrictivas; por la readaptación profesional de los trabajadores, mayor mecanización, manteniendo el nivel de salarios, procurando
la libre circulación de mano de al obra, cuyas primeras formas a los interesados indemnizaciones a plazo, de transferencia y de
acaban de entrar tan felizmente en vigor. adaptación técnica, procurando sitios destinados a crear nuevos pues-
Una necesidad económica vital obliga a los Estados modernos tos de trabajo o a construir viviendas para las familias obreras. Nos
de potencia media a asociarse estrechamente si quieren llevar ade- deseamos subrayar en particular la creación reciente de una carta
lante las actividades científicas, industriales y comerciales que con- de trabajo de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, que
dicionan su prosperidad, su verdadera libertad y su despliegue cul- permite a una primera categoría de obreros cualificados la libre circu-
tural. Pero hay todo un cúmulo de razones que invitan hoy a las lación de un país a otro. Este resultado, que puede parecer insigni-
naciones de Europa a federarse realmente. Las ruinas materiales y ficante al gran público, es en realidad el fruto de conversaciones la-
morales causadas por el último conflicto mundial han hecho perci- boriosas, obligadas por la diversidad de legislaciones del trabajo en
bir mejor la inanidad de las políticas estrictamente nacionalistas: la los países de la Comunidad, pero su valor simbólico y su importan-
Europa maltrecha y aminorada siente la necesidad de unirse y po- cia práctica no escapan a nadie. La igualdad de las condiciones so-
ner fin a las seculares rivalidades; ella ve los territorios antes some- ciales que aquélla debe establecer progresivamente entre obreros de
tidos a tutela llegar rápidamente a la edad de la autonomía; com- la misma categoría a través de la nueva Europa tendrá ciertamente
prueba que el mercado de primeras materias ha pasado de la esca- profundas repercusiones humanas, y Nos hacemos votos para que
la nacional a la escala continental; siente, en fin, y el mundo entero contribuya a aproximar los espíritus y los corazones en una verda-
con ella, que todos los hombres son hermanos y están llamados a dera fraternidad.
unirse en el trabajo para acabar con la miseria de la Humanidad,
para hacer cesar el escándalo del hambre y de la ignorancia. ¿Cómo Además de sus ventajas de orden principalmente material, la
osar todavía refugiarse en un proteccionismo de corto alcance cuan- obra de la Comunidad merece también llamar la atención en el
do la experiencia ha probado que semejantes medidas vienen, en campo de la información social. En efecto, la publicación regular de
definitiva, a dificultar la expansión económica y disminuyen los re- informaciones de primera mano obtenidas sobre la situación del mer-
cursos disponibles para mejorar la suerte de la Humanidad? cado de la producción, la posibilidad ofrecida a los sindicatos de
trabajadores para participar en las encuestas sobre los salarios den-
tro de las empresas, la financiación de investigaciones sobre la se-
guridad en el trabajo o sobre las enfermedades específicas, como la
[Los factores económicos por si solos no bastan ] silicosis de los mineros, constituyen muy notables servicios presta-
dos al mundo del trabajo y un título más para nuestra benevolencia.
Sería erróneo creer que el orden nuevo nacerá por sí mismo bajo No es que todo sea ya perfecto ni que todos los progresos re-
la sola presión de los factores económicos. La naturaleza humana, cientemente realizados puedan ser atribuidos a la C. E. C. A.; pero
debilitada por el pecado, no engendra más que el desorden si se la las iniciativas llevadas a cabo dentro del espíritu del tratado, por los
deja solamente a sus apetitos. Es necesario un derecho reconocido, organismos que ella anima, suscitan fructuosas experiencias y pro-
es necesario un poder capaz de hacerlo observar. Una de las venta- vocan intercambios que sin ella se hubieran retrasado no poco. In-
jas de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero es haber cluso ciertos reveses, por ejemplo, en la transferencia de la mano
probado su utilidad mediante tangibles resultados. La mayor esta- de obra de regiones económicamente menos favorecidas hacia otras
bilidad de los precios ha hecho contraer a los compradores y ven- que lo son más, han mostrado a expertos desinteresados la necesi-
dedores el hábito de comerciar sobre toda la extensión del mercado dad de una política económica más audaz, más comprensiva y de
y el clima de confianza que se ha creado proporciona la esperanza más largo alcance en favor de las regiones infradesarrolladas de
de que el tratado será pronto extendido a sectores cada vez más Europa.
vastos. Actualmente, en efecto, no puede asegurar más que u n equi-
librio parcial, porque una parte muy importante de los intercambios Una lección moral de energía y de paciencia se desprende de la
económicos escapan todavía a él. situación actual de la C. E. C. A., porque ésta no ha podido conducir
a los resultados sustanciales ya adquiridos más que gracias a una larga
84* ADDEKJÜA ADDBNDA 86»
preparación jurídica y técnica, a falta de la cual jamás hubiera triun- y tenaz, no se podrán flanquear nuevas etapas sin desplegar una
fado de las dificultades de todo orden que se le presentaron durante gran energía. Los resultados obtenidos nos permiten hacer un buan
los primeros meses. Hoy muchas preocupaciones que podían pare- augurio del futuro y los más sinceros votos por los trabajos de vues-
cer irreductibles se han calmado y se entrevé que el movimiento tra Asamblea. Los países de Europa que han admitido el principio
creado no puede ya detenerse, que es preciso, por tanto, entrar a de delegar una parte de su soberanía en un organismo supranacional
fondo en él y consentir los sacrificios temporales, sin los que no se entran, creemos, en una vía saludable, de donde puede salir para
conseguiría nada. ellos mismos y para Europa una vida nueva en Ijodos los órdenes,
un enriquecimiento no solamente económico y cultural, sino tam-
bién espiritual y religioso.
[El patrimonio cultural de Europa, base de. la anión ] Así, pues, invocamos sobre vuestra Asamblea la luz y la fuerza
de lo alto, en prenda de las cuales otorgamos de todo corazón a vos-
otros aquí presentes, a todos los que os son queridos y a quienes de-
Así, pues, es para Nos un gozo pensar en los puntos de orden seáis encomendar a nuestras oraciones, nuestra bendición apostólica.
espiritual y humano que pueden resultar de poner en común el pa-
trimonio tan rico de Europa. Cuando Nos hablamos de patrimonio,
empleamos a propósito una palabra de sentido muy amplio, que
comprende ante todo los valores intelectuales y morales. Es necesa- MUNICIPIO, ESTADO Y C O M U N I D A D DE NACIONES 1
rio, sin duda, basar la empresa de unión política sobre datos econó-
micos ciertos; pero es necesario contar también antes con el enrique-
cimiento y el estímulo que provocarán ciertamente el braceaje de El Congreso de la sección italiana del Consejo de Municipios de
culturas antiguas y profundas, el encuentro de temperamentos y de Europa, en el que han tomado parte también importantes delegacio-
tradiciones complementarias, la explotación común de un capital nes de otras secciones europeas, nos ofrece la ocasión de saludar en
de energías personales y sociales acumulado durante largos siglos vosotros, señores, a los representantes de uno de los principales mo-
de pacíficas conquistas: conquistas sobre las fuerzas de la Natura- vimientos que trabajan por construir una comunidad europea su-
leza, que han preparado, enriquecido y embellecido el territorio; pranacional. Es, vosotros lo sabéis, un título particular para nuestra
conquistas sobre la ignorancia y el error, que han dado nacimiento benevolencia y hemos querido dar de ello una nueva prueba aco-
a la cultura, a la ciencia y a la vida espiritual del Occidente. No se giendo el requerimiento de vuestra presidencia.
trata de abolir las patrias ni de fundir arbitrariamente las razas. El
amor de la patria deriva directamente de las leyes de la Naturaleza,
resumidas en el texto tradicional de los mandamientos de Dios: [La voz de las comunidades administrativas locales]
«Honra a tu padre y a tu madre, a fin de que tus días se prolonguen
sobre la tierra que te da el Señor, tu Dios» (Ex. 20,12). Sin embargo, La voz de las autonomías locales, sus aspiraciones y sus preocu-
el deber de reconocimiento a los méritos y los trabajos de los ante- paciones constituyen un elemento a la vez estimulante y ponderati-
pasados engendra muy a menudo una preferencia instintiva para vo en la elaboración de la unidad federal europea que se busca.
ciertas formas de vida y de pensamiento, una adhesión a privilegios Vuestra organización puede, en efecto, gracias a la multiplicidad de
que no tienen siempre o que no tienen ya razón de ser ante las nue- sus centros de acción, ejercer una propaganda muy eficaz en favor
vas obligaciones creadas por la evolución rápida y profunda del mun- de la idea federalista, y por ello apresurará, Nos lo esperamos, l<u»
do moderno. Entrar en una comunidad más vasta no se hace nunca decisiones de los Gobiernos y le proporcionará el apoyo de una opi-
sin sacrificios, pero es necesario y urgente comprender el carácter nión pública ilustrada.
ineluctable y, en definitiva, bienhechor. Por lo demás, se comprue- Pero no es menos importante el subrayar las consideración!»
ba a este respecto un feliz cambio en la opinión-pública, mejor in- que vuestro Consejo introduce con autoridad en los proyecto!» dr
formada ya gracias a la facilidad de los viajes, a la abundancia de la los Gobiernos. El carácter grandemente centralizador de las uncio-
documentación escrita y audiovisual, de la que cada uno puede apro- nes modernas, que tiene por consecuencia reducir excesivaim-ute
vecharse con menores gastos. Para favorecer esta apertura, la apor- las libertades de las comunidades locales y de los individuoH, OH re-
tación de un largo atavismo cristiano asegurará, con la ayuda de cuerda la primacía de los valores personales sobre los v;ilort:H eco-
Dios, la superación de interesados egoísmos, sin la que no hay unión nómicos y sociales: el bien común, con miras al cual fui CNlablccido
profunda y duradera. 1
Discurso de Su Santidad al III Congreso Nacional de la Asociai'ii'm Itntlunii para el
Del mismo modo que se ha llegado a acuerdos actualmente en * :onsejo de Municipios de Europa (texto francés en L'Osservatore Romane <li' 7 dff dliíembre
vigor al precio de largos esfuerzos y de una perseverancia flexible Je 1957)-
86* ADDENDA ADDKNDA 87"
él poder civil, culmina en la vida autónoma de las personas. Sólo más conveniente de las funciones del Estado y de los poderes lo-
una comunidad de intereses espirituales puede agruparse durade- cales en la administración civil, una rnás justa armonización de es-
ramente a los hombres. Es necesario, pues, constituir en la Europa fuerzos financieros de los municipios o comunas con las medidas
que se está haciendo una vasta y sólida mayoría de federalistas que generales tendentes al mejoramiento económico de las regiones in-
mantiene los principios de un sano personalismo—queremos decir fradesarrolladas o momentáneamente e n dificultad. La experiencia
una concepción de la sociedad civil—, en que las personas encuen- de vuestros especialistas y la importancia de los problemas sobre los
tran un desarrolla normal y sirven libremente a la comunidad. En que vosotros podéis adoptar posiciones comunes darán un peso con-
esta noción de servicio, un numerosísimo grupo de espíritus gene- siderable a la colaboración permanente qvie contáis con procurar a la
rosos puede estar de acuerdo, con tal que se le dé todo su sentido, organización racional de la nueva Europa.
á ejemplo del divino Maestro, que «no vino para ser servido, sino Por estas razones y por el espíritu q u e anima vuestras investiga-
para servir» (Mt. 20,28). ciones, nos sentimos gozosos de poder dirigiros nuestro aliento y
hacemos los más cordiales votos por el éxito de los proyectos en curso.
Que el Señor os ilumine y os sostenga sobre el camino de una
[Subordinación de intereses y egoísmos a objetivos más altos] fraternidad más vasta y más profunda. Nos lo pedimos instantemen-
te a su divina Providencia, otorgándoos a todos los aquí presentes,
Muy lejos de caer en un idealismo sin vigor, esta actitud es, por a vuestras familias, a vuestros municipios, nuestra bendición apos-
el contrario, la más realista posible, porque subordina los intereses tólica.
secundarios a los intereses superiores y acaba con el egoísmo y las
susceptibilidades demasiado fácilmente calificadas de «legítimas», ac-
titud, además, que no reivindica privilegios y accede a los necesarios
sacrificios; que no retrocede ante los largos esfuerzos y sabe aprove-
char los medios que se imponen.
Nos parece que vuestro Consejo, además de la experiencia ad-
quirida en la administración municipal, posee estas cualidades y
sabe hacerlas valer con fruto. Nos lo deseamos así en prueba de las
sabias resoluciones tomadas en relación con los tratados europeos
recientes y los problemas que retrasan todavía la unificación polí-
tica, tan vivamente deseada por vosotros. Sin duda es por esto por
lo que vuestras intervenciones encuentran una acogida favorable y
vuestros proyectos se presentan bajo los mejores auspicios.

[Datos para una unión municipal]

No contentos, en efecto, con promover la unión de los munici-


pios, que suscita numerosas simpatías y despierta amistades brillan-
tes, habéis fundado la Comunidad Europea de Crédito Comunal,
destinada a preparar la creación de un Instituto Europeo de Crédito
Comunal. Pero no se limitan a esto sus objetivos, sino que ambicio-
nan hoy obtener un estatuto jurídico internacional que, llegando así
a una comunidad económica europea de los poderes locales, podría
representar en las nuevas estructuras inauguradas por el Mercado
Común un órgano de consulta y de colaboración que defendería
eficazmente vuestros intereses.
Entre los problemas que interesarían a una institución de esta
clase se demuestra la necesidad de procurar a los organismos supe-
riores los datos estadísticos y técnicos que definiesen la situación
económica de las administraciones locales, el estudio de un reparto
CONCEPCIÓN CRISTIANA l>fi U\ VIDA l'ÚBUCA 8ü*
SUMARIO SISTEMÁTICO la justicia. La autoridad de los gobernantes queda revestida de
un cierto carácter sagrado y sobrehumano y frenada para que
de las tesis que se contienen en los documentos ni se aparte de la justicia ni degenere en abuso del poder. La
obediencia de los ciudadanos tiene como compañera insepa- '
pontificios acerca de la constitución cristiana rabie una honrosa dignidad, porque no es esclavitud de hom-
de la Sociedad y del Estado bre a hombre, sino sumisión a la voluntad de Dios, que ejerce
su poder por medio de los hombres. ID 8 (200).
h) ... una forma de civilización que contradiga abiertamente a la
santidad de la doctrina y de la legislación de la Iglesia es un mero
simulacro de civilización. ID 6 (47).
i) ... la virtud divina de la religión cristiana engendró los egregios
fundamentos de la estabilidad y del orden de los Estados.
D 2 (109-110).
j) ... la civilización no está por inventar, ni la ciudad nueva por
PRIMERA PARTE construir en las nubes. Ha existido, existe; es la civilización
cristiana, es la ciudad católica. No se trata más que de instau-
LA CONCEPCIÓN CRISTIANA DE LA VIDA PUBLICA rarla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales
y divinos. N C H 11 (408).
k) ... los preceptos cristianos son los más aptos para la conserva-
A) Existe u n «orden público cristiano».
ción del orden y para el bien de la sociedad política. N G 3 (145).
a) ... no se ha encontrado para constituir y gobernar el Estado I) Si las creencias religiosas han sido siempre y en todas partes
un sistema superior al que brota espontáneamente de la doc- como las bases de la moralidad de las acciones humanas y de
trina del Evangelio. I i (190)1. la constitución de toda sociedad bien ordenada... la religión
b) ... la doctrina de Cristo... «es, si se observa, la gran salvación católica... posee una eficacia superior. A M 7 (301).
del Estado». ID 11 (52). II) Las sociedades humanas se encuentran en un continuo devenir,
c) ... el orden cristiano... es esencialmente un orden de libertad..., siempre a la búsqueda de una mejor organización y a veces no
es el concurso solidario de los hombres y de los pueblos libres sobreviven más que desapareciendo y dando así lugar al naci-
para la realización progresiva, en todos los campos de la vida, miento de formas de civilización más luminosas y más fecun-
de los fines señalados por Dios a la Humanidad. N13 39 (993). das. El cristianismo da a cada una un elemento de desarrollo y
d) ... que todos los Estados reflejen la concepción cristiana... de la de estabilidad. PE 81*.
vida pública. I 23 (217). B) Es obra de la Iglesia.
e) La constitución [cristiana] del Estado... no menoscaba ni des-
dora la verdadera dignidad de los gobernantes. Y está tan lejos &) ... la Iglesia católica ha sido siempre la iniciadora, o la impul-
de mermar los derechos de la autoridad, que antes, por el con- sora, o la protectora de todas las instituciones que pueden con-
trario, los engrandece y consolida. ID 8 (199). tribuir al bienestar común del Estado. I 19 (212).
f) ... la constitución [cristiana]... presenta una gran perfección, de b) ... [la Iglesia] acepta con mucho gusto los adelantos que trae
la que carecen los restantes sistemas políticos... Los derechos consigo el tiempo... [Es una] calumnia [afirmar] que la Iglesia
de los ciudadanos son respetados como derechos inviolables y mira con malos ojos el sistema político moderno y que rechaza
quedan defendidos bajo el patrocinio de las leyes divinas, na- sin distinción todos los descubrimientos del genio contemporá-
turales y humanas. Los deberes de cada ciudadano son de- neo. I 19 (212).
finidos con sabia exactitud y su cumplimiento queda sancionado c) ... la Iglesia... puede... hacer servir al bien común las trans-
con oportuna eficacia. ID 8 (199-200). formaciones más profundas de la historia, aportar la verdadera
g) En la esfera política y civil [según la constitución cristiana] las solución a los problemas más complicados y promover el pri-
leyes se ordenan al bien común, y no son 'dictadas por el voto mado del derecho y de la justicia, que son los fundamentos más
y el juicio falaces de la muchedumbre, sino por la verdad y firmes de los Estados. PG 13 (336).
d)
1
Anotamos como referencia de cada tesis, después de la sigla del documento, el número ... no se levantará la sociedad si la Iglesia no pone los cimientos
marginal del mismo y la página en que puede hallarse la cita. y dirige los trabajos. N C H 11 (408).
Hemos destacado en cursiva la expresión que más directamente resume el contenido e
de la tesis. ) ... la Iglesia... no tiene que separarse del pasado, y... le basta
volver a tomar... los organismos rotos por la revolución y
90* mr sr.MARio SISTKMÁTICO DE TESIS CONClil'CIÓN CRISTIANA DE Í,A VIDA PÚBLICA 91*

adaptarlos, con el mismo espíritu cristiano que ios ha inspirado, sia, aparecen señales cada vez más evidentes y terribles de la
ni nuevo medio creado por la evolución material de In socie- corruptora falsedad del viejo paganismo. SP 23 (766).
dad contemporánea... N C H 44 (421). *') ... la masonería, constituida contra todo derecho divino y hir-
f) ... la Iglesia en su progreso sigue sin interrupción y sin descan- mano..., tan perniciosa para el Estado como para la religión
so el camino providencial de los tiempos y de las circunstancias. cristiana. H 4 (160).
Tal es el sentido profundo de su ley vital de continua adapta- g) Personificación permanente de larevolución, [la masonería] cons-,
ción, que algunos, incapaces de elevarse a esta magnífica con- tituye una especie de sociedad al revés. AI 26 (366).
cepción, han interpretado y presentado como oportunismo.
SC2 12 (924). E) El retorno al cristianismo, remedio de los males públicos.
g) ... el Pontífice Romano es en la ¡.ierra el guardián y el defensor a) ... en el loco intento de emanciparse de Dios, la sociedad civil
de las normas inmutables de la moral y de la justicia. ID 3 (45)1- rechazó lo sobrenatural y la revelación divina, substrayéndose
así a la vivificante eficiencia del cristianismo, es decir, a la más
C) F o r m u l a r doctrina n o es hacer política 2 . sólida garantía del orden, al más poderoso vínculo de fraterni-
a) ... es necesario separar... en nuestra apreciación intelectual la dad, a la fuente inexhausta de las virtudes individuales y pú-
religión y la política, que son diferentes por su misma natura- blicas; y depende de esta bosquejada apostasía el trastorno de
leza específica. CM 3 (132). la vida práctica. AI 19 (359).
b) ... equivocada opinión de los que mezclan y como identifican la b) Al seno del cristianismo debe, por, tanto, retornar la sociedad
religión con un determinado partido político. C M 3 (131). extraviada si quiere el bienestar, el reposo, la salud. AI 19 (359).
c) ... querer complicar a la Iglesia en querellas de política parti- c) Así como el cristianismo no entra en las almas sin mejorarlas,
dista... constituye un abuso muy grave de la religión. S 15 (282). de la misma manera no entra en la vida pública de un Estado
d) ... no es de competencia suya [de la Iglesia] la declaración de la sin vigorizarlo en el orden; con la idea de un Dios providente,
mejor forma de gobierno ni el establecimiento de las institu- sabio, infinitamente bueno e infinitamente justo, hace penetrar
ciones rectoras de la vida política de los pueblos cristianos. en las conciencias el sentimiento del deber, endulza los sufri-
S 15 (282). mientos, calma los rencores, inspira el heroísmo. AI 19 (359-
e) ... actividades que, si bien no le son contrarias, caen fuera de! 360).
campo de la Acción Católica, como serían las actividades de d) Aplicando la doctrina de su Divino Fundador, mantiene con
partidos políticos y las de orden puramente económico-social. ponderado equilibrio lo justo en todos los derechos y en todas
FC 41 (743)- las prerrogativas de la colectividad social. Y la igualdad que
proclama, conserva intacta la distinción de los varios órdenes
D) Yerran quienes se apartan de la concepción cristiana. sociales, exigidos evidentemente por la naturaleza; la libertad
a) Son muchos los que se han empeñado en buscar la norma cons- que proporciona, a fin de impedir la anarquía de la razón eman-
titucional de la vida política al margen de las doctrinas apro- cipada de la fe y abandonada a sí misma, no lesiona los dere-
badas por la Iglesia católica. I 1 (190). chos de la verdad, que son superiores a los de la libertad; ni
b) • ... todo el ordenamiento jurídico, las instituciones, las costum- los derechos de la justicia, que son superiores a los del número
bres, las leyes, los cargos del Estado, la educación de la juven- y de la fuerza; ni los derechos de Dios, que son superiores .i
tud, quedan al margen de la Iglesia como sí ésta no existiese. los del hombre. AI 19 (360-361).
L 27 (256). e) ... no hay más que un solo remedio...: volver a un verdadero
c) ... [afirmar] la existencia de una conciencia política opuesta a cristianismo en el Estado y entre los Estados. N7 32 (910).
ta conciencia de la Iglesia, I G D 1 (432).
d) ... cambiar las bases naturales y tradicionales de la sociedad
y... prometer una ciudad futura edificada sobre oíros princi-
pios, que ellos tienen la osadía de declarar más fecundos, más
beneficiosos que los principios sobre los cuales reposa la ciudad
cristiana actual. N C H 10 (408).
e) ... donde el laicismo logra sustraer al hombre, a la familia y al
Estado del influjo benéfico y regenerador de Dios y de la Igle-
J
1
Cf. además sexta parte, C.
Cf. sexta parte, H.
92* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS FUNDAMENTOS DEL ORDEN SOCIAL V POLÍTICO B.'J*

de lo eterno y de lo divino... el resultado final... 110 será ya


la adhesión al deber, sino más bien la deserción. MBS 34
SEGUNDA PARTE (657-658).
g) ... Estado... no puede prosperar ni lograr estabilidad prolon- .
gada si desprecia la religión, que es la regla y la muestra su-
LOS FUNDAMENTOS DEL ORDEN SOCIAL Y prema del hombre para conservar sagradamente los derechos v
POLÍTICO: RELIGIOSOS, MORALES, JURÍDICOS las obligaciones. VN 2 (385).
2. De la autoridad.
I. FUNDAMENTO RELIGIOSO
a) La religión se insinúa por su propia fuerza en las almas, do-
A) Dios, autoridad universal. blega la misma voluntad del hombre... no sólo por estricta
obediencia, sino también por la benevolencia de la caridad.
a) ... por encima de toda otra realidad está el sumo, único y D 18 (123-124).
supremo Ser, Dios, Creador omnipotente de todas las cosas, b) La religión es sumamente provechosa para esa libertad [la ver-
juez sapientísimo de todos los hombres. DR 26 (685). dadera] ... e impone con la máxima autoridad a los gobernan-
b) De la vida individual y social hay que ascender hasta Dios, tes la obligación de no olvidar sus deberes..., a los ciudadanos
causa primera y fundamento último, como Creador de la pri- la sumisión a los poderes legítimos... prohibiendo toda revolu-
mera sociedad conyugal, fuente de la sociedad familiar, de la c i ó n / L 17 (245-246).
sociedad de los pueblos y de las naciones. N4 8 (843). c) ... demuestra la experiencia que la autoridad de los hombres
c) Nadie puede poner límites o condiciones a este poder legisla- perece allí donde la religión es desterrada. AB q (448).
tivo de Dios sin quebrantar la obediencia debida a Dios. d) ... cuando los que gobiernan los Estados desprecian la autori-
L 13 (240-241). dad de Dios, suelen los pueblos burlarse de ellos. AB q (448).
d) ... los hombres están bajo la autoridad de Cristo, tanto consi-
derados individualmente como colectivamente. Q P 8 (504). 3. Del bienestar público.
e) ... incurriría en un grave error el que negase a la humanidad a) ... si se quita la religión, por fuerza ha de vacilar también la
de Cristo el poder real sobre todas y cada una de las realidades firmeza de aquellos principios que son el principal sostén del '
sociales y políticas. Q P 8 (503). bienestar público y reciben su mayor vigor de la religión. CM 2
(131).
B) La religión, base del Estado 1. bj La prosperidad de un Estado no puede lograrse si se ahoga en
1. Del orden social. ese Estado la influencia de la religión. N G 3 (144).
c) Para el aumento de bienes espirituales que han de procurar a
a) c 8 «los reinos descansen sobre el fundamento de la fe».
... que

b)
°~ . ^):
... sin religión es imposible un Estado bien ordenado. I 15 (208).
la sociedad los gobernantes... nada hay ni puede haber más
adecuado que las leyes establecidas por el mismo Dios. L 14
(242). .
c) ... las creencias religiosas han sido siempre y en todas partes d) ... si se quiere llegar... a la mayor suma de bienestar posible
como las bases... de la constitución de toda sociedad bien or- para la sociedad y para cada uno de sus miembros por medio
denada. A M 7 (301). de la fraternidad o, como también se dice, por medio de la
dj ... debilitada y perdida la fe en Dios y en el Divino Redentor solidaridad universal, es necesaria la unión de los espíritus en
y apagada en las almas la luz que brota de los principios uni- la verdad, la unión de las voluntades en la moral, la unión de
versales de moralidad, queda inmediatamente destruido el único los corazones en el amor de Dios y de su Hijo, Jesucristo
e insustituible fundamento de estable tranquilidad en que se N C H 24 (413).
apoya el orden interno y externo de la vida privada y pública,
que es el único que puede engendrar y salvaguardar la pros- C) No basta la fuerza.
peridad de los Estados. SP 25 (767). a) ... la fuerza sin el apoyo de la religión es Sumamente débil.
e) ... la religión y sola la religión puede crear el vínculo social. S 2 (266).
Ella sola basta para mantener sobre fundamentos sólidos la b) Más a propósito para engendrar la esclavitud que la obedien-
paz perfecta de un pueblo. A M 5 (300). cia, la fuerza lleva en si misma los gérmenes de las grandes
f) Si al que es llamado a las empresas más arduas, al sacrificio... perturbaciones sociales. S 2 (266).
en bien de la comunidad se le quita el apoyo moral que le viene c) Por la violencia se sujetan los cuerpos, mas no los espíritus
1
Of. cuarta parte, B. AB 9 (448).
ITNDAMENTOS D í a ORDEN SOCIAL V POLÍTICO Itíi 1
94* SUMARIO SISTEMÁTICO DK I B S I S

d) ... la eficacia del castigo no es tan grande que pueda conservar /) Una doctrina o construcción social que niegue esa interna \
ella sola el orden en los Estados. El miedo... «es un fundamento esencial conexión con Dios de todo cuanto se refiere al hombre
débil, porque los que se someten por miedo, cuando ven la o prescribe de ella... N 4 10 (843).
ocasión de escapar impunes, se levantan contra los gobernan- ¡') ... toda norma de vida social que se apoye sobre un funda-
tes con tanta mayor furia cuanto mayor ha sido la sujeción mento exclusivamente humano, se inspire en motivos meramente
forzada impuesta únicamente por el miedo» (SANTO TOMÁS, De terrenos y haga consistir toda su fuerza en la sanción de una
regimine principum, 1,10). D 18 (123). autoridad puramente externa. SP 41 (775-776).
e) ... «El miedo exagerado arrastra a muchos a la desesperación, h) . . . e l aspecto político excluye toda consideración ética y reli-
y la desesperación se lanza audazmente a las más atroces revo- giosa. N 4 12 (844).
luciones». (SANTO TOMÁS, De regimine principum, 1,10). D 18 i) . . . q u e la sociedad humana sea constituida y gobernada sin-
(123)- consideración alguna a la religión. Q C 3 (8).
f) Ningún poder coercitivo del Estado, ningún ideal puramente íJ ... apartar y separar por completo la política de la religión que-
terreno, por grande y noble que en sí sea, podrá sustituir por riendo que nada tenga que ver la una con la otra y juzgando
mucho tiempo a los estímulos tan profundos y decisivos que que no deben ejercer entre sí influjo mutuo alguno. CM 2 (131).
provienen de la fe en Dios y en Jesucristo. MBS 34 (657). k) ... sólo en la naturaleza hay que buscar el origen y la norma
de toda verdad. S 5 (271).
D) Sujeción a la L e y divina.
1) ... separar el poder político ele toda relación con Dios. SP 39
a) ... deberá levantarse el nuevo orden del mundo sobre el in- (775)-
concuso y firme fundamento del Derecho natural y de la reve-
lación divina. SP 60 (787).
II. FUNDAMENTO MORAL
b) Y esa exigencia de una obediencia absoluta [al Creador] se
extiende a todas las esferas de la vida, en las que las cuestio- A) Sujeción a la ley moral.
nes de orden moral exigen la conformidad con la ley divina y,
por esto mismo, la armonía de los mudables ordenamientos a) ... es necesaria... una norma universal de rectitud moral.., en
humanos con el conjunto de los inmortales ordenamientos di- la vida política y en las mutuas relaciones internacionales.
vinos. MBS 14 (649). SP 20 (764).
c) ... la política orientada hacia las eternas verdades y las leyes de b) ...regular la vida pública según las prescripciones de aquel
Dios es la más real y concreta de las políticas. N7 32 (910). orden inmutable que se apoya y es regido por principios univer-
sales. SP 44 (777).
E) Tesis erróneas del laicismo. c) Este nuevo orden... ha de alzarse sobre la roca indestructible
a) ... es totalmente contraria a la naturaleza la pretensión de que e inmutable de la ley moral, manifestada por el mismo Creador
no existe vinculo alguno entre el hombre y el Estado y Dios, mediante el orden natural y esculpida por El en los corazones
Creador v, por tanto, Legislador supremo y universal. L 12 de los hombres con caracteres indelebles. N3 17 (832).
(230). d) El Estado es... u n organismo fundado sobre el orden moral del
b) ... [liberales que] rechazan... las normas de dogma y moral que, mundo. PC 7 (1090).
superando la naturaleza, son comunicadas por el mismo Dios, e) ... suprimidos los frenos del deber y de la conciencia, no queda
o pretenden que no hay razón alguna para tenerlas en cuenta más que la fuerza..., incapaz para dominar por sí sola las pa-
sobre todo en la vida política del Estado. L 26 (256). siones desatadas de las multitudes. L 12 (240).
c) ... las leyes divinas deben regular la vida y la conducta de los J) ... la severidad de las leyes resultará infructuosa mientras los
particulares, pero no la vida y conducta del Estado. L 14 (241). hombres no actúen movidos por el estímulo del deber y por
d) ... es lícito en la vida política apartarse de los preceptos de la saludable influencia del temor de Dios. D 18 (123).
Dios y legislar sin tenerlos en cuenta para nada. L 14 (241-242). g) La razón demuestra y la historia confirma este hecho: la liber-
e) ... donde el Estado se ajusta por completo a los prejuicios del tad, la prosperidad y la grandeza de un Estado están en razón
llamado laicismo..., donde el laicismo logra sustraer al hombre, directa de la moral de sus hombres. I. 17 (24Í>).
a la familia y al Estado del influjo benéfico y regenerador de
Dios y de la Iglesia [aparecen] señales cada vez más evidentes B) Moral fundada en la religión.
y terribles de la corruptora falsedad del viejo paganismo. a) Es necesario que la norma de nuestra vida se ajuste... no sólo
SP 23 (766). a la ley eterna, sino también a todas y cada una de las demás
leyes que Dios... ha comunicado. L 13 (241).
96* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS FUNDAMENTOS DEL ORDEN SOCIAL Y POLÍTICO 97*

b) Sobre la fe en Dios, genuina y pura, se funda la moralidad del llega necesariamente el momento en que aparece triunfante
género humano. MBS 34 (657). aquella ineluctable ley que tira todo... cuando la grandeza dei
c) ... la religión, el principal fundamento de la justicia y de la éxito alcanzado no responde en su vigor interior a las normas
virtud. Al 10 (353). de una sana moral. SP 43 (776).
d) ... la ley moral... esculpida por El en los corazones de los hom- 2. La moral independiente.
bres con caracteres indelebles. N3 17 (832).
e) ... la existencia de una ley natural común a todos los hombres a) ... no hay en la vida práctica autoridad divina alguna a la que
haya que obedecer: cada ciudadano es ley de sí mismo [según
y a todos los pueblos, de la cual derivan las normas del ser,
el racionalismo]. L 12 (238).
del obrar y del deber. 1P 13 (1044).
b) ... moral independiente que, apartando a la voluntad, bajo pre-
G) Moral objetiva de directrices eternas. texto de libertad, de la observancia de los preceptos divinos,
concede al hombre una licencia ilimitada. L 12 (238).
a) ... las directrices eternas de una doctrina moral objetiva para c) ... independiente apariencia de moral puramente civil..., inde-
la formación de las conciencias y para el ennoblecimiento de pendiente..., la cual, prescindiendo de la razón eterna y de los
la vida en todos sus planos y ordenamientos. MBS 34 (658). divinos mandamientos, lleva... a... constituir al hombre ley de
bj ... la idea de moralidad implica... un orden de dependencia sí mismo. AI 10 (353).
con relación a la verdad. A M 6 (300). d) ... los intentos de separar la doctrina del orden moral de la
c) ... ideales naturales de la veracidad, justicia, cortesía y coope- base granítica de la fe, para reconstruirla sobre la arena move-
ración al bien. N2 26 (822). diza de las normas humanas, conducen, pronto o tarde, a los
d) ... existen... relaciones de causa y de efecto entre el mundo individuos y a las naciones a la decadencia moral. MBS 34 (657).
moral y el mundo económico; deben aquéllas ser ordenadas de e) ... desgajar... la doctrina moral... de la verdadera fe en Dios
modo que la primacía quede atribuida al primero; es decir, al y de las normas de la revelación divina. MBS 35 (658).
mundo moral le corresponde imbuir autorizadamente con su es-
píritu la misma economía social. N 16 21 (1031). 3. La moral utilitaria.
e) ... la moralidad... entra como componente en todos los actos a) ... la moral como el orden jurídico serían una simple emana-
humanos. A M 6 (300). ción exclusiva del sistema económico... mudable y caduca.
f) ... los altos cargos políticos del Estado y todos los funcionarios DR 12 (677).
públicos de la Administración deben cumplir sus deberes por b) ...la economía, con su capacidad aparentemente ilimitada de
obligación de conciencia. DR 82 (719-720). producir bienes innumerables y con la multiplicidad de sus
g) ... la unidad interna, con su multiformidad, depende del pre- relaciones, ejerce sobre muchos contemporáneos una fascina-
dominio de las fuerzas espirituales, del respeto a la dignidad ción superior a sus posibilidades y en campos extraños a ella.
humana en sí y en los demás, del amor a la sociedad y a los N 1 6 19 (1030).
fines que Dios le ha señalado. N4 18 (845). c) Sería erróneo creer que el orden nuevo nacerá por sí mismo
bajo la sola presión de los factores económicos. La naturaleza
D) Errores sobre la base m o r a l del Estado. humana, debilitada por el pecado, no engendra más que el
1. La base moral no existe. desorden si se la deja solamente a sus apetitos. Es necesario
un derecho reconocido, es necesario un poder capaz de hacerlo
a) ... el aspecto político excluye toda consideración ética. N4 12
observar. CE 82*.
(844).
b) En nuestros días, sin embargo, las disensiones... provienen... 4. Moral patriótica.
de una profunda perturbación de la conciencia interior, que ha a) ... la violación de un juramento... o una acción perversa y cri-
trastornado temerariamente los sanos principios de la moral minal... lícitas... por amor a la patria. SY 64 (34).
privada y pública. SP 26 (767-768).
c) ... desviar del sendero moral al Estado y su poder... y desatar- E) Fundamento moral del orden internacional. (Cf. parte un-
los del vínculo eminentemente ético que les une a la vida in- décima.)
dividual. N4 55 (853).
d) ... a veces el poder público, aunque apoyado sobre fundamen-
tos tan débiles y vacilantes [el derecho humano sin dependen-
cia alguna del divino], puede conseguir, por casualidad y por
la fuerza de las circunstancias, ciertos éxitos materiales..., pero
thutr pontit. 2
98* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS FUNDAMENTOS DEL ORDEN SOCIAL V POLÍTICO 99*

y. El éxito.
III. FUNDAMENTO JURÍDICO I a) La injusticia de un hecho coronada con el éxito no perjudica
( en nada a la santidad del derecho. SY 61 (34).
A) El derecho y la justicia, fundamentos del Estado.
4. La fuerza.
a) ... el primado del derecho y la justicia, que son los f,' H a) ... la fuerza crea el derecho. N2 28 (822).
tos más firmes de los Estados. Pg I 3 (JJ-J °S fundamen- b) ... la fuerza y el éxito no legitiman los abusos ni constituyen
b) ... la civilización se apoya en los principios eternos de la por sí mismos el derecho; ... el derecho debe prevalecer sobre
verdad y en las leyes inmutables del derecho y de la justicia la fuerza. IP 16 (1046).
cf ... la ley y el derecho no son más que instrumentos en manos
c) ... vital conexión entre el genuino orden social y un eemuno
de los círculos dominantes. P O 20 (973).
ordenamiento jurídico. N4 18 (845).
B) Derivan de la religión y de la moral. D) El derecho natural, base de todo ordenamiento positivo.

a) [Es errado] desgajar... los mismos fundamentos del derecho y 1. Se funda en Dios y la ley eterna.
de su aplicación de la verdadera fe en Dios y de las normas a) ... la ley natural es la misma ley eterna, que, grabada en los
de la revelación divina. MBS 35 (658). seres racionales,' inclina a éstos a las obras y al fin que les son
b) Los pueblos que pierden el temor de Dios quitan su base fun- propios; ley eterna que es, a su vez, la razón eterna de Dios,
damental a la justicia. N G 3 (144). Creador y Gobernador de todo el universo. L 6 (232).
b) Esta ley natural tiene su fundamento en Dios, Creador omni-
c) ... el ordenamiento jurídico, una refracción externa del orden
potente y padre de todos. SP 21 (764-765).
social querido por Dios, luminoso fruto del espíritu huma-
c) ... derecho natural, impreso por el dedo mismo del Creador en las
no. N4 18 (846),
tablas del corazón humano, y que la sana razón humana, no
C) Postulados erróneos sobre el orden jurídico. obscurecida por pecados y pasiones, es capaz de descubrir.
1. Positivismo, separación entre ley y moralidad... MBS 35 (658).
a) ...positivismo jurídico, que atribuye una engañosa majestad d} ... los preceptos de derecho natural incluidos en las leyes hu-
a la promulgación de leyes puramente humanas...; separación manas no tienen simplemente el valor de una ley positiva, sino
entre la ley y la moralidad...; el instinto jurídico, como último que, además y principalmente, incluyen un poder mucho más
imperativo...; considerar al Estado o a la clase... una entidad alto y augusto que proviene de la misma ley natural y de la
absoluta y suprema. N4 17 (845). ley eterna. L 7 (233).
2. Es claro, preciso e inexhausto.
2. Utilitarismo.
a) «Derecho es lo que es útil a la nación». MBS 35 (658). a) ... solicitud constante de la Iglesia el suscitar, mantener des-
pierto, hacer eficaz el conocimiento del derecho natural; no
b) ... se reivindica una autonomía jurídica regida únicamente por de un vago, sino de un claro y bien determinado derecho natu-
razones utilitarias. SP 42 (776)- T „ f o„\ ral. IP 19 (1047).
c) ... la utilidad es la base y la regla d e l d e r e d . ^ *8 (822). b) ... una transformación de las condiciones económicas y socia-
d) ... confundir el interés y el derecho. MBS 35 (659). les (e incluso a veces políticas) exige también nuevas formas de
Materialismo. los postulados del derecho natural. IP 16 (1046).
Los hechos. . „ todos los hechos c) ... las normas objetivas del derecho, del derecho divino natu-
a. tal
ral, que garantiza a la vida jurídica de los hombres la autono-
a) El derecho consiste en el hecno mía requerida por una viva y segura adaptación a las condi-
tienen fuerza jurídica. SY 59 (33)- ciones de cada tiempo. P O 20 (973).
p. La economía. . gerían u n a simple emana- <l) ..el derecho natural es algo distinto de una regla puramente
negativa, de una frontera cerrada para las usurpaciones de la»
legislación positiva, de un simple ajuste técnico a las circuns-
tancias... en el derecho natural [está] e! alma de esa legislación
positiva, alma que le da forma, sentido y vida. N E 7 (978).
pontificios sobre cuestiones wf£*-£do excluidos del presen
del tema que, por consiguiente, han
FUNDAMENTOS UILL OJiDKN SOCIAL V l'oUTICO 101*
100* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS
del mandato y en la obligación que implica el cumplirlo.
3. El derecho positivo debe conformarse con él.
MBS 35 (658).
a) La ley no es otra cosa que una ordenación de la recta razón, b) ...esta majestad del derecho positivo humano es inapelable
promulgada por la autoridad legítima para el bien común. únicamente cuando ese derecho se conforma... al orden abso-
S 3 (269). luto establecido por el Creador e iluminado... por la revelación
b) ... reglas peculiares de la convivencia social, determinadas se- del Evangelio. N5 30 (879).
gún la razón y promulgadas por la legítima potestad, consti- c) Si... una ley establecida por una autoridad... es contraria a la
tuyen el ámbito de la ley humana propiamente dicha. L 7 (234). recta razón y perniciosa para el Estado, su fuerza legal es nula.
c) ... la eficacia de las leyes humanas consiste en su reconocida L 7 (235)-
derivación de la ley eterna y en la sanción exclusiva de todo d) Pero si la legislación está en abierta oposición con el derecho
lo que está contenido en esta ley eterna. L 7 (234-235). divino, injuria a la Iglesia y contradice a los deberes religiosos...,
dj ... siendo la función de la ley imponer obligaciones y atribuir entonces, en todos esos casos, la resistencia es un deber; la ,
derechos, la ley se apoya por entero en la autoridad. L 6 (232). obediencia, un crimen. S 3 (270).
e) ...hay algunas [leyes humanas] cuyo objeto consiste en lo e) ... la Iglesia ha recibido de_Dios el encargo de oponerse a la
que es bueno o malo por naturaleza... El origen de estas leyes legislación cuando las leyes positivas son contrarias a la reli- ,
no es en modo alguno el Estado..., son anteriores a la misma gión. S 16 (284).
sociedad y su origen hay que buscarlo e ^ la ley natural y, por f) ... ningún Estado, ninguna comunidad de Estados... puede dar
tanto, en la ley eterna... En esta clase de leyes la misión del un mandato positivo o una positiva autorización de enseñar
legislador civil se limita a lograr, por medio de una disciplina o de hacer lo que sería contrario a la verdad religiosa o al bien
común, la obediencia de los ciudadanos. L 7 (233-234), moral,,, no tendrían fuerza obligatoria v quedarían sin valor.
f) ...otras disposiciones... proceden del derecho natural... re- PC 14 (1012).
mota e indirectamente, determinando una variedad de cosas „
que han sido reguladas por la naturaleza de un modo general E) Errores sobre el derecho natural.
y en conjunto. Así, por ejemplo, la naturaleza ordena que los
ciudadanos cooperen con su trabajo a la tranquilidad y pros- 1. Niegan la dependencia del derecho natural.
peridad públicas. Pero la medida, el modo y el objeto de estai a) ... las leyes civiles pueden y deben separarse de la autoridad
colaboración no están determinados por el derecho natural, divina. SY 57 (33).
sino por la prudencia humana. L 7 (234). b) ... es absolutamente contrario a la naturaleza que pueda líci-
g) ... la ley natural es la sólida base común de todo derecho y de tamente el Estado despreocuparse de esas leyes divinas o esta-
todo deber, el lenguaje universal necesario para cualquier acuer- blecer una legislación positiva que las contradiga. L 14 (242).
do ; es aquel tribunal supremo de apelación que la humanidad c) ...se rechaza la dependencia del derecho humano respecto del
ha deseado siempre para poner fin a los eventuales conflictos. derecho divino..., no se apela más que a tina apariencia incierta
1P 13 (1044). y ficticia de autoridad terrena. SP 42 (776).
h) Las leyes humanas que están en oposición insoluble con el d) ... el mismo derecho humano pierde necesariamente, en el agi-
derecho natural adolecen de un vicio original que no puede tado quehacer de la vida ordinaria, su fuerza interior sobre los
subsanarse ni con las opresiones ni con el aparato de la fuerza espíritus [allí donde se rechaza su dependencia del derecho
externa. MBS 35 (658). divino]. SP 42 (776).
i) ... lo que en cada hombre hacen la razón y la ley natural, esto e) ...ni es... necesario que las leyes humanas se conformen con
mismo hace en los asociados la ley humana, .promulgada para el el derecho natural. SY 56 (33).
bien común. L 7 (233). f) ...derecho nuevo... contrario en muchas de sus tesis no sola-
j) ... que el juez al dictar una sentencia se sienta ligado por la mente al derecho cristiano, sino incluso también al derecho
ley positiva y obligado a interpretarla fielmente no tiene nada natural. I 10 (204).
de incompatible con el reconocimiento del derecho natural; 2. Fundan el derecho en la voluntad del pueblo1.
más aún, es ésta una de sus exigencias. P O 2 0 (974).
a) ... la voluntad del pueblo..., ley suprema, independiente de todo
4. Sólo entonces es legítimo el derecho positivo1. derecho divino. QC 4 (9).
a) A la luz de las normas de este derecho natural puede ser va- b) ... la razón colectiva debe ser para todos la única regla norma-
lorado todo derecho positivo, cualquiera que sea el legislador, tiva en la esfera de la vida pública. L 12 (238).
en su contenido ético y, consiguientemente, en la legitimidad 1
Cf. decuria parte.
1
Cf. novena parte, II, C.
102» SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS
LA SOCIEDAD CIVIL I0,v
c) ... toda actividad social es por naturaleza subsidiaria; debe s«,
c) Las leyes... en vez de ser la razón escrita, representan sólo la
fuerza numérica y la prevalente voluntad de un partido político. vir de sostén a los miembros del cuerpo social y no destruirl,,
AI 12 (355)- y absorberlos. SC 2 9 (923).
d) ... sustituir la ley divina... por un programa político de partido. d) ... la sociedad..., medio para el pleno desenvolvimiento del,^,
DR 32 (690). facultades individuales y sociales. MBS 35 (659).
e) ... la ley, reguladora..., queda abandonada al capricho de una 2. Su misión inmediata, procurar el bien común.
mayoría numérica. L 12 (239). a) ... el bien común de la sociedad es superior a cualquier otro ir^
teres, porque es el principio creador, es el elemento conserva
dor de la sociedad humana. N C 11 (315).
b) ... después de Dios, el bien común es la primera y última ley
TERCERA PARTE de la sociedad. A M 23 (306).
3. Su fin mediato, servir a la persona.
LA SOCIEDAD CIVIL. LOS CUERPOS INTERMEDIOS a) Origen y fin esencial de la vida social ha de ser la conserva-
ción, el desarrollo y el perfeccionamiento de la persona humana.
I. L A SOCIEDAD CIVIL, COMUNIDAD NATURAL N 4 8 (843).
b) ... la sociedad misma tiene su origen próximo y su fin en el
A) Su origen está en Dios. hombre completo, en la persona humana, imagen de Dios. SG 2
a) Los hombres gozan de libre voluntad, pero han nacido para 17 (926).
formar una comunidad natural. D 8 (115). c) ... [la sociedad] civil... es la única que puede proporcionarle
b) ... Dios autor de la naturaleza... manda que los hombres vivan [al hombre] la perfecta suficiencia para la vida. I 2 (191).
en sociedad civil. D 7 (113). d) ... en la sociedad hallen su desenvolvimiento todas las cualidades
c) ... los hombres nacen ordenados a la sociedad civil por volun- individuales y sociales insertas en la naturaleza humana. DR ,
tad de Dios. H 17 (175). 29 (687).
d) Dios ha ordenado... que el hombre tienda espontáneamente e) ... el hombre busca en la tranquilidad del orden público, fin
a la sociedad civil, exigida por la propia naturaleza. DR 29 inmediato de la sociedad civil, el bienestar y, sobre todo, los
(686-687). medios necesarios para perfeccionar su vida moral... en el co-
e) ... la Providencia de Dios ha dispuesto que el hombre nazca nocimiento y práctica de la virtud. S 16 (283).
inclinado a la unión y asociación con sus semejantes. I 2 (191). f) ... sociedad civil... para mejor proveer a su bienestar material
[de los individuos, familia y... principalmente] procurar por
B) Sus normas son inmutables. medio de ella el beneficio supremo que es el perfeccionamiento
moral a los ciudadanos. A M 5 (300).
a) ... la vida social,en su ideal y en su fin,posee,a la luz de la re-
velación y de la razón, una autoridad moral y un carácter ab- gy ... en cualquier cambio o transformación, el fin de toda vida
soluto, que se hallan por encima del mudar de los tiempos. social permanece idéntico, sagrado y obligatorio: el desarrollo
de los valores personales del hombre como imagen de Dios
N 4 8 (843). N 4 16 (845).
b) Las últimas, lapidarias, fundamentales normas de la sociedad
no pueden ser violadas por obra del ingenió humano..., nunca D) Posee unidad orgánica.
se podrán abrogar con eficacia jurídica. N4 15 (845). 1. Respeta la diversidad.
C) Su fin, servir a la persona humana. a) El orden base de la vida social de los hombres... debo ser la
1. La sociedad, medio y no fin del hombre. tendencia y la realización cada vez más perfecta de una unidad
interior, que no excluye las diferencias fundadas en la realidad.
a) ... la sociedad no ha sido instituida por la naturaleza para que N4 6 (842).
el hombre la busque como fin último, sino para que en ella b) ... concebir la sociedad como una unidad interna crecida y
y por medio de ella posea medios eficaces para su propia perfec- madurada bajo el gobierno de la Providencia... tiende, me-
ción. S 2 (265). diante lar colaboración de las diferentes clases y profesiones,
b) ... sociedad civil es un medio natural del que cada ciudadano a los eternos y siempre nuevos fines de la civilización y de la
puede y debe servirse para alcanzar su fin, ya que el Estado religión. N4 39 (850).
es para el hombre y no el hombre para el Estado. DR 29 (687).
104* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS
I,A SOCIKDAD CIVIL 105»
b) ... única misión [de la sociedad], la producción de bienes por
c) ... mediante la ordenada unión orgánica con la sociedad, sea medio del trabajo colectivo. DR 11 (677).
posible para todos, por la mutua colaboración, la realización c) ... toda vida social quedó subordinada al estímulo del interés.
de la verdadera felicidad terrena. DR 29 (687). N4 12 (844).
d) En un pueblo digno de este nombre, todas las desigualdades
derivadas de la naturaleza misma de las cosas... no son en rea-
lidad obstáculo para que exista y predomine un auténtico espí- II. L O S CUERPOS INTERMEDIOS '
ritu de comunidad y fraternidad. N5 18 (876).
A) Tienen su esfera propia.
2. Comporta jerarquía y orden jurídico.
a) ... aquello que los individuos particulares pueden hacer por si
a) ... en la sociedad civil haya distinción de órdenes diversos en mismos y con sus propias fuerzas, no se les debe quitar y en-
dignidad, en derechos y en poder..., pero todos necesarios tregar a la comunidad; principio que tiene igual valor cuando
entre sí y solícitos del bien común. Q A M 6 (67). se trata de sociedades o agrupaciones menores y de orden in-
b) ... las cosas ínfimas alcancen sus fines respectivos a través de , fcrior respecto de las mayores y más elevadas. SC 2 9 (923).
las intermedias, y las intermedias, a través de las superiores.
Q A M 6 (67). B) Facilitan la labor del Estado.
c) Para que la vida social... obtenga su fin, es esencial un ordena- a) ... unidad armónica y coherente de todas las asociaciones...,
miento jurídico que le sirva de apoyo externo, de defensa y de pueden tender todas ellas al bien común del Estado. DR 31 (689)
protección; ordenamiento cuya misión... es... servir, tender al b) ... la Iglesia recomienda la existencia en el seno de la nación
desarrollo y crecimiento de la vitalidad de la sociedad en la de algunos cuerpos intermediarios que coordinen los intereses
rica multiplicidad de sus fines. N4 15 (844). profesionales y faciliten al Estado la gestión de los asuntos del
d) [hay que guardar]... la vital conexión entre un genuino orden p a í s . P C 13 (1021).
social y un genuino ordenamiento jurídico. N4 18 (845).
C) D e b e n ser respetados por él.
E) Tesis erróneas acerca de la sociedad.
a) ... si el Estado se atribuye y apropia las iniciativas privadas,
1. Su origen, el consentimiento humano. éstas... pueden recibir daño,.con detrimento del mismo bien
a) . . . e l origen de la sociedad civil..., el libre consentimiento de ' público. SP 47 (778).
los hombres..., cada hombre cedió algo de su propio derecho. b) El carácter grandemente centralizador de las naciones moder-
D 8 (IIS). nas, que tiene por consecuencia reducir excesivamente las liber-
b) ... colocar la causa eficiente de la comunidad civil y política tades de las comunidades locales y de los individuos, os recuerda
en un principio exterior o superior al hombre, sino en la Ubre la primacía de los valores personales sobre los valores econó-
voluntad de cada uno. L 12 (238). micos y sociales: el bien común, con miras al cual fué estable-
cido el poder civil, culmina en la vida autónoma de las perso-
2. Su naturaleza, inorgánica. nas. M E C 85*.
a) La sociedad no es más que una enorme máquina, cuyo orden c) ... [hay que impedir] que el poder supremo del Estado invada
es meramente aparente [por encima de los valores individua- indebidamente la esfera municipal. I 19 (212).
les]. N13 45 (995). d) ... la nobleza... debería ser una de esas instituciones... tradi-
b) ... una sociedad reducida a un puro automatismo. N13 42 (994). cionales fundadas sobre la continuidad de una antigua edu-
c) ... materialismo que no ve en el pueblo más que un rebaño de cación. N6 12 (916).
individuos que, divididos y sin interna consistencia, son con-
D) Pero no han de ser grupos de presión.
siderados como un objeto de dominio y de sumisión. N4 38 (850)
d) ... la sociedad humana, basada sobre fundamentos materialis- a) ... la constitución de grupos de intereses poderosos y activos es
tas, sería... una colectividad, pero sin otra jerarquía unitiva que quizás el aspecto más grave de la crisis..., sindicatos patronales
la derivada del sistema económico. DR 11 (676-677). u obreros..., «trusts» económicos..., agrupaciones profesionales
e) ... liberalismo individualista... subordina la sociedad a las uti- o sociales..., un poderío que les permite pesar sobre el gobierno
lidades egoístas del individuo. D R 29 (687). y la'vida de la nación. PC 11 (1021).
b) ... si los responsables de estos organismos [intermedios] no
3. Su fin único, el bienestar material. saben ensanchar sus horizontes hacia perspectivas nacionales.
a) ... ñn [de la sociedad], el disfrute de los bienes de la tierra. • Cf. cuarta parte, D ; octava parte, D, C, 7.
DR 11 (677).
EL ESTADO 107*
106* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS
B) Su origen en Dios y en el hombre 1.
si no saben sacrificar su prestigio y eventualmente su ventaja
inmediata al leal reconocimiento de lo que es justo, mantienen 1. Origen trascendente: Dios.
en el país un estado de tensión nociva, paralizan el ejercicio a) ... el Estado tiene su origen en el Creador. DR 32 (690).
del poder político y comprometen finalmente la libertad de b) ... el Estado... tiene sus raíces en el orden de la creación y es
aquellos mismos a quienes pretenden servir. PC 13 (1021). uno de los elementos constitutivos del derecho natural. NE 1
(877).
c) ... el Estado es... un organismo fundado sobre el orden moral-
del mundo. PC 7 (1090).
CUARTA PARTE d) ... el Estado una entidad viva, una emanación normal de la
naturaleza humana. N E 7 (978).
EL ESTADO. SU NATURALEZA, SU FIN e) ... es necesario que el Estado, por el mero hecho de ser socie-
Y SUS FUNCIONES dad, reconozca a Dios como Padre y autor y reverencie y adore
su poder y su dominio. L 16 (244).
f) ... obligación grave de las autoridades, honrar el santo nombre
A) Es sociedad perfecta, necesaria y orgánica.
de Dios. I 3 (191).
a) ... tres son las sociedades necesarias, distintas, pero armónica- 2. Origen próximo: el hombre.
mente unidas por Dios, en el seno de las cuales nace el hom-
a) ... el Estado..., como la sociedad misma en general, tiene su
bre: dos son sociedades de orden natural, la familia y el Estado;
la tercera, la Iglesia, de orden sobrenatural. D M 8 (531). origen próximo y su fin en el hombre completo, en la persona
humana, imagen de Dios. SC 2 1 7 (926).
b) El hombre está ordenado por la naturaleza para vivir en socie-
dad política. ID 2 (191)!. C) El fin del Estado es servir al bien c o m ú n .
c) "... el Estado es una sociedad perfecta, por tener en sí mismo
todos los medios necesarios para su fin propio, que es el bien 1. Su misión, servir al bien común.
común temporal. D M 8 (532). a) ... la última legitimidad moral y universal del regnare es el
d) El mismo orden absoluto de, los seres y los fines, que muestra serviré. N4 56 (853).
al hombre como persona autónoma, es decir, como sujeto de b) ... después de Dios, el bien común es la primera y última ley
deberes y de derechos inviolables, raíz y término de su propia de la sociedad humana. A M 23 (306).
vida social, abarca también al Estado como sociedad necesaria, c) Procurar el bien común... es oficio propio de los gobernantes.
revestida de autoridad, sin la cual no podría ni existir ni vivir. IHQ 5.(488).
N D 20 (877). d) ... el bien común de la sociedad es superior a cualquier otro
e) El Estado, la sociedad de los Estados... son... formas de ia interés, porque es el principio creador, es el elemento conser-
unidad y del orden entre los hombres, necesarios para la vida vador de la sociedad humana. N C 11 (315).
humana y parte activa de su perfeccionamiento. N i 3 27 e) ... la ley humana, promulgada para el bien común. L 7 (233).
(990-991). f) ... el verdadero bien común se determina y se conoce median-
f) ... las dos columnas principales del armazón de la sociedad te la naturaleza del hombre con su armónico equilibrio entre
humana, tal como ha sido concebida por Dios: la familia y el derecho'personal y vínculo social, como también por el fin de
Estado..., la familia como fuente y escuela de vida; el Estado, la sociedad, determinado por la misma naturaleza del hombre.
como tutor del derecho. SC 2 17 (926). MBS 35 (659).
g) El Estado es y debe ser en realidad la unidad orgánica y orga - g) ... la realización permanente del bien común; es decir, de
nizadora de un verdadero pueblo..., no reúne en un determi- aquellas condiciones externas que son necesarias al conjunto
nado territorio un conglomerado amorfo de individuos. N5 de los ciudadanos para el desarrollo de sus cualidades y de
15 (875)- sus oficios, de su vida material, intelectual y religiosa.
h) ... para el Estado toda la dignidad y toda la autoridad necesa- h) ... este fin, es decir, el bien común de orden temporal, consiste
rias para defender... los derechos divinos y humanos. DR en una paz y seguridad de las cuales las familias y cada uno
32 (689). de los individuos puedan disfrutar en el ejercicio de sus dere-
' Cf. sexta parte, A, 1, a. chos y al mismo tiempo en la mayor abundancia de bienes
espirituales y temporales. D M 36 (545).
• Cf. infra, E, 1.
108* EL ESTADO 109*
SUMARIO SISTEMÁTICO DE MSIS

i) ... la religión, que es el bien común por excelencia. S 15 (283). forma que pueda otorgar a todo cuanto en el país represente
j) ... en la política... se ha de tener siempre presente en primer un poder efectivo y valioso una justa paríe de responsabilidad,
lugar la intención de servir lo más eficazmente posible los va- sin peligro para su propia misión de coordinar y de orientar
lores del cristianismo. S 15 (282). todos los esfuerzos hacia un fin común superior. PC 15 (1022) ] .
c) ... [las instituciones]... impiden que el poder supremo del Es-
2. Servir a la persona humana, primordial, pero mediatamente. tado invada indebidamente la esfera municipal o familiar y las
a.) ... el Estado es para el hombre y no el hombre para el Estado1. dirigidas a garantizar la dignidad y la vida de las personas y
DR 39 (687). la igualdad jurídica de los ciudadanos. I 19 (212).
bj ...el Estado... tiene... su fin en el hombre completo, en la d) ... nadie pone en duda la necesidad para el Estado, en las ac-
persona humana, imagen de Dios. SC 2 17 (926). tuales condiciones, sobre todo sociales, del mundo, de ensan-
c) ... para facilitar a la persona humana... la perfección física, in- char su campo de acción, de intensificar también su poder. Esto
telectual y moral y para ayudar... a conseguir el fin sobrena- podría hacerse sin ningún peligro si el claro conocimiento y la
tural [ha sido establecido por el Supremo Creador el poder justa apreciación dé la importancia real del papel del Estado
político]. SP 44 (777). y de su fin hubieran progresado en el mismo nivel. N E 4 (977).
d) ... los gobiernos deben consagrar su principal preocupación a e) El Estado no es una omnipotencia opresora de toda legítima
la creación de aquellos medios materiales de vida necesarios autonomía. N E 6 (978).
para el ciudadano. DR 81 (719).
e) ... la felicidad del Estado no procede de distinta fuente que la E) Doctrinas erróneas sobre el Estado.
felicidad de los ciudadanos, ya que el Estado no es otia cosa,
1. Negación de su origen trascendente2.
que el conjunto de los ciudadanos. Q P 8 (504)'.
a) ... separar el poder político de toda relación con Dios. SP 39
3. A la comunidad nacional de modo inmediato.
(775)-
a) La función del Estado, su magnífica función, es favorecer,, ayu-
bj ... la negación del origen trascendente supremo del Estado.
dar, promover la íntima coalición, la cooperación activa, en
DR 32 (690).
orden a una unidad más alta de los miembros que, respetando-
c) ... si la raza..., o el pueblo..., o el Estado... tienen en el orden
su subordinación al fin del Estado, cooperan... al bien de la
material su puesto, esencial y digno de respeto, con todo, quien
comunidad, precisamente en cuanto que conservan y desarro-
los arranca de esta escala de valores terrenales, elevándolos a
llan su carácter peculiar y natural. N E 6 (978).
suprema norma de todo, aun de los valores religiosos, y, divi-
b) El Estado... tiene esta doble misión: reconocer, regular y pro- nizándoles con culto idolátrico, pervierte y falsifica el orden
mover en la vida nacional las actividades y las iniciativas priva- creado e impuesto por Dios. MBS 12 (648-649).
das de los individuos; dirigir... estas actividades al bien co- d) ... la usurpación por el poder político de aquella absoluta auto-
mún... definido de acuerdo con la perfección natural del hom- nomía que es propia... exclusivamente del Supremo Hacedor
bre. SP 45 (777). y la elevación del Estado... en el lugar del mismo Creador...
c) ... conducir... al Estado y su poder al servicio de la sociedad, ai como norma suprema del orden jurídico y moral. SP 40 (775).
pleno respeto de la persona humana y de la actividad de ésta e) La soberanía... es la divinización o la omnipotencia del Esta-
para la consecución de sus fines eternos. N4 54 (853). do en el sentido de Hegel o a la manera de un positivismo
D) Sus funciones son concurrentes y subsidiarias. jurídico absoluto. JC 6 (1010).
f) ... una verdadera y propia estatolatría pagana. NAB 51 (595).
a) ... actividad del Estado, política y económica..., en cuanto, por R) El Estado no es otra cosa que la multitud dueña y gobernadora
una parte, las fuerzas y las energías de la familia y de otros de sí misma. I 20 (204).
organismos a los cuales corresponde una natural precedencia
no basten y, por otra, la voluntad salvífica de Dios no haya z. El Estado como fin.
determinado en la Iglesia otra sociedad universal al servicio
a) El que considera al Estado como fin al que hay que dirigirlo
de la persona humana y de la realización de sus fines religio-
sos. N4 13 (844)- todo y al que hay que subordinarlo todo, no puede dejar de
dañar y de impedir la auténtica y estable prosperidad de las
bj ... su misión [del Estado] no es, en principio, la de asumir
directamente las funciones económicas, culturales y sociales naciones. SP 46 (777).
que pertenecen a otra competencia. Su misión es más bien la 1
Cf. tercera parte, II.
de asegurar la verdadera independencia de su autoridad,' de i Cf. supra, B
110* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS LA SOCIEDAD FAMILIAR ANTE EL ESTADO 111*

3. Como instrumento de revolución social. c) ... la familia, instituida inmediatamente por Dios para su fin
• a) ... el Estado y el poder estatal son para el comunismo el medio específico, que es la procreación y educación de la prole; so-
más eficaz y más universal para conseguir su fin. DR 13 (677). ciedad que por esto mismo tiene prioridad de naturaleza y,
b) ... concepción comunista del Estado. DR 32 (690). por consiguiente, prioridad de derechos respecto del Estado.
D M 8 (531).
4. El Estado como fuente de todos los derechos. d) ... Dios comunica inmediatamente a la familia, en el orden na-
a) El Estado... fuente y origen de todos los derechos. SY 39 (29). tural, la fecundidad, principio de vida y, por tanto, principio
5. Su único fin, la prosperidad. de educación para la vida, junto con la autoridad, principio
del orden. D M 25 (540).
a) ... limita la acción del Estado a la prosperidad pública de esta
vida mortal. VN 2 (384-385). G) E l Estado d e b e respeto y tutela a la familia.
b) Si... un Estado no pretende otro fin que la comodidad mate-
rial y un progreso social abundante y refinado, si se olvida de 1. El Estado perfecciona la sociedad familiar.
Dios en el gobierno de la república y se despreocupa de aten- a) ... la familia es una sociedad imperfecta, porque no posee en
der a las leyes morales, este Estado se desvía lastimosamente si misma todos los medios necesarios para el logro perfecto
del fin que la naturaleza misma le prescribe. 8 2 (265). de su fin propio. D M 8 (532).
b) ... en orden al bien común, el Estado tiene preeminencia so-
bre la familia, la cual alcanza solamente dentro del Estado su
conveniente perfección temporal. D M 8 (532).
QUINTA PARTE 2. El Estado, tutor de la familia.
LA SOCIEDAD FAMILIAR ANTE EL ESTADO. a) ... [incumbe al Estado] crear condiciones públicas siempre me-
jores para que la familia pueda existir y desarrollarse como
LOS TITULARES DE LA MISIÓN EDUCATIVA unidad económica, jurídica, moral y religiosa. N 7 28 (909).
b) ... dé [el Estado] a la familia, célula insustituible del pueblo,
I. L A FAMILIA, SOCIEDAD NECESARIA E IMPERFECTA espacio, luz, tranquilidad. N4 40 (850).
3. Debe respetar la autoridad paterna.
A) L a familia, principio de la sociedad y del Estado. a) ... la autoridad de los padres y de los amos deriva de la auto-
a) Tres son las sociedades necesarias, distintas, pero armónica- ridad del Padre y del Señor celestial. Q A M 8 (69).
mente unidas por Dios, en el seno de las cuales nace el hom- b) ... «la patria potestad es de tal naturaleza que no puede ser
bre: dos son sociedades de orden natural, la familia y el Esta- suprimida ni absorbida por el Estado, porque Liene el mismo
do; la tercera, la Iglesia, de orden sobrenatural. D M 8 (531). principio que la vida misma del hombre». D M 30 (542).
b) ... la... sociedad doméstica... es el principio de toda sociedad c) ... «los hijos no entran a formar parte de la sociedad civil por
y de todo Estado. Q A M 6 (868). si mismos, sino a través de la familia dentro de la cual han
c) La familia es el fundamento de la sociedad civil, y es en el ho- nacido». D M 30 (541).
gar doméstico donde se prepara en gran parte el porvenir de d) ... antes de ser ciudadano, el hombre debe existir, y la exis-
los Estados. S 22 (292). tencia no se la ha dado el Estado, sino los padres: D M 30 (541).
d) ... las dos columnas principales del armazón de lá sociedad hu- e) ... la misión que Dios ha encomendado a los padres es proveer
' mana tal como ha sido concebido por Dios; la familia y el al bien temporal y al bien eterno de la prole y de procurar a
Estado..., la familia como fuente y escuela de vida... SC 2 17 los hijos una adecuada formación religiosa, nadie puede arre-
(926).
batarla a los padres sin una grave lesión del derecho. SP 52 (780).
e) ... la familia y otros organismos a los cuales corresponde una
natural precedencia [sobre el Estado]. N4 13 (844). 4. Ha de concurrir a la educación de la juventud. (Cf. II.)
B) L a familia es de origen divino. D) Errores sobre la sociedad familiar.
a) ... tanto el matrimonio como su uso natural son de origen di- 1. La familia, institución convencional.
vino. DR 28 (686).
h) ... las prerrogativas fundamentales de la familia han sido de- a) ... el matrimonio y la familia... una institución meramente
terminadas y fijadas por el Creador. DR 28 (686). civil y convencional. DR 11 (676).
112» SUMARIO SISTEMÁTICO DÉ TESIS LA SOCIEDAD FAMILIAR ANTE EL ESTADO 113*
b) ... la sociedad doméstica o familia recibe toda su razón de ser c) La familia recibe... inmediatamente del Creador la misión y,
del derecho puramente civil. Q C 4 (10). por esto mismo, el derecho de educar a la prole; derecho irre-
c) ... considerar la familia... como institución exclusivamente al nunciable... y... anterior a cualquier otro derecho del Estado
servicio del dominio político de la nación. SP 48 (778). y de la sociedad y, por lo mismo, inviolable. D M 27 (540).
d) ... esta supereminencia educativa de la Iglesia... concuerda per-
2. La ordenación jurídica del matrimonio compete a la autoridad
fectamente con los derechos de la familia y del Estado, y tam-
civil.
bién con los derechos de cada individuo respecto a la justa
a) ... la atribución a los gobernantes de un derecha total sobre el libertad de la ciencia, de los métodos científicos y de toda la
matrimonio y la supresión de todo derecho de la Iglesia sobre cultura profana en general. D M 23 (539).
éste. A D 10 (88). e) ... el orden sobrenatural, en el que se basan los derechos de la
b) ... colocan bajo su jurisdicción al matrimonio cristiano, legis- Iglesia, no sólo no destruye ni menoscaba el orden natural, al
lando incluso acerca del vínculo conyugal, de su unidad y es- cual pertenecen los derechos de la familia, del Estado y del
tabilidad. I 11 (205).
individuo, sino que, por el contrario, lo eleva y lo perfecciona.
c) ... el poder civil puede sancionar el divorcio. SY 67 (35). D M 23 (539).
d) ... establecer impedimentos dirimentes del matrimonio... com-
f) Este primado de la Iglesia y de la familia en la misión educati-
pete a la autoridad civil. SY 68 (35).
va... no implica daño alguno para los genuinos derechos del
e) La forma del Concilio Tridentino no obliga bajo pena de nu-
Estado en materia de educación ciudadana. D M 36 (544).
lidad en los territorios en que la ley civil prescriba otra forma
y quiera que la validez del matrimonio dependa de ésta. g) Esta vigilancia de la Iglesia [en la educación], lejos de crear
SY 71 (35)- inconveniente alguno, supone la prestación de un eficaz auxilio
f) En virtud de un contrato puramente civil puede darse entre al ordeny al bienestar de las familias y del Estado. D M 19 (536).
cristianos un matrimonio. SY 73 (35-36). h) ... la educación no puede atribuirse al Estado de la misma ma-
g) Las causas matrimoniales... a la jurisdicción civil. SY 74 (36). nera que se atribuye a la Iglesia y a la familia, sino de una
manera distinta, que responde al fin propio del Estado. D M 36
3. E¡ Estado, Juente de la autoridad paterna. (545).
a) ... de la ley civil derivan y dependen todos los derechos de los
padres. Q C 4 (10). B) Misión educativa de la familia.
b) Niegan [los comunistas]... a los padres el derecho a la educa-
ción de los hijos. DR 11 (676). a) Los padres... tienen, antes que nadie, u n derecho esencial a la
c) ... es tan unánime el sentir común del género humano, que se educación de los hijos que Dios les ha dado según el espíritu
pondrían en abierta contradicción con éste cuantos se atrevie- de la verdadera fe y, en consecuencia, con sus principios y sus
sen a sostener que la prole, antes que a la familia, pertenece al prescripciones. MBS 37 (659).
Estado, y que el Estado tiene sobre la educación un derecho b) ... «la misión educativa corresponde en primer lugar y de modo
absoluto. Es, además, totalmente ineficaz la razón que se aduce muy principal a la Iglesia y a la familia por derecho natural y
de que el hombre nace ciudadano y que por esto pertenece divino y, por tanto, de modo inderogable, indiscutible e insub-
primariamente al Estado. Antes de ser ciudadano, el hombre rogable». D M 35 (544).
existe y la existencia no se la ha dado el Estado, sino los pa- c) ... es un deber de los padres luchar y esforzarse por rechazar
; dres. D M 30 (541). con energía todas las violencias que se les quiera hacer... y por
mantener a toda costa sus derechos en la educación de los hijos.
' . S 22 (292).
II. L A EDUCACIÓN, OBRA CONJUNTA DE LA FAMILIA, LA d) Si la juventud halla en e¡ hogar los criterios de una vida virtuo-
IGLESIA Y EL ESTADO sa... quedará en gran parte garantizada la salvación de los
mismos Estados. S 22 (293).
A) Concurrencia en la misión educativa. r) ... no se sigue que el derecho educativo de los padres sea abso-
a) La educación no es una obra de los individuos, es una obra luto o despótico, porque está inseparablemente subordinado al
de la sociedad. D M 8 (531). fin último y a la ley natural y divina... «Los padres tienen el
b) ... la educación, por abarcar a todo el hombre..., pertenece a derecho natural de educar a sus hijos, pero con la obligación
estas tres sociedades necesarias [familia, Iglesia, Estado] en una correlativa de que la educación y la enseñanza de la niñez se
medida proporcionada... a la coordinación jerárquica de sus ajusten al fin para el cual Dios les ha dado los hijos...» D M 30
respectivos fines. D M 9 (532). (542).
114' SUMARIO SISTEMÁTICO DK TESIS LA SOCIEDAD FAMILIAR ANTE EL ESTADO 115*

f) ... es, sin embargo, tan celosa [la Iglesia] de la inviolabilidad te para juzgarlas desde el punto de vista de su conformidad
del derecho natural educativo de la familia, que no consiente, o disconformidad con la educación cristiana..., porque... tiene
a no ser con determinadas condiciones y cautelas, que se bauti- un derecho propio para elegir y utilizar los medios idóneos
ce a los hijos de los infieles o se disponga de cualquier manera para su fin; y porque, además, toda enseñanza, como cualquier
de su educación contra la voluntad de sus padres mientras los otra acción humana, tiene una relación necesaria de dependen-
hijos no puedan determinarse por sí mismos a abrazar libre- cia con el fin último del hombre. D M 13 (534).
mente la fe. D M 34 (544). h) ... la Iglesia fomenta la literatura, la ciencia y el arte, en cuanto
g) ... el deber educativo de la familia comprende no solamente la son necesarios o útiles para la educación cristiana y, además,
educación religiosa y moral, sino también la física y la civil, para toda su labor en pro de la salvación de las almas. D M 16
principalmente en todo lo relacionado con la religión y la mo- (S3S).
ral. D M 31 (542). i) ... es derecho inalienable de la Iglesia, y al mismo tiempo deber
h) Y como las nuevas generaciones deben ser formadas en todas suyo inexcusable, vigilar la educación completa de sus hijos, los
las artes y disciplinas..., y para esta labor es por sí sola insufi- fieles, en cualquier institución pública o privada, no solamente
ciente la familia, por esto surgieron las escuelas públicas..., por en lo referente a la enseñanza religiosa allí dada, sino también
iniciativa conjunta de la familia y de la Iglesia, sólo después y en lo relativo a cualquier otra disciplina y plan de estudios, por
mucho más tarde por iniciativa del Estado. D M 61 (563). la conexión que éstos pueden tener con la religión y la moral.
i) ... la escuela, considerada en su origen histórico, es por su DMi8(S36).
misma naturaleza una institución subsidiaria y complementaria 3) Por lo que toca a la extensión de la misión educativa de la
dé la familia y de la Iglesia... debe armonizarse positivamente Iglesia, ésta comprende a todos los 'pueblos, sin limitación alguna
con ellas, de tal forma que estos tres ambientes—escuela, fami - de tiempo o lugar... se extiende a todos los fieles. D M 20 (537).
lia e Iglesia—constituyan un único santuario de la educación k) ... su misión educativa [de la Iglesia] se extiende también a los
cristiana. D M 61 (563). infieles, ya que todos los hombres están llamados a entrar en
G) Misión educativa de la Iglesia 1. . el reino de Dios y conseguir la salvación eterna. D M 31 (538).
I) ... es necesario que toda la enseñanza, toda la organización de
a) ... de derecho, y aun de hecho, pertenece de manera superemi- . la escuela—profesorado, plan de estudios y libros—y todas las
nente a la Iglesia la misión educativa. D M 22 (539). disciplinas estén imbuidas de un espíritu cristiano bajo la di-
b) ... la educación pertenece de un modo supereminente a la Igle- rección y vigilancia materna de la Iglesia, de tal manera que
sia por dos títulos de orden sobrenatural exclusivamente con- la religión sea verdaderamente el fundamento y la corona de
feridos a ella por el mismo Dios, y por esto absolutamente su- la enseñanza en todos sus grados. D M 65 (.565).
periores a cualquier otro título de orden natural. D M 10 (532). II) ... la Iglesia, con su materna prudencia, acepta que sus escuelas
c) El primer título consiste en la expresa misión docente y en la e instituciones educativas para seglares se conformen, en cada
autoridad suprema de magisterio que le dio su divino Funda- nación, con las legítimas disposiciones de la autoridad civil.
dor. D M 11 (533). D M 17 (536).
d) El segundo título es la maternidad sobrenatural, en virtud de
la cual la Iglesia, esposa inmaculada de Cristo, engendra, ali- D) Misión educativa del Estado.
menta y educa las almas en la vida divina de la gracia con sus a) Estos derechos están atribuidos al Estado por el mismo Autor
Sacramentos y enseñanzas. D M 12 (533). de la naturaleza, no a título de paternidad, como en el caso de
e) ... en el objeto propio de su misión educativa, es decir, «en la la Iglesia y de la familia, sino por la autoridad que el Estado
fe y en la regulación de las costumbres, Dios mismo ha hecho tiene para promover el bien común temporal, que es precisa-
a la Iglesia partícipe del divino magisterio y, además, por un mente su fin específico. D M 36 (545).
beneficio divino, inmune de todo error...» D M 13 (533). b) ... en materia educativa, el Estado tiene... la obligación de tute-
f) ... [la Iglesia es]... independiente de todo poder terreno, tanto lar con su legislación el derecho antecedente de la familia en
en el origen de su misión educativa como en el ejercicio de ésta, la educación cristiana de la prole y, por consiguiente, el deber
no sólo respecto del objeto propio de su misión, sino también de respetar el derecho sobrenatural de la Iglesia sobre esta edu-
respecto de los medios necesarios y convenientes para cumplir- cación cristiana. D M 37 (545).
la. D M 13 (543). c) ... es misión del Estado garantizar este derecho educativo de
g) ... con relación a todas las disciplinas... la Iglesia tiene un de- la prole en los casos en que falte, física o moralmente, la la-
recho absolutamente independiente para usarlas y principalmen- bor de los padres por dejadez, incapacidad o indignidad; por-
1
Cf: sexta parte, D, 3. que el derecho educativo de los padres... está subordinado
LA IGLESIA Y EL ESTADO 117»
116* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS
hijos a las escuelas del Estado contra los deberes de la concien-
a la ley natural y divina y, por esto mismo, queda... sometido... cia cristiana o contra sus legítimas preferencias. D M 38 (547).
a la vigilancia y tutela jurídica del Estado por razón de bien b) . . . u n nacionalismo tan exagerado... suele haber grandes ex-
común; y porque, además, la familia no es una sociedad per- tralimitaciones al configurar militarmente la educación física
fecta que tenga en sí todos los medios necesarios para su pleno de los jóvenes... usurpando incluso..., el tiempo que debe
perfeccionamiento. En estos casos... el Estado... suple el de- dedicarse a los deberes religiosos y al santuario de la vida fa-
fecto y lo remedia con instituciones idóneas, de acuerdo siem- miliar. D M 39 (547).
pre con los derechos naturales de la prole y los derechos so- c) ... excesos, como, por ejemplo, el espíritu de violencia que no
brenaturales de la Iglesia. D M 38 (545-546). se debe confundir con el espíritu de fortaleza ni con el noble
d) En general, es derecho y función del Estado garantizar, según sentimiento del valor militar en defensa de la patria y del or-
las normas de la recta razón y de la fe, la educación moral y
den público... la exaltación del atletismo... degeneración y
religiosa de la juventud, apartando de ella las causas públicas
decadencia de la verdadera educación física. D M 39 (548).
que le sean contrarias. D M 38 (546).
e) Es función primordial del Estado, exigida por el bien común, d) La masonería... se esfuerza en descristianizar el matrimonio,
promover de múltiples maneras la educación e instrucción de la la familia, la educación de la juventud. Pg 11 (335).
juventud... favoreciendo y ayudando las iniciativas y la acción
de la Iglesia y de las familias... completando esta misma labor
donde no exista o resulte insuficiente. D M 38 (546).
f) Esto... no impide que... el Estado se reserve la creación de
escuelas preparatorias para algunos de sus cargos, y especial- SEXTA PARTE
mente para el ejército, con la condición, sin embargo, de que
no se violen los derechos de la Iglesia y de la familia. D M 39 LA IGLESIA Y EL ESTADO. ATRIBUTOS
(547)- Y RELACIONES
g) ... es de la competencia propia del Estado la llamada educa-
ción ciudadana, no sólo de la juventud, sino también de todas A) Coexisten ambas sociedades: perfectas, soberanas y dis-
las restantes edades y condiciones sociales. D M 40 (548).
tintas.
h) Además, el Estado puede exigir y, por consiguiente, procurar
que todos los ciudadanos tengan el necesario conocimiento de 1. Las dos son perfectas y soberanas.
sus derechos civiles y nacionales y un cierto grado de cultura
DM 38 (546). a) ... existen dos supremas sociedades, la una el Estado, cuyo fin
i) ... el Estado está obligado a respetar los derechos naturales de próximo es proporcionar al género humano los bienes tempo-
la Iglesia y de la familia sobre la educación cristiana y obser- rales de esta vida; y la otra, la Iglesia, que tiene por objeto
var la justicia, que manda dar a cada uno lo suyo. D M 38 (547). conducir al hombre a la felicidad verdadera, celestial y eterna,
j) ... es contraria a los principios fundamentales de la educación para la que hemos nacido. N G 5 (146-147) 1.
la escuela neutra o laica, de la cual queda excluida la religión. b) ... La Iglesia, no menos que el Estado, es una sociedad com-
DM 63 (564). pleta en su género y jurídicamente perfecta. I 17 (210).
k) Y no puede tampoco tolerarse la escuela mixta. D M 64 (564). c) La Iglesia de hecho ha sido fundada por Jesucristo como so-
1) ... el Estado puede y debe resolver el problema educativo con ciedad visible... se encuentra con los Estados en un mismo
mayor prudencia y facilidad si deja libre y favorece y sostiene territorio, abraza... a los mismos hombres... usa los mismos
con subsidios públicos la iniciativa y la labor privada de la Igle- bienes y las mismas instituciones. N i 3 24 (990).
sia y de las familias. D M 66 (565). d) Dios ha repartido, por tanto, el gobierno del género humano
U) Esta escuela católica, aunque no está subvencionada por la Ha- entre dos poderes: el poder eclesiástico y el poder civil. I 6 (197).
cienda pública, como lo exigiría la justicia distributiva, no pue- e) ... [los] pueblos... tienen él deber de estar sujetos a un mismo
de ser prohibido ni coartada por las autoridades que tengan tiempo al poder civil y al poder religioso. S 13 (281).
clara conciencia de los derechos de la familia y de las condi- f) ... santa y augusta autoridad de la Iglesia... preside al género
ciones indispensables de la legítima libertad. D M 67 (566). humano en nombre de Dios... es la garantía y apoyo de toda
E) Errores sobre la misión educativa. autoridad legítima. I D 3 (44).
a) ... es injusto todo monopolio estatal en materia de educación, 1
Cf, cuarta parte, A, af
que fuerce física o moralmente a las familias a enviar a sus
118» SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS
LA IGLESIA V EL ESTADO
ua*
2. Son sociedades distintas.
C) L a Iglesia, fundamento de la vida social.
a) ... por el fin a que tiende y por los medios de que se vale para
alcanzar este fin, es sobrenatural y espiritual. Por tanto, es a) ... la supranacionalidad de la Iglesia consiste en dar forma y
distinta y difiere de la sociedad política. I 5 (195-196). figura duraderas al fundamento de la sociedad humana, por en-
b) Ambas potestades son soberanas en su género. Cada una queda cima de todas las divergencias, más allá de los límites de tiem-
circunscrita dentro de ciertos límites, definidos por su propia po y espacio. SC 2 22 (927).
naturaleza y por su fin próximo. I 6 (197). b) La unidad y la integridad de la Iglesia, a la luz de la manifes-
c) ... existen dos poderes, sometidos ambos a la ley eterna y a la tación de su supranacionalidad, es de gran importancia para
ley natural, y consagrados cada uno a su fin propio en todo lo- el fundamento de la vida social. SC 2 5. -
referente a la esfera jurídica de su propia jurisdicción y compe- c) ... su misión, divinamente providencial, de formar al hombre
tencia. N G 5 (147). completo y así colaborar sin descanso en la constitución del
d) ... distinción inmutable y perpetua de los dos poderes, ambos sólido fundamento de la sociedad. SC 2 20 (927).
supremos en sus órdenes respectivos. Al 25 (365). d) .. la Iglesia contribuye también a la cohesión y al equilibrio
e) ... nadie duda que Jesucristo... quiso que el poder sagrado- de todos los múltiples y complejos elementos del edificio so-
fuese distinto del poder civil y que ambos gozasen de plena cial. SC 2 7 (922).
libertad dentro de su terreno propio. AD 22 (101). e) La Iglesia forma y educa a este hombre, porque sólo él, en la
f) ... la Iglesia y el Estado tienen cada uno su propia autoridad. armonía de su vida natural y sobrenatural..., es al mismo tiem-
S 16 (283). po el origen y el fin de la vida social. SC 2 8 (922).
g) ... no son en sí contradictorios... ni se confunden entre sí. f) Con hombres así formados, la Iglesia prepara a la sociedad
S 13 (281V humana una base sobre la que ésta pueda descansar con segu-
h) ... en la gestión de los intereses que son de su competencia, ridad. SC 2 6 (922).
ninguno está obligado a obedecer al otro dentro de los [imites g) La Iglesia contribuye a establecer el fundamento de la socie-
que cada uno tiene señalados por su propia constitución. dad, según su estructura íntima, en la familia y en él Estado.
S 16 (283). SC 2 17 (926).
h) ... la Iglesia eleva al hombre a la perfección de su ser y su
B) L a Iglesia, sociedad perfecta, universal y jerárquica. vitalidad, para dar a la sociedad hombres así formados. SC 2
16 (925)-
a) ...la Iglesia puede definirse la sociedad de quienes, bajo el i) ... la Iglesia católica ha sido siempre la iniciadora, o la impul-
influjo sobrenatural de la gracia, en la perfección de su dig- sora, o la protectora de todas las instituciones que pueden con-
nidad personal de hijos de Dios y en el desarrollo armónico tribuir al bienestar común del Estado. I 19 (212).
de las inclinaciones y energías humanas, edifican la potente j) ...la Iglesia... procura... tantos y señalados bienes aun en la
armazón de la convivencia humana. SC 2 20 (927). misma esfera de las cosas temporales, que ni en número ni en
b) ... es una sociedad genérica y jurídicamente perfecta, porque calidad podría procurarlos mayores si el primero y principal
tiene todos los elementos necesarios para su existencia y acción. objetivo de su institución fuera asegurar la felicidad de la vida
I 5 (196). presente. I 1 (189) 1.
c) La Iglesia... es una sociedad perfecta en su género. Pg 10 (332).
d) La Iglesia es... la sociedad perfecta, la sociedad universal. D) T i e n e derechos inviolables.
SC 2 14 (924). 1. A ejercer su misión religiosa.
e) ... por su propia naturaleza, la Iglesia se extiende a toda la a) ... la Iglesia no puede renunciar al ejercicio de su misión, que
universalidad del género humano. I 4 (195)» consiste en realizar en la tierra el plan divino de restaurar en
f) La Iglesia es, por tanto, supranacional, porque es un todo indi- Cristo todas las cosas de los cielos y. de la tierra (Eph. I,IO).
visible y universal. N7 9 (904). SP 66 (793).
g) ... sociedad jerárquica. VN 8 (389). b) ..la Iglesia... sociedad constituida por Dios... cuyo fin di-
h) [La Iglesia] está dotada de un principio de vida que no le viene recto e inmediato es la paz v la santificación de las almas.
de fuera, sino que ha sido puesto en su misma naturaleza por S 13 (280).
la voluntad divina que la creó. Pg 10 (332). < j La Iglesia... tiene un fin superior y muy distinto al de las so-
i) ... es la Iglesia, sociedad de orden sobrenatural y universal, ciedades civiles... la perfección de las almas para la eternidad.
sociedad perfecta, porque tiene en sí misma todos los medios LI 2 (425)-
indispensables para su fin. D M 8 (532). 1
Cf. primera parte, B.
120* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS LA IGLESIA V JtL ESTADO 121»
d) La Iglesia tiene la misión de gobernar a las almas... nadie, d) ... la Iglesia, por ser una sociedad de hombres, no puede exis-
por ningún motivo, puede pretender penetrar en el santuario. tir ni desarrollarse si no goza de libertad de acción. F C 33 (740).
LI 4 (426). e) ... dejar a la Iglesia católica gobernarse por sus propias leyes,
e) ... el nombre quiere... encontrar en la Iglesia los medios con- sin permitir que nadie ponga obstáculos a su libertad. Q C 8(15).
venientes para su perfección religiosa. S 16 (283). f) ... poder temporal [de la Santa Sede]... es necesario para la
f) ...la Iglesia... su misión... la conservación, a lo largo de la tutela y conservación de la plena independencia espiritual.
Historia, de los bienes que hemos adquirido por medio de ID 11 (si).
Jesucristo. L 1 (225-226). g) ... su autoridad [de la Iglesia] es más alta que toda otra autori-
dad, ni puede en modo alguno ser inferior o quedar sujeta a la
2. A gobernarse. autoridad civil. I 5 (196).
a) ... la Iglesia posee todos los medios necesarios para estos fines
[paz y santificación de las almas], tiene leyes propias y obliga- F) Las prerrogativas de la Iglesia alcanzan a las Ordenes
ciones peculiares y un método y sistema determinados. S 13 (280) religiosas y al apostolado seglar.
b) ... la Iglesia... sociedad humana, en la cual existen autorida- a) ... el Estado debe asimismo conceder... libertad a las Ordenes
des con pleno y perfecto poder para gobernar, enseñar y juzgar. y Congregaciones religiosas de ambos sexos. Q P 19 (515).
VN 8 (389). b) La Iglesia... está... dentro de los límites de su divino mandato
c) ... el derecho que ésta [la Iglesia] tiene, fundado en el derecho no sólo cuando deposita en las almas los principios indispensa-
del mismo Cristo, de enseñar al género humano, de promulgar bles y los elementos de la vida sobrenatural, sino también cuan-
leyes y de regir a los pueblos para conducirlos a la felicidad do promueve y desarrolla esta vida según las varias circunstan-
eterna. Q P 12 (509). cias y capacidades, y esto con los modos y medios que ella
d) La Iglesia posee un poder legislativo y en el ejercicio de ese po- juzga idóneos, aun en el intento de preparar iluminadas y va-
der es justo que disfrute de plena libertad. Pg 10 (332). liosas cooperaciones al apostolado jerárquico. N A B 53 (595-596).
c) ... el derecho de las almas así formadas de hacer que participen
3. A enseñar.
de los tesoros de la revelación otras almas, colaborando de esta
a) ... la Iglesia ha recibido de Dios mismo la misión de enseñar, manera en la actividad del apostolado jerárquico. NAB 49 (594).
y su palabra debe llegar a conocimiento de todos sin obstáculos
que la detengan. LI 4 (425). G) Entre Iglesia y Estado, relaciones de colaboración.
b) ... derecho... de la Iglesia a cumplir el imperativo mandato di- 1. Existe una relación unitiva.
vino... de llevar a las almas... tesoros de verdad y de bien.
NAB Si (594). a) Es necesario... que entre ambas potestades exista una ordenada
relación unitiva, comparable... a la que se da en el hombre
c) La maestra verdadera de la virtud y la depositaría de la moral
entre el alma y el cuerpo. I 6 (198).
es la Iglesia de Cristo. l i s (209).
b) ... dos cosas inseparables por naturaleza, como son la Iglesia
d) ... «un inviolable derecho a la libertad de magisterio». D M 13 y el Estado. S 16 (284).
(533-34)1- c) La Iglesia no es una sociedad política, sino religiosa; pero esto
4. A poseer bienes. no la impide mantener con los Estados relaciones no sólo exter-
a) La Iglesia tiene derecho de poseer porque es una sociedad de nas, sino también internas y vitales. N13 24 (990).
hombres... tiene necesidad de los bienes materiales. LI 5 (426). 2. Es necesaria la colaboración mutua.
E) La Iglesia debe gozar de independencia y libertad. a) La voluntad divina exige, como lo exige... el bien general de
toda la sociedad, que el poder político viva en armonía con el
a) ... en el cumplimiento de la misión que Dios le ha encomendado poder eclesiástico. Por consiguiente, al Estado sus derechos y
de enseñar, gobernar y conducir a la eterna felicidad a todos los obligaciones propias; a la Iglesia, los suyos; pero entre una y
miembros del reino de Cristo, no puede depender de voluntad otro, los lazos de una estrecha concordia. Pg 10 (334).
ajena alguna. Q P 19 (515). b) .... la .colaboración de la Iglesia y del Estado es extraordinaria-
b) ... la Iglesia, como sociedad perfecta instituida por Cristo, exi- mente útil para la tranquilidad del orden público, que es el
ge, por derecho propio e irrenunciable, la plena libertad e inde- fundamento de todos los demás bienes. I H Q 3 (486).
pendencia del poder civil. QP 19 (515). c) . . . e l orden de la vida humana, sabiamente establecido por
e) ... el Estado debe dejar a la Iglesia en plena libertad. DR 83 (720). Dios exige una verdadera concordia entre las dos sociedades,
1
Cf. quinta parte, II, C.
la religiosa y la civil... cada una dentro de su esfera. VN 2 (385).
122* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS
LA IGLESIA V EL ESTADO 123*
d) ... es necesario que colabore positivamente [a la misión de la
diversas causas, a la potestad civil y a la potestad eclesiástica...,
Iglesia] el Estado cristiano... en los medios externos, que son
de común acuerdo. D 19 (125).
propios del Estado. DR 79 (718).
g) ... siempre que sea necesario establecer una norma sobre una
3. Deben respetar su competencia respectiva. materia mixta... es necesaria... la concordia entre ambos po-
a) ... todo lo que de alguna manera es sagrado en la vida humana, deres. N G s (147).
todo lo que pertenece a la salvación de las almas y al culto de h) ... establecer un acuerdo en la práctica entre el poder político
Dios, sea por su propia naturaleza, sea en virtud del fin a que y el religioso. L 14 (242).
•está referido, todo ello cae bajo el dominio y autoridad de la i) Los concordatos son... una expresión de la colaboración entre
Iglesia. Pero las demás cosas que el régimen civil... abraza y la Iglesia y el Estado. JC 24 (1015).
comprende, es de justicia que queden sometidas a éste. I 6 (198). j) Cuando la Iglesia ha puesto su firma a un Concordato, es vá-
b) ... este gobierno de las almas es competencia exclusiva de la lido en todo su contenido. Pero su sentido íntimo puede ser
Iglesia. S 14 (281). graduado con el mutuo conocimiento de las dos altas partes
c) ... no es el Estado, sino la Iglesia, la que debe guiar a los hom- contratantes; puede significar una expresa aprobación, pero
bres hacia la patria celestial. I 5 (196). puede también señalar una simple tolerancia, je 24 (1015),
d) ... sólo en la categoría pastora! residen la autoridad y el dere- k) El Concordato... un contrato bilateral, que obliga a ambas,
cho de mover y dirigir a los miembros hacia el fin propio de la partes. VN 5 (387).
sociedad. V N 8 (390). I) [Por el Concordato] se obligaron... a observar inviolablemente
e¡ ... los asuntos propios de la esfera civil se hallan bajo el poder las cláusulas del pacto que firmaron. VN 5 (387).
y jurisdicción de los gobernantes. D 19 (125). II) ... Concordato había de regirse... por el derecho de gentes, y
f) Nada hay más alejado de la Iglesia que la pretensión de usurpar que no podía anularse de ninguna manera unilateralmente.
los derechos de la autoridad politica; pero ésta, a su vez, debe VN s (387)-
mostrarse respetuosa de los derechos de la Iglesia y guardarse m) ... los Concordatos deben garantizar a la Iglesia una estable
de toda usurpación. Pg 10 (333). condición de derecho y de hecho en el Estado con el que son
g) ... la libertad que las autoridades civiles disfrutan en la esfera firmados, y le han de garantizar la plena independencia en el
de.su competencia propia. S 14 (281). cumplimiento de su divina misión, je 24 (1015).
h) ... la legislación y el poder en materia de sacramentos pertene- n) ... los privilegios concedidos anteriormente por esta Sede Apos-
tólica a ciertos Estados, por medio de solemnes concordatos
ce de tal modo a la Iglesia por voluntad de Cristo que es total-
y acuerdos, no pueden ser jurídicamente reivindicados por los
mente absurdo querer hacer participantes ,de ese poder a los
nuevos Estados. I H Q 1 (485).
gobernantes del Estado. AD 11 (90). i
4. Debe concordarse la materia mixta. H) L a Iglesia n o entra en política 1 .
a) ... legislen acerca de una misma materia, aunque por razones a) La Iglesia... no es un imperio. SC 2 6 (922).
distintas. L 14 (242). b) ... la Iglesia no actúa a manera de un imperio que extiende
b) ... el poder político y el poder religioso, aunque tienen fines y sus tentáculos en todas las direcciones con la mira de una
medios específicamente distintos, deben, sin embargo, necesa- dominación mundial. SC 2 23 (928).
riamente, en el ejercicio de sus respectivas funciones, encon- c) ... la ambición de conferir a la Iglesia u n poder temporal para
trarse algunas veces. L 14 (242). la dominación política del Estado. A M 9 (302).
c) ... la educación de la juventud es precisamente una de esas d) La Iglesia... como no sólo es sociedad perfecta, sino también
materias que pertenecen conjuntamente a la Iglesia y al Estado, superior a cualquier otra sociedad humana, tiene el derecho
«si bien bajo diferentes aspectos». D M 41 (549). y el deber de rechazar de plano toda pasión partidista y todo
d) ... que hubiese una mutua concordia y unión entre ellos [poder servilismo a las cambiantes curvas de la vida política. S 15 (282).
sagrado y civil] y que en las materias que son... de derecho y e) ... La Iglesia no puede ponerse al servicio de intereses mera-
jurisdicción común, el poder humano se subordinara como con- mente políticos. N13 6 (987).
viene al poder divino. AD 22 (102). f) Los hombres políticos... que intentasen hacer de la Esposa de
e) .... en las cuestiones de derecho mixto es plenamente conforme Cristo su aliada o instrumento de sus combinaciones políticas
a la naturaleza y a los designios de Dios..., la concordia. I 17 nacionales o internacionales, lesionarían la esencia misma de
(210). la Iglesia, dañarían a la propia vida de ésta; en una palabra.
f) ...en las materias que afectan simultáneamente, aunque por 1
Cf- primera parte, B; duodécima parte, II, D.
124» SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS LA IGLESIA Y EL ESTADO 125*

la rebajarían al mismo plano en que se debaten los conflictos e) ... se atribuye al Estado, y sólo al Estado, el poder de disponer
de intereses temporales. N13 8 (987). de ellos [de los bienes de la Iglesia] para otros fines, sin limita-
' g) La Iglesia no puede avenirse a juzgar con criterios exclusiva- ción alguna de objetos sagrados. D N 27 (633).
mente políticos; no puede ligar los intereses de la religión a f) ... los templos... propiedad de la nación. D N 29 (633).
conductas determinadas por motivos puramente terrenos; no g) ... privan de sus propiedades al clero, negando a la Iglesia e!
puede exponerse al peligro de que se dude fundadamente de su derecho de la propiedad. I 11 (205).
carácter religioso. N13 13 (989). h) ... declara propiedad del Estado, de las provincias o de los ayun-
tamientos todos los edificios que la Iglesia utilizaba. VN 10 (393).
I) Proposiciones erróneas acerca de la Iglesia.
5. Deben separarse Iglesia y Estado.
1. No es sociedad perfecta. a) ... separación entre la Iglesia y el Estado. A N 39 (309).
a) La Iglesia no es una sociedad verdaderamente perfecta y com- b) Los católicos, por consiguiente, nunca se guardarán bastante
pletamente libre; ni goza de derechos propios y permanentes. de admitir y promover tal separación. A M 40 (310).
SY 19 (25). c) ...separación total y absoluta entre la Iglesia y el Estado.
b) ... le niegan la naturaleza y los derechos propios de una socie- L 27 (256).
dad perfecta. L 28 (256). d) ... es necesaria la separación entre la Iglesia y el Estado. L 14
c) ... la Iglesia carece del poder legislativo, judicial y coactivo, (242).
y sólo le corresponde la función exhortativa, persuasiva y rec- e) La Iglesia debe estar separada del Estado. SY 55 (33).
tora. L 28 (256-257). f) ... necesario separar al Estado de la Iglesia. VN 2 (384).
•d) La Iglesia carece de potestad legislativa. S 5 (272). g) ...separación hostil que se decreta en nombre de la libertad
e) ... la Iglesia no tiene el derecho de reprimir por medio de penas y se la hace llegar hasta la negación del derecho común de aque-
temporales a los que violan sus leyes. Q C 5 (12). lla misma libertad que se promete y se asegura a todos indis-
tintamente. D N 20 (630).
2. La Iglesia es nacional. h) ... el poder espiritual y sobrenatural estuviese en oposición con
a) ... es un sacrilego atentado... un golpe nefasto contra la uni- el del Estado. D N 37 (636).
dad del género humano... hacer a la Iglesia como prisionera i) La Iglesia, por principio, o sea, en tests, no puede aprobar la
o... confinarla en los angostos limites de una nación. N7 12 (905). separación completa entre los dos poderes, je 24 (1015).
b) Se pueden establecer iglesias independientes. SY 37 (28). j) ... la separación significa la completa independencia de la legis-
3. Carece de personalidad civil. lación política respecto del poder legislativo religioso; Más aún, -
a) No tiene derecho alguno... no debe tener cabida en el cuadro la absoluta indiferencia del poder secular con relación a los
de las instituciones civiles. S 5 (272). intereses, los derechos y la naturaleza de la sociedad cristiana,
es decir, la Iglesia. AM 42 (310).
b) ... falsa y estrecha concepción de su espiritualidad [de la Igle-
k) ... todo el ordenamiento jurídico, las instituciones, las costum-
sia] y de su vida interior que desearía confinarla, ciega y muda,
bres, las leyes, los cargos del Estado, la educación de la juven-
en el retiro del santuario. SC 2 19 (927).
tud, quedan al margen de la Iglesia como si ésta no existiera.
c) ... el Romano Pontífice... despojado con el principado civil de
L 27 (256).
aquella independencia. AI 29 (368).
1) No hay razón para practicar la moral cristiana ni para obedecer
d) ... él despojo de la soberanía civil fué realizado para suprimir a la Iglesia. S 5 (272).
poco a poco la misma potestad espiritual del Jefe de la Iglesia.
AI 29 (369). ¡i) .Los reyes... están exentos de la jurisdicción de la Iglesia. SY
S4 (32).
4. No tiene derecho a poseer. 6. Depende del poder civil.
a) La Iglesia no tiene derecho natural y legítimo para adquirir a) ... el poder eclesiástico no es por derecho divino distinto e
y poseer. SY 26 (26). independiente del poder civil. Q C 5 (12).
b) Libertad de propiedad para todos, pero no para la Iglesia. b) ... excluir por completo a la Iglesia de la sociedad o tenerla
LI 7 (427). sujeta y condenada al Estado. I 12 (206).
c) ... niega a la Iglesia el derecho a disponer de lo que es suyo. c) ... gobierno que... prive por la fuerza a la Iglesia de su liber-
D 27 (632). tad. L 31 (258).
d) ... conferir al gobierno del Estado la propiedad de los bienes d) ... la suprema autoridad dada a la Iglesia y a esta Sede Apostóli-
poseídos por la Iglesia. QC 5 (12). ca. .. subordinada a la voluntad de la autoridad política. QC 5(11).
126» SUMARIO SISTEMÁTICO DiS TESIS LIBERTAD, IGUALDAD Y AUTORIDAD 127*
e) La autoridad civil puede inmiscuirse en las materias pertenecien- lico protesten contra este abuso [la limitación numérica del
tes a la religión, la moral y el gobierno espiritual. SY 44 (30). clero]. AA 20 (616).
f) El poder eclesiástico no puede ejercer su autoridad sin el per- k) La inmunidad personal, en virtud de la cual los clérigos están
miso y asentimiento del poder civil. SY 20 (25). exentos del servicio militar, puede ser derogada. SY 32 (27).
g) Compete al poder civil... un poder indirecto negativo sobre las I) ...persigan... órdenes y congregaciones religiosas. Q C 4 (9).
cosas sagradas. SY 41 (29). II) ... haber disuelto aquellas órdenes religiosas que hacen voto de
h) ... corresponde al poder civil determinar los derechos de la Igle- obediencia a una autoridad diferente de la legítima del Estado.
sia y los límites. SY 19 (25). D N 36 (635).
i) ... la religión... entregada a la autoridad política y a la arbi- m) El gobierno puede... ordenar... no admitan a nadie a los votos
traria voluntad de los reyes y de los gobernantes. Q P 12 (509). solemnes. SY 52 (32).
j) ... la Iglesia de Dios queda sometida a la jurisdicción y al po- n) ... puede... el poder civil... romper los votos solemnes... pue-
der del Estado como si fuera una mera asociación civil. L 28 de suprimir por completo las Congregaciones religiosas. SY 53
(257)- (32).
k) ... si la Iglesia tiene algún derecho o facultad legítima para ñ) La Iglesia no tiene el derecho de usar la fuerza y carece de
obrar, lo debe al favor y a las concesiones de las autoridades todo poder temporal directo e indirecto. SY 24 (26).
del Estado. I 11 (206).
8. Usurpa los derechos del Estado.
1) La inmunidad de la Iglesia... tiene su origen en el derecho
civil. SY 30 (27). a) ... que la Iglesia es enemiga del Estado. I 1 (189).
il) ... os llama y os juzga a vosotros, obispos de Italia, ^funcionarios b) ... la Iglesia... usurpadora de los derechos del Estado e inva-
del Estado». NAB 74 (602). sora del campo de la política. AI 22 (363).
c) ... como si el reconocimiento de la autoridad divina de Jesu-
7. Carece de derechos y prerrogativas. cristo pudiera impedir o mermar el reconocimiento de las legí-
a) ... el fuero eclesiástico... debe ser totalmente suprimido. SY 31 timas autoridades humanas. D N 37 (636).
(27)- d) La Iglesia tiene... poder temporal, concedido... por el poder
b) ... el Romano Pontífice... despojado con el principado civil de civil, el cual puede... revocarlo. SY 24 (26).
aquella independencia que le es necesaria para su misión uni- 9. En materia mixta, prevalece el Estado.
versal y divina, forzado en su misma Roma a encerrarse en a) En caso de conflicto entre las leyes de ambos poderes, preva-
su propia morada. AI 29 (368). lece el derecho del poder político. SY 42 (29).
c) ... decretos de los Romanos Pontífices referentes a la religión b) ... materias... de competencia mixta, las autoridades del Es-
y a la Iglesia necesitan la sanción y aprobación o, por lo me- tado establecen por sí mismas una legislación arbitraria. I 11
nos, el asentimiento del poder civil. Q C 5 (11). (205).
d) ... la ley de la separación atribuye la administración y la tutela
10. El Estado puede romper los Concordatos.
del culto público no a la jerarquía divinamente establecida, sino
a una determinada asociación civil, a la cual da forma y perso- a) El poder civil tiene autoridad para rescindir... los solemnes
nalidad jurídica. VN 8 (390). convenios [o concordatos]. SY 43 (29).
e) ... todas las cuestiones que puedan plantearse acerca de estas
asociaciones [de culto] son de la competencia exclusiva del Con-
sejo de Estado. VN 8 (391). SÉPTIMA PARTE
f) El poder civil tiene por sí mismo el derecho de presentación de
los obispos. SY 50 (31). LIBERTAD, IGUALDAD Y AUTORIDAD
g) El gobierno... tiene... el derecho de deponer a los obispos. SY 51
(31-32).
A) La libertad humana está sujeta a ley.
h) Los obispos no pueden publicar lícitamente, sin permiso del
gobierno... letras apostólicas. SY 28 (27). 1. La libertad se da para obrar el bien.
i) La autoridad civil puede impedir que los obispos y los fieles a) ... es la Iglesia la defensora más firme de la libertad. L 4 (228).
se comuniquen libre y mutuamente con el Romano Pontífice. b) ... libertad;., facultad racional de obrar expeditamente y am-
SY 49 (3i). pliamente el bien según las normas de la ley eterna. AI 24 (364).
j) ... indispensable que el episcopado, el clero y el laicado cató- c) ... a salvo los derechos de cada ciudadano, los derechos de la
128* SUMARIO SISTEMÁTICO DK TESIS LIBERTAD, IGUALDAD Y AUTORIDAD 129*
familia, los derechos de todos los miembros del Estado, y todos principio de la legítima libertad con el de la autoridad, las
tendrán amplia participación en la libertad verdadera, que con- exigencias de la justicia con el bien de la paz. D N 10 (626-627).
siste en poder vivir cada uno según las leyes y según la recta c) ... la Iglesia no puede aprobar la libertad que lleva al despre-
razón. L 10 (237). cio de las leyes santísimas de Dios y a la negación de la obe-
d) Una libertad no debe ser considerada legítima más que cuando diencia debida a la autoridad legítima. Esta libertad, más que
supone un aumento en la facilidad para vivir según la virtud. libertad, es licencia. I 19 (211).
L 30 (258). d) Nada tiene de común esta libertad cristiana con el espíritu de
e) ... es libertad auténtica y deseable aquella que en la esfera de sedición y de desobediencia. L 21 (251-252).
. la vida privada no permite el sometimiento del hombre a la e) La grandeza y seguridad de la libertad están en razón directa
tiranía abominable de los errores y de las malas pasiones y de los frenos que se opongan a la licencia. L 18 (247).
- que en el campo de la vida pública gobierna con sabiduría a f) Cada uno [individuo y familia] conserva y debe conservar su
los ciudadanos, fomenta el progreso y las comodidades de la libertad de movimientos en la medida en que ésta no cause
vida y defiende la administración del Estado de toda ajena ar- riesgo de perjuicio al bien común. N E 6 (978).
bitrariedad. I 19 (212). g) ... sería para el individuo arruinar su propia dignidad abusar
f) ... la justificación de la necesidad de la ley para el hombre ha de su libertad personal con menosprecio de su responsabilidad
de buscarse primera y radicalmente en la misma libertad, es frente al bien general. PC 8 (1020).
decir, en la necesidad de que la voluntad humana no se aparte
de-la recta razón. L 6 (231). 4. El Estado, custodio de la libertad.
g) ... la verdadera libertad... consiste en que, por medio de las a) El Estado no podrá violar las justas libertades de la persona
leyes civiles, pueda cada cual fácilmente vivir según los pre- humana sin quebranto de su propia autoridad. PC 8 -{1020).
ceptos de la ley eterna. L 7 (234). b) ... el Estado y sus funcionarios y las organizaciones de él de-
2. Está sometida al derecho natural. pendientes están obligados a la reparación y a la revocación de
a) ... la libertad debe ser dirigida y gobernada por la recta razón, las medidas lesivas de la libertad. N4 52 (852).
y consiguientemente debe quedar sometida al derecho natural
y a la ley eterna de Dios. L 13 (240). 5. El error y la verdad no tienen iguales derechos 1.
b) ... la naturaleza de la libertad humana... en los particulares o a) ... el derecho es una facultad moral...; no podemos suponer
en la comunidad, en los gobernantes o en los gobernados, in- concedida por la naturaleza de igual modo a la verdad y al
cluye la necesidad de obedecer a una razón suprema y eterna, error, a la virtud y al vicio. L 18 (246).
que no es otra que la autoridad de Dios imponiendo sus man- b) ... la libertad concedida indistintamente a todos y para todo
damientos y prohibiciones. L 8 (235). nunca... debe ser buscada por sí misma, porque es contrario
c) La perversión mayor de la libertad... consiste en rechazar por a la razón que la verdad y' el error tengan los mismos dere-
completo la suprema autoridad de Dios y rehusarle toda obe- chos. L 23 (254).
diencia, tanto en la vida pública como en la vida privada y c) ... la libertad... concedida indiscriminadamente a la verdad y al
doméstica. L 25 (255). error, al bien y al mal, no ha logrado otra cosa que rebajar
d) ... es totalmente inconcebible una libertad humana que no esté cuanto hay de noble. AI 16 (357).
sumisa a Dios y sujeta a su voluntad. Negar a Dios este domi- d) La libertad, como facultad que perfecciona al hombre, debe apli-
nio supremo o negarse a aceptarlo no es libertad, sino abuso carse exclusivamente a la verdad y al bien. I 15 (208).
de la libertad y rebelión contra Dios. L 24 (255)- e) ... nada hay tan contrario a la Iglesia como pretender de ella
e) ... que la libertad... no traspase los límites señalados por la que tolere con disimulo el error y la injusticia o favorezca con
naturaleza y por la ley de Dios. I 23 (217). su connivencia lo que perjudica a la religión. L 29 (258),
f) ... hay que poner en la ley eterna de Dios la norma reguladora
6. Los poderes públicos pueden usar de tolerancia.
de la libertad, no sólo de los particulares, sino también de la
comunidad social. L 7 (234). a) ... concediendo derechos sola y exclusivamente a la verdad y
a la virtud no se opone la Iglesia, sin embargo, a la tolerancia
3. Es compatible con la autoridad. por parte de los poderes públicos de algunas situaciones contra-
a) La cuestión política... [consiste en]... conciliar libertad y auto- rias a la verdad y a la justicia para evitar un mal mayor o para
ridad. Pg 15 (338). adquirir o conservar un mayor bien. L 23 (253).
b) ...\a Iglesia... ha sabido siempre unir en fecundo acuerdo el 1
Cf. octava parte, II, C, 2, d, e, y f.
Voctr. pontif. 2 5*
130* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS LIBERTAD, IGUALDAD Y AUTORIDAD 131»

b) El deber de reprimir las desviaciones morales y religiosas no c) ... la igualdad de los hombres consiste en que, teniendo todos
puede ser, por tanto, una última norma de acción. Debe ser la misma naturaleza, están llamados todos a la misma eminente
subordinada a normas más altas y más generales, las cuales en dignidad de hijos de Dios; y además en que, estando estable-
determinadas circunstancias permiten incluso hacer a veces apa- cida para todos una misma fe, todos y cada uno deben ser
recer como mejor camino no impedir el error a fin de promo- juzgados según una misma ley. QAlví 5 (66).
ver un bien mayor. JC 16 (1013). d) ... no porque los nombres sean iguales en naturaleza han de
c) ... lo que no responde a la verdad y a la norma moral no ocupar el mismo puesto en la vida social, sino que cada cual
tiene objetivamente derecho alguno ni a la existencia, ni a la tendrá que adquirirlo con su conducta. AB 10 (449).
propaganda, ni a la acción... el no impedirlo por medio de las e) Principio [que toda desigualdad de condición es una injusticia]
leyes estatales y de disposiciones coercitivas puede, sin em- totalmente contrario a la naturaleza de las cosas, productor de
bargo, hallarse justificado por el interés de un bien superior y envidias y de injusticias y subversivo de todo orden social.
más universal. JC 17 (1013). N C H 23 (412).
d) ... tolera este mal a la fuerza para evitar un daño mayor. AA 24 f) El orden, base de la vida social de los hombres..., debe ser la
(618). tendencia y la realización cada vez más perfecta de una unidad
e) ... no... condena a los gobernantes que para conseguir un bien interior, que no excluye las diferencias, fundadas en la realidad.
importante o para evitar un grave mal toleran pacientemente N 4 6 (842).
en la práctica la existencia de dichos cultos en el Estado. g) Si la vida social exige de por sí unidad interior, no excluye,
I 18 (211). sin embargo, las diferencias causadas por la realidad y la natu-
f) ... si por causa del bien común, y únicamente por ello, puede raleza. N4 11 (843).
la-ley humana tolerar el mal, no puede, sin embargo, ni debe h) En una concepción social impregnada... por el pensamiento re-
jamás aprobarlo ni quererlo en sí mismo. L 23 (253).
ligioso... la igualdad intelectual y la diferencia funcional de'los
g) ... al ser la tolerancia del mal un postulado propio de la pru- hombres consiguen su derecho y tienen adecuada expresión.
dencia política, debe quedar estrictamente circunscrita a los N 4 14 (844).
límites requeridos por la razón de esa tolerancia, esto es, el
i) Sin embargo, existe una desigualdad de derecho y de autoridad
bien público. L 23 (254).
[entre gobernantes y gobernados]. Q A M 5 (66).
h) ... si la tolerancia daña al bien público..., la consecuencia es
su ilicitud. L 23 (254). C) Errores sobre la igualdad de los hombres y sobre la libertad.
i) ... cuanto mayor es el mal que a la fuerza debe ser tolerado
en un Estado, tanto mayor es la distancia que separa a este a) ... todos los hombres... son iguales también en la vida práctica.
Estado del mejor régimen político. L 23 (254). I 10 (204).
j) ... la afirmación: el extravío religioso y moral debe ser siem- b) ... todos los hombres son jurídicamente iguales y de la misma
pre impedido cuanto es posible porque su tolerancia es en sí condición en todos los aspectos de la vida. J 14 (173).
misma inmoral, no puede valer en su forma absoluta incondi- c) ... la fraternidad, cuya base colocaban en el amor de los inte-
cionada. JC 16 (1012). reses comunes o, por encima de todas las filosofías y de todas
k) ... los gobiernos deben... impedir que la criminal propaganda las religiones, en la simple noción de humanidad, englobando
atea penetre en sus pueblos. DR 80 (718) 1 . así en un mismo amor y en una igual tolerancia a todos los
I) ... es muy frecuente que estos grandes predicadores de la to- hombres con todas sus miserias. [A propósito de la tolerancia
lerancia sean en la práctica estrechos e intolerantes cuando se religiosa.] N C H 24 (413).
trata del catolicismo. L 23 (255). d) ... la Iglesia es enemiga de la libertad humana. L 1 (226);
II) Los que son pródigos en repartir a todos libertades sin cuen- LAI 22 (254).
to, niegan continuamente a la Iglesia su libertad. L 23 (255). e) ... niegan que el hombre libre deba someterse a las leyes q u e
Dios quiera imponerle por un camino distinto al de la razón
B) Los hombres son iguales por naturaleza, aunque de con- natural. L 13 (240).
dición desigual.
f) ... hay incompatibilidad entre la autoridad y la libertad, N C H 22
a) ... el sagrado principio de la igualdad y de la paridad entre (4").
los hombres. SC 2 11 (923). g) [El hombre]... por ningún concepto está "sujeto a la autoridad
b) ... la igualdad jurídica de los ciudadanos [contra la tiranía]. de otro. Puede pensar libremente lo que quiera y obrar lo q u e
I 19 (212).
se le antoje. I 10 (204).
1
Cf. octava parte, II, C, 4. h) ... conceder al ciudadano... una libertad ilimitada. L 2 3 (254).
132* SUMARIÓ SISTEMÁTICO DE TESIS PERSONA, PUEBLO V ESTADO 133*

i) ... entienden por libertad lo que es una pura y absurda licencia. /


Tales son los... liberales. L n (237).
j) ... se aparta de la norma enseñada por la naturaleza todo Es-
tado que permite una libertad de pensamiento y de acción
OCTAVA PARTE
que con sus excesos puede extraviar impunemente a las inte-
ligencias de la verdad y a las almas de la virtud. I 15 (208). PERSONA, PUEBLO Y ESTADO.
k) Ni debemos considerar como libertad... la propaganda desen- DERECHOS PERSONALES Y LIBERTADES CÍVICAS
frenada del error, la satisfacción libre de toda concupiscencia,
la impunidad del crimen y la opresión de los cristianos. ID I. PERSONA, PUEBLO Y ESTADO
6 (47)-
I) La libertad, que es un deber moral de la persona, queda trans- A) Los hombres, personas y no masa 1 .
formada [en un Estado democrático abandonado al arbitrio
de la masa] en una pretensión tiránica de dar libre curso a los a) El... orden absoluto de los seres y de los fines, que muestra
impulsos y a los apetitos humanos N 5 19 (876). al hombre como persona autónoma, es decir, como sujeto de
II) La libertad individual, liberada de todo lazo, de toda regla, de Meberes y de derechos inviolables, raíz y término de su propia
todos los valores objetivos y sociales, no es, realmente, sino vida social. NS 20 (877).
una anarquía moral. O P M 8 (982). b) Sólo el hombre, la persona humana, y no las sociedades, sean
m) ... el hombre, por ser naturalmente libre, debe vivir desligado las que sean, está dotado de razón y de voluntad moralmente
de toda ley. L 6 (231). libre. DR 29 (687).
n) ... colocar en un mismo plano de igualdad jurídica la verdad y c) ... «pequeño mundo» que supera en valor extraordinariamente a
la virtud con el error y el vicio. L 23 (254). todo el inmenso mundo inanimado. DR 27 (686).
ñ) ... que la Iglesia permita la propagación impune de ciertas teo- d) ... hombres así formados..., en su inviolable integridad..., ufa-
rías que le son contrarias. S 18 (285). nos de su dignidad personal y de su sana libertad..., justamente
o) Libertad para todos de profesar el propio culto..., pero no para celosos de la paridad con sus semejantes..., establemente ape-
el católico como tal...; libertad de enseñanza, pero sujeta al mo- gados a su tierra y a sus tradiciones... SC 2 16 (925).
nopolio de los gobiernos; libertad de prensa, pero no al perio- e) ... devolver a la persona humana la dignidad que Dios le con-
dismo católico...; libertad de públicas y clamorosas manifesta- cedió desde el principio; opóngase a la excesiva aglomeración
ciones, pero las procesiones católicas no salen de las iglesias; de los hombres, casi a manera de masas sin alma; a su incon-
libertad de ministerio..., pero para los católicos sólo cuando los sistencia económica, social, política, intelectual y moral; a su
ministros de la Iglesia tengan en el país al que son enviados falta de sólidos principios. N4 35 (850).
algún elemento prepotente que se imponga al gobierno...; liber- f) El Estado es... la unidad orgánica de un verdadero pueblo...;
tad de propiedad para todos, pero no para la Iglesia. LI 7 no reúne mecánicamente un conglomerado amorfo de indivi-
(426-427). duos. Ns 15 (875).
p) ...mientras todas las opiniones... tienen amplio campo para g) El pueblo vive y se mueve por su propia vida; la masa es de
manifestarse, sólo la religión católica, religión de la casi tota- por sí inerte y sólo puede ser movida desde fuera. N s 16 (875).
lidad de los ciudadanos [españoles] ve que se la vigila odiosa- h) En un pueblo digno de este nombre, el ciudadano siente en sí
mente en la enseñanza y que se ponen trabas a las escuelas. mismo la conciencia de su personalidad, unida al respeto de la
D N 21 (630). libertad y dignidad de los demás. N5 18 (876).
q) ... donde se concede licencia para el mal, no se impida el dere-
cho de hacer el bien. L 31 (258). B) El hombre, origen y fin de la vida pública.
a) Sólo él, completo en la armonía de su vida natural y sobrena-
tural..., es al mismo tiempo el origen y el fin de la vida social.
SC 2 8 (922).
b) ... el hombre, en medio de la familia y de la sociedad..., se-
ñor del mundo. N7 28 (909).
c) ... la Iglesia..., penetrando en las más íntimas profundidades
del ser humano y colocándolo en el centro de todo el orden
' CF. II, II, 1.
PERSONA, PUEBLO Y ESTADO 185*
134» SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS
D) Primacía de la persona sobre el Estado.
social..., este ser humano no es el hombre abstracto..., sino el a) ... el hombre y la familia son, por su propia naturaleza, ante-
hombre completo. SC 2 12 (924). riores al Estado. SP 48 (778).
d) El carácter grandemente centralizador de las naciones moder- b) El Estado puede exigir los bienes y la sangre, pero nunca el
nas que tiene por consecuencia reducir excesivamente las liber- alma, redimida por Dios. SP 52 (780).
tades de las comunidades locales y de los individuos, os re- c) ... los que administran en nombre del Estado, no inmediata-
cuerda la primacía de los valores personales sobre los valores mente al hombre, sino los asuntos del país, de manera que los
económicos y sociales: el bien común, con miras al cual fué individuos no vengan jamás, ni en su vida privada ni en su vida
establecido el poder civil, culmina en la vida autónoma de las social, a encontrarse ahogados bajo el peso de la administra-
personas. M E C 85*. ción del Estado. N E 7 (978).
e) ... el Criador dio al hombre y a la familia peculiares derechos d) ... el reconocimiento... de la personalidad del hombre con sus
y facultades y les señaló una misión, que responde a inequívo- derechos fundamentales sobre los objetos materiales e inmate-
cas exigencias naturales. SP 48 (778). riales, y, como consecuencia, el indestructible rechazo a la
f) Hasta aquellos valores más universales y más altos que sola- absorción de la persona por' parte de la comunidad y a la con-
mente pueden ser realizados por la sociedad, no por el indivi- siguiente extinción de la actividad personal. IP 16 (1046).
duo, tienen, por voluntad del Creador, comojin último el hombre,
así como su desarrollo y perfección natural y sobrenatural.
MBS 35 (659). II. D E R E C H O S PERSONALES Y LIBERTADES CÍVICAS
g) ... el hombre..., raíz y término de su propia vida social. NS 20
A) La persona tiene derechos fundamentales.
( 8 ?7)-
h) ... no se puede atender suficientemente a la constitución equi- 1. Ala vida, educación, familia, trabajo...
librada del organismo social y al bien de toda la sociedad si no a) ... derechos fundamentales de la persona: el derecho a mante-
se da a cada parte y a cada hombre, es decir, a los hombres, ner y desarrollar la vida corporal, intelectual y moral, y particu-
dotados de la dignidad de la persona, todos los medios que larmente el derecho a la formación y educación religiosa; el
necesitan para cumplir su función social particular. DR 52 (703). derecho al culto de Dios privado y público, incluida la acción
caritativa religiosa; el derecho, en principio, al matrimonio y
C) Estado e individuo están mutuamente ordenados. a la consecución de su propio fin; el derecho a la sociedad con-
yugal y doméstica; el derecho de trabajar como medio indis-
a) El hombre, lo mismo que el Estado, tiene su origen en el pensable para el mantenimiento de la vida familiar; el derecho
Creador, y el hombre y el Estado están por Dios mutuamente a la libre elección de estado; por consiguiente, también del es-
ordenados entre si. DR 32 (690). tado sacerdotal y religioso; el derecho a un uso de los bienes
b) ... la persona, el Estado, el poder público, con sus respectivos materiales consciente de sus deberes y de las limitaciones so-
derechos..., íntimamente unidos y vinculados entre sí. N5 21 ciales. N4 37 (850).
(877). b) ... el derecho al honor y a la buena reputación, al derecho y a •
c) ... ni el ciudadano ni el Estado pueden negar los deberes corre- la libertad de venerar al verdadero Dios, al derecho originario
lativos que pesan sobre cada uno de ellos, ni pueden negar o de los padres sobre los hijos y su educación. NE 6 (978).
disminuir los derechos del otro. DR 32 (690). c) ... el derecho a la vida y a la integridad corporal; el derecho
d) ... cuanto más gravosos son los sacrificios... exigidos por el a los medios necesarios para su existencia; el derecho de t e n -
Estado a los ciudadanos y a la familia, tanto más sagrados e der a su último fin por el camino que Dios le ha señalado; el
inviolables deben ser para el Estado los derechos de las con- derecho de asociación, de propiedad y del uso de la propie-
ciencias. SP 52 (780). dad. DR 27 (686).
e) ... gobernantes..., gobernados, sus almas... están... ligadas por 2. A seguir la voluntad de Dios.
derechos y obligaciones. QAM 5 (66). a) ... el hombre en el Estado tiene el derecho de seguir, según
f) ... el hombre no puede rechazar los deberes que le vinculan con su conciencia, la voluntad de Dios y de cumplir sus mandamien-
el Estado y han sido impuestos por Dios. DR 30 (687). tos sin impedimento alguno. L 21 (251).
g) ... repulsa de la excesiva afirmación de cada individuo y de b) ... derecho de las almas a procurarse el mayor bien espiritual
cada pueblo que no sólo no deben sustraerse al necesario servi- bajo el magisterio y la obra formativa de la Iglesia, de este m a -
cio de la comunidad, sino que están obligados a prestarlo de gisterio y de esta obra, única mandataria. NAB 49 (594),
una manera positiva. IP 16 (1046).
136* <
'- SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS
PERSONA, PUEBLO Y ESTADO 137*
c) ... derecho a santificar cristianamente el día del Señor. MBS 43
(661). b) ... derechos primarios y fundamentales, como el de la propie-
dad. F C 22 (734).
3. A vivir su propia vida personal. c) ... el derecho de propiedad nacido de la misma naturaleza sea
a) ... frente al Estado, cada ciudadano tiene el derecho de vivir mantenido intacto e inviolado en manos de quien lo posee.
honradamente su propia vida personal en el puesto y en las Q A M 9 (70).
condiciones en que los designios y las disposiciones de la Pro- d) [Jesucristo] permite y sigue permitiendo el uso de éstos [de los
videncia le han colocado. N5 18 (876). bienes y el poder humanos] a sus poseedores. Q P 8 (503).
4. A una patria y a un hogar. e) La dignidad de la persona humana exige..., como fundamento
a) El hombre... no se sentirá firmemente consolidado en el espa- natural para vivir, el derecho al uso de los bienes de la tierra,
cio y en el tiempo sin territorio estable y sin tradiciones. SC 2 al cual corresponde la obligación fundamental de otorgar a to-
dos, en cuanto sea posible, una propiedad privada. N4 26 (848).
15 (925). f) ... la Iglesia... reconoce... la desigualdad entre los hombres...
b) ... la estabilidad del territorio y el apego a las tradiciones de en la posesión de los bienes. Q A M 9 (70).
familia, indispensables para la sana integridad del hombre, son g) ... a la autoridad pública toca impedir que la libertad indivi-
también elementos fundamentales de la comunidad humana. dual traspase los límites y se apodere de lo ajeno. AB 12 (451).
SC 2 15 (925). h) ... carácter individual y social de la propiedad privada. DR 30
5. A la seguridad jurídica. (668).
a) ... inalienable derecho [de la persona] que ha de ser recono-
cido por amigos y enemigos, a un ordenamiento y a una prác- B) Los derechos de la persona son inviolables.
tica jurídica que sientan y comprendan su esencial deber de a) ... el reconocimiento expreso de los derechos de Dios y de su
servir al bien común. N4 16 (845). ley, fondo sólido sobre el cual están anclados los derechos del
b) ... inalienable derecho del hombre a la seguridad jurídica, y hombre. U E 11 (954).
con ello a una esfera concreta de derecho, protegida contra b) Hay ciertos derechos y libertades del individuo... o de la fa-
todo ataque arbitrario. N4 48 (852). milia que el Estado debe siempre proteger y que nunca puede
c) ... un ordenamiento jurídico... defendido de toda arbitrariedad violar o sacrificar a un pretendido bien común. N E 6 (978).
humana... que se extienda sobre los inviolables derechos del c) ... la sociedad no puede despojar al hombre de los derechos per-
hombre y los proteja contra los ataques de todo poder humano. sonales que le han sido concedidos por el Creador... ni impo-
N4 47 (852). sibilitar arbitrariamente el uso de esos derechos. DR 30
d) La relación entre hombre y hombre, del individuo con la so- (687-688).
ciedad y con la autoridad... debe cimentarse sobre un claro d) ... el hombre como persona tiene derechos recibidos de Dios,
fundamento jurídico y estar protegida... por la autoridad judi- que han de ser defendidos contra cualquier atentado de la comu-
cial. Esto supone un tribunal y un juez..., un derecho clara- nidad que pretendiese negarlos, abolidos o impedir su ejer-
mente formulado, normas jurídicas claras. N4 49 (852). cicio. MBS 35 (659).
6. A participar en la vida pública. e) ... la reivindicación de estos derechos y libertades [religiosas y
cívicas] puede ser, según las circunstancias, más o menos
a) Cuando [una doctrina], desconociendo el respeto debido a la oportuna, más o menos enérgica. F C 34 (740).
persona y a su propia vida, no le concede puesto alguno en sus.
ordenamientos, en la actividad legislativa y ejecutiva, en vez C) Las libertades cívicas no son absolutas.
de servir a la sociedad, la daña. N4 10 (843). 1. Tienen sus limites.
b) Manifestar su propio parecer sobre los deberes y los sacrificios
que le son impuestos, no estar obligado a obedecer sin haber a) ... es totalmente ilícito pedir, defender, conceder la libertad
sido escuchado: he ahí dos derechos del ciudadano que hallan de pensamiento, de imprenta, de cátedra, de cultos, como otros
en la democracia... su expresión natural. N5 14 (875). tantos derechos dados por la naturaleza al hombre. L 30 (258).
b) ... usen de ellas, de las libertades [de pensamiento, imprenta,
7. A la propiedad privada1. enseñanza, cultos], los ciudadanos para el bien. L 30 (258).
a) ... el derecho... de propiedad y del uso de la propiedad. c) ... estas libertades [de pensamiento, imprenta, enseñanza, c u l -
DR 27 (686). tos]... pueden ser toleradas, pero dentro de ciertos límites.
1
Las tesis más importantes sobre la propiedad privada, su uso y su función social se L 30 (258).
hallarán, naturalmente, de una manera más completa en el tomo de documentos sociales d) Siempre fué la Iglesia fidelísima defensora de las libertades c í -
vicas moderadas. L 34 (259).
PERSONA, PUEBLO Y ESTADO 139*
138* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS
f) • El creyente tiene derecho inalienable a profesar su fe y a. prac-
2. Debe el Estado respetarlas y reprimir sus excesos. ticarla en la forma más conveniente a aquélla. MBS 36 (659).
a) ... el deber que tienen [las autoridades] de permitir la libre g) ... nadie sea forzado a abrazar la fe católica contra su voluntad.
manifestación de la voluntad. MBS 48 (663). • I 18 (211).
b) ... es muy natural que, cuando se atacan aun las más elemen- 4. El Estado debe proteger la religión verdadera.
tales libertades religiosas y cívicas, los ciudadanos católicos no a) . . . q u e no es lícito... [al Estado] prescindir de sus deberes
se resignen pasivamente a renunciar a tales libertades. FG 34 religiosos o medir con un mismo nivel todos los cultos. I 1 7 (210).
(740). b) ... las formas usuales del culto divino... no pueden ser todas
c) ... no es licito publicar y exponer a la vista de los hombres lo igualmente aceptables ni igualmente buenas o agradables a Dios.
que es contrario a la virtud y a la verdad, y es mucho menos I 14 (207).
lícito favorecer y amparar esas publicaciones y exposiciones c) ... cuál es la religión que hay que seguir... la religión que Dios
con la tutela de las leyes. I 15 (208). ha mandado. L 15 (243-244).
d) ... las opiniones falsas... y los vicios corruptores deben ser d) Esta es la religión que deben conservar y proteger los gober-
reprimidos por el poder público para impedir su paulatina pro- nantes [la verdadera]. L 16 (245).
pagación. L 18 (246).
e) Los errores de los intelectuales depravados ejercen sobre las 5. La libertad de expresión debe moderarse.
masas una verdadera tiranía y deben ser reprimidos por la ley a) ... la libertad de pensamiento y de expresión, carente de todo
con la misma energía que otro cualquier delito inferido con límite, no es por sí misma un bien. I 15 (207).
violencia a los débiles. L 18 (246). b) ... libertad de expresión..., no existe el derecho a esta liber-
f) Esta represión [de los errores de los intelectuales] es aún más tad cuando se ejerce sin moderación alguna, traspasando todo
necesaria, porque la inmensa mayoría de los ciudadanos no freno y todo límite. L 18 (246).
puede en modo alguno... prevenirse contra los artificios. L 18 c) ... que no debe de ser considerado en absoluto como un de-
(246-247) 1. recho la libertad inmoderada de pensamiento y de expresión.
3. Hay un concepto falso y otro legitimo de la libertad «áe conciencia*. I 17 (210).
a) Es falso... si esta libertad [de conciencia] se entiende erl el d) Existe el derecho de propagar en la sociedad, con libertad y
sentido de que es lícito a cada uno, según le plazca, dar o no prudencia, todo lo verdadero y todo lo virtuoso para que pueda
dar culto a Dios. L 21 (251). participar de las ventajas de la verdad y del bien el mayor
b) [Error si se entiende por]... libertad de conciencia... que los número posible de ciudadanos. L 18 (246).
ciudadanos tienen derecho a la más absoluta libertad para ma- e) ... en las materias opinables, dejadas por Dios a la libre discu-
nifestar y defender públicamente sus opiniones... sin que la sión de los hombres, está permitido a cada uno tener la opinión
autoridad eclesiástica o la autoridad civil puedan limitar esa que le agrade y exponer libremente la propia opinión. L 18 (247).
libertad. Q C 3 (8). f) ... en las cuestiones en las que los maestros de institución di-
c) ... la libertad de cultos... [según la cual] cada uno puede, a su vina no hayan pronunciado su juicio... está completamente
arbitrio, profesar la religión que prefiera o no profesar ningu- autorizada la discusión libre y cada uno podrá mantener y de-
na..., conceder al hombre esta libertad de cultos... equivale fender su propia opinión. PR 77*.
a concederle el derecho de desnaturalizar impunemente una g) ... que estas opiniones [sobre cuestiones discutibles] se presen-
obligación santísima y de ser infiel a ella... no es libertad, es ten con la debida reserva y ninguno condene a otro sólo porque
una depravación de la libertad. L 15 (243-244). no esté de acuerdo con su opinión, y mucho menos desafíe
d) ... puede entenderse también [la libertad de conciencia] en el su lealtad. PR 77*.
sentido de que el hombre en el Estado tiene derecho de seguir, h) Cada uno [entre los católicos] defienda su opinión [en cosas
según su conciencia, la voluntad de Dios y de cumplir sus man- disputables] con libertad pero con moderación, y no crea serle
damientos sin impedimento alguno. Esta libertad, la libertad lícito acusar a los contrarios sólo por esta causa de fe sospecho-
verdadera, la libertad digna de los hijos de Dios..., está por sa o de falta de disciplina. AB 18 (455-456).
encima de toda violencia y de toda opresión. L 21 (251). i) ... queda un campo inmenso abierto a los hombres en los que
e) ... [los liberales] califican de delito contra el Estado todo cuan- pueden éstos extender su industria y ejercitar libremente sus
to se hace para conservar esta libertad cristiana [la libertad ingenios; todo ese conjunto de materias que no tienen conexión
para seguir la voluntad de Dios]. L 22 (252). necesaria con la fe y la moral cristiana, o que la Iglesia... deja
enteramente al juicio de los sabios. L 20 (250). -,-.••' • ./ .-
J Gf. séptima parte, A, 5 y 6.
Í 4
°* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS PERSONA, PUEBLO Y ESTADO 141*
3) ... la diversidad de pareceres en materia política, pareceres que.-- D) Errores sobre la relación de persona a Estado y los dere-
pueden ser defendidos honesta y legítimamente dentro de su chos personales.
propia esfera. C M 3 (132).
k) ... esta libertad [en cuestiones opinables]... muchas veces con- 1. Contra la dignidad de la persona].
duce al hallazgo y manifestación de la verdad. L 18 (247). a) ... la degradación de los hombres en la humillante condición
de una «masa». SC2 14 (925).
6. La libertad de enseñanza es legítima; la «de cátedra», nú. b) [En un Estado democrático abandonado al arbitrio de la masa]
la igualdad degenera en una nivelación mecánica, en una uni-
a) ... el pretender arrogarse el derecho de enseñarlo todo a su ca- formidad monocroma. N5 19 (876).
pricho está en contradicción flagrante con la razón y tiende por c) ... si quien ejerce el poder público 110 ve esa vinculación [per-
su propia naturaleza a la perversión más completa de los espí- sona-Estado-poder público], si la olvida más o menos, sacude
ritus. El poder público no puede conceder a la sociedad esta las mismas bases de su propia autoridad. N5 23 (877).
libertad de enseñanza sin quebrantar sus propios deberes. d) ... desatarlos [al Estado y su poder] del vinculo eminentemente
L 19 (248). ético que los une a la vida individual. N4 55 (853).
b) No hay... motivo para que la libertad se indigne o la verdadera e) Aquellos... que... quieren que todo recaiga sobre la sociedad,
ciencia lleve a mal las justas y debidas leyes que la Iglesia y la incluso la dirección y la seguridad de su propia existencia...
razón exigen igualmente para regular las ciencias humanas. no son ya más que simples ruedas. N13 40 (993).
L 20 (250).
2. Contra sus derechos y libertades.
c) Respecto a la llamada libertad de enseñanza... solamente la
verdad debe penetrar en el entendimiento. L 19 (247). a) ... deportaciones con que los poderes públicos o la dura fuerza
d) ... la doctrina... debe tener por objeto exclusivo la verdad, de los acontecimientos arrancan a las poblaciones de sus tie-
L 19 (247). rras y de sus hogares. SC2 14 (925).
b) Los individuos no tienen derecho alguno de propiedad sobre
e) ... esta libertad [de cátedra]... quede circunscrita dentro de
los bienes naturales y sobre los medios de producción. DR 10
ciertos limites, para evitar que la enseñanza se trueque impu- (676).
nemente en instrumento de corrupción. L 20 (248). c) [La propiedad], fuente principal de toda esclavitud económica.
f) ... «de ninguna manera prohibe [la Iglesia] que semejantes dis- DR 10 (676).
ciplinas, cada una dentro de su esfera, usen principios propios d) ...es lícito violar... el derecho de propiedad de los ricos.
y método propio; pero, una vez reconocida esta justa libertad, Q A M 9 (70).
cuida atentamente de que, oponiéndose tal vez a la doctrina e) ... una libertad ilimitada de conciencia, una libertad absoluta de
divina, no caigan en el error...» Esta norma de la justa libertad cultos, una libertad total de pensamiento y una libertad desme-
científica es al mismo tiempo norma inviolable de la justa li- dida de expresión. I 10 (205).
bertad didáctica o libertad de enseñanza rectamente entendida. f) ... en los aspectos viciosos de estas libertades [y en muchos]...
D M 42 (552-553)- el fundamento necesario de toda constitución política. L 2 (226).
g) Todo hombre es libre para abrazar y profesar la religión que
7. Libertad de asociación l. juzgue verdadera guiado por la luz de la razón. SY 15 (24),
h) ... todos [los cultos] gocen de los mismos derechos. L 16 (244).
a) ... aquello que... [las agrupaciones de orden inferior],., pueden
i) [El Estado] concederá igualdad a todas las religiones. I 10 (205).
hacer por sí mismas, no se les debe quitar. SC 2 (9). j) ... la religión cristiana quedó equiparada con las demás reli-
b) ... las asociaciones... pueden tender todas ellas al bien común giones falsas. QP 12 (509).
del Estado. DR 31 (689). h) El mismo ejercicio del culto católico... no está exento de limi-
c) ... la Iglesia recomienda la existencia en el seno de la nación taciones. D N 22 (630).
de algunos cuerpos intermedios que coordinen los intereses pro- I) ... no es necesario ya que la religión católica sea considerada
fesionales PC 13 (1021). como la única. SY 77 (37).
i) [La Iglesia desea que]... sean fundadas de continuo nuevas II) La expoliación de los derechos personales y la consiguiente
asociaciones católicas. AB 20 (458). esclavitud del hombre... DR 32 (690).
3
Cf. tercera parte, II. En el volumen de Documentos pontificios sociales se incluirán los
m) Libertad de enseñanza... sujeta al monopolio de los gobiernos.
documentos en que se contienen las tesis más importantes sobre la libertad y el derecho LI 7 (427).
de asociación.
1 Cf. I. A.
142* SUMARIÓ SISTEMÁTICO DE "TESIS El, PODER Y SUS LIMITES ' 143*
j) ... la doctrina católica... pone en Dios, como principio natural
y necesario, el origen del Poder político. D 3 (111).
NOVENA PARTE k) ... sea cual sea la forma de gobierno, la autoridad deriva siempre
de Dios. Pg 15 (338).
EL PODER Y SUS LIMITES. ACATAMIENTO I) ... toda autoridad existente entre los hombres, ya sea sobera-
Y OBEDIENCIA na o subalterna, es divina en su origen. AB 8 (447).
II) ... ningún hombre tiene en sí mismo o por sí mismo el derecho
I. NATURALEZA, ORIGEN Y LÍMITES DEL ESTADO de sujetar la voluntad libre de los demás con los vínculos de
este imperio. D 7 (114).
A) L a autoridad es necesaria. 2. La autoridad tiene un carácter sagrado.
a) ... es necesaria en toda sociedad humana una autoridad que la a) Si el poder político de los gobernantes es una participación
dirija. I 2 (191). del poder divino, el poder político alcanza... una dignidad ma-
b) ... no puede ni existir ni concebirse una sociedad en la que no yor que la meramente humana. D 9 (115).
haya alguien que rija y una las voluntades de cada individuo. b) La autoridad es una cosa sagrada para los cristianos. S 3 (269).
D7(IM). c) ... dignidad verdadera y sólida, la que es recibida por un espe-
c) La necesidad obliga a que haya algunos que manden en toda cial don de Dios. D 9 (115).
reunión y comunidad de hombres, para que la sociedad... no d) Aun cuando sea indigno el que ejerce la autoridad, los católicos
desaparezca. D 3 (110). reconocen en ésta una como imagen... de la majestad divina.
d) ... ninguna sociedad puede conservarse sin un eje supremo que S 3 (269-270).
mueva a todos y a cada uno con un mismo impulso eficaz, e) La autoridad sólo tendrá majestad y fundamento universal si
encaminado al bien común. I 2 (191). se reconoce que proviene de Dios como fuente augusta y san-
e) Dios ha querido que... en la sociedad civil haya quienes go- tísima. D 8 (115).
biernen a la multitud. D 7 (114). f) Negar que Dios es la fuente y el origen de la autoridad política
f) ... el poder de la autoridad es un vínculo tan necesario a la so- es arrancar a ésta toda su dignidad y todo su vigor. D 17 (122).
ciedad, que sin aquél ésta se disuelve. H 17 (175). g) ... ni la autoridad política habría perdido el esplendor augusto
g) ... el punto decisivo del que depende la constitución de una y sagrado que la religión le comunicaba, y que es el único que
comunidad en sentido propio: el establecimiento de una co- dignifica y ennoblece la obediencia civil. ID 8 (49).
munidad política... con un poder real que ponga en juego su
responsabilidad. PE 79*. 3. Se manda en nombre de Dios.
a) ... la autoridad es ministro de Dios. D 6 (113).
B) El Poder es de origen divino.
b) ... estad sujetos... a los gobernadores, como delegados suyos [de
1. El Poder se recibe de Dios. Dios] (1 Petr, 2,14). AB 8 (447).
a) El Poder legítimo viene de Dios. L 10 (237). c) ... los reyes y los gobernantes legítimamente elegidos se con-
b) ... en lo tocante al origen del poder político... el poder viene venzan de que mandan, más que por derecho propio, en virtud
de Dios. D 5 (112). de un mandato y una representación del Rey divino. QP 9 (505).
c) ... el Poder público en sí mismo considerado no proviene sino d) . . . a los supremos poderes... debe estar sujeto todo hombre,
de Dios. I 2 (191). ya que aquéllos reciben de Dios el derecho de mandar. Q A M 1
d) ... todos los que tienen el derecho de mandar, de ningún otro (62).
reciben este derecho si no es de Dios. I 2 (191).
e) ... los gobernantes tienen su autoridad recibida de Dios. I 2 (192). C) L a designación d e los gobernantes n o es divina.
f) ... el origen del Poder civil hay que ponerlo en Dios, no en la a) ... si el poder político es siempre de Dios, no se sigue de aquí
multitud. I 17 (210). que la designación divina afecte siempre e inmediatamente a
g) No hay autoridad sino por Dios, y las que hay por Dios han los modos de transmisión de este poder, ni a las formas con-
sido ordenadas (Rom. 13,1). Q A M 6 (66). AB 8 (447). tingentes que reviste, ni a las personas que son el sujeto del
h) ... el mismo que creó la sociedad creó también la autoridad. poder. NC 13 (315).
H 17 (175). b) ... los que han de gobernar los Estados pueden ser elegidos...
i) ... la persuasión de ser divinos su origen, su dependencia y su pdr la voluntad y juicio de la multitud. Con esta elección se
sanción [de la autoridad civil]. D N 18 (629). designa el gobernante, pero no se confieren los derechos del
144* SUMARIO SISTEMÁTICO Dli TESIS El, PODER V SUS UMITES 145*
poder. Ni se entrega el poder como un mandato, sino que se b) La concepción que atribuye al Estado un poder casi infinito.
establece la persona que lo ha de ejercer. D 4 ( m ) . SP 53 (782).
c) ... [en los cambios de regímenes] toda la novedad se reduce c) ... atribuyen a ese mismo poder [político] una facultad ilimi-
a la nueva forma política que adopta el poder civil o al sistema tada de acción entregándola... a... circunstancias históricas y...
nuevo de transmisión de este poder. Pero en modo alguno bienes particulares. SP 39 (775).
afecta al poder considerado en sí mismo. Este poder persevera d) ... lo mismo en el supuesto de que esta soberanía ilimitada se
inmutable y digno de todo respeto. A M 22 (306). atribuya al Estado como mandatario de la nación, del pueblo
o de una clase social, que en el supuesto de que el Estado se
D) Errores acerca del origen del Poder. apropie por sí mismo esa soberanía, como dueño absoluto y
totalmente independiente. SP 46 (777-778).
a) ... la autoridad pública no deriva de Dios su primer origen ni
e) ... supuestos derechos del Estado, absolutos y enteramente in-
majestad, ni su fuerza imperativa, sino de la multitud popu-
dependientes. SP ss (783).
lar. Q A M 2 (63).
f) ... la autoridad del Estado es ilimitada y... frente a ésta... no
b) Nadie tiene derecho a mandar... la autoridad no es otra cosa
se admite apelación alguna a una ley superior. N5 29 (879).
que la voluntad del pueblo. I 10 (204).
g) ... una concepción y una actividad del Estado que no tiene en
c) ... que el poder político depende del arbitrio de la muchedum-
cuenta para nada los sentimientos más sagrados de la humani-
bre. D 17 (122).
dad, que pisotea los principios inviolables de la fe cristiana.
d) ...el pueblo es en sí mismo fuente de todo derecho y autoridad. SC 1 8 (888).
I 10 (204).
i) ... creciente centralismo... creciente uniformidad [de los im-
e) ... derivar el poder político de la multitud como fuente prime-
perialismos], su equilibrio se mantiene solamente con la fuerza
ra. L 12 (238). y con la coacción exterior de las condiciones materiales y del
f) ... la autoridad política brota formalmente del consentimiento aparato jurídico... y no en virtud de la íntima adhesión de los
de las multitudes y no de Dios. AI 12 (354). hombres. SC 2 10 (923).
g) ... una soberanía artificial, asentada sobre un fundamento lábil
y mudable, como es la voluntad de los hombres. AI 12 (355). F) El Poder, al servicio del bien público.
h) ...el pueblo permanece como sujeto detentador del poder.
N C H 22 (411). 1. Su misión: el bien público.
i) ... la autoridad... reside primordialmente en el pueblo y deriva a) Procurar el bien común... oficio propio de gobernantes. I H Q 5
de ésta por vía de elección... sin que por esto abandone al pue- (488).
blo y se haga independiente de él. N C H 14 (409). b) ... la última legitimidad moral y universal del regnare es el
j) ... los que ejercen el poder no lo ejercen como cosa propia, serviré. N4 56 (853).
sino como mandato o delegación del pueblo. D 3 (111). c) ... el poder político no ha sido dado para el provecho de un
k) ...el pueblo... traspasa [a los gobernantes]... una delegación particular... para utilidad de aquellos a quienes ha sido en-
para mandar, y aun ésta sólo para ser ejercida en su nombre, comendado, sino para el bien de los subditos que les han sido
í 10 (204). confiados. D 12 (117).
I) ... autoridad y subordinación deriva exclusivamente de la co- d) ... [el] poder... les ha sido conferido para edificación y no para
lectividad como de su primera y única fuente. DR 10 (676). destrucción. Q A M 7 (67).
II) ... el poder político existe por mandato o delegación del pue- e) ... el poder político ha sido constituido para utilidad de los go-
bernados. Y aunque el fin próximo de su actuación es propor-
blo. H 15 (173). cionar a los ciudadanos la prosperidad de esta vida terrena...
m) ... todo el poder viene del pueblo. D 3 (111). no debe disminuir, sino aumentar, al ciudadano las facilidades
n) ... la autoridad sube de abajo hacia arriba. N C H 21 (411). para conseguir el sumo y último bien. L 16 (245).
ñ) La autoridad... es... la mera suma del número. SY 60 (33). f) ... los gobernantes tienen, respecto de la sociedad, la obliga-
o) ... la misma voluntad popular que entregó el poder puede revo- ción estricta de procurarle... los bienes de espíritu. L 14 (242).
carlo. D 3 (111).
2. El poder es limitado y responsable.
E) E r r o r e s absolutistas sobre el Estado. a) ... quien ejerce el poder [vea] en su cargo la misión de reali-
zar el orden querido por"Dios. N5 23 (877).
a) ... los partidarios del liberalismo, que atribuyen al Estado un b) ... el poder político... ha sido establecido por el Supremo Crea-
poder despótico e ilimitado. L 22 (252). dor para regular la vida pública según las prescripciones dé
146* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS EL PODER V SUS LÍMITKS I I

aquel orden inmutable que se apoya y es regido por principios e) Despreciar el poder legítimo, sea quien sea el titular del podi-i,
universales. SP 44 (777). es tan ilícito como resistir a la voluntad de Dios. I 2 (193).
c) Solamente la clara visión de los fines señalados por Dios a toda f) El poder legítimo viene de Dios, «y el que resiste a la autoridad
sociedad humana, unida al sentimiento hondo de los sublimes resiste a la disposición de Dios» (Rom. 13,2). De esta manera
deberes de la acción social, puede colocar a aquellos a quienes la obediencia queda dignificada de un modo extraordinario,
ha sido confiado el poder en situación de cumplir sus propias pues se presta. obediencia a la más justa y elevada autoridad.
obligaciones. N 5 24 (877). L 10 (237).
d) Todas las cosas en las que la ley natural o la voluntad de Dios g) ... afirmando,de una vez para siempre el principio indiscutible
resultan violadas no pueden ser mandadas ni ejecutadas. D 11 de que, sea cual sea la forma de gobierno, la autoridad deriva
(116-117). siempre de Dios, la razón reconoce, como consecuencia, en los
e) Este ordenamiento [jurídico de la sociedad]... posee también el unos el derecho legítimo de mandar, e impone a los otros el
poder de coacción... pero en el justo cumplimiento de este deber correlativo de obedecer. Pg 15 (338).
derecho una autoridad digna... jamás dejará de sentir su angus- h) ... faltando la persuasión de ser divinos su origen, su dependen-
tiosa responsabilidad ante el eterno Juez. N4 15 (844). cia y su sanción, llega a perder, junto con su más grande fuerza
f) ... el poder debe ser justo, no despótico, sino paterno... ha de de obligación, el más alto título de acatamiento y respeto.
ejercitarse en provecho de los ciudadanos. I 2 (192). D N 18 (629).
g) ... los poderes públicos, para proteger la libertad del ciudadano i) ... derivada la autoridad, no de Dios, sino de los hombres, ha
y a la vez servir al bien común por la activa cooperación de sucedido que... hasta los mismos fundamentos de la autoridad
todas las fuerzas vivas de la nación, deben ejercer su actividad han quedado arrancados, una vez suprimida la causa principal
con firmeza e independencia. PC 14 (1021). de que unos tengan el derecho de mandar y otros la obligación
h) ... los altos cargos políticos del Estado y todos los funcionarios dé obedecer. Q P 8 (504).
públicos... deben cumplir sus deberes por obligación de con- j) ... desde... que se quiso atribuir al origen de toda humana po-
ciencia. DR 82 (719). testad, no a Dios... sino a la libre voluntad de los hombres,
i) ... la Administración pública... debe necesariamente desenvol- los vínculos de mutua obligación que deben existir entre los
verse con... una sobriedad... grande. DR 82 (719). superiores y los subditos se han aflojado. AB 7 (446).
j) ... el Estado no es ya, ni lo ha sido en realidad nunca, sobe- k) ... cuando los que gobiernan los Estados desprecian la autori-
rano en el sentido de una ausencia total de ¡imites. JC 6 (1009). dad de Dios, suelen los pueblos burlarse de ellos. AB 9 (448)
2. Es deber de conciencia.
II. ACATAMIENTO Y OBEDIENCIA a) ... los gobernados deberán obedecer a los gobernantes como a
Dios mismo, no por el temor del castigo, sino por el respeto a
A) Los subditos d e b e n obediencia al poder legítimo 1 . la majestad; no con un sentimiento de servidumbre, sino como
1. Se obedece a Dios. un deber de conciencia. Por lo cual la autoridad se mantendrá
en su verdadero lugar con mucha mayor firmeza. D 9 (115-116).
a) Esta obediencia [a la legítima autoridad], por otra parte, no b) ... que los subditos se sometan... por conciencia. Q A M 6 (67).
puede dañar a la dignidad humana, porque, hablando con toda c) ... [a] los que están investidos de autoridad se les ha de obede-
propiedad, se obedece a Dios más bien que a los hombres. cer no de cualquier modo, sino religiosamente, por obligación
Pg 15 (338). de conciencia. AB 8 (447).
b) ... es razonable obedecer al poder legítimo cuando manda lo d) ... todos sometan su parecer a la autoridad de aquel al cual es-
justo como si se obedeciera a la autoridad de Dios, que todo lo tán sujetos y le obedezcan por deber de conciencia. AB 18 (455).
gobierna. Y nada hay más contrario a la verdad que suponer e) ... el no obedecerles [a los gobernantes] constituye un pecado
en manos del pueblo el derecho de negar la obediencia cuando manifiesto. D 7 (114).
le agrade. H 17 (176). f) ... [los ciudadanos se sentirán] obligados... a aceptar con docili-
c) ... los que resisten al poder político resisten a la divina volun- dad los mandatos de los gobernantes y a prestarles obediencia
tad, y... los que rehusan honrar a los gobernantes rehusan hon- y fidelidad. I 2 (192).
rar al mismo Dios. D 9 (116).
d) ... al obedecer por causa de Dios a los gobernantes, su obedien- 3. Es necesidad del bien común.
cia es un obsequio razonable. D 20 (126). a) ... el honor y la conciencia exigen en todo estado de cosas s u b -
* Cf. duodécima parte, II, A. ordinación sincera a los gobiernos constituidos; es necesaria
148* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS EL PODER Y SUS I-fMITER nn*
está subordinación en nombre de ese derecho soberano, indis- d) ... cuando el poder humano manda algo claramente contrario
cutible, que se llama la razón del bien social. N C 16 (316). a la voluntad divina, traspasa los límites que tiene fijados y
b) ... cuando en una sociedad existe un poder constituido y ac- entra en conflicto con la divina autoridad. En este caso es justo
tuante, el interés común se halla ligado a este poder, y por esta no obedecer. L 21 (252).
fa¿ón debe aceptarse este poder tal cual existe... porque re- e) ... cuando no existe el derecho de mandar, o se manda algo
presenta el poder derivado de Dios. N C 11 (315). contrario a la razón, a la ley eterna, a la autoridad de Dios,
c) El fundamento de esta concordia es en la sociedad cristiana el ". es justo entonces desobedecer a los hombres para obedecer a
mismo que en todo Estado bien establecido; la obediencia a la. . Dios. L 10 (237).
legítima autoridad. CM 4 (133). f) ... [a] los que están investidos de autoridad se les ha de obe-
d) De ningún modo debe ser considerado como un progreso de decer... a no ser que manden algo que sea contrario a las divj- *
la vida civil el desprecio osado de todo poder legítimo. ID 6 (47). ñas leyes. AB 8 (447).
g) ... cuando las disposiciones arbitrarias del poder legislativo o
B) El deber de sumisión alcanza a los «gobiernos de hecho». del poder ejecutivo promulgan u ordenan algo contrario a la
ley divina... hav que obedecer a Dios antes que a los hombres.
a) ... aceptar sin reservas, con la lealtad perfecta que conviene al Q A M 7 (68).
cristiano, el poder civil en la forma que de hecho existe. N C 10 h) ...jamás deben ser aceptadas las disposiciones legislativas, de
(315)- cualquier clase, contrarias a Dios y a la religión. A M 32 (308).
b) ... cuando de hecho quedan constituidos nuevos regímenes polí- i) ... si la voluntad de los gobernantes contradice a la voluntad y
ticos [exigidos por la recuperación del orden público], repre- a las leyes de Dios, los gobernantes rebasan el campo de su
sentantes de este poder inmutable, su aceptación no solamente poder y pervierten la justicia. Ni en este caso puede valer su
es lícita, sino incluso obligatoria, con obligación impuesta por autoridad, porque esta autoridad, sin la justicia, es nula. D 11
la necesidad del bien común, que les da vida y los mantiene. (H7).
A M 23 (306). j) ... [puede desobedecerse]... una fórmula de juramento que aun
c) Estos cambios [de las formas políticas vigentes por otras nue- a niños y niñas les impone cumplir sin discusión órdenes que...
vas] están muy lejos de ser siempre legítimos en el origen; es pueden mandar, contra toda verdad y justicia, la violación de
incluso difícil que lo sean. Sin embargo, el criterium supremo los derechos de la Iglesia y de las almas. NAB 62 (598).
del bien común y de la tranquilidad pública impone la acepta-
ción de estos nuevos gobiernos establecidos de hecho sustitu- 2. Es lícita la resistencia a la tirania.
yendo a los gobiernos anteriores que de hecho ya no existen. a) ... cuando... esos poderes constituidos se levantasen contra la
De esta manera quedan suspendidas las reglas ordinarias de la justicia y la verdad hasta destruir aun los fundamentos mismos
transmisión de los poderes, y puede incluso suceder que con de la autoridad, no se ve cómo se podría entonces condenar
el tiempo queden abolidas. N C 15 (316). el que los ciudadanos se unieran para defender la nación y de-
fenderse a sí mismos con medios lícitos y apropiados. FC 35
C) La desobediencia puede ser justa, pero no la rebelión'. (740-741).
b) ... coartar la tiranía de los príncipes. I 19 (212).
1. Hay una desobediencia justa. c) ...es licito procurar al Estado otra organización política más
a) Este respeto al poder conscituído no puede exigir ni imponer moderada [que la que tenga a la nación oprimida] bajo la cual
como cosa obligatoria ni el acatamiento ni mucho menos una se pueda obrar libremente. L 31 (258).
obediencia ilimitada o indiscriminada a las leyes promulgadas d) ... coalición de conciencias que no están dispuestas a renunciar
por este mismo poder constituido. AM 31 (308). a la libertad. FC 38 (742).
b) ... distinción entre el poder político y la legislación, y hemos i'J ... principios generales [para las reivindicaciones sociales y po-
demostrado que la aceptación del primero no implicaba en líticas]: que estas reivindicaciones tienen razón de medio o de
modo alguno la aceptación de la segunda en los puntos en los fin relativo, no de fin último y absoluto; que... deben ser accio-
que el legislador, olvidando su misión, se ponía en oposición nes lícitas y no intrínsecamente malas; ... que no proporcionen
con la ley de Dios y de la Iglesia. N C 17 (316). a la comunidad daños mayores... FC 36 (741-742).
c) Una sola causa tienen los hombres para no obedecer: cuando 3. Pero no es licita la rebelión.
se les exige algo que repugna abiertamente al derecho natural a) ... sumisión a los poderes legítimos... prohibiendo toda revo-
o al derecho divino. D 11 (116). lución y todo conato que pueda turbar el orden y la tranquili-
1 Gf. segunda parte, III, D, 4- dad pública. L 17 (245-246).
150* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS
FORMAS DE GOMKKNw 151*
b) ... los ciudadanos tienen la obligación de aceptar los regíme-
nes constituidos y no pueden intentar nada para destruirlos o
para cambiar su forma. A M 17 (304).
c) ... la Iglesia... condena toda insurrección violenta, que sea in- DECIMA PARTE
justa, contra los poderes constituidos. F C 35 (740).
d) ... derecho de rebelión es contrario a la razón. I 17 (210). FORMAS DE GOBIERNO Y SISTEMAS POLÍTICOS.
e) ... provocar revoluciones por medio de la fuerza de las masas LA PARTICIPACIÓN DEL PUEBLO
constituye un crimen de lesa majestad, no solamente humana,
sino divina. I 2 (193).
I. FORMAS DE GOBIERNO Y SISTEMAS P O L Í T I C A
f) Y si alguna vez sucede que los gobiernos ejercen el poder con
abusos y extralimitaciones, la doctrina católica no permite insu- A) T o d o s son lícitos si salvan la religión y la justicia.
rreciones arbitrarias contra ellos, para evitar el peligro de... una
perturbación mayor... un daño más grande. Q A M 7 (68). a) La Iglesia aprueba todas las formas de gobierno con tal de que
queden a salvo la religión y la moral. S 15 (282).
D) E r r o r e s sobre autoridad y obediencia. b) ... la Iglesia católica, no estando bajo ningún respecto ligada
a) ... nadie tiene el derecho de mandar a otro, y pretender que los a una forma de gobierno más que a otra, con tal que queden a
hombres obedezcan a una autoridad que no proceda de ellos salvo los derechos de Dios y de la conciencia cristiana, no en-
mismos es hacerles violencia. H 14 (173). cuentra dificultad en avenirse con las diversas instituciones po-
líticas, sean monárquicas o republicanas, aristocráticas o demo-
b) ... todos los ciudadanos tienen derechos iguales en la sociedad
cráticas. D N 6 (625-626).
civil y no existe en el Estado jerarquía alguna legítima. DR 32
(689). c) ... todas y cada una [de las formas de gobierno] son buenas,
c) ... las autoridades civiles... arbitros absolutos de todo. I 11 (206). siempre que tiendan rectamente a su fin, es decir, al bien común,
d) ... que la autoridad civil sirva al interés de uno o de pocos. razón de ser de la autoridad social. AM 15 (304).
I 2 (192). d) La Iglesia no condena forma alguna de gobierno con tal que sea
e) ... rechazando toda autoridad jerárquica establecida por Dios. apta por sí misma para la utilidad de los ciudadanos. L 32 (259).
e) ...no queda condenada por sí misma ninguna de las distintas
DRio(675)- formas de gobierno, pues nada contienen contrario a la doc-
f) Es lícito negar la obediencia a los gobiernos legítimos, e incluso trina católica, y todas ellas, realizadas con prudencia y justicia,
rebelarse contra ellos. SY 63 (34). pueden garantizar al Estado la prosperidad pública. I 18 (211).
g) ... asociación de delincuentes... anarquistas... ¿Quién no ha f) ... el derecho de mandar no está necesariamente vinculado a
quedado horrorizado al ver... agredidos y asesinados empera- una u otra forma de gobierno... con tal que esta forma garantice
dores, emperatrices, reyes, presidentes de repúblicas poderosí- eficazmente el bien común y la utilidad de todos. I 2 (191).
simas, por la sola razón de haber estado investidos de la auto- g) La Iglesia no condena en modo alguno las preferencias políti-
ridad soberana? AI 15 (356). cas con tal que éstas no sean contrarias a la religión y la justicia.
h) ... una norma de la vida política, la legitimidad del derecho a la C M 3 (132).
rebelión. I 13 (207). h) No hay razón para que la Iglesia desapruebe el gobierno d e
i) si cambia la voluntad popular es licito destronar a los príncipes un solo hombre o de muchos con tal de que ese gobierno sea
aun por la fuerza. H 15 (173). justo y atienda a la común utilidad. D 4 ( m ) .
i) ... si el poder político es siempre de Dios, no se sigue de aquí
que la designación divina afecte siempre e inmediatamente...
a las formas contingentes que reviste. NG 13 (315).
j) ... la Iglesia... en sus relaciones exteriores con los poderes p o -
líticos, hace abstración de las formas que diferencian unos d e
otros. A M 15 (304).
B) Los ciudadanos son libres para preferir el que mejor s e
a c o m o d e a su nación.
a) En el ámbito del valor universal de la ley divina... hay amplio
campo y libertad de movimiento para las más variadas formas
de concepciones políticas. N 2 23 (821).
152* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS FORMAS DE GOBIERNO 153*
b) En este orden especulativo de ideas, los católicos... disfrutan c) [Ni está prohibido]... preferir para el Estado una forma de go-
de plena libertad para preferir una u otra forma de gobierno, bierno moderada por el elemento democrático, salva siempre la
porque ninguna de ellas se opone por sí misma a las exigencias doctrina católica acerca del origen y el ejercicio del poder po-
de la sana razón o a los dogmas de la doctrina católica. A M 15 lítico. L 32 (258-259).
d) ...el pueblo... tiene derecho a hacer valer su voluntad con la
(3°4)-
manifestación de su opinión y con su derecho al voto. N6
c) La práctica afirmación de un sistema político o de otro depen-
de en amplia medida, v a veces decisiva, de circunstancias. Nz 3 (914)-
-23(821). e) En lo que toca a la extensión y a la naturaleza de los sacrificios
d) ... n<#está prohibida a los pueblos la adopción de aquel siste- exigidos a todos los ciudadanos..., la forma democrática de
ma de gobierno que sea más apto y conveniente a su manera gobierno aparece a muchos como un postulado natural impuesto
de ser o a las instituciones y costumbres de sus mayores. D 4 por la misma razón. N5 14 (875).
(m-112). f) ... la democracia, entendida en un sentido amplio, admite dis-
e) ... la Iglesia ha dejado siempre a las naciones la preocupación tintas formas y puede tener su realización tanto en las mo-
de darse el gobierno que juzguen más ventajoso para sus inte- narquías como en las repúblicas. N5 12 (875).
. reses. N C H 31 (415). g ... una injuria hecha a las restantes formas de gobierno [afir-
f): ... en la práctica, la calidad de las leyes depende más de la mar]... que la democracia es la única que inaugurará el reino
calidad moral de los gobernantes que de la forma constituida de la perfecta justicia. N C H 23 (412).
de gobierno. A M 27 (307). h) Si el porvenir ha de pertenecer a la democracia, una parte esen-
g) ... la diferencia que existe entre la legislación y los poderes po- cial en su realización deberá corresponder a la religión de
líticos y su forma es tan grande, que, en un régimen cuya Cristo y a la Iglesia... N5 44 (883).
forma sea quizás la más excelente de todas, la legislación puede E) U n a democracia sana exige determinados requisitos.
ser detestable. A M 26 (307).
a) Una sana democracia.'.. será resueltamente contraria a aquella
C) Los regímenes políticos no son inmutables. corrupción que atribuye a la legislación del Estado un poder
a) ... sea cual sea en una nación la forma de gobierno, de ningún sin freno ni límites, y que hace también del régimen democrá-
modo puede ser considerada esta forma tan definitiva que haya tico... un puro y simple sistema de absolutismo. N5 28 (879).
de permanecer siempre inmutable, aun cuando ésta haya sido b) El Estado democrático, sea monárquico o republicano, debe,
la voluntad de los que en su origen la determinaron. A M 18 como toda otra forma de gobierno, estar investido del poder
(3°5)- de mandar con autoridad verdadera y eficaz. N5 20 (877).
b) ... esta necesidad social justifica la existencia y la constitución c) ... donde está vigente una verdadera democracia, la vida del
de un nuevo régimen político, sea cual fuere la forma que adopte, pueblo está como impregnada de sanas tradiciones... Represen-
ya que... este régimen nuevo está exigido necesariamente por tantes de estas tradiciones son... las clases dirigentes. N6 11
la recuperación del orden público. A M 22 (306). (9i6).
c) Estos cambios [de las formas políticas vigentes por otras nue- d) ... los verdaderos amigos del pueblo no son ni revolucionarios
vas] están muy lejos de ser siempre legítimos en el origen; es ni innovadores, sino tradicionalistas. N C H 44 (421).
incluso difícil que lo sean. Sin embargo, el criterium supremo e) ... en un Estado democrático la vida cívica impone altas exi-
del bien común y de la tranquilidad pública impone la acepta- gencias a la madurez moral de cada ciudadano...; muchos de
ción de estos nuevos gobiernos establecidos de hecho sustituyen- éstos... tienen su parte en la responsabilidad en el desorden
do a los gobiernos anteriores que de hecho ya no existen. De actual de la sociedad. PC 10 (1020).
esta manera quedan suspendidas las reglas ordinarias de trans- I) ... en una sociedad democrática, como quiere ser la moderna,
misión de los poderes y puede incluso suceder que con el tiem- el simple título de nacimiento no es ya suficiente para conquistar
po queden abolidas. NG 15 (316). la autoridad y la confianza... N6 12 (916).
D) La democracia es forma legítima, aunque no la única. g) ... ninguna democracia política es viable si no tiene puntos de
a) ... los que han de gobernar los Estados pueden ser elegidos... arraigo profundo en la democracia económica. N C H 18 (410).
por la voluntad y juicio de la multitud. D 4 ( m ) . h) ... la cuestión de la elevación moral, de la aptitud práctica, de
b) ... [que] el pueblo tenga una mayor o menor participación en la capacidad intelectual de los diputados en el parlamento, es
el gobierno... puede no sólo ser provechosa, sino incluso obli- para todo el pueblo organizado democráticamente una cuestión
gatoria para los ciudadanos. I 18 (211). de vida o muerte, de prosperidad o de decadencia. N5 25 (878).
154* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS
FORMAS DE GOBIERNO 155*
F) Postulados falsos de la democracia radical *.
b) ... una verdadera y propia estatolatría pagana. NAB 51 (595).
a) ... la voluntad del pueblo..., ley suprema independiente de todo c) [El totalitarismo] constituye un sistema contrario a la dignidad
derecho divino y humano. Q C 4 (9). y al bien del género humano. N7 28 (909).
b) ... es necesario que todo cambie al compás de la voluntad del d) ... totalitarismo, el cual reduce al hombre a no ser más que una
pueblo. I 13 (207). ficha en el juego político, un número en los cálculos económi-
c) ... si cambia la voluntad popular es lícito destronar a los prín- cos. N7 28 (909).
cipes aun por la fuerza. H 15 (173). e) ... el totalitarismo... es incompatible con una verdadera y sana
d) ... el pueblo permanece como sujeto detentador del poder. N C H democracia. N7 29 (909).
24 (410- f) ... el totalitarismo..., por su misma naturaleza, es necesaria-
e) ... el número como fuerza decisiva y la mayoría como creadora mente enemigo de la verdadera y libre opinión de los ciudada-
exclusiva del derecho y del deber. L 12 (238). nos. PO 19 (973).
f) . . . l a ley, reguladora..., queda abandonada al capricho de una g) ... los totalitarios, para quienes la ley y el derecho no son más
mayoría numérica. L 12 (239). que instrumentos en manos de los círculos dominantes. P O 20
g) ¿Se atrevería alguien a decir con seguridad que la mayoría de (973)-
los hombres es apta para juzgar, para apreciar los hechos y las h) ... el totalitarismo fracasa en lo que es la única medida del
corrientes en su verdadero peso, de suerte que la opinión sea progreso. N7 28 (909).
guiada por la razón? PO 12 (971). i) [El totalitarismo] representa un continuo peligro de guerra.
h) ... la vida de las naciones se halla disgregada por el culto ciego N7 29 (909).
del valor numérico. O P M 6 (982). j) ... incompatibilidad de la concepción nacionalsocialista con la
i) ... el ciudadano en realidad no es otra cosa que una mera unidad doctrina cristiana. SG 1 17 (890).
cuyo total constituye una mayoría o una minoría que puede k) ... el criminal abuso del poder público para ponerlo al servicio
invertirse por desplazamiento de algunas voces o quizás de una del terrorismo colectivo [comunismo]. Dr 32 (690).
sola..., de su posición y de su papel en la familia no se hace 1) El imperialismo moderno... no busca al hombre en cuanto tal,
cuenta alguna. O P M 6 (982). sino las cosas y las fuerzas a las que le hace servir. SCZ 6 (922).
j) Las leyes..., en vez de ser la razón escrita, representan sólo la
fuerza numérica y la prevalente voluntad de un partido políti-
co. AI 12 (335). II. PARTICIPACIÓN DEL PUEBLO E N EL GOBIERNO
k) [En] un Estado democrático abandonado al arbitrio de la masa...
la libertad... queda transformada en una pretensión tiránica... A) E s obligada e n todo régimen.
La igualdad degenera en una nivelación mecánica. N5 19 (876). a) ... el pueblo tenga una mayor o menor participación en el go-
I) ...la masa... es la enemiga capital de la verdadera democracia bierno... puede no sólo ser provechosa, sino incluso obliga-
y de su ideal de libertad y de igualdad. N5 17 (876). toria para los ciudadanos. I 18 (211).
II) El Estado... puede servirse también de la fuerza elemental de b) ... el pueblo... tiene derecho a hacer valer su voluntad con la
la masa, manejada y aprovechada con habilidad; en las manos manifestación de su opinión y con su derecho al voto. N6 3 (914).
ambiciosas de uno solo o de muchos, reagrupados artificial- c) ... en lo que toca a la responsabilidad, la estructura de la má-
mente por tendencias egoístas. N5 16 (876). quina moderna del Estado, el encadenamiento casi inextrica-
m) En los sistemas democráticos..., cuando el interés individual ble de las relaciones económicas y políticas no permiten al
está puesto bajo la protección de aquellas organizaciones colec- simple ciudadano intervenir eficazmente en las decisiones p o -
tivas o de partido a las cuales se les exige proteger la suma de líticas. Todo lo más, con su voto libre puede tener alguna
los intereses individuales antes que promover el bien de to- influencia en la dirección general, y aun esto en una medida
dos... N16 37 (1038). limitada. pC 9 (998).
n) Al separar la fraternidad de la caridad cristiana así entendida,
la democracia, lejos de ser un progreso, constituiría u n retro- B) L a opinión pública, auténtico pafrimonio social.
ceso desastroso para la civilización. N C H 23 (413). a) La opinión pública es... el patrimonio de toda sociedad normal
G) Los sistemas totalitarios, condenados. compuesta de hombres que, conscientes de su conducta p e r -
sonal y social, están íntimamente ligados a la comunidad de la
a) Abuso autocrático del poder del Estado. DR 31 (689). que forman parte..., el eco natural... de los sucesos y de la
1
Cf. segunda parte, III, E, a. situación actual en sus espíritus y juicios, pe 3 (969).
b) Allí donde no apareciere manifestaci6n alguna de la opinión
156* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS i;i, OUUI..N INII.K.VU ÍDNAL 107*
pública..., donde hubiera que registrar su real inexistencia... e) ... [periódicos y publicaciones]... tienen la noble tarea y ambi-
se debería ver un vicio, una enfermedad, un mal de la vida ción de ayudar a esa opinión pública a encontrar y mantenerse
social, po 4 (970). en la senda de la verdad y la justicia. PR 76*.
c) Ahogar la voz de los ciudadanos, reducirla a un silencio forzado,
es a los ojos de todo cristiano un atentado contra el derecho D) L a representación popular.
natural del hombre, una violación del orden del mundo tal a) ... todo cuerpo legislativo... tiene que reunir en su seno una
como Dios lo ha establecido, po 5 (970). serie de hombres...-representantes de todo el pueblo..., la ima-
d) Tan deplorable, y tal vez más funesta todavía por sus conse- gen de la múltiple vida de todo el pueblo..., de juicio justo
cuencias, es la [situación] de los pueblos donde la opinión y seguro, de sentido práctico y recto..., de doctrina clara y
pública permanece muda, no por haber sido amordazada por sana, de propósitos firmes y rectilíneos. N5 26 (878).
una fuerza exterior, sino porque le faltan aquellos presupuestos b) Su posición [del ciudadano] y su papel en la familia y en la
interiores que deben hallarse en todos los hombres que viven profesión... [deben entrar en el sufragio]. O P M 6 (982).
en comunidad, po 7 (970). c) ... los que han de gobernar los Estados pueden ser elegidos por
e) ... allí donde la opinión pública deja de funcionar libremente, la voluntad y juicio de la multitud. D 4 (111).
allí es donde está en peligro la paz. po 21 (974).
f) Lo que hoy en día se llama opinión pública..., una impresión
artificiosa y superficial; nada de un eco espontáneo despertado
en la conciencia de la sociedad y dimanante de ésta, po 8 (970).
g) ... crear artificiosamente, con el poder del dinero, de una ar- UNDÉCIMA PARTE
bitraria censura, de juicios unilaterales, de falsas afirmaciones,
una llamada opinión pública que mueve el pensamiento y la EL ORDEN INTERNACIONAL. LA COMUNIDAD DE
voluntad de los electores como cañas agitadas por el viento.
N7 26 (908).
LOS ESTADOS
h) ... la pretendida opinión pública es dictada, impuesta, de grado
o por fuerza; desde que las mentiras, los prejuicios parciales, I. E L ORDEN INTERNACIONAL, SUJETO A DERECHO
los artificios del estilo, los efectos de voz y gesto, la explotación
del sentimiento, vienen a hacer ilusorio el justo derecho de los A) El género h u m a n o , unidad suprema.
hombres a su propio juicio, po 21 (974). a) ... género humano, unificado por la unidad de su origen común
i) ... el olvido de todo sentido moral es... [para muchos sistemas en Dios..., por la unidad de naturaleza..., por la unidad del
basados en la mentira] parte integrante de la técnica en el fin próximo de todos y por la misión común..., por la unidad
arte de formar la opinión pública, de dirigirla, de acomodarla de habitación, la tierra...; por la unidad de bien supremo,
al servicio de su política'. N9 10 (944). Dios mismo...; por la unidad de los medios para conseguir
C) Misión de la prensa: servir a la opinión. este supremo fin. SP 30 (769).
b) ... unidad de derecho y de hecho de toda la Humanidad. SP 34
a) ... la prensa tiene un papel decisivo que realizar en la educa- (770-771).
ción de la opinión, no para dictarla o dirigirla, sino para ser- c) ... el único origen y el único fin último de todos ¡os hombres y
virla útilmente, po 16 (972). pueblos, el único Dios y Padre de todos, el único y unificante
b) ... la prensa católica debe oponer un obstáculo infranqueable precepto del amor de Dios y del prójimo, el único Redentor [e]
al retroceso progresivo, a la desaparición de las condiciones Iglesia por El fundada... IP 23 (1048).
fundamentales de una sana opinión pública y consolidar e in- d) ... ley de mutua solidaridad y caridad humana, impuesta por
cluso reforzar lo que de ella queda, po 15 (972). el origen común y por la igualdad de la naturaleza racional en
c) ... la prensa católica tiene señalado su puesto para expresar todos los hombres, sea cual fuere el pueblo al que pertenecen.
con fórmulas claras el pensamiento del pueblo, confuso, vacilan- SP 28 (768).
te, embarazado ante el mecanismo moderno de la legislación c.) ... el bien común... no puede ni existir ni ser concebido sin
positiva, po 20 (974). su relación intrínseca con la unidad del género humano. N i 3 26
d) La prensa toma una decidida posición de hecho y de derecho (990).
a favor de la justa libertad de pensar y del derecho de los hom-
bres a su juicio propio, pero los contempla a la luz de la ley f) ... el orden absoluto de los seres y de los fines... incluye...,
divina, po 21 (974). como exigencia moral y como coronamiento del desarrollo so-
158* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS El, ORDEN INTERNACIONAL 150»
cial, la unidad del género humano y de la familia de los pueblos. sobre la movediza e incierta arena de normas efímeras, inven-
N 5 32 (880)1. tadas por el arbitrio de un egoísmo utilitario, colectivo o in-
dividual. SP 60 (787).
B) Esta u n i d a d vincula a los pueblos. g) ... coexistencia en el amor de Dios..., una convivencia de paz
a) ... porque la unión de éstos [de los pueblos] hay que referirla verdadera, inspirada y vigilada por el orden moral que Dios
a una exigencia y a un impulso de la misma naturaleza, y, por ha impuesto. N16 17 (1030).
tanto, los elementos fundamentales de tal unión revisten el h) [El orden nuevo del mundo]... deberá levantarse sobre el in-
carácter de necesidad moral, por tener su origen en la misma concuso y firme fundamento del derecho natural y de la reve-
naturaleza. IP 17 (1046). lación divina. SP 60 (787).
b) ... hoy más que nunca están los pueblos unidos por el doble i) ... la ley natural es la sólida base común de todo derecho y de
vínculo natural de una común indigencia y una común bene- todo deber, el lenguaje universal necesario para cualquier acuer-
volencia, dados el gran progreso de la civilización y el mara- do ; es aquel tribunal supremo de apelación que la Humanidad
villoso incremento de las comunicaciones. PD 11 (479). ha deseado siempre para poner fin a los eventuales conflictos.
c) Y si bien los pueblos... se van diferenciando unos de otros, no IP 13 (1044).
por esto deben romper la unidad de la familia humana, sino j) ... la idea grande y eficaz que los hiciera [a los diversos Esta-
t más bien enriquecerla con la comunicación mutua de sus pecu-
dos] firmes en la defensa y activos en un común programa de
liares dotes espirituales y con el recíproco intercambio de bie- civilización..., el ideal del derecho natural como base de la orga-
nes. SP 34 (771). nización del Estado y de los Estados. N i 6 28 (1034).
d) ... el Evangelio no presenta una ley de caridad para las perso- k) ... las relaciones normales y estables, la amistad internacional
nas particulares y otra ley distinta para los Estados y las na- fructuosa exigen que los pueblos reconozcan y observen los
ciones, que, en definitiva, están compuestas por hombres par- principios normativos del derecho natural, regulador de la
ticulares. PD 11 (479). convivencia internacional. SP 55 (783).
e) El odio entre los pueblos es siempre de una injusticia cruel, I) [Es errado]... separar el derecho de gentes del derecho divino,
absurda e indigna del hombre. PC 10 (999). para apoyarlo en la voluntad autónoma del Estado como fun-
f) La Iglesia católica educa las conciencias para que se considere damento exclusivo. SP 57 (784).
prójimo no a este o aquel hombre, sino a un pueblo entero; II) ... postulado de toda acción pacificadora es el reconocimiento
y no sólo a un pueblo, sino a los hombres de todos los pueblos. de la existencia de una ley natural común a todos los hombres
IP 26 (1048). y a todos los pueblos, de la cual derivan las normas del ser,
del obrar y del deber, y cuya observancia facilita y asegura
C) El orden internacional, sujeto al derecho natural. la convivencia pacífica y la colaboración mutua. IP 13 (1044).
m) Faltándoles el cimiento moral del temor de Dios, esos acuerdos
a) ... una norma universal de rectitud moral... en la vida política [internacionales]... se convertirían en fuente de nueva recípro-
y en las mutuas relaciones internacionales. SP 20 (764). ca desconfianza. N16 17 (1030).
b) ... aquel espíritu del que únicamente puede provenir la vida,
autoridad y obligatoriedad a la letra muerta de los párrafos D) Principios del derecho de gentes.
de los ordenamientos internacionales; es decir, de aquel senti- a) El derecho a la existencia, el derecho al respeto y al buen nom-
miento de íntima y aguda responsabilidad que mira y pondera bre, el derecho a una manera de ser y a una cultura propias,
estatutos humanos según las santas e indestructibles normas el derecho al propio desenvolvimiento, el derecho a la obser-
del derecho divino. N i 18 (810). vancia de los tratados internacionales, y otros derechos equi-
» c) ... seria y profunda moralidad en las normas del consorcio en- valentes, son exigencias del derecho de gentes dictado por la
tre las naciones. N2 28 (822). naturaleza, je 5 (1009).
d) Si se buscan garantías sólidas para la colaboración entre paí- b) El derecho positivo de los pueblos, indispensable también a la
ses..., sólo los valores de orden espiritual se revelarán eficaces. comunidad de los Estados, tiene la misión de definir con ma-
EE 6 (1004). yor exactitud las exigencias de la naturaleza y adaptarlas a las
e) Este nuevo orden [internacional]... ha de alzarse sobre la roca circunstancias concretas y, además, la de adoptar, mediante
indestructible e inmutable de la ley moral, manifestada por el una convención que, libremente contraída, se convierta en obli-
mismo Creador mediante el orden natural. N3 17 (832). gatoria, otras disposiciones, ordenadas siempre al fin de la co-
f) [El orden nuevo del mundo]... no deberá en adelante apoyarse munidad, je s (1009).
* Cf. cuarta parte, A, e. c) ... necesidad de establecer mediante tratados y convenios in-
160» SUMARIO SISTEMÁTICO DB TBSIS IX ORDEN IVIMiiNAUONAI. 161

ternacionales lo que según los principios de la naturaleza no con quien se convino [un tratado] cuando el cambio de situa-
constaba con certeza y completar aquello acerca de lo cual ción ha sido... radical. I H Q i (485),
callaba. IP 16 (1045). E) L o s conflictos entre naciones deben someterse a derecho.
d) ... la garantía del porvenir exige: la justicia, que de una parte
y de otra aplique una idea igual. Lo que una nación... reivin- a) ... el precepto de la paz es de derecho divino... Su fin es la
dique para sí... debe concederlo también sin condiciones a la protección de los bienes de la Humanidad en cuanto bienes del
otra nación, al otro Estado...; el derecho de cada pueblo para Creador. N i o 31 (965).
ejercer su actividad... no puede ser artificialmente limitado ni b) ... e\ punto fundamental debe ser que la fuerza material de
yugulado por medios opresivos. PC 11 13 14 (999). las armas quede sustituida por la fuerza moral del derecho.
e) ... el presupuesto indispensable de toda pacífica convivencia y D L D s (466).
la condición indispensable de las relaciones jurídicas del dere- c) ... cada vez más evidente la inmoralidad de la llamada guerra
cho público vigente entre los pueblos es la mutua confianza... de agresión. N s 37 (881).
a la palabra empeñada. SP 56 (783-784). d) Toda guerra de agresión contra aquellos bienes que el ordena-
f) ... las relaciones económicas entre las naciones en tanto serán miento, divino de la paz obliga incondicionalmente a respetar
factores de paz en cuanto obedezcan a las normas del derecho y a garantizar y, por consiguiente, también a proteger y defen-
natural, se inspiren en el amor, tengan en cuenta a los demás der, es pecado, delito, atentado contra la majestad de Dios crea-
y sean fuentes de ayuda. N16 23 (1032). dor y ordenador del mundo. N i o 28 (965).
g) ...fidelidad en la observancia de los pactos. N2 27 (822). e) ... parece llegada la hora de que la Humanidad, en su progreso,
h) Como si una de las partes obligadas pudiera por sí sola separar se pregunte francamente si debe resignarse a lo que en el pasado
caprichosamente los deberes aceptados y los derechos adqui- pareció una dura ley histórica o si, por el contrario, debe buscar
ridos, siendo así que los deberes y los derechos están tan ínti- caminos, realizar generosos esfuerzos en todos los campos de
mamente unidos que constituyen una sola y única totalidad ju- la vida, para librar al género humano de la pesadilla reiterada
rídica. A M 37 (309). de los conflictos bélicos. IP 11 (1044).
i) ... las justas exigencias de las naciones y de los pueblos me- f) ... la teoría de la guerra, como medio apto y proporcionado
recen u n benévolo examen... por medio de una equitativa, para resolver los conflictos internacionales, está va sobrepasada.
prudente y concorde revisión de los tralados. N i 18 (810). N s 36 (881).
j) ... con el transcurso del tiempo y el cambio sustancial de las g) Otros medios [distintos de la guerra] existen ciertamente y otros
circunstancias..., un tratado... o alguna de sus cláusulas... procedimientos para vindicar los propios derechos, si hubiesen
pueden resultar... demasiado gravosas o incluso inaplicables... sido violados. AB 3 (442).
Si esto llega a suceder, es necesario recurrir a tienipo a una h) ... conducir la mentalidad cristiana y religiosa a la reprobación
leal discusión para modificar... SP 58 (784). de la guerra moderna, con sus monstruosos medios de lucha.
N5 36 (881).
k) ... no es lícita la resolución de un tratado sin la notificación
previa, clara y regular, por parte del Estado que quiere denun- i) ... inclinar a los pueblos hacia el establecimiento de una de-
ciarlo a la otra parte contratante. VN 6 (388). terminada conciliación universal entre todos ellos. P D 11 (479).
j) [La ofensiva], cuando se trata de la guerra fría, debe ser con-
I) ... crear o reconstruir las instituciones internacionales que tie- denada absolutamente por la moral. PC 17 (1000).
nen una misión tan alta..., la constitución de instituciones ju- k) ... en sustitución de los ejércitos, la institución del arbitraje.
rídicas que sirvan para garantizar el leal y fiel cumplimiento D L D 5 (466).
de tales tratados [de paz] y en caso de reconocida necesidad I) ... según normas que hay que concertar y sanciones que hay
para revisarlos y corregirlos. N i 17 (810). que determinar contra el Estado que rehuse someter las cues-
II) ... deben surgir instituciones que se dediquen al nobilísimo ofi- tiones internacionales al arbitraje o rehuse aceptar las decisiones
cio de garantizar el sincero cumplimiento de los tratados y de de éste. D L D 5 (466).
promover, según los principios del derecho y de la equidad, II) ... es necesario que con seguridad y honradez se proceda a una
las oportunas correcciones o revisiones. N3 23 (834). limitación progresiva y adecuada de los armamentos. N3 22 (833).
m) ... habrán de establecerse medios apropiados honrosos para.,, m) ... las naciones deben quedar liberadas de la pasada esclavitud
devolver a la norma pacta sunt servanda, «los pactos deben ser de la carrera de armamentos y del peligro de que la fuerza ma-
observados», la función vital y moral que le corresponde. terial, en vez de servir para tutelar el derecho se convierta en
N3 23 (833). tiránica violación de éste. N i 36 (810).
n) ... la persona moral presente no puede identificarse con aquella n) ...materialismo práctico.,., sentimentalismo superficial, con-
DíH-tr. poníi.f. 2 6*
162* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS El. ORDEN INTERNACIONAL 16.1*
siderar en el problema de la paz única o principalmente... la dor y arraigada en la unidad de su origen, de su naturaleza y de
amenaza de las armas, mientras no se da valor alguno a la su destino, je 4 (1009).
ausencia del orden cristiano, que es la verdadera garantía de la d) El Estado, la sociedad de los Estados..., son... formas de la
paz. N13 35 (992). unidad y del orden entre los hombres, necesarias para la vida
humana y parte activa de su perfeccionamiento. N i 3 27 (990-
F) E s lícito y a u n obligado repeler la agresión.
99i)-
1. Por parte del Estado agredido. e) ... que todos los Estados... constituyan una sociedad o... fa-
a) ... ni la sola consideración de los dolores y de los males deri- milia de pueblos, para garantizar la independencia de cada uno
vados de la guerra, ni la cuidadosa dosificación de la acción y conservar el orden en la sociedad humana. PD 13 (480).
y de la utilidad valen, finalmente, para determinar si es moral- f) ... la unión indisoluble de los Estados es un postulado natural,
mente lícito e incluso, en algunas circunstancias concretas, obli- es un hecho que se les impone y al cual ellos, aunque a veces
gatorio..., rechazar con la fuerza al agresor. N i o 30 (965). con vacilaciones, se someten como a la voz de la naturaleza,
b) [Es lícito]... el deseo de liberarse de la dominación de una po- esforzándose también por dar a su unión una regulación ex-
tencia extranjera o de un tirano... sin violar la justicia. L 34 (259). terior estable, una organización. N13 26 (990).
c) Si se produce [la guerra fría], el atacado o los atacados pacíficos g) ... una sincera solidaridad jurídica y económica, una fraterna
tienen no solamente el derecho, sino también el deber de defen- colaboración... entre los pueblos. N2 30 (823).
derse. Ningún Estado o ningún grupo de Estados puede acep- h) En la hora presente se percibe cada vez más la necesidad de
tar tranquilamente la esclavitud política y la ruina económica. la unión, así como la de poner pacientemente las bases sobre
P C 17 (1000). las que habrá de apoyarse. PE 80*.
i) Una necesidad económica vital obliga a los Estados modernos
a. Y de los demás Estados. de potencia media a asociarse estrechamente si quieren llevar
a) [Ante]... una injusta agresión... la solidaridad de la familia adelante las actividades científicas, industriales y comerciales,
de los pueblos prohibe a los demás comportarse como simples que condicionan su prosperidad, su verdadera libertad y su
espectadores en una actitud de impasible neutralidad. N i o 28 despliegue cultural. CE 82*.
(965)- j) Entrar en una comunidad más vasta no se hace nunca sin
b) Su fin [de la paz] es la protección de los bienes de la Humanidad, sacrificios, pero es necesario y urgente comprender el carácter
en cuanto bienes del Creador... algunos de tanta importancia ineluctable y, en definitiva, bienhechor. CE 84*.
para la humana convivencia que su defensa contra la injusta k) Ninguna organización mundial podrá ser viable si no se armo-
agresión es, sin duda, plenamente legítima. A esta defensa está niza con el conjunto de relaciones naturales con el orden nor-
obligada también la solidaridad de las naciones, que tiene el mal y orgánico que rige las relaciones de los hombres y de los
deber de no abandonar al pueblo agredido. N i o 31 (965-966). pueblos. O P M 4 (981).
c) ... una propaganda pacifista que provenga de quien niega la 1) ... el principio teórico fundamental para el tratamiento de es-
fe en Dios..., un simple medio de provocar efectos tácticos de tas dificultades [que se oponen al logro de la comunidad inter-
excitación y confusión. N16 (1029). nacional]... dentro de los límites de lo posible y de lo lícito,
promover lo que facilita y hace más eficaz la unión; rechazar
lo que la perturba; soportar a veces lo que no es posible allanar
II. L A COMUNIDAD DE LOS ESTADOS y en gracia de lo cual, por otra parte, no se podría dejar naufra-
gar a la comunidad de los pueblos, je 9 ( i o n ) .
A) Las naciones forman una c o m u n i d a d natural.
a) ... el género humano, aunque... está dividido en grupos so- B) L a c o m u n i d a d debe respetar los derechos nacionales.
ciales, naciones y Estados..., está ligado... con vínculos mu- a) ... sin anular o destruir, antes bien, respetando y conservando
tuos en el orden jurídico y en el orden moral y constituye una todas las diferencias nacionales que están ordenadas al mismo
universal comunidad de pueblos, destinada a lograr el bien de fin de la paz terrena. PD 14 (482).
todas las gentes y regulada por leyes propias que mantienen b) ... e! respeto íntegro de la libertad de todos y la concesión a
su unidad y promueven una prosperidad siempre creciente. todos de aquellos derechos... necesarios para la vida y para
SP 54 (783). r J „ el desenvolvimiento..., fidelidad íntegra e inviolable d e los
b) ... según la voluntad divina, los pueblos forman toaos ellos pactos estipulados. SP 55 (783).
una comunidad que tiene fin y deberes comunes. N i o 19 (962). c) No se trata de abolir las patrias ni de fundir arbitrariamente
e) ... una comunidad superior de los hombres, querida por el Cre*- las razas. CE 84*.
164* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS EL ORDEN INTERNACIONAL 165»

d) El amor a ¡ti patria deriva directamente de las leyes de la operante de todos aquellos valores de civilización que son pro-
naturaleza. CE 84*. pios y característicos de un determinado grupo. N16 26 (1033).
-e) ... la conciencia de una universal solidaridad fraterna, que la j) ... postulado fundamental de una paz justa y honrosa es ase-
doctrina cristiana despierta y favorece, no se opone al amor, gurar el derec ho a la vida e independencia de todas las naciones,
a la tradición y a las glorias de la propia patria, ni prohibe el grandes y pequeñas, poderosas y débiles. N i 15 (809).
fomento de una creciente prosperidad. SP 37 (773). k) ... un camino para salir de la espesa red [de lucha y odio del
f) ... la ley natural nos impone la obligación de amar especial- mundo] y el retorno a una solidaridad demasiado tiempo ol-
mente... el país en que hemos nacido... hasta... arrostrar incluso vidada, una solidaridad no restringida a estos o a aquellos pue-
la muerte por [nuestra] patria. S 3 (267). blos, sino universal, fundada en la íntima conexión de sus des-
tinos y en los derechos que por igual les corresponden a todos.
C) La soberanía de los Estados debe conciliarse con la auto- N540 (882).
ridad internacional de la comunidad.
a) En esa comunidad de los pueblos, cada Estado está, por consi- D) La comunidad de las naciones, garantía de la paz y del
guiente, encuadrado dentro del ordenamiento del Derecho in- bienestar económico.
ternacional, y con ello dentro del orden del Derecho natural, a) Si la Humanidad... aplica... el perfecto orden cristiano en el
que lo sostiene y corona todo...; el Estado no es ya—ni lo ha mundo, muy pronto verá desvanecerse hasta la posibilidad
sido en realidad nunca—«soberano» en el sentido de una ausencia de la misma guerra justa, que ya no tendrá razón alguna de
total de límites, je 6 (1009). ser desde el momento en que se halle garantizada la actividad
b) Soberanía, en el verdadero sentido de la palabra, significa au- de la Sociedad de los Estados como genuina ordenación de la
tarquía y exclusiva competencia en relación a las cosas y al paz. N13 30 (991).
espacio, según la sustancia y la forma de la actividad, aunque b) ... la autoridad de esa Sociedad de pueblos deberá ser verda-
dentro del ámbito del Derecho internacional, pero sin depen- dera y efectiva sobre los Estados que sean sus miembros, pero
dencia del ordenamiento jurídico propio de cualquier otro Es- de tal forma que cada uno de ellos conserve un derecho igual
tado, je 6 (1029). a su soberanía relativa. N5 33 (880).
c) ... la futura organización política mundial... gozará de una auto- c) ... la organización de la paz a la cual las mutuas garantías y,
ridad efectiva... en la medida que salvaguarde y favorezca por en caso necesario, las sanciones económicas y hasta la inter-
todas partes la vida propia de una sana comunidad humana, vención armada habrían de dar vigor y estabilidad.
de una sociedad cuyos miembros concurran conjuntamente al d) ... estos mismos pueblos [vencidos] deberán tener la esperanza
bien de la Humanidad entera. OPM 10 (982). bien fundada... de poder ser admitidos en la gran comunidad
d) ... ninguna organización del mundo podrá ser viable si no se de las naciones, junto con los demás Estados y con la misma
armoniza con el conjunto de relaciones naturales, con el orden consideración y los mismos derechos. N5 39 (882).
normal y orgánico que rige las relaciones particulares de los e) ... último fin de una verdadera paz... consiste en asociar gra-
hombres y las de los diversos pueblos. O P M 4 (981). dualmente, con todas las necesarias garantías, a los vencedo-
e) Las relaciones internacionales y el orden interno están íntima- res y a los vencidos en una obra de reconstrucción, para uti-
mente unidos, porque el equilibrio y la armonía entre las lidad... de toda la familia de las naciones. N8 35 (936).
naciones dependen del equilibrio interno y de la madurez inte-
f) [La Organización de las Naciones Unidas borre] de sus insti-
rior de cada uno de los Estados en el campo material, social
e intelectual. N4 4 (841). tuciones y de sus estatutos todo vestigio de su origen que fué
necesariamente una solidaridad dé guerra. N i o 26 (964).
f) ... que cada uno muestre comprensión y respeto hacia los sen-
timientos de la otra nación. PC 8 (998). g) ... punto esencial de todo futuro arreglo del mundo sería la
g) ... renuncia al egoísmo y al aislamiento nacional [necesaria para formación de un órgano para el mantenimiento de la paz, órgano
la pacificación social de otros pueblos]. N4 44 (852). investido de una suprema autoridad por consentimiento común,
h) Ningún Estado... podría promover querella por limitación de y cuyo oficio debiera ser también el de sofocar en su raíz cual-
su soberanía, si se le negase la facultad de obrar arbitraria- quier amenaza de agresión, aislada o colectiva. N5 36 (881).
mente y sin consideración hacia otros Estados, je 6 (1010). h) Todo violador del derecho debe ser colocado, como perturba-
i) ... la primera [la vida nacional], derecho y gloria de un pueblo, dor de la paz, en una infamante soledad, lejos de la sociedad
puede y debe ser promovida; la segunda [la política naciona- civil. ¡Ojalá que la «Organización de las Naciones Unidas» pue-
lista], como germen de infinitos males, nunca se rechazará da llegar a ser la plena y pura expresión de esta solidaridad
suficientemente. La vida nacional es, por sí misma, el conjunto internacional de la paz! Ni o 26 (964).
166* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS EL ORDEN INTERNACIONAL 167*

i) ... los violadores del derecho en la comunidad de los pueblos e) ... el punto decisivo del que depende la constitución de una
deben ser condenados como criminales y como tales deben ser comunidad en sentido propio: el establecimiento de una comu-
llamados a rendir cuenta de sus acciones. IP 16 (1046). nidad política europea, con un poder real que ponga en juego
j) La paz... en la sociedad debidamente organizada de los Estados, su responsabilidad. PE 79*.
en la que cada uno de éstos realice en el interior la ordenación d) La Europa unida se propone garantizar la existencia de cada
de la paz de los hombres libres y de sus familias, y en el exte- uno de sus miembros y la del todo que éstos constituyen. EE10
rior la ordenación de la paz de los pueblos. N i 3 47 (994-995). (1005).
k) ... una organización que dé medios a todos los Estados para ase- e) La voz de las autonomías locales, sus aspiraciones y sus preocu-
gurar a sus propios ciudadanos... un conveniente nivel de paciones constituyen un elemento a la vez estimulante y pon-
vida. N2 29 (823). derativo en la elaboración de la unidad federal europea que se
IJ Unidas de este modo las naciones según los principios de la busca. M E C 85*.
ley cristiana, todas las empresas que acometan en pro de la f) La Europa unida se propone... favorecer la prosperidad eco-
justicia y de la caridad tendrán la adhesión y la colaboración nómica [de sus miembros y del conjunto], de tal suerte que
activa de la Iglesia. PD 14 (481). su poder político pueda hacerse respetar como conviene en el
concierto de las potencias mundiales. EE 10 (1005).
III. LA UNIFICACIÓN DE EUROPA, SOBRE BASES CRISTIANAS 3. Su base, los valores cristianos.
I. Varias razones la exigen. a) ... por encima [del] fin económico y político, la Europa unida
debe asumir como misión la afirmación y la defensa de los
a) ... hay todo un cúmulo de razones-que invitan hoy a las nacio- valores espirituales, que en otro tiempo constituían el funda-
nes de Europa a. federarse realmente...: la Europa maltrecha y
mento y el apoyo de su existencia, que ella tenía la vocación
aminorada siente la necesidad de unirse y poner ñn a las secu-
de transmitir a las restantes partes de la tierra y a los otros
lares rivalidades...; ve los territorios antes sometidos a tutela
llegar rápidamente a la edad de la autonomía; comprueba que el pueblos..., la fe cristiana auténtica como base de su propia ci-
mercado de primeras materias ha pasado de la escala nacional vilización y de su propia cultura. EE 11 (1005).
a la escala continental; siente, en fin, y el mundo entero con b) ... Europa... restablezca en sí misma el vínculo entre la religión
ella, que todos los hombres son hermanos y están llamados a y la civilización. U E 10 (954).
unirse en el trabajo para acabar con la miseria de la Humani- c) ... el alma de esta unidad [de Europa en sus siglos de esplen-
dad, para hacer cesar el escándalo del hambre y la ignorancia. dor] era la religión..., [la] fe cristiana. U E 8 (954).
CE 82*. d) Desde el momento en que la cultura se separó de la religión,
la unidad [de Europa] quedó disgregada. U E 9 [954).
b) ... bajo la presión de la necesidad que exige la unificación de
e) ...el mensaje cristiano... permanece, hoy como ayer, el más
Europa, ellos [los hombres de Estado]... comienzan a realizar
precioso de los valores de que es depositaría Europa, y es capaz
sus fines políticos, que presuponen una nueva manera de con-
siderar las relaciones entre los pueblos. PC 6 (997-998). de mantener en su integridad y en su vigor, a la vez que la
idea y el ejercicio de las libertades fundamentales de la persona
c) Una política exterior europea común, susceptible por otra par-
humana, la función de la sociedad familiar y nacional, y d e
te de admitir diferenciaciones... se hace indispensable en un
mundo que tiende a agruparse en bloques más o menos com- garantizar, en el ámbito de una comunidad supranacional, el
pactos. PE 80*. respeto hacia las diferencias culturales, el espíritu de concilia-
ción y de colaboración, aceptando los sacrificios que implica y
2. Como organismo dotado de poder. las obligaciones que impone. PE 81*.
a) Los países de Europa que han admitido el principio de dele- f) Así como en el pasado las fuentes de su fuerza y de su cultura
gar una parte de su soberanía en un organismo supranacional... - fueron eminentemente cristianas, así Europa deberá imponerse
entran, creemos, en una vía saludable, de donde puede salir un retorno a Dios y a los ideales cristianos si quiere encontrar
para ellos mismos y para Europa una vida nueva en todos los de nuevo la base de su unidad y de su verdadera grandeza..
órdenes, un enriquecimiento no solamente económico y cultu- N16 30 (1034).
ral, sino también espiritual y religioso. CE 85*. g) ... lo que debe de quedar... es la Europa genwna, es decir, el
b) ... habréis de buscar los medios para atender a la potenciación conjunto de todos los valores espirituales y civiles que el Occi-
del órgano ejecutivo en las comunidades existentes, para llegar, dente ha acumulado, reuniendo las riquezas de cada una d e
por último, a enfrentaros con la constitución de un organismo las naciones, para distribuirlas al mundo entero. N16 30 (1034).
político único. PE 79*. h) ... una Europa unida, para mantenerse en equilibrio y para
168* SUMARIO SISTEMÁTICO Dfi TESIS
l,OS CATÓLICOS EN LA VIDA PÚBLICA 160»
allanar las diferencias que surjan..., tiene la necesidad de apo-
yarse en una base moral inquebrantable. U E 8 (954). mo tiempo la posibilidad de una unión verdadera y de una co-
i) ... una Europa restablecida, vigorizada, nuevamente conscien- laboración fecunda... de los intereses generales. SP 55 (783).
te de su misión, cristianamente inspirada, quiera expulsar de 2. Sobre la comunidad de naciones.
su organismo los gérmenes venenosos del ateísmo y de la
revolución. N 9 42 (948). a) ... erróneo concepto de una soberanía absolutamente autónoma
y exenta de las obligaciones sociales [para con los otros pue-
j) ... con el enriquecimiento y estímulo que provocarán cierta- blos]. N i o 19 (962).
mente el braceaje de culturas antiguas y profundas, el encuen- b) La vida nacional... [se convirtió en] principio de disolución
tro de temperamentos y de tradiciones complementarias, la cuando comenzó a ser aprovechada como medio para los fines
explotación común de un capital de energías personales y so- políticos...; cuando el Estado, dominador y centralista, hizo
ciales acumulado durante largos siglos de pacíficas conquistas... de la nacionalidad la base de su fuerza de expansión. Entonces
sobre la ignorancia y el error que han dado nacimiento a la nació el Estado nacionalista, germen de rivalidades e incentivo
cultura, a la ciencia y a la vida espiritual de Occidente. CE 84*. de discordias. N i 6 26 (1033).
k) Nos parece necesario que Europa mantenga en África la posi- c) El amor a la patria no significa jamás desprecio a las otras na-
bilidad de ejercer su influencia educadora e informativa y que, ciones, desconfianza o enemistad hacia ellas. pC 15 (1000).
a la base de esta acción, aporte una ayuda material amplia y d) ... el amor a la propia patria... no debe impedir, no debe ser
comprensiva que contribuya a elevar el nivel de vida de los obstáculo al precepto cristiano de la caridad universal, precepco
pueblos africanos y a revalorizar las riquezas naturales de aquel que coloca igualmente a todos los demás y su personal pros-
continente. P E 80*. peridad en la luz pacificadora del amor. SP 37 (773-774)^
3. Sobre la guerra.
i
IV. ERRORES CONTRA EL ORDEN INTERNACIONAL a) ... la guerra es un hecho ajeno a toda responsabilidad moral.
N16 12 (1028).
I. Contra ia solidaridad de los pueblos. b) ... el gobernante que declara una guerra incurriría solamente
en un error político si ésta se perdiese; pero no podría en nin-
a) ... un intransigente nacionalismo, que niega o conculca la soli- gún caso ser acusado de culpa moral y de delito por no haber
daridad entre todos los pueblos, solidaridad que impone a cada conservado, cuando podía, la paz. N16 12 (1028).
uno múltiples deberes para con la gran familia de las naciones. c) ... no aborrece[r] la guerra más que por sus horrores y atrocida-
N i o 18 (962). des..., pero no también por su injusticia. A un sentimiento
b) ... una mentalidad egocéntrica [de los Estados]... que ha tenido semejante, de carácter eudaimonístico y utilitario... N i o 29
una parte preponderante en la responsabilidad de los conflictos
del pasado... podría conducir a nuevas conflagraciones. N i o d) ... la guerra es una de tantas formas admitidas de la acción
20 (963). política, el desenlace necesario, casi natural, de las incurables
c) ... la concepción antigua [es] demasiado unüateraímente nacio- discusiones entre dos países. N16 12 (1028).
nal. P C 6 (998). e) ... si esta justicia [por delitos de guerra] pretendiese juzgar y
d) La soberanía... es la divinización o la omnipotencia del Estado castigar, no ya a las personas individuales, sino colectivamente
en el sentido de Hegel o a la manera de u n positivismo jurídico a comunidades enteras, ¿quién no dejaría de ver en tal proce-
absoluto. JC 6 (1010). dimiento una violación de ¡as normas que rigen todo proceso
humano? N5 41 (883).
e) [La concepción que atribuyeal Estado un podercasi infinitoes]...,
f) ... [no se puede aprobar el... aumento progresivo y desmesura-
dañosa para las mutuas relaciones internacionales, porque rom-
pe la unidad que vincula entre sí a todos los Estados, despoja do de los preparativos de guerra, © sea aquella paz armada...
al derecho de gentes de todo firme valor, abre camino a la vio- AI 13 (355)-
lación de los derechos ajenos y hace muy difícil la inteligencia 4. Sobre ¡a paz.
y la convivencia pacífica. SP 53 (782). «.) ... propaganda pacifista, en la que se abusa de la palabra paz
f) ... aquellos supuestos derechos del Estado, absolutos y entera- para ocultar fines inconfesados. P C 18 (1000).
mente independientes, son totalmente contrarios a esta inmanen- b) ... una propaganda pacifista que provenga de quien niega la
te ley natural [de la constitución de una universal comunidad fe en Dios..., simple medio de provocar efectos tácticos de
de pueblos], entregan al capricho de los gobernantes del Es- excitación y confusión. N16 (1029).
tado las legítimas relaciones internacionales e impiden el mis-
LOS CATÓLICOS EN LA VIDA PÚBLICA 171*
170* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS
e) El deber esencial de los cristianos..., amar a las dos patrias:
5. Sobre los pactos. la natural y la eterna...; que el amor de ésta ocupe el lugar
a) ... considerar los convenios ratificados como cosa efímera y preferente. S 4 (271).
caduca y atribuirse la tácita facultad de rescindidos cuando la f) ... obedecer sus leyes, procurar su honor, defender sus dere-
propia utilidad parezca aconsejarlo, o atribuirse la facultad de chos. I 22 (215).
quebrantarlos unilateralmente..., es un proceder que echa por
tierra la seguridad de la confianza. SP 58 (784-785). G) O b e d e c e r a la jerarquía.
a) ... mantengan la más estrecha unión... con la Santa Madre Igle-
sia, así como con su jerarquía..., obedezcan virilmente las nor-
mas y los preceptos dados por ella. AA 30 (620).
DUODÉCIMA PARTE b) ... conformaréis con toda diligencia vuestra conducta a nues-
tras normas. VN 14 (397).
DEBERES ESPECIALES DE LOS CATÓLICOS EN LA c) ... las normas de conducta que deberán obedecer necesariamen-
te todos los católicos. AA 17 (615).
VIDA PUBLICA d) ... norma de conducta las prescripciones de la Sede Apostóli-
ca y la obediencia a los obispos. I 23 (218).
I. C O N RELACIÓN A LA IGLESIA e) ... así como es necesaria la unión de los obispos... con la San-
ta Sede, así es necesario también que tanto los clérigos como
A) Profesar la doctrina católica. los seglares vivan y obren en completa armonía con sus obispos.
a) ... en la vida práctica, los deberes de los católicos son más S 19 (288).
numerosos y más graves que los deberes de quienes están mal f) ... una firme adhesión a todas las enseñanzas... de los Romanos
instruidos en nuestra fe. S 3 (267). Pontífices y la profesión pública de esas enseñanzas. I 21 (214).
b) ... deber general es la profesión abierta y constante de la doctrina g) ... la concordia de los ánimos pide que las voluntades obedez-
católica y su propagación según la capacidad personal de cada can y estén enteramente sumisas a la Iglesia y al Romano Pon-
uno. S 8 (274). tífice lo mismo que a Dios mismo. S 11 (278).
c) ... ajustar perfectamente su vida y su conducta a los preceptos h) ... permanezcáis estrechamente unidos con aquellos a quienes
evangélicos. I 22 (215). pertenece por derecho propio velar por los intereses religiosos.
d) Han de rechazar... lo que sea incompatible con su profesión V N 16 (399).
cristiana. I 23 (217). i) ... la unión de los miembros entre sí por la mutua caridad y
e) ... los seglares... deben tener una conciencia cada vez más clara, de los miembros con la cabeza por el acatamiento de la auto-
no sólo de pertenecer a la Iglesia, sino de ser la Iglesia misma. ridad. AB 10 (448).
SC2 21 (927). j) Ni está permitido a sus miembros [de la sociedad cristiana]
vivir a su antojo o escoger la táctica de combate que más les
B) A m a r a la Iglesia y a la patria. agrade. S 9 (276).
a) ... hemos de amar a la patria que nos ha dado la vida mortal; k) ... además de una gran conformidad en los criterios y en la ac-
pero debemos tener un amor más entrañable a la Iglesia, que ción, es necesario ajustarse en el modo de proceder a lo que
nos ha comunicado la vida eternamente duradera del alma. enseña la prudencia política de la autoridad eclesiástica. S 19
S 3 (268). (288).
b) ... el amor sobrenatural de la Iglesia y el amor natural debido I) Tampoco es lícito al católico cumplir sus deberes de una ma-
a la patria son dos amores que proceden de un mismo principio nera en la esfera privada y de otra forma en la esfera pública,
eterno..., el mismo Dios. S 3 (268). acatando la autoridad de la Iglesia en la vida particular y re-
ej ... si la ley natural nos impone la obligación de amar especial- chazándola en la vida pública. I 23 (218).
mente... el país en que hemos nacido... hasta... arrostrar in- II) ... guarden cuidadosamente al mismo tiempo el sentido de la
cluso la misma muerte por su patria, mucho mayor es la obliga- obediencia y no emprendan cosa alguna sin orden superior.
ción de los cristianos de tener la misma disposición de ánimo S 19 (287).
con respecto a la Iglesia. S 3 (267).
D) M a n t e n e r la concordia.
dj ... el cristiano debe soportar toda clase de males y preferir
aun la misma muerte antes que ser traidor a la causa de Dios a) ... conservar, ante todo, la concordia de las voluntades y tender
y de la Iglesia. S 3 (269). a la unidad en la acción y en los propósitos. I 23 (217).
172» SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS LOS CATÓLICOS EN LA VIWA l'ÚIH.K \

b) ... os esforcéis por realizar la unión más perfecta de corazones


y voluntades. VN 14 (397). II. C O N RELACIÓN AL ESTADO
c) Rechazad... todos los gérmenes de desunión..., procurad la uní -
dad de pensamiento y la unidad de acción. VN 15 (398). A) Obedecer a la legítima autoridad 1.
d) ... cesen las disensiones y discordias que hay entre los católicos. 1. Cuando manda lo justo.
AB 18 (455).
e) ... la unión de voluntades y la unidad en la acción son imposi- a) Aun cuando sea indigno el que ejerce la autoridad, los católicos
reconocen en éste una como imagen... de la majestad divina.
bles si existe diversidad de opiniones en los entendimientos. S 3 (269-270).
S 10 (277).
f) ... condición necesaria es la unidad en los pareceres. S 10 (276). 2. Pero no si manda inicuamente.
g) ... es indispensable sacrificar todo apego de opiniones propias a) ... a los sacerdotes y a los fieles... que se opongan cristianamente,
que pueda debilitar la fuerza eficaz de la acción común. A M 14 en la medida de sus posibilidades, a una legislación tan inicua.
(303)- AA 7 (608).
h) ... unión completa para defender unánimemente lo que es supe- b) ... postura acertada [la de] los cristianos que no rehusan el
rior a toda ventaja terrena: la religión, la causa de Jesucristo.
combate cuando es necesario. S 19 (286).
N C 4 (313)- c) ... evitar dos peligros: la connivencia con las opiniones falsas
i) En esta lucha [por asegurar la conservación de la religión cató- y una resistencia menos enérgica que la que exige la verdad.
lica] no puede tolerarse lícitamente... la división de partidos. I 23 (218).
A M 8 (302). d) ... se valdrán de todos los medios legítimos que por derecho
j) ... los católicos se abstengan de usar... apelativos... para dis- natural y por disposiciones legales quedan a su alcance a fin
tinguir unos católicos de otros. AB 18 (456). de inducir a los mismos legisladores a reformar disposiciones
k) ... la unión-de los católicos de Europa, en primer lugar, y lue- tan contrarias a los derechos de todo ciudadano. DN 46 (639).
go de los otros continentes, para trabajar unidos en las tareas
e) ... el uso de tales medios [violentos]... no es de la incumben-
de la vida pública, unión basada en la conciencia de un hecho:
cia del clero y de la Acción Católica. FC 36 (742).
que la je les reúne a todos. PC 20 (1000).
f) ... el clero y la Acción Católica deben... fomentar la unión
E) Respetar las discrepancias legítimas. de los ciudadanos.
a) ... en materias opinables es lícita toda discusión moderada con 3. Pueden tolerar lo injusto para evitar males mayores.
deseo de alcanzar la verdad. I 23 (218). a) ... un escrúpulo infundado pensar que se colabora con las auto-
b) ... si se trata de cuestiones políticas, del mejor régimen políti- ridades públicas en una acción injusta si se les pide, aun des-
co, de tal o cual forma de constitución política, está permitida pués de tantos vejámenes, la autorización legal para ejercer
en estos casos una honesta diversidad de opiniones. I 23 (218). libremente el sagrado ministerio. AA 22 (617).
F) U n i r s e en defensa de la religión. b) ... aprobar esta injusta ley o colaborar con ella espontáneamen-
te es totalmente ilícito..., pero es cosa muy distinta la conducta
a) ... si... el cristianismo se halla en peligro... deben cesar al punto de quien se somete por la fuerza, y con repugnancia a estas
todas las diferencias y, con unanimidad de pareceres y volun- indignas órdenes y, más aún todavía, procura, en cuanto está
tades, hay que combatir en defensa de la religión, que es el de su parte, aminorar con su conducta el mortífero efecto de
bien común por excelencia. S 15 (283). los referidos decretos. AA 23 (617).
b) ...católicos de España... dejando a un lado lamentos y recri- c) ... tolera este mal a la fuerza para evitar u n daño mayor.
minaciones y subordinando al bien común de la patria y de la AA 22 (617).
religión todo otro ideal, se unan todos, disciplinados, para la d) ... toda apariencia de cooperación formal y de aprobación de
defensa de la fe. D N 47 (640). la ley queda suprimida por las solemnes y enérgicas reclama-
c) Todos los ciudadanos están obligados a unirse para mantener ciones hechas no sólo por esta Sede Apostólica, sino también
vivo en la nación el verdadero sentimiento religioso y para de- por los obispos y el pueblo [mejicanos durante la persecución].
fenderlo vigorosamente cuando sea necesario. A M 6 (301). AA 25 (618).
d) ... es absolutamente necesario que todos los cristianos resistan, e) ... con esta conducta no aprueban positivamente la ley, no
concentrando sus fuerzas, con perfecta armonía de voluntades, aceptan sus cláusulas; sólo se someten a esta injusta legislación
para que la división interna no sea causa de su derrota ante los
1
astutos ataques de los enemigos. CM 1 (130). Cf. novena parte, II.
174* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS LOS CATÓLICOS Í N I.,\ V1UA PUlll.l 170*
materialmente para evitar el obstáculo que les impide el cum- d) Los que han de tomar parte en la vida política deben evitar
plimiento de sus sagradas funciones. A A 25 (618). con sumo cuidado dos vicios contrarios: el primero de los cuales
usurpa el hombre de prudencia, y el segundo incurre en teme-
B) Cooperar activamente e n la vida pública. ridad. S 18 (285).
1. Para contribuir al bien común. e) ... la... conducta de la Iglesia y de los fieles cristianos debe
ser distinta y adaptarse a las diferentes maneras con que se
a) Es bueno participar en la vida política. L 33 (259). ejecutan en la práctica los decretos referidos [de persecución
b) ... los católicos tienen motivos justos para intervenir en la vida de la Iglesia en los distintos Estados federales de Méjico
política de los pueblos. I 22 (216). en 1932]. A A 18 (615).
c) ... que la acción de los católicos... abarque el poder supremo
del Estado. I 22 (215). G) C u m p l i r deberes y ejercer derechos.
d) ... cada uno en la medida de sus fuerzas procure la defensa,
la conservación y la prosperidad del Estado. L 33 (259). a) ... hechos que exigen rectificación... el desinterés de los asun-
e) ...no querer tomar parte alguna en la vida pública seria tan tos públicos, que se traduce... en la abstención electoral... el
reprensible como no querer prestar ayuda alguna al bien común. fraude fiscal... la crítica estéril de la autoridad... la defensa
I 22 (216).
egoísta de los privilegios a costa del interés general. P C 10 (1020)
f) ... la cooperación en la constitución del Estado, en la organiza- b) ... u n católico se guardará bien de descuidar, por ejemplo, el
ción de sus funciones [tiene] una importancia de primer or- ejercicio del derecho de votar cuando entran en juego el bien
den. Esta cooperación significa... una especial y amplia con- de la Iglesia o de la patria. F C 40 (743).
tribución al bien de la humanidad. N E 2 (977). c) ... sean fundadas de continuo nuevas asociaciones católicas.
g) ... la verdad tiene que ser vivida, comunicada, aplicada en to- AB 20 (458).
dos los campos de la vida...; la verdad, especialmente la cris- d) ... desplegar la propia actividad y usar de su influencia personal
tiana, es un talento que Dios pone en la mano de sus siervos para hacer que los gobiernos cambien en bien las leyes injustas
para que con su trabajo fructifique en obras de bien común. 0 carentes de prudencia. N C 17 (316).
N16 35 (1037). e) ... coopere a una profunda reintegración del ordenamiento j u -
h) ... para hacer que estas... instituciones se pongan... al servicio rídico. N4 45 (852).
sincero y verdadero del bien público. I 22 (216). f) ... colaboren acertadamente en la administración municipal.
1 22 (215).
2. Para defender la fe y la justicia. g) ... en la vida pública se debe favorecer a las personas de cono-
a) ... los fieles... es su deber militar... y trabajarán por mante- cida honradez que han de ser útiles a la religión. No hay ni
ner incólumes los derechos del Señor. Q P 12 (511). puede haber causa alguna que legitime la preferencia dada a
b) ... tenéis el deber de consagraros a la defensa de vuestra fe los hombres predispuestos contra la Iglesia. S 16 (284).
con todas las energías. V N 15 (398). h) Ni cumplirán su deber los sacerdotes y los seglares que cerra-
c) ... utilizar... las instituciones públicas para defensa de la verdad sen voluntariamente los ojos y la boca ante las injusticias so-
y de la justicia. I 23 (217). ciales de que son testigos, dando así ocasión a injustos ataques
d) ... cuando la necesidad apremia, la defensa de la fe no es obli- contra la capacidad de acción sosial del cristianismo y contra
gación exclusiva de los que mandan. S 7 (237). la eficacia de la doctrina social de la Iglesia. N i 6 35 (1037).
e) ... la principal preocupación de todos los franceses católicos ha i) ... deseamos grandemente ver restablecidas esas corporaciones
de consistir en asegurar la conservación de la religión cató- [gremiales] en todas partes para salvación del pueblo, de acuer-
lica... A M 8 (301). do con las necesidades de los tiempos. H 24 (183).
i) ... promover... por todos los medios la enseñanza religiosa.
3. Con intrepidez y con prudencia. D N 46 (639).
a) ... no puede tolerarse lícitamente... la acción indolente. A M 8 k) Un cristiano convencido no puede encerrarse en u n cómodo
(302). y egoísta «aislacionismo» cuando no ignora las derivaciones d e
b) La cobardía y la vacilación son contrarias a la salvación del un racionalismo intransigente que niega o conculca la solidari-
individuo y a la seguridad del bien común... porque la cobar- dad entre los pueblos. N i o 18 (962).
día de los buenos fomenta la audacia de los malos. S 7 (273).
c) ... reclamáis esa libertad [de la Iglesia] luchando por ella en
el campo de la acción que os está concedido hasta ahora. LI 8
(•427).
176* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS

D) N o enfeudar políticamente a la Iglesia i. SIGLAS UTILIZADAS EN ESTA EDICIÓN


a) Los hombres políticos que intentasen hacer de la Esposa de
Cristo su aliada o instrumento de sus combinaciones políticas
nacionales o internacionales, lesionarían la esencia misma de
la Iglesia, dañarían la propia vida de ésta; en una palabra, la
rebajarían al mismo plano en que se debaten los conflictos de
intereses temporales. N13 8 (987).
b} ... querer complicar a la Iglesia en querellas de política parti-
dista o pretender tenerla como auxiliar para vencer a los ad-
versarios políticos... constituye un abuso muy grave de la reli- AA = Acerba anirm.
gión. S 15 (282). AAS = Acta Apostolicae Sedis (Roma 1909SS.).
c) ... los hombres que lo subordinan todo al triunfo previo de su AB = Ad Beatissimi.
partido respectivo, aun en el caso de que les parezca ser éste AG = Acta Gregorii Papas XV (Roma 1901SS.).
el medio más apto para la defensa religiosa, quedarían acusados AI = Annum ingressi.
y convictos de anteponer de hecho, por una funesta inversión AL = Leonis XIII P. Ai. Acta (Roma 1891SS.).
AM = Au milieu des sollicitudes.
de ideas, la política que divide, a la religión que une. N C 18 AP = Pii IX P. Ai. Acta (Roma 185488.).
(316). APX = Pii X P. Ai. Acta (Roma 1905SS.).
d) ... hay un error y un peligro en enfeudar, por principio, el ca- ASS = Acta Sanctae Sedis (Roma 1865SS.).
tolicismo a una forma de gobierno; error y peligro que son BAC = Biblioteca de Autores Cristianos (Madrid 1944SS.).
tanto más grandes cuando se identifica la religión con un género BRC = Bullarii Romani Continuatio (Roma 1835SS.).
de democracia cuyas doctrinas son erróneas. N C H 31 (416). GAT = JACQUEMET, G., Catholicisme. Hier, aujourd'hui, demain (Pa-
e) ... muchos... por un engañoso celo... se apropian un papel que rís 1948SS.).
no les pertenece. Quieren que en la Iglesia todo se haga según CC = La Civiltá Cattolica (Roma 1854SS.).
CE = El nuevo orden europeo.
su juicio y capricho. S 19 (286). CIC = Codex Iuris Canonici (Roma 1917).
f) ... advertir a los católicos que no prouoquen discusiones en un CICF = Corpus Iuris Canonici (ed. E. Friedberg, Leipzig 1879-1881).
asunto [el Concordato] cuya negociación y resolución perte- CICR = Corpus Iuris Canonici (ed. E. L. Richter, Leipzig 1836-1839).
nece exclusivamente a la Santa Sede. A M 38 (309). CM = Cum multa.
1
Cf. primera parte, B; sexta parte, H. D = Diuturnum.
DAFC = D'ALÉS, Dictionnaire Apúlogétique de la Foi Catholique (París 1924-
1928).
DB = DENZINGER-BANNWART, Enchiridion Symbolorum, definitionum et
declarationum de rebusfideiet morum, ed.29 (Friburgo-Barce-
lona 1953).
DC = La Documentation Catholique (La Bonne Presse, París 1919SS.).
DER = Discorsi e Radiomessaggi di Sua Santitá Pió XII (Cittá del Vati-
cano 1940SS.).
DLD = Des le debut.
DM = Divini illius Magistri.
DN = Dilectissima Nobis.
DR = Divini Redemptoris.
DTC = VACANT-MANGENOT, Dictionnaire de Théologie Catholique (Pa-
rís 1909SS.).
DYR = Discursos y Radiomensajes de S. S. Pío XII (Ediciones de la Ac-
ción Católica Española, Madrid 1946SS.).
E = Ecclesia, órgano de la Dirección Central de la Acción Católica
Española (Madrid 1940SS.).
EC = Enciclopedia Cattolica (Citta del Vaticano 1948SS.).
EE = El espíritu europeo.
FC = Firmissimam constantiam.
H = Humanum genus.
i ~ Immortale Dei.
178* SIGLAS UTILIZADAS EN ESTA EDICIÓN

ID = Inscrutábili Dei.
I N T R O D U C C I Ó N
IGD = II grave dolore.
IHQ = In hac quidem.
IP = II programa.
je = Comunidad internacional y tolerancia.
L = Libertas.
LI — La libertad de la Iglesia.
MBS = Mit brennender Sorge.
MEC = Municipio, Estado y Comunidad de Naciones.
MSI = MANSI, J. D., Sacrorum conciliorum nova et amplissima Collectio
(Florencia-París-Leipzig 1759SS.). Esta obra responde a una necesidad y a un deseo. El deseo de
Ni = In questo giorno. Mensaje de Navidad 1939. facilitar el contacto directo con las enseñanzas de la Iglesia católica
N2 = Grazie. Mensaje de Navidad 1940. en el campo de la política y la necesidad de concentrar en el área
N3 = Nell'alba. Mensaje de Navidad 1941. circunscrita de un solo volumen la abundante producción del ma-
N4 = Con sempre. Mensaje de Navidad 1942. gisterio eclesiástico en esta materia.
N6 = Benignitas et humanitas. Mensaje de Navidad 1944. Conviene indicar desde el primer momento—para orientación
N7 = Negli ultimi. Mensaje de Navidad 1945.
N8 — Nella storia. Mensaje de Navidad 1946. definitiva del lector—que el contenido de esta obra se ajusta por
N9 = La festivitá. Mensaje de Navidad 1947. entero a su título. No es un tratado particular sobre la doctrina po-
Nio = Gravi. Mensaje de Navidad 1948. lítica pontificia. Es una recopilación de esta doctrina política pon-
Ni 3 —La decimaterzza. Mensaje de Navidad 1951. tificia en estado puro. La única palabra que resuena en el recinto
N16 = Ecce ego. Mensaje de Navidad 1954. de estas páginas es la palabra del Maestro universal de la Iglesia
NAB = Non abbiamo bisogno. católica.
NAL = Nous avons lu.
NC = Notre consolation.
' NCH = Notre charge apostolique. La estructura general de la presente edición ha sido determi-
NE = La verdadera noción del Estado. nada por el fin principal, ya indicado, de facilitar lo más posible
NG = Nobillissima gallorum gens. el manejo y estudio directos de los documentos pontificios funda-
OPM = La organización politica mundial. mentales de carácter político. Facilitar, pero no suplir.
OR = L'Osservatore Romano (Roma i86oss.). La ordenación de los textos sigue una trayectoria estrictamente
pe = Prensa católica y opinión pública. cronológica. El punto de partida de esta trayectoria ha quedado si-
PC = Crisis de poder. tuado en la encíclica Quanta cura, de Pío IX.
pC = La paz internacional.
PD = Pacem Dei. La disposición de cada documento comprende cuatro partes:
PE =s La unidad europea. introducción, sumario, noticia bibliográfica y texto. La introducción
Pg = Praeclara gratulationis. está orientada en una doble dirección constante: el núcleo temá-
PG = MIGNE, Patrologiae Graecae Cursus completus (París 1857SS.). tico y la ambientación histórica, es decir, una acentuación tónica
PL = MIGNE, Patrologiae Latinae Cursus completus (París 1844S&.)- del significado doctrinal del documento y una breve noticia de la.
PR = La prensa y la opinión pública. situación concreta que ha determinado la intervención pontificia.
QAM = Quod apostolici muneris. El sumario, por su parte, reduce en densa visión de conjunto el
QC *= Quanta cura.
QP = Quas primas. contenido total del documento y viene a ser como una ampliación
S = Sapientiae christianae. de la esencia temática acentuada en la introducción. La bibliogra-
SC1 = La Iglesia y el nacionalsocialismo. fía, por último, abre una pista complementaria para posibles es-
SC2 = La elevatezza. tudios ulteriores sobre el texto pontificio incluido.
SP = Summi pontificatus. Se ha evitado conscientemente toda fragmentación de carácter
Sy = Syllabus. subjetivo. Los documentos aparecen completos. No hay supresio-
UE = Consideraciones en torno a la Unión Europea. nes en ellos. Por otra parte, hemos procurado respetar totalmente su
VN = Vehementer Nos.
forma exterior.
La división numérica interior de cada documento responde exac-
t tamente a la división en párrafos del texto original, pero no per-
tenece a éste. Por esta razón, los números quedan incluidos en-
tre corchetes. Lo mismo hay que decir de los títulos y subtítulos. Se
180* INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 181*

ajustan al contenido. M á s aún, están t o m a d o s casi siempre d e la cristiana del o r d e n social. T o d o s estos d o c u m e n t o s a p a r e c e r á n e n
p r o p o s i c i ó n d e la encíclica o d e la alocución pontificia. Sólo c u a n d o el v o l u m e n d e esta m i s m a serie consagrado a la cuestión e c o n ó m i -
el t e x t o original h a aparecido con subtítulos interiores nos h e m o s co-social.
p e r m i t i d o liberar estas señales indicadoras de la prisión particular
El objeto de la encíclica Graves de communi (ASS 33 [1900-1901J 385-396:
del paréntesis. A L 21,3-20) es doble: dirimir la controversia suscitada en torno al nombre
C o n relación a los d o c u m e n t o s pontificios incorporados a la obra que debía recibir la acción social católica y dar al mismo tiempo normas
d e b e m o s hacer d o s indicaciones: la primera, acerca del criterio d e se- concretas reguladoras de esta acción. León XIII, después de declarar la
lección utilizado; la segunda, e n t o r n o a los textos originales. P o r incompatibilidad absoluta entre la democracia socialista y la democracia
lo q u e t o c a al criterio d e selección se h a seguido u n a n o r m a objetiva. cristiana, restringe el uso de este segundo término al campo social. La razón
E s t e v o l u m e n recoge solamente las intervenciones doctrinales del de esta restricción se basaba en que el contenido de la democracia cristiana
no es político, sino social. Porque los principios que le sirven de base son
magisterio pontificio acerca del E s t a d o y la política. N o r m a objetiva los principios de la revelación y de la naturaleza, principios superiores al
condicionada por las j u s t a s exigencias editoriales q u e p r e s e n t a el devenir de la vida política y con posibilidad de convivencia, por tanto, con
l i m i t a d o m a r c o n u m é r i c o d e páginas d e u n volumen. cualquier forma justa de gobierno 1. (Véase M. VAUSSARD, Histoire de la
P o r este motivo h a n q u e d a d o s u p r i m i d o s algunos d o c u m e n t o s d e démocratie chrétienne t.i p.229, París 1956, y B. SCHWAIAI, Démocratie:
i n d u d a b l e carácter político, como, p o r ejemplo, la carta Maximam D T C t.4 coi.318-319, París 1911.)
gravissimamque d e P í o XI, sobre las Asociaciones Diocesanas en
Francia, y la carta del m i s m o Papa Ci si é domandato, sobre algunas En la carta 11 fermo proposito (ASS 37 [1904-1905] 741-769: APX 2 '
112-132), San Pío X, después de reiterar la tesis general de la necesidad
interpretaciones equivocadas de los Pactos Lateranenses. y obligatoriedad de la intervención de los católicos en la vida política y sub-
rayar la excepción del caso italiano, señala la orientación teleológica de la
La carta Maximam gravissimamque (AAS 16 [1924] 5-11) presenta un
acción política del hombre público católico. Este debe orientar totalmente
interés señalado, paralelo al de la Firmissimam constantiam, desde el punto
su actividad al bien de la comunidad, sobre todo al bien de las clases menos
de vista de la conducta práctica adoptada por la Santa Sede. Era la fase final
poderosas 2 . No es lícito al político católico convertirse en marioneta dócil
del problema sobre las Asociaciones Diocesanas creado por la ley de sepa-
de manos que se mueven entre bastidores (cf. P. FERNESSOLE, Pie X. Essai
ración de 1905 entre la Iglesia y la República francesa. El 13 de diciembre
historique t.2 p.252 ss., París 1953).
de 1923, el Consejo de Estado francés dictaminaba que el texto de los Es-
tatutos reguladores de las Asociaciones Diocesanas era compatible con el La misión de la Iglesia en el orden internacional es la idea básica de la
derecho francés. El 24 de enero de 1924, Pío XI publicaba la carta Maximam encíclica Ubi arcano (AAS 14 [1922] 673-700), de Pío XI. La crisis del
gravissimamque, condenando la legislación separatoria, pero permitiendo la mundo moderno no tiene otra solución que el restablecimiento de la paz,
fundación de las Asociaciones. El cambio de las circunstancias políticas pero no de una paz cualquiera, sino de la paz cristiana. Esta, sin embargo,
justificaba este permiso (cf. J. SCHMIDLIN, Papstgeschichte der neuesten exige como clima indispensable el reinado de Cristo en el individuo, en la
Zeit t.4 p.116 ss.). familia y en el Estado. Por esto, el único remedio efectivo de los males de
la sociedad moderna es la restauración del reino de Cristo. Y como esta res-
El 11 de febrero de 1929, el cardenal Gasparri y el jefe del Gobierno tauración es misión propia de la Iglesia católica, sigúese de aquí el papel
italiano firmaban en el Palacio Lateranense tres pactos públicos: un tratado fundamental que la Iglesia puede y debe representar en el restablecimiento
político, un acuerdo financiero y un concordato entre la Iglesia y el Estado de la paz nacional e internacional. Este es el contenido dialéctico de la pri-
italiano. En la carta Ci si é domandato (AAS 21 [1929] 297-306), Pío XI mera encíclica de Pío XI. Desde este punto de vista los pontificados de San
protestó contra las afirmaciones heréticas, incorrectas o erróneas pronuncia- r 1
La Sagrada Congregación para los Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios publicó,
das en las Cámaras italianas con motivo de la discusión y aprobación de los el 27 de enero de 1902, una Instrucción sobre la acción popular cristiana o democracia cristiana
Pactos Lateranenses. La expresión pontificia reviste en este documento una en Italia, que es una interpretación auténtica de la encíclica Graves de communi (ASS 34
calculada circunspección. Se estaba en presencia de la eclosión primera de [1901-1902} 401-403). Documento también de gran importancia en esta materia es el motu
proprio de San Pío X, de 18 de diciembre de 1903, dando normas fundamentales sobre la
un totalitarismo que quedaba todavía compensado en parte por las excusas y democracia cristiana (ASS 36 [1903-1904I 339-343). Véanse, además, la nota sobre la demo-
explicaciones oportunas (cf. G. CASTELLA, Histoire des Papes t.3 p.393 ss.). cracia cristiana publicada por León XIII el 23 de septiembre de 1902 (ASS 35 [1902-1903]
289-290); la carta de la Secretaria de Estado de San Pío X al episcopado italiano sobre la acción
popular cristiana, 28 julio 1904 (ASS 37 [1904-1905] 19-23): la carta de San Pío X al arzobispo
H e m o s dejado d e incluir t a m b i é n otros d o c u m e n t o s de extraordi- ile Bolonia condenando la llamada democracia cristiana autónoma italiana, 1 de marzo de 1905
nario significado político, q u e presentan, sin e m b a r g o , u n a d o b l e ver- (ASS 37 [1904-1905] 488-490); la carta de 1 de agosto de 1905 al profesor Toniolo (ASS 38
[1905-1906] 3-8), y la carta al episcopado brasileño de 18 de diciembre de 1910 (AAS 3
tiente doctrinal, política y económico-social. D e b e m o s citar e n t r e [1911] 310-313).
estos d o c u m e n t o s la encíclica Graves de communi, de L e ó n XIII, sobre - Como documento complementario de esta encíclica hay que considerar los Estatuios
para la acción católica italiana, aprobados por la Secretaria de Estado con fecha 5 de febrero
la democracia cristiana; la carta II fermo proposito, d e San Pío X , de 1906 (ASS 39 [1906] 212-216). A título de información subsidiaria pueden consultarse
s o b r e la acción social católica; la encíclica enthronistica de Pío X I también la carta al arzobispo de Quebec, de 27 de mayo de 1907, sobre la acción social cató-
lica (ASS 41 [1908] 193-194); la carta de 20 de enero de 1907 a la Dirección de la Unión
Ubi arcano, sobre los males d e n u e s t r a época, y la t r a s c e n d e n t a l económico-social para los católicos italianos (ASS 40 [1907] 130-I33),yla epístola al episcopado
de Lombardía, de 21 de junio de 1912 (AAS 4 [1912] 528), sobre la acción social que deben
carta del mismo Pontífice Quadragesimo armo, sobre la restauración " ilizar particularmente los escritores católicos.
182* INTRODUCCIÓN
INÍRODUCCION i»»»
Pío X, Benedicto XV, Pío XI y Pío XII representan los cuatro movimientos d e la expresión latina en los moldes peculiares del g e n i o español. E n
de una misma composición, a lo largo de los cuales el tema central—la paz- -
se reitera con expresión nítida, acentuación insistente y significado cons- este sector, la versión d e los d o c u m e n t o s pontificios latinos h a exi-
tante (cf. G. GOYAU, Catholicisme et politique p.308-318, París 1923, y gido del t r a d u c t o r la labor c r e a d o r a q u e r e q u i e r e t o d o esfuerzo d e
FR. V. LAURA, Papst und Kurie in ihrer Politik nach dem Weltkrieg, Iller- versión d e u n a lengua clásica, griega o latina.
tissen 1925-1926). P o r lo q u e s e refiere a los d o c u m e n t o s pontificios políticos r e -
dactados e n u n a lengua m o d e r n a , el criterio n o r m a t i v o h a sido el
Aunque la encíclica Quadragesmio anno, de Fio XI (AAS 23 [1931] de u n a m a y o r sujeción a l a expresión original. L a s semejanzas d e
177-228), es un documento primordialmente social, sin embargo, su valor sintaxis y estilo justifican esta t e n d e n c i a clara y s i m p l e m e n t e r e -
cómo texto de orientación política es extraordinario. En primer lugar, por-
que la esencia de la Quadragesimo anno es la idea del orden profesional cor- p r o d u c t o r a . A q u í la labor h a sido e n cierto m o d o d e calco, r e d u c i e n -
porativo. E n segundo lugar, porque en esta encíclica conmemorativa se d o e n g r a d o notable e l m a r g e n obligado d e creación estilística.
subraya un principio político básico: el respeto del Estado a la iniciativa H a n sido tenidas a la vista, como control e n la labor p e r s o n a l d e
privada, exigido por la esencia instrumental del propio Estado, que es ra- traducción, las versiones oficiales d e los d o c u m e n t o s pontificios p u -
dicalmente un medio puesto al servicio del hombre. Por esto, la actividad blicadas e n el Acta Apostolicae Sedis, las t r a d u c c i o n e s d i f u n d i d a s
del Estado se halla limitada por el principio de la acción subsidiaria—debe por la Oficina d e P r e n s a del Vaticano y la b e n e m é r i t a Colección de
ayudar a la sociedad—y por el principio de la acción supletoria—debe lle- Encíclicas y Documentos Pontificios, editada p o r la Acción Católica
nar las lagunas de !a sociedad--. Ambos principios están postulados por la Española y realizada p o r M o n s . Pascual G a l i n d o , o b r a q u e h a p r e s -
norma superior de la autonomía natural de las fuerzas sociales e implica
a su vez el principio de la descentralización frente a una concentración tado u n servicio inestimable al p e n s a m i e n t o y a la acción d e los
abusiva por parte del Estado. (Véase el prólogo de MONS. A. HERRERA católicos españoles e n los cuatro últimos lustros.
O R I A a la obra de A. M A R T Í N A R T A J O - M . CDERVO-F. RODRÍGUEZ Doctri-
na social católica p.9-34, Madrid 1956.) JOSÉ LUIS GUTIÉRREZ GARCÍA.

Por lo q u e toca a la inclusión d e los textos originales, h e m o s p r o -


c u r a d o satisfacer u n a necesidad a g u d a m e n t e sentida p o r todos los
c o n s a g r a d o s al estudio d e la doctrina pontificia e n el c a m p o d e las
relaciones sociales, políticas y jurídicas. E s necesario p o n e r al alcance
fácil del h o m b r e d e estudios el texto auténtico, q u e es, e n definitiva,
la fuente única p a r a b e b e r el p e n s a m i e n t o pontificio a través del ca-
nal expresivo del textus princeps.
Sin e m b a r g o , se h a procedido e n la realización d e este deseo d e
a c u e r d o con u n a distinción. H a n sido incorporados a este volumen
t o d o s los d o c u m e n t o s pontificios cuyo texto original h a sido redacta-
d o en latín. Se h a n s u p r i m i d o , en cambio, los textos auténticos apare-
cidos e n una lengua m o d e r n a . T r e s razones nos h a n movido a proce-
d e r d e esta m a n e r a : la p r i m e r a razón, d e carácter lingüístico; la se-
g u n d a , d e origen bibliográfico; la tercera, d e o r d e n p u r a m e n t e p r á c -
tico. Por una parte, la m a y o r proximidad sintáctica y estilística de las
lenguas m o d e r n a s con el idioma español; p o r otra parte, la m a y o r
facilidad d e acceso bibliográfico q u e ofrecen los d o c u m e n t o s r e -
d a c t a d o s e n lengua m o d e r n a , y, p o r último, la necesidad, ya seña-
lada, d e lograr u n m á x i m u m d e contenido d o c u m e n t a l d e n t r o d e l
á m b i t o limitado d e u n v o l u m e n como el presente.

U n a palabra sobre la labor t r a d u c t o r a realizada e n esta edición.


E n la versión d e los textos latinos se h a p r o c u r a d o conjugar con el
equilibrio posible la fidelidad conceptual al contenido ideológico del
d o c u m e n t o y e l respeto d e b i d o a la idiosincrasia propia d e la len-
g u a española m o d e r n a . H a sido necesario, p o r tanto, proyectar en
f o r m a española actual la amplia arquitectura periódica d e la sintaxis
latina. Y h a sido necesario t a m b i é n verter las modalidades estilísticas
BIBLIOGRAFÍA GENERAL

I. Fuentes
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Acta Gregorii Papae XV, 5 vols. (Roma ICJOISS.).
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TODESCO, L.: Storia della Chiesa vol.5 (Turín 1947).
QUANTA CAIRA
El naturalismo social y político

La encíclica Quanta cura de Pío IX, como la bula Unam sanctam


de Bonifacio VIII (1302) y la bula Unigenitus Dei Füius de Cle-
mente XI (1713), pertenece al grupo de documentos pontificios que
han ocasionado una más recia tempestad en la opinión pública de su
tiempo. La encíclica, fechada el 8 de diciembre de 1864 y publicada
el 24 del mismo mes, aparece en plena euforia de un liberalismo social
y político que pretendía excluir a la Iglesia de la vida pública. Tras
una prolongada etapa preparatoria—dato que la asemeja a la Rerum
novarum de León XIII-*-, la Quanta cura, que iba seguida del Sylla-"
bus, nació como una condenación orgánica de las corrientes erróneas
de la época en materia social, política y religiosa.
En el orden social, condena Pío IX la doctrina del comunismo y
del socialismo sobre la familia y ciertos errores de carácter económico
que centraban la organización social en el fin exclusivo de un creci-
miento ilimitado de riquezas. Por lo que toca a la esfera política,
proscribe el Papa los principios regalistas, en su doble dirección gali-
canista y josefinista; y el liberalismo democrático con su erróneo pos-
tulado de fas libertades absolutas. Con referencia al orden religioso,
Pío IX proclama la independencia de la Iglesia frente al poder civil,
negando el pretendido dominio de éste sobre aquélla.
Pío IX prosigue en este documento la trayectoria iniciada en ma-
teria social y política por Gregorio XVI con sus dos encíclicas Mirari
vos (1832) 1 y Singulari Nos (1834) 2. La coincidencia se da en la
afirmación estricta de la tesis católica pura, cerrada a toda matización
de carácter hipotético, frente a la esencia y la práctica del liberalismo.
Predomina en el documento un aparente tono negativo de defensa,
que se acentúa en las proposiciones del Syllabus. La diferencia entre
Pío IX y Gregorio XVI reside en el antagonista de la tesis católica:
Gregorio XVI se enfrenta con la posición liberal tradicionalista o
fideísta; Pío IX se sitúa frente al racionalismo naturalista3.
1 ASS IV (1868) 34iss; BRC I9,i29ass.
23 BRC i9,38obss.
Véase también la nota introductoria del Syltíibas.
4 PÍO ¡X QUANTA CURA O

BIBLIOGRAFÍA verdad utilizan hoy día en gran escala el arma de la prensa y no vaci-
lan en el ataque directo a la misma divinidad de Jesucristo. Alabanza
F. MOÜRRET, Histoire genérale de l'Egüse t.8 p.492ss (París 1916). — del Episcopado por su conducta frente a esta criminal locura.
J. SCHMIDLIN, Papstgeschichte der neuesten Zeit t.2 p.322ss (Munich 1935).— Exhortación al mismo Episcopado para que redoble su celo en
L. BRIGUÉ, Syllabus: DTC t.14 col.2910-2912 (París 1939).—G. CASTELLA, el cuidado de las almas. La felicidad de un pueblo es imposible sin
Histoire des Papes t.3 p.l86ss (Zurich 1945).—F. HAYWARD, Pie IX et son Dios. N o hay verdadera libertad si se niega a Dios. Nada hay tan,
temps p.314ss (París 1948).—R. AUBERT, Le pontificat de Pie IX, apud FLICHE- glorioso para los gobiernos como el respeto de los derechos divinos
MARTIN, Histoire de VEglise t.21 p.259ss (París 1952).—A. C. F. BEALES.
The catholic Church and International order, p.50 (Penguin Books, Londres 1941). de la Iglesia.
A. DANSETTE, Histoire religieuse de la France contemporaine p.402ss (París 1948). VIL Es necesario, sobre todo, insistir en la plegaria. A este fin se concede
MONS. A. HERRERA ORIA, La palabra de Cristo t.8 p.753ss (Madrid 1953).
a los fieles una indulgencia plenaria en forma de jubileo que se podrá
ganar durante el próximo año de 1865.
SUMARIO
[1 ] . E l g r a n cuidado 1 y la extremada vigilancia pastoral c o n
I. Los Romanos Pontífices han cumplido celosamente el encargo divino
de procurar la salvación de las almas, condenando los errores de todos q u e los R o m a n o s Pontífices, nuestros predecesores, h a n c u m p l i d o
los tiempos. Siguiendo esta línea de conducta, el Pontificado moderno el ministerio y las obligaciones q u e les fueron confiados p o r el -
ha reprobado las falsas teorías de una libertad moderna destructora m i s m o Jesucristo e n la persona d e San P e d r o , Príncipe d e los A p ó s -
del orden social y religioso. El Papa ha condenado en varias ocasio- toles, d e apacentar a l o s corderos y a las ovejas, s o n d e t o d o s y
nes los principales errores de la época actual. p r i n c i p a l m e n t e d e vosotros, venerables h e r m a n o s , bien conocidos.
II. Es, sin embargo, necesario condenar de nuevo específicamente los N u n c a h a n cesado los Sumos Pontífices d e alimentar cuidadosa-
errores del llamado naturalismo político y social. m e n t e con las palabras d e la fe y c o n la doctrina d e la salvación a
t o d o el r e b a ñ o del Señor, a p a r t á n d o l o d e los pastos envenenados.
III. En materia política este naturalismo sostiene que la mejor forma de
P o r q u e nuestros predecesores, depositarios y defensores d e la a u -
gobierno es aquella que prescinde de la verdadera religión y desatien-
de el castigo de los violadores de ésta, proclamando como derechos gusta religión católica, d e la v e r d a d y d e la justicia, llenos d e soli-
absolutos del ciudadano la libertad de cultos, de conciencia y de citud p o r la salvación d e las almas, h a n p r o c u r a d o por encima d e
expresión. Incurre, por tanto, este naturalismo en un dañoso espe- todo, p o r m e d i o d e s u s encíclicas y constituciones, m o n u m e n t o s
jismo, porque sin la exacta idea religiosa perecen la genuina noción de sabiduría, el d e s c u b r i m i e n t o y la condenación de todas las
de la justicia y el genuino concepto del derecho. herejías y d e t o d o s los errores q u e , contrarios a nuestra fe divina,
Afirma también que la opinión pública, como voluntad autónoma a la d o c t r i n a d e la Iglesia católica, a la s a n a m o r a l y a la salvación
del pueblo, es ley suprema en la política y que en ésta los hechos eterna d e las almas, provocaron frecuentemente violentas t e m p e s -
consumados tienen por sí mismos valor jurídico. Esta concepción
tades a t r a y e n d o sobre la Iglesia y sobre el E s t a d o lamentables
política deja el campo abierto al desenfreno de la codicia humana.
Considera además como medida política necesaria la supresión calamidades. P o r este motivo, n u e s t r o s predecesores, con a p o s t ó -
de las Ordenes y Congregaciones religiosas, medida radicalmente lica energía, se h a n opuesto c o n s t a n t e m e n t e a las delictuosas m a -
injusta e históricamente insostenible.
Propugna, finalmente, la supresión legal de la limosna y de la [ D e potissimis h u i u s aetatis e r r o r i b u s ]
prohibición de trabajar en los días festivos, apoyándose en razones
económicas falsas. Quanta cura ac pastorali vigilantia Romani Pontífices Praedecessores
IV. Con relación a la familia, el naturalismo, siguiendo la doctrina co- Nostri exsequentes demandatum sibi ab ipso Christo Domino in persona
munista y socialista, defiende que la familia tiene su origen último Beatissimi Petri Apostolorum Principis officium munusque pascendi agnos
en el Estado y que, por tanto, los derechos de los padres sobre los et oves nunquam intermiserint universum Dominicum gregem sedulo e n u -
hijos son de origen puramente civil. Afirmación cuya finalidad es trire verbis fidei ac salutari doctrina imbuere, eumque ab venenatis pascuis
sustraer la educación de la juventud al influjo doctrinal de la Iglesia. arcere, ómnibus quidem ac Vobis praesertim compertum exploratumque
Por esto se acusa al clero como enemigo de la ciencia y del progreso. est, Venerabiles Fratres. Et sane iidem Decessores Nostri ausustae catholi-
cae religionis, veritatis ac iustitiae assertores et vindices, de animarum salute
V. Respecto de la Iglesia hay quienes afirman—en la línea de un pensa- máxime solliciti nihil potius unquam habuere, quam sapientissimis suis Lit-
miento claramente herético—que la autoridad de la Iglesia está sub- leris et Constitutionibus retegere et damnare omnes haereses et errores,
ordinada a la autoridad del Estado; que la Iglesia carece de todo qui Divinae Fidei nostrae, catholicae Ecclesiae doctrinae, moium honestati,
derecho que implique una proyección externa; que el poder eclesiás- ac sempiternae hominum saluti adversi, graves frequenter excitarunt tem-
tico no es independiente del poder político; que es lícita la desobe- pestares, et christianam civilemque rempublicam miserandum in modum
diencia de los fieles a las decisiones no dogmáticas de la Santa Sede. I unestarunt. Quocirca iidem Decessores Nostri Apostólica fortitudine con-
VI. Quedan, por consiguiente, condenados todos y cada uno de los erro- 1
Pío IX, Carta encíclica a los patriarcas, primados, arzobispos y obispos en paz y comu-
res señalados explícitamente en esta encíclica. Los enemigos de la nión con la Sede Apostólica: A8S 3 (1867) 160-176: AP 3,689-700.
yl>ANT.\ CURA
6 Pío íx t
y en dos alocuciones consistoriales, la p r i m e r a d e 9 d e diciem-
quinaciones de los malvados q u e , semejantes a las olas de u n m a r
bre de 1854 3 y la s e g u n d a de 9 de j u n i o de 1862 4 , N o s h e m o s
enfurecido, arrojan sobre la Iglesia las espumas de su torpeza;
c o n d e n a d o los m o n s t r u o s o s errores q u e p r e d o m i n a n h o y día con
y p r o m e t i e n d o la libertad, siendo c o m o son en realidad esclavos
grave d a ñ o de las almas y con d a ñ o t a m b i é n del Estado, y q u e son
de la corrupción, se h a n esforzado con falsas teorías y perniciosos
n o sólo la ruina de la Iglesia católica, de su salutífera doctrina y
escritos p o r socavar los fundamentos del o r d e n religioso y del
de sus derechos sagrados, sino t a m b i é n de la eterna ley n a t u r a l ,
o r d e n social; b u s c a n d o la desaparición universal de toda virtud,
grabada p o r D i o s m i s m o en todos los corazones, y de la recta razón.
la depravación general de las almas, y la liberación de toda n o r m a
moral de los incautos, y sobre t o d o de la j u v e n t u d inexperta, co-
r r o m p i é n d o l a miserablemente con el fin de llevarla a las redes del [I. EL NATURALISMO Y E L ESTADO]
error y arrancarla así del seno de la Iglesia católica.
[ 2 ] . C o m o sabéis m u y bien, venerables h e r m a n o s , tan p r o n t o [ 3 ] . Y a u n q u e N o s h e m o s c o n d e n a d o y r e p r o b a d o frecuente-
como p o r secreta disposición de la Providencia y sin mérito alguno m e n t e estos principales errores, sin e m b a r g o , la causa de la Iglesia
p o r n u e s t r a p a r t e fuimos elevados a esta C á t e d r a d e Pedro, N o s católica, la salvación de las almas confiadas p o r Dios a n u e s t r o
levantamos nuestra voz, c u m p l i e n d o así nuestro ministerio apos- c u i d a d o y el b i e n de la m i s m a sociedad h u m a n a d e m a n d a n i m p e r i o -
tólico e i m i t a n d o los insignes ejemplos de nuestros predecesores, s a m e n t e q u e N o s excitemos de n u e v o vuestra solicitud pastoral
p o r q u e veíamos con el corazón desgarrado la horrible tempestad para c o n d e n a r otras falsas opiniones, q u e b r o t a n d e aquellos e r r o -
levantada p o r tantas teorías erróneas y los gravísimos y deplorables res c o m o de su fuente natural. Estas falsas y perversas opiniones
males causados al p u e b l o católico por estos innumerables errores. d e b e n ser objeto de u n a especial condenación, p o r q u e su principal
E n varias encíclicas, alocuciones consistoriales y otras letras apos- i n t e n t o es i m p e d i r y s u p r i m i r aquel saludable influjo social, q u e
tólicas, N o s h e m o s c o n d e n a d o los principales errores de esta triste la Iglesia católica d e b e ejercer en virtud de la institución y del
época nuestra, h e m o s excitado vuestra admirable vigilancia pasto- m a n d a t o de su divino F u n d a d o r hasta la consumación de los siglos 5 ,
ral y h e m o s e x h o r t a d o y advertido a todos los hijos de la Iglesia lo m i s m o respecto d e los particulares q u e respecto d e las naciones,
católica, n u e s t r o s queridos hijos, para q u e aborrezcan y eviten el de los pueblos y de los soberanos de éstos; y destruir la amigable
contagio de esta epidemia terrible. Especialmente en nuestra pri- concordia m u t u a entre el sacerdocio y el imperio, q u e siempre fué
mera encíclica de 9 de n o v i e m b r e de 1 8 4 6 2 dirigida a vosotros, tan beneficiosa para la Iglesia y p a r a el E s t a d o 6 . Sabéis perfecta -

ra die 9 decembris anno 1854, altera vero 9 iunii anno 1862 in Consistorio
tinenter obstiterunt nefariis iniquorum hominum molitionibus, qui despu- a Nobis habita fuit, monstrosa opinionum portenta damnavimus, quae hac
mantes tamquam fluctus feri maris confusiones suas, ac libertatem promit- potissimum aetate cum máximo animarum damno, et civilis ipsius socie-
tentes, cum servi sint corruptionis, faliacibus suis opinionibus, et pernicio- tatis detrimento dominantur, quaeque non solum catholicae Ecclesiae, eius-
sissimis scriptis catholicae religionis c'ivilisque societatis fundamenta con- que salutari doctrinae ac venerandis iuribus, verum etiam sempiternae natu-
veliere, omnemque virtutem ac iustitiam de medio toliere, omniumque áni- rali legi a Deo in omnium cordibus insculptae, rectaeque rationi máxime
mos mentesque depravare, et incautos imperitamque praesertim iuventutem adversantur, et ex quibus alii prope omnes originem habent enores.
a recta morum disciplina avertere, eamque miserabiliter corrumpere, in
erroris laqueos inducere, ac tándem ab Ecclesiae catholicae sinu avellere
conati sunt. Etsi autem haud omiserimus potissimos huiusmodi errores saepe pro-
scribere et reprobare, tamen catholicae Ecclesiae causa, animarumque salus
Iam vero, uti Vobis, Venerabiles Fratres, apprime notum est, Nos vix Nobis divinitus commissa, atque ipsius humanae societatis bonum omnino
dum arcano divinae providentiae consilio nullis'certe Nostris meritis ad hanc postulant, ut iterum pastoralem vestram sollicitudinem excitemus ad alias
Petri Cathedram evecti fuimus, cum videremus summo animi Nostri dolore pravas profligandas opiniones, quae ex eisdem erroribus, veluti ex fontibus
horribilem sane procellam tot pravis opinionibus excitatam, et gravissima, crumpunt. Quae falsae ac perversae opiniones eo magis detestandae sunt,
ac nunquam satis lugenda damna, quae in christianum populum ex tot erro- quod eo potissimum spectant, ut impediatur et amoveatur salutaris illa vis,
ribus redundant, pro Apostolici Nostri Ministerii officio illustria Praede- quam catholica Ecclesia ex divini sui Auctoris institutione et -mandato libere
cessorum Nostrorum vestigia sectantes Nostram extulimus vocem, ac pluri- oxercere debet usque ad consummationem saeculi non minus erga singulos
bus in vulgus editis encyclicis Epistolis et Allocutionibus in Consistorio h omines, quam erga nationes, populos summosque eorum Principes, utque
habitis, aliisque Apostolicis Litteris praecipuos tristissimae nostrae aetatis de medio tollatur mutua illa inter Sacerdotium et Imperium consiliorum
errores damnavimus, eximiamque vestram episcopalem vigilantiam exci- ocietas et concordia, quae rei cum sacrae tum civili fausta semper extitit
tavimus, et universos catholicae Ecclesiae Nobis carissimos filios etiam atque
etiam monuimus et exhortati sumus, ut tam dirae contagia pestis omnino 3
Alocución consistorial Singulari quadam: A P I 623SS.
horrerent et devitarent. Ac praesertim Nostra prima encyclica Epístola die 4
Alocución consistorial Máxima quidem: A P III 45iss.
9 novembris anno 1846 Vobis scripta, binisque Allocutionibus, quarum alte- 5
M t . 28,20.
• CF. GREGORIO XVI, encíclica Mirari vos, de 15 de agosto d e 1832: ASS 4 (1868) 33(1-
1
2 .H ;: A G 1,160-174,.
Encíclica Qui pluribus; A P I óss.
8 PÍO I X

m e n t e , venerables h e r m a n o s , q u e hay actualmente h o m b r e s q u e ,


QUANTA CURA 0
aplicando al E s t a d o el i m p í o y a b s u r d o principio del llamado na-
turalismo, t i e n e n la osadía d e enseñar q u e «la forma m á s perfecta duría h u m a n a [al. m u n d a n a ] ; espejismo totalmente perjudicial,
del E s t a d o y el progreso civil exigen imperiosamente q u e la socie- q u e la fe y la sabiduría cristiana d e b e n evitar cuidadosamente, d e
dad h u m a n a sea constituida y gobernada sin consideración alguna acuerdo con las enseñanzas d e N u e s t r o Señor Jesucristo» 9 .
a la religión, y c o m o si ésta n o existiera, o p o r lo menos, sin hacer
[4]. E s u n h e c h o q u e , c u a n d o la religión q u e d a desterrada d e
diferencia alguna e n t r e la verdadera religión y las religiones falsas».
u n E s t a d o y se rechaza la doctrina y la autoridad d e la revelación
Y contradiciendo la doctrina de la Sagrada Escritura, d e la Iglesia
divina, la m i s m a noción verdadera d e la justicia y del d e r e c h o h u -
y d e los Santos P a d r e s , n o t e m e n afirmar q u e «el mejor g o b i e r n o
m a n o se oscurece y se pierde, y la fuerza material ocupa el p u e s t o
es aquel e n el q u e n o se reconoce al p o d e r político la obligación d e la justicia verdadera y del legítimo derecho. E s t e h e c h o explica
d e r e p r i m i r con sanciones penales a los violadores d e la religión claramente p o r q u é algunos h o m b r e s , n e g a n d o con u n desprecio
católica, salvo c u a n d o la tranquilidad pública así lo exija». D e esta c o m p l e t o los principios m á s ciertos d e la sana razón, se atreven a
idea absolutamente falsa del régimen político pasan sin escrúpulo proclamar q u e «la voluntad del pueblo, manifestada p o r lo q u e
a defender aquella teoría errónea, fatal para la Iglesia católica y la ellos llaman la opinión pública o de otro m o d o cualquiera, c o n s t i -
salvación de las almas, q u e n u e s t r o predecesor, de feliz memoria, t u y e la ley s u p r e m a , i n d e p e n d i e n t e d e t o d o d e r e c h o divino y h u -
Gregorio X V I llamaba locura 7 , esto es, «que la libertad de con- m a n o , y q u e en el o r d e n político los hechos consumados, p o r el
ciencia y de cultos es u n derecho libre de cada h o m b r e , q u e debe m e r o h e c h o de estar consumados, tienen u n valor jurídico propio».
ser p r o c l a m a d o y garantizado legalmente en t o d o Estado b i e n cons- Y ¿quién n o ve, q u i é n n o c o m p r e n d e con meridiana claridad q u e
tituido y q u e los ciudadanos tienen d e r e c h o a la m á s absoluta liber- u n a sociedad sustraída a las leyes de la religión y de la verdadera
t a d para manifestar y defender p ú b l i c a m e n t e sus opiniones, sean justicia, n o p u e d e t e n e r otro fin q u e el d e reunir y acumular r i q u e -
las q u e sean, de palabra, p o r escrito o de otro m o d o cualquiera, zas, ni otra ley e n todos sus actos q u e el i n d o m a d o deseo de satis-
s i n ' q u e la autoridad eclesiástica o la autoridad civil p u e d a n limitar facer sus pasiones y buscar sus propios intereses? Este es precisa-
esta libertad». A h o r a bien, al sostener estas afirmaciones t e m e r a - m e n t e el m o t i v o de q u e esos h o m b r e s persigan con odio cruel a las
rias, n o consideran q u e proclaman u n a libertad de perdición 8 ; y O r d e n e s y Congregaciones religiosas, sin tener en cuenta para n a d a
q u e «si se permite s i e m p r e la libre manifestación d e cualesquiera los extraordinarios servicios q u e éstas h a n p r e s t a d o a la religión,
opiniones h u m a n a s , n u n c a faltarán h o m b r e s q u e se atrevan a c o m - a la sociedad y a la c u l t u r a ; y de q u e afirmen .como vulgares charla-
batir la verdad, y a p o n e r su confianza en la garrulería de la sabi- tanes q u e n o tienen n i n g u n a razón legítima para existir, coinci-
d i e n d o de esta m a n e r a con las a b s u r d a s pretensiones de los, herejes
ac salutaris. Etenim probé noscitis, Venerabiles Fratres, hoc tempore non en esta materia. P o r q u e , c o m o enseñaba con t a n t a verdad P í o VI,
paucos reperiri, qui civili consortio impium absurdumque naturalismi, uti n u e s t r o predecesor de feliz memoria, «la supresión de las O r d e n e s
vocant, principium applicantes audent docere, «optimam societatis publicae
rationem, civilemque progressum omnino requirere, u t humana societas
constituatur et gubernetur, millo habito ad religionem respectu, ac si ea non manae sapientiae loquacitate confidere, cum hanc nocentissimam vanitatem
existeret, vel saltem millo facto veram Ínter falsasque religiones discrimine». quantum debeat fides et sapientia christiana vitare, ex ipsa Domini Nostri
Atque contra sacrarum Litterarum, Ecclesiae, sanctorumque Patrum doc- Iesu Christi institutione cognoscat».
Et quoniam ubi a civili societate fuit amota religio, ac repudiata divinae
trinam asserere non dubitant, «optimam esse conditionem societatis, in qua
revelationis doctrina et auctoritas, vel ipsa germana iustitiae humanique
Imperio non agnoscitur officium coercendi sancitis poenis violatores catho-
iuris notio tenebris obscuratur et amittitur, atque in verae iustitiae legitimi-
licae religionis, nisi quatenus pax publica postulet». Ex qua omnino falsa que iuris locum materialis substituitur vis, inde liquet cur nonnulli, certis-
socialis regiminis idea haud timent erroneam illam fovere opinionem catho- simis sanae rationis principiis penitus neglectis posthabitisque, audeant con-
licae Ecclesiae animarumque saluti máxime exitialem a rec. mem. Grego- clamare, «voluntatem populi, publica, quam dicunt, opinione, vel alia ratio-
rio XVI Praedecessore Nostro deliramentum appellatam, nimirum «liberta- ne manifestatam constituere supremam legem ab omni divino humanoque
tem conscientiae, et cultuum esse proprium cuiuscumque hominis ius, quod iure solutam, et in ordine político facta consummata, eo ipso quod consum-
lege proclamari, et asseri debet in omni recte constituta societate, et ius mata sunt, vim iuris habere». Verum ecquis non videt, planeque sentit, ho-
civibus inesse ad omnimodam libertatem milla vel ecclesiastica, vel civili auc- minum societatem religionis ac verae iustitiae vinculis solutam nullum aliud
toritate coarctandam, quo suos conceptus quoscumque sive voce, sive typis, proferto propositum habere posse, nisi scopum comparandi, cumulandique
sive ratione palam publiceque manifestare, ac declarare valeant». Dum vero opes, nullamque aliam in suis actionibus legem sequi, nisi indomitam anirm
id temeré affirmant, haud cogitant et considerant, quod libertatem perdi- cupiditatem inserviendi propriis voluptatibus et commodis? Eapropter
tionis praedicant, et quod «si humanis persuasionibus semper disceptare sit huiusmodi nomines acerbo sane odio insectantur Religiosas Familias quam-
liberum, nunquam deesse poterunt, qui veritati audeant resultare, et de hu- vis de re christiana, civili, ac litteraria summopere meritas, et blaterant
rasdem nullam habere legitimam existendi rationem, atque ita haereticorum
' Cf. ibid. commentis plaudunt. Nam, ut sapientissime rec. mem. Pius VI. Decessor
8
SAN A G U S T Í N , Ept'st. 105 [166] 2,9: P L 33,399.

» SAN L E Ó N I, Epist. 164: P L 54.H49-


10 PÍO IX QUANTA CURA I 1

y Congregaciones religiosas ofende a u n estado de vida q u e profesa el alma tierna y dúctil de la j u v e n t u d . P o r q u e está p r o b a d o q u e
p ú b l i c a m e n t e los consejos evangélicos; ofende a u n a m a n e r a de todos los q u e han intentado destruir el o r d e n religioso y el o r d e n
vivir r e c o m e n d a d a p o r la Iglesia c o m o conforme a la doctrina social y suprimir todas las leyes divinas y h u m a n a s , h a n c o n c e n -
apostólica; ofende a sus m i s m o s fundadores, h o m b r e s insignes, a trado siempre sus propósitos, sus esfuerzos y su acción en lograr
quienes veneramos en los altares, y q u e las establecieron p o r ins- principalmente la seducción y la perversión de la inexperta j u v e n -
piración d e Dios» i °. t u d , como N o s hemos insinur !o m á s a r r i b a ; pues p o n e n t o d a s
sus esperanzas en la corrupción de esta tierna edad. Por esta causa
no cesan de injuriar con toda clase de vejámenes al clero r e g u l a r
[II. E l . NATURALISMO Y LA FAMILIA]
y secular, a pesar de haber sido el clero, como lo p r u e b a con e s -
N o para aquí la audacia de estos h o m b r e s ; afirman i m p í a m e n t e pléndido testimonio la historia, u n elemento e x t r a o r d i n a r i a m e n t e
q u e debe quitarse al ciudadano y a la Iglesia el d e r e c h o «de d a r b e n e m é r i t o del o r d e n religioso, civil y cultural; y por esta m i s m a
limosnas p ú b l i c a m e n t e a impulsos de la caridad cristiana» y su- causa n o cesan de decir q u e , «siendo el clero enemigo de la cien-
p r i m i r t a m b i é n la ley q u e «en los días festivos p r o h i b e las obras cia, de la civilización y del progreso, es necesario separarlo p o r
serviles, p a r a c u m p l i r con las obligaciones del culto divino»; t o d o completo de la instrucción y educación de la juventud».
ello bajo el falso p r e t e x t o de q u e ese d e r e c h o y esa ley son con-
trarios a los principios de la verdadera economía política. Y n o [III. E L NATURALISMO Y LA I G L E S I A ]
contentos con desterrar del E s t a d o la religión, quieren excluirla
t a m b i é n de la familia. Porque, e n s e ñ a n d o y profesando el funesto [ 5 ] . P e r o hay otros individuos que, renovando los funestos y
error del comunismo y del socialismo, afirman q u e «la sociedad d o - tantas veces condenados errores de la Reforma, h a n tenido la insigne
méstica o familia recibe toda su razón de ser del d e r e c h o p u r a - desvergüenza de afirmar q u e la suprema autoridad dada a la Igle-
m e n t e civil; y q u e , en consecuencia, de la ley civil derivan y d e p e n - sia y a esta Sede Apostólica por N u e s t r o Señor Jesucristo está s u b -
d e n t o d o s los derechos de los padres sobre los hijos, principalmente ordinada a la voluntad de la autoridad política; y d e negar t o d o s
el d e r e c h o d e instruirlos y educarlos». El objetivo principal al q u e los derechos de la Iglesia y de la Santa Sede concernientes al o r d e n
t i e n d e n estos impostores con sus impías teorías y dolosas m a n i o - exterior. E n efecto, n o se avergüenzan de afirmar q u e «las leyes
bras es apartar totalmente la instrucción y educación de la j u v e n t u d de la Iglesia sólo obligan en conciencia c u a n d o son p r o m u l g a d a s
de la saludable influencia doctrinal de la Iglesia católica, y d e p r a v a r por la autoridad del E s t a d o ; q u e las decisiones y decretos de los
con los errores ideológicos m á s perniciosos y toda clase de vicios R o m a n o s Pontífices referentes a la Religión y a la Iglesia necesitan
la sanción y aprobación o, por lo menos, el asentimiento del p o d e r
Noster docebat «regularium abolitio laedit statum publicae professionis con-
siliorum evangelicorum, laedit vivendi rationem in Ecclesia commendatam netur, ac teneri flexibilesque iuvenum animi perniciosis quibusque erroribus,
tamquam Apostolicae doctrinae consentaneam, laedit ipsos insignes funda- vitüsque misere inficiantur ac depraventur. Siquidem omnes, qui rem tum
tores, quos super altaribus veneramur, qui nonnisi a Deo inspirati eas sacram, tum publicam perturbare ac rectum societatis ordinem evertere, et
constituerunt societates». Atque etiam impie pronunciant, auferendam esse iura omnia divina et humana delere sunt conati, omnia nefaria sua consilia,
civibus et Ecclesiae facultatem «qua eleemosynas christianae caritatis causa studia et operam in improvidam praesertim iuventutem decipiendam ac
palam erogare valeant», ac de medio tollendam legem «qua certis aliquibus depravandam ut supra innuimus semper ccntulerunt omnemque spem in
diebus opera servilia propter Dei cultura prohibentur» fallacissime praete- ipsius iuventutis corruptela collocarunt. Quccirca nunquam cessant utrum-
xentes, commemoratam facultatem et legem optimae publicae oeconomiae que Clerum, ex quo, veluti certissima historiae monumenta splendide tes-
principiis obsistere. Ñeque contenti amoveré religionem a publica societate, tantur, tot magna in christianam, civilem, et litterariam rempublicam com-
volunt religionem ipsam a privatis etiam arcere familiis. Etenim funestissi- moda redundarunt, quibuscumque infandis modis divexare, et edicere,
mum Communismi et Socialismi docentes ac profitentes errorem asserunt ipsum Clerum «utpote vero, utüique scientiae et civilitatis progressui inimi-
«societatem domesticam seu familiam totam suae existentiae rationem a iure cum ab omni iuventutis instituendae educandaeque cura et officio esse amo-
dumtaxat civili mutuari; proindeque ex lege tantum civili dimanare ac pen- vendum».
deré iura omnia parentum in filios, cum primis vero ius institutionis, edu-
cationisque curandae». Quibus impiis opinionibus, machinationibusque in At vero alii instaurantes prava ac toties damnata novatorum commenta,
id praecipue intendunt fallacissimi isti nomines, ut salutífera catholicae Ec- insigni impudentia audent Ecclesiae et huins Apostolicae Sedis supremam
clesiae doctrina ac vis a iuventutis institutione et educatione prorsus elimi- auctoritatem a Christo Domino ei tributam civilis auctoritatis arbitrio s u b -
iicere, et omnia eiusdem Ecclesiae et Sedis iura denegare circa ea quae a d
1
° Pío VI, carta Quod aliquantum al cardenal de la Rochefoucault y a los arzobispos y exteriorem ordinem pertinent. Namque ipsos minime pudet affirmare «Ec-
obispos de la Asamblea Nacional de Francia, de fecha lo de marzo de 1791. Véase el texto clesiae leges non obligare in conscientia, nisi cura promulgante a civili p o -
latino en Recueil des allocutions consistoriales, encycliques et autres lettres apostoliques des souve- testate; acta et decreta Romanorum Pontificum ad religionem et Ecclesiam
rains pontifes Clément XIV, Benoit XIV, Pie VI, Pie VII, Léon XII, Crégoire XVI et Pie IX
titees dans l'ejKy'clique et le tSyllabus» du 8 decembre 1864 (París 1865). spectantia indigere sanctione et approbatiore vel mínimum assensu potesta-
12 PÍO i x QUANTA CURA i:i

civil; q u e las constituciones apostólicas q u e c o n d e n a n las socie- tos d e la Sede Apostólica, q u e tienen p o r objeto el bien general dé-
dades secretas 11, p r e s c i n d i e n d o d e la exigencia o n o exigencia d e l , la Iglesia, los derechos d e ésta y la disciplina eclesiástica sin tocar
j u r a m e n t o d e guardar el secreto, y q u e anatematizan a los fautores p a r a n a d a los dogmas d e la fe y d e la moral, p u e d e n los fieles r e -
y afiliados d e aquéllas, n o tienen fuerza alguna legal e n los países chazar t o d o asentimiento y obediencia sin pecado alguno y sin d e -
en q u e el gobierno tolera esta clase d e asociaciones; q u e la e x c o m u - t r i m e n t o d e la profesión del catolicismo». E s evidente p a r a t o d o s la
nión fulminada p o r el concilio d e T r e n t o y p o r los Pontífices R o - radical contradicción d e esta afirmación c o n el d o g m a católico d e
m a n o s contra los invasores y los u s u r p a d o r e s d e los derechos y la plena autoridad, d i v i n a m e n t e d a d a p o r n u e s t r o Señor Jesucristo
p r o p i e d a d e s de la Iglesia descansa sobre u n a confusión del o r d e n al R o m a n o Pontífice, d e apacentar, regir y gobernar la Iglesia u n i -
espiritual y del o r d e n civil y político, y n o tiene otra finalidad q u e versal.
la d e p r o c u r a r s e bienes t e m p o r a l e s ; q u e la Iglesia n o d e b e decretar
nada q u e p u e d a ligar la conciencia d e los fieles e n o r d e n al u s o de [ 6 ] . P o r tanto, ante esta t a n gran perversión d e afirmaciones
los bienes t e m p o r a l e s ; q u e la Iglesia n o tiene el d e r e c h o d e r e p r i - e r r ó n e a s , N o s , conscientes d e las obligaciones d e n u e s t r o m i n i s t e -
m i r p o r m e d i o d e penas temporales a los q u e violan s u s leyes; q u e rio apostólico y llenos d e solicitud p o r nuestra santa religión, p o r
es conforme a los principios d e la sagrada teología y del derecho la sana doctrina, p o r la salvación d e las almas, cuya g u a r d a se n o s
p ú b l i c o conferir al gobierno del E s t a d o la p r o p i e d a d d e los bienes ha confiado d e lo Alto, y p o r el m i s m o bien d e la sociedad h u m a n a ,
poseídos p o r la Iglesia, p o r las Congregaciones religiosas y p o r toda h e m o s juzgado q u e es n u e s t r o deber levantar d e n u e v o n u e s t r a voz
clase d e obras pías». N o se avergüenzan t a m p o c o d e defender p ú b l i - apostólica. P o r consiguiente, todas y cada u n a d e las diversas o p i -
camente el principio fundamental d e los herejes, q u e h a sido y es niones y doctrinas eróneas q u e v a n señaladas detalladamente e n la
fuente d e i n n u m e r a b l e s y perniciosas teorías erróneas. Repiten, e n p r e s e n t e encíclica, N o s con nuestra autoridad apostólica las r e p r o -
efecto, q u e «el p o d e r eclesiástico n o es p o r d e r e c h o divino distinto b a m o s , proscribimos y c o n d e n a m o s ; y q u e r e m o s y m a n d a m o s q u e
e i n d e p e n d i e n t e del p o d e r civil, y q u e esta distinción e i n d e p e n - t o d o s los hijos d e la Iglesia católica las t e n g a n p o r reprobadas,
dencia n o p u e d e n existir sin q u e la Iglesia invada y u s u r p e los d e - proscritas y condenadas.
rechos esenciales del p o d e r civil». N o p o d e m o s t a m p o c o pasar e n [ 7 ] . Pero, además, sabéis m u y bien, venerables hermanos, q u e
silencio la audacia d e aquellos otros que, no pudiendo sufrir la sana hoy día los enemigos d e la verdad y de la justicia, y los e n e m i g o s
doctrina 1 2 , aseguran q u e <«en c u a n t o a las decisiones y a los d e c r e - encarnizados d e n u e s t r a santa religión, p o r m e d i o d e libros e n v e -
n e n a d o s , folletos y . periódicos esparcidos p o r los cuatro e x t r e m o s
tis civilis; constitutiones Apostólicas, quibus damnantur clandestinae societa- del m u n d o , engañan a los pueblos, m i e n t e n a conciencia y p r o p a -
tes, sive in eis exigatur, sive non exigatur iuramentum de secreto servando gan t o d a clase d e teorías impías. N i ignoráis t a m p o c o q u e e n n u e s -
earumque asseclae et fautores anathemate mulctantur, nullam habere vim tra época h a y h o m b r e s q u e , empujados y excitados p o r el e s p í r i t u
in illis orbis regionibus ubi eiusmodi aggregationes tolerantur a civili gu-
bernio; excommunicationem a Concilio Tridentino et Romanis Pontificibus
latam in eos, qui iura possessionesque Ecclesiae invadunt, et usurpant, niti spectare declaratur, dummodo fidei morumque dogmata non attingat, posse
confusione ordinis spiritualis, ordinisque civilis ac politici ad mundanum assensum et obedientiam detrectari et absque peccato, et absque ulla catholi-
dumtaxat bonum prosequendum; Ecclesiam nihil deberé decernere, quod cae professionis iactura». Quod quidem quantopere adversetur catholico dog-
obstringere possit fidelium conscientias in ordine ad usum rerum tempora- mati plenae potestatis Romano Pontifici ab ipso Christo Domino divinitus
lium; Ecclesiae ius non competeré violatores legum suarum poenis tempora- collatae universalem pascendi, regendi, et gubernandi Ecclesiam, nemo est
libus coercendi; conforme esse sacrae theologiae, iurisque publici principiis, qui non clare aperteque videat et intelligat.
bonorum proprietatem, quae ab Ecclesiis, a Familiis Religiosis, aliisque locis In tanta igitur depravatarum opinionum perversitate, Nos Apostolici
piis possidentur, civili gubernio asserere, et vindicare». Ñeque erubescunt nostri officii probé memores, ac de sanctissima nostra religione, de sana doc-
palana publiceque profiteri haereticorum effatum et principum, ex quo trina, et animarum salute Nobis divinitus commissa, ac de ipsius humanae
tot perversae oriuntur sententiae, atque errores. Dictitant enim «Ecclesiasti- societatis bono máxime solliciti, Apostolicam Nostram vocem iterum extolle-
cam potestatem non iure divino distinctam et independentem a potestate re existimavimus. Itaque omnes et singulas pravas opiniones ac doctrinas
civili, ñeque eiusmodi distinctionem, et independentiam servan posse, quin singillatim hisce Litteris commemoratas auctoritate Nestra Apostólica repro-
ab Ecclesia invadantur et usurpentur essentialia iura potestatis civilis». Atque bamus, proscribimus atque damnamus, easque ab ómnibus catholicae Eccle-
silentio praeterire non possumus eorum audaciam, qui sanam non sustinen- siae filiis, veluti reprobatas, proscriptas atque damnatas omnino haberi vo-
tes doctrinara conténdunt «illis Apostolicae Sedis iudiciis, et decretis, quo- lumus et mandamus.
rum obiectum ad bonum genérale Ecclesiae, eiusdemque iura, ac disciplinam
Ac praeter ea, optime scitis, Venerabiles Fratres, hisce temporibus omnis
11 veritatis iustitiaeque osores, et acérrimos nostrae religionis hostes, per pes-
CLEMENTE XII, In eminenti, 28 de abril de 1738; BENEDICTO XIV, Providas; 18 de
marzo de 1751; Pío VII, Ecclesiam, de 13 de septiembre de 1821, y LEÓN XII, Quo graviora, tíferos libros, libellos, et ephemerides toto terrarum orbe dispersas populis
de 13 de marzo de 1825. Véase también CIC c.2335. illudentes, ac malitiose mentientes alias impias quasque disseminare doctri-
12 Cf. 2 Tim. 4.3. nas. Ñeque ignoratis, hac etiam nostra aetate, nonnullos reperiri, qui satanae
14 PÍO I X
(TOANTA CURA ir»
de Satanás, han llegado hasta tal grado de impiedad, que reniegan
d e Jesucristo, nuestro único Soberano y Señor, y n o t e m e n atacar y q u e más exponga a la caída y a todos los peligros q u e el afirmar
su divinidad con la más criminal impudencia. E n este p u n t o n o q u e nos basta la libertad, q u e h e m o s recibido al nacer, sin q u e ten-
podemos dejar de tributaros, venerables hermanos, las mayores gamos otra cosa q u e pedir a D i o s ; es decir, q u e , olvidando a n u e s -
alabanzas, q u e tenéis bien merecidas por el celo con q u e habéis tro A u t o r , osemos renegar de su p o d e r para m o s t r a r n o s libres» 1 6 .
levantado vuestra voz episcopal contra una impiedad t a n g r a n d e . N o dejéis de enseñar «que el p o d e r real n o ha sido d a d o ú n i c a m e n t e
p a r a el gobierno de este m u n d o , sino p o r encima de t o d o p a r a la
[8], Esta es la razón de que Nos, por m e d i o de esta encíclica, protección de la I g l e s i a » 1 7 ; y q u e nada p u e d e ser m á s ventajoso
nos dirijamos de nuevo amorosamente a vosotros; a vosotros, que, y m á s glorioso para los jefes de -los Estados y p a r a los reyes que
llamados a participar de nuestra solicitud, sois para N o s , en medio ajustar su conducta a las palabras q u e n u e s t r o p r u d e n t e y enérgico
de estos grandes dolores, u n motivo de alivio, d e alegría y consuelo predecesor San Félix escribía al e m p e r a d o r Z e n ó n , esto es, «dejar
p o r vuestra religión, p o r vuestra piedad, y p o r ese amor, esa fe a la Iglesia católica gobernarse p o r sus propias leyes, sin permitir
y esa abnegación admirables con las q u e os esforzáis p o r cumplir q u e nadie ponga obstáculos a su libertad... Es cierto, en efecto,
varonil y cuidadosamente la gravísima obligación de vuestro m i - q u e interesa a los príncipes, s i e m p r e q u e se trata de los asuntos
nisterio episcopal, en unión íntima y cordial con N o s y con esta de Dios, respetar el o r d e n q u e D i o s h a establecido, s u b o r d i n a n d o ,
Sede Apostólica. N o s esperamos de vuestro ardiente celo pastoral y n o prefiriendo, la voluntad real a la de los sacerdotes d e Cristo» 18.
que, b l a n d i e n d o la espada del espíritu, q u e es la palabra de Dios, [9]. Pero si siempre d e b e m o s , venerables hermanos, dirigir-
y fortificados con ia gracia de n u e s t r o Señor Jesucristo, insistáis nos con confianza al t r o n o de la gracia para obtener d e él miseri-
m á s y m á s cada día para lograr q u e por vuestros cuidados incesantes cordia y auxilio en el t i e m p o o p o r t u n o , d e b e m o s hacerlo particu-
Jos fieles confiados a vuestra solicitud «se abstengan de las hierbas l a r m e n t e en m e d i o de estas grandes calamidades de la Iglesia y del
venenosas, q u e Jesucristo n o cultiva, p o r q u e n o h a n sido plantadas Estado, en presencia de u n a t a n extensa conspiración enemiga y de
p o r su Padre» ] 3 . N o ceséis, pues, n u n c a de inculcar a los fieles q u e t a n g r a n d e aglomeración de errores contra la sociedad católica y
t o d a verdadera felicidad brota para los h o m b r e s de nuestra sagrada contra esta Santa Sede Apostólica. N o s , por tanto, h e m o s j u z g a d o
religión, de su doctrina y de su práctica; y q u e es feliz el p u e b l o útil excitar la piedad de todos los fieles, a fin de que, u n i é n d o s e
q u e tiene al Señor p o r su Dios 14 . E n s e ñ a d q u e «los reinos descan- a N o s y a vosotros, r u e g u e n y s u p l i q u e n con la oración m á s fervo-
s a n sobre el fundamento de la fe» 1 5 y que «nada hay t a n mortífero rosa y m á s h u m i l d e al P a d r e clementísimo de las luces y d e las m i s e -
ricordias, a fin, t a m b i é n , de q u e r e c u r r a n siempre en la'plenitud d e
spiritu permoti, et incitati eo impietatis devenerunt, ut Dominatorem Do-
minum Nostrum lesum Christum negare, eiusque Divinitatem scelerata
procacitate oppugnare non paveant. Hic vero haud possumus, quin maxirnis mentó regna subsistere, et nihil tam mortiferum, tam praeceps ad casum,
meritisque laudibus Vos efferamus, Venérabiles Fratres, qui episcopalem tam expositum ad omnia pericula, si hoc solum nobis putantes posse sufficere,
vestram vocem contra tantam impietatem omni zelo attollere minime omi- quod liberum arbitrium, cum nasceremur, accepimus, ultra iam a Domino
sistis. nihil quaeramus, idest, auctoris nostri obliti, eius potentiam, ut nos osten-
damus liberas, abiuremus. Atque etiam ne pmittatis docere regiam potesta-
Itaque hisce Nostris Litteris Vos iterum amantissime alloquimur, qui in tem non ad solum mundi régimen, sed máxime ad Ecclesiae praesidium
sollicitudinis Nostrae partem vocati summo Nobis Ínter máximas Nostras esse collatam, et nihil esse quod civitatum Principibus, et Regibus maiori
acerbitates solatio, laetitiae, et consolationi estis propter egregiam, qua fructui, gloriaeque esse possit, quam si, ut sapientissimus fortissimusque
praestatis, religionem, pietatem, ac propter mirum illum amorem, fidem, et alter Praedecessor Noster s. Félix Zenoni Imperatori perscribebat, Eccle-
observantiam, qua Nobis et huic Apdstolicae Sedi concordissimis animis siam catholicam... sinant uti legibus suis, nec libertati eius quemquam per-
obstricti gravissimum episcopale vestrum ministerium strenue ac sedulo mittant obsistere... Certum est enim, hoc rebus suis esse salutare, ut, cum
implere contenditis. Etenim ab eximio vestro pastoralí zelo expectamus, ut de causis Dei agatur, iuxta ipsius constitutum regiam voluntatem Sacerdo-
assumentes gladium spiritus, quod est verbum Dei, et confortati in gratia tibus Christi studeant subdere, non praeferre».
Domini Nostri Iesu Christí velitis ingeminatis studiis quotidie magis pro-
spicere, ut fideles curae vestrae concrediti «abstineant ab herbis noxiis, quas Sed si semper, Venérabiles Fratres, nunc potissimum in tantis Ecclesiae,
Iesus Christus non colit, quia non sunt plantatio Patris». Atque eisdem fide- civilisque societatis calamitatibus, in tanta adversariorum contra rem catho-
libus inculcare nunquam desinite, omnem veram felicitatem in nomines ex licam, et hanc Apostolicam Sedem conspiratipne tantaque errorum congerie,
augusta nostra religioñe eiusque doctrina et exercitio redundare, ac beatum necesse omnino est, ut adeamus cum fiducia ad thronum gratiae, ut miseri-
esse populum, cuius Dominus Deus eius. Docete «catholicae Fidei funda- cordiam consequamur, et gratiam inveniamus in auxilio opportuno. Quo circa
omnium fidelium pietatem excitare existimavimus, ut una Nobiscum Vo-
13
bisque clementissimum luminum et misericordiarum Patrem ferventissimis
SAN IGNACIO MÁRTIR, Carta a los fíe/es de Filadelfia 3; apud FUNCK, Opera Patrum
apostolicorum I 227. 16
>"Cf. Ps. I43Ü44).I5. SAN INOCENCIO I, Carta 20 al concilio de Cartago: PL 20,582.
15
CELESTINO PAPA, carta 22 al sinodo de Efeso: MSI IV 1283. " SAN LEÓN I, Carta 156 lal. 125]: PL 54,1130.
"18 Pió VII, encíclica Din satis, de 15 de mayo de 1800: BRC VII pars 1." 25SS.
16 PÍO i x
QUANTA CURA 17
su fe a n u e s t r o Señor Jesucristo, q u e nos h a rescatado p a r a D i o s
con su sangre; pidiendo con instancia y c o n t i n u a m e n t e a su dulcí- y con los m i s m o s p o d e r e s concedidos p o r N o s en aquellas letras.
simo Corazón, víctima de su ardiente caridad hacia nosotros, q u e N o s q u e r e m o s , sin e m b a r g o , q u e todas las prescripciones conteni-
atraiga hacia Sí todas las cosas con los lazos de su a m o r ; a fin de das en las m e n c i o n a d a s letras apostólicas sean observadas, y q u e
q u e todos los h o m b r e s , inflamados p o r el a m o r santísimo d e J e s u - n o se derogue n i n g u n a d e las excepciones q u e N o s hicimos. N o s
cristo, p r o c e d a n dignamente según su Corazón, agradando a D i o s concedemos esto, n o obstante cualquier otra disposición contraria,
en todas las cosas y d a n d o frutos e n t o d a clase de b u e n a s obras. a u n la q u e fuera digna de m e n c i ó n especial e individual y d e alguna
A h o r a bien, es indudable q u e las oraciones d e los h o m b r e s son m á s derogación. Y, p a r a evitar toda d u d a y toda dificultad, h e m o s or-
agradables a Dios cuando son dirigidas a E l p o r corazones puros, d e n a d o q u e se os remita u n ejemplar de estas letras.
libres d e toda m a n c h a ; p o r esto, N o s h e m o s resuelto abrir a los [ I I ] . «Oremos, venerables h e r m a n o s , oremos desde el fondo
fieles cristianos con liberalidad apostólica los tesoros celestiales de del corazón y con todas las fuerzas de n u e s t r o espíritu a la miseri-
la Iglesia, confiados a nuestra dispensación; para que, excitados cordia de Dios, p o r q u e es El el q u e ha d i c h o : No retiraré de ellos •
con mayor viveza a la verdadera piedad, y purificados de sus peca- mi misericordia l9. P i d a m o s , y recibiremos; y si el logro de n u e s -
dos p o r el sacramento de la penitencia, p r e s e n t e n con mayor con- tras peticiones se hace esperar, p o r q u e h e m o s p e c a d o gravemente,
fianza sus oraciones ante Dios y o b t e n g a n la gracia y la misericordia llamemos, p o r q u e se abrirá a q u i e n llame, con tal q u e q u i e n llame
divinas. sean las oraciones, los gemidos y las lágrimas, en las cuales d e b e m o s
[10]. P o r consiguiente, N o s concedemos, p o r el tenor de la insistir y perseverar, y con tal q u e la oración sea u n á n i m e . . . q u e
presente encíclica, en virtud de n u e s t r a autoridad apostólica, a t o d o s todos oren a Dios, n o solamente p o r sí m i s m o s , sino p o r todos
y a cada u n o de los fieles d e u n o y o t r o sexo del universo católico sus h e r m a n o s , c o m o el Señor nos ha enseñado a o r a r » 2 0 . Y para
u n a indulgencia plenaria en forma d e jubileo, q u e se gane en el q u e Dios atienda m á s fácilmente nuestras oraciones y votos,, los
espacio d e u n m e s , d u r a n t e todo el a ñ o p r ó x i m o d e 1865, p e r o n o vuestros y los d e t o d o s los fieles, p o n g a m o s confiadamente como
después de esta fecha; m e s que será designado p o r vosotros, venera- abogada delante de El a la inmaculada y santísima M a d r e de Dios,
bles hermanos, y p o r los demás O r d i n a r i o s legítimos, en la misma for- la Virgen María, q u e ha destruido todas las herejías en el m u n d o
m a y m a n e r a en q u e lo concedimos al principio de n u e s t r o pontificado e n t e r o ; y q u e , M a d r e amantísima de todos nosotros, «es suavísima...
p o r nuestras letras apostólicas, en forma d e breve, d e 20 de noviem- y llena de misericordia... y se m u e s t r a asequible a todos, con todos
b r e d e 1846, enviadas a todos los obispos del universo, y q u e e m - clementísima, y con i n m e n s o afecto socorre las necesidades d e t o -
pezaban con estas palabras: Arcano Divinae Providentiae consilio; dos» 2 1 . E n su calidad de Reina, q u e está a la diestra d e su unigénito

per ipsas Litteras a Nobis datae fuerunt. Volumus tamen, ut ea omnia ser-
humillimisque precibus sine intermissione orent, et obsecrent, et pleni- ventur, quae in commemoratis Litteris praescripta sunt, et ea excipiantur,
tudine fidei semper confugiant ad Dominum nostrum Iesum Christum, qui quae excepta esse declaravimus. Atque id concedimus, non obstantibus in
redemit nos Deo in sanguine suo, Eiusque dulcissimum Cor flagrantissimae contrarium facientibus quibuscumque, etiam speciali et individua mentione,
erga nos caritatis victimam enixe iugiterque exorent, ut amoris sui vinculis ac derogatione dignis. Ut autem omnis dubitatio et difficultas amoveatur,
omnia ad seipsum trahat, utque omnes homines sanctissimo suo amore earumdem Litterarum exemplar ad Vos perferri iussimus.
inflammati secundum Cor Eius ambulent, digne Deo per omnia placentes,
in omni bono opere fructificantes. Cum autem sine dubio gratiores sint Deo «Rogemus, Venerabiles Fratres, de intimo corde et de tota mente mise-
hominum preces, si animis ab omni labe puris ad ipsum accedant, idcirco ricordiam Dei, quia et ipse addidit dicens: misericordiam autem meam non
caelestes Ecclesiae thesauros dispensationi Nostrae commissos Christifide- dispergam ab eis. Petamus et accipiemus, et si accipiendi mora et tarditas
libus Apostólica liberalitate reserare censuimus, ut iidem fideles ad veram fuerit, quoniam graviter offendimus, pulsemus, quia et pulsanti aperietur,
pietatem vehementius incensi, ac per Poenitentiae Sacramentum a peccato- si modo pulsent ostium preces, gemitus, et lacrymae nostrae, quibus insis-
rum maculis expiati fidentius suas preces ad Deum effundant, eiusque mi- tere et immorari oportet, et si sit unanimis oratio... unusquisque oret Deum
sericordiam et gratiam consequantur. non pro se tantum, sed pro ómnibus fratribus, sicut Dominus orare nos
docuit». Quo vero facilius Deus Nostris. Vestrisque, et omnium fidelium
Hisce igitur Litterís auctoritate Nostra Apostólica ómnibus et singulis precibus, votisque annuat, cum omni fiducia deprecatricem apud Eum ad-
utriusque sexus catholici orbis fidelibus Plenariam Indulgentiam ad instar hibeamus Immaculatam sanctissimamque Deiparam Virginem Mariam,
Iubilaei concedimus intra unius tantum mensis spatium usque ad totum quae cunetas haereses interemit in universo mundo, quaeque omnium nos-
futurum annum 1865 et non ultra, a Vobis, Venerabiles Fratres, aliisque trum amantissima Mater «tota suavis est... ac plena misericordiae..., ómni-
legitimis locorum Ordinariis statuendum, eodem prorsus modo et forma, qua bus sese exorabilem, ómnibus clementissimam praebet, omnium necessita-
ab initio supremi Nostri Pontificatus concessimus per Apostólicas Nostras tes amplissimo quodam miseratur affectu», atque utpote Regina adstans a
Litteras in forma Brevis die 20 mensis Novembris anno 1846 datas, et ad
universum episcopalem vestrum Ordinem missas, quarum initium «Arcano i» Sap. 4,15.
20
Divinae Providentiae consilio», et cum ómnibus eisdem facultatibus, quae SAN CIPRIANO, Carta 7 2,7: PL 4,241 y 244.
21
SAN BERNARDO, Sermón sobre doce prerrogativas de María 2: PL 183,430; BAC,
Obras completas de San Bernardo t.l p.725. •
18 pfo i x

Hijo nuestro Señor Jesucristo, con vestido b o r d a d o de oro, y engala- SY LLABV S


n a d a con variados adornos, nada hay q u e n o p u e d a alcanzar de su
Hijo. Pidamos t a m b i é n los sufragios del bienaventurado Pedro,
Catálogo de errores modernos
Príncipe de los Apóstoles, y de Pablo, su compañero de aposto-
lado, y de todos los santos, que hechos ya amigos de Dios, h a n lle-
gado al reino celestial, coronados, poseen la palma, y seguros de la
inmortalidad, están llenos de solicitud por n u e s t r a salvación.
[12]. F i n a l m e n t e , pidiendo a Dios desde el fondo d e nuestra
alma la abundancia d e los dones celestiales, N o s os d a m o s de cora-
zón y con amor, c o m o p r e n d a de nuestro especial afecto, a vosotros,
venerables h e r m a n o s , y a todos los fieles, clérigos o seglares, confia-
dos a vuestra solicitud, nuestra bendición apostólica. El año 1863 registró tres hechos significativos que aceleraron la
D a d o en R o m a , j u n t o a San Pedro, el 8 de diciembre de 1864, publicación del Syllabus. ha aparición de la Vie de Jésus, de Renán,
año décimo d e la definición dogmática de la I n m a c u l a d a C o n c e p - y su éxito escandaloso. El congreso de Munich, en septiembre de 1863,
ción de la Virgen M a r í a M a d r e de Dios y año d e c i m o n o n o de n u e s - con las peligrosas tendencias teológicas de Dóllinger. Y el congreso de
t r o pontificado. Malinas, en abril del mismo año, con los discursos de Montalembert
sobre la resbaladiza teoría de la «Iglesia libre en un Estado, libre».
dextris Unigeniti Filii Sui Domini Nostri Iesu Christi in vestitu deaurato Sin embargo, la preparación del Syllabus venia de más atrás, a través
circumamicta varietate nihil est, quod ab Eo impetrare non valeat. Suffra- de un largo período de gestación incoado por la sugerencia del entonces
gia quoque petamus Beatissimi Petri Apostolorum Principis, et Coapostoli obispo de Perusa, cardenal Joaquín Pecci, el futuro León XIII.
eius Pauli, bmniumque Sanctorum Caelitum, qui facti iam amici Dei per-
venerunt ad caelestia regna, et coronati possident palmam, ac de sua immor- El Syllabus forma una unidad histórica y temática con la encíclica
talitate securi, de nostra sunt salute solliciti. Q u a n t a cura. Su recta interpretación exige el análisis conjugado de
ambos documentos. Prescindiendo aquí del valor jurídico del Syllabus
Denique caelestium omnium donorum copiam Vobis a Deo ex animo
adprecantes singularis Nostrae in Vos caritatis pignus Apostolicam Bene- (cuestión que parece debe ser resuelta considerando este documento
dictionem ex intimo corde profectam Vobis ipsis, Venerabiles Fratres, cunc- como documento doctrinal con autoridad propia distinta de la autoridad
tisque Clericis, Laicisque fidelibus curae vestrae commissis peramanter de los documentos pontificios de que están tomadas las proposiciones),
impertimus. su valor dogmático se ha prestado a diversas interpretaciones. Hay
Datura Romae apud S. Petrum die VIII Decembris anno 1864, décimo teólogos que sostienen la tesis de que el Syllabus es un documento
a dogmática Definitione Immaculatae Conceptionis Deiparae Virginis Ma- ex cathedra, que implica, por tanto, la infalibilidad del magisterio ecle-
riae. siástico. Otros teólogos, en cambio, no ven en el Syllabus los datos
Pontificatus Nostri Anno Decimonono. reveladores de una enseñanza infalible del magisterio pontificio. Puede
afirmarse, sin embargo, como linea de coincidencia necesaria, que los
errores inscritos en el Syllabus no reciben, por el hecho de su inscripción,
una específica censura teológica nueva, sino que conservan la calificación
teológica recibida en los documentos pontificios originales. La inserción
en el Syllabus viene a ser así una confirmación oficial y auténtica de
¡a sentencia que anteriormente había recaído sobre cada uno de los
errores incorporados a él.
En orden a la interpretación correcta de este documento, conviene
alemas tener presentes dos advertencias: primera, para situar con exac-
titud la tesis católica frente a cada una de las proposiciones conde-
nadas no basta convertir simplemente la forma negativa de éstas en
afirmativa; segunda, el Syllabus se sitúa en el terreno de los principios,
no se sitúa explícitamente en el punto de vista de la aplicación práctica
posible hic et n u n c de esos principios.
La estructura del Syllabus está dividida en diez capítulos de des-'
igual importancia y longitud. La materia está sistemáticamente agru-
pada. Cada proposición va seguida de las fuentes oficiales de que está
tomada.
20 PÍO I X SYLLABUS 21
el m u n d o son u n a m i s m a cosa, y, p o r t a n t o , t a m b i é n el espíritu y la
BIBLIOGRAFÍA materia, la necesidad y la libertad, la v e r d a d y la m e n t i r a , el bien
Acta SS. D. N. Pii PP. IX ex quibus excerptus est «Syliabas» (Roma 1865).— y el mal, la justicia y la injusticia. (Alocución Máxima quidem, de
Récueil des aflocutlons consistoriales, encycliques et autres lettres apostoliques 9 d e j u n i o d e 1862.)
des souverains pontifes Clément XII, Benoit XIV, Pie VI, Pie VII, Léon XII, 2. H a y q u e n e g a r toda acción d e D i o s s o b r e los h o m b r e s y el
Grégoire XVI et Pie IX, citées dans Vencycüque et le «Syllabus» du 8 decem-
bre 1864 (París 1865).—HEINER, Der Papst und die moderne Ideen (Viena 1864).— m u n d o 2 . (Alocución Máxima quidem, d e 9 d e j u n i o d e 1862.)
RINALDI, // valore del Syllabo, estudio teológico e storico con appendice di do- 3. L a razón h u m a n a , sin tener en cuenta relación alguna con
cumenti (Roma 1888).—F. DESIACQUES, revista Eludes julio 1889 p.333-354.— Dios, es el a r b i t r o único de la verdad y d e la mentira, del b i e n y del
HEINER, Der Syllabus in ultramontaner u,nd antiultramontaner Beleuchtung (Ma-
guncia 1905).—L. CHOUPIN, Valeur des décisions doctrinales et disciplinares m a l ; es ley d e sí misma, y con sus tuerzas naturales se basta para
du Saint-Siége (París 1928).—L. BRIGUÉ, Syllabus: DTC t.14 col.2912-2922 p r o c u r a r el bien d e los h o m b r e s y d e los pueblos. (Alocución Má-
(historia, texto y valor del documento) (París 1939). Véase ademásMa biblio- xima quidem, de 9 d e j u n i o d e 1862.)
grafía histórica citada en la encíclica Quanta cura.
4. T o d a s las verdades religiosas derivan d e la capacidad na-'
tural d e la r a z ó n h u m a n a ; p o r esto la razón es la n o r m a soberana
SUMARIO con la cual el h o m b r e p u e d e y d e b e alcanzar el conocimiento d e
I. Panteísmo, naturalismo y racionalismo absoluto (1-7). toda clase d e verdades. (Encíclica Qui pluribus, de 9 d e n o v i e m b r e
II. Racionalismo moderado (8-14). d e 1846. Encíclica Singulari quidem, d e 17 d e marzo d e 1856. A l o -
III. Indiferentismo, latitudinarismo (15-18). cución Máxima quidem, d e 9 d e j u n i o d e 1862.)
IV. Socialismo, comunismo, sociedades secretas, sociedades bíblicas, so- 5. L a revelación divina es imperfecta, y, por tanto, está sujeta
ciedades clérico-liberales. a u n p r o g r e s o c o n t i n u o e indefinido, q u e corresponda al p r o g r e s o d e
V. Errores relativos a la Iglesia"y a sus derechos (19-38). la h u m a n i d a d 3 . (Encíclica Qui pluribus, d e 9 d e noviembre d e 1846.
VI. Errores relativos al Estado considerado tanto en sí mismo como
en sus relaciones con la Iglesia (39-55). Alocución Máxima quidem, d e 9 d e j u n i o d e 1862.)
VII. Errores acerca de la ética natural y cristiana (56-64).
VIII. Errores acerca del matrimonio cristiano (65-74). nomine et mundo, atque omnia Deus sunt et ipsissimam Dei habent sub-
IX. Errores acerca del poder civil del Romano Pontífice (75-76).
stantiam; ac una eademque res est Deus cum mundo, et proinde spiritus
X. Errores referentes al liberalismo moderno (77-80).
cura materia, necessitas cum libértate, verum cum falso, bonum cum malo,
et i u s t u m c u m iniusto. (Alloc. Máxima quidem 9 iunii 1862.)
Í
I. P A N T E | S M O , NATURALISMO Y RACIONALISMO ABSOLUTO II. Neganda est omnis Dei actio in homines et mundum.
(Alloc. Máxima quidem 9 iunii 1862.)
I . N o existe u n ser divino s u p r e m o , sapientísimo y providen-
tísimo, distinto del m u n d o u n i v e r s o ; y D i o s está identificado con III. Humana ratio, nullo prorsus Dei respectu habito, unicus est veri
la naturaleza d e las cosas y, p o r t a n t o , sujeto a transformaciones, y et falsi, boni et mali arbiter, sibi ipsi est lex et naturalibus suis viribus ad
Dios, realmente, se forma e n el h o m b r e y e n el m u n d o , y todas las hominum ac populorum bonum curandum sufficit.
realidades son Dios, y tienen la m i s m a sustancia d e D i o s ; y D i o s y (Alloc. Máxima quidem o iunii 1862.)
IV. Omnes religionis veritates ex nativa humanae rationis vi derivant;
SYLLABVS hinc ratio est princeps norma qua homo cognitionem omnium cuiuscumque
generis veritatum assequi possit ac debeat.
COMPLECTENS PRAECIPUOS NOSTRAE AETATIS ERRORES OJJI NOTANTUR IN ALLO- (Epist. encycl. Qui pluribus 9 novembris 1846. Epíst. encyc!. Singulari qui-
CUTIONIBUS CONSISTORIALIBUS, IN ENCYCLICIS ALIISQUE APOSTOLICIS LITTERIS dem 17 martii 1856. Alloc. Máxima quidem 9 iunii 1862.)
SANCTISSIMI DOMINI NOSTRI PII PAPAE IX
V. D i v i n a revelatio est imperfecta, e t i d c i r c o subiecta c o n t i n u o et i n d e -
§ I. Pantheismus, Naturalismus et Rationalismus absolutus. finito p r o g r e s s u i q u i h u m a n a e rationis p r o g r e s s i o n i rtspondeat.
I. Nullum supremum, sapientissimum, providentissimumque Numen (Epist. encycl. Qui pluribus 9 novembris 1846. Alloc. Máxima quidem 9
iunii 1862.)
divinum exsistit ab hac rerum universitate distinctum, et Deus idem est ac
rerum natura, et iccirco immutationibus obnoxius, Deusque reapse fit in puede haber sucedido que todos estos documentos pontificios no hayan llegado a conocimien-
1
to de cada uno de los ordinarios, ha querido el Sumo Pontífice que se redacte y se envíe a
El título completo del documento es el siguiente: Catálogo que comprende los principa- todos los obispos del orbe católico un catálogo de los indicados errores, para que el epis-
les errores de nuestra época señalados en las encíclicas y otras cartas apostólicas de Nuestro San- copado pueda tener a la vista todas las erróneas doctrinas que hansido reprobadas y conde-
Xísimo Señor el Papa Pío IX: ASS 3 (1867) i68ss; AP 3.70iss. En la carta con que se en- nadas por el Sumo Pontífice»: ASS 3 (1867) 167-168.
vía el Syllabus a todos los obispos católicos, el cardenal Antonelli se expresa así: «Nuestro 2
Los errores contenidos en esta proposición y en la anterior Kan sido condenados so-
Santísimo Señor el Sumo Pontífice Pió IX, sumamente preocupado por la salvación de las lemnemente en el concilio Vaticano, constit. Defi.de catholica c.i: DB I782-I784y 1801-180;.
almas y por la sana doctrina, no ha cesado, desde el principio de su pontificado, de proscribir 3
Se repite aquí la condenación de las tesis de Günther sobre la evolución objetiva del
y condenar las principales teorías erróneas de esta desgraciada época nuestra por medio de dogma: DB 1655-1658, que sufrieron una nueva reprobación formal en el concilio Vaticano,
sus encíclicas, alocuciones consistoriales y otras cartas apostólicas ya publicadas. Y como sess. 3 De fide et ratione c.4: DB 1800-1818.
22 PÍO IX SVLLABUS 23

6. L a fe cristiana contradice a la razón n a t u r a l ; y la revelación d e M u n i c h - F r i s i n g a , de 11 d e diciembre de 1862.- C a r t a Tuas liben-


divina n o sólo es inútil, sino q u e además perjudica a la perfección ter al m i s m o arzobispo, de 21 de diciembre de 1863.)
del h o m b r e 4 . (Encíclica Qui pluribus, de 9 de noviembre de 1846. 10. El filósofo y la filosofía son cosas distintas. E l filósofo tiene
Alocución Máxima quidem, de 9 de junio de 1862.) el d e r e c h o y la obligación de someterse a la autoridad q u e él mismo
7. Las profecías y los milagros, expuestos y referidos en las reconozca c o m o verdadera. P e r o la filosofía ni p u e d e ni d e b e some-
Sagradas Escrituras, son ficciones poéticas, y los misterios de la fe terse a autoridad alguna. (Carta Gravissimas Ínter al arzobispo de
cristiana son el resultado de investigaciones filosóficas; y los libros M u n i c h - F r i s i n g a , d e 11 de diciembre de 1862. Carta Tuas libenter
de u n o y o t r o T e s t a m e n t o están llenos de m i t o s ; y el m i s m o Jesu- al m i s m o arzobispo, d e 21 de diciembre de 1863.)
cristo es u n a ficción mítica 5 . (Encíclica Qui pluribus, de 9 de noviem- 11. L a Iglesia n o solamente n o d e b e reprimir j a m á s los exce-
b r e de 1846. Alocución Máxima quidem, de 9 de junio de 1862.) sos de la filosofía, sino q u e d e b e incluso tolerar sus errores, y dejarla
a ella m i s m a su propia corrección 7 . (Carta Gravissimas Ínter, de 11 de
d i c i e m b r e d e 1862.)
II. RACIONALISMO MODERADO
12. L o s decretos d e la Sede Apostólica y de las Congregacio-
nes r o m a n a s i m p i d e n el libre adelanto de la ciencia. (Carta Tuas
8. C o m o la razón h u m a n a es igual en dignidad a la misma reli-
libenter, d e 21 de diciembre de 1863.)
gión, las ciencias teológicas d e b e n ser tratadas del m i s m o m o d o que
13. El m é t o d o y los principios con q u e los antiguos D o c t o r e s
las ciencias filosóficas 6 . (Alocución Singulari quadam perfusi, de
eclesiásticos cultivaron la Teología, n o son adecuados en m o d o al-
9 de diciembre de 1854.)
g u n o a las necesidades d e nuestros t i e m p o s ni al progreso d e las
9. T o d o s los dogmas d e la religión cristiana sin distinción son ciencias. (Carta Tuas libenter, de 21 d e diciembre de 1863.)
objeto de la ciencia natural o filosófica; y la razón h u m a n a , con el 14. L a filosofía d e b e ser estudiada sin tener en cuenta p a r a
cultivo exclusivo recibido d e la historia, p u e d e llegar por sus fuer- n a d a la revelación sobrenatural. (Carta Tuas libenter de 21 de d i -
zas y principios naturales al conocimiento verdadero de todos los c i e m b r e d e 1863.)
dogmas, a u n los más ocultos, con tal que estos dogmas sean pro- N . B . — C o n el sistema racionalista c o n c u e r d a n en su m a y o r
p u e s t o s como objeto a la razón. (Carta Gravissimas ínter al arzobispo

etiam reconditioribus dogmatibus scientiam pervenire, modo haec dogmata


VI. Christi fides humanae refragatur rationi; divinaque revelatio non ipsi rationi tamquam obiectum proposita fuerint.
solum nihil prodest, verum etiam nocet hominis p'erfectioni. (Epist. ad Arcbiep. Frising. Gravissimas n decembris 1862. Epist. ad eum-
(Epist. encycl. Qui pluribus 9 novembris 1846. Alloc. hiaxima quinan 9 dem Tilas libenter 21 decembris 1863.)
iunii 1862.)
X. Quum aliud sit philosophus, aliud philosophia, ille ius et officium
VIL Prophetia'e, et miracula in sacris Litteris expósita et narrata, sunt habet se submittendi auctoritati, quam veram ipse probaverit; at philoso-
poetarum commenta, et christianae fidei mysteria philosophicarum investi- phia ñeque potest, ñeque debet ulli sese submittere auctoritati.
gationum summa; et utriusque Testamenti libris mythica continentur in- (Epist. adArchiep. Frising. Gravissimas 11 decembris 1862. Epist. ad eum~
venta; ipseque Iesus Christus est mythica fictio. dem Tufls libenter 21 decembris 1863.)
(Epist. encycl, Qui pluribus 9 novembris 1846. Alloc. Máxima quidem 9 XI. Ecclesia non solum non debet in philosophiam unquam animad-
iunii 1862.) vertere, verum etiam debet ipsius philosophiae tolerare errores, eique relin-
quere ut ipsa se corrigat.
§ II. Rationalismus moderatus. XII. Apostolicae Sedis, romanarumque Congregationum decreta libe-
VIII. Quum ratio humana ipsi religioni aequiparetur, ideirco theolo- rum scientiae progressum impediunt.
(Epist. ad Archiep. Frising. Tuas libenter 21 decembris 1863.)
gicae disciplinae perinde ac philasophicae tractandae sunt.
(Alloc. Singulari quadam perfusi 9 decembris 1854.) XIII. Methodus et principia, quibus antiqui Doctores scholastici T h e o -
logiam excoluerunt, temporum nostrorum necessitatibus scientiarumque
IX. Omnia indiscriminatim dogmata religionis christianae sunt obiec-
progressui minime congruunt.
tum naturalis scientiae seu philosophiae; et humana ratio historice tantum
(Epist. ad Archiep. Frising. Tuas libenter 21 decembris 1863.)
exculta potest ex suis naturalibus viribus et principiis ad veram de ómnibus
4 XIV. Philosophia t r a c t a n d a est, milla s u p e r n a t u r a l i s revelationis h a b i t a
Se reitera la doctrina católica sobre la imposibilidad de toda auténtica contradicción
entre la fe y la razón. Véase a este propósito DTC s.v. Racionalismo t.13 C0I.1765SS, y DAFG ratione. . (Epist. ad Archiep. Frising. Tuas libenter 31 decembris 1863 .
s.v. Fe t.2 col.63ss.
s
Proposiciones condenadas, solemnemente por el concilio Vaticano, const. De fi&e ca- N . B. C u m rationalismi s y s t e m a t e c o h a e r e n t m a x i m a m p a r t e m e r r o r e s
tholica can.4: DB 1813. 7
6
Esta proposición resume la doctrina del racionalismo moderado, condenado por Pío IX Se condenan en esta proposición y en las dos anteriores los errores de J. Fronscbammer
en su alocución Singulari quadam, de 9 de diciembre de 1854, pronunciada ante los obispos sobre la plena capacidad de la filosofía para alcanzar una plena inteligencia de la verdad r e -
(legados a Roma con motivo de la definición dogmática de la Inmaculada Concepción. velada: DB T666SS.
SYIXABUS 25
24 PÍO i x

parte los errores de A n t o n i o G ü n t h e r , condenados en la carta al car- IV. SOCIALISMO, COMUNISMO, SOCIEDADES SECRETAS, SOCIEDADES
denal arzobispo d e Colonia, Eximiam tuam, de 15 de j u n i o de 1847, BÍBLICAS, SOCIEDADES CLÉRICO-LIBERALES
y en la carta al obispo de Breslau, Dolare haud mediocri, de 30 de
abril de 1860 8. Estas pestilenciales doctrinas h a n sido condenadas repetidas
veces, con fórmulas concebidas en los t é r m i n o s m á s graves, en la
encíclica Qui pluribus, de 9 de n o v i e m b r e d e 1846; en la alocución
III. I N D I F E R E N T I S M O , LATITUUINAKISMO Quíbus quantisque, d e 20 d e abril de 1849; en la encíclica Noscitis
et Nobiscum, de 8 d e diciembre de 1849; en la alocución Singulari
15. T o d o h o m b r e es libre para abrazar y profesar la religión quadam, de 9 d e diciembre d e 1854; en la encíclica Quanto con-
q u e j u z g u e verdadera guiado p o r la luz de su razón. (Carta apostó- ficiamur moerore, de 10 de agosto de 1863 9 . '
lica Multíplices inter, d e 10 d e j u n i o de 1851. Alocución Máxima
quidem, d e 9 de j u n i o d e -1862.)
V. E R R O R E S RELATIVOS A LA IGLESIA Y A sus DERECHOS
16. L o s h o m b r e s p u e d e n , d e n t r o de cualquier culto religioso,
e n c o n t r a r el camino d e su salvación y alcanzar la vida eterna. ( E n - 19. L a Iglesia n o es u n a sociedad v e r d a d e r a m e n t e perfecta y
cíclica Qui pluribus, de 9 de n o v i e m b r e de 1846. Alocución Ubi completamente libre; ni goza de derechos propios y p e r m a n e n t e s
primum, de 17 de diciembre de 1847. Encíclica Singulari quidem, conferidos p o r su divino F u n d a d o r ; p o r el contrario, c o r r e s p o n d e
d e 17 de m a r z o de 1856.) al p o d e r civil d e t e r m i n a r los derechos de la Iglesia y los límites
17. P o r lo m e n o s d e b e m o s esperar con f u n d a m e n t o la eterna d e n t r o de los cuales p u e d a ésta ejercer dichos derechos 1 0 . (Alocu-
salvación de t o d o s aquellos q u e n o se e n c u e n t r a n d e n t r o de la ver- ción Singulari quadam, de 9 de d i c i e m b r e de 1854. Alocución
d a d e r a Iglesia de Cristo. (Alocución Singulari quadam, de 9 de di- Multis gravibusque, d e 17 de diciembre d e 1860. Alocución Máxima
c i e m b r e de 1854. Encíclica Quanto conficiamur moerore, d e 17 de quidem, de 9 de j u n i o d e 1862.)
agosto d e 1863.) 20. El p o d e r eclesiástico n o p u e d e ejercer su autoridad sin
18. El p r o t e s t a n t i s m o n o es m á s q u e una forma distinta d e el p e r m i s o y asentimiento del p o d e r civil. (Alocución Meminit
la v e r d a d e r a religión cristiana; y d e n t r o de aquélla se p u e d e agradar unusquisque, d e 30 de s e p t i e m b r e de 1861.)
a D i o s lo m i s m o q u e en la Iglesia católica. (Encíclica Noscitis et
Nobiscum, d e 8 de diciembre de 1849.)
§ IV. Socialismus, Communismus, Societates dandestinae, Societates biblicae,
Antonii Günther, qui damnantur in Epist. ad Card. Archiep. Coloniensem Societates clerico-Hberales. •
Eximiam tuam 15 iunii 1847, et in Epist. ad Episc. Wratislaviensem Dolare
haud mediocri 30 aprilis 1860. Eiusmodi pestes saepe gravissimisque verborum formulis reprobantur
in Epist. encycl. Qui pluribus 9 novemb. 1846; in Alloc. Quibus quantisque
20 april. 1849; in Epist. encycl. Noscitis et Nobiscum 8 decemb. 1849; in
§ III. Indifferentismus, Laiitudinarismus. Allocut. Singulari quadam 9 decemb. 1854; in Epist. encycl. Quanto con-
ficiamur moerore 10 augusti 1863.
XV. Liberum cuique homini est eam amplecti ac profiteri religionem,
quam rationis lumine quis ductus veram putaverit. § V. Errores de Ecclesia eiusque iuribus.
(Lítt. Apost. Multíplices inter lo iunii l8sr. Alloc. Máxima quidem 9 iunii
1862.) XIX. Ecclesia non est vera perfectaque societas plañe libera, nec pollet
XVI. Homines in cuiusvis religionis cultu viam aeternae salutis repe- suis propriis et constantibus iuribus sibi a divino suo fundatore collatis, sed
rire, aeternamque salutem assequi possunt. civilis potestatis est definiré quae sint Ecclesiae iura ac limites, intra quos
(Epist. encycl. Qui pluribus o novembris 1846. Alloc. Ubi primum 17 decem-
eadem iura exercere queat.
bris 1847. Epist. encycl. Singulari quidem 17 martii 1856.) (Alloc. Singulari quadam 9 decembris 18S4. Alloc. Multis gravibusque 17
decembris 1860. Alloc. Máxima quidem 9 iunii 1862.)
XVII. Saltem bene sperandüm est de aeterna illorum omnium salute,
qui i n vera Christi Ecclesia nequáquam versantur. XX. Ecclesiastica potestas suam auctoritatem exercere non debet absque
(Alloc. Singulari quadam 9 decembris 1854. Epist. encycl. Quanto conficiamur
civilis gubernii venia et assensu.
I7augusti 1863.) (Alloc. Meminit unusquisque 30 septembris 1861.)
9
XVIII. P r o t e s t a n t i s m u s n o n aliud est q u a m diversa v e r a e e i u s d e m El Papa no expone directamente las doctrinas del comunismo y del socialismo. Se li-
c h r i s t i a n a e religionis forma, i n q u a a e q u e a c in Ecclesia catholica D e o p l a - mita a recordar las condenaciones hechas contra estos sistemas. Véase la encíclica de León XIII
Quod apostolici muneris acerca del socialismo.
10
ceré d a t u m est. (Epist. encycl. Noscitis et Nobiscum 8 decembris 1849.) Ésta es la proposición básica que sirve de base al desarrollo posterior de este capí-
8
» tulo: el Papa afirma la independencia de la Iglesia y e! carácter de sociedad perfecta que
En las tres últimas proposiciones están incluidas las tesis sostenidas en el congreso teo- ésta posee.
lógico de Munich de septiembre de 1863. Véase la nota introductoria.
26 PÍO I X
SYLLABUS 21
2 1 . • L a Iglesia n o tiene potestad para definir d o g m á t i c a m e n t e
q u e la religión de la Iglesia católica es la única religión verdadera. 27. L o s ministros sagrados de la Iglesia y el R o m a n o Pontífice
(Carta apostólica Multíplices ínter, d e 10 de j u n i o de 1851.) d e b e n ser excluidos absolutamente de toda administración y d o -
22. L a obligación, a q u e sin excepción están sometidos los minio de las cosas temporales. (Alocución Máxima quidem, de
maestros y escritores católicos, se limita únicamente a los p u n t o s 9 de j u n i o de 1862.)
propuestos p o r el juicio infalible de la Iglesia como d o g m a s d e fe, 28. L o s obispos n o p u e d e n publicar lícitamente sin p e r m i s o
q u e d e b e n ser creídos p o r todos. (Carta Tuas libenter al arzobispo del gobierno ni aun las m i s m a s letras apostólicas. (Alocución Num-
de M u n i c h - F r i s i n g a , de 21 de diciembre de 1863.) quam fore, de 15 de diciembre de i8'56.)
23. L o s R o m a n o s Pontífices y los concilios ecuménicos h a n 29. L o s favores concedidos p o r el R o m a n o Pontífice d e b e n
rebasado los límites de su poder, h a n u s u r p a d o los derechos d e ser considerados como nulos, a n o ser q u e hayan sido pedidos
los príncipes e incluso h a n errado en la definición de las cosas por c o n d u c t o del g o b i e r n o 1 2 . (Alocución Numquam fore, de 15 de
pertenecientes a la fe y a la moral. (Carta apostólica Multíplices diciembre d e 1856.)
ínter, de 10 de j u n i o d e 1851). 30. L a i n m u n i d a d d e la Iglesia y de las personas eclesiásticas
24. L a Iglesia n o tiene el derecho de usar la fuerza y carece tiene su origen en el d e r e c h o civil. (Carta apostólica Multíplices
de t o d o p o d e r t e m p o r a l directo o indirecto n . (Carta apostólica ínter, de 10 de j u n i o de 1851.)
Ad Apostolicae, d e 22 de agosto d e 1851.) 3 1 . El fuero eclesiástico para las causas temporales, civiles o
25. A d e m á s del p o d e r i n h e r e n t e al episcopado, la Iglesia tiene criminales, de los clérigos, d e b e ser totalmente suprimido, a u n sin
o t r o p o d e r temporal, concedido expresa o tácitamente por el p o d e r consultar a la Sede Apostólica y a pesar de sus reclamaciones.
civil, el cual p u e d e , p o r consiguiente, revocarlo a su arbitrio. ( C a r t a (Alocución Acerbissimum, d e 27 d e s e p t i e m b r e d e 1852. Alocución
apostólica Ad Apostolicae, de 22 de agosto de 1851.) Numquam fore, de 15 de diciembre de 1856.)
26. L a Iglesia n o tiene d e r e c h o natural y legítimo para a d q u i - 32. L a i n m u n i d a d personal, en v i r t u d de la cual los clérigos
rir y poseer. (Alocución Numquamfore, de 15 de diciembre de 1856. están exentos del servicio militar, p u e d e ser derogada, sin violación
Encíclica Incredibili, de 17 de septiembre de 1863.) alguna del d e r e c h o natural y de la e q u i d a d ; esta derogación está
exigida p o r el progreso civil, sobre t o d o en u n a sociedad consti-
XXI. Ecclesia non habet potestatem dogmatice definiendi, religionem tuida según la forma política liberal 13 . (Carta Singularis Nobisque
Catholicae Ecclesiae esse unice veram Religionem. al obispo de M o n t r e a l , de 29 de s e p t i e m b r e de 1864.)
(Litt. Apost. Multíplices ínter l o iunii 1851.)
XXVII. Sacri Ecclesiae ministri Romanusque Pontifex ab omni rerum
XÍÍII. Obligatio, qua catholici magistri et scriptores omnino adstrin- temporalium cura ac dominio sunt omnino excludendi.
guntur, coarctatur in iis tantum, quae ab infallibili Ecclesiae iudicio veluti (AUoc. Máxima quidem o iunii 1862.)
fidei dogmata ab ómnibus credenda proponuntur.
XXVIII. Episcopis, sine Gubernii venia, fas non est vel ipsas apostó-
(Epist. ad Archiep. Frising. Tuas libenter 21 decembris 1863.)
licas Litteras promulgare. (Alloc. Nunquam jare 15 decembris 1856.)
XXIII. Romani Pontífices et Concilla oecumenica a limitibus suae po-
XXIX. Gratiae a Romano Pontífice concessae existimari debent tam-
testatis recessesunt, iura principum usurparunt, atque etiam in rebus fidei
quam irritae, nisi per Gubernium fuerint imploratae.
et morum definiendis errarunt.
(Alloc. Nunquam fore 15 decembris 1856.)
(Litt. Apost. Multíplices ínter 10 iunii 1851.)
XXX. Ecclesiae et personarum ecclesiasticarum immunitas a iure
XXIV. Ecclesia vis inferendae potestatem non habet, ñeque potestatem
civili ortum habuit. (Litt. Apost. Multíplices ínter 10 iunii 1851.)
ullam temporalem directam vel indirectam.
(Litt. Apost. Ad Apostolicae 22 augusti 1851.) XXXI. Ecclesiasticum forum pro temporalibus clericorum causis sive
civilibus sive criminalibus omnino de medio tollendum est, etiam incon-
XXV. Praeter potestatem episcopatui inhaerentem, alia est attributa
sulta et reclamante Apostólica Sede.
temporalis potestas a civili imperio vel expresse vel tacite concessa, revocan-
(Alloc. Acerbissimum 27 septembris 1852. Alloc. Nunquam fore 15 d e c e m -
da propterea, cum libuerit,'a civili imperio. bris 1856.)
(Litt. Apost. Ad Apostolicae 22 augusti 1851.)
XXXII. Absque ulla naturalis iuris et aequitatis violatione potest abro-
XXVI. Ecclesia non habet nativum ac legitimum ius acquirendi ac gan personalis immunitas, qua clerici ab onere subeundae exercendaeque
possidendi. militiae eximuntur; hanc vero abrogationem postulat civilis progressus,
(AUoc. Nunquam fore 15 decembris 1856. Epist. encycl. íncredihíli 17 sep- máxime in societate ad formam liberioris regiminis constituta.
tembris 1863.)
(Epist. ad Episc. Montisregal. Singularis Nobisque 29 septembris 1864.)
]
! Se condenan aquí dos obras d e J.-N. NUYTZ, Institutions de droit écclésiastique y Traite 12
de droit écclesiastique universel. La Iglesia posee jurisdicción no sólo en lo espiritual, sino Esta proppsición y la anterior reproducen las pretensiones varias vec es condenadas del
también en lo temporal, Véase sobre el poder indirecto D T C $,v. Poder temporal 1.12 col. 2704- galicanismo y del josefinismo.
1:1
3773. E n las proposiciones 30. 31 y 32 se trata d e la cuestión de las inmunidades eclesiásti-
cas, particularmente la exención d e s e r v i c i o militar obligatorio y la excepción judicial d e
28 rfo tx SY1.LABUS 211
33. L a dirección de la enseñanza teológica n o es d e r e c h o p r o -
pio y natural exclusivo d e la potestad eclesiástica de jurisdicción. VI. ERRORES RELATIVOS AL ESTADO, CONSIDERADO TANTO E N si
(Carta Tuas libenter al arzobispo d e M u n i c h - F r i s i n g a , d e 21 de MISMO COMO EN SUS RELACIONES CON LA IGLESIA
d i c i e m b r e d e 1863.)
34. L a doctrina de los q u e c o m p a r a n el R o m a n o Pontífice 39. El Estado, p o r ser fuente y origen de t o d o s los derechos,
a u n príncipe q u e ejerce libremente su autoridad en t o d a la Igle- goza d e u n derecho totalmente ilimitado 1 6 . (Alocución Máxima
sia es u n a d o c t r i n a q u e prevaleció en la E d a d M e d i a 1 4 . (Carta quidem., de 9 d e j u n i o de 1862.)
apostólica Ad Apostolicae, de 22 de agosto de 1851.) 40. L a doctrina de la Iglesia católica es contraria al bien y a
35. N a d a i m p i d e q u e p o r decisión de u n concilio general, o los intereses d e la sociedad h u m a n a 1 7 . (Encíclica Qui pluribus, de
p o r voluntad de todos los pueblos, sea trasladado el S u m o Ponti- 9 de n o v i e m b r e de 1846; alocución Quibus quantisque, de 20 d e
ficado del obispo r o m a n o y de la ciudad d e R o m a a o t r o obispo abril de 1849.)
y a otra ciudad. (Carta apostólica Ad Apostolicae, de 22 de agosto 4 1 . C o m p e t e al p o d e r civil, a u n c u a n d o lo ejerza u n g o b e r n a n t e
de 1851.) infiel, u n p o d e r indirecto negativo sobre las cosas sagradas; y, p o r
36. L a definición dada p o r u n concilio nacional n o admite consiguiente, corresponde a dicho p o d e r civil n o sólo el d e r e c h o
discusión ulterior; y el p o d e r civil p u e d e atenerse a ella en su ac- conocido con el n o m b r e de'exequátur, sino t a m b i é n el d e r e c h o
tuación 1 5 . (Carta apostólica Ad Apostolicae, de 22 d e agosto de 1851.) llamado d e apelación ab abusu. (Carta apostólica Ad Apostolicae,
37. Se p u e d e n establecer iglesias nacionales independientes de d e 22 de agosto de 1851.)
la autoridad del R o m a n o Pontífice y c o m p l e t a m e n t e separadas d e él. 42. E n caso de conflicto entre las leyes de ambos poderes,
(Alocución Multis gravibusque, d e 17 de diciembre de 1860. Alocu- prevalece el derecho del p o d e r político. (Carta apostólica Ad Aposto-
ción Iamdudum cernimus, d e 18 d e m a r z o d e 1861.) licae, de 22 de agosto de 1851.)
38. L a s excesivas arbitrariedades de los R o m a n o s Pontífices 43. El p o d e r civil tiene autoridad para rescindir, declarar nulos
c o n t r i b u y e r o n a la división d e la Iglesia en oriental y occidental. y anular efectivamente, sin consentimiento de la Sede Apostólica,
(Carta apostólica Ad Apostolicae, de 22 de agosto d e 1851.) y a u n a pesar d e sus reclamaciones, los solemnes convenios (o con-
cordatos) celebrados con la m i s m a Sede Apostólica acerca del uso
XXXIII. Non pertinet unice ad ecclesiasticam iurisdictionis potesta-
de los derechos referentes a la i n m u n i d a d eclesiástica. (Alocución
tem proprio ac nativo iure dirigere theologicarum rerum doctrinam.
(Epist. ad Archiep. Frising. Tuas libenier 21 decembris 1863.)
XXXIV. Doctrina comparantium Romanum Pontificem Principi libero
et agenti in universa Ecclesia, doctrina est quae medio aevo praevaluit. § VI. Errores de societate civili tura in se, tum in suis ad Ecclesiam relationibus
(Litt. Apost. Ad Apostolicae 22 augusti 1851.) spectata.
XXXV. Nihil vetat, alicuius Concilii generalis sententia aut universo-
rum populorum facto, summum Pontificatum ab romano Episcopo atque XXXIX. Reipublicae status, utpote omnium iurium origo et fons, iure
Urbe ad alium Episcopum aliamque civitatem transferri. quodam pollet nuílis circumscripto limitibus.
(Litt. Apost. Ad Apostolicae 22 aügusti 1851.) (Alloc. Máxima quidem 9 iunii 1862.)
XXXVI. Nationalis concilii definitio nullam aliam admittit dísputatio- XL. Catholicae Ecclesiae doctrina humanae societatis bono et commo-
nem, civilisque administratio rem ad hosce términos exigere potest. dis adversatur.
(Litt. Apost. Ad Apostolicae 22 augusti 1851. ) (Epist. encycl. Qui pluribus 9 novembris 1846. Alloc. Quibus quantisque 30
aprilis 1849.)
XXXVII. Instituí possunt nationales Ecclesiae ab auctoritate Romani
Pontificis subductae planeque divisae. XLI. Civili potestati vel ab infideli imperante exercitae competit po-
(Alloc. Multis gravibusque 17'decembris 1860. Alloc. Iamdudum cernimus 18 testas indirecta negativa in sacra; eidem proinde competit nedum ius quod
martii 1861.) vocant exequátur, sed etiam ius appellationis, quam nuncupant, ab abusu.
XXXVIII. Divisioni Ecclesiae in orientalem atque occidentalem nimia (Litt. Apost. Ad Apostolicae 22 augusti 1851.)
Romanorum Pontificum arbitria oontulerunt.
XLII. In conflictu legum utriusque potestatis, ius civile praevalet.
(Litt. Apost. Ad Apostolicae 22 augusti 1851.) (Litt. Apost. Ad Apostolkae 22 augusti 1851.
los clérigos quoad iurisdictiomm civilem. Lo que el Papa condena en estas proposiciones es XLIII. Laica potestas auctoritatem habet rescindendi, declarandi ac fa-
!a pretensión del poder político de abolir las inmunidades eclesiásticas <<sin consultar previa-
mente a la Santa Sede y sin tener en cuenta las reclamaciones de ésta». ciendi irritas solemnes Conventiones (vulgo Concordata) super usu iurium
14
15
Tesis condenada por negar el primado iure divino del Soberano Pontífice.
Proposición herética por negar al Romano Pontífice jurisdicción suprema sobre la 16
Esta es la tesis que constituye el punto de partida de los diversos errores condenados
Iglesia universal. Véase concilio Vaticano, const. Pastor aelernus c.3: DB l8Jí6ss. en este capitulo. Se afirma en ella por los adversarios de la Iglesia el derecho supremo ab-
soluto
17
del Estado.
Véanse las encíclicas de León XIII Inscrutabili Dei sobre la Iglesia y la civilización y
la Inmortale Dei sobre la constitución cristiana del Estado.
SYLLABUS 31
30 pío ik
ñ a n z a de las letras y de las ciencias y a la educación d e la j u v e n t u d ,
In consistoriali, d e i de n o v i e m b r e d e 1850; alocución. Multis gra- q u e d e n al m a r g e n de t o d a a u t o r i d a d d e la Iglesia, así c o m o d e t o d o
vibusque, d e 17 d e d i c i e m b r e d e 1860.) p o d e r r e g u l a d o r e i n t e r v e n c i ó n d e la m i s m a : y q u e estén sujetos al
44. L a a u t o r i d a d civil p u e d e inmiscuirse en las materias per- p l e n o a r b i t r i o d e la a u t o r i d a d civil y política s e g ú n el criterio d e los
tenecientes a la religión, la m o r a l y el g o b i e r n o espiritual. P o r con- g o b e r n a n t e s y d e a c u e r d o con las ideas c o m u n e s d e la época. ( C a r t a
siguiente, p u e d e s o m e t e r a su juicio las instrucciones q u e los p a s - Quum non sine al a r z o b i s p o de F r i b u r g o , d e 14 d e j u l i o d e 1864.)
t o r e s d e la Iglesia p u b l i c a n , en v i r t u d d e su cargo, p a r a dirigir las
48. L o s católicos p u e d e n a p r o b a r u n sistema e d u c a t i v o d e la
conciencias; p u e d e a s i m i s m o dictar resoluciones p r o p i a s en t o d o lo
j u v e n t u d q u e n o t e n g a conexión c o n la fe católica n i c o n el p o d e r
c o n c e r n i e n t e a la a d m i n i s t r a c i ó n d e los sacramentos y a las disposicio-
de la Iglesia; y cuyo ú n i c o objeto, o el principal al m e n o s , sea sola-
nes necesarias p a r a recibirlos. (Alocución In consistoriali, d e 1 d e n o -
m e n t e el c o n o c i m i e n t o d e las cosas n a t u r a l e s y los intereses d e la
v i e m b r e d e 1850; alocución Máxima quidem, d e 9 de j u n i o d e 1862.)
vida social t e r r e n a l s . ( C a r t a Quum non sine, d e 14 d e j u l i o d e 1864.)
45. L a dirección total de las escuelas públicas, en q u e se educa 49. L a a u t o r i d a d civil p u e d e i m p e d i r q u e los obispos y los
a la j u v e n t u d d e u n a nación cristiana, p u e d e y d e b e ser entregada fieles se c o m u n i q u e n libre y m u t u a m e n t e con el R o m a n o Pontífice.
a la a u t o r i d a d civil, c o n la sola excepción d e los s e m i n a r i o s epis- (Alocución Máxima quidem, d e 9 d e j u n i o d e 1862.)
copales legalmente e x c l u i d o s ; y d e b e serle e n t r e g a d a d e tal m a n e r a , 50. E l p o d e r civil t i e n e p o r sí m i s m o el d e r e c h o de p r e s e n t a c i ó n
q u e n i n g u n a otra a u t o r i d a d t e n g a d e r e c h o a i n t e r v e n i r en la disci- d e los obispos, y p u e d e exigir a éstos q u e t o m e n la a d m i n i s t r a c i ó n
plina d e las escuelas, en el r é g i m e n d e estudios, e n la colación de de la diócesis antes d e recibir d e la Santa Sede el n o m b r a m i e n t o
g r a d o s y en la elección y aprobación d e los maestros. (Alocución canónico y las letras apostólicas ' 9 . (Alocución Numquam fore,
In consistoriali, de 1 d e n o v i e m b r e de 1850; alocución Quibus ¡uctuo- de 15 d e d i c i e m b r e d e 1856.)
sissimis, d e 5 de s e p t i e m b r e de 1851.)
51. E l g o b i e r n o t e m p o r a l t i e n e t a m b i é n el d e r e c h o d e d e p o n e r
46. M á s a ú n : el m é t o d o d e estudios q u e haya de seguirse en
los m i s m o s seminarios clericales está s o m e t i d o a la a u t o r i d a d civil.
i u v e n t u t i s c u r a n d a e s u n t destinata, e x i m a n t u r a b o m n i Ecclesiae a u c t o r i -
( A l o c u c i ó n Numquam fore, de 15 de d i c i e m b r e d e 1856.)
tate, m o d e r a t r i c e vi et ingerentia, p l e n o q u e civilis a c politicae auctoritatis
47. L a perfecta c o n s t i t u c i ó n del E s t a d o exige q u e las escuelas arbitrio s u b i i c i a n t u r a d i m p e r a n t i u m placita et a d c o m m u n i u m aetatis o p i -
p o p u l a r e s , abiertas p a r a los n i ñ o s d e t o d a s las clases d e l p u e b l o , y nionüm amussim.
en general t o d o s los e s t a b l e c i m i e n t o s p ú b l i c o s d e s t i n a d o s a la ense- (Epist. ad Archiep. Friburg. Quum non sine 14 iulii 1864.)
X L V I I I . Catholicis viris p r o b a r i p o t e s t ea i u v e n t u t i s i n s t i t u e n d a e ratio,
q u a e sit a catholica fide et a b Ecclesiae p o t e s t a t e seiuncta, q u a e q u e r e r u m
a d ecclesiasticam i m m u n i t a t e m p e r t i n e n t i u m c u r a Sede Apostólica initas,
sine h u i u s consensu, i m m o et ea r e c l a m a n t e . d u m t a x a t n a t u r a l i u m scientiam a c t e r r e n a e socialis vitae fines t a n t u m m o d o ,
vel saltem p r i m a r i o spectet.
(Alloc. In Consistoriali i novembris 1850. Afloc. Multis gravíbusque 17 ck»
cembris 1860.) (Epist. ad Archiep. Friburg. Quum non sine 14 iulii 1864.)
X L I V . Civilis a u c t o r i t a s potest se i m m i s c e r e r e b u s q u a e a d religionem, I L . Civilis a u c t o r i t a s p o t e s t i m p e d i r é q u o m i n u s s a c r o r u m Antistites et
m o r e s et r é g i m e n spirituale p e r t i n e n t . H i n c potest d e i n s t r u c t i o n i b u s iudi- fideles p o p u l i c u m R o m a n o Pontífice libere a c m u t u o c o m m u n i c e n t .
care, q u a s Ecclesiae p a s t o r e s a d c o n s c i e n t i a r u m n o r m a m p r o suo m u ñ e r e (Alloc. Máxima quidem 9 iunii 1862.)
e d u n t , q u i n etiam p o t e s t d e d i v i n o r u m s a c r a m e n t o r u m a d m i n i s t r a t i o n e et L . L a i c a a u c t o r i t a s h a b e t p e r se i u s p r a e s e n t a n d i episcopos e t p o t e s t a b
dispositionibus ad ea s u s c i p i e n d a necessariis d e c e r n e r e . illis exigere u t i n e a n t d i o e c e s i u m p r o c u r a t i o n e m a n t e q u a m ipsi canonicam
(Alloc. In Consistoriali 1 novembris 1850. Alloc. Máxima quidem 9 iunii a S. Sede i n s t i t u t i o n e m et apostólicas litteras accipiant.
1862.) (Alloc. Nunquam fore 15 decembris 1856.)
X L V . T o t u m s c h o l a r u m p u b l i c a r u m r é g i m e n , in q u i b u s i u v e n t u s chris- LI. I m m o l a i c u m G u b e r n i u m h a b e t i u s d e p o n e n d i a b exercitio p a s t o -
t i a n a e alicuius R e i p u b l i c a e instituitur, episcopalibus d u m t a x a t seminariis
aliqua r a t i o n e exceptis, p o t e s t a c d e b e t a t t r i b ü i auctoritati civili, et ita q u i - 13
Se condena la injerencia del Estado en la enseñanza teológica, que es derecho exclu-
d e m a t t r i b u i , u t n u l l u m a l ü c u i c u m q u e auctoritati r e c o g n o s c a t u r i u s i m - sivo de la Iglesia; y se reprueba también el monopolio estatal de !a enseñanza. Véanse sobre
m i s c e n d i se i n disciplina s c h o l a r u m , i n r e g i m i n e s t u d i o r u m , in g r a d u u m esta misma materia las encíclicas de León XIII Nobilissima Gallorum gens (1884) y Affari
Vos (1897), y la encíclica de Pío XI Divini illius Magistri (1929).
collatione, in delectu a u t a p p r o b a t i o n e m a g i s t r o r u m . 19
«En el nombramiento de obispos hay que distinguir cuidadosamente dos hechos: la
(Alloc. In Consistoriali 1 novembris 1850. Alloc. Quibus ¡uctuosissimis 5 sep- designación de la persona y la atribución de la jurisdicción. El derecho de elección pertenece
tembris 1851.) al Romano Pontífice, cabeza de la Iglesia. Sin embargo, no es necesario que el papa inter-
venga directa y personalmente; puede delegar en los obispos de una provincia, en los ca-
X L V I . I m m o i n ipsis c l e r i c o r u m seminariis m e t h o d u s s t u d i o r u m a d h i - bildos de las iglesias e incluso en los jefes de Estado este derecho de elección del candidato
b e n d a civili auctoritati subiicitur. al episcopado. Así ha procedido el Papa muchas veces. Pero es necesario advertir que sólo
se trata de un privilegio, de una concesión graciosamente otorgada y no de un derecho es-
(Alloc. Nunquam fore 15 decembris 1856.) tricto que el poder secular posea por si mismo. La confirmación del candidato, por otra par-
X L V I I . Postulat ó p t i m a civilis societatis ratio, u t p o p u l a r e s scbolae, te, es absolutamente necesaria para que éste reciba la jurisdicción y quede hecho pastor legí-
timo de la iglesia vacante; esta confirmación está estrictamente reservada a la Santa Sede*
q u a e p a t e n t ó m n i b u s c u i u s q u e e p o p u l o classis p u e r i s , a c publica universini (DTC, s.v. Syllabus t.14 col.2902).
I n s t i t u í a , q u a e litteris s e v e r i o r i b u s q u e disciplinis t r a d e n d i s et e d u c a t i o n i
32 I'iO I X
SYLLABUS :is
a los obispos del ejercicio de su ministerio pastoral y n o está obligado
a obedecer al R o m a n o Pontífice en lo referente a la institución de 55. L a Iglesia d e b e estar separada d e l Estado, y el E s t a d o debe
los obispados y de los obispos. (Carta apostólica Multíplices Ínter, estar separado d e la Iglesia 2 1 . (Alocución Acerbissimum, d e 27 de
d e 10 de j u n i o de 1851; alocución Acerbissimum, de 27 d e sep- s e p t i e m b r e de 1852.)
t i e m b r e d e 1852.)
52. El gobierno p u e d e p o r derecho p r o p i o cambiar la edad VIL E R R O R E S ACERCA D E LA ÉTICA NATURAL Y CRISTIANA
prescrita por la Iglesia p a r a la profesión religiosa, t a n t o de h o m b r e s 56. Las leyes morales n o tienen necesidad alguna de sanción
c o m o d e mujeres, y o r d e n a r a todas las instituciones religiosas que, divina; ni es t a m p o c o necesario q u e las leyes h u m a n a s se c o n f o r m e n
sin su permiso, n o a d m i t a n a nadie a los votos solemnes. (Alocución con el d e r e c h o natural o reciban d e D i o s su fuerza obligatoria.
Numquam fore, d e 15 d e diciembre de 1856.) (Alocución Máxima quidem, de 9 d e j u n i o d e 1862.)
53. D e b e n ser s u p r i m i d a s las leyes del E s t a d o referentes a la 57. L a ciencia moral y la ciencia filosófica, así como las leyes
seguridad legal d e las C o m u n i d a d e s religiosas y a sus derechos y civiles, p u e d e n y d e b e n separarse de la autoridad divina y eclesiás-
obligaciones; p u e d e t a m b i é n el p o d e r civil ayudar a t o d o s aquellos tica. (Alocución Máxima quidem, de 9 de j u n i o de 1862.)
q u e desean a b a n d o n a r la regla religiosa q u e h a n abrazado y r o m p e r 58. E s preciso n o reconocer otras fuerzas q u e las q u e residen
los votos s o l e m n e s ; i g u a l m e n t e p u e d e s u p r i m i r p o r completo las en la materia, y t o d o sistema moral, toda virtud, h a n de consistir,
Congregaciones religiosas, c o m o t a m b i é n las iglesias colegiales y sin reparar en los medios, en el a u m e n t o progresivo de las riquezas
los beneficios simples, a u n q u e sean de patronato, sometiendo y y en la satisfacción d e las pasiones. (Encíclica Quanto conficiamur
a p r o p i a n d o los bienes y rentas d e t o d o s ellos a la administración moerore, de 10 d e agosto d e 1863; alocución Máxima quidem, d e
y al arbitrio d e la potestad civil. (Alocución Acerbissimum, de 27 de 9 d e j u n i o de 1862.)
s e p t i e m b r e d e 1852; alocución Probé memineritis, de 22 de enero 59. E l d e r e c h o consiste en el h e c h o material; t o d o s los deberes
de 1855; alocución Cum saepe, de 26 de j u l i o de 1855.) del h o m b r e son palabras vacías d e sentido, y todos los hechos
54. L o s reyes y los príncipes n o sólo están exentos de la j u r i s d i c - h u m a n o s t i e n e n fuerza jurídica. (Alocución Máxima quidem, d e 9 de
ción de la Iglesia, sino q u e incluso le son superiores en la resolución j u n i o de 1862.)
d e los conflictos d e j u r i s d i c c i ó n 2 0 . (Carta apostólica Multíplices 60. L a autoridad n o es otra cosa que la m e r a s u m a del n ú m e r o
inter, de 10 de j u n i o d e 1851.) y de las fuerzas materiales 2 2 . (Alocución Máxima quidem, d e 9 de
j u n i o de 1862.)

ralis ministerii episcopos, ñeque tenetur obedire Romano Pontifici in iis


quae episcopatuum et episcoporum respiciunt institutionem. LV. Ecclesia a Statu, Statusque ab Ecclesia seiungendus est.
(Litt. Apost. Multíplices inter l o iunii 1851. Alloc. Acerbissimum 27 sep- (Alloc. Acerbissimum 27 septembris 1852.)
tembrís 1852.)
§ VII. Errores de Ethica naturali et christiana
LII. Gubernium potest suo iure immutare aetatem ab Ecclesia prae- LVI. Morum leges divina haud egent sanctione, minimeque opus est ut
scriptam pro religiosa tam mulierum quam virorum professione, omni- humanae leges ad naturae ius conformentur aut obligandi vim a Deo ac-
busque religiosis familiis indicere, ut neminem sine suo permissu ad so- cipiant. (Alloc. Máxima quidem g iunii 1862.)
lemnia vota nuncupanda admittant. (Alloc. Nunquam fore 15 decembris 1856.)
LVII. Philosophicarum rerum morumque scientia, itemque civiles leges
L i l i . Abrogandae sunt leges quae ad religiosarum familiarum statum possunt et debent a divina et ecclesiastica atictoritate declinare.
tu&ndum, earumque iura et officia pertinent; immo potest civile guber- (Alloc. Máxima quidem 9 iunii 1862.)
nium iis ómnibus auxilium praestare, qui a suscepto religiosae vitae insti- LVIII. Aliae vires non sunt agnoscendae nisi illae quae in materia positae
tuto deficere ac solemnia vota frangere velint; pariterque potest, religiosas sunt, et omnis morum disciplina honestasque collocari debet in cumulandis
easdem familias perinde ac collegiatas Ecclesias et beneficia Simplicia etiam et augendis quovis modo dívitiis ac in voluptatibus explendis.
iuris patronatus penitus extinguere, illorumque bona et reditus civilis po- (Alloc. Máxima quidem g iunii 1862. Epist. encycl. Quanto conficiamur 10
testatis administrationi et arbitrio subiicere et vindicare. augusti 1863.)
(Alloc. Acerbissimum 27 septembris 1852. Alloc. Probé memineritis 22 LIX. Ius in materiali facto consistit, et oinnia hominum officia sunt no-
ianuarii 1855. Alloc. Cum saepe 26 iulii 1855.) men inane, et omnia humana facta iuris vim habent.
LIV. Reges et Principes non solum ab Ecclesiae iurisdictione eximun- (Alloc. Máxima quidem 9 iunii 1862.)
tur, verum etiam in quaestionibus iurisdictionis dirimendis superiores sunt LX. A u c t o r i t a s nihil aliud est nisi n u m e r i e t m a t e r i a l i u m v i r i u m s u m m a .
JiCCiesia. (Litt. Apost. Multíplices inter 10 iunii 1851.) (Alloc. Máxima quidem 9 iunii 1862.)
21 L a tesis de la separación entre la Iglesia y el Estado habla sido condenada ya por
Gregorio XVI en la Mirari Vos (1832). León X I I I reitera la doctrina católica en la Immortale
20 Peí; San Pió X en la Vehementer Nos y Pío XI e n la Klectissima Nobis.
Véase la bula Unam Sanctam de Bonifacio VIH: DB 469. 22
Se condena la tesis q u e niega el origen divino Je la autoridad. Véanse las encíclicas
de L e ó n XIII Diuturnum illud e Immortale Dei.

Dactr. ponHí- t 2
34 PÍO IX SVLLABUS 35
61. La injusticia de un hecho coronada con el éxito no perju- 67. El vínculo del matrimonio no es indisoluble por derecho
dica en nada a la santidad del derecho. (Alocución Iamdudum cer- natural, y en ciertos y determinados casos el poder civil puede san-
nimus, de 18 de marzo de 1861.) cionar el divorcio propiamente dicho. (Carta apostólica Ad Aposto-
62. Hay que proclamar y observar el principio llamado de la licae, de 22 de agosto de 1851; alocución Acerbissimum, de 27 de
no intervención. (Alocución Novos et ante, de 28 de septiembre septiembre de 1852.)
de 1860.) 68. La Iglesia no tiene potestad para establecer impedimentos
63. Es lícito negar la obediencia a los gobernantes legítimos, dirimentes del matrimonio; esta potestad compete a la autoridad
e incluso rebelarse contra ellos. (Encíclica Qui pluribus, de 9 de civil, la cual debe suprimir los impedimentos actualmente exis-
noviembre de 1846; alocución Quisque vestrum, de 4 de octubre tentes. (Carta apostólica Multíplices inter, de 10 de junio de 1851.)
de 1847; encíclica Noscitis et Nobiscum, de 8 de diciembre de 1849.) 69. La Iglesia comenzó a introducir en los tiempos modernos
64. No sólo no debe ser condenada la violación de un juramento los impedimentos dirimentes, no en virtud de un derecho propio,
cualquiera por muy sagrado que sea, o una acción perversa y cri- sino usando un derecho recibido del poder civil. (Carta apostólica
minal por más que repugne a la ley eterna, sino que, por el contrario, Ad Apostolicae, de 22 de agosto de 1851.)
son enteramente lícitas y dignas de los mayores encomios, cuando 70. Los cánones del concilio de Trento que fulminan anatema
se ejecutan por amor a la patria. (Alocución Quibus quantisque, de
contra los que se atrevan a negar el poder de la Iglesia para esta-
20 de abril de 1849.)
blecer impedimentos dirimentes, o no son dogmáticos, o hay que
entenderlos en el sentido de un poder recibido de la autoridad
VIII. ERRORES ACERCA DEL MATRIMONIO CRISTIANO temporal. (Carta apostólica Ad Apostolicae, de 22 de agosto de 1851.)
71. La forma del concilio Tridentino no obliga bajo pena de
65. No hay pruebas para admitir que Jesucristo elevó el ma-
trimonio a la dignidad de sacramento. (Carta apostólica Ad Aposto- nulidad en los territorios en que la ley civil prescriba otra forma y
licae, de 22 de agosto de 1851.) quiera que la validez del matrimonio dependa de ésta. (Carta apos-
66. El sacramento del matrimonio no es más que un elemento tólica Ad Apostolicae, de 22 de agosto de 1851.)
accesorio del contrato y separable de éste, y el sacramento mismo 72. Bonifacio VIII fué el primero que declaró que el voto de
no es otra cosa que la bendición nupcial. (Carta apostólica Ad castidad hecho en la ordenación anula el matrimonio. (Carta apos-
Apostolícele, de 22 de agosto de 1851.) tólica Ad Apostolicae, de 22 de agosto de 1851.)
73. En virtud de un contrato puramente civil puede darse entre
LXI. F o r t u n a t a facti iniustitia n u l l u m iuris sanctitati d e t r i m e n t u m affert.
(AUoc. Iamdudum cemimus 18 martii 1861.) L X V I I . I u r e n a t u r a e m a t r i m o n i i v í n c u l u m n o n est índissolubíle, e t i n
variis casibus d i v o r t i u m p r o p r i e d i c t u m a u c t o r i t a t e civili sanciri potest.
L X I I . P r o c l a m a n d u m est et o b s e r v a n d u m p r i n c i p i u m q u o d v o c a n t d e (Litt. Apost. Ad Apostolicae 22 augusti 1851. Alloc. Acerbissimum 27 sep-
non-interventu. (Alloc. NODOS et ante 28 septembris 1860.) tembris 1852.)
LXIII. L e g i t i m i s p r i n c i p i b u s o b e d i e n t i a m d e t r e c t a r e , i m m o et rebel- LXVIII. Ecclesianon habet potestatem impedimenta matrimoniumdiri-
lare licet. m e n t i a i n d u c e n d i , s e d ea p o t e s t a s civili a u c t o r i t a t i c o m p e t i t , a qua i m p e d i -
(Epist. encycl. Qui pluribus 9 novembris 1846. Alloc. Quisque vestrum 4 octobris m e n t a existentia tollenda SUnt. (Litt. Apost. Multíplices inter 10 iunii 1851.)
1847. Epist. encycl. Noscitis et Nobiscum 8 decembris 1847. Litt. Apost. Cum L X I X . Ecclesia s e q u i o r i b u s saeculis d i r i m e n t i a i m p e d i m e n t a i n d u c e r e
catholica 26 martii 1860.)
coepit, n o n i u r e p r o p r i o , sed illo i u r e usa, q u o d a civili p o t e s t a t e mutuata e r a t .
L X I V . T u m cuiusque sanctissimi i u r a m e n t i violatio, t u m quaelibet s c e - (Litt. Apost. Ad Apostolicae 22 jugusti 1851.)
lesta flagitiosaque a c t í o s e m p i t e r n a e legi r e p u g n a n s , n o n s o l u m h a u d est
i m p r o b a n d a , v e r u m etiam o m n i n o licita, s u m m i s q u e l a u d i b u s efferenda, L X X . T r i d e n t i n i c a ñ o n e s q u i a n a t h e m a t i s c e n s u r a m illis irferunt q u i
q u a n d o id p r o p a t r i a e amore a g a t u r . (Alloc. Quibus quantisque 20 aprilis 1849.) facultatem i m p e d i m e n t a d i r i m e n t i a i n d u c e n d i Ecclesiae n e g a r e audeant, v e l
n o n s u n t d o g m a t i c i v e l d e h a c m u t u a t a p o t e s t a t e intelligendi suit.
(Litt. Apost. Ad Apostolicae 22 angustí 1851.)
. § VIII. Errores de matrimonio christiano
L X X I . T r i d e n t i n i forma s u b infirmitatis p o e n a n o n obligat, ubi lex c i -
L X V . N u l l a ratione ferri potest, C h r i s t u m evexisse m a t r i m o n i u m a d vilis a l i a m formam. p r a e s t i t u a t , et velit h a c n o v a f o r m a interveniente m a t r i -
dignitatem sacramenti. (Litt. Apost. Ad Apostolicae 22 augusti 1851.) m o n i u m valere. (Litt. Apost. Ad Apostolicae 22 lugustí 1851.)
L X V I . M a t r i m o n i i s a c r a m e n t u m n o n est nisi q u i d c o n t r a c t u i accesso- L X X I I . Bonifacius VIII v o t u m castitatis in o r d i n a t i o n e emissum n u p -
r i u m a b e o q u e separabile, i p s u m q u e s a c r a m e n t u m in u n a t a n t u m nuptiali tias millas r e d d e r e f p r i m u s asseruit. (Litt. Apost. Ad Apostolicae 22 augusti 1851.)
b e n e d i c t i o n e s i t u m est. (Litt. Apost. Ad Apostolicae 22 augusti 1851.) LXXIII. Vi c o n t r a c t u s m e r e c í v i l i s p o t e s t i n t e r c h r i s t i a n o s constare v e r i
30 wo ix SYLLABUS 37
cristianos u n m a t r i m o n i o p r o p i a m e n t e d i c h o ; y es falso q u e el con- N . B . — A d e m á s de estos dos errores explícitamente señalados,
t r a t o d e m a t r i m o n i o e n t r e cristianos sea siempre u n sacramento, o o t r o s m u c h o s errores están condenados implícitamente p o r la doc-
q u e este contrato sea n u l o si d e él se excluye el sacramento. (Carta trina q u e se ha expuesto y sostenido sobre el p r i n c i p a d o civil del
apostólica Ad Apostolicae, d e 22 de agosto de 1852; carta al rey de R o m a n o Pontífice y q u e t o d o s los católicos d e b e n profesar con fir-
C e r d e ñ a de 9 d e s e p t i e m b r e de 1852; alocución Acerbissimum, de meza. Esta doctrina se halla claramente expuesta en la alocución
27 de s e p t i e m b r e de 1852; alocución Multis gravibusque, de 17 de Quibus quantisque, d e 20 d e abril de 1849; en la alocución Si semper
diciembre de 1860.) antea, d e 20 d e m a y o de 1850; en la carta apostólica Cum catholica
74. Las causas matrimoniales y los esponsales p e r t e n e c e n por Ecclesia, de 26 de m a r z o d e 1860; en la alocución Novos et ante,
su misma naturaleza a la jurisdicción civil 2 3 . (Carta apostólica Ad d e 28 de s e p t i e m b r e d e 1860; en la alocución Iamdudum cernimus,
Apostolicae, d e 22 d e agosto d e 1851; alocución Acerbissimum, de d e 18 d e m a r z o d e 1 8 6 1 ; en la alocución Máxima quidem, d e 9 de
27 de s e p t i e m b r e de 1852.) j u n i o d e 1862.
N . B . — P u e d e n q u e d a r incluidos en este a p a r t a d o otros dos
e r r o r e s : la abolición del celibato eclesiástico y la preferencia del
estado d e m a t r i m o n i o sobre el estado d e virginidad. Estos errores X. ERRORES REFERENTES AL LIBERALISMO MODERNO
se hallan condenados, el p r i m e r o en la carta encíclica Qui pluribus,
d e 9 de n o v i e m b r e d e 1846, y el s e g u n d o en la carta apostólica 77. E n la época actual n o es necesario ya q u e la religión ca-
Multíplices inter, d e 10 d e j u n i o de 1851. tólica sea considerada c o m o la única religión del Estado, con exclu-
sión d e todos los d e m á s c u l t o s 2 4 . (Alocución Nemo vestrum, d e
IX. E R R O R E S ACERCA D E L PODER CIVIL D E L R O M A N O PONTÍFICE 26 d e julio d e 1855.)
78. P o r esto es de alabar la legislación p r o m u l g a d a en algunas
75. L o s hijos de la Iglesia cristiana y católica n o están de
naciones católicas, e n v i r t u d d e la cual los extranjeros q u e a ellas
acuerdo entre sí acerca de la compatibilidad del p o d e r t e m p o r a l
e m i g r a n p u e d e n ejercer lícitamente el ejercicio público d e su p r o p i o
con el p o d e r espiritual. (Carta apostólica Ad Apostolicae, de 22 de
culto. (Alocución Acerbissimum, de 27 d e s e p t i e m b r e de 1852.)
agosto de 1851.)
79. P o r q u e es falso q u e la libertad civil de cultos y la facultad
76. L a supresión del p o d e r civil, q u e posee la Sede Apostólica,
plena, otorgada a todos, de manifestar abierta y públicamente sus
contribuiría m u c h o a la libertad y p r o s p e r i d a d d e la Iglesia. (Alo-
opiniones y pensamientos sin excepción alguna conduzcan con m a -
cución Quibus quantisque, de 20 de abril d e 1849.)
y o r facilidad a los pueblos a la corrupción de las costumbres y d e
nominis matrimonium; falsumque est, aut contractum matrimonii inter chris-
tianos semper esse sacramentum, aut nullum esse contractum, si sacramen-
N. B. Praeter hos errores explicite notatos, alii complures implicite re-
tan excludatur. probantur, proposita et asserta doctrina, quam catholici omnes firmissime
(Litt. Apost. Ad Apostolicae 22 augusti 1851. Lettera di S. S. PIÓ IX al retiñere debeant, de civili Romani Pontificis principatu. Eiusmodi doctrina
Re di Sardegna 9 settembre 1852. AUoc. Acerbissimum 27 septembris
1852. Alloc. Multis gravibusque 17 decembris 1860.) luculenter traditur in Alloc. Quibus quantisque 20 april. 1849; in Alloc. Si
semper antea 20 maii 1850; in Litt. Apost. Cum catholica Ecclesia 26 mart.
LXXIV. Causae matrimoniales et sponsalia suapte natura ad forum ci- 1860; in Alloc. Novos 28 sept. 1860; in Alloc. Iamdudum 18 mart. 1861;
vile pertinent. in Alloc. Máxima quidem 9 iunii 1862.
(Litt. Apost. Ad Apostolicae 22 augusti 1851. AUoc. Acerbissimum 27 sep-
tembris 1852.)
N. B. Huc faceré possunt dúo alii errores de clericorum coelibatu abo-
lendo et de statu matrimonii statui virginitatis anteferendo. Confodiuntur, § X. Errores qui ad liberalismum hodiernum referentur
prior in epist. encycl. Qui pluribus 9 novembris 1846, posterior in litteris
apost. Multíplices inter 10 iunii 1851. LXXVII. Aetate hac nostra non amplius expedit, religionem catholicam
haberi tamquam unicam Status religionem, ceteris quibuscumque cultibus
§ IX. Errores de civili Romani Pontificis principatu exclusis. (Alloc. Nemo vestrum 26 iulii 1855.)
LXXV. De temporalis regni cum spirituali compatibilitate disputant LXXVIII. Hinc laudabiliter in quibusdam catholici nominis regionibus
inter se christianae et catholicae Ecclesiae filii. lege cautum est, ut hominibus illuc immigrantibus liceat publicum proprii
(Litt. Apost. Ad Apostolicae 22 augusti 1851.) cuiusque cultus exercitium habere. (Alloc. Acerbissimum 27 septembris 1852.)
LXXVI. Abrogatio civilis imperii, quo Apostólica Sedes potitur, ad Ec- LXXIX. Enimvero falsumest, civilem cuiusque cultus libertatem, item-
clesiae libertatem felicitatemque vel máxime conduceret. que plenam potestatem ómnibus attributam quaslibet opiniones cogitatio-
(AUoc. Quibus quantisque 20 aprilis 1849.)
24
23 Esta proposición está tomada de la alocución Nemo vestrum (1855), en !a que el Papa
Pío VI había condenado ya esta proposición, en lo concerniente a los esponsales, con protesta contra el Gobierno español por haber derogado éste unilateralmente algunos ar-
su constitución Auctorem fidei: DB 1558. tículos del Concordato vigente.
38 PÍO ix
SECCIÓN SEGUNDA
las inteligencias y p r o p a g u e n la peste del indiferentismo. (Alocución
Namquam fore, d e 15 d e diciembre de 1856.)
80. El R o m a n o Pontífice p u e d e y debe reconciliarse y transigir L E Ó N X I I I
con el progreso, el liberalismo y la civilización m o d e r n a 2 5 . (Alocu-
ción Iamdudum cernimus, de 18 d e marzo de 1861.) (1878-1903)
nesque'palam publiceque manifestandi conducere ad populorum mores ani-
mosque facilius corrumpendos ac indifferentismi pestem propagandam.
(Alloc. Nunquam fore 15 decembris 1856.)

LXXX. Romanus Pontifex potest ac debet cum progressu, cum libera-


lismo et cum recenti civilitate sese reconciliare et componere.
(Alloc. Iamdudum cernimos 18 martii 1861.)
25
E n la alocución Iamdudum cernimus (1861), después de exponer los sistemas coreados
por los enemigos de la Iglesia como la última palabra del progreso y de la civilización, Pío IX
declara: «Si por civilización hay q u e entender los sistemas inventados... para debilitar y tal
vez para destruir a la Iglesia, nunca podrán la Santa Sede y el Romano Pontífice aliarse con
una civilización semejante.» Pío IX añade, por el contrario, que la Iglesia ha admitido y
favorecido siempre el auténtico progreso, tesis q u e se repite como leit motif en las encíclicas
de los papas posteriores.


INSCRUTABILI DEI

La Iglesia y la civilización

Enlazada temáticamente con la proposición 8o del Syllabus—«el Papa


puede y debe reconciliarse... con la civilización moderna»—y sirviendo
de pórtico al Corpus politicum leonianum, la encíclica Inscrutabili
Dei expone los. elementos esenciales de una verdadera civilización y
el programa doctrinal y práctico del pontificado de León XIII. Es este
gran Pontífice el iniciador de un profundo cambio en la exposición de
la doctrina política de la Iglesia católica. Hasta aquí la Iglesia se
había mantenido en cierto sentido a la defensiva. En sus intervenciones
predominaba el tono negativo frente a las afirmaciones erróneas de
la época. León XIII pasa a la exposición positiva. Grandes sectores
—los más importantes—de sus encíclicas están consagrados a esta labor
dé afirmación directa. La refutación queda siempre en un segundo
plano. No se trata ya primordialmente de prevenirse; se trata de im-
poner en el medio social y político la concepción católica. León XIII es
así el gran iniciador del contraataque católico en la vida pública.
Es un hecho sintomático, revelador de esta nueva postura—iniciada
realmente por el concilio Vaticano—, la energía con que inicia León XIII
su labor doctrinal y diplomática. Al día siguiente de su elección escribe
tres cartas, una al emperador de Alemania, otra al zar de Rusia,
la tercera al presidente de la Confederación Helvética. En todas ellas
exige libertad para la Iglesia y justicia para los católicos. En su primera
alocución consistorial, Post excitatos fluctus, de 23 de marzo de 1884,
reprueba y condena con energía la usurpación del poder temporal
pontificio. Y en esta su encíclica enthronistica recuerda sin reticencias
al mundo de la política que no hay ni puede haber seguridad para el
Estado si no se admite el insustituible concurso de la Iglesia católica.
'i La Inscrutabili Dei es un diagnóstico certero de la grave situación
de la humanidad, con una indicación clara de su etiología. Los males
del mundo presente se deben principalmente al abandono de Dios y de
la Iglesia por parte del Estado. Una civilización que pretenda basarse
sobre la negación de Dios, el desconocimiento de la Iglesia y el olvido
de la ley natural implica una contradicción interna con el concepto
genuino de civilización. La civilización verdadera es la civilización
cristiana, que reúne acoplados todos los elementos esenciales de aquella
realidad. El Pontificado romano ha sido el creador, o el mentor al
menos, de la verdadera civilización occidental. La historia da en este
campo un testimonio que no debe olvidarse ni puede ser tergiversado.
INSCRUTABII.I DEI 43
42 LEÓN X I I I
con ella. A este fin el Papa luchará siempre por obtener el restablo
El remedio de la actual decadencia está, por tanto, en la vuelta cimiento de los derechos y la independencia de la Santa Sede. Los
a Dios y a la Iglesia, en el reconocimiento público de los derechos de motivos de esta lucha no son egoístas; son espirituales. Y también tem-
Dios y de la Iglesia, en la restauración de la familia y de la moral, porales, porque cuando se discute el poder temporal de la Sede Apos-
en la educación de la juventud según los principios cristianos y en la tólica, se pone en peligro el mismo bienestar material de la huma-
solidaridad estrecha del clero y el laicado católico con el episcopado, nidad. Por este motivo el Papa renueva y hace suyas las protestas
y de éste con el Romano Pontífice. No debe olvidarse la gran sentencia y declaraciones de Pío IX en esta materia y conjura a los gobiernos
del Hiponense: «La doctrina cristiana, si se observa, es la gran salva- a que acepten la colaboración de la Iglesia en la obra de salvar a la
ción del Estado». sociedad civil. El respeto a la Iglesia es condición indispensable de
la prosperidad pública del Estado.
Exhortación al episcopado para procurar también la unión más
BIBLIOGRAFÍA firme entre todos los hijos de la Iglesia. En este campo es necesario,
en primer lugar, que los católicos rechacen de plano todas las ideas
G. GOYAU, Léon XIII: DTC t.9 col.339 (París 1926).—J. SCHMIDLIN, Papst- contrarias a la doctrina de la Iglesia. Renovación de todas las conde-
geschichte der neuesten Zeit t.2 p.393ss (Munich 1937).—G. CASTELLA, tíis- naciones hechas por los papas anteriores, especialmente por Pío IX.
loire des Papes t.3 p.219-220 (Zurích 1945).—F. J. MONTALBÁN, Historia de ¡a Es necesario, en segundo lugar, vigilar con cuidado la educación de
Iglesia católica. Edad Moderna p.481: BAC (Madrid 1951).—E. GILSON, The
Church speaks to the modern world p.277ss (Nueva York 1954).—I. GIORDANI, la juventud, sobre todo en.lo que toca a la formación filosófica. La
Le encictice sociali p.15-16 (Roma 1956). verdadera filosofía no es enemiga de la revelación.
Es necesario, en tercer lugar, defender la dignidad de la familia
y del matrimonio cristiano frente a la acción disolvente de las legis-
SUMARIO laciones civiles en esta materia. Esta reordenación de la familia traerá
consigo además la reforma personal de la vida y de las costumbres.
I. Deseo del Papa de saludar al episcopado católico. El triste espectáculo V. Labor difícil, pero posible, porque Dios prestará su eficaz auxilio
de las calamidades que afligen actualmente a todo el género humano. en este trabajo. El Papa confía que los pueblos volverán a someterse
La causa principal de este desastre es el desprecio general de la auto- a la Iglesia. Felicitación al episcopado por la unión existente, que es
ridad divina de la Iglesia. Los enemigos del orden atacan a la Iglesia dique firme frente al enemigo, promesa segura de tiempos mejores
por ser ésta el baluarte más firme de todo orden social y político. y alivio estimulante en la lucha entablada. Agradecimiento del Papa
Dos hechos se imponen hoy día: la gravedad de la situación presente a las felicitaciones recibidas de todo el orbe católico con motivo de
y la necesidad de una defensa enérgica de los derechos de la Iglesia. su elección. Exhortación a la oración insistente.
II. Una civilización verdadera exige como requisitos previos indispen-
sables la verdad eterna, los principios inmutables de la justicia y el
derecho y el amor sincero entre los hombres. La Iglesia ha dado a [i ]. Elevados 1, sin merecerlo, por inescrutable juicio de D i o s ,
los hombres la verdad; les ha devuelto su verdadera dignidad; ha a la c u m b r e de la dignidad apostólica, experimentamos i n m e d i a t a -
creado, o fomentado al menos, el progreso científico y todas las ma- m e n t e el v e h e m e n t e deseo y la necesidad de dirigiros u n a encíclica,
nifestaciones de la cultura. ¿Puede acusarse, por tanto, a la Iglesia n o sólo p a r a manifestaros los sentimientos de n u e s t r o íntimo a m o r ,
de ser enemiga de la verdadera civilización? sino t a m b i é n para alentaros a vosotros, llamados a compartir n u e s t r a
Una civilización contraria a la Iglesia es un mero simulacro de solicitud, a sostener j u n t a m e n t e con Nos la lucha actual en defensa
civilización. Prueba de este hecho: los pueblos que no han conocido de la Iglesia de D i o s y de la salvación de las almas, c u m p l i e n d o así
la revelación cristiana. El desprecio de la autoridad y las libertades
absolutas no son un bien de la civilización. Son la muerte de toda el encargo que D i o s nos ha confiado.
cultura. [2 ]. D e s d e los p r i m e r o s días de n u e s t r o pontificado se está
III. Por esto, los beneficios innegables que el Pontificado ha hecho a la
sociedad civil se habrían conservado también hoy día si los pueblos [De Ecclesia d e q u e civilis tumanitatis ratíone]
y los gobiernos no hubieran rechazado la autoridad de la iglesia.
Los males políticos y sociales de la hora presente son el justo castigo Inscrutabili Dei consilio ad Apostolicae dignitatis fastigium licet imme-
de este imprudente rechazo. Estos beneficios de la Sede Apostólica rentes evecti, vehementi statim desiderio ac veluti necessitate urgeri N o s
han sido mucho mayores con respecto a la nación italiana. Testigos sensimus, Vos litteris alloquendi, non modo ut sensus intimae dilectionis
de esta verdad son la historia del Pontificado y esta misma ciudad Nostrae Vobis expromeremus, sed etiam ut Vos in partem sollicitudinis
de Roma. Nostrae vocatos, ad sustinendam Nobiscum horum temporum dimicationem
La salvación, por tanto, de los males actuales se halla principal- pro Ecclesia Dei et pro salute animarum, ex muñere Nobis divinitus crédito
mente en el influjo benéfico que puede y debe ejercer en el mundo confirmaremus.
la Iglesia católica y en la unión de todos los fieles con la cabeza visi- Ab ipsis enim Nostri Pontificatus exordiis tristis Nobis sese offert con-
ble de la Iglesia. 1
LEÓN XIII, carta encíclica a los patriarcas, primados, arzobispos y obispos del orbe
IV. Es, por consiguiente, obligación gravísima del Papa conservar incó- católico en gracia y comunión con la Sede Ajostólica: ASS 10 (1877-1878)585-592;
lumes los derechos de la Sede Apostólica y la unión de los católicos AL 1,44-58.
44 LEÓN X I I I
INSCKlJTABIU I)Et V.<
ofreciendo a nuestra vista el triste espectáculo d e las calamidades
que por todas partes afligen al g é n e r o h u m a n o : la negación general misión de la Iglesia. Por eso h a n j u z g a d o q u e el m e d i o más apio
de las s u p r e m a s verdades, q u e constituyen c o m o los f u n d a m e n t o s p a r a m i n a r los f u n d a m e n t o s sociales es la agresión tenaz y persis-
estables del o r d e n social; la arrogancia d e u n o s intelectuales, q u e t e n t e contra la Iglesia de D i o s : hacerla odiosa y aborrecible por
n o toleran autoridad legítima a l g u n a ; la p e r p e t u a siembra de dis- m e d i o d e infames calumnias, presentándola c o m o enemiga de la
cordias, q u e provocan guerras civiles y conflictos sangrientos; el v e r d a d e r a civilización; debilitar su fuerza y su a u t o r i d a d con heridas
desprecio de las leyes q u e rigen la moral y garantizan la justicia; s i e m p r e nuevas, y destruir, p o r último, el s u p r e m o p o d e r del Pon-
la insaciable codicia de los bienes caducos y el olvido de los bienes tífice R o m a n o , q u e es e n la tierra el g u a r d i á n y el defensor d e las
eternos, llevado a u n e x t r e m o tal d e locura q u e hace q u e m u c h o s n o r m a s i n m u t a b l e s de la m o r a l y de la justicia. D e aquí h a n surgido
desgraciados n o t e m a n quitarse la vida; la administración i m p r u - esas leyes q u e q u e b r a n t a n la divina constitución de la Iglesia católica
d e n t e de los bienes públicos, la prodigalidad y la malversación de y cuya promulgación t e n e m o s q u e deplorar en la mayoría de los
países; de aquí el desprecio del p o d e r episcopal, los obstáculos
los fondos p ú b l i c o s ; la desvergüenza de aquellos q u e , c u a n t o m a -
puestos al ejercicio del ministerio eclesiástico, la supresión de las
yores son sus errores, con t a n t o m a y o r a h i n c o trabajan p o r presen-
O r d e n e s y Congregaciones religiosas y la venta en pública subasta
tarse c o m o defensores d e la patria, d e la libertad y de t o d o el orden
d e los bienes q u e servían p a r a m a n t e n i m i e n t o de los ministros de
j u r í d i c o ; finalmente, la enfermedad mortal, q u e p e n e t r a p o r las
la Iglesia y de los p o b r e s ; d e aquí t a m b i é n q u e las instituciones p ú -
e s t r u c t u r a s m á s íntimas d e la sociedad h u m a n a y n o la deja des-
blicas, consagradas a la caridad y a la beneficencia, h a y a n sido
cansar, anunciándole a su vez el resultado desastroso de nuevas sustraídas a la saludable dirección de la Iglesia; d e aquí h a nacido,
revoluciones 2 . finalmente, esa libertad desenfrenada de enseñanza y de p r e n s a p a r a
t o d o lo malo, m i e n t r a s se viola y se o p r i m e d e mil m a n e r a s el d e -
r e c h o q u e tiene la Iglesia a la instrucción y educación de la j u v e n t u d .
[I. CAUSA D E LA DECADENCIA ACTUAL : E L DESPRECIO
N o tiene o t r o fin la usurpación del p o d e r civil, concedido hace m u -
D E LA AUTORIDAD D E LA I G L E S I A ]
chos siglos por la divina providencia al R o m a n o Pontífice, p a r a u s a r
l i b r e m e n t e y sin trabas, en o r d e n a la salvación eterna d e los p u e -
[3 ]. N o s estamos persuadidos q u e la causa principal de estos blos, la potestad q u e le había conferido Jesucristo 3 .
males consiste e n el desprecio y olvido d e la santa y augusta auto-
r i d a d de la Iglesia, q u e preside al género h u m a n o en n o m b r e de [4 ]. N o s h e m o s m e n c i o n a d o t o d o s estos males, venerables h e r -
D i o s y q u e es la garantía y apoyo d e t o d a autoridad legítima. L o s m a n o s , n o para a u m e n t a r o s la tristeza q u e esta deplorable situación
enemigos del o r d e n p ú b l i c o han c o m p r e n d i d o perfectamente esta
probé noverint, nihil aptius ad societatis fundamenta convellenda putave-
spectus malorum quibus hominum genus undique premitur: haec tam late runt, quam si Ecclesiam Dei pertinaci aggressione peterent, et probrosis
patens subversio supremarum veritatum quibus, tamquam fundamentis, calumniis in invidiam odiumque vocantes quasi ipsa civili veri nominis h u -
humanae socíetatis status continetur: haec ingeniorum protervia legitimae manitati adversaretur, eius auctoritatem et vim novis in dies vulneribus
cuiusque potestatis impatiens: haec perpetua dissidiorum causa, unde in- labefactarent, supremamque potestatem Romani Pontificis everterent, in
quo aeternae ac immutabiles boni rectíque ratíones custodem in terris ha-
testinae concertationes, saeva et cruenta bella existunt; contemptus legum
bent et adsertorem. Hinc porro profectae sunt leges divinam Catholicae
quae mores regunt iustitiamque tuentur; fluxarum rerum inexplebilis cupi- Ecclesiae constitutionem convelientes, quas in plerisque regionibus latas esse
ditas et aeternarum oblivio usque ad vesanum illum furorem, quo tot miseri deploramus; hinc dimanarunt episcopalis potestatis contemptus, obiecta
passim violentas sibi manus inferre non timent; inconsulta bonorum pu- ecclesiastici ministerii exercitio impedimenta, religiosorum coetuum dis-
blicorum administratio effusio interversio; nec non eorum impudentia qui, iectio, ac publicatio bonorum, quibus Ecclesiae administri et pauperes
cum máxime fállunt, id agunt, ut patriae ut libertatis et cuiuslibet iuris alebantur; hinc effectum ut a salutari Ecclesiae moderamine publica insti-
propugnatores esse videantur: ea denique quae serpit per artus Íntimos tuta, caritati et beneficentiae consecrata, subducerentur; hinc orta effrenis
humanae societatis lethifera quaedam pestis, quae eam quiescere non sinit, illa libertas prava quaeque docendi et in vulgus edendi, dum ex adverso
ipsique novas rerum conversiones et calamitosos exitus portendit. modis ómnibus Ecclesiae ius ad iuventutis institutionem et educationem,
violatur et opprimitur. Ñeque alio spectat civilis Principatus occupatio,
Horum autem malorum causam in eo praecipue sitam esse Nobis per- quem divina Providentia multis abhinc saeculis Romano Antistiti concessit,
suasum est, quod despecta ac reiecta sít sancta illa et augustissima Ecclesiae ut libere ac expedite potestate a Christo collata, ad aeternam populorum
auctoritas, quae Dei nomine humano generi praeest et legitimae cuiusque salutem, uteretur.
auctoritatis vindex est et praesidium. Quod cum hostes publici ordinis
Funestam hanc aerumnarum molem Vobis, VenerabiksFratres, corame-
2
Cuadro de tintas sombrías, pero objetivas, en que se pinta la corrupción ideológica, moravimus, non ad augendam tristitiam Vestram, quam misérrima haec
moral, social y política a que lleva un gobierno cuando éste rechaza los principios teológi-
cos y morales enseñados por Dios a través de la Iglesia. No se trata de un supuesto teórico 3 Alusión directa a la ocupación de Roma en 1870 por el ejército piamontés, acaudillado
o de una hipótesis imaginable. Es la densa síntesis aleccionadora de una situación histórica en por R. Cardona, y a la usurpación inmediata del poder temporal pontificio por Víctor Ma-
la cual y frente a la cual se hallaba entonéis la Iglesia. El error religioso es siempre la rueda nuel II. Cf. SABA-CASTIGLIONI, Historia de los Papas, trad. esp. t.2 p.j83ss.
básica de los trastornos sociales y políticos.
46 LEÓN X I I I
TNSCUUTABJLI B E t 47
actual os produce, sino porque esta enumeración permite el cono-
de prejuicios, compare la época actual en que vivimos, tan hostil a
cimiento exacto de dos realidades: la primera, la gravedad de las
la religión y a la Iglesia de Jesucristo, con aquellos afortunados
circunstancias, que exigen un celoso apostolado por nuestra parte.
tiempos en que- la Iglesia era respetada como madre, quedará total-
La segunda, el total empeño con que debemos entregarnos a la
mente convencido de que nuestra época, perturbada y loca, corre
defensa y reivindicación de la Iglesia de Cristo y de la dignidad de
directamente a su ruina; y de que, por el contrario, las épocas de
esta Sede Apostólica, vejada con tantas calumnias en los calami-
mayor florecimiento en instituciones públicas, vida tranquila, rique-
tosos tiempos actuales.
za y prosperidad han sido las épocas más sumisas al gobierno y a
la legislación de la Iglesia. Y si los numerosos beneficios que aca-
[II. LA CIVILIZACIÓN CRISTIANA] bamos de recordar, procedentes del benéfico influjo de la acción de
la Iglesia, son verdaderas contribuciones gloriosas a la auténtica
[5 ]. Es un hecho evidente, venerables hermanos, que la civi- civilización, hay que reconocer que la Iglesia no sólo no es enemiga
lización carece de fundamentos sólidos si no se apoya en los princi- del progreso, sino que incluso merece más bien la alabanza de ser
pios eternos de la verdad y en las leyes inmutables del derecho y madre y maestra de la civilización humana.
de la justicia y si un amor sincero no une estrechamente las volun-
tades de los hombres y no regula con suavidad el orden recíproco [6]. Más todavía, una forma de civilización que contradiga
de sus mutuas obligaciones. Ahora bien, ¿es que hay alguien que abiertamente a la santidad de la doctrina y de la legislación de la
se atreva a negar que es la Iglesia la que, habiendo difundido el Iglesia es un mero simulacro de civilización, una palabra huera,
Evangelio por todos los pueblos, ha hecho brillar la luz de la verdad carente de su contenido específico 4 . Prueba manifiesta de esta afir-
en medio de los pueblos salvajes, hundidos en absurdas supersti- mación son los pueblos que no han visto brillar la luz del Evangelio
ciones, y la que los ha llevado al conocimiento del divino Autor y" en cuya historia se han observado a veces destellos aparentes de
de todas las cosas y al conocimiento de su propia salvación ? ¿No ha civilización. Ninguno de los sólidos bienes reales de una civilización
sido la Iglesia la que, con la supresión de la esclavitud, ha devuelto a ha podido arraigar o florecer entre ellos. De ningún modo debe ser
los hombres la dignidad originaria de su noble naturaleza? ¿No ha considerado como un progreso de la vida civil el desprecio osado
sido la Iglesia, gonfaloniera del estandarte de la redención por todas de todo poder legítimo. Ni debemos considerar como libertad la
partes, la introductora y protectora de las ciencias y de las artes, la que permite desvergonzadamente la propaganda desenfrenada del
fundadora y tutora de las instituciones de caridad destinadas al alivio error, la satisfacción libre de toda concupiscencia, la impunidad del
de todas las miserias, la creadora de la cultura humana en la sociedad crimen y la opresión de los ciudadanos honrados de todas las clases
y en la familia, la salvadora de la humanidad, y la que ha elevado sociales. Todos estos principios son falsos, perniciosos y absurdos;
al hombre con tantos esfuerzos a un género de vida adecuado a la carecen de toda eficacia en orden al perfeccionamiento y aumento
dignidad y a los destinos de su naturaleza? Toda persona que, libre suit? Quod si quis sanae mentís hanc ipsam qua vivimus aetatem, Religioni
et Ecclesiae Christi infensissimam, cum iis temporibus auspicatissirnis con-
rerum conditio per se Vobis ingerit; sed quia intelligimus ex ea Vobis appri- ferat, quibus Ecclesia uti mater a gentibus colebatur, omnino comperiet
me perspectum fore, quanta sit gravitas rerum quae ministerium et zelum aetatem hanc nostram perturbationibus et demolitionibus plenam, recta ac
nostrum exposcunt, et quam magno studio nobis adlaborandum sit, ut rapide in suam perniciem ruere; ea vero témpora optimis institutis, vitae
Ecclesiam Christi et huius Apostolicae Sedis dignitatem, tot calumniis la- tranquillitate, opibus et prosperitate eo magis floruisse, quo Ecclesiae regi-
cessitam, in hac praesertim iniquitate temporum pro viribus defendamus minis ac legum sese observantiores populi exhibuerunt. Quod si plurima ea
ac vindicemus. quae memoravimus bona, ab Ecclesiae ministerio et salutari ope proferta,
Clare innotescit ac liquet, Venerabiles Fratres, civilis humanitatis ratio- vera sunt humanitatis civilis opera ac decora, tantum abest ut Ecclesia
nem solidis fundamentis destituí, nisi aeternis principiis veritatis et immu- Christi ab ea abhorreat eamve respuat, ut ad sese potius altricis magistrae
tabilibus recti iustique legibus innitatur, ac nisi hominum voluntates Ínter et matris eius laudem omnino censeat pertinere.
se sincera dilectio devinciat, officíorumque Ínter eos vices ac rationes sua- Quin immo illud civilis humanitatis genus, quod sanctis Ecclesiae doc-
viter moderetur. Iamvero ecquis negare audeat Ecclesiam esse, quae, diffuso trinis et legibus ex adverso repugnet, non aliud nisi civilis cultus figmentum
per gentes Evangelii praeconio, lucem veritatis Ínter efferatos populos et et abs re nomen inane putandum est. Cuius rei manifestó sunt argumento
foedis superstitionibus imbuios adduxit, eosque ad divinum rerum auctorem populi illi, queis evangélica lux non affulsit, quorum in vita fucus quídam
agnoscendum et sese respiciendos excitavit; quae servitutis calamitate sub- humanioris cultus conspici potuit, at solida et vera eius bona non viguerunt.
lata, ad pristinam naturae nobilissimae dignitatem nomines revocavit; quae Haudquaquam sane civilis vitae perfectio ea ducenda <st, qua legitima
in ómnibus terrae plagis redemptionis signo explicato, scientiis et artibus quaeque potestas audacter contemnitur; ñeque ea libertas reputanda, quae
adductis aut suo tectis praesidio, optimis caritatis institutis, queis omnis effreni errorum propagatione, pravis cupiditatibus libere explendis, impu-
generis aerumnis consultum est, fundatis et in tutelam receptis, ubique nitate flagitiorum et scelerum, oppressione optimorum civium cuiusque
hominum genus privatim et publice excoluit, a squalore vindicavit et ad 4
Tesis fundamental de la encíclica, que se reiterará como tópico insistente en otros
vitae formam humanae dignitati ac spei consentaneam, omni studio compo- documentos pontificios. Véase sobre todo la encíclica Annum ingressi.
48 T.EÓN XTIT INSCRUTAETT.T T)Et 49
5
del género h u m a n o , p o r q u e el pecado es la decadencia de los pueblos ; i n q u e b r a n t a b l e , para q u e la sociedad n o volviera a caer en la bar-
y la consecuencia obligada es q u e la corrupción intelectual y m o r a l barie d e la antigua superstición.
arrastra tras de sí p o r su p r o p i o peso u n sinfín de calamidades para [8 ] . ¡Ojalá n u n c a h u b i e r a sido menospreciada o rechazada esta
los pueblos, q u e d e s t r u y e n el o r d e n en todas las esferas de la vida benéfica autoridad! A b u e n seguro q u e ni la autoridad política ha-
h u m a n a y provocan t a r d e o t e m p r a n o la ruina total d e la tranquili-
bría p e r d i d o el esplendor augusto y sagrado q u e la religión le c o m u -
d a d del Estado.
nicaba, y q u e es el ú n i c o q u e dignifica y ennoblece la obediencia
civil; ni h a b r í a n estallado tantas revoluciones y guerras, causantes
[III, E L P O N T I F I C A D O ROMANO, BENEMÉRITO DE LA d e i n n u m e r a b l e s matanzas y calamidades; ni ciertos Estados, en
SOCIEDAD CIVIL] otro t i e m p o florecientes, h a b r í a n caído hasta el a b i s m o d e s d e la c u m -
b r e de su grandeza bajo el peso de toda clase d e desventuras. Ejem-
[ 7 ] . Y si consideramos la acción del Pontificado r o m a n o , ¿hay
m a y o r injusticia q u e negar los grandes beneficios q u e los p a p a s h a n plo de esta decadencia son los pueblos orientales; rotos los suaves
h e c h o a la sociedad civil? N u e s t r o s predecesores, p o r el b i e n de los vínculos q u e les u n í a n a esta Sede Apostólica, h a n ido p e r d i e n d o
p u e b l o s , n o d u d a r o n acometer toda clase d e luchas, resistir grandes el esplendor d e su antiguo rango, la gloria d e las ciencias y d e las
trabajos, afrontar peligrosas dificultades. Puesta la m i r a d a en el artes y la dignidad de su imperio político.
cielo, n o inclinaron j a m á s su frente ante las amenazas d e la impiedad [ 9 ] . L o s insignes beneficios, q u e , c o m o d e m u e s t r a con evi-
n i consintieron faltar a su misión rebajándose ante las adulaciones o dencia la historia de todos los tiempos, p r o p o r c i o n ó la Sede A p o s t ó -
las promesas. F u é esta Sede Apostólica la q u e recogió y a u n ó los lica a t o d o s los continentes del m u n d o , se h a n dejado sentir de u n a
restos dispersos de la antigua sociedad desmoronada. F u é esta Sede m a n e r a m u y especial e n la nación italiana, la cual, p o r estar m á s
Apostólica la estrella amiga, q u e iluminó la civilización d e la era cercana a esta Sede Apostólica, h a recogido d e ella u n a cosecha d e
cristiana. Ella ha sido el áncora de salvación en las d u r a s t e m p e s - bienes m á s a b u n d a n t e . Italia d e b e reconocerse d e u d o r a a los R o m a -
tades q u e h a sufrido el g é n e r o h u m a n o ; ella el vínculo sagrado d e nos Pontífices d e su verdadera gloria y grandeza, d e su elevación
concordia q u e u n i ó naciones t a n distantes e n t r e sí y t a n diversas sobre las d e m á s naciones. L a autoridad y la p a t e r n a benevolencia
e n c o s t u m b r e s ; ella, p o r ú l t i m o , el centro c o m ú n del q u e p a r t í a n del Pontificado h a n p r o t e g i d o varias veces al p u e b l o italiano contra
t a n t o la doctrina de la fe religiosa c o m o los consejos acertados para los ataques de sus enemigos y le h a n prestado la ayuda y el soco-
conservar la paz. ¿Para q u é seguir? Gloria g r a n d e d e los pontífices r r o necesarios p a r a q u e la fe católica fuese conservada siempre e n -
m á x i m o s es la d e h a b e r s e opuesto constantemente, c o m o u n d i q u e t e r a m e n t e en el corazón d e los italianos. Testigos d e estos m é r i t o s
ordinis turpiter et misere grassatur. Cum enim errónea prava et absona
haec sint, non eam vim profecto habent, ut humanara familiam perficiant pugnaculo obiecerint, ne humana societas in superstitionem et barbariem
et prosperitate fortunent, miseros enim facit populas peccatum; sed omnino antiquam relaberetur.
necesse est, ut mentibus et cordibus corruptis, ipsa in omnem labem pon- Utinam autem salutaris haec auctoritas neglecta nunquam esset vel re-
dere suo populos detrudant, rectum quemque ordinem labefactent, atque pudiata! Profecto ñeque civilis Principatus augustum et sacrum illud ami-
ita reipublicae conditionem et tranquillitatem serius ocius ad ultimum exi- sisset decus, quod a religione inditum praeferebat, quodque unum parendi
tium adducant. conditionem nomine dignam nobilemque efficit; ñeque exarsissent tot se-
ditiones et bella, quae calamitatibus et caedibus térras funestarunt; ñeque
Quid autem, si Romani Pontificatus opera spectentur, iniquius esse
regna olim florentissima, e prosperitatis culmine deiecta, omnium aerumna-
potest, quam inficiari quantopere Romani Antistites de universa civili so-
rum pondere premerentur. Cuius rei exemplo etiam sunt Orientales populi,
cietate et quam egregie sint meriti? Profecto Decessores Nostri, ut populo-
qui abruptis suavissimis vinculis, quibus cum Apostólica hac Sede iunge-
r u m bono prospicerent, omnis generis certamina suscipere, graves exantlare
bantur, primaevae nobilitatis splendorem, scientiarum et artium laudem,
labores, seque asperis difficultatibus obiicere nunquam dubitarunt: et de-
atque imperii sui dignitatem amiserunt.
fixis in cáelo oculis ñeque improborum minis submisere frontem, ñeque
blanditiis aut pollicitationibus se ab officio abduci degeneri assensu passi Praeclara autem beneficia, quae in quamlibet terrae plagam ab Apostó-
sunt. Fuit haec Apostólica Sedes, quae dilapsae societatis veteris reliquias lica Sede profecía esse illustria omnium temporum monumenta declarant,
collegit et coagmentavit; haec eadem fax amica fuit, qua humanitas christia- potissimum persensit ítala haec regio, quae quanto eidem propinquior loci
norum temporum effulsit; fuit haec salutis anchora ínter saevissimas tem- natura extitit, tanto uberiores fructus ab ea percepit. Romanis certe Ponti-
pestates, queis humana progenies iactata est; sacrum fuit concordiae vincu- ficibus Italia acceptam referre debet solidam gloriam et amplitudinem, qua
lum quod nationes dissitas moribusque diversas ínter se consociavit: cen- reliquas Ínter gentes eminuit. Ipsorum auctoritas paternumque studium non
t r u m denique commune fuit, unde cum fidei et religionis doctrina, tum semel eam ab hostium Ímpetu texit, eidemque levamen et opem attulit, ut
pacis et rerum gerendarum auspicia ae consilia petebantur. Quid multa? catholica fides millo non tempore in Italorum cordibus integra custodire-
Pontificum Maximorum laus est, quod constantissime se pro muro et pro- tur. Huiusmodi Praedecessorum Nostrorum merita, ut caetera praetereamus,
máxime testatur memoria temporum S. Leonis Magni, Alexandri III, Inno-
5
Prov. 14,34. centii III, S. Pii V, Leonis X aliorumque Pontificum, quorum opera ve]
50 LEÓN X I I I INSCRUIABILI DE1 M

d e nuestros predecesores son, prescindiendo de otros m u c h o s , los obligación ha de ser la de conservar incólume e intacta la dignidad
t i e m p o s d e San L e ó n M a g n o , de Alejandro III, de Inocencio III, d e la Cátedra romana y asegurar m á s y m á s la u n i ó n d e los m i e m -
de San Pío V, d e L e ó n X 6 y d e otros pontífices, con cuyo auxilio bros con la Cabeza, de los hijos con el P a d r e .
y protección Italia se vio libre del horrible exterminio con q u e la
a m e n a z a b a n los bárbaros, retuvo incorrupta su antigua fe, y, entre [IV. R E I V I N D I C A C I Ó N D E LOS DERECHOS D E LA SANTA SEDE]
las tinieblas y miserias de u n a edad inculta, n u t r i ó y conservó viva
la luz de las ciencias y el esplendor d e las artes. T e s t i g o de estos [11]. P o r este motivo, para reivindicar en p r i m e r lugar y del
méritos es nuestra santa ciudad, sede del Pontificado, la cual debió mejor m o d o posible los derechos y la libertad d e esta Santa Sede,
a los p a p a s la singularísima ventaja de llegar a ser n o sólo inexpug- n o dejaremos n u n c a d e luchar en o r d e n a conseguir el respeto d e b i d o
n a b l e alcázar d e la fe, sino t a m b i é n asilo de las bellas artes, m o r a d a a n u e s t r a autoridad, s u p r i m i r t o d o s los obstáculos q u e i m p i d e n la
d e la sabiduría, admiración y envidia del m u n d o entero. El esplen- p l e n a i n d e p e n d e n c i a de n u e s t r o p o d e r apostólico y o b t e n e r la res-
d o r d e estas realidades, t r a n s m i t i d o p o r la historia en imperecede- t i t u c i ó n de aquel estado de cosas en q u e la sabiduría divina, desde
ros m o n u m e n t o s , obliga a reconocer q u e sólo u n a voluntad hostil los p r i m e r o s t i e m p o s , había colocado a los R o m a n o s Pontífices. N o
y u n a indigna calumnia malévola h a n p o d i d o insinuar, d e viva voz es el afán d e d o m i n i o o la ambición política, venerables h e r m a n o s ,
y p o r escrito, q u e la Sede Apostólica es u n obstáculo p a r a la ci- lo q u e nos m u e v e a p e d i r este restablecimiento. Es n u e s t r o deber,
vilización de los pueblos y p a r a la felicidad de Italia 7 . es el solemne j u r a m e n t o q u e h e m o s p r e s t a d o el q u e nos obliga a
[10]. Si, p u e s , las esperanzas de Italia y del m u n d o entero des- exigir esa restitución. Y, además, p o r q u e este p o d e r t e m p o r a l n o
cansan totalmente en esa influencia t a n saludable p a r a el bien co- sólo es necesario para la tutela y conservación d e la plena indepen-
m ú n q u e posee la autoridad d e la Sede Apostólica y en la estrecha dencia del p o d e r espiritual, sino t a m b i é n p o r q u e es u n h e c h o evi-
u n i ó n d e todos los fieles con el R o m a n o Pontífice, nuestra mayor d e n t e q u e , c u a n d o se hace cuestión del p o d e r t e m p o r a l de la Sede
Apostólica, se p o n e en litigio al m i s m o t i e m p o la causa del bienestar
y seguridad d e t o d a la H u m a n i d a d . P o r esto N o s , c u m p l i e n d o el
auspiciis ab extremo excidio, quod a barbaris impendebat, Italia sospes deber, q u e nos obliga a defender los derechos de la Iglesia, n o p o d e -
evasit, incorruptam retinuit antiquam fidem, atque ínter tenebras squalo- m o s silenciar las declaraciones y protestas q u e n u e s t r o predecesor
remque rudioris aevi scientiarum lumen et splendorem artium aluit, vigen- Pío IX, de santa m e m o r i a , hizo reiteradas veces, ya contra la u s u r p a -
temque servavit. Testatur Nostra haec alma Urbs Pontificum Sedes, quae
hunc ex iis fructum máximum cepit, ut non solum arx fidei munitissima ción del p o d e r civil, ya contra la violación d e los derechos d e la
esset, sed etiam bonarum artium asylum et domicilium sapientiae effecta, Iglesia R o m a n a . N o s con esta n u e s t r a encíclica renovamos y con-
totius orbis erga se admirationem et observantiam conciliaret. Cum harum firmamos e n t e r a m e n t e estas declaraciones y protestas. A l m i s m o
rerum amplitudo ad aeternam memoriam monumentis hístoriae sit tradita, t i e m p o dirigimos n u e s t r a palabra a los reyes y a los jefes de E s t a d o
facili negotio intelligitur, non potuisse nisi per hostüem voluntatem indig- d e todos los p u e b l o s y les rogamos con reiterada insistencia, en el
namque calumniam, ad hominum deceptionem, voce ac litteris obtrudi,
hanc Apostolicam Sedem civili populorum cultui et Italiae felicitati impedi- thedrae suam dignitatem sartam tectamque servemus, et membrorum cum
mento esse. Gapite, filiorum cum Patre coniunctionem magis magisque firmemus.
Si ígitur spes omnes Italiae Orbisque universi in ea vi communi utilitati
Quapropter ut in primis, eo quo possumus modo, iura, libertatemque
et bono salubérrima, qua Sedis Apostolicae pollet auctoritas, et in arctissimo
huius Sanctae Sedis adseramus, contenderé nunquam desinemus, ut aucto-
nexu sunt positae, qui omnes Christifideles cum Romano Pontífice devin-
ritati Nostrae suum constet obsequium, ut obstacula amoveantur, quae ple-
ciat, nihil Nobis potius esse deberé cognoscimus, quam ut Romanae Ca-
nam ministerii Nostri potestatisque libertatem impediunt, atque in eam
6
San L e ó n M a g n o (440-461) logra en una entrevista con Atila, rey d e los hunos ( M a n - rerum conditionem restituamur, in qua divinae Sapientiae consilium Roma-
tua, año 452), q u e éste se retire d e Italia sin atacar la ciudad de Roma (cf. P. DE LABRIOLLE, nos Antistites iampridem collocaverat. Ad hanc vero restitutionem postu-
L'Eglise et les barbares, a p u d F L I C H E - M A R T I N , Histoire de l'Eglise t.4 p.392-393 LParís 1948]; landam movemur, Venerabiles Fratres, non ambitionis studio aut domina-
y CRISTOPHER DAWSON, LOS orígenes de Europa, trad. esp. p.82ss [Madrid 1945]).—Alejan-
dro 111 (1159-1181J, sucesor d e Adriano IV, en la grave crisis producida por el cisma de 1159 tionis cupiditate; sed officii Nostri ratione et religiosis iurisiurandi vinculis
se enfrenta con el emperador alemán Federico Barbarroja, oponiéndole en 1167 la Liga fede- quibus obstringimur; ac praeterea non solum ex eo quod principatus hic
ral lombarda (cf. G. CASTELLA, Histoire des Papes t . i p.66-67 [Zurich 1946]; y J. KOUSSET ad plenam libertatem spiritualis potestatis tuendam conservandamque est ne-
DE P I N A , Alexandre III et Fréderic Barberrouse, a p u d F L I C H E - M A R T I N , Histoire de l'Eglise
t.9 p a r t e 2. a p.50-67).—Inocencio III (1198-1216) resiste enérgicamente las veleidades m a - cessarius; sed etiam quod exploratissimum est, cum de temporali Principatu
trimoniales d e Felipe A u g u s t o de Francia (cf. A . F L I C H E , Le programme pontifical d'Inno- Sedis Apostolicae agitur, publici etiam boni et salutis totius humanae so-
cent III, a p u d F L I C H E - M A R T I N , 0 . 0 , t . i o p.32ss [París 1950J).—San Pió V (1566-1572), or- cietatis causam agitari. Hinc praetermittere non possumus, quin pro officii
ganizador d e la Liga Santa contra el Islam, obtiene sobre los turcos la victoria naval de L e -
panto (cf. L . PASTOR, Historia de los Papas, trad. esp. t.18 p.30lss).—León X (1513-1521) Nostri muñere, quo Sanctae Ecclesiae iura tueri tenemur, declarationes et
preside una d e las más brillantes épocas d e la cultura occidental—«el siglo d e León X»—con protestatiónes omnes, quas sa. me. P i u s I X Decessor Noster tum adversus
su alto y extenso mecenazgo d e la literatura, las ciencias y el arte (cf. L . PASTOR, Historia occupationem civilis Principatus, tum adversus violationem iurium ad Ro->
de los Papas, trad. esp. t.8 P.146SS.; y G . CASTELLA, Histoire des Papes t.2 p.63 [Zurich 19463).
7 manam Ecclesiam pertiriéntium pluries edidit ac iteravit, easdem et Nos
Véase a este respecto el breve d e Paulo III a Miguel Ángel Buonaroti de 1 de septiem-
bre d e 1535 publicado por Pió IX poco antes de su m u e r t e : ASS 10 (1877-1878) 197-zoi. hisce Nostris litteris omnino renovemus et confirmemus. Simul autem ad
52 LEÓN X I I I I.NSCRUTABILI D E I ' l

n o m b r e augusto del D i o s Altísimo, q u e n o rechacen el apoyo q u e en ticano, t e n i e n d o a la vista las palabras de San P a b l o : Mirad que mutu-
estos peligrosos t i e m p o s les ofrece la Iglesia; q u e se a g r u p e n en os engañe con filosofías falaces y vanas, fundadas en tradiciones huma-
amigable concordia e n t o r n o a esta fuente d e autoridad salvadora nas, en los elementos del mundo y no en Crispo 9, n o h a n dejado de
y q u e se u n a n a ella cada vez m á s con los lazos del respeto y d e u n refutar, c u a n d o ha sido necesario, los errores corrientes y de con-
í n t i m o cariño. D i o s quiera q u e los gobernantes, convencidos d e las denarlos con la censura apostólica. N o s , siguiendo las huellas de
verdades expuestas, c o m p r e n d a n q u e la doctrina de Cristo, c o m o n u e s t r o s predecesores, desde esta Cátedra Apostólica de la verdad,
decía San Agustín, «es, si se observa, la gran salvación del Estado» 8 , confirmamos y renovamos todas estas condenaciones, r o g a n d o con
y q u e la conservación y r e s p e t o de la Iglesia son condiciones indis- instancia al m i s m o t i e m p o al Padre de las luces ' ° q u e todos los fieles,
pensables de la p r o s p e r i d a d pública y d e la propia seguridad de los u n i d o s en u n solo espíritu y en u n m i s m o sentir, piensen como
gobernantes. Q u i e r a Dios q u e éstos dirijan todos sus cuidados y N o s y h a b l e n c o m o N o s . Es, sin e m b a r g o , labor vuestra, venerables
p e n s a m i e n t o s a aliviar los males q u e afligen a la Iglesia y a su Cabeza h e r m a n o s , p r o c u r a r con asiduidad q u e la semilla de la doctrina ce-
visible; y q u e el resultado final sea el reingreso de los p u e b l o s go- lestial sea esparcida con m a n o p r ó d i g a en el c a m p o del Señor, y q u e
bernados p o r ellos en el c a m i n o de u n a paz justa y el disfrute futu- d e s d e m u y t e m p r a n o se infundan en las almas de los fieles las ense-
ro de u n a nueva era de p r o s p e r i d a d gloriosa.
ñanzas de la fe católica, echen en ellas profundas raíces y sean p r e -
[ 1 2 ] . Y a fin de q u e cada día sea más firme la u n i ó n de toda la servadas del contagio del error. C u a n t o mayor es el afán de los
grey católica con su Pastor S u p r e m o , nos dirigimos ahora a vos- enemigos de la fe p o r enseñar a los ignorantes, y especialmente a la
otros, venerables h e r m a n o s , con especial afecto y encarecidamente j u v e n t u d , principios q u e e n t e n e b r e c e n la inteligencia y c o r r o m p e n
os exhortamos a q u e con t o d o el fervor d e vuestro celo sacerdotal las costumbres, t a n t o mayor d e b e ser el esfuerzo de los b u e n o s para
y pastoral solicitud procuréis inflamar a los fieles q u e os están con- q u e n o sólo el m é t o d o de enseñanza sea a p t o y sólido, sino princi-
fiados, en el a m o r a la religión, q u e les m u e v a a unirse m á s fuerte- p a l m e n t e la m i s m a enseñanza esté p o r e n t e r o de a c u e r d o con la fe
m e n t e a esta C á t e d r a de verdad y de justicia, a recibir de ella católica t a n t o en las letras c o m o en la ciencia, y sobre t o d o en la
todas las enseñanzas con sincera docilidad de inteligencia y de vo- filosofía, d e la cual d e p e n d e en g r a n parte la b u e n a dirección acer-
l u n t a d y a rechazar de p l a n o aquellas opiniones, q u e p o r m u y ge- t a d a de las d e m á s ciencias. L a filosofía n o t i e n d e a destruir la reve-
neralizadas que estén, contradicen a la doctrina de la Iglesia. E n lación divina. L a filosofía se complace en allanarle el camino y d e -
esta materia los R o m a n o s Pontífices, nuestros predecesores, y últi- fenderla de los i m p u g n a d o r e s , c o m o nos h a n e n s e ñ a d o con su ejem-
m a m e n t e P í o IX, d e santa m e m o r i a , sobre t o d o en el concilio V a - p l o y con sus escritos el gran A g u s t í n , el D o c t o r Angélico y los res-
t a n t e s maestros de la sabiduría cristiana n .
Principes et supremos populorum Moderatores voces Nostras convertimus,
eosque per nomen augustum Summi Dei etiam atque etiam obtestamur, ne
oblatam sibi tam necessario tempore opem Ecclesiae repudient, atque uti inanem fallaciam secundum traditionem hominum, secundum elementa mundi
consentientibus studiis circa hunc fontem auctoritatis et salutis amice et non secundum Christum, haud praetermiserunt, quoties opus fuit, grassan-
coeant, Eique intimi amoris et observantiae vinculis magis magisque iungan- tes. errores reprobare et apostólica censura confedere. Has condemnationes
tur. Faxit Deus, ut illi, comperta eorum quae diximus veritate. ac secum omnes, Decessorum Nostrorum vestigia sedantes, Nos ex hac Apostólica
reputantes doctrinam Christi, ut Augustinus aiebat, magnam, si obtemperetur, veritatis Sede confirmamus ac iteramus, simulque Patrem luminum enixe
salutem esse reipublicae et in Ecclesiae incolumitate et obsequio suam etiam rogamus, ut fideles omnes perfecti in eodem sensu eademque sententia Ídem
ac publicam incolumitatem et tranquillitatem contineri, cogitationes suas Nobiscum sapiant, idemque loquantur. Vestri autem muneris est, Venera-
et curas conferant ad levanda mala, quibus Ecclesia eiusque visibile Caput biles Fratres, sedulam impenderé curam, ut caelestium doctrinarum semen
affligitur, atque ita tándem contingat, ut populi quibus praesunt, iustitiae late per Dominicum agrum diffundatur, et catholicae fidei documenta fide-
et pacis ingressi viam, felici aevo prosperitatis et gloriae fruantur. lium animis mature inserantur, altas in eis radices agant et ab errorum
contagione incorrupta serventur. Quo validius contendunt religionis hostes
Deinde autem ut totius catholici gregis cum supremo Pastare concordia
imperitis hominibus, ac iuvenibus praesertim, ea discenda proponere quae
firmior in dies adseratur, Vos hoc loco peculiari cum affectu appellamus,
mentes obnubilent moresque corrumpant, eo alacrius adnitendum est, ut
Venerabiles Fratres, et vehementer hortamur, ut pro sacerdotali zelo et
non solum apta ac solida institutionis mefhodus, sed máxime institutio ipsa
pastorali vigilantia Vestra fideles Vobis créditos religionis amore incendatis,
catholicae fidei omnino conformis in litteris et disciplinis vigeat, praesertim
quo propius et arctius huic Cathedrae veritatis et iustitiae adhaereant,
autem in philosophia, ex qua recta aliarum scientiarum ratio magna ex parte
omnes eius doctrinas intimo mentís et voluntarás assensu suscipiant; opi-
dependet; quaeque non ad evertendam divinam revelationem speclat, sed
niones vero etiam vulgatissimas, quas Ecclesiae documentis oppositas no-
ad ipsam potius sternere viam gaudet, ipsamque ab impugnatoribus defende-
verint omnino reiiciant. Qua in re Romani Pontífices Decessores Nostri, ac
ré, quemadmodum nos exemplo scriptisque suis Magnus Augustinus et
demum sa. me. Pius IX, praesertim in oecumenico Vaticano Concilio, prae
Angelicus Doctor, caeterique christianae sapientiae Magistri docuerunt.
oculis habentes verba Pauli: Videte ne quis vos decipiat per philosophiam et
s SAN AGUSTÍN, Epist. 138 ad Marc. n.15: PL 33,352; BAC, Obras de San Agustín » Col. 2,8.
10
t.uÍP-J4°- Iac. 1,17.
" Véase la encíclica de León XIII Aelemi Pairis sobre Ja filosofía cristiana.
54 LEÓN XIII
INSCRUTAB1I.I 11KI 55
[13]. P e r o para q u e la b u e n a educación de la j u v e n t u d sirva
de a m p a r o a la fe, a la religión y a la integridad de la moral, debe con q u e la Iglesia regula las obligaciones de los cónyuges y de su
prole 1 2 .
empezar desde los m á s tiernos años en el seno de la familia; ésta,
sin e m b a r g o , p e r t u r b a d a como está hoy día p o r desgracia, n o p u e d e [ 1 4 ] . D e esta m a n e r a conseguiremos otro excelente resultado,
recuperar en m o d o alguno su dignidad perdida, si n o se somete a las la reforma personal d e la vida y las costumbres. P o r q u e así c o m o de
leyes con q u e fué instituida en la Iglesia p o r su divino A u t o r . P o r - u n t r o n c o c o r r o m p i d o b r o t a n ramas entecas y frutos escasos, así la
q u e Jesucristo, después de elevar el matrimonio, símbolo de su u n i ó n e n f e r m e d a d maligna q u e contamina hoy a la familia viene a dañar
con la Iglesia, a la dignidad de sacramento, n o sólo santificó la u n i ó n con doloroso contagio a cada u n o de los ciudadanos. P o r el contra-
matrimonial, sino q u e proporcionó t a m b i é n eficacísimos auxilios a rio, o r d e n a d a la familia de a c u e r d o con los principios d e la moral
cristiana, poco a poco se irá a c o s t u m b r a n d o cada u n o d e sus m i e m -
los p a d r e s y a los hijos para conseguir fácilmente, con el c u m p l i -
b r o s al a m o r d e la religión y al culto de la piedad, al aborrecimiento
m i e n t o de sus m u t u o s deberes, el bienestar t e m p o r a l y la felicidad
d e las doctrinas falsas y perniciosas, a la práctica d e la virtud, al
eterna. Pero desde q u e unas legislaciones impías, despreciando el r e s p e t o a los mayores y al vencimiento de ese estéril egoísmo, q u e
carácter sagrado de este gran sacramento, h a n reducido el m a t r i m o - t a n t o enerva y degrada al h o m b r e . E n o r d e n a estos fines es m u y
nio a la condición de u n contrato m e r a m e n t e civil, h a n sobrevenido conveniente la creación y fomento d e las asociaciones piadosas,
varias lamentables consecuencias. P o r q u e a la profanación de la d i g - q u e , con extraordinaria ventaja de los intereses católicos, h a n sido
nidad del matrimonio cristiano se han seguido la consideración civil fundadas m o d e r n a m e n t e .
como matrimonio de lo q u e en realidad es u n m e r o concubinato le-
gal ; el incumplimiento de las obligaciones de fidelidad, a q u e los [ 1 5 ] . G r a n d e s son, sin d u d a , y superiores a los m e d i o s h u -
m a n o s , venerables h e r m a n o s , todas estas realidades, objeto de n u e s -
cónyuges m u t u a m e n t e se obligaron; la desobediencia y la falta de
t r a esperanza y d e nuestros anhelos. Sin embargo, D i o s ha dado a
respeto d e los hijos para con sus p a d r e s ; el debilitamiento d e los
t o d o s los p u e b l o s capacidad para r e c u p e r a r la salud 1 3 ; D i o s h a
vínculos del a m o r doméstico', y el escándalo lamentable del divor- f u n d a d o su Iglesia p a r a salvación de los pueblos y le ha p r o m e t i d o
cio, secuela frecuente de amores inconsiderados, con grave d a ñ o d e su asistencia indefectible hasta la c o n s u m a c i ó n de los siglos. P o r
la m o r a l privada y pública. T a n deplorables y tristes d e s ó r d e n e s , estos motivos, N o s abrigamos gran confianza d e q u e , con vuestra
venerables hermanos, d e b e n excitar y mover vuestro celo a a m o - celosa colaboración, el género h u m a n o , aleccionado p o r tantos m a -
nestar con perseverante insistencia a los fieles confiados a vuestro les y desventuras, h a de volver tarde o t e m p r a n o a buscar la salud
cuidado, para q u e p r e s t e n dócil oído a las enseñanzas referentes a
la santidad del m a t r i m o n i o cristiano y p a r a q u e obedezcan las leyes
coniugii sanctitatem respiciunt, ac pareant legibus quibus Ecclesia coniugum
natorumque officia moderatur.
Óptima porro iuventutis disciplina ad verae fidei et religionis munimen T u m vero illud optatissimum consequetur, quod singulorum etiam ho-
atque ad morum integritatem a teneris annis exordium habeat necesse est minum mores et vitae ratio reíormentur: nam veluti ex corrupto stipite
in ipsa domestica societate; quae nostris hisce temporibus misere pertúr- deteriores rami et fructus infelices germinant, sic mala labes, quae familias
bala, in suam dignitatem restituí nullo modo potest nisi iis legibus, quibus depravat, in singulorum civium noxam et vitium tristi contagione redundat.
in Ecclesia ab ipsomet divino Auctore est instituta. Qui cum matrimonii Contra vero, domestica societate ad christianae vitae formam composita,
foedus, in quo suam cum Ecclesia coniunctionem significatam voluit. ad síngula membra sensim assuescent religionem pietatemque diligere, a falsis
Sacramenti dignitatem evexerit, non modo maritalem unionem sanctiorem perniciosisque doctrinis abhorrere, sectari virtutem, maioribus obsequi,
effecit, sed etiam efficacissima tum parentibus tum proli paravit auxilia, atque inexhaustum illud privatae dumtaxat utilitatis studium coerceré, quod
humanam naturam tantopere deprimit ac enervat. In quem finem non parum
quibus, per mutuorum officiorum observantiam, temporalem ac aeternam
proferto conferet pias illas consociationes moderari et provehere, quae magno
felicitatem facilius assequerentur. At vero postquam impiae leges, Sacra- rei catholicae bono nostra máxime hac aetate constitutae sunt.
menti huius magni religionem nil pensi habentes, illud eodem ordine cum
contractibus mere civílibus habuerunt, id misere consecutum est, ut, violata Grandia quidem et humanis maiora viribus haec sunt, quae spe et votis
christiani coniugii dignitate, cives legali concubinatu pro nuptiis uterentur, Nostris compiectirnur, Venerabiles Fratres; sed cum Deus sanabiles fecerit
coniuges fidei mutuae officia negligerent, obedientiam et obsequium nati nationes orbis terrarum, cum Ecclesiam ad salutem gentium condiderit,
parentibus detrectarent, domesticae charitatis vincula laxarentur, et, quod eique suo se auxilio adfuturum usque ad consummationem saeculi promi-
deterrimi exempli est publicisque moribus infensissimum, persaepe male- serit, fumiter confidimus, adlaborantibus Vobis, humanum genus tot malis
sano amori perniciosae ac funestae discessiones succederent. Haec sane
i 2 Véase la encíclica de León XIII Arcanum divinaé sobre el matrimonio cristiano, pu-
misera et luctuosa non possunt, Venerabiles Fratres, vestrum zelum non blicada en este volumen.
excitare ac moveré ad fideles vigilantiae Vestrae concreditos sedulo instan- 1 3 Alusión al texto de Sap. 1,14: Dios creó todas las cosas para la existencia e hizo salu-
terque monendos, ut dóciles aures doctrinis adhibeant quae christiani dables a todas sus criaturas. El texto de la Vulgata, que es el utilizado por León XIII, dice
así: Creavit enim [Deus] ut essent omnia; et sanabiles fecit nationes orbis terrarum.
ñC, t.EÓN S t í t ÍNSCRUTABI'LI DEI :>7

y la felicidad en la sumisión a la Iglesia y en el infalible magisterio cunstancias críticas y en""estos t i e m p o s difíciles n u n c a han de fal-
d e esta C á t e d r a Apostólica. ' t a r n o s vuestra adhesión y el afecto de todos los fieles. N o d u d a m o s
[ 1 6 ] . A n t e s de t e r m i n a r esta nuestra encíclica, venerables h e r - t a m p o c o q u e estos excelentes ejemplos de piedad filial y d e virtud
manos, n o p o d e m o s dejar de manifestaros el j ú b i l o q u e e x p e r i m e n - cristiana serán extraordinariamente eficaces p a r a m o v e r el corazón
t a m o s p o r la admirable u n i ó n y concordia en q u e vivís unos con d e Dios clementísimo a q u e m i r e propicio a su grey y a q u e dé a su
otros y todos con esta Sede Apostólica. Esta perfecta u n i ó n n o sólo Iglesia u n a paz victoriosa. Y como N o s esperamos o b t e n e r esta vic-
es u n bastión inexpugnable contra los asaltos del enemigo, sino u n toria pacífica con mayor p r o n t i t u d y facilidad, si los fieles dirigen
fausto y grato augurio d e t i e m p o s mejores para la Iglesia. Y así constantemente sus votos y plegarias para alcanzarla, N o s p r o -
c o m o nos consuela en g r a n m a n e r a esta risueña esperanza, nos rea- f u n d a m e n t e os exhortamos, venerables h e r m a n o s , a q u e excitéis
anima t a m b i é n para soportar con energía, en el a r d u o cargo q u e con este fin los fervientes deseos d e los fieles, p o n i e n d o c o m o m e -
h e m o s recibido, cuantos trabajos y combates sean necesarios para diadora para con Dios la inmaculada Reina d e los cielos, y como
defensa d e la Iglesia. intercesores a San José, P a t r o n o celestial d e la Iglesia, a los P r í n -
cipes de los Apóstoles, San P e d r o y San Pablo, a cuyo poderoso
[17 ]. N o s n o p o d e m o s separar d e los motivos de j ú b i l o y espe-
patrocinio N o s e n c o m e n d a m o s suplicante nuestra h u m i l d e per-
ranza, q u e h e m o s expuesto, las demostraciones d e a m o r reverencial,
sona, los órdenes todos de la jerarquía eclesiástica y la grey univer-
q u e en estos primeros días de n u e s t r o pontificado vosotros, vene-
sal del Señor.
rables h e r m a n o s , y j u n t a m e n t e con vosotros, h a n dedicado a n u e s -
tra h u m i l d e persona i n n u m e r a b l e s sacerdotes y seglares, los cuales, [18]. A p a r t e de esto, N o s vivamente deseamos q u e este día,
con cartas, ofrecimientos, peregrinaciones y otros piadosos testimo- e n el cual se recuerda solemnemente la resurrección de n u e s t r o
nios, h a n p u e s t o de manifiesto q u e m a n t i e n e n en sus corazones t a n Señor Jesucristo, .sea para vosotros, venerables h e r m a n o s , y p a r a
firme, íntegra y estable la devoción amorosa q u e tuvieron hacia toda la familia católica, feliz, saludable y lleno de santo júbilo, y p e -
n u e s t r o dignísimo predecesor, q u e nada p i e r d e aquélla de su ar- dimos a D i o s benignísimo q u e con la sangre del C o r d e r o i n m a c u -
lado, con la q u e fué cancelada la escritura d e n u e s t r a condenación,
d o r en la persona de su sucesor, t a n inferior en merecimientos. P o r
sean borradas las culpas cometidas y mitigado clementemente el
estos espléndidos testimonios de la piedad católica h u m i l d e m e n t e
juicio q u e p o r ellas merecemos.
alabamos la benigna clemencia del Señor, y a vosotros, venerables
h e r m a n o s , y a todos aquellos a m a d o s hijos d e quienes los h e m o s [ 1 9 ] . La gracia de nuestro Señor Jesucristo y la caridad de Dios
recibido, d a m o s fe p ú b l i c a m e n t e y de lo interior del corazón d e y la comunicación del Espíritu Santo sean con todos vosotros l 4 , vene-
nuestra i n m e n s a gratitud, p l e n a m e n t e confiados de q u e ' e n estas cir- rables hermanos, a quienes, a todos y a cada u n o , así c o m o a los

et calamitatibus admonitum, tándem in Ecclesiae obsequio, in huius Aposto- defuturum Nobis, in bis rerum angustiis et temporum difficultatibus, hoc
licae Cathedrae infallibili magisterio salutem et prosperitatem quaesiturum. Vestrum ac fidelium studium et dilectionem. Nec vero dubitamus quih
Interea, Venerabiles Fratres, antequam finem scribendi faciamus, ne- egregia haec filialis pietatis et christianae virtutis exempla plurimum sint
cesse est ut Vobis declaremus gratulationem Nostram pro mira illa consen- valitura, ut Deus clementissimus, officiis hisce permotus, gregem suum
sione et concordia, quae ánimos Vestros Ínter Vos et cum hac Apostólica propitius respiciat et Ecclesiae pacem ac victoriam largiatur. Quoniam autem
Sede in unum coniungit. Quam quidem perfectam coniunctionem non hanc pacem et victoriam ocius et facilius Nobis datum iri confidimus, si
modo inexpugnabile propugnaculum esse contra Ímpetus hostium arbitra- vota precesque constanter ad eam impetrandam fideles effuderint, Vos
mur; sed etiam faustum ac felix ornen quod meliora témpora Ecclesiae magnopere hortamur, Venerabiles Fratres, ut in hanc rem fidelium studia
spondet; ac dum eadem máximum solatium affert infirmitati Nostrae, etiam et fervorem excitetis, conciliatrice apud Deum adhibita Immaculata Cae-
animum opportune erigit, ut in arduo, quod suscepimus, muñere omnes lorum Regina, ac deprecatoribus interpositis Sancto Iosepho Patrono Eccle-
labores, omnia certamina pro Ecclesia Dei alacriter sustineamus. siae caelesti, sanctisque Apostolorum Principibus Petro et Paulo, quorum
omnium potenti patrocinio humilitatem Nostram, cunctos ecclesiasticae
Ab hisce porro spei et gratulationis causis, quas Vobis patefecimus, hierarchiae ordines ac dominicum gregem universum supplices commen-
seiungere non possumus eas significationes amoris et obsequii, quas in his damus.
Nostri Pontificatus exordiis Vos, Venerabiles Fratres, et una cum Vobis
exhibuere humilitati Nostrae ecclesiastici viri et fideles quamplurimi, qui Caeterum hos dies, quibus solemnem memoriam Iesu Christi resurgentis
litteris missis, largitionibus collatis, peregrinationibus etiam peractis, nec recolimus, Vobis, Venerabiles Fratres, et universo dominico gregi faustos,
non alus pietatis officiis, ostenderunt devotionem et caritatem illam, qua salutares ac sancto gaudio plenos esse exoptamus, adprecantes benignissimum
meritissimum Praedecessorem Nostrum prosecuti fuere, adeo firmam sta- Deum, ut Sanguine immaculati Agni, quo deletum est chirographum quod
bilem integramque manere, ut in persona tam imparis non tepescat heredis. adversus nos erat, culpae quas contraximus deleantur, et iudicium quod pro
Pro hisce splendidissimis catholícae pietatis testímoniis humiliter confitemur illis ferimus clementer relaxetur.
Domino quia bonus et benignus est, ac Vobis, Venerabiles Fratres, cunctis- Gratia Domini Nostri Iesu Christi et chantas Dei et communicatio sancti
que Dilectis Filiis, a quibus ea accepimus,' gratissimos animi Nostri sensus Spiritus sit cum ómnibus vobis, Venerabiles Fratres; quibus singulis universis,
ex intimo corde publice profitemur, plenam foventes fiduciam nunquam 14
2 Cor. 13.13.
58 LEUS XIII

queridos hijos del clero y del pueblo de vuestras iglesias, como


prenda de nuestra especial benevolencia y como presagio de la pro- QUOD APOSTOLICI MVNERIS
tección celeste, Nos concedemos de todo corazón la bendición
apostólica. * El socialismo
Dado en Roma, junto a San Pedro, en el solemne día de Pascua,
21 de abril de 1878, año primero de nuestro pontificado.
nec non et Dilectis Filiis clero et'fidelibus Ecclesiarum Vestrarum in pignus
praecipuae benevolentiae et in auspicium caelestis praesidii Apostolicam
benedictionem amantissime impertimus.
Datum Romae apud S. Petrum, die sollemni Paschae, XXI Aprilis,
anno MDCCCLXXVIII, Pontificatus Nostri anno primo.
Esta encíclica—segunda del pontificado de León XIII—está dedi-
cada a la refutación y condenación de los principios fundamentales
del socialismo. Constituye una prolongación de la enseñanza iniciada
ya por Pío IX—véase, por ejemplo, el Syllabus—sobre el error radical
del socialismo y sus funestos efectos ideológicos, sociales y políticos.
La palabra socialismo presenta en este documento un contenido
amplio. La revolución social, que en Rusia recibía el nombre de nihilis-
mo y en los restantes países de Europa y América la denominación de
socialismo internacional, abarcaba entonces un conjunto algo hetero-
géneo de posiciones doctrinales unificadas por el doble denominador
común de una acción políticosocial conjunta y unos principios generales
admitidos como base previa. Estos principios, condenados en la encíclica
Quod apostolici, son: negación de Dios y de la Iglesia, supresión de
toda autoridad, igualdad absoluta de todos los hombres en la esfera
jurídica y en el plano político, disolubilidad del vinculo matrimonial
y consiguiente disolución de la familia, abolición del derecho de pro-
piedad, acción política demagógica sostenida por una propaganda re-
volucionaria.
Para situar con exactitud el carácter del documento conviene adver-
tir que en éste la atención de León XIII queda concentrada sobre los
postulados básicos del materialismo dialéctico marxista y sus repercu-
siones sobre el Estado, la familia y el derecho de propiedad. La
consideración específica del problema económicosocial provocado por la
doble acción simultánea del liberalismo y del socialismo queda diferida
durante dos lustros hasta la aparición de la Rerum Novarum. Por este
motivo hay que emparentar la encíclica presente con la de Pío XI
Divini Redemptoris (1937), sobre el comunismo. La prolongación de la
Rerum Novarum (1891) se halla a su vez en la Quadragesimo
anno, de Pío XI (1931). Se puede afirmar, por tanto, el primordial
carácter político de la encíclica Quod apostolici muneris.

BIBLIOGRAFÍA
J. SCHMIDLIN, Papstgeschichte der neuesten Zeit t.2 p 368ss (Munich 1936).
J. TONNEAU, Socialisme: DTC t.14 col.2273-2326 (París 1939).—J. HUSSLEIN, S. I.,
Social Wellsprings t.2 p.339-374 (Milwaukee 1940).—G. CASTELLA, Histoire des
Papes t.3 p.268 (Zurich 1946).—E. GILSON, The Church speakes to the modern
world. The social teachings of Leo XIII p. 188ss (New-York 1954).—MONS. A. HE-
RRERA ORIA, La palabra de Cristo t.8 p.763.—O. SCHILLING, Die Staats- und
Soziallehre des Papstes Leo Xr/7p.ll4ss (Koln 1925).
60 LEONT X I I I QTTOn U'OSTOI.ICI MTINERTS (¡1

[i ]. D e s d e el principio * d e n u e s t r o pontificado, d e acuerdo


SUMARIO
con las exigencias de n u e s t r o ministerio apostólico, N o s n o h e m o s
I. Se han agravado los males señalados en la encíclica Inscrutabili Dev dejado de señalar, venerables h e r m a n o s , en la encíclica q u e os
Este empeoramiento es debido a la doctrina del socialismo y a la h e m o s dirigido 2 , el cáncer m o r t a l q u e está invadiendo las articula-
acción, pública ya, de los socialistas. ciones m á s íntimas de la sociedad h u m a n a , poniéndola en peligro
II. El socialismo niega toda obediencia. Predica la igualdad absoluta. d e m u e r t e . H e m o s indicado al m i s m o t i e m p o los remedios m á s efi-
Viola la unión del matrimonio. Ataca de raíz el derecho de propiedad. caces p a r a recobrar la salud social y p a r a escapar de los gravísimos
Atenta contra la vida de los gobernantes. peligros q u e a m e n a z a n a la sociedad. P e r o los males q u e entonces
El origen del socialismo arranca de la Reforma y su fuente más deplorábamos, h a n crecido en p o c o t i e m p o d e tal manera, q u e nos
inmediata es el racionalismo. Es éste el que ha provocado el laicismo
total del Estado, el materialismo creciente en la vida y la licencia vemos obligados a dirigiros otra vez la palabra, c o m o si resonase en
ideológica y práctica. Clima propicio para la irrupción tempestuosa nuestros oídos la palabra del profeta: Clama a voz en cuello sin cesar;
del socialismo. alza tu voz como trompeta 3 . Sin dificultad alguna c o m p r e n d é i s , ve-
III. La Iglesia ha condenado los principios del socialismo. Pío IX lo ha nerables h e r m a n o s , q u e nos referimos a esos h o m b r e s sectarios q u e
hecho objeto de una especial condenación. Pero los gobiernos han con diversos y casi b á r b a r o s n o m b r e s se d e n o m i n a n socialistas,
desoído las advertencias de los Papas, olvidando que la doctrina de comunistas y nihilistas. Esparcidos por toda la tierra, y coligados
la Iglesia es la garantía más segura de la paz social. e s t r e c h a m e n t e entre sí con u n a inicua asociación, n o b u s c a n ya su
Entre los principios socialistas y la doctrina católica existe una defensa en las tinieblas de las reuniones ocultas, sino q u e confiados
incompatibilidad absoluta. Con relación al Estado, la doctrina ca- y a cara descubierta salen a la luz pública y se e m p e ñ a n p o r ejecutar
tólica enseña que la igualdad esencial de todos los hombres no excluye el plan, hace t i e m p o concebido, de derribar los fundamentos d e la
las desigualdades sociales y jurídicas queridas por Dios. La obediencia
al gobernante es un deber de conciencia, porque toda autoridad legí- sociedad civil. Son éstos, sin d u d a , los q u e , según el testimonio
tima procede de Dios. Por otra parte, el poder del gobernante está d e la Sagrada Escritura, manchan su carne, menosprecian la auto-
limitado por la ley divina y por la ley natural; de aquí nace la graví- ridad y blasfeman de las dignidades4.
sima responsabilidad de las autoridades políticas. Es ilícita, por tanto, .-"•i

toda rebelión contra el poder legítimamente constituido. Sólo es legí- [I. D O C T R I N A , O R I G E N Y FRUTOS D E L SOCIALISMO]
tima la desobediencia cuando el gobernante manda algo contrario a
la ley natural o a la ley divina. N a d a hay s a b i a m e n t e establecido p o r las leyes h u m a n a s y divi-
Con respecto a la familia, la doctrina católica enseña que la familia nas p a r a la seguridad y decoro de la vida q u e q u e d e íntegro o
es el principio de todo Estado, y que el origen de la familia, el matri-
monio, es sagrado e indisoluble. La autoridad paterna y dominical
deriva de Dios y tiene en Dios su norma ejemplar obligatoria. La con- [ D e socialistarum sectis]
solidación de la familia repercute benéficamente sobre el Estado.
Quod Apostolici muneris ratio a Nobis postulabat, iam inde a Pontifica-
En lo tocante al derecho de propiedad, la doctrina católica enseña tus Nostri principio, Litteris encyclicis ad Vos datis, Venerabiles Fratres,
que éste es conforme al derecho natural y que el respeto a la propiedad indicare haud praetermisimus lethiferam pestem, quae per artus Íntimos
es un deber moral. Sin embargo, la Iglesia no descuida la defensa de humanae societatis serpit, eamque in extremum discrimen adducit: simul
los pobres. Los asiste positivamente e impone a los ricos la obligación etiam remedia efficacissima demonstravimus, quibus ad salutem revocari,
grave de dar lo superfluo a los pobres. La doctrina de la Iglesia sobre et gravissima, quae impendent, pericula possit evadere. Sed ea, quae tune
el derecho de propiedad y los deberes del propietario evita por igual deploravimus, mala usque adeo brevi increverunt, ut rursus ad Vos verba
dos extremos, la esclavitud y la revolución. convertere cogamur, Propheta velut auribus nostris insonante: Clama, ne
IV. El Estado no puede vivir seguro si permite los ataques contra la Iglesia. cesses, exalta quasi tuba vocera tuam. Nullo autem negotio intelligitis, Vene-
La Iglesia debe gozar de entera libertad para poder ejercer su benéfica rabiles Fratres, Nos de illa hominum secta loqui, qui diversis ac pene bar-
influencia aun en el orden temporal. La doctrina católica es el remedio baris nominibus Socialistae, Communistae, vel Nihilistae appellantur, quique
de los males que causa el socialismo. Hay que atender especialmente a per universum orbem diffusi, et iniquo Ínter se foedere arctissime colligati,
los obreros. Oración a Dios. non amplius ab oceultorum conventuum tenebris praesidium quaerunt, sed
palam fidenterque in lucem prodeuntes, quod iampridem inierunt, consi-
lium cuiuslibet civilis societatis fundamenta convellendi perficere adnitun-
tur. Ii nimirum sunt, qui, prout divina testantur eloquia, carnem quidem
maculant, dominationern spernunt, maiestatem autem blasphemant. Nihil,
1
L E Ó N XIII, carta encíclica a todos nuestros venerables hermanos, patriarcas, p r i m a -
dos, arzobispos y obispos del m u n d o católico e n gracia y comunión con la Sede Apostólica,
sobre los errores m o d e r n o s : ASS n (1878-1879) 369-376; A L 1,170-183.
2
Cf. la encíclica Inscrutaíili Dei.
3 Is. 58,1. • Iud. 5,8.
62 I.KÓN XIII QUOD AI'OSTOI.ICl MTINERIS 63

intacto en sus m a n o s . N i e g a n la obediencia a los s u p r e m o s p o d e - que, difundidas desde hace m u c h o t i e m p o e n t r e los pueblos como
res, a los cuales, según el aviso del Apóstol 5 , d e b e estar sujeto t o d o viciosa semilla, h a n d a d o a su d e b i d o t i e m p o frutos t a n pernicio-
h o m b r e , ya q u e aquéllos reciben de Dios el derecho de m a n d a r . sos. Sabéis m u y bien, venerables h e r m a n o s , q u e la cruda guerra
Predican la igualdad absoluta de todos los h o m b r e s en los d e r e - iniciada desde el siglo X V I contra la fe católica p o r los innovadores,
chos y en las obligaciones. D e s h o n r a n la u n i ó n natural del h o m b r e y q u e ha ido con el t i e m p o a u m e n t a n d o extraordinariamente hasta
y d e la mujer, q u e a u n las naciones bárbaras respetan; y debilitan n u e s t r o s días, t e n d í a a abrir la p u e r t a a las invenciones, o m á s b i e n
e incluso entregan a los caprichos de la liviandad el vínculo m a t r i - delirios, d e la sola razón, d e s e c h a n d o t o d a revelación y t o d o el
monial, f u n d a m e n t o p r i m a r i o de la sociedad doméstica. Seducidos, i o r d e n sobrenatural 7 . Este error, q u e t o m a injustamente su n o m b r e
finalmente, por la codicia d e los bienes presentes, que es la raíz d e la razón, al halagar y excitar el deseo, natural en el h o m b r e ,
de todos los males y p o r la que, al dejar/se llevar de ella, muchos se de sobresalir y al soltar las riendas a t o d a clase de pasiones desor-
extraviaron en la fe6, atacan el d e r e c h o de p r o p i e d a d sancionado d e n a d a s , se h a e x t e n d i d o espontáneamente, n o sólo en el espíritu
p o r la ley n a t u r a l ; y con u n m o n s t r u o s o atentado, a p a r e n t a n d o de m u c h o s h o m b r e s , sino t a m b i é n en la m i s m a sociedad civil.
atender a las necesidades de todos los h o m b r e s , y p r e t e x t a n d o sa- P o r esto, con u n a nueva impiedad, desconocida p a r a los m i s m o s
tisfacer los deseos de éstos, se esfuerzan p o r arrebatar, para con- gentiles, h e m o s visto a los Estados constituirse sin t e n e r en cuenta
vertirlo en p r o p i e d a d c o m ú n , t o d o lo q u e se adquiere a título d e para n a d a a Dios y el o r d e n p o r El establecido. Se ha repetido q u e
legítima herencia, o p o r el trabajo intelectual o m a n u a l , o con el la a u t o r i d a d pública n o deriva d e D i o s su p r i m e r origen n i s u m a -
a h o r r o personal. E n sus reuniones manifiestan p ú b l i c a m e n t e estas jestad ni su fuerza imperativa, sino de la m u l t i t u d popular, la cual,
m o n s t r u o s a s opiniones, las exponen en sus folletos y las esparcen j u z g á n d o s e libre de t o d a sanción divina, sólo se somete a las leyes
entre el público p o r m e d i o d e n u m e r o s o s diarios. D e este m o d o la q u e ella m i s m a se da a su antojo.—Combatidas y rechazadas,
venerable majestad y el p o d e r de los reyes h a n llegado a ser objeto c o m o contrarias a la razón, las verdades sobrenaturales d e la fe,
de u n odio tan g r a n d e p o r p a r t e de la plebe revolucionaria, q u e el m i s m o A u t o r de la redención del g é n e r o h u m a n o se ve necesa-
estos sacrilegos traidores, impacientes d e t o d o freno, e n breve r i a m e n t e d e s t e r r a d o poco a poco de las universidades, d e los insti-
t i e m p o h a n dirigido m á s d e u n a vez sus armas con i m p í o atrevi- tutos, d e los colegios y d e t o d o el á m b i t o p ú b l i c o d e la vida h u m a n a .
m i e n t o contra los m i s m o s príncipes. Olvidados, finalmente, los p r e m i o s y castigos de la vida futura,
el ansia ardiente d e felicidad q u e d a circunscrito d e n t r o d e los
[ 2 ] . Esta audaz perfidia, q u e amenaza con ruinas cada vez t é r m i n o s de la vida p r e s e n t e . — N o es d e extrañar q u e con la difu-
m á s graves al Estado, y q u e provoca en todos los espíritus i n q u i e -
t u d y congoja, tiene su causa y origen en las venenosas doctrinas
cellit, causam et originem ab iis venenatis doctrinis repetit, quae superio-
quod humanis divinisque legibus ad vitae incolumitatem et decus sapienter ribus temporibus tamquam vitiosa semina medios ínter populos diffusae,
decretum est. intactum veljntegrum relinquunt. Sublimioribus potestatibus, tam pestíferos suo tempore fructus dederunt. Probé enim nostis, Venera-
quibus. Apostólo monente, omnem animam decet esse subiectam, quaeque biles Fratres, infensissimum bellum, quod in catholicam fidem inde a saeculo
a Deo ius imperandi mutuantur, obedientiam detrectant, et perfectam om- décimo sexto a Novatoribus commotum est, et quam máxime in dies hucus-
níum hominum in iuribus et officiis praedicant aequalitatem.—Naturalem que invaluit, eo tendere ut, omni revelatione submota et quolibet superna-
viri ac mulieris unionem, gentibus vel barbaris sacram, dehonestant; eiusque turali ordine subverso, solius rationis inventis. seu potius deliramentis,
vinculum, quo domestica societas principaliter continetur, infirmant aut aditus pateret. Eiusmodi error, qui perperam a ratione sibi nomen usurpat,
etiam libidini permittunt.—Praesentium tándem bonorum illecti cupidi- cum excellendi appetentiam naturaliter homini insertam pelliciat et acuat,
tate, quae radix est omnium malorum, et quam quídam, appetentes erraverunt omnisque generis cupiditatibus laxet habenas, sponte sua non modo pluri-
a fide, ius proprietatis naturali lege sancitum impugnant; et per immane fací- morum hominum mentes, sed civilem etiam societatem latissime pervasit.
ñus, cum omnium hominum necessitatibus consulere et desideriis satisface- Hinc nova quadam impietate ipsis vel ethnicis inaudita, respublicae con-
re videantur, quidquid aüt legitimae hereditatis titulo, aut ingenii manuum- stitutae sunt, nulla Dei et ordinis ab eo praestituti habita ratione: publicam
que labore, aut victus parsimonia adquisitum est, rapere et commune habere auctoritatem nec principium, nec maiestatem, nec vim imperandi a Deo
contendunt. Atque haec quidem opinionum portenta in eorum conventibus sumere dictitatum est, sed potius a populi multitudine; quae ab omni divina
publicant, libellis persuadent, ephemeridum nube in vulgus spargunt. Ex sanctione solutam se aestimans, iis solummodo legibus subesse passa est,
quo verenda Regum maiestas et imperium tantam seditiosae plebis subiit quas ipsa ad libitum tulisset.—Supernaturalibus fidei veritatibus, tamquam
invidiam, ut nefarii proditores, omnis freni impatientes, non semel, brevi rationi inimicis, impugnatis et reiectis, ipse humani generis Auctor ac Re-
temporis intervallo, in ipsos regnorum Principes, impio ansu, arma con- demptor a studiorum Universitatibus, Lyceis et Gymnasiis, atque ab omni
verterint. publica humanae vitae consuetudine sensim et paulatim exulare cogitur.—
Futurae tándem aeternaeque vitae praemiis ac poenis oblivioni traditis,
Haec autem perfidorum hominum audacia, quae civili consortio gravio- felicitatis ardens desiderium intra praesentis temporis spatium definitum
res in dies ruinas minitatur, et omnium ánimos sollicita trepidatione per-
7
5 Sobre el influjo concurrente de) racionalismo, el sensismo y el utilitarismo social en la
Cf. Rom. 13,1-7. génesis del sistema socialista véase DTC s.v. Socialisme t.14 col.2281-2387 (París 1939).
6
1 Tim. 6,10.
(¡4. LEÓN XIII QIX'I) M'IISK.ILICI MUN1ÍR1S 05

sión universal de estas doctrinas y con la general licencia q u e de Estados, los papas Pío V i l y L e ó n XII anatematizaron las socie-
éstas ha derivado en el o r d e n de las ideas y e n el o r d e n de la acción, d a d e s secretas y avisaron de n u e v o al Estado, en la m e d i d a de sus
los h o m b r e s d e la clase baja, hastiados de la pobreza d e su casa posibilidades, del peligro q u e le amenazaba. T o d o s , p o r último,
o de su taller, ansien lanzarse contra los palacios y el p a t r i m o n i o c o n o c e n perfectamente las gravísimas palabras y la firme constan-
d e los m á s ricos. N o d e b e maravillarnos, p o r t a n t o , q u e n o exista cia de á n i m o con q u e n u e s t r o glorioso predecesor Pío IX, de feliz
ya t r a n q u i l i d a d alguna ñ r m e en la vida pública o en la vida privada m e m o r i a , h a combatido, t a n t o en sus alocuciones c o m o en sus
y q u e el g é n e r o h u m a n o haya llegado casi a su extrema ruina. encíclicas enviadas a los obispos de t o d o el m u n d o , c o n t r a los
inicuos i n t e n t o s de las sectas y particularmente contra la peste del
,socialismo, q u e del seno d e las sectas iba surgiendo.
[II. L A IGLESIA H A CONDENADO E L SOCIALISMO]
[ 4 ] . P e r o lo lamentable es q u e quienes tienen la obligación
[3 ] . L o s Pastores s u p r e m o s d e la Iglesia, cuya misión con- d e velar p o r el b i e n c o m ú n , seducidos p o r las astutas m a n i o b r a s
siste e n salvaguardar la grey del Señor contra las asechanzas del ene- d e los impíos y atemorizados p o r sus amenazas, hayan m i r a d o
migo, se h a n consagrado desde el p r i m e r m o m e n t o a conjurar el s i e m p r e a la Iglesia con á n i m o suspicaz e incluso hostil. N o h a n
peligro y a vigilar p o r la seguridad d e los fieles. P o r q u e t a n pronto c o m p r e n d i d o q u e los esfuerzos d e las sectas h a b r í a n sido inútiles
como c o m e n z a r o n a formarse las sociedades secretas, en cuyo seno si la doctrina de la Iglesia católica y la a u t o r i d a d d e los R o m a n o s
se fomentaban ya entonces las semillas de los errores q u e h e m o s Pontífices hubiesen sido consideradas siempre con el d e b i d o h o n o r ,
mencionado, los R o m a n o s Pontífices C l e m e n t e X I I y Benedic- t a n t o p o r p a r t e d e los príncipes como p o r p a r t e d e los pueblos.
t o X I V n o dejaron d e desenmascarar los impíos proyectos de estas P o r q u e la Iglesia de Dios vivo, q u e es columna y fundamento de la
sectas y d e advertir a los fieles de t o d o el m u n d o el mal q u e t a n verdad 8 , enseña las doctrinas y los preceptos q u e garantizan la
ocultamente se preparaba. Pero d e s p u é s q u e los q u e se gloriaban salvación y la tranquilidad de la sociedad y d e t i e n e n r a d i c a l m e n t e
con el n o m b r e de filósofos atribuyeron al h o m b r e u n a desenfre- la funesta p r o p a g a n d a del socialismo 9.
n a d a libertad, y se e m p e z ó a f o r m a r y sancionar u n derecho, lla-
m a d o p o r ellos nuevo, contrario a la ley natural y divina, el papa [III. DOCTRINA CATÓLICA]
Pío VI, de feliz m e m o r i a , d e m o s t r ó al p u n t o en públicos docu-
m e n t o s la naturaleza perversa y la falsedad de estas d o c t r i n a s ; [El Estado]
a n u n c i a n d o al m i s m o t i e m p o , con previsión apostólica, las ruinas
[ 5 ] . P o r q u e si bien los socialistas, a b u s a n d o del m i s m o E v a n -
a que el pueblo, miserablemente engañado, era arrastrado.—Sin
gelio, a fin d e engañar m á s fácilmente a los incautos, tienen la cos-
e m b a r g o , c o m o no se a d o p t a r o n m e d i o s eficaces p a r a i m p e d i r que
estos d o g m a s t a n d e p r a v a d o s p e n e t r a r a n cada vez m á s en los p u e - rum scita evaderent, Pius PP. VII et Leo PP. XII occultas sectas anathe-
blos y se convirtieran e n axiomas del gobierno público d e los mate damnarunt, atque iterum de periculo, quod ab illis impendebat, socie-
tatem admonuerunt.—Ómnibus denique manifestum est quibus gravissi-
est.—Hisce doctrinis longe lateque disseminatis, hac tanta cogitandi agendi- mis verbis et quanta animi firmitate ac constantia gíoriosus Decessor Noster
que licentia ubique parta, mirum non est quod infimae sortis nomines, pau- Pius IX, f. m., sive allocutionibus habitis, sive Litteris encyclicis ad totius
perculae domus vel officinae pertaesi, in aedes et fortunas ditiorum invo- orbis Episcopos datis, tum contra iniqua sectarum conanima, tum nomina -
íare discupiant; mirum non est quod nulla iam publicae privataeque vitae tim contra iam ex ipsis erumpentem Socialismi pestem dmiicaverit.
tranquillitas consistat, et ad extremam perniciem humanum genus iam Dolendum autem est eos, quibus communis boni cura demándala est,
pene devenerit. impiorum hominum fraudibus circumventos et minis perterritos in Eccle-
siam semper suspicioso vel etiam iniquo animo fuisse, non intelligentes sec-
Supremi autem Ecclesiae Pastores, quibus Dominici gregis ab hostium tarum conatus in irritum cessuros, si catholicae Ecclesiae doctrina Roma-
insidiis tutandi munus incumbit, mature periculum avertere et fidelium norumque Pontificum auctoritas, et penes Principes et penes popuios, de-
saluti consulere studuerunt. U t enim primum conflari coeperurrt clandesti- bito semper in honore mansisset. Ecdesia namque Dei viví, quae columna est
nae societates, quarum sinu errorum, quos memoravimus, semina iam tum et firmarnentum veritatis, eas doctrinas et praecepta tradit, quibus societatis
fovebantur, Romani Pontífices Clemens XII et Benedictas XIV impia sec- incolumitati et quieti apprime prospicitur, et nefasta Socialismi propago
tarum consilia detegere et de pemicie, quae latenter instrueretur, totius radicitus evellitur.
orbis fideles admonere non praetermiserunt. Postquam vero ab iis, qui phi-
losophorum nomine gloriabantur, effrenis quaedam libertas homini attri- Quamquam enimvero Socialistae ipso Evangelio abutentes, ad male
buta est, et ius novum, ut aiunt, contra naturalem divinamque Legena con- cautos facilius decipiendos, illud ad suam sententiam detorquere consue-
fingi et sanciri coeptum est, fel. mem. Pius Papa VI statim iniquam earum 8
doctrinarum indolem et falsitatem publicis documentis ostendit; simulque 1 Tim. 3,15-
9
' En la carta Quanlunque Le sícmy, de 15 de junio de 1887, dirigida ai cardenal Rampol-
Apostólica providentia ruinas praedixit, a d quas plebs misere dccepta rape- la, secretario de Estado (ASS 20 [1887] 4-27). reitera León XIII la tesis de la necesiaad de
retur.—Sed cum nihilominus nulla efficaci ratione cautum fuerit, ne prava volver a los verdaderos principios del orden social y político custodiados por la Iglesia. Es
earum dogmata magis in dies populis persuaderentur, nevé in publica regno- mposible la salud social sin la intervención de la Iglesia.
1

Dí'ftr- pontif- 2 " • 3


QVOn U'OSTOt.tt't MUM'RIS 67
m I.KOX' XIII

l u m b r e de desnaturalizarlo para conformarlo a sus doctrinas, sin sobre sí la condenación. Este precepto m a n d a t a m b i é n que los s u b -
e m b a r g o existe u n a diferencia t a n grande entre su perversa d o g m á - d i t o s se sometan necesariamente, no sólo por temor del castigo, sino
tica y la purísima doctrina de Jesucristo, q u e n o la hay ni p u e d e por conciencia, y q u e p a g u e m o s a todos lo q u e es d e b i d o : a quien
h a b e r mayor. P o r q u e ¿qué consorcio hay entre la justicia y la ini- tributo, tributo; a quien aduana, aduana; a quien temor, temor; a
quidad? ¿Qué comunidad entre la luz y las tinieblas? 10 L o s socia- quien honor, honor 13 . P o r q u e el Creador y G o b e r n a d o r d e todas
listas n o cesan de repetir, c o m o ya hemos dicho, q u e todos los h o m - las cosas las ha dispuesto con su providente sabiduría de tal m a -
b r e s son p o r naturaleza iguales, y p o r esto p r e t e n d e n q u e ni se d e b e nera; q u e las cosas ínfimas alcancen sus fines respectivos a través
u n respeto reverente a la autoridad ni obediencia a las leyes, salvo d e las intermedias, y las intermedias a través de las superiores.
a las q u e el p u e b l o haya p r o m u l g a d o a su arbitrio.—Por el contra- P u e s así como en el m i s m o reino d e los cielos ha establecido la di-
rio, s e g ú n las enseñanzas evangélicas, la igualdad d e los h o m b r e s versidad d e los coros angélicos y la subordinación d e u n o s a otros,
consiste en que, t e n i e n d o todos la misma naturaleza, están llamados y así c o m o en la Iglesia ha instituido variedad de grados jerárquicos
t o d o s a la m i s m a e m i n e n t e dignidad de hijos de D i o s ; y además y diversidad d e ministerios, para q u e n o todos fuesen apóstoles,
en q u e , estando establecida p a r a todos u n a m i s m a fe, todos y cada ni todos doctores, ni todos pastores 1 4 , así t a m b i é n ha d e t e r m i n a d o
u n o d e b e n ser juzgados según la m i s m a ley para conseguir, confor- q u e en la sociedad civil haya distinción d e órdenes diversos en dig-
m e a sus merecimientos, el castigo o la recompensa. Sin e m b a r g o , nidad, e n derechos y en poder, para q u e el Estado, como la Iglesia,
existe u n a desigualdad de d e r e c h o y d e autoridad, q u e deriva del f o r m e u n solo cuerpo, c o m p u e s t o d e gran n ú m e r o d e m i e m b r o s ,
m i s m o A u t o r d e la naturaleza, de quien procede toda familia en los u n o s m á s altos q u e otros, p e r o t o d o s necesarios entre sí y solícitos
cielos y en la tierra n . E n c u a n t o a los gobernantes y a los goberna- del bien c o m ú n .
dos, sus almas, según la doctrina y los preceptos católicos, están [ 7 ] . P e r o a fin de q u e los regidores de los pueblos usen del
m u t u a m e n t e ligadas p o r derechos y obligaciones, d e tal manera p o d e r q u e les ha sido conferido para edificación y n o para des-
q u e p o r u n a p a r t e la m o d e r a c i ó n se i m p o n e a la pasión del p o d e r trucción, la Iglesia d e C r i s t o amonesta o p o r t u n a m e n t e t a m b i é n a
y p o r otra parte la obediencia resulta fácil, firme y nobilísima 12 . los príncipes con la severidad del juicio s u p r e m o que les amenaza.
[ 6 ] . P o r esto, la Iglesia inculca constantemente a los pueblos T o m a n d o las palabras de la divina Sabiduría, grita a todos los go-
el p r e c e p t o del A p ó s t o l : No hay autoridad sino por Dios, y las que b e r n a n t e s en n o m b r e d e D i o s : Aplicad el oído los que imperáis
hay por Dios han sido ordenadas, de suerte que quien resiste a la auto- sobre las muchedumbres y los que os engreís sobre la multitud de las
ridad, resiste a la disposición de Dios, y les que la resisten se atraen naciones. Porque el poder os fué dado por el Señor y la soberanía
por el Altísimo, que examinará vuestras obras y escudriñará vuestros
verint, tamen tanta est ínter eorum prava dogmata et purissimam Christi pensamientos... Terrible y repentina vendrá sobre vosotros, porque de
doctrinam dissensio, ut nulla maior existat: Quae enim participatio iustitiae
cum iniquitate? aut quae societas lucis ad tenebras? Ii profecto dictitare non
desinunt, ut innuimus, homines esse ínter se natura aequales, ideoque con- solum propler iraní, sed etiam propter conscientiam; et ómnibus debita reddere,
tendunt nec maiestati honorem ac reverentiam, nec legibus, nisi forte ab cui tributum tributum, cui vectigal vectigal, cui timorem timorem, cui honorem ho-
ipsis ad placitum sancitis, obedientiam deberi.—Contra vero, ex Evangelicis norem. Siquidem qui creavit et gubernat omnia, provida sua sapientia dispo-
documentis, ea est hominum aequalitas, ut omnes eamdem naturam sortiti, suit, ut ínfima per media, media per summa ad suos quaeque fines perveniant.
ad eamdem filiorum Dei celsissimam dignitatem vocentur, simulque ut uno Sicut igitur in ipso regno caelesti Angelorum choros voluit esse distinctos,
eodemque fine ómnibus praestituto, singuli secundum eamdem legem iudi- aliosque aliis subiectos; sicut etiam in Ecclesia varios instituit ordinum gra-
candi sint, poenas aut mercedem pro mérito c'onsecuturi. Inaequalitas tamen dus, officiorumque diversitatem, ut non omnes essent Apostoli, non omnes
iuris et potestatis ab ipso naturae Auctore dimanat, ex quo omnis paternitas Doctores, non omnes Pastores; ita etiam constituit in civili societate plures
in caelis et in térra nominatur. Principum autem et subditorum animi mutuis esse ordines, dignitate, iuribus, potestate diversos; quo scilicet civitas,
officiis et iuribus, secundum catholicam doctrinam ac praecepta, ita devin- quemadmodum Ecclesia, unum esset corpus, multa membra complectens,
ciuntur. ut et imperandi temperetur libido, et obedientiae ratio facilis, fir- alia aliis nobiliora, sed cuneta sibi invicem necessaria etde communi bono
ma et nobilissima efficiatur. sollicita.
At vero ut populorum rectores potestate sibi concessa in aedificationem
Sane Ecclesia subiectae multitudini Apostolicum praeceptum iugiter
et non in destructionem utantur, Ecclesia Christi opprtunissime monet
inculcat: Non est potestas nisi a Deo; quae autem sunt, a Deo ordinatae sunt.
etiam Princípibus supremi iudicis severitatem irnminere;et divinae Sapien-
¡taque qui resistit potestati, Dei ordinationi resistit: qui autem resistunt, ipsi
tiae verba usurpans, Dei nomine ómnibus inclamat: Pruébete aures vos qui
sibi damnationem acquirunt. Atque iterum necessitate subditos esse iubet non
continetis multitudines et placetis vobis in turbis nationum; quoniam data est
•0 2 Cor. 6,14. a Domino potestas vobis et virtus ab Altissimo, qui intengabit opera vestra
11
12
Eph. 3,15- , et cogitationes scrutabitur... Quoniam iudicium durissimum his qui praesunt
La tesis de ía igualdad natural de todos tos hombres—origen, naturaleza y fin últi-
mo—, matizada por ciertas desigualdades sociales legítimas, está tratada con mayor exten- 13
sión en la encíclica Graves de communi de León XIII y en la carta de San Pió X al episcopado , Rom. 13,5-7. .
francés sobre Le Siífojí, '*' 1 Cor. 12,29.
68 l.HON XIII QUOIl WOSTOI.ICl MUNKKIS o»
los que mandan se ha de hacer severo juicio... Que el Señor de todos socialismo esta sociedad q u e d a casi e n t e r a m e n t e destruida, ya que,
no teme de nadie, ni respetará la grandeza de ninguno; porque él p e r d i d a la firmeza q u e le comunica el m a t r i m o n i o religioso, se
ha hecho al pequeño y al grande, e igualmente cuida de todos. Pero relaja necesariamente en ella la potestad del p a d r e "sobre los hijos
a los poderosos amenaza poderosa inquisición 1 5 .—Y, si alguna vez y los deberes de los hijos para con sus padres. L a Iglesia, por el
sucede q u e los gobernantes ejercen el p o d e r con abusos y extrali- contrario, enseña q u e el matrimonio, que debe ser tenido en honor
mitaciones, la doctrina católica n o p e r m i t e insurrecciones arbitra- por todos 17, instituido y declarado inseparable p o r el, m i s m o Dios
rias contra ellos, para evitar el peligro de q u e la tranquilidad del en el principio del m u n d o para propagar y conservar la especie
o r d e n sufra u n a p e r t u r b a c i ó n mayor y la sociedad reciba p o r esto h u m a n a , fué consolidado y santificado p o r Cristo, q u i e n le confirió
u n d a ñ o m á s g r a n d e . Y, si el exceso del gobernante llega al p u n t o la d i g n i d a d d e s a c r a m e n t o y q u i s o q u e fuese símbolo d e su unión
de n o vislumbrarse otra esperanza de salvación, enseña q u e el con la Iglesia. P o r lo cual, conforme a la advertencia del A p ó s -
r e m e d i o se h a de buscar con los méritos de la paciencia cristiana tol ! 8 , como Cristo es Cabeza de la Iglesia, asi el marido es cabeza
y con las fervientes oraciones a Dios,—Sin embargo, c u a n d o las de la mujer; y asi como la Iglesia está sometida a Cristo, q u i e n la
disposiciones arbitrarias del p o d e r legislativo o del p o d e r ejecutivo abraza con casto y p e r p e t u o amor, así t a m b i é n es necesario que
p r o m u l g a n u o r d e n a n algo contrario a la ley divina o a la ley na- las mujeres estén sometidas en todo a sus maridos, y q u e éstos a su
tural, la dignidad del cristianismo, las obligaciones de la profesión vez las a m e n con u n afecto fiel y p e r s e v e r a n t e . — D e la m i s m a manera
cristiana y el m a n d a t o del Apóstol enseñan q u e hay q u e obedecer la Iglesia regula el ejercicio d e la potestad p a t e r n a y dominical,
a Dios antes q u e a los h o m b r e s 16. de forma q u e sirva para m a n t e n e r a los hijos y a los criados en su
deber, sin incurrir, p o r otra parte, en excesos. Porque, según la
[La familia ] doctrina católica, la autoridad d e los p a d r e s y d e los a m o s deriva
de la a u t o r i d a d del P a d r e y del Señor celestial. La autoridad de
[ 8 ] . Esta benéfica influencia d e la Iglesia, q u e se deja sentir aquéllos, p o r t a n t o , t o m a de Dios n o sólo su origen y su eficacia,
en el m a n t e n i m i e n t o del o r d e n y en la conservación del Estado, sino t a m b i é n y necesariamente su naturaleza y carácter. P o r esto
es e x p e r i m e n t a d a necesariamente t a m b i é n p o r la m i s m a sociedad el A p ó s t o l exhorta a los hijos a obedecer a sus padres en el Señor
doméstica, q u e es el principio de toda sociedad y d e t o d o E s t a d o . y a h o n r a r a su p a d r e y a su m a d r e , q u e es el primer mandamiento
Sabéis, venerables h e r m a n o s , q u e la recta ordenación de esta socie- seguido de promesa19. Y m a n d a a los p a d r e s : y vosotros, padres,
d a d , p o r imposición del d e r e c h o natural, se apoya fundamental- no exasperéis a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina y en la
m e n t e en la u n i ó n indisoluble del h o m b r e y de la mujer y se com- enseñanza del Señor20. E l p r e c e p t o q u e el mismo A p o s t e l a d a a
p l e m e n t a con las obligaciones y los derechos m u t u o s entre padres
e hijos, amos y criados. Sabéis t a m b i é n q u e con los principios del vi; siquidem firmitate amissa, quae ex religioso coniugio in ipsam relundi-
tur, necesse est ipsam patris in prolem potestatem, et prolis ergá genitores
fiet... Non enim suhtrahet personan), cuiusquam Deus nec verebitur magnitudi- officia máxime relaxari. Contra vero honorabile in ómnibus connubium, quod
nem cuiusquam; quoniam pusillum et magnum ipse fecit, et aequaliter cura est in ipso mundi exordio ad humanam speciem propagandam et conservandam
Mi de ómnibus. Fortioribus autem fortior instat cruciatio. Si tamen quandoque Deus ipse instituit et inseparabile decrevit, firmius etiam et sanctius Ecclesia
cofttingat temeré et ultra modum publicam a Principibus potestatem exer- docet evasisse per Christum, qui Sacramenti ei contulit dignitatem, et suae
ceri, catholicae Ecclesiae doctrina in eos insurgere proprio marte non sinit, cum Ecclesia unionis formam voluit referre. Quapropter, Apostólo monen-
ne ordinis tranquillitas magis magisque turbetur, nevé societas maius exinde té, sicut Christus caput est Ecclesiae, ita vir caput est mulieris; et quemad-
detrimentum capiat. Cumque res eo devenerit, ut milla alia spes salutis modum Ecclesia subiecta est Christo, qui eam castissimo perpetuoque
affulgeat, docet christianae patientiae meritis, et instantibus ad Deum amore complectitur, ita et mulieres viris suis decet esse subiectas, ab ipsis
precibus remedium esse maturandum.—Quod si legislatorum ac princi- vicissim fideli constantique affectu diligendas.—Similiter patriae atque
pum placita aliquid sanciverint aut iusserint, quod divinae aut naturali herilis potestatis ita Ecclesia rationem moderatur, ut ad filios ac fámulos in
legi repugnet, christiani nominis dignitas et officium atque Apostólica sen- officio continendos valeat, nec tamen praeter modum excrescat. Secundum
tentia suadent obediendum esse magis Deo quam hominibus. namque catholica documenta, in parentes et dóminos caelestis Patris ac
Domini dimanat auctoritas; quae idcirco ab ipso non solum originem ac
Salutarem porro Ecclesiae virtutem, quae in civilis societatis ordinatis- vim sumit, Tsed etiam naturam et indolem necesse est mutuetur. Hinc libe-
simum régimen et conservationem redundat, ipsa etiam domestica societas, ros Apostoíus hortatur obedire parentibus suis in Domino, et honorare pa-
quae omnis civitatis et regni principium est, necessario sentit et experitur. trem suum et matrem suam, quod est mandatum primum in promissione. Pa-
Ñostis enim, Venerabiles Fratres, rectam huius societatis rationem, secún'- rentibus autem mandat: Et vos, patres, nolite ad iracundam provocare filios
dum naturalis iuris necessitatem, in indissolubili viri ac mulieris unipne vestros, sed edúcate tilos in disciplina et correptione Domini. Rursus autem
primo inniti, et mutuis parentes inter et filios, dóminos ac servos officiis
iuribusque compleri. Nostis etiam per Socialismi placita eam pene dissol- 17
Hebr. 13,4.
1 ? 18 E p h . 5,23.
Sap. 6,2-4,6-9. ™ E p h . 6,1-2,
1<¡ Cf. Act. 5,29. 2» E p h . 6,5-7.
70 I.I'ON Mil QUOD APOSTOUCI MUNKKIS VI

los siervos y a los amos es el de q u e los siervos obedezcan a sus h u r t o h a n sido c o n d e n a d o s p o r Dios, autor y custodio de todo
amos según la carne como a Cristo, sirviéndole* con buena voluntad derecho, de .tal forma q u e n o es lícito ni siquiera desear los bienes
como quien sirve al Señor; los amos, por su parle, q u e dejen las a m e - ajenos, y q u e los ladrones, como los adúlteros y los idólatras, están
nazas, considerando que el Señor de todos csld en ¡os cielos, y que no excluidos del reino d e los cielos 2 2 . L a Iglesia, sin e m b a r g o , n o des-
hay en Dios acepción de personas 2K Si todos aquellos a quienes toca cuida la defensa de los p o b r e s . C o m o piadosa m a d r e , n o deja de
guardasen cuidadosamente estos mándalos divinos, conforme a la proveer a las necesidades de éstos. Por el contrario, abrazándolos
disposición de la divina voluntad, cada familia sería u n a imagen en su seno con m a t e r n o afecto y teniendo en cuenta q u e represen-
de la casa celestial, y los grandes beneficios q u e de ello se segui- tan la persona de Cristo, el cual recibe como hechos a Sí m i s m o
rían n o q u e d a r í a n encerrados dentro del recinto doméstico, sino los bienes concedidos al m á s p e q u e ñ o de los pobres, los h o n r a
q u e se extenderían con abundancia hasta los mismos Estados. g r a n d e m e n t e y los alivia d e todos los m o d o s posibles. Se preocupa
solícitamente p o r levantar en todas partes casas y hospicios, en q u e
[El derecho de propiedad ] son recogidos, alimentados y cuidados, y cuida de colocar estos
establecimientos bajo su protección. A d e m á s , i m p o n e a los ricos
[ a ] . L a sabiduría católica, apoyada en los preceptos de la el estricto deber d e d a r lo superfluo a los p o b r e s y les recuerda
ley divina y de la ley natural, provee también con singular p r u - q u e d e b e n t e m e r el juicio divino, q u e los condenará a los supli-
dencia a la t r a n q u i l i d a d pública y doméstica con los principios q u e cios eternos si n o alivian las necesidades de los indigentes. Por
m a n t i e n e y enseña respecto al derecho de propiedad y a la distri- último, eleva y consuela el espíritu d e los pobres, proponiéndoles
b u c i ó n de los bienes adquiridos para las necesidades y la utilidad el ejemplo d e Jesucristo, quien, siendo rico, se hizo pobre por amor
de la vida. P o r q u e los socialistas presentan el derecho de propie- nuestro23, y recordándoles las palabras con las q u e el Señor les
dad como p u r a invención h u m a n a , contraria a la igualdad natural declaró bienaventurados, prometiéndoles la eterna felicidad. ¿Quién
de los h o m b r e s . Proclaman, además, la c o m u n i d a d de bienes y n o ve en esta doctrina el m e d i o mejor p a r a arreglar el antiguo con-
declaran q u e n o p u e d e tolerarse con paciencia la pobreza, y q u e es flicto entre p o b r e s y ricos? L a experiencia de la historia y d e la vida
lícito violar i m p u n e m e n t e el derecho de propiedad de los ricos. diaria d e m u e s t r a q u e , si se desconoce o posterga esta doctrina, se
L a Iglesia, en cambio, reconoce, con mayor sabiduría y utilidad, llega forzosamente a u n o de estos dos e x t r e m o s : o la mayor parte
la desigualdad e n t r e los h o m b r e s , distintos por las fuerzas natu- del género h u m a n o q u e d a reducida a la vil condición de siervo,
rales del c u e r p o y del espíritu, desigualdad existente t a m b i é n en la como sucedió a n t i g u a m e n t e entre las naciones paganas, o la socie-
posesión d e los bienes. M a n d a , además, q u e el derecho de propie-
d a d nacido de la m i s m a naturaleza sea m a n t e n i d o intacto e invio-
lado en m a n o s d e q u i e n lo posee. Sabe la Iglesia q u e el r o b o y el profectum, intactum cuilibet et inviolatum esse iubet: novit enim furtum
ac rapinam a Deo, omnis iuris auctore ac vindice, ita fuisse prohibita, ut
servís ac dominis per eumdem Apostolum divinum praeceptum propo- aliena vel concupiscere non liceat, furesque et raptores, non secus ac adulte-
nitur, ut ijli quidem obediant dominis carnalibus sicut Christo..., cum boma ri et idolatrae, a caelesti regno excludantur.—Nec tamen ideirco paupe-
volúntate servientes sicut Domino: isti autem remittanl minas, scientes quia rum curam negligit, aut ipsorum necessitatibus consulere pia mater praeter-
omnium Dominus est in caelis, et personarum acceptio non est apud Deum. mittit: quin immo materno illos complectens affectu, et probé noscens eos
Quae quidem omnia si secundum divinae voluntatis placitum diligenter a gerere ipsius Christi personara, qui sibi praestitum beneficium putat, quod
singulis, ad quos pertinet, servarentur, quaelibet proferto familia caelestis vel in mínimum pauperem a quopiam fuerit collatum, magno illos habet
domus imaginem quamdam praeseferret, et praeclara exinde beneficia in honore: omni qua potest ope sublevat; domos atque hospitia iis exci-
parta, non intra domésticos tantum parietes sese continerent, sed in ipsas piendis, alendis et curandis ubique terrarum curat erigenda, eaque in suam
respublicas uberrime dimanarent. recipit tutelam:»t3ravissimo divites urget praecepto, ut quod superest pau-
peribus tribuant; eosque divino terret iudicio, quo, nisi egenorum inopiae
suecurrant, aeternis sint suppliciis mutetandi. Tándem pauperum ánimos
Publicae autem ac domesticae tranquillitati catholica sapientia, natura-
máxime recreat ac solatur, sive exemplum Christi obiiciens, qui cum esset
lis divinaeque legis praeceptis suffulta, consultissime providit etiam per ea,
dives propter nos egenus faclus est, sive eiusdem verba recolens, quibus pau-
quae sentit ac docet de iure dominii et partitione bonorum quae ad vitae
peres beatos edixit et aeternae beatitudinis praemia sperare iussit.—Quis
necessitatem et utilitatem sunt comparata. Cum enim Socialistae ius pro-
autem non videat optimam hanc esse vetustissimi Ínter pauperes et divites
prietatis, tamquam humanum inventum, naturali hominum aequalitati
dissidii componendi rationem? Sicut enim ipsa rerum factorumque eviden-
repugnaos traducant, et communionem bonorum affectantes, pauperiem
tia demonstrat, ea ratione reiecta aut posthabita, alterutrum contingat n e -
haud aequo animo esse perferendam, et ditiorum possessiones ac iura im-
cesse est, ut vel máxima humani generis pars in turpissimam mancipiorum
pune violari posse arbitrentur; Ecclesia multo satius et utilius inaequali-
conditionem relabatur, quae diu penes ethnicos obtinuit; aut humana so-
tatem ínter homines, corporis ingeniique viribus naturaliter diversos, etiam
in bonis possidendis agnoscit, et ius proprietatis ac dominii, ab ipsa natura 22
Cf. 1 Cor. s.9-10.
23
" K r h . 6,4. 2 Cor. 8-9.
72 I.EON X I I I
QIIOI) Al'OSIOI.U'I MUNKKIS 73
d a d h u m a n a se ve sacudida con continuas revoluciones y devorada
24
p o r el r o b o y la rapiña, c o m o h e m o s p o d i d o comprobarlo desgra- almas . P r o c u r a d q u e t o d o s desde la m á s tierna infancia se acos-
ciadamente en estos últimos t i e m p o s . t u m b r e n a a m a r a Dios con filial ternura, reverenciando su autori-
d a d ; a mostrarse deferentes con la autoridad de los príncipes y d e
[IV. LA DOCTRINA CATÓLICA, REMEDIO FRENTE AL SOCIALISMO]
las leyes; a abstenerse d e t o d a concupiscencia y a guardar y d e -
fender el o r d e n establecido p o r Dios t a n t o en la sociedad civil
[ 1 0 ] . P o r lo cual, venerables hermanos, N o s , a q u i e n actual- c o m o en la sociedad doméstica. E s necesario, además, q u e pongáis
m e n t e está confiado el gobierno de toda la Iglesia, desde el principio s u m o cuidado en q u e los hijos de la Iglesia católica n o se inscriban
de n u e s t r o pontificado h e m o s señalado a los pueblos y a los gober- en esta secta t a n detestable ni la favorezcan en m o d o alguno. Por
nantes, combatidos p o r u n a recia tempestad, el p u e r t o en q u e el contrario, con la nobleza de su actuación y con la integridad de
p u e d e n encontrar u n refugio seguro. P o r eso, en este m o m e n t o de su vida d e m u e s t r e n los católicos la gran p r o s p e r i d a d y felicidad q u e
s u p r e m o peligro, N o s les dirigimos de nuevo nuestra voz apostó- disfrutaría la sociedad si en todos sus m i e m b r o s resplandecieran
lica, y en n o m b r e de su propia salvación y de la del E s t a d o les pe- las obras de la virtud. P o r último, como los seguidores del socialis-
dimos con la mayor insistencia q u e acojan y escuchen c o m o M a e s t r a m o se recluían principalmente entre los artesanos y los obreros,
a la Iglesia, t a n b e n e m é r i t a de la prosperidad política de los p u e - que, cansados tal vez d e las condiciones d e su trabajo, se dejan
blos, y se convenzan de q u e la religión y el E s t a d o se hallan t a n arrastrar fácilmente p o r la esperanza d e las riquezas y p o r la p r o -
e s t r e c h a m e n t e unidos q u e las pérdidas sufridas p o r la religión mesa de los bienes ajenos, nos parece o p o r t u n o fomentar, las asocia-
son pérdidas t a m b i é n de la majestad del p o d e r civil y de las obli- ciones d e artesanos y de obreros, q u e , colocadas bajo la tutela de
gaciones d e los subditos. C o m p r e n d i e n d o , finalmente, q u e la Igle- la religión, a c o s t u m b r e n a sus m i e m b r o s a contentarse con su
sia de C r i s t o posee p a r a combatir la plaga del socialismo medios suerte, a soportar con paciencia el trabajo y a llevar en t o d o m o -
m á s eficaces q u e t o d a s las legislaciones h u m a n a s , q u e todas las m e n t o una vida apacible y tranquila 2 5 .
prohibiciones de los magistrados y q u e todas las armas militares,
devuelvan a la Iglesia su entera libertad para q u e ésta p u e d a d e s - [12]. Q u e Dios, a q u i e n d e b e m o s referir el principio y el
plegar con eficacia su benéfico influjo en favor de la sociedad h u - fin de t o d o bien, secunde, venerables h e r m a n o s , nuestras empresas
mana. y las vuestras. P o r lo d e m á s , la m i s m a solemnidad de estos días,
en los q u e se celebra el N a c i m i e n t o del Señor, nos m u e v e a esperar
[ i i ] . Vosotros, venerables hermanos, q u e conocéis bien el
origen y naturaleza de los males q u e amenazan a la h u m a n i d a d , eiusque numen vereri; Principum legumque maiestati obsequium praestare;
consagrad todas vuestras fuerzas y t o d o vuestro ardor para q u e a cupiditatibus temperare, et ordinem quem Deus sive in civili sive in do-
la doctrina católica p e n e t r e y arraigue profundamente en todas las mestica societate constituit, diligenter custódire. Insuper adlaboretis opor-
tet ut Ecclesiae catholicae filii ñeque nomen daré, ñeque abominatae sectae
favere ulla ratione audeant: quin imo, per egregia facinora et honestam in
cietas continuis sit agitanda motibus, rapinis ac latrociniis funestanda, prout ómnibus agendi ratio/>¿m ostendant, quam bene feliciterque humana con-
recentibus etiam temporibus contigisse dolemus. sisteret societas, si singula membra recte factis et virtutibus praefulgerent.—
Quae cum ita sint, Venerabiles Fratres, Nos, quibus modo totius Ec- Tándem cum Socialismi sectatores ex hominum genere potissimum quaeran-
clesiae régimen incumbit, sicut a Pontificatus exordiis populis ac Prin- tur, qui artes exercent vel operas locant, quique laborum forte pertaesi
cipibus dirá tempestate iactis portum commonstravimus, quo se tutissime divitiarum spe ac bonorum promissione facillime alliciuntur, opportunum
recipirent; ita nunc extremo, quod instat, periculo commoti Apostolicam videtur artificum atque opificum societates fovere, quae sub religionis tu-
vocem ad eos rursus attollimus; eosque per propriam ipsorum ac reipublicae tela constitutae omnes socios sua sorte contentos operumque patíentes effi-
salutem iterum iterumque precamur, obtestantes, ut Ecclesiam, de publica ciant, et ad quietam ac tranquillam vitam agendam inducant.
regnorum prosperitate tam egregie meritam, magistram recipiant et au- Nostris autem Vestrisque coeptis, Venerabiles Fratres, Ule aspiret, cui
diant; planeque sentiant, rationes regni et religionis ita esse coniunctas, ut omnis boni principium et exitum acceptum referre Cogimur.—Ceterum in
quantum de hac detrahitur, tantum de subditorum officio et de imperii spem praesentissimi auxilii ipsa Nos hoium dierum erigit ratio, quibus
maiestate decedat. Et cum ad Socialismi pestem avertendam tantam Eccle- Domini Natalis dies anniversaria celebritate recolitur. Quam enim Chris-
siae Christi virtutem noverint inesse, quanta nec humanis legibus inest, nec
24
magistratuum cohibitionibus, nec militum armis, ipsam Ecclesiam in eam E n su respuesta a la felicitación del cardenal decano del Sacro Colegio—2 d e marzo
de 1898—, León XIII subrayaba de nuevo como causa básica de los males morales y sociales
tándem conditionem libertatemque restituant, qua saluberrimam vim suam de la época moderna el debilitamiento del espíritu religioso: ASS 30 (1897-1898) 541-545.
in totius humanae societatis commodum possit exercere. 25 Estas líneas constituyen u n como preludio de la Rerum Novarum. Y son además el
eco d e la actividad desplegada por el catolicismo en el campo de la acción estrictamente so-
Vos autem, Venerabiles Fratres, qui ingruentium malorum originem et cial. «Desde la primera mitad del siglo XIX habían florecido asociaciones de carácter econó-
indolem perspectam habetis, in id toto animi nisu ac contentione incumbite, mico-político-social entre los católicos de muchos paises d e E u r o p a : la Plus Verein de Ale-
ut catholica doctrina in omnium ánimos inseratur atque alte descendat. Sa- mania, sobre todo, dio el impulso y fué el modelo de otras organizaciones m u y semejantes,
como L'Union Catholique belga, la Ligue Catholique francesa, la Catholk Union inglesa, la
agite ut vel a teneris annis omnes assuescant Deum filiali amore complecti, Asociación de los Católicos en España y la Umone Cattolica (1870) en Italia» (I. GIORDANI, Le
enciclice sociali p.38, R o m a 1956).
74 I.KON X I I I

u n p r o n t o socorro y nos ordena esperar aquella saludable restau-


ración q u e Cristo al nacer trajo a u n m u n d o envejecido y c o n d u - ARCANUM ü I VI NAE
c i d o casi al extremo de todos los males. Y nos p r o m e t e t a m b i é n
aquella paz, q u e entonces, p o r m e d i o de los ángeles, hizo anunciar El m a t r i m o n i o c r i s t i a n o
a los h o m b r e s , pues no se ha acortado la mano salvadora de Dios,
ni se ha hecho su oído duro para oír 2 6 . P o r tanto, en estos días de fe-
lices auspicios, deseándoos a vosotros, venerables h e r m a n o s , y a
los fieles de vuestras iglesias toda clase de a b u n d a n t e s y propicios
bienes, rogamos con instancia al D a d o r de todos ellos q u e de nuevo
aparezca a los hombres la bondad y el amor de Dios nuestro Salva-
dor27, para q u e , liberándonos del p o d e r de n u e s t r o implacable
enemigo, nos levante a la nobilísima dignidad de hijos suyos. Y para
q u e con mayor rapidez y p l e n i t u d consigamos nuestro deseo, ele-
vad t a m b i é n vosotros, venerables h e r m a n o s , con N o s fervorosas
preces al Señor, e i n t e r p o n e d para con E l el patrocinio de la Bien- La sana moral familiar es un elemento esencial de toda"recta civi-
lización, y la integridad del matrimonio es la condición indispensable
a v e n t u r a d a Virgen María, inmaculada desde su concepción; de
de esa moral familiar. Así se expresaba León XIII en su encíclica
su Esposo, San José, y de los bienaventurados apóstoles P e d r o y
programática Inscrutabili D e i . El matrimonio, sin embargo, padece
Pablo, en cuya intercesión N o s p o n e m o s la mayor confianza.
modernamente el ataque conjunto del liberalismo naturalista y del
E n t r e t a n t o , como augurio de la divina gracia, con t o d o el afecto
socialismo revolucionario. Pío IX había señalado la acción disolvente
del corazón, a vosotros, venerables hermanos, a vuestro clero y a del liberalismo sobre la familia en la Q u a n t a cura y en el Syllabus.
t o d o el p u e b l o fiel concedemos en el Señor la bendición apostólica. León XIII, por su parte, denunció en la Q u o d apostolici m u n e r i s
D a d o en Roma, j u n t o a San Pedro, el 28 de diciembre de 1878, el insistente interés del socialismo por destruir el matrimonio, como
año p r i m e r o de n u e s t r o pontificado. paso previo para llegar a la destrucción total de la sociedad moderna.
tus nascens senescenti iam mundo et in malorum extrema pene dilapso En estas encícliias el matrimonio era un simple capítulo dentro de
novam intulit salutem, eam nos quoque sperare iubet; pacemque, quam tune la enumeración temática de una serie de males. En la A r c a n u m di-
per Angelos hominibus nuntiavit, nobis etiam se daturum promisit. Ñeque vinae, en. cambio, el matrimonio se convierte en el tema central de un
enim abbreviata est manus Domini ut salvare nequeat, ñeque aggravata est amplio desarrollo concentrado. La trayectoria del documento es recti-
auris eius ut non exaudiat. His igitur auspicatissimis diebus Vobis, Venera- línea: exposición de la doctrina católica sobre el matrimonio, refutación
biles Fratres, et fidelibus Ecclesiarum Vestrarum fausta omnia ac laeta omi- del matrimonio civil, critica y condenación del divorcio.
nantes, bonorum omnium Datorem enixe precamur, ut rursum hominibus
appareat benignitas et humanitas Salvatoris nostri Dei, qui nos ab infensissimi León XIII establece con toda claridad el origen divino del matri-
hostis potestate ereptos in nobilissimam filiorum transtulit dignitatem.— monio, su noción genuina y las tres propiedades esenciales de ésta:
Atque ut citius ac plenius voti compotes simus, férvidas ad Deum preces santidad, unidad e indisolubilidad. El m a t r i m o n i o civil que se tiene a
et ipsi Nobiscum adhibete, Venerabiles Fratres, et Beatáe Virginis Mariae la vista en esta encíclica es el que niega la competencia de la Iglesia
ab origine Immaculatae, eiusque Sponsi Iosephi ac beatorum Apostolorum sobre el vínculo matrimonial. Frente a la concepción jurídica liberal,
Petri et Pauli, quorum suffragiis máxime confidimus, patrocinium inter- cargada de autocracia estatal, León XIII subraya el carácter esencial-
ponite.—Interim autem divinorum munerum áuspicem Apostolicam Bene- mente sagrado del matrimonio. Y ante la distinción regalista entre
dictionem, intimo cordis affectu, Vobis, Venerabiles Fratres, Vestroque contrato y sacramento, León XIII repite la tesis reiterada de la inse-
Clero ac fidelibus populis universis in Domino impertimur.
parabilidad radical entre contrato y sacramento. La noción del matri-
Datum Romae apud S. Petrum, die XXVIII decembris MDCCCLXXVIII monio civil es, por tanto, lo mismo en la concepción regalista que en
Pontificatus Nostri anno primo. la ideología liberal, una noción falsa y contradictoria.
26
27
Is. 59,1. Con respecto al divorcio, la palabra de León XIII adquiere un
Tit. 3,4. relieve profético: el divorcio deforma la esencia del matrimonio y es
una fuente de males para el individuo, la familia y el Estado. No
tiene, por tanto, ni justificación teórica ni viabilidad práctica. Frente
a las equivocadas tendencias del momento en pro del divorcio, la voz
de este nuevo Néstor de la humanidad avisó a los pueblos de los males
que se seguirían necesariamente de semejante política legislativa: pensar
que el matrimonio es un asunto meramente privado y que el orden social
78 LC-ÓN X U 1
AKl V N I ' M IMVIN u 77

y político es compatible con el desorden y la disolución de la familia reconocieron en el matrimonio algo sagrado. Además, el matrimonio
es un espejismo tan falso como peligroso. cristiano es sacramento y la jurisdicción sacramental es exclusiva cic-
Destacan así del conjunto de esta encíclica cuatro afirmaciones bá- la Iglesia. La historia enseña que la Iglesia ha ejercido siempre esta
sicas: el carácter esencialmente sagrado del matrimonio, la competencia jurisdicción en la materia matrimonial y nunca la ha renunciado a
exclusiva de la Iglesia sobre el vínculo matrimonial y la incompetencia favor del poder civil.
radical del Estado en este aspecto, la jurisdicción del Estado sobre La distinción regalista entre contrato y sacramento carece de base
los efectos de orden meramente temporal del matrimonio y el principio real. En el matrimonio cristiano el contrato es inseparable del sacra-
general de que las instituciones naturales sólo pueden producir un influjo mento. Además, el matrimonio cristiano es una imagen de las místicas
social benéfico cuando las legislaciones positivas respetan la estructura bodas de Cristo con la Iglesia.
y la dinámica dada por Dios a esas instituciones. V. Como todas las instituciones naturales y divinas, el matrimonio debe
ser conservado en su estado primero; de lo contrario, se convierte
El estudio de este documento debe completarse con el análisis de en una fuente de males. Porque el matrimonio tal como ha sido esta-
la encíclica Constanti H u n g a r o r u m , de n de septiembre de 1893, blecido por Dios es una fuente perenne de beneficios para el indivi-
dirigida por León XIII al episcopado húngaro (ASS 26 [1893-1894] duo, para la familia y para la sociedad. Sin embargo, hoy día el matri-
129-136); la carta II divisamento, de 8 de febrero de 1893, escrita monio está perdiendo sus tres propiedades esenciales: la santidad
al episcopado véneto (ASS 23 [1892-1893] 439-474), y la encíclica la unidad y la perpetuidad. La degeneración del matrimonio causada
Cisiamo, de 1 de junio de 1879, enviada al episcopado de Turin, por el divorcio implica la disolución de la familia, y a través de ésta
,
Vercelli y Genova (Leonis X I I I P . M . E p . Encyclicae et Constitu- la ruina del Estado. ** *
tiones f.i p.243, Milán 1889). El documento que prolonga y actua- El divorcio no detiene la inmoralidad. La historia confirma este
liza la doctrina expuesta por León XIII en la A r c a n u m divinae es aserto. Por el contrario, el divorcio es causa de innumerables males.
Es el enemigo número uno de la familia y del Estado. Una vez tole-
' la encíclica de Pío XI Casti connubii, sobre el matrimonio cristiano.
rado, el divorcio no reconoce límites. Testimonios de la historia
antigua y moderna. Por tanto, la Iglesia, al salvaguardar la indisolubi-
BIBLIOGRAFÍA lidad del vínculo matrimonial frente al divorcio, ha prestado y presta
un gran servicio al Estado. El Pontificado romano se ha opuesto a
OTTO SCHILLING, Die Staats-und Soziallehre des Papstes Leo XIII p.l7ss.— las pretensiones de divorcio de ciertos reyes, y es por esta causa bene-
MOURRET, Histoire genérale de VEglise t.9 p.360 (París).—G. CASTELLA, His- mérito de la civilización.
toire des Papes t.3 p.284 (Zurich 1945).—I. GIORDANI, Le eneicliee sociali
p.41 (Roma 1956). VI. La Iglesia no niega el derecho del Estado a regular positivamente los
aspectos o los efectos del matrimonio que pertenecen a la esfera del
orden puramente temporal. La eficaz cooperación que en orden a la
SUMARIO verdad se logra entre la fe y la razón debería obtenerse analógica-
I. La encarnación del Verbo ha traído consigo la restauración del hom- mente también entre la Iglesia y el Estado en las materias mixtas.
bre en el orden sobrenatural. Sin embargo, los efectos de esta res- La unión acertada de los dos poderes es extraordinariamente eficaz
tauración han trascendido también al orden natural. Por esto la fami- para alejar los peligros que actualmente amenazan a la Iglesia y al
Estado.
lia y el Estado han recibido grandes beneficios como consecuencia
de la elevación de la naturaleza humana. VIL Exhortación al episcopado para mantener la pureza de la doctrina,
II. El objeto de esta encíclica es la familia, cuyo origen es el matrimonio. especialmente en lo tocante al matrimonio cristiano. El matrimonio
civil es una mera formalidad externa; no es un verdadero matrimonio.
III. Dios ha instituido personalmente el matrimonio y las propiedades El matrimonio rato y consumado es indisoluble. Sólo en casos extre-
esenciales de éste. Prcgresiva corrupción del matrimonio en el pueblo mos se permite la separación de cuerpos. El matrimonio tendría una
judío y en las naciones paganas. Jesucristo ha restaurado el matri- mayor estabilidad si fuese contraído por las debidas motivaciones
monio decaído. La tradición apostólica nos ha transmitido fielmente religiosas. Hay que evitar los matrimonios mixtos, por los muchos
estas enseñanzas sobre el origen, las propiedades y la perfección del peligros que éstos encierran. Las uniones ilegítimas deben ser regu-
matrimonio cristiano. larizadas. Invitación a la plegaria.
La regulación del matrimonio ha sido encomendada por Jesu-
cristo a la Iglesia. Esta ha conservado intacta la santidad del matri-
/ monio; ha establecido un mismo derecho matrimonial para todos; [1 ]. El secreto designio 1 de la sabiduría divina, que J e s u -
ha garantizado la libertad y los derechos de los que se casan. cristo, el Salvador de los h o m b r e s , había de realizar en la t i e r r a ,
IV. Hoy se intenta pervertir esta noción sagrada del matrimonio cris-
tiano, negando la soberanía de Dios y los derechos de la Iglesia D e m a t r i m o n i o christiano
sobre aquél y poniéndolo bajo la total y exclusiva jurisdicción del Arcanum divinae sapientiae consilium, quod Salvator hominum Iesus
Estado. Christus in terris erat perfecturus, eo spectavit, ut mundum, quasi vetustate
El matrimonio civil es una noción contradictoria y falsa, porque 1
L E Ó N XIII, carta encíclica a todos nuestros venerables hermanos, patriarcas, p r i m a -
el «sacramento» existe aun entre los mismos paganos, que siempre dos, arzobispos y obispos del m u n d o católico en paz y comunión con la Sede Apostólica,
sobre el matrimonio cristiano: ASS 12 [1870-1880] 57-94: A L 2,10-40.
78 LEÓN X I I I B
AUCANt'M DIVIN'AF. 79
t u v o p o r fin la restauración divina en Cristo y p o r Cristo de u n
m i e n t o en todas sus esferas de vida. Porque, una vez establecido
m u n d o envejecido y enfermo. Este propósito fué señalado p o r el
el o r d e n cristiano, todos y cada uno de los h o m b r e s aprendieron
apóstol Pablo con espléndida y sublime sentencia en su epístola
y se a c o s t u m b r a r o n a descansar en la p a t e r n a providencia d e Dios
a los Efesios: £7 misterio de su voluntad..., reunir en Cristo todas las
y- a alimentar la esperanza, q u e n o confunde, dé los celestiales
cosas, las de los cielos y las de la tierra 2. E n realidad, cuando Cristo
auxilios, cosas a m b a s q u e p e r m i t e n alcanzar la fortaleza, la m o d e -
n u e s t r o Señor determinó cumplir el m a n d a t o q u e le había d a d o el
ración, la constancia, la tranquilidad de espíritu y otras m u c h a s
Padre, comunicó i n m e d i a t a m e n t e a todas las cosas una nueva forma
v i r t u d e s excelentes y egregias acciones. Por lo q u e toca a la familia
y fisonomía, despojándolas de la antigua. P o r q u e sanó las heridas
y al Estado, es admirable el a u m e n t o q u e consiguieron e n su dig-
infligidas a la naturaleza h u m a n a p o r el pecado del p r i m e r padre
nidad, firmeza y p r o b i d a d . Se hizo m á s justa y sagrada la autoridad
de la h u m a n i d a d ; restituyó a todos los h o m b r e s , q u e eran p o r la
de los g o b e r n a n t e s ; m á s fácil y p r o n t a la obediencia d e los p u e b l o s ;
naturaleza hijos de ira, a la amistad d e D i o s ; transportó asía luz
m á s estrecha la u n i ó n de los ciudadanos; m á s seguro el derecho
de la verdad a los q u e estaban oprimidos p o r prolongados errores;
d e p r o p i e d a d . A todas las instituciones q u e son útiles en la sociedad
renovó todas las virtudes en los que se hallaban sumidos en la
civil ha favorecido y provisto la religión cristiana, d e tal m a n e r a
mayor i m p u r e z a ; y después de devolverlos así a la herencia de la
q u e , s e g ú n San A g u s t í n , n o h u b i e r a p o d i d o facilitar e n mayor
felicidad sempiterna, les dio la cierta esperanza de q u e su propio
g r a d o el bienestar y la felicidad d e la vida m o r t a l si estuviese des-
cuerpo, mortal y caduco, había de participar algún día de la i n m o r -
t i n a d a ú n i c a m e n t e a la obtención y a u m e n t o de los bienes y utili-
talidad y gloria del cielo. Y para q u e estos beneficios t a n singulares
d a d e s de esta vida mortal.
estuvieran al alcance de los h o m b r e s de todos los tiempos, consti-
t u y ó a la Iglesia c o m o vicaria de su misión y, p r o v e y e n d o para el [3 ]. Sin e m b a r g o , n o es n u e s t r o propósito enumerar ahora
futuro, le m a n d ó ordenar t o d o lo q u e estuviese p e r t u r b a d o y reedi- cada u n o d e estos b i e n e s ; q u e r e m o s h a b l a r solamente de la socie-
ficar t o d o lo q u e se hallase d e r r u i d o en la sociedad h u m a n a . dad doméstica, cuyo principio y f u n d a m e n t o es el matrimonio.
[ 2 ] . Y a u n q u e esta divina restauración de q u e h e m o s hablado,
se refirió principal y directamente a los h o m b r e s constituidos en [I. EL MATRIMONIO A LA LUZ DE LA R E V E L A C I Ó N ]
el orden sobrenatural de la gracia, sin embargo, sus preciosos y sa-
ludables efectos transcendieron también a m p l i a m e n t e al o r d e n na- [Origen divino del matrimonio]
tural, p o r lo cual, t a n t o los individuos en particular como toda
la sociedad h u m a n a en general, recibieron u n notable perfecciona- [ 4 ] . N a d i e ignora, venerables h e r m a n o s , el verdadero origen
del matrimonio.—-Porque a u n q u e los detractores de la fe cristiana
p r e t e n d a n desconocer la doctrina constante d e la Iglesia sobre este
senescentem, Ipse per se et in se divinitus instauraret. Quod splendida et
grandi sententia complexus est Paulus Apostólas, cum ad Ephesios ita p u n t o y p r o c u r e n desde m u y antiguo b o r r a r la tradición de t o d o s
scriberet: Sacramentara voluntatis suae... instaurare omnia in Christo, quae Etenim, christiano rerum ordine semel condito, hominibus singulis feliciter
in caelis et quae in térra sunt. Revera cum Christus Dominus mandatum contigit, ut ediscerent atque adsuescerent in paterna Dei providentia con-
faceré instituit quod dederat illi Pater, continuo novam quamdam formam quiescere, et spem alere, quae non confundir, caelestium auxiliorum; quibus
ac speciem rebus ómnibus impertiit, vetustate depulsa. Quae enim vulnera ex rebus fortitudo, moderatio, constantia, aequabilitas pacati animi, plures
piaculum primi parentis humanae naturae imposuerat, Ipse sanavit: nomines denique praeclarae virtutes et egregia facta consequuntur.—Societati vero
universos, natura filios irae, in gratiam cum Deo restituit: diuturnis fatiga- domesticae et civili mirum est quantum dignitatis, quantum firmitudinis
tos erroribus ad veritatis lumen traduxit; omni impuritate confectos ad et honestatis accesserit. Aequior et sanctior effecta principum auctoritas;
omnem virtutem innovavit; redonatisque hereditati beatitudinis sempiter- propensior et facilior populorum obtemperatio; arctior civhm coniunctio;
nae spem certam fecit, ipsum eorum Corpus, moríale et caducum, immorta- tutiora iura dominii. Omnino rebus ómnibus, quae in chítate habentur
litatis et gloriae caelestis particeps aliquando futurum. Quo vero tam sin- útiles, religio christiana consuluit et providit; ita quidem, ut, auctore S. A u -
gularia beneficia, quamdiu essent nomines, tamdiu in terris permanerent, gustino, plus ipsa afferre momenti ad bene beateque vivenduin non potuisse
Ecclesiam constituit vicariam muneris sui, eamque iussit, in futurum pro- videatur, si esset parandis vel augendis mortalis vitae comniodis et utilita-
spiciens, si quid esset in hominum societate perturbatum, ordinare; si quid tibus unice nata.
collapsum, restituere.
Verum de hoc genere toto non est Nobis propositum modo singula
Quamquam vero divina haec instauratio, quam diximus, praecipue et enumerare; volumus autem de convictu domestico eloqui, cuius est in ma-
directo nomines attigit in ordine gratiae supernaturali constituios, tamen trimonio principium et fundamentum.
pretiosi ac salutares eiusdem fructus in ordinem quoque naturalem largiter
permanarunt; quamobrem non mediocrem perfectionem in omnes partes Constat inter omnes, Venerabiles Fratres, quae vera sit matrimonii
acceperunt cum singuli homines, tum humani generis societas universa. origo.—Quamvis enim fidei christianae vituperatores perpetuam hac de r e
2 E p h . 1,9-10.
doctrinam Ecclesiae fugiant agnoscere, et memoriam omnium saeculorum
delere iamdiu contendant, vim tamen lucemque veritatis necextinguere n e c
I.
80 LEÓN XIIT ARCANÜM DIVINAE 81

los pueblos y de t o d o s los siglos, n o h a n p o d i d o , sin e m b a r g o , pueblos paganos, y a u n e n t r e los m i s m o s hebreos p a r e c i ó como
extinguir n i debilitar la luz poderosa d e la verdad. R e c o r d a m o s nublarse y oscurecerse.—Porque prevaleció en el p u e b l o h e b r e o la
cosas d e t o d o s sabidas y q u e n a d i e p o n e en d u d a : d e s p u é s q u e c o s t u m b r e general d e q u e a cada varón fuese lícito t e n e r m á s d e
D i o s e n el sexto día d e la creación formó al h o m b r e del polvo d e una m u j e r ; y después, c u a n d o M o i s é s les concedió b e n i g n a m e n t e ,
la tierra e infundió en su rostro el soplo d e la vida, quiso d a r l e u n a por la dureza de su corazón4, la facultad del r e p u d i o , se abrió la
compañera, la cual sacó del costado del m i s m o varón m i e n t r a s p u e r t a al divorcio.—En c u a n t o a la sociedad pagana, a p e n a s parece
éste dormía. C o n lo cual quiso el providentísimo D i o s q u e aquellos creíble hasta q u é p u n t o llegó la degeneración y la c o r r u p c i ó n del
d o s cónyuges fuesen el principio natural d e todos los h o m b r e s , m a t r i m o n i o al estar expuesto c o m o estaba a las corrientes d e los
del cual se siguieran la propagación y la conservación del g é n e r o errores d e cada p u e b l o y a las liviandades m á s torpes. T o d a s las
h u m a n o a través d e u n a i n i n t e r r u m p i d a cadena d e procreación. naciones, u n a s m á s y otras m e n o s , parecieron olvidar la n o c i ó n y
Esta u n i ó n del h o m b r e y la mujer, p a r a q u e respondiera mejor a el origen verdaderos del m a t r i m o n i o , y este olvido fué la causa d e
los sapientísimos propósitos d e D i o s , m o s t r ó ya d e s d e aquel t i e m - q u e con frecuencia se p r o m u l g a r a u n a legislación m a t r i m o n i a l q u e
p o dos propiedades nobilísimas, p r o f u n d a m e n t e impresas y g r a b a - parecía útil a la república, a u n q u e n o fuese conforme a la n a t u r a -
das, a saber, la u n i d a d y la perpetuidad. Y esto lo vemos declarado leza. U n ritual solemne inventado p o r el capricho de los legis-
y claramente confirmado e n el Evangelio p o r la divina a u t o r i d a d ladores hacía q u e las mujeres llevasen o el h o n e s t o n o m b r e d e espo-
d e Jesucristo, quien atestiguó a los j u d í o s y a los apóstoles q u e el sa o el n o m b r e vergonzoso d e c o n c u b i n a ; y a u n se llegó a establecer
m a t r i m o n i o , p o r su m i s m a institución, sólo p u e d e verificarse e n t r e q u e las autoridades políticas, e n bien del E s t a d o , d e t e r m i n a s e n le-
dos personas, o sea, e n t r e u n varón y u n a m u j e r ; q u e d e los dos g a l m e n t e quiénes p o d í a n y quiénes n o p o d í a n contraer m a t r i m o n i o
esposos viene a hacerse como u n a sola carne, y q u e el vínculo con una legislación t o t a l m e n t e contraria a la justicia y a la e q u i d a d .
conyugal está tan í n t i m a y estrechamente enlazado p o r disposición
A d e m á s , la poliginia, la poliandria y el divorcio fueron causa d e q u e
de D i o s , q u e nadie e n t r e los h o m b r e s p u e d e desatarlo o r o m p e r l o .
el vínculo matrimonial sufriese u n a relajación extraordinaria. H u b o
Se unirá [el h o m b r e ] a la mujer, y serán los dos una sola carne.
t a m b i é n u n a g r a n p e r t u r b a c i ó n e n los derechos y obligaciones m u -
De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que
t u o s d e los cónyuges, p o r q u e d e u n a p a r t e el m a r i d o adquiría el d o -
Dios unió, no lo separe, el hombre 3 .
m i n i o d e la mujer, y se apropiaba los bienes d e ésta m u c h a s veces
s i n causa j u s t a a l g u n a ; m i e n t r a s q u e , p o r otra p a r t e , al m a r i d o , e n -
[Decadencia del matrimonio] t r e g a d o l o c a m e n t e a u n a sensualidad i n d ó m i t a y desenfrenada, le
era i m p u n e m e n t e p e r m i t i d o «discurrir p o r lupanares, entre siervas,
• [SJ- P e r o esta n o c i ó n del m a t r i m o n i o , t a n excelente y s u b l i - c o m o si el p e c a d o dependiese de la dignidad y n o d e la voluntad» 5 .
me, e m p e z ó poco a p o c o a corromperse y desaparecer e n t r e los D e s b o r d a d o el libertinaje del marido, n a d a había m á s desgraciado
debilitare potuerunt. Nota ómnibus et nemini dubia commemoramus: pos-
teaquam sexto creationis die formavit Deus hominem de limo terrae, et rum genus quasi obnubilan atque obscurari visa.—Nam apud hos de uxori-
inspiravit in faciera eius spiraculum vitae, sociam illi voluit adiungere, quam bus susceperat consuetudo communis, ut singulis viris habere plus una
de latere viri ípsius dormientis mirabiliter eduxit. Qua in re hoc voluit liceret; post autem, cum ad duritiam coráis eorum indulgenter permisisset
providentissimus Deus, ut illud par coniugum esset cunctorum hominum Víoyses repudiorum potestatem, ad divortium factus est aditus.—In socie-
naturale principium, ex quo scilicet propagan humanum genus, et, numquam tate vero ethnicorum vix credibile videatur, quantam corruptelam et demu-
intermissis procreationibus, conservan in omne tempus oporteret. Atque tationem nuptiae contraxerint, quíppe quae obiectae fluctibus essent errorum
illa viri et mulieris coniunctio, quo sapientissimis Dei consiliis responderet uniuscuiusque populi et cupiditatum turpissimarum, Cunctae plus minus
aptius, vel ex eo tempore duas potissimum, easque in primis nobiles, quasi gentes dediscere notíonem germanamque originem matrimonii visae sunt;
alte impressas et insculptas prae se tulit proprietates, nimirum unitatem eamque ob causam de coniugiis passim ferebantur leges, quae esse e re-
et perpetuitatem.—Idque declaratum aperteque confirmatum ex Evangelio publica viderentur, non quas natura postularet. Sollemnes litus, arbitrio
perspicimus divina Iesu Christi auctoritate; qui Iudaeis et Apostolis testatus legumlatorum inventi, efficiebant ut honestum uxoris, aut turpe concubinae
est, matrimonium ex ipsa institutione sui dumtaxat Ínter dúos esse deberé, nomen mulleres nanciscerentur; quin eo ventum erat, ut auctoritate prin-
scilicet virum Ínter et mulierem; ex duobus unam veluti carnem fieri; et cipum reipublícae caveretur, quibus esset permissum inire nuptias, et quibus
nuptiale vinculum sic esse Dei volúntate intime vehementerque nexum, non esset, multum legibus contra aequitatem contendentibus, multum p r o
ut a quopiam Ínter homines dissolvi, aut distrahi nequeat. Adhaerebit (homo) iniuria. Praeterea polygamia, polyandria, divortium causae fuerunt, quam
uxori suae, et erunt dúo in carne una. Itaque iam non sunt dúo, sed una caro. obrem nuptiale vinculum magnopere relaxaretur. Summa quoque in mutuis
Quod ergo Deus coniunxit, homo non separet. coniugum iuribus et officiis perturbatio extitit, cum vir dominium uxoris
acquireret, eamque suas sibi res habere, milla saepe iusta causa, iuberet;
Vérum haec coniugii forma, tam excellens atque praestans, sensim sibi vero ad effrenatam et indomitam libidinem praecipiti impune liceret
corrumpi et interire apud ethnicos populos coepit; et penes ipsum Hebraeó-
" M t . 19,8.
3 5
Mt. i9,s-6. SAN JERÓNIMO, Epist, 77, 3 ; P L 22,691.
82 LEÓN XIII ARCANUM DrVIN.VE 83
q u e la esposa, s u m i d a en u n a degradación tan grande, q u e era ciones mosaicas, revistiéndose de la autoridad de legislador supre-
considerada c o m o u n m e r o i n s t r u m e n t o adquirido para satisfacer mo, estableció lo siguiente acerca del m a t r i m o n i o : Y yo digo que
la pasión o p a r a e n g e n d r a r la prole. N i se consideró vergonzosa la quien repudia a su mujer (salvo caso de adulterio) y se casa con otra,
c o m p r a v e n t a de las esposas, como si fuesen cosas c o r p o r a l e s 6 , comete adidterio; y el que se casare con la que otro repudió, comete
d á n d o s e a veces al p a d r e y al m a r i d o la facultad de castigar con la adulterio 9.
última p e n a a la esposa. L a familia nacida de estos matrimonios [7]. Pero las leyes dadas acerca del m a t r i m o n i o p o r la auto-
había d e estar necesariamente o sojuzgada p o r el E s t a d o o conver- ridad de Dios fueron transmitidas de u n m o d o m á s c o m p l e t o y claro
tida en p r o p i e d a d del p a d r e de familia 7 , a q u i e n las leyes habían p o r la tradición y los escritos de los apóstoles, pregoneros de la ley
otorgado t a m b i é n n o sólo el p o d e r de ajustar y disolver a su arbi- divina. A h o r a bien, como t r a n s m i t i d o p o r el magisterio apostólico
trio el m a t r i m o n i o de sus hijos, sino t a m b i é n la facultad de ejercer ha de tenerse t o d o aquello q u e «nuestros santos Padres, los conci-
s o b r e éstos una bárbara potestad de vida y m u e r t e . lios y la tradición de la Iglesia universal h a n enseñado siempre» ' °,
a saber, q u e Cristo n u e s t r o Señor elevó el m a t r i m o n i o a la dignidad
[Restauración cristiana del matrimonio] d e s a c r a m e n t o ; q u e al m i s m o t i e m p o hizo q u e los cónyuges, a y u d a -
dos y fortalecidos p o r la gracia celestial q u e los méritos d e Cristo
[ 6 ] . P e r o p a r a tantos vicios y para t a n grandes ignominias consiguieron, alcanzasen la santidad en el m i s m o m a t r i m o n i o ; y q u e
c o m o afeaban el m a t r i m o n i o , buscóse, al fin, por disposición divina, p o r m e d i o de éste, dispuesto a d m i r a b l e m e n t e a semejanza d e su
la e n m i e n d a y la medicina, ya q u e Jesucristo, restaurador de la dig- mística u n i ó n con la Iglesia, perfeccionó el a m o r n a t u r a l l l y r o b u s -
n i d a d h u m a n a y perfeccionador d e las leyes mosaicas, consagró al teció con el vínculo de la caridad divina la u n i ó n de suyo indisoluble
m a t r i m o n i o u n c u i d a d o n o leve. P o r q u e ennobleció con su presen- e n t r e el- m a r i d o y la mujer. Vosotros, los maridos, dice San Pablo
cia las bodas d e C a n a , q u e hizo m e m o r a b l e s con el p r i m e r o d e sus a los Efesios, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia,
milagros 8 ; p o r lo cual ya desde aquel día adquirió el m a t r i m o n i o y se entregó por ella, para santificarla... Los maridos deben amar a sus
los p r i m e r o s esplendores de u n a n u e v a santidad. M á s adelante d e - mujeres como a su propio cuerpo.:. Porque nadie aborrece jamás su
volvió al m a t r i m o n i o la nobleza d e su primitivo origen, ya r e p r o - propia carne, sino que la alimenta y la abriga, como Cristo a la Iglesia,
b a n d o la moral h e b r e a p o r los abusos de la poligamia y d e la facul- porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. Por
t a d del r e p u d i o , ya, sobre todo, o r d e n a n d o q u e nadie se atreviese esto dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer,
a disolver l o q u e D i o s había u n i d o con vínculo p e r p e t u o . P o r este y serán d.os en tina carne. Gran misterio éste, pero entendido de Cristo y
motivo, d e s p u é s d e refutar las objeciones tomadas d e las institu-
excurrere per lupanaria et ancillus, quasi culpara dignitas faciat, non voluntas. perpetuo coniunctionis vinculo Deus ipse constrinxisset. Quapropter cum
Exsuperante viri licentia, nihil erat uxore miserius, in tantam humilitatem difficultates díluisset ab institutis mosaicis in médium allatas, supremi le-
deiecta, ut instrumentum pene haberetur ad explendam libidinem, vel gislatoris suscepta persona, haec de coniugibus sanxit: Dico autem vobis,
gignendam sobolem comparatum. Nec pudor fuit, collocandas in matrimo- quia quicumque dimiserit uxorem suam, nisi ob fornicalionem, et aliam áuxeril,
nium emi vendí, in rerum corporearum similitudinem, data interdum paren- moechatur; et qui dimissam duxerit, moechatur.
ti maritoque facúltate extremum supplicium de uxore sumendi. Talibus Verum quae auctoritate Dei de coniugiis decreta et constituta sunt, ea
familiam ortam connubiis necesse erat aut in bonis reipublicae esse, aut in nuncii divinarum legum Apostoli plenius et enucleatius memoriae litterisque
mancipio patrifamilias, cui leges hoc quoque posse dederant, non modo prodiderunt. Iamvero Apostolis magistris accepta referenda sunt, quae
überorum conficere et dirimere arbitratu suo nuptias, verum etiam in eosdem sancti Paires nostri, Concilla et universalis Ecclesiae traditio semper docuerunt,
exercere vitae necisque immanem potestatem. nimirum Christum Dominum ad Sacramenti dignitatem evexisse matrimo-
nium; simulque effecisse ut coniuges, caelesti gratia quam merita eius p e -
Sed tot vitiis, ta: cisque ignominiis, quibus erant inquinata coniugia, pererunt septi ac muniti, sanctitatem in ipso coniugio adipiscerentur: atque
sublevado tándem et medicina divinitus quaesita est; quandoquidem resti- in eo, ad exemplar mystici connubii sui cum Ecclesia mire conformato, et
tutor dignitatis humanae legumque mosaicarum perfector Iesus Christus amorem qui est naturae consentaneus perfecisse, et viri ac mulieris indivi-
non exiguam, ñeque postremam de matrimonio curam adhibuit. Etenim dúan! suapte natura societatem divinae caritatis vinculo validius coniun-
nuptias in Cana Galilaeae Ipse praesentia sua nobilitavit, primoque ex pro- xisse. Viri, Paulus inquit ad Ephesios, diligite uxores vestras sicut et Christus
digiis a se editis fecit memorabiles; quibus causis vel ex eo die in hominum dilexit Ecclesiam et seipsum tradidit pro ea, ut Mam sanctificaret... Viri debent
coniugia nova cuiusdam sanctitudinis initia videntur esse profecta. Deinde diligere uxores suas ut corpora sua... nemo enim unquam carnem suam odio ha-
matrimonium revocavit ad primaevae originis nobilitatem, cum Hebraeo- buit; sed nutrit etfovet eam, sicut et Christus Ecclesiam; quia membra sumus cor-
rum mores improbando, quod et multitudine uxorum et repudii facúltate poris eius, de carne eius et de ossibus eius. Propter hoc relinquet homo patrem et
abuterentur; tum máxime praecipiendo, ne quis dissolvere auderet quod
6
Cf. ARNOBIO, Adversus gentes 4 (sic, tal vez 1,64). '111Mt. u;.t).
7 Concilio Tridenüno, sess.24' in princ: DB 970.
DIONISIO DE HALICARNASO, Antigüedades romanas II 26-27. 1! Ibicí. c. 1: De reformat. matrim.: DB 969.
• Cf. lo. 2. "
AKCANUM niVIN'Ai: 85
84 I.KO.N X11I
la,cual, sin e m b a r g o , por ser carne d e la carne y h u e s o de los huesos
de la Iglesia n . Igualmente sabemos por el magisterio apostólico d e aquél, d e b e someterse y obedecer a su marido, n o a m a n e r a de
q u e Cristo santificó e hizo inviolable la u n i d a d e indisolubilidad esclava, sino c o m o c o m p a ñ e r a ; de tal forma q u e su obediencia sea
propias del matrimonio en su primitivo origen. A los casados, dice d i g n a al m i s m o t i e m p o q u e virtuosa. Y t a n t o en el q u e m a n d a c o m o
el m i s m o San Pablo, precepto es no mío, sino del Señor, que la mujer e n la q u e obedece, p o r ser los dos representantes el u n o d e Cristo
no se separe del marido; y de separarse, que no vuelva a casarse, o que y la otra de la Iglesia, el a m o r divino d e b e ser el constante regulador
se reconcilie con el marido 1 3 . Y otra vez:. La mujer está ligada por d e sus obligaciones. Porque el marido es cabeza de la mujer, como
todo el tiempo de vida de su marido; pero si muriese su marido, queda Cristo es cabeza de la Iglesia... Y así como la Iglesia está sujeta a
libre 14 . Por estas causas precisamente fué el m a t r i m o n i o gran sa- Cristo, así las mujeres a sus maridos en todo 1 9 . E n cuanto a los hijos,
cramento 15 , tenido en honor por todos 16 , piadoso, casto y digno de d e b e n éstos someterse y obedecer a sus padres y honrarlos p o r obli-
veneración por ser la imagen y representación de altísimos mis- gación de conciencia; y los padres, p o r su parte, d e b e n consagrar
terios. t o d o s sus pensamientos y cuidados a la defensa y educación d e sus
[S]. Pero la excelencia y perfección cristianas del matrimonio hijos en la v i r t u d : Y vosotros, padres..., criadlos [los hijos] en discu
n o se limita a lo ya dicho. P o r q u e , en p r i m e r lugar, se asignó a la plina y en la enseñanza del Señor20. D e lo cual se concluye q u e n o
u n i ó n matrimonial u n fin m á s noble y elevado q u e el q u e anterior- son pocos ni leves los deberes de los esposos; p e r o por la gracia q u e
m e n t e se le había a t r i b u i d o ; pues q u e d ó establecido q u e la finalidad deriva de este sacramento, les son estos deberes n o sólo llevaderos,
del m a t r i m o n i o n o era solamente la propagación del género h u m a n o , sino t a m b i é n agradables.
sino la procreación d e los hijos de la Iglesia, conciudadanos de los
santos y familiares de Dios l 7 ; esto es, «para q u e se formase y educase [La Iglesia y el matrimonio cristiano]
el p u e b l o en la religión y en el culto del verdadero D i o s y Salvador
n u e s t r o Jesucristo» x 8 . E n segundo lugar, q u e d a r o n enteramente [ 9 ] . H a b i e n d o , p u e s , Jesucristo levantado el matrimonio a u n a
definidos los deberes y los derechos de cada u n o de los cónyuges, t a n g r a n d e dignidad, entregó y e n c o m e n d ó t o d a su regulación a la
esto es, que se hallen a m b o s dispuestos siempre a guardarse m u - Iglesia. L a cual, en t o d o t i e m p o y lugar, ejerció sus atribuciones
t u a m e n t e el mayor amor, la fidelidad constante y u n solícito y con- sobre el m a t r i m o n i o de Tos cristianos, de tal m a n e r a q u e siempre
t i n u o auxilio. El m a r i d o es el jefe de la familia y cabeza de la mujer, h a n aparecido estas atribuciones c o m o propias suyas, obtenidas n o
p o r concesión d e los h o m b r e s , sino recibidas del m i s m o Dios p o r
matrem suam et adhaerebit uxori suae et erunt dúo in carne una. Sacramentum v o l u n t a d expresa de su F u n d a d o r . N o es necesario demostrar el
hoc magnum est: ego autem dico in Christo et in Ecclesia.—Similiter Apostolis c u i d a d o y la vigilancia con q u e la Iglesia ha p r o c u r a d o conservar la
auctoribus didicimus unitatem, perpetuamque firmitatem, quae ab ipsa
requirebatur nuptiarum origine, sanctam esse et nullo tempore violabilem caput mulieris; quae tamen, quia caro est de carne illius et os de ossibus
Christum iussisse. lis qui matrimonio iuncti sunt, idem Paulus ait, praecipio eius, subiiciatur pareatque viro, in morem non ancillae, sed sociae; ut scili-
non ego, sed Dominus, uxorem a viro non discedere; quod si discesserit, manere cet obedientiae praestitae nec honestas, nec dignitas absit. In eo autem qui
innuptam, aut viro suo reconciliari. Et rursus: Mulier alligata est legi, quanto praeest, et in hac quae paret, cum imaginem uterque referant alter Christi,
tempore vir eius wint: quod si dormierit vir eius, liberata est. Hisce igitur altera Ecclesiae, divina caritas esto perpetua moderatrix officii. Nam vir
causis matrimonium extitit sacramentum magnum, honorahile in ómnibus, caput est mulieris, sicut Christus caput est Ecclesiae... Sed sicut Ecdlesia subiecta
pium, castum, rerum altissimarum imagine et significatione verendum. est Christo, ita et mulieres viris suis in ómnibus.—Ad liberos quod pertinet,
subesse et obtemperare parentibus, hisque honorem adhibere propter con-
Ñeque iis dumtaxat quae commemorata sunt, christiana eius perfectio scientiam debent; et vicissim in liberis tuendis atque ad virtutem potissimum
absolutioque continetur. Nam primo quidem nuptiali societati excelsius informandis omnes parentum curas cogitationesque evigilare necesse est:
quiddam et nobilius propositum est, quam antea fuisset; ea enim spectare Patres... edúcate tilos (filios) in disciplina et correptione Domini. Ex quo in-
iussa est non modo ad propagandum genus humanum, sed ad ingenerandam telligitur, nec pauca esse coniugum officia, ñeque levia; ea tamen coniugibus
Ecclesiae sobolem, cives Sanctorum et domésticos Dei; ut nimirum populus bonis, ob virtutem quae Sacramento percipitur, non modo tolerabilia fiunt,
ad veri Dei et Salvatoris nostri Christi cultum et religionem procrearetur atque verum etiam iucunda.
educaretur.—Secundo loco sua utrique coniugum sunt officia definita, sua
iura integre descripta. Eos scilicet ipsos necesse est sic esse animo semper Christus igitur, cum ad talem ac tantam excellentiam matrimonia reno-
affectos, ut amorem máximum, constantem fidem, sollers assiduumque vavisset, totam ipsorum disciplinam Ecclesiae credidit et commendavit.
praesidium alteri alterum deberé intelligant.—Vir est familiae princeps, et
Qpae potestatem in coniugia christianorum omni cum tempore, tum loco
exercuit, atque ita exercuit ut illam propriam eius esse appareret, nec homi-
12 Eph. 5,25-32.
13 1 Cor. 7,IO-II. num concessu quaesitam, sed auctoris sui volúntate divinitus adeptam.—
i* 1 Cor. 7,39. Quot vero et quam vigiles curas in retinenda sanctitate nuptiarum collocarit,
15 Eph. 5.32.
19
16 H e b r . 13,4. E p h . 5,23-24-
" Eph. 2 , I Q . 2» E p h . 6,4.
18 Catecismo romano c.8.
86 LEÓN' X I I I
ARCANIJM niVIXAF. 87
santidad del m a t r i m o n i o , para q u e n o sufriese menoscabo.su firmeza, Iglesia i m p u s o a la potestad de los padres d e familia, p a r a q u e n o
p o r q u e son conocidos de todos. Sabemos, en efecto, q u e el concilio q u e d a s e m e r m a d a la justa libertad d e los hijos o hijas q u e q u i s i e r a n
de Jerusalén reprobó el amor disoluto y l i c e n c i o s o 2 ! ; vemos a u n casarse 2 s ; decretó la n u l i d a d del m a t r i m o n i o entre c o n s a n g u í n e o s
c i u d a d a n o de C o r i n t o c o n d e n a d o como incestuoso p o r la autoridad y afines d e n t r o de ciertos grados 2 9 , para q u e el sobrenatural' a m o r
d e San Pablo 2 2 ; y rechazados con la misma fuerza m u c h o s adversa- de los cónyuges se difundiese p o r m á s espacioso c a m p o ; p r o c u r ó ,
rios del m a t r i m o n i o cristiano, a s a b e r : los gnósticos, m a n i q u e o s en lo posible, desterrar del m a t r i m o n i o el error, la fuerza y el e n -
y m o n t a ñ i s t a s en los p r i m e r o s tiempos de la Iglesia 2 3 , y en nuestros g a ñ o 3 0 ; y m a n t u v o sana y salva la castidad del tálamo, la seguri-
días, los m o r m o n e s , sansimonianos, falansterianos y c o m u n i s t a s 2 4 . d a d d e las p e r s o n a s 3 1 , el decoro de la u n i ó n c o n y u g a l 3 2 y la inte-
Q u e d ó t a m b i é n establecido u n m i s m o derecho matrirnonial para gridad de la fe 33 . F i n a l m e n t e , fortaleció con t a n t o vigor y con u n a
todos, abolidas las antiguas diferencias entre esclavos y libres 2 5 ; legislación t a n p r u d e n t e esta divina institución, q u e nadie q u e d e
se igualaron los derechos del marido y de la m u j e r ; p o r q u e , como imparcial se precie p u e d e desconocer q u e t a m b i é n , d e s d e el p u n t o
decía San J e r ó n i m o , «entre nosotros n o es lícito a los maridos lo q u e de vista del m a t r i m o n i o , es la mejor custodia y defensora del lina-
n o está p e r m i t i d o a las mujeres, y j u z g a m o s de igual condición las j e h u m a n o la Iglesia, cuya sabiduría salió triunfante d e la malicia
obligaciones q u e r e p u t a m o s iguales» 2 6 ; y estos m i s m o s derechos d e los t i e m p o s , d e la injusticia d e los h o m b r e s y d e las continuas
q u e d a r o n sólidamente afianzados p o r la correspondencia en el amor vicisitudes de la vida política.
y en los auxilios m u t u o s ; fué a m p a r a d a y reivindicada la dignidad
de la m u j e r ; se prohibió al m a r i d o castigar con la m u e r t e a la esposa
[II. A T A Q U E S CONTRA EL MATRIMONIO]
a d ú l t e r a 2 7 y q u e b r a n t a r impúdica y deshonestamente la fidelidad
jurada. Y es t a m b i é n m u y i m p o r t a n t e la acertada limitación q u e la
[El matrimonio civil]
ut sua his incolumitas maneret, plus est cognitum quam ut demonstrari de- [ 1 0 ] . N o faltan, sin embargo, h o m b r e s q u e , instigados p o r
beat.—Et sane improbatos novimus Concilii Hierosolymitani sententia amo- el enemigo del género h u m a n o , desprecian o desconocen por c o m -
res solutos et liberos; civem Corinthium incesti damnatum beati Pauli pleto la restauración y el perfeccionamiento del matrimonio, d e la
auctoritate; propulsatos ac reiectos eodem semper tenore fortitudinis conatus
plurimorum, matrimonium christianum hostiliter petentium, videlicet Gnos- m i s m a manera q u e con s u m a ingratitud rechazan todos los d e m á s
ticorum, Manichaeorum, Montanistarum sub ipsa rei christianae primordia; beneficios de la redención. El pecado de algunos antiguos consistió
nostra autem memoria Mormonum, Sansimonianorum, Phalansterianorum,
Communistarum.—Simüi modo ius matrimonii aequabile Ínter omnes atque de potestate patrumfamilias Ecclesia, quantum oportuit, limitaverit, ne filiis
unura ómnibus est constitutum, vetere ínter servos et ingenuos sublato dis- et filiabus coniugii cupidis quidquam de iusta libértate minueretur; quod
crimine; exaequata viri et uxoris iura; etenim, ut aiebat Hieronymus, apud nuptias ínter cognatos et affines certis gradibus nullas esse posse decreverit
nos quod non licet feminis, aeque non Ucet vhis: et eadem servitus pari conditione
ut nimirum supernaturalis coniugum amor latiore se campo diffunderet ;
censetur: atque illa eadem iura ob remunerationem benevolentiae et vicissi- quod errorem et vim et fraudem quantum potuit, a nuptiis prohibenda
tudinem officiorum stabiliter firmata; adserta et vindicata mulierum digni- curaverit; quod sanctam pudicitiam thalami, quod securitatem personarum,
tas; vetitum viro poenam capitis de adultera sumere, iuratamque fidem quod coniugiorum decus, quod religionis incolumitatem sarta tecta esse
libidinose atque impudice violare.—Atque illud etiam magnum est quod voluerit. Denique tanta vi, tanta providentia legum divinum istud institu-
tum communüt, ut nemo sit rerum aequus existimator, quin intelligat, hoc
21 Cf. Act is,20. etiam ex capite quod ad coniugia refertur, optimam esse humani genens
22 Cf. i Cor. s,s. custodem ac vindicem Ecclesiam; cuius sapientia et fugam temporum, et
23
Los gnósticos, nombre aplicado a varias sectas antiguas que pretendían adquirir un co- iniurias hominum, et rerum publicarum vicissitudines innumerabiles victrix
nocimiento religioso (yvcoois) superior a la fe c o m ú n revelada (cf. D T C s.v. Gnosticisme t.6
C0I.1434SS).—Los maniqueos, discípulos de M a n e s (c.216-276), quien enseñaba !a existencia
evasit.
simultánea de dos principios supremos—luz y tinieblas—, raíz y origen respectivamente del
bien y del mal. Según la dogmática maraquea, el p r i m e r hombre, Adán, procedía de la luz y Sed, adnitente humani generis hoste, non desunt qui, sicut cetera re-
1
de las tinieblas; e n cambio, la primera mujer, Eva, era encarnación del mal. El matrimonio, demptionis beneficia ingrate repudiant, sic restitutionem perfectionemque
por tanto, implicaba el predominio del mal sobre el bien (cf. D T C s.v. Manicheisme^ t.o
coí.1872-1885). L o s montañistas condenaban el m a t r i m o n i o por considerarlo como institu- matrimonii aut spernunt, aut omnino non agnoscunt.—Flagitium nonnullo-
ción radicalmente pecaminosa (cf. D T C s.v. Montanisme t . i o col.2355ss). rum veterum est, inimicos fuisse nuptiis in aliqua ipsarum parte; sed multo
24
L o s mormones constituyen una secta, fundada e n 1830 p o r el americano Joseph Smiih.
que cree en la T r i n i d a d , acepta la revelación bíblica, pero completándola con el «Libro de 28
C.30 q.3 c.2 De cognat. spirit. Cf. C I C F parte 1.* c o l . n o i .
Mormón», el n u e v o ángej revelador, y practica la poligamia. Los sansimonianos, discípulos 29 C. De consang. et affinit. (cf. C I C F parte 2.* col.703) y c.i De cognat. legaü Ubid.
del conde de Saint-Simón (1760-1825), pretenden poseer una nueva moral q u e ha sustituido col.696).
al cristianismo, históricamente superado, por u n «nuevo cristianismo», basado no ya en_ la 30 C.26 De spansal. (cf. C I C F parte 2.» col.670); c.13 (ibid. col.665); c.15 (ibid. col.666);
fe revelada, sino e n la ciencia adquirida por medio de la razón. Los falansterianos seguían c.2Q (ibid. col.671); De sponsai. et matrim. et alibi.
las teorías del socialista francés O. Faurier U772-1837) y vivían concentrados en agrupaciones n C De convers. infid. (cf. C I C F parte 2.» col.587); c.5 y 6 De ea qui duxit inmatr. (ibid.
colectivistas de carácter laboral, profesando vida c o m ú n en todos los aspectos. co! .688-689). ., .
25 C . l De coniug. serv. Cf. C I C F parte 2. a col.691-692. 32
C.3, 5 y 8 De sponsal. et matr. (cf. C I C F parte 2.' col.661,663) y cono!» Tridentirto
26 SAN JERÓNIMO, Epist. 7 7 : P L 22,691. ses.24; De reformat. matr.: D B 969.
2 ' Canon Znrerfectores y canon Admonere q.2. Cf. C I C F parte 1.* col.1152-1154. 33 C.7 De divort. (cf. C I C F parte 2." col.722).
AKCWI'U IUVISAK 89
88 LEÓN X I I I

con arreglo a la cual ha vivido d u r a n t e tantos siglos, y a l.t m a l ,


en declararse enemigos del m a t r i m o n i o en algunas de sus p a r t e s ;
ayudada por la sabiduría cristiana, llegó la m á s alta civilización •'•<.
p e r o es m u c h o m á s pernicioso el pecado de los q u e en n u e s t r o tiem-
[i i ]. Sin e m b a r g o , los naturalistas35 y todos los q u e , profesando
p o t r a t a n d e derribar e n t e r a m e n t e la perfecta y armónica naturaleza
u n culto absoluto a la deidad del Estado, p r e t e n d e n p e r t u r b a r t o -
del m a t r i m o n i o . L a causa d e esta actitud reside en q u e m u c h o s espí-
t a l m e n t e la sociedad con estas pésimas doctrinas, n o p u e d e n evitar
ritus, i m b u i d o s de los principios de u n a falsa filosofía y d e u n a co-
la sentencia condenatoria de su falsedad. E l m a t r i m o n i o t i e n e a Dios
r r o m p i d a moral, se niegan a t o d o sometimiento y obediencia; y p r o -
p o r autor, y desde su p r i m e r m o m e n t o h a sido c o m o u n a especie
c u r a n con todas sus fuerzas q u e n o solamente los individuos, sino
de bosquejo de la encarnación del V e r b o de Dios. P o r esto el m a -
t a m b i é n las familias y la sociedad entera, desprecien con impía
t r i m o n i o posee u n carácter sagrado y religioso, n o sobrevenido,
soberbia la autoridad de Dios. Y como la fuente p r i m e r a de la fa-
sino radical, cuyo origen n o es u n a m e r a tradición h u m a n a , sino la
milia y d e la sociedad es el m a t r i m o n i o , n o p u e d e n sufrir q u e éste
m i s m a naturaleza del h o m b r e . Esta es la razón de la afirmación
q u e d e sometido a la jurisdicción de la Iglesia; p o r el contrario, se
j u s t a y fundada hecha p o r nuestros predecesores Inocencio III 36
e m p e ñ a n p o r despojarlo d e t o d o carácter sagrado y colocarlo d e n t r o
y H o n o r i o I I I 3 7 : «el sacramento del m a t r i m o n i o existe entre los
del estrecho c u a d r o d e las instituciones p u r a m e n t e h u m a n a s y a d -
fieles y entre los infieles». Son testigos d e esto los d o c u m e n t o s his-
ministradas y regidas p o r el derecho civil de los pueblos. L a conse-
tóricos d e la antigüedad y la m o r a l y las instituciones de los pueblos
cuencia necesaria de estas pretensiones ha sido la atribución a los
q u e alcanzaron u n g r a d o m á s elevado de civilización y u n conoci-
gobernantes d e u n derecho total sobre el m a t r i m o n i o y la supresión
m i e n t o m á s p r o f u n d o del d e r e c h o y de la equidad. Consta, en efecto,
d e t o d o d e r e c h o d e la Iglesia sobre éste; y si la Iglesia ha ejercido
q u e fué u n a idea innata y arraigada en la antigüedad, ten materia d e
alguna vez su potestad en esta materia, ha sido, según ellos, o p o r
m a t r i m o n i o , el reconocimiento d e cierta inseparable unión d e éste
concesión indulgente de los gobernantes o p o r usurpación indebida.
con la santidad de la religión. P o r este motivo, el m a t r i m o n i o en los
P e r o ya es tiempo, dicen, d e q u e los gobiernos reivindiquen enér-
pueblos antiguos se celebraba con las solemnidades del ritual reli-
gicamente sus derechos e i n t e r v e n g a n a su arbitrio en t o d o lo relacio-
gioso, bajo la autoridad de los pontífices y con la asistencia de los
n a d o con el m a t r i m o n i o . D e aquí h a nacido el vulgarmente llamado
matrimonio civil; d e aquí la conocida legislación sobre los i m p e d i -
m e n t o s m a t r i m o n i a l e s ; de aquí las sentencias judiciales sobre la legum, quibus tamdiu vixere gentes, ad quas urbanitatis lumen cum chris-
validez o invalidez d e los contratos matrimoniales. Finalmente, la tiana sapientia pervenisset.
Iglesia católica s e h a visto despojada d e t o d o p o d e r legislativo Attamen Naturalistae iique omhes, qui reipublicae numen se máxime
y judicial sobre el m a t r i m o n i o con u n a táctica t a n artera, q u e ya n o colere profitentes, malis hisce doctrinis totas civitates miscere nituntur, non
se tiene en cuenta ni su potestad divina ni su p r u d e n t e legislación, possunt reprehensionem falsitatis effugere. Etenim cum matrimonium ha-
beat Deum auctorem, fueritque ve! a principio quaedam Incarnationis Verbi
Dei adumbratio, idcirco inest in eo sacrum et religiosum quiddam, non
adventitium, sed ingenitum, non ab hominibus acceptum, sed natura insi-
aetate nostra peccant perniciosius qui earum naturam, perfectam expletam- tum. Quocirca Innocentius III et Honorius III, decessores Nostri, non iniu-.
que ómnibus suis numeris et partibus, malunt funditus pervertere. Atque ria nec temeré affirmare potuerunt, apud fideles et infideles existen Sacramen-
huius rei causa in eo praecipue sita est, quod imbuti falsae philosophiae tum coniugii. Testantur et monumenta antiquitatis et mores atque instituía
opinionibus corruptaque consuetudine animi plurimorum, nihil tam mo- populorum, qui ad humanitatem magis accesserant et exquisitiore iuris et
leste ferunt, quam subesse et parere; acerrimeque laborant, ut non modo aequitatis cognitione praestiterant: quorum omnium mentibus informatum
singuli nomines, sed etiam familiae atque omnis humana societas imperium anticipatumque fuisse constat, ut cum de matrimonio cogitarent, forma
Dei sUperbe contemnant.—Cum vero et familiae et totius humanae socie- occurreret rei cum religione et sanctitate coniunctae. Hanc ob causam
tatis in matrimonio fons et origo consistat, illud ipsum iurisdictioni Eccle-
siae subesse millo modo patiuntur; imo deiicere ab omni sanctitate conten - i4
E n la carta dirigida al episcopado d e las provincias eclesiásticas de Turín, Vercelli y
dunt, et in illarum rerum exiguum sane gyrum compellere, quae auctoribus Genova repetía L e ó n XIII esta misma idea: «Conviene sconoscere i principii fundamental i
hominibus institutae sunt, et iure civili populorum reguntur atque admi- del Cnstianesimo, e diremo anche le nozíoni e l e m e n t a d del naturale díritto, per affermare
che ii matrimonio sia una creazione dello Stato. e niente piü che u n volgare contratto e u n
nistrantur. Unde sequi necesse erat, ut principibus reipublicae ius in connu- sociale consorzio, turto di ragione civile. L a connubiale unione n o n é opera o invenziorie
bia omne tribuerent, nullum Ecclesiae esse decernerent; quae si quando d e l l ' u o m o : Iddio stesso, supremo A u t o r e della natura, sin dalle prime con detta u n i o n e
potestatem eius generis exercuit, id ipsum esse aut indulgentia principum, ordinó la propagazione del genere u m a n o e la costituzione della famiglia: e nella legge di
grazia, la volle di piú nobilitare con imprimerle il divino suggello del Sacramento O n d e c h é
aut iniuria factum. Sed iam tempus esse inquiunt, ut qui rempublicam il matrimonio per giure cristiano, in quanto concerne la sostanza e santitá delvincolo, é u n
gerunt, iidem sua iura fortiter vindicent, atque omnem coniugiorum ratio- atto essenziatmente sacro e religioso, il cui ordinamento naturalmente appartiene alia potestá
religiosa, non per delegazione dello Stato, o per assenso di Principi, m a per mandato d e l
nem arbitrio suo moderari aggrediantur.—Hinc illa nata, quae matrimonia divino Fondatore del Cristianesimo e A u t o r e dei Sacramento (Leonis XIII P. M. Ep. Ency-
civilia vulgo appeüantur; hinc scitae leges de causis, quae coniugiis impe- clicae et Constitutiones t . l p.36-37, M i l á n 1887). _ ,
dimento sint; hinc iudiciales sententiae de contractibus coniugalibus, iure 35
D e n t r o del término naturalistas quedan aquí incluidos los seguidores de tres direc-
ne initi fuerint, an vitio. Postremo omnem facultatem in hoc genere iuris ciones filosóficas del siglo X I X : el materialismo, el panteísmo y el teísmo racionalista. r
constituendi et dicundi videmus Ecclesiae catholicae praereptam tanto stu- 36 Véase G I C F c.8 De divort. parte 2. a col.723.
•>' Véase c. 3 De transact (cf. C I C F parte 2," col.210).
dio, ut milla iam ratio habeatur nec divinae potestatis eius, nec providarum
'JO LKO.N XU1
AUCW'l'M niVIKAE 91
sacerdotes. ¡Tanta fué la fuerza q u e en las almas carentes de la doc-
trina revelada t u v o la naturaleza, el r e c u e r d o del p r i m e r origen, dores romanos, enemigos acérrimos del cristianismo, q u e n o tenían
la conciencia del g é n e r o h u m a n o ! Siendo, p o r tanto, el m a t r i m o n i o , o t r o deseo q u e acabar, p o r m e d i o de la fuerza y de la m u e r t e , con la
por su propia esencia, p o r su propia naturaleza, p o r su propio ca- religión cristiana en su m i s m a infancia; sobre todo, si se considera
rácter, u n a cosa sagrada, es j u s t o q u e su regulación y su gobierno n o q u e esa legislación p r o m u l g a d a p o r la Iglesia era a veces t a n contra-
ria al derecho civil q u e hizo q u e Ignacio M á r t i r 4 0 , J u s t i n o 4 1 , A t e -
q u e d e n atribuidos a la a u t o r i d a d política, sino a la divina autoridad
nágoras 4 2 y T e r t u l i a n o 4 3 condenasen como ilegítimos o adulterinos
de la Iglesia, q u e es la única q u e tiene el magisterio de las cosas sa-
ciertos matrimonios, a los cuales, sin e m b a r g o , favorecían las leyes
gradas. A d e m á s , d e b e m o s considerar la dignidad de sacramento,
imperiales. Y c u a n d o más t a r d e el p o d e r político vino a p a r a r en
q u e caracteriza al m a t r i m o n i o de los cristianos y q u e lo ennoblece
m a n o s de los e m p e r a d o r e s cristianos, los Sumos Pontífices y los
y eleva a grandísima altura. A h o r a bien, la legislación y el p o d e r en
obispos congregados en concilios continuaron legislando, c o n la
materia de sacramentos pertenece de tal m o d o a la Iglesia p o r volun-
m i s m a libertad y con entera conciencia de su derecho, t o d o lo q u e
t a d de Cristo, q u e es totalmente a b s u r d o querer hacer participantes j u z g a r o n útil en esta materia y adecuado a las necesidades d e los
de ese p o d e r a los gobernantes del Estado. Finalmente, es d e gran tiempos, sin tener en cuenta para nada la discrepancia con las legis-
peso y m u c h a fuerza el testimonio de la Historia, q u e nos refiere laciones civiles. T o d o s conocen las constituciones dadas p o r los
clarísimamente cómo la Iglesia ejerció libre y constantemente la p o - concilios I l i b e r i t a n o 4 4 , A r e l a t e n s e 4 5 , Calcedonense 4 6, Milevita-
testad legislativa y judicial d e q u e venimos hablando, a u n en a q u e - n o I I 4 7 , y p o r otros m u c h o s sobre los i m p e d i m e n t o s de vínculo
llos t i e m p o s en q u e inepta y ridiculamente se finge q u e o b r a b a por conyugal, voto, disparidad de culto, consanguinidad, crimen y p ú -
connivencia y consentimiento de los príncipes seculares. ¿Puede blica h o n e s t i d a d ; constituciones q u e frecuentemente distaban m u -
darse u n a afirmación m á s absurda, m á s increíble q u e la de q u e cho de estar conformes con el derecho imperial. Y los príncipes
Jesucristo n u e s t r o Señor condenó la inveterada c o s t u m b r e d e la seculares, lejos de atribuirse potestad alguna sobre los matrimonios
poligamia y del r e p u d i o con u n a potestad recibida por delegación del cristianos, reconocieron y declararon q u e t o d o el poder en derecho
p r o c u r a d o r de la provincia o del príncipe de los judíos, o la d e que matrimonial correspondía a la Iglesia. D e hecho, Honorio, T e o d o -
el apóstol San Pablo declaró ilícitos el divorcio y el matrimonio sio el Joven, J u s t i n i a n o 4 8 , n o d u d a r o n en confesar q u e en t o d o lo
incestuoso por consentimiento o m a n d a t o de T i b e r i o , Calígula
y N e r ó n ? N i cabe en la m e n t e de todo h o m b r e juicioso q u e la Igle-
sia haya p r o m u l g a d o u n a legislación sobre la santidad y la firmeza mentis potest persuaden, de sanctitate et firmitudine coniugii, de nuptiis
servos ínter et ingenuas, tot esse ab Ecclesia conditas leges, impétrala facúl-
del m a t r i m o n i o 3 8 , sobre las uniones conyugales entre siervos y m u - tate ab Imperatoribus romanis, inimicissimis nomini christiano, quibus nihil
jeres libres 3 9 , o b t e n i e n d o para ello el previo permiso de los e m p e r a - tam fuit propositum, quam vi et caede religionem Christi opprimere ado-
lescentem: praesertim cum ius illud ab Ecclesia profectum a civili iure
nuptiae apud illos non sine caerimoniis religionum, auctoritate pontificum, interdum adeo dissideret, ut Ignatius Martyr, Iustinus, Athenagoras et Ter-
ministerio 'sacerdotum fieri saepe consueverunt.—Ita magnam in animis tullianus, tamquam iniustas vel adulterinas publice traducerent nonnullo-
caelesti doctrina carentibus vim habuit natura rerum, memoria originum, rum nuptias, quibus tamen imperatoriae leges favebant.—Postea vero quam
conscientia generis humani!—Igitur cum matrimonium sit sua vi, svia natu- ad christianos Imperatores potentatus omnis reciderat, Pontífices maximi
ra, sua sponte sacrum, consentaneum est, ut regatur ac temperetur non et Episcopi in Concilla congregan, eadem semper cum libértate conscien-
principum imperio, sed divina auctoritate Ecclesiae, quae rerum sacrarum tiaque iuris sui, de matrimoniis iubere vetare perseverarunt quod utile esse,
sola habet magisterium.—Deinde consideranda sacramenti dignitas est, quod expediré temporibus censuissent, utcumque discrepans ab institutis
cuius accessione matrimonia christianorum evasere longe nobilissima. De civilibus videretur. Nemo ignorat quam multa de impedimentis ligaminis,
voti, disparitatis cultus, consanguinitatis, criminis, publicae honestatis inCon-
sacramentis autem statuere et praecipere, ita, ex volúntate Christi, sola potest
ciliis Illiberitano, Arelatensi, Chalcedonensi, Milevitano II aliisque, fuerint
et debet Ecclesia, ut absonum sit plañe potestatis eius vel minimam partem ab Ecclesiae praesulibus constituta, quae a decretis iure imperatorio sancitis
ad gubernatores rei civilis velle esse translatam.—Postremo magnum pondus longe saepe distarent.—Quin tantum abfuit, ut viri principes sibi adscisce-
est, magna vis historiae, qua luculenter docemur, potestatem legiferam et rent in matrimonia christiana potestatem, ut potius eam, quanta est, penes
iudicialem, de qua loquimur, libere constanterque ab Ecclesia usurpari Ecclesiam esse agnoscerent et declararent. Revera Honorius, Theodosius
consuevisse iis etiam temporibus, quando principes reipublicae consentien-
tes fuisse aut conniventes in ea re, inepte et stulte fingeretur. Illud enim 40
Epístola ad Polycarpum 5: PG 5.723-724.
quam incredibile, quam absurdum, Christum Dominum damnasse poly- "1 Apol. mai. 15: PG 6,34gA-B.
gamiae repudiique inveteratam consuetudinem delegata sibi a procuratore "2 Legal, pro Chrht. 32,33: PG 6,963-968.
4:1
provinciae vel a principe Iudaeorum potestate; similiter Paulum Apostolum Decoro mil. 13: PL I,II6.
44
D E AGUIRRE, Conc. Hispan, vol.i can.13.15.16 y 17.
divortia incestasque nuptias edixisse non licere, cedentibus aut tacite man- 4Í
HAROUIN, Acta Concil. vol.i can.lt.
4
dantibus Tiberio, Caligula, Nerone! Ñeque illud unquam homini sanae 41
"Ibid. can. 16.
Ibid. can.17.
38
Cf. Cañones Apvsiolorum 16.17.18; ed. Fr. Lauchert p.3 (Leipzig 189&). <« Nmvl 137- Cf. IUSTINIANUS, Novellae, ed. C. E. Z. Lmgenth.il, vol.2p.206 (Lcip.
í9
Cf. HIPPOLYTUS, Refutación de todas las herejías 9,12; PG i6,3306D-3387A. »lg 1881).
92 I.F.ÓN X I I I ARCAN'UM DIVINAR n:¡
relacionado con el m a t r i m o n i o su misión n o era otra q u e la de ser el m a t r i m o n i o es sacramento p o r ser u n signo sagrado q u e p r o d u c e
custodios y defensores d e los sagrados cánones. Y si p r o m u l g a r o n la gracia y q u e es imagen d e las místicas bodas de C r i s t o con la
algunos edictos acerca d e los i m p e d i m e n t o s matrimoniales, m a n i - Iglesia. L a forma característica de estas místicas bodas está clara-
festaron expresamente y d e b u e n g r a d o q u e lo h a b í a n h e c h o con m e n t e expresada p o r el vínculo de estrecha u n i ó n con q u e se u n e n
el p e r m i s o y a u t o r i d a d de la I g l e s i a 4 9 , cuyo juicio solían inquirir e n t r e sí el h o m b r e y la mujer, vínculo q u e n o es otra cosa q u e el
y respetar en las controversias sobre la legitimidad d e la p r o l e 5 0 , m i s m o m a t r i m o n i o . Consta, p u e s , q u e e n t r e los cristianos t o d o m a -
sobre el divorcio 51 y, finalmente, sobre t o d o lo q u e en cualquier t r i m o n i o legítimo es en sí m i s m o y p o r sí m i s m o s a c r a m e n t o ; y q u e
forma tuviese relación con el vínculo m a t r i m o n i a l 5 2 . Así, pues, nada hay m á s contrario a la verdad q u e calificar el sacramento c o m o
con t o d a razón definió el concilio T r i d e n t i n o q u e la Iglesia tiene simple o r n a t o del m a t r i m o n i o o c o m o mera p r o p i e d a d extrínseca
potestad para «establecer i m p e d i m e n t o s d i r i m e n t e s » 5 i , y «que las q u e p u e d a separarse del contrato p o r la exclusiva voluntad d e los
causas matrimoniales p e r t e n e c e n a la jurisdicción eclesiástica» 5 4 . h o m b r e s . P o r lo cual ni la razón p r u e b a ni la historia confirma la
tesis d e q u e la potestad sobre el m a t r i m o n i o cristiano ha pasado,
[La distinción regalista entre contrato y sacramento] conforme a d e r e c h o a m a n o s de los príncipes seculares. Y si en
esta materia h a sido violado el d e r e c h o ajeno, nadie podrá decir
[12]. N i es a r g u m e n t o eficaz contra esta tesis la t a n repetida con razón q u e ha sido violado por la Iglesia.
distinción de los regalistas, en v i r t u d de la cual separan el contrato
matrimonial del sacramento, a fin d e p o n e r el contrato en m a n o de [III. DEFENSA DEL MATRIMONIO]
los gobiernos, reservando a la Iglesia el aspecto sacramental. P o r q u e
esta distinción o, mejor, disgregación n o p u e d e ser p r o b a d a , ya [13]. ¡Ojalá q u e los principios del naturalismo, q u e están
q u e es tesis cierta la d e q u e en el m a t r i m o n i o cristiano el contrato h a r t o saturados de falsedad y de injusticia, n o fuesen t a m b i é n
es inseparable del sacramento, y que, p o r lo tanto, n o p u e d e existir origen fecundo d e desastrosas calamidades! M u y fácil es ver cuán-
u n verdadero y legítimo contrato sin ser al m i s m o t i e m p o sacra- tos daños ha causado la profanación del m a t r i m o n i o y cuántos ha
m e n t o 5 5. P o r q u e Jesucristo n u e s t r o Señor elevó el m a t r i m o n i o a la d e causar e n adelante a la sociedad.—En p r i m e r lugar es u n a ley
dignidad de sacramento, p e r o el m a t r i m o n i o es precisamente el cierta i m p u e s t a p o r el m i s m o Dios q u e las instituciones estable-
m i s m o contrato legítimamente celebrado. A lo cual se añade q u e cidas p o r el autor de la naturaleza son t a n t o m á s útiles y saluda-
bles p a r a la h u m a n i d a d c u a n t o m á s entera e i n m u t a b l e m e n t e se
iunior, Iustinianus fateri non dubitarunt, in iis rebus quae nuptias attingant, conservan en su estado p r i m e r o ; p o r q u e Dios, Criador de t o d o s
non amplius quam custodibus et defensoribus sacrorum canonum sibi esse
los seres, conoce perfectamente q u é es lo q u e conviene a la ins-
licere. Et de connubiorum impedimentis si quid per edicta sanxerunt,
causam docuerunt non inviti, nimirum id sibi sumpsisse ex Ecclesiae per- t i t u c i ó n y conservación d e cada u n o d e éstos, y de tal m o d o los ha
missu atque auctoritate; cuius ipsius iudicium exquirere et reverenter acci- accedit, quod ob hanc causam matrimonium est sacramentum, quia est
pere consueverunt in controversiis de honéstate natalium, de divortiis, de- sacrum signum et efficiens gratiam, et imaginem referens mysticarum nup-
nique de rebus ómnibus cum coniugali vinculo necessitudinem quoquo modo tiarum Christi cum Ecclesia. Istarum autem forma ac figura illo ipso expri-
habentibus.—Igitur iure óptimo in Concilio Tridentino definitum est, in mitur summae coniunctionis vinculo, quo vir et mulier Ínter se colligantur,
Ecclesiae potestate esse impedimenta matrimonium dirimentia constituerc, et quodque aliud nihil est, nisi ipsum matrimonium. Itaque apparet, omne
causas matrimoniales ad iudices ecclesiasticos spectare. ínter christianos iustum coniugium in se et per se esse sacramentum: nihil-
que magis abhorrere a veritate, quam esse sacramentum decus quoddam
Nec quemquam moveat illa tantopere a Regalistis praedicata distinctio, adiunctum, aut proprietatem allapsam extrinsecus quae a contractu disiungi
vi cuius contractum nuptialem a sacramento disiungunt, eo sane consilio, ac disparan hominum arbitratu queat.—Quapropter nec ratione efficitur,
ut, Ecclesiae reservatis sacramenti rationibus contractum tradant in potes- nec teste temporum historia comprobatur potestatem in matrimonia chris-
tatem arbitriumque principum civitatis.-—Etenim non potest huiusmodi tianorum ad principes reipublicae esse iure traductam. Quod si hac in re
distinctio, seu verius distractio, probari; cum exploratum sit in matrimonio alienum violatum ius est, nemo profecto dixerit esse ab Ecclesia violatum.
christiano contractum a sacramento non esse dissociabilem; atque ideo non
posse contractum verum et legitimum consistere, quin sit eo ipso sacramen- Utinam vero Naturalistarum oracula, ut sunt plena falsitatis et iniustitiae'
tum. Nam Christus Dominus dignitate sacramenti auxit matrimonium; ita non etiam essent fecunda detrimentorum et calamitatum. Sed facile est
matrimonium autem est ipse contractus, si modo sit factus iure.—Huc pervidere quantam profanata coniugia perniciem attulerint; quantam allana-
49 ra sint universae hominum communitati.—Principio quidem lex est provisa
FEJER. Matrim. ex institut. (Pest 1835).
50
C.3 De oíd. cogn. (cf. C I C F parte 2.* col.276). divinitus, ut quae Deo et natura auctoribus instituta sunt, ea tanto plus
51
C.3 De djtrort. (cf. C I C F parte 2.» col.720). ' utilia ac salutaria experiamur, quanto magis statu nativo manent integra
" C.13 Quifilii sint leg. (cf. C I C F parte 2 . 1 ccl.716). atque incommutabilia; quandoquidem procreator rerum omnium Deus pro-
53
Concilio Tridentino sess.24 can.4: D B 974.
54
Ibid. can.12: D B g82.
be novit quid singularum institutioni et conservationi expediret, cunctasque
55
Véase la carta de L e ó n XTII citada en la nota 34 de esta encíclica volúntate et mente sua sic ordinavit, ut suum unaquaeque exitum conve-
!)4 I.EÓX XIII AKl'ANUM 1IIVINAK !»f>

o r d e n a d o , q u e todos ellos p u e d e n alcanzar de un m o d o conveniente la concordia entre los parientes, garantizar la b u e n a educación cil-
sus p r o p i o s fines. P e r o si la t e m e r i d a d o la malicia d e los h o m b r e s ios hijos, m o d e r a r la patria potestad con el ejemplo d e la potestad
se e m p e ñ a en p e r t u r b a r el o r d e n sabiamente establecido por Dios, divina, hacer q u e los hijos obedezcan a los p a d r e s y los criados
entonces sucede q u e las instituciones más útiles y m á s sabias a los a m o s . D e m a t r i m o n i o s de esta clase p u e d e n con t o d o d e r e c h o
o comienzan a ser dañosas o dejan d e ser provechosas, b i e n p o r q u e esperar los Estados u n a generación de ciudadanos virtuosos, q u e ,
p i e r d a n con el cambio la eficacia de su acción, bien p o r q u e Dios a c o s t u m b r a d o s al amor y al respeto de Dios, consideren como
quiera castigar d e este m o d o la soberbia audaz de los h o m b r e s . obligación de conciencia la obediencia a la legislación j u s t a d e los
A h o r a bien, los q u e niegan el carácter sagrado del m a t r i m o n i o y poderes legítimos, el a m o r d e t o d o s y el respeto d e los derechos
lo colocan, despojado de t o d a santidad, en el género de las cosas de los d e m á s .
profanas, pervierten los fundamentos de la naturaleza, se o p o n e n [ 1 5 ] . Estos frutos t a n grandes y t a n valiosos p r o d u j o el m a -
a los propósitos d e la divina Providencia y d e s t r u y e n e n c u a n t o t r i m o n i o m i e n t r a s conservó sus propiedades d e santidad, u n i d a d
p u e d e n lo instituido p o r ésta. N o debe, pues, causar admiración y perpetuidad, de las cuales recibe toda su fructuosa y saludable
el q u e de estos locos e impíos intentos se recoja una a b u n d a n t e eficacia; y es i n d u d a b l e q u e seguiría p r o d u c i e n d o idénticos frutos
cosecha d e males, q u e es la m á s perniciosa d e todas para la salud si siempre y en todas partes hubiese sido confiado a la a u t o r i d a d
de las almas y p a r a la seguridad del Estado. y vigilancia de la Iglesia, q u e es la mejor y m á s fiel depositaría y
defensora d e aquellas propiedades esenciales del m a t r i m o n i o . — P e r o ,
[El matrimonio, fuente de bienes para el individuo y el Estado ] como m o d e r n a m e n t e el capricho d e algunos h o m b r e s h a q u e r i d o sus-
tituir el d e r e c h o natural y divino con u n d e r e c h o p u r a m e n t e h u m a -
[ 1 4 ] . Si se considera el fin al q u e tiende la institución divina no, n o sólo ha c o m e n z a d o a borrarse la elevadísima noción del m a t r i -
del m a t r i m o n i o , se verá claramente q u e D i o s ha q u e r i d o p o n e r m o n i o q u e la naturaleza había i m p r e s o y registrado en el corazón d e
en el m a t r i m o n i o la fuente m á s copiosa de la utilidad y del bienestar los h o m b r e s , sino q u e t a m b i é n en los mismos m a t r i m o n i o s d e los fieles
públicos. E n efecto, el m a t r i m o n i o , además de ser el medio a p t o cristianos, p o r la h u m a n a debilidad, se ha debilitado m u c h o aquella
para la propagación del g é n e r o h u m a n o , tiene c o m o fin mejorar eficacia p r o d u c t o r a d e grandes bienes. P o r q u e , ¿qué bienes p u e d e n
y hacer m á s feliz la vida de los cónyuges; y esto p o r m u c h a s razo- esperarse d e los m a t r i m o n i o s q u e se inician d e s t e r r a n d o a la reli-
nes, a saber, por la m u t u a ayuda en el r e m e d i o de las necesidades, gión cristiana, q u e es m a d r e de todos los bienes y a l i m e n t o d e las
por la constancia y fidelidad en el amor, por la c o m u n i d a d de t o d o s mayores virtudes, excitando e i m p u l s a n d o los ánimos a toda clase
los bienes y p o r la gracia celestial q u e brota del sacramento. El de acciones nobles y generosas? El rechazo de la religión trae con-
m a t r i m o n i o es t a m b i é n u n m e d i o eficacísimo para la felicidad de sigo inevitablemente q u e el m a t r i m o n i o caiga de n u e v o otra vez
las familias, p o r q u e el m a t r i m o n i o , c u a n d o es conforme a la n a t u - en la esclavitud de la corrompida naturaleza h u m a n a y en la servi -
raleza y concuerda con las intenciones de Dios, p u e d e consolidar
gruentia naturae, Deique consiliis apte conveniant, firmare profecto valebunt
nienter habitura sit. At si rerum ordinem providentissime constitutum animorum concordiam Ínter parentes, tueri bonam institutionem liberorum,
immutare et perturbare hominum temeritas aut improbitas velit, tum vero temperare patriam potestatem proposito divinae potestatis exemplo, filio1;
etiam sapientissime atque utilissime instituta aut obesse incipiunt, aut pro- parentibus, .fámulos herís faceré obedientes. Ab eiusmodi autem coníugiis
desse desinunt, vel quod vim iuvandi mutatione amiserint, vel quod tales expectare civitates iure possunt genus et sobolem civium, qui probé animal i
Deus ipse poenas malit de mortalium superhia atque audacia sumere. Iam- sint, Deique reverentia atque amore assueti, sui officii esse ducant íuste et
vero qui sacrum esse matrimonium negant, atque omni despoliatum sanctitate legitime imperantibus obtemperare, cunctos diligere, laedere neminem.
in rerum profanarum coniiciunt genus, ii pervertunt fundamenta naturae, Hos fructus tantos ac tam praeclaros tamdiu matrimonium revera genuit,
st divinae providentiae tum consiliis repugnant, tum instituta, quantum quamdiu muñera sanctitatis, unitatis, perpetuitatisque retinuit, a quibus vir'-
potest, demoliuntur. Quapropter mirum esse non debet, ex huiusmodi co- omnem accipit frugiferam et salutarem; ñeque est dubitandum símiles pa-
natibus insanis atque impiis eam generari malorum segetem, qua nihil est resque ingeneraturum fuisse, si semper et ubique in potestatem fidemqui
saluti anímorum, incolumitatique reipublicae perniciosius. fuisset Ecclesiae quae illorum munerum est fidissima cónservatrix et vin-
dex.—Sed quia modo passim übuit humanum ius in locum naturalis et
Si consideretur quorsum matrimoniorum pertineat divina institutio, id diviní supponere, deleri non solum coepit matrimonii species ac notio
erit evidentissimum, includere in illis voluisse Deum utilitatis et salutis praestantissima, quam in animis hominum impresserat et quasi consigna -
publicae ubérrimos fontes. Et sane, praeter quam quod propagationi generis verat natura; sed in ipsis etiam Christianorum coníugiis, hominum vitio.
humani prospiciunt, illuc quoque pertinent, ut meliorem vitam coniugum multum vis illa debilitata est magnorum bonorum procreatrix. Quid esc
oeatioremque efficiant; idque pluribus causis, nempe mutuo ad necessi- enim boni quod nuptiales afierre possint societates, unde abscedere chris-
iates sublevandas adiumento, amore constanti et fideli, communione omnium tiana religio iubetur, quae parens est omnium bonorum, maximasque alit
bonorum, gratia caelesti, quae a sacramento proficiscitur. Eadem vero p'lu- virtutes, excitans et impellens ad decus omne generosi animi atque excelsi.'
rimum possunt ad familiarum salutem; nam matrimonia quamdiu sint con- lia igitur semota ac reiecta, redigi nuptias oporlet in servitutem vitiosac
96 LEÓN XIII
AKCANL'M D1V1NAK •'«

d u m b r e d e las peores pasiones, q u e d á n d o l e sólo la ineficaz protec- c u a n d o la sociedad fué e n t e r a m e n t e secularizada con el alejamiento
ción d e u n a moral natural. Esta es la fuente d e la q u e h a n b r o t a d o de D i o s , se p r o m u l g ó u n a legislación q u e legalizaba la separación
múltiples males, q u e n o sólo h a n influido e n las familias, sino t a m - de los cónyuges. Y s o n m u c h o s h o y día los q u e desean r e n o v a r
bién e n los Estados. P o r q u e , p e r d i d o el saludable t e m o r d e Dios esta legislación al q u e r e r quitar d e e n m e d i o a Dios y a la Iglesia
y olvidado el c u m p l i m i e n t o d e los deberes, q u e n u n c a e n parte al- y s u p r i m i r toda participación d e a m b o s e n el m a t r i m o n i o , p e n s a n d o
g u n a h a sido t a n r e c o m e n d a d o como e n la religión cristiana, sucede neciamente q u e el mejor r e m e d i o d e la corrupción d e c o s t u m b r e s
lo q u e inevitablemente tiene q u e suceder, q u e resultan casi inso- d e b e ser b u s c a d o e n estas leyes.
portables las cargas y las obligaciones del m a t r i m o n i o y son m u c h o s
descarriados los q u e quieren liberarse d e u n vínculo q u e j u z g a n [ 1 7 ] . A p e n a s es necesario decir los i n n u m e r a b l e s males q u e
contraído p o r su exclusiva voluntad y p o r u n d e r e c h o m e r a m e n t e encierra el divorcio. P o r causa del divorcio pierde su inmutabilidad
h u m a n o , c u a n d o la diferencia d e caracteres, la discordia, la viola- la alianza matrimonial, se debilita el a m o r m u t u o , q u e d a abierto
ción p o r el otro cónyuge d e la fe j u r a d a , el m u t u o consentimiento el c a m i n o a los perniciosos incentivos d e la infidelidad, se perjudica
u otras m u c h a s causas les aconsejan y m u e v e n a recobrar la libertad, la educación y la seguridad d e los hijos, se ofrece u n a ocasión
Y si p o r v e n t u r a la legislación vigente les p r o h i b e satisfacer estos continua p a r a disolver la sociedad doméstica, se multiplican las
libertinos deseos, entonces dicen a gritos q u e esta legislación es semillas d e discordia entre las familias, se disminuye y pisotea la
inicua, i n h u m a n a y q u e está e n p u g n a c o n el d e r e c h o d e los ciu- dignidad d e la mujer, q u e «ae e n el peligro d e verse a b a n d o n a d a
d a d a n o s libres; p o r lo cual les parece q u e p o r ser a n t i c u a d a debe p o r su m a r i d o d e s p u é s q u e éste ha satisfecho la torpeza d e s u s
q u e d a r derogada y sustituida p o r otra legislación m á s h u m a n a q u e pasiones.—Y c o m o p a r a p e r d e r las familias y destruir las fuerzas
declare la licitud del divorcio. de u n E s t a d o n a d a sirve t a n t o como la corrupción d e la moral,
fácilmente se c o m p r e n d e q u e el divorcio es enemigo n ú m e r o u n o
de la prosperidad d e la familia y del Estado, p o r q u e el divorcio
[Condenación del divorcio ] nace c u a n d o la moral de los pueblos h a q u e d a d o corrompida y,
como enseña la experiencia, deja el camino expedito y la p u e r t a
[ 1 6 ] . E n realidad, los legisladores d e nuestros d í a s , q u e se abierta a las c o s t u m b r e s m á s viciosas e n la vida pública y privada.—
distinguen p o r su tenaz sagacidad e n la defensa d e estos m i s m o s Y m u c h o m á s claramente se verá la gravedad d e estos males si se
principios jurídicos, n o p u e d e n defenderse, a u n q u e quieran, frente considera q u e n o h a y freno t a n poderoso q u e , u n a vez concedida
a la t e m e r i d a d referida d e ciertos h o m b r e s , p o r lo cual se v e n obli- la facultad del divorcio, p u e d a contenerla d e n t r o d e ciertos y d e -
gados a transigir c o n las circunstancias d e los t i e m p o s y a conceder t e r m i n a d o s límites. G r a n d e es, e n efecto, la fuerza del ejemplo,
la facultad del divorcio.—La historia d e m u e s t r a esta realidad. D e - pero mayor es la d e las pasiones d e s o r d e n a d a s ; c o n estos incentivos
j a n d o a u n lado otros ejemplos, a fines del siglo pasado, d u r a n t e sucederá necesariamente q u e la fiebre del divorcio, extendiéndose
la Revolución francesa, q u e m á s q u e revolución fué aniquilamiento,
Deo, profanaretur, tum demum placuit ratas legibus esse coniugum disces-
hominum naturae et pessimarum dominarum cupiditátum, honestatis na- siones. Easdem autem leges renovari hoc tempore multi cupiunt, propterea
turalis parum valido defensas patrocinio. Hoc fonte multiplex derivata per- quod Deum et Ecclesiam'pelli e medio ac submoveri volunt a societate
nicies, non modo in privatas familias, sed etiam in civitates influxit. Etenim coniunctionis humanae; stulte putantes extremum grassanti morum corrup-
salutari depulso Dei metu, sublataque curarum levatione, quae nusquam telae remedium ab eiusmodi legibus esse quaerendum.
alibi est quam in religione christiana maior, persaepe fit, quod est factu
proclive, ut vix ferenda matrimonii muñera et officia videantur; et liberari At vero quanti materiam mali in se divortia contineant, vix attinet dicere.
nimis multi vinculum velint, quod iure humano et sponte nexum putant, Eorum enim causa fiunt maritalia foedera mutabilia; extenuatur mutua
si dissimilitudo ingeniorum, aut discordia aut fides ab alterutro violata, benevolentia; infidelitati perniciosa incitamenta suppeditantur; tuitioni atque
aut utriusque consensus, aliaeve causae liberari suadeant oportere. Et si institutioni liberorum nocetur; dissuendis societatibus domesticis praebetur
forte satis fieri procacitati voluntatum lege prohibeatur, tum iniquas clamant occasio; discordiarum ínter familias semina sparguntur; minuitur ac depri-
esse leges, inhumanas, cum iure civium liberorum pugnantes; quapropter mitur dignitas mulierum, quae in periculum veniunt ne, cum libidini virorum
omnino videndum ut, illis antiquatis abrogatisque, Jicere divortia humaniore inservierint, pro derelictis habeantur.—Et quoniam ad perdendas familias,
lege decernatur. frangendasque regnorum opes nihil tam valet, quam corruptela morum,
facile perspicitur, prosperitati familiarum ac civitatum máxime inimica esse
divortia, quae a depravatis populorum moribus nascuntur, ac, teste rerum
Nostrorum autem temporum legumlatores, cum eorumdem iuris prin- usu, ad vitiosiores vitae privatae et publicae consuetudines aditum ianuam-
cipiorum tenaces se ac studiosos profiteantur, ab illa hominum improbitate, que patefaciunt.—Multoque esse graviora baec mala constabit, si conside-
quam diximus, se tueri non possunt, etiamsi máxime velint: quare cedendum retur, frenos millos futuros tantos, qui concessam semel divortiorum facul-
temporibus ac divortiorum concedenda facultas.-—Quod historia idem ipsa tatem valeant intra certos, aut ante provisos, limites coerceré. Magna prorsus
declarat. U t enim alia praetereamus, exeunte saeculo superiore, in illa non est vis exemplorum, maior cupiditátum: hisce incitamentis fieri debet, ut
tam perturbatione quam deflagratione Galliarum, cum societas omnis, amoto divortiorum libido latius quotidie serpens plurimorum ánimos invadat.

nocir, pona/, i 4
98 LEÓN XTII AKCANÚM DlVlNAK 99

cada día más, invadirá el á n i m o d e m u c h o s , propagándose como que se siguieron, q u e su espantoso n ú m e r o superó con exceso la
u n a epidemia contagiosa o c o m o u n torrente q u e se desborda, opinión de los legisladores. P u e s m u c h o s cometieron el crimen de
r o m p i e n d o todos los m u r o s de contención. entregarse a toda clase de fraudes y maldades y de fingir, p o r medio
[18]. T o d a s estas cosas son, sin d u d a alguna, evidentes p o r sí de crueldades, injurias y adulterios, pretextos para disolver i m p u n e -
m i s m a s ; p e r o se esclarecen m á s todavía con el r e c u e r d o de ciertos m e n t e el vínculo matrimonial, del q u e estaban cansados; y todo
hechos históricos.—Tan p r o n t o como las leyes ofrecieron u n seguro esto con t a n t o d a ñ o de la m o r a l pública, q u e todos j u z g a r o n ser
camino al divorcio, a u m e n t a r o n extraordinariamente las disensio- necesario establecer c u a n t o antes u n a legislación q u e remediase
nes matrimoniales, los odios y las separaciones, y llegó a tal p u n t o daños t a n g r a n d e s . — Y ¿quién d u d a q u e los efectos de las leyes
la inmoralidad q u e se derivó de esta legislación, q u e los m i s m o s favorecedoras del divorcio serán igualmente calamitosos si llegan
defensores del divorcio se arrepintieron de lo h e c h o ; pues era de a ponerse en práctica en nuestros t i e m p o s ? Las teorías y las leyes
t e m e r q u e , si n o se ponía r e m e d i o p r o n t o a t a n graves males con u n a h u m a n a s n o tienen p o d e r para c a m b i a r la índole y la estructura
legislación contraria, la m i s m a sociedad se precipitaría r á p i d a m e n t e natural de las cosas; p o r lo cual interpretan equivocadamente la
en su m á s completa r u i n a . — D i c e n q u e los antiguos romanos se pública felicidad los q u e piensan q u e p u e d e pervertirse i m p u n e -
horrorizaron cuando presenciaron los p r i m e r o s casos de divorcio; m e n t e el g e n u i n o o r d e n natural del m a t r i m o n i o ; y, dejando a u n
p e r o n o m u c h o t i e m p o después se pejrdió en ellos el s e n t i m i e n t o lado la santidad de la religión y del sacramento, quieren rehacer
de la moral natural, se extinguió por completo el p u d o r m o d e r a d o r y desfigurar el m a t r i m o n i o con u n a torpeza mayor q u e la q u e m o s -
de las concupiscencias y se comenzó a violar la fidelidad conyugal t r a r o n las instituciones paganas. P o r esto, con razón p u e d e n t e m e r
con u n a licencia t a n desenfrenada, q u e es m u y p r o b a b l e lo q u e las familias y la sociedad h u m a n a , si n o se cambia de dirección,
leemos en algunos autores, q u e las mujeres solían contar su edad, verse arrojadas en el abismo de la m á s completa disolución, q u e es
n o p o r el n ú m e r o de cónsules, sino p o r el n ú m e r o de m a r i d o s q u e el propósito deliberado d e los socialistas y d e los comunistas.—Por
habían tenido.—Del m i s m o m o d o entre los protestantes se dicta- t o d o lo cual q u e d a d e m o s t r a d o c u a n falso y a b s u r d o es esperar
ron ciertamente, al principio, leyes q u e señalaban algunas causas la felicidad pública del divorcio, el cual, p o r el contrario, c o n d u c e
—pocas en n ú m e r o — p o r las cuales podía permitirse lícitamente siempre con absoluta seguridad a la ruina total d e las sociedades.
el divorcio; estas causas, sin e m b a r g o , en virtud de la afinidad [19]. D e b e reconocerse, p o r tanto, q u e la Iglesia católica h a
existente entre las cosas q u e son semejantes, experimentaron tal sido y es benemérita del bien c o m ú n de todos los pueblos p o r su
a u m e n t o entre los alemanes, americanos y otros pueblos, q u e t o d o s p e r p e t u a consagración a la defensa de la santidad y perpetuidad del
los que todavía tenían sentido c o m ú n j u z g a r o n dignas de llorar la matrimonio, y q u e n o es poca la g r a t i t u d q u e se le debe p o r h a b e r
infinita depravación d e la moral y la intolerable t e m e r i d a d de las
leyes.—Lo m i s m o ha sucedido en los Estados católicos, e n los cuales incommodorum, quae consecuta sunt, muititudo opinionem legislatorurn
cuando se permitió la legalidad del divorcio fueron tantos los males longe vicit. Nam scelus plurimorum fuit, ad omnem malitianí fraudemque
versare mentem, ac per saevitiam adhibitam, per iniurias, per adulteria fin-
quasi morbus contagione vulgatus, aut agmen aquarum, superatis aggeribus, gere causas ad illud impune dissolvendum, cuius pertaesum esset, coniunc-
tionis maritalis vinculum: .idque cum tanto publicae honestatis detrimento,
exundans.
ut operam emendandis legibus quamprimum dari omnes iudicaverint opor-
Haec certe sunt omnia per se clara; sed renovanda rerum gestarum me- tere.—Et quisquam dubitabit, quin exitus aeque miseros et calamitosos
moria fiunt clariora.—Simul ac iter divortiis tutum lege praestari coepit, habiturae sint leges divortiorum fautrices, sicubi forte in usum aetate nostra
dissidia, simultates, secessiones plurimum crevere; et tanta est vivendi tur- revocentur? Non est profecto in hominum commentis vel decretis facultas
pitudo consecuta, ut eos ipsos, qui fuerant talium discessionum defensores, tanta, ut immutare rerum naturalem indolem conformationemque possint:
facti poenituerit; qui nisi contraria lege remedium mature quaesissent, ti- quapropter parum sapienter publicam felicitatem interpretantur, qui ger-
mendum erat, ne praeceps in suam ipsa perniciem respublica dilaberetur.— manam matrimonii rationem impune pervertí posse putant; et, qualibet
Romani veteres prima divortiorum exempla dicuntur inhorruisse; sed non sanctitate cum religionis tum Sacramenti posthabita, diffingerc ac deformare
longa mora sensus honestatis in animis obstupescere, moderator cupiditatis coniugia turpius velle vídentur, quam ipsa ethnicorum instituta consue-
pudor interire, fidesque nuptialis tanta cum licentia violari coepit, ut mag- vissent. Ideoque nisi consilia mutentur, perpetuo sibi metuere familiae et
nam veri similitudinem habere videatur quod a nonnuílis scriptum legimus, societas humana debebunt, ne miserrime coniiciantur in illud rerum omniurh
mulleres non mutatione consulum, sed maritorum enumerare annos con- certamen atque discrimen, quod est Socialistarum ac Communistarum fla-
suevisse.—Pari modo apud Protestantes principio quidem leges sanxerant, gitiosis gregibus iamdiu propositum.—Unde liquet quam absoiium et absur-
ut divortia fieri liceret certis de causis, iisque non sane multis: istas tamen dum sit publicam salutem a divortiis expectare, quae potius in certam
propter rerum similium affinitatem, compertum est in tantam multitudinem societatis perniciem sunt evasura.
excrevisse apud Germanos, Americanos, aliosque, ut qui non stulte sapuis-
sent, magnopere deflendam putarint infinitam morum depravationem, atque Igitur confitendum est, de communi omnium populorum bono meruisse
intolerandam legum temeritatem.—Ñeque aliter se res habuit in civitatibus optime Ecclesiam catholicam, sanctitati et perpetuitati coniugiorum tuendae
catholici nominis: in quibus si quando datus est coniugiorum discidiis locus, semper intentam; nec exiguam jpsi gratiam deberi, quod legibus civicis cen-
UU'ANUM niVINU: 101
100 l.líó.N XIII
al bien de los p u e b l o s , deberían haber preferido respetar intactas
protestado enérgicamente contra las leyes civiles injustas q u e en
las leyes del m a t r i m o n i o , aceptar la cooperación d e la Iglesia para
esta materia se han p r o m u l g a d o en los últimos cien a ñ o s 5 6 ; por
la tutela de la m o r a l y la prosperidad de las familias, y n o acusar
haber anatematizado la detestable herejía protestante acerca del
a la Iglesia d e enemiga del E s t a d o y de haber violado inicuamente
divorcio y el r e p u d i o 5 7 ; p o r haber 'condenado de m u c h a s maneras
el d e r e c h o civil d e los pueblos.
la separación matrimonial usada entre los griegos 5 8 ; por haber d e -
clarado la nulidad de los matrimonios contraídos con la condición
de separarse los cónyuges en u n tierno*) d e t e r m i n a d o 5 9 , y, final- [Reconocimiento de los derechos del Estado sobre los efectos civiles
mente, por haber h e c h o frente, desde los primeros tiempos, a las del matrimonio]
leyes imperiales que favorecían perniciosamente el divorcio y el
[21]. Consecuencia reforzada p o r el h e c h o de que, así como
r e p u d i o 6 0 . — L o s Sumos Pontífices, que tantas veces resistieron a
la Iglesia católica n o p u e d e separarse en cosa alguna del c u m p l i -
príncipes poderosísimos q u e p e d í a n con amenazas la ratificación
m i e n t o de su d e b e r religioso y de la defensa de sus derechos, así
por la Iglesia de los divorcios que ellos habían llevado a cabo,
t a m b i é n suele estar inclinada a u n a benigna indulgencia e n todo
deben ser considerados como defensores n o solamente de la inte-
aquello q u e es compatible con la integridad de sus derechos y con
gridad religiosa, sino t a m b i é n de la incolumidad de los Estados y
la santidad d e sus deberes. P o r esto la Iglesia n u n c a ha establecido
de los pueblos. A este propósito, toda la posteridad admirará los
m e d i d a alguna en materia matrimonial sin considerar de a n t e m a n o
ejemplos de invicta fortaleza dados p o r Nicolás I frente a L o t a r i o ;
la situación de la c o m u n i d a d y las circunstancias de los p u e b l o s ;
por U r b a n o II y Pascual II frente a Felipe I, rey de F r a n c i a ; por
y m á s de u n a vez ha mitigado, en lo posible, los preceptos de su
Celestino III e Inocencio III frente a Felipe II, príncipe de F r a n c i a ;
legislación c u a n d o h a n existido j u s t a s y graves causas p a r a esta
por C l e m e n t e V I I y Paulo III frente a E n r i q u e V I I I ; finalmente,
m i t i g a c i ó n . — D e la m i s m a m a n e r a n o ignora la Iglesia ni niega
por Pío V I I , santísimo y esforzado pontífice, frente a N a p o l e ó n I,
q u e el sacramento del matrimonio, por estar destinado a la conser-
engreído con los éxitos y grandeza de su imperio.
vación e i n c r e m e n t o de la sociedad h u m a n a , tenga conexión y r e -
[20]. Siendo éste el testimonio de la historia, si todos los go- laciones con los efectos temporales q u e se siguen del m a t r i m o n i o ,
b e r n a n t e s y administradores d e los Estados hubiesen querido se- p e r o q u e caen d e n t r o del d e r e c h o civil; efectos h u m a n o s acerca
guir los d i c t á m e n e s de la razón, d e la prudencia, y contribuir así de los cuales con t o d o d e r e c h o legislan y conocen los órganos del
Estado.
tum iam annos in hoc genere multa peccantibus palam reclamaverit; quod [22]. P e r o n a d i e d u d a q u e Jesucristo, fundador de la Iglesia,
haeresim deterrimam Protestantium de divortiis et repudiis anathemate per- quiso q u e el p o d e r sagrado fuese distinto del poder civil y q u e
culerit; quod usitatam graecis diremptionem matrimoniorum multis modis
a m b o s gozasen d e plena libertad d e n t r o de su terreno p r o p i o ; p e r o
damnaverit; quod irritas esse nuptias decreverit ea conditione initas, ut
aliquando dissolvantur; quod demum vel a prima aetate leges imperatorias con la condición, útil para a m b o s p o d e r e s j e importante p a r a t o d o s
repudiarit) quae divortiis et repudiis perniciose favissent.—Pontífices vero
maximi quoties restiterunt principibus potentissimis, divortia a se facta ut voluissent, malle debuerant sacras de matrimonio leges intactas manere,
rata Ecclesiae essent minaciter petentibus, toties existimandi sunt non modo oblatumque Ecclesiae adiumentum in tutelam morum prosperitatemque
pro incolumitate religionis, sed etiam pro humanitatis gentium propugna- familiarum adhibere, quam ipsam vocare Ecclesiam in suspicionem inimi-
visse. Quam ad rem omnis admirabitur posteritas invicti animi documenta citiae, et in falsam atque iniquam violati iuris civilis insimulationem.
a Nicolao I edita adversus Lotharium; ab Urbano II et Paschali II adversus Eoque magis, quod Ecclesia catholica, ut in re nulla potest ab religione
Philippum I regem Gaüiarum; a Caelestino III et Innocentio III adversus officii et defensione iuris sui declinare, ita máxime solet essead benignitatem
Philippum II principem Galliarum; a Clemente VII et Paullo III adversus indulgentiamque proclivis in rebus ómnibus, quae cum incolumitate iurium
Henricum VIII; denique a Pió VII sanctissimo fortissimoque Pontífice ad- et sanctitate officiorum suorum possunt una consistere. Quam ob rem nihil
versus Napoleonem I, secundis rebus et magnitudine imperii exultantem. unquam de matrimoniis statuit, quin respectum habuerit adstatum commu-
Quae cum ita sint, omnes gubernatores administratoresque rerum pu- nitatis, ad conditiones populorum; nec semel suarum ipsa legum praescripta
blicarum, si rationem sequi, si sapientiam, si ipsam populorum utiütatem quoad potuit, mitigavit, quando ut mitigaret causae iustae et graves impu-
lerunt.—ítem non ipsa ignorat ñeque diffitetur, sacramental matrimonii,
• 5 6 P í o VI, Epist. ad episc. Lucion, de 20 de mayo de 1793.—Pío VII, encíclica del 17 de cum ad conservationem quoque et incrementum societatis humanae diri-
febrero de 1809 y const. apost. del 19 de julio de 1817.—Pío VIII, encíclica del 29 d e mayo
d e 1829.—GREGORIO XVI, Const. apost. del 15 de agosto de 1832.—Pío IX, aloe, consist. gatur, cognationem et necessitudinem habere cum rebus ipsis humanis, quae
Acerbissimwn, d e 22 de septiembre de 1852. matrimonium quidem consequuntur, sed in genere civili versantur: de
37
Concilio Tridentino, sess.24 can.5.7: D B 975 y 977. quibus rebus iure decernunt et cognoscunt qui rei publicae praesunt.
58
Concilio Florentino, Decretum pro Armenis: D B 702. BENEDICTO XIV, const. apost.
Etsi pastoralis de 25 de mayo de 1742. Nemo autem dubitat, quin Ecclesiae conditor Iesus Chiistus potestatem
5» C.7 De condit. apos. (cf. C I C F parte 2.» col.684). sacram voluerit esse a civili distinctam, et ad suas utramque res agendas
60 Gf. SAN JERÓNIMO, Epist. 69 ad Oceanum: P L 22,657; SAN AMBROSIO, Lib. 8 in cap. 16
l.ucae n . i s : P L 15,1857; SAN AGUSTÍN, De nuptiis 1 , 1 0 - n : PL. 44,470: B A C , Obras de San liberam atque expeditam; hoc tamen'adiuncto, quod utiique expedit, et
Agmtin t.12 P.359SS.
ARCANUM DIVINAR 103
102 LEÓN XIII
nuestra m a n o derecha, ofreciéndoles el auxilio de n u e s t r o s u p r e m o
los h o m b r e s , de q u e hubiese u n a m u t u a concordia y unión e n t r e poder, t a n t o m á s necesario en estos t i e m p o s c u a n t o m á s debilitado
ellos y de q u e en las materias, q u e son, a u n q u e p o r diverso motivo, y herido está el d e r e c h o de m a n d a r en la opinión d e los h o m b r e s .
de d e r e c h o y jurisdicción c o m ú n , el poder h u m a n o se subordinara Invadidos los ánimos de la m á s procaz libertad y despreciando
c o m o conviene al p o d e r d i v i n o 6 1 . C o n esta concorde armonía n o con el m a y o r descaro t o d o yugo d e imperio p o r legítimo q u e sea,
sólo se consigue la perfecta realización y u n i ó n de los dos poderes, la salud pública exige la u n i ó n de las fuerzas d e a m b a s potestades
sino q u e t a m b i é n se obtiene el m o d o más o p o r t u n o y m á s eficaz para conjurar los males q u e amenazan n o sólo a la Iglesia, sino
.de ayudar a los h o m b r e s en lo tocante a la vida activa y a la espe- t a m b i é n al Estado.
ranza de la salvación eterna. P o r q u e de la m i s m a manera q u e la [ 2 4 ] . P e r o c u a n d o predicamos la amigable u n i ó n d e las vo-
inteligencia h u m a n a , c o m o h e m o s demostrado en una encíclica luntades y rogamos a Dios, Príncipe d e la paz, q u e i n f u n d a en
a n t e r i o r 6 2 , c u a n d o se conforma con la fe cristiana, se ennoblece todos los espíritus el a m o r d e la concordia, n o p o d e m o s m e n o s ,
e x t r a o r d i n a r i a m e n t e y se robustece para evitar y rechazar los erro- venerables h e r m a n o s , d e excitar m á s y m á s vuestra solicitud, vues-
res y a su vez la fe recibe n o poca defensa de parte de la inteligen- t r o cuidado y vuestra vigilancia, d e cuya a s i d u i d a d n o d u d a m o s .
cia, así t a m b i é n si la autoridad civil vive en amistad con la sagrada E n la m e d i d a d e vuestras posibilidades y de vuestra autoridad p r o -
potestad eclesiástica, necesariamente se seguirá u n gran a u m e n t o c u r a d q u e p e r m a n e z c a entera e incorrupta entre los fieles e n c o m e n -
de utilidad para a m b o s poderes. P o r q u e el p o d e r civil ve a u m e n t a d a dados a vuestro cuidado la doctrina q u e Cristo nuestro Señor y
su dignidad y bajo la vigilancia de la religión se asegura para siem- los apóstoles, intérpretes d e su voluntad celestial, enseñaron, y q u e
p r e la justicia del g o b i e r n o ; el poder eclesiástico, por su parte, la Iglesia católica g u a r d ó religiosamente y m a n d ó guardar e n t o d o
recibe el auxilio d e u n a tutela y de una defensa para procurar el t i e m p o a los fieles cristianos.
bien c o m ú n de los fieles.
[ 2 5 ] . C o n s a g r a d vuestros principales cuidados a lograr q u e
los pueblos conozcan bien los preceptos de la sabiduría cristiana
[IV. E X H O R T A C I Ó N Y NORMAS PRÁCTICAS] y q u e n o olviden n u n c a q u e el m a t r i m o n i o fué instituido d e s d e el
principio, n o p o r voluntad d e los h o m b r e s , sino p o r la autoridad y
[23]. N o s , p o r tanto, movidos por la consideración de estas
disposición de Dios y bajo la expresa ley de q u e ha de ser e n t r e u n
realidades, así c o m o h e m o s hecho con t o d o cuidado en otras oca-
varón y u n a m u j e r ; q u e Jesucristo, autor de la Nueva Alianza,
siones, así t a m b i é n en la presente oportunidad exhortamos con
lo elevó d e contrato n a t u r a l a sacramento, y q u e , en lo tocante al
t o d a vehemencia a los gobernantes a la amistad y a la concordia;
vínculo, dio a su Iglesia p o d e r legislativo y judicial. Ha de p r e c a -
y somos N o s los p r i m e r o s en alargarles con paterna benevolencia

quod interest omnium hominum, ut coniunctio inter eas et concordia inter- quod tanto magis est hoc tempore necessarium, quanto ius imperandi plus
cederet, in iisque rebus quae sint, diversa licet ratione, communis iuris et est in opinione hominum, quasi accepto vulnere, debilitatum. Incensis iam
iudicii, altera, cui sunt humana tradita opportune et congruenter ab altera procaci libértate animis, et omne imperii, vel máxime Iegitimi, iugum nefario
penderet, cui sunt caelestia concredita. Huiusmodi autem compositione, ac ausu detrectantibus, salus publica postulat, ut vires utriusque potestatis
fere harmonía, non solum utriusque potestatis óptima ratio continetur, sed consocientur ad prohibenda damna, quae non modo Ecclesiae, sed ipsi etiam
etiam opportunissimus atque efficacissimus modus iuvandi hominum genus civili societati impendent.
in eo quod pertinet ad actionem vitae et ad spem salutis sempiternae. Etenim Sed cum amicam voluntatum coniunctionem valde suademus, precamur-
sicut hominum intelligentia, quemadmodum in superioribus Encyclicis Lit- que Deum. principem pacis, ut amorem concordiae in ánimos cunctorum
teris ostendimus, si cum fide christiana conveniat, multum nobilitatur mul- hominum iniíciat, tum temperare Nobis ipsi non possumus, quin Vestram
toque evadit ad vitandos ac repellendos errores munitior, vicissimque fides industriam, Venerabiles Fratres, Vestrum studium ac vigilantiam, quae in
non parum praesidii ab intelligentia mutuatur; sic pariter, si cum sacra Vobis stimma esse intelligimus, magis ac magis hortando inritemus. Q u a n -
Ecclesiae potestate civilis auctoritas amice congruat, magna utrique necesse tum contentione assequi, quantum auctoritate potestis, date operam, ut a p u d
est fiat utilitatis accessio. Alterius enim amplificatur dignitas, et, religione gentes fidei Vestrae commendatas integra atque incorrupta doctrina retinea-
praeeunte, numquam erit non iustum imperium: alteri vero adiumenta tu- tur, quam Christus Dominus et caelestis voluntatis interpretes Apostoli
telae et defensionis in publicum fidelium bonum suppeditantur.
tradiderunt, quamque Ecclesia catholica religiose ipsa servavit, et a Christi-
fidelibus servari per omnes aetates iussit.
Nos igitur, harum rerum consideratione permoti, cum studiose alias,
tum vehementer in praesenti viros principes in concordiam atque amicitiam Praecipuas curas in id insumite, ut populi abundent praeceptis sapien-
iungendam iterum hortamur; iisdemque paterna cum benevolentia veluti üae christianae, semperque memoria teneant matrimonium non volúntate
dexteram primi porrigimus, oblato supremae potestatis Nostrae auxilio, hominum, sed auctoritate nutuque Dei fuisse initio constitutum, et h a c
lege prorsus ut sit unius ad unam: Christum vero novi Focderis auctorem
01
Tesis central de las dos sociedades y de los dos poderes que se desarrolla en las encí- illud ipsum ex officio naturae in Sacramenta transtulisse, et quod ad vinculum
clicas posteriores Irmnortale Dei y Sapienüae christiariae. spectat, legiferam et iudicialem Ecclesiae suae attribujsse potestatem. Q u g
62
, La encSclica Aeterni Patris sobre la filosofía cristiana, publicada el 4 de agosto de 1879
AtU'ANl'M DIVÍXAI-: 105

104 I.KON XIII fuerzo p o r restablecer la concordia o q u e se desespere de conse-


verse con s u m o cuidado en esta materia q u e los fieles n o sean i n d u - guirla.—Mas éstos son casos extremos a los q u e difícilmente se
cidos a error p o r las falaces enseñanzas de los q u e quieren arrebatar llegaría si los esposos se acercaran al m a t r i m o n i o con las debidas
a la Iglesia este poder. Igualmente deben t o d o s saber q u e t o d a intenciones, n o movidos p o r la pasión, sino p e n s a n d o seriamente
u n i ó n contraída entre cristianos al margen del sacramento carece en las obligaciones conyugales y en las causas nobilísimas q u e d e b e n
del carácter y d a i valor de matrimonio legítimo; y a u n cuando mover al m a t r i m o n i o , y n o se anticipasen a las bodas irritando a
d i c h a u n i ó n se tíS^. verificado de acuerdo con la legislación civil, Dios con una serie n o i n t e r r u m p i d a de pecados. Y, p a r a decirlo
n o p u e d e n considerarla m á s q u e como u n rito o u n a c o s t u m b r e t o d o en pocas palabras, el m a t r i m o n i o t e n d r á u n a estabilidad plá-
i n t r o d u c i d a por el d e r e c h o civil; p e r o el d e r e c h o civil solamente cida y tranquila c u a n d o los cónyuges se acerquen a él con u n vivo
p u e d e ordenar y regular los efectos que el m a t r i m o n i o p r o d u c e espíritu religioso, q u e es el q u e da al h o m b r e invicta fortaleza de
p o r su propia naturaleza en el terreno civil; efectos q u e , c o m o es espíritu y hace q u e los defectos q u e p u e d a n existir entre los cón-
evidente, n o p u e d e n existir si n o se da previamente su causa legítima, yuges, las diferencias de carácter y costumbres, el peso de los cui-
es decir, el vínculo matrimonial.—Es m u y i m p o r t a n t e para los es- dados maternales, la trabajosa solicitud de la educación de los
posos conocer claramente todos estos principios y estar bien p e - hijos, los afanes inseparables de la vida y las adversidades y penas,
netrados de ellos para q u e p u e d a n lícitamente prestar obediencia se soporten, n o sólo con moderación, sino t a m b i é n con una b u e n a
a las leyes, a lo cual de n i n g ú n m o d o se opone la Iglesia, q u e quiere voluntad.
q u e el m a t r i m o n i o surta t o d o s sus legítimos efectos civiles y q u e [26]. D e b e evitarse t a m b i é n la facilidad en contraer m a t r i -
los hijos n o sufran perjuicio alguno.—Pero en medio de t a n g r a n m o n i o con personas n o católicas; pues es m u y difícil q u e con-
confusión de principios y opiniones, cada día más extendida, es c u e r d e n en las d e m á s cosas los esposos q u e disienten en materia
t a m b i é n m u y necesario saber que la disolución del m a t r i m o n i o religiosa. Estos m a t r i m o n i o s d e b e n evitarse con s u m o cuidado,
r a t o y c o n s u m a d o entre los fieles es totalmente imposible, y q u e sobre t o d o p o r q u e d a n ocasión para la prohibida comunicación
p o r lo m i s m o son reos de u n manifiesto delito los cónyuges q u e , en las cosas sagradas, crean u n peligro para la religión del cónyuge
sea la q u e sea la causa propuesta, se ligan con u n nuevo vínculo católico, sirven de i m p e d i m e n t o para la b u e n a educación de los
m a t r i m o n i a l antes d e disolverse el primero p o r la m u e r t e . — Y si las hijos e inclinan frecuentemente los ánimos a m e d i r con u n m i s m o
cosas llegan a tal e x t r e m o q u e la cohabitación se hace intolerable, rasero todas las religiones, s u p r i m i e n d o las diferencias q u e existen
entonces la Iglesia p e r m i t e q u e cada u n o de los cónyuges viva entre la verdad y el e r r o r . — P o r último, c o m p r e n d i e n d o q u e nadie
p o r separado, y con los cuidados y remedios acomodados a la con- d e b e ser ajeno a nuestra caridad, r e c o m e n d a m o s a vuestra autori-
dición de los cónyuges q u e pone en práctica, procura suavizar los d a d en la fe y a vuestra piedad, venerables hermanos, a aquellos
inconvenientes de esta separación y n u n c a p e r m i t e que cese el es-
incommoda; nec umquam committit, ut de reconcilianda concordia aut non
in genere cavendum magnopere est, ne in errorem mentes inducantur a laboret aut desperet.—Verum haec extrema sunt; quo facile esset non de-
fallacibus conclusionibus adversariorum, qui eiusmodi potestatem ademptam scenderé si sponsi norj cupiditate acti, sed práesumptis cogitatione tum
Ecclesiae vellent. Similiter ómnibus exploratum esse debet, si qua coniunctio officiis coniugum, tum causis coniugiorum nobilissimis, ea qua aequum est
viri et mulieris ínter Christifideles citra Sacramentum contrahatur, eam vi mente ad matrimonium accederent; ñeque nuptias anteverterent continua-
ac ratione iusti matrimonü carere; et quamvis convenienter legibus civicis tione quadam serieque flagitiorum, irato Deo. Et ut omnia paucis complec-
facta sit, tamen pluris esse non posse, quam ritum aut morem, iure civili tamur, tune matrimonia placidam quietamque constantiam habitura sunt, si
introductum; iure autem civili res tantummodo ordinari atque administran coniuges spiritum vitamque hauriant a virtute religionis, quae forti invictoque
posse, quas matrimonia efferunt ex sese- in genere civili, et quas gigni non animo esse tribuit; quae efficit ut vitia, si qua sint in personis, ut distantia
posse manifestum est, nisi vera et legitima illarum causa, scilicet nuptiale morum et ingeniorum, ut curarum maternarum pondus, ut educationis libe-
vinculum, existat.—Haec quidem omnia probé cognita habere máxime spon- rorum operosa sollicitudo, ut comités vitae labores, ut casus adversi non
sorum referí, quibus etiam probata esse debent et notata animis, ut sibi solum modérate, sed etiam libenter perferantur.
Hceat hac in re morem legibus gerere; ipsa non abnuente Ecclesia, quae Illud etiam cavendum est, ne scilicet coniugia facile appetantur cum
vult atque optat ut in omnes partes salva sint matrimoniorum effecta, et alienis a catholico nomine; ánimos enim de disciplina religionis dissidentes
ne quid liberis detrimenti afferatur.—In tanta autem confusione sententia- vix sperari potest futuros esse cetera concordes. Quin imo ab eiusmodi
rum, quae serpunt quotidie longius, id quoque est cognitu necessarium, coniugiis ex eo máxime perspicitur esse abhorrendum, quod occasionem
solvere vinculum coniugii Ínter christianos rati et consummati nullius in praebent vetitae societati et communicationi rerum sacrarum, periculum
potestate esse; ideoque manifesti criminis reos esse, si qui forte coniuges,
religioni creant coniugis catholici, impedimento sunt bonae institutioni libe-
quaecumque demum causa esse dicatur, novo se matrimonü nexu ante
rorum, et persaepe ánimos impellunt, ut cunctarum religionum aequam
implicare velint, quam abrumpi primum morte contigerit.—Quod si res
eo devenerint, ut convictus ferri diutius non posse videatur, tum vero Ec- habere rationem assuescant, sublato veri falsique discrimine.-—Postremo
clesia sinit alterum ab altera seorsum agere, adhibendisque, curis ac re-" loco, cum probé intelligamus, alienum esse a caritate Nostra neminem opor-
mediis ad coniugum conditionem accomodatis, teñiré studet secessionis tere, auctoritati fidei et pietati Vestrae, Venerabiles Fratres, illos commen-
loé LEÓU XIII

desgraciados q u e , arrebatados p o r el í m p e t u d e s u s pasiones y ol-


vidados d e su eterna salvación, viven e n pecado, unidos con el víncu-
D l U T II R N U M ILL l) D
lo d e u n m a t r i m o n i o ilegítimo. Desplegad vuestro celo e n atraer a
estos h o m b r e s a s u deber, y, y a p o r vosotros mismos inmediata- La autoridad política
m e n t e , y a interpuesta la mediación d e personas cristianas, trabajad
p o r t o d o s los m e d i o s posibles para hacerles c o m p r e n d e r q u e h a n
o b r a d o criminalmente, q u e deben hacer penitencia y determinarse
a contraer u n m a t r i m o n i o verdadero, a c o m o d á n d o s e al rito católico.
[27]. Estas enseñanzas y preceptos sobre el m a t r i m o n i o q u e
h e m o s j u z g a d o d e b í a m o s comunicaros p o r m e d i o d e esta nuestra
encíclica, venerables h e r m a n o s , fcfr v e n n o m e n o s para la conser-
vación d e la sociedad civil q u e para la salvación eterna d e los h o m -
b r e s . — H a g a , p o r t a n t o , D i o s que, c u a n t o m a y o r es la importancia En esta encíclica—primera pieza fundamental del C o r p u s politi-
y g r a v e d a d d e estas enseñanzas, t a n t o m a y o r sea la docilidad y la c u m l e o n i a n u m — n o se trata propiamente del poder político. Se estudia
p r o n t i t u d d e los espíritus para obedecerlas. C o n este m o t i v o i m p l o - el origen de la autoridad política, entendida como derecho de mandar y
r e m o s t o d o s c o n h u m i l d e s oraciones el auxilio d e la Bienaventurada de ser obedecido por los gobernados. La tesis católica del origen divino
I n m a c u l a d a V i r g e n M a r í a , para q u e se m u e s t r e , m o v i e n d o a las de la autoridad civil se enfrenta así con la teoría liberal del «derecho
almas a la obediencia d e la fe, m a d r e y auxiliadora d e los h o m b r e s . nuevo». El planteamiento de la cuestión opera en el campo estrictamente
C o n n o m e n o r insistencia p i d a m o s a los Príncipes d e los Apóstoles, teológico y filosófico. La prueba filosófica consta de tres argumentos:
San P e d r o y S a n Pablo, triunfadores d e la superstición y s e m b r a - la sociabilidad natural del hombre unida al concepto de bien común;
dores d e la verdad, q u e c o n s u firme patrocinio defiendan a la h u - la obediencia política como obligación de conciencia, y el consentimiento
m a n i d a d d e este diluvio d e renovados errores. universal de los pueblos respecto a la procedencia sagrada de toda
autoridad.
E n t r e t a n t o , c o m o p r e n d a d e los d o n e s celestiales y testimonio
Dos advertencias importantes hace León XIII en esta encíclica:
de nuestra singular benevolencia, a todos vosotros, venerables her-
no es contraria a la doctrina católica la elección del gobernante por el
m a n o s , y a los p u e b l d s confiados a vuestra solicitud i m p a r t i m o s d e
pueblo; no contradice tampoco a la doctrina de la Iglesia el que, salvada
corazón la bendición apostólica.
la justicia, los pueblos elijan por sí mismos el régimen politico más ajus-
D a d o e n R o m a , j u n t o a San Pedro, el d í a 10 d e febrero d e 1880, tado a su carácter o a su historia.
a ñ o s e g u n d o d e n u e s t r o pontificado. Con respecto a la primera advertencia, es necesario subrayar la
damus, valde quidem miseros, qui aestu cupiditatum abrepti, et salutis suae expresión pontificia, según la cual la función del pueblo en la. elección
plañe immemores contra fas vivunt, haud legitimi matrimonü vinculo del gobernante es designativa de la persona y determinativa de facul-
coniuncti. In his ad officium revocandis hominibus Vestra sollers industria tades, pero no es «collativa» o atributiva de los derechos de la autoridad.
versetur: et cum per Vos ipsi, tum interposita vfrorum bonorum opera, Expresión que debe ser entendida en sentido amplio, pero que no por
modis ómnibus contendite, ut sentiant se flagitiose fecisse, agant nequitiae
esto deja de ser significativa. El problema de las formas i¡.e gobierno
poenitentiam, et a d iustas nuptias ritu carbólico ineundas animum inducant.
no está tratado in recto en la D i u t u r n u m illud. Queda remitido a
Haec de matrimonio christiano documenta ac praecepta, quae per has
litteras Nostras Vobiscum, Venerabiles Fratres, communicanda censuimus, una encíclica posterior: la carta A u milieu, dirigida al episcopado y
facile videtis, non minus ad conservationem civilis communitatis, quam ad pueblo de Francia.
salutem hominum sempiternam magnopere pertinere.—Faxit igitur Deus En la encíclica presente se conjuga el deber normal de obediencia a
ut quanto plus habent illa momenti et ponderis, tanto dóciles promptosque la autoridad constituida con el deber excepcional de la desobediencia
magis ad parendum ánimos ubique nanciscantur. Muius rei gratia, supplice legitima en ciertos supuestos.
atque humili prece omnes pariter opem imploremus beatae Mariae Virginis
Immaculatae, quae, excitatis mentibus ad obediendum fidei, matrem se et
BIBLIOGRAFÍA
adiutricem hominibus impertiat. Ñeque minore studio Petrum et Paulum
obsecremus Principes Apostolorum, domitores superstitionis, satores veri- OTTO SCHILLING, Die Staats- und Soziallehre des Papstes Leo XIII p.27ss.—
tatis, ut ab eluvione renascentium errorum humanum genus firmissimo G. GOYAU, Léon XIII: DTC t.9 col.340-341 (París 1926).—J. SCHMIDLIN,
patrocinio tueantur. Papstgeschichte der neuesten Zeit t.2 p.354 (Munich 1935).—G. CASTELLA,
Histoire des Papes t.3 p.284 (Zurich 1945).—MONS. ÁNGEL HERRERA ORIA,
Interea caelestium munerum auspicem et singularis benevolentiae Nos- IM palabra de Cristo t.8 p.770ss.—H. A. ROMMEN, The State in Catholic Thought
trae testem, Vobis ómnibus, Venerabiles Fratres, et populis vigilantiae p.2 c.19 y 20 p.428ss (St. Louis 1950).—I. GONZÁLEZ, Ethica, apud Philosophiae
Vestrae commissis, Apostolicam Benedictionem ex animo impertimus. Scfwlasticae Summa t.3 p.755ss (BAC, Madrid 1952).—J. MARITAIN, Man
Datum Romae apud S. Petrum, die 10 Februarii anni 1880, Pontificatus und the State p.l26ss (Chicago, University Press, 1951).
Nostri anno secundo.
108 LEÓN X I I I DIl'TfK.M'M II.I.Ull 1,0!»
1
[ i ] . La p r o l o n g a d a y terrible guerra declarada contra la
SUMARIO autoridad divina d e la Iglesia h a llegado a d o n d e tenía q u e llegar,
I. La autoridad civil está en peligro. Grave preocupación para la Iglesia. a p o n e r en peligro universal la sociedad h u m a n a y, en especial, la
Influjo benéfico de la doctrina cristiana en la vida pública. A ella se autoridad política, en la cual estriba f u n d a m e n t a l m e n t e la salud
debe el justo equilibrio entre los derechos del pueblo y los derechos pública. H e c h o q u e vemos verificado sobre t o d o en este nuestro
del gobernante. t i e m p o . Las pasiones desordenadas del p u e b l o rehusan hoy más
II. Objeto de esta encíclica. Los deberes del católico en materia de auto- q u e n u n c a t o d o vínculo de gobierno. Es t a n g r a n d e p o r todas
ridad política. p a r t e s la licencia, son tan frecuentes las sediciones y las t u r b u l e n -
III. La autoridad es necesaria. De lo contrario sobreviene la desintegración cias, q u e n o solamente se ha negado m u c h a s veces a los g o b e r n a n -
social. Sin embargo, hoy la autoridad se encuentra debilitada a conse- tes la obediencia, sino q u e ni a u n siquiera les ha q u e d a d o u n refu-
cuencia de los ataques de la Reforma y del racionalismo. gio seguro de salvación. Se ha p r o c u r a d o d u r a n t e m u c h o t i e m p o
IV. La doctrina católica acerca del origen de la autoridad. No es contraria q u e los gobernantes caigan en el desprecio y odio de las m u c h e d u m -
a la doctrina católica la participación del pueblo en la elección del bres, y, al aparecer las llamas de la envidia preconcebida, en u n
gobernante. Pero aquí no se trata de las formas de gobierno. Se trata p e q u e ñ o intervalo de t i e m p o la vida d e los príncipes m á s poderosos
de la fuente última del poder político. h a sido buscada m u c h a s veces hasta la m u e r t e con asechanzas ocul-
El poder viene de Dios. Lo demuestran la Sagrada Escritura y la tas o con manifiestos atentados. T o d a E u r o p a ha q u e d a d o h o r r o -
tradición de la Iglesia. Lo demuestra también la razón. Porque, en rizada hace m u y poco al conocer el nefando asesinato de u n p o d e -
primer lugar, Dios ha creado al hombre como ser social, y sin auto- roso e m p e r a d o r 2 . A t ó n i t o s todavía los ánimos por la m a g n i t u d
ridad no hay sociedad. En segundo lugar, la obediencia a la autoridad de semejante delito, n o reparan, sin e m b a r g o , ciertos h o m b r e s des-
es un deber de conciencia. Este deber sólo puede ser impuesto por vergonzados en lanzar a cada paso amenazas terroristas contra los
Dios. Todo poder, por último, proviene de Dios. Estos argumentos
d e m á s reyes de E u r o p a .
demuestran la inconsistencia de la teoría del llamado contrato social.
Esta doctrina católica sobre el origen de la autoridad es la única [ 2 ] . E s t o s g r a n d e s peligros públicos, q u e están a la vista, nos
que ennoblece al mismo tiempo el poder del gobernante y la obediencia causan una grave preocupación al ver en peligro casi a todas horas
del gobernado. Consolida el Estado, ahogando en el gobernado el la seguridad de los príncipes, la tranquilidad de los Estados y la
espíritu de rebeldía y cortando en el gobernante los abusos del poder.
salvación d e los p u e b l o s . — Y , sin embargo, la v i r t u d divina de la
Conjuga el deber normal de la obediencia justa con el deber excep-
cional de la desobediencia legítima. Recuerda al gobernante que el
poder está dado por Dios para bien de los gobernados.
D e político principatu
V. La Iglesia ha procurado a lo largo de su historia milenaria inculcar
en la vida política esta concepción de la autoridad. Lo hizo con el Diuturnum illud teterrimumque bellum, adversus divinam Ecclesiae
Estado pagano y lo ha hecho con el Estado cristiano. Frente a los auctoritatem susceptum, illuc, quo proclive erat, evasit; videlicet in commune
pueblos rebeldes ha urgido el deber de la obediencia. Frente a los periculum societatis humanae, ac nominatim civilis principatus, in quo salus
gobernantes prevaricadores ha defendido los derechos de los pueblos. publica máxime nititur.—Quod hac potissimum aetate nostra factum esse
El llamado derecho nuevo pretende suplantar esta doctrina católica apparet. Cupiditates enim populares quamlibet imperii vim audacius hodie
con la lábil e inconsistente teoría de lá soberanía popular y el contrato recusant, quam antea; et tanta est passim licentia, tam crebrae seditiones ac
«social: La tesis de la absoluta soberanía del pueblo es falsa en sí misma turbae, ut íis qui res publicas gerunt non solum denegata saepe obtempera-
y perniciosa en sus consecuencias. Los hechos están demostrando las tio, sed ne satis quidem tutum incolumitatis praesidium relictum esse vi-
consecuencias de esta suplantación. deatur. Diu quidem data est opera, ut illi in contemptum atque odium veni-
VI. La situación presente exige remedios eficaces. No basta la severidad rent multitudini, conceptaeque flammis invidiae iam erumpentibus, satis
de las leyes. Es necesaria sobre todo la acción libre y eficaz de la exiguo intervallo summorum principum vita pluries est aut oceultis insidiis
Iglesia sobre las almas. La Iglesia está presta para ayudar al Estado. aut apertis latrociniis ad internecionem expetita. Cohorruit tota nuper Euro-
Amiga siempre del poder legítimo y de la libertad verdadera, ha sido pa ad potentissimi Imperatoris infandam necem: attonitisque adhuc prae
enemiga siempre de la licencia y de la tiranía. La Iglesia es el baluarte sceleris magnitudine animis, non verentur perditi homines in ceteros Euro-
de la autoridad y la defensora del pueblo. pae principes minas terroresque vulgo iactare.
Haec, quae sunt ante oculos, communium rerum discrimina, gravi Nos
sollicitudine afficiunt, cum securitatem principum et tranquillitatem impe-
riorum una cum populorum salute propemodum in singulas horas pericli-
1
LEÓN XIII, Carla encíclica a los patriarcas, primados, arzobispos y obispos del mun
caíóhco en paz y comunión con la Sede Apostólica: sobrt la auioridad polííica: ASS 14 [188
1882] 4-14; AL 2,269-287.
2 Alejandro II, zar de Rusia, muerto víctima de un atentado terrorista en San Petersburgo
el día 13 de marzo de 1S81.
LKÓN X I I Í DIUTURNTJM ILLUD 111
110
n-ligión cristiana engendró los egregios fundamentos de la esta- en los Estados, se h a querido, sin embargo, emplear todas las artes
bilidad y di-1 o r d e n de los Estados desde el m o m e n t o en q u e p e n e t r ó y medios posibles para debilitar su fuerza y d i s m i n u i r su majestad.
en las costumbres e instituciones d e las ciudades. N o es el m á s Esto sucedió p r i n c i p a l m e n t e e n el siglo X V I , c u a n d o u n a p e r n i -
pequeño y último fruto de esta virtud el j u s t o y sabio equilibrio ciosa novedad de opiniones sedujo a m u c h o s . A p a r t i r de aquel
de derechos y deberes e n t r e los príncipes y los pueblos. P o r q u e t i e m p o la sociedad p r e t e n d i ó n o sólo q u e se le diese u n a libertad
los preceptos y ejemplos de Cristo Señor n u e s t r o poseen una fuerza más amplia d e lo justo, sino q u e t a m b i é n quiso modelar a su ar-
admirable para contener en su deber t a n t o a los q u e obedecen bitrio el origen y la constitución de la sociedad civil d e los h o m b r e s .
como a los q u e m a n d a n y para conservar entre unos y otros la P e r o h a y m á s todavía. M u c h o s d e nuestros c o n t e m p o r á n e o s , si-
unión y concierto de voluntades, q u e es plenamente conforme con g u i e n d o las huellas de aquellos q u e en el siglo p a s a d o se dieron a
la naturaleza y d e la q u e nace el t r a n q u i l o e i m p e r t u r b a d o curso sí m i s m o s el n o m b r e d e filósofos, afirman q u e t o d o p o d e r viene
de los asuntos públicos.—Por esto, h a b i e n d o sido puestos p o r la del p u e b l o . P o r lo cual, los q u e ejercen el p o d e r n o lo ejercen c o m o
gracia d e D i o s al frente d e la Iglesia católica c o m o custodio e in- cosa propia, sino como m a n d a t o o delegación del p u e b l o y d e tal
térprete de la doctrina d e Cristo, N o s juzgamos, venerables her- m a n e r a q u e tiene rango d e ley la afirmación d e q u e la m i s m a vo-
manos, q u e es i n c u m b e n c i a de nuestra autoridad recordar públi- l u n t a d p o p u l a r q u e entregó el p o d e r p u e d e revocarlo a su antojo.
camente q u é es lo que d e cada u n o exige la verdad católica en esta M u y diferente es e n este p u n t o la doctrina católica, q u e p o n e en
clase de deberes. D e esta exposición brotará t a m b i é n el camino Dios, c o m o en principio natural y necesario, el origen del p o d e r
y la m a n e r a con q u e e n t a n deplorable estado d e cosas d e b e aten- político.
derse a la seguridad pública. [ 4 ] . E s i m p o r t a n t e advertir en este p u n t o q u e los q u e h a n de
g o b e r n a r los Estados p u e d e n ser elegidos, en d e t e r m i n a d a s circuns-
tancias, p o r la voluntad y juicio de la m u l t i t u d , sin q u e la doctrina
[I. DOCTRINA CATÓLICA SOBRE EL ORIGEN DE LA AUTORIDAD]
católica se oponga o contradiga esta elección. C o n esta elección se
designa el gobernante, p e r o n o se confieren los derechos del p o d e r .
[Necesidad de la autoridad]
N i se entrega el p o d e r como u n m a n d a t o , sino que se establece la
[3 ]. A u n q u e el h o m b r e , arrastrado p o r u n arrogante e s p í r i t u p e r s o n a q u e lo h a d e ejercer. N o se trata en esta encíclica d e las
d e rebelión, intenta m u c h a s veces sacudir los frenos de la autoridad, diferentes formas d e g o b i e r n o . — N o hay razón p a r a que la Iglesia des-
sin e m b a r g o , n u n c a ha p o d i d o lograr la liberación de toda obedien- a p r u e b e el gobierno de u n solo h o m b r e o d e m u c h o s , con tal q u e
cia. L a necesidad obliga a q u e haya algunos q u e m a n d e n en toda ese g o b i e r n o sea j u s t o y atienda a la c o m ú n utilidad. P o r lo cual,
reunión y c o m u n i d a d de h o m b r e s , para q u e la sociedad, destituida salvada la justicia, n o está prohibida a los p u e b l o s la adopción d e
de principio o cabeza rectora, n o desaparezca y se vea privada de
alcanzar el fin para el q u e nació y fué constituida.—Pero si bien
et finem consequi prohibeatur, cuius gratia nata et consíituía est.—Verum
n o ha p o d i d o lograrse la destrucción total de la a u t o r i d a d política si fieri non potuit, ut e mediis civitaíibus politica potesías tollereíur, certe
libuit omnes artes adhibere ad vim eius elevandam, maiestatemque minuen-
tantem intueamur.—Atqui tamen religionis christianae divina virtus stabi- dam: idque máxime saeculo XVI, cum infesta opinionum novitas complures
¡itatis atque ordinis egregia firmamenta reipublicae peperit, simul ac in infatuavit. Post illud tempus non solum ministran sibi libertatem largius,
mores et instituía civitatum penetravit. Cuius virtutis non exiguus ñeque quam par esset, multitudo contendit; sed etiam originem constitutionemque
postremus fructus est aequa et sapiens in principibus et populis temperado civilis hominum societatis visum est pro arbitrio confingere. Immo recen-
iurium atque officiorum. Nam in Christi Domini praeceptis atque exemplis íiores perplures eorum vestigiis ingredientes qui sibi superiore saeculo
mira vis est ad continendos tam qui parent, quam qui imperant in officio, philosophorum nomen inscripserunt, omnem inquiunt potestaíem a populo
tuendamque Ínter ipsos eam, quae máxime secundum naturam est, conspi- esse; quare qui eam in civiíaíe gerunt, ab iis non uti suam geri, sed ut a
rationem et quasi concentum voluntatum, unde gignitur tranquillus atque populo sibi mandatam, et hac quidem lege, ut populi ipsius volúntate, a quo
omni perturbatione carens rerum publicarum cursus.—Quapropter cum mandata est, revocan possit. Ab bis vero dissentiunt catholici nomines,
regendae Ecclesiae catholicae, doctrinarum Christi custodi et interpreti, Dei qui ius imperandi a Deo repetunt, velut a naturali necessarioque principio.
beneficio praepositi simus, auctoritatis Nostrae esse iudicamus, Venerabiles
Fratres, publice commemorare quid a quoquam in hoc genere officii catho- Interest autem attendere hoc loco, eos, qui reipublicae praefuturi sint,
lica veritas exigat; unde illud etiam emerget, qua via et qua ratione sit in posse in quibusdam causis volúntate iudicioque deligi inultitudinis, non
tam formidoloso rerum statu saluti publicae consulendum. adversante ñeque repugnante doctrina catholica. Quo sane delectu designa-
tur princeps, non conferuntur iura principatus: ñeque mandatur imperium,
Etsi homo arrogantia quadam et contumacia incitatus frenos imperii sed statuitur a quo sit gerendum.—Ñeque hic quaeritur de rerum publica-
r u m modis: nihil enim est, cur non Ecclesiae probetur aut unius aut plurium
depellere saepe contendit, numquam tamen assequi potuit ut nemini pareret.
principatus, si modo iustus sit, et in communem utilitatem intentus. Quaira-
Praeesse aliquos in omni consociatione hominum et communitate cogit ipsa
obrem salva iustitia, non prohibentur populi illud sibi genus comparare
necessitas; ne principio vel capite, a quo regatur, destituía societas dilabaíur
112 I.KÓX X I I I nilTTURNUM I1.1.1TI» lili
b
aquel sistema de gobierno q u e sea más apto y conveniente a su m a - dado de lo alto . T e x t o c o m e n t a d o p o r San Agustín, q u i e n d i c e :
nera de ser o a las instituciones y costumbres de sus mayores. «Aprendamos lo q u e dijo, q u e es lo m i s m o q u e enseñó por el A p ó s -
tol, a saber: q u e no hay autoridad sino por Dios» 7 . A la doctrina
[El poder viene de Dios] y a los preceptos de Jesucristo correspondió c o m o eco la voz inco-
rrupta de los apóstoles. Excelsa y llena de gravedad es la sentencia
[5]. P e r o en lo tocante al origen del p o d e r político, la Iglesia de San Pablo dirigida a los r o m a n o s , sujetos al p o d e r de los e m p e -
enseña r e c t a m e n t e q u e el p o d e r viene de Dios. Así lo e n c u e n t r a la radores p a g a n o s : N o hay autoridad sino por Dios. D e la cual afirma-
Iglesia claramente atestiguado en las Sagradas Escrituras y en los ción, c o m o de causa, d e d u c e la siguiente conclusión: La autoridad
m o n u m e n t o s d e la antigüedad cristiana. Pero, además, n o p u e d e es ministro de Dios 8 .
pensarse doctrina alguna q u e sea m á s conveniente a la razón o m á s
conforme al bien de los gobernantes y de los pueblos. [7]. L o s P a d r e s de la Iglesia p r o c u r a r o n con t o d a diligencia
afirmar y propagar esta m i s m a doctrina, en la q u e h a b í a n sido en-
[6]. L o s libros del A n t i g u o T e s t a m e n t o afirman claramente en señados. «No atribuyamos—dice San A g u s t í n — s i n o a solo D i o s
m u c h o s lugares que la fuente verdadera de la a u t o r i d a d h u m a n a verdadero la potestad de d a r el reino y el poder» 9 . San J u a n Gri-
está e n D i o s : Por mí reinan los reyes...; por mí mandan los príncipes, sóstomo reitera la m i s m a enseñanza: «Que haya principados y q u e
y gobiernan los poderosos de la tierra3. Y en otra p a r t e : Escuchad unos m a n d e n y o t r o s sean subditos, n o sucede al acaso y t e m e r a -
vosotros, los que imperáis sobre las naciones..., porque el poder os fué r i a m e n t e . . . , sino p o r divina s a b i d u r í a » 1 0 . L o m i s m o atestiguó
dado por Dios y la soberanía por el Altísimo 4 . L o cual se contiene San Gregorio M a g n o con estas palabras: «Confesamos q u e el p o d e r
t a m b i é n en el libro del Eclesiástico: Dios dio a cada nación un jefe 5 . les viene del cielo a los emperadores y reyes» H. L o s m i s m o s san-
Sin e m b a r g o , los h o m b r e s q u e habían recibido estas enseñanzas tos Doctores p r o c u r a r o n t a m b i é n ilustrar estos m i s m o s preceptos
del m i s m o Dios fueron olvidándolas p a u l a t i n a m e n t e a causa del a u n con la sola luz natural de la razón, de forma q u e d e b e n parecer
paganismo supersticioso, el cual, así como corrompió m u c h a s n o - rectos y verdaderos incluso a los q u e n o tienen otro guía q u e la
ciones e ideas de la realidad, así t a m b i é n adulteró la genuina idea r a z ó n . — E n efecto, es la naturaleza misma, con mayor exactitud Dios,
y la h e r m o s u r a d e la autoridad política. M á s adelante, c u a n d o b r i - autor de la Naturaleza, q u i e n m a n d a q u e los h o m b r e s vivan en so-
lló la luz del Evangelio cristiano, la vanidad cedió su puesto a la ciedad civil. D e m u e s t r a n claramente esta afirmación la facultad de
verdad, y d e n u e v o e m p e z ó a verse claro el principio noble y divino, hablar, m á x i m a fomentadora de la sociedad; u n b u e n n ú m e r o de
del q u e proviene toda a u t o r i d a d . — C r i s t o n u e s t r o Señor respondió
al presidente r o m a n o , q u e se arrogaba la potestad de absolverlo tus Dominus, non haberes, respondit, potestatem adversum me ullam, nisi
y condenarlo: No tendrías ningún poder sobre mí si no te hubiera sido tibi datum esset desuper. Quem locum S. Augustinus explanans, Discamus,
inquit, quod dixit, quod et per Apostolum docuit, quia non est potestas nisi
reipublicae, quod aut ipsorum ingenio, aut maiorum institutis moribusque a Deo. Doctrinae enim praeceptisque Iesu Christi Apostolorum incorrupta
magis apte conveniat. vox resonavit tamquam imago. Ad Romanos, principum ethnicorum im-
Ceterum ad politicum imperium quod attinet, illud a Deo proficisci perio subiectos, Pauli est excelsa et plena gravitatis sententia: Non est po~
recte docet Ecclesia; id enim ipsa reperit sacris Litteris et monumentis testas nisi a Deo; ex quo tamquam ex causa illud concludit: Princeps Dei
christianae vetustatis aperte testatum; ñeque praeterea ulla potest doctrina minister est.
cogitari, quae sit magis aut rationi conveniens, aut principium et populo- Ecclesiae Paires hanc ipsam, ad quam fuerant instituti, doctrinam pro-
rum saluti consentanea. fiteri ac propagare diligenter studuerunt. Non tribuamus, S. Augustinus ait,
Revera humani potentatus in Deo esse fontem, libri Veteris Testamenti dandi regni et imperii potestatem, nisi vero Deo. In eamdem sententiam
pluribus locis praeclare confirmant. Per me reges regnant... per me principes S. Ioannes Chrysostomus, Quod principatus sint, inquit, et quod alii impe-
imperant et potentes decernunt iustitiam. Atque alibi: Praebete aures vos qui rent, alii subiecti sint, ñeque omnia casu et temeré ferantur... divinae esse
continetis nationes,... quoniam data est a Deo potestas vobis, et virtus ab Al- sapientiae dico. Id ipsum S. Gregorius Magnus testatus est inquiens: Potesta-
tissimo. Quod libro Ecclesiastici ídem continetur: In unamquamque gentem tem Imperatoribus ac regibus caelitus datara fatemur. Immo sancti Doctores
Deus praeposuit rectorem.—Ista tamen, quae Deo auctore didicerant, paul- eadem praecepta etiam naturali rationis lumine illustranda susceperunt, ut
latim nomines ab ethnica superstitione dedocti sunt; quae sicut veras rerum vel iis, qui rationem solam ducem sequuntur, omnino videri recta et vera
species et notiones complures, ka etiam principatus germanam formam debeant.—Et sane homines in civili societate vivere natura iubet, seu verius
pulchritudinemque corrupit. Postmodo, ubi Evangelium christianum afful- auctor naturae Deus: quod perspicue demonstrant et máxima societatis con-
sit, veritati vanitas cessit, rursumque illud dilucere coepit, unde omnis ciliatrix loquendi facultas et innatae appetitiones animi perplures, et res
auctoritas manat, nobilissimum divinumque principium.—Prae se ferenti 6
lo. 19,11.
atque ostentanti Praesidi romano absolvendi condemnandi potestatem, Chris- 7
SAN AGUSTÍN, Tractatus in loannis Evangelium C X V I , 5: P L 35,1943-
8 Rom. 13,1-4
3 Prov. 8,15-16. » SAN AGUSTÍN, De chútate Dei V, 2 1 : P L 41,167.
4 10
Sap. 6,3-4. SAN JUAN CRISÓSTOMO, In Epistolarn ad Romanos h o m . 23,1 : P G 60,615.
5 11
SAN G R E C O R I O M A G N O , Epístola n,61.
Ecclo. 17,14.
114 LEÓN XIII
DIUTUHNUM I1.I.UI) 115
tendencias innatas del alma, y t a m b i é n m u c h a s cosas necesarias
y d e g r a n importancia q u e los h o m b r e s aislados n o p u e d e n conse- [ 8 ] . L o s q u e p r e t e n d e n colocar el origen de la sociedad civil
guir y q u e u n i d o s y asociados u n o s con otros p u e d e n alcanzar. en el libre consentimiento d e los h o m b r e s , p o n i e n d o en esta fuente
A h o r a bien, n o p u e d e n i existir ni concebirse u n a sociedad en la el principio de toda autoridad política, afirman q u e cada h o m b r e
q u e n o haya alguien q u e rija y u n a las voluntades de cada individuo, cedió algo d e su p r o p i o d e r e c h o y q u e voluntariamente se entregó
para q u e d e m u c h o s se haga u n a unidad y las impulse d e n t r o de u n al poder de aquel a q u i e n había correspondido la s u m a total de
recto o r d e n hacia el bien c o m ú n . Dios ha querido, p o r tanto, q u e aquellos derechos. P e r o hay aquí u n gran error, q u e consiste en n o
en la sociedad civil haya quienes gobiernen a la m u l t i t u d . Existe ver lo evidente. L o s h o m b r e s n o constituyen u n a especie solitaria
otro a r g u m e n t o m u y poderoso. L o s gobernantes, con cuya autori- y errante. L o s h o m b r e s gozan de libre voluntad, p e r o h a n nacido
d a d es administrada la república, deben obligar a los ciudadanos para formar u n a c o m u n i d a d natural. A d e m á s , el pacto q u e predi-
a la obediencia d e tal m a n e r a q u e el n o obedecerles constituya u n can, es claramente u n a ficción inventada y n o sirve para d a r a la
p e c a d o manifiesto. P e r o n i n g ú n h o m b r e tiene en sí m i s m o o p o r sí autoridad política la fuerza, la dignidad y la firmeza q u e requieren
m i s m o el d e r e c h o de sujetar la voluntad libre de los d e m á s con los la defensa de la república y la utilidad c o m ú n de los c i u d a d a n o s . L a
vínculos d e este imperio. D i o s , creador y gobernador d e todas las autoridad sólo t e n d r á esta majestad y f u n d a m e n t o universal si se
cosas, es el único q u e tiene este poder. Y los q u e ejercen ese p o d e r reconoce q u e proviene d e Dios c o m o de fuente augusta y san-
d e b e n ejercerlo necesariamente como comunicado p o r D i o s a ellos: tísima.
Uno solo es el legislador y el juez, que puede salvar y perder 1 2 . L o
cual se ve t a m b i é n en t o d a clase d e poder. Q u e la potestad q u e [II. U T I L I D A D DE LA DOCTRINA CATÓLICA ACERCA
tienen los sacerdotes d i m a n a de Dios es verdad t a n conocida, q u e DE LA AUTORIDAD]
en t o d o s los pueblos los sacerdotes son considerados y llamados
ministros d e D i o s . D e m o d o parecido la potestad de los padres d e [La concepción cristiana del poder político]
familia tiene grabada en sí cierta efigie y forma de la autoridad q u e
hay e n Dios, de quien procede toda familia en los cielos y en la tierra 13 . [ Q ] . E S imposible encontrar u n a enseñanza m á s v e r d a d e r a
P o r esto las diversas especies de p o d e r tienen entre sí maravillosas y m á s útil q u e la expuesta. P o r q u e si el p o d e r político d e los g o b e r -
semejanzas, ya q u e toda autoridad y poder, sean los q u e sean, d e - nantes es u n a participación del p o d e r divino, el poder político al-
rivan su origen de u n solo e idéntico Creador y Señor del m u n d o , canza por esta m i s m a razón u n a dignidad m a y o r que la m e r a m e n t e
q u e es Dios. h u m a n a . N o precisamente la impía y a b s u r d a dignidad p r e t e n d i d a
p o r los emperadores paganos, q u e exigían algunas veces h o n o r e s
divinos, sino la dignidad verdadera y sólida, la que es recibida p o r
necessanae multae ac magni momenti, quas solitarii assequi nomines non u n especial d o n de Dios. Pero además los gobernados d e b e r á n o b e -
possunt, iuncti et consociati cum alteris assequuntur. Nunc vero, ñeque
decer a los gobernantes como a Dios m i s m o , n o por el t e m o r d e l
existere ñeque intelligi societas potest, in qua non aliquis temperet singulo-
rum voluntates ut velut unum fiat ex pluribus, easque ad commune bonum castigo, sino por el respeto a la majestad, n o con u n s e n t i m i e n t o
recte átque ordine impellat: voluit igitur Deus ut in civili societate essent,
qui multitudini imperarent.—Atque íllud etiam magnopere valet, quod ii, Qui civilem societatem a libero hominum consensu natam volunt, ipsius
quorum auctoritate respublica administratur, debent cives ita posse cogeré imperii ortum ex eodem fonte petentes, de iure suo inquiunt aliquid unum-
ad parendum, ut his plañe peccatum sit non parere. Nemo autem hominum quemque cessisse, et "volúntate singulos in eius se contulisse potestatem, ad
habet in se aut ex se, unde possit huiusmodi imperii vinculis liberam cete- quem summa illoium iurium pervenisset. Sed magnusest error non videre,
rorum voluntatem constringere. Unice rerum omnium procreatori et le- id quod manifestum est, nomines, cum non sint solivagum genus, citra libe-
gislatori Deo ea potestas est: quam qui exercent, tamquam a Deo secum ram ipsorum voluntatem ad naturalem communitatemesse natos: ac prae-
communicatam exerceant necesse est. Unus est legislator et iudex, qui potest terea pactum, quod praedicant, est aperte commentitium et fictum, ñeque
perderé et liberare. Quod perspicitur idem in omni genere potestatis. Eam, ad impertiendum valet politicae potestati tantum virkm, dignitatis, firmi-
quae in sacerdotibus est, proficisci a Deo tam est cognitum, ut ii apud omi- tudinis, quantum tutela rei publicae et communes civium utilitates requi-
nes populos ministri et habeantur et appellentur Dei. Similiter potestas runt. Ea autem decora et praesidia universa tune solum est habiturus prin-
cipatus, si a Deo augusto sanctissimoque fonte manare intelligatur.
patrumfamilias expressam retinet quamdam effigiem ac formam auctori-
tatís, quae est in Deo, a quo omnis paternitas in caelis et in térra nominatur.
Qua sententia non modo verior, sed ne utilior quidem reperiri ulla pot-
Isto autem modo diversa genera potestatis miras Ínter se habent similitudi- est. Étenim potestas rectorum civitatis, si quaedam est divinae potestatis
nes, cum quidquid uspiam est imperii et auctoritatís, eius ab uno eodemque communicatio, ob hanc ipsam causam continuo adipistitur dignitatem h u -
mundi opifice et domino, qui Deus est, origo ducatur. mana maiorem: non illam quidem impiam et perabsurdam, imperatoribus
12
ethnicis divinos honores affectantibus aliquando expetitam, sed veram et
Iac. 4,13. solidam, eamque dono quodam acceptam beneficioqm divino. Ex quo s u b -
13
Eph. 3,15.
esse cives et dicto audientes esse principibus, uti Deo, oportebit non t a m
lltí J.I:ÓN xiu
ímnuKNUM ii.i.rn
de servidumbre, sino como deber de conciencia. Por lo cual la auto-
ejecutadas. Si, p u e s , sucede q u e el h o m b r e se ve obligado a hacer
ridad se m a n t e n d r á en su verdadero lugar con m u c h a mayor firmeza.
una d e dos cosas, o despreciar los m a n d a t o s d e D i o s , o despreciar
Pues, e x p e r i m e n t a n d o los ciudadanos la fuerza de este d e b e r ,
la orden de los príncipes, hay q u e obedecer a Jesucristo, q u e m a n d a
h u i r á n necesariamente de la maldad y la contumacia, ya q u e deben
dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios l6. A ejem-
estar persuadidos de q u e los q u e resisten al p o d e r político resisten
plo de los apóstoles, hay q u e responder a n i m o s a m e n t e : Es necesario
a la divina voluntad, y q u e los q u e rehusan h o n r a r a los gobernantes
obedecer a Dios antes que a los hombres 1 7 . Sin e m b a r g o , los q u e así
rehusan h o n r a r al m i s m o Dios.
o b r a n n o p u e d e n ser acusados de q u e b r a n t a r la obediencia debida,
[ 1 0 ] . D e a c u e r d o con esta doctrina, instruyó el apóstol San Pa- p o r q u e si la voluntad de los gobernantes contradice a la voluntad
blo p a r t i c u l a r m e n t e a los romanos. Escribió a éstos acerca de la y las leyes de Dios, los gobernantes rebasan el c a m p o de su p o d e r y
reverencia q u e se debe a los s u p r e m o s gobernantes, con t a n gran pervierten la justicia. N i en este caso p u e d e valer su autoridad, por-
a u t o r i d a d y peso, q u e n o parece p u e d a darse u n a o r d e n con mayor q u e esta autoridad, sin la justicia, es nula.
severidad: Todos habéis de estar sometidoé a las autoridades superio-
[12]. P e r o para que'la justicia sea m a n t e n i d a en el ejercicio del
res... Que no hay autoridad sino por Dios, y las que hay, por Dios han
poder, interesa sobremanera q u e quienes gobiernan los Estados
sido ordenadas, de suerte que quien resiste a la autoridad resiste a la
e n t i e n d a n q u e el p o d e r político n o ha sido d a d o para el provecho
disposición de Dios, y los que la resisten atraen sobre sí la condenación...
de u n particular y q u e el gobierno de la república n o p u e d e ser
Es preciso someterse no sólo por temor del castigo, sino por concien-
ejercido para utilidad de aquellos a quienes ha sido e n c o m e n d a d o ,
cia 1 4 . Y en esta m i s m a línea se m u e v e la noble sentencia de San P e -
sino para bien de los subditos q u e les h a n sido confiados. T o m e n
dro,. Príncipe de los A p ó s t o l e s : Por amor del Señor estad sujetos
los príncipes ejemplo d e Dios ó p t i m o m á x i m o , de quien les ha ve-
a toda autoridad humana—constituida entre vosotros—, ya al em-
n i d o la autoridad. P r o p ó n g a n s e la imagen de Dios en la a d m i n i s -
perador, como soberano, ya a los gobernadores, como delegados suyos,
tración de la república, gobiernen al p u e b l o con equidad y fidelidad
para castigo de los malhechores y elogio de los buenos. Tal es la vo-
y mezclen la caridad p a t e r n a con la severidad necesaria. P o r esta
luntad de Dios 15.
causa las Sagradas L e t r a s avisan a los príncipes que ellos t a m b i é n
fu]. U n a sola causa tienen los h o m b r e s para n o obedecer: tienen q u e d a r cuenta algún día al Rey de los reyes y Señor de los se-
c u a n d o se les exige algo q u e r e p u g n a a b i e r t a m e n t e al d e r e c h o na- ñores. Si a b a n d o n a n su deber, n o p o d r á n evitar en m o d o a l g u n o
tural o al d e r e c h o divino. T o d a s las cosas en las q u e la ley natural la severidad d e Dios. Porque, siendo ministros de su reino, no juzgas-
o la voluntad de Dios resultan violadas, n o p u e d e n ser m a n d a d a s ni teis rectamente... Terrible y repentina vendrá sobre vosotros, porque
de los que mandan se ha de hacer severo juicio; el Señor de todos no
poenarum formidine, quam verecundia maiestatis, ñeque assentationis cau-
sa, sed conscientia officii. Qua re stabit in suo gradu longe firmius colloca-
tum imperium. Etenim istius vim officii sentientes cives, fugiant necesse cipum iussa negligere, lesu Ghristo parendum est reddere iubenti quae sunt
est improbitatem et contumaciam, quia sibi persuasum esse debet, qui po- Caesaris Caesari, quae sunt Dei Deo, atque ad exemplum Apostolorum ani-
liticae potestati resistunt, hos divinae voluntati resistere; qui honorem recu- móse respondendum: Obedire oportet Deo magis quam hominibus. Ñeque
sant principibus, ipsi Deo recusare. tamen est, cur abiecisse obedientiam, qui ita.se gerant, arguantur; etenim
si principum voluntas cum Dei pugnat volúntate et legibus, ipsi potestatis
A d hanc disciplinam Paulus Apostolus Romanos nominatim erudiit; ad suae modum excedunt, iustitiamque pervertunt: ñeque eorum tune valere
quos de adhibenda summis principibus reverentia scripsit tanta cum aucto- potest auctoritas, quae, ubi iustitia non est, nulla est.
ritate et pondere, ut nihil gravius praecipi posse videatur. Omnis anima potes-
latibus sublimioribus subdita sit: non est enim potestas nisi a Deo: quae autem Ut autem iustitia retineatur in imperio, illud magnopere interest, eos
sunt, a Deo ordinatae sunt. Itaque qui resistit potestati,-Dei ordinationi resistit. qui civitates administrant intelligere, non privati cuiusquam commodo p o -
Qui autem resistunt, ipsi sibi damnationem acquirunt... Ideo necessitate subditi liticam potestatem esse natam; procurationemque reipublicae ad' utilitatem
estoie non solum propter iram, sed etiam propter conscientiam. Et consentiens eorum qui commissi sunt, non ad eorum quibus commissaest, geri oportere.
est Principis Apostolorum Petri in eodem genere praeclara sententia: Sub- Principes a Deo óptimo máximo, unde sibi auctoritas data, exempla sumant -.
iecti estote ornni humanae creaturae propter Deum, sive regí quasi praecellenti, eiusque imaginem sibi in administranda república proponentes, populo prae-
sive ducibus tamquam a Deo missis ad vindictam malefactorum, laudem vero sint cum aequitate et fide, et ad eam, quae necessaria est, severitatem p a -
bonorum, quia sic est voluntas Dei. ternam caritatem adhibeant. Huius rei causa sacrarum Litterarum oraculis
monentur, sibimetipsis Regi regum et Domino dominantium aliquando r a -
Una illa hominibus causa est non parendi, si quid ab iis postuletur quod tionem esse reddendam; si officium deseruerint, fieri non posse ut Dei s e -
cum naturali aut divino iure aperte repugnet: omnia enim, in quibus na- veritatem u!la raticne effugiant. Altissimus interrogabit opera vestra et cogita-
turae lex vel Dei voluntas violatur, aeque nefas est imperare et faceré. Si tiones scrutabitur. Quomam cum essetis ministri regni illius, non rede iudicas-
cui igitur usuveniat, ut alterutrum malle cogatur, scilicet aut Dei aut prin- tis... horrende et cito apparebit vobis, quoniam iudicium iurissimum his qui
14
Rom. 13,1-5. 16
15
i Petr. 2,13-15. Mt. 22.21.
17
Act. 5,29.
118 I.ION XIII DIUTÜRNUM ILLUD .119

terne de nadie ni respetará la grandeza de ninguno, porque El lia heclw sos a los príncipes y a las autoridades y que los obedezcan 2 1 . A s i m i s m o
al pequeño y al grande e igualmente cuida de todos; pero a los poderosos q u e orasen a Dios p o r todos los h o m b r e s , p e r o especialmente por
amenaza poderosa inquisición 18. los emperadores y por todos los constituidos en dignidad, porque esto
[13]. C o n estos preceptos q u e aseguran la república se quita es bueno y grato ante Dios nuestro Salvador 2 2 . D e t o d o lo cual los
t o d a ocasión y a u n t o d o deseo d e sediciones. Y q u e d a n consolidados antiguos cristianos nos dejaron brillantes enseñanzas, p u e s siendo
en lo sucesivo el h o n o r y la seguridad de los príncipes, la t r a n q u i l i d a d a t o r m e n t a d o s injusta y c r u e l m e n t e p o r los e m p e r a d o r e s paganos,
y la seguridad de los Estados. Q u e d a t a m b i é n salvada la dignidad j a m á s dejaron d e conducirse con obediencia y con sumisión, en
de los ciudadanos, a los cuales se les concede conservar, en su m i s m a tales t é r m i n o s q u e parecía claramente q u e i b a n c o m o a porfía los
obediencia, el decoro adecuado a la excelencia del h o m b r e . Saben e m p e r a d o r e s en la crueldad y los cristianos en la obediencia. E r a
m u y bien q u e a los ojos de Dios n o hay siervo ni libre, q u e hay u n tan grande esta modestia cristiana y t a n cierta la v o l u n t a d de o b e -
solo Señor de todos, rico para todos los que le invocan 1 9 , y q u e ellos decer, q u e n o p u d i e r o n ser obscurecidas por las maliciosas calum-
están sujetos y obedecen a los príncipes, ¡?orque éstos son en cierto nias de los enemigos. P o r lo cual aquellos q u e habían d e defender
m o d o u n a imagen de D i o s , a quien servir es reinar 2 Ü . p ú b l i c a m e n t e el cristianismo en presencia de los emperadores d e -
m o s t r a b a n principalmente con este a r g u m e n t o q u e era injusto
castigar a los cristianos según las leyes, p u e s vivían de a c u e r d o con
[Su realización histórica]
éstas a los ojos de todos, para dar ejemplo d e observancia. Así h a -
[14]. L a Iglesia ha p r o c u r a d o siempre que esta concepción blaba Atenágoras con t o d a confianza a M a r c o Aurelio y a su hijo
cristiana del p o d e r político no sólo se i m p r i m a en los ánimos, sino L u c i o A u r e l i o C ó m m o d o : «Permitís q u e nosotros, que n i n g ú n m a l
q u e t a m b i é n q u e d e expresada en la vida pública y en las costum- hacemos, antes b i e n nos conducimos con toda piedad y justicia, n o
b r e s d e los pueblos. M i e n t r a s en el t r o n o del E s t a d o se sentaron los sólo respecto a Dios, sino t a m b i é n respecto al imperio, seamos per-
e m p e r a d o r e s paganos, q u e por la superstición se veían incapaci- seguidos, despojados, desterrados» 2 3 . D e l m i s m o m o d o alababa p ú -
tados p a r a alcanzar esta concepción del p o d e r q u e h e m o s b o s q u e - b l i c a m e n t e T e r t u l i a n o a los cristianos, p o r q u e eran, entre todos, los
j a d o , la Iglesia p r o c u r ó inculcarla e n las m e n t e s de los pueblos, los mejores y m á s seguros amigos del i m p e r i o : «El cristiano n o es ene-
cuales, t a n p r o n t o c o m o aceptaban las instituciones cristianas, d e - m i g o de nadie, ni del e m p e r a d o r , a q u i e n , sabiendo q u e está cons-
b í a n ajustar su vida a las mismas. Y así los Pastores d e las almas, tituido p o r Dios, d e b e amar, respetar, h o n r a r y querer q u e se salve
r e n o v a n d o los ejemplos del apóstol San Pablo, se consagraban, con con t o d o el imperio romano» 2 4 . Y. n o d u d a b a en afirmar q u e en los
s u m o cuidado y diligencia, a predicar a los pueblos que vivan sumi- confines del imperio t a n t o m á s disminuía el n ú m e r o de sus e n e -

praesunt fiet... Non enim subtrahet personam cuiusquam Deus, nec verebitur
magnitudinem cuiusquam, quoniam pusillum et magnum ipse fecit, et aequaliler cunctis hominibus, sed nominatim pro regibus et ómnibus qui in sublimitate
cura est ilü de ómnibus. Fortioribus autem fortior instat cruciatio. sunt: hoc enim acceptum est coram Salvatore nostro Deo. Atque ad hanc rem
Quibus praeceptis rempublicam tuentibus, omnis seditionum vel causa omnino praeclara documenta Christiani veteres reliquerunt: qui cum ab
vel libido tollitur: in tuto futura sunt honos et securitas principum, quies imperatoribus ethnicis iniustissime et crudelissime vexarentur, nunquam ta-
et salus civitatum. Dignitati quoque civium optime consulitur: quibus in men praetermiserunt gerere se obedienter et submisse, plañe ut illi crudeli-
obedientia concessum est decus illud retiñere, quod est hominis excellen- tate isti obsequio certare viderentur. Tanta autem modestia, tam certa pa-
tiae consentaneum. Intelligunt enim, Dei iudicio non esse servum ñeque rendi voluntas plus erat cognita, quam ut obscurari peí calumniam mali-
liberum; unum esse Dominum omnium, divitem in omnes qui invocant illum, tiamque inimicorum posset. Quamobrem qui pro christiano nomine essent
se autem idcirco subesse et obtemperare principibus, quod imaginem quo- apud imperatores publice causam dicturi, ii hoc potissimum argumento
dammodo referant Dei, cui serviré regnare est. iniquum esse convincebant in christianos animadverterc legibus, quod in
oculis omnium convenienter legibus in exemplum viverent. Marcum Aure-
Hoc vero semper egit Ecclesia, ut christiana ista civilis potestatis forma lium Antoninum et Lucium Aurelium Commodum filium eius sic Athena-
non mentibus solum inhaeresceret, sed etiam publica populorum vita mori- goras confidenter alloquebatur: Sinitis nos, qui nihil mdi patramus, immo
busque exprimeretur. Quamdiu ad gubernacula reipublicae imperatores omnium..., piissime iustissimeque cum erga Deum, tum erg<i imperium vestrum
ethnici sederunt, qui assurgere ad eam imperii formam, quam adumbravi- nos gerimus, exagitari, rapi, fugari. Parí modo Tertulliamis laudi christianis
mus, superstitione prohibebantur, instillare illam studuit mentibus popu- aperte dabat, quod amici essent Imperio optimi et certissimi ex ómnibus:
lorum, qui simul ac christiana instituta susciperent, ad haec ipsa exigere Christianus nullius est hostis, nedum Imperatoris, quem sciets a Deo suo consti-
vitam suam velle debebant. Itaque pastores animarum, exempla Pauli Apo- tuí, necesse est ut ipsum diligat et revereatur et honoret et sdvum velit cum toto
stoli renovantes, cura et diligentia summa populis praecipere consueverunt, romano imperio. Ñeque dubitabat affirmare, in imperii fnibus tanto magis
principibus et potestatibus subditos esse, dicto obedire: ¡tem orare Deum pro
" Tit. 3,1.
22
>s Sap. 6,4-8. 1 T i m . 2,1-3.
23
19
R o m . 10,12. ATENÁGORAS, Legatio pro Christ. 1: P G 6,89iB-8Q4A.
20
Cf. misa votiva pro pace, Poscomunión. 24 TERTULIANO, Apologetkum 35: PL 1,451.
120 u-.os x i n
DII:TUKM:M II.I.UD r.:i
migos cuanto m á s crecía el de los cristianos: «Ahora tenéis pocos
enemigos, p o r q u e los cristianos son mayoría, pues en casi todas las m u e r t e cruenta d e indefensos discípulos de Cristo, sólo entonces
ciudades son cristianos casi todos los c i u d a d a n o s » 2 5 . T a m b i é n t e - r e h u s a b a n la obediencia al emperador, prefiriendo a b a n d o n a r las
n e m o s u n insigne testimonio de esta m i s m a realidad en la Epístola a r m a s y dejarse matar p o r la religión antes q u e rebelarse contra la
a Diogneto, la cual confirma q u e en aquel t i e m p o los cristianos se a u t o r i d a d pública con m o t i n e s y sublevaciones.
habían a c o s t u m b r a d o n o sólo a servir y obedecer las leyes, sino [16]. C u a n d o los Estados pasaron a m a n o s d e p r í n c i p e s cris-
q u e satisfacían a todos sus deberes con m a y o r perfección q u e la q u e t i a n o s , la Iglesia p u s o m á s e m p e ñ o en declarar y erjseñar t o d o lo
les exigían las leyes: «Los cristianos obedecen las leyes p r o m u l - q u e hay de sagrado en la autoridad de los g o b e r n a n t e s . C o n estas
gadas y con su género de vida pasan más allá todavía de lo q u e las enseñanzas se logró q u e los pueblos, c u a n d o p e n s a b a n en la autori-
leyes m a n d a n » 2 6 . dad, se a c o s t u m b r a s e n a ver en los gobernantes u n a i m a g e n de la
[15]. Sin embargo, la cuestión cambiaba radicalmente c u a n d o majestad divina, q u e les impulsaba a u n mayor respeto y a m o r
los edictos imperiales y las amenazas de los pretores les m a n d a b a n hacia aquéllos. P o r lo mismo, s a b i a m e n t e dispuso la Iglesia q u e los
separarse de la fe cristiana o faltar de cualquier m a n e r a a los deberes reyes fuesen consagrados con los ritos sagrados, como estaba m a n -
q u e ésta les imponía. N o vacilaron entonces en desobedecer a los d a d o por el m i s m o D i o s en el A n t i g u o T e s t a m e n t o . C u a n d o la so-
h o m b r e s para obedecer y agradar a Dios. Sin e m b a r g o , incluso en ciedad civil, surgida de entre las ruinas del imperio r o m a n o , se
estas circunstancias, n o h u b o q u i e n tratase de p r o m o v e r sediciones abrió de n u e v o a la esperanza de la grandeza cristiana, los R o m a n o s
ni d e menoscabar la majestad del emperador, ni j a m á s pretendieron Pontífices consagraron de u n m o d o singular el p o d e r civil con el
otra cosa q u e confesarse cristianos, serlo realmente y conservar imperium sacrum. L a autoridad civil adquirió d e esta m a n e r a u n a
incólume su fe. N o p r e t e n d í a n oponer en m o d o alguno resistencia, dignidad desconocida. Y no hay d u d a q u e esta institución h a b r í a
sino q u e m a r c h a b a n contentos y gozosos, como n u n c a , al c r u e n t o sido g r a n d e m e n t e útil t a n t o p a r a la sociedad religiosa como para la
potro, d o n d e la m a g n i t u d de los t o r m e n t o s se veía vencida p o r la sociedad civil si los príncipes y los pueblos hubiesen b u s c a d o lo
grandeza de alma de los cristianos. P o r esta razón se llegó t a m b i é n q u e la Iglesia buscaba. M i e n t r a s reinó u n a concorde amistad e n t r e
a h o n r a r en aquel t i e m p o en el ejército la eficacia de los principios a m b a s potestades, se conservaron la t r a n q u i l i d a d y la p r o s p e r i d a d
cristianos. Era cualidad sobresaliente del soldado cristiano h e r m a - públicas. Si alguna vez los pueblos i n c u r r í a n en el pecado de r e b e -
nar con el valor a toda p r u e b a el perfecto c u m p l i m i e n t o de la dis- lión, al p u n t o acudía la Iglesia, conciliadora nata de la tranquilidad,
ciplina militar y m a n t e n e r u n i d a a su valentía la inalterable fide- e x h o r t a n d o a todos al c u m p l i m i e n t o d e sus deberes y r e f r e n a n d o
lidad al e m p e r a d o r . Sólo c u a n d o se exigían de ellos actos contrarios los í m p e t u s de la concupiscencia, en p a r t e con la persuasión y e n
a la fe o la razón, como la violación de los derechos divinos o la parte con su autoridad. D e m o d o semejante, si los reyes p e c a b a n
en el ejercicio del poder, se presentaba la Iglesia ante ellos y, r e c o r -
numerum minui inimicorum consuevisse, quanto cresceret christianorum.
Ñunc pauciores hostes habetis prae muítitudine christianorum, pene omnium ci- convertere, tune quidem imperata faceré recusabat, ita tamen ut discedere
vitatum pene omnes cives christianos habendo. Praeclarum est quoque de eadem ab armis atque emori pro religione mallet, quam per seditionem et turbas
re testimonium in Epístola ad Diognetum, quae confirmat, solitos eo tempore auctoritati publicae repugnare.
christianos fuisse non solum inservire legibus, sed in omni officio plus etiam
Postea vero quam respublicae principes christianos habuerunt, multo
ac perfectius sua sponte faceré, quam cogerentur faceré legibus. Christiani
magis Ecclesia testificari-ac praedicere institit, quantum in auctoritate im-
obsequuntur legibus, quae sancitae sunt, et suae vitae genere leges superant.
perantium inesset sanctitatis: ex quo futurum erat, ut populis, cum de prin-
Alia sane tum causa erat, cum a fide christiana, aut quoquo modo ab cipatu cogitarent, sacrae cuiusdam maiestatis species oceurreret, quae ad
officio deficere Imperatorum edictis ac Praetorum minis iuberentur: quibus maiorem principum cum verecundiam tum amorem impelleret. Atque
temporibus profecto displicere hominibus quam Deo maluerunt. Sed in iis huius rei causa, sapienter providit, ut reges sacrorum solemnibus initiaren-
ipsis rerum adiunctis tantum aberat ut quicquam seditiose facerent maiesta- tur, quod erat in Testamento Veteri Dei auctoritate constitutum.—Quo
temve imperatoriam contemnerent, ut hoc unum sibi sumerent, sese pro- autem tempore civilis hominum societas, tamquam e ruinis excitata imperii
fiteri, et christianos esse et nolle mutare fidem ullo modo. Ceterum nihil de romani, in spem christianae magnitudinis revixit, Pontífices Romani, insti-
resistendo cogitabant; sed placide atque hilare sic ibant ad tortoris equu- tuto imperio sacro, politicam potestatem singulari ratione consecraverunt.
leum, ut magnitudini animi cruciatuum magnitudo concederet.—Ñeque Máxima quidem ea fuit nobilitatis ad principatum accessio: ñeque d u b i -
absimili ratione per eadem témpora christianorum vis institutorum spectata tandum quin magnopere illud institutum et religiosae et civili societati sem-
est in militia. Erat enim militis christiani summam fortitudinem cum sum- per fuisset profuturum, si quod Ecclesia spectabat, idem principes et populi
mo studio coniungere disciplinae militaris: animique excelsitatem immobili semper spectavissent.—Et sane quietae res et satis prosperae permanserunt
erga principem fide cumulare. Quod si aliquid rogaretur quod non esset quamdiu inter utramque potestatem concors amicitia permansit. Si quid
honestum, uti Dei iura violare, aut in insontes Christi discípulos ferrum tumultuando peccarent populi, praesto erat conciliatrix tranquillitatis Eccle-
sia, quae singulos ad officium vocaret, vehementioresque cupiditates partim
, 2 5 TERTULIANO, Avologeticum 37: PL 1,463. lenitate, partim auctoritate compesceret. Similiter si quid in gubernando
2
$ Epístola a Diogneie S- PG 2 ; il74
peccarent principes, tum ipsa ad principes adire, et populorum iura, necessi-
122 LEÓN S I I I nnm'RNUM IU.VO 12,'!

dándoles los derechos d e los pueblos, sus necesidades y rectas aspi- nihilismo, peste vergonzosa y amenaza d e m u e r t e para la sociedad
raciones, les aconsejaba justicia, clemencia y benignidad. P o r esta civil. Y , sin e m b a r g o , s o n m u c h o s los q u e se esfuerzan p o r extender
razón se h a r e c u r r i d o m u c h a s veces a la influencia d e la Iglesia para el imperio d e males t a n grandes y, con el pretexto d e favorecer al
conjurar los peligros d e las revoluciones y d e las guerras civiles. pueblo, h a n p r o v o c a d o n o p e q u e ñ o s incendios y ruinas. L o s sucesos
q u e aquí recordamos ni son desconocidos ni están m u y lejanos.
[Las nuevas teorías] •
[III. N E C E S I D A D DE LA DOCTRINA CATÓLICA]
[17]. P o r el contrario, las teorías sobre la autoridad política,
inventadas p o r ciertos autores m o d e r n o s , h a n acarreado y a a la [18]. Y lo peor d e t o d o es q u e los príncipes, e n m e d i o de tan-
h u m a n i d a d serios disgustos, y es m u y d e t e m e r q u e , a n d a n d o el tos peligros, carecen d e remedios eficaces para restablecer la disci-
tiempo, nos t r a e r á n mayores males. N e g a r q u e Dios es la fuente y plina pública y pacificar los ánimos. Se a r m a n con la autoridad d e
el origen d e la autoridad política es arrancar a ésta toda su dignidad las leyes y piensan q u e p o d r á n reprimir a los revoltosos con penas
y t o d o su vigor. E n c u a n t o a la tesis d e q u e el p o d e r político d e p e n d e severas. P r o c e d e n rectamente. P e r o conviene advertir seriamente
del arbitrio d e la m u c h e d u m b r e , e n p r i m e r lugar, se equivocan al q u e la eficacia del castigo n o es t a n grande q u e p u e d a conservar
opinar así. Y, e n s e g u n d o lugar, dejan la soberanía asentada sobre ella sola el o r d e n e n los Estados. El m i e d o , c o m o enseña Santo
u n cimiento demasiado endeble e inconsistente. P o r q u e las pasiones T o m á s , «es u n f u n d a m e n t o débil, p o r q u e los q u e se s o m e t e n p o r
populares, estimuladas con estas opiniones c o m o con otros tantos miedo, c u a n d o ven la ocasión d e escapar i m p u n e s , se levantan con-
acicates, se alzan con m a y o r insolencia y con gran d a ñ o d e la r e p ú - tra los gobernantes c o n tanta mayor furia c u a n t o mayor h a sido la
blica se precipitan, p o r u n a fácil p e n d i e n t e , e n movimientos clan- sujeción forzada, impuesta únicamente p o r el m i e d o . Y , además,
destinos y abiertas sediciones. L a s consecuencias d e la llamada el m i e d o exagerado arrastra a m u c h o s a la desesperación, y la deses-
Reforma c o m p r u e b a n este hecho. S u s jefes y colaboradores soca- peración se lanza a u d a z m e n t e a las m á s atroces r e s o l u c i o n e s » 2 7 .
varon con la p i q u e t a d e las nuevas doctrinas los cimientos d e la L a experiencia h a d e m o s t r a d o suficientemente la gran verdad d e
sociedad civil y d e la sociedad eclesiástica y provocaron repentinos estas afirmaciones. E s necesario, p o r tanto, buscar u n a causa m á s
alborotos y osadas rebeliones, principalmente en Alemania. Y esto alta y m á s eficaz para la obediencia. H a y q u e establecer q u e la
con una fiebre t a n g r a n d e d e guerra civil y d e m u e r t e , q u e casi n o severidad d e l a s leyes resultará infructuosa mientras los h o m b r e s
q u e d ó territorio alguno libre d e la c r u e l d a d d e las t u r b a s . D e aquella n o actúen movidos p o r el estímulo del deber y p o r la saludable
herejía nacieron en el siglo pasado u n a filosofía falsa, el llamado influencia del t e m o r d e Dios. Esto p u e d e conseguirlo como nadie la
derecho nuevo, la soberanía popular y u n a descontrolada licencia, religión. L a religión se insinúa p o r su propia fuerza e n las almas,
q u e m u c h o s consideran c o m o la ú n i c a libertad. D e aquí se h a lle-
gado a esos errores recientes q u e se llaman comunismo, socialismo y
1 — ' •
scilicet ad Communismum, ad Socialismum, ad jSiihüismum, civilis hominum
societatis teterrima portenta ac pene fuñera. Atqui tamen tantorum malorum
tates, recta desideria commemorando, aequitatem, clementiam, benignitatem vim nimis multi dilatare conantur, ac per speciem iuvandae multitudinis
suaderc. Qua ratione pluries est impetratum, ut tumultuum et bellorum non exigua iam miseriarum incendia excitaverunt. Quae hic modo recorda-
civilium pericula prohiberentur. mur, ea nec ignota sunt nec valde longinqua.
Contra inventae a recentioribus de potestate política doctrinae magnas fíoc vero est etiam gravius, quod non habent principes in tantis periculis
iam acerbitates hominibus attulerunt, metuendumque ne extrema malorum remedia ad restituendam publicam disciplinam pacandosque ánimos satis
afferant in posterum. Etenim ius imperandi nolle ad Deum referre auctorem, idónea. Instruunt se auctoritate legum, eosque, qui rempublicam commo-
nihil est aliud quam politicae potestatis et pulcherrimum splendorem velle vent, severitate poenarum coercendos putant. Recte quidem: sed tamen
deletum et ñervos incisos. Quod autem inquiunt ex arbitrio illam penderé serio considerandum est, vim nullam poenarum futuram tantam, quae con-
multitudinis, primum opinione falluntur; deinde nimium levi ac flexibili servare respublicas sola possit. Metus enim, ut praeclare docet sanctus
fundamento statuunt principatum. His enim opinionibus quasi stimulis Thomas, est debile fundamentum; nam qui timare subduntur, si occurrat occasio
incitatae populares cupiditates sese efferent insolentius, magnaque cum qua possint impunitatem sperare, contra praesidentes insurgunt eo ardentius,
pernicie reipublicae ad caecos motus, ad apertas seditiones proclivi cursu qua magis contra voluntatem ex solo timare cohibebantur. Ac praeterea ex
et facile delabentur. Revera illam, quam Reformationem vocant, cuius adiu- nimio timare plerique in desperationem incidunt: desperatio autem audacter ad
tores et duces sacram civilemque potestatem novis doctrinis funditus oppug- quaelibet attentanda praecipitat, Quae quam vera sint, satis experiendo
naverunt, repentini tumultus et audacissimae rebelliones praesertim in Ger- perspeximus. Itaque obediendi altiorem ét efficaciorem causam adhibere
mania consecutae sunt: idque tanta cum domestici deflagratione belli et necesse est, atque omnino statuere, nec legum esse posse fructuosam se-
caede, ut nullus pene locus expers turbarum et cruoris videretur.—Ex illa veritatem, nisi nomines impellantur officio, salutarique metu Dei permo-
haeresi ortum duxit saeculo superiore falsi nominis philosophia, et ius quod veantur. Id autem impetrare ab iis máxime religio potest, quae sua vi in
appellant novum, et imperium populare, et modum nesciens licentia, quam
plurjmí solam libertatem putant, Ex his ad finítimas pestes ventum est, 27
SANTO TOMÁS, De regimine principum 1,10.
124 r.EoN xiir MI'TI'UNI'M n.i.ru lUfl
doblega la m i s m a voluntad del h o m b r e para q u e se u n a a sus go- Estado concedan a la Iglesia aquella libertad de la cual n o p u e d e
b e r n a n t e s n o sólo p o r estricta obediencia, sino t a m b i é n por la b e n e - ser privada sin injusticia y perdición d e todos. L a Iglesia d e C r i s t o
volencia de la caridad, la cual es en toda sociedad h u m a n a la garantía n o p u e d e ser sospechosa a los príncipes n i mal vista por los pueblos.
m á s firme de la seguridad. L a Iglesia amonesta a los príncipes para q u e ejerzan la justicia y
[19]. Por lo cual hay q u e reconocer q u e los R o m a n o s Pontí- no se a p a r t e n lo m á s m í n i m o d e sus deberes. P e r o al m i s m o t i e m p o
fices hicieron u n gran servicio al 6ien c o m ú n c u a n d o p r o c u r a r o n y de m u c h a s m a n e r a s robustece y fomenta su autoridad. Reconoce
q u e b r a n t a r la inquieta e hinchada soberbia d e los innovadores ad- y declara q u e los asuntos propios de la esfera civil se hallan bajo
virtiendo el g r a n peligro q u e éstos constituían para la sociedad civil. el p o d e r y jurisdicción de los gobernantes. P e r o en las materias q u e
Es digna de m e n c i ó n a este respecto la afirmación dirigida por afectan simultáneamente, a u n q u e p o r diversas causas, a la potestad
C l e m e n t e VII a F e r n a n d o , rey de Bohemia y H u n g r í a : «En la causa civil y a la potestad eclesiástica, la Iglesia quiere q u e a m b a s p r o c e d a n
de la fe va incluida t a m b i é n la dignidad y utilidad, t a n t o t u y a c o m o de c o m ú n acuerdo y reine e n t r e ellas aquella concordia q u e evita
de los d e m á s soberanos, p u e s n o es posible atacar a la fe sin grave contiendas desastrosas para las dos partes. P o r lo q u e toca a los
ruina de vuestros propios intereses, lo cual se ha c o m p r o b a d o re- pueblos, la Iglesia ha sido fundada para la salvación de t o d o s los
cientemente en algunos d e esos territorios». E n esta m i s m a línea h o m b r e s y siempre los ha a m a d o como m a d r e . E s la Iglesia la q u e
ha brillado la providente firmeza de nuestros predecesores, en espe- bajo la guía d e la caridad ha sabido i m b u i r m a n s e d u m b r e en las
cial de C l e m e n t e X I I , Benedicto X I V y L e ó n XII, quienes, al ver almas, h u m a n i d a d en las costumbres, e q u i d a d en las leyes, y siem-
cundir extraordinariamente la epidemia de estas depravadas teorías p r e amiga de la libertad honesta, t u v o siempre p o r c o s t u m b r e y
y al c o m p r o b a r la audacia creciente de las sectas, hicieron uso d e práctica condenar la tiranía. Esta costumbre, ingénita en la Iglesia,
su autoridad para cortarles el paso y evitar su entrada. N o s m i s m o ha sido expresada p o r San A g u s t í n con tanta concisión como claridad
h e m o s d e n u n c i a d o m u c h a s veces la gravedad de los peligros q u e en estas p a l a b r a s : «Enseña—-la Iglesia—que los reyes cuiden a los
nos amenazan. Y h e m o s indicado al m i s m o t i e m p o el mejor r e m e d i o pueblos, q u e todos los pueblos se sujeten a sus reyes, manifestando
para conjurarlos. H e m o s ofrecido a los príncipes y a todos los gober- c ó m o n o t o d o se debe a todos, a u n q u e a todos es debida la caridad
nantes el apoyo de la Iglesia. H e m o s exhortado a los pueblos a q u e y a nadie la injusticia» 2 8 .
se aprovechen de los bienes espirituales q u e la Iglesia les p r o p o r - [20]. Por estas razones, venerables h e r m a n o s , vuestra o b r a será
ciona. D e n u e v o hacemos ahora a los reyes el ofrecimiento de este m u y útil y t o t a l m e n t e saludable si consultáis con N o s todas las
apoyo, el m á s firme d e todos, y con vehemencia les amonestamos empresas q u e por encargo divino habéis de llevar a cabo para apar-
en el Señor para q u e defiendan a la religión y en interés del m i s m o tar de la sociedad h u m a n a estos peligrosos daños. P r o c u r a d y velad
para q u e los preceptos establecidos p o r la Iglesia católica respecto
ánimos influit, ipsasque hominum flectit voluntates, ut eis, a quibus ipsi
reguntur, non obsequio solum, sed etiam benevolentia et caritate adhaeres- posse sinant, qua sine iniuria et communi pernicie privari non potest. Pro-
cant, quae est in omni hominum coetu óptima custos incolumitatis. ferto Ecclesia Christi ñeque principibus potest esse suspecta, ñeque populis
invisa. Principes quidem ipsa monet sequi iustitiam, nullaque in re ab officio
Quamobrem egregie Pontífices Romani communi utilitati servisse iudi-
declinare: at simul eorum roborat multisque rationibus adiuvat auctorita-
candi sunt, quod Novatorum frangendos semper curaverunt túmidos in-
tem. Quae in genere rerum civilium versantur, ea in potestate supremoque
quietosque spiritus, ac persaepe monuerunt, quantum ii sint cívili etiam
imperio eorum esse agnoscit et declarat: in iis quorum iudicium, diversam
societati periculosi. Ad hanc rem digna, quae commemoretur, Clemen-
licet ob causam, ad sacram civilemque pertinet potestatem, vult existere
tis VII sententia est ad Ferdinandum Bohemiae et Hungariae regem: ln hac
inter utramque concordiam, cuius beneficio funestae utrique contentiones
fidei causa tua etiam et ceterorum principian (lignitos et utilitas inclusa est,
devitantur. Ad populos quod spectat, est Ecclesia saluti cunctorum hominum
cum non possit illa convelli quin vestrarum etiam rerum labefactionem secum
nata, eosque semper dilexit uti parens. Ea quippe est, quae caritate praeeunte
trahat; quod clarissime in locis istis aliquot pérspectum sit.—Atque in eodem
mansuetudinem animis impertiit, humanitatem moribus, aequitatem legibus:
genere summa providentia et fortitudo enituit Decessorum Nostrorum,
atque honestae libertati nuspiam inimica tyrannicum dominatum semper
praesertim autem Clementis XII, Benedicti XIV, Leonis XII, qui cum con-
detestan consuevit. Hanc, quae Ínsita in Ecclesia est, bene merendi consue-
sequentíbus temporibus pravarum doctrinarum pestis latius serperet, secta-
tudinem paucis praeclare expressit sanctus Augustinus: Docet (Ecclesia)
rumque audacia invalesceret, oppositu auctoritatis suae aditum illis interclu-
reges prospicere populis, omnes populos se subdere regibus: oslendens quemadmo-
dere conati sunt.—Nos ipsi pluries denunciavimus quam gravia pericula
dum et non ómnibus omnia, et ómnibus caritas, et nulli debetur iniuria.
impendeant, simulque indicavimus, quae sit eorum propulsandorum ratio
óptima. Principibus ceterisque rerum publicarum moderatoribus praesi- His de causis opera vestra, Venerabiles Fratres, valde utilis ac plañe
dium religionis obtulimus, populosque hortati sumus, ut summorum bo- salutaris futura est, si industriam atque omnes, quae Dei muñere in vestrá
norum copia, quam Ecclesia suppeditat, máxime uterentur. Id nunc agimus, sunt potestate, ad deprecanda societatis humanae vel pericula vel incommoda
ut ipsum illud praesidium, quo nihil est validius, sibi rursus oblatum prin- Nobiscum contuleritis. Cúrate ac providete, ut quae de imperio deque obe-
cipes intelligant: eosque vehementer in Domino hortamur, ut religionem 28
tueantur, et, quod interest etiam reipuhlicae, ea Ecclesiam libértate frui SAN AGUSTÍN, D¿ mnribus Ecclesiae tatkolicae 1,30: BAC Obra?, de San Agustín t.4
líítí LEÓN* xilt
del poder político y del deber de obediencia sean comprendidos y
cumplidos con diligencia por todos los hombres. Como censores y CUM MULTA
maestros que sois, amonestad sin descanso a los pueblos para que
huyan de las sectas prohibidas, abominen las conjuraciones y que
nada intenten por medio de la revolución. Entiendan todos que, La unión de los católicos españoles
al obedecer por causa de Dios a los gobernantes, su obediencia es
un obsequio razonable. Pero como es Dios quien da la victoria a
los reyes29 y concede a los pueblos el descanso en la morada de la
paz, en la habitación de la seguridad y en el asilo del reposo 3 °, es
del todo necesario suplicarle insistentemente que doblegue la volun-
tad de todos hacia la bondad y la verdad, que reprima las iras y
restituya al orbe entero la paz y tranquilidad hace tiempo deseadas.
[21 ]. Para que la esperanza en la oración sea más firme, pon-
gamos por intercesores a la Virgen María, ínclita Madre de Dios, Esta encíclica presenta un interés político general pese el carácter
particular de sus destinatarios, los obispos españoles. La acentuada
auxilio de los cristianos y protectora del género humano; a San
división provocada por los partidismos políticos en el seno del catoli-
José, su esposo castísimo, en cuyo patrocinio confía grandemente
cismo español decimonónico—secuela lamentable del radical particu-
toda la Iglesia; a los apóstoles San Pedro y San Pablo, guardianes y larismo hispano—dio motivo a León XIII para exponer en aqéulla una
defensores del nombre cristiano. de sus ideas fundamentales en materia política. La causa de la religión
Entretanto, y como augurio del galardón divino, os damos afec- católica no puede identificarse con partido político alguno. Tesis que se
tuosamente a vosotros, venerables hermanos, al clero y al pueblo ampliará con un desarrollo específico en la encíclica posterior del mismo
confiado a vuestro cuidado nuestra bendición apostólica. Papa Graves de communi, sobre la democracia cristiana, y en la carta
Dado en Roma, junto a San Pedro, el 29 de junio de 1881, año de San Pío X al episcopado francés sobre los errores de Le Sillón.
cuarto de nuestro pontificado. La Iglesia, por consiguiente, necesita defender su entera libertad frente
a los intentos peligrosos de ciertos partidos políticos católicos que pre-
diendi officio ab Ecclesia catholica praecipiuntur, ea homines et plañe per- tenden utilizarla como muro defensivo de sus programas. Todos los
specta habeant, et ad vitam agendam diligenter utantur. Vobís auctoribus
et magistris, saepe populi moneantur fugere vetitas sectas, a coniurationibus católicos están obligados a ajustar su conducta política a esta necesidad
abhorrere, nihil seditiose agere: iidemque intelligant, qui Dei causa parent superior.
imperahtibus, eorum esse rationabile obsequium, generosam obedientiam. El 2 de febrero de 1879 recibía León XIII en audiencia pública a
Quoniam vero Deus est, qui dat salutem regibus, et concedit populis con- un millar de periodistas. La recomendación pontificia era clara: no
quiescere in pulchritudine pacis et in tabernaculisfiduciaeet in requie opulenta, ofendáis a vuestros lectores con un lenguaje intemperante y, por otra
Ipsum necesse est orare atque obsecrare, ut omnium mentes ad honestatem parte, no pongáis la causa religiosa al servicio de un partido político
veritatemque fíectat iras compescat, optatam diu pacem tranquillitatemque
orbi terrarum restituat. o de un interés de grupo con daño del bien común.
Algunos años más tarde, León XIII hubo de intervenir de nuevo
Quo autem spes firmior sit impetrandi, deprecatores defensoresque sa-
lutis adhibeamus, Mariam Virginem magnam Dei parentem, auxilium chris- en el mismo sentido con ocasión de los alegatos equivocados de un
tianorum, tutelam generis humani: S. Iosephum castíssimum sponsum eius, renombrado publicista español y de cierta carta del cardenal Pitra a
cuius patrocinio plurimum universa Ecclesia confidit: Petrum et Paulum un periodista holandés, reiterando la estricta necesidad de obedecer al
principes Apostolorum, custodes et vindices nominis christiani. episcopado y mantener cerrado a toda fisura la unión de las fuerzas
Interea divinorum munerum auspicem Vobis ómnibus, Venerabiles Fra- católicas. La respuesta del episcopado español—6 de enero de 1883—
tres, Clero et populo fidei vestrae commisso Apostolicam Benedictionem a la encíclica Cum multa puede leerse enASS 15 (1882-1883) 398-399-
peramanter in Domino impertimus. Véase también la carta de León XIII al cardenal Sancha y Hervás
Datum Romae apud S. Petrum die XXIX Iunii A. MDCCCLXXXI, de 22 de abril de 1903, insistiendo otra vez en la necesidad de trabajar
Pontificatus Nostri anno quarto. por la unión entre los católicos españoles (ASS 35 [1902-1903] 707-
" Ps. 142 (143), 11. 708 J, y la carta de la Sagrada Congregación del índice—10 de enero
, . 3» is. 32,18. de 1887—al obispo de Barcelona con motivo de la polémica suscitada
por el opúsculo de don Felipe Sarda y Salvany El liberalismo es
pecado (ASS 20 [1887-1888] 414-415).
i;:s LKUN X I I I CUM MULTA 12!)

[i]. M u c h a s son ' las cualidades sobresalientes de la noble y


BIBLIOGRAFÍA
generosa nación española; pero la m á s admirable d e todas es la
G. GOYAU, León XIII: DTC t.9 co1.342.—MONS. A. HERRERA ORIA, La conservación, p o r encima d e las variadas vicisitudes históricas, de
palabra de Cristo ed.2. a t.2 p.717.—J. SCHMIDLIN, Papstgeschichte der neuesten aquella su prístina y casi hereditaria firmeza en la fe católica, a la
Zef7t.2p.376.—Q. CKSTEULA, Histoire des Papes t.3 p.260.—R. GARCÍA VIIAOS-
LADA, Historia de la Iglesia católica. Edad Moderna p.620ss (BAC, Madrid 1952). q u e siempre h a n estado u n i d o s el bienestar y la grandeza d e l p u e b l o
MONS. A. HERRERA ORIA, La palabra de Cristo t.7 p.l034ss. español. M u c h o s son los hechos q u e p r u e b a n esta firmeza. El p r i n -
cipal de todos ellos es la eximia devoción a esta Sede Apostólica,
SUMARIO q u e los españoles reiteran con frecuencia de m o d o singular con toda
ciase d e demostraciones, con escritos, con liberalidades y con p i a d o -
I. Firmeza del pueblo español en la fe católica. Su eximia devoción a la sas peregrinaciones. N o p o d r á olvidarse t a m p o c o el r e c u e r d o de
Sede Apostólica. Sin embargo, la unidad de los españoles constituye tiempos m u y recientes, c u á n d o toda E u r o p a fué testigo del á n i m o
actualmente una grave preocupación para el Papa. Se ha agudizado esforzado y piadoso d e q u e dieron p r u e b a los españoles e n días
el espíritu de partido. No se respeta a veces la autoridad de los obispos. aciagos y calamitosos para la Sede Apostólica. E n t o d o lo cual,
No se acatan sus órdenes con sumisión. Ahora bien, la unidad es un
requisito indispensable para la defensa eficaz de la fe católica. además d e u n beneficio singular d e Dios, reconocemos, venerables
II. Dos errores en materia de relaciones entre la religión y el Estado. h e r m a n o s , el fruto d e vuestros desvelos y t a m b i é n el loable propósito
Primero, la separación completa entre la Iglesia y el Estado, tesis del p u e b l o español, q u e en tiempos t a n contrarios al catolicismo se
nociva para el Estado y funesta para la vida religiosa. Segundo, la mantiene fervorosamente u n i d o a la religión d e sus mayores y n o
identificación entre la religión y un determinado partido político. vacila en oponer a la grandeza d e los peligros u n a constancia igual-
Tesis errónea y peligrosa. Las cuestiones políticas son temporales. Las m e n t e g r a n d e . N o h a y cosa q u e n o p u e d a , esperarse d e E s p a ñ a si
cuestiones religiosas, en cambio, trascienden el orden meramente estos sentimientos s o n fomentados p o r la caridad y se ven fortale-
humano. El Estado cambia. La religión debe permanecer siempre la cidos p o r u n a estable u n i d a d d e voluntades. Sin e m b a r g o , en este
misma. Los católicos deben consagrarse a la defensa de la religión, p u n t o n o h e m o s d e disimular la realidad. C u a n d o p e n s a m o s e n la
sin permitir que las diferencias políticas resquebrajen su unidad en
aquella defensa. m a n e r a d e obrar q u e algunos católicos españoles a d o p t a n como
n o r m a de conducta, se ofrece a n u e s t r o espíritu u n a p e n a s e m e -
III. El fundamento de la unidad social es la obediencia a la autoridad.
jante a la ansiosa solicitud q u e pasó el apóstol San Pablo p o r causa
Los obispos son los rectores de sus Iglesias respectivas y, por tanto,
hay que obedecer sus consignas y disposiciones. Proceder de otra ma- de los corintios. Segura y tranquila había p e r m a n e c i d o e n E s p a ñ a
nera equivale a romper la unidad de la Iglesia. Todos los españoles,
y principalmente los miembros del clero, deben recordar este trascen-
dental deber. N o hay apostolado provechoso al margen de la obedien- [ D e a n i m o r u m concordia ínter hispanos p r o c u r a n d a ]
cia debida a la jerarquía eclesiástica. El sacerdote no debe dejarse Cum multa sint, in quibus excellit generosa ac nobilis Hispanorum
absorber por los afanes de los partidismos políticos. natío, tum illud est in prima commendatíone ponendum, quod, post varios
IV. Utilidad de las asociaciones católicas. Estas asociaciones deben some- reruní et hominum interitus, pristinum illud ac prope hereditarium retineat
terse a la autoridad episcopal. Deben procurar además la unión entre fidei catholicae studium, quocum semper visa est Hispani generis salus et
sus miembros, y deben evitar en su acción las interferencias de las pasio- magnitudo coniuncta.—Quod quidem studium plura argumenta declarant:
nes políticas. Es muy importante también que la prensa diaria practique praecipue vero eximia in hanc Sedem Apostolicam pietas, quam omni signi-
y fomente la unidad de los espíritus. Alabanza del periodismo español ficationum genere, litteris, liberalitate, susceptis religionis causa peregrina-
católico. Pero es necesario un aviso: la defensa de los derechos de la tionibus, Hispani homines saepe et praeclare testantur. Ñeque interitura est
Iglesia debe realizarse sin altercados ni ofensas. paulo superioris temporis memoria, quo tempore ipsorum animum fortem
V. Exhortación al episcopado para que explique al pueblo español estas aeque ac pium Europa spectavit, cum Sedem Apostolicam adversorum even-
normas de conducta práctica. Los españoles deben recordar que las tuum calamitas attigisset.—In his rebus ómnibus, praeter singulare quoddam
mayores gestas de su historia patria se han llevado a cabo gracias a la Dei beneficium, agnoscimus, Venerabiles Fratres, vigilantiae vestrae fruc-
íntima unión de sus mayores. El Papa aconseja las oportunas confe- tum: itemque laudabile ipsius populi propositum. qui per haec tam infensa
rencias episcopales para tratar conjuntamente de los problemas ac- catholico nomini témpora religioni avitae studiose adhaerescit, ñeque dubitat
tuales. Oración para que este documento logre el efecto pretendido. magnitudini periculorum parem constantiae magnitudinem opponere. Pro-
ferto nihil est, quin de Hispania sperari iure queat, si modo talem animorum
¡tffectionem caritas aluerit, et stabilis voluntatum concordia roboraverit.—
Verum quod ad hanc partem, non enim dissimulabimus id quod est, cum
cogitamus agendi rationem, quam aliquot ex Hispania catholici homines
incundam putant, dolor quídam obiicitur animo cum nonn^illa similitu-
1
L E Ó N XIII, carta encíclica dirigida al episcopado español para procurar la unión entre
los i-atólicos d e España: ASS 15 (1882-1S83) 241-246: A L 3,170-180.

Ji.vfr. />i»rf¡/. 2 ' 5


130 LEÓN XIII CUM MULTA i;i.i
la u n i d a d de los católicos, n o sólo entre sí, sino, sobre todo, t a m b i é n
con el episcopado. P o r este motivo nuestro predecesor Gregorio X V I [I. R E L A C I O N E S ENTRE LA IGLESIA Y EL. E S T A D O : DOS E R R O R E S ]
alabó con razón a la nación española, p o r q u e la inmensa mayoría de
los españoles perserveraba firme en su respeto a los obispos y a los [El error de la separación]
pastores inferiores canónicamente establecidos 2. A c t u a l m e n t e , sin e m - [ 2 ] . E s conveniente recordar, en p r i m e r lugar, las m u t u a s re-
bargo, con la aparición de las pasiones partidistas, asoman síntomas laciones q u e existen e n t r e la vida religiosa y la vida civil, p o r q u e
de d e s u n i ó n divisora de los espíritus en diferentes b a n d o s y per- son m u c h o s los q u e se e n g a ñ a n en este p u n t o con dos errores o p u e s -
t u r b a d o r a en gran escala a u n de las mismas asociaciones fundadas tos. A l g u n o s suelen n o sólo distinguir, sino incluso apartar y sepa-
con fines religiosos. Sucede con frecuencia q u e la autoridad epis- rar p o r completo la política de la religión, q u e r i e n d o q u e nada tenga
copal n o es respetada c o m o es d e b i d o p o r los q u e t r a t a n d e e n c o n - q u e ver la u n a con la otra y j u z g a n d o q u e n o d e b e n ejercer e n t r e sí
t r a r la m a n e r a m á s conveniente para defender la causa católica. N o influjo m u t u o a l g u n o 3 . L o s q u e así hablan-están m u y cerca de los
sólo esto; si a veces u n obispo aconseja algo, si da u n a o r d e n con- q u e p r e t e n d e n constituir y gobernar el E s t a d o sin t e n e r en cuenta
forme a su autoridad, n o faltan quienes lo llevan a mal o lo critican para n a d a a D i o s , creador y Señor de todas las cosas. Y su error es
abiertamente, i n t e r p r e t a n d o la actuación del obispo como si hubiese más dañoso todavía, p o r q u e privan t e m e r a r i a m e n t e al E s t a d o d e
q u e r i d o d a r g u s t o a u n o s agraviando a los otros. A h o r a bien, es u n a fuente caudalosísima d e bienes. P o r q u e si se quita la religión,
evidente la gran importancia q u e tiene m a n t e n e r incólume la unión p o r fuerza ha d e vacilar t a m b i é n la firmeza de aquellos principios
d e los espíritus, sobre t o d o p o r q u e en m e d i o de la desenfrenada q u e son el principal sostén del bienestar público y reciben su mayor
libertad de p e n s a m i e n t o y de la fiera e insidiosa guerra q u e por vigor d e la religión. T a l e s son principalmente el gobierno j u s t o y
todas partes se hace contra la Iglesia es absolutamente necesario m o d e r a d o , la obediencia c o m o deber de conciencia, el d o m i n i o d e
q u e t o d o s los cristianos resistan, c o n c e n t r a n d o sus fuerzas, con per- las pasiones p o r m e d i o de la virtud, el respeto a los derechos de cada
fecta armonía d e voluntades, para q u e la división interna n o sea cual y a la p r o p i e d a d ajena.
causa de su derrota ante los astutos ataques de los enemigos. M o v i -
dos p o r la consideración d e estos daños, os dirigimos esta encíclica, [El error de la identificación}
venerables h e r m a n o s , y os suplicamos encarecidamente q u e , hacién-
[3 ] . P e r o de la m i s m a m a n e r a q u e d e b e m o s evitar este nefasto
doos intérpretes d e n u e s t r o s saludables avisos, empleéis vuestra p r u -
error, así t a m b i é n hay q u e h u i r la equivocada opinión de los q u e
dencia y autoridad en afianzar la concordia.
mezclan y c o m o identifican la religión con u n d e t e r m i n a d o p a r t i d o
político, hasta el p u n t o de tener poco m e n o s q u e p o r disidentes
diñe anxiae sollicitudinis, quam Paulus Apostolus olim, Corinthiorum del catolicismo a los q u e pertenecen a otro partido. P o r q u e esto
causa, susceperat. Tuta et tranquilla catholicorum cum ínter se tum má-
xime cum Episcopis suis istic concordia permanserat: eoque nomine Gre- equivale a introducir e r r ó n e a m e n t e las divisiones políticas en el
gorius XVI Decessor Noster iure laudavit Hispanam gentem, quod eius
pars longe máxima in veteri sua erga Episcopos et inferiores pastores canoni- Erit autem opportunum primo loco rei sacrae reique civilis meminisse
ce constituios reverentia perseveraret. Nunc tamen, ínteriectis partium stu- rationes mutuas, quia multi contrario errore falluntur. Solent enim nonnulli
diis, vestigia apparent dissensionum, quae in varias velut acies distrahunt rem politicam a religione non distinguere solum, sed penitus seiungere ac
ánimos, ipsasque societatis, religionis gratia constituías, non parum per- separare nihil ut esse utrique commune velint, nec quicquam ad alteram
turbant. Ificidit saepe, ut apud disquirentes, qua potissimum ratione ex- ab altera influere putent oportere. Hi profecto non multum ab iis distant,
pediat rem catholicam tueri, minus quam aequum est, Episcoporum va- qui civitatem constítui administrarique malunt, amoto cunctarum procrea-
leat auctoritas. Quin immo interdum si quid Episcopus suaserit, si quid tore Dommoque rerum Deo; ac tanto deterius errant, quod rempublicam
etiam pro potestate decreveiit, non desunt qui moleste ferant, aut aperte ubérrimo utilitatum fonte temeré prohibent. Nam ubi religio tollatur, va-
reprehendant, sic accipientes, ut voluisse illum existiment alteris grati- cillare necesse est illorum stabilitatem principiorum, in quibus salus publica
fican, alteros offendere.—Iamvero plañe perspicitur quanti referat, inco- máxime nititur, quaeque vim a religione capiunt plurimam, cuiusmodi
lumem esse animorum coniunctionem, eo vel magis quod in tanta ubique potissimum sunt, iuste moderateque imperare, propter conscientiam officii
pravarum opinionum licentia, in tam acri insidiosaque Ecclesiae cathoji- subesse, domitas habere virtute cupiditates, suum cuique reddere, aliena
cae oppugnatione, omnino necesse est, christianos universos, collatis in non tangere.
unum viribus maximaque voluntatum conspiratione resistere, ne callidi-
tate atque ímpetu adversariorum separatim oppressi succumbant. Igitur Verum sicut iste tam impius declinandus est error, sic etiam fugienda
huiusmodi incommodorum cogitatione permoti, Vos, his litteris, Venerabi- illorum opinio praepostera, qui religionem cum aliqua parte civili permis-
les Fratres, appellamus, vehementerque petimus, ut salutarium monitorum cent ac velut in unum confundunt, usque adeo, ut eos, qui sint ex altera
Nostrorum interpretes, in firmanda concordia prudentiam auctoritatemque parte, prope descivisse a catholico nomine decemant. Hoc quidem est
vestram adhib#atis. l'actiones políticas ín augustum religionis campum perperam compellere:
3
2
El tema de las relaciones entre la religión y el Estado está tratado también en la Nobi-
Aloe, consist. Afflictas, de i de marzo de 1841. lísima Gallorum gens, en la Immortale Dei y en la Libertas praestantissimum.
CUM MULTA 133
132 LEÓN X I I I

bajo al servicio del bien c o m ú n y a m a n d o con afecto de m a d r e a


sagrado c a m p o de la religión, querer r o m p e r la concordia fraterna
t o d o s los h o m b r e s , si bien con m á s especiliadad a aquellos q u e más
y abrir la puerta a u n a peligrosa m u l t i t u d de inconvenientes. Por
se distinguen p o r su fe y su piedad.
consiguiente, es necesario separar t a m b i é n en nuestra apreciación
intelectual la religión y la política, q u e son diferentes p o r su m i s m a
naturaleza específica. P o r q u e las cuestiones políticas, por m u y h o - [II. L A OBEDIENCIA, F U N D A M E N T O DE LA UNIDAD S O C I A L ]
nestas e importantes q u e sean, consideradas en sí mismas, n o tras-
[ 4 ] . El f u n d a m e n t o d e esta concordia es en la sociedad cris-
cienden los límites de esta vida terrena. Por el contrario, la religión,
tiana el m i s m o q u e en t o d o E s t a d o bien establecido: la obediencia
que, nacida de Dios, refiere a Dios todas las cosas, se levanta m u c h o
a la legítima autoridad, q u e con sus leyes, prohibiciones y n o r m a s
más alto, llegando hasta el cielo. L o q u e la religión quiere, lo q u e
unifica y concilia los ánimos diferentes de los h o m b r e s . E n esta
pretende, es llenar el alma, q u e es la parte más valiosa del h o m b r e ,
materia n o hacemos m á s q u e recordar cosas sabidas y averiguadas
con el conocimiento y el amor de Dios y conducir p o r u n camino
de todos, p e r o de tal importancia, q u e n o sólo es necesario aceptar-
seguro al género h u m a n o a la ciudad futura, hacia la cual t e n d e m o s .
las con el pensamiento, sino q u e d e b e m o s además guardarlas, como
Por lo cual es acertado considerar la religión y cuanto de u n
n o r m a s obligatorias, en la conducta moral práctica d e cada día.
m o d o particular esté ligado con ella como realidades pertenecientes
P o r q u e así c o m o , e l R o m a n o Pontífice es maestro y príncipe de
a u n o r d e n superior. D e d o n d e se sigue q u e la religión, p o r ser el
t o d a la Iglesia universal, así los obispos son los rectores y cabezas
mayor de los bienes, d e b e permanecer siempre entera en m e d i o de
d e las iglesias q u e cada cual legítimamente recibió para gobernar.
las m u d a n z a s de la vida h u m a n a y de los cambios políticos d e los
A ellos pertenece, en su respectiva diócesis, la dirección, la correc-
Estados. P o r q u e la religión abarca todos los tiempos y se extiende
ción y, en general, la disposición de t o d o lo referente a los intereses
a todos los territorios. Y los afiliados a partidos políticos contrarios,
cristianos. Son partícipes d e la sagrada potestad q u e Cristo n u e s t r o
a u n q u e disientan en t o d o lo demás, es necesario q u e estén t o d o s de
Señor recibió del P a d r e y dejó a su Iglesia. Por esta razón n u e s t r o
acuerdo en este p u n t o : q u e es preciso salvar en el E s t a d o la religión
predecesor Gregorio I X dice q u e los obispos, «llamados a participar
católica. A esta noble y necesaria empresa, como u n i d o s en u n a
de n u e s t r a solicitud, hacen, sin d u d a alguna, las veces de D i o s » 4 .
santa alianza, d e b e n aplicarse con afán todos cuantos a m a n el cato-
Esta potestad ha sido dada a los obispos para s u m o provecho de
licismo, haciendo callar por u n m o m e n t o la diversidad de pareceres
aquellos hacia quienes se ejerce. P o r q u e p o r su m i s m a naturaleza
en materia política, pareceres que, por otra parte, p u e d e n ser d e -
ese p o d e r tiende a la edificación del c u e r p o de Cristo y hace q u e
fendidos honesta y legítimamente d e n t r o de su propia esfera. L a
cada obispo sea c o m o u n lazo que u n e , con la c o m u n i ó n de la fe y
Iglesia n o condena en m o d o alguno las preferencias políticas, con
de la caridad, e n t r e sí a los cristianos, a quienes preside, y con el
tal q u e éstas n o sean contrarias a la religión y la justicia. Lejos de
S u p r e m o Pontífice, c o m o m i e m b r o s con su cabeza. A este propósito
t o d o estrépito de contiendas, la Iglesia continúa p o n i e n d o su tra-

suam in communem afierre utilitatem, hominesque cunctos materna cari-


fraternam concordiam velle dirimere, funestaeque incommodorum multi- tate diligere, eos tamen praecipue, quorum fides pietasque constiterit maior.
tudini aditum ianuamque patefacere.—Igitur oportet rem sacram remque
civiiem, quae sunt genere naturaque distincta, etiam opinione iudicioque Concordiae vero quam diximus, idem est in re christiana, atque in
secernere. Nam hoc genus de rebus civilibus, quantumvis honestum et gra- omni bene constituta república fundamentum: niniirum obtemperatio legi-
ve, si spectetur in se, vitae huius, quae in terris degitur, fines nequáquam timae potestati, quae iubendo, vetando, regendo, varios hominum ánimos
praetergreditur. Contra vero religio, nata Deo et ad Deum referens omnia, concordes et congruentes efficit. Quam ad rem nota ómnibus atque expío-
altius se pandit caelumque contingit. Hoc enim illa vu!t, hoc petit, animum, rata commemoramus: verumtamen talia, ut non cogitatione solum tenenda,
quae pars est hominis praestantissima, notitia et amore Dei imbuere, totum- sed moribus et usu quotídiano, tamquam officii regula, servanda sint.—Sci-
que genus humanum ad futuram civitatem, quam inquirimus, tuto perdu- licet sicut Pontifex Romanus totius est Ecclesiae magister et princeps, ita
cere. Quapropter religionem, et quidquid est singulari quodam vinculo cum episcopi rectores et capita sunt Ecclesiarum, quas rite singuli ad gerendum
religione colligatum, rectum est superioris ordinis esse ducere. Ex quo con- acceperunt. Eos in sua quemque ditione ius est praeesse, corrigere, genera-
sequitur, eam, ut est summum bonum, in varietate rerum humanarum atque timque de iis, quae e re christiana essé videantur, decernere. Participes
in ipsis commutationibus civitatum deberé integram permanere: omnia enim sunt sacrae potestatis, quam Christus Dominus a Patre acceptam
enim et temporum et locorum intervalla complectitur. Fautoresque contra- Ecclesiae suae reliquit: eamque ob causam Gregorius IX Decessor Noster
riarum partium, cetera dissentientes, in hoc oportet universi conveniant, Episcopos inquit in partem sollicitudinis vocatos vices Dei gerere minime du-
rem catholicam in civitate salvam esse oportere. Et ad istud nobile necessa- hitamus. Atque huiusmodi potestas Episcopis est summa cum utilitate
riumque propositum, quotquot amant catholicum nomen debent velut foe- eorum, in quos exercetur, data: spectat enim natura sua ad aedification^m
dere icto studiose incumbere, silere paulisper iussis diversis de causa poli- corporis Christi, perficitque ut Episcopus quisque, cuiusdam instar vinculi,
tica sententiis, quas tamen suo loco honeste legitimeque tueri licet. Huius christianos, quibus praeest, et Ínter se et cum Pontífice máximo, tamquam
enim generis studia, modo ne religioni vel iustitiae repugnent, Ecclesia mi-
4
nime damnat; sed procul omni concertationum strepitu, pergit operam Epist. 198,13.
134 :
£E6N S i n CUM MULTA 135

es m u y notable aquella sentencia d e San C i p r i a n o : «Estos son l a h u m a n o s q u e a los intereses divinos. E n t i e n d a n , p u e s , q u e d e b e n


Iglesia, el p u e b l o u n i d o al sacerdote y la grey unida a su pastor» s ser cautelosos para n o p e r d e r su gravedad y su moderación. C o n
Y esta otra sentencia, m á s notable todavía: «Debes saber q u e e j esta cautela N o s estamos seguros q u e el clero español, con s u s vir-
obispo está e n la Iglesia, y la Iglesia e n el obispo, y si alguien n 0 t u d e s , con su doctrina y con sus trabajos, prestará servicios mayores
está con el obispo n o está con la Iglesia» 6. Esta es la constitución cada día para beneficio d e las almas y para b i e n d e la vida pública.
i n m u t a b l e y perpetua d e la Iglesia cristiana. Si n o se conserva saru
t a m e n t e esta constitución, se sigue p o r fuerza u n general trastorr\ 0 [III. U T I L I D A D D E LAS ASOCIACIONES CATÓLICAS]
d e derechos y obligaciones, al q u e d a r rota la trabazón d e los miern,
b r o s convenientemente unidos e n el cuerpo d e la Iglesia, el cual, a ¡ ¡ . [ 6 ] . Juzgamos m u y aptas para ayudar a la labor del clero a q u e -
mentado y trabado por las coyunturas y ligamentos, crece con crecimiento llas asociaciones q u e son como fuerzas auxiliares para los avances
divino 7 . D e t o d o lo cual se concluye la obligación d e tener a l 0 g del catolicismo. A l a b a m o s , por tanto, la creación y el trabajo d e
obispos el respeto q u e p i d e la excelencia d e su cargo y la necesidad estas asociaciones y deseamos g r a n d e m e n t e q u e , a u m e n t a n d o e n
d e obedecerles e n t e r a m e n t e e n las cosas pertenecientes a su juri s _ n ú m e r o y actividad, p r o d u z c a n cada día mayores frutos. P e r o c o m o
dicción y competencia. su finalidad es la defensa y la propagación d e la causa católica y
es el obispo en cada diócesis el q u e dirige esta causa católica, sigúese
[ 5 ] . T e n i e n d o presentes los partidismos q u e actualmente a g ¡ .
n a t u r a l m e n t e q u e aquellas asociaciones d e b e n estar sometidas a los
t a n e n España los espíritus d e m u c h o s , n o sólo exhortamos a t o d 0 s
obispos y tener en m u y g r a n d e estima la a u t o r i d a d y los consejos
los españoles, sino q u e además les suplicamos encarecidamente q u e
de éstos. N o m e n o r h a d e ser el esfuerzo d e estas asociaciones p a r a
r e c u e r d e n este d e b e r d e t a n t a importancia. Y p a r t i c u l a r m e n t e p r o _
conservar la u n i ó n d e los corazones. E n p r i m e r lugar, p o r q u e es
c u r e n con t o d o e m p e ñ o observar esta moderación y esta obediencia
propio d e toda sociedad q u e su fuerza y eficacia p r o v e n g a n d e la
los m i e m b r o s del clero, cuyas palabras y cuyos hechos t i e n e n s¿ n
u n i ó n d e voluntades. Y , e n s e g u n d o lugar, p o r q u e es m u y c o n v e -
d u d a m u c h í s i m a fuerza para ejemplo d e los d e m á s . Sepan q u e l 0 s
n i e n t e q u e e n esta clase d e asociaciones resplandezca la c a r i d a d ,
trabajos e m p r e n d i d o s e n el d e s e m p e ñ o d e sus cargos serán sobre-
q u e d e b e ser compañera d e todas las obras b u e n a s y c o m o señal
m a n e r a provechosos para sí y saludables para sus prójimos si S e
y distintivo q u e caracteriza a los discípulos d e la escuela d e C r i s t o .
ajustan a los órdenes e insinuaciones d e aquel q u e tiene e n sus m a n o s
Por esto, y como fácilmente p u e d e suceder q u e sus asociados t e n g a n
el gobierno d e la diócesis. Ciertamente, n o es propio d e su oficio el
diversos pareceres e n asuntos políticos, a fin d e q u e n o v e n g a a
q u e los sacerdotes se entreguen p o r entero a los afanes d e los par-
alterarse la u n i ó n d e los ánimos con la diversidad d e t e n d e n c i a s
tidos políticos, d e forma que parezcan a t e n d e r m á s a los intereses
políticas, es necesario tener siempre presente el fin q u e se p r o p o n e n
las asociaciones q u e se llaman católicas, y al t o m a r los acuerdos
cum capite membra, fidei caritatisque communione consociet. In quo gene-
re gravis est ea sancti Cypriani sententia: lili sunt Ecclesia, plebs sacerdotí d e b e n t o d o s t e n e r puesta la m i r a d a e n esta meta, c o m o si n o p e r t e -
adunata, et Pastori suo grex adhaerens: et gravior altera: Scire debes, Episco- penitus partium studiis, ut plus humana, quam caelestia curare videantur,
pum in Ecclesia esse, et Ecclesiam in Episcopo, et siquis cum Episcopo non sit non est secundum officium. Cavendum igitur sibi esse intelligant, ne pro-
in Ecclesia non esse. Talis est christianae reipublicae constitutio, eaque im- deant extra gravitatem et modum. Hac adhibita vigilantia, pro certo habe-
mutabilis, ac perpetua: quae nisi sánete servetur, summa iurium et officio- mus, Clerum Hispanum non minus animorum saluti quam rei publicae in-
rum perturbatio consequatur necesse est, discissa compositione membrorum cremento virtute, doctrina, laboribus, magis magisque in dies profuturum.
apte cohaerentium in corpore Ecclesiae. quod per nexus et coniunctiones suhrni-
nistratum et constructum crescit in augmentum Dei. Ex quibus apparet, adhi- Ad eius adiuvandam operam eas societates non parum iudicamus op-
bendam esse adversus Episcopos reverentiam praestantiae muneris consen- portunas, quae sunt tamquam auxiliariae cohortes catholico nomini pro-
taneam, in iisque rebus, quae ipsorum potestatis sunt, omnino obtemperan vehendo. Itaque illarum probamus institutum et industriam, ac valde cu-
oportere. pimus, ut aucto et numero et studio maiores edant quotidie fructus.—Verum
Perspectis autem studiis, quibus multorum animi istic hoc tempore per- cum sibi proposita sit rei catholicae tutela et amplificatio, resque catholica
moventur, Hispanos omnes non hortamur solum, sed plañe obsecramus ut in Dioecesibus singulis ab Episcopo geratur, sponte consequitur, eas Episco-
sese huius tanti officii memores impertiant.—Ac nominatim vehementer pis subesse et ipsorum auctoritati auspiciisque tribuere plurimum oporte-
studeant modestiam atque obedientiam tenere qui sunt ex ordine Cleri, re.—Ñeque minus elaborandum ipsis est in coniunctione animorum reti-
quorum dicta factaque utique ad exemplum in omnes partes valent pluri nenda: primo enim hoc est cuivis hominum coetui commune, ut omnis
mum. Quod in muneribus suis insumunt operae, tum sciant máxime fructuo eorum vis et efficientia a voluntatum conspiratione proficiscatur: deinde
sum sibi, proximisque salubre futurum, si se ad imperium eius nutumque máxime decet in huiusmodi sodalitatibus elucere caritatem mutuam, quae
finxerint, qui Dioecesis gubemacula tenet. Profecto sacerdotes tradere se debet esse ad omnia rectefacta comes, disciplinaeque christianae alumnos
velut signum et nota distinguere. Quapropter cum sodales facile possint de
5
Epht. 69 ad Puppiamim. re publica diversi diversa sentiré, ideirco ne concordia animorum contrariis
<> I b i d . partium studiis dirimatur, meminisse oportet, quorsum spectent societates,
1 Col. 2,19.
136* LEÓN XIII CUM MULTA . 137

necieran a p a r t i d o alguno, acordándose de la divina enseñanza del eur.ar entre sí y en el p u e b l o la u n i ó n d e los corazones. P u e s p a r a
apóstol San P a b l o : Cuantos habéis sido bautizados en Cristo, os habéis lo u n o y para lo o t r o es m u y eficaz la labor de los escritores. Y c o m o
vestido de Cristo. No hay ya judío o griego, no hay siervo o libre..., nada hay m á s contrario a la concordia q u e las palabras d e s t e m p l a d a s ,
p$rque todos vosotros sois una sola cosa en Cristo 8 . D e esta manera las sospechas temerarias y las acusaciones injustas, es necesario
se conseguirá la ventaja d % q u e n o solamente los socios en particu- evitar todos estos defectos con s u m a precaución. L a discusión e n
lar, sino t a m b i é n las diversas asociaciones de este género, estén p r o de los sagrados derechos d e la Iglesia y en defensa de la d o c t r i n a
amigable y benévolamente conformes. C o n f o r m i d a d q u e debe p r o - católica n o d e b e ser hecha con altercados, sino con m o d e r a c i ó n y
curarse con toda diligencia. Dejada a u n lado, c o m o h e m o s dicho, templanza, d e tal m a n e r a q u e el escritor obtenga la victoria en las
t o d a tendencia partidista, desaparecerán las ocasiones principales discusiones m á s bien p o r el peso de las razones q u e por la violenta
d e nocivas rivalidades. Y la consecuencia será q u e u n a causa única, aspereza del estilo.
la mayor y m á s noble d e todas, atraerá hacia sí a t o d o s los católicos, [8]. Estimamos q u e estas n o r m a s de conducta práctica serán
causa acerca de la cual n o p u e d e haber disensiones e n t r e católicos m u y útiles p a r a s u p r i m i r las causas q u e i m p i d e n la perfecta u n i d a d
dignos d e este n o m b r e . d e los espíritus. A vosotros os toca, venerables h e r m a n o s , explicar
[ 7 ] . E s m u y i m p o r t a n t e , finalmente, q u e se ajusten a esta ins- nuestro p e n s a m i e n t o al p u e b l o y p o n e r el e m p e ñ o posible para q u e
trucción los q u e por escrito, especialmente en la prensa diaria, todos conformen cada día su conducta con los principios q u e h e m o s
c o m b a t e n defendiendo la incolumidad d e la religión 9 . N o s cono- expuesto. Confiamos q u e los españoles h a r á n d e b u e n g r a d o lo
c e m o s , m u y b i e n s u s , intenciones y sus esfuerzos en este c a m p o . dicho, t a n t o p o r su p r o b a d o afecto a esta Sede Apostólica como por
N o p o d e m o s dejar de tributarles por ello u n a j u s t a alabanza como los bienes q u e se d e b e n esperar d e esta concordia. R e c u e r d e n los
a h o m b r e s beneméritos del catolicismo. P e r o la causa q u e h a n abra- ejemplos d e su historia patria. Piensen q u e si sus mayores hicieron
z a d o es tan excelente y t a n elevada, q u e implica m u c h a s obligaciones, d e n t r o y fuera d e E s p a ñ a m u c h a s proezas heroicas y m u c h a s obras
e n las cuales n o conviene en m o d o alguno q u e yerren los defensores ilustres, p u d i e r o n hacerlas n o debilitando sus fuerzas con divisiones
d e la justicia y d e la verdad. P o r q u e n o d e b e n cumplir u n a parte internas, sino uniéndose todos c o m o u n a sola alma y u n solo corazón.
d e sus obligaciones d e s c u i d a n d o las demás. E l aviso, p u e s , q u e h e - P o r q u e animados d e la caridad fraterna y teniendo todos un mismo
m o s d a d o a las asociaciones lo repetimos a los escritores: alejadas sentir es como triunfaron d e la poderosa d o m i n a c i ó n de los moros,
las discordias con la b l a n d u r a y m a n s e d u m b r e m u t u a , d e b e n p r o - d e la herejía y del cisma. Sigan, p u e s , los españoles las pisadas de
aquellos cuya fe y gloria h a n h e r e d a d o , y con su imitación hagan
quae a re catholica nominantur, et in consiliis capiundis ita habere ánimos ver que aquéllos dejaron dignos herederos n o sólo de su npmbre,
in uno illo proposito defixos, ut nullius partis esse videantur, memores di- sino t a m b i é n d e sus virtudes.
vinae Pauli Apostoli sententiae: Qidcumque in Chisto baptizati estis, Chrís-
tum induistis. Non est Iudaeus ñeque Craecus, non est servus ñeque líber..., tate et mansuetudine dissidiis, coniunctionem animorum cum ipsi ínter se,
omnes enim vos unum estis in Christo.-Qua ratione illud capietur commodi, tum in multitudine tueantur: quia multum pollet scriptorum opera in
ut non modo socii singuli, sed variae etiam eiusdem generis societates, quod utramque partem. Concordiae vero cum nihil tam sit contrarium, quam
est diligentissime providendum, amice ac benévolo consentiant. Sepositis dictorum acerbitas, suspicionum temeritas, insimulationum iniquitas, quid-
quippe, ut diximus, partium studiis, infensarum aemulationum praecipuae quid est huiusmodi summa animi provisione fugere et odisse necesse est.
erunt occasiones sublatae: eritque consequens, ut ad se tina omnes causa Pro sacris Ecclesiae iuribus, pro catholicis doctrinis non litigiosa disputatio
convertat, eademque máxima et nobilissima, de qua ínter catholicos hoc sit, sed moderata et temperans quae potíus rationum pondere, quam stilo
nomine dignos nullus potest esse dissensus. nimis vehementi et áspero victorem certaminis scriptorem efficiat.
Denique magni referí, sese ad hanc ipsam disciplinam accomodare, qui Istas igitur agendi normas plurimum arbitramur posse ad eas causas,
scriptis, praesertim quotidianis, pro religionis incolumitate dimicant.—Com- quae perfectam animorum concordíam impediunt, prohibendas. Vestrum
pertum quidem Nobis est, quid studeant, qua volúntate contendant: ñeque erit, Venerabiles Fratres, mentem Nostram populo interpretan, et quantum
faceré possumus, quin de catholico nomine méritos iusta laude prosequa- potestis contendere, ut ad ea quae diximus, vitam quotidianam universi
mur. Verum suscepta ipsís causa tam excellens est tamque praestans, ut exigant.—Quod sane Hispanos homines ultro effecturos confidímus cum
multa requirat, in quibus labi iustitiae veritatisque patronos minime decet: ob spectatam erga hanc Apostolicam Sedem voluntatem, tum ob speranda
ñeque enim debent, dum unam partem officii curant, reliquas deserere. concordiae beneficia. Domesticorum exemplorum memoriam renovent:
Quod igitur societates monuimus, idem scriptores monemus, ut amotis leni- cogitent, maiores suos, si multa fortiter multa praeclare domi forisque ges-
8
serunt, plañe non dissipatis dissentiendo viribus, sed una velut mente, uno-
9
Gal. 3.27-28. que animo gerere potuisse. Etenim fraterna caritate animati et id ipsum
Con frecuencia repitió León XIII esta obligación del periodista católico. Es muy im-
portante en esta materia la encíclica La voslra lettera, de 17 de junio de 1885. dirigida al invicem sentientes, de praepotenti Maurorum dominatu, de haeresi, de
cardenal De Guibert, arzobispo de París, con motivo del incidente del cardenal Pitra.en la .schismate triumpharunt. Igitur quorum accepere fidem et gloríam, eorum
que León XIII recuerda de nuevo la grave obligación de obediencia al episcopado que pesa vestigiis insistant, imitandoque perficiant, ut illi non solum nomirtis, sed
sobre los escritores católicos en todo lo concerniente a la actuación inmediata de las iglesias
nacionales y particulares (ASS 18 U885-1886] 3-9). Véase DTC s.v. León Xlll t.o col.342. ct¡am virtutum suarum superstites reliquisse videantur.
138 LEÓN XIII

[o, ]. Por lo demás, venerables hermanos, juzgamos que es con-


veniente para la unión de los espíritus y la uniformidad en la acción
NOBILISSIMA GALLORUM GENS
que los qué vivís en una misma provincia eclesiástica os reunáis de
vez en cuando con ¡vuestro arzobispo para tratar conjuntamente La reí i
acerca de los asuntos que os tocan a todos; y que, cuando el asunto
lo exija, acudáis a esta Sede Apostólica, de donde procede la inte-
gridad de la fe, el vigor de la disciplina y la luz de la verdad. Para
lo cual ofrecen coyuntura muy favorable las peregrinaciones que
vienen con frecuencia de España a Roma. Para componer las dis-
cordias y dirimir las controversias, nada hay más a propósito que
la voz de aquel a quien Cristo nuestro Señor, Príncipe de la paz,
puso por Vicario de su autoridad; y la abundancia de carismas y
gracias celestiales que manan copiosamente de los sepulcros de los La situación histórica que motiva estd éftCÍShca presenta un interés
Santos Apóstoles. de permanente actualidad. La tercera República francesa había nacido
[10]. Sin embargo, puesto que toda nuestra suficiencia viene de bajo un signo moderador, pero derivó muy pronto hacia una política
Dios, rogad mucho a Dios, juntamente con Nos, para que dé a sectaria persecutoria de la Iglesia. El primer paso de esta desviación
nuestros avisos virtud y eficacia y disponga los ánimos de los pueblos está señalado—en 1879—por el establecimiento del monopolio estatal
a obedecer. Preste favor a nuestros trabajos la inmaculada Virgen en la enseñanza superior universitaria. Su realizador, Gambetta. El
María, augusta Madre de Dios, Patrona de las Españas; asístanos segundo jalón fué verificado por Jules Ferry, al suprimir en 1880 toda
Santiago Apóstol, asístanos Santa Teresa de Jesús, virgen legisla- la actividad docente de las Ordenes y Congregaciones religiosas y
dora y gran lumbrera de España, en quien brillaron maravillosa- decretar en 1882 la instrucción laica obligatoria en todos los grados
mente como en perfecto ejemplar el amor de la concordia, el amor de la enseñanza. Desde entonces sólo los centros del Estado gozaron
a su patria y la obediencia cristiana. de capacidad legal para impartir la enseñanza a las juventudes fran-
Entretanto, como prenda de los dones celestiales y testimonio de cesas, dentro de un clima de laicismo enervador. La tercera etapa de
nuestra paterna benevolencia, a vosotros, venerables hermanos, y a la política sectaria quedó cubierta con la supresión legal de todos los
toda la nación española, damos con todo afecto en el Señor la bendi- Institutos religiosos.
ción apostólica.—Dado en Roma, junto a San Pedro, el 8 de diciem- Frente a esta política, diestramente manejada por los poderes ma-
bre de 1882, año quinto de nuestro pontificado. sónicos, el catolicismo francés acusaba síntomas claros de una seria
debilidad, producida por las diferencias políticas. Por este doble motivo
Ceterum expediré vobis, Venerabiles Fratres, ad coniunctionem animo- León XIII se ve obligado a intervenir con su encíclica Nobilissima
rum similitudinemque disciplinae existimamus, qui in eadem estis provincia Gallorum gens. Las lineas generales de su programa de acción presentan
et Ínter vos et cum Archiepiscopo consilia identidem conferre, de rebus una estructura sencilla. Con relación al problema de la forma de go-
communibus una consulturos: ubi vero res postulaverit, hanc adire Sedem bierno, el Papa ordena a los católicos franceses la aceptación del régi-
Apostolicam, unde fidei integtitas et disciplinae virtus cum veritatis lumine
proficiscitur.—Cuius rei percommodam allaturae sunt opportunitatem pere- men republicano francés—le ralliement á la Republique—. Pero res-
grinationes, quae passim ex Hispania suscipiuntur. Nam ad componenda dis- pecto a la grave cuestión de la enseñanza, León XIII exhorta a una
sidia dirimendasque controversias nihil est aptius, quam Eius vox, quem Chris- enérgica acción política que sepa utilizar todos los medios legales posi-
tus Dominus princeps pacis vicarium constituit potestatis suae: itemque cae- bles dentro del marco constitucional para suprimir la legislación educa-
lestium charismatum copia, quae ex Apostolorum sepulcris large dimanat. tiva vejatoria de los derechos de la Iglesia, de los padres de familia y
Verumtamén quoniam omnis sufficientia riostra ex Deo est, Deum enixe de los mismos educandos. Esta doble norma de conducta aparece de
Nobiscum una adprecamini, ut monitis Nostris virtutem efficiendi imper- nuevo—elevada al plano de tesis general—en otra encíclica posterior
tiat, animosque populorum promptos ad parendum efficiat.—Communibus dirigida también al episcopado francés, la carta Au milieu des sol-
adnuat coeptis augusta Dei parens María Virgo Immaculata, Hispaniarum licitudes.
patrona: adsit Iacobus Apostolus, adsit Theresia a Iesu, virgo legífera,
magnum Hispaniarum lumen, in qua concordiae amor, patria caritas, obe- La injuria inferida a la Iglesia con la supresión de fas Ordenes y
dientia christiana mirabiliter in exemplum eluxere. Congregaciones religiosas está condenada de modo especial en la carta
Interim caelestium munerum auspicem et paternae benevolentiae Nostrae que sobre este tema dirigió León XIII al cardenal De Guibert, arzobispo
tcstem vobis ómnibus, Venerabiles Fratres, cunctaeque genti Hispanorum de París, carta cuyo contenido queda resumido en nota puesta al pie
Apostolicam benedictionem peramanter in Domino impertimus. de esta encíclica.
Datum Romae apud S. Petrum die vnr decembris MDCCCLXXXII, Pon-
tificatus Nostri anno quinto.
N'OBILISSIMA GALLORUM GENS 141
140 LEÓN X I I I
contra Dios. Oren especialmente las almas consagradas a la vida con-
templativa.
BIBLIOGRA1TA La Santa Sede desea el mantenimiento de la unión con Francia.
Esperanzas y bendición apostólica.
J. SCHMlni.iN, Papstgeschichte der neuesten Zcit t.2 p.357.—MONS. A. HE-
RRERA ORIA, La palabra de Cristo 1.8 p.778ss.—G. CASTELLA, Histoire des
Papes t.3 p.223ss (Zurich 1945).— 1'. J. MONTALBÁN, Historia de la Iglesia ca-
tólica. Edad Moderna p.488.51 2-514 (BAC, Madrid 1952).—G. GOYAU, [ i ] . L a noble nación f r a n c e s a ! , con sus múltiples proezas,
Lian XIII: DTC t.9 col.344-.t-l5. así e n la paz c o m o en la guerra, se h a g a n a d o para la Iglesia católica
la alabanza d e u n o s méritos cuyo r e c u e r d o p e r d u r a r á siempre y
SUMARIO cuya gloria será inextinguible. C u a n d o , en el reinado de Clodoveo,
la nación francesa fué la p r i m e r a en aceptar las instituciones cristia-
I. Los servicios prestados por la nación francesa al catolicismo han sido nas, o b t u v o a u n m i s m o t i e m p o el h o n r o s o testimonio y la recom-
alabados repetidas veces por los Romanos Pontífices. Dios, por su pensa merecida d e su fe y d e su piedad recibiendo el n o m b r e de
parte, ha dado la prosperidad a Francia, recompensando los méritos hija primogénita de ¡a Iglesia. D e s d e entonces, venerables h e r m a n o s ,
ganados por ésta. Hoy día, sin embargo, se acentúa, particularmente vuestros antepasados, con sus grandes y útiles empresas, h a n sido
en Francia, el movimiento ideológico y la política práctica que pre-
como los auxiliares d e la divina Providencia. P e r o en lo q u e ha d e s -
tenden descristianizar a los pueblos.
Este es el motivo de. la presente encíclica. Porque los intentos anti- tacado p r i n c i p a l m e n t e la virtud de vuestros mayores es e n la d e -
cristianos son extraordinariamente dañosos para el mismo Estado. fensa del cristianismo p o r t o d o el m u n d o , en la propagación de la fe
Y porque, además, no puede haber prosperidad segura cuando un entre los pueblos paganos, en la conquista y defensa d e los Santos
pueblo o un Estado se separan de Dios. Lugares de Palestina, de tal m a n e r a q u e con justicia se ha ido for-
II. Los principios cristianos son los únicos que pueden garantizar el m a n d o aquella conocida expresión: Gesta Dei per Francos. P o r esto,
orden en la familia y en el Estado. p o r su adhesión íntima y fiel al catolicismo, vuestros mayores h a n
III. Til cristianismo y la familia. No se puede separar la instrucción general p o d i d o participar e n alguna m a n e r a de las glorias de la Iglesia y h a n
de la enseñanza religiosa. D e lo contrario, se abre el paso al ateísmo. p o d i d o crear n u m e r o s a s instituciones públicas y privadas, en las
En materia de educación, los padres tienen una grave obligación y q u e aparece c o n t o d o su vigor la eficacia de la religión, de la b e n e -
la Iglesia el derecho de vigilar la enseñanza. La escuela neutra está ficencia y d e la m a g n a n i m i d a d . L o s R o m a n o s Pontífices, nuestros
condenada. Sin la enseñanza religiosa el Estado se busca generaciones
ateas, fáciles para la acción demagógica. predecesores, h a n solido enaltecer con solemnes palabras estas vir-
tudes de vuestros p a d r e s , y, correspondiendo a sus méritos con so-
IV. El cristianismo y el Estado francés. La existencia de dos sociedades
implica la existencia de dos poderes que deben vivir relacionados ar- berana benevolencia, h a n alabado repetidas veces con grandes elo-
mónicamente en las materias mixtas. La observancia de un Concor-
dato es obligación estricta de las dos partes firmantes.
El Concordato establecido a principios de siglo entre la Santa [ D e religione d e q u e societate civili]
Sede y Francia ha devuelto la paz a la Iglesia y ha sido beneficioso para Nobilissima Gallorum gens, multis in rebus pace bellove praeclare gestis,
el Estado francés. Es imprudente, por tanto, toda pretensión que tienda singularem quamdam sibi comparavit in Ecclesiam catholicam laudem me-
a menoscabar la vigencia de este Concordato. Han aparecido, sin em- ritorum, quorum nec interitura est gratia, nec gloria consenescet. Institutis
bargo, síntomas alarmantes en este sentido. La Santa Sede ha hecho christianis, praeeunte reges Clodovaeo, mature susceptis, hoc sane perhono-
lo que las circunstancias exigían. Y está dispuesta a defender a toda rificum fidei pietatisque testimonium simul et praemium tulit, ut primogénita
costa el catolicismo en Francia. Ecclesiae filia nominaretur. Ex eo tempore, Venerabiles Fratres, saepe maio-
V. Normas prácticas. res vestri ad magnas res et salutares visi sunt divinae ipsius providentiae
El episcopado francés ha sabido actuar con eficaz acierto, impul- adiutores: nominatim vero ipsorum est nobilitata virtus in vindicando ubi-
sado no por motivos políticos, sino por razones religiosas. Hay que que terrarum catholico nomine, in christiana fide ad barbaras gentes pro-
continuar por el camino .emprendido. El problema de la enseñanza paganda, in liberandis tuendisque sanctioribus Palaestinae locis, ut non sine
religiosa es trascendental. La unidad es sobremanera necesaria en causa vetus illud vim proverbii obtinuerit, gesta Dei per Francos. Atque his
ideas, propósitos y acción. Es consolador el vigor con que la fe se rationibus contigit, ut fideli animo sese pro nomine catholico devoventes, in
mantiene y se defiende en la Francia de hoy. societatem gloriarum Ecclesiae aliquo modo venire potiierint, et complura
Pero no basta conservar la fe. Hay que aumentarla. En primer lu- publice privatimque instituere, in quibus eximia vis religionis, beneficen-
gar, con el fomento de las vocaciones eclesiásticas y la docilidad del tiae, magnanimitatis cernitur. Quas patrum vestrorum virtutes Romani
clero a ¡os obispos. En segundo lugar, con la formación de seglares Pontífices Decessores Nostri maiorem in modum probare consueverunt, red-
selectos consagrados a la defensa de la religión. Son necesarias, en dendaque pro meritis benevolentia, non semel ornare Gallorum nomen
tercer lugar, la unidad cerrada de todos los católicos y la obediencia
perfecta al episcopado. Finalmente—lo principal—, hay que orar a 1
LEÓN XIII, carta encíclica dirigida al episcopado francés: ASS 16 (1883-1884) 241-248;
Dios y compensar con virtudes las injurias que actualmente se cometen AL, 4,10-22.
142 LEÓN XIII NOBILISSIMA GALLORÜM GENS 143

gios al p u e b l o francés. Extraordinarias h a n sido, particularmente, lógico. D e s d e q u e la vida m o r a l d e la H u m a n i d a d q u e d ó inficio-


las alabanzas q u e Inocencio III y Gregorio IX, grandes luminares nada p o r el bacilo m o r t a l de las nuevas doctrinas, la sociedad h u m a n a
d e la Iglesia, hicieron a vuestros antepasados. Decía Inocencio I I I se ha ido poco a poco s e p a r a n d o en g r a n p a r t e y p o r completo d e los
en u n a carta al arzobispo de R e i m s : «Nos a m a m o s el reino d e F r a n - principios y de las instituciones cristianas. E n la propagación p o r
cia con u n a especial predilección, p o r q u e ha destacado sobre los Francia de este m o r t a l contagio influyeron n o poco en el siglo p a s a d o
d e m á s reinos p o r su respeto y adhesión hacia esta Sede Apostólica ciertos filósofos, maestros d e u n a loca sabiduría, q u e p r e t e n d i e r o n
y hacia N o s » 2 . Y Gregorio IX, en una carta a San L u i s IX, decía derribar radicalmente los fundamentos d e la verdad cristiana e
h a b l a n d o del reino de F r a n c i a : «Que n o ha p o d i d o ser separado i n a u g u r a r o n u n sistema filosófico q u e inflamaba violentamente la
p o r n a d a de su piedad hacia Dios y la Iglesia; jamás pereció en él la fiebre ya h a r t o encendida de u n a libertad inmoderada. M á s cercana
libertad d e la Iglesia; en n i n g ú n t i e m p o perdió allí la fe cristiana a nosotros está la labor d e todos aquellos a quienes u n odio i m p o -
su natural vigor; y, además, p o r la conservación de estos bienes, tente hacia lo divino m a n t i e n e u n i d o s en criminales asociaciones,
los reyes y subditos de dicho reino n o h a n vacilado en d e r r a m a r su impulsándolos c o n t i n u a m e n t e a la opresión del catolicismo. N a d i e
sangre y exponerse a los mayores peligros» 3 . — D i o s , p o r su parte, mejor q u e vosotros, venerables h e r m a n o s , sabe si h a y sitio a l g u n o en
autor d e la Naturaleza, y del cual los Estados reciben en esta vida q u e el esfuerzo d e esos h o m b r e s sea m a y o r que en Francia.
la recompensa de sus virtudes y de sus b u e n a s acciones, ha derra-
m a d o sobre Francia los a b u n d a n t e s dones de la p r o s p e r i d a d : vic-
torias en la guerra, cultura en la paz, n o m b r e ilustre y u n imperio [I. L A DOCTRINA CATÓLICA Y LA PROSPERIDAD DE LOS P U E B L O S ]
político poderoso. Y si bien es verdad q u e Francia, olvidándose en
[2]. P o r este motivo, el sentimiento de p a t e r n o a m o r q u e
cierto m o d o de sí m i s m a y apartándose a veces d e la misión r e -
profesamos a todas las naciones nos ha m o v i d o a recordar particu-
cibida d e D i o s , se h a m o s t r a d o hostil a la Iglesia, es, sin e m b a r g o ,
l a r m e n t e sus deberes en estos t i e m p o s a los pueblos d e Irlanda,
igualmente cierto que, p o r una soberana m e r c e d del cielo, su apar-
de E s p a ñ a y d e Italia p o r m e d i o de cartas dirigidas a los episcopa-
t a m i e n t o ni ha sido total ni ha sido p e r m a n e n t e . ¡Ojalá hubiera sa-
dos de estos p a í s e s 4 . E s t e m i s m o sentimiento nos m u e v e h o y a
lido sana y salva de los acontecimientos q u e m á s próximos a n o s -
dirigir n u e s t r o espíritu y n u e s t r o s p e n s a m i e n t o s hacia F r a n c i a . —
otros en el t i e m p o fueron igualmente desastrosos para la religión y
P o r q u e esos intentos destructores de q u e h e m o s hablado n o d a ñ a n
para el E s t a d o ! P o r q u e desde el día en q u e la inteligencia del h o m -
solamente a la Iglesia, sino q u e son t a m b i é n extraordinariamente
bre, envenenada p o r la nueva filosofía y arrastrada p o r u n a libertad
ilimitada, comenzó a rechazar p o r todas p a r t e s la autoridad de la cursus praeceps, quo proclive erat, factus est. Nam cum mortiferum doctri-
Iglesia, la Historia se precipitó por u n plano inclinado t o t a l m e n t e narum virus in ipsos hominum mores influxisset, humana societas huc
magnam partem sensim evasit, ut omnino desciscere a christianis institutis
laudibus voluerunt. Amplissimae quidem illae sunt, quas Innocentius III velle videatur. Ad hanc perniciem per Gallias dilatandam non parum va-
et Gregorius IX, magna illa Ecclesiae lumina, maioribus vestris tribuebant: luerunt superiore saeculo quidam insaniente sapientia philosophi, qui chris-
quorum prior in epistola ad Archiepiscopum Rhemensem, regnum Franciae, tianae veritatis adorti sunt fundamenta conveliere, eamque philosophandi
aít, praerogativa quadam diligimus caritatis, utpote quod prae ceteris mundi rationem inierunt, quae excitata iam immodicae libertatis studia vehemen-
regnis Apostolicae Sedi ac Nobis obsequiosum semper extitit et devotum: alter tius inflammaret. Próxima fuit eorum opera, quos rerum divinarum impo-
vero in epistola ad sanctum Ludovicum IX, in regno Galliae, quod a devo- tens odium nefariis Ínter se societatibus coniunctos tenet, quotidieque facit
tione Dei et Ecclesiae nullo casu avelli potuit, nunquam libertas eccle::astica opprimendi catholici nominis cupidiores: an vero maiore, quam uspiam, in
periit, nullo unquam tempore vigorem proprium christiana fides amisit: quin Gallia contentione, nemo quam Vos, Venerabiles Fratres, iudicare melius
imo pro earum conservatione reges et homines dicti regni sanguinem proprium potest.
fundere et se periculis multis exponere minime duhitaverunt.—Parem autem
naturae Deus, a quo mercedem virtutum recteque factorum utique in terris Quapropter paterna caritas, qua universas gentes prosequimur, sicut
accipiunt civitates, multa Gallis ad prosperitatem largitus est, laudes bel- alias Nos impulit ut nominatim Hibemiae, Hispaniae, Italiaeque populos,
licas, pacis artes, gloriam nominis, imperii auctoritatem. Quod si oblita datis ad Episcopos litteiis, convenienter temporibus ad officium cohortare-
quodammodo Gallia sui, munus a Deo demandatum aliquando defugiens, mur, ita nunc ad Galliam suadet mentem cogitationemque conveliere.—Ea
maluit infensos spiritus adversus Ecclesiam sumere, tamen summo Dei be- enim molimenta, quae diximus, non Ecclesiae solum nocent, sed ipsi quo-
neficio nec diu nec tota desipuit. Atque utinam funestos illos religioni ac que sunt perniciosa et funesta reipublicae; propterea quod fieri non potest
civitati casus, quos proximiora aetati nostrae témpora pepererunt, sospes ut prosperitas civitati comitetur, virtute religionis extincta. Et sane ubi
evasisset! Verum posteaquam mens hominum novarum opinionum imbuta 4
veneno, auctoritatem Ecclesiae passim coepit reiieere infinita libértate ferox, Véase la encíclica Etsi Nos, de 15 de febrero de 1882, dirigida al episcopado italiano;
la encíclica Cognita Ncbis, de 25 de enero de 1883, enviada a los obispos de las provincias
2 eclesiásticas de Milán, Vercelli, Turín; la encíclica Cum multa, de 8 de diciembre de 1882,
INOCENCIO III, Carta al arzobispo de Reims; cf. Magnum Bullarium Romanum, ed. Tau- tiirigida al episcopado español; la carta Lket multa, de 3 de agosto de 1881, al episcopado
rinensis, t.3 p.121-123 (Turín 1868). belga; las dos cartas Epislolam tuam, de 3 de enero de 1881, y Novum argumentum, de 1 de
3
GREGORIO IX, Epist. 11; cf. Magnum Bullarium Romanum, ed. Taurinensis, t.3 p.434 enero de 1883, dirigidas al arzobispo de Dublln, y la carta a! episcopado irlandés Benevolmtiae
(Tutín 1868). caritas, de 1 de agosto de 1882.
144 I.LO.S X I I I iS'OhIUSSIMA liALLOÜUM Gli.NH i ir.
perniciosos para el Estado. L a prosperidad de u n Estado n o p u e d e u n a licencia desenfrenada q u e sacudió al m i s m o t i e m p o los intereses
lograrse si se ahoga en ese E s t a d o la influencia de la religión. L o s de la religión y del Estado.
pueblos q u e pierden el t e m o r de Dios q u i t a n su base fundamental [ 3 ] . Por el contrario, estos males, que traen consigo la ruina
a la justicia, sin la cual los mismos sabios paganos reconocían q u e cierta del Estado, son fácilmente evitables si se observan los p r e -
era imposible el recto gobierno del Estado. La autoridad de los go- ceptos de la religión católica en la constitución y en el gobierno
b e r n a n t e s n o t e n d r á prestigio suficiente ni las leyes la fuerza nece- de la familia y del Estado. P o r q u e los preceptos cristianos son los
saria. C a d a cual atenderá más al criterio de la utilidad q u e al cri- más aptos para la conservación del o r d e n y p a r a el bien de la socie-
terio de la virtud. L a inviolabilidad del derecho quedará debili- dad política.
tada, p o r q u e el t e m o r de las penas es u n a p o b r e garantía de las
obligaciones. L o s gobernantes degenerarán fácilmente en tiranía y
[II. EL CRISTIANISMO Y LA F A M I L I A ]
los gobernados se dejarán llevar por cualquier instigación a motines
revolucionarios.—Pero, además, como n o hay bien alguno en la [ 4 ] . E n p r i m e r lugar, y con relación a la familia, es s u m a m e n t e
naturaleza q u e n o deba ser atribuido causalmente a la b o n d a d di- importante educar desde el principio en los preceptos de la reli-
vina, t o d o E s t a d o q u e disponga la exclusión de Dios de la legis- gión a los niños nacidos del m a t r i m o n i o cristiano; y es m u y i m -
lación y del gobierno rechaza, en cuanto de él d e p e n d e , el auxilio portante t a m b i é n q u e los estudios q u e sirven para educar e instruir
de la b o n d a d divina; y, p o r lo tanto, se hace merecedor de la nega- a la infancia estén u n i d o s a la enseñanza religiosa. Separar la for-
ción de toda protección celestial. Por esta razón, a u n q u e ese Estado mación religiosa de la instrucción general es querer, en realidad,
parezca poderoso en recursos y a b u n d a n t e en bienes naturales, q u e los niños se m a n t e n g a n neutrales en lo referente a sus deberes
lleva, sin embargo, en sus mismas entrañas u n g e r m e n de m u e r t e para con Dios. Este m é t o d o educativo es falso y m u y pernicioso
y n o p u e d e prometerse la esperanza de una larga vida. P o r q u e sobre t o d o en los primeros años, p o r q u e en realidad abre el camino
para las naciones cristianas como para cada u n o de los h o m b r e s , t a n al ateísmo y lo cierra a la religión. L o s padres conscientes t i e n e n
saludable es obedecer a los designios de Dios como peligroso el la grave obligación de velar para q u e sus hijos, t a n p r o n t o como
desobedecerlos. Y es u n hecho frecuente q u e mientras esas na- comienzan los estudios, reciban la enseñanza religiosa y p a r a q u e
ciones cristianas p e r m a n e c e n fieles a Dios y a su Iglesia alcanzan, en la escuela n o haya nada q u e ofenda a la integridad de la fe o de
como por u n camino natural, una próspera situación; p e r o si aban- la sana moral. L a obligación de usar estas cautelas en la educación
d o n a n a Dios y a su Iglesia, caen en una total decadencia. L a his- de los hijos está impuesta por la ley natural y p o r la ley divina y
toria d e m u e s t r a con harta evidencia esta alternativa corresponden- los padres n o p u e d e n eximirse de ella por n i n g ú n motivo. P o r su
cia. N o faltarían ejemplos domésticos, m u y recientes, si N o s t u - parte, la Iglesia, guardiana y defensora de la integridad de la fe,
viésemos t i e m p o para recordar los acontecimientos ocurridos en el debe, en virtud de la autoridad q u e de Dios, su F u n d a d o r , ha r e -
siglo pasado, c u a n d o Francia sufrió la revolución espantosa d e cibido, llamar a t o d o s los pueblos al conocimiento de la v e r d a d cris-

vereri Deum homo desiit, máximum iustitiae tollitur fundamentum, sine tremefactam Galliam funditus miscúit, rem sacram et civilem eodem excidio
qua bene geri rem publicam vel ipsi ethnicorum sapientes negabant posse; complexa.
ñeque enim satis habitura dignitatis est auctoritas principum, ñeque satis Contra vero haec, quae certam civitatis ruinam secum ferunt, facile
virium leges. Plus apud unumquemque valebit utilitas, quam honestas: va- depelluntur, si in constituenda gubernandaque tum domestica tum civili
cillabit incolumitas iurium, malo custode officiorum poenarum metu: et societate catholicae religionis praecepta serventur. Ea enim sunt ad conser-
qui imperant, facile in dominatum iniustum, et qui parent, levi momento va tionem ordinis et ad reipublicae salutem aptissima.
in seditionem et turbas delabentur.—Praeterea quia nihil est in rerum na-
tura boni, quod non bonitati divinae acceptum referendum sit, omnis ho- Ac primo quidem ad societatem domesticam quod attinet, interest quam
minum societas, quae a disciplina et temperatione sui abesse Deum iubeat, máxime susceptam e coniugio christiano sobolem mature ad religionis
quantum est in se, divinae beneficentiae adiumenta respuit, planeque est praecepta erudiri; et eas artes, quibus aetas puerilis ad humanitatem infor-
digna, cui caelestis tutela denegetur. Itaque quantumvis opibus firma et mari solet, cum institutione religiosa esse coniunctas. Alteras seiungere ab
copiis locuples esse videatur, gerit tamen interitus sui in ipsis reipublicae altera idem est ac reipsa velle, ut animi pueriles in officiis erga Deum in
visceribus inclusa semina, ñeque spem habere potest diuturnitatis. Scilicet neutram partem moveantur: quae disciplina fallax est, et praesertim in pri-
gentibus christianis, non fere secus ac singulis hominibus, tam est inservire mis puerorum aetatulis perniciosissima, quod revera viam atheismi munit,
Dei consiliis salubre, quam deficere periculosum; eisque illud plerumque religionis obsepit. Omnino parentes bonos curare oportet, ut sui cuiusque
accidit, ut quibus temporibus fidelitatem suam erga Deum vel Ecclesiam liberi, cum primum sapere didicerunt, praecepta religionis percipiant, et
studiosius retinent, in optimum statum naturali quodam itinere veniant; ne quid occurrat in scholis, quod fidei morumve integritatem offendat. Et
quibus deserunt, excidant. Has quidem vices in annalibus temporum in- ut ista in instituenda sobóle diligentia adhibeatur, divina est naturalique
tueri licet; earumque domestica et satis recentia exempla suppeterent, si lege constitutum ñeque parentes per ullam causam solvi ea lege possunt.
vacaret ea recordári quae superior vidit aetas, cum procax multorum licentia Ecclesia vero, integritatis fidei cusios et vindex, quae, delata sibi a Deo
146 LEÓN XIII NOBILISS1MA GALLORUM GENS 147
tiana y vigilar con sumo cuidado las normas y los criterios con que temporales de esta vida, y la otra la Iglesia, que tiene por objeto
se educa a la juventud puesta bajo su autoridad. Por esto ha conde- conducir al hombre a la felicidad verdadera, celestial y eterna, para
nado siempre abiertamente las escuelas mixtas o neutras, advir- la que hemos nacido, así también existen dos poderes, sometidos
tiendo sin cesar a los padres de familia que vigilen atentamente ambos a la ley eterna y a la ley natural, y consagrado cada uno a
en un asunto de tanta trascendencia. Obedecer a la Iglesia en este su fin propio en todo lo referente a la esfera jurídica de su propia
punto es hacer una obra útilísima y proveer de modo excelente al jurisdicción y competencia 5 . Pero siempre que sea necesario esta-
bienestar público. Porque los que en su primera edad no han sido blecer una norma sobre una materia mixta, en la cual cada uno de
formados en materia religiosa crecen sin conocimiento alguno de estos dos poderes por razones distintas y con diversos procedimien-
las verdades más trascendentales, que son las únicas que pueden tos debe intervenir, es necesaria y al mismo tiempo favorable a
al mismo tiempo fomentar en los hombres el amor a la virtud y la utilidad pública la concordia entre ambos poderes. Si esta con-
dominar los apetitos contrarios a la razón. Tales verdades son las cordia desaparece se sigue forzosamente una situación crítica e
ideas de un Dios juez y vengador, de las recompensas y penas de inestable que imposibilita la segura tranquilidad de la Iglesia y
la otra vida y de los auxilios sobrenaturales que nos dio y da Jesu- del Estado. Por consiguiente, cuando por medio de un solemne
cristo para cumplir santa y celosamente nuestras obligaciones. Sin concordato ha sido establecido públicamente un régimen de rela-
el conocimiento de estas verdades será deficiente y enfermiza toda ciones entre el poder religioso y el poder político, importa a la
cultura posterior; y los que en su adolescencia no se acostumbraron justicia, no menos que al Estado, el mantenimiento íntegro de
al temor de Dios, no podrán soportar después norma alguna de esa concordia; porque de la misma manera que mutuamente cum-
vida moral, y por haber dado rienda suelta a sus propias pasiones plen sus obligaciones propias, así también reciben y dan ambas
se verán arrastrados fácilmente a movimientos revolucionarios per- partes una serie cierta de ventajas mutuas.
turbadores del orden en el Estado.
[La Iglesia y el Estado francés ]
[III. E L CRISTIANISMO Y EL ESTADO]
[6]. En Francia, al comenzar este siglo, una vez recobrada
[Dos sociedades ] la calma tras la reciente revolución política y la época del terror,
los mismos gobernantes comprendieron que el remedio más idóneo
[5]. En segundo lugar, son tan útiles como verdaderos los para levantar el Estado destruido por tantas calamidades era la
principios cristianos relativos al Estado y a las mutuas relaciones restauración de la religión católica. Previendo las ventajas que para el
jurídicas entre el poder sagrado y el poder político.—Porque así futuro supondría un acuerdo, nuestro predecesor Pío VII accedió
como en la tierra existen dos supremas sociedades, la una el Es-
tado, cuyo fin próximo es proporcionar al género humano los bienes temporale et mundanum, altera religiosa, cuius est homines ad veram ülam
felicitatem perducere, ad quam facti sumus, caelestem ac sempiternam, ita
conditore suo auctoritate, debet ad sapientiam christianam universas vocare gemina potestas est; aeternae naturalique íegi obedientes ambae, et in rebus
gentes, itemque sedulo videre quibus excolatur praeceptis institutisque quae alterutrius ordine imperioque continentur, sibi singulae consulentes.
iuventus quae in ipsius potestate sit, semper scholas quas appellant mistas Verum quot':s quidquam constituí de eo genere oporteat, de quo utramque
vel neutras, aperte damnavit, monitis etiam atque etiam patribusfamilias, potestatem, diversis quidem causis diversoque modo, sed tamen utramque
ut in re tanti momenti animum attenderent ad cavendum. Quibus in rebus constituere rectum sit, necessaria est et utilitati publicae consentanea utrius-
parendo Ecclesiae, simul utilitati paretur, optimaque ratione saluti publicae, que concordia; qua sublata, omnino consecutura est anceps quaedam mu-
consulitur. Etenim quorum prima aetas ad religionem erudita non est, sine tabilisque conditio, quacum nec Ecclesiae nec civitatis potest tranquillitas
ulla cognjtione adolescunt rerum maximarum, quae in hominibus alere consistere. Gum igitur pactis conventis Ínter sacram civilemque potestatem
virtutum studia, et appetitus regere rationi contrarios solae possunt. Cuius- publice aliquid constitutum est, tune profecto quod iustitiae interest, interest
modi illae sunt de Deo creatore notiones, de Deo iudice et vindice, de idem rei publicae, concordiam manere integram; propterea quod sicut alteri
praemiis poenisque alterius vitae expectandis, de praesidiis caelestibus per ab altera praestantur officia mutua, ita certus utilitatis fructus ultro citrpque
Iesum Christum allatis ad illa ipsa officia diligenter sancteque servanda. accipitur et redditur.
His non cognitis, male sana omnis futura est animorum cultura: insueti
ad verecundiam Dei adolescentes nullam ferré poterunt honeste vivendi In Gallia, ineunte hoc saeculo, posteaquam ingentes illi, qui paulo ante
disciplinam, suisque cupiditatibus nihil unquam negare ausi, facile ad mis- fuerant, motus civiles terroresque conquieverant, ipsi rerum publicarüm rec-
cendas civitates pertrahentur. tores intellexere, haud posse melíus fessam tot ruinis civitatem sublevari,
quam si religio catholica restitueretur. Futuras utilitates opinione praeci-
Deinde illa salubérrima aeque ac verissima, quae ad civilem societatem piens Pius VII Decessor Noster, voluntati primi Consulis ultro obsecutusest,
vicissitudinemque iurium et officiorum Ínter sacram et politicam potestatem
spectant.—Quemadmodum enim duae sunt in terris societates maximae, 5
El desarrollo de este principio de las dos sociedades y los dos poderes constituye e!
altera civilis, cuius proximus finís est humano generi bonum comparare núcleo de la encíclica Immmtale Dei.
148 LEÓN XIII NOMLISSIMA GALLORUM GENS 1 l'.t

g u s t o s a m e n t e a los deseos del p r i m e r Cónsul, usando toda la b o n d a d dad, la aparición de alarmantes peligros en este sentido. Se lian
. y condescendencia compatibles con su cargo.—Establecido entonces- p r o m u l g a d o y se siguen p r o m u l g a n d o todavía disposiciones legales
u n acuerdo sobre las materias principales, quedaron puestos los totalmente incompatibles con la seguridad de la Iglesia. Algunos,
fundamentos y abierto un camino seguro y expedito para la restau- en efecto, p o r hostilidad a la Iglesia, se h a n dedicado a provocar u n
ración y el restablecimiento gradual de la situación religiosa. E n odio persecutorio contra las instituciones católicas y a proclamarlas
realidad, a partir de este m o m e n t o y posteriormente se h a n p r o - p ú b l i c a m e n t e c o m o enemigas del Estado. C o n n o m e n o r p e n a y
m u l g a d o varias disposiciones legales que tienden a proteger la inte- angustia presenciamos los propósitos de algunos políticos q u e , para
gridad y el h o n o r de la Iglesia. Las inmensas ventajas resultantes de r o m p e r las relaciones armónicas de la Iglesia y el Estado, desean
este acuerdo d e b e n ser más apreciadas todavía, p o r q u e t o d o lo con- abolir t a r d e o t e m p r a n o el vigente y legítimo concordato concluido
cerniente a la religión había sido destruido radicalmente en Francia. con la Sede Apostólica.
Devuelta p ú b l i c a m e n t e su dignidad a la religión, las instituciones
cristianas renacieron completamente. Pero son admirables t a m b i é n
los bienes q u e este restablecimiento aportó a la prosperidad del [IV. NORMAS PRÁCTICAS]
E s t a d o . P o r q u e c u a n d o éste, recién liberado de la furiosa t e m p e s t a d [ 8 ] . N o s , ciertamente, en esta situación n o h e m o s dejado de
revolucionaria, buscaba una fundamentación sólida para la t r a n -
hacer lo q u e las circunstancias exigían. N o s , siempre q u e - h a sido
quilidad y el o r d e n públicos, c o m p r e n d i ó q u e era la religión cató-
necesario, h e m o s o r d e n a d o a nuestro n u n c i o apostólico q u e hiciera
lica la única q u e podría proporcionársela. D e lo cual se concluye
reclamaciones, y el gobierno francés, por su parte, ha declarado q u e
q u e la decisión de restablecer la concordia con la Iglesia fué obra
las recibía con á n i m o dispuesto a la e q u i d a d . — N o s m i s m o , c u a n d o
de u n h o m b r e p r u d e n t e y hábil en el gobierno de los intereses p ú -
se dictó la ley s u p r i m i e n d o las comunidades religiosas, h e m o s d a d o
blicos. P o r lo cual, a u n en el supuesto de que no existieran otros
a conocer nuestros sentimientos en u n a carta dirigida a n u e s t r o
motivos, la razón q u e movió entonces para buscar la' pacificación
debería movernos ahora para m a n t e n e r su conservación. P o r q u e q u e r i d o hijo el arzobispo de París, cardenal de la Santa Iglesia R o -
en m e d i o de la ardiente fiebre revolucionaria que p o r todas partes m a n a 6 . D e m o d o parecido, en u n a carta enviada en j u n i o del a ñ o
se manifiesta y ante la acuciante i n c e r t i d u m b r e del futuro, consti- p a s a d o al presidente de la República, N o s h e m o s d e p l o r a d o las .
tuiría u n a grave y peligrosa i m p r u d e n c i a introducir n u e v o s m o t i - m e d i d a s q u e se o p o n e n a la salvación de las almas y m e n o s c a b a n
vos de discordia entre los dos poderes y poner obstáculos q u e im- los derechos de la Iglesia 7 . Y hemos o b r a d o así p o r q u e en p r i m e r
pidieran o retardaran la bienhechora acción de la Iglesia. tudine et angore videmus: quaedam enim et acta sunt et aguntur cum Eccle-
siae salute minime congruentia, posteaquam nonnulli infenso animo insti-
[7]. Sin embargo, vemos actualmente, con inquietante ansie- tuía catholica in suspicionem invidiamque adducere, eaque civitati praedi-
care inimica vulgo consueverunt. Ñeque minus sollicitos anxiosque habent
facilitate indulgentiaque usus tanta, quanta máxima per officium licuit.— Nos eorum consilia, qui, dissociandis Ecclesiae reique publicae rationibus,
Tune de summis capitibus cum convenisset, fundamenta posita sunt tu- salubrem illam riteque initam cum Apostólica Sede concordiam serius ocius
tumque iter munitum restituendis ac sensim stabiliendis rebus religiosis diremptam vellent.
opportunum. Et revera plura eo tempore ac posteriore aetate prudenti iudi- Nos quidem in hoc rerum statu nihil praetermisimus, quod témpora
cio constituía sunt, quae ad incolumitatem et decus Ecclesiae pertinere vi- postulare viderentur. Legatum Nostrum Apostolicum, quoties oportere vi-
debantur. Permagnae exinde perceptae utüitates, tanto pluris aestimandae, sum est, faceré expostulationes iussimus: quas qui rem publicam gerunt
quanto gravius in Gallia omnia sacra essent antea prostrata et afflicta. Publica prono se ad aequitatem animo accipere testati sunt.—Nos ipsi, cum lata lex
dignitate religioni reddita', plañe instituía christiana revixere: sed mirum est de coUegiis sodalium religiosorum tollendis, animi Nostri sensa litteris
quanta ex hoc facto in prosperitatem civilem bona redierunt. Etenim ex consignavimus ad dilectum Filium Nostrum S. R. E. Cardinalem Archi-
turbulentissimis fluctibus vixdum emersa civitas, cum vehementer tran- episcopum Parisiensium datis. Simili modo, missis superiore anno mense
quillitatis disciplinaeque publicae firma fundamenta requireret, ea ipsa Iunio ad summum rei publicae Principem litteris, cetera illa deploravimus,
quae requirebat, oblata sibí a religione catholica percommode sensit; ita quae saluti animorum nocent, et Ecclesiae rationes incólumes esse non
ut appareat, illud de concordia ineunda consilium prudentis viri populoque sinunt. Id vero effecimus tum quod sanctitate et magnitudine muneris
bene consulentis fuisse. Quare, si ceterae rationes deessent, tamen omnino Nostri apostolici permovebamur, tum quod vehementer cupimus ut accepta
eadem causa, quae tune ad pacificationem suscipiendam impuüt, nunc
6
deberet ad conservandam impeliere. Nam inflammatis passim rerum nova- Carla Perlcctae a Nobis, de 22 de octubre de 1880, al cardenal De Guibert, arzobispo
rum studiis, in tam incerta expecíatione futurorum, novas discordiarum de París, con motivo de la separación legal de las Ordenes y Congregaciones religiosas de
toda actividad docente. Esta carta constituye una apología de los Institutos religiosos. Las
causas ínter utramque potestatem serere, interiectisque impedimentis be- Ordenes y Congregaciones reí igiosas son necesari as. Son un brote espontáneo del cristiani smo
neficam Ecclesiae prohibere aut remoran virtutem, inconsulta res esset et No son contrarias a forma alguna de gobierno. Han sido y continuarán siendo beneméritas,
plena periculi. de todos los campos de la cultura. Es un deber de la Iglesia y del episcopado cat óHco la defensa
enérgica de las instituciones religiosas.
At vero hoc tempore huius gencris eminere pericula non sine sollici- ? «El 12 de marzo de 1883 León XIII escribió al presidente de la República, Julio Grévy,
que no era personalmente un sectario, para recordarle la benévola actitud de la Santa Sedé
150 LEÓN XIII
NOBILISSIMA. GALLORUM GBNS , l.f,l
lugar la santidad y la grandeza de nuestro cargo apostólico nos
obligaban a ello, y porque además deseamos vivamente que la re- de voluntades. Y, cuando la causa es común, es necesario que exista
ligión heredada de vuestros padres y vuestros antepasados se con- también unidad en la acción. Procurad que en ninguna parte falten
serve santa e inviolablemente en Francia. Con igual perseverancia escuelas en las que se enseñe a los niños con todo el cuidado posible
y con los mismos medios, Nos hemos resuelto defender siempre en el conocimiento de los bienes sobrenaturales y de los deberes para
el porvenir el catolicismo de Francia.—En el cumplimiento de esta con Dios, y en las que aprendan a conocer a fondo a la Iglesia y
justa y obligatoria misión, Nos hemos tenido siempre en vosotros, a obedecerla íntegramente, hasta el punto de que' lleguen a com-
venerables hermanos, un eficiente auxilio. Obligados por la fuerza prender que deben estar dispuestos a sufrirlo todo por causa de
a deplorar la supresión de las Ordenes y Congregaciones religiosas, la Iglesia. Francia es rica en ejemplos de hombres ilustres que por
habéis hecho al menos todo lo que estaba a vuestro alcance para la fe católica no han rehusado prueba alguna, incluso la pérdida
que los religiosos, beneméritos no menos del Estado que de la Igle- de la propia vida. Durante la misma revolución, que hemos recor-
sia, no sucumbiesen sin defensa. Ahora, y en la medida que os •dado, hubo muchos hombres de fe invencible que consagraron con
permiten las leyes, ponéis vuestra más viva solicitud y más cons- su valor y con su sangre el honor nacional. Y en nuestros días vemos
tante atención en procurar a la juventud los medios necesarios de en Francia una virtud que con el auxilio de Dios sabe defenderse
una sana educación. Y por lo que toca a los proyectos que algunos a sí misma en medio de tantos peligros y persecuciones. El clero
políticos preparan contra la Iglesia, no habéis dejado de señalar el cumple los deberes de su ministerio con esa caridad que es propia
daño que supondrían para el propio Estado. Nadie podrá acusaros de los sacerdotes, siempre pronta e industriosa para acudir en auxi-
de que al obrar de esta manera procedéis movidos por considera- lio del prójimo. Gran número de seglares profesan pública y vale-
ciones meramente humanas o para hacer oposición al régimen re- rosamente su fe católica, dan testimonio a porfía de muchas ma-
publicano constituido. Porque cuando se trata de la gloria de Dios, neras y continuamente de su adhesión a esta Sede Apostólica,
cuando está en peligro la salvación de las almas, vuestro deber es proveen con grandes gastos y con eximio celo a la educación de la
el de defenderlas y velar por ellas.—Continuad, pues, con pru- juventud y contribuyen al alivio de las necesidades públicas con
dente firmeza en el cumplimiento de vuestra misión episcopal. una liberalidad y una beneficencia admirables.
Enseñad los preceptos de la doctrina cristiana y mostrad al pueblo [9]. Pero es necesario no sólo conservar, sino también aumen-
el camino que debe seguir en estos dificultosos tiempos. Es nece- tar con el esfuerzo de todos y con gran perseverancia estos bienes,
sario que todos los fieles tengan unidad de pensamiento y unidad que abren un horizonte esperanzador para Francia. En primer lu-
gar, es preciso procurar el aumento continuo del clero con voca-
a patribus et maioribus religio sánete inviolateque in Gallia conservetur. ciones idóneas 8 . Es preciso también que la autoridad de los pre-
Hac via, hoc ipso tenore constantiae certum Nobis est rem Galliae catholi-
cam perpetuo in posterum defenderé.—Cuius quidem officii iusti ac debiti oportet esse mentem idemque propositum, et ubi communis est causa,
Vos omnes, Venerabiles Fratres, adiutores strenuos semper habuimus. Re- similem in agendo adhibere rationem. Providete ut nusquam scholae desint,
vera sodalium religiosorum coacti doleré vicem, perfecistis tamen, quod in quibus notitia bonorum caelestium officiorumque erga Deum diligen-
erat in potestate vestra, ne indefensi suecumberent, qui non minus de re tissime alumni imbuantur, et discant penitus Ecclesiam cognoscere eidem-
publica quam de Ecclesia meruerant. Hoc autem tempore, quantum leges que dicto esse audientes usque adeo ut intelligant et sentiant, omnes labores,
jsinunt, in eo evigilant maximae curae cogitationesque vestrae, ut probae eius causa, patibiles putandos. Abundat Gallia praestantissimorum homi-
institutionis copia suppeditet iuventuti: et de consiliis quae adversus Eccle- num exemplis, qui pro fide christiana nullam ab sese calamitatem, ne vitae
siam nonnulli agitant, non praetermisistis ostendere, quantum ipsi civitati quidem ipsius iacturam deprecati sint. In ipsa illa perturbatione, quam
essent allatura perniciem. Atque has ob causas nemo iure criminabitur, commemoravimus, viri invicta fide perplures extiterunt, quorum virtute et
aut aliquo Vos respectu rerum humanarum duci, aut constitutae reipublicae sanguine patrius stetit honos. Iamvero nostris etiam temporibus virtutem
adversan: quia cum Dei agitur honos, cum salus animarum in discrimen in Gallia cernimus per medias insidias et pericula satis, Deo iuvante, se
adducitur, vestrum munus est harum rerum omnium tutelam defensionem- ipsam tueri. Munus suum Clerus insistit, idque ea caritate, quae sacerdotum
que suscipere.—Pergite itaque prudenter et fortiter in episcopali muñere . est propria, ad proximorum utilitates semper prompta et sollerti. Laici viri
versari: caelestis doctrinae praecepta tradere, et qua sit ingrediendum via magno numero fidem catholicam profitentur aperto impavidoque pectore:
in tam magna temporum iniquitate populo demonstrare. Eamdem omnium obsequium suum certatim huic Apostolicae Sedi multis rationibus et saepe
testantur: institutioni iuventutis ingenti sumptu et labore prospiciunt, ne-
respecto de Francia y para expresarle la esperanza de que los dirigentes de la República no cessitatibus publicis opitulantur liberalitate et beneficentia mirabili.
pretenderían romper la unión de los franceses. El presidente respondió que también él deseaba
la pacificación. «Yo puedo muy poco, por desgracia—escribía—, sobre los enemigos de la Iamvero ista bona, quae laetam spem Galliae portendunt, non conser-
Iglesia; Vuestra Santidad puede mucho sobre los enemigos de la República. Si Su Santidad vanda solum sed etiam augenda sunt communi studio maximaque perse-
se dignase mantener a éstos en esa neutralidad política que es el grande y prudente pensa-
miento de su pontificado, nos obligaría a dar un paso decisivo hacia la tan deseada pacifi- verantia sedulitatis. In primis videndum est ut idoneorum virorum copia
cación». El Santo Padre, sin olvidar el papel de las sectas antirreligiosas, vio en esta respuesta magis ac magis Clerus locupletetur. Sancta sit apud sacerdotes Antistitum
una señal personal de benevolencia por parte del jefe del Estado» (G. CASTELLA, Histoire
des Papes t.3 p.234). 8
En la encíclica de 8 de septiembre de 1809, dirigida al episcopado y al clero franceses
(ASS 32 [1899-1900] 193-213)1 León XIII insiste en la urgente necesidad de formar un clero
152 tEÓ-N Xíll
MlBILISSIMA GALLOKUM i;KNS IÍJN!
lados sea sagrada para los sacerdptes y q u e t e n g a n éstos p o r cierto
q u e el ministerio sacerdotal, si n o se ejerce bajo el magisterio d e entero, bajo vuestra autoridad, n o deje de orar y de suplicar a Dios
los obispos, n o p u e d e ser santo, ni útil, ni recto 9 . — E n segundo q u e vuelva sus m i r a d a s a F r a n c i a y q u e su misericordia triunfe
lugar, es necesario q u e u n a selección de seglares católicos, amantes de su cólera. M u c h a s veces la Majestad divina ha sido ultrajada
de la Iglesia, m a d r e c o m ú n d e todos, y cuyos discursos y escritos por la licencia actual e n el hablar y en el escribir, y n o faltan quie-
p u e d e n ser d e gran utilidad para garantía d e los derechos del cato- nes n o sólo r e p u d i a n con ingratitud los beneficios d e Jesucristo,
licismo, se consagre activamente a la defensa de la religión. P e r o salvador de los h o m b r e s , sino q u e incluso p r o c l a m a n con u n a i m -
para obtener estos felices resultados son totalmente necesarias la piedad ostentosa q u e n o quieren reconocer la existencia de Dios.
u n i ó n d e las voluntades y la unidad en la acción. N a d a desean tanto Es absolutamente necesario q u e los católicos, con actos internos
los enemigos d e la Iglesia como las divisiones internas e n t r e los de fe y de piedad, c o m p e n s e n esta perversidad intelectual y moral-.
católicos. Persuádanse los católicos q u e d e b e n evitar a toda costa Es necesario q u e d e m u e s t r e n p ú b l i c a m e n t e q u e para ellos nada
las disensiones, r e c o r d a n d o aquellas palabras divinas: todo reino hay superior a la gloria de Dios, nada t a n q u e r i d o c o m o la religión
dividido entre sí perecerá 1 0 . Y si para obtener la u n i ó n es preciso de sus padres. L o s q u e , m á s estrechamente u n i d o s con D i o s , viven
q u e cada u n o renuncie a su propia opinión y a su p r o p i o juicio, en la clausura d e los monasterios, excítense ahora a u n a caridad
hágalo d e b u e n a voluntad y m i r a n d o al bien c o m ú n . Esfuércense generosa y esfuércense p o r hacernos a D i o s propicio con oraciones
p r i n c i p a l m e n t e los escritores en conservar esta paz d e los espíritus humildes, mortificaciones voluntarias y la abnegación de sí m i s -
en todas las cuestiones. A n t e p o n g a n a sus propias utilidades lo mos. Confiamos q u e con estos medios y con el auxilio divino se
q u e favorece el interés c o m ú n . Defiendan las empresas c o m u n e s . logrará q u e los equivocados abran los ojos a la luz de la verdad
O b e d e z c a n d e b u e n a gana la dirección d e aquellos a quienes el y el n o m b r e francés florezca de nuevo en su genuina grandeza,
Espíritu Santo puso como obispos para regir la Iglesia de Dios ] *, [i i ]. E n t o d o lo q u e hemos dicho hasta aquí, reconoced, vene-
y n o e m p r e n d a n nada contra la voluntad d e aquellos a quienes es rables h e r m a n o s , nuestro, corazón de p a d r e y la grandeza del a m o r
necesario seguir c o m o jefes c u a n d o se combate p o r la religión. q u e tenemos a t o d o el p u e b l o francés. Y n o d u d a m o s q u e este
testimonio de n u e s t r o gran amor servirá para confirmar y a u m e n t a r
[ 1 0 ] . Finalmente, de a c u e r d o con la conducta q u e la Iglesia
la saludable y necesaria u n i ó n entre Francia y la Sede Apostólica,
ha observado siempre en las circunstancias difíciles, el p u e b l o
q u e ha p r o c u r a d o en t o d o t i e m p o t a n n u m e r o s o s y t a n grandes
bienes para utilidad de la Iglesia y del E s t a d o . — E s p e r a n z a d o s con
suorum auctoritas: pro certo habeant sacerdotale munus, nisi sub magisterio este pensamiento, N o s deseamos a vosotros, venerables h e r m a n o s ,
Episcoporum exerceatur, ñeque sanctum, nec satis utile, ñeque honestum y a vuestros conciudadanos la mayor a b u n d a n c i a de d o n e s celes-
futurum.—Deinde necesse est in patrocinio religionis multum elaborare tiales. C o m o p r e n d a de estos dones y testimonio de nuestra par-
lectos viros laicos, quibus cara est communis omnium mater Ecclesia, et
quorum cum dicta tum scripta tuendis catholici nominis iuribus magno usui
esse possunt. Ad optatos autem fructus máxime est conspiratio voluntatum Denique, quod faceré in rebus dubiis semper Ecclesia consuevit, popu-
et agendorum similitudo necessaria. Profecto nihil magis inimici cupiunt, lus universus, Vobis auctoribus, obsecrare obtestarique Deum insistat, ut
quam ut dissideant catholici ínter se: hi vero nihil sibi magis quam dissidia respiciat Galiiam, iramque misericordia vincat. In ista fandi scribendique
fugiendum putent, memores divini verbi, omne regnum in seipsum divisum licentia pluries est divina violata maiestas, ñeque desunt qui non modo
desolabitur. Quod si, concordíae gratia, necesse est, quemquam de sua sen- beneficia Salvatoris hominum Iesu Christi ingrate repudient, sed etiam im-
tentia iudicioque desistere, faciat non invitus, sperata utilitate communi. pía ostentatione profiteantur, nolle se Dei numen agnoscere. Omnino ca-
Qui scribendo dant operam, magnopere studeant hanc in ómnibus rebus tholicos decet hanc sentiendi agendique pravitatem magno fidei pietatisque
animorum concordiam conservare; iidem praeterea quod in commune expe- studio compensare, publiceque testari, nihil sibi esse Dei gloria prius, nihil
dit malint, quam quod sibi: communia coepta tueantur; disciplinae eorum, avita religione carius. Ii praesertim qui alligati arctius Deo, intra monaste-
quos Spiritus Sanctus posuit Episcopos regere Ecclesiam Dei, libenti animo riorum claustra aetatem degunt, excitent nunc sese ad caritatem generosius,
pareant, auctoritatemque vereantur; nec suscipiant quicquam praeter eorum- et divinum propitiare numen humili prece, poenis voluntariis, suique devo-
dem voluntatem, quos, quando pro religione dimicatur, sequi necesse est tione contendant. His rationibus eventurum, Deo opitulante, confidimus,
tamquam duces. ut qui sunt in errore resipiscant, nomenque Gallicum ad genuinam magni-
tudinem revirescat.
capacitado espiritual y doctrina] mente para las luchas de la época moderna. Prosiguiendo la In his ómnibus, quae hactenus diximus, paternum animum Nostrum,
línea señalada en la Aeterni Patris, reitera la necesidad de la filosofía perenne, porque «el Venerabiles Fratres, et amoris, quo universam Galliam complectimur, mag-
católico
9
no puede ir al remolque de un escéptico subjetivismo radical de origen protestantes. nitudinem recognoscite. Nec dubitamus quin hoc ipsum studiosissimae
En la carta citada en la nota anterior, León XIII recuerda que en el campo social el
celo apostólico debe quedar enmarcado dentro de la más estricta obediencia. Hoy, dice Su voluntatis Nostrae testimonium ad confirmandam augendamque valeat sa-
Santidad, es más indispensable que nunca la obediencia y la disciplina jerárquica en la acción. lutarem illam ínter Galliam et Apostolicam Sedem coniunctionis necessitu-
Un celo intempestivo e inobediente es causa de verdaderos desastres. dinem, unde nec pauca, nec levia in communem utilitatem bona omni
"> M t . 12,25. tempore profecía sunt.—Et hac cogitatione laeti, Vobis, Venerabiles Fratres,
11
Act. 20,28.
civibusque vestris maximam caelestium munerum copiam adprecamur: quo-
* LEÓN XIII

ticular benevolencia os damos amorosamente in Domino la bendi-


ción apostólica. HUMANUM GENUS
Dado en Roma, junto a San Pedro, el 8 de febrero de 1884,
ano sexto de nuestro pontificado.
La masonería
rum auspicem et praecipuae benevolentiae Nostrae testem Vobis universae-
que Galliae Apostolicam Benedictionem peramanter in Domino impertimus.
Datum Romae apud S. Petrum die VlII Februarii a. MDCCCLXXXIV, Pon-
tincatus Nostri anno sexto.

A lo largo de todo el siglo XIX los papas han condenado repetidas


veces la masonería. En su encíclica Diuturnum illud, León XIII de-
nunció especialmente la creciente audacia de las sectas y definió de
nuevo la postura condenatoria de la Iglesia frente a la masonería.
La encíclica Humanum genus significa la justificación doctrinal de
esta postura. .
El núcleo, central del documento está constituido por un análisis
de la masonería considerada en si misma y por un juicio critico conde-
natorio de ésta. En este sentido la encíclica Humanum genus presenta
una coincidencia de estructura y carácter con la carta Quod Aposto-
lici muneris, sobre el socialismo. León XIII no hace distinciones. No
existe una masonería buena y otra mala. No atiende meramente al
sector continental europeo de la masonería. Toda secta que profese los
principios masónicos y acepte total o parcialmente sus prácticas cae
dentro de la condenación pontificia. La única matización que recoge
León XIII es la salvedad de la participación personal de cada masón
en los hechos responsables de la masonería. Este carácter general dife-
rencia a la Humanum genus de otros documentos de León Xífí sobre
la masonería que presentan un carácter más limitado por razón de sus
destinatarios l.
El juicio fundamental sobre la masonería está incluido en la afirma-
ción de que «la masonería es contraria a la justicia y ala moral natural».
La base justificativa de este juicio condenatorio reside en las conexiones
totales que unen a la masonería con los principios del naturalismo.
La masonería es la proyección social y política del naturalismo filosófico.
Por esto León XIII enumera entre los remedios que deben utilizarse
en la lucha frente a la masonería la enseñanza de los principios funda-
mentales de la filosofía cristiana.
1
León XIII, además de la encíclica Humanum genus, que incluimos aquí, escribió otros
dos documentos muy importantes sobre la masonería en Italia: la encíclica Dalí'alto [Ab
Apostolici], de 15 de octubre de 1890, dirigida al episcopado, clero y pueblo de Italia (ASS 23
[1800-X801] 193-206) y la encíclica Cuslodi [lnimica vis], de 8 de diciembre de 1892, al pueblo
italiano (ASS 25 [1892-1893] 274-277; AL 12,331-343).—Es útil también la consulta de algu-
nas instrucciones del Santo Oficio, en particular la de 1 de agosto de 1855 (ASS 27 [1894-1895]
576-582), resolviendo ciertas dudas relativas a los afiliados a la masonería; la de 2 de julio
de 1878, al episcopado brasileño (ASS 27 [1894-1895] 699-701), regulando la conducta del
clero con los masones, y la de 7 de marzo de 1883 (ASS 27 [1894-1895] 701), sobre partici-
pación de los sacramentos por tos que han pertenecido a la masonería dentro de ciertas cir-
cunstancias. Véase por último la carta de León XIII de 2 de septiembre de 1896 al presidente
de la Asociación Antimasóniea (ASS 29 [1896-1897] 137-138).
156 LEÓN XIII
HUMANUM GENUS lfi7
¿Cuáles son los principios naturalistas que acepta y pone en prác- Naturaleza y métodos de la masonería.
tica la masonería? En primer lugar, el dogma de la soberanía absoluta El principio fundamental del naturalismo es la soberanía absoluta
de la razón y sus dos consecuencias: negación de la verdad revelada e de la razón humana. La masonería acepta este principio y aplica en
indiferentismo religioso. Este es el error teológico de la masonería. En la práctica sus consecuencias concretas. Por esto la masonería se opone
segundo lugar, el error antropológico: no son totalmente ciertas las a la Iglesia católica y la persigue. Niega la autoridad de los Romanos
tesis de la espiritualidad y de la inmortalidad del alma humana. En Pontífices. Procura extinguir todas las manifestaciones de la religión
tercer lugar, el error moral: sólo existe para la masonería una moral revelada. Fomenta positivamente el gran error de los tiempos modernos,
cívica de base subjetiva y tendencia eudaimonística, carente de todo el indiferentismo religioso.
El naturalismo avanza más: considera dudosas las verdades funda-
control normativo objetivo. En cuarto lugar, la masonería defiende la
mentales conocidas por la sola luz de la razón, como la existencia de
disolubilidad del vínculo matrimonial y el monopolio estatal de una Dios y la espiritualidad e inmortalidad del alma humana. La masonería,
enseñanza forzosamente laica. Por último, la masonería proyecta sobre por su parte, permite a sus afiliados plena libertad de pensamiento y
el campo de la política concreta los principios erróneos del derecho y expresión en estas materias.
de la política «nuevos». La moral pública y privada recoge los efectos de estas desviaciones
Otro documento importante de León XIII sobre el peligro masónico metafísicas del naturalismo y de la masonería. Para ésta no hay moral
es la encíclica Praeclara gratulationis (1894), en que se denuncia y natural ni hay derecho natural. Sólo existe una moral cívica carente de
condena de nuevo la conexión estrecha entre las tesis del naturalismo toda base religiosa, libre de todo freno prohibitivo, desconocedora del
y los principios de la masonería. En este último documento, que incluí- pecado original y consagrada a la búsqueda del placer y de la satis-
facción de las pasiones.
mos en su lugar correspondiente, el Papa atribuye a la masonería
Por lo que toca a la familia y la educación, el naturalismo consi-
universal la ambición de lograr el control político de todos y cada dera el matrimonio como creación del Estado, y la educación religiosa
uno de los Estados. La experiencia de los pueblos latinos en este sen- predeterminada como un atentado contra la naturaleza. La masonería
tido ha sido bastante significativa. profesa estos errores al defender la legitimidad del divorcio y al pro-
curar para el Estado el monopolio de la educación. Por esto persigue
BIBLIOGRAFÍA a las grandes familias religiosas consagradas a la educación de la
juventud.
B. DOLIIAGARAY, Franc-Macotmerie: DTC t.6 col.722-731 (París 1920).— En materia política, el naturalismo sostiene la igualdad jurídica
La massoneria americana c la riorganizzazione delta niassoneria in Europa: CC
(1930) 4,193-208; (1931) 1,21-36.—E. ROSA, Cattolicismo e massoneria: CC más absoluta de todos los hombres y niega toda autoridad que no
(1937) 2,289-301.—G. CASTELLA, Histoire des Papes t.3 p.234 (Zu'rich 1945).— provenga del hombre. El pueblo es la fuente del derecho. El ateís-
J. BERTELOOT, La Franc-Maconnerie el l'Eglise cathottque 2 vols. (París 1947).— mo del Estado es un postulado político. La masonería, por su parte,
E. MARMY, La communauté humaine selon l'esprit chrétien p.844 (Friburgo- pretende modelar la constitución del Estado según estos principios.
París 1949).—MONS. A. HERRERA ORIA, La palabra de Cristo t.6 p.539ss. La masonería, por tanto, procura resucitar la moral del paganismo,
negando la revelación cristiana y destruyendo los principios funda-
SUMARIO mentales del derecho y de la moral naturales. Este es el mal esencial
de la masonería. Porque el vínculo unitivo de la sociedad es Dios.
I. La humanidad, dividida en dos campos: el reino de Dios y el reino Y a Dios debe rendir culto toda sociedad política. El origen de la auto-
de Satanás. Son las dos ciudades definidas por San Agustín. La maso- ridad es también Dios, y por eso la obediencia política es un deber.
nería es actualmente el gran enemigo del reino de Dios. Por esto el Por otra parte, los hombres • son iguales en origen, naturaleza y fin
Papa tiene que denunciarla de nuevo. Los Romanos Pontífices han último, pero son desiguales en su capacidad física, intelectual y moral.
advertido desde hace tiempo el gran peligro que supone la masonería. De hecho, la masonería colabora en la revolución fomentada por el
La historia ha demostrado la prudente previsión del Pontificado ro- socialismo y el comunismo. Adulando a los poderes públicos y a los
mano. Porque la masonería es más peligrosa para el Estado que para pueblos, la masonería procura excluir la Iglesia del Estado para so-
la Iglesia.
meter el Estado a su propia autoridad. La Iglesia, en cambio, n o
II. El objeto de esta encíclica es la masonería considerada en sí misma: su pretende dominar al Estado, "sino que ordena dar a éste lo que le es
sistema y su acción. debido.
III. Juicio fundamental acerca de la masonería. Dentro del concepto de
masonería quedan englobadas, a los efectos de esta encíclica, varias Hay que poner remedio a esta situación. Las anteriores condenaciones
sectas de diferentes denominaciones que colaboran con la masonería. de la masonería quedan confirmadas. No es lícito a los católicos ins-
La disciplina interna general de la secta masónica presenta una serie cribirse en la masonería o colaborar con ella. La enseñanza de la filo-
de prácticas que demuestran que la masonería es contraria a la justicia sofía cristiana es un excelente antídoto contra la masonería. El clero y
y a la moral natural. L a finalidad de la masonería es destruir el orden el laicado deben colaborar con el episcopado en esta lucha contra las
cristiano. Sus fundamentos doctrinales están tomados del naturalismo. sociedades secretas. La Orden Tercera de San Francisco contribuirá
No todos los masones son responsables de los crímenes de la masone- a contrarrestar la influencia de estas sociedades. La restauración cris-
ría, pero todos son culpables de haber dado su nombre a ésta. tiana de los gremios de trabajadores ayudarán a éstos a salvaguardar
168 LEÓN xni
HUMANUM GliNUS Uill
sus intereses materiales y espirituales. La educación de la juventud
exige los desvelos del episcopado. Los padres y los educadores deben pirar a u n a y pelear con la m a y o r vehemencia bajo la guía y con el
precaver a la juventud para que evite todo contacto con las sectas auxilio de la masonería, sociedad extensamente dilatada y firme-
masónicas. Invitación a ¡a plegaria. Bendición apostólica. m e n t e constituida p o r todas partes. N o disimulan ya sus p r o p ó -
sitos. Se levantan con s u m a audacia contra la majestad d e D i o s .
M a q u i n a n a b i e r t a m e n t e la r u i n a de la santa Iglesia con el p r o p ó s i t o
[i ] . El género h u m a n o i, después d e apartarse miserablemente de despojar e n t e r a m e n t e , si pudiesen, a los pueblos cristianos d e
d e Dios, creador y d a d o r de los bienes celestiales, por envidia del los beneficios q u e les ganó Jesucristo n u e s t r o S a l v a d o r . — D e p l o -
demonio, q u e d ó dividido en dos campos contrarios, de los cuales r a n d o N o s estos males, la caridad nos u r g e y obliga a clamar r e p e -
el u n o c o m b a t e sin descanso p o r la verdad y la virtud, y el otro t i d a m e n t e a D i o s : Mira que bravean tus enemigos y yerguen la cabeza
lucha p o r t o d o c u a n t o es contrario a la virtud y a la verdad.—El los que te aborrecen. Tienden asechanzas a tu pueblo y se conjuran
p r i m e r c a m p o es el reino d e D i o s en la tierra, es decir, la Iglesia contra tus protegidos. Dicen: «Ea, borrémoslos del número de las na-
verdadera de Jesucristo. L o s q u e quieren adherirse a ésta de cora- ciones» 3.
zón y c o m o conviene para su salvación, necesitan entregarse al [2]. A n t e u n peligro t a n i n m i n e n t e , en m e d i o d e u n a guerra
servicio de Dios y d e su unigénito Hijo con t o d o su entendimiento t a n despiadada y tenaz contra el cristianismo, es n u e s t r o d e b e r
y t o d a su voluntad. El otro c a m p o es el reino de Satanás. Bajo su señalar este peligro, descubrir a los adversarios, resistir en lo p o -
jurisdicción y p o d e r se e n c u e n t r a n todos los q u e , siguiendo los sible sus tácticas y propósitos, para q u e n o perezcan e t e r n a m e n t e
funestos ejemplos d e su caudillo y de nuestros primeros padres, aquellos cuya .salvación nos está confiada, y p a r a q u e n o sólo per-
se niegan a obedecer a la ley divina y eterna y e m p r e n d e n m u l t i - manezca firme y entero el reino de Jesucristo, cuya defensa N o s
t u d d e obras p r e s c i n d i e n d o de Dios o combatiendo contra Dios. h e m o s t o m a d o , sino q u e se dilate todavía con nuevos a u m e n t o s
C o n aguda visión ha descrito A g u s t í n estos dos reinos como dos por todo el orbe.
ciudades d e contrarias leyes y deseos, y con sutil brevedad ha com-
p e n d i a d o la causa eficiente de u n a y otra en estas p a l a b r a s : «Dos
a m o r e s edificaron dos c i u d a d e s : el a m o r de sí m i s m o hasta el d e s - [I. LA I G L E S I A , F R E N T E A LA M A S O N E R Í A ]
precio d e Dios edificó la ciudad t e r r e n a ; el a m o r d e D i o s hasta
el desprecio d e sí m i s m o , la ciudad celestial» 2 .—Durante t o d o s [3 ]. N u e s t r o s antecesores los R o m a n o s Pontífices, velando
los siglos h a n estado l u c h a n d o e n t r e sí con diversas a r m a s y m ú l t i - solícitamente p o r la salvación del p u e b l o cristiano, conocieron la
ples tácticas, a u n q u e n o siempre con el m i s m o í m p e t u y ardor. E n personalidad y las intenciones de este capital enemigo t a n p r o n t o
nuestros días, t o d o s los q u e favorecen el c a m p o p e o r ' p a r e c e n cons- como comenzó a salir d e las tinieblas de su oculta conjuración.
conflixit, quamquam non eodem semper ardore atque Ímpetu. Hoc autem
tempore, qui deterioribus favent partibus videntur simul conspirare vehe-
D e secta m a s s o n u m mentissimeque cuncti contendere, auctore et adiutrice ea, quam Massonum
appellant, longe lateque diffusa et firmiter constituía hominum societate.
Humanum genus, posteaquam a creatore, munerumque caelestium lar-
Nihil enim iam dissimulantes consilia sua, excitant sese adversus Dei numen
gitore Deo, invidia Diaboli, miserríme defecit, in partes duas diversas ad-
audacissime: Ecclesiae sanctae perniciem palam aperteque moliuntur, idque
versasque discessit; quarum altera assidue pro veritate et virtute propugnat,
eo proposito, ut gentes christianas partís per Iesurn Christum Servatorem
altera pro iis, quae virtuti sunt veritatique contraria.—Alterum Dei est in
beneficiis, si fieri posset, funditus despolient.—Quibus Nos ingemiscentes
terris regnum, vera scilicet Iesu Christi Ecclesia, cui qui volunt ex animo
malis, illud saepe ad Deum clamare, urgente animum caritate, compellimur:
et convenienter ad salutem adhaerescere, necesse est Deo et Unigénito
Ecce inimici tui sonuerunt, et qui oderunt te, extulerunt caput. Super populum
Filio eius tota mente ac summa volúntate serviré: alterum Satanae est
luum malignaverunt consiliwn: et cogitaverunt adversus sanctos tuos. Dixe-
regnum, cuius in ditione et potestate sunt quicumque funesta ducis sui et
runt: venile, et disperdamus eos de gente. •
primorum parentum exempla secuti, parere divinae aeternaeque legi recu-
sant, et multa posthabito Deo, multa contra Deum contendunt. Dúplex In tam praesenti discrimine, in tam immani pertinacique christiani no-
hoc regnum, duarum instar civitatum contrariis Iegibus contraria in studia minis oppugnatione, Nostrum est indicare periculum, designare adversarios,
abeuntium, acute vidit descripsitque Augustinus, et utriusque efficientem horumque'consilüs atque artibus, quantum possumus, resistere ut in aeter-
causam subtili brevitate complexus est, iis verbis: fecerunt civitates duas num ne pereant quorum Nobis est commissa salus: et Iesu Christi regnum,
amores dúo: terrenam scilicet amor sui usque ad contemptum Dei: caelestem quod tuendum accepimus, non modo stet et permaneat integrum, sed novis
vero amor Dei usque contemptum sui.—Vario ac multiplici cum armorum usque incrementis ubique terrarum amplificetur.
tum dimicationis genere altera adversus alteram omni saeculorum aetate
Romani Pontífices Decessores Nostri, pro salute populi christiani sedulo
1 L E Ó N XIII, carta encíclica a todos los patriarcas, primados, arzobispos y obispos del vigilantes, hunc tam capitalem hostem ex oceultae coniurationis tenebris
orbe católico en gracia y comunión con la Sede Apostólica: sobre la masonería: ASS 16 (1883- prosilientem, quis esset, quid vellet, celeriter agnoverunt; iidemque praeci-
1884)417-433; A L 4.43-7°- „„,,
2 SAN AGUSTÍN, De citnt. Dei X I V , i 7 : P L 4',436. > Ps. 83 (82) 2-4.
1<50 l,EÓN X1I1 HUMAXUM GENUS lili
L o s R o m a n o s Pontífices, previendo el futuro, dieron la señal de competencia. D e esta m a n e r a p r o c u r a r o n eludir la grave autoridad
alarma frente al peligro y advirtieron a los príncipes y a los p u e - de las constituciones apostólicas de C l e m e n t e X I I , Benedicto XIV,
blos para q u e n o se dejaran sorprender p o r las artimañas y las Pío VII y Pío IX. N o faltaron, sin e m b a r g o , d e n t r o d e la misma
asechanzas p r e p a r a d a s para engañarlos. El papa C l e m e n t e XII, masonería quienes reconocieron, a u n a pesar suyo, q u e las dispo-
en 1738, fué el p r i m e r o en indicar el p e l i g r o 4 . Benedicto X I V siciones t o m a d a s p o r los R o m a n o s Pontífices estaban d e a c u e r d o
confirmó y renovó la constitución del anterior pontífice 5 . Pío V I I con la doctrina y la disciplina de la Iglesia católica. E n este p u n t o
siguió las huellas de a m b o s 6. Y L e ó n XII, incluyendo en su consti- m u c h o s príncipes y jefes de G o b i e r n o estuvieron d e a c u e r d o con
tución apostólica Quo graviora 7 toda la legislación d a d a en esta los papas, ya a c u s a n d o a la masonería ante la Sede Apostólica, ya
materia p o r los papas anteriores, la ratificó y confirmó p a r a siem- condenándola p o r sí mismos, p r o m u l g a n d o leyes a este efecto.
pre. P í o VIH 8 , Gregorio X V I 9 y reiteradamente Pío IX ] ° ha- A s í sucedió en Holanda, Austria, Suiza, España, Baviera, Saboya
blaron en el m i s m o sentido. y otros Estados de Italia.
[4]. E n efecto, t a n p r o n t o como una serie de indicios m a n i - • [ 5 ] . P e r o lo m á s i m p o r t a n t e es ver cómo la p r u d e n t e previ-
fiestos—instrucción de procesos, publicación de las leyes, ritos y sión de nuestros antecesores q u e d ó confirmada con los sucesos
anales masónicos, el testimonio personal de m u c h o s m a s o n e s — posteriores. P o r q u e sus providentes y paternales medidas n o siem-
evidenciaron la naturaleza y los propósitos de la masonería, esta pre, ni en todas partes, tuvieron el éxito deseado. Fracaso debido,
Sede Apostólica d e n u n c i ó y proclamó abiertamente q u e la m a s o n e - u n a s Yeces, al fingimiento astuto d e los afiliados a la masonería, y
ría, constituida contra t o d o derecho divino y h u m a n o , era t a n otras veces, a la inconsiderada ligereza d e quienes tenían la grave J
perniciosa para el E s t a d o c o m o para la religión cristiana. Y a m e - obligación de velar con diligencia en este asunto. Por esto, en el es- ™
n a z a n d o con las penas m á s graves q u e suele emplear la Iglesia pació d e siglo y m e d i o la masonería ha alcanzado rápidamente u n
contra los delincuentes, prohibió t e r m i n a n t e m e n t e a todos inscri- crecimiento superior a t o d o lo q u e se podía esperar, e infiltrándose
birse en esta sociedad. L o s masones, encolerizados p o r esta p r o h i - de una m a n e r a audaz y dolosa en todos los órdenes del Estado, ha
bición, pensaron q u e p o d r í a n evitar, o debilitar al menos, en comenzado, a t e n e r t a n t o poder, q u e casi parece haberse convertido
p a r t e con el desprecio y en p a r t e con las calumnias, la fuerza de en d u e ñ a de los Estados. A este t a n rápido y terrible progreso se ha
estas sentencias, y acusaron a los Sumos Pontífices q u e las decreta- seguido sobre la Iglesia, sobre el p o d e r de los príncipes y sobre la
r o n de haber procedido injustamente o de haberse excedido en su m i s m a salud pública la ruina prevista ya m u c h o antes por nuestros
antecesores. P o r q u e h e m o s llegado a tal situación* que con razón
pientes cogitatione futura, principes sirnul et populos, signo velut dato, d e b e m o s t e m e r g r a n d e m e n t e p o r el futuro, n o ciertamente p o r el
monuerunt ne se paratis ad decipiendum artibus insidiisque capí pateren- futuro de la Iglesia, cuyo f u n d a m e n t o es demasiado firme para q u e
tur.—Prima significatio periculi per Clementem XII anno MDCCXXXVIII
facta: cuius est a Benedicto XIV confirmata ac renovata Constitutio. Utrius- aut non iusta decrevisse, aut modum in decernendo transisse. Hac sane
que vestigiis ingressus est Pius VII: ac Leo XII Constitutione Apostólica ratione Constitutionum Apostolicarum Clementis XII, Benedicta XIV, item-
Quo graviora superiorum Pontificum hac de re acta et decreta complexus, que Pii VII et Pii IX conati sunt auctoritatem et pondus eludere. Verum
rata ac firma in perpetuum esse iussit. In eamdem sententiam Pius VIH, in ipsa illa societate non defuere, qui vel inviti faterentur, quod erat a roma-
Gregorius XVI, persaepe vero Pius IX, locuti sunt. nis Pontificibus factum, id esse, spectata doctrina disciplinaque catholica,
Videlicet cum sectae Massonicae institutum et ingenium compertum iure factum. In quo Pontificibus valde assentiri plures viri principes rerumque
esset ex manifestis rerum indiciis, cognitione causarum, prolatis in lucem publicarum rectores visi sunt, quibus curae fuit societatem Massonicam vel
legibus eius, ritibus, commentariis, ipsis saepe accedentibus testirnoniis apud Apostolicam Sedem arguere, vel per se, latis in id legibus. noxae
eorum qui essent conscii, haec Apostólica Sedes denuntiavit aperteque edi- damnare, ut in Hollandia, Austria, Helvetia, Hispania, Bavaria, Sabaudia,
xit, secta«n Massonum, contra ius fasque constitutam, non minus esse aliisque Italiae partibus.
christianae rei, quam civitati perniciogam: propositisque poenis, quibus Quod tamen prae ceteris interest, prudentiam Decessorum Nostrorum
solet Ecclesia gravius in sontes animadvertere, interdixit atque imperavit, rerum eventus comprobavit. Ipsorum enim providae patermeque curae nec
ne quis illi nomen societati daret. Qua ex re irati gregales, earum vim sen- semper nec ubique optatos habuerunt exitus:- idque vel hominum, qui in
tentiarum subterfugere aut debilitare se posse partim contemnendo, partim ea noxa essent, simulatione et astu, vel inconsiderata levitate ceterorum,
calumniando rati, Pontifices máximos, qui ea decreverant, criminan sunt quorum máxime interfuisset diligenter attendere. Quare unius saeculi di-
4
midiatique spatio secta Massonum ad incrementa properavit opinione maio-
Const. In eminenti, de 24 de abril de 1738. ra; inferendoque sese per audaciam et dolos in omnes reipublicae ordines,
5
Const. Providas, de 18 de mayo de 1751.
f
> Const. Ecclesiam a Iesu Chisto, de 13 de septiembre de 1821. tantum iam posse coepit, ut prope dominari in civitatibus Tideatur. Ex hoc
7
8
Publicada el dia 13 de marzo de 1825. tam celeri formidolosoque cursu illa revera est in Ecclesiam, in potestatem
Encíclica Traditi, de 21 de mayo de 1829. principum, in salutem publican! pernicies consecuta, quam Decessores Nostri
^ Encíclica Miran vos, de 15 de agosto de 1832.
lu
Encíclica Qui pluribus, de o de noviembre de 1846; aloe, consist. Multiplicas Ínter, multo ante providerant. Eo enim perventum est, ut valde sitreliquo tempore
de 25 de septiembre de 1865. metuendum non Ecclesiae quidem, quae longe firmius habet fundamentum,
f),vfr. fontif, i «
ltí'¿ LEÓN X I I I HtJMANIJM GENÜS 1¡¡'¡

p u e d a ser socavado p o r el solo esfuerzo h u m a n o , sino p o r el futuro


[II. J U I C I O FUNDAMENTAL ACERCA DE LA MASONERÍA]
d e aquellas naciones e n las q u e h a logrado u n a influencia excesiva la
secta d e q u e h a b l a m o s u otras semejantes q u e están u n i d a s a ella [ 7 ] . Varias son las sectas q u e , a u n q u e diferentes e n n o m b r e ,
c o m o satélites auxiliares. ritos, forma y origen, al estar, sin e m b a r g o , asociadas e n t r e sí p o r
[ 6 ] . P o r estas causas, t a n p r o n t o como llegamos al gobierno la u n i d a d d e intenciones y la identidad e n sus principios funda-
d e la Iglesia, c o m p r e n d i m o s claramente la gran necesidad d e resis- mentales, c o n c u e r d a n d e h e c h o con la masonería, q u e viene a ser
tir t o d o lo posible a una,calamidad t a n grave, oponiéndole para ello • c o m o el p u n t o d e p a r t i d a y el c e n t r o d e referencia d e todas ellas.
nuestra autoridad. A p r o v e c h a n d o repetidas veces la ocasión q u e se Estas sectas, a u n q u e a p a r e n t a n rechazar t o d o ocultamiento y cele-
nos presentaba, h e m o s expuesto algunos d e los p u n t o s doctrinales b r a n s u s reuniones a la vista d e t o d o el m u n d o y publican sus perió-
más i m p o r t a n t e s q u e h a b í a n sufrido u n influjo mayor d e los per- dicos, sin embargo,, e x a m i n a n d o a fondo el asunto, conservan la
versos errores masónicos. Así, e n nuestra encíclica Qjiod Aposto- esencia y la conducta d e ¡as sociedades clandestinas. T i e n e n m u -
lici muneris h e m o s d e m o s t r a d o con razones convincentes las u t ó - chas cosas envueltas e n u n misterioso secreto. Y es ley fundamental
picas monstruosidades d e los socialistas y d e los comunistas. M á s d e tales sociedades el diligente y cuidadoso ocultamiento d e estas
tarde, e n otra encíclica, Arcanum, h e m o s defendido y explicado la cosas n o sólo ante los extraños, sino incluso ante m u c h o s d e sus
verdadera y genuina noción d e la sociedad doméstica, cuya fuente m i s m o s adeptos. T a l e s son, e n t r e otras, las finalidades últimas y
y origen es el m a t r i m o n i o . P o r último, e n la encíclica Diuturnum h e - m á s íntimas, las jerarquías s u p r e m a s d e cada secta, ciertas reunió- m
^ m o s desarrollado la estructura del p o d e r político, configurado según n e s íntima» y ocultas, los m o d o s y medios con q u e d e b e n ser realiza-«|P
* o s principios d e la filosofía cristiana; estructura maravillosamente t d a s las decisiones adoptadas. A este fin se dirigen la múltiple diver-
coherente con la naturaleza d e las cosas y con la seguridad d e los sidad d e derechos, obligaciones y cargos existente entre los socios,
pueblos y d e los gobernantes. H o y , siguiendo el ejemplo d e n u e s - la distinción establecida d e órdenes y grados y la severidad disci- •
tros predecesores, h e m o s decidido consagrar d i r e c t a m e n t e n u e s t r a plinar con q u e se rigen. L o s iniciados-tienen q u e p r o m e t e r , m á s
atención a la masonería e n sí m i s m a considerada, su sistema d o c - aún, d e ordinario tienen q u e j u r a r s o l e m n e m e n t e , n o d e s c u b r i r
trinal, s u s propósitos, su m a n e r a d e sentir y d e obrar, para iluminar n u n c a ni e n m o d o alguno a s u s c o m p a ñ e r o s s u s signos, s u s d o c -
con nueva y mayor luz su maléfica fuerza e i m p e d i r así el contagio trinas. Así, con esta engañosa apariencia y con u n constante disimu-
d e t a n mortal e p i d e m i a . lo p r o c u r a n c o n e m p e ñ o los masones, c o m o e n oteo t i e m p o los m a -
_ * — niqueos, ocultarse y n o tener otros testigos q u e sus propios conmili-
quam ut hominum opera Iabefactari queat, sed earum causa civitatum, in tones. Buscan h á b i l m e n t e la comodidad del ocultamiento, u s a n d o
quibus nimis polleat ea, de qua loquimur, aut aliae hominum sectae non el p r e t e x t o d e la literatura y d e la ciencia c o m o si fuesen p e r s o -
absimiles, quae priori illi sese administras et satellites impertiunt.
nas q u e se r e ú n e n para fines científicos. H a b l a n c o n t i n u a m e n t e de s u
His de causis, ubi primum ad Ecclesiae gubernacula accessimus, vidimus
planeque sensimus huic tanto malo resistere oppositu auctoritatis Nostrae, afán p o r la civilización, d e su a m o r p o r las clases bajas. Afirman q u e
quoad fieri posset, oportere.—Sane opportunam saepius occasionem nacti,
persecuti sumus praecipua quaedam doctrinarum capita, in quas Massoni- Variae sunt hominum sectae, quae quamquam nomine, ritu, forma, origi-
carum opinionum influxisse máxime perversitas videbatur. Ita Litteris Nos- ne differentes, cum tamen communione quadam propositi summarumque
tris Encyclicis Quod Apostolici muneris aggressi sumus Socialistarum et Com-. sententiarum similitudine Ínter se contineantur, re congruunt cum secta Mas-
munistarum portenta convincere: aliis deinceps Arcanum veram germanamque sonum, quae cuiusdam est instar centri unde abeunt et quo redeunt universae.
notionem societatis domesticae, cuius est in matrimonio fons et origo, tuen- Quae quamvis nunc nolle admodum videantur latere in tenebris, et suos agant
dam et explicandam curavimus: üs insuper, quarum initium est Diuturnum, coetus in luce oculisque civium, et suas edant ephemerides, nihilominus ta-
potestatis politicae formam ad principia christianae sapientiae expressam men, re penitus perspecta, genus societatum clandestinarum moremque re-
proposuimus, cum ipsa rerum natura, cum populorum principumque sa- tinent. Plura quippe in iis sunt arcanis similia, quae non externos solum,
lute mirifice cohaerentem. Nunc autem, Decessorum Nostrorum exemplo, sed gregales etiam bene multos exquisitissima diligentia celari lex est: cuius-
in Massonicam ipsam societatem, in doctrinam eius universam, et consilia, modi sunt intima atque ultima consilia, summi factionum principes, oceulta
et sentiendi consuetudinem et agendi, anímum recta intendere decrevimus, quaedam et intestina conventícula: item decreta, et qua via, quibus auxiliis
quo vis illius maléfica magis magisque illustretur, idque valeat ad funestae perficienda. Huc sane facit multiplex illud Ínter socios discrimen et iuris et
pestis prohibenda contagia. officii et muneris: huc rata ordinum graduumque distinctio, et illa, qua
reguntur, severitas disciplinae. Initiales spondere, immo praecipuo sacra-
mento iurare ut plurimum iubentur, nemini se ullo unquam tempore ullove
modo socios, notas, doctrinas indicaturos. Sic ementita specie eodemque
semper tenore simulationis quam máxime Massones, ut olim Manichaei,
laborant abdere sese, nullosque, praeter suos, habere testes. Latebras com-
modum quaerunt, sumpta sibi litteratorum sophorumve persona, eruditio-
nis causa sociatorum: habent in lingua promptum cultioris urbanitatis stu-
104 ' LKON x i l i HÜMANÜM GENUS 1(¡Í>

su único deseo es mejorar la condición de los pueblos y extender son frutos venenosos y llenos de amargura. P o r q u e de los certísi-
al mayor n ú m e r o posible de ciudadanos las ventajas propias de la mos indicios q u e antes h e m o s m e n c i o n a d o , brota el último y p r i n -
sociedad civil. Estos propósitos, a u n q u e fuesen verdaderos, no son, cipal de los intentos masónicos; a s a b e r : la destrucción radical de
sin embargo, los únicos. L o s afiliados deben, además, dar palabra t o d o el o r d e n religioso y civil establecido p o r el cristianismo y la
y garantías de ciega y absoluta obediencia a sus jefes y m a e s t r o s ; d e - creación, a su arbitrio, d e otro o r d e n n u e v o con f u n d a m e n t o s y .
ben estar p r e p a r a d o s a la m e n o r señal e indicación d e éstos para eje- leyes t o m a d o s d e la entraña m i s m a del naturalismo.
cutar sus ó r d e n e s ; de n o hacerlo así, d e b e n aceptar los m á s duros [ 9 ] . T o d o lo q u e h e m o s dicho hasta aquí, y lo q u e d i r e m o s
castigos, incluso la m i s m a m u e r t e . D e hecho, cuando la masonería en adelante, d e b e e n t e n d e r s e d e la masonería considerada en sí
juzga q u e algunos d e sus seguidores h a n traicionado el secreto o han m i s m a y c o m o centro de todas las d e m á s sectas unidas y confedera-
desobedecido las órdenes recibidas, n o es raro q u e éstos reciban la das con ella, p e r o n o d e b e entenderse d e cada u n o d e sus seguidores.
m u e r t e con t a n t a audacia y destreza, q u e el asesino burla m u y a m e - P u e d e haber, en efecto, e n t r e sus afiliados n o pocas personas q u e ,
n u d o las pesquisas de la policía y el castigo de la justicia. A h o r a a u n q u e culpables p o r h a b e r ingresado en estas sociedades, n o par-
bien, esto de fingir y q u e r e r estonderse, de obligar a los h o m b r e s , ticipan, sin e m b a r g o , p o r sí m i s m o s en los crímenes de las sectas
como esclavos, con u n fortísimo vínculo y sin causa suficientemente e ignoran los últimos intentos de éstas. D e la m i s m a m a n e r a , entre *
conocida, d e valerse para cualquier c r i m e n de h o m b r e s sujetos al las asociaciones unidas a la masonería, algunas tal vez n o a p r u e b a n
capricho de otros, d e a r m a r a los asesinos procurándoles la i m p u n i - en m o d o alguno ciertas conclusiones extremas, q u e sería lógico
dad de sus delitos, es u n crimen m o n s t r u o s o , q u e la naturaleza n o abrazar c o m o consecuencias necesarias de principios c o m u n e s , si
puede permitir. P o r esto, la razón y la m i s m a verdad d e m u e s t r a n n o fuese p o r el h o r r o r q u e causa su m i s m a m o n s t r u o s i d a d . Igual-
con evidentia q u e la sociedad de que hablamos es contraria a la * m e n t e algunas asociaciones, p o r circunstancias de t i e m p o y lugar,
justicia y a la moral natural. n o se atreven a ejecutar t o d o lo q u e q u e r r í a n hacer y otras suelen
[8]. Afirmación reforzada por otros a r g u m e n t o s clarísimos, realizar; n o p o r esto, sin e m b a r g o , d e b e n ser consideradas c o m o
q u e ponen d e manifiesto esta contradicción de la masonería con la ajenas a la u n i ó n masónica, p o r q u e esta u n i ó n masónica d e b e ser
moral natural. P o r q u e por m u y g r a n d e q u e sea la astucia de los juzgada, m á s q u e p o r los hechos y realizaciones q u e lleva a cabo,
hombres p a r a ocultarse, p o r m u y excesiva q u e sea su c o s t u m b r e por el conjunto de principios q u e profesa.
de mentir, es imposible q u e n o aparezca de algún m o d o en los
efectos la naturaleza d e la causa. No puede árbol bueno dar malos mala bonos fructus faceré. Fructus autem secta Massonum perniciosos gignit
maximaque acerbitate permixtos. Nam ex certissimis indiciis, quae supra
frutos, ni árbol malo dar frutos buenos n . L o s frutos de la masonería commemoravimus, erumpit illud, quod est consiliorum suorum ultimum,
scilicet evertere funditus omnem eam, quam instituía christiana pepererunt,
dium, tenuioris plebis caritatem: unice velle se meliores res multitudini quae- disciplinam religionis reique publicae, novamque ad ingenium suum ex-
rere, et quae habentur in civili societate commoda cum quamplurimis com- truere, ductis e medio Naturalismo fundamentis et legibus.
municare. Quae quidem consilia quamvis vera essent, nequáquam tamen Haec, quae diximus aut dicturi sumus, de secta Massonica inteliigi opor-
in istis omnia. Praeterea qui cooptati sunt, promittant ac recipiant necesse tet spectata in genere suo, et quatenus sibi cognatas foederatasque com-
est, ducibus ac magistris se dicto audientes futuros cum obsequio fideque plectitur societates: non autem de sectatoribus earum singulis. In quorum
máxima: ad quemlibet eorum nutum significationemque paratos, imperata numero utique possunt esse, nec pauci, qui quamvis culpa non careant
facturos: si secus fecerint, tum dirá omnia ac mortem ipsam non recusare- quod sese istius modi implicuerint societatibus, tamen nec sint flagitiose
Revera si qui prodidisse disciplinam, vel mandatis restitisse iudicentur, sup- factorum per se ipsi participes, et illud ultimum ignorent quod illae nitun-
plicium de ris non raro sumitur, et audacia quidem ac dexteritate tanta, ut tur adipisci. Similiter ex consociationibus ipsis nonnullae fortasse nequá-
speculatricem ac vindicem scelerum iustitiam sicarius persaepe fallat.—At- quam probant conclusiones quasdam extremas, quas, cum ex principiis
qui simulare, et velle in oceulto latere; obligare sibi homines, tamquaní communibus necessario consequantur, consentaneum esset amplexari, nisi
mancipia, tenacissimo nexu, nec satis declarata causa: alieno addictos ar- per se foeditate sua turpitudo ipsa deterreret. ítem nonnullas locorum tem-
' bitrio ad omne facinus adhibere: armare ad caedem dextras, quaesita impu- porumve ratio suadet minora conari, quam aut ipsae vellent aut ceterae
nitate peccandi, immanitas quaedam est, quam rerura natura non patitur. solent: non ideirco tamen alienae a Massonico foedere putandae, quia Mas-
Quapropter societatem, de qua loquimur, cum iustitia et naturali honéstate sonicum foedus non tam est ab actis perfectisque rebus, quam a sententia-
pugnare, ratio et veritas ipsa convincit. rum summa iudicandum.
Eo vel magis, quod ipsius naturam ab honéstate dissidentem alia quo-.
que argumenta eademque illustria redarguunt. Ut enim magna sit in homi-
nibus astutia celandi consuetudoque mentiendi, fieri tamen non potest, ut
unaquaeque causa ex iis rebus, quarum causa est, qualis in se sit non ali"
qua ratione appareat. Non potest arbor bona malos fructus faceré; ñeque arbof
»» Mt. 7,18.
1Í¡<¡ r.K<')\ \-irr HUMANUM GBKUS i y¡

buena guía como es la Iglesia. La persiguen, además, con actuacio-


[III. NATURALEZA Y MÉTODOS DE LA MASONERÍA]
nes hostiles. Se llega, en efecto, a combatir impunemente de palabra,
[Autonomía de la razón] por escrito y con la enseñanza los mismos fundamentos de la reli-
gión católica. Se niegan los derechos de la Iglesia. No se respetan
[10]. Ahora bien, el principio fundamental de los que pro- las prerrogativas con que Dios la enriqueció. Se reduce al mínimo
fesan el naturalismo, como su mismo nombre declara, es que la na- su libertad de acción, y esto con una legislación en apariencia no
turaleza humana y la razón natural del hombre han de ser en todo muy violenta, pero en realidad dada expresamente para impedir la
maestras y soberanas absolutas. Establecido este principio, los na- libertad de la Iglesia. Vemos, además, al clero oprimido con leyes
turalistas, o descuidan los deberes para con Dios, o tienen de éstos singularmente graves, promulgadas para disminuir cada día más
un falso concepto impreciso y desviado. Niegan toda revelación di- su número y para reducir sus recursos; el patrimonio eclesiástico
vina. No admiten dogma religioso alguno. No aceptan verdad al- que todavía queda, gravado con todo género de cargas y sometido
guna que no pueda ser alcanzada por la razón humana. Rechazan enteramente al juicio arbitrario del Estado; y las Ordenes religiosas
todo maestro a quien haya que creer obligatoriamente por la au- suprimidas y dispersas. Pero el esfuerzo más enérgico de los adver-
toridad de su oficio. Y como es oficio propio y exclusivo de la Igle- sarios se lanza principalmente contra la Sede Apostólica y el Romano
sia católica guardar enteramente y defender en su incorrupta pureza Pontífice. Primeramente le ha sido arrebatado a éste, con fingidos
el depósito de las doctrinas reveladas por Dios, la autoridad del ma- pretextos, el poder temporal, baluarte de su libertad y de sus dere-
gisterio y los demás medios sobrenaturales para la salvación, de chos. A continuación ha sido reducido el Romano Pontífice a una si-
aquí que todo el ataque iracundo de estos adversarios se haya con- tuación injusta, a la par que intolerable, por las dificultades que de
centrado sbbre la Iglesia. Véase* ahora el proceder de la masonería todas partes se le oponen. Finalmente, hemos llegado a u n a situa-
en lo tocante a la religión, singularmente en las naciones en que ción en la que los fautores de las sectas proclaman abiertamente lo que
tiene una mayor libertad de acción, y juzgúese si es o no verdad que en oculto habían maquinado durante largo tiempo; esto es, que hay
todo su empeño se reduce a traducir en los hechos las teorías del na- que suprimir la sagrada potestad del Pontífice y que hay que des-
turalismo. Hace mucho tiempo que se trabaja tenazmente para anu- truir por completo el pontificado instituido por derecho divino.
lar todo posible influjo del magisterio y de la autoridad de la Iglesia Aunque faltasen otras pruebas, lo dicho está probado suficientemente
en el Estado. Con este fin habían públicamente y defienden la sepa- por el testimonio de los mismos jefes sectarios, muchos de los cua-
ración total de la Iglesia y del Estado. Excluyen así de la legisla- les, en diversas ocasiones, y últimamente en una reciente memoria,
ción y de la administración pública el influjo saludable de la reli- han declarado como objetivo verdadero de la masonería el intento
gión católica. De lo cual se sigue la tesis de que la constitución total capital de vejar todo lo posible al catolicismo con una enemistad
del Estado debe establecerse al margen de las enseñanzas y de ios implacable, sin descansar hasta ver deshechas todas las instituciones
preceptos de la Iglesia 12. Pero no les basta con prescindir de tan establecidas por los papas en la esfera religiosa. Y si los afiliados
Iamvero Naturalistarum caput est, quod nomine ipso satis declarant, desiae totas constituendas putent civitates.—Nec vero non curare Ecclesiam,
humanara naturam humanamque rationem cunetas in rebus magistram esse optimam ducem, satis habent, nisi hostiliter faciendo laeserint. Et sane fun-
et principem oportere. Quo constituto, officia erga Deum vel minus curant, damenta ipsa religionis catkolicae adoriri fando, scribendo, docendo, im-
vel opinionibus pervertunt errantibus et vagis. Negant enim quicquam esse pune licet: non iuribus Ecclesiae parcitur, non muñera, quibus est divinitus
Deo auctore traditum: nullum probant de religione dogma, nihil veri, quod aucta, salva sunt. Agendarum rerum facultas quam mínima illi relinquitur,
non hominum intelligentia comprehendat, nullum magistrum, cui propter idque legibus specie quidem non nimis vim inferentibus, re vera natis aptis
auctoritatem officii sit iure credendum. Quoniam autem munus est Ec- ad impediendam libertatem. ítem impositas Clero videmus leges singulares
clesiae catholicae singulare sibique unice proprium doctrinas divinitus et graves, multum ut ei de munero, multum de rebus necessariis in dies
acceptas auctoritatemque magisterii cum ceteris ad salutem caelestibus decedat: reliquias bonorum Ecclesiae maximis adstrictas vinculis, potestati
adiumentis plene complecti et incorrupta integritate tuer¿, ideirco in ipsam et arbitrio administratorum reipublicae permissas: sodalitates ordinum re-
máxima est inimicorum iracundia impetusque conversus.—Nunc vero in ligiosorum sublatas, dissipatas.—At vero in Sedem Apostolicam romanum-
iis rebus, quae religionem attingunt, spectetur quid agat, praesertim ubi que Pontificem longe est inimicorum íncitata contentio. Is quidem primum
est ad agendi licentiam liberior, secta Massonum: omninoque iudicetur, fictis de causis deturbatus est propugnáculo libertatis iurisque sui, princi-
nonne plañe re exequi Naturalistarum decreta velle videatur. Longo sane patu civili: mox in statum compulsus iniquum simul et obiectis undique
pertinacique labore in id datur opera, nihil ut Ecclesiae magisterium, nihil difficultatibus intolerabilem: doñee ad haec témpora perventum est, quibus
auctoritas in civitate possit: ob eamque causam vulgo praedicant et pugnant, seetarum fautores, quod abscondite secum agitarant dhj, aperte denunciant,
rem sacram remque civilem esse penitus distrahendas. Quo facto salubern- sacram tollendam Pontificum potestatem, ipsumque divino iure institutum
mam religionis catholicae virtutem a legibus, ab administratione reipublicae funditus delendum Pontificatum. Quam rem, si cetera deessent, satis indicat
excludunt: illudque est consequens, ut praeter instituía ac praecepta Ec- hominum qui conscii sunt testimonium, quorum plerique cum saepe alias,
1 2
Vt'\mse las encíclicas "mmnrfaíe Dei y Libertas praestantissimum.
tijm recenti memoria rursus hoc Massonum veram esse declararunt, velle
i :::¡ LEÓN XIII HUMANUM GENUS ! • . : : >

a la masonería no están obligados a abjurar expresamente de la fe principal de sus divisiones internas. Más aún, es cosa sabida que
católica, esta táctica está tan lejos de oponerse a los intentos masó-, últimamente ha habido entre ellos, por esta misma cuestión, una
nicos, que más bien sirve a sus propósitos. En primer lugar, porque no leve contienda. Pero, en realidad, la secta concede a sus inicia-
éste es el camino de engañar fácilmente a los sencillos y a los incau- dos una libertad absoluta para defender la existencia de Dios o para
tos y de multiplicar el número de adeptos. Y en segundo lugar, negarla; y con la misma facilidad se recibe a ios que resueltamente
• porque al abrir los brazos a todos los procedentes de cualquier cre- defienden la opinión negativa como a los que piensan que Dios
do religioso, logran, de hecho, la propagación del gran error de los existe, pero tienen acerca, de Dios un concepto erróneo como Jos
tiempos actuales: el indiferentismo religioso y la igualdad de todos panteístas, lo cual equivale a conservar una absurda idea de la na-
los cultos. Conducta muy acertada para arruinar todas las religio- turaleza divina, rechazando la verdadera noción de ésta. Destruido
nes, singularmente la católica, que, como única verdadera, no puede o debilitado este principio fundamental, sigúese lógicamente la in-
ser igualada a las demás sin suma injusticia. estabilidad en las verdades conocidas por la razón natural: la crea-'
ción libre de todas las cosas por Dios, la providencia divina sobre
[Errores metafísicas] el mundo, la inmortalidad de las almas, la vida eterna que ha de su-
ceder a la presente vida temporal.
[i I ]. Pero los naturalistas avanzan más todavía. Lanzados
audazmente por la vía del error en los asuntos de mayor importan-
cia, caen despeñados por el precipicio de las conclusiones más ex- [Moral cívica]
tremistas, ya sea por la flaqueza de la naturaleza humana, ya sea por [12]. Perdidas estas verdades, que son como principios del
justo juicio de Dios, que castiga&\ pecado de la soberbia naturalista. orden natural, trascendentales para el conocimiento y la práctica de la
De esta manera sucede que para esos • hombres pierden toda su vida, fácilmente aparece el giro que ha de tomar la moral pública y
certeza y fijeza incluso las verdades conocidas por la sola luz natural privada. No nos referimos a las virtudes sobrenaturales, que nadie
de la razón, como son la existencia de Dios y la espiritualidad e in- puede alcanzar ni ejercitar sin especial don gratuito de Dios. Por
mortalidad del alma humana. Por su parte, la masonería tropieza fuerza no puede encontrarse vestigio alguno de estas virtudes en
con estos mismos escollos a través de un camino igualmente equi- los que desprecian como inexistentes la redención del género hu-
vocado. Porque si bien reconocen generalmente la existencia de mano, la gracia divina, los sacramentos y la bienaventuranza que se
Dios, afirman, sin embargo, que esta verdad no se halla impresa en ha de alcanzar en el cielo. Hablamos aquí de ¡as obligaciones deri-
la mente de cada uno con firme asentimiento y estable juicio. Reco- vadas de la moral natural. Un Dios creador y gobernador providente
nocen, en efecto, que el problema de Dios es entre ellos la causa del mundo; una ley eterna que manda conservar el orden natural
eos máxime exercere catholicum nomen implacabilibus inimicitiis, nec ante y prohibe perturbarlo; un fin último del hombre, muy superior a
quieturos, quam excísa omnia viderínt, quaecumque summi Pontífices re-
ligionis causa instituissent.—Quod si, qui adscribuntur in numerum, ne- Deo quaestionem máximum apud ipsos esse fontem causamque dissidii:
quáquam eiurare conceptis verbis instituta catholica iubentur, id sane tan- immo non mediocrem hac ipsa de re constat extitisse inter eos próximo
tum abest, ut consiliis Massonum repugnet, ut potius adserviat. Primum etiam tempore contentionem. Re autem vera initiatis magnam secta licen-
enim simplices et incautos facile decipiunt hac via. multoque pluribus invi- tiam dat, ut alterutrum liceat suo iure defenderé, Deum esse, Deum nullum
tamenta praebent. Tum vero obviis quibuslibet ex quovis religionis ritu esse: et qui nullum esse praefracte contendant, tarr> facile initiantur, quam
accipiendis, hoc assequuntur, ut re ipsa suadeant magnum illum huius tem- qui Deum esse opinantur quidem, sed de eo prava sentiunt, ut Pantheistae
poris errorem, religionis curam relinqui oportere in mediis, nec ullum esse solent: quod nihil est aliud, quam divinae naturae absurdam quamdam spe-
inter genera discrimen. Quae quidem ratio comparata ad interitum est reli- ciem retiñere, veritatem tollere. Quo everso infiímatove máximo funda-
gionurn omnium, nominatim ad catholicae, quae cum una ex ómnibus vera mento, consequens est ut illa quoque vacillent, quae natura admonente
sit, exaequari cum ceteris sine iniuria summa non potest. cognoscuntur, cunetas res libera creatoris Dei volúntate extitisse: mundum
providentia regí: nuíium esse animorum interitum: huic, quae in terris
Sed ¡ongius Naturalistae progrediuntur. In maximis enim rebus tota agitur, hominum vitae successuram alteran! eamque sempiternam.
errare via audacter ingressi, praecipiti cursu ad extrema delabuntur, sive
humanae imbecillitate naturae, sive consilio iustas superbiae poenas repe- His autem dilapsis, quae sunt tamquam naturae principia, ad cognitio-
tentis Dei. Ita fit, ut iJJis ne ea quidem certa et fixa permaneant, quae na- ncm usumque praecipua, quales futuri sint privati publicique mores, facile
turali lumine rationis perspiciuntur, qualia profecto illa sunt, Deum esse, apparet.—Silemus de virtutibus divinioribus, quas absque singulari Dei mu-
ánimos bominum ab omni esse materiae concretione segregatos, eosdemque ñere et dono nec exercere potest quisquam, nec coisequi: quarum profecto
immortales.—Atqui secta Massonum ad hos ipsos scopulos non dissimili necesse est nullum in iis vestigium reperiri, qui redemptionem generis hu-
curstis errore adhaerescit. Quamvis enim Deum esse generatim profiteantur. mani, qui gratiam caelestem, qui sacramenta, adipiscendamque in caelis
id tamen non haerere in singulorum mentibus firma assensione iudicioque fi-Iicitatem pro ignotis aspernantur.—De officiis loquirnur, quae a naturali
stabili constitutum, ipsi sibi sunt testes. Ñeque enim díssimulant, hanc de honéstate ducuntur. Mundi enim opifex idemque providus gubernator Deus:
li'X aererna naturalem ordinem conservan iubens, perturbari vetans: ulti-.
170 LEÓN X l l l HUMANUM GKNUS I ,.l

todas las realidades h u m a n a s y colocado m á s allá de esta transito- p e c a d o del p r i m e r padre de la h u m a n i d a d , y juzgan por esto q u e i-I
ria vida t e r r e n a . Estas son las fuentes, estos son los principios de libre albedrío «no está debilitado ni inclinado al pecado» 1 3 . P o r el
t o d a m o r a l y de t o d a justicia. Si se s u p r i m e n , como suelen hacer el contrario, exagerando las fuerzas y la excelencia de la naturaleza
n a t u r a l i s m o y la masonería, la ciencia m o r a l y el d e r e c h o q u e d a n y p o n i e n d o e n ésta el único principio regulador d e la justicia, ni
destituidos d e t o d o f u n d a m e n t o y defensa. E n efecto, la única siquiera p u e d e n pensar q u e p a r a calmar los í m p e t u s de la n a t u -
m o r a l q u e reconoce la familia masónica, y en la q u e , según ella, ha raleza y regir sus apetitos sean necesarios u n prolongado c o m b a t e
de ser e d u c a d a la j u v e n t u d , es la llamada moral cívica, independiente y una constancia m u y g r a n d e . Por esto vemos el ofrecimiento p ú -
y libre; es decir, u n a moral q u e excluya toda idea religiosa. Pero blico a t o d o s los h o m b r e s d e i n n u m e r a b l e s estímulos de las pasio-
la debilidad de esta moral, su falta de firmeza y su movilidad a i m - n e s ; periódicos y revistas sin .moderación ni vergüenza alguna;
pulso de cualquier viento de pasiones, están bien d e m o s t r a d a s p o r obras teatrales extraordinariamente licenciosas; temas y motivos
los frutos de perdición q u e parcialmente están ya> apareciendo. artísticos b u s c a d o s i m p ú d i c a m e n t e en los principios del llamado
Pues d o n d e q u i e r a q u e esta educación ha comenzado a reinar con realismo; artificios sutilmente pensados p a r a satisfacción de una
m a y o r libertad, s u p r i m i e n d o la educación cristiana, ha p r o d u c i d o vida muelle y delicada; la b ú s q u e d a , en u n a palabra, d e t o d a clase
la rápida desintegración de la sana y recta moral, el crecimiento vi- de halagos sensuales, ante los cuales cierre sus ojos la v i r t u d ador-
goroso de las opiniones m á s h o r r e n d a s y el a u m e n t o ilimitado de las mecida. A l obrar así p r o c e d e n criminalmente, p e r o son consecuen-
estadísticas criminales. M u c h o s son los q u e deploran públicamente tes consigo m i s m o s todos los q u e s u p r i m e n la esperanza de los
estas consecuencias. Incluso n o son pocos los q u e , a u n contra su bienes eternos y la r e d u c e n a los bienes caducos, h u n d i é n d o l a en
voluntad, las reconocen obligados p o r la evidencia d e la verdad. la t i e r r a . — L o s h e c h o s referidos p u e d e n confirmar u n a realidad
[ 1 3 ] . Pero, además, c o m o la naturaleza h u m a n a q u e d ó m a n - fácil d e decir, p e r o difícil de creer. P o r q u e c o m o n o hay nadie tan
chada con la caída del p r i m e r pecado y, p o r esta m i s m a causa, más esclavo de las hábiles m a n i o b r a s d e los h o m b r e s astutos c o m o los
inclinada al vicio q u e a la virtud, es totalmente necesario para obrar individuos q u e tienen el á n i m o enervado y q u e b r a n t a d o p o r la
m o r a l m e n t e b i e n sujetar los m o v i m i e n t o s d e s o r d e n a d o s del espí- tiranía d e las pasiones, h u b o e n la masonería quienes dijeron y
ritu y someter los apetitos a la razón. Y p a r a q u e en este c o m b a t e propusieron p ú b l i c a m e n t e q u e hay q u e p r o c u r a r con u n a táctica
la razón vencedora conserve siempre su d o m i n i o se necesita m u y pensada sobresaturar a la m u l t i t u d con u n a licencia infinita en ma-
a m e n u d o el despego d e todas las cosas h u m a n a s y la aceptación teria de vicios; u n a vez conseguido este objetivo, la t e n d r í a n sujeta
de molestias y trabajos m u y grandes. P e r o los naturalistas y los a su arbitrio para acometer cualquier empresa.
masones, al n o creer las verdades reveladas p o r Dios, niegan el viribíis attenuatum et inclinatum putant. Quin immo exaggerantes naturae
virtutem et excellentiam, in eaque principium et normara iustitiae unice
mus hominum finís multo excelsicr rebus humanis extra haec mundana collocantes, ne cogitare quidem possunt, ad sedandos illius Ímpetus regen-
hospitia constitutus: hi fontes, haec principia sunt totius iustitiae et honesta - dosque appetitus assidua contentione et sumiría opus esse constantia. Ex
tis. Ea si tollantur, quod Naturaüstae idemque Massones solent, continuo quo videmus vulgo suppeditari hominibus ¡Ilécebras multas cupiditatum:
iusti et iniusti scientia ubi consistat, et quo se tueatur oninino non habebit. ephemerides commentariosque nulla nec temperantia nec verecundia: ludos
Et sane disciplina morum, quae Massonum familiae probatur unice, et qua scenicos ad licentiam insignes: argumenta artium ex iis, quas yocant verismi,
informari adolescentem aetatem contendunt oportere, ea est quam et civi- legibus proterve quaesita: excogítala subtilíter vitae artificia delicatae et
eam nominant et solutam ac liberam; scilicet in qua opinio milla sit religionis mollis: omnia denique conquisita voluptatum blandimenta, quibus sopita
inclusa. At vero quam inops illa sit, quam firmitatis expers, et ad omnem virtus conniveat. In quo flagitiose faciunt, sed sibi admodum constan*, qui
auram cupiditatum mobilis, satis ostenditur ex iis, qui partim iam apparent, expectationem tollunt bonorum caelestium, omnemque ad res mortales feli-
poenitendis fructibus. Ubi enim regnare illa liberius coepit, demota loco i-itatem abiiciunt et quasi demergunt in terram.—Quae autem commemo-
institutione christiana, ibi celeriter deperire probi integrique mores: opinio- rata sunt illud confirmare potest non tam re, quam dictu inopinatum. Cum
num tetra portenta convalescere: plenoque gradu audacia ascenderé male- enim hominibus versutis et callidis nemo fere soleat tam obnoxie serviré,
ficiorum. Quod quidem vulgo conqueruntur et deplorant: idemque non c |uam quorum est cupiditatum dominatu enervatus et fractus animus, reperti
pauci ex iis, qui minime velle»t, perspicua veritate compulsi, haud raro in secta Massonum sunt, qui edicerent a<» proponerent, consilio et arte eni-
testantur. tendum ut infinita vitiorum licentia exsaturetur multitudo: hoc enim f'a'cto,
Praeterea, quoiiiam est hominum natura prirni labe peccati inquinata, in potestate sibi et arbitrio ad quaelibet audenda facile futuram.
et ob hanc causam multo ad vitia quam ad virtutes propensior, hoc omninó 13
Concilio Tridentino, sess.6, De iustific. El texto conciliar dice así: tametsi in as
ad honestatem requiritur, cohibere motus anirni túrbidos et appetitus obe- f:.c. Iudaeis) liberum arbitrium minime extinctum esset, viribus Ucet attenuatum et inclmatum;
dientes faceré rationi. In quo certamine despicíentia saepissime adhibenda
est rerum humanarum, maximique exhauriendi labores ac molestiae, quo
suum semper teneat ratio victrix principatum. Verum Naturaüstae et Mas-
sones, nulla adhibita iis rebus fide, quas Deo auctore cognovimus, paren-
tem generis humani negant deliquisse: proptereaque liberum arbitrium nihil
172 U-.ÓN X I I I
Hl.'MANUM fflSVS 17:1

[Familia y educación ] guido que toda la educación de los jóvenes esté en m a n o s de los
laicos y q u e al formar los corazones infantiles nada se diga de los
[ 1 4 ] . P o r lo q u e toca a la sociedad doméstica, toda la d o c t r i n 3 grandes y sagrados deberes q u e u n e n al h o m b r e con Dios.
de los naturalistas se reduce a los capítulos siguientes: el matri-
m o n i o pertenece a la categoría jurídica de los contratos. P u e d e res- [Doctrina política ]
cindirse legalmente a voluntad de los contrayentes. L a autoridad
civil tiene p o d e r sobre el vínculo matrimonial. E n la educación de [ 1 5 ] . Vienen a continuación los principios de la ciencia poli-
los hijos n o hay q u e enseñarles cosa alguna como cierta y deter- tica. E n esta materia los naturalistas afirman q u e todos los h o m -
m i n a d a en materia de religión; q u e cada u n o al llegar a la a d o - bres son j u r í d i c a m e n t e iguales «y de la m i s m a condición en todos
lescencia escoja lo q u e quiera 1 4 . — L o s masones están d e a c u e r d o los aspectos de la vida. Q u e todos son libres p o r naturaleza. Q u e
con estos principios. N o solamente están de acuerdo, sino q u e se nadie tiene el d e r e c h o de m a n d a r a o t r o y q u e p r e t e n d e r q u e los
e m p e ñ a n , hace ya t i e m p o , p o r i n t r o d u c i r estos principios en la h o m b r e s obedezcan a u n a autoridad q u e n o proceda de ellos mismos
m o r a l de la vida diaria. E n m u c h a s naciones, incluso entre las es hacerles violencia. T o d o está, p u e s , en m a n o s del p u e b l o libre;
llamadas católicas, está sancionado legalmente q u e fuera del m a t r i - el p o d e r político existe p o r m a n d a t o o delegación del pueblo, pero
m o n i o civil n o haya u n i ó n legítima alguna. E n algunos Estados la d e tal forma q u e , si cambia la voluntad popular, es lícito destronar
ley p e r m i t e el divorcio. E n otros Estados se trabaja para lograr a los príncipes a u n p o r la fuerza. L a fuente de t o d o s los derechos y
cuanto antes la licitud del divorcio. D e esta m a n e r a se t i e n d e con obligaciones civiles está o en la m u l t i t u d o en el gobierno del E s -
paso rápido a cambiar la naturaleza del m a t r i m o n i o , convirtiéndolo tado, configurado por supuesto según los principios del derecho
en una u n i ó n inestable y pasajera, q u e la pasión haga o deshaga nuevo. E s necesario, además, q u e el E s t a d o sea ateo. N o hay razón
a su antojo.—La masonería tiene puesta t a m b i é n la m i r a d a con para a n t e p o n e r u n a religión a otra entre las varias q u e existen.
total unión d e voluntades en el m o n o p o l i o d e la educación de los T o d a s d e b e n ser consideradas p o r igual.
jóvenes. P i e n s a n q u e p u e d e n modelar fácilmente a su capricho esta
[ 1 6 ] . Q u e los masones a p r u e b a n igualmente estos principios
edad tierna y flexible y dirigirla hacia d o n d e ellos quieren y q u e
y q u e p r e t e n d e n constituir los Estados según este modelo son hechos
éste es el m e d i o m á s eficaz para formar en la sociedad u n a genera-
t a n conocidos que n o necesitan demostración. H a c e ya m u c h o
ción de ciudadanos como ellos imaginan. P o r esto, en materia de
t i e m p o q u e con todas sus fuerzas y medios p r e t e n d e n abiertamente
educación y enseñanza n o p e r m i t e n la m e n o r intervención y vigi-
esta nueva constitución del Estado. C o n lo cual están a b r i e n d o el
lancia de los ministros de la Iglesia, y en varios lugares han conse-
camino a otros grupos m á s audaces q u e se lanzan sin control a
pretensiones peores, pues p r o c u r a n la igualdad y propiedad c o m ú n
de todos los bienes, b o r r a n d o así del Estado toda diferencia de
Quod ad convictum attinet domesticum, his fere continetur omnis Na- clases y fortuna.
turalistaium disciplina. Matrimonium ad negotiorum contrahendorum per-
tinere genus: rescindí ad voluntatem eorum, qui contraxerint, iure posse: tium institutio: itemque ut in mores informandos nihil admisceatur de iis,
penes gubernatores reí civilis esse in maritale vinclum potestatem. In quae hominem iungunt Deo, permagnis sanctissimisque officiis.
educandis liberis nihil de religione praecipiatur ex certa destinataque sen-
tentia: integrum singulis esto, cum adoleverit aetas, quod maiuerint sequi.— Sequuntur civilis decreta prudentiae. Quo in genere statuunt Natura-
Atqui haec ipsa assentiuntur plañe Massones: ñeque assentiuntur solum, listae, homines eodem esse iure omnes, et aequa ac pari in omnes partes
sed iamdiu student in morem cpnsuetudinemque deducere. Multis iam in conditione: unumquemque esse natura liberum: imperandi alteri ius habere
regionibus, iisdemque catholici nominis, constitutum est ut, praeter coniunc- neminem: velle autem, ut homines cuiusquam auctoritati pareant, aliunde
tas ritu civili, iustae ne habeantur nuptiae: alibi divortia fieri, lege licet: quam ex ipsis quaesitae, id quidem esse vim inferre. Omnia igitur in libero
alibi, ut quamprimum liceat, datur opera. Ita ad illud festinat cursus, ut populo esse: imperium iussu vel concessu populi teneri, ita quidem, ut,
matrimonia in aliam naturam convertantur, hoc est in coniunctiones insta- mutata volúntate populari, principes de gradu deiici vel invites liceat. Fon-
biles et fluxas, quas libido conglutjnet, et eadem mutata dissolvat.—Summa tem omnium iurium officiorumque civiljum vel in multitudine inesse, vel
autem conspiratione voluntatum illuc etiam spectat secta Massonum, ut in potestate gubernante civitatem. eaque novissimis iníbrmata disciplinis.
institutionem ad se rapiat adolescentium. Mollem enim et flexibilem aetatem Praeterea atheam esse rempublicam oportere: in variis religionis formis
facüe se posse sentiunt arbitratu suo fingere, et, quo velint, torquere: eaque nullam esse causam, cur alia alii anteponatur: eodem omnes loco habendas.
re nihil esse opportunius ad sobolem civium, qualem ipsi meditantur, talem Haec autem ipsa Massonibus aeque placeré, et ad hanc similitudinem
reipublicae educendam. Quocirca in educatione doctrinaque puerili nullas atque exemplar velle eos constituere res publicas, plus est cognitum, quam
Ecclesiae ministris nec magisterii nec vigilantiae sinunt esse partes: pluri- ut demonstran oporteat. Iamdiu quippe ómnibus viribus atque opibus id
busque iam locis consecuti sunt, ut omnis sit penes viros laicos adolescen- aperte moliuntur: et hoc ipso expediunt viam audacioribus non paucis ad
peiora praecipitantibus, ut qui aequationem cogitant communionemque
14
Véase la encíclica Arcanum divinas. omnium bonorum, deleto ordinum et fortunarum in civitate discrimine.
174 LKÓN X11I MUMANUM GENUS 175

p e r d i e n d o su dignidad la mujer y q u e d a n d o incierta la conservación


[IV. E L MAL RADICAL DE I.A MASONERÍA]
y s u e r t e posterior d e la p r o l e 1 5 . — L a despreocupación pública total
[Dogmática depravada] de la religión y el desprecio d e Dios, como si n o existiese, e n la
constitución y administración del Estado, constituyen u n atrevi-
[17]. L a naturaleza y los métodos de la masonería q u e d a n m i e n t o inaudito a u n p a r a los m i s m o s paganos, en cuyo corazón
suficientemente aclarados con la sumaria exposición q u e acabamos y e n cuyo e n t e n d i m i e n t o estuvo t a n grabada n o sólo la creencia e n
de hacer. Sus d o g m a s fundamentales discrepan tanto y t a n clara- los dioses, sino la necesidad de u n culto público, q u e consideraban
m e n t e de la razón, q u e n o hay mayor depravación ideológica. m á s fácil encontrar u n a ciudad en el aire q u e u n E s t a d o sin D i o s .
Q u e r e r destruir la religión y la Iglesia, fundada y conservada per- E n realidad, la sociedad h u m a n a , a q u e n o s sentimos n a t u r a l m e n t e
p e t u a m e n t e p o r el m i s m o Dios, y resucitar, después de dieciocho si- inclinados, fué constituida por Dios, autor de la naturaleza; y d e Dios
glos, la moral y la doctrina del paganismo, es necedad insigne e procede, c o m o d e principio y fuente, t o d a la p e r e n n e a b u n d a n c i a
impiedad temeraria. N i es m e n o s horrible o intolerable el rechazo de los bienes i n n u m e r a b l e s q u e la sociedad disfruta. P o r tanto,
d e los beneficios q u e con t a n t a b o n d a d alcanzó Jesucristo, n o sólo así c o m o la m i s m a naturaleza enseña a cada h o m b r e en particular
para cada h o m b r e en particular, sino t a m b i é n para cuantos viven a r e n d i r piadosa y s a n t a m e n t e culto a Dios, p o r recibir de El la
unidos en la familia o en la sociedad civil; beneficios, p o r otra parte, vida y los bienes q u e la acompañan, de la m i s m a m a n e r a y p o r idén-
señaladísimos según el juicio y testimonio d e los m i s m o s enemigos. tica causa i n c u m b e este deber a los p u e b l o s y a los Estados. Y los
E n este insensato y abominable propósito parece revivir el impla- q u e q u i e r e n liberar al E s t a d o de t o d o deber religioso, p r o c e d e n
cable odio y sed de venganza en q u e Satanás a r d e contra Jesucristo.— n o sólo c o n t r a t o d o derecho, sino además con u n a a b s u r d a ignoran-
D e m a n e r a semejante, el s e g u n d o propósito de los masones, destruir cia.—Y c o m o los h o m b r e s nacen ordenados a la sociedad civil
los principios fundamentales del d e r e c h o y d e la m o r a l y prestar por voluntad d e D i o s , y el p o d e r d e la autoridad es u n vínculo t a n
ayuda a los q u e , i m i t a n d o a los animales, q u e r r í a n q u e fuese lícito necesario a la sociedad q u e sin aquél ésta se disuelve necesaria-
todo lo agradable, equivale a empujar al género h u m a n o ignomi- m e n t e , sigúese q u e el m i s m o q u e creó la sociedad creó t a m b i é n la
niosa y vergonzosamente a la m u e r t e . — A u m e n t a n este mal los autoridad. D e aquí se ve q u e , sea q u i e n sea el q u e tiene el poder,
peligros q u e amenazan a la sociedad doméstica y a la sociedad es m i n i s t r o de D i o s . Por lo cual, en t o d o c u a n t o exijan el ítn y n a -
civil. P o r q u e , como h e m o s expuesto en otras ocasiones, el consen- turaleza de la sociedad h u m a n a , es razonable obedecer al p o d e r legí-
timiento casi universal de los pueblos y de los siglos d e m u e s t r a t i m o c u a n d o m a n d a lo j u s t o como si se obedeciera a la a u t o r i d a d
q u e el matrimonio t i e n e u n algo sagrado y religioso; p e r o a d e m á s d e D i o s , q u e t o d o lo gobierna. Y n a d a h a y m á s contrario a la verdad
la ley divina prohibe su disolución. Si el m a t r i m o n i o se convierte
en una mera unión civil, si se p e r m i t e el divorcio, la consecuencia consequatur in familia necesse est turba et confusio, excidentibus de dig-
inevitable q u e se sigue en la familia es la discordia y la confusión, nitate feminis, incerta rerum suarum incolumitatisque sobóle.-—Curam vero
dé religione publice adhibere nullam, et in rebus civicís ordinandis, geren-
dis, Deum nihilo magis respicere, quam si omnino non esset, temeritas est et
Secta igitur Massonum quid sit, et quod iter affectet ex his quae summa-
ipsis ethnicis inaudita; quorum in animo sensuque erat sic penitus affixa
tim attigimus, satis elucet. Praecípua ipsorum dogmata tam valde a ratione
non solum opinio Deorum, sed religionis publicae necessitas, ut inveniri
ac tam manifestó discrepant, ut nihil possit esse perversius. Religionem et
urbem facílius sine solo, quam sine Deo posse arbitrarentur. Revera humani
Ecclesiam, quam Deus ipse condidit, idemque ad immortalitatem tuetnr.
generis societas, ad quam sumus natura facti, a Deo constituía est naturae
velle demoliri, moresque et instituta ethnicorum duodeviginti saeculorum
párente: ab eoque tamquam a principio et fonte tota vis et perennitas manat
intervallo revocare, insignis stultitiae est impietatisque audacissimae. Ñeque
innumerabilium, quibus illa abundat, bonorum. Igitur quemadmodum sin-
illud vel horribile minus, vel levius ferendum, quod beneficia repudientur
guli pie Deum sancteque colere ipsa naturae voce admonemur, propterea
per Iesum Chiristum benigne parta ñeque hominibus solum singuüs, sed
quod vitam et bona quae comitantur vitae a Deo accepimus, sic eamdem ob
vel familia ve! communitate civili consociatis; quae beneficia ipso habentur
causam populi et civitates. Jdcirco qui solutam omni religionis officio civi-
inimicorum iudicio testimonioque máxima. In huiusmodi volúntate vesana
lem communitatem volunt, perspicuum est non iniuste solum, sed etiam
et tetra recognosci propemodum videtur posse illud ipsum, quo Satanás in
indocte absurdeque faceré.—Quod vero nomines ad coniunctionem congre-
Iesum Christum ardet, inexpiabile odiu'm ulciscendique libido.—Similiter
gationemque civilem Dei volúntate nascuntur, et potestas imperandi vincu-
illud alterum, quod Massones vehementer conantur, recti atque honesti prae-
lum est civilis societatis tam necessarium ut, eo sublato, illam repente dis-
cipua fundamenta evertere, adiutoresque se praebere iis, qui more pecudum
rumpi necesse sit, consequens est ut imperandi auctoritatem idem gignat,
quodcumque libeat, idem licere vellent, nihil est aliud quam genus huma-
qui genuit societatem. Ex quo inteüigitur, imperium in quo sit, quicumque
num cum ignominia et dedecore ad interitum impeliere.—Augent vero ma-
is est, ministrum esse Dei. Quapropter, quatenus finis et natura societatis
lum ea, quae in societatem cum domesticam tum civilem intenduntur pericu-
humanae postulant, legitimae potestati iusta praecipienti aequum est parere
la. Quod enim alias exposuimus, inest in matrimonio sacrum et religiosum
perinde ac numini omnia moderantis Dei: illudque in primis a veritate ab-%
quiddam omniurn fere et gentium et aetatum consensu: divina autem lege
cautum esse, ne coriugia dirimí liceat. Ea si profana fiant, si distrahi liceat. 15
Gf. la nota anterior.
176 LEÓN XIII HUMANTJM GENUS 177
q u e suponer en m a n o s del p u e b l o el derecho de negar la obedien- guirse cambios y trastornos universales. Estos cambios y estos t r a s -
cia c u a n d o le a g r a d e . — D e la m i s m a manera nadie p o n e en d u d a tornos son los q u e b u s c a n de propósito, sin recato alguno, m u c h a s
la igualdad d e todos los h o m b r e s si se consideran su c o m ú n origen asociaciones comunistas y socialistas. L a masonería, q u e favorece
y naturaleza, el fin ú l t i m o a q u e todos están ordenados y los dere- en gran escala los intentos de estas asociaciones y coincide con
chos y obligaciones q u e de aquéllos espontáneamente derivan. Pero ellas en los principios fundamentales de su doctrina, n o p u e d e p r o -
c o m o n o p u e d e n ser iguales las cualidades personales d e los horn- clamarse ajena a los propósitos de aquéllas. Y, si de h e c h o n o lle-
. bres y son m u y diferentes u n o s de otros en los dotes naturales de gan d e m o d o inmediato y en todas partes a los mayores extremos,
cuerpo y de alma y son m u c h a s las diferencias de costumbres, vo- n o ha de atribuirse esta falta a sus doctrinas ni a su v o l u n t a d ,
luntades y t e m p e r a m e n t o s , nada hay más contrario a la razón que sino a la eficaz v i r t u d d e la inextinguible religión divina y al sector
pretender, abarcarlo y confundirlo todo en una m i s m a medida y sano de la h u m a n i d a d q u e , rechazando la s e r v i d u m b r e de las so-
llevar a las instituciones civiles una igualdad jurídica t a n absoluta. ciedades clandestinas, resiste con energía los locos intentos d e éstas.
Así como la perfecta disposición del cuerpo h u m a n o resulta de la
u n i ó n armoniosa de m i e m b r o s diversos, diferentes en forma y
[Ambiciones masónicas]
funciones, p e r o q u e vinculados y puestos en sus propios lugares
constituyen u n organismo h e r m o s o , vigoroso y apto para la acción, [19]. ¡Ojalá juzgasen todos del árbol p o r sus frutos y cono-
así t a m b i é n en la sociedad política las desemejanzas de los indivi- cieran la semilla radical de los males q u e nos o p r i m e n y d e los
duos q u e la forman son casi infinitas. Si todos fuesen iguales y cada peligros q u e nos a m e n a z a n ! T e n e m o s q u e enfrentarnos con u n
u n o se rigiera a su arbitrio, el aspecto de este E s t a d o sería h o r r o - enemigo astuto y doloso q u e , halagando los oídos de los pueblos
roso. Pero si, d e n t r o de los distintos grados de dignidad, aptitudes y de los gobernantes, se h a cautivado a los unos y a los otros con
y trabajo, t o d o s colaboran eficazmente al bien c o m ú n , reflejarán el cebo d e la adulación y de las suaves palabras.—Insinuándose en-
la imagen d e u n E s t a d o bien constituido y conforme a la natu- tre los g o b e r n a n t e s con el pretexto de la amistad, p r e t e n d i e r o n los
raleza. masones convertirlos en socios y auxiliares poderosos para opri-
[18]. L o s p e r t u r b a d o r e s errores q u e h e m o s e n u m e r a d o bas- m i r al catolicismo. Y para estimularlos con m a y o r eficacia, acusaron
a la Iglesia con la incalificable calumnia de q u e pretendía arrebatar,
t a n por sí solos para provocar en los Estados t e m o r e s m u y serios.
p o r envidia, a los príncipes el p o d e r y las prerrogativas reales.
P o r q u e , s u p r i m i d o el t e m o r de Dios y el respeto a las leyes divinas,.
Afianzados y envalentonados entre t a n t o con estas m a n i o b r a s , co-
, despreciada la autoridad de los gobernantes, permitida y legitimada
m e n z a r o n a ejercer u n influjo extraordinario en el gobierno d e
la fiebre de las revoluciones, desatadas hasta la licencia las pasio-
los Estados, p r e p a r á n d o s e , p o r otra parte, para sacudir los funda-
nes populares, sin otro freno q u e la pena, forzosamente h a n d e se-
m e n t o s d e las m o n a r q u í a s y perseguir, calumniar y destronar a los
horret, in populi esse volúntate positum obedientiam, cum libitum fuerit, reyes siempre q u e éstos procediesen en el gobierno de m o d o con-
abiieere.—Similiter, pares inter se homines esse universos, nemo dubitat, si
genus et natura communis, si finís ultimus unicuique ad assequendum pro- tio et eversio. Hanc immo commutationem eversionemque consulto meditan-
positus, si ea, quae inde sponte fluunt, iura et officia spectentur. At vero tur, idque prae se ferunt, plurimi Communistarum et Socialistarum consocíati
quia ingenia omnium paria esse non possunt, et alius ab alio distat vel animi greges: quorum coeptis alienam ne se dixerit secta Massonum, quae et con-
vel corporis viribus, plurimaeque sunt morum, voluntatis, naturarum dissi- siliis eorum admodum favet, et summa sententiarum capita cum ipsis habet
militudines, ideirco nib.il tam est repugnans rationi, quam una velle com- communia. Quod si nec continuo nec ubique ad extrema experiendo decur-
prehensione omnia complecti, et illam ómnibus partibus expletam aequabi- runt, non ipsorum est disciplinae, non voluntad tribuendum, sed virtuti
lita'tem ad vitae civilis instituta traducere. Quemadmodum perfectus cor- religionis divinae, quae extinguí non potest, itemque saniori hominum parti,
poris habitus ex diversorum existit iunctura et compositione membrorum, qui societatum clandestinarum recusantes servitutem, insanos earum cona-
quae forma usuque differunt, compacta tamen et suis distributa locis com- tus forti animo refutant.
plexionem efficiunt pulchram specie, firmam viribus, utilitate necessariam:
ita in república hominum quasi partium infinita propemodum est dissimi- Atque utinam omnes stirpem ex fructibus iudicarent, et rnalorum quae
litudo: qui si habeantur pares arbitriumque singuli suum sequantur, spe- premuní, periculorum quae impendent, semen et initium agnoscerent! Res
cies erit civitatis nulla defbrmior: si vero dignitatis, studiorum, artium di- est cum hoste fallaci et doloso, qui serviens auribus populorum et principum,
stinctis gradibus, apte ad commune bonum conspirent, bene constitutae utrosque mollibus sententiis et assentatione coepit.—Insinuando sese ad
civitatis imaginem referent congruentemque naturae. viros principes simulatione amicitiae, hoc spectarunt Massones, illos ípsos
habere ad opprimendum catholicum nomen socios et adiutores ponentes:
Ceterum ex iis, quos commemoravimus, turbulentis erroribus, maximae quibus quo maiores admoverent stimulos, pervicaci calumnia Ecclesiam
sunt civitatibus extimescendae formidines. Nam sublato Dei metu legumque criminad sunt de potestate iuribusque regiis cum principibus invidiose
divinarum verecundia, despecta principum auctoritate, permissa probata- contendere. His interim artibus quaesita securitate et audacia, plurimum
•que seditionum libídine, proiectis ad licentiam cupíditatibus popularibus, pollere in regendis civitatibus coeperunt, ceterum parati imperiorum fun-
nullo nisi poenarum freno, necessario secutura est rerum omnium commuta- damenta quatere, et insequi principes civitatis, insimulare, eiieere, quoties
178 LEÓN xtn
HUMANO! GENUS 17U
trario a los deseos d e la masonería.-—De m o d o semejante engañaron
a los p u e b l o s p o r m e d i o d e la adulación. Voceando a boca llena proporciona u n apoyo n o leve para obtenerle el respeto y la bene-
libertad y p r o s p e r i d a d pública y afirmando q u e p o r culpa de la volencia d e los ciudadanos. L a Iglesia, amiga d e la p a z y m a d r e
Iglesia y d e los monarcas n o había salido ya la m u l t i t u d d e su inicua de la concordia, abraza a todos c o n m a t e r n o cariño. O c u p a d a ú n i -
s e r v i d u m b r e y d e su miseria, sedujeron al p u e b l o y, despertando camente en a y u d a r ' a los h o m b r e s , enseña q u e hay q u e u n i r la
en éste la fiebre d e las revoluciones, le incitaron a combatir contra justicia con la clemencia, el p o d e r con la equidad, las leyes con
a m b a s potestades 1 6 . Sin e m b a r g o , la espera de estas ventajas t a n la m o d e r a c i ó n ; q u e n o debe ser violado el derecho d e n a d i e ; q u e
deseadas es h o y día todavía mayor q u e su realidad; p o r q u e la plebe, hay q u e trabajar positivamente p o r el o r d e n y la t r a n q u i l i d a d p ú -
m á s o p r i m i d a q u e antes, se ve forzada e n su mayor p a r t e a carecer blica; q u e hay q u e aliviar, e n la m e d i d a m á s amplia posible, p ú -
incluso d e los m i s m o s consuelos d e su miseria q u e h u b i e r a podido blica y p r i v a d a m e n t e la miseria d e los necesitados. «Pero la causa
hallar con facilidad y a b u n d a n c i a en u n a sociedad cristianamente de q u e p i e n s e n — p a r a servirnos d e las palabras d e A g u s t í n — o de
constituida. Y es q u e todos los q u e se rebelan contra el o r d e n esta- q u e p r e t e n d a n hacer creer q u e la doctrina cristiana n o es p r o v e -
blecido p o r la Providencia divina suelen encontrar el castigo de su chosa para el Estado, es q u e n o quieren u n E s t a d o apoyado sobre
soberbia t r o p e z a n d o con u n a suerte desoladora y miserable allí la solidez d e las virtudes, sino sobre la i m p u n i d a d de los vicios» 1 7 .
m i s m o d o n d e , temerarios, la esperaban, conforme a sus deseos, Según t o d o lo dicho, sería u n a insigne p r u e b a d e p r u d e n c i a polí-
próspera y a b u n d a n t e . tica y u n a m e d i d a necesaria para la seguridad pública q u e los g o -
b e r n a n t e s y los pueblos se u n i e r a n n o con la masonería p a r a d e s -
[20]. L a Iglesia, e n cambio, q u e m a n d a obedecer p r i m e r o y truir a la Iglesia, sino con la Iglesia para destrozar los ataques d e
por encima d e t o d o a Dios, soberano Señor d e la creación, n o p u e d e la masonería.
sin injuria y falsedad ser acusada n i c o m o enemiga del p o d e r p o -
lítico ni c o m o u s u r p a d o r a d e los derechos de los gobernantes.
[V. REMEDIOS]
Por el contrario, la Iglesia m a n d a d a r al p o d e r político, como criterio
y obligación d e conciencia, c u a n t o d e derecho se le debe. P o r otra [21 ] . P e r o sea lo q u e sea, ante u n m a l t a n grave y t a n exten-
parte, el q u e la Iglesia p o n g a e n Dios m i s m o el origen del p o d e r dido ya, es nuestra obligación, venerables h e r m a n o s , consagrarnos
p o l í t i c o ' a u m e n t a g r a n d e m e n t e la dignidad d e la autoridad civil y con toda el alma a buscar los remedios.—Y c o m o la mejor y m á s
firme esperanza d e r e m e d i o está situada e n la eficacia d e la reli-
faceré secus in gubernando viderentur, quam illi maluissent.—Haud absi- gión divina, t a n t o m á s odiada de los masones cuanto m á s t e m i d a
mili modo populos assentando ludificati sunt. Libertatem prosperitatemqu- por ellos, juzgamos q u e el remedio fundamental consiste en el
publicam pleno ore personantes, et per Ecclesiam Principesque summoe
empleo d e esta virtud t a n eficiente contra el c o m ú n enemigo. P o r
stetisse, quominus ex iniqua servitute et egestate multitudo eriperetuí, pos
pulo imposuerunt, cumque rerum novarum sollicitatum siti in oppugnatio- consiguiente, t o d o lo q u e los R o m a n o s Pontífices, nuestros antece-
nem utriusque potestatis incitaverunt. Nihilominus tamen speratarum com- sores, decretaron para i m p e d i r las iniciativas y los intentos de la
moditatum maior est expectatio, quam veritas: immo vero peius oppressa
plebs magnam partem iis ipsis carere cogitur miseriarum solatiis, quae, com- concordiae, materna omnes caritate complectitur; et iuvandis mortalibus
positis ad christiana instítuta rebus, facile et abunde reperire potuisset. Sed unice intenta, iustitiam oportere docet cum clementia, imperium cura aequi-
quotquot contra ordinem nituntur divina providentia constitutum, has daré tate, leges cum moderatione coniungere: nullius ius violandum, ordini tran-
solent superbiae poenas, ut ibi afflictam et miseram offendant fortunam, quillitatique publicae serviendum, inopiam miserorum, quam máxime fien
unde prosperam et ad vota fluentem temeré expectavissent. potest, privatim et publice subleyandam. Sed propterea puiant, ut verba
Ecclesfa vero, quod homines obedire praecipue et máxime iubet summo usurpemus Augustini, vé. putari volunl, christianam doctrinam utilitati non
omnium principi Deo, iniuria et falso putaretur aut civili invidere potestati, convertiré reipublicae, quia nolunt stare renipublicam firmiiate virtutum, sed
aut sibi quicquam de iure principum arrogare. Immo quod civili potestati impunitate vitiorum. Quibus cognitis, hoc esset civili prudentiae admodum
aequum est reddere, id plañe iudicio conscientiaque officii decernit esse congruens, et incolumitati communi necessarium, principes et populos non
cum Massonibus ad labefactandam Ecclesiam, sed cum Ecclesia ad frangen-
reddendum. Quod vero ab ipso Deo ius arcessit imperandi, magna est ad
dos Massonum Ímpetus conspirare.
civilem auctoritatem dignitatis accessio, et observantíae benevolentiaeque
civium colligendae adiumentum non exiguum. Eadem árnica pacis, altrix
Utcumque erit, in hoc tam gravi ac nimis iam pervagato malo Nostra-
16 rum est partium, Venerabiles Fratres, applicare animum ad quaerenda re-
En el congreso masónico internacional de 1900 se reafirmó como uno de los objetivos
fundamentales de la masoneria «la conquista de todos los poderes públicos y polilicos de media.—Quia vero spem remedii optimam et firmissimam intelligimus esse
Europa»y del mundo y la conquista del poder social, que lograría,finalmente,la emancipa- in virtute sitam religionis divinae, quam tanto peius Massones oderunt,
ción universal» (cf. ALBERT VIGNEAU y VIVIENNE ORLAND, Franc-Ma^onnerie et Fiont po~
pulaire, París 1936). Esta emancipación debería discurrir, según el programa masónico, por quanto magis pertimescunt, ideo caput esse censemus saluberrimam istam
dos cauces: la disolución total de la «cristiandad sagrada» y la creación consiguiente de una adversus communem hostem advocatam adhibere virtutem. Itaque quae-
«cristiandad profana» de carácter liberal naturalista, y la sustitución del «internacionaliímo cumque romani Pontífices Decessores Nostri decreverunt inceptis et cona-
religioso» por un «internacionalismo político masónico» (cf. GEORGES WEIIX, L'éveil des
nationalités et le mnuvement liberal, apud Peuples et Civilizations t.15 p.24-26, París 1030). " SAN AGUSTÍN, Epist. 137 ad Volusianum 5,20: PL 33,525.
ICO LLÓ-\ X l l i HL'MANUM fiE.N'US '•181

masonería, t o d o lo q u e sancionaron p a r a alejar a los h o m b r e s de sea engañado por u n a moralidad fingida. P u e d e n , en efecto, p e n s a r
estas sociedades o liberarlos de ellas, todas y cada u n a de estas algunos q u e nada p i d e n los masones abiertamente contrario a la
disposiciones d a m o s p o r ratificadas y las confirmamos con nues- religión y a la sana m o r a l . Sin e m b a r g o , c o m o t o d a la r a z ó n de
tra autoridad apostólica. Y, confiados en la b u e n a voluntad de los ser de la masonería se .basa en el vicio y en la m a l d a d , la conse-
cristianos, rogamos y suplicamos a cada u n o de ellos en particular cuencia necesaria es la ilicitud de t o d a u n i ó n con los masones y
por su eterna salvación q u e t e n g a n como u n d e b e r sagrado d e con- de toda ayuda prestada a éstos de cualquier m o d o .
ciencia el n o apartarse u n p u n t o de lo q u e en esta materia ordena
la Sede Apostólica. [Esmerada instrucción religiosa]
[23 ]. E s necesario, en s e g u n d o lugar, inducir por m e d i o de
[Desenmascarar a la masonería]
tina frecuente predicación a las m u c h e d u m b r e s para q u e se i n s t r u -
[ 2 2 ] . A vosotros, venerables h e r m a n o s , os p e d i m o s y rogamos yan con t o d o e s m e r o en materia religiosa. A este fin r e c o m e n d a m o s
con la mayor insistencia q u e , u n i e n d o vuestros esfuerzos a los m u c h o q u e en los escritos y en los sermones se expliquen o p o r t u -
nuestros, procuréis con ahinco extirpar este i n m u n d o contagio q u e n a m e n t e los principios fundamentales de la filosofía cristiana. El
va p e n e t r a n d o en todas las venas d e la sociedad. Debéis defender objetivo de estas exposiciones es sanar los e n t e n d i m i e n t o s por
la gloria de Dios y la salvación de los prójimos. Si miráis a estos medio de la instrucción y fortalecerlos contra las múltiples formas
fines en el combate, n o ha de faltaros el valor ni la fortaleza. Vuestra del error y las variadas sugestiones del vicio, contenidas especial-
p r u d e n c i a os dictará el m o d o y los medios mejores d e vencer los m e n t e en el libertinaje actual de la literatura y en el ansia insaciable
obstáculos y las dificultades q u e se levantarán.—Pero c o m o es d e a p r e n d e r . — G r a n obra, sin d u d a . P e r o en ella, será vuestro pri-
propio de la autoridad de n u e s t r o ministerio q u e N o s i n d i q u e m o s mer auxiliar y colaborador el clero si lográis con vuestros esfuerzos
algunos medios m á s adecuados para la labor referida, q u e d e bien q u e salga bien formado en costumbres y bien e q u i p a d o de ciencia.
claro q u e lo p r i m e r o q u e debéis p r o c u r a r es arrancar a los m a - P e r o u n a e m p r e s a t a n santa e i m p o r t a n t e exige t a m b i é n la coope-
sones su máscara, para q u e sea conocido d e todos su v e r d a d e r o ración auxiliar de los seglares, q u e u n a n el a m o r de la religión y
r o s t r o ; y q u e los p u e b l o s a p r e n d a n p o r m e d i o de vuestros sermones de la patria con la v i r t u d y el saber. U n i d a s las fuerzas del clero
y pastorales, escritas con este fin, las arteras maniobras de estas y del laicado, trabajad, venerables h e r m a n o s , para q u e t o d o s los
sociedades e n el halago y en la seducción, la m a l d a d de sus teorías h o m b r e s conozcan y a m e n como se d e b e a la Iglesia. C u a n t o
y la inmoralidad de su acción. Q u e nadie q u e estime en lo q u e mayores sean este conocimiento y este amor, t a n t o mayores serán
debe su profesión de católico y su salvación personal, juzgue serle la h u i d a y el rechazo de las sociedades s e c r e t a s . — A p r o v e c h a n d o
lícito p o r n i n g u n a causa inscribirse en la masonería, prohibición justificadamente esta oportunidad, renovamos ahora n u e s t r o e n -
confirmada repetidas veces p o r nuestros antecesores. Q u e nadie fessio et salus sua tanti apud eran sit, quanti esse debet. Ne quem honestas
assimulata decipiat: potest enim quibusdam videri, nihil postulare Mas-
tibus sectae Massonum impediendis: quaecumque aut deterrendi ab eius- sones, quod aperte sit religionis morumve sanctitati contrarium: verum-
modi societatibus aut revocandi causa sanxerunt, omnia Nos et singula tamen quia sectae ipsius tota in vitio flagitioque est et ratio et causa, con-
rata habemus atque auctoritate Nostra Apostólica confirmamus. In quo gregare se cum eis, eosve quoquo modo iuvare, rectum est non licere. •
quidem plurimum volúntate christianorum confisi, per salutem singulos
suam precamur quaesumusque, ut religioni habeant vel mínimum ab iis Deinde assiduitate dicendi hortandique pertrahere multitudinem oportet
discedere, quae hac de re Sedes Apostólica praeceperit. ad praecepta religionis diligenter addiscenda: cuius rei gratia valde suade-
mus, ut scriptis et concionibus tempestivis elementa rerum sanctissimarum
Vos autem, Venerabiles Fiatres, rogamus, flagitamus, ut collata No- explanentur, quibus christiana philosophia continetur. Quod illuc pertinet,
biscum opera, extirpare impuram hanc luem quae serpit per omnes reipu- ut mentes hominum eruditione sanentur et contra multíplices errorum for-
blicae venas, enixe studeatis. Tuenda Vobis est gloria Dei, salus proximo- mas et varia invitamenta vitiorum muniantur in hac praesertim et scribendi
rum: quibus rebus in dimicando propositis, non animus Vos, non fortitudo licentia et inexhausta aviditate discendi.—Magnum sane opus: in quo ta-
deficiet. Erit prudentiae vestrae iudicare, quibus potissimum rationibus ea, men particeps et socius laborum vestrorum praecipue futurus est Clerus,
quae obstabunt et impedient, eluctanda videantur.—Sed quoniam pro aucto- si fuerit, Vobis adnitentibus, a disciplina vitae, a scientia litterarum probé
ritate officii Nostri par est probabilem aliquam rei gerendae rationem Nos- instructus. Verum tam honesta causa tamque gravis advocatam desiderat
metipsos demonstrare, sic statuite, primum omnium reddendam Massoni- industriam virorum laicorum, qui religionis et patriae caritatem cum pro-
bus esse suam, dempta persona, faciem: populosque sermone et datís etiam bitate doctrinaque coniungant. Consociatis utriusque ordinis viribus, date
in id Litteris episcopalibus edocendos, quae sint societatum eius generis in operam, Venerabiles Fratres, ut Ecclesiam penitus et cognoscant nomines
blandiendo alliciendoque artificia, et in opinionibus pravitas, et in actioni- et caram habeant: eius enim quanto cognitio fuerit amorque maior, tanto
bus turpitudo. Quod pluries Decessores Nostri confirmarunt, nomen sectae futurum maius est societatum clandestinarum fastidium et fuga.—Quocirca
Massonum daré nemo sibi quapiam de causa licere putet, si catholica pro- non sine causa idoneam hanc occasionem nacti, renovamus illud quod alias
182' LEÓN X I I I HUMANUM GENtJS I
cargo, ya repetido otras veces, de propagar y fomentar con toda
j a n t e . — N o s referimos a los gremios de trabajadores, creados para
diligencia la O r d e n T e r c e r a de San Francisco, cuyas reglas con
defensa conjunta, al a m p a r o d e la religión, de sus propios intereses
p r u d e n t e moderación h e m o s a p r o b a d o hace p o c o 1 8 . El ú n i c o fin
y de las b u e n a s costumbres. Si nuestros mayores con el uso y ex-
que le dio su autor, es atraer a los h o m b r e s a la imitación d e Jesu-
periencia de u n largo espacio de t i e m p o c o m p r o b a r o n la utilidad
cristo, al amor de su Iglesia, al ejercicio de todas las virtudes cris-
tianas. G r a n d e , p o r consiguiente, es su eficacia para i m p e d i r el de estas asociaciones, tal vez la e x p e r i m e n t a r e m o s mejor nosotros
contagio de estas malvadas sociedades. A u m é n t e s e , p u e s , cada vez por su especial eficacia p a r a burlar el p o d e r de las sectas. L o s que
más esta santa asociación, de la«;cual p o d e m o s esperar m u c h o s soportan la escasez con el trabajo de sus m a n o s son en p r i m e r tér-
frutos, y especialmente el insigne fruto de q u e vuelvan los corazo- m i n o los m á s dignos de caridad y de consuelo^ p e r o a d e m á s son
nes a la libertad, fraternidad e igualdad jurídicas, no c o m o absur- los q u e están m á s expuestos a las seducciones de los malvados, q u e
d a m e n t e las conciben los masones, sino c o m o las alcanzó Jesucristo t o d o lo i n v a d e n con sus fraudes y engaños. P o r lo cual hay que
para el género h u m a n o y las siguió San Francisco. U n a libertad ayudarles con la mayor benignidad posible y hay q u e reunirlos
propia de los hijos de Dios, p o r la cual nos veamos libres de la ser- en asociaciones honestas, para q u e n o los arrastren las asociacio-
v i d u m b r e de Satanás y d e la perversa tiranía d e las pasiones; una nes infames. P o r esta razón N o s deseamos g r a n d e m e n t e ver resta-
fraternidad cuyo origen resida en Dios, Criador y P a d r e c o m ú n de blecidas estas corporaciones en todas partes, para salvación del
t o d o s ; una igualdad q u e , basada en los fundamentos de la justicia pueblo, de a c u e r d o con las necesidades d e los tiempos, bajo los
y de la caridad, n o b o r r e todas las diferencias entre los h o m b r e s , .auspicios y patrocinio del episcopado. Y n o es p e q u e ñ o nuestro
sino q u e con la variedad de condiciones, deberes e inclinaciones gozo al ver c o m o vemos su actual restablecimiento e n m u c h o s
forme aquel admirable y armonioso conjunto q u e es propio n a t u - lugares, así como t a m b i é n la fundación d e asociaciones patronales.
ralmente de toda vida civil digna y útilmente constituida. El fin c o m ú n d e estas dos clases de instituciones es ayudar a la
virtuosa clase proletaria, socorrer y defender a sus hijos y a sus
familias, f o m e n t a n d o en ellas, con la integridad de las buenas cos-
[Asociaciones obreras y patronales] t u m b r e s , el cultivo de la piedad y de la instrucción religiosa.—Y en
[24]. Existe, en tercer lugar, una institución, sabiamente es- este p u n t o n o q u e r e m o s pasar en silencio las Conferencias de San
tablecida p o r nuestros mayores e i n t e r r u m p i d a d u r a n t e algún tiem- Vicente d e Paúl, t a n b e n e m é r i t a d e las clases p o b r e s y t a n insigne
po, que p u e d e valer ahora como forma ejemplar para algo seme- por su ejemplo y acción. Sus obras y sus fines son conocidos p o r
todos. Se dedica por entero al auxilio creciente de los menestero-
sos y d e los q u e sufren, a c t u a n d o con admirable sagacidad y m o -
exposuimus, Ordinem Tertium Franciscalium, cuius paulo ante temperavi-
mus prudenti lenitate disciplinam, perquam studiose propagare tuerique destia. A l q u e r e r pasar desapercibida, su eficacia es t a n t o mayor
oportere. Eius enim, ut est ab auctore suo constitutos, haec tota est ratio, para ejercer la caridad cristiana y t a n t o m á s idónea para remedio
vocare nomines ad imitationern lesu Christi, ad amorem Ecclesiae, ad omnia ele las miserias.
virtutura christianarum officia: proptereaque multum posse debet ad socie-
tatum nequissimarum supprimendam contagionem. Novetur ¡taque quo- intelligimus, rebus simul et moribus, duce religione, tutandis. Quorum col-
tidiariis incrementis isthaec sancta sodalitas, unde cum multi expectari pos- legiorum utilitatem si maiores nostri diuturni temporis usu et periclitatione
sunt fructus, tum ille egregius, ut traducantur animi ad libertatem, ad fra- senserunt, sentiet fortasse magis aetas nostra, propterea quod singularem
ternitatem, ad aequalitatem inris: non qualia Massones absurde cogitant, habent ad elidendas sectarum vires opportunitatem. Qui mercede manuum
sed qualia et Iesus Christus humano generi comparavit et Franciscus secu- inopiam tolerant, praeterquam quod ipsa eorum conditione uni ex ómnibus
tus est. Libertatem dicimus/iíiorum Dei, per quam nec Satanae, nec cupidi- sunt caritate solatioque dignissimi, máxime praeterea patent illecebris gias-
tatibus, improbissimís dominis, serviamus: fraternitatem, cuius in Deo santium per fraudes et dolos. Quare iuvandi sunt maiore qua potest benigni-
commurü omnium procreatore et párente consistat origo: aequalitatem quae tate, et invitandi ad societates honestas, ne pertrahantur ad turpes. Huius rei
iustitiac caritatisque constituta fundamentis, non omnia tollat inter homi- causa collegia illa magnopere vellemus auspiciis patrocinioque Episcopo-
nes discrimina, sed ex vitae, officiorum, studiorumque varietate mirum illum rum convenienter temporibus ad salutem plebis passim restituta. Nec me^
consensum efficiat et quasi concentum, qui natura ad utilitatem pertinét diocriter Nos delectat, quod pluribus iam locis sodalitates eiusmodi, itern-
dignitatemque civilem. que ooetus patronorum constituti sint: quibus propositum utrisque est h o -
nestam proletariorum classem iuvare, eorum liberos, familias, praesidio e t
Tertio loco una quaedam res est, a maioribus sapienter instituta, eadem- custodia tegere, in eisque pietatis studia, religionis doctrinam, cum integri-
que tempoium cursu intermissa, quae tamquam exemplar et forma ad si- tate morum tueri.-—In quo genere silere hoc loco noíumus illam spectaculo
mile aliquid valere in praesentia potest.—Scholas seu collegia opificum exemploque insignem, de populo inferioris ordinis tam praeclare meritam
1 8 Se refiere León XIII en este pasaje a la encíclica Auspicato concessum, de 17 de septiem- societatem, quae a Vincentio patre nominatur. Cognitum est quid agat,
bre de 1882, en la que el Papa presenta la Orden Tercera de San Francisco como una res- quid velit: scilicet tota in hoc est, ut egentibus et calamitosis suppetias e a t
puesta cristiana.a los problemas sociales déla época moderna. Véase también la constitución ultro, idque sagacitate modestiaque mirabili: quae quo minus videri v u l t ,
Misericers Dei Filius, de 23 de junio de 1883.
eo est ad caritatem christianam melior, ad miseriarum levamen opportunior.
IS'l HUMANUM r.EKUS
LEÓN X I I I

audaz, de t o d a ciase d e obras pésimas. T a n fiero asalto exige una


[Educación de la juventud] defensa igual: es necesaria la u n i ó n d e t o d o s los b u e n o s en una
[25 ]. E n cuarto lugar, para obtener m á s fácilmente lo q u e amplísima coalición d e acción y d e oraciones. L e s p e d i m o s , pues,
queremos, e n c o m e n d a m o s con el mayor encarecimiento a vuestra por u n lado, q u e , estrechando las filas, firmes y de a c u e r d o resistan
fe y a vuestros desvelos la j u v e n t u d , q u e es la esperanza de la so- los í m p e t u s cada día más violentos de los sectarios; y, p o r o t r o lado,
ciedad h u m a n a . — C o n s a g r a d a su educación la p a r t e m á s princi- q u e levanten a Dios las m a n o s y le s u p l i q u e n con grandes gemidos
pal d e vuestra atención, y, p o r m u c h o q u e hagáis, n u n c a penséis para alcanzar q u e florezca con n u e v o vigor el cristianismo, que
haber h e c h o lo bastante para preservar a la adolescencia d e las goce la Iglesia d e la- necesaria libertad, q u e vuelvan al b u e n camino
escuelas y maestros q u e p u e d a n inculcarle el aliento m a l s a n o de los descarriados, q u e cedan p o r fin los errores a la v e r d a d y los
las sectas. E x h o r t a d a los padres, a ios directores espirituales, a vicios a la v i r t u d . — T o m e m o s c o m o auxiliadora y m e d i a d o r a a la
los párrocos para q u e insistan, al enseñar la doctrina cristiana, en avisar Virgen M a r í a , M a d r e de D i o s . Ella, q u e venció a Satanás desde
o p o r t u n a m e n t e a sus hijos y a l u m n o s de la perversidad de estas el m o m e n t o de s u concepción, despliegue su p o d e r contra todas
sociedades, y q u e a p r e n d a n p r o n t o a precaverse de las fraudulen- las sectas impías, en q u e se ven revivir claramente la soberbia con-
tas y variadas artimañas q u e suelen emplear sus propagadores t u m a z , la i n d ó m i t a perfidia y los astutos engaños del d e m o n i o . —
para e n r e d a r a los h o m b r e s . N o harían mal los q u e p r e p a r a n a P o n g a m o s p o r intercesores al Príncipe de los Angeles, San M i g u e l ,
los niños para recibir la p r i m e r a c o m u n i ó n si les aconsejan q u e vencedor d e los enemigos infernales; a San José, esposo de la
h a g a n el firme propósito de n o ligarse n u n c a con sociedad alguna Virgen Santísima, celestial p a t r o n o d e la Iglesia católica; a los
sin decirlo antes a sus padres o sin consultarlo p r e v i a m e n t e con su grandes apóstoles San P e d r o y San Pablo, sembradores e invictos
confesor o con su párroco. defensores de la fe cristiana. Bajo su patrocinio y con la oración
perseverante d e todos, confiamos q u e D i o s socorrerá o p o r t u n a y
[26]. P e r o sabemos m u y bien q u e todos nuestros c o m u n e s b e n i g n a m e n t e al género h u m a n o , expuesto a tantos peligros.
esfuerzos serán insuficientes para arrancar estas perniciosas semi-
Y c o m o testimonio de los dones celestiales y de nuestra b e n e -
llas del c a m p o del Señor si desde el cielo el d u e ñ o de la viña n o
volencia, con el mayor a m o r os d a m o s in Domino la bendición a p o s -
secunda b e n i g n a m e n t e nuestros esfuerzos.—Es necesario, p o r tanto,
tólica a vosotros, venerables h e r m a n o s , al clero y al p u e b l o t o d o
implorar con v e h e m e n t e deseo u n auxilio t a n poderoso d e D i o s
confiado a vuestro c u i d a d o . — D a d o e n Roma, j u n t o a San P e d r o ,
q u e sea a d e c u a d o a la extrema necesidad d e las circunstancias y
el 20 de abril d e 1884, a ñ o séptimo de nuestro pontificado.
a la grandeza del peligro. Levántase insolente, y como regociján-
dose ya de sus triunfos, la masonería. Parece c o m o si n o pusiera ciae factura modum. Asseclae eius universi nefario quodam foedere et
ya límites a su obstinación. Sus secuaces, u n i d o s todos con u n i m p í o occulta consiliorum communitate iuncti operam sibi mutuam tribuunt, et
consorcio y p o r u n a oculta c o m u n i d a d de propósitos, se a y u d a n alteri alteros ad rerum malarum excitant audaciam. Oppugnatio tam vehe-
m u t u a m e n t e y se excitan los unos a los otros para la realización mens propugnationem postulat parem: nimirum boni omnes amplissimam
quamdam coeant opus est et agendi societatem et precandi. Ab eis itaque
Quarto loco, quo facilius id quod volumus assequamur, fidei vigiliaeque petimus, ut concordibus animis contra progredientem sectarum vim con-
vestrae maiorem in modum commendamus iuventutem, ut quae spes est ferti immotique consistant: iidemque multum gemestes tendant Deo manus
societatis humanae.—Partem curarum vestrarum in eius institutione ma- supplices, ab eoque contendant, ut christianum floreat vigeatque nomen:
ximam ponite: nec providentiam putetis ullam fore tantam, quin sit adhi- necessaria libértate Ecclesia potiatur: redeant ad sanitatem devii: errores
benda maior, ut iis adolescens aetas prohibeatur et scholis et magistris, veritati, vitia virtuti aliquando concedant.—Adiutricem et interpreten! adhi-
unde pestilens sectarum afflatus metuatur. Parentes, magistri pietatis, Cu- beamus MARIAM Virginem matrem Dei, ut quae a conceptu ipso Satanam
riones ínter christianae doctrinae praeceptiones insistant. Vobis auctoribus, vicit, eadem se impertiat improbarum sectarum potentem, in quibus per-
opportune commonere liberos et alumnos de eiusmodi societatum flagitiosa spicuúm est contumaces illos mali daemonis spiritus cum indómita per-
natura, et ut mature cavere discant artes fraudulentas et varias, quas earum fidia et simulatioñe reviviscere.—Obtestemur principem Angelorum cae-
propagatores usurpare ad illaqueandos nomines consueverunt. Immo qui lestium, depulsorem hostium infernorum, MICHAELEM: item IOSEPHUM Vir-
adolescentulos ad sacra percipienda rite erudiunt, non inepte fecerint, si ginis sanctissimae sponsum, Ecclesiae catholicae patronum caelestem salu-
adducant singulos ut statuant ac recipiant, inscientibus parentibus, aut non tarem: PETRUM et PAULUM Apostólos magnos, fidei christianae satores et.
auctore vel Curione vel conscientiae iudice, nulla se unquam societate vindices invictos. Horum patrocinio et communium perseverantia precum
obligaturos. futurum confidimus, ut coniecto in tot discrimina heminum generi opportu-
ne Deus benigneque succurrat.
Verum probé intelligimus, communes labores nostros evellendis his agro
Dominico perníciosis seminibus haudquaquam pares futuros, nisi caelestis Caelestium vero munerum et benevolentiae Nostrae testem Vobis, V e -
dominus vineae ad id quod intendimus benigne adiuverit.—Igitur eius opem nerabiles Fratres, Clero populoque universo vigilaatiae vestrae commisso
auxiliumque implorare necesse est studio vehementi ac sollicito, quale Apostolicam Benedictionem peramanter in Domino impertimus.—Datum
et quantum vis periculi et magnitudo necessitatis requirunt. Effert se inso- Romae apud S. Petrum die xx Aprilis an. MDCCCLKXIV, Pontificatus Nos»
lenter, successu gestiens, secta Massonum, nec ullurri iam videtur pertina- tri a.nno séptimo,
IMMoKt.YU: b u l

IMMORTALE DEI res ciudadanos por razón de conciencia. Deberes que son objeto de un
estudio especial en la encíclica Sapientiae christianae.
£ ! estudio de la I m m o r t a l e D e i debe ser complementado con otros
La constitución cristiana del Estado documentos pontificios, especialmente la encíclica de Pío XII S u m m i
Pontificatus (1939,) y el radiomensaje sobre la democracia pronunciado
en la Navidad, de 1944. Véanse ambos documentos en la sección co-
rrespondiente.

BIBLIOGRAFÍA
O. SCHUXING, Die Staats-und Soziallehre des Papstes Leo Xlll p.48ss,—
J. SCHMIDLIN, Papstgeschicte der neuesten Zeü t.2 p.375.—G. CASTEIXA, Histoire
des Papes t.3 p.235 (Zurich 1945).—H. A. ROMMEN, The State in catholic Thought
parte 3." c.22-27 p.507ss (St. Louis [USA] 1950).—MONS. A. HERRERA ORIA,
La encíclica I m m o r t a l e D e i es un auténtico tratado, reducido en La Palabra de Cristo t.8 p.755ss y 793ss.—S. AZPIAZU, El Estado católico p.41ss
dimensiones, pero denso de contenido y fecundo en consecuencias. Debe (Madrid 1939).
ser considerada como la segunda pieza básica del C o r p u s politicum
leonianum. En ella el desarrollo de la doctrina está escalonado en virtud SUMARIO
de las estrictas exigencias lógicas de los principios, sin matizaciones
impuestas por tal o cual situación de hecho, por este o aquel aconteci- I. Una reiterada acusación pretende negar el benéfico influjo de la Iglesia
miento concreto. en la vida pública. Hoy el derecho nuevo se empeña en organizar la
política al margen de la doctrina católica. Sin embargo, no se ha
El punto de partida de la encíclica es la tesis central de la D i u t u r - logrado superar e] sistema político inspirado en la filosofía cristiana.
n u m illud. La I m m o r t a l e D e i viene a ser como el desenvolvimiento de
II. El objeto de esta encíclica es comparar las modernas teorías políticas
las virtualidades implícitas en la tesis del origen divino de la sociedad
con la concepción cristiana del Estado.
y de la autoridad políticas. El desarrollo del tema está concebido dia-
III. L a concepción cristiana del Estado.
lécticamente como un enfrentamiento crítico de dos concepciones: la
El hombre está ordenado a vivir en comunidad política. La autori-
afirmación de la constitución cristiana del Estado frente a la constitu- dad es necesaria en el Estado. Proviene de Dios. No está vinculada
ción estatal propugnada por el «derecho nuevo». La afirmación esencial necesariamente a una forma determinada de gobierno. Su razón legi-
de la I m m o r t a l e D e i es la superioridad teórica y práctica del orden timadora es el bien común. Hay que obedecer a la autoridad civil.
politico cristiano sobre el orden político «nuevo». Su finalidad, dar a la La rebelión es pecado.
vida política un fundamento más estable que el que le proporcionaba el El Estado está obligado a dar culto a Dios en la forma que Dios
sistema liberal. La fórmula concreta de esta finalidad es el robusteci- ha establecido. Esta es una grave obligación que los gobernantes deben
miento del principio de autoridad, conjugado con el principio de libertad a Dios y a los ciudadanos. Pero el cuito que Dios ha establecido es el
culto de la Iglesia católica. La Iglesia es una sociedad sobrenatural,
legítima de los pueblos. completa en sí misma y jurídicamente perfecta. No es inferior al
Las proposiciones fundamentales de la constitución cristiana del Estado. Su misión es gobernar libremente las almas dirigiéndola
Estado desarrolladas en la I m m o r t a l e D e i son las siguientes: la autori- hacia la vida eterna. La Iglesia ha reivindicado siempre estos poderes.
dad política no está vinculada exclusivamente a una forma determinada Existen, por tanto, dos autoridades, la eclesiástica y la civil; dos
de gobierno. Principio que se desarrolla posteriormente en las encíclicas sociedades, la Iglesia y el Estado, especificados por sus fines. Cada
A u milieu y Graves d e c o m m u n i . Existen dos sociedades perfectas, una tiene su esfera de competencia propia. Pero como el sujeto pasivo
dos poderes, la Iglesia y el Estado, soberanos en su esfera y especificados de ambas potestades es el hombre y hay cuestiones que pertenecen,
bajo diferentes aspectos, a la competencia de una y otra, Dios ha dis-
por su respectiva naturaleza y fin propio. Tesis reiterada en la encíclica puesto que vivan y actúen con plena armonía. Es necesario, por tanto,
Praeclara gratulationis. Es obligación del Estado y de los gobernantes entre ambas una relación unitiva, cuya medida y esencia están deter-
dar culto público a Dios en la forma que Dios ha establecido, que es minadas por la naturaleza y los fines propios de la Iglesia y del Estado.
la forma del culto cristiano. Licitud del principio de la tolerancia Todo lo sagrado pertenece a la Iglesia. Todo lo temporal es d e la
por exigencias del bien común en determinadas circunstancias, y consi- competencia del Estado.
guiente legitimidad de la distinción entre la tesis y la hipótesis. Este Esta concepción cristiana del Estado presenta extraodinarias ven-
principio de la tolerancia lícita recibe nuevo y más amplio tratamiento tajas. Quedan asegurados la dignidad del gobernante, los derechos
en la encíclica L i b e r t a s praestantissimum. El católico debe intervenir de los gobernados, la santidad de la familia, la justicia en la legislación,
en la política, salvo en ciertos casos excepcionales. El abstencionismo la seguridad en la obediencia. Mientras el sacerdocio y el imperio
vivieron unidos, el Estado produjo bienes innumerables. Europa es
político es ilícito, El católico está obligado al cumplimiento de sus dehe- deudora a la Iglesia de todas las grandes empresas de su historia. Si no
ISíí LKÓN X I I I
1MMOKTALE DEÍ 1 .".:i
se hubiera roto esta unión, habrían sido conservadas también todos
aquellos bienes. midad en la adhesión a las enseñanzas pontificias, evitando dos es-
collos: la connivencia con el error y la debilidad en el combate. En
IV. La concepción del Estado según el derecho nuevo. materias opinables es lícita la discusión moderada. La verdad católica
El derecho nuevo es contrario al derecho cristiano y al derecho es incompatible con el naturalismo y con el racionalismo. No es lícita
natural. Su principio supremo es la igualdad completa y la libertad la separación entre la vida pública y la vida privada. En cuestiones
absoluta de todos los hombres. La autoridad no es otra cosa que la meramente políticas la divergencia de opiniones es lícita. Los católicos
voluntad autónoma del pueblo. El gobernante es un mero mandatario no deben acusarse mutuamente. Tengan esto presente los escritores
del pueblo, el cual es la fuente última del derecho. El Estado no ha y sobre todo los periodistas. En la lucha gigantesca del momento pre-
de preocuparse de la cuestión religiosa. La libertad sin trabas en todos sente no hay lugar para polémicas internas. Es la hora de la concentra-
los campos es un derecho radical del pueblo. ción-unitaria de esfuerzos en un solo fin: la salvación de la Iglesia y
El Estado constituido sobre estos principios del derecho nuevo del Estado.
no reconoce a la Iglesia como sociedad perfecta. Todo lo más la con-
sidera como una asociación cualquiera. Si tiene algún privilegio, es
debido al favor del Estado. Por esto el derecho nuevo pretende ex-
cluir por completo a la Iglesia de la vida pública o mantenerla enca- [i ]. O b r a inmortal x de Dios misericordioso, la Iglesia, a u n -
denada al Estado. q u e por sí m i s m a y en v i r t u d de su propia naturaleza tiene c o m o
fin la salvación y la felicidad eterna de las almas, procura, sin e m -
V. Crítica de este derecho constitucional nuevo.
La razón natural demuestra que la moral civil carece de eficacia bargo, tantos y t a n señalados bienes a u n e n la m i s m a esfera de
substantiva para proteger el bien común. En materia religiosa cae las cosas temporales, q u e ni en n ú m e r o n i e n calidad podría p r o -
en un absurdo indiferentismo. La libertad desmedida no es un bien, curarlos mayores si el p r i m e r o y principal objeto de su institución '
es un mal. Excluir a la Iglesia de la vida social es un error. Sin religión fuera asegurar la felicidad de la vida p r e s e n t e . — D o n d e q u i e r a q u e
es imposible el orden eñ el Estado. La maestra de la moral es la Iglesia, la Iglesia h a p e n e t r a d o , ha h e c h o cambiar al p u n t o el estado de
no el Estado. Someter la Iglesia al Estado es una injusticia y un peligro las cosas. H a informado las c o s t u m b r e s con virtudes desconocidas
para la sociedad y para el Estado. La experiencia ha probado todas hasta entonces y ha i m p l a n t a d o en la sociedad civil u n a nueva civi-
estas dañosas consecuencias del derecho nuevo.
lización. L o s pueblos q u e recibieron esta civilización s u p e r a r o n a
El magisterio pontificio ha condenado reiteradamente la política
nueva y ha repetido los principios—contrarios—de la política cris- los d e m á s p o r su equilibrio, por su e q u i d a d y p o r las glorias d e
tiana. La Iglesia no condena ninguna forma justa de gobierno. Ni su h i s t o r i a . — N o obstante, u n a m u y antigua y repetida acusación
reprueba la participación del pueblo en el gobierno. La Iglesia no es calumniosa afirma q u e la Iglesia es enemiga del E s t a d o y q u e es
intolerante ni enemiga de la libertad. No es tampoco enemiga del nula su capacidad para p r o m o v e r el bienestar y la gloria q u e lícita
progreso. Lo ha favorecido siempre, porque el progreso es obra de y n a t u r a l m e n t e apetece t o d a sociedad b i e n constituida. D e s d e el
Dios. Ni reprueba el desarrollo de las ciencias naturales. Lo que la principio de la Iglesia J o s cristianos fueron perseguidos con calum-
Iglesia rechaza es el abuso moral del progreso y de las ciencias.
La Iglesia habla con libertad en esta materia, porque es necesario
dar al Estado un fundamento más estable que el que actualmente tiene. D e civitatum constitutione christiana
Sin olvidar que la mejor garantía de la libertad humana es la verdad.
VI. Los deberes de los católicos en materia política. Immortale Dei miserentis opus, quod est Ecclesia, quamquam per se et
En el orden teórico son necesarios la adhesión firme y la profesión natura sua salutem spectat animorum adipiscendamque in caelis felicitatem,
pública de las enseñanzas pontificias, sobre todo en lo tocante a las tamen in ipso etiam rerum mortalium genere tot ac tantas ultro parit utili-
llamadas libertades modernas. Los principios teóricos del derecho tates, ut plures maioresve non posset, si in primis et máxime esset ad tuen-
nuevo son inaceptables. dam huius vitae, quae in terris agitur, prosperitatem institutum,—Revera
quacumque Ecclesia vestigium posuit, continuo rerum faciem immutavit,
En el orden práctico, los principios de la política cristiana deben
popularesque mores sicut virtutibus antea ignotis, ita et nova urbanitate im-
informar tanto la vida privada como la vida pública. En la esfera de
buit: quam quotquot accepere populi, mansuetudine, aequitate, rerum ges-
la vida privada, el deber principal es una ejemplar conducta cristiana.
tarum gloria excelluerunt.—Sed vetus tamen illa est atque antiqua vitupe-
En la esfera de la vida pública los católicos deben colaborar en la ad-
ratio, quod Ecclesiam aiunt esse cum rationibus reipublicae dissidentem,
ministración municipal y deben intervenir, por regla general, en la
nec quicquam posse ad ea vel commoda vel ornamenta conferre, quae suo
vida política nacional. En ocasiones excepcionales no será conveniente
iure suaque sponte omnis bene constituía civitas appetit. Sub ipsis Ecclesiae
la intervención. Pero la norma general es la de la actuación política.
primordiis non dissimili opinionis iniquitate agitari christianos, et in odium
El abstencionismo en esta materia es peligroso. El sentido renovador
invidiamque vocari solitos hac etiam de causa accepimus, quod hostes im-
de la intervención católica en política.
perii dicerentur: quo tempore malorum culpam, quibus esset perculsa res-
Los deberes de los católicos de hoy día se resumen en la obligación publica, vulgo libebat in Christianum conferre nomen, cum revera ultor
que tienen de hacer que el Estado se conforme con los principios ex-
puestos. No es posible señalar directrices uniformes. Pero los puntos 1
LEÓK XIII, Carta encíclica a los patriarcas, primados, arzobispos y obispos del mundo
de unidad necesaria son los siguientes: hay que conservar la unani- católico, en gracia y comunión con la Sede Apostólica: sobre la constitución cristiana del
Kstado: ASS XVIII (1885) 161 180: AL 5,118-150.
IDO LEÓN X I Í Í l.MMOKl'Al.Ii UKl l'.ll

nías m u y parecidas. Blanco del odio y de la malevolencia, ios cris-


[I. EL DERECHO CONSTITUCIONAL CATÓLICO]
tianos eran considerados c o m o enemigos del Imperio. E n aquella
época el vulgo solía atribuir al cristianismo la culpa d e todas las
[Autoridad, Estado]
calamidades que_ afligían a la república, n o echando de ver q u e era
Dios, vengador d e los crímenes, quien castigaba j u s t a m e n t e a los [2]. N o es difícil d e t e r m i n a r el carácter y la forma q u e t e n -
pecadores. L a atrocidad d e esta calumnia a r m ó y aguzó, n o sin drá la sociedad política c u a n d o la filosofía cristiana gobierne el E s -
motivo, la p l u m a de San Agustín. E n varias de sus obras, especial- tado. El h o m b r e está o r d e n a d o p o r la Naturaleza a vivir en c o m u n i -
m e n t e en La ciudad de Dios, d e m o s t r ó con tanta claridad la eficacia d a d política. El h o m b r e n o p u e d e procurarse en la soledad t o d o a q u e -
de la filosofía cristiana en sus relaciones con el Estado, q u e n o sólo llo q u e la necesidad y la utilidad d e la vida corporal exigen, c o m o
realizó u n a cabal apología de la cristiandad de su tiempo, sino q u e t a m p o c o lo c o n d u c e n t e a la perfección d e su espíritu. P o r esto la
o b t u v o t a m b i é n u n triunfo definitivo sobre las acusaciones falsas.— providencia de Dios ha dispuesto q u e el h o m b r e nazca inclinado
N o descansó, sin e m b a r g o , la fiebre funesta de estas quejas y falsas a la u n i ó n y asociación con sus semejantes, t a n t o doméstica c o m o
recriminaciones. Son m u c h o s los q u e se h a n e m p e ñ a d o en buscar civil, la cual es la única q u e p u e d e proporcionarle la perfecta su-
la n o r m a constitucional de la vida política al m a r g e n de las doc- ficiencia para la vida. A h o r a bien, n i n g u n a sociedad p u e d e conser-
trinas aprobadas p o r la Iglesia católica. Ú l t i m a m e n t e , el llamado de- varse sin u n jefe s u p r e m o q u e m u e v a a t o d o s y cada u n o con u n
recho nuevo, p r e s e n t a d o c o m o adquisición de los t i e m p o s m o d e r - m i s m o i m p u l s o eficaz, e n c a m i n a d o al b i e n c o m ú n . P o r consiguiente,
nos y p r o d u c t o de u n a libertad progresiva, ha comenzado a preva- es necesaria en t o d a sociedad h u m a n a u n a a u t o r i d a d q u e la dirija.
lecer p o r todas p a r t e s . Pero, a pesar d e los m u c h o s intentos realiza- A u t o r i d a d q u e , c o m o la m i s m a sociedad, s u r g e y deriva de la N a -
dos, la realidad es q u e n o se ha e n c o n t r a d o para constituir y gober- turaleza, y, p o r tanto, del m i s m o Dios, q u e es su autor. D e d o n d e
n a r el E s t a d o u n sistema superior al que brota espontáneamente de se sigue q u e el p o d e r público, en sí m i s m o considerado, n o provie-
la doctrina del Evangelio. N o s juzgamos, pues, de s u m a i m p o r t a n - ne sino de Dios. Sólo Dios es el verdadero y s u p r e m o Señor de las
cia y m u y conforme a n u e s t r o oficio apostólico comparar con la doc- cosas. T o d o lo existente ha de someterse y obedecer necesariamente
trina cristiana las m o d e r n a s teorías sociales acerca del Estado. N o s a Dios. H a s t a tal p u n t o , q u e todos los q u e tienen el d e r e c h o d e m a n -
confiamos q u e la v e r d a d disipará con su resplandor todos los m o - dar, de n i n g ú n otro reciben este d e r e c h o si n o es de Dios, Príncipe
tivos d e error y de d u d a . T o d o s p o d r á n ver con facilidad las n o r m a s s u p r e m o de todos. No hay autoridad sino por Dios2. P o r otra parte,
s u p r e m a s q u e , como n o r m a práctica d e vida, d e b e n seguir y obe- el d e r e c h o de m a n d a r n o está necesariamente vinculado a u n a vi
decer. otra forma de gobierno. L a elección de u n a u otra forma política es
posible y lícita, con tal q u e esta forma garantice eficazmente el b i e n
scelerum Deus poenas a sontibus iustas exigeret. Eius atrochas calumniae
non sine causa ingenium armavit stilumque'acuit Augustini: qui praeser- c o m ú n y la utilidad de todos. Pero en toda forma de gobierno los
tim in Civitale Dei virtutem christianae sapientiae, qua parte necessitudinem
habet cum re publica, tanto in lumine collocavit, ut non tam pro christianis Non est magni negotii statuere, qualem sit speciem formamque habitu-
sui temporis dixisse causam, quam de criminibus falsis perpetuum trium- ra civitas, gubernante christiana philosophia rem publicam.—Insitum ho-
phum egisse videatur.—Similium tamen querelarum atque insimulationum mini natura est, ut in civili societate vivat: is enim necessarium vitae cul-
funesta libido non quievit, ac permultis sane placuit civilem vivendi disci- tum et paratum, itemque ingenii atque animi perfectionem cum in solitudi-
plinam aliunde petere, quam ex doctrinis, quas Ecclesia catholica probat. ne adipisci non possit, provisum divinitus est, ut ad coniunctionem congre-
Immo postremo hoc tempore novum, ut appellant, ius, quod inquiunt esse gationemque hominum nasceretur cum domesticam, tum etiam civilem,
velut quoddam adulti iam saeculi incrementum, progrediente libértate par-
quae suppeditare vitae sufficientiam perfectam sola potest. Quoniam vero
tum, valere ac dominari passim coepit.—Sed quantumvis multa multi peri-
non potest societas ulla consistere, nisi si aliquis ómnibus praesit, efficaci
clitan' sunt, constat, repertam numquam esse praestantiorem constituendae
temperandaeque dvitatis rationem, quam quae ab evangélica doctrina sponte similique movens singulos ad commune propositum impulsione, efficitur,
«fflorescit.—Maximi igitur momenti atque admodum muneri Nostro apo- civili hominum communitati necessariam esse auctoritatem qua regatur:
stólico consentaneum esse arbitramur, novas de re publica opiniones cum quae, non secus ac societas, a natura proptereaque a Deo ipso oriatur auc-
doctrina christiana conferre: quo modo erroris dubitationisque causas tore.—Ex quo illud consequitur, potestatem publicam per se ipsam non esse
ereptum iri, emergente veritate, confidimus, ita ut videre quisque facile nisi a Deo. Solus enfm Deus est verissimus maximusque rerum dominus,
queat summa illa praecepta vivendi, quae sequi et quibus parere debeat. cui subesse et serviré omnia, quaecumque sunt, necesse est: ita ut quicumque
ius imperandi habent, non id aliunde accipiant, nisi ab illo summo omnium
principe Deo. Non est potestas nisi a Deo.—Ius autem imperii per se non
est cum ulla reipublicae forma necessario copulatum: aliam sibi vel aliam
assumere recte potest, modo utilitatis bonique communis reapse efficien-
tem. Sed in quolibet genere reipublicae ommno principes debept summum
¡ Rorjv i;;,r,
1"1¡ LEÓN XIII
iMMum \u. DEI 3 j ;;
jefes del E s t a d o d e b e n p o n e r totalmente la m i r a d a en Dios, s u p r e m o
4
G o b e r n a d o r del universo, y tomarlo c o m o m o d e l o y n o r m a en el Todos habéis de estar sometidos a las autoridades superiores . Des-
gobierno del E s t a d o . P o r q u e así c o m o en el m u n d o visible Dios preciar el p o d e r legítimo, sea el q u e sea el titular del p o d e r , es t a n
ha creado las causas segundas para q u e en ellas p o d a m o s ver re- ilícito c o m o resistir a la v o l u n t a d d e Dios. Q u i e n e s resisten a la
flejadas de alguna m a n e r a la naturaleza y la acción divinas y para voluntad divina se d e s p e ñ a n v o l u n t a r i a m e n t e en el abismo de su
q u e conduzcan al fin hacia el cual tiende t o d o el universo m u n d o , propia perdición. Quien resiste a la autoridad resiste a la disposición
así t a m b i é n ha q u e r i d o Dios q u e en .la sociedad civil haya u n a auto» de Dios, y los que la resisten se atraen sobre sí la condenación s. P o r
ridad suprema, cuyos titulares fuesen como u n a imagen del p o d e r tanto, q u e b r a n t a r la obediencia y provocar revoluciones p o r m e d i o
y d e la providencia q u e D i o s tiene sobre el género h u m a n o . Por de la fuerza d e las masas constituye u n c r i m e n de lesa majestad, n o
tanto, el p o d e r d e b e ser justo, n o despótico, sino paterno, p o r q u e solamente h u m a n a , sino t a m b i é n divina.
el p o d e r justísimo q u e D i o s tiene sobre los h o m b r e s está u n i d o a
su b o n d a d d e P a d r e . Pero, además, el p o d e r ha de ejercitarse en [El culto público]
provecho de los ciudadanos, p o r q u e la única razón legitimadora del
p o d e r es precisamente asegurar el bienestar público. N o se p u e d e [ 3 ] . C o n s t i t u i d o sobre estos principios, es evidente q u e el E s -
p e r m i t i r en m o d o alguno q u e la autoridad civil sirva al interés de t a d o tiene el d e b e r d e c u m p l i r p o r m e d i o del culto público las n u m e -
u n o o de pocos, p o r q u e está constituida para el bien c o m ú n de la rosas e i m p o r t a n t e s obligaciones q u e lo u n e n con D i o s . L a razón na-
totalidad social. Si las autoridades degeneran en u n gobierno injusto, tural, q u e m a n d a a cada h o m b r e d a r culto a Dios piadosa y s a n t a m e n -
si i n c u r r e n en abusos de p o d e r o ' e n el pecado de soberbia y si n o te, p o r q u e d e El d e p e n d e m o s , y p o r q u e , h a b i e n d o salido d e El, a El
m i r a n p o r los intereses del pueblo, sepan q u e d e b e r á n dar estrecha h e m o s de volver, i m p o n e la m i s m a obligación a la sociedad civil.
cuenta a Dios. Y esta cuenta será t a n t o m á s rigurosa cuanto m á s L o s h o m b r e s n o están m e n o s sujetos al p o d e r de D i o s c u a n d o viven
sagrado haya sido el cargo o m á s alta la dignidad q u e hayan poseído. u n i d o s en sociedad q u e c u a n d o viven aislados. L a sociedad, p o r su
A los poderosos amenaza poderosa inquisición 3 . D e esta m a n e r a la parte, n o está m e n o s obligada q u e los particulares a d a r gracias n
majestad del p o d e r se verá acompañada p o r la reverencia honrosa Dios, a q u i e n d e b e su existencia, su conservación y la i n n u m e r a b l e
q u e de b u e n g r a d o le prestarán los ciudadanos. Convencidos éstos a b u n d a n c i a de sus bienes. P o r esta razón, así c o m o n o es lícito a na-
d e q u e los gobernantes tienen su autoridad recibida de Dios, se die descuidar los propios deberes para con Dios, el mayor de los
sentirán obligados en justicia a aceptar con docilidad los m a n d a t o s cuales es abrazar con el corazón y con las obras la religión, n o la
d e los gobernantes y a prestarles obediencia y fidelidad, con u n sen- q u e cada u n o prefiera, sino la q u e Dios m a n d a y consta por argu-
* timiento parecido a la piedad q u e los hijos tienen con sus p a d r e s . m e n t o s ciertos e irrevocables como única y v e r d a d e r a , de la m i s m a

similitudine pietatis, quae liberorum est erga parentes. Omnis anima potes-
mundi gubernatorem Deum intueri, eumque sibimetipsis in administranda latibus sublimioribus subdita sit.—Spernere quippe potestatem legitimam,
civitate tamquam exemplum legemque proponere. Deus enim, sicut in re- quavis eam in persona esse constiterit, non magis licet, quam diviriae votun-
bus, quae sunt quaeque cernuntur, causas genuit secundarias, in quibus tati resistere: cui si qui resistant, in interitum ruunt voluntarium. Qui resis-
perspici aliqua ratione posset natura actioque divina, quaeque ad eum finem, tit potestati, Dei ordinationi resistit: qui autetn resistunt, ipsi sibi damnationem
quo haec rerum spectat universitas, conducerent: ita in societate civili vo- acquirunt. Quapropter obedientiam abiicere, et, per vim multitudinis, rem
luit esse principatum, quem qui gererent, ii imaginem quamdam divinae in ad seditionem vocare est crimen maiestatis, ñeque humanae tantum, sed
genus humanum potestatis divinaeque providentiae referrent. Debet igitur ctiam divinae.
imperium iustum esse, ñeque herile, sed quasi paternum, quia Dei iustis-
sima in homines potestas est et cum paterna bonitate coniuncta: gerendum Hac ratione constitutam civitatem, perspicuum est, omnino deberé plu-
rimis maximisque officiis, quae ipsam iungunt Deo, religione publica satis-
vero est ad utilitatem civium, quia qui praesunt ceteris, hac una de causa
faceré.—Natura et ratio, quae iubet singulos sánete religioseque Deum
praesunt, ut civitatis utilitatem tueantur. Ñeque ullo pacto committendum,
colere, quod in eius potestate sumus, et quod ab eo profecti, ad eumdem
umus ut, vel paucorum commodo serviat civilis auctoritas, cum ad commu- reverti debemus, eadem lege adstringit civilem communitatem. Homines
ne omnium bonum constituta sit. Quod si, qui praesunt, delabantur in do- onim communi societate coniuncti nihilo sunt minus in Dei potestate, quam
mmatum iniustum, si importunitate superbiave peccaverint, si male populo singuli: ñeque minorem, quam singuli, gratiam Deo societas debet, quo
consulueriní, sciant sibi rationem aliquando Deo esse reddendam, idque auctore coaluit, cuius nutu conservatur, cuius beneficio innumerabilem
tanto severius, quanto vel sanctiore in muñere versati sint, vel gradum dig- bonorum, quibus affluit, copiam accepit. Quapropter sicut nemini licet sua
nitatis altiorem obtinuerint. Potentes potenter tormenta patientur.—Ita sane adversus Deum officia negligere, officiumque est máximum amplecti et ani-
maiestatem imperii reverentia civium honesta et libens comitabitur. Et- mo et moribus religionem, nec quam quisque maluerit, sed quam Deus
emm cum semel in animum induxerint, pollere, qui imperant, auctoritate iusserit, quamque certis minimeque dubitandis indiciis u n a n ex ómnibus
a Deo data, illa quidem officia iusta ac debita esse sentient, dicto audientes veram esse constiterit: eodem modo civitates non possunt, citra scelus,
esse principibus, eisdemque obsequium ad fidem praestare cum quadam
4
? Rom. 13,1.
Sap, 6,7, ' Rom. 13,2-
Ihulr. pt>i\li¡. z - 7
191 LEÓN X I I I IMMORT.M.I; ]tv.i 1.95

manera los E s t a d o s no p u e d e n obrar, sin incurrir en pecado, como milagros, la rápida propagación de la fe aun en medio de poderes
si D i o s n o existiese, ni rechazar la religión como cosa extraña o enemigos y de dificultades insuperables, el testimonio de los már-
inútil, ni, p u e d e n , p o r último, elegir indiferentemente u n a religión tires y otros m u c h o s parecidos, d e m u e s t r a n q u e la única religión
e i t r e tantas. T o d o lo contrario. El Estado tiene la estricta obligación verdadera es aquella q u e Jesucristo en persona instituyó y confió
d ; admitir el culto divino en la forma con q u e el m i s m o Dios ha a su Iglesia para conservarla y propagarla p o r t o d o el m u n d o .
q u e r i d o q u e se le venere. Es, p o r tanto, obligación grave de las au- [ 5 ] . El Hijo unigénito de Dios ha establecido en la tierra una
toridades h o n r a r el santo n o m b r e de D i o s . E n t r e sus principales sociedad q u e se llama la Iglesia. A ésta transmitió, para continuarla
obligaciones d e b e n colocar la obligación de favorecer la religión, a través de t o d a la Historia, la excelsa misión.divina, q u e El en per-
defenderla con eficacia, ponerla bajo el a m p a r o d e las leyes, n o le- sona había recibido de su P a d r e . Como me envió mi Padre, así os
gislar nada q u e sea contrario a la incolumidad de aquélla. Obliga- envío yo 6. Yo estaré con vosotros siempre hasta la consumación del
ción d e b i d a p o r los g o b e r n a n t e s t a m b i é n a sus ciudadanos. P o r q u e mundo 7 . Y así como Jesucristo vino a la tierra para q u e los h o m b r e s
todos los h o m b r e s h e m o s nacido y h e m o s sido criados para alcanzar tangán vida, y la tengan abundantemente s , de la m i s m a m a n e r a el
u n fin ú l t i m o y s u p r e m o , al q u e d e b e m o s referir t o d o s n u e s t r o s p r o - fin q u e se p r o p o n e la Iglesia es la salvación eterna d e las almas.
pósitos, y q u e está colocado en el cielo, m á s allá de la frágil brevedad Y así, p o r su propia naturaleza, la Iglesia se extiende a toda la u n i -
d e esta vida. Si, p u e s , de este s u m o bien d e p e n d e la felicidad per- versalidad del género h u m a n o , sin q u e d a r circunscrita p o r límite
fecta y total de los h o m b r e s , la consecuencia es clara: la consecución alguno de t i e m p o o de lugar. Predicad el Evangelio a toda criatura y .
de este bien importa t a n t o a cada u n o de los ciudadanos q u e n o hay Dios m i s m o ha d a d o a esta inmensa multitid de h o m b r e s prelados
ni p u e d e haber otro a s u n t o m á s importante. Por tanto, es necesario con poderes para gobernarla, y h a q u e r i d o q u e u n o d e ellos fuese
q u e el Estado, establecido para el bien de todos, al asegurar la pros- el Jefe s u p r e m o de todos y M a e s t r o m á x i m o e infalible de la verdad,
p e r i d a d pública, p r o c e d a d e tal forma q u e , lejos d e crear obstácu- al cual entregó las llaves del reino d e los cielos. Yo te daré las llaves
los, dé todas las facilidades posibles a los ciudadanos para el logro de del reino de los cielos 1 0 . Apacienta mis corderos..., apacienta mis ove-
aquel b i e n s u m o e i n c o n m u t a b l e q u e n a t u r a l m e n t e desean. L a p r i - jas 11. Yo he rogado por ti, para que no desfallezca tu fe 12. Esta so-
mera y principal de t o d a s ellas consiste en procurar una inviolable ciedad, a u n q u e está compuesta p o r h o m b r e s , c o m o la sociedad ci-
y santa observancia d e la religión, cuyos deberes u n e n al h o m b r e vil, sin e m b a r g o , p o r el fin a q u e t i e n d e y p o r los medios d e q u e se
con Dios. vale p a r a alcanzar este fin, es sobrenatural y espiritual. Por tanto, es
[ 4 ] . T o d o h o m b r e de juicio sincero y p r u d e n t e ve con facili-
d a d cuál es la religión verdadera. M u l t i t u d de a r g u m e n t o s eficaces, medios hostes ac máxima impedimenta propagatione, martyrum testimonio,
como son el c u m p l i m i e n t o real de las profecías, el gran n ú m e r o de aliisque similibus liquet, eam esse unice verara, quam Iesus Christus et
instituit ipsemet et Ecclesiae suae tuendam propagandamque demandavit.
gerere se tamquam si Deus omnino non esset, aut curam religionis velut Nam unigenitus Dei filius societatem in terris constituit, quae Ecclesia
alienam riihilque profuturam abiicere, aut adsciscere de pluribus generibus dicitur, cui excelsum divinumque munus in omnes saeculorum aetates con-
indifferenter quod libeat: omninoque debent eum in colendo numine mo- tinuandum transmisit, quod Ipse a Patre acceperat. Sicut misit me Pater,
rena usurpare modumque, quo coli se Deus ipse demonstravit velle.—Sanc- et ego tnit'to vos.—Ecce ego vobiscum sum ómnibus diebus nsque ad consumma-
tum igitur oportet apud príncipes esse Dei nomen; ponendumque in prae-
tionem saeculi. Igitur sicut Iesus Christus in térras venit ut nomines vitara
cipuis illorum officiis religionem gratia complecti, benevolentia tueri, auc-
habeant et abundantius habeant, eodem modo Ecclesia propositum habet,
toritate nutuque legum tegere, nec quippiam instituere aut decernere, quod
sit eius incolumitati contrarium. Id et civibus debent, quibus praesunt. tamquam finem, salutem animorum sempiternam: ob eamque rem talis est
Nati enim susceptique omnes nomines sumus ad summum quoddam et ul- natura sua, ut porrigat sese ad totius complexum gentis humanae, nullis
timum bonorum, quo sunt omnia consilia referenda, extra hanc fragilitatem nec locorum nec temporum limitibus circumscripta. Praedicate Evangelium
brevitatemque vitae in caelis collocatum. Quoniam autem hinc pendet ho- omni creaturae.—Tam ingenti hominum multitudini Deus ipse magistratus
minum undique expleta ac perfecta felicitas, idcirco assequi eum, qui com- assignavit, qui eum potestate praeessent: unumque omnium principen!, et
memoratus est, finem tanti interest sirigulorum, ut pluris interesse non pos- máximum certissimumque veritatis magistrum esse voluit, cui claves regni
sit. Civilem igitur societatem, commuri utilitati natam, in tuenda prosperi- caelorum commisit. Tibí dabo claves regni caelorum.—Pasee agnos... pasee
tate reipublicae necesse est sic consulere civibus, ut obtinendo adipiscendoque oves: — ego rogavi pro te, ut non deficiat fi'íes lúa.—Haec societas, quamvis
summo illi atque incommutabili bono quod sponte appetunt, non modo ex hominibus constet, non secus ac civilis communitas, tamen propter finem
nihü importet unqusm incomrnodi, sed omnes, quascumque possit, oppor- sibi constitutum, atque instrumenta, quibus ad finem contendit, superna-
tunitates afferat. Qiarum praecipua est, ut detur opera religioni sánete in- h
lo. 20,21.
violateque servandae, cuius officia hominem Deo coniungunt. 7
M t . 28,30.
s
lo. 10,10. '
Yera autem religio q u a e sit, non difficulter videt qui iudicium prudens " Me. 16,15.
sincerumque adhibuerit: argumentas enim permultis atque illustribus. ve- '» M«. 16,10.
1
rítate nimirum vaticiniorum, prodigiorum frequentia, celérrima fidei vé] per ' lo. 21,16-17.
12
Le. 22,32.
IMMORTALE DEI 1U7
l.)6 LEÓN X I I I
los p r i m e r o s en defenderla. A los príncipes de la sinagoga, q u e les
distinta y difiere de la sociedad política. Y, lo q u e es más importante,
p r o h i b í a n predicar la doctrina evangélica, respondían los apóstoles
es ana sociedad genérica y jurídicamente perfecta, p o r q u e tiene en sí
con firmeza: Es preciso obedecer a Dios antes que a los hombres 17.
m i s m a y por sí misma, p o r voluntad benéfica y gratuita de su F u n - '
L o s Santos P a d r e s se consagraron a defender esta m i s m a autoridad,
dador, todos los elementos necesarios para su existencia y acción.
con razonamientos sólidos, c u a n d o se les p r e s e n t ó ocasión p a r a
Y así como el fin al q u e tiende la Iglesia es el m á s noble de todos,
ello. L o s R o m a n o s Pontífices, p o r su parte, con invicta constancia
así t a m b i é n su autoridad es m á s alta q u e toda otra autoridad ni
de á n i m o , n o h a n cesado j a m á s d e reivindicar esta autoridad frente
p u e d e en m o d o alguno ser inferior o quedar sujeta a l a autoridad civil.
a los agresores d e ella. M á s a ú n : los m i s m o s príncipes y g o b e r n a n t e s
Jesucristo ha d a d o a sus apóstoles u n a autoridad plena sobre las
de los Estados h a n reconocido, d e h e c h o y d e derecho, esta a u t o -
cosas sagradas, concediéndoles t a n t o el p o d e r legislativo c o m o el
ridad, al tratar con la Iglesia c o m o con u n legítimo p o d e r soberano,
doble poder, derivado de éste, de juzgar y castigar. Me ha sido dado
ya p o r m e d i o s de convenios y concordatos, y a ' c o n el envío y acepta-
todo poder en el cielo y en la tierra; id, pues, enseñada todas las gentes...,
ción d e embajadores, ya con el m u t u o intercambio de otros b u e n o s
enseñándoles a observar todo cuanto yo os he mandado 13 . Y en otro
oficios. Y hay q u e reconocer u n a singular providencia d e Dios e n
t e x t o : Si los desoyere, comunicalo a la Iglesia 1 4 . Y todavía: Prontos
el h e c h o d e q u e esta s u p r e m a potestad de la Iglesia llegara a encon-
a castigar toda desobediencia y a reduciros a perfecta obediencia 15 .
t r a r en el p o d e r civil la defensa m á s segura d e su propia i n d e p e n -
Y aún m á s : Emplee yo con severidad la autoridad que el Señor me con- dencia.
firió para edificar, no para destruir 16 . P o r tanto, n o es el Estado, sino
la Iglesia, la q u e debe guiar a los h o m b r e s hacia la patria celestial. [Dos sociedades, dos poderes ]
Dios ha dado a la Iglesia el encargo de juzgar y definir en las cosas
tocantes a la religión, de enseñar a todos los pueblos, de ensanchar [ 6 ] . D i o s h a repartido, p o r tanto, el gobierno del género h u -
en lo posible las fronteras del cristianismo; en una palabra: d e go- m a n o e n t r e dos p o d e r e s : el p o d e r eclesiástico y el p o d e r civil. El
b e r n a r la cristiandad, según su propio criterio, con libertad y sin p o d e r eclesiástico, puesto al frente de los intereses divinos. El p o d e r
t r a b a s . L a Iglesia n o ha cesado n u n c a de reivindicar para sí ni d e civil, encargado d e los intereses h u m a n o s . A m b a s potestades son
ejercer públicamente esta autoridad completa en sí misma y j u r í - soberanas en su género. C a d a u n a q u e d a circunscrita d e n t r o de
dicamente perfecta, atacada desde hace m u c h o t i e m p o p o r una ciertos límites, definidos p o r su propia naturaleza y por su fin p r ó -
filosofía aduladora de los poderes políticos. H a n sido los apóstoles ximo. D e d o n d e resulta u n a c o m o esfera determinada, d e n t r o d e
. _ . .—. _ . __j . la cual cada p o d e r ejercita iure proprio su actividad. P e r o como el
turalis est et spiritualis: atque ideirco distinguitur ac differt a societate sujeto pasivo de a m b o s poderes soberanos es u n o m i s m o , y como,
civili: et, quod plurimum interest, societas est genere et iure perfecta, cum p o r otra parte, p u e d e suceder q u e u n m i s m o a s u n t o pertenezca, si
adiumenta ad incolumitatem actionemque suam necessaria, volúntate bene- bien bajo diferentes aspectos, a la competencia y jurisdicción de
ficioque conditoris sui, omnia in se et per se ipsa possideat. Sicut finis, quo a m b o s poderes, es necesario q u e Dios, origen de u n o y otro, haya
tendit Ecclesia, longe nobilissimus est, ita eius potestas est omnium prae-
stantissima, ñeque imperio civili potest haberi inferior, aut eidem esse ullo berentur, constanter respondebant, obedire oportet Deo magis, quam nomini-
modo obnoxia.— Reverá Iesus Christus Apostolis suis libera mandato dedit in bus. Eamdem sancti Ecclesiae Patres rationum momentis tueri pro opportu-
sacra, adiuncta tum ferendarurn legum veri nominis facúltate, tum gemina, nitate studuerunt: romanique Pontífices invicta animi constantia adversus
quae hinc consequitur, iudicandi puniendique potestate: Data est mihi omnis oppugnatores vindicare numquam praetermiserunt.—Quin etiam et opinione
potestas in cáelo et in térra: euntes ergo docete omnes gentes... docentes eos et re eamdem probarunt ipsi viri principes rerumque publicarum guberna-
servare omnia quaecumque mandavi vobis. Et alibi: Si non audierit eos, dic tores, ut qui paciscendo, transigendis negotiis, mittendis vicissimque acci-
Ecclesiae. Atque iterum: In promptu habentes ulcisci omnem inobedientiam. piendis legatis, atque aliorum mutatione officiorum, agere cum Ecclesia
Kursus: durius agam secundum potestatem, qnam Dominus dedit mihi in aedi- tamquam cum suprema potestate legitima consueverunt.—Ñeque profecto
jicationem et non in destructionem. Itaque dux hominibus esse ad caelestia, sine singulari providentis Dei consilio factum esse censendum est, ut haec
non civitas sed Ecclesia debet: eidemque hoc est munus assignatum a Deo, ipsa potestas principatu civili, velut óptima libertatis suae tutela, muniretur.
ut de iis, quae religionem attingunt, videat ipsa et statuat: ut doceat omnes
gentes: ut christiani nominis fines, quoad potest, late proferat; brevi, ut Itaque Deus humani generis procurationem ínter duas potestates parti-
rem christianam libere expediteque iudicio suo administret.—Hanc vero tus est, scilicet ecelesiastieam et civilem, alteram quidem divinis, alteram
auctoritatem in se ipsa absolutam planeque sui iuris, quae ab assentatrice humanis rebus praepositam. Utraque est in suo genere máxima: habet
principum philosophia iamdiu oppugnatur, Ecclesia sibi asserere itemque utraque certos, quibus contineatur, términos, eosque sua cuiusque natura
publice exercere numquam desiit, primis omnium pro ea propugnantibus causaque proxime definitos; unde aliquis velut orbis circumscribitur, in
Apostolis, qui cum disseminare Evangelium a principibus Synagogae prohi- quo sua cuiusque actio iure proprio versetur. Sed quia utriusque imperium
est in eosdem, cum usuvenire possit, ut res una atque eadem quamquatn
>3 Mt. 28,18-20. aliter atque aliter, sed tamen eadem res ad utriusque ius iudiciumque perti-
n Mt. 18.17.
1
' 2 Cor. 10,6. " Act. 5,29.
*6 2 Cor. 13,10.
198 LEÓN X I I I ÍM.MOUTAI.I: 1)1:1 111!»

establecido en su providencia u n o r d e n recto de composición entre al César lo q u e es del César y->.a Dios lo q u e es de Dios. N o o b s t a n t e ,
las actividades respectivas de u n o y otro poder. Las [autoridades] sobrevienen a veces especiales circunstancias en las q u e p u e d e c o n -
que hay, por Dios han sido ordenadas 18. Si así n o fuese, sobreven- venir otro género de concordia q u e asegure la paz y libertad d e e n -
drían frecuentes motivos de lamentables conflictos, y m u c h a s veces t r a m b a s potestades; p o r ejemplo, c u a n d o los g o b e r n a n t e s y el
quedaría el h o m b r e d u d a n d o , como el caminante ante u n a encru- R o m a n o Pontífice a d m i t e n la m i s m a solución p a r a u n a s u n t o d e t e r -
cijada, sin saber q u é camino elegir, al verse solicitado p o r los m a n - m i n a d o . E n estas ocasiones la Iglesia ha d a d o p r u e b a s n u m e r o s a s de
datos contrarios de dos autoridades, a n i n g u n a de las cuales puede, su b o n d a d m a t e r n a l , u s a n d o la mayor indulgencia y condescendencia
sin pecado, dejar de obedecer. Esta situación es totalmente contra- posibles.
ria a la sabiduría y a la b o n d a d d e Dios, q u i e n incluso en el m u n d o
físico, de tan evidente inferioridad, ha equilibrado entre sí las fuer- [Ventajas de esta concepción]
zas y las causas naturales con tan concertada moderación y maravi-
[y]. Esta q u e s u m a r i a m e n t e dejamos trazada es la concep-
llosa armonía, q u e ni las u n a s i m p i d e n a las otras ni dejan todas d e
ción cristiana del E s t a d o . Concepción n o elaborada t e m e r a r i a m e n t e
concurrir con exacta adecuación al fin total al q u e tiende el u n i -
y p o r capricho, sino constituida sobre los s u p r e m o s y m á s exactos
verso.—Es necesario, p o r tanto, q u e entre a m b a s potestades exista
principios, confirmados p o r la m i s m a razón natural.
u n a ordenada relación unitiva, comparable, n o sin razón, a la que
se da en el h o m b r e entre el alma y el cuerpo. Para d e t e r m i n a r la [ 8 ] . L a constitución del E s t a d o q u e acabamos d e exponer, n o
esencia y la m e d i d a de esta relación unitiva n o hay, como h e m o s menoscaba ni desdora la verdadera dignidad d e los g o b e r n a n t e s .
dicho, o t r o camino q u e examinar la naturaleza de cada u n o de los Y está t a n lejos de m e r m a r los derechos de la autoridad, q u e antes,
dos poderes, teniendo en cuenta la excelencia y nobleza de sus fines por el contrario, los e n g r a n d e c e y consolida. Si se fexamina a fondo
respectivos. El p o d e r civil tiene c o m o fin p r ó x i m o y principal el cui- el asunto, la constitución expuesta presenta una g r a n perfección,
d a d o de las cosas temporales. El p o d e r eclesiástico, en cambio, la de la q u e carecen los restantes sistemas políticos. Perfección cuyos
adquisición de los bienes eternos. Así, todo lo q u e de alguna m a - frutos serían excelentes y variados si cada u n o d e los dos poderes se
n e r a es sagrado en la vida h u m a n a , t o d o lo q u e pertenece a la salva- mantuviera d e n t r o de su esfera propia y se aplicase sincera y total-
ción de las almas y al culto de Dios, sea p o r su propia naturaleza, sea m e n t é al c u m p l i m i e n t o de la obligación y d e la misión q u e le corres-
en v i r t u d del fin a q u e está referido, t o d o ello cae bajo el d o m i n i o p o n d e n . D e hecho, en la constitución del E s t a d o q u e h e m o s desarro-
y a u t o r i d a d de la Iglesia. P e r o las d e m á s cosas q u e el r é g i m e n civil llado, lo divino y lo h u m a n o q u e d a n repartidos de u n a m a n e r a orde-
y político, en c u a n t o tal, abraza y c o m p r e n d e , es de justicia q u e q u e - nada y conveniente. L o s derechos de los ciudadanos son respetados
d e n sometidas a éste, p u e s Jesucristo m a n d ó expresamente q u e se dé como derechos inviolables y q u e d a n defendidos bajo el patrocinio
de las leyes divinas, naturales y h u m a n a s . L o s deberes de cada
neat, debet providentissimus Deus, a quo sunt ambae constitutae, utriusque ticum genus complectitur, rectum est civili auctoritati esse subiecta, cum
itinera recte atque ordine composuisse. Quae autem sunt a Deo ordinatae Iesus Christus iusserit, quae Caesaris sint, reddi Caesari, quae Dei, Deo.— ,
sunt. Quod ni ita esset, funestarum saepe contentionum concertationumque íncidunt autem quandoque témpora, cum alius quoque concordiae modus
causae nascerentur; nec raro sollicitus animi, velut in via ancipiti, haerere ad tranquillam libertatem valet, nimirum si qui principes rerum publicarum
homo deberet, anxius quid facto opus esset, contraria iubentibus binis po- et Pontifex romanus de re aliqua separata in idem placitum consenserint.
testatibus, quarum recusare imperium, salvo officio, non potest. Atqui má- Quibus Ecclesia temporibus maternae pietatis eximia documenta praebet,
xime istud repugnat de sapientia cogitare et bonitate Dei, qui vel in rebus cum facilitatis indulgentiaeque tantum adhibere soleat, quantum máxime
physicis, quamquam sunt longe inferioris ordinis, tamen naturales vires potest.
causasque invicem conciliavit moderara, ratione et quodam velut concentu
mirabili, ita ut milla earum impediat ceteras, cunctaeque simul illuc, quo Eiusmodi est, quam summatim attigimus, civilis hominum societatis
mundus spectat, convenienter aptissimeque conspirent.—Itaque Ínter utram- christiana temperatio, et haec non temeré ñeque ad libidinem ficta, sed ex
que potestatem quaedam intercedat necesse est ordinata cólligatio: quae qui- maximis ducta verissimisque principiis, quae ipsa naturali ratione confir-
dem coniunctioni non immerito comparatur, per quam anima et corpus in mantur.
homine copulantur. Qualis autem ét quanta ea sit, aliter iudicari non pot-
est, nisi respiciendo, uti diximus, ad utriusque naturam, habendaque ratio- Talis autem conformatio reipublicae nihil habet, quod possit aut minus
ne excellentiae et nobilitatis causarum; cum alteri proxime maximeque pro- videri dignum amplitudine principum. aut parum decorum: tantumque
positum sit lérum mortalium curare pommoda, alteri caelestia ac sempiterna abest, ut iura maiestatis immimiat, ut potius stabiliora atque augustiora
bona comparare.—Quidquid igitur est in rebus humanis quoquo modo sa- láciat. Immo, si altius consideretur, habet illa conformatio perfectionem
crum, quidquid ad salutem animorum cultumve Dei pertinet, sive tale illud quamdam magnam, qua carent ceteri rerum publicarum modi: ex eaque
sit natura sua, sive rursus tale intelügatur propter causam ad quam refertur, Iructus essent sane excellentes et varii consecuturi, si modo suum partes
est omne in potestate arbitrioque Ecclesiae: cetera vero, quae civile et poli- .ingulae gradum tenerent, atque illud integre efficerent, cui unaquaeque
l >raeposita est, officium et munus.—Revira in ea, quam ante diximus, con-
1 s
Rom. 13, r. ilitutione reipublicae, sunt quidern divina atque humana convenienti ordine
200 U.ÚN XIII IMMOlíTtJ.E ¡)KI 201
ciudadano son definidos con sabia exactitud, y su c u m p l i m i e n t o gatorias la m u t u a caridad, la benignidad, la liberalidad. N o q u e d a
q u e d a sancionado con o p o r t u n a eficacia. C a d a c i u d a d a n o sabe q u e , dividido el h o m b r e , q u e es ciudadano y cristiano al m i s m o t i e m p o ,
d u r a n t e el curso incierto y trabajoso de esta mortal peregrinación con preceptos contradictorios e n t r e sí. E n r e s u m e n , t o d o s los g r a n -
hacia la patria eterna, tiene a la m a n o guías seguros para e m p r e n d e r des bienes con q u e la religión cristiana enriquece a b u n d a n t e y es-
este camino y auxiliadores^ficaces para llegar a su fin. Sabe t a m b i é n p o n t á n e a m e n t e la m i s m a vida mortal de los h o m b r e s q u e d a n ase-
q u e tiene a su alcance otros guías y auxiliadores para o b t e n e r y con- g u r a d o s a la c o m u n i d a d y al E s t a d o . D e d o n d e se d e s p r e n d e la evi-
servar su seguridad, su sustento y los d e m á s bienes necesarios de la dencia de aquella sentencia: «El destino del E s t a d o d e p e n d e del culto
vida social p r e s e n t e . — L a sociedad doméstica e n c u e n t r a su necesaria q u e se da a D i o s . E n t r e éste y aquél existe u n estrecho e í n t i m o p a -
firmeza en la santidad del matrimonio, u n o e indisoluble. L o s d e r e - rentesco» 1 9 . — E n n u m e r o s o s pasajes d e sus obras San A g u s t í n ha
chos y los deberes d e los cónyuges son regulados con t o d a justicia s u b r a y a d o con su elocuencia a c o s t u m b r a d a el valor d e estos bienes,
y equidad. El h o n o r d e b i d o a la mujer es salvaguardado. L a autori- sobre t o d o c u a n d o , h a b l a n d o con la Iglesia católica, le dice: «Tú
d a d del m a r i d o se configura según el modelo de la autoridad de Dios. instruyes y enseñas con sencillez a los niños, con energía a los jóvenes,
L a patria potestad q u e d a m o d e r a d a d e a c u e r d o con la dignidad de la con calma a los ancianos, según la e d a d d e cada u n o , n o sólo del cuer-
esposa y d e los hijos. P o r último, se provee con aciftto a la seguridad, po, sino t a m b i é n del espíritu. T ú sometes la mujer a su m a r i d o con
al m a n t e n i m i e n t o y a la educación d e la prole. E n la esfera política casta y fiel obediencia, n o p a r a satisfacer la pasión, sino para p r o -
y civil, las leyes se o r d e n a n al bien c o m ú n , y n o son dictadas p o r el pagar la prole y para la u n i ó n familiar. T ú antepones el m a r i d o a la
voto y el juicio falaces d e la m u c h e d u m b r e , sino p o r la verdad y mujer, n o p a r a afrenta del sexo m á s débil, sino p a r a demostración
la justicia. L a autoridad d e los g o b e r n a n t e s q u e d a revestida de u n d e u n a m o r leal. T ú sometes los hijos a los padres, p e r o salvando la
cierto carácter sagrado y s o b r e h u m a n o y frenada p a r a q u e ni se libertad de, aquéllos. T ú colocas a los p a d r e s sobre los hijos para q u e
a p a r t e d e la justicia ni degenere en abusos del poder. L a obedien- g o b i e r n e n a éstos amorosa y t i e r n a m e n t e . T ú u n e s a ciudades con
cia d e los ciudadanos tiene c o m o compañera inseparable u n a h o n - ciudades, pueblos con p u e b l o s ; en u n a palabra, vinculas a todos
rosa dignidad, p o r q u e n o es esclavitud d e h o m b r e a h o m b r e , sino los h o m b r e s , con el recuerdo de u n o s m i s m o s padres, n o sólo con
s u m i s i ó n a la voíuntad d e Dios, q u e ejerce su p o d e r p o r m e d i o de u n vínculo social, sino incluso con los lazos d e la fraternidad. T ú
los h o m b r e s . T a n p r o n t o como arraiga esta convicción en la sociedad, enseñas a los reyes a m i r a r p o r el b i e n d e los pueblos, t ú adviertes
e n t i e n d e n los ciudadanos q u e son deberes de justicia el respeto a la a los pueblos q u e p r e s t e n obediencia a los reyes. T ú enseñas con
majestad de los gobernantes, la obediencia constante y leal a la au- cuidado a q u i é n es debido* el honor, a q u i é n el afecto, a quién la
toridad pública, el rechazo d e toda sedición y la observancia reli- reverencia, a q u i é n el temor, a q u i é n el consuelo, a quién el aviso,
giosa d e la constitución del E s t a d o . Se i m p o n e n t a m b i é n c o m o obli- a q u i é n la exhortación, a q u i é n la corrección, a q u i é n la reprensión,

partita: incolumia civium iura, eademque divinarum, naturalium, huma- tur in officiis caritas mutua, benignitas, liberalitas: non distrahitur in con-
narumque legum patrocinio defensa: officiorum singulorum cum sapienter trarias partes, pugnantibus ínter se praeceptis, civis idem et christianus:
constituía descriptio, tum opportune sancita custodia. Singuli nomines in denique amplissima bona, quibus mortalem quoque hominum vitam chris-
hoc ad sempiternam illam civitatem dubio laboriosoque curriculo sibi sciunt tiana religio sua sponte explet, communitati societatique civili omnia quae-
praesto esse, quos tuto sequantur ad ingrediendum duces, ad perveniendum runtur: ita ut illud appareat verissime dictum, «pendet a religione, qua Deus
adiutores: pariterque intelligunt, sibi alios esse ad securitatem, ad fortunas, colitur, rei publicae status: multaque Ínter hunc et illam cognado et fami-
ad commoda cetera, quibus communis haec vita constat, vel parienda vel liaritas intercedit».—Eorum vim bonorum mirabiliter, uti solet, persecutus
conservanda datos.—Societas domestica eam, quam par est, firmitudinem est Augustinus pluribus locis, máxime vero ubi Ecclesiam catholicam appel-
adipiscitur ex unius atque individui sanctitate coniugii: iura officiaque Ínter lat iis verbis: «Tu pueriliter pueros, fortiter iuvenes, quiete senes, prout
coniuges sapienti iustitia et aequitate reguntur: debitum conservatur mulierí cuiusque non corporis tantum, sed et animi aetas est, exerces ac doces. Tu
decus: auctoritas viri ad exemplum est auctoritatis Dei conformata: tempe- feminas viris suis non ad explendam libidinem, sed ad propagandam prolem,
rata patria potestas convenienter dignitati uxoris prolisque: deniqué libero- et ad rei farniliaris societatem, casta et fideli obedienda subiicis. T u viros
rum tuitioni, commodis, institutioni optime consulitur.*—In genere rerum coniugibus, non ad illudendum imbecilliorem sexum, sed sinceri amoris
político et civili, leges spectant commune bonum, ñeque volúntate iudicioque legibus praeficis. T u parentibus filios libera quadam servitute subiungis,
fallad multitudinis, sed veritate iustitiaque diriguntur: auctoritas principum parentes filiis pia dominatione praeponis... T u cives civibus, tu gentes gen-
sanctitudinem quamdam induit humana maiorem, contineturque ne decli- tibus, et prorsus homines primorum parentum recordatione non societate
net a iustitia, neu modum in imperando transíliat: obedientia civium habet tantum, sed quadam etiam fraternitate coniungis. Doces reges prospicere
honestatem dignitatemque comitem, quia non est hominis ad hominem ser- populis, mones populos se subdere regibus. Quibus honor debeatur, quibus
vitus, sed obtemperado voluntati Dei, regnum per homines exercentis. Quo affectus, quibus reverenda, quibus timor, quibus consolado, quibus admo-
cognito ac persuaso, omnino ad iustitiam pertinere illa intelliguntur, vereri nitio, quibus cohortatio, quibus disciplina, quibus obiurgatio, quibus sup-
maiestatem piincipum, subesse constanter et fideliter potestad publicae,
19
nihil seditiose faceré, sanctam servare disciplinam civitatis.'—Similiter poni- TEODOSIO II, Carta a San Cirilo de Alejandría y a los chupos metropolitanos: MANSÍÍ
4,I 114-
202 LEÓN X I I I IMMORTALE D E I 203

a q u i é n el castigo, manifestando al m i s m o tiempo q u e n o todos victoriosa las invasiones m u s u l m a n a s ; si ha conservado el c e t r o


tienen los m i s m o s derechos, pero q u e a todos se d e b e la caridad de la civilización y se ha m a n t e n i d o como maestra y guía del m u n d o
y q u e a nadie p u e d e hacérsele injuria» 20.—En otro pasaje el santo en el d e s c u b r i m i e n t o y en la enseñanza de t o d o c u a n t o podía r e -
D o c t o r refuta el error d e ciertos filósofos políticos: «Los q u e afir- d u n d a r en pro de la cultura h u m a n a ; si ha p r o c u r a d o a los p u e b l o s
m a n q u e la doctrina de C r i s t o es nociva al Estado, q u e nos pre- el bien de la verdadera libertad en sus m á s variadas f o r m a s ; si c o n
senten u n ejército con soldados tales c o m o la doctrina de Cristo una sabia providencia ha creado tan numerosas y heroicas institu-
m a n d a ; q u e nos d e n asimismo inspectores del fisco tales c o m o la ciones para aliviar las desgracias de los h o m b r e s , n o hay q u e d u -
darlo : E u r o p a tiene por t o d o ello una e n o r m e d e u d a de gratitud con
enseñanza d e Cristo quiere y forma. U n a vez q u e nos los hayan
la religión, en la cual encontró siempre u n a inspiradora de sus g r a n -
d a d o , atrévanse a decir q u e tal doctrina se o p o n e al interés c o m ú n .
des empresas y u n a eficaz auxiliadora en sus realizaciones. H a b r í a -
N o lo d i r á n ; antes bien, h a b r á n de reconocer q u e su observancia
mos conservado t a m b i é n hoy todos estos m i s m o s bienes si la con-
es la gran salvación del E s t a d o » 2 1 .
cordia entre a m b o s poderes se hubiera conservado. Podríamos in-
[9]. H u b o u n t i e m p o en q u e la filosofía del Evangelio gober- cluso esperar f u n d a d a m e n t e mayores bienes si el p o d e r civil h u -
n a b a los Estados. E n aquella época la eficacia propia d e la sabiduría biese obedecido con m a y o r fidelidad y perseverancia a la autoridad,
cristiana y s u v i r t u d divina h a b í a n p e n e t r a d o e n las leyes, en las al magisterio y a los consejos de la Iglesia. L a s palabras q u e Yves
instituciones, en la moral d e los pueblos, infiltrándose en todas las de C h a r t r e s escribió al papa Pascual II merecen ser consideradas
clases y relaciones d e la sociedad. L a religión fundada p o r Jesu- c o m o formulación de una ley imprescriptible: «Cuando el imperio
cristo se veía colocada firmemente en el grado de h o n o r q u e le y el sacerdocio viven en plena armonía, el m u n d o está b i e n go-
corresponde y florecía e n todas partes gracias a la adhesión b e - b e r n a d o y la Iglesia florece y fructifica. Pero c u a n d o surge entre
névola d e los gobernantes y a la tutela legítima d e los magistrados. ellos la discordia, n o sólo n o crecen los p e q u e ñ o s brotes, sino que
El sacerdocio y el i m p e r i o vivían u n i d o s en m u t u a concordia y incluso las m i s m a s grandes instituciones penecen miserablemente» 2 2 .
amistoso consorcio de voluntades. O r g a n i z a d o de este m o d o , el
E s t a d o p r o d u j o bienes superiores a toda esperanza. T o d a v í a s u b -
[II. EL DERECHO CONSTITUCIONAL MODERNO]
siste la memoria de estos beneficios y quedará vigente en innu-
merables m o n u m e n t o s históricos q u e n i n g u n a corruptora habili-
[Principios fundamentales ]
dad de los adversarios p o d r á desvirtuar _u oscurecer.—Si la E u r o p a
cristiana d o m ó las naciones bárbaras y las hizo pasar de la fiereza [10]. Sin e m b a r g o , el pernicioso y deplorable afán de nove-
a la m a n s e d u m b r e y de la superstición a la v e r d a d ; si rechazó dades p r o m o v i d o en el siglo XVI, después de t u r b a r primeramente
la religión cristiana, vino a trastornar como consecuencia obligada
plicium, sedulo doces; ostendens quemadmodum et non ómnibus omnia, la filosofía, y de ésta pasó a alterar t o d o s los órdenes de la sociedad
et ómnibus caritas et nulli debeatur iniuria».—Idemque alio loco male sa-
pientes reprehendens políticos philosophos: «Qui doctrinam Christi adver-
sara dicunt esse reipublicae, dent exercitum talem, quales doctrina Christi ad veritatem traduxit: quod Maomethanorum incursiones victrix propul-
esse milites iussit, dent tales provinciales, tales maritos, tales coniuges, tales savit: quod civilis cultus principatum retinuit, et ad omne decus humani-
parentes, tales filios, tales dóminos, tales servos, tales reges, tales iudices, tatis ducem se magistramque praebere ceteris consuevit: quod germanam
tales denique debitorum ipsius fisci redditores et exactores, quales esse Hbertatem eamque multiplicem gratifícala populis est: quod complura ad
praecipit doctrina christiana, et audeant eam dicere adversam esse reipu- miseriarum solatium sapientissime instituit, sine controversia magnam debet
blicae, immo vero non dubitent eam confiten magnam, si obtemperetur, gratiam religioni, quam ad tantas res suscipiendas habuit auspicem, ad per-
salutem esse reipublicae». ficiendas adiutricem.—Mansissent profecto eadem bona, si utriusque potes-
tatis concordia mansisset: maioraque expectari iure poterant, si auctoritati,
Fuit aliquando terapus, cum evangélica philosophia gubernaret civitates: si magisterio, si consiliis Ecclesiae maiore esset cum fide perseverantiaque
quo tempore christianae sapientiae vis illa et divina virtus in leges, instituía, obtemperatum. Illud enim perpetuae legis instar habendum est, quod Ivo
mores populorum, in omnes reipublicae ordines rationesque penetraverat: Carnutensis ad Paschalem II Pontificem máximum perscripsit, «cum regnum
cum religio per lesura Christum instituta in eo, quo aequum erat, dignitatis et sacerdotium Ínter se conveniunt, bene regitur mundus, floret et fructiíicat
gradu firmiter collocata, gratia principum legitimaque magistratuum tutela Kcclesia. Cum vero Ínter se discordant, non tantum parvae res non crescunt,
ubique floreret: cum sacerdotium atque irnperium concordia et amica offi- sed etiam magnae res miserabiliter dílabuntu».
ciorum vicissitudo auspicato coniungeret. Eoque modo composita civitas
fructus tulit omni opinione maiores, quorum viget memoria et vigebit Sed perniciosa illa ac deploranda rerum novarum studia, quae saecu-
innumerabilibus rerum gestarum consignata monumentis, quae nulla adver- lo XVI excitata sunt, cum primum religionem christianam miscuissent, mox
sariorum arte corrurapi aut obscurari possunt.—Quod Europa christiana naturali quodam itinere ad philosophiam, a philosophia ad omnes civilis
barbaras gentes edomuit, easque a feritate ad mansuetudinem, a superstitione communitatís ordines pervenerunt. Ex hoc velut fonte repetenda illa rccen-
20
SAN AGUSTÍN, De noribus Ecclesiae catholicae 1,30: B A C t.4 p-412; P L 32,1336. 22 V'VfiS BE C.HAKTRliS, Epist. 238; P L 162,246.
21
SAN AGUSTÍN, Epísl. 138 ad MürceUinum 2 , 1 5 : B A C t u p . 1 4 0 ; PL, 33,532.
204 LEÓN XI11 1MMUKTAI.E IHÍl 2<';>

civil. A esta fuente hay q u e r e m o n t a r el origen de los principios principalmente, sino que concederá igualdad de derechos a todas
m o d e r n o s d e u n a libertad desenfrenada, inventados en la gran las religiones, con tal q u e la disciplina del E s t a d o n o q u e d e por
revolución del siglo pasado y propuestos c o m o base y f u n d a m e n t o ellas perjudicada. Se sigue t a m b i é n de estos principios q u e en ma-
de u n derecho nuevo, desconocido hasta entonces y contrario en teria religiosa t o d o q u e d a al arbitrio de los particulares y q u e es
m u c h a s de sus tesis n o solamente al d e r e c h o cristiano, sino incluso lícito a cada individuo seguir la religión q u e prefiera o rechazarlas
t a m b i é n al d e r e c h o n a t u r a l . — E l principio s u p r e m o d e este d e r e c h o t o d a s si n i n g u n a le agrada. D e aquí nacen u n a libertad ilimitada
n u e v o es el siguiente: todos los h o m b r e s , de la m i s m a m a n e r a q u e de conciencia, u n a libertad absoluta de cultos, u n a libertad total
son semejantes en su naturaleza especifica, son iguales t a m b i é n en la de p e n s a m i e n t o y u n a libertad d e s m e d i d a de e x p r e s i ó n 2 3 .
vida práctica. C a d a h o m b r e es de tal m a n e r a d u e ñ o de sí mismo,
q u e p o r n i n g ú n concepto está sometido a la autoridad de otro. [Crítica de este derecho constitucional nuevo]
P u e d e pensar libremente lo q u e quiera y obrar lo q u e se le antoje
[ i i ] . E S fácil de ver la deplorable situación a q u e q u e d a re-
e n cualquier materia. N a d i e tiene d e r e c h o a m a n d a r sobre los
d u c i d a la Iglesia si el Estado se apoya sobre estos fundamentos,
d e m á s . E n u n a sociedad fundada sobre estos principios, la autori-
hoy día t a n a l a b a d o s . — P o r q u e c u a n d o la política práctica se ajusta
d a d n o es otra cosa q u e la voluntad del p u e b l o , el cual, c o m o único
a estas doctrinas, se da a la Iglesia en el E s t a d o u n lugar igual,
d u e ñ o de sí m i s m o , es t a m b i é n el único q u e p u e d e m a n d a r s e a sí
o quizás inferior, al de otras sociedades distintas de ella.. N o se
m i s m o . Es el p u e b l o el q u e elige las personas a las q u e se ha de
t i e n e n en cuenta para nada las leyes eclesiásticas, y la Iglesia, q u e
someter. P e r o lo hace d e tal m a n e r a q u e traspasa a éstas n o t a n t o el
p o r m a n d a t o expreso de Jesucristo ha d e enseñar a todas las gen-
d e r e c h o d e m a n d a r c u a n t o u n a delegación para m a n d a r , y a u n ésta
tes, se ve apartada de toda intervención en la educación pública
sólo para ser ejercida e n su n o m b r e . Q u e d a en silencio el dominio
de los c i u d a d a n o s . — E n las m i s m a s materias q u e son d e c o m p e -
divino, c o m o si Dios n o existiese o n o se preocupase del género
tencia mixta, las autoridades del E s t a d o establecen p o r sí mismas
h u m a n o , o c o m o si los. h o m b r e s , ya aislados, ya asociados, n o d e -
u n a legislación arbitraria y desprecian con soberbia la sagrada les
biesen n a d a a Dios, o c o m o si fuera posible imaginar u n p o d e r
gislación de la Iglesia en esta materia. Y así, colocan bajo su juris-
político cuyo principio, fuerza y autoridad toda para' gobernar n o
dicción el m a t r i m o n i o cristiano, legislando incluso acerca del vínculo
se apoyaran e n D i o s m i s m o . D e este m o d o , c o m o es evidente, el
conyugal, de su u n i d a d y estabilidad; privan de sus propiedades
E s t a d o n o es otra cosa q u e la m u l t i t u d d u e ñ a y gobernadora de sí
al clero, n e g a n d o a la Iglesia el derecho de p r o p i e d a d ; tratan, final-
m i s m a . Y c o m o se afirma q u e el p u e b l o es en sí m i s m o fuente de
m e n t e , a la. Iglesia c o m o si la Iglesia n o tuviera la naturaleza y los
t o d o derecho y ¿le t o d a autoridad, se sigue lógicamente q u e el
E s t a d o n o se juzgará obligado ante Dios p o r n i n g ú n d e b e r ; n o p r o -
fesará p ú b l i c a m e n t e religión alguna, ni deberá buscar entre tantas bus quae vera sola sit quaerere, nec unam quamdam ceteris anteponere»
religiones la única verdadera, ni elegirá u n a de ellas n i la favorecerá nec uni máxime favere, sed singulis generibus aequabilitatem iuris tribuere
ad eran finem, dum disciplina reipublicae ne quid ab illis detrimenti ca-
piat. Consentaneum erit, iudicio singulorum permittere omnem de religione
tiora effrenatae libertatis capita, nimirum in maximis perturbationibus su- quaestionem; licere cuique aut sequi quam ipse malit, aut omnino nullarn,
periore saeculo excogitata in medioque proposita, perinde ac principia et si nullam probet. Hinc prefecto illa nascuntur: lex uniuscuiusque con-
fundamenta novi iuris, quod et fuit antea ignotum, et a iure non solum chris- scientiae iudicium; liberrimae de Deo colendo, de non colendo sententiae:
tiano, sed etiam naturali plus una ex parte discrepat.—Eorum principiorum infinita tum cogitandi, tum cogitata publicandi licentia.
illud est máximum, omnes homines, quemadmodum genere naturaque si-
miles intelliguntur, ita reapse esse in actione vitae ínter se pares: unumquem- His autem positis, quae máxime probantur hoc tempore, fundamentis
que ita esse sui iuris, ut nullo modo sit alterius auctoritati obnoxius: cogita- reipublicae, facile apparet, quem in locum quamque iniquum compellatur
re de re qualibet quae velit, agare quod lubeat, libere posse: imperandi alus Ecclesia.—Nam ubi cum eiusmodi doctrinis actio rerum consentiat, nomini
ius esse in nemine. His informata disciplinis societate, principatus non est catholico par cum societatibus ab eo alienis vel etiam inferior locus in civi-
nisi populi voluntas, qui, ut in sui ipsius unice est potestate, ita sibimetipsi tate tribuitur: Iegum ecclesiasticarum nulla habetur ratio: Ecclesia, quae
solus imperat: deligit autem, quibus se committat, ita tamen ut imperii non iussu mandatoque Iesu Christi docere omnes gentes debet, publicam p o -
tam ius, quam munus in eos transferat, idque suo nomine exercendum. In puli institutionem iubetur nihil attingere.—De ipsis rebus, quae suntmix-
silentio iacet dominatio divina, non secus ac vel Deus aut nullus esset, aut ti iuris, per se statuunt gubernatores rei civilis arbitratu suo, in eoque ge-
humani generis societatem nihil curaret; vel homines sive singuli sive so- nere sanctissimas Ecclesiae leges superbe contemnunt. Quare ad iurisdic-
ciati nihil Deo deberent, vel principatus cogitan posset ullus, cuius non in tionem suam trahunt matrimonia christianorum, decernendo etiam de m a -
Deo ipso causa et vis et auctoritas tota resideat. Quo modo, ut perspicitur, ritali vinculo, de unitate, de stabilitate coniugii: movent possessiones cleri-
est respublica nihil aliud nisi magistra et gubernatrix sui multitudo: cum- corum, quod res suas Ecclesiam tenere posse negant. Ad summaiji, sic
que populus omnium iurium omnisque potestatis fontem in se ipse conti- agunt cum Ecclesia, ut societatis perfectae genere et iuribus opinione d e -
nere dicatur, consequens erit, ut nulla ratione officii obligatam Deo se ci- 23
Véase la encíclica Libertas praestantissimum, d e 20 de junio de 1888: ASS 2 0 ( 1 8 8 7 -
vitas putet; ut religionem publice profiteatur nullam; nec debeat ex pluri- 1888) 593-613-
206 LEÓN XIII 207
IMMOKT.UK ni'r
derechos d e u n a sociedad perfecta y c o m o si fuese m e r a m e n t e teorías acerca de la constitución del Estado. L a naturaleza enseña
una asociación parecida a las demás asociaciones reconocidas p o r q u e toda autoridad, sea la q u e sea, p r o v i e n e d e D i o s , c o m o de
el Estado. P o r esto, afirman q u e , si la Iglesia tiene algún derecho s u p r e m a y augusta fuente. L a soberanía del p u e b l o , q u e , s e g ú n
o alguna facultad legítima para obrar, lo d e b e al favor y a las con- aquéllas, reside p o r d e r e c h o natural en la m u c h e d u m b r e i n d e p e n d i -
cesiones de las autoridades del Estado.—Si en un Estado la legisla- zada totalmente d e Dios, a u n q u e p r e s e n t a g r a n d e s ventajas p a r a h a -
ción civil deja a la Iglesia u n a esfera de autonomía jurídica y existe lagar y encender innumerables pasiones, carece d e t o d o f u n d a m e n t o
entre ambos poderes algún concordato, se ^apresuran a proclamar sólido y d e eficacia substantiva para garantizar la seguridad pública
q u e es necesario separar los asuntos de la Iglesia d e los asuntos y m a n t e n e r el orden e n la sociedad. P o r q u e con estas teorías las
del Estado, y esto con el intento d e p o d e r obrar i m p u n e m e n t e con- cosas h a n llegado a tal p u n t o q u e m u c h o s a d m i t e n c o m o u n a n o r -
tra el pacto convenido, y, eliminados así todos los obstáculos, q u e - m a d e la vida política la legitimidad del d e r e c h o a la rebelión.
dar las autoridades civiles como arbitros absolutos d e todo. Pero Prevalece h o y e n día la opinión d e q u e , siendo los gobernantes m e -
como la Iglesia n o p u e d e tolerar estas pretensiones, p o r q u e ello ros delegados, encargados d e ejecutar la voluntad del pueblo, es
equivaldría al a b a n d o n o d e los m á s santos y m á s graves deberes, necesario q u e t o d o c a m b i e al c o m p á s d e la voluntad del p u e b l o ,
y por otra parte la Iglesia exige q u e el concordato se c u m p l a con d e d o n d e se sigue q u e el Estado nunca se ve libre del t e m o r de las
entera fidelidad, surgen frecuentemente conflictos entre el p o d e r revoluciones.
sagrado y el p o d e r civil, cuyo resultado final suele ser q u e s u c u m b a
[ 1 4 ] . E n materia religiosa, p e n s a r q u e las formas d e culto,
la parte m á s débil en fuerzas h u m a n a s ante la parte m á s fuerte.
distintas y a u n contrarias, son todas iguales, equivale a confesar q u e
[12]. Así, e n la situación política q u e m u c h o s preconizan n o se quiere aprobar n i practicar n i n g u n a d e ellas. Esta actitud, si
actualmente existe u n a tendencia e n las ideas y e n la acción a ex- n o m i n a l m e n t e difiere del ateísmo, en realidad se identifica con él.
cluir p o r completo a la Iglesia d e la sociedad o a tenerla sujeta y L o s q u e creen en la existencia d e Dios, si quieren ser consecuentes
encadenada al Estado. A este fin va dirigida la mayor parte d e las consigo mismos y n o caer e n u n a b s u r d o , h a n d e c o m p r e n d e r n e -
m e d i d a s t o m a d a s p o r los gobiernos. L a legislación, la administra- cesariamente q u e las formas usuales d e culto divino, cuya diferen-
ción pública del Estado, la educación laica de la j u v e n t u d , el des- cia, disparidad y contradicción a u n e n cosas d e s u m a importancia
pojo y la supresión d e las O r d e n e s religiosas, la destrucción del son t a n grandes, n o p u e d e n ser todas igualmente aceptables, ni
p o d e r temporal d e los R o m a n o s Pontífices, n o tienen otra finalidad igualmente b u e n a s o agradables a Dios.
q u e q u e b r a n t a r la fuerza d e las instituciones cristianas, ahogar [ 1 5 ] . D e m o d o parecido, la libertad d e p e n s a m i e n t o y de ex-
la libertad d e la Iglesia católica y suprimir todos sus derechos. presión, carente d e t o d o límite, n o es p o r sí m i s m a u n bien, del q u e
[ 1 3 ] . L a sola razón naturai demuestra el grave error d e estas j u s t a m e n t e p u e d a felicitarse la sociedad h u m a n a ; es, p o r el contra-
tractis, plañe similem habeant ceterarum communitatum, quas respublica
continet: ob eamque rem si quid illa iuris, si quid possidet facultatis ad veníate dissidere plurimum.—Quidquid enim potestatis usquam est, a Deo
agendum legitimae, possidere dicítur concessu beneficioque principurn cí- tamquam máximo augustissimoque fonte proficisci, ipsa natura testatur.
vitatis.—Si qua vero in república suum Ecclesia ius, ipsls civilibus legibus Imperium autem populare, quod, nullo ad Deum respectu, in multitudine
probantibus, teneat, publiceque ínter utramque potestatem pactio aliqua inesse natura üicitur, si praeclare ad suppeditandum valet blandimenta et
facta sit, principio clamant, dissociari Ecclesiae rationes a reipublicae ra- flammas multarum cupiditatum, milla quidem nititur ratione probabili,
tsonibus oportere; idque eo consilio, ut faceré contra interpositam fidem ñeque satis habere vírium potest ad securítatem publicam quietamque or-
impune liceat, omniumque rerum habere, remotis impedimentas, arbi- dinis constantiam. Revera his doctrinis res inclinavere usque eo, ut haec a
trium.—Id vero cum patienter ferré Ecclesia non possit, ñeque enim potest pluribus tamquam lex in civili prudentia sanciatur, seditiones posse iure
officia deserere sanctissima et máxima, omninoque postulet, ut obligata conflari. Valet enim opinio, nihilo principes pluris esse, quam delectes
sibi fides integre religioseque solvatur, saepe sacram inter ac civilem po- quosdam, qui voluntatem popularem exequantur: ex quo fit, quod necesse
testatem dimícationes nascuntur, quarum ille ferme est exitus, alteram, ut est, ut omnia sint pariter cum popuü arbitrio mutabiüa, et timor aliquis
quae minus est opibus humanis valida, alteri ut validiori suecumbere. turbarum semper impendeat.
Ita Ecclesiam, in hoc rerum publicarum statu, qui nunc a plerisque De religione autem putare, nihil inter formas dispares et contrarías in-
adamatur, mos et voluntas est, aut prorsus de medio pellere, aut vinctam teresse, hunc plañe habet exitum, nolle ullam probare iudicio, nolle usu.
adstrictamque imperio te'nere. Quae pubiiee aguntur, eo consilio magnam Atqui istud ab atheismo, si nomine aliquid differt, re nihil differt. Quibus
partem aguntur. Leges, administratio civitatum, expers religionis adoles- enim Deum esse persuasum est, ü, modo constare sibi nec esse perabsurdi
centium institutio, spoliatio excidiumque ordinum religiosorum, eversio velint, necessario intelligunt, usitatas in cultu divino rationes, quarum tanta
est dífferentia maximisque etiam de rebus dissimilitudo et pugna, aeque
principatus civilis Pontificum romanorum, huc spectant omnia, incidere
probabiles, aeque bonas, aeque Deo acceptas esse omnes non posse.
ñervos institutorum christianorum, Ecclesiaeque catbolkae et liberíatem in
angustum deducere, et iura cetera comminuere. Sic illa quidlibet sentiendi litterarumque formis quidlibet exprimendi
Eíusmodi de regenda civitate sententias ipsa naturalis ratio convincit, a facultas, omni moderatione posthabita, non quoddam est propría vi sua
I M M O M A L E DEI 201»
208 LEÓN XIII
la Iglesia, en el cumplimiento de sus deberes, al poder civil consti-
rio, fuente y origen de muchos males.—La libertad, como facultad tuye una gran injuria y un gran peligro. De este modo se perturba
que perfecciona al hombre, debe aplicarse exclusivamente a la ver- el orden de las cosas, anteponiendo lo natural a lo sobrenatural.
dad y al bien. Ahora bien, la esencia de la verdad y del bien no Se suprime, o, por lo menos, se disminuye, la afluencia de los bienes
puede cambiar a capricho del hombre, sino que es siempre la que aportaría la Iglesia a la sociedad si pudiese obrar sin obstácu-
misma y no es menos inmutable que la misma naturaleza de las los. Por último se abre la puerta a enemistades y conflictos, que
tosas. Si la inteligencia se adhiere a opiniones falsas, si la voluntad causan a ambas sociedades grandes daños, como los acontecimientos
elige el mal y se abraza a él, ni la inteligencia ni la voluntad alcanzan han demostrado con demasiada frecuencia.
su perfección; por el contrario, abdican de su dignidad natural y
quedan corrompidas. Por consiguiente, no es lícito publicar y ex- [Condenación del derecho nuevo ]
poner a la vista de los hombres lo que es contrario a la virtud y
a la verdad, y es mucho menos lícito favorecer y amparar esas [16]. Estas doctrinas, contrarias a la razón y de tanta trascen :
publicaciones y exposiciones con la tutela de las leyes. No hay dencia para el bien público del Estado, no dejaron de ser condena-
más que un camino para llegar al cielo, al que todos tendemos: das por los Romanos Pontífices, nuestros predecesores, que vivían
la vida virtuosa. Por lo cual se aparta de la norma enseñada por la convencidos de las obligaciones que les imponía el cargo apostó-
naturaleza todo Estado que permite una libertad de pensamiento lico. Así, Gregorio XVI en la encíclica Mirari vos, de 15 de agosto
y de acción que con sus excesos pueda extraviar impunemente a
de 1832, condenó con gran autoridad doctrinal los principios que
las inteligencias de la verdad y a las almas de la virtud. Error grande
y de muy graves consecuencias es excluir a la Iglesia, obra del mismo ya entonces se iban divulgando, esto es, el indiferentismo religioso,
, Dios, de la vida social, de la legislación, de la educación de la ju- la libertad absoluta de cultos y de conciencia, la libertad de im-
ventud y de la familia. Sin religión es imposible un Estado bien prenta y la legitimidad del derecho de rebelión. Con relación a
ordenado. Son ya conocidos, tal vez más de lo que convendría, la la separación entre la Iglesia y el Estado decía así el citado Pontífice:
esencia, los fines y las consecuencias de la llamada moral civil. «No podríamos augurar resultados felices para la Iglesia y para el
La maestra verdadera de la virtud y la depositaría de la moral es Estado de los deseos de quienes pretenden con empeño que la
la Iglesia de Cristo. Es ella la que defiende incólumes los principios Iglesia se separe del Estado, rompiendo la concordia mutua del
reguladores de los deberes. Es ella la que, al proponer los motivos imperio y del sacerdocio. Todos saben muy bien que esta concordia,
más eficaces para vivir virtuosamente, manda no sólo evitar toda que siempre ha sido, tan beneficiosa para los intereses religiosos y
acción mala, sino también domar las pasiones contrarias a la razón civiles, es muy temida por los fautores de una libertad desvergon-
incluso cuando éstas no se traducen en las obras. Querer someter zada» 24 .—De modo semejante, Pío IX, aprovechando las ocasio-

siam vero in suorum officiorum muñere potestati civili velle esse subiectam,
bonum, quo societas humana iure laetetur: sed multorum malorum fons magna quidem iniuria, magna temeritas est. fioc facto perturbatur ordo,
et origo.—Libertas, ut quae virtus est hominem perficiens, debet in eo quia quae naturalia sunt praeponuntur iis, quae sunt supra naturam: tollitúr
quod verum sit, quodque bonum, versari: boni autem verique ratio mu- aut certe magnopere minuitur frequentia bonorum, quibus, si nulla re im-
tari ad hominis arbitrium non potest, sed manet semper eadem, ñeque mi- pediretur, communem vitam Ecclesia compleret: praetereaque via ad ini-
nas est, quam ipsa rerum natura, incommutabilis. Si mens adsentiatur micitias munitur et certamina, quae quantam utrique reipublicae perniciem
opinionibus falsis, si malum voluntas adsumat et ad id se applicet, perfec- afferant, nimis saepe eventus demonstravit.
tionem sui neutra consequitur, sed excidunt dignitate naturali et in cor- •
ruptelam ambae delabuntur. Quaecumque sunt igitur virtuti veritatique Huiusmodi doctrinas, quae nec humanae rationi probantur, et plurimum
contraria, ea in luce atque in oculis hominum poneré non est aequum: habent in civilem disciplinam momenti, romani Pontifces decessores Nostri,
gratia tuteláve legum defenderé, multo minus. Sola bene acta vita via est cvim probé intelligerent quid a se postularet apostolicum munus, impune
in caelum, quo tendimus universi: ob eamque rem aberrat civitas a regula abire nequáquam passi sunt. Sic Gregorius XVI per Encyclicas litteras hoc
et praescriptione naturae, si licentiam opinionum praveque factorum in initio Mirari vos die xv Augusti anno MDCCCXXXII, magna sententiarum
tmtum lascivire sinat, ut impune liceat mentes a veritate, ánimos a virtute gravitate ea perculit, quae iam praedicabantur, in cultu divino nullum adhi-
cleducere.—Ecclesiam vero, quam Deus ipse constituit, ab actione vitae bere delectum oportere: integrum singulis esse, quod malint, de religione
excludere, a legibus, ab institutione adolescentium, a societate domestica, iudicare: solam cuique suam esse conscientiam iudicem: praeterea edere
magnus et perniciosus est error. Bene morata civitas esse, sublata religione, quae quisque senserit, itemque res moliri novas in ciritate licere. De ratio-
non potest: iamque plus fortasse, quam oporteret, est cognitum, qualis in nibus rei sacrae reique civilis distrahendis sic idem Pontifex: «Ñeque lae-
se sit et quorsum pertineat illa de vita et moribus philosophia, quam civilem tiora et religioni et principatui ominari possemus ex eorum votis, qui Eccle-
nominant. Vera est magistra virtutis et custos morum Ecclesia Christi: ea siam a regno separan, mutuamque imperii cum sicerdotio concordiam
est, quae incolumia tuetur principia, unde officía ducuntur, propositisque abrumpi discupiunt. Constat quippe, pertimesci ab impudentissimae liber-
causis ad honeste vivendum efficacissimis, iubet non solum fugere prave tatis amatoribus concordiam illam, quae semper rei et sacrae et civili fausta
facta, sed regere motus animi rationi contrarios etiam sine effectu.—Eccle-
GREGORIO XVI, encíclica Mirari vos, 15 de agosto de 1831: ASS 4 (1868) 341SS.
I.TÍON X I I I
210 IMMORTM.E DEI an
nes q u e se le presentaron, condenó m u c h a s de las falsas opiniones principios, si se quiere juzgar rectamente, no q u e d a c o n d e n a d a
q u e h a b í a n e m p e z a d o a estar en boga, reuniéndolas después en un por sí misma n i n g u n a de las distintas formas d e gobierno, p u e s
catálogo, a fin de q u e supiesen los católicos a q u é atenerse, sin peli- nada contienen contrario a la doctrina católica, y todas ellas, reali-
gro de equivocarse, en m e d i o de u n a avenida tan g r a n d e de errores 25. zadas con p r u d e n c i a y justicia, p u e d e n garantizar al E s t a d o la p r o s -
[17]. D e estas declaraciones pontificias, lo q u e debe tenerse peridad pública. M á s aún, ni siquiera es en sí censurable, s e g ú n
presente, sobre todo, es q u e el origen del p o d e r civil hay q u e p o - estos principios, q u e el p u e b l o tenga una mayor o m e n o r partici-
nerlo en Dios, n o en la m u l t i t u d ; q u e el derecho de rebelión es pación en el gobierno, participación que, en ciertas ocasiones y
contrario a la razón; q u e n o es lícito a los particulares, como t a m - d e n t r o de una legislación determinada, p u e d e n o sólo ser p r o v e -
poco a los Estados, prescindir de sus deberes religiosos o m e d i r chosa, sino incluso obligatoria para los c i u d a d a n o s . — N o hay t a m -
con u n m i s m o nivel todos los cultos contrarios; q u e no d e b e ser poco razón justa para acusar a la Iglesia de ser demasiado estrecha
considerado en absoluto como u n derecho de los ciudadanos, ni en materia de tolerancia o de ser enemiga de la auténtica y legítima
como pretensión merecedora de favor y a m p a r o , la libertad i n m o - libertad. P o r q u e , si bien la Iglesia juzga ilícito q u e las diversas clases
derada de p e n s a m i e n t o y de expresión.—Hay q u e admitir igual- de culto divino gocen del m i s m o derecho q u e t i e n e la religión ver-
m e n t e q u e la Iglesia, n o m e n o s q u e el Estado, es una sociedad dadera, no p o r esto, sin e m b a r g o , condena a los g o b e r n a n t e s q u e
completa en su género y j u r í d i c a m e n t e perfecta; y que, p o r consi- para conseguir u n bien i m p o r t a n t e o para evitar u n grave mal
guiente, los q u e tienen el p o d e r s u p r e m o del E s t a d o n o deben toleran pacientemente en la práctica la existencia de dichos cultos
p r e t e n d e r someter la Iglesia a su servicio u obediencia, o m e r m a r en el E s t a d o . — E s , por otra parte, c o s t u m b r e de la Iglesia vigilar
la libertad de acción de la Iglesia en su esfera propia, o arrebatarle con m u c h o cuidado para q u e nadie sea forzado a abrazar la fe
cualquiera de los derechos q u e Jesucristo le ha conferido.—Sin católica contra su voluntad, p o r q u e , c o m o observa acertadamente
embargo, en las cuestiones de derecho mixto es p l e n a m e n t e confor- San Agustín, «el h o m b r e n o p u e d e creer m á s q u e de b u e n a vo-
m e a la naturaleza y a los designios de Dios, n o la separación ni luntad»26.
m u c h o m e n o s el conflicto entre a m b o s poderes, sino la concordia,
y ésta d e acuerdo con los fines próximos q u e h a n dado origen a [19]. Por la m i s m a razón, la Iglesia n o p u e d e a p r o b a r u n a
e n t r a m b a s sociedades. libertad q u e lleva al desprecio de las leyes santísimas de Dios
y a la negación de la obediencia debida a la autoridad legítima.
[18 ]. Estos son los principios q u e la Iglesiaxatólica establece en Esta libertad, m á s q u e libertad, es licencia. Y con razón la d e n o -
materia de constitución y gobierno de los E s t a d o s . — C o n estos mina San A g u s t í n libertad de perdición27, y el apóstol San P e d r o
velo de malicia2^. M á s aún, esa libertad, siendo, como es, contraria
extitit et salutaris».— Non absimili modo Pius IX, ut sese opportunitas a la razón, constituye u n a verdadera esclavitud, pues el que obra
dedit, ex opinionibus falsis, quae máxime valere coepissent, plures notavit,
easdemque postea in unum cogi iussit, ut scilicet in tanta errorum colluvione ut quae nihil habent, quod doctrinae catholicae repugnet, eaedemque pos-
haberent catholicí nomines, quod sine offensione sequerentur. sunt, si sapienter adhibeantur et iuste, in óptimo statu tueri civitatem.--^
Ex iis autem Pontificum praescriptis illa omníno intellegi necesse est, Immo ñeque illud per se reprehenditur, participem plus minus esse populum
ortum publicae potestatis a Deo ipso, non a multitudine repetí oportere: se- rei publicae: quod ipsum certis in temporibus certisque legibus potest non
ditionum licentiam cum ratione pugnare: officia religionis nullo loco nume- silum ad utüitatem, sed etiam ad officium pertinere civium.—Insuper ñeque
rare, vel uno modo esse in disparibus generibus affectos, nefas esse privatis causa iusta nascitur, ut Ecclesiam quisquam criminetur, aut esse in lenitate
hominibus, nefas civitatibus: immoderatam sentiendi sensusque palam iac- í'acilitateque plus aequo restrictam, aut ei, quae germana et legitima sit,
tandi potestatem non esse in civium iuribus ñeque in rebus gratia patroci- libertad inimicam.—Revera si divini cultus varia genera eodem iurc esse
nioque dignis ulla ratione ponendam.—Similiter intelligi debet, Ecclesiam quo veram religionem, Ecclesia iudicat non licere, non ideo tamen eos
societatem esse, non minus quam ipsam civitatem, genere et iure perfectam: damnat rerum publicarum moderatores, qui magni alicuius aut adipiscendi
ñeque deberé, qui summam imperii teneant, committere ut sibi serviré aut boni, aut prohibendi causa mali, moribus atque usu patienter ferunt. u t
subesse Ecclesiam cogant, aut minus esse sinant ad suas res agendas liberam, ea habeant singula in civitate locum. —-Atque illud quoque magnopere cáve-
aut quicquam de ceteris iuribus detrahant, quae in ipsam a lesu Christo le Ecclesia solet ut ad amplexandam fidem catholicam nemo invitus cogatur,
collata sunt.—In negotiis autem mixti iuris, máxime esse secundum naturam q'.iia, quod sapienter Augustinus monet, credere non potest homo nisi volena.
itemque secundum Dei consilia non secessionem alteráis potestatis ab al- Simili ratione nec potest Ecclesia libertatem probare eam, quae fastidium
tera, multoque minus contentionem, sed plañe concordiam, eamque cum gignat sanctissimarum Dei legum, debitamque potestati legitimae obedien-
causis proximis congruentem, quae causae utramque societatem genuerunt. t'am exuat. Est enim licentia verius, quam libertas; rectissimeque ab Augus-
Haec quidem sunt, quae de constituendis temperandisque civitatibus tino libertas perditionis, a Petro Apostólo velamen malitiae appellatur: immo,
ab Ecclesia catholica praecipiuntur.—Quibus tamen dictis decretisque si cuín sit praeter rationem, vera servitus est: qui, enim, fácil peccatum, seirus
recte diiudicari velit, milla per se reprehenditur ex variis reipublicae formis,
*' > SAN AGUSTÍN, Tractaius in ív. Evan%. 26,2: BAC t.13 p.656; PI. 35,1607.
27
2¡¡ Véase Pío IX, Syllabus prop. 19.39.55 y 89: ASS III (1S67) 167 ss. ' 28
SAN AGUSTÍN, Epist. 105 2,9; BAC, Obras de San Agustín t.8 p.759; PL 33,399.
1 Pet. 2,16.
J
212 LEÓN XIII
1MMORTALE DE3 2XU
el pecado, esclavo es del pecado29. Por el contrario, es libertad au-
téntica y deseable aquella q u e en la esfera de la vida privada n o q u e se vislumbra el comienzo d e u n a p a r t a m i e n t o v o l u n t a r i o de
permite el sometimiento del h o m b r e a la tiranía abominable de D i o s . P e r o c o m o t o d o lo verdadero proviene n e c e s a r i a m e n t e de
los errores y de las malas pasiones y q u e en el c a m p o de la vida Dios, la Iglesia reconoce c o m o destello de la m e n t e divina toda
pública gobierna con sabiduría a los ciudadanos, fomenta el p r o - verdad alcanzada p o r la investigación del e n t e n d i m i e n t o h u m a n o .
greso y las comodidades de la vida y defiende la administración Y c o m o n o hay verdad alguna del o r d e n n a t u r a l q u e esté en con-
del Estado de toda ajena arbitrariedad. L a Iglesia es la p r i m e r a en tradicción con las verdades reveladas, por el contrario, son m u c h a s
aprobar esta libertad justa y digna del h o m b r e . N u n c a ha cesado las q u e c o m p r u e b a n esta m i s m a fe; y, además, t o d o d e s c u b r i m i e n t o
de combatir p a r a conservarla incólume y entera en los p u e b l o s . — de la verdad p u e d e llevar, ya al conocimiento, ya a ' l a glorificación
Los m o n u m e n t o s históricos d e las edades precedentes d e m u e s t r a n de Dios, d e aquí q u e la Iglesia acoja siempre con agrado y ale-
q u e la Iglesia católica ha sido s i e m p r e la iniciadora, o la impulsora, gría t o d o lo q u e contribuye al verdadero progreso de las ciencias.
o la protectora d e todas las instituciones q u e p u e d e n contribuir al Y así c o m o lo ha h e c h o siempre con las d e m á s ciencias, la Iglesia fo-
bienestar c o m ú n en el Estado. T a l e s son las eficaces instituciones m e n t a r á y favorecerá con ardor todas aquellas ciencias q u e t i e n e n
creadas para coartar la tiranía d e los príncipes q u e gobiernan mal p o r objeto el estudio de la naturaleza. E n estas disciplinas la Iglesia
a los pueblos; las q u e i m p i d e n q u e el p o d e r s u p r e m o del Estado n o rechaza los nuevos descubrimientos. N i es contraria a la b ú s -
invada indebidamente la esfera municipal o familiar, y las dirigi- q u e d a d e n u e v o s progresos p a r a el m a y o r bienestar y c o m o d i d a d
das a garantizar la dignidad y la vida d e las personas y la igualdad de la vida. E n e m i g a de la inercia perezosa, desea en g r a n m a n e r a
jurídica de los ciudadanos. C o n s e c u e n t e siempre consigo misma, q u e el ingenio h u m a n o con el trabajo y la cultura produzc? frutos
si por una p a r t e rechaza la libertad inmoderada, q u e lleva a los a b u n d a n t e s . E s t i m u l a todas las artes, todas las industrias, y diri-
individuos y a los pueblos al desenfreno o a la esclavitud, acepta, giendo con su eficacia propia todas estas cosas a la v i r t u d y a la
p o r otra parte, con m u c h o gusto los adelantos q u e trae consigo el salvación del h o m b r e , se esfuerza p o r i m p e d i r q u e la inteligencia
tiempo, cuando p r o m u e v e n d e veras el bienestar d e la vida presente, y la actividad del h o m b r e a p a r t e n a éste de Dios y de los bienes
q u e es como u n camino q u e lleva a la vida e inmortalidad futuras.— eternos.
Calumnia, p o r tanto, vana e infundada es la afirmación de algunos [ 2 0 ] . P e r o estos principios, t a n acertados y razonables, n o son
q u e dicen q u e la Iglesia mira con malos ojos el sistema político m o - aceptados h o y día, c u a n d o los Estados n o solamente rechazan a d a p -
d e r n o y q u e rechaza sin distinción todos los descubrimientos tarse a las n o r m a s de la filosofía cristiana, sino que parecen p r e t e n -
del genio contemporáneo. L a Iglesia rechaza, sin d u d a alguna, la d e r alejarse cada día más de ésta. Sin e m b a r g o , como la verdad e x -
locura de ciertas opiniones. D e s a p r u e b a el pernicioso afán de revo- puesta con claridad suele propagarse fácilmente por sí m i s m a
luciones y rechaza m u y especialmente ese estado de espíritu en el y p e n e t r a r poco a poco en los e n t e n d i m i e n t o s de los h o m b r e s , p o r
estpeccati. Contra illa germana est atque expectenda libertas, quae si privatim
spectetur, erroribus et cupiditatibus, teterrimis dominis, hominem serviré illumque nominatim habitum animorum, in quo initia perspiciuntur volun-
non sinit: si publice, civibus sapienter praeest, facultatem augendorum tarii discessus a Deo: sed quia omne, quod verum est, a Deo proficisci
commodorum large ministrat: remque publicara ab alieno arbitrio defendit. necesse est, quidquid, indagando, veri attingatur, agnoscit Ecclesia velut.
Atqui honestam hanc et nomine dignam libertatem, Ecclesia probat omnium quoddam divinae mentís vestigium. Cumque nihil sit in rerum natura veri,
máxime, eamque ut tueretur in populis firmam atque integram, eniti et quod doctrinis divinitus traditis fidem abroget, multa quae adrogent, omnis-
contendere numquam destitit.—Revera quae res in civitate plurimum ad que possit inventio veri ad Deum ipsum vel cognoscendum vel laudandum
communem salutem possunt: quae sunt contra licentiam principum populo impeliere, idcirco quidquid accedat ad scientiarum fines proferendos, gau-
male consulentium utiliter institutae: quae summam rempublicam vetant dente et líbente Ecclesia semper accedet: eademque studiose, ut solet, sicut
in municipalem, vel domesticam rem importunius invadere: quae valent ad alias disciplinas, ita illas etiam fovebit ac provehet, quae positae sunt in
decus, ad personam hominis, ad aequabilitatem iuris in singulis civibus explicatione naturae. Quibus in studiis, non adversatur Ecclesia si q u i d
conservandam, earum rerum omnium Ecclesiam catholicam vel inventricem, mens repererit novi: non repugnat quin plura quaerantur ad decus commo -
vel auspicem, vel custodem semper fuisse, superiorum aetatum monumenta ditatemque vitae: immo inertiae desidiaeque immica, magnopere vult ut
testantur. Sibi igitur perpetuo consentiens, si ex altera parte libertatem hominum ingenia uberes ferant exercitatione et cultura fructus: incitamento
respuit immodicam, quae et privatis et populis in licentiam vel in servitutem praebet ad omne genus artium atque operum: omniaque harum rerum studia
cadit, ex altera volens et libens amplectitur res meliores, quas dies afferat, ad honestatem salutemque virtute sua dirigens, impediré nititur quominus
si veré prosperitatem contineant huius vitae, quae quoddam est velut stadium a Deo bonisque caelestibus sua hominem intelligeniia atque industria d e -
ad alteram eamque perpetuo mansuram.—Ergo quod inquiunt, Ecclesiam flectat.
recentiori civitatum invidere disciplinae, et quaecumque horum temporum
ingenium peperit, omnia promiscué repudiare, inanis est et ieiuna calumnia. Sed haec, tametsi plena rationis et consilii, minus probantur hoc tempore,
Insaniam quidem repudiat opinionum: improbat nefaria seditionum studia cura civitates non modo recusant sese ad christianae sapientiae referre for-
mam, sed etiam videntur quotidie longius ab ea velle discedere.—Nihilomi-
29
lo. 8,34. nus quia in lucem prolata veritas solet sua sponte late fluere, hominumque
mentes sansim pervadere, idcirco Nos conscientia rnaximi sanctissimique
214 LEÓN X I I I
IMMOKTU.K bl.l
esto Nos, obligados en conciencia por el sagrado cargo apostólico
que ejercemos para con todos los pueblos, declaramos la verdad con p r u d e n t e s . Si c o m p a r a m o s esta clase de E s t a d o m o d e r n o , de que
toda libertad, según n u e s t r o deber. N o p o r q u e N o s olvidemos las hablamos, con o t r o Estado, real o imaginario, q u e persiga tiránica
especiales circunstancias de nuestros tiempos, ni p o r q u e j u z g u e m o s y abiertamente a la religión cristiana, p o d r á parecer el p r i m e r o más
condenables los adelantos útiles y honestos de nuestra época, sino tolerable q u e el segundo. Sin embargo, los principios e n q u e se
p o r q u e N o s querríamos q u e la vida pública discurriera p o r caminos basa son tale.s, como h e m o s dicho, q u e n o p u e d e n ser aceptados
más seguros y tuviera fundamentos más sólidos, y esto m a n t e - por nadie.
niendo intacta la verdadera libertad de los p u e b l o s ; esta libertad
h u m a n a cuya m a d r e y mejor garantía es la v e r d a d : la verdad os [En el orden práctico ]
hará libres 3 0 . •
[ 2 2 ] . E n la práctica, la aplicación de estos principios p u e d e n
ser considerados t a n t o en la vida privada y doméstica c o m o en la
[III. D E B E R E S DE LOS CATÓLICOS 1
vida p ú b l i c a . — E n el o r d e n privado el deber principal de cada u n o
[En el orden teórico ] es ajustar perfectamente su vida y su conducta a los preceptos
evangélicos, sin retroceder ante los sacrificios y dificultades q u e
[21]. Si, pues, en estas difíciles circunstancias, los católicos i m p o n e la v i r t u d cristiana. D e b e n , además, todos amar a la Iglesia
escuchan, como es su obligación, estas nuestras enseñanzas, en- c o m o a M a d r e c o m ú n ; obedecer sus leyes, procurar su h o n o r ,
t e n d e r á n con facilidad cuáles son los deberes de cada uno, tanto defender sus derechos y esforzarse para q u e sea respetada y a m a d a
en el orden teórico como en el orden práctico.—En el o r d e n de por aquellos sobre los q u e cada cual tiene alguna autoridad. E s
la ideas, es necesaria una firme adhesión a todas las enseñanzas t a m b i é n de interés público q u e los católicos colaboren acertada-
p r e s e n t e s y futuras de los R o m a n o s Pontífices y la profesión p ú - m e n t e en la administración municipal, p r o c u r a n d o y logrando sobre
blica de esas enseñanzas cuantas veces lo exijan las circunstancias. t o d o q u e se atienda a la instrucción pública de la j u v e n t u d e n lo
Y e n particular acerca de las llamadas libertades modernas es m e n e s - referente a la religión y a las b u e n a s costumbres, como conviene a
t e r q u e todos se atengan al juicio de la Sede Apostólica y se identi- personas cristianas: de esta enseñanza d e p e n d e en gran m a n e r a el
fiquen con el sentir d e ésta. H a y q u e prevenirse contra el peligro bien público de cada c i u d a d . — A s i m i s m o , p o r regla general, es b u e n o
d e q u e la honesta apariencia de esas libertades engañe a algún in- y útil q u e la acción de los católicos se extienda desde este estrecho
c a u t o . Piénsese en el origen de esas libertades y en las intenciones círculo a u n c a m p o m á s amplio, e incluso q u e abarque el p o d e r
de los q u e las defienden. L a experiencia ha d e m o s t r a d o suficiente- s u p r e m o del Estado. D e c i m o s por regla general, porque estas e n s e -
m e n t e los resultados q u e p r o d u c e n en la sociedad. E n todas partes ñanzas nuestras están dirigidas a todas las naciones. P u e d e m u y
h a n d a d o frutos tan perniciosos que con razón han provocado el bien suceder q u e en alguna parte, por causas muy graves y m u y
d e s e n g a ñ o y el arrepentimiento en t o d o s los h o m b r e s h o n r a d o s y
niteat.—Si talis alicubi aut reapse sit, aut fingatur cogitatione civitas, quae
officii, hoc est Apostólica, qua fungimur ad gentes universas, legatione per- christianum ñomen insectetur proterve et tyrannice, cum eáque conferatur
moti, ea quae vera sunt, libere ut debemus, eloquimur: non quod non per- genus id reipublicae recens, de quo loquimur, poterit hoc videri tolerabiüus.
spectam habeamus rationem temporum, aut repudianda aetatís nostrae ho- Principia tamen, quibus nititur, sunt profecto eiusmodi, sicut ante diximus,
nesta atque utilia incrementa putemus, sed quod rerum publicarum tutiora ut per se ipsa probari nemini debeant.
ab offensionibus itínera ac firmiora fundamenta vellemus: idque incolumi
populorum germana libértate; in hominibus enim matér et custos óptima Potest tamen aut in privatis domesticisque rebus, aut in publicis actio
libertatis veritas est: veritas liberabit vos. versari.—Privatim quidem primum officium est, praeceptis evangelicis di-
ligentissime conformare vitam et mores, nec recusare si quid christiana
Itaque in tam difficili rerum cursu, catholici homines, si Nos, ut oportet virtus exigat ad patiendum tolerandumque paulo difficilius. Debent praeter-
audierint, facile videbunt quae sua cuiusque sint tam in opinionibus, quam ea singuli Ecclesiam sic diligere, ut communem matrem: eiusque et servare
in factis officia.—Et in opinando quidem quaecumque Pontifices romani obedienter leges, et honori serviré, et iura salva velle: conarique, ut ab iis,
tradiderint vel tradituri sunt, singula necesse est et tenere indicio stabili in quos quisque aliquid auctoritate potest, pari pietate colatur atque ametur.
comprehensa, et palarn, quoties res postulaverit, profiteri. Ac nominatim Illud etiam publicae salutis interest, ad rerum urbanarum administrationem
de iis, quas libertates vocant novissimo tempore quaesitas, oportet Apostoli- conferre sapienter operam: in eáque studere máxime et «fficere, ut adoles-
cae Sedis stare iudicio, et quod ipsa senserit, idem sentiré singulos. Caven- centibus ad religionem, ad probos mores informandis ea ratione, qua aequum
dum, ne quem fallat honesta illarum species: cogitandumque quibus ortae est christianis, publice consultum sit: quibus ex rebus magnopere pendet
initiis, et quibus passim sustententur atque alantur studiis. Satis iam est singularum salus civitatum.—ítem catholicorum hominum operam ex hoc
experiendo cognitum, quarum illae rerum effectrices sint in civitate: eos tamquam angustiore campo longius excurrere, ipsamque summam rempu-
quippe passim genuere fructus, quorum probos viros et sapientes iure poe- blicam complecti, generatim utile est atque honestum. Generaíim eo dicimus,
30 lo. 7,32.
quia haec praecepta Nostra gentes universas attingunt Ceterum potest
alicubi accidere, ut, maximis iustissimisque de causis, rempublicam ca-
2l(J IMMORTA1.B 1)111
;, LHÓN XIII
p e r o dispuestos siempre a retirarse y a morir valientemente HÍ no
Jüstas
Un p o d í a n retener los honores, las d i g n i d a d e s y los cargos públicos
Estad* C O I ? v e n g a e n m o d o alguno intervenir en el gobierno de
sin faltar a su conciencia. D e este m o d o las instituciones cristianas
L0ltl<> h e m ocu
P a r e n él puestos políticos. P e r o en general,
bl p e n e t r a r o n r á p i d a m e n t e n o sólo en las casas particulares, sino t a m -
i c a s e r f 1 0 8 d i c f l ° > n o querer t o m a r p a r t e alguna en la vida p ú -
a bién en los c a m p a m e n t o s , en los t r i b u n a l e s y en la m i s m a corte
í b i e n a t a n r e P r e n s i b l e como n o q u e r e r prestar ayuda alguna
^ i s m a 0 ^ 1 1 ' T a n t o m á s cuanto q u e los católicos, en v i r t u d de imperial. «Somos de ayer y ya llenamos t o d o lo v u e s t r o : las ciuda-
CUlíl
plir ctrina
q u e profesan, están obligados en conciencia a des, las islas, las fortalezas, los municipios, las asambleas, los cam-
e
Ü, a t > s t i e eStaS o b l i a c i
g ° n e s con toda fidelidad. D e lo contrario, si p a m e n t o s , las t r i b u s , las decurias, el palacio, el Senado, el foro» 3 1 .
Persnn 1 6 1 1 p o l í t i c a m e n t e , los asuntos públicos caerán en m a n o s H a s t a tal p u n t o q u e , c u a n d o se dio libertad de profesar p ú b l i c a m e n t e
Zas d
e sal S ^ U y a m a n e r a de pensar p u e d e ofrecer escasas esperan- el Evangelio, la fe cristiana apareció n o d a n d o vagidos c o m o u n
611 n
° De lÓ0 P a r a el Estado
- Situación q u e redundaría t a m b i é n n i ñ o en la cuna, sino adulta y vigorosa ya en la mayoría d e las
CÍ1
° los q u e n ? d a f t o de la religión cristiana. Podrían entonces m u - ciudades.
u enerm s
Q eda g ° de la Iglesia y podrían m u y p o c o sus amigos.
Jl st
? os n a P ° r t a n t o ' b i e n c l a r o [La defensa de la religión católica y del Estado]
q u e los católicos tienen motivos [ 2 3 ] . E s necesario renovar en nuestros t i e m p o s los ejemplos
ni lntervenir
deben en la vida política de los pueblos. N o acuden de n u e s t r o s mayores. E s necesario en p r i m e r lugar q u e los católi-
P Ue
. de K ' K C U í r a l a v i d a Política cos dignos d e este n o m b r e estén dispuestos a ser hijos a m a n t e s de
para a p r o b a r lo q u e actualmente la Iglesia y aparecer c o m o tales. H a n de rechazar sin vacilación
SÍtl
° Para h d& c e n s u r a b l e e n las instituciones políticas del Estado, t o d o lo q u e sea incompatible con su profesión cristiana. H a n de
P ° s i b l e =1 ^ Q U e e s t a s m i s m a s instituciones se pongan, en lo utilizar, e n la m e d i d a q u e les p e r m i t a su conciencia, las institucio-
lnfvi servicio
ndir sincero y verdadero del bien público, p r o c u r a n d o nes públicas para defensa de la verdad y d e la justicia. H a n d e
f Sas
° . la E fi t o d a S l a s v e n a s d e l E s t a d ° . c o m o s a v i a y s a n S r e v i S ° ' esforzarse p a r a q u e la libertad en el obrar n o traspase los límites
k n l o s Dri aZ lnfluen
c i a de la religión católica.—Así se procedía señalados p o r la naturaleza y p o r la ley d e Dios. H a n de p r o c u r a r
11 r S SÍglos d e la
inrne ° fe1^3- L a s c o s t u m b r e s paganas dista- q u e t o d o s los Estados reflejen la concepción cristiana, q u e h e m o s
P a nsamente d e
. 8aniSrn la moral evangélica. Sin e m b a r g o , en p l e n o expuesto, de la vida pública. N o es posible señalar en estas materias
cr
*%o mj S n ?' i s t i a n o s , siempre incorruptos y consecuentes con- directrices únicas y uniformes, p o r q u e d e b e n a d a p t a r s e ' a c i r c u n s -
n 0S Se introd
\ - Eie ¡ u c í a n animosamente d o n d e q u i e r a q u e p o - tancias d e t i e m p o y lugar m u y desiguales entre sí. Sin e m b a r g o ,
Ieye s p a r e s e n l a l e a l t a d a l o s emperadores y obedientes a hay q u e conservar, ante t o d o , la concordia de las voluntades y
f i l o s o e t l , c u a n t o e r a lícito, esparcían p o r todas partes u n m a - t e n d e r a la u n i d a d en la acción y en los propósitos. Se o b t e n d r á
u l e s a „ r e s P l a r i d o r d e santidad, p r o c u r a n d o al m i s m o t i e m p o ser
ratirr
>. _út" ds^ ? hn eerri m bl
Jasnqous e ypoliticis
atraer aversari,los demás nequáquam expediat. de
a la sabiduría SedC rgene-
isto; atque emori fortiter parati, si honores, si magistratus, si imperia retiñere,
Sse
t ¡n vitio m U S ' n u l l a r " velle rerum publicarum partem attingere tam incolumi virtute, nequivissent. Qua ratione celeriter instituía christiana non
eo q 3 m n i h i l a d comr
r vel m " n u n e m utilítatem afierre studii, nihil ope- modo in privatas domos, sed in castra, in curiam, in ipsam regiam invexere.
¡ ?e doctnn 1S q U ° d «^thclici homines ipsius, quam profitentur, admoni- «Hesterni sümus, et vestra omnia implevimus, urbes, ínsulas, castella, m u -
Sls e ad r e m i n t e r e
if otiosis f ' - i S et ex fide gerendam ímpelluntur. Contra, nicipia, conciliabula, castra ipsa, tribus, decurias, palatium, senatum, fo-
k d s a n e in haben
a s accepturi sunt ii, quorum opiniones spem salutis rum»: ita ut fides christiana cum evangelium publice profiteri lege licuit,
a n am
^«"'stiani n ? . afferant. Idque esset etiam cum pernicie coníunctum non in cupis vagiens, sed adulta et iam satis firma in magna civitatum parte
cle mS
siam a -'' p r ° P t e r e a Q u °d plurimum possent qui male essent in apparuerit.
etl nin at1 míni
^ lPübii c a n \ '' m u r n , qui bene. Quamobrem perspicuum est, ad
"^que a d i r e H u U n d i c a u s a m e s se iustam catholicis: non enim adeunt, Iamvero his temporibus consentaneum est, haec maiorum exempla re-
n U l l t l Publi o b e a m cau
s a m , ut probent quod est hoc tempore in novan.—Catholicos quidem, quotquot digni sunt eo nomine, primum
3 u ° a d fieri r 3 1 1 » 1 / a t i o n i b u s non honestum; sed ut has ipsas rabones, omnium necesse est amantissimos Ecclesiae filios et esse et videri velle:
? e s t inatum P ° * e s t ' í n °°num publicum transferant sincerum atque verum, quae res nequeant cum _hac laude consistere, eas sine cunctatione respuere:
j 'T'quam ai L " .
1 0 habentes
> sapientiam virtutemque catholicae_ religioms, institutis populorum, quantum honeste fieii potest, ad veritatis iustitiaeque
ir.^ ^ a r r l ssalnK patrocinium uti: elaborare, ut constitutum naturae Deique lege m o d u m
^ d u C e r e ^ u o e r n m 1u1m1 succum ac sanguinem, ín omnes reip
"«Ucere
st ~,¿ í™ a l i t e "r a succum
c t u m í n ac sanguinem, ín omnes reipubhcae venas libertas agendi ne transiliat: daré operam ut ad eam, quam diximus, christia-
i tudia
u
dia efh erh •• a l i t e r uam a c t u m í n Pnmis Ecclesiae aetatibus.
P r i m i s Ecclesiae aetatibus. Mores enim
nam similitudinem et formam omnis respiiblica traducatur.—Harum rerum
f V a n^Selicjg.
g e l i c ¡ s . c n??r 11 (( :: oo rr .. uu mm quam
1 longissime aa studiis
longissime studiis abhorrebant
abhorrebant moribusque
moribusque
Í°Ss SSPTV._er " lstianos s a o s famon /-om«ra » m + •"„ m o ^ ; a ciTr-iorct-iririne incorrun-
adipiscendarum ratio constituí uno certoque modo haud comrnode potest,
S npero V ? tamen cerneré erat in media superstitione incorrup- cum debeat singulis locis temporibusque, quae sunt multum Ínter se disparia,
, d e l e s ¡ n ^ s u i s i r nües animóse, quacumque daretur aditus, inferre sese. convenire. Nihilominus conservanda in primis est voluntatum concordia,
'? g u rn, f U n H X k m p l u m P r i n c i P Í b u s , obedientesque, quoad fas esset, imperio
u
debarit fr^ -k* m i r i í i c u m splendorem sanctitatis usquequaque; prodesse
31
TERTULIANO, Apologeticum 37: PL 1,462.
atribus, vocare ceteros ad sapientiam Christi, cederé tamen loco
Ü-i.8 J.I;ÓN xm
iMMukni 1 h u
sin dificultad este doble resultado si cada u n o toma para sí como
n o r m a de conducta las prescripciones de la Sede Apostólica y la a aceptar dócilmente las enseñanzas de la Sede Apostólica, »nr Ir.
obediencia a los obispos, a quienes el Espíritu Santo puso para go- acuse de falta grave p o r q u e piensen de distinta m a n e r a acerca .di- lu>;
bernar la Iglesia de Dios 3 2 . _ L a defensa de la religión católica exige cosas q u e h e m o s dicho. M u c h o m a y o r seria la injusticia si se les
necesariamente la unidad de pensamiento y la firme perseverancia acusara de violación o de sospecha en la fe católica, cosa q u e des-
de todos en la profesión pública de las doctrinas enseñadas p o r la graciadamente ha sucedido más de u n a vez. T e n g a n siempre p r e -
Iglesia. Y en este p u n t o hay q u e evitar dos peligros, la connivencia sente y c u m p l a n esta n o r m a los escritores y, sobre todo, los perio-
con las opiniones falsas y una resistencia m e n o s enérgica q u e la distas. P o r q u e en u n a lucha como la presente, en la q u e están en pe-
q u e exige la verdad. Sin embargo, en materias opinables es lícita ligro bienes de tanta importancia, n o hay lugar p a r a las polémicas
toda discusión m o d e r a d a con deseo de alcanzar la verdad, pero intestinas ni para el espíritu de partido, sino que, u n i d o s los áni-
siempre dejando a u n lado toda sospecha injusta y toda acusación mos y los deseos, d e b e n todos esforzarse p o r conseguir el propósito
m u t u a . P o r lo cual, para q u e la u n i ó n de los espíritus n o q u e d e q u e los u n e : la salvación de la religión y del Estado. P o r tanto, si
destruida con temerarias acusaciones, entiendan todos q u e la inte- a n t e r i o r m e n t e ha h a b i d o alguna división, es necesario sepultarla
gridad de la verdad católica n o p u e d e en m a n e r a alguna compagi- voluntariamente en el olvido m á s completo. Si ha existido alguna
narse con las opiniones tocadas de naturalismo o racionalismo, cuyo t e m e r i d a d o alguna injusticia, quienquiera q u e sea el culpable, hay
fin último es arrasar hasta los cimientos la religión cristiana y es- q u e repararla con u n a recíproca caridad y olvidarlo todo como p r u e -
tablecer en la sociedad la autoridad del h o m b r e independizada de ba de s u p r e m o acatamiento a la Sede Apostólica. D e esta manera,
los católicos conseguirán dos resultados excelentes. El p r i m e r o ,
D i o s . — T a m p o c o es lícito al católico cumplir sus deberes de una
ayudar a la Iglesia en la conservación y propagación de los principios
m a n e r a en la esfera privada y de otra forma en la esfera pública,
cristianos. El segundo, p r o c u r a r el mayor beneficio posible al E s -
acatando la autoridad de la Iglesia en la vida particular y rechazán-
tado, cuya seguridad se halla en grave peligro a causa d e nocivas
dola en la vida pública. Esta distinción vendría a unir el bien con
teorías y malvadas pasiones.
el mal y a dividir al h o m b r e d e n t r o de sí, cuando, por el contrario,
lo cierto es q u e el h o m b r e debe ser siempre consecuente consigo [ 2 4 ] . Estas son, venerables h e r m a n o s , las enseñanzas q u e N o s
mismo, sin apartarse de la n o r m a d e la virtud cristiana en cosa juzgamos conveniente dar a todas las naciones del orbe católico
alguna ni en esfera alguna de la vida. P e r o si se trata de cuestiones acerca de la constitución cristiana del Estado y de las obligaciones
m e r a m e n t e políticas, del mejor régimen político, de tal o cual forma propias del ciudadano.
de constitución política, está permitida en estos casos u n a honesta Sólo nos q u e d a implorar con intensa oración el auxilio del cielo
diversidad de opiniones. Por lo cual no tolera la justicia q u e a per- y rogar a D i o s q u e El, d e q u i e n es p r o p i o iluminar los e n t e n d i -
sonas cuya piedad es p o r otra parte conocida y q u e están dispuestas
his rebus potest honesta esse dissensio. Quorum igitur cognita ceteroqui
quaerendaque agendorum similitudo. Atque optime utrumque impetrabi- pietas est, animusque decreta Sedis Apostolicae obedienter accipere paratus,
tur, si praescripta Sedis Apostolicae legem vitae singuli putent, atque Epi- iis vitio vertí dissentaneam de rebu.s, quas diximus, sententiam, iustitia non
scopis obtemperent, quos Spiritus sanctus posuit regere Ecclesiam Dei.—De- patitur: multoque est maior iniuria, si in crimen violatae suspectaeve fidei
fensio quidem catholici nominis necessario postulat ut in profitendis doctrinis, catholicae, quod non semel factum dolemus, adducantur.—Omninoque istud
quae ab Ecclesia traduntur, una sit omnium sententia, et summa constantia, praeceptum teneant qui cogitationes suas solent mandare litteris, maxime-
et hac ex parte cavendum ne quis opinionibus falsis aut ullo modo conniveat, que ephemeridum auctores. In hac quidem de rebus maximis contentione
aut mollius resistat, quam veritas patiatur. De iis quae sunt opinabilia, ' nihil est intestinis concertationibus, vel partium studiis relinquendum loci,
licebit cum moderatione studioque indagandae veritatis disputare, procul sed conspirantibus animis studiisque id debent universi contendere, quocí
tamen suspicionibus iniuriosis, criminationibusque mutuis.—Quam ad rem, est commune omnium propositum, religionem remque publicara conservare.
ne animorum coniunctío criminandi temeritate dirimatur, sic intelligant Si quid igitur dissidiorum antea fuit, oportet voluntaria quadam oblivione
universi: integritatem professionis catholicae consistere nequáquam posse conterere: si quid temeré, si quid iniuria actum, ad quoscumque demum
cum opinionibus ad naturalismum vel rationalismum accedentibus, quarum ea culpa pertineat, compensandum est caritate mutua, et praecipuo quodam
summa est tollere funditus instituta christiana, hominisque stabilire in so- omnium in Apostolicam Sedem obsequio redimendum.—Hac via duas res
cietate principatum, posthabito Deo.—Pariter non licere aliam officii formam praeclarissimas catholici consecuturi sunt, alteram, ut adiutores sese imper-
privatim sequi, aliam publice, ita scilicet ut Ecclesiae auctoritas in vita tiant Ecclesiae in conservanda propagandaque sapientia christiana: alteram
privata observetur, in publica respuatur. Hoc enim esset honesta et turpia ut beneficio máximo afficiant societatem civilem, cuius, nialarvim doctrina-
coniungere, hominemque secum faceré digladiantem, cum contra debeat rum cupiditatumque causa, magnopere periclitatur salus.
sibi semper constare, ñeque ulla in re ullove in genere vitae a virtute chris-
Haec quidem, Venerabiles Fratres, hahuimus, quae universis catholici
tiana deficere.—Verum si quaeratur de ratíonibus mere politicis, de óptimo
orbis gentibus traderemus de civitatum constitutione christiana, ofnciisque
genere reipublicae, de ordinandis alia vel alia ratione civitatibus, utique de
civium singulorum.
Ceterum implorare summis precibus oportet caeleste praesidium, oran-
3 2 A«. 30,38.
dusque Deus, ut haec, quae ad ipsius gloriam communemque humani gene-
220 LEÓN XIII

mientos y mover las voluntades de los hombres, conduzca al re-


sultado apetecido los deseos que hemos formado y los esfuerzos LIBERTAS PRAESTANT1SSIMVM
que hemos hecho para mayor gloria suya y salvación de todo el gé-
nero humano. Como auspicio favorable de los beneficios divinos y La libertad y el liberalismo
prenda de nuestra paterna benevolencia os damos en el Señor con
el mayor afecto nuestra bendición apostólica a vosotros, venerables
hermanos, al clero y a todo el pueblo confiado a la vigilancia de
vuestra fe.
Dado en Roma, junto a San Pedro, el i de noviembre de 1885,
año octavo de nuestro pontificado.
ris salutem cupimus et conamur, opiatos ad exitus ídem Ipse perducat,
cuius est ¡Ilustrare hominum mentes, permovere voluntates.—Divinorum
autem beneficiorum auspicem, et paternae benevolentiae Nostrae testem La encíclica de León XIII Libertas praestantissimum es una inter-
vobis, Venerabiles Fratres, et Clero populoque universo vestrae fidei vigi- pretación auténtica de dos documentos pontificios condenatorios del
lantiaeque commisso Apostolicam Benedictionem peramanter in Domino liberalismo, la encíclica Mirari vos (1832), de Gregorio XVI, y el
impertimus.
Syllabus (1864), de Pío IX. Enlazada directa e inmediatamente con la
Datum Romae apud S. Petrum die 1 Novembris MDCCCLXXXV. Pon-
tificatus Nostri anno octavo. Immortale Dei, la carta Libertas constituye un esfuerzo del Pontificado
Romano para defender la libertad humana del marasmo inminente de la
anarquía que había de provocar el liberalismo, y para evitar a tiempo
la irrupción de las grandes dictaduras que los papas preveían ya en el
horizonte. Es una llamada de atención al mundo, recogida en amplios
sectores, pero no aceptada totalmente por los gobiernos. Se repetía
así la historia de una Troya confiada que desoye las palabras de esta
nueva Casandra—nec umquam credita Teucris—que es la Iglesia.
El documento consta de dos partes: una exposición de la doctrina
católica acerca de la libertad y una crítica del liberalismo político.
La primera parte es el supuesto necesario de la segunda. León XIII
parte de la distinción entre la libertad natural—que es la que el hombre
posee en virtud de su esencial racionalidad—y la libertad moral, por
la cual el hombre puede elegir o no el bien que es conforme a ¡a razón.
La libertad social y política no es otra cosa que la proyección de esa
libertad moral en el campo de las relaciones sociales. Es la ley humana
positiva, subordinada a la ley natural, la reguladora del ejercicio recio
de esta libertad social.
La concepción cristiana de la libertad social contradice abiertamente
a la concepción liberal. Porque el liberalismo es en la ética y en la
política lo que el naturalismo o racionalismo en la metafísica: negación
de toda autoridad divina y afirmación de la soberanía de la razón hu-
mana como dogma fundamental.
León XIII establece a continuación una clasificación critica de las
diferentes formas del liberalismo. Existe un liberalismo radical, o de
primer grado, que rechaza todo lo divino en la vida privada y en la
vida pública, y que por esto merece la más absoluta condenación. El
liberalismo relativo, o de segundo grado, acepta el sometimiento natural
del hombre a Dios, pero niega toda idea de revelación (liberalismo
relativo estricto) o bien admite la revelación, pero reducida a la esfera
' privada del individuo (liberalismo relativo amplio). Este liberalismo
de segundo grado en su doble forma está condenado por León XIII
en la presente encíclica. Queda, por último, un llamado liberalismo
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l.IUl-KTVS I'KAKSIANI ISS1MUM •¿•¿:¡
mitigado, o de tercer grado, susceptible de una ulterior subdivisión.
Se admite la revelación y el significado público de ésta, pero se pide a La ley es necesaria, porque el hombre es libre y puede desviarse
del recto orden. Consiste en un precepto indicativo y obÜRatorio
la Iglesia una tolerancia posible (liberalismo mitigado lícito) o se exige
de la razón. La ley principal es la ley natural, órgano de la ley eterna,
de ella una positiva connivencia con el error y los males de la época que es expresión, a su vez, de la razón eterna de Dios. La gracia es
(liberalismo mitigado ilícito). un auxilio sobrenatural dado por Dios a la voluntad del hombre.
A continuación, y prolongando la línea de este análisis del libera- No debilita la libertad de éste, sino que facilita y garantiza su ejercicio
lismo, León XIII hace un estudio luminoso de la teoría de las libertades recto.
m o d e r n a s . Es éste uno de los capítulos más importantes de la Libertas, IV. La libertad moral del hombre en la sociedad. La ley humana es la
que termina con el examen del problema de la tolerancia. Dos tesis que regula la actividad social del hombre. Dos clases de leyes hu-
hay que conjugar en esta materia: sólo la verdad y el bien tienen dere- manas: hay leyes que son expresión directa de la ley natural; su
chos; sin embargo, la tolerancia como mera permisión de un mal es origen no está en el Estado, sino en la naturaleza. Hay otras leyes
lícita por razones de bien común en determinadas circunstancias. Hay que determinan en particular lo que la ley natural establece en
general; su fuente inmediata es el Estado.
que admitir, por tanto, como principio la licitud condicionada de la
La libertad social no consiste en hacer el capricho personal,
tolerancia del mal, sin que esta tolerancia suponga aceptación positiva sino en vivir socialmente según los dictados de la ley eterna. Todo
o compromiso connivente con el mal tolerado. Sobre la cuestión de la derecho positivo deriva de la ley eterna—a través de la ley natural—
tolerancia, véase también la encíclica Firmissimam constantiam, de su fuerza legal obligatoria. La libertad social incluye, por consi-
Pío XI, dirigida al episcopado mejicano, y el discurso de Pío XII de guiente, la necesidad de obedecer a.la ley y de someterse a la autori-
6 de diciembre de 1953 sobre C o m u n i d a d internacional y tolerancia ' . dad; en última instancia, a Dios. Esta obediencia no suprime la
Acerca de los distintos significados del término «liberalismo», véase libertad, sino que la garantiza y dignifica. Dios es el fin supremo de
la carta de León XIII al episcopado inglés de 11 de febrero de 1900 !a libertad del hombre.
condenando por su raíz racionalista el llamado catolicismo liberal La Iglesia católica ha sido siempre defensora de esta concepción
exacta de la verdadera libertad social. Pero ha recordado siempre
(ASS 33 [1900-1901} 449-450) y la carta del cardenal Rampolla,
al mismo tiempo la obligación sagrada de la obediencia ai poder
secretario de Estado, al arzobispo de Bogotá de fecha 6 de abril de igoo 2 legítimo, complementada con el precepto eventual de ¡a no obe-
distinguiendo entre liberalismo y partidos políticos liberales. diencia al mandamiento contrario a la ley de Dios.
V. Falsa doctrina del liberalismo acerca de la libertad del hombre. La
BIBLIOGRAFÍA raíz filosófica del liberalismo político es el racionalismo.
El liberalismo radical o de primer grado: autonomía del hombre.
CARD. BILLOT, Tractatus de Ecclesia Christi t.2, De habitudine Ecclesiae ad Soberanía absoluta de la razón. Moral independiente de Dios. La
civilem societaíem (Roma 1910).—G. PASCAL, DAFC S. V. Libéralisme.— voluntad libre como raíz última y exclusiva de la sociedad. La ma-
C. CONSTANTIN, Libéralisme cathotique: DTC t.9 col.506-629 (París 1926).—
.1. SCHMIDLIN, Papstgeschkhte der neuesten Zeit t.2 p.358-360.—G. CASTELLA yoría como fuente suprema del derecho.
Histoire des Papes t.3 p.236.—J. AzptAzu, El Estado católico p.79ss.—MONSE- Este liberalismo es falso en el orden óntico. Suprime toda norma
ÑOR A. HERRERA ORIA, La Palabra de Cristo 2. a ed. t.2 p.704ss; t.6 p.539ss. objetiva en el orden moral. Corta de raíz toda estabilidad en el orden
social y político.
El liberalismo mitigado o de segundo grado. La libertad debe
SUMARIO ajustarse a la recta razón natural, y por tanto a Dios. Pero no está
I. La libertad del hombre y el uso de esta libertad. Jesucristo, salvador obligada a someterse a una pretendida ley revelada. Por esto no tiene
de la libertad humana. La Iglesia, benemérita de la libertad. Sin sentido hablar de relaciones entre la Iglesia y el Estado.
embargo, hay quienes presentan a la Iglesia como enemiga de la Esta teoría es inconsecuente consigo misma y por ello falsa.
libertad. El hombre debe someterse a todas las leyes que Dios le imponga.
No es el hombre el que ha de determinar la naturaleza y la exten-
II. El objeto de esta encíclica es el estudio del problema dé la libertad sión de los derechos de Dios. Ahora bien, Dios ha dado la ley reve-
moral y de las llamadas libertades modernas. lada y fundado la Iglesia. Además, la ley natural y la ley revelada
III. La libertad natural es exclusiva de los seres racionales. Su funda- no son contrarias, sino complementarias. Por esto la teoría de la
mento es la espiritualidad del alma humana. La libertad moral deriva separación es radicalmente falsa.
de !a libertad natural. El hombre es responsable porque es libre. El liberalismo más mitigado o de tercer grado. El hombre debe
La libertad individual consiste en la facultad electiva de medios obedecer todas las leyes impuestas por Dios. Pero sólo en la esfera
aptos para un fin, y necesita el conocimiento intelectual previo. privada. En la esfera pública puede el hombre prescindir o apartarse
Pero ia libertad del hombre es imperfecta. Para remediar esta defi- de la ley revelada. Por esto es necesaria la separación entre la Iglesia
ciencia, Dios ha provisto al hombre de dos socorros: la ley y la gracia. y el Estado.
1 . Este sistema es falso también por su inconsecuencia. El Estado
Véanse en el lugar correspondiente de esta obra. está obligado a proporcionar al ciudadano la prosperidad espiritual
2
Cf. Actes de Léon XI111.7 p. 184-193 (Bonne Presse, París).
facilitándole los medios necesarios para ésta. Además, la Iglesia y el
. I.UIFKI'SS l'KUSIAM 1SS1MIJM
224 LEÓN XIII
IX. Aplicaciones prácticas de carácter general.
Estado han de encontrarse necesariamente en ciertas ocasiones. En Es ilícito defender las libertades del liberalismo como dci\\ I,,
estos casos de convergencia hay que buscar una solución concorde naturales. Todo lo más podrán ser toleradas en algunos casos. 1 • •,
de mutua convivencia. licito procurar para el Estado una organización política más equili
VI. Las conquistas del liberalismo: las libertades modernas. brada en los casos de opresión gubernativa. Son lícitas todas h .
Libertad de cultos. El hombre, se dice, es totalmente libre en ma- formas de gobierno con aptitud para el bien común. Es lícito 01
teria religiosa; el Estado no tiene obligación alguna en esta materia. general participar en la vida política. Todos deben colaborar en el
En el orden individual esta tesis es falsa, porque el deber supremo bien común. Es justo procurar la independencia nacional y la libe
del hombre es dar culto a Dios. En el orden social esta libertad de ración de la tiranía cuando se hace sin lesionar la justicia. Es lícito y
cultos es también falsa, porque el Estado tiene deberes para con Dios recomendable el fomento y desarrollo de las libertades políticas
y para con los ciudadanos en este campo. La religión es además moderadas.
fundamental para la libertad de la persona y para el bien del Estado.
Libertad de palabra y libertad de imprenta. Sólo la verdad y el
bien tienen el derecho de ser propagados libremente. Los intelec- [i ]. L a libertad L d o n excelente de la Naturaleza, p r o p i o y
tuales depravados son más peligrosos que muchos delincuentes. En exclusivo d e los seres racionales, confiere al h o m b r e la d i g n i d a d de
materias opinables el hombre tiene libertad para pensar y para estar en manos de su albedrío 2 y d e ser d u e ñ o de sus acciones. Pero
expresar razonablemente lo que le parece.
lo más i m p o r t a n t e en esta dignidad es el m o d o de su ejercicio, p o r q u e
Libertad de enseñanza. El objeto exclusivo de la enseñanza es
y debe ser la verdad. Ahora bien, la verdad es de dos clases: natural del uso de la libertad nacen los mayores bienes y los mayores males.
y revelada. La Iglesia es depositada de la verdad revelada y defen- Sin d u d a alguna, el h o m b r e p u e d e obedecer a la razón, practicar
sora de la verdad natural. Por eso la Iglesia es la maestra del hombre el bien moral, t e n d e r p o r el camino recto a su último fin. P e r o el
y tiene derecho a la libertad de magisterio. La libertad para el error h o m b r e p u e d e t a m b i é n seguir u n a dirección totalmente contraria
es contraria a la naturaleza del hombre. y, y e n d o tras el espejismo d e unas ilusorias apariencias, p e r t u r b a r
Libertad de conciencia. Dos sentidos: uno falso, el hombre es el o r d e n d e b i d o y correr a su perdición voluntaria. Jesucristo, libe-
absolutamente libre en materia religiosa; otro verdadero, el hombre rador del género h u m a n o , q u e vino para restaurar y acrecentar la
tiene el derecho de cumplir dentro del Estado la voluntad de Dios. dignidad antigua de la Naturaleza, ha socorrido de m o d o extraordi-
VIL La tolerancia. Los males presentes sólo pueden remediarse con el nario la voluntad del h o m b r e y la ha levantado a u n estado mejor,
restablecimiento de los principios sobre la libertad humana expuestos concediéndole, p o r u n a parte, los auxilios d e su gracia y abriéndole,
en esta encíclica. La Iglesia, sin embargo, atiende a las circunstancias; por otra parte, la perspectiva de u n a eterna felicidad en los cielos.
por esto, aunque reconoce derechos solamente a la verdad y al bien, D e m o d o semejante la Iglesia ha sido y será siempre b e n e m é r i t a de
no se opone a la tolerancia del mal en determinados supuestos. La
única causa legitimadora de esta tolerancia es el bien común. Pero este preciado d o n de la Naturaleza, p o r q u e su misión es precisa-
tolerancia no es sinónimo de aprobación. m e n t e la conservación, a lo largo de la Historia, de los bienes q u e he-
Dos advertencias: cuanto mayor es el mal que se tolera, tanto
más imperfecto es el Estado que lo tolera. Cuando la tolerancia
causa males mayores que los bienes que, reporta, la tolerancia es D e libértate h u m a n a
ilícita.
LIBERTAS, praestantissimum naturae bonum, ideraque intelligentia aut
.'III. La raíz moral del liberalismo es una rebelión interna del hombre ratione utentium naturarum unice proprium, hanc tribuit homini dignitatem
frente a Dios. Sin embargo, presenta externamente varias formas
ut sit in manu consilii sui, obtineatque actionum suarum potestatem.—Ve-
determinantes de otras tantas especies de liberalismo.
rumtamen eiusmodi dignitas plurimum interest qua ratione geratur, qui a
Liberalismo de primer grado: condenado por su rechazo absoluto sicut summa bona, ita et summa mala ex libertatis usu gignuntur. Sane
de Dios tanto en la vida privada como en la vida pública. integrum est homini parere rationi, morale bonum sequi, ad summum
Liberalismo de segundo grado: condenado por su negación de la finem suum recta contendere. Sed Ídem potest ad emnia alia deflecíere,
ley revelada y por defender la separación entre la Iglesia y el Estado fallacesque bonorum imagines persecutus, ordinem debitum perturbare, et
en el sentido de que la Iglesia no existe para el Estado. in interitum ruere voluntarium.—Liberator humani generis Iesus Christu?,
Liberalismo de tercer grado: condenado por excluir la ley reve- restituía atque aucta naturae dignitate prístina, plurimum ipsam iuvit homi -
lada de la vida pública y por defender la separación entre la Iglesia nis voluntatem; eamque hinc adiunctis gratiae suae praesidiis, illinc sempi-
y el Estado. Reconoce ¡a existencia de la Iglesia, pero le niega el terna in caelis felicitate proposita, ad meliora erexit. Similique ratione de hoc
carácter de sociedad perfecta. Tesis ya refutada en la Immortale Dei. tam excellenti naturae bono et merita est et constantcr merebitur Ecclesia
Liberalismo de cuarto grado: es inaceptable, dice, la separación catholica, proptarea quod eius est, parta nobis per Iesum Christum beneficia
entre Iglesia y Estado. Pero la Iglesia debe amoldarse a los tiempos.
1
Si lo que se pide a la Iglesia es una tolerancia justa, esta forma no LEÓN XIII, carta encíclica a los patriarcas, primados, arzobispos y obispos del mundo
está condenada. Si lo que se le exige es una condescendencia o una católico en paz y comunión con la Sede Apostólica: sobre la libertad humana: ASS 20 (1887)
593-613; AL 8,212-246.
connivencia, esta forma es inaceptable. 2
Ecclo. 15,14.
Pl'ffr. pí'Vjif. i S
226 LEÓN xm LIBERTAS PRAESTANtlSSlMUM 227

mos a d q u i r i d o por m e d i o de. Jesucristo. Son, sin embargo, m u c h o s


los h o m b r e s para los cuales la Iglesia es enemiga de la libertad h u - [I. D O C T R I N A CATÓLICA SOBRE LA L I B E R T A D ]
m a n a . L a causa d e este prejuicio reside en u n a errónea y adulterada
idea de la libertad. P o r q u e , al alterar su contenido, o al darle una [Libertad natural]
extensión excesiva, como le dan, p r e t e n d e n incluir d e n t r o del ám- [3 ]. El objeto directo d e esta exposición es la libertad moral,
bito d e la libertad cosas q u e q u e d a n fuera del concepto exacto de considerad^ t a n t o en el individuo como en la sociedad. Conviene,
libertad. sin e m b a r g o , al principio exponer b r e v e m e n t e algunas ideas sobre
[ 2 ] . N o s h e m o s h a b l a d o ya en otras ocasiones, especialmente la libertad natural, p u e s si bien ésta es totalmente distinta de la
en la encíclica Immortale Dei3, sobre las llamadas libertades modernas, libertad moral, es, sin e m b a r g o , la fuente y el principio de d o n d e na-
separando lo q u e en éstas hay de b u e n o d e lo q u e en ellas hay de cen y derivan espontáneamente todas las especies d e libertad. E l
malo. H e m o s d e m o s t r a d o al m i s m o t i e m p o q u e t o d o lo b u e n o que juicio recto y el sentido c o m ú n de todos los h o m b r e s , voz segura de
estas libertades p r e s e n t a n es t a n antiguo c o m o la m i s m a verdad, y la Naturaleza, reconoce esta libertad solamente en los seres q u e tie-
q u e la Iglesia lo ha a p r o b a d o siempre de b u e n a voluntad y lo ha in- n e n inteligencia o razón; y es esta libertad la q u e hace al h o m b r e
corporado siempre a la práctica diaria de su vida. L a n o v e d a d aña- responsable de todos sus actos. N o podía ser d e otro m o d o . P o r q u e
dida m o d e r n a m e n t e , si h e m o s de decir la verdad, n o es m á s q u e una mientras los animales obedecen solamente a sus sentidos y bajo el
auténtica corrupción p r o d u c i d a p o r las turbulencias d e la época y impulso exclusivo de la naturaleza buscan lo q u e les es útil y h u y e n
por la i n m o d e r a d a fiebre d e revoluciones. P e r o como son m u c h o s lo q u e les es perjudicial, el h o m b r e tiene a la razón c o m o guía en
los q u e se obstinan en ver, a u n en los aspectos viciosos de estas todas y e n cada u n a d e las acciones d e su vida. P e r o la razón, a la
libertades, la gloria s u p r e m a de nuestros t i e m p o s y el fundamento vista de los bienes de este m u n d o , juzga d e todos y de cada u n o de
necesario de toda constitución política, como si fuera imposible ellos q u e lo m i s m o p u e d e n existir q u e n o existir; y concluyendo, p o r
concebir sin estas libertades el gobierno perfecto del Estado, nos ha esto mismo, q u e n i n g u n o de los referidos bienes es absolutamente
parecido necesario, p a r a la utilidad d e todos, tratar con particular necesario, la razón d a a la voluntad el p o d e r d e elegir lo q u e ésta
atención este asunto. quiera. A h o r a bien, el h o m b r e p u e d e juzgar de la contingencia de
estos bienes q u e h e m o s citado, p o r q u e tiene u n alma d e naturaleza
in omnem saeculorum aetatem propagare.—Nihilominus complures nume-
rantur, qui obesse Ecclesiam humanae libertad putent. Cuius rei causa in simple, espiritual, capaz de p e n s a r ; u n alma q u e , p o r su propia en-
perverso quodam praeposteroque resídet de ipsa libértate iudicio. Hanc tidad, n o proviene d e las cosas corporales n i d e p e n d e d e éstas e n su
enim vel in ipsa sui intelligentia adulterant, vel plus aequo opinione dilatant, conservación, sino q u e , creada i n m e d i a t a m e n t e p o r Dios y m u y su-
ita ut pertinere ad res sane multas contendant, in quibus, si recte diiudicari perior a la c o m ú n condición d e los cuerpos, tiene u n m o d o p r o p i o
velit, liber esse homo non potest. de vida y u n m o d o n o m e n o s propio d e o b r a r ; esto es lo q u e explica
Alias nos, nominatimque in litteris Encyclicis Immortale Deí, de moder- q u e el h o m b r e , con el conocimiento intelectual d e las i n m u t a b l e s
nis, uti loquuntur, libertatibus verba facimus, id quod honestum est secer-
n entes ab eo quod contra: simul demonstravimus, quidquid iis libertatibus Libertatem moralem recta persequimur, sive in personis ea singulis, sive
continetur boni, id tam esse vetus, quam est veritas: illudque semper Ecck - in civitate spectetur.—Principio tamen iuvat aliquid de libértate naturali
siam Iibentissime probare et re usuque recipere solitaria. Id quod accessit breviter dicere, quia quamquam a morali omnino distinguitur, fons tamen
novi, si verum quaeritur, in parte quadam inquinatiore consistit, quam tur- atque principium est, unde genus omne libertatis sua vi suaque sponte
bulenta témpora ac rerum novarum libido nimia peperere.—Sed quoniam nascitur. Hanc quidem omnium iudicium sensusque communis, quae cer-
sunt plures in hac opinione pertinaces, ut eas libertates, in eo etiam quod tissima naturae vox est in iis solum agnoscit, qui sint intelligentiae vel
continent vitii, summum aetatis nostrae decus et constituendarum civitatum rationis compotes in eáque ipsa causam inesse apparet, cur auctor eorum,
fundamentum necessarium putent, ita ut, sublatis iis, perfectam guberna- quae ab eo aguntur, verissime habeatur homo. Et recte quidem: nam quan-
tionem reipublicae cogitari posse negent, idcirco videtur, publica Nobismet- do ceteri animantes solis ducuntur sensibus, soloque naturae impulsu acqui-
ípsis utilitate proposita, eiusmodi argumentum pertractari separatim opor- runt quae sibi prosint, fugiuntque contraria, homo quidem in singulis vitae
tere. factis rationem habet ducem. Ratio autem, quaecumque habentur in terris
bona, omnia et singula posse iudicat esse, et aeque posse non esse: et hoc
3 ASS 18 (1885) 161-180. ipso nullum eorum decernens esse necessario sumendum, potestatem optio-
nemque voluntati facit ut eligat, quod lubeat.—Sed de contingentia, ut appel-
lant, eorum bonorum, quae diximus, ob hanc causam iudicare homo potest,
quod animum habet natura simplicem, spiritualem cogitationisque parti-
cipem: qui idcirco quod est eiusmodi, non a rebus corporeis ducit originem,
ñeque pendet ex eis in conservatione sui; sed, nulla re intercedente, inge-
neiatus a Deo, communemque corporum conditionem longo intervallo trans-
grediens suum et proprium habet vivendi genus, suum agendi; quo fit ut,
228 I.KON XIII LIBERTAS 1'kAESTANTlSSlMUM

y necesarias esencias del bien y de la verdad, descubra con certeza t o d o lo q u e u n o elige c o m o m e d i o para obtener otra cosa pertenece
q u e estos bienes particulares n o son en m o d o alguno bienes necesa- al género del d e n o m i n a d o bien útil, y el bien p o r su propia natura-
rios. D e esta manera, afirmar q u e el alma h u m a n a está libre de todo leza tiene la facultad de mover la voluntad; p o r esto se concluye
elemento mortal y dotada de la facultad de pensar, equivale a esta- qse la libertad es propia d e la voluntad, o m á s exactamente, es
blecer la libertad natural sobre su más sólido fundamento. la voluntad misma, en c u a n t o q u e ésta, al obrar, posee la facultad
de elegir. P e r o el m o v i m i e n t o de la v o l u n t a d e s imposible si el co-
[ 4 ] . A h o r a bien, así como ha sido la Iglesia católica la más
nocimiento intelectual n o la precede iluminándola c o m o u n a an-
alta propagadora y la defensora m á s constante de la simplicidad, es-
torcha, o sea q u e el bien deseado p o r la v o l u n t a d es necesariamente
piritualidad e inmortalidad del alma h u m a n a , así t a m b i é n es la
bien en c u a n t o conocido previamente p o r la razón. T a n t o m á s c u a n -
Iglesia la defensora más firme de la libertad. L a Iglesia ha enseñado
to q u e en todas las voliciones h u m a n a s la elección es posterior al
siempre estas dos realidades y las defiende como dogmas de fe. Y n o juicio sobre la verdad de los bienes p r o p u e s t o s y sobre el o r d e n de
sólo esto. F r e n t e a los ataques de los herejes y de los fautores de no- preferencia q u e debe observarse en éstos. P e r o el juicio es, sin d u d a
vedades, ha sido la Iglesia la q u e t o m ó a su cargo la defensa de la 'alguna, acto de la razón, n o de la voluntad. Si la libertad, p o r tanto,
libertad y la q u e libró de la ruina a esta t a n excelsa cualidad del reside en la voluntad, q u e es p o r su m i s m a naturaleza u n apetito o b e -
h o m b r e . L a historia de la teología d e m u e s t r a la enérgica reacción de " diente a la razón, sigúese q u e la libertad, lo m i s m o q u e la voluntad,
la Iglesia contra 4os intentos alocados de los m a n i q u e o s y, otros here- tiene p o r objeto u n bien conforme a la razón. N o obstante, c o m o la
jes. Y, en t i e m p o s más recientes, todos conocen el vigoroso esfuerzo razón y la voluntad son facultades imperfectas, p u e d e suceder,
q u e la Iglesia realizó, p r i m e r o en el concilio de T r e n t o y después y sucede m u c h a s veces, q u e la razón p r o p o n g a a la voluntad u n o b -
contra los discípulos dé Jansenio, para defender la libertad del j e t o q u e , siendo en realidad malo, p r e s e n t a una engañosa apariencia
h o m b r e , sin permitir q u e el fatalismo arraigue en t i e m p o o en lugar de bien, y q u e a él se aplique la voluntad. P e r o así como la posibi-
alguno. lidad de errar y el error de h e c h o es u n defecto q u e arguye u n enten-
d i m i e n t o imperfecto, así t a m b i é n adherirse a u n bien engañoso y
[Libertad moral ] fingido, a u n siendo indicio d e libre albedrío, c o m o la enfermedad
es señal de la vida, constituye, sin e m b a r g o , u n defecto de la liber-
[ 5 ] . L a libertad es, por tanto, como h e m o s dicho, patrimonio
tad. D e m o d o parecido, la voluntad, p o r el solo h e c h o de su d e -
exclusivo de los seres dotados de inteligencia o razón. Considerada
pendencia de la razón, c u a n d o apetece u n objeto q u e se aparta de
en su m i s m a naturaleza, esta libertad n o es otra cosa q u e la facultad
la recta razón, incurre en el defecto radical de c o r r o m p e r y abusar
de elegir entre los medios q u e son aptos para alcanzar u n fin deter-
de la libertad. Y ésta es la causa d e q u e Dios, infinitamente perfecto, y
m i n a d o , en el sentido de q u e el q u e tiene facultad de elegir una cosa
que por ser s u m a m e n t e inteligente y b o n d a d p o r esencia es s u m a -
e n t r e m u c h a s es d u e ñ o de sus propias acciones. A h o r a b i e n : como

immutabilibus ac necessariis veri bonique rationibus iudicio comprehen- causa assumitur, rationem habet boni, quod utile dicitur: bonum autem
sis, bona illa singularia nequáquam esse necessaria videat. Itaque cum hoc habet natura, ut proprie appetitionem moveat, ideirco liberum arbitrium
ánimos hominum segregatos esse statuitur ab omni concretione mortali est voluntatis proprium, seu potius ipsa voluntas est quatenus in agendo
eosdemque facúltate cogitandi pollere, simul naturalis libertas in fundamento habet delectus facultatem. Sed nequáquam voluntas movetur, nisi mentis
sao firmissime constituitur. cognitio velut fax quaedam praeluxerit: videlicet bonum, voluntati concu-
Iamvero sicut animi humani naturam simplicem, spiritualem atque im- pitum, est necessario bonum quatenus rationi cognitum. Eo vel magis quod
mortalem, sic et libertatem nemo nec altius praedicat, nec constantius in ómnibus voluntatibus delectum semper iudicatio praeit de veritate bo-
asserit Ecclesiá catholica, quae scilicet utrumque omni tempore docuit, norum, et quodnam sit anteponendum ceteris. Atqui iudicare, rationis esse,
sicque tuetur ut dogma. Ñeque id solum: sed contra dicentibus haereticis non voluntatis, nemo sapiens dubitat. Libertas igitur si in volúntate inest,
novarumque opinionum fautoribus, patrocinium libertatis Ecclesiá suscepit, quae natura sua appetitus est rationi obediens, consequitur ut et ipsa, sicut
hominisque tam grande bonum ab interitu vindicavit. In quo genere, litte- voluntas, in bono versetur rationi consentaneo.—Nihilominus quoniam
rarum monumenta testantur, insanos Manichaeorum aliorumque conatus utraque facultas a perfecto abest, fieri potest ac saepe fit, ut mens voluntati
quanta contentione repulerit; recentiori autem aetate nemo est nescius proponat quod nequáquam sit reapse bonum, sed habeat adumbratam spe-
quanto studio quantaque vi tum in Concilio Tridentino, tum postea adversus ciem boni, atque in id sese voluntas applicet. Verum sicut errare posse reque
lansenii sectatores, pro libero hominis arbitrio dimicaverit, nullo tempore ipsa errare vitium est, quod mentem non omni parte perfectam arguit, eodem
nulloque loco fatalismum passa consistere. modo arripere fallax fictumque bonum, est indicium liberi arbitrii, sicut
aegritudo vitae, est tamen vitium quoddam libertatis. Ita pariter voluntas,
Libertas' itaque, ut diximus, eorum est, qui rationis aut intelligentiae
hoc ipso quod a ratione pendet, quando quidquam appetat quod a recta
sunt participes, propria: eademque, si natura eius consideretur, nihil est
ratione dissideat, vitio quodam funditus inquinat libertatem, eademque per-
aliud nisi facultas eligendi res ad id, quod propositum est, idóneas, quatenus
verse utitur. Ob eamque causam Deus infinite perfectus, qui cum sit summe
qui facultatem habet unum aliquod eligendi e pluribus, is est factorum
intelligens et per essentiam bonitas, est etiam summe Iiber, malum culpae
suorum dominus.—Iamvero quia omne, quod rei cuiuspiam adipiscendae
LIBERTAS l'NAKSTAiNTTSSIMUM '.'.'II
230 LEÓN X I I I
[La ley]
m e n t e libre, n o p u e d a e n m o d o alguno q u e r e r el mal m o r a l ; c o m o
t a m p o c o p u e d e n quererlo los bienaventurados del cielo, a causa- d e [6].' Siendo ésta la condición d e la libertad h u m a n a , le hacia
la contemplación del bien s u p r e m o . Esta e r a la objeción q u e sabia- falta a la libertad u n a protección y u n auxilio capaces d e dirigir t o -
m e n t e ponían San A g u s t í n y otros autores contra los pelagianos. Si dos sus movimientos hacia el bien y d e apartarlos del mal. D e lo
la posibilidad d e apartarse del bien perteneciera a la esencia y a la contrario, la libertad habría sido g r a v e m e n t e perjudicial para el
perfección d e la libertad, entonces Dios, Jesucristo, los ángeles y h o m b r e . — E n p r i m e r lugar, le era necesaria u n a ¡ey, e s decir, u n a
los bienaventurados, t o d o s los cuales carecen d e ese poder, o n o n o r m a d e lo q u e hay q u e hacer y d e lo q u e hay q u e evitar. L a ley,
serían libres, o al m e n o s n o lo serían con la misma perfección que el en sentido p r o p i o , n o p u e d e darse e n los animales, q u e o b r a n p o r
h o m b r e e n estado d e p r u e b a e imperfección. E l D o c t o r Angélico
necesidad, p u e s realizan todos sus actos p o r instinto natural y n o
se h a ocupado con frecuencia d e esta cuestión, y d e sus exposicio-
p u e d e n a d o p t a r p o r sí m i s m o s otra m a n e r a d e acción. E n cambio,
nes se p u e d e concluir q u e la posibilidad d e pecar n o es u n a liber-
los seres q u e gozan d e libertad tienen la facultad d e o b r a r o n o
tad, sino u n a esclavitud. Sobre las palabras d e Cristo, n u e s t r o Se-
obrar, d e actuar d e esta manera o d e aquella, p o r q u e la elección del
ñor, el que comete pecado es siervo del pecado 4, escribe con agudeza:
objeto d e s u volición es posterior al juicio d e la razón, a q u e antes
«Todo ser es lo q u e le conviene ser p o r s u propia naturaleza. P o r
n o s h e m o s referido. E s t e juicio establece n o sólo lo q u e e s b u e n o
consiguiente, c u a n d o es m o v i d o p o r u n agente exterior 5 n o obra p o r '
su propia naturaleza, sino p o r u n i m p u l s o ajeno, lo cual es propio o lo q u e es malo p o r naturaleza, sino además lo q u e es b u e n o y, p o r
d e u n esclavo. A h o r a bien, el h o m b r e , p o r s u propia naturaleza, es consiguiente, d e b e hacerse, y lo q u e es m a l o y, p o r consiguiente,
u n ser racional. Por tanto, c u a n d o obra según la razón, actúa e n vir- debe evitarse. E s decir, la razón prescribe a la voluntad lo q u e d e b e
t u d d e u n i m p u l s o propio y d e acuerdo c o n s u naturaleza, en lo buscar y lo q u e d e b e evitar p a r a q u e el h o m b r e p u e d a algún d í a
cual consiste precisamente la libertad; p e r o c u a n d o peca, obra al alcanzar su ú l t i m o fin, al cual d e b e dirigir todas sus acciones. Y p r e -
m a r g e n d e la razón, y actúa entonces lo m i s m o q u e sí fuese m o v i d o cisamente esta ordenación de la razón e s lo q u e se llama ley.—Por
p o r otro y estuviese sometido al d o m i n i o ajeno; y p o r esto, el que lo cual la justificación d e la necesidad d e la ley para el h o m b r e h a d e
comete el pecado es siervo del pecado»5. E s lo q u e había visto c o n buscarse p r i m e r a y radicalmente e n la m i s m a libertad, e s decir, e n
bastante claridad la filosofía antigua, especialmente los q u e ense- la necesidad d e q u e la voluntad h u m a n a n o se aparte d e la recta r a -
ñ a b a n q u e sólo el sabio e r a libre, e n t e n d i e n d o p o r sabio, como es zón. N o h a y afirmación m á s a b s u r d a y peligrosa q u e ésta: q u e el
sabido, aquel q u e había a p r e n d i d o a vivir según la naturaleza, es h o m b r e , p o r ser n a t u r a l m e n t e libre, d e b e vivir desligado d e toda ley.
decir, desacuerdo con la m o r a l y la virtud. P o r q u e si esta p r e m i s a fuese verdadera, la conclusión lógica sería
q u e es esencial a la libertad andar e n desacuerdo con la razón, sien-
velle nulla ratione potest; nec possunt, propter contemplationem summi d o así q u e la afirmación verdadera es la contradictoria, o sea q u e el
boni, beati caelites. Scite Augustinus aliique adversus Pelagianos hoc ani- h o m b r e , precisamente p o r ser libre, h a d e vivir sometido a la ley.
madvertebant, si posse deficere a bono secundum naturam esset perfectio-
nemque libertatis, iam Deus, Iesus Christus, Angelí, beati, in quibus ómni- Quoniam igitur talis est in homine conditio libertatis, aptis erat adiu-
bus ea potestas non est, aut non essent liberi, aut certe minus perfecte essent, mentis praesidiisque munienda, quae cunctos eius motus ad bonum dirige-
quam homo viator atque imperfectus. D e qua re Doctor Angelicus multa rent, a malo retraherent: secus multum homini libertas nocuisset arbitrii.—
saepe disputat, ex quibus effici cogique potest, facultatem peccandi non Ac primo quidem lex, hoc est agendorum atque omittendorum norma, fuit
libertatem esse, sed servitutem. Subtilissime illud in verba Christi Domini, necessaria; quae quidem proprie nulla esse in animantibus potest, qui ne-
«Qui facit peccatum, servus est peccati»: Unumquodque est illud, quod con- cessitate agunt, propterea quod quidquid agant, naturae agunt impulsu, nec
venit ex secundum naturam. Quando ergo movetur ab aliquo extraneo, non ope- alium ullum sequi ex se possunt in agendo modum. Verum eorum, qui libér-
ratur secundum se, sed ab impressione alterius, quod est servile. Homo autem tate fruuntur, ideo in potestate est agere, non agere, ita vel secus agere, quia
secundum suam naturam est rationalis. Quando ergo movetur secundum rationem, tum, quod volunt, eligunt, cum antecessit illud quod diximus rationis iudi-
proprio motu movetur et secundum se operatur: quod est libertatis; quando vero cium. Quo quidem iudicio non modo statuitur quid honestum natura sit,
peccat, operatur praeter rationem, et tune movetur quasi ab alio, retentas termi- quid turpe, sed etiam quid bonum sit reque ipsa faciendum, quid malum
nisalienis: et ideo «qui facit peccatum, servus estpeccati».—Quod satis perspi- reque ipsa vitandum: ratio nimirum voluntati praescribit quid petere, et a
cue ipsa viderat philosophia veterum, atque ii praecipue quoium est doctrina, quo debeat declinare, ut homo tenere summum finem suum aliquando possit,
nisi sapientem, liberum esse neminem: sapientem vero, uti exploratum est, cuius causa sunt omnia facienda. Iamvero haec ordinatio rationis lex nomi-
nominabant, qui constanter secundum naturam, hoc est honeste et cum natur.—Quamobrem cur homini lex necessaria sit, in ipso eius libero arbi-
virtute vivere didicisset. trio, scilicet in hoc, nostrae ut voluntates a recta ratione ne discrepent,
* l o . 8,34- prima est causa, tamquam in radice, quaerenda. Nihilque tam perversum
5
SANTO T O M Á S , In Ioannem 8 l e c t . 4 n . 3 . praeposterumque dici cogitarive posset quam illud, hominem, quia natura
liber est, ideirco esse oportere legis expertem: quod si ita esset, hoc profecto
consequeretur, necesse ad libertatem esse non cohaerere cum ratione: cum
232 I.EÓN XIII IJUEKTAS l'kAI-.S'lANilSSlMtJM 2¡i;¡
De este m o d o es la ley la q u e guía al h o m b r e en su acción y es la ley esta intervención divina, son m e n o s libres. P o r q u e la influencia d e la
la q u e m u e v e al h o m b r e , con el aliciente del p r e m i o y con el t e m o r gracia divina alcanza las profundidades m á s íntimas del h o m b r e y se
del castigo, a obrar el b i e n y a evitar el m a l . — T a l es la principal de armoniza con las tendencias naturales d e éste, p o r q u e la gracia nace
todas las leyes, la ley natural, escrita y grabada en el corazón de cada d e aquel q u e es autor de n u e s t r o e n t e n d i m i e n t o y de nuestra volun-
h o m b r e , p o r ser la m i s m a razón h u m a n a q u e m a n d a al h o m b r e t a d y m u e v e t o d o s los seres d e u n m o d o a d e c u a d o a la naturaleza de
obrar el bien y p r o h i b e al h o m b r e hacer el mal. P e r o este precepto cada u n o . C o m o advierte el D o c t o r Angélico, la gracia divina, por
de la razón h u m a n a n o podría tener fuerza de ley si n o fuera ó r g a n o p r o c e d e r del C r e a d o r de la Naturaleza, está a d m i r a b l e m e n t e capa-
e intérprete de otra razón m á s alta, a la q u e d e b e n estar sometidos citada para defender todas las naturalezas individuales y para con-
n u e s t r o e n t e n d i m i e n t o y nuestra libertad. P o r q u e siendo la función servar sus caracteres, sus facultades y su eficacia.
d e la ley i m p o n e r obligaciones y atribuir derechos, la ley se apoya
p o r entero en la autoridad, esto es, en u n p o d e r capaz de establecer [La libertad moral social]
obligaciones, atribuir derechos y sancionar además, p o r m e d i o de
premios y castigos, las órdenes d a d a s ; cosas todas q u e e v i d e n t e m e n - [ 7 ] . L o dicho acerca de la libertad d e cada individuo es fácil-
t e resultan imposibles si fuese el h o m b r e q u i e n c o m o s u p r e m o le- m e n t e aplicable a los h o m b r e s u n i d o s en sociedad civil. P o r q u e
gislador se diera a sí m i s m o la regla normativa d e sus propias accio- lo q u e en Cada h o m b r e h a c e n la razón y la ley natural, esto m i s m o
nes. Sigúese, p u e s , de lo dicho q u e la ley natural es la m i s m a ley hace en los asociados la ley h u m a n a , p r o m u l g a d a para el bien c o m ú n
eterna, q u e , grabada en los seres racionales, inclina a éstos a las d e los ciudadanos. E n t r e estas leyes h u m a n a s hay algunas cuyo o b -
obras y al fin q u e les son p r o p i o s ; ley eterna q u e es, a su vez, la j e t o consiste en lo q u e es b u e n o o malo p o r naturaleza, a ñ a d i e n d o
razón eterna de Dios', C r e a d o r y G o b e r n a d o r de t o d o el u n i v e r s o . al p r e c e p t o de practicar el bien y de evitar el mal la sanción conve-
niente. E l origen d e estas leyes n o es en m o d o alguno el E s t a d o ;
[La gracia sobrenatural] p o r q u e así c o m o la sociedad n o es origen de la naturaleza h u m a -
na, de la m i s m a m a n e r a la sociedad n o es fuente t a m p o c o de la con-
A esta regla de nuestras acciones, a este freno del pecado, la cordancia del bien y de la discordancia del mal con la naturaleza.
b o n d a d divina ha a ñ a d i d o ciertos auxilios especiales, aptísimos para T o d o lo contrario. Estas leyes son anteriores a la m i s m a sociedad, y
dirigir y confirmar la voluntad del h o m b r e . El principal y m á s eficaz su origen hay q u e buscarlo en la ley natural, y, por tanto, en la ley
auxilio de todos estos socorros es la gracia divina, la cual, i l u m i n a n d o eterna. Por consiguiente, los preceptos de d e r e c h o natural incluidos
el e n t e n d i m i e n t o y robusteciendo e i m p u l s a n d o la voluntad hacia en las leyes h u m a n a s n o tienen s i m p l e m e n t e el valor d e u n a ley
el bien moral, facilita y asegura al m i s m o t i e m p o con saludable cons- positiva, sino q u e además, y p r i n c i p a l m e n t e , incluyen u n p o d e r
tancia el ejercicio d e n u e s t r a libertad natural. E s t o t a l m e n t e e r r ó - m u c h o m á s alto y augusto q u e proviene de la m i s m a ley natural y
nea la afirmación d e q u e las mociones d e la voluntad, a causa d e d e la ley eterna. E n esta clase d e leyes la misión del legislador civil
interveniente Deo, minus esse liberos motus voluntarios: nam intima in
contra longe verissimum sit, idcirco legi oportere subesse, quia est natura homine et cum naturali propensione congruens est divinae vis gratiae, quia
liber. Isto modo dux homini in agendo lex est, eumdemque praemiis poenis- ab ipso et animi et voluntatis nostrae auctore manat, a quo res omnes con-
que propositis ad recte faciendum allicit, a peccando deterret.—Talis est venienter naturae suae moventur. Immo gratia divina, ut monet Angelicus
princeps omnium lex naturalis quae scripta est et insculpta in hominum Doctor, ob hanc causam quod a naturae opifice proficiscitur, mire nata
animis singulorum, quia ipsa est humana ratio recte faceré iubens et peccare atque apta est ad tuendas quasque naturas, conservandosque mores, vim,
vetans. Ista vero humanae rationis praescriptio vim habere legis non potest, efficientiam singularum.
nisi quia altioris est vox atque interpres rationis, cui mentem libertatemque
nostram subiectam esse opporteat. Vis enim legis cum ea sit, officia imponere Quae vero de libértate singulorum dicta sunt, ea ad nomines civili Ínter
et iura tribuere, tota in auctoritate nititur, hoc est in vera potestate statuendi se societate coniunctos facile transferuntur. Nam quod ratio lexque natura-
officia describendique iura, item poenis praemiisque imperata sanciendi: lis in hominibus singulis, ídem efficit in consociatis lex humana ad bonum
quae quidem omnia in homine liquet esse non posse, si normam actionibus commune civium promulgata.—Ex hominum legibus aliae in eo versantur
ipse suis summus sibi legislator daret. Ergo consequitur, ut naturae lex sit quod est bonum malumve natuí á, atque alterum sequi praecipiunt, alterum
ipsa lex aeterna, Ínsita in iis qui ratione utuntur, eosque inclinans ad debitum fugere, adiuncta sanctione debita. Sed istiusmodi decreta nequáquam ducunt
actum etfinem, eaque est ipsa aeterna ratio creatoris universumque mundum ab hominum societate principium, quia societas sicut humanam naturam
gubernantis Dei.—Ad hanc agendi regulam peccandique frenos singukria non ipsa genuit, ita pariter nec bonum procreat naturae conveniens, nec
quaedam praesidia, Dei beneficio, adiuncta sunt, ad confirmandam hominis malum naturae dissentaneum: sed potius ipsi hominum societati antecedunt,
regendamque voluntatem aptissima. In quibus princeps est atque excellit omninoque sunt a lege naturali ac propterea a lege aeterna repetenda. Iuris
divinae virtus gratiae; quae cum mentem illustret, voluntatemque salutari igitur naturalis praecepta, hominum comprehensa legibus, non vim solum
constantia roboratam ad morale bonum semper impellat, expeditiorem effi- habent legis humanae, sed praecipue illud multo altius multoque augustius
cit simulque tutiorem nativae libertatis usum. Ac longe est a veritate alienum, complectuntur imperium, quod ab ipsa lege naturae et a lege aeterna pro-
234 LEÓN XIII LIBERTAS PKAESIAN'JISSIMUM -.'l.'i

se limita a lograr, p o r m e d i o d e u n a disciplina común, la obediencia en su reconocida derivación de la ley eterna y en la sanción exclusiva
de los ciudadanos, castigando a los perversos y viciosos, p a r a apar- de t o d o lo q u e está contenido en esta ley eterna, c o m o en fuente ni -
tarlos del mal y devolverlos al bien, o para impedir, al m e n o s , q u e di cal d e t o d o el derecho.-—Con s u m a sabiduría lo ha expresado
p e r j u d i q u e n a la sociedad y d a ñ e n a sus conciudadanos.—Existen San A g u s t í n : «Pienso q u e c o m p r e n d e s q u e n a d a h a y j u s t o y legítimo
otras disposiciones del p o d e r civil q u e n o proceden del derecho en la [ley] t e m p o r a l 'que n o lo hayan t o m a d o los h o m b r e s d e la
natural i n m e d i a t a y p r ó x i m a m e n t e , sino remota e indirectamente, [ley ] eterna» 6 . Si, p o r consiguiente, t e n e m o s u n a ley establecida p o r
d e t e r m i n a n d o u n a variedad d e cosas q u e h a n sido reguladas p o r la u n a a u t o r i d a d cualquiera, y esta ley es contraria a la recta r a z ó n
naturaleza de u n m o d o general y en conjunto. Así, p o r ejemplo, y perniciosa para el Estado, su fuerza legal es nula, p o r q u e n o es
la naturaleza o r d e n a q u e los ciudadanos cooperen con su trabajo a la n o r m a d e justicia y p o r q u e aparta a los h o m b r e s del bien para el
tranquilidad y prosperidad públicas. P e r o la medida, el m o d o y el q u e ha sido establecido el Estado.
objeto d e esta colaboración n o están d e t e r m i n a d o s p o r el derecho [8]. P o r tanto, la naturaleza de la libertad h u m a n a , sea el q u e
natural, sino p o r la p r u d e n c i a h u m a n a . Estas reglas peculiares d e la sea el c a m p o en q u e fa consideremos, en los particulares o en la co-
convivencia social, d e t e r m i n a d a s según la razón y p r o m u l g a d a s p o r m u n i d a d , en los g o b e r n a n t e s o en los g o b e r n a d o s , incluye la necesi-
la legítima potestad, constituyen el á m b i t o d e la ley h u m a n a propia- d a d de obedecer a u n a razón s u p r e m a y eterna, q u e n o es otra que
m e n t e dicha. Esta ley o r d e n a a t o d o s los ciudadanos colaborar en la autoridad d e D i o s i m p o n i e n d o s u s m a n d a m i e n t o s y prohibicio-
el fin q u e la c o m u n i d a d se p r o p o n e y les p r o h i b e desertar d e este nes. Y este j u s t í s i m o d o m i n i o d e D i o s sobre los h o m b r e s está tan
servicio; y mientras sigue sumisa y se conforma con los p r e c e p t o s d e lejos d e s u p r i m i r o debilitar siquiera la libertad h u m a n a , q u e lo que
la naturaleza, esa ley conduce al bien y aparta del mal. D e t o d o lo hace es p r e c i s a m e n t e t o d o lo contrario: defenderla y perfeccionarla;
cual se concluye q u e hay q u e p o n e r en la ley eterna d e Dios la nor- p o r q u e la perfección verdadera de t o d o ser creado consiste en t e n d e r
m a reguladora d e la libertad, n o sólo d e los particulares, sino t a m - a su p r o p i o fin y alcanzarlo. A h o r a bien, el fin s u p r e m o al q u e d e b e
bién de la c o m u n i d a d social. Por consiguiente, en u n a sociedad h u - aspirar la libertad h u m a n a n o es otro q u e el m i s m o Dios.
mana, la verdadera libertad n o consiste en hacer el capricho perso-
nal d e cada u n o ; esto provocaría una extrema confusión y u n a per-
[La Iglesia, defensora de la verdadera libertad social]
turbación, q u e acabarían destruyendo al propio E s t a d o ; sino que
consiste e n q u e , p o r m e d i o d e las leyes civiles, p u e d a cada cual [ 9 ] . L a Iglesia, aleccionada con las enseñanzas y con los ejem-
fácilmente vivir según los preceptos de la ley eterna. Y para los go- plos de su divino F u n d a d o r , ha defendido y p r o p a g a d o p o r todas
b e r n a n t e s la libertad n o está en q u e m a n d e n al azar y a su capricho, partes estos preceptos de profunda y verdadera doctrina, conocidos
proceder criminal q u e implicaría, al m i s m o t i e m p o , g r a n d e s daños
para el Estado, sino q u e la eficacia de las leyes h u m a n a s consiste dinem queant, quod pariter flagitíosum esset et cuín summa etiam reipubli-
cae pernicie coniunctum, sed humanarum vis legum haec debet esse, ut ab
aeterna lege manare intelligantur, nec quidquam sancire quod non in ea,
ficiscitur. Et in isto genere legum hoc fere civilis legumlatoris munus est, velutí in principio universi iuris, contineatur. Sapientissime Augustínus:
obedientes faceré cives, communi disciplina adhibita, pravos et in vitia Simul etiam te videre arbitrar, in illa temporali (lege) nihil esse iustum atque
promptos coercendo, ut a malo deterriti, id quod rectum est consectentur, legitimum quod non ex hac aeterna (lege) sibi homines derivarint. Si quid igitur
ut salteria offensioni noxaeque ne sint civitati.—Alia vero civilis potestatis ab aliqua potestate sanciatur, quod a principiis rectae rationis dissideat,
praescripta non ex naturali iure statim et proxime, sed longius et oblique sitque reipublicae perniciosum, vim legis nullam haberet, quia nec regula
consequuntur, resque varias definiunt, de quibus non est nisi generatim iustitiae esset, et homines a bono cui nata societas est, abduceret.
atque universe natura cautum. Sic suam conferre operam cives ad tranquilli-
tatem prosperitatemque publicam natura iubet: quantum operae, quo pacto, Natura igitur libertatis humanae, quocumque in genere considérete,
quibus in rebus, non natura sed hominum sapientiá constituitur. Iamvero . tam in personis singulis quam in consociatis, nec minus in iís qui imperant,
peculiaribus hisce vivendi regulis prudenti ratione inventis, legitimaque quam in iis qui parent, necessitatem complectitur obtemperandi summae
potestate propositis, lex humana proprii nominis continetur. Quae quidem cuidam aeternaeque rationi, quae nihil est aliud nisi auctoritas iubentis,
lex ad finem communitati propositum cives universos conspirare iubet, vetantis Dei. Atque hoc iustissimum in homines imperium Dei tantum
deflectere prohibet: eademque quatenus pedissequa et consentiens est prae- abest ut libertatem tollat aut ullo modo diminuat, ut potius tueatur ac per-
scriptionibus naturae, ducit ad ea quae honesta sunt, a contrariis deterret. ficiat. Suum quippe finem consectari et assequi, omnium naturarum est vera
Ex quo intelligitur, omnino in aeterna Dei lege normam et regulam positam perfectio: supremus autem finis, quo libertas aspirare debet humana,
esse libertatis, nec singulorum dumtaxat hominum, sed etiam communitatis Deus est.
et coniunctionis humanae.—Igitur in líominum societate libertas veri nomi-
nis non est in eo posita ut agas quod Iubet, ex quo vel máxima existeret Haec verissimae altissimaeque praecepta doctrinae, vel solo nobis lumine
turba et confusio in oppressionem civitatis evasura, sed in hoc, ut per leges rationis cognita, Ecclesia quidem exemplis doctrinaque divini Auctoris sui
civiles expeditius possis secundum legis aeternae praescripta vivere. Eorum erudita passim propagavit, asseruit: quibus ipsís et munus suum metiri, et
vero qui praesvnt non in eo sita libertas est, ut imperare temeré et ad libi- 6
SAN AGUSTÍN, De libero arbitrio 1,6,15: B A C t,3 p . 2 6 7 ; P L _ 3 2 , i 2 2 9 .
230 LEÓN X I I I LIKIKTAS I'K \ISTAN I LSSIMI'M

incluso p o r la sola luz d e la razón. N u n c a ha cesado la Iglesia d e ridad y obedecer las leyes j u s t a s , q u e d a n d o así los ciudadanos J
m e d i r con ellos su misión y de educar en ellos a los pueblos cris- fendidos de la injusticia de los criminales gracias a la eficacia vigi-
tianos. E n lo tocante a la moral, la ley evangélica n o sólo supera lante de la ley. El p o d e r legítimo viene de Dios, y el que resiste a la
con m u c h o a t o d a la sabiduría pagana, sino q u e además llama a b i e r - autoridad, resiste a la disposición de Dios s . D e esta m a n e r a la obe-
t a m e n t e al h o m b r e y le capacita para una santidad desconocida en diencia q u e d a dignificada de u n m o d o extraordinario, p u e s se pres'.a
la antigüedad, y, acercándolo más a Dios, le p o n e en posesión de una obediencia a la más justa y elevada a u t o r i d a d . — P e r o c u a n d o n o existe
libertad m á s perfecta. D e esta m a n e r a h a brillado siempre la m a r a - el d e r e c h o d e m a n d a r , o se m a n d a algo contrario a la razón, a la ley
villosa eficacia de la Iglesia en o r d e n a la defensa y m a n t e n i m i e n t o eterna, a la autoridad de Dios, es j u s t o entonces desobedecer a los
de la libertad civil y política de los pueblos. N o es necesario e n u m e r a r h o m b r e s p a r a obedecer a Dios. Cerrada así la puerta a la tiranía,
ahora los méritos de la Iglesia en este campo. Basta recordar la es- n o lo absorberá t o d o el E s t a d o . Q u e d a r á n a salvo los d e r e c h o s de
clavitud, esa antigua vergüenza del paganismo, abolida principal- cada ciudadano, los derechos de la familia, los derechos de todos Jos
m e n t e p o r la feliz intervención de la Iglesia. H a sido Jesucristo el m i e m b r o s del Estado, y todos t e n d r á n amplia participación en la
p r i m e r o en proclamar la verdadera igualdad jurídica y la auténtica libertad verdadera, q u e consiste, como h e m o s d e m o s t r a d o , en jjoder
fraternidad de todos los h o m b r e s . Eco fiel de esta enseñanza fué vivir cada u n o según las leyes y según la recta razón.
la voz d e los dos apóstoles q u e declaraba s u p r i m i d a s las diferencias
entre j u d í o s y griegos, bárbaros y escitas 7 , y proclamaba la fra- [II. D O C T R I N A D E L LIBERALISMO SOBRE LA L I B E R T A D ]
t e r n i d a d de todos en Cristo. L a eficacia de la Iglesia en este p u n t o
ha sido t a n h o n d a y t a n evidente, q u e d o n d e q u i e r a q u e la Iglesia [ I I ] . Si los q u e a cada p a s o h a b l a n d e la libertad e n t e n d i e r a n
q u e d ó establecida, la experiencia ha c o m p r o b a d o q u e desaparece en p o r tal la libertad b u e n a y legítima q u e acabamos d e describir,
poco t i e m p o la barbarie de las costumbres. A la brutalidad sucede nadie osaría acusar a la Iglesia, con el injusto reproche q u e le h a c e n ,
r á p i d a m e n t e la d u l z u r a ; a las tinieblas d e la barbarie, la luz d e la d e ser enemiga d e la libertad d e los individuos y d e la libertad del
verdad. I g u a l m e n t e n u n c a ha dejado la Iglesia de d e r r a m a r b e n e - E s t a d o . P e r o son ya m u c h o s los que, imitando a Lucifer, del cual es
ficios en los pueblos civilizados, resistiendo unas veces el capricho aquella criminal expresión: No serviré 9, e n t i e n d e n p o r libertad lo
de los h o m b r e s perversos, alejando otras veces de los inocentes y de q u e es u n a p u r a y absurda licencia. T a l e s son los partidarios d e
los débiles las injusticias, p r o c u r a n d o , p o r último, q u e los pueblos ese sistema t a n extendido y poderoso, y q u e , t o m a n d o el n o m b r e
tuvieran u n a constitución política q u e se hiciera a m a r d e los ciuda- de la m i s m a libertad, se llaman a sí m i s m o s liberales.
' danos p o r su justicia y se hiciera t e m e r de los extraños p o r su poder.
obedienter subesse: quo ñt ut virtute vigilantiáque legum ab injuria impro-
[10]. Es, además, u n a obligación m u y seria respetar a la a u t o - borum cives vindicentur. Potestas legitima a Deo est, et qui potestati resistit,
Dei ordinationi resistit: quo modo multum obedientia adipiscitur nobilitatis,
cum iustissimae altissimaeque auctoritati adhibeatur.—Verum ubi impe-
christianas informare gentes nunquam destitit. In genere morum leges evan- randi ius abest, vel si quidquam praecipiatur rationi, legi aeternae, imperio
gelicae non solum omni ethnicorum sapientiae Iongissime praestant, sed Dei contrarium, rectum est non parerc, scilicet hominibus, ut Deo pareatur.
plañe vocant hominem atque instituunt ad inauditam veteribus sanctitatem Sic praecluso ad tyrannidem aditu, non omnia pertrahet ad se principatus:
effectumque propiorem Deo simul efficiunt perfectioris compotem liberta- sua sunt salva iura síngulis civibus, sua societati domesticae, cunctisq'.ic
tis.—Ita semper permagna vis Ecclesiae apparuit in custodienda tuendaque reipublicae membris, data ómnibus verae copia libertatis, quae in eo est,
civili et política libértate populorum. Eius in hoc genere enumerare merita quemadmodum demonstravimus, ut quisque possit secundum leges rectam-
nihil attinet. Satis est commemorare, servitutem, vetus illud ethnicarum que rationem vivere.
gentium dedecus, opera máxime beneficioque Ecclesiae deletam. Aequabi-
litatem iuris, veramque inter nomines germanitatem primus omnium Iesus Quod si, cum de libértate vulgo disputant, legitimam honestamque
Christus asseruit: cui Apostolorum suorum resonuit vox, non esse Iudaeum, intelligerent, qualem modo ratio oratioque descripsit, exagitare Ecclesia m
ñeque Graecum, ñeque barbarum, ñeque Scytham, sed omnes in Christo nemo auderet propter illud quod per summam iniuriam ferunt, vel singulo-
fratres. Tanta est in hac parte tamque cognita Ecclesiae virtus, ut quibus- rum libertati, vel liberae reipublicae esse inimicam.—Sed iam permulti
cumque in oris vestigium ponat, exploratum sit, agrestes mores permanere Luciferum imitati, cuius est illa nefaria vox non serviam, libertatis nomine
diu non posse: sed immanitati mansuetudinem, barbariae tenebris lumen absurdam quarridam consectantur et meracam licentiam. Cuiusmodi si;nt
veritatis brevi successurum. ítem populos civili urbanitate excultos magnis ex illa tam late fusa tamque pollenti disciplina homines, qui se, ducto a
afficere beneficiis nullo tempore Ecclesia desiit, vel resistendo iniquorum libértate nomine, Liberales appellari iolunt.
arbitrio, vel propulsandis a capite innocentium et tenuiorum iniuriis, vel 8
Rom. 13,2.
demum .opera danda ut rerum publicarum ea constitutio valeret, quam cives 9
Ier. 2,20.
propter aequitatem adamarent, externi propter potentiam metuerent.
Praeterea verissimum officium est vereri auctoritatem iustisque legibus
' Cf. Gal 3,28.
238 LEÓN XIII t t B £ i m s PRABSXANl'lS.StMUM 2.10

es totalmente contraria a la naturaleza la pretensión d e que no existe


[Liberalismo de primer grado ] vínculo a l g u n o e n t r e el h o m b r e o el E s t a d o y D i o s , creador y, p o r
[ 1 2 ] . El naturalismo o racionalismo en la filosofía coincide con tanto, legislador s u p r e m o y universal. Y n o sólo es contraria esa
el liberalismo en la moral y en la política, p u e s los seguidores del tendencia a la naturaleza h u m a n a , sino t a m b i é n a toda la naturaleza
liberalismo aplican a la moral y a la práctica d e la vida los mismos creada. P o r q u e todas las cosas creadas tienen q u e estar forzosamente
principios q u e establecen los defensores del naturalismo. A h o r a bien, vinculadas con algún lazo a la causa q u e las hizo. E s necesario a
el principio fundamental de t o d o el racionalismo es la soberanía de todas las naturalezas y pertenece a la perfección propia d e cada una
la razón h u m a n a , que, negando la obediencia debida a la divina y de ellas m a n t e n e r s e e n el lugar y e n el g r a d o q u e les asigna el o r d e n
eterna razón y declarándose a sí misma independiente, se convierte n a t u r a l ; esto es, q u e el ser inferior se someta y obedezca al ser q u e
en s u m o principio, fuente exclusiva y juez único de la verdad. le es s u p e r i o r . — P e r o además esta doctrina es e n e x t r e m o perniciosa,
Esta es la pretensión d e los referidos seguidores del liberalismo; t a n t o p a r a los particulares c o m o p a r a los Estados. P o r q u e , si el juicio
según ellos n o h a y en la vida práctica autoridad divina alguna a la sobre la verdad y el bien q u e d a exclusivamente en m a n o s de la
q u e haya que obedecer; cada ciudadano es ley de sí m i s m o . D e aquí razón h u m a n a a b a n d o n a d a a sí sola, desaparece toda diferencia
nace esa d e n o m i n a d a moral independiente, q u e , a p a r t a n d o a la vo- objetiva e n t r e el b i e n y el m a l ; el vicio y la v i r t u d n o se distinguen
luntad, bajo pretexto de libertad, de la observancia de los m a n d a - ya en el o r d e n d e la realidad, sino solamente en el juicio subjetivo
mientos divinos, concede al h o m b r e una licencia ilimitada. Las d e cada i n d i v i d u o ; será lícito c u a n t o agrade, y establecida u n a moral
consecuencias últimas d e estas afirmaciones, sobre t o d o en el o r d e n i m p o t e n t e p a r a refrenar y calmar las pasiones desordenadas del alma,
social, son fáciles d e ver. P o r q u e , c u a n d o el h o m b r e se persuade quedará e s p o n t á n e a m e n t e abierta la p u e r t a a toda clase d e c o r r u p -
q u e n o tiene sobre sí superior alguno, la conclusión inmediata es ciones. E n c u a n t o a la vida pública, el p o d e r d e m a n d a r queda
colocar la causa eficiente d e la c o m u n i d a d civil y política n o e n u n s e p a r a d o d e s u v e r d a d e r o origen natural, del cual recibe t o d a la
principio exterior o superior al h o m b r e , sino en la libre voluntad eficacia realizadora del bien c o m ú n ; y la ley, reguladora d e lo que
de cada u n o ; derivar el p o d e r político de la m u l t i t u d c o m o de h a y q u e hacer y lo q u e h a y q u e evitar, q u e d a a b a n d o n a d a al capricho
fuente primera. Y así c o m o la razón individual es p a r a el individuo de u n a mayoría n u m é r i c a , verdadero p l a n o inclinado q u e lleva a la
en su vida privada la única n o r m a reguladora de su conducta, d e la .tiranía. L a negación del d o m i n i o d e Dios sobre el h o m b r e y sobre
m i s m a manera la razón colectiva debe ser para todos la única regla el E s t a d o arrastra consigo como consecuencia inevitable la ausencia
normativa en la esfera de la vida pública. D e aquí el n ú m e r o c o m o d e t o d a religión en el E s t a d o , y consiguientemente el a b a n d o n o más
fuerza decisiva y la mayoría como creadora exclusiva del derecho y absoluto en .todo lo referente a la vida religiosa. A r m a d a la m u l t i t u d
del d e b e r . — T o d o s estos principios y conclusiones están en contra- con la idea d e su propia soberanía, fácilmente degenera en la anar-
dicción con la razón. L o dicho a n t e r i o r m e n t e lo demuestra. P o r q u e quía y en la revolución, y s u p r i m i d o s los frenos del deber y de la
conciencia, n o q u e d a m á s q u e la fuerza; la fuerza, que es radical-
Revera quo spectant in philosophia Naturalistae, seu Rationalistae,
eodem in re morali ac civili spectant Liberalismi fautores, qui posita a Natu- creatore ac proinde supremo omnium legislatore intercederé vinculum,
ralistis principia in mores actionemque vitae deducunt.—Iamvero totius omnino naturae repugnat, nec naturae hominis tantum, sed rerum omnium
rationalismi humanae principatus rationis caput est: quae obedientiam divi- procreatarum: quia res omnes effectas cum causa, a qua effectae sunt,
nae aeternaeque rationi debitam recusans, suique se iuris esse decernens, aliquo esse aptas nexu necesse est: omnibusque naturis hoc convenit, hoc
ipsa sibi sola efficitur summum principium et fons et iudex veritatis. Ita ad perfectionem singularum pertinet, eo se continere loco et gradu, quem
illi, quos diximus, Liberalismi sectatores in actione vitae nullam contendunt naturalis ordo postulat, scilicet ut ei quod superius est, id quod est inferius
esse, cui parendum sit, divinam potestatem, sed sibi quemque esse legem: subiiciatur et pareat.—Sed praeterea est huiusmodi doctrina tum privatis
unde ea philosophia morum gignitur, quam independentem vocant, quae sub hominibus tum civitatibus máxime perniciosa. Sane reiecto ad humanam
specie libertatis ab observantia divinorum praeceptorum voluntatem re- rationem et solam et unam veri bonique arbitrio, proprium tollitur boni
movens, infinitam licentiam solet homini daré.—Quae omnia in hominum et mali discrimen; turpia ab honestis non re, sed opinione iudicioque sin-
praesertim societate quae tándem evadant, facile est pervidere. Hoc enim gulorum differunt: quod libeat, idem licebit; constitutáque morum disci-
fixo et persuaso, homini antistare neminem, consequitur causam efficien- plina, cuius ad coercendos sedandosque motus animi túrbidos milla fere
tem conciliationis civilis et societatis non in principio aliquo extra aut supra vis est, sponte fiet ad omnem vitae corruptelam aditus. In rebus autem
hominem pósito, sed in libera volúntate singulorum esse quaerendam: potes- publicis, potestas imperandi separatur a vero naturalique principio, unde
tatem publicam a multitudine velut a primo fonte repetendam, praetereaque, omnem haurit virtutem efficientem boni communis: lex de iis quae facienda
sicut ratio singulorum sola dux et norma agendi privatim est singulis, ita fugiendave sunt statuens, maioris multitudinis permittitur arbitrio, quod
universorum esse oportere universis in rerum genere publicarum. Hinc quidem est iter ad tyrannicam dominationem proclive. Imperio Dei in homi-
plurimum posse plurimos: partemque populi maiorem universi iuris esse nem hominumque societatem repudiato, consentaneum est nullam esse publi-
officiique effectricem.—Sed haec cum ratione pugnare, ex eis quae dicta ce religionem, rerumque omnium quae ad religionem referantur, incuria máxi-
sunt apparet. Nullum siquidem velle homini aut societati civili cum Deo ma consequetur. Similiter opinione principatus armara, facile ad seditionem
2-10 LEÓN XIII L1BERTAS 1'RAIíSTANTI.sMMtíM 241
m e n t e incapaz para d o m i n a r p o r sí sola las pasiones desatadas de las de Dios sin q u e b r a n t a r al m i s m o t i e m p o la obediencia debidii 1
m u l t i t u d e s . T e n e m o s pruebas'convincentes de todas estas consecuen- Dios. M á s aún, si la razón del h o m b r e llegara a arrogarse el p o d o
cias en la diaria lucha contra los socialistas y revolucionarios, que de establecer p o r sí m i s m a la naturaleza y la extensión d e los den-
desde hace ya m u c h o t i e m p o se esfuerzan p o r sacudir los m i s m o s chos de Dios y de sus p r o p i a s obligaciones, el respeto a las lcyi
cimientos del E s t a d o . Analicen, pues, y determinen los rectos enjui- divinas sería u n a apariencia, n o u n a realidad, y el juicio del h o m l n i
ciadores de la realidad si esta doctrina es provechosa para la verda- valdría m á s q u e la autoridad y la providencia del m i s m o D i o s .
d e r a libertad digna del h o m b r e o si es más bien una teoría c o r r u p - E s necesario, p o r tanto, q u e la n o r m a d e n u e s t r a vida se ajusU
tora y destructora de esta libertad. continua y religiosamente n o sólo a la ley eterna, sino t a m b i é n a
todas y cada u n a de las d e m á s leyes q u e D i o s , en su infinita sabi-
[Liberalismo de segundo grado] duría, e n su infinito p o d e r y p o r los medios q u e le h a parecido, nos
ha c o m u n i c a d o ; leyes q u e p o d e m o s conocer con seguridad p o r medio
[13]. E s cierto q u e n o todos los defensores del liberalismo es- de señales claras e indubitables. Necesidad acentuada p o r el hecho
t á n d e a c u e r d o con estas opiniones, terribles p o r su m i s m a m o n s - d e q u e esta clase d e leyes, al t e n e r el m i s m o principio y el m i s m o
truosidad, contrarias abiertamente a la verdad y causa, c o m o h e m o s autor q u e la ley eterna, c o n c u e r d a n e n t e r a m e n t e con la razón,
visto, de los mayores males. Obligados p o r la fuerza de la verdad, perfeccionan el d e r e c h o n a t u r a l e incluyen además el magisterio
m u c h o s liberales reconocen sin r u b o r e incluso afirman espontánea- del m i s m o D i o s , quien, p a r a q u e n u e s t r o e n t e n d i m i e n t o y nuestra
m e n t e q u e la libertad, cuando es ejercida sin reparar en exceso alguno voluntad n o caigan en error, rige a e n t r a m b o s b e n i g n a m e n t e con
y con desprecio de la verdad y de la justicia, es u n a libertad perver- su amorosa dirección. M a n t é n g a s e , p u e s , santa e inviolablemente
t i d a q u e degenera e n abierta licencia; y q u e , p o r tanto, la libertad u n i d o lo q u e n o p u e d e n i d e b e ser separado, y sírvase a Dios en
d e b e ser dirigida y gobernada p o r la recta razón, y consiguientemente todas las cosas, como lo ordena la m i s m a razón natural, con toda
d e b e q u e d a r sometida al derecho natural y a la ley eterna de Dios. sumisión y obediencia.
Piensan q u e esto basta y niegan q u e el h o m b r e libre d e b a someterse
a las leyes q u e Dios quiera i m p o n e r l e p o r u n camino distinto al [Liberalismo de tercer grado]
de la razón natural.—Pero al p o n e r esta limitación n o son conse-.
cuentes consigo mismos. P o r q u e si, como ellos a d m i t e n y nadie [ 1 4 ] . H a y otros liberales algo m á s m o d e r a d o s , pero no p o r
p u e d e razonablemente negar, hay q u e obedecer a la voluntad de esto m á s consecuentes consigo m i s m o s ; estos liberales afirman q u e ,
Dios legislador, p o r la total d e p e n d e n c i a del h o m b r e respecto de efectivamente, las leyes divinas d e b e n regular la vida y la conducta
D i o s y p o r la tendencia del h o m b r e hacia Dios, la consecuencia es d e los particulares, p e r o n o la vida y la conducta del E s t a d o ; es lícito
q u e nadie p u e d e p o n e r límites o condiciones a este p o d e r legislativo en la vida política apartarse de los preceptos d e Dios y legislar sin
turbasque labitur multitudo, frenisque officii et conscientiae sublatis, nihil
praeter vim relinquitur; quae tamen vis tanti non est, ut populares cupidita- tam. Immo vero si tantum sibi mens arrogarit humana, ut, quae et quanta
tes continere sola possit. Quod satis testatur dimicatio propemodum quoti- sint tum Deo iura, tum sibi officia, velit ipsa decernere, verecundiam legum
diana contra socialistas, aliosque seditiosorum greges, qui funditus permo- divinarum plus retinebit specie quam re, et arbitrium eius valebit prae aucto-
vere civitates diu moliuntur.—Statuant igitur ac definiant rerum aequi aesti- ritate ac providentia Dei.—Necesse est igitur, vivendi normam constanter
matores, tales doctrinae proficiantne ad veram dignamque hominis liberta- religioseque, ut a lege aeterna, ita ab ómnibus singulisque petere legibus, quas
tem, an potius ipsam pervertant totamque corrumpant. infinite sapiens, infinite potens Deus, qua sibi ratione visum est, tradidit,
quasque nosse tuto possumus perspicuis nec ullo modo addubitandis notis.
Certe qyidem opinionibus iis vel ipsa immanitate sua formidolosis, quas Eo vel magis quod istius generis leges, quoniam idem habent, quod lex
a veritate aperte abhorrere, easdemque malorum maximorum causas esse aeterna, principium, eumdemque auctorem; omnino et cum ratione concor-
vidimus, non omnes Liberalismi fautores assentiuntur. Quin compulsi veri- dant et perfectionem adiungunt ad naturale eius: eaedemque magisterium
tatis viribus, plures eorum haud verentur fateri, immo etiam ultro affirmant, Dei ipsius complectuntur, qui scilicet, nostra ne mens neu voluntas in erro-
in vitio esse et plañe in licentiam cadere libertatem, si gerere se intemperan- rem labatur, nutu ductuque suo utramque benigne regit. Sit igitur sánete
tius ausit, veritate iustitiaque posthabita: quocirca regendam gubernan- inviolateque coniunctum, quod nec diiungi potest nec debet, omnibusque
damque recta ratione esse, et quod consequens est, iuri naturali sempiter- in rebus, quod ipsa naturalis ratio praecipit, obnoxie Deo obedienterque
naeque legi divinae subiectam esse oportere. Sed hic consistendum rati, serviatur.
liberum hominem subesse negant deberé legibus, quas imponere Deus velit,
alia praeter rationem naturalem via.—Id cum dicunt sibi minime cohaerent. Mitiores aliquanto sunt, sed nihilo sibi magis constant, qui aiunt nutu
Etenim si est, quod ipsi consentiunt nec dissentire potest iure quisquam, si legum divinarum dirigendam utique vitam ac mores esse privatorurn, n o n
est Dei legislatoris obediendum voluntati, quia totus homo in potestate est tamen civitatis: in rebus publicis fas esse a iussis Dei discedere, necad ea
Dei et ad Deum tendit, consequitur posse neminem auctoritati eius legiferae ullo modo in condendis legibus intueri. Ex quo perniciosum illud gignitur
fines modumve praescribere, quin hoc ipso faciat contra obedientiam debi- consectarium, civitatis Ecclesiaeque rationes dissociari oportere.—Sed haec
242 LEÓN XIII
LIBERTAS PRAESTANTISSIMUM 343
tenerlos en cuenta para nada. D e esta d o b l e afirmación brota la A c e r t a d a m e n t e h a sido c o m p a r a d o este a c u e r d o a la unión del alma
perniciosa consecuencia d e q u e e s necesaria la separación entre la
con el cuerpo, u n i ó n igualmente provechosa p a r a ambos, y cuya
Iglesia y el E s t a d o . — E s fácil d e c o m p r e n d e r el a b s u r d o e r r o r d e estas
desunión, p o r el contrario, es •perniciosa particularmente para el
afirmaciones. E s la m i s m a naturaleza la q u e exige a voces q u e la
cuerpo, q u e con ella pierde ¡a vida.
sociedad p r o p o r c i o n e a los ciudadanos medios a b u n d a n t e s y facili-
dades p a r a vivir virtuosamente, es decir, según las leyes d e Dios,
ya q u e D i o s es el principio d e toda virtud y d e toda justicia. P o r [III. L A S CONQUISTAS D E L LIBERALTSMO]
esto, es a b s o l u t a m e n t e contrario a la naturaleza q u e p u e d a lícitamen-
t e el E s t a d o d e s p r e o c u p a r s e d e esas leyes divinas o establecer u n a [Libertad de cultos]
legislación positiva q u e las contradiga. P e r o , además, los gober- [15]. Para dar» m a y o r claridad a los p u n t o s tratados, es con-
nantes tienen, respecto d e la sociedad, la obligación estricta d e veniente examinar p o r separado las diversas clases d e libertad, q u e
procurarle p o r m e d i o d e u n a p r u d e n t e acción legislativa n o sólo la algunos p r o p o n e n c o m o conquistas d e n u e s t r o t i e m p o . E n p r i m e r
p r o s p e r i d a d y los bienes exteriores, sino t a m b i é n y principalmente lugar examinemos, e n relación con los particulares, esa libertad t a n
los bienes d e l espíritu. A h o r a bien, e n o r d e n al a u m e n t o d e estos contraria a la v i r t u d d e la religión, la llamada libertad de cultos,
bienes espirituales, n a d a h a y n i p u e d e h a b e r m á s a d e c u a d o q u e las libertad fundada e n ¡a tesis d e q u e cada u n o p u e d e , a su arbitrio,
leyes establecidas p o r el m i s m o Dios. P o r esta razón los q u e e n el profesar la religión q u e prefiera o n o profesar n i n g u n a . E s t a tesis
g o b i e r n o d e E s t a d o p r e t e n d e n d e s e n t e n d e r s e d e las leyes divinas es contraria a la verdad. P o r q u e d e todas las obligaciones del h o m -
desvían el p o d e r político d e s u propia institución y del o r d e n i m - b r e , la mayor y m á s sagrada es, sin d u d a alguna, la q u e nos m a n d a
puesto p o r la m i s m a naturaleza.—Pero h a y otro h e c h o i m p o r t a n t e , d a r a D i o s el culto d e la religión y d e la piedad. Este d e b e r es la
q u e N o s m i s m o s h e m o s s u b r a y a d o m á s d e u n a vez e n otras ocasiones: consecuencia necesaria d e nuestra perpetua dependencia d e D i o s ,
el p o d e r político y el p o d e r religioso, a u n q u e tienen fines y medios d e n u e s t r o gobierno p o r D i o s y d e n u e s t r o origen p r i m e r o y fin
. específicamente distintos, d e b e n , sin e m b a r g o , necesariamente, e n s u p r e m o , q u e es D i o s . — H a y q u e añadir, además, q u e sin la v i r t u d
el ejercicio d e sus respectivas funciones, encontrarse algunas veces. de la religión n o es posible virtud auténtica alguna, p o r q u e la v i r t u d
A m b o s poderes ejercen s u autoridad sobre los m i s m o s h o m b r e s , moral es aquella v i r t u d cuyos actos tienen p o r objeto t o d o lo q u e
y n o es raro q u e u n o y o t r o p o d e r legislen acerca d e u n a m i s m a nos lleva a D i o s , considerado como s u p r e m o y último bien del
materia, a u n q u e p o r razones distintas. E n esta convergencia d e h o m b r e ; y p o r esto, la religión, cuyo oficio es realizar t o d o lo q u e
p o d e r e s el conflicto sería a b s u r d o y repugnaría a b i e r t a m e n t e a la tiene p o r fin directo e inmediato el h o n o r d e D i o s 1 °, es la reina y
infinita sabiduría d e la voluntad d i v i n a ; es necesario, p o r tanto, la regla a la vez d e todas las virtudes. Y si se p r e g u n t a cuál es la
q u e haya u n m e d i o , u n p r o c e d i m i e n t o p a r a evitar los motivos d e religión q u e hay q u e seguir entre tantas religiones opuestas entre si,
disputas y luchas y p a r a establecer u n a c u e r d o e n la práctica. la respuesta la d a n al unísono la razón y la naturaleza: la religión

quam absurde dicantur, haud difficulter intelligitur. C u m enim clamet ipsa coniunctioni dixere, quas animum inter et corpus intercedit, idque commo-
natura, oportere civibus in societate suppetere copias opportunitatesque ad do utriusque partís: quarum distractio nominatím est perniciosa corpori,
vitam honeste, scilicet secundum Dei leges, degendam, quia Deus est omnis quippe cuius vitam extinguit.
honestaos iustítiaeque principium, profecto illud vehementer repugnat, posse
üsdem de legibus nihil curare, vel etiam quidquam infense statuere civita- Quae quo melius appareant, varia libertatis incrementa, quae nostrae
tem.—Deinde qui populo praesunt, hoc omnino reí publicae debent, ut non quaesita aetati feruntur, separatim consideran oportet.—Ac primo illud in
solum commodis et rebus externis, sed máxime animi bonis, legum sapientiá, singulis personis videamus, quod est tantopere virtuti religionis contrarium,
consulant. Atqui ad ístorum incrementa bonorum ne cogitan quidem potest scilicet de libértate, uti loquuntur, cultus. Quae hoc est veluti fundamento
quidquam iis legibus aptius, quae Deum habeant auctorem: ob eamque rem constituta, integrum cuique esse, aut quam libuerit, aut omnino nullam
qui in regendis civitatibus nolunt divinarum legum haberi rationem, aberran- profiteri religionem.—Contra vero ex ómnibus hominum officiis illud est
tem faciunt ab instituto suo et a praescriptione naturae politicam potestatem. sine dubitatione máximum ac sanctissimum, quo pie reügioseque Deum
Sed quod magís interest, quodque alias Nosmetipsí nec semel monuimus, colere homines iubemur. Idque necessario ex eo consequitur, quod in Dei
quamvis principatus civilis non eodem, q u o sacer, proxime spectet, nec potestate perpetuo sumus, Dei numine providentiaque gubemamur, ab
üsdem eat itineribus, in potestate tamen gerenda obviam esse interdum eoque profecti, ad eum revertí debemus.—Huc accedit, yirtutem veri no-
alteri alter necessario debet. Est enim utriusque in eosdem imperium, nec minís nullam esse sine relígione posse: virtus enim moiaüs est, cuius officia
raro fit, ut üsdem de rebus uterque, etsi non eadem ratione, decernat. Id versantur in iis, quae ducunt ad Deum, quatenus homini est summum al que
quotiescumque usuveniat, cum confligere absurdum sit, sapientissimaeque ultimum bonorum; ideoque religio quae operatur ea, quae airéete et immediate
voluntati Dei aperte repugnet, quemdam esse modum atque ordinem necesse ordinantur in honorem divinum, cunctarum princeps est moderatrixque vtr-
est, ex quo, causis contentionum certationumque sublatis, ratio concors tutum. Ac si quaeratur, cum plures et inter se dissidentes usurpentur reli-
¡n agendis rebus existat. Et huiusmodi concordiam non inepte similem
ÍÜ Cf. SANTO TOMÁS, Summa Tfeologica 2-2 q.81 a.6 c.

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244 LEÓN X I I I L l l l t K f AS l'K A I M A M ISS1MUM 245
q u e Dios ha m a n d a d o , y q u e es fácilmente reconocible p o r - m e d i o Estado, o, lo q u e equivaldría al ateísmo, el indiferentismo"del Estado
de ciertas notas exteriores con las q u e la divina Providencia h a q u e - e n materia religiosa, y la igualdad jurídica indiscriminada de todas
rido distinguirla, para evitar u n eíror, q u e , en asunto de tanta las religiones. Siendo, p u e s , necesaria en el Estado la profesión
trascendencia, implicaría desastrosas consecuencias. P o r esto, con- pública de u n a religión, el E s t a d o d e b e profesar la única religión
ceder al h o m b r e esta libertad de cultos de q u e estamos hablando verdadera, la cual es reconocible con facilidad, singularmente en
equivale a concederle el d e r e c h o de desnaturalizar i m p u n e m e n t e los pueblos católicos, puesto q u e en ella aparecen como grabados
una obligación santísima y de ser infiel a ella, a b a n d o n a n d o el bien los caracteres distintivos de la verdad. Esta es la religión q u e d e b e n
para entregarse al mal. Esto, lo h e m o s dicho ya, n o es libertad, es conservar y proteger los gobernantes, si quieren atender con p r u -
una depravación de la libertad y u n a esclavitud del alma entregada d e n t e utilidad, c o m o es su obligación, a la c o m u n i d a d política.
al pecado. * P o r q u e el p o d e r político ha sido constituido para utilidad de los
[16 ]. Considerada desde el p u n t o de vista social y político, esta gobernados. Y a u n q u e el fin p r ó x i m o de su actuación es p r o p o r -
libertad de cultos p r e t e n d e q u e el E s t a d o n o rinda a Dios culto alguno cionar a los ciudadanos la p r o s p e r i d a d d e esta vida terrena, sin
o n o autorice culto público alguno, q u e n i n g ú n culto sea prefe- e m b a r g o , n o d e b e disminuir, sino a u m e n t a r , al c i u d a d a n o las fa-
rido a otro, q u e todos gocen d e los m i s m o s derechos y q u e el p u e b l o cilidades p a r a consegviir el s u m o y último bien, en q u e está la
n o signifique nada cuando profesa la religión católica. Para q u e estas s e m p i t e r n a bienaventuranza del h o m b r e , y al cual n o p u e d e éste
pretensiones fuesen acertadas haría falta q u e los deberes del Estado llegar si se descuida la religión.
para con Dios fuesen nulos o p u d i e r a n al m e n o s ser q u e b r a n - [ 1 7 ] . Y a en otras ocasiones h e m o s hablado a m p l i a m e n t e de
tados i m p u n e m e n t e por el Estado. A m b o s supuestos son falsos. este p u n t o n . A h o r a sólo q u e r e m o s hacer u n a advertencia: la liber-
P o r q u e nadie p u e d e d u d a r q u e la existencia de la sociedad civil es t a d de cultos es m u y perjudicial para la libertad verdadera, t a n t o
obra de la voluntad de Dios, ya se considere esta sociedad en sus de los g o b e r n a n t e s como de los gobernados. L a religión, en cambio,
m i e m b r o s , ya en su forma, q u e es la a u t o r i d a d ; ya en su causa, ya es s u m a m e n t e provechosa para esa libertad, p o r q u e coloca en D i o s
en los copiosos beneficios q u e proporciona al h o m b r e . E s Dios quien el origen p r i m e r o del p o d e r e i m p o n e con la m á x i m a autoridad a
ha hecho a l . h o m b r e sociable y q u i e n le ha colocado en medio de sus los g o b e r n a n t e s la obligación de n o olvidar sus deberes, de n o m a n -
semejantes, para q u e las exigencias naturales q u e él por sí solo dar con injusticia o dureza y de gobernar a los pueblos con benig-
n o p u e d e colmar las vea satisfechas d e n t r o de la sociedad. Por esto nidad y con u n a m o r casi p a t e r n o . P o r otra parte, la religión m a n d a
es necesario q u e el Estado, p o r el m e r o hecho de ser sociedad, reco- a los ciudadanos la sumisión a los poderes legítimos c o m o a r e p r e -
nozca a Dios como P a d r e y a u t o r y reverencie y adore su poder y su sentantes de D i o s y los u n e a los gobernantes n o solamente p o r
dominio. L a justicia y la razón prohiben, p o r tanto, el ateísmo del medio de la obediencia, sino t a m b i é n con u n respeto amoroso,

giones, quam sequi unam ex ómnibus necesse sit, eam certe ratio et natura
respondent, quam Deus iusserit, quam ipsam facile homines queant notis tumque vereatur et colat. Vetat igitur iustitia, vetat ratio atheam esse, vel,
quibusdam exterioribus agnoscere, quibus eam distinxisse divina providentia quod in atheismum recideret, erga varias, ut loquuntur, religiones pari modo
voluit, quia in re tanti momenti summae errorem ruinae essent consecutu- affectam civitatem, eademque singulis iura promiscué largiri.-—Cum igitur
rae. Quapropter oblata illa, de qua loquimur, libértate, haec homini potestas sit unius religionis necessaria in civitate professio, profiteri eam oportet quae
tribuitur, ut officium sanctissimum impune pervertat vel deserat, ideoque unice vera est, quaeque nondifficulter, praesertim in civitatibus catholicis,
ut aversus ab incommutabili bono sese ad malum convertat: quod, sicut agnoscitur, cum in ea tamquam insignitae notae veritatis appareant. Itaque
diximus, non libertas sed depravatio libertatis est, et abiecti in peccatum hanc, qui rempublicam gerunt, conservent, hanc tueantur, si volunt.pruden-
animi servitus. ter atque utiliter, ut debent, civium communitati consulere. Publica enim
potestas propter eorum qui reguntur utilitatem constituía est: et quamquam
Eadem libertas si consideretur in civitatibus, hoc sane vult, nihil esse ' hoc proxime spectat, deducere cives ad huius, quae in terris degitur, vitae
quod ullum Deo cultum civitas adhibeat aut adhiberi publice velit: nullum
prosperitatem, tamen non minuere, sed augere homini debet facultatem
anteferri alteri, sed aequo iure omnes haberi oportere, nec habita ratione
adipiscendi summum illud atque extremum bonorum, in quo felicitas ho-
populi, si populus catholicum profiteatur nomen. Quae ut recta essent,
verum esse oporteret, civilis hominum communitatis officia adversus Deum minum sempiterna consistit: quo perveniri non potest religione neglecta.
aut nulla esse, aut impune solvi posse: quod est utrumque aperte falsum. Sed haec alias uberius exposuimus: in praesentia id animadverti tantum
Etenim dubitari non potest quin sit Dei volúntate inter homines coniuncta volumus, istiusmodi libertatem valde obesse verae cum eorum qui regunt,
societas, sive partes, sive forma eius spectetur quae est auctoritas, sive causa, tum qui reguntur, libertati. Prodest autem mirifice religio, quippe quae
sive earum, quas homini parit, magnarum utilitatum copia. Deus est, qui ho- primum ortum potestatis a Deo ipso repetit, gravissimeque principes iubet,
minem ad congregationem genuit atque in coetu sui similium collocavit, ut officiorum suorum esse memores, nihil iniuste acerbeve imperare, benigne
quod natura eius desideraret, nec ipse assequi solitarius potuisset, in conso- ac fere cum caritate paterna populo praeesse. Eadem potestati legitimae cives
ciatione reperiret.,Quamobrem Deum civilis societas, quia societas est, paren- vult esse subiectos, ut Dei ministris; eosque cum rectoribus reipublicae
tem et auctorem suum cognoscat necesse est, atque eius potestatem domina-
" Véase la encíclica Immortaie Dei.- ASS 18 (1885) 161-180.
246 I.l-.ON XIII
UUKKTVK I-KAKSTANI'ISSIMUM 347
p r o h i b i e n d o toda revolución y todo conato q u e p u e d a t u r b a r el
o r d e n y la tranquilidad pública, y q u e al cabo son causa d e q u e se lo s u m o con m u c h a dificultad, prevenirse contra los artificios del
vea sometida a mayores limitaciones la libertad de los ciudadanos. estilo y las sutilezas de la dialéctica, sobre t o d o c u a n d o éstas y aqué-
Dejamos a u n lado la influencia de la religión sobre la sana moral llos son utilizados para halagar las pasiones. Si se concede a t o d o s una
y la influencia de esta moral sobre la m i s m a libertad. L a razón licencia ilimitada en el hablar y en el escribir, nada q u e d a r á ya
d e m u e s t r a y la historia confirma este h e c h o : la libertad, la p r o s p e - sagrado e inviolable. N i siquiera serán exceptuadas esas primeras
ridad y la grandeza de u n Estado están en razón directa de la moral verdades, esos principios naturales q u e constituyen el m á s noble
de sus hombres. p a t r i m o n i o c o m ú n d e t o d a la h u m a n i d a d . Se obscurece así poco a
poco la verdad con las tinieblas y, c o m o m u c h a s veces sucede, se
hace d u e ñ a del c a m p o u n a n u m e r o s a plaga d e perniciosos errores.
[Libertad de expresión y libertad de imprenta ] T o d o lo q u e la licencia gana lo pierde la libertad. L a grandeza y
[18]. D i g a m o s ahora algunas palabras sobre la libertad de ex- la seguridad de la libertad están en razón directa d e los frenos q u e
presión y la libertad de imprenta. Resulta casi innecesario afirmar se o p o n g a n a la licencia.—Pero en las materias opinables, dejadas
q u e n o existe el derecho a esta libertad c u a n d o se ejerce sin m o d e - p o r D i o s a la libre discusión d e los h o m b r e s , está p e r m i t i d o a cada
u n o t e n e r la opinión q u e le agrade y exponer libremente la propia
ración alguna, traspasando t o d o freno y t o d o límite. P o r q u e el
opinión. L a naturaleza n o se o p o n e a ello, p o r q u e esta libertad nunca
d e r e c h o es u n a facultad m o r a l q u e , c o m o h e m o s dicho ya y conviene
lleva al h o m b r e a o p r i m i r la verdad. Por el contrario, m u c h a s veces
repetir con insistencia, n o p o d e m o s suponer concedida p o r la.natu-
c o n d u c e al hallazgo y manifestación de la verdad.
raleza de igual m o d o a la verdad y al error, a la v i r t u d y al vicio.
Existe el derecho de propagar en la sociedad, con libertad y p r u d e n -
cia, t o d o lo verdadero y todo lo virtuoso para q u e p u e d a participar [Libertad de enseñanza]
de las ventajas de la verdad y del bien el m a y o r n ú m e r o posible de
ciudadanos. P e r o las opiniones falsas, m á x i m a dolencia, mortal del [ 1 9 ] . Respecto a la llamada libertad de enseñanza, el juicio
e n t e n d i m i e n t o h u m a n o , y los vicios corruptores del espíritu y d e q u e hay q u e d a r es m u y parecido.—Solamente la verdad d e b e
la m o r a l pública d e b e n ser reprimidos por el p o d e r público para penetrar en el e n t e n d i m i e n t o , p o r q u e en la verdad encuentran las
i m p e d i r su paulatina propagación, dañosa en e x t r e m o para la m i s m a naturalezas racionales su bien, su fin y su perfección; por esta
sociedad. L o s errores d e los intelectuales depravados ejercen sobre razón la doctrina dada t a n t o a los ignorantes como a los sabios d e b e
las masas u n a verdadera tiranía y d e b e n ser reprimidos p o r la ley tener p o r objeto exclusivo la verdad, p a r a dirigir a los primeros
con la m i s m a energía q u e otro cualquier delito inferido con violencia hacia el conocimiento de la verdad y para conservar a los segundos
a los débiles.—Esta represión es a ú n m á s necesaria, p o r q u e la in- en la posesión de la v e r d a d . Este es el f u n d a m e n t o d e la obligación
m e n s a mayoría de los ciudadanos n o p u e d e en m o d o alguno, o a principal de los q u e e n s e ñ a n : extirpar el error de los entendimientos

non obedientiá solum, sed verecundia et amore coniungit, interdictis sedi- gias cavere captionesque dialécticas, praesertim quae blandiantur cupidita-
tionibus, cunctisque incaeptis quae ordinem tranquillitatemque publicam tibus, aut non possunt omnino, aut sine summa difficultate non possunt.
perturbare queant, quaeque tándem causam afferunt cur maioribus frenis Permissa cuilibet loquendi scribendique infinita licentia, nihil est sanctum
libertas civium constringatur. Praetermittimus quantum religio bonis mo- inviolatumque permansurum: ne illis quidem parcetur maximis verissimis-
ribus conducat, et quantum libertati mores boni. Nam ratio ostendit, et que naturae iudiciis, quae habenda sunt velut commune idemque nobilissi-
historia Gonfirmat, quo sint melius moratae, eo plus libértate et opibus et mum humani generis patrimonium. Sic sensim obducta tenebris veritate,
imperio valere civitates. id quod saepe contíngit, facile dominabitur opinionum error perniciosus
et multiplex. Qua ex re tantum capiet licentia commodi, quantum detrimenti
Iam aliquid consideretur de libértate loquendi, formisque litterarum libertas: eo enim est maior futura libertas ac tutior, quo frena licentiaemaio-
quodcumque libeat exprimendi. Huius profecto non modice temperatae ra.—At vero de rebus opinabilibus disputationi hominum a Deo permissis,
sed modum et finem transeuntis libertatis ius esse non posse, vix attinet utique quod placeat sentiré, quodque sentiatur, libere eloqui concessum
dicere. Est enim ius facultas moralis, quam, ut diximus saepiusque est di- est, non repugnante natura: talis enim libertas nunquam nomines ad oppn-
cendum, absurdum est existimare, veritati et mendacio, honestad et turpitu- mendam veritatem, saepe ad indagandam ac patefaciendam deducit.
dini promiscué et communiter a natura datam. Quae vera, quae honesta
sunt, ea libere prudenterque in civitate propagan ius est, ut ad quamplures De ea, quam docendi libertatem nominant, oportet non dissimili ratione
pertineant; opinionum mendacia, quibus nulla mentí capitalior pestis, item iudicare.—Cum dubium esse non possit quin imbuere ánimos sola ventas
vitia quae animum moresque corrumpunt, aequum est auctoritate publica debeat, quod in ipsa intelligentium naturarum bonum est et finis et peifectio
diligenter coerceri, ne serpere ad perniciem reipublicae queant. Peccata sita, propterea non debet doctrina nisi vera praecipere, idque tum us qui
licentis ingenii, quae sane in oppresionem cadunt multitudinis imperitae, nesciant, tum qui sciant, scilicet ut cognitionem veri alteris afferat, in altens
rectum est auctoritate legum non minus coerceri, quam illatas per vim tueatur. O b eamque causam eorum, qui praecipiunt, plañe officium_ est
imbecillioribus iniurias. Eo magis quod civium pars longe máxima praesti- eripere ex animis errorem, et ad opinionum falladas obsepire certis praesidns
viam. Igitur apparet, magnopere cum ratione pugnare, ac natam esse per-
248 I.IHtKI'AS !']) II SI W r i S S l M U M
LEÓN x i n
la cual prometió estar hasta la consumación d e los siglos. A CM.I
Por
tanto^^i 1 ! 2 ^ 0 ^ 6Í c a m i n o a l a s t e o r í a s falsas. E s evidente, sociedad h a querido e n c o m e n d a r todas las verdades p o r E l CIIHC-
el Jlbertad
derecho d de q u e tratamos, al p r e t e n d e r arrogarse ñadas, con el encargo d e guardarlas, defenderlas y enseñarlas con
fla
grante con 6 ) e n S e n a r l ° . t o d o a s u capricho, está en contradicción autoridad legítima. A l m i s m o t i e m p o h a o r d e n a d o a todos los
Sl
° n m á s co , r a Z O n , y t l e n d e P ° r su propia naturaleza a la perver- h o m b r e s q u e obedezcan a la Iglesia igual q u e a El m i s m o , a m e n a -
c
°nceder a 1 • j j S e s P i r i t u s ' Líl Poder público n o p u e d e z a n d o con la ruina eterna a todos los q u e desobedezcan este m a n -
sus
Propios 1 ^ ° C l e d a d e s t a libertad d e enseñanza sin q u e b r a n t a r d a t o . Consta, p u e s , claramente q u e el mejor y m á s seguro maestro
nes
: Poro,, i e r e s -.jProhibición cuyo rigor a u m e n t a p o r dos razo- del h o m b r e es Dios, fuente y principio d e toda v e r d a d ; y t a m b i é n
y Porque 7 autoridad del maestro ps m u y g r a n d e ante los oyentes el U n i g é n i t o , q u e está en el seno del P a d r e y es camino, verdad,
m Y P c o s l o sdis
m i s m o s *; ^ , ° c í p u l o s q u e p u e d e n j u z g a r p o r sí vida, luz verdadera q u e ilumina a t o d o h o m b r e , a cuya enseñanza
[ 2 0 V > V e r d a d e r o ° f a l s o I o <3 ue el maestro les explica. d e b e n prestarse todos los h o m b r e s d ó c i l m e n t e : y serán todos ense-
d
e s e r ° v i r t P O r l 0 ° U a l C S n e c e s a r i o q u e t a m b i é n esta libertad, si ha ñados por Dios 1 2 . A h o r a bien, en materia de fe y de moral, Dios
evitar q u e 1 S a ' q " e d e c i r c u n s c r i t a d e n t r o de ciertos límites, para m i s m o ha h e c h o a la Iglesia partícipe del magisterio divino y le ha
de
corru -a e n s .f n a n 2 a s e t r u e q u e i m p u n e m e n t e e n i n s t r u m e n t o concedido el privilegio divino de n o conocer el error. P o r esto la
de
la e n P C - 1 0 n ' A h o r a b i e n ' l a verdad, q u e d e b e ser el objeto único Iglesia es la m á s alta y segura maestra de los mortales y tiene u n
Las verd 3 6 ,^ 1 1 2 3 " C S d& d ° S c I a s e s : u n a > n a t u r a l ; otra, sobrenatural, d e r e c h o inviolable a la libertad d e magisterio. P o r otra parte, la
Snaturale
rales v 1 s . a las cuales pertenecen los principios n a t u - Iglesia, apoyándose en el firme f u n d a m e n t o d e la doctrina revelada,
constitu a S C o n c l u s l o . n e s inmediatas derivadas de éstos p o r la razón, ha antepuesto, d e hecho, a todo el c u m p l i m i e n t o exacto de esta
fundan/611 P a t r i m o n i o c o m ú n del género h u m a n o y el firme misión q u e Dios le h a confiado. Superior a las dificultades q u e p o r
rnisma e n t . ° e i \ ^ u e s e apoyan la moral, la justicia, la religión y la todas partes la envuelven, n o ha dejado j a m á s d e defender la liber-
m á s ' K° C1 P o r esto, n o hay impiedad mayor, n o hay locura t a d d e s u magisterio. P o r este camino el m u n d o entero, liberado
inteer - i m a J l a q U e p e r m i t i r i m p u n e m e n t e la violación y la des- de la calamidad de las supersticiones, ha e n c o n t r a d o en la sabiduría
ser c a C 1 ° n CSte
P a t r i m o n i ° - — C o n n o m e n o r reverencia d e b e cristiana su total renovación. Y como la razón por sí sola d e m u e s t r a
Dios ° n s e f v a d o e l precioso y sagrado tesoro d e las verdades q u e claramente q u e entre las verdades reveladas y las verdades naturales
d a d
tulo 'ffcf ° a c o n o c e r Por I a revelación. L o s principales capí- n o p u e d e existir oposición verdadera y t o d o lo q u e se oponga a las
eS a r v
de t * ? e l a c i ° n s e d e m u e s t r a n con m u c h o s a r g u m e n t o s p r i m e r a s es necesariamente falso, p o r esto el divino magisterio de
Rlst 6 T 0 í d l n a " 0 v a l o r ' utilizados con frecuencia p o r los apolo- la Iglesia, lejos de obstaculizar el deseo d e saber y el desarrollo en
dad ia S n : e n e c n o d e
° ^ I a revelación divina de algunas ver-
. ' I a encarnación del Hijo unigénito d e Dios para d a r testi-
ni
° d e I a verdad, la fundación p o r el m i s m o Jesucristo d e u n a perhiberet veritati: perfectam quamdam ab eo conditam societatem nempe
^ociedad perfecta, q u e es la Iglesia, cuya cabeza es El m i s m o , y con Ecclesiam, cuius ipsemet caput est, et quacum usque ad consummationem
saeculi se futurum esse promisit. Huic societati commendatas omnes, quas
vertendis funditus mentibus illam, de qua institutus est sermo, libertatem, ille docuisset, veritates voluit, hac lege, u t eas ipsa custodiret, tueretur,
quatenus sibi vult quilibet pro arbitratu docendi licentiam; quam quidem legitima cum auctoritate explicaret: unáque simul iussit, omnes gentes
icentiam civitati daré publica potestas, salvo officio, non potest. Eo vel Ecclesiae suae, perinde ac sibimetipsi, dicto audientes esse: qui secus face-
rnagis quod magistrorum apud auditores multum valet auctorítas, et verane rent, interitu perditum iri sempiterno. Qua ratione plañe constat, optimum
sint, quae a doctore traduntur, raro admodum diiudicare per se ipse disci- homini esse certissimumque magistrum Deum, omnis fontem ac principium
Pulus potest. veritatis, item Unigenitum, qui est in sinu Patris, viam, veritatem, vitam,
Quamobrem hanc quoque libertatem, ut honesta sit, certis finibus cir- lucem veram, quae illuminat omnem hominem et ad cuius disciplinam dó-
cumscriptam teneri necesse est: nimirum ne fieri impune possit, ut ars ciles esse omnes nomines oportet: Et erunt omnes docibiles Dei.—Sed in
docendi in instrumentum corruptelae vertatur.-—Veri autem, in quo unice fide atque in institutione morum, divini magisterii Ecclesiam fecit Deus ipse
versan praecipientium doctrina debet, unum est naturale genus, supernatu- participen!, eamdemque divino eius beneficio falli nesciam: quare magistra
rale alterum. Ex veritatibus naturalibus, cuiusmodi sunt principia naturae, mortalium est máxima ac tutissima, in eáque inest non violabile ius ad magis-
et ea quae ex illis proxime ratione ducuntur, existit humani generis velut terii libertatem. Revera doctrinis divinitus acceptis se ipsa Ecclesia sustentans,
commune patrimonium: in quo, tamquam fundamento firmissimo, cum nihil habuit antiquius, quam u t munus sibi demandatum a Deo sánete
mores et iustitia et religio, atque ipsa coníunctio societatis humanae nitatur, expleret: eademque circumfusis undique dífficultatibus fortior, pro libértate
nihil tam impium esset tamque stolide inhumanum, quam illud violari ac magisterii sui propugnare nullo tempore destitit. Hac via orbis terrarum,
diripi impune sinere.—Nec minore conservandus religione maximus sanctis- misérrima superstitione depulsa, ad christianam sapientiam renovatus est.—
simusque thesaurus earum rerum, quas Deo auctore cognoscimus. Argu- Quoniam vero ratio ipsa perspicue docet, veritates divinitus traditas et ve-
mentis multis et illustribus, quod saepe Apologetae consueverunt, praecipua ritates naturales ínter se oppositas esse revera non posse, ita ut quodeumque
quaedam capita constituuntur, cuiusmodi illa sunt; quaedam esse a Deo cum illis dissentiat, hoc ipso falsum esse necesse sit, ideirep divinum Eccle-
divinitus tradita: Unigenitum Dei Filium carnem factum, ut testimonium
12
lo. 6,45.
250 LEÓN XIII
:.(>l
LIBERTAS I'KAKSTANTISSIMIJM
las ciencias o de retardar de alguna manera el progreso de la civi-
lización, ofrece, p o r el contrario, e n todos estos campos a b u n d a n t e sabios. D e estas consideraciones se d e s p r e n d e la naturaleza "c
luz y segura garantía. Y p o r la m i s m a razón el magisterio eclesiástico libertad d e enseñanza q u e exigen y p r o p a g a n con igual e m p c ñ » ' " s
es s u m a m e n t e provechoso para el desenvolvimiento d e la libertad seguidores del liberalismo. P o r u n a parte, se conceden a sí mismos y
h u m a n a , p o r q u e es sentencia de Jesucristo, Salvador nuestro, q u e conceden al E s t a d o u n a libertad t a n grande, q u e n o d u d a n da'
el h o m b r e se hace libre por la v e r d a d : conoceréis la verdad, y la paso libre a los errores m á s peligrosos. Y, p o r otra parte, p o n e n m»
verdad os hará libres l 3 . — N o hay, p u e s , motivo p a r a q u e la libertad estorbos a la Iglesia y restringen hasta el m á x i m u m la libertad di'
legítima se i n d i g n e o la verdadera ciencia lleve a mal las justas y ésta, siendo así q u e d e la doctrina de la Iglesia n o hay q u e t e m e '
debidas leyes q u e la Iglesia y la razón exigen igualmente para regular d a ñ o alguno, sino q u e , por el contrario, se p u e d e n esperar de ella
las ciencias h u m a n a s . M á s a ú n : la Iglesia, c o m o lo d e m u e s t r a la toda clase de bienes.
experiencia a cada paso, al obrar así con la finalidad p r i m o r d i a l de
defender la fe cristiana, procura t a m b i é n el 'fomento y el adelanto [Libertad de conciencia]
de todas las ciencias h u m a n a s . Buenos son en sí m i s m o s y loables
y deseables la belleza y la elegancia del estilo. Y t o d o conocimiento [21 ] . M u c h o se habla t a m b i é n de la llamada libertad de con-
científico q u e provenga de u n recto juicio y esté d e a c u e r d o con ciencia. Si esta libertad se entiende en el sentido de q u e es lícito a
el o r d e n objetivo d e las cosas, presta u n g r a n servicio al esclareci- cada u n o , según le plazca, d a r o n o dar culto a Dios, q u e d a suficien-
m i e n t o d e las verdades reveladas. D e hecho, el m u n d o es d e u d o r a t e m e n t e refutada con los a r g u m e n t o s expuestos a n t e r i o r m e n t e . —
la Iglesia d e estos insignes beneficios: la conservación cuidadosa P e r o p u e d e entenderse t a m b i é n en el sentido d e q u e el h o m b r e en
de los m o n u m e n t o s de la sabiduría antigua; la fundación p o r todas el E s t a d o tiene el d e r e c h o de seguir, según su conciencia, la volun-
partes d e universidades científicas; el estímulo constante d e la acti- t a d d e Dios y de cumplir sus m a n d a m i e n t o s sin i m p e d i m e n t o alguno.
vidad d e los ingenios, f o m e n t a n d o con t o d o e m p e ñ o las m i s m a s artes Esta libertad, la libertad verdadera, la libertad digna d e los hijos de
q u e embellecen la variada cultura de n u e s t r o siglo.-—Por ú l t i m o , Dios, q u e protege t a n gloriosamente la dignidad d e la persona
n o d e b e m o s olvidar q u e q u e d a un c a m p o i n m e n s o a b i e r t o a los h u m a n a , está p o r encima de toda violencia y d e toda opresión y ha
h o m b r e s , e n el q u e p u e d e n é s t o s extender su industria y ejercitar sido siempre el objeto d e los deseos y del a m o r d e la Iglesia. Esta es
l i b r e m e n t e s u ingenio; t o d o ese conjunto d e materias q u e n o t i e n e n la libertad q u e reivindicaron constantemente para sí los apóstoles,
conexión necesaria con la fe y c o n la moral cristianas, o q u e la Iglesia, ésta es la libertad q u e confirmaron con sus escritos los apologistas,
sin hacer u s o de su autoridad, deja enteramente libre al juicio d e los ésta es la libertad q u e consagraron con su sangre los i n n u m e r a b l e s
mártires cristianos. Y con razón, p o r q u e la s u p r e m a autoridad de
Dios sobre los h o m b r e s y el s u p r e m o d e b e r del h o m b r e para con
siae magisterium tantum abest ut studia discendi atque incrementa scientia-
Dios e n c u e n t r a n e n esta libertad cristiana u n testimonio definitivo.
rum intercipiat, aut cultioris humanitatis progressionem ullo modo retardet,
ut potius plurimum afferat luminis securamque tutelam. Eademque causa N a d a tiene d e c o m ú n esta libertad cristiana con el espíritu d e sedi-
non parum proficit ad ipsam libertatis humanae perfectionem, cum Iesu
Christi servatoris sit illa sententia, fieri hominem veritate liberum. Cognosce- eruditorum relinquit integrum ac liberum.—His ex rebus intelligitur, quae
tis veritatem, et -neritas liberabit vos.—Quare non est causa, cur germana et qualis illa sit in hoc genere libertas, quam pari studio volunt et praedicant
libertas indignetur, aut veri nominis sdentia moleste ferat leges iustas ac liberalismi sectatores. Ex una parte sibi quidem ac reipublicae licentiam
debitas, quibus hominum doctrinam contineri Ecclesia simul et ratio con- adserunt tantam, ut cuilibet opinionum perversitati non dubitent aditum
sentientes postulant. Quin imo Ecclesia, quod re ipsa passim testatum est, ianuamque patefacere: ex altera Ecclesiam plurifariam impediunt, eiusque
hoc agens praecipue et máxime u t fidetn christianam tueatur, humanarum libertatem in fines quantum possunt máxime angustos compellunt, quam-
quoque doctrinarum omne genus fovere et in maius provehere studet. Bona quam ex Ecclesiae doctrina non modo nullum incommodum pertimescendum
enim per se est etlaudabilis atque expetenda elegantia doctrinae: praeterea- sit, sed magnae omnino utilitates expectandae.
que omnis eruditio, quam sana ratio pepererit, quaeque rerum veritati
respondeat, n o n mediocriter ad ea ipsa illustranda valet, quae D e o auctore Illa quoque magnopere praedicatur, quam conscientiae libertatem nomi-
credimus. ReveraEcclesiae haec beneficia debentur sane magna, q u o d prae-' nant: quae si ita accipiatur, ut suo cuique arbitratu aeque liceat Deum colere,
clare monumenta sapientiae veteris conscrvarit: quod scientiarum domicilia non colere, argumentis quae supra allata sunt, satis convincitur.—Sed potest
passim aperuerit;quod ingeniorum cursum semper incitaverit, studiosissime etiam in hanc sententiam accipi, ut homini ex conscientia officii, Dei volun-
has ipsas a r t e s alendo, quibus m á x i m e urbanitas aetatis nostrae coloratur.— tatem sequi et iussa faceré, nulla re impediente, in civitate liceat. Haec
Denique praetereundum non est, immensum patere campum, in q u o homi- quidem vera, haec digna filiis Dei libertas, quae humanae dignitatem per-
num excurrere industria, seseque exerccre ingenia libere queant: r e s scilicet sonae honestissime tuetur, est omni vi iniuriaque maior: eademque Ecclesiae
quae cum doctrina fidei morumque christianorum non habent necessariam semper optata ac praecipue cara. Huius generis libertatem sibi constanter
cognationem, vel de quibus Ecclesia, nulla adhibita sua auctoritate, iudicium vindicavere Apostoli, sanxere scriptis Apologetae, Martyres ingenti numero
sanguine suo consecravere. Et mérito quidem: propterea quod maximam
' 3 lo. 8,32. iustissimamque Dei in homines potestatem, vicissimque hominum adversus
252 LEÓN X I I I
MUERTAS l'KAKSTANTISSIMUM
ción y d e desobediencia. N i pretende derogar el respeto d e b i d o al
p o d e r público, p o r q u e el p o d e r h u m a n o e n tanto tiene el derecho los q u e sola y exclusivamente p u e d e esperarse con confian/.,» lu
d e m a n d a r y d e exigir obediencia, en c u a n t o n o se aparta d e l p o d e r conservación del o r d e n y la garantía, p o r tanto, d e la verdadera
divino y se m a n t i e n e d e n t r o del orden establecido p o r D i o s . Pero l i b e r t a d . — E s t o n o obstante, la Iglesia se hace cargo m a t e r n a l m e n t e
c u a n d o el p o d e r h u m a n o m a n d a algo claramente contrario a la del grave peso d e las debilidades h u m a n a s . N o ignora la Iglesia la
voluntad divina, traspasa los límites q u e tiene fijados y entra en trayectoria q u e describe la historia espiritual y política d e nuestros
conflicto con la divina autoridad, En este caso es j u s t o n o obedecer. t i e m p o s . P o r esta causa, a u n concediendo derechos sola y exclusi-
[22 J. P o r el contrario, los partidarios del liberalismo, q u e atri- v a m e n t e a la verdad y a la virtud, n o se opone la Iglesia, sin embargo,
buyen al E s t a d o u n p o d e r despótico e ilimitado y afirman q u e h e m o s a la tolerancia p o r p a r t e d e los poderes públicos d e algunas situa-
de vivir sin tener e n cuenta para nada a Dios, rechazan totalmente ciones contrarias a la verdad y a la justicia para evitar u n m a l
esta libertad d e q u e hablamos, y q u e está t a n í n t i m a m e n t e unida a mayor o para adquirir o conservar u n mayor bien. Dios m i s m o , en
la virtud y a la religión. V califican d e delito contra el E s t a d o t o d o su providencia, a u n siendo infinitamente b u e n o y t o d o p o d e r o s o , per-
c u a n t o se hace para conservar esta libertad cristiana. Si fuesen con- mite, sin e m b a r g o , la existencia d e algunos males e n el m u n d o , en
secuentes con sus principios, el h o m b r e estaría obligado, según parte para q u e n o se i m p i d a n mayores bienes y e n p a r t e para q u e
ellos, a obedecer a cualquier g o b i e r n o por m u y tiránico q u e fuese. n o se sigan mayores males. J u s t o es imitar e n el gobierno político
al q u e gobierna el m u n d o . M á s aún, n o p u d i e n d o la autoridad h u -
m a n a impedir todos los males, d e b e «permitir y dejar i m p u n e s
[IV. L A TOLERANCIA] m u c h a s cosas q u e son, sin e m b a r g o , castigadas j u s t a m e n t e p o r la
[23 ] . L a Iglesia desea a r d i e n t e m e n t e q u e e n t o d o s los órdenes divina Providencia» 1 4 . P e r o e n tales circunstancias, si p o r causa
de la sociedad penetren y se p r a c t i q u e n estas enseñanzas cristianas del bien c o m ú n , y ú n i c a m e n t e p o r ella, p u e d e y a u n d e b e la ley
que h e m o s expuesto s u m a r i a m e n t e . T o d a s estas enseñanzas p o s e e n h u m a n a tolerar el mal, n o p u e d e , sin embargo, ni d e b e j a m á s a p r o -
una eficacia maravillosa p a r a r e m e d i a r los n o escasos n i leves males barlo ni quererlo e n sí mismo. P o r q u e siendo el mal p o r s u m i s m a
actuales, nacidos e n gran p a r t e d e esas mismas libertades que, p r e - esencia privacipn d e u n bien, es contrario al bien c o m ú n , el cual el
gonadas c o n tantos ditirambos, parecían albergar d e n t r o de sí las legislador d e b e buscar y d e b e defender e n la m e d i d a d e todas s u s
semillas d e l bienestar y d e la gloria. Estas esperanzas h a n q u e d a d o posibilidades. T a m b i é n e n este p u n t o la ley h u m a n a d e b e p r o p o -
defraudadas por los hechos. E n lugar d e frutos agradables y sanos nerse la imitación d e Dios, q u i e n al p e r m i t i r la existencia del m a l
hemos recogido frutos amargos y corrompidos. Si se busca el r e m e - en el mundo, «ni quiere q u e se haga el mal ni quiere q u e n o se h a g a ;
dio, b ú s q u e s e en el restablecimiento de los sanos principios, d e lo q u e quiere es p e r m i t i r q u e se haga, y esto es bueno» l s . Sentencia

Deum princeps maximumque .officium, libertas haec christiana testatur. quaeratur, a quibus solis conservatio ordinis, adeoque verae tutela libértatis
Nihil habet ipsa cum animo seditíoso nec obediente commune: ñeque ullo fidenter expectari potest.—Nihilominus materno iudicio Ecclesia aestimat
pacto putanda est, velle ab obsequio publicae potestatis desciscere, propterea grave pondus infirmitatis humanae: et qualis hic sit, quo nostra vehitur aetas,
quod imperare atque imperata exigere, eatenus potestati humanae ius est, animorum reiumque cursus, non ignorat. His de causis, nihil quidem im-
quatenus cum potestate Dei nihil dissentiat, constitutoque divinitus modo pertiens iuris nisi iis quae vera quaeque honesta sint, non recusat quominus
se contineat. A t vero cum quidquam praecipitur quod cum divina volúntate quidpiam a veritate iustitiaque alienum ferat tamen publica potestas, scilicet
aperte discrepet, tum longe ab illo modo disceditur, simulque cum auctori- maius aliquod vel vitandi causa malum, vel adipiscendi aut conservandi
tate divina confligitur: ergo rectum est non parere. bonum. Ipse providentissimus Deus cum infinitae sit bonitatis, idemque
omnia possit, sinit tamen esse in mundo mala, partim ne ampliora impedían -
Contra Liberalismi fautores, qui herilem atque infinite potentem faciunt tur bona, partim ne maiora mala consequantur. In regendis civitatibus recto-
principatum, vitamque nullo ad Deum respectu degendam piaedicant, hanc rem mundi par est imitari: quin etiam cum singula mala prohibere auctoritas
de qua loquimur coniunctam cum honéstate religioneque libertatem minime hominum non possit, debet multa concederé atque impunita relinquere, quae
agnoscunt: cuius conservandae causa si q u i d fíat, iniuria et contra rempu- per divimm tamen providentiam vindicantur, et recte. Verumtamen in eiusmo-
blicam factum criminantur. Quod si veré dicerent, nullus esset tam immanis di rerum adiunctis, si communis boni causa et hac tantum causa, potest
dominatus, cui subesse et quem ferré non oporteret. vel etiam debet lex hominum ferré toleranter malum, tamen nec potest nec
debet id probare aut velle per se: quia malum per se cum sit boni privatio,
A'ehementer quidem vellet Ecclesia, in omnes reipublicae ordines haec, repugnat bono communi, quod legislator quoad optime potest, velle ac tueri
quae summatim attigimus, christiana documenta re usuque penetraient. I n debet. It hac quoque in re ad imitandum sibi lex humana proponat Deum
iis eiim s u m m a efficacitas inest ad sananda horum temporum mala, non sane necesse est, qui in eo quod mala esse in mundo sinit, ñeque vult mala fieri,
pauca nec levia, eaque njagnam partem iis ipsis nata libertatibus, quae tanta ñeque irolt mala non fieri, sed vult permitiere mala fieri, et hoc est bonum. Q u a e
praeácatione effenintur, et in quibus salutis gloriaeque inclusa semina vi- Doctoris Angelici sententia brevissime totam continet de malorum tolerantia
debantur. S p e m fef«llit exitus. Pro iucundis e t salubribus acerbi et inquinati
provenere fructus. Si remedium quaeritur, sanarum doctrinaran! revocatione 14
S M AGUSTÍN, De libero arbitrio 1,6,14: B A C t.3 p . 2 6 7 ; P L 32,1228.
15
SANTO T O M Á S , Summa Theologica 1 q . 1 9 a.9 ad 3.
254 ' LEÓN x i l l
J.II1KK1 \N I'KAI\.SI'.\NT1S.SIMIJM Tob
d e l Doctor Angélico, q u e encierra en pocas palabras toda la doctrina
liberales d é falta de paciencia y m a n s e d u m b r e . N o advierten q u e
s o b r e la tolerancia del mal. P e r o hay q u e reconocer, si q u e r e m o s
al hablar así califican d e vicio lo q u e es precisamente u n a virtud
m a n t e n e r n o s d e n t r o de la verdad, q u e cuanto mayor es el mal q u e
de la Iglesia. P o r otra parte, es m u y frecuente q u e estos g r a n d e s
a la fuerza d e b e ser tolerado en u n Estado, tanto m a y o r es la dis-
predicadores d e la tolerancia sean, en la práctica, estrechos e i n t o -
tancia q u e separa a este E s t a d o del mejor régimen político. D e la
lerantes c u a n d o se trata del catolicismo. L o s q u e son pródigos en
m i s m a manera, al ser la tolerancia del mal u n postulado p r o p i o de
repartir a todos libertades sin cuento, niegan c o n t i n u a m e n t e a la
la p r u d e n c i a política, d e b e q u e d a r estrictamente circunscrita a los
Iglesia su libertad.
límites requeridos p o r la razón d e esa tolerancia, esto es, el bien
público. P o r este motivo, si la tolerancia daña al bien público o causa [V. J U I C I O CRÍTICO SOBRE LAS DISTINTAS FORMAS D E L I B E R A L I S M O ]
al E s t a d o mayores males, la consecuencia es su ilicitud, p o r q u e en
tales circunstancias la tolerancia deja d e ser u n bien. Y si p o r las [ 2 4 ] . Para mayor claridad, recapitularemos b r e v e m e n t e la ex-
condiciones particulares en q u e se e n c u e n t r a la Iglesia p e r m i t e ésta posición hecha y d e d u c i r e m o s las consecuencias prácticas. El n ú -
algunas d e las libertades modernas, lo hace n o p o r q u e las prefiera cleo esencial es el siguiente: es a b s o l u t a m e n t e necesario q u e el
en sí m i s m a s , sino p o r q u e juzga conveniente su tolerancia; y u n a h o m b r e q u e d e t o d o entero bajo la dependencia efectiva y constante
vez q u e la situación haya mejorado, la Iglesia usará su libertad, y de Dios. P o r consiguiente, es totalmente inconcebible u n a libertad
con la persuasión, las exhortaciones y la oración procurará, como h u m a n a q u e n o esté sumisa a Dios y sujeta a su voluntad. N e g a r a
debe, c u m p l i r la misión q u e Dios le ha e n c o m e n d a d o d e p r o c u r a r Dios este d o m i n i o s u p r e m o o negarse a aceptarlo n o es libertad,
la salvación eterna de los h o m b r e s . Sin e m b a r g o , p e r m a n e c e siempre sino a b u s o d e la libertad y rebelión contra Dios. E s ésta precisa-
fija la v e r d a d de este principio: la libertad concedida indistinta- m e n t e la disposición de espíritu q u e origina y constituye el mal
m e n t e a t o d o s y para todo, nunca, c o m o h e m o s repetido varias fundamental del liberalismo. Sin e m b a r g o , son varias las f o r m a s
veces, d e b e ser buscada p o r sí misma, p o r q u e es contrario a la q u e éste presenta, p o r q u e la voluntad p u e d e separarse de la o b e -
razón q u e la verdad y el error t e n g a n los m i s m o s .derechos. E n lo diencia debida a Dios, o d e la obediencia debida a los q u e participan
tocante a la tolerancia, es s o r p r e n d e n t e cuan lejos están de la p r u - de la autoridad divina, de m u c h a s formas y en grados m u y diversos.
dencia y d e la justicia d e la Iglesia los seguidores del liberalismo. [25 ]. L a perversión mayor de la libertad, q u e constituye al
Porque al c o n c e d e r al ciudadano en todas las materias q u e h e m o s m i s m o t i e m p o la especie peor d e liberalismo, consiste e n rechazar
señalado u n a libertad ilimitada, p i e r d e n p o r completo t o d a n o r m a y por completo la s u p r e m a autoridad d e D i o s y rehusarle t o d a o b e -
llegan a colocar en u n m i s m o plano d e igualdad jurídica la verdad diencia, t a n t o en la vida pública c o m o en la vida privada y d o m é s -
y la v i r t u d con el error y el vicio. Y c u a n d o la Iglesia, columna y tica. T o d o lo q u e N o s h e m o s expuesto hasta aquí se refiere a esta
firmamento d e la verdad, maestra i n c o r r u p t a d e la moral verdadera, especie de liberalismo.
juzga q u e es su obligación protestar sin descanso contra u n a tole-
rancia t a n licenciosa y desordenada, es entonces acusada p o r los et firmamentum veritatis, eamdemque incorruptam morum magistram, quia
tam dissolutum flagitiosumque tolerantiae genus constanter, ut debet, repu-
diat, idemque adhiberi fas esse negat, criminantur esse a patientia et lenitate
doctrinam.—Sed confitendum est, si veré iudicarí velit, quanto plus in civitate alienam; quod cum faciunt, minime sentiunt, se quidem, quod laudis est, in
malí tolerari pernecesse est, tanto magis distare id genus civitatis ab óptimo: vitio poneré. Sed in tanta ostentatione tolerantiae, re persaepe contingit, ut
itenique tolerantiam rerum malarum, cum pertineat ad politicae praecepta restricti ac tenaces in rem catholicam sint: et qui vulgo libertatem effuse
prudentiae, omnino circumscribi iis finibus oportere, quos causa, idest largiuntur, iidem liberam sinere Ecclesiam passim recusant.
salus publica postulat. Quare si saluti publicae detrimentum afferat et mala
civiiati maiora pariat, consequens est eam adhiberi non licere, quia in his Et ut omnis oratio una cum consectariis suis capitulatim breviterque.
rerum adiunctis abest ratio boni. Si vero ob singularia reipublicae témpora perspicuitatis gratiá, colligatur, summa'est, necessitate fieri, ut totus homo
usu-veniat, ut modernis quibusdam libertatibus Ecclesia acquiescat, non quod in verissima perpetuaque potestate Dei sit: proinde libertatem hominis, nisi
ipsas per se malit, sed quia permissas esse iudicat expediré, versis in meliora obnoxiam Deo eiusque voluntati subiectam, intelligi minime posse. Quem
temporíbus, adhibítura sane esset libertatem suam, et suadendo, hortando, quidem in Deo principatum aut esse negare, aut ferré nolle, non liberi ho-
obsecrando studeret, uti debet, munus efficere sibi assignato a Deo, vide- minis est, sed abutentis ad perduellionem libértate: proprieque ex animi
licetsempiternae hominum saluti consulere. Ulud tamen perpetum verum est, tali affectione conflatur et efficitur Liberalismi capitale vitium. Cuius tamen
istarn omnium et ad omnia libertatem non esse, quemadmodum pluries dixi- (íistinguitur forma multiplex; potest enim voluntas non uno modo, ñeque
mus, expetendam per se, quia falsurn eodem iure esse ac verum, rationi re- uno gradu ex obtemperatione discedere, quae vel Deo, vel iis, qui potesta-
pugaat. Et quod ad tolerantiam pertinet, miium quantum ab aequitate pru- tem divinam participant, debetur.
dentiaque Ecclesiae distant, qui Liberalismum profitentur. Etenim permitten-
da civibus o m n i u m earum rerum, quas diximus, infinita licentiá, omnino Profecto imperium summi Dei fundítus recusare atque omnem obedien-
modum transiliunt, atque illuc evadunt, ut nihilo plus honestati veritatique tiam prorsus exuere in publicis, vel etiam in privatis domesticisque rebus,
tribuere, q u a m falsitati ac turpitudini videantur. Ecclesiam vero, columnam nicut máxima libertatis perversitas, ita pessimum Liberalismi est genus:
(iinninoque de hoc intelligi debent quae hactenus contra diximus.
256 I.KOX XIII LIBERTAS I'KAHSTANTISSIMITM 257
[ 2 6 ] . L a segunda clase es el sistema de aquellos libérales que, gislativo, judicial y coactivo y q u e sólo le corresponde la función
p o r u n a parte, reconocen la necesidad de someterse a Dios, creador, exhortativa, persuasiva y rectora respecto de los q u e espontánea y
señor, del m u n d o y gobernador providente de la naturaleza; pero, voluntariamente se le sujetan. Esta teoría falsea la naturaleza de
p o r otra parte, rechazan a u d a z m e n t e las n o r m a s de d o g m a y de esta sociedad divina, debilita y restringe su autoridad, su magisterio;
moral que, s u p e r a n d o la naturaleza, son comunicadas p o r el m i s m o en u n a palabra, t o d a su eficacia, exagerando al misino t i e m p o de
Dios, o p r e t e n d e n por lo m e n o s q u e n o hay razón alguna para tener- tal m a n e r a la influencia y el p o d e r del Estado, q u e la Iglesia de-
las en cuenta sobre t o d o en la vida política del Estado. Ya expusimos Dios q u e d a sometida a la jurisdicción y al p o d e r del E s t a d o como
a n t e r i o r m e n t e las dimensiones de este error y la gran inconsecuencia si fuera una m e r a asociación civil. L o s a r g u m e n t o s usados p o r los
d e estos liberales. Esta doctrina es la fuente principal de la perniciosa apologistas, q u e N o s h e m o s recordado singularmente e n la encíclica
teoría de la separación e n t r e la Iglesia y el E s t a d o ; cuando, p o r el Immortale Dei, son m á s q u e suficientes para d e m o s t r a r el e r r o r de
contrario, es evidente q u e a m b a s potestades, a u n q u e diferentes en esta teoría. L a apologética d e m u e s t r a q u e p o r voluntad de D i o s la
misión y desiguales p o r su dignidad, deben colaborar u n a con otra Iglesia posee todos los caracteres y todos los derechos propios de
y completarse m u t u a m e n t e . una sociedad legítima, s u p r e m a y totalmente perfecta.
[27]. D o s opiniones específicamente distintas caben d e n t r o de [29]. P o r último, son m u c h o s los que n o a p r u e b a n la sepa-
este error genérico. M u c h o s p r e t e n d e n la separación total y abso-
ración entre la Iglesia y el Estado, p e r o j u z g a n q u e la Iglesia d e b e
luta entre la Iglesia y el E s t a d o d e tal forma q u e t o d o el ordena-
amoldarse a los tiempos, cediendo y acomodándose a las exigencias
miento jurídico, las instituciones, las costumbres, las leyes, los car-
de l a ' m o d e r n a p r u d e n c i a en la administración pública del E s t a d o .
gos del Estado, la educación de la j u v e n t u d , q u e d e n al m a r g e n de la
Iglesia como si ésta n o existiera. Conceden, t o d o lo más, a los ciuda- Esta opinión es recta si se refiere a u n a condescendencia razonable
danos la facultad, si quieren, d e ejercitar la religión en privado. q u e p u e d a conciliarse con la verdad y con la justicia; es decir, q u e
C o n t r a estos liberales m a n t i e n e n t o d o su vigor los a r g u m e n t o s con la Iglesia, con la esperanza comprobada d e u n bien m u y notable, se
q u e h e m o s rechazado la teoría de la separación entre la Iglesia y muestre indulgente y conceda a las circunstancias lo q u e p u e d e
el Estado, con el agravante de q u e es u n completo absurdo q u e la concederles sin violar la santidad de su misión. P e r o la cosa cambia
Iglesia sea respetada por el ciudadano y al m i s m o t i e m p o despre- por completo c u a n d o se trata de prácticas y doctrinas introducidas
ciada p o r el E s t a d o . contra t o d o d e r e c h o p o r la decadencia de la moral y p o r la aberra-
[ 2 8 ] . O t r o s a d m i t e n la existencia de la Iglesia—negarla sería ción intelectual de los espíritus. N i n g ú n período histórico p u e d e
imposible—, p e r o le niegan la naturaleza y los derechos propios de vivir sin religión, sin verdad, sin justicia. Y como estas s u p r e m a s
una sociedad perfecta y afirman q u e la Iglesia carece del p o d e r le- realidades sagradas h a n sido encomendadas p o r el m i s m o D i o s a

Proxima est eorum disciplina, qui utique consentiunt, subesse mundi contendunt, faceré leges, iudicare, ulcisci, sed cohortari dumtaxat, suadere,
opifici ac principi Deo oportere, quippe cuius ex numine tota est apta natura: regere sua sponte et volúntate subiectos. Itaque divinae huiusce societatis
sed iidem leges fidei et morum, quas natura non capiat, ipsa Dei auctoritate naturam opinione adulterant, auctoritatem, magisterium, omnem eius effi-
traditas, audacter repudiant, vel saltem nihil esse aiunt, cur earum habeatur, cientiam extenuant et coangustant, vim simul potestatemque civilis princi-
praesertim publice in civitate, ratio. Qui pariter quanto in errore versentur, patus usque eo exaggerantes; ut sicut unam quam vis e consociationibus
et quam sibimetipsis parum cohaereant, supra vidimus. Et ab hac doctrina, civium voluntariis, ita Ecclesiam Dei sub imperium ditionemque reipubli-
tamquam a capite principioque suo, illa manat perniciosa sententia de ra- cae subiungant.—Ad hos plañe refellendos argumenta valent Apologetis
tionibus Ecclesiae a república disparandis: cum contra liqueat, geminas po- usitata, nec praetermissa Nobis, nominatim in Epístola eneyelica Immor-
testates, in muñere dissimili et gradu dispari, oportere tamen esse Ínter se lale Dei, ex quibus efficitur, divinitus esse constitutum, ut omnia in Ecclesia
actionum concordia et mutatione officiorum consentientes. insint, quae ad naturam ac iura pertineant legitimae, summae, et ómnibus
Huic tamquam generi subiecta est opinio dúplex.—Plures enim rempu- partibus perfectae societatis.
blicam volunt ab Ecclesia seiunctam et penitus et totam, ita ut in omni iure Multi denique rei sacrae a re civili distracfionem non probant; sed ta-
societatis humanae, in institutis, moribus, legibus, reipublicae muneribus^ men faciendum censent, ut Ecclesia obsequatur tempori, et flectat se atque
institutione iuventutis, non magis ad Ecclesiam respiciendum censeant, accommodet ad ea, quae in administrandis imperiis hodierna prudentia desi-
quam si esset omnino milla: permissa ad summum singulis civibus facúl- derat. Quorum est honesta sententia, si de quadam intelligatur aequa ratione,
tate, ut privatim, si libeat, dent religioni operam. Contra quos plañe vis quae consistere cum veritate iustitiaque possit: nimirum ut, explorata spe
argumentorum omnium valet, quibus ipsam de distrahendis Ecclesiae reique magni alicuius boni, indulgentem Ecclesia sese impertiat, idque temporibus
civilis rationibus sententiam convincimus: hoc praeterea adiuncto, quod est largíatur, quod salva officii sanctitate potest.—Verum secus est de rebus
perabsurdum, ut Ecclesiam civis vereatur, civitas contemnat. uc doctrinis, quas demutatio morum ac fallax iudicium contra fas invexe-
Alii, quominus Ecclesia sit, non repugnant, ñeque enim possent: ei ta- i'int. Nullum tempus vacare religione, veritate, iustitia potest: quas res má-
men naturam iuraque propria societatis perfectae eripiunt, nec ejus esse, ximas et sanctissimas cum Deus in tutela Ecclesiae esse iusserit, nihil est
Di'rlr. l'oniif. 2 9
258 LEÓN XIII LIBERTAS PRAESTANTISSIMUM 259
la tutela de la Iglesia, nada hay tan contrario a la Iglesia comb E s t a d o una forma de gobierno m o d e r a d a p o r el elemento democrá-
p r e t e n d e r dé ella q u e tolere con disimulo el error y la injusticia tico, salva siempre la doctrina católica acerca del origen y el ejercicio
o favorezca con su connivencia lo q u e perjudica a la religión. del p o d e r político. L a Iglesia n o condena forma alguna de gobierno,
con tal q u e sea apta p o r sí m i s m a para la utilidad de los ciudadanos.
[VI. A P L I C A C I O N E S PRÁCTICAS DE CARÁCTER GENERAL] Pero exige, de a c u e r d o con la naturaleza, q u e cada u n a d e esas
formas q u e d e establecida sin lesionar a nadie y, sobre todo, res-
[30]. D e las consideraciones expuestas se sigue q u e es total- p e t a n d o íntegramente los derechos de la Iglesia.
m e n t e ilícito pedir, defender, conceder la libertad d e pensamiento,
[33]. E s b u e n o participar en la vida política, a m e n o s q u e en
de imprenta, de enseñanza, de cultos, como otros tantos derechos
algunos lugares p o r especiales circunstancias de t i e m p o y situación
dados por la naturaleza al h o m b r e . P o r q u e si el h o m b r e hubiera
se i m p o n g a otra conducta 16 . M á s todavía, la Iglesia a p r u e b a la
recibido realmente estos derechos de la naturaleza, tendría derecho colaboración personal d e todos con su trabajo al bien c o m ú n y
a rechazar la autoridad d e Dios y la libertad h u m a n a n o podría q u e cada u n o en las m e d i d a s de sus fuerzas p r o c u r e la defensa, la
ser limitada p o r ley alguna.—Sigúese, además, q u e estas libertades, conservación y la prosperidad del Estado.
si existen causas justas, p u e d e n ser toleradas, p e r o d e n t r o de ciertos
límites para q u e n o degeneren en u n insolente d e s o r d e n . — D o n d e [ 3 4 ] . N o condena t a m p o c o la Iglesia el deseo de liberarse de
estas libertades estén vigentes, usen de ellas los ciudadanos para el la dominación de u n a potencia extranjera o de u n tirano, con tal
bien, p e r o piensen acerca d e ellas lo m i s m o q u e la Iglesia piensa. q u e ese deseo p u e d a realizarse sin violar la justicia. T a m p o c o r e -
U n a libertad n o debe ser considerada legítima m á s q u e c u a n d o p r e n d e , finalmente, a los q u e p r o c u r a n q u e los Estados vivan de
s u p o n e u n a u m e n t o en la facilidad para vivir según la virtud. acuerdo con su propia legislación y q u e los ciudadanos gocen de
F u e r a de este caso, n u n c a . medios m á s amplios para a u m e n t a r su bienestar. Siempre fué la
Iglesia fidelísima defensora de las libertades cívicas m o d e r a d a s . L o
[31]. D o n d e exista ya o d o n d e amenace la existencia de u n
d e m u e s t r a n sobre t o d o las ciudades de Italia, q u e lograron, bajo el
gobierno q u e tenga a la nación oprimida injustamente p o r la vio-
régimen municipal, prosperidad, riqueza y n o m b r e glorioso en
lencia o prive p o r la fuerza a la Iglesia d e la libertad debida, es
aquellos t i e m p o s en q u e la influencia saludable d e la Iglesia había
lícito p r o c u r a r al Estado otra organización política m á s moderada,
p e n e t r a d o sin oposición de nadie en todas las partes del E s t a d o .
bajo la cual se p u e d a obrar libremente. N o se pretende, en este
caso, una libertad i n m o d e r a d a y viciosa; se busca u n alivio para [35]. Estas enseñanzas, venerables h e r m a n o s , que, dictadas
el bien c o m ú n de t o d o s ; con ello ú n i c a m e n t e se p r e t e n d e q u e d o n d e
se concede licencia para el mal n o se i m p i d a el d e r e c h o de hacer est per se contra officium, salva tamen doctrina catholica de ortu atque ad-
el bien. ministratione publicae potestatis. Ex variis reipublicae generibus, modo sint
[32]. N i está p r o h i b i d o t a m p o c o en sí m i s m o preferir para el ad consulendum utilitati civium per se idónea, nullum quidem Ecclesia re-
spuit: singula tamen vult, quoad plañe ídem natura iubet, sine iniuria cuius-
tam alienum quam velle, ut ipsa quod vel falsum est vel iniustum dissimu- quam, maximeque integris Ecclesiae iuribus, esse constituía.
lanter ferat, aut in iis quae sunt religioni noxia conniveat. Ad res publicas gerendas accederé, nisi alicubi ob singularem rerum tem-
porumque conditionem aliter caveatur, honestum est: immo vero probat
Itaque ex dictis consequitur, nequáquam licere petere, defenderé, lar- Ecclesia, singulos operam suam in communem afferre fructum, et quantum
giri, cogitandi, scribendi, docendi, itemque promiscuam religionum liber- quisque industria potest, tueri, conservare, augere rempublicam.
tatem, veluti iura totidem, quae homini natura dederit. Nam si veré natura
dedisset, imperium Dei detrectari ius esset, nec ulla temperan lege libertas Ñeque illud Ecclesia damnat, velle gentem suam nemini serviré nec
humana posset.—Similitér consequitur, ista genera libertatis posse quidem, externo, nec domino, si modo fieri, incolumi iustitia, queat. Denique nec eos
si iustae causae sint, tolerari, definita tamen moderatione, ne in libidinem reprehendit qui efficere volunt, ut civitates suis legibus vivant, civesque quam
atque insolentiam degenerent.—Ubi vero harum libertatum viget consue- máxima augendorum commodorum facúltate donentur. Civicarum sine in-
tudo, eas ad facultatem recte faciendi cives transferant, quodque sentit de temperantia libertatum semper esse Ecclesia fautrix fidelissima consuevit:
illis Ecclesia, ídem ipsi sentiant. Omnis enim libertas legitima putanda, qua- quod testantur potissimum civitates italicae, scilicet prosperitatem, opes, glo-
tenus rerum honestarum maiorem facultatem afferat, praeterea nunquam. riam nominis municipali iure adeptae, quo tempore salutaris Ecclesiae vir-
tus in omnes reipublicae partes, nemine repugnante, pervaserat.
Ubi dominatus premat aut impendeat eiusmodi, qui oppressam iniusta
vi teneat civitatem, vel carere Ecclesiam cogat libértate debita, fas est aliam Haec quidem, venerabiles Fratres, quae fide simul et ratione duce, pro
quaerere temperationem reipublicae, in qua agere cum libértate concessum 1(1
Ejemplo típico de estas situaciones excepcionales fué el período italiano posterior al
sit: tune enim non illa expeditur immodica et vitiosa libertas, sed sublevatio > U'spojo dei poder temporal del Papado, y que se conoce con el nombre del non expedit, nega-
aliqua, salutis omnium causa, quaeritur, et hoc unice agitur ut, ubi rerum liwi dada por Pío IX, confirmada en 1886 por la S. R. Inquisición (ASS 19 [1886-1887]
malarum licentia tribuitur, ibi potestas honeste faciendi ne impediatur. ')-t-<)5) y reactualizada en la carta de León XIII al cardenal Parocchi, de 14 de marzo de 1805
'ASS 27 [1894-1895] 641-642) v en el breve pontificio al arzobispo de Milán, de 8 de junio
Atque etiam malle reipublicae statum populari temperatum genere, non «le igoo ÍASS ;ci [1900-1901] 3-4)
260 I.F.ÓN X I I I

por la fe y la razón al mismo tiempo, os hemos'transmitido en cum- SAPIENTIAE CHRISTIANAE


plimiento de nuestro oficio apostólico, confiamos que habrán de
ser fructuosas para muchos, principalmente al unir vuestros esfuer- Los deberes del ciudadano cristiano
zos a los nuestros. Ños, con humildad de corazón, alzamos a Dios
nuestros ojos suplicantes y con todo fervor le pedimos que se digne
conceder benignamente a los hombres la luz de su sabiduría y de
su consejo, para que, fortalecidos con su virtud, puedan en cosas
tan importantes ver la verdad y vivir según la verdad, tanto en la
vida privada como en la vida pública, en todos los tiempos y con
inquebrantable constancia.
Como prenda de estos celestiales dones y testimonio de nuestra
benevolencia, a vosotros, venerables hermanos, y al clero y pueblo
que gobernáis, damos con todo afecto en el Señor la bendición Nos encontramos ante otra pieza esencial del Corpus leonianum
apostólica. sobre la política cristiana. En ella León XIII deduce y sistematiza al-
Dado en Roma, junto a San Pedro, el día 20 de junio de 1888, gunas conclusiones prácticas derivadas de las enseñanzas expuestas
año undécimo de nuestro pontificado. en las anteriores encíclicas. Por esto la Sapientiae christianae puede
ser calificada como la encíclica de la obediencia cristiana: obediencia
officio Nostro apostólico tradidimus, fructuosa plurimis futura, vobis máxime a la Iglesia y obediencia al Estado. La atención recae primariamente
Nobiscum adnitentibus, confidimus.—Nos quidem in humilitate cordis sobre el cristiano en su doble condición simultánea de miembro de la
Nostri supplices ad Deum oculos tollimus, vehementerque petimus, ut sa-
pientiae consiliique sui lumen largiri hominibus benigne velit, scilicet ut eterna ciudad de Dios y ciudadano del Estado temporal, doble consi-
his aucti virtutibus possint in rebus tanti momenti vera cerneré, et quod deración que aparece ya indicada en la encíclica Sancta Dei civitas, '
consequens est, convenienter veritati, privatim, publice, ómnibus tempo- de 3 de diciembre de 1880 (ASS 13 [1881J 241SS).
ribus immotáque constantiá vivere.—Horum caelestium munerum aus- La introducción del documento alude a uno de los problemas carac-
picem et Nostrae benevolentiae testem vobis, venerabiles Fratres, et Clero terísticos de la edad contemporánea que de hecho no han hallado toda-
populoque, cui singuli praeestis, Apostolicam benedictionem peramanter vía su línea de solución efectiva: el desequilibrio alarmante entre el pro-
in Domino impertimus. greso técnico y el progreso espiritual de la humanidad. La base o punto
Datum Romae apud S. Petrum die XX. Iunii An. MDCCCLXXXVIII. de partida de la Sapientiae christianae es la tesis de las dos sociedades,
Pontificatus Nostri Undécimo. Iglesia y Estado, desarrollada ya en la Immortale Dei. El cristiano
vive inserto simultáneamente en dos sociedades. Tiene dos patrias.
Debe amarlas con el orden de prelación establecido por el mismo Dios,
porque entre estos dos amores complementarios no existe contradicción
objetiva alguna. Sin embargo, cuando en una situación determinada
surge el conflicto, la obligación religiosa debe prevalecer sobre la obli-
gación civil. Al proceder así, el ciudadano cristiano no incurre en
rebelión, porque la ley divina es superior a la ley humana y toda ley
humana que contradiga a la ley divina deja de ser ipso facto ley ver-
dadera.
El ciudadano debe obediencia al Estado y a la ley promulgada
por el Estado cuando el espíritu y la letra de esta ley se adecúan al
orden de la naturaleza. Esta es la norma básica en materia de obe-
diencia política. Por lo que toca a la obediencia del cristiano a la Igle-
sia, son dos las obligaciones primordiales que pesan sobre aquél: debe
conservar y acrecentar su fe personal; debe defender y propagar pú-
blicamente su fe católica. Son, por tanto, deberes inexcusables del
cristiano en este campo: la defensa cristiana de la fe, la unidad en la
lucha contra los enemigos de la Iglesia y la sumisión interior y exterior
a los actos del magisterio eclesiástico y a las directrices dadas por la
jerarquía eclesiástica.
262 I.IK'lN X I I I SAPIENMAK CHRISTIANAli
vwa
¿Cuáles son las obligaciones del católico con respecto a su fe en debida. Pero, frente al abuso del poder político, la no obediencia ei
la política práctica? El ciudadano católico no debe mezclar a la Igle- un deber, y la obediencia un pecado. Esta es la doctrina de San Pa-
sia en cuestiones meramente políticas. Es ilícito, por tanto, envolver a blo. Hay que amar las dos patrias, pero guardando el orden estable-
la Iglesia en la lucha de los partidos políticos. Sé repite aquí la tesis cido por Dios.
de la encíclica C.um imilla a los españoles, que volverá a reiterarse IV. La lucha por la fe. Dura guerra la que se hace actualmente a la Igle-
en la Graves de comimini, de León XIII; en la carta N o t r e charge sia. Se pretende excluir a Dios de la filosofía, de la moral y de la
apostoliquc, de San l'ío X, sobre L e Sillón, y en la condenación de política. Los deberes del católico en esta lucha son: en primer lugar,
L ' A c t i ó n Fran^uNO por Pío XI. Sin embargo, cuando en la vida pú- ¡a conservación intacta y el robustecimiento de la fe personal. En
segundo lugar, la defensa pública de la fe cristiana. No puede el
blica se ponen en jiifffo los intereses religiosos, es deber de los católicos cristiano callar ante el clamoreo de la impiedad. La cobardía de los
deponer toda división y cerrar sus filas en un frente unitario frente buenos es el mejor estímulo de la audacia de los malos. El cristiano
a los enemigos de la Iglesia. Por otra parte, el católico no puede fa- ha nacido para la lucha.
vorecer a los políticos hostiles a la Iglesia y debe intervenir en la polí- Proyecciones concretas de este segundo deber: primero, profe-
tica dentro de sus personales posibilidades. Tesis intervencionista con- sión pública constante y difusión de la doctrina católica. La defensa
denatoria del abstencionismo, que volverá a resonar de nuevo en la personal de la fe y la refutación del error. La fe es necesaria para la
V e h c m e n t e r N o s , de San Pío X. salvación; pero para la fe es necesaria la predicación de la palabra de
Cristo. Esta predicación, compete a ¡a jerarquía eclesiástica. Pero
Interesa subrayar, por último, el carácter combativo de esta en-
todo fiel cristiano está obligado, en la medida de su capacidad, a
cíclica. León XIII pide a los católicos una postura política activa, propagar esta fe predicada por la jerarquía. Es la orden dada a todos
no pasiva; enérgica, no inerme. El cristiano ha nacido para la lucha. por los Padres del concilio Vaticano. Segundo: necesidad de la
Y el enemigo de la fe cristiana no tiene mayor aliado que la cobardía unión entre los católicos. La Iglesia es una sociedad orgánicamente
de unos católicos sentados a su gusto en la aparente seguridad de sus constituida, expuesta perpetuamente a la guerra de los adversarios.
hogares. Pero hay que evitar dos extremos igualmente peligrosos: la La táctica en el combate la señala la Iglesia, no los católicos. Y en
prudencia pecadora de una indulgencia excesiva y el celo intempestivo esta táctica, la primera condición es la necesidad de unidad. Unidad
en los pareceres. Sin ésta es imposible la unidad de las voluntades y
que discurre al margen del cauce de la obediencia debida a la jerarquía
la unidad en la acción. Pero esta unidad ha de ser, además, perfecta.
puesta por Dios en su Iglesia. Ha de abarcar todo el contenido de la revelación, cuyo intérprete
legítimo es la Iglesia a través del Romano Pontífice. Si la obediencia
BIBLIOGRAFÍA no es perfecta, la obediencia es aparente, no real. La perfección de
la obediencia prohibe poner cualquier limitación arbitraria al poder
E. MARMY, La communauté humaine selon l'ésprit chrétien p.842 (Fribourg- de magisterio de la Iglesia.
París 1949).—J. SCHMIDLIN, Papstgeschichte der neuesten Zeit t.2 p.361-363.—
G. CASTEIXA, Histoire des Papes t.3 p.236 (Zurich 1945).—E. GILSON, The V. La Iglesia es una sociedad perfecta definida por un fin propio y do-
Church speaks to the modern world p.245 (Nueva York 1956). tada con los medios necesarios para este fin. Existen dos sociedades
soberanas, dos poderes que tienden a fines distintos, pero comple-
mentarios, y que poseen una esfera propia de competencia. La Igle-
SUMARIO
sia no obstaculiza para nada al Estado. El Estado carece de compe-
I. Necesidad de un retorno a la moral cristiana. El progreso material es tencia en materia religiosa.
actualmente considerable, pero insuficiente para satisfacer al alma La Iglesia es distinta y superior a toda forma de gobierno tem-
humana, cuyo fin último es Dios. Sin embargo, la decadencia espiri- poral. Por esto no son de su competencia las materias puramente
tual está actualmente en razón directa del progreso material. El aban- políticas. Existe una lucha honrada en política. Pero la Iglesia vive
dono de la moral cristiana repercute lo mismo en los individuos que al margen de los partidos políticos. La autonomía del Estado no
en el Estado. Hay que buscar, por tanto, el remedio de esta crisis significa, sin embargo, que los dos poderes hayan de vivir en lucha
espiritual en el restablecimiento de la fe y la moral cristianas. o desunidos. Los finés de ambas sociedades son complementarios.
II. El objeto de esta encíclica es exponer los deberes de los católicos en Por esto el Estado no puede desentenderse de la moral y de la religión.
la vida política: lo que deben hacer y lo que deben evitar para reme- Y por esto la Iglesia no puede permanecer callada ante las legisla-
diar la presente crisis de la humanidad. ciones contrarias a la moral y a la religión. Y no puede permanecer
III. Dos patrias. El cristiano debe amar a su patria. Pero debe amar más indiferente ante el carácter hostil o amigo de los que ocupan los pues-
todavía a la Iglesia. Entre estos dos amores no existe contradicción tos de gobierno.
objetiva alguna, pero sí jerarquía. Esta jerarquía se ve hoy día in- De estos principios se derivan los deberes de los católicos en la
vertida en no pocos casos, porque el Estado exige al ciudadano cosas vida política: el cristiano no puede favorecer en política a los enemigos
que el cristiano no puede cumplir. En este conflicto de obligaciones de la Iglesia. En este punto es necesaria la más absoluta unidad. El
debe prevalecer la religión sobre el Estado. Esta preferencia no im- cristiano no puede ser indolente en la acción y no debe permitir las
plica desobediencia al Estado, porque no hay desobediencia cuando divisiones políticas internas. En esta materia, la responsabilidad de
el que manda carece de poder para mandar. Justa es la obediencia los católicos es muy grande. El católico que interviene en política
264 LEÓN X l » SAPIENTIAE CHIUSTIANAH íltü
debe evitar dos extremos igualmente reprensibles: la prudencia de raleza sensible, la posesión m á s a b u n d a n t e de energías, recursos y ri-
la carne, de una excesiva indulgencia muy sospechosa—la conducta
quezas, si bien p u e d e n proporcionar comodidades, a u m e n t a n d o A
de estos católicos es muy peligrosa—, y el celo excesivo, que tras-
torna el orden de la obediencia debida. La postura exacta del cató- bienestar de la vida, n o p u e d e n , sin e m b a r g o , satisfacer al alm.i.
lico en política es la aceptación del combate por la Iglesia y el Es- creada para realidades m á s elevadas q u e aquéllas. T e n e r la m i r a d '
tado, pero dentro de la debida obediencia. Esta es la verdadera puesta en Dios y t e n d e r hacia Dios, ésta es la ley s u p r e m a d e l.i
prudencia del espíritu. La prudencia política del gobernante y la vida h u m a n a . El h o m b r e , h e c h o a imagen y semejanza de su Crt\¡ -
prudencia política del gobernado son diferentes. Los católicos deben dor, está p o d e r o s a m e n t e i m p u l s a d o por su propia naturaleza hacia
actuar siempre unidos a la jerarquía eclesiástica. Y deben huir de los la posesión d e Dios. Pero el h o m b r e n o se acerca a Dios con los
juicios temerarios y la corrección inoportuna de las faltas que obser- m o v i m i e n t o s del cuerpo, sino p o r m e d i o d e las facultades espiri-
ven en sus superiores. tuales, p o r el conocimiento y el amor. P o r q u e D i o s es la p r i m e r a
VI. Es necesario el retorno a la moral cristiana. La Iglesia no tiene nada
y s u m a verdad, y el e n t e n d i m i e n t o sólo se alimenta con la v e r d a d ;
que temer. Pero los Estados no pueden prometerse igual seguridad.
Los medios humanos son insuficientes para salvar la crisis actual y Dios es t a m b i é n la santidad perfecta y el s u m o bien, y es la vo-
de la sociedad y del Estado. Es necesaria la intervención misericor- l u n t a d la única q u e p u e d e aspirar y acercarse a Dios guiada p o r
diosa de Dios. Para lograrla hay que acudir a la oración y a la práctica la virtud.
de la caridad. El deber del amor al prójimo es un deber urgente del [ 2 ] . P e r o lo q u e se afirma de los individuos d e b e afirmarse
cristiano en los momentos actuales. t a m b i é n d e la sociedad, t a n t o doméstica como civil. P o r q u e la
VIL Exhortación a los padres de £amilia. Deber especial del padre de sociedad n o h a sido instituida por la naturaleza para q u e el h o m -
familia es educar a sus hijos en los principios expuestos en esta encí- b r e la b u s q u e c o m o fin último, sino para q u e en ella y p o r medio
clica. Del hogar depende el futuro del Estado. La educación de los
de ella posea m e d i o s eficaces para su propia perfección. Si, pues,
hijos es un derecho natural de los padres, que el Estado no puede
violar. Es deber de los padres, accesorio del anterior, la defensa de u n E s t a d o n o p r e t e n d e otro fin q u e la c o m o d i d a d material y u n
este derecho frente a toda pretensión abusiva del Estado. En este p r o g r e s o social a b u n d a n t e y refinado, si se olvida de D i o s en el
punto, todo lo que se "haga es poco. gobierno d e la república y se despreocupa de a t e n d e r a las leyes
VIII. Exhortación al episcopado. Están en peligro los bienes más tras- morales, este E s t a d o se desvía lastimosamente del fin q u e la natu-
cendentales. Hay que combatir. No combatir es desertar y negar raleza m i s m a le prescribe. N o es ya u n a c o m u n i d a d o sociedad
a Cristo. El Papa estará siempre al lado de los combatientes de la h u m a n a , sino m á s bien u n a falsificación y simulación d e sociedad.
santa causa. Respecto a los bienes del alma de q u e h e m o s hablado, y que se
e n c u e n t r a n sobre t o d o en la verdadera religión y en la práctica
perseverante d e la moral cristiana, N o s los vemos p e r d e r cada día
[i ] . C a d a día es m a y o r la necesidad de volver a los princi- m á s t e r r e n o en las almas, en parte por el olvido y en parte por el
pios cristianos ' y de ajustar totalmente a éstos la vida, la moral menosprecio de los h o m b r e s . Se p u e d e afirmar incluso q u e cuanto
y las instituciones de los pueblos. P o r q u e el desprecio d e estos
augere vivendi potest, natum ad maiora ac magnificentiora animum explere
principios ha traído cons : go el diluvio de males q u e sufrimos,
non potest. Deum spectare, atque ad ipsum contendere, suprema lex est
situación q u e tiene a t o d o h o m b r e sensato gravemente p r e o c u p a d o vitae hominum: qui ad imaginem conditi similitudinemque divinam, natura
ante el presente y seriamente atemorizado p o r el p o r v e n i r . — E l p r o - ipsá ad auctorem suum potiundum vehementer incitantur. Atqui non motu
greso realizado en el c a m p o de los bienes corporales y exteriores aliquo cursuque corporis tenditur ad Deum, sed iis quae sunt animi, cogni-
es u n progreso, sin d u d a alguna, considerable. P e r o toda la n a t u - tione atque affectu. Est enim Deus prima ac suprema veritas, nec nisi mens
veritate alitur: est Ídem perfecta sanctitas summumque bonorum, quo sola
voluntas aspirare et accederé, duce virtute, potest.
D e praecipuis civium christianorum ofíiciis Quod autem de singulis hominibus, idem de societate tum domestica
tum etiam civili intelligendum. Non enim ob hanc causam genuit natura
Sapientiae christianae revocari praecepta, cisque vitam, mores, institu- societatem ut ipsam homo sequeretur tamquam finem, sed ut in ea et per
ta populorum penitus conformari, quotidie magis apparet oportere. lilis eam adiumenta ad perfectionem sui apta reperiret. Si qua igitur civitas nihil
enim posthabitis, tanta vis est malorum consecuta, ut nemo sapiens nec praeter commoditates externas vitaeque cultum cum elegantia et copia per-
ferré sine ancipiti cura praesentia queat, nec in posterum sine metu pro- sequatur, si Deum in administranda república negligere, nec leges curare
spicere.—Facta quidem non mediocris est ad ea bona, quae sunt corporis et morales consueverit, deterrime aberrat ab instituto suo et praescriptione
externa, progressio: sedo mnis natura, quaeh ominis percellit sensus, opum- naturae, ñeque tam est ea societas hominum et communitas putanda, quam
que et virium et copiarum possessio, si commoditates gignere suavitatesque fallax imitatio simulatioque societatis.—Iamvero ea, quae diximus, animi
bona, quae in verae religionis cultu constantique praeceptorum christiano-
1 L E Ó N XIII, Carta encíclica a los patriarcas, primados, arzobispos y obispos y otros ordina-
rios en paz y comunión con la Sede Apostólica, sobre los principales deberes políticos del cristiano: rum custodia máxime reperiuntur, quotidie obscurari hominum oblivione
ASS 22 (1889-1890) 385-404; A L 10,10-41. aut fastidio cernimus, ita fere ut, quanto sunt earum rerum incrementa
266 LEÓN X I I I SAl'IENTIAE CHRISTIANAE •MI
m a y o r es el progreso en los bienes corporales, t a n t o mayor es la eficaz a la salvación del bien c o m ú n . E s t a m o s enzarzados en una
decadencia de los bienes espirituales. D e m o s t r a c i ó n eficaz d e esta lucha violenta y casi diaria e n t o r n o a intereses d e s u m a trascen-
e n o r m e disminución y debilitamiento d e la fe cristiana son las dencia. E n esta luoha es m u y difícil evitar siempre el e n g a ñ o , la
injurias q u e con excesiva frecuencia y a la vista de todos se infieren equivocación, el desaliento. A N o s toca, venerables h e r m a n o s , ad-
a la religión católica; injurias q u e n o h a b r í a tolerado u n a época vertir a cada u n o , enseñar y exhortar conforme a las circunstancias,
sinceramente religiosa.—Es increíble el n ú m e r o d e h o m b r e s q u e p a r a q u e n a d i e se a p a r t e del camino d e la v e r d a d 2 .
p o r este m o t i v o viven expuestos a su perdición eterna. L o s m i s m o s
Estados y los I m p e r i o s n o p u e d e n ya m a n t e n e r s e incólumes p o r
[I. Dos PATRIAS]
m u c h o t i e m p o . L a ruina d e las instituciones y de la moral cristia-
nas trae consigo la destrucción d e los fundamentos básicos de la [3 ], E s i n d u d a b l e q u e , en la vida práctica, los deberes d e los
sociedad h u m a n a . L a paz pública y la conservación del o r d e n q u e - católicos son m á s n u m e r o s o s y m á s graves q u e los deberes de q u i e -
d a n entregados exclusivamente a la fuerza material. P e r o la fuerza, nes están mal instruidos en n u e s t r a fe o desconocen p o r completo
sin el apoyo d e la religión, es s u m a m e n t e débil. M á s a propósito sus enseñanzas. C u a n d o , después de r e d i m i r al género h u m a n o ,
p a r a e n g e n d r a r la esclavitud q u e la obediencia, la fuerza lleva en Jesucristo m a n d ó a los apóstoles predicar el Evangelio a t o d o el
sí m i s m a los gérmenes de grandes perturbaciones sociales. L o q u e m u n d o , i m p u s o t a m b i é n a t o d o s los h o m b r e s la obligación de
llevamos de siglo nos ha ofrecido m e m o r a b l e s y desgraciados ejem- a p r e n d e r y creer las enseñanzas d e aquéllos. L a salvación eterna
plos d e esta realidad-. Y n o estamos libres todavía del t e m o r de está estrechamente unida al c u m p l i m i e n t o d e este deber. El que
otras calamidades p a r e c i d a s . — L o s tiempos q u e vivimos nos acon- creyere y fuere bautizado, se salvará; mas el que no creyere, se conde-
sejan, p o r tanto, buscar el r e m e d i o en su propia raíz: el restableci- nará 3 . P e r o al abrazar el h o m b r e la fe cristiana, c o m o es su deber,
m i e n t o d e los principios y d e la práctica del cristianismo t a n t o q u e d a sometido a la Iglesia, su m a d r e , y se hace m i e m b r o de a q u e -
en la vida privada c o m o en todas las esferas del c u e r p o social. lla elevada y santa sociedad, cuyo gobierno con p o d e r supremo,
E s el ú n i c o r e m e d i o a p t o p a r a extirpar los males presentes e i m p e - bajo Jesucristo, su cabeza invisible, es misión p r o p i a del R o m a n o
dir los peligros q u e amenazan. A este fin, venerables h e r m a n o s , Pontífice.—Ahora bien, si la ley natural nos i m p o n e la obligación
d e b e m o s dirigir n u e s t r o s esfuerzos. E s t e es el objetivo q u e d e b e - d e a m a r especialmente y defender el país e n q u e h e m o s nacido y
m o s alcanzar con t o d o ahinco y p o r todos los medios disponibles.— en q u e h e m o s sido criados, hasta el p u n t o d e q u e t o d o buen c i u -
P o r esta causa, a u n c u a n d o en diferentes ocasiones, d e a c u e r d o d a d a n o d e b e estar dispuesto a arrostrar incluso la misma m u e r t e
con las circunstancias, h e m o s t r a t a d o ya estas materias, N o s esti- p o r su patria, m u c h o mayor es la obligación d e los cristianos d e
m a m o s d e utilidad exponer m á s detalladamente los deberes d e los tener la m i s m a disposición de á n i m o con respecto a la Iglesia. L a
católicos; deberes cuya diligente observancia contribuirá de m o d o
Incidimus in vehementem eamque prope quotidianam de rebus maximis
dimicationem: in qua difficillimum est non decipi aliquando, non errare,
maiora, quae corpus attingunt, tanto earum, quae animum, maior videatur
non animo multos succumbere. Nostrum est. Venerabiles Fratres, admonere
occasus. Imminutae plurimumque debilitatae fidei christianae magna sig-
nificatio est in iis ipsis iniuriis, quae catholico nomini in luce atque in oculis quemque, docere, adhortari convenienter tempori, ut viam veritatis nenio
hominum nimis saepe inferuntur: quas quidem cultrix religionis aetas nullo deserat.
pacto tulisset.—His de causis incredibile dictu est, quanta hominum mul- Esse in usu vitae plura ac maiora catholicorum officia, quam eorum qui
titudo in aeternae salutis discrimine versetur: sed civitates ipsae atque im- sint fidei catholicae aut perperam compotes, aut omnino expertes, dubitari
peria diu incolumia esse non possunt, quia labentibus institutis monbusque non potest. Cum parta iam hominum generi salute IESUS CHRISTOS praedi-
christianis, máxima societatis humanae fundamenta ruere necesse est. Tran- care Evangelium Apostólos iussit omni creaturae, hoc pariter oficium h o -
quillitati publicae atque ordini tuendo sola vis relinquitur: vis autem valde minibus universis imposuit, ut perdiscerent et crederent, quae docerentur:
est infirma, praesidio religionis detracto: eademque servituti pariendae quam cui quidem officio sempiternae salutis omnino est adeptio conhincta. Qui
obedientiae aptior, gerit in se ipsa magnarum perturbationum inclusa semina. crediderit et baptizatus fuerit, salvus erit: qui vero non crediderit condemna-
Graves memoratu casus saeculum tulit: nec satis liquet num non sint per- bitur. Sed christianam fidem homo, ut debet, complexus, hoc ipso Ecclesiae
timescendi pares.—Itaque tempus ipsum monet remedia, unde oportet, ut ex ea natus subiicitur, eiusque fit societatis maximae sanctissimaeque
quaerere: videlicet christianam sentiendi agendique rationem in vita privata, particeps, quam summa cum potestate regere, sub invisibili capite CHRISTO
in ómnibus reipublicae partibus, restituere: quod est unum ad pellenda IESU, romani Pontificis proprium est munus.—Nunc vero si civitatem, i n
mala, quae premunt, ad prohibenda pericula, quae impendent, aptissimum. qua editi susceptique in hanc lucem sumus, praecipue diligere tuerique iube -
In id nos, Venerabiles Fratres, incumbere opus est, id máxima qua possumus mur lege naturae usque eo, ut civis bonus vel mortem pro patria oppetere
contentione industriaque conari: ciusque rei causa, quamquam aliis locis, non dubitet, officium est christianorum'longe maius simili modo esse i n
ut sese dedit opportunitas, similia tradidimus, utile tamen arbitramur esse
in his Litteris magis enucleate officia describere catholicorum: quae officia, 2 Cf. T o b . 1,2.
si accurate serventur, mirabiliter ad rerum communium salutem valent. 3 M e . 16,16.
268 LEÓN xm S.U'lKN'l'l.Ui CUKISTIANAK
aun
Iglesia es la ciudad santa del Dios vivo, nacida d e Dios y p o r E l dos al m i s m o t i e m p o : Nadie puede servir a dos señores 4 . C u m p l i r
establecida. L a Iglesia es peregrina de D i o s sobre la tierra, p e r o las exigencias del u n o equivale a posponer los deberes del o t r o .
llama a todos los h o m b r e s , instruyéndolos y guiándolos a la feli- ¿Cuál debe ser el preferido? N o es lícito d u d a r . — E s u n crimen
cidad eterna del cielo. P o r consiguiente, h e m o s de a m a r la patria, apartarse del servicio de Dios por agradar a los h o m b r e s . N o es
q u e nos ha d a d o la vida m o r t a l ; p e r o d e b e m o s tener u n a m o r m á s lícito q u e b r a n t a r las leyes de Jesucristo para obedecer a los m a -
entrañable a la Iglesia, q u e nos ha c o m u n i c a d o la vida e t e r n a m e n t e gistrados, o infringir los derechos de la Iglesia con el pretexto de
d u r a d e r a del alma. Es razonable anteponer los bienes espirituales a defender u n d e r e c h o civil. Es preciso obedecer a Dios antes que
los bienes del cuerpo. Y nuestras obligaciones para con D i o s son a los hombres 5 . L a respuesta q u e en otro t i e m p o dieron San P e d r o
m u c h o más sagradas q u e nuestros deberes para con los h o m b r e s . — y los d e m á s apóstoles a los magistrados c u a n d o les m a n d a b a n cosas
P o r lo demás, si q u e r e m o s tener u n juicio exacto en esta materia, ilícitas, es la q u e en igualdad de circunstancias hay q u e d a r sin
el a m o r sobrenatural de la Iglesia y el a m o r natural d e b i d o a la vacilación. N o hay ciudadano mejor, así en la paz como en la gue-
patria son dos amores q u e p r o c e d e n de u n m i s m o principio eterno, rra, q u e el cristiano c u m p l i d o r fiel de sus deberes. Sin e m b a r g o ,
p o r q u e la causa y el autor de la Iglesia y de la patria es el m i s m o el cristiano d e b e soportar toda clase de males y preferir aun la
Dios. D e lo cual se sigue q u e n o p u e d e darse contradicción entre m i s m a m u e r t e antes q u e ser traidor a la causa d e Dios y de la Igle-
estas dos obligaciones. Es cierto q u e p o d e m o s y d e b e m o s , por sia.—Por esto n o conocen bien la naturaleza y el valor de las leyes
u n a parte, a m a r n o s a nosotros mismos, desear el bien de nuestros los q u e r e p r u e b a n esta elección constante entre deberes contradic-
prójimos, tener a m o r a la patria y a la autoridad q u e la gobierna; torios, tachándola de sediciosa. N o s hablamos aquí de cosas sabi-
p e r o p o r otra p a r t e p o d e m o s y d e b e m o s h o n r a r a la Iglesia como das, q u e N o s m i s m o h e m o s explicado ya en otras ocasiones. L a ley
a m a d r e y a m a r a Dios con el mayor a m o r de q u e somos capaces.— n o es otra cosa q u e u n a ordenación de la recta razón, p r o m u l g a d a
Sin e m b a r g o , la jerarquía de estas dos obligaciones se ve invertida p o r la autoridad legítima para el bien c o m ú n . A h o r a bien, ni hay
a veces, ya p o r la desdichada situación de los tiempos, ya p o r la a u t o r i d a d verdadera y legítima si n o proviene de D i o s , g o b e r n a d o r
voluntad desordenada de los h o m b r e s . Sobrevienen a veces circuns- s u p r e m o y d u e ñ o de todos, ú n i c o q u e p u e d e dar p o d e r al h o m b r e
tancias en q u e las exigencias del E s t a d o respecto de los ciudadanos sobre él h o m b r e ; ni la razón merece el calificativo de recta cuando
contradicen a las exigencias de la religión respecto de los cristianos. se a p a r t a de la verdad y d e la razón divina, ni el b i e n p u e d e ser
L a causa de estos conflictos proviene de q u e los gobernantes, o v e r d a d e r o si está en contradicción con el b i e n s u m o e i n c o n m u t a -
n o tienen en cuenta para nada la autoridad sagrada de la Iglesia, ble y desvía y aleja las voluntades h u m a n a s del a m o r de D i o s . —
o p r e t e n d e n q u e ésta les q u e d e subordinada. D e aquí nacen la L a a u t o r i d a d es u n a cosa sagrada para los cristianos. A u n c u a n d o
lucha y las ocasiones de peligro para la virtud. D o s poderes actúan sea indigno el q u e ejerce la autoridad, los católicos reconocen en
exigiendo obligaciones contrarias. E s imposible obedecer a las
obtemperari simul utrisque non potest: Nemo potest duobus dominis serviré,
Ecclesiam semper affectos. Est enim Ecclesia civitas sancta Dei viventis, ita ut omnino, si mos geritur alteri, alterum posthaberi necesse 'sit. Uter
Deo ipso nata, eodemque auctore constituía: quae peregrinatur quidem in vero sit anteponendus, dubitare nemo debet.—Videlicet scelus est ab obse-
terris, sed vocans homines et erudiens atque deducens ad sempiternam in quio Dei, satisfaciendi hominibus causa, discedere: nefas IESU CHRISTI
caelis felicitatem. Adamanda igitur patria est, unde vitae mortalis usurara leges, ut pareatur magistratibus, perrumpere, aut, per speciem civilis con-
accepimus: sed necesse est caritate Ecclesiam praestare, cui vitam animae servandi iuris, iura Ecclesiae migrare. Ohedire oportet Deo magis, quam ho-
debemus perpetuo mansuram: quia bona animi corporis bonis rectum est minibus. Quodque olim magistratibus non honesta imperantibus Petrus ce-
anteponere, multoque, quam erga homines, sunt erga Deum officia sanctio- terique Apostoli responderé consueverunt, idem semper est in causa simili
ra.—Ceterum veré si iudicare volumus, supernaturalis amor Ecclesiae pa- sine haesitatione respondendum. Nemo civis pace bellove melior, quam
triaeque caritas naturalis, geminae sunt ab eodem sempiterno principio pro- christianus sui memor officii: sed perpeti omnia potius, et ipsam malle
fectae caritates, cum ipse sit utriusque auctor et causa Deus: ex quo con- mbrtem debet, quam Dei Ecclesiaeve causam deserere.—Quapropter non
sequitur, non posse alterum officium pugnare cum altero. Utique utrumque habent vim naturamque legum probé perspectam, qui istam in delecta
possumus et debemus, diligere nosmetipsos, benevolentes esse cum proxi- officii constantiam reprehendunt, et ad seditionem aiunt pcrtinere. Vulgo
mis, amare rempublicam potestatemque quae reipublicae praesit: eodemque cognita et a Nobis ipsis aliquoties explicata loquimur. Non est lex, nisi
tempore Ecclesiam colere uti parentem, et máxima, qua fieri potest, cari- iussio rectae rationis a potestate legitima in bonum commune perlata. Sed
tate complecti Deum.—Nihilominus horum officiorum ordo, vel calami- vera ac legitima potestas nulla est, nisi a Deo summo principe dominoque
tate temporum vel iniquiore hominum volúntate, aliquando pervertitur. Ni- omnium proficiscatur, qui mandare homini in homines imperium solus ipse
mirum incidunt causae, cum aliud videtur a civibus respublica, aliud a potest: ñeque est recta ratio putanda, quae cum veritate dissentiat et ratione
christianis religio postulare: idque non alia sane de causa, quam quod rec- divina: ñeque verum bonum, quod summo atque incommutabili bono re-
tores reipublicae sacram Ecclesiae potestatem aut nihil pensi habent, aut pugnet, vel a caritate Dei torqueat hominum atque abducat voluntates.—•
sibi volunt esse subiectam. Hinc et certamen existit, et periclitandae virtuti
n certamine locus. Urget enim potestas dúplex: quibus contraria iubentibus * M t . 6,24.
5
Act. 5,29.
270 LKO.N XIII SAPIENTIAE CHRISTIANAE 271
ésta u n a como imagen representativa de la majestad divina. Justa [4]. El deber esencial de los cristianos, q u e viene a ser como
y debida es la obediencia a las leyes, n o p o r la fuerza o la sanción, la fuente de d o n d e se derivan todos los d e m á s deberes, es el si-
sino p o r ser u n deber de conciencia: porque el Señor no nos ha dado g u i e n t e : a m a r las dos patrias, la natural y la eterna, p e r o d e tal
espíritu de temor 6 . Pero, si la legislación del E s t a d o está en abierta m a n e r a q u e el amor d e ésta ocupe el lugar preferente en n u e s t r o
oposición con el d e r e c h o divino, injuria a la Iglesia y contradice corazón, sin permitir j a m á s q u e los derechos h u m a n o s sean ante-
a los deberes religiosos, o viola en la persona del R o m a n o P o n t í - puestos a los derechos d e Dios. El redentor del género h u m a n o
fice la autoridad de Jesucristo, entonces en todos esos casos la r e - ha dicho de sí m i s m o : Yo para esto he venido al mundo, para dar
sistencia es u n d e b e r ; la obediencia, u n crimen. C r i m e n cuyos testimonio de la verdad9; y t a m b i é n : He venido a echar fuego en
efectos recaerán sobre el E s t a d o mismo, p o r q u e el E s t a d o sufre la tierra, ¿y qué he de querer sino que se encienda? 1 ° E n el conoci-
siempre de rechazo los efectos d e toda ofensa inferida a la reli- m i e n t o d e esta verdad, q u e es la perfección s u p r e m a del e n t e n d i -
g i ó n . — D e lo dicho se d e s p r e n d e cuan injusta es la acusación de miento, y en el a m o r divino, q u e perfecciona d e igual m o d o la
rebeldía formulada contra los cristianos. N o niegan la obediencia voluntad, se r e s u m e t o d a la vida y la libertad del cristiano. Esta
debida al g o b e r n a n t e y a los legisladores. L e s niegan la obediencia v e r d a d y este a m o r constituyen el glorioso p a t r i m o n i o confiado p o r
solamente en aquellos p u n t o s en los cuales carecen de p o d e r legis- Jesucristo a la Iglesia, q u e lo conserva y defiende con celo y vigi-
lativo. L a s leyes q u e injurian a D i o s son injustas, y de ley sólo lancia infatigables.
tienen el nombre.—Sabéis m u y bien, venerables h e r m a n o s , q u e
ésta es la doctrina del apóstol San Pablo. Escribía éste a T i t o q u e [II. D E B E R E S DE LOS CATÓLICOS E N LA LUCHA P O R LA FE ]
debía amonestar a los cristianos q u e viviesen sumisos a los principes
y a las autoridades y obedeciesen a sus m a n d a t o s . Y a continuación [5]. N o es necesario exponer aquí la encarnizada y múltiple
añade q u e estuviesen dispuestos a toda obra buena 7 . C o n estas guerra q u e .se ha h e c h o y se hace a la Iglesia. D e s d e q u e la razón,
palabras declara q u e es j u s t o desobedecer c u a n d o la legislación ayudada p o r la investigación científica, ha logrado descubrir m u -
positiva contiene preceptos contrarios a la ley eterna de Dios. chos secretos velados antes p o r la naturaleza y aplicarlos conve-
D e m o d o semejante respondió el Príncipe de los Apóstoles, con n i e n t e m e n t e a la vida práctica, la h u m a n i d a d se h a engreído d e tal
elevada fortaleza de alma, a los q u e i n t e n t a b a n arrebatarle la liber- manera, q u e piensa llegada la hora d e expulsar el p o d e r divino de
t a d en la predicación del Evangelio: Juzgad por vosotros mismos la vida social d e los p u e b l o s . — E n g a ñ a d o s con este error, transfie-
si es justo ante Dios que os obedezcamos a vosotros más que a El; ren a la naturaleza h u m a n a el p r i m a d o del q u e p r e t e n d e n despojar
porque nosotros no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído 8 . a Dios. Según ellos, sólo e n la naturaleza hay q u e buscar el origen
y la n o r m a d e t o d a verdad. T o d o s los deberes religiosos arrancan
Sanctum igitur christianis est publicae potestatis nomen, in qua divinae
maiestatis speciem et imaginem quamdam tum etiam agnoscunt, cum geri- Ambas itaque patrias unumquemque diligere, alteram naturae, alterara
tur ab indigno: iusta et debita legum verecundia, non propter vim et minas, civitatis caelestis, ita tamen ut huius, quam illius habeatur caritas antiquior,
sed propter conscientiam officii: non enim dedit nobis Deus spiritum timoris. nec unquam Dei iuribus iura humana anteponantur, máximum est christia-
Verum si reipublicae leges aperte discrepent cum iufe divino, si quam Ec- norum officium, itemque velut fons quídam, unde alia officia nascuntur.
clesiae imponant iniuriam, aut iis, quae sunt de religione, officiis contradi- Sane liberator generis humani de se ipse: Ego, inquit, in hoc natus sum et
cant, veí auctoritatem IESU CHRISTI in pontífice máximo violent, tum vero ad hoc veni in mundum, ut testimonium perhibeam veritati. Similiter, ignem
resistere officium est, parere scelus: idque cum ipsius reipublicae iniuria veni mittere in terram, et quid voló, nisi ut accendatur? In huius cognitione
coniunctum, quia peccatur in rempublicam quidquid.in religione delinqui- veritatis, quae mentis est summa perfectio, in caritate divina, quae perficit
tur.—Rursus autem apparet quam sit illa seditionis iniusta criminatio: non pari modo voluntatem, omnis christianorum est vita ac libertas posita. Qua-
enim abiicitur principi legumque latoribus obedientia debita: sed ab eorum rum rerum, veritatis scilicet et caritatis, nobilissímum patrimonium, sibi
volúntate in iis dumtaxat praeceptis disceditur, quorum ferendorum nulla a IESU CHRISTO commendatum, perpetuo studio vigilantiaque conservat ac
pot'estas est, quia cum Dei iniuria feruntur, ideoque vacant iustitia, et tuetur Ecclesía.
quidvis potius sunt quam leges.—Nostis, Venerabiles Fratres, hanc esse
ipsissimam beati Pauli Apostoli doctrinara: qui cum scripsisset ad Titum, Sed quam acre adversus Ecclesiam bellum deflagraverit quamque mul-
monendos christianos principibus et potestatibus subditos esse, dicto obedire, tiplex, vix attinet hoc loco dicere. Quod enim rationi contigit complures res
illud statim adiungit, ad omne opus bonum paratas esse: quo palam fieret, occultas et a natura involutas scientiae pervestigatione reperire, easque in
si leges hominum contra sempiternam legem Dei quicquam statuant, rec- vitae usus apte convertere, tantos sibi spiritus sumpsere nomines, ut iam
tum esse non parere. Similique ratione princeps Apostolorum iis, qui liber- se putent numen posse imperiumque divinum a communi vita depellere.—
tatem praedicandi Evangelii sibi vellent eripefe, forti atque excelso animo Quo errore decepti, transferunt in naturam humanam ereptum Deo prin-
respondebat, si iustum est in conspectu Dei, vos potius audire, quam Deum, cipatum: a natura petendum omnis veri principium et normam praedicant:
iudicate: non enim possumus quae vidimus et audivimus non loqui. ab ea manare, ad eamque esse cuneta religionis officia referenda. Quocirca
9
6 8 10
lo. 18,37.
z Tim. 1,7. ' Tit. 3,1. Act. 4,19-20. Le. 12,49.
272 LEÓN XIII SAPIENTIAR CHK1STIANAI'. 27.»

de la naturaleza y a ella d e b e n ser referidos. P o r lo tanto, h o existe c u e n t e m e n t e a Dios con la h u m i l d e súplica de los apóstoles: Acre-
la revelación divina. N o -hay razón para practicar la moral cristiana cienta nuestra fe n .
ni para obedecer a la Iglesia. L a Iglesia carece de potestad legisla- [7]. P e r o en este o r d e n de cosas tocantes a la fe cristiana
tiva. N o tiene derecho alguno. M á s a ú n : la Iglesia n o d e b e tener existen t a m b i é n otras obligaciones, cuyo exacto c u m p l i m i e n t o , si
cabida en el c u a d r o de las instituciones civiles. Estos h o m b r e s p r o - siempre fué necesario p a r a la salvación, es i n c o m p a r a b l e m e n t e
c u r a n afanosamente y por todos los medios posibles apoderarse más u r g e n t e en estos t i e m p o s . — P o r q u e , en este d e s m e d i d o delirio
de los puestos públicos y de la dirección del Estado, para poder universal de opiniones a q u e nos h e m o s referido, es misión d e la
así con mayor facilidad regular la legislación y moldear la educa- Iglesia, obligatoria siempre, proteger la verdad y arrancar d e las
ción d e los pueblos según estos principios. P o r esto vemos a cada almas el error, ya q u e a la tutela de la Iglesia han sido confiadas
paso ataques, descubiertos unas veces, ocultos otras, contra el ca- la gloria d e D i o s y la salvación de las almas. P e r o c u a n d o la n e -
tolicismo. Y mientras conceden u n a amplia licencia para la per- cesidad apremia, la defensa de la fe n o es obligación exclusiva de
versa propagación de toda clase de errores, p o n e n n u m e r o s a s tra- los q u e m a n d a n , sino q u e , c o m o dice Santo T o m á s , «todos y cada
bas a la profesión pública de la verdad cristiana. u n o están obligados a manifestar p ú b l i c a m e n t e su fe, ya p a r a ins-
truir y confirmar a los d e m á s fieles, ya p a r a reprimir la audacia
de los infieles» 1 2 . Retirarse ante el enemigo o callar c u a n d o por
todas partes se levanta u n incesante clamoreo p a r a o p r i m i r la ver-
[Conservación y aumento de la fe personal]
dad, es actitud propia o de h o m b r e s cobardes o d e h o m b r e s inse-
guros de la verdad q u e profesan. E n a m b o s casos, esta conducta
[6]. A n t e situación t a n injusta, el p r i m e r deber de cada u n o es en sí m i s m a vergonzosa y, además, injuriosa a D i o s . L a cobardía
es velar p o r sí m i s m o , esforzándose p o r conservar la- fe h o n d a - y la d u d a son contrarias a la salvación del individuo y a la seguridad
m e n t e arraigada en su corazón, evitando c u a n t o p u e d a ponerla en del b i e n c o m ú n , y provechosas ú n i c a m e n t e para los enemigos del
peligro y m a n t e n i é n d o s e siempre en guardia contra la sofistería cristianismo, p o r q u e la cobardía d e los b u e n o s fomenta la audacia
de los incrédulos. Para mejor defender esta v i r t u d d e la fe, j u z - de los m a l o s . — P o r otra parte, la inacción de los cristianos es m á s
gamos m u y útil y m u y conforme a las circunstancias presentes vituperable, p o r q u e , d e ordinario, las falsas acusaciones y las o p i -
el estudio diligente de la doctrina cristiana según las posibilidades niones erróneas p u e d e n ser refutadas con poco trabajo. Y desde
y capacidad de cada u n o , y el e m p e ñ o p o r alcanzar u n conocimiento luego p u e d e n ser deshechas siempre con algún esfuerzo mayor.
lo m á s profundo posible de las verdades religiosas accesibles a la E n ú l t i m o extremo, t o d o s p u e d e n desplegar p ú b l i c a m e n t e la for-
sola razón. Y c o m o n o sólo d e b e m o s conservar en t o d o su vigor, taleza de alma propia del cristiano. C o n frecuencia esta fortaleza
p u r a e incontaminada, la fe cristiana, sino q u e es preciso r o b u s -
tecerla y aumentarla a diario, de aquí la necesidad de acudir fre- iteranda persaepe ad Deum est supplex atque humilis Apostolorum flagi-
tatio, adauge nobis fidem.
Verum in hoc eodem genere, quod fidem christianam attingit, alia sunt
nihil esse divinitus traditum: non disciplinae moruna christianae, non Ec- officia, quae observan accurate religioseque si salutis semper interfuit, hac
clesiae parendum: nullam huic esse legum ferendarum potestatem, nulla tempestate nostra interest máxime.—Nimirum in hac, quam diximus, tanta
iura; imo nec ullum Ecclesiae dari in reipublicae institutis locum oportere. ac tam late fusa opinionum insania, profecto patrocinium suscipere veri-
Expetunt vero atque omni ope contendunt capessere res publicas et ad tatis, erroresque ex animis evellere, Ecclesiae munus est, idque omni t e m -
gubernacula sedere civitatum, quo sibi facilius liceat ad has doctrinas diri- pore sancteque servandum, quia honor Dei, ac salus hominum in eius sunt
gere leges moresque fingere populorum. Ita passim catholicum nomen vel tutela. At vero, cum necessitas cogit, incolumitatem fidei tueri non ii solum
aperte petitur, vel occulte oppugnatur: magnáque cuilibet errorum per- debent qui praesunt, sed quilibet tenetur fidem suam aliis propagare, vel ad
versitati permissá licentiá, multis saepe vinculis publica veritatis christia- instructionem aliorum fidelium sive confirmationem, vel ad reprimendurn infide-
nae professio constringitur. lium insultationem. Cederé hosti, vel vocem premere, cum tantus undique
opprimendae veritati tollitur clamor, aut inertis hominis est, aut de iis, q u a e
His igitur tam iniquis rebus, primum omnium respicere se quisque de- profitetur, utrum vera sint, dubitantis. Utrumque turpe, atque iniuriosum
bet, vehementerque curare, ut alte comprehensam animo fidem intenta Deo: utrumque cum singulorum tum communi saluti repugnans: solis fidei
custodia tueatur, cavendo pericula, nominatimque contra varias sophisma- inimicis fructuosum, quia valde auget remissior proborum opera audaciam
tum falladas semper armatus. Ad cuius incolumitatem virtutis illud etiam improborum.—Eoque magis christianorum vituperanda segnities, quia falsa
perutüe, et magnopere consentaneum temporibus iudicamus, studium dili- crimina dilui, opinionesque pravae confutari levi negotio, ut plurimum,
gens, ut est facultas et captus singulorum, in christiana doctrina poneré, possunt: maiore aliquo cum labore semper possunt. Ad extremurn, nerrio
earumque rerum, quae religionem continent, quasque assequi ratione licet, unus prohibetur eam adhibere ac prae se ferré fortitudinem, quaepropria
maiore qua potest notitia mentem imbuere. Cumque fidem non modo vigere 1
' Le. 17,5.
in animis incorruptam, sed assiduis etiam incrementis oporteat augescere, 12
SANTO TOMAS, Summa Theologica 2-2 q.3 a.2 ad 2.
274 tEÓN X I I I
SAI'JliNTlAli CIJK1STI \ N U .

basta p a r a q u e b r a n t a r los bríos del adversario y p a r a desbaratar 15


sus planes. El cristiano h a nacido para la lucha. Y c u a n t o m á s la Iglesia de Dios , y principalmente al R o m a n o Pontífice, Vif.it i- •
encarnizada es la lucha, t a n t o m á s segura es la victoria con el auxi- d e Jesucristo, p u e s t o al frente d e la Iglesia universal con pou-nt.i>i
lio d e Dios. Confiad: yo he vencido al mundo 1 3 . Y n o oponga nadie s u m a , c o m o m a e s t r o de la fe y de la moral. Sin e m b a r g o , IVKII
q u e Jesucristo, conservador y defensor d e la Iglesia, d e n i n g ú n piense q u e está p r o h i b i d a a los particulares t o d a colaboración ni
m o d o necesita del auxilio h u m a n o . N o p o r falta d e fuerzas, sino este apostolado, sobre t o d o a los q u e D i o s concedió talento y dcHi-i •
p o r la grandeza de su b o n d a d , quiere Jesucristo q u e colaboremos d e hacer el bien. L o s particulares, c u a n d o el caso lo exija, p u o d n i
en la obtención de los frutos de salvación q u e El nos ha ganado. fácilmente, n o ya arrogarse el cargo d e doctor, p e r o sí c o m u n i ó n
a los d e m á s lo q u e ellos h a n recibido, repitiendo, como u n eco, la
voz d e los maestros. M á s aún, los P a d r e s del concilio Vaticano
[Profesión pública y difusión de la fe] juzgaron t a n necesaria y eficaz esta colaboración d e los partícula
[8]. L a p r i m e r a aplicación de este deber general es la profe- res, q u e n o h a n d u d a d o e n exigirla: «A t o d o s los fieles cristiano;;,
sión abierta y constante d e la doctrina católica y su propagación en especial a los q u e m a n d a n o enseñan, suplicamos encarecida
según la capacidad personal de cada u n o . C o m o repetidas veces m e n t e p o r las e n t r a ñ a s de Jesucristo, y a u n les o r d e n a m o s con l.i
se ha dicho con t o d a verdad, n a d a daña t a n t o a la doctrina católica a u t o r i d a d del m i s m o Dios y Salvador n u e s t r o , q u e trabajen con
c o m o su ignorancia. Ella sola, bien entendida, basta p a r a extirpar c u i d a d o s o e m p e ñ o para eliminar d e la santa Iglesia estos errores
todos los errores. Y si se p r o p o n e a u n e n t e n d i m i e n t o sincero y y e x t e n d e r la luz purísima de la fe» 16. R e c u e r d e n t o d o s q u e p u e -
libre d e falsos prejuicios, se gana al p u n t o el asentimiento de la d e n y d e b e n s e m b r a r la fe católica con la autoridad d e su ejemplo
razón. A h o r a b i e n : la virtud de la fe es u n d o n precioso de la y predicarla p o r m e d i o de la profesión pública constante de las
b o n d a d divina. P o r otra parte, las realidades q u e hay q u e creer obligaciones q u e aquélla i m p o n e . — P o r consiguiente, entre los
n o p u e d e n ser conocidas p o r otra vía q u e p o r la predicación. deberes q u e nos ligan con D i o s y con la Iglesia hay q u e contar como
Pero ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo u n o de los principales la defensa personal de las verdades cristia-
creerán sin haber oído de El?... Por consiguiente, la fe es por la pre- nas y la refutación de los errores p o r t o d o s los m e d i o s posibles
dicación, y la predicación por la palabra de Cristo M . Siendo, pues,
la fe necesaria para la salvación, sigúese q u e es e n t e r a m e n t e indis- [Necesidad de la unión]
p e n s a b l e la predicación de la palabra de Cristo. L a misión de p r e -
[9]. P e r o los católicos n o c u m p l i r á n este deber como convie-
dicar, esto es, de enseñar, c o m p e t e p o r d e r e c h o divino a los docto-
ne, d e u n m o d o completo y eficaz, si bajan a la arena divididos
res, a los que el Espíritu Santo ha constituido obispos para apacentar
entre sí.—Jesucristo h a a n u n c i a d o claramente q u e el odio y la

est christianorum: qua ipsa non raro animi adversariorum et consilia fran- magistros est, quos Spiritus Sanctus posuit Episcopos regere Ecclesiam Dei,
guntur. Sunt praeterea christiani ad dimicationem nati: cuius quo maior est maximeque penes Pontificem romanum, IESU CHRISTI vicarium, Ecclesiae
vis, eo certior, Deo opitulante, victoria. Confidite: ego vici mundum, Ñeque universae summa cum potestate praepositum credendorum, agendorum
est quod opponat quisquam, Ecclesiae conservatorem ac vindicem Iesum magistrum. Nihilominus nemo putet, industriam nonnuilam eadem in re
Christum nequáquam opera hominum indigere. Non enim inopia virium, poneré privatos prohiben, eos nominatim, quibus ingenii facultatem Deus
sed magnitudine bonitatis vuJt ille ut aliquid a nobis conferatur operae ad cum studio bene merendi dedit: qui, quoties res exigat, commode possunt
salutis, quam ipse peperit, obtinendos adipiscendosque fructus. non sane doctoris sibi partes assumere, sed ea, quae ipsi acceperint, imper-
tiré ceteris, magistrorum voci resonantes tamquam imago. Quin imo priva-
Huiusce partes officii primae sunt, catholicam doctrinam profiteri aperte torum opera visa est Patribus Cohcilii Vaticani usque adeo opportuna ac
et constanter, eamque.quoad quisque potest, propagare. Nam, quod saepius frugífera, ut prorsus deposcendam iudicarint. Omnes christifideles, máxime
est verissimeque dictum christianae quidem sapientiae nihil tam obest, vero eos, qui praesunt, vel docendi muñere funguntur, per viscera Iesu Christi
quam non esse cognitam. Valet enim per se ipsa ad depellendos errores obtestamur, nec non eiusdem Dei et Salvatoris nostri auctaritate iubemus, ut
probé percepta: quam si mens arripuerit simplex praeiudicatisque non ad- ad hos errores a sancta Ecclesia arcendos et eliminandos, atque purissimae fidei
stricta opinionibus, assentiendum esse ratio pronuntiat. Nunc vero fidei lucera pandendam studium et operam conferant. Ceterum serere fidem catho-
virtus grande munus est gratiae bonitatisque divinae: res tamen ipsae, qui- licam auctoritate exempli, professionisque constantia praedicare, quisquí-
bus adhibenda lides, non alio fere modo quam audiendo noscuntur. Quomodo se posse ac deberé meminerit.—In officiis igitur quae nos iungunt ü e o atqiu
credent ei, quera non audierunt? Quomodo autem audient sine praedicante?... Ecclesiae, hoc est numerandum máxime, ut in veritate christiana propafianrl.i
Ergofides ex auditu, auditus autem per verbum Christi. Quoniam igitur fides propulsandisque erroribus elaboret singulorum, quoad potest, industria
est ad salutem necessaria, omnino praedicari verbum Christi consequitur
oportere. Profecto praedicandi, hoc est docendi, munus iure divino penes Quibus tamen officiis non ita, Ut oportet, cumúlate et utiliter satisfaz
13
turi sunt, si alii seorsum ab alus in certamen descenderint.—Futurums;iiu
lo. 16,33.
14
Rom. 10,14.17. 1 s Act. 20,28.
16
Concilio Vaticano s e s s . j ; Const. Dei Filius c . j c.4 c . 3 : D B 1819.
276 LEOS XIII S.M'IKNTI.Mi fIIKISTIAN.U! 277

envidia d e los h o m b r e s , de q u e El, antes q u e nadie, fué blanco, se A esta u n i d a d exhortaba el apóstol San Pablo a los corintios con
extenderían del m i s m o m o d o a la obra p o r El fundada, d e t a l suerte t o d o encarecimiento y con palabras m u y serias: Os ruego encareci-
que a m u c h o s d e h e c h o se les impediría conseguir la salvación, q u e damente, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que
El p o r singular beneficio n o s h a procurado. P o r este motivo h a todos tengáis un mismo lenguaje y no haya entre vosotros cismas;
querido formar n o solamente discípulos d e su doctrina, sino ade- antes bien, viváis perfectamente unidos en un mismo pensar y en un
m á s reunirlos e n sociedad y hacer d e ellos u n solo cuerpo a r m o - mismo sentir 21.—Fácilmente comprensible es la sabiduría d e este
nioso, que es la Iglesia i 7 , cuya cabeza es E l m i s m o . L a vida d e p r e c e p t o : el e n t e n d i m i e n t o es el principio d e la acción. P o r consi-
Jesucristo p e n e t r a y recorre el organismo entero d e este c u e r p o , guiente, la u n i ó n d e voluntades y la u n i d a d e n la acción s o n i m p o -
n u t r e y sustenta a cada u n o d e los m i e m b r o s y los mantiene u n i d o s sibles si existe diversidad d e opiniones e n los entendimientos. E s
entre sí y encaminados, al m i s m o fin, sin q u e p o r eso sea u n a m i s m a m u y difícil, si n o es imposible, q u e p u e d a n tener u n i d a d d e doctrina
la acción d e cada m i e m b r o . Pues a la manera que en un solo cuerpo ios q u e siguen a la razón como única guía. E l arte d e conocer la
tenemos muchos miembros, y todos los rniembros no tienen la,misma realidad v e r d a d e r a es m u y difícil. N u e s t r o e n t e n d i m i e n t o es débil
función,, así nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo, p o r naturaleza, sufre la atracción contradictoria d e las diversas opi-
pero cada miembro está al servicio de los otros miembros 1 8 . P o r estas niones y se ve e n g a ñ a d o a m e n u d o p o r las apariencias externas d e
razones, la Iglesia n o sólo es sociedad perfecta y superior a toda las cosas. A estas dificultades h a y q u e añadir el desorden d e las
otra sociedad, sino q u e además tiene, impuesta p o r su fundador, concupiscencias, q u e c o n excesiva frecuencia quita, o p o r lo m e n o s
la obligación d e trabajar p o r la salvación del género h u m a n o como disminuye, la facultad visiva d e la verdad. Este es el motivo d e q u e
un ejército formado en pie de batalla 1 9 . Esta constitución orgánica e n el gobierno político se p r o c u r e unir por la fuerza a los ciudadanos
de la sociedad cristiana es totalmente i n m u t a b l e . N i está p e r m i t i d o q u e a n d a n d i v i d i d o s . — T o t a l m e n t e contrario es el proceder d e los
a sus m i e m b r o s vivir a su antojo o escoger la táctica d e c o m b a t e cristianos. E l cristiano recibe d e la Iglesia la regla d e su fe. Sabe
que m á s les agrade. E l q u e n o recoge con la Iglesia y con Jesucristo, con certeza q u e , obedeciendo a la Iglesia y dejándose guiar p o r
desparrama, y e n realidad pelean contra Dios todos los q u e n o p e - ésta, alcanzará la posesión d e la verdad. A s í como n o h a y m á s q u e
lean con El y con su Iglesia. El que no está conmigo está contra mí; u n a Iglesia, p o r q u e n o hay m á s q u e u n solo Jesucristo, así es y debe
y el que conmigo.no recoge, desparrama 2 0 . ser u n a la doctrina d e t o d o s los cristianos del m u n d o . Un solo Señor,
[10]. Para realizar esta u n i ó n d e los ánimos y esta uniformi- una sola fe 2 2 . Pero, teniendo todos un mismo espíritu de fe 2 3 , poseen
dad en la acción, t e m i d a con razón p o r los enemigos del catoli- el principio eficaz del q u e brota espontáneamente e n todos la u n i ó n
cismo, la p r i m e r a condición necesaria es la u n i d a d e n los pareceres. de voluntades y la u n i d a d e n la acción.

cordia est neccesaria sententiarum: ad quam ipsam videmus Paulum Apos-


IESUS CHRISTUS significavit, ut quam ipseoffensionemhominuminvidiamquc tolum Corinthios cohortantem vehementi studio et singulari gravitate ver-
prior excepit, in eamdem parí modo opus a se institutum incurreret; ita borum: Obsecro autem vos, fraires, per nomen Domini nostri Iesu Christi, ut
plañe ut ad salutem pervenire, ipsius beneficio partam, multi reapse prohi- idipsum dicatis omnes, et non sint in vobis schismata: sitis autem perfecti in eo-
berentur. Quare voluit non alumnos dumtaxat instituere disciplinae suae, detn sensu et in eadem sententia.—Cuius praecepti facile sapientia perspicitur.
sed hos ipsos societate coniungere, et in unum corpus, quod est Ecclesia, Est enim principium agendi mens: ideoque nec congruere voluntates, nec
cuius esset ipse caput, apte coagmentare. Permeat itaque vita CHRISTI IESU símiles esse actiones queunt, si mentes diversa opinentur. Qui solam ratio-
per totam compagem corporis, alit ac sustentat singula membra, eaque copu- nem sequuntur ducem, vix in eis aut ne vix quidem una esse doctrina potest:
¡ata tenet ínter se et ad eumdem composita finan, quamvis non ea- est, enim ars rerum cognoscendarum perdifficilis: mens vero et infirma est
dem sit actio síngulorum. His de causis non modo perfecta societas natura, et varietate distrahitur opinionum, et impulsione rerum oblata ex-
Ecclesia est, et alia qualibet societate longe praestantior, sed hoc ei est indi- trinsecus non raro fallitur; accedunt cupiditates, quae veri videndi nimium
tum ab Auctore suo ut debeat pro salute generis humani contendere ut cas- saepe tollunt aut certe minuunt facultatem. Hac de causa in moderanciis
trorum ocies ordinata. Ista reí christianae compositio conformatioque mutari civitatibus saepe datur opera ut coniuncti teneantur vi, quorum animi dis-
nullo modo potest: nec magis vivere arbitratu suo cuiquam licet, aut eam, cordant.—Longe aliter christiani: quid credere oporteat ab Ecclesia acci-
quae sibi libeat, decertandi rationem consectari: propterea quod dissipat, piunt, cuius auctoritate ductuque se certo sciunt verum attingere. Propterea
non colligit, qui cum Ecclesia et IESU CHRISTO non colligit, verissimeque sicut una est Ecclesia, quia unus IESUS CHRISTUS, ita cunctorum toto orbe
contra Deum contendunt, quicumque non cum ipso Ecclesiaque conten- christianorum una est atque esse debet doctrina. Unus Dominus, una fides.
dunt. Habentes autem eumdem spiritum fidei, salutare principium obtinent, unde
eadem in ómnibus voluntas eademque in agendo ratio sponte gignuntur.
Ad hanc vero coniunctionem animorum similitudinemque agendi, inimi-
cis catholici nominis non sine causa formidolosam, primum omnium con- *» 1 Cor. 1,10.
17
Col. 1,24.
"2 3 Eph. 4,5.
1}t z Cor. 4,13.
Rom. 12,4-5.
"10 Cant. 6,0.
Le. 11,23.
1J ;oN
278 * ' XIII SM'IENTIAU CHKISTIANAK, 371)
[Obediencia perfecta a la jerarquía] •
plica admirablemente este punto con las siguientes palabras; «líl
[ i i ] . Pero, como manda el apóstol San Pablo, esta unanimi- objeto formal de la fe es la verdad primera, en cuanto manifestadií
dad debe ser perfecta.—La fe cristiana no se apoya en la autoridad en la Sagrada Escritura y en la doctrina de la Iglesia. Por consiguien-
de la razón humana, sino en el testimonio de la razón divina. Cree- te, todo el que no acepta, como regla infalible y divina, la doctrina
mos que la revelación es verdadera, «no porque con la luz natural de la Iglesia, que procede de la primera verdad manifestada en la
de la razón veamos la verdad intrínseca de las realidades reveladas, Sagrada Escritura, no tiene el hábito de la fe, sino que posee lo
sino por la autoridad misma de Dios, que las revela, el cual ni puede perteneciente a la fe de un modo distinto al de la fe... Es evidente,
engañarse ni puede engañar» 24 . De lo cual se sigue la absoluta ne- por otra parte, que el que acepta la doctrina de la Iglesia como
cesidad de abrazar con igual asentimiento todas y cada una de las regla infalible, presta asentimiento a todas las enseñanzas de la
verdades, cuya revelación divina está probada. Negar el asentimien- Iglesia. De otro modo, si entre las enseñanzas de la Iglesia acepta
to a una sola de estas verdades equivale a rechazarlas todas. Destru- las que le parece y rechaza las que no le agradan, no acepta ya la
yen, por consiguiente, el fundamento de la fe los que niegan el doctrina de la Iglesia como regla infalible, sino su propia volun-
hecho de la revelación de Dios a los hombres o dudan de la veraci- tad» 2 5 . «La fe de toda la Iglesia debe ser una, según aquello: Tened
dad y sabiduría infinitas de Dios.—Por lo que toca a la determina- todos un mismo lenguaje y no haya entre vosotros cismas26. P e r o esta
ción del contenido de la revelación divina, es éste oficio exclusivo unidad sería imposible si, al surgir una cuestión en materia de fe, no
de la Iglesia docente, a quien Dios ha encomenado la guarda e in- fuese resuelta por el que gobierna a toda la Iglesia, para que así
terpretación de sus enseñanzas. Ahora bien, el maestro supremo su decisión sea aceptada y defendida firmemente por toda la Igle-
en la Iglesia es el Romano Pontífice. De donde se sigue que la con- sia. Y por esto la publicación de un nuevo símbolo, así como todo
cordia de los ánimos, así como requiere el perfecto consentimiento lo demás referente a la universal Iglesia, pertenece exclusivamente
de todos en una misma fe, así también pide que las voluntades a la autoridad pontificia» 27 .
obedezcan y estén enteramente sumisas a la Iglesia y al Romano [12]. En lo relativo a la determinación de los límites de la
Pontífice lo mismo que a Dios mismo.—La obediencia ha de ser obediencia, nadie piense que se debe obedecer a la autoridad de
perfecta, porque así lo exige la fe y tiene de común con ésta su los prelados, y principalmente del Romano Pontífice, solamente en
indivisibilidad. Más aún, si la obediencia no es absoluta y entera- materia de dogmas, cuyo rechazo pertinaz incurre necesariamente en
mente perfecta, tendremos una obediencia aparente, pero no una él pecado de herejía. Ni basta tampoco admitir con sincera firmeza
obediencia real. Tan importante es en el cristianismo la perfección las enseñanzas que la Iglesia, sin definiciones solemnes, propone
de la obediencia, que siempre ha sido y es considerada como dis- con su ordinario y universal magisterio como reveladas por Dios.
tintivo característico de los católicos. Santo Tomás de Aquino ex-
Aquinate iis verbis: Fórmale... obiectum fidei est veritas prima secundum
quod manifestatur in Scripturis sacris, et doctrina Ecclesiae, quae proced.it ex
Sed, quod Paulus Apostolus iubet, unanimitatem oportet esse perfectam. veritate prima. Unde quicumque non inhaeret, sicut infallibili et divinae regulae,
Cum christiana fides non humanae, sed divinae rationis auctoritate nitatur, doctrinae Ecclesiae, quae procedit ex veritate prima in Scripturis sacris mani-
quae enim a Deo accepimus, vera esse credimus non propter intrinsecam re- festata, Ule non habet habitum fidei: sed ea, quae sunt fidei, alio modo tenet
rum veritatem naturali rationis lumine perspectam, sed propter auctoritatem quarn per fidem... Manifestum est autem, quod Ule, qui inhaeret doctrinis Ec-
ipsius Dei revelantis, qui nec falli nec fallere potest, consequens est ut, quas- clesiae tamquam infallibili regulae, ómnibus assentit, quae Ecclesia docet: alio-
cumque res constet esse a Deo traditas, omnino excipere singulas parí simili - quin si de his, quae Ecclesia docet, quae vult, tenet, et quae non vult, non te-
que assensu necesse sit: quarum rerum abnuere fidemuni huc ferme reci- net, non iam inhaeret Ecclesiae doctrinae sicut infallibili regulae, sed pro-
dit, repudiare universas. Evertunt enim ipsum fundamentum fidei, qui aut priae voluntati. Una fides debet esse totius Ecclesiae, secundum illud (1 Co-
elocutum hominibus Deum negent, aut de infinita eius veritate sapientiave rinth. 1): Idipsum dicatis omnes et non sint in vobis schismata: quod servari
dubitent.—Statuere vero quae sint doctrinae divinitus traditae, Ecclesiae non posset nisi quaestio fidei exorta determinetur per eum, qui, toti Ecclesiae
docentis est, cui custodiam interpretationemque Deus eloquiorum suorum praeest, ut sic eius sententia a tota Ecclesia firmiter teneatur. Et ideo ad solam
commisit. Summus autem est magister in Ecclesia Pontifex romanus. Concor- auctoritatem Summi Pontificis pertinet nova editio Symboli, sicut et omnia
dia igitur animorum sicut perfectum in una fide consensum requirit, ita vo- alia quae pertinent ad totam Ecclesiam.
luntares postulat Ecclesiae romanoque Pontifici perfecte subiectas atque
obtemperantes, ut Deo.—Perfecta autem esse obedientia debet, quia ab In constituendis obedientiae finibus, nemo arbitretur, sacrorum Pasto-
ipsa fide praecipitur, et habet hoc commune cum fide, ut dividua esse non rum maximeque romani Pontificis auctoritati parendum in eo dumtaxat
possit: imo vero si absoluta non fuerit et números omries habens, obedien- esse, quod ad dogmata pertinet, quorum repudiatio pertinax disiungi ab hae-
tiae quidem simulacrum relinquitur, natura tollitur. Cuiusmodi perfectio- reseos flagitio non potest. Quin etiam ñeque satis est sincere et firmiter
ni tantum christiana consuetudo tribuit, ut illa tamquam. nota internoscendi assentiri doctrinis, quae ab Ecclesia, etsi solemni non definitae iudicio, or-
catholicos et habita semper sit et habeatur. Mire explicatur hic locus a Thoma 2S
• 26
SANTO TOMÁS, Summa Tkeologica 2-2 q.5 a.3 c.
27
1 Cor. I,IO.
Concilio Vaticano sess. 3 c.3: DB 17S9. SANTO TOMÁS, Summa Theologica 2-2 q,i a.10 c,
280 LEÓN XIII SAP1KNT1AK CHK1ST1AN.U.

El concilio Vaticano o r d e n a q u e estas enseñanzas d e b e n ser creídas d e este gobierno es difícil. E s u n camino q u e tropieza con f r e o u n
con fe divina y católica 2S. E n t r e los deberes de los cristianos hay q u e tes obstáculos. P o r q u e la Iglesia gobierna a pueblos disemin.ulu.
incluir además la obligación d e dejarse regir y gobernar por la auto- p o r todas las partes del m u n d o , d e diverso origen y de costumbre!,
ridad y dirección de los obispos y, sobre todo, d e la Sede A p o s t ó l i - diferentes. Estos pueblos, al vivir cada u n o sometido a la leyiül.i
ca. L a utilidad de esta obligación es fácil de ver. El contenido de la ción civil de su propio E s t a d o , tienen el deber de estar sujetos, ¡1 un
revelación divina se refiere en parte a Dios, en parte al h o m b r e y en m i s m o t i e m p o , al p o d e r civil y al p o d e r religioso. Estos dos deben:.'.,
parte t a m b i é n a las cosas necesarias para la salvación del h o m b r e . a u n q u e u n i d o s en u n a m i s m a persona, n o son en sí contradictorios,
A h o r a bien, la Iglesia, c o m o h e m o s dicho, y, d e n t r o d e la Iglesia, el como h e m o s dicho, ni se confunden entre sí. L a p r i m e r a obligación
S u m o Pontífice, tienen autoridad p o r d e r e c h o divino en materia de se o r d e n a a la p r o s p e r i d a d de la sociedad civil. L a segunda, al bien
fe y de moral. Por lo cual, el R o m a n o Pontífice, en v i r t u d d e su c o m ú n de la Iglesia. A m b a s obligaciones, a conseguir la perfección
autoridad, d e b e p o d e r j u z g a r acerca del contenido d e la revelación del h o m b r e . ,
divina y decidir q u é doctrinas concuerdan con esta revelación y q u é [Iglesia y Estado]
doctrinas discrepan d e ella. E n materia de moral, a él toca señalar
lo q u e es b u e n o y lo q u e es malo, lo q u e hay q u e hacer y lo q u e hay [14]. Deslindados así claramente los derechos y las obligacio-
q u e evitar p a r a conseguir la salvación. D e otro m o d o n o sería para nes, aparece con claridad la libertad q u e las autoridades civiles dis-
los h o m b r e s intérprete fiel de las enseñanzas d e Dios ni guía seguro frutan en la esfera de su competencia propia. L i b e r t a d q u e n o sólo
en el camino de la vida. n o está obstaculizada p o r la Iglesia, sino incluso favorecida positi-
v a m e n t e p o r ésta. L a Iglesia, al o r d e n a r p a r t i c u l a r m e n t e el ejerci-
cio de la piedad, q u e es la justicia para con Dios, o r d e n a también
[III. D O S SOCIEDADES, DOS PODERES ]
la justicia para con los gobernantes. Pero, p o r su institución m á s
[13]. H a y q u e p e n e t r a r m á s a d e n t r o en la naturaleza íntima noble, el fin del p o d e r eclesiástico es dirigir a los h o m b r e s , buscan-
de la Iglesia. N o es la Iglesia u n a agrupación casual de cristianos, d o el reino de Dios y su justicia 2 9 , y a esta finalidad lo endereza t o d o ,
sino u n a sociedad constituida p o r Dios con a d m i r a b l e equilibrio, y nadie p u e d e dudar, sin pecar contra la fe, q u e este gobierno d e
sociedad cuyo fin directo e i n m e d i a t o es la paz y la santificación d e las almas es competencia exclusiva de la Iglesia. N a d a tiene que ver
las almas. Y como, p o r divina disposición, la Iglesia posee t o d o s los en esta esfera el p o d e r civil. Jesucristo no entregó las llaves del reino
medios necesarios para estos fines, tiene leyes propias, obligaciones d e los cielos al César, sino a San P e d r o . — C o n esta doctrina sobre
peculiares y u n m é t o d o y sistema determinados, d e a c u e r d o con su él p o d e r político y el p o d e r religioso están í n t i m a m e n t e relaciona-
naturaleza, para gobernar a los pueblos cristianos.—Pero el ejercicio das otras ideas de gran trascendencia, q u e n o q u e r e m o s silenciar
en este m o m e n t o .
dinario tamen et universali magisterio tamquam divinitus revelatae credendae moderandis rationem viamque sequitur naturae suae consentaneam.—Sed
proponuntur: quas fide catholica et divina credendas Concilium Vaticanum istiusmodi regiminis difficilis est et cum frequenti offensione cursus. Gentes
decrevit. Sec hoc est praeterea in officiis christianorum ponendum, ut potes- enim Ecclesia regit per cunctos terrarum tractus disseminatas, genere diffe-
tate ductuque Episcoporum imprimisque Sedis Apostolicae regi se guberna- rentes moribusque, quas, cum in sua quaeque república suis legibus vivant,
rique patiantur. Quod quidem quam sit consentaneum, perfacile apparet. civili simul ac sacrae potestati officium est subesse. Quae officia in eisdem
Nam quae divinis oraculis continentur, ea Deum partim attingunt, partim personis coniuncta reperiuntur, non vero pugnantia, uti diximus, ñeque
ipsum hominem itemque res ad sempiternam hominis salutem necessarias. confusa, quia alterum genus ad prosperitatem pertinet civitatis, alterum
Iamvero de utroque genere, nimirum et quid credere oporteat et quid agere, ad commune Ecclesiae bonum, utrumque pariendae hominum perfectioni
ab Ecclesia iure divino praecipitur, uti diximus, atque in Ecclesia a Pontífice natum.
máximo. Quamobrem iudicare posse Pontifex pro auctoritate debet quid
eloquia divina contineant, quae cum eis doctrinae concordent, quae discre- Qua posita iurium et officiorum terminatione, omnino liquet esse liberos
pent: eademque ratione ostendere quae honesta sint, quae turpia: quid ad res suas gerendas rectores civitatum: idque non modo non invita, sed
agere, quid fugere, salutis adipiscendae causa, necesse sit: aliter enim nec plañe adiuvante Ecclesia: quae quoniam máxime praecipit ut colatur pietas,
eloquiorum Dei certus interpres, nec dux ad vivendum tutus ille esse ho- quae est iustitia adversus Deum, hoc ipso ad iustitiam vocat erga príncipes.
mini posset. Verum longe nobiliore instituto potestas sacra eo spectat, ut regat hominum
ánimos tuendo regnum Dei et iustitiam eius, atque in hoc tota versatur. D u -
Altius praeterea intrandum in Ecclesiae naturam: quippe quae non est bitari vero salva fide non potest, istiusmodi régimen animorum Ecclesiae
christianorum, ut fors tulit, nexa communio, sed excellenti temperatione esse assignatum uni, nihil ut in eo sit politicae potestati loci: non enim
divinitus constituta societas, quae illuc recta proximeque spectat, ut pacem Caesari, sed Petro claves regni caelorum IESUS CHRISTUS commendavit.
animis ac sanctitatem afferat: cumque res ad id necessarias divino muñere Cum hac de rebus politicis deque religiosis doctrina quaedam alia coniun-
sola possideat, certas habet leges, certa officia, atque in populis christianis guntur non exigui rnomenti, de quibus silere hoc loco nolumus.

*• Concilio Vaticano aess.3 c.3: DB 1792. « Mt. 6,33-


282 LEÓN X I I I SAPIENCIAS CHHISrlAN.M'.

[ 1 5 ] . L a Iglesia es m u y distinta de toda clase de Estados. T i e - receres y voluntades, hay q u e combatir en defensa de la tcliujún,
ne una constitución semejante a la m o n a r q u í a real, p e r o en su origen, q u e es el b i e n c o m ú n p o r excelencia, al cual todos los d e m á s di-btii
causa y naturaleza es m u y diferente de todos los reinos.—Es, p u e s , s u b o r d i n a r s e . — E s necesario exponer esta idea con mayor detoni
j u s t o q u e la Iglesia viva y se gobierne con leyes e instituciones ajus- miento.
tadas a su propia naturaleza. Y c o m o n o sólo es sociedad perfecta,
s i n o t a m b i é n superior a cualquier otra sociedad h u m a n a , tiene el [Deberes de los católicos en la vida política]
d e r e c h o y el deber de rechazar de plano toda pasión partidista y t o d o [ 1 6 ] . Es cierto q u e la Iglesia y el Estado tienen cada u n o su p r o -
servilismo a las cambiantes curvas de la vida política. Por esta m i s - pia autoridad. Por esta razón, en la gestión d e los intereses q u e son
m a razón, la Iglesia, defensora de sus derechos y respetuosa de los d e su competencia, n i n g u n o está obligado a obedecer al otro d e n t r o
derechos ajenos, j u z g a q u e n o es competencia suya la declaración d e los límites q u e cada u n o tiene señalados p o r su p r o p i a constitu-
de la mejor forma de gobierno ni el establecimiento de las institu- ción. P e r o de esta autonomía n o se sigue en m o d o alguno q u e d e b a n
ciones rectoras de la vida política de los pueblos cristianos. L a Igle- a n d a r desunidos, y m u c h o m e n o s q u e d e b a n vivir en l u c h a . — L a
sia a p r u e b a todas las formas de gobierno, con tal q u e q u e d e n a salvo naturaleza, en efecto, nos ha d a d o n o sólo el ser físico, sino tátmbién
la religión y la m o r a l . — T o d o cristiano ha de ajustar sus ideas y su el ser moral. P o r lo cual el h o m b r e busca en la tranquilidad del or-
vida a este criterio. E s i n d u d a b l e q u e t a m b i é n en materia política d e n público, fin i n m e d i a t o de la sociedad civil, el bienestar y, sobre
existe u n a lucha h o n r a d a : cuando, q u e d a n d o a salvo la verdad y la todo, los medios necesarios para perfeccionar su vida moral, per-
justicia, se lucha para q u e prevalezcan en la práctica las opiniones fección q u e n o consiste en otra cosa q u e en el conocimiento y p r á c -
q u e parecen m á s acomodadas al b i e n c o m ú n . Pero q u e r e r complicar tica de la virtud. Pero, al m i s m o t i e m p o , el h o m b r e quiere, c o m o es
a la Iglesia en querellas de política partidista o p r e t e n d e r tenerla j u s t o , encontrar en la Iglesia los medios convenientes para su per-
c o m o auxiliar para vencer a los adversarios políticos, es u n a con- fección religiosa, la cual consiste en el conocimiento y práctica de la
ducta q u e constituye u n abuso m u y grave de la religión. Por el con- verdadera religión, q u e es la principal de las virtudes, porque, al
trario, la religión ha de ser t e n i d a p o r todos los partidos como cosa conducirnos a D i o s , c u m p l e y perfecciona todas las d e m á s virtudes.
santa e inviolable. M á s aún, en la política, q u e n o p u e d e q u e d a r se- D e aquí se sigue q u e , al redactar las leyes y al establecer las institu-
parada de la moral y de la religión, se ha de t e n e r siempre presente ciones, se d e b e a t e n d e r a la índole moral y religiosa del h o m b r e . Se
en p r i m e r lugar la intención de servir lo m á s eficazmente posible ha d e p r o c u r a r su perfección, p e r o ordenada y rectamente. N a d a se
los valores del cristianismo. Y si se ve en alguna p a r t e q u e el cristia- d e b e m a n d a r o p r o h i b i r sin tener en cuenta el fin propio del E s t a d o
nismo se halla en peligro p o r las maquinaciones de los adversarios, y el fin particular d e la Iglesia. P o r esta razón, la Iglesia n o p u e d e
d e b e n cesar al p u n t o todas las diferencias y, con u n a n i m i d a d de pa-
ac defensio suscipienda reügionis, quod est commune bonum máximum,
Ab omni político genere imperii distat christiana respublica plurimum. quo sunt omnia referenda.—Idque opus esse ducimus aliquanto exponere
Quod si similitudinem habet conformationemque regni, proferto originem, aecuratius.
causam, naturam mortalibus regnis habet longe disparem.—Ius est igitur,
vivere Ecclesiam tuerique se consentaneis naturae suae institutis ac legibus. Proferto et Ecclesia et civitas suum habet utraque principatum: propter-
Eademque cum non modo societas perfecta sit, sed etiam humana quavis eaque in gerendis rebus suis neutra paret alteri, utique intra términos a
societate superior, sectari partium studia et mutabilibus rerum civüium fjexi- próxima cuiusque causa constituios. Ex quo tamen milla ratione disiunctas
bus serviré iure officioque suo valde recusat. Similique ratione custos íuns esse sequitur, multoque minus pugnantes.—Sane non tantum nobis ut esse-
su i, observantissima alieni, non ad se putat Ecclesia pertinere, quae máxime mus natura dedit, sed ut morati essemus. Quare a tranquillitate ordinis
forma civitatis placeat, quibus institutis res christianarum gentium civilis publici, quam proxime habet civilis coniunctio propositam, hoc petit homo,
geratur: ex variisque reipublicae generibus nullum non probat, duna rehgio ut bene sibi esse liceat, ac multo magis ut satis praesidii ad perficiendos
morumque disciplina salva sit.—Ad hoc exemplum cogitationes actionesque mores suppeditet: quae perfectio nusquam nisi in cognitione consistit atque
dirigí singulorum christianorum oportet. Non dubium est, quin quaedam exercitatione virtutis. Simul vero vult, id quod debet, adiumenta in Ecclesia
sit in genere politico honesta contentio, cum scilicet incolumi veritate IUSÜ- reperire, quorum ope pietatis perfectae perfecto fungatur muñere: quod in
tiaque certatur, ut opiniones re usuque valeant, quae ad commune bonum cognitione usuque positum est verae reügionis, quae princeps est virtutum,
prae ceteris conducibiles videantur. Sed Ecclesiam trahere ad partes, aut propterea quod, revocando ad Deum, explet et cumulat universas.—In
omnino adiutricem velle ad eos, quibuscum contenditur, superandos, ho- institutis igitur legibusque sanciendis spectanda hominis Índoles est moralis
minum est religione intemperanter abutentium. Ex adverso sancta atque eadem ac religiosa, eiusdemque curanda perfectio, sed recte atque ordine:
inviolata apud omnes debet esse religio: imo in ipsa disciplina civitatum, nec imperandum vetandumve quidquam nisi ratione habita quid civili h o -
quae a legibus morum officiisque reügionis separan non potest, hoc est minum societati sit, quid religiosae propositum. Hac ipsa de causa non
potissimum perpetuoque spectandum, quid máxime expediat christiano no- potest Ecclesiae non interesse quales in civitatibus valeant leges, non quate-
mini: quod ipsum sicubi in periculo esse adversariorum opera videatur, nus ad rempublicam pertinent, sed quia fines débitos aliquando praeter-
cessandum ab omni dissidio, et concordibus animis et consiliis propugnaüo gressae in ius Ecclesiae invadunt. Quin imo resistere, si quando officiat
SAl'IFNTlUf CHK1STIANAH *JH5
284 I.Kl'lN XIII

q u e d a r indiferente ante la legislación de los Estados no en^cuanto la fuerza de la Iglesia, p o d r á n destruir las irlsidias con su prudencia,
q u e esta legislación es competencia exclusiva del Estado, s no, p o las violencias con su fortaleza.—No es ésta ocasión de averiguar l.i
q u e a veces las legislaciones se extralimitan, invadiendo la estela influencia q u e en la formación del nuevo estado de cosas h a n descm
jurídica de la Iglesia. M á s aún, la Iglesia ha recibido de Dios el e n - peñado la indolencia en la acción y las discordias internas d e los
cargo de oponerse a la legislación c u a n d o las leyes positivas son con- católicos. P e r o con toda seguridad n o habrían sido t a n osados los
trarias a la religión, y de procurar con eficacia q u e el espíritu evan- enemigos, ni habrían p r o v o c a d o tantas ruinas, si m u c h o s católicos
gélico informe las leyes y las instituciones d e los pueblos. Y c o m o e hubiesen t e n i d o m á s arraigada y firme en su corazón la fe que obra
destino d e los Estados d e p e n d e principalmente d e la mentalidad por medio de la caridad 32. N i t a m p o c o habría decaído t a n extensa
de los gobernantes, p o r esto la Iglesia n o p u e d e d a r su favor y d e - m e n t e la moral revelada al h o m b r e p o r Dios. ¡Ojalá saquemos pro-
fensa a los gobernantes q u e la hostilizan, q u e desconocen abierta- vecho del pasado para ser m á s cautos en el porvenir!
m e n t e sus derechos y q u e se e m p e ñ a n e n separar dos cosas ínsepa-
' rabies p o r naturaleza, c o m o son la Iglesia y el E s t a d o . P o r el contra- [Dos peligros]
rio, la Iglesia favorece, como es su deber, a todos aquellos q u e , con
criterio acertado acerca de la Iglesia y el Estado, trabajan p a r a q u e [18]. L o s q u e h a n de t o m a r p a r t e en la vida política, d e b e n
ambos, aunados, procuren el bien c o m ú n . — E n estos principios q u e - evitar con s u m o cuidado dos vicios contrarios, el p r i m e r o d e los
da contenida la n o r m a de conducta q u e cada católico d e b e observar cuales u s u r p a el n o m b r e de prudencia, y el s e g u n d o incurre en te-
en la vida política. D o n d e q u i e r a q u e la Iglesia p e r m i t e intervenir m e r i d a d . — A l g u n o s dicen q u e n o conviene resistir abiertamente a la
en la vida pública, se debe favorecer a las personas de conocida presión poderosa de la impiedad, para evitar q u e la lucha exaspere
h o n r a d e z q u e h a n de ser útiles a la religión. N o hay ni p u e d e h a - los ánimos enemigos. N o es cosa clara si los q u e así hablan están
ber causa alguna q u e legitime la preferencia dada a los h o m b r e s a favor d e la Iglesia o en contra de la Iglesia. Afirman q u e son cató-
mal dispuestos contra la Iglesia. licos; quieren, sin e m b a r g o , q u e la Iglesia permita la propagación
[ 1 7 ] . D e aquí se ve la trascendencia q u e tiene la obligación i m p u n e de ciertas teorías q u e le son contrarias. L a m e n t a n la deca-
de m a n t e n e r la concordia de los espíritus, sobre t o d o cuando, como dencia d e la fe y la corrupción de la moral, p e r o n o trabajan para
ahora, el cristianismo sufre una astuta y calculada persecución. T o - ponerles r e m e d i o ; t o d o lo contrario, con u n a excesiva indulgencia
dos los q u e p r o c u r a n con diligencia adherirse a la Iglesia, columna y u n disimulo perjudicial agravan n o pocas veces los males. N o quie-
y fundamento de la verdad 3 °, fácilmente se p r e v e n d r á n contra los ren q u e nadie ponga en entredicho su afecto a la Santa Sede, pero
maestros de la mentira... que les prometen libertad, cuando ellos mis- n u n c a les faltan pretextos p a r a indignarse contra el R o m a n o P o n -
mos son esclavos de la corrupción 3 1 . M á s aún, hechos partícipes d e tífice. El apóstol San Pablo califica la p r u d e n c i a de estos h o m b r e s
como sabiduría de la carne y muerte del alma 33, p o r q u e cae necesa-
religioni disciplina reipublicae, studioseque conari, ut in leges et instituía fortitudine.—Non est huius loci exquirere, num quid, et quantum ad novas
populorum virtus pervadat Evangelii, munus est Ecclesiae assignatum a res contulerit opera segnior atque intestina discordia catholicorum: sed certe
Deo. Quoniamque fortuna reipublicae potissimum ex eorum pendet ingenio erant homines nequam minus habituri audaciae, nec tantas edituri ruinas,
qui populo praesunt, ideirco Ecclesia patrocinium iis hominibus gratiamve si robustior in plurimorum animis viguisset fides, quae per caritatem opera-
praebere non potest, a quibus oppugnari sese intelligat, qui íura ipsius vereri tur, ñeque tam late morum christianorum tradita nobis divinitus disciplina
aperte recusent, qui rem sacram remque civilem natura consociatas divellere
concidisset. Utinam praeteritae res hoc pariant, recordando, commodi, rec-
contendant. Contra fautrix, uti debet, eorum est qui, cum de civili deque
tius sapere in posterurn.
christiana república quod sentiré rectum est, ipsi sentiant, ambas in communi
bono concordes elaborare volunt.—His praeceptis norma continetur, quam Verum ad negotia publica accessuris dúo sunt magnopere vitia fugienda,
in publica actione vitae catholicum quemque necesse est sequi. Nimirum, quorum alterum prudentiae nomen usurpat, alterum in temerítate versa-
ubicumque in negotíis publicis versari per Ecclesiam licet, favendum viris tur.—Quídam enim potenti pollentique improbitati aperte resistere negant
est spectatae probitatis, eisdemque de christiano nomine merituris: ñeque oportere, ne forte hostiles ánimos certamen exasperet. Isti quidem p r o
causa esse ulla potest cur male erga religionem animatos liceat anteponeie. Ecclesia stent, an contra, incertum: quandoquidem profiteri se doctrinam
Ex quo apparet quam sit magnum officium tueri consensum animorum, catholicam affirmant, sed tamen vellent, certas ab eá discrepantes opinio-
praesertim cum per hoc tempus tanta consiliorum calliditate christianum nes impune propagan posse Ecclesia sineret. Ferunt dolenter interitum
oppugnetur nomen. Quotquot diligenter studuerint Ecclesiae adhaerescere,
lidei demutationemque morum: nihil tamen de remedio laborant, vel
quae est columna et firmamentum veritatis, facile cavebunt magistros menda-
etiam nimia indulgentiá aut perniciosa quadam simulatione non raro ma-
ces... libertatem illis promittentes, cum ipsi serví siní corruptionis: quin imo
ipsius Ecclesiae virtutis participes futuri, insidias sapientia vincent, vim lum augent. Iidem de sua in apostolicam Sedem volúntate nemini volunt
esse dubium: sed habent semper aliquid, quod pontifici succenseant. I s -
3» 1 T i m . 3.IS- tiusmodi hominum prudentia ex eo est genere, quod a,Paulo Apostólo
31 2. Pet. 2,19
12
Cal. 1,6.
•U Rom. 8,6-7.
286 LEÓN' N'IÍT
SAi'IE.NIIAE CHUISTIANAli

riamente fuera d e la ley de Dios. E n realidad, n o hay m e d i o más


se irá debilitando y acabará p o r rendirse ante la santidad del d e r e c h >
inepto para d i s m i n u i r los males. E l propósito de los enemigos, como y de la religión. Estos cristianos realizan u n a e m p r e s a digna del v.i
muchos de ellos confiesan p ú b l i c a m e n t e y a u n se glorían de ello, es lor de nuestros mayores c u a n d o se esfuerzan en defender la religión,
destruir a t o d o trance, hasta los cimientos si es posible, la religión sobre t o d o contra la audacia de una secta nacida para vejar al cris-
católica, única religión verdadera. Este es su intento. N o hay auda- tianismo, q u e n o deja u n m o m e n t o d e ensañarse contra el Sumo
cia a la q u e n o se atrevan. Saben m u y bien q u e c u a n t o mayor sea Pontífice, sojuzgado bajo su p o d e r ; p e r o g u a r d a n cuidadosamente,
el m i e d o d e los buenos, t a n t o m á s expedito encontrarán el camino al m i s m o t i e m p o , el sentido de la obediencia y n o e m p r e n d e n cosa
para la realización d e sus perversos designios. P o r consiguiente, los alguna sin o r d e n superior. Y c o m o este deseo de obedecer, u n i d o
que se sienten a gusto con la p r u d e n c i a d e la carne, los q u e fingen a u n á n i m o firme y constante, es necesario a todos los cristianos
ignorar la obligación d e t o d o cristiano d e ser buen soldado de Cristo, p a r a q u e e n cualquier situación pública no sean en nada hallados
los q u e p r e t e n d e n llegar a los premios debidos al vencedor p o r ca- en falta 3 4 , N o s deseamos intensamente q u e en el corazón d e todos
minos fáciles y exentos de peligros, están m u y lejos de cortar el paso arraigue p r o f u n d a m e n t e la q u e San Pablo llama prudencia del es-
a las calamidades actuales. Al contrario, les dejan expedito el píritu 35. Esta p r u d e n c i a regula las acciones h u m a n a s siguiendo la
camino. n o r m a del j u s t o medio, haciendo q u e el h o m b r e n o se desaliente
[19]. E n el otro extremo, m u c h o s , movidos p o r u n engañoso con t í m i d a cobardía ni se confíe v a n a m e n t e con excesiva temeridad.
celo, o, lo q u e sería aún peor, observando u n a conducta hipócrita, se Pero m e d i a u n a diferencia entre la p r u d e n c i a política, q u e mira al
apropian u n papel q u e no les pertenece. Q u i e r e n q u e en la Iglesia bien c o m ú n , y la p r u d e n c i a q u e tiene p o r objeto el b i e n particular
todo se haga según su juicio y capricho, hasta el p u n t o de q u e t o d o de cada u n o 3 6 . — E s t a es propia de los particulares, q u e e n el go-
lo q u e se realiza d e otra m a n e r a lo llevan a mal o lo aceptan con > bierno de sí m i s m o s siguen el d i c t a m e n de la r a z ó n ; aquélla es p r o -
disgusto. E l esfuerzo d e estos h o m b r e s resulta inútil. Pero n o por pia de los superiores, y m á s a ú n de los gobernantes, a quienes toca
esto son m e n o s dignos de reprensión q u e los anteriores. P o r q u e regir con su autoridad. D e m o d o q u e la p r u d e n c i a política de los
proceder así n o es seguir a la legítima autoridad, sino ir delante de particulares tiene c o m o único oficio el fiel c u m p l i m i e n t o d e lo o r d e -
ella. Y equivale a arrogarse los particulares el oficio propio y exclu- n a d o p o r la autoridad legítima. Esta disposición o r d e n a d a es de t a n -
ta mayor importancia en el p u e b l o cristiano, cuanta m a y o r es la es-
sivo d e los superiores, con grave t r a s t o r n o del o r d e n establecido
sane dignum aliquid antiqua virtute suscipere, cum tueri religionem con-
por el m i s m o Dios p e r p e t u a m e n t e e n su Iglesia, o r d e n cuya viola-
nituntur máxime adversus factionem audacissimam, christiano nomini
ción n o p u e d e q u e d a r sin castigo.—Adoptan, en cambio, u n a p o s -
exagitando natam, quae Pontificem máximum in suam redactum potesta-
tura acertada los cristianos q u e n o rehusan el combate c u a n d o es
tem consectari hostiliter non desistit: sed obedientiae studium diligenter
necesario, firmemente convencidos d e q u e la fuerza d e la injusticia
retinent, nihil aggredi iniussu soliti. Iamvero quoniam similis obtempe-
sapientia carnis et mors animi appellatur, quia nec subest legi divinae, nec randi voluntas, robusto animo constantiaeque coniuncta, christianis uni-
potest subesse. Nihil autem minus est ad mala minuenda providum. Inimi- versis est necessaria, ut, quoscumque casus tempus invexerit, in nulo sint
cis enim, quod praedicare et in quo gloriari multi eorum non dubitant, deficientes, magnopere velimus in singulorum animis alte insidere eam,
hoc est omnino propositum, religionem catholicam, quae vera sola est, quam Paulus prudentiam spiritus nominat. Haec enim in moderandis actio-
funditus, si fieri posset, extinguere. Tali autem consilio nihil non audent: nibus humanis sequitur optimam mediocritatis regulam, illud in hominc
sentiunt enim, quo magis fuerit aliorum tremefacta virtus, eo sibi expedi- efficiens, ne aut timide desperet propter ignaviam, aut nimis confidat
tiorem fore inalarum rerum facultatem. Itaque qui adamant prudentiam propter temeritatem.—Est autem quod diffemt Ínter prudentiam politicam, ,
carnis, ac nescire se simulant, christianum quemque deberé bonum militem quae ad bonum commune, et eam quae ad bonum cuiusque privatim perti-
Christi esse: qui debita victoribus praemia consequi mollissimá viá atque net.—Haec enim cernitur in hominibus privatis, qui consilio rectaeque rationi
intacti a certamine volunt, ii tantum abest ut iter malorum intercipiant,
ut potius expediant. obediunt in gubernatione sui: illa vero in praepositis, maximeque in prin-
cipibus, quorum muneris est cum potestate praeesse: ita quidem ut política
Contra non pauci fallad studio permoti, aut, quod magis esse vitio, privatorum prudentia in hoc videatur tota consistere, legitimae potestatis
aliud agentes, aliud simulantes, non suas sibi partes assumunt. Res in iussa .fideliter exequi. Haec dispositio atque hic ordo tanto magis valere
Ecclesia geri suo ipsorum iudicio atque arbitratu vellent usque eo, ut omne
quod secus agitur, moleste ferant, aut repugnanter accipiant. Hi quidem 34
Iac. 1,4.
inani contentione laborant, nihilo minus, quam alteri, reprehendendi. Hoc 35
R o m . 8,6.
36
enim est non sequi potestatem legitimam, sed praevertere, simulque ma- «La prudencia reside en ta razón, de la q u e es función propia tel regir y gobernar.
Por lo tanto, cada uno, en cuanto participa del gobierno y dirección, en tanto U conviene
gistratuum munia ad privatos rapere, magna cum perturbatione ordinis, poseer la prudencia. Es, por otra parte, manifiesto q u e al subdito y siervo, en cuanto tales,
quem Deus in Ecclesia sua perpetuo servandum constituit, nec sinit a no compete regir y gobernar, sino ser regidos y gobernados. Por consiguiente, la prudencia
quoquam impune violari.—lili optime, qui descenderé in certamen, quo- no es virtud del siervo ni del subdito en cuanto tales. M a s , como todo hombre, poiser racio-
nal, participa algo del gobierno según su libre albedrío, en esa medida le conviene la prudencia.
tíescumque est opus, non recusant, hoc rato persuasoque, interituram virn llst pues, evidente q u e la prudencia reside en el gobernante «como mente arquitectónica», y
iniustaní, sanctitatique iuris et religionis aliquando cessuram. Qui videntur en los subditos, «a modo d e arte mecánica*, o como obreros q u e ejecutan u n proyecto* ( S A N T O
TOMÁS, Summa Theologica 2-2 q.47 a,12 c).
288 LEÓN X I I I
SAI'tlíNTI U. C I I H I S I I \ \ U. VJ.H1 •
fera de competencia a q u e s e extiende la p r u d e n c i a política del S u m o
Pontífice, al cual toca n o sólo el gobierno d e la Iglesia, sino t a m - en u n p r i n c i p i o d e soberbia, q u e los haga caer en p e c a d o s mayores.
bién la ordenación d e la actividad d e todos los ciudadanos cristianos D e b e n ser p r e v e n i d o s contra el peligro d e hacer frente c o n audaci.i
para conseguir la salvación eterna q u e esperamos. D e lo cual se a s u s superiores, p o r ver e n éstos algunas faltas. D e tal m a n e r a hai 1
concluye q u e , además d e u n a gran conformidad en los criterios y en d e j u z g a r las acciones reprensibles q u e observen e n los superiores,
la acción, es necesario ajustarse en el m o d o d e proceder a lo q u e e n - que, movidos p o r el a m o r d i v i n o , n o r e h u s e n p o r ello llevar el yugo
seña la p r u d e n c i a política d e la autoridad eclesiástica. A h o r a bien, d e la obediencia d e b i d a . L a s acciones d e los superiores, incluso
el gobierno d e los intereses religiosos d e l cristianismo, d e s p u é s d e l c u a n d o s e l a s estima dignas d e j u s t a censura, n o se d e b e n herir
P a p a y bajo s u dirección, pertenece a los obispos. Estos, si bien n o con la e s p a d a d e la lengua» 3 8 .
se hallan e n la cima m á s alta d e la potestad pontificia, son, sin e m -
bargo, verdaderos príncipes e n la j e r a r q u í a eclesiástica, y cada u n o flV. N E C E S I D A D D E U N R E T O R N O A LA MORAL CRISTIANA ]
tiene a s u cargo el gobierno d e u n a iglesia; son «como arquitectos
principales... del edificio espiritual» 3 7 , y tienen a los d e m á s clé- [ 2 0 ] . Sin e m b a r g o , d e m u y poco provecho serán t o d o s n u e s -
rigos como colaboradores en su misión y ejecutores de sus decisio- tros esfuerzos si n o se e m p r e n d e u n tenor d e vida ajustado a la m o r a l
nes. T o d o s d e b e n ajustar su conducta práctica a esta constitución c r i s t i a n a . - ^ R e c o r d e m o s l o q u e n o s dice la Sagrada Escritura acerca
d e la Iglesia, q u e n i n g ú n p o d e r h u m a n o p u e d e alterar. P o r l o cual, del pueblo j u d í o : Todo les fué bien mientras no pecaron contra su
así c o m o es necesaria la u n i ó n d e los obispos, e n el d e s e m p e ñ o d e Dios, porque éste, que aborrece la injusticia, estaba con ellos. Pero,
su episcopado, c o n la Santa Sede, así es necesario t a m b i é n q u e t a n t o cuando se apartaron del camino que les había señalado, luego fueron
¡os clérigos como los seglares vivan y obren e n completa a r m o n í a destruidos con muchas guerras i9. E l p u e b l o j u d í o era c o m o u n esbozo
con s u s obispos.—Podrá suceder q u e algún prelado se preste a del p u e b l o cristiano. C o n frecuencia las vicisitudes d e s u historia
críticas, ya p o r u n a conducta m e n o s loable, ya p o r su m a n e r a de antigua e r a n c o m o u n a imagen profética del futuro. C o n u n a dife-
pensar poco aprobada. P e r o n i n g ú n particular p u e d e u s u r p a r el rencia: q u e la divina b o n d a d n o s h a colmado y enriquecido a los
oficio d e juez, p u e s Jesucristo N u e s t r o Señor confió este oficio al cristianos c o n beneficios m u c h o mayores, p o r l o cual la ingratitud
único a q u i e n dio el p o d e r sobre los corderos y las ovejas. T e n g a n constituye u n fuerte agravante d e los p e c a d o s del cristiano.
todos m u y presente la sabia m á x i m a d e San G r e g o r i o M a g n o : «Los [21 ] . D i o s n u n c a a b a n d o n a a su Iglesia. N a d a t i e n e q u e t e m e r
subditos d e b e n ser advertidos d e n o juzgar t e m e r a r i a m e n t e la vida la Iglesia d e la malicia h u m a n a . P e r o las naciones q u e d e g e n e r a n
d e s u s superiores si vieren e n la conducta d e éstos algo reprensible, d e la v i r t u d cristiana n o p u e d e n p r o m e t e r s e igual seguridad. El
n o sea q u e la perspicacia c o n q u e r e p r e n d e n el mal se les convierta pecado hace desgraciados a los pueblos 4 0 . — T o d a s las edades pasadas

in christiana república debet, quanto Pontificis política prudentia plura redarguunt, inde per elationis impulsum in profundiora mergantur. Admo-
complectitur: eius enim est non solum regere Ecclesiam, sed generativn nendi sunt, ne cum culpas praepositorum considerant, contra eos audaciores
cívium chistianorum actiones ita ordinare, ut cum spe adipiscendae salutis fiant, sed sic, si qua valde sunt eorum prava, apud semetipsos diiudicent, ut
aeternae apte congruant. Ex quo apparet, praeter summam sententiarum tamen divino timare constricti ferré sub eis iugum reverentiae non recusent...
concordiam et factorum, necesse esse politicam potestatis eeclesiasticae Facta quippe praepositorum oris gladio ferienda non sunt, et'iam cum recte
observare in agendo sapientiam. Iamvero christianae rei administratio pro- reprehendenda iudicantur.
xime et secundum Pontificem romanum ad Episcopos pertinef. qui scili-
cet, quamquam pontificalis fastigium potestatis non attingunt, sunt tamen Verumtamen parum sunt conata profutura, nisi ad virtutum christia-
in ecclesiastica hierarchia veri principes; cumque singulas Ecciesias singuli narum disciplinaria vita instituatur.—Illa est sacrariun Litterarum de Iudaeo-
administrent, sunt quasi principales artífices... in aedificio spiriluali, atque rum genere sententia: Usque dv.m non peccarent in conspectu Dei sui, erant
habent munerum adiutores, ac ministros consiliorum clericos. Ad hanc cum Mis bona: Deus enim illorum odit iniquitatem... Cum recessissent a via,
Ecclesiae constitutionem, quam nenio mortalium imitare potest, actio est quam dederat illis Deus, ut ambularent in ea, exterminati sunt praeliis a multis
accommodanda vitae. Propterea quemadmodum Episcopis necessaria est nationibus. Atqui inchoatam íormam populi christíani gerebat Iudaeorum
cum Apostólica Sede in gerendo episcopatu coniunctio, ita clericos laicos- natio: atque in veteribus eorum casibus saepe imago inerat veritatis fu-
que oportet cum Episcopis suis coniunctissime vivere, agere.—Ipsorum lurae: nisi quod longe maioribus beneficiis auxit nos atque ornavit divina
quidem Antistitum utique potest esse aliquid aut minus laudabile in mori- benignitas, ob eamque rem ingrati animi crimen multo efficit christiano-
bus, aut ín sententíís non probabile: sed nemo privatus arroget sibi perso- rum graviora delicia.
nara iudicis, quam Christus Dominus iüi imposuit uni, quem agnis atque Ecclesia quidem nullo tempore nulloque modo deseritur a Deo: quare
ovibus praefecit. Memoria quisque teneat sapientissimam Gregorii magni nihil est, quod sibi ab hominum scelere metuat: at vero degenerántibus
sententiam: Admonendi sunt subditi, ne praepositorum suorum vitam temeré .1 christiana virtute nationibus non eadem potest esse securitas. Miseros
iudicent, si quid eos fortasse agere reprehensibiliter videra, ne unde mala rede
38
SAN GKEGORIO MAGNO, Líber rexuloe pastomlis IJJ 4: PL 77.55-
" SANTO TOMÁS, Quodlibet. i a. 14. '» l u d . 5,17-18.
•"> P t w . 14,34.

[loefr. poníif. j W
290 LEÓN X I I I K.vi'iKVn.u: ciiKisn \s\ti
42
hua e x p e r i m e n t a d o rigurosamente la verdad de esta sentencia. ¿Por vínculo de la perfección . Sí, la caridad es u n vínculo de perfección
q u é motivo n u e s t r o siglo ha de ser u n a excepción? M u c h a s son las p o r q u e , u n e con Dios estrechamente a los q u e la h a n abrazado
sánales indicadoras de la proximidad del castigo merecido. L a m i s m a hace q u e éstos reciban de Dios la vida del alma y vivan con Dios \
situación real de los Estados m o d e r n o s lo c o m p r u e b a . N o pocos para Dios. C o n el a m o r de D i o s ha de ir u n i d o el amor de los pi < •
listados se ven consumidos p o r divisiones internas. N o hay Estado jimos, ya q u e los h o m b r e s participan d e la b o n d a d infinita de Dio...
q u e goce d e completa y tranquila seguridad. Si las sectas d e la p e r - d e quien son imagen y semejanza. Este mandamiento nos ha dado
versión perseveran en su audacia insidiosa por el camino e m p r e n - Dios: que quien le ama a El, ame también a su hermano4^. Sí alguno
dido, si logran a u m e n t a r su poderosa influencia c o m o a u m e n t a su dijere que ama a Dios y aborreciere a su hermano, miente44. El divino
malicia y sus malvados designios, h a b r á razón para t e m e r q u e acaben Legislador calificó de nuevo 45 este m a n d a m i e n t o de la caridad, no
d e m o l i e n d o t o d o el edificio social desde sus m i s m o s cimientos na- p o r q u e hasta entonces la ley divina y la m i s m a ley natural hubiesen
t u r a l e s . — L o s medios h u m a n o s son insuficientes para alejar u n p e - olvidado el p r e c e p t o del a m o r al prójimo, sino p o r q u e el m o d o de
ligro t a n grave. H o y día vemos a u n a g r a n m u l t i t u d de h o m b r e s q u e amarse q u e habían d e t e n e r los cristianos era n u e v o y hasta entonces
h a n a b a n d o n a d o la fe cristiana y p a g a n el j u s t o castigo d e su so- inaudito. L a caridad c o n q u e Jesucristo es a m a d o p o r su P a d r e , y
berbia. Cegados p o r sus pasiones, b u s c a n i n ú t i l m e n t e la verdad. con la q u e El ama a los h o m b r e s , es la m i s m a q u e El consiguió para
C o n f u n d e n el error con la verdad, y se j u z g a n sabios, c u a n d o llaman sus discípulos y seguidores, a fin de q u e sean e ñ . E l u n solo corazón
bien al mal y mal al bien, y c u a n d o sustituyen la luz por las tinieblas y u n a sola alma, así como El y el P a d r e son u n a sola cosa p o r n a t u -
y las tinieblas por la luz41. Es, pues, necesaria la intervención d e raleza. T o d o s conocen cuan hondas raíces echó la v i r t u d de este
Dios en esta crisis. Es necesario q u e , acordándose de su b e n i g n i d a d , p r e c e p t o en los pechos de los p r i m e r o s cristianos y cuan copiosos
se digne Dios volver los ojos a la h u m a n i d a d . P o r esto N o s repetimos y excelentes frutos d i o d e concordia, m u t u a benevolencia, piedad,
aquí la exhortación q u e os h e m o s dirigido en otras ocasiones. H a y paciencia y fortaleza. ¿Por q u é n o h e m o s de esforzarnos en imitar
q u e p r o c u r a r con t o d o e m p e ñ o y constancia aplacar la divina cle- los ejemplos de n u e s t r o s mayores ? El t i e m p o m i s m o en q u e vivimos
mencia con h u m i l d e s oraciones y hacer q u e florezcan de n u e v o d e b e ser u n fuerte estímulo para movernos a la caridad. F r e n t e al
las virtudes q u e constituyen la esencia de la vida cristiana.—Lo odio c o n t i n u a m e n t e renovado de los impíos contra Jesucristo, es
m á s i m p o r t a n t e es el fomento y conservación de la caridad, funda- necesario q u e los cristianos fomenten la piedad y la caridad, princi-
m e n t o principal d e la vida cristiana, y sin la cual las d e m á s virtudes, p i o fecundo d e las empresas m á s g r a n d e s . Acábense, p u e s , las dife-
o n o existen, o q u e d a n estériles. P o r esto San Pablo, e x h o r t a n d o a rencias, si existen. Q u e cesen las divisiones, q u e agotan las fuerzas
los colosenses a h u i r de t o d o vicio y a ganar méritos con la práctica
de las virtudes, a ñ a d e : pero sobre todo vestios de caridad, que es rentur, illud subiicit, super omnia autem haec caritatem habete, quod est
vinculum perfectionis. Veré vinculum est perfectionis caritas, quia quos
complexa est, cum Deo ipso intime coniungit, perficitque ut vitam animee
enim facit populos peccatum.—Cuius vim veritatemque sententiae si omnis hauriant a Deo, cum Deo agant, ad Deum referant. Debet vero caritas Dei
retro experta est aetas, quid est causae quamobrem nostra non experia- cura caritate proximorum consociari, quia infinitam Dei bonitatem homi-
tur? Imo debitas iam instare poenas, permulta declarant, idemque status nes participant, eiusque gerunt in se expressam imaginem atque fprmam.
ipse confirmat civitatum; quarum plures videlicet intestinis malis attritas, Hoc mandatum habemus a Deo, ut qui diligit Deum, diligat et fratrem suum.
nullam ab omni parte tutam videmus. Quod si improborum factiones insti- Si quis dixerit quoniam, diligo Deum, et fratrem suum oderit, mendax est.
tutum iter audacter perrexerint: si evenerit iis ut, quemadmodum grassan- Atque hoc de caritate mandatum divinus eius lator novum nominavit, non
tur malis artibus et peiore proposito, sic opibus potentiáque invalescant, quod diligere nomines Ínter se non aliqua iam lex, aut ipsa natura iussisset,
metuendum sane ne totas civitates a fundamentis, quae posuit natura, sed quia christianum hoc diligendi plañe novum erat atque in omni memoria
convellant.—Ñeque vero prohiben tantae formidinis sola hominum ope inauditum genus. Qua enim caritate IESUS CHRISTUS et diligitur a Patre
possunt, praesertim quia multitudo ingens, fide christiana reiecta, iustas suo et homines ipse diligit, eamdem impetravit alumnis ac sectatoribus
superbiae poenas in hoc luit, quod veritatem obcaecata cupiditatibus frustra suis, ut cor unum et anima una esse in ipso possent, sicut ipse et Pater
conquirit, falsa pro veris amplexatur, sibique videtur sapere cvim vocat unum natura sunt. Huius vis praecepti nemo ignorat quam alte in christia-
malura bonum, et bonum malum, ponens tenebras lucem, et lucem tenebras. norum.pectus a principio descenderit, et quales quantosque concordiae,
Igitur Deus intersit, ac benignitatis suae memor civilem hominum ^ocieta- benevolentiae mutuae, pietatis, patientiae, fortitudinis fructus attulerit.
tem respiciat necesse est. Quamobrem, quod vehementer alias hortati Quidni opera detur exemplis maiorum imitandis? Témpora ipsa non exi-
sumus, singulari studio constantiaque enitendum, ut clementia divina guos admovent ad caritatem stimulos. Renovantibus impiis adversus IESUM
obsecratione humili exoretur, virtutesque, quibus efficitur vita christiana, CHRISTUM odia, instauranda christianis pietas est, magnarumque rerum
revocentur.—Imprimís autem excitanda ac tuenda caritas est, quae praeci- effectrix renovanda caritas. Quiescant igitur, si qua sunt, dissidia: sileant
puum vitae christianae firmamentum continet, et sine qua aut nullae omnino
sunt, aut fructu vacuae virtutes. Idcirco beatus Paulus Colossenses adhor- 4
- Col. 3,14.
tatus, ut vitium omne defugerent, variamque virtutum lauden) consecta- 4
-< 1 l o . 4 , 2 1 .
44
I lo. 4,20.

41 lo. 13,34-
fe. $,W-
292 LEÓN XIII SAMENTIAE CHKISTIANAE 29.'t

d e los c o m b a t i e n t e s sin p r o v e c h o alguno p a r a la religión. U n i d a s las q u e las circunstancias lo exijan. P e r o téngase presente p o r encima
inteligencias p o r la fe y las voluntades con la caridad, vivamos, como d e t o d o q u e es extraordinaria la influencia de la educación doméstica
es n u e s t r o deber, en el amor de Dios y d e los prójimos. en las almas infantiles. Si la j u v e n t u d halla en el hogar los criterios
de u n a vida virtuosa y u n c o m o e n t r e n a m i e n t o p a r a las virtudes
. [V. EXHORTACIÓN]
cristianas, q u e d a r á e n g r a n p a r t e garantizada la salvación d e los
mismos Estados.
[22]. N o q u e r e m o s aquí dejar de exhortar especialmente a los [23]. H e m o s expuesto la conducta general q u e d e b e n hoy día
padres de familia para q u e traten n o sólo de gobernar sus casas, observar los católicos y los peligros q u e d e b e n evitar.—Sólo queda,
sino t a m b i é n de educar a t i e m p o a sus hijos según estos principios. y a vosotros, venerables h e r m a n o s , i n c u m b e esta obligación, q u e
L a familia es el f u n d a m e n t o de la sociedad civil, y es en el hogar procuréis la difusión d e nuestra palabra p o r todas partes y q u e h a -
doméstico d o n d e se prepara en gran parte el porvenir de los Estados. gáis c o m p r e n d e r a' t o d o s la g r a n importancia q u e tiene el p o n e r en
P o r esto, los q u e desean divorciar la sociedad del cristianismo, p o - práctica las enseñanzas contenidas en esta encíclica. El c u m p l i -
n i e n d o la segur en la raíz, se esfuerzan por corromper la sociedad m i e n t o de estos deberes n o p u e d e ser molesto y pesado, p o r q u e el
doméstica. N o les detiene en su malvado intento el p e n s a m i e n t o de yugo de Jesucristo es suave, y su carga es ligera.—Si a veces alguna
que, al obrar así, cometen u n a grave injusticia, contra los p a d r e s . d e estas enseñanzas pareciera difícil de cumplir, p r o c u r a d con vues-
Son éstos los q u e tienen p o r naturaleza el derecho d e educar a sus t r o ejemplo y a u t o r i d a d despertar alientos generosos en t o d o s para
hijos, con el deber simultáneo de adaptar la educación y enseñanza q u e n o se dejen vencer p o r las dificultades. N o s h e m o s d a d o m u c h a s
de la niñez al fin para el cual Dios se los ha confiado. P o r tanto, es veces este aviso al p u e b l o cristiano. Recordádselo. E s t á n en grave
u n deber de los padres luchar y esforzarse por rechazar con energía peligro los bienes m á s apreciables y m á s trascendentales. Para con-
todas las violencias q u e se les quiera hacer en este particular y p o r servar estos bienes hay q u e soportar t o d a clase de t r a b a j o s 4 6 . Estos
m a n t e n e r a toda costa sus derechos en la educación d e los hijos. D e - trabajos tienen d e r e c h o a la recompensa más g r a n d e q u e p u e d e espe-
ben, p o r otra parte, infundir en sus hijos los principios de la moral r a r la vida digna de u n cristiano. N o q u e r e r combatir en defensa
cristiana y apartarlos lo m á s lejos posible d e las escuelas en q u e d e Cristo es militar en las filas enemigas. El m i s m o lo ha d i c h o :
corren peligro de beber el veneno de la impiedad. C u a n d o se trata n o reconocerá c o m o suyos delante d e su P a d r e en los cielos a cuantos
de la sana educación de la j u v e n t u d , n u n c a se p u e d e p o n e r u n límite r e h u s a r o n confesarle delante d e los h o m b r e s e n este m u n d o . — P o r
al trabajo y a las preocupaciones q u e se t o m a n , p o r m u y grandes lo q u e toca a N o s y a todos vosotros, n u n c a consentiremos, mientras
que sean. E n este p u n t o son dignos de admiración, por parte de nos q u e d e u n soplo d e vida, q u e falte a los combatientes nuestra
todos, m u c h o s católicos de varios países, q u e con grandes gastos y
mayor constancia h a n abierto escuelas para la educación de la niñez.
Conviene q u e este ejemplo t a n saludable sea imitado d o n d e q u i e r a Aemulari salutare exemplum, ubicumque postulare videantur témpora,
decet; sed positum sit imprimis, omnino in puerorum animis plurimum
certationes illae quidem, quae vires dimicantium dissipant, nec ullo modo institutionem domesticam posse. Si adolescens aetas disciplinam vitae pro-
religioni prosunt: colligatisque fide mentibus, caritate voluntatibus, in bam, virtutumque christianarum tamquam palaestram domi repererit,
Dei atque hominum amore, ut aequum est, vita degatur. magnum praesidium habitura salus est civitatum.
Locus admonet hortari nominatim patresfamilias, ut his praeceptis Attigisse iam videmur, quas máxime res hoc tempore sequi, quas fu-
ct domos gubernare studeant, et liberos mature instituere. Initia reipubli- gere catholici homines debeant.—Reliquum est, idque vestrarum est par-
cae familia complectitur, magnamque partem alitur intra domésticos pa- tium, Venerabiles Fratres, curare ut vox Nostra quacumque pervadat,
ñetes fortuna civitatum. Idcirco qui has divellere ab institutis christianis omnesque intelligant quanti referat ea, quae his litteris persecuti sumas,
volunt, consilia a stirpe exorsi, corrumpere societatem domesticam matu- reipsa efficere. Horum officiorum non potest molesta et gravis esse custodia,
rant. A quo eos scelere nec cogitado deterret, id quidem nequáquam fieri quia iugum IESU CHRISTI suave est, et onus eius leve.—Si quid tamen dif-
sine summa parentum iniuria posse: natura enim parentes habent ius suum ficilius factu videatur, dabitis auctoritate exemploque operam, ut acrius
instituendi, quos procrearint, hoc adiuncto officio, ut cum fine, cuius gratiá quisque intendat invictumque praestet a difficultatibus animum. Osten-
sobolem Dei beneficio susceperunt, ipsa educado conveniat et doctrina dite, quod saepius ipsi monuimus, in periculo esse praestantissima, ac
puerilis. Igitur parentibus est necessarium eniti et contendere, ut omnem summe expetenda bona: pro quorum conservatione omnes esse patibiles
in hoc genere propulsent iniuriam, omninoque pervincant ut sua in po- labores putandos; ipsisque laboribus tantam remunerationem fore, quan-
testate sit educere liberos, uti par est, more christiano, maximeque prohi- tam christiane acta vita maximam parit. Alioqui propugnare pro Christo
bere scholis iis, a quibus periculum est ne malum venenum imbibant im- nolle, oppugnare est; ipse autem testatur, negaturum se coram Patre suo
pietatis. Cum de fingenda probé adolescentia agitur, nulla opera potest nec in caelis, quotquot ipsum coram hominibus profiteri in terris recusarint.—
labor suscipi tantus, quin etiam sint suscipienda maiora. In quo sane digm Ad nos quod attinet, vosque universos, numquam profecto, dum vita
omnium admiratione sunt catholici ex variis gentibus complures, qui suas suppetat, commissuri sumus, ut auctoritas, consilium, opera Nostra quoquo
erudiendis pueris scholas magno sumptu, maiore constantiá paravere. 4
« Cf. U . 9,26.
294 I.KÓX xm

autoridad, consejo y ayuda. No hay duda que así Dios dará, tanto AU MMEU DES SOLLICITUDES
al rebaño como a sus pastores, auxilios especiales hasta conseguir
una victoria completa.
[24]. Animados con esta confianza, como promesa de los do- Las formas de gobierno
nes celestiales y prenda de nuestra benevolencia, Nos, desde el
fondo de nuestro corazón, os damos en el Señor a vosotros, vene-
rables hermanos, y a todo vuestro clero y pueblo, la bendición apos-
tólica.
Dado en Roma, junto a San Pedro, el 10 de enero de 1890,
año duodécimo de nuestro pontificado.
modo in certamine desideretur. Ñeque est dubium, cum gregi, tum pasto- La encíclica Au milieu des sollicitudes tiene un doble significado,
ribus singularem Dei opem, quoad debellatum erit, adfuturam. histórico y doctrinal. Como historia, representa la fase culminante de
la política católica francesa del ralliement. Como doctrina, desarrolla
Qua erecti fiducia, caelestium munerum auspicem, benevolentiaeque
Nostrae tamquam pignus Vobis, Venerabües Fratres, et clero populoque el tema de las formas de gobierno a la luz del bien común.
universo, quibus singuli praeestis, Apostolicam benedictionem peramanter Desde el punto de vista histórico, la encíclica Au milieu es una pro-
in Domino impertimus. longación de la carta Nobilissima Gallorum gens. El catolicismo fran-
Datum Romae apud S. Petrum die 10 Ianuarii 1890, Pontificatus Nostri cés seguía dividido. La legitimidad del' régimen republicano; la legis-
anno. duodécimo. lación, hostil a la religión, de este régimen; la cuestión del Concordato
y la separación entre la Iglesia y el Estado eran los motivos de una hon-
da división interna. Una serie de hechos fueron preparando la apari-
ción de la encíclica: el brindis del cardenal Lavigerie en Argel el 12 de
noviembre de 1890, con su extraordinaria repercusión en Francia; la
audiencia concedida por León XIII a Jacques Piou, diputado católico
del ralliement, el día 10 de enero de i8gi; la carta del cardenal Ram-
polla al obispo de Saint-Flour; el nombramiento de Mons. Ferrata como
nuncio en París, y, por último, la conveniencia y probabilidad de una
alianza francorrusa frente a la Triple Alianza 1.
La finalidad doctrinal del documento está concretada en la deter-
minación de los principios reguladores de la legitimidad de los gobiernos
de hecho y, en general, de las formas de gobierno. León XIII separa
claramente dos planos en la cuestión. En el terreno especulativo es po-
sible determinar la superioridad absoluta de una forma de gobierno,
la legitimidad de todas las formas de gobierno justas y la superioridad
relativa de una forma determinada de gobierno 2. Porque la esencia de
1
La idea central de las directrices dadas por León XIII acerca de la política francesa
del ralliement está certeramente expresada por Mons. Ferrata en sus Memorias: «El Papado,
de ta misma manera que en la época de las monarquías absolutas impidió que la religión se
convirtiera en una cosa del Estado, así también hoy día, bajo los regímenes democráticos,
debe impedir que la religión quede convertida en una cosa de partido; y cuando los políticos,
aun los más ardorosamente fieles en el fondo de su corazón, establecen una solidaridad tan
íntima entre sus opiniones y su fe, que la religión de aquéllos corre el riesgo de parecer, a
tos ojos del pueblo, como un medio de su política, es necesario que la Santa Sede y su repre-
sentante, declinando toda responsabilidad, alcen por encima de las contingencias humanas
ese cristianismo del que son legítimos guardianes» (FERRATA, Métnoires, apud G. CASTELLA,
Histoire des Papes t.3 p.230-240).
2
En la carta Perlectae a Nobis, de 22 de octubre de 1880, dirigida al cardenal Guibert,
arzobispo de París, León XIII había definido ya la posición de la Iglesia ante las diversas for-
mas de gobierno: «La Iglesia católica no rechaza ni condena forma alguna de gobierno. La
prosperidad de las instituciones establecidas por la Iglesia para el bien común es posible en
cualquier régimen político justo, sea monárquico o republicano. Y la Sede Apostólica, que en
el curso de la cambiante evolución política tiene que negociar necesariamente con los gobiernos
de los Estados, sólo tiene una finalidad exclusiva: salvar los intereses del cristianismo. La Santa
Sede no quiere ni puede querer menoscabar los derechos del poder político, sea cual sea la
forma de éste. Es indudable que en toda materia justa hay que obedecer a los gobernantes.
1:1 motivo de esta obediencia es el orden, que constituye el pilar fundamental de la seguridad

296 LEÓN xm 297
AU M1UBU DBS S O U 1 C I T U D B *
la cuestión no reside en la estructura interna de las formas políticas,
sino en la orientación teleológica de estas formas políticas al bien común. BIBLIOGRAFÍA
En el terreno práctico, en cambio, cada pueblo tiene un régimen político
F. MOURRET, Les directions politiques, intellectuelles et sociales de Léon XIII
concreto, producto de la concurrencia simultánea de múltiples factores p.35-106 (París 1920).—H. ROMMEN, The State in Catholic thought p.2.»
circunstanciales. Dos consecuencias: el católico es libre en sus aprecia- c.21 p.477 ss (St. Louis-London 1950).—I. GONZÁLEZ, S. I., Ethica, apud Philo-
ciones dentro del plano especulativo. Pero en la práctica debe acatar sophiae Scholastieae Summa t.3 p.829 (BAC, Madrid 1952).—J. SCHMIDLIN,
Papstgesehiehte der neuesten Zeit t.2 p.430ss (Munich 1935).—G. CASTEIXA,
el régimen establecido. Histoire des Papes t.3 p.237-242 (Zurich 1945).—MONS. A. HERRERA ORIA,
Pero ¿y el problema de los gobiernos de hecho? ¿Cómo justificar los La palabra de Cristo t.8 p.778 ss (BAC, Madrid 1953).
regímenes políticos nuevos que por la violencia suceden a los antiguos?
La justificación opera a través de un doble hecho conjugado: la anarquía
SUMARIO
subsiguiente al derrocamiento del régimen antiguo y la necesidad social
positiva de recuperar el orden político perdido. Es el bien común, por I. Afecto del Papa por Francia y por el noble pueblo francés. Una ex-
tanto, el que justifica la obediencia a los nuevos gobiernos de hecho. tensa conjuración pretende aniquilar el cristianismo en Francia.
Hasta aquí la respuesta al problema francés de la legitimidad de Sin embargo, son muchos los hombres ilustres de Francia que vie-
la forma republicana de gobierno. Pero quedaba por solventar la obje- nen al Papa para pedir luz y consejo. Dos deberes primordiales: la
ción nacida de la legislación anticatólica de la III República francesa. defensa de la fe y la defensa de la patria. Esta encíclica es un llama-
miento a la unidad política y a la paz de la patria.
Para ello León XIII establece una luminosa distinción entre régimen
II. La religión es el único aglutinante firme de la vida social. Porque el
politico y legislación. La calidad de una legislación depende más de la fin último de la sociedad civil es el perfeccionamiento moral de los
postura ideológica y moral del legislador .que de la forma de gobierno. ciudadanos. Pero la moralidad implica, en primer lugar, la existencia
Cuando la obra legislativa es contraria a los derechos de Dios o de la de Dios y, en segundo lugar, la existencia de la religión. Sin verdad
Iglesia, existe la obligación positiva de combatir esas leyes. La tesis y sin bondad no hay moral. La suprema verdad y la suprema bondad
fundamental de la encíclica consta, por consiguiente, de dos proposicio- es Dios. Dios es, por tanto, la fuente última de la moralidad. Y es
nes: es ilícita la rebelión contra el poder constituido3; es lícito, más la religión el baluarte de la moralidad. Consecuencia: es necesaria
la unidad de todos para defender la religión de los ataques del ateísmo.
aún, es obligatorio combatir legalmente contra una legislación injusta.
Y como la única religión verdadera es la religión cristiana, es la
El tema de la separación entre la Iglesia y el Estado está tratado fe cristiana la única que puede cohesionar eficazmente la vida indi-
por León XIII dentro de una línea que prolongará fielmente San Pió X vidual y la vida social. La misma historia de Francia prueba esta
en su encíclica V e h e m e n t e r N o s . Remitimos a este lugar el tratamiento afirmación. Por eso, renegar de la fe cristiana equivale a renegar
del problema. de la propia patria. La preocupación de los católicos franceses debe
El estudio de la encíclica A u milieu debe completarse con la lectura ser, por tanto, la defensa de la fe; pero esta defensa exige acción
decidida y unidad política.
de la encíclica N o t r e consolation, de 3 de mayo de 1892, dirigida al
episcopado francés (ASS 24 [1892-1892] 641-647), que constituye III. Una acusación calumniosa afirma que el fin último de la Santa Sede
un comentario auténtico de la A u milieu. Véanse también la carta es el dominio político del Estado. Calumnia muy antigua, repetida
de León XIII al obispo de Orleáns de 31 de octubre de 1892 (ASS 25 sin cesar en la historia, que ha servido siempre de pretexto para las
[1892-1893] 267-269) y la carta de 3 de agosto de 1893 a ¡ cardenal persecuciones de la Iglesia. La lucha es en esencia la misma. Los
recursos del enemigo son siempre los mismos. Los medios de de-
Lecot, arzobispo de Burdeos (ASS 26 [1893-1894] 76-78). Para co- fensa han de ser también los de siempre. Para vencer en esta lucha
nocer la situación de las Ordenes y Congregaciones religiosas en Fran- es necesaria la unidad, que sacrifique en aras de la fe toda división
cia en los últimos años del siglo XIX, es útil la consulta de la carta política.
al arzobispo de París de 23 de diciembre de 1900 (ASS 33 [1900-1901 ] IV. Las actuales divergencias políticas de los católicos franceses sobre
355~356) y la carta a los superiores generales de los Institutos religio- las formas de gobierno. Principios de solución y conclusiones prácti-
sos (ASS 33 [1900-1901] 716-722). cas. Un hecho histórico: la sucesión de regímenes políticos en la
Francia del siglo XIX.
En el terreno especulativo se puede determinar la forma mejor de
pública. Pero de esto n o se sigue ni la aprobación ni la obediencia a toda disposición injusta
constitucional o administrativa. Haec [sunt]—concluye L e ó n X I I I con lapidaria concisión gobierno, la bondad de todas las formas que tiendan eficazmente al
iuris publici praecepta catholicorum hominum communia* (Leonh X1H. P , M . Epist. Encyclicae bien común y la superioridad relativa de un régimen político para
et constitutiones t.l p.295-296, Milán 1887). un pueblo determinado. En este plano, el católico disfruta de plena
3
Son de gran importancia en esta materia d e la ilicitud d e la rebelión frente al poder
constituido dos cartas d e León X I I I : la primera, d e 1 de agosto d e 1882, Benevolentiae caritas
libertad en sus preferencias.
dirigida al episcopado irlandés, en la q u e se expone el principio de que las peticiones justas Pero en el terreno práctico, si bien los principios perseveran inmuta-
se han de conseguir justamente (ASS 15 [1882-1883] 97-99). L a segunda, la carta Novurn bles, cada pueblo tiene su forma de gobierno propia, producto
argumentum, de 1 d e enero de 1883, enviada al arzobispo d e Dublín, en la que se recuerda
al clero q u e su misión es apaciguar los ánimos e n la agitada situación presente (ASS 15 [1882' de una tradición nacional y de unas circunstancias contingentes.
1883] 289-291). Todos los ciudadanos tienen la obligación de obedecer los regíme-
298 LKON" X I I I AU MII.IEU DES S O U . H T r i U J l i S ^!l!l

nes constituidos. La rebeldía contra el poder constituido ha sido [i ] . ' E n medio 1 de las gravísimas preocupaciones de la Igle-
condenada siempre por la Iglesia. sia universal h e m o s q u e r i d o m u c h a s veces, d u r a n t e el t r a n s c u r s o
Sin embargo, es necesaria una advertencia: las formas de gobierno de n u e s t r o pontificado, testimoniar el afecto q u e profesamos a F r a n -
no son definitivas, porque están expuestas necesariamente a los cia y al noble p u e b l o francés. E n u n a d e nuestras encíclicas 2 , p r e -
cambios causados por el tiempo. Sólo la Iglesia es inmutable en su sente todavía en el r e c u e r d o de todos, h e m o s manifestado d e u n a
constitución esencial. Los cambios políticos pueden ser parciales m a n e r a solemne los sentimientos m á s íntimos de n u e s t r o corazón
o totales. Algunas veces son el resultado de crisis violentas que,
sobre este particular. E s este afecto el q u e nos ha m a n t e n i d o cons-
destruyendo el régimen político anterior, abren paso a la anarquía.
El orden social queda subvertido, y aparece entonces la necesidad t a n t e m e n t e atentos p a r a seguir con la m i r a d a y m e d i t a r en n u e s t r o
social ineludible de buscar una nueva forma de gobierno justa y interior el conjunto d e los sucesos, t a n t o tristes c o m o consoladores,
estable. La novedad se reduce en estos casos a la forma nueva, pero q u e desde hace m u c h o s años se están desarrollando e n t r e vosotros.
no afecta a la esencia del poder político, definida siempre por el bien
común. El poder proviene siempre de Dios. Por consiguiente, la [I. LA CONJURACIÓN CONTRA LA I G L E S I A E N FRANCIA]
aceptación de los gobiernos de hecho no sólo es lícita, sino además
obligatoria, por estar exigida por el bien común. Esta es la norma [ 2 ] . P o r q u e , si examinamos a fondo el alcance de la extensa
» de conducta práctica que deben observar los católicos franceses, conjuración q u e ciertos h o m b r e s p r e p a r a n actualmente para aniqui-
sin permitir divisiones, con respecto al régimen republicano. lar el cristianismo en Francia y la fiera animosidad con q u e procu-
V. Una dificultad: «La República francesa es tan anticristiana, que no
r a n la realización total d e sus propósitos, pisoteando hasta las más
puede ser aceptada en conciencia». La respuesta exige una distin-
ción fundamental entre régimen constituido y legislación. La diferen- elementales nociones de libertad y justicia, sin consideración al-
cia entre ambos es evidente. La legislación depende más de los hom- g u n a a la opinión pública profesada por la mayoría de la nación y
bres que gobiernan que del régimen político establecido. Porque sin respeto alguno a los inalienables derechos de la Iglesia, ¿cómo
la calidad de una ley depende de la calidad moral de los legisladores. n o h e m o s N o s d e sentir el m á s vivo dolor? Y c u a n d o vemos suce-
En Francia, la legislación es hostil a la religión. Y el mal se ha derse u n a s tras otras las funestas consecuencias d e estos inicuos
ido agravando. He aquí el terreno en que deben unirse los católicos atentados, q u e constituyen ya u n a seria amenaza para la moral, la
franceses. Hay que respetar el régimen constituido. Pero hay que com- religión y la m i s m a política b i e n entendida, ¿cómo expresar las
batir la legislación injusta. Una legislación injusta no puede ser acep- a m a r g u r a s q u e ños a b r u m a n y los temores q u e nos asedian?
tada en conciencia. El ateísmo desconoce los principios del derecho
natural y revelado. Pero el ateísmo no podrá desarraigar jamás del [ 3 ] . Por otra parte, N o s nos sentimos m u y consolados al ver
corazón del hombre los derechos de Dios. a este m i s m o p u e b l o francés extremar su a m o r y su celo p o r la Santa
VI. Dos puntos concretos sobre los cuales se ha producido división entre Sede a m e d i d a q u e se ve m á s a b a n d o n a d o , o, p o r mejor decir, más
los católicos franceses. c o m b a t i d o en el m u n d o . M u c h a s veces, movidos p o r u n arraigado
El primero, relativo al Concordato. La Iglesia ha cumplido sus sentimiento de religiosidad y verdadero patriotismo, h a n venido
deberes. ¿Ha cumplido los suyos el Estado francés? Ni los mismos hasta N o s h o m b r e s ilustres, representantes d e todas las clases so-
adversarios están de acuerdo. Pero, en todo este asunto, la compe-
ciales d e Francia, felices por a t e n d e r a las continuas necesidades
tencia es exclusiva de la Santa Sede, no de los católicos.
El segundo se refiere a la separación entre la Iglesia y el Estado. de la Iglesia y deseosos d e p e d i r n o s luz y consejo para estar seguros
Esta teoría es absurda en sí misma y perniciosa en sus resultados; d e q u e , a pesar de las tribulaciones públicas actuales, n o se apartan
tolerable de hecho en algunos países, por ciertas circunstancias; pero u n ápice d e las enseñanzas del Pastor de todos los fieles. Y, ya por
completamente injusta en el caso de Francia. El fin último de los escrito, ya de palabra, N o s , por nuestra parte, h e m o s d i c h o clara-
defensores de la separación es la negación total de la Iglesia y la per- m e n t e a n u e s t r o s hijos lo q u e tenían d e r e c h o de pedir a su padre.
secución de ésta al arbitrio del Estado. El católico no puede admi- N o s n o los h e m o s i n d u c i d o al desaliento. P o r el contrario, les hemos
tir ni promover la separación entre la Iglesia y el Estado. exhortado con energía para q u e a u m e n t e n el a r d o r y los esfuerzos
VIL El Papa espera la unión de los católicos franceses y la pacificación q u e e m p l e a n en defensa d e la fe católica y, al m i s m o t i e m p o , de su
de Francia.
patria, deberes a m b o s d e p r i m e r o r d e n y a los cuales nadie en esta
vida p u e d e substraerse 3 .
[ 4 ] . H o y t a m b i é n estimamos o p o r t u n o , m á s aún, necesario,
levantar de n u e v o nuestra voz p a r a exhortar n o sólo a los católicos,
1
L E Ó N XIII, carta encíclica a los arzobispos, obispos, clero y a t o d o s los católicos d e
Francia: ASS 24 (1891-1892) 519-529; A L 12,19-41. T e x t o original en francés.
2
Encíclica Nobilissima Gallorum gens, d e S de febrero d e 1884: ASS 16 (1883-1884)
241-248.
3
Véase la encíclica Sapientiae chrhtianae, de 10 de enero de 1890: ASS 22 (1888-1890)
.185-404.
300 LEÓN XIII \u Mii.iiir w;s SOI.I.HniDiis ;>oi

sino a todos los franceses honrados y sensatos, a desarraigar y arro- debemos a Dios en razón de justicia, se desprende de esle 1 techo
jar lejos de sí todo germen de división política, de forma que pue- una grave consecuencia: todos los ciudadanos están obligados .1
dan dedicar todas sus fuerzas a la pacificación de su patria. Todos unirse para mantener' vivo en la nación el verdadero sentimiento
conocen el precio de esta paz. Todos la desean, la exigen cada día religioso y para defenderlo vigorosamente cuando sea necesario.
con mayor ardor. Nos, que la apetecemos más que nadie, puesto Tal sucede, por ejemplo, cuando una escuela atea, desoyendo las
que representamos en la tierra al Dios de la paz 4 , invitamos a todos protestas de la naturaleza y de la historia, se esfuerza por arrojar
los corazones generosos a que nos secunden para hacerla duradera a Dios de la sociedad, esperando destruir así rápidamente el sentido
y fecunda. moral-en el fondo mismo de la conciencia humana. En este punto
no puede existir diversidad de criterio entre hombres que no han
[II. LA RELIGIÓN Y EL ESTADO] perdido la noción de la rectitud.
[5 ]. En primer lugar, tomemos como base fundamental de
nuestra exposición una verdad notoria, reconocida por todos los [Cristianismo y Estado]
hombres de buen sentido y altamente proclamada por la historia
de todos los pueblos: la religión, y sola la feligión, puede crear el [7]. Entre los católicos franceses, el sentimiento religioso debe
vínculo social. Ella sola basta para mantener sobre fundamentos ser, sin duda alguna, más profundo y universal, porque tienen la
sólidos la paz perfecta de un pueblo. Cuando, sin renunciar a los dicha de profesar la verdadera religión. Si las creencias religiosas
deberes y derechos de la sociedad doméstica, varias familias se han sido siempre y en todas partes como las bases de la moralidad
unen, guiadas por la naturaleza, para constituirse en miembros de de las acciones humanas y de la constitución de toda sociedad bien
otra familia más extensa, llamada sociedad civil, su fin no es sola- ordenada, es evidente que la religión católica, por el hecho de ser la
mente hallar en ésta medios para mejor proveer a su bienestar ma- verdadera Iglesia de Jesucristo, posee una eficacia superior a la de
terial, sino principalmente procurar por medio de ella el beneficio otra cualquiera religión para ordenar con acierto la vida social y
supremo, que es el perfeccionamiento moral de los ciudadanos. De la vida individual de acuerdo con las normas de la recta razón. ¿Se
lo contrario, la sociedad humana aventajaría muy poco a una reunión quiere un ejemplo visible de esta eficacia? La misma Francia nos
de seres irracionales, cuya existencia total se reduce a la satisfacción lo proporciona.—A medida que Francia progresó en la fe cristiana,
de los apetitos sensitivos. Pero hay más todavía: sin el afán de obte- fué subiendo gradualmente a aquella cumbre de gloria a que llegó
ner este perfeccionamiento moral sería muy difícilmente demostrable como potencia militar y política. La caridad cristiana añadió a la
que la sociedad civil, en vez de constituir para el hombre, considerado nativa magnanimidad de Francia una nueva fuente de energías; y
como tal, una ventaja, no constituiría para él un grave daño. su admirable actividad encontró estímulo, luz rectora y garantía de
constancia en la fe cristiana, la cual, por mano de la nación francesa,
escribió páginas gloriosas en la historia del género humano. Su fe
[Moral y Estado] actual, ¿no continúa añadiendo hoy día nuevas glorias a las glorias
[6]. Ahora bien, la moralidad, por el hecho mismo de tener pasadas? Inagotable en ingenio y en recursos, la vemos multiplicar
que armonizar en el hombre tantos derechos y tantos deberes des- a diario en el suelo patrio las obras de caridad. Con admiración
iguales, puesto que la moralidad es un elemento que entra co- universal, la vemos partir a remotas tierras paganas, donde, merced a
mo componente en todos los actos humanos, implica necesaria- los trabajos de sus misioneros cristianos y aun a precio de su sangre,
mente la existencia de Dios, y con la existencia de Dios la de difunde a la vez por todas partes el nombre ilustre de Francia y los
la religión, lazo sagrado cuyo privilegio es unir, con anterioridad a beneficios de la religión católica. Ningún francés, sean las que sean
todo otro vínculo moral, al hombre con Dios. Porque la idea de sus opiniones, osará renegar de tales glorias. Renegar de estas glo-
moralidad implica primordialmente un orden de dependencia con rias equivaldría a renegar de su patria.
relación a la verdad, que es la luz del alma, y con relación a la bondad, [8 ]. Ahora bien, la historia de un pueblo demuestra de modo
que es el fin de la voluntad. Sin la verdad, sin el bien, no hay moral irrefutable cuál es el elemento creador, conservador y perfecciona-
digna de este nombre. ¿Cuál es, por tanto, la verdad principal y dor de su grandeza política. Y si alguna vez llega a faltarle ese ele-
esencial, origen de toda otra verdad? Dios. ¿Y cuál es la bondad mento, ni la abundancia del oro ni la fuerza de las armas bastan para
suprema, origen de todo bien? Dios. ¿Y quién es, finalmente, el salvarlo de la decadencia moral e incluso de la muerte. ¿Quién n o
creador y conservador de nuestra razón, de nuestra voluntad y de comprende hoy día que la principal preocupación de todos los fran-
todo nuestro ser? Dios y solamente Dios. Por consiguiente, siendo ceses católicos ha de consistir en asegurar la conservación de la
la religión la expresión interior y exterior de esta dependencia que religión católica con tanto mayor empeño cuanto más implacable
* 1 Cor. 14-33- y cerrada'es en Francia la hostilidad de las sectas contra aquélla?
302 LEÓN XIII Aü MILIliu 1>KS SOU.ICITUDKS 30íi

En esta lucha no puede tolerarse lícitamente ni la acción indolente a aquellos -escritos y a esta conducta. El solo nombre de cristiano
ni la división de partidos. La primera demostraría una cobardía era para los paganos una declaración de guerra. Y los cristianos,
indigna de cristianos. La segunda causaría una debilidad desas- por el solo hecho de serlo, se veían sometidos forzosamente a esta
trosa. alternativa: o la apostasía o el martirio.
[12]. Quejas idénticas y persecuciones iguales se renovaron
[Una acusación calumniosa] con intensidad variable en los siglos posteriores siempre que hubo
gobernantes excesivamente celosos de su poder e intencionalmente
[9]. Antes de pasar adelante es conveniente recordar aquí una mal dispuestos contra la Iglesia. Han sido siempre maestros en
calumnia astutamente propalada entre el pueblo para desacreditar la fe el arte de denunciar públicamente, como pretexto de persecución,
con odiosas acusaciones contra los católicos y aun contra la misma San- unas supuestas invasiones de la Iglesia en la esfera del Estado,
ta Sede.—Afirman algunos que el verdadero fin y la energía en la ac- para suministrar a éste apariencias de derecho en sus usurpacio-
ción inculcada por Nos a los católicos para la defensa de su fe tienen nes y en sus violencias contra la Iglesia católica.
como móvil oculto y principal no la defensa de los intereses reli- [13]. Nos hemos debido recordar brevemente el pasado his-
giosos, sino la ambición de conferir a la Iglesia un poder temporal tórico para que el presente no desconcierte a los católicos. La
para la dominación política del Estado.—Esta afirmación viene a lucha, en esencia, es siempre la misma: Jesucristo expuesto siempre
resucitar de hecho una antiquísima calumnia, inventada ya por los a las contradicciones del mundo. Los recursos puestos en juego
primeros enemigos del cristianismo. ¿No fué, acaso, formulada por por los modernos enemigos del cristianismo son los de siempre.
primera vez contra la adorable persona de nuestro Redentor? Se le Recursos viejos en el fondo, apenas modificados en la forma. Pero
acusaba de obrar con fines políticos, cuando iluminaba las almas por esto mismo deben ser también idénticos los medios defensivos,
con su predicación y cuando con los tesoros de su bondad divina indicados claramente a los cristianos de la época actual por nues-
aliviaba los padecimientos corporales y espirituales de los desgra- tros apologistas, nuestros doctores y nuestros mártires. Lo que
ciados : Hemos encontrado a éste pervirtiendo a nuestro pueblo; ellos hicieron es lo que nosotros debemos hacer. Antepongamos
prohibe pagar tributo a César y dice ser El el Mesías rey... 5 . Si sueltas a todo la gloria de Dios y de su Iglesia. Trabajemos por ella con
a éste, no eres amigo del César; todo el que se hace rey, va contra el constante y eficaz esfuerzo. Dejemos el cuidado del éxito a Jesu-
César... Nosotros no tenemos más rey que el César6. cristo, que nos dice: En el mundo habéis de tener tribulación; pero
[10]. Estas calumnias, unidas a las amenazas, fueron las que confiad: yo he vencido al mundo 9 .
ar-rancaron a Pilato la sentencia de muerte contra Aquel cuya
inocencia había reconocido varias veces. Los autores de esta men- [III. PRINCIPIOS EN MATERIA DE FORMAS DE GOBIERNO]
tira y de otras falsedades parecidas hicieron todo lo posible para
propagarlas por todos los pueblos. Por esto San Justino Mártir [14]. Para llegar a este resultado, lo advertimos antes, es ne-
reprochaba a los judíos de su época: «Lejos de arrepentiros, des- cesaria una estrecha unión, y, si queremos conseguir esta unión,
pués de haber conocido su resurrección de entre los muertos, es indispensable sacrificar todo apego de opiniones propias que
habéis enviado por todo el mundo hombres hábilmente escogidos pueda debilitar la, fuerza eficaz de la acción común.—Nos referi-
para anunciar que había aparecido una secta herética fundada por mos principalmente a las divergencias políticas de los franceses
un cierto seductor galileo llamado Jesús de Galilea» 7 . sobre la conducta que deben observar frente a la actual República,
[11]. Al difamar con tanta audacia al cristianismo, sus ene- cuestión que deseamos tratar con la claridad que su importancia
migos sabían muy bien lo que hacían. Su plan consistía en levan- exige, partiendo de los principios ciertos y descendiendo después
tar contra la propagación del cristianismo un formidable adver- a las consecuencias prácticas.
sario: el Imperio romano. La calumnia avanzó, y los paganos,
dando fe crédulamente a las calumnias de los judíos, llamaban [En el terreno especulativo ] i
a los primeros cristianos «seres inútiles, ciudadanos peligrosos, fac-
ciosos, enemigos del Imperio y de los emperadores» 8 . En vano los [15], Una gran variedad de regímenes políticos se ha ido su-
apologistas del cristianismo con sus escritos, en vano los cristianos cediendo en Francia durante este siglo. Cada uno de estos regí-
con su ejemplar conducta de vida trataron de demostrar el crimi- menes posee su forma propia que lo diferencia de los demás: el
nal absurdo de tales acusaciones. Nadie se dignó prestar atención imperio, la monarquía y la república o democracia, Situándonos
en el terreno de los principios abstractos, podemos llegar tal vez
5
6
L e . 23,2. a determinar cuál de estas formas de gobierno, en si mismas con-
lo. 19,12-15.
7
8
SAN JUSTINO, Diálogo con Trifón: PG 6,471, » lo. 16,33.
TERTULIANO, Apohgeticum XXXV: PL 1,451. Cf. MINUCIO FÉLIX, Octavio: PL 3,231.
304 LEÓN X I I I
AU M1LIKU DIÍS SOI.1.1C1TUD1SS 305
sideradas, es la mejor. Se puede afirmar igualmente con toda ver- bado siempre las doctrinas y haya condenado siempre a los hom-
dad que todas y cada una son buenas, siempre que tiendan recta- bres rebeldes a la autoridad legítima. Actitud observada por la
raente a su fin, es decir, al bien común, razón de ser de la autori-
Iglesia incluso en tiempos en que los gobernantes abusaban del
dad social. Conviene añadir, por último, que, si se comparan unas
poder recibido, privándose así del más firme apoyo dado a su auto-
ron otras, tal o cual forma de gobierno político puede ser preferi-
ble bajo cierto aspecto, por adaptarse mejor que las otras al carácter ridad y del medio más eficaz para obtener la obediencia del pueblo
y costumbres de un pueblo determinado'. En este orden especula- a las leyes. En esta materia nunca será excesivamente meditada la
tivo de ideas, los católicos, como cualquier otro ciudadano, disfru- conocida enseñanza que en medio de la persecución daba el Príncipe
tan de plena libertad para preferir una u otra forma de gobierno, de los Apóstoles a los primeros cristianos: Honrad a lodos, amad
precisamente porque ninguna de ellas se opone por sí misma a la fraternidad, temed a Dios y honrad al emperador n . Y aquellas
as exigencias de la sana razón o a los dogmas de la doctrina cató- palabras de San Pablo: Ante todo te ruego que se hagan peticiones,
lica. Lo dicho basta para justificar plenamente la loable prudencia oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres, por
de la Iglesia, que en sus relaciones exteriores con los poderes po- los emperadores y por todos los constituidos en dignidad, a fin de que
líticos hace abstracción de las formas que diferencian unos de gocemos de vida tranquila y quieta con toda piedad y honestidad.
otros, para tratar así libremente con ellos los trascendentales in- Esto es bueno y grato ante Dios, nuestro Salvador 12 .
tereses religiosos de los pueblos. La Iglesia sabe que, en virtud de
su propio oficio, debe ejercer la tutela de estos intereses con pre- [Los cambios políticos ]
ferencia a todo otro interés. En nuestras encíclicas anteriores he-
mos expuesto ya estos principios J °. Era, sin embargo, necesario [18]. Sin embargo, es necesario advertir cuidadosamente, al
recordarlos de nuevo para mayor declaración de este asunto que llegar a este punto, que, sea cual sea en una nación la forma de
hoy nos preocupa grandemente. gobierno, de ningún modo puede ser considerada esta forma tan
definitiva que haya de permanecer siempre inmutable, aun cuando
[En el terreno práctico ] ésta haya sido la voluntad de los que en su origen la determinaron.
[19]. Sólo la Iglesia de Jesucristo ha podido conservar, y con-
[i6]. Pero, si del plano abstracto descendemos al terreno servará hasta la consumación de los tiempos, su forma de gobierno.
práctico de los hechos, es necesario procurar con cuidado que no Fundada por Aquel que era, que es y que será en los siglos 13 , re-
queden negados los principios señalados. Los principios referidos cibió de El en su mismo origen, con abundancia, todos los medios
son inmutables. Sin embargo, al encarnarse en los hechos, los prin- que necesitaba para proseguir con acierto su misión a través del
cipios revisten un carácter de contingencia variable, determinado movible océano de la vida humana. Y tan lejos está la Iglesia de
por el medio concreto en que se verifica su aplicación. Con otras la necesidad de transformar su constitución esencial, que incluso
palabras, si cada una de las formas políticas es buena en sí misma carece de facultad para renunciar a la libertad y soberana inde-
y aplicable al gobierno supremo de los pueblos, sin embargo, de pendencia con que la sabiduría divina la dotó en interés general
hecho sucede que en casi todas las naciones el poder civil presenta de las almas.
una forma política particular. Cada pueblo tiene la suya propia.
Esta forma política particular procede de un conjunto de circuns- [20]. Pero, tratándose de sociedades puramente humanas, es
tancias históricas o nacionales, pero siempre humanas, que han un hecho mil veces comprobado por la historia que el tiempo, este
creado en cada nación una legislación propia tradicional y funda- gran transformador de todo lo terreno, obra continuamente profun-
mental. A través de estas circunstancias queda determinada la dísimos cambios en las instituciones políticas de aquéllas. A veces
forma política particular de gobierno, fundamento de la transmi- se limita solamente a introducir alguna modificación en la forma
sión de los supremos poderes a la posteridad. de gobierno establecida. Pero otras veces llega a suprimir las for-
mas primitivas, substituyéndolas con otras nuevas totalmente di-
[17]. Juzgamos innecesario advertir que todos y cada uno ferentes. Más todavía, hay ocasiones en que cambia el mismo sis-
de los ciudadanos tienen la obligación de aceptar los regímenes tema de transmisión del poder supremo.
constituidos y que no pueden intentar nada para destruirlos o
para cambiar su forma. De aquí procede que la Iglesia, depositaría [21]. ¿Cómo se verifican en la realidad los cambios políticos
única en la tierra de la más genuina y elevada noción del poder de que estamos hablando? Algunas veces suelen ser resultado de
político, por derivar de Dios el origen de todo poder, haya repro- crisis nacionales violentas, las más de ellas sangrientas. Bajo su
empuje perecen de hecho los regímenes políticos anteriores. Surge
10
Véase especialmente la encíclica Immortalc Del, de 1 de noviembre de 1885: ASS 18 11
(1885) 161-180. 1 Petr. 2,17.
'2 t Tim. a,l-2.
' J Hebr. 13,8.
306 LEÓN XIII
AU MII.IKU DliS SOLLICITUDKS 307
entonces una anarquía dominadora; inmediatamente el orden pú-
blico del Estado se ve subvertido hasta en sus mismos fundamen- [IV. DISTINCIÓN ENTRE RÉGIMEN CONSTITUIDO Y LEGISLACIÓN]
tos. En este momento, una necesidad social se impone a toda la
nación: la de mirar por sí misma sin demora. ¿Por qué no ha de [25]. Pero surge aquí una dificultad: «Esta República, obser-
tener la nación en este caso el derecho, más aún, la obligación de van algunos, se halla animada de sentimientos tan anticristianos,
defenderse de un estado de cosas tan gravemente perturbador y que ningún hombre recto, y mucho menos ningún católico, puede
de restituir la paz pública al orden tranquilo anterior? aceptarla en conciencia». Esta es la causa principal que ha originado
[22 ]. Ahora bien, esta necesidad social justifica la existencia y exasperado las disensiones políticas.
y la constitución de un nuevo régimen político, sea la que sea la [26]. Se habrían evitado fácilmente todas estas lamentables y
forma que adopte, ya que, en la hipótesis de que estamos hablando, peligrosas divergencias políticas si con prudente cuidado se hu-
este régimen nuevo está exigido necesariamente por la recupera- biera tenido en cuenta la gran distinción que media entre poderes
ción del orden público, el cual no es posible sin un determinado constituidos y legislación. Porque la diferencia que existe entre la
régimen político. De aquí se sigue que, en tales ocasiones, toda la legislación y los poderes políticos y su forma es tan grande, que,
novedad se reduce a la nueva forma política que adopta el poder en un régimen cuya forma sea quizás la más excelente de todas,
civil o al sistema nuevo de transmisión de este poder. Pero en modo la legislación puede ser detestable, y, por el contrario, dentro de
alguno afecta al poder considerado en sí mismo. Este poder perse- un régimen cuya forma sea la más imperfecta puede hallarse a
vera inmutable y digno de todo respeto. Considerado a fondo en su veces una legislación excelente. La comprobación histórica de esta
propia naturaleza, el poder ha sido establecido y se impone para diferencia es muy fácil. Pero resultaría inútil. Todos están plena-
facilitar el bien común, razón suprema y origen de la humana so- mente convencidos de ella. ¿Quién puede saberlo mejor que la
ciedad. Lo diremos con otras palabras: en toda hipótesis, el poder Iglesia, que ha mantenido siempre relaciones estables con todas
político, considerado como tal, procede de Dios, y siempre y en to- las formas de poder constituido? La Iglesia puede decir, con una
das partes procede exclusivamente de Dios. No hay autoridad sino experiencia superior a la de cualquier poder temporal, cuántos
por DiosI4. . consuelos y cuántos dolores le han producido con frecuencia las
legislaciones de los diversos regímenes que sucesivamente han ido
[23 ]. Por consiguiente, cuando de hecho quedan constituidos rigiendo a los pueblos desde el Imperio romano hasta nuestros
nuevos regímenes políticos, representantes de este poder inmuta- días 15. •
ble, su aceptación no solamente es lícita, sino incluso obligatoria,
con obligación impuesta por la necesidad del bien común, que les [27]. La importancia de la distinción que acabamos de es-
da vida y los mantiene. Aceptación obligatoria cuya urgencia es tablecer es grande. Pero su razón de ser es también manifiesta.
mayor cuando las revoluciones acentúan el odio común, provocan La legislación es obra de los hombres que están en el poder y que
la guerra civil y pueden sumir a la nación en el caos de la anar- gobiernan, dé hecho, una nación. Consecuencia: en la práctica, la
quía. Esta grave obligación de sumisión y obediencia durará todo calidad de las leyes depende más de la calidad moral de los gober-
el tiempo que requieran las exigencias del bien común. Porque, nantes que de la forma constituida de gobierno. Una legislación
después de Dios, el bien común es la primera y última ley de la será buena o será mala según los principios buenos o malos que
sociedad humana. profesen los legisladores y según se dejen éstos guiar por la pru-
dencia política o por las pasiones desordenadas.
[24 ]. Por esta razón queda plenamente justificada la pruden-
cia con que procede la Iglesia al asegurar las relaciones mutuas [28]. En Francia, desde hace muchos años, han sido promul-
con los numerosos gobiernos que en menos de un siglo, y siempre gadas algunas leyes de suma importancia con tendencias hostiles
con violentas y hondas conmociones, se han ido sucediendo en a .la religión y, por consiguiente, contrarias al bien común de la
Francia. Esta norma de conducta, por ser la más segura y saluda- nación. Es un hecho que todos reconocen. Por desgracia, la evi-
ble, es la que deben observar todos los franceses en sus relaciones dencia de los hechos lo ha comprobado.
civiles con la República, que es el régimen político actual de su [29]. Nos mismo, cumpliendo un sagrado deber, enviamos
patria. Arrojen lejos de sí toda clase de divergencias políticas que más de una vez enérgicas quejas al que entonces ocupaba la presi-
los dividen en partidos contrarios. Más aún: todos deben concen- dencia de la República. Sin embargo, las tendencias hostiles contra
trar sus energías para conservar, restaurar y levantar la grandeza la religión han perseverado. El mal se ha ido agravando. Nadie,
moral de su patria. por tanto, puede extrañarse de que el episcopado francés, puesto
14
por el Espíritu Santo para regir sus diferentes e ilustres iglesias,
Rom. 13,1. Véase sobre este punto la encíclica Diuturnum illud, de 29 de junio de r88i:
ASS 14 (1881-1882)4-14. >¡ Véase la encíclica de León XIII a los cardenales franceses, de 3 de mayo de 1892:
ASS 24 (1891-1802) 641-647.
308 LLÓ.N xin AtJ MIURi; UhS SOI.UCIÍUDES ¡¡O!)
se haya juzgado hace poco en la obligación de manifestar pública-
[V. Dos PUNTOS CONCRETOS]
mente la amargura que le produce la nueva situación gravosa crea-
da en Francia por el Gobierno a la religión católica. [34]. No queremos terminar la presente encíclica sin tocar
[30]. ¡Pobre Francia! Sólo Dios puede medir el abismo de otros dos puntos unidos estrechamente con los anteriores, y que,
males en que se hundiría si esta legislación, en vez de mejorar, relacionados íntimamente con los intereses religiosos, han produci-
se obstinara en proseguir tan equivocado e injusto camino. Este do en el campo católico alguna división. ¿
camino acabará por arrancar del corazón de los franceses la reli-
gión que les ha hecho tan grandes entre los pueblos europeos. [El Concordato]
[31]. He aquí precisamente el terreno en que, prescindiendo [35]. El primer punto es el relativo al Concordato que durante
de diferencias políticas, deben unirse todos los buenos como un tantos años ha facilitado en Francia la armonía entre la Iglesia y el
solo hombre para luchar y para suprimir, por todos los medios Estado. Este pacto solemne y bilateral sobre las materias públicas
legales y honestos, los abusos cada vez mayores de la legislación referentes a la Iglesia ha sido cumplido con fidelidad por la Santa
civil. El respeto debido a los poderes constituidos no puede prohibir Sede en todo tiempo. ¿Ha sido observado con la misma fidelidad por
esta lucha. Este respeto al poder constituido no puede exigir ni el Gobierno francés? Ni siquiera los mismos enemigos de la reli-
imponer como cosa obligatoria ni el acatamiento ni mucho menos gión católica están de acuerdo en la respuesta.
una obediencia ilimitada o indiscriminada a las leyes promulga-
das por ese mismo poder constituido. Que nadie lo olvide: la ley [36]. Los adversarios más violentos quieren abolirlo, para que
es un precepto ordenado según la razón, elaborado y promulgado pa- el Estado pueda así perseguir con mayor libertad a la Iglesia de
ra el bien común por aquellos que con este fin han recibido el poder. Jesucristo.
[32]. Por consiguiente, jamás deben ser aceptadas las dispo- C37 ]. Otros, por el contrario, con mayor astucia, desean, o
siciones legislativas, de cualquier clase, contrarias a Dios y a la por lo menos así se expresan, el mantenimiento del Concordato.
religión. Más aún: existe la obligación estricta de rechazarlas. Esto No porque reconozcan en el Estado la obligación de cumplir los
es lo que el gran obispo de Hipona, San Agustín, expuso claramente deberes pactados, sino porque quieren que el Estado se aproveche
con estas elocuentes palabras: «Algunas veces... los gobernantes de los beneficios que con el Concordato le ha concedido la Iglesia.
son rectos y temen a Dios; otras veces no le temen. Juliano era un Como si una de las partes obligadas pudiera por sí sola separar
emperador infiel a Dios, apóstata, inicuo, idólatra; los soldados caprichosamente los deberes aceptados y los derechos adquiridos,
cristianos sirvieron a un emperador infiel; pero, cuando se trataba siendo así que los deberes y los derechos están tan íntimamente uni-
de la causa de Cristo, no reconocían sino a Aquel que está en los dos, que constituyen una sola y única totalidad jurídica. Para los
cielos. Si alguna vez ordenaba que adorasen a los ídolos y les ofre- que así piensan, el Concordato en adelante será una mera cadena
ciesen incienso, ponían a Dios por encima del emperador. Pero que coarte miserablemente la libertad de la Iglesia, esa santa li-
cuando les decía: ¡A formar, en marcha contra tal o cual pueblo!, bertad a la que la Iglesia tiene, por voluntad de Dios, derecho in-
obedecían inmediatamente. Sabían distinguir entre el Señor eterno alienable.
y el señor temporal, y, sin embargo, vivían sometidos incluso a [38]. ¿Cuál de estas dos opiniones prevalecerá? Lo ignoramos.
su señor temporal por consideración al Señor eterno» 16 . Nos sa- Las hemos expuesto aquí para advertir a los católicos que no pro-
bemos que el ateo, abusando lamentablemente de su razón, y más voquen discusiones en un asunto cuya negociación y resolución
todavía de su voluntad, niega todos estos principios. Pero el ateís- pertenecen exclusivamente a la Santa Sede.
mo es, en definitiva, un error tan monstruoso, que, dicho sea en
honor de la humanidad, nunca podrá suprimir en la conciencia [La separación entre la Iglesia y el Estado]
humana los derechos de Dios ni podrá substituir a Dios con la [39 ]. Respecto del segundo punto no usaremos la misma ma-
idolatría del Estado. nera de hablar. Los adversarios de la Iglesia establecen como firme
[33 ]• Definidos así los principios reguladores de nuestra con- fundamento básico del régimen político el principio de la mutua
ducta con Dios y con el poder político, ningún espíritu imparcial separación entre la Iglesia y el Estado. Lo cual equivaldría a sepa-
podrá acusar a los católicos franceses de que, sin reparar en sacri- rar la legislación humana de la legislación cristiana y divina. Nos
ficios ni fatigas, procuren conservar para su patria lo que cons- no queremos detenernos en esta ocasión para demostrar cuan ab-
tituye la condición absoluta de su seguridad, lo que resume todas surda es la teoría de esta separación. Cualquiera lo puede compren-
las gloriosas tradiciones que registra su historia y lo que los fran- der por sí mismo. Desde el momento en que el Estado niega a Dios
ceses no pueden nunca lícitamente dar al olvido. lo que es de Dios, se sigue necesariamente que niegue a los ciuda-
16
SAN AGUSTÍN, Enarrationes in Ps. 124,7: PL 37,1654. danos todo aquello a que tienen derecho como hombres. Quieran o
310 I.KÓN X I I I AU MII.1EU MS KOl.UeiTIMHiS .1 I

no los adversarios de la Iglesia, los verdaderos derechos del hombre


nacen precisamente de sus obligaciones para con Dios. De lo cual [VI. RECAPITULACIÓN]
se sigue que el Estado que falta en esta materia destruye en realidad
el fin principal de su institución y niega, en cierto modo, la razón [44]. Nos hemos desarrollado, venerables hermanos, con bre-
suprema de su propia existencia. La razón natural del hombre pro- vedad, pero con claridad a la vez, si no todos, al menog'los capítulos
clama con tanta evidencia los principios expuestos, que éstos se principales en que los católicos franceses y todos los hombres de
imponen por su propia fuerza a todos los hombres que no viven sano juicio deben unirse y concordar para procurar, en lo posible,
cegados por el desorden de las pasiones. el remedio de los males que Francia padece, y para restaurar de
nuevo su grandeza moral. Estos capítulos fundamentales son: la
[40]. Los católicos, por consiguiente, nunca se guardarán bas- religión y la patria, el poder político y la legislación, la norma obli-
tante de admitir y promover tal separación. Porque querer que el gatoria de conducta respecto del poder político y respecto de la le-
Estado se separe de la Iglesia es lo mismo, por consecuencia natural gislación, el Concordato y la separación mutua entre la Iglesia y el
inevitable, que pretender reducir a la Iglesia a la mera libertad jurí- Estado.
dica común a todos los ciudadanos * 7 .
[45]. Nos esperamos que la declaración de estos principios
[41 ]. Es cierto que esta situación existe en algunos países. disipará los prejuicios de m'uchos hombres de buena fe y facilitará
Pero esta situación de la Iglesia, si bien tiene muchos y graves in- la pacificación de los espíritus y, por medio de ésta, la unión per-
convenientes, presenta, sin embargo, algunas ventajas, sobre todo fecta de todos los católicos para luchar por la causa de Cristo, que
cuando el legislador, con una feliz y manifiesta inconsecuencia entre ama a los franceses l s .
la legislación promulgada y el propio legislador, se muestra imbuido
de los principios cristianos y gobierna cristianamente. Estas venta- [46]. ¡Gran consuelo es para nuestro corazón estimularos a
jas no pueden justificar ni enmendar el falso e injusto principio de que emprendáis este camino y contemplar la docilidad con que
la separación ni autorizan a nadie para defenderlo. Sin embargo, todos respondéis a nuestro llamamiento! Vosotros, venerables her-
aquellas ventajas hacen tolerable un estado de cosas que práctica- manos, con vuestra autoridad y con el ilustre celo por la Iglesia y
mente no es el peor de todos. por la patria que os distingue, prestaréis una valiosa ayuda a esta
obra de pacificación. Nos nos complacemos en esperar que también
[42]. Pero en Francia, nación católica por sus antiguas tradi- los gobernantes sabrán apreciar nuestras palabras, que pretenden
ciones y por la fe actual de la gran mayoría de sus hijos, la Iglesia únicamente la venturosa prosperidad de la nación francesa.
no debe quedar situada en la precaria situación que tiene a la fuerza
en otros pueblos. Menos todavía pueden los católicos favorecer esta [47]. Entre tanto, y como prenda de nuestro paterno afecto a
separación, desde el momento en que conocen perfectamente los pro- Francia, os concedemos gustosamente a vosotros, venerables her-
pósitos que abrigan los adversarios, defensores de la separación. manos ; a vuestro clero y a todos los católicos de Francia, la bendición
Para éstos—sus manifestaciones son suficientemente claras—, la se- apostólica.
paración significa la completa independencia de la legislación polí- Dado en Roma, junto a San Pedro, el día 16 de febrero de 1892,
tica respecto del poder legislativo religioso. Más aún, la absoluta año decimocuarto de nuestro pontificado.
indiferencia del poder secular con relación a los intereses, los dere- 18
Palabras dirigidas por el papa Gregorio IX a la Francia católica d e la E d a d M e d i a
chos y la naturaleza de la sociedad cristiana, es decir, la Iglesia; y, en la persona de San Luis, rey d e Francia: «Dios, a quien obedecen las legiones celestiales,
después d e establecer por todas partes reinos diferentes según las diversidades d e lenguas
por último, la negación misma de la propia existencia civil de ésta. y de climas, ha atribuido a muchos gobiernos misiones especiales para el cumplimiento de sus
Hacen, sin embargo, una excepción: si alguna vez la Iglesia, abu- designios. Y así como en otro tiempo prefirió la t r i b u d e Judá a las délos otros hijos d e Jacob
y concedió a aquélla especiales bendiciones, así eligió a Francia con preferencia a t o d a s l a s res-
sando de la libertad civil y de los medios legales que el derecho tantes naciones de la tierra para la protección de la fe católica y para la defensa de la libertad
religiosa. Por esto Francia es el reino de D i o s ; los enemigos d e Francia son los enemigos d e
común concede al último francés, multiplica sus actividades propias Cristo. Por esto Dios ama a Francia, p o r q u e Francia ama a la Iglesia, q u e persevera a través
y logra un éxito próspero en sus empresas, al punto el Estado francés de los siglos y recluta las legiones para la eternidad. Dios ama a Francia, a la q u e ningún ata-
q u e ha podido jamás separar enteramente de la causa d e Dios. Dios ama a Francia, donde en
intervendrá y podrá y deberá declarar a todos los católicos franceses n i n g ú n t i e m p o la fe h a perdido su vigor, donde el rey y los soldados no han d u d a d o jamás
fuera del derecho común. d e afrontar los peligros y d e dar su sangre por la conservación d e la fe y de la libertad religio-
sa» (apud San P í o X, Sermón en la beatificación de Juana de Arco yotros mártires franceses:
[43 ]. Digámoslo en una palabra: el fin último, el ideal supremo AAS 1 [1909] 144).
de estos hombres, consiste en el regreso, si fuera posible, de la socie-
dad al paganismo: que el Estado no reconozca a la Iglesia sino
cuando quiera perseguirla a su capricho.
17
Véase la encíclica Libertas inaestantissimum, d e 20 de junio de 1888: ASS 30 (1887-1888)
593-613, y la encíclica d e San Pío X Vehementer Ños, de 11 de febrero de 1906: ASS 39
(1906) 3-16.
NOTKIC CONSOI.U ION ;j|(

NOTRE CONSOLATION cias por haberla publicado, profesando con los más nobles acentoi;
la unión íntima que une a los obispos de Francia, y en particular a los
Bien común y formas de gobierno cardenales de la Santa Iglesia, con la Sede de Pedro.

[I. S E N T I D O Y ALCANCE D E LA ENCÍCLICA «Au MILIEU»]

[ 2 ] . Esta encíclica ha h e c h o ya m u c h o bien, y N o s esperamos


q u e seguirá haciendo u n b i e n m a y o r todavía, a pesar d e los ataques
Esta carta, dirigida a los cardenales de Francia, es un comentario q u e ha recibido p o r p a r t e de algunos h o m b r e s apasionados, ataques
_ auténtico hecho por el propio León XIII a su encíclica A u milieu des frente a los cuales, p o r otra parte, q u e r e m o s decirlo, ha e n c o n t r a d o
sollicitudes. La coincidencia temática es total. El matiz diferencial t a m b i é n valientes defensores.
reside en la especial insistencia que el tema del bien común adquiere [ 3 ] . L o s a t a q u e s N o s los h a b í a m o s previsto. P o r q u e d o n d e la
aquí como criterio regulador de la sumisión sin reservas a los poderes agitación d e los partidos políticos c o n m u e v e p r o f u n d a m e n t e a los
constituidos. espíritus, c o m o s u c e d e ahora en Francia, es difícil q u e todos hagan
SUMARIO i n m e d i a t a m e n t e a la verdad la plena justicia a la q u e tiene estricto
d e r e c h o . P e r o ¿íbamos a callar p o r esto? ¿Es posible q u e sufra
I. El Papa había previsto los ataques contra la encíclica Au milieu des F r a n c i a y q u e N o s n o h a y a m o s sentido hasta el fondo del alma los
sollicitudes. Pero era su deber hablar, porque la acción política de los
dolores d e esta hija primogénita de la Iglesia? M i e n t r a s Francia,
franceses sanos estaba paralizada por las divisiones internas. Han
sido los enemigos del catolicismo los que han sabido ver el sentido q u e ha c o n q u i s t a d o el título d e nación cristianísima y q u e n o p r e -
y alcance de la encíclica. Si el Papa hubiera callado, su silencio le t e n d e en m o d o alguno abdicar este n o m b r e , se d e b a t e e n medio de
habría hecho responsable. La encíclica Au milieu está dirigida no sólo las angustias contra las violencias d e los q u e q u e r r í a n descristiani-
a los católicos, sino también a todos los hombres rectos de Francia. zarla y rebajarla a la vista de t o d o s los pueblos, ¿podríamos N o s
II. El medio fundamental para conservar la religión en Francia es la haber dejado d e hacer u n llamamiento a los católicos y a todos los
unidad. Pero ¿cómo lograr esta unión? Aceptando sin reservas el franceses h o n r a d o s para conservar en su patria esta fe santa que h a
poder constituido de hecho en Francia. La razón de esta aceptación
constituido la grandeza histórica de Francia? D i o s n o lo quiera.
es el bien común, el cual es superior, a cualquier otro interés y está
garantizado precisamente por el poder civil existente. [ 4 ] . A h o r a bien, N o s c o m p r o b á b a m o s mejor cada día que, e n
Ha habido católicos que no se han dado cuenta de las palabras del la conquista d e este resultado, la acción de los h o m b r e s d e bien
Papa. El poder político viene de Dios. Pero las formas de gobierno estaba necesariamente paralizada por la división d e sus fuerzas.
y la designación de las personas son de carácter contingente y humano. Por esto N o s h e m o s d i c h o y lo repetimos d e n u e v o a t o d o s : «Nada
Las instituciones políticas están por esencia sometidas a la ley del de partidos e n t r e v o s o t r o s ; p o r el contrario, u n i ó n completa para
cambio. Sin embargo, el bien común mantiene siempre como prin- defender u n á n i m e m e n t e lo q u e es superior a t o d a ventaja terrena:
cipio obligatorio la sumisión a los poderes constituidos.
III. Distinción entre poder político y legislación. Es prueba de amor a la religión, la causa d e Jesucristo. E n este p u n t o c o m o en todo,
la patria combatir legalmente la legislación injusta. En el terreno de buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se os
la legislación religiosa, los partidos políticos conservadores deben dará por añadidura 2.
s> mantenerse unidos. Anteponer el propio partido al interés superior [5 ] . E s t a i d e a - m a d r e q u e d o m i n a toda nuestra encíclica n o
«fe la religión es un crimen. ha p a s a d o inadvertida a los enemigos d e la religión católica. P o -
No existe contradicción entre la postura adoptada por el Papa d r í a m o s afirmar q u e h a n sido éstos los m á s clarividentes en ver el
frente a la República francesa y la posición tomada frente al Estado
sentido d e la encíclica, en m e d i r el alcance práctico de ésta. P o r
italiano. Porque la cuestión italiana, como la cuestión francesa, está
esencialmente ligada con un principio religioso: con el principio fun- esto, después de la referida encíclica, verdadera mensajera de p a z
damental de la libertad religiosa negada por el poder usurpador. para t o d o h o m b r e d e b u e n a voluntad, t a n t o si se considera su fondo
Palabras de aliento y bendición. < como su forma, estos h o m b r e s partidistas h a n redoblado su impío
encarnecimiento. Varios sucesos deplorables recientes, q u e han e n -
[i ] . N u e s t r o consuelo i ha sido g r a n d e al recibir la carta p o r tristecido a los católicos e incluso, lo sabemos, a m u c h o s h o m b r e s
la cual os adherís, d e u n á n i m e a c u e r d o con t o d o el episcopado fran- poco sospechosos d e parcialidad hacia la Iglesia, están .ahí para
cés, a nuestra encíclica Au milieu des sollicitudes, y nos dais las gra- p r o b a r l o . Se ha p o d i d o ver claramente a d o n d e quieren llegar l o s
1
organizadores de este vasto complot, como lo calificábamos en nues-
LEÓN XIII, carta apostólica a ¡os cardenales franceses: ASS 24 (1801-1S02) 641-647;
AL i2,lo7-ri6. Texto original en francés. tra encíclica, f o r m a d o para aniquilar en Francia el cristianismo.
2 Mt. M;¡
NtlTRlv CONSOL VI'toN :;i
314 • LEÓN X I I I

[6]. Estos hombres, aprovechando, para enderezarlos a sus


[II. FORMAS DE GOBIERNO, CAMBIOS POLÍTICOS Y BIEN COMÚN ]
fines, los menores pretextos y haciéndolos surgir cuando les era
necesario, han aprovechado algunos incidentes, que ellos mismos [10]. Nos lo hemos explicado ya, y tenemos que. volver a re-
hubieran juzgado inofensivos en otras circunstancias, para dar rienda petirlo para que nadie se engañe acerca de nuestra enseñanza: uno
suelta a sus acusaciones, mostrando de esta manera su decisión de de estos medios es aceptar sin reservas, con la lealtad perfecta que
sacrificar a sus pasiones antirreligiosas el interés general de la nación conviene al cristiano, el poder civil en la forma en que de hecho
en lo que tiene de más digno de respeto. existe. Así fué aceptado-en Francia el primer Imperio al día siguien-
[7]. Frente a estas tendencias, frente a los males que de ellas te de una espantosa y sangrienta anarquía; así fueron aceptados los
derivan con gran daño de la Iglesia de Francia, y que van agraván- otros poderes, tanto monárquicos como republicanos, que se han
dose cada día más, nuestro silencio nos hubiese hecho culpables ido sucediendo hasta nuestros días.
ante Dios y ante los hombres. Habría parecido que Nos contemplá-
[11]. Y la razón de esta aceptación es que el bien común de
bamos con mirada impasible los sufrimientos de nuestros hijos los
la sociedad es superior a cualquier otro interés, porque es el prin-
católicos franceses. Se habría insinuado que Nos juzgábamos dignas
cipio creador, es el elemento conservador de la sociedad humana,
de aprobación, o por lo menos de tolerancia, las ruinas religiosas,
de lo cual se sigue que todo verdadero ciudadano debe querer el
morales y civiles amontonadas por la tiranía de las sectas anticris-
bien común y procurarlo a toda costa. Ahora bien, de esta necesi-
tianas. Se nos habría reprochado dejar abandonados sin dirección
dad de asegurar el bien común deriva, como de su fuente propia
y sin apoyo a todos estos valientes franceses, que en las presentes
e inmediata, la necesidad de un poder civil que, orientándose hacia
tribulaciones tienen más que nunca necesidad de ser fortalecidos.
el fin supremo, dirija hacia éste sabia y constantemente las volunta-
Nos debíamos sobre todo alentar al clero, al cual se pretendía, contra
des múltiples, agrupadas en su mano como en un haz. Por consi-
la naturaleza de su vocación, imponer silencio en el ejercicio mismo
guiente, cuando en una sociedad existe un poder constituido y ac-
de su ministerio, cuando predica según el Evangelio la fidelidad
tuante, el interés común se halla ligado a este poder, y por esta ra-
a los deberes cristianos y sociales. Por lo demás, ¿no es para Nos una
zón debe aceptarse este poder tal cual existe. Por estos motivos
obligación siempre urgente la de hablar, sean las que sean las con-
y en este sentido, Nos hemos dicho a los católicos franceses: aceptad
secuencias, cuando se trata de afirmar nuestro derecho divino de
la República, es decir, el poder constituido y existente entre vos-
enseñar, de exhortar y de advertir frente a aquellos que, con el pre-
otros; respetadle, estad sumisos a él, porque representa el poder
texto de una distinción entre la religión y la política, pretenden
derivado de Dios.
circunscribir la universalidad de la religión?
[12]. Sin embargo, ha habido hombres pertenecientes a di-
[8]. Esto es lo que nos ha determinado, por nuestra entera
versos partidos políticos, e incluso sinceramente 'católicos, que no
iniciativa y con pleno conocimiento de causa, a levantar la voz;
se han dado cuenta exactamente de nuestras palabras. Estas eran,
y no cesaremos de levantar nuestra voz siempre que lo juzguemos
sin embargo, tan sencillas y tan claras, que no podían dar lugar a po-
oportuno, con la esperanza de que la verdad acabará abriéndose
sibles falsas interpretaciones.
camino hasta en los mismos corazones que le resisten, tal vez toda-
vía con un resto de buena fe. Y como el mal que Nos señalamos, [13]. Reflexiónese bien sobre este punto: si el poder político
lejos de limitarse a los católicos, afecta a todos los hombres de buen es siempre de Dios, no se sigue de aquí que la designación divina
sentido y recto juicio, por esto hemos dirigido nuestra encíclica afecte siempre e inmediatamente a los modos de transmisión de
también a ellos, para que todos se apresten a detener a Francia en este poder, ni a' las formas contingentes que reviste, ni a las perso-
esta pendiente que la lleva a los abismos. Ahora bien, estos esfuer- nas que son el sujeto del poder. La misma variedad de estos modos
zos serían radicalmente estériles si faltase a las fuerzas conservado- en las diversas naciones demuestra con evidencia el carácter hu-
ras la unidad y la concordia en la "prosecución de la meta final, es mano de su origen.
decir, la conservación de la religión, ya que a esa meta debe tender [14]. Más todavía. Las instituciones humanas mejor fundadas
todo hombre honrado, todo amigo sincero de la sociedad. Nuestra en el derecho y establecidas con las intenciones más saludables po-
encíclica lo ha demostrado ampliamente. sibles, para dar a la vida social un fundamento más estable e impri-
[9 ]. Pero, determinado el fin y admitida la necesidad de unión mir en ella un más poderoso dinamismo, no conservan siempre su
para alcanzar este fin, ¿cuáles serán los medios para asegurar esta vigor de acuerdo con las cortas previsiones de la prudencia del
unión ? hombre.
[15]. En política más que en ningún otro campo sobrevienen
cambios inesperados. Monarquías colosales se deirumban o des-
membran, como los antiguos reinos de Oriente y el Imperio roma-
316 LEÓN XIII
NOTKIi CONSOI.ATION 317
no; unas dinastías substituyen a otras, como las de los Carolingios
y los Gapetos en Francia; las formas políticas vigentes se ven su- [19]. Se ha afirmado que, al enseñar esta9 doctritiuN, NON
plantadas por otras nuevas, como demuestra nuestro siglo con nu- adoptamos respecto de Francia una conducta muy distinta de lu
merosos ejemplos. Estos cambios están muy lejos de ser siempre que seguimos con relación a Italia, de tal forma que Nos estarlu
legítimos en el origen; es incluso difícil que lo sean. Sin embargo, mos en contradicción con Nos mismo. Sin embargo, no hay nada
el criterium supremo del bien común y de la tranquilidad pública de esto. Nuestro fin al decir a los católicos franceses que acepten
impone la aceptación de estos nuevos gobiernos establecidos de el gobierno constituido no ha sido y no es otro que la salvaguardia
hecho substituyendo a los gobiernos anteriores que de hecho ya de los intereses religiosos que nos están confiados. Ahora bien, son
no existen. De esta manera quedan suspendidas las reglas ordina- precisamente estos intereses religiosos los que nos imponen en Ita-
rias de la transmisión de los poderes, y puede incluso suceder que lia el deber de reclamar sin descanso la plena libertad requerida
con el tiempo queden abolidas. por nuestra alta función de jefe visible de la Iglesia católica,
puesto al frente del gobierno de las almas; libertad que no existe
[i6], Pero, sea lo que sea de estas transformaciones extraor- donde el Vicario de Jesucristo no es en su propia sede verdadero
dinarias en la vida de los pueblos, cuyas leyes sólo Dios puede soberano, independiente de toda soberanía humana. ¿Qué otra con-
calcular y cuyas consecuencias toca al hombre utilizar, el honor clusión se puede inferir de lo dicho sino la de que la cuestión que
y la conciencia exigen en todo estado de cosas una subordinación nos concierne en Italia es también ella eminentemente religiosa, por
sincera a los gobiernos constituidos; es necesaria esta subordina- estar relacionada con el principio fundamental de la libertad de la
ción en nombre de ese derecho soberano, indiscutible e inalienable, Iglesia? De esta manera, en nuestra conducta con las diversas na-
que se llama la razón del bien social. ¿Qué sería, en efecto, del ho- ciones, Nos no cesamos de hacer converger todo al mismo fin: la
nor y de la conciencia si estuviese permitido al ciudadano sacrificar religión, y por la religión la salvación de la sociedad, la felicidad de
a sus puntos de vista personales y a sus preferencias de partido los los pueblos.
beneficios de la tranquilidad pública?
[20]. Nos hemos querido, amados hijos, confiaros todas estas
[III. PODER POLÍTICO Y LEGISLACIÓN]
cosas para aliviar nuestro corazón y confortar al mismo tiempo el
vuestro. Las tribulaciones de la Iglesia no pueden dejar de ser muy
[17]. Después de haber sólidamente establecido en nuestra amargas para el alma de los obispos y más aún para la nuestra, pues
encíclica esta verdad, Nos hemos formulado la distinción entre el Nos somos el Vicario de Aquel que dio para la formación de esta
poder político y la legislación, y hemos demostrado que la acepta- santa Igleáia toda su sangre. Estas pesadumbres, sin embargo, lejos
ción del primero no implicaba en modo alguno la aceptación de la de abatirnos, nos estimulan a armarnos de un mayor coraje para
segunda en los pimtos en los que el legislador, olvidando su misión, hacer frente a las dificultades de la hora presente. Resulta de esto
se ponía en oposición con la ley de Dios y de la Iglesia. Y nótenlo también para Nos un redoblamiento de celo en favor de esta Fran-
bien todos: desplegar la propia actividad y usar de su influencia cia católica, tanto más digna de nuestro afecto paterno cuanto ma-
personal para hacer que los gobiernos cambien en bien las leyes yor es la confianza filial con que de Nos sslicita aliento, protección
injustas o carentes de prudencia, es dar pruebas de una consagra- y socorro.
ción a la patria tan acertada como valiente, sin aceptar la menor
[21]. Estos sentimientos son también los vuestros, queridos
sombra de hostilidad a los poderes encargados de regir la cosa pú-
hijos. Acabáis de darnos una prueba de ello, y Nos habíamos po-
blica. ¿Quién osará denunciar a los cristianos de los primeros si-
dido ya convencernos de ello cuando vinisteis a Nos, unos después
glos como adversarios del Imperio romano porque no se inclina-
de otros, para darnos cuenta de vuestro ministerio y conferenciar
ban ante los preceptos idolátricos, y se esforzaban por obtener la
sobre los intereses sagrados de los que somos guardianes. Entre
abolición de éstos?
los motivos de confianza que nos alientan, es ciertamente esta una-
[18]. En el terreno religioso así entendido, los diversos par- nimidad uno de los más poderosos, y Nos damos gracias a Dios
tidos políticos conservadores pueden y deben estar de acuerdo. por ello desde el fondo del alma. Nos contamos coa la continua-
Pero los hombres que lo subordinaran todo al triunfo previo de su ción de vuestro trabajo para secundar nuestras paternas solicitudes
partido respectivo, aun en el caso de que les parezca ser éste el me- por ese querido país de Francia. Y con esta seguridad, como pren-
dio más apto para la defensa religiosa, quedarían acusados y con- da de nuestro afecto, os damos, queridos hijos, a vosotros, a vuestro
victos de anteponer de hecho, por una funesta inversión de ideas, clero y a los fieles de vuestra diócesis, con toda la efusión de nues-
la política, que divide, a la religión, que une. Y ésta sería su falta tro corazón, la bendición apostólica.
si nuestros enemigos, explotando las divisiones de aquéllos, como Dado en Roma el 3 de mayo de 1892, año decimoquinto de
lo han hecho ya con no rara frecuencia, llegasen, finalmente, a aplas- nuestro pontificado.
tarlos a todos.
l'K.\Kl'l..\K\ c'.K\Ti:|.\riuN!S 319

PRAECLARA GRATULAT10N1S Son ahora los católicos a los que León Xiíl se dirige. Un doble
peligro acecha a la fe católica: el peligro de un falseamiento de la gc-
Llamamiento a la unidad nuina noción dogmática de la Iglesia y el peligro de la masonería.
Frente a ésta reitera León XIII la condenación lanzada en otros do-
cumentos, particularmente en la Humanum genus. Con respecto a la
noción dogmática de la Iglesia, el Papa recuerda la cruda guerra ideo-
lógica y política que actualmente se hace a la Iglesia; guerra que cons-
tituye el tema de la encíclica posterior Annum ingressi.
La parte tercera, consagrada a los jefes de Estado, constituye una
enumeración de los bienes que el Estado reportaría de esta unidad de
todos los pueblos en la fe católica. Después de una densa alusión a la
Ciertos círculos tendenciosos han querido describir el pontificado misión social de la Iglesia, León XIII examina el orden internacional
de León XIII subrayando casi exclusivamente la labor política del an- europeo y el orden interno de los Estados 1.
tecesor de San Pío X. Esta visión es errónea por su calculada unila- En el orden internacional, la unidad religiosa repercutiría favora-
teralidad. León XIII ha sido el gran promotor de la verdadera civili- blemente sobre la situación europea, suprimiendo o disminuyendo al
zación. Pero el sentido exacto de esta afirmación sólo se percibe a través menos la amenaza de la guerra, la carrera de armamentos, el creci-
de otra proposición equivalente: León XIII consagró su vida 'a la de- miento desmesurado de los presupuestos de los Estados y el empobreci-
fensa de la civilización cristiana, es decir, a la difusión del reino de miento alarmante de la economía pública y privada. En el orden na-
Cristo en el mundo agitado de su época. «Lo que Nos hemos propuesto cional, los dos grandes problemas que agitan la vida de los pueblos, el
constantemente... durante todo nuestro pontificado ha sido acercarnos social y el político, encontrarían su solución acertada en los principios
lo más estrechamente posible a los pueblos y demostrar... esta verdad: de la revelación y de la filosofía cristiana. El problema político está
que la influencia del Pontificado romano es benéfica en todos los aspec- centrado en el hallazgo de una fórmula conciliadora entre el principio
tos». Estas palabras introductorias de la encíclica Praeclara gratula- de autoridad y el principio de libertad de los pueblos. Fórmula señalada
tionis, escritas cuando el hombre se acerca al umbral que clausura la ya en la encíclica Immortale Dei.
vida presente para abrir la hora definitiva de. la responsabilidad eterna, Se trata de un nuevo orden social y político que hay que instaurar,
son una demostración evidente de lo dicho. preludio del nuevo ordenamiento propugnado por Pío XI y Pío XII.
La encíclica aquí incluida es un llamamiento de todos los pueblos Orden nuevo en el que debe hallar plena cabida la misión providencial
a la unidad católica, llamamiento sacudido todo él por una profunda de Europa, evangelizadora del mundo y creadora de la verdadera fra-
emoción apostólica. Tres partes se perfilan claramente en esta carta: ternidad universal cristiana.
la llamada del Padre a los hijos separados, la advertencia del Pastor
a los hijos del propio rebaño y la invocación del Romano Pontífice a los BIBLIOGRAFÍA
jefes de todos los Estados.
Tres sectores distingue León XIII en su llamamiento a los hijos G. CASTEIXA, Histoire des Papes t.3 p.262ss.—F. J. MONTALBÁN, Historia
de la Iglesia católica. Edad Moderna p.709ss (BAC, Madrid 1952).—J. SCHMIO-
separados: los infieles, los cismáticos y los protestantes. Con respecto LIN, Papstgeschichte der neuesten Zeit t.2 p.505ss.
a los infieles, recuerda el Papa con emoción, que se trasluce en la misma
estructura del estilo, que el campo de las misiones es el más querido para SUMARIO
la Iglesia católica. Los párrafos consagrados a esta actividad misione-
ra de la Iglesia son como un anuncio de las grandes encíclicas misiona- I. El jubileo episcopal del Papa ha demostrado la unidad de la Iglesia
les de Pió XI y Pió XII. Al hablar de los cismáticos, aparece el tema y su adhesión al Sumo Pontífice. Pero una nube de tristeza hi empañado
divisorio del primado de jurisdicción del Romano Pontífice. La Prae- esta alegría: inmensas multitudes viven fuera de la unidad de la
clara gratulationis se convierte en este momento en un eco fiel de la Iglesia. El Papa quiere hacer un llamamiento a la unidad en la fe
constitución Pastor aeternus del Concilio Vaticano. Es la misma his- católica a todos los pueblos del mundo.
toria del cisma de Oriente la que proporciona un argumento irrefutable II. Llamamiento a la unidad religiosa. Los pueblos infieles que no co-
del primado de la Sede Romana. A los protestantes, León XIII les nocen a Cristo son los más desgraciados de todos. La Iglesia no ha
señala la lamentable, pero lógica trayectoria de su teología, entregada, 1
Este análisis de la situación europea constituye el engarce histórico de los dos grandes
finalmente, a los caprichos de un racionalismo devastador de corte na- sectores en que se puede dividir la doctrina política del Pontificado contemporáneo: el sector
simbolizado por León XIII y caracterizado por la presencia del Estado liberal, y el sector
turalista. La nostalgia de la Iglesia madre ha hecho volver al seno de representado por los dos últimos Pontífices, Pío XI y Pío XII, y señalado por la aparición
ésta a no pocos espíritus rectos y clarividentes. del Estado nuevo. Alrededor de León XIII se pueden concentrar las enseñanzas de Pío IX
y de San Pío X. En conexión con la doctrina de Pío XI y Pío XII se puede poner como ante -
cedente la labor de Benedicto XV. Los primeros constituyen el Corpus politicm leonianutn,
kos segundos integran el Corpus politicum pianum.
320 LEÓN XIII l'KMvl'I.AUA c'.KVn I.Vl'IONIS .1-1

faltado a su misión evangelizadora de los pueblos paganos. Las mi- [ i ] . L a s felicitaciones públicas ' q u a h e m o s recibido d e Indas
siones son el campo en que la Iglesia despliega una mayor actividad. partes con ocasión de n u e s t r o jubileo episcopal, y q u e acaban de
Los pueblos cismáticos: contraste doloroso entre la antigua unidad recibir ú l t i m a m e n t e su coronamiento de la insigne p i e d a d español.i,
católica y la actual disidencia. Glorias ilustres de las Iglesias orienta-
les. La historia del cisma oriental prueba la verdad dogmática del h a n t e n i d o p r i n c i p a l m e n t e el resultado—causa de gozo g r a n d e para
primado de jurisdicción del Romano Pontífice. Gravísima responsa- n u e s t r a a l m a — d e hacer brillar, en la u n i ó n d e v o l u n t a d e s y en la
bilidad de los que impiden ¡a unión. Esta unión debe ser tal como concordia de sentimientos, la u n i d a d de la Iglesia y su admirable
Jesucristo la ha establecido. No perjudicará para nada a las Iglesias unión con el S u m o Pontífice. Se ha dicho q u e en estos días, dejando
orientales. Llamamiento especial a las naciones eslavas. a un lado t o d o otro recuerdo, el orbe católico n o t e n í a n l a s pensamien-
Los pueblos protestantes. Estado en que ha quedado la religión • tos y m á s miradas q u e para el Vaticano. Embajadas de príncipes, pere-
cristiana dentro del protestantismo. Esta evolución ha sido lógica, grinaciones i n n u m e r a b l e s , cartas llenas de a m o r filial, solemnes ce-
desgraciadamente. Por esto, los espíritus rectos y clarividentes del
protestantismo vuelven a la Iglesia católica. Esta desea el retorno de remonias, t o d o proclamaba altamente q u e , c u a n d o se trata d e h o n -
todos al seno de la Iglesia verdadera. rar a la Sede Apostólica, n o hay e n la Iglesia m á s q u e u n solo cora-
III. Llamamiento, por último, a los católicos. Que no pierdan su fe. zón y u n a sola alma. Y estas manifestaciones nos h a n sido m á s gratas
Que inspiren toda su conducta en las enseñanzas pontificias. Dos todavía p o r encajar p l e n a m e n t e en n u e s t r o s p u n t o s de vista y res-
peligros actuales para la unidad católica. p o n d e r t o t a l m e n t e a nuestros esfuerzos. P o r q u e , guiados p o r el co-
Primero, las teorías erróneas acerca de la verdadera naturaleza de la nocimiento de los t i e m p o s y de la conciencia de nuestro deber, lo
Iglesia. La Iglesia es una sociedad perfecta fundada por Cristo. Está q u e N o s h e m o s p r o p u e s t o constantemente, lo q u e N o s h e m o s p r o -
dotada de un principio intrínseco de vida, que la capacita para el c u r a d o sin descanso, t a n t o en nuestras palabras como en n u e s t r o s
cumplimiento de su misión. Tiene poder legislativo y debe gozar de hechos, d u r a n t e t o d o n u e s t r o pontificado, h a sido acercarnos lo m á s
toda la libertad necesaria. No es intrigante ni ambiciosa. Es condes-
estrechamente posible a los pueblos y d e m o s t r a r con la m á s total
cendiente y respeta los derechos del poder político. Sin embargo,
hoy día se persigue a ia Iglesia y se violan sus derechos. Entre la Igle- evidencia esta v e r d a d : q u e la influencia del Pontificado r o m a n o es
sia y el Estado debe haber distinción y separación, pero dentro de benéfica en t o d o s los aspectos. Por esto N o s queremos manifestar
un clima de amistad y concordia mutuas. n u e s t r o vivo agradecimiento, ante todo, a la b o n d a d divina, de q u i e n
El segundo peligro de la fe católica es el que supone la masonería. h e m o s recibido este beneficio de haber llegado sanos y salvos a u n a
Esta tiende a convertirse en la dueña del Estado y de la vida social edad t a n avanzada, y, además, a los príncipes, a los obispos, al clero,
entera. Su raíz es el naturalismo. Hay que sacudir de una vez para a los simples fieles, a todos aquellos, finalmente, q u e con las n u m e -
siempre el yugo ominoso de la masonería.
rosas demostraciones de su piedad y de su devoción h a n h o n r a d o
IV. Los beneficios de la unidad. Se reconocería de nuevo la dignidad
preeminente de la Iglesia. Este reconocimiento reportarla grandes
bienes al Estado. Porque es la Iglesia la que aporta las soluciones [ D e o m n i u m h o m i n u m ad unitatem fidei vocatione]
eficaces de los problemas más complicados.
Como consecuencia se operaría un acercamiento confiado entre Praeclara gratulationis publicae testimonia, quae toto superiore anno,
las naciones: se detendría la carrera de armamentos y se salvaría la ob memoriam primordiorum episcopatus Nostri, undique accepimus, quae-
grave crisis económica del mundo presente. Por lo que toca al orden que próximo tempore insignis Hispanorum pietas cumulavit, hunc imprimís
interno de los pueblos, se garantizaría la seguridad del Estado. Porque attulere Nobis laetitiae fructum, quod in illa similitudine concordiaque
hoy día se debaten dos cuestiones: la social y la política. Y son los voluntatum eluxit Ecclesiae unitas, eiusque cum Pontífice máximo mira
principios de la filosofía cristiana los únicos que pueden contribuir coniunctio. Videbatur per eos dies orbis catholicus, quasi rerum ceterarum
a encontrar una solución satisfactoria y eficaz para ambos. cepisset oblivio, in aedibus Vaticanis obtutum oculorum animique cogitatio-
La unidad traerá consigo la instauración de un nuevo orden de nem defixisse. Principum legationes, peregrinorum frequentia, plenae amoris
cosas. Orden cuyos beneficios se extenderán también a los pueblos epistolae, caerimoniae sanctissimae id aperte significabant, in obsequio Apos-
todavía no civilizados, ya que la misión providencia] de Europa parece tolicae Sedis cor unum esse omnium catholicorum et animamunam. Quae res
ser la de evangelizar al mundo. Surgirá así una auténtica y definitiva hoc etiam accidit iucundior et gratior, quia cum consiliis coeptisque Nostris
fraternidad humana sobre la simultánea unidad de la fe y de la ca- admodum congruens. Siquidem gnari temporum et memores officii, in omni
ridad. pontificatus Nostri cursu, hoc constanter spectavimus, atque hoc, quantum
V. El Papa pone toda su esperanza en Jesucristo. Llamamiento a los docendo agendoque potuimus, conati sumus, colligare Nobiscum arctius
reyes y a los jefes de Estado. ¿Podrá el siglo XIX transmitir al si- omnes gentes omnesque populos, atque in conspicuo poneré vim pontificatus
glo XX algunas garantías seguras de paz y concordia? «Un solo re- romani, salutarem in omnes partes.' Máximas igitur et agimus et habemus
baño y un solo pastor». gratias primum quidem benignitati divinae, cuius muñere beneficioque id
aetatis attingimus incólumes; deinde viris principibus, episcopis, clero, p r i -
vatisque universis, quotquot multiplici testificatione pietatis et obsequii
1
L E Ó N XIII, Carta apostólica a todos los gobernantes y pueblos del mundo con ocasión del
jubileo episcopal del Papa: ASS 26 (1893-1894) 705-717; A L 15,195-214.

üoctr. pontij. 2 11
322 LEÓN X I I I PRAEO.ARA GRATULATIONIS 328
n u e s t r o cargo y nuestra dignidad y h a n proporcionado u n consuelo zón y usar d e todos los medios q u e están a n u e s t r o alcance para lla-
t a n intenso a n u e s t r a persona. m a r y convidar a todos los h o m b r e s , sin distinción de raza o de na-
[ 2 ] . N o es q u e n o haya h a b i d o alguna m e r m a en el gozo de ción, a la u n i d a d de la fe divina.
n u e s t r o espíritu. E n m e d i o d e estas manifestaciones populares, en-
t r e estas demostraciones de j ú b i l o y d e piedad filial, u n p e n s a m i e n t o [I. L L A M A M I E N T O A LA UNIDAD R E L I G I O S A ]
asediaba n u e s t r o e s p í r i t u : N o s p e n s á b a m o s en las m u l t i t u d e s in-
mensas q u e n o tienen la dicha de pertenecer a esta gran familia ca- [Los pueblos infieles}
tólica, unas p o r q u e ignoran c o m p l e t a m e n t e el Evangelio, otras por-
[ 3 ] . I m p u l s a d o p o r la caridad, q u e corre con m a y o r rapidez
q u e , profesando, es verdad, la religión cristiana, están, sin e m b a r g o ,
allá d o n d e es m a y o r la necesidad, n u e s t r o corazón vuela en p r i m e r
separadas de n u e s t r a fe. Este pensamiento nos causaba entonces,
lugar a aquellas naciones q u e o n o h a n recibido todavía la luz del
c o m o nos causa t a m b i é n ahora, u n vivo dolor. N o s n o p o d e m o s
Evangelio, o, si la recibieron, n o h a n sabido defenderla contra su
evitar, en efecto, u n a aflicción profunda al contemplar u n a parte
p r o p i a incuria o contra las vicisitudes de los t i e m p o s ; naciones q u e
t a n vasta del género h u m a n o alejarse d e N o s por u n camino d e s -
son las m á s desgraciadas d e todas, p o r q u e n o conocen a D i o s y vi-
viado.—Pero, c o m o N o s t e n e m o s aquí en la tierra el lugar de Dios,
ven h u n d i d a s en el error. Y como toda salvación viene d e Jesucristo
d e este D i o s t o d o p o d e r o s o q u e quiere salvar a todos los h o m b r e s
y no ha sido dado bajo el cielo entre los hombres ningún otro nombre
y llevarlos a la verdad, y como, p o r otra parte, lo avanzado de nues-
por el cual podamos ser salvos 3 , es n u e s t r o deseo m á s ardiente q u e
t r a e d a d y la a m a r g u r a d e las preocupaciones nos van acercando a lo
el santísimo n o m b r e de Jesús se difunda r á p i d a m e n t e p o r todas las
q u e es el desenlace de toda vida h u m a n a , N o s h e m o s j u z g a d o n u e s -
regiones de la tierra, penetrándolas con su benéfica eficacia. E n este
t r o d e b e r imitar el ejemplo d e Jesucristo, n u e s t r o Salvador y M a e s -
aspecto, la Iglesia n o ha faltado j a m á s a su misión divina. ¿En q u é
tro, quien, c u a n d o estaba p r ó x i m o a regresar al cielo, pidió a Dios,
otro c a m p o hace la Iglesia mayores esfuerzos desde hace veinte si-
su P a d r e , en la efusión d e u n a ardiente oración, q u e sus discípulos
glos o d ó n d e despliega u n a r d o r mayor y u n a mayor constancia
y sus fieles fuesen u n solo espíritu y u n solo corazón: Ruego... para
q u e en la propagación d e la verdad y de las instituciones cristianas ?
que todos sean uno, como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, para que
A diario vemos a los heraldos del Evangelio, mandatarios d e n u e s -
también ellos sean uno en nosotros 2.—Y como esta oración n o abra-
tra autoridad, salvar los m a r e s y llegar hasta las últimas extremida-
zaba solamente a t o d o s los q u e entonces profesaban la fe d e Jesu-
d e s d e la tierra; y t o d o s los días N o s suplicamos a la b o n d a d divina
cristo, sino t a m b i é n a todos aquellos q u e debían profesarla en el
q u e se digne a u m e n t a r el n ú m e r o de los sagrados ministros dignos
d e c u r s o d e los t i e m p o s , esa oración es p a r a N o s u n a razón j u s t a q u e
del oficio apostólico, es decir, consagrados a la extensión del reino
nos m u e v e a manifestar confiadamente los deseos d e nuestro cora-
d e Jesucristo hasta el sacrificio d e su bienestar y de su salud, e inclu-
so, si hace falta, hasta la inmolación d e su propia vida.
dedere operam, ut personam ac dignitatem Nostram honore, Nosque priva-
tim opportuno solatio afficerent. nomines, nullo generis locorumve discrimine, ad fidei divinae unitatem
Quamquam ad plenum soiidumque solatium, multum sane defuit. Nam vocentur atque incitentur universi.
inter ipsas popularis laetítiae studiique significationes, obversabatur animo Urgente propositum caritate, quae illuc aecurrit celerius, ubi opitu- _
• multitudo ¡ngens, in illo gestientium catholicorum eonsensu aliena, partim landi necessitas maior, primum quidem provolat animus ad gentes omnium
quod evangelicae sapientiae est omnino expers, partim quod, licet christiano misérrimas, quae Evangelii lumen vel nullo modo acceperunt, vel acceptum,
initiata nomini, a fide catholica dissidet. Qua re graviter commovebamur, incuria seu longinquitate, restinxerunt: proptereaque Deum ignorant, et
commovemur: ñeque enim fas est sine intimo doloris sensu cogitatione in summo errore versantur. Quoniam salus omnis a Iesu Christo proficis-
intendere in tantam generis humani partem longe a Nobis, velut itinere citur, nec enim aliud nomen est sub cáelo datum hominibus, in quo nos opor-
devio, digredientem.—Iamvero, cum Dei omnipotentis vices in terris gera- teat salvos fieri, votorum Nostrorum hoc est máximum, posse sacrosancto
mus, qui vult omnes nomines salvos fieri et ad agnitionem veritatis venire, Iesu nomine cunetas terrarum plagas celeriter imbuí atque compleri. Qua
cumque Nos et sera aetas et amara curarum ad humanum urgeant exitum, in re munus efficere sibi demandatum a Deo Ecclesia quidem nullo tempore
visum est redemptoris magistrique nostri Iesu Christi in eo imitari exem- praetermisit. Quid enim undeviginti saecula laboravít, quid egit studio
plum, quod proxime ad caelestia rediturus summis precibus a Deo Patre constantiaque maiore, quam ut ad veritatem atque instituía christiana
flagitavit, ut alumni sectatoresque sui et mente ét animo unum fierent: gentes adduceret' Hodieque frequenter maria transmittunt, ad ultima loca
Rogo... ut omnes unum sint, sicut tu Pater in me, et ego in te, ut et ipsi in nobis progressuri, ex auctoritate Nostra praecones Evangelii: quotidieque a Deo
unum sint. Quae quidem precatio obsecratioque divina quoniam non eos contendimus ut multiplicare benigne velit sacrorum administros, dignos
tantum complectitur qui tune in Iesum Christum crederent, sed etiam quot- muñere apostólico, qui scilicet commoda sua et incolumitatem et vitam
quot credituri reüquo tempore essent, ideirco dat illa Nobis causam non ipsam, si res postulaverit, pro Christi regno amplificando non dubitent
ineptam aperiendi fidenter vota Nostra, conandique, quoad possumus, ut devovere.
lo. 17,20-21. 3
Act. 4,12.
324 T.EÓN X I I I 1'RAKCI.ARA ÜKATUI.ATIONIS 325

[ 4 ] . Y vos, Jesucristo, Salvador y P a d r e del género h u m a n o , b o n d a d e s , p o r q u e es El el ú n i c o q u e tiene en sus m a n o s todas las


apresurad la realización de la promesa q u e hicisteis en otro tiempo, voluntades h u m a n a s y p u e d e inducirlas a lo q u e El quiere, N o s
esto es, q u e , c u a n d o fueseis levantado sobre la tierra, atraeríais a vos nos dirigimos a estos pueblos y, con u n a caridad e n t e r a m e n t e p a -
todas las cosas. Bajad, p o r fin, y mostraos a esta infinita m u l t i t u d terna, les rogamos y les conjuramos para q u e borren todo resto de
q u e n o h a gustado todavía vuestros beneficios, frutos preciosos de división y vuelvan a la u n i d a d .
vuestra divina sangre. D e s p e r t a d a los q u e d u e r m e n en las tinieblas [ 6 ] . Y, en p r i m e r lugar, N o s dirigimos nuestras m i r a d a s con
y en las sombras de la m u e r t e , para que, iluminados por vuestra todo amor hacia el O r i e n t e , cuna de la salvación del género h u m a n o .
sabiduría y p e n e t r a d o s d e vuestra virtud, en vos y para vos, sean M o v i d o s p o r u n a r d i e n t e deseo, N o s n o p o d e m o s apagar la dulce
consumados en la unidad 4. esperanza de q u e n o esté ya lejano el t i e m p o en q u e las Iglesias d e
O r i e n t e , t a n ilustres p o r la fe de sus mayores y p o r su gloriosa his-
[Los pueblos cismáticos] toria, vuelvan d e n u e v o al redil: t a n t o m á s c u a n t o q u e , entre ellas
[5 ]. Y h e aquí q u e ahora, a la luz de esta unidad misteriosa, y N o s , la línea de separación n o está excesivamente a c e n t u a d a ; t o d o
N o s c o n t e m p l a m o s a t o d o s aquellos pueblos q u e la b o n d a d divina lo contrario, p r e s c i n d i e n d o d e algunos p u n t o s , el a c u e r d o e n t o d o
ha liberado desde hace ya m u c h o t i e m p o de sus errores seculares lo d e m á s es t a n completo, q u e con frecuencia, para defender la fe
para conducirlos a las claridades de la sabiduría evangélica. N a d a católica, N o s t o m a m o s autoridades y argumentos de razón d e la d o c -
hay, sin d u d a alguna, m á s dulce a la memoria, nada q u e ofrezca trina, d e la moral y del ritual d é las Iglesias orientales. El p u n t o ca-
una materia de mayores alabanzas de la Providencia, q u e aquellos pital de la disidencia es el p r i m a d o del R o m a n o Pontífice. Pero, si
antiguos t i e m p o s en los q u e la fe divina era considerada como u n se r e m o n t a n a n u e s t r o c o m ú n origen, si consideran los sentimientos
p a t r i m o n i o c o m ú n , p o r encima d e todas las divisiones; c u a n d o las d e sus antepasados, si interrogan las tradiciones m á s p r ó x i m a s a los
naciones civilizadas, t a n distintas e n carácter, costumbres y terri- orígenes del cristianismo, las Iglesias orientales encontrarán medios
torio, se dividían frecuentemente y se combatían en otros terrenos, suficientes para convencerse con toda evidencia q u e es al R o m a n o
p e r o encontrándose siempre unidas y compactas en el t e r r e n o de Pontífice al q u e se aplica aquella palabra de Jesucristo: Tú eres Pe-
la fe. A Ja luz de estos recuerdos, experimenta el espíritu u n p r o - dro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia 5 . Y e n la cronología del
fundo dolor, p e n s a n d o en la desgraciada época posterior, en la q u e Pontificado R o m a n o , la antigüedad conoció bien p r o n t o varios P o n -
ciertas circunstancias históricas funestas, b i e n aprovechadas p o r el tífices elegidos de entre las Iglesias de Oriente, especialmente A n a -
recelo y p o r los fermentos de la enemistad, arrancaron del seno de cleto, Evaristo, Aniceto, Eleuterio, Z ó s i m o y Agatón, la mayoría
la Iglesia r o m a n a grandes y florecientes naciones. Sea lo q u e sea de los cuales tuvieron la gloria de consagrar con su sangre u n go-
d e ello, confiando en la gracia y en la misericordia d e este Dios t o d o - b i e r n o lleno de sabiduría y santidad.—Son conocidos, p o r otra par-
poderoso, que sabe c u á n d o estarán los t i e m p o s m a d u r o s para sus
rint. Utcumque sit, Nos quidem gratiá confisi misericordiaque omnipo-
tentis Dei, qui novit unus opitulandi maturitates, et cuius in potestate
T u vero propera, humani generis servator et parens Iesu Christe: est eo, quo vult, voluntates hominum flectere, ad eas ipsas nationes adiici-
exequi ne difieras quod olim te dixisti facturum, ut cum exaltatus esses a mus animum, easdemque caritate paterna hortamur atque obsecramus,
térra, omnia traheres ad te ipsum. Ergo illabere aliquando, atque ostende ut rediré, compositis dissidiis, velint ad unitatem.
te multitudini infinitae, beneficiorum maximorum, quae cruore Uto pepe-
Ac primo peramanter respicimus ad Orientem, unde in orbem univer-
risti mortalibus, adhuc experti: excita sedentes in tenebris et umbra mortis,
sum initio profecta salus. Videlicet expectatio desiderii Nostri iucundam
ut radiis illustrati sapientiae virtutisque tuae, in te et per te sint consum-
spem inchoare iubet, non longe abfore ut redeant, unde discessere, fide
mati in anum.
avita glorifique vetere illustres, Ecclesiae orientales. Eo vel magis quod
Cuius quidem unitatis sacramentum cogitantibus, occurrit Nobis uni- non ingenti discrimine seiunguntur; imo, si pauca excipias, sic cetera
versitas populorum, quos ab erroribus diuturnis ad evangelicam sapientiam consentimus, ut in ipsis catholici nominis vindiciis non raro ex doctrina,
divina pietas iamdiu traduxit. Nihil profecto ad recordationem iucundius, ex more, ex ritibus, quibus orientales utuntur, testimonia atque argumenta
ñeque ad laudem providentissimi numinis praeclarius veterum memoria promamus. Praecipuum dissidii caput, de romani Pontificis primatu. Ve-
temporum, cum fides divinitus accepta patrimonium commune atque ir>- rum respiciant ad initia, videant quid maiores senserint sui, quid próxima
dividuum vulgo habebatur: cum excultas humanitate gentes, Iocis, ingenio, originibus aetas tradiderit. Inde enimvero illud Christi divinum testimo-
moribus dissitas, licet alus de rebus saepe dissiderent, dimicarent, nihilomi- nium, Tu es Petrus et super harte pelram aedijicabo Ecclesiam meam, lucu-
nus in eo, quod ad religionem pertinet, fides christiana universas coniuga- lenter extat de romanis pontificibus comprobatum. Atque in Pontificum
bat. Ad huius recordationem memoriae, nimis aegre fert animus, quod numero lectos ex Oriente ipso non paucos prisca vidit aetas, imprimisque
successu aetatum, suspicionibus inimicitiisque commotis, magnas ac flo- Anacletum, Evaristum, Anicetum, Eleutherium, Zosimum, Agathonem: quo-
rentes nationes de sinu Ecclesiae romanae male auspicata témpora abstraxe- rum plerisque contigit, ut universae christianae reipublicae administratio-
4 s M t . 16,18.
lo. 17,23.
326 LEÓN XIII rRAÜCMRA GRATUI.ATIONIS 827
te, la época, los motivos, los autores d e esta desgraciada separación. los orientales d e nuestros días disposiciones m á s conciliadoras con
A n t e s d e q u e el h o m b r e separase lo q u e Dios había u n i d o , el n o m - respecto a los católicos e incluso sentimientos d e benevolencia **.
b r e d e la Sede Apostólica e r a sagrado p a r a todas las naciones d e l Estos sentimientos h a n sido declarados hace p o c o e n u n a circuns-
universo cristiano; y a este R o m a n o Pontífice, q u e reconocían u n á - tancia notable, c u a n d o aquellos d e los nuestros q u e la piedad había
n i m e m e n t e c o m o el legítimo sucesor d e San P e d r o y, p o r tanto, conducido al O r i e n t e h a n prodigado ante los ojos d e todos los b u e -
c o m o Vicario d e Jesucristo sobre la tierra, ni el O r i e n t e ni el Occi- nos oficios y todas las señales d e u n a cordial simpatía.—Por esto
d e n t e discutían el t r i b u t o d e su obediencia.—Por otro lado, si n o s nuestro corazón se abre a vosotros 9, sin distinción, los d e rito griego
r e m o n t a m o s hasta los orígenes m i s m o s d e la disidencia, está p r o - o d e cualquier o t r o rito oriental, q u e estáis separados d e la Iglesia
b a d o q u e el p r o p i o Focio t u v o el cuidado d e enviar a R o m a defen- católica. N o s deseamos vivamente q u e meditéis e n vuestro interior
sores d e su causa; y está p r o b a d o t a m b i é n q u e el papa Nicolás I aquellas graves y tiernas palabras q u e Bessarion dirigía a vuestros
p u d o enviar, sin provocar objeción alguna, legados d e R o m a a C o n s - P a d r e s : « ¿ Q u é r e s p o n d e r e m o s a D i o s c u a n d o n o s p i d a cuentas d e
tantinopla, con la misión d e «instruir la causa del patriarca Ignacio, esta r u p t u r a con n u e s t r o s h e r m a n o s , el q u e , para a g r u p a r n o s e n
recoger amplias y seguras informaciones y d a r cuenta d e t o d o ello la u n i d a d d e u n m i s m o redil, h a bajado del cielo, s e h a encarnado,
a la Sede Apostólica» 6 . D e tal m a n e r a q u e la historia completa d e ha sido crucificado? ¿Cuál será nuestra excusa a los ojos d e la p o s -
u n a s u n t o q u e había d e t e r m i n a r e n la r u p t u r a con la Sede d e R o m a t e r i d a d ? ¡ O h , n o suframos esto, n o prestemos a ello nuestra confor-
p r o p o r c i o n a a ésta u n a brillante confirmación d e s u p r i m a d o . — P o r m i d a d , n o abracemos u n p a r t i d o t a n funesto p a r a nosotros y p a r a
último, todos saben q u e e n d o s grandes concilios, el s e g u n d o con- los nuestros!»—Meditad p r o f u n d a m e n t e nuestra petición, reflexio-
cilio d e L y ó n y el concilio d e Florencia, los latinos y los griegos, e s - n a d m a d u r a m e n t e sobre ella e n la presencia d e D i o s . N o s os p e d i -
p o n t á n e a m e n t e y d e c o m ú n acuerdo, proclamaron el d o g m a d e la m o s el acercamiento y la u n i ó n n o movidos ciertamente p o r motivo
s u p r e m a jurisdicción del R o m a n o Pontífice 7 . h u m a n o alguno, sino p o r la caridad divina y el celo d e la salvación
[ 7 ] . N o s h e m o s r e c o r d a d o d e propósito estos hechos históri- c o m ú n . N o s q u e r e m o s u n a u n i ó n perfecta y s i n reservas, p o r q u e
cos, p o r q u e encierran e n sí m i s m o s u n llamamiento a la reconcilia- la q u e implicase solamente u n a cierta c o m u n i d a d d e d o g m a s y u n
ción y a la paz. Y, además, p o r q u e n o s h a parecido reconocer entre cierto i n t e r c a m b i o d e caridad recíproca n o p u e d e llamarse u n i ó n
perfecta y sin reservas. L a unión verdadera d e los cristianos es la
nem sapienter sancteque gestam, profuso etiam sanguine consecrarent.— querida y establecida p o r Jesucristo, y consiste e n la u n i d a d d e fe
Plañe liquet quo tempore, qua causa, quibus auctoribus infelix excitata y jurisdicción. N o tenéis q u e temer, p o r otra parte, q u e , c o m o con-
discordia. Ante illud tempus, quo tempore homo separavit quod Deus secuencia d e este retorno, sufran m e r m a alguna vuestros derechos,
coniunxerat, sanctum erat apud omnes christiani orbis gentes Sedis Aposto-
licae nomen, romanoque Pontifici, ut beati Petri successori legitimo, ob
eamque rem lesu Christi in terris vicario, Oriens pariter atque Occidens cere in orientalibus videmur multo mitiorem erga catholicos animum,
consentientibus sententiis sine ulla dubitatione parebant.—Hanc ob causam, imo propensionem quamdam benevolentis voluntatis. Id nominatim non
si respiciatur ad initia dissidii, Photius ipse oratores de rebus suis Romam multo ante apparuit. cum scilicet nostris, pietatis causa in Orientem ad-
destinandos curavit: Nicolaus vero I Pontifex maximus Constantinopolim vertís, egregia humanitatis amicitiaque praestita officia vidimus.—Itaque
legatos suos, nullo contra dicente, ab Urbe misit, ut Ignatii Patriarchae os Nostrum patet ad vos, quotquot estis, graeco aliove orientali ritu, Eccle-
causam diligenter investigarent, et Sedi Apostolicae plenis ac veracibus re- siae catholicae discordes. Magnopere velimus, reputet unusquisque apud
ferrent indiciis: ita ut tota rei gestae historia primatum romanae Sedis, se illam Bessarionis ad patres vestros plenam amoris gravitatisque oratio-
quacum dissensus tum erumpebat, aperte coníirmet.—Denique in Conciliis nem: Quae nobis relmquetur apud Deum respdnsio, quare a fratribus divisi
magnis tum Lugdunensi II. tum Florentino, supremam romanorum ponti- fuerimus, quos ut uniret et ad unum ovile redigeret, ipse descendit de cáelo,
ficurn potestatem nemo ignorat, facili consensione et una omnes voce, incarnatus et crucifixus est? quae riostra defensio erit apud posteros nostros?
latinos graecosque ut dogma sanxisse. non patiamur haec, Patres optimi: non habeamus hanc sententiam, non ita
mole nobis consulamus et nostris.—Quae sint postulata Nostra, probé per
Ista quidem ob hanc rem consulto revocavimus, quia ad reconcilian- se ipsa et corám Deo perpendite. Nullá quidem humana re, sed caritate
dam pacem velut invitamenta sunt: eo vel magis, quod hoc tempore perspi- divina, communisque salutis studio permoti, reconciliationem coniunctio-.
6
E n su primera epístola sinódica, Focio hacía profesión abierta d e fe católica y solici-
nemque cum Ecclesia romana suademus: coniunctionem intelligimus ple-
taba del Papa su aprobación pontificia. Extremos q u e reiteraba en la carta q u e Focio escribió nam ac perfectam: talis enim esse nullo modo potest ea, quae nihil amplius
al papa Nicolás T después del amañado concilio oriental de Constantinopia (cf. R. GARCÍA inducat, quam certam aliquam dogmatum credendorum concordiam fra-
VILLOSLADA, Historia de la Iglesia católica. Edad Media p.249-251, B A C , M a d r i d 1953). _ _
7
E n la profesión d e fe católica suscrita p o r Miguel Paleólogo e n el segundo concilio
ternaeque caritatis commutationem. Vera coniunctio Ínter christianos est,
Lugdunense (1274) se lee textualmente: ipsa quoque sancta Romana Ecclesia summum et ple- quam auctor Ecclesiae Iesus Christus instituit voluitque, in fidei et regi-
num primatum et principatum super universam Ecclesiam catholicam obtinet; quem se ab ipso minis unitate consistens. Ñeque est cur dubitetis, quidquam propterea
Domino in beato Petro Ápostolorum principe sive vértice, cuius Romanus Pontifex est successor, vel Nos vel successores Nostros de iure vestro, de patriarchalibus privile-
cum potestatis plenitudine recepisse veracitei et humiliter recognoscit: D B 466 (cf. R. GARCÍA
VILLOSLADA, Historia de la Iglesia católica. Edad Media p.642 ss-, B A C , M a d r i d 1951). E n
8
lo concerniente al concilio Florentino, véase D B 694 y SABA-CASTIGLIONI, Historia de los Véase G. CASTELLA, Histoire des papes t.3 p.262 ss.
papas, trad. esp. t-2 p.12 ss. (Barcelona 1951). 9
2 Cor. 6,11.
328 LEÓN X I I I
PKARCI,ARA 0 RATUUTIONIS 320
los privilegios de vuestros patriarcados, los ritos y costumbres de
para m u c h o s de los pueblos pertenecientes a vuestra raza la fuente
vuestras Iglesias respectivas. H a sido y será siempre intención de
d e la civilización y d e la salvación. A q u í está el origen de la a d m i -
la Sede Apostólica y u n a de sus tradiciones m á s constantes usar
rable reciprocidad de beneficios p o r una de las partes y de piedad
con cada p u e b l o u n gran espíritu de condescendencia y respetar en
filial p o r la otra, q u e reinó d u r a n t e m u c h o s siglos entre Eslavonia y
amplia m e d i d a sus orígenes y sus c o s t u m b r e s . — T o d o lo contrario
el Pontificado r o m a n o . Y si la desgracia de los t i e m p o s ha p o d i d o
si la u n i ó n llega a restablecerse, ¡ q u é maravilloso a u m e n t o de digni- arrebatar a la fe católica u n g r a n n ú m e r o d e vuestros antepasados,
d a d y d e grandeza, con la a y u d a d e D i o s , a d q u i r i r á n vuestras Igle- considerad vosotros la trascendencia q u e tiene vuestro r e t o r n o a la
sias ! Q u e D i o s se digne escuchar la súplica q u e vosotros le dirigís: unidad. A vosotros t a m b i é n n o cesa de llamar la Iglesia para abra-
«Quitad t o d a división entre las Iglesias» i o, y aquella oración: zaros y colmaros d e u n o s beneficios q u e os proporcionarán salud,
«Reunid a los dispersos, congregad a los descarriados y volvedlos prosperidad y grandeza.
al s e n o d e vuestra santa Iglesia católica y apostólica» n . Q u e El se
digne conduciros a esta fe u n a y santa q u e p o r u n a tradición cons-
t a n t e nos viene, a vosotros y a N o s , desde la antigüedad más re- [Los pueblos protestantes]
m o t a ; a esta fe cuyo depósito g u a r d a r o n inviolablemente vuestros [ o ] . C o n u n a caridad n o m e n o s ardiente, N o s t o r n a m o s ahora
antepasados; a esta fe q u e ilustraron c o m o a porfía con el lustre hacia aquellos pueblos q u e en u n a época m á s reciente, a conse-
de sus virtudes, con la sublimidad d e su genio, con la excelencia de cuencia de u n a extraña inversión d e las realidades históricas, dejaron
su doctrina, u n Atanasio, u n Basilio, u n Gregorio Nacianceno, u n el regazo de la Iglesia romana. O l v i d a n d o las vicisitudes del pasado,
J u a n Crisóstomo, los dos Cirilos y t a n t o s otros grandes doctores q u e eleven sus espíritus p o r encima de las cosas h u m a n a s y q u e ,
cuya gloria pertenece al O r i e n t e y al O c c i d e n t e c o m o u n a h e r e n - ávidos ú n i c a m e n t e d e la v e r d a d y de la salud, consideren la Iglesia
cia c o m ú n . fundada p o r Jesucristo. Si q u i e r e n después confrontar esta Iglesia
[ 8 ] . Séanos p e r m i t i d o dirigiros u n llamamiento especial a vos- con sus iglesias particulares y ver las condiciones a q u e se halla
otros, naciones eslavas, cuya gloria está atestiguada p o r n u m e r o s o s r e d u c i d a en éstas la religión, reconocerán fácilmente q u e h a n lle-
hechos históricos. Conocéis los grandes beneficios de q u e sois d e u - gado a olvidar las tradiciones primitivas, q u e h a n i n t r o d u c i d o in-
d o r e s a los santos Cirilo y M e t o d i o , vuestros p a d r e s en la fe, tan novaciones en m u c h o s p u n t o s de los m á s i m p o r t a n t e s y q u e h a n
dignos de los honores q u e N o s m i s m o h e m o s decretado hace algunos caído en n u m e r o s o s errores. Y estarán conformes en q u e de aquel
años a s u memoria. Sus v i r t u d e s y su laborioso apostolado fueron p a t r i m o n i o d e v e r d a d q u e los autores del n u e v o estado d e cosas
h a b í a n llevado consigo d e s p u é s de la separación, n o les q u e d a m á s
q u e alguna q u e otra fórmula cierta y de alguna autoridad. M á s
giis, de rituali cuiusque Ecclesiae consuetudine detracturos. Quippe hoc a ú n , se h a llegado hasta el e x t r e m o de q u e son varios los q u e n o
etiam fuit, idemque est perpetuo futurum in consilio disciplinaque Aposto-
licae Sedis positum, propriis cuiusque populi originibus moribusque ex t e m e n m i n a r el f u n d a m e n t o m i s m o sobre el cual reposan toda la
aequo et bono non parce tribuere.—At vero redintegrata nobiscum commu- religión y todas las esperanzas h u m a n a s , esto es, la divinidad de
nione, mirum profecto quanta Ecclesiis vestris dignitas, quantum decus,
divino muñere, accedet. Sic igitur vestram ipsorum supplicationem D e u s .
perbenigne audiat, Fac cessent schismata ecclesiarum, atque. Congrega disper- que e genere vestro popuiis humanitas et salus. Quo factum ut Slavoniam
sos et reduc errantes, et coniunge sanctae tuae catholicae et apostolicae Eccle- inter et romanos pontífices pulcherrima vicissitudo hinc beneficiorum,
siae: sic ad illam restituamini unam sanctamque fidem, quam ultima vetus- illinc fidelissimae pietatis diu extiterit. Quod si maiores vestros misera
tas nobis perinde vobisque constantissime tradidit; quam patres ac maiores temporum calamitas magnam partem a professione romana alienavit, consi-
vestri inviolate servarunt: quam ipsam splendore virtutum, magnitudine dérate quanti sit rediré ad unitatem. Vos quoque Ecclesia pergit ad suum
ingenii, excellentia doctrinae certatim illustravere Athanasius. Basilius, revocare complexum, salutis, prosperitatis, magnitudinis praesidium mul-
Gregorius Nazianzenus, Ioannes Chrysostomus, uterque Cyrillus, aliique tiplex praebitura.
magni complures, quorum gloria ad Orientem atque Occidentem, tamquam Caritate non minore ad populos respicimus, quos, recentiore memoria,
communis hereditas aeque pertinet. insólita quaedam rerum temporumque conversio ab Ecclesia romana se-
Vosque nominatim compellare hoc loco liceat, Slavorum gentes univer- iunxit. Variis exactorum temporum casibus oblivione dimissis, cogitatio-
sae. quarum claritudinem nominis multa rerum gestarum monumenta nem supra humana omnia erigant, animoque veritatis et salutis unice cupido,
testantur. Nostis quam egregie de Slavis meruerint sancti in fide patres reputent apud se constitutam a Christo Ecclesiam. Quacum si velint con-
Cyrillus et Methodius, quorum memoriam Nosmetipsi honore debito augen- gregationes conferre suas, et quo loco in illis religio sit aestimare, facile
dam aliquot ante annis curavimus. Eorum virtute et laboríbus parta pleris- dabunt, se quidem multis maximisque in rebus, primordiomm oblitos, ad
nova errore vario defluxisse; ñeque diflitebuntur, ex eo velut patrimonio
iv
ríaüaov TCC a)(!|)naTa T&V ÍKKhr\o\&>v (de la liturgia de San Basilio). veritatis, quod novarum rerum auctores secum in secessione avexerant,
1
' Toú; éo-Koprnoiiéi/ous ¿TnawáyayE, TOOS •trEtrAccvriuévous ÍTTaváyaye, KCII cúva- nullam fere formulam fidei certam atque auctoritate praeditam apud ipsos
yov -rrj áyícj cou Ka6oAiKrj Kal áTroa-roAiKT) EKKAT|<JÍ<? (ibid.). superesse. Immo vero illuc iam deventum, ut multi non vereantur funda-
330 LEÓN X I I I
PRAECLARA GRATULATIONIS
mu
Jesucristo n u e s t r o Salvador. D e l m i s m o m o d o , la autoridad q u e Y m u c h o s de esos h o m b r e s , dotados de una inteligencia p e n d r a n ! r
ellos atribuían en otro t i e m p o a los libros del A n t i g u o y N u e v o y de una maravillosa sagacidad para escrutar la antigüedad, supieron
T e s t a m e n t o , c o m o obras de inspiración divina, se la niegan hoy iluminar con excelentes obras la apostolicidad n o i n t e r r u m p i d a de
d í a : consecuencia inevitable del d e r e c h o conferido a cada cual de la iglesia romana, la integridad de sus dogmas, la uniformidad cons-
interpretarlos según el capricho d e su propio j u i c i o . — D e aquí la tante de su disciplina. A n t e el ejemplo de estos h o m b r e s , es n u e s t r o
conciencia individual, única guía de conducta y regla única de vida, corazón, más q u e nuestra voz, el q u e os llama, queridos h e r m a n o s ,
con exclusión d e cualquier o t r a ; de aquí las opiniones contradicto- q u e estáis desde hace tres siglos separados de N o s en el c a m p o de
rias y la multiplicidad de sectas, q u e acaban con frecuencia en los la fe cristiana; y todos vosotros sin excepción, los q u e estáis sepa-
errores del naturalismo y del racionalismo. Por esto, desesperando rados de N o s p o r una u otra razón, unios a N o s para q u e todos
de t o d o a c u e r d o en el t e r r e n o de la doctrina, predican ahora y enco- alcancemos la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios 1 3 .
m i a n la m e r a u n i ó n en la caridad fraterna. Cosa justa, es cierto, Permitid q u e N o s os t e n d a m o s a m o r o s a m e n t e la m a n o y q u e os
p o r q u e todos d e b e m o s estar u n i d o s con los vínculos de la caridad, invitemos a esta u n i d a d q u e n u n c a ha faltado a la Iglesia católica,
y lo q u e Jesucristo ha m a n d a d o antes q u e nada, lo q u e El ha seña- y q u e nada podrá en t i e m p o alguno arrebatarle 1 4 . D e s d e hace m u c h o
lado c o m o distintivo para reconocer a sus discípulos, es el a m o r tiempo, esta M a d r e c o m ú n os llama hacia sí; d e s d e hace m u c h o
m u t u o de los u n o s para los otros. P e r o ¿cómo podría una caridad t i e m p o todos los católicos del m u n d o entero os esperan, con las
perfecta u n i r los corazones si la fe n o introduce la u n i d a d en los ansias del a m o r fraterno, para q u e sirváis a D i o s con N o s en la
e s p í r i t u s ? — P o r este motivo ha h a b i d o entre l o s . h o m b r e s de q u e unidad de u n m i s m o Evangelio, d e u n a misma fe, d e u n a m i s m a
h a b l a m o s espíritus rectos y corazones ávidos de la verdad que h a n esperanza, con los vínculos d e u n a perfecta caridad.
venido a buscar en la Iglesia católica el camino q u e c o n d u c e segura-
m e n t e a la salvación. C o m p r e n d i e r o n q u e n o podían adherirse a la
cabeza d e la Iglesia, q u e es Jesucristo, si n o pertenecían al cuerpo [II. L L A M A M I E N T O A LOS CATÓLICOS]
de Jesucristo, q u e es la Iglesia, y q u e n o podían aspirar a poseer
j a m á s en toda su pureza la fe de Jesucristo si rechazaban el magis- [La verdadera naturaleza de la Iglesia]
terio legítimo d e la fe confiado a P e d r o y a sus sucesores. C o m p r e n - [10]. Para completar este a p r e m i a n t e llamamiento a la u n i d a d
dieron t a m b i é n , p o r otra parte, q u e ú n i c a m e n t e en la Iglesia r o - sólo nos q u e d a dirigir nuestra palabra a todos aquellos q u e , sea cual
m a n a se encuentra realizada la idea, r e p r o d u c i d o el tipo de la ver- sea el p u n t o geográfico en q u e se e n c u e n t r a n , son el objeto c o n t i n u o
dadera Iglesia, la cual es, además, visible a todos los ojos por las de nuestros pensamientos y de nuestra solicitud: N o s h a b l a m o s
notas exteriores de q u e Dios, su autor, ha q u e r i d o revestirla l 2 . d e los católicos a quienes la profesión de la fe r o m a n a hace dóciles
a la Sede Apostólica y m a n t i e n e u n i d o s a Jesucristo. N o t e n e m o s
mentum ipsum conveliere, in quo religio tota et spes omnis mortalium
unice nititur, quod est divina lesu Christi Servatoris natura. Pariter quos
antea novi veterisque Testamenti libros affirmabant divino afflatu con- muid, acri iudicio subtilique ad antiquitatem excutiendam ingenio, qui
scriptos, eis nunc talem abnegant auctoritatem; quod sane, data cuilibet Ecclesiae romanae ab Apostolis continuationem, dogmatum integritatem,
potestate interpretandi sensu iudicioque suo, orrinino consequi erat necesse.— disciplinae constantiam scriptis egregiis illustrarint. Igitur horum virorum
Hinc sua cuiusque conscientia, sola dux et norma vitae, qualibet alia reiecta proposito exemplo, compellat vos plus animus quam oratio, fratres nostri,
agendi regula: hinc pugnantes inter se opiniones et sectae multíplices, qui tria iam saecula nobiscum de fide christiana dissidetis, itemque vos,
eaedemque persaepe in naturalismi aut rationalismi placita abeuntes. Quo- quoteumque deinceps quavis de causa seorsum a nobis abiistis. Occurra-
circa, desperato sententiarum consensu, iam coniunctionem praedicant et mus omnes in unitatem fidei et agnilionis filii Dei. Ad hanc unitatem, quae
commendant fraternae caritatis. Atque id sane veré: quandoquidem cari- unllo tempore Ecclesiae catholicae defuit, nec potest ulla ratione deesse,
tate mutua coniuncti esse universi debemus. Id enim máxime lesus Christus sinite ut vos invitemus, dextramque peramanter porrigamus. Vos Ecclesia,
praecepit, atque hanc voluit esse sectatorum suorum notam, diligere inter communis parens, iamdiu revocat ad se, vos catholici universi fraterno
se. Verum qui potest copulare ánimos perfecta caritas, si concordes mentes desiderio expectant, ut sánete nobiscum colatis Deum, unius Evangelii,
non effecerit fides?—His de causis complures eorum de quibus loquimur, unius fidei, unius spei professione in caritate perfecta coniuncti.
sano iudicio, veritatisque studiosi-, certam salutis viam in Ecclesia catholica
quaesivere, cum plañe intelligerent nequáquam se posse cum lesu Christo Ad plenum optatissimae unitatis concentum, reliquum est ut ad eos,
tamquam capite esse coniunctos, cuius non adhaerescerent corpori, quod quotquot toto orbe sunt, transgrediatur oratio, quorum in salute diu evi-
est Ecclesia: nec sinceram Christi fidem adipisci, cuius magisterium legtti- gilant curae cogitationesque Nostrae: catholicos intelligimus, quos roma-
mum, Petro et successoribus traditum, repudiarent. li videlicet in Ecclesia nae professio fidei uti obedientes facit Apostolicae Sedis, ita tenet cum lesu
romana expressam verae Ecclesiae speciem atque imaginem dispexere, Christo coniunctos. Non ii quidem ad veram sanctamque unitatem cohor-
inditis ab auctore Deo notis plañe conspicuam: ideoque in ipsis numerantur '3 Eph. 4,13.
14
Véase la encíclica Satis cognitum, de 29 de junio de r896, sobre la unidad de la Igle-
** Concilio Vaticano, sess.4, Const. dogm. de Ecclesia Christi: DB 1821. sia (ASS 28 [1895-1896I 708-739) y el discurso de León XIII al Sacro Colegio en el consis-
torio secreto de 22 de junio dei mismo año (ibid., p.740-741).
332 ni \i',ci.\k\ C R VI'ÜI.VI'IUNIS 333
LKON XIII

necesidad de exhortarlos a la u n i d a d d e la santa y verdadera Iglesia, de ambición alguna; lo q u e la Iglesia quiere, lo q u e procura única-
p o r q u e la b o n d a d divina los h a h e c h o ya participantes de esta unidad. m e n t e , es salvaguardar entre los h o m b r e s el ejercicio de la virtud
Sin e m b a r g o , N o s d e b e m o s hacerles u n a advertencia: q u e t e m a n y, p o r este medio, asegurar la salvación eterna d e los h o m b r e s .
los peligros q u e p o r todas partes se agravan y q u e vigilen para n o P o r esto es conforme a su naturaleza tener u n a condescendencia y
p e r d e r p o r inercia o negligencia este s u p r e m o beneficio d e D i o s ; u n a b o n d a d e n t e r a m e n t e maternales. M á s todavía, haciendo n u m e -
q u e se inspiren, p o r tanto, en las enseñanzas q u e N o s m i s m o h e m o s rosas concesiones a las circunstancias en que se encuentra la sociedad,
dirigido a las naciones católicas, ya en general, ya en particular, y q u e con frecuencia la Iglesia renuncia a usar sus d e r e c h o s ; proceder p r o -
t o m e n de ellas, según las circunstancias, la n o r m a de pensamiento b a d o con plena evidencia por los concordatos firmados frecuente-
y d e acción. P o r encima de todo, q u e acepten como u n a ley soberana m e n t e con los diferentes E s t a d o s . — N a d a hay más alejado del p e n -
la sumisión sin reserva y sin desfallecimientos, de pleno corazón samiento d e la Iglesia q u e la pretensión d e u s u r p a r los derechos
y con entera voluntad, a todas las enseñanzas y a todas las pres- de la autoridad política; pero ésta, a su vez, debe mostrarse r e s p e t u o -
cripciones d e la Iglesia.—A este respecto, d e b e n c o m p r e n d e r bien sa de los derechos de la Iglesia y guardarse de t o d a usurpación, p o r
t o d o s los católicos c u a n funesta ha sido para la u n i d a d cristiana p e q u e ñ a q u e sea, de esos derechos.—Y si consideramos ahora lo
el q u e i n n u m e r a b l e s teorías falsas hayan p o d i d o obscurecer e incluso q u e pasa en estos nuestros tiempos, ¿cuál es la corriente q u e d o -
b o r r a r en m u c h o s espíritus la verdadera noción de la Iglesia. L a m i n a ? Considerar a la Iglesia como sospechosa, saturarla de d e s -
Iglesia, p o r voluntad y o r d e n de Dios, su fundador, es u n a sociedad precios, de odio, de acusaciones malévolas, ésta es la actitud de
perfecta en su g é n e r o ; sociedad cuya misión y d e b e r son i m b u i r a la u n a g r a n m a y o r í a ; y lo q u e es m á s grave todavía, se agotan t o d o s
h u m a n i d a d con los preceptos e instituciones evangélicas, salvaguar- los medios y se hacen todos los esfuerzos posibles para someterla al
d a r la integridad d e la m o r a l y el ejercicio d e las virtudes cristianas y u g o de la autoridad civil. D e a q u í la confiscación de sus bienes y las
y de esta m a n e r a conducir a todos los h o m b r e s a la felicidad perfecta, limitaciones d e su iibertad; d e aquí las dificultades puestas a la
q u e constituye su ú l t i m o fin. Y p o r ser u n a sociedad perfecta, como formación d e los destinados al sacerdocio, las leyes de excepción
acabamos de decir, está dotada d e u n principio de vida q u e n o le contra el clero, la disolución y supresión d e las O r d e n e s y C o n g r e -
viene de fuera, sino q u e ha sido puesto en su m i s m a naturaleza por gaciones religiosas, auxiliares t a n valiosas de la Iglesia; d e aquí, en
la v o l u n t a d divina q u e la creó. Por esta m i s m a razón, la Iglesia u n a palabra, u n a n u e v a puesta en vigor, e incluso u n a r e c r u d e s -
posee u n p o d e r legislativo, y en el ejercicio de este p o d e r es j u s t o cencia d e t o d o s los principios y de todos los procedimientos regalis-
q u e disfrute d e plena l i b e r t a d ; es necesario igualmente q u e disfrute las. U s a r estos procedimientos es violar los derechos de la Iglesia;
de esa libertad p a r a t o d o aquello q u e p o r cualquier título p u e d e es al m i s m o t i e m p o precipitar al Estado en las mayores calamidades,
derivar de su autoridad. Esta libertad, sin embargo, n o tiende p o r p o r q u e equivale a combatir a b i e r t a m e n t e los designios de D i o s .
su m i s m a naturaleza a suscitar rivalidades ni provocar antagonis- Dios, en efecto, Creador y R e y del m u n d o , q u i e n en su providencia
mos, p o r q u e la Iglesia n i es intrigante en materia de p o d e r ni esclava ha p u e s t o al frente del gobierno de las sociedades h u m a n a s al m i s m o

tandi, quippe cuius iam sunt, divina bonitate, compotes: monendi tamen enim potentiam consectatur Ecclesia, ñeque ulla cupiditate sua impelli-
ne, ingravantibus undique periculis, summum Dei beneficium socordia tur, sed hoc vult, hoc expetit unice, tueri in hominibus ofíicia virtutum,
atque ignavia corrumpant.—Huius rei gratia, quae Nosmetipsi gentibus et hac ratione, hac via, sempitemae eorum saluti consulere. Ideoque facili-
catholicis vel universis ve! singulis alias documenta dedimus, ex iis cogi- tatem indulgentiamque maternam adhibere solet: imo etiam non raro
tandi agendique normam opportune sumant: illudque imprimis velut contingit, ut plura temporibus civitatum tribuens, uti iure suo abstineat:
summam sibi legem statuant, magisterio auctoritatique Ecclesiae non an- quod sane pacta ipsa abunde testantur cum imperiis saepe conventa.—Nihil
guste, non diffidenter, sed toto animo et perlibente volúntate ómnibus in magis ab ea alienum, quam rapere ad se quicquam de iure imperii: sed
rebus esse parendum.—Qua in re animum advertant, illud quam valde vicissim vereatur imperium necesse est iura Ecclesiae, caveatque ne ullam
sit unitati christianae perniciosum, quod germanam formam notionemque ex iis partem ad se traducat—Nunc vero, si res et facta spectentur, cuius-
Ecclesiae varius opinionum error passim obscuravit, delevit. Ea quippe, modi est temporum cursus? Ecclesiam videlicet suspectam habere, fastidire,
Dei conditoris volúntate ac iussu, societas est genere suo perfecta: cuius odisse, invidiose criminari nimis multi consuevere: quodque multo gravius,
officium ac munus est imbuere praeceptis institutisque evangelicis genus id agunt omni ope et contentione, ut ditioni gubernatorum civitatis faciant
humanum, tuendaque integritate morum et christianarum exercitatione servientem. Hinc sua ipsi et erepta bona, et deducta in angustum libertas:
virtutum, ad eam, quae unicuique hominum proposita in caelis est, felici- hinc alumnorum sacri ordinis circumiecta difficultatibus institutio: perlatae
tatem adducere. Quoniamque societas est, uti diximus, perfecta, ideirco in Clerum singulari severitate leges: dissolutae, prohibitae, óptima christiani
vim habet virtutemque vitae, non extrinsecus haustam, sed consilio divino nominis praesidia, religiosorum sodalitates; brevi, reíialistarum praecepta
et suapte natura insitam: eademque de causa nativam habet legum feren- atque acta acerbius renovata. Hoc quidem est vim afierre sanctissimis
darum potestatem, in iisque ferendis rectum est eam subesse nemini: Fícclesiae iuribus: quod máxima gignit civitatibus mala, propterea quod
itemque alus in rebus, quae sint iuris sui, oportet esse liberam. Quae tamen i'iim divinis consiliis aperte pugnat. Princeps enim atque opifex mundi
libertas non est eíusmodi, ut ullum det aemulationi invidiaeque locum: non Deus, qui hominum congregationi et civilem et sacram potestatem provi-
334 r.isóN X I I I PRAECtARA GRATULATIONIS 335
t i e m p o el p o d e r político y el p o d e r sagrado, ha q u e r i d o q u e éstos desgracia, decimos, p o r q u e t a n t o la perversidad d e sus principios
sean, sin d u d a alguna, diferentes, p e r o n o separados y opuestos el como la iniquidad d e sus propósitos son cosas evidentes. C o n el
u n o al otro. P e r o n o es esto t o d o . L a voluntad divina exige, c o m o pretexto de reivindicar los derechos del h o m b r e y reformar la civi-
lo exige, p o r otra parte, el b i e n general de toda sociedad, q u e el lización, c o m b a t e las instituciones cristianas; rechaza toda doctrina
p o d e r político viva en armonía con el p o d e r eclesiástico. P o r consi- revelada; califica los deberes religiosos, los sacramentos, todas las
guiente, al Estado, sus derechos y sus obligaciones p r o p i a s ; a la realidades augustas, c o m o simples supersticiones; se esfuerza p o r
Iglesia, los suyos; p e r o entre u n a y otro, los lazos de una estrecha descristianizar el m a t r i m o n i o , la familia, la educación de la j u v e n t u d ,
concordia.—Por este camino se llegará con t o d a seguridad a supri- todo el conjunto d e la vida pública y d e la vida privada, así c o m o
m i r la enfermedad q u e se deja sentir hoy día en las relaciones entre t a m b i é n p o r hacer desaparecer en el alma del p u e b l o t o d o respeto
la Iglesia y el Estado, enfermedad funesta p o r más de u n título y a la autoridad divina y a la autoridad h u m a n a . El culto q u e la m a s o -
t a n dolorosa para t o d o s los h o m b r e s de bien. Se o b t e n d r á t a m b i é n nería prescribe es el culto de la naturaleza h u m a n a ; y son t a m b i é n
q u e , sin confusión n i separación d e derechos, los ciudadanos d e n los principios d e esta naturaleza h u m a n a los q u e p r o p o n e c o m o
al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios 1 5 . única m e d i d a y única n o r m a de la verdad, la b o n d a d y la justicia.
D e esta manera, c o m o es evidente, se incita al h o m b r e a t e n e r u n a
[La masonería] moral y una conducta casi paganas, si n o es q u e el crecimiento y el
refinamiento d e las seducciones lo h a c e n d e s c e n d e r m á s abajo t o -
[ i i ] . O t r o peligro grave para la u n i d a d es la masonería, p o - d a v í a . — A u n q u e en esta materia N o s h e m o s h e c h o ya en otras oca-
tencia t e m i b l e q u e o p r i m e d e s d e hace ya t i e m p o a las naciones, y siones advertencias m u y serias 1 6 , nuestra vigilancia apostólica nos
sobre t o d o a las naciones católicas. Orgullosa hasta Ja insolencia obliga a insistir en este p u n t o y a decir y repetir u n a y otra vez q u e ,
p o r su fuerza, sus recursos y sus éxitos, p o n e por obra t o d o lo q u e frente a u n peligro t a n acuciante, t o d a m e d i d a defensiva será s i e m p r e
es menester, favoreciendo las turbulencias q u e agitan nuestra época insuficiente. ¡Ojalá la clemencia divina b u r l e los propósitos d e la
p a r a consolidar y extender p o r todas partes su dominación. D e s d e masonería! P e r o es necesario q u e el p u e b l o cristiano c o m p r e n d a q u e
las ocultas tinieblas en q u e conspiraba, i r r u m p e hoy en los Estados hay q u e sacudir de una vez para s i e m p r e el yugo infamante de la
m o s t r á n d o s e a la luz del día; y, como lanzando u n desafío a Dios, masonería, y q u e d e b e n p o n e r u n a mayor energía e n esta labor
h a establecido su sede en esta m i s m a urbe, capital del m u n d o todos aquellos q u e son m á s d u r a m e n t e oprimidos p o r este yugo,
católico. P e r o la mayor desgracia de todas es q u e , d o n d e q u i e r a q u e es decir, los italianos y los franceses. N o s ya h e m o s dicho cuáles
la masonería p o n e su pie, se infiltra en todas las clases sociales y son las armas q u e hay q u e emplear y cuál es la táctica q u e hay q u e
p e n e t r a en todas las instituciones del Estado para llegar, si fuera seguir en este c o m b a t e ; la victoria n o es dudosa con u n jefe c o m o
posible, a constituirse arbitro soberano d e todas las cosas. L a m a y o r A q u e l q u e p u d o decir u n d í a : Yo he vencido al mundo 1 7 .
instituta reipublicae infert, si tándem summam arbitriumque obtineat.
dentissime praeposuit, distinctas quidem permanere eas voluit, at vero Calamitosissimum id quidem: eius enim manifesta est quum opinionum
seiunctas esse et confligere vetuit. Quin immo cum Dei ipsius voluntas, pravitas tum consiliorum nequitia. Per speciem vindicandi iuris humani
tum commune societatis humanae bonum omnino postulat, ut potestas civilisque societatis instaurandae, christianum nomen hostiliter petit: tra-
civilis in regendo gubernandoque cum ecclesiastica conveniat. Hinc sua ditam a Deo doctrinam repudiat; officia pietatis, divina sacramenta, tales
et propria sunt imperio iura atque officia, sua item Ecclesiae: sed alterum res augustiores, tamquam superstitiosa vituperat: de matrimonio, de fami-
cum altera concordiae vinclo colligatum esse necesse est.—ha sane futurum, lia, de adolescentium institutione, de privata omni et publica disciplina,
ut Ecclesiae imperiique necessitudines mutuae ab illa sese expediant pertur- christianam formam detrahere nititur, omnemque humanae et divinae
batione, quae nunc est, non uno nomine impróvida, bonisque ómnibus potestatis reverentiam ex animo evellere populorum. Praecipit vero co-
permolesta: pariterque impetrabitur, ut non permixtis, ñeque dissociatis lendam homini esse naturam, atque huius unius principiis aestimari ac
utriusque rationibus, reddant cives quae sunt Caesaris, Caesari, quae sunt dirigi veritatem, honestatem, iustitiam oportere. Quo pacto, uti perspicuum
Dei, Deo. est, compellitur homo ad mores fere vitaeque consuetudinem ethnicorum,
eamque multiplicatis illecebris vitiosiorem.—Hac de re, quamquam alias
Simili modo magnum unitati discrimen ab ea hominum secta impen- a Nobis gravissimeque est dictum, Apostólica tamen vigilantia adducimus
det, quae Massonica nominatur, cuius funesta vis nationes praesertim catho- in idem ut insistamus, etiam atque etiam monentes, in tam praesenti periculo
licas iamdiu premit. Turbulentorum temporum nacta favorem. viribusque nullas esse cautiones tantas, quin suscipiendae sint maiores. Clemens pro-
et opibus et successu insolescens, dominatum suum firmius constabilire hibeat Deus nefaria consilia: sentiat tamen atque intelligat populus christia-
latiusque propagare summa ope contendit. Iamque ex latebra et insidüs nus, indignissimum sectae iugum excutiendum aliquando esse: excutiantque
in lucem erupit civitatum, atque in hac Urbe ipsa, catholici nominis prin- enixius, qui durius premuntur, Itali et Galli. Quibus armis, qua ratione
cipe, quasi Dei numen lacessitura consedit. Quod vero calamitosissimum id rectius possint, iam Nos ipsi demonstravimus: ñeque victoria incerta
est, ubicumque vestigium posuit, ibi in omnes sese ordines in omniaque eo fidentibus duce, cuius perstat divina vox: Ego vid mundum.
15 M t 22,21. 16 Véase la encíclica Humanum genus. 17
lo. 16,33.
336 LEÓN X t i l l'kAliO.ARA c'.KATWI.ATlONtS ¡)¡17

m u t u a desconfianza, casi todos los pueblos aceleran la carrera ilo


[III. B E N E F I C I O S DE LA U N I D A D ]
a r m a m e n t o s . L a adolescencia, esa edad inconsiderada, se ve lanzada,
[12]. Conjurado este doble peligro y devueltos los imperios lejos de los consejos y de la dirección paternos, en medio de los
y los Estados a la u n i d a d de la fe, encontraríamos, p o r u n a parte, peligros de la vida militar. L a flor d e la j u v e n t u d es arrebatada del
remedios eficaces para nuestros males y lograríamos, p o r otra parte, trabajo agrícola, de los nobles estudios, del comercio, d e las artes,
u n a maravillosa a b u n d a n c i a de bienes. N o s q u e r e m o s ahora indicar y es entregada d u r a n t e largos años al oficio d e las armas. D e aquí
los principales de estos bienes. los e n o r m e s p r e s u p u e s t o s y el agotamiento del tesoro p ú b l i c o ; de
aquí, a d e m á s , la disminución de la riqueza de las naciones, como
t a m b i é n d e las fortunas privadas, hasta el p u n t o incluso de q u e
[Para la Iglesia]
n o se p u e d e soportar ya p o r m á s largo t i e m p o las cargas de esta
[ 1 3 ] . C o m e n z a m o s con lo relativo a la dignidad y a la misión paz armada. ¿Será éste acaso el estado natural n o r m a l del Estado?
de la Iglesia. L a Iglesia recuperaría el rango q u e se le d e b e y, libre A h o r a bien, es imposible salir de esta crisis y e n t r a r en u n a era de
y respetada, proseguiría su camino, s e m b r a n d o a su alrededor la paz verdadera si n o es p o r medio de la benéfica intervención de
verdad y la gracia. D e esta recuperación obtendría el E s t a d o bienes Jesucristo. P o r q u e , p a r a reprimir la ambición, la codicia y el espí-
m u y singulares, p o r q u e , la Iglesia, establecida p o r Dios para instruir r i t u de rivalidad, este triple hogar en q u e se forja d e ordinario la
y guiar al género h u m a n o , p u e d e , con mayor eficacia q u e nadie, guerra, n o hay n a d a m á s eficaz q u e las virtudes cristianas, y sobre
hacer servir al b i e n c o m ú n las transformaciones m á s profundas d e t o d o la justicia. ¿Se q u i e r e q u e el d e r e c h o d e gentes sea respetado
la historia, aportar la verdadera solución a los problemas m á s c o m - y q u e la fidelidad a los tratados sea observada inviolablemente?
plicados y p r o m o v e r el p r i m a d o del derecho y de la justicia, q u e ¿Se q u i e r e q u e los bienes de la c o m u n i d a d h u m a n a q u e d e n conso-
son los f u n d a m e n t o s más firmes de los Estados. lidados y a u m e n t a d o s ? P u e s p a r a esto es necesario q u e t o d o el
m u n d o se convenza de esta v e r d a d : q u e es la justicia la que engran-
dece a las naciones 1 9 .
[Para los Estados en el orden internacional ]
[Yen el orden interno]
[ 1 4 ] . C o m o consecuencia, se operaría u n acercamiento e n t r e
las naciones, cosa t a n deseable en nuestra época para prevenir los [ 1 5 ] . E n el o r d e n interno, la renovación d e q u e h a b l a m o s
horrores de la g u e r r a . — N o s t e n e m o s ante la vista la situación d e daría a la seguridad del Estado garantías m á s ciertas y más firmes
E u r o p a . D e s d e hace ya m u c h o s años reina en ella u n a paz m á s q u e las q u e p u e d e n proporcionarle las leyes y las fuerzas a r m a d a s .
aparente q u e r e a l 1 8 . Viviendo c o m o viven en u n a atmósfera d e T o d o el m u n d o ve agravarse a diario los peligros q u e a m e n a z a n la
vida y la t r a n q u i l i d a d de los E s t a d o s ; y al q u e d u d e todavía sobre la
Utroque depulso periculo, restitutisque ad fidei unitatem imperiis et existencia de partidos revolucionarios q u e conspiran para la per-
civitatibus, mirum quam efficax medicina malorum et quanta bonorum
copia manaret. Praecipua libet attingere. pergunt certatim instruere sese apparatu bellico. Impróvida adolescentium
aetas procul parentum consilio magisterioque in pericula truditur vitae
Pertinet primum ad dignitatem ac munus Ecclesiae: quae quidem re- militaris: validissima pubes ab agrorum cultura, a studiis optimis, a merca -
ceptura esset honoris gradum debitum, atque iter suum et invidia vacuum turis, ab artificiis, ad arma traducitur. Hinc exhausta magnis sumptibus
et libértate munitum pergeret, administra evangelicae veritatis et gratiae; aeraría, attritae civitatum opes, afflicta fortuna privatorum: iamque ea,
idque singulari cum salute civitatum. Ea enim cum magistra sit et dux quae nunc est, veluti procincta pax diutius ferri non potest. Civilis homi-
hominum generi a Deo data, conferre operam potest praecipue accommo- num coniunctionis talemne esse natura statum? Atqui hinc evadere, et
datam maximis temporum conversionibus in commune bonum temperan- pacem veri nominis adipisci, nisi Iesu Christi beneficio, non possumus.
dis, causis vel impeditissimis opportune dirimendis, recto iustoque, quae Etenim ad ambitionem, ad appetentiam alieni, ad aemulationem cohi-
firmissima' sunt fundamenta reipublicae provehendo. bendam, quae sunt maximae bellorum faces, christiana virtute imprimisque
iustitia, nihil est aptius: cuius ipsius virtutis muñere tum iura gentium et
Praeclara deinde coniunctionis Ínter nationes accessio fieret, desideranda religiones foederum integra esse possunt, tum germanitatis vincula firmi-
máxime hoc tempore, ad taetra bellorum discrimina praecavenda.—Ante ter permanere, eo persuaso: Iustitia elevat gentem.
oculos habemus Europae témpora. Multos iam annos plus specie in pace
vivitur, quam re. Insidentibus suspicionibus mutuis, singulae fere gentes Pariter domi suppetet inde praesidium salutis publicae multo certius
18
ac validius, quam quod leges et arma praebent. Siquidem nemo non videt,
El 23 de diciembre de l8g7, con ocasión de la felicitación navideña del Sacro Colegio, ingravescere quotidie pericula incolumitatis et tranquillitatis publicae, cum
León XIII habló sobre la paz: la paz social cristiana exige como requisito indispensable la
paz interna del hombre consigo mismo y con Dios (ASS 30 [1897-1898] 537-541). Véase seditiosorum sectae, quod crebra testatur facinorum atrocitas, in eversiones
también la carta de León XIII dirigida a la reina Guillermina de Holanda con motivo de la conspirent atque excidia civitatum. Scilicet magna contentione agitatur ea
Conferencia de La Haya de 1899, en la que el Papa recuerda el papel pacificador de la Iglesia
en el consorcio internacional (ASS 32 [1899-1900] 65-68J. 19
Prov. 14,34.
338 LEÓN XIII .¡.1U
PRAECLARA GRATULATIONIS
turbación y ruina total de los Estados, una serie ininterrumpida dora de los pueblos y de los gobernantes, para ayudar a los uno§ y
de horribles atentados ha debido, sin duda, abrirle los ojos. Hoy a los otros con su autoridad y con su consejo, se comprenderá la
día se debate una doble cuestión: la cuestión social y la cuestión
extraordinaria importancia de que todas las naciones se decidan a
política, y una y otra son, sin duda, extremadamente graves. Pero,
adoptar en materia de fe cristiana un mismo sentimiento y una
para resolverlas prudentemente y de acuerdo con la justicia, por
muy loables que sean los estudios hechos, las experiencias adquiridas misma convicción.
y las medidas tomadas, de nada valen si la fe cristiana no despierta
en el alma del pueblo el sentimiento del deber y la conciencia de la [Para toda la humanidad']
energía necesaria para cumplir este deber.—En este sentido, no
hace mucho tiempo, Nos hemos tratado especialmente acerca de [i 6]. Mientras Nos meditamos en estas ideas y nuestro corazón
la cuestión social, apoyándonos simultáneamente en los principios desea con todas sus fuerzas la realización de estos pensamientos,
del Evangelio y en los principios de la razón natural.—En cuanto a Nos vemos en la lejanía del porvenir cuál será este nuevo orden de
la cuestión política, pala conciliar la libertad y la autoridad, dos cosas y no conocemos cosa más dulce que la contemplación de los
realidades que muchos confunden en la teoría y separan indebi- inmensos beneficios que serían el resultado de este nuevo orden.
damente en la práctica, las enseñanzas de la filosofía cristiana han Apenas se puede concebir el soplo poderoso que se apoderaría
dado una maravillosa luz. Porque, afirmado de una vez para siempre prontamente de todas las naciones y las elevaría a la cumbre de la
el principio indiscutible de que, sea cual sea la forma de gobierno, grandeza y de la prosperidad cuando la paz y la tranquilidad que-
la autoridad deriva siempre de Dios, la razón reconoce, como con- dasen aseguradas, fuese favorecido el progreso de las letras, y entre
secuencia, en los unos el derecho legítimo de mandar, e impone a los agricultores, los obreros, los industriales, se fundasen, sobre
los otros el derecho correlativo de obedecer 2 o, E s t a obediencia,
las bases cristianas que Nos hemos indicado, nuevas asociaciones
por otra parte, no puede dañar a la dignidad humana, porque, ha-
blando con toda propiedad, se obedece a Dios más bien que a los capaces de reprimir la avaricia y ampliar el campo de los trabajos
hombres, y porque Dios reserva a los que gobiernan ¡os juicios más útiles.
rigurosos 21 si no representan aquí su autoridad de acuerdo con las [17]. La eficacia de estos beneficios no se extendería sola-
normas del derecho y de la justicia. Por otra parte, la libertad indi- mente a los pueblos civilizados, sino que, franqueando sus fronte-
vidual no podría ser sospechosa ni odiosa para nadie. Porque, ras, avanzaría mucho más lejos, como un inmenso río de sobreabun-
siendo absolutamente inofensiva, no se alejaría de la verdad ni de la dante fecundidad. Porque es necesario meditar lo que decíamos
justicia en armonía con la tranquilidad pública 22.—Finalmente, si al principio de esta encíclica, esto es, que pueblos innumerables
se considera la eficacia que la Iglesia tiene, como Madre y Media- aguardan, de siglo en siglo, quienes les lleven la luz de la verdad
y de la civilización. En lo concerniente a la salvación eterna de
duplex causa, quam socialem, quam politicam appellant. Utraque sane gra-
vissima: atque utrique sapienter iusteque dirimendae, quam vis laudabilia Denique si illud spectetur, quid possit populorum ac principum parens et
studia, temperamenta. experimenta sint in medio consulta, tamen nihü aiiud conciliatrix Ecclesia, ad utrosque iuvandos auctoritate consilioque suo nata,
tam opportunum fuerit, quam si passim animi ad conscientiam regulamque tum máxime apparebit quantum salutis communis intersit, ut gentes uni-
officii ex interiore fidei christianae principio informentur.—De sociali causa versae inducant animum idem de fide christiana sentiré, idem profiteri.
in hanc sententiam a Nobis non muito ante, data opera, tractatum est,
sumptis ab Evangelio, itemque a naturali ratione principíis. De causa po- Ista quidem cogitantes ac toto animo concupiscentes, longe intuemur
lítica, líbertatis cum potestate conciliandae gratíá, quas multi notione con- qualis esset rerum ordo in terris futurus, nec quidquam novimus conse-
fundunt et re intemperanter distrahunt, ex christiana philosophia vis deri- quentium bonorum contemphtione iucundíus. Fingí vix animo potest,
van potest perutilis. Nam hoc pósito, et omnium assensu approbato, quae- quantus ubique gentium repente foret ad omnem excellentiam prosperita-
cumque demum sit forma reipubiicae, auctoritatem esse a Deo, continuo temque cursus, constituía tranquillitate et otio, incitatis ad incrementa
ratio perspicit, legitimum esse in alus ius imperandi, consentaneum in alus litteris, conditis insuper auctisque christiano more, secundum praescripta
officium parendi, ñeque id dignitati contrarium, quia Deo verius quam Nostra, agricolarum, opificum, industriorum consociationibus. quarum ope
homini paretur: a Deo autem iudicium durissimum iis qui praesunt denun- et vorax reprimatur usura, et utilíum iaborum campus dilatetur.
tiatum est, nisi personam eius recte iusteque gesserint. Libertas vero singu-
lorum nemini potest esse suspecta et invisa, quia nocens nemini, in iis quae Quorum vis beneficiorum, humanarum atque excultarum gentium ne-
vera sunt, quae recta, quae cum publica tranquillitate coniuncta, versabitur. quáquam circumscripta finibus, longe lateque, velut abundantissimus amnis,
deflueret. Illud enim est considerandum, quod initio diximus, gentes multi-
20
Tesis central de la encíclica Diutumum illud. Este párrafo presenta en rápida recapi- tudine infinitas piura iam saecula et aetates praestolari, a quo lumen veritatis
tulación los principios expuestos en las encíclicas políticas fundamentales de León XIII. humanitatisque accipiant. Certe, quod pertinet ad sempiternam populorum
21 Sap 6,8. sslutem, aeternae mentís consilia longissime sunt ab hominum intelligentia
22
Tesis de la encíclica Libertas praestantissimum.
:MO LKIJ.N xiu !'K\HCI,\K A C.KATt'J.ATIONlS ;¡ 11
los pueblos, n o hay d u d a alguna q u e las intenciones de la sabidu-
rapidez las i n m e n s i d a d e s de la tierra y d e los m a r e s ; ventajas va-
ría divina están ocultas para la inteligencia h u m a n a ; esto n o obs-
liosas n o solamente para el comercio y las exploraciones cientí-
tante, si el error religioso está todavía, p o r desgracia, t a n extendido ficas, sino t a m b i é n p a r a la difusión de la palabra divina.
por las diversas partes del m u n d o , hay q u e i m p u t a r este hecho en
gran p a r t e a las disputas q u e en materia religiosa dividen a los
h o m b r e s . P o r q u e , en la medida en q u e la razón h u m a n a p u e d e [IV. EL PROBLEMA DE LA PAZ]

juzgar sobre ello por los acontecimientos, parece evidente que es


[ 1 8 ] . N o s n o ignoramos q u e el o r d e n de cosas cuya restaura-
a E u r o p a a la q u e Dios ha confiado el papel de difundir poco a
ción q u e r e m o s exige prolongados y penosos esfuerzos; y m á s de
poco sobre t o d a la tierra los beneficios de la civilización cristia-
u n o pensará tal vez q u e N o s abrigamos u n a esperanza excesiva y
na 23. L o s comienzos y los progresos de esta hermosa misión, "he-
q u e p r o p u g n a m o s u n ideal q u e es m á s fácil de desear q u e de ob-
rencia de los siglos anteriores, p r o m e t í a n los más halagüeños h o r i - tener. Sin e m b a r g o , N o s p o n e m o s t o d a nuestra esperanza, toda
zontes, c u a n d o s ú b i t a m e n t e en el siglo X V I estalló la discordia. nuestra confianza en Jesucristo, Salvador del género h u m a n o , re-
F u é entonces c u a n d o la C r i s t i a n d a d q u e d ó desgarrada en disputas c o r d a n d o las grandes realizaciones q u e p u d o llevar a cabo en otro
y divisiones; E u r o p a gastó sus energías en luchas y guerras intes- t i e m p o la locura de la cruz y de su predicación, frente a la sabidu-
tinas, y ese p e r í o d o a t o r m e n t a d o produjo una repercusión fatal ría de este mundo, a s o m b r a d o y confundido.—Nos rogamos en
sobre la obra misionera. H a n perseverado hasta hoy día en E u r o p a particular a los príncipes, a los gobernantes, en n o m b r e de su p r u -
las causas de la discordia. ¿Por q u é sorprendernos, p o r tanto, si dencia política y de la solicitud q u e consagran a ios intereses de
la m a y o r p a r t e de la h u m a n i d a d vive todavía con unas c o s t u m b r e s s u s pueblos, q u e j u z g u e n equitativamente nuestros designios y los
i n h u m a n a s y en medio de ritos reprobados p o r la razón? Esforcé- favorezcan con su benevolencia y con su autoridad. Si solamente
monos, pues, todos con igual ardor por restablecer e n p r o v e c h o u n a parte de los frutos q u e N o s esperamos llegase a ' m a d u r a r , n o
c o m ú n la antigua concordia. L o s tiempos q u e atravesamos parecen setía éste ciertamente u n ligero beneficio en los t i e m p o s t a n pertur-
extraordinariamente propicios para la restauración de esta concor- b a d o s q u e vivimos, ahora precisamente c u a n d o a la enfermedad
dia, así c o m o t a m b i é n para la propagación del Evangelio. N u n c a del presente se u n e la seria preocupación por el porvenir.
como hoy ha p e n e t r a d o el sentimiento de la fraternidad h u m a n a [ 1 9 ] . El siglo pasado dejó a E u r o p a cansada por sus desastres,
tan p r o f u n d a m e n t e en las almas, y n i n g u n a de las edades anteriores t e m b l a n d o todavía por las convulsiones q u e la h a b í a n sacudido.
vio al h o m b r e m á s consagrado a ocuparse de sus semejantes para Este siglo q u e camina ya hacia su fin, ¿no podría, a su vez, t r a n s m i -
conocerlos y p a r a aliviarlos; j a m á s se h a n visto franqueados con tal tir como herencia al género h u m a n o algunas garantías de concordia
y la esperanza de los grandes beneficios q u e p r o m e t e la unidad
remota: nihilominus si per varias terrarum plagas tam est adhuc infelix cristiana ?
superstitio diffusa, id non minima ex parte vitio dandum subortis de religio-
ne díssidiis. Nam, quantum valet mortalis ratio ex rerum eventis existimare,
hoc plañe videtur Europae munus assignatum a Deo, ut christianam gentium tantummodo curiositatemque ingeniosorum, sed etiam ad verbum Dei ab
humanitatem ad omnes térras sensim perferat. Cuius tanti operis initia ortu solis ad occasum late disseminandum.
progressusque, superiorum aetatum parta laboribus, ad laeta incrementa
properabant, cum repente discordia saeculo XVI deflagravit. Discerpto dispu - Non sumus nescii, quam diuturni laboriosique negotii sit rerum ordo,
tationibus dissidiisque nomine christiano, extenuatis Europae per conten- quem restitutum optamus: nec fortasse deerunt, qui Nos arbitrentur nimiae
tiones et bella viribus, funestam temporum vim sacrae expeditiones sensere. indulgere spei, atque optanda magis, quam expectanda quaerere. Sed Nos
Insidentibus discordiae causis, quid mirum- si tam magna pars mortalium quidem spem omnem ac plañe fiduciam collocamus in humani generis Ser-
moribus inhumanis et vesanis ritibus implícita tenetur? Omnes igitur parí vatore lesu Christo, probé memores, quae olim et quanta per stultitiam
studio demus operam ut concordia vetus, communís boni causa, restitua- Crucis et praedicationis eius patrata sint, huius mundi obstupescente et con-
tur. Eiusmodi reconciliandae concordiae, pariterque beneficiis christianae fusa sapientia.—Principes vero et rectores civitatura nominatim rogamus,
sapientiae late propagandis, opportuna máxime fluunt témpora, propterea velint pro civili prudentia sua et fideli populorum cura consilla Nostra ex
quod humanae fraternitatis sensa nunquam altius in ánimos pervasere, ñeque veritate aestimare, velint auctoritate et gratia fovere. Quaesitorum fructuum
ulfa aetate visus homo sui símiles, noscendi opitulandique causa, studiosius si vel pars provenerit, non id minimi fuerint beneficii loco in tanta rerum
inquirere. Immensos terrarum marisque tractus celeritate incredibilí currus omnium incünatione, quando impatientia praesentium temporum cum for-
et navigia transvehuntur; quae sane egregios usus afferunt, non ad commercia midinc iungitur futurorum.
Extrema saeculi superioris fessam cladibus trepidamque perturbationibus
23
Este pensamiento d e la misión evangetizadora de Europa se repile de nuevo en los Europam reliquere. Haec, quae ad exitum properat aetas, quidni, versa vi ce,
discursos de Pío XIT, sobre todo en las alocuciones pronunciadas acerca de la cuestión de la
unidad europea. humano generi hereditate transmittat auspicia concordiae cum spe maximo-
rum bonorum, quae unitate fidei christianae continentur?
342 tEÓN X i n
f
[20]. Que se digne escuchar nuestros deseos el Dios rico en
misericordia, que tiene en sus manos los tiempos y la hora propi- ANNUM INGRESSI
cia, y que en su infinita bondad acelere el cumplimiento de aquella
promesa de Jesucristo: No habrá más que un solo rebaño y un solo
pastor 24. La guerra contra la Iglesia
Dado en Roma, junto a San Pedro, el 20 de junio de 1894,
año decimoséptimo de nuestro pontificado.
Adsit optatis votisque Nostris dtves ín misericordia Deus, cuius in potestate *
témpora sunt et momenta, benignissimeque implere maturet divinum illud
Iesu Christi promíssum, fiet unum oviíe et unus pastor.
Datum Romae, apud S. Petrum die xx Iünii an. MDCCCXCIV, pontificatus
Nostri décimo séptimo.
24
lo. 10,16.
La encíclica Annum ingressi es el testamento público que León XIII,
«cercano ya a las puertas de la eternidad», otorga a favor de los pueblos
del mundo entero. Publicada con motivo del vigésimo quinto aniversario
de su pontificado, esta carta cierra la serie de los documentos que inte-
gran el Corpus politicum leonianum y constituye una como recapitu-
lación de las grandes enseñanzas sociales y politicas del último pontí-
fice del siglo XIX. Esta es la razón que explica y justifica su inclusión
en este volunmen.
El intento que definió el pontificado de León XIII fué el retorno
de la extraviada sociedad moderna al cristianismo, al seno de la Igle-
sia. Era éste un intento anticipador del objetivo que constituiría la
común preocupación fundamental de los Pontífices posteriores 1. Sin
embargo, León XIII vivió lo suficiente para comprobar el fracaso, par-
cial al menos, de sus esfuerzos. No había llegado todavía el momento.
Su época fué la de la movilización general de las fuerzas católicas en
el terreno social y político. La hora de la penetrante eficacia católica
en el medio social estaba todavía por llegar. En esta encíclica, demasia-
do olvidada, pero impresionante por la altura providencialista de la
visión y por la solemnidad panorámica de la perspectiva abierta,
León XIII examina la gran causa de este fracaso momentáneo: es la
guerra que a la Iglesia se hace el gran obstáculo que se levanta frente
al retorno del mundo a Dios. • La carta se reduce a un análisis de las
causas, proceso, efectos y remedios de esta guerra injustamente desen-
cadenada contra la Esposa de Jesucristo. Tema ingrato, pero exigido
por las apremiantes circunstancias del momento en que León XIII re-
dacta esta su última voluntad pública como Sumo Pontífice.
La primera advertencia es un eco fiel de la palabra de Cristo. No
hay que extrañarse: la persecución es el patrimonio hereditario que al
morir dejó a la Iglesia su divino Fundador. La historia de todos los
tiempos demuestra la profunda realidad teológica de esta herencia.
Pero la guerra moderna contra la Iglesia presenta un aspecto nuevo:
1
Véase a este respecto la encíclica enthronistka de San Pío X E supremi apostolatus, áe 4 de
octubre de 1903 (ASS 3b [1003-1904} 129-139), en la que, después de aludir a la gravísima
situación del mundo provocada por la apostasía de Dios, señala el remedio decisivo: la vuelta
de ia humanidad a Dios por Cristo y a Cristo por la iglesia. El partido del verdadero orden
social no es más que uno: el partido de los que aman a Dios y a la Iglesia, porque rationes
Dei rationes Nostrae sunt. El comentario auténtico de esta encíclica puede verse en la impor-
tante alocución consistorial del 9 de noviembre de 1903 (ASS 36 L1903-1904] 193-197),
344 LEÓN x i i i ANNUM INC'.KKSSl ,'M:,

su totalidad. Se combate fieramente contra el depósito entero de la Pero retorno al cristianismo significa vuelta a la Iglesia c.uóln.i,
revelación, contra el contenido completo de la razón y de la sana filo- maestra legítima de la fe y de la moral. La doctrina de la ÍKK-SÍSI , ; .
sofía. Nada queda intacto bajo la presión del ataque enemigo: filosofía la única que proporciona la solución satisfactoria de los problemas il(-
orden social, político y doméstico. León XIII ha consagrado los prin
y moral, Iglesia y Estado, sociedad y familia, libertad y autoridad,
cipales documentos de su pontificado a la exposición de esa doctrina
justicia y derecho. Se trata de una guerra total, cuyas consecuencias social y política de la Iglesia. Su intento no se ha reducido a iluminar
están a la vista de todos: el marasmo de la vida social moderna. las inteligencias; ha querido principalmente purificar las voluntades.
Se han propuesto remedios situados al margen de la Iglesia cató- Si no se ha obtenido una mies más abundante, sólo Dios sabe el
lica. Pero uno tras otro han ido gastándose como fuegos artificiales: motivo.
libertades modernas, elevación de la cultura media, progreso técnico V. Las acusaciones contra la acción social de la Iglesia son infundadas.
y científico. La razón de esta radical ineficacia está en la voluntaria Porque la Iglesia no es enemiga de la ciencia ni de la cultura. Dieci-
y libre desvinculación con que se ha querido separar de Dios estas tres nueve siglos de historia lo demuestran.—La Iglesia no es enemiga de
realidades, lícitas en si, pero desorbitadas por los enemigos de la Iglesia. la libertad verdadera. Pero sí es enemiga declarada del libertinaje social
y político. La Iglesia no usurpa los derechos del Estado ni invade
Frente a los prejuicios anticatólicos, heredados del siglo XIX, el campo político. Por el contrario, ha sido siempre la Iglesia la víc-
León XIII, en el umbral del siglo XX, alza de nuevo su voz: no hay tima de las ambiciones del Estado.
más que una solución: la vuelta al cristianismo, a la Iglesia católica, Estas calumnias están hoy día fomentadas por la acción de la maso-
a la Roma eterna. Y frente a las maniobras de la masonería, «personi- nería, que constituye un Estado invisible e irresponsable dentro del
ficación permanente de la revolución», con sus acusaciones calumniosas Estado visible y legítimo. Su finalidad es el exterminio del «imperio»
contra la Iglesia, León XIII proclama, con las energías de una Iglesia y del «sacerdocio». A ella hay que atribuir en gran parte la guerra
siempre joven, que es en la Iglesia católica donde se encuentra la noción actual contra la Iglesia. Es ella la que persigue al clero católico, a las
de la libertad verdadera, el genuino concepto del progreso, la exacta Ordenes y Congregaciones religiosas, al Romano Pontífice. Ella fué
idea del Estado y la base firme de la familia. Y no se detiene aquí el ¡a gran promotora del despojo del poder temporal pontificio. Ella es,
por todo esto, la causante de la actual decadencia del Estado y de la
gran Pontífice. Acusa a la masonería de ser «un Estado invisible e irres-
civilización. El Papa avisa de nuevo a la humanidad sobre el peligro
ponsable dentro del Estado visible» y de ser, además, uno de los grandes de la masonería.
responsables de la profunda decadencia de la civilización moderna. VI. Motivos de aliento y esperanza.—La Iglesia goza de una asistencia
divina indefectible. Las tempestades no tocan el fondo y pasan.—El
momento presente señala síntomas esperanzadores. La Iglesia se
SUMARIO
extiende hoy por todos los climas. Una calma profunda y unitaria
I. Acción de gracias por los veinticinco años de pontificado. Agrade- reina en el seno de la catolicidad. La unión estrecha es un hecho
cimiento al episcopado. Triste situación de la humanidad actual. consolador en la Iglesia actual. Se observa un renacer de las asociacio-
El objeto de esta carta es analizar las causas y los efectos de la guerra nes cristianas. Las misiones abren cada día nuevos campos a la iglesia.
que actualmente se hace a la Iglesia y señalar los remedios oportunos. Dios habla ahora a la humanidad a través de su Iglesia.
II. Génesis de la guerra actual contra la Iglesia. La persecución es pa- Exhortación al episcopado. El clero, que se consagre al pueblo.
trimonio hereditario de la Iglesia católica. Pero esa persecución es El laicado, que colabore con la acción de la jerarquía y del clero.
obra exclusiva de la malicia humana. La historia eclesiástica recoge Es necesaria la sumisión de todos a las normas dadas por la Santa
así una trayectoria de continuas persecuciones: el Imperio romano, Sede. Este es el deber de los católicos. El éxito queda en las manos
las herejías, los bárbaros, el islamismo, el cesarismo. Y en los tiempos seguras de Jesucristo, rey de los siglos. Oración y bendición apostólica.
modernos, la reforma protestante, el filosofismo del siglo XVIII, el
naturalismo y el materialismo en el siglo XIX. La guerra de hoy con-
tra la Iglesia es una guerra total. [i ]. D e s p u é s de llegar l al añd vigésimo q u i n t o de n u e s t r o mi-
nisterio apostólico, y maravillándonos N o s m i s m o del camino reco-
III. Consecuencias de la guerra contra la Iglesia. Los errores ideológicos
han pasado a la vida práctica. De aquí se han seguido una profunda r r i d o e n medio d e t a n arduas e incesantes preocupaciones, nos sen-
perturbación en el orden moral, la disolución de la familia, la desapa- timos n a t u r a l m e n t e impulsados a glorificar los designios de Dios
rición del orden social y político en la esfera nacional y en el campo
internacional, las luchas sociales y la aparición del anarquismo. [ D e hodierno c u m Ecclesia bello]
IV. Remedios para sanar estas mortales consecuencias de la guerra con-
tra la Iglesia. La libertad, tal como hoy la entiende el sistema liberal, Annum ingressi sumus quintum et vicesimum Apostolici muneris:
es un remedio inepto. Dígase lo mismo de la enseñanza laica. El pro- spatiumque respicientes in maximis curis assiduisque confectum, admiratio
greso técnico y científico, desligado de sus conexiones con el orden Ños quidem divinae bonitatis commovet; unde cum beneficia innumerabilia
moral, está igualmente incapacitado para este fin. 1
LEÓN XIII, Carta apostólica a todos los patriarcas, primados, arzobispos y obispos del
El remedio verdadero consiste en el retorno de la sociedad al cris- orbe católico en gracia y comunión con la Sede Apostólica: ÁSS 34 (1901-1902) 513-522; AL
tianismo, porque éste tiene un poder social transformador único. 22,52-80.
346 LEÓN XIII ANNUM INGRBSSl 347

bendito, q u e ha q u e r i d o concedernos, entre tantos beneficios, el d e recíproca, en la i d e n t i d a d de pensamientos y de propósitos, p a t a


u n pontificado t a n prolongado como tal vez n o ha h a b i d o otro en formar así u n solo corazón y u n a sola alma, t o d o s los grados jerár-
la historia. A l P a d r e de todos, a A q u e l q u e tiene en sus m a n o s el quicos de la Iglesia, esto es m á s q u e n u n c a necesario en los t i e m p o s
secreto de la vida, suba, por consiguiente, como vivo anhelo de actuales. ¿Quién p u e d e , en efecto, ignorar la amplia conspiración
n u e s t r o corazón, u n h i m n o de acción de gracias. E s cierto q u e la d e fuerzas adversarias q u e p r e t e n d e hoy día a r r u i n a r y d e s t r u i r la
m i r a d a h u m a n a n o p u e d e penetrar t o d o el consejo divino sobre t a n gran o b r a de Jesucristo, intentando, con u n a pertinacia q u e n o co-
prolongada y totalmente inesperada longevidad, y N o s en este p u n t o noce límites, destruir en el orden intelectual el tesoro d e las doctri-
n o p o d e m o s hacer otra cosa q u e adorar en silencio; sin embargo, nas reveladas y aniquilar en el o r d e n social las m á s santas, las m á s
sabemos m u y bien u n a cosa, y es q u e , si ha q u e r i d o y le place con- saludables instituciones cristianas? Vosotros m i s m o s tocáis con la
servar todavía esta nuestra existencia, nos i n c u m b e una gravísima m a n o todas estas cosas, vosotros, q u e nos habéis manifestado m u -
obligación, la de vivir para el bien y el i n c r e m e n t o de su inmaculada chas veces vuestras preocupaciones y angustias, l a m e n t a n d o el di-
esposa la Iglesia y n o ceder ante las preocupaciones y las fatigas, luvio de prejuicios, de falsos sistemas y de errores q u e se van p r o -
consagrando a tal fin este último r e m a n e n t e de nuestras fuerzas.— p a g a n d o a mansalva en medio de las m u l t i t u d e s . ¡ C u á n t a s asechan-
D e s p u é s de este t r i b u t o d e obligado reconocimiento a n u e s t r o Pa- zas se t i e n d e n p o r todas partes a las almas creyentes! ¡ C o n cuántos
dre, q u e está en los cielos, a q u i e n sea la gloria y el h o n o r para siem- i m p e d i m e n t o s se intenta a diario debilitar y anular en lo posible
pre, nos es m u y grato dirigir el p e n s a m i e n t o y la m i r a d a a vosotros, la acción benéfica de la Iglesia! Y e n t r e t a n t o , como para añadir al
venerables h e r m a n o s , llamados por el Espíritu Santo a regir elegidas d a ñ o el sarcasmo, se lanza sobre la m i s m a Iglesia la acusación d e
porciones de la grey de Jesucristo, y q u e p o r esto m i s m o partici- n o saber recuperar la antigua virtud y frenar así las turbias e inva-
páis con N o s de las luchas y de los triunfos, de los dolores y de los soras pasiones q u e amenazan hoy con la ruina total.
gozos del ministerio pastoral. N o ; N o s n o olvidaremos j a m á s las [2 ]. Desearíamos hablaros, venerables hermanos, de u n t e m a
múltiples e ilustres p r u e b a s de religioso respeto q u e nos habéis ve- m á s grato y q u e armonizase mejor con la gozosa ocasión q u e nos
n i d o ofreciendo a lo largo de n u e s t r o pontificado, reiteradas con m u e v e a hablaros. P e r o no lo p e r m i t e n ni la grave opresión de la
admirable porfía en la presente ocasión. U n i d o s a vosotros íntima- Iglesia, q u e exige i n s t a n t e m e n t e remedio, ni la situación d e la so-
m e n t e p o r el vínculo de n u e s t r o oficio y la p a t e r n i d a d de n u e s t r o ciedad contemporánea, la cual p o r el a b a n d o n o de las grandes t r a d i -
afecto, nos resultan sobremanera gratos estos vuestros devotos tes- ciones cristianas, si se halla ya m u y trabajada moral y materialmente,
timonios, n o tanto p o r lo q u e se refiere a nuestra persona cuanto camina hacia u n estado peor, por ser ley de la Providencia, confir-
p o r el profundo significado q u e tiene esta Sede Apostólica, centro m a d a p o r la historia, q u e no p u e d e n socavarse los grandes principios
y quicio de todas las d e m á s sedes del m u n d o católico. Si siempre religiosos sin sacudir al m i s m o t i e m p o las bases de la próspera convi-
fué necesario q u e se m a n t u v i e r a n celosamente unidos en la caridad vencia civil.—Entre las condiciones necesarias para llenar o p o r t u n a -

accepimus, tum hanc ipsam, quae Decessorum perpaucis contigit, Pontifica- similitudine Ínter se cohaerere, perinde quasi ex ómnibus exsisteret cor unum
tus diuturnitatem. Itaque summo rerum Parenti, eidemque auctori et arbitro et anima una, id enimvero hodie, quae sunt témpora, necesse est. Numquem-
vitae gestit animus grates agere quam máximas potest. Profecto aeterni consi- " nam latet conspirans Ule ad labefaciendum opus Iesu Christi consensus in-
lii rationem perspicere totam super hac praeter exspectationem tanta longin- fensissimorum hostium, christiana vel dogmata vel instituía, pertinacia
quitate senectae, humanum non est; ñeque eam Ipsi vestigare nitimur. incredibili, conveliere molientium? Haec vos plus satis experiendo nostis:
Mud intelligimus, quando divinae benignitati placitum est huius lucís No- qui etiam saepe Nobiscum deplorare soletis, disseminari passim licenterque
bis usuram prorogare, officium a Nobis esse sanctissimym, in utiütates et opinionum et doctrinarum pestes, malisque errorum venenis imbuí multi-
incrementa Ecclesiae quantum superest virium impenderé, eiusque gratiá tudinem. Proh circumventam insidiis incautorum fidem! Ecclesiae interea,
nec laboris quidquam nec sollicitudinis defugere.—Iam a gratae voluntatis quod magis dolendum, iniectis omne genus vinclis, sua minuitur et quoad
significatione debita benignissimo Numini, cui sit gloria lausque sempi- potest eripitur auxiliandi copia. Et tamen non dubitant, cumulantes flagitio
terna, libet affari vos, Venerabiles Fratres; qui ut, suam quisque, Dominici damnum, arguere Ecclesiam ipsam debilitatae virtutis, quod non, ut antea,
gregis custodiam geritis a Spiritu Sanoto mandatam. ita pastoralis officii populares cupiditates, in perniciem communium rerum inflammatas, queat
Nobiscum certamina, palmas, laeta, tristia, participare consuevistis. Haere- restinguere.
bunt Nobis semper in memoria pietatis observantiaeque officia et multa et
Equidem iucundiora velimus, accommodate ad factum laetabile, scri-
praeclara, quibus cum Pontificatus Nostri cursum continentem ornastis,
bendo persequi. Verum ñeque id patiuntur insidentia Ecclesiae incommoda
tum huius felicitatem eventi fecistis iucundiorem. Quae quidem officia, ut
quae levari mature postulant, ñeque haec tam misera societatis humanae
sumus vobiscum paterna muneris necessitate coniuncti, grate admodum
témpora; cui quidem ille a christiana disciplina institutoque discessus for-
complectimur: etsi non tam causa Nostra, quam quod argumento sunt,
tunarum morumque detrimenta adhuc magna peperit, maiora struit. Siqui-
adhaerescere vos penitus huic Sedi Apostoücae, quacum tamquam centro
dem sanctum natura est, omniumque saeculorum memoria ratum, non posse
suo ceterae orbis catholici contineri sedes debent. Quod si unquam alias
religionis reverentiam deturbari publice, quin simul convictus humani pros-
oportuit sacrorum Ecclesiae Antistites caritate mutua et cogitandi agendique
peritas corruat.—In eiusmodi rerum asperitatibus, ad excitandos confir-
348 LEÓN X I I I
AN'NUM INCRKSSl ¡M'-'

m e n t e a las almas d e aliento, de coraje, de fe, conviene considerar en en efecto, a sus discípulos al enviarlos para llevar a todas las gcnlc:.
su génesis, en sus causas, en sus variadas formas, la guerra q u e arde el tesoro de sus doctrinas? T o d o s lo s a b e m o s : «Seréis perseguidos
actualmente con d a ñ o de la Iglesia, indicar sus funestas consecuen- de ciudad en ciudad, seréis odiados y vilipendiados por mi n o m b r e ,
cias y añadir sus remedios. P o r tanto, repitiendo t a m b i é n c u a n t o seréis llevados a los tribunales y condenados a los mayores padeci-
hemos dicho otras veces, suenen altamente nuestras palabras, y n o mientos» 2 . Y, q u e r i e n d o animarlos para la prueba, se dio a Sí m i s -
solamente para los hijos devotos de la u n i d a d católica, sino t a m b i é n m o como ejemplo: Si el mundo os aborrece, sabed que me aborreció
para los disidentes, e incluso para los desgraciados q u e n o creen, primero a mi que a nosotros 3 H e a q u í los gozos, h e a q u í las r e c o m -
pues todos son hijos del m i s m o P a d r e y están ordenados al m i s m o pensas p r o m e t i d a s en la vida presente.
bien s u p r e m o ; y suene como t e s t a m e n t o que, cercanos ya a las p u e r -
tas de la eternidad, q u e r e m o s entregar a los p u e b l o s con el deseo [ 4 ] . N a d i e ciertamente, ateniéndose a los criterios de u n a justa
y con el augurio de la c o m ú n salvación. y sensata estimación de las cosas, sabría explicarse el m o t i v o de se-
mejante odio. ¿En q u é ofendió jamás o en q u é desmereció el divino
R e d e n t o r ? D e s p u é s de hacerse h o m b r e , m o v i d o por el i m p u l s o d e
[I. G É N E S I S DE LA GUERRA ACTUAL CONTRA LA I G L E S I A ] una caridad infinita, había enseñado u n a doctrina inmaculada, con-
fortadora, eficacísima para h e r m a n a r a la h u m a n i d a d en la paz
[La persecución, patrimonio de la Iglesia] y en el amor. N o había ambicionado ni grandezas terrenas ni h o n o -
[ 3 ] . L a santa Iglesia de Cristo ha d e b i d o soportar en todos r e s ; n o había u s u r p a d o el derecho de n a d i e ; había sido, por el con-
los tiempos contradicciones y persecuciones por la verdad y p o r la trario, s u m a m e n t e piadoso con los débiles, con los enfermos, con
justicia. Instituida p o r el m i s m o Cristo para propagar en el m u n d o los pobres, con los pecadores, con los oprimidos, p o r lo cual su
el reino de Dios y, con la luz de la ley evangélica, guiar a la decaída vida n o fué m á s q u e u n tránsito para sembrar el b i e n con m a n o
h u m a n i d a d hacia u n destino sobrenatural, esto es, la adquisición larga e n t r e los h o m b r e s . E s necesario decir, p o r t a n t o , q u e fué p u r o
de los bienes inmortales p o r Dios p r o m e t i d o s , p e r o superiores a exceso de la h u m a n a malicia, t a n t o más deplorable c u a n t o m á s in-
nuestras fuerzas, chocó necesariamente con las pasiones q u e p u l u - justo, q u e , C r i s t o , a pesar d e todo, según el vaticinio de Simeón,
laron al pie de la antigua decadencia y corrupción, es decir, con el llegase a ser realmente señal de contradicción: Signum cui contra-
orgullo, la codicia y el amor desenfrenado d e los goces terrenos, dicetur 4 .
y con los vicios y los desórdenes q u e de éstos proceden, y q u e en
la Iglesia encontraron siempre el m á s poderoso freno.—El hecho [Las persecuciones antiguas y modernas]
de estas persecuciones n o p o d r á p r o d u c i r n o s estupor, p o r q u e fue- [5 ]• ¿ Q u é maravilla, p o r tanto, si la Iglesia católica, q u e es la
ron predichas por el divino M a e s t r o para enseñanza nuestra, y sa- continuadora de su divina misión y la depositaría incorruptible d e
bemos q u e d u r a r á n mientras d u r e el m u n d o . ¿Qué es lo q u e dijo, sus verdades, ha e n c o n t r a d o la m i s m a suerte? El m u n d o es siempre
mandosque opportune ánimos opus esse arbitramur, huius quod cum Eccle-
sia geritur bellum initia, causas, multiplicemque exsequi naturam, quae nomen meum; trademini ad reges et praesides; tradent vos in tribulationem et
perniciosa consequantur monere, medendi demonstrare vías. Itaque, licet re- occident vos. Animosque de suo caperent exemplo voluit: si mundus vos odit,
ferens quae saepe ediximus in hoc genere, pertineat usquequaque volumus, scitote quia me priorem nobis odio habuit, Adeo digna promeritis heic reddi-
paternae caritatis plena, vox Nostra; ñeque ad filíos modo catholicae unítatis tur merces!
feliciter compotes, sed ad eos etiam qui Nobiscum de fide dissident, vel qui Iamvero huius tantae invidiae nemo aequus rerum aestimator causara
ab ipsa plañe sunt alieni: quippe universi omnes uti eodem sunt prognati satis idoneam repererit. Urgente caritate immensa, demisit se abiecitque
Patre, ita ad idem summum invitantur bonum. Sitque ea vox testamenti Christus ad humilitatem conditionis humanae; praecepta dedit sanctissima,
instar, quo gentibus suprema salutis communis studia Nostra votaque, im- plena solatii, apprime facta ad pacandos Ínter se copulandosque germanita-
pendente iam exitu, commendamus. te homines; opes gloriamque contempsit; iura nullius appetivit; aegris, ca-
lamitosis, aerumnosis benignissimus adfuit; denique aetatem omnem oprime
Veritatis iustitiaeque vindex, Ecclesia Christi adversa multa et áspera
de hominibus merendó contrivit. Quodsi tamen factus is est, quod Simeón
nunquam non pertulit. Ex quo enim instituit, quod acceperat ab Auctore
praecinerat fore, signum cui contradicetur, prodigium certe nequitiae hic
suo munus, constabilire et propagare in hominibus regnum Dei, eosque ab
agnoscimus, atque eo immanius, quo iniuriosius.
amore fluxarum rerum ad immortalium traducere, necessario in offensionem
humarme incurrit corruptae depravataeque naturae. Studia nimirum infesta Porro Ecclesiam catholicam, Christi heredem muneris, custodem doc-
sibi et inimica sensit cupiditatum, quibus responsandum viriliter esse ipsa trinae mirumne sit eádem usam esse fortuna? Semper eadem constat sacarlo
edicebat.—Nec vero id acciderit homini christiano novum, quando Christus perversitas, urgentibus pios impiisj ab humani generis hoste profectis, quem
alumnis disciplinae suae denuntiavit, omnia hostilia, dum mundus foret,
usque passuros. Pervulgara sunt, quae ipsos dimissurus in orbem terrarum 2 Cf. Le. 21,12-19.
Evangelii praecones, monuit: persequentur vos; eritis odio ómnibus propter 3 lo. 15,18.
4
Le. 2,34-
350 LEÓN xni ANNUM INGRESSI MI

igual a sí m i s m o ; j u n t o a los hijos d e D i o s se e n c u e n t r a n constan- q u e h a sido llamada cristiana y q u e dio a las naciones q u e acogieron
t e m e n t e los satélites d e aquel gran adversario del g é n e r o h u m a n o , su benéfico influjo la e q u i d a d de las leyes, la dulzura de las costum-
q u e , rebelde al Altísimo desde el principio, está señalado en el E v a n - b r e s , la protección de los débiles, la piedad p o r los p o b r e s y los
gelio c o m o el príncipe de este m u n d o ; p o r esto el m u n d o , ante la desgraciados, el respeto a los derechos y a la dignidad de todos
ley y ante el q u e se la presenta en n o m b r e de Dios, siente q u e se y, p o r consiguiente, en c u a n t o es posible en m e d i o de las t e m p e s -
le despierta d e nuevo, con u n orgullo desmedido, el espíritu d e u n a t a d e s h u m a n a s , aquel reposado vivir civil q u e deriva d e la mayor
independencia a la q u e n o tiene derecho. ¡ C u á n t a s veces, e n perío- concordia posible e n t r e la libertad y la justicia.
dos m á s procelosos, con inaudita crueldad y descaradísimas injus- [ 6 ] . Sin e m b a r g o , a u n d e s p u é s d e las demostraciones t a n p a -
ticias y con d a ñ o evidente de la entera c o m u n i d a d social, se coliga- tentes, prolongadas y sublimes de su intrínseca b o n d a d , en épocas
ron los enemigos en la loca e m p r e s a de derrocar la obra divina!— m á s cercanas a N o s , n o m e n o s q u e e n el t i e m p o d e la E d a d M e d i a
Y al fracasar u n a forma d e persecución i n t e n t a b a n otras nuevas. El y en la antigüedad, vemos a la Iglesia envuelta en luchas, bajo cierto
I m p e r i o r o m a n o , a b u s a n d o de la fuerza brutal d u r a n t e tres largos aspecto, m á s d u r a s y penosas. P o r una serie de causas históricas
siglos, s e m b r ó d e mártires todas sus provincias y b a ñ ó con la san- conocidísimas, la llamada reforma del siglo X V I , d e s p u é s d e levan-
gre d e los mártires el suelo entero d e esta sagrada R o m a ; y la h e r e - tar la b a n d e r a de la rebelión, q u i s o herirla en el corazón, combatien-
jía, d e la m i s m a m a n e r a , u n a s veces disfrazada, otras descarada, d o fieramente al P a p a d o ; y r o t o el vínculo d e la antigua u n i d a d d e
con sofismas y con insidias recurrió a la persecución para r o m p e r , jurisdicción y de fe, q u e reunía a los pueblos bajo las alas maternas
al menos, la a r m o n í a y la u n i d a d de la Iglesia. Siguieron después el e n u n solo redil, r e d o b l a n d o frecuentemente, con la u n i ó n de los
desencadenamiento, como t o r m e n t a devastadora, desde el N o r t e , de propósitos, su fuerza, su prestigio y su gloria, introdujo en las fi-
las h o r d a s de los bárbaros, y desde el Sur, del islamismo, dejando las cristianas u n a disgregación lamentable y fatal. N o q u e r e m o s
•tras sí la ruina y el desierto. Y d e esta m a n e r a , transmitiéndose d e decir con esto q u e d e s d e los p r i m e r o s m o v i m i e n t o s se tuviese la idea
siglo en siglo la triste herencia del odio contra la Esposa de Cristo, d e desterrar del m u n d o el d o m i n i o de las verdades s o b r e n a t u r a l e s ;
sobrevino u n cesarismo q u e , receloso y p r e p o t e n t e , envidioso d e p e r o , rechazada, p o r u n a parte, la prerrogativa d e la Sede romana,
toda grandeza ajena q u e aventajase a la suya propia, renovó sin causa efectiva y conservadora de la unidad, y establecido, por otra
tregua los asaltos para pisotear la libertad y u s u r p a r los derechos p a r t e , el principio del libre examen, fué sacudida desde su m á s p r o -
d e la Iglesia. Sangra el corazón al verla así t a n f r e c u e n t e m e n t e opri- funda base la estructura del divino edificio, y q u e d ó abierto el paso
mida p o r angustias y p o r dolores inenarrables. Sin e m b a r g o , t r i u n - a infinitas variaciones, d u d a s y negaciones, incluso en materias de
fadora d e todos los obstáculos, violencias, opresiones; dilatando cada capital importancia, hasta sobrepasar las previsiones d e los m i s m o s
vez m á s sus pacíficas tiendas, salvando el glorioso p a t r i m o n i o d e las innovadores.
artes, de la historia, de las ciencias y de las letras, y haciendo p e -
netrar p r o f u n d a m e n t e en las articulaciones del consorcio h u m a n o
el espíritu del Evangelio, formó precisamente acfuella civilización custodiendis litterarum et artium monumentis; sed laborare in primis, ut
civitatem penitus evangélica sapientia pervaderet totamque imbueret. Ita
christianum cultum in commune invexit; peperitque conformatis eo cultu
ipsum inimicum Dei ab initio rerum, principem huius mundi, sacrae appellant
gentibus aequitatem legum, mansuetudinem morum, tenuium tutelam,
litterae. Hi scilicet, quoniam imperium Dei contumaciter abnuunt, nec de-
calamitosorum inopumque misericordiam, alieni iuris dignitatisque verecun-
nuncian sibi divinam patiuntur legem, nec omnino eos, qui rite denunciant,
diam, denique civilium rerum cursum, pro naturali studiorum concerta-
ferré possunt. Itaque coniurati Ecclesiam perderé, quoties turbulentioribus
tione, tranquillum, temperante nimirum iustitia libertatem.
aetatibus contra omne ius fasque communitatis humanae immania edidere
crudelitatis exempla!—Ergo aliud ex alio omnia tentata genera saeviendi. Documenta tam magna tamque illustria beneficae virtutis suae cum daret
Recens ab origine, vi tormentisque cruciatum publice christianum nomen; Ecclesia, ad finem aetatis mediae processit, invidia improborum comité:
triumque saeculorum spatio Urbem romanique imperii fines perfudit mar- quae autem sequuta est aetas dimicationes ei vel acerbiores attulit. Etenim
tyrum crúor. Tum, domestica pestis, haereticorum perfidia extítit, tecte saeculo sextodecimo luctuosa illa exarsit, cuius nota sunt semina, perduellio
primo, dein audacter aggressa technis rationumque fallaciis concentum Novatorum; qui caput ipsum adorti, idest romani Pontificia auctoritatem,
fidelium unitatemque dissolvere. Erupit deinceps plus semel a septentrio- unde universitas Christifidelium in unum Corpus coalescit vivum vigensque,
nibus barbarorum procella, Saracenorum ab austro, internecionem vasti- florentissimas gentes a catholicarum complexione misere abstraxerunt. Quo
tatemque faciens. Cumque veluti provinciam male habendae Ecclesiae aetas facto discidio illuc necessitate evasere, quo fortasse non spectarant, ut chris-
aetati transmitteret, eam suscepit, restituto imperio, Caesarum dominatio, tiani nominis vix umbram retinerent, rem fere exuerent. Nam abiecto semel
superba fere atque impotens; quae sollicita ne prae se sacra potestas cres- ex una parte magisterio Sedis Apostolicae, quo máxime unitas fidei salva
ceret, eius sive libertatem coerceré sive iura attentare non destitit. Taedet consistit, pósito ex altera proprium cuique iudicium esse normam credendi,
considerare, quot quantisque difficultatibus affecta atque afflicta subinde infinitis sententiarum commutationibus patuit aditus; quare iam nullum est
Ecclesia fuerit. Illa vero ex angustiis incommodisque evadere fortior; paci- tam sanctum doctrinae christianae principium, quod non illi aut in dubium
fici regni sui proferre términos; nec veteris humanitatis fructus negligere. revocent, aut funditus repudient.
352 LEÓN XI11 ANNIÍM INGKKSSI ;.,;(

[La persecución total en la época contemporánea]


[II. C O N S E C U E N C I A S DE ESTA GUERRA CONTRA LA IGLESIA]
[ 7 ] . A b i e r t o así el camino, aparece el filosofismo orgulloso
[ 9 ] . D o c t r i n a s t a n funestas pasaron, desgraciadamente, como
y m o r d a z del siglo X V I I I , q u e prosigue el avance. T o m a a risa el
estáis viendo, venerables h e r m a n o s , d e la esfera d e las ideas a la vid;i
libro sagrado de las Escrituras y rechaza de golpe todas las verda-
exterior y a los o r d e n a m i e n t o s públicos. G r a n d e s y poderosos E s -
des d i v i n a m e n t e reveladas, con el intento final d e apagar en la con-
tados van traduciéndolas c o n t i n u a m e n t e a la práctica, gloriándose
ciencia de las naciones toda creencia religiosa, todo aliento de espí-
d e capitanear de esta m a n e r a los progresos d e la civilización c o m ú n .
ritu cristiano. D e estas fuentes b r o t a r o n los funestos y deletéreos
Y c o m o si n o debieran los poderes públicos aceptar y respetar por
sistemas del racionalismo y del p a n t e í s m o , del naturalismo y del
sí m i s m o s c u a n t o hay de m á s sano en la vida moral, se consideran
materialismo, q u e instauran con u n n u e v o semblante errores anti-
desligados del deber d e h o n r a r p ú b l i c a m e n t e . a D i o s ; y sucede con
guos ya refutados t a m b i é n victoriosamente p o r los P a d r e s y apolo-
demasiada frecuencia q u e , ensalzando a todas las religiones, hosti-
gistas de los tiempos cristianos; de m a n e r a q u e los soberbios de la
lizan a la única establecida p o r Dios.
edad moderna, p o r confiar excesivamente en sí mismos, i n c u r r e n
en el error, coincidiendo con el gentilismo incluso en t o r n o a los [ 1 0 ] . D e este sistema d e ateísmo práctico d e b í a necesariamen-
atributos del alma propia y al destino inmortal q u e es privilegio t e derivar, y derivó, u n a profunda p e r t u r b a c i ó n del o r d e n moral,
de ésta. p o r ser la religión el principal f u n d a m e n t o d e la justicia y de la
virtud, como ya entrevieron algunos sabios famosos de la antigüe-
[ 8 ] . L a guerra a la Iglesia cobraba de este m o d o u n aspecto
d a d pagana. P o r q u e , rotos los vínculos q u e ligan al h o m b r e con
de mayor gravedad q u e en el pasado, t a n t o p o r la vehemencia c o m o
Dios, absoluto y universal legislador y juez, n o se tiene m á s q u e una
por la universalidad del asalto. P o r q u e la actual incredulidad n o
apariencia d e moral p u r a m e n t e civil, o, c o m o dicen, independiente,
se limita a la d u d a o a la negación de esta o de aquella verdad de
, la cual, p r e s c i n d i e n d o de la razón eterna y d e los divinos m a n d a -
fe, sino q u e i m p u g n a el conjunto de los principios consagrados por
mientos, lleva inevitablemente, p o r su propia inclinación, a la última
la revelación y p r o b a d o s p o r la sana filosofía: estos principios sacro-
y fatal consecuencia d e constituir al h o m b r e ley p a r a sí m i s m o . El
santos y fundamentales q u e enseñan al h o m b r e el fin s u p r e m o de
cual, incapaz d e levantarse sobre las alas de la esperanza cristiana
su existencia, lo m a n t i e n e n en el deber, le infunden valor y resigna-
a los bienes superiores, n o buscará m á s q u e u n pasto t e r r e n o en la
ción y, p r o m e t i é n d o l e incorruptible justicia y felicidad perfecta más
s u m a d e los gozos y d e las c o m o d i d a d e s d e la vida, a g u d i z a n d o la
allá de la t u m b a , le inculcan subordinar el t i e m p o a la eternidad, la
sed de los placeres, la codicia de las riquezas, la avidez d e las rápi-
tierra al cielo. ¿Y q u é es lo q u e sustituye a estos criterios, a estos
das e i n m o d e r a d a s ganancias sin respeto alguno a la justicia, in-
incomparables consuelos de la fe? U n espantoso escepticismo, q u e
flamando las ambiciones y el frenesí p o r satisfacerlas incluso ilegí-
rebaja los corazones y ahoga toda m a g n á n i m a aspiración de la
conciencia. Iamvero pravarum doctrinarum luem videtis, Venerabiles Fratres, ex
opinionibus hominum in agitationem vitae venasque reí publicae defluxisse.
ídem insistentes iter, progressi sunt longius, qui insolenter se philo- Magnae enim et imperíosae civitates adhibere eas doctrinas atque usurpare
sophiae nomine iactarunt saeculo duodevicesimo. His nullae fuere divinae non intermittunt, se ratae propterea progredientis humanitatis videri du-
litterae; nulla, Deo manifestante, nota veritas; unum propositum, ex animo ces. Etiam fere qui civitatibus praesunt, perinde quasi non debeant assumerc
populorum omne christianae religionis vestigium abolere. Ex his fontibus sibi et praeseferre quantum in communibus moribus est optimi, solutos se
perniciosa illa fluxere portenta ralionalismi, pantheismi, naturalismi, mate- putant officio colendi palam Numinis; saepiusque fit, ut professi omnium
rialismi; quibus veterum errores, quos sancti Patres vindicesque fidei splen- religionum aequam se habere rationem, cum ea solum inimice agant, quam
dide convicerant, specie instaurantur nova: prorsus, ut superbia recentio- Deus instituit.
rum, contempto christianae sapientiae lumine, ad ethnicae vetustatis del ira-
menta regrediatur, vel quod attinet ad animorum naturam et immortalitatem. Comparatis autem ad contemptum Dei civilibus rebus, quam necesse
fuit consequi consequuta est magna perturbatio demutatioque morum:
Itaque factum ut, multo quam antea, ingravesceret ad hanc diem in Ec- quippe recti honestique fundamentum religio continet; id quod ipsi sensere
clesiam bellum, latiusque manaret. Siquidem aetas incrédula non satis ethnicorum sapientissimi. Etenim, abruptis officiorum vinculis, quae homi-
habet unum et alterum fidei sanctae oppugnare caput: cuneta simul caeles- nem iungunt Deo, summo omnium legislatori et iudici, nihil superest, nisi
tium doctrinarum principia, ipsa sana philosophia reclamante, aggreditur. simulacrum illud honestatis mere civilis, sive, ut aíunt, a millo pendentis;
Atqui huiusmodi principia divinissima hominem de supremo fine monent quae nimirum de lege aeterna praeceptisque divinis nihil pensi habens,
sui, in officio continent, afflictum recreant tolerantiamque dolorum do- illuc prono itinere ad extremum evadit, ut hominem suarum ipsius cupi-
cent, atque erectum in expectationem incorrupti iudicis Dei, vitaeque post ditatum arbitrio permittat. Qui quidem spe dimotus supernorum bonorum,
mortem beatae, iubent terrestria posthabere caelestibus, caduca mansuris. quid aliud malit, quam ingurgitare se in huius commoditates suavitatesque
Porro in locum fidei, quae tantae salutis ubertatisque affert elementa, quid vitae: explere crescentem voluptatum sitim; divitias quaestusque immodi-
isti sufficiunt? Nempe abnormem veritatis fugam, quae frangit ánimos et cos avidius, invita etiam iustitia, faceré; auctaque libídine dominandi, ad
omnes generosae virtutis ñervos elidit. imperia honoresque quavis demum arte conniti? At ubi sic ánimos multitu-
ü'jftr. pontit s 1Z
354 LEÓN xirr 355
ANNI'M INV.KIiSSI
t i m a m e n t e , y e n g e n d r a n d o , finalmente, el desprecio de las leyes y de augusto carácter y degenera en una soberanía artificial, asentada
la autoridad pública y u n a general licencia de las costumbres, q u e sobre u n f u n d a m e n t o lábil y m u d a b l e , como es la voluntad de los
trae consigo u n a verdadera decadencia de la civilización. h o m b r e s . ¿No vemos acaso t a m b i é n sus efectos en la legislación
[i i ] . ¿Exageramos tal vez las tristes consecuencias de t a n d o - pública ? Las leyes, con demasiada frecuencia, en vez de ser la razón
lorosa p e r t u r b a c i ó n ? P e r o la realidad q u e tocamos con las m a n o s escrita, representan sólo la fuerza numérica y la prevalente voluntad
confirma t a m b i é n demasiado nuestras deducciones, y está a la vista de u n p a r t i d o político. Por esto m i s m o se halaga a los apetitos licen-
que, si no se p o n e a t i e m p o el remedio, las bases de la convivencia ciosos de las m u l t i t u d e s , se deja freno libre a las pasiones populares,
civil vacilan, cayendo a tierra t a m b i é n los soberanos principios del aun cuando sean p e r t u r b a d o r a s de la activa tranquilidad ciudadana,
derecho y de la moral eterna; p o r lo cual t e n d r í a n q u e sufrir gra- salvo el recurso tardío en los casos extremos a represiones violentas
vemente todas las partes del cuerpo social, comenzando por la fa- y sangrientas.
milia. P o r q u e el E s t a d o laico, sin considerar ni los límites ni el fin
[ 1 3 ] . D e m o d o parecido, con el rechazo de la influencia cris-
esencial de sus poderes, extendió la m a n o p a r a arrebatar al vínculo
tiana, en la cual está connaturalizada la virtud de h e r m a n a r a los
conyugal su carácter sagrado, despojándolo de su naturaleza reli-
pueblos y reunirlos como en una gran familia, prevaleció poco a poco
giosa; invadió c u a n t o p u d o el d e r e c h o natural de los padres a la e d u -
en el o r d e n internacional u n sistema de egoísmo y de envidias por
cación de los hijos, y subvirtió en m u c h o s lugares la estabilidad del
el cual las naciones se m i r a n recíprocamente, si n o con rencor, cier-
m a t r i m o n i o , sancionando legalmente la malnacida licencia del di-
t a m e n t e con la desconfianza de la emulación. D e aquí q u e en sus
vorcio. Y todos ven de q u é naturaleza son sus frutos, multiplicán-
empresas sean fácilmente tentadas d e olvidar el alto concepto de la
dose, por encima de toda afirmación, los casos de m a t r i m o n i o s cele-
moralidad y de la justicia y el patrocinio del débil y del o p r i m i d o ,
b r a d o s ú n i c a m e n t e por pasiones innobles, y, p o r consiguiente, en
c u i d a n d o solamente, con el deseo de acrecentar las riquezas nacio-
breve t i e m p o disueltos o d e g e n e r a n d o en trágicos lutos o infideli-
nales sin límite alguno, de la o p o r t u n i d a d y de la utilidad del éxito
dades escandalosas; y nada digamos de la prole inocente descuidada
y la fortuna de los hechos cumplidos, con la seguridad de n o ser
y pervertida p o r los malos ejemplos de los padres o por el veneno
llamadas por nadie al respeto del derecho. Criterios funestos, q u e
q u e les ha proporcionado el Estado oficialmente laico.
consagran la fuerza material como ley s u p r e m a del m u n d o ; de aquí el
[ 1 2 ] . Y con la familia desaparece t a m b i é n el o r d e n social y po- a u m e n t o progresivo y d e s m e s u r a d o de los preparativos d e guerra, o
lítico, sobre t o d o p o r las nuevas teorías q u e alteran el j u s t o concepto sea aquella paz armada comparable en m u c h o s aspectos a los m á s
del p o d e r soberano al falsificar su origen. E n efecto, una vez afir- desastrosos efectos de la guerra.
m a d o q u e la autoridad política brota formalmente del consenti-
m i e n t o de las m u l t i t u d e s y n o de Dios, principio s u p r e m o y eterno
de t o d o poder, pierde aquélla a los ojos de los subditos su más unum eam religiosissime commendet civibus, abitque in facticium quoddam
imperandi genus, tam instabili et lubrico nixum fundamento, quam est
mutabilis hominum voluntas. Ex quo illud apparet effici in legibus, ut ple-
dinis transversos agit licentia, iacent leges, iacet auctoritas publica; nec iam rumque victricem quidem sententiam politicarum partium, numero antece-
longe abesse communium temporum pernicies potest. dentium, minime vero scriptam rationem referant, uti par est. Ob eamque
Iamvero quae incommoda dicimus ex hac tanta rerum perturbatione ipsam causam cerneré licet, foveri appetitiones proiectas multitudinis; dari
gigni, plus nimio constat evenisse; videmusque congregationis humanae frenos popularibus cupiditatibus, ipsa negotia pacemque civium interpellan-
fundamenta, aeternis submotis iusti rectique principiis, nutare.—Atque cum tibus; eos autem multa cum vi atque etiam caede inhiberi, quotiescumque
omnia civitatis membra, tum domestica societas praesertim magnam plagam sit ad extremum casum res adducta.
accepit. Nam, alienus ab Ecclesia, principatus civilis rationem finesque mi- Similiter, ubi a communi iure gentium exsularunt christiana prae-
gians ditionis suae, maritale vinculum sibi vindicavit, omnique exuit sanc- scripta, quorum mira vis est ad devinciendas invicem et quasi conglobandas
titudine; nativum parentum ius educendae prolis violavit; stabilitati coniu- universas in unam veluti familiam, paulatim instituerunt nationes sua
giorum multifariam obfuit, concessá legibus divortiorum facúltate. Inde est, quaeque immoderate quaerere, aliena aemulari, atque ínter se si minus infes-
quod nemo ignorat, ut excrescat quotidie nuptiarum numerus, quas uti tum animum gerere, at certe suspiciosum. Quare in suis eas coeptis non
libido temeré conciliavit, ita brevi fastidium infidelitasque dissolvit: nihil magnopere celsa honestatis iustitiaeque forma movet; nec sua quidquam
autem sit miserabilius conditione sobolis, quae et parentum incuria aut interesse putant, contra vim potentium humiles defenderé: sed totae cum
etiam consuetudine mala mature corrumpitur, et a profana institutione sint in amplificandis sine modo opibus suis, unice quod opportunum atque
reipublicae imbibit pravarum opinionum virus. utile sibi fore censuerint, id maturant exsequi: siquidem persuasum habent,
Domesticarum rationum labes labem socialium et politicarum tulit; facinore patrato feliciter, qui se reducturus sit ad officium, fore neminem.
máxime quod nova commenta germanam notionem principatus, praepos- His igitur iudicandí normis, supremam legem rerum humanarum statuunt
terá eidem tributa origine, adulterarunt. Etenim si est ut auctoritas princi- vim esse: eamque ob causam certatim intenditur undique militaris instru-
pum non a Deo, supremo aeternoque omnis potestatis fonte, verum a popu- menti immanitas; unde eiusmodi pax exsistit, cuius detrimenta pernicio-
lorum consensu suffragiisque oriatur, continuo illud ipsa deperdit quod sissimum quodque bellum exaequent.
ANNUM 1NGKKSSI 357
SM Í.1-6N XI tt

[ 1 4 ] . Esta lamentable t u r b a c i ó n moral fué semilla d e in- [III. REMEDIOS]


q u i e t u d en las clases populares, de malestar, de rebelión en los
espíritus; de aquí las agitaciones y los desórdenes frecuentes, q u e [Remedios insuficientes ]
preludian t e m p e s t a d e s m á s graves. Las miserables condiciones de [ 1 6 ] . F r e n t e a t a n gran mole de males q u e a m e n a z a n y de peli-
una parte t a n g r a n d e del p u e b l o m e n u d o dignísima ciertamente gros inminentes, es obligación nuestra avisar de nuevo y conjurar,
de redención y de remedio, sirven por esto a d m i r a b l e m e n t e a los c o m o l o hacemos, a t o d o s los h o m b r e s de b u e n a voluntad, y m á s toda-
intentos de expertos agitadores, y señaladamente de las facciones vía a aquellos q u e están en los puestos de gobierno, a q u e reflexionen
socialistas, q u e p o r el camino de locas promesas a los pueblos avan- sobre los adecuados remedios y a utilizarlos con p r o n t i t u d y previ-
zan hacia la realización de los m á s criminales propósitos. sora energía. Acerca de lo cual, lo m á s u r g e n t e es reconocer cuáles
[ 1 5 ] . Y c o m o el q u e cae por u n a p e n d i e n t e necesariamente son estos remedios y p o n d e r a r su valor. H e m o s oído ya exaltar
llega hasta el final, la lógica vengadora de los principios hizo m a - hasta el cielo los beneficios d e la libertad y engrandecerla como
d u r a r t a m b i é n u n a verdadera asociación d e delincuentes, de ins- medicina s u p r e m a e i n s t r u m e n t o incomparable de paz laboriosa
tintos c o m p l e t a m e n t e salvajes, q u e causó desde los p r i m e r o s golpes y d e prosperidad. P e r o los hechos h a n d e m o s t r a d o su incapacidad
el m á s grave espanto. C o n s t i t u i d a sólidamente y con vinculaciones a este propósito. Conflictos económicos, luchas d e clases a r d e n por
internacionales, se e n c u e n t r a ya en disposición de levantar su cri- todas partes, y n o se divisan todavía los comienzos de u n a nueva
minal m a n o p o r todas partes, sin t e m e r obstáculos ni retroceder tranquilidad en la vida política. Pues todos son testigos d e q u e la
ante cualquier fracaso. Sus afiliados, r o m p i e n d o t o d o vínculo con libertad, cual hoy la entienden, concedida i n d i s c r i m i n a d a m e n t e a
el m u n d o civil, con las leyes, con la religión, con la moral, se d e n o - la verdad y al error, al bien y al mal, n o h a logrado otra cosa q u e
m i n a n anarquistas, p r o p o n i é n d o s e destruir, con t o d o s los medios rebajar c u a n t o hay de noble, de santo, de generoso, y allanar el cami-
q u e p u e d e sugerir u n a pasión ciega y feroz, desde arriba hasta n o a los delitos, a los suicidios y a t o d o desahogo d e pasiones
abajo, el o r d e n a m i e n t o social. Y c o m o éste recibe u n i d a d y vida vulgares.
de la autoridad imperante, contra la autoridad van p r i n c i p a l m e n t e
[ 1 7 ] . Se ha d i c h o t a m b i é n q u e el perfeccionamiento d e la en-
dirigidos sus golpes. ¿Quién n o ha q u e d a d o horrorizado con u n
señanza, al hacer m á s cultas y m á s inteligentes a las m u l t i t u d e s ,
estremecimiento d e compasión y de indignación al ver, en el espacio
las inmunizaría suficientemente contra las tendencias malsanas y
de pocos años, agredidos y asesinados e m p e r a d o r e s , emperatrices,
las m a n t e n d r í a d e n t r o de los límites de la v i r t u d y de la rectitud.
reyes, presidentes de repúblicas poderosísimas, por la sola r a z ó n
N o obstante, u n a d u r a realidad nos hace tocar a diario con las m a n o s
de h a b e r estado investidos de la autoridad soberana?
a d o n d e lleva u n a enseñanza despojada d e u n a sólida educación
Perturbatá vero publicorum disciplina morum, crevere immensum te- religiosa y moral. L a s inteligencias juveniles, en su inexperiencia
nuium incommoda, inquietos contumacesque commoventia spiritus: inde- His tot tantisque vel prementibus malis vel ingruentibus periculis, Nos-
que illa nata turbarum seditionumque frequentia, quae graviores iam for- trarum esse partium intelligimus, omnes quotquot sunt recte animati, eos-
midines portendit. Indigne quidem minuta plebs magnam partem laborat, que magis qui potestate antecellunt, cohortari denuo atque adeo obtestari,
quibusque premitur rerum omnium angustiis liberanda aut certe levanda idónea velint, quae suppetunt, remedia attendere, eaque vigilanter nervose-
celeriter est: iis tamen angustiis commode abutuntur ad sua consilia concita- que properent adhibere. Principio autem illa quae sint, quantaque polleant
dores vaferrimi, Socialistae in primis, qui plebem fallacibus pollicitationibus virtute considerandum est.—Libertatis quidem praedicari commoda audi-
nfatuantes ad teterrima peragenda proposita grassantur. vimus magnificeque eius laudari virtutem, tamquam pacis actuosaeque
Quoniam autem per declive ruentem necesse est ima petere, ex positis prosperitatis effectricem, ut nihil supra: sed mancam illam ac debilem exitu
principiis necessitas consecutionum demum effecit, ut consociatio quaedam rebusque satis cognovimus. In bonis fortunisque, in ordinibus civium calet
coiret hominum perditis moribus ingeniisque efferis, quorum atrocia facta flagratque apud omnes, quae ubique sunt, gentes contentio; needum tran-
terrorem ubique brevi iniecerunt. Opibus valida et numero gregalium in quille placideque in civitate vivendi spes ulla ostenditur. Quin etiam illud,
omni gente, quonam iam non potest consociatio istiusmodi consceleratas quod hodie placet, ut promiscuo iure libertatem usurpent error cum verita-
afierre manus, fidenterque capitalia quaelibet audere? Qui autem in ea sunt te, cum honéstate turpitudo, exploratum cuique est quo pertineat; nempe
haeresi, ii revulsis legum religionis morumque vinclis, a civili se convictu ad quaecumque sunt honorabilia sancta excelsa opprimenda, muniendam-
alíenos penitus haberi volunt; impositoque sibi anarchicorum nomine con- que viam maleficiis, necibus voluntariis, turpissimarum flagitiis cupiditatum.
tendunt omni furiosae temeritatis Ímpetu societatem humanam ab imis ra-
dicibus evertere.—Quia vero societas cohaeret vigetque potissime tempera- Visum est etiam valde conducibile, popularem eruditionem provehi;
tione potestatis publicae, ideírco potestas potissime est telis profligatorum quippe, quo cultiores, dispulsis inscientiae tenebiis, animi fierent, eo contra
hominum proposita. Ecquem non perfudit horror miserantem simul et in- prava studia cupidinum munitiores forent, faciliusque essent honesti rec-
dignantem, cum videret his paucis annis aut paratam necem aut allatam im- tique normam servaturi. Verumtamen institutio eiusmodi, quae a solida
peratoribus augustisque foeminis, regibus et amplissimarum praesidibus re- religionis morumque disciplina abhorreat, quotidianis prope constat experi-
rumpublicarum, ñeque aiiam ob causam, quam quod potentatum obtinerent? mentis, quo tándem evasura sit. Perversarum error opinionum, quas ephe-
ANNUM INCKIiSSl !V)'->
358 LEÓN X I I I

y en el hervor de las pasiones, q u e d a n presas d e la fascinación d e [El verdadero remedio, el retorno al cristianismo]
m á x i m a s perversas, p a r t i c u l a r m e n t e d e aquellas q u e el periodismo
[19]. ¿Deberán, por tanto, ser despreciadas, descuidadas las
m á s indisciplinado n o se avergüenza de s e m b r a r con larga m a n o , y
conquistas de la cultura, del saber, de la civilización y de u n a liber-
que, pervirtiendo el e n t e n d i m i e n t o y la voluntad, alimentan ese es-
tad templada y razonable? C i e r t a m e n t e q u e n o ; deben, p o r el con-
píritu de orgullo y de insubordinación q u e t u r b a con tanta frecuencia
trario, ser defendidas, p r o m o v i d a s y m u y apreciadas, c o m o u n va-
la paz de las familias y de las ciudades.
lioso patrimonio, pues son otros tantos remedios b u e n o s p o r su
[ 1 8 ] . M u c h o se h a confiado t a m b i é n en el progreso creciente naturaleza, queridos y o r d e n a d o s p o r Dios m i s m o para el mayor
de las ciencias, y, ciertamente, el siglo pasado vio grandes, inespe- p r o v e c h o de la familia h u m a n a . Sin embargo, al usarlos conviene
rados y maravillosos progresos. Pero ¿es acaso v e r d a d q u e haya m a n t e n e r puesta la mirada en el conocimiento del C r e a d o r y hacer
p r o d u c i d o efectivamente aquella a b u n d a n c i a de frutos, plena y re- q u e vayan siempre acompañados del elemento religioso, en el cual
novadora, q u e estaba en el deseo y en la expectación de tantos h o m - reside precisamente la v i r t u d q u e los valora y los hace d i g n a m e n t e
bres ? El vuelo de la ciencia descubrió ciertamente horizontes nuevos fructuosos. A q u í está el secreto del problema. C u a n d o u n ser orgá-
al e n t e n d i m i e n t o , amplió el d o m i n i o del h o m b r e sobre la naturaleza nico se c o r r o m p e y decae, esto proviene de q u e ha cesado el influjo
corpórea y a p o r t ó con ellos mil ventajas nuevas a la vida t e r r e n a . d e las causas q u e le dieron forma y consistencia; y n o hay d u d a
Pero, a pesar de ello, t o d o s e x p e r i m e n t a n y son m u c h o s los q u e que, p a r a sanarlo y vigorizarlo de nuevo, es necesario devolverlo
reconocen q u e el efecto ha sido inferior a las esperanzas. N i p u e d e a los vitales influjos de aquellas m i s m a s causas. A h o r a bien, en el
afirmar otra cosa el q u e considere el estado de los espíritus y de loco intento de emanciparse de Dios, la sociedad civil rechazó lo
la moral, las estadísticas de la delincuencia, los sordos r u m o r e s sobrenatural y la revelación divina, substrayéndose así a la vivi-
q u e s u b e n d e s d e abajo, el p r e d o m i n i o de la fuerza sobre el derecho. ficante eficiencia del cristianismo, es decir, a la .más sólida garantía
P a r a n o volver a hablar d e las clases inferiores caídas en la miseria, del o r d e n , al más p o d e r o s o vínculo de fraternidad, a la fuente
basta una m i r a d a superficial para convencerse q u e u n a tristeza in- inexhausta de las virtudes individuales y públicas; y d e p e n d e
definible pesa sobre las almas y u n vacío profundo se ha abierto en de esta bosquejada apostasía el t r a s t o r n o de la vida práctica. A l
los corazones. El h o m b r e se ha enseñoreado de la m a t e r i a ; p e r o ésta seno del cristianismo debe, por tanto, retornar la sociedad extra-
n o ha p o d i d o darle lo q u e n o tiene, y las grandes cuestiones q u e se viada si quiere el bienestar, el reposo, la salud.—Así como el cris-
refieren a sus m á s altos intereses n o h a n sido resueltas p o r la ciencia tianismo n o entra en las almas sin mejorarlas, de la misma m a n e r a
h u m a n a ; la sed de verdad, de virtud, de infinito, ha q u e d a d o sin no e n t r a en la vida pública de un E s t a d o sin vigorizarlo en el o r d e n ;
satisfacer; y la tierra, enriquecida de tesoros y de goces, y las cre- con la idea de u n D i o s providente, sabio, infinitamente b u e n o e
cientes comodidades de la vida n o d i s m i n u y e r o n las i n q u i e t u d e s infinitamente justo, hace penetrar e n las conciencias el sentimiento
morales.
Contemnendae ne igitur sunt aut negligendae doctrinarum opes, civilis
meridum praesertim infinita licentia fundit, adolescentem aetatem, impro- culturae, temperatae moderataeque libertatis? Minime vero: imrao tuendae
vidam eam quidem maximeque cupiditatibus concitatam, facile decipit; promovendaeque, ac perinde habendae per se sunt, ut totidem ab ipso Deo
mentes animosque passim depravando corrumpit; ac talem vulgo alit super- comparata subsidia ad humani generis utilitatem. Attamen ita ea sunt reapse,
biam et intolerantiam, quae familiarum statum pariter ac civitatis permisceat. consilio Creatoris, frugífera, si apta et connexa fuerint cum virtute religionis,
In assiduis quoque doctrinarum progressionibus spei multum multi unde omnem vim habent, utilitatis bonae efficientem. Nimirum haec una res
collocarunt. Quo quidem in genere incrementa proximum saeculum et mag- causam continet. Nam ut quidque, si dimotum sit a causis, a quibus consen-
na et nova et admirabilia vidit: illos vero tantopere concupitos indeque taneam trahit stabilitatem, necessitate corrumpitur; ita pariter cum ea ipsa
éxpectatos, fructus salutis uberes num vidit? Recentiorum sane sollertia causarum virtute denuo coniungatur oportet, si volet corruptum restituí.
novos eosque immensos campos ingeniis ad pervestigandum aperuit, homi- Iamvero civitas, ex quo stultissimum iniit consilium sese vindicare a Numi-
nis in naturas coj-poreas dominatum protulit, commodisque multis actio- ne, divinitus traditas doctrinas atque adeo quaecumque sunt supra naturam.
nem auxit vitae mortalis. Rem tamen spe deterius evenisse, cuique con- proterve respuens, salutiferam ab se prohibuit christianae religionis efficien-
spicuum est consideranti et hunc talem animorum morumque habitum, et tiam; unum illud videlicet omnium vel ordinis firmamentum solidissimum
annuas descriptiones criminum, et ab infimae sortis hominibus formido- vel germanitatis validissimum vinculum vel recte factorum publice priva-
losos fremitus, et vi iura subacta. Atque ut mittamus de redacta ad incitas timque inexhaustum fontem. Itaque hoc ipsum civitatis a religionediscidium
plebe, mentes passim inopinabilis quaedam premit aegritudo, intimoque magna vitae morumque secuta perturbatio. Ad christiana igitur instituía se
desiderii sensu oblanguent pectora. Ñeque enim si res corpóreas sibi obno- recipiat opus est devia civitas, si prosperas, si pacatas, si salvas esse res suas
xias homo fecit, animum tamen explevit suum; aut quod plura scientiae velit.—Quemadmodum enim nullius christiana sapientia illabituí animum,
investigatione compererit, eo in maximis difficillimisque causis haeret quin faciat eo ipso meliorem; eodem modo ubi cuiuspiam pervasitilla admi-
minus. Omnino veritatis, virtutis, infinitique sitientem boni irritant terre- nistrationem reipublicae, continuo pacatior tranquilliorque status consequi-
na, non satiant; externarumque augendá copia suavitatum, nequáquam ex tur. Siquidem Dei notione providentissimi, sapientissimi, infinitaeque eius
animo demi sollicitudines possunt.
360 l.KÓN XIII
ANNUM iNGKEtíál 361
del deber, endulza los sufrimientos, calma los rencores, inspira el
h e r o í s m o . Si transformó los pueblos paganos, y esta transformación la anarquía d e la razón emancipada de la fe y a b a n d o n a d a a sí m i s -
fué u n a verdadera resurrección d e m u e r t e a vida, d e tal m a n e r a ma, n o lesiona los derechos de la verdad, q u e son superiores a los
q u e t a n t o cesó la barbarie c u a n t o se extendió el cristianismo, éste d e la l i b e r t a d ; ni los derechos de la justicia, q u e son superiores
sabrá igualmente, d e s p u é s d e los terribles ataques de la i n c r e d u - a los del n ú m e r o y d e la fuerza; ni los derechos d e D i o s , q u e son
lidad, arreglar y restaurar de n u e v o el o r d e n e n los Estados y en superiores a los del h o m b r e .
los pueblos actuales.—Pero n o está dicho t o d o : el r e t o r n o al cris- [ 2 0 ] . Y n o es m e n o s fecunda en b u e n o s resultados en el o r d e n
tianismo n o será r e m e d i o v e r d a d e r o y completo si n o significa doméstico. P o r q u e n o sólo resiste a las malas artes con q u e la licen-
r e t o r n o y a m o r a la Iglesia una, santa, católica, apostólica. P o r q u e cia d e los incrédulos atenta contra la vida d e la familia, sino q u e
el cristianismo se actúa y se personifica en la Iglesia católica, p r e p a r a y conserva la u n i ó n y la estabilidad conyugal, tutela y p r o -
sociedad s o b e r a n a m e n t e espiritual y perfecta, q u e es el místico m u e v e su virtud, su fidelidad, su santidad. Y de la m i s m a m a n e r a
cuerpo de Jesucristo y tiene p o r cabeza visible al R o m a n o Pontífice, sostiene y consolida el o r d e n civil y político, a y u d a n d o , p o r u n
sucesor del Príncipe d e los Apóstoles. L a Iglesia es la continuadora lado, eficazmente a la autoridad, y mostrándose, p o r otro lado, amiga
de la misión del Salvador, hija y heredera d e su r e d e n c i ó n ; p r o p a g ó d e las sabias reformas, d e las justas aspiraciones de los subditos,
el Evangelio sobre la tierra y lo defendió al precio d e su sangre, i m p o n i e n d o respeto y obediencia a los príncipes y defendiendo en
y, con las p r o m e s a s d e la divina asistencia y de la inmortalidad, t o d o caso los derechos imprescriptibles d e la conciencia h u m a n a .
sin transigir j a m á s con el error, m a n t i e n e en alto el m a n d a t o d e D e este m o d o , los pueblos obedientes a la Iglesia se m a n t e n d r á n ,
conservar íntegra la doctrina de Cristo hasta el ú l t i m o de los siglos. gracias a ella, i g u a l m e n t e alejados de la esclavitud y del despotismo.
M a e s t r a legítima d e la m o r a l evangélica, n o sólo es la consoladora
y salvadora d e las almas, sino además fuente p e r e n n e d e justicia [La doctrina social y política de la Iglesia]
y caridad, como t a m b i é n propagadora y t u t o r a d e la verdadera
libertad y d e la única igualdad posible. A p l i c a n d o la doctrina de [ 2 1 ] . Conscientes precisamente d e esta divina virtud, N o s ,
su divino F u n d a d o r , m a n t i e n e con p o n d e r a d o equilibrio los justos d e s d e los comienzos d e n u e s t r o pontificado, n o s h e m o s consagrado
límites en todos los derechos y en todas las prerrogativas de la co- con t o d o afán a exponer y subrayar las benéficas intenciones de la
lectividad social. Y la igualdad q u e proclama, conserva intacta la Iglesia y extender lo m á s posible, con el tesoro de sus doctrinas,
distinción d e los varios órdenes sociales, exigidos e v i d e n t e m e n t e su saludable acción. A este fin fueron dirigidos los principales d o -
p o r la naturaleza; la libertad q u e proporciona, a fin de i m p e d i r c u m e n t o s d e n u e s t r o pontificado, especialmente las encíclicas sobre
la filosofía cristiana, la libertad humana, el matrimonio cristiano,
las sectas masónicas, los poderes públicos, la constitución cristiana del
tum bonitatis tuna iustitiae mentes imbuens, ad conscientiam officii revocat,
aerumnarum acerbitates temperat, mollit iras, suadet magnánima. Quod si
penitus commutavit illa nationes ethnicas planeque ab interitu revocavit ad naturae iubet haberi cives, iubet eodem tempore inviolatos esse, quos natura
vitam, si qua vestigium posuit barbariam exclusit, eadem profecto poterit ipsa discretos vult, varios ordinum gradus. Libertatemque affert eiusmodi,
perturbatam, postquam a se declinavere, civitatum disciplinam rursus, ubi quae rationem ab obsequio obedientiaque fidei nequáquam eximat, aut sibi
ad se redierint, componere.—Sed is, quem dicimus reditum, ut veram ple- ipsam permittat; in quo ius esse edicit, ut libertas veritati concedat, vis nu-
namque salutem efficiat, hoc vult, ad unius sanctae catholicae apostolicae merusque iustitiae, ea quae sunt hominis iís quae sunt Dei.
sinum complexumque rediré Ecclesiae. Etenim christianam sapientiam Ñeque eo minus salubriter convictum domesticum Ecclesia iuvat: quae
reapse sola totam Ecclesia continet, summe spiritualis illa quidem at nu- et ipsum ab insidiis et licentia impuratorum fidei hostium tegit, et arctis-
meris ómnibus absoluta societas: in qua consistit corpus Iesu Christi mysti- sima coniugalis amoris vincula confirmans, honestatem thalami sanctitudi-
cum, cuius aspectabile caput est, principis Apostolorum obtinens locum, nemque custodit.—Eadem porro in genere civili et politico conservat ordi-
romanus Pontifex. Ipsam Liberator humani generis constituit perfectricem nem et roborat, cum ex una parte eorum qui imperant, sustentet auctorita-
operis sui, partaeque ab ipso salutis administram: Evangelium in orbem ter- tem, ex altera eorum qui parent, si quando rite meliora quaerant, aequis
rarum ipsa disseminavit fusoque sanguine asseruit; ipsa sanctissimis freta suffragetur optatis: hinc scilicet sartam tectamque decernens esse verecun-
promissis, praesentem sibi non defecturae adfore Deum, a quavis erroris dam principibus obtemperationem, illinc inviolabilia iura vindicans huma-
contagione integram Christi doctrinam perseverat ad postremam saeculo- nae dignitatis. Atque ita aeque a servitute longe distabit et ab herili domi-
rum aetatem prodere.—Dux eadem legitima morum ad Evangelii praescrip- natione civitas, dum dicto audiens fuerit Ecclesiae.
ta, non ea solum tuetur, quae singulis ad sempiternam salutem opus sint,
verum etiam quae máxime conducant reipublicae, iustitiam, caritatem mu- Harum Nos quidem rerum probé conscii, vixdum suscepto Pontificatu
tuam, veri nominis libertatem, eamque quae una potest esse, civium aequa- máximo, illuc curas omnes cogitationesque convertimus, ut eminerent per
bilitatem. Praeceptis enim institutisque divini Conditoris sui, iura ratio- Nos atque exstarent plena salutis consilia Ecclesiae, atque eius cum doctri-
nesque omnes communitatis humanae suo quodque momento ponderata narum lux tum vis beneficiorum, quam latissime posset, pertineret. Eo
dispensat atque componit Ita cum pares ínter se ab eiusdem consortione spectarunt quae profecía sunt a Nobis documenta praecipua, nominatim
Encyclicae Litterae de philosophia christiana, de libértate humana, de matri-
ANNTM INCKKSS1 :u;;¡
362 LEÓN x i i t
sia y estorbar la obra vital y redentora de ésta. ¡ C u á n t o s sofismas
Estado, el socialismo, la cuestión obrera, los principales deberes del se movilizan, cuántas calumnias! U n a de sus m á s pérfidas arti-
ciudadano cristiano y otros temas parecidos. Pero el deseo ardiente m a ñ a s es la d e presentar a la Iglesia a la vista del v u l g o ignorante
de n u e s t r o corazón n o fué solamente @4 de iluminar las inteligencias, y de los gobiernos recelosos como contraria a los progresos d e la
sino t a m b i é n el de mover y purificar los corazones, dirigiendo ciencia, c o m o enemiga de la libertad, u s u r p a d o r a de los derechos
nuestros esfuerzos a hacer reflorecer en m e d i o de los pueblos las del E s t a d o e invasora del c a m p o de la política. Necias acusaciones,
virtudes cristianas. N o cesamos, por tanto, con exhortaciones y mil veces repetidas y mil veces aniquiladas por la razón, p o r la
consejos, de levantar los espíritus a aquellos bienes q u e son inmor- historia y por el consentimiento de los h o m b r e s h o n r a d o s y amigos
tales, p r o c u r a n d o o r d e n a r el cuerpo al alma, el h o m b r e a Dios, la de la verdad.
peregrinación terrestre a la vida celestial. Bendecida p o r el Señor,
p u d o contribuir nuestra palabra a reforzar las convicciones de [La Iglesia y la cultura ]
m u c h o s , a iluminarlos mejor en las arduas cuestiones presentes,
a estimular su celo, a p r o m o v e r obras variadas q u e h a n surgido y [23]. ¿La Iglesia enemiga de la ciencia y de la c u l t u r a ? La
c o n t i n ú a n surgiendo en todos los países, particularmente con b e n e - Iglesia es ciertamente guardiana vigilante del d o g m a revelado; pero
ficio de las clases desheredadas, reavivando aquella caridad cris- esta vigilancia n o hace m á s q u e convertirla en fautora benemérita
tiana q u e en m e d i o del p u e b l o encuentra su c a m p o predilecto. de la ciencia y m a d r e de toda buena cultura. N o , al abrir la m e n t e
Si la recolección de la mies, venerables h e r m a n o s , n o ha sido más a las revelaciones del Verbo, verdad s u p r e m a y principio original
copiosa, a d o r a m o s a D i o s misteriosamente j u s t o y le suplicamos de todas las verdades, n o se perjudicará nunca, bajo n i n g ú n as-
al m i s m o t i e m p o q u e se apiade de la ceguera d e tantos y tantos pecto, a los conocimientos racionales; t o d o lo contrario, las irra-
h o m b r e s a los cuales por desgracia es aplicable el pavoroso l a m e n t o diaciones del m u n d o divino a ñ a d i r á n siempre potencia y claridad al
del A p ó s t o l : el dios de este mundo cegó las inteligencias de los infieles
e n t e n d i m i e n t o h u m a n o , preservándolo, en las cuestiones de mayor
para que no brille en ellos la luz del Evangelio, de la gloria de Cristo 5
importancia, de angustiosas i n c e r t i d u m b r e s y de errores. P o r lo
d e m á s , diecinueve siglos de gloria conquistada p o r el catolicismo
[IV. ACUSACIONES INFUNDADAS CONTRA LA EFICACIA SOCIAL
en todas las ramas del saber bastan a m p l i a m e n t e para refutar s e m e -
DE LA IGLESIA]
j a n t e aserción. A la Iglesia católica hay q u e atribuir, en efecto, el
[22]. A m e d i d a q u e la Iglesia católica despliega su celo por m é r i t o d e h a b e r p r o p a g a d o y defendido la sabiduría cristiana, sin
el b i e n moral y material de los pueblos, desgraciadamente estos la cual el m u n d o yacería todavía postrado en las tinieblas d e las
hijos de las tinieblas se levantan rencorosos contra ella y n o dejan supersticiones paganas y en el estado abyecto d e la barbarie; a ella,
d e utilizar m e d i o alguno para ofuscar la divina belleza de la Igle- el h a b e r conservado y t r a n s m i t i d o los preciosos tesoros de la lite-

monio christiano, de secta Massonum, de político principatu, de civitatum con-


stitulione christiana, de sectis Socialistarum, de praecipuis civium christiano- calumniisque, quibus vulgi imperitiam capiant, et aemulationi serviant im-
rum officiis, de conditione opificum, aliaeque simili argumento. Cvimque Nobis perii, illa malitiosius conficta: Ecclesiam vel scientiae intercipere itinera,
esset in summis votis non modo collustrari veritate mentes, sed etiam revo- vel libertatis impediré usuram, vel in aliena invadentem, iura ad se rapere
can ad christianarum virtutum cultum voluntates, propterea quantum civitatis. Quae tamen crimina, sicut os adversariorum millies intulit, ita
cohortando praecipiendoque potuimus, nihil fecimus reliqui, ut ad sempi- millies ratio, historia, consensus hominum recte sentientium propulsavit.
terna adamanda bona excitaremus ánimos; utpote ad quae omnem vitae
referri cursum oporteret. Factumque est, ut bene multi, adiuvante operam Inimicam doctrinarum et humanitatis aiunt Ecclesiam. Quasi vero quod
Nostram Dei gratia, et firmius in veritate consisterent, et in difficillimis gra- tradita divinitus dogmata vigilanter custodit, eo ipso non optimis quibusque
vissimisque causis plus viderent, et ardentiore studio inflammarentur ad disciplinis et artibus fautrix adiutrixque sit. Tantum enim abest ut notitia
eam, quae ubique in miseros impenditur, multiformem beneficentiam: ut rerum maximarum, Verbo Dei aperiente accepta, a quo ut a summa veritate
est nimirum christianae caritatis ingenium, ad quasvis vulgi se miserias por- quaecumque sunt vera manant, quidquam naturali cognitioni noceat, ut
rigens. Quod si tamen uberiores capere fructus non licuit, revereamur ar- etiam humani ingenii facultatem roborando exacuat, submotoin gravissi-
cana Dei consilia, Venerabiles Fratres, imploremusque, benignus respiciat mis rebus errandi periculo aut ancipiti cogitandi cura. Ceterum exstant in
tam ingentem hominum numerum, in quos nimium quam convenit illud memoria horum undeviginti saeculorum insignia Ecclesiae in omne doctri-
Apostoli: Deus huius saeculi excaecavit mentes infidelium, ut non fulgeat illis nae genus promerita, quae falsum convincant. Ecclesiae catholicae laus est,
illuminatio evangelii gloriae Christi. vulgasse et custodisse evangelicam sapientiam; quae si non esset, etiamnum
in tenebris superstitionum et barbariae iaceret orbis terrarum: unam curasse
Hi enimvero Ecclesiae, egregium studium populis in omnes partes na- ut veterum litterae ne interirent penitus, ad nosque pervenirent: primam
vantis, tanto cum odio connituntur obscurare existimationem, interpellare populo aperuisse litterarios ludos, eamdemque lycea illa magna instituisse,
operam, ut facile possis tenebrarum filios agnoscere. Itaque in multis fallaciis quae hodie exstant celebérrima: denique in omni genere et varietate artium
5
3 Cor. 4,4.
364 l.EÓSí XIII ANNUM INC.KIiSSl 365

ratura y de la ciencia antiguas; el h a b e r recogido, finalmente, vino F u n d a d o r m a n d ó dar al César lo q u e es del César y a Dios
bajo sus alas protectoras a los artistas m á s insignes y el haber ins- lo q u e es de Dios 6 , sancionando de esta m a n e r a la distinción i n m u -
pirado la literatura m á s alta, p u r a y gloriosa. table y p e r p e t u a d e los dos poderes, a m b o s s u p r e m o s en sus ór-
denes respectivos; distinción fecunda, q u e tanta parte t u v o en el
[La Iglesia y la libertad ] desarrollo de la civilización cristiana. Ajena en su espíritu de ca-
ridad a t o d a finalidad hostil, n o p r e t e n d e m á s q u e coordinarse al
[24]. ¿La Iglesia enemiga d e la libertad? ¡ C u á n t o se d e s n a - lado de los poderes políticos, para obrar, sí, sobre el m i s m o sujeto,
turaliza u n concepto q u e bajo este n o m b r e encierra u n o de los q u e es el h o m b r e , y sobre la m i s m a sociedad, p e r o p o r los caminos
m á s preciosos d o n e s d e D i o s , y queda, en cambio, e m p l e a d o para y para los elevados fines q u e pertenecen a su divina misión. D o n d e
justificar el abuso y la licencia! Si p o r libertad se quiere e n t e n d e r su acción sea acogida sin recelo, n o hará m á s q u e facilitar las i n n u -
u n vivir exento d e t o d a ley y d e t o d o freno para hacer lo q u e m á s merables ventajas a n t e r i o r m e n t e recordadas. L a suposición de p r e -
agrade, esta libertad sí t e n d r á ciertamente la reprobación de la tensiones ambiciosas en la Iglesia n o es otra cosa q u e u n a antigua
Iglesia al p a r q u e la d e t o d a alma h o n r a d a ; pero, si p o r libertad se calumnia, d e la cual se sirvieron sus poderosos enemigos como de
entiende la facultad racional de obrar expeditamente y a m p l i a m e n t e pretexto p a r a cohonestar sus opresiones; y la historia, hecha sin
el b i e n según las n o r m a s d e la ley eterna, e n lo cual consiste preci- prejuicios, testifica a m p l i a m e n t e q u e la Iglesia, en lugar d e intentar
s a m e n t e la libertad digna del h o m b r e y provechosa a la sociedad, dominar, fué, p o r el contrario, a imagen d e su divino F u n d a d o r ,
nadie la favorece, alienta y protege m á s q u e la Iglesia. L a Iglesia, víctima d e l a ' d o m i n a c i ó n y d e las injusticias, precisamente p o r q u e
en efecto, con su doctrina y su acción, liberó a la h u m a n i d a d del su potencia consiste en la fuerza del p e n s a m i e n t o y de la verdad,
peso d e la esclavitud, a n u n c i a n d o la g r a n ley d e la igualdad y d e n o en la fuerza d e las armas 7 .
la fraternidad h u m a n a s ; en todas las épocas t o m ó a su cargo la
defensa d e los débiles y d e los o p r i m i d o s contra la prepotencia
de los fuertes; reivindicó con la sangre de sus mártires la libertad [La masonería, el gran responsable ]
d e la conciencia cristiana; restituyó al n i ñ o y a la mujer la dignidad [ 2 6 ] . Estas acusaciones y otras semejantes p r o c e d e n exclusi-
d e su noble naturaleza y la participación en los m i s m o s derechos v a m e n t e de u n a voluntad malintencionada. Y en esta conducta
d e r e s p e t o y d e justicia, c o n t r i b u y e n d o g r a n d e m e n t e a introducir perniciosa y desleal va delante d e t o d o s los d e m á s u n a secta t e n e -
y conservar la libertad civil y política de los pueblos.
sunt Caesaris, Deo quae Dei sunt; atque ita alteram ínter et alteram po-
[La Iglesia y los derechos del Estado ] testatem, utramque in suo genere maximam, fixum illud et stabile sanxisse
discrimen, quod magnopere ad christianam explicandam urbanitatem va-
[25 ]. ¿La Iglesia u s u r p a d o r a d e los derechos del E s t a d o e luit. Porro nihil tam alienum ab Ecclesia, quae spiritu caritatis agitur, quam
invasora del c a m p o político? L a Iglesia sabe y enseña q u e su di- inimice se gerere erga potestatem politicam; cum qua imo studet concordi
actione contendere ad eorumdem hominum eiusdemque humanae societatis
fovisse nomines praestantissímos, ingeniaque scriptorum ad excellentiam bonum: quamquam ipsa congruenter suo divino muneri, multo, quam ci-
sinceramque gloriam excitasse. vitas, maiora spectat. Quodsi actio Ecclesiae vacuos orrini suspicione áni-
mos inveniat, tum demum salubérrimos eos est latura fructus, quos dixi-
Iniquam libertati dicunt Ecclesiam.—Nihil vero minus; si quidem ma- mus. Sed in quo ipsam reprehendunt tamquam in res civiles involantem,
neat sua vis vocabulo, nec quod nobilissimo naturae muneri ac dono im- vetus est agnoscenda vituperatio, ob eam causam usurpata, quod quotquot
positum est, id ad pravitatem vitiumque transferatur. Nam quam esse vo- Ecclesiam opprimerent, id iure se faceré videri vellent. Cuique autem sin-
lunt libertatem, ut, nullis legibus frenisque cohibentibus, quod cuique li- cera aestimatori rerum et iudici testis est locuples historia-, iniurias Eccle-
buerit faceré liceat, eam quidem, nedum Ecclesia, nemo sanus probaverit; siam nullas cuiquam unquam fecisse; plurimas, ad similitudinem Auctorís
potestatem vero expeditam largamque ad legis aeternae normam agendi, in sui, tolerasse: idque propterea quod non vi et armis valeret, verum opinio-
quo ipso posita est digna nomine utilisque civitati libertas, nemo unus tue- ne et veritate.
tur quam Ecclesia diligentius. Opera igitur et perseverantia Ecclesiae, in
summis doctrinae suae capítibus aequalitatem fraternitatemque omnium Ín- Relinquitur, harum et similium insimulationum esse malevolentiam cau-
ter se hominum defendentis, deletum apud christianas gentes servitutis de- sam.—Hoc autem nocendi studio et mentiendi facile praestat lucifuga quae-
decus: contra factiones potentium tectae rationes inopum: asserta multo dam hominum consociatio, iampridem in medullis ac visceribus civitatis in-
cum sanguine martyrum christiani nominis professio: observata in puero
« Cf. M t . 22,21.
et in foemina humanae personae dignitas et iura: in ipsoque civili et político 7
E n la carta Saepenumero considerantes, d e 18 d e agosto d e 18S3 (ASS 16 [1883-18841
libertatis genere plurima populis importata adiumenta. 49-57). León XIII había exhortado a los historiadores católicos para q u e refutasen las adulte-
raciones de la historia pontificia presentadas por la historiografía anticatólica. Véase también
la carta al cardenal Hergenroether, La singolare importanza, d e 15 d e mayo d e 1884 (ASS 16
At, suos praetervecta fines, Ecclesia iura occupat reipublícae.—Imo vero I1883-1884] 529-530), en la cual L e ó n XIII subraya la importancia de los estudios históricos
Ecclesiae est celebrata doctrina, praecepisse Christum reddi Caesari quae para la defensa d e la Iglesia y de la Sede Apostólica.
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3ÚS LEÓN xni ANNUM INGRESSI 367
brosa, q u e la sociedad arrastra a su lado desde hace m u c h o s años, directrices y a la complicidad de esta secta hay q u e atribuir en
c o m o u n a enfermedad mortal q u e contamina la salud, la fecundidad gran p a r t e las continuas vejaciones contra la Iglesia, c o m o t a m b i é n
y la vida de la sociedad. Personificación p e r m a n e n t e de la revolu- . la recrudescencia de los recientes ataques. Y en realidad la simulta-
ción, constituye u n a especie de sociedad al revés, cuya finalidad neidad d e la persecución, desencadenada d e r e p e n t e c o m o t o r m e n t a
es u n p r e d o m i n i o oculto sobre la sociedad reconocida, y cuya razón en u n cielo sereno, es decir, sin causas adecuadas al efecto; el
de ser consiste en la guerra a Dios y a su Iglesia. N o será necesario género idéntico de la preparación hecha con la prensa diaria, con
ni siquiera nombrarla, pues todos ven en estos datos la masonería, reuniones públicas y exhibiciones teatrales; el empleo p o r t o d a s
de la cual h e m o s hablado particularmente en nuestra encíclica partes de las m i s m a s armas de la calumnia y de la excitación p o p u -
Humanum genus, d e 20 d e abril de 1884, d e n u n c i a n d o sus malé- lar, d e m u e s t r a n la identidad d e los propósitos y la palabra d e o r d e n
ficas tendencias, sus falsas doctrinas, sus obras nefastas. Esta secta, salida de u n m i s m o centro de dirección. Episodio, p o r lo d e m á s ,
q u e abarca en u n a inmensa red a casi todas las naciones y se coliga q u e se asocia a aquel plan preestablecido, y q u e se va realizando
con otras sectas q u e ella m u e v e con ocultos hilos, halagando a sus ampliamente, para multiplicar los daños ya e n u m e r a d o s p o r N o s
afiliados con el cebo de las ventajas q u e les procura, e i m p o n i e n d o y, sobre t o d o , para restringir hasta la total exclusión la enseñanza
a los gobernantes sus proyectos, unas veces con promesas, otras religiosa, f o r m a n d o así generaciones de indiferentes y de i n c r é d u -
con amenazas, ha llegado a infiltrarse en todos los órdenes socia- los; para i m p u g n a r con la prensa la moral de la Iglesia; para es-
les y a formar c o m o u n E s t a d o invisible e irresponsable en el E s - carnecer, finalmente, las prácticas y profanar las fiestas de la Iglesia.
t a d o legítimo. Llena del espíritu de Satanás, quien, como decía el [28]. D e aquí proviene q u e el sacerdocio católico, llamado
Apóstol, sabe, c u a n d o es necesario, transfigurarse en ángel d e a difundir prácticamente la religión y a dispensar sus misterios,
luz 8 , alardea de fines humanitarios, pero t o d o lo orienta hacia sea m i r a d o con u n mayor encarnizamiento, para disminuir su a u t o -
los fines sectarios, y, mientras declara n o tener miras políticas, ridad y prestigio ante el p u e b l o . L a audacia está creciendo de día
ejerce una amplísima acción en el m o v i m i e n t o legislativo y a d m i - en día, i n t e r p r e t a n d o siniestramente sus actos, sugiriendo sospe-
nistrativo del E s t a d o ; mientras profesa respeto a las autoridades chas y arrojando sobre él las m á s vulgares acusaciones, y crece en
i m p e r a n t e s e incluso a la religión, p r e t e n d e como fin s u p r e m o proporción a la i n m u n i d a d q u e las sectas p u e d e n prometerse. D e esta
(y sus m i s m o s reglamentos lo afirman) el exterminio del imperio m a n e r a nuevos daños se u n e n a los q u e sufre desde hace t i e m p o con el
y del sacerdocio, considerados por ella como enemigos de la libertad. t r i b u t o q u e el clero debe pagar al ejército, y q u e lo separa de la
[27]. A h o r a bien, cada vez se hace más evidente q u e a las conveniente preparación religiosa, y con la expoliación del patri-
m o n i o eclesiástico, constituido libremente p o r la piedad y genero-
sidad de los fieles.—Y las O r d e n e s y Congregaciones religiosas,
clusum malum, quod ipsius civitatis vires omnes debilitat frangitque. Per-
turbationem spirans rerum publicarum, ita est ea quidem constituta, ut sit
contraria societas societati civili, in quam dominari e suis ipsa latebris con- sonum, sicut iamdiu solitum graviter catholicum exerceri nomen, sic recens
tendit: proptereaque ipsi cum Deo Ecclesiaque Dei naturale quoddam bel- ipsius oppugnationem recruduisse.—Et re vera, coortum nuper pluribus
lum est. Hae tamquam insignes notae satis cuique produnt sectam Massonum, locis uno tempore subitum invidiae incendium, nec ullá satis idónea explo-
cuius, dedita opera, in Litteris Encyclicis Humanum genus, x n cal. maias rata causa; similia ubique ad ipsum excitandum instrumenta, videlicet
armo MDCCCLXXXIV datis, consilia doctrinas facinora exsecuti denuntiando ephemeridum protervitas, turbae concionum, scenicorum petulantia ludo-
sumus. Longe lateque serpens, iam omnes fere gentes pervasit istius lúes rum; eadem via populos commovendi, hoc est falsa atque iniqua insimu-
exitiosa sectae, quae ceteras sibi cognatas complectitur sectas, oceultáque latio probrorum: talia profecto similitudinem mentium indicant, unumque
movens machinatione dirigit. Ñeque id dumtaxat: sed qua multarum utili- ducem. Quamquam, hoc factum partis cuiusdam instar haberi debet ad
tatum fructibus asseclas suos pelliciendo, qua magistratus sollicitationibus universam pestiferi belli institutam rationem, quam diximus; quaeque ur-
aut minis fiectendo, in omnes iam reipublicae ordines intulit sese: adeo ut getur in id máxime, ut paullatim destituía ab omni de religione doctrina,
respublica specie quidem legitime geri, re vera penes ipsam esse videatur. sobóles succrescat incuriosa fidei sanctae aut prorsus incrédula; ut assidua
Haec tamquam spiritu innata Satanae, qui, ait Apostolus, transfigurat se in procacitate scriptorum christiani expugnentur mores; ut ludibrio habeantur
angelum lucis, quum humanae communitatis commodis se natam praedicet, in instituta Ecclesiae et sollemnia sacra contemptui.
rem suam quidquid potest convertit; quum nequáquam se spectare ad políti- Quoniam autem Cleri proprium est imbuere religione ánimos ac mi-
ca confirmet, máxime se lationi legum gubernationique civitatum miscet; nistrare sancta, ideirco elevandae in populo auctoritati gratiaeque Cleri
quumque sanctam sibi esse profiteatur maiestatem principum, nec ipsam multo vehementior datur opera. Tantoque accrescit audacia nomines ho-
invisam religionem, id tamquam extremum molitur, quod eius prolata in nestissimos in suspicionem crimenque adducendi eisque iniurias contu-
lucem statuta clamant, principatum sacrumque ordinem perderé, utrum- meliasque imponendi, quanto est maleficiorum impunitas quotidie maior.
que sibi libertatis hostem. Itaque non satis habitum est, addixisse in militiam Clericos, intercepta
Itaque in dies magis illud patescit, impulsu praesertim operaque Mas- eorum maturitate tirocinii; aut Ecclesiam spoliasse bonis, piorum in ipsam
liberalitate collatis; aut alia indigne fecisse; nova sacer ordo pati detrimenta
8
Gf. z Cor. 11,14. cogitur.—In primisque familiae et sodalitates religiosorum: quibus, utpote
368 LEÓN X t l t ANNUM INGRBSSI 369
q u e en la práctica de los consejos evangélicos son gloria n o menos celso ministerio. N o s conocemos, p o r desgracia, los o b s t á c u l o s
d e la religión q u e de la sociedad, como si tuvieran a los ojos d e los q u e se crean a su alrededor, d e f o r m a n d o con frecuencia sus i n t e n -
enemigos d e la Iglesia u n a culpa más, son a c e r b a m e n t e convertidas ciones y ultrajando su dignidad, de tal m a n e r a q u e cada vez se h a c e
objeto d e vilipendio. Y nos duele deber recordar cómo t a m b i é n m á s evidente q u e el despojo d e la soberanía civil fué realizado
recientemente h a n sido atacadas con odiosas e inmerecidas medi- para suprimir poco a poco la m i s m a potestad espiritual del Jefe
das, q u e t o d a alma h o n r a d a ha d e b i d o condenar profundamente. de la Iglesia; cosa q u e , p o r lo d e m á s , se h a confesado sin a m b i g ü e -
N o h a valido para salvarlas la integridad d e la vida, sobre la cual d a d p o r aquellos q u e fueron sus verdaderos autores.
n o se p u d i e r o n afirmar p o r los m i s m o s enemigos imputaciones
serias y f u n d a d a s ; ni el derecho natural, q u e a d m i t e las asociacio- [ 3 0 ] . H e c h o q u e , para p o n d e r a r sus efectos, n o es solamente
nes para fines honestos; ni la ley constitucional, q u e las reconoce; impolítico, sino a d e m á s antisocial; p o r q u e las heridas infligidas a
ni el favor del p u e b l o , agradecido a los preciosos servicios hechos la religión son otras t a n t a s heridas inferidas al corazón d e la s o -
con las ciencias, las artes, la agricultura, y a la a b u n d a n t e caridad ciedad. P o r q u e D i o s , q u e d o t ó al h o m b r e de cualidades esencial-
con la n u m e r o s a clase d e los p o b r e s . D e esta m a n e r a , h o m b r e s , m e n t e sociales, en su providencia fundó t a m b i é n la Iglesia y la
mujeres, hijos del p u e b l o q u e h a b í a n r e n u n c i a d o e s p o n t á n e a m e n t e colocó, según el lenguaje bíblico, sobre el monte de Dios, p a r a q u e
a los goces d e la familia p a r a consagrar al bien del prójimo, en pací- sirviera de luz y con su rayo fecundador desarrollase el principio
ficas congregaciones, la j u v e n t u d , el talento, la actividad, la vida, de la vida en los múltiples aspectos d e la sociedad h u m a n a , co-
fueron, c o m o b a n d a s de delincuentes, e n t r e tanta a m p l i t u d de m u n i c á n d o l e n o r m a s sabias y celestiales, con las q u e p u d i e r a a d o p -
libertades, c o n d e n a d o s al ostracismo. tar p a r a sí el o r d e n m á s conveniente. P o r t a n t o , la sociedad q u e
se substrae a la Iglesia, q u e es p a r t e considerable de su fuerza, o
[ 2 9 ] . N o es d e maravillar q u e los hijos m á s queridos hayan decae o se arruina, separando lo q u e Dios quería u n i d o .
sido atacados de esta manera, c u a n d o n o es mejor t r a t a d o el P a -
[ 3 1 ] . N o s n o h e m o s dejado de inculcar en todas las ocasio-
dre, es decir, la Cabeza m i s m a de la catolicidad, el R o m a n o P o n -
nes o p o r t u n a s estas verdades, y h e m o s q u e r i d o hacerlo nueva-
tífice. L o s hechos son bien conocidos. Despojado con el p r i n c i p a d o
m e n t e y d e propósito en esta extraordinaria c o y u n t u r a . H a g a el
civil d e aquella independencia q u e le es necesaria para su misión
Se&or q u e ésta sirva de aliento y n o r m a a los fieles para coordinar
universal y divina, forzado en su m i s m a R o m a a encerrarse e n su
más eficazmente al b i e n c o m ú n su acción, y sirva a los adversarios
propia morada, p o r estar r o d e a d o d e la potencia enemiga, fué r e d u -
d e luz para p o d e r c o m p r e n d e r la injusticia q u e cometen persi-
cido, a pesar de irrisorias garantías de respeto y precarias promesas
g u i e n d o a la m a d r e más amorosa y a la m á s segura benefactora
d e libertad, a condiciones anómalas, injustas e indignas de su ex- de la h u m a n i d a d .
ad evangélica consilia aetatem exigentibus, ea res proprie vitio vertitur,
quae civitatum non minus quam religionis praeclarum ornamentum conti- opera Sedis Apostolicae, cuius ad minuendam maiestatem ipsa eius con-
net. His igitur ea dolemus inique odioseque inusta nuper vulnera, quae silia perverse interpretari placet. Quotidieque illud magis emergit, eo
nemo frugi quispiam non improbaverit. Nihil ipsis ad defendendam cala- civilem eversum esse principatum, ut expeditior via esset ad sacram Ton-
mitatem valuit morum integritas, illustrior ea quidem quam ut ullis certis tificum evertendam potestatem: quod ceteroquin, missis ambagibus, pro-
criminibus infuscan potuerit; nihil civilium statuta legum, quibus naturale fiteri qui auctores principesque facinoris fuerant, non dubitarunt.
ius honestam quampiam ob causam coeundi sancitur; nihil memor gratia Id vero contra rem non modo publicam sed socialem quoque esse
populi, referentis iis accepta cum magna doctrinarum et artium atque factum, ex iis quae sequuta sunt, liquet: siquidem natura fit, ut coniecta
ipsius agrorum culturae incrementa, tum instituía effusissimae in aerum- in religionem tela, in humanam recidant societatem. Nam Deus, sicut
nosam plebem beneficentiae. Ita populares viros foeminasque complures, hominem ad societatem finxit et conformavit, ita providentissimo consilio
qui domesticis spretis voluptatibus, ut iuventam ingenium vires animam condidit Ecclesiam, sublimemque locavit, quemadmodum Scriptura loqui-
denique suam bono communi devoverent, sponte ac volúntate pacificas tur, in monte Sion; unde latissime elucens, multíplices promoveret vires,
inierant sodalitates, in tanta copia libertatis vidimus tamen, sicut nocen- humanae Ínsitas societati, eamque, caelestium praescriptionum ope, ad
tium contaminatos greges, abire excederé iussos. consentaneam perfectionem adduceret. Quapropter, si ab Ecclesia, cuius
At vero mirum non est, ita mulcari male filios pientissimos, quando virtute magnam partem viget, societas humana secesserit, declinet sane .
non lenius agitur cum Patre, hoc est cum Capite ipso catholici nominis, aut ruat necesse est; quippe iis disiunctis rebus, quas Deus voluerit con-
Pontífice romano. Compertas ómnibus res loquimur; scilicet ut deturba- iunctas.
tus de civili principatu Pontifex, alieni esse. arbitrii coeperit, contra quam Haec Nos quidem, tametsi numquam per occasionem praetermisimus,
pertinens ad omnes gentes Apostolici ministerii perfunctio postulat; utque rursus in hoc tempore opportunum censuimus admonendo urgere. Ex
premente dominatu hostili, coactus Romae in Urbe sua continere se in quo utinam eum capere fructum liceat, ut et nostri, communis utilitatis
suis aedibus, iniusta indignaque rerum conditione utatur: idque post- causa, instituant rectius contendere et animosius; et alieni intelligant,
quam ad ludibrium spopondissent, tutam ipsius et dignitatem et libér- quam sit iniustum maternam Ecclesiae caritatem ac praeclaram in huma-
tatela fore. Novimus Ipsi quibus quantisque impedimentis praepediatur num genus beneficentiam odio malefactisque rependere.
370 LEÓN X I I I ANNUM I.S'GKKSSI 371

cazado por Jesucristo, y las tentativas de Satanás crearán, sí, d i -


[V. MOTIVOS DE A L I E N T O Y DE ESPERANZA]
ficultades, pero n o lograrán sus fines. Ya u n a calma s o b r e n a t u r a l ,
[32]. No q u e r r í a m o s q u e el c u a d r o de las dolorosas condicio- mantenida p o r el Espíritu Santo, que aletea y vive en la Iglesia,
nes presentes sirviera para abatir en el á n i m o de los creyentes reina t a m b i é n ahora n o sólo en las almas de los buenos, sino t a m -
la plena confianza en la ayuda divina, q u e m a d u r a r á a su t i e m p o bién en el conjunto de la catolicidad; calma q u e se d e s e n v u e l v e
y p o r sus caminos el triunfo final. N o s estamos p r o f u n d a m e n t e serena mediante la unión, m á s estrecha y devota q u e n u n c a , del
contristados en lo í n t i m o del corazón, p e r o n o t e m e m o s p o r los Episcopado con esta C á t e d r a Apostólica, f o r m a n d o u n m a r a v i -
inmortales destinos d e la Iglesia. L a persecución, como h e m o s lloso contraste frente a las agitaciones, a las divisiones y el p u l u l a r
dicho al principio, es su patrimonio, p o r q u e Dios saca de ella bienes continuo de las sectas q u e p e r t u r b a n la tranquilidad social. U n i ó n
más elevados y valiosos, p r o b a n d o y purificando a sus hijos. Pero, q u e a r m ó n i c a m e n t e se reproduce, rica en variadísimas o b r a s d e
a u n p e r m i t i e n d o las vejaciones y las contradicciones, manifiesta su celo y de caridad, entre los obispos y el clero y e n t r e éstos y el
divina asistencia, la cual proporciona medios nuevos e impensados, laicado católico, el cual cada vez más compacto y m á s i n m u n e de res-
con los q u e la obra de la Iglesia se m a n t i e n e y crece, sin q u e p r e - petos h u m a n o s , va disciplinándose para la acción, volviéndose a encen-
valgan las fuerzas conjuradas p a r a su d a ñ o . Diecinueve siglos d e der en u n a generosa porfía para defender la santa causa de la religión.
vida transcurrida e n t r e el flujo y reflujo de las vicisitudes h u m a n a s Es ésta la u n i ó n q u e h e m o s inculcado e inculcamos de nuevo, y
enseñan q u e las t e m p e s t a d e s n o tocan el fondo y pasan. q u e bendecimos, para q u e obtenga el mayor i n c r e m e n t o y se oponga
c o m o u n m u r o invencible al í m p e t u de los enemigos de Dios.
[Síntomas esperanzadores] [34]. N a d a m á s obvio p o r esto q u e , como retoños q u e germi-
n a n al pie del árbol, renazcan, se vigoricen y rehagan tantas
[33 ]• Y p o d e m o s con toda razón confortarnos, p o r q u e t a m b i é n asociaciones como en nuestros días aletean en el seno de la
el m o m e n t o presente presenta en sí m i s m o señales q u e m a n t i e n e n Iglesia. N i n g u n a forma de cristiana piedad p u e d e decirse que es
inalterada nuestra confianza. L a s dificultades son formidables y descuidada por ella, ya se mire a Jesús y sus adorables misterios,
extraordinarias, es v e r d a d ; p e r o otros hechos q u e se desarrollan ya a su poderosísima M a d r e o a los santos q u e brillaron con u n a
ante nuestros ojos atestiguan t a m b i é n q u e D i o s c u m p l e sus p r o - más viva luz p o r sus insignes virtudes. Y, al m i s m o t i e m p o , ninguna
mesas con b o n d a d y sabiduría admirables. P o r q u e , m i e n t r a s t a n t a s forma, de beneficencia vemos olvidada en todos los m o d o s que se
fuerzas conspiran contra la Iglesia y ésta aparece destituida en el precisa por todas partes, t a n t o la educación religiosa de la juventud
m i s m o grado de ayuda y de apoyos h u m a n o s , sin embargo, sobre- y la asistencia de los enfermos c o m o la moralidad de los pueblos
sale c o m o u n gigante en el m u n d o y extiende su acción entre los y el socorro de las clases desheredadas. ¡Y con cuánta rapidez se
pueblos m á s alejados bajo todos los climas. N o , el antiguo príncipe dilataría y de cuántos mayores alivios sería fecundo este movi-
de este m u n d o n o p o d r á ya enseñorearse como antes, desde q u e fué
hominum studia et erumpentes quotidie sectae gignunt, beneficio tribuen-
Ceterum, sit sane formidolosa imago, quam adumbravimus, horum dum est, foventis Ecclesiam, Spiritus Sancti, si non ánimos modo piórum
temporum: non tamen remittendum de spe fiduciaque est, providentissi- sed universitatem catholici nominis mira quaedam securitas tenet: idque
mum Deum tempestivam nobis victoriam aliquando daturum. Nos enim- ob eam potissimum, quae nunc, si unquam alias, viget ínter Episcoporum
vero dolemus intime, neutiquam timemus Ecclesiae, natae ad vexationes ordinem et hanc Apostolicam Sedem summa coniunctio. Haec porro con-
tolerandas, ut initio diximus. Ipsam si Deus vexari exercerique sinit, pri- iunctio arctiorem suapte vi facit eoque feraciorem in omni pietatis cari-
mum ob eam causam sinit, ut probet limetque virtutem bonorum; deinde tatisque genere, tum Episcoporum cum cetero Clero, tum cum Clero ne-
praesentiam auxilii sui demonstrat, per novas nec opinatas vías sospitans cessitudinem laicorum: qui quidem experrectiores iam inanique omisso
ab hostium conspiratione Ecclesiam et producens. Constat undevicenorum pudore certant pro religione dimicare. Istam Nos quidem studiorum con-
saeculorum experimento, procellas in ipsam tumultuosiores quam perni- cordiam, ut saepe commendavimus adhuc, ita magnopere in praesens com-
ciosiores soleré exsistere. mendamus: bene precamur, ut eo latius increscat, sitque ad retundendos
impiorum Ímpetus pro muro inexpugnabilí.
Atque illud hoc tempore Nos recreat, quod ad fiduciam sustentandam
certa rerum argumenta non desunt. Repugnandum difficultatibus est sane T u m proclive erit, tamquam ex arbore surculos, renata virescere soda-
gravibus; sed plura nunc eveniunt, unde eluceat Deum persolvere pro- litia ex eis institutis non pauca, quae instituta laetissime provenire in Eccle-
missa, fidelitate mirabili. Videre Jicet Ecclesiam, contra tantas adversan- sia cernimus. Ñeque enim est ullus publicae pietatis ab his neglectus rnodus,
tium coniuratas vires nullo humanitus praesidio munitam, unam tamen sive quod ad colendum rite Christum et augusta ipsius mysteria, sive quod
excellere, per assiduosque auctus invalescere in quavis ora ac parte terra- ad beatissimam Deiparam caelitesque sanctissimos pertinet. Similiter
rum. Omnino princeps mundi huius, semel a Iesu Christo exclusus, hic iam nulla praetermissa beneficentiae ratio: siquidem multiplex ubique impen-
ren deminabitur: urgere mala consilia nocendo potest, perficere non potest. ditur opera erudiendae ad religionem iuventuti, solandis curandisque
Atque in tanta conversione communium temporum, quantam contraria aegrotis, populorum conformandis moribus, miseris aerumnosisque rele-
vandis. Atqui tamen eiusmodi instituta, ne ad communem salutem celerius
372 ANNDM INdKltSSl 373
m
' e n t o s¡ n "ON XI11
[Exhortación ]
6S s C 0ntrase el
^ Posiciones , frecuente obstáculo de injustas y hosti-
[38]. N o s , por n u e s t r a parte, n o dejaremos, venerables her-
j fcs]- El s - manos, de p r o c u r a r q u e se acelere el día d e las misericordias .de
LV J 6 g Í o n e s q u e 6 1 ^ ' q U e m a n t i e n e tanta vitalidad de la Iglesia en
ceH ,' n o s v i e n e T T P ° S e e d e s d e hace largo t i e m p o y se h a n civi- Dios, c o o p e r a n d o a n i m o s a m e n t e , como es n u e s t r a obligación, a la
al
celo de SIKT - ° a n d o t a m b i é n con nuevas esperanzas m e r - defensa e i n c r e m e n t o d e su reino e n la tierra. A vosotros n o t e n e m o s
n ?.
PeIl
g r o s corridos /, m i s i o n e r o s , los cuales, sin d e s a n i m a r s e p o r los q u e exhortaros. N o s es conocida vuestra solicitud pastoral. ¡Ojalá
R e n t a d o s en nú P ° r a S P r i v a c i o n e s y sacrificios de t o d o género, la llama q u e a r d e e n vuestro corazón se c o m u n i q u e cada vez m á s
ej
e v a n g e l i o v ía ^ v ° ' V a n c o n q u i s t a n d o territorios enteros para a todos los m i n i s t r o s del Señor q u e participan e n vuestra l a b o r !
tar
* e s , a u n q u e 1 V ' l l Z a c i ó n Y se conservan a d m i r a b l e m e n t e cons- Estos se hallan e n contacto i n m e d i a t o con el p u e b l o y c o n o c e n
y de l a s calumnia í r e c u e n c i a reciban el p a g o d e las detracciones p l e n a m e n t e sus aspiraciones, necesidades, sufrimientos, c o m o t a m -
[
3H Las S Semejanza del divin
° Maestro. bién las asechanzas y las seducciones d e q u e viven rodeados. Y si,
víos
- Y e n t r e S ] a « ^ ? f i g U í a s e s t á n > Por t a n t o , equilibradas con ali- llenos del espíritu de Jesucristo, y m a n t e n i é n d o s e en u n a esfera
^ " e r e a n i m a r n o s l h c u l t a d e s d e las luchas t e n e m o s bastante con superior a las pasiones políticas, coordinan a la vuestra su acción,
útiles reflexiones ^ e ^ p e r a r - C o s a . en efecto, q u e debería sugerir llegarán con la b e n d i c i ó n de D i o s a o b r a r maravillas, i l u m i n a n d o
las
Pasiones v h& i ° o b s e r v a d o r inteligente y n o extraviado p o r las m u l t i t u d e s con la palabra, a t r a y e n d o los corazones con la suavi-
aI
h o m b r e due~ i c o m P r e n d e r q u e , así como D i o s n o dejó d a d de sus m a n e r a s , coadyuvándolas caritativamente con el p r o -
SÍ m i s m o c o n
toda la vida v respecto al fin ú l t i m o de gresivo m e j o r a m i e n t o de su situación. Y el clero se hallará corro-
eSt
e n su Iglesia v'^hll ° h a h a b I a d o > a s í habla t a m b i é n al p r e s e n t e b o r a d o p o r la acción inteligente y laboriosa d e todos los fieles de
t a n d o de m<¿ „ 1 S ¡ . e n t e a
P ° y a d a por el divino auxilio, manifes- b u e n a v o l u n t a d ; de esta m a n e r a , los hijos q u e gustaron las t e r n u -
[37] De £Stá k V e r d a d y la saIud
' ras de su M a d r e la Iglesia d i g n a m e n t e pagarán a ésta su deuda acudien-
infundir' e n n t 0 d o s m o d o s . esta p e r e n n e asistencia servirá para d o a la defensa d e su h o n o r y de sus glorias. T o d o s p u e d e n contribuir
e n el m n m » , u e s t r o s corazones la invencible esperanza de q u e , a esta o b r a obligatoria y s u m a m e n t e m e r i t o r i a : los doctos y los lite-
U a con o u e • ° p o r l a Providencia, la verdad, rota la nie- ratos, con la apología y con la p r e n s a diaria, i n s t r u m e n t o p o t e n t e ,
Porvenir v ^ l r f e n t a . e n v o i v e r l a , lucirá más plena en u n n o lejano y del cual t a n t o a b u s a n nuestros adversarios; los padres de familia
bros tan q U e A e s p í n t u d e l Evangelio tornará a reavivar los m i e m -
y los formadores, con u n a cristiana educación de los hijos; los m a -
L ^ l f ^ a ^ o ^ c O T r o m p i d o s , d e esta disipada sociedad.
gistrados y representantes del p u e b l o , con la solidez de los b u e n o s
publice? U e Pr
° ant
' nimiur
n saepe per summam iniuriam prohibentur principios y la integridad del carácter; t o d o s , con la profesión de

e i o i ^ n ^ e r e a ' C j m ^ Í t a * D e i m u n e r e > laetemur Ecclesiam in iís valere re- Nobis quidem, Venerabiles Fratres, quae Nostrae sunt partes, omnia
tJJu^i- q U a ? chnstianum cultura eductas iam diu possidet, tum etiam conari certum est ad tuendum ac promovendum Dei regnum in terris,
laetabilia speí novae se dant indicia. Idque ab industria studioque missio- si quo modo auspicatissímum adproperare diem liceat. Vos autem in pasto-
naiium, qui nec labonbus victi nec péricuiis deterriti, in summa rerum rali officio novimus multo esse diligentiores, quam ut a Nobis hortandi
omnium inopia, plures quotidie et alacriores, pergunt solidas nationes
mimanitati kvangehoque acquirere: pergunt constanter; licet, ut Magister skis. Sed istá studii vestri flagrantia volumus sacrorum administros magis
divmus, crebns obtrectationum morsibus obnoxii. magisque calescere, socios vobiscum operae et laboris. Hi enim quae po-
pulus velit, quibus rebus indigeat, quae mala toleret, quot quantisque
Aegntudinurn igitur sensum solatia temperant: atque ínter discrimina insidiis aut corruptelarum illecebris pateat, optime norunt, quippe vivunt
istius certamims satis est causae, cur meliora posthac coniiciendo recreemur. cum populo. Quodsi Iesu Christi sensu abunde praediti, despectisque
Quam quidem rem quisquís acuto sinceroque iudicio apud se reputaverit, concertationibus politicarum partium, vobiscum una desudaverint, mirum
intelliget profecto, Deum uti sua instructum ope docuit hominem, quaé
ad finis ultimi adeptionem facerent, item per Ecclesiam, ipsius manifesté quantum, auxiliante Deo, efficient in multitudine, collustrandis veritate
praesidio subnixam, hodie quoque docere, ubi veritas, ubi sit quaerenda mentibus, animis comitate alliciendis, sollerti caritate affictam tenuium
salus. fortunam sensim sublevando.—In quo multum sane adiumenti conferet
Clero actuosa proborum industria laicorum: atque ita quicumque in
Utcumque erit, assidente Ecclesiaé Deo, sperandum firmiter est, fore sinu complexuque Ecclesiaé matris alti eductique sunt, omnes, ut
ut, discussa qua nunc obscuratur calígine, lux veritatis opportuno tempore gratos filios addecet, honorem ipsius et decora tuebuntui. Ad id autem
nec ita longo intervallo pulcrior effulgeat. atque humana societas, profli- operis, debitum in primis maximeque ad aeterna frugiferum, nemo
gata prope ac perdita, afrknte rursus Evangelii spiritu, resurgat.
non potest aliquid prodesse. Nam exculti doctrinis aut litteris nomi-
nes possunt vulgandis in Ecclesiaé defensionem scriptis, praesertim quoti-
dianis; quod instrumentum perquam efficax in utramque partem, usita-
tissimum adversaras est: possunt patresfamilias, vel per se vel per praecepto-
res bonos impertiendis christiana institutione liberis; magistratus etiam
374 I.KOX X I I I
AXNl'M INOUKStil 375
las propias creencias sin respetos h u m a n o s . L o s tiempos exigen
elevación de sentimientos, generosidad en los propósitos, regulari- cuidados, la bendición apostólica, q u e os i m p a r t i m o s de t o d o
dad en la disciplina. L a cual deberá demostrarse sobre t o d o con corazón.
la sumisión confiada y perfecta a las n o r m a s directivas de la Santa D a d o en Roma, j u n t o a San P e d r o , el 19 de marzo de 1002,
Sede, medio principal para s u p r i m i r o atenuar el d a ñ o de las opi- año vigésimo q u i n t o de n u e s t r o pontificado.
niones de p a r t i d o c u a n d o dividen y para coordinar t o d o s los es-
fuerzos al servicio de u n intento superior, q u e es el triunfo de universo curis vestris concredito Apostolicam benedictionem peramanter
Jesucristo en su Iglesia. impertimus.
Datum Romae apud S. Petrum die xix Martii MDOCCCII, Pontiíica-
[39]. Este es el deber de los católicos; el éxito final, a A q u e l lus Nostri anno vicésimo quinto.
que vigila a m o r o s a m e n t e y sabiamente sobre su inmaculada Esposa,
y del q u e está escrito: Iesus Christus heri, hodie et in saecula y . A El
t a m b i é n en este m o m e n t o dirigimos h u m i l d e y fervorosa nuestra
plegaria, a El, que, a m a n d o con amor infinito a la errante H u m a - I
nidad, en la sublimidad del martirio se hizo su víctima expiatoria;
a El, q u e sentado, bien q u e invisible, sobre la mística nave de su
Iglesia, p u e d e , i m p e r a n d o al m a r y a los vientos alborotados, calmar
la t e m p e s t a d . — T a m b i é n vosotros, sin d u d a , venerables h e r m a n o s ,
le suplicaréis, u n i d o s de b u e n grado a N o s , para que disminuyan
los males q u e pesan sobre nuestra sociedad, q u e d e n iluminados
con los esplendores de la luz di%'ina aquellos que, tal vez m á s p o r
ignorancia q u e p o r malicia, odian y persiguen a la religión de Cristo,
y se fortalezcan en una santa laboriosidad los h o m b r e s de buena
voluntad, de forma que se apresure el triunfo de la verdad y de la
justicia y a la familia h u m a n a sonrían días mejores de paz y de
tranquilidad.
[40]. Descienda entretanto, como p r e n d a de las gracias más
deseadas, sobre vosotros y sobre todos los fieles confiados a vuestros

quique populi personam gerunt, constantiam recte sentiendi virtutemque


retinendo; omnes denique, nullo ad humana iudicía respectu, catholicos
sese praestando.—Enimvero sapienter sentiré, generóse velle, ordine con-
tendere oportet ut cum máxime. Ordinis autem disciplinaeque caput est,
obedienter et cum omni fide huius Apostolicae Sedis servare praescripta:
ita ut sublatis opinionum dissidiis, illuc communiter tendatur, quod est
commune propositum, lesu Christo in Ecclesia victori sternere iter.
Id laborare catholicos, officium est: laborum exoptatum exitum Ule
dabit, amantissímus idemque sapientissimus sponsae suae immaculatae
custos, de quo scriptum exstat: Iesus Christus heri.'et hodie: ipse et in saecula.
Ipsum igitur nunc quoque imploramus obsecramusque, qui atrocissimam
pro humano genere mortem, immensum testatus amorem, ad expiandum
oppetiit; quique mysticae navis sedens non visus gubernator in puppi, tot
tantosque commotos fluctus potest uno nutu componere. Vosque, Venerabi-
lcs Fratres, ad Ipsum eritis Ñobiscum supplices, ut hac mole malorum civi-
lem societatem levet; splendorem lucís suae ad eos afferat qui ignoratione po-
tius quam volúntate improba chrístianum nomen impugnant: robur ala-
critatemque novam bonis iniiciat: denique pacem et tranquillitatem com-
munibus rebus, dominante rursus veritate iustitiaque, maturet.
Auspicem divinorum munerum vobis, Venerabiles Fratres, et gregi
s
Hebr. 13,8.
SECCIÓN TERCERA

S A N P I 0 X
(1903-1914)

%.
VEHEMENTER NOS
La separación entre la. Iglesia y el Estado

La historia contemporánea de Francia presenta, desde el punto de


vista de las relaciones entre lo politico y lo religioso, un interés extraor-
dinario. Todos los grandes movimientos de este orden han quedado
registrados en ella. Y el observador atento puede seguir la curva alter-
nante de los grandes problemas religiosos que han descrito en esa historia
su ciclo completo. La encíclica Vehementer Nos representa el punto
culminante de uno de estos ciclos: el de las relaciones entre la Iglesia
católica y la III República francesa.
Tanto desde el punto de vista doctrinal como desde el punto de
vista histórico, la Vehementer Nos es una prolongación del pensa-
miento y de la acción de León XIII. Analizada históricamente, la ley
de separación representa el fracaso de la política católica francesa
del «ralliement». Era el desenlace de una serie de medidas hábilmente
realizadas en cadena por la política masónica. León XIII fué testigo
personal de todas las fases previas. La fase final quedó reservada para
el pontificado de San Pío X '.
Tres hechos conviene recordar dentro del período preparatorio de
la ley: la interpretación sectaria dada por el ministerio Combes a la
ley fiscalizadora de Waldeck-Rousseau sobre los Institutos religiosos;
la visita a Roma de Loubet, presidente de la República francesa, y la
enérgica protesta de Pío X, con la consiguiente exacerbación del griterío
sectario; y, por último, las intimaciones del nuncio en París a los obispos
de Laval y Dijon, calificadas por el Gobierno francés como injerencia
de la Iglesia en cuestiones civiles e infracción pontificia del Concordato.
El 29 de julio de 1904 el Gobierno francés declaraba la ruptura de
relaciones diplomáticas con la Santa Sede 2 . El 9 de diciembre de 1905,
1
L o s jalones principales d e esta política sectaria anticatólica fueron los siguientes: ley
declarando obligatoria la instrucción laica en la enseñanza primaria pública {28 marzo 1882);
ley restableciendo el divorcio (27 julio 1884); ley suprimiendo las oraciones públicas al co-
menzar los períodos parlamentarios (14 agosto 1884); ley contra el patrimonio de las O r d e n e s
y Congregaciones religiosas (29 diciembre 1884); ley excluyendo d e la enseñanza pública
a los Institutos religiosos (30 octubre 1886); ley declarando obligatorio el servicio militar
de los clérigos O s julio 1889"): ley excluyendo del derecho c o m ú n a las Ordenes y Congrega-
ciones religiosas (1 julio 1901); ley d e supresión d e los Institutos religiosos dedicados a la
enseñanza (17 julio 1904).
2
E n la alocución consistorial d e 14 de n o v i e m b r e de 1904, Pío X rechazó la acusación de
que la Iglesia hubiese violado el concordato c o n el Estado francés (ASS 37 [1904-1905] 3 0 1 -
309). L a Secretaria de Estado publicó con e s t e motivo una exposición documentada acerca
de la r u p t u r a unilateral de relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y el Gobierno francés
(ASS 37 [1904-1905I 36-43)-
380
VliliItMKNTKIí NOS 381
i'fo x
el ministerio Rouvi^ completarse con la exposición documentada del asunto que la Secretaria
de Estado publicó con motivo de la aprobación de la ley (cf. ASS 38
[igos-igoó] Suppl. 1-273). Como documentos complementarios pue-
den leerse la carta de San Pío X al cardenal Richard, arzobispo de
París, de 4 de octubre de 1905, en la que el Papa promete una encíclica
sobre el asunto (ASS 38 [igo5~igo6~\ ig3-ig4); y las dos encíclicas
posteriores, la Gravissimo officii, de 10 de agosto de 1906, prohi-
biendo las asociaciones de culto establecidas por la ley de separación
y ordenando la regulación del culto católico (ASS 39 [1906 ] 385-390);
necesidad de Z n Í ' . m o esta distinción exÍZ J °'- mphca
y la U n e fois encoré, de 6 de enero de 1907, al episcopado, clero y
cimiento ™ i / e l a c t 6 n unitiva entre nTh í \ msmo tlem
P° '« pueblo de Francia sobre la persecución sectaria (ASS 40 [1907] 3-11).
de X ™ í u o d « ' a existencia VIHA u$> haSada sobre d
™*™>- Son importantes también las alocuciones consistoriales de 19 de marzo
S eSpeCÍfic0S de cada
afirlntió / T " adamen at de la t i ° ™
de 1904 (ASS 36 [igo3-igo4~\ 544-54-7), de 27 de marzo de 1905
JuScT df l a j m t a MoZmíadeaT * * ? r a t i * « no reside en la
(ASS 3 7 [1904-1905] 559-561), de 21 de febrero de 1906 (ASS 39
T í ,ml resP«*iva, sino en t ^ P°deres dentro de
« i esfera
de
la cual se considera ésterL\JPretensión del E
^ado por virtud [igo6] 30-33) y de 15 de abril de 1907 (ASS 40 [1907] 259-261).
Véase, por último, la respuesta del episcopado francés a la encíclica
S f c ^ . - ^ ^ - S ^ ^l^ertzrrescriptfesde
0 ar d rden
y Para desconocer elcTéc^Tf T ' J** ° ^brenaZral
V e h e m e n t e r N o s en ASS 39 {1906) 443-448.
d*\ £ ? , Mci°n de Dios F , n , v T J , £stado no
Puede ™n-
BIBLIOGRAFÍA
fl Estado. Un gobierno ' ^ °S d qUe ha adicionado la acción
D
]°*. injuria a la ¡ S a v7 " ° nSptía 6Ste orden
' se
™hela contra J. SCHMIDLIN, Papstgeschichte der neuesten Zeit t.3 p.77 (Munich 1937).—
rale
™ de la sodedld^l^aT"^' *" ^ U Verdadem natU
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constante historial acuerda un hecho que presenta caracteres 1.2 p.317ss (París 1953).—J. AZPIAZU, El Estado católico p.41 (Madrid 1939).—
n MONS. A. HERRERA ORIA, La Palabra de Cristo t.8 p.784ss.
ador. «Las Z,VP< ,7 1™, como principio inductivo, es muy aleccio-
qU6 Cmtm la
n a historia es test T ^ ^le$ia Promulga el odio
ello acah SUMARIO
dentemente cuanJ j ~ an casi siempre derogándose pru-
Estado» Es la m" q U c n emdenciados los daños que causan al propio I. Dolor del Papa por la nueva situación creada a la Iglesia en Francia.
de Pí0 XT p,v - m ? a J i r m a « ó n que aparece más tarde en la encíclica Sin embargo, la ley de' la separación no ha sido una sorpresa. Es la
constantiam 5
El est V í/ de la
- última fase de una trayectoria legislativa anticristiana. La Santa Sede
ha hecho todo lo posible para evitar esta ley; pero sus esperanzas han
^Paración desde el punto de vista histórico debe
resultado fallidas. Esta ley es obra de los enemigos del catolicismo.
especial a t e n c i ó n ^ 6 ? t r e l a soc e
¡ d a d eclesiástica y la sociedad política está desarrollada
e
" del poder í„i;~- , g u , n ° s d e los
discursos d e Pfo X I I a la Sagrada Rota R o m a n a : El II. La tesis de la separación entre la Iglesia y el Estado es falsa y dañosa.
.162; E s Porque desconoce los derechos de Dios sobre el hombre y el Estado;
. . A A S 38
de octubre niega el orden sobrenatural; es contraria al orden establecido por
Dios, que exige una auténtica concordia entre el poder eclesiástico y
después d e suhr», i ? l s c u r s 0 . d e ! 9 d e abril de 1900, a una peregrinación francesa, Pío X, el poder civil, y perjudica gravemente al propio Estado.
señalar q u e la feu?'• l a l n a , t e r a b l e fidelidad d e la Francia católica a la Cátedra de Pedro y
s
'8uientes términ i j i m m a a ' m u n d o p o r ser esposa d e Jesucristo, se expresaba con los Por esto los Romanos Pontífices han condenado siempre la tesis
texto d e q u e la I f: • • q U e s e r e v u e I v e contra la autoridad de la Iglesia con el injusto pre- de la separación, particularmente León XIII. La separación es más
a mvade los
n d a r a extranle . dominios del Estado, pone límites a la verdad; el q u e la
en
esa nación •¿5* C n U n a n a c ' ó n > declara al mismo tiempo q u e la verdad debe ser extranjera injusta todavía en una nación católica como Francia.
obligado a def " j q u e t e m e <3 u e l a Iglesia debilite la libertad y la grandeza de u n pueblo, está III. El caso particular de Francia. H a sido violado por el Gobierno francés
6Un puebl
tender el amor F " °-puede un Concordato que estaba vigente. Pero, además, el procedimiento
ser grande y libre sin la verdad. N o , n o p u e d e pre- ha violado los principios reconocidos del derecho internacional en la
la guerra Í T T U I \ ™ d o , u n Gobierno, sea el q u e sea el n o m b r e q u e se le dé, que, haciendo
la
fuerza 1 ? v . e r d a d . ultraja lo q u e h a y en el h o m b r e de m á s sagrado. Podrá sostenerse por materia.

s o servir ' S e l e temeri ba
J o la amenaza del látigo, se le aplaudirá por hipocresía, ínte- Examinada en su contenido, la ley de la separación es totalmente
Poderes h i , ' S e obedecerá, p o r q u e la religión predica y ennoblece la sumisión a los
S su ue
cumnlim?,, T™i° ' P s t o q u e n o exijan cosas contrarias a la santa ley d e Dios. Pero, si e injusta, porque deja a la Iglesia bajo la dominación del poder tempo-
debeY r e í ; t j e s t e d e b e r respecto d e los poderes humanos, en lo q u e es compatible con el ral. Esta ley, en efecto, es contraria a la constitución dada por Jesucris-
ni más al¿ • D i o s ' h a c e l a obediencia más meritoria, ésta n o será p o r ello ni más tierna,
y de amnti A1 m á s e s POntánea, y desde luego nunca podrá merecer el n o m b r e de veneración to a su Iglesia, porque pone dentro de la jurisdicción del Estado cosas
Qr
5 p * ÍAAS i [1909] 407-410). que son de la exclusiva competencia del poder eclesiástico; daño agra-
nacinn^T1 establecerse u n cierto paralelismo, p o r las analogías intrínsecas de los supuestos vado por la vaguedad peligrosa de las cláusulas de la ley. En segundo
y la S . ¿ e f e c t i v o s , e n t r e la carta Vehementer Nos, de San Pío X, al episcopado francés,
renníf Dlí
« * " « ™ Nobis, d e P í o XI, al episcopado español con motivo de la legislación lugar, esta ley es contraria a la libertad de la Iglesia, porque coloca a
P U bl,ca
™ Persecutoria d e la Iglesia .
382 PÍO x VüHKMliNTKK NOS 383
ésta en una humillante sujeción al Estado. En tercer lugar, viola y tan contraria a la Iglesia de los gobernantes de la República francesa.
niega el indiscutible derecho de propiedad de la Iglesia y lesiona Para vosotros, venerables h e r m a n o s , n o constituye ciertamente ni
cláusulas fundamentales del hasta ahora vigente Concordato. Final-
mente, esta ley será dañosa no sólo para la Iglesia, sino también para u n a novedad ni u n a sorpresa, p u e s habéis sido testigos d e los n u -
Francia, porque es una vía abierta para la división y las luchas de merosos ataques dirigidos a las instituciones cristianas por las a u t o -
carácter religioso. ridades públicas. H a b é i s presenciado la violación legislativa de Ja
Por todas estas razones queda condenada la presente ley de sepa- santidad y de la indisolubilidad del m a t r i m o n i o cristiano; la secu-
ración entre la Iglesia y el Estado francés. Ninguna de sus cláusulas larización de los hospitales y de las escuelas; la separación de los
podrá invalidar los derechos imprescriptibles de la Iglesia. clérigos de sus estudios y de la disciplina eclesiástica p a r a someterlos
IV. La Iglesia ante la nueva situación religiosa en el Estado francés. Esta- al servicio militar; la dispersión y el despojo de las O r d e n e s y C o n -
mos apenados. Pero no podemos incurrir en una tristeza excesiva.
gregaciones religiosas y la reducción consiguiente de sus individuos
La Iglesia no teme por sí. Además, la historia prueba que las legisla-
ciones persecutorias acaban derogándose prudentemente con las lec- a los extremos de u n a total indigencia. Conocéis t a m b i é n otras dis-
ciones del tiempo. posiciones legales: la abolición de aquella antigua c o s t u m b r e de
El episcopado debe ser guía de los fieles en esta situación nueva. orar públicamente en la apertura de los T r i b u n a l e s y en el comienzo
Pero es necesaria ante todo la unidad más perfecta. La Santa Sede de las sesiones parlamentarias; la supresión de las tradicionales se-
dará oportunamente las directrices que habrá que seguir. Entre tanto ñales de duelo en el día de Viernes Santo a b o r d o de los b u q u e s
que el clero, a las órdenes del episcopado, se consagre a la defensa de g u e r r a ; la eliminación de t o d o c u a n t o prestaba al j u r a m e n t o
de la Iglesia con energía, pero sin ofender a nadie. jndicial u n carácter religioso, y la prohibición de t o d o lo q u e tuviese
Los católicos seglares de Francia deben darse cuenta de que los u n significado religioso en los T r i b u n a l e s , en las escuelas, en el
enemigos pretenden borrar de Francia el catolicismo. Hay que opo- ejército; en u n a palabra, en todas las instituciones públicas d e p e n -
nerse a ellos con coraje, pero sobre todo con la más estrecha unidad.
La causa que defendéis exige el sacrificio de todo en aras de la unidad. dientes de la a u t o r i d a d política. Estas m e d i d a s y otras parecidas,
La defensa de la fe pide a los católicos franceses dos cosas: una autén- q u e poco a poco iban separando de hecho a la Iglesia del Estado,
tica vida cristiana y una estrecha unión con el clero, el episcopado y la n o eran sino jalones colocados intencionadamente en u n camino
Santa Sede. Combatid por la Iglesia, pero apoyando enteramente en q u e había de conducir a la m á s completa separación legal. Así lo h a n
Dios vuestra confianza. El Papa está y estará siempre al lado de los reconocido y confesado sus autores en diversas ocasiones.—La Sede
católicos franceses combatientes de la santa causa. Apostólica ha h e c h o c u a n t o ha estado de su parte para evitar u n a
calamidad t a n grande. P o r q u e , por u n a parte, n o ha cesado de ad-
[I. L A L E Y FRANCESA DE SEPARACIÓN] vertir y de exponer a los G o b i e r n o s d e Francia la seria y repetida
consideración del c ú m u l o de males q u e habría de producir su polí-
[ I ]. A p e n a s es necesario l decir la h o n d a preocupación y la
dolorosa angustia q u e vuestra situación nos causa con la p r o m u l - disse, qui quidem postremis temporibus, quemadmodum sese adversus
gación de una ley que, al m i s m o t i e m p o q u e r o m p e violentamente Ecclesiam rei publicae moderatores gererent, attenderit. Vobis certe nec
las seculares relaciones del Estado francés con la Sede Apostólica, subitum accidit nec novum, Venerabiles Fratres; quibus ipsis testibus,
coloca a la Iglesia de Francia en una situación indigna y lamentable. christiana instituta plagas tam multas tamque magnas, alias ex alus, acce-
H e c h o gravísimo y q u e todos los b u e n o s d e b e n lamentar, p o r los pere publice. Vidistis violatam legibus christiani sanctitudinem ac stabili-
daños q u e ha d e traer t a n t o a la vida civil como a la vida religiosa. tatem coniugii; dimotam de scholis, de valetudinariis publicis religionem;
abstractos a sacra studiorum et virtutum disciplina clericos et sub arma
Sin embargo, n o p u e d e parecer inesperado a t o d o observador q u e compulsos; disiectas spoliatasque bonis religiosas Familias, earumque so-
haya seguido a t e n t a m e n t e en estos últimos tiempos la conducta dales ad inopiam plerumque redactos rerum omnium. Illa etiam decreta
nostis: ut aboleretur consuetudo vetus vel auspicandi, propitiato Deo,
legumlatorum ac iudicum coetus, vel ob memoriam mortis Christi lugu-
[ D e civitatis et Ecclesiae rationibus segregandis] bria induendi navibus; ut sacramentis in iure dicendis forma speciesque
abrogaretur religiosae rei; ut in iudiciis, in gymnasiis, in terrestribus ma-
Vehementer Nos esse sollicitos et praecipuo quodam dolore angi,
ritimisque copiis, in rebus denique ómnibus ditionis publicae, ne quid
rerum vestrarum causa, vix attinet dicere; quando ea perlata lex est,
esset aut fieret, quod significationem aliquam christianae professionis daret.
quae quum pervetustam civitatis vestrae cum Apostólica Sede necessitudi-
Iamvero ista quidem et id genus cetera, quum ab Ecclesia sensim rem pu-
nem violenter dirimit, tum vero indignam miserrimamque Ecclesiae in
blicam seiungerent, nihil fuisse aliud apparet, nisi gradus quosdam con-
Gallia conditionem importat. Gravissimum sane facinus, idemque, ob ea
sulto iactos ad plenum discidium lege propria inducendum: id quod ipsi
quae civili societati allaturum est aeque ac religioni detrimenta, ómnibus
harum rerum auctores profiteri plus semel et prae se ferré non dubitarunt.—
bonis deplorandum. Quod tamen nemini arbitramur inopinatum acci-
Huic tanto malo ut occurreret Apostólica Sedes, quantum in se habuit
J Pío X, Carta encíclica al episcopado, clero y pueblo de Francia: ASS 30 (1906) 3-16; facultatis, totum eo contulit. Nam ex una parte admonere atque hortari
APX .3,24-39. gubernatores Galliae pon destitit, etiam atque etiam considerarent, hunc
384 PÍO x VEHKMRNTER NOS 385
tica de separación; p o r otra parte, ha multiplicado las p r u e b a s ilus- acción del E s t a d o a la p r o s p e r i d a d pública de esta vida mortal, q u e
tres de su singular a m o r e indulgencia p o r la nación francesa. L a es, en efecto, la causa p r ó x i m a de toda sociedad política, y se des-
Santa Sede confiaba justificadamente q u e , en v i r t u d del vínculo preocupa c o m p l e t a m e n t e d e la razón última del ciudadano, q u e es
j u r í d i c o contraído y d e la gratitud debida, los gobernantes d e F r a n - la eterna bienaventuranza p r o p u e s t a al h o m b r e para c u a n d o haya
cia detuvieran la iniciada p e n d i e n t e d e su política y renunciaran, t e r m i n a d o la b r e v e d a d de esta vida, c o m o si fuera cosa ajena p o r
finalmente, a sus proyectos.—Sin e m b a r g o , todas las atenciones, completo al Estado. Tesis c o m p l e t a m e n t e falsa, p o r q u e , así c o m o
b u e n o s oficios y esfuerzos realizados t a n t o p o r n u e s t r o predecesor el orden de la vida presente está t o d o él o r d e n a d o a la consecución
c o m o p o r N o s h a n resultado c o m p l e t a m e n t e inútiles. P o r q u e la de aquel s u m o y absoluto bien, así t a m b i é n es verdad evidente
violencia de los enemigos d e la religión ha t e r m i n a d o p o r la fuerza q u e el E s t a d o n o sólo n o d e b e ser obstáculo p a r a esta consecución,
la ejecución de los propósitos q u e de antiguo p r e t e n d í a n realizar sino q u e , además, d e b e necesariamente favorecerla t o d o lo posible.—
contra los derechos de vuestra católica nación y contra los derechos E n tercer lugar, esta tesis niega el o r d e n de la vida h u m a n a sabia-
de todos los h o m b r e s sensatos. E n esta hora t a n grave p a r a la Iglesia, m e n t e establecido p o r D i o s , o r d e n q u e exige u n a verdadera concor-
de a c u e r d o con la conciencia d e n u e s t r o deber, levantamos n u e s t r a dia entre las dos sociedades, la religiosa y la civil. P o r q u e a m b a s
voz apostólica y abrimos nuestra alma a vosotros, venerables h e r - sociedades, a u n q u e cada u n a d e n t r o d e su esfera, ejercen su a u t o -
m a n o s y queridos hijos; a t o d o s os h e m o s a m a d o s i e m p r e con p a r - ridad sobre las m i s m a s personas, y de aquí proviene necesariamente
ticular afecto, p e r o a h o r a os a m a m o s con m a y o r t e r n u r a q u e antes. la frecuente existencia d e cuestiones entre ellas, cuyo conocimiento
y resolución pertenece a la competencia d e la Iglesia y del E s t a d o .
[II. L A TEORÍA DE LA SEPARACIÓN E N T R E LA I G L E S I A Y E L E S T A D O ] A h o r a bien, si el E s t a d o n o vive de a c u e r d o con la Iglesia, fácil-
m e n t e surgirán de las materias referidas motivos de discusiones m u y
[Es falsa y dañosa] dañosas para e n t r a m b a s potestades, y q u e p e r t u r b a r á n el juicio
objetivo de la verdad, con grave d a ñ o y ansiedad de las almas.—
[ 2 ] . Q u e sea necesario separar al E s t a d o de la Iglesia es u n a Finalmente, esta tesis inflige u n d a ñ o gravísimo al p r o p i o Estado,
tesis a b s o l u t a m e n t e falsa y s u m a m e n t e nociva. P o r q u e , en p r i m e r p o r q u e éste n o p u e d e p r o s p e r a r n i lograr estabilidad prolongada
lugar, al apoyarse en el principio fundamental de q u e el E s t a d o n o si desprecia la religión, q u e es la regla y la maestra s u p r e m a del
d e b e cuidar para n a d a d e la religión, infiere u n a g r a n injuria a h o m b r e para conservar sagradamente los derechos y las obligaciones.
D i o s , q u e es el único fundador y conservador t a n t o del h o m b r e
c o m o d e las sociedades h u m a n a s , ya q u e en materia d e culto a D i o s
es necesario n o solamente el culto privado, sino t a m b i é n el culto [Ha sido condenada por los Romanos Pontífices]
p ú b l i c o . — E n s e g u n d o lugar, la tesis d e q u e h a b l a m o s constituye [ 3 ] . Por esto los Plómanos Pontífices n o h a n dejado jamás,
u n a verdadera negación del o r d e n sobrenatural, p o r q u e limita la según lo exigían las circunstancias y los tiempos, de rechazar y
quam esse supra naturam, non obscure negat. Etenim actionem civitatis
quem instituissent discessionis cursum, quanta esset incommodorum con- sola vitae mortaüs prosperitate metitur, in qua consistit causa próxima
secutura moles; ex altera autem suae in Galliam indulgentiae benevolen- civilis societatis: causam ultimam civium, quae est sempiterna beatitudo
tiaeque singularis illustria duplicavit documenta; non absurde confisa, se extra hanc brevitatem vitae hominibus proposita, tamquam alienam reipu-
ita posse, qui praeerant, tamquam iniecto officii gratiaeque vinculo, retiñere blicae, plañe negligit. Quod contra, ad adeptionem summi ülius absoluti-^
in declivi, atque ab incoeptis demum .abducere.—At huiusmodi studia, que boni, ut hic totus est fluxarum rerum ordo dispositus, ita verum est
officia, conata et Decessoris et Nostra recidisse ad nihilum omnia cerni- rempublicam non modo non obesse, sed prodesse oportere.—Praeterea
mus; siquidem inimica religioni vis, quod contra iura catholicae gentis descriptionem pervertit rerum humanarum a Deo sapientissime constitu-
vestrae ac vota recte sentientium diu contenderat, expugnavit. Hoc igitur tam, quae profecto utriusque societatis, religiosae et civilis, concordiam
tam gravi Ecclesiae tempore, ut conscientia Nos officii sanctissimi iubet. requirit. Nam, quoniam ambae, tametsi in suo quaeque genere, in eosdem
Apostolicam vocem tollimus, et mentem animumque Nostrum vobis, tamen imperium exercent, necessitate fit, ut causae Ínter eas saepe existant
Venerabiles Fratres et dilecti Filii, patefacimus: quos quidem universos eiusmodi, quarum cognitio et diiudicatio utriusque sit. Iamvero, nisi civi-
omnes semper consuevimus peculiari quadam caritate prosequi, nunc tas cum Ecclesia cohaereat, facile ex illis ipsis causis concertationum oritura
vero, uti par est, eo vel amantius complectimur. sunt semina, utrinque acerbissimarum; quae iudicium veri, magna cum
animorum anxietate, perturbent.—Postremo máximum importat ipsi so-
Civitatis rationes a rationibus Ecclesiae segregan oportere, profecto cietati civili detrimentum; haec enim florere aut stare diu, posthabita reli-
falsissima, maximeque perniciosa sententia est.—Primum enim, quum hoc gione, quae summa dux ac magistra adest homini ad iura et officia sánete
nitatur fundamento, religionem nullo pacto deberé civitati esse curae, custodienda, non potest.
magnam inferí iniuriam Deo: qui ipse humanae societatis non minus quam
hominum singulorum conditor et conservator est; proptereaque non pri-
Itaque Romani Pontífices huiusmodi refellere atque improbare opinio-
vatim tantummodq cojatur necesse est, sed etjam publice.—Deinde, quid-
nes, quae ad dissociandam ab Ecclesia rempublicam pertinerent, quoties
Doctr. pontif. 2 13
38o' vio x VlillliMHN'l'liU N O S :w7
condenar las doctrinas q u e defendían la separación de la Iglesia y p u r a . . . D e s t r u i r esta u n i ó n tradicional sería lo m i s m o q u e arrebivlur
el E s t a d o . Particularmente nuestro ilustre predecesor L e ó n X I I I a la nación francesa u n a parte d e su fuerza moral y d e la alta in-
e x p u s o repetida y b r i l l a n t e m e n t e cuan g r a n d e d e b e ser, s e g ú n los fluencia q u e ejerce en el m u n d o » 4 .
principios d e la doctrina católica, la armónica relación e n t r e las dos
sociedades; e n t r e éstas, dice, «es necesario q u e exista u n a o r d e n a d a re- [Resolución unilateral del Concordato]
lación unitiva, comparable, n o sin razón, a la q u e se da en el h o m b r e
[5 ] . A lo cual se a ñ a d e q u e estos vínculos d e estrecha unión
e n t r e el alma y el c u e r p o » 2 . Y a ñ a d e a d e m á s d e s p u é s : «Los Estados
d e b í a n ser m á s sagrados a ú n por la fidelidad j u r a d a en u n solemne
no p u e d e n obrar, sin i n c u r r i r en pecado, c o m o si D i o s n o existiese,
C o n c o r d a t o . El C o n c o r d a t o firmado por la Sede Apostólica y por
ni rechazar la religión como cosa extraña o i n ú t i l . . . E r r o r g r a n d e y
la República francesa era, c o m o todos los pactos del m i s m o g é n e r o
d e m u y graves consecuencias es excluir a la Iglesia, o b r a del m i s m o
q u e los Estados suelen concertar entre sí, u n contrato bilateral q u e
Dios, d e la vida social, d e la legislación, d e la educación d e la j u v e n -
obligaba a a m b a s partes. Por lo cual, t a n t o el R o m a n o Pontífice
tud y d e la familia» 3 .
c o m o el jefe de E s t a d o de la nación francesa se obligaron solem-
n e m e n t e , e n su n o m b r e y en el de sus propios sucesores, a observar
[III. E L CASO PARTICULAR DE FRANCIA ] inviolablemente las cláusulas del p a c t o q u e firmaron. L a consecuen-
cia, p o r t a n t o , era q u e este C o n c o r d a t o había d e regirse p o r el m i s m o
[4 ] . A h o r a bien, si o b r a contra t o d o d e r e c h o divino y h u m a n o
d e r e c h o q u e rige t o d o s los tratados internacionales, es decir, p o r
cualquier E s t a d o cristiano q u e separa y aparta d e sí a la Iglesia,
el d e r e c h o de gentes, y q u e n o podía anularse de n i n g u n a m a n e r a
¡ c u á n t o m á s lamentable es q u e haya p r o c e d i d o d e esta m a n e r a F r a n -
unilateralmente p o r la voluntad exclusiva d e u n a de las p a r t e s con-
cia, q u e es la q u e m e n o s debía o b r a r así! ¡ Francia, q u e en el t r a n s -
tratantes. L a Santa Sede ha c u m p l i d o siempre con fidelidad escru-
curso d e m u c h o s siglos ha sido siempre objeto de u n a g r a n d e y
pulosa los compromisos q u e suscribió, y ha p e d i d o siempre q u e el
señalada predilección p o r parte d e esta Sede Apostólica! ¡ Francia,
E s t a d o mostrase en este p u n t o la m i s m a fidelidad. E s éste u n h e c h o
cuya prosperidad, cuya gloria y cuyo n o m b r e h a n ido siempre unidos
cierto q u e n o p u e d e negar n i n g ú n h o m b r e p r u d e n t e y de recto
a la religión y a la civilización cristianas! C o n harta razón p u d o decir
juicio. P u e s bien, h e aquí q u e la República francesa deroga p o r
el m i s m o pontífice L e ó n X I I I : «Recuerde Francia q u e su unión
su sola voluntad el solemne y legítimo p a c t o q u e había s u s c r i t o ;
providencial con la Sede Apostólica es demasiado estrecha y d e m a -
y n o tiene en consideración alguna, con tal de separarse d e la Iglesia
siado antigua para q u e p u e d a en alguna ocasión romperla. D e esta
y librarse d e s u amistad, ni la injuria lanzada contra la Sede A p o s -
unión, e n efecto, procede su verdadera grandeza y su gloria más
tólica, ni la violación del d e r e c h o d e gentes, ni la grave p e r t u r b a -
turbari necessitudinem idem foret sane, ac velle de auctoritate gratiaque
res tempusque tulit, non destiterunt. Nominatim Decessor illustris, LeoXIII,
pluries magnificeque exposuit, quanta deberet esse, secundum christianae nationís Gaüicae ín populis non parum detrahi».
principia sapientiae, alterius societatis convenientia cum altera: Ínter quas Accedit autem quod haec ipsa summae necessitudinis vincula eo sanctio-
«quaedam, ait, intercedat necesse est ordinata colligatio, quae quidem ra iubebat esse sollemnis pactorum fides. Nempe Apostolicam Sedem ínter
coniunctioni non immerito comparatur, per quam anima et Corpus in ho- et Rempublicam Gallicam conventio eiusmodi intercesserat, cuius ultro et
mine copulantur». Addit autem: «Cívitates non possunt, cítra scelus, gerere citro constaret obligatio; cuiusmodi eae plañe sunt, quae ínter civitates
se tamquam si Deus omnino non esset, aut curam reiigionis veíut alienam legitime contrahi consueverunt. Quare et Romanus Pontifex et reí Gallicae
nihiique profuturam abiieere... Ecclesiam vero, quam Deus ipse constituit, moderator se et suos quisque successores sponsione obstrinxere, in íis
ab actione vitae excludere, a legibus, ab institutione adolescentium, a so- quae pacta essent, constanter permansuros. Consequebatur igitur, ut ipsa
cietate domestica, magnus et perniciosas est error». pactio eodem iure, ac ceterae quae ínter civitates fiunt, regeretur, hoc est,
¿ure gentium; ideoque dissolvi ab aiterutro dumtaxat eorum qui pepige-
Iamvero, si contra omne ius fasque agat quaevis christiana civitas' rant, nequáquam posset. Apostolicam autem Sedem summa semper íide
quae Ecclesiam ab se segreget ac removeat, quam non est probandum' conditionibus stetisse, omnique tempore postuhsse, ut fide parí staret
egisse hoc ipsum Galliam, quod sibi minime omnium lícuít! Galliam eisdem civitas, nemo prudens suique iudicii homo negaverit. Ecce autem
dicimus, quam longo saeculorum spatio haec Apostólica Sedes praecipuo Respublica pactionem adeo sollemnem et legitimam suo tantum arbitrio
quodam ac singulari semper amore diiexerit; Galliam, cuius fortuna omnis rescindit; violandaque religione pactorum, nihil quidquam pensi habet,
et amplitudo nominis et gloriae religioni humanitatique christianae cognata dum sese ab Ecclesiae complexu amicitiaque expediat, et insignem Aposto-
semper fuerit! Apte idem Pontifex: «Illud Gallia meminerit, quae sibi
cum Apostólica Sede sit, Dei providentis numine, coniunctio, arctiorem 4
Alocución de 13 de abril de 188S a una peregrinación francesa. A lo largo del año 1904.
esse vetustioremque, quam u t unquam audeat dissolvere. Inde enim veris- Pió X reiteró sus avisos a los católicos de Francia; véanse particularmente las alocuciones a
simae quaeque laudes, atque honestissima decora proferta... Hanc velle una peregrinación de obreros franceses católicos, 8 de septiembre de 1904 (ASS 37 fi9o4-
1905] 150-154), y a una peregrinación de la archidiócesis de París, 23 del mismo mes (ASS 37
I1004-1905] 231-235), y el discurso de 15 de octubre de 1904 a la Asociación de Juristas
2 LEÓN XIII, Immorkde Dei [fi]: ASS 18 (1885) 166; AL 2,i52ss. Católicos de Francia (ASS 37 [1904-1905] 359-361).
3 Jbid.
388 PÍO x VEHKMENTER NOS 389
ción para el m i s m o o r d e n social y político q u e implica la violación
d e la fe j u r a d a ; p o r q u e , para el desenvolvimiento pacífico y seguro i [La ley es intrínsecamente injusta]
de las m u t u a s relaciones e n t r e los pueblos, nada es t a n i m p o r t a n t e
[y]. Pero, si examinamos ahora en sí m i s m a la ley q u e acaba
a la sociedad h u m a n a como la observancia fiel e inviolable de las
de ser p r o m u l g a d a , e n c o n t r a m o s u n n u e v o y m u c h o m á s grave m o -
obligaciones contraídas en los tratados internacionales.
tivo de queja. P o r q u e , puesta la premisa de la separación e n t r e la
Iglesia y el E s t a d o con la abrogación del C o n c o r d a t o , la consecuen-
[Violación del derecho internacional] cia natural sería q u e el E s t a d o la dejara en su entera independencia
y le permitiera el disfrute pacífico de la libertad concedida p o r el
[6 ]. Crece de u n m o d o m u y particular la m a g n i t u d de la ofen-
d e r e c h o c o m ú n . Sin e m b a r g o , nada d e esto se ha hecho, p u e s encon-
sa inferida a la Sede Apostólica si se considera la forma con q u e el
t r a m o s en esta ley m u l t i t u d d e disposiciones excepcionales que, odio-
E s t a d o ha llevado a cabo la resolución unilateral del Concordato.
samente restrictivas, obligan a la Iglesia a q u e d a r bajo la dominación
P o r q u e es u n principio a d m i t i d o sin discusión en el derecho d e gen-
del p o d e r civil. A m a r g u í s i m o dolor nos ha causado ver al E s t a d o
tes y u m v e r s a l m e n t e observado en la moral y en el d e r e c h o positivo
invadir de este m o d o u n t e r r e n o q u e pertenece exclusivamente a la
internacional q u e n o es lícita la resolución de u n t r a t a d o sin la noti-
esfera del p o d e r eclesiástico; p e r o n u e s t r o dolor h a sido m a y o r t o -
ficación previa, clara y regular p o r p a r t e del E s t a d o q u e quiere d e -
davía, p o r q u e , m e n o s p r e c i a n d o la e q u i d a d y la justicia, el E s t a d o
nunciarlo a la otra p a r t e contratante. P u e s b i e n : n o sólo n o se ha
coloca a la Iglesia de F r a n c i a en u n a situación dura, agobiante y
h e c h o a la Santa Sede en este asunto notificación alguna d e este
t o t a l m e n t e contraria a los m á s sagrados derechos de la Iglesia.
género, sino q u e ni siquiera le ha sido hecha la m e n o r indicación.
D e esta manera, el G o b i e r n o francés n o h a vacilado en faltar contra
la Sede Apostólica a las m á s elementales n o r m a s de cortesía q u e se [Porque es contraria a la constitución de la Iglesia]
suelen observar incluso con los Estados m á s p e q u e ñ o s y m e n o s i m p o r -
[ 8 ] . P o r q u e , en p r i m e r lugar, las disposiciones d e la n u e v a
tantes ; n i ha t e n i d o reparo, siendo como era representante d e u n a
ley son contrarias a la constitución q u e Jesucristo dio a su Iglesia.
nación católica, en menospreciar la dignidad y la autoridad del R o -
L a Escritura enseña, y la tradición de los P a d r e s lo confirma, q u e la
m a n o Pontífice, jefe s u p r e m o de la Iglesia católica; a u t o r i d a d q u e d e -
Iglesia es el C u e r p o místico de Jesucristo, regido p o r pastores y
bían h a b e r respetado los gobernantes de Francia con u n a reverencia
doctores 5, es decir, u n a sociedad h u m a n a , en la cual existen autori-
superior a la q u e exige cualquier otra potencia política, p o r el simple
dades con p l e n o y perfecto p o d e r para gobernar, enseñar y j u z g a r 6.
hecho de estar aquella a u t o r i d a d o r d e n a d a al b i e n eterno de las al-
Esta sociedad es, p o r t a n t o , e n v i r t u d d e su m i s m a naturaleza, u n a
mas, sin q u e d a r circunscrita p o r límites geográficos algunos.
sociedad jerárquica; es decir, u n a sociedad c o m p u e s t a d e distintas
licae Sedi iniuriam imponere, et ius gentium frangere, et ipsam commovere
graviter disciplinara socialem et politicam; siquidem nihil tam interest Sed iam ipsam in se legem considerantibus, quae modo promulgata
humani convictus et societatis ad secure explicandas rationes populorum est, novae Nobis multoque gravioris querelae nascitur causa. Principio
mutuas, quam ut pacta publica sánete inviolateque serventur. Respublica quum revulsis pactionis vinculis ab Ecclesia discederet, conse-
quens omnino erat, ut eam quoque missam faceret et concessa iure com-
Ad magnitudinem autem iniuriae, quam Apostólica Sedes accepit, muni frui libértate sineret. At nihil minus factum est: nam plura hic vide-
accessionem non mediocrem factam esse liquet, si modus inspiciatur, quo mus esse constituta, quae, odiosum privilegium Ecclesiae irrogando, eam
modo Respublica pactum resolvit. Est hoc ratum similiter iure gentium civili imperio subesse cogant. Nos vero cum graviter molesteque ferimus,
atque in moribus positura institutisque civilibus, ut non ante liceat conventa quod hisce sanctionibus civilis potestas in eas res invasit, quarum iudicium
ínter civitates solvi, quam civitas altera, quae hoc velit, alteri se id velle et arbitrum unius est sacrae'potestatis; tum etiam eoque magis dolemus.
clare aperteque ipsi legitime denuntiarit. Iamvero hic voluntatis huiusmodi quod eadem, aequitatis iustitiaeque oblita, Ecdesiam Gallicam in conditio-
apud Apostolicam ipsam Sedem legitima, non modo denuntiatio, sed ne nem ac fortunam coniecit duram incommodamque máxime, atque eam
ulla quidem significarlo intercessit. Ita non dubitarunt gubernatores Galliae sacrosanctis ipsius iuribus adversissimam.
adversus Apostolicam Sedem communia urbanitatis officia deserere, quae
vel minimae cuique minimique momenti civitati praestari solent; ñeque Nam primum huius decreta legis constitutionem ipsam offendunt,
iidem veriti sunt, quum nationis catholicae personam gererent, Pontificis, qua Christus Ecclesiam conformavit. Scriptura enim eloquitur et tradita a
Summi Ecclesiae catholicae Capitis, dignitatem potestatemque contemnere; Patríbus doctrina confirmat, Ecclesiam mysticum esse Christi corpus
quae quidem potestas eo maiorem ab iis verecundiam, quam civilis ulla pastorum et doctorum auctoritate administratum, id est societatem homimim,
potestas postulabat, quod aeterna animorum bona spectat, ñeque ullis in qua aliqui praesunt ceteris cum plena perfectaque regendi, docendi, iudi-
locorum finibus circumscribitur. candi potestate. Est igitur haec societas,. vi et natura sua, inaequalis; dupli-
cem scilicet complectitur personarum ordinem, pastores et gregem, id est
5
Eph. 4,11 ss.
« Cf. Mt. 28,18-20; 16,18-19; 18,17; Tit. 2,15; 2 Cor. 10,6; 13,10.
390 PÍO x viillJiMli.NTKK NOS 391
categorías d e p e r s o n a s : los pastores y el rebaño, esto es, los q u e la ley prescribe q u e estas asociaciones de culto h a n d e constituirse
o c u p a n u n p u e s t o e n los diferentes grados d e la jerarquía y la m u l - conforme a las reglas propias d e la organización general del culto,
t i t u d d e los fieles. Y estas categorías son d e tal m o d o distintas unas a cuyo ejercicio se o r d e n a n ; p e r o se advierte q u e todas las cues-
d e otras, q u e sólo e n la categoría pastoral residen la autoridad tiones q u e p u e d a n plantearse acerca d e estas asociaciones s o n d e
y el derecho d e mover y dirigir a los m i e m b r o s hacia el fin propio la competencia exclusiva del Consejo dé Estado. E s evidente, p o r
d e la sociedad; la obligación, en cambio, d e la m u l t i t u d n o es otra tanto, q u e dichas asociaciones d e culto estarán sometidas a la
q u e dejarse gobernar y obedecer dócilmente las directrices d e sus autoridad civil, d e tal m a n e r a q u e la a u t o r i d a d eclesiástica n o t e n -
pastores. San Cipriano, mártir, h a expuesto d e m o d o admirable d r á sobre ellas competencia alguna. C u a n contrarias sean todas
esta v e r d a d : «Nuestro Señor, cuyos preceptos d e b e m o s reverenciar estas disposiciones a la dignidad d e la Iglesia y cuan opuestas a sus
y cumplir, al establecer la dignidad episcopal y la m a n e r a d e ser derechos y a su divina constitución, es cosa evidente para todos,
de su Iglesia, dijo a P e d r o : Ego dico tibi, quia tu es Petrus, etc. P o r sobre t o d o si se tiene e n cuenta q u e , en esta materia, la ley p r o -
lo cual, a través d e las vicisitudes del t i e m p o y de las sucesiones, mulgada n o emplea fórmulas d e t e r m i n a d a s y concretas, sino cláu-
la economía del episcopado y la constitución d e la Iglesia se des- sulas t a n vagas y t a n i n d e t e r m i n a d a s , q u e con razón se p u e d e n
arrollan d e m a n e r a q u e la Iglesia descansa sobre los obispos, y toda t e m e r peores males d e la interpretación d e esta ley.
la actividad d e la Iglesia está p o r ellos gobernada». Y San Cipriano
afirma q u e esto «se halla fundado e n la ley divina» 7 . E n contradic-
ción con estos principios, la ley d e la separación atribuye la a d - [Desconoce la libertad de la Iglesia]
ministración y la tutela del culto público n o a la jerarquía divina- [ 9 ] . E n s e g u n d o lugar, nada hay m á s contrario a la libertad
m e n t e establecida, sino a u n a d e t e r m i n a d a asociación civil, a la de la Iglesia q u e esta ley.—Porque, si se p r o h i b e a los pastores d e
cual da forma y personalidad jurídica, y q u e es considerada en t o d o almas el ejercicio del pleno p o d e r d e su cargo con la creación d e
lo relacionado con el culto religioso como la única entidad dotada las referidas asociaciones d e c u l t o ; si se atribuye al Consejo d e E s -
de los derechos civiles y d e las correspondientes obligaciones. P o r t a d o la jurisdicción s u p r e m a sobre las asociaciones y q u e d a n éstas
consiguiente, a esta asociación pertenecerá el u s o d e los templos sometidas a u n a serie d e disposiciones ajenas al d e r e c h o c o m ú n ,
y d e los edificios sagrados y la p r o p i e d a d d e los bienes eclesiásticos, con las q u e se hace difícil su fundación y m á s difícil a ú n su conser-
t a n t o m u e b l e s c o m o i n m u e b l e s ; esta asociación dispondrá, a u n q u e vación; si, después d e proclamar u n a amplia libertad d e culto, se
t e m p o r a l m e n t e , d e los palacios episcopales, d e las casas rectorales restringe el ejercicio del m i s m o con m u l t i t u d d e excepciones; si
y d e los seminarios; finalmente, administrará los bienes, señalará se despoja a la Iglesia d e la inspección y d e la vigilancia d e los t e m -
las colectas y recibirá las limosnas y legados q u e se destinen al plos para encomendarlas al E s t a d o ; si se señalan penas severas
culto. D e la j e r a r q u í a n o se dice u n a sola palabra. Es cierto q u e y excepcionales para el clero; si se sancionan estas y otras m u c h a s
disposiciones parecidas, e n las q u e fácilmente cabe u n a interpretación
eos, qui in variis hierarchiae gradibus collocati sunt, et multitudinem fide- bona, corrogare stipes, pecuniam et legata percipere, sacrorum causa. De
lium: atque hi ordines ita sunt ínter se distincti, ut in sola hierarchia ius hierarchia vero silentium est. Statuitur quidem, istas consociationes ita con-
atque auctoritas resideat movendi ac dirigendi consociatos ad propositum flandas esse, quemadmodum cultus religiosi, cuius exercendi gratiá insti-
societati finem; multitudinis autem officium sit, gubernari se pati, et recto- tuuntur, propria disciplina ratioque vult; verumtamen cavetur, ut si qua
runa sequi ductum obedienter. Praeclare Cyprianus Martyr: «Dominus forte de ipsarum rebus controversia inciderit, eam dumtaxat apud Consilium
noster, cuíus praecepta metuere et servare debemus, Episcopi honorem et Status diiudicari oporteat. Perspicuum est igitur ipsas consociationes adeo
Ecclesiae suae rationem disponens, in Evangelio loquitur, et dicit Petro: civili potestati obnoxias esse, nihil ut in eis ecclesiasticae auctoritati loci
Ego dico tibi, quia tu es Petrus, etc. Inde per temporum et successionum vices relinquatur. Quantopere haec omnia sint Ecclesiae aliena dignitati, contraria
Episcoporum ordinatio et Ecclesiae ratio decurrit, ut Ecclesia super Episco- iuribus et constitutioni divinae, nemo non videt: eo magis, quod non certis
pos constituatur, et omnis actus Ecclesiae per eosdem praepositos guber- definitisque formulis, verum tam vagis tamque late patentibus perscripta
netur»; idque ait «divina lege fundatum». Contra ea, legis huius praescripto, lex est in hoc capite, ut iure sint ex eius interpretatione peiora metuenda.
administratio tuitioque cultus publici non hierarchiae divinitus constitutae
relinquitur, sed certae cuidam defertur consociationi civium: cui quidem Praeterea nihil hac ipsa lege inimicius libertati Ecclesiae.—Etenim, si
forma ratioque imponitur personae legitimae, quaeque in universo relígiosi prohibentur sacri magistratus, ob interiectas consociationes quas diximus,
cultus genere sola habetur civilibus uti instructa iuribus, ita obligationibus plenam muneris sui exercere potestatem; si in easdem consociationes summa
obstricta. Igitur ad consociationem huiusmodi templorum aedificiorumque vindicatur Consilio Status auctoritas, eaeque parere alienissimis a iure com-
sacrorum usus, rerum ecclesiasticarum tum moventium tum solidarum pos- muni statutis iubentur, ita ut difficile coalescere, diffic.ilius queant consis-
sessio respiciet; ipsi de Episcoporum, de Curionum, de Seminariorum aedi- tere; si data divini cultus exercendi copia, multiplici exceptione minuitur;
bus liberum, licet ad tempus, permittetur arbitrium; ipsius erit administrare erepta Ecclesiae studio vigilantiaeque, custodia templorum Reipublicae
attribuitur; ipsum coercetur Ecclesiae munus de fide ac morum sanctitate
7
SAN CIPRIANO, Epist. 33 (al. 28 ad lapsos) 1: PL 4,298. concionandi, et severiores irrogantur clericis poenae; si haec et talia sanciun-
392 PIÓ X VEHBMKNTER NOS 393
arbitraria, ¿qué es t o d o esto sino colocar a la Iglesia en u n a h u m i - m a l m e n t e es inútil b u s c a r el m e n o r vestigio d e religión; con lo
llante sujeción y, so pretexto de proteger el o r d e n público, despo- cual n o sólo se desconocen los derechos de la Iglesia, sino t a m b i é n
jar a los ciudadanos pacíficos, q u e forman todavía la inmensa la voluntad formal y expresa de los d o n a n t e s y testadores. P e r o lo
mayoría de Francia, de su d e r e c h o sagrado a practicar libremente q u e nos causa preocupación especial es u n a disposición q u e , p i s o -
su propia religión? El Estado ofende a la Iglesia, n o sólo restrin- t e a n d o t o d o derecho, declara p r o p i e d a d del Estado, d e las provin-
giendo el ejercicio del culto, e n el q u e falsamente p o n e la ley d e cias o d e los ayuntamientos todos los edificios q u e la Iglesia utili-
separación toda la fuerza esencial de la religión, sino t a m b i é n p o - zaba con anterioridad al C o n c o r d a t o . P o r q u e , si la ley concede el
n i e n d o obstáculos a su influencia siempre bienhechora sobre los uso indefinido y gratuito d e estos edificios a las asociaciones de
pueblos y debilitando su acción d e mil maneras. P o r esto, e n t r e culto, p o n e a esta concesión t a n t a s y tales condiciones, q u e , en
otras medidas, n o ha sido suficiente la supresión de las O r d e n e s realidad, deja al p o d e r público la libertad d e disponer t o t a l m e n t e
religiosas, en las q u e la Iglesia e n c u e n t r a u n precioso auxiliar en d e dichos edificios. T e m e m o s , además, m u y seriamente p o r la
el sagrado ministerio, e n la enseñanza, en la educación, en las obras santidad d e los templos, p u e s existe el peligro de q u e estas a u g u s -
de caridad cristiana, sino q u e se ha llegr do a privarlas hasta de los tas m o r a d a s de la divina majestad, centros t a n q u e r i d o s p a r a la
recursos h u m a n o s , es decir, de los medios necesarios para su exis- piedad del p u e b l o francés, en q u i e n tantos recuerdos suscitan,
tencia y para el c u m p l i m i e n t o d e su misión. caigan en m a n o s profanas y q u e d e n mancilladas con ceremonias
t a m b i é n profanas. L a ley, p o r otra parte, al liberar al E s t a d o de
[Y niega el derecho de propiedad de la Iglesia] su obligación d e a t e n d e r al culto con cargo al p r e s u p u e s t o , falta a los
c o m p r o m i s o s contraídos en u n t r a t a d o solemne y, al m i s m o t i e m p o ,
[ 1 0 ] . A los perjuicios y ofensas q u e h e m o s l a m e n t a d o hay ofende g r a v e m e n t e a la justicia. E n efecto, ñ o es posible d u d a r en
q u e añadir u n tercer capítulo: la ley de la separación viola y niega este p u n t o , p o r q u e los m i s m o s d o c u m e n t o s históricos lo p r u e b a n
el d e r e c h o de p r o p i e d a d de la Iglesia. C o n t r a toda justicia, des- del m o d o m á s t e r m i n a n t e : c u a n d o el G o b i e r n o francés contrajo,
poja a la Iglesia de gran parte del p a t r i m o n i o q u e le pertenece por en v i r t u d del C o n c o r d a t o , el c o m p r o m i s o d e asignar a los eclesiás-
t a n t o s títulos j u r í d i c a m e n t e eficaces; s u p r i m e y anula todas las ticos u n a subvención q u e les permitiese a t e n d e r d e c o r o s a m e n t e
fundaciones piadosas, legalmente establecidas, para fomentar el a su p r o p i a subsistencia y al sostenimiento del culto público, n o
culto divino o para rogar por los fieles difuntos; los recursos q u e lo h i z o a título gratuito o p o r p u r a cortesía, sino q u e se obligó a
la generosidad de los católicos h a ido a c u m u l a n d o para sostenimiento título de indemnización, siquiera parcial, a la Iglesia p o r los bienes
d e las escuelas cristianas y de las diferentes obras de beneficencia q u e el E s t a d o arrebató a ésta d u r a n t e la p r i m e r a revolución. P o r
religiosa, son transferidos a establecimientos laicos, en los q u e nor- otra parte, c u a n d o en este m i s m o C o n c o r d a t o , y p o r bien de la
tur, in quibus multum etiam libido interpretandi possit, quid hic aliud paz, el R o m a n o Pontífice se comprometió, en su n o m b r e y en el
agitur, quam ut Ecclesia in humili abiectaque conditione locetur, et pacifico- de sus sucesores, a n o inquietar a los detentadores d e los bienes q u e
rum civium, quae quidem est pars Galliae multo máxima, per speciem
conservandi publici ordinis, sanctissimum ius violetur profitendae, uti ve- quidem patet, una cum Ecclesiae iuribus, testamenta voluntatesque apertas
lint, religionis suae? Quamquam Civitas non comprimendá solum divini auctorum everti. Quod vero per summam iniuríam edicit, quibus aedificiis
cultus professione, qua totam vim rationemque definit religionis, Ecclesiam Ecclesia ante pactum conventum utebatur, ea posthac civitatis aut provin-
vulnerat; sed eius etiam vel virtuti beneficae intercludendo aditus ad popu- ciarum aut municipiorum fore, singulari Nobis est sollicitudini. Ñám si
lum, vel actionem multipliciter debilitando. Igitur satis non habuit, praeter consociationibus divino cultui exercendo usus templorum, ut videmus, gra-
cetera, Ordines submovisse religiosorum, unde in sacri ministerii perfunc- tuitus nec definitus conceditur, concessum tamen huiusmodi tot tantisque
tione, in institutione atque eruditione adolescentis aetatis, in christianae exceptionibus extenuatur, ut reapse templorum arbitrium omne civiles
procuratione beneficentiae praeclara adiumenta suppetebant Ecclesiae: nam magistratus obtineant. Vehementer praeterea timemus sanctitati templo-
humanis eam opibus, id est necessario quodam ad vitam et ad munus subsi- rum: ñeque enim cernimus abesse periculum, ne augusta divinae maiestatis
dio, intervertit. domicilia, eademque carissima memoriae religionique Gallorum loca, pro-
fanas in manus quum deciderint, profanis ritibus polluantur. In eo autem,
Sane, ad ea quae conquesti sumus damna et iniurias, hoc accedit, ut quod Rempublicam lex officio solvit suppeditandi annuos sacrorum sumptus,
ista de discidio lex ius Ecclesiae sua sibi habendi bona violet atque immi- simul fidem sollemni pacto obligatam, simul iustitiam laedit gravissime.
nuat> Etenim de patrimonii magnam partem, possessione, probatissimis Etenim nullam dubitationem hoc habet, quod ipsa rei gestae testantur mo-
quibusque titulis quaesiti, Ecclesiam, alte iustitia reclamante, deturbat; quid- namente, Rempublicam Gallicam, quum pacto convento sibi suscepit onus
quid rite constitutum sit, addicta pecunia in divinum cultum aut in stata praebendi Clero unde vitam decenter ipse agere, ac publicam religionis
defunctorum solatia, tollit atque irritum iubet esse; quas facultates catholi- dignitatem curare posset, non id fecisse comitatis benignitatisque gratiá;
corum liberalitas christianis utique scholis aut variis christianae beneficen- verum ut eam, quam próximo tempore Ecclesia. passa esset publice direptio-
tiae institutis sustinendis destinarat, eas ad instituta laicorum transfert, ubi nem bonorum, saltem ex parte aliqua sarciret. Similiter eodem convento,
plerumque aliquod catholicae religionis vestigium frustra quaeras: in quo quum Pontifex, concordiae studens, recepit se successoresque suos nullam
394 PÍO x V1JHEMKNTEK NOS 395
fueron arrebatados a la Iglesia, p u s o a esta promesa u n a condi- en virtud de la s u p r e m a autoridad q u e D i o s nos ha conferido,
c i ó n : la d e q u e el G o b i e r n o francés se obligase a cubrir perpetua- c o n d e n a m o s y r e p r o b a m o s la ley p r o m u l g a d a q u e separa al E s t a d o
m e n t e y de u n m o d o decoroso los gastos del culto divino y del francés de la Iglesia; y esto en v i r t u d d e las causas q u e h e m o s
clero. expuesto a n t e r i o r m e n t e , p o r ser altamente injuriosa para Dios, de
q u i e n reniega oficialmente, sentando el principio de q u e la R e p ú -
[Es además dañosa para el propio Estado francés ]
blica n o reconoce culto alguno religioso; p o r violar el derecho na-
[ n ] . F i n a l m e n t e , n o h e m o s de callar u n cuarto p u n t o : esta tural, y el derecho d e gentes, y la fidelidad debida a los t r a t a d o s ;
ley será g r a v e m e n t e dañosa n o sólo para la Iglesia, sino t a m b i é n p o r ser contraria a la constitución divina de la Iglesia, a sus d e r e -
p a r a vuestra nación. P o r q u e es i n d u d a b l e q u e debilitará poderosa- chos esenciales y a su libertad; p o r conculcar la justicia, violando
m e n t e la u n i ó n y la concordia d e los espíritus, sin la cual es i m p o - el d e r e c h o d e propiedad, q u e la Iglesia tiene a d q u i r i d o p o r m u l t i -
sible q u e p u e d a p r o s p e r a r o vivir u n a nación; u n i ó n cuya incólu- t u d de títulos y, además, en v i r t u d del C o n c o r d a t o ; p o r ser grave-
m e conservación, sobre t o d o en la actual situación de E u r o p a , m e n t e ofensiva para la dignidad de la Sede Apostólica, para nuestra
d e b e n buscar t o d o s los b u e n o s franceses q u e a m a n a su patria. persona, para el episcopado, para el clero y para t o d o s los católicos
N o s , siguiendo el ejemplo de n u e s t r o predecesor, de cuyo particu- franceses. E n consecuencia, protestamos s o l e m n e m e n t e y con t o d a
larísimo afecto a vuestra nación somos herederos, al esforzarnos energía contra la presentación, votación y promulgación de esta
ley, y declaramos q u e j a m á s p o d r á ser alegada cláusula alguna de
p o r conservar en vuestra nación la integridad de los derechos de
esta ley p a r a invalidar los derechos imprescriptibles e i n m u t a b l e s
la religión recibida de vuestros mayores, h e m o s p r o c u r a d o siem-
de la Iglesia.
p r e , y seguiremos p r o c u r a n d o , la confirmación de la paz y de la
concordia fraterna, cuyo lazo m á s fuerte es precisamente el vínculo
religioso. Por esta razón, vemos con s u m a angustia la ejecución p o r [IV. LA I G L E S I A ANTE LA NUEVA SITUACIÓN]
p a r t e del G o b i e r n o francés de u n a determinación q u e , avivando
las pasiones populares, h a r t o excitadas en materia religiosa, parece [Postura de la Santa Sede ]
m u y propia p a r a p e r t u r b a r p r o f u n d a m e n t e vuestra nación.
[ 1 3 ] . E r a obligación nuestra hacer oír estas graves palabras
y dirigirlas, venerables h e r m a n o s , a vosotros, al p u e b l o francés y
[Condenación de la ley] a t o d o el orbe cristiano, p a r a condenar esta ley de separación.—
[ 1 2 ] . Por todas estas razones, t e n i e n d o presente n u e s t r o deber Profunda es, ciertamente, nuestra tristeza, como ya h e m o s dicho,
apostólico, q u e nos obliga a defender contra t o d o a t a q u e y con- p o r q u e p r e v e e m o s los males q u e esta ley va a traer sobre u n a para
servar en su integridad los sagrados derechos d e la Iglesia, N o s , N o s querida nación; y nos p r o d u c e u n a tristeza m á s h o n d a todavía
la perspectiva de los trabajos, padecimientos y tribulaciones de
molestiam exhibituros iis, ad quos direpta Ecclesiae bona pervenissent, sub
ea conditione constat recepisse, ut per ipsam Rempublicam perpetuo esset
honestae et Cleri et divini cultus tuitioni consultum. prema, quam obtinemus divinitus, auctoritate, sancitam legem, quae Rem-
publicam Gallicanam seorsum ab Ecclesia separat, reprobamus ac damna-
Postremo, ne illud quidem silebimus, hanc legem, praeterquam Eccle- mus; idque ob eas quas exposuimus causas: quod máxima afficit iniuriá
siae rebus, vestrae etiam civitati non exiguo futuram damno. Ñeque enim Deum, quem sollemniter eiurat, principio declarans Rempublicam cuiusvis
potest esse dubium quin multum habitura sit facultatis ad eam labefactan- religiosi cultus expertem; quod naturae ius gentiumque violat et publicam
dam coniunctionem et conspirationem animorum, quae si desit, nulla stare pactorum fidem; quod constitutioni divinae et rationibus intimis et libertati
aut vigere queat civitas; et quam, his máxime Europae temporibus, quisquís adversatur Ecclesiae; quod iustitiam evertit, ius opprimendo dominii, mul-
est in Gallia vir bonus vereque amans patriae, salvam et incolumem velle tiplici titulo ipsaque conventione legitime quaesitum; quod graviter Aposto-
debet. Nos quidem, exemplo Decessoris, a quo exploratissimae erga natio- licae Sedis dignitatem ac personam Nostram, Episcoporum Ordinem, Cle-
nem vestram caritatis eximiae cepimus hereditatem, quum avitae religio- rum et Catholicos Gallos offendit. Propterea de rogatione, latione, promul-
nis tueri apud vos integritatem iurium niteremur, hoc simul spectavimus ^atione eiusdem legis vehementissime expostulamus; in eaque testamur
semper et contendimus, communem omnium vestrum pacem concordiamque, nihil quidquam inesse momenti ad infirmanda Ecclesiae iura, milla homi-
cuius nullum vinculum arctius quam religio, confirmare. Quapropter in- iiuní vi ausuque mutabilia.
telligere sine magno an'gore non possumus, eam auctoritate publica patra-
tam esse rem, quae, concitatis iam populi studiis funestarum de rebus reli- Haec ad istius detestationem facti vobis, Venerabiles Fratres, Gallicano
giosis contentionum faces aduciendo, perturbare funditus civitatem posse populo, atque adeo christiani nominis universitati edicere habuimus.—Equi-
videatur. ilcm molestissime, ut diximus, afficimur, mala prospicientes quae ab hac
li-ge dilectae nationi impendent; maximeque commovemur miseriis, aerum-
Itaque, Apostolici Nostri officii memores, quo sacrosancta Ecclesiae iura nis, laboribus omne genus, in quibus fore vos, Venerabiles Fratres, Cle-
a quavis impugnatione defenderé ac servare integra debemus, Nos pro su- rumque vestrum cernimus. Attamen, ne his tantis curis affligi Nos frangí-
396 PÍO X
VEHEMISNTliR NOS 3U7
toda suerte q u e van a caer sobre vosotros, venerables h e r m a n o s , siempre su deber, hoy día es más q u e n u n c a necesario . E n esta 9
y sobre vuestro clero. Sin embargo, el p e n s a m i e n t o de la divina lucha santa, vosotros, venerables h e r m a n o s , q u e debéis ser m a e s -
b o n d a d y de la divina providencia y la certísima esperanza d e tros y guías d e todos los demás, pondréis t o d o el ardor d e aquel
q u e Jesucristo n u n c a abandonará a su Iglesia ni la privará de su vigilante e infatigable celo q u e en t o d o t i e m p o ha sido gloria u n i -
indefectible apoyo nos impiden incurrir en una depresión o tristeza versal del episcopado francés. Sin e m b a r g o , N o s q u e r e m o s q u e
excesivas. P o r esta razón, N o s estamos m u y lejos de t e m e r por la vuestra m a y o r preocupación consista—es cosa de capital i m p o r -
Iglesia. L a estabilidad y la firmeza de la Iglesia son cosa de Dios, tancia—en q u e en todos los proyectos q u e tracéis para la defensa
y la experiencia de tantos siglos lo ha d e m o s t r a d o suficientemente. de la Iglesia os esforcéis p o r realizar la u n i ó n m á s perfecta de cora-
N a d i e ignora, en efecto, las i n n u m e r a b l e s y cada vez m á s terribles zones y voluntades. N o s t e n e m o s el firme propósito d e dirigiros,
persecuciones q u e ha padecido en tan largo espacio de tiempo, y, a su t i e m p o , la n o r m a directiva de vuestra labor en m e d i o de las
sin e m b a r g o , d e esas situaciones, en las q u e toda institución p u r a - dificultades d e la h o r a actual; y t e n e m o s la seguridad de q u e con-
m e n t e h u m a n a habría perecido necesariamente, la Iglesia sacó u n a formaréis con t o d a diligencia vuestra conducta a nuestras n o r m a s .
energía m á s vigorosa y una más opulenta fecundidad. Y las leyes E n t r e t a n t o , proseguid la obra saludable a q u e estáis consagrados, de
persecutorias q u e contra la Iglesia p r o m u l g a el odio—la historia es vigorizar t o d o lo posible la piedad d e los fieles; p r o m o v e d y vulga-
testigo de ello—acaban casi siempre derogándose p r u d e n t e m e n t e , rizad m á s y m á s las enseñanzas de la doctrina cristiana; preservad
c u a n d o q u e d a n evidenciados los daños q u e causan al p r o p i o E s - a la g r e y q u e os está confiada d e los errores engañosos y d e las
t a d o . L a m i s m a historia m o d e r n a d e Francia p r u e b a este h e c h o seducciones corruptoras t a n extensamente difundidas h o y día; ins-
histórico. ¡Ojalá q u e los q u e en este m o m e n t o ejercen el p o d e r en truid, prevenid, estimulad y consolad a vuestro r e b a ñ o ; cumplid,
Francia imiten en esta materia el ejemplo de sus antecesores! ¡Ojalá en suma, todas las obligaciones propias de vuestro oficio pastoral.—
que, con el aplauso d e todas las personas h o n r a d a s , devuelvan E n esta e m p r e s a tendréis siempre la colaboración infatigable de
p r o n t o a la religión, creadora de la civilización y fuente de p r o s p e - vuestro clero, rico en h o m b r e s de valer p o r su virtud, su ciencia
r i d a d pública p a r a los p u e b l o s , el h o n o r y la libertad q u e le son y su adhesión a la Sede Apostólica, del cual sabemos q u e se halla
debidos! siempre dispuesto, bajo vuestra dirección, a sacrificarse sin reser-
vas p o r el triunfo de la Iglesia y la salvación d e las almas. Cierta-
[Acción del episcopado y del clero de Francia ] m e n t e , los m i e m b r o s del clero c o m p r e n d e r á n q u e en esta t o r m e n -
tosa situación es m e n e s t e r q u e se a p r o p i e n los ^afectos q u e en
[ 1 4 ] . E n t r e t a n t o , y m i e n t r a s d u r e la persecución opresora, o t r o t i e m p o tuvieron los apóstoles, y sentirse contentos porque ha-
los hijos d e la Iglesia, revestidos de las armas de la luz 8 , d e b e n
trabajar con todas sus fuerzas p o r la justicia y la v e r d a d : si éste es profecto, Venerabiles Fratres, omnem eam studii alacritatem, vigilantiam,
constantiamque praestabitis, quae Galliae Episcoporum vetus ac spectatissi-
ma laus est. Sed hoc potissime studere vos volumus, quod máxime rem con-
que patiamur, prohibet divinae benignitatis providentiaeque cogitatio, atque
tinet, ut omnium vestrum in tutandis Ecclesiae rationibus summa sit sen-
exploratissima spes, nunquam fore ut EccJesiam Iesus Christus ope prae-
tentiarum consiliorumque consensio. Nobis quidem certum deliberatumque
sentiaque sua destituat. Itaque ionge id abest a Nobis, ut quidquam formi-
est, qua norma dirigendam esse in his rerum difficultatibus operam vestram
demus, Ecclesiae causa. Divina est virtutis eius stabilitas atque constantia, ae-
arbitremur, opportune vobis praescribere; nec dubitandum, quin praescrip-
que satis, opinamur, tot saeculorum experimento cognita. Nemo enim unus
ta vos Nostra diligentissime executuri sitis. Pergite porro, ut instituistis,
ignorat, asperitates rerum hac temporis diuturnitate in eam incubuisse et
atque eo etiam impensius, roborare pietatem communem; praeceptionem
plurimas et máximas; atque, ubi virtutem non humana maiorem deficere
doctrinae christianae promoveré vulgatioremque faceré; errorum falladas,
necesse fuisset, Ecclesiam inde validiorem semper auctioremque emersisse.
corruptelarum iilecebras, tana late hodie fusas, a vestro cuiusque grege defen-
Ac de legibus in perniciem Ecclesiae conditis, hoc ferme usuvenire, histo-
deré; eidem ad docendum, monendum, hortandum, solandum adesse,
ria teste, scimus, ut quas invidia conflaverit, eas postea, utpote noxias in
omnia denique pastoralis caritatis officia conferre.-—Nec vero elaborantibus
primis civitati, prudentia resolvat: idque ipsum in Gallia haud ita veteri me-
vobis non se adiutorem strenuissimum praebebit Clerus vester: quem qui-
moria constat contigisse. Quod insigne maiorum exemplum utinam sequi
dem, viris affluentem pietate, eruditione, obsequio in Apostolicam Sedem
inducant animum, qui rerum potiuntur: matureque religionem, effectri-
eximiis, promptum paratumque esse novimus, se totum vobis pro Ecclesia
cem humanitatis, fautricem prosperitatis publicae, in possessionem digni-
tatis libertatisque suae, ómnibus plaudentibus bonis, restituant. 9
E n la carta dirigida al director d e Ja Revue Catholique des Institutions et du Droit p o r la
Secretaría d e Estado con fecha 17 d e enero de 1010 se exhortaba a los juristas franceses a
defender el derecho frente la legislación sectaria: «En las graves circunstancias en q u e se en-
Interea tamen, dum opprimendi exagitandi libido dominabitur, filii Ec- cuentra la católica Francia, cuando el poder legislativo n o es, por desgracia con demasiada
clesiae, si unquam alias, oportet, induti arma lucis, pro veritate ac iustitia, frecuencia, en manos d e los que dominan, m á s q u e u n instrumento d e persecución, es nece-
omni qua possunt ope nitantur. In quo vos, magistri auctoresque ceterorum, sario q u e hombres q u e u n a n los principios religiosos inflexibles con u n conocimiento profundo
de las cuestiones jurídicas puedan defender el derecho con excesiva frecuencia desconocido,
8
y por lo menos iluminar a los q u e hacen las leyes, a los q u e las aplican y a los q u e las p a d e -
R o m . 13,12. cen» (AAS 2 [1910] 91).
398 rio x VEHEMENTES NOS 399
bían sido dignos de padecer ultrajes por el nombre de Jesús J °. Por
como se requiere en h o m b r e s q u e pelean p o r u n a m i s m a causa,
consiguiente, reivindicarán enérgicamente los derechos y la liber-
m á x i m e c u a n d o esta causa es de aquellas cuyo triunfo exige d e
tad de la Iglesia, p e r o sin ofender a nadie en esta defensa; antes
todos el generoso sacrificio, si es necesario, d e cualquier parecer per-
bien, g u a r d a n d o cuidadosamente la caridad, como conviene sobre
sonal.—Es t o t a l m e n t e necesario q u e deis grandes ejemplos de a b n e -
t o d o a los ministros de Jesucristo, r e s p o n d e r á n a la injuria con la
gada virtud, si queréis, en la m e d i d a de vuestras posibilidades,
justicia, a la contumacia con la dulzura, a los malos tratos con
como es vuestra obligación, librar la religión de vuestros mayores
positivos beneficios.
de los peligros en q u e actualmente se encuentra. M o s t r á n d o o s d e
esta m a n e r a benévolos con los ministros de Dios, moveréis ai Señor
[Conducta del lateado católico francés ] a m o s t r a r s e cada vez más b e n i g n o con vosotros.
[1-5]. A vosotros nos dirigimos ahora, católicos de Francia.
Llegue a vosotros nuestra palabra como testimonio de la tierna [Dos condiciones necesarias ]
benevolencia con q u e n o cesamos de amar a vuestra patria y como [ 1 6 ] . Pero, para iniciar d i g n a m e n t e y m a n t e n e r útil y acer-
consuelo en las terribles calamidades q u e vais a experimentar. t a d a m e n t e la defensa de la religión, os son necesarias principal-
Conocéis m u y bien el fin q u e se h a n p r o p u e s t o las sectas impías m e n t e dos condiciones: primera, q u e ajustéis vuestra vida a los
q u e os hacen doblar la cerviz bajo su yugo, p o r q u e ellas mismas p r e c e p t o s de la ley cristiana con tanta fidelidad, q u e vuestra con-
lo h a n declarado con cínica audacia: b o r r a r el catolicismo en F r a n - d u c t a y vuestra moralidad sean u n a p a t e n t e manifestación de la
cia. Q u i e r e n arrancar radicalmente de vuestros corazones la fe q u e fe católica; segunda, q u e permanezcáis estrechamente u n i d o s con
colmó de gloria a vuestros p a d r e s ; la fe q u e h a h e c h o a vuestra aquellos a quienes pertenece p o r d e r e c h o p r o p i o velar p o r los
patria próspera y g r a n d e entre las naciones; la fe q u e os sostiene intereses religiosos, es decir, con vuestros sacerdotes, con vuestros
en las p r u e b a s , conserva la tranquilidad y la paz en vuestros hogares obispos y, principalmente, con esta Sede Apostólica, q u e es el
y os franquea el camino para la eterna felicidad. Bien c o m p r e n d e - centro sobre el q u e se apoya la fe católica y la actividad adecuada a
réis q u e tenéis el deber de consagraros a la defensa de vuestra fe esta fe. A r m a d o s de este m o d o para la lucha, salid sin m i e d o a la
con todas las energías d e vuestra a l m a ; p e r o t e n e d m u y presente defensa de la Iglesia; p e r o p r o c u r a d q u e vuestra confianza descanse
esta advertencia: todos los esfuerzos y t o d o s los trabajos resulta- e n t e r a m e n t e en D i o s , cuya causa sostenéis, y, p o r tanto, n o ceséis
rán inútiles si p r e t e n d é i s rechazar los asaltos del enemigo m a n t e - de i m p l o r a r su eficaz auxilio. N o s , por nuestra parte, m i e n t r a s d u r e
n i e n d o desunidas vuestras filas. Rechazad, p o r tanto, todos los este peligroso combate, estaremos con vosotros con el p e n s a m i e n t o
g é r m e n e s de desunión, si existen e n t r e vosotros, y p r o c u r a d que y con el corazón; participaremos d e vuestros trabajos, de vuestras
la u n i d a d de p e n s a m i e n t o y la u n i d a d en la acción sean t a n grandes tristezas, de vuestros padecimientos, y elevaremos nuestras h u m i l -

sempiternaque animorum salute dedere. Certe autem, qui sunt huius Ordi-
nis, in hac tempestate sentient sic se animatos esse oportere, quemadmodum tur, si quae insident inter vos, discordiarum semina: ac date operam, ut tan-
fuisse Apostólos accepimus, gaudentes..., quoniam digni habiti sunt pro no- ta omnes conspiratione voluntatum et agendi similitudine coniuncti sitis,
mine Iesu contumeliam pati. Itaque iura libertatemque Ecclesiae fortiter vin- quanta esse decet nomines, quibus una eademque est causa propugnanda,
dicabunt, omni tamen adversus quempiam asperitate remota: quin imo, ca- atque ea causa, pro qua quisque non invite debeat, si opus fuerit, aliquam
ritatis memores, ut Christi ministros in primis addecet, aequitate iniuriam, privati iudicii iacturam faceré.—Omnino magna generosae virtutis exempla
lenitate contumaciam, beneficiis maleficia pensabunt. detis oportet, si, quantum est in vobis, vultis, ut officium est, avitam reli-
gionem a praesenti discrimine eripere: in quo benigne facientes ministris
Iam vos compellamus, catholici quotquot estis in Gallia; vobisque vox Dei, divinam peculiari modo benignitatem vobis conciliabitis.
Nostra tum testimonio effusissimae benevolentiae, qua gentem vestram dili-
gere non desinimus, tum in calamitosissimis rebus quae imminent, sola- At vobis ad patrocinium religionis digne suscipiendum, recte utiliter-
tio sit.—Hoc sibi destinasse pravas hominum sectas, cervicibus vestris im- que sustinendum, illa esse máxima arbitremini: christianae sapientiae prae-
positas, imo hoc denuntiasse insigni audacia se velle, nostis: delere catholi- ceptis vosmetipsos conformari adeo, ut ex moribus atque omni vita professio
cum in Gallia nomen. Eam nempe contendunt extrahere radicitus ex animis catholica eluceat; et arctissime cum iis cobaerere, quorum propria est reli-
vestris fidem, quae avis et maioribus gloriam, patriae prosperitatem veren- giosae rei procuratio, cum sacerdotibus nimirum et Episcopis vestris et,
damque amplitudinem peperit, vobis levamenta aerumnarum ministrat, pa- quod caput est, cum hac Apostólica Sede, in qua, tamquam centro, catholi-
cem tuetur tranquillítatemque domesticam, viam munit ad beatitatem adi- corum fides et conveniens fidei actio nititur. Sic ergo parati atque instructi,
piscendam sine fine mansuram. In huius defensionem fidei summa vi incum- ad hanc pro Ecclesia propugnationem fidenter accedite; sed videte, ut fidu-
bendum vobis putatis esse scilicet: sed hoc habete, inani vos nisu laboratu- biae vestrae tota ratio in Deo consistat, cuius agitis causam: eius ideirco op-
ros, si dissociatis viribus propulsare hostiles Ímpetus nitemini. Abiicite igi- cortunitatem auxiüi implorare ne cessetis. Nos vero, quamdiu ita vobis erit
periclitandum, vobiscum praesentes cogitatione animoque versabimur; la-
1» Act. 5,41. porum, curarum, dolorum participes: simulque prece atque obsecratione
400 rfo X
des y fervorosas oraciones al Dios que fundó y que conserva a su
Iglesia, para que se digne mirar a Francia con ojos de misericordia, NOTRE CHARGE APOSTOLIQUE
disipar la tormenta que se cierne sobre ella y devolverle pronto,
por la intercesión de María Inmaculada, el sosiego y la paz. «Le Sillón» y la democracia
[17]. Como prenda de estos celestiales bienes y testimonio
de nuestra especial predilección, Nos impartimos a vosotros, vene-
rables hermanos, a vuestro clero y al pueblo francés la bendición
apostólica.
Dado en Roma, junto a San Pedro, el 11 de febrero de 1906,
año tercero de nuestro pontificado.
humili ac supplici apud Auctorem Statoremque Ecclesiae instabimus, ut
respiciat Galliam misericors, eamque tantis iactatam fluctibus celeriter de-
precante Maria Immaculata, in tranquillum redigat. En la encíclica Communium rerum, de 21 de abril de 1909 *,
Auspicem divinorum munerum, ac testem praecipue benevolentiae Nos- Pío X denunció la doble guerra que sufría la Iglesia: la guerra de los
trae, vobis, Venerabiles Fratres ac dilecti Filii, Apostoücam benedictionem enemigos de fuera y el combate interno de algunos hijos de la propia
amantissime in Domino impertimus. Iglesia. Si la carta Vehementer Nos es la respuesta del Papa a los
Datum Romae apud Sanctum Petrum, die xi Februarii anno
MDCCCCVI, Pontificatus Nostri tertio. ataques externos de un sectarismo impenitente, el documento sobre
Le Sillón es la palabra condenatoria de un movimiento que, habiendo
partido del seno de la Iglesia, se iba separando poco a poco de ésta.
Es muy aleccionadora la historia del movimiento sillonista. Nacido
en i8gx, centró su dedicación en el acercamiento a las clases trabaja-
doras, dentro de una tendencia claramente democrática, sacudida toda
ella por una aguda conciencia de los graves deberes sociales que con
relación al pueblo pesan sobre las clases superiores. Los círculos de
estudios sociales, la revista social Le Sillón, los Institutos populares
y las conferencias polémicas constituyeron los cuatro cauces fundamen-
tales por los que discurrió el entusiasmo fogoso de una ardiente juventud
que quería plantar la fe católica en medio de los campamentos ene-
migos. La tesis política general de estos sillonistas, definidora de su
política concreta ante la III República francesa, estaba expresada con
una fórmula conciliadora: se puede ser al mismo tiempo católico sin
tacha y republicano sin equívocos.
La peregrinación del Sillón a Roma en septiembre de 1904 marca
el punto álgido del movimiento y del favor recibido de la Santa Sede.
Pero bien pronto surgieron los síntomas alarmantes. Por una parte
se fué operando un proceso de concentración de poderes en el jefe del
Sillón, Marc Sangnier. Este autoritarismo centralizador provocó una
serie de escisiones. Pero no era esto lo más grave. Una evolución ideo-
lógica dejó entrever señales de importantes desviaciones. Se afirmaba
la autonomía completa de la conciencia cívica; se propugnaba como
base de la democracia política, única forma viable de gobierno, la más
absoluta nivelación de las clases sociales; se tendía sin cautelas la mano
abierta a todo demócrata sincero, prescindiendo de presupuestos ideo-
lógicos o confesión religiosa; se establecían contactos con ciertos medios
protestantes; se desobedecía a la Iglesia. Es en este momento cuando
surgen los primeros avisos serios del episcopado, que son seguidos más
tarde por la condenación pontificia del movimiento sillonista,
1 AAS 1 (1909) 333-388.
402 pfo x
La carta Notre charge apostolique presenta, como el propio mo- NOTRE CHARGE Al'OSTOUQUE 403
vimiento sillonista, un doble carácter, social y político. Desde el punto
de vista político, las afirmaciones más importantes se refieren a los BIBLIOGRAFÍA
problemas de la autoridad, la libertad y las formas de gobierno. La E. AMANN, Pie X: DTC t.12 col.1733-1735 (París 1933).—M. VAUSSARD,
tesis central del documento no ofrece dudas: Le Sillón no sólo ha Histoire de la démocratie chrétienne t.l p.67ss (París 1956).—G. CASTELLA,
incurrido en un grave fallo disciplinario, sino que además ha caído Histoire des Papes t.3 p.330ss (Zurich 1945).—F. J. MONTALBÁN, Historia de
en gravísimos errores doctrinales. Las teorías sociales y políticas de la Iglesia católica. Edad Moderna p.495 (BAC, Madrid 1953).—P. FERNESSOLE,
Pie X. Essai historique t.2 p.271ss (París 1953).
este movimiento son «un sueño, una ilusión»; constituyen una auténtica
«deformación del Evangelio».
SUMARIO
Los sillonistas afirman que la autoridad tiene en Dios su último
origen, pero discurre necesariamente a través del pueblo en el sentido de I. Es necesario declarar públicamente que las teorías del Sillón son peli-
que éste la delega en el gobernante reteniéndola constantemente. La auto- grosas. Han pasado ya los buenos tiempos de esta obra, que tantas
ridad es así una «autoridad consentida», una mera delegación de poder. aprobaciones le ganaron. El movimiento se ha desviado. Es obligación,
por tanto, de la Sede Apostólica exponer la verdad.
El poder está siempre en el pueblo. Pío X califica esta doctrina como
conciliación ilegítima entre los principios católicos—el poder viene de II. El Sillón pretende soslayar la dirección de la autoridad eclesiástica.
Sus jefes afirman que trabajan en un terreno social y político ajeno
Dios-—y los principios del derecho nuevo—retención permanente de a la jurisdicción de la Iglesia. Pero esta afirmación es ilusoria, porque
la autoridad política en el pueblo. la acción sillonista implica una teoría moral, social y política que cae
Con relación a las formas de gobierno, el sillonismo defiende la dentro de los dominios del magisterio eclesiástico.
democracia política como única forma justa de régimen político, y, Además, el Sillón ha incurrido en el error al adoptar un programa
por tanto, como única forma viable de gobierno. Afirmación que por , y una enseñanza contrarios a los de León XIII. Están, por tamto,
su carácter exclusivista contradice la doctrina de León XIII sobre la fuera de la doctrina católica. Su error consiste en querer levantar una
sociedad y un Estado sobre bases totalmente nuevas. Porque no se trata
licitud de las varias formas de gobierno. Esta postura de Le Sillón de construir edificios nuevos; se trata de restaurar lo derruido sobre los
trae consigo como consecuencia la identificación de un partido demo- fundamentos naturales y divinos de siempre.
crático con la doctrina católica política, identificación completamente III. Examen de las teorías sociales del Sillón.
falsa. Principio básico: una dignidad humana y una libertad autónoma
También la libertad queda malparada en la teoría sillonista: salvo mal entendidas. Consecuencia: necesidad de la triple emancipación
en materia estrictamente religiosa, el hombre es completamente autó- política, económica e intelectual del pueblo. Esta es la base de la de-
mocracia sillonista. Pero la libertad y la igualdad son el lado negativo
nomo. En política, economía y filosofía, el hombre debe lograr la triple de esa democracia. Su lado positivo es la participación de todos en el
emancipación correspondiente. Tesis contraria a la doctrina católica gobierno a través de un triple elemento: en política, autoridad inma-
sobre la libertad social y política expuesta por León XIII en la Liber- nente del pueblo, aunque derivada de Dios; en economía, un sistema
tas praestantissimum. Existe, por tanto, una perfecta concordancia cooperativo; en moral, el amor a los intereses de la profesión y de la
entre los postulados políticos expuestos por Pío X en esta carta y los sociedad. Estos tres elementos están subordinados. El elemento moral
principios desarrollados por León XIII sobre autoridad, formas de es el principal.
gobierno y libertad en las encíclicas Diuturnum illud, Au milieu y Este es el sueño del Sillón, que falsea las nociones sociales funda-
Libertas praestantissimum. mentales. En materia de autoridad y obediencia, la teoría del Sillón
cae dentro de la condenación de León XIII, y además anula de hecho
Los sillonistas, y especialmente su jefe, Marc Sangnier, dieron y de derecho la autoridad, al declararla esencialmente como «autoridad
ejemplo de sumisión a Roma. El 31 de agosto de 1910 el periódico consentida».
La Démocratie publica una carta haciendo profesión de fe católica, La justicia y la igualdad son deformadas por el Sillón, porque con-
obediencia al Papa y buena fe. Pero la fragmentación del movimiento sidera toda desigualdad social como una injusticia y defiende exclu-
sillonista en grupos diocesanos no fué aceptada. El movimiento se sivamente una democracia totalmente igualitaria. También en este
disolvió 2. punto tropieza el Sillón con las enseñanzas de León XIII.
Lo mismo sucede con la fraternidad. Las bases de ésta, según el
2
Para situar objetivamente la actitud de San Pío X en materia política y social conviene
Sillón, son la mera noción de humanidad y una tolerancia indiscrimi-
aludir, aunque sólo sea de paso, a la posición que adoptó el Papa frente al movimiento de nada. Estas bases son contrarias a la doctrina católica sobre la verdade-
L'Action Francam. En el polo opuesto a la república democrática de Le Sillón, los portavoces ra fraternidad. Si se separa la fraternidad de la caridad cristiana, la
de L'Action Francaise presentaban un ideario monárquico autoritario. Esta concepción mo- democracia, lejos de ser un progreso, es un retroceso de la civilización.
nárquica presentaba un ajustado encuadre con la tradición más exigente y con las doctrinas
de algunos pensadores eclesiásticos. Sin embargo, los postulados básicos de esta restauración El Sillón falsea, finalmente, la idea de la dignidad humana. Según
monárquica adolecían de una radical deficiencia anticristiana. Denunciados estos principios él, la condición de esta dignidad es la plena autonomía del hombre,
por ciertos sectores, el Santo Oficio condenó siete obras de Ch. Maurras y la revista de L'Ac-
tion Francaise. El Papa ratificó la condenación, pero juzgó conveniente diferir la publicación liberado de todo magisterio y de toda autoridad.
del decreto. El texto fué publicado doce años más tarde por Pío XI, el 29 de diciembre de 1926. IV. Influencia de estos errores sobre la acción social del Sillón.
El Sillón no tiene jerarquía. Su clima es un clima de la más abso-
404 rio x NOTKIi CHARGE U'OSTOUQUE 405
luta camaradería. De aquí nacen sus fallos disciplinarios frente a la rias del Sillón, q u e , bajo sus brillantes y generosas apariencias, fal-
autoridad eclesiástica. La Iglesia no puede callar en este punto. Se
acusa a la Iglesia de no haber sabido organizar la vida social por carecer t a n con m u c h a frecuencia a la claridad, a la lógica y a la verdad,
del ideal del Sillón. y, bajo este aspecto, n o realzan el genio católico y francés.
Este, tanto en su doctrina como en su acción, no satisface a la [ 2 ] . H e m o s d u d a d o m u c h o t i e m p o , venerables h e r m a n o s , d e -
Iglesia. Porque, en primer lugar, su catolicismo sólo se acomoda a la cir p ú b l i c a m e n t e y solemnemente n u e s t r o p e n s a m i e n t o sobre el Sil-
forma democrática de gobierno, y es injusto y peligroso enfeudar por lón. H a sido necesario q u e vuestras preocupaciones vinieran a u n i r -
principio la religión a una forma de gobierno. En segundo lugar, por- se a las nuestras para decidirnos a hacerlo. P o r q u e a m a m o s a la va-
que se abstiene de defender públicamente a la Iglesia católica cuando lerosa j u v e n t u d enrolada bajo la b a n d e r a del Sillón y la j u z g a m o s
ésta es atacada, implicando así un desdoblamiento moral y político en
el sillonista. En tercer lugar, porque admite sin distinción afiliados de digna, en m u c h o s aspectos, de elogio y de admiración. A m a m o s
toda religión y de todo grupo ideológico, convirtiéndose de esta mane- a sus jefes, en quienes N o s reconocemos g u s t o s a m e n t e almas eleva-
ra en una peligrosa asociación interconfesional. En cuarto lugar, las das, superiores a las pasiones vulgares y animadas del m á s noble
bases de la acción social del Sillón son inconsistentes y llevan a una entusiasmo p o r el bien. Vosotros m i s m o s los habéis visto, venera-
grave perturbación de los valores esenciales de la civilización cristiana. bles h e r m a n o s , penetrados de u n sentimiento m u y vivo de la fra-
El Sillón se ha desviado. Hoy día es un miserable afluente de la t e r n i d a d h u m a n a , m a r c h a r al frente de los q u e trabajan y sufren,
gran apostasía moderna. Sus jefes no han sabido defenderse frente a la para ayudarlos, sostenidos en su entrega por su amor a Jesucristo
corriente. Han deformado el "Evangelio. Y han desfigurado la persona y la práctica ejemplar de la religión,
y la acción redentora del Salvador.
Medidas prácticas.
Hay que predicar a todos, pero principalmente a los grandes, más [I. D E S V I A C I Ó N DEL MOVIMIENTO S I L L O N I S T A ]
que los derechos, las obligaciones propias.
El episcopado debe intervenir activamente en la solución del pro- [ 3 ] . E r a el día siguiente de la m e m o r a b l e encíclica de n u e s t r o
blema social. Que el clero se entregue a los trabajos propios de su sa- predecesor, de feliz memoria, L e ó n X I I I sobre la situación de los
grado ministerio y que una selección de sacerdotes bien preparados se obreros. L a Iglesia, p o r boca de su jefe s u p r e m o , había d e r r a m a d o
consagre al estudio de las cuestiones sociales, para ponerse más tarde sobre los h u m i l d e s y los p e q u e ñ o s todas las t e r n u r a s d e su corazón »
al frente de las obras de la acción católica en este campo.—La cuestión m a t e r n o y parecía llamar con sus deseos a campeones cada día m á s "9
social y la ciencia social no son de hoy. La restauración social cristiana n u m e r o s o s de la restauración del o r d e n y d e la justicia en n u e s t r a
no puede desvincularse del pasado. Hay que adaptar los antiguos or- sociedad p e r t u r b a d a . ¿No venían los fundadores del Sillón, en el
ganismos a las nuevas circunstancias. m o m e n t o o p o r t u n o , a p o n e r a su servicio t r o p a s jóvenes y creyentes
En esta obra debe colaborar la juventud del Sillón, liberada de sus
para la realización de sus deseos y de sus esperanzas? D e hecho,
errores. Pedimos a los jefes del Sillón que cedan su puesto a la jerar-
quía. Los miembros de la obra se repartirán por diócesis. Estos grupos el Sillón levantó e n t r e las clases obreras el estandarte de Jesucristo,
diocesanos serán independientes unos de otros. No obstante, el sillo- la señal d e salvación para los individuos y las naciones, alimentan-
nista queda libre para conservar sus preferencias políticas, dentro d o su actividad social en las fuentes de la gracia, i m p o n i e n d o el
siempre de la doctrina católica. Los sacerdotes deberán mantenerse respeto de la religión en los medios m e n o s favorables, a c o s t u m -
al margen de los grupos disidentes. b r a n d o a los ignorantes y a los impíos a oír hablar de Dios, y fre-
Esperanza de que el Sillón demostrará su fervor católico aceptando cuentemente, en conferencias polémicas, frente a u n auditorio h o s -
con docilidad estas normas. til, levantándose, estimulado p o r u n a p r e g u n t a o u n sarcasmo, para
proclamar altamente y valerosamente su fe. E r a n los b u e n o s t i e m -
pos del Sillón; es su lado positivo, q u e explica los alientos y las
[i ] . N u e s t r o cargo apostólico 1 nos obliga^ a vigilar p o r la p u - aprobaciones q u e le, h a n concedido el episcopado y la Santa Sede 2 ,
reza de la fe y p o r la i n t e g r i d a d d e la disciplina católica; a preservar hasta el p u n t o de q u e este fervor religioso ha p o d i d o velar el ver-
a los fieles de los peligros del e r r o r y del mal, sobre t o d o c u a n d o el d a d e r o carácter del m o v i m i e n t o sillonista.
error y el mal les son presentados con u n lenguaje atrayente, que,
ocultando la vaguedad de las ideas y el equívoco de las expresio- 2
Véanse especialmente la alocución a los afiliados de Le Sillón de n de septiembre
nes bajo el a r d o r del sentimiento y la sonoridad de las palabras, de 1904, en la que el Papa les recomienda fortaleza en la fe y en la acción (ASS 37 [1904-190=5]
154-157); y la carta de la Secretaría de Estado al cardenal Richard, arzobispo de París, de
p u e d e e n c e n d e r los corazones en favor de causas seductoras, pero 4 de enero de 1905, recomendando las asociaciones católicas francesas dependientes de la
funestas. Tales h a n s i d o en otro t i e m p o las doctrinas de los llama- autoridad eclesiástica, particularmente Le Sillón (ASS 37 [1904-1905] 572-574).
dos filósofos del siglo X V I I I , las de la Revolución y las del libera-
lismo, tantas veces c o n d e n a d a s ; tales son t a m b i é n hoy día las teo-
' Pfo X, Corta al episcopado francés: AAS 2 (1910) 607-633. E] texto original está redac-
tado en francés.
406 PÍO x NOTRE CHARGE APOSTOLIQUE * 407

[Fallo disciplinar] interpretado a su manera, y, lo que es más grave todavía, a un Cris-


to desfigurado y mermado. Además, estas ideas las enseñan en sus
[4]. Porque hay que decirlo, venerables hermanos, nuestras círculos de estudio, las inculcan a sus camaradas, las realizan en
esperanzas se han visto en gran parte defraudadas. Vino un día sus obras. Son, por tanto, verdaderamente profesores de moral so-
en que el Sillón acusó, para los ojos clarividentes, tendencias in- cial, política y religiosa; y, sean las que sean las modificaciones que
quietantes. El Sillón se desviaba. ¿Podía ser de otro modo? Sus puedan introducir en la organización del movimiento sillonista, Nos
fundadores, jóvenes, entusiastas y llenos de confianza en sí mismos, tenemos el derecho de decir que el fin del Sillón, su carácter, su
no estaban suficientemente equipados de ciencia histórica, de sana acción, caen dentro del dominio moral, que es el dominio propio
filosofía y de sólida teología para afrontar sin peligro los difíciles de la Iglesia, y que, en consecuencia, los sillonistas incurren en una
problemas sociales hacia los que eran arrastrados por su actividad ilusión cuando creen desenvolverse sobre un terreno en cuyos con-
y su corazón, y para precaverse, en el terreno de la doctrina y de fines terminan los derechos del poder doctrinal y directivo de la
la obediencia, contra las infiltraciones liberales y protestantes. autoridad eclesiástica.
[5]. Los consejos no les faltaron; tras los consejos vinieron
las amonestaciones; pero hemos tenido el dolor de ver que tanto [Los errores doctrinales]
los avisos como las amonestaciones resbalaban sobre sus almas es-
quivas y quedaban sin resultado. Las cosas han llegado a tal punto, [8]. Si sus doctrinas estuviesen exentas de error, habría sido'
que Nos traicionaríamos nuestro deber si guardáramos silencio por ya una falta muy grave contra la disciplina católica substraerse
más tiempo. Nos somos deudores de la verdad a nuestros queridos obstinadamente a la dirección de aquellos que han recibido del cielo
hijos del Sillón, a quienes un ardor generoso ha puesto en un ca- la misión de guiar a los individuos y a las sociedades por el recto
mino tan falso como peligroso. Somos deudores a un gran número camino de la verdad y del bien. Pero el mal es más profundo, lo
de seminaristas y de sacerdotes que el Sillón ha substraído, si no hemos dicho ya: el Sillón, impulsado por un amor mal entendido
a la autoridad, sí al menos a la dirección y a la influencia de sus a los débijes, ha incurrido en el error.
obispos; somos deudores, finalmente, a la Iglesia, en la que el Sil-
lon siembra la división y cuyos intereses compromete. [9]. En efecto, el Sillón se propone la exaltación y la regenera-
ción de la clase obrera. Ahora bien, sobre esta materia los princi-
[6]. En primer lugar conviene notar severamente la preten- pios de la doctrina católica están fijamente establecidos, y la histo-
sión del Sillón de substraerse a la dirección de la autoridad ecle- ria de la civilización cristiana está ahí para atestiguar la benéfica
siástica. Los jefes del Sillón, en efecto, alegan que se desenvuelven fecundidad de aquéllos. Nuestro predecesor, de feliz memoria, los
sobre un terreno que no es el de la Iglesia; que no persiguen más ha recordado en páginas magistrales, que los católicos consagrados
que intereses del orden temporal y no del orden espiritual; que el a las cuestiones sociales deben estudiar y tener siempre ante los
sillonista es sencillamente un católico consagrado a la causa de las
ojos. Ha enseñado expresamente que la democracia cristiana debe
clases trabajadoras, a las obras democráticas, bebiendo en las prác-
«mantener la diversidad de las clases, que es propia ciertamente de
ticas de su fe la energía de su consagración; que ni más ni menos
que los artesanos, los trabajadores, los economistas y los políticos todo Estado bien constituido, y querer para la sociedad humana
católicos, permanece sometido a las reglas de la moral comunes la forma y carácter que Dios, su autor, ha impreso en ella» 3 . Ha
a todos, sin separarse, ni más ni menos que ellos, de un modo espe- condenado «una democracia que llega al grado de perversidad que
cial, de la autoridad eclesiástica. consiste en atribuir en la sociedad la soberanía al pueblo y en pro-
curar la supresión y la nivelación de las clases» 4 . Al mismo tiempo,
[7]. La respuesta a estos subterfugios es jnuy fácil. ¿Quién León XIII imponía a los católicos un programa de acción, el único
creerá, en efecto, que los sillonistas católicos, que los sacerdotes programa capaz dé volver a colocar y dé mantener a la sociedad
y los seminaristas enrolados en sus filas no tienen a la vista en su sobre sus bases cristianas seculares. Pero ¿qué han hecho los jefes
actividad social más que los intereses temporales de las clases tra- del Sillón? No solamente han adoptado un programa y una ense-
bajadoras? Juzgamos que sostener esta afirmación sería injuriarlos. ñanza diferentes de los de León XIII (lo cual sería ya singularmente
La verdad es que los jefes del Sillón se proclaman idealistas irreduc- audaz por parte de laicos, que se convertirían así, simultáneamente
tibles, que pretenden levantar a las clases trabajadoras, exaltando en con el Soberano Pontífice, en directores de la actividad social ea la
:llas, en primer lugar, la conciencia humana; que tienen una doc- Iglesia), sino que han rechazado abiertamente el programa trazado
trina social y principios filosóficos y religiosos para reconstruir la por León XIII y han adoptado otro diametralmente opuesto; ade-
sociedad sobre un plano nuevo; que tienen una concepción especial más, rechazan la doctrina recordada por León XIII sobre los prin-
de la dignidad humana, de la libertad, de la justicia y de la frater-
nidad, y que, para justificar sus sueños sociales, apelan al Evangelio -41 LEÓN XIII, Graves de communi [5]: ASS 33 (1900-1901) 385-396.
Ibid.
408 PÍO X
NOTRE CHAUGE APOSTOLIQUE 4m>
cipios esenciales de la sociedad, colocando la autoridad en el pueblo
o casi suprimiéndola y tomando como ideal para realizar la nivela- principio fundamental deduce las conclusiones siguientes: hoy día
ción de las clases. Caminan, por consiguiente, al margen de la doc- el pueblo está bajo la tutela de una autoridad distinta del pueblo;
trina católica, hacia un ideal condenado. debe liberarse de ella: emancipación política. Está bajo la dependen-
[10]. Nos sabemos muy bien que se glorían de exaltar la dig- cia de patronos que, reteniendo sus instrumentos de trabajo, lo ex-
nidad humana y la condición demasiado menospreciada de la clase plotan, oprimen y rebajan; debe sacudir su yugo: emancipación eco-
trabajadora, de hacer justas y perfectas las leyes del trabajo y las nómica. Está dominado, finalmente, por una casta llamada dirigente,
relaciones entre el capital y los asalariados; finalmente, de hacer a la cual su desarrollo intelectual asegura una preponderancia inde-
reinar sobre la tierra una justicia mejor y una mayor caridad, y de bida en la dirección de los asuntos; debe substraerse a su domina-
promover, por medio de movimientos sociales profundos y fecundos, ción: emancipación intelectual. La nivelación de las condiciones, des-
en la humanidad un progreso inesperado. Nos, ciertamente, no re- de este triple punto de vista, establecerá entre los hombres la igual-
prochamos estos esfuerzos, que serían, desde todos los puntos de dad, y esta igualdad es la verdadera justicia humana. Una organiza-
vista, excelentes si los sillonistas no olvidasen que el progreso de ción política y social fundada sobre esta doble base, la libertad y la
un ser consiste en vigorizar sus facultades naturales por medio de igualdad (a las cuales se unirá bien pronto la fraternidad), he aquí
energías nuevas y en facilitarle el juego de su actividad dentro del lo que los sillonistas llaman democracia.
cuadro y de una manera conforme a las leyes de su constitución; [14]. Sin embargo, la libertad y la igualdad no constituyen
y que, por el contrarío, al lesionar sus órganos esenciales, al romper más que el lado, por así decirlo, negativo de la democracia. Lo que
el cuadro de su actividad, se impulsa a ese ser, no hacia el progreso, hace propiamente y positivamente la democracia es la participación
sino hacia la muerte. Esto es, sin embargo, lo que quieren hacer más grande posible de todos en el gobierno de la cosa pública. Y esto
de la sociedad humana; éste es su sueño de cambiar las bases na- comprende un triple elemento: político, económico y moral.
turales y tradicionales de la sociedad y de prometer una ciudad [15 ]. En primer lugar, en política, el Sillón no suprime la auto-
futura edificada sobre otros principios, que ellos tienen la osadía ridad; por el contrario, la juzga necesaria; pero quiere repartirla,
de declarar más fecundos, más beneficiosos que los principios sobre o, por mejor decir, multiplicarla de tal manera que cada ciudadano
los cuales reposa la ciudad cristiana actual. quede convertido en una especie de rey. La autoridad, es cierto, de-
{ i i ] . N O , venerables hermanos—hay que recordarlo enérgi- riva de Dios, pero reside primordialmente en el pueblo y deriva
camente en estos tiempos de anarquía social e intelectual, en que de éste por vía de elección, o mejor todavía, de selección, sin que
cada individuo se convierte en doctor y legislador—, no se edificará por esto abandone al pueblo y se haga independiente de él; será
la ciudad de un modo distinto a como Dios la ha edificado; no se exterior, pero solamente en apariencia; en realidad será interior,
levantará la sociedad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los porque será una autoridad consentida.
trabajos; no, la civilización no está por inventar, ni la ciudad nueva [16]. Guardadas las debidas proporciones, lo mismo sucederá
por construir en las nubes. Ha existido, existe; es la civilización cris- en el orden económico. Substraída de las manos de una clase particu-
tiana, es la ciudad católica. No se trata más que de instaurarla y res- lar, la cualidad de patrono quedará tan multiplicada, que cada obrero
taurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra vendrá a ser una especie de patrono. La forma llamada a realizar
los ataques siempre nuevos de la utopía malsana, de la revolución este ideal económico no es, se afirma, la del socialismo; es un sis-
y de la impiedad: omnia instaurare in Christo. tema de cooperativas suficientemente multiplicadas para provocar
[12]. Y para que no se nos acuse de juzgar demasiado some- una concurrencia fecunda y para salvaguardar la independencia de
ramente y con un rigor injustificado las teorías sociales del Sillón, los obreros, que no quedarán encadenados a ninguna de ellas.
Nos queremos recordar aquí los puntos esenciales de éstas. [17]. He aquí ahora el elemento capital, el elemento moral.
Como la autoridad, lo hemos visto, es muy reducida, es necesaria
otra fuerza para suplirla y para oponer una reacción permanente
[II. EXAMEN DE LAS TEORÍAS SOCIALES DE « L E SILLÓN»]
al egoísmo individual. Este nuevo principio, esta fuerza, es el amor
del interés profesional y del interés público, es decir, del fin mismo
[La triple emancipación']
de la profesión y de la sociedad. Imaginad una sociedad en la que en
[13]. El Sillón tiene la noble preocupación de la dignidad hu- el alma de cada ciudadano, con el amor innato del bien individual
mana. Pero esta dignidad la entiende a la manera de algunos filó- y del bien familiar, reinara el amor del bien profesional y del bien
sofos, de los que la Iglesia está lejos de tener que alabarse. El primer público; en la que en la conciencia de cada ciudadano estos amores
elemento de esta dignidad es la libertad, entendida en el sentido de se subordinaran de tal manera que el bien superior prevaleciese
que, salvo en materia religiosa, cada hombre es autónomo. De este siempre sobre el bien inferior, ¿no podría esta sociedad prescindir
casi por completo de la autoridad y no ofrecería el ideal de la digni-
410 l'ÍO X
NO'l'lilv CHARGE APOSTOMQUE 411
dad humana, teniendo cada ciudadano un alma de rey y cada obrero
un alma de patrono? Liberado de la estrechez de sus intereses pri- ni bien, León XIII ha condenado formalmente esta doctrina en su
vados y levantado ¡t los intereses de su profesión, y más arriba, a los encíclica Diiilurnum illud sobre el poder político, donde dice: «Mu-
de la nación entera, y más arriba todavía, a los de la humanidad llios de nuestros contemporáneos, siguiendo las huellas de aquellos
(porque el horizonte del Sillón no se detiene en las fronteras de la que en el siglo pasado se dieron a sí mismos el nombre de filósofos,
patria, se extiende a todos los hombres hasta los confines del mun- afirman que toda autoridad viene del pueblo; por lo cual, los que
do), el corazón humano, dilatado por el amor del bien común, abra- ejercen el poder no lo ejercen como cosa propia, sino como man-
zaría a todos los camaradas de la misma profesión, a todos los com- dato o delegación del pueblo, y de tal manera que tiene rango de
patriotas, a todos los hombres. Y he aquí la grandeza y la nobleza ley la afirmación de que la misma voluntad que entregó el poder
humana ideal realizada por la célebre trilogía: libertad, igualdad, puede revocarlo a su antojo. Muy diferente es en este punto la doc-
• fraternidad. trina católica, que pone en Dios, como en principio natural y nece-
sario, el origen de la autoridad política» 5 . Sin duda el Sillón hace
[i 8], Ahora bien, estos tres elementos, político, económico derivar de Dios esta autoridad que coloca primeramente en el pue-
y moral, están subordinados el uno al otro, y es el elemento moral, blo, pero de tal suerte que la «autoridad sube de abajo hacia
lo hemos dicho, el principal. Porque ninguna democracia política arriba, mientras que, en la organización de la Iglesia, el poder des-
es viable si no tiene puntos de arraigo profundos en la democracia ciende de arriba hacia abajo» 6 . Pero, además de que es anormal
económica. A su vez, ni la una ni la otra son posibles si no arraigan que la delegación ascienda, puesto que por su misma naturaleza
en un estado de espíritu en el que la conciencia se halle investida desciende, León XIII ha refutado de antemano esta tentativa de
de responsabilidades y de energías morales proporcionadas. Pero conciliación de la doctrina católica con el error del filosofismo. Por-
suponed este estado de espíritu hecho sobre la base de una respon-
que prosigue: «Es importante advertir en este punto que los que
sabilidad consciente y de fuerzas morales: la democracia económica
han de gobernar el Estado pueden ser elegidos en determinados
brotará naturalmente de él, traduciendo en hechos esta conciencia
y estas energías; de la misma manera, y por el mismo camino, del casos por la voluntad y el juicio de la multitud, sin que la doctrina
régimen corporativo brotará la democracia política; y la democracia católica se oponga o contradiga esta elección. Con esta elección se
política y económica, ésta implicando aquélla, se encontrarán fija- designa el gobernante, pero no se le confieren los derechos del poder.
mente establecidas en la conciencia misma del pueblo sobre ejes Ni se entrega el poder como un mandato, sino que se establece la
inquebrantables. persona que lo ha de ejercer» 7 .
[22]. Por otra parte, si el pueblo permanece como sujeto de-
[19]. Tal es, en resumen, la teoría, se podría decir el sueño» tentador del poder, ¿en qué queda convertida la autoridad? Una
del Sillón, y es a esto a lo que tiende su enseñanza y es esto lo que sombra, un mito; no hay ya ley propiamente dicha, no existe ya la
él llama la educación democrática del pueblo, es decir, llevar al má- obediencia. El Sillón lo ha reconocido; porque, como exige, en nom-
ximum la conciencia y la responsabilidad cívica de cada individuo, bre de la dignidad humana, la triple emancipación política, econó-
de donde brotará la democracia económica y política y el reino de
mica e intelectual, la ciudad futura por la que trabaja no tendrá ya
la justicia, de la libertad, de la igualdad y de la fraternidad.
ni dueños ni servidores; en ella todos los ciudadanos serán libres,
todos camaradas, todos reyes. Una orden, un precepto, sería un aten-
[Falseamiento de las nociones sociales y políticas fundamentales ] tado contra la libertad; la subordinación a una superioridad cual-
quiera sería una disminución del hombre; la obediencia, una deca-
[20]. Esta rápida exposición, venerables hermanos, os demues- dencia. ¿Es así, venerables hermanos, como la doctrina tradicional
tra ya claramente cuánta razón tenemos al decir que el Sillón opone de la Iglesia nos presenta las relaciones sociales en la ciudad, incluso
una doctrina a otra doctrina; que levanta su ciudad sobre una teoría en la más perfecta posible ? ¿Es que acaso toda sociedad de seres in-
contraria a la verdad católica, y que falsea las nociones esenciales dependientes y desiguales por naturaleza no tiene necesidad de una
y fundamentales que regulan las relaciones sociales en toda socie- autoridad que dirija su actividad hacia el bien común y que imponga
dad humana. Esta oposición aparecerá más clara todavía con las su ley? Y si en la sociedad se hallan seres perversos (los habrá siem-
consideraciones siguientes. pre), ¿no deberá la autoridad ser tanto más fuerte cuanto más ame-
nazador sea el egoísmo de los malvados? Además, ¿se puede afr-
[Autoridad y obediencia] mar con alguna sombra de razón que hay incompatibilidad entre
la autoridad y la libertad, a menos que uno se engañe groseramente
[21 ]. El Sillón coloca primordialmente la autoridad pública sobre el concepto de libertad? ¿Se puede enseñar que la obediencia
en el pueblo, del cual deriva inmediatamente a los gobernantes, de 5
L E Ó N XIII, Diuturnum illud [3].
tal manera, sin embargo, que continúa residiendo en el pueblo. Aho- 6
M A R C SANGNIER, Discours de Rnuen (1907).
7
L E Ó N XIII, Diuturnum illud [4.
412 rfo x NOTRE CHARGE AVOSTOUQUE 413
es contraria a la dignidad humana y que el ideal sería substituir la
obediencia por la «autoridad consentida»? ¿Es que acaso el apóstol [Fraternidad y tolerancia]
San Pablo no tuvo a la vista la sociedad humana en todas sus etapas
posibles, cuando ordenaba a los fieles estar sometidos a toda autori- [24]. Lo mismo sucede con la noción de la fraternidad, cuya
dad ? 8 ¿Es que la obediencia a los hombres en cuanto representan- base colocan en el amor de los intereses comunes, o, por encima de
tes legítimos de Dios, es decir, en fin de cuentas, la obediencia todas las filosofías y de todas las religiones, en la simple noción de
a Dios, rebaja al hombre y lo sitúa vilmente por debajo de sí mismo? humanidad, englobando así en un mismo amor y en una igual tole-
¿Es que el estado religioso, fundado sobre la obediencia, sería con- rancia a todos los hombres con todas sus miserias, tanto intelectua-
trario al ideal de la naturaleza humana ? ¿Es que los santos, que han les y morales como físicas y temporales. Ahora bien, la doctrina
sido los más obedientes de los hombres, eran esclavos o degenerados? católica nos enseña que el primer deber de la caridad no está en la
¿Es que, finalmente, podemos imaginar un estado social en el que tolerancia de las opiniones erróneas, por muy sinceras que sean, ni
Jesucristo, venido de nuevo a la tierra, no diera ya el ejemplo de la en la indiferencia teórica o práctica ante el error o el vicio en que
obediencia y no dijera ya: Dad al César lo que es del César y a Dios vemos caídos a nuestros hermanos, sino en el celo por su mejora-
lo que es de Dios? 9 . miento intelectual y moral no menos que en el celo por su bienestar
material. Esta misma doctrina católica nos enseña también que la
[Justicia e igualdad] fuente del amor del prójimo se halla en el amor de Dios, Padre co-
mún y fin común de toda la familia humana, y en el amor de Jesu-
[23 ]. El Sillón, que enseña estas doctrinas y las practica en su cristo, cuyos miembros somos, hasta el punto de que aliviar a un
vida interior, siembra, por tanto, entre vuestra juventud católica desgraciado es hacer un bien al mismo Jesucristo. Todo otro amor
nociones erróneas y funestas sobre la autoridad, la libertad y la es ilusión o sentimiento estéril y pasajero. Ciertamente, la expe-
obediencia. No es diferente lo que sucede con la justicia y la igual- riencia humana está ahí, en las sociedades paganas o laicas de todos
dad. El Sillón se esfuerza, así lo dice, por realizar una era de igual- los tiempos, para probar que, en determinadas ocasiones, la conside-
dad, que sería, por esto mismo, una era de justicia mejor. ¡Por esto, ración de los intereses comunes o de la semejanza de naturaleza
para él, toda desigualdad de condición es una injusticia o, al menos, pesa muy poco ante las pasiones y las codicias del corazón. No, vene-
una justicia menor! Principio totalmente contrario a la naturaleza rables hermanos, no hay verdadera fraternidad fuera de la caridad
de las cosas, productor de envidias y de injusticias y subversivo de cristiana, que por amor a Dios y a su Hijo Jesucristo, nuestro Sal-
todo orden social. ¡De esta manera la democracia es la única que vador, abraza a todos los hombres, para ayudarlos a todos y para
inaugurará el reino de la perfecta justicia! ¿No es esto una injuria llevarlos a todos a la misma fe y a la misma felicidad del cielo.
hecha a las restantes formas de gobierno, que quedan rebajadas de Al separar la fraternidad de la caridad cristiana así entendida, la
esta suerte al rango de gobiernos impotentes y peores? Pero, ade- democracia, lejos de se* un progreso, constituiría un retroceso desas-
más, el Sillón tropieza también en este punto con la enseñanza de troso para la civilización. Porque, si se quiere llegar, y Nos lo desea-
León XIII. Habría podido leer en la encíclica ya citada sobre el po- mos con toda nuestra alma, a la mayor suma de bienestar posible
der político que, «salvada la justicia, no está prohibida a los pueblos para la sociedad y para cada uno de sus miembros por medio de
la adopción de aquel sistema de gobierno que sea más apto y conve- la fraternidad, o, como también se dice, por medio de la solidaridad
niente a su manera de ser o a las instituciones y costumbres de sus universal, es necesaria la unión de los espíritus en la verdad, la unión
mayores» 10 , y la encíclica hace alusión a la triple forma de gobierno de las voluntades en la moral, la unión de los corazones en el amor
de todos conocida. Supone, pues, que la justicia es compatible con de Dios y de su Hijo Jesucristo. Esta unión no es realizable más
cada una de ellas. Y la encíclica sobre la condición de los obreros, que por medio de la caridad católica, la cual es, por consiguiente, la
¿no afirma claramente la posibilidad de restaurar la justicia en las única que puede conducir a los pueblos en la marcha del progreso
organizaciones actuales de la sociedad, al indicar los medios de esta hacia el ideal de la civilización.
restauración? Ahora bien, sin duda alguna, León XIII hablaba no
de una justicia cualquiera, sino de la justicia perfecta. Al enseñar,
pues, que la justicia es compatible con las tres formas de gobierno [Dignidad de la persona humana]
conocidas, enseñaba que, en este aspecto, la democracia no goza de
un privilegio especial. Los sillonistas, que pretenden lo contrario, [25 ]. Finalmente, en la base de todas las falsificaciones de las
o bien rehusan oír a la Iglesia o bien se forman de la justicia y de nociones sociales fundamentales, el Sillón coloca una idea falsa de
la igualdad un concepto que no es católico. la dignidad humana. Según él, el hombre no será verdaderamente
hombre, digno de este nombre, más que en el día en que haya ad-
s Cf. Rom. 13,1 ss. quirido una conciencia luminosa, fuerte, independiente, autónoma,
" Mt. 22,23.
1» LEÓN XIII, Diuturmtm ülud [4]. pudiendo prescindir de todo maestro, no obedeciendo más qu« a
414 pfo x
NOTRK CUARCE APOSl'OLIQUE 415
sí mismo, y capaz de asumir y de cumplir sin falta las más graves
responsabilidades. Grandilocuentes palabras, con las que se exalta habéis debido reprochar al Sillón. No es extraño que no hayáis
el sentimiento del orgullo humano; sueño que arrastra al hombre encontrado en los jefes y en sus camaradas así formados, fuesen
sin luz, sin guía y sin auxilios por el camino de la ilusión, en el que, seminaristas o sacerdotes, el respeto, la docilidad y la obediencia
aguardando el gran día de la plena conciencia, será devorado por que son debidos a vuestra persona y a vuestra autoridad; que sin-
el error y las pasiones. Además, ¿cuándo vendrá este gran día? l.'iis de parte de ellos una sorda oposición, y que tengáis el dolor
A menos que cambie la naturaleza humana (cosa que no está al de verlos apartarse totalmente, o, cuando son forzados por la obe-
alcance del Sillón), ¿vendrá ese día alguna vez? ¿Es que los santos, diencia, de entregarse con disgusto a las obras no sillonistas. Vos-
que han llevado la dignidad humana a su apogeo, tenían esa preten- ()tros sois el pasado; ellos son los pioneros de la civilización futura.
dida dignidad? Y los humildes de la tierra, que no pueden subir tan Vosotros representáis la jerarquía, las desigualdades sociales, la
alto y que se contentan con abrir modestamente su surco en el pues- autoridad y la obediencia: instituciones envejecidas, a las cuales
to que la Providencia les ha señalado, cumpliendo enérgicamente las almas de ellos, estimuladas por otro ideal, no pueden plegarse.
sus deberes en la humildad, la obediencia y la paciencia cristiana, Nos tenemos sobre este estado de espíritu el testimonio de hechos
¿no serán dignos de llamarse hombres, ellos a quienes el Señor dolorosos, capaces de arrancar lágrimas; y Nos no podemos, a
sacará un día de su condición obscura para colocarlos en el cielo pesar de nuestra longanimidad, substraernos a un justo sentimiento
entre los príncipes de su pueblo? de indignación. ¡Porque se inspira a vuestra juventud católica la
desconfianza hacia la Iglesia, su madre; se le enseña que, después
de diecinueve siglos, la Iglesia no ha logrado todavía en el mundo
[III. EXAMEN DE LA ACCIÓN SOCIAL DE «LE SILLÓN»]
constituir la sociedad sobre sus verdaderas bases; que no ha com-
[26]. Detenemos aquí nuestras reflexiones sobre los errores prendido las nociones sociales de la autoridad, de la libertad, de
del Sillón. No pretendemos agotar la materia, porque tendríamos la igualdad, de la fraternidad y de la dignidad humana; que los
que llamar vuestra atención sobre otros puntos igualmente falsos grandes obispos y los grandes monarcas que han creado y han go-
y peligrosos, como, por ejemplo, su manera de entender el poder bernado tan gloriosamente a Francia no han sabido dar a su pueblo
coercitivo de la Iglesia. Importa, sin embargo, ver la influencia ni la verdadera justicia ni la verdadera felicidad, porque no tenían
de estos errores sobre la conducta práctica del Sillón y sobre su A ideal del Sillón!
acción social. [29]. El soplo de la Revolución ha pasado por aquí, y Nos
[27]. Las doctrinas del Sillón no quedan en el dominio de podemos concluir que, si las doctrinas sociales del Sillón son erró-
la abstracción filosófica. Son enseñadas a la juventud católica y, neas, su espíritu es peligroso, y su educación, funesta.
además, se hacen ensayos para vivirlas. El Sillón se considera como [30]. Pero, entonces, ¿qué debemos pensar de la acción del
el núcleo de la ciudad futura; la refleja, por consiguiente, lo más Sillón en la Iglesia, del Sillón, cuyo catolicismo es tan puntilloso
fielmente posible. En efecto, no hay jerarquía en él Sillón. La mi- que, si no se abraza su causa, se sería a sus ojos un enemigo interior
noría que lo dirige se ha destacado de la masa por selección, es del catolicismo y no se comprendería para nada ni el Evangelio ni
decir, imponiéndose a ella por su autoridad moral y por sus virtu- .1 Jesucristo? Juzgamos necesario insistir sobre esta cuestión, por-
des. La entrada es libre, como es libre también la salida. Los estudios que es precisamente su ardor católico el que ha valido al Sillón,
se hacen allí sin maestro; todo lo más, con un consejero. Los círculos hasta en estos últimos tiempos, valiosos alientos e ilustres sufragios.
de estudio son verdaderas cooperativas intelectuales, en las que I'ues bien, ante las palabras y los hechos, Nos estamos obligados
cada uno es al mismo tiempo maestro y discípulo. La camaradería a decir que, tanto en su acción como en su doctrina, el Sillón no
más absoluta reina entre los miembros y pone en contacto total satisface a la Iglesia.
sus almas; de aquí el alma común del Sillón. Se la ha definido «una
amistad». El mismo sacerdote, cuando entra en él, abate la eminente
dignidad de su sacerdocio y, por la más extraña inversión de pape- [Defensa exclusivista de la democracia política ]
les, se hace discípulo, se pone al nivel de sus jóvenes amigos y no
es más que un camarada. [31 ]. En primer lugar, su catolicismo no se acomoda más que
;i la forma de gobierno democrática, que juzga ser la más favorable
[Carencia de toda jerarquía} a la Iglesia e identificarse por así decirlo con ella; enfeuda, pues.su
religión a un partido político. Nos no tenemos que demostrar que
[28 ]. En estas costumbres democráticas y en las teorías sobre el advenimiento de la democracia universal no significa nada para
la ciudad ideal que las inspira, reconoceréis, venerables hermanos, la acción de la Iglesia en el mundo; hemos recordado ya que la
causa secreta de los fallos disciplinarios que tan frecuentemente Iglesia ha dejado siempre a las naciones la preocupación de darse el
l'obicrno que juzguen más ventajoso para sus intereses. Lo que Nos
416 PÍO x
' NOTKIi CHARCK Al'OSTOJ.lyllK <1 1Y
queremos afirmar una vez más, siguiendo a nuestro predecesor, es
que hay un error y un peligro en enfeudar, por principio, el catoli- ción, quieren que los demás respeten a ellos su derecho de bebería
cismo a una forma de gobierno; error y peligro que son tanto más en la fe católica. Exigen, por consiguiente, a todos aquellos que
grandes cuando se identifica la religión con un género de democra- quieren transformar la sociedad presente en el sentido de la demo-
cia cuyas doctrinas son erróneas. Este es el caso del Sillón, el cual, cracia, no rechazarse mutuamente a causa de las convicciones filo-
comprometiendo de hecho a la Iglesia en favor de una forma política sóficas o religiosas que pueden separarlos, sino marchar unidos, sin
especial, divide a los católicos, arranca a la juventud, e incluso a renunciar a sus convicciones, pero intentando hacer sobre el terreno
los sacerdotes y a los seminaristas, de la acción simplemente católica de las realidades prácticas la prueba de la excelencia de sus convic-
y malgasta, a fondo perdido, las fuerzas vivas de una parte de la ciones personales. Tal vez sobre este terreno de la emulación entre
nación. almas adheridas a diferentes convicciones religiosas o filosóficas po-
drá realizarse la unión» n . Y se declara al mismo tiempo ( ¿cómo
[Se niega a defender a la Iglesia atacada] podía realizarse esto?) que el pequeño Sillón católico sería el alma
del gran Sillón cosmopolita.
[32]. Y he aquí, venerables hermanos, una admirable contra- [34]. Recientemente, el nombre del plus grand Sillón ha des-
dicción. Es precisamente porque la religión debe trascender sobre aparecido, y una nueva organización ha intervenido, sin modificar,
todos los partidos por lo que, invocando este principio, se abstiene todo lo contrario, el espíritu y el fondo de las cosas «para poner
el Sillón de defender a la Iglesia atacada. Ciertamente no es la orden en el trabajo y organizar las diversas fuerzas de actividad.
Iglesia la que ha bajado a la arena política; se la ha arrastrado hasta El Sillón queda siempre como un alma, un espíritu, que se mezclará
ésta para mutilarla y para despojarla. La obligación de todo católi- a los grupos e inspirará su actividad». Y todos los grupos nuevos
co, ¿no es la de usar las armas políticas que tiene a mano para de- quedan en apariencia autónomos: a los católicos, a los protestantes,
fenderla, y también para forzar a la política a permanecer en su a los librepensadores se les pide que se pongan a trabajar. «Los
dominio y a no ocuparse de la Iglesia más que para darle lo que le camaradas católicos trabajarán entre ellos en una organización es-
es debido? Pues bien, frente a la Iglesia así violentada, se tiene con pecial para instruirse y educarse. Los demócratas protestantes y
frecuencia el dolor de ver a los sillonistas cruzarse de brazos, a librepensadores harán lo mismo por su parte. Todos, católicos, pro-
no ser que la defensa de la Iglesia redunde en ventaja del Sillón; testantes y librepensadores, tendrán muy en su corazón armar a la
se les ve dictar o sostener un programa que ni en parte alguna ni juventud, no para una lucha fratricida, sino para una generosa emu-
en grado alguno revela al católico. Lo cual no impide a estos mis- lación en el terreno de las virtudes sociales y cívicas» 12 .
mos hombres, en plena lucha política, bajo el golpe de una provo-
cación, alardear públicamente de su fe. ¿Qué significa esto sino [35 ]. Estas declaraciones y esta nueva organización de la acción
que hay dos hombres en el sillonista: el individuo que es católico; sillonista provocan graves reflexiones.
el sillonista, hombre de acción, que es neutral? [36]. He aquí, fundada por católicos, una asociación intercon-
fesional para trabajar en la reforma de la civilización, obra religiosa
de primera clase; porque no hay verdadera civilización sin la civili-
[Incurre en el indiferentismo] zación moral, y no hay verdadera civilización moral sin la verdadera
religión: ésta es una verdad demostrada, éste es un hecho histórico.
[33 ]. Hubo u n tiempo en que el Sillón, como tal, era for-
Y los nuevos sillonistas no podrán pretextar que ellos trabajarán
malmente católico. E n materia de fuerza moral, no reconocía más
solamente «en el terreno de las realidades prácticas», en el que la
que una, la fuerza católica, e iba proclamando que la democracia
diversidad de las creencias no importa. Su jefe siente tan claramente
sería católica o no sería democracia. Vino un momento en que se
esta influencia de la convicciones del espíritu sobre el resultado de
operó una revisión. Dejó a cada uno su religión o su filosofía. Cesó
la acción, que les invita, sea la que sea la religión a que pertenecen,
de llamarse católico, y a la fórmula «La democracia será católica»,
a «hacer en el terreno de las realidades prácticas la prueba de la ex-
substituyó esta otra: «La democracia no será anticatólica», de la
celencia de sus convicciones personales». Y con razón, porque las
misma manera que n o será antijudía o antibudista. Esta fué la época
realizaciones prácticas revisten el carácter de las convicciones reli-
del plus grana Sillón. Se llamó para la construcción de la ciudad
giosas, de la misma manera que los miembros de un cuerpo hasta
futura a todos los obreros de todas las religiones y de todas las
en sus últimas extremidades reciben su forma del principio vital
sectas. Sólo se les exigió abrazar el mismo ideal social, respetar
que los anima.
todas las creencias y aportar una cierta cantidad de fuerzas morales.
Es cierto, se proclamaba, «los jefes del Sillón ponen su fe religiosa [37]. Esto supuesto, ¿qué pensar de la promiscuidad en que
por encima de todo. Pero ¿pueden negar a los' demás el derecho se encontrarán colocados los jóvenes católicos con heterodoxos e
de beber su energía moral allí donde les es posible? En compensa- 11
M A R C SANGNIER, Discours de Rouen (1907).
12
M A R C SANGNIER (París, mayo 1910).

Ooctr. pontif. g U
418 pío X
XOTUí; C'HARCK APOSTOI,IOI:K 419

incrédulos de toda clase en una obra de esta naturaleza? ¿No es


ésta mil veces más peligrosa para ellos que una asociación neutra? que les divide: sus convicciones filosóficas y religiosas, y que pon-
¿Qué pensar de este llamamiento a todos los heterodoxos y a todos gan en común lo que les une: un generoso idealismo y fuerzas morales
los incrédulos para probar la excelencia de sus convicciones sobre tomadas «donde les sea posible». Cuando se piensa en todo lo que
el terreno social, en una especie de concurso apologético, como si ha sido necesario de fuerzas, de ciencia, de virtudes sobrenaturales
este concurso no durase ya hace diecinueve siglos, en condiciones [>ara establecer la ciudad cristiana, y los sufrimientos de millones
menos peligrosas para la fe de los fieles y con toda honra de la Igle- de mártires, y las luces de los Padres y de los doctores de la Iglesia,
sia católica ? ¿Qué pensar de este respeto a todos los errores y de la y la abnegación de todos los héroes de la caridad, y una poderosa
extraña invitación, hecha por un católico, a todos los disidentes jerarquía nacida del cielo, y los ríos de gracia divina y todo lo edi-
para fortificar sus convicciones por el estudio y para hacer de ellas ficado, unido, compenetrado por la Vida y el Espíritu de Jesucristo,
fuentes siempre más abundantes de fuerzas nuevas? ¿Qué pensar Sabiduría de Dios, Verbo hecho hombre; cuando se piensa, deci-
de una asociación en que todas las religiones e incluso el librepen- mos, en todo esto, queda uno admirado de ver a los nuevos apóstoles
samiento pueden manifestarse en alta voz, a su capricho? Porque esforzarse por mejorarlo con la puesta en común de un vago idealis-
los sillonistas, que en las conferencias públicas y en otras partes mo y de las virtudes cívicas. ¿Qué van a producir? ¿Qué es lo que
proclaman enérgicamente se fe individual, no pretenden ciertamen- va a salir de esta colaboración? Una construcción puramente verbal
te cerrar la boca a los demás e impedir al protestante afirmar su y quimérica, en la que veremos reflejarse desordenadamente y en
protestantismo y al escéptico su escepticismo. ¿Qué pensar, final- una confusión seductora las palabras de libertad, justicia, frater-
mente, de un católico que al entrar en su círculo de estudios deja nidad y amor, igualdad y exaltación humana, todo basado sobre
su catolicismo a la puerta para no asustar a sus camaradas, que, una dignidad humana mal entendida. Será una agitación tumultuosa,
«soñando en una acción social desinteresada, rechazan subordinarla estéril para el fin pretendido y que aprovechará a los agitadores de
al triunfo de intereses, de grupos o incluso de convicciones, sean las masas menos utopistas. Sí, verdaderamente se puede afirmar que
las que sean»? Tal es la profesión de fe del nuevo comité democrá- el Sillón se ha hecho compañero de viaje del socialismo, puesta la
tico de acción social, que ha heredado el defecto mayor de la antigua mirada sobre una quimera.
organización y que, dice, «rompiendo el equívoco mantenido en [39]- Nos tememos algo todavía peor. El resultado de esta
torno al plus grand Sillón, tanto en los medios reaccionarios como promiscuidad en el trabajo, el beneficiario de esta acción social cos-
en los medios anticlericales», está abierto a todos los hombres «res- mopolita no puede ser otro que una democracia que no será ni cató-
petuosos de las fuerzas morales y religiosas y convencidos de que lica, ni protestante, ni judía; una religión (porque el sillonismo,
ninguna emancipación social verdadera es posible sin el fermento sus jefes lo han dicho, es una religión) más universal que la Iglesia
de un generoso idealismo». católica, reuniendo a todos los hombres, convertidos, finalmente,
en hermanos y camaradas en «el reino de Dios». «No se trabaja para
[Provoca una perturbación general] la Iglesia, se trabaja para la humanidad».

[38]. Sí, por desgracia, el equívoco está deshecho; la acción


[¡ «Le Sillotv> se ha desviado! ]
social del Sillón ya no es católica; el sillonista, como tal, no trabaja
para un grupo, y «la Iglesia, dice, no podrá ser por título alguno [40]. Y ahora, penetrados de la más viva tristeza, Nos nos
beneficiaria de las simpatías que su acción podrá suscitar». ¡ Insinua- preguntamos, venerables hermanos, en qué ha quedado convertido
ción verdaderamente extraña! Se teme que la Iglesia se aproveche el catolicismo del Sillón. Desgraciadamente, el que daba en otro
de la acción social del Sillón con un fin egoísta e interesado, como tiempo tan bellas esperanzas, este río límpido e impetuoso, ha sido
sí todo lo que aprovecha a la Iglesia no aprovechase a la humanidad. captado en su marcha por los enemigos modernos de la Iglesia y
Extraña inversión de ideas: es la Iglesia la que sería la beneficiaria no forma ya en adelante más que un miserable afluente del gran
de la acción social, como si los más grandes economistas no hubieran movimiento de apostasía, organizado, en todos los países, para el
reconocido y demostrado que es esta acción social la que, para ser establecimiento de una Iglesia universal que no tendrá ni dogmas,
seria y fecunda, debe beneficiarse de la Iglesia. Pero más extrañas ni jerarquía, ni regla para el espíritu, ni freno para las pasiones, y
todavía, tremendas y dolorosas a la vez, son la audacia y la ligereza que, so pretexto de libertad y de dignidad humana, consagraría en
de espíritu de los hombres que se llaman católicos, que sueñan con el mundo, si pudiera triunfar, el reino legal de la astucia y de la
volver a fundar la sociedad en tales condiciones y con establecer fuerza y la opresión de los débiles, de los que sufren y trabajan.
sobre la tierra, por encima de la Iglesia católica, «el reino de la jus-
ticia y del amor», con obreros venidos de todas partes, de todas las [41 ]. Nos conocemos muy bien los sombríos talleres en que
religiones o sin religión, con o sin creencias, con tal que olviden 1Q se elaboran estas doctrinas deletéreas, que no deberían seducir a
los espíritus clarividentes. Los jefes del Sillón no han podido de-
4'JO pió x NOTKK CHAKC.lt U'OSTOUÜUK 421

fenderse de ellas; la exaltación de sus sentimientos, la ciega bondad vistas a la salvación eterna; son enseñanzas eminentemente sociales,
de su corazón, su misticismo filosófico, mezclado con una parte de y nos demuestran en Nuestro Señor Jesucristo algo muy distinto
iluminismo, los han arrastrado hacia un nuevo evangelio, en el que de un humanitarismo sin consistencia y sin autoridad.
han creído ver el verdadero Evangelio del Salvador, hasta el punto
de que osan tratar a Nuestro Señor Jesucristo con una familiaridad
soberanamente irrespetuosa y de que, al estar su ideal emparentado [IV. MEDIDAS PRÁCTICAS]
con el de la Revolución, no temen hacer entre el Evangelio y la
Revolución aproximaciones blasfemas, que no tienen la excusa de [Acción del episcopado]
haber brotado de cierta improvisación apresurada.
[43]. Por lo que a vosotros toca, venerables hermanos-, conti-
[Deformación del Evangelio] nuad activamente la obra del Salvador de los hombres por medio
de la imitación de su dulzura y de su energía. Inclinaos hacia todas
[42]. Nos queremos llamar vuestra atención, venerables her- las miserias; que ningún dolor escape a vuestra solicitud pastoral,
manos, sobre esta deformación del Evangelio y del carácter sagrado que ningún llanto os encuentre indiferentes. Pero también predicad
de Nuestro Señor Jesucristo, Dios y hombre, practicada en el Sillón enérgicamente sus deberes a los grandes y a los poderes públicos.
y en otras partes. Cuando se aborda la cuestión social, está de moda La cuestión social estará muy cerca de ser resuelta cuando los unos
en algunos medios eliminar primeramente la divinidad de Jesucris- y los otros, menos exigentes de sus derechos mutuos, cumplan más
to y luego no hablar más que de su soberana mansedumbre, de su exactamente sus obligaciones.
compasión por todas las miserias humanas, de sus apremiantes [44]. Además, como en el conflicto de los intereses, y sobre
exhortaciones al amor del prójimo y a la fraternidad. Ciertamente, todo en la lucha con las fuerzas del mal, la virtud de un hombre,
Jesús nos ha amado con un amor inmenso, infinito, y ha venido a la su santidad misma, no basta siempre para asegurarle el pan cotidiano,
tierra a sufrir y morir para que, reunidos alrededor de El en la jus- y como el engranaje social debería estar organizado de tal manera
ticia y en el amor, animados de los mismos sentimientos de caridad que con su juego natural paralizara los esfuerzos de los malos y haga
mutua, todos los hombres vivan en la paz y en la felicidad. Pero a la asequible a toda buena voluntad su parte legítima de felicidad tem-
realización de esta felicidad temporal y eterna ha puesto, con una poral, Nos deseamos vivamente que toméis una parte activa en la
autoridad soberana, la condición de que se forme parte de su rebaño, organización de la sociedad para este fin. Y con este objeto, mientras
que se acepte su doctrina, que se practique su virtud y que se deje vuestros sacerdotes se entregan con ardor al trabajo de la santifica-
uno enseñar y guiar por Pedro y sus sucesores. Porque, si Jesús ha ción de las almas, de la defensa de la Iglesia, y a las obras de caridad
sido bueno para los extraviados y los pecadores, no ha respetado propiamente dichas, elegiréis algunos de ellos, activos y de espíritu
sus convicciones erróneas, por muy sinceras que pareciesen; los ha equilibrado, investidos de los grados de doctor en filosofía y en
amado a todos para instruirlos, convertirlos y salvarlos. Si ha llamado teología y poseyendo perfectamente la historia de la civilización an-
hacia sí, para aliviarlos, a los que padecen y sufren, no ha sido para tigua y moderna, y los consagraréis a los estudios menos elevados
predicarles el celo por una igualdad quimérica. Si ha levantado a los y más prácticos de la ciencia social para ponerlos, a su tiempo, al
humildes, no ha sido para inspirarles el sentimiento de una dignidad frente de vuestras obras de acción católica. Sin embargo, que estos
independiente y rebelde a la obediencia. Si su corazón desbordaba sacerdotes no se dejen seducir, en el dédalo de las opiniones con-
mansedumbre para las almas de buena voluntad, ha sabido igualmen- temporáneas, por el espejuelo de una democracia falsa; que no to-
te armarse de una santa indignación contra los profanadores de la men de la retórica de los peores enemigos de la Iglesia y del pueblo
casa de Dios, contra los miserables que escandalizan a los pequeños, un lenguaje enfático lleno de promesas tan sonoras como irrealiza-
contra las autoridades que agobian al pueblo bajo el peso de onero- bles. Que estén convencidos que la cuestión social y la ciencia social
sas cargas sin poner en ellas ni un dedo para aliviarlas. Ha sido tan no son de ayer; que en todos los tiempos la Iglesia y el Estado, fe-
enérgico como dulce; ha reprendido, amenazado, castigado, sabiendo lizmente concertados, han creado con este fin organizaciones fecun-
y enseñándonos que con frecuencia el temor es el comienzo de la das; que la Iglesia, que nunca ha traicionado la dicha del pueblo
sabiduría y que conviene a veces cortar un miembro para salvar al con alianzas comprometedoras, no tiene que separarse del pasado,
cuerpo. Finalmente, no ha anunciado para la sociedad futura el y que le basta volver a tomar, con el concurso de los verdaderos
reino de una felicidad ideal, del cual el sufrimiento quedara deste- obreros de la restauración social, los organismos rotos por la Revo-
rrado, sino que con sus lecciones y con sus ejemplos ha trazado el lución y adaptarlos, con el mismo espíritu cristiano que los ha ins-
camino de la felicidad posible en la tierra y de la felicidad perfecta pirado, al nuevo medio creado por la evolución material de la socie-
en el cielo: el camino de la cruz. Estas son enseñanzas que se inten- dad contemporánea, porque los verdaderos amigos del pueblo no
taría equivocadamente aplicar solamente a la vida individual con son ni revolucionarios ni innovadores, sino tradicionalistas.
422 ¡'10 X
XOTKIv CHARCK .U'OSTOUQt'E 423
[45 ]• Esta obra eminentemente digna de vuestro celo pastoral,
Nos deseamos que la juventud del Sillón, "apartada de sus errores, su fervor católico; y a vosotros, venerables hermanos, Dios os
lejos de ser un obstáculo para ella, aporte a ésta, en el orden y en inspire para ellos, pues en adelante son ya vuestros, los sentimien-
la sumisión convenientes, un concurso leal y eficaz. tos de un afecto enteramente paterno.
[48]. Con esta esperanza, y para obtener estos resultados
tan deseables, Nos os concedemos de todo corazón, así como a
[Llamamiento a la juventud de «Le Sillón»] vuestro clero y a vuestro pueblo, la bendición apostólica.
Dado en Roma, junto a San Pedro, el 25 de agosto de 1910,
[46]. Dirigiéndonos, pues, a los jefes del Sillón, con la con- año octavo de nuestro pontificado.
fianza de un padre que habla a sus hijos, Nos les pedimos por su
bien, por el bien de la Iglesia y de Francia, que os cedan su puesto.
Nos medimos ciertamente la extensión del sacrificio que de ellos
solicitamos, pero sabemos que son suficientemente generosos para
realizarlo, y de antemano, en el nombre de Nuestro Señor Jesucris-
to, cuyo indigno representante somos, Nos les bendecirnos por ello.
En cuanto a los miembros del Sillón, queremos que se distribuyan
por diócesis para trabajar bajo la dirección de sus obispos respectivos
en la regeneración cristiana y católica del pueblo, al mismo tiempo
que en el mejoramiento de su situación. Estos grupos diocesanos
serán por el momento independientes los unos de los otros; y a fin
del demostrar claramente que han roto con los errores del pasado,
tomarán el nombre de Sillons catholiques, y cada uno de sus miem-
bros añadirá a su título de sillonista el mismo calificativo de catho-
lique. No es necesario decir que todo sillonista católico queda libre
para conservar, por lo demás, sus preferencias políticas, depuradas
de todo lo que no sea enteramente conforme en esta materia a la
doctrina de la Iglesia. Porque si, venerables hermanos, algunos gru-
pos rehusasen someterse a estas condiciones, deberéis considerar
que rehusan por el mismo hecho someterse a vuestra dirección, y
entonces será necesario examinar si se mantienen en la política o en
la economía pura o si perseveran en sus antiguos errores. En el
primer caso, es claro que no tendréis que ocuparos de ellos más que
del común de los fieles; en el segundo caso, deberéis obrar en con-
secuencia, con prudencia, pero con firmeza. Los sacerdotes deberán
mantenerse totalmente fuera de los grupos disidentes y se limitarán
a prestar el socorro del santo ministerio individualmente a sus miem-
bros, aplicándoles en el tribunal de la penitencia las reglas comunes
de la moral relativas a la doctrina y la conducta. En cuanto a los
grupos católicos, los sacerdotes y los seminaristas, aun favoreciéndo-
los y secundándolos en todo, se abstendrán de agregarse a ellos
como miembros; porque conviene que la milicia sacerdotal perma-
nezca por encima de las asociaciones laicas, incluso las más útiles
y animadas del mejor espíritu.
[47]. Estas son las medidas prácticas con las cuales Nos
hemos creído necesario sancionar esta carta sobre el Sillón y los
sillonistas. Que el Señor quiera, Nos se lo rogamos, desde el fondo
del alma, hacer comprender a estos hombres y a estas juventudes
las graves razones que la han dictado; que El les dé docilidad de
corazón, con el valor de demostrar ante la Iglesia la sinceridad de
LA Llülik'l'AD Dü LA IGLESIA 425

LA LIBERTAD DE LA IGLESIA m o r a el decimosexto centenario del reconocimiento y de la tutela


d e la libertad q u e Jesucristo ha d a d o a su Iglesia, era m u y j u s t o
q u e en el d a r p r u e b a s de su alegría y de su devoción a la C á t e d r a
d e P e d r o estuviesen e n t r e los pHfcieros los hijos n o d e g e n e r a d o s
de aquellos q u e fueron los p r i m e r o s en saborear los frutos del b e -
neficioso edicto. U n i m o s , p o r tanto, nuestra alegíjj^ a la vuestra,
p o r q u e con este acto demostráis el espíritu d e q u e estáis animados
y vuestro deseo de q u e vuelva aquel t i e m p o en q u e era concedido
La solemne conmemoración del XVI centenario del E d i c t u m de a la Iglesia p o d e r gozar d e aquella libertad q u e le es necesaria para
Constantino ^313^ dio ocasión a San Pío X para señalar el contraste ejercitar fructuosamente su ministerio en bien d e las almas y d e
que este edicto presentaba con la situación de la Iglesia en los Estados la sociedad. P o r q u e es m u y doloroso q u e , m i e n t r a s agradecemos a
del siglo XX, Después de señalar la superioridad de la sociedad ecle- la divina Providencia p o r h a b e r llamado a C o n s t a n t i n o desde las
siástica sobre la sociedad política y negar la tesis intervencionista tinieblas del gentilismo para q u e erigiese t e m p l o s y altares a aquella||
del Estado en materia religiosa, Pió X subraya el hecho doloroso de religión q u e sus antecesores d u r a n t e tres siglos i n t e n t a r o n exter-
las restricciones que el Estado moderno impone a la Iglesia católica. m i n a r , restituyese a los cristianos los bienes u s u r p a d o s y diese al
La libertad indiscriminada de cultos, el monopolio estatal de la ense- cristianismo plena libertad religiosa, nosotros, en m e d i o del t a n
ñanza, la licencia de una prensa irresponsable, las limitaciones del coreado progreso d e la civilización y en m e d i o de t a n t a luz cientí-
derecho de asociación y la negación del derecho de propiedad son las fica, d e b a m o s reclamar e n vano p a r a la Iglesia, incluso d e los g o -
manifestaciones enumeradas en este documento como medidas atenta- biernos cristianos, aquella libertad q u e éstos m i s m o s reconocen o
torias contra la divina libertad de la Iglesia: deberían reconocer como necesaria para el desenvolvimiento de la*
acción sobrenatural d e la Iglesia en la tierra. ¿t
SUMARIO
I. Alegría en la conmemoración del decimosexto centenario del recono- [Los derechos de la Iglesia]
cimiento de la libertad de la Iglesia por Constantino. Es, sin embargo,
doloroso que en el siglo XX tenga la Iglesia que reclamar en vano el [ 2 ] . L a Iglesia, esta g r a n sociedad religiosa de los h o m b r e s
reconocimiento de esta misma libertad. q u e viven en la m i s m a fe y en el m i s m o a m o r bajo la guía s u p r e m a
II. Los derechos de la Iglesia. La Iglesia es una sociedad cuyo fin es su- del R o m a n o Pontífice, tiene u n fin superior y m u y distinto del de if
perior al del Estado. Es un reino que no puede subordinarse al poder las sociedades civiles, q u e t i e n d e n a alcanzar aquí abajo el bienestar
temporal. Ha recibido de Dios la misión de enseñar a todos los hom- temporal, m i e n t r a s q u e ella tiene la m i r a puesta en la perfección
bres y de gobernar a todas las almas. La Iglesia tiene, por tanto, en
este campo el deber de rechazar toda injerencia y toda usurpación. de las almas para la eternidad. L a Iglesia es u n reino q u e n o reco-
La Iglesia tiene, además, el derecho de poseer los bienes necesarios noce a otro señor q u e a D i o s , y tiene u n a misión t a n alta, q u e sobre-
para el cumplimiento de su misión. Esto es lo que explica las continuas pasa t o d o límite, y forma con todos los p u e b l o s d e toda lengua y d e
reivindicaciones de la Iglesia frente a todos los poderes públicos que toda nación u n a sola familia; n o se p u e d e , p o r tanto, ni m u c h o m e -
han querido esclavizarla. nos, s u p o n e r q u e el reino d e las almas esté sujeto al de los cuerpos,
III. Sin embargo, los modernos corifeos de la libertad niegan toda libertad q u e la eternidad se convierta en i n s t r u m e n t o del t i e m p o , q u e D i o s
a la Iglesia. Se obstaculiza el ejercicio del culto católico. La enseñanza m i s m o se haga esclavo del h o m b r e .
queda convertida en monopolio del Estado. La prensa católica es acu- [3]- Jesucristo, el Hijo e t e r n o del P a d r e , a q u i e n fué d a d o
sada de enemiga de la patria. Se dificulta a la Iglesia la libertad de
t o d o el p o d e r en el cielo y en la tierra, ha i m p u e s t o a los primeros
asociación. Libertad de propiedad para todos, menos para la Iglesia.
ministros de la Iglesia, los apóstoles, esta m i s i ó n : Como me envió mi
IV. ¡ Esta es la libertad de que goza la Iglesia incluso en los países católicos!
Exhortación a los católicos para la defensa pública de la libertad de Padre, asi os envió yo2. Id, pues, y enseñad a todas las gentes, bauti-
la Iglesia. Esta libertad es fuente abundante de bienes para el indivi- zándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, ense-
duo, la sociedad y el Estado. Habrá dificultades, pero superables con ñándoles a observar cuanto yo os he mandado. Yo estaré con vosotros
la ayuda de Dios. Bendición. siempre hasta la consumación del mundo 3 .
[ 4 ] . Por consiguiente, la Iglesia ha recibido de Dios m i s m o
[1 ] . Vuestra presencia 1, queridos hijos, nos colma d e g r a n la misión d e enseñar, y su palabra d e b e llegar a conocimiento d e
alegría, p o r q u e si en todas las partes del m u n d o católico se c o n m e - todos sin obstáculos q u e la detengan y sin imposiciones q u e la
1 2
Pío X, Discurso a los peregrinos ¡legados a Roma con motivo del XVI centenario del edicto de lo. 20,21.
3
Constantino: AAS 5 (1913) 147-151. Texto origina] en italiano. Mt. 28.1Q-20.
426 pío x
I.A LIBERTAD DE LA IGLESIA 427
frenen. Porque no dijo Cristo: Vuestra palabra se dirija a los po-
bres, a los ignorantes, a las turbas; sino a todos sin distinción, culto, de manifestar los propios sistemas; pero no para el católico
porque en el orden espiritual sois superiores a todas las soberanías como tal, que es hecho blanco de persecuciones y escarnios y no
de la tierra. La Iglesia tiene la misión de gobernar a las almas y de promovido o privado de aquellos puestos a los que tiene sagrado
administrar los sacramentos; y, por consiguiente, como nadie, por derecho. Libertad de enseñanza, pero sujeta al monopolio de los
ningún motivo, puede pretender penetrar en el santuario, la Iglesia gobiernos, que permiten en las escuelas la propagación y la defensa
tiene el deber dé levantarse contra todo el que con arbitrarias inje- de todos los sistemas y de todos los errores y prohiben incluso a los
rencias o injustas usurpaciones pretende invadir su campo 4 . niños el estudio del catecismo. Libertad de prensa 6 , y, por consi-
[5]. La Iglesia tiene la misión de enseñar la observancia de guiente, libertad al periodismo más desenfadado en predicar, con
los mandamientos y de exhortar a la práctica de los consejos evan- afrenta de las leyes, otras formas de gobierno; en provocar a la
gélicos, y ¡ay del que enseñase lo contrario, introduciendo en la plebe a la revolución, en fomentar odios y enemistades; pero no al
sociedad el desorden y la confusión! La Iglesia tiene el derecho de periodismo católico, que, defendiendo los derechos de la Iglesia y
poseer, porque es una sociedad de hombres y no de ángeles, y tiene propugnando los principios de la verdad y de la justicia, debe ser
necesidad de los bienes materiales a ella entregados por la piedad vigilado, llamado al orden y puesto a la vista de todos como contrario
de los fieles, y conserva la legítima posesión de estos bienes para el a las instituciones libres y enemigo de la patria. A todas las asocia-
cumplimiento de sus ministerios, para el ejercicio exterior del culto, ciones, incluso las más subversivas, la libertad de públicas y clamo-
para la construcción de los templos, para las obras de caridad que rosas demostraciones; pero las procesiones católicas no salen de las
le están confiadas y para vivir y perpetuarse hasta la consumación iglesias, porque provocan a los partidos contrarios, alteran el orden
de los siglos. público y perturban a los ciudadanos pacíficos. Libertad de minis-
terio para todos, cismáticos y disidentes; pero para los católicos
[6 ]. Y estos derechos son tan sagrados, que la Iglesia ha sentido sólo cuando los ministros de la Iglesia tengan en el país al que son
siempre el deber de sostenerlos y defenderlos, sabiendo muy bien enviados algún elemento prepotente que se imponga al gobierno
que, si cediese, aunque sólo fuera un poco, a las pretensiones de que impide la entrada y el ejercicio de aquéllos. Libertad de propie-
sus enemigos, incumpliría el mandato recibido del cielo e incurriría dad para todos, pero no para la Iglesia y para las Ordenes religiosas,
en la apostasía. Por esto la historia nos señala una serie de protestas cuyos bienes con arbitraria violencia son ocupados, realizados y
y reivindicaciones hechas por la Iglesia contra todos los que han entregados por los gobiernos a las instituciones laicas.
querido convertirla en su esclava. Su primera palabra al judaismo,
pronunciada por Pedro y por los otros apóstoles: Es preciso obedecer
a Dios antes que a los hombres 5 , esta sublime palabra fué repetida [En defensa de la libertad de la Iglesia]
siempre por sus sucesores y se repetirá hasta el fin del mundo,
aun cuando sea necesario para confirmarla un bautismo de sangre. [8]. ¡Esta, como sabéis muy bien, es la libertad de que goza
la Iglesia incluso en países católicos! De aquí que tengamos razón
[El Estado liberal, negador de los derechos de la Iglesia] al consolarnos con vosotros, que reclamáis esa libertad luchando
por ella en el campo de la acción que os está concedido hasta ahora.
[7]. Y de esto están también persuadidos nuestros mismos Valor, pues, queridos hijos; cuanto más las falsas máximas del error
adversarios, quienes repiten de palabra que a la sombra de su ban- y de la perversión moral infesten el aire con sus pestíferos miasmas,
dera están todas las clases de libertad; de hecho, sin embargo, la tanto mayores serán los méritos que podréis conquistar delante de
libertad, o mejor la licencia, se concede a todos, pero no se concede Dios, si hacéis todos los esfuerzos para evitar el contagio y no os
la libertad a la Iglesia. Libertad para todos de profesar el propio dejáis arrebatar ninguna de vuestras convicciones, permaneciendo
4
E n la carta de 1 d e mayo de 1911, dirigida por San Pío X al D r . Torras y Bages, obispo
líeles a la Iglesia.
de Vich, por la pastoral q u e éste había publicado sobre Dios y el César, señalaba el Papa como [9 ]. Y con vuestra firmeza realizaréis un muy fructuoso apos-
raíz de la actual situación política la tesis d e que el poder político es ilimitado, incluso en m a -
teria religiosa, y que, por esta razón, el Estado p u e d e legislar en la esfera espiritual con plena (olado, demostrando a los adversarios y a los disidentes que la liber-
independencia d e la Iglesia (AAS 3 [ I Q I I ] 232-233). Tesis q u e ya había recogido Pío X en la
alocución de 13 de noviembre de 10.09 a u n a peregrinación francesa, en la q u e se leen las
tad de la Iglesia servirá admirablemente para la salvación y la tran-
siguientes palabras: «Hoy día se quiere suprimir la noción misma del cristianismo y, con el quilidad de los pueblos, porque, ejerciendo el magisterio divina-
pretexto de substraerse a la autoridad dogmática y moral d e la Iglesia, se proclama otra a u t o - mente confiado a ella, conservará intactos y vigentes los principios
ridad tan absoluta como ilegítima, la supremacía del Estado, arbitro de la religión, oráculo
supremo d e la doctrina y del derecho» (AAS r [1909] 789-791). Por último, en la carta de
15 de marzo de 1911 al episcopado portugués, Pío X recuerda q u e los preceptos del Evangelio " La necesidad de una prensa católica, señalada ya por León XIII en repetidas ocasiones,
no pueden ser suprimidos por la voluntad de ningún legislador (AAS 3 [1911] 228-230). i's instada d e nuevo por San Pío X en numerosos documentos. Véanse, sobre todo, la carta ,
Aparece en estos textos el nuevo Estado de raíz y proyección totalitarias, que será el próximo de 23 de febrero de 1910 al episcopado mejicano, en la que se llega a afirmar q u e es la exi-
antagonista de la doctrina católica. gencia m i s importante del m o m e n t o : Ni/ni est quod hodie pluvis interese putemus (AAS 2
5 11910] 98-99); y la carta de 1 d e julio de 1911 al episcopado irlandés, en la cual, después de
Act. 5,29. n i t e r a r la necesidad de una eficiente prensa católica, se advierten los peligros de una prensa ca-
i.ilica de nombre, pero connivente con los enemigos d e la Iglesia (AAS 2 Í1911J 475-476).
428 PÍO X

de la verdad y de la justicia, sobre los cuales se apoya todo orden y


de los cuales surge la paz, la virtud y toda civilización. En esta lucha, IL GRAVE DOLORE
ciertamente, no podrán faltaros dificultades, molestias y fatigas;
no perdáis, sin embargo, el ánimo, porque en la lucha os sostendrá La guerra interior contra la Iglesia
el Señor dándoos la copiosa ayuda de los celestiales favores.
[io]. Y de éstos sea prenda la bendición apostólica que de
lo íntimo del corazón impartimos a vosotros y a todos vuestros seres
queridos. ^
4

En la alocución consistorial II grave dolore, pronunciada el día


27 de mayo de 1914 con ocasión de la imposición del birrete cardena-
licio a los nuevos cardenales, reaparece el tema de la guerra encubierta

I *
que a la Iglesia hacen algunos de sus propios hijos, desviados del recto
sendero de la fe y de la obediencia. Pese a su carácter doméstico, el
r documento expone varias lecciones de no leve trascendencia: la obe-
diencia al papa, la incompatibilidad entre la fe y los errores modernos,
la necesidad de una unión estrecha con el Romano Pontífice.
Con objeto de dar a esta alocución consistorial un complemento
explicativo, hacemos una breve exposición del contenido de la encíclica
Communium rerum, que presenta una casi total conexión temática
con el documento aquí incluido. Esta encíclica,' publicada el día 21 de
abril de 1909 * para celebrar el octavo centenario de la muerte de
San Anselmo de Aosta, doctor de la Iglesia, describe la doble guerra
que padece. actualmente la Iglesia y levanta sobre el panegírico del
Santo un retrato acabado del ideal del obispo católico perfecto2.
El triunfo de la causa de Dios sobre la tierra, en las personas y
en las sociedades, comienza diciendo el papa, consiste en el retorno de
los hombres a Dios mediante Cristo, y a Cristo mediante la Iglesia.
Este retorno es el programa de nuestro pontificado. Aparecen hoy día
indicios positivos de un retorno de las naciones a Cristo y de una más
intensa y pública adhesión a la Iglesia.
San Anselmo fué «un acérrimo defensor de la doctrina y de los
derechos de la Iglesia». Tuvo que sostener luchas durísimas en pro de
la justicia y de la verdad. Por ellas se vio obligado a renunciar a la
amistad de los poderosos, a los favores de los grandes y al mismo afecto
de sus propios hermanos de religión. Tuvo que enfrentarse vigorosa-
mente con reyes y príncipes usurpadores y tiranos de la Iglesia y de
los pueblos, con débiles ministros indignos de su oficio sagrado, con la
ignorancia de la plebe y los vicios de los grandes. Ni le conmovieron
las amenazas ni le estimularon las dádivas.
La actual situación del Pontificado. La Iglesia sufre una guerra
general provocada por los enemigos de Dios. Se la quiere despojar
de sus derechos. Se la trata como si no fuese, natural 3/ jurídicamente,
una sociedad perfecta. Se quiere suplantar el reino de Dios con el remo
' AAS 1 (1909) 338-388.
2
Cf. P. FERNESSOLE, Pie X. Essat historique t.2 P.144SS (París 1953}.
430 PIÓ X
II, OU.U'K Doi.okli 431

de un libertinaje disfrazado con el nombre de libertad. El móvil de esta BIBLIOGRAFÍA


guerra es el odio contra Dic$. Por eso se silencian los beneficios aportados
G. CASTELLA, Histoire des Papes 1.3 p.328.—P. FERNESSOLE, Pie X. Essai
por la Iglesia a la civilización y se presenta a la Iglesia como un grave historique t.2 p.l44ss (París 1953).
peligro para la sociedad.
Pero la Iglesia católica sufre una segunda guerra, interna y domés-
SUMARIO
tica, tanto más peligrosa cuanto más encubierta. Es la que provocan
ciertos hijos desnaturalizados, que pretenden cambiarlo todo, dando I. Hoy día la Iglesia sufre el asalto encubierto de algunos de sus propios
a la Iglesia una nueva forma, un nuevo derecho, una nueva piedad. hijos. Por esto hay que redoblar la vigilancia para mantener íntegro el
Es una mezcla de filosofía falsa, erudición falaz y crítica osada, que depósito de la fe. Existe una tendencia a conciliar la fe con los errores
impulsa a sus secuaces a hablar de todo y a discutirlo todo, abocando modernos. Se afirma la existencia de una conciencia política contraria
en una religión individualista que del cristianismo sólo conserva el a la conciencia de la Iglesia. Se compaginan las prácticas cristianas con
afirmaciones condenadas por la Iglesia.
nombre.
II. El Papa ha hablado. Pero no siempre se han interpretado rectamente
Los tiempos que vivió San Anselmo son parecidos a los nuestros. sus palabras. Nada desagrada tanto a Dios como la discordia en materia
San Anselmo habló con claridad a los reyes de su época. Las persecu- de doctrina. Los sacerdotes deben precaverse del trato de personas
ciones no cerraron la boca del Santo. Exigió a los príncipes que violaban peligrosas y de lecturas no conformes al pensamiento de la Iglesia. Los
los derechos eclesiásticos el respeto de la libertad y del honor de la hijos fieles del Papa son los que obedecen por completo la palabra de
Iglesia. El episcopado católico está obligado a hablar con voz bien éste. Las asociaciones católicas deben procurar el bien material de sus
alta a los poderosos de este mundo. La gran lección de la historia es asociados, pero su principal preocupación debe ser el bien moral y re-
ésta: el pecado es la desgracia de los pueblos; los poderosos son respon- ligioso. Las reformas sociales deben discurrir necesariamente por el
cauce de la justicia. Las asociaciones mixtas son permitidas a veces,
sables de sus actos.
pero el ideal es la asociación plenamente católica. Oración a Dios.
Actualmente presenciamos una doble apostasía: la multiplicación
de las injusticias sociales y la rebelión contra Dios y contra la Iglesia;
es el gran pecado de los grandes y de los pueblos. Los pastores de la
Iglesia no pueden hacerse partícipes de esta doble apostasía con el [1 ]. El grave dolor 1 e x p e r i m e n t a d o desde el consistorio de 1911
silencio o con la indolencia. La libertad de la Iglesia no supone merma por la pérdida de tantos cardenales insignes ha sido en alguna m a n e -
en la dignidad del Estado. El respeto a la Iglesia no implica humillación ra suavizado con el consuelo de haber p o d i d o llenar este vacío adscri-
para el Estado. Los gobernantes que persiguen a la Iglesia acaban mise- biendo anteayer al Sacro Colegio a vosotros, queridos hijos nuestros.
rablemente. «Nada ama Dios tanto en este mundo como la libertad de Las prerrogativas de piedad, de doctrina y de celo q u e os distin-
su Iglesia» 3. En la vida de San Anselmo tienen los obispos un modelo guen, y sobre t o d o la devoción q u e profesáis a esta Santa Sede A p o s -
de sus relaciones con los poderes públicos. tólica, nos aseguran q u e seréis para N o s u n a eficaz ayuda para m a n -
tener intacto el depósito de la fe, para g u a r d a r la disciplina eclesiás-
La Iglesia no puede dejar de vivir sacudida por la persecución.
tica y para resistir a los asaltos encubiertos de q u e se hace objeto
Se equivocan los que quieren para la Iglesia un estado permanente
a la Iglesia, n o t a n t o p o r p a r t e de los enemigos declarados, sino es-
de plena tranquilidad. Pero es mucho mayor el error de los que creen
pecialmente por sus m i s m o s hijos 2 . P o r q u e , si se ha d e b i d o a la i n -
que, disimulando los derechos de la Iglesia, sacrificándolos a intereses
domable firmeza de nuestros padres, a su solícita vigilancia, a su ce-
privados, atenuándolos injustamente o agradando al mundo, es posible
loso afán y a su delicadeza, diríamos casi virginal, en materia de d o c -
conservar esta paz efímera. Entre Cristo y Belial no hay posibilidad
trina el triunfo de la Iglesia sobre t o d o s los peligros y sobre todos los
de composición o acuerdo. El episcopado debe vigilar para mantener
asaltos lanzados contra ella en el curso d e los siglos, tal vez en n i n g ú n
intacta la resistencia de los fieles frente a esta tendencia que busca una
tiempo fué t a n necesario vigilar este sagrado depósito para q u e se m a n -
vil neutralidad hecha con débiles repliegues y compromisos, con daño
tenga su integridad y pureza. Estamos, desgraciadamente, en u n t i e m -
de la verdad y de la justicia.
po en q u e con m u c h a facilidad se reciben con simpatía y se a d o p t a n
San Anselmo fué, finalmente, un modelo de unión con la Santa Sede.
ciertas ideas de conciliación de la fe con el espíritu m o d e r n o , ideas
La unión de los fieles con el Papado se ha ido estrechando en los últimos
que llevan m u c h o m á s lejos de lo q u e se piensa, n o solamente al d e -
tiempos a medida que crecían las dificultades. Pero el enemigo no cesa
de buscar la ocasión para romper esta unidad. Sin la unión, la Iglesia 1
Pío X, Alocución pronunciada ante el Sacro Colegio en el consistorio secreto de 27 de
no podría salir vencedora del doble peligro concurrente que estas dos mayo de 1914: AAS 6 (1914) 260-261. Texto original en italiano.
2
Sobre el modernismo, la gran herejía del siglo XX, véanse la alocución consistorial
guerras representan. de 17 de abril de 1907 condenando el neorreformismo religioso (ASS 40 [1907] 266-269);
rl decreto Lamentabili sane, de 3 de julio de 1907, condenando 65 proposiciones modernistas
3
Nihil magis diligit Deus in hoc mundo quam líbertatem Ecclesíae suae (SAN ANSELMO, (ASS 40 [1907] 469-478); la encíclica Pascendi dominici, de 8 de septiembre de 1907, sobre
Epist. 1.4 epist.8, a Balduino I, rey de Jerusalén: BAC, Obras completas de San Anselmo t.2 el modernismo (ASS 40 [1907] 593-650), y la alocución consistorial de 16 de diciembre del
p.700-707). mismo año sobre el peligro del modernismo y su raíz espiritual (ASS 41 [1908] 21-24).
432 PÍO x
IL GRAVE DOLOKE 433
bilitamiento, sino a la pérdida total de la fe 3. Ya no resulta extraño
el sentimiento que se deleita con las palabras tan vagas de aspiraciones nes del Papa. Predicad a todos, pero especialmente a los eclesiásti-
modernas, de fuerza del progreso y de la civilización, afirmando la cos y a los demás religiosos 5 , que nada desagrada tanto a Nuestro
existencia de una conciencia laica, de una conciencia política opues- Señor Jesucristo, y, por consiguiente, a su Vicario, como la discor-
ta a la conciencia de la Iglesia, contra la cual se pretende el derecho dia en materia de doctrina 6 , porque en las desuniones y en las
y el deber de reaccionar para corregirla y enderezarla 4 . No es raro disputas Satanás se lleva siempre el triunfo y domina a sus redimi-
encontrarse con personas que excluyen toda duda e incertidumbre dos. Para conservar la unión en la integridad de la doctrina, prevenid
de ciertas verdades y también de ciertas afirmaciones obstinadas ba- especialmente a los sacerdotes contra el trato frecuente de personas
sadas en errores manifiestos cien veces condenados, y, esto no obs- de fe sospechosa y contra la lectura de libros y diarios, no diremos
tante, piensan no haberse alejado jamás de la Iglesia porque ejercitan pésimos, de los que está ausente toda virtud, sino también de aque-
de vez en cuando las prácticas cristianas. ¡Oh cuántos navegantes, llos que no están totalmente aprobados por la Iglesia, porque es mor-
cuántos pilotos y, Dios no lo quiera, cuántos capitanes, confiando tal el aire que se respira y es imposible andar con pez y no quedar
en las novedades profanas y en la ciencia mentirosa del tiempo, en manchado. Si alguna vez os encontráis con quienes se glorían de
lugar de llegar a puerto, han naufragado! creyentes, fieles al Papa, y quieren ser católicos, pero tendrían por
el mayor insulto ser llamados clericales, decidles solemnemente que
[2]. Entre tantos peligros, en toda ocasión Nos no hemos de- hijos fieles del Papa 7 son aquellos que obedecen su palabra y le si-
jado de hacer oír nuestra voz para llamar a los equivocados, para in- guen en todo, y no aquellos que buscan los medios para eludir las
dicar los daños y para trazar a los católicos el camino que tienen órdenes del Papa o para obligarle, con insistencia digna de mejor
que seguir. Pero no siempre ni por todos ha sido bien entendida causa, a exenciones o dispensas tanto más dolorosas cuanto son más
e interpretada nuestra palabra, a pesar de ser clara y precisa. Incluso dañosas y escandalosas. No ceséis nunca de repetir que, si el Papa
no pocos, siguiendo el ejemplo funesto de los adversarios que espar- ama y aprueba las asociaciones católicas que buscan también el bien
cen la cizaña en el campo del Señor para introducir en él la confu- material, ha inculcado siempre que en ellas debe tener la prevalen-
sión y el desorden, se han atrevido a dar a nuestra palabra arbitrarias cia el bien moral y religioso, y que al justo y loable intento de me-
interpretaciones, atribuyéndole un significado totalmente contrario jorar la suerte del obrero y del ciudadano debe ir siempre unido el
al querido por el Papa y guardando como respuesta un prudente amor a la justicia y el uso de los medios legítimos para mantener
silencio. entre las varias clases sociales la armonía y la paz. Decid claramente
[3 ]. En estas duras circunstancias, Nos tenemos necesidad que las asociaciones mixtas, las alianzas con los no católicos para el
precisamente del valioso y eficaz concurso de vuestra labor, queri- bienestar material en determinadas condiciones, están permitidas,
dos hijos nuestros, tanto en las diversas diócesis a las cuales torna- pero que el Papa prefiere aquellas uniones de fieles que, depuesto
réis con la dispensa papal como en la Curia y Congregaciones todo humano respeto y cerrado el oído a toda alabanza o amenazas
romanas, porque, en virtud de la dignidad a la que habéis sido le- contrarias, se cierran en torno a aquella bandera que, por muy com-
vantados, unidos de mente y de corazón al Papa, estáis entre los batida que sea, es la más espléndida y gloriosa, porque es la bandera
primeros maestros de la Verdad, predicadores de las determinacio- de la Iglesia.
3
En el sermón pronunciado el día 13 de diciembre de 1908 por San Pío X con motivo 5
de la beatificación de Juana de Arco, Juan Eúdes y otros mártires franceses, el Papa caracte- Véase la encíclica Pierti Vanimo, de 28 de julio de 1906, al episcopado italiano, acerca de
rizaba la época moderna como época de incredulidad, indiferencia religiosa y debilidad de la necesidad de reprimir en el clero el espíritu de desobediencia e independencia (ASS 39
caracteres. La generación actual, dice el Papa, tiene todas las incertidumbres y vacilaciones [1906]
6
321-33°)-
del hombre que avanza a tientas porque ha despreciado la palabra de Dios (AAS 1 [1909] Sobre esta necesidad de la unidad véase el sermón pronunciado por San Pío X ante el
142-14S). episcopado francés en la audiencia de 20 de abril de 1909 (AAS 1 [1909] 411-412) y el sermón,
4
Véanse las siguientes palabras de San Pió X, pronunciadas el día 10 de mayo de 1909 ya citado, en la beatificación de Juana de Arco y otros mártires franceses (AAS 1 [1909] 142-
ante los representantes de la Federación de Universidades Católicas con motivo del II Con- : 145). En este último sermón desarrolla el Papa el tema providencialista de la misión de los
greso, celebrado en Roma: «El criterio primero y mayor de la fe, la regla suprema e ¡ndes- pueblos a la luz de la teología de la historia. Cada nación tiene en la historia una misión pro-
tructible de la ortodoxia, es la obediencia al magisterio siempre viviente e infalible de videncial. Misión a la que puede ser fiel o infiel, según que obedezca a los dictados de ía fe
la Iglesia, constituida por Cristo columna etfirmamentumveritatis... La fe no entra por los ojos, y de la razón o se aparte de éstos. Si lo primero, esa nación ,se hace grande. Si lo segundo, ese
sino por el oído, por el magisterio vivo de la Iglesia, sociedad visible, compuesta de maestros Estado degenera. Los Estados viven en la perpetua alternativa.de ser grandes apoyados en
y discípulos, de gobernantes y subditos, de pastores y ovejas... Por esto andan extraviados Dios o ser miserables apoyados en sí mismos, desconectados de Dios. El futuro de Francia,
aquellos católicos que, para honrar la crítica histórica y filosófica y el espíritu de discusión termina el Papa, depende de la solución que dé el pueblo francés a esta alternativa.
7
que todo lo ha invadido, los ponen en primer lugar incluso en materia religiosa, insinuando «Cuando se ama al Papa, no se entablan discusiones en torno a lo que él dispone o exi-'
¡a tesis de que con el estudio y con la investigación debemos formarnos una conciencia reli- ge, o hasta dónde debe llegar la obediencia y en qué cosas se debe obedecer; cuando se ama
giosa conforme a los tiempos, o, como ellos dicen, moderna. Y así, con un sistema sofístico y al Papa, no se dice que no ha hablado bastante claro, como si estuviera obligado a repetir al
engañoso, falsean el concepto de la obediencia enseñado por la Iglesia; se arrogan el derecho oído de cada uno la voluntad claramente expresada tantas veces, no sólo de palabra, sino con
de juzgar las determinaciones de la autoridad, incluso menospreciándolas; se atribuyen una cartas y otros documentos públicos; no se ponen en tela de juicio sus órdenes, aduciendo el
misión que no tienen... para imponer reformas; limitan la obediencia a los actos externos, fácil pretexto de quien no quiere obedecer: que no es el Papa el que manda, sino los que le
si no es que resisten y se rebelan contra la misma autoridad, contraponiendo el juicio falaz rodean; no se limita el campo en que puede y debe ejercer su autoridad; no se antepone a la
de cualquier persona sin autoridad ni competencia, o de la propia conciencia privada, enga- autoridad del Papa la de otras personas aun doctas que disienten del Papa, las cuales, si son
ñada por vanas sutilezas, al juicio y al precepto de quien por divino mandato es legítimo juez, doctas, no son santas, porque el que es santo no puede disentir del Papa» (Discurso de San
maestro y pastor» (AAS i [1909] 461-464). Pió X a los sacerdotes de la Unión Apostólica, 18 de noviembre de 1912: AAS 4 [1912]
693-695).
434 PÍO x
[4]. Este es el campo, queridos hijos nuestros, en el cual de-
béis ejercitar vuestra actividad y vuestro celo. Pero, como nada vale
nuestro trabajo si no es bendecido por el cielo, rogamos a Nuestro
Señor Jesucristo, que estrechó y selló con su sangre la fraternidad
universal del género humano y reunió a todos aquellos que habían
de creer en El como en una sola familia, que coordine para nuestro
trabajo las inteligencias y las voluntades de todos con tal perfección
de concordia, que todos los hijos de la Iglesia sean una sola cosa en-
tre sí, como son una sola cosa El y el Padre.
[5 ]. Con esta confiada esperanza, os impartimos con efusión
de corazón la bendición apostólica.


AD BEATISSIMI
*
La guerra mundial y sus causas

El pontificado de Benedicto XV presenta, desde el punto de vista


de la reconciliación cristiana de los pueblos, la misma importancia
que tuvo el de León XIII desde el punto de vista de la reconciliación
cristiana de las clases sociales. Porque, en el orden político de la doc-
• trina y de la acción, la atención de este Papa quedó centrada pi efe-
rentemente en el gravísimo problema de la guerra y de la paz inter-
nacionales.
Por esto, la encíclica Ad Beatissimi es un llamamiento a la paz,
iluminando las causas de la crisis moral y religiosa que había desenca-
denado el conflicto mundial. Viene a ser como él programa de su pon-
tificado: la restauración entera de la humanidad en Dios para alejar
el azote de la guerra.
Cuatro son las causas que el análisis etiológico de Benedicto XV
señala: tres epidérmicas, el olvido de la caridad cristiana, el desprecio
de la autoridad y la injusticia de las luchas sociales; y una profunda,
la codicia de los bienes temporales provocada por el materialismo.
Es esta codicia la raíz de los tres males anteriores y el origen, en últi-
ma instancia, de la guerra mundial. El Papa veía en la guerra un
efecto monstruoso de la crisis moral de la Europa moderna. No era
sólo un peligro social. Era sobre todo, un desastre de orden espiritual.
Porque el fenómeno de la guerra presentaba un aspecto nuevo. Des-
bordando el estricto marco político y económico, se adentraba en el
terreno del pensamiento y de la conciencia. Por esto Benedicto XV
condenó sin reticencias la guerra, a la cual calificó de «matanza inútil»
y «crimen odioso», indigno de los pueblos cristianos. Es el culto ciego
de la violencia el que alimenta las apologías de los conflictos bélicos.
Y en el orden de los remedios, él Papa señala la raíz honda en
donde hay que buscarlos: el restablecimiento de los principios de la
sabiduría cristiana, esto es, el culto de la caridad ciistiana en todo
el amplio campo de las relaciones humanas; el reconocimiento del
origen divino de toda autoridad y la obligatoriedad mol al de la obe-
diencia civil; la justicia como base y requisito de toda reivindicación
social; la fe en la vida eterna y el recto concepto de la verdadera feli-
cidad del hombre. Y aquí está 'el puesto de la Iglesia en la labor de
pacificación de la humanidad. La Iglesia no puede tomar partido en
favor de uno u otro de los beligerantes. Su misión es levantar bien
alta la voz de la paz. Obra de continua exhortación y persuasión por
AD BEAT1SSIMI 4,'ü»
438 BENEDICTO XV
lica en el gobierno del Estado y en la enseñanza de la juventud.
encima de ludas las contingencias de la guerra: «Quieren condenarnos Cuando el gobernante desprecia la ley de Dios, el pueblo menospre-
al silencio. El Vicario de Jesucristo no debería invocar la paz. No cia a sus gobernantes.
lograrán sellar nuestros labios. ¡Ay del mundo si el Vicario de Cristo IV. Las luchas injustas entre las diversas clases sociales. La sociedad
callase a la hora de la tempestad! La paternidad espiritual y temporal está dividida en dos grandes bandos que luchan entre sí despiada-
de que estamos investidos nos obliga perentoriamente a hacer un lla- damente: ricos y proletarios. Es erróneo pensar que todas las desigual-
mamiento a la paz a los hijos que desde opuestas trincheras se matan dades sociales son injustas. Además, las luchas sociales violentas son
mutuamente. Somos y nos sentimos el Padre espiritual de los comba- contrarías a la íazón y a la justicia. Los males que de ello se siguen
son innumerables. Es necesario reactualizar las sabias enseñanzas de
tientes de uno y otro campo. ¡Nadie podrá impedir al Padre gritar
León XIII sobre el socialismo y otros errores semejantes. Hay que
a sus propios hijos: paz, paz, paz!» 1 predicar sobre todo el amor cristiano entre las clases sociales. Que las
Se inicia así con Benedicto XV el gran tema fundamental de la clases superiores sepan tratar a las inferiores como deben. Y que
política cristiana en los dos últimos pontificados: el tema de la paz las clases inferiores respeten a las superiores.
entre las naciones, que servirá de premisa para la conclusión, ya en V. El ansia ardiente por los bienes materiales. La raíz más profunda
parte madurada, de la comunidad internacional de los Estados. de los males de la actual sociedad es la codicia. Este ansia ardiente
es consecuencia lógica de la negación de toda felicidad eterna. Y como
los bienes materiales son limitados, y la autoridad debe velar por el
BIBLIOGRAFÍA
respeto de la propiedad, de aquí nacen las luchas sociales y el odio
G. CASTELLA, Histoire des Papes t.3 p.350 (Zurich 1945).—F. J. MONTALBÁN, contra la autoridad. Por esto Jesucristo, al predicar la verdadera
Historia de la Iglesia católica. Edad Moderna p.498ss (BAC, Madrid 1953).— bienaventuranza del hombre, no la puso en los bienes pasajeros de
G. DALLA TORRE, Benedetto XV: EC t.2 col.1285-1294 (Roma 1949).—MON- esta vida temporal, sino en los bienes inmortales de la vida futuia
SEÑOR A. HERRERA"ORIA, La palabra de Cristo t.8 p.787ss. del cielo. Hay que predicar esta profunda verdad. Sólo así se logrará
recuperar la paz de los espíritus y de las sociedades.
SUMARIO VI. El renacimiento espiritual de la vida católica es fruto de la acción del
I. Ansia del Papa por la salvación de todos los hombres. Dolor por la santo pontífice Pío X. Enumeración de los sectores en los que se
triste situación presente de la sociedad civil. La guerra domina por advierte este reflorecimiento. Sin embargo, hay que velar para que
todas partes. Y sus consecuencias se dejan sentir en todas las na- el enemigo no introduzca la cizaña en el seno de la Iglesia.
ciones. /Ojalá resuene pronto la voz de la paz/ N o es la guerra el Puntos principales a los que hay que dedicar especial atención.—
único medio para reivindicar los derechos. Existen otros medios. Unión y concordia de los católicos. Las disensiones internas son
otras tantas victorias del enemigo. Hay que obedecer, por tanto,
Esta encíclica es un llamamiento a los gobernantes para que cese el
todas las normas dadas por la Santa Sede y la jerarquía eclesiástica.
conflicto armado.
Nadie se tenga por maestro en la Iglesia. El magisterio de la Iglesia
Pero la sociedad padece otro mal gravísimo, causa de la presente está en manos del que Dios ha señalado. En materias opinables es
guerra. Al separarse el Estado de los principios de la filosofía cris- lícito la libertad de expresión, pero con moderado sosiego.—Abs-
tiana, la vida social y política ha sufrido un general y profundo tras- ténganse los católicos de usar apelativos que puedan dividirlos in-
torno. Cuatro son, en efecto, los principales efectos de aquella se- ternamente. La profesión católica no necesita adjetivos.—Hay que
paración. Hay que remediarlos restableciendo los principios del cris- conservar la fe libre de todo error, siguiendo las enseñanzas del
tianismo. magisterio eclesiástico. Peligro especial que en esta materia supone
II. La ausencia de amor mutuo en las relaciones entre los hombres. el modernismo. El católico no sólo debe rechazar el modernismo, sino
El fundamento de la vida cristiana es la caridad. Esta caridad ha sido también el espíritu modernista.—Es necesaria la fundación de asocia-
y es la gran lección dada por el Redentor a la humanidad. Nuestra ciones católicas que se acomoden en todo a las prescripciones de la
época, sin embargo, procede de modo muy distinto. Hoy se habla Santa Sede. Porque la obediencia es condición sitie qua non del éxito
como nunca de la fraternidad humana. Pero nunca como hoy se de estas obras.
han tratado los hombres con menos fraternidad. Hay que procurar, Es necesario en todos estos puntos la cooperación del clero. Cuida-
por tanto, el restablecimiento de la caridad cristiana en las relacio- do especial que el episcopado debe consagrar a la recta formación
nes humanas. de los sacerdotes. Es la cosa más importante para el bien de la Igle-
III. El desprecio de la autoridad de los gobernantes. Al desligar la autori- sia. Recuerden los sacerdotes que deben estar estrechamente unidos
dad de su origen supremo, ha perdido aquélla toda su estabilidad y con sus obispos y rechazar todo germen de independencia o desobe-
dignidad. D e aquí se ha seguido un general desenfreno ideológico diencia.
y moral. La Iglesia, maestra d e la verdad, tiene, por tanto, que re- VII. Oración para la terminación de la guerra. La Iglesia no tiene hoy
cordar a los hombres que el origen del poder político es Dios; que día la independencia necesaria para su misión. Oración para que cese
la obediencia al poder constituido es una obligación de conciencia. esta situación anormal del Jefe de la Iglesia. Renovación de las pro-
Mediten los políticos si es prudente prescindir de la doctrina cató- testas hechas en esta materia por los anteriores Romanos Pontífices.
1
Petición de la paz a Dios. Bendición apostólica.
Palabras de Benedicto XV al entonces cardenal Aquiles Ratti, más tarde su sucesor en
el pontificado (cf. EG t.2 col.1288).
440 BENEDICTO XV
AIl IIKATISSIM1 MI
[i ]. A p e n a s elevados 1, p o r inescrutables designios de la P r o -
videncia divina, s i n mérito alguno nuestro, a ocupar la Cátedra [I. EL AZOTE D E LA G U E R R A ]
del b i e n a v e n t u r a d o Príncipe de los Apóstoles, N o s , considerando
como dichas a n u e s t r a persona aquellas m i s m a s palabras q u e N u e s - [2]. A h o r a bien, apenas nos fué d a d o contemplar de u n a
t r o Señor Jesucristo dijera a P e d r o : Apacienta mis corderos; apa- sola mirada, desde la altura de la dignidad apostólica, el curso de
cienta mis ovejuelas 2, dirigimos en seguida u n a m i r a d a llena de la los h u m a n o s acontecimientos, al ofrecerse a nuestros ojos la triste
m á s encendida caridad al r e b a ñ o q u e se confiaba a n u e s t r o c u i d a d o ; situación de la sociedad civil, N o s e x p e r i m e n t a m o s v e r d a d e r a m e n t e
r e b a ñ o v e r d a d e r a m e n t e innumerable, p u e s , por u n a o p o r otra u n acerbo dolor. Y ¿cómo podría n u e s t r o corazón de P a d r e c o m ú n
razón, abraza a t o d o s los h o m b r e s . P o r q u e todos, sin excepción, de todos los h o m b r e s dejar de conmoverse p r o f u n d a m e n t e a n t e el
fueron librados d e la esclavitud del p e c a d o p o r Jesucristo, q u e espectáculo q u e presenta E u r o p a , y con ella el m u n d o entero, es-
d e r r a m ó su sangre p o r la redención d e los mismos, sin q u e haya pectáculo el m á s atroz y luctuoso quizá q u e h a registrado la historia
u n o siquiera q u e sea excluido del beneficio d e esta r e d e n c i ó n ; p o r de todos los t i e m p o s ? Parece q u e , en realidad, h a n llegado aquellos
lo cual, el Pastor divino, q u e tiene ya v e n t u r o s a m e n t e recogida en días d e los q u e Jesucristo profetizó: Oiréis hablar de guerras y de
el redil d e su Iglesia a u n a p a r t e del género h u m a n o , asegura q u e rumores guerreros... Se levantará nación contra nación y reino contra
El atraerá a m o r o s a m e n t e a la o t r a : Tengo otras ovejas que no son reino5. El tristísimo fantasma de la guerra d o m i n a p o r doquier,
de este aprisco y es preciso que yo las traiga y oirán mi voz 3 . — C o n f e - y apenas hay otro asunto q u e o c u p e los pensamientos d e los h o m -
samos sinceramente, venerables h e r m a n o s , q u e el p r i m e r afecto bres. Poderosas y opulentas son las naciones q u e pelean; p o r lo
q u e e m b a r g ó n u e s t r o á n i m o , excitado, sin d u d a , p o r la divina cual, ¿qué extraño es q u e , b i e n provistas d e los horrorosos m e d i o s
B o n d a d , fué d e v e h e m e n t e deseo y a m o r p o r la salvación d e t o d o s q u e en n u e s t r o s t i e m p o s el arte militar h a inventado, se esfuercen
los h o m b r e s ; y al aceptar el pontificado, N o s formulamos aquel en destruirse m u t u a m e n t e con refinada crueldad? N o tienen, p o r
m i s m o voto q u e Jesucristo expresara a p u n t o de m o r i r sobre la esto, límite ni las ruinas ni la m o r t a n d a d ; cada día la tierra se e m -
c r u z : Padre santo, guarda en tu nombre a estos que me has dado 4 .
papa con n u e v a sangre y se llena de m u e r t o s y heridos. ¿ Q u i é n
diría q u e los q u e así se c o m b a t e n tienen u n m i s m o origen, partici-
[De bello universali eiusque causis] pan de la m i s m a naturaleza y p e r t e n e c e n a la m i s m a sociedad
h u m a n a ? ¿ Q u i é n les reconocería c o m o h e r m a n o s , hijos de u n
A d beatissimi Apostolorum Principis cathedram arcano Dei providentis mismo Padre, q u e está en los cielos ? Y m i e n t r a s q u e , de u n a y otra
consilio, nullis Nostris meritis, ubi provecti sumus, cum quidem Christus parte, formidables ejércitos pelean furiosamente, las naciones, las
Dominus ea ipsa Nos voce, qua Petrum, appellaret, pasee agnos meos, pasee
familias, los individuos, sufren los dolores y miserias q u e , como
oves meas; continuo Nos summa cum benevolentiae caritate oculos in gre-
gem, qui Nostrae mandabatur curae, convertimus; innumerabilem sane gre- triste cortejo, siguen a la guerra. A u m e n t a sin medida, de día en
gem, ut qui universos nomines, alios alia ratione, complectatur. Omnes día, el n ú m e r o de viudas y de h u é r f a n o s ; se paraliza, p o r la inte-
enim, quotquot sunt, lesus Christus a peccati servitute, profuso in pretium
suo sanguine, liberavit; nec vero est ullus qui, a beneficüs redemptionis Iam vero, ut'primum'licuit ex hac arce Apostolicae dignitatis rerum hu-
huius exceptione excludatur: ¡taque genus humanum divinus Pastor par- manarum cursum uno quasi obtutu contemplan, cum lacrimabilis obver-
tim Ecclesiae suae caulis iam feliciter inclusum habet, partim se eodem com- saretur Nobis ante oculos civilis societatis conditio, acri sane dolore affecti
pulsurum amantissime affirmat: Et alias oves habeo, quae non sunt ex hoc sumus. Quo enim pacto fieret ut Nostrum communis omnium Patris ani-
ovili: et illas oportet me adducere, et vocem meam audient.—Equidem non vos mum non vehementissime sollicitaret hoc E_uropae atque adeo orbis terrae
hoc celabimus, venerabiles Fratres: ante omnia, divina certe benignitate ex- spectaculum, quo nullum fortasse nec atrocius post hominum memoriam
citatum, sensimus in animo incredibilem quemdam studii et amoris impe- fuit, nec luctuosius? Omnino illi advenisse dies videntur, de quibus Christus
ttim ad cunctorum salutem hominum quaerendam; atque illud ipsum fuit praenuntiavit: Audituri... estis praelia, et opiniones praeliorum... Consurget
Nostrum in Pontificatu suscipiendo votum, quod Iesu, mox crucem subeun- enim gens in gentem, et regnum in regnum. Tristissima usquequaque dominatur
tis, fuerat: Pater sánete, serva eos in nomine tuo, quos dedisti mihi. ¡mago belli; nec fere nunc est aliud quod hominum cogitationes oceupet.
Maximae sunt praestantissimaeque opulentia gentes quae dimicant: quam-
1 B E N E D I C T O XV, Carta encíclica a todos los patriarcas, primados, arzobispos y obispos del obrem quid mirum, si horrificis bene instructae praesidiis, quae novis-
mbe católico en paz y comunión con la Sede Apostólica: A A S 6 [1914] 565-581. L a traducción sime ars militaris invenit, conficere se mutuo exquisita quadam immanitate
española incluida en el texto es la versión oficial publicada en A A S 6 (1914) 615-629.
2
l o . 21,15-17-
contendant? Nec ruinarum igitur nec caedis modus: quotidie novo redun-
3
l o . 10,16. dat cruore térra, ac sauciis completur exanimisque corporibus. Num, quos
•• l o . 17,11. ita videris alteros alteris infestos, eos dixeris ab uno omnes prognatos, num
(•¡usdem naturae, eiusdem societatis humanae participes? Num fratres agno-
veris, quorum unus est Pater in caelis ? Dum autem infinitis utrimque copiis
hirióse decernitur, interea doloribus et miseriis, quae bellis, tristis cohors,
comitari solent, civitates, domus, singuli premuntur; crescit immensum ¡n

' Mt. 24,6-7,


All ÜKM'IS.mviI
'M2 BENEDICTO XV 4.1:1
y solícito. O t r o mal funesto ha p e n e t r a d o hasta las mismas eiUraiVis
rrupción de comunicaciones, el comercio; están a b a n d o n a d o s los
de la sociedad h u m a n a y tiene atemorizados a todos los h o m b t v s
c a m p o s y suspendidas las artes; se e n c u e n t r a n en la estrechez los
de sano criterio, ya p o r los daños q u e ha causado y causará en lo
ricos, en la miseria los pobres, en el luto todos.
futuro a las naciones, ya p o r q u e , con toda razón, es considerado'
[ 3 ] . N o s , conmovido p o r t a n extrema situación, en el princi- como causa de la presente luctuosísima guerra. E n efecto, desde
pio de n u e s t r o s u p r e m o pontificado, creímos deber n u e s t r o recoger q u e se h a n dejado de aplicar en el gobierno de los Estados las nor-
las últimas palabras d e n u e s t r o predecesor, Pontífice d e ilustre y mas y las prácticas de la sabiduría cristiana, q u e garantizaban la
santísima memoria, y repitiéndolas comenzar n u e s t r o apostólico estabilidad y la t r a n q u i l i d a d del orden, comenzaron, como no
ministerio; y conjuramos entonces con t o d a vehemencia a los p r í n - podía m e n o s d e suceder, a vacilar en sus cimientos las naciones
cipes y a los g o b e r n a n t e s a fin de q u e , considerando cuánta sangre y a p r o d u c i r s e tal c a m b i o en las ideas y en las costumbres, q u e ,
y cuántas lágrimas h a b í a n sido derramadas, se apresurasen a d e - si D i o s n o lo remedia p r o n t o , parece ya i n m i n e n t e la destrucción
volver a los pueblos los soberanos beneficios de la paz. Y ojalá q u e d e la sociedad h u m a n a . H e aquí los desórdenes q u e estamos p r e -
p o r la misericordia de Dios suceda q u e , al e m p e z a r n u e s t r o oficio senciando: la ausencia de a m o r m u t u o en las relaciones entre los
de Vicario suyo, resuene c u a n t o antes el feliz anuncio q u e los án- h o m b r e s ; el desprecio d e la autoridad de los q u e g o b i e r n a n ; la
geles cantaron en el nacimiento del divino R e d e n t o r de los h o m - injusta lucha entre las diversas clases sociales; el ansia ardiente
bres : Y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad 6. Q u e nos con q u e son apetecidos los bienes pasajeros y caducos, como si n o
escuchen, rogamos, aquellos en cuyas m a n o s están los destinos, existiesen otros, y ciertamente m u c h o más excelentes, p r o p u e s t o s
d e los pueblos. O t r o s medios existen, ciertamente, y otros procedi- al h o m b r e p a r a q u e los alcance. E n estos cuatro p u n t o s se contie-
m i e n t o s para vindicar los propios derechos, si h u b i e s e n sido vio- nen, según n u e s t r o parecer, otras tantas causas de las gravísimas
lados. A c u d a n a ellos, depuestas en t a n t o las a r m a s , con leal y perturbaciones q u e padece la sociedad h u m a n a 7 . T o d o s , por
sincera voluntad. Es la caridad hacia ellos y hacia t o d o s los pueblos, tanto, d e b e m o s esforzarnos en q u e desaparezcan p o r completo,
n o n u e s t r o p r o p i o interés, la q u e nos m u e v e a hablar así. N o per- restableciendo los principios del cristianismo si de veras se intenta
mitan, p u e s , q u e se pierda en el vacío esta nuestra voz d e amigo poner paz y o r d e n en los intereses c o m u n e s .
y de p a d r e .
nae societatis inhaerens, furiale malum; idque ómnibus, quicumque sa-
[II. EL ABANDONO DE LA F E CRISTIANA P O R LOS ESTADOS
piunt, est formidini, utpote quod, cum alia iam attulerit et allaturum sit
detrimenta civitatibus, tum huius luctuosissimi belli semen iure habeatur.
Y sus GRAVES C O N S E C U E N C I A S ]
ICtenim ex quo christianae sapientiae praecepta atque instituta observan
[ 4 ] . P e r o n o es solamente la sangrienta guerra actual lo q u e ilesita sunt in disciplina rei publicae, cum stabilitatem tranquillitatemque
ordinis illa ipsa continerent, necessario nutare funditus coeperunt civita-
trae a los p u e b l o s s u m i d o s en la miseria y a N o s angustiado les, ac talis et mentium conversio et mortim demutatio consecuta est, ut,
dies viduarum orborumque numerus; languent, interceptis itineribus, com- nisi Deus mature adiuvet, impenderé iam humanae consortionis videatur
mercia; vacant agri; silent artes; in angustüs locupletes, in squalore inopes, exitium. Itaque haec cernimus: abesse ab hominum cum hominibus con-
in luctu sunt omnes. iunctione benevolentiam mutuam; despicatui haberi eorum qui praestint,
auctoritatem; ordines cum ordinibus civium iniuriose contendere; fluxa
Hisce Nos tam extremis rebus permoti, in primo tamquam limine Pon- et caduca ita sitienter appeti bona, quasi non alia sint, eaque multo potiora,
tificatus maximi, Nostrarum partium esse duximus, suprema illa Deces- liomini proposita ad comparandum. His quidem quatuor capitibus causas
soris Nostri, praeclarae sanctissimaeque memoriae Pontificis, revocare verba, lotidem contineri arbitramur, cur societas humani generis adeo graviter
iisque iterandis, Apostolicum officium auspicari; vehementerque eos, qui pcrturbetur. Danda igitur communiter est opera, ut pellantur e medio,
res regunt vel gubernant publicas, obsecravimus, ut, respicientes quantum c hristianis nimirum principiis revocandis, si veré consilium est pacare
effusum iam esset Iacrimarum et sanguinis, alma pacis muñera reddere i'ommunes res recteque componere.
populis maturarent. Atque utinam, Dei miserentis beneficio, fíat, ut, quem
Angelí in ortu divini hominum Redemptoris faustum cecinere nuntium, 1
Es la misma etiología de los males sociales del m u n d o m o d e r n o señalada por San Pío X
idem, ineuntibus Nobis vicarium Ipsius munus, celeriter insonet: In térra en su alocución consistorial de 25 d e mayo d e IQ14: se buscan fórmulas para s u p r i m i r l a s
pax hominibus bonae vduntatis. Audiant Nos ii, rogamus, quorum in manibus luchas sociales y las guerras; excelente propósito, pero condenado d e antemano al fracaso s i
la caridad y la justicia n o arraigan e n los hombres. P o r q u e las masas carentes d e fe y disci-
fortuna civitatum sita est. Aliae profecto adsunt viae, rationes aliae, quibus, plina moral son fácil presa de los manejos demagógicos. Y el mal se empeora con los obs-
si qua sunt violata iura, sarciri possint. Has, positis interim armis, bona 1,'ieulos q u e se ponen a la beneficiosa influencia social de la Iglesia (AAS 6 [1014] 253-255X
experiantur fide animisque volentibus. Ipsorum Nos universarumque gen- Kn la carta al episcopado d e U m b r í a , d e 14 de junio de 1920, Benedicto XV repitió la tesis
central de esta encíclica: los males presentes se deben a la situación política y económica, pero
tium amore impulsi, nulla Nostra causa, sic loquimur. Ne sinant igitur hanc la lili/, profunda es otra: el olvido de la vida eterna; el cumplimiento del deber no puede
amici et patris vocem in irritum cadere. «poyarse sólidamente en la mera ley, sino en la obediencia debida a Dios (AAS 12 [1920] 2(12).

At vero, non solum huius cruenti dimicatio belli misérrimos habet


populos, Nosque anxios et sollicitos. Alterum est, in ipsis medulHs huma-
f I,c. 2,14.
444 BENKDICTO XV
An m:\TissiMi 445
[Ausencia de la caridad en las relaciones sociales ] I¡i» los últimos m o m e n t o s d e su vida rogó encarecidamente al P a d r e
que todos cuantos en El habían de creer fuesen una sola cosa por
[ 5 ] . E n p r i m e r lugar, Jesucristo, h a b i e n d o descendido de los el vínculo de la caridad: Como tú, Padre, estás en mí y yo en ti 17.
cielos p a r a restaurar e n t r e los h o m b r e s el reino d e la paz, destruido Finalmente, s u s p e n d i d o de la cruz, d e r r a m ó su sangre sobre todos
p o r la envidia de Satanás, n o quiso apoyarlo sobre otro f u n d a m e n t o nosotros, para q u e , u n i d o s estrechamente, como f o r m a n d o u n solo
q u e el d e la caridad. P o r eso repitió tantas veces: Un precepto nuevo cuerpo, nos amásemos m u t u a m e n t e con u n amor semejante al q u e
os doy: que os améis los unos a los otros 8 ; Este es mi precepto: que existe entre los m i e m b r o s de u n m i s m o c u e r p o . — P e r o m u y de otra
os améis los unos a los otros 9; £5(0 os mando:, que os améis unos a manera sucede en nuestros tiempos. N u n c a quizá se habló t a n t o
otros 1 0 ; c o m o si n o tuviese otra misión q u e la de hacer q u e los como en nuestros días de la fraternidad h u m a n a ; m á s aún, sin
h o m b r e s se amasen m u t u a m e n t e . Y p a r a conseguirlo, ¿qué género acordarse d e las enseñanzas del Evangelio y p o s p o n i e n d o la o b r a
de a r g u m e n t o s dejó d e emplear? A t o d o s nos m a n d a levantar los de C r i s t o y de su Iglesia, n o r e p a r a n en p o n d e r a r este anhelo de
ojos al cielo: Uno solo es vuestro Padre, el que está en los cielos H. fraternidad c o m o u n o de los m á s preciados frutos q u e la m o d e r n a
A todos, sin distinción de naciones, d e lenguas ni de intereses, civilización ha p r o d u c i d o . Pero, en realidad, n u n c a se han t r a t a d o
n o s . e n s e ñ a la m i s m a forma de orar: Padre nuestro, que estás en los los h o m b r e s m e n o s fraternalmente q u e ahora. E n e x t r e m o crueles
cielos 1 2 ; es más, afirma q u e el P a d r e celestial, al repartir los b e n e - son los odios e n g e n d r a d o s p o r la diferencia de razas; m á s q u e por
ficios naturales, n o hace distinción d e los méritos de cada u n o : las fronteras, los pueblos están divididos p o r m u t u o s r e n c o r e s :
Que hace salir el sol sobre malos y buenos y llueve sobre justos e in- en el seno de una m i s m a nación y d e n t r o de los m u r o s de una m i s m a
justos 1 3 . T a m b i é n nos dice, u n a s veces, q u e somos h e r m a n o s , y ciudad, las distintas clases sociales son blanco d e la recíproca male-
otras nos llama h e r m a n o s s u y o s : Todos vosotros sois hermanos 1 4 ; volencia; y las relaciones privadas se regulan p o r el egoísmo, con-
Para que [su Hijo] sea primogénito entre muchos hermanos ^ . Y lo vertido en ley s u p r e m a .
q u e m á s fuerza tiene para estimularnos en s u m o g r a d o a este a m o r
fraternal aun hacia aquellos a quienes nuestra nativa soberbia m e - [ 6 ] , Ya veis, venerables h e r m a n o s , cuan necesario es p r o c u -
nosprecia, quiere q u e se reconozca en el m á s p e q u e ñ o de los h o m - rar con t o d o e m p e ñ o q u e la caridad de Jesucristo t o r n e a reinar
bres la dignidad de su m i s m a p e r s o n a : Cuantas veces hicisteis eso entre los h o m b r e s . Este será siempre n u e s t r o ideal, y ésta la labor
a uno de estos mis hermanos menores, a mí me lo hicisteis16. ¿ Q u é m á s ? propia de n u e s t r o pontificado. Y os exhortamos a q u e éste sea t a m -
bién vuestro anhelo. N o cesaremos de inculcar en los ánimos de
Ac primuin Christus Dominus, cum hanc ipsam ob causam de caelis los h o m b r e s y d e p o n e r en práctica aquello del apóstol San J u a n :
descendisset, ut, quod invidia diaboli eversum fuerat, restitueret in homi- Amémonos mutuamente 1 S . Excelentes son, es cierto, y sobremanera
nibus regnum pacis, non alio illud voluit niti fundamento, nisi caritatis. recomendables, los institutos benéficos q u e t a n t o a b u n d a n en n u e s -
Quare haec saepius: Mandatum novum do vobis: ut diligatis invicem; Hoc tros días; m a s téngase en cuenta q u e entonces resultan d e verda-
est praeceptum meum, ut diligatis invicem; Haec mando vobis, ut diligatis
invicem: tamquam si unum hoc suum esset officium et munus, adducere sub exitum vitae impensissime rogavit Patrem, ut quotquot in se ipsum
homines ut diligerent Ínter se. Atque huius rei gratia, quod non adhibuit essent credituri, omnes caritatis copulatione essent unum? Sicut tu Pater
argumentorum genus? Suspicere in caelum nos omnes iubet: Unus est in- me, et ego in te. Denique e cruce pendens, suum sanguinem in nos omnes
enim Pater vester, qui in caelis est. Omnes, nullo nationis aut linguae aut exhausit, unde quasi coagulati compactique in unum corpus, sic amaremus
rationum discrimine, eamdem docet formulam precandi: Pater Noster, Ínter nos, quemadmodum Ínter membra eiusdem corporis summa amicitia
qui es in caelis; quin etiam affirmat Patrem caelestem, in beneficiis naturae est.—Verum longe aliter se habent mores horum temporum. Numquam
dilargiendis, ne merita quidem singulorum discernere: Qui solem suum fortasse fraternitatís humanae tanta fuit, quanta hodie, praedicatio; quin
oriri facit super bonos et malos: et pluit super iustos et iniustos. Fratres etiam imo non dubitant, Evangelii voce neglecta, opsraque Christi et Ecclesiae
nos tum dicit Ínter nos esse, tum suos appellat: Omnes autem vos fratres posthabita, hoc fraternitatís studium efferre, tamquam unum e maximis
estis; Ut sit ipse primogenitus in multis fratribus. Quod vero ad fraternum muneribus, quae huius aetatis humanitas pepererit. Re tamen vera,
amorem excitandum, vel erga eos quos naturae superbia contemnit, valet numquam minus fraterne actum est ínter homines, quam nunc. Cru-
plurimum, in ínfimo quoque suae ipse vult agnosci personae dignitatem: delissima ob dissimilitudines generis áunt odia; gentem a gente potius
Quamdiu fecistis uni ex his fratribus meis minimis, mihi fecistis. Quid, quod simultates, quam regiones separant; eádem in civitate, eadem intra ntoenia
Hagrant mutua invidia ordines civium; ínter privatos autem omnia 'amore
6
9
lo. 13,34. sui, tamquam suprema lege, diriguntur.
lo. 15,12.
10
11
lo. 15,17. Videtis, venerabiles Fratres, quam necesse sit omni studio eniti, ut
Mt. 23,9. Iesu Christi caritas rursus in hominibus dominetur. Hoc certe semper
>2Mt. 6,9.
13
Mt. 5,45. Nobis propositum habituri sumus, velut proprium Nostri Pontificatus opus;
'•> Mt. 23,8. hoc ipsum studete vos, hortamur. Ne desistamus vel inculcare auribus
'5 Rom. 8,29.
16
Mt. 25,40. 11
lo. 17,2t.
1B
I lo. ¡,23.
44í; liKXKIHCTO x V
AD iii.vns.siMi 447
dera utilidad c u a n d o prácticamente contribuyen de algún m o d o a
111 n* deslruyc la constitución de la sociedad h u m a n a , N o s , a q u i e n
fomentar en las almas la verdadera caridad hacia Dios y hacia los
h,i sido d i v i n a m e n t e confiado el magisterio d e la verdad, n o p o d e -
prójimos; pero, si nada de esto consiguen, son inútiles, p o r q u e
mos en m o d o alguno callar, y recordamos a los pueblos aquella
el que no ama permanece en la muerte 19.
doctrina q u e no p u e d e ser cambiada p o r el capricho d e los h o m b r e s :
No hay autoridad sino por Dios, y las que hay, por Dios han sido
[JE! desprecio de la autoridad de los gobernantes] ordenadas21. Por t a n t o , toda a u t o r i d a d existente e n t r e los h o m b r e s ,
[ 7 ] . Dejamos d i c h o q u e otra causa del general desorden con- ya sea soberana o subalterna, es divina en su o r i g e n 2 2 . P o r esto
siste en q u e ya n o es respetada ia autoridad d e los q u e gobiernan. San Pablo enseña q u e a los q u e están investidos d e autoridad se les
P o r q u e , desde el m o m e n t o q u e se quiso atribuir el origen de toda ha de obedecer, n o de cualquier m o d o , sino religiosamente, por
h u m a n a potestad, n o a D i o s , C r e a d o r y d u e ñ o d e t o d a s las cosas, obligación d e conciencia, a n o ser q u e m a n d e n algo q u e sea con-
sino a la libre voluntad de los h o m b r e s , los vínculos d e m u t u a trario a las divinas leyes: Es preciso someterse no sólo por temor del
obligación q u e d e b e n existir e n t r e los superiores y los subditos castigo, sino también por conciencia 2$. C o n c u e r d a n con estas pala-
!
se h a n aflojado hasta el p u n t o d e q u e casi h a n llegado a desapare- bras de San P a b l o aquellas otras del m i s m o Príncipe de los A p ó s t o -
cer. P u e s el i n m o d e r a d o deseo d e libertad, u n i d o a la contumacia, les: Por amor del Señor estad'sujetos a toda autoridad humana: ya
poco a p o c o lo ha invadido todo, y n o ha respetado siquiera la so- al emperador, como soberano; ya a los gobernadores, como delegados
ciedad doméstica, cuya potestad es m á s claro q u e la luz meridiana suyos... 2 4 . D e d o n d e colige el A p ó s t o l de las G e n t e s q u e q u i e n
q u e arranca de la m i s m a naturaleza; y, lo q u e todavía es m á s d o - resiste con contumacia al legítimo gobernante, a D i o s resiste, y
loroso, h a llegado a p e n e t r a r hasta en el recinto m i s m o del Santua- se hace reo de las eternas p e n a s : De suerte que quien resiste a la auto-
rio. D e aquí proviene el desprecio de las leyes 2 0 ; de aquí las agita- ridad resiste a la disposición de Dios, y los que la resisten se atraen
ciones populares, d e a q u í la petulancia e n c e n s u r a r t o d o lo q u e es sobre sí la condenación 2 5 .
m a n d a d o , d e aquí los m o n s t r u o s o s crímenes d e aquellos q u e , con- [ 9 ] . R e c u e r d e n esto los príncipes y los q u e gobiernan a los
fesando q u e carecen d e toda ley, n o respetan n i los bienes n i las pueblos, y consideren si es p r u d e n t e y saludable consejo, t a n t o p a r a
vidas de los d e m á s . el p o d e r público como para los ciudadanos, apartarse d e la santa
[8]. A n t e semejante desenfreno^en el p e n s a r y e n el o b r a r ,
tutio pervertitur, Nobis quidem, quibus magisterium veritatis divinitus
hominum vel re praestare illud Ioannis: Diligamus alterutrum. Praeclara mandatum est, tacere non ¡icet; populosque admonemus ilüus doctrinae,
certe, valdeque commendanda sunt illa, quibus haec aetas abundat bene- c|iiam nulla hominum placita mutare possunt: Non est potestas nisi a Deo:
ñcentiae causa institutis; at enim, si quid ad veram Dei et aliorum caritatem i/iiíie aulem sunt, a Deo ordinatae sunt. Quisquís igitur Ínter homines praeest,
in anímis fovendam conferant, tum demum solidae utilitatis sunt; quod sive is princeps est sive infra principatum, eius divina est origo auctorita-
si nihil eo conferant, nulla sunt: nam qui non diligit, manet in morte. lis. Quare Paulus non quovis modo, sed reíigiose, id est ex conscientiae
of'Hcio, obtemperandum iis esse edicit, qui pro potestate iubent, nisi quid
Alteram diximus communis perturbationis causam in eo consistere, iubeant divinis contrarium legibus: Ideo necessitate subditi estote, non solum
quod iam non sancta vulgo sit eorum qui cum potestate praesunt, aucto- propter iram, sed etiam propter conscientiam. Congruit cum verbis Pauli,
ritas. Ex quo enim placuit omnis humanae potestatis non a Deo, rerum quod ipse Apostolorum Princeps docet: Suhiecti igitur estote omni humanae
conditore et dominatore, sed a libera hominum volúntate deducere origi- creaturae propter Deum: sive regi, quasi praecellenti: sive ducibus, tamquam
nem, vincula officii, quae eos ínter qui praesunt et qui subsunt, intercederé nb eo missts... Ex quo ídem Gentium Apostolus colligit, eum qui homini
debeant, adeo extenuata sunt, ut propemodum evanuisse videantur. Immo- legitime imperanti contumax obsistat, Deo obsistere ac sempiternas sibi
dicum enim studium iibertatis cum contumacia coniunctum, paulatim parare poenas: ¡taque qui resistit potestati, Dei ordinationi resistit. Qui autem
usquequaque pervasit; idque ne domesticam quidem societatem, cuius resistunt, ipsi sibi damnationem acquirunt.
potestatem luce clarius est a natura proficisci, intactam reliquit; quin etiam,
quod magis dolendum est, in sacros usque recessus penetravit. Hinc con- Meminerint hoc principes rectoresque populorum, ac videant num
temptio nascitur legum; hinc motus multitudinum; hinc petulantia repre- prudens ac salutare consilium cum potestati publicae tum civitatibus sit
hendendi quidquid iussum sit; hinc sexcentae repertae viae ad disciplinae ¡1 sancta Iesu Christi religione discedere, a qua tantum ipsa potestas habet
ñervos elidendos; hinc immania illorum facinora, qui, quum se nulla te- 21
neri lege profiteantur, nec fortunas hominum verentur nec vitam perderé. Rom. 13,1.
22
Benedicto X V reitera en la epístola al episcopado portugués, d e 18 d e diciembre
de 1 o t o , la doctrina de L e ó n X I I I sobre la sumisión y obediencia al poder constituido: chrtstia-
Ad hanc opinandi agendique pravitatem, qua societatis humanae consti- n¡ haminis [est] ei se fideliter subicere potestati quae reipsa dominetur: «es propio de todo cris-
tiano s o n e t e r s e fielmente al p o d e r q u e d e h e c h o gobierne en el Estado». Por esto, «la Iglesia,
i» 1 lo. 3,14. i|u« es independiente d e toda clase social y n o está subordinada a partido político alguno,
2 0 «En toda sociedad y en todo Estado es u n hecho comprobado que la observancia de r.vhurta a sus hijos a la obediencia, sea la que sea la constitución política d e | Estado» (AAS 12
las leyes produce u n florecimiento general dentro d e la paz; en cambio, el descuido o el des- [1920)32-33).
precio d e las leyes provoca la perturbación del orden público y del orden privado causada por 23
Rom. 13,5. .
las discordias y las concupiscencias» (BENEDICTO XV, Aloe, consist. de 4 de diciembre de 191Ó:
' 'íA 1 Pct. 2,13-14.
AAS 8 I1916] 467).
! ' Kom. 13.2,
448 BENEDICTO XV AD iiK.vrissiMí 4'\'.i

religión de Jesucristo, q u e tanta fuerza y consistencia presta a la dores, a cuyo, influjo p o r entero suelen someterse, ¿quién será c;i-
h u m a n a autoridad. M e d i t e n u n a y otra vez si es m e d i d a d e sabia paz de persuadirles q u e n o p o r q u e los h o m b r e s sean iguales en
política q u e r e r prescindir d e la doctrina del Evangelio y de la Igle- naturaleza h a n d e o c u p a r el m i s m o puesto en la vida social, sino
sia en el m a n t e n i m i e n t o del o r d e n social y en la pública i n s t r u c - q u e cada cual t e n d r á aquel q u e adquirió con su conducta si las cir-
ción de la j u v e n t u d . H a r t o nos d e m u e s t r a la experiencia q u e la cunstancias n o le son adversas? Así, p u e s , los p o b r e s q u e luchan
autoridad de los h o m b r e s perece allí d o n d e la religión es desterra- contra los ricos, c o m o si éstos h u b i e s e n u s u r p a d o ajenos bienes,
da. Suele d e h e c h o acontecer a las naciones lo q u e acaeció a n u e s t r o o b r a n n o solamente contra la justicia y la caridad, sino t a m b i é n
p r i m e r p a d r e al p u n t o q u e h u b o pecado. Así c o m o en éste, apenas contra la r a z ó n ; sobre t o d o p u d i e n d o ellos, si quieren, con u n a h o n -
la voluntad se h u b o a p a r t a d o de la de Dios, las pasiones desenfre- rada perseverancia en el trabajo, mejorar su propia f o r t u n a 2 6 . —
n a d a s rechazaron el i m p e r i o d e la voluntad, así t a m b i é n , c u a n d o C u á l e s y cuántos perjuicios acarree esta rivalidad de clases t a n t o a
los q u e gobiernan los Estados desprecian la a u t o r i d a d d e ' D i o s , sue- los individuos en particular c o m o a la sociedad en general, n o hay
len los pueblos burlarse de la de ellos. L e s queda, es verdad, la necesidad d e declararlo; t o d o s estamos viendo y d e p l o r a n d o las
fuerza, y de ella a c o s t u m b r a n usar para sofocar las rebeliones; p e r o frecuentes huelgas, en las cuales suele q u e d a r r e p e n t i n a m e n t e pa-
¿con q u é provecho? P o r la violencia se sujetan los cuerpos, m a s ralizado el c u r s o d e la vida pública y social hasta en los oficios d e
n o los espíritus. m á s imprescindible necesidad; e igualmente esas amenazadoras re-
vueltas y t u m u l t o s en los q u e con frecuencia se llega al empleo de
las a r m a s y al d e r r a m a m i e n t o de sangre.
[Las luchas sociales ]
[i i ]. N o nos parece necesario repetir ahora los a r g u m e n t o s q u e
[ 1 0 ] . Suelto, p u e s , o aflojado aquel doble vínculo de cohesión p r u e b a n hasta la evidencia lo a b s u r d o del socialismo y d e otros
de t o d o c u e r p o social, a saber, la u n i ó n d e los m i e m b r o s entre sí semejantes errores. Ya lo hizo sapientísimamente L e ó n X I I I , n u e s -
p o r la m u t u a caridad y d e los m i e m b r o s con la cabeza p o r el acata- tro predecesor, en m e m o r a b l e s encíclicas; y vosotros, venerables
m i e n t o a la autoridad, ¿quién se maravillará con razón, venerables h e r m a n o s , cuidaréis con vuestra diligencia de q u e t a n i m p o r t a n t e s
h e r m a n o s , d e q u e la actual sociedad h u m a n a aparezca c o m o divi- enseñanzas n o caigan en el olvido, sino q u e sean sabiamente ilus-
d i d a en dos g r a n d e s b a n d o s q u e l u c h a n entre sí d e s p i a d a d a m e n t e t r a d a s e inculcadas, según la necesidad lo requiera, en las asambleas
y sin descanso? F r e n t e a los q u e la suerte o la propia actividad ha y r e u n i o n e s de los católicos, en la predicación sagrada y en las p u -
d o t a d o d e bienes d e fortuna, están los proletarios y o b r e r o s ar- blicaciones católicas. P e r o d e u n m o d o especial, y n o d u d a m o s
d i e n d o en odio, p o r q u e , p a r t i c i p a n d o d e la m i s m a naturaleza q u e
aquéllos, n o gozan, sin e m b a r g o , d e la m i s m a condición. N a t u r a l - non ex eo, quod homines sunt pares natura, sequi ut parem omnes obti-
m e n t e , u n a vez infatuados como están p o r las falacias d e los agita- nere debeant in communitate locum, sed eam esse singulorum conditio-
nem, quam sibi quisque suis moribus, nisi res obstiterint, comparavit?
roboris et firmamenti. Etiam atque etiam considerent, num doctrinam Ita, qui tenuiores cum copiosis depugnant, quasi alienas hi bonorum partes
Evangelii et Ecclesiae velle a disciplina civitatis, a publica iuventutis insti- occuparint, non contra iustitiam caritatemque tantum, verum etiam contra
tutione exclusam, civilis sapientiae sit. Nimis experiendo cognitum est, rationem faciunt, praesertim cum et ipsi possint honesta laboris conten-
ibi hominum iacere auctoritatem, unde exsulet religio. Quod enim primo lione meliorem sibi fortunam quaerere, si velint.—Quae vero quantaque
nostri generis parenti, cum officium deseruisset, contigit, idem civitati- hoc invidiosum certamen ordinum tum singulis tuna communitati civium
bus usu venire solet. Ut in illo, vix voluntas a Deo defecerat, effrenatae gignat incommoda, dicere nil attinet. Videmus omnes deploramusque cre-
cupidines voluntatis repudiarunt imperium: ita ubi qui res moderantur bras cessationes ab opere, quibus civilis publicaeque vitae cursus in ministe-
populorum, divinam contemnunt auctoritatem, ipsorum auctoritati illudere riis etiam apprime necessariis repente inhiberi solet: item minaces turbas
populi consueverunt. Relinquitur sane, quod assolet, ut ad túrbidos motus et tumultus, in quibus non raro accidit, ut armis res geratur et humanus
comprimendos vis adhibeatur: sed quo tándem fructu? Vi corpora quidem, effluat crúor.
non animi comprimuntur, Non hic videtur Nobis argumenta repetere, quibus Socialistarum alio-
rumque in hoc genere errores manifestó convincuntur. Egit hoc ipsum sa-
Sublata igitur aut debilitata illa duplici coniunctione, unde efficitur pientissime Leo XIII decessor Noster in Encyclicis Litteris sane memoran-
ut omne societatis corpus cohaereat, id est vel membrorum cum membris dis: vosque, venerabiles Fratres, pro vestra diligentia curabitis, ut g r a v í -
ob caritatem mutuam, vel eorumdem cum capite ob auctoritatis obsequium, sima illa praecepta ne unquam oblivioni dentur, imo in consociationibus
quisnam iure miretur, venerabiles Fratres, hanc hominum societatem disper- ac coetibus catholicorum, in sacris concionibus, in publicis nostrorum
titam in duas tamquam acies videri, quae Ínter se acriter et assidue digla-
26
dientur? Stant contra eos quibus aliquam bonorum copiam aut fortuna Es lícito buscar el mejoramiento del nivel de vida de las clases inferiores, pero es ilí-
tribuit aut peperit industria, proletarii et opifices, propterea flagrantes ma- cito buscarlo por medio de la violencia (BENEDICTO XV, Qarta al cardenal Gusmini, arzobispo
de Bolonia, de 22 de junio de ig2o: AAS 12 [1920] 292-293). Véase también la epístola al
levolentia, quod cum eamdem naturam participent, non tamen in eadem, episcopado véneto de 14 de junio de 1920, sobre la observancia de los principios cristianos
ac ipsi, conditione versentur. Scilicet, ut semel infatuati sunt concitatorum en materia social (AAS 12 [1920] 290-291), y la importante carta de 11 de marzo de tg20 al
fallaciis, quorum ad nutum solent se totos fingere, quis eis persuadeat, obispo de Bérgamo sobre la misma materia (AAS 12 [1920] 109-112).
Doctr- pontif. ¡ ÍO
450 BENEDICTO XV
An BEATISSIMI 451
repetirlo, procuraremos con toda suerte de a r g u m e n t o s , suminis-
perta, y con otros semejantes medios es dirigida la opinión p ú b l i c a ;
trados por el Evangelio, p o r la m i s m a naturaleza del h o m b r e y los
cuando, decimos, se ha i n t r o d u c i d o en los ánimos el funestísimo
intereses públicos y privados, exhortar a todos a q u e , ajustándose
error de q u e el h o m b r e n o ha de esperar u n estado de eterna feli-
a la ley divina de la caridad, se a m e n unos a otros como h e r m a n o s .
cidad, sino q u e aquí, aquí abajo p u e d e ser dichoso con el goce de
La eficacia de este fraterno amor n o consiste en hacer q u e desapa-
las riquezas, de los honores, de los placeres d e esta vida, n a d i e se
rezca la diversidad d e condiciones y de clases, cosa t a n imposible
maravillará d e q u e estos h o m b r e s , n a t u r a l m e n t e inclinados a la
c o m o el q u e en u n cuerpo a n i m a d o todos y cada u n o de los m i e m -
felicidad, con la misma violencia con que ( se lanzan a la conquista
bros t e n g a n el m i s m o ejercicio y dignidad, sino en q u e los q u e estén
de tales bienes, rechacen t o d o aquello q u e retarda o i m p i d e su con-
m á s altos se abajen, en cierto m o d o , hasta los inferiores y se p o r t e n
secución. M a s , p o r q u e estos bienes n o están distribuidos por igual
con ellos, n o sólo con t o d a justicia, como es su obligación, sino
e n t r e todos, y a la autoridad pública toca i m p e d i r q u e la libertad
t a m b i é n benigna, afable, p a c i e n t e m e n t e ; y los h u m i l d e s , a su vez,
individual traspase los límites y se a p o d e r e d e lo ajeno, de aquí
se alegren d e la prosperidad y confíen en el apoyo d e los poderosos,
nace el odio contra la autoridad, y la envidia de los desheredados
n o d e otra suerte q u e el hijo m e n o r de u n a familia se p o n e bajo la
de la fortuna contra los ricos, y las luchas y contiendas m u t u a s entre
protección y el a m p a r o del de mayor edad.
las diversas clases de ciudadanos, esforzándose los u n o s p o r obte-
ner, a t o d a costa, aquello de q u e carecen, y los otros p o r conservar
[La codicia de los bienes temporales} y a u n a u m e n t a r lo q u e ya poseen.
[12]. Sin e m b a r g o , venerables h e r m a n o s , los males q u e hasta [13 ] . P r e v i e n d o Jesucristo, Señor nuestro, semejante estado de
a h o r a venimos d e p l o r a n d o t i e n e n una raíz m á s profunda, y si para cosas, explicó en aquel sublime s e r m ó n de la m o n t a ñ a cuáles son
extirparla n o se a u n a n los esfuerzos de los b u e n o s , en vano espe- las verdaderas bienaventuranzas del h o m b r e sobre la tierra, y puso,
r a r e m o s lograr aquello q u e todos ciertamente anhelamos, es a sa- p o r decirlo así, los f u n d a m e n t o s de la filosofía cristiana. T a l e s en-
ber, la t r a n q u i l i d a d estable y d u r a d e r a de la vida social. C u á l sea señanzas a u n a los h o m b r e s m á s adversos a la fe pareció q u e conte-
esta raíz, lo declara el A p ó s t o l : La raíz de todos los males es la avaricia 2 7 . nían u n a sabiduría singular y perfectísima doctrina, así moral como
P o r q u e , si b i e n se considera, los males q u e ahora sufre la sociedad religiosa; y, ciertamente, t o d o s convienen en reconocer q u e nadie
h u m a n a nacen de esta raíz. P u e s c u a n d o en las escuelas perversas se antes d e Cristo, q u e es la m i s m a verdad, había enseñado j a m á s cosa
moldea c o m o cera la e d a d infantil, y con la malicia d e ciertos escri- parecida en esta materia, ni con tanta gravedad y autoridad n i con
tos diaria o periódicamente se forma la m e n t e de la m u l t i t u d inex- tan elevados y amorosos sentimientos.
[14]. L a índole secreta e íntima de esta filosofía consiste en
scriptis illustrentur docte atque inculcentur, quandocumque res postula-
verit. Sed potissimum—ñeque enim hoc iterare dubitamus—omni argu- imperitae multitudinis mens formatur, et aliarum causa rerum, ad quas
mentorum ope, quae vel Evangelium, vel ipsa hominis natura, vel publicae opinio popularis exigitur, quando, inquimus, ille infusus est animis perni-
privataeque disciplinae ratio suppeditat, studeamus hortari omnes, ut, ex ciosissimus error, non sperandum esse homini sempiternum aevum in quo
divina caritatis lege, fraternis animis Ínter se diligant. Cuius quidem amo- beatus sit; hic, hic licere ei esse beato, divitiis, honoribus, voluptatibus
ris non ea certe vis est, ut conditionum ideoque ordinum distinctionem huius vitae fruendis; nemo mirabitur hos homines, natura factos ad beati-
amoveat—quod non magis potest fieri, quam ut in corpore animantis una tatem, ea vi qua ad eorum adeptionem bonorum rapiuntur, eadem quicquid
eademque membrorum omnium actio sit ac dignitas—, sed tamen efficiet, sibi moram in hac re aut impedimentum fecerit, repeliere. Quoniam
ut qui loco superiores sunt, demittant se quodammodo ad inferiores; et vero haec bona non aequaliter dispertita sunt in singulos, et quia socialis
non solum iuste adversus eos, quod par est, sed benigne, comiter, patienter auctoritatis est prohibere ne singulorum libertas fines excedat alienumque
sese gerant: hí autem illorum et laetentur prosperitate et confidant auxilio; occupet, idcirco et odio habetur auctoritas, et miserorum in fortunatos ardet
sic prorsus, uti ex familiae eiusdem filiis minor natu maioris patrocinio invidia, et inter ordines civium mutua contentione certatur, nitentibus
praesidioque nititur. quidem aliis attingere id quovis pacto et eripere quo carent, alus autem
retiñere quod habent, atque etiam augere.
At enim, venerabiles Fratres, quae hactenus deplorando persecuti su-
mus, ea radicem habent altiorem: ac, nisi ad ipsam evellendam studia bono- Hoc ipsum Ghristus Dominus cum prospiceret futurum, in divinissimo
rum incumbant, illud profecto, quod est in votis, id est rerum humanarum illo sermone, quem in monte habuit, terrestres hominis beatitudines quae
stabilis et mansura tranquillitas, non sequatur. Ea quae sit, monstrat Apo- essent, data opera explicavit: in quo christianae philosophiae quodammodo
stolus: Radix... omnium malorum est cupiditas. Etenim, si quis recte consi- fundamenta posuisse dicendus est. Quae quidem vel hominibus perquam
deret mala, quíbus nunc aegrotat humana societas, ex hac stírpe oriuntur alienis a Fide, singularem sapientiam et absolutissimam de religione a c
omnia. Quandoquidem et perversitate scholarum, quibus aetatula cérea moribus doctrinam continere visa sunt: et certe consentiunt omnes nemi-
fingitur, et improbitate scriptorum, quibus, quotidie aut per intervalla iiera ante Christum, qui ipsa est veritas, nec similiter eadem de re, nec
parí gravitate ac pondere, nec tanto cum sensu amoris unquam praecepisse.
" l Tim. 6,19, Iam divinae huius philosophiae illa intima et recóndita ratio est, quod
452 BENEDICTO XV AD BEATISSIMI 453

q u e los llamados bienes d e esta vida t i e n e n la apariencia d e bien, sobrenaturales, y, asimismo, el aprecio, el deseo y la esperanza d e
p e r o n o la eficacia; y, p o r lo m i s m o , n o son tales q u e su goce p u e d a los bienes eternos, d e b e ser vuestro principal e m p e ñ o , venerables
hacer feliz al h o m b r e . Pues, según la palabra d e Dios, t a n lejos hermanos, así como t a m b i é n el d e l clero y el d e t o d o s los n u e s t r o s ,
está q u e las riquezas, la gloria, los placeres hagan feliz al h o m b r e , que, u n i d o s e n varias asociaciones, p r o c u r a n p r o m o v e r la gloria d e
que, si quiere serlo d e veras, debe, p o r a m o r d e Dios, privarse d e Dios y el v e r d a d e r o b i e n c o m ú n . P o r q u e , a m e d i d a q u e esta fe crez-
los m i s m o s : Bienaventurados los pobres... Bienaventurados los que ca e n t r e los h o m b r e s , decrecerá e n ellos el afán i n m o d e r a d o d e al-
ahora lloráis... Bienaventurados seréis cuando, aborreciéndoos los hom- canzar los fingidos bienes d e la tierra, y, renaciendo la caridad,
bres, os excomulguen y maldigan y proscriban vuestro nombre como g r a d u a l m e n t e cesarán las luchas y contiendas sociales.
malo2%. E s decir, q u e p o r m e d i o d e los dolores, adversidades y
miserias de esta vida, si las soportamos c o n paciencia, como d e b e - [III. R E N A C I M I E N T O D E LA VIDA C A T Ó L I C A ]
mos, nosotros m i s m o s n o s abrimos paso hacia aquellos bienes ver-
daderos y eternos que Dios ha preparado para los que le aman 29. [Labor del pontificado de Pío X]
Sin e m b a r g o , m u c h o s descuidan t a n i m p o r t a n t e s enseñanzas d e la
fe, y m u c h o s las h a n olvidado p o r completo. E s necesario, p u e s , [ 1 5 ] . A h o r a bien, si, dejando aparte la sociedad civil, volve-
venerables h e r m a n o s , renovar según ellas t o d o s los corazones. N o mos n u e s t r o p e n s a m i e n t o a considerar las cosas eclesiásticas, t e n e -
de otra suerte lograrán la paz los h o m b r e s n i la sociedad h u m a n a . mos, sin d u d a , motivos p a r a q u e n u e s t r o á n i m o , h e r i d o p o r la ge-
E x h o r t e m o s , p o r tanto, a los q u e padecen cualquier adversidad a neral calamidad d e estos tiempos, al m e n o s e n p a r t e reciba algún
q u e n o fijen sus m i r a d a s e n la tierra, e n la cual n o somos m á s q u e alivio; p u e s , además d e las p r u e b a s , q u e se p r e s e n t a n clarísimas,
peregrinos, sino q u e las levanten al cielo, a d o n d e nos e n c a m i n a m o s : de la divina v i r t u d y firmeza d e q u e goza la Iglesia, n o p e q u e ñ o
que no tenemos aquí ciudad permanente, antes buscamos la futura 3 0 . consuelo n o s ofrecen los preclaros frutos q u e d e s u activo pontifi-
Y e n medio d e las adversidades c o n las q u e Dios p r u e b a la constan- cado n o s dejó n u e s t r o antecesor P í o X después d e haber ilustrado
cia e n su divino servicio, consideren con frecuencia q u é p r e m i o a la Sede Apostólica c o n los ejemplos d e u n a vida santa. V e m o s , en
les está reservado p a r a c u a n d o salgan vencedores d e esta lucha. efecto, p o r obra suya, inflamado p o r d o q u i e r el espíritu religioso
Pues por la momentánea y ligera tribulación nos prepara un peso eter- entre los eclesiásticos; despertada la piedad d e l p u e b l o cristiano;
no de gloria incalculable 3 1 . F i n a l m e n t e , el dedicarse c o n t o d o e m - promovidas e n las asociaciones d e los católicos la acción y la disci-
p e ñ o y esfuerzo a q u e renazcan e n los h o m b r e s la fe e n las verdades plina; fundadas e n u n a s partes y multiplicadas e n otras las sedes
episcopales; ajustada la educación d e la j u v e n t u d levítica conforme
quae mortalis vitae appellantur bona, speciem quidem boni habent, vim a la exigencia d e los cánones y, e n c u a n t o es necesario, a la condición
non habent; ideoque non sunt ea, quibus fruens, homo beate possit vivere. de estos t i e m p o s ; alejados d e la enseñanza d e las ciencias sagradas
Deo enim auctore, tant'um abest ut opes, gloria, voluptas beatitatem affe- los peligros d e temerarias innovaciones; el arte musical, obligado
rant homini, ut, si veré hac potiri velit, debeat iis ómnibus, Dei ipsius causa,
carere: Beati pauperes... Beati, qui nunc fletis... Beati eritis cum vos oderint sunt, simulque cultus, desideratio, spes bonorum aeternorum, hoc debet
homines, et cum separaverint vos, et exprobraverint, et eiecerint notnen vestrurn esse vobis propositum in primis, venerabiles Fratres, tum' reliquo clero,
tamquam malura. Scilicet per dolores, aerumnas, miserias vitae huius, si Uim etiam nostris ómnibus, qui, vario consociati foedere, Dei gloriam com-
quidem ea toleremus ut oportet, aditum nobis ipsi patefacimus ad per- munemque veri nominis utilitatem student promoveré. Prout enim haec
fecta illa et immortalia bona, quae praeparavit Deus iis, qui düigunt illwn. apud homines Fides creverit, decrescet eorumdem studium immodicum
Verum haec tanti momenti doctrina Fidei apud plurimos negligitur, apud consectandi terrestrium bonorum vanitatem, ac sensim, caritate resurgen-
multos penitus oblitterata videtur.—Atqui necesse est, venerabiles Fra- te, motus contentionesque sociales conticescent.
tres, ad eam renovad omnium ánimos: non alio pacto homines et hominum
societas conquiescent. Quicumque igitur quovis aerumnarum genere affli- Nunc autem, si ab hominum communitate ad proprias Ecclesiae res
guntur, eos hortemur non oculos demittere in terram, qua peregrinamur considerandas cogitationem convertimus, est profecto, cur animus Noster,
sed tollere ad caelum, quo tendimus: non enim habemus hic manentem civi- tam magna temporum calamitate percussus, aliqua saltem ex parte reficia-
tatem, sed futuram inquirimus. In mediis autem rerum acerbitatibus, quibus (ur. Nam, praeter argumenta, quae se dant apertissima, divinae illius vir-
eorum periclitatur Deus in officio constantiam, saepe reputent, quid sibi tutis ac firmitatis qua pollet Ecclesia, non parum consolationis ipsa Nobis
paratum sit praemii, cum ex hoc periculo victores evaserint: Id enim, quod oí'ferunt, quae decessor Noster Pius X, cum Sedem Apostolicam sanctis-
in praesenti esl momentaneum et leve tribulationis nostrae, supra modum m Nimae vitae exemplis illustrasset, praeclara Nobis reliquit suae actuosae
sublimitate aeternum gloriae pondus operatur ¡h nobis. Denique omni ope providentiae muñera. Videmus enim eius opera inflammatum universe in
atque opera eniti ut revirescat in hominibus rerum fides quae supra naturam sacro ordine studium religionis; excitatam christiani populi pietatern;
promotam in consociationibus catholicorum actionem ac disciplinan»; qua
2» L e . 6,20-22.
lonstitutas, qua numero auctas Episcoporum sedes; institutioni adolescen-
2« I Cor. 2,1). , lis cleri tum pro severitate canonum, tum, quoad opus est, pro natura tem-
30 Hebr. 13,13. porum consultum; a magisteriis sacrarum disciplinarum depulsa temerarias
»l 2 Cor. 4,17.
454 BENKT1ICT0 XV Al) HKATINSIML 455

a servir d i g n a m e n t e a la majestad de las funciones sagradas; a u m e n - q u e se requiere para el éxito de la acción c o m ú n es la u n i ó n y con-
t a d o el decoro de la liturgia y p r o p a g a d o extensamente el n o m b r e cordia de los ánimos, N o s p r o c u r a r e m o s resueltamente q u e cesen
cristiano con nuevas misiones de predicadores evangélicos. las disensiones y discordias q u e hay entre los católicos y q u e n o
[ i 6 ] . Son éstos, realmente, grandes méritos de n u e s t r o a n t e - nazcan otras en lo sucesivo, de tal m a n e r a q u e entre los católicos
cesor para con la Iglesia, de los cuales conservará grata m e m o r i a no haya m á s q u e u n solo sentir y u n solo obrar. Saben bien los ene-
la posteridad. Sin e m b a r g o , como quiera q u e el c a m p o del Padre migos de Dios y d e la Iglesia q u e cualquiera disensión de los n u e s -
de familias, por permisión divina, está siempre expuesto a la malicia tros en la lucha es para ellos u n a victoria; por lo q u e , c u a n d o ven
del hombre enemigo, j a m á s sucederá q u e n o deba trabajarse en él .1 los católicos m á s unidos, entonces emplean la antigua táctica de
para q u e la a b u n d a n t e cizaña n o sofoque la b u e n a mies. P o r lo tan- s e m b r a r a s t u t a m e n t e la semilla de la discordia, esforzándose p o r
to, t e n i e n d o como dicho t a m b i é n a nosotros lo q u e Dios dijo al deshacer la u n i ó n . /Ojalá q u e semejante táctica n o les hubiese p r o -
profeta: Hoy te doy sobre pueblos y reinos poder de destruir, arrancar, porcionado t a n frecuentemente el éxito apetecido, con t a n t o d a ñ o
arruinar y asolar, de levantar, edificar y plantar 3 2 , por nuestra parte, de la religión! Así, p u e s , c u a n d o la potestad legítima m a n d a r e algo,
t e n d r e m o s s u m o cuidado en alejar cualquier mal y p r o m o v e r el a nadie sea lícito q u e b r a n t a r el p r e c e p t o p o r la sola razón d e q u e
bien hasta q u e plazca al Príncipe de los Pastores p e d i r n o s cuenta no lo aprueba, sino q u e todos sometan su parecer a la autoridad de
de n u e s t r o ministerio. aquel al cual están sujetos y le obedezcan p o r deber d e conciencia.
Igualmente, n i n g u n a persona privada se tenga p o r maestro en la
Iglesia, ya c u a n d o p u b l i q u e libros o periódicos, ya c u a n d o p r o n u n -
[Normas prácticas de mayor urgencia]
cie discursos en público. Saben todos a q u i é n ha confiado Dios el
[ 1 7 ] . Y ahora, venerables h e r m a n o s , al dirigirnos a vosotros | magisterio de la Iglesia; a sólo éste, pues, se deje el d e r e c h o de ha-
por m e d i o de esta p r i m e r a encíclica, creemos conveniente indicar i blar como le parezca y c u a n d o quiera. L o s d e m á s tienen el debél-
algunos p u n t o s principales a los cuales h e m o s resuelto dedicar n ú e s - í ele escucharle y obedecerle d e v o t a m e n t e . M a s en aquellas cosas so-
tro especial c u i d a d o ; así, p r o c u r a n d o secundar con vuestro celo bre las cuales, salva la fe y la disciplina, n o h a b i e n d o emitido su
nuestros designios, se o b t e n d r á n más p r o n t o los frutos deseados. juicio la Sede Apostólica, se p u e d e d i s p u t a r p o r a m b a s partes, a t o -
dos es lícito manifestar y defender lo q u e opinan. P e r o en estas
[Unión y concordia] disputas huyase de t o d a intemperancia d e lenguaje, q u e p u e d a cau-
sar grave ofensa a la caridad. C a d a u n o defienda su opinión con
[18]. Y ante todo, c o m o quiera q u e en toda sociedad d e h o m - libertad, p e r o con moderación, y no crea serle lícito acusar a los
bres, sea cualquiera el motivo por el q u e se h a n asociado, lo p r i m e r o contrarios, sólo p o r esta causa, d e fe sospechosa o de falta de dis-
novitatis pericula; maiestati sacrorum artem musicam digne serviré iussam, f
auctumque liturgiae decus; novis praeconum Evangelii missionibus christia- ma conspiratione conniti, omnino Nobis faciendum est, ut dissensiones
num late nomen propagatum. atque discordiae Ínter catholicos, quaecumque sunt, desinant esse, novae
Magna sunt ista quidem Decessoris in Ecclesiam promerita, quorum ne posthac oriantur, sed ii iam unum idemque omnes et sentiant et agant.—
memoriam grate posteritas conservabit. Quoniam tamen ager Patrisfami- l'robe Dei Ecclesiaeque hostes intelligunt, nostrorum quodvis in propug-
lias semper, Deo permitiente, inimici hominis malignitati patet, nunquam est nando dissidium sibi esse victoriae: quare illam habent usitatissimam ratio-
futurum, ut ibi elaborandum non sit, ne zizania luxuriantia bonis frugibus nem, ut cum catholicos homines viderint coniunctiores, tum, callide inii-
officiant. -Itaque, interpretantes dictum quoque Nobis, quod prophetae cientes eis discordiarum semina, coniunctionem dirimere nitantur. Quae
Deus dixerat: Ecce constituí te hodie super gentes et super regna, ut evellas et utinam ratio ne ita saepe ex volúntate eis evenisset, tanto cum religiosae rei
detrimento! Itaque ubi potestas legitima quid certo praeceperit, nemini fas
destruas... et aedifices et plantes, quaecumque erunt mala prohibenda,
esto negligere praeceptum, propterea quia non probetur sibi: sed quod ari-
bona provehenda, quantum erit in Nobis, summo usque studio curabimus,
que videatur, id quisque subiiciat eius auctoritati, cui subest, eique, ex of-
quoad Pastorum Principi rationem a Nobis administrati muneris placeat
licii conscientia, pareat.—ítem nemo privatus, vel libris diariisve vulgandis
repetere. vel sermonibus publice habendis, se in Ecclesia pro magistro gerat. Norunt_
>
Iam nunc igitur, venerabiles Fratres, cum vos universos primo litteris omnes cui sit a Deo magisterium Ecclesiae datum: huic igitur integrum ius
affamur, commodum videtur Nobis nonnulla attingere capita rerum, qui- esto pro arbitratu loqui, cum voluerit; ceterorum officium est, loquenti reu-
bus praecipuas quasdam curas adhibere decrevimus: ita, maturantibus nióse obsequi dictoque audientes esse. In rebus autem, de quibus, salva
vobis vestra opera adiuvare Nostram, maturius etiam optati fructus ex- lide ac disciplina—cum Apostolicae Sedis iudicium non intercesserit—in
sistent. utramque partem disputari potest, dicere quid sentiat idque defenderé, sane
nemini non licet. Sed ab his disputationibus omnis intemperantia sermonis
Principio, quoniam in omni hominum societate, quavis de causa coive- .ibsit, quae graves afferre potest offensiones caritati; suam quisque tueatur
rint, ad successum communis causae máxime interest socios in idem sum- libere quidem, sed modeste sententiam; nec sibi putet fas esse, qui contra-
?2
rían! teneant, eos, hac ipsa tantum causa, vel suspectae fidei argueré vel non
Ier. 1,10.
45fi BENEDICTO XV
AD B t A T I S S i M l 45?
ciplina. Q u e r e m o s t a m b i é n q u e los católicos se abstengan de usar
aquellos apelativos q u e r e c i e n t e m e n t e se h a n i n t r o d u c i d o para dis- hecho increíbles progresos e n el estudio d e la naturaleza, algunos,
tinguir u n o s católicos d e otros, y q u e los eviten n o sólo c o m o inno- a n t e p o n i e n d o su p r o p i o juicio a la a u t o r i d a d de la Iglesia, llevaron
vaciones profanas de palabras q u e n o están conformes con la verdad a tal p u n t o su t e m e r i d a d , q u e n o d u d a r o n en m e d i r con su inteli-'
ni con la equidad, sino t a m b i é n p o r q u e d e ahí se sigue g r a n d e per- gencia a u n los m i s m o s secretos misterios de Dios y c u a n t o ha reve-
t u r b a c i ó n y confusión e n t r e los m i s m o s . L a fe católica es d e tal ín- lado al h o m b r e y d e acomodarlos a la m a n e r a de p e n s a r d e estos
dole y naturaleza, q u e n a d a se le p u e d e añadir ni q u i t a r : o se p r o - tiempos. Así se e n g e n d r a r o n los m o n s t r u o s o s errores del m o d e r -
fesa p o r entero o se rechaza p o r e n t e r o : Haec est fides catholica, nismo, q u e n u e s t r o antecesor llamó j u s t a m e n t e síntesis de todas las
quam nisi quisque fideliter firmiterque crediderit, salvus esse non pot- herejías y c o n d e n ó s o l e m n e m e n t e . N o s , venerables h e r m a n o s , r e n o -
erit33. N o hay, p u e s , necesidad de añadir calificativos p a r a signi- vamos aquí esta condenación e n t o d a su extensión; y d a d o q u e t a n
ficar la profesión católica; bástele a cada u n o esta profesión: Cris- pestífero contagio n o h a sido a ú n e n t e r a m e n t e atajado, sino q u e
tiano es mi nombre, católico mi apellido; p r o c u r e tan sólo ser en efecto todavía se manifiesta acá y allá, a u n q u e solapadamente, N o s exhor-
aquello q u e se dice. tamos a q u e con s u m o cuidado se g u a r d e cada u n o del peligro d e
contraerlo. P u e s de esta peste b i e n p u e d e afirmarse lo q u e J o b h a -
[Conservación de la fe: el peligro del modernismo] bía dicho d e otra cosa: es fuego que devora hasta la destrucción y con-
sume toda la hacienda 3 5 . Y n o solamente deseamos q u e los católicos
[ 1 9 ] . P o r lo d e m á s , a los nuestros q u e se h a n consagrado a la se g u a r d e n d e los errores de los modernistas, sino t a m b i é n de sus
utilidad c o m ú n d e la causa católica, pide h o y la Iglesia otra cosa tendencias o del espíritu modernista, c o m o suele decirse: el q u e
' m u y distinta q u e insistir p o r m á s t i e m p o en cuestiones d e las cua- q u e d a inficionado d e este espíritu rechaza con d e s d é n t o d o lo q u e
les n i n g u n a utilidad se s i g u e : p i d e q u e con t o d o esfuerzo p r o c u r e n sabe a antigüedad, y busca con avidez la n o v e d a d en todas las cosas:
conservar la fe íntegra y libre de toda s o m b r a d e error, siguiendo en el m o d o de hablar d e las cosas divinas, en la celebración del culto
especialmente las huellas de aquel a q u i e n C r i s t o ha constituido sagrado, en las instituciones católicas y hasta en el ejercicio privado
g u a r d i á n e intérprete d e la verdad. T a m b i é n hay, y n o pocos, quie- d e la piedad. Q u e r e m o s , p o r tanto, q u e sea respetada aquella ley de
nes, c o m o dice el Apóstol, no sufrirán la sana doctrina; antes, deseo- nuestros m a y o r e s : Nihil innovetur nisi quod traditum est; la cual,
sos de novedades, se rodearán de maestros conforme a sus pasiones si, p o r u n a parte, h a d e ser observada inviolablemente en las cosas
y apartarán los oídos de la verdad para volverlos a las fábulas 3 4 . E n de fe, p o r otra, sin e m b a r g o , d e b e servir d e n o r m a p a r a t o d o aquello
efecto, orgullosos y engreídos p o r la gran estima q u e tienen del en- q u e p u e d a sufrir m u t a c i ó n , si b i e n a ú n en esto vale generalmente
t e n d i m i e n t o h u m a n o , el cual ciertamente, p o r p e r m i s i ó n divina, h a la .regla: Non nova, sed noviter.
bonae disciplinae. Abstineant se etiam nostri, volumus, iis appellatio-
nibus, quae recens usurpari coeptae sunt ad catholicos a catholicis distin- siones sane incredibiles in exploratione naturae, Deo nimirum dante, fe-
guendos: easque non modo devitent uti profanas vocum novitates, quae nec cit; nonnulli, eum prae suo iudicio auctoritatem Ecclesiae contemnerent,
veritati congruunt nec aequitati; sed etiam quia inde magna Ínter catholicos usque eo sua temeritate processerunt, ut ipsa Dei arcana et omnia quae
perturbatio sequitur, magnaque confusio. Vis et natura catholicae fidei est Deus homini revelavit, sua intelligendi facúltate metiri atque ad ingenium
eiusmodi, ut nihil ei possit addi, nihil demi: aut omnis tenetur, aut omnis horum temporum accommodare non dubitarent. Itaque exstiterunt mons-
abiicitur. Haec est fides catholica, quam nisi quisque fideliter firmiterque credi- truosi errores Modernismi, quem recte Decessor Noster omnium haereseon
derit, salvus esse non poterit. Non igitur opus est appositis ad professionem collectum edixit esse et sollemniter condemnavit. Eam Nos igitur condem-
catholicam significandam; satis habeat unusquisque ita profiteri: «Chris- nationem, venerabiles Fratres, quantacumque est, hic iteramus; et quo-
tianus mihi nomen, catholicus cognomen»; tantum studeat se re vera eum niam non usquequaque oppressa est tam pestífera lúes, sed etiamnum hac
esse, qui nominatur. illac, quamvis latenter, serpit, caveant omnes diligentissime, hortamur, a
quavis huius contagione mali; de quo quidem apte affirmaveris quod Iob
Ceterum, a nostris qui se ad communem rei catholicae utilifatem contu- alia de re dixerat: Ignis est usque ad perditionem devorans, et omnia eradicans
lerunt, longe aliud nunc Ecclesia postulat, quam utdiutiushaereantinquaes- genimina.—Nec vero tantum ab erroribus catholici nomines, cupimus, ab-
tionibus, quibus nihil proficitur; postulat, ut summo opere contendant horreant, sed ab ingenio etiam, seu spiritu, ut aiunt, Modernistarum: quo
integram conservare fidem et incolumem ab omni erroris afflatu, sequentes spiritu qui agitur, is quicquid sapiat vetustatem, fastidióse respuit, avide
eum máxime, quem Christus constituit custodem et interpretem veritatis. Sunt autem ubivis nova conquirit: in ratione loquendi de rebus divinis, in cele-
etiam hodie, nec ita pauci sunt, qui, ut ait Apostolus, «prurientes auribus, britate divini cultus, in catholicis institutis, in privata ipsa exercitatione
eum sanam doctrinam non sustineant, ad sua desideria coacervent sibi ma- pietatis. Ergo sanctam haberi volumus eam maiorum legem: Nihil innovetur,
gistros, et a veritate quidem auditum avertant, ad fábulas autem convertan- nisi quod traditum est; quae lex tametsi inviolate servanda est in rebus Fi-
tur». Inflati enim elatique magna opinione mentís humanae, quae progres- dei, tamen ad eius normam dirigenda sunt etiam, quae mutationem pati
33 possunt; quamquam in his ea quoque regula plerumque valet: Non nova,
«Esta es la fe católica, sin cuya fiel y firrne profesión no se puede lograr la salvación 9
(Símbolo Atanasiarw). sed noviter.
34
s T i m . 4.3-4,
35
Iob 31,12.
458 BENEDICTO XV AD BEAIISSIMI 459
m á s esmerada educación, a los alumnos del Santuario. Y a u n q u e
[Asociaciones católicas ] vuestra diligencia n o tiene necesidad de estímulo, os exhortamos y
os conjuramos a q u e queráis cumplir este deber con el mayor interés
[ 2 0 ] . Ya q u e , venerables h e r m a n o s , para profesar abiertamen-
posible, p o r q u e se trata de cosa tan i m p o r t a n t e , que no hay otra de
te la fe católica y para vivir de m a n e r a conveniente a la m i s m a fe
m a y o r . i n t e r é s para el bien de la Iglesia; pero, como quiera q u e ya
los h o m b r e s suelen ser estimulados principalmente con fraternales
nuestros antecesores, de santa memoria, L e ó n X I I I y Pío X hayan
exhortaciones y m u t u o s ejemplos, por eso nos complace sobrema-
tratado esto de propósito, N o s n o tenemos nada q u e añadir. Sola-
n e r a q u e sean fundadas de c o n t i n u o nuevas asociaciones católicas.
m e n t e ansiamos q u e los d o c u m e n t o s de t a n sabios pontífices, y
Y n o sólo deseamos q u e dichas asociaciones crezcan, sino q u e t a m -
principalmente la Exhortatio ad clerum,' de Pío X, con el auxilio
bién q u e r e m o s q u e florezcan p o r nuestra protección y p o r n u e s t r o de vuestras exhortaciones, n o caigan j a m á s en olvido, sino q u e sean
favor, y florecerán, sin duda, con tal q u e se acomoden constante escrupulosamente observadas.
y fielmente a las prescripciones q u e esta Sede Apostólica h a dado
ya o diere en adelante 3 6 . Así, pues, todos aquellos q u e , t o m a n d o [ 2 2 ] . U n a cosa hay, sin embargo, q u e n o debe pasarse en si-
p a r t e en estas asociaciones, trabajan p o r D i o s y por la Iglesia, n u n c a lencio, y es que q u e r e m o s recordar a t o d o s cuantos sacerdotes hay
olviden lo q u e dice la Sabiduría: El hombre obediente cantará vic- en el m u n d o , c o m o hijos nuestros m u y amados, q u e es absoluta-
toria 3 7 ; p o r q u e , si n o obedeciesen a D i o s por el obsequio hacia m e n t e necesario, ya para su propia santificación, ya para el fruto
la Cabeza de la Iglesia, t a m p o c o m e r e c e r á n el auxilio divino, y tra- del ministerio sagrado, q u e esté cada u n o estrechamente u n i d o y
bajarán en vano. e n t e r a m e n t e adicto a su propio obispo. P o r cierto, que, como arriba
d e p l o r a m o s , n o todos los ministros del Santuario están libres de
insubordinación y de independencia, t a n corriente en estos t i e m p o s ;
[Labor del clero en este renacimiento] ni sucede rara vez a los pastores de la Iglesia encontrar dolor y
contradicción allí d o n d e con derecho h u b i e s e n esperado consuelo
[ 2 1 ] . M a s , para q u e todas estas cosas sean llevadas al cabo
y ayuda. A h o r a bien, los q u e t a n desgraciadamente a b a n d o n a n su
con el feliz resultado q u e apetecemos, sabéis m u y bien, venerables
deber, reflexionen una y otra vez q u e es divina la autoridad de
h e r m a n o s , q u e es necesaria la cooperación asidua y p r u d e n t e de
aquellos a los cuales el Espíritu Santo ha constituido obispos para
aquellos a quienes Cristo Señor envió c o m o operarios a su mies,
apacentar la Iglesia de Dios 3 8 . Y que, si, como h e m o s visto, resisten
esto es, del clero. P o r lo cual entenderéis q u e vuestro p r i m e r cuidado
a Dios los q u e resisten a cualquiera potestad legítima, m u c h o más
d e b e ser fomentar la santidad conveniente a su estado en el clero irreverente es la conducta de aquellos q u e rehusan obedecer a los
q u e ya tenéis y formar dignamente p a r a u n oficio t a n santo, con la

Iam, quia, venerabiles Fratres, ad profitendam aperte Fidem catholicam timoniam foveatis, et qui sunt alúmni sacrorum, eos optimis institütis
atque ad vivendum congruenter Fidei, plurimum homines fraternis horta- praeceptisque ad munus tam sanctum rite conformetis. Id vos ut quam
mentis mutuisque exemplis inflammari solent, ideo Nos alias atque alias diligentissime faceré velitis—tametsi vestra diligentia hortatione non in-
excitari consociationes catholicorum equidem vehementer gaudemus. At- diget—hortamur atque etiam obsecramus. Res enim eiusmodi agitur, ut
que illae non solum optamus ut crescant, sed volumus Nostro etiam patro- milla sit maioris momenti ad Ecclesiae bonum: qua de re, cum decessores
cinio studioque semper floreant: florebunt autem, modo praescriptionibus Nostri fel. rec. Leo XIII et Pius X egerint data opera, Nos hic plura dicere
quas haec Apostólica Sedes iam dedit vel datura eis est, constanter fideliter- non habemus. Tantum rogamus, ut illa Pontificum sapientissimorum acta,
que obtemperarint. Quotquot igitur, earum participes societatum, pro Deo praesertim Piaña Exhortatio ad Clerum, suadentibus atque instantibus vobis,
Ecclesiaque contendunt, ne sinant unquam sibi excidere quod Sapientia ne unquam obruantur oblivione, sed studiosissime observentur.
clamat: Vir obediens loquetur victoriam; nisi enim Deo paruerint per obse- Unum tamen est, quod praeteriri silentio non debet: quotquot enim
quium in Ecclesiae ducem, nec divinam sibi conciliabunt opem, et frustra sunt sacerdotes, omnes, uti filios Nobis penitus dilectos, volumus admoni-
contendent. tos, quam plañe opus sit, cum ad propriam ipsorum salutem, tum ad sacri
ministerii fructum, eos quidem suo quemque Episcopo coniunctissimos esse,
Ad haec omnia vero—ut eum, quem exspectamus, exitum habeant— atque obsequentissimos. Proferto ab illa elatione animi et contumacia) quae
nostis, venerabiles Fratres, illorum necessariam esse prudentem sedulamque horum est temporum, non omnes, ut supra deploravimus, vacant administri
operam, quos Christus Dominus operarios in messem suam misit, id est sacrorum; ñeque enim raro contingit Pastoribus Ecclesiae, ut dolorem et
clericorum. Quare intelligitis praecipuam vestram curam in hoc deberé ver- impugnationem inde inveniant, unde solatium et adiumentum iure exspec-
sari, ut et qui apud vos de sacro ordirie iam sunt, in eis consentaneam sanc- tarint. Iam vero qui tam misere officium deserunt, etiam atque etiam reco-
36
Acerca de la necesidad de la acción social católica y la urgencia de preparar a los ca- gitent, divinam esse eorum auctoritatem, quos Spirilus Sanctus posuit Episco-
tólicos para ella, véanse la carta de 13 de agosto de 1915 del cardenal Gasparri, secretario de pos regere Ecclesiam Dei, ac si, ut vidimus, Deo resistunt, quicumque potestati
Estado, al conde E. Medolago-Albani (AAS 7 [1915] 453-454): la carta de Benedicto XV al cuivis legitimae resistunt, multo magis impie eos faceré, qui Episcopis, quos
cardenal Boschi, arzobispo de Ferrara, de 5 de julio de 1916 (AAS 8 [1916] 309), y la carta
al cardenal
37
Ferrari, arzobispo de Milán, de 22 de mayo de 1916 (AAS 8 [1916J 261). 3 8 Act. 20,28.
Prov. 21,28.
Al) KKATISSIMI 461
460 BENEDICTO XV
los últimos confines de la uerra llevando a los h o m b r e s el consuelo
obispos, a los cuales ha consagrado Dios con el sello de su p o t e s t a d :
y la salvación. D e s d e hace m u c h o t i e m p o la Iglesia n o goza de
«Como la caridad, así escribía el santo m á r t i r Ignacio, n o m e con-
aquella independencia q u e necesita, esto es, desde q u e su cabeza
siente callar acerca de vosotros, d e ahí m i propósito de exhortaros
el Pontífice R o m a n o e m p e z ó a carecer d e aquel auxilio q u e p o r d i s -
a q u e corráis t o d o s a u n a con el p e n s a m i e n t o y sentir d e D i o s , p u e s
posición de la divina Providencia, en el transcurso de los siglos,
Jesucristo, vivir n u e s t r o inseparable, es el p e n s a m i e n t o del P a d r e ,
había o b t e n i d o para defensa de su libertad. Q u i t a d o este auxilio,
al m o d o q u e t a m b i é n los obispos, establecidos p o r los confines d e
sobrevino, como n o podía m e n o s , u n a grave p e r t u r b a c i ó n entre
la tierra, están en el pensamiento y sentir de Jesucristo» 3 9 . Y como
los católicos, p o r q u e cuantos se profesan hijos del R o m a n o Pontífice,
habló aquel m á r t i r ilustre* así h a b l a r o n en t o d o s los t i e m p o s los
todos, así los q u e están cerca como los q u e están lejos, exigen con
P a d r e s y doctores de la Iglesia, A ñ á d a s e q u e ya es demasiado pesada
pleno d e r e c h o q u e n o p u e d a ponerse en d u d a q u e el P a d r e c o m ú n
la carga q u e llevan los obispos, a u n p o r la m i s m a dificultad q u e ofre-
de todos, en el ejercicio del ministerio apostólico, sea v e r d a d e r a m e n -
cen estos tiempos, y q u e es m á s grave todavía la ansiedad en q u e
te, y asimismo aparezca, libre de t o d o p o d e r h u m a n o . P o r lo tanto,
viven p o r la salud del r e b a ñ o q u e les ha sido confiado, pues ellos
mientras hacemos fervientes votos p a r a q u e renazca la paz entre
velan sobre vuestras almas como quien ha de dar cuenta de ellas 4<>.
todas las naciones, deseamos t a m b i é n q u e cese para la Cabeza de
¿No h a n d e llamarse crueles los q u e , n e g a n d o el obsequio debido,
la Iglesia esta situación anormal, q u e d a ñ a gravemente, p o r m á s
a u m e n t a n esta carga y esta ansiedad? E s t o n o es conveniente, diría
de u n a razón, a la m i s m a tranquilidad d e los pueblos. C o n t r a tal
a los tales el Apóstol, p o r q u e «la Iglesia es el p u e b l o u n i d o al sacer-
estado d e cosas, N o s renovamos las protestas q u e nuestros p r e d e -
d o t e y la grey adherida a su p a s t o r » 4 1 , d e lo cual se sigue q u e n o
cesores formularon repetidas veces, movidos n o p o r intereses h u -
está con la Iglesia aquel q u e n o está con el obispo.
manos, sino p o r la santidad del d e b e r ; y las renovamos por las m i s -
mas causas, para defender los derechos y la dignidad de la Sede
[IV. S I T U A C I Ó N ACTUAL DE LA IGLESIA Y DEL M U N D O ] Apostólica.
[23]. Y ahora, venerables h e r m a n o s , al t e r m i n a r esta carta, [24]. F i n a l m e n t e , venerables h e r m a n o s , ya q u e están en la
n u e s t r o corazón vuelve al m i s m o p u n t o p o r d o n d e e m p e z a m o s a m a n o de D i o s los corazones de los príncipes y de todos aquellos
escribir, y p e d i m o s de n u e v o con fervientes e insistentes votos el q u e p u e d e n d a r fin a las atrocidades y a los daños de q u e h e m o s
fin de esta desastrosísima guerra, t a n t o p a r a el b i e n d e la sociedad h e c h o mención, levantemos a D i o s n u e s t r a voz suplicante y, en n o m -
como de la Iglesia-: d e la sociedad, p a r a q u e , obtenida la paz, p r o - b r e de la h u m a n i d a d entera, c l a m e m o s : Da pacerá, Domine, in diebus
grese v e r d a d e r a m e n t e e n t o d o género d e c u l t u r a ; de la Iglesia de nostris. A q u e l q u e dijo de sí: Yo soy Yavé... Yo doy la paz42, apla-
Jesucristo, para q u e , libre ya de ulteriores i m p e d i m e n t o s , siga hasta
Iesu Christi, ut, nullis iam impedimentis retardata, pergat in quavis ora
Deus suae potestatis sigillo consecraverit, parere abnuant. Cum caritas, ita ac parte terrarum opem et salutem hominibus afferre. Ecclesia sane iam
Ignatius Martyr, non sinat me tacere de vobis, propterea anterveti vos adtno- multo diutius non ea, qua opus habet, plena libértate fruitur; scilicet ex
nere, ut unanimi sitis in sententia Dei. Etenim Iesus Christus, inseparabilis quo caput eius Pontifex Romanus illo coepit carere praesidio, quod, divinae
nostra vita, sententia Patris est, ut et Episcopi, per tractus terrae constituti, providentiae nutu, labentibus saeculis nactus erat ad eamdem tuendam
in sententia Patris sunt. Unde decet vos in Episcopi sententiam concurrere. libertatem. Hoc autem subíate praesidio, non levis catholicorum turbatio,
Quemadmodum autem Martyr illustris, ita omnes, quotquot fuerunt, Pa- quod necesse erat fieri, secuta est: quicumque enim Romani Pontificia se
ires et Doctores Ecclesiae locuti sunt. Ad haec, nimis grave, propter dif- filios ptofitentur, omnes, et qui prope sunt et qui procul, iure óptimo
ficultates quoque temporum, sacri Pastores ferunt onus; graviore etiam in exigunt ut nequeat dubitari, quin communis ipsorum Parens in adminis-
sollicitudine sunt de gregis concrediti salute: Ipsi enim pervigilant, quasi tratione Apostolici muneris veré sit et prorsus appareat ab omni humana
rationem pro animabus vestris reddituri. Nonne crudeles dicendi sunt, qui potestate liber. Itaque magnopere exoptantes ut pacem quamprimum gentes
eis, obsequium debitum recusando, id oneris, id sollicitudinis augent? ínter se componant, exoptamus etiam ut Ecclesiae Caput in hac desinat
Hoc enim non expedit vobis, diceret istis Apostolus: idque propterea quia absona conditione versari, quae ipsi tranquillitati populorum, non uno
Ecclesia est plebs sacerdoti adunata, et pastori suo grex adhaerens; ex quo nomine, vehementer nocet. Hac igitur super re, quas Decessores Nostri
sequitur, cum Ecclesia non esse, qui cum Episcopo non sit. pluries expostulationes fecerunt, non quidem humanis rationibus, sed officii
sanctitate adducti, ut videlicet iura ac dignitatem Sedis Apostolicae defen-
Et nunc, venerabiles Fratres, in harum exitü litterarum, sponte redit derent, easdem Nos iisdem de causis hic renovamus.
animus ad illud, unde initium scribendi fecimus; atque huius. calamitosis- Restat, Venerabiles Fratres, ut, quoniam principum eorumque omnium,
simi belli finem, tum societati hominum, tum Ecclesiae, iterum ómnibus qui possunt vel -atrocitati vel incommoditati rerum, quas memoravimus,
precibus imploramus; hominum quidem societati, ut, reconciliata cum fue- finem imponere, in manu Dei sunt voluntates, ad Deum suppliciter attol-
rit pax, in omni civili et humano cultu veré progrediatur: Ecclesiae autem lamus vocem, atque, universi generis humani nomine, clamemus: «Da pa-
39
SAN IGNACIO MÁRTIR, Epist. ad Eph. 3,2; D. Ruiz BUENO, Padres Apostólicos p.449 cem, Domine, in diebus nostris». Qui de se dixit: Ego Dominus... faciens
(BAC, Madrid 1950). *« Hebr. 13,17. 42
41
SAH CIPRIANO, Florentio cui et Puppiano epist. 66 (al. 69). Is. 45,6-7- »
462 BENEDICTO XV

cado pov nuestros ruegos, quiera sosegar c u a n t o antes las olas t e m -


pestuosas q u e agitan a la sociedad civil y a la religiosa. Séanos p r o -
DES LE DEBUT
picia la bienaventurada Virgen, q u e engendró a A q u e l q u e es Prín-
cipe de la paz, y acoja bajo su maternal protección nuestra h u m i l d e La* b a s e s d e u n a p a z j u s t a
persona, n u e s t r o ministerio pontifical, la Iglesia, y con ésta las almas
de todos los h o m b r e s , redimidas con la sangre de su divino Hijo.
[ 2 5 ] . C o m o p r e n d a d e los d o n e s celestiales y en testimonio
de nuestra benevolencia, -venerables h e r m a n o s , os d a m o s d e t o d o
corazón la bendición apostólica a vosotros, a vuestro clero y a vuestro
pueblo.
D a d o en Roma, j u n t o a San P e d r o , en la fiesta de T o d o s los
Santos, día 1 de n o v i e m b r e del año 1914, p r i m e r o de n u e s t r o p o n - El día 1 de agosto de 1917 enviaba Benedicto XV la nota D e s
tificado. le d e b u t a los gobiernos de las naciones beligerantes, señalando como
pacem, Ipse tempestatuirrjfluctus, quibus et civilis et religiosa societas iacta- bases de negociación una serie de consideraciones prácticas cuya acep-
tur, nostris conversus precibus ad benignitatem, sedare celeriter velit. Adsit tación supondría el fin de la guerra y el establecimiento de una paz
nobis propitia Virgo beatissima, quae ipsum genuit Principem pacis; ac justa y duradera. Varios hechos de importancia habían precedido al
Nostrae humilitatem Personae, Pontificale ministerium Nostrum, Ecclesiam envío de la nota: por una parte, el fracaso de la exhortación apostólica
atque adeo omnium animas hominum, divino Filii sui sanguine redemptas, del Papa de 28 de julio de 1915 y la esterilidad de la iniciativa norte-
in maternam suam fidem tutelamque recipiat.
americana ofreciendo una mediación en el conflicto (18 de diciembre
Auspicem caelestium munerum ac testem benevolentiae Nostrae, vobis, de igi6¡¡; por otra parte, la revolución rusa, la entrada de los Estados
Venerabiles Fratres, vestroque clero et populo apostolicam benedictionem Unidos en el conflicto en la primavera de 1917 y la anunciada confe-
amantissime impertimus.
Datum Romae apud S. Petrum die festo Sanctorum omnium, 1 Novem- rencia de la Internacional Socialista en Estocolmo para estudiar las
bris MCMXIV, Pontificatus Nostri anno primo. condiciones de la paz.
Tras una etapa de sondeos previos, en la que tomó parte activa el
entonces nuncio en Munich, Mons. Eugenio Pacelli, hoy Pío XII,
el papa Benedicto XV decidió enviar a los gobiernos de los Estados
beligeiantes la nota que aquí incluímos. El problema de la plena inde-
pendencia belga fué uno de los punios más discutidos a lo largo de los
contactos provocados por el envío de la nota, que acabó en un nuevo
fracaso.
En este memorable documento, el Papa reitera su condenación de
la guerra, a la que califica de «matanza inútil». Después de subrayar la
postura de estricta neutralidad de la Iglesia, frente a las acusaciones
tendenciosas que se lanzaban, principalmente desde el campo aliado,
sobre el Romano Pontífice, Benedicto XV enumera las bases indispen-
sables de una paz justa; todas ellas se resumen en la supremacía del
derecho sobre la violencia de las armas. El desarme, el arbitraje, la
libertad de las vías de comunicación, el problema de las reparaciones
de guerra, la liberación de los territorios ocupados y el arreglo pacífico
de los litigios teiritonales son los puntos que el Papa expone como re-
quisitos para el establecimiento de una paz justa para todos.
Desgraciadamente, este mensaje profético no fué aceptado ni por
los pueblos ni por los gobiernos. La paz que había de clausurar la pri-
mera guerra mundial llevó así en su seno desde el principio una congé-
nita debilidad que la incapacitaría para el arreglo eficaz de los problemas
políticos y de las cuestiones económicas de Europa.
464 BENEDICTO XV DES LE DEBUT 465
BIBLIOGRAFÍA das, a deliberaciones serenas d e la paz, d e u n a paz «justa y d u r a -
dera».
J. SCHMIDLIN, Papstgeschichte der neuesten Zeit t.3 p.211-218.—G. CASTEIXA,
Histoire des Papes t.3 p.358-369.—G. CASTELLA, L'entremise pontificóle de 1917 [ 2 ] . T o d o el q u e h a seguido n u e s t r a o b r a d u r a n t e estos t r e s
pour la paix (Friburgo 1944).—HUMPHREY JOHNSON, Vatican Diplomacv in the dolorosos años q u e a c a b a n d e transcurrir, h a p o d i d o fácilmente
World War (Blackwel, Londres 1933). reconocer, q u e si N o s h e m o s sido siempre fieles a n u e s t r a resolución
d e absoluta imparcialidad y a n u e s t r a acción d e beneficencia, N o s
SUMARIO n o h e m o s cesado d e exhortar a los p u e b l o s y a los gobiernos beli-
gerantes a q u e vuelvan a ser h e r m a n o s , si b i e n n o h a sido d a d o a la
I. La conducta del Romano Pontífice durante la guerra ha estado regida publicidad t o d o lo q u e N o s h e m o s h e c h o p a r a alcanzar este t a n
por tres propósitos: mantener una obligada imparcialidad, hacer a noble fin.
todos el mayor bien posible, procurar el cese de las hostilidades. El
Papa ha hecho un llamamiento a las naciones beligerantes, que no ha [ 3 ] . A l finalizar el p r i m e r a ñ o d e la guerra, N o s dirigimos a
sido escuchado. La guerra prosigue. Ha llegado la hora de hacer una las naciones e n lucha las m á s vivas exhortaciones, e indicamos,
nueva invitación, a los gobiernos formulando algunas proposiciones a d e m á s , el camino q u e h e m o s d e seguir para llegar a u n a paz estable
prácticas que puedan servir de base para la paz. y honrosa p a r a t o d o s 3 . D e s g r a c i a d a m e n t e , n u e s t r o l l a m a m i e n t o n o
II. Supremacía del derecho. La fuerza del derecho debe sustituir a la fuer- fué escuchado 4 , y la g u e r r a prosiguió, encarnizada, d u r a n t e otros
za de las armas.—Para ello, disminución de armamentos e institución d o s años, c o n t o d o s s u s h o r r o r e s ; se hizo m á s cruel y se extendió
de arbitraje internacional.—Facilitar el uso de las vías de comunica- por tierra, p o r m a r e incluso p o r el a i r e ; y h e m o s visto abatirse
ción respetando la libertad y comunidad de los mares.—El principio
sobre ciudades sin defensa, sobre tranquilos p u e b l o s , sobre pobla-
de condonación debe regir la cuestión de las indemnizaciones y re-
paraciones de guerra.—Es necesaria la restitución recíproca de los ciones inocentes, la desolación y la m u e r t e . Y nadie p u e d e ahora
territorios ocupados por los beligerantes.—Las cuestiones territoriales imaginar c ó m o se multiplicarían y agravarían los sufrimientos de
deben ser examinadas a la luz del bien común de la humanidad y todos si otros meses, o p e o r todavía, si otros años, vinieran a su-
atendiendo a las aspiraciones justas de los pueblos. marse a este sangriento trienio. ¿Es q u e el m u n d o civilizado deberá
III. Estas son las bases principales de la futura reorganización de los pue- ser s i e m p r e u n c a m p o d e m u e r t e ? ¿Es q u e esta E u r o p a , t a n gloriosa
blos. Se evitará así la repetición de los conflictos y se preparará la y t a n floreciente, v a a correr, c o m o arrastrada p o r u n a locura u n i -
solución de la cuestión económica. Esperanza de que los gobiernos versal, al a b i s m o y a proporcionar la m a n o a su p r o p i o suicidio?
aceptarán esta invitación. Gravísima responsabilidad de los gober-
nantes ante Dios y ante los hombres.
[BASES PARA LA P A Z ]

[ 4 ] . E n u n a situación t a n angustiosa, e n presencia d e u n a


[ E L P O N T I F I C A D O Y LA GUERRA MUNDIAL ]
amenaza t a n grave, N o s , q u e n o t e n e m o s interés político particular
[i ]. D e s d e el comienzo i d e n u e s t r o pontificado, e n m e d i o d e alguno, q u e n o e s c u c h a m o s las sugestiones o los intereses d e n i n g u n o
los h o r r o r e s d e la terrible g u e r r a d e s e n c a d e n a d a sobre E u r o p a , N o s d e los países beligerantes, sino ú n i c a m e n t e m o v i d o s p o r el senti-
h e m o s p r o p u e s t o t r e s cosas sobre t o d o : m a n t e n e r u n a perfecta m i e n t o d e n u e s t r o d e b e r s u p r e m o d e p a d r e c o m ú n d e los fieles, p o r
imparcialidad con respecto a t o d o s los beligerantes, c o m o conviene las solicitudes d e n u e s t r o s hijos, q u e i m p l o r a n n u e s t r a intervención
a A q u e l q u e es P a d r e c o m ú n y q u e a m a a t o d o s sus hijos con u n 3
Véase la Exhortación apostólica a los pueblos beligerantes y a sus gobiernos en el primer
igual a f e c t o 2 ; esforzarnos c o n t i n u a m e n t e p a r a hacer a t o d o s el aniversario de la guerra, 28 de julio de 1915. «Que no se diga que este cruel conflicto no puede
ser solucionado sin la violencia de las armas. Depongan ambas partes su decisión de mutua
m a y o r b i e n posible, y esto sin acepción d e personas, sin distinción destrucción. Reflexionen bien sobre esto: las naciones no mueren; humilladas y oprimidas,
ele nacionalidad o d e religión, c o m o n o s lo d i c t a n la ley universal llevan a regañadientes el yugo que se les impone, preparando la revancha y transmitiendo
de generación en generación una triste herencia de odio y de venganza... ¿Por qué no sopesar
d e la caridad y el s u p r e m o cargo espiritual a N o s confiado p o r desde ahora con una conciencia serena los derechos y las justas aspiraciones de los pueblos?
C r i s t o ; p o r último, c o m o lo exige igualmente n u e s t r a misión paci- ¿Por qué no comenzar con una voluntad sincera un intercambio, directo o indirecto, de
puntos de vista, para tener en cuenta, en la medida de lo posible, estos derechos y estas
ficadora, n o omitir nada, e n la m e d i d a d e n u e s t r o p o d e r , d e cuanto aspiraciones y llegar así al final de esta horrible lucha?... El equilibrio del mundo, la tran-
quilidad próspera y segura de las naciones, descansan sobre la benevolencia mutua y sobre
p o d r í a c o n t r i b u i r a acelerar el final d e esta calamidad, i n t e n t a n d o el respeto de los derechos y de la dignidad de los demás mucho más que sobre las divisiones
llevar a los pueblos y a sus g o b e r n a n t e s a resoluciones m á s m o d e r a - de los ejércitos y sobre el cinturón formidable de las fortalezas» (AAS 7 [1915! 365-368).
4
Véase la carta del Papa al cardenal Gasparri, secretario de Estado, de 5 de mayo de 1917
1
BENEDICTO XV, Exhortación a los gobernantes de las naciones en guerra (AAS 9 [1917 (AAS 9 [1917] 265-267), y la alocución consistorial de 6 de diciembre de 1915, en la que el
417-420). Texto original en francés. Papa se queja del cortés pero estéril recibimiento de la exhortación indicada en la nota an-
2
En la alocución consistorial de 22 de enero de 1915, Benedicto XV había definido ya terior. En esta alocución consistorial, Benedicto XV señala como requisitos para el arreglo
la posición de estricta imparcialidad de la Iglesia: ésta no puede ponerse al lado de ninguna pacífico la eliminación de toda pretensión injusta o excesiva, la necesidad de concesiones
de las partes beligerantes; está por encima de ellas, manteniendo unidos a los que la guerra por ambas partes, el estudio conjunto de los diferentes puntos de vista en un clima de buena
tiene separados (AAS 7 [1915] 33-36). voluntad. «Europa ha comenzado a caer de la altura moral a que se levantó cuando vivía
seyún los principios del cristianismo» (AAS 8 [1915I 509-513).
466 BENEDICTO Xv
DES EK DÉliUT 467
y nuestra palabra pacificadora; por la voz misma de la humanidad
y de la razón, Nos alzamos de nuevo un grito de paz y renovamos [9]. Por lo que respecta a las cuestiones territoriales, como,
un apremiante llamamiento a aquellos que tienen en sus manos Por ejemplo, las que son objeto de litigio entre Italia y Austria, entre
los destinos de las naciones. Pero para no encerrarnos en términos Alemania y Francia, es de esperar que, en consideración a las ven-
generales,, como las circunstancias nos habían aconsejado en el tajas inmensas de una paz duradera con el desarme, las partes en
pasado, Nos queremos ahora descender a proposiciones más concre- litigio querrán examinarlas con disposición conciliadora, teniendo
tas y prácticas, e invitar a los gobiernos de los pueblos beligerantes en cuenta, en la medida de lo justo y de lo posible, como Nos lo
a ponerse de acuerdo sobre los puntos siguientes, que parece deben nomos dicho otras veces, las aspiraciones de los pueblos, y coordi-
ser las bases de una paz justa y duradera, dejándoles el cuidado de nando, cuando sea necesario, los intereses particulares con el bien
precisarlas y completarlas. wneral de la gran sociedad humana 6.
[5]. En primer lugar, el punto fundamental debe ser que la [10]. El mismo espíritu de equidad y de justicia deberá dirigir
fuerza material de las armas quede sustituida por la fuerza moral el examen de las otras cuestiones territoriales y políticas, sobre
del derecho; de aquí un justo acuerdo de todos para la disminución todo las relativas a Armenia, a los Estados balcánicos y a los terri-
simultánea y recíproca de los armamentos, según reglas y garantías torios que forman parte del antiguo teino de Polonia 7 , al cual en
que habrá que establecer, en la medida necesaria y suficiente para particular sus nobles tradiciones históricas y los sufrimientos .¡so-
el mantenimiento del orden público en cada Estado; después, en portados, especialmente durante la guerra actual, deben justamente
sustitución de los ejércitos, la institución del arbitraje, con su alta conciliar las simpatías de las naciones.
función pacificadora, según normas que hay que concertar y sancio-
nes que hay que determinar contra el Estado que rehuse someter [INVITACIÓN Y ESPERANZA]
las cuestiones internacionales al arbitraje o rehuse aceptar las deci-
siones de éste. [I I ]. Estas son las principales bases sobre las cuales Nos cree-
mos que debe apoyarse la futura reorganización de los pueblos.
[6]. Una vez que la supremacía del derecho queda así estable-
Son, por su misma naturaleza, capaces de hacer imposible la repe-
cida, hay que quitar todo obstáculo a las vías de comunicación de
tición de semejantes conflictos y de preparar la solución de la cues-
los pueblos, asegurando con ello, por medio de reglas que hay que
tión económica, tan importante para el porvenir y para el bienestar
fijar igualmente, la verdadera libertad y comunidad de los mares,
material de todos los Estados beligerantes. Por esto, al presentaros
cosa que, por una parte, eliminaría múltiples causas de conflicto
estas bases a vosotros, los que dirigís en esta hora trágica los desti-
y, por otra parte, abriría a todos nuevas fuentes de prosperidad y
nos de las naciones beligerantes, Nos estamos animados de una
progreso.
dulce esperanza, la de verlas aceptadas y la de ver también termi-
[7]. En cuanto a las indemnizaciones por daños y a las re- nar lo más pronto posible la lucha terrible, que se presenta cada vez
paraciones de guerra, Nos no vemos otro medio para resolver la más como una matanza inútil. Todo el mundo reconoce, por otra
cuestión que la afirmación, como principio general, de una entera parte, que, tanto de un lado como de otro, el honor de las armas
y recíproca condonación, justificada, por lo demás, con los benefi- está a salvo. Prestad, pues, oído a nuestro ruego, acoged la invita-
cios inmensos que reportará el desarme; tanto más que no se com- ción paternal que Nos os dirigimos en nombre del divino Redentor,
prendería la continuación de semejante carnicería únicamente por Principe de la Paz. Reflexionad en vuestra gravísima responsabilidad
razones de orden económico. Si en algunos casos existen, por el ante Dios y ante los hombres; de vuestras resoluciones dependen el
contrario, razones económicas, conviene que éstas sean examinadas descanso y la alegría de innumerables familias, la vida de millares
con justicia y equidad. de jóvenes, la felicidad, en una palabra, de los pueblos, a los cuales
tenéis el deber de procurar su bienestar. Que el Señor os inspire
[8]. Pero estos acuerdos pacíficos, con las inmensas ventajas
decisiones conformes a su santísima voluntad. Haga el cielo que
que suponen, no son posibles sin la restitución recíproca de los
territorios actualmente ocupados 5 . Por consiguiente, de parte de * «La única vía para resolver el m o n ^ r u o s o conflicto según las normas de la justicia...
Alemania, evacuación total de Bélgica, con la garantía de su plena e s . . . exponer con claridad... los deseos de cada parte y tener en cuenta, en la medida d e lo
independencia política, militar, económica, frente a cualquier po- insto y de lo posible, las aspiraciones de los pueblos, aceptando, cuando sea necesario, en
favor de la equidad y del bien común del gran consorcio d e las naciones, los obligados y nece-
tencia; evacuación igualmente del territorio francés; de parte de sarios sacrificios del amor propio y de los intereses particulares» (BENEDICTO XV, Carta al
,-tmUnal Pompilj, 4 de marzo de 1916: A A S 8 [1016] 58-60).
las otras potencias beligerantes, idéntica restitución de las colonias 7 Sobre la especial situación de Polonia después de la primera guerra mundial véase la
alemanas. carta d e Benedicto X V al episcopado polaco de 16 d e julio de 1921. «Cuando los Estados
disputan pacífica o belicosamente acerca de sus propios derechos, ]a Sede Apostólica se m a n -
5 lirnc neulral; pero cuando un Estado viola los derechos d e otro Estado, la Sede Apostólica
Véanse las normas q u e da el Papa a ocupantes y ocupados en su alocución consistorial
i'sl.i obligada a reprobar y condenar esta violación» (AAS 13 [ i g 2 l ] 424-427).
de 22 de enero de 1915 (AAS 7 [1915] 33-36).
468 Bii.Miuicro xv
al merecer el aplauso de vuestros contemporáneos, aseguréis, entre
las generaciones futuras, el hermoso nombre de pacificadores. PACEM DEI
[12]. Nos, entre tanto, estrechamente unidos en la oración y
en la penitencia a todas las almas fieles que suspiran por la paz, La reconciliación cristiana y la paz
imploramos para vosotros del divino Espíritu luz y consejo.
Del Vaticano, 1 de agosto de 1917.

Benedicto XV, en su primera encíclica, Ad beatissimi, había seña-


lado la ausencia general de la caridad cristiana como una de las cuatro
causas fundamentales de la crisis moderna, y en concreto de la guerra
mundial. Desgraciadamente, el mal prosiguió. El Papa veía a Europa,
concluida ya la guerra, precipitarse hacia su total ruina, e intentó
detenerla en el camino. Este es el significado del llamamiento a la
reconciliación ciistiana que hace en la encíclica Pacem Dei. Lo que en
su primera carta era mera parte integrante de una enumeración se
convierte aqui en tema central del desarrollo.
Dos partes presenta la encíclica: el llamamiento de los individuos a
la reconciliación y la invitación de los Estados a la paz cristiana.
La ptimeya parte está centrada en la función pacificadora que la caridad
cristiana lealiza en el campo social y político. La caridad aparece aquí
desplegada en su triple proyección de amor de benevolencia, perdón
de las injurias y obras de beneficencia positiva, abierta a todos los
hombres. La doctrina de la encíclica está tomada de la substancia
misma del Evangelio.
La segunda parte establece un principio de trascendental impor-
tancia para los puntos de vista que el Papa desarrolla a continuación.
No existen dos morales. Sólo hay una misma moral para los individuos
y para los Estados. El precepto de la caridad vale igualmente en la
esfera de las relaciones personales y en el terreno de las relaciones entre
las naciones. Sin embargo, los deberes de la caridad no suprimen las
reivindicaciones legítimas de la justicia. Por esto Benedicto XV apro-
vecha la ocasión para repetir en la Pacem Dei las protestas que ya
había formulado en la Ad beatissimi acerca del despojo del poder
temporal pontificio.
Y es en esta última parte del documento donde aparece el tema de
la Sociedad de las Naciones. Benedicto X V proclama la necesidad de
establecer «una sociedad, o mejor dicho, una familia de naciones», y
define la postura de la Iglesia en esta materia: colaboración activa y
adhesión a todas las empresas nobles y justas de esa scciedad. Era una
sugerencia clara para aceptar la participación efectiva de la Santa
Sede en la obra de creación de la Sociedad de Naciones. Sin embargo,
esta participación no llegó a realizarse. Y la historia ha contabilizado
este fracaso como una deuda más en el ingente saldo deudor que con
Europa tiene la masonería. Cuando el Consejo de la Sociedad de las
470 liKN'KDICTO £ v
PACÜM flirt 471
Naciones celebró en Roma su reunión de mayo de 1920, la clarividente
intuición del delegado británico, Arthur Balfour, abogó claramente existente sobre las visitas de los jefes de Estados católicos a Roma.
en pro de la participación pontificia en las deliberaciones, participación Esta medida no puede ser interpretada como abdicación tácita de
cuya eficacia recomendaban la sinceridad, el desinterés, la experiencia los derechos imprescriptibles de la Santa Sede. Renovación de las
protestas por la usurpación del poder temporal pontificio.
y el alto valor moral del pontificado romano. Pero la sugerencia quedó
Es de desear que todos los Estados constituyan una única sociedad.
abortada por el representante italiano, Nitti, y por el delegado francés, Los motivos de este establecimiento son: eliminación de las guerras
León Bourgeois, alto dignatario de la masonería, «por motivos que es o alejamiento, al menos, de su amenaza; supresión o reducción, al
fácil comprender y que sería vergonzoso confesar». menos, de los presupuestos militares; garantías seguras para la liber-
tad e independencia de los Estados. La Iglesia prestará su colabora-
ción activa a las empresas justas de esta nueva sociedad de pueblos.
BIBLIOGRAFÍA
Porque la Iglesia posee una eficacia maravillosa para asegurar la pros-
G. CASTELLA, Histoire des Papes t.3 p.371ss.—Y VES DE LA BRIERE, L'ency- peridad temporal en los Estados. Prueba de ello es la formación his-
clique «Pacem Dei»: Eludes 5 agosto 1920 p.352-367. tórica de la Europa cristiana.
IV. Exhortación de todos los católicos a la caridad, al perdón de las inju-
rias y a la unidad de todos en Cristo. Invitación a las naciones para
SUMARIO que se establezca una alianza universal duradera. Llamamiento a
I. Se ha firmado la paz, pero subsiste el odio. Si el odio no se suprime, todos los hombres para unirse en Dios por medio de la Iglesia. Invo-
no puede haber paz firme. Para suprimir los odios no hay más que cación y bendición apostólica.
un medio: la reconciliación por medio de la caridad cristiana. Este
es el tema de la presente encíclica.
Durante la guerra, la Santa Sede ha procurado por todos los me- [i ] . L a paz i , este h e r m o s o d o n d e D i o s , q u e , c o m o dice San
dios posibles la pacificación de los pueblos. Concluido el conflicto, A g u s t í n , «es el m á s consolador, el m á s deseable y el m á s excelente
la Santa Sede inculca a todos la reconciliación en la caridad. Si el odio de t o d o s » 2 , esa paz q u e h a sido d u r a n t e m á s de cuatro años el deseo
continúa, sufrirán daños muy graves la civilización y el mismo cris- de los b u e n o s y el objeto de la oración de los fieles y de las lágrimas
tianismo.
II. La enseñanza más insistente de Jesucristo ha sido la del precepto de de las m a d r e s , ha e m p e z a d o a brillar al fin sobre los pueblos. N o s
la caridad. Por esto los apóstoles han urgido con especial cuidado somos los p r i m e r o s en alegrarnos d e ello. P e r o esta paterna alegría
este precepto. Los primeros cristianos supieron cumplirlo a la perfec- se ve t u r b a d a p o r m u c h o s motivos m u y dolorosos. P o r q u e , si bien
ción. Pero el precepto del amor mutuo incluye también el perdón de la guerra ha cesado de alguna m a n e r a en casi todos los pueblos y
las injurias. Lo ha dicho el mismo Jesucristo. Lo han repetido los após- se h a n firmado algunos tratados d e paz, subsisten, sin embargo,
toles. Si resulta difícil su cumplimiento, tenemos como remedios la todavía las semillas del antiguo odio. Y, c o m o sabéis m u y bien,
gracia y el ejemplo personal del Salvador. El Papa perdona a todos venerables hermanos, n o hay paz estable, n o hay tratados firmes, p a r
los que le han ofendido u ofenden todavía. Los cristianos deben m u y laboriosas y prolongadas q u e h a y a n sido las negociaciones y
perdonar a sus enemigos. por m u y solemne q u e haya sido la p r o m u l g a c i ó n de esa paz y de
Porque la caridad cristiana manda hacer positivamente el bien a
esos tratados, si al m i s m o t i e m p o n o cesan el odio y la enemistad
los mismos enemigos. No ha habido época de la historia más nece-
sitada de esta beneficencia universal. La situación actual de la humani-
dad recuerda la de aquel viajero que bajaba de Jerusalén a Jericó. D e pacis reconciliatione christiana
La humanidad necesita los cuidados del divino Samaritano.
Y como la Iglesia es la heredera de Jesucristo, es la Iglesia la que Pacem, Dei munus pulcherrimum, «quo, ut Augustinus ait, etiam in
puede y debe curar la presente postración de la sociedad humana. rebus terrenis atque mortalibus nihil gratius soleat audiri, nihil desidera-
La acción benéfica de la Iglesia tiene un poder maravilloso para bilius concupisci, nihil postremo possit melius inveniri»; pacem quadrien-
devolver a los pueblos la tranquilidad pública. Exhortación al epis- nio amplius tantis et bonorum votis et piorum precibus et matrum lacrimis
copado, al clero y a todos los fieles para la práctica de esta beneficen- imploratam, tándem coepisse affulgere populis Nos equidem ante omnes
cia cristiana, abierta a todos. Cuidado especial que en esta materia gaudemus vehementerque laetamur. At vero hanc ipsam paterno conceptam
deben tener los escritores y periodistas católicos. animo laetitiam himis multa eademque acerbissima perturbant; nam si
III. El precepto de la caridad tiene vigencia también en el orden de las fere ubique bellum aliqua ratione compositum est, et pacis quaedam con-
relaciones públicas entre los pueblos. La moral es una y única para ventiones subscriptae, reliqua sunt tamen antiquarum semina inimicitiarum;
las personas y para las naciones. Hoy día es necesaria la unión univer- vosque probé tenetis, Venerabiles Fratres, nuUam pacem consistere, nulla
sal de todos los pueblos. La reconciliación de los pueblos ha sido pacis foedera posse vigere, quamvis diutinis laboriosisque consultationibus
recordada sin cesar por la Santa Sede y es predicada ahora por ésta constituta sancteque firmata, nisi per caritatis mutuae reconciliationem odia
con mayor insistencia todavía. A fin de contribuir a esta unión entre 1
BENEDICTO XV, carta encíclica a todos los patriarcas, primados, arzobispos y obispos
los pueblos, el Papa ha determinado suavizar en parte la prohibición dt-1 orbe católico en paz y comunión con la Sede Apostólica (AAS 12 [1920] 209-218).
2
SAN AGUSTÍN, De civitate Dei XIX 11: PL 41,637.
472 EKNliDICTO XV

l'ACRM Dlil 473


mediante u n a reconciliación basada en la m u t u a caridad. D e este
asunto, q u e es d e extraordinaria importancia para el bien c o m ú n , 1.1 ]• N<> hacen falta m u c h o s a r g u m e n t o s para demostrar los
q u e r e m o s hablaros, venerables h e r m a n o s , advirtiendo al m i s m o Kravísimos daños q u e sobrevendrían a la h u m a n i d a d si, firmada la
t i e m p o a los pueblos q u e están confiados a vuestros c u i d a d o s 3 . paz, persistiesen latentes el odio y la enemistad en las relaciones
[ 2 ] . D e s d e q u e p o r secreto designio de Dios fuimos elevados internacionales. Prescindimos d e los daños q u e se seguirían en t o d o s
a la dignidad de esta Cátedra, n u n c a h e m o s dejado, d u r a n t e la con- los c a m p o s del progreso y d e la civilización, como, p o r ejemplo, el
flagración bélica, d e procurar, en la m e d i d a d e nuestras posibilida- comercio, la industria, el arte y las letras, cuyo florecimiento exige
des, q u e t o d o s los pueblos d e la tierra recuperasen los fraternos lazos c o m o condición previa la libre y t r a n q u i l a convivencia de todas las
d e u n a s cordiales relaciones. H e m o s rogado insistentemente, h e m o s naciones. L o peor de t o d o sería la gravísima herida q u e recibiría la
repetido nuestras exhortaciones, h e m o s p r o p u e s t o los medios para esencia y la vida del cristianismo, cuya fuerza reside p o r completo
lograr u n a amistosa reconciliación, h e m o s hecho, finalmente, con en la caridad, c o m o lo indica el h e c h o d e q u e la predicación d e la
el favor de Dios, t o d o lo posible para facilitar a la h u m a n i d a d el ley cristiana recibe el n o m b r e de Evangelio de la paz4.
acceso a u n a paz justa, honrosa y duradera. A l m i s m o t i e m p o h e m o s
p r o c u r a d o con afecto d e p a d r e llevar a t o d o s los pueblos u n poco
de alivio en m e d i o d e los dolores y d e las desgracias d e t o d a clase [1. LA CARIDAD E N E L O R D E N DE LAS R E L A C I O N E S INDIVIDUALES]
q u e se h a n seguido como consecuencia de esta descomunal lucha.
P u e s bien, el m i s m o a m o r d e Jesucristo, q u e desde el comienzo de [El amor mutuo}
n u e s t r o difícil pontificado nos i m p u l s ó a trabajar p o r el r e t o r n o d e
[ 4 ] . P o r q u e , c o m o b i e n sabéis y N o s os h e m o s r e c o r d a d o
la paz o a mitigar los h o r r o r e s de la guerra, es el q u e hoy, consegui-
m u c h a s veces, la enseñanza m á s repetida y m á s insistente d e J e s u -
da ya en cierto m o d o u n a paz precaria, nos m u e v e a exhortar a
cristo a sus discípulos fué la del p r e c e p t o de la caridad fraterna,
todos los hijos de la Iglesia, y t a m b i é n a todos los h o m b r e s del m u n -
p o r q u e esta caridad es el r e s u m e n d e t o d o s los d e m á s p r e c e p t o s ;
do, para q u e a b a n d o n e n el odio inveterado y recobren el a m o r m u t u o el m i s m o Jesucristo lo llamaba n u e v o y suyo, y quiso q u e fuese
y la concordia. como el carácter distintivo de los cristianos, q u e los distinguiese
fácilmente de t o d o s los d e m á s h o m b r e s . F u é este p r e c e p t o el q u e ,
simul inimicitiaeque conquiescant. De hac re igitur, quae maximi sane mo- al morir, otorgó a sus discípulos c o m o t e s t a m e n t o , y les pidió q u e
menti est ad commune bonum, vobiscum, Venerabiles Fratres, colloqui se a m a r a n m u t u a m e n t e y con este a m o r p r o c u r a r a n imitar aquella
placet ac populos Ítem vestros diligentius commonere. inefable u n i d a d q u e existe entre las divinas personas en el seno d e
Nos enimvero, ex quo ad huius Cathedrae dignitatem arcano Dei con- la T r i n i d a d : Que todos sean uno, como nosotros somos uno..., para
silio evecti sumus, numquam, dum bellum conflagravit, cessavimus, qua- que también ellos sean consumados en la unidad 5.
cumque potuimus ope, contendere, ut quamprimum omnes orbis terrarum
populi fraternam Ínter se officiorum vicissitudinem repeterent. Itaque in-
stare precibus, hortationes iterare, amicitiae reconciliandae vias proponere, Nec sane est cur multis demonstremus generis humani societatem ma-
denique omnia tentare, si Iiceret, favente Deo, ad pacem, quae iusta quidem ximis affectum iri detrimentis si, pace conventa, obscurae tamen gentium
et honesta futura esset et stabilis, hominibus aditum ianuamque patefacere; inter gentes inimicitiae simultatesque perseverarent. Mittimus damna earum
interea studiosam paterno pectore daré operam, ut maximis omne genus rerum omnium, quibus civilis vitae progressio alitur et promovetur, ut mer-
doloribus et aerumnis, quae immanem dimicationem consequebantur, aliquid caturis, ut opificiis, ut artibus, ut litteris, quae quidem communi populorum
usque quaque levationis afferremus. Iam vero quae Nos ab initío tam difficili consuetudine ac traquillitate vigent. At, quod maius est, gravissimum vul-
Nostri Pontificatus impulit Iesu Christi caritas vel ad elaborandum pro nus acceptura esset christianae vitae ratio ac forma, cuius vis omnis in
pacis reditu, vel ad horrores belli mitigandos. eadem hodie, cum pax aliqua caritate consistit, cum ipsa christianae legis praedicatio Evangelium pacis
tándem aliquando convenit, urget nos ut omnes Ecclesiae filios atque adeo appelletur.
hominum universitatem hortemur, velint diuturniora iam odia abiicere ex
animis, concordiamque suscipere mutuumque amorem. Etenim, ut scitis et ut Nos pluribus alias commemoravimus, nihil tam
saepe tamque vehementer a Iesu Domino inculcatum est discipulorum
3
L a humanidad se agita presa d e la concupiscencia y de las luchas partidistas, decía u n auribus, quam hoc de mutua caritate praeceptum, utpote quod cetera
año m á s tarde Benedicto X V en su alocución consistorial de 7 de marzo d e 1921. Si la vida
de los individuos no se conforma con los principios cristianos, será más difícil suprimir e
complecteretur omnia; idque et novum Christus ipse nominavit et suum, et
cáncer d e este paganismo nuevo q u e corroe la moral privada y pública. Se ha firmado la paz, christianorum tamquam insigne voluit esse, unde internosci ab alus facile
pero no brilla la paz todavía; se echa d e menos la paz y la fraternidad en la familia, en el possent. Denique iam moriens id ipsum suis testatus est, rogavitque ut
Estado, en la vida internacional. Y el m u n d o es hoy una lucha gigantesca de partidos, de dis-
cordias, d e guerras civiles. L a s antiguas diferencias entre los Estados llevan a verdaderos inter se diligerent ac diligendo eam ineffabilem unitatem imitari conten-
crímenes, q u e la Santa Sede reprueba, sea quien sea su autor. L a s conferencias de los políticos derent, quae divinis Personis est in Trinitate: «Ut omnes unum sint... sicut
q u e d a n en los archivos, pero n o penetrarán en la sociedad ni se convertirán en leyes o costum- et nos unum sumus... ut sirlt consummati in unum».
bres mientras n o se acuda a los principios fundamentales de la justicia y de la equidad y n o
se conforme la vida pública a la pureza de la moral cristiana (cf. A A S 13 [1921] 121-123). 4
E p h . 6,15.
5 lo, 17,21-23,
474 BENEDICTO XV PAC'liM IHÍI 475

[ 5 ] . Por esta razón, los apóstoles, siguiendo las huellas de su JI'NIUIÍNIO quien nos ha enseñado a orar de tal manera que la m e d i d a
divino M a e s t r o y formados personalmente en su escuela, fueron del peí don de nuestros pecados q u e d e dada por el p e r d ó n q u e con-
extraordinariamente fieles en urgir la exhortación de este precepto cedamos al prójimo. Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros
a los fieles: Ante todo, tened los unos para los otros ferviente caridad b. (irrí/ottíimos a nuestros deudores 11. Y si a veces resulta m u y t r a b a -
Por encima de todas estas cosas, vestios de la caridad, que es vinculo JOÑO y muy difícil el c u m p l i m i e n t o de esta ley, t e n e m o s c o m o re-
de perfección 7 . Carísimos, amémonos unos a otros, porque la caridad medio para vencer esta dificultad n o sólo el eficaz auxilio d e la
procede de Dios 8 : N u e s t r o s h e r m a n o s de los primeros t i e m p o s fueron unicia ganada p o r el Señor, sino t a m b i é n el ejemplo del m i s m o
exactos seguidores d e este m a n d a t o de Cristo y de los apóstoles, Salvador, quien, estando p e n d i e n t e en la cruz, excusaba a los mis-
pues, a pesar de las diversas y a u n contrarias nacionalidades a q u e inos q u e injusta e i n d i g n a m e n t e le a t o r m e n t a b a n , diciendo así a
pertenecían, vivían en u n a perfecta concordia, b o r r a n d o con u n MI I'adre: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen12. Nos,
olvido voluntario t o d o motivo de discusión. Esta u n a n i m i d a d de por tanto, q u e d e b e m o s ser los primeros en imitar la misericordia
inteligencias y de corazones ofrecía u n admirable contraste con los v la benignidad de Jesucristo, cuya representación, sin m é r i t o al-
odios mortales q u e ardían en el seno de la sociedad h u m a n a de t'.imo, tenemos, p e r d o n a m o s de t o d o corazón, siguiendo el ejemplo
aquella época. del Redentor, a todos y a cada u n o de nuestros enemigos q u e , de
una manera consciente o inconsciente, h a n ofendido u ofenden
[El perdón de las injurias] nuestra persona o nuestra acción con toda clase de injurias: a todos
ellos los abrazamos con s u m a benevolencia y amor, sin dejar ocasión
[6]. A h o r a bien, t o d o lo q u e h e m o s dicho para urgir el p r e - alguna para hacerles el bien q u e esté a n u e s t r o alcance. E s necesario
cepto del amor m u t u o vale t a m b i é n para urgir el p e r d ó n de las in- que los cristianos dignos de este n o m b r e observen la m i s m a n o r m a
jurias, p e r d ó n q u e ha urgido personalmente el Señor. Peí o yo os de conducta con t o d o s aquellos q u e d u r a n t e la guerra les ofendieron
digo: amad a vuestros enemigos; haced el bien a los que os odian, y de cualquier manera.
orad por los que os persiguen y os calumnian, para que seáis hijos de
vuestro Padre, que está en los cielos, que hace salir el sol sobre malos
y buenos 9 . D e aquí procede el grave aviso del apóstol San J u a n : [La beneficencia cristiana]
Tocio el que áboriece a su hermano es homicida, y ya sabéis que todo
[7]. P o r q u e la caridad cristiana n o se limita a apagar el odio
homicida no tiene en sí la vida eterna 1 °. F i n a l m e n t e , ha sido el m i s m o
hacia los enemigos y tratarlos como h e r m a n o s ; quiere, además,
Ergo divini Magistri vestigia sedantes Apostoli, eiusque voce ac prae- hacerles positivamente el bien, siguiendo las huellas de nuestro
ceptis probé conformati, mirificae sedulítatis erant ad fideles ita cohortandos: Redentor, el cual pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos
«Ante omnia autem mutuam in vobismetipsis charitatem continuam haben-
tes». «Supra omnia autem haec charitatem habete, quod est vinculum perfec-
tionis». «Charissimi, diligamus nos invicem: quia charitas ex Deo est». velle ignosci, si alus ignoscamus: «Dimitte nobis debita nostra, sicut et nos
Bene autem monitis obsequebantur et Christi et Apostolorum illi priscorum dimittimus debitoribus nostris». Quod si huic obtemperare legi nirnis ali-
temporum fratres nostri: qui quidem, etsi alii ex alus contrariisque Ínter se q uando est arduum et difficile, adest ad omnem submovendam difficultatem
nationibus erant, tamen discordiarum memoriam voluntaria oblivione de- divinus humani generis Redemptor non solum opportuno suae gratiae
lentes, concordissime vivebant. Et veré cum mortalibus inimicitiis, in auxilio, sed etiam suo ipsius exemplo, qui cum in cruce penderet, eos, a
societatis humanae sinu tum flagrantibus, mirandum in modum tanta men- quibus tam iniuste indigneque torquebatur, Patri excusans: «Pater, inqnit,
tium animorumque consensio discrepabat. dimitte illis: non enim sciunt quid faciunt». Nos igitur, cum misericordiam
benignitatemque Iesu Christi, cuius, quamvis nullo mérito, vicem gerimus,
Iam quae modo allata sunt ad praeceptum mutui amoris urgendum, sequi ante omnes debeamus, ipsius exemplo, inimicis Nostris quicumque,
eadem ipsa valent ad oblivionem iniuriarum: nec minus affirmate id prae- scientes imprudentesve, personam operamve Nostram quibusvis contu-
cipit Dominus: «Ego autem dico vobis: Diligite inimicos vestros: benefacite meliarum aculéis vel lacerarunt vel lacerant, universis et singulis toto pec-
his qui oderunt vos: et orate pro persequentibus et calumniantibus vos: tore veniam damus, omnesque summo studio ac benevolentia complectimur,
ut sitis filii Patris vestri qui in caelis est: qui solem suum oriri facit super nulluna etiam praetermittentes locum eosdem benefactis pro Nostra facúltate
bonos et malos». Hinc illud gravissimum Ioannis Apostoli: «Omnis qui cumulandi. Quod ipsum christiani homines, qui hac sint appellationc digni,
odit fratrem suum, homicida est. Et scitis quoniam omnis homicida non faciant oportet erga eos qui se, tenente bello, iniuriis affecerint.
habet vitam aeternam in semetipso manentem». Denique sic a Christo
Domino instituti sumus ad Deum orandum, ut profiteamur ita nos nobis Ñeque enim eo contenta est christiana caritas ut non inimicos oderimus
6
atque ut eos fratrum loco diligamus, vult quoque ut benigne eisdem faciamus,
1 Petr. 4,8. vestigiis insistentes Redemptoris nostri, qui «pertransiit benefaciendo et
7
Col. 3,14.
» 1 lo. 4,7. sanando omnes oppressos a diabolo», et mortalis vitae cursum, quemtotum
» M t . 5,44-45-
10
l lo. 3,15, " M t . 6,12.
" ' 2 L e . 23,24-
476 BENEDICTO XV
IUCKM DEI 477
13
por el demonio y coronó el curso d e su vida mortal, gastada toda
al herido, curó y vendó sus heridas, lo llevó a la posada y pagó
ella en p r o p o r c i o n a r los mayores beneficios a los h o m b r e s , derra-
los gastos de su curación, así t a m b i é n es necesario ahora q u e Jesu-
m a n d o p o r ellos su sangre. Por lo cual dice San J u a n : En esio hemos
cristo, de q u i e n era figura e imagen el piadoso samaritano, sane las
conocido la caridad de Dios, en que El dio su vida por nosotros, y
heridas de la h u m a n i d a d .
nosotros debemos dar nuestra vida por nuestros hermanos. El que tuviere
bienes de este mundo y viendo a su hermano pasar necesidad le cieña [ 9 ] . L a Iglesia reivindica para sí c o m o misión propia esta la-
sus entrañas, ¿cómo mota en él la caridad de Dios? Hijitos, no amemos bor de curar las heridas de la h u m a n i d a d , p o r q u e es la h e r e d e r a
de palabra ni de lengua, sino de obra y de verdad 1 4 . N o ha h a b i d o del espíritu de Jesucristo; la Iglesia, decimos, cuya vida toda está
época de la historia en q u e sea m á s necesario «dilatar los senos de entretejida c o n u n a a d m i r a b l e variedad de o b r a s de beneficencia,
la caridad» c o m o en estos días d e universal angustia y dolor; ni p o r q u e «como v e r d a d e r a m a d r e d e los cristianos, alberga u n a t e r -
tal vez h a sido n u n c a t a n necesaria c o m o hoy día al género h u m a n o nura t a n amorosa p o r el prójimo, q u e p a r a las m á s diversas enfer-
u n a beneficencia abierta a todos, nacida de u n sincero a m o r al medades espirituales d e las almas tiene presta en t o d o m o m e n t o
la eficaz medicina»; y así «educa y enseña a la infancia con d u l z u r a ,
prójimo y llena toda ella de u n espíritu de sacrificio y abnegación.
a la j u v e n t u d con fortaleza, a la ancianidad con placentera calma,
P o r q u e , si c o n t e m p l a m o s los lugares recorridos por el azote furioso
ajustando el r e m e d i o a las necesidades corporales y espirituales d e
d e la guerra, vemos p o r todas partes inmensos territorios cubiertos
cada uno» 1 6 . Estas obras d e la beneficencia cristiana suavizan los
de ruinas, desolación y a b a n d o n o ; pueblos enteros q u e carecen
espíritus y poseen p o r esto m i s m o u n a extraordinaria eficacia p a r a
de comida, de vestido y de casa; viudas y huérfanos i n n u m e r a b l e s ,
devolver a los pueblos la t r a n q u i l i d a d pública.
necesitados de t o d o auxilio, y u n a increíble m u c h e d u m b r e de d é -
bales, especialmente pequeñuelos y niños, q u e con sus cuerpos mal-
trechos d a n testimonio de la atrocidad de esta guerra. [Exhortación a la práctica de la caridad]
[8 ]. E l q u e contempla las ingentes miserias q u e pesan hoy
día sobre la h u m a n i d a d , recuerda espontáneamente a aquel viajero [ 1 0 ] . Por lo cual, venerables h e r m a n o s , os suplicamos y os
evangélico l s q u e , bajando de Jerusalén a Jericó, cayó en m a n o s de conjuramos en las entrañas d e caridad d e Jesucristo a q u e consagréis
los ladrones y, r o b a d o y m a l h e r i d o p o r éstos, q u e d ó t e n d i d o m e d i o vuestros m á s solícitos cuidados a la labor de exhortar a los fieles
m u e r t o en el camino. L a semejanza entre a m b o s cuadros es m u y q u e os están confiados, p a r a q u e n o sólo olviden los odios y p e r d o -
notable, y así c o m o el samaritano, m o v i d o a compasión, se acercó nen las injurias, sino además para q u e p r a c t i q u e n con la m a y o r
eficacia posible todas las obras de la beneficencia cristiana, q u e
sirvan d e ayuda a los necesitados, d e consuelo a los afligidos, d e
maximis in nomines beneficiis emensus erat, profuso pro iisdem sanguine
consummavit. Quare Ioannes: «In hoc cognovimus charitatem Dei, quoniam admodum ad illum, misericordia motus, Samaritanus accessit, qui, alligatis
ille animam suam pro nobis posuit: et nos debemus pro fratribus animam vulneribus, infusoque oleo et vino, duxit eum in stabulum, et curam eius
poneré. Qui habuerit substantiam huius mundi et viderit fratrem suum egit: ka ad sananda humanae societatis vulnera manum suam adhibeat
necessitatem habere et clauserit viscera sua ab eo: quomodo charitas Dei oportet Iesus Christus, cuius quidem Samaritanus ille personam sustinebat.
manet in eo? Filioli mei, non diligamus verbo ñeque lingua, sed opere et
veritate». Numquam vero amplius «dilatanda spatia charitatis» visa sunt, Iam hoc opus et munus tamquam proprium sibi Ecclesia vindicat, quae
quam hisce ipsis diebus, in summis nempe angustiis quibus premimur lesu Christi spiritum custodit, ut haeres; Ecclesia, inquimus, cuius omnis
omnes ac laboramus: ñeque alias fortasse unquam hominum generi tam vita mirabili beneficiorum varietate contexitur: ipsa enim «mater christia-
opus fuit, quam hodie communis beneficentia, quae a sincero aliorum norum verissima, proximi dilectionem atque charitatem ita complectitur ut
amore nascatur plenaque sit devotionis et alacritatis. Etenim si circum- variorum morborum, quibus pro peccatis suis animae aegrotant, omnis
spiciamus quacumque pervagatus est bellicus furor, immensi terrarum trac- apud ipsam medicina praepolleat»: unde «pueriliter pueros, fortiter iuvenes,
tus obiiciuntur ubi solitudo et vastitas, ubi inculta et relicta omnia; redactae quiete senes, prout cuiusque non corporis tantum, sed et animi aetas est,
usque eo plebes ut victu vestitu tectisque ipsis careant; viduae orphanique exercet ac docet». Haec autem christianae beneficentiae officia ánimos per-
innumerabiles, qui cuiuslibet opis indigent; incredibilis multitudo debilium, mulcendo, incredibile est quam sint tranquillitati publicae restituendae
infantium potissimum ac puerorum, in affectis corporibus testantium belli conducibilia.
huius atrocitatem.
Quare, Venerabiles Fratres, oramus et obsecramus in visceribus caritatis
Has tantas miserias contemplanti, quibus premitur humanum genus, Christi, omni studio ac diligentia in hoc incurnbite ut, quotquot habetis
sponte venit in mentem viator ille evangelicus, qui, descendens ab Ierusa- vestrae mandatos curae, eos non modo ad odia deponenda iniuriasque
lem in Iericho, incidit in latrones, a quibus despoliatus, plagisque impositis, condonandas excitetis, sed efficacius etiam ad ea omnia christianae bene-
est semivivus relictus. Magna enim est Ínter utrumque silimitudo; et quem- ficentiae instituta provehenda impellatis, quae sint subsidio egenis, solatio
13
maerentibus, munimento infirmis, denique ómnibus qui bello máximas
A c t . io,3S.
1 4
i lo. 3,T6-I8. 1» SAN AGUSTÍN, De morihus Ecclesia* catholicae I 30: P L 32,336; BAC, Obras de San
15 Cf. Le. i o , ¡ o s s . - ' • Al>Jt>l¡", 14 P-334-
478 BENEDICTO XV l'ACliM DÜI 479

protección a los débiles, y q u e lleven, finalmente, a todos los q u e piolongada, para q u e , suprimidas, d e n t r o de lo posible, las causas
lian sufrido las gravísimas consecuencias de la guerra u n socorro i Ir la discordia—y salvos, por supuesto, los principios de la justicia—,
a d e c u a d o y lo m á s variado que sea posible. E s deseo n u e s t r o m u y ir.muden entre sí los lazos de unas amistosas relaciones. P o r q u e el
principal q u e exhortéis a vuestros sacerdotes, c o m o ministros q u e I vungelio no presenta u n a ley de la caridad para las personas par-
son de la paz cristiana, para q u e p r e d i q u e n con insistencia el p r e - nriilíircs y otra ley distinta para los Estados y las naciones, q u e en
cepto q u e contiene la esencia de la vida cristiana, es decir, la p r e - • Irlinitiva están compuestas por h o m b r e s particulares. T e r m i n a d a
' dicación del amor al prójimo y a los m i s m o s enemigos, y para que, va la guerra, n o sólo la caridad, sino t a m b i é n u n a cierta necesidad
haciéndose todo a todos 1 7 , precedan a los d e m á s con su ejemplo y parece inclinar a los pueblos hacia el establecimiento de u n a deter-
declaren p o r todas partes u n a guerra implacable a la enemistad y minada conciliación universal entre todos ellos. P o r q u e hoy m á s
al odio. A l obrar así los sacerdotes agradarán al corazón amantísimo que n u n c a están los pueblos u n i d o s por el doble vínculo natural de
de Jesús y a aquel que, a u n q u e indigno, hace las veces de Cristo en una c o m ú n indigencia y u n a c o m ú n benevolencia, dados el g r a n
la tierra. E n esta materia debéis t a m b i é n advertir y exhortar con progreso de la civilización y el maravilloso incremento de las co-
insistencia a los escritores, publicistas y periodistas católicos, para municaciones.
que, como escogidos de Dios, santos y amados, p r o c u r e n revestirse [12]. Este olvido de las ofensas y esta fraterna reconciliación
de entrañas de misericordia y benignidad 18 y p r o c u r e n reflejar esta de los pueblos, prescritos p o r la ley de Jesucristo y exigidos p o r la
b e n i g n i d a d en sus escritos. P o r lo cual d e b e n abstenerse n o sólo misma convivencia social, h a n sido recordados sin descanso, como
de toda falsa acusación, sino t a m b i é n de toda intemperancia e injuria liemos dicho, p o r esta Santa Sede Apostólica d u r a n t e t o d o el curso
en las palabras, p o r q u e esta intemperancia n o sólo es contraria a la de la guerra. Esta Santa Sede n o ha p e r m i t i d o q u e ese p r e c e p t o
ley de Cristo, sino q u e además p u e d e abrir cicatrices mal cerradas, q u e d e olvidado p o r los odios o las enemistades, y ahora, después
sobre t o d o c u a n d o los espíritus, exacerbados p o r heridas aún re- < le firmados los tratados de paz, p r o m u e v e y predica con mayor
cientes, tienen u n a gran sensibilidad para las m á s leves injurias. insistencia este doble deber, como lo p r u e b a n las cartas dirigidas .
I lace poco t i e m p o al episcopado de Alemania 1 9 y al cardenal arzo-
bispo de París 20, Y como h o y día la u n i ó n entre las naciones civili-
[II. LA CARIDAD E N EL ORDEN INTERNACIONAL]
zadas se ve garantizada y acrecentada por la frecuente c o s t u m b r e
[Tendencia hacia una unión de los pueblos] de celebrar reuniones y conferencias entre los jefes de los gobiernos
para tratar de los asuntos de mayor importancia, N o s , después de
[i I ]. Las advertencias q u e en esta carta h e m o s h e c h o a los considerar a t e n t a m e n t e y en su conjunto el cambio de las circuns-
particulares sobre el d e b e r de practicar la caridad, q u e r e m o s diri- lancias y las grandes tendencias de los t i e m p o s actuales, para contri-
girlas t a m b i é n a los pueblos q u e h a n sufrido la p r u e b a de esta guerra buir a esta u n i ó n de los pueblos y n o m o s t r a r n o s ajenos a esta t e n -

i'Utionibus—amicitiam Ínter se et coniunctionem redintegrent. Nec enim alia


iacturas fecerint, opportunam varii generis opem afferant. Praecipue vero rNt evangélica lex caritatis in singulis hominibus, alia in ipsis civitatibus
volumus sacerdotes hortemini, administri qui sunt christianae pacis, ut • •I populis, qui demum omnes e singulis hominibus conflantur et constant.
in hac re, quae vitam christianam máxime continet, assidui sint, id' est Kxacto autem bello, non ratione tantum caritatis, sed quadam etiam neces-
in amore erga próximos vel inimicos commendando: atque «ómnibus omnia ítate in universalem quandam populorum Ínter populos conciliationem
facti» adeo ut ceteros antecedant exemplo, odio inimicitiaeque bellum indi- inclinare res videntur, cum gentes naturali vinculo mutuae et indigentiae
cant, acriterque gerant usque quaque, gratissimum facientes et amantissimo iimul et benevolentiae ínter se nunc máxime copulentur, hoc exquisitiore
Iesu Gordi, et ei, qui vices ipsius in terris, quamvis non digne, sustinet. luimanitatis cultu et commerciorum aucta mirum in modum facilitate.
Quo loco admonendi sunt etiam vehementerque rogandi catholici nomines
qui scribendis vel libris vel commentarüs vel diariis dant operam, velint Hanc igitur oblivionem offensionum fraternamque populorum recon-
«sicut electi Dei, sancti et dilecti, viscera miserícordiae, benignitatém» in- • iliationem quam Christi Iesu lex sanctissima iubet ac rationes ipsae humani
duere, eamque scribendo exprimere, non modo a falsis vanisque crimina- . ivilisque convictus flagitant, haec Apostólica Sedes, cum, saeviente bello,
tionibus^ abstinentes, sed etiam ab omni violentia contumeliaque verborum, ni supra docuimus, nunquam urgere praetermiserit, nec passa sit unquam
quae quidem cum christianae legi contraria est, tum male obductas refricare 1 |tiibusvis simultatibus odiisve obliterari, multo nunc magis, pacis constitutis
cicatrices dumtaxat potest, cum praesertím recens a vulnere animus sit vel lorderibus, fovet ac praedícat, ut litteris v datis haud ita pridem ad omnes
levissimi attactus iniuriarum impatientior. l ¡ermaniae episcopos, alterisque ad Cardinalem Archiepiscopum Parisien-
:,rm. Quoniam vero hanc excultarum gentium concordiam tuetur multuin-
Quae vero hic de colendae caritatis officio singulos admonemus, eadem • nic promovet ea, quae bodie increbruit, consuetudo ut ad maiora negotia
ad populos diutina belli contentione perfunctos volumus pertinere, ut, rxpedienda Ínter se visitent conveniantque civitatum gubernatores ac prin-
amotis, quantum fieri potest, dissidiorum causis—et salvis utique iustitiaé cipes, Nos, omnia reputantes et mutata rerum adiuncta et magnas coin-
i ' i Cor. 9,22. ' " Carta apostólica Diuturni, d e i s de julio d e 1919 (AAS 11 [1919] 3°S-3°6)-
1* Col. 3,12. •° Kplstola Amor Ule singularis, de 7 de octubre d e 1919 (AAS n [ i ° I Q ] 4 ' 2 - 4 I 4 ) -
480 BENEDICTO XV
PAC KM DEI 481
dencia, h e m o s decidido suavizar hasta cierto p u n t o las rigurosas
condiciones q u e , por la usurpación del p o d e r t e m p o r a l de la Sede esta sociedad de pueblos, entre otros m u c h o s q u e omitimos, la
Apostólica, fueron j u s t a m e n t e establecidas p o r n u e s t r o s predece- misma necesidad, •umversalmente reconocida, de suprimir o reducir
sores, p r o h i b i e n d o las visitas solemnes de los jefes de E s t a d o cató- al m e n o s los enormes presupuestos militares, q u e resultan ya inso-
licos a R o m a . P e r o declaramos abiertamente q u e esta indulgencia portables para los Estados, y acabar de esta m a n e r a para siempre
nuestra, aconsejada y casi exigida p o r las gravísimas circunstancias con las desastrosas guerras m o d e r n a s , o p o r lo m e n o s alejar lo más
q u e atraviesa la h u m a n i d a d , n o d e b e ser interpretada en m o d o al- r e m o t a m e n t e posible el peligro de la guerra, y asegurar a todos los
g u n o como u n a tácita abdicación de los sagrados derechos de la pueblos, d e n t r o de sus justos límites, la independencia y la integridad
Sede Apostólica, c o m o si en el anormal estado actual de cosas la d e sus propios territorios.
Sede Apostólica renunciase definitivamente a ellos. P o r el contrario, [ 1 4 ] . U n i d a s de este m o d o las naciones según los principios
a p r o v e c h a n d o esta ocasión, «Nos renovamos las protestas q u e n u e s - de la ley cristiana, todas las empresas q u e acometan en p r o de la
tros predecesores formularon repetidas veces, movidos n o p o r h u - justicia y d e la caridad t e n d r á n la adhesión y la colaboración activa
m a n o s intereses, sino p o r la santidad del d e b e r ; y las renovamos
de la Iglesia, la cual es ejemplar perfectísimo de sociedad universal
p o r las m i s m a s causas, para defender los derechos y la dignidad de
y posee, p o r su m i s m a naturaleza y sus instituciones, u n a eficacia
la Sede Apostólica», y d e n u e v o p e d i m o s con la m a y o r insistencia
extraordinaria para u n i r a los h o m b r e s n o sólo en lo concerniente
q u e , p u e s ha sido firmada la paz e n t r e las naciones, «cese para la
a la eterna salvación d e éstos, sino t a m b i é n en t o d o lo relativo a su
cabeza de la Iglesia esta situación anormal, q u e daña gravemente,
felicidad temporal, pues la Iglesia sabe llevar a los h o m b r e s a través
p o r m á s de u n a razón, a la m i s m a t r a n q u i l i d a d de los p u e b l o s » 2 1 .
de los bienes temporales de tal m a n e r a q u e n o p i e r d a n los bienes
eternos. L a historia d e m u e s t r a q u e los pueblos b á r b a r o s de la a n -
[Es de desear una sociedad de naciones] tigua E u r o p a , desde q u e empezaron a recibir el p e n e t r a n t e influjo
del espíritu de la Iglesia, fueron a p a g a n d o poco a poco las múltiples
[ 1 3 ] . Restablecida así la situación, reconocido de nuevo el y profundas diferencias y discordias q u e los dividían, y, c o n s t i t u -
o r d e n de la justicia y d e la caridad y reconciliados los pueblos entre yendo, finalmente, u n a única sociedad, dieron origen a la E u r o p a
sí, es d e desear, venerables h e r m a n o s , q u e todos los Estados olviden
cristiana, la cual, bajo la guía segura de la Iglesia, respetó y conservó
sus m u t u o s recelos y constituyan u n a sola sociedad o, mejor, u n a
las características propias de cada nación y logró establecer, sin e m -
familia d e pueblos, p a r a garantizar la independencia d e cada u n o
bargo, u n a u n i d a d creadora de u n a gloriosa prosperidad. C o n t o d a
y conservar el o r d e n en la sociedad h u m a n a . Son motivos para crear
razón dice San A g u s t í n : «Esta ciudad celestial, mientras camina p o r
munium tempoíum inclinationes, eiusdem concordiae adiuvandae causa, este m u n d o , llama a su seno a ciudadanos d e todos los pueblos, y c o n
ne ab eo quidem consilio alieni essemus aliquid remittendi de illarum
severitate conditionum, quas, ob eversum Apostolicae Sedis civilem prin- multa praetereamus, ipsa vulgo explorata necessitas omnem dandi operam
cipatum, iure Decessores Nostri statuerunt, ut catholicorum principum ul, sublatis vel imminutis rei militaris sumptibus, quorum immane pondus
solemniores ad Urbem adventus cohiberent. Apertissime autem profitemur iiim sustinere respublicae non possunt, nulla posthac existant tam exitiosa
hanc Nostrae rationis indulgentiam, quam humanae societatis gravissima bella, vel certe quam longissime eiusmodi periculum avertatur, et unicuique
praeter modum témpora suadere atque adeo postulare videntur, nequáquam populo, cum libera potestate, sua territorii, iustis quidem terminati finibus,
interpretandam esse tanquam Apostolicae Sedis abdicationem tacitam iurium ¡ntegritas conservetur.
sanctissimorum, quasi in praesenti, quo utitur, abnormi statu ea tándem
acquieverit. Quin potius hanc ipsam Nos occasionem nacti «quas Deces- Foederatis autem christiana lege nationibus, quicquid iustitiae et cari-
sores Nostri pluries expostulationes fecerunt, non quidem humanis ratio- tatis causa susceperint, non studium operamque suam desiderari sinet
nibus, sed officii sanctitate adducti, ut videlicet iura ac dignitatem Aposto- Kcdesia, quae cum absolutissimum sit societatis universalis exemplar, t u m
licae Sedis defenderent, easdem Nos iisdem de causis hic renovamus», ex sua ipsius temperatione suisque institutis mirifica virtute pollet ad nomi-
denuo graviusque postulantes ut, pace inter gentes composita, etiam «Ec- nes copulandos non modo in aeternam eorum salutem, sed etiam in h u i u s
clesiae Caput in hac desinat absona conditione versari, quae ipsi tranquil - vitae commoditatem, sic eos nempe deducens per bona temporalia ut non
litati populorum, non uno nomine, vehementer nocet». iimiltant aeterna. Itaque, historia teste, cognovimus, veteres Europae gentes
immanitate barbaras, ex quo in easdem Ecclesiae spiritus penetraverit,
Ita igitur restitutis rebus, iustitiae et caritatis ordine revooato, reconci- extenúate sensim ipsarum inter ipsas multiplici maximoque discrimine
liatisque inter se populis, optandum sane est, Venerabiles Fratres, cunetas miblatisque discordiis, coivisse tándem in unam eiusdem generis societatem,
civitatis, quavis ultro citroque suspicione remota, in unam tamquam conso- uutamque esse Europam christianam, quae ductu auspicioque Ecclesiae
ciationem seu potius quandam quasi familiam coalescere cum ad propriam iiiilionum varietatem retinens, tamen ad unitatem quamdam prosperitatis
uniuscuiusque libertatem tuendam, tum ad ordinem conservandum humanae liiulricem gloriaeque niteretur. Praeclare ad rem ita Augustinus: «Haec
societatis. Ad quam gentium consociationem contrahendam hortatur, ut alia oieleNlm civitas dum peregrinatur in térra, ex'omnibus gentibus cives evocat
nli|iie in ómnibus linguis peregrinam colligit societatem, non curans q u i d -
2I
^Encíclica Ad b?atissimi, de 1 de noviembre de 1914 (AAS 5 [1914! 580). i|ii¡il in moribus, legibus institutisque diversum est, quibus pax terrena vel
1 iini|iiir¡tur vel tenetur, nihil eorum rescindens vel destruens, immo e t i a m
Diutf iiontll 1 16
482 BENEDICTO XV PACEM DEI 483

todas las lenguas reúne una sociedad peregrinante, sin preocuparse a sangre de Cristo; pues El es nuestra paz, que hizo de los dos pue-
por las diversidades de las leyes, costumbres e instituciones q u e sir- blos uno., derribando el muro de la separación... dando muerte en si mis-
ven para lograr y conservar la paz terrena, y sin anular o destruir, mo a la enemistad. Y viniendo nos anunció la paz a los de lejos y la paz
antes bien, r e s p e t a n d o y conservando todas las diferencias nacio- a los de cerca24. I g u a l m e n t e o p o r t u n a s son las palabras q u e el m i s m o
nales q u e están ordenadas al m i s m o fin de la paz terrena, con tal Apóstol dirige a los Colosenses: No os engañéis unos a otros; despo-
q u e n o constituyan u n i m p e d i m e n t o para el ejercicio de la religión jaos del hombre viejo con todas sus obras y vestios del nuevo, que sin
q u e o r d e n a adorar a Dios como a s u p r e m o y v e r d a d e r o Señor» 2 2 . cesar se renueva para lograr el perfecto conocimiento según la imagen
El m i s m o santo D o c t o r apostrofa a la Iglesia con estas p a l a b r a s : de su Creador, en quien no hay griego ni judío, circuncisión ni incircun-
«Tú u n e s a los ciudadanos, a los pueblos y a los h o m b r e s con el cisión, bárbaro o escita, siervo o libre, porque Cristo lo es todo en
recuerdo d e u n o s p r i m e r o s padres comunes, n o sólo con el vínculo lodos25.
de la u n i ó n social, sino t a m b i é n con el lazo del parentesco fra- [16]. E n t r e tanto, confiados en el patrocinio d e la I n m a c u -
terno» 2}. lada V i r g e n M a r í a , q u e hace poco h e m o s o r d e n a d o fuese invocada
u m v e r s a l m e n t e como Reina de la Paz, y en el de los tres nuevos
[III. CONCLUSIÓN] s a n t o s 2 6 q u e h e m o s canonizado recientemente, suplicamos h u m i l -
d e m e n t e al Espíritu consolador q u e conceda propicio a la Iglesia el
[15]. P o r lo cual, volviendo al p u n t o d e partida de esta n u e s - don de la unidad y de la paz2'' y renueve la faz de la tierra con u n a
tra carta, exhortamos en p r i m e r lugar, con afecto de P a d r e , a todos nueva efusión d e su a m o r para la c o m ú n salvación de todos.
nuestros hijos y les conjuramos, en el n o m b r e de N u e s t r o Señor C o m o auspicio de este d o n celestial, y c o m o p r e n d a de nuestra
Jesucristo, para q u e se decidan a olvidar voluntariamente toda paterna benevolencia, con t o d o el corazón d a m o s a vosotros, vene-
rivalidad y toda injuria recíproca y a unirse con el estrecho vínculo rables h e r m a n o s , al clero y a vuestro p u e b l o la bendición apostólica.
de la caridad cristiana, p a r a la cual n o hay nadie extranjero. E n se- D a d o en R o m a , j u n t o a San P e d r o , el 23 de mayo, fiesta de Pen-
g u n d o lugar exhortamos encarecidamente a todas las naciones para tecostés d e 1920, año sexto d e n u e s t r o pontificado.
que, bajo el influjo d e la benevolencia cristiana, establezcan entre
sí u n a paz verdadera, constituyendo u n a alianza q u e , bajo los auspi- Kphesios, iisdem Nos alloqui omnes verissime possimus: «Nunc autem in
cios de la justicia, sea d u r a d e r a . P o r último, hacemos u n llamamiento C.hristo Iesu vos, qui aliquando eratis longe, facti estis prope in sanguine
a todos los h o m b r e s y a todas las naciones para q u e de alma y cora- (Christi. Ipse enim est pax nostra, qui facit utraque unum, et médium parie-
lem maceriae solvens... interficiens inimicitias in semetipso. Et veniens
zón se u n a n a la Iglesia católica, y p o r m e d i o de ésta a Cristo, R e -
cvangelizavit pacem vobis, qui longe fuistis, et pacem iis qui prope». Nec
d e n t o r del género h u m a n o ; de esta manera, con t o d a verdad p o - ininus apte cadunt quae idem Apostolus habet ad Colossenses: «Nólite
d r e m o s dirigirles las palabras de San Pablo a los Efesios: Ahora, por mentiri invicem, expoliantes vos veterem hominem cum actibus suis, et
Cristo Jesús, los que en un tiempo estabais lejos, habéis sido acercados por induentes novum, eum qui renovatur in agnitionem, secundum imaginem
eius, qui creavit illum: ubi non est Gentilis et Iudaeus, circumcisio et prae-
putium, Barbarus et Scytha, servus et líber: sed omnia, et in ómnibus
servans ac sequens, quod licet diversum sit in diversis nationibus, ad unurn ('.hristus».
tamen eundemque finem terrenae pacis intenditur, si religionem qua unus
summus et verus Deus colendus docetur, non impedit». Sic igitur idem Interea Spiritum Sanctum Paraclitum—patrocinio confisi Mariae Virgi-
sanctus Doctor Ecclesiam alloquitur: «Tu cives civibus, gentes gentibus nia Immaculatae, quam Reginae pacis titulo ab ómnibus invocari nuper
et prorsus nomines, primorum parentum recordatione, non societate solum, iussimus, itemque trium beatorum caelitum quibus sanctorum honores
sed quadam etiam fraternítate coniungis». proxime decrevimus—humilibus precibus exoramus, ut «Ecclesiae suae uni-
tatis et pacis propitius dona concedat», et faciem orbis terrarum nova suae
Quare Nos, ut eo redeamus unde initium scribendi fecimus, primum caritatis effusione renovet ad communem salutem.
filios Nostros, quotquot sunt, amplectentes, in nomine Domini Nostri Iesu Huius auspicem divini muneris benevolentiaeque Nostrae testem, aposto-
Christi rogamus iterum et obsecramus inducant animum mutuas simultates licam benedictionem vobis, Venerabiles Fratres, et Clero populoque vestro
offensionesque omnes voluntaria oblivione conterere, et christianae caritatis, atnantissime impertimus.
cui nemo extraneus est aut alienus, sanctissimo Ínter se cohaerere vinculo; Datum Romae apud S. Petrum, die x x m maii, in festo Pentecostés,
tuna nationes universas magnopere hortamur, ut veram ínter se pacem MCMXX Pontificatus Nostri anno sexto.
christianae benevolentiae spiritu componere velint, coeuntes in unum foedus, 4
auspice iustitia, mansurum; denique cunctos nomines pop'ulosque appel- Eph. 2,13 ss.
"• Col. 3 , 9 - n .
lamus, ut mentibus et anímis Ecclesiae Catholicae, et per Ecclesiam Christo " San Gabriel de la Dolorosa, Santa Margarita Marta AJacoque y Santa Juana d e Arco
;
humani generis Redemptori sese adiungant: atque ita quibus verbis Paulus ' Secreta de la misa de la fiesta del Corpus Christi. i \

2
* SAN AGUSTÍN, De civitate Dei XIX 17; PL 41,645.
23
SAN AGUSTÍN, De moribus Ecclesiae catholicae I 30; PL 32,1336; BAC, Obras de San
Agustín t.4 p.334.
IN HAC 8UIDEM 485
IN HAC QUIDEM SUMARIO
Relaciones entre la Iglesia y el Estado I. La aparición de nuevos Estados y las anexiones territoriales plantean
problemas a la nueva ordenación de las relaciones entre la Iglesia y
los Estados. Los privilegios concedidos a los Estados antiguos no
pueden ser exigidos por los Estados nuevos. La personalidad jurí-
dica no es ya la misma, por la radicalidad de los cambios.
II. Sin embargo, la Santa Sede está dispuesta a establecer negociaciones,
manteniendo siempre intactos los derechos de la Iglesia.Xa colabo-
ración entre la Iglesia y el Estado es útil para la paz interior y la paz
La alocución consistorial In hac quidem recoge las repercusiones internacional de los pueblos.
que los cambios políticos de la primera posguerra causaron en la orde- 111. Hay que lograr la ayuda de Dios con oraciones y santidad personal.
nación de las relaciones entre la Iglesia y los Estados. Este documento, La causa del trastorno actual es doble: los errores y las envicias.
El séptimo centenario de San Francisco de Asís y Santo Domingo de
como todos los que hemos incluido de Benedicto XV, está señalado por Guzmán. Sin embargo, hay que. utilizar todos los medios humanos
las innovaciones que en la vida internacional impuso la primera guerra honestos para la recuperación de la paz. El Papa ve con agrado la
mundial. Es la fase primera de la nueva dirección que toma la doctrina conferencia sobre el desarme que se está celebrando en Washington.
política pontificia, y que hemos caracterizado con la denominación com-
prehensiva de Corpus politicum pianum. Benedicto XV abre este nue-
vo período de las exposiciones políticas del Pontificado, caracterizado
por el doble rasgo simultáneo de una prolongación perfecta de los prin- [1 ]. Al renovar la alegría de este amplio consistorio i, muchas
cipios de León XIII y una aplicación nueva de estos principios al cambio son nuestras preocupaciones. Pero la mayor de todas es la ordena-
de las circunstancias históricas. ción de la compleja cuestión de las relaciones mutuas entre la Igle-
San Pío X había expuesto algunas ideas fundamentales sobre la sia y el Estado. Es cosa de todos conocida que, después del reciente
cuestión de las relaciones entre la Iglesia y el Estado en la carta de 14 de conflicto mundial, han surgido nuevos Estados o han aumentado
octubre de 191,3 dirigida al XXXVII Congreso de los Juristas Católicos los Estados antiguos con las anexiones territoriales llevadas a cabo.
franceses 1. En el estudio de esta compleja cuestión, la ruta segura está ya Dejando a un lado otros problemas que podrían plantearse, es evi-
trazada por las enseñanzas pontificias 2. Doctrina pontificia desarrolla- dente que los privilegios concedidos anteriormente por esta Sede
da por insignes teólogos y juristas, entre los cuales Pío X cita a Tar- Apostólica a ciertos Estados por medio de solemnes concordatos
quini, Billot y Cavagnis. Algunos católicos, advierte el Papa, no están y acuerdos no pueden ser jurídicamente reivindicados por los nue-
en lo cierto cuando conciben las dos sociedades como meramente coordi- vos Estados, ya que los tratados celebrados entre partes determina- $
nadas entre sí o cuando limitan a un poder puramente directivo la das no pueden ni dañar ni favorecer a los terceros. Además, vemos
jurisdicción indirecta que la Iglesia tiene sobie las cosas temporales, que la renovación de algunos Estados, causada por el cambio de
cuando éstas presentan un lado sobrenatural. situación, ha sido tan radical, que la persona moral presente no
Asentados los principios basados en el derecho divino y, por consi- puede identificarse con -aquella con la que convino en otro tiempo
guiente, inmutables, resulta ya fácil apreciar con exactitud las relacio-
nes de la Iglesia con los Estados particulares, tanto en el aspecto de su [De rationibus mutuis inter Ecclesiam et civitatem]
evolución histórica como en su estado actual, tanto en general como en
relación con cada institución jurídica. Si, de una parte, la realización In hac quidem renovata Iaetitia amplissimi conventus, multa sunt mag-
de la concordia entre los dos poderes es extraordinariamente ventajosa nae Nobis curae, sed illud maximae quod est de rationibus mutuis Eccle-
siam inter et civilem societatem plurifariam ordinandis. Etenim nemo est
para el bien de las almas y la felicidad temporal de los pueblos, la si- qui ignoret, post recens immane bellum, vel novas natas esse Respublicas,
tuación de separación, muy frecuente, por desgracia, en los tiempos mo- vel Respublicas veteres, provinciis sibi adiunctis, crevisse, lam vero, ut
dernos, es contraria al derecho divino y dañosa para la religión y para alia omittamus quae huc possumus afferre, patet quae privilegia pridem
la misma concordia y prosperidad civil 3 . haec Apostólica Sedes, per pactiones sollemnes conventionesque, alus con-
1
cesserat, eadem nullo iure posse hasce Respublicas sibi vindicare, cum res
AAS 5 (1913) 551-559. inter alios acta ñeque emolumentum ñeque praeiudicium ceteris afferat.
2
Benedicto XV define el tema como capítulo fundamental de la doctrina política cató-
lica en su alocución consistorial de 13 de junio de 1921: illud cathoticae doctrinae... caput de ítem Civitates nonnullas videmus ex hac tanta conversione rerum funditus
utriusque potestatis consenüone <¡d bonum civitatis et Ecclesiae bonum (AAS 13 [1921] 281-284).
3
novatas extitisse, adeo ut quae nunc est, non illa ipsa possit haberi moralis,
Pueden consultarse sobre el tema de las relaciones entre !a Iglesia y el Estado dos apli- ut aiunt, persona, quacum Apostólica Sedes olim convenerat. Ex quo illud
caciones prácticas: el caso húngaro: epístolas al cardenal Csernock, de 12 de marzo de 1919
(AAS II [1919] 122-123) y n de septiembre del mismo año (AAS ir [1919] 378-379); y el 1
caso polaco: epístola al cardenal Kakorski, de 16 de julio de 1921 (AAS 13 [1921] 424 427). BENEDICTO XV, alocución consistorial de 21 de noviembre de 1921, sobre las relacio-
nes entre la Iglesia y los Estados actuales: AAS 13 [1921] 521-524-
486 BENEDICTO XV
IN HAC QUIDEM 487
la Sede Apostólica. D e lo cual se sigue la consecuencia natural d e
q u e ' l o s tratados celebrados a n t e r i o r m e n t e entre la Sede Apostólica de Dios misericordioso, en la cual está la virtud y el poder..., la
y aquellos Estados h a n p e r d i d o p o r completo toda su fuerza. grandeza y el imperio de todas las cosas 3 .
[ 4 ] . A c u d a m o s , p o r tanto, a la clemencia de Dios. E s necesa-
[ 2 ] . ;i Pero si los g o b e r n a n t e s de los Estados referidos desean
rio q u e p r o c u r e m o s n o sólo implorar esta clemencia con oraciones
establecer con la Iglesia u n acuerdo pacífico m á s a d e c u a d o a las
y súplicas, sino además ganárnosla, santificando n u e s t r a vida y m u l -
nuevas condiciones creadas p o r el cambio d e los tiempos, sepan
tiplicando la a y u d a a t o d o s los desgraciados, q u e hoy m á s q u e n u n c a
q u e la Sede Apostólica—si n o existe algún i m p e d i m e n t o p o r otro
constituyen p o r todas p a r t e s u n a masa i n n u m e r a b l e . Y c o m o la
m o t i v o — n o r e h u s a r á ' establecer negociaciones sobre este asunto,
causa principal d e esta general p e r t u r b a c i ó n en q u e vivimos es d o -
c o m o h a h e c h o ya con algunos Estados 2 . Sin e m b a r g o , os confir-
ble: la p l u r a l i d a d de errores y la envidia q u e corroe el espíritu de
m a m o s d e n u e v o , venerables h e r m a n o s , q u e en estos acuerdos N o s
m u c h o s h o m b r e s , d e b e m o s alabar a D i o s , rico en misericordia, q u e
n o p e r m i t i r e m o s n a d a contrario a la d i g n i d a d o a la libertad d e la
en este a ñ o ha ofrecido a la h u m a n i d a d d o s ocasiones extraordina-
Iglélia, cuya integridad e incolumidad son s u m a m e n t e i m p o r t a n t e s ,
riamente aptas para remediar a m b o s males. N o s referimos al séptimo
p r i n c i p a l m e n t e en estos tiempos, para la m i s m a p r o s p e r i d a d de la
centenario d e la fundación por el creador d e la O r d e n franciscana
sociedad civil.
de la O r d e n T e r c e r a y de la m u e r t e del fundador d e la O r d e n d o -
[3 ] . N a d i e p u e d e negar q u e la colaboración de la Iglesia y del minicana. P o r q u e es i n d u d a b l e q u e el r e c u e r d o d e estos dos santos
E s t a d o es extraordinariamente útil p a r a la tranquilidad del o r d e n ha m o v i d o al p u e b l o cristiano a la b ú s q u e d a y al cultivo de la caridad
público, q u e es el f u n d a m e n t o de todos los demás bienes. P o r q u e y d e la v i r t u d sobrenaturales. Magníficamente ha r e u n i d o e n u n a
los pueblos q u e h a n sufrido tantas calamidades de t o d o género sola alabanza la gloria de los dos patriarcas aquel poeta católico
echan d e m a s i a d o de m e n o s h o y día la paz, t a n t o en la vida nacional — c u y o r e c u e r d o secular j u s t a y d i g n a m e n t e h e m o s celebrado e n
c o m o en la vida internacional; y, sin embargo, observamos con estos ú l t i m o s m e s e s — : «el p r i m e r o , seráfico p o r el ardor d e su cari-
s u m o dolor y con s u m a preocupación q u e a la paz consignada en d a d ; el s e g u n d o , p o r su sabiduría, esplendor d e la luz de los q u e r u -
los d o c u m e n t o s solemnes n o h a a c o m p a ñ a d o en m o d o a l g u n o la bines». P o r esto, con la a y u d a de Dios, los actos solemnes celebrados
paz d e los espíritus, y q u e casi todas las naciones, principalmente en su h o n o r h a n sido llevados a cabo con t a n t o ardor y con t a n t a s
las d e Europa, se hallan a ú n hoy agitadas p o r grandes divisiones m u l t i t u d e s , q u e p e r m i t e pensar q u e n o q u e d a r á n r e d u c i d o s a u n
t a n acerbas, q u e para su r e m e d i o es necesaria cada día más la m a n o ligero y fugaz e n c e n d i m i e n t o de las almas, sino que el a u m e n t o d e

natura consequitur, ut etiam pacta et conventa, quae ínter Apostolicam acerbis, ut ad ea sananda vehementius in dies requiratur Dei miserentis
Sedem et eas Civitates antehac intercesserant, vim iam suam omnem ami- manus, in qua est virtus et potentia... magnitudo et imperium omnium.
serint. Ad ipsius igitur confugiamus clementiam eamque non solum prece
Verum si qui Rebuspublicis vel Civitatibus quas diximus praepositi sunt, supplici imploremus, sed etiam conciliare studeamus oportet, cum sanc-
velint cum Ecclesia pacisci eoncordiam aliis condicionibus quae mutatis tius vitam instituendo, tum vero in calamitosos, quorum nunc ubivis máxi-
temporibus melius congruant, sciant Apostolicam Sedem—nisi quid aliam ma, si unquam alias, copia est, beneficentiae officia frequentando. Quoniam
ob causam sit impedimento—non recusaturam quominus ea de re cum autem huius rerum omnium perturbationis, in qua versamur, ea in primis
ipsis agat, ut cum aliquot iam agere instituit. Hoc autem vobis, Venerabiles dúplex est causa, quod vario ducuntur errore mentes, et quod flagrant
Fratres, denuo confirmamus, in pactiones huiusmodi Nos minime pas- invidia animi nimis multorum, magnificandus est dives in misericordia Deus
suros ut quidquam irrepat quod sit ab Ecclesiae alienum dignitate aut qui anno vertente duplicem pariter occasionem obtulerit hominibus ad
libértate; quam quidem salvam esse et incolumem vehementer interest, medendum utrique rei mirifice accommodatam. Sacra sollemnia dicimus
hoc máxime tempore, ad ipsam civilis convíctus prosperitatem. anni septingentesimi ex quo et Pater legifer Fratrum Minorum Franciscus
Tertiariorum suorum ordinem instituit et Fratrum Praedicatorum legifer
Nullus enim negaverit rei civilis religiosaeque consensionem ad tran- ítem Pater Dominicus excessit ad Deum: nam dubitandum non est quin
quillitatem publici ordinis, quod bonum est fundamentum ceterorum, non ex sanctissimorum recordatione virorum populus christianus excitari se
parum conferre. Etenim pax a populis, tantas in omni genere ruinas per- senserit ad studium cultumque delapsae de cáelo tum caritatis tum veri-
pessis, domi forisque nimium hodie desideratur; ac tamen suramo cum tatis. Praeclare enim magnus ille Poeta catholicus—cuius ipsius memoria
moerore ac sollicitudine cernimus pací sollemnibus consignatae scriptis saecularis per hos menses iure quidem ac digne a nostris celebrata est—
nequáquam pacem comitatam esse animorum, nationesque fere omnes, duorum Patria rcharum laudes uno complexus praeconio, «alterum caritatis
Europaeas praesertim, magnis etiamnunc dilacerari discidiis, hisque adeo ardore seraphicum, alterum, sapientia, cherubicae lucís splendorem» a p -
pellat. Itaque, Deo adiuvante, instituía in eorum honorem sollemnia tanto
2
Véase la alocución consistorial de 13 d e junio de 1021, en la q u e Benedicto X V recoge piorum studio tantaque frequentia peracta sunt, ut existimare liceat n o n
la declaración espontánea hecha por casi todos los Estados d e entablar relaciones normales
con la Santa Sede. Esta ha accedido gustosamente a ello, p o r q u e no tiene dificultad cuando ad levem quamdam et fugacem inflammationem animorum ea recidisse.
los Estados respetan los derechos de la Iglesia (AAS 13 [1921] 281-284).
3
1 Par. 29,12.
•188 BENEDICTO XV

fe y amor recíproco por ellos causado en las multitudes quedará


para siempre como cosa sólida.
[5 ]. Aunque para los males que agobian actualmente a la hu-
manidad pedimos principalmente a Dios un remedio presente eficaz,
no queremos decir que hay que olvidar o descuidar todos los reme-
dios indicados por la recta razón y la experiencia de la vida. Pro-
curar el bien común por medio de estos remedios, es oficio propio
de los gobernantes de los pueblos, si bien no es lícito que éstos, des-
preciando la ayuda de Dios, confíen únicamente en estos remedios
humanos. Por esto Nos vemos con sumo agrado, venerables herma-
nos, a los delegados de muchos Estados reunirse en Washington
para ver la manera de establecer una disminución en los enormes
gastos de la carrera de armamentos. Deseamos vehementemente
que sus deliberaciones tengan un feliz resultado, y pedimos a Dios,
con todos los hombres buenos, que les asista con la luz de su sabi-
duría. Porque no se trata solamente de aliviar las intolerables cargas
de los pueblos, lo cual es por sí mismo gran cosa, sino también, lo
cual es mayor, de alejar lo más posible los peligros de una guerra.

sed incrementum inde acceptum fideí mutuique amoris in muititudine


solídum esse atque mansurum.
Quamquam vero his malis, quibus humana societas premitur, medicinam
praesentem efficacemque máxime a Deo petimus, non tamen praetermit-
tenda dicimus aut negligenda quaecumque recta ratio ususque rerum sua-
deat remedia et praesidia. His enim adhibendis sive remediis, sive praesi-
düs, communi bono consulere proprium est eorum officium qui populos
regunt, tametsi eos iisdem unice confidere, Dei ope neglecta, nefas est.
Nos igitur perlibenter, Venerabiles Fratres, videmus complurium Civita-
tum legatos his diebus Washingtonum convenisse ob eam causam ut de
jmmodicis rei militaris sumptibus minuendis Ínter se consultarent. Quorum
consilia optamus cupimusque prosperum successum habeant, eisque ut
lumine sapientiae suae Deus adsit, cum óptimo quoque suppliciter preca-
mur; ñeque enim solum id agitur, quod sane magnum est, ut intolerandis
iam oneribus populi releventur, sed etiam, quod est maius, ut bellorum,
quoad possit, pericula multo remotiora iam fiant.
QUAS PRIMAS
La realeza de Jesucristo

El fundamento de la realeza de Jesucristo es la unión hipostática,


es decir, la asunción de una naturaleza humana determinada por la
segunda Persona de la Trinidad santísima. Por esto, Cristo, como
Dios, ex iure nativo, por derecho de naturaleza, es rey de la creación.
Pero, además, Cristo, como hombre, es rey de la creación en sentido
propio por un segundo título, ex iure acquisito, por derecho de reden-
ción. El universo, por consiguiente, y, dentro del universo, de un modo
destacado la humanidad, viven bajo una monarquía teológica, deri-
vada del hecho de la creación, y bajo una monarquía cristológica,
determinada por el hecho de la redención.
Este reinado de Jesucristo sobre la humanidad se extiende sobre
el doble ámbito de lo sobrenatural y lo natural. Es un reino predomi-
nantemente espiritual, cuyo objeto propio está señalado por las realida-
des interiores del hombre. Ha sido Jesucristo en persona quien ha dado
testimonio de que, si bien su reino está ya en este mundo—pervenit
in vos regnum Dei i—, no es, sin embargo, de este mundo—regnum
meum non est de hoc mundo 2 —. Sin embargo, la autoridad real
de Jesucristo abarca también las realidades exteriores y sociales del
fiombre. Es todo el hombre el que está sometido al poder monárquico
de Cristo, tanto en la esfera de su íntima e irrepetible individualidad
como en el ámbito de su conducta familiar, social y política. «Todas
y cada una de las realidades sociales y políticas de la humanidad»
están de iure sometidas a la monarquía cristológica. Sin embargo,
Cristo de facto no ejerce este poder directamente por sí: lo ha dejado
permissive en manos de los hombres.
De esta manera, el problema del origen de la autoridad política,
que en la encíclica Diuturnum illud estaba centrado sobre los dos ex-
tremos de un binomio—Dios y gobernante—o, si se quiere, sobre una
triple cima encadenada—Dios, pueblo, gobernante—, en la encíclica
Quas primas aparece completado con un nuevo elemento: la realidad
de una concentración total de la autoridad política en Cristo: Dios,
Cristo, pueblo y gobernante.
Se ha preguntado a veces si existe una auténtica política cristiana.
La respuesta afirmativa a esta pregunta está dada poi la lectura
1
Mt. 12,28.
2
lo. 18,36.
/
492 PÍO XI
SJUAS PRIMAS 493
atenta de los documentos pontificios incluidos en este volumen. Pero IV. La festividad de Cristo Rey. Para lograr este reconocimiento, el me-
la respuesta más profunda es la que encierra la encíclica Q u a s p r i m a s . dio más apto es la institución de una festividad propia de Cristo
Porque, si la exposición más perfecta de esta política cristiana en el Rey. Porque las fiestas litúrgicas poseen una eficacia extraordinaria
estado de teoría pura está representado, entre otras, por las encícli- para difundir las verdades de la fe. Por otra parte, las festividades
cas I m m o r t a l e D e i y L i b e r t a s praestantissimum, de León XIII, litúrgicas surgen como respuesta a las necesidades históricas de la
la base teológica más profunda, la zona abisal más definitiva de esa Iglesia y del pueblo cristiano. Lo prueba la historia antigua y moderna
política está revelada en la encíclica Q u a s p r i m a s , de Pío XI. Esta de la liturgia.
es la razón que explica y justifica la inclusión en este volumen de una En este sentido, la creación de la fiesta de Cristo Rey suministra
encíclica que a primera vista parece exclusivamente litúrgica, pero una poderosa medicina para remediar el mal de nuestra época: el
laicismo. Este mal de nuestra época es el producto maduro de una
que encierra la más alta lección de la política cristiana.
larga y maléfica evolución llevada a cabo contra Dios y la Iglesia.
Sus amargos frutos los estamos comprobando hoy día en todos los
órdenes: individual, social, político y religioso.
BIBLIOGRAFÍA
La fiesta de Cristo Rey servirá para acelerar el retorno de la huma-
J. SCHMTOUN, Papstgeschichte dcr neuesten Zeit t.4 p.39-41.—G. CASTEIXA, nidad a Dios. Es lastimoso que las fuerzas católicas no tengan el
Histoire des Papes t.3 p.389.—CH. JOURNET, VEglise du Verbe incarné t.l poder social y político que les corresponde. La fiesta presente las
p.128-135 (París 1941). estimulará a conquistarlo y contribuirá además a reparar los daños
causados por el laicismo. Si el mundo silencia el nombre de Cristo,
los católicos deben llenar los aires con los ecos de este nombre bendito.
SUMARIO
V. Desde fines del siglo pasado se ha ido preparando el camino para la
I. La paz de Cristo hay que buscarla en el reino de Cristo. Porque la institución de esta festividad. Ha llegado, por tanto, el día de insti-
restauración de este reino es el medio más eficaz para el restableci- tuirla en virtud de la autoridad apostólica del Papa. Es la clausura
miento de la paz en todos los órdenes. El Año Santo, con la Exposi- más perfecta del Año Santo. Motivos de la fiesta y de sus circuns-
ción Misional, las innumerables peregrinaciones, la canonización de tancias particulares.
seis santos y el decimosexto centenario del concilio de Nicea, ha Utilidad que esta fiesta supone para la Iglesia, el Estado y los in-
contribuido extraordinariamente a destacar el reinado de Jesucristo. dividuos.—La Iglesia tiene derecho a una plena libertad e indepen-
El culto y la nueva festividad de Cristo Rey constituyen el tema de dencia. El Estado debe respetarla, como también la libertad civil
esta encíclica. de las Ordenes y Congregaciones religiosas.—Los Estados tienen la
II. La realeza de Cristo. Cristo es rey de la humanidad en un sentido obligación grave de rendir culto público a Dios y a Cristo Rey y de
figurado. Pero lo es también en sentido literal y propio. Esta realeza ajustar a los principios cristianos toda su actividad legislativa, admi-
está afirmada a cada paso en los libros del Antiguo y del Nuevo Tes- nistrativa, judicial y educativa.—Los individuos tendrán en esta
tamento. Por esto la Iglesia católica en su liturgia ha celebrado siempre fiesta una fuente inexhausta de energías espirituales, porque Cristo
esta realeza de Cristo. es rey de todo el hombre: de su inteligencia, voluntad, corazón y
El fundamento de la realeza de Cristo hombre es la unión hipos- sentidos. Deseos finales. Bendición apostólica.
tática. Cristo reina sobre la humanidad no sólo como Dios, por dere-
cho de naturaleza, sino también como hombre, por derecho de con-
quista. [i]. E n la p r i m e r a encíclica d e n u e s t r o pontificado l , diri-
III. Carácter de esta realeza de Cristo. La autoridad real de Cristo com-
prende el poder legislativo, el poder judicial y el poder ejecutivo. gida a t o d o s los obispos del o r b e católico, h e m o s analizado las
Sin embargo, este reino de Cristo es principalmente espiritual; su causas d e los males q u e a b r u m a n a n g u s t i o s a m e n t e a la h u m a n i d a d
objeto propio son las realidades del espíritu. Es un reino de santidad actual. Y h e m o s hecho, a d e m á s , d o s claras afirmaciones: el m u n d o
interior, opuesto al reino de Satanás. A pesar de lo cual es un error ha sufrido y sufre este diluvio d e males p o r q u e la inmensa m a y o -
pensar que la autoridad regia de Cristo no abarca todo el conjunto ría d e la h u m a n i d a d ha rechazado a Jesucristo y su santísima ley
de las relaciones civiles del hombre. Porque, si bien permite que las
autoridades ejerzan el poder, este poder es un poder que Cristo ha
delegado en ellos. Los individuos y los Estados están sometidos, por D e festo D o m i n i Nostri Iesu Christi Regís constituendo ¡,
tanto, al reinado de Cristo.
Quas primas post initum Pontificatum dedimus ad universos sacrorum
' Los gobernantes deben, en consecuencia, rendir culto a Cristo Antistites Encyclicas Litteras, meminimus in iis Nos aperte significasse
Rey. De este reconocimiento público se seguirán bienes extraordi- —cum summas persequeremur earum calamitatum causas, qaibus premi
narios en el orden social y político: justa libertad, autoridad consoli- hominum genus conflictarique videremus—non modo eiusmodi malorum
dada, orden tranquilo, pacífica concordia ciudadana y profunda con- colluviem in orbem terrarum idcirco invasisse quod plerique mortalium
ciencia de fraternidad universal. El reconocimiento público de la
realeza de Cristo es el único remedio idóneo para curar los males de 1
Pío XI, Carta encíclica a todos los patriarcas, primados, arzobispos, obispos y ordina-
la sociedad de nuestra época. rios de lugar en paz y comunión con la Sede Apostólica, sobre la institución de la festividad
de Cristo Rey: AAS 17 [1925] 593-610.
404 PÍO XI I.

en la vida privada, en la vida de familia y en la vida pública/del QUAS HUMAS 495


Estado; y es imposible toda esperanza segura de una paz interna- regiones que todavía quedan por someter a la suave y salvadora
cional verdadera mientras los individuos y los Estados nieguen soberanía de nuestro Rey. Además, todas las grandes multitudes
obstinadamente el reinado de nuestro Salvador. Por esto, adverti- que !a lo largo del Año Santo han venido de todo el mundo a Roma,
mos entonces que la paz de Cristo hay que buscarla en el reino de dirigidas por sus obispos y sacerdotes, ¿qué otro propósito han
Cristo, y prometimos además consagrar a esta labor todas nuestras tenidp sino postrarse, con sus almas purificadas, ante el sepulcro
fuerzas. Hemos dicho en el reino de Cristo, porque estábamos y de los apóstoles y proclamar en nuestra presencia que viven y
estamos convencidos que el medio más eficaz para el restableci- vivirán sometidos al reinado de Jesucristo? Este reinado de nuestro
miento y la consolidación de la paz es la restauración del reinado Salvador ha resplandecido con nueva luz cuando Nos mismo, des-
de Jesucristo 2 . Motivo de clara esperanza de tiempos mejores fue- pués de comprobar las extraordinarias virtudes de seis vírgenes y
ron entre tanto para Nos ciertas tendencias que se observaban en confesores, los hemos elevado al honor de los altares. ¡Qué gozo
los pueblos de retorno a Cristo y a su Iglesia, única causa de sal- y qué consuelo tan grandes embargaron nuestra alma cuando en
vación; tendencias nuevas en algunos pueblos, y en otros fruto de el majestuoso templo de San Pedro, después de promulgados por
un largo proceso, de las cuales podía deducirse que muchos que Nos los decretos de canonización, una inmensa muchedumbre de
hasta entonces habían estado como desterrados del reino del Reden- fieles cantó como himno de acción de gracias el Tu Rex gloriae,
tor por haber despreciado su autoridad, preparaban felizmente y Christe! Porque, mientras los hombres y los Estados alejados de
aceleraban su retorno a la obediencia obligatoria. Dios corren a la muerte impulsados por el odio y las guerras civi-
[2]. Porque los acontecimientos solemnes del Año Santo, les, la Iglesia de Dios, proporcionando sin cesar a los hombres el
dignos todos de perpetuo recuerdo, ¿no han rendido un honor alimento del espíritu, engendra y da a luz nuevas generaciones de
y gloria eternos al Fundador de la Iglesia, Señor y Rey Supremo? santos y de santas para Cristo, el cual no cesa de elevar hasta la
La Exposición Misional ha impresionado profundamente a todos eterna bienaventuranza del reino celestial a todos los que le obede-
los que la han visitado, demostrando el infatigable esfuerzo de la cieron y sirvieron con plena fidelidad en el reino de la tierra. Por
Iglesia por la dilatación creciente del reino de su Esposo por todos último, al conmemorarse en este año jubilar el decimosexto cen-
los continentes e islas—aun las de los mares más remotos—, el tenario del concilio de Nicea, ordenamos la celebración de esta
crecido número de regiones conquistadas para el catolicismo por ilustre fecha y Nos personalmente la conmemoramos en la Basílica
la sangre y los sudores de valientes e invictos misioneros y las vastas Vaticana, porque el sagrado concilio de Nicea definió y proclamó
como dogma de fe católica la consubstancialidad del Hijo unigénito
Iesum Christum sanctissimamque eius legem cuta a sua ipsorum consuetu- con el Padre y afirmó además la real dignidad de Jesucristo al in-
dine et vita, tum a convictu domestico et a re publica submoverant; sed
etiam fore nunquam ut mansurae ínter populos pacis spes certa affulgeret
usque dum et nomines singuli et civitates Salvatoris Nostri imperium ab-
nuerent ac recusarent. Itaque pacem Christi ut quaerendam in regno Christi catholico adiunctus, sive quae reliquae sunt locorum magnitudines, salu-
monuimus, ita Nos, quantum licuisset, praestituros ediximus: in regno tari benignaeque Regís nostri dominationi subiiciendae. Porro quotquot,
Christi, inquimus, quippe Nobis vídebamur ad pacem redintegrandam sta- sacri temporis decursu, in Urbem undique, Antistitum sacerdotumve suo-
biliendamque non posse efficacius, quam, Domini Nostri imperio instau- rum ductu, concessere, quid iis ómnibus consilii fuit, nisi ut, expiatis
rando, contendere. Haud obscuram quidem exspectationem meliorum tem- rite animis, ad Apostolorum sepulcra et coram Nobis, se in imperio Christi
porum Nobis interea moverunt studia populorum illa in Christum inque eius et esse et futuros profiterentur? Atque hoc ipsum Servatoris nostri regaum
Ecclesiam, unam salutis effectricem, aut primum conversa aut longe exci- nova quadam luce tum splendere visum est, cum Nosmet sex confessori-
tara acrius: unde etiam apparebat, multorum, qui, contempto Redemptoris bus virginibusque, comprobata praestantissimarum virtutum laude, sancto-
principatu, quasi regno extorres facti erant, parari auspicato et maturari ad rum caelitum honores decrevimus. O quantum voluptatis animum Nostrum
officia obedientiae reditum. incessit, quantum solacii, cum, in Petriani templi maiestate, post latas a
Nobis decretorias sententias, ab ingenti fidelium multitudine, inter gra-
At quicquid, vertente Anno sacro, evenit actumve est, perpetua sane tiarum actionem, conclamatum est: Tu Rex gloriae, Christe. Namque
recordatione ac memoria dignum, nonne inde Conditori Ecclesiae, Domino dum homines civitatesque a Deo alienae, per concitatas invidiae flammas
ac Regi summo, plurimum honoris accessit ac gloriae? Etenim, sacrarum intestinosque motus, in exitium atque ínteritum aguntur, Ecclesia Dei,
Missionum rebus publice ad spectandum propositis, nimium quantum pergens spiritualis vitae pabulum humano generi impertiré, sanctissimam,
mentes hominum sensusque pepulere sive data ab Ecclesia continenter aliam ex alia, virorum feminarumque subolem Christo parit atque alit,
opera regno Sponsi suí cotidie latius in omnes térras insulasque—vel per qui, quos sibi fidissimos in terreno regno subiectos parentesque habuit,
oceanum remotissimas—proferendo, sive magnus regionum numerus, sum- eosdem ad aeternam regni caelestis beatitatem advocare non desinit. Exeunte
mo cum sudore ac sanguine, a fortissimis invictisque missionalibus nomini praeterea inter Iubilaeum máximum millesimo sexcentésimo ab habita
2 Synodo Nicaena anno, saeculare eventum eo libentius celebrari iussimus
Este exordio constituye un resumen auténtico de la encíclica Ubi arcano, 23 de di- et Nosmet ipsi in Vaticana Basílica commemoravimus, quod ea Synodus
ciembre de 1922: AAS 14 [1922] 673-700.
Unigeniti cum Patre consubstantialitatem sanxit ad credendumque catho-
496 QUAS PRIMAS 4!)7
PÍO XI
hombres, no sólo p o r q u e e n Cristo la voluntad h u m a n a r e s p o n d e
uir en su Símbolo o fórmula de fe aquellas p a l a b r a s : cuyo
no tendrá fin. con. entera perfección y s o m e t i m i e n t o completo a la santidad de
la voluntad divina, sino t a m b i é n p o r q u e con sus mociones e ins-
. " J- H a b i e n d o , p u e s , r e u n i d o este A ñ o Santo u n conjuntó^ tan piraciones influye en n u e s t r a libre voluntad, e n c e n d i e n d o en ella
a n o de
z motivos para destacar el reino d e Jesucristo, j u z g a m o s ireali- los r^ás altos propósitos. F i n a l m e n t e , se afirma q u e Cristo es rey
ar
^ í 1 a c t o totalmente conforme a n u e s t r o deber apostólico, si, de lo¡ corazones, p o r q u e con su supereminente caridad 3 , con su m a n -
e n d i e n d o a las súplicas elevadas a N o s , individualmente ¡y en s e d u m b r e y con su b e n i g n i d a d se gana el a m o r d e las a l m a s ; y
o m u n , p o r m u c h o s cardenales, obispos y fíeles católicos, claijisura- p o r q u e n i n g ú n h o m b r e h a sido ni será n u n c a t a n a m a d o p o r t o d a
t' ° H 6 ^ t e a " ° J u t > ^ a r i n t r o d u c i e n d o en la sagrada liturgia uria fes- la h u m a n i d a d c o m o Cristo Jesús. Sin e m b a r g o , para delimitar con
ividad especialmente dedicada a N u e s t r o Señor Jesucristo Rey. más exactitud el tema, es evidente q u e t a m b i é n en sentido p r o p i o
e a s u n t o es para N o s t a n grato, q u e deseamos, venerables her- hay q u e atribuir a Jesucristo h o m b r e el título y la potestad d e r e y ;
anos
. deciros algo acerca d e él; labor vuestra será acomodar d e s - pues sólo c o m o h o m b r e se p u e d e afirmar d e Cristo q u e recibió
p u é s a la inteligencia del p u e b l o t o d o lo q u e vamos a deciros sobre del P a d r e la potestad, el honor y el reino4, ya q u e c o m o V e r b o de
culto de C r i s t o R e y ; de esta manera, la solemnidad q u e ahora Dios, identificado substancialmente con el P a d r e , posee necesaria-
e ms
t i t u y e producirá en adelante los m á s variados frutos. m e n t e en c o m ú n con el P a d r e todas las cosas y, por tanto, t a m b i é n
el m i s m o p o d e r s u p r e m o y absoluto sobre toda la creación.
[I. LA REALEZA DE CRISTO]

[Sentido metafórico ] [Sentido propio ]

. L4J- H a sido c o s t u m b r e m u y generalizada ya desde antiguo ts ]. L a realeza de Cristo está afirmada a cada paso en la
ai
J ? a r R e y a Jesucristo en sentido metafórico, p o r el s u p r e m o Sagrada Escritura. Se le llama el d o m i n a d o r q u e h a d e nacer d e
g r a d o d e excelencia q u e posee, y q u e le levanta sobre toda la crea- J a c o b 5 ; se dice de El q u e ha sido constituido p o r el P a d r e R e y
la°n-' • C S t e s e n t r á ° s e di ce > e n p r i m e r lugar, q u e Cristo reina en sobre el m o n t e santo d e Sión y q u e recibirá las gentes como h e r e n -
s inteligencias de los hombres, n o t a n t o p o r su excelsa inteligencia cia y c o m o posesión los confines de la tierra 6 , y el salmo nupcial q u e ,
la . g r a d o extraordinario de sus conocimientos c u a n t o p o r ser El bajo la imagen de u n rey o p u l e n t o y poderoso, cantaba al q u e había
b e K n i S m a V e r d a d Y P ° r la necesidad q u e tienen los h o m b r e s de de ser el v e r d a d e r o Rey d e Israel, contiene esta frase: El trono
cj o e n . C r i s t o la verdad y aceptarla de El con r e n d i d a obedien- tuyo, ¡oh Dios!, permanece por los siglos de los siglos; el cetro de tu
. J ^ J j e ^ d i c e , en s e g u n d o lugar, q u e reina en las voluntades de los reino es cetro de equidad 7 . O m i t i e n d o otros m u c h o s textos s e m e -

fornf I 6 p r o P ° s u i t > itemque, verba «cuius regni non erit finis» in suam fidei Cordium denique rex Christus agnoscitur ob eius supereminentem scientiae
nuilam seu Symbolum inserendo, regiam Christi dignitatem affirmavit. . caritatem et mansuetudinem benignitatemque ánimos allicientem: nec enim
h a , C u i P igitur Annus hic sacer non unam ad inlustrandum Christi regnum quemquam usque adeo ab universitate gentium, ut Christum lesum, aut
Uent
Co oPPortunitatem, videmur rem facturi Apostólico muneri in pnmis amari aliquando contigit aut amatum iri in posterum continget. Verum, ut
nsentaneam, si, plurimorum Patrum Cardinalium, Episcoporum fidelium- rem pressius ingrediamur, nenio non videt, nomen potestatemque regis,
hun P ! " e c i b u s . ad Nos aut singillatim aut communiter delatis, concedentes, propria quidem verbi significatione, Christo homini vindican oportere; nam,
c a r n V P S U m A n n u m peculiari festo D . N . Iesu Christi Regis in ecclesiasü- nisi quatenus homo est, a Patre potestatem et honorem et regnum accepisse
ut d t u r § l a m inducendo clauserimus. Quae agitur causa sic Nos delectat, dici nequit, quandoquidem Dei Verbum, cui eadem est cum Patre substan-
Post 6 a V 0 S ' V e n erabiles Fratres, aliquantum affari cupiamus: vestrum tia, non potest omnia cum Patre non habere communia. proptereaque ipsum
inteH e m ! < 3 u i c < í u i d de Christó Rege colendo dicturi sumus, ad popularen! in res creatas universas summum atque absolutissimum imperium.
l e m . Sentíam et sensum ita accommodare, ut decernendam annuam sol-
'itates U m c e l e b r i t a t e m multíplices excipiant ac sequantur in posterum uti- Christum esse Regem nonne in Scripturis sacris passim legimus? Ipse
enim dicitur dominator de Iacob oriturus, qui a Patre constitutus est rex
super Sion montem sanctum eius, et accipiet gentes hereditatem suam et
exceil* t r ? n s l a t a v e r b i significatione rex appellaretur Christus ob summum possessionem suam términos terrae; nuptiale autem carmen, quo, sub regis
iam í n ü a e gradum, quo ínter omnes res creatas praestat atque emmet, ditissimi potentissimique specie ac similitudine, verus, qui futurus erat,
homin c o m m u n i t e r q u e usu venit. Ita enim fit, ut regnare ís m mentibus rex Israel celebrabatur, haec habet: Sedes tua, Deus, in saeculum saeculi;
q u a m U m d l c a t u r n ° n tam ob mentís aciem scientiaeque suae amplitudinem, virga directionis, virga regni tui. Ut multa id genus praetereamus, alio quidem
dient q U ° d i p s e e s t Veritas, et veritatem ab eo mortales haunre atque obe- 3
s a n t ? r a c c ipere necesse est; in voluntatibus ítem hominum, quia non modo 4
E p h . 3,19.
D a n . 7,13-14.
i n e o volu
teorií n t a t i s divinae perfecta prorsus respondet humanae ín- 5
Num. 24,TQ.
t i o n ; a s a *que obtemperatio, sed etiam liberae voluntad nostrae id permo- « Ps. 2,6.8.
m 7
stinctuque suo subiicit, unde ad nobilissima quaeque exardescamus. Ps. 45 (44),7-
498 r í o XI /
/
OLAS l'KIM.VS 499
jantes, en otro lugar, al trazar las principales líneas de la figura* de
Cristo, se p r e d i c e q u e su reino, carente de t o d o límite, estará i
iino fueron c o m p r o b a d a s por los santos evangelistas?—Por otra
e n r i q u e c i d o con los dones de la justicia y d e la p a z : Florecerá, en p.irt?, esta doctrina de la realeza de Cristo q u e h e m o s entresacado
sus días la justicia, y habrá mucha paz... Dominará de mar a mar, d e los libros del A n t i g u o T e s t a m e n t o , n o desaparece en los textos
del río hasta los cabos de la tierra 8 . A este testimonio se añaden del N u e v o T e s t a m e n t o ; t o d o lo contrario, se halla confirmada en
los vaticinios, m á s completos todavía, d e los profetas, principal- éstos con u n a luminosa brillantez. E n este p u n t o , y m e n c i o n a n d o
m e n t e el conocidísimo de Isaías: Nos ha nacido un niño, nos ha. sido ile paso el mensaje del arcángel q u e advirtió a la V i r g e n q u e daría
dado un hijo, que tiene sobre su hombro la soberanía, y que se llamará ;i luz u n hijo, a q u i e n D i o s había d e dar el t r o n o de David, su p a d r e ,
maravilloso consejero, Dios fuerte, Padre sempiterno, Príncipe de la q u e reinaría en la casa d e Jacob sin q u e su reino tuviera fin' 1 4 , es
paz, para dilatar el imperio y para una paz ilimitada, sobre el trono el m i s m o Cristo el q u e da testimonio personal de su reino en tres
de David y sobre su reino, para afirmarlo y consolidarlo en el derecho ocasiones: en su ú l t i m o discurso al p u e b l o , al hablar de los p r e m i o s
y la justicia desde ahora para siempre jamás 9. L o s vaticinios de los y de las p e n a s reservadas p e r p e t u a m e n t e a los justos y a los c o n d e -
d e m á s profetas coinciden con el d e Isaías. Jeremías predice q u e d e n a d o s ; en su respuesta al g o b e r n a d o r r o m a n o q u e p ú b l i c a m e n t e le
la estirpe d e D a v i d nacerá el vastago justo, y este hijo d e D a v i d p r e g u n t a b a si era rey, y, finalmente, d e s p u é s d e su resurrección,
reinará prudentemente y hará derecho y justicia en la tierra * °. Daniel ;il comunicar a los apóstoles la misión de enseñar y bautizar a todas
anuncia q u e el D i o s del cielo fundará u n reino, q u e no será destruí- las gentes. Siempre q u e t u v o ocasión, Cristo se atribuyó el título
do jamás... y permanecerá para siempre n ; y poco después a ñ a d e : de Rey 1 5 , confirmó p ú b l i c a m e n t e su realeza 1 6 y declaró solemne-
Seguía yo mirando en la visión nocturna, y vi venir en las nubes del mente q u e le había sido d a d o t o d o p o d e r en el cielo y e n la tierra * 7 .
cielo a un como hijo de hombre, que se llegó al anciano de muchos años ¿Qué otro significado p u e d e n tener estas expresiones q u e la g r a n -
y fué presentado a éste. Fuéle dado el señorío, la gloria y el imperio, deza de su p o d e r y la extensión infinita d e su reino? N o d e b e extra-
y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron, y su dominio es ñar, p o r tanto, q u e San J u a n le llame Príncipe de los reyes de la tie-
dominio eterno, que no acabará nunca, y su imperio, imperio que rra 1 8 , y q u e Cristo, según la visión profética del Apocalipsis, lleve
nunca desaparecerá 12. Y las palabras d e Zacarías q u e profetizan ei escrito en su vestido y en su muslo: Rey de reyes y Señor de los que
rey m a n s o q u e , subiendo en un pollino hijo de asna, había de entrar dominan 1 9 . P o r q u e , c o m o el P a d r e constituyó a Cristo heredero
en Jerusalén justo y salvador entre las'aclamaciones d e las t u r b a s 1 3 , universal de todas las cosas20, es necesario q u e C r i s t o reine, hasta
que, al fin d e los siglos, ponga a t o d o s sus enemigos bajo los pies
loco, quasi ad Christi lineamenta clarius adumbranda, praenuntiabatur fore
ut regnum eius, nullis circumscribendum finibus, iustitiae et pacis muñera sueto, qui, ascendens super asinam et super pullum asinae, Hierosolymam
locupletarent: Orietur in diebus eius iustitia, et abundantia pacis... Et domina- iustus et salvator, gestientibus turbis, ingressurus erat, nonne sancti evange-
bitur a mari usque ad mare: et a flumine usque ad términos orbis terrarum. liorum scriptores impletum agnoverunt et comprobarunt ?—Eadem cete-
Huc vel uberiora accedunt prophetarum oracula, illudque in primis Isaiae roqui de Christo Rege doctrina, quam Veteris Testamenti libris consigna-
pervagatissimum: Parvulus... natus est nobis, etfilius datus est nobis, etfactus tam delibavimus, tantum abest ut in Novi paginis evanescat, ut, contra,
est principatus super humerum eius; et vocabitur nomen eius Admirabilis, con- magnifice splendideque confirmetur. Qua in re, ut Archangeli nuntium vix
siliarius, Deus, fortis, pater futuri saeculi, princeps pacis. Multiplicabitur eius attingamus, a quo Virgo docetur, se filium parituram, cui dabit... Dominus
imperium, et pacis non erit finis: super solium David, et super regnum eius Deus sedem David patris eius et qui regnabit in domo Iacob in aeternum
sedebit: ut confirmet illud et corroboret in iudicio et iustitia, amodo et usque in et regni eius non erit finis, Christus de suo ipse imperio testatur: sive enim
sempiternum. Nec sane alia atque Isaiae sententia ceteri prophetae vatici- in postremo ad populum sermone de praemiis poenisve locutus est, quibus
nantur: ut Hieremias, praedicens germen iustum ab stirpe David oriundum, in perpetuum iusti vel rei afficiendi forent, sive Praesidi romano respondit,
qui quidem Davidis filius regnabit rex et sapiens erit: et faciet iudicium in publice ex ipso utrum rex esset percontanti, sive, postquam resurrexit,
térra; ut Daniel, qui regnum praenuntiat a Deo caeli constituendum, quod Apostolis munus docendi et baptizandi omnes gentes commisit, oblata
in aeternum non dissipabitur stabit in aeternum; ethaud multo post subiicit: opportunitate, et sibi regis nomen attribuit, et se regem esse palam confir-
Aspiciebam in visione noctis et ecce cum nubibus caeli quasi filius hominis ve- mavit, et sollemniter edixit, datam sibi esse omnem potestatem in cáelo
niebat, et usque ad antiquum dierum pervenit, et in conspectu eius obtulerunt et in térra: quibus prefecto verbis quid aliud, quam eius magnitudo potesta-
eum. Et dedit ei potestatem et honorem et regnum, et omnes populi, tribus et lin- tis et infinitas regni, significatur? Num igitur mirari licet, si, qui a Ioanne
guete ipsi servient; pote'stas eius, potestas aeterna, quae non auferetur, et regnum dicitur princeps regum terrae, idem, quemadmodum apostólo in visione illa
eius, quod non corrumpetur. Zachariae autem praedictum illud de Rege man- futurorum apparuit, habet in vestimento et infernare suo scriptum: Rex regum
et Dominus dominantium? Etenim Christum Pater constituit heredem univer-
9
» Ps. 72 (70,7-8.
Is. 9,6-7. '" Le. 1,32-33.
10
11
Ier. 23,5. 15
M t . 25.31-40-
12
Dan 2,44. "> l o . l8,37-
13
Dan. 7,13-14. i ' M t . 28,18.
Iac. 9,9. i 8 A p o c . 1,5.
19
Apoc. 19,16.
2» Hebr. 1,1.
500 i-ío XI
(JIJAS l'KIMAS 501
del P a d r e 21. D e esta enseñanza c o m ú n a todos los Libros Sagrados
se siguió, c o m o consecuencia necesaria, el hecho de q u e la Iglesia l'or otra parte, ¿hay realidad m á s dulce y consoladora para el h o m -
católica, reino de Cristo en la tierra, destinado a extenderse a todos bre q u e el p e n s a m i e n t o d e q u e Cristo reina sobre nosotros, n o sólo
los h o m b r e s y p o r todas las naciones, celebrase con multiplicadas por u n d e r e c h o de naturaleza, sino además p o r u n d e r e c h o de con-
m u e s t r a s de veneración, d u r a n t e el ciclo anual de la liturgia, a su quista a d q u i r i d o , esto es, el d e r e c h o de la redención? Ojalá los h o m -
A u t o r y F u n d a d o r c o m o Rey, Señor y Rey de los reyes. Y así como bres olvidadizos recordasen el gran precio con q u e nos h a rescatado
en la antigua s á m o d i a y en los antiguos s a c r a m é n t a n o s usó la Igle- nuestro Salvador: Habéis sido rescatados... no con plata y oro co-
sia d e estos títulos honoríficos, q u e con u n a admirable variedad rruptibles, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de cordero sin
d e expresiones significan el m i s m o concepto, así t a m b i é n los emplea defecto ni mancha23. N o somos ya nuestros, p o r q u e C r i s t o nos ha
a c t u a l m e n t e en el rezo del oficio divino y en el santo sacrificio de la c o m p r a d o a precio grande 2 4 . N u e s t r o s m i s m o s cuerpos son miem-
misa. E n esta p e r p e t u a alabanza de la realeza de Cristo se descubre bros de Cristo25.
fácilmente la bellísima u n i d a d de n u e s t r o s ritos y los ritos orientales,
d e tal m a n e r a q u e t a m b i é n en este caso tiene perfecta realización
el axioma d e q u e la norma de oración constituye la norma de la fe. [II. CARÁCTER D E LA REALEZA DE C R I S T O ]

[Triple poder]
[Fundamento de la realeza de Cristo]
[ 7 ] E n s e g u n d o lugar, para declarar b r e v e m e n t e la eficacia y
[6]. Y es San Cirilo de Alejandría el q u e describe acertada- la naturaleza de esta autoridad regia es casi innecesario afirmar q u e
m e n t e el f u n d a m e n t o d e esta dignidad y de este p o d e r d e n u e s t r o abraza el triple p o d e r q u e es esencial a t o d a v e r d a d e r a autoridad.
S e ñ o r : «Posee Cristo el p o d e r s u p r e m o sobre t o d a la creación, n o Los testimonios citados de la Sagrada Escritura sobre la universali-
p o r violencia ni p o r usurpación, sino en v i r t u d d e su m i s m a esencia dad del reino d e n u e s t r o R e d e n t o r constituyen u n a p r u e b a m á s q u e
y naturaleza» 2 2 . E s decir, la autoridad de Cristo se funda en la a d m i - suficiente d e esta afirmación. Y es, p o r otra parte, d o g m a d e fe
rable u n i ó n hipostática. D e d o n d e se sigue q u e Cristo n o sólo debe católica q u e Jesucristo ha sido d a d o a los h o m b r e s c o m o R e d e n t o r ,
ser a d o r a d o c o m o D i o s p o r los ángeles y p o r los h o m b r e s , sino q u e
en q u i e n d e b e n confiar, y como legislador, a q u i e n d e b e n obedecer 2 S .
además, los ángeles y los h o m b r e s d e b e n sumisión y obediencia a
Los Evangelios n o sólo refieren q u e Cristo legisló; m á s aún, lo p r e -
C r i s t o en c u a n t o h o m b r e ; en una palabra, p o r el solo h e c h o de l a
sentan legislando; y el divino M a e s t r o , en diferentes circunstancias
u n i ó n hipostática, Cristo tiene potestad sobre la creación universal.
y con diversas expresiones, ha e n s e ñ a d o q u e los q u e c u m p l e n sus
leyes son los q u e d e m u e s t r a n q u e le a m a n y los q u e p e r m a n e c e n
sorum; oportet autem ipsum regnare, doñee, in exitio orbis terrarum, ponat
omnes inimícos sub pedibus Dei et Patris. Qua ex communi sacrorum Li-
brorum doctrina sequi profecto oportuit, ut catholica Ecclesia, quae est hypostaticae unionis nomine Christus potestatem in universas creaturas
Christi regnum in terris, ad omnes nomines terrasque universas utique pro- obtineat.—At vero quid possit iucundius nobis suaviusque ad cogitandum
ducendum, Auctorem Conditoremque suum, per annuum sacrae liturgiae accidere, quam Christum nobis iure non tantum nativo sed etiam quaesito,
orbem, Regem et Dominum et Regem regum, multiplicato venerationis scilicet redemptionis, imperare? Servatori enim nostro quanti steterimus,
officio, consalutaret. Istas sane honoris significationes, unum idemque per obliviosi utinam nomines recolant omnes: Non corruptibilibus amo vel ar-
mirificam vocum varietatem sonantes, ut in veteri psallendi ratione atque gento redempti estis:... sed pretioso sanguine quasi agni immaculati Christi et
in antiquis Sacramentariis adhibuit, sic in publicis divinae maiestati preci- incontaminati. Iam nostri non sumus, cum Christus pret'xo magno nos emerit;
bus cotidie admovendis, inque immolanda immaculata hostia, in praesenti corpora ipsa nostra membra sunt Christi.
adhibet; in hac vero laudatione Christi Regís perpetua pulcherrimus nostro-
Iamvero, ut huius vim et naturam principatus paucis declaremus, dicere
rum et orientalium rituum concentus facile deprehenditur, ut etiam hoc in
vix attinet triplici eum potestate contineri, qua si caruerit, principatus vix
genere valeat illud: Legem credendi [ex statuit supplicandi.
intellegitur. Id ipsum deprompta atque allata ex sacris Litteris de univer-
sali Redemptoris nostri imperio testimonia plus quam satis significant, atque
Quo autem haec Domini nostri dignitas et potestas fundamento consistat,
est catholica fide credendum, Christum Iesum hominibus datum esse utique
apte Cyrillus Alexandrinus animadvertit: Omnium, ut verbo dicam, creatu-
Redemptorem, cui fidant, at una simul legislatorem, cui obediant. Ipsum
rarum dominatum obtinet, non per vim extortum, nec aliunde invectum, sed
autem evangelia non tam leges condidisse narrant, quam leges condentem
essentia sua et natura; scilicet eius principatus illa nititur unione mirabili,
inducunt: quae quidem praecepta quicumque servarint, iidem a divino
quam hypostaticam appellant. Unde consequitur, non modo ut Christus
Magistro, alias alus verbis, et suam in eum caritatem probaturi et in dilectio-
ab angelis et hominifaus Deus sit adorandus, sed etiam ut eius imperio
ne eius mansuri dicuntur. Iudiciariam vero potestatem sibi a Patre attribu-
Hominis angelí et nomines pareant et subiecti sint: nempe ut vel solo
23
21 Cf. i Cor. i5,2S- 24
1 Petr. 1,18-19.
22
SAN CIRILO DE ALEJANDRÍA, In Le. X: P(5 72,666. 25
1 Cor. 6,20.
1 Cor. 6,15.
28
Concilio Tridentino, sess.6 en.21: DB 831.
502 PÍO S I
yUAS PRIMAS fio:;
en su c a r i d a d 2 7 . Por lo q u e toca al poder judicial, Jesús, al r e s p o n d e r
personalmente a los j u d í o s q u e le acusaban de h a b e r violado el sá- rito externo, significa y p r o d u c e la regeneración del alma. Este rei-
b a d o con la maravillosa curación del paralítico, afirma q u e el P a d r e n o se o p o n e solamente al reino d e Satanás y a la potestad d e las
le había d a d o el p o d e r judicial: Porque el Padre no juzga a rtadie, t ¡nieblas, y exige de sus subditos n o sólo que, con el d e s p r e n d i m i e n t o
sino que ha entregado al Hijo todo el poder de juzgar28. Y en este espiritual de las riquezas y de los bienes temporales, observen u n a
p o d e r q u e d a incluido t a m b i é n el d e r e c h o de p r e m i a r y de castigar moral p u r a y t e n g a n h a m b r e y sed de justicia, sino q u e exige a d e -
a los h o m b r e s a u n d u r a n t e su vida mortal, p o r q u e e s t e ' d e r e c h o n o más la abnegación d e sí m i s m o s y la aceptación de la cruz. Cristo,
p u e d e q u e d a r separado del p o d e r judicial. A d e m á s , hay q u e atri- c o m o R e d e n t o r , rescató a la Iglesia con su s a n g r e ; y Cristo, c o m o
b u i r a Jesucristo el p o d e r ejecutivo, p o r estar t o d o s los h o m b r e s Sacerdote, se ofreció a sí m i s m o y se sigue ofreciendo p e r p e t u a m e n -
obligados a obedecer las órdenes d e Cristo, p o d e r d o t a d o de las te c o m o víctima p o r los pecados del m u n d o ; ¿quién n o ve, p o r
facultades necesarias p a r a i m p o n e r castigos, a los q u e nadie p u e d e tanto, q u e la d i g n i d a d real del Salvador participa y m u e s t r a la n a t u -
substraerse. raleza de a m b o s oficios? P o r otra parte, incurriría en u n grave e r r o r
el q u e negase a la h u m a n i d a d de Cristo el p o d e r real sobre t o d a s y
cada u n a de las realidades sociales y políticas del h o m b r e , ya q u e
[Espiritualidad y temporalidad de la realeza de Cristo ]
Cristo c o m o h o m b r e h a recibido de su P a d r e u n d e r e c h o absoluto
[ 8 ] . Sin e m b a r g o , los textos citados de la Biblia d e m u e s t r a n sobre t o d a la creación, d e tal m a n e r a q u e t o d a ella está sometida
con t o d a evidencia q u e este reino es principalmente espiritual y a su voluntad. Sin e m b a r g o , m i e n t r a s vivió sobre la tierra, Cristo
q u e su objeto p r o p i o son las realidades del espíritu, conclusión con- se abstuvo t o t a l m e n t e del ejercicio de este poder, y así c o m o e n t o n -
firmada p e r s o n a l m e n t e p o r la m a n e r a de obrar del Salvador. P o r q u e ces despreció la p r o p i e d a d y la administración de los bienes h u m a n o s ,
e n varías ocasiones, c u a n d o los judíos y a u n los m i s m o s apóstoles asi t a m b i é n p e r m i t e y sigue p e r m i t i e n d o el u s o d e éstos a sus p o -
j u z g a r o n equivocadamente q u e el Mesías devolvería la libertad al seedores. Expresa b i e n esta permisión el conocido t e x t o : No arrebata
p u e b l o j u d í o y restablecería el reino d e Israel, C r i s t o deshizo y re- el reino temporal el que da el reino celestial 29. P o r tanto, la autoridad
futó esta idea v a n a m e n t e esperanzada. C u a n d o la m u c h e d u m b r e , de n u e s t r o R e d e n t o r abarca a t o d o s los h o m b r e s ; extensión bien
maravillada, quería proclamarle rey, Cristo r e h u s ó este h o n r o s o declarada p o r n u e s t r o predecesor, de inmortal memoria, L e ó n XIII,
título h u y e n d o y escondiéndose en la soledad. F i n a l m e n t e , en p r e - con las siguientes palabras, q u e hacemos n u e s t r a s : «El p o d e r d e
sencia del g o b e r n a d o r r o m a n o declaró q u e su reino n o era de este Cristo se extiende n o sólo sobre los pueblos católicos y sobre a q u e -
mundo. L o s evangelios describen este reino c o m o u n reino cuyo llos q u e , p o r h a b e r recibido el b a u t i s m o , p e r t e n e c e n de derecho
ingreso exige u n a penitencia preparatoria, ingreso q u e a su vez sólo a la Iglesia, a u n q u e el error los tenga extraviados o el cisma los sepa-
es posible p o r m e d i o de la fe y del bautismo, el cual, si bien es u n re de la caridad, sino q u e c o m p r e n d e t a m b i é n a cuantos n o partici-

tam ipse Iesus Iudaeis, de Sabbati requiete per mirabilem debilis hominis etsi est ritus externus, interiorem tamen regenerationem significat atque
sanationem violata criminantibus, denuntiat: Ñeque enim Pater iudicat quem- efficit; opponitur unice regno Satanae et potestati tenebrarum, et ab asseclis
quam, sed omne iudicium dedit Filio. In quo id etiam comprehenditur—quo- postulat, non solum ut, abalienato a divitiis rebusque terrenis animo, moruna
niam res a iudicio disiungi nequit— ut praemia et poenas hominibus adhuc praeferant lenitatem et esuriant sitiantque iustitiam, sed etiam ut semet-
viventibus iure suo deferat. At praeterea potestas illa, quam exsecutionis ipsos abnegent et crucem suam tollant. Cum autem Christus et Ecclesiam
vocant, Christo adiudicanda est, utpote cuius imperio parere omnes necesse Redemptor sanguine suo acquisiverit et Sacerdos se ipse pro peccatis hos-
sit, et eá quidem denuntiatá contumacibus irrogatione suppliciorum, quae tiam obtulerit perpetuoque offerat, cui non videatur regium ipsum munus
nemo possit effugere. utriusque illius naturam muneris induere ac participare? Turpiter, cetero-
quin, erret, qui a Christo nomine rerum civilium quarumlibet imperium
Verumtamen eiusmodi regnum praecipuo quodam modo et spirituale abiudicet, cum is a Patre ius in res creatas absolutissimum sic obtineat, ut
esse et ad spiritualia pertinere, cum ea, quae ex Bibliis supra protulimus, omnia in suo arbitrio sint posita. Attamen, quoad in terris vitam traduxit,
verba planissime ostendunt, tum Christus Dominus sua agendi ratione ab eiusmodi dominatu exercendo se prorsus abstinuit, atque, ut humanarum
confirmat. Siquidem, non una data occasione, cum Iudaei, immo vel ipsi rerum possessionem procurationemque olim contempsit, ita eas possesso-
Apostoli, per errorem censerent, fore ut Messias populum in libertatem ribus et tum permisit et hodie permittit. In quo perbelle illud: Non eripit
vindicaret regnumque Israel restitueret, vanam ipse opinionem ac spem mortalia, qui regna dat caelestia. Itaque principatus Redemptoris riostri
adimere et conveliere; rex a circumfusa admirantium multitudine renun- universos complectitur homines; quam ad rem verba immortalis memoriae
tiandus, et nomen et honorem rugiendo latendoque detrectare; coram Prae- decessoris Nostri Leonis XIII Nostra libenter facimus: «Videlicet imperium
side romano edicere, regnum suum de hoc mundo non esse. Quod quidem eius non est tantummodo in gentes catholici nominis, aut in eos solum, qui,
regnum tale in evangeliis proponitur, in quod homines poenitentiam agendo sacro baptismáte abluti, utique ad Ecclesiam, si spectetur ius, pertinent, quam-
ingredi parent, ingredi vero nequeant nisi per fidem et baptismum, qui, vis vel error opinionum devios agat, vel dissensio a caritate seiungat: sed com-
plectitur etiam quotquot numerantur christianae fidei expertes, ita ut verissi-
" Cf. lo. 14,15; 15,10.
2 8 l o . 5,22. , 2» H i m n o Crudeüs Herodes en el oficio d e la fiesta de Epifanía.
#
504 PÍO XI
p a n de la fe cristiana, d e tal m a n e r a q u e bajo la potestad d e Jesús SJUAS PRIMAS 505
se halla t o d o el g é n e r o h u m a n o » 3 0 . Y en esta extensión universal
del p o d e r d e Cristo n o hay diferencia alguna entre los individuos [Bienes del reconocimiento de la realeza de Cristo]
y el E s t a d o , p o r q u e los h o m b r e s e s t á n bajo la autoridad d e C r i s t o ,
t a n t o considerados individualmente como colectivamente en so- [y]. Por tanto, si los h o m b r e s reconocen pública y privada-
ciedad. Cristo es, e n efecto, la fuente del b i e n público y del bien m e n t e la regia potestad de Cristo, necesariamente recogerá t o d a la
p r i v a d o : En ningún otro hay salvación, pues ningún otro nombre nos sociedad civil increíbles beneficios, c o m o son los d e u n a j u s t a liber-
ha sido dado bajo el cielo, entre los hombres, por el cual podamos ser tad, u n a disciplinada t r a n q u i l i d a d y u n a pacífica concordia. P o r q u e
salvos 3 1 . El es el d a d o r d e la prosperidad y de la felicidad verda- la regia dignidad de N u e s t r o Señor, de la m i s m a m a n e r a q u e con-
dera a los individuos y a los Estados, «porque la felicidad del E s t a d o sagra en cierto m o d o la a u t o r i d a d h u m a n a de los jefes y g o b e r n a n t e s
n o procede d e distinta fuente q u e la felicidad d e los ciudadanos, del Estado, así t a m b i é n ennoblece los deberes y la obediencia de
ya q u e el E s t a d o n o es otra cosa q u e el conjunto concorde d e los los g o b e r n a d o s . P o r esta razón, el apóstol San Pablo, a u n q u e m a n d ó
ciudadanos» 3 2 . N o nieguen, pues, los gobernantes d e los Estados a las casadas y a los siervos q u e reverenciasen a C r i s t o en la persona
el culto d e b i d o de veneración y obediencia al p o d e r de Cristo, t a n t o de sus m a r i d o s y señores, t a m b i é n les advirtió, sin embargo, q u e
p e r s o n a l m e n t e como p ú b l i c a m e n t e , si q u i e r e n conservar incólume n o obedecieran a éstos c o m o simples h o m b r e s , sino sólo c o m o re-*
s u a u t o r i d a d y m a n t e n e r la felicidad y la grandeza de su patria. presentantes d e C r i s t o ; p u e s es indigno de h o m b r e s redimidos por
P o r q u e lo q u e escribimos, al comenzar n u e s t r o pontificado, acerca Cristo servir a otros h o m b r e s : fíabéis sido comprados a precio, no
d e la decadencia d e la autoridad del d e r e c h o y del respeto de la os hagáis siervos de los hombres 3 4 . El día en q u e los reyes y los go-
autoridad, sigue m a n t e n i e n d o su validez e n estos días, a saber: «Des- bernantes legítimamente elegidos se convenzan de q u e m a n d a n , m á s
terrados Dios y J e s u c r i s t o — l a m e n t á b a m o s — d e las leyes y del g o - q u e p o r d e r e c h o propio, en v i r t u d de u n m a n d a t o y u n a represen-
b i e r n o d e los pueblos, y derivada la autoridad, n o de D i o s , sino tación del Rey divino, es evidente q u e h a r á n u n u s o recto y santo
d e los h o m b r e s , ' h a sucedido q u e . . . hasta los mismos fundamentos de su autoridad y respetarán el bien c o m ú n y la dignidad h u m a n a
de los gobernados, t a n t o en la creación de las leyes c o m o en el c u m -
d e la a u t o r i d a d h a n q u e d a d o arrancados, u n a vez s u p r i m i d a la causa
plimiento de éstas. D e esta m a n e r a se seguirá el florecimiento seguro
principal d e q u e u n o s t e n g a n el derecho de m a n d a r y otros la obli-
de u n o r d e n t r a n q u i l o , con la supresión d e t o d a s las causas de revo-
gación d e obedecer. D e lo cual n o h a p o d i d o m e n o s d e seguirse
lución; p o r q u e , a u n q u e el c i u d a d a n o vea en el g o b e r n a n t e y en las
una violenta conmoción d e t o d a la h u m a n a sociedad, privada de
restantes autoridades públicas h o m b r e s de naturaleza igual a la suya
t o d o apoyo y f u n d a m e n t o sólido» 3 3 .
e incluso indignos y vituperables p o r alguna causa, n o p o r esto les
negará su obediencia c u a n d o c o n t e m p l e e n aquéllos u n a i m a g e n d e
me in potestate Iesu Christi sit uníversitas generis humani». Nec quicquam la autoridad de Jesucristo, Dios y h o m b r e verdadero. E n lo t o c a n t e
inter singulos hac in re et convictiones domesticas civilesque interest, quia
homines societate coniuncti nihilo sunt minus in potestate Christi quam
singuli. ídem profecto fons privatae ac communis salutis: Et non est in alio Itaque, si quando regiam Christi potestatem homines privatim publice*-
aliquo salus, nec aliud nomen est sub cáelo datum hominibus, in quo oporteat que agnoverínt, incredibilia iam beneficia, ut iustae libertatis, ut discipli-
nos salvos fieri; Ídem et singulis civibus et rei publicae prosperitatis auctor nae et tranquillitatis, ut concordiae et pacís, civilem consortionem perva-
germanaeque beatitatis: Non enim aliunde beata civitas, aliunde homo; cum dere omnem necesse est. Regia enim Domini nostri dignitas, quemadmo-
aliud civitas non sit, quam concors hominum multitudo. Nationum igitur recto- dum humanam principum ac moderatorum auctoritatem religione quadam
res imperio Christi publicum reverentiae obtemperationisque officium per imbuit, sic civium officia atque obtemperationem nobilitat. Quamobrem
se ipsi et per populum praestaie ne recusent, si quidem velint, sua incolumi Apostolus Paulus, licet uxoribus et servís praeciperet, ut in viro suo, ut
auctoritate, patriae provehere atque augere fortunam. Nam quae, Pontífi- in suo domino Christum vererentur, monuit tamen, ut non iis tamquam
catus initio, de valde imminuta iuris auctoritate verecundiaque potestatis hominibus obedirent, sed unice quia Christi gererent vicem, cum homines
scribebamus, ea ad praesens tempus haud minus apta dixeris ac congruen- a Christo redemptos dedeceret hominibus serviré: Pretio empti estis, nolile
tia: *Deo et Iesu Christo—ita conquerebamur—a legibus et re publica fieri servi hominum, Quodsi principibus et magistratibus legitime delectis
submoto, iam non a Deo derivata sed ab hominibus auctoritate, fac- persuasum erit, se, non tam iure suo, quam divini Regis mandato ac loco
tum est, ut... ipsa auctoritatis fundamenta convellerentur, principe imperare, nemo non vídet, quam sánete sapienterque auctoritate sua usuri
sublatá causa, cur alus ius esset imperandi, alus autem officium parendi. sint et qualem in legibus ferendis urgendisque rationem communis boni
Ex quo totam oportuit concuti societatem humanam, millo iam solido ful- et humanae inferiorum dignitatis sint habituri. Hinc tranquilinas ordinis
tam columine et praesidio». profecto efflorescet ac stabit, quavis seditionis causa remota: quod enim
in principe ceterisque rei publicae gubernatoribus civis homines spectaverit
30
LEÓN XIII, encíclica Annum sacrum, 25 de mayo de 1899: ASS 31 [1898-1899] 647. sibi natura pares aut aliqua de causa indignos ac vituperabiles, non ideirco
31 A c t . 4,12.
32
eorum recusabit imperium, quando in iis ipsis propositum sibi Christi
SAN AGUSTÍN, Epist. ad Macedonium c.3: PL 33,656. Dei et Hominis imaginem auctoritatemque intuebitur. Ad concordiae autem
33
Pío XI, encíclica Ubi arcano: AAS 14 I1922] 683.
34
1 Cor. 7,23.
506 pfo x i QUAS PRIMAS 507

a u n a pacífica concordia, es evidente que cuanto mayor es la a m p l i - [III. L A FESTIVIDAD DE JESUCRISTO R E Y ]


t u d de u n reino y m a y o r la universalidad con q u e abarca a t o d o el
género h u m a n o , t a n t o m á s p r o f u n d o es el arraigo q u e adquiere en [Sentido y eficacia de las festividades litúrgicas]
la conciencia h u m a n a el vínculo de fraternidad q u e u n e a todos
los h o m b r e s . E s t a conciencia d e fraternidad alejará y suprimirá [ 1 0 ] . A h o r a bien, p a r a q u e estos deseados beneficios se reco-
los frecuentes conflictos sociales y disminuirá sus asperezas. Si el j a n con mayor a b u n d a n c i a y a d q u i e r a n u n a m a y o r estabilidad en
reino de Cristo incluyera de h e c h o a todos los h o m b r e s , como de la sociedad cristiana, es d e t o d o p u n t o necesario la m á s amplia
d e r e c h o los incluye, ¿por q u é n o h a b r í a m o s d e esperar aquella difusión posible del conocimiento de esta regia d i g n i d a d d e n u e s t r o
p a z q u e el Rey pacífico trajo a la tierra, aquel Rey q u e vino para Salvador. Para este fin n o hay m e d i o m á s eficaz q u e la creación de
reconciliar todas las cosas; q u e no vino a ser servido, sino a servir; u n a festividad propia y peculiar de Cristo R e y . P o r q u e p a r a ense-
q u e , siendo el Señor de todos, se dio a sí m i s m o c o m o ejemplo de ñ a r al p u e b l o las realidades d e la fe y atraerle p o r m e d i o d e éstas
h u m i l d a d y estableció c o m o ley principal esta virtud, u n i d a al m a n - a los goces interiores del espíritu, las fiestas anuales d e los sagrados
.dato de la caridad; que, finalmente, dijo: Mi yugo es suave y mi carga misterios t i e n e n u n a eficacia m u c h o mayor q u e cualquier otra en-
es ligera? ¡ Q u é felicidad t a n g r a n d e podría gozar la h u m a n i d a d si señanza, a u n la m á s grave, del magisterio eclesiástico. P o r q u e estas
los individuos, las familias y los Estados se dejaran gobernar por enseñanzas son conocidas generalmente sólo p o r u n a m i n o r í a de
C r i s t o ! «Entonces, finalmente—diremos con las m i s m a s palabras fieles m á s instruidos q u e los d e m á s ; las fiestas litúrgicas, en cambio,
q u e n u e s t r o predecesor L e ó n XIII dirigió hace veinticinco años a impresionan e instruyen a todos los fieles; los d o c u m e n t o s del ma-
todos los obispos del o r b e católico—, p o d r á n ser curadas tantas gisterio hablan u n a sola vez; las fiestas de la liturgia, cada año y
heridas, entonces todos los derechos recobrarán su primitivo vigor, p e r p e t u a m e n t e ; las enseñanzas pontificias p e n e t r a n en las inteligen-
será devuelta la paz, y caerán de las m a n o s las espadas y las armas, cias; la liturgia, en la inteligencia y en el h o m b r e entero. P o r q u e ,
c u a n d o los h o m b r e s a c e p t e n de b u e n agrado el p o d e r de Cristo, c o m o el h o m b r e es u n c o m p u e s t o de alma y cuerpo, d e b e quedar
le obedezcan voluntariamente y t o d a lengua confiese q u e N u e s t r o i m p r e s i o n a d o y m o v i d o p o r las solemnidades externas de los días
Señor Jesucristo está en la gloria de Dios Padre» 3 5 . festivos d e tal m a n e r a q u e con la variada h e r m o s u r a d e los actos
litúrgicos a p r e n d a mejor las divinas enseñanzas y, convirtiéndolas
pacisque muñera quod attinet, liquet omnino, quo latius regnum produci- en su p r o p i o j u g o y sangre, obtenga u n provecho m u c h o m a y o r en
tur atque ad universitatem humani generis pertinet, eo magis mortales sibi la vida espiritual.
eius communionis conscios fieri, qua Ínter se copulantur: quae quidem
conscientia, cum frequentes conflictiones praeve'rtat ac praeoccupet, tum [i 1 ] . P o r otra parte, la historia d e m u e s t r a q u e estas festivi-
earundem asperitatem omnium permulcet ac minuit. Eccur, si Christi d a d e s litúrgicas fueron establecidas, sucesivamente, e n el trans-
regnum omnes, ut iure complectitur, sic reapse complectatur, de ea pace c u r s o d e los siglos, de acuerdo con las necesidades o conveniencias
desperemus, quam Rex pacificus in térras intulit, ille, inquimus, qui venit del p u e b l o cristiano, como, p o r ejemplo, c u a n d o fué necesario ro-
reconciliare omnia, qui non venit ut ministraretur ex, sed ut ministraret, et,
cum esset Dominus omnium, humilitatis et se praebuit exemplum et legem Iamvero, quo optatissimae eiusmodi utilitates uberius percipiantur et
statuit praecipuam cum caritatis praecepto coniunctam; qui praeterea dixit: in societate christiana stabilius insideant, cum regiae Salvatoris nostri digni-
Iugum meum suave est et onus meum leve? O qua frui liceret beatitate, si a tatis cognitionem disseminari quam latissime oporteat, ad rem nihil magis
Christo et singuli nomines et familiae et civitates se gubernari sinerent. profuturum videtur, quam si dies festus Christi Regís proprius ac peculiaris
«Tum denique—ut verbis utamur, quae decessor Noster Leo XIII ante instituatur. Etenim in populo rebus fidei imbuendo per easque ad interiora
annos quinqué ac viginti ad universos sacrorum Antistites adhibuit—lice- vitae gaudia evehendo longe plus habent efficacitatis annuae sacrorum mys-
bit sanare tot vulnera, tum ius omne in pristinae auctoritatis spem revires- teriorum celebritates quam quaelibet vel gravissima ecclesiastici magisterii
cet, et restituentur ornamenta pacis, atque excident gladii fluentque arma documenta; siquidem haec in pauciores eruditioresque viros plerumque
de manibus, cum Christi imperium omnes accipient libenter eique pare- cadunt, illae universos fideles percellunt ac docent; haec semel, illae quo-
bunt, atque omnis lingua confitebitur quia Dominus Iesus Christus in tannis atque perpetuo, ut ita dicamus, loquuntur; haec mentes potissimum,
gloria est Dei Patris». illae et mentes et ánimos, hominem scilicet totum, salutariter afficiunt.
Sane, cum homo animo et corpore constet, debet is exterioribus dierum
35
LEÓN XIII, encíclica Annum sacrwn, 25 de mayo de l8g9: ASS 31 [1898-1899] 647. festorum sollemnibus ita commoveri atque excitan, ut divinas doctrinas per
sacrorum varietatem pulchritudinemque rituum copiosius imbibat, et, in
sucum ac sanguinem conversas, sibi ad proficiendum in spirituali vita serviré
iubeat.
Est, ceteroqui, litterarum monumentis proditum, celebritates eiusmodi,
decursu saeculorum, tum, aliam ex alia, induttas esse, cum id christianae
plebis necessitas utilitasve postulare visa est: nempe cum debuit populus
aut in communi roborari discrimine aut ab serpentibus haeresum erroribus
508 PÍO XI QUAS PRIMAS 509

bustecerlo frente a u n peligro c o m ú n , defenderlo contra los envol- h a n t e n i d o el m i s m o origen y h a n p r o d u c i d o idénticos frutos; y
ventes errores de la herejía, animarlo y encenderlo con mayor así, c u a n d o sobrevino el enfriamiento en la reverencia y en el culto
insistencia p a r a q u e conociese y venerase con mayor devoción u n al Santísimo Sacramento, se instituyó la fiesta del Corpus Christi,
d e t e r m i n a d o misterio d e la fe o algún beneficio particular d e la para q u e con la s o l e m n i d a d d e las procesiones públicas y las ora-
divina b o n d a d . P o r esto, desde los p r i m e r o s siglos del cristianismo, ciones prolongadas d u r a n t e t o d a la octava siguiente se reavivase en
c u a n d o los fieles sufrían u n a d u r í s i m a persecución, se iniciaron los fieles la adoración pública del Señor. D e la m i s m a manera, la
las conmemoraciones litúrgicas en h o n o r d e los mártires, para q u e , festividad del Sagrado Corazón de Jesús fué creada c u a n d o la triste
c o m o dice San A g u s t í n , «las festividades d e los mártires fuesen al y helada severidad del jansenismo debilitó y enfrió a las almas
m i s m o t i e m p o exhortaciones al martirio» 3 6 . Y c u a n d o m á s adelante alejándolas del a m o r d e D i o s y d e la confianza e n su salvación
se concedió a los santos confesores, vírgenes y viudas los honores eterna.
litúrgicos, estos h o n o r e s d e m o s t r a r o n u n a eficacia maravillosa p a r a
reavivar en los fieles el amor a las virtudes, t a n necesario a u n en
las épocas d e paz. Y fueron sobre t o d o las fiestas instituidas en [La fiesta de Crislo Rey y el laicismo contemporáneo ]
h o n o r d e la Santísima Virgen las q u e c o n t r i b u y e r o n a q u e el p u e - [ 1 2 ] . Y si ahora o r d e n a m o s a todos los católicos del m u n d o
blo cristiano n o sólo rindiera u n culto m á s religioso a la M a d r e el culto universal d e Cristo Rey, r e m e d i a r e m o s las necesidades
d e D i o s , su poderosísima protectora, sino t a m b i é n a q u e a u m e n - de la época actual y ofreceremos u n a eficaz medicina para la enfer-
tase el a m o r d e los fieles hacia la M a d r e celestial q u e el R e d e n t o r m e d a d q u e en nuestra época aqueja a la h u m a n i d a d . Calificamos
les h a b í a otorgado c o m o herencia. E n t r e los beneficios q u e h a y como e n f e r m e d a d de n u e s t r a época el l l a m a d o laicismo, sus errores
q u e atribuir al culto público de la Virgen y d e los santos, hay q u e y sus criminales p r o p ó s i t o s ; sabéis m u y bien, venerables h e r m a -
e n u m e r a r t a m b i é n el h e c h o de q u e la Iglesia haya p o d i d o en t o d o nos, q u e esta e n f e r m e d a d n o ha sido p r o d u c t o de u n solo día,
t i e m p o rechazar victoriosamente la epidemia de los errores h e r é - lia estado i n c u b á n d o s e desde hace m u c h o t i e m p o en las e n t r a ñ a s
ticos. E n esta materia es forzoso a d m i r a r el designio d e la divina mismas d e la sociedad. P o r q u e se comenzó negando el i m p e r i o d e
Providencia, la cual, así c o m o del m a l suele derivar el bien, así Cristo sobre t o d o s los p u e b l o s ; se negó a la Iglesia el d e r e c h o q u e
t a m b i é n ha p e r m i t i d o a veces el enfriamiento d e los pueblos en ésta tiene, fundado en el d e r e c h o del m i s m o Cristo, d e e n s e ñ a r
la fe y en la piedad, o las asechanzas de las doctrinas falsas contra al g é n e r o h u m a n o , d e p r o m u l g a r leyes y d e regir a los p u e b l o s
la verdad católica, con el resultado final, sin e m b a r g o , d e u n nuevo para conducirlos a la felicidad eterna. D e s p u é s , poco a p o c o , la
esplendor p a r a la v e r d a d católica y u n vigoroso renacer d e la fe religión cristiana q u e d ó e q u i p a r a d a con las d e m á s religiones fal-
y de la piedad hacia m u c h o s y m á s altos ideales d e santidad. L a s sas e i n d i g n a m e n t e colocada a su m i s m o nivel; a c o n t i n u a c i ó n
fiestas incluidas en el a ñ o litúrgico d u r a n t e los t i e m p o s m o d e r n o s la religión se ha visto entregada a la autoridad política y a la a r b i -
traria v o l u n t a d de los reyes y de los g o b e r n a n t e s . N o se d e t u v o
muniri aut ad recolendum maiore cum studio pietatis aliquod fidei myste- aquí este p r o c e s o : ha h a b i d o h o m b r e s q u e h a n afirmado c o m o
rium beneficiumve divinae bonitatis permoveri acrius atque incendi. Itaque,
inde a prioribus reparatae salutis aetatibus, cum christiani acerbissime vexa- a nnuum liturgiae cursum recepta sunt, minus remotis aetatibus, sollemnia ut,
rentur, coepti sunt sacris ritibus Martyres commemorari, ut sollemnitates cum Augusti Sacramenti reverentia et cultus deferbuisset, institutum Corpo-
martyrum—teste Augustino—exhoriationes essent martyriorum; qui autem ris Christi festum, ita peragendum, ut magnificus pomparum apparatus et
sanctis Confessoribus, Virginibus ac Viduis delati postea sunt liturgici ho- supplicationes in octo dies productae populos ad Domintim publice ado-
nores, ad exacuenda in christifidelibus virtutum studia, vel quietis tempori- randum revocarent; ut Sacratissimi Cordis Iesu celebritas tum inducta,
bus necessaria, mirifice ii valuerunt. At potissimum quae in Beatissimae cum, Iansenistarum tristitia ac morosa severitate debilitad atque abiecti,
Virginis honorem institutae sunt festorum celebritates, effecere illae quidem, animi hominum frigerent penitus et a Dei caritate fiduciaque salutis absterre-
ut populus christianus non modo Dei Genitricem, praesentissimamque Pa- rentur.
tronam, religiosius coleret, sed etiam Matrem sibi a Redemptore quasi tes-
tamento relictam amaret ardentius. In beneficiis vero a publico legitimoque Iam si Christum Regem ab universitate catholici nominis coli iusseri-
Deiparae et sanctorum caelitum cultu profectis non postremo illud loco mus,.eo ipso et horum temporum necessitati prospectuii et pesti, quae
numerandum, quod haeresum errorumque luem Ecclesia a se nullo non societatem hominum infecit, praecipuum quoddam remedium adhibituri
tempore depulit invicta. Atque hoc in genere Dei providentissimi consiliurn sumus. Pestem dicimus aetatis nostrae laicismum, quem vocant, eiusdemque
admiremur, qui, cum ex ipso malo bonum elicere soleat, passus identidem errores et nefarios conatus: quod quidem scelus, Venerabiles Fratres, nostis
est aut fidem pietatemque popularium remitiere aut falsas doctrinas veritati non uno maturuisse die cum iam pridem in visceribus dvitatum lateret.
catholicae insidiari, eo tamen exitu, ut haec novo quodam splendore colluce- Christi enim omnes gentes imperium negari coeptum; negatum, quod ex
ret, illa autem e veterno experrecta ad maiora ac sanctiora contenderet. Nec ipso Christi iure exsistit, ius Ecclesiae docendi humanum genus, ferendi
dissimilem prefecto duxere cTrtum nec fructus peperere dissimües quae in leges, regundi populos, ad aeternam utique beatitatem perducendos. T u m
vero paulatim Christi religio aequari cum falsis in eodemque genere, prorsus
36 SMM AGUSTÍN, Sexmo 47 de Sanctis: PL 38,295. indecore, poní; deinceps civili potestati subiici arbitrioque principum ac
510 PÍO X I QTJAS PRIMAS 511
necesaria la substitución de la religión cristiana p o r cierta religión verdad. Esta desventaja p o d r á atribuirse tal vez a la apatía o a la
n a t u r a l y ciertos sentimientos naturales p u r a m e n t e h u m a n o s . Y n o timidez de los buenos, q u e se retiran d e la lucha o resisten con
h a n faltado Estados q u e h a n j u z g a d o posible prescindir d e Dios, excesiva debilidad; de d o n d e se sigue c o m o natural consecuencia
y h a n identificado su religión con la i m p i e d a d y el desprecio de q u e los enemigos d e la Iglesia a u m e n t e n en su audacia temeraria.
Dios. L o s amargos frutos q u e con tanta frecuencia y d u r a n t e t a n t o I'cro si los fieles, en general, c o m p r e n d e n q u e es su d e b e r militar
t i e m p o ha p r o d u c i d o este alejamiento de Cristo p o r p a r t e de los con infatigable esfuerzo bajo las b a n d e r a s de Cristo Rey, e n t o n -
individuos y d e los Estados, h a n sido deplorados p o r N o s en n u e s - ces, inflamados ya en el fuego del apostolado, se consagrarán a
tra encíclica Ubi arcano 3 7 , y volvemos a lamentarlos t a m b i é n h o y : llevar a D i o s d e n u e v o los rebeldes e ignorantes y trabajarán p o r
la siembra universal d e los gérmenes de la discordia; el incendio mantener incólumes los derechos del Señor.
del odio y de las rivalidades entre los pueblos, q u e es a u n hoy día
el g r a n obstáculo p a r a el restablecimiento d e la p a z ; la codicia des-
enfrenada, disimulada frecuentemente con las apariencias del b i e n [La fiesta de Cristo Rey y la apostasía de la sociedad moderna]
público y del a m o r d e la patria, y q u e es al m i s m o t i e m p o fuente
[ 1 3 ] . A d e m á s , para condenar y reparar d e alguna m a n e r a
de luchas civiles y d e u n ciego y descontrolado egoísmo, q u e , aten-
la pública apostasía q u e con t a n t o d a ñ o de la sociedad h a p r o v o -
d i e n d o exclusivamente al provecho y a la comodidad particulares,
cado el laicismo, ¿no será u n extraordinario r e m e d i o la celebra-
se convierte e n la m e d i d a universal d e t o d a s las cosas; la d e s t r u c -
ción anual d e la fiesta d e C r i s t o R e y e n t o d o el universo? P o r q u e
ción radical de la paz doméstica p o r el olvido y la relajación de los
deberes familiares; la desaparición d e la u n i ó n y d e la estabilidad cuanto m a y o r es el indigno silencio con q u e se calla el dulce n o m b r e
en el seno de las familias, y, finalmente, las agitaciones mortales de n u e s t r o R e d e n t o r en las conferencias internacionales y en los
q u e s a c u d e n a la h u m a n i d a d entera. N o s albergamos u n a g r a n es- Parlamentos, t a n t o m á s alta d e b e ser la proclamación de ese n o m -
peranza d e q u e la festividad anual de C r i s t o Rey, q u e en adelante bre p o r los fieles y la energía e n la afirmación y defensa d e los
se celebrará, acelerará felizmente el r e t o r n o d e toda la h u m a n i d a d derechos de su real d i g n i d a d y poder.
a n u e s t r o a m a n t í s i m o Salvador. Sería, sin d u d a alguna, misión [ 1 4 ] . Ya desde fines del siglo p a s a d o se h a ido p r e p a r a n d o
p r o p i a d e los católicos la preparación y el aceleramiento de este d i c a z y gloriosamente el camino p a r a la institución de esta festivi-
r e t o r n o p o r m e d i o de u n a activa colaboración; sin e m b a r g o , son dad. E s del d o m i n i o p ú b l i c o la a b u n d a n t e p r o d u c c i ó n bibliográ-
m u c h o s los católicos q u e ni t i e n e n en la convivencia social el p u e s t o fica q u e en t o d a s las lenguas y p o r t o d o el universo se consagró
q u e les c o r r e s p o n d e ni gozan d e la autoridad q u e razonablemente ;i la sabia y elocuente defensa de este c u l t o ; e igualmente el recono-
d e b e n t e n e r los q u e alzan a la vista d e todos la antorcha de la cimiento del p o d e r y de la a u t o r i d a d de Cristo, q u e suponía la
piadosa práctica d e consagrar las familias al Sagrado C o r a z ó n de
Jesús. N o solamente las familias, t a m b i é n se consagraron al Cora-
magistratuum fere permitti; ulterius ii progredi, qui naturalem quamdam
religionem, naturalem quendam animi motum pro divina religione substitui
oportere cogitarent. Nec civitates defuere, quae censerent, posse se Deo v.'ritatis. Id fortasse incommodi bonorum est lentitudini vel timiditati tri-
carere et religionem suam in impietate neglegentiaque Dei esse positam. Iniendum, qui ab repugnando se abstinent vel mollius obsistunt: unde
Acerbissimos sane, quos eiusmodi a Christo et singulorum civium et civi- .idversarios Ecclesiae necesse est maiorem capere temeritatem atque auda-
tatum defectio tulit tam frequenter tamque diu, fructus in Litteris Encyclicis 1 iam. At si quidem fideles vulgo intellegant, sibi sub signis Christi Regis
.Ubi arcano conquesti equidem sumus iterumque hodie conquerimur: scili- i't fortiter et perpetuo militandum esse, iam, concepto apostolatus igne,
cet sata ubique discordiarum semina easque invidiae flammas simultatesque .ibalienatos rudesve ánimos Domino suo reconciliare studeant eiusque iura
inter populos conflatas, quae tantam adhuc reconciliandae paci moram in- lueri incolumia nitantur. .
ferunt; cupiditatum intemperantiam, quae haud raro specie publici boni
caritatisque patriae obteguntur, atque inde profecta, cum- civium discidia, Atque praeterea nonne publicae eiusmodi defectioni, quam laicismus
tum caecum illum et immodicum sui amorem, qui cum nihil aliud, nisi 1 ura tanto societatis detrimento genuit, aecusandae et aliquo pacto resar-
privata commoda et emolumenta spectet, hisce prorsus omnia metitur; 1 iendae celebrata ubique gentium quotannis Christi Regis sollemnia summo-
eversam funditus officiorum oblivione ac neglegentia domesticam pacem; pere conducere videntur? Etenim quo indigniore suavissimum Redemptoris
familiae communionem stabilitatemque labefactatam; concussam denique nostri nomen in conventibus inter nationes habendis et in Curiis silentio
atque in interitum actam hominum societatem. Quae futurum ut ad aman- premitur, eo altius illud conclamari et regiae Christi dignitatis potestatisque
tissimum Salvatorem rediré auspicato properet, agenda posthac annua Chris- iura latius affirmari oportet.
ti Regis celebritas spem Nobis optimam commovet. Catholicorum utique Quid qúod ad hanc diei festi celebritatem instituendam, inde ab exeunte
foret, hunc actione operaque sua maturare ac celerare reditum; verum ex iis Kiiperiore saeculo, viam feliciter egregieque munitam esse conspicimus?
bene multi nec eum videntur in convictu, ut aiunt, sociali obtinere locum Nemo enim ignorat, quam sapienter luculenterque is vindicatus sit cultas
nec ea valere auctoritate, quibus carere eos dedecet qui facem praeferunt plurimis, qua late orbis terrarum patet, editis magna linguarum varietate
libris; itempe Christi principatum et imperium pia illa agnitum esse con-
3
? Pfo XI, encíclica Ubi arcano: A AS 14 [1922] 673-700. suetudine inducta, ut paene innumerables familiae se Sacratissimo Cordi
UITAS PRIMAS 51ÍS
512 l'IO XI
v especial a Cristo, Rey de toda la h u m a n i d a d . P o r q u e en este
zón de Jesús ciudades y reinos enteros. M á s a ú n í por iniciativa
,n\o, como h e m o s dicho al principio, el Rey divino, v e r d a d e r a m e n t e
de L e ó n X I I I , la h u m a n i d a d entera q u e d ó consagrada al D i v i n o
admirable en sus santos, ha sido gloriosamente magnificado con la
C o r a z ó n en el A ñ o Santo de 1900. D e b e m o s recordar t a m b i é n el
elevación de u n nuevo g r u p o d e sus fieles soldados al h o n o r d e
p u e s t o q u e en esta solemne afirmación de la real soberanía d e Cristo
los altares. T a m b i é n en este año, u n a insólita Exposición Misional
sobre la sociedad h u m a n a h a n t e n i d o los frecuentes congresos euca- ha puesto a la vista de todos los admirables triunfos q u e h a n g a n a d o
rísticos, t a n propios de n u e s t r a época, y cuyo fin es convocar a para Cristo los operarios evangélicos en la extensión d e su reino,
los fieles d e u n a diócesis, de u n a región, d e una nación e incluso luí este año, finalmente, con ocasión del centenario del concilio
d e t o d o el m u n d o p a r a venerar y adorar a Cristo Rey, escondido _ de Nicea, h e m o s c o n m e m o r a d o la reivindicación del d o g m a de
bajo los velos eucarísticos, y proclamar a Cristo como Rey d a d o l.i consubstancialidad del V e r b o e n c a r n a d o con el P a d r e , sobre la
a la h u m a n i d a d p o r Dios, p o r m e d i o de discursos y sesiones en las «•nal se apoya, c o m o en su propio f u n d a m e n t o , la soberanía d e
asambleas y en los templos, d e la adoración pública del Santísimo ( !risto sobre t o d o s los pueblos.
Sacramento y de solemnísimas procesiones. P u e d e afirmarse con
t o d o d e r e c h o q u e el p u e b l o cristiano, m o v i d o por u n a inspiración [Institución de la fiesta de Cristo Rey ]
divina, ha sacado del silencio y del ocultamiento d e los t e m p l o s
a aquel m i s m o Jesús a quien, c u a n d o vino al m u n d o , los impíos [16]. P o r tanto, en virtud de n u e s t r a autoridad apostólica,
n o quisieron recibir; llevándolo c o m o u n triunfador p o r las calles instituímos la festividad d e N u e s t r o Señor Jesucristo Rey y o r d e -
p a r a restablecer la totalidad íntegra de sus derechos de Rey. namos su celebración universal el ú l t i m o d o m i n g o de octubre,
[ 1 5 ] . A h o r a bien, p a r a realizar el propósito q u e acabamos es decir, el d o m i n g o i n m e d i a t o anterior a la festividad de T o d o s
d e exponer, el A ñ o Santo, q u e está acabando, nos ofrece la mejor los Santos. A s i m i s m o o r d e n a m o s q u e en este día se renueve todos
los años la consagración del género h u m a n o al Sagrado Corazón
o p o r t u n i d a d , ya q u e Dios, después de levantar b e n i g n a m e n t e la
ilo Jesús, q u e m a n d ó recitar a n u a l m e n t e n u e s t r o predecesor, de
m e n t e y el corazón de los fieles a la consideración de los bienes
.santa m e m o r i a , Pío X. E s t e año, sin e m b a r g o , q u e r e m o s q u e se
eternos, q u e s u p e r a n t o d o sentido, les h a devuelto el d o n d e su
renueve la consagración el día 31 de diciembre, día en q u e N o s
gracia o los ha confirmado en el camino recto, dándoles nuevos
oficiaremos u n solemne pontifical en h o n o r d e Cristo R e y y orde-
estímulos para emular mejores carismas. A t e n d i e n d o , p u e s , a las
naremos q u e dicha consagración se h a g a , en nuestra presencia.
i n n u m e r a b l e s súplicas q u e nos h a n sido hechas y considerando
No p o d e m o s clausurar mejor ni m á s c o n v e n i e n t e m e n t e el A ñ o
en su conjunto los acontecimientos del A ñ o Santo, sobran motivos Santo, ni d a r a Cristo, Rey inmortal de los siglos, u n m á s amplio
para convencernos de que h a llegado, finalmente, el día, t a n ansia-
do, en q u e p r o m u l g u e m o s q u e se d e b e h o n r a r con fiesta propia tas preces attendimus, sive ea respicimus quae Iubilaei maximi spatio evenere,
suppetit profecto unde coniiciamus, diem tándem aliquando, ómnibus opta-
lesu dedicarent ac dederent. Verum non modo familiae id prestitere, sed lissimum, adesse, quo Christum totius humani generis Regem proprio ac
civitates quoque et regna: immo ipsa universitas generis humani, Leo- peculiari festo colendum esse pronuntiemus. Hoc enim Anno, ut exordiendo
ne XIII auctore ac duce, eidem diyino Cordi, Anno Sancto millesimo non- iliximus, Rex ille divinus, veré mirabilis in sanctis suis, novo militum suorum
gentésimo vertente, consecrata auspicato est. Ñeque illud silentio praete- agmine caelitum honoribus aucto, glorióse magnificatus est; hoc item Anno,
reundum, regiae huic Christi in consortionem humanam potestati sollemni- per inusitatum rerum ac paene laborum conspectum, admirari ómnibus
ter affirmandae mirum in modum profuisse frequentissimos Eucharisticos licuit partas ab evangelii praeconibus Christo victorias in regno eius profe-
Conventus aetate nostra cogi solitos, eo nimirum spectantes, ut vel singula- ii-ndo; hoc denique Anno per saecularia Concilü Nicaenf sollemnia vindica-
rum dioecesium et regionum et nationum vel universi orbis populi, ad Chris- l.im commemoravimus Verbi Incarnati cum Patre consubstantialitatem, qua
tum Regem sub Eucharisticis velis delitescentem venerandum colendumque i-iusdem Christi in omnes populos imperium, tamquam fundamento suo,
convocati, per habitas in coetibus inque templis contiones, per communem nititur.
Augusti Sacramenti publice propositi adorationem, per magnificas pompas,
Christum sibi Regem divinitus datum consalutent. Iure meritoque dixeris, Itaque, auctoritate Nostra apostólica, festum D. N. lesu Christi Regis
christianam plebem, divino quodam instinctu actam, Iesum illum, quem iiiKtituimus, quotannis, postremo mensis Octobris dominico die, qui scili-
impii homines, in sua cum venisset, recipere noluerunt, e sacrarum aedium i'ct Omnium Sanctorum celebritatem proxime antecedit, ubique terrarurn
silentio ac veluti latebra triumphantis more per vias urbium eductum, in HKcndum. ítem praecipimus, ut eo ipso die generis humani Sacratissimo
regalia omnia iura velle restituere. Cordi lesu dedicatio quotannis renovetur, quam s. m. decessor Noster Pius X
mngulis annis iterari iusserat; hoc tamen anno dumtaxat, eam die tricesime
Iamvero, ad consilium, quod memoravimus, Nostrum perficiendum eam
primo huius mensis peragi volumus, quo die Nosmet pontificali ritu in ho-
habet Annus Sanctus, qui ad exitum properat, opportunitatem, qua nulla
norem Christi Regis sacris operabimur et corana Nobis eandem fieri conse-
proferto maior videatur, cum fidelium mentes animosque ad bona caelestia,
rrationem iubebimus. Ñeque Annum Sanctum posse Nos melius aptiusque
quae exsuperant omnem sensum, evocatos, benignissimus Deus aut gratiae
concludere videmur, nec Christo Regí saeculorum immortali ampliorem exhi--
suae dono iterum auxit aut, novis adiectis ad aemulanda charismata meliora
brre grati animi Nostri significationem—in quo gratas quoque totius catho-
stimulis, in recto itinere pergendo confirmavit. Sive igitur tot Nobis adhibi-
Ihvlr. pon-til, Í 17
514 PÍO XI III V. Mil MAN filfi

testimonio d e n u e s t r o agradecimiento—interpretando la gratitud vultul, piit'ii q u e inicien d e esta manera u n t e n o r d e vida q u e sea
de todos los católicos—por los beneficios q u e d u r a n t e este A ñ o viTiliuliTiimcnU* digno de los q u e anhelan servir con amor y fideli-
Santo h e m o s recibido N o s , la Iglesia y t o d o el orbe católico. iliid .1 su KcVi Jesucristo.
[ 1 7 ] . N o es necesario, venerables h e r m a n o s , q u e os explique-
mos detalladamente la causa q u e nos ha m o v i d o a decretar q u e la 1
[IV. U T I L I D A D DE ESTA FIESTA]
festividad d e C r i s t o R e y se celebre i n d e p e n d i e n t e m e n t e d e otras
fiestas litúrgicas q u e en cierto m o d o significan y solemnizan esta [ I S ] . A n t e s de t e r m i n a r esta encíclica, venerables h e r m a n o s ,
m i s m a d i g n i d a d regia. Baste u n a advertencia: a u n q u e en todas 1 lucremos indicar b r e v e m e n t e los bienes q u e p a r a la Iglesia, los
las fiestas litúrgicas d e N u e s t r o Señor el objeto material es Cristo, hulados y cada u n o de los fieles esperamos d e este culto público
su objeto formal, sin e m b a r g o , es totalmente distinto del n o m b r e .1 ('rislo Rey.
y d e la potestad real d e Jesucristo. Y la razón d e h a b e r señalado [ 1 0 ] . E n efecto, el solemne culto litúrgico t r i b u t a d o a la sobe-
el d o m i n g o c o m o día c o n m e m o r a t i v o de esta festividad es el deseo i.iula real de Jesucristo hará recordar necesariamente a los h o m b r e s
d e q u e n o sólo el clero h o n r e a Cristo R e y con la celebración d e Une la Iglesia, c o m o sociedad perfecta instituida p o r Cristo, exige,
la misa y el rezo del oficio divino, sino q u e t a m b i é n el p u e b l o , libre 11111 derecho p r o p i o e irrenunciable, la plena libertad e i n d e p e n d e n -
de las preocupaciones diarias y con u n espíritu d e santa alegría, 1 iu del poder civil, y q u e en el c u m p l i m i e n t o de la misión q u e Dios
rinda a Cristo el grandioso testimonio de su obediencia y d e su s u m i - le lia e n c o m e n d a d o , de enseñar, gobernar y conducir a la eterna
sión. N o s ha parecido t a m b i é n q u e el ú l t i m o d o m i n g o de o c t u b r e felicidad a t o d o s los m i e m b r o s del reino de Cristo, n o p u e d e d e -
era el m á s a p r o p i a d o p a r a esta festividad p o r q u e con este d o m i n g o pender d e v o l u n t a d ajena alguna. Y n o sólo e s t o : el E s t a d o d e b e
viene casi a finalizar el ciclo t e m p o r a l del año litúrgico; d e esta ,inimismo conceder idéntica libertad a las O r d e n e s y Congregacio-
manera, los misterios d e la vida de Cristo c o n m e m o r a d o s d u r a n t e nes religiosas d e a m b o s sexos, las cuales son valiosos auxiliares de
el año t e r m i n a r á n y q u e d a r á n coronados con esta solemnidad de I os pastores de la Iglesia y excelentes cooperadores en el estableci-
C r i s t o Rey, y, antes de celebrar la gloria de T o d o s los Santos, se miento y propagación del reino de Cristo, ya combatiendo con la
celebrará y se exaltará la gloria d e A q u e l q u e triunfa e n t o d o s los observancia d e los t r e s votos religiosos la triple concupiscencia del
santos y elegidos. Es, p o r t a n t o , deber vuestro y misión vuestra, m u n d o , ya profesando u n a vida de mayor perfección, en virtud de
venerables h e r m a n o s , hacer q u e la celebración de esta fiesta anual la cual la santidad que el divino F u n d a d o r de la Iglesia dio a ésta
esté precedida, d u r a n t e algunos días, de u n a serie de sermones r o m o nota característica brilla con u n creciente y continuo esplendor
en todas las parroquias, que i n s t r u y a n o p o r t u n a m e n t e a los fieles .inte la vista de t o d a la h u m a n i d a d .
sobre la naturaleza, la significación y la importancia d e esta festi-
[20]. L a celebración anual d e esta fiesta recordará también

luat ac componat, ut iis digna sit, qui divini Regis imperio rideliter studio-
lici orbis voluntates interpretamur—ob beneficia tempore hoc sacro in Nos
r.rque obsequuntur.
in Ecclesiam universumque catholicum nomen collata.
Ñeque est cur vos, Venerabiles Fratres, diu multumque doceamus, qua I'lacet interea vobis, Venerabiles Fratres, in extremis hisce Litteris bre-
de causa festum Christi Regis ab reliquis illis distinctum agi decreverimus, vilcr declarare, quas demum publico ex hoc Christi Regis cultu utilitates,
in quibus quaedam inesset regiae ipsius dignitatis et significatio et celebra- t cuín in Ecclesiae et civilis societatis, tum in singulorum fidelium bonum,
do. Unum enim animadvertere sufficit, quod, quamquam in ómnibus Do- Nobis spondeamus ac polliceamur.
mini nostri festis materiale obiectum, ut aiunt, Christus est, obiectum ta- Hisce profecto honoribus dominico principatui deferendis in memoriam
men fórmale a regia Christi potestate ac nomine omnino secernitur. In diem hnminum redigi necesse est, Ecclesiam, utpote quae a Christo perfecta
vero dominicum ideirco indiximus, ut divino Regi non modo clerus litando mnietas constituía sit, nativo sane iure, quod abdicare nequit, plenam liber-
ac psallendo officia praestaret sua, sed etiam populus, ab usitatis oceupatio- lalcm immunitatemque a civili potestate exposcere, eandemque, in obeundo
nibus vacuus, in spiritu sanctae laetitiae, obedientiae servitutisque suae muñere sibi commisso divinitus docendi, regundi et ad aeternam perdu-
praeclarum Christo testimonium daret. Visus autem est ad celebrationem ri'ndi beatitatem eos universos qui e regno Christi sunt, ex alieno arbitrio
longe aptior, quam reliqui, postremus mensis Octobris dominicus dies, quo penderé non posse. Immo haud dissimilem debet praeterea respublica liber-
fere cursus anni liturgici clauditur; ita enim fit. ut vitae Iesu Christi myste- l.itcm iis praestare religiosorum utriusque sexus Ordinibus ac Sodalitati-
ria ante per annum commemorata sacris Christi Regis sollemnibus veluti IIIIH, qui, cum adiutores Ecclesiae Pastoribus adsint validis'simi, tum in reg-
absolvantur et cumulentur, et, ante quam Omnium Sanctorum gloriam ce- no Christi provehendo stabiliendove quam máxime elaborant, sive triplican
lebremus, Illius praedicetur efferaturque gloria, qui in ómnibus Sanctis et iimndi concupiscentiam sacrorum religione votorum oppugnantes, sive ipsa
electis triumphat. Itaque hoc vestrum, Venerabiles Fratres, esto munus, perf'ectioris vitae professione efficientes, ut sanctitas illa, quam divinusCon-
vestrae hae partes sunto, ut annuae celebritati praemittendas curetis, statis ililur insignitam Ecclesiae notam esse iussit, perpetuo auctoque in dies
diebus, ad populum e singulis paroeciis contiones, quibus is de rei natura, :.plrmlore ante oculos omnium emicet et colluceat.
significatione et momento aecurate monitus atejue eruditus, sic vitam jnsti-
C '.ivitates autem ipsa diei festi celebratio, annuo renovata orbe, monebit,
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a los Estados q u e el deber del culto público y de la obediencia a ticia para Dios 3 z, d e b e n servir para la santificación interior del
Cristo n o se limita a los particulares, sino q u e se extiende t a m b i é n alma. Si todas estas verdades se p r o p o n e n a la m e d i t a c i ó n y a la
a las autoridades públicas y a los g o b e r n a n t e s ; a todos los cuales profunda consideracion.de los fieles, es i n d u d a b l e q u e éstos p o d r á n
amonestará con el p e n s a m i e n t o del juicio final, c u a n d o Cristo ven- alcanzar con m u c h a mayor facilidad las cimas m á s altas d e la per-
gará t e r r i b l e m e n t e n o sólo el destierro q u e haya sufrido d e la vida fección. H a g a el Señor, venerables h e r m a n o s , q u e t o d o s los q u e se
pública, sino t a m b i é n el desprecio q u e se le haya inferido p o r igno- e n c u e n t r a n fuera d e su reino deseen y acepten el suave y u g o d e
rancia o malicia. P o r q u e la realeza d e Cristo exige q u e t o d o el C r i s t o ; q u e t o d o s los q u e p o r su misericordia somos ya subditos
E s t a d o se ajuste a los m a n d a m i e n t o s divinos y a los principios cris- e hijos suyos llevemos este m i s m o yugo, n o de mala gana, sino con
tianos en la labor legislativa, en la administración de la justicia y, gusto, con amor, con s a n t i d a d ; y q u e n u e s t r a vida, ajustada s i e m p r e
finalmente, en la formación de las almas juveniles en la sana d o c - a las leyes del reino divino, recoja u n a a b u n d a n t e mies de excelentes
trina y en la rectitud de costumbres. frutos; y, considerados p o r Cristo como siervos b u e n o s y fieles,
[ 2 1 ] . E s , además, maravilloso el c ú m u l o d e energías q u e de lleguemos a ser con El participantes, e n el reino celestial, d e su
la meditación de estas realidades p o d r á n sacar los fieles para m o d e - eterna felicidad y gloria.
lar su espíritu según las n o r m a s genuinas de la vida cristiana. Por- [ 2 2 ] . Estos deseos q u e N o s formamos, en vísperas ya d e la
q u e si a Cristo N u e s t r o Señor le ha sido d a d o t o d o p o d e r en el cielo N a v i d a d d e N u e s t r o Señor Jesucristo, sean p a r a vosotros, venera-
y en la t i e r r a ; si los h o m b r e s , por haber sido redimidos con la sangre bles h e r m a n o s , p r u e b a de n u e s t r o p a t e r n o afecto, y como p r e n d a
d e Cristo, están sometidos por u n n u e v o título a su a u t o r i d a d ; si, de los divinos favores recibid la bendición apostólica q u e os d a m o s
finalmente, este p o d e r abarca t o d a la naturaleza h u m a n a , es eviden- d e t o d o corazón a vosotros, venerables h e r m a n o s , y a t o d o v u e s t r o
t e q u e n o existe en nosotros facultad alguna substraída a t a n alta clero y p u e b l o .
soberanía. Es, por tanto, necesario q u e Cristo reine en la inteligen- D a d o en R o m a , j u n t o a San Pedro, el 11 d e diciembre de 1925,
cia del h o m b r e , la cual, con u n a perfecta sumisión, d e b e asentir año cuarto de n u e s t r o pontificado.
firme y constantemente a las v e r d a d e s reveladas y a la doctrina de
C r i s t o ; es necesario q u e reine en la voluntad, la cual debe obedecer omnia si christifidelibus penitus inspicienda ac consideranda proponantur,
a las leyes y preceptos divinos; es necesario q u e reine e n el corazón, multo iidem facilius ad perfectissima quaeque traducentur. Fiat utinam,
el cual, p o s p o n i e n d o los afectos naturales, d e b e a m a r a Dios sobre Venerabiles Fratres, ut suave Christi iugum et externi ad salutem suam ap-
petant atque accipiant, et omnes, quotquot, misericordi Dei consilio, do-
todas las cosas y adherirse exclusivamente a E l ; es necesario q u e mestici sumus, non grávate, sed cupide, sed amanter, sed sánete feramus:
reine en el c u e r p o y en sus m i e m b r o s , los cuales como i n s t r u m e n - vita autem nostrá ad regni divini leges compositá, laetissimam bonorum
tos, o, según expresión del apóstol San Pablo, como armas de jus- fructuum copiam percipiamus, et, servi boni ac fideles a Christo habiti, in
caelesti eius regno sempiternae cum ipso efficiamur beatitatis gloriaeque
officio Christum publice colendi eique parendi, ut privatos, sic magistratus compotes.
gubernatoresque teneri; hos vero revocabit ad extremi illius iudicii cogita - Sit quidem hoc ornen et votum Nostrae erga vos, Venerabiles Fratres,
tionem, in quo Christus non modo de publica re eiectus, sed etiam per con- paternae caritatis, adventante D. N . Iesu Christi Natali die, documentum;
temptum neglectus ignoratusve, acerrime tantas ulciscetur iniurias, cum et divinorum munerum conciliatricem accipite apostolicam benedictionem,
regia eius dignitas id postulet, ut respublica universa ad divina mandata quam vobis, Venerabiles Fratres, et clero populoque vestro peramanter
et christiana principia componatur cum in legibus ferendis, tum in iure • impertimus.
dicendo, tum etiam in adulescentium animis ad sanam doctrinam integri- Datum Romae apud Sanctum Petrum die xi mensis Decembris anno
tatemque morum conformandis. Sacro MDCCCCXXV, Pontificatus Nostri quarto.
At praeterea mirum quantum haurire vis atque virtutis ex harum com-
' « Rom. 6,13.
mentatione rerum christifidelibus licebit, ut ánimos suos ad germanum
christianae vitae institutum effingant. Nam si Christo Domino data est om-
nis potestas in cáelo et in térra; si mortales, pretiosissimo eius sanguine
empti, novo quodam iure ipsius dicioni subiiciuntur; si denique potestas
eiusmodi humanam naturam complectitur totam, clare intellegitur, nullam
in nobis facultatem inesse, quae e tanto imperio eximatur. Regnare igitur •
illum oportet in hominis mente, cuius est, perfecta sui demissione, revela-
tis veritatibus et Christi doctrinis firmiter constanterque assentiri; regnare
in volúntate, cuius est divinis legibus praeceptisque obsequi; regnare in ani-
mo, cuius est, naturalibus appetitionibus posthabitis, Deum super omnia •
diligere eique uni adhaerere; regnare in corpore eiusque membris, quae
tamquam instrumenta vel, u t Apostoli Pauli verbis utamur, tamquam arma
iuslitiae Deo, interiori animarum sanctitati serviré debent. Quae quidem
NOUS AVONS LD 519

NOUS AVONS LV momento del material histórico necesario para refutar document al men-
te la acusación4. Por fortuna, esta documentación apareció y jué pu-
blicada en el mencionado decreto. Se comprobó asi la perfecta continui-
S o b r e la « A c t i o n F r a n g a i s e » dad del Pontificado en el problema. Pío X era demasiado antimoder-
nista, para no condenar el modernismo político teórico y práctico de la
Action Francaise 5 .
La publicación del decreto de condenación reveló el fondo ideológico
y espiritual de muchos corazones: falta de sumisión, ideas erróneas so-
bre el poder pontificio, espíritu de oposición, olvido y menosprecio de la
verdad, falta de escrúpulos en materia de calumnias. Pero al mismo tiem-
po dio ocasión para presenciar un nuevo ejemplo de obediencia a la
Santa Sede por parte de la inmensa mayoría de la juventud católica
francesa. Perseveraron, sin embargo, algunos grupos reducidos de re-
«Nos hemos concluido lo que Pío X había comenzado» i. Con estas
beldes, que con el tiempo fueron serenándose 6.
palabras rechazaba Pío XI la acusación lanzada por ciertos sectores
católicos franceses con motivo de la enérgica condenación pontificia de Pío XI se vio obligado así a recordar en varias ocasiones que el que
la A c t i o n Francaise. El problema había recorrido diversas fases. Pri- no está con la Iglesia no puede estar con Cristo. Y en 1929 calificó el
meramente, el Santo Oficio condenó sin reservas, en tiempos de San movimiento de la A c t i o n Francaise como auténtica herejía 7 .
Pío X, las doctrinas fundamentales de este movimiento. El pontificado
de Benedicto XV abrió un paréntesis debido a la guerra mundial, que BIBLIOGRAFÍA
relegó a segundo plano la cuestión. Finalmente, el 5 de septiembre
de 1926 Pío XI dirigía la carta aquí traducida al cardenal Andrieu, G. CASTELLA, Histoire des Papes t.3 p.404-405.—J. SCHMIDLIN, Papstge-
arzobispo de Burdeos, aprobando y haciendo suya la respuesta dada schichte der neuesten Zeit t.4 p.H9ss.
por este cardenal a un grupo de jóvenes católicos franceses. El problema
no era meramente político. Las aguas corrían más profundas. «El ateís-
mo, el agnosticismo, el anticristianismo, el anticatolicismo, el amora- N o s h e m o s leído * con agrado la respuesta d e Vuestra E m i n e n -
* lismo..., la necesidad de restaurar el paganismo», constituían los estra- cia al g r u p o de jóvenes católicos q u e os h a n interrogado acerca de
tos hondos del movimiento ideológico, social y político de la Action la Action Francaise. N o s h e m o s e n c o n t r a d o en esta respuesta u n
Francaise.
En el orden político, el error de esta escuela consistió en anteponer Respuesta de S. E . el cardenal arzobispo de B u r d e o s a u n a pregunta
la política de un partido a los superiores intereses de la religión. Par- hecha por u n g r u p o de jóvenes católicos acerca de la Action
tiendo de un punto diametralmente opuesto al movimiento de L e Sillón, Francaise
la A c t i o n Francaise venía a caer en el mismo precipicio: la subordi-
nación, el enfeudamiento de la Iglesia a una dirección política deter- Mis queridos amigos: Me preguntáis si se puede seguir con segura con-
minada. Como consecuencia de esta ilegítima subordinación sobrevino ciencia la enseñanza dada en su Instituto y en sus diversas publicaciones
la interna división del catolicismo francés. Pío XI reiteró de nuevo la por los dirigentes de la Action Francaise. La pregunta es delicada, pero no
necesidad absoluta de deponer el error y cerrar las filas en la unidad intentaré eludirla, porque soy deudor de la verdad a todos, con mayor razón
a los jóvenes, que son los portadores del porvenir. Soy deudor de la verdad a
de pensamiento y de acción. Y repitió la tesis fundamental en la doctrina
política católica de la licitud de todas las formas de gobierno justas 2. 4
L a causa de esta imposibilidad momentánea estuvo dada por la incorporación de la
De acuerdo con estos puntos de vista, apareció el día 29 de diciem- Congregación del índice a la del Santo Oficio, realizada en virtud del jnotu proprio de Bene-
dicto X V d e 25 d e marzo d e 1917. Los archivos d e aquélla q u e d a r o n unidos a los del Santo
bre del mismo año la condenación nominal de cuatro obras de Charles Oficio, con el consiguiente trasiego y dificultad de consulta (cf. A A S 9 [1917] 161-163 y 167),
5
Maurras y del periódico L ' A c t i o n F r a n c a i s e 3 . La aparición de este P í o XI, carta autógrafa al cardenal Andrieu, arzobispo de Burdeos, de 5 de enero
ilc 1927: A A S 19 (1927) 5-8.
decreto del Santo Oficio provocó una fuerte polvareda. En ciertos 6
Cf. aloe, consist. d e 20 de junio de 1927: A A S 19 (1927). 236-239.
7
círculos maurrasianos se había afirmado que la conducta de Pío XI «La herejía de la Action Francaise es como hay q u e llamarla en adelante», frase t o m a d a
de la carta autógrafa al cardenal Dubois, arzobispo d e París, de 25 d e agosto d e 1929 (AAS 2r
era contraria a la de Pío X. Desgraciadamente no se pudo disponer de [ 1929] 619-621). Véanse también las declaraciones d e Pío XI a este mismo cardenal el 24 d e
febrero d e 1927 (AAS 19 [1927I 185) y las condenaciones del libro L'hction Francaise et le
1 Vaiican, 19 de septiembre d e 1927 (AAS 19 [1927] 347), y de otros libros sobre el m i s m o
Carta autógrafa de Pío XI al cardenal A n d r i e u , arzobispo de Burdeos, de 5 d e enero -
de 1927: A A S 19 (1927) 5-8. asunto, 13 de enero de 1928 (AAS 20 [1928] 35).
2
Cf. la importante alocución consistorial de 2 0 de diciembre de 1926: A A S 18 (1926) 1
P í o XI, carta al cardenal Andrieu, arzobispo de Burdeos, aprobando y alabando la carta
517-520. de éste respondiendo a la pregunta hecha por u n g r u p o d e jóvenes católicos acerca de la Action
3
A A S 18 (1926) 529-530. El decreto del Santo Oficio reiteraba la condenación anterior Francaise: A A S 18 (1926) 382-386. Insertamos aquí la versión del texto original de dicha.
ratificada por Pío X y se extendía al diario L'Action Francaise con una fórmula restringi-
da: pruul in ptaesms editar.
i'iirtí!, ' ^ "'.
520 l'lO XI

n u e v o y alto testimonio d e la solicitud pastoral y d e la vigilancia NOUS AVONS LU 521


paterna de Vuestra E m i n e n c i a Reverendísima p o r el b i e n de las
almas, y p a r t i c u l a r m e n t e p o r la j u v e n t u d , amenazada t a n continua- Cristo en los individuos, en las familias y e n la sociedad. Es, pues,
m e n t e en n u e s t r o s días. Vuestra E m i n e n c i a señala de h e c h o u n peli- m u y acertado q u e Vuestra E m i n e n c i a deje a u n lado las cuestiones
gro t a n t o m á s grave c u a n t o q u e en el caso presente toca m á s o m e n o s m e r a m e n t e políticas, p o r ejemplo, la d e la forma de gobierno. E n
directamente, y sin q u e lo parezca s i e m p r e , a la fe y a la m o r a l ellas la Iglesia deja a cada u n o la j u s t a libertad. P e r o n o es, p o r el
católica; este peligro podría desviar insensiblemente el v e r d a d e r o contrario, igualmente libre, V u e s t r a E m i n e n c i a lo hace n o t a r bien,
espíritu católicq, el fervor y la piedad d e la j u v e n t u d , y en los escri- para seguir ciegamente a los dirigentes de la Action Frangaise en
tos y en las palabras ofender la delicadeza d e su p u r e z a ; en u n a las cosas tocantes a la fe o a la moral. V u e s t r a E m i n e n c i a e n u m e r a
palabra, rebajar la perfección d e la práctica cristiana y, m á s a ú n y condena con razón (en publicaciones n o solamente de fecha an-
todavía, el apostolado d e la verdadera «acción católica», a la cual tigua) las manifestaciones d e u n n u e v o sistema religioso, m o r a l y
t o d o s los fieles, los jóvenes p r i n c i p a l m e n t e , están llamados a cola- social, p o r ejemplo acerca d e la noción d e D i o s , d e la Encarnación,
b o r a r activamente p a r a la extensión y la consolidación del reino de d e la Iglesia, y, en general, del d o g m a y d e la moral católica, princi-
p a l m e n t e en sus relaciones necesarias con la política, q u e está lógi-
todos, y la diré con toda la franqueza necesaria, aun a riesgo de causar alguna siástica les habría negado, por los numerosos y graves errores que han co-
sorpresa a hombres cuyo talento admiro, pero cuyas doctrinas me espantan. metido al exponer su sistema religioso, moral y social.
Si los dirigentes de la Action Francaise no se ocupasen más que de la Los dirigentes de la Action Francaise se han ocupado de Dios. Pero
política pura, si se limitasen a buscar la forma de gobierno mejor adaptada ¿qué idea tienen de Dios? Lo consideran como inexistente o incognoscible,
al temperamento de su país, os diría lo siguiente: Sois libres para seguir la y se declaran en esta materia ateos o agnósticos. El oráculo de los dirigentes
enseñanza que dan de palabra o por escrito los maestros de la Action Fran- de la Action Francaise publicó en su juventud una obra titulada El camino
caise. La Iglesia, intérprete de la voluntad divina, permite a sus hijos tener del paraíso, que ha vuelto a reeditar en 1920, con algunas supresiones y
preferencias en materia de forma de gobierno. Para convencerse de esta correcciones de pura fórmula. Ahora bien, El camino del paraíso es un flori-
verdad basta leer el pasaje de la encíclica de León XIII sobre el ralliement: legio de cuentos licenciosos cuyo ateísmo rivaliza con el de nuestros contem-
«En este orden de ideas, los católicos, como cualquier ciudadano, tienen poráneos más refractarios a la idea religiosa.
plena libertad para preferir una forma de gobierno a otra, precisamente Los dirigentes de la Action Francaise se han ocupado del Verbo de Dios
porque ninguna de estas formas se opone por sí misma a los datos de la sana encarnado en el seno de una Virgen. ¿Qué idea tienen de esta encarnación ?
razón y a las máximas de la doctrina cristiana». Podemos hacernos una idea recorriendo otra obra del mismo ¡efe de la
Podríais también seguir la enseñanza dada por los dirigentes de la Action Action Francaise, Antinea, cuyo primer título fué el de Paseos paganos. En
Francaise si, sin abandonar sus preferencias por una determinada forma de la edición de 1923 el autor ha suprimido, por motivos de conveniencia, cuatro
gobierno, se limitasen en su acción a los menesteres de la política, que no páginas blasfemas sobre el Nazareno y la Noche del cristianismo, pero no
es independiente de la ley moral; estudiando con sus alumnos el medio de aparece en ella retractación alguna, y muchas otras impiedades han sido
hacer votar buenas leyes y obtener la abrogación de aquellas que son malas conservadas.
y que atentan, como las leyes del laicismo, a los derechos imprescriptibles Los dirigentes de la Action Francaise se han ocupado de la Iglesia.
de Dios, de Jesucristo, de la Iglesia, de las Congregaciones religiosas, de ¿Qué idea tienen de la Iglesia? Rechazan todos los dogmas que la Iglesia
la familia y de las almas. El papa León XIII reconocía la legitimidad de se- enseña. La Iglesia enseña la existencia de Dios; ellos la niegan, porque son
mejante enseñanza en otro pasaje de la misma encíclica: «Y he aquí precisa- ateos. La Iglesia enseña la divinidad de Jesucristo; ellos la niegan, porque
mente el terreno sobre el cual—dejando aparte toda diferencia política— son anticristianos. La Iglesia enseña que ha sido fundada por Cristo Dios y
deben unirse los hombres de bien para combatir con todos los medios legales Hombre; ellos niegan la institución divina de la Iglesia, porque son antica-
y rectos los abusos progresivos de la legislación. El respeto debido a los po- tólicos, a pesar de los elogios a veces muy elocuentes que tributan a la Igle-
deres constituidos no puede impedir esta acción. No implica aquél ni el sia, con un fin que no es tal vez completamente desinteresado. Según la
respeto ni mucho menos la obediencia sin límites a toda medida legislativa expresión de un célebre teólogo elevado ya a los altares, la Iglesia es una
cualquiera promulgada por estos mismos poderes». ('monarquía atemperada por la aristocracia», y esta organización en el orden
Pero los dirigentes de la Action Francaise no se ocupan solamente de la religioso puede atraer partidarios a la organización de la misma naturaleza,
política que discute acerca de la forma de gobierno y de la política que re- i|ue los dirigentes de la Action Francaise procuran establecer en el orden
gula el ejercicio de ésta. Estudian ante sus alumnos otros muchos problemas político. Católicos por táctica y no por convicción, los dirigentes de la Action
que dependen directamente del magisterio eclesiástico y de los cuales los l'Vancaise se sirven de la Iglesia, o al menos espeían servirse de ella, pero
miembros de la Iglesia discente—sean sacerdotes, príncipes o dirigentes no sirven a la Iglesia, porque rechazan la enseñanza divina, cuya propagación
de la Action Francaise—no pueden tratar, si la Iglesia docente, representada i-s misión de la Iglesia.
por el papa y los obispos, no les autoriza para este estudio por una delegación Cuando se niega a Dios, a su Cristo y a su Iglesia es difícil, por no decir
concedida en virtud de un examen que pruebe la capacidad y la ortodoxia imposible, construir una moral, la moral verdadera, la moral tradicional,
de aquéllos. lu moral de base religiosa, la moral del deber, expresión de una voluntad
Los dirigentes de la Action Francaise no han juzgado necesario solicitar divina. De esta manera, los dirigentes de la Action Francaise, particularmen-
esta licencia para enseñar, licencia que, por otra parte, la autoridad ecl te su jefe, al que denominan el Maestro, han debido refugiarse en el amo-
nilismo. Han hecho tabla rasa de la distinción entre el bien y el mal, y han
colocado en su lugar la búsqueda de la virtud por el esteticismo, o culto de
522 rio xi NOI'S AVONS LU 523

c a m e n t e s u b o r d i n a d a a la moral. E n substancia, hay en estas m a n i - los peligros y ponerse e n guardia contra ellos; n o d u d a m o s t a m b i é n
festaciones huellas d e u n renacimiento del paganismo, al cual está q u e todos los jóvenes escucharán vuestra voz de obispo y de p r í n -
ligado el n a t u r a l i s m o q u e estos autores h a n b e b i d o , inconsciente- cipe de la Iglesia: e n ella y con ella escucharán t a m b i é n la voz m i s m a
m e n t e creemos, c o m o t a n t o s otros d e sus c o n t e m p o r á n e o s , e n la del P a d r e c o m ú n d e t o d o s los fieles. C o n esta confianza N o s os con-
enseñanza pública d e esta escuela m o d e r n a y laica, e n v e n e n a d o r a c e d e m o s d e corazón, así c o m o a vuestro clero y a v u e s t r o p u e b l o ,
d e la j u v e n t u d , q u e ellos m i s m o s c o m b a t e n con frecuencia t a n ar- la b e n d i c i ó n apostólica.
d o r o s a m e n t e . Ansiosos s i e m p r e a n t e la vista d e los peligros crea- D a d o en R o m a , j u n t o a San P e d r o , el 5 d e s e p t i e m b r e de 1926,
dos p o r todas p a r t e s a esta q u e r i d a j u v e n t u d , sobre t o d o p o r la a ñ o q u i n t o d e n u e s t r o pontificado.
aparición d e estas equivocadas tendencias, a u n q u e sea con el p r e -
texto d e u n bien, sin d u d a alguna, t a n loable c o m o el a m o r d e la estas negaciones subversivas, de restaurar el paganismo con todas sus injus-
patria, n o s h a n servido d e gozo las voces q u e , ' incluso fuera d e ticias y todas sus violencias: he aquí, mis queridos amigos, lo que los diri-
gentes de la Action Francaise enseñan a sus discípulos y lo que debéis
Francia, se h a n levantado e n estos últimos t i e m p o s p a r a advertir
evitar enteramente.
Os lo pido con una solicitud llena de ternura, porque es un corazón de
la belleza, y por el epicureismo, o amor del placer. El jefe de la Action obispo y de padre el que os habla; os lo pido en nombre de lo que más que-
Francaise reprueba todo sistema que, como el cristianismo, pone en la virtud réis, en nombre de vuestra fe, de vuestra virtud y de vuestras esperanzas
la regla de los actos voluntarios, la base de las instituciones sociales y el inmortales.
principio del progreso social de la humanidad. ¿Será necesario admirarse Burdeos, 25 de agosto de 1926, en la fiesta de San Luis Rey de Francia,
de que se muestre tan pródigo en los desprecios y en los sarcasmos contra quien se llamaba le sergent du Christ, y cumplió siempre con toda excelencia
lo que él llama doctrinas «virtuistas» ? los deberes inherentes a este glorioso título.—PAULINO, CARDENAL A N -
Según los dirigentes de la Action Francaise, la sociedad está exenta, DNIEU, Arzobispo de Burdeos.
como el individuo, de todos los preceptos de la ley moral, e intentan justi-
ficar esta independencia sirviéndose de dos sofismas: la estabilidad del tipo
del hombre y la inmutabilidad radical de la sociedad, regida, como el hombte,
por leyes físicas que excluyen la moralidad al impedir el ejercicio de la
libertad.
Los dirigentes de la Action Francaise invocan para fundamentar su te-
sis otro argumento fantástico: la humanidad está dividida en dos clases,
o, más bien, dos reinos: el hombre inculto, a quien el maestro de esta escue-
la llama «el imbécil degenerado», y la minoría de los hombres instruidos.
Ahora bien, la humanidad debe conservarse tal cual la organiza la natura-
leza. Está, por consiguiente, finalmente condenada a no tener otra regla
de conducta que el inmobilismo.
Y para llenar el vacío causado por la ausencia completa de la ley moral,
los dirigentes de la Action Francaise nos presentan una organización social
completamente pagana en la que el Estado, formado por algunos privile-
giados, lo es todo, y el resto del mundo nada.
¡De esta manera tienen la audacia de proponer el restablecimiento de
la esclavitud! Y que no se les hable de una reivindicación cualquiera del in-
dividuo frente al poder. La razón de Estado será siempre superior a toda
consideración de justicia y de moralidad; porque, dice el jefe de la Action
Francaise, «la moral natural predica una sola virtud, la virtud de la fuerza»,
y, según la expresión de otro maestro de la misma escuela, «toda fuerza es
buena en tanto en cuanto es bella y triunfa».
Por lo demás, las pretendidas leyes físicas, de las cuales depende exclusi-
vamente la sociedad, funcionan con una exactitud sideral. Esto es lo que ha
hecho decir al jefe de la Action Francaise: «¡Queda prohibido a Dios entrar
en mi observatorio!»
Los sociólogos que sentencian este ostracismo tan ultrajante para la
majestad divina pretenden hacer respetar lo que ellos llaman «el equilibrio
del mundo». Pero olvidan la grave lección del rey salmista,, tantas veces
confirmada por la historia: «Si el Señor no guarda la ciudad, en vano los que
la guardan ejercen a su alrededor una atenta vigilancia».
Ateísmo, agnosticismo, anticristianismo, anticatolicismo, amoralismo del
individuo y de la sociedad, necesidad para mantener el orden, a pesar de
DIWN1 II.MUS MACISTHI 52¡)

fional en la presente encíclica es la filosofía pedagógica moderna, cuya


DIVINI ILLIUS MAGISTRl hase se apoya total o parcialmente en el naturalismo y el laicismo
contemporáneos.
La e d u c a c i ó n c r i s t i a n a d e l a j u v e n t u d Si la encíclica R e r u m n o v a r u m ha sido celebrada como la caria
magna de la cuestión social, y la encíclica I m m o r t a l e D e i debe ser
considerada como el d o c u m e n t u m p r i n c e p s del derecho constitucional
cristiano, la encíclica Divini illius Magistri merece justamente el ca-
lificativo de M a g n a charta educationis christianae.

BIBLIOGRAFÍA
J. SCHMIDLIN, Papstgeschichte der neuesten Zeit t.4 p.46.—G. CASTELLA,
Histoire des Papes t.3 p.409.—FR. D E HOVRE, Essai de philosophie pédagogique
La educación es una obra esencialmente social. Y son tres las so- (Bruselas 1927).—R. FOTJLQOIE, VEglise et l'Ecole (París 1929).—J. ZARA-
ciedades que por derecho • propio intervienen* conjuntamente en esta (¡ÜETA, Pedagogía fundamental (Madrid 1943).—E. PLANCHARD, La pédagogie
labor: la familia, la Iglesia y el Estado. Los derechos educativos de scolaire contemporaine (Tournai-París 1948).
la familia, conferidos directamente por Dios a los padres, son anteriores
al derecho del Estado. Por otra parte, el mandato educativo de la
SUMARIO
Iglesia, derivado de una misión especial dada por Dios y de la materni-
dad sobrenatural de aquélla, es superior al mandato del Estado. El I. Predilección de Cristo por los niños. Objeto de esta encíclica: prin-
titulo jurídico de éste para su intervención en materia de enseñanza cipios y conclusiones en materia de educación. Abundancia de teo-
es la autoridad atribuida por Dios al poder público en orden al bien rías pedagógicas nuevas. Su denominador común: el naturalismo pro-
común. Esta es, en resumen, la tesis teórica central de la encíclica D i - yectado sobre la educación. Educación es la formación del hombre
vini illius Magistri, verdadero código de derechos y obligaciones del para la vida presente y para la vida eterna. Excelencia y ventajas
católico en la cuestión escolar. de la educación cristiana.
II. Los educadores. La educación es obra de tres sociedades: dos de or-
Desde el punto de vista histórico, Pío XI señala, además, que la den natural, la familia y el Estado; la tercera, de orden sobrenatural,
escuela, esta institución social extradoméstica creada para suplir la la Iglesia.
natural imperfección de la familia, ha nacido de la libre iniciativa y de La misión educativa de la Iglesia está justificada por dos títulos
la acción mancomunada de la Iglesia y la familia. La aparición de la jurídicos: el mandato expreso del Salvador y la maternidad sobre-
escuela pública estatal es históricamente muy posterior, y brotó como natural de la Iglesia. Son, por consiguiente, derechos de la Iglesia en
fruto del concurso simultáneo de dos causas: la acción invasora del materia de educación la plena independencia y libertad de magiste-
Estado en el campo educativo y el legítimo derecho del Estado a pro- rio; el poder de usar y juzgar de todas las disciplinas desde el punto
porcionar una educación ciudadana y satisfacer las necesidades creadas de vista de su conformidad o disconformidad con la recta moral;
por los progresos de la vida moderna, supliendo así la impotencia eco- el derecho consiguiente de promover la cultura en todos los grados,
nómica dé la familia para cubrirlas. en armonía con las legítimas disposiciones del poder civil en esta
materia. Por lo que toca a la extensión de esta misión educativa de
Es la encíclica Divini illius Magistri el primer documento pontificio la Iglesia, es universal en el tiempo y en el espacio: comprende a los
en la historia doctrinal de la Iglesia que ha tratado de una manera fieles y a los infieles.
completa y sistemática el tema de la educación L Al lado de los princi- Misión educativa de la familia; su título es la paternidad. Sus dere-
pios fundamentales que determinan y regulan la labor educativa de las chos, por tanto, están dados inmediatamente por el Creador; son
tres sociedades ya indicadas, el carácter total del educando, las circuns- anteriores y superiores a los del Estado y-están subordinados al fin
tancias que integran el medio educativo y el fin propio de la genuina último de la prole, es decir, a la ley divina natural y positiva. Los
educación cristiana, aparecen tratados otros temas planteados por la com- derechos educativos de la familia están afirmados por el consenti-
pleja problemática social, política y pedagógica del mundo moderno: el . miento universal de todos los pueblos y reconocido por la jurispru-
naturalismo educativo, la educación sexual, la coeducación de los sexos, dencia de los países que respetan el derecho natural. Por último,
la escuela neutra o laica, el eventual influjo deseducativo del cine y de la innovación totalitaria, que era a su vez la proyección práctica de un intento despótico de
la radio, los limites del Estado y los derechos de la Iglesia y de la fa- apoderamiento de los hijos para los fines del Estado, esto es, del partido dueño del Gobierno,
con absoluta independencia de la voluntad de los padres, y no raras veces contra esta misma
milia 2 . De esta manera, el gran antagonista de la tesis católica educa- voluntad: este apoderamiento tenía una primera fase de realización en la escuela, transfor-
mada en una oficina preparatoria de la guerra... En aquellos años en que se realizaba la ab-
1
E. MARMY, La communauté humain selcn l'esprit chrétien p.848. sorción de los derechos de la familia y de la libertad de los individuos, sóloel Papa, o al meaos
2
La motivación histórica más inmediata de la encíclica, que se trasluce en el mismo con- sólo él con autoridad efectiva, recordaba al totalitarismo los límites impuestos por la natura-
texto de ésta, se halla bien recogida y expresada por I. Giordani: «La enseñanza de toda esta leza y por el orden sobrenatural al poder del Estado, salvando así los derechos del espíritu
materia educativa, sobre todo en lo referente a los límites del Estado, estaba dirigida contra humano y de la misma escuela» (I. GIORDANI, Le encicliche sociali p.334).
PÍO XI I H V I N t It.LIDS MACISTRI 527
esta misión educativa de la familia concuerda perfectamente con el política. Formar un buen cristiano es formar al mismo tiempo un
mandato de la Iglesia en la misma materia. buen ciudadano. La enseñanza de las ciencias en la escuela no debe
Misión educativa del Estado. El título que justifica esta misión contradecir jamás la instrucción religiosa recibida en ella. Lo nuevo
es la autoridad que el Estado posee para el bien común. Doble fun- y lo antiguo en la enseñanza. Formación literaria y científica y forma-
ción del Estado en el campo educativo: tutelar jurídicamente los de- ción filosófica. La eficacia de una escuela depende más de la calidad
rechos de la Iglesia y de la familia y suplir las lagunas de la familia de los maestros que de la rectitud de la legislación.
en la educación de la prole. Es también función propia del Estado El mundo y sus peligros. La educación de la juventud está hoy
promover por todos los medios posibles la educación e instrucción día amenazada por nuevos y poderosos peligros: literatura obscena,
de la juventud y lograr que los ciudadanos adquieran un nivel medio cinematografía y radio. Estos medios están regidos hoy en gran
de cultura proporcionado a las necesidades de la época. Tiene derecho parte por la codicia y el escándalo. Hay que fomentar toda clase de
también a organizar la instrucción especializada de los funcionarios obras educativas que ofrezcan a la juventud un medio de sana re-
públicos, pero sin incurrir en los extremos de un nacionalismo exa- creación. El joven debe vivir en el mundo; pero debe vivir inmune
gerado o del culto de la fuerza por sí misma. La educación ciudadana: del contagio del mundo.
aspectos positivo y negativo de ésta. V. El fin de la educación cristiana es la formación del verdadero cristiano.
La educación es una de las materias en que es necesaria la regula- Por esto comprende todas las actividades del hombre. Ahora bien,
ción jurídica armónica de las actividades docentes de la Iglesia, la el verdadero cristiano es el hombre sobrenatural, consecuente y tenaz
familia y el Estado. Esta concordia de actividades es sumamente pro- en su adhesión a los principios y al ejemplo de Jesucristo, modelo
vechosa para la recta formación del ciudadano, para la seguridad del s'upremo de toda educación.
Estado, para el verdadero progreso de la ciencia y para la justa liber- Los profanos juzgan este ideal como algo irrealizable o, por lo
tad de todos. menos, dañoso para la actividad temporal del hombre. La respuesta
El sujeto de la educación. El educando es el hombre completo, caído, a la objeción ya la dio Tertuliano a los paganos de su tiempo: el orden
pero redimido' por Cristo, con una vocación sobrenatural. Por esto sobrenatural no sólo no perjudica al orden natural, sino que es la
es falso y queda condenado todo naturalismo pedagógico. Si la mo- mejor posibilidad que éste tiene de elevación y superación. Prueba de
derna pedagogía ha hecho alguna innovación fundamental, esta inno- este hecho: la historia del cristianismo, y particularmente las vidas
vación no es verdadera innovación, porque ya había sido puesta en de los santos de toda edad, sexo y condición social. La labor educativa
práctica por la Iglesia. de la Iglesia viene así a identificarse con la misma naturaleza de ésta.
Condenación particular de la educación sexual. Esta teoría olvida Lo expresó con acierto hace ya catorce siglos el genio de San Agustín.
o desconoce el pecado original. En una materia tan delicada hay que
poner en práctica las cautelas tradicionales de la probada pedagogía
cristiana. Por lo que toca a la coeducación de los sexos, ésta es con- [i ]. R e p r e s e n t a n t e en la tierra 1 de aquel divino M a e s t r o q u e ,
traria al derecho natural y nociva bajo todos los aspectos. abrazando en la i n m e n s i d a d de su a m o r a todos los hombres, a u n
El medio ambiente de la educación. a los pecadores e indignos, m o s t r ó , sin e m b a r g o , una predilejseión
La familia cristiana.es el ambiente educativo más eficaz y dura- y una t e r n u r a especialísimas hacia los niños y se expresó con a q u e -
dero. Importancia del buen ejemplo de los padres. Sin embargo, llas palabras t a n c o n m o v e d o r a s : Dejad que los niños se acerquen a
la educación doméstica sufre actualmente una lamentable decadencia. mi 2 , N o s h e m o s d e m o s t r a d o t a m b i é n e n todas las ocasiones la p r e -
Diversas causas de esta decadencia. Remedios oportunos para sa- dilección e n t e r a m e n t e p a t e r n a q u e p o r ellos sentimos, p r o c u r á n -
nada. doles t o d o s los cuidados necesarios y todas las enseñanzas referen-
La Iglesia ejerce un influjo ambiental extraordinario en la educación.
Medios concretos de este influjo. La Iglesia y la familia constituyen
de hecho y de derecho un único ambiente educativo. D e christiana iuventutis educatione
La escuela. Razón de ser de la escuela pública. Su origen histórico:
fué fruto de la labor_ conjunta de la Iglesia y de la familia. La escuela Divini illius Magistri vices in terris gerentes, qui, etsi universam homi-
del Estado ha aparecido posteriormente. Iglesia, familia y Estado num familiam, vel ob commissa immerentium, infinita caritate sua complec-
deben colaborar armónicamente en la institución pública llamada tebatur, teneriore tamen animo pueros prosecutus est atque in verba illa
escuela. Es, por tanto, contraria a los principios fundamentales de la erupit amoris plena: «Sinite párvulos venire ad me», Nos quoque ullam,
educación la escuela neutra o laica. Normas concretas con respecto quae Nobis obversaretur, opportunitatem non praetermisimus, ut paternam
a esta escuela. Requisitos esenciales de la escuela católica. voluntatem, qua in eos ferimur, data occasione, ostenderemus eo potissimum
El problema de la diversidad de confesiones religiosas dentro ,de intendentes animum, ut sedulae iisdem tribuantur curae opportunaque t r a -
una misma nación debe ser resuelto en materia e'ducativa reconocien- ilantur praecepta, quae ad christianam pertineant iuventutis educationem.
do el derecho de las familias a la educación libre de sus hijos y obser- 1
P í o XI, carta encíclica a todos los patriarcas, primados, arzobispos, obispos y demás o r -
vando el Estado las obligaciones de la justicia distributiva. Distintos dinarios de lugar en paz y comunión con la Sede Apostólica y a todos los Mes del orbe c a t ó -
supuestos actuales de política educativa en esta materia. lico, sobre la educación cristiana d e la juventud: A A S 22 (1930) 49-86. Laversión i t a l i a n a d e
rsta encíclica, Rappresentanti in térra, a u n q u e lleva la misma fecha q u e el texto latino, f u é
Escuela y Acción Católica. La defensa de la escuela es una obra publicada con anterioridad a éste: A A S 21 (1929) 723-762.
de auténtico apostolado de Acción Católica. No es obra meramente 2
M e . 10,14.
528 PtO XI DIVINI IIXIUS MAGISTRI 529

tes a la educación cristiana d e la j u v e n t u d . Así, haciéndonos eco c o m o en los tiempos m o d e r n o s ; por esto se m u l t i p l i c a n las teorías
del' divino M a e s t r o , h e m o s dirigido palabras orientadoras de aviso, pedagógicas, se inventan, se p r o p o n e n y discuten m é t o d o s y medios,
d e exhortación y de dirección a los jóvenes y a los educadores, a n o sólo para facilitar, sino además para crear u n a e d u c a c i ó n nueva
los p a d r e s y a las m a d r e s de familia, sobre varios p u n t o s d e la e d u - de infalible eficacia, q u e capacite a las nuevas generaciones para
cación cristiana, con la solicitud propia del P a d r e c o m ú n de t o d o s lograr la ansiada felicidad en esta tierra.
los fieles y con la insistencia o p o r t u n a e i m p o r t u n a q u e , inculcada [ 4 ] . L a r a z ó n d e este hecho es q u e los h o m b r e s , creados por
p o r el Apóstol, requiere el oficio pastoral: Insiste con ocasión y sin Dios a su imagen y semejanza y destinados p a r a gozar d e Dios, per-
ella, reprende, ruega, exhorta con toda paciencia y doctrina 3; solicitud fección infinita, al advertir hoy m á s q u e n u n c a , e n m e d i o d e la
e insistencia exigidas p o r estos nuestros tiempos, e n los cuales, p o r a b u n d a n c i a del creciente progreso material, la insuficiencia d e los
desgracia, se deplora u n a ausencia t a n extraordinaria d e claros y bienes t e r r e n o s para la verdadera felicidad d e los individuos y de
sanos principios, a u n en los problemas m á s fundamentales. los pueblos, sienten por esto m i s m o u n m á s vivo estímulo hacia una
[ 2 ] . P e r o la m i s m a situación general de n u e s t r a época, la agi- perfección m á s alta, estímulo q u e ha sido p u e s t o en la m i s m a n a t u -
tada controversia actual sobre el p r o b l e m a escolar y pedagógico e n raleza racional p o r el Creador, y q u i e r e n conseguir esta perfección
los diferentes países y el consiguiente deseo q u e nos ha sido m a n i - principalmente p o r m e d i o de la educación. Sin embargo, m u c h o s
festado con filial confianza por m u c h o s d e vosotros y d e vuestros de n u e s t r o s contemporáneos, insistiendo excesivamente en el sentido
fieles, venerables h e r m a n o s , e igualmente n u e s t r o afecto t a n i n t e n - etimológico de la palabra, p r e t e n d e n extraer esa perfección de la
so, c o m o h e m o s dicho, p o r la j u v e n t u d , nos m u e v e n a tratar de mera naturaleza h u m a n a y realizarla con solas las fuerzas d e ésta.
nuevo y a fondo este tema, n o ya para recorrerlo en t o d a su inago- Este m é t o d o es equivocado, p o r q u e , e n vez de dirigir la m i r a d a a
table a m p l i t u d teórica y práctica, sino p a r a r e s u m i r al m e n o s los Dios, p r i m e r principio y último fin de t o d o el universo, se repliegan
principios s u p r e m o s , iluminar sus principales conclusiones e indicar y apoyan sobre sí m i s m o s , adhiriéndose exclusivamente a las cosas
sus aplicaciones prácticas. Sea éste el r e c u e r d o q u e d e n u e s t r o j u - terrenas y t e m p o r a l e s ; y así q u e d a n expuestos a una incesante y
bileo sacerdotal, con interés y afecto m u y particulares, dedicamos continua fluctuación mientras n o dirijan su m e n t e y su c o n d u c t a
a la a m a d a j u v e n t u d y a cuantos tienen la misión y el deber de a la única m e t a de la perfección, q u e es D i o s , según la p r o f u n d a
consagrarse a su educación. sentencia de San A g u s t í n : «Nos hiciste, Señor, para ti, y n u e s t r o
corazón está i n q u i e t o hasta q u e descanse en ti» 4 .
[3 ]. E n realidad, n u n c a se ha hablado t a n t o de la educación
[5J. Es, por tanto, de la mayor importancia n o errar en m a t e r i a
Itaque, Divini ipsius Magistri veluti vocem referentes, pluries, admonendo,
pere disceptatum est; quam ob rem plurimi novarum de paedagogia doctri-
cohortando, dirigendo, salutaria verba habuimus cum coram iuvenibus
narum magistri ubique exstant, qui novas de hac re effingunt ac disserendo
eorumque praeceptoribus, tum coram matribus patribusque familias, de iis
proponunt rationes ac vias, quibus eam iactant se posse educationem asse-
rebus quae christianam attingunt educationem, ea quidem sollerti cura,
qui, faciliorem scilicet atque efficaciorem, qua futurae aetatis nomines ad
quae communem omnium Patrem decet, eaque opportuna vel importuna,
optatam in terris felicitatem adipiscendam satius conformentur.
quae pastoralis est muneris, seducíate, secundum illud Apostoli: «Insta
opportune. importune: argüe, obsecra, increpa in omni patientia et doctri- Cuius rei haec causa est, quod videlicet nomines, qui, a Deo creati,
na»; quod profecto haec riostra postulant témpora quibus nimium saepe eius referunt similitudinem eodemque, perfectissimo bono, aliquando
dolendum est perspicua ratione rectoque iudicio de rebus etiam maximi fruituri sunt, ut ex hodierna ipsa terrenarum rerum copia ac progressione
ponderis carere multos. facilius animadvertunt non posse bona externa ñeque privatam afierre
ñeque publicam veri nominis felicitatem, ita, naturae suae ab ipso Creatore
At ipsa nostrae huius aetatis conditio, ipsa quae variis in regionibus insitum, acriorem experiuntur stimulum ad nobiliorem cotidie capiendarn
scholastica agitatur ac paedagogica controversia, ipsa, quae bene multi e vo- perfectioris vitae formam, quam quidem educationis ope potissimum susci-
bis, venerabiles fratres, atque e vestratibus, hac de re optata non semel Nobis pere contendunt. At nonnulli, quasi in nativa verbi significatione nimium
fidenti animo aperuerunt, itemque Nostra, ut diximus, erga iuventutem insistentes, eiusmodi vitae perfectionem ex ipsa hominum natura expro-
actuosa voluntas, Nos impellunt ad causam iterum ac consultius pertrac- mere enituntur eiusque viribus tantum ad effectum adducere. In quo facile
tandam, non quasi eius doctrinae eiusque usus amplitudinem paene infini- ii quidem errant, quandoquidem non ad Deum, universitatis rerum princi-
tam velimus funditus perscrutari, at quia praecipua saltem, quibus nititur pium atque finem, oculos animosque intendunt sed in se ipsos inflectunt,
principia ac rationes, breviter explanare cupimus, et ea omnia, quae inde terrenis fluxisque rebus haerentes toti: unde profecto fiet, ut iidem perpe-
consequuntur atque ad usum pertinent, in sua luce poneré. Idque habeat tua animorum fluctuatione ac perturbatione fatigentur, usque dum ad
iuventus, habeantque omnes qui, pro suo officio, eius praesunt educationi, Deum, virtutum omnium unam veluti metam, mentem operamque suam
veluti donum a Nobis singulari prorsus studio» monumenti causa datum, convertant, secundum grandem iüam Augustini sententiam: «Fecisti n o s .
quinquagesimo exeunte armo ex quo sacerdotale munus suscepimus. Domine, ad te, et inquietum est cor nostrum doñee requiescat in te».
Iamvero, nunquam, ut nostris hisce temporibus, de educatione tanto- Res igitur maximi momenti est, in iis quae- ad educationem attinent
3 4
2 Tim. 4,2. SAN AGUSTÍN, Confesiones I i: PL 32,661; BAC, Obras de San /íustín t.a p. 78.
530 río xi
n i V I X I II.T.IUS MAGISTRJ 531
de educación, de la m i s m a m a n e r a q u e es de la mayor trascendencia
6
n o errar en la dirección personal hacia el fin último, con el cual está que aun de viejo no se apartará de él , Por esto decía con razón
íntima y necesariamente ligada toda la obra de la educación. P o r q u e , San J u a n C r i s ó s t o m o : « ¿ Q u é obra hay mayor q u e dirigir las almas,
como la educación consiste esencialmente en la formación del h o m - q u e moldear las c o s t u m b r e s de los jovencitos?» 7
b r e tal cual d e b e ser y d e b e portarse en esta vida terrena p a r a con- [6]. P e r o n o hay palabra, q u e revele con t a n t a claridad la
seguir el fin sublime para el cual ha sido creado, es evidente q u e grandeza, la belleza y la excelencia sobrenatural d e la obra d e la
así c o m o n o p u e d e existir educación verdadera q u e n o esté total- educación cristiana c o m o la profunda expresión de amor con q u e
m e n t e o r d e n a d a hacia este fin último, así t a m b i é n en el o r d e n p r e - Jesús, n u e s t r o Señor, identificándose con los niños, declara: Quien
sente de la Providencia, es decir, después q u e D i o s se n o s ha re- recibe a uno de estos niños en mi nombre, a mí me recibe s.
velado en su unigénito Hijo, único q u e es camino, verdad y vida 5,
n o p u e d e existir otra completa y perfecta educación q u e la educación [7 ]. A h o r a bien, para prevenir t o d o error en esta obra de tanta
* cristiana. L o cual d e m u e s t r a la importancia s u p r e m a d e la educa- importancia y para realizarla del mejor m o d o posible, con la ayuda
ción cristiana, n o solamente para los individuos, sino t a m b i é n para de la gracia divina, es necesario tener u n a idea clara y exacta d e la
las familias y para toda la sociedad h u m a n a , ya q u e la perfección educación cristiana en sus elementos esenciales, esto es, a q u i é n
de esta sociedad es resultado necesario d e la perfección de los pertenece la misión de educar, cuál es el sujeto de la educación,
m i e m b r o s q u e la c o m p o n e n . E igualmente, d e los principios indi- cuáles las circunstancias necesarias del a m b i e n t e , cuál el fin y la
cados resulta clara y manifiesta la excelencia insuperable de la obra forma propia de la educación cristiana, según el orden establecido
d e la educación cristiana, p u e s ésta tiende, en último análisis, a por Dios en la economía de su providencia.
asegurar el S u m o Bien, D i o s , a las almas de los e d u c a n d o s , y el
m á x i m o bienestar posible en esta tierra a la sociedad h u m a n a . [I. A QUIÉN PERTENECE LA M I S I Ó N EDUCADORA]
Y esto del m o d o m á s eficaz posible p o r p a r t e del h o m b r e , es decir,
c o o p e r a n d o con D i o s al perfeccionamiento de los individuos y de [8 ] . L a educación n o es u n a obra de los individuos, es u n a obra
la sociedad, en c u a n t o q u e la educación i m p r i m e en las almas la de la sociedad. A h o r a bien, tres son las sociedades necesarias, dis-
primera, la más poderosa y la m á s d u r a d e r a dirección d e la vida, tintas, pero a r m ó n i c a m e n t e unidas por Dios, en el seno de las cuales
según la conocida sentencia del Sabio: Instruye al niño en su camino, nace el h o m b r e : dos sociedades de o r d e n natural, la familia y el
E s t a d o ; la tercera, la Iglesia, de o r d e n sobrenatural. E n p r i m e r lu-
gar, la familia, instituida i n m e d i a t a m e n t e p o r Dios para su fin es-
non fallí, haud aliter quam ab ipso supremo fine non aberrare, ad quem
quidem quaelibet educatíonis opera necessario dirigitur. Etenim, quoniam Chrysostomus: «Quid maius quam animis moderari, quam adolescentulo-
omnis educandi ratio ad eam spectat hominis conformationem, quam is rum fingere mores?»
in hac mortali vita adípiscatur oportet, ut destfnatum sibi a Creatore finem At nihil profecto christianae educatíonis amplitudinem dignitatemque,
supremum contingat, liquido patet, ut nulla veri nominis educatio esse nihil supematuralem eius praestantiam magis ostendit, quam amantissima
potest, quae ad finem ultimum non ordinetur tota, ita, praesenti hoc rerum illa verba, quibus Cbristus Dominus, quasi suam puerí gererent personam,
ordine Dei providentia constituto, postquam scilicet se ipse in Unigénito asseveravit: «Quisquís unum ex huiusmodi pueris receperit in nomine
suo revelavit qui unus «vía, veritas et vita» est, plenam perfectamque educa- meo, me recipit».
tionem dari non posse, nisi eam, quae christiana vocatur. Quapropter mani- Iamvero ut ín hac maximae gravitaíis opera non modo errores praeca-
festó apparet, christianam educationem causam esse sane gravissimam, veantur, sed etiam ut, divina suffragante gratia, ad prosperiorem succes-
quod attinet non modo ad singulos nomines, sed ad domestícam etiam civi- sum muniatur vía, omnino necesse est ut hoc plañe exploratum sit, scilicet
lemque consortionem, cuius quidem summa vis atque virtus ex ipsa vi quid sibi velit christiana educatio quibusque nitatur principiis: id est, ad
atque virtute eorum proferto oritur ex quibus eadem tamquam elementis quem educandi munus pertineat et quisnam educationc indigeat, quae
constat. Itemque ex .hisce principiis, quae adhuc attígimus, dilucidum est praeterea opus est intercederé rerum adiuncta, ac denique quae sit, ex
quam praestabilis sit, prae ceteris ómnibus, christianae educatíonis opera, rerum ordine a providentissimo Deo constituto, propria christianae educa-
quippe quae eo potíssimum spectet, ut summi boni, nempe Dei, possessio- tíonis ratio eiusdemque propositum.
nem adolescentibus educandis comparet, et humanae societati máxima,
quoad in terris fieri potest, emolumenta ac commoda pariat. Idque effica- Educandi munus non singulorum hominum, sed necessario societatis
ciore prorsus modo ea assequi nititur, quandoquidem homines, eiusmodi est. Tres vero numerantur societates necessariae, ínter se distinctae at,
inceptum provehentes, ipsi Deo navant operam, ut auctiori civium pro- Oeo volente, congruenter copulatae, quibus quidem homo ab ortu suo
fectui privatim publice prospiciant; educatores enim iuvenum ánimos ita adscribitur: harum duae, domestica nempe ac civilis consortio, naturalis
affingunt ac movent, ut eorum vitae cursum vel in posterum quodammodo ordinis; ac tertia, Ecclesia nimirum, supernaturalis. Primum obtinet locum
dirigant, divina testante Sapientia: «Adolescens iuxta viam suam etiam domesticus convictus, qui, cum ab ipso Deo ad eiusmodi propositum
cum senuerit non recedet ab ea». Mérito igitur hac de re scripsit S. Ioannes
h
Prov. 22.6.
7
5 S \ N JUAN CRISÓSTOMO, In M í . hom.6o: P G 57,573; B A C , Homilías subre San Maleo
lo. 14,6.
I.J P.25S.
8
Me. 9,36.
532 rio x i
DIVIM II.LIVS MAGISTRl 533
pecífico, q u e es la procreación y educación de la p r o l e ; sociedad
q u e p o r esto m i s m o tiene prioridad de naturaleza y, p o r consiguien- [11]. El p r i m e r título consiste en la expresa m i s i ó n d o c e n t e
te, prioridad d e derechos respecto del E s t a d o . Sin e m b a r g o , la fami- y en la a u t o r i d a d s u p r e m a d e magisterio, q u e le dio s u divino F u n -
lia es u n a sociedad imperfecta, p o r q u e n o posee en sí m i s m a todos d a d o r : Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra; id, pues,
los medios necesarios para el logro perfecto de su fin p r o p i o ; en enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del
cambio, el E s t a d o es u n a sociedad perfecta, p o r tener en sí m i s m o Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a observar todo cuanto, yo os
todos los medios necesarios para su fin propio, q u e es el bien co- he mandado. Yo estaré con vosotros siempre hasta la consumación del
m ú n t e m p o r a l ; p o r lo cual, desde este p u n t o de vista, o sea en o r d e n mundo 9. A este magisterio confirió Cristo la infalibilidad j u n t a m e n t e
al bien c o m ú n , el E s t a d o tiene preeminencia sobre la familia, la cual con el m a n d a t o de enseñar a t o d o s su d o c t r i n a ; p o r esto la Iglesia
alcanza solamente d e n t r o del Estado su conveniente perfección t e m - «ha sido constituida p o r su divino A u t o r como c o l u m n a y funda-
poral. L a tercera sociedad, en la cual nace el h o m b r e , m e d i a n t e el m e n t o de la verdad, p a r a q u e enseñe a todos los h o m b r e s la fe divi-
b a u t i s m o , a la vida de la gracia, es la Iglesia, sociedad de o r d e n so- na, y g u a r d e íntegro e inviolado el depósito a ella confiado, y dirija
b r e n a t u r a l y universal, sociedad perfecta, p o r q u e tiene en sí misma y forme a los h o m b r e s , a las sociedades h u m a n a s y la vida t o d a e n
t o d o s los medios indispensables para su fin, q u e es la salvación la honestidad d e c o s t u m b r e s e integridad de vida, según la n o r m a
eterna de los h o m b r e s , y, p o r tanto, s u p r e m a en su o r d e n . de la doctrina revelada» * °.

[9 ] ' L a consecuencia de lo dicho es q u e la educación, p o r abar- [ 1 2 ] . E l s e g u n d o título es la m a t e r n i d a d sobrenatural, e n vir-


car a t o d o el h o m b r e , c o m o individuo y como m i e m b r o de la socie- t u d de la cual la Iglesia, esposa inmaculada de Cristo, engendra, ali-
dad, en el o r d e n d e la naturaleza y en el o r d e n de la gracia, pertenece menta y educa las almas en la vida divina de la gracia con sus sacra-
a estas t r e s sociedades necesarias en una m e d i d a proporcionada, q u e mentos y enseñanzas. P o r esto con razón afirma San A g u s t í n : «No
responde, según el o r d e n presente de la providencia establecido p o r tendrá a D i o s p o r p a d r e el q u e rehuse t e n e r a la Iglesia p o r m a -
Dios, a la coordinación jerárquica de sus respectivos fines. dre» u .
[ 1 3 ] . A h o r a bien, en el objeto p r o p i o de su misión educativa,
[Misión educativa de la Iglesia] es decir, «en la fe y e n la regulación de las costumbres, D i o s m i s m o
ha h e c h o a la Iglesia partícipe del divino magisterio, y, a d e m á s , p o r
[ 1 0 ] . E n p r i m e r lugar, la educación pertenece de u n m o d o
u n beneficio divino, i n m u n e de t o d o error, p o r lo cual la Iglesia es
s u p e r e m i n e n t e a la Iglesia p o r dos títulos de o r d e n sobrenatural,
maestra s u p r e m a y segurísima de todos los h o m b r e s y tiene, en vir-
exclusivamente conferidos a ella p o r el m i s m o Dios, y p o r esto abso-
t u d de su propia naturaleza, u n inviolable d e r e c h o a la libertad d e
l u t a m e n t e superiores a cualquier otro título de o r d e n natural.
constitutus ac comparatus sit, ut sobolis procreandae educandaeque curam Prima iuris huiuscemodi ratio in suprema magisterii auctoritate ac mu-
habeat, idcirco natura sua, adeoque iuribus sibi propriis, civili societati ñere nititur, quod divinus Ecclesiae Conditor eidem tradidit hisce verbis:
antecedit. Nihilo secius familia ideo imperfecta est societas, quia non óm- «Data est mihi omnis potestas in cáelo et in térra. Euntes eigo docete omnes
nibus iis rebus est praedita, quibus nobilissimum propositum suum perfecte gentes, baptizantes eos in nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti: docen-
assequatur; civiüs autem congregarlo, cum omnia in sua facúltate sint ad tes eos servare omnia quaecumque mandavi vobis. Et ecce ego vobiscum
destinatum sibi finem, videlicet ad commune terrestris huius vitae bonum, sum ómnibus diebus usque ad consummationem saeculi». Huic magisterio
necessaria, societas est numeris ómnibus absoluta ac perfecta; hac igitur Christus Dominus erroris immunitatem impertivit, una cum mandatis
de causa domestico convictui eadem praestat, qui quidem in civili solum- docendi omnes doctrinam suam; quapropter Ecclesia «columna et firma-
modo consortione institutum suum tuto riteque absolvere potest. Tertia mentum veritatis a Divino suo Auctore fuit constituta, ut omnes homines
denique societas, in qua homines, per baptismatis lavacrum, divinae gra- divinam edoceat fidem, eiusque depositan sibi traditum htegrum inviola-
tiae vitam ingrediuntur, Ecclesia est, supernaturalis quidem societas univer- tumque custodiat, ac homines eorumque consortia et actiones ad morum
sum humanum genus complectens, atque in se perfecta, cum sibi omnia honestatem vitaeque integritatem, iuxta revelatae doctrinae normam, di-
suppetaht ad finem suum, sempiternam nempe hominum salutem, conse- rigat et fingat».
quendum, ideoque in suo ordine suprema. Altera iuris ratio e supernaturali illo oritur matris muñere, quo Ecclesia,
Consequens est, educationem, quae ad totum respicit hominem, qua purissima Christi sponsa, divinae gratiae vitam hominibus largitur, eamque
hominem singillatim quaque societatis humanae participem, sive in naturae sacramentis praeceptisque suis alit ac provehit. Mérito igitur S. Augusti-
sive in divinae gratiae ordine constitutum, ad necessarias has societates nus ait: «Non habebit Deum patrem, qui Ecclesiam noluerit habere matrera».
tres, fini cuiusque proprio congruenter, pro praesenti ordine divinitus Iamvero in iis ómnibus rebus, in quibus eius educandi munus versatur,
constituto aequabiliter pertinere. hoc est «in fide atque in institutione morum, divini maristerii Ecclesiam
fecit Deus ipse participem, eamdemque divino eius benefcio falli nesciam:
Ac primo loco, praestantiore quodam modo ea ad Ecclesiam pertinet,
quare magistra mortalium est máxima ac tutissima, in eaque inest non
duplici scilicet titulo ordinis supernaturalis, quem Deus ipsi tantummodo
contulit, adeoque potiore omnino ac validiore quam quilibet alius naturalis * M t . 28,18-20.
ordinis titulus. >° P í o IX, encíclica Quurn non sine, 14 d e julio de 1864: A P 3,32855.
n SAN AGUSTÍN, De symbolo ad catechumenos 1 3 : P L 40,668.
534 pfo x i
BIVINI tl.l.ltlS VHOlSTRt 535
magisterio» >2. D e d o n d e se concluye necesariamente q u e : k I I & M
es i n d e p e n d i e n t e de todo p o d e r terreno, t a n t o e n e o r i g e n d e s [15]. Y es digno de notar el acierto con q u e h a sabido expre-
misión educativa como e n el ejercicio de ésta, n o sólo respectó d U sar esta doctrina católica fundamental u n seglar, t a n a d m i r a b l e es-
objeto propio de su misión, sino t a m b i é n respecto de los medios m. critor c o m o p r o f u n d o y concienzudo p e n s a d o r : «La Iglesia n o dice
cesarlos y convenientes para cumplirla. P o r esto con r e l a u ° n * . ™ q u e la moral pertenezca p u r a m e n t e (en el sentido de exclusivamen-
las disciplinas y enseñanzas h u m a n a s , q u e , e n si ^ m a s ^ d e r te) a ella, sino q u e pertenece a ella t o t a l m e n t e . N u n c a h a p r e t e n d i d o
das, son p a t r i m o n i o c o m ú n de todos, individuos y sociedades la que, fuera d e su seno y sin su enseñanza, el h o m b r e n o p u e d a cono-
Iglesia tiene u n derecho absolutamente i n d e p e n d i e n t e para usarlas cer alguna v e r d a d m o r a l ; p o r el contrario, h a r e p r o b a d o esta o p i -
Y p r i n c i p a l m e n t e para juzgarlas desde el p u n t o de vista de su coi nión m á s d e u n a vez, p o r q u e h a aparecido en m á s de u n a forma.
formidad o disconformidad con la educación cristiana. Y esto p o r I )ice solamente, c o m o h a d i c h o y dirá siempre, q u e p o r la institu-
dos r a z o n e s : p o r q u e la Iglesia, como sociedad perfecta, tiene u n ción recibida de Jesucristo y p o r el E s p í r i t u Santo, q u e el P a d r e le
derecho p r o p i o para elegir y utilizar los m e d i o s idóneos p a r a su envió e n n o m b r e de Cristo, es ella la única q u e posee origina-
fin; y p o r q u e , además, toda enseñanza, como cualquier otra acción ria e inamisiblemente la v e r d a d m o r a l t o d a entera (omnem verita-
h u m a n a , tiene u n a relación necesaria de d e p e n d e n c i a con el n n ulti- lem), e n la cual todas las verdades particulares d e la moral están-
m o del h o m b r e , y p o r esto n o p u e d e q u e d a r substraída a las n o r m a s c o m p r e n d i d a s , t a n t o las q u e el h o m b r e p u e d e llegar a alcanzar con
de la ley divina, de la cual es guarda, i n t é r p r e t e y maestra infalible el simple m e d i o de la razón como las q u e forman parte de la revela-
la Iglesia. ción o se p u e d e n deducir d e ésta» 1 4 .
[14]. D e p e n d e n c i a declarada e x p r e s a m e n t e p o r n u e s t r o p r e - [16]. Por esto, la Iglesia fomenta la literatura, la ciencia y el
decesor, de santa memoria, Pío X : «Al cristiano en su conducta arte, e n c u a n t o son necesarios o útiles p a r a la educación cristiana
práctica, a u n en el o r d e n de las realidades, terrenas, n o le es lícito y, además, p a r a t o d a su labor e n p r o de la salvación de las almas,
descuidar los bienes sobrenaturales; antes al contrario, según las incluso f u n d a n d o y m a n t e n i e n d o escuelas e instituciones p r o p i a s
enseñanzas de la sabiduría cristiana, d e b e enderezar todas las cosas en t o d a s las disciplinas y e n todos los grados de la cultura 1 5 . N i
al bien s u p r e m o c o m o a último fin; y todas sus acciones, desde el debe estimarse c o m o ajena a su magisterio m a t e r n o la m i s m a e d u -
p u n t o de vista de la b o n d a d o malicia morales, es decir, desde el cación física, p r e c i s a m e n t e p o r q u e t a m b i é n ésta tiene razón de m e -
p u n t o de vista de su conformidad o disconformidad con el d e r e c h o dio q u e p u e d e ayudar o d a ñ a r a la educación cristiana.
natural y divino, están sometidas al juicio y jurisdicción de la
[17]. Y esta actividad de la Iglesia e n t o d o s los c a m p o s de la
Iglesia» 13.
Atque notatu dignum est quam perspicue gravissimum hoc cátholicae-
violabile ius ad magisterii libertatem». Unde necessario consequitur Eccle- doctrinae caput intellexerit ac declaraverit e laicorum ordine vir, tam in
siam. ut in sui educandi muneris causa, ita in eiusdem exercitatione, nulli scribendo mirabilis quam in speculanda veritate subtilis ac rectus: «De
terrenae potestati subiici, cum in iis rebus ad quas suum proprium munus moribus doctrinam non ad se tantummodo, sed ad se totam pertinere asse-
spectat, tum in iis quae sunt eidem exsequendo necessaria vel consenta- verat Ecclesia. Ac nunquam eadem profiteri ausa est, qui a materno gremio
nea. Quam ob rem quod ad ceteras attinet disciplinas humanasque institu- suo descivissent homines, nullam posse eos de recta vivendi ratione veritatem
üones, quae per se communis omnium iuris sunt, singulorum civium ni- agnoscere; quin immo eiusmodi sententiam, quam non una fucatam veri
mirum ipsiusque societatis, facultatem habet Ecclesia, nulli sane poteslati specie quidam in médium protulissent, iterum atque iterum reprobavit.
obnoxiam, hisce quoque disciplinis utendi de iísdemque praecipue iudicandi, At profitetur utique, quemadmodum et ante actis temporibus professa est
quatenus eaedem ípsae christianae educationi aut conducere aut obstare et in posterum est professura, sese unam, utpote quae a Christo Iesu con-
yideantur. Idque potest Ecclesia, sive quod, ut societas est perfecta, sui dita sit et Spiritum Sanctum eius nomine missum a Patre acceperit, directo
iuris est in praesidiis adiumentisque deligendis sibique comparandis, quae
perpetuoque omnem in morum genere veritatem possidere, qua quidem
ad finem conferant suum; sive quod quaelibet doctrina atque institutio,
perinde ut omnis hominum actio, ex ultimo fine necessario pendet, adeoque singula hac de re peculiaria vera continentur, sive ea quae homines, natu-
divinae legis praeceptis non subiici nequit, cuius quidem Ecclesia est erro- rali solummodo ratione ducti, assequi possunt, sive ea, quae vel doctrinam
ribus omnino immunis custos, interpres ac magistra. divinitus revelatam constituunt, vel ex eadem colligi queunt».
Litteras igitur, scientias et artes, quatenus. ad christianam educatio-
Quod jdem decessor Noster f. r. Pius X dilucida hac sententia declara- nera ad omnemque suam de animarum salute operam sunt necessariae
vit: «Quidquid homo christianus agat, etiam in ordine rerum terrenarum, vel útiles, Ecclesia promovet, suas etiam scholas, instituta gua condendo
non eilicet bona negligere quae sunt supra naturam, immo oportet ad sum- sustentandoque. ubi quaevis disciplina tradatur et ad quemlibet eruditio-
mum bonum, tamquam ad ultimum finem, ex christianae sapientiae prae-
nis gradum fíat aditus. Nec putanda est ab materno eius magisterio aliena
scnptis omnia dingat: omnes autem actiones eius, quatenus bonae aut malae
sunt in genere morum, id est cum iure naturali et divino congruunt aut ipsa, quam vocant, physica educatio, cum ea quoque id habeat ut christia-
discrepant.. íudicio et íunsdictioni Ecclesiae subsunt». nae educationi aut prodesse aut nocere possit.
Atque haec in quovis animorum culturae genere Ecclesiae actio, quem-
12 LEÓN XIII, encíclica Libertas praestantissimum, 20 de junio de 188o- A.SS m t,W) fi~,
14
V SAN Pfo X, encíclica Singulari ,uadam, 24 deseptiembre de 19,2 AAS 4 ( S 658 A. MANZONI, Osservazioní sulla morale cauolica III.
15 Cf. CIC 01375.
536 PÍO XI 1>I VI N'I I U . 1 U S MAGISTRI 537

cultura, así como es de i n m e n s o provecho para las familias y para 1'urque, como sabiamente advierte L e ó n X I I I , sin u n a recta f o r m a -
las naciones, las cuales sin Cristo se p i e r d e n — c o m o j u s t a m e n t e ción religiosa y moral, «todo cultivo del espíritu será m a l s a n o : los
observa San H i l a r i o : « ¿ Q u é hay m á s peligroso p a r a el m u n d o q u e jóvenes, n o a c o s t u m b r a d o s al respeto de D i o s , n o s o p o r t a r á n n o r m a
no acoger a Cristo?» 16—, así t a m b i é n n o causa el m e n o r d a ñ o a los alguna de vida virtuosa y, h a b i t u a d o s a n o negar n a d a a sus deseos,
o r d e n a m i e n t o s civiles en estas materias, p o r q u e la Iglesia, con su fácilmente se dejarán arrastrar p o r los m o v i m i e n t o s p e r t u r b a d o r e s
m a t e r n a p r u d e n c i a , acepta q u e sus escuelas e instituciones educati- del Estado» 1 8 .
vas p a r a seglares se conformen, en cada nación, con las legítimas [20]. P o r lo q u e toca a la extensión d e la misión educativa
disposiciones d e la a u t o r i d a d civil, y está siempre dispuesta a p o - ilc la Iglesia, ésta c o m p r e n d e a t o d o s los p u e b l o s , sin limitación
nerse de a c u e r d o con ésta y a resolver amistosamente las dificulta- alguna de t i e m p o o lugar, según el m a n d a t o d e C r i s t o : Enseñad
des q u e p u d i e r a n surgir i 7 . a todas las gentes 19; y n o hay p o d e r t e r r e n o q u e p u e d a legítimamen-
[18]. A d e m á s , es derecho inalienable de la Iglesia, y al m i s m o te obstaculizar o i m p e d i r esta misión universal. Y e n p r i m e r lugar
t i e m p o d e b e r suyo inexcusable, vigilar la educación completa d e •;c extiende a t o d o s los fieles, de los cuales la Iglesia cuida solícita-
sus hijos, los fieles, en cualquier institución, pública o privada, n o mente c o m o amorosa M a d r e . P o r esta razón ha creado y f o m e n t a d o
solamente en lo referente a la enseñanza religiosa allí dada, sino en todos los siglos, para el b i e n d e los fieles, u n a ingente m u l t i t u d
t a m b i é n en lo relativo a cualquier otra disciplina y plan d e estudio, de escuelas e instituciones en todos los ramos del saber; p o r q u e
p o r la conexión q u e éstos p u e d e n t e n e r con la religión y la moral. -como h e m o s d i c h o en u n a reciente ocasión—«hasta en aquella
[19 ] . El ejercicio d e este d e r e c h o n o p u e d e ser calificado c o m o lejana E d a d M e d i a , en la cual eran t a n n u m e r o s o s (alguien ha lle-
gado a decir q u e hasta excesivamente numerosos) los monasterios,
injerencia indebida, sino c o m o valiosa providencia m a t e r n a d e la
los conventos, las iglesias, las colegiatas, los cabildos catedralicios
Iglesia, q u e i n m u n i z a a sus hijos frente a los graves peligros d e t o d o
y n o catedralicios, j u n t o a cada u n a d e estas instituciones había u n
contagio q u e p u e d a d a ñ a r a la santidad e integridad de la doctrina
hogar escolar, u n hogar de instrucción y educación cristiana. A t o d o
y d e la moral. Esta vigilancia d e la Iglesia, lejos d e crear inconve-
lo cual hay q u e añadir las universidades esparcidas por t o d o s los
n i e n t e alguno, s u p o n e la prestación d e u n eficaz auxilio al o r d e n
países, y siempre por iniciativa y bajo la vigilancia d e la Santa Sede
y al bienestar d e las familias y del Estado, m a n t e n i e n d o alejado d e
v de la Iglesia. N o ha h a b i d o e d a d q u e n o haya p o d i d o gozar d e este
la j u v e n t u d aquel v e n e n o q u e en esta e d a d inexperta y tornadiza maravilloso espectáculo, q u e h o y día c o n t e m p l a m o s m u c h o mejor,
suele t e n e r m á s fácil acceso y m á s rápido arraigo en la vida moral. p o r q u e está m á s cerca de nosotros y aparece revestido con la espe-
cial magnificencia q u e p r o d u c e la historia; los historiadores y los
admodum summo est famüiis nationibusque adiumento, quae, Christo
sublato, in interitum ruunt—ut recte Hilarius: «Quid mundo tam pericu-
losum quam non recepisse Christum?»—ita civili harum rerum tempera - deest religiosa ac moralis institutio—ut Leo XIII sapienter monet—«male
tioni nullum affert incommodum; Ecclesia enim, mater ut est prudentis- sana omnis futura est animorum cultura: insueti ad verecundiam Dei
sima, cum minime obsistat quominus scholae et instituta laicis educandis adolescentes nullam ferré poterunt honeste vivendi disciplinam, suisque
sua, in unaquaque natione, se ad legitima gubernatorum praescripta con- mpiditatibus nihil unquam negare ausi, facile ad miscendas civitates per-
forment, tum parata quoquo modo est cum ipsis gubernatoribus concordiam I rahentur».
inire, et, si quae forte difficultates oriantur, eas communi consilio dirimere. Munus autem educandi, quod in Ecclesia insidet, ad omnes popules,
Est praeterea Ecclesiae et ius, quod abdicare, et officium, quod deserere 1 milis locorum temporumque finibus, pertinet, ex Christi mandato: «docete
nequit, pro tota vigilandi educatione, qualiscumque filiis suis, scilicet i uriñes gentes», nullaque in terris potestate legitime oppugnari ac praepe-
fidelibus, in institutis vel publicis vel privatis impertitur, non modo quod iliri potest. Atque primum omnes christifideles attingit, quorum ipsa
attinet ad religiosam, quae ibidem tradatur, doctrinam, sed etiam quod magnam, uti amantissima mater, curam habet ac sollicitudinem. Propterea-
ad quamlibet aliam disciplinam rerumve ordinationem, quatenus cum i|iie in eorum utilitatem, saeculorum decursu, ingentem scholarum insti-
religione morumque praeceptis aliquid habeant necessitudínis. uitorumque numerum quibusvis disciplinis tradendis excitavit ac provexit;
i!enim—quemadmodum, data haud ita pridem occasione, locuti sumus—
Atque Ecclesia, ius eiusmodi exercendo, non se in aliena perperam «per remotiorem illam mediam aetatem, cum tam frequentia erant (fuit qui
immiscere videatur, immo potius materna quadam, eademque insigni, r¡i vel nimium multa diceret) monasteria, coenobia, templa, conlegiatae
providentia consulere, ut filios suos ab gravi tueatur incólumes periculo nxlesiae, capitula aut cathedralia aut cathedralibus inferiora, apud haec
omne virus imbibendi, quod doctrinae integritatem morumque sanctitudi- üingula domicilium scholasticum, domicilium alumnis instituendis educan-
nem inficiat. Quae quidem Ecclesiae vigilantia, ut nullum potest verum ilisque non deerat. Ad haec omnes studiorum Universitates adiicito, ubique,
parere incommodum, sic nequit ad familiarum et Civitatis ordinem prospe- Apostólica Sede atque Ecclesia auspice, conditas in eiusdemque praesidio
ritatemque non efficaciter conducere, cum ab adolescentibus illam arceat enllocaras. Pulcherrimo enim eiusmodi spectaculo—quod hodie multo
pestem, quae in aetatulam imperitam ac mobilem facilius ingruere et cele- uilspicimus melius, cum ante oculos.sit et sit idem, ut témpora ferunt,
rius in ipsum vivendi morem permanere solet. Quotiescumque enim recta
16
" L E Ó N XIII, encíclica Nobilissma Gallomm gens [4], 8 de febrero de 1884: ASS
SAN HILARIO, Comment-aríum in Mt. 118: P L 9,910. 1(1 (1881-1884) 242.
" Cf. C I C C1381-13S3. '" M t . 28,19.
538 PÍO XI
DIVINI IIXTUS MAG1STRI 539
investigadores n o cesan de maravillarse ante, lo q u e s u p o hacer la
Iglesia en este o r d e n de cosas y ante la manera con q u e la Iglesia la vida cristiana y para la civilización a los diversos pueblos q u e hoy
ha sabido responder a la misión q u e Dios le había confiado de e d u - día constituyen las naciones cristianas del m u n d o civilizado.
car a las generaciones h u m a n a s para la vida cristiana, alcanzando [ 2 2 ] . C o n lo cual q u e d a d e m o s t r a d o con toda evidencia c ó m o
t a n magníficos frutos y resultados. Pero, si causa admiración el h e - ile derecho, y a u n de hecho, pertenece d e m a n e r a s u p e r e m i n e n t e
cho de q u e la Iglesia en todos los tiempos haya sabido reunir alre- ¡1 la Iglesia la misión educativa, y cómo toda persona libre de p r e -
d e d o r de sí centenares y millares y millones de a l u m n o s de su m i - juicios d e b e r á considerar injusto t o d o i n t e n t o de negar o impedir
sión educadora, n o es m e n o r asombro el q u e d e b e sobrecogernos ¡1 la Iglesia esta obra educativa cuyos benéficos frutos está disfru-
c u a n d o se reflexiona sobre lo q u e ha llegado a hacer n o sólo en el t a n d o el m u n d o m o d e r n o .
c a m p o de la educación de la j u v e n t u d , sino t a m b i é n en el t e r r e n o
[ 2 3 ] . Consecuencia reforzada por el hecho de q u e esta super-
de la formación doctrinal, e n t e n d i d a en su sentido propio. P o r q u e ,
eminencia educativa d e la Iglesia n o sólo n o está en oposición, sino
si se h a n p o d i d o salvar tantos tesoros d e cultura, civilización y de que, por el contrario, concuerda perfectamente con los derechos de
literatura, esto se debe a la labor de la Iglesia, q u e a u n en los t i e m p o s la familia y del Estado, y t a m b i é n con los derechos de cada indivi-
m á s remotos y b á r b a r o s s u p o hacer brillar u n a luz t a n esplendorosa d u o respecto a la justa libertad de la ciencia, de los m é t o d o s cientí-
en el c a m p o de la literatura, de la filosofía, del arte y p a r t i c u l a r m e n t e ficos y de t o d a la cultura profana en general. P o r q u e la causa radical
de la a r q u i t e c t u r a » 2 0 . de esta a r m o n í a es q u e el o r d e n sobrenatural, en el q u e se basan
[21 ]. L a Iglesia ha p o d i d o hacer y ha sabido hacer todas estas los derechos de la Iglesia, n o sólo n o destruye ni menoscaba el o r d e n
natural, al cual pertenecen los derechos de la familia, del E s t a d o
cosas, p o r q u e su misión educativa se extiende t a m b i é n a los infieles,
y del individuo, sino q u e , p o r el contrario, lo eleva y lo perfecciona,
ya q u e t o d o s los h o m b r e s están llamados a entrar en el reino d e
ya q u e a m b o s órdenes, el natural y el sobrenatural, se a y u d a n y c o m -
D i o s y conseguir la salvación eterna. Y así como en nuestros días las p l e m e n t a n m u t u a m e n t e de a c u e r d o con la dignidad natural de cada
misiones católicas multiplican a millares las escuelas en t o d o s los uno, precisamente p o r q u e el origen c o m ú n d e a m b o s es D i o s , el
países todavía n o cristianos, desde las dos orillas del G a n g e s hasta cual n o p u e d e contradecirse a sí m i s m o : Sus obras son perfectas, y to-
el río A m a r i l l o y las grandes islas y archipiélagos del Océano, desde dos sus caminos, justísimos 2 J .
el c o n t i n e n t e n e g r o hasta la T i e r r a de F u e g o y la glacial Alaska, así
en todos los t i e m p o s la Iglesia con sus misioneros ha e d u c a d o p a r a [ 2 4 ] . L o d i c h o q u e d a r á d e m o s t r a d o con mayor evidencia t o -
davía si analizamos por separado la misión educativa d e la familia
y del E s t a d o .
magnificentius—nullae aetates caruerunt; quotquot autem eventa recolunt
ct ínter se comparant, ii mirari non desinunt quantum Ecclesia hoc in genere
egerit et quomodo commissum sibi divinitus munus expleverit conforman- nam vitam atque humanitatem varias illas gentes informavit, ex quibus
flae ad christianam vitam societatis humanae, tot tamque laetos adipiscendo christianae civilis orbis nationes in praesenti constant.
fructus atque exitus. At vero si faceré nemo potest quin demiretur, Eccle- Itaque pro explorato est, tara iure quam re ipsa educationis munus
siam nullo non tempore alumnos, quos pro officio educaret, ad centena, ad praecipua quadam ratione esse Ecclesiae proprium, et neminem posse, qui
milia, ad decies centena milia, circum se collegisse, haud minorem proferto animum habeat ab praeiudicatis opinionibus vacuum, iustam aliquam cogi-
admirationem habet quidquid ipsa egit non modo in adolescentium educa- tare causam cur ea ipsa Ecclesiae oppugnetur impediaturque opera, cuius
tione, sed etiam in eorumdem, quae veré ac proprie dicítur, institutione hodie beneficiis societas humana perfruitur.
ac doctrina. Si tot enim civilis cultus, humanitatis litterarumque thesauros Idque eo magis, quod cum praecipuo eiusmodi Ecclesiae iure non
servari licuit, habitui ac proposito Ecclesia tribuendum est, quae, vel per modo non discrepant, sed etiam iura omnino congruunt et familiae et
remotissimas barbarasque aetates, effecit, ut 'litteris, philosophiae, arti, Civitatis, immo vel ipsa quae in singulis civibus insunt ad iustam quod
architecturae potissimum, tantum lucis affulgeret». attinet cum scientiae, tum rationis ac disciplinae in ea pervestiganda, tum
Atque id omne agere idcirco potuit egitque Ecclesia, quia creditum denique cuiusvis culturas animorum profanae libertatem. Etenim, ut talis
sibi educandi munus infideles quoque complectitur, cum is sit hominibus concordiae causam atque originem, nullá mora, declaremus, supernatura-
universis constitutus finis, ut, Regnum Dei ingressi, aeternam salutem asse- lis ordo, in quo iura Ecclesiae nituntur, tantum abest ut naturalem ordinem,
quantur. Quemadmodum enim, temporibus hisce nostris, ludorum milia ad quem alia pertinent, quae memoravimus, iura, destruat atque extenuet,
catholici missionales per omnes regiones disseminant Fidei adhuc exsortes, ut, contra, eundem extollat ac perficiat: quorum quidem ordinum alter
ab utraque Gangis ripa ad Flumen Flavum amplissímasque Oceani ínsulas, auxilium et quasi complementum alteri praestat, suae cuiusque naturae
ab continenti Áfrico ad Patagoniam inferiorem ad gelidamque Alaskam, ac dignitati consentaneum, cum ambo a Deo profluant, qui non constare
sic, superioribus saeculis, Ecclesia per suos evangelii praecones ad christia- sibi non potest: «Dei perfecta sunt opera, et omnes viae eius iudicia».

20
Quae quidem res clarius apparebit, si educandi munus, quod ad fami-
Pío XI, discurso a los alumnos del Colegio di Mondtagone, -14 de mayo de 1929, liam et Civitatem pertinet, seorsum propiusque consideremus.
Cf. OR., 16 de mayo de 1929; DC 21 (1929) i495 :
2 1 Ueut. 34,4.
540 PÍO x i
niVTNI ILI.ItIS MAGISTRI 541
[Misión educativa de la familia]
hijos pesa s&bre los padres hasta q u e la prole se e n c u e n t r a en situa-
[25]. E n p r i m e r lugar, la misión educativa d e la familia con- ción de velar por sí misma, p e r d u r a t a m b i é n d u r a n t e el m i s m o
cuerda a d m i r a b l e m e n t e con la misión educativa de la Iglesia, ya t i e m p o el inviolable d e r e c h o educativo d e los padres. «Porque la
q u e a m b a s p r o c e d e n d e Dios de u n m o d o m u y semejante. P o r q u e naturaleza—enseña el Angélico—no p r e t e n d e solamente la genera-
Dios comunica i n m e d i a t a m e n t e a la familia, en el o r d e n natural, la ción de la prole, sino t a m b i é n el desarrollo y progreso de ésta hasta
fecundidad, p r i n c i p i o de vida y, por tanto, principio de educación el perfecto estado del h o m b r e en c u a n t o h o m b r e , es decir, el estado
para la vida, j u n t o con la autoridad, principio del o r d e n . de la v i r t u d » 2 4 .
[26]. El D o c t o r Angélico dice a este propósito con su acos- [29 ] . P o r esto en esta materia la sabiduría jurídica de la Iglesia
t u m b r a d a nitidez d e p e n s a m i e n t o y precisión d e estilo:, «El p a d r e se expresa con precisión y claridad sintética en el Código d e D e r e -
carnal participa de u n a m a n e r a particular d e la noción d e principio, cho c a n ó n i c o : «Los p a d r e s t i e n e n la gravísima obligación de p r o c u -
la cual d e u n m o d o universal se encuentra en D i o s . . . El p a d r e es rar, en la m e d i d a de sus posibilidades, la educación de sus hijos,
p r i n c i p i o d e la generación, d e la educación y de la disciplina y de t a n t o la religiosa y la m o r a l c o m o la física y la cívica, y de proveer
t o d o lo referente al perfeccionamiento d e la vida humana» 2 2 . t a m b i é n a su bienestar t e m p o r a l » 2 5 .
[27]. L a familia recibe, por tanto, i n m e d i a t a m e n t e del Crea- [30]. E n este p u n t o es t a n u n á n i m e el sentir c o m ú n del géne-
d o r la misión, y, p o r esto m i s m o , el d e r e c h o d e educar a la p r o l e ; ro h u m a n o , q u e se p o n d r í a n en abierta contradicción con éste cuan-
d e r e c h o irrenunciable p o r estar inseparablemente u n i d o a u n a es- tos se atreviesen a sostener q u e la prole, antes q u e a la familia, per-
tricta obligación; y derecho anterior a cualquier o t r o d e r e c h o del tenece al Estado, y q u e el E s t a d o tiene sobre la educación u n d e r e c h o
E s t a d o y de la sociedad, y, p o r lo mismo, inviolable p o r p a r t e d e absoluto. E s además- t o t a l m e n t e ineficaz la razón q u e se a d u c e , de
t o d a potestad terrena. q u e el h o m b r e nace c i u d a d a n o y q u e p o r esto pertenece p r i m a r i a -
[28]. El D o c t o r Angélico declara así la inviolabilidad de este m e n t e al Estado, n o advirtiendo q u e , antes de ser c i u d a d a n o , el
d e r e c h o : «El hijo es n a t u r a l m e n t e algo del p a d r e . . . ; p o r esto es de h o m b r e d e b e existir, y la existencia n o se la ha d a d o el Estado, sino
d e r e c h o natural q u e el hijo, antes del uso d e la razón, esté bajo el los padres, c o m o sabiamente declara L e ó n X I I I : «Los hijos son c o m o
c u i d a d o del p a d r e . Sería, p o r tanto, contrario al d e r e c h o natural algo del padre, u n a extensión, en cierto m o d o , de su p e r s o n a ; y, si q u e -
q u e el n i ñ o antes del uso de razón fuese substraído al cuidado de remos hablar con propiedad, los hijos n o e n t r a n a formar parte de la
los p a d r e s o se dispusiera de él de cualquier m a n e r a contra la vo- ' sociedad civil p o r sí mismos, sino a través de la familia d e n t r o d e
l u n t a d d e los padres» 2 3 . Y c o m o la obligación del cuidado de los la cual h a n nacido». 26 P o r consiguiente, c o m o enseña L e ó n X I I I en la

hanc curam parentes teneantur, doñee sibi ipsa consulere sobóles valeat,
Atque primum cum Ecclesiae muñere familiae munus mirifice concor- patet, idem parentum inviolatum ius sobolis educandae eo usque proferri.
dat, cum utraque a Deo simillime proficiscatur. Namque cum familia, in «Non enim—docet Angelicus—, intendit natura solum generationem prolis,
naturali ordine, Deus proxime fecunditatem communicat, principium vitae sed etiam traductionem et promotionem usque ad perfectum statum homi-
ideoque principium educationis ad vitam, una simul cum auctorítate, quae nis in quantum homo est, qui est virtutis status».
est ordinis principium. Qua de re Ecclesia, pro sua iuris sapientia, haec et subtiliter et perspi-
Ad rem, qua solet perspicuitate sententiae dicendique subtilitate, Ange- cue et uno quodam complexu in Códice iuris canonici edicit: «Parentes
licus Doctor:, «Carnalis pater particulariter participa! rationem principii, gravissima obligatione tenentur prolis educationem tum religiosam et mo-
quae universaliter invenítur in Deo... Pater est principium et generatio- ralem, tum physicam et civilem pro viribus curandi, et etiam temporali
nis et educationis et disciplinae, et omnium quae ad perfectionem humanae eorum bono providendi».
vitae pertinent». In quo tam concors est communis humani generis sensus, ut cum eo
Habet igitur familia proxime a Creatore munus proptereaque ius prolis aperte ii omnes pugnent, quotquot afirmare audent, prolem ante ad Civi-
educandae; quod quidem ius cum abiici nequeat, quia cum gravissimo tatem quam ad familiam pertinere, et Civitati ius esse educandi absolutum.
officio coniunctum, tum cuivis societatis civilis et reipublicae iuris antecedit, Pro nihilo autem est ratio, quam isti afferunt, hominem nasci civem ideoque
eaque de causa nulli in terris potestati illud infringere licet. ab initio ad Civitatem pertinere, cum neutiquam reputent, hominem, ante
Eiusmodi autem sanctitudinem iuris síc declarat Angelicus: «Filius quam civis sit, vivere oportere, eundemque vitam non ab Civitate sed a
enim naturaliter est aliquid patris...: ita de iure naturali est quod filius, parentibus accipere; ut sapienter Leo XIII: «Filius sunt aliquid patris, et
antequam habeat usum rationis, sit sub cura patris. Unde contra iustitiam velut paternae amplificatio quaedam personae, proprieque loqui si voluimis
naturalem esset, si puer, antequam habeat usum rationis, a cura parentum non ipsi per se, sed per communitatem domesticam, in qua generati sunt,
subtrahatur vel de eo aliquid ordinetur invitis parentibus». Cum vero ad civilem ineunt ac participant societatem». Itaque: «Patria potestas est eius-
modi, ut nec exstingui, ñeque absorberi a república possit, quia idem et
22
SANTO TOMÁS, Summa Theologicá 2-2 q.ro2 a.i. 24
23
SANTO TOMÁS, O. C , 2-2 q.io a. 12. SANTO TOMÁS, O. C , Suppl. q.41 a.r.
"26 C I G c n . i i n .
LEÓN XITI, encíclica Rerum nnvarum, 15 de mayo de 1890: ASS 23 (1890-1891) 65S.
542 pío SI D I V I N I I L L I U S MAGISTRl 543
m i s m a encíclica, «la patria potestad es de tal naturaleza, q u e n o p u e d e del N o r t e , al resolver u n a gravísima controversia, declaró q u e «el
ser suprimida ni absorbida por el Estado, p o r q u e tiene el m i s m o p r i n - E s t a d o carece de t o d o p o d e r general para establecer u n t i p o unifor-
cipio q u e la vida m i s m a del hombre». D e lo cual, sin e m b a r g o , n o m e d e educación para la j u v e n t u d , obligándola a recibir la instruc-
se sigue q u e el d e r e c h o educativo de los padres sea absoluto o des- ción solamente de las escuelas públicas»; a ñ a d i e n d o a continuación
pótico, p o r q u e está inseparablemente s u b o r d i n a d o al fin ú l t i m o y a la la razón de d e r e c h o n a t u r a l : «El n i ñ o n o es u n a m e r a criatura del
ley natural y divina, como declara el m i s m o L e ó n X I I I en otra d e E s t a d o ; quienes lo a l i m e n t a n y lo dirigen tienen el derecho, j u n t o
sus m e m o r a b l e s encíclicas sobre los principales deberes del ciuda- con el alto deber, d e educarlo y prepararlo para el c u m p l i m i e n t o de
d a n o cristiano, d o n d e expone en breve síntesis el conjunto de los sus deberes» 2 9 .
derechos y deberes,de los p a d r e s : «Los padres tienen el d e r e c h o na-
tural d e educar a sus hijos, p e r o con la obligación correlativa de q u e [ 3 3 ] . L a historia es testigo de cómo, p a r t i c u l a r m e n t e en los
la educación y la enseñanza de la niñez se ajusten al fin para el cual tiempos m o d e r n o s , los gobiernos h a n violado y siguen violando los
Dios les ha d a d o los hijos. A los padres toca, p o r tanto, rechazar con derechos conferidos p o r el Creador del género h u m a n o a la familia;
toda energía cualquier a t e n t a d o en esta materia, y conseguir a toda y es igualmente testigo irrefutable de c ó m o la Iglesia ha tutelado
costa q u e q u e d e en sus m a n o s la educación cristiana de sus hijos, y defendido siempre estos d e r e c h o s ; y es u n a excelente confirma-
y apartarlos lo m á s lejos posible de las escuelas en q u e corren peli- ción d e este testimonio de la historia la especial confianza de las
grto de beber el veneno de la i m p i e d a d » 2 7 . familias en las escuelas de la Iglesia, c o m o h e m o s recordado en
n u e s t r a reciente carta al cardenal secretario de E s t a d o : «La familia
[31 ]. H a y q u e advertir, además, q u e el deber educativo de la ha caído de p r o n t o en la cuenta de q u e es así como, desde los p r i -
familia c o m p r e n d e n o solamente la educación religiosa y moral, sino meros t i e m p o s del cristianismo hasta n u e s t r o s días, p a d r e s y m a -
t a m b i é n la física y la civil, principalmente en t o d o lo relacionado dres a u n poco o nada creyentes m a n d a n y llevan p o r millones
con la religión y la moral 2 8 . a sus propios hijos a los establecimientos educativos fundados y diri-
[32 ]. Este derecho incontrovertible de la familia ha sido reco- gidos p o r la Iglesia» 3 °.
nocido j u r í d i c a m e n t e varias veces p o r las naciones q u e p r o c u r a n • [ 3 4 ] . P o r q u e el instinto p a t e r n o , q u e viene de Dios, se orienta
respetar s a n t a m e n t e el derecho natural en sus ordenamientos civiles. confiadamente hacia la Iglesia, seguro d e e n c o n t r a r en ésta la tutela
Así, para citar u n ejemplo entre los m á s recientes, el T r i b u n a l Su- de los derechos de la familia y la concordia q u e Dios ha p u e s t o en
p r e m o de la República F e d e r a l de los Estados U n i d o s de A m é r i c a el o r d e n objetivo de las cosas. L a Iglesia, en efecto, consciente c o m o
commune habet cum ipsa homirtum vita principium», ut Leo XIII docet
in iisdem Encyclicis Litteris. Unde tamen non sequitur, ius educandi, simam quaestionem dirimeret, edixit: «nullam generalem potestatem Civi-
quo parentes íruuntur, absolutum esse atque imperiosum, utpote quod tati esse unius eiusdemque formae decernendae, ad quam iuventus educi
et lini supremo et Iegi naturali divinaeque coniunctissime subiiciatur, debeat, huiusque cogendae ut in publicis tantummodo scholis instituatur»,
quemadmodum ipse Leo XIII in memorabilibus illis Encyclicis Litteris, ob hanc scilicet rationem ex iure naturae depromptam: «Puer non est mera
ubi de praecipuis civium christianorum officiis, declarat, ita iurium et res a Civitate procreata; qui eum alunt ac dirigunt, ius habent, cum nobi-
ofíiciorum, quae parentes contingunt, summam complexus: «Natura pa- lissimo officio coniunctum, ipsius educandi et ad officiorum perfunctionem
rentes habent ius suum instituendi quos procrearint, hoc adiuncto officio, comparandi».
ut cum fine, cuius gratia sobolem Dei beneficio susceperunt, ipsa educatio Testis historia est, rerum publicarum gubernatores, recentiore praeser-
conveniat et disciplina puerilis. Igitur parentibus est necessarium eniti et tim aetate, iura violasse ac violare, quae humani generis Conditor fami-
contendere, ut omnem in hoc genere propulsent iniuriam, omninoque liae contulit; testis eadem invicta, Ecclesiam eiusmodi iura continenter
pervincant ut sua in potestate sit educere liberos, ut par est, more - christiano, tutatam esse ac defendisse; atque historiae testimonium hoc ipso aptius
maximeque prohibere scholis iís, a quibus periculum est ne malem vene- confirmatur, quod familiae peculiarem in modum Ecclesiac scholis confidunt,
num imbibant impietatis». ut haud multo ante in Epístola ad Cardinalem a publicis Ecclesiae negotiis
Nostra scribebamus: «Familia statim intellexit rem ita se habere, atque, inde
Animadvertendum autem est, officium educandi, quo familia obstrin- a prioribus christiani nominis temporibus ad haec usquc nostra, parentes,
gitur, non modo religiosam ac moralem educationem complecti, sed etiam ctsi manca millave religione, suos mittunt et comitantur liberos ad ea edu-
physicam et civilem, pro ea potissimurri ratione quam cum religione et cationis instituta quae condiderit ac regat Ecclesia».
morum doctrina habeant.
Paternus enim sensus, qui a Deo est, ad Ecclesiam sese fidenter conver-
Istud vero, quod nullam controversiam recipit, familiae ius haud semel
est legitime agnitum apud quasdam nationes, ubi ius naturae in civili ser- tit, in qua familiarium iurium tutelam inventurum se novit eamque demum
vare regimine sollemne est. Etenim, ut exemplum ex recentioribus profera- - 9 «The fundamental theory o í liberty u p o n which all governments in this u n i ó n repose
mus, Summum Foederatarum Americae Civitatum Tribunal, cum gravis- exeludes any general power of t h e State to standardize its children by torcing t h e m t o accept
instruction from publie teachers only. T h e c h ü d is not the m e r e creatire of the S t a t e ; t h o s e
27
L E Ó N XIII, encíclica Sapimtiae chrisúanae [22], 10 de enero de 1890: ASS 22 w h o n u r t u r e him and direct his destiny have t h e right coupled w i t h t h e high d u t y , to re-
(1889-1890) 403. cognize, a n d prepare him for additional duties» (TJ. S. Supreme C o u r t Decisión in t h e O r e g o n
28 Cf. C I C c n . u r 3 . School Gases, june 1, 1925).
' ° PÍO XI, carta ai cardenal secretario d e Estado, 30 de mayo de 1929: AAS 21 (1929) 3 0 2 ,
544 PÍO XI
D I V I N i I L L I U S MAGISTRI 545
es de su divina misión universal y de la obligación q u e todos los
chos del Estado en materia d e educación ciudadana, según el o r d e n
h o m b r e s tienen de seguir la única religión verdadera, n o se cansa
establecido p o r D i o s . E s t o s derechos están a t r i b u i d o s al E s t a d o p o r
de reivindicar para sí el d e r e c h o y de recordar a los p a d r e s el d e b e r
el m i s m o A u t o r de la naturaleza, n o a título d e paternidad, c o m o
de hacer bautizar y educar cristianamente a los hijos de padres ca-
en el caso de la Iglesia y de la familia, sino por la autoridad q u e el
tólicos; es, sin e m b a r g o , t a n celosa de la inviolabilidad del d e r e c h o
E s t a d o tiene p a r a p r o m o v e r el b i e n c o m ú n t e m p o r a l , q u e es preci-
natural educativo de la familia, q u e n o consiente, a n o ser con deter-
m i n a d a s condiciones y cautelas, q u e se bautice a los hijos d e los in- samente su fin específico. D e lo cual se sigue q u e la educación n o
fieles o se disponga de cualquier manera d e su educación contra la p u e d e atribuirse al E s t a d o d e la m i s m a m a n e r a q u e se atribuye a
v o l u n t a d d e sus p a d r e s m i e n t r a s los hijos n o p u e d a n d e t e r m i n a r s e la Iglesia y a la familia, sino d e u n a m a n e r a distinta, q u e r e s p o n d e
p o r sí m i s m o s a abrazar libremente la fe 31. al fin propio del E s t a d o . A h o r a bien, este fin, es decir, el bien c o m ú n
d e o r d e n temporal, consiste en u n a paz y seguridad de las cuales
[35]. T e n e m o s , p o r tanto, c o m o destacamos en n u e s t r o cita- las familias y cada u n o d e los individuos p u e d a n disfrutar en el
d o discurso, d o s h e c h o s d e g r a n trascendencia: «La Iglesia, q u e ejercicio de sus derechos, y al m i s m o t i e m p o en la mayor a b u n d a n c i a
p o n e a disposición d e las familias su oficio d e maestra y educadora, de bienes espirituales y temporales q u e sea posible en esta vida
y las familias q u e corren a aprovecharse d e este oficio y confían sus
mortal m e d i a n t e la concorde colaboración activa de todos los ciu-
p r o p i o s hijos a la Iglesia p o r centenares y millares; y estos d o s h e -
d a d a n o s . D o b l e es, p o r consiguiente, la función d e la autoridad p o -
chos r e c u e r d a n y p r o c l a m a n u n a gran verdad, i m p o r t a n t í s i m a en el
lítica del E s t a d o : garantizar y p r o m o v e r ; p e r o n o es en m o d o alguno
o r d e n m o r a l y social: q u e la misión educativa c o r r e s p o n d e en p r i m e r
función del p o d e r político absorber a la familia y al individuo o
lugar y d e m e do m u y principal a la Iglesia y a la familia p o r d e r e c h o
subrogarse en su lugar.
n a t u r a l y divino, y, p o r tanto, d e m o d o inderogable, indiscutible
e insubrogable» 3 2 . [37]. P o r lo cual, en materia educativa, el Estado tiene el
* derecho, o p a r a hablar con mayor exactitud, el E s t a d o tiene la
obligación d e tutelar con su legislación el derecho a n t e c e d e n t e — q u e
[Misión educativa del Estado] m á s arriba h e m o s descrito—de la familia en la educación cristiana
[36]. E s t e p r i m a d o d e la Iglesia y d e la familia en la m i s i ó n de la prole, y, p o r consiguiente, el deber de respetar el d e r e c h o
educativa p r o d u c e extraordinarios bienes, c o m o ya h e m o s visto, a sobrenatural d e la Iglesia sobre esta educación cristiana.
toda la sociedad y n o implica d a ñ o alguno para los genuinos d e r e - [38]. I g u a l m e n t e es misión del E s t a d o garantizar este d e r e c h o
educativo de la prole en los casos en q u e falte, físicamente o m o -
concordiam, quam Deus in ordine rerum coilocavit. Ecciesia enim, quam-
ralmente, la labor de los p a d r e s p o r dejadez, incapacidad o indig-
vis—ut est conscia, cum muneris sui divini ad universos pertinentis, tum
obligationis, qua universi tenentur, unius verae religionis amplectendae— n i d a d ; p o r q u e el derecho educativo de los padres, c o m o h e m o s
nunquam desinat et sibi ius vindicare et in parentum catholicorum memo-
ad civium educationem attiñet, secundum ordinem a Deo statutum, obve-
riam redigere officium prolis suae baptismo eluendae christianeque educan-
nire potest. Haec iura ab ipso naturae auctore societati civili tribuuntur, non
dae, iuris tamen naturalis educandi, quod familiae est, sanctitatem tam stu-
paternitatis titulo, uti Ecclesiae ac familiae, sed propter auctoritatem quae
diose veretur, ut nolit, nisi certae quaedam condiciones cautionesque adsint,
in eadem inest ad commune bonum in terris promovendum, qui quidem
infideiium filios baptizare aut aliquo pacto educendos curare, doñee tales
est finis eius proprius. Ex his sequitur educationem non eodem modo ad
filii per se ipsimet deliberare et Fidem libere amplecti queant.
societatem civilem, quo ad Ecclesiam familiamve, pertinere, sed alio plañe,
Duae igitur, ut in memorata oratíone Nostra animadvertimus, res sunt qui scilicet fini eius proprio respondeat. Hic autem finis, idest commune
ante oculos propositae gravioris momenti, scilicet: «Ecclesiam praebere se bonum temporalis ordinis, in pace ac securitate consistit quibus familiae
in familiarum usum magistram atque educatricem, familias ad utendum singulique cives in suis exercendis iuribus fruantur, simulque in máxima,
Ecclesiae magisterio convolare eidemque Iiberos suos, ad centena, ad milia, quae in mortali hac vita esse potest, spiritualium fluxarumque rerum copia,
concredere: quae quidem duae res verum quoddam revocant ac praedicant, omnium quidem opera atque consensione assequenda. Dúplex igitur est
quod in ordiné morali ac sociali plurimum habent ponderis, idest munus civilis auctoritatis munus quae est in república: tuendi nempe"atque pro-
educandi imprimís ac potissimum Ecclesiae esse et familiae, iure quidem vehendi, minime vero familiam singulosque cives quasi absorbendi vel se
naturali ac divino, ideoque sic, ut nullam derogationem, nullam oppugna- in eorum locum substituendi.
tionem, subrogátionem nullam patiatur».
Quamobrem, quod ad educationem spectat, ius est vel, ut rectius loqua-
Ex hoc educandi muñere, quod imprimís ad Ecclesiam familiamque raur, officium est reipublicae tutandi suis legibus antecedens familiae ius
pertinet, cum maximae utilitates, uti vidimus, in societatem universam -quod supra memoravimus—christiano nempe more prolem educandi,
dimanant, tum nullum damnum veris propriisque reipublicae iuribus quod adeoque supernaturali Ecclesiae iuri in christianam eiusmodi educationem
obsequendi.
31 Cf. C I C en.750 § 2; SANTO T O M Á S , Summa Theologica 2-2 q. 10 a.12.
32 P í o XI, discurso a los alumnos del Colegio di ¡vfondrggone, 14 de mayo de 1929. Itemque Civitatis est, hoc ius in prole ipsa tueri, si quando parentum
Véase la nota 20, opera—ob eorum vel inertiam vel imperitiam vel indignitatem—aut physice
aut moraliter fortasse desit; siquidem ipsorum ius educandi, ut supra dixi-
Doclr. pontif. 2 18
546 PÍO XI
TíIVINI II.I.IUS MAGISTRI 547
declarado a n t e r i o r m e n t e , no es absoluto ni despótico, sino que está está d e t e r m i n a d a y exigida realmente p o r el bien c o m ú n . Sin e m -
s u b o r d i n a d o a la ley natural y divina, y, por esto mismo, q u e d a bargo, es evidente q u e , al fomentar de estas diversas m a n e r a s la
n o solamente sometido a la autoridad y juicio de la Iglesia, sino educación y la instrucción pública y privada, el E s t a d o está obli-
t a m b i é n a la vigilancia y tutela jurídica del E s t a d o p o r razón de gado a respetar los derechos naturales d e la Iglesia y d e la familia
b i e n c o m ú n ; y p o r q u e , además, la familia n o es u n a sociedad sobre la educación cristiana y observar la justicia, q u e m a n d a dar
perfecta q u e tenga en sí t o d o s los medios necesarios para su pleno a cada u n o lo suyo. P o r tanto, es injusto t o d o monopolio estatal
perfeccionamiento. E n estos casos, generalmente excepcionales, el en materia de educación, q u e fuerce físicamente o m o r a l m e n t e a
E s t a d o n o se subroga en el puesto de la familia, sino q u e suple las familias a enviar a sus hijos a las escuelas del E s t a d o contra los
el defecto y lo remedia con instituciones idóneas, de acuerdo siem- deberes d e la conciencia cristiana o contra s u s legítimas preferen-
p r e con los derechos naturales d e la prole y los derechos sobre- cias.
naturales d e la Iglesia. E n general, es derecho y función del Estado
garantizar, s e g ú n las n o r m a s de la recta razón y de la fe, la educa- [39]. Esto, sin e m b a r g o , n o i m p i d e q u e para la recta a d m i -
nistración de los intereses públicos o para la defensa interna y
ción moral y religiosa d e la j u v e n t u d , a p a r t a n d o de ella las causas
externa de la paz, cosas t a n necesarias p a r a el bien c o m ú n y q u e
públicas q u e le sean contrarias. Es función primordial del Estado,
exigen especiales a p t i t u d e s y especial preparación, el E s t a d o se
exigida p o r el b i e n c o m ú n , p r o m o v e r d e múltiples m a n e r a s la e d u -
reserve la creación de escuelas preparatorias para algunos de sus
cación e instrucción de la j u v e n t u d . E n p r i m e r lugar, favoreciendo
cargos, y especialmente para el ejército, con la condición, sin e m -
y a y u d a n d o las iniciativas y la acción de la Iglesia y de las familias,
bargo, de q u e n o se violen los derechos de la Iglesia y d e la familia
cuya gran eficacia está c o m p r o b a d a por la historia y la experiencia;
en lo q u e a ellas concierne. N o es inútil repetir de nuevo aquí esta
en segundo lugar, completando esta m i s m a labor d o n d e n o exista advertencia, p o r q u e e n n u e s t r o s t i e m p o s — e n los q u e se va difun-
o resulta insuficiente, f u n d a n d o para ello escuelas e instituciones d i e n d o u n nacionalismo t a n exagerado y falso como enemigo de
propias. P o r q u e «es el Estado el q u e posee mayores medios, puestos la verdadera paz y p r o s p e r i d a d — s u e l e h a b e r grandes extralimita-
a su disposición para las necesidades c o m u n e s de todos, y es j u s t o y d o n e s al configurar m i l i t a r m e n t e la educación física d e los jóvenes
conveniente q u e los emplee en provecho de aquellos m i s m o s de quie- (y a veces de las jóvenes, violando así el o r d e n natural m i s m o de
nes proceden» 3 3. A d e m á s , el Estado p u e d e exigir, y, p o r consiguien- la vida h u m a n a ) ; u s u r p a n d o incluso con frecuencia m á s d e lo j u s t o ,
te, procurar, q u e t o d o s los ciudadanos t e n g a n el necesario conoci- en el día del Señor, el t i e m p o q u e d e b e dedicarse a los deberes
m i e n t o de sus derechos civiles y nacionales y u n cierto grado de religiosos y al santuario de la vida familiar. N o queremos, sin e m -
cultura intelectual, moral y física, cuya m e d i d a en la época actual bargo, censurar con esta advertencia lo q u e p u e d e h a b e r de b u e n o
en el espíritu de disciplina y d e legítima audacia, sino solamente
mus, non absolutum est atque imperiosum, sed a naturali et divina leg e
dcpendens, ob eamque rem non modo auctoritati et iudicio Ecclesiae sub- postulat. Verumtamen plañe liquet, eo Civitatem officio teneri, ut, in pu-
iectum, sed etiam vigilantiae ac tutelae, pro communi bono, Civitatis; blica privataque educatione atque eruditione ómnibus his modis provehenda,
ñeque ením familia perfecta est societas quae necessaria omnia in se habeat non solum nativa Ecclesiae et familiae iura christiane educandi vereatur,
ad se cumúlate planeque perficiendam. Quo in casu, ceteroquin perraro, sed etiam iustitiae quae suum cuique tribuit parere. Itaque nefas est, Civi-
Civitas non iam se in familiae locum substituit, sed, semper accommodate tatem educationis institutionisque causam ita ad se redigere totam, ut fa-
ad naturalia proiis et supernaturaiia Ecclesiae iura, necessitati opportunis miliae, contra christianae conscientiae officia vel contra quam legitime ma-
subsidiis consulit ac providet. Generatim, ius est munusque Civitatis, mo- lint, physice aut moraliter ad Civitatis ipsius scholas liberos suos mittere
ralem ac religiosam iuventutis educationem, ad rectae rationis fideique nor- cogantur.
mas, tuendi, publicas eas causas removendo quae eidem adversantur. Prae-
cipue vero Civitatis est, ut commune bonum postulat, educationem ipsarri Attamen id non prohibet quominus, ob rectam rei publicáe administra -
iuventutis atque eruditionem pluribus modis promoveré. Primum ac per se, tionem vel pacem domi forisque defendendi causa, quae quidem omnia,,
operae ab Ecclesia familiisque susceptae favendo atque opitulando, quae cum ad commune bonum tam sint necessaria, tum peculiarem postulant
quam sitefficax historia usuque rerum comprobatur; deinde operam ipsarri peritiam praecipuamque apparationem, scholas Civitas instituat quas dixens
perficiendo ubi ea deest vel haud sufficit; señólas quoque et instituía propria praeparatorias ad quaedam sua officia, ad militiam praesertim, dummodo
condendo; Civitas enim magis quam ceteri opibus pollet, quas sibi pro com- ;i b Ecclesiae et familiae iuribus laedendis, in iis quae ad eas pertinent, se
munibus omnium necessitatibus traditas, aequum omnino est et consenta- abstineat. Nec immerito equidem id Nos iterum hic admonemus; hac enim
neum ut in eorum utilitatem, a quibus accepit, impendat. Praeterea praecipe- ;u:tate nostra—qua nationalismus quídam, cum immoderatus et fallax tum
re Civitas potest ac proinde curare ut cives omnes cum civilia et naüonalia pací veri nominis prosperitatique infensus, gliscere coepit—modi omnes
iura perdiscant, tum a scientia, doctrina morum physicisque ludís instructi • >;cedi solent in physica educatione, quam vocant, adolescentulorum (atque
sint quantum decet atque hisce nostris temporibus commune bonum reapse mlerdum puellarum, contra ipsam humanarum rerum naturam) militan
more ordinanda; in qua saepe nimium eius temporis, ipso Domini die,
33
Pío XI, discurso a los alumnos del Colegio di Mondragone, 14 de mayo de 1925. toritur quod et religiosis officiis et domesticae vitae sanctitudini tribuendum
Véase la nota 20. csset. Quamquam non hoc loco rectum disciplinae habitum iustamque ani-
548 PÍO XI
DIVINI ILLIUS MAGISTJU Ol'J

los excesos, como, por ejemplo, el espíritu de violencia, q u e n o se t a n egregiamente expuesta p o r n u e s t r o predecesor L e ó n X I I I ,
d e b e confundir con el espíritu de fortaleza ni con el n o b l e senti- p a r t i c u l a r m e n t e en las encíclicas Immortale Dei y Sapientiae chris-
m i e n t o del valor militar en defensa de la patria y del o r d e n p ú b l i c o ; tianae. «Dios—dice L e ó n X I I I — h a repartido el gobierno d e l gé-
como t a m b i é n la exaltación del atletismo, q u e incluso p a r a la e d a d nero h u m a n o e n t r e dos p o d e r e s : el p o d e r eclesiástico y el p o d e r
clásica pagana señaló la degeneración y decadencia de la verdadera civil. El p o d e r eclesiástico, p u e s t o al frente d e los intereses divi-
educación física. nos. El p o d e r civil, encargado d e los intereses h u m a n o s . A m b a s
[ 4 0 ] . A h o r a bien, es d e la competencia propia del E s t a d o potestades son soberanas en su género. C a d a u n a q u e d a circuns-
la llamada educación ciudadana, n o sólo de la j u v e n t u d , sino t a m - crita d e n t r o de ciertos límites, definidos p o r su propia naturaleza
b i é n d e ' todas las restantes edades y condiciones sociales. E s t a y p o r su fin próximo, d e d o n d e resulta u n a c o m o esfera d e t e r m i -
educación ciudadana consiste, desde u n p u n t o de vista positivo, nada, dentro, d e la cual cada p o d e r ejercita iure proprio su activi-
en p r o p o n e r p ú b l i c a m e n t e a los individuos d e u n E s t a d o tales dad. Pero, como el sujeto pasivo de a m b o s poderes soberanos es
realidades intelectuales, imaginativas y sensitivas, q u e m u e v a n a u n o m i s m o , y como, p o r otra parte, p u e d e suceder q u e u n m i s m o
las voluntades hacia el bien m o r a l y las inclinen hacia este bien a s u n t o pertenezca, si b i e n bajo diferentes aspectos, a la c o m p e -
c o m o con u n a cierta necesidad moral. D e s d e u n p u n t o de vista tencia y jurisdicción d e a m b o s poderes, es necesario q u e Dios,
negativo, la educación ciudadana debe precaver e i m p e d i r t o d o lo origen de u n o y otro, haya establecido en su providencia u n o r d e n
q u e sea contrario a ese b i e n m o r a l 3 4 . E s t a educación ciudadana, recto de composición e n t r e las actividades respectivas d e u n o y
t a n amplia y múltiple q u e casi abarca t o d a la actividad del Estado otro p o d e r . Las (autoridades) que hay, por Dios han sido ordenadas
en p r o del b i e n c o m ú n , d e b e ajustarse a las n o r m a s de la justicia (Rom. 13,1)» 3 5 . A h o r a bien, la educación de la j u v e n t u d es p r e c i -
y n o d e b e ser contraria a la doctrina de la Iglesia, q u e es la maestra, s a m e n t e u n a d e esas materias q u e p e r t e n e c e n conjuntamente a la
establecida por Dios, de esas n o r m a s de la justicia. Iglesia y al Estado, «si b i e n bajo diferentes aspectos», c o m o h e m o s
dicho antes. «Es necesario, p o r t a n t o — p r o s i g u e L e ó n X I I I — , q u e
e n t r e a m b a s potestades exista u n a ordenada relación unitiva, c o m -
[Relaciones entre la Iglesia y el Estado en materia educativa ] parable, n o sin razón, a la q u e se da en el h o m b r e e n t r e el alma
y el c u e r p o . P a r a d e t e r m i n a r la esencia y la m e d i d a de esta rela-
[41 ] . T o d o lo q u e h e m o s dicho hasta aquí sobre la misión ción unitiva, n o hay, como h e m o s dicho, otro camino q u e exami-
educativa del E s t a d o está .basado en el sólido e i n m u t a b l e funda- n a r la naturaleza de cada u n o d e los dos poderes, t e n i e n d o en cuenta
m e n t o de la doctrina católica sobre la constitución cristiana del Estado, la excelencia y nobleza d e sus fines respectivos. E l p o d e r civil
tiene c o m o fin p r ó x i m o y principal el cuidado de las cosas t e m -
mi audaciam, sed quidquid inmodicum est Nos reprehensum volumus, uti porales. El p o d e r eclesiástico, e n cambio, la adquisición de los
violentiae spiritum, qui quidem aliud omnino est atque animi fortitúdo bienes eternos.—Así, t o d o lo q u e de alguna m a n e r a es sagrado en
nobilissimusque militaris virtutis sensus pro patriae ac publici ordinis de-
fensione; itemque nimiam athleticae laudationem aestimationemque hic
improbamus, unde, ethnicorum quoque tempore, germanae educationis a Decessore Nostro Leorie XIII, praesertim in Encyclicis Litteris Immortale
physicae depravatio ac deiectio profluxit. Dei et Sapientiae christianae expósita est: «Deus—is ait—humani generis
procurationem ínter duas potestates partitus est, scilicet ecclesiasticam et
Iamvero non solum iuventutis sed etiam aetatum omnium et condicio- civilem, alteram quidem divinis, alteram humanis rebus praepositam. Utra-
num ad civilem societatem Statumque educatio pertinet quae cívica appellari que est in suo genere máxima: habet utraque certos, quibus contineatur,
potest, quaeque, pro parte, ut aiunt, positiva, in eo consistit ut hominibus términos, eosque sua cuiusque natura causaque proxime definitos; unde
ad societatem eiusmodi pertinentibus res publice proponantur, quae, et
aliquis velut orbis circumscribitur, in quo sua cuiusque actio iure proprio
mentes cognitionibus rerumque imaginibus imbuendo et sensus percellendo,
versetur. Sed quia utriusque imperium est in eosdem, cum usuvenire possit,
voluntates ad honestum invitent et morali quadam necessitate perducant;
pro negativa autem, ut ea praecaveat atque impediat quae sibi adversantur. , ut res una atque eadem quamquam aliter atque aliter, sed tamen eadem res,
Quae quidem civica educatio, tam profecto ampia ac multiplex ut Status ad utriusque ius iudiciumque pertineat, debet providentissimtis Deus, a
operam fere totam pro communi bono amplectatur, cum ad aequitatis leges quo sunt ambae coristitutae, utriusque itinera recte atque ordine compo-
conformare se debeat, tura doctrinae Ecclesiae, quae éarum legum Magistra suisse. «Quae autem sunt, a Deo ordinatae sunt» (Rom. 13,1)». Iamvero
est divinitus constituía, refragari nequit. iuventutis educatio est quidem ex iis rebus quae ad Ecclesiam Statumque
pertinent, «quamquam aliter atque aliter». uti supra retulimus. «Itaque
Quae omnia hucusque de opera diximus, quam Civitas in educationem - prosequitur Leo XIII—Ínter utramque potestatem quaedam intercedat
conferre debet, doctrina catholica de Civitatum constitutione christiana, tam- necesse est ordinata colligatio: quae quidem coniunctioni non immerito
quam firmissimo et immutabili fundamento, innituntur, quae tam egregie comparatur, per quam anima et corpus in homine copulantur. Qualis autem .
34
et quanta ea sit, aliter iudicari non potest, nisi respiciendo, uti diximus, ad
P. L. TAPARELLI, Saggio teorético di diritto naturale 11.922, «obra que supera toda ala- utriusque naturam, habendaque ratione excellentiae et nobilitatis causa-
banza y que debe recomendarse a los jóvenes universitarios». Véase el discurso de Pío X!
de 18 de diciembre de 1927. os LEÓN XIII. encíclica Immortale Dei [6], 1 de noviembre de 1883: ASS 18(1885) 161-180.
550 PÍO X I DIVIXI IIXIUS MA.GISTRI 551

la vida h u m a n a , todo lo q u e pertenece a la salvación de las almas cónyuges, tales padres, tales hijos, tales señores, tales siervos, tales
y al culto de Dios, sea por su propia naturaleza, sea en v i r t u d del reyes, tales jueces y, finalmente, tales c o n t r i b u y e n t e s y exactores
fin a q u e está referido, t o d o ello cae bajo el d o m i n i o y autoridad del fisco cuales la doctrina cristiana forma, y atrévanse luego a
d e la Iglesia. P e r o las d e m á s cosas, q u e el régimen civil y político, llamarla e n e m i g o del E s t a d o . N o d u d a r á n u n i n s t a n t e e n procla-
en c u a n t o tal, abraza y c o m p r e n d e , es de justicia q u e q u e d e n so- marla, si se observa, como la gran salvación del Estado» 3 7 . Y en
metidas a éste, pues Jesucristo m a n d ó expresamente q u e se dé al esta materia de la educación es o p o r t u n o ' recordar con c u á n t o
César lo q u e es del César y a D i o s lo q u e es de Dios» 36. acierto en época m á s reciente, en pleno período renacentista, h a
[ 4 2 ] . T o d o el q u e se niega a admitir estos principios y, p o r expresado esta v e r d a d católica, confirmada p o r los hechos, u n
consiguiente, rechaza s u aplicación en materia d e educación, niega escritor eclesiástico b e n e m é r i t o d e la e á u c a c i ó n cristiana, e¡/ p i a -
necesariamente q u e Cristo ha fundado su Iglesia para' la salvación doso y docto cardenal Silvio A n t o n i a n o , discípulo del a d m i r a b l e
eterna de los h o m b r e s y sostiene q u e la sociedad civil y el E s t a d o educador San Felipe N e r i , maestro y secretario de cartas latinas d e
n o están sometidos a Dios y a su ley natural y divina. L o cual San Carlos Borromeo, a cuya instancia y bajo cuya inspiración
constituye u n a i m p i e d a d manifiesta, contraria a la razón y, particu- escribió el áureo tratado De la educación cristiana de los hijos, en
l a r m e n t e en materia d e educación, m u y perniciosa p a r a la recta el cual razona d e la siguiente m a n e r a : «Cuanto m a y o r es la a r m o n í a
formación de la j u v e n t u d y ciertamente ruinosa para el m i s m o con q u e el gobierno t e m p o r a l favorece y p r o m u e v e el gobierno es-
E s t a d o y el verdadero bienestar de la sociedad civil. P o r el con- piritual, t a n t o m a y o r es su aportación a la conservación del E s t a d o ,
trario, la aplicación práctica 'de estos principios s u p o n e u n a utilidad Porque la autoridad eclesiástica, cuando, de a c u e r d o con su propio^
extraordinaria para la recta formación del ciudadano. U t i l i d a d d e - lin, p r o c u r a formar u n b u e n cristiano con el uso legítimo de s u s i
m o s t r a d a p l e n a m e n t e p o r la experiencia d e todos los t i e m p o s ; p o r medios espirituales, p r o c u r a al m i s m o t i e m p o , como consecuencia
lo cual, así como, en los p r i m e r o s t i e m p o s del cristianismo, T e r t u - necesaria, formar u n b u e n ciudadano, tal cual d e b e ser bajo el go-
liano con su Apologético, y en su época San Agustín, p o d í a n desafiar bierno político. L a razón de este hecho es q u e en la santa Iglesia
a todos los adversarios de la Iglesia católica, así t a m b i é n en n u e s - católica romana, ciudad de Dios, se identifica completamente el
t r o s días p o d e m o s repetir con el santo D o c t o r : «Los q u e afirman b u e n c i u d a d a n o y el h o m b r e h o n r a d o . P o r lo cual, yerran grave-
q u e la doctrina d e Cristo es e n e m i g a del E s t a d o , q u e p r e s e n t e n m e n t e los q u e separan realidades t a n u n i d a s y piensan p o d e r for-
u n ejército tal como la doctrina de Cristo enseña q u e d e b e n ser mar b u e n o s ciudadanos con otras n o r m a s y con métodos distintos
los soldados; q u e p r e s e n t e n tales subditos, tales maridos, tales de los q u e contribuyen a formar el b u e n cristiano. Diga y hable
la p r u d e n c i a h u m a n a c u a n t o le plazca; es imposible que p r o d u z c a
rum; cum alteri proxime maximeque propositum sit rerum mortalium cu-
rare commoda, alteri caekstia et sempiterna bona comparare. Quidquid (ules parentes, tales filios, tales dóminos, tales servos,tales reges, taies iudices,
igitur est in rebus humanis quoquo modo sacrum, quidquid ad salutem Uiles denique debitorum ipsius fisci redditores et exactores, quales esse praeci-
animorum cultumque Dei pertinet, sive tale illud sit natura sua, sive rursus I iit doctrina christiana, et audeant eam dicere adversam esse reipublicae; imo
tale intelligatur propter causam ad quam refertur, id est omne in potestate \ oro non dubitent eam confiten magnam, si obtemperetur, salutem esse
arbitrioque Ecclesiae: cetera vero, quae civile et politicum genus complecti- reipublicae». Quoniam vero de educatione agitur, opportunehic est admo-
tur, rectum est civili auctoritati esse subiecta, cum Iesus Christus iusserit, nendum quam egregie catholicam hanc veritatem, re quidem comprobatam,
quae Caesaris sint, reddi Caesari, quae Dei, Deo». 1 xpresserit recentiore aetate, cum scilicet litterae renatae sunt, ecclesiasti-
Quicumque haec principia recipere eademque proinde ad educationem > us scriptor qui optime de christiana educatione meritus est, piissimus
applicare recusat, is necessario cum neget Christum ob sempiternam homi- m-mpe doctusque Silvius Antonianus Cardinalis, mirabilis illius educatoris,
num salutem Ecclesiam suam condidisse, tum affirmat societatem civilem '•>. Philippi Nerii, discipulús idemque magister atque ab epistujis latinis S. Ca-
et Statum Deo eiusque naturali ac divinae legi non subiici. Quod quidem ioli Borromaei, quo instante et suasore, aureum librum De christiana libe-
manifestó impium est, sanae rationi contrarium maximeque, quod ad edu-, lorum educatione confecit, in quo haec habet: «Quo magis teraporalis guber-
cationem attinet, perniciosum omnino rectae iuvenum conformationi ac natio cum spirituali conspirat eandemque iuvat ac promovet, eo magis ad
certe civili ipsi societati veraeque humani convictus prosperitati exitiosum. Ni-rvandam rempublicam conferí. Dum enim Ecclesiae rector, auctoritate
E contrario) haec principia in usum deducendo, esse non potest quin pluri- subsidiisque spiritualibus, pro suo fine, bonum christianum conformare
mum ad rectam civium conformationem conferatur. Id re factisque, ómnibus 1.1 udet, una simul, quod necessario consequitur, eundem bonum etiam civem
aetatibus, luculenter comprobatum est; quare, ut Tertullianus, primis Chris- ellicit, qualis scilicet sub potestate politica esse debet. Idque acddit propterea
tiani nominis temporibus, in Apologético, ita, quo vixit tempore, S. Augusti- i(uod in Sancta Ecclesía Catholica Romana, Cívitate Dei, bonus civís unum
nus' omnes Ecclesiae catholicae hostes provocare poterat—nosque ipsi in idemque est ac vir probus. Quamobrem graviter errant qui res tam Ínter
praesens eius verba usurpare possumus—: «Proinde qui doctrinam Chnsti i4i- coniunctas seiungunt atque opinantur cives haberi posse alus quidem
adversam dicunt esse reipublicae, dent exercitum talem, quales doctrina, leK¡bus aliisque viis atque ilíis quae ad bonum christianum conformandurn
Christi esse milites iussit; dent tales provinciales, talesmaritos, tales coniuges i-onferunt. Atque dictitet quidem ac sermocinetur quantum sibi libet huma-
57
3< Ibid. SAN AGUSTÍN, Epist. 138,15: P L 33,532.
552 pfo x i MVINI ILLIUS MAGISTU1 653

u n a verdadera paz o u n a verdadera t r a n q u i l i d a d t e m p o r a l t o d o lo píos propios y m é t o d o p r o p i o ; pero, u n a vez reconocida esta justa
q u e es c o n t r a r i o a la p a z y a la felicidad e t e r n a » 3 8 . D e la m i s m a libertad, c u i d a a t e n t a m e n t e d e q u e , o p o n i é n d o s e tal vez a la doctrina
m a n e r a q u e el Estado, ni la. ciencia, ni el m é t o d o científico, ni la divina, n o caigan e n el error o, traspasando sus propios límites,
investigación científica tienen nada q u e t e m e r del p l e n o y per- invadan y p e r t u r b e n el c a m p o de la f e » 4 0 . Esta n o r m a de la j u s t a
fecto m a n d a t o educativo d e la Iglesia. «Las instituciones católicas, libertad científica es al m i s m o t i e m p o n o r m a inviolable de la justa
sea el q u e sea el grado de enseñanza o ciencia al q u e pertenezcan, libertad didáctica o libertad d e enseñanza rectamente e n t e n d i d a ,
n o tienen necesidad d e apologías. El favor d e q u e gozan, las ala- y d e b e ser observada en toda manifestación doctrinal a los d e m á s ,
banzas q u e reciben, las producciones científicas q u e p r o m u e v e n y y, con obligación m u c h o m á s grave de justicia, en la enseñanza
mult%)lican y, m á s q u e nada, los sujetos plena y exquisitamente d a d a a la j u v e n t u d , ya p o r q u e , respecto d e ésta, n i n g ú n maestro
p r e p a r a d o s q u e p r o p o r c i o n a n a las magistraturas, a las profesio- público o p r i v a d o tiene d e r e c h o educativo absoluto, sino partici-
nes, a la enseñanza, a la vida en todas sus manifestaciones, d a n p a d o ; ya p o r q u e t o d o n i ñ o o j o v e n cristiano tiene estricto d e r e -
. testimonio m á s q u e suficiente en su favor» 3 9 . H e c h o s q u e , por cho a u n a enseñanza conforme a la doctrina de la Iglesia, c o l u m n a
otra parte, n o son m á s q u e una espléndida confirmación de la d o c - y f u n d a m e n t o de la verdad, y le causaría una grave injuria t o d o el
trina católica definida por el .concilio V a t i c a n o : «La fe y la razón q u e t u r b a s e su fe a b u s a n d o de la confianza de los jóvenes e n los
n o sólo n o p u e d e n j a m á s contradecirse, sino q u e se p r e s t a n u n a maestros y de su natural inexperiencia y d e s o r d e n a d a inclinación
recíproca ayuda, p o r q u e la recta razón d e m u e s t r a las bases de la a u n a libertad absoluta, ilusoria y falsa 4 1 .
fe e, iluminada con la luz d e ésta, cultiva la ciencia de las cosas di-
v i n a s ; a su vez, la fe libera y protege de errores a la razón y la en- [II. E L SUJETO DE LA E D U C A C I Ó N ] #
riquece con múltiples conocimientos. T a n lejos está, p o r tanto,
la Iglesia de oponerse al cultivo d e las artes y d e las disciplinas [El hombre redimido ]
h u m a n a s , q u e d e mil m a n e r a s lo ayuda y lo p r o m u e v e . P o r q u e n o
ignora ni desprecia las ventajas q u e de éstos derivan para la vida [43 ] . P o r q u e n u n c a se d e b e p e r d e r d e vista q u e el sujeto de
de la h u m a n i d a d ; antes bien, reconoce q u e , así como vienen de la educación cristiana es el h o m b r e t o d o entero, espíritu u n i d o al
Dios, Señor de- las ciencias, así, r e c t a m e n t e tratadas, c o n d u c e n a c u e r p o en u n i d a d d e naturaleza, con todas sus facultades, n a t u r a -
Dios con la ayuda de su gracia. Y d e n i n g u n a m a n e r a p r o h i b e q u e les y sobrenaturales, cual nos lo hacen conocer la recta razón y
semejantes disciplinas, cada una d e n t r o de su esfera, u s e n princi- la revelación; es decir, el h o m b r e caído de su estado originario,

na prudentia; fieri enim non potest ut pacem temporalemque tranquillita- utantur principiis et propria methodo; sed iustam hanc libertatem agnoscens,
tem veri nominis afferat quidquid a pace aeternaque beatitudine seiungitur id sedulo cavet, ne divinae doctrinae repugnando errores in se suscipiant,
eisdemque repugnat». Ut autem Civitati, ita scientiae eiusque viae et inves- aut fines proprios transgressae ea, quae sunt fidei, occupent et pertúrbente.
tigationi níhil est pertimescendum ex eo quod Ecclesia plenum habeat Quae quidem norma iustae libertatis scientiae provehendae simul est norma,
absolutumque educandi mandatum. Siquidem catholica instituta, quicum- quae violari nequit, iustae libertatis docendi probé intellectae; eaque servan
que gradus est eruditionis ac scientiae ad quem pertinent, nulla prorsus debet quotiens alus doctrina traditur, at ex graviore sane iustitiae officio
defensione indigent. Gratia qua ea ipsa apud omnes florent, laudes quas sibi cum traditur iuventuti, tum quia in ipsam praeceptor, publicus privatus,
comparant, ingenii monumenta quae magno numero gignunt iique máxime non absolutum sed participatum ius habet; tum quia omnis puer seu ado-
viri, quos, plena atque exquisita a doctrina instructos magistratui praebent, lescens christianus sanctissimum ius habet ut secundum Ecclesiae doctrinam,
artíbus, disciplinis tradendis, vitae demum qua late ea patet, satis superque veritatis quidem columen ac fundamentum, edoceatur; eidemque gravem
ipsorum gloriam concelebrant. Quae ceterum facta nihil aliud sunt quam quidem inferret iniuriam qui eius fidem turbaret, fiducia abutendo iuvenum
praeclara doctrinae catholicae confirmatio a Concilio Vaticano definitae: erga magistros eorumque naturali rerum imperitia atque immodica ad liber-
«Ñeque solum fides et ratio Ínter se dissidere numquam possunt, sed openi tatem absolutam fallacemque inclinatione.
quoque sibi mutuam ferunt, cum recta ratio fidei fundamenta demonstret
eiusque lumine illustrata rerum divinarum scientíam excolat, fides vero Ñeque enim oblivisci unquam licebit, christiane educandum totum esse
rationem ab erroribus liberet ac tueatur eamque multiplici cognitione in- hominem, quantus est, nimirum in unam naturam per spiritum et corpus
struat. Quapropter tantum abest, ut Ecclesia humanarum artium et diseipli- coalescentem omnibusque animi et corporis partibus instructum quae vel
narum culturae obsistat, ut hanc multis modis iuvet ac promoveat. Ñon a natura proficiscuntur vel ipsam excedunt, qualem demum ex recta ratione
enim commoda ab iis ad hominum vitam dimanantia aut ignorat aut despicit; et ex divinis oraculis cognoscimus; hominem scilicet, quem a prístina nobi-
fatetur immo, eas, quemadmodum a Deo scientiarum Domino profectae 40
Concilio Vaticano iess.3 c.4: DB 1799.
sunt, ita, sí rite pertractentur, ad Deum iuvante eius gratia perducere. Nec 41
Véase la aloe, consíst. de 24 de marzo de 1924, en la que Pío XI exhorta al episcopado,
sane ipsa vetat, ne huiusmodi disciplinae in suo quaeque ambitu propriis clero y padres católicos de Italia a defender los derechos de la Iglesia y de la familia en materia
de educación: «Un Estado recoge lo mismo que siembra, la verdad o e! error, la fe cristiana
38 SILVIO ANTONIANO, DelVeducazione cristiana deifigliuoli I 43. o la inmoralidad pagana, la civilización humana o una- horrible barbarie, que no puede quedar,
3 5 Pío XI, carta al cardenal secretario de Estado, 30 de mayo de 1929: AAS 21 (1929) 302 . disimulada por el brillo exterior y el oropel aparente que el progreso y el curso de los aconten-
cimientos recientes ha traído» (AAS 16 [1924] 125-126).
554 PÍO xi
DIIIM ILLIL'S M.\<¡isrm 555
p e r o r e d i m i d o p o r Cristo y reintegrado a la condición sobrenatu-
ral de hijo adoptivo d e Dios, a u n q u e n o a los privilegios preter- y e n d o al n i ñ o un p r i m a d o exclusivo en la iniciativa y una activi
naturales de la i n m o r t a l i d a d del cuerpo y de la integridad o equili- d a d i n d e p e n d i e n t e de t o d a ley superior, natural y divina, en la
brio de sus inclinaciones. Q u e d a n , p o r tanto, en la naturaleza obra de su educación. P e r o si los nuevos maestros de la pedago
h u m a n a los efectos del p e c a d o original, particularmente la debili- gía quieren indicar con estas expresiones la necesidad d e la coope-
d a d de la v o l u n t a d y las tendencias desordenadas del alma. ración activa, cada vez m á s consciente, del a l u m n o en su educa-
ción; si se p r e t e n d e apartar de ésta el despotismo y la violencia,
[ 4 4 ] . La necedad se esconde en el corazón del niño; la vara cosas m u y distintas, p o r cierto, de la j u s t a corrección, estas ideas
de la corrección la hace salir de él42. Es, p o r tanto, necesario desde son acertadas, p e r o n o contienen novedad a l g u n a ; p u e s es lo q u e
la infancia corregir las inclinaciones desordenadas y fomentar las la Iglesia ha enseñado siempre y lo q u e los educadores cristianos
t e n d e n c i a s buenas, y sobre t o d o hay q u e iluminar el e n t e n d i m i e n t o h a n m a n t e n i d o en la formación cristiana tradicional, siguiendo el
y fortalecer la v o l u n t a d con te verdades sobrenaturales y los m e - ejemplo del m i s m o Dios, q u i e n ha q u e r i d o q u e todas las criaturas,
dios d e la gracia, sin los cuales es imposible d o m i n a r las propias y especialmente los h o m b r e s , cooperen activamente en su propio
pasiones y alcanzar la debida perfección educativa de la Iglesia, provecho según la naturaleza específica de cada u n a de ellas, ya
q u e fué dotada p o r C r i s t o con la doctrina revelada y los sacra- que' la sabiduría divina se extiende poderosa del uno al otro extremo
m e n t o s p a r a q u e fuese maestra eficaz de todos los h o m b r e s . y lo gobierna todo con suavidad 4 3 .
[ 4 5 ] . P o r esta razón es falso t o d o naturalismo pedagógico
[ 4 6 ] . Pero, desgraciadamente, si a t e n d e m o s al significado
q u e de cualquier m o d o excluya o m e r m e la formación sobrenatu-
obvio de los t é r m i n o s y a los hechos objetivamente considerados,
ral cristiana en la instrucción d e la j u v e n t u d ; y es erróneo t o d o
h e m o s de concluir q u e la finalidad de casi t o d o s estos nuevos d o c -
m é t o d o de educación q u e se funde, total o parcialmente, en la
tores n o es otra q u e la de liberar la educación de la j u v e n t u d de
negación o en el olvido del p e c a d o original y de la gracia, y, p o r
toda relación de dependencia con la ley divina. P o r esto en n u e s -
consiguiente, sobre las solas fuerzas de la naturaleza h u m a n a . A esta
tros días se da el caso, bien extraño p o r cierto, de educadores y
categoría pertenecen, en general, t o d o s esos sistemas pedagógicos
filósofos q u e se afanan p o r descubrir u n código moral universal
m o d e r n o s q u e , con diversos n o m b r e s , sitúan, el f u n d a m e n t o de
de educación, c o m o si n o existiera ni el decálogo, ni la ley evangé-
la educación en u n a p r e t e n d i d a a u t o n o m í a y libertad ilimitada
lica y ni siquiera la ley natural, esculpida por Dios e n el corazón
del n i ñ o o en la supresión de toda a u t o r i d a d del educador, atribu-
del h o m b r e , p r o m u l g a d a por la recta razón y codificada p o r el m i s m o
Dios con u n a revelación positiva en el decálogo. Y p o r esto t a m b i é n
litate delapsum, Christus redemit in eamque supernaturalem dignitatem los m o d e r n o s innovadores de la filosofía suelen calificar d e s p r e -
restituit ut adoptivus filius Dei esset, minime tamen iis redditis praeter
naturam privilegiis, ex quibus ante et corpus immortale et animus aequus atque arbitratu plañe suo, vel repudiatis maiorum praeceptorumve consiliis
fuerat atque integer. Unde factum, ut quae foeda in hominum naturam ab omnique lege atque ope humana et divina prorsus posthabita. Quae tamen
Adami culpa profluxere, praesertim voluntatis infirmitas effrenataeque ani- omnia si suis finibus ita circumscríbantur, ut novi huiusmodi magistri
mi cupiditates, in nomine supersint. velint, adolescentes in suam ipsorum eruditionem eo magis propriam quoque
Et prefecto «stultitia colligata est in corde pueri et virga disciplinae fu- operam atque industriam conferre quo plus aetate et rerum cognitione
gabit eam». A pueritia igitur voluntatis inclinationes, si pravae, cohibendae, progrediantur, jtemque ut a puerorum educatione omnis vis atque asperitas
sin autem bonae, promovendae sunt, ac praesertim puerorum mens imbua- removeatur, quam nihilominus iusta correctio non redolet, verum id quidem,
tur doctrinis a Deo profectis et animus divinae gratiae auxiliis roboretur at minime novum, cum id ipsum et Ecclesia docuerit et christiani praecep-
oportet, quae si defuerint, nec suis quisque moderari cupiditatibus poterit tores, more a maioribus tradito, retinuerint, Deum imitati, qui omnes crea-
ñeque ad absolutíonem perfectionemque disciplina atque informatio ab tas vult res praecipueque omnes bomines navare sibi operam, secundum
Ecclesia adduci, quam ideo Christus caelestibus doctrinis ac divinis Sacra- propriam ipsorum naturam, quia divina Sapientia «attingit a fine usque ad
mentis instruxit ut efficax omnium hominum esset magistra. finem fortiter et disponit omnia suaviter».
Quam ob rem omnis disciplina puerilis, quaecumque, meris naturae Ast, si communem verborum significationem, si res ipsas consideremus,
viribus contenta, ea respuit aut negligit quae ad vitam christianam rite haud alio spectant complures eiusmodi doctores, nisi ut puerorum educatio-
informandam divinitus conferunt, falsa plenaque errorís est; omnisque via nem e divinis legibus eximant, quam ob rem novum quiddam ac mirum
et ratio educandae iuventutis, quae labis a protoparentibus ad omnem poste- hodie conspicimus, institutores scilicet ac philosophos in eó desudantes ut
ritatem transmissae divinaeque gratiae rationem nullam aut vix ullam habet, codicem quaerant ac digerant de iuventute in universum educanda, quasi
proptereaque in solis naturae viribus tota nititur, a vertíate prorsus aberrat. nulla sint divina oracula decálogo descripta, nulla sacra Evangeliorum prae-
Huc fere pertinent quae nostris temporibus palam proferuntur, variis quidem cepta, nulla naturae lex, quam Deus in animis hominum defixit ac paene
nominibus, doctrinae, quarum est, totum ferme cuiuslibet eruditionis fun- insculpsit, per rectam rationem promulgavit ac per se ipse decálogo sancivit
damentum in eo poneré, ut pueris integrum sit sese informare ipsos ingenio atque constituit. Unde etiam fit, ut novi id genus institutores disciplinam
42
puerilem ab Ecclesia adhibitam, eo quod tota in auctoritate divina atque in
Prov. 22,15.
•>3 Sap. 8,1.
55G PÍO x i
IMVINI I I X 1 U S MAGISTRI 557
d a t i v a m e n t e d e hcterónoma, pasiva y anticuada la educación cris-
tiana por fundarse ésta en la autoridad divina y en la ley sagrada. religiosa alguna; a c u d i e n d o para ello a u n a temeraria, indiscrimi-
nada e incluso pública iniciación e instrucción p r e v e n t i v a en m a -
[ 4 7 ] . Pretensión equivocada y lamentable la d e estos i n n o -
teria sexual, y, lo q u e es p e o r todavía, exponiéndolos p r e m a t u r a -
vadores, p o r q u e , en lugar de liberar, c o m o ellos dicen, al n i ñ o ,
m e n t e a las ocasiones, p a r a acostumbrarlos, c o m o ellos dicen, y
lo hacen en definitiva esclavo de su loco orgullo y de sus desorde- para curtir su espíritu contra los peligros d e la p u b e r t a d 4 5 .
nadas pasiones, las cuales, p o r lógica consecuencia de los falsos
sistemas pedagógicos, q u e d a n justificadas c o m o legítimas exigen- [ 5 0 ] . G r a v e error el de estos h o m b r e s , p o r q u e n o reconocen
cias d e u n a naturaleza q u e se proclama a u t ó n o m a . la nativa fragilidad d e la naturaleza h u m a n a ni la ley d e q u e habla
el Apóstol, contraria a la ley del e s p í r i t u 4 6 , y p o r q u e olvidan u n a
[48 ]. P e r o es m u c h o m á s vergonzosa todavía la impía p r e -
gran lección de la experiencia diaria, esto es, q u e en la j u v e n t u d ,
tensión, falsa, peligrosa y, además, inútil, de q u e r e r someter a in-
m á s q u e en otra e d a d cualquiera, los pecados contra la castidad
vestigaciones, experimentos y juicios de o r d e n natural y profano son efecto n o t a n t o d e la ignorancia intelectual c u a n t o de la debili-
los h e c h o s del o r d e n sobrenatural referentes a la educación, como, dad d e u n a v o l u n t a d expuesta a las ocasiones y n o sostenida p o r
p o r ejemplo, la vocación sacerdotal o religiosa y, en general, las los medios d e la gracia divina.
secretas operaciones de la gracia, la cual, a u n elevando las fuerzas
naturales, las supera, sin e m b a r g o , infinitamente y n o p u e d e en [ 5 1 ] . E n esta materia t a n delicada, si, atendidas todas las
m o d o a l g u n o someterse a las leyes físicas, p o r q u e el Espíritu sopla circunstancias, parece necesaria alguna instrucción individual, d a d a
donde quiere44. o p o r t u n a m e n t e p o r q u i e n ha recibido d e D i o s la misión educativa
y la gracia d e estado, h a n d e observarse t o d a s las cautelas tradicio-
[Educación sexual ] nales d e la educación cristiana, q u e el ya citado A n t o n i a n o acerta-
d a m e n t e describe con las siguientes p a l a b r a s : «Es t a n grande n u e s -
[ 4 9 ] . Peligroso en s u m o g r a d o es, a d e m á s , ese n a t u r a l i s m o
tra miseria y n u e s t r a inclinación al pecado, q u e m u c h a s veces los
q u e en nuestros días invade el c a m p o educativo en u n a materia
m i s m o s consejos q u e se d a n p a r a r e m e d i o del pecado constituyen
t a n delicada c o m o es la moral y la castidad. Está m u y difundido
u n a ocasión y u n estímulo p a r a cometer este pecado. Es, p o r t a n t o ,
a c t u a l m e n t e el error d e quienes, con u n a peligrosa pretensión e
de s u m a importancia q u e , c u a n d o u n p a d r e p r u d e n t e habla a s u
indecorosa terminología, fomentan la llamada educación sexual,
hijo de esta materia t a n resbaladiza, esté m u y sobre aviso y n o
p e n s a n d o falsamente q u e p o d r á n i n m u n i z a r a los jóvenes contra
descienda a detallar p a r t i c u l a r m e n t e los diversos medios d e q u e
los peligros de la carne con medios p u r a m e n t e naturales y sin ayuda
se sirve esta h i d r a infernal para envenenar u n a p a r t e tan g r a n d e

sacris legibus innititur, tamquam non sui iurís, inertem atque obsoletam quovis amoto religionis pietatisque praesidio, adolescentibus a voluptáte et
habere atque appellare contemptim soleant. luxuria praecavere, scilicet hos omnes, nullo sexus discrimine, vel publice,
In quo profecto misere ipsi falluntur, cum, aventes puerum, ut aiunt, in lubricis initiando instruendoque doctrinis, immo, quod peius est, mature
libertatem revocare, eum demum teanae superbiae ac pravis cupiditatibus occasionibus obiiciendo, ut eorum animus, eiusmodi rebus—quemadmo-
mancipent, quae—ut ex eorum commentis consequitur—tamquam neces- dum ipsi aiunt—assuetus, quasi ad pubertatis pericula obdurescat.
sitates quaedam humanae naturae, quam exlegem perhibent, proban- In eo autem isti nomines graviter errant quod nativam humanae natu-
dae essent. rae fragilitatem non agnoscunt ñeque legem illam membris nostris insitam,
Sed quod turpius est, huiuscemodi magistri, etsi incassum, per errorem quae, ut verbis utamur Pauli Apostoli, mentís legi repugnat, idque praeter-
tamen impie ac periculose id sibi vindicant ut profanis communibusque in- ea temeré infitiantur quod usu quotidiano didicimus, iuvenes nempe prae
quisitionibus atque experimentis ea periclitentur quae in puerorum educa- alus in turpia saepius incidere non tam ob mancam mentís cognitionem quam
tionem facta incidunt supernaturalis ordinis, ut, exempli causa, divinum ad ob infirmitatem voluntatis illecebris obnoxiae atque divinis auxiliis destitutaé.
sacerdotalia munia et ad religiosam vitam impulsum atque generatim ar- Qua de re prorsus difficili, si quidem, ómnibus perpensis, adolescentem
cana ea omnia quae Gratia Dei in animis hominum operatur, quae, licet aliquem tempestive ab iis moneri oporteat, quibus Deus educandi pueros
naturae vires extollat, eas tamen infinite praetergreditur et nullo pacto legi- officium commisit cum gratiis opportunis coniunctum, illae profecto cau-
bus physicis parére potest, quia «spiritus ubi vult spirat». tiones et artes sunt adhibendae, christianis institutoribus non ignotae, quas
apte Antonianus hisce verbis describit: «Eo usque imbecillítas nostra atque
Multo autem perniciosiores sunt illae de natura duce omnino sequenda in malum proclivitas misere procedit, ut, quae ad remedium peccati consi-
opiniones doctrinaeve, quae in educationis humanae certam quandam ingre- lia adhibentur, ea ipsa ad peccandum fere ansam atque incitanientum prae-
diuntur partem salebrarum plenam, in eam scilicet quae ad morum integri- beant. Quapropter magnopere interest, ut prudens pater, si quando de lubri-
tatemet ad castimoniam pertinet. Passim enim bene multi et stulte et pericu- cis istiusmodi rebus cum filio colloquatur, bene attendat, ñeque ad hoc deve-
lose eam tenent provehuntque educandi rationem, quae sexualis putide di- niat ut fere sub aspectum subiiciat artes singulas quibus horrenda eiusmodi
citur, cum iidem perperam sentiant, posse se, per artes mere naturales et
45
Cf. el decreto del Santo Oficio sobre Educación sexual y eugenesia, 4<z 18 de marzo
44
lo. 3,8. de 1031: A A S 23 (1031) 118; D B 2251-2252.
•*" Cf. Rom. 7,23.
558 l'lü XI
DIV1NI II.LIUS MAGISTRI 559
del m u n d o , a fin de evitar q u e , en lugar de apagar este fuego, lo
excite y lo reavive i m p r u d e n t e m e n t e en el p e c h o sencillo y tierno y circunstancias. Estos principios h a n de ser aplicados, según las
del niño. G e n e r a l m e n t e hablando, en la educación de los niños normas de la p r u d e n c i a cristiana y según las condiciones d e t i e m p o
bastará usar los remedios q u e al m i s m o t i e m p o fomentan la virtud y lugar, n o sólo en todas las escuelas, particularmente en el período
de la castidad e i m p i d e n la entrada del vicio» 4 7 . más delicado y decisivo para la vida, q u e es el de la adolescencia,
sino t a m b i é n en los ejercicios gimnásticos y deportivos, c u i d a n d o
[Coeducación ] particularmente de la modestia cristiana en la j u v e n t u d femenina,
ilc la q u e gravemente desdice t o d a exhibición pública.
[52]. I g u a l m e n t e erróneo y pernicioso para la educación cris-
tiana es el m é t o d o de la coeducación, c u y o f u n d a m e n t o consiste, [53 ]. R e c o r d a n d o las t r e m e n d a s palabras del divino M a e s -
según m u c h o s d e sus defensores, en u n naturalismo negador del tro: ¡Ay del mundo por razón de los escándalos!48, estimulamos
pecado original y, según la mayoría de ellos, en u n a deplorable vivamente vuestra solicitud y vuestra vigilancia, venerables her-
confusión de ideas, q u e identifica la legítima convivencia h u m a n a m a n o s , sobre estos perniciosos errores q u e con excesiva difusión
con u n a p r o m i s c u i d a d e igualdad de sexos t o t a l m e n t e niveladora. se van e x t e n d i e n d o entre el p u e b l o cristiano, con i n m e n s o d a ñ o
El C r e a d o r ha establecido la convivencia perfecta de los dos sexos de la j u v e n t u d .
solamente d e n t r o de la u n i d a d del m a t r i m o n i o legítimo, y sólo
g r a d u a l m e n t e y p o r separado en la familia y en la sociedad. A d e - [III. A M B I E N T E DE LA EDUCACIÓN]
más, la naturaleza h u m a n a , q u e diversifica a los dos sexos en su
organismo, inclinaciones y aptitudes respectivas, n o presenta dato [54]. Para lograr u n a educación perfecta es de s u m a i m p o r -
a l g u n o q u e justifique la p r o m i s c u i d a d y m u c h o m e n o s la identidad tancia velar para q u e las condiciones de t o d o lo q u e rodea al e d u -
completa en la educación de los dos sexos. L o s sexos, según los cando d u r a n t e el p e r í o d o de su formación, es decir, el conjunto
a d m i r a b l e s designios del Creador, están destinados a completarse de todas las circunstancias, q u e suele d e n o m i n a r s e ambiente, co-
r e c í p r o c a m e n t e y constituir u n a u n i d a d idónea en la familia y en rresponda i d ó n e a m e n t e al fin q u e se p r e t e n d e .
la sociedad, precisamente p o r su diversidad corporal y espiritual,
la cual p o r esta m i s m a razón debe ser respetada • en la formación [La familia cristiana ]
e d u c a t i v a ; m á s aún, d e b e ser fomentada con la necesaria distinción
y correspondiente separación, proporcionada a las varias edades [55]. El p r i m e r a m b i e n t e natural y necesario de la educación
es la familia, destinada precisamente para esto p o r el Creador.
pestis tam magnam orbis partem veneno suo inficit, ne, dum libidinis ignes Por esta razón, n o r m a l m e n t e , la educación m á s eficaz y d u r a d e r a
restinguere aggreditur, eos potius in tenerioribus puerorum animis aut sopi- es la q u e se recibe en u n a b i e n o r d e n a d a y disciplinada fahiilia
tos suscitet aut plañe incendat. Ut autem generatim loquamur, quamdiu cristiana; educación t a n t o m á s eficaz c u a n t o m á s claro y constante
pueri excolendi sunt, satis superque erit iis uti remediis quae castimoniam
in ánimos inducant simul.que ab iis vitia contraria prohibeant'). gruentem. Eiusmodi vero praecepta, ad christianae prudentiae praescriptum,
tempestive atque opportune servanda sunt non modo in scholis ómnibus,
Aeque vero fallax atque christianae institutioni infensa illa adolescentes praesertim per trépidos adolescentiae annos, unde totius ferme futurae vitae
instruendi ratio habenda est, quam vulgo coeducationem appellant; eorum ratio omnino pendet, sed etiam in gymnicis ludis atque exercitationibus, in
enim qui ípsam tuentur, bene multi idcirco tuentur quia aut non conside- quibus christianae peculiari modo modestiae puellarum cavendum, utpote
rant aut negant, protoparentum labe vitiatum nasci hominem, plerique vero quas ostentare sese atque ante omnium oculos proponere summopere
omnes, quia tali notionum perturbatione laborant ut legitimum hominum dedeceat.
convictum habeant quasi quendam virorum ac feminarum ómnibus plañe
rationibus parium inconditum acervum. Divinus sane rerum omnium mo- Memores itaque gravissimorum verborum Magistri divini: «Vae mundo
derator perfectum utriusque sexus convictum in legitimo tantum coniugio a scandalis») sollicitudinem ac sollertiam vestram, Venerabiles Fratres, vehe-
vigere voluit, dein in familia inque humana consortione, certo ordine disper- menter excitamus adversus perniciosissimos huiusmodi errores qui in chris-
titum. Accedit quod nihil est in ipsa natura—ex qua dúo sexus, compage tiana plebe, máximo cum iuventutis detrimento, nimis late pervagantur.
corporis, inclinationibus, ingenioque dissimiles procedunt—unde colligi pos- Ad perfectam autem educationem assequendam curare opus est, ut quae
sit, mares et feminas promiscua, nedum una eademque, educatione infor- omnia pueros, dum instituuntur, circumsaepiunt, ea proposito apte re-
mandos esse. Alter autem et alter sexus a Dei sapíentia ad hoc sunt consti- spondeant.
tuti ut in familia et societate mutuo se compleant et in unum quid apte co-
alescant, ob illud ipsum corporis animique discrimen quo ínter se differunt, Et profecto quod primum ex necessitate naturae puerum rite conforman-
quod idcirco in educatione atque institutione tenendum, imo fovendum est dum circumdat, ipsa eius familia habenda est, ad hoc demum munus a Deo
per aptam distinctionem ac separationem, aetatibus ac conditioníbus con- constituía. Quapropter eam tándem institutionem constantem atque tu-
tissimam iure existimabimus quae in recte composita ac bene morata fa-
SILVIO ANTONIAXO, Dd'educazionc cristiana dei figlíuoli II 88.
48
M t . 18,7.
560 pío x i
DIVINI ILLIUS MAGISIRI 5Ü1
resplandezca en ella el b u e n ejemplo, sobre t o d o de los padres
y el de los d e m á s m i e m b r o s de la familia. escuelas sin Dios, q u e les hacen beber la irreligiosidad y el odio de
u n socialismo extremista, r e n o v a n d o así u n a verdadera y m á s h o -
[ 5 6 ] . N o es n u e s t r a intención tratar aquí particularmente,
r r e n d a m a t a n z a d e niños inocentes.
a u n q u e sólo fuese recorriendo los p u n t o s principales, d e la educa-
ción d o m é s t i c a ; la materia es demasiado amplia, y, p o r otra parte, [ 5 8 ] . Conjuramos, p o r tanto, en n o m b r e d e Jesucristo, a los
existen tratados especiales, antiguos y m o d e r n o s , de autores ple- pastores d e almas p a r a q u e e m p l e e n t o d o s los medios posibles, ins-
n a m e n t e ortodoxos, e n t r e los cuales merece especial m e n c i ó n el trucciones, catcquesis, sermones y escritos d e amplia divulgación,
ya citado á u r e o libro de A n t o n i a n o De la educación cristiana de q u e a d v i e r t a n - n o teórica, sino p r á c t i c a m e n t e a los padres cristianos
los hijos, q u e San Carlos B o r r o m e o - h a c í a leer p ú b l i c a m e n t e a los sobre sus gravísimos deberes en la educación religiosa, m o r a l y cívica
p a d r e s r e u n i d o s en las iglesias. d e s u s hijos y les 'enseñen los m é t o d o s m á s convenientes p a r a rea-
lizar eficazmente esta educación, s u p u e s t o siempre, c o m o es n a -
[S7]- Q u e r e m o s , sin e m b a r g o , llamar d e u n m o d o especial
tural, el ejemplo personal d e su vida. A estas instrucciones prácti-
vuestra atención, venerables h e r m a n o s y a m a d o s hijos, sobre la
cas s u p o descender el Apóstol d e las G e n t e s e n sus epístolas, p a r -
deplorable decadencia actual de la educación familiar. A los oficios
t i c u l a r m e n t e en la dirigida a los efesios, d o n d e , e n t r e otras adver-
y a las profesiones d e la vida temporal y terrena, q u e son cierta-
tencias, h a c e la siguiente: Padres, no exasperéis a vuestros hijos49;
m e n t e d e m e n o r importancia, preceden largos estudios y u n a cui-
advertencia justificada n o t a n t o p o r la excesiva severidad d e los
dadosa preparación; en cambio, p a r a el oficio y el d e b e r funda-
p a d r e s c u a n t o p r i n c i p a l m e n t e p o r la impaciencia d e los p a d r e s
m e n t a l d e la educación d e los hijos están h o y día poco o n a d a p r e -
q u e n o s o p o r t a n la n a t u r a l vivacidad de los hijos, y p o r la ignorancia
p a r a d o s m u c h o s d e los padres, demasiado sumergidos e n las p r e -
q u e p a d e c e n los p a d r e s acerca d e los m é t o d o s m á s idóneos p a r a la
ocupaciones temporales. A debilitar la influencia d e la educación
corrección fructuosa d e los hijos, y sobre t o d o p o r la relajación,
familiar c o n t r i b u y e t a m b i é n m o d e r n a m e n t e el h e c h o d e q u e casi
h o y día d e m a s i a d o frecuente, d e la disciplina familiar, gracias a
en t o d a s partes se t i e n d e a alejar cada vez m á s d e la familia a los
la c u a l crecen sin control en los jóvenes las pasiones d e s o r d e n a d a s .
niños d e s d e sus m á s tiernos años, con varios pretextos, económicos,
Sepan, p u e s , los p a d r e s y t o d o s los e d u c a d o r e s d e la j u v e n t u d usar
c o m o el trabajo industrial y comercial, o políticos; y hay u n país
r e c t a m e n t e la a u t o r i d a d q u e les h a d a d o D i o s , d e q u i e n son real-
d o n d e se arranca a los n i ñ o s del seno de la familia para formarlos,
m e n t e vicarios, n o p a r a su p r o p i o p r o v e c h o , sino p a r a la recta
o mejor d i c h o , p a r a deformarlos y depravarlos en asociaciones y
educación d e los hijos en el santo y filial temor de Dios, principio
milia recipitur, eoque efficaciorem et constantiorem quo magis parentes,
potissimum, ac domestici pueris virtutis praeeant exemplo.
somniant, impietatem odiumque imbibant—veriorem ita horribilioremque
Verum non is Nobis est animus ut universam de institutione domestica Innocentium stragem renovando. '
materiam, ne per summa quidem capita, pertractemus, tam late ea patet;
de qua ceteroqui, non desunt, cum ex veteribus tum ex recentioribus, qui, Itaque animarum Pastores per Iesu Christi divinam erga nomines cari-
catholicae doctrinae congruenter, optime scripserint, ínter quos praecla- tatem obsecramus atque obtestamur ut nihil reliqui faciant, sive per con-
ram prorsus meretur laudem Antonianus ille, quem superius loquentem tiones síve per catecheses, sive verbis sive scriptis in populum late vulgatis,
induximus, qui disputationem De christiana liberorum institutione eá quidem christiani ut parentes, non tam generatim quam singillatim, perdiscant, quae
peritiá adornavit ut sanctissimus vir Carolus Borromaeus eam parentibus sibi incumbant officia ad religiosam quod attinet et moralem et civilem libe-
christianís in templo congregatis publice legendam curaret. rorum suorum educationem, et quae potissimum, praeter sanctioris vitae
suae exempla, viae ac rationes ad eam efficacius consequendam conducant.
Volumus tamen, Venerabiles Fratres, animum huc intendatis vestrum, Huiusmodi profecto monitiones hortationesque Paulus Apostolus haud fas-
quo res nostris temporibus misere deciderint quae ad domesticam institu- tidivit in suis epistulis frequentare, praesertim in ea, quam ad Ephesios
tionem spectant; cum enim ad artes liberales atque ad publica muñera, scripsit, ubi, praeter alia, id monuit: «Patres, nolite ad iracundiam provocare
quae sunt profecto minoris momenti, nomines diutinis litterarum stu- filios vestros»; quae quidem provocatio seu incitatio non ex eo tantum oritur #
diis, laboriosis exercitationibus ac producto tirocinio se comparent, contra, quod parentes severiores atque asperiores se liberis praebeant, sed ex eo
ad filiorum institutionem, quod profecto caput est officii patrisfamilias, praecipue quod filiorum ingenium ac nativam alacritatem moleste ferant
plerique parentum temeré accedunt nullaque fere adhibita praeparatione, et aptiores correctionis modos ignorent, ac praesertim ex molli illa atque
quod rebus ac curis terrenis distineantur. Ad bonum praeterea minuendum, veluti enervata, quae in familiis usu venit, disciplina, unde fit ut in puero-
quod familiaris puerorum institutio pareret, accedit quod fere ubique gen- rum animis cupiditates effrenatae dominentur. In hoc igitur parentes, item-
tium facilius in dies pueros a familia inde a teneris annis seiungendi consue- que puerorum institutores, animum intendant ut dignitatem potestatemque
tudo increbrescit, causis interpositis vel oeconomicis, ut industriae mercatu- quam habent a Deo, cuius revera vices gerunt, rite in bonum filiorum usur-
raeque serviendi, vel politicis; et natío quaedam est, ubi pueri e familiae pent, non quidem ut sibi commodum pariant, sed ut filios informent atque
gremio extorquentur, ut in coetus ludosque a Deo alienissimos, non tam instruant ad sanctum et suavem «Dei timorem, omnis sapientiae initium»,
recte conformandi quam, verius, deformandi ac depravandi, inducantur—sci- in quo tantummodo superiorum reverentia solide innititur et quo dempto
licet eo proposito, ut, ad eorum placita qui communia omnia esse ómnibus
« Eph. 6,4.
562 PÍO X I DIViM ILI.IUS MACISTUI 5(53

de la sabiduría •"> °, el cual es el ú n i c o f u n d a m e n t o sólido del respeto milia cristiana, armonía tan completa que con toda verdad se p u e d e
a la a u t o r i d a d y sin el cual n o p u e d e subsistir ni el orden, ni la t r a n - afirmar q u e ia Iglesia y la familia constituyen u n solo t e m p l o y u n
quilidad, ni el bienestar en la familia y en la sociedad. único refugio de la educación cristiana.

[La Iglesia ]
[La escuela]
[ 5 9 ] . A la debilidad de la naturaleza h u m a n a caída ha sumi-
nistrado l a - d i v i n a b o n d a d los a b u n d a n t e s auxilios de su gracia y [61 ] . Y c o m o las nuevas generaciones d e b e n ser formadas
los múltiples m e d i o s de q u e se halla enriquecida la Iglesia, esta en todas las artes y disciplinas, q u e c o n t r i b u y e n a la p r o s p e r i d a d
g r a n familia de Cristo, q u e constituye p o r esta m i s m a razón el a m - y al engrandecimiento de la convivencia social, y para esta labor
b i e n t e educativo m á s estrecha y a r m o n i o s a m e n t e u n i d o con 'la es por sí sola insuficiente la familia, p o r esto surgieron las escuelas
familia cristiana. públicas, p r i m e r a m e n t e — n ó t e s e b i e n lo q u e d e c i m o s — p o r inicia-
[ 6 0 ] . E s t e a m b i e n t e educativo de la Iglesia n o c o m p r e n d e tiva conjunta d e la familia y de la Iglesia, sólo después y m u c h o
solamente sus sacramentos, medios d i v i n a m e n t e eficaces de la gra- más t a r d e p o r iniciativa del E s t a d o . P o r esto, la escuela, conside-
cia, y sus ritos, dotados t o d o s ellos de u n a maravillosa vitalidad rada en su origen histórico, es p o r su m i s m a naturaleza u n a insti-
educativa, y el recinto material del t e m p l o cristiano, a u n q u e t a m - tución subsidiaria y c o m p l e m e n t a r i a de la familia y de la Iglesia;
bién éste p r e s e n t a u n a extraordinaria eficacia educadora con el y la lógica consecuencia de este hecho es q u e la escuela pública n o
lenguaje de ia liturgia y de la música sagrada y del a r t e ; sino t a m - solamente n o d e b e ser contraria a la familia y a la Iglesia, sino q u e
bién la gran a b u n d a n c i a de escuelas, asociaciones y toda clase de debe armonizarse positivamente con ellas, de tal forma q u e estos
instituciones dedicadas a formar a la j u v e n t u d en la piedad religiosa, tres ambientes—escuela, familia e Iglesia—constituyan u n ú n i c o
en el estudio d e las letras y de las ciencias y en el d e p o r t e y cultura santuario d e la educación cristiana, so pena de q u e la escuela q u e d e
física. Esta inagotable fecundidad en el c a m p o d e la educación d e - desvirtuada y cambiada e n o b r a perniciosa p a r a la adolescencia.
m u e s t r a dos cosas: q u e la m a t e r n a providencia de la Iglesia es t a n
a d m i r a b l e como insuperable, y q u e es igualmente d i g n a d e a d m i r a - [ 6 2 ] . N e c e s i d a d reconocida p ú b l i c a m e n t e incluso p o r u n se-
ción la armonía, antes indicada, q u e la Iglesia g u a r d a con la fa- glar t a n celebrado p o r sus escritos pedagógicos—no del todo loa-
bles p o r estar tocados de cierto liberalismo—, el cual escribió esta
constans ordo, pax serena atque omne bonum ñeque in familia ñeque in sentencia: «La escuela q u e n o es t e m p l o , es u n antro»; y aquella
universa humanae coniunctionis societate consistere potest. o t r a : «Cuando la educación literaria y la formación religiosa d o m é s -

Infirmis autem humanae naturae viribus, deterioris ob avitam culpam


factae, Deus, qua est bonitate, uberibus suae Gratiae auxiliis consuluit affirmari veré queat, Ecclesiam et familiam unum quoddam christianae edu-
eáque praeterea, quam animis expiandis atque ad sanctitatem evehendis cationis perfugium et quasi sacrarium habendas esse. *
multíplicem habet Ecclesia adminiculorum copiam: Ecclesia, inquimus,
magna illa Christi familia, quae est idcirco educatrix cum singulis familiis Quod autem novae progenies ómnibus iis artibus ac disciplinis instruen-
ita congruens ac coniuncta quam quae máxime. dae essent quibus civilis convictus proficit ac florescit, et sola ad id familia
Qui profecto locus ad optimam institutionem aptissimus, quae est Eccle- minime sufficeret, propterea publica gymnasia ortum habuerunt, primum
sia, non solum sacramenta complectitur ac praebet quae divinam gratiam lamen—diligenter attendite—Ecclesiae familiaeque in unum conspiran-
continent atque animis inserunt, ñeque sacros tantum ritus qui ad informan- lium opera, multo autem post, reipublicae. Quapropter litterarum sedes ac
dos ad virtutes adolescentes mirum in modum conferunt, ñeque tándem sola scholae, si, ad historiae fidem, earum originem inspiciamus, natura suá tam-
sacri templi saepta, in quo solemnes caerimoniae, sculpta signa, pictae tabu- il uam subsidium ac fere complementum Ecclesiae simul et familiae exstite-
lae, organorum vocumque concentus ad ánimos pietate ac bonis moribus im- runt; consequens igitur est, publicas scholas non solum familiae atque Ec-
buendos tam praeclaro adiumento sunt; verum etiam magnum ea nume- clesiae repugnare non posse, sed etiam cum utraque, quantum res patitur,
rum atque varietatem scholarum, coetuum, institutorumque omne genus congruere oportere, ita n.empe ut tria haec—schola, familia, Ecclesia—
fovet ac sustentat, quae eo spectant, ut ad pietatem, ad litteras doctrinasque, unum fere christianae institutionis sacrarium efficere videantur, nisi velimus
adhibitis quoque iucunditatis oblectamentis et ipsa corporis exercitatione, scholam a suo plañe proposito aberrare et in adolescentium pestem atque
adolescentes instituantur. Haec porro tam perennis in eiusmodi operibus perniciem convertí.
fovendis atque alendis fecunditas non modo patefacit atque ostendit, ma- Quod utique aperte professus est vel laicus vir ille, ob sua de iuventu-
ternam Ecclesiae providentiam et superari non posse et omni esse admira-
lis institutione scripta tantis ornatus laudibus—quamquam ea ipsa haud
tione dignissimam, sed etiam illam comprobat, aeque- mirabilem, concor-
diam, quam supra diximus Ecclesiae cum christiana familia intercederé, ut omnino commendari queunt, cum corruptam de libértate doctrinam redo-
leant—qui illud protulit: «schola, nisi templum est, spelunca est»; idemque
50 P s . 110 (111), 10; Eccl. 1,16. .1 lio loco: «Quando in puerorum educationem cum litterarum studia, tum
504 PÍO XI DIVINI IfXIUS MAGISTFI 565
tica y civil n o van todas de acuerdo, el h o m b r e q u e d a convertido [65 ]. P o r q u e n o basta el m e r o hecho d e q u e en la escuela se
en u n ser desgraciado e inútil». 5 1 dé la instrucción religiosa (frecuentemente con excesiva p a r q u e -
[63 ]. D e aquí se sigue c o m o conclusión necesaria q u e es -con- dad) p a r a q u e u n a escuela resulte conforme a los derechos d e la
traria a los principios fundamentales d e la educación la escuela Iglesia y d e la familia cristiana y digna d e ser frecuentada p o r los
neutra o laica, d e la cual q u e d a excluida la religión. Esta escuela, a l u m n o s católicos. Y a q u e p a r a este fin c$ necesario q u e t o d a la
p o r otra parte, sólo p u e d e ser n e u t r a aparentemente, p o r q u e de enseñanza, t o d a la organización de la escuela—profesorado, p l a n
h e c h o es o será contraria a la religión. d e estudios y libros—y todas las disciplinas estén i m b u i d a s de u n
espíritu cristiano bajo la dirección y vigilancia m a t e r n a d e la Igle-
[ 6 4 ] . N o es necesario repetir todas las declaraciones q u e en sia, de tal m a n e r a q u e la religión sea v e r d a d e r a m e n t e el f u n d a m e n t o
este p u n t o h a n h e c h o n u e s t r o s predecesores, p a r t i c u l a r m e n t e Pío IX y la corona d e la enseñanza e n t o d o s sus grados, n o sólo e n el ele-
y L e ó n XIIT, e n cuyos t i e m p o s comenzó a p r e d o m i n a r el laicismo mental, sino t a m b i é n en el m e d i o y superior. «Es necesario—para
en la escuela pública. N o s renovamos y confirmamos sus declara- emplear las palabras de L e ó n X I I I — n o sólo q u e d u r a n t e ciertas
c i o n e s 5 2 e igualmente los preceptos de los sagrados cánones en h o r a s se e n s e ñ e a los jóvenes la religión, sino q u e es indispensable,
los q u e se p r o h i b e la asistencia de los niños católicos a las escuelas
a d e m á s , q u e t o d a la formación restante exhale la fragancia d e la
n e u t r a s o mixtas, es decir, las escuelas abiertas a los católicos y
p i e d a d cristiana. Si esto falta, si este aliento sagrado n o p e n e t r a
a los acatólicos sin distinción. L a asistencia a estas escuelas sólo
y enfervoriza las almas de los maestros y de los discípulos, resul-
p u e d e ser permitida, a juicio p r u d e n t e del ordinario, en d e t e r m i -
t a r á n b i e n esCasos los frutos de esta enseñanza, y frecuentemente
n a d a s circunstancias d e t i e m p o y lugar y con las debidas caute-
se seguirán n o leves daños» 5 4 .
las 5 3 . Y n o p u e d e t a m p o c o tolerarse la escuela mixta (sobre t o d o si,
siendo «única», es obligatoria p a r a todos), e n la cual, a u n recibiendo [ 6 6 ] . Y n o se diga q u e en u n a nadión cuyos m i e m b r o s p e r -
aparte la instrucción religiosa, es acatólico el profesorado q u e en- tenecen a varias religiones es t o t a l m e n t e imposible p a r a el E s t a d o
seña ciencias y letras c o n j u n t a m e n t e a los a l u m n o s católicos y n o proveer a la instrucción pública si n o se i m p o n e la escuela n e u t r a
católicos. o m i x t a ; p o r q u e el E s t a d o p u e d e y d e b e resolver el p r o b l e m a e d u -
cativo con m a y o r p r u d e n c i a y facilidad si deja libre y favorece y
sostiene con subsidios públicos la iniciativa y la labor privada d e
doctrinae, quae ad religionem et ad domesticam civilemque societatem spec- la Iglesia y d e las familias. L a posibilidad d e esta política educativa,
tant, non una conspirant, homines miseri atque inepti exsistunt». satisfactoria p a r a las familias y s u m a m e n t e provechosa p a r a la e n -
Inde necessario consequitur, per scholas, quas neutras vel laicas nun-
cupant, omne fundamentum christianae educationis disiici atque everti Neque enim quia doctrina religionis in aliqua schola (plerumque nimis
utpote a quibus religio omnino removeatur; quae ceterum scholae nullo parce) impertitur, ideirco haec iuribus Ecclesiae ac familiae satisfacit et.
modo nisi specie neutrae erunt, cum religioni plañe infensae reapse aut sint digna fit quae ab alumnis catholicis celebretur; nam ut hoc quaevis schola
aut .futurae sint. revera praestet, omnino oportet ut tota institutio ac doctrina, scholae ordi-
nario tota, nempe magistri, studiorum ratio, libri, ad quamvis disciplinam
Longum est ñeque vero oportet ea repetere quae decessores nostri, quod pertinet, christiano spiritu, sub ductu maternaque Ecclesiae vigilantia,
praesertim Pius IX et Leo XIII, aperte declararunt, quorum in témpora sic imbuti sint ac polleant, ut Religio ipsa totius instituendi rationis cum
potissimum incidit, ut gravissima huiusmodi laicismi pestis in scholas pu- fundamentum tum fastigium constituat; ñeque hoc solum in scholis in
blicas invaderet. Eorum Nos expostulationes iteramus ac confirmamus, quibus doctrinae elementa, sed in iis etiam ubi altiores disciplinae tradun-
itemque sacrorum Canonum praescripta, quibus catholici adolescentes pro- tur. «Necesse est», ut Leonis XIII verbis utamur, «non modo certis horis
hibentur ne scholas cum neutras tum mixtas, eas scilicet ad quas, nullo dis- doceri iuvenes religionem, sed reliquam institutionem omnem pietatis sen-
crimine, catholici et acatholici instituendi conveniunt, quavis de causa fre- sus redoleré. Id si desit, si sacer hic habitus non doctorum ánimos ac discen-
quentent; quas tamen adire licebit, prudenti dumtaxat Órdinaríi iudicio, in tium pervadat foveatque, exiguae capientur ex quali.bet doctrina utilitates,
certis quibusdam tantummodo locorum temporumque conditionibus, modo damna saepe consequentur haud exigua».
peculiares cautiones adhibeantur. Ñeque illa tolerari potest schola (prae-
sertim si ea «única» sit ad eamque omnes pueri accederé teneantur), in qua, Nemo tamen obiiciat, fieri omnino non posse, ut ea respublica, quae
etsi sacrae praecepta doctrinae separatim catholicis traduntur, tamen ca- homines diversa quod ad religionem sentientes complectitur, puerorum in-
tholici non sunt magistri, qui pueros catholicos acatholicosque communi- stitutioni aliter consulat quam per scholas quae neutrae ac mixtae vocantur,
ter Iitteris atque artibus imbuunt. cum, contra, ipsa respublica civium eruditioni prospicere et prudentius de-
beat et facilius queat, si Ecclesiae familiarumque hac in re coepta operam-
51
52
N . TOMMASEO, Pensieñ sull'educazione I 3,6, que libere perfici atque adhiberi sinat, aequis praeterea alteram alteramque
Pío IX, encíclica Quum non sine, 14 d e julio de 1864; Syüabus p r o p . 4 8 . — L E Ó N XT1I, fovendo muniendoque subsidiis. Id autem, magno cum familiarum gaudio
aloe. Summi Pontificatus, 20 de agosto d e 1880; encíclica Nnbilhsima Gallorum gens, 8 d e fe-
brero d e 1884; encíclica Quod multum, 22 de agosto de 1886; carta Officio sanctissimo, 22 de itemque profectu publicae sive eruditionis sive tranquillitatis, effici posse, ea
diciembre d e 1887; encíclica Caritatis, 19 de m a r z o d e 1804, etc. Cf. etiam CIC cum fontium plañe demonstrant, quae videmus usu venire apud quasdam nationes, in
onnot.: ad en. 1374.
53 Cf. C I C en. 13 74- 54
LEÓN XIII, encíclica Mtlitantis Ecclesiae, 1 de agosto de 1897: ASS 30 (1897-1898) 3 .
5G8 rio XI
TDIVINI I L L I U S MAGISTRI 567
sefianza y la tranquilidad pública, está c o m p r o b a d a p o r la expe-
riencia de varias naciones, en las cuales, a pesar de la diversidad d e
confesiones religiosas, los planes de enseñanza de las escuelas r e s p e - [La escuela y la Acción Católica']
t a n e n t e r a m e n t e los derechos educativos de las familias, n o sólo en
[ 6 9 ] . T o d a la labor d e los católicos en p r o del fomento y de
lo concerniente a la enseñanza—pues existe la escuela católica p a r a
la defensa de la escuela católica para sus hijos es u n a obra genuina-
los a l u m n o s católicos—, sino t a m b i é n en t o d o lo relativo a u n a j u s -
m e n t e religiosa, y, p o r esto m i s m o , misión m u y principal d e la
ta y recta ayuda financiera del E s t a d o a cada u n a de las escuelas
Acción Católica; por lo cual son para n u e s t r o corazón p a t e r n o m u y
escogidas p o r las familias.
q u e r i d a s y dignas de t o d a alabanza las asociaciones especiales q u e
[ 6 7 ] . E n otros países, t a m b i é n de religión mixta, la política en varias naciones trabajan con gran celo en esta obra t a n necesaria.
educativa es m u y distinta, con grave daño d e los católicos, quienes, [ 7 0 ] . Dígase en voz b i e n alta y e n t i e n d a n y reconozcan t o d o s
bajo la guía del episcopado y con la ayuda incesante del clero secu- q u e los católicos de cualquier nación del m u n d o , al p r o c u r a r u n a
lar y regular, financian t o t a l m e n t e con sus propios medios la escuela escuela católica para sus hijos, n o realizan u n a obra política de par-
católica p a r a sus hijos—conscientes de su gravísima obligación en tido, sino q u e c u m p l e n u n deber religioso exigido necesariamente
esta materia—y, con una loable y constante generosidad, perseveran por su conciencia; y al obrar así n o p r e t e n d e n alejar a sus hijos de
en el propósito de asegurar e n t e r a m e n t e , como santo y seña de su la disciplina y del espíritu nacional, s i n o ' q u e p r o c u r a n , p o r el con-
acción, «la educación católica, para toda la j u v e n t u d católica, en trario, educarlos en este m i s m o espíritu del m o d o m á s perfecto y
las escuelas católicas». Esta escuela católica, a u n q u e no1 está s u b v e n - m á s c o n d u c e n t e a la verdadera p r o s p e r i d a d d e la nación, p o r q u e
cionada p o r la H a c i e n d a pública, como lo exigiría la justicia distri- t o d o católico verdadero, formado en la doctrina católica, es p o r esto
butiva, n o p u e d e ser p r o h i b i d a n i coartada p o r las autoridades q u e m i s m o u n excelente ciudadano, a m a n t e d e su patria, leal p a r a la
t e n g a n clara conciencia de los derechos de la familia y de las con- autoridad civil constituida, sea la q u e sea la forma legítima de go-
diciones indispensables de la legítima libertad. bierno establecida.
[ 6 8 ] . Y en las naciones en q u e esta m i s m a libertad elemental [71 ]. E n esta escuela católica, q u e concuerda con la Iglesia y
se halla s u p r i m i d a o d e diversas m a n e r a s dificultada, los católicos con la familia cristiana, n o p o d r á j a m á s suceder q u e la enseñanza de
n u n c a trabajarán lo bastante, a pesar d e los mayores sacrificios, p a r a las diversas disciplinas contradiga, con evidente d a ñ o de la educa-
sostener y defender sus escuelas y p r o c u r a r el establecimiento d e ción, la instrucción q u e los a l u m n o s a d q u i e r e n en materia religiosa;
u n a legislación escolar justa. y si es necesario dar a conocer al a l u m n o , p o r escrupulosa responsa-
quibus, etsi alii aliam religionem sectamve sequuntur, ordo dispertitieque bilidad de magisterio, las obras erróneas q u e h a y q u e refutar, esta
scholarum nullo pacto iura familiarum offendunt, non solum quod pertinet enseñanza se dará con u n a preparación y u n a exposición t a n clara
ad doctrinas (praesertim cura illie catholici ludí catholicis adolescentibus
praesto sint), sed etíam quod spectat ad aequam rectamque sumptuum Quicquid autem ad scholam catholicam in filiorum suorum usum pro-
Acompensationem a república collatam scholis iliis quas familiae iure suo vehendam ac tuendam a christifidelibus agitur, opus religionis sine ulla
%>ostulant. dubitatione est, proptereaque potissimum «Actionis Catholicae» munus; ita*
At vero in alus, mixtae item religionis, nationibus res se longe aliter ha- ut paterno animo Nostro pergratae sint, sintque praecipuis laudibus dignae
bent, haud exiguo cum catholicorum hominum detrimento; qui, auspicibus sodalitates illae omnes, quae multifariam in opus tam necessarium peculiari
ducibusque Episcopis et sacerdotibus ómnibus utriusque cleri opem feren- modo ac studiosissime incumbunt.
tibus, pecunia dumtaxat suá scholas sustentant ad filios suos recte insti- Quapropter alte denuntietur et bene ab ómnibus animadvertatur atque
tuendos—memores ut sunt gravissimi quo obstringuntur officii—et, lau- agnoscatur, christifideles, catholicam scholam filiis quaerendo suis, nus-
dabili liberalitate ac constantia, in suo perstant proposito, illud tamquam quam gentium opus admittere politicae factionis, sed fungi religionis officio,
insigne suae actionis praeferentes, ut scilicet «omni catholicae iuventuti ca- quod sua ipsorum conscientia necessario postulat; iisdemque eam esse
tholicam educationem in scholis catholicis» omnino provideant. Quod qui- mentem non ut filios suos a reipublicae disciplina atque spiritu distrahant,
dem coeptum, etsi sumptu publico minime f'ulcitur, ut lex iustitiae pos- immo ut ad id ipsum, perfectissimo modo atque nationis utilitati accom-
tularet, tamen a magistratibus praepediri ac vetari nullo modo pctest, nisi modatissimo, conforment, cum catholicus veri nominis, a catholica quidem
ii velint sacra familiae iura conculcare et germanae libertatis ñervos in- doctrina instructus, hoc ipso optimus civis, cultor patriae, publicae aucto-
fringere. ritati sincera fide obtemperans, sub quavis legitima regiminis forma, repe-
Ubi- vero gentium primis hisce libertatis quasi elementis repugnatur riatur.
vel multiplici ratione officitur, homines catholici nunquam satis, vel per má- In eiusmodi vero schola, quae cum Ecclesia et cum christiana familia
ximas molestias, in eo elaborabunt ut scholas suas tueantur incólumes et concordat, eventurum profecto non est, ut, manifestó cum educationis de-
iustae de libera adolescentium institutione leges auspicato condantur. trimento, ea variis in disciplinis oppugnentur quae in religiosa institutione
discipuli didicerint; quod si praeceptores, pro sua magisterii sollícitudine,
ad eorum cognitionem, refutationis causa, libros erroribus inquinatos duxe-
rint perferendos, talibus id quidem cautionibus talique sanae doctrinae re-
568 PÍO XI THVINI ILUUS MAGISTFI 509
d e la sana doctrina, q u e , lejos d e implicar d a ñ o , proporcionará 58
b u s c a d o lo superfiuo» . P o r lo cual, t o d o profesor cristiano d e b e
g r a n p r o v e c h o a la formación cristiana d e la j u v e n t u d . tener presente lo q u e dice L e ó n X I I I en u n a breve sentencia: hay
[72]. D e la m i s m a manera, en este sistema educativo, el estu- q u e p r o c u r a r con e m p e ñ o q u e «no sólo el m é t o d o de la enseñanza
dio de la lengua patria y d e la literatura clásica j a m á s s u p o n d r á u n sea a p t o y sólido, sino q u e t a m b i é n y principaltnente la misma, en-
m e n o s c a b o d e la santidad d e las c o s t u m b r e s ; p o r q u e el profesor señanza esté p o r entero d e acuerdo con la fe católica, t a n t o e n las
cristiano seguirá el ejemplo d e las abejas, las cuales t o m a n la p a r t e letras c o m o e n la ciencia y, sobre todo, en la filosofía, d e la cual
m á s p u r a d e las flores y dejan el resto, como enseña San Basilio en d e p e n d e en g r a n p a r t e la dirección acertada d e las d e m á s ciencias» 5 9 .
su homilía a los jóvenes acerca d e la lectura d e los clásicos 55. [74]. L a eficacia de u n a escuela d e p e n d e m á s de u n o s b u e n o s
[73 ]. Esta necesaria cautela—indicada t a m b i é n p o r el p a g a n o maestros q u e d e u n a sana legislación. L o s maestros q u e requiere
Quintiliano 56—no i m p i d e en m o d o alguno q u e el profesor cristiano u n a escuela eficaz d e b e n estar perfectamente p r e p a r a d o s e instruí-
t o m e y aproveche c u a n t o d e v e r d a d e r a m e n t e b u e n o , e n las discipli- dos e n sus respectivas disciplinas, y d e b e n estar d o t a d o s d e las
nas y en los métodos, ofrece la época m o d e r n a , acordándose d e lo cualidades intelectuales y morales exigidas p o r su trascendental ofi-
q u e dice el A p ó s t o l : Probadlo todo y quedaos con lo bueno 5 7. P o r cio, a r d i e n d o e n u n p u r o y divino a m o r hacia los jóvenes a ellos
esto, al aceptar lo n u e v o , se guardará d e a b a n d o n a r fácilmente lo confiados, precisamente p o r q u e a m a n a Jesucristo y a su Iglesia, de
a n t i g u o cuya b o n d a d y eficacia h a c o m p r o b a d o la experiencia d e q u i e n aquéllos son hijos predilectos, y b u s c a n d o , p o r esto m i s m o ,
varios siglos, señaladamente en los estudios latinos, q u e sufren h o y con t o d o cuidado el verdadero bien de las familias y d e la patria.
día u n a creciente decadencia, precisamente p o r el injustificado a b a n - P o r esto nos llena el alma de consuelo y de g r a t i t u d hacia la b o n d a d
d o n o d e los m é t o d o s t a n fructuosamente empleados p o r el sano divina ver cómo, j u n t a m e n t e con los religiosos y las religiosas con-
h u m a n i s m o , q u e t a n t o floreció sobre t o d o e n las escuelas d e la Igle- sagrados a la enseñanza, existe u n t a n gran n ú m e r o de maestros y
sia. L a enseñanza tradicional d e la Iglesia exige q u e la j u v e n t u d maestras excelentes—organizados t a m b i é n en congregaciones y aso-
confiada a las escuelas católicas sea instruida p l e n a m e n t e en las ciaciones especiales destinadas al mejor cultivo espiritual de a q u é -
letras y en las ciencias d e 'acuerdo con las exigencias d e n u e s t r o s } llos, y q u e p o r esto d e b e n ser alabadas y fomentadas c o m o nobilí-
tiempos, p e r o al m i s m o t i e m p o t a m b i é n con toda solidez y profun- simos y poderosos auxiliares de la Acción Católica—dedicados con
d i d a d en la sana filosofía, evitando la desordenada erudición d e a q u e - desinterés, celo y constancia a la q u e San Gregorio N a c i a n c e n o
llos q u e «habrían e n c o n t r a d o tal vez lo necesario si n o h u b i e s e n
levitate posthabita qui «invenissent forsitan necessaria nisi et superflua quae-
siissent». Itaque ea magistro cuique christiano ante oculos habenda sunt,
medio praestituri sunt, ut non iacturam, sed potius utilitatem christiana ;
quae brevi sententia Leo XIII complectitur: «... alacrius adnitendum est,
inde iuventutis educatio capiat.
ut non solum apta ac solida institutionis methodus, sed máxime institutio
Qua in instituendi ratione, itidem, non est cur patrii sermonis classi- ipsa catholicae fidei omnino conformis in litteris et disciplinis vigeat, prae-
carumque, ut aiunt, litterarum studium ullum unquam morum sanctimoniae sertim autem in philosophia, ex qua recta aliarum scientiarum ratio magna
Idetrimentum afferat; christianus enim magister exemplum de apibus capiet, ex parte dependet».
quae quicquid in floribus purissimum est, sugunt reliquumque dimit-
tunt, ut in sermone de classicorum scriptorum lectione adolescentes sanctus Salutaris autem scholarum efficientia non tam rectis legibus quam ma-
Basilius docet. gistris rectis tribuenda est, qui, egregie parati atque suam quisque callen-
tes disciplinam, discipulis tradendam, mentís quidem animique laudibus
Quae quídem necessaria cautio—ab ethnico quoque Quintiliano propo- ornati quas munus sane gravissimum postulat, casta et divina caritate erga
sita—minime jmpedit quominus christianus magister, quae veré bona et iuvenes sibi commissos flagrent, perinde ac Iesum Christum eiusque Eccle-
utilia in disciplinas earumque tradendarum rationem témpora nostra intu- siam diligunt—quorum illi sunt filii carissimi—, atque hoc ipso sincere bo-
lerint atque inferant, ea adsciscat adhibeatque, secundum illud Apostoli: num verum familiarum ac patriae cordi habent. Praeclaris igitur afficimur
«Omnia probate; quod bonum est tenete». Quocirca, dum nova assumit, solaciis gratoque divinam Bonitatem prosequimur animo, cum videamus ad
cavebit ipse, vetera ne facile deserat, quorum utilitatem et vim plurium sodales religiosos et religiosas virgines, quotquot docendis pueris adoles-
saeculorum usus docuerit, litterarum latinarum in studio praesertim, quas centibusque se devovent, tot tamque probos accederé utriusque sexus prae-
cotidie magis prolabentes cernimus, ob neglectas, perperam sane, docendi ceptores, eosdemque—ad animum sanctius excolendum in congregationes
rationes, ab eo, qui in Ecclesiae praecipue scholis magnopere floruit, sano quoque et sodalitates proprias coeuntes, quae tamquam nobilissimum vali-
humaniorum litterarum cultu tam utiliter usurpatas. Mos vero nobilissimus a dumque «Actionis Catholicae» praesidium laudandae ac promovendae sunt—,
maioribus traditus postulat ut iuvenes, catholicis scholis commissi, litteris uti- utilitatis immemores suae, enixe constanterque illi operam daré quam «ar-
que et doctrinis plene pro temporum nostrorum conditione, sed simul tem artium et scientiam scientiarum» Sanctus Gregorius Nazianzenus veg
etiam saniore philosophia solide ac penítus imbuantur, inordinata eorum
'* SÉNECA, Epist. 45.
5g
55 SAN BASILIO, homilía 22 dirigida a los jóvenes: PG 31,563-590. LEÓN XIII, encíclica Inscrutabili Dei, 21 de abril de 1878: ASS 10 (1877-1878) 585-
56 QUINTILIANO, ¡nstitutiones oratoriae 1 8. 502. Véase también la encíclica de Pío XI, Studiorum Ducem, de 29 de junio de 1923, publi-
57 1 Thes. 5,21. cada con motivo del sexto centenario de la canonización de Santo Tomás: AAS 15 (1923)
309-326.
570 PÍO xi
D I V I N I ILI.IUS MAGISTRI 571
llama «arte de las artes y ciencia de las ciencias» 6 0 , es decir, la di-
rección y formación de la j u v e n t u d . Sin e m b a r g o , t a m b i é n a estos s u b o r d i n a n , p o r desgracia, m u c h a s veces al incentivo de las malas
auxiliares d e la educación se aplica el dicho del divino M a e s t r o : pasiones y a la codicia de las ganancias. San A g u s t í n gemía y se
lamentaba viendo la pasión q u e arrastraba t a m b i é n a los cristianos
La mies es mucha, pero los obreros pocos 6 1 ; roguemos, por tanto, al
de su t i e m p o a los espectáculos del circo, y describe con u n vivo
Señor de la mies q u e multiplique el n ú m e r o de estos obreros de la
d r a m a t i s m o la perversión, felizmente pasajera, de su d i s c í p u l o y
educación cristiana, cuya formación d e b e n t e n e r m u y en el corazón
amigo A l i p i o 6 4 . ¡ C u á n t o s jóvenes p e r d i d o s p o r los espectáculos
los pastores de las almas y los s u p r e m o s moderadores de las O r d e n e s
y por los libros licenciosos d e hoy día son llorados a m a r g a m e n t e
religiosas.
por sus p a d r e s y sus e d u c a d o r e s !
[75 ]. E s t a m b i é n necesario dirigir y vigilar la educación del
joven, «blando como la cera para doblegarse con el vicio» 6 2 , en [77]. Son p o r esto de alabar y d e b e n ser fomentadas todas las
cualquier otro a m b i e n t e en q u e p u e d a encontrarse, apartándolo de obras educativas que, con u n espíritu sinceramente cristiano de celo
las ocasiones peligrosas y p r o c u r á n d o l e recreaciones y amistades por las almas de los jóvenes, p r o c u r a n , p o r medio de libros y p e r i ó -
buenas, ya q u e las conversaciones malas estragan las buenas cos- dicos aptos, informar principalmente a los padres y a los e d u c a d o r e s
tumbres 63. sobre los peligros morales y religiosos q u e con frecuencia de una
manera fraudulenta encierran los libros y los espectáculos; consa-
[El mundo y sus peligros] grándose, además, a la difusión de las b u e n a s lecturas, al fomento
de u n teatro v e r d a d e r a m e n t e educativo y a la creación, con grandes
[76]. E n n u e s t r a época h a crecido la necesidad de u n a m á s
sacrificios, de salas de teatro y cine, en las cuales n o sólo está alejado
extensa y cuidadosa vigilancia, p o r q u e h a n a u m e n t a d o las ocasiones
todo peligro p a r a la virtud, sino q u e s u p o n e n a d e m á s u n a ayuda
de naufragio moral y religioso para la j u v e n t u d inexperta, sobre
positiva p a r a ésta.
t o d o p o r obra de u n a impía literatura obscena vendida a bajo precio
y diabólicamente propagada p o r los espectáculos cinematográficos, [78]. D e esta necesaria vigilancia n o se sigue, sin e m b a r g o ,
q u e ofrecen a los espectadores sin distinción t o d a clase de represen- que la j u v e n t u d t e n g a q u e vivir separada de la sociedad, e n la cual
taciones, y ú l t i m a m e n t e t a m b i é n por las emisiones radiofónicas, debe vivir y salvar su a l m a ; sólo se sigue la conclusión de q u e hoy,
q u e multiplican y facilitan toda clase de lecturas. Estos poderosí- más q u e nunca, la j u v e n t u d d e b e estar a r m a d a y fortalecida cristiana-
simos medios de divulgación, q u e , regidos p o r sanos principios, m e n t e contra las seducciones y los errores del m u n d o , el cual, como
p u e d e n ser de gran utilidad p a r a la instrucción y educación, se advierte u n a sentencia divina, es t o d o él concupiscencia de la carne,
concupiscencia de los ojos y soberbia de la vida 6 5 ; de tal m a n e r a que,
cat, scilicet iuvenes regundi ac conformandi. Cum tameri in eos quoque
illud divini Magistri quadret: «Messis quidem multa, operarii autem pauci», magnopere atque educationi prodesse queant, saepe—proh dolor—prove-
tales christianae educationis artífices—quorum institutio Pastoribus anima- hendis vitiorum illecebris sordidisque quaestibus serviunt. Sanctus Augus-
rum summisque religiosorum ordinum moderatoribus magnopere curae tinus in ardore ingemiscebat, quo ad ludos circenses christifideles eius tem-
esse debet—Dominum messis multos ut alios mittat supplicibus precibus poris comprares rapiebantur, depravationemque Alipii, discipuli et amici
exoramus. sui, quae, feliciter, paulisper constituit, vividis verbis enarrat. Quot iam
Oportet praeterea, adolescentis educatio, quippe qui sit «cereus in vi- adolescentes, ludis hodiernis et turpibus libris corruptos, parentes ac ma-
tium flectí», in quacumque consuetudine vitae ipse se habeat, dirigatur et gistri nunc defleant oportet!
custodiatur, malas removendo occasiones, bonas autem opportune suffi- Quapropter omnia illa laudanda et adiuvanda sunt opera educationi de-
ciendo, in animi remissionibus et in delectu sodalium, quia «corrumpunt dita, quae, christiano prorsus spiritu studioque ducta iuvenum animis sub-
mores bonos colloquia mala». veniendi, opportunis libris et ephemeridibus parentes potissimum et prae-
ceptores de insidiis edocent, quae, subdole plerumque, moribus et religio-
Nostris, ceteroqui, temporibus eo plenius ac diligentius evigilandum n¡ per libros et spectacula struuntur, itemque, praeterquam quod curant, ut
est, quo plures iuvenibus imperitis faciendi morum pietatisque naufragii saniores libri in vulgus propagentur et ludí scenici rectae institutioni fruc-
occasiones increbrescunt, máxime ex impiis obscenisque libris, quorum luosi habeantur, magno quidem impendió theatra et «cinematographa»
satis multi nefarie parvo yeneunt ac propagantur, ex «cinematographicis» aliquando condunt, unde christianae virtuti non modo nihil discriminis in-
ludis, nunc autem ex «radiophonicis» quoque auditionibus, quae cuiusvis cidat, verum etiam haud parum accedat utilitatis.
generis lectionem—sicut «cynematographa» quodlibet spectaculum—ple-
risque exhibent atque faciliorem reddunt. Validissima eiusmodi ad quidvis Eiusmodi tamen custodia ac vigilantia, quam adhiberi oportere dixi-
evulgandum subsidia, quae, si ad sana principia apte regantur, eruditioni raus, minime postulat, ut iuvenes ab hominum commercio segregentur,
quibuscum vita degenda animaeque saluti consulendum erit, sed tantum
eo SAN GREGORIO DE NAZIANZO, Orat. II 16: PG 35,426. ut muniantur et christiane firmentur, hodie quam máxime, adversus ¡Iléce-
61 M t . 9,37- bras erroresque mundi, qui, ad illud Ioannis, totus est «concupiscentia
62 HORACIO, De arte poética 5,163,
63 1 Cor. 15,33' 64 SAN AGUSTÍN, Confesiones VI S: P L 32,726; B A C , Obras de San Agustín t.2 p.290.
• 6 5 1 lo. 2,16.
572 PÍO xi
D I V I N I I I X I U S MAGISTRI 573
como decía T e r t u l i a n o de ios p r i m e r o s cristianos, los cristianos d e
h o y vivan c o m o d e b e n vivir los verdaderos discípulos d e C r i s t o : [82 ]. P o r consiguiente, el verdadero cristiano, formado p o r la
«copropietarios del m u n d o , p e r o n o del error» 66. educación cristiana, es el h o m b r e sobrenatural, q u e siente, piensa
y obra constante y consecuentemente según la recta razón iluminada
[79]. C o n esta sentencia d e T e r t u l i a n o h e m o s tocado la últi-
p o r la luz sobrenatural d e los ejemplos y de la doctrina d e Cristo,
m a p a r t e d e n u e s t r a exposición; p a r t e q u e tiene u n a g r a n trascen-
o, para decirlo con u n a expresión ahora en uso, el. verdadero y c o m -
dencia, p o r tratarse e n ella d e la verdadera substancia d e la educa-
pleto h o m b r e d e carácter. P o r q u e lo q u e constituye el v e r d a d e r o
ción cristiana, tal como se d e s p r e n d e d e su fin p r o p i o ; esta última
h o m b r e de carácter n o es u n a consecuencia y tenacidad cualesquieras,
consideración ilumina con luz meridiana la s u p e r e m i n e n t e misión
d e t e r m i n a d a s p o r principios m e r a m e n t e subjetivos, sino solamente
educativa d e la Iglesia. la constancia en seguir los principios eternos d e la justicia, c o m o
lo reconoce el m i s m o poeta pagano, c u a n d o alaba inseparablemente
[IV. FIN Y FORMA D É LA EDUCACIÓN C R I S T I A N A ] iustum ac tenacem propositi virum 7 0 , es decir, la justicia y la tenaci-
[80]. E l fin p r o p i o e inmediato d e la educación cristiana es d a d en la c o n d u c t a ; justicia q u e , p o r otra parte, n o p u e d e existir en
su total integridad si n o es d a n d o a D i o s lo q u e a D i o s se d e b e ,
cooperar con la gracia divina en la formación del v e r d a d e r o y p e r -
como lo hace el v e r d a d e r o cristiano.
fecto cristiano; es decir, formar a Cristo en los regenerados con el
bautismo, s e g ú n la viva expresión del A p ó s t o l : Hijos míos, por quie- [83 ] . E s t e fin d e la educación cristiana aparece a los ojos de
nes sufro de nuevo dolores dt parto hasta ver a Cristo formado en los profanos c o m o u n a abstracción inútil, o m á s b i e n c o m o u n p r o -
vosotros67. P o r q u e el verdadero cristiano d e b e vivir la vida sobre- pósito irrealizable, sin s u p r i m i r o m e r m a r las facultades naturales
natural en C r i s t o : Cristo, vuestra vida6s, y manifestarla en t o d a su y sin renunciar, al m i s m o t i e m p o , a la actividad propia d e la vida
actuación p e r s o n a l : Para que la vida de Jesús se manifieste también terrena, y, e n consecuencia, c o m o cosa extraña a la vida social y a
69
en nuestra carne mortal . la p r o s p e r i d a d t e m p o r a l y como ideal contrario a t o d o p r o g r e s o en
[81 ] . P o r esto precisamente, la educación cristiana c o m p r e n d e la literatura, e n las ciencias, en el arte y en t o d a otra manifestación
t o d o el ámbito' d e la vida h u m a n a , la sensible y la espiritual, la in- d e la civilización. A esta objeción, q u e ya fué planteada p o r la igno-
telectual y la moral, la individual, la doméstica y la civil, n o para rancia o p o r los prejuicios d e los paganos eruditos de su t i e m p o
disminuirla o recortarla, sino p a r a elevarla, regularla y perfeccio- •—objeción repetida, p o r desgracia, con m á s frecuencia e insistencia
narla según los ejemplos y la doctrina d e Jesucristo. en los t i e m p o s m o d e r n o s — h a b í a r e s p o n d i d o T e r t u l i a n o : «No so-
m o s ajenos a la vida. N o s acordamos d e q u e d e b e m o s gratitud a
carnis, concupiscentia oculorum et supérbia vitae»; ita ut, quemadmodum de Dios, Señor y C r e a d o r ; n o rechazamos fruto alguno d e sus o b r a s ;
priscis christianis Tertullianus scripsit, tales nostris se habeant quales chris-
tianos esse nullo non tempore decet «compossessores mundi, non erroris».
Quibus Tertulliani verbis illud tetigimus, de quo, licet maximi momenti Itaque verus christianus, christiana educatione conformatus, alius non
esset, postremo agere constituimus: videlicet in quo, ut e proprio eius fine est ac supernaturalis homo, qui sentit, iudicat, constanter sibique congruen-
colligitur, christiana educatio praecipue posita sit; quod autem si sedulo ter operatur, ad rectam rationem, exemplis doctrinaque lesu Christi super-
animadvertatur, meridiana luce clarius apparebit, supremum educandi mu- naturaliter collustratam: scilicet, homo germana animi firmitate insigáis.
ñus atque officium ad Ecclesiam pertinere. Ñeque enim quisquís sibi consentit et sui propriique tenax propositi agit,
is solido ingenio est, sed unus ille qui aeternas iustitiae rationes sequitur, fit
Eo proprie ac proxime intendit christiana educatio, ut divina cum gra- agnovit ethnicus ipse poeta, «iustum» una simul «et tenacem propositi vi-
da conspirando, germanum atque perfectum christianum efficiat hominem: rum» extollens; quae, ceterum, iustitiae rationes integre servari nequeunt,
ut Christum scilicet ipsum exprimat atque effingat in illis qui sint Baptismate nisi Deo tribuatur—ut fit a vero christiano—quidquid Deo debetur.
renati ad illud Apostoli vividum: «Filioli mei, quos íterum parturio, doñee
formetur Christus in vobis». Vitam enim supernaturalem germanus christia- Hic sane christianae educationis finis profanis hominibus inanis quae-
nus vi veré debet in Chrísto: «Christus, vita vestra», eandemque in ómnibus dam cogitatio videtur vel potius tale propositum quod perfici nequeat quin
rebus gerendis manifestare «ut et vita lesu manifestetur in carne nostra non modo naturales vires deleantur vel saltem extenuentur, sed etiam huius
mortalí». vitae actio quodammodo repudietur: unde sequitur, ut sit illud a societate
hominum terrenaque eorum prosperitate alienum et cuilibet in litteris, in
Quae cum ita sint, summam ipsam humanorum actuum, quod attinet
doctrinis, in artibus, in cultu demum humano civilique profectui vehemen-
ad efficientiam sensuum et spiritus, ad intellectum et ad mores, ad singulos
ter infestum. Cui vero dubitationi, quam ethnici olim, etsi eruditi, rerum
et ad societatem domesticam atque civilem, christiana educatio totam com-
tamen nostrarum ignari et praeiudicatis opinionibus imbuti, proposuerant
plectitur, non autem ut vel minime extenuet, verum ut secundum lesu
—quaeque, recentiore aetate, proh dolor, crebrius ac pertmacius prolata
Christi exempla et doctrinam extollat, regat, perficiat.
est—Tertullianus oceurrerat: «Non sumus exsules vitae. Meminimus gra-
66 TERTULIANO, De idololatria 14: P L 1,682. tiam nos deberé Deo Domino Creatori; nullum fructum operum eius repu-
o? G a l . 4,19- diamus; plañe temperamus, ne ultra modum aut perperam utamur. Itaque
o» Col. ;¡,4- " i Cor. 4,11. .
.'» H O R A C I O , Odae III 3,1.
"574 PÍO xi UIVIM Il.UUS MAGISTKI 575

solamente limitamos el uso de estos frutos para n o incurrir en vicio desde el p a d r e de familia hasta el monarca g o b e r n a d o r de pueblos,
o extralimitación. Vivimos, p o r tanto, en este m u n d o con vuestro desde las niñas ingenuas y las mujeres consagradas al hogar hasta
m i s m o foro, con vuestro mercado, con vuestros baños, casas, tiendas, las reinas y emperatrices. Y ¿qué decir de la inmensa labor realizada,
caballerizas, con vuestras mismas-ferias y vuestro m i s m o comercio. a u n en p r o del bienestar temporal, por los misioneros del Evange-
N a v e g a m o s y hacemos el servicio militar con vosotros, cultivamos lio, quienes, con la luz de la fe, h a n llevado y llevan a los pueblos
los campos, negociamos; p o r lo cual intercambiamos nuestros tra- b á r b a r o s los bienes de la civilización? ¿ Q u é decir de los fundadores
bajos y p o n e m o s a vuestra disposición n u e s t r o s p r o d u c t o s . F r a n c a - de i n n u m e r a b l e s obras de caridad y asistencia social y del i n t e r m i -
m e n t e , n o veo cómo p o d e m o s pareceros inútiles para vuestros nego- nable catálogo de santos educadores y santas educadoras, q u e h a n
cios, con los cuales y de los cuales vivimos» 7 1 . Por esto, el v e r d a d e r o p e r p e t u a d o y multiplicado su obra en fecundas instituciones de
cristiano, lejos de renunciar a la acción terrena o debilitar sus ener- educación cristiana para el b i e n de las familias y de las naciones?
gías naturales, las desarrolla y perfecciona combinándolas con la [85 ]. Estos, éstos son los frutos benéficos de la educación cris-
vida sobrenatural, de tal m a n e r a q u e ennoblece la m i s m a vida na- tiana, precisamente p o r la virtuosa vida sobrenatural en Cristo q u e
tural y le p r o c u r a u n auxilio m á s eficaz, n o sólo de o r d e n espiritual esta educación desarrolla y forma en el h o m b r e ; p o r q u e Cristo
y eterno, sino t a m b i é n de o r d e n material y temporal. N u e s t r o Señor, M a e s t r o divino, es el autor y el d a d o r de esta vida
[84]. . Estos efectos del o r d e n sobrenatural en el natural es- virtuosa y, al m i s m o tiempo, con su ejemplo, el modelo universal
t á n demostrados, por la historia entera del cristianismo y de sus y accesible a todas las condiciones de la vida h u m a n a , particular-
instituciones, q u e se identifica con la historia de la verdadera civi- m e n t e d e la j u v e n t u d , e n el período d e su vida escondida, laboriosa
lización y del genuino progreso hasta nuestros d í a s ; y particular- y obediente, a d o r n a d a de todas las virtudes individuales, domésti-
m e n t e p o r las vidas de los santos, engendrados p e r p e t u a m e n t e y cas y sociales, delante de D i o s y delante de los h o m b r e s .
exclusivamente por la m a d r e Iglesia, los cuales h a n alcanzado, en [86]. P o r consiguiente, t o d o este conjunto de tesoros e d u c a -
u n grado perfectísimo, el ideal esencial de la educación cristiana tivos de infinito valor q u e hasta ahora h e m o s ido r e c o r d a n d o par-
y h a n ennoblecido y aprovechado a la sociedad civil con toda clase cialmente, pertenece de u n a m a n e r a t a n í n t i m a a la Iglesia, que
de bienes. P o r q u e los santos h a n sido, son y serán siempre los m á s viene como a identificarse con su propia naturaleza, por ser la Iglesia
grandes bienhechores de la sociedad h u m a n a , como t a m b i é n los el C u e r p o místico de Cristo, la Esposa inmaculada de Cristo y, por
m á s perfectos modelos de toda clase y profesión, en t o d o estado y lo tanto, M a d r e fecundísima y educadora soberana y perfecta. Por
condición de vida, d e s d e el campesino sencillo hasta el h o m b r e de esto el genio extraordinario de San A g u s t í n — d e cuyo dichoso trán-
ciencia, desde el h u m i l d e obrero hasta el general d e los ejércitos,
atque imperatrices. Verum, quibusnam praedicemus laudibus iílos evangelii
non sine foro, non sine macello, non sine balneis, tabernis. officinis, sta- praecones, qui in missionibus, opera propemodum infinita, bonorum quo-
bulis, nundinis vestris, ceterisque commercüs cohabitamus in hoc saeculo. que huius vitae feraci, una cum fidei lumine barbaris gentibus huraani
Navigamus et nos vobiscum et militamus, et rusticarnur, et mercamur, civilisque cultus commoda tulerunt ac ferunt: quibusnam eos omnes, qui
proinde miscemus artes, operas nostras pubücamus usui vestro. Quomodo tot ac tam varia opera hominibus christiana caritate sublevaridis condide-
infructuosi videamur negotiis vestris, cum quibus et de quibus vivimus, runt: quibusnam denique sanctos illos ex utroque sexu institutores, sane
npn scio». Idcirco sincerus christianus tantum abest ut res in hac vita ge- frequentissimos, qui suam christianae educationis operam per alios proga-
rendas abdicet et naturales vires comprimat, ut, contra, has alat ac perficiat gandam perpetuandamque, singulari sane cum familiarum ac nationum
cum vita supernaturali ita copulando, ut ipsam naturalem vivendi rationem utilítate, curarunt?
exornet efficacioribusque foveat adiumentis, non modo ad spiritualia atque Haec, haec quidem sunt quae ex christiana educatione proficiscuntur
aeterna, sed etiam ad ipsius naturalis vitae necessitates congruentibus. beneficia, idcirco quia ea ipsa hominem evehit atque effingit ad vitamvir-
Id profecto tota comprobat christianae religionis eiusque instituto- tutemque supernaturalem in Christo; quandoquidem Iesus Christus Do-
rum historia—quacum historia germani civilis cultus humanarumque pro- minus noster, divinus Magister, cum sit eius vitae ac virtutis auctor et
gressionum, ad nostros usque dies, omnino cohaeret—; praecipue autem largitor, tum universis hominibus, in quacumque ii conditione versantur,
vita Sanctorum ostendit, qui, ab Ecclesia Matre, eademque una, perpetua iuvenibus praesertim, exemplum se praebet, in eo potissimum aetatis suae
quadam fecunditate geniti, perfectam absolutamque christianae educationis decursu intuendum atque imitandum, cum, obediens omnibusque virtuti-
formam in se referentes, hominum communionem nobilitarunt et bonis bus, quae singulos, familiam, societatem respiciunt, coram Deo et homini-
omne genus auxerunt. Optime sane iidem de humano genere meriti, in bus, exornatus, vitam obscure et laboriose traduxit.
omni civium ordine atque in quavis vitae conditione, editis perfectae sancti-
Itaque omnes eiusmodi thesauri, quos, nunquam satis aestimandos,
tatis exemplis, floruerunt; in iis enim non desuní cum agricolae simplices
hucusque vix ex parte mémoravimus, tam arete ad Ecclesiam pertinent,
ac rudes tum viri disciplinis litterisque exculti, cum tenuior opifex tum
ut eius veluti naturam constituant, cum mysticum Christi corpus, immacu-
exercitus dux, cum privatus paterfamilias tum rex populorum gubernator, lata Christi Sponsa, ideoque fecundissima Mater, itemque suprema ac per-
cum ingenuae puellae deditaeque rei familiari mulieres tum regiae uxores fecta educatrix Ecclesia sit. Quamobrem- magnus ille atque ingeniosus
TERTULIANO, Apoiogeñcum 4 2 : P L 1,491. Augustinus—cuius beato ab obitu saeculum quintum ac decimum acturi
576 río xi UIMNI 1I.I.IUS MAG1STKI 577

sito vamos a celebrar p r o n t o el d e c i m o q u i n t o c e n t e n a r i o — p r o n u n - ción cristiana se reoejan y m u l t i p l i q u e n e n t o d o el m u n d o con p r o -


ciaba, lleno de santo a m o r p o r la Iglesia, estas p a l a b r a s : «¡Oh Igle- vecho siempre creciente d e los individuos y d e los pueblos.
sia católica, m a d r e verdadera d e los cristianos! C o n razón predicas C o m o p r e n d a d e estas gracias celestiales, i m p a r t i m o s con pa-
n o sólo q u e h a y q u e h o n r a r p u r a y castamente a D i o s , cuya p o s e - t e r n o afecto a vosotros, venerables h e r m a n o s ; a vuestro clero y a
sión es vida dichosa..., sino q u e t a m b i é n abrazas el a m o r y la ca- vuestro p u e b l o la bendición apostólica.
r i d a d del prójimo, d e tal m a n e r a q u e en ti hallamos todas las medi- D a d o en R o m a , j u n t o a San P e d r o , el 31 de diciembre de 1929,
cinas eficaces p a r a los m u c h o s males q u e p o r causa d e los pecados a ñ o octavo d e n u e s t r o pontificado. >
aquejan a las almas. T ú adviertes y enseñas p u e r i l m e n t e a los niños,
in orbe universo terrarum praeclaros christianae institutionis fructus coti-
fuertemente a los jóvenes, delicadamente a los ancianos, conforme
die magis percipi atque augeri, in singulorum hominum et populorum emo-
a la e d a d d e cada u n o , e n s u cuerpo y en su espíritu... T ú con u n a Iumentum.
libre s e r v i d u m b r e sometes los hijos a sus padres y p o n e s a los p a - Quorum autem caelestium munerum auspicem, paterno animo, vobis,
d r e s delante d e los hijos con u n piadoso dominio. T ú , con el vínculo Venerabiles Fratres, et clero populoque vestro apostolicam benedictionem
d e la religión, m á s fuerte y m á s estrecho q u e el d e la sangre, u n e s impertimus.
a h e r m a n o s con h e r m a n o s . . . T ú , n o sólo con el vínculo d e la socie- Datum Romae, apud S. Petrum, die 31 mensis Decembris anno 1929,
dad, sino t a m b i é n con el d e u n a cierta fraternidad, ligas a c i u d a d a n o s Pontificatus Nostri octavo.
con ciudadanos, a naciones con n a c i o n e s ; en u n a palabra, u n e s a
t o d o s los h o m b r e s con el recuerdo de los p r i m e r o s padres. Enseñas
a los reyes a -mirar p o r los pueblos y amonestas a los p u e b l o s para
q u e o b e d e z c a n a los reyes. E n s e ñ a s diligentemente a q u i é n se d e b e
h o n o r , a q u i é n afecto, a q u i é n reverencia, a q u i é n t e m o r , a q u i é n
consuelo, a q u i é n aviso, a q u i é n exhortación, a q u i é n corrección, a
q u i é n reprensión, a q u i é n castigo, m o s t r a n d o c ó m o n o t o d o se debe
a tados, p e r o sí a t o d o s la caridad y a n i n g u n o la ofensa» 7 2 .
[ 8 7 ] . Elevemos al cielo, venerables h e r m a n o s , los corazones
y las m a n o s , suplicando al Pastor y Obispo de nuestras almas 7 3 , al
R e y divino, Señor de los que dominan, p a r a q u e El, con s u v i r t u d
todopoderosa, haga de m o d o q u e estos egregios frutos d e la educa-

mox sumus—sancta erga talem Matrem caritate abreptus, has voces edebat:
«Mérito Ecclesia catholica, Mater christianorum verissima, non solum
ipsum Deum, cuius adeptio vita est beatissima, purissime atque castissime
colendum praedicas; sed etiam proximi dilectionem atque caritatem ita
complecteris, ut variorum morborum, quibus pro peccatis suis animae
aegrotant, omnis apud te medicina praepolleat. T u pueriliter pueros, for-
titer iuvenes, quiete senes prout cuiusque non corporis tantum, sed et animi
aetas est, exerces ac doces. T u parentibus filios libera quadam servitute
subiungis, parentes filiis pia dominatione praeponis. T u fratribus fratres
religionis vinculo firmiore atque arctiore quam sanguinis nectis... T u cives
civibus, gentes gentibus, et prorsus nomines primorum parentum recorda-
tione, non societate tantum, sed quadam etiam fraternitate coniungis.
Doces Reges prospicere populis; mones populos se subdere Regibus. Quibus
honor debeatur, quibus affectus, quibus reverentia, quibus timor, quibus
consolatio, quibus admonitio, quibus cohortatio, quibus disciplina, quibus
obiurgatio, quibus supplicium, sedulo doces; ostendens quemadmodum
et non ómnibus omnia, et ómnibus caritas, et nulli debeatur iniuria».
Supplices interea, Venerabiles Fratres, ánimos et manus ad caelum
«ad Pastorem et Episcopum animarum nostrarum», ad divinum Régem «Do-
minum dominantium» erigamus, ut ipse virtute omnipotenti sua iubeat
72
SAN AGUSTÍN, De rrwribus Ecdesiae catholicae I 30: PL 32,1336; BAC, Obras de San
Agustín t.4 p.334.
73
1 Pctr. 2,25.

Jli'i'fr. fonlif. i 19
NON AlilSIÁMO Í?ISO<:XO' 679
NON ABBIAMO BISOGNO de prensa contra la Acción Católica en 1930, la actuación del Lavord
Fascista a fines de marzo de 1931, el discurso del honorable Giuriati
el 19 de abril de 1931 en Milán y la carta inmediata de Pío XI al
En defensa de la Acción Católica cardenal Schuster sobre la Acción Católica.
La publicación de la encíclica despertó una violenta reacción tanto
en los medios inferiores del partido como en las supremas jerarquías
del Directorio. Sin embargo, en septiembre del mismo año, el Gobierno
italiano inició un movimiento de retroceso parcial mediante un nuevo
acuerdo con la Santa Sede. Pero el conflicto siguió latente. En el fondo
subsistía la antítesis irreductible de iure et de facto entre dos concep-
ciones contradictorias sobre el hombre, la sociedad y el Estado. Pío XI
rechazó y condenó con energía indomable el estatismo mussoliniano.
«La encíclica Non abbiamo bisogno es una de las encíclicas re- El 11 de febrero de 1939 debía pronunciar un solemne discurso sobre
dactadas directamente en una lengua moderna..., y, como la Mit bren- este tema en presencia del episcopado italiano reunido en Roma. Pero
nender Sorge..., presenta un tono vivamente polémico; toma de posi- la muerte sorprendió al venerado Pontífice en la víspera de esta fecha 4 .
ción decidida y serena frente a uno de esos regímenes totalitarios que
en los tiempos modernos han intentado confiscar también lo espiritual
para fines políticos, de tal forma que el Estado, es decir, el jefe del BIBLIOGRAFÍA
Estado, pueda tratar a los pueblos como masas sin voluntad por encima J. SCHMIDLIN, Papstgeschichte der neuesten Zeit t.4 p.73 y 112.—G. DALLA
de toda ley moral heterónoma, sirviéndose de ellas como de mero ins- TORRL, Azione cattolica e fascismo, il conflitto del 1931 (Roma 1945).—G. CAS-
trumento para la lucha internacional» 1. TILLA, Histoire des Papes t.3 p.403.—I. GIORDANI, Le encicüche sociali p.489-492.
Enlazada directamente con la carta Ci si é domandato, sobre los
Pactos lateranenses2, la encíclica Non abbiamo bisogno representa la SUMARIO
consumación dolorosa de lo que en aquélla era una amenaza prevista. I. Se ha intentado herir de muerte a la Acción Católica en Italia. El
Esta encíclica es una condenación clara de toda estatolatría, de toda Papa tiene el deber de dirigir su palabra al episcopado, clero y pueblo
agresión política a la libertad de las conciencias, del monopolio estatal de Italia.
de la enseñanza y del abuso del juramento en la política de partido 3 . II. Agradecimiento, en primer lugar, al episcopado italiano. La paz
No condenó el partido ni el régimen fascistas en cuanto tales, pero sí interior, que proviene de la clara conciencia de estar de parte de la
condenó todo lo que en este régimen y en aquel partido era contrario a justicia y de la verdad, no ha abandonado al Papa. Agradecimiento
la doctrina y a la moral católicas. Y constituyó al mismo tiempo una a todos los católicos del mundo que han dado muestras de su soli-
advertencia clara de que era imposible todo acuerdo entre la Iglesia y daridad sobrenatural condenando la persecución contra la Acción
un Estado realmente totalitario, salvo en el caso de que este Estado, Católica italiana. Agradecimiento al clero, a los fieles y a las Asocia-
ciones católicas de Italia.
por una feliz inconsecuencia, moderara sus principios y detuviese las
conclusiones lógicas de éstos. III. Defensa de la verdad y de la justicia. Falsas acusaciones y vías de
hecho contra la Acción Católica llevadas a cabo de modo violento,"
Por otra parte, el documento presente constituye la apología polémi- sangriento a veces, y con la positiva connivencia de la fuerza pública.
ca por excelencia realizada por Pío XI con acentos de auténtica catiti- Se ha publicado un mensaje tendencioso, no oficial, que reúne
naria en pro de la Acción Católica. Desde este punto de vista puede las acusaciones falsas lanzadas, sin réplica posible, por la prensa del
ser considerado como la coronación de los documentos de carácter es- partido. Es obligada la respuesta a este mensaje.—La afirmación
trictamente doctrinal que el Papa publicó sobre la gran obra de su 4
El estudio de la encíclica Non abbiamo bisogno debe complementarse con la lectura d e
pontificado: la Acción Católica. otros documentos pontificios anteriores dedicados al análisis d e la situación italiana: carta
La aparición de esta encíclica fué provocada por una medida gu- autógrafa al cardenal Gasparri, secretario de Estado, de 18 d e febrero d e 1926, sobre los pro-
yectos de ley acerca de la legislación eclesiástica en Italia (AAS 18 [1926] 84-85); la alocución
bernativa injusta y violenta: la clausura en mayo de 1931 de todos los consistorial de 20 d e diciembre d e 1926, en la q u e el Papa denuncia públicamente la perse-
locales de las Asociaciones católicas juveniles. Era la fase terminal de cución contra las instituciones y los hombres católicos d e Italia (AAS 18 11926] 520-523);
carta autógrafa al cardenal Gasparri, secretario d e Estado, de 24 d e enero de 1927, sobre la
un duro período de preparación, cuyos jalones principales habían sido organización oficial italiana Opera Nazionale Balilla (AAS 19' [1927] 41-46); la alocución
señalados por el discurso de Mussolini en mayo de 1929, la campaña navideña d e 24 de diciembre d e 1929, en la que el Papa refuta la afirmación d e que la Acción
Católica hace política (AAS 21 [1929] 766-768); y, finalmente, la importante carta de 26 d e
1
.ibril d e 1931, en defensa de la Acción Católica, a! cardenal Schuster, arzobispo de Milán, la
I. GIORDANI, Le encicüche scciali p . 4 8 4 (Roma 1956). cual constituye el antecedente inmediato de la presente encíclica (AAS 23 [1931] 145-150).
2
P í o XI, carta autógrafa al cardenal Gasparri, secretario de Estado, 30 de m a y o de Véanse también los decretos del Santo Oficio condenando las obras completas de G. Gentile
1929: A A S 21 (1929) 297-306. f AAS 26 [1934] 434) y dos libros, el de M A R I O M I S S I R O L I , Date a Cesare. La política di Mus-
3
Esta condenación señala precisamente la línea de enlace d e la presente encíclica con la solini con documenti inediti, y el de IGNOTOS, Stato fascista, Chiesa e Scuola, impreso en la
M i í brennender Sorge, contra el totalitarismo nacionalsocialista. editorial del Littorio (AAS 22 [1930] 24).
5S0 PÍO X I NON ABBIAMO BISOC.NO 581
acerca (le L'OsservatoreRomanoes falsa.—Dice que en Italia es absoluto estas oraciones podemos esperarlo todo. La Iglesia no discute al Es-
el respeto a la Iglesia: los extranjeros que visitan Roma pueden com- tado los derechos de éste. Pero ha sido, es y será totalmente intransi-
probar la falsedad del aserto.—Acusa de «negra ingratitud» a los gente en la defensa de sus derechos, sobre todo en lo tocante a su
sacerdotes que se ponen frente al partido, el cual, según el informe, mandato educativo.
es la garantía de la libertad religiosa; sin embargo, el partido ha ini-
ciado hace ya tiempo las medidas contra la libertad de la Iglesia y
de la Acción Católica. Si ha habido ingratitud, no ha sido precisa-
mente la de la Iglesia.—Pretende el mensaje que en Italia no se per- [i ] . N o t e n e m o s necesidad l d e anunciaros, venerables h e r m a -
sigue a la Iglesia; pero en Italia existe una verdadera y real persecu- nos, los sucesos q u e e n estos últimos t i e m p o s h a n t e n i d o lugar en esta
ción contra la libertad y los derechos de la Iglesia y de las almas. n u e s t r a sede episcopal r o m a n a y e n t o d a Italia, q u e es decir en
Afirma el mensaje que la Acción Católica tiene carácter político. nuestra p r o p i a circunscripción primacial, sucesos q u e h a n t e n i d o
Esta afirmación, además de ser irrespetuosa para el Papa, carece de t a n amplia y p r o f u n d a repercusión en t o d o el m u n d o , y particu-
toda base real. Se dice que los jefes de la Acción Católica eran casi l a r m e n t e e n todas y cada u n a de las diócesis de Italia y del m u n d o
todos miembros o jefes del Partido Popular, cosa completamente católico. Se r e s u m e n en pocas y tristes p a l a b r a s : se ha i n t e n t a d o
inexacta, como demuestran los hechos y la documentación oficial de
la Acción Católica. Se añade que los actos de la Acción Católica re- h e r i r d e m u e r t e c u a n t o en Italia era y será siempre lo m á s q u e r i d o
vestían un carácter político. ¿Es que puede darse una organización p a r a n u e s t r o corazón d e P a d r e y Pastor de almas, y p o d e m o s ,
sin actos organizados? Se acude, finalmente, al argumento de que la incluso d e b e m o s a ñ a d i r : «y el m o d o nos ofende m á s todavía».
«destrucción» de la Acción Católica era necesaria por razones de segu- [a ]. E n presencia y bajo la presión d e estos sucesos, N o s senti-
ridad del Estado; argumento increíble e inconsistente: examínense las
asociaciones suprimidas; compruébese su documentación; la Acción m o s la necesidad y el d e b e r de dirigirnos y, por así decirlo, d e visita-
Católica italiana ni ha hecho política ni ha puesto en peligro la seguri- ros en espíritu a cada u n o d e vosotros, venerables h e r m a n o s , a n t e
dad del Estado. todo, p a r a c u m p l i r u n grave y u r g e n t e d e b e r d e fraterno agradeci-
m i e n t o ; e n s e g u n d o lugar, p a r a satisfacer u n d e b e r n o m e n o s grave y
IV. El verdadero sentido de los acontecimientos. Lo que en realidad pre- u r g e n t e d e defender la verdad y la justicia en u n a materia q u e , p o r
tende el régimen es arrancar a la Iglesia la juventud. Esta finalidad referirse a vitales intereses y derechos d e la santa Iglesia, os t o c a
ha sido declarada explícitamente por las más altas jerarquías del par- t a m b i é n a t o d o s y cada u n o d e vosotros, d o n d e q u i e r a q u e el Espíritu
tido. Se trata, además, de una auténtica violación de los derechos de Santo os h a colocado para gobernarla j u n t a m e n t e con N o s ; q u e r e m o s ,
las almas y de la Iglesia: por una parte, el derecho de las almas a los en tercer lugar, exponeros las conclusiones y reflexiones q u e los suce-
bienes sobrenaturales y a la participación en el apostolado jerárquico;
sos nos parecen i m p o r n e r ; en cuarto lugar, q u e r e m o s confiaros n u e s -
por otra parte, el derecho educativo de la Iglesia. Porque lo que pre-
tras preocupaciones ante el porvenir, y, finalmente, os invitaremos a
tende el partido es monopolizar la enseñanza de la juventud. En ma-
teria de educación y religiosidad, el .régimen ha supuesto un grave compartir nuestras esperanzas y a rogar con N o s y con el m u n d o
retroceso. católico p o r su realización.
Pero el mal es todavía más serio. La concepción del Estado totali-
tario es inconciliable con la doctrina católica. El Papa ha señalado, [I. D E B E R DE AGRADECIMIENTO]
desde hace varios años, el gran peligro de esta nueva estatolatría pa-
gana. Si no ha habido una condenación pontificia formal, es porque [ 3 ] . L a paz interior, esa paz q u e nace d e la plena y clara con-
parecía quedar abierta alguna posibilidad de arreglo. Los últimos ciencia d e estar de p a r t e d e la verdad y d e la justicia y de combatir y
sucesos han cortado esta esperanza. Un Estado que persigue a la Acción sufrir por ellas, esa paz q u e solamente el Rey divino sabe dar, y q u e el
Católica no puede llamarse realmente católico. Por lo que toca al ju- m u n d o n i p u e d e d a r ni quitar, esta paz b e n d i t a y bienhechora,
ramento impuesto por el partido, este juramento es ilícito. gracias a la b o n d a d y misericordia de D i o s , n o n o s ha a b a n d o n a d o
V. Preocupaciones ante el futuro. Norma concreta para asegurar la paz jamás, y confiamos q u e j a m á s nos abandonará, sea el q u e sea el
de las conciencias en lo relativo al juramento referido. Esta encíclica f u t u r o ; p e r o esta paz, c o m o en otro t i e m p o e n el corazón inflamado
no condena el partido ni el régimen. Pero sí condena todo lo que en d e Jesús, así t a m b i é n en el corazón d e sus fieles servidores deja
este régimen y en este partido es contrario a la doctrina y a la moral libre acceso (lo sabéis m u y bien, venerables hermanos) a todas las
católica. El pueblo italiano es católico. Si quedan resabios de anticle- más amargas a m a r g u r a s , y N o s t a m b i é n h e m o s e x p e r i m e n t a d o la
ricalismo, herencia de la acción masónica y liberal, estos residuos se verdad d e aquella misteriosa p a l a b r a : He aquí que mi amarga amar-
\ deben a la política de connivencia que el régimen ha practicado en gura se ha tornado en paz.2 Vuestra pronta, amplia y afectuosa inter-
este aspecto. ¿ Qué nos aguarda en el futuro ? vención todavía actuante, venerables h e r m a n o s ; los fraternos y filia-
VI. Esperanza del Papa en la asistencia y colaboración del episcopado. 1
P í o XI, carta encíclica a los patriarcas, primados, arzobispos, obispos y otros ordinarios
Los obispos no son «funcionarios del Estado», son exclusivamente pas- de lugar e n paz y comunión con la Sede Apostólica, en defensa de la Acción Católica: A A S 23
(1931) 285-312. T e x t o original en italiano.
tores de la Iglesia. Confianza en las oraciones de toda la Iglesia. De 2
Is. 38.17.
582 i»io xi

les sentimientos y, sobre todo, ese sentido de profunda solidaridad NON ABBIAMO BISOGNO 583
sobrenatural e íntima unión de pensamientos y de sentimientos, de
esta querida Italia; a vosotros no debemos solamente la expresión de
inteligencias y de voluntades, que exhalan vuestras afectuosas co-
nuestro reconocimiento por los consuelos que, en noble y santa
municaciones, nos han llenado el alma de indecibles consuelos y
porfía, nos habéis prodigado tan abundantemente con vuestras
han hecho subir muchas veces de nuestro corazón a nuestros labios cartas durante todo el pasado mes, y particularmente en este mismo
las palabras del salmo: En las grandes angustias de mi corazón ale- día de los Santos Apóstoles con vuestros afectuosos y elocuentes
graban mi alma tus consuelos3. De todos estos consuelos, después telegramas, sino que os debemos también dirigir un pésame de
de Dios, a vosotros os damos las gracias de todo corazón, venerables intercambio por todo lo que cada uno de vosotros ha sufrido viendo
hermanos; a vosotros, a quienes también Nos podemos repetir la abatirse de repente la tempestad devastadora sobre las parcelas más
palabra de Jesús a vuestros predecesores los apóstoles: Vosotros ricamente floridas y prometedoras de los jardines espirituales que
sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas 4 . el Espíritu Santo ha confiado a vuestros cuidados, y que vosotros
[4]. Sentimos también y queremos cumplir también el deber, veníais cultivando con tanta diligencia y con tanto provecho de las
tan dulce para el corazón paterno, de agradecer con vosotros, venera- almas 7. Vuestro corazón, venerables hermanos, se ha vuelto en
bles hermanos, a tantos buenos y dignos hijos vuestros que, indivi- seguida hacia el nuestro para participar en nuestra pena, en la cual
dualmente y colectivamente, en su propio nombre o en el de las sentíais converger como en su centro, encontrarse y multiplicarse
más variadas organizaciones y asociaciones consagradas al píen, todas las vuestras; es esto lo que Jios habéis demostrado con los
• y mayormente de las Asociaciones de Acción Católica y de la más claros y afectuosos testimonios, y por ello Nos os lo agradece-
Juventud Católica, nos han enviado tantas y tan filialmente afec- mos de todo corazón. Particularmente os agradecemos el unánime
tuosas expresiones de condolencia, de devoción y de generosa y y verdaderamente grandioso testimonio que habéis dado a la Acción
efectiva conformidad a nuestras directrices, a nuestros deseos. Ha Católica italiana, y señaladamente a las Asociaciones juveniles, por
sido para Nos singularmente bello y consolador ver a las Acciones haber permanecido fieles a las normas nuestras y vuestras, que ex-
Católicas de todos los países, desde los más cercanos hasta los más cluyen toda actividad política o de partido. Al mismo tiempo que
remotos, reunidas junto al Padre común, animadas y como impul- a vosotros, damos las gracias también a todos vuestros sacerdotes
sadas por un mismo espíritu de fe, de piedad filial, de generosos y fieles, religiosos y religiosas, que se han unido a vosotros con un
propósitos, expresando todos la penosa sorpresa de ver perseguida impulso tan grande de fe y de piedad filial. De modo particular
y herida la Acción Católica precisamente en el centro del apostolado damos las gracias a vuestras Asociaciones de Acción Católica, y en
jerárquico, allí donde más razón de ser tiene esta Acción Católica, primer lugar a las juveniles de todas las categorías, hasta las más
pequeñas benjaminas y los pequeños niños, tanto más queridos
que en Italia, como en todas las partes del mundo según su auténtica
cuanto más pequeños, en cuyas plegarias confiamos y esperamos
y esencial definición y según nuestras repetidas y vigilantes normas,
particularmente.
por vosotros, venerables hermanos, tan generosamente secundadas,
ni quiere ni puede ser otra cosa que la participación y colaboración [7 ]. Vosotros habéis sentido, venerables hermanos, que nuestro
del laicado en el apostolado jerárquico 5 . corazón estaba y está con vosotros, con cada uno de vosotros, sufrien-
do con vosotros, orando por vosotros y con vosotros, para que Dios,
[5 ]• Vosotros, venerables hermanos, llevaréis la expresión, de en su infinita misericordia, nos socorra y aun de este gran mal, des-
nuestra paterna gratitud a todos los hijos vuestros y nuestros en Je- encadenado por el antiguo enemigo del bien, haga surgir una nueva
sucristo, que se han mostrado tan bien formados en vuestra escuela floración de bienes y de grandes bienes.
y tan buenos y piadosos hacia el Padre común, que nos hacen excla-
mar : Reboso de gozo en todas nuestras tribulaciones 6.
[II. DEFENSA DE LA VERDAD Y DE LA JUSTICIA]
[6]. A vosotros, obispos de todas y cada una de las diócesis de
3
[8 ]. Satisfecha ya la deuda de gratitud por los consuelos recibid
Ps. 93 (94), 19.
4
L e . 22, 28.
dos en medio de tan gran dolor, debemos satisfacer las obligaciones
5
Los documentos pontificios más importantes acerca de la necesidad, naturaleza, fines que el ministerio apostólico nos impone con respecto a la verdad
y organización de la Acción Católica son, entre otros, los siguientes: carta Cura ex epístola, y la justicia.
d e 15 de agosto d e 1928, al cardenal Van Roey, arzobispo d e Malinas: A A S 20 [1928) 295-296;
carta Quae Nobis, d e 13 d e noviembre d e 1928, al cardenal Bertram, obispo de Wratislavia: 7
A A S 20 (1928) 384-387; carta Laetus sane nuntius, d e 6 de noviembre d e 1929, al cardenal El n ú m e r o d e los centros juveniles suprimidos fué d e más d e 5.000 masculinas y
Segura, arzobispo d e T o l e d o : AAS 21 (1929) 664-668; epfstola apostólica Ex oficiosis litteris, to.ooo ferrténinos, con q n total de 80Q.000 afiliadqs.
de 10 de noviembre d e 1933, al cardenal Cerejeira, patriarca d e Lisboa: A A S 26 (1934)
628-633; carta Cogitantibus Nobiscum, d e 19 d e agosto d e 1935, al cardenal Van Roey, arzobis-
po de M a l i n a s : AAS 28 (1936) 65-66; y la carta Quamvis Ñostra, de 27 d e octubre d e 1935,
al episcopado brasileño: A A S 28 (1936) 159-164. E n estos trascendentales documentos se
exponen los principios fundamentales comunes d e toda Acción Católica.
6
2 Cor. 7,4.
584 PÍO XI

NON ABBIAMO BISOGNO 585


[Disolución de las Asociaciones juveniles de Acción Católica ]
8
obligada, a hablar de todo y a atreverse a todo —han sido recogidas
[9 ]. Ya en varias ocasiones, venerables hermanos, del modo más en un mensaje, si bien no oficial (cauteloso calificativo), presentado
explícito y asumiendo toda la responsabilidad de cuanto decíamos, al gran público por los más poderosos medios de difusión que la
Nos hemos significado y hemos protestado contra la campaña de hora presente conoce. La historia de los documentos redactados,
falsas e injustas acusaciones que precedió a la disolución de las Aso- no para servir, sino para ofender la verdad y la justicia, es una larga
ciaciones juveniles y universitarias de la Acción Católica. Disolución y triste historia; pero debemos decir con la más profunda amargura
ejecutada por vías de hecho y con procedimientos que dieron la que, en los muchos años de nuestra vida y de nuestra actividad de
impresión de que se procedía contra una vasta y peligrosa asociación bibliotecario, rara vez hemos encontrado un documento tan ten-
delictiva; se trataba de una juventud y de una infancia ciertamente dencioso y tan contrario a la verdad y a la justicia, con relación a
de las mejores entre las buenas, y de las cuales tenemos la satisfac- esta Santa Sede, a la Acción Católica italiana y más particularmente
ción y el orgullo paterno de poder dar una vez más este testimonio. a las Asociaciones, tan duramente castigadas. Si callásemos, si dejá-
Se diría que los mismos ejecutores (no todos, pero sí muchos) de ramos pasar, es decir, si permitiéramos creer todas esas calumnias,
estos procedimientos tuvieron idéntica impresión y manifestaron vendríamos a ser aún más indignos de lo que ya somos de ocupar
tenerla procurando templar la realización de la orden con palabras esta augusta Sede Apostólica, indignos de la filial y generosa devo-
y miramientos, con los cuales parecían pedir excusas y querer ha- ción con la cual nos han consolado siempre, y nos consuelan hoy
cerse perdonar por aquello que se veían obligados a hacer; Nos lo más que nunca, nuestros queridos hijos de la Acción Católica, y
hemos tenido en cuenta, reservando para ellos especiales bendi- más particularmente aquellos de nuestros hijos e hijas, gracias a
ciones. Dios tan numerosos, que por su religiosa fidelidad a nuestros man-
datos y normas han sufrido y sufren tanto, honrando tanto más
[10]. Pero, como por dolorosa compensación, ¡cuánta crueldad altamente la escuela en que se han formado, al divino Maestro y a
y violencia, sin perdonar golpes ni sangre; cuántas irreverencias de su indigno Vicario, cuanto más luminosamente han demostrado
prensa, de palabras y de hechos, contra las cosas y contra las per- con su cristiana actitud, incluso frente a las amenazas y las violencias,
sonas, sin excluir la nuestra, precedieron, acompañaron y siguieron de qué parte se encuentra la verdadera dignidad de carácter, la
a la ejecución de la repentina medida policíaca, que con mucha verdadera fortaleza de alma, el verdadero valor, la misma civili-
frecuencia, por ignorancia o por un celo malévolo, se extendió a zación.
asociaciones e instituciones no comprendidas siquiera en las órdenes
superiores, hasta los oratorios de los niños y las piadosas congrega- [13]. Procuraremos ser muy breves al rectificar las fáciles afir-
ciones de las Hijas de María! maciones del referido mensaje; fáciles decimos, por no decir audaces
afirmaciones que el gran público, lo sabían muy bien, se encontraba
[11]. Y todo este lamentable cortejo de irreverencias y de vio-
en la casi imposibilidad de comprobar de alguna manera. Seremos
lencias hubo de realizarse con tal intervención de miembros e insig- breves, sobre todo porque ya en otras ocasiones, principalmente en
nias del partido, con tal uniformidad de un extremo a otro de Italia y estos últimos tiempos, hemos hablado sobre los temas que vuelven
con tal connivencia de las autoridades y fuerzas de seguridad pú- hoy a presentarse, y nuestra palabra, venerables hermanos, ha podido
blica, que necesariamente hacían pensar en disposiciones venidas llegar hasta vosotros, y por vosotros a vuestros y a nuestros queridos
de arriba. Nos resulta fácilmente admisible, como era, por otra hijos en Jesucristo, como esperamos sucederá con la presente carta.
parte, fácilmente previsible, que estas disposiciones podrían e incluso
deberían necesariamente ser sobrepasadas. Hemos debido recordar [14]. Decía, entre otras cosas, el citado mensaje que las revela-
estas antipáticas y penosas realidades, porque no ha faltado el intento ciones de la prensa contraria al partido habían sido casi en su totali-
de hacer creer al gran público y al mundo que la deplorable diso- dad confirmadas, al menos en la substancia, precisamente por L'Os-
lución de las Asociaciones, para Nos tan queridas, se había realizado servatore Romano. La verdad es que L'Osservatore Romano ha de-
sin incidentes y casi como una cosa normal. mostrado, caso por caso, que las referidas revelaciones eran otras
tantas invenciones, o en todo y por todo, o al menos en la interpre-
tación dada a los hechos. Basta leer sin mala fe y con la más mínima
[Acusaciones falsas] capacidad de inteligencia.
[15]. Decía también el mensaje que era una tentativa ridicula
[12]. Pero se ha atentado en una medida muy distinta y mucho la de hacer pasar a la Santa Sede como víctima en un país donde miles
más amplia contra la verdad y la justicia. Si no todas, ciertamente las de viajeros pueden dar testimonio del respeto mostrado a los sacer-
principales falsedades y verdaderas calumnias esparcidas por la pren-
8
sa hostil del partido—la única libre, y con frecuencia mandada, o casi Dos años antes, en la alocución consistorial de 24 de diciembre de 1929, Pío XI había
protestado contra las dificultades que el régimen ponía a la prensa católica, mientras concedía
amplia libertad a las publicaciones irreverentes con la Santa Sede y con el Romano Pontífice
(AAS 21 Li929l 766-768).
586 PÍO xi
NON ABIUAMO IHSOGNO 587
dotes, prelados, Iglesia y funciones religiosas. Sí, venerables her-
manos, desgraciadamente, la tentativa sería ridicula, como sería católico, como la simpatía universal y verdaderamente mundial de
ridicula la tentativa de quien quisiera derribar una puerta abierta; adhesión, a cuya cabeza, venerables hermanos, figuráis vosotros,
porque, desgraciadamente, los millares de viajeros extranjeros, que acaba de demostrar últimamente? O ¿cómo podíamos dejar de temer
nunca faltan en Italia y en Roma, han podido comprobar con sus por el respeto e incolumidad misma de las personas y de las cosas
propios ojos las irreverencias frecuentemente impías y blasfemas, más sagradas, dada la actitud de las autoridades y de la fuerza
las violencias, los ultrajes, los vandalismos cometidos contra lugares, pública ante tantas irreverencias y violencias ?
dbsas y personas en todo el país y en esta nuestra misma sede epis- [18]. Dondequiera que pudieron llegar nuestras disposiciones,
copal, y por Nos repetidamente deplorados después de seguras y los buenos sacerdotes y los buenos fieles tuvieron las mismas impre-
exactas informaciones. siones y los mismos sentimientos, y donde no fueron intimidados,
amenazados o peor todavía, dieron pruebas magníficas, y para Nos
[16 ]. El mensaje demuestra la «negra ingratitud» de los sacerdo- muy consoladoras, sustituyendo las solemnidades exteriores por ho-
tes, que se ponen frente al partido, el cual ha sido—dice—para toda
ras de oración, de adoración y de reparación, en unión de penas e in-
Italia la garantía de la libertad religiosa. El clero, el episcopado y
tenciones con el Santo Padre, y siempre con un concurso nunca
esta misma Santa Sede nunca han dejado de reconocer todo cuanto
en estos años se ha hecho en beneficio y ventaja de la religión, y visto del pueblo.
frecuentemente han manifestado su vivo y sincero reconocimiento [19]. Sabemos cómo se desarrollaron las cosas en los sitios
por ello. Pero tanto Nos como el episcopado, el clero y todos los adonde nuestras disposiciones no pudieron llegar a tiempo, con la
buenos fieles, incluso todos los ciudadanos amantes del orden y de intervención de autoridades que destaca el mensaje, aquellas mismas
la paz, se han sentido y sienten llenos de pena y preocupación ante autoridades del Gobierno y del partido que ya habían asistido o
los atentados sistemáticos, demasiado pronto iniciados, contra las muy en breve habían de asistir mudas e inactivas a la realización
más sanas y preciosas libertades de la religión y de las conciencias, de hechos netamente anticatólicos y antirreligiosos; cosa de la que
como han sido todos los atentados contra la Acción Católica, contra el mensaje no habla. Dice, en cambio, que hubo autoridades ecle-
sus diferentes Asociaciones, sobre todo las juveniles; atentados que siásticas locales que se creyeron en el deber de «no tener en cuenta»
culminaron en las medidas policíacas realizadas contra ellas y en las nuestra prohibición. Nos no conocemos una sola autoridad eclesiás-
formas ya indicadas; atentados y medidas que hacen dudar seria- tica local que haya merecido la afrenta y la ofensa contenida en
mente de que las primeras actitudes benévolas y bienhechoras pro- tales palabras. Pero sabemos muy bien y deploramos vivamente las
cedieran solamente de un sincero amor y celo por la religión. Y si imposiciones, a veces con amenazas y violencias, hechas y permi-
se quiere hablar de ingratitud, la ingratitud ha sido y sigue siendo tidas contra las autoridades locales eclesiásticas; conocemos impías
para con la Santa Sede la de un partido y la de un régimen que, a parodias de cánticos sagrados y de procesiones sagradas completa-
juicio del mundo entero, ha sacado de sus amistosas relaciones mente toleradas con profundo dolor de todos los buenos fieles y
con la Santa Sede, en la nación y fuera de ella, un aumento de pres- con verdadera angustia de todos los ciudadanos amantes de la paz
tigio y de crédito, que a algunos en Italia y en el extranjero parecían y del orden, que veían a éste y a aquélla indefensos, y peor todavía,
excesivos, como les parecía demasiado grande el favor y demasiado precisamente por parte de aquellos que tienen el gravísimo deber y,
amplia la confianza por parte nuestra. al mismo tiempo, el vital interés de defenderlos.
[17]. Realizada la medida policíaca, y realizada con aquel acom-
pañamiento y con aquel séquito de violencias, de irreverencias y de [ Verdadera persecución ]
connivencia por parte de las autoridades de seguridad pública, Nos
suspendimos tanto el envío de un cardenal legado nuestro a las fiestas [20]. El mensaje repite la tan reiterada comparación entre Ita-
centenarias de Padua como las procesiones solemnes en Roma y en lia y otros Estados en los que la Iglesia está realmente perseguida, y
Italia. Disposición que era de nuestra evidente competencia y para contra los cuales no se han oído palabras como las pronunciadas
la cual teníamos motivos tan graves y urgentes, que nos creaban el contra Italia, donde—dice—la religión ha sido restaurada. Ya hemos
deber de adoptarla aun sabiendo los grandes sacrificios que con ella dicho que guardamos y guardaremos perenne gratitud y, recuerdo
imponíamos a los fieles, y que a nadie tal vez resultaba tan dolorosos por todo cuanto se ha hecho en Italia en beneficio de la religión,
como a Nos mismo. Porque ¿cómo podrían haberse celebrado las aunque también en beneficio simultáneo no menor, y tal vez mayor,
alegres y festivas solemnidades de costumbre en medio del luto y del partido y del régimen. Hemos dicho y repetido también que no
de la pena tan grandes que habían caído sobre el corazón del Padre es necesario (con frecuencia sería muy nocivo a los fines preten-
común de todos los fieles y sobre el corazón materno de nuestra didos) que todo el mundo sepa y conozca lo que Nos y esta Santa
santa madre Iglesia en Roma, en Italia, hasta en todo el mundo Sede, por medio de nuestros representantes, de nuestros hermanos
en el episcopado, debemos decir y las advertencias que Nos hacernos
588 PÍO XI
NON AB1HAMO I'.ISOC.NO 58'J
allí donde los intereses de la religión lo requieren y en la medida
que la necesidad requiere, sobre todo allí donde la Iglesia se halla mes de la policía, ha publicado algunas listas de hechos y de nom-
realmente perseguida. bres; y éstas son las pretendidas revelaciones a que alude el mensaje
[21 ]. Con dolor indecible vemos una verdadera y real persecu- en su preámbulo, y que L'Osservatore Romano ha desmentido y
ción desencadenarse en esta nuestra Italia, y en esta nuestra misma rectificado plenamente, lejos de confirmarlas, como, engañando las-
Roma, contra aquello que la Iglesia y su Cabeza tienen de más pre- timosamente al gran público, afirma el mensaje.
cioso y más querido en materia de libertad y de derechos; libertad [26]. Por lo que a Nos toca, venerables hermanos, además de
y derechos que son también los de las almas, y más particularmente las informaciones reunidas ya desde hace tiempo y las indagaciones
de las almas de los jóvenes, a la Iglesia y a su Cabeza más particu- personales hechas ya anteriormente, hemos juzgado que era nuestro
larmente confiadas por el divino Creador y Redentor. deber procurarnos nuevas informaciones y hacer nuevas indaga-
ciones, y he aquí, venerables hermanos, los resultados positivos.
[La Acción Católica no tiene carácter político] Ante todo hemos comprobado que, cuando aún existía el Partido
Popular y no existía todavía el nuevo partido, según las disposiciones
[22]. Como es notorio, Nos hemos repetidamente y solemne- publicadas en 1919, quien hubiese ocupado cargos directivos en el
mente afirmado y declarado que la Acción Católica, tanto por su Partido Popular no podía desempeñar al mismo tiempo funciones
misma naturaleza y esencia (participación y colaboración del laicado directivas en la Acción Católica.
en el apostolado jerárquico) como por nuestras precisas, categóricas
[27]. Hemos comprobado además, venerables hermanos, que
directrices y disposiciones, está fuera y por encima de toda política
los casos de ex dirigentes locales seglares del Partido Popular llegados
de partido. Hemos al mismo tiempo afirmado y declarado que
a ser más tarde directivos locales de la Acción Católica, entre los
nos constaba que nuestras directrices y disposiciones habían sido señalados, como más arriba hemos dicho, por la prensa enemiga, se
en Italia fielmente obedecidas y cumplidas. El mensaje dice que la reducen a cuatro; repetimos, cuatro, exiguo número comparado
afirmación de que la Acción Católica no ha tenido un verdadero con las 250 Juntas diocesanas, 4.000 Secciones de hombres católicos
carácter político es completamente falsa. Nos no queremos subrayar y más de 5.000 Círculos de la Juventud Católica masculina. Y de-
todo cuanto de irrespetuoso hay en tal afirmación; incluso porque bemos añadir que en los cuatro casos referidos se trata siempre de
los motivos que el mensaje da de esta afirmación demuestran toda la personas que jamás dieron lugar a dificultad alguna, algunas de
falsedad y la ligereza, que en verdad podríamos calificar de ridicula ellas francamente simpatizantes y bien vistas por el partido.
si el caso no fuera tan digno de llorarse.
[23 ]. Tenía en realidad, dice, banderas, insignias, tarjetas de [28]. Y no queremos omitir aquella otra garantía de religiosi-
adheridos y todas las demás formas exteriores de un partido político. dad apolítica de la Acción Católica que bien conocéis vosotros, vene-
Como si las banderas, las insignias, las tarjetas y otras parecidas for- rables hermanos, obispos de Italia: la de que la Acción Católica
mas exteriores no fuesen hoy día comunes, en todos los países del estuvo, está y estará siempre dependiendo del episcopado, de vos-
otros, a los cuales pertenecía siempre la designación de los sacerdotes
mundo, a las más variadas asociaciones y actividades que nada tienen
«consiliarios» y el nombramiento de los «presidentes de las Juntas dio-
ni quieren tener de común con la política: deportivas y profesionales,
cesanas» ; de donde aparece claro que, al poner en vuestras manos y
civiles y militares, comerciales e industriales, escolares desde la al recomendaros, venerables hermanos, las Asociaciones perseguidas,
primera enseñanza, religiosas de la religiosidad más piadosa y devota no hemos ordenado ni dispuesto nada substancialmente nuevo.
y casi infantil, como la de los Cruzados Eucarísticos. Disuelto y desaparecido el Partido Popular, los que ya pertenecían
[24]. El mensaje ha comprendido toda la debilidad e inconsis- a la Acción Católica continuaron perteneciendo a ésta, sometiéndose
tencia del motivo aducido y, tratando de defender su argumentación, con perfecta disciplina a la ley fundamental de la Acción Católica,
añade otros tres motivos. absteniéndose de toda actividad política, y así obraron también
[25 ]. El primero es que los jefes de la Acción Católica eran casi los que entonces solicitaron afiliarse a ella.
todos miembros, e incluso jefes, del Partido Popular, el cual ha sido [29]. ¿Con qué justicia y caridad, pues, habrían podido ser
—dice—uno de los más fuertes adversarios del fascismo. Esta acu- expulsados o no admitidos todos estos hombres que, dotados de las
sación ha sido lanzada más de una vez contra la Acción Católica cualidades requeridas, se sometían voluntariamente a aquella ley?
italiana, pero siempre de una manera genérica y sin dar nombre El régimen y el partido, que parecen atribuir una tan temible y tan
alguno. En cada ocasión Nos hemos invitado a que se dieran nombres temida fuerza a los miembros del Partido Popular en el terreno
precisos, pero en vano. Tan sólo poco antes de las medidas tomadas político, debían mostrarse agradecidos a la Acción Católica, que
contra la Acción Católica y como evidente preparación para éstas, precisamente los ha retirado de ese terreno con la promesa formal
la prensa adversaria, con un recurso no menos evidente a los ínfor- de no ejercer actividad política alguna, sino solamente religiosa.
590 NON ABBIAMO BISOGNO 591

r , PIÓ X I aunque sólo fuera por tratarse de quienes, inermes y pacíficos, eran
Ios 08 P r el c o n t r a r i o asaltados por gentes violentas y con frecuencia armadas.
fieles c a t ó l i c o s T ' ° . Nos, la Iglesia, la religión,
luien, despué s de u L 0 0 s o l a m e n t e nosotros), estar agradecidos a [35 ]. Si aquí está el argumento más fuerte de la intentada «des-
mi
gos n u e s t r o , hat|
e r disuelto el socialismo y la masonería, ene- trucción» (la palabra no deja duda alguna sobre las intenciones) de
^ P h a r n e n t e c o n ° S ° n u e s t r o s ) declarados, los ha readmitido tan nuestras queridas y heroicas Asociaciones juveniles de la Acción
tuertes, p e l i g r o ° m ° t o d o s v e n y deploran, haciéndolos tanto más Católica, bien veis, venerables hermanos, que Nos podremos y de-
tle
m P o , más f a „ Y- ?oclvos cuanto más disimulados y, al mismo beremos felicitarnos, pues el argumento por sí mismo aparece tan
[ 3 I L ^ ^ v o r e c i d o s por el nuevo uniforme. claramente increíble e insubsistente. Pero, desgraciadamente, de-
bemos repetir que la iniquidad se ha contradicho a si misma ' y que
P r o m i s o ' e m p e ñ a l 6 C é S S e n o s h a h a b l a d o d e infracciones del com- «el argumento más fuerte» en favor de la deseada «destrucción» ha
ercios, dispu e s t a °¿ e m o s Pedido siempre nombres y hechos con- de buscarse en otro terreno: la batalla que hoy se libra no es polí-
res
Pondidn 3 ° S siempre a intervenir y proveer; nunca se ha tica, sino moral y religiosa, estrictamente moral y religiosa.
nUeStra
[32] E, demanda,
actos de cara t m e n s a J e denuncia que una parte considerable de los [36]. Es necesario cerrar los ojos a esta verdad y ver, mejor di-
Ütíca y q u e n e r or ganizativo era particularmente de naturaleza po- cho, inventar, política allí donde no hay más que religión y moral,
Pagación de ^ f ° l a n a d a q u e v e r c o n l a «educación religiosa y la pro- para concluir, como hace el mensaje, que se había creado la situación
c
íue parece a l ^ " D e J a n d ° aparte la manera inhábil y confusa con absurda de una fuerte organización a las órdenes de un poder «ex-
c u lrSe & loS o b e t i v o s
I e conocen J de la Acción Católica, todos los tranjero», el «Vaticano», cosa que ningún gobierno de este mundo
actividad d ^ ? Y 1V 1 la VÍda d e n o y día
saben que no hay iniciativa ni habría permitido.
6
materiales v > • m a S e s P i r i t u a l e s y científicas hasta las más [37]. Han sido secuestrados en masa los documentos en todos
de actos or l t ! e c a , n i c a s — q u e no tenga necesidad de organización y los centros de la Acción Católica italiana, se continúa (incluso a esto
finalidad d g a n i Z a d o s ' y que ni éstos ni aquélla se identifican con la se ha llegado) interceptando y secuestrando toda la correspondencia
medios na*5 d lversas
. iniciativas y actividades, sino que son meros que puede sospecharse que está en relación con las Asociaciones
.Para mejor alcanzar los fines que cada una se propone. perseguidas y aun con aquellas que no lo son, como los Oratorios.—
Pueden! - P e r , ° " ~ c o n t i n ú a el mensaje—el argumento más fuerte que Pues bien, que se nos diga a Nos, al país, al mundo, cuáles y cuántos
•os católj1 e ™f . a d o cc, mo justificación de la destrucción de los círcu- son los documentos de la política realizada y tramada por la Acción
simple d íf j J ó v e n e s e s la defensa del Estado, la cual es más que un Católica con peligro para el Estado. Nos atrevemos a decir que no
v
de la • r CUa
lquier .gobierno. Nadie duda de la solemnidad se encontrarán, a no ser que se lean o interpreten de acuerdo con
dimos J r mportanci
a vital de un tal deber y de un tal derecho, ana- ideas preconcebidas, injustas y en plena contradicción con los hechos
Prácti P° r que mantenemos y queremos a toda costa poner en y con la evidencia de innumerables pruebas y testimonios. Si se
3 n todaS las descubrieran documentos auténticos y dignos de consideración, se-
derecr? ' °° \ Personas honradas y sensatas, que el primer ríamos Nos el primero en reconocerlos y tenerlos en cuenta. Pero
tarios ° fS 6 d e c u m P l i r el propio deber. Pero todos los destina- ¿quién querrá, por ejemplo, acusar de política, y de política peli-
ectore
trem ^ * s del mensaje habrían sonreído incrédulos o en ex- grosa para el Estado, alguna indicación y desaprobación de los
los °, e ? t u P e íactos si el mensaje hubiese añadido que, de los círcu- odiosos tratamientos con tanta frecuencia infligidos en tantas partes
de 1 T° ° S J u v e n ü e s Perseguidos, 10.000 eran, mejor dicho, son, a la Acción Católica aun mucho antes de los últimos acontecimien-
niñ a / U v e n | ; u d femenina, con un total de casi 500.000 jóvenes y tos? O ¿quién querrá fundarse en declaraciones impuestas y arran-
, a S ; ¿^uién puede ver en éstas un serio peligro y una amenaza cadas, como nos consta que ha sucedido en algún lugar?
para la seguridad, del Estado? Y se debe considerar que sólo
0 O0
(( '. ° son asociadas «efectivas»; más de 100.000 son pequeñas [38 ]. Por el contrario, entre los documentos secuestrados se en-
'aspirantes»; más de 150.000, todavía pequeñas, son «benjaminas». contrarán pruebas y testimonios innumerables de la profunda y cons-
L34]. Quedan los círculos de la Juventud Católica masculina, tante religiosidad y religiosa actividad, así de toda la Acción Cató-
esta misma Juventud Católica que en las publicaciones juveniles del lica como particularmente de las Asociaciones juveniles y universi-
partido y en los discursos y circulares de los jerarcas son propuestos tarias. Bastará saber leer y juzgar, como Nos mismo hemos hecho
u - f - j P j e s t o s a* desprecio y a la mofa (con qué sentido de responsa- innumerables veces, los programas, los informes, las actas de los
bilidad pedagógica, por no hablar sino tan sólo de ésta, todos lo congresos, de las semanas de estudios religiosos y de oración, de
ven) como una turba de miedosos, buenos solamente para llevar retiros espirituales, de la frecuencia de sacramentos practicada y
velas y rezar rosarios en las procesiones, y que por este motivo han suscitada, de conferencias apologéticas, de estudios y actividades
sido en estos últimos tiempos tantas veces y con tan poco noble
valor asaltados y maltratados hasta sangrientamente, abandonados 9 Ps. 26 (27),I2-
sin defensa por quienes debían y podían protegerlos y defenderlos,
NON AUBIAMO B1SOGNO 593
592 PÍO XI

catequísticas, de cooperación a iniciativas de verdadera y pura cari- [III, E L VERDADERO SENTIDO DE ESTOS ACONTECIMIENTOS]
dad cristiana en las Conferencias de San Vicente y en tantas otras
formas de actividad y de cooperación misionera. [Se quiere separar de la Iglesia a la juventud ]
t39 ]• En presencia de estos hechos y ante esta documentación,
Por tanto, con los ojos y las manos sobre la realidad, Nos hemos dicho [44]. Y ahora una primera reflexión y conclusión: de cuanto
siempre, y lo decimos de nuevo, que acusar a la Acción Católica hemos venido exponiendo, y más todavía de los acontecimientos mis-
italiana de hacer política era y es una verdadera y pura calumnia. mos tal como se han desarrollado, la actividad política de la Acción
Los hechos han demostrado qué es lo que con esto se pretendía, qué Católica, la clara o encubierta hostilidad de algunos de sus secto-
es lo que se preparaba: pocas veces se habrá verificado en tan gran- res contra el régimen y el partido, así como también el eventual
des proporciones la fábula del lobo y el cordero, y la historia no refugio y la protección de la aún subsistente y hasta aquí tolerada
Podrá dejar de recordarlo. hostilidad al partido bajo las banderas de la Acción Católica (cf. co-
[40]. Nos, ciertos hasta la evidencia de estar y de mantenernos municado del Directorio, 4 de junio de 1931), todo esto no es más
en el terreno religioso, jamás hemos creído que pudiéramos ser consi- que un pretexto o una acumulación de pretextos: es un pretexto,
erados como un «poder extranjero», sobre todo por los católicos, y nos atrevemos a decir, la misma Acción Católica; lo que se quería
Por los católicos italianos. y lo que se intentó hacer fué arrancar a la Acción Católica, y por
medio de ella a la Iglesia, la juventud, toda la juventud 1 0 . Tan ver-
[41 ]• Es por razón del poder apostólico que, a pesar de nuestra
dadero es esto, que, después de haber hablado tanto de la Acción
|5j"> indignidad, nos ha sido concedido por Dios, por lo que 1 .dos los
Católica, se tomó como blanco las Asociaciones juveniles; pero
acolleos del mundo (muy bien lo sabéis vosotros, venerables her-
nos no se paró en las Asociaciones juveniles de Acción Católica, sino
c^ ) consideran a Roma como la segunda patria de todos y de
que se alargó la mano tumultuariamente a asociaciones y obras
acia uno de ellos. No hace muchos días que un hombre de Estado
de pura piedad y de primera enseñanza religiosa, como las Congre-
anV q u e d a r a ciertamente entre los más célebres, no católico ni
l g o del gaciones de Hijas de María y los Oratorios; tan tumultuariamente,
no catolicismo, declaraba en una asamblea política que
que con frecuencia se ha tenido que reconocer el craso error.
oh 5 ° . considerar como un poder extranjero aquel poder al que
eaecían veinte millones de alemanes. [45]. Este punto esencial ha sido abundantemente confirmado
h r ( ^ 2 ] . Para afirmar, pues, que ningún gobierno del mundo ha- también por otra parte. Ha sido confirmado, sobre todo, por las nu-
1¿ a d e Jado subsistir la situación creada en Italia por la Acción Cató- merosas afirmaciones anteriores de elementos más o menos responsa-
vive S e n e < ; e s i t a ignorar u olvidar que la Acción Católica subsiste, bles e incluso por los elementos más representativos del régimen
'niit y , a c t ú a e n todos los Estados del mundo, incluso en China, y del partido, y que tuvieron su pleno comentario y su definitiva
p a r t ? | ° frecuentemente en sus líneas generales y hasta en puntos confirmación en los últimos acontecimientos.
m a s J a r e s a l a Acción Católica italiana, y algunas veces con for- [46]. La confirmación ha sido aún más explícita y categórica,
ítali a y JP e c u .^ a r idades de organización más acusadas aún que en estábamos por decir solemne a la vez que violenta, por parte de quien
Acció r "ingún Estado del mundo ha sido considerada jamás la no solamente lo representa todo, sino que todo lo puede, en una
del m11 "J** 6 ^ 04 como un peligro para el Estado; en ningún Estado publicación oficial o casi oficial dedicada a la juventud, en decla-
(no u n d o l a Acción Católica ha sido tan odiosamente perseguida raciones destinadas a la publicidad, a la publicidad en el extranjero
y a j^ n c °ntrarnos otra palabra que responda mejor a la realidad antes que a la interior del país, y también muy recientemente en
n
uestr V C r • d e l o s n e c n o s ) c o m o e n e s t a nuestra Italia y en esta mensajes y comunicados a los representantes de la prensa.
r
arnent m i s m a . s e í ^ e episcopal de Roma; y ésta sí que es verdade-
creada 6 U n a s i t u a c i ó n absurda, no por Nos, pero sí contra Nos [Violación de los derechos de las almas y de la Iglesia}

Penoso H K^° S n e m o s impuesto, venerables hermanos, un grave y [47]. Otra reflexión y conclusión se impone inmediata e inevi-
de
Justi n S ha
° P a r e c i c i o un deber insustituible de caridad y tablemente. No se han tenido en cuenta para nada nuestras repetidas
a
Pone Cla P a t e r n a
' y con este
espíritu lo hemos cumplido para volver afirmaciones y garantías, ni tampoco se han tenido en cuenta algu-
tros tal m S U j u s t a l u z h e c h o s y verdades que algunos hijos nues- 10
Con motivo de la fundación de la Opera Nazionale Balilla, Pío XI, en su carta al car-
VCZ n tc >
^ Z cor, ^ ° ^ "k conscientes, habían colocado en una falsa denal Gasparri, de 24 de enero de 1927, había denunciado claramente este intento de mono-
dan polio educativo del régimen italiano. Esta ley, decía el Papa, prescribe la enseñanza de una
° de otros hijos nuestros. política del Estado contraria a la doctrina católica: ordena la supresión de todas las institucio-
nes educativas, incluso las de carácter moral y religioso, y, finalmente, su texto legal no ofrece
faramia segura para las mismas organizaciones juveniles de la Acción Católica (AAS 19
1927] 41-46).
594 PÍO xi
na vuestras afirmaciones y garantías, venerables hermanos, obispos NON ABBIAMO BISOGKO 595
de Italia, sobre la naturaleza y sobre la actividad verdadera y real
de la Acción Católica y sobre los derechos sagrados e inviolables y defensores ven siempre la faz del Padre celestial; ]ay del hombre
de las almas y de la Iglesia, en aquélla representados y personificados. que escandalizare a uno de estos pequeños! 12 Henos, pues, aquí
en presencia de todo un conjunto de auténticas afirmaciones y de
[48]. Decimos, venerables hermanos, los derechos sagrados e hechos no menos auténticos, que ponen fuera de toda duda el pro-
inviolables de las almas y de la Iglesia, y es ésta la reflexión y conclu- pósito—ya en tan gran parte realizado—de monopolizar entera-
sión que, más que otra cualquiera, se impone, porque es también más mente la juventud, desde la más primera infancia hasta la edad
grave que otra cualquiera. Ya en repetidas ocasiones, como es bien adulta, en favor absoluto y exclusivo de un partido, de un régimen,
sabido, Nos hemos expresado nuestro pensamiento, o mejor, el sobre la base de una ideología que declaradamente se resuelve en
de la santa Iglesia, sobre tan importantes y esenciales asuntos, y a una verdadera y propia estatolatría pagana, que contradice no
vosotros, venerables hermanos, fieles maestros en Israel, nada más menos los derechos naturales de la familia que los derechos sobre-
hay que deciros; pero no podemos dejar de añadir algo para estos naturales de la Iglesia 13 . Proponerse y promover tal monopolio,
queridos pueblos que están en torno a vosotros, que por divino man- perseguir con este objeto, como se venía haciendo hace largo tiempo,
damiento apacentáis y gobernáis, y que ahora ya casi sólo por medio más o menos claramente o encubiertamente, a la Acción Católica;
de vosotros pueden conocer el pensamiento del Padre común de destruir con esta finalidad, como últimamente se ha hecho, sus
sus almas. Asociaciones juveniles, equivale verdadera y propiamente a impedir
[49 ]. Decíamos los sagrados e inviolables derechos de las almas que la juventud vaya a Jesucristo, que es lo mismo que impedir
y de la Iglesia. Se trata del derecho de las almas a procurarse el mayor que vaya a la Iglesia, porque donde está la Iglesia allí está Jesucristo.
bien espiritual bajo el magisterio y la obra formativa de la Iglesia, Y se llegó incluso a arrancar la juventud, por la violencia, del seno
de este magisterio y de esta obra, única mandataria, divinamente de la una y del otro.
constituida en este orden sobrenatural, fundado en la sangre del
Dios Redentor, necesario y obligatorio para todos para participar
en la divina redención. Se trata del derecho de las almas así forma- [El monopolio estatal de la enseñanza]
das de hacer que participen de los tesoros de la redención otras .[52]. La Iglesia de Jesucristo no ha discutido nunca los dere-
almas, colaborando de esta manera en la actividad del apostolado chos y los deberes del Estado sobre la educación de los ciudadanos,
jerárquico. y Nos mismo los hemos recordado y proclamado en nuestra reciente
[50]. La consideración de este doble derecho de las almas es lo encíclica sobre la educación cristiana de la juventud 14 ; derechos y
que nos movía a decir, hace poco, que estábamos alegres y orgullosos deberes indiscutibles mientras se mantengan dentro de los límites
de combatir la buena batalla por la libertad de las conciencias, de la competencia propia del Estado; competencia que a su vez
no ya (como alguno, tal vez sin advertirlo, nos ha hecho decir) está claramente fijada por los fines propios del Estado; fines cierta-
por la libertad de conciencia, frase equívoca y de la que se ha abu- mente no sólo corpóreos y materiales, pero por sí mismo necesaria-
sado demasiado para significar la absoluta independencia de la mente contenidos dentro de los límites de lo natural, de lo terreno,
conciencia, cosa absurda en el alma creada y redimida por Dios. de lo temporal. El divino mandato universal que la Iglesia ha reci-
bido del mismo Jesucristo incomunicablemente e insustituiblemente,
[51 ]. Se trata, además, del derecho no menos inviolable de la se extiende, por el contrario, a lo eterno, a lo celestial, a lo sobre-
Iglesia a cumplir el imperativo mandato divino, que le otorgó su natural, orden este de cosas que, por una parte, es estrictamente
divino Fundador, de llevar a las almas, a todas las almas, todos los obligatorio para toda criatura consciente, y al cual, por otra parte,
tesoros de verdad y de bien, doctrinales y prácticos, que El mismo debe, por su misma naturaleza, subordinarse y coordinarse todo lo
había traído al mundo. Id e instruid a todas las gentes, enseñándolas a demás 15.
observar todo lo que yo os he confiado u . Y qué puesto deberían ocupar
la infancia y la juventud en esta absoluta universalidad y totalidad [S3]- La Iglesia de Jesucristo está ciertamente dentro de los
del mandato, lo muestra el mismo divino Maestro, Creador y límites de su divino mandato no sólo cuando deposita en las almas los
Redentor de las almas, con su ejemplo y con aquellas palabras 12
Mt. IQ,I3SS; I4,iss.
particularmente memorables, y también particularmente formida- 1 1
- El día 20 d e diciembre d e 1926, en presencia del Sacro Colegio Cardenalicio, lüo Xí
bles: Dejad que los niños vengan a mí y no queráis impedírselo... denunciaba el peligro, q u e ya existía, d e u n a noción y u n a práctica totalitarias del E s t a d o :
«esa noción de Estado... q u e es totalmente contraria a la doctrina católica: el Estado como
Estos pequeños que (casi por un instinto divino) creen en mí, a los tin último d e sí m i s m o ; la ordenación exclusiva del ciudadano al Estado: la orientación a b -
soluta de todo hacia el Estado; el Estado como único resumen d e todos (AAS 18 [1926]
cuales está reservado el reino de los cielos, y cuyos ángeles tutelares 520-523).
11 1* AAS 2 2 ( 1 9 3 0 ) 4 9 - 8 6 .
M t . 19,20. 15
Véanse los discursos de Pío XII pronunciados con motivo de la inauguración de la
actividad judicial de la Sagrada Rota Romana en los años 1945, 1946, 1947. Cf. la nota 3
de la p.380.
596 rio xi
SON ABU1AMO U1SOGNO 01)7
primeros principios indispensables y los elementos de la vida sobre-
natural, sino también cuando promueve y desarrolla esta vida según años se ha podido no ya salvar, sino perder y destruir en materia de
las varias circunstancias y capacidades, y esto con los modos y verdadera religiosidad y de educación, no decimos ya cristiana, sino
medios que ella juzga idóneos, aun en el intento de preparar ilu- simplemente moral y cívica 17 .
minadas y valiosas cooperaciones al apostolado jerárquico. De Jesu- [57]. Hemos visto de hecho en acción una religiosidad que se
cristo es la solemne declaración de que El ha venido precisamente rebela contra las disposiciones de la suprema autoridad religiosa y
para que las almas tengan no sólo algún inicio o elemento de vida que impone o alienta su inobservancia; una religiosidad que se con-
sobrenatural, sino para que la tengan en la mayor abundancia: vierte en persecución e intento de destrucción de lo que el Jefe
Ego verá «t vitam habeant et abundantius habeantl6. Y Jesucristo supremo de la religión más claramente aprecia y más tiene en el
mismo ha puesto los primeros comienzos de la Acción Católica, corazón; una religiosidad que llega y deja llegar a los insultos de
escogiendo en persona y formando en los apóstoles y en los discí- palabra y de hecho contra la persona del Padre de todos los fieles,
pulos los colaboradores de su divino apostolado; ejemplo imitado hasta gritar contra él «¡Abajo!» y «¡Muera!», verdaderos aprendiza-
inmediatamente por los primeros santos apóstoles, como lo atesti- jes de parricidio. Semejante religiosidad no puede conciliarse en
gua la Sagrada Escritura. modo alguno con la doctrina y con la práctica católica; antes bien,
[54]. Es, por consiguiente, una pretensión injustificable e in- es lo más opuesto a la una y a la otra.
conciliable con el nombre y con la profesión de católicos la de que [58 ]. La oposición es más grave en sí misma y más funesta en
unos simples fieles vengan a enseñar a la Iglesia y a su Cabeza lo que sus efectos cuando no es solamente la de los hechos exteriormente
basta y lo que debe bastar para la educación y formación cristiana perpetrados y consumados, sino también la de los principios y máxi-
de las almas y para salvar y promover en la sociedad, principal- mas proclamados como programáticos y fundamentales.
mente en la juventud, los principios de la fe y la plena eficacia de
éstos en la vida. [El Estado totalitario]
[55 ]• A esta injustificable pretensión se une la clarísima demos-
tración de la absoluta incompetencia y de la completa ignorancia de [S9]- Una concepción del Estado que hace que pertenezcan
las materias en cuestión. Los últimos acontecimientos han debido a éste las generaciones jóvenes enteramente y sin excepción desde la
haber abierto los ojos a todos, pues han demostrado hasta la eviden- primera edad hasta la edad adulta, no es conciliable para un católico
cia cuánto ha venido en pocos años no ya salvándose, sino perdién- con la doctrina católica; y no es tampoco conciliable con el derecho
dose» y destruyéndose en materia de verdadera religiosidad, de edu- natural de la familia. No es para un católico conciliable con la
cación cristiana y cívica. Sabéis, venerables hermanos, obispos de doctrina católica pretender que la Iglesia, el Papa, deben limitarse
Italia, por vuestra experiencia personal, cuan grave y funesto error a las prácticas externas de la religión (misa y sacramentos) y que
es creer y hacer creer que la labor desarrollada por la Iglesia en la todo lo demás de la educación pertenece totalmente al Estado 18 .
Acción Católica sea sustituida y resulte superflua por la instruc- [60]. Las erróneas y falsas doctrinas y máximas que hemos ve-
ción religiosa en las escuelas y por la asistencia eclesiástica a las nido hasta aquí señalando y deplorando, ya se nos presentaron mu-
Asociaciones juveniles del partido y del régimen. Una y otra son chas veces en el curso de estos últimos años, y, como es sabido, Nos
ciertamente necesarias; sin ellas, la escuela y las referidas Asocia- no hemos dejado nunca de cumplir, con la ayuda de Dios, nuestro
ciones inevitablemente y muy pronto, por una fatal necesidad deber apostólico de señalarlas y contrarrestarlas con justos llama-
lógica y psicológica, se paganizarían. Necesarias, por tanto, pero 17
Véase la enérgica protesta del Papa con motivo del Primer Congreso Gimnástico y
no suficientes; de hecho, con esa instrucción religiosa y con la asis- Atlético Nacional Femenino de las Jóvenes Italianas, en la carta al cardenal Pompili de 2 de
tencia eclesiástica referida, la Iglesia de Jesucristo no puede realizar mayo de 1928: «A los veinte siglos de cristianismo, en la Roma cristiana el respeto a la mujer
ha quedado más debilitado que en la Roma pagana» (AAS 20 [1928] 135-137).
más que un mínimum de su eficiencia espiritual y sobrenatural, y 18
En su carta Dobbiamo intratenerla al cardenal Schuster, de 26 de abril de 1931, hace
esto en un terreno y en un ambiente que no dependen de ella, do- el Papa el siguiente comentario significativo: «¿Régimen y Estado totalitario? Creemos en-
tenderlo bien en el sentido de que para aquello que es de la competencia del Estado, según
minados de antemano por otras muchas materias de enseñanza y su propio fin, la totalidad de los sujetos al Estado, de los ciudadanos, debe subordinarse al
por • ejercicios muy distintos, sometidos inmediatamente a auton- Estado, al régimen, y depender de él; por tanto, una totalitaridad que llamaremos subjetiva
puede ciertamente ser atribuida al Estado, al régimen. Pero no puede decirse otro tanto de
dadís con frecuencia poco o nada favorables y que no raras veces una totalitaridad objetiva, es decir, en el sentido de que la totalidad de los ciudadanos deba
ejercen una influencia contraria con la palabra y con el ejemplo subordinarse al Estado y de él (peor todavía si de él única o principalmente) depender para
la totalidad de cuanto es o puede ser necesario para su vida completa, aun para la individual,
de su vida. doméstica, espiritual, sobrenatural.
Para_ no hablar sino de lo que actualmente nos ocupa, es demasiado evidente que una
[56]. Decíamos que los últimos acontecimientos han acabado totalitaridad de régimen y de Estado que quiera comprender también la misma vida sobre-
natural, es un absurdo manifiesto en el orden de las ideas y sería una verdadera monstruosi-
de demostrar, sin dejar posibilidad de duda, todo lo que en pocos dad si sequisiera traducirla al orden práctico» (AAS 23 [1931] 147-148). Ya en la alocución
16
consistorial de 14 de diciembre de 1925, Pío XI había recordado que la doctrina social y po-
lo. IO.IO. lítica de la Iglesia rechaza igualmente el extremo liberal, el extremo socialista y el extremo
totalitario (AAS 17 [1925] 641-642).
598 PÍO xl NON ATIBUMO BtSOGNO 699
mientas a las genuinas doctrinas católicas y a los inviolables dere-
chos de la Iglesia de Jesucristo y de las almas, redimidas con su '[IV. PREOCUPACIONES ANTE EL FUTURO]
sangre divina.
[61 ]. Pero, a pesar de los juicios, las previsiones y sugerencias [64]. Y he aquí nuestras preocupaciones, gravísimas preocupa-
que de diversas partes, incluso muy dignas de consideración, llega- ciones que, lo sabemos, son también las vuestras, venerables herma-
ban hasta Nos, siempre nos abstuvimos de condenaciones formales y nos, y especialmente las vuestras, obispos de Italia. Nuestra preocu-
explícitas; más aún, llegamos incluso a creer posibles y favorecer pación inmediata es, ante todo, por tantos y tantos hijos nuestros,
por parte nuestra compatibilidades y cooperaciones que para otros incluso jovencitos y jovencitas, inscritos y obligados por aquel
parecían inadmisibles. Hemos obrado así porque pensábamos y juramento. Nos compadecemos" profundamente de tantas concien-
más bien deseábamos que quedase, al menos, la posibilidad de cias atormentadas por dudas (tormentos y dudas de los cuales nos
dudar de que se trataba de afirmaciones y actitudes exageradas, llegan muy ciertos testimonios) precisamente sobre aquel jura-
esporádicas, de elementos sin la debida representación; en resu- mento, tal como está concebido, y más aún después de los hechos
men, de afirmaciones y actitudes imputables, en su parte censura- sucedidos.
ble, más bien a las personas y a las circunstancias que a un verda-
dero y propio programa. [65 ]. Conociendo las múltiples dificultades de la.hora presente
y sabiendo que la inscripción en el partido y el juramento son para
[62]. Los últimos acontecimientos y las afirmaciones que los muchísimos condición indispensable para la carrera, para el pan,
precedieron, acompañaron y comentaron, nos quitan la posibilidad para la vida, Nos hemos buscado un medio que devuelva la paz
que habíamos deseado, y debemos decir y decimos que sólo se es ca- a las conciencias, reduciendo al v mínimo posible las dificultades
tólico por el bautismo y de nombre—en contradicción con las exi- exteriores. Y nos parece que este medio podría ser, para los que
gencias del nombre y con las promesas mismas del- bautismo— están, ya inscritos en el partido, hacer personalmente ante Dios y
cuando se adopta y se desarrolla un programa que hace suyas doc- ante su propia conciencia esta reserva: «a salvo las leyes de Dios
trinas y máximas tan contrarias a los derechos de la Iglesia de Jesu- y de la Iglesia», o también «a salvo los deberes de todo buen cris-
cristo y de las almas, que desconoce, combate y persigue a la Acción tiano», con el firme propósito de declarar aun exteriormente esta
Católica, que es decir cuanto notoriamente tienen de más querido y reserva cuando llegara a ser necesario.
más precioso tanto la Iglesia como su Cabeza. Llegados a este
punto, nos preguntáis vosotros, venerables hermanos, qué se debe [66], Querríamos, además, que al puesto de donde parten las
pensar y juzgar, a la luz de cuanto precede, acerca de una fórmula disposiciones y las órdenes llegara nuestro ruego, ruego de un Padre
de juramento que aun a niños y niñas les impone cumplir sin que quiere mirar por las conciencias de tan gran número de hijos
discusión órdenes que, lo hemos visto y lo hemos vivido, pueden suyos en Jesucristo, para que esta reserva fuese introducida ea la
mandar, contra toda verdad y justicia, la violación de los derechos fórmula del juramento, si no se quiere hacer algo mejor, mucho
de la Iglesia y de las almas, ya por sí mismos sagrados e inviolables, mejor, es decir, suprimir el juramento, que es por sí un acto de
y servir con todas sus fuerzas, hasta con su sangre, a la causa de religión, y que no tiene ciertamente su lugar más apropiado en la
una revolución que a la Iglesia y a Jesucristo les arranca la juventud tarjeta de un partido.
y que educa sus jóvenes fuerzas en el odio, en la violencia.y en la
irreverencia, sin excluir la misma persona del Papa, como los últi- [67]. Hemos procurado hablar con calma y serenidad, pero
mos acontecimientos han demostrado suficientemente. también con toda claridad; sin embargo, no podemos dejar d e
preocuparnos de que seamos bien entendidos; no nos referimos
[63 ]. Cuando la pregunta debe plantearse en estos términos, la a vosotros, venerables hermanos, tan unidos siempre, y ahora más
respuesta, desde el punto de vista católico e incluso meramente hu- que nunca, a Nos en pensamientos y en sentimientos, sino a los
rmno, es inevitablemente una sola, y Nos, venerables hermanos, no demás en general. Y por esto añadimos que, con todo lo que hemos
hicemos sino confirmar la respuesta que ya os habéis dado: seme- venido diciendo hasta aquí, Nos no hemos querido condenar si el
jante juramento, tal como está formulado, no es lícito 19 . partido ni el régimen como tal.
19
Los términos del juramento eran los siguientes: «Juro seguir sin discusión las órdenes [68 ]. Hemos querido señalar y condenar todo lo que en el pro-
del Duce y defender con todas mis fuerzas y, si es necesario, con mi sangre la causa de la
Revolución fascista», grama y acción de éstos hemos visto comprobado como contrario a la
doctrina y a la práctica católica y, por consiguiente, inconciliable
con el nombre y con la profesión de católicos. Y con esto Nos h e -
mos cumplido un deber concreto del ministerio apostólico para con
todos aquellos hijos nuestros que pertenecen al partido, a fin d e
que puedan mirar por su propia conciencia de católicos.
600 PÍO xi
NON ABMAMO U1SOGNO 601
[69 ]. Creemos, además, haber hecho al mismo tiempo una obra
útil al partido mismo y al régimen. Porque ¿qué interés y utilidad [72 ]. En el mismo contexto y en inmediata relación con el «res-
pueden tener éstos manteniendo, en un país católico como Italia, un peto inalterado» (por consiguiente, con las mismas intenciones) se ha-
programa, ideas, máximas y prácticas inconciliables con la concien- cía alusión a «refugios y protecciones» concedidos a los adversarios
cia católica ? La conciencia de los pueblos, como la de los individuos, que quedan del partido y se «ordenaba a los dirigentes de los nue-
acaba siempre por volver sobre sí misma y buscar las vías por un ve mil fascios de Italia» que inspirasen su actuación en estas normas
tiempo más o menos largo perdidas de vista o abandonadas. directivas. Más de uno de vosotros, venerables hermanos, obispos
de Italia, ha experimentado ya, y de ello se nos han enviado noti-
[70]. Y no se diga que Italia es católica, pero anticlerical, aun- cias que hacen llorar, el efecto de tales insinuaciones y de tales
que lo entendamos tan sólo en una medida digna de particular aten- órdenes en una reanudación de- odiosas vigilancias, de delaciones,
ción. Vosotros, venerables hermanos, que en las grandes y pequeñas de amenazas y de vejámenes. ¿Qué es lo que nos prepara el porvenir?
diócesis de Italia vivís en contacto continuo con las buenas pobla- ¿Qué es lo que no podemos y debemos esperar (no decimos temer,
ciones de todo el país, sabéis y veis todos los días cómo éstas son, porque el temor de Dios elimina el temor a los hombres) si, como
si no se las excita ni se las extravía, ajenas a todo anticlericalismo. tenemos motivos para creerlo, existe el designio de no permitir
Todo el que conoce un poco íntimamente la historia del país sabe que nuestros Jóvenes Católicos se reúnan ni aun silenciosamente,
que el anticlericalismo ha tenido en Italia la importancia y la fuerza
bajo pena de severas sanciones para los dirigentes?
que le confirieron la masonería y el liberalismo, que lo engendra-
ron. En nuestros días, por lo demás, el entusiasmo unánime que ¿Qué es lo que, por consiguiente, nos preguntamos de nuevo,
unió y transportó de alegría como nunca a todo el país en los días nos prepara o amenaza el porvenir?
de los pactos lateranenses, no habría dejado al anticlericalismo me-
dios de levantar la cabeza si ya al día siguiente de estos convenios [V. EXHORTACIÓN Y ESPERANZAS]
no se le hubiera recordado y alentado. Además, durante los últimos
acontecimientos, ciertas disposiciones y órdenes le han hecho entrar [73]. Es precisamente en este extremo de dudas y de previsio-
en acción y le han hecho cesar, como todos han podido ver y compro- nes a que los hombres nos han reducido donde toda preocupación,
bar. Y está fuera de toda duda que habría bastado y bastará siempre venerables hermanos, se desvanece, desaparece, y nuestro espíritu
para tenerlo a raya la centésima y la milésima parte de las medidas se abre a las más confiadas y consoladoras esperanzas, porque el
prolongadamente infligidas a la Acción Católica y coronadas re- porvenir está en las manos de Dios, y Dios está con nosotros,
cientemente de la manera que todo el mundo sabe. y si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?20
[71 ]. Otras y muy graves preocupaciones nos inspira el porve- [74 ]. Un signo y una prueba sensible de la asistencia y del favor
nir inmediato. En una asamblea oficial y solemne como ninguna otra, divino, Nos la vemos ya y la experimentamos en vuestra asistencia y
inmediatamente después de los últimos acontecimientos, tan dolo- cooperación, venerables hermanos, Si son ciertas nuestras informa-
rosos para Nos y para los católicos de toda Italia y del mundo ciones, se ha dicho recientemente que ahora la Acción Católica
entero, contra la Acción Católica, se ha hecho la declaración de está en manos de los obispos y que no hay ya nada que temer.
«respeto inalterado hacia la religión católica, para su Jefe supre- Y hasta aquí todo va bien, muy bien, salvo aquel «ya nada», como
mo, etc.». «¡Respeto inalterado!», es decir, el mismo respeto, sin
si antes hubiera habido algo que temer, y salvo aquel «ahora»,
cambio alguno, que hemos experimentado; es decir, ese respeto
como si antes y ya desde el principio la Acción Católica no hubiera
que se manifestaba por las tan extensas como odiosas medidas
policíacas preparadas en profundo silencio como sorpresa enemi- sido esencialmente diocesana y dependiente de los obispos (como
ga y aplicadas de un modo fulminante precisamente en la víspera lo hemos'indicado más arriba), y también por esto, principalmente
de nuestro cumpleaños, ocasión de grandes manifestaciones de por esto, hemos siempre abrigado la más absoluta confianza de
simpatía y de bondad por parte del mundo católico y aun del no que nuestras directivas eran obedecidas y secundadas. Por este
católico; es decir, ese mismo respeto que se traducía en violencias motivo, además del que supone la promesa infalible del socorro
e irreverencias, cuya perpetración fué permitida sin dificultad al- divino, Nos permanecemos y permaneceremos en la más confiada
guna. ¿Qué podemos, pues, esperar, o mejor dicho, qué es lo que tranquilidad aun cuando la tribulación—digamos la palabra exacta:
no debemos esperar? No han faltado quienes se preguntan si esta la persecución—deba continuar e intensificarse; Nos sabemos que
extraña manera de hablar y de escribir en estas circunstancias, vosotros sois, y vosotros sabéis que sois nuestros hermanos en el
inmediatamente después de tales hechos, ha estado enteramente episcopado y en el apostolado; Nos sabemos, y vosotros lo sabéis,
exenta de ironía, de una bien triste ironía, que por nuestra parte venerables hermanos, que sois sucesores de aquellos apóstoles^ que
preferimos excluir por completo.
20 R o m 8,31.
602 PÍO xi
NON ABBIAMO BISOGNO cor?
San Pablo llamaba, con palabras de vertiginosa sublimidad, gloria
humanas ideologías, mudables en los diversos tiempos y lugares,
de Cristo 2Í; vosotros sabéis que no ha sido u n hombre mortal,
sino de una divina e inviolable disposición.
aunque fuera jefe de Estado o de gobierno, sino el Espíritu Santo,
quien os ha colocado, en la parte que Pedro os señala, para regir [78]. Y nos inspira también confianza y esperanza el bien que
la Iglesia de Dios. Estas y otras tantas cosas santas y sublimes que indudablemente provendría del reconocimiento de esta verdad y de
os tocan de cerca, venerables hermanos, evidentemente son igno- este derecho. Padre de todos los redimidos, el Vicario de aquel Re-
radas u olvidadas por quien os llama y os juzga a vosotros, obispos dentor que, después de haber enseñado y mandado a todos el amor
de Italia, «funcionarios del Estado»; de los cuales tan claramente a los enemigos, moría perdonando a los que le crucificaban, no es
os distingue y separa la misma fórmula del juramento que al rey ni será jamás enemigo de nadie, y así harán todos los buenos y ver-
habéis de prestar, cuando dice y declara previamente de modo ex- daderos hijos suyos, los católicos que quieran conservarse dignos
plícito: «como conviene a un obispo católico». de tan gran nombre; pero los católicos nunca podrán compartir,
adoptar o favorecer máximas y normas de pensamiento y de acción
[75 ]. Es también para Nos grande y verdaderamente ilimitado contrarias a los derechos de la Iglesia y al bien de las almas, y por
motivo de esperanza el inmenso coro de plegarias que la Iglesia de esto mismo, contrarias a los derechos de Dios.
Jesucristo, desde todas las partes del mundo, eleva a su divino
[79]- ¡Cuan preferible sería, a esta irreductible división de las
Fundador y a su Santísima Madre por su Cabeza visible, el sucesor
inteligencias y de las voluntades, la pacífica y tranquila unión de los
de Pedro, exactamente como cuando, hace ahora veinte siglos, la
pensamientos y de los sentimientos, que felizmente no podría dejar
persecución hería a Pedro en su misma persona: oraciones de los
de traducirse en una fecunda cooperación de todos para el verda-
sagrados pastores y de los pueblos, del clero y de los fieles, de reli-
dero bien común de todos; y esto con la simpatía y el aplauso de
giosos y de religiosas, de adultos y de jóvenes, de niños y de niñas;
los católicos de todo el mundo, en lugar de una universal censura
oraciones en las formas más delicadas y eficaces de santos sacri-
y descontento, como sucede ahora! Pedimos al Dios de todas las
ficios y comuniones, de rogativas, adoraciones y reparaciones, de
misericordias, por la intercesión de su Santísima Madre, que hace
espontáneas inmolaciones y de sufrimientos cristianamente lleva-
muy poco nos sonreía con sus pluriseculares esplendores, y por la
dos; oraciones de las que en todos estos días e inmediatamente
de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, que nos conceda a todos ver
después de los tristes acontecimientos nos llegaba de todas partes
lo que conviene hacer y a todos dé la fuerza para cumplirlo.
el eco consolador, nunca tan fuerte y tan consolador como en este
Nuestra bendición apostólica, auspicio y prenda de todas las
día solemnemente consagrado a la memoria de los Príncipes de
bendiciones divinas, descienda sobre vosotros, venerables hermanos;
los Apóstoles, y en el que ha querido la divina bondad que pudié-
sobre vuestro clero, sobre vuestros pueblos, y con ellos permanezca
ramos terminar esta nuestra carta encíclica.
siempre.
[76]. A la oración todo está prometido por Dios; si no llega la Roma, en el Vaticano, en la solemnidad de los Santos Apósto-
serenidad y la tranquilidad del orden restablecido, todos tendrán la les Pedro y Pablo, 29 de junio de 1931.
cristiana paciencia, el santo valor, el gozo inefable de padecer algo
con Jesús y por Jesús, con la juventud y por la juventud, tan querida
para El, y esto hasta la hora escondida en el misterio del Corazón
divino, infaliblemente la más oportuna para la causa de la verdad
y del bien.
t77]- Y como de tantas oraciones debemos esperarlo todo y
como todo es posible a aquel Dios que a la oración lo ha prometido
todo, tenemos confiada esperanza de que El querrá iluminar las
mentes hacia la verdad y convertir las voluntades hacia el bien, de
forma que a la Iglesia de Dios, que nada disputa al Estado de lo que
al Estado corresponde, se dejará de discutirle lo que a ella le corres-
ponde, la educación y formación cristiana de la juventud; no por
concesión humana, sino por divino mandato, y que, por tanto,
la Iglesia debe siempre reclamar y reclamará siempre con una in-
sistencia y una intransigencia que no puede cesar ni doblegarse,
porque no proviene de una concesión o un criterio humano o de
2' 2 C o r . 8,23.
ACERBA ANIMI (¡1)5

ACERBA ANIMI Prolongación de la carta Iniquis afflictisque, la encíclica A c e r b a


animi, dirigida al episcopado mejicano, recoge el m o d u s vivendi esta-
Sobre la injusta situación de la Iglesia en Méjico blecido en el año 1929 entre la Santa Sede y la República de Méjico
y la inmediata transgresión de este convenio por parte del Gobierno de
la República. Desde el punto de vista histórico, presenta una identidad
casi completa con la encíclica citada. Pero temáticamente ofrece el des-
arrollo de una distinción luminosa entre la aceptación positiva—siem-
pre ¿lícita—de una ley persecutoria y la mera tolerancia material de las
cláusulas de esta ley. Desde este punto de vista del contenido, ofrece
también la encíclica una enseñanza de particular interés: las normas
concretas de conducta práctica—aplicación de los principios—deben
Los documentos pontificios sobre la dura situación creada a la Iglesia
conformarse con la diversidad variable de las circunstancias concretas
mejicana durante el pontificado de Pío XI presentan el doble interés de
ofrecer conjuntamente a la vista del lector la proyección continuada del medio en que se aplican. Es erróneo e injusto ver una contradicción
de los principios políticos católicos sobre una situación concreta de legis- entre normas distintas, cuya diversidad está dada por las diferencias
lación persecutoria y el espectáculo asombroso de la resistencia pasiva de locales del medio en que deben recibir aplicación empírica los principios
un pueblo que, en frase del Papa, «ha escrito una de las páginas más permanentes.
ilustres de la historia de la Iglesia» (AAS 19 [1927] 235-236,). La hora actual del catolicismo en Méjico, recordaba Pío XI en la
En la encíclica Iniquis affliclisque, 18 de noviembre de igzó encíclica Iniquis afflictisque, es la hora obscura del poder de las tinie-
(AAS 18 [1926] 465-477,), Pío XI condenó dos leyes: la constitución blas, provocada por el esfuerzo mancomunado del «recrudecimiento de
política mejicana de igiy y la ley complementaria de junio de igzó la barbarie y la persecución de la Iglesia», agentes simultáneos, «cuya
que empeoró la situación creada por la anterior. Estas leyes, declara causa reside en las doctrinas subversivas del orden social y político, que
el Papa, son indignas de un pueblo civilizado, en su mayor parte cató- se propagan, gracias a la connivencia responsable de los gobiernos, como
lico, y carecen por completo de todas las características esenciales de la virus mortal del Estado» (AAS 19 [1927] 2 3 6 ) .
ley; afirmación que persiste como nota dominante y sintomática en todos
los documentos de Pío XI sobre la cuestión mejicana, principalmente en SUMARIO
la F i r m i s s i m a m constantiam. Sin embargo, la postura del episcopado
y la actitud de la Santa Sede se mantuvieron dentro de una línea de I. Especial solicitud del Papa por la Iglesia mejicana perseguida. La
calma serenante, porque se esperaba un cambio en la postura hostil del Santa Sede ha condenado las leyes constitucionales de la República
Gobierno mejicano. Esperanza que bien pronto quedó defraudada. mejicana, especialmente con la encíclica Iniquis afflictisque. El epis-
Por esto Pió XI advertía en la referida encíclica que el remedio de copado mejicano, por su parte, decretó la suspensión pública del culto
divino. La conducta del clero y del laicado católico ha sido ejemplar.
la situación sólo podía provenir de Dios y del esfuerzo unitario de todos El Papa ha hablado a los católicos mejicanos para exhortarlos a la re-
los fieles mejicanos para promover la acción católica. Y es en la epístola sistencia frente a la legislación injusta y animarlos a la oración. El Papa
Paterna sane (AAS 18 [1926] 175-179) donde el Papa detalló las ha hablado también a los católicos de todo el mundo y se ha dirigido
normas concretas que habían de aplicarse en la República mejicana a los jefes de las naciones que tienen relaciones diplomáticas con la
para lograr el desarrollo disciplinado y eficaz de esta acción católica. Santa Sede.
Con respecto a la situación política, Pío XI estableció tres normas: los II. El Gobierno mejicano manifestó en 1929 su voluntad de llegar a un
católicos deben abstenerse de favorecer a cualquier partido político; no acuerdo. La Santa Sede juzgó entonces que era conveniente, por diver-
pueden formar un partido, político con denominación católica; el clero sas razones, alzar la suspensión pública del culto católico. Lo pedía
debe evitar toda intervención en la política de los partidos. Era ésta el bien de la Iglesia y de las almas. Esta orden no implicaba la acepta-
la manera de quitar toda base a un posible ataque del Gobierno contra ción de la legislación persecutoria. Pero el Gobierno mejicano ha fal-
el catolicismo por razones de orden político. tado a su palabra, porque ha levantado una nueva persecución. Se
han tomado medidas drásticas contra los obispos, el clero y los seglares
Sin embargo, el Papa aclaró en la Paterna sane que los católicos católicos. Se ha desatado una campaña de prensa contra la Iglesia.
podían y debían ejercer todos los derechos y deberes civiles comunes. Se ha prohibido la enseñanza religiosa en las escuelas primarias. Pero
En relación con el clero, advirtió además que éste no podía ni debía el punto más grave es la limitación numérica del clero al arbitrio de
desentenderse por completo de los graves problemas sociales y políti- los cuerpos legislativos. Al episcopado se le prohibe por entero el
cos: como ciudadano, el sacerdote debe ejercer sus derechos, y como ejercicio de las funciones sagradas. Lo que se pretende es destruir
ministro sagrado, debe urgir la conciencia de los fieles para que éstos por completo a la Iglesia católica.
cumplan con fortaleza sus deberes políticos. III. Normas y principios que deben obedecer todos los católicos mejica-
nos en la presente situación persecutoria. El Papa ha considerado aten-
606 río Xí
ACERBA ANIMI 6Ü7
tamente todos los informes recibidos. La norma de conducta práctica
no puede ser la misma en todos los estados de la República, porque de condenar y reprobar repetidas veces siempre q u e las circunstan-
la aplicación de las leyes vejatorias en estos estados es muy distinta. cias lo exigieron. Por esta causa h e m o s querido q u e n u e s t r o legado
No existe contradicción entre las diversas normas dadas por los obis- continuase en vuestra República.
pos, porque responden también a situaciones de carácter local muy
diferentes. Es, sin embargo, absolutamente necesario que se proteste [ 3 ] . Y mientras, e n estos últimos tiempos, los gobiernos de
contra la limitación numérica del clero. Por esto el Papa ha denunciado otros m u c h o s Estados h a n r e a n u d a d o las amistosas relaciones d i -
la persecución mejicana ante todo el mundo como un positivo avance plomáticas con la Santa Sede, los gobernantes de la República m e -
del ateísmo revolucionario. jicana, p o r el contrario, n o sólo se h a n e m p e ñ a d o en cerrar t o d a vía
Hay que utilizar, por tanto, todos los medios posibles para conser- de transacción p a r a u n a conciliación m u t u a , sino q u e además, vio-
var la fe en el pueblo. Es ilícita toda colaboración o aceptación positi- l a n d o — d e u n a m a n e r a t o t a l m e n t e inesperada—las p r o m e s a s d a d a s
vas de la ley reguladora del número de sacerdotes. Sin embargo, la hacía poco t i e m p o p o r escrito y d e m o s t r a n d o de este m o d o con t o d a
solicitud del permiso legal para celebrar no implica aceptación ni co-
laboración: constituye un sometimiento meramente material, una to- claridad los propósitos q u e albergaban con relación a la Iglesia, h a n
lerancia de un mal para evitar daños mayores. No hay, por tanto, expulsado d e Méjico varias veces a n u e s t r o s legados. D e este m o d o
lugar para escrúpulos infundados en esta materia. se llegó a aplicar d u r a m e n t e el artículo 130 de la C o n s t i t u c i ó n ; ley
IV. Son necesarias la obediencia estricta y la unidad en la acción. Debe contra la cual protestamos, denunciándola y c o n d e n á n d o l a solem-
fundarse y aumentarse la Acción Católica. Sometimiento a las normas n e m e n t e e n la encíclica Iniquis afflictisque, del 18 de n o v i e m b r e
de la jerarquía. Exhortación a proseguir-por el camino iniciado. El d e 1926, por su radical hostilidad a la religión católica. .
Papa está particularmente unido a! episcopado mejicano en esta durí-
sima hora. Bendición. [ 4 ] . Se h a n decretado t a m b i é n gravísimas p e n a s a los infrac-
tores de ese artículo de la ley, y, con u n a n u e v a injusticia ofensiva
p a r a la j e r a r q u í a eclesiástica, se ha legislado q u e los sacerdotes q u e
[i ]. L a acerba angustia i q u e o p r i m e nuestra alma p o r la tris- t e n g a n p e r m i s o p a r a celebrar privada o públicamente, n o p u e d e n
tísima situación actual d e la h u m a n i d a d n o m e r m a la especial preocu- sobrepasar d e u n n ú m e r o d e t e r m i n a d o , q u e d e b e r á n señalar los ór-
pación q u e sentimos t a n t o por los q u e r i d o s hijos d e la nación meji- ganos legislativos de cada u n o de los Estados.
cana c o m o p r i n c i p a l m e n t e por vosotros, venerables h e r m a n o s , tan [5 ] . Al provocarse esta injusta e intolerable situación, q u e deja
dignos d e nuestros c u i d a d o s paternales p o r ser d e s d e hace t i e m p o a la Iglesia de Méjico sometida al p o d e r civil y al arbitrio de u n o s
víctimas d e u n a durísima persecución. gobernantes hostiles a la religión católica, decretasteis, venerables
h e r m a n o s , la suspensión d e todas las manifestaciones p ú b l i c a s del
[I. L A S PERSECUCIONES A N T E R I O R E S ]
Hac itidem de causa Nobis cordi fuit ut Reipublicae vestrae Legatus nos-
[ 2 ] . Ya desde el comienzo d e n u e s t r o pontificado, siguiendo ter non deesset.
las huellas d e nuestro i n m e d i a t o predecesor, h e m o s p r o c u r a d o p o r Quodsi plerumque, recentiore hac aetate, supremi ceterarum Civita-
t o d o s los medios posibles que l a s leyes constitucionales n o obtuvie- tum gubernatores publicas cum Apostólica Sede necessitudinum rationes,
sen u n a funesta vigencia práctica; leyes q u e , p o r atacar los d e r e - renovato quodam studio, redintegrare visi sunt, at Mexicanae Reipublicae
chos p r i m a r i o s e inmutables de l a Iglesia, h u b i m o s necesariamente moderatores non modo quamlibet mutuae conciliationi transigendae viam
praecludere non destiterunt, sed fidem etiam, haud ita pridem scripto
dátam, praeter omnium exspectationem frangentes, violantes, atque adeo
D e iniqua reí catholicae condicione in mexicana república quaenam eorum essent in Ecclesiam consilia atque proposita luculentis-
sime demonstrantes, non semel Legatos Nostros suo loco depulerunt.
Acerba animi anxitudo, qua ob tristissimas humanae horum temporum Itaque eo deventum est, ut CXXX eius legis caput, quam «Constitutionem»
societatis condiciones angimur, peculiarem illam haud remittit sollicitu- vocant, asperrime in usum perduceretur; quam quidem legem, quippe
dinem, qua cum dilectos Mexicanae Nationis filios impense prosequimur, catholicae religioni infensissimam, per Encyclicas Litteras Iniquis afflictis-
tum vos praesertim, Venerabiles Fratres, idcirco paterna cura Nostra dignis- que die XVIII mensis Novembris, anno MDCCCCXXVI datas, detestando
simos, quod tam diu acerrímis divexamini insectationibus. et conquerendo sollemniter expostulavimus.
Inde ab inito Pontificatu, proximi Decessoris Nostri vestigiis insisten- Pergraves etiam in eos sunt, qui huiusmodi legis caput offendissent'
tes, omni industria omnique ope enisi sumus, ne «constitutionalia», ut poenae promulgatae, atque, nova Ecclesiasticae Hierarchiae inustá iniuriá 1
aiunt, praescripta ad effectum funeste deducerentur; quae quidem praescrip- cautum est ut sacerdotes, quibus facultas esset privatim publice faciend'
ta, utpote primaria atque immutabilia laederent Ecclesiae iura, faceré non impertiendique sacra, certum numerum, quem singularum Civitatum le-
potuímus quin pluries, occasione data, damnaremus atque reprobaremus. gumlatores definivissent, neutiquam excederent.
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Pío XI, carta encíclica al episcopado mejicano sobre la injusta situación del catolicismo His iniuste intoleranterque constitutis, quae Mexicanam Ecclesiam civili
en la República de Méjico :AAS 24 (1932) 321-332. imperio gubernatorumque arbitrio, in catholicam religionem hostilium,
obnoxiam redderent, vos, Venerabiles Fratres, divini cultus munia publice
608 PÍO X I ACERBA AN1MI 009

culto divino y, al m i s m o tiempo, exhortasteis de mil m a n e r a s a todos H e m o s p r o c u r a d o t a m b i é n q u e n u e s t r o s hijos de t o d o el m u n d o ,


los fieles cristianos p a r a q u e protestasen eficazmente contra u n a le- u n i e n d o sus oraciones a las nuestras, p i d a n p o r s u s h e r m a n o s m e -
gislación t a n injusta. Sin embargo, expulsados casi t o d o s vosotros jicanos, t a n i n d i g n a m e n t e t r a t a d o s ; y a esta p a t e r n a invitación n u e s -
d é la patria p o r vuestra apostólica y constante entereza, os habéis tra h a n sabido r e s p o n d e r con a d m i t a b l e entusiasmo.
visto obligados a a d m i r a r desde el destierro y como a distancia las
luchas sagradas y el martirio c r u e n t o d e vuestro clero y d e vuestra [ 8 ] . N o h e m o s descuidado t a m p o c o los p r o c e d i m i e n t o s h u -
g r e y ; m i e n t r a s q u e aquellos de vosotros—bien pocos en n ú m e r o — m a n o s q u e estaban a n u e s t r o alcance p a r a p r o p o r c i o n a r el alivio p o -
q u e p u d i e r o n permanecer, prodigiosamente ocultos, en sus respec- sible a n u e s t r o s q u e r i d o s hijos; y así, p o r u n a parte, h e m o s exhorta-
tivas diócesis, h a n sabido d a r al p u e b l o cristiano, con el ejemplo de d o insistentemente a t o d o el o r b e católico para q u e se auxiliara a los
su fortaleza, u n g r a n d e y esforzado consuelo. afligidos h e r m a n o s d e la Iglesia mejicana, incluso con públicas co-
lectas; y, p o r otra parte, h e m o s rogado repetidas veces a los jefes de
[ 6 ] . D e estos h e c h o s N o s h e m o s h a b l a d o en alocuciones y dis-
E s t a d o d e las naciones q u e m a n t i e n e n con N o s relaciones amistosas
cursos públicos, y m á s claramente en la encíclica Iniquis afflictisque,
p a r a q u e se p r e s t a r a n a considerar eficazmente la anormal y graví-
a n t e r i o r m e n t e citada; congratulándonos p r i n c i p a l m e n t e d e que la
sima situación de tantos fieles cristianos.
egregia c o n d u c t a del clero—en la administración d e los sacramentos
a los fieles, con peligro d e la propia vida—y los heroísmos de m u -
chos seglares—en la espontánea colaboración prestada al clero con [II. LA PERSECUCIÓN ACTUAL]
inauditas dificultades pacientemente soportadas y con grave detri-
m e n t o d e s u s propios bienes—hayan sido causa de conmovida ad- [9 ] . A h o r a bien, el G o b i e r n o del E s t a d o mejicano, ante la e n é r -
m i r a c i ó n en t o d o el universo. gica e insistente resistencia d e la g r a n mayoría d e los ciudadanos
perseguidos, p a r a soslayar de algún m o d o la peligrosa situación q u e
[ 7 ] . E n t r e tanto, N o s n o h e m o s q u e r i d o dejar de cumplir n o podía d o m i n a r , c o m o era s u deseo, manifestó claramente q u e n o
n u e s t r a obligación d e excitar, d e palabra y p o r escrito, a los sacerdo- se oponía al propósito d e llegar a u n a total transacción llevada
t e s y a los fieles d e Cristo para q u e se o p o n g a n cristianamente, en a cabo p o r representantes d e las d o s partes 2 . P o r este motivo, a u n -
la m e d i d a d e sus posibilidades, a u n a legislación t a n inicua, y de q u e d e s g r a c i a d a m e n t e N o s sabíamos p o r experiencia q u e n o se p o -
advertirles igualmente q u e a p l a q u e n con oraciones y penitencias la
día t e n e r confianza segura e n semejantes promesas, j u z g a m o s , sin
justicia d e D i o s eterno, para q u e quiera el providentísimo y miseri-
e m b a r g o , q u e d e b í a m o s considerar si era o n o o p o r t u n o prolongar
cordiosísimo Dios aliviar y acabar cuanto antes estas persecuciones.
la suspensión pública del culto divino. Esta suspensión había sido
intermitiere decrevistis; eodemque tempore christifideles omnes quoquo decretada c o m o protesta eficacísima contra la arbitraria decisión del
modo compellastis, ut ínfandas id genus praescriptiones efficaciter expostu-
larent. O b vestram tamen apostolicam animorum strenuitatem atque Nobis ubique gentium filii sunt, ii, consociatis Nobiscum supplicationibus,
constantiam, paene omnes e patria deturbati, sancta cleri gregisque vestri Mexicanis fratribus tam indigne habitis bene precarentur; cui quidem pa-
certamina martyríumque factum, extorres e ionginquo veluti prospicientes, ternae invitationi Nostrae, mirabili quodam ardore, üdem responderúnt.
admirati estis; quibus autem ex vobis—perpaucis admodum—in sua cuius- At ñeque, quae Nobis praesto essent, humanas rationes negleximus,
que díoecesi quasí prodigaliter latescere licuit, ii haud mediocre attulere, ut dilectis filiis Nostris aliquid liceret afferre solacii: siquidem, cum univer-
suo nobilissimae firmitudinis exemplo, christianae plebi solacium atque sum catholicum orbem enixe cohortati sumus, ut conflictatis Mexicanae
incitamentum. Ecclesiae fratribus, corrogata etiam stipe, auxilio esset, tum supremos
etiam Nationum rectores, quibuscum Nobis intercedunt necessitudinum
Quibus Nos de rebus, allocutionibus publicisque sermonibus habitis, vincula, iterum atque iterum obsecravimus, ut abnormem gravissimamque
ac copiosius disertiusque in Encyclicis, quas supra memoravimus, Litte-
tot christifidelium condicionem perpendere non recusarent.
iis Iniquis afflictisque verba fecimus; id praesertim gratulati quod cleri
egregie facta—cum sacra christifidelibus, non sine ipsius vitae discrimine, Iamvero, qui rem Mexicanae Civitatis publtcam moderantur, cum tam
impertirent—quod heroica plurium laicorum hominum facinora—cum, in- ingens affíictorum civium multitudo obsistere strenue generoseque non
credibilibus ac prorsus inauditis aerumnis fortiter toleratis, magnoque cum desisteret, ut e periculosis rerum adiunctis, quae ex optatis comprimere
suarum rerum detrimento, impensam operam sacrorum administris volenti atque vincere nequivissent, aliquo modo emergerent, se proposito non
animo navarent—vehementem universo terrarum orbi admirationem com- adversan haud obscure significarunt totius causae, conlatis utrimque con-
nioverunt. silüs, componendae. Itaque, quamvis, proh dolor, experiendo Nobis cogni-
Atque interea Nostro deesse officio noluimus, quin, consilüs verbo tum esset, eiusmodi pollicitationibus fidem adiungere non tutum, conside-
scriptoque datis, sacerdotes Christique fideles ad iniquis legibus christiano randum tamen Nobis esse duximus utrum opportunum esset, necne, sa-
more obsistendum pro viribus excitaremus, eos item adhortantes ad sem- crorum religionis rituum intermissionem publice producere. Quae quidem
piterni Numinis iustitiam precibus atque piaculis ita placandam, ut quanto-
2
cius providentissimus ac misericors Deus vexationibus hisce modum ac E n la encíclica de 23 d e diciembre d e 1929, publicada con motivo de las bodas d e oro
fitiem ¡mponere benigne vellet. Ñeque efficere praetermisimus ut, qui sacerdotales d e Pío XI, declaraba el P a p a q u e la persecución religiosa e n Méjico parecía ha-
berse mitigado parcialmente y que In hora d e la paz parecía estnr va m á s cercana: A A S 2T
(1929) 712.
Vectr. $ontif. 2 20
610 PIÓ XI ACERBA ANIMI 611

G o b i e r n o ; pero, prolongada excesivamente, podía causar d a ñ o s m u y t o de restablecer el culto público. A l obrar así, n u e s t r a intención n o
graves tanto en el o r d e n político como en el o r d e n religioso. A d e - era ciertamente la de legitimar la legislación mejicana contraria a la
más, y esta r a z ó n es de m a y o r importancia, esta suspensión, c o m o religión ni desautorizar las protestas públicas contra esta legislación
sabíamos p o r n u m e r o s o s y seguros informes, causaba u n g r a n d a ñ o en el sentido d e q u e cesase la resistencia y la oposición a ella. Se
a los fieles, los cuales, privados de m u c h o s auxilios espirituales<-ne- trataba solamente d e u n a cuestión: p u e s t o q u e el G o b i e r n o d e la
cesanos p a r a la vida cristiana y obligados con frecuencia a n o c u m - República declaraba haber cambiado sus intenciones, parecía con-
plir sus deberes religiosos, llegaban poco a poco a aislarse p o r c o m - veniente s u s p e n d e r las m e d i d a s d e resistencia, q u e p o d í a n ser cada
pleto del sacerdote católico y a perder, p o r tanto, los beneficios d e día m á s dañosas al p u e b l o cristiano, y a d o p t a r otras m e d i d a s m á s
la vida sobrenatural. A ñ á d e s e a esto que, d e b i d o a la prolongada adecuadas a la nueva situación.
ausencia d e los obispos de sus respectivas diócesis, n o p o d í a dejar [11 ] . T o d o s saben, sin e m b a r g o , q u e la paz y conciliación es-
d e relajarse y debilitarse la disciplina eclesiástica; consecuencia t a n -
p e r a d a s d u r a n t e t a n t o t i e m p o n o respondieron a n u e s t r o s deseos.
t o m á s dolorosa, c u a n t o q u e , en m e d i o de u n a persecución t a n gran-
P o r q u e , violadas a b i e r t a m e n t e las condiciones estipuladas e n la con-
d e d e la Iglesia mejicana, el p u e b l o cristiano y los sacerdotes n e c e -
ciliación, se levantó u n a n u e v a persecución cruel contra los obispos,
sitaban, c o m o n u n c a , d e la dirección y gobierno de los q u e el Espí-
los sacerdotes y los fieles cristianos, castigándolos con p e n a s y cár-
ritu Santo ha puesto como obispos para regir la Iglesia de Dios 3 .
celes, y con la m a y o r tristeza vimos q u e n o sólo n o se llamó del d e s -
tío]. P o r consiguiente, c u a n d o en el a ñ o 1929 el p r e s i d e n t e
tierro a t o d o s los obispos ausentes, sino q u e incluso algunos de
' d e la República mejicana declaró p ú b l i c a m e n t e q u e , al aplicar las
citadas leyes, n o era s u propósito destruir la «identidad d e la Igle- aquellos q u e seguían viviendo en el suelo mejicano fueron, sin res-
sia» ni menospreciar la jerarquía eclesiástica, N o s , t e n i e n d o en cuen- peto alguno a las leyes, expulsados del territorio nacional; en m u -
ta solamente la salvación d e las almas, j u z g a m o s q u e a t o d a costa chas diócesis, los templos, los seminarios, los palacios episcopales
era u r g e n t e aprovechar en lo posible esta ocasión p a r a restaurar la y d e m á s edificios sagrados n o fueron, en m o d o alguno, dedicados
jerarquía. E s más, p u e s t o q u e brillaba ya alguna esperanza de re- d e n u e v o a sus usos particulares; finalmente, con u n a descarada
m e d i a r estos males t a n graves y parecían alejarse las principales violación d e las p r o m e s a s hechas, m u c h o s clérigos y seglares q u e
causas q u e movieron a los obispos a s u s p e n d e r el culto público, j u z - h a b í a n defendido valientemente la fe d e sus mayores fueron e n t r e -
g a m o s q u e debíamos considerar seriamente si era llegado el m o m e n - gados ai odio vengativo d e sus enemigos.
[12 ] . N o sólo e s t o : t a n p r o n t o c o m o cesó la suspensión pública
mtermissio, si praesentissima exstiterat adversus rei publicae gubernato- del culto divino, sobrevino y se generalizó u n a criminal c a m p a ñ a de
rum arbitrium expostulatio, nihiío setius, adhuc prolata, omnium civitatis calumnias p o r p a r t e d e cierta prensa contra los sagrados ministros,
religionisque rerum ordini potuisset detrimentum efferre. Praeterea, quod
pluris est, haec intermissio, quemadmodum Nobis a non paucis maximae- tenda esse autumaverant, ea in praesens redintegrare. Qua de re, Nobis
que auctoritatis auctoribus perlatum fuerat, haud mediocri erat christi- profecto mens non erat ñeque Mexicanas in religionem leges habere ratas,
ndelibus noxae, qui quidem multis spiritualibus adiumentis christianae ñeque publicas, adversus eas, expostulationes ita revocare, ut iisdem legi-
vitae necessariís destituti, coactique propria religionis officia haud raro bus iam non pro viribus obnitendum, officiendumque esse decerneremus.
praetermittere, eo discriminis sensim rapiebantur, ut a catholico sacerdotio Haec tantummodo causa agebatur: quandoquidem nimirum rei publicae
removerentur atque adeo a supernaturalibus eius beneficíis abstraheren- moderatores absimilia significabant inivisse consilia, res postulare vide-
tur. H u c accedit quod, cum Episcopi tam diu e dioecesi cuiusque sua abes- batur ut eae obsistendi rationes intermitterentur, quae magis usque chris-
sent, non poterat id ad ecclesiasticae disciplinae remissionem debilitatio- tiano populo detrimentosae evadere potuissent, atque ut aliae, opportu-
nemque non conferre; quod tum potissimum dolendum crat, cum, in niores utique, susciperentur.
tanta Mexicanae Ecclesiae divexatione, christiana plebs sacerdotesque eorum At ómnibus in comperto est exspectatam tam diu pacem rerumque
máxime ductu ac norma indigerent, quos «Spiritus Sanctus posuit Episco- conciliationem optatis non respondisse votisque Nostris. Rationibus enim
pos regere Ecclesiam Dei». transactae conciliationis aperte violatis, in sacrorum Antistites, sacerdo-
U b i igitur, anno scilicet MDCCCCXXIX, supremus Mexicanae Reipu- tes Christique fideles adhuc saevitum est, poenis eos, vinculisque mulc-
bhcae magistratus publice edixit sibi consilium non esse, memoratas leges tando; ac summo cum animi moerore vidimus non modo esse Episcopos
ad rem deducendo, «Ecclesiae identitatem» restinguere, itemque ecclesiasti- omnes ab exsilio revocatos, sed potius, ex his etiam nonnullos, qui patriae
cam Hierarchiam posthabere, Nos quidem animarum saluti unice prospi- beneficio fruerentur, legum rationibus neglectis, e finibus eiectos; in dioece-
cientes, hanc qualemcumque hierarchicae dignitatis redintegrandae ratio- sibus non paucis templa, Seminaria, Episcoporum domicilia ceterasque
nem minime praetereundam esse censuimus. Quin etiam Nobis perpenden- sacras aedes in usum suum minime restituía; denique apertis pollicitatio-
dum esse consideravimus nonne opportunum esset, cum aliqua graviori- nibus posthabitis multos e clero laicorumque ordine, qui avitam fidem
bus rnalis medendi spes affulgeret, cumque praecipuae illae causae remove- fortiter tutati essent, inimicorum suorum invidiae simultatique permissos.
n viderentur, quibus ducti Episcopi divini cultus munia publice intermit- Praeterea, vixdum. publica divini cultus intermissio revocata est, ini-
Act. 20,28. qua eorum criminationis contentio, qui scriptionibus prelo edendis dant
operam, in sacrorum administros, in Ecclesiam, in ipsumque Deum acerri-
612 vio xi
ACEKI:^ A V t . M !

contra la Iglesia y contra el m i s m o D i o s ; y es del d o m i n i o p ú b l i c o


q u e la Sede Apostólica ha creído d e b e r suyo r e p r o b a r y condenar la vida de la Iglesia, la persecución contra el clero y la j e r a r q u í a ca-
u n a d e esas publicaciones, q u e , p o r su m a y o r i m p i e d a d y su evi- tólica, llevada a cabo con el objeto de s u p r i m i r l o s p o c o a p o c o en
d e n t e propósito d e excitar p o r m e d i o d e calumnias el odio contra la la República mejicana. P r o c l a m a la C o n s t i t u c i ó n del E s t a d o mejicano
q u e los c i u d a d a n o s t i e n e n plena libertad p a r a opinar lo q u e quieran,
religión, había sobrepasado p o r completo t o d a clase d e límites.
p a r a p e n s a r lo q u e gusten y creer lo q u e les a g r a d e ; sin e m b a r g o
[ 1 3 ] . Ú n e s e a t o d o esto la prohibición legal d e la enseñanza — c o m o f r e c u e n t e m e n t e h e m o s l a m e n t a d o e n diversas ocasiones—,
de la doctrina católica e n las escuelas primarias y la acción efectiva c o n manifiesta inconsecuencia y contradicción, la C o n s t i t u c i ó n m e -
sobre los m a e s t r o s encargados d e la instrucción d e los niños para jicana d i s p o n e q u e cada u n o d e los estados federados d e la R e p ú -
c o m u n i c a r a las almas d e los jóvenes las m e n t i r a s de la i m p i e d a d blica señale y designe u n n ú m e r o d e t e r m i n a d o de sacerdotes a los
y los principios d e u n a vergonzosa i n m o r a l i d a d ; m e d i d a s q u e cau- q u e se p e r m i t a el ejercicio d e su ministerio, n o sólo e n los t e m p l o s ,
san n o p e q u e ñ o perjuicio a los p a d r e s cristianos q u e q u i e r a n con- sino t a m b i é n a domicilio y e n el interior d e las casas. Este incalifica-
servar intacta la inocencia d e sus hijos. A este propósito, b e n d e c i - ble crimen resulta agravado p o r los p r o c e d i m i e n t o s concretos q u e
m o s desde el fondo del alma a estos p a d r e s y m a d r e s d e familia se utilizan e n la aplicación práctica d e la ley. P o r q u e si la C o n s t i t u -
e i g u a l m e n t e a los profesores y maestros q u e celosamente les auxi- ción m a n d a q u e los sacerdotes n o p a s e n de cierto n ú m e r o , p r e v é , sin
lian e n esta materia, al m i s m o t i e m p o q u e os e x h o r t a m o s grave- e m b a r g o , q u e este n ú m e r o n o resulte insuficiente e n cada región
m e n t e e n el Señor t a m b i é n a vosotros, venerables h e r m a n o s ; a u n o p a r a las necesidades del p u e b l o católico, y n o prescribe e n m o d o
y otro clero y a t o d o s los fieles cristianos, para q u e n o dejéis de vigi- alguno q u e e n este a s u n t o se prescinda d e la j e r a r q u í a eclesiástica,
lar, e n lo posible, las escuelas y la educación de la j u v e n t u d , a t e n - p u n t o q u e , p o r otra p a r t e , está reconocido y a p r o b a d o paladina e i n -
d i e n d o d e m o d o eápecial a las masas populares, q u e , p o r estar p a r - d i s c u t i b l e m e n t e e n el modus vivendi establecido. A h o r a bien, e n el
t i c u l a r m e n t e expuestas a las doctrinas, hoy día t a n difundidas, d e l estado d e M i c h o a c á n se h a d a d o u n decreto e n v i r t u d del cual sólo
ateísmo, d e la masonería y del c o m u n i s m o , t i e n e n u n a m a y o r n e - p u e d e h a b e r u n sacerdote p a r a cada 33.000 fieles cristianos; en el
cesidad de vuestro celo apostólico. E s t a d convencidos de q u e vues- d e C h i h u a h u a , u n o p a r a cada 45.000; e n el d e Chiapas, u n o para
t r a patria será, -sin d u d a alguna, e n el futuro tal cual la hayáis h e c h o cada 60.000, y, p o r último, e n el d e Veracruz, u n o solo p a r a cada
vosotros m e d i a n t e la sana educación d e la j u v e n t u d . 100.000. E s evidente q u e , con semejantes restricciones, resulta a b -
solutamente imposible a d m i n i s t r a r los sacramentos a u n a población
• [ 1 4 ] . P e r o t a m b i é n h a sido d u r í s i m a la persecución levantada
cristiana q u e vive de ordinario e n regiones dilatadísimas. Sin e m -
contra algo m á s i m p o r t a n t e todavía, la fuente d e la q u e b r o t a toda
b a r g o , los perseguidores, como a r r e p e n t i d o s de su excesiva c o n d e s -
me incessit atque increbuit; omnesque norunt Apostdlicam Sedem officii cendencia, h a n i m p u e s t o cada vez m a y o r e s restricciones: m u c h o s
sui esse duxisse unam e scriptionibus huiusmodi—quae ob scelestiorem
impietatem, obque susceptum aperte propositum odii per calumnias in re- chiam, eo proferto consilio ut e Reipublicae consortione pedetemptim remo-
ligionem concitandi, omnem prorsus modum excessisset—reprobare atque veretur. Esto siquidem Mexicanae Civitatis «Constitutionem» ediccre, libe-
proscribere. rara cives habere potestatem quidlibet sentiendi, quidlibet cogitandi atque
Accedit quod non modo in ludís, quorum est initia litterarum tradere, credendi; attamen—quemadmodum crebro, occasione data, lamentati su-
ne catholicae doctrinae praecepta impertiantur lege interdicitur, sed in mus---manifesté discrepando ac repugnando praecipit, ut singulae foede-
iisdem etiam saepenumero, ii qui puerilis institutionis offício funguntur, ratae Reipublicae Civitates certum sacerdotum numerum constituant atque
ita excitantur, ut juveniles ánimos ad impietatis commenta profligatosque designent, quibus liceat non modo in sacris aedibus, sed domi etiam atque
mores conformare contendant; quod quidem haud exiguum postulat a intra domésticos parietes, sacra faceré ac populo ministrare. Quod quidem
christianis parentibus incommodum, si integram velint subolis cuiusque immane nefas iis modis rationibusque gravius evadit, quibus istiusmodi lex
suae innocentiam in tuto poneré. Quam ad rem, cuna hisce patríbus ma- ad effectum deducitur. Etenim si certum sacerdotes numerum «Constitu-
tribusque familias bene ex animo dicimus, itemque praeceptoribus atque tio1) non excederé iubet, praecavet tamen ne iidem, in unaquaque regione,
magistris, qui studiose eos hac in re adiuvant, tum vos, Venerabiles Fratres, catholici gregis necessitatibus impares fiant; ac minime praescribit, hac
utrumque clerum omnesque christifideles enixe in Domino adhortamur, super re, ecclesiasticarn esse . Hierarchiam posthabendam, quod ceterum
ut in litterarum ludorum causam iuventutisque educationem incumbere pro in ea, quae Modus vivendi inscribitur, conventione aperte est luculenterque
facúltate ne desistatis, popularem multitudinem praesertim prae oculis ha- recognitum atque comprobatum. Iamvero, in Michoacana Civitate decretan
bentes, quae, cum magis sit atheorum, francomurariorum communistarum- est ut unus tantummodo habeatur sacerdos pro xxxin milibus christifide-
que doctrinae quam latissime propagatae obnoxia, apostólica magis indiget lium; inChihuahuana unus pro XLVmilibus; inChiapasensi unus pro LXmi-
navitate vestra. Id autem vobis persuasum habeatis, patriam vestram talem libus; ac denique in Verae Crucis Civitate unus solummodo pro c milibus.
esse procul dubio futuram, quam vos, iuvenes rite instituendo, conforma- Atqui millo pacto posse, his adhibitis coércitionibus, christianae plebi, in
veritis. amplissimis plerumque regionibus commoranti, ministran sacra, nemo est.
qui non videat. Nihilo setius insectatores, veluti nimiae largitatis suae sub-
Ast, in potiorís etiam gravitatis caput, e quo ipsa profluit totius Eccle- poenitentes, coercitiones etiam atque etiam imposuere: Seminaria non
siae vita, acerrime pugnatum est: in clerum scilicet, in catholicam Hierar- pauca a nonnullis Civitatum gubernaíoribus clausa; paroeciales domus in
614 PÍO XI ACERBA ANIMI 61S
seminarios h a n sido clausurados p o r las autoridades federales; las
m e d i o d e vuestros grandes sufrimientos; a esta solicitud se d e b e n
casas parroquiales, incautadas p o r el fisco, y en m u c h o s lugares h a n
las n o r m a s q u e os d i m o s p o r m e d i o de n u e s t r o q u e r i d o hijo el car-
sido señalados los t e m p l o s e n los q u e exclusivamente, sin rebasar
denal secretario d e E s t a d o e n el p a s a d o m e s d e enero, y q u e os c o m u -
los límites territoriales d e t e r m i n a d o s , p u e d e n celebrar el culto divino
nicamos t a m b i é n p o r m e d i o d e n u e s t r o delegado apostólico 4. T r a -
los sacerdotes a p r o b a d o s p o r la a u t o r i d a d civil.
t á n d o s e c o m o se t r a t a d e u n a s u n t o í n t i m a m e n t e relacionado c o n
[15]. L a s autoridades d e algunos estados h a n o r d e n a d o q u e la religión, es derecho y d e b e r n u e s t r o d e t e r m i n a r los p r i n c i p i o s
los funcionarios públicos, al conceder el p e r m i s o p a r a el ejercicio y las n o r m a s d e conducta, q u e d e b e r á n obedecer n e c e s a r i a m e n t e
d e los ministerios eclesiásticos, n o tienen q u e a t e n d e r para n a d a a los todos los católicos. E s conveniente hacer a este p r o p ó s i t o u n a clara
grados d e la j e r a r q u í a . N o sólo e s t o : se h a dado, a d e m á s , la o r d e n advertencia: N o s h e m o s m e d i t a d o a t e n t a m e n t e y h e m o s conside-
d e q u e a los eclesiásticos constituidos e n grado j e r á r q u i c o , es decir, rado con diligencia t o d o s los informes y pareceres q u e a N o s h a n
a los obispos y a los q u e ejerzan el cargo d e delegado apostólico, se llegado t a n t o d e la j e r a r q u í a eclesiástica c o m o d e los seglares meji-
les p r o h i b a t o t a l m e n t e el ejercicio del sagrado ministerio. Estas m e - canos; t o d o s , repetimos, incluso aquellos q u e p e d í a n se volviera,
didas d e m u e s t r a n con t o d a claridad q u e el objetivo d e las autorida- como antes e n el a ñ o 1926, a u n a táctica m á s severa e n la resistencia,
d e s es destruir p o r c o m p l e t o a la Iglesia católica.
s u s p e n d i e n d o d e n u e v o e n t o d a la R e p ú b l i c a el ejercicio p ú b l i c o del
[16]. H e m o s q u e r i d o recordar b r e v e m e n t e , e x a m i n a n d o sus culto divino.
p u n t o s fundamentales, la d u r í s i m a situación actual d e la Iglesia m e - [ 1 8 ] . P o r t a n t o , e n lo referente a la n o r m a d e c o n d u c t a p r á c -
jicana, para q u e todos los a m a n t e s d e la paz y del recto gobierno d e tica, n o e n c o n t r á n d o s e el clero coartado d e la m i s m a m a n e r a e n
los p u e b l o s n o olviden esta persecución t o t a l m e n t e criminal, q u e , los distintos estados federales y n o habiéndose violado e n el m i s m o
s o b r e t o d o e n algunos estados, n o se diferencia e n n a d a d e la q u e g r a d o la d i g n i d a d d e la a u t o r i d a d d e la j e r a r q u í a eclesiástica e n los
d o m i n a e n las h o y día sombrías regiones d e Rusia, y para q u e d e diferentes estados, se d e d u c e la consecuencia d e q u e la línea d e con-
la consideración a t e n t a d e esta criminal conjura c o b r e n nuevas fuer- d u c t a d e la Iglesia y d e los fieles cristianos d e b e ser distinta y a d a p -
zas con las q u e p u e d a n oponerse, c o m o u n enérgico d i q u e , contra tarse a las diferentes m a n e r a s con q u é se ejecutan e n la práctica los
este a t a q u e d e s t r u c t o r de t o d o o r d e n social. decretos referidos.
[19]. E n esta m a t e r i a j u z g a m o s j u s t o alabar especialmente
[III. N O R M A S D E CONDUCTA P R Á C T I C A ] a aquellos obispos mejicanos q u e , c o m o s a b e m o s p o r los informes
q u e n o s h a n llegado, h a n expuesto c o n la m a y o r diligencia posible
[17]. D e s e a m o s i g u a l m e n t e testificaros u n a vez m á s a vosotros,
venerables h e r m a n o s , y a los hijos q u e r i d o s d e la nación mejicana,
la solicitud p a t e r n a q u e t e n e m o s c o n respecto a todos vosotros en eae profluxere normae, quas per dilectum Filium Nostrum a publicis nego-
tiis Cardinalem, superiore mense Ianuario, dedimus, itemque per Apostoli-
fiscum redactae; ac templa multis locis denuntiata, in quibus tantum- cum Delegatum Nostrum vobiscum communicavimus. Cum enim causa
modo, nec ultra statuti territorii fines, probatis civili auctoritate sacerdoti- agatur cum religione coniunctissima, ius profecto Nobis est atque officium
bus reí divinae operari liceret. aptioies decernendi rationes ac normas, quibus ii omnes, qui catholico
Quod vero aliquot Civitatum moderatores edixere, publicis videlicet gloriantur nomine, non obtemperare non possunt. Atque operae pretium
magistratibus, cum ecclesiastici ministerii obeundi facultatem facerent, est heic aperte significare Nos, quae sive ab Ecclesiastica Hierarchia sive a
nullum esse cuiuslibet Hierarchiae respectum habendum, quin potius Prae- laicis hominibus nuntia consiliaque perlata essent, ea omnia, inita subduc-
sules omnes, hoc est Episcopos, eosque ipsos, qui Apostolici Delegati muñe- taque ratione, diligenter considerasse; omnia dicimus, ea etiam, quae ad
re functi essent, omnino esse hac potestate prohibendos, id manifestó pa- s e v e r i o r e m esse o b s i s t e n d i m o d u m r e g r e d i e n d u m — u t iam a n n o
tefacit velle eos Catholicam Ecclesiam restinguere atque delere. MDCCCCXXVI—postulare videbantur, iterum in universa República divini
cultus publice intermitiendo munia.
Paucis voluimus hucusque, per praecipua rerum capita, asperrimam Me-
xicanae Ecclesiae condicionen™ commemorare, ut quibus cordi est populo- Ad agendi igitur rationem quod attinet, cum sacerdo'tes non in easdem
rum disciplina atque concordia, animo ii omnes reputando huiusmodi, sint angustias in singulis Civitatibus redacti, ñeque ubique pariter sit de
infandam prorsus, insectationem, in nonnullis praesertim Civitatibus, haud Ecclesiasticae Hierarchiae auctoritate dignitateque detractan, inde sequitur
absimilem admodum illi esse, quae in teterrimis Russiae regionibus grassa- ut, quemadmodum dissimiliter infausta haec decreta in usum deducuntur,
tur, ex nefaria hac propositorum adstipulatione novum sumant ardorem, haud omnino similes Ecclesiae Christique fidelium agendi rationes esse de-
quo istum totíus socíalis ordinis subversorem aestum veluti aggere praepe- beant.
diant. Quam ad rem aequum profecto existimamus praecipuis Mexicanos eos
Episcopos honestare laudibus, qui, ut per delata Nobis nuntia certiores
Vobis itidem, Venerabiles Fratres, dilectisque Mexicane Nationis filiis facti sumus, datas iterum a Nobis normas quam diligentissime sunt inter-
paternam iterum cupimus sollicitudinem Nostram testificari, qua vos om-
4
nes, aerumnis affectos, prosequimur; e qua profecto sollicitudine Nostra Cf. también la epístola apostólica Paterna sane.de 2 de febrero de 1926: AAS 18 (1926)
175-179-
Cl(.» ACKKIU ANIMI 6.1
las n o r m a s n u e v a m e n t e dadas p o r N o s ; declaración q u e q u e r e m o s esa revolución q u e el ateísmo, enemigo d e Dios, realiza por todos
consignar claramente aquí, p a r a que, si algunos—impulsados m á s los medios.
bien p o r su a r d o r personal en la defensa d e su propia fe q u e p o r
[ 2 2 ] . E n t r e tanto, p a r a aliviar y remediar, s e g ú n nuestras p o •
u n a exquisita p r u d e n c i a e n estas t a n difíciles circunstancias—han
sibilidades, estas calamitosas circunstancias, es necesario valerse de
p e n s a d o q u e existe contradicción e n t r e las diversas n o r m a s de con-
todos los m e d i o s q u e están todavía a n u e s t r o alcance p a r a q u e — c o n -
d u c t a d a d a s p o r los obispos en v i r t u d d e las diferentes circunstan-
servando p o r todas partes, e n lo posible, la celebración del culto di-
cias d e cada localidad, se convenzan p l e n a m e n t e a h o r a d e q u e esta
vino—no se extinga en el p u e b l o la luz d e la fe y el fuego d e la ca-
censura se halla desprovista p o r completo d e t o d o f u n d a m e n t o real.
ridad cristiana. P o r q u e , a u n q u e , como h e m o s dicho, se trata d e u n a
[ 2 0 ] . Pero, c o m o t o d a limitación n u m é r i c a del clero constitu-
legislación q u e , p o r oponerse a los sagrados derechos de D i o s y d e
ye necesariamente u n a grave violación d e los derechos divinos, es
su Iglesia, está, p o r esta razón, c o n d e n a d a por la ley divina, sería,
a b s o l u t a m e n t e indispensable q u e el episcopado, el clero y el laica-
sin e m b a r g o , ciertamente u n escrúpulo infundado pensar q u e se co-
d o católico protesten contra este abuso, resistiendo y oponiéndose
labora con las autoridades públicas en u n a acción injusta si se les
a él con todos los m e d i o s legítimos posibles. P o r q u e , a u n en el s u -
pide, a u n d e s p u é s d e t a n t o s vejámenes, la autorización legal p a r a
p u e s t o d e q u e esta protesta contra las autoridades públicas resulte
ejercer l i b r e m e n t e el sagrado ministerio. Este criterio y esta con-
inútil, logrará, sin e m b a r g o , d e m o s t r a r a los cristianos, especial-
ducta erróneos traería como consecuencia la supresión general del
m e n t e a los ignorantes, q u e las autoridades civiles conculcan con
culto, con gravísimo d a ñ o d e t o d o s los fieles.
su actuación la libertad d e la Iglesia, libertad q u e N o s n o p o d e m o s
dejar d e defender j a m á s p o r m u y recias q u e sean las t e m p e s t a d e s [ 2 3 ] . P o r q u e es necesario hacer u n a advertencia: a p r o b a r esta
q u e contra ella se levanten. injusta ley o colaborar con ella e s p o n t á n e a m e n t e es t o t a l m e n t e ili— -
cito y constituye, p o r t a n t o , u n p e c a d o ; p e r o es cosa m u y distinta
[21 ] . P o r lo cual, así c o m o con g r a n consuelo d e n u e s t r a alma la conducta d e q u i e n se somete p o r la fuerza y con r e p u g n a n c i a
h e m o s leído las diversas reclamaciones q u e h a n sido formuladas p o r a estas indignas órdenes y, m á s a ú n todavía, procura, e n c u a n t o está
los obispos y los sacerdotes d e las diócesis víctimas d e estas injustas de su parte, a m i n o r a r con su c o n d u c t a el mortífero efecto d e los
leyes, así t a m b i é n N o s h e m o s h e c h o n u e s t r a reclamación pública referidos decretos.
a n t e t o d o el m u n d o , y d e u n m o d o especial ante aquellos q u e rigen
[ 2 4 ] . A h o r a bien, c u a n d o el sacerdote, obligado p o r la fuerza,
logklestinos d e los Estados, p a r a q u e se decidan, finalmente, a con-
p i d e a las autoridades públicas el permiso legal p a r a ejercer los ,sa-
sicrerar q u e esta persecución del p u e b l o mejicano n o es sólo una
grave ofensa de Dios e t e r n o — p o r q u e persigue a su Iglesia—, n o sólo
es u n a grave ofensa a los fieles cristianos—porque hiere su fe y su fideles non modo—eorum vulnerando fidem religionisque conscientiam—'
conciencia religiosa—, s i n o q u e es, a d e m á s , u n positivo avance d e pergravi iniuria afficere, sed perículosam etiam exstare causam civilis illius
eversionis, ad quam infitiatores osoresque Dei omni ope contendunt.
Interea ut calamitosis hisce rerum adiunctis oceurrere ac pro facúltate
pretati; quod quidem libet heic aperte declarare: etenim, si nonnulli—suae mederi possimus, ómnibus, quae adhuc praesto sunt, rationibus eniti necesse
ipsorum tutandae fidei ardore magis quam exquisita in difficiiibus hisee est ut—divini cultus perfunctione, quoad fieri possit, ubique servata—fidei
rebus prudentia compulsi—ob varias, pro dissimilibus Iocorum condicio- lux christianaeque caritatis ignis in populo non restinguantur. Quamvis
Jiibus, Episcoporum agendi rationes, secum repugnantia proposita in enim, ut diximus, de impiis decretis agatur, quae, quum sanctissimis Dei
iisdem suspicati sint, sibi omnino persuasum habeant reprehensionero Ecclesiaeque iuribus adversentvir, ideirco sunt divina lege reprobanda, atta-
eiusmodi omni prorsus esse fundamento destitutam. men non est dubium quin vano is impellantur timore, qui censeat se magis-
Q_uoniam vero quaelibet sacerdotum numeri coercitio gravis divinorum tratibus ad iniustam causam operam esse collaturum, si, eorum vexationem
iurium violatio non esse non potest, pernecesse est Episcopi, reliquus clerus perpessus, liberam ab iisdem exercendi sacra facultatem petat; atque adeo
laicorumque ordo tale nefas, legitimo quoquo modo totoque pectore, obsis- officii sui esse ducat ab hac omnino petitione abstinere. Quae profecto erro-
tendo reprobandoque expostulent. Esto enim hanc eorum expostulationem ris opinio agendique ratio, quoniam sacrorum rituum intermissio inde
in eos, qui rei publicae praesunt r irritam evadere, id nihilominus ehristifide- esset ubique secutura, máximum afferret universo christiñdelium gregi
libus, indoctis praesertim, omnino persuasum reddet civiles magistratus, detrimentum.
sua ipsorum opera, ecelesiastieam conculcare Iibertatem, quam procul du- Animadvertendum siquidem est iniquam hanc legem probare, vel eidem
bio Nos, etiamsi úrgeant ínsectatores, abdicare non possumus. sponte adiutricem operam praestare suam, iliicitum procul dubio esse ac
Quamobrem, ut magno cum animi solacio varias perlegimus expostu- prorsus nefas; quod tamen plurimum ab eo agendi modo differt, quo quis
lationes, quas sacrorum Antistites sacerdotesque e dioecesibus dederunt, indignis hisce iussionibus invite repugnanterque subiicitur, imo etiam ita
iniquis hisce legibus oppressis, ita Nos Nostram adiicimus coram terrarum se habet, ut ad lethalem decretorum effectum minuendum pro sua parte
orbe universo, pecuJiarique modo coram iis, qui Civitatum gubemacula contendat.
regunt, ut tándem aliquando reputent hanc Mexicani populi divexationem, Iamvero sacerdos, cum a publicis magistratibus véniam sacris operandi
aeternum Numen non modo—Ecclesiam opprimendo suam—, christi- coacte petit—sine qua divinum non potest. exercere cultum—-id per vim tan-
618 PÍO XI ACERBA ANIMI 619

grados ministerios—sin el cual n o p u e d e celebrar el culto divino—, explicarles p r o n t a m e n t e y con t é r m i n o s m u y claros la doctrina q u e
tolera este mal a la fuerza, p a r a evitar u n d a ñ o m a y o r ; y procede acabamos d e exponer.
realmente d e u n m o d o parecido al propietario q u e , despojado d e [ 2 7 ] . Y si alguien, d e s p u é s de explicado p o r vosotros n u e s t r o
sus bienes, se ve obligado a p e d i r al expoliador autorización p a r a pensamiento, perseverase con pertinacia e n esa falsa opinión, sepa
usar al m e n o s s u s propios bienes. q u e incurrirá necesariamente e n u n a c o n t u m a z desobediencia.
[25 ] . Y, aparte d e esto, t o d a apariencia d e cooperación formal
y d e aprobación d e la ley q u e d a s u p r i m i d a p o r las solemnes y enér-
[IV. OBEDIENCIA Y UNIDAD]
gicas reclamaciones hechas n o sólo p o r esta Sede Apostólica, sino
t a m b i é n p o r los obispos y el p u e b l o d e la República mejicana. Existe [ 2 8 ] . Prosigan, p o r tanto, t o d o s d e n t r o d e u n a estricta o b e -
a d e m á s u n a tercera r a z ó n : la p r u d e n t e conducta del clero, rodeada diencia y d e u n a total u n i d a d d e acción, como N o s h e m o s alabado
d e las debidas cautelas, e n v i r t u d d e la cual los sacerdotes, a u n q u e m á s d e u n a vez e n el clero con u n a g r a n satisfacción d e n u e s t r o es-
canónicamente instituidos p o r s u s obispos p a r a el d e s e m p e ñ o d e píritu, y, s u p r i m i e n d o las angustiosas d u d a s surgidas al comenzar
sus sagrados ministerios, se ven obligados, sin e m b a r g o , a p e d i r al
la persecución, c o n t i n ú e n los sacerdotes, fieles e n su resolución d e
G o b i e r n o del E s t a d o la autorización p a r a el ejercicio libre d e esos
n o r e h u s a r sacrificio alguno, s u apostolado con mayor e m p e ñ o cada
ministerios. P o r q u e con esta conducta n o a p r u e b a n positivamente
vez, sobre t o d o e n t r e los jóvenes y la clase obrera. P r o c u r e n igual-
la ley, n o aceptan s u s cláusulas; sólo se someten a esta injusta legis-
m e n t e inspirar sentimientos d e justicia, concordia y caridad a u n e n t r e
lación materialmente, p a r a evitar el obstáculo q u e les i m p i d e el c u m -
los m i s m o s q u e atacan a la Iglesia p o r n o conocerla suficientemente.
plimiento d e sus sagradas funciones; obstáculo q u e , si n o se evita,
impediría e n todas partes el ejercicio del culto, con grave d a ñ o d e [ 2 9 ] . P o r t o d o lo cual n o p o d e m o s dejar d e recomendaros u n a
las almas. Esta m i s m a conducta observaron e n la Iglesia primitiva vez m á s lo q u e , c o m o sabéis, llevamos e n el corazón, a saber, q u e ,
los sagrados ministros cuando, a u n p a g a n d o p o r ello, p e d í a n p e r - de a c u e r d o con las n o r m a s q u e dimos p o r m e d i o d e n u e s t r o delegado
miso p a r a visitar a los mártires e n la prisión y administrarles así los apostólico, se funde y crezca cada día m á s la A c c i ó n Católica.
sacramentos. N i n g ú n h o m b r e d e recto juicio p o d r á calificar j a m á s Sabemos m u y b i e n q u e es ésta u n a e m p r e s a m u y ardua, sobre t o d o
la conducta d e estos sacerdotes como aprobación y justificación p o - al principio, y m á s a ú n e n las presentes circunstancias; sabemos
sitivas d e la m a n e r a d e p r o c e d e r d e los perseguidores. q u e n o s i e m p r e es posible recoger con rapidez los deseados frutos,
pero sabemos t a m b i é n q u e la Acción Católica es necesaria y q u e
[ 2 6 ] . Esta es la doctrina a b s o l u t a m e n t e cierta y segura d e la es m á s eficaz q u e cualquier otro m e d i o d e acción; necesidad y efica-.
Iglesia católica. Si, al ser aplicada e n la práctica, indujere a algunos cia p r o b a d a s con t o d a evidencia p o r la experiencia d e las naciones
a u n erróneo escándalo, será d e b e r vuestro, venerables h e r m a n o s ,

offensionem, vestrum erit, venerabiles Fratres, hanc, quam proposuimus


tummodo suffert, ut maius incommodum vitari queat; nec alia demum se sententiam, diligenter iisdem luculenterque declarare.
gerit ratione atque illa, qua quis, possessione sua deturbatus, ab iniusto rap-
tare re sua saltem utendi facultatem impetrare cogitur. Quod si quis, postquam etiam mens Nostra per vos explanata fuerit, in
falsa eiusmodi opinione pertinaciter adhuc perseveret, sciat porro se contu-
Ac praeterea suspicio quaevis «formalis» quam vocant, «cooperationis» maciae pervicaciaeque notam non esse devitaturum.
probationisque legis per sollemnes removetur vehementesque expostula-
tiones non modo ab Apostólica Sede, sed etiam a Mexicanae Reipubücae Pergant igitur omnes, bene hac animati oboedientiae contentione con-
Episcopis populoque facías. Huc accedit prudens sacerdotum agendi mos, siliorumque concordia, quod Nos non semel, intimo cum animi solacio, in
opportunis saeptus cautionibus, quo iidem, quamquam ad sacrum minis- clero dilaudavimus; atque excussis dubitationibus trepidationibusque, quae
terium per Episcoporum mandatum canonice instituti, coacti tamen, ve- a primis insectationis aestibus erupissent, sacerdotes exploratá eá suá quid-
niam libere faciendi sacra a Civitatis rectoribus postulant; enimvero his in quid strenue ferendi volúntate, impensiorem usque efficiant apostolicam
rerum adiunctis non legem probant, non praescriptis assentiunt, sed miquis suam ipsorum operam, in iuvenilem praesertim aetatem populariumque or-
tantum decretis eo animo «materialiter», ut aiunt, se subiiciunt, ut impedi- dinem. Itidem aequitatis, concordiae caritatisque sensus iis etiam suadere
. mentum illud arceatur, quo ab sacris ritibus obeundis prohibentur, quodque conentur, qui idcirco in Ecclesiam repugnant, quod non satis eam cogni-
nisi remotum sit, divinum ubique cultum praepediet, máximo cum anima- tam habent.
rum discrimine. Haud absimili admodum ratione sacrorum administri, ut Quocirca contineri non possumus quin rem iterum commendemus, quam,
memoriae traditum est, priscis catholici nominis tempoiibus, petebant, uti nostis, in oculis ferimus; ut scilicet Actio Catholica, ad eas normas,
data etiam compensatione, facultatem. adeundi martyres in carcere detentas, quas per Apostolicum Delegatum Nostrum impertivimus, ubicumque in-
Sacramenta ministrandi causa; qua tamen re nemo cordatas cogitavit um- stauretur maiusque in dies incrementum accipiat. Novimus hoc inceptum,
quam eos insectatorum operam aliquo modo honestasse atque probasse. initio praesertim atque hisce in condicionibus difficillimum; novimus idem
Haec est, certa prorsus ac tuta, catholicae Ecclesiae doctrina, quae qui- ad optatos fructus non semper citato gradu procederé; at necessariuin novi-
dem si, cum in usum deducitur, nonnullos in quamdam induxerit erroris mus ac.magis efficiens quam ceteras omnes agendi rationes, quemadmodum
620 i'lo XI
ACERBA ANtMI 621
que han salido por esc medio de crisis persecutorias muy parecidas
a la vuestra. de padecer como padecéis tan ásperas persecuciones en el desem-
[30]". Exhortamos, además, con toda insistencia, en nombre peño del ministerio apostólico. Estamos seguros que esta conciencia
del Señor, a nuestros amados hijos de Méjico para que mantengan de vuestra estrecha unión con el Vicario de Jesucristo os servirá
la más estrecha unión, como hasta ahora hacen con tanta eficacia, de consuelo y de estímulo para realizar con energía mayor cada día
la difícil labor de llevar el rebaño confiado a vosotros al puerto de
con la santa madre Iglesia, así como con su jerarquía, de tal manera
la salvación eterna.
que obedezcan virilmente las normas y los preceptos dados por
ella. No desperdicien ocasión alguna para recibir los sacramentos, Y para que el auxilio de la divina gracia os asista siempre y la
fuentes de la gracia divina y de las virtudes cristianas; aprendan divina misericordia os mantenga firmes, con corazón paterno os
diligentemente la doctrina religiosa; imploren del Padre de la mise- damos a vosotros, venerables hermanos y queridos hijos, como
prenda de las divinas bendiciones, la bendición apostólica.
ricordia la paz y prosperidad para su desgraciada patria y conside-
ren como un deber y un honor colaborar personalmente con el clero Dado en Roma, junto a San Pedro, el 29 de septiembre de 1932,
en las filas de la Acción Católica. fiesta de la Dedicación del Arcángel San Miguel, año undécimo de
nuestro pontificado.
[31 ]. A todos los miembros de uno y otro clero y a todos los
seglares que, movidos por un encendido amor a la religión y por in obeundo apostólico ministerio; atque pro certo habemus vos. quando-
la fidelidad a esta Sede Apostólica, realizaron actos dignos de eterna quidem cum Iesu Christi Vicarii animo vos cohaerere nostis solacium inde
memoria, que habrán de ser inscritos en los anales modernos de la haurire atque incitamentum, ut cotidie alacrius perarduum sanctissimumque
Iglesia mejicana, no podemos dejar de engrandecerlos con las má- opus urgeatis, quo concreditum vobis gregem ad aeternae salutis portum
adducatis.
ximas alabanzas, y les suplicamos encarecidamente, en nombre del Ut vero divinae gratiae auxilium vobis semper adsit, vosque divina
Señor, que consagren todas sus fuerzas a defender sin cesar los misericordia erigat, effusa paterni animi volúntate, vobis, Venerabiles Fra-
derechos sacrosantos de la Iglesia, empleando ahora en esta defensa tres ac dilecti filii, apostolicam benedictionem, caelestium munerum auspi-
todo el heroísmo, en el trabajo y en los sufrimientos, de que han cem, impertimus.
dado hasta aquí tan noble ejemplo. Datum Romae, apud Sanctum Petrum, die xxix mensis Septembris,
[32]. Pero no queremos terminar esta nuestra encíclica sin in Dedicatione S. Michaélis Arcangeli, anno MDCCCCXXXH, Pontificatus
Nostri undécimo. -
dirigir nuestra atención de un modo muy especial a vosotros, vene-
rables hermanos, fieles intérpretes de nuestro pensamiento, y sin
confesaros que Nos nos sentimos más unidos a vosotros por el hecho

ex Nationibus illis, quae ab huiuscemodi divexationum discrimine emerse-


runt, experiendo est cognitum.
Dilectos praeterea Mexicanae gentis filios etiam atque etiam ad eam in
Domino adhortamur, qua praestant, cum Ecclesia matre, adeoque cum eius
Hierarchia, arctissirnam coniunctionem; ita quidem ut datis normis prae-
ceptisque obtemperare, pro virili parte, studeant. Sacramenta participandi,
divinae gratiae christianaeque virtutis fontes, opportunitatem ne praeter-
mittant; religionis doctrinam diligenter addiscant; a misericordiarum Patre
afflictae suae ipsorum patriae pacem prosperitatemque implorent; atque
honori officioque sibi ducant, in Catholicae Actionis agmine, sacrorum
administris operam navare suam.
Eos vero, qui cum ex utroque clero, tum ex laicorum ordine, incensó
religionis studio permoti et Apostolicae huic Sedi obsecuti, memoranda
prorsus fácinora edidere, in recentioribus Mexicanae Ecclesiae fastis adscri-
benda, amplissima honestamus laude; eosque cnixe in Domino obtestamur,
ut in sacrosancta Ecclesiae iura defendenda totis viribus incumbere ne
desistant, ea nempe adhibita generosa dolorum laborumque tolerantia cuius
nobilissima usque adhuc dedere exempla.
At finem imponere Encyclicis hisce Litteris non possumus, quin ad vos,
Venerabiles Fratres, fideles mentís Nostrae interpretes, peculiari modo
ccgitationes intendamus Nostras, vobisque fateamur eo Nos arctius esse,
Nosque experiri vobiscum cor.iuuctos, quo asperioribús laboratis aerumnis
DILECTISSIMA NOBIS 623

DILECTISSIMA NOBIS BIBLIOGRAFÍA

Sobre la injusta situación d e la Iglesia en España J. SCHMTOLIN, Papstgeschichte der neuesten Zeit t.4 p.143.—J. ARRARAS,
Historia de la segunda República española t.l p.l95ss y 271ss (Madrid 1956).

SUMARIO

I. Amor del Papa a la noble nación española. Dolor por los intentos de
descristianizar a España. La gloria de España ha estado siempre unida
a la religión católica. La Santa Sede ha avisado varias veces—sin resul-
tado—a los gobernantes de España. El objeto de esta carta es protestar
contra la reciente ley sobre Congregaciones religiosas.
La legislación anticatólica promulgada durante el primer bienio II. El Papa no condena la nueva forma de gobierno del Estado español.
de la República española provocó en 1933 la publicación de la encíclica La Iglesia se aviene con todas las formas políticas justas. Prueban este
Dilectissima N o b i s , que constituye una aplicación práctica de los prin- hecho los concordatos recientes y las relaciones amistosas que la Santa
cipios expuestos por León XIII en su encíclica A u milieu des sollici- Sede mantiene con toda clase de Estados.
tudes. La Iglesia—dice Pío XI—no se opone a la nueva forma de La Santa Sede, el episcopado español, el clero y la mayoría del
gobierno instaurada en España. Es un poder constituido con una forma pueblo español han dado pruebas de respeto al Poder constituido,
a pesar de los vejámenes sufridos y de los intentos anarquizantes de
de gobierno en sí misma legítima, y esto basta para su reconocimiento. ciertos sectores revolucionarios.
Pero la Iglesia tiene el derecho de condenar las leyes persecutorias del Hay quienes, para justificar los injustos procedimientos contra la
nuevo régimen republicano. Dos son las leyes analizadas por Pío XI Iglesia en España, apelan a la necesidad de defender el nuevo régimen.
en esta carta: la Constituáón de la República, de diciembre de 1931, En el fondo, más que de incomprensión, se trata de un odio positivo
y la ley sobre Confesiones y Congregaciones religiosas, de junio de 1933. fomentado por las sectas de la revolución.
Con relación a la primera, Pío XI condena el nuevo régimen legal III. La Constitución de la República española. Se establece en ésta el
de separación entre la Iglesia y el Estado y la usurpación por el Estado principio de la separación entre la Iglesia y el Estado. La separación
de los bienes eclesiásticos muebles e inmuebles. En este sector, la conde- es en sí misma impía. Pero, tratándose de la nación española, es total-
nación de Pío XI coincide enteramente con la actitud adoptada por mente inexplicable y dañosa para la sociedad y el Estado. La experien-
San Pío X frente a la ley francesa de separación entre la Iglesia y cia ha demostrado lo que decimos. Y nótese que el régimen español
el Estado. de separación es un régimen de positiva hostilidad contra la Iglesia.
En materia de derecho de propiedad, la Constitución niega a la
Pero el motivo inmediato de la publicación fué la promulgación Iglesia este derecho, y el Gobierno ha procedido a la incautación de
de la ley sobre Congregaciones, inspirada toda ella en un espíritu de los bienes eclesiásticos, declarándolos como propiedad pública nacio-
miope sectarismo, manejado consciente y ocultamente por las fuer- nal y obligándolos, sin embargo, al pago de las cargas fiscales. Se
zas de la desintegración social. La condenación pontificia de esta ley reconoce a la Iglesia el derecho de una cierta propiedad privada, pero
es total, explícita y formal. Tres son los puntos que destaca Pío XI limitada cuantitativamente por un control fiscalizador del Estado.
en ella: el trato inhumano de excepción a que quedan sometidas las Pero la usurpación ha ido más lejos: también los bienes muebles han
Congregaciones religiosas, la supresión absurda y arbitraria de la Com- sido declarados propiedad pública nacional. Los templos han sido de-
pañía de Jesús y la prohibición legal del derecho de enseñar lanzada clarados propiedad de la nación. El clero, finalmente, se ha visto
privado de toda asignación, con clara violación del pacto concorda-
sobre los Institutos religiosos. El tono de Pío XI es firme, claro, aunque
tario.
moderado. Lo que en realidad pretenden los Gobiernos de la República
es la descristianización de la católica nación española. IV. La ley sobre Congregaciones religiosas impone a éstas un tratamiento
inhumano. Se les acusa de ejercer actividades políticas peligrosas para
Es interesante también la exhortación que hace el Papa a todos los la seguridad del Estado. Se las somete a una fiscalización molesta y
católicos españoles para usar las medidas legales posibles en orden a opresiva. Se hace cargar sobre ellas una presión fiscal excesiva. Esta
lograr una rectificación total de la política sectaria del nuevo régimen. ley hiere a los religiosos, pero además hiere los sentimientos del pue-
Era un claro llamamiento dirigido a los católicos para la acción política blo español. Y, sobre todo, esta nueva ley constituye una ofensa gra-
dentro de la legalidad republicana. Sin embargo, la Constitución de la Re- vísima contra Dios.
pública estaba tan cargada de anticatolicismo, que la evolución política Han sido disueltas, en virtud de esta ley, las Ordenes religiosas
en este sentido resultó de hecho impracticable; era una ley fundamental que hacen voto de obediencia a una autoridad diferente de la legítima
que, como se ha dicho, incitaba por su mismo sentido básico a la guerra del Estado. De este modo se ha querido quitar de en medio a Ia.Compa-
civil. ñía de Jesús, uno de los más firmes auxiliares de la Cátedra de Pedro.
Con esta medida se há querido herir de Heno la autoridad suprema
(524 PÍO XI
DILECTISSIMA NOHIS G25
del Vicario de Cristo. Pero esta legislación sectaria no podrá hacer
vacilar la tradicional devoción de España a la Cátedra de Pedro. q u e n o es hiriendo el alma del p u e b l o e n sus m á s profundos y caros
Se ha prohibido, además, la enseñanza de las Ordenes y Congrega- sentimientos c o m o se consigue aquella concordia de espíritus q u e
ciones religiosas. Se les niega así un derecho concedido a todos los ciu- es indispensable para la p r o s p e r i d a d d e la nación.
dadanos. ¿Ha sido acaso estéril o perjudicial la enseñanza de estas be-
[3 ] . L o h e m o s h e c h o p o r m e d i o d e n u e s t r o representante cada
neméritas Congregaciones religiosas? El verdadero propósito de los
legisladores es la descristianización de España. Queda, por tanto, vez q u e a m e n a z a b a el peligro d e alguna nueva ley o m e d i d a lesiva
condenada la ley de la República española sobre Congregaciones re- d e los sacrosantos derechos d e D i o s y d e las almas. N i h e m o s dejado
ligiosas. d e hacer llegar, a u n p ú b l i c a m e n t e , n u e s t r a palabra paternal a los
V. Los católicos españoles deben usar todos los medios legales para ob- q u e r i d o s hijos del clero y p u e b l o d e España, para q u e supiesen
tener la reforma de estas disposiciones. El episcopado, el clero y los q u e n u e s t r o corazón estaba m á s cerca d e ellos en los m o m e n t o s
educadores de España deben consagrarse con todo empeño a la ense- d e dolor.
ñanza religiosa. Exhortación a la unidad e invitación a formar parte
[ 4 ] . M a s ahora n o p o d e m o s m e n o s d e levantar d e n u e v o n u e s -
de la Acción Católica. Hay que confiar en la asistencia de Dios a su
Iglesia. Necesidad de oraciones. Bendición. tra voz contra la ley, recientemente aprobada, referente a las C o n -
fesiones y Congregaciones religiosas 2 , ya q u e ésta constituye u n a
nueva y m á s grave ofensa, n o sólo a la religión y a la Iglesia, sino
[i ] . S i e m p r e nos fué s u m a m e n t e a m a d a l la noble nación es- t a m b i é n a los decantados principios de libertad civil sobre los cua-
pañola p o r sus insignes méritos p a r a con la fe católica y la civiliza- les declara basarse el n u e v o r é g i m e n e s p a ñ o l 3 .
ción cristiana, p o r la tradicional y ardentísima devoción a esta Santa
Sede Apostólica y p o r sus grandes instituciones y obras d e aposto- [I. L A IGLESIA Y E L NUEVO R É G I M E N ESPAÑOL]
lado, p u e s h a sido m a d r e fecunda d e santos, d e misioneros y d e
fundadores d e ínclitas O r d e n e s religiosas, gloria y sostén d e la [ 5 ] . N i se crea q u e n u e s t r a palabra esté inspirada en senti-
Iglesia d e Dios. m i e n t o s d e aversión contra la n u e v a forma d e gobierno o contra
otras innovaciones p u r a m e n t e políticas q u e recientemente h a n t e -
[ 2 ] . Y precisamente p o r q u e la gloria de E s p a ñ a está t a n in- n i d o lugar e n España.
t i m a m e n t e u n i d a con la religión católica, nos sentimos d o b l e m e n t e
a p e n a d o s al presenciar las deplorables tentativas q u e d e u n t i e m p o [ 6 ] . P u e s t o d o s s a b e n q u e la Iglesia católica, n o estando bajo
a esta porte se están reiterando p a r a arrancar a esta nación, a N o s
t a n querida, con la fe tradicional, los m á s bellos títulos d e nacional mos laedendo vulnerandoque, eam possunt, ad cuiusvis Nationis prosperi-
grandeza. N o h e m o s dejado d e hacer presente con frecuencia a los tatem adipiscendam omnino necessariam, civium omnium concordiam in
actuales g o b e r n a n t e s d e E s p a ñ a — s e g ú n nos dictaba n u e s t r o p a t e r - usum deducere.
nal corazón—cuan falso era el camino q u e seguían y d e recordarles Id fecimus per Legatum Nostrum, quotiens novae praescriptionis eden-
dae ingruere periculum videbamus, sacrosanctis Dei animarumque iuribus
infensae. Utque dilectis Hispaniae filiis, cum ex sacrorum, tum ex laicorum
D e iniusta rei catholicae condicione in Hispania hominum ordine, amantissimi animi Nostri sensus in huiuscemodi angus-
tiis magis magisque paterent, vel publice ad eosdem paterna verba Nostra
Dilectissima Nobis millo non tempore fuit nobilis Hispanorum gens convertere, occasione data, non praetermisimus.
cum ob insignia in catholicam fidem civilemque christiani nominis cultum
promerita, tum ob avitam flagrantissimamque cum Apostólica hac Sede At nunc temporis, quam nuper «in religiosae fidei professiones Congre-
animorum coniunctionem, tum nominatim ob magna eius instituta et apo- gationesque» legem sanxerunt, in eam Nos temperare Nobis non possumus
stólica incepta, per quae et ferax exstitit sanctorum virorum mater et missio- quin iterum vocem, reprobando conquerendoque, attollamus Nostram, cum
.nalium inclytorumque religiosorum Ordinum Conditorum altrix; decus ii novam ea iniuriae notam gravioremque inurat non modo Ecclesiae Religio-
quidem atque firmamentum Ecclesiae Dei. nique, sed ipsis etiam civilis libertatis praeceptis atque institutis, quibus,
ut iactant, recens nititur Hispaniae régimen.
Quoniam igitur praeclara Hispaniae gesta cum cathoiica Religione tarn
arete coniunguntur, geminato Nos maerore ideirco afficimur, quod mise- Ñeque—quod ut intento cupimus perpendant animo—hanc suadent sen-
randi ii conatus obversantur Nobis qui eo sane exitu iterantur, ut, una cum tentiam Nostram consilia, quae iniverimus, ut nonnulli falso dictitant, e t
maiorum fide, effectrices etiam eripiantur civilis amplitudinis causae. Qua- aliena a nova Hispanicae Civitatis gubernandae ratione et a politicis inibi
propter Civitatis huius moderatores, ut paternus postuiabat animus, deesse haud ita pridem habitis immutationibus aversa.
Nobis non potuimus quin haud semel adhortaremur, ut diligenter perpen- Ómnibus siquidem in comperto est Catholicam Ecclesiam, cum prae alus
derent, fallacem se viam rationemque persequi; non enim, populorum am-
2
1
Ley de 2 de junio de 1933 regulando la situación de las Confesiones y Congregaciones
Pío XI, carta encíclica al episcopado, clero y pueblo de España sobre la injusta situación en cumplimiento y con arreglo a las bases del artículo 26 de la Constitución de la República:
creada a ]a Iglesia católica en España: AÁS 25 (1933) 261-274. La versión española incluida Gaceta de Madrid, 3 de junio de 1933, p.1651-1654.
3
en el texto es la traducción oficial publicada en AAS 25 (1033) 275. Véanse el artículo 1 de! título preliminar y el título 3 de la Constitución de la Repú-
blica española: Gaceta de Madrid, 10 de diciembre de 10.31, p.1578-1588.
626 pfo x i
DILECTISSIMA NOBIS «27
n i n g ú n respecto ligada a u n a forma d e gobierno m á s q u e a otra,
con tal q u e q u e d e n a salvo los derechos d e D i o s y d e la conciencia con el de la autoridad, las exigencias d e la justicia con el bien de
cristiana, n o e n c u e n t r a dificultad en avenirse con las diversas ins- la paz.
tituciones políticas, sean m o n á r q u i c a s o republicanas, aristocráticas [11]. N a d a d e esto ignoraba el G o b i e r n o de la n u e v a R e p ú -
o democráticas4. blica española, p u e s estaba b i e n enterado de las b u e n a s disposicio-
[ 7 ] . P r u e b a manifiesta d e ello son, p a r a n o citar sino hechos nes, t a n t o n u e s t r a s como del episcopado español, p a r a s e c u n d a r el
recientes, los n u m e r o s o s concordatos y acuerdos estipulados en es- m a n t e n i m i e n t o del o r d e n y d e la t r a n q u i l i d a d social.
tos últimos años y las relaciones diplomáticas q u e la Santa Sede [ 1 2 ] . Y con N o s y con el episcopado estaban de a c u e r d o n o
h a entablado con diversos Estados, e n los cuales, después d e la úl- solamente el clero, t a n t o secular como regular, sino t a m b i é n los
t i m a G r a n G u e r r a , a gobiernos m o n á r q u i c o s h a n sustituido gobier- católicos seglares, o sea la gran mayoría del p u e b l o español, el cual,
nos republicanos. n o obstante las opiniones personales, n o obstante las provocaciones
[ 8 ] . N i estas nuevas repúblicas h a n tenido j a m á s q u e sufrir y vejámenes d e los enemigos de la Iglesia, h a estado lejos d e actos
e n sus instituciones ni en s u s j u s t a s aspiraciones a la grandeza y d e violencia y represalia, m a n t e n i é n d o s e en la t r a n q u i l a sujeción
bienestar nacional p o r efecto d e sus amistosas relaciones con la al P o d e r constituido, sin d a r lugar a desórdenes, y m u c h o m e n o s a
Santa Sede o p o r hallarse dispuestas a concluir con espíritu de m u t u a guerras civiles. N i a otra causa alguna, fuera d e esta disciplina y su-
confianza, e n las materias q u e interesan a la Iglesia y al Estado, jeción, inspirada en las enseñanzas y en el espíritu católico, se p o -
convenios a d a p t a d o s a las nuevas condiciones d e los t i e m p o s . - dría, e n verdad, atribuir con m a y o r d e r e c h o c u a n t o se ha p o d i d o
conservar d e aquella paz y t r a n q u i l i d a d públicas q u e las t u r b u l e n -
[ 9 ] . A n t e s bien, p o d e m o s afirmar con t o d a certeza q u e los
cias de los p a r t i d o s y las pasiones de los revolucionarios se h a n
m i s m o s E s t a d o s h a n r e p o r t a d o notables ventajas d e estos confiados
esforzado p o r p e r t u r b a r , e m p u j a n d o a la nación hacia el a b i s m o de
acuerdos con la Iglesia, [10] p u e s todos saben q u e n o se o p o n e
la anarquía.
d i q u e m á s poderoso al d e s b o r d a m i e n t o del d e s o r d e n social q u e la
Iglesia, la cual, siendo educadora excelsa d e los pueblos, h a sabido [ 1 3 ] . P o r esto nos h a causado p r o f u n d a extrañeza y vivo p e -
s i e m p r e u n i r en fecundo a c u e r d o el principio de la legítima libertad sar el saber q u e algunos, como p a r a justificar los inicuos procedi-
m i e n t o s contra la Iglesia, h a y a n aducido p ú b l i c a m e n t e c o m o razón
la necesidad d e defender la nueva República.
nullam rei publicae ordinationem potiorem habeat, dummodo Dei christia-
naeque conscientiae iura sarta tectaque evadant, tum quibusvis civilibus [14]. T a n evidente aparece p o r lo dicho la inconsistencia del
socíetatibus, ulla non interposita difficultate, convenire; sive eaedem Regni,
sive Reipublicae formam induant, sive denique ab optimatium, sive a popu- observantiam humanaeque libertatis iura, rationes iustitiae optataeque pacis
larium dominatu pendeant.
bonum salubriter feliciterque conciliare numquam destitit.
Cuíus rei argumento sunt, ut recentiora tantummodo attingamus facta, Haec omnia qui Hispanorum Reipublicae praesunt in comperto non
non pauca ea pactiones et «Concordata», quae vocant, postremis etiam hisce habere non póterant; immo etiam certiores iidem facti sunt percupere Nos
temporibus digesta: itemque necessitudinis rationes, quae Apostolicae Sedi ac vos, venerabiles in episcopatu fratres, ad civilem ordinem tranqüillita-
cum variis Civitatibus intercedunt; cum iis etiam, quae, post proximum temque tutandam adiutricem operam navare.
maximumque bellum, regio imperio reiecto, in Reipublicae ordinationem
Ac Nobiscum et cum Hispaniae Episcopis fere omnes consensere non
coaluerunt.
modo ex sacrorum administrorum, saecularium ac regularium, sed ex laico-
lamvero, numquam hae Respublicae—et ad sua instituta et ad iustae rum etiam hominum ordine, hoc est universa paene Hispanorum gens; qui
amplitudinis studia et ad gentis suae prosperitatem quod attinet—numquam, quidem, etsi alius aliam propriam amplectebatur sententiam, etsi ab Eccle-
dicimus, ñeque ex susceptis amicitiae officiis cum Apostólica hac Sede, siae osoribus lacessebantur ac vexabantur, constitutis tamen rei publicae
ñeque ex inito consilio, conventiones scilicet, horum temporum condicioni moderatoribus quieto animo obtemperantes, a vi violenter repellenda, a
consentaneas, iis de rebus mutua fide transigendi, quae ad civilem et ad conflandis turbis et a conturbationibus excitandis, nedum a civili beilo,
ecclesiasticam societatem pertinent, ulla procul dubio detrimenta ceperunt. abstínuere. Iure igitur meritoque, disciplinae huicobtemperationique, quam
Quin immo, cum de re agatur omnino explorata ac certa, asseverare pos- Catholicae Religionis praecepta suadent, illud est potissimum tribuendum,
sumus ex hac fiduciae plena, Ecclesiae Civitatumque concordia, non exigua quantumeumque pacandae rei publicae incólume adhuc exstat, quodque
orta esse civilibus consortionibus cómmoda atque utilitates. repugnantía factionum rerumque novarum amatorum studia evertere con-
nituntur, omnia utique Civitatis iura atque officia violantium.
Etenim, ut omnes norunt, socialis perturbationis fluctibus, usque quaque
omnia permiscentibus, firmior atque aptior ullus non opponitur agger, quam Ac summa Nos miratione vehementique maerore ideirco commoti sumus
Catholica Ecclesia, quae, máxima populorum altrix, legitimae auctoritatis quod nonnulli, impiam, quae in Ecclesiam invehitur, insectationem veluti
comprobare conantes, novae Reipublicae tutandae necessitatem esse suscepti
4
Es la "misma doctrina expuesta por León XIII en las dos cartas Au müieu des sollicitudes consilii causam publice professi sint.
y Notre coJisolation.
Quapropter liquido patet, quod proférunt huius rei argumentum, com-
628 PÍO XI D1LECTISSIMA NOBI5 GTJ

m o t i v o aducido, q u e da d e r e c h o a atribuir la persecución movida apostasía de la sociedad m o d e r n a , q u e p r e t e n d e alejarse de D i o s


contra la Iglesia en España, m á s q u e a i n c o m p r e n s i ó n d e la fe ca- y de la Iglesia 9 .
tólica y d e s u s benéficas instituciones, al odio q u e contra el Señor [ 1 7 ] . M a s , si p a r a cualquier p u e b l o es, s o b r e impía, a b s u r d a
y contra su Cristo 5 f o m e n t a n sectas subversivas de t o d o o r d e n reli- la pretensión d e q u e r e r excluir d e la vida pública a D i o s C r e a d o r
gioso y social, como, p o r desgracia, vemos q u e sucede e n Méjico y próvido g o b e r n a d o r d e la m i s m a sociedad, d e u n m o d o particular
y en Rusia. r e p u g n a tal exclusión d e D i o s y d e la Iglesia d e la vida de la nación
española, e n la cual la Iglesia t u v o siempre, y m e r e c i d a m e n t e , la
[II. L A IGLESIA Y LA L E Y CONSTITUCIONAL DE LA R E P Ú B L I C A
p a r t e m á s i m p o r t a n t e y m á s benéficamente activa en las leyes, e n
las escuelas y en todas las d e m á s instituciones privadas y públicas.
ESPAÑOLA ]
[ 1 8 ] . P u e s si tal a t e n t a d o r e d u n d a e n d a ñ o irreparable d e la
[Régimen de separación entre la Iglesia y el Estado ] conciencia cristiana del país, especialmente d e la j u v e n t u d , a la q u e
se q u i e r e e d u c a r s i n religión, y d e la familia, profanada en s u s m á s
[ 1 5 ] . Pero, volviendo a la deplorable ley referente a las C o n - sagrados principios, n o m e n o r es el d a ñ o q u e recae sobre la m i s m a
fesiones y Congregaciones religiosas, h e m o s visto con a m a r g u r a d e a u t o r i d a d civil, la <cual, p e r d i d o el apoyo q u e la recomienda y la
corazón q u e en ella, ya desde el principio, se declara a b i e r t a m e n t e sostiene e n la conciencia de los pueblos, es decir, faltando la p e r -
q u e el E s t a d o n o tiene religión oficial 6 , reafirmando así aquella se- suasión de ser divinos s u origen, su d e p e n d e n c i a y su sanción, llega
paración del E s t a d o y d e la Iglesia q u e , desgraciadamente, había sido a perder, j u n t o con s u m á s g r a n d e fuerza d e obligación, el m á s alto
sancionada en la nueva Constitución española 7 . título de acatamiento y respeto.

[ 1 6 ] . N o n o s d e t e n e m o s ahora a repetir aquí c u a n gravísimo [19 ]• Q u e esos d a ñ o s se sigan inevitablemente del r é g i m e n d e


error sea afirmar q u e es lícita y b u e n a la separación en sí m i s m a , separación, lo atestiguan n o pocas d e aquellas m i s m a s naciones q u e ,
especialmente en u n a nación q u e es católica en casi su totalidad 8 . d e s p u é s d e h a b e r l o i n t r o d u c i d o en su legislación, c o m p r e n d i e r o n
b i e n p r o n t o la necesidad d e remediar el error, o b i e n modificando,
Para q u i e n la p e n e t r a a fondo, la separación n o es m á s q u e u n a
al m e n o s e n s u interpretación y aplicación, las leyes persecutorias
funesta consecuencia (como tantas veces lo h e m o s declarado, espe-
cialmente en la encíclica Quas primas) del laicismo, o sea de la
commenta necessario consequitur, qui se hominumque consortionem a Deo
ideoque ab Ecclesia abalienare contendunt.
menticium esse ac prorsus vanum, ita ut mérito inde colligere possimuseius-
modi Hispanicae Ecclesiae conflictationem non tam ex catholicae fidei At si cuilibet populo perabsurdum est, nedum impium, Deum Greatorem
providentemque ipsius Civilis Societatis Rectorem a re publica prohibere,
eiusque bene factorum ignoratione profectam esse, quam ex odio simulta-
id tamen, peculiari modo, Hispanorum genti adversatur, quos penes Ec-
tequei quod «adversus Dominum et adversus Christum eius» tbtius religiosi
clesia, cum in legibus, tum in scholis inque ceteris privatis publicisque insti-
civilisque ordinis subversores, in occultas sectas coalescentes, ut in Mexicana, tutis nullo non tempore meritoque potiorem ac feliciter actuosiorem locum
ut in Russiarvim República, fovent atque urgent. obtinuit.
Iamvero, ut ad luctuosam eam redeamus legem «de religiosae fidei profes- Animadvertendum praeterea est hoc impietatis inceptum non modo
sionibus deque Congregationibus latam», haud mediocri sane dolore compe- ipsimet christianae populi conscientiae—iuventutis praesertim, quae, Reli-
rimus aperte legumlatores imprimisque edicere nullam esse Civitati reli- gione posthabita, educari iubetur, ac domestici convictus, cuius sacrosancta.
gionem propriam, atque adeo, quod iam Hispaniae moderandae «Consti- praecepta violantur—non reparabili esse detrimento, sed auctoritati etiam
tutio» inique sanxit de Civili Societate ab Ecclesia seiungenda, id confirmare Civitatis moderatrici haud minus incommodi ac damni inferre; quae quidem,
ratumque habere. cum ita praesidium dimiserit, quod eam populis commendabat, cum doc-
trinam scilicet de divina origine, sanctione obtemperandique ratione omnino
N e diu heic multumque moremur, longius persequi nolumus quam respuerit, prorsus necesse est ut et validiorem obligandi vim et firmiorern
remoti a veritate ii aberrent, qui huiusmodi discidium licitum in se proba- obedientiae observantiaeque tituíum una simul amittat.
tumque habeant; idque praesertim, cum de Natione agatur, quorum cives
fere omnes catholico nomine gloriantur. Haec siquidem nefasta seiunctio, si Huiuscemodi damna ex hoc discidio proficisci, eae non paucae testantur
rem intento animo consideremus—ut non semel, occasione data, significa- Nationes, quae, cum id ipsum in suam rei publicae ordinationem induxis-
vimus, ac nominatim per Encyclicas Litteras «Quas primas»—Laicistarum sent, haud ita multo post rei medendi opportunitatem professae sunt, sen
leges Ecclesiae infensas—ad interpretationem saltem et ad usum quod
5
Ps. 2,2. pertinet—commutando temperandoque, seu id efficiendo, ut, quamvis haec
6
7
Art. 3 de la ley sobre Congregaciones. 9
«El Estado españolano tiene religión oficial» (art. 3 de la Constitución). Véanse también En su aloe, consist. de 14 de diciembre de 1925, Pío XI había reiterado la condenación
los artículos
8
14, regla 2. ; 26 y 48 de esta misma Constitución. de la teoría separacionista entre la Iglesia y el Estado: Quod quidem régimen nec doctrinae
Repite Pío XI. aplicándola al caso español, la tesis central de San Pío X en su encíclica Ecclesiae, nec hominum aut civilis consortii naturae, luce fidei catholicae illustíatae, satis con
Vehementer N»s, s»bre la ley ft»nc««t de separación (ASS 39 [1906-1907] 3-l6). iruit (AAS 17 [1925] 642).
630 PÍO XI DILECTISSIMA NOBIS «:ti
de la Iglesia, o b i e n p r o c u r a n d o venir, a pesar de la separación, a
u n a pacífica coexistencia y cooperación con la Iglesia. [Usurpación de los bienes de la Iglesia}
[ 2 0 ] . A l contrario, los nuevos legisladores españoles, n o cui- [23 ]. M á s manifiesta es a ú n la contradicción en lo q u e mira
d á n d o s e d e estas lecciones de la historia, h a n a d o p t a d o u n a forma a la propiedad. L a Constitución reconoce a t o d o s los ciudadanos
d e separación h o s t i l ' a la fe q u e profesa la i n m e n s a mayoría d e los la legítima facultad d e poseer, y, como es propio d e todas las legis-
c i u d a d a n o s ; separación t a n t o m á s penosa e injusta c u a n t o q u e se laciones d e países civilizados, garantiza y tutela el ejercicio d e tan
decreta en n o m b r e de la libertad y se la hace llegar hasta la negación i m p o r t a n t e derecho, e m a n a d o de la m i s m a naturaleza 1 2 . P u e s a u n
del d e r e c h o c o m ú n y de aquella m i s m a libertad q u e se p r o m e t e y se e n este p u n t o se ha q u e r i d o crear u n a excepción en d a ñ o d e la Igle-
asegura a t o d o s indistintamente. D e ese m o d o se ha q u e r i d o sujetar sia católica, despojándola, con p a t e n t e injusticia, de t o d o s s u s bie-
a la Iglesia y a sus ministros a m e d i d a s d e excepción q u e t i e n d e n a nes. N o se ha t o m a d o en consideración la v o l u n t a d d e los d o n a n t e s ,
ponerla a m e r c e d del p o d e r civil. n o se ha t e n i d o en cuenta el fin espiritual y s a n t o al q u e estaban
[ 2 1 ] . D e hecho, en v i r t u d de la Constitución y de l a s leyes destinados esos bienes, n i se h a n q u e r i d o respetar e n m o d o alguno
p o s t e r i o r m e n t e emanadas, mientras todas las opiniones, a u n las m á s derechos antiquísimos y fundados sobre indiscutibles títulos j u r í -
dicos. N o sólo dejan ya de ser reconocidos c o m o libre p r o p i e d a d
erróneas, tienen amplio c a m p o p a r a manifestarse 1 0 , sólo la religión
d é la Iglesia católica todos los edificios, palacios episcopales, casas
católica, religión de la casi totalidad de los ciudadanos, ve q u e se la
rectorales, seminarios, monasterios, sino q u e son declarados—con
vigila odiosamente en la enseñanza y q u e se p o n e n t r a b a s a las es-
palabras q u e e n c u b r e n mal la naturaleza del despojo—propiedad
cuelas y otras instituciones suyas t a n b e n e m é r i t a s de la ciencia y
pública nacional 1 3 . M á s a ú n , m i e n t r a s los edificios q u e fueron
d e la c u l t u r a españolas.
s i e m p r e legítima p r o p i e d a d de las diversas entidades eclesiásticas
[ 2 2 ] . E l m i s m o ejercicio del culto católico, a u n en sus m á s los deja la ley en uso a la Iglesia católica y a sus ministros, a fin d e
esenciales y tradicionales manifestaciones, n o está exento d e limi- q u e se empleen, conforme a su destino, p a r a el culto, se llega
taciones, c o m o la asistencia religiosa en los institutos d e p e n d i e n t e s a establecer q u e los tales edificios estarán sometidos a las tributa-
del E s t a d o ; las procesiones religiosas, las cuales necesitarán autori- ciones inherentes al uso de los mismos 1 4 , obligando así a la Iglesia
zación especial gubernativa en cada caso n ; la m i s m a administración católica a pagar t r i b u t o s p o r los bienes q u e le h a n sido q u i t a d o s
d e los s a c r a m e n t o s a los m o r i b u n d o s y los funerales a los difuntos. violentamente.
seiunctio permaneat, Civitas tamen et Ecclesia pacate Ínter se conversentur [24]. D e este m o d o el p o d e r civil se ha p r e p a r a d o u n a r m a
mutuamque sibi operam praestent.
Nihilo secius Hispaniae legumlatores, haec parvi pendentes quae historia In iis vero rebus, quae ius proprietatis spectant, vel luculentius discre-
docet, id genus discidium decrevere, quod illi reapse adversatur fidei, quam pantia patet. Siquidem «Constitutio» civibus ómnibus legitimam possidendi
cives paene omnes profitentur; discidium dicimus vel eo calamitosius atque facultatem attribuit, itemque, quemadmodum in quibuslibet accidit excultis
iniquius, quod, illud libertatis nomine impositum usque ad communis iuris Civitatibus, gravissimi huiuscemodi iuris usum, quod ex ipsa natura profluit,
infitiationem ipsiusque libertatis urget, quam tamen certam pariter ómnibus spondet atque tuetur. Attamen hac etiam de causa in Catholicae Ecclesiae
tutamque spondent. Ecclesiam sacrosque administros iniustis exceptionibus detrimentum exceptionem decrevere; eam videlicet, non síne manifesta
ita obnoxios reddidere, ut eosdem subiicere magistratuum arbitrio enite- iniuriae nota, possessionibus suis ómnibus excluserunt. Itaque largitorum
rentur. voluntas posthabetur; finís, ad quem eiusmodi bona destinantur, spiritualis
Etenim, «Constitutionis» ceterorumque decretorum vi, si quaevis opinio, equidem ac sacrosanctus, prorsus neglegitur"; ac reiiciuntur iura, iam diu
vel omnino falsa, et publice exprimí, et in apertum potest prosilire campum acquisita, certissimisque rationibus innixa. Aedificia omnia, episcoporum
at Catholica Religio una, cui se filios addictissimos profitentur Hispani> domicilia, parochorum sedes, seminaria denique ac monasteria, ut integra
quam impertit institutionem, videt invidiose observatam iudicatamque, et ac libera Catholicae Ecclesiae res non agnoscuntur; immo potius, eá adhibitá
litterarum ludos ceteraque de hispanicae doctrinae optimarumque artium sententiá, quae occupationis iniustitiam dissimulare contendit, publica Na-
processu tam bene merita opera multis vexata impedimentis. tionis possessio denuntiantur. Praeterea, tametsi circumscriptum aedifi-
Ipsa divini cultus perfunctio, in praecipuis etiam rebus ex moreque tra- ciorum usum, quorum integrum proprietatis ius Ecclesia eiusque administri
ditis ritibus, coercitionibus non caret; ut Religionis traditio ac cura in obtinuere, ecclesiasticis institutis lege attribuunt, dummodo fini cuiusque
institutis, quae a Civitatis moderatoribus pendent; ut religiosae, quae proprio, divino nempe cultui, inserviat, decernunt tamen ut iis tributis,
ducuntur, pompae, indebitae publicorum magistratuum temperatíoni om- quae rerum non moventium usui imperantur, haec eadem aedificia
nino permissae; ut denique sacramentorum etiam administratio morientibus obnoxia fiant; atque ita Ecclesiam, ob bona illa per vim erepta, vectigalía
funerisque exsequiae vita functis. penderé cogunt.
Iamvero, hoc inducto agendi modo, Civitatis rectores eam sibi viam
10
Art. 34 de la Constitución de la República. 12
11 Art. 27 de la misma. 13
Art. 44, ibid.
14
Art. 11 de la ley sobre Congregaciones religiosas.
Art. ¡2 de la misma ley.
«:J2 PlO XI i;;¡:¡
íjii.t.rnssiMA NOIJIS
p a r a hacer imposible a la Iglesia católica a u n el u s o precario d e d o n a d o a ella p o r los piadosos fieles, se atribuye al Estado, y sólo
sus b i e n e s ; p o r q u e , u n a vez despojada d e todo, privada d e t o d o al Estado, el p o d e r d e disponer d e ellos p a r a otros fines, sin limi-
subsidio, coartada e n t o d a s s u s actividades, ¿cómo p o d r á pagar tación alguna d e objetos sagrados, a u n d e aquellos q u e , p o r haber
los t r i b u t o s q u e se le i m p o n g a n ? s i d o consagrados c o n rito especial, están substraídos a t o d o u s o
[25 ]. N i se diga q u e la ley deja p a r a lo futuro a la Iglesia profano, y llegando hasta excluir t o d a obligación del E s t a d o a
católica u n a cierta facultad d e poseer, al m e n o s a título d e p r o p i e d a d dar, e n tal lamentable caso, compensación n i n g u n a a la Iglesia.
privada, p o r q u e a u n ese reconocimiento, t a n reducido, q u e d a d e s - [ 2 8 ] . N i t o d o esto h a b a s t a d o p a r a satisfacer las tendencias
p u é s casi anulado p o r el principio i n m e d i a t a m e n t e e n u n c i a d o d e antirreligiosas d e los actuales legisladores. N i siquiera los t e m p l o s
q u e tales bienes sólo podrá conservarlos en la cuantía necesaria para h a n sido p e r d o n a d o s , los templos, esplendor d e l arte, m o n u m e n t o s
el servicio religioso 1 5 ; c o n lo cual se le obliga a la Iglesia a someter eximios d e u n a historia gloriosa, decoro y orgullo d e la nación a
al e x a m e n d e l p o d e r civil s u s necesidades p a r a el c u m p l i m i e n t o través d e los siglos; los t e m p l o s , casa d e D i o s y d e oración, s o b r e
d e s u divina misión y se erige el E s t a d o laico e n j u e z absoluto d e los cuales siempre había gozado el p l e n o d e r e c h o d e p r o p i e d a d la
c u a n t o se necesita p a r a las funciones m e r a m e n t e espirituales; y Iglesia católica, la cual—magnífico título d e particular b e n e m e r e n -
así p u e d e t e m e r s e q u e tal juicio estará e n consonancia c o n el lai- cia—los había s i e m p r e conservado, embellecido y a d o r n a d o c o n
cismo q u e i n t e n t a n la ley y s u s autores. amoroso cuidado.
[ 2 6 ] . Y la usurpación del E s t a d o n o se h a d e t e n i d o e n los [ 2 9 ] . A u n los t e m p l o s — y d e n u e v o N o s h e m o s d e lamentar
i n m u e b l e s . T a m b i é n los bienes muebles—catalogados con e n u m e r a - d e q u e n o pocos h a y a n sido presa d e la criminal m a n í a incendia-
ción detalladísima, p o r q u e n o escapase nada—, o sea a u n los r i a — h a n sido declarados p r o p i e d a d d e la nación y así expuestos
ornamentos, imágenes, cuadros, vasos, joyas, telas y demás objetos a la injerencia d e las a u t o r i d a d e s civiles, q u e rigen h o y los públicos
de esta clase destinados expresa y permanentemente al culto católico, destinos s i n respeto alguno al sentimiento religioso d e l b u e n p u e -
a su esplendor o a las necesidades relacionadas directamente con él, blo español.
h a n sido declarados p r o p i e d a d pública n a c i o n a l 1 6 .
[ 3 0 ] . E s , p u e s , b i e n triste la situación creada a la Iglesia ca-
[ 2 7 ] . Y m i e n t r a s se niega a- la Iglesia el derecho a disponer tólica e n E s p a ñ a .
l i b r e m e n t e d e lo q u e es suyo, como legítimamente a d q u i r i d o o
[ 3 1 ] . E l clero h a sido ya p r i v a d o d e s u s asignaciones c o n u n
acto t o t a l m e n t e contrario a la índole generosa del caballeresco p u e -
rationemque • compararunt, qua ad precarium etiam suarum rerum usum blo español, y c o n el cual se viola u n c o m p r o m i s o a d q u i r i d o c o n
amittendum Ecclesiam adducerent; quandoquidem eidem, possessionibus
p a c t o concordatario y se vulnera a u n la m á s estricta justicia, p o r q u e
omnibusque subsidiis exspoliatae, ac multis coactae impedimentis, imposita
tributa solvendi quaenam facultas erit?
Ñeque asseverari potest quamdam, privatam saltem, possidendi potesta- runt, at contra Reipublicae rectores immodicam sibi sacris hisce rebus
tem in posterum esse Catholicae Ecclesiae ex lege permissam; verba enim, abutendi facultatem vindicant, earum etiam, quae, peculiari ritu, a profeno
quae in exarata lege sequuntur—ea nempe bona «posse Ecclesiam dumtaxat usu prohibentur; idque nulla adhibita condicione, nullaque futuri damni
retiñere, quae ad obeunda religionis officia necessaria sint»—definitam eius- compensatione Ecclesiae provisá.
modi iuris facultatem inanem propemodum efficiunt; itemque Ecclesiam Atqui haud expleverunt haec omnia impium legumlatorum exspoliandi
ipsam eo compellunt, ut quae sint divino muneri suo necessaria civilium studium: quod templa etiam attigit, templa, dicimus, liberalium artium
magistratuum iudicio subiiciat. Itaque ii, qui Civitati praesunt, in illis defi- ornamentum, eximia gloriae historiaeque monumenta, Hispanicae Nationis
niendis rebus, quae ab Ecclesia, ad spirituales perfunctiones suas quod atti- laudem ac decus: templa, Dei precatiomsque domus; templa denique, quae
net, exigi possint, supremos iudices se iactant. Atque adeo timendum pro- Catholica Ecclesia nullo non tempore rem propriam iure meritoque habuit,
ferto est ne arbitrii huius sententia factiosis legis legumlatorumque propo- quaeque—optime de iisdem merendó—actuosa cura adservavit diligenter et
sitis omnino faveat. ornni ope exornavit.
At ñeque id satis habuere; sed res etiam moventes, quibus quidem—ratio- Etenim sacrae illae aedes—quarum non paucas scelesto incendiariorum
nariis studiosissime confectis ne aliquid praetermitteretur— litúrgicas vestes, furore absumptas iterum lamentamur—ut propria Nationis possessio denun-
imagines, pictas tabulas, vasa, pretiosa ornamenta aliaque id genus, catholicae tiatae fuerunt, ita iis obnoxiae factae sunt, qui, neglecta vel contempta catho-
religionis cultui eiusque splendori atque utilitati expresse perpetuoque desti- lica Hispanorum fide, rei publicae moderantur.
nata diligenter adnumeraverunt, publicae civitatis possessiones denuntiatae
fuerunt. Quas igitur, venerabiles fratres ac dilecti filii, condiciones apud vos
Ecclesiae fecerunt, eaedem tristissimae utique sunt.
Quodsi Ecclesiae fus paene eripiunt utendi possessionibus suis, quas
Glerus iniusta ea agendi ratione, quae a nobilissimo Hispanorum animo
aut ipsamet legitime sibi comparavit, aut pie eidem Christifideles dono dede-
«omnino abhorret, reditibus suis ita privatus est, ut.non modo officium, ex
13
Art. 19, ibid. Concordad» lege susceptum, violetur, sed absoluta etiam iustitiae iura
*6 Art- IT de la ley citada. laedantur; quandoquidem Civitatis rectores, qui hoc genus proventus decre-
634 PÍO XI DILECTISSIMA NOBIS 635
el Estado, q u e había fijado las asignaciones, n o lo había h e c h o p o r [ 3 5 ] . T o d a v í a , sin e m b a r g o , e n las penosas estrecheces a q u e
concesión gratuita, sino a título d e indemnización p o r bienes u s u r - se ve r e d u c i d o e n E s p a ñ a el clero secular y regular, nos conforta el
pados a la Iglesia. p e n s a m i e n t o d e q u e la generosidad del p u e b l o español, a u n en m e -
dio d e la p r e s e n t e crisis económica, sabrá reparar d i g n a m e n t e t a n
[III. L A NUEVA L E Y SOBRE C O N G R E G A C I O N E S R E L I G I O S A S ] dolorosa situación, haciendo m e n o s insoportable a los sacerdotes
la verdadera pobreza q u e los agobia, a fin d e q u e p u e d a n con r e n o -
[Trato inhumano] vados bríos proveer al culto divino y al ministerio pastoral.
[ 3 2 ] . A h o r a t a m b i é n a las Congregaciones religiosas se las
trata, c o n esta ley nefasta, d e u n m o d o i n h u m a n o . P u e s se arroja [Supresión de la Compañía de Jesús]
s o b r e ellas la injuriosa sospecha d e q u e p u e d a n ejercer u n a activi- [ 3 6 ] . Pero, c o n ser g r a n d e el dolor q u e t a m a ñ a injusticia n o s
d a d política peligrosa para la seguridad del Estado, y con esto se p r o d u c e , N o s , y con N o s vosotros, venerables h e r m a n o s y a m a d o s
e s t i m u l a n las pasiones hostiles d e la plebe a t o d a suerte d e denuncias hijos, sentimos a ú n m á s vivamente la ofensa h e c h a a la Divina M a -
y persecuciones: vía fácil y expeditiva p a r a perseguirlas d e nuevo estad. ¿ N o fué, p o r ventura, expresión d e u n á n i m o p r o f u n d a m e n t e
con odiosas vejaciones. hostil a D i o s y a la religión católica el haber disuelto aquellas O r d e -
[33 ]• Se l a s sujeta a t a n t o s y tales inventarios, registros e ins- nes religiosas q u e hacen voto d e obediencia a u n a a u t o r i d a d diferente
pecciones, q u e revisten formas molestas y opresivas d e fiscalización, d e la legítima del Estado? 1 7
y hasta, d e s p u é s d e haberlas privado del d e r e c h o d e enseñar y d e [ 3 7 ] . Se quiso d e este m o d o quitar d e e n m e d i o a la C o m p a -
ejercitar toda clase d e actividad con q u e p u e d a n h o n e s t a m e n t e s u s - ñía d e Jesús, q u e b i e n p u e d e gloriarse d e ser u n o d e los m á s firmes
tentarse, se las s o m e t e a las leyes tributarias, e n la seguridad d e q u e auxiliares d e la C á t e d r a d e P e d r o , con la esperanza acaso d e p o d e r
n o p o d r á n soportar el pago d e los i m p u e s t o s : nueva m a n e r a solapada después derribar, con m e n o r dificultad y e n corto plazo, la fe y la
d e hacerles imposible la existencia. m o r a l cristiana del corazón d e la nación española, q u e dio a la Igle-
[ 3 4 ] . M a s con tales disposiciones se viene e n verdad a herir, sia la g r a n d e y gloriosa figura d e Ignacio d e Loyola. P e r o con esto
n o sólo a los religiosos, sino al p u e b l o español m i s m o , haciendo se quiso herir d e lleno—como lo declaramos ya e n otra ocasión
i m p o s i b l e s aquellas grandes obras d e caridad y de beneficencia en p ú b l i c a m e n t e — l a m i s m a a u t o r i d a d s u p r e m a d e la Iglesia católica.
p r o d e los p o b r e s q u e h a n sido siempre gloria magnífica d e las C o n - N o llegó la osadía, es verdad, a n o m b r a r explícitamente la persona
gregaciones religiosas y d e la E s p a ñ a católica.
Verumtamen in afflictis rebus, ad quas saecülaris regularisque cleri
administri detrusi sunt, hoc Nobis solacio est, generosos nempe Hispaniae
verant, non id gratuito statuerant, sed ut, ex parte saltem, detrimenta, ob populos, quamvis gravissimis in praesens oeconomicis negotiis distringantur,
bonorum ereptionem ante acto tempore Ecclesiae illata quadammodo resar- ita tamen esse digne ad iniquis hisce factis medendum elaboraturos, ut,
cirent. quo Catholica Ecclesia conflictatur, iñopiae incommodum pro facúltate
Ac praeterea Religiosae etiam Congregationes, ex huiuscemodi infausta relevare contendant.
lege, impiissime affectae vexataeque fuerunt. Siquidem iniuriosae inuritur Ita enim et religionis cultui et pastoralibus cuiusque muneribus, renovatis
suspicionis nota, posse nempe eas adversus Reipublicae incolumitatem peri- viribus, consulere poterunt.
culosam operam conferre; quam ob rem delationibus insectationibusque
Quodsi, ut diximus, ob huiusmodi nefas, haud mediocri dolore afficimur,
infensa plebis studia commoventur; quod procul dubio facilis videtur via
at Nos et vos Nobiscum, venerabiles fratres ac dilecti filii, ob iniurias
ac ratio ad funestiora in eas suscipienda consilia.
Divinae Maiestati illatas vel vehementius angimur. Cum enim illos Religio-
Tot tantisque enim relationibus, prescriptionibus inspectionibusque sub- sorum hominum Ordines dissolvunt, qui alus, ac Reipublicae rectoribus,
iiciuntur, ut earum res omnes, his coactae impedimentis, fiscalibus molestiis obedientiae votis obstringantur, nonne inimicos atque infestos Deo ab eoque
praegraventur; ac denique, postquam a docendi iure et a qualibet etiam traditae religioni ánimos manifestó significant?
arte exercenda prohibitae sunt, qua honeste possint sibi victum comparare,
Hoc enim modo rationeque Societatem Iesu, quae Apostolorum Principis
tributariis legibus obnoxiae fiunt, quamvis explorata res habeatur vectigalia
Cathedrae unum se esse ex fulciminibus validioribus iure meritoque gloriari
imposita pendendi facultatem iisdem esse necessario defuturam, quibus
potest, dirimere ac dimitiere voluere; ea forte spe freti posse se in posterum
cuneta bona fuerint erepta; quod quidem tecta videtur ratio, qua nullus
Catholicae Religionis fidem ac praecepta in Hispanorum gentis animis re-
vivendi modus relinquatur.
stinguere, quae praeclarum illud Ecclesiae iubar, Ignatium nempe Loyoleum,
Iamvero, istiusmodi decreta religiosos viros solummodo non opprimunt, edidit. At praeterea—ut iam pridem a Nobis publice denuntiatum est—-
sed universam etiam Hispanorum gentem; quandoquidem máxima illa supremum ipsum Catholicae Ecclesiae Moderatorem laedere ac veluti per-
beneficentiae caritatisque incepta non restinguere non possunt, quae paupe-
riori plebi opitulantur, quaeque saeculorum decursu cum Religiosas Congre- 1? Art. 26 de la Constitución. Por explícita declaración del presidente del Consejo en
las Cortes, este artículo se refería concretamente a la Compañía de Jesús, como indica a con-
gationes tum catholicam Hispaniam praeclaris gloriae laudibus honestarunt. tinuación el Papa.
630 fio n
DILECTISSIMA NOBIS 637
del Romano Pontífice, pero de hecho se definió extraña a la nación
española la autoridad del Vicario de Cristo, como si la autoridad [Prohibición de toda enseñanza]
del Romano Pontífice, que le fué conferida por el mismo Jesucristo,
pudiera decirse extraña a parte alguna del mundo; como si el reco- [40 ]. Pero no se dieron por satisfechos con haberse ensañado
nocimiento de la autoridad divina de Jesucristo pudiera impedir tanto en la grande y benemérita Compañía de Jesús; ahora, con la
o mermar el reconocimiento de las legítimas autoridades humanas; o reciente ley, han querido asestar otro golpe gravísimo a todas las
como si el poder espiritual y sobrenatural estuviese en oposición Ordenes y Congregaciones religiosas, prohibiéndoles la enseñan-
con el del Estado, oposición que sólo puede subsistir por la malicia za 19 . Con ello se ha consumado una obra de deplorable ingratitud
de quienes la desean y quieren, por saber bien que, sin su Pastor, y manifiesta injusticia. ¿Qué razón hay, en efecto, para quitar la
se descarriarían las ovejas y vendrían a ser más fácilmente presa libertad, a todos concedida, de ejercer la enseñanza a una clase be-
de los falsos pastores. nemérita de ciudadanos cuyo único crimen es el haber abrazado una
[38]. Mas si la ofensa que se quiso inferir a nuestra autoridad vida de renuncia y perfección? ¿Se dirá tal vez que el ser religioso,
hirió profundamente nuestro corazón paternal, ni por un instante es decir, el haberlo dejado y sacrificado todo precisamente para
nos asaltó la duda de que pudiese hacer vacilar lo más mínimo la dedicarse a la enseñanza y a la educación de la juventud como a
tradicional devoción del pueblo español a la Cátedra de Pedro. una misión de apostolado, constituye un título de incapacidad para
[39]- Todo lo contrario; como vienen enseñando siempre, has- la misma enseñanza? Y, sin embargo, la experiencia demuestra con
ta estos últimos años, la experiencia y la historia, cuanto más buscan cuánto cuidado y con cuánta competencia han cumplido siempre
los enemigos de la Iglesia alejar a los pueblos del Vicario de Cristo, su deber los religiosos y cuan magníficos resultados, así en la ins-
tanto más afectuosamente, por disposición providencial de Dios, trucción del entendimiento como en la educación del corazón, han
que sabe sacar bien del mal, se adhieren ellos a él, proclamando que coronado su paciente labor. Lo prueba el número de hombres ver-
sólo de él irradia la luz que ilumina el camino, entenebrecido con daderamente insignes en todos los campos de las ciencias humanas,
tantas perturbaciones, y sólo de él, como de Cristo, se oyen las pala- y al mismo tiempo católicos ejemplares, que han salido de las escue-
bras de vida eterna 18. las de los religiosos; lo demuestra el apogeo a que felizmente han
llegado tales escuelas en España, no menos que la consoladora
cellere voluerunt. Romani equidem Pontificis nominatim mentionem faceré afluencia de alumnos que acuden a ellas.
non ausi sunt; re tamen vera ab Hispanicae Nationis regimine Iesu Christi
Vicarii auctoritatem extraneam esse edixere. Idque, perinde ac si Pontificis [41]. Lo confirma, finalmente, la confianza de que gozaban
munus, eidem a Divino Redemptore concreditum, in quavis terrarum orbis para con los padres de familia, los cuales, habiendo recibido de
parte extraneum asseverari possit; vel tamquam si divinam Iesu Christi aucto-
ritatem agnoscere ac vereri, legitimae auctoritatis humanae deminutio evadat Ñeque solummodo in praeclaram optimeque meritam Societatem Iesu
atque impedimentum; vel denique haud secus ac si civili potestati aliquo tam aspere fecerunt, sed Relígiosi etiam Ordines Congregationesque omnes
modo adversetur spiritualis ac supernaturalis potestas. Quod profecto dis- acerbe, recenti lege, divexati sunt; quandoquidem iisdem—ingrata sane,
sidium ex eorum dumtaxat improbitate haberi potest, qui idcirco hoc ipsum iniusta lamentabilique opera manifestó perpetrata—docendi ius est ereptum.
discupiunt, quod exploratum habent, miseras oves nullo ductas Pastore, et Cur etenim civium ordines, ob eiusmodi tantum causan), quod perfectioris
e veritatis via aberraturas, et in fallacium pastorum praedam facílius esse vitae institutum amplexi sunt, a docendi muneribus arcentur, quae ceteris
cessuras. ómnibus attribuuntur? Ecquid aliquis dixerit eos, qui, Religiosam Congre-
Etsi tamen iniuriae nota, divinae Romani Pontificis auctoritati inusta, gationem ingressi, iuvenum institutioni educationique apostólico ardore se
grave vulnus paterno animo Nostro non inferre non potuit, minime tamen dedunt, hac eadem ratione esse ad instituendi educandique perfunctionem
dubitavimus quin eadem avitam studiosamque Hispanorum in Beati Petri minus aptos atque instructos? Atqui experiendo edücemur quam diligenti
Cathedram observantiam vel parum remitiere posset. cura, quam sagaci doctrinae perspicuitate Religiosi hi viri officio satisfecerint
Immo potius, quemadmodum ad recentiora usque témpora ex historiae suo; et quos uberes fructus mentibus erudiendis conformandisque animis
fide experti sumus, quo acrius Ecclesiae osores a Iesu Christi Vicario populos operoso labore pepererint. Qui ex eorum scholis—et humanarum omnium
disciplinarum praestantia enitentes, et catholico spiritu in exemplum prae-
avertere connituntur, eo arctius iidem—providentissimi Dei consilio, qui diti—non pauci prodierunt, luculentissime iidem hoc testantur; itidemque
ex malis potest trahere bona—Romano Pontifici adhaerere contendunt; non mediocre, immo etiam permagnum, incrementum, quod eorum doctri-
studiosiusque adserunt ab eo uno mentibus tot errorum calígine obumbratis nae domicilia in Hispania consecuta sunt, nedum discipulorum frequentia,
affulgere lucem posse, qui quidem, ut Christus Dominus, «verba vitae id feliciter ostendit.
aeternae» habet.
Rem denique patres matresque familias sua agendi ratione confirmant,
>s lo. 6,69. cum iisdem litterarum ludis filios suos fidenti animo concrediderint; patres
dicimus matresque familias, qui, quemadmodum suam cuiusque subolem
educandi ius atque officium a Deo exceperunt, ita sanctissimae illius liber-
Art. 20 de la ley sobre Congregaciones, paralelo al art. 48 de la Constitución.
638 PÍO XI
DILECTISSIMA NOBIS 639
Dios el derecho y el deber d e educar a sus propios hijos, tienen
t a m b i é n la sacrosanta libertad de escoger a los q u e d e b e n ayudarles todas nuestras fuerzas contra la m i s m a ley, declarando q u e ésta n o
eficazmente en su obra educativa. p o d r á n u n c a ser invocada contra los derechos imprescriptibles d e
[ 4 2 ] . P e r o n i siquiera ha sido bastante este gravísimo acto la Iglesia.
contra las O r d e n e s y Congregaciones religiosas. H a n conculcado,
además, indiscutibles derechos d e p r o p i e d a d ; h a n violado abierta- [IV. NORMAS PRÁCTICAS]
m e n t e la libre v o l u n t a d d e los fundadores y bienhechores, a p o d e -
rándose de los edificios con el fin d e crear escuelas laicas, o sea [ 4 6 ] . Y q u e r e m o s aquí de n u e v o afirmar nuestra viva e s p e -
escuelas sin Dios, precisamente allí d o n d e la generosidad de los ranza d e q u e n u e s t r o s a m a d o s hijos de España, p e n e t r a d o s d e la
donantes había dispuesto q u e se diera u n a educación n e t a m e n t e injusticia y del d a ñ o de tales medidas, se valdrán d e todos los m e d i o s
católica. legítimos q u e p o r derecho natural y p o r disposiciones legales q u e -
d a n a su alcance a fin de inducir a los m i s m o s legisladores a refor-
[ 4 3 ] ' D e todo esto aparece, p o r desgracia, demasiado claro el m a r disposiciones t a n contrarias a los derechos d e t o d o c i u d a d a n o
designio con q u e se dictan tales disposiciones, q u e n o es otro sino y tan hostiles a la Iglesia, substituyéndolas con otras q u e sean con-
educar a las nuevas generaciones, n o ya en la indiferencia religiosa, ciliables con la conciencia católica. Pero, entre tanto, N o s , con t o d o
sino, con u n espíritu a b i e r t a m e n t e anticristiano, arrancar de las al- el á n i m o y corazón de p a d r e y pastor, •exhortamos vivamente a los
m a s jóvenes los tradicionales sentimientos católicos, t a n profunda- obispos, a los sacerdotes y a t o d o s los q u e en alguna m a n e r a inten-
m e n t e arraigados en el b u e n p u e b l o español, y secularizar así toda • t a n dedicarse a la educación d e la j u v e n t u d a p r o m o v e r m á s inten-
la enseñanza, inspirada hasta ahora en la religión y moral cristianas. samente^ con todas las fuerzas y p o r todos los medios, la enseñanza
religiosa y la práctica de la vida cristiana entre los jóvenes. Y esto
[Condenación de esta ley] es t a n t o m á s necesario c u a n t o q u e la n u e v a legislación española,
con la deletérea introducción del divorcio, osa profanar el santuario
[ 4 4 ] . F r e n t e a u n a ley t a n lesiva de los derechos y libertades de la familia, s e m b r a n d o así—junto con la i n t e n t a d a disolución de
eclesiásticas, derechos q u e d e b e m o s defender y conservar en toda la sociedad doméstica—los g é r m e n e s de las m á s dolorosas ruinas
su integridad, creemos ser deber preciso de n u e s t r o apostólico m i - en la vida social.
nisterio reprobarla y condenarla c o m o contraria a la constitución
divina de la Iglesia. [ 4 7 ] . A n t e la amenaza de daños t a n enormes, r e c o m e n d a m o s
[ 4 5 ] . Por consiguiente, N o s p r o t e s t a m o s solemnemente y con de n u e v o y vivamente a todos los católicos d e E s p a ñ a q u e , dejando
a u n lado lamentos y recriminaciones y s u b o r d i n a n d o al bien c o m ú n
tatis facultatem obtinent, eos nempe deligendi, a quibus hac eadem in causa de la patria y d e la religión t o d o otro ideal, se u n a n todos, discipli-
adiutricem operam postulent.
At ñeque, ad Religiosos Ordines Congregationesque quod attinet, gra- damnamus: eamque nullam posse in Ecclesiae Catholicae firmissima iura
vissimum hoc patrare facinus habuerunt satis, sed iura etiam proprietatis vim habere edicimus.
certissima legumlatores proculcaverunt liberamque conditorum et largitorum
idcirco aperte violaverunt voluntatem, quod eas aedes per vim occuparunt Attamen abstineri heic minime possumus, quin magnam iterum spem
inque eas disciplinarum ludos, Deo remoto, induxerunt, in quibus a con- aperiamus Nostram, fore ut suavissimi Nobis ex Hispania filii, horum edic-
ditoribus ipsis, ut iuvenes ad germana catholicae fidei dogmata instituerentur, torum iniquitate incommodisque penitug perspectis, ea omnia experiantur,
erat praeceptum. quorum vel natura vel lege habituri sint facultatem, ut legumlatoribus ea
Ex quo facile coniicitur id genus consilii legumlatores inivisse, ut suc- praescripta emendanda suadeant, quae cuiusvis civis at praesertim christi-
crescentes hominum aetates religionis quadam neglectione, ne sacrarum fidelium iuribus adversantur; idque praeterea efficiant ut in eorum locum
dicamus contemptu rerum, imbuerent; ut ex adolescentium animis catholicos aliae edantur leges, quae cum catholicorum hominum sensu cohaereant
sensus a maioribus quidem acceptos, tamque alte in Hispanorum mentibus atque congruant. Interea vero, Patris ac Pastoris animo compulsi, Episcopos,
Ínsitos, convellerent; vires denique omnes eo convertisse suas, ut iuventutis sacerdotes, eosque universos, qui adulescentibus instituendis operam navant,
eruditionem atque doctrinam, quae ad hoc profecto tempus fide christianis- maximopere hortamur, ut, quam diligentissimis adhibitis curis, ad religionis
que moribus alebantur, ad Laicistarum commenta traducerent. praecepta atque ad christianos mores puerorum mentes impensius confor-
mentur. Id sane vel maiorem necessitatem habere censemus, quod proxime
Quibus praescríptionibus promulgatis, tam acriter Ecclesiae íuribus li- in Hispania editae leges, divortio in rem publicam inique ihducto, familiae
bertatique inimicis atque infestis, iuribus dicimus, quae integra servari sacrarium polluere conantur, atque aperto aditu ad domestici convictus
oportet, Apostólico rmineri Nostro deesse prorsus arbitramur, si eamdem discidium, in civilem hominum consortionem ipsam gravissimorum malo-
legem, quae tantopere divinam Ecclesiae constitutionem praepedit, non rum semina iniicere non desistunt.
improbamus. Hoc igitur ingruente detrimentorum discrimine, omnes ex Hispania
Qudcirca legem ipsam vehementer sollemniterque expostulamus atque christifideles iterum enixeque commonefactos volumus ut, querelis ac pri—
vatis studiis posthabitis, patriae religionisque commoda propriis añusque
<M0 l'ÍO X I DILECT1SS1MA NOBIS 641

nados, para la defensa de la fe y para alejar los peligros que amenazan abundancia de los favores celestiales, os damos con toda la etusión
a la misma sociedad civil. de nuestra alma la bendición apostólica.
Dado en Roma, junto a San Pedro, el 3 de junio del año 1933,
[48]. De un modo especial invitamos a todos los fieles a que
se unan en la Acción Católica, tantas veces por Nos recomendada, duodécimo de nuestro pontificado. '
la cual, aun sin constituir un partido, más todavía, debiendo estar saeculo a peracta humani generis Redemptione—caelestis Pater benignis-
fuera y por encima de todos los partidos políticos, servirá para for- sime admittat.
mar la conciencia de los católicos, iluminándola y fortaleciéndola Qua quidem spe freti, atque hoc etiam consilio ducti, ut divinorum mu-
en la defensa de la fé contra toda clase de insidias,. nerum copiam, cum vobis, venerabiles fratres ac dilecti filii, tum universae
dilectissimaeque Nobis Hispanorum Nationi conciliemus, horum auspicem
[49]. Y ahora, venerables hermanos y amadísimos hijos, no Apostolicam Benedictionem effuso animo impertimus.
acertaríamos a poner mejor fin a esta nuestra carta que repitiéndoos Datum Romae apud Sanctum Petrum, die ni mensis Iunii, armo
cuanto os hemos declarado desde el principio; a saber, que, más MDCCCCXXXIII, Pontificatus Nostri duodécimo. • • '
que en el auxilio de los hombres, hemos de confiar en la indefecti-
ble asistencia prometida por. Dios a su Iglesia y en la inmensa bon-
dad del Señor para con aquellos que le aman. Por esto, considerando
todo lo que ha sucedido, y apesadumbrados más que todo por las
graves ofensas inferidas a su Divina Majestad con las múltiples
violaciones de sus sacrosantos derechos y con tantas transgresiones
de sus leyes, dirigimos al cielo férvidas plegarias demandando a Dios
perdón por las ofensas contra El cometida.s. El, que todo lo puede,
ilumine las inteligencias, enderece las voluntades y mueva los cora-
zones de los que gobiernan a mejores acuerdos. Con serena confian-
za esperamos que la voz suplicante de tantos buenos hijos, sobre
todo en este Año Santo de la Redención, será benignamente acogida
por la clemencia del Padre celestial; y con esta confianza, para ob-
tener que descienda sobre vosotros, venerables hermanos y amados
hijos, y sobre toda la nación española, que nos es tan querida, la

consiliis potiora habentes, unanimi in fidem tuendam, in rem publicam ex


periculis eripiendam strenue contendant.
Peculiari vero ratione christifidelibus ómnibus, in Catholicam Actionem,
iterum et saepius a Nobis commendatam, ut coeant, vehementer suademus,
quae, etsi tam longe abest ut politicam factionem efliciat, ut contra a qua-
rumlibet partium studüs sit prorsus aliena, christifidelium tamen ánimos
catholicis praeceptis conformare ita enititur, ut eos collustrando confirman -
doque ad fidem sartam tectamque servandam actuóse excitet.
Finem denique Nostris hisce ad vos litteris, venerabiles fratres filiique
carissimi, imponentes, nihil opportunius esse ducimus quam ut vos etiam
atque etiam adhortemur ad fiduciam omnes magis quam in humana ope, in
perpetuo perennique auxilio collocandam, quod Christus Dominus Eccle-
siae suae pollicitus est, inque immensa Dei erga redamantes bonitate. Qua-
propter animo ea reputantes Nostro, quae apud vos acciderunt, et moestis-
sime prae primis affecti ob pergrave nefas, quod Deo ülatum est—tum sa-
crosanctis eius violatis iuribus, tum eius praeceptis nefarie perfractis—enixas
ad aeternum Numen admovemus preces, ut clementer iisdem concedat
iniuriis. Qui cuneta moderatur, Civitatis rectorum mentes superna luce
perfundat, voluntatesque ad meliora convertat ac dirigat. Atque iam Nobis
spes tuta arridet, futurum ut supplices tot filiorum Nobiscum comprecan-
tium voces—hoc praesertim Anni Sancti decursu, undevicesimo revoluto

DfCtr. pontif. 2
a
MIT ISRENNEN'DER SORGE 64."

la persona humana. Tres clases de errores señala el Papa en la ideología


MIT BRENNENDER SORGE nacionalsocialista: errores dogmáticos, sociales y jurídicos. Dentro de
los errores dogmáticos, aparecen subrayados la concepción panteísta y
Situación de la Iglesia católica en el Reich alemán el teísmo impersonal en el campo teológico, la negación de la redención
cristológica y el rechazo de las tesis eclesiológicas fundamentales sobre
el Primado de Pedro, el origen divino de la Iglesia y la universalidad
misional de ésta. En el campo de la doctrina moral queda condenado
el intento de independizar totalmente la moral de todo vínculo con la
religión, y la base puramente subjetivista de una moral utilitaria de
carácter colectivo. Y en cuanto al concepto del derecho, se refuta en este
documento la identificación de aquél con la utilidad nacional. El dere-
cho es algo objetivo, medido y controlado por un criterio superior dado
La Pascua del año 1937 está señalada por la aparición de tres do- por la fe religiosa a través de la moral reveladora del orden objetivo
cumentos trascendentales de carácter político: la condenación del ra- en el campo de las relaciones humanas. Por último, precave el Papa a
cismo nazi en la Mit brennender Sorge, la condenación del comunismo los católicos frente a las deformaciones semánticas, sistemáticamente
ateo en la Divini Redemptoris y la regulación de la situación religiosa realizadas, de una terminología religiosa clásica de origen y contenido
de Méjico en la Firmissimam constantiam. La Iglesia definía así de cristiano: revelación, fe, inmortalidad, pecado original, redención y
nuevo su postura contraria a toda dictadura que desconoce los derechos gracia i.
fundamentales de Dios, de la Iglesia y de la persona humana. La encíclica de Pío XI tiene su prolongación y conclusión impresio-
Desde la misma firma del Concordato de 1933 entre la Santa Sede nantes en la alocución dirigida por Pío XII al Sacro Colegio el 2 de
y el Tercer Reich, el Gobierno de la República alemana había iniciado junio de 1945 sobre la Iglesia y el nacionalsocialismo. Lo que en la Mit
la aplicación de una serie escalonada de medidas que resultaban inacep- brennender Sorge es aviso profético, en la alocución de Pío XII queda
tables para la Santa Sede por violar las cláusulas del pacto establecido convertido en providencialista comprobación histórica.
y por ser además contrarias a los derechos de la Iglesia. La supresión
de las escuelas confesionales y el consiguiente monopolio estatal de la BIBLIOGRAFÍA
enseñanza orientado en sentido racista; el control arbitrario de la
prensa católica y la supresión—tortuosa o encubierta—de toda libertad J. SCHMIDUN, Papstgeschichte der neuesten Zeit t.4 p.49.—MICHELE MAO
de expresión y de réplica; los procesos instruidos contra los sacerdotes CARRONE, // nazionalsocialismo e la Sante Sede (Roma 1947).—G. CASTELLA,
Histoire des Papes t.3 p.405.—M. BAUMONT, La faillíte de la paix: «Peuples
y la deportación a los campos de concentración, constituyeron algunas de et Civilizations», t.20 p.551 (París 1946).—YVES DE LA BRIERE, Histoire reli-
las medidas de carácter totalitario que el Gobierno alemán adoptó en gieuse du íemps présent. Au deuxiéme anniversaire des Accnrds du Latran:
contra del Concordato. . «Etudes», 5 de febrero de 1939.
Frente a esta actitud astutamente persecutoria del nazismo, el epis-
copado alemán protestó con enérgica claridad y voz bien alta. Los nom- SUMARIO
bres de Faulhaber y von Galen representan el dique de oposición levan-
tado por la jerarquía católica alemana ante la irrupción de los errores I. Opresión creciente del catolicismo en Alemania. Es necesario denun-
nazis. La encíclica de Pío XI fué la confirmación oficial de estas pro- ciar esta realidad ante el mundo cristiano.
testas. Este documento tuvo una resonancia mundial de gran alcance, II. El Concordato con el Reich alemán. El fin de este Concordato era sal-
si bien en algunas naciones quedó apagada esta justa resonancia por vaguardar la libertad de la Iglesia y de las almas en Alemania. Si ha
motivos circunstanciales. Con palabra enérgica y moderada a la vez, fracasado el deseo de la paz, la culpa no es de la Iglesia. Los responsables
el Papa condena totalmente la ideología nazi y las aplicaciones concretas son los que han sembrado voluntariamente la discordia. La Santa Sede
de esta ideología. Se puede calificar en cierto sentido esta carta comí . ha cumplido las obligaciones pactadas. En cambio, la otra parte con-
un catálogo de los errores racistas, pero con una característica muy tratante ha llegado a violarlas positivamente. El Papa ha querido y
quiere agotar todas las posibilidades para llegar a una solución acep-
peculiar: la exposición es positiva; los errores aparecen in obliquo. El table. Pero todo ha fracasado. Es obligación, por tanto, de la Santa
acento tónico de la encíclica recae directamente sobre las verdades de Sede defender el derecho y oponerse a una mentalidad que incumple
la doctrina católica, y sólo a la luz de estas verdades se divisan, en las obligaciones de un pacto solemne. Esta encíclica es una palabra
segundo plano siempre, los errores de la ideología condenada. de aliento y de dirección para el sufrido catolicismo alemán.
Frente al mito de la sangre y de la raza, el Papa no sólo defiende 1
Véase e] sermón pronunciado por Pío XI, el 24 de diciembre de 1937, ante el Sacro
el orden estrictamente sobrenatural; su encíclica es además una decisiva Colegio y la Prelatura romana, en et que califica de grave persecución !a que el Gobierno
apología de Id razón natural, de la libertad y dignidad naturales de alemán realiza contra la Iglesia (AAS 30 [1938] 20-25).
1>Í0 X I
MIT BRENNENDEK SOK(iK 046
sufren hoy en día en Alemania un rudo asedio para abandonar lu IB
Los errores dogmáticos del nazismo. El error teológico: La noción pan-
y con ella la Iglesia. Pues bien, no hay más Evangelio que vino, el ele
teísta de Dios y el concepto impersonal del hado. Doctrina católica:
Cristo; si el Estado obliga a la asociación única, el joven católico delie
El Estado no es el valor supremo. La verdadera noción de Dios como
exigir el respeto de sus obligaciones como creyente. No hay más liber
creador y señor de todo. El hombre y el Estado están sometidos ne-
tad que una, la libertad interior del espíritu. No hay mayores ¡jran-
cesariamente a Dios.
dezas que la de la humildad y la de la paciencia cristianas. Hay que
El error cristológico: Considera a Cristo como puro hombre, des-
respetar el día del domingo. Hay que atender al cuerpo, pero sin pos-
precia la revelación. Doctrina revelada: Jesucristo, Hijo de Dios, es
tergar el alma.
la plenitud de la revelación divina. Los libros del Antiguo Testamen-
Deberes de los sacerdotes y de los religiosos. Deben ser fieles a su
to son íntegramente palabra de Dios. Esta revelación es definitiva y
ministerio sagrado. Deben ser guías de los fieles y olvidar, o por lo
obligatoria para siempre. No hay otro salvador que Jesucristo.
menos perdonar, muchas amarguras inmerecidas. Deben ser valien-
Doble error eclesiológico: El nazismo acusa a la Iglesia de ser ene-
tes en la defensa de la verdad. Gratitud del Papa a todos los que han
miga del progreso de los pueblos. Sin embargo, Dios ha fundado
sabido ser fieles a su deber. Exhortación especial a los religiosos de
la Iglesia con valor universal en el tiempo y en el espacio. La Iglesia
ambos sexos.
no es obstáculo al desarrollo y progreso de los pueblos. Tiene un ele-
Deberes de los católicos seglares. Saludo especial a las asociaciones
mento humano, pero también y principalmente un principio divino
católicas y a los padres católicos. Defensa de los derechos educativos
de vida. Hay quienes hoy día se escandalizan farisaicamente, sin repa-
de la familia y de la Iglesia. Es ilícita toda colaboración en esta mate-
rar en la viga que tienen en sus ojos. Hoy es necesario más que nunca
ria que tienda a mermar aquellos sagrados derechos.
demostrar a los incrédulos y a los enemigos, con el ejemplo de una
VI. Conclusión. Seguridad de que las palabias del Papa hallarán eco fiel
conducta ajustada a la fe, que la eficacia del cristianismo se mantiene
en los fieles católicos. Hemos hablado con claridad y moderación.
intacta. Es un cristianismo auténtico el único que puede remediar
Dolor por los hijos que se han extraviado. Esperanza de que el dolor
a este pobre mundo enfermo de hoy. Toda reforma moral y social
los volverá ai seno de la Iglesia. Hay que contrapesar la fuerza ma-
verdadera ha partido del santuario. Hoy en Alemania se invita y se
terial de los opresores con una adhesión incondicional a la fe y a la
obliga a los fieles a abandonar a la Iglesia. Ante este ofrecimiento no
Iglesia católicas. El triunfo será de la Iglesia. El Papa sólo desea el
hay más que un camino: seguir a la Iglesia por encima de todo sacri-
restablecimiento de la paz en Alemania. Pero defenderá siempre los
ficio.
derechos de la Iglesia. Bendición.
El Primado de Pedro es la base de la fe en la Iglesia. Toda autoridad
es vínculo de unión; la autoridad de la Iglesia lo es más todavía por
disfrutar de una especial asistencia divina. El peligro de los que pre-
tenden crear una iglesia nacional alemana, concepto contradictorio [i]. C o n viva p r e o c u p a c i ó n 1 y con a s o m b r o creciente veni-
con la esencial universalidad de la Iglesia de Cristo. m o s observando, hace ya largo tiempo, la vía dolorosa de la Iglesia
Otros errores teológicos que hay que evitar. Frente a ellos hay que y la opresión progresivamente agudizada contra los fieles, de uno
defender el concepto católico de revelación, la noción verdadera de
fe, el sentido cristiano de la inmortalidad, la idea exacta del pecado y otro sexo, q u e le h a n permanecido devotos en el espíritu y en las
original, el significado real de la cruz de Cristo, la definición de la o b r a s ; y t o d o esto en aquella nación y e n medio de aquel pueblo
humildad cristiana y el genuino sentido de la gracia sobrenatural. al q u e San Bonifacio llevó u n día el luminoso mensaje, la buena
Los errores del racismo en materia moral y jurídica n u e v a de Cristo y del reino de Dios.
El fundamento de la verdadera moral es la fe genuina en Dios. En [2]. Esta n u e s t r a i n q u i e t u d n o se h a visto disminuida p o r los
Alemania se quiere separar la moral de la religión. Una escuela que informes q u e los reverendísimos representantes del episcopado, se-
prescinde de la fe, prepara generaciones completamente inmorales. g ú n su deber, nos dieron, ajustados a la verdad, al visitarnos durante
Sin fe no hay posibilidad de moral consistente. La moral natural y
revelada es la mejor escuela del carácter. Una moral de base mera- n u e s t r a enfermedad. J u n t o a m u c h a s noticias m u y consoladoras y
mente humana y subjetiva abre las puertas a la disolución social. edificantes sobre la lucha sostenida p o r sus fieles p o r causa d e la
El fundamento del derecho es también la fe genuina en Dios. religión, n o p u d i e r o n pasar en silencio, a pesar de su amor al propio
Existe un derecho natural objetivo, que sirve de base y de medida de p u e b l o y a s u patria y el cuidado de expresar u n juicio bien ponde-
control a todo derecho positivo. Toda legislación contraria al derecho rado, otros i n n u m e r a b l e s sucesos m u y tristes y reprobables. Luego
natural deja de ser ley. No es el criterio de la utilidad el criterio supre- q u e N o s h u b i m o s escuchado sus relatos, con profunda gratitud a
mo del derecho, sino que es el criterio de la moralidad el que deter- D i o s p u d i m o s exclamar con el apóstol del a m o r : N o hay para mí
mina la utilidad del derecho. Una moral utilitaria, que identifica la mayor alegría que oír de mis hijos que andan en la verdad 2. P e r o la
utilidad con el derecho, lleva al desorden total en el orden internacio-
nal y en la vida nacional, a la supresión de los derechos imprescrip- 1
P í o XI, carta encíclica a los venerables hermanos, arzobispos, obispos y otros ordina-
tibles de la persona humana y a la pérdida de la verdadera noción de rios de Alemania en paz y comunión con la Sede Apostólica, sobre la situación de la Iglesia
católica en el Imperio alemán: A A S 29 (1937) 145-167. Texto original en alemán. Véaseel
bien común. Es la Iglesia católica la que tiene la misión de salvaguardar texto italiano en AAS 29 (1937) 145-167. La traducción incluida en esta obra es la excelente
e interpretar el derecho natural. versión d e M O N S . PASCUAL GALINDO, publicada por la Acción Católica EsDañola en la Co'x-
ción de encíclicas y documentos pontificios, p.139 ss. (4.* ed., M a d r i d 1955).
Deberes de la hora presente. Deberes de la juventud. Los jóvenes 2
3 lo. 4-
646 pío x i
M1T HRENNENDEK SOKGE 047
sinceridad que corresponde a la grave responsabilidad de nuestro
ministerio apostólico y la decisión de presentar ante vosotros y ante o manifiestos, recae la responsabilidad de que en el horizonte de
todo el mundo cristiano la realidad en toda su crudeza, exigen tam- Alemania no aparezca el arco iris de la paz, sino el nubarrón que
bién que añadamos: No tenemos preocupación mayor ni más cruel presagia luchas religiosas desgarradoras.
aflicción pastoral que cuando oímos: Muchos abandonan el camino [6]. Venerables hermanos, Nos no nos hemos cansado de ha-
de la verdad 3 . cer ver a los dirigentes responsables de la suerte de vuestra nación
las consecuencias que se derivarían necesariamente de la tolerancia
o peor aún, del favor prestado a aquellas corrientes. A todo hemos
i. E L CONCORDATO
recurrido para defender la santidad de la palabra solemnemente
[3]. Cuando Nos, venerables hermanos, en el verano de 1933, dada y la inviolabilidad de los compromisos voluntariamente con-
a instancia del Gobierno del Reich, aceptamos el reanudar las ges- traídos frente a las teorías y prácticas que, si hubieran llegado a ad-
tiones para un concordato, tomando por base un proyecto elaborado mitirse oficialmente, habrían disipado toda confianza y desvalori-
ya varios años antes, y llegamos así a un acuerdo solemne que sa- zado intrínsecamente toda palabra para el futuro. Cuando llegue
tisfizo a todos vosotros, tuvimos por móvil la obligada solicitud de el momento de exponer a los ojos del mundo estos nuestros esfuer-
tutelar la libertad de la misión salvadora de la Iglesia en Alemania zos, todos los hombres de recta intención sabrán dónde han de bus-
y de asegurar la salvación de las almas a ella confiadas, y, al mismo carse los defensores de la paz y dónde sus perturbadores. Todo el
tiempo, el sincero deseo de prestar un servicio de interés capital que haya conservado en su ánimo un residuo de amor a la verdad
al pacífico desenvolvimiento y al bienestar del pueblo alemán. y en su corazón una sombra del sentido de la justicia, habrá de ad-
mitir que, en los años tan difíciles y llenos de tan graves aconteci-
[4]. A pesar de muchas y graves consideraciones, Nos deter- mientos que siguieron al Concordato 6 , cada una de nuestras palabras
minamos entonces, no sin una propia violencia, a no negar nuestro y de nuestras acciones tuvo por norma la fidelidad a los acuerdos
consentimiento. Queríamos ahorrar a nuestros fieles, a nuestros hi- estipulados. Pero deberá también reconocer con extrañeza y con
jos y a nuestras hijas de Alemania, en la medida humanamente po- profunda reprobación cómo por la otra parte se ha erigido en norma
sible, las situaciones violentas y las tribulaciones que, en caso con- ordinaria el desfigurar arbitrariamente los pactos, eludirlos, desvir-
trario, se podían prever con toda seguridad según las circunstancias tuarlos y, finalmente, violarlos más o menos abiertamente.
de los tiempos. Y con hechos queríamos demostrar a todos que [7]. La moderación que, a pesar de todo esto, hemos demos-
Nos, buscando únicamente a Cristo y cuanto a Cristo pertenece, trado hasta ahora no nos ha sido sugerida por el cálculo de los inte-
no rehusábamos tender a nadie, si él mismo no la rechazaba, la reses terrenos, ni mucho menos por debilidad, sino simplemente
mano pacífica de la madre Iglesia. por la voluntad de no arrancar, junto con la cizaña, alguna planta
[5]. Si el árbol de la paz, por Nos plantado en tierra alemana buena; por la decisión de no pronunciar públicamente un juicio
con pura intención, no ha producido los frutos por Nos anhelados mientras los ánimos no estuviesen bien dispuestos para comprender
en interés de vuestro pueblo, no habrá nadie en el mundo entero, su ineludible necesidad; por la resolución de no negar definitiva-
con ojos para ver y oídos para oír, que pueda decir, todavía hoy, que mente la fidelidad de otros a la palabra empeñada, antes de que el
la culpa es de la Iglesia y de su Cabeza suprema. La experiencia de irrefutable lenguaje de la realidad le hubiese arrancado los velos
los años transcurridos hace patentes las responsabilidades y descu- con que se ha sabido y Se pretende aún ahora disfrazar, conforme
bre las maquinaciones, que ya desde el principio no se propusieron a un plan predeterminado, el ataque contra la Iglesia. Todavía hoy,
otro fin que una lucha hasta el aniquilamiento 4 . En los surcos donde cuando la lucha abierta contra las escuelas confesionales, tuteladas
nos habíamos esforzado por echar la simiente de la verdadera paz, por el Concordato, y la supresión de la libertad de voto para aque-
otros esparcieron—como el inimicus homo de la Sagrada Escritu- llos que tienen derecho a la educación católica, manifiestan, en un
ra 5 —la cizaña de la desconfianza, del descontento, de la discordia, campo particularmente vital para la Iglesia, la trágica gravedad de
del odio, de la difamación, de la hostilidad profunda, oculta y ma- la situación y la angustia, sin ejemplo, de las conciencias cristianas,
nifiesta, contra Cristo y su Iglesia, desencadenando una lucha que la solicitud paternal por el bien de las almas nos aconseja no dejar
se alimentó en mil fuentes diversas y se sirvió de todos los medios. de considerar las posibilidades, por escasas que sean, que aún pue-
Sobre ellos, y solamente sobre ellos y sobre sus protectores, ocultos dan subsistir, de una vuelta a la fidelidad de los pactos y una inte-
ligencia que nuestra conciencia pueda admitir. Secundando los rue-
3 Gf. 2 Pctr. 2,2. gos de los reverendísimos miembros del episcopado, en adelante no
4
E n la aloe, consist. d e 16 de diciembre d e 1935, Pío XI se refería ya a «lo q u e sucede nos cansaremos de ser el defensor—ante los dirigentes de vuestro
en Alemania». Y justifica el silencio pontificio—hasta entonces observado—por la previsión
d e probables malas interpretaciones: ne verba Nostra, qwecumque eadem sint, vel non recle
omnino intellegantur, ve! m enntrariam partem detorqueantur (AAS 27 [1935} 457-459). 6
El texto del Concordato entre la Santa Sede y la República alemana, junto con el p r o -
5 M t . 13,25. tocolo final, firmados el 20 d e julio d e 1933 por el entonces cardenal Eugenio Pacelli, secre-
tario d e Estado, y el embajador Franz von Papen, p u e d e verse en A A S 25 (1933) 389-413.
PtO XI
648
M i l ' BRENNENDEK SORGE Üéí)
pueblo—del derecho conculcado, y ello sin preocuparnos del éxito
o del fracaso inmediato, obedeciendo sólo a nuestra conciencia culto idolátrico, pervierte y falsifica el orden creado e impuesto por
y a nuestro ministerio pastoral, y no cesaremos de oponernos a una Dios, está lejos de la verdadera fe y de una concepción de la vida
mentalidad que intenta, con abierta u oculta violencia, sofocar el conforme a ésta 1 °.
derecho garantizado por solemnes documentos. [13]. Vigilad, venerables hermanos, con cuidado contra el
[8]. Sin embargo, el fin de la presente carta, venerables her- abuso creciente, que se manifiesta en palabras y por escrito, de em-
manos, es otro. Como vosotros nos visitasteis amablemente durante plear el nombre tres veces santo de Dios como una etiqueta vacía
nuestra enfermedad, así ahora nos dirigimos a vosotros, y por vues- de sentido para un producto más o menos arbitrario de una especu-
tro conducto a los fieles católicos de Alemania, los cuales, como todos lación o aspiración humana; y procurad que tal aberración halle
los hijos que sufren y son perseguidos, están muy cerca del corazón entre vuestros fieles la vigilante repulsa que merece. Nuestro Dios
del Padre común. En esta hora en que su fe está siendo probada, es el Dios personal, transcendente, omnipotente, infinitamente per-
como oro de ley, en el fuego de la tribulación y de la persecución fecto, único en la trinidad de las personas y trino en la unidad de la
insidiosa o manifiesta, y en que están rodeados por mil formas de esencia divina, creador del universo, señor, rey y último fin de la
una opresión organizada de la libertad religiosa, viviendo angustia- historia del mundo, el cual no admite, ni puede admitir, otras divi-
dos por la imposibilidad de tener noticias fidedignas y de poder nidades junto a sí.
defenderse por los medios normales J, tienen un doble derecho a una [14]. Este Dios ha dado sus mandamientos de manera sobe-
palabra de verdad y de estímulo moral por parte de Aquel a cuyo rana, mandamientos independientes del tiempo y del espacio, de
primer predecesor dirigió el Salvador aquella palabra llena de sig- la región y de la raza. Como el sol de Dios brilla indistintamente
nificado: Yo he rogado por ti para que no desfallezca tu fe, y tú, una sobre el género humano, así su ley no reconoce privilegios ni excep-
vez convertido, confirma a tus hermanos 8 . ciones. Gobernantes y gobernados, coronados y no coronados, gran-
des y pequeños, ricos y pobres, dependen igualmente de su palabra.
De la totalidad de sus derechos de Creador dimana esencialmente
2. GENUINA FE EN DIOS
su exigencia de una obediencia absoluta por parte de los individuos
[9]. Y ante todo, venerables hermanos, cuidad que la fe en y de toda la sociedad. Y esta exigencia de una obediencia absoluta
Dios, primer e insustituible fundamente de toda religión, permanez- se extiende a todas las esferas de la vida, en las que las cuestiones
ca pura e íntegra en las regiones alemanas. No puede tenerse por de orden moral exigen la conformidad con la ley divina y, por esto
creyente en Dios el que emplea el nombre de Dios retóricamente, mismo, la armonía de los mudables ordenamientos humanos con
sino sólo el que une a esta venerada palabra una verdadera y digna el conjunto de los inmutables ordenamientos divinos.
noción de Dios. [15], Solamente espíritus superficiales pueden caer en el error
[10]. Quien, con una confusión panteísta, identifica a Dios de hablar de un Dios nacional, de una religión nacional, y empren-
con el universo, materializando a Dios en el mundo o deificando al der la loca tarea de aprisionar en los limites de un pueblo solo, en
mundo en Dios, no pertenece a los verdaderos creyentes. la estrechez étnica de una sola raza, a Dios, creador del mundo, rey
[11]. Ni tampoco lo es quien, siguiendo una pretendida con- y legislador de los pueblos, ante cuya grandeza las naciones son
cepción precristiana del antiguo germanismo, pone en lugar del Dios como gota de agua en el caldero n .
personal el hado sombrío e impersonal, negando la sabiduría divina [16]. Los obispos de la Iglesia de Cristo, encargados de las cosas
y su providencia, la cual se extiende poderosa del uno al otro extre- que miran a Dios 12, deben vigilar para que no arraiguen entre los
mo 9 y lo dirige todo a un buen fin. Ese hombre no puede pretender fieles estos perniciosos errores, a los que suelen seguir prácticas
ser contado entre los verdaderos creyentes. aún más perniciosas. Es propio de su sagrado ministerio hacer todo
[12]. Si la raza o el pueblo, sí el Estado o una forma determi- lo posible para que los mandamientos de Dios sean considerados
nada del mismo, si los representantes del poder estatal u otros ele- 10
El día 9 d e febrero d e 1934 condenó el Santo Oficio el libro d e A L F R E D ROSENBERG
mentos fundamentales de la sociedad humana tienen en el orden Der Mvthus des 20. Jahrhunderts (AAS 26 [1934] 93)- El decreto condenatorio va acompaña-
do de una densa y luminosa exposición de motivos: la obra condenada constituye un despre-
natural un puesto esencial y digno de respeto, con todo, quien los cio y rechazo d e todos los dogmas d e la Iglesia católica, es decir, d e los fundamentos capitales
arranca de esta escala de valores terrenales elevándolos a suprema d e la religión cristiana. Proclama la necesidad d e crear u n a nueva religión o iglesia alemana.
Enuncia el principio d e «una nueva fe mítica»: la fe mítica d e la sangre; la fe q u e permite
norma de todo, aun de los valores religiosos, y, divinizándolos con p o d e r defender con la sangre la divinidad del h o m b r e ; una fe apoyada en la ciencia q u e esta-
7
blece q u e la sangre nórdica representa el misterio q u e sustituye y supera a los antiguos sacra-
Véa^e la alusión q u e hizo el Papa a la prohibición legal q u e pesaba sobre la prensa ca- mentos. Véase también la condenación del libro de ROSENBERG An die Dunkelmánner unserer
tólica alemen) en el discurso pronunciado con motivo de la Exposición Universal d e la Prensa Zeit. Eine Antivort auf die Angriffe gegen den «Mythus des 20, Jahrhunderts», decretada por el
Católica, 12 d e mayo d e 1936 (AAS 29 [1937] 139-140). Santo Oficio con fecha 19 d e julio d e 1935 (AAS 28 [1935] 3<H-3°5)-
8
Le. 22,32. 11
Is. 40,15.
« Sap. 8,1.
,12 H e b r . s , i .
650 Pío XI
MIT HRENNENDEK SORGE ' °01
y practicados como obligaciones inconcusas de una vida mora? y or-
denada, tanto privada como pública; para que los derechos de la la pasión no puede menos denotar que lo que más luminosamente
majestad divina, el nombre y la palabra de Dios no sean profana- resplandece, a pesar de la debilidad humana de que habla la historia
d o s 1 3 ; para que las blasfemias contra Dios en palabras, escritos bíblica, es la luz divina del camino de salvación, que triunfa al fin
e imágenes, numerosas a veces como la arena del mar, sean reducidas sobre todas las debilidades y pecados 1 8 . Y precisamente sobre
a-silencio, y para que, frente al espíritu tenaz e insidioso de los que este fondo, con frecuencia sombrío, la pedagogía de la salvación
niegan, ultrajan y odian a Dios, no languidezca nunca la plegaria eterna se ensancha en perspectivas, las cuales a un tiempo dirigen,
reparadora de los fieles, que, como el incienso, suba continuamente amonestan, conmueven, consuelan y hacen felices. Sólo la ceguera
al Altísimo, deteniendo su mano vengadora. y el orgullo pueden hacer cerrar los ojos ante los tesoros de saluda-
bles enseñanzas encerrados en el Antiguo Testamento. Por esto,
[17 ]• Nos os damos-gracias, venerables hermanos, a vosotros, el que pretende desterrar de la Iglesia y de la escuela la historia
a vuestros sacerdotes y a todos los fieles que, defendiendo los dere- bíblica y las sabias enseñanzas del Antiguo Testamento, blasfema
chos de la Divina Majestad contra un provocador neopaganismo, la palabra de Dios, blasfema el plan de la salvación dispuesto por
apoyado desgraciadamente, con frecuencia, por personalidades in-
el Omnipotente y erige en juez de los planes divinos un angosto y
fluyentes, habéis cumplido y cumplís vuestro deber de cristianos.
mezquino pensar humano. Ese tal niega la fe en Jesucristo, nacido
Esta gratitud es particularmente íntima y llena de reconocida admi-
ración para aquellos que en el cumplimiento de este su deber se han en la realidad de su carne, el cual tomó la naturaleza humana de un
hecho dignos de sufrir por la causa de Dios sacrificios y dolores. pueblo que más tarde había de crucificarle. No comprende nada
del drama mundial del Hijo de Dios, el cual al crimen de quienes le
crucificaban opuso, en calidad de Sumo Sacerdote, la acción divina
3. GENUINA FE EN JESUCRISTO de la muerte redentora, dando de esta forma al Antiguo Testamento
su cumplimiento, su fin y su sublimación' en el Nuevo Testamento.
[18]. La fe en Dios no se mantendrá por mucho tiempo pura [20]. La revelación, que culminó en el Eva/igelio de Jesucristo,
e incontaminada si no se apoya en la fe de Jesucristo. Nadie conoce es definitiva y obligatoria para siempre, no admite complementos
al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a de origen humano, y mucho menos sucesiones o sustituciones por
quien el Hijo quisiere revelárselo 14 . Esta es la vida eterna, que te co- revelaciones arbitrarias, que algunos corifeos modernos querrían
nozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado Jesucristo 15 . A nadie, hacer derivar del llamado mito de la sangre y de la raza ! 9 . Desde
por lo tanto, es lícito decir: Yo creo en Dios, y esto es suficiente que Cristo, el Ungido del Señor, consumó la obra de la redención,
para mi religión. La palabra del Salvador no deja lugar a tales esca- quebrantando el dominio del pecado y mereciéndonos la gracia de
patorias: El que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre; el que confiesa llegar a ser hijos de Dios, desde aquel momento no se ha dado a
al Hijo tiene también al Padre 16 . los hombres ningún otro nombre bajo el cielo, para conseguir la
[19]. En Jesucristo, Hijo encarnado de Dios, apareció la ple- 18
Véase sobre este p u n t o la condenación por el Santo Oricio del libro de ERNST BERG-
nitud de la revelación divina: Muchas veces y en muchas maneras MANN Die deutsche Nationalkirche, 9 de febrero de 1934. E n este libro se niega la religión
cristiana, la revelación, la necesidad d e la redención cristiana y d e la gracia. Según su autor,
habló Dios en otro tiempo a nuestros padres por ministerio de los la religión cristiana, y especialmente la católica, es una mera creación d e las culturas semítica
profetas; últimamente, en estos días, nos habló por su Hijo 1 7 . Los y romana y, por consiguiente, contraria al espíritu germánico. El Antiguo Testamento, pro-
sigue, constituye u n peligro moral para la juventud alemana. La caridad cristiana es causa
libros santos del Antiguo Testamento son todos palabra de Dios, d e degeneración social y política, porque protege a los débiles y a los enfermos y permite el
parte substancial de su revelación. Conforme al desarrollo gradual matrimonio de éstos. EÍ único elemento impulsor d e la cultura es la raza, la sangre. Hay que
crear, por tanto, una nueva religión, sustituyendo la fe en u n Dios personal por u n ateísmo
de la revelación, en ellos aparece el crepúsculo del tiempo que puro o u n panteísmo. Este libro, por último, realiza la apología del nacionalismo más radical
debía preparar el pleno mediodía de la redención. En algunas partes y exagerado (AAS 26 [1934] 94). Véase también la condenación del libro de G. C O G N I II
razzismo, con fecha 9 de junio de 1937 (AAS 29 [1937] 306).
se habla de la imperfección humana, de su debilidad y del pecado, 19
Insertamos el catálogo d e errores racistas condenados en la circular de 13 de abril
como no puede suceder de otro modo cuando se trata de libros de de 1938 de la Sagrada Congregación d e Seminarios y Universidades: «1. Las razas humanas,
historia y de legislación. Aparte de otros innumerables rasgos de por sus caracteres naturales e inmutables, d e tal m o d o son diferentes, q u e la más humilde
de entre ellas está más lejos d e la más elevada q u e d e la especie animal más alta.—2. Es nece-
grandeza y de nobleza, hablan de la tendencia superficial y mate- sario, por todos los medios, conservar y cultivar el vigor d e la raza y la pureza de la sangre;
rialista que se manifestaba reiteradamente, a intervalos, en el pueblo todo lo q u e conduce a este resultado es, por lo mismo, honesto y permitido.—3. D e la sangre,
sede de los caracteres de la raza, como d e su fuente principal, se derivan todas las cualidades
de la Antigua Alianza, depositario de la revelación y de las promesas intelectuales y morales.—4. El fin principal d e la educación es desarrollar los caracteres de la
de Dios. Pero cualquiera que no esté cegado por el prejuicio o por raza e inflamar los espíritus c o n u n amor ardiente a la suya propia, como a bien supremo.—
5. L a religión está sometida y debe adaptarse a la ley de la raza.—o. La fuente primera y la
regla suprema de todo orden jurídico es el instinto racial.—7. Sólo existe el Kosmos, o Uni-
verso, como ser viviente; todas las otras cosas, entre ellas el hombre, no son sino formas
13 Cf. T i t . a,s. diversas, q u e se amplifican en el curso d e las edades, del universo viviente.—8. El hombre
14
L e . 10,22. no existe sino por el Estado y para el Estado. T o d o lo q u e él posee en derecho se deriva úni-
1 5
lo. 17,3. camente d e u n a concesión del Estado.—9. A estas proposiciones tan detestables fácilmente
16
I l o . 2,23. podrán añadirse otras1). Cf. J. AZPIAZU, Direcciones pontificias en el orden social, p.396-397
" H e b r . 1,1-2. (Madrid 1950).
G52 • pj[0 X1 MIT I1KENNENDKK SOKGE 683

bienaventuranza, sino el nombre de Jesucristo 2 o. Por más que un que en determinados tiempos vuelve a retoñar como la cizaña en
hombre encarnara en sí toda la sabiduría, todo el poder y toda la medio del trigo del reino de Dios. El que conozca la frase del Sal-
pujanza material de la tierra, no podría asentar fundamento diverso vador acerca de los escándalos y de quienes los dan, sabe cómo la
del que Cristo ha puesto 2 1 . En consecuencia, aquel que con un Iglesia y cada individuo deben juzgar sobre lo que fué y es pecado.
sacrilego desconocimiento de la diferencia esencial entre Dios y la Pero quien, fundándose en estos lamentables desacuerdos entre la
criatura, entre el Hombre-Dios y el simple hombre, osase poner al fe y la vida, entre las palabras y los actos, entre la conducta exterior
nivel de Cristo, o peor aún, sobre El o contra El, a un simple mortal, y los pensamientos interiores de algunos—aunque éstos fuesen mu-
aunque fuese el más grande de todos los tiempos, sepa que es un chos—, echa en olvido o conscientemente pasa en silencio la enorme
profeta de fantasías a quien se aplica espantosamente la palabra de suma de genuina actividad para llegar a la virtud, el espíritu de
la Escritura: El que mora en los cielos se ríe de ellos22. sacrificio, el amor fraternal, el heroísmo de santidad, en tantos
miembros de la Iglesia, manifiesta una ceguera injusta y reprobable.
Y cuando luego se ve que la rígida medida con que juzga a la odiada
4. GENUINA FE EN LA IGLESIA
Iglesia se deja al margen cuando se trata de otras sociedades que le
[21 ]. La fe en Jesucristo no permanecerá pura e incontamina- son cercanas por sentimiento o interés, entonces se evidencia que,
da si no está sostenida y defendida por la fe en la Iglesia, columna y al mostrarse lastimado en su pretencioso sentido de pureza, se
fundamento de la verdad23. Cristo mismo, Dios eternamente ben- revela semejante a aquellos que, según la tajante frase del Salvador,
dito, ha erigido esta columna de la fe; su mandato de escuchar a la ven la paja en el ojo ajeno y no se dan cuenta de la viga en el propio.
Iglesia 24 y recibir por las palabras y mandatos de la Iglesia sus mis- También es menos pura la intención de aquellos que ponen como
mas palabras y sus mismos mandatos 2$, tiene valor para todos los fin de su vocación lo que hay de humano en la Iglesia, hasta hacer
hombres de todos los tiempos y de todas las regiones. La Iglesia, quizás de ello un negocio bastardo, y si bien la potestad de quien
fundada por el Salvador, es única para todos los pueblos y para está investido de la dignidad eclesiástica, fundada en Dios, no de-
todas las naciones; y bajo su bóveda, que cobija, como el firma- pende de su nivel humano y moral, sin embargo, no hay época
mento, al universo entero, hallan puesto y asilo todos los pueblos alguna, ni individuo, ni sociedad que no deba examinar sinceramente
y, todas las lenguas, y pueden desarrollarse todas las propiedades, •su conciencia, purificarse inexorablemente, renovarse profundamen-
cualidades, misiones y cometidos que han sido señalados por Dios, te en el sentir y en el obrar. En nuestra encíclica sobre el sacerdocio y
creador y salvador, a los individuos y a las sociedades humanas. en la de la Acción Católica hemos llamado insistentemente la atención
El corazón materno de la Iglesia es tan generoso, que ve en el des- de todos los pertenecientes a la Iglesia, y particularmente la de los
arrollo de tales peculiaridades y cometidos particulares, conforme eclesiásticos, religiosos y seglares que colaboran en el apostolado,
al querer de Dios, la riqueza de la variedad más bien que el peligro sobre el sagrado deber de poner su fe y su conducta en aquella
de las escisiones; se goza con el elevado nivel espiritual de los indi- armonía exigida por la ley de Dios y reclamada con incansable
viduos y de los pueblos, descubre con alegría y santo orgullo ma- insistencia por la Iglesia. También hoy Nos repetimos con grave-
terno en sus genuinas actuaciones los frutos de educación y de pro- dad profunda: No basta ser contados en la Iglesia de Cristo; es
greso, que bendice y promueve siempre que lo puede hacer en preciso ser en espíritu y en verdad miembros vivos de esta Iglesia.
conciencia. Pero sabe también que a esta libertad le han sido seña- Y lo son solamente los que están en gracia de Dios y caminan con-
lados límites por disposición de la Divina Majestad, que ha querido tinuamente en su presencia, o por la inocencia o por la penitencia
y ha fundado esta Iglesia como unidad inescindible en sus partes sincera y eficaz. Si el Apóstol de las Gentes, el vaso de elección,
esenciales. El que atenta contra esta intangible unidad quita a la sujetaba su cuerpo al látigo de la mortificación, no fuera que, des-
esposa de Cristo una de las diademas con que Dios mismo la ha
pués de haber predicado a los otros 2 6 , fuese él reprobado, ¿habrá,
coronado; somete el edificio divino, que descansa en cimientos
por ventura, para aquellos en cuyas manos está la custodia y el
eternos, a la revisión y a la transformación por parte de arquitectos
a quienes el Padre celestial no ha concedido poder alguno. incremento del reino de Dios, otro camino que el de la íntima unión
del apostolado con la santificación propia? Sólo así se demostrará
[22 ]. La divina misión que la Iglesia cumple entre los hombres a los hombres de hoy, y en primer lugar a los detractores de la
y debe cumplir por medio de hombres, puede ser dolorosamente Iglesia, que la sal de la tierra y la levadura del cristianismo no se
oscurecida por el elemento humano, quizás demasiado humano, ha vuelto ineficaz, sino que es poderosa y capaz de renovar espiri-
2
tualmente y rejuvenecer a los que están en la duda y en el error,
° Act. 4,12. en la indiferencia y en el descarrío espiritual, en la relajación de
21
I Cor. 3,11.
22
23
Ps. 2,4. la fe y en el alejamiento de Dios, de quien ellos—lo admitan o lo
1 T i m . 3,15.
24
Cf. M t . 18,17.
2
' Cf. Le. 10,16. " Cf. 1 Cor. 9,27.
654 I'IO X I M1T MiENVENDÜR SOHfiE (555

nieguen—están más necesitados que nunca. Una cristiandad en la el tentador o el opresor se le acerque con las traidoras insinuaciones
que todos los miembros vigilen sobre sí mismos, que deseche toda de que salga de la Iglesia, entonces no habrá más remedio que opo-
tendencia a lo puramente exterior y mundano, que se atenga seria- nerle, aun a precio de los más graves sacrificios terrenos, la palabra
mente a los preceptos de Dios y de la Iglesia y se mantenga, por del Salvador: Apártate de mí, Satanás, porque está escrito: al Señor
consiguiente, en el amor de Dios y en la solícita caridad para el tu Dios adorarás y a El solo darás culto 2 9 . A la Iglesia, por el con-
prójimo, podrá y deberá ser ejemplo y guía para el mundo profun- trario, deberá dirigirle estas palabras: ¡Oh tú, que eres mi madre
damente enfermo, que busca sostén y dirección,, si es que no se desde los días de mi infancia primera, mi fortaleza en la vida, mi
quiere que sobrevenga una ingente catástrofe o una decadencia abogada en la muerte, que la lengua se me pegue al paladar si yo,
indescriptible. cediendo a terrenas lisonjas o amenazas, llegase a traicionar las pro-
mesas de mi bautismo! Finalmente, aquellos que se hicieron la
[23 ]. Toda reforma genuina y duradera ha tenido propiamente ilusión de poder conciliar con el abandono exterior de la Iglesia la
su origen en el santuario, en hombres inflamados e impulsados por el fidelidad interior a ella, adviertan la severa palabra del Señor:
amor de Dios y del prójimo, los cuales, gracias a su gran generosidad El que rae negare delante de los hombres, será negado ante ¡os ángeles
en corresponder a cualquier inspiración de Dios y a ponerla en prác- de Dios 30.
tica, ante todo, en sí mismos, profundizando en humildad y con la
seguridad de quien es llamado por Dios,' llegaron a iluminar y 5. GENUINA FE EN EL PRIMADO
renovar su época. Donde el celo de reformas, no derivó de la pura
fuente de la integridad personal, sino que fué efecto de la explosión [25 ]. La fe en la Iglesia no se mantendrá pura e incontaminada
de impulsos pasionales, en vez de iluminar oscureció, en vez de si no está apoyada por la fe en el primado del obispo de Roma.
construir destruyó, y fué frecuentemente punto de partida para En el mismo momento en que Pedro, adelantándose a los demás
errores todavía más funestos que los daños que se quería o se pre- apóstoles y discípulos, profesó su fe en Cristo, Hijo de Dios vivo,
tendía remediar. Es cierto que el espíritu de Dios sopla donde la respuesta de Cristo, que le premiaba por su fe y por haberla
quiere 2 7 , de las piedras puede suscitar los cumplidores de sus profesado, fué el anuncio de la fundación de su Iglesia, de la única
designios 2 8 , y escoge los instrumentos de su voluntad según sus Iglesia, sobre la roca de Pedro 31. Por esto la fe en Cristo, en la
planes, no según los de los hombres. Pero El, que ha fundado la Iglesia y en el Primado, están en una sagrada trabazón de mutua
Iglesia y la llamó a la vida en Pentecostés, no quiebra la estructura dependencia. Una autoridad genuina y legal es en todas partes
fundamental de la salvadora institución por El mismo querida. un vínculo de unidad y un manantial de fuerza, una defensa contra
Quien está movido por el espíritu de Dios observa, por esto mismo, la división y la ruina, una garantía para el porvenir. Y esto se verifica
una actitud exterior e interior de respeto hacia la Iglesia, noble en un sentido más alto y noble donde, como en el caso de la Iglesia,
fruto del árbol de la Cruz, don del Espíritu Santo en Pentecostés y sólo en la Iglesia, a tal autoridad se le ha prometido la asistencia
al mundo necesitado de guía. sobrenatural del Espíritu Santo y su apoyo invencible. Si personas
que ni siquiera están unidas por la fe de Cristo os atraen y lisonjean
[24]. En vuestras regiones, venerables hermanos, se alzan vo- con la seductora imagen de una iglesia nacional alemana, sabed que
ces, en coro cada vez más fuerte, que incitan a salir de la Iglesia; esto no es otra cosa que renegar de la única Iglesia de Cristo, una
y entre los voceadores hay algunos que, por su posición oficial, in- apostasía manifiesta del mandato de Cristo de evangelizar a todo el
tentan producir la impresión de que tal alejamiento de la Iglesia, mundo, misión que sólo puede llevar a la práctica una Iglesia uni-
y consiguientemente la infidelidad a Cristo Rey, es testimonio par- versal 32. El desarrollo histórico de otras iglesias nacionales, su
ticularmente convincente y meritorio de su fidelidad al actual ré- entumecimiento espiritual, su opresión y servidumbre por parte
gimen. Con presiones ocultas y manifiestas, con intimidaciones, con de los poderes laicos, muestran la desoladora esterilidad, que de-
perspectivas de ventajas económicas, profesionales, cívicas o de nuncia con irremediable certeza ser un sarmiento desgajado de la
otra especie, la adhesión de los católicos a su fe—y singularmente «cepa vital de la Iglesia. Quien, ya desde el principio, opone a estos
la de algunas clases de funcionarios católicos—se halla sometida a erróneos desarrollos un no vigilante e inconmovible, presta un ser-
una violencia tan ilegal como inhumana. Nos, con paterna emoción, vicio no solamente a la pureza de la fe, sino también a la salud y
sentimos y sufrimos profundamente con los que han pagado a tan fuerza vital de su pueblo. 4
caro precio su adhesión a Cristo y a la Iglesia; pero se ha llegado ya a
tal puntp, que está en juego el último fin y el más alto, la salvación 29
M t . 4,10; L e . 4,8.
o la condenación; y en este caso, como único camino de salvación 30 L e . 12,9.
31 M t . 1,18.
para el creyente, queda la senda de un generoso heroísmo. Cuando 32
Véase la nota 18.

27
lo. 3,8.
2» Cf. Mt. 3,9; Le. 3,8.
656 PÍO X I
MIT BRENNENDEK SOKCK 657

6. NINGUNA ADULTERACIÓN DE NOCIONES y TÉRMINOS SAGRADOS [32]. La humildad en el espíritu del Evangelio y la impetra-
ción del auxilio divino se compaginan bien con la propia dignidad,
[26]. Venerables hermanos, ejerced particular vigilancia cuan- con la seguridad de sí mismo y con el heroísmo. La Iglesia de
do conceptos religiosos fundamentales son vaciados de su contenido Cristo, que en todos los tiempos, hasta en los más cercanos a nos-
genuino y aplicados a significados profanos. otros, cuenta más confesores y heroicos mártires que cualquier
[27]. Revelación, en sentido cristiano, significa la palabra de otra sociedad moral, no necesita, ciertamente, recibir de algunos
Dios a los hombres. Usar este término para indicar sugestiones campos enseñanzas sobre el heroísmo de los sentimientos y de los
que provienen de la sangre y de la raza o irradiaciones de la historia actos. En su necio afán de ridiculizar la humildad cristiana como
de un pueblo es, en todo caso, causar desorientaciones. Estas mo- una degradación de sí mismo y como una actitud cobarde, la repug-
nedas falsas no merecen pasar al tesoro lingüístico de un fiel cristiano. nante soberbia de estos innovadores no consigue más que hacerse
ella misma ridicula.
[28]. La fe consiste en tener por verdadero lo que Dios ha
[33 ]. Gracia, en sentido lato, puede llamarse todo lo que el
revelado y por medio de la Iglesia manda creer: es demostración
Creador otorga a la criatura. Pero la gracia, en el sentido propio
de las cosas que no vemos 33 . La confianza risueña y altiva sobre el
porvenir del propio pueblo, cosa grata a todos, significa algo bien cristiano de la palabra, comprende solamente los dones gratuitos
distinto de la fe en sentido religioso. El usar una por otra, el querer sobrenaturales del amor divino, la dignación y la obra por la que
sustituir la una por la otra y pretender con esto ser considerado como Dios eleva al hombre a aquella íntima comunicación de su vida
«creyente» por un cristiano convencido, es un mero juego de palabras, que en el Nuevo Testamento se llama filiación de Dios. Ved qué
una confusión de términos a sabiendas o incluso algo peor. amor nos ha mostrado el Padre: que seamos llamados hijos de Dios,
y lo seamos en realidad 36 . Rechazar esta elevación sobrenatural a la
[29]. La inmortalidad, en sentido cristiano, es la sobrevivencia gracia por una pretendida peculiaridad del carácter alemán es un
del hombre después de la muerte terrena, como individuo personal, error, una abierta declaración de guerra a una verdad fundamental
para la eterna recompensa o para el eterno castigo. Quien con la del cristianismo. Equiparar la gracia sobrenatural a los dones de la
palabra inmortalidad no quiere expresar más que una sobrevivencia naturaleza equivale a violentar el lenguaje creado y santificado por
colectiva en la continuidad del propio pueblo para un porvenir de la religión. Los pastores y guardianes del pueblo de Dios harán
indeterminada duración en este mundo, pervierte y falsifica una de bien en oponerse a este hurto sacrilego y a este empeño por extraviar
las verdades fundamentales de la fe cristiana y conmueve los ci- a los espíritus.
mientos de cualquier concepción religiosa, la cual requiere un orde-
namiento moral universal. Quien no quiere ser cristiano debería al 7. DOCTRINA Y ORDEN MORAL
menos renunciar a enriquecer el léxico de la incredulidad con el
patrimonio lingüístico cristiano. [34]. Sobre la fe en Dios, genuina y pura, se funda la moralidad
[30]. El pecado original es la culpa hereditaria, propia, aunque del género humano. Todos los intentos de separar la doctrina del
no personal, de cada uno de los hijos de Adán, que en él pecaron 3 4 ; orden moral de la base granítica de la fe, para reconstruirla sobre
es pérdida de la gracia—y, consiguientemente, de la vida eterna— la arena movediza de las normas humanas, conduce, pronto o tarde,
con la propensión al mal, que cada cual ha de sofocar por medio de a los individuos y a las naciones a la decadencia moral. El necio
la gracia, de la penitencia, de la lucha y del esfuerzo moral. La pasión que dice en su corazón: No hay Dios, se encamina a la corrupción
y muerte del Hijo de Dios redimió al mundo de la maldita herencia moral 3 7 . Y estos necios que presumen separar la moral de la reli-
del pecado y de la muerte. La fe en estas verdades, hechas hoy gión, constituyen hoy legión. No se percatan, o no quieren perca-
objeto de vil escarnio por parte de los enemigos de Cristo en vuestra tarse, de que, al desterrar de las escuelas y de la educación la ense-
patria, pertenece al inalienable depósito de la religión cristiana. ñanza confesional, o sea la noción clara y precisa del cristianismo,
impidiéndola contribuir a la formación de la sociedad y de la vida
[31 ]. La cruz de Cristo, aunque su solo nombre haya llegado •pública, es caminar hacia el embrutecimiento y la decadencia moral.
a ser para muchos locura y escándalo 35 , sigue siendo para el cris- Ningún poder coercitivo del Estado, ningún ideal puramente te-
tiano la señal sacrosanta de la redención, la bandera de la grandeza rreno, por grande y noble que en sí sea, podrá sustituir por mucho
y de la fuerza moral. A su sombra vivimos, besándola morimos; tiempo a los estímulos tan profundos y decisivos que provienen de
sobre nuestro sepulcro estará como pregonera dé nuestra fe, testigo la fe en Dios y en Jesucristo. Si al que es llamado a las empresas
de nuestra esperanza, aspiración hacia la vida eterna. más arduas, al sacrificio de su pequeño yo en bien de la comunidad,
se le quita el apoyo moral que le viene de lo eterno y de lo divino,
" H e b r . 11,1.
3
< Cf. Rom. 5,12. 36
' 5 Cf. 1 Cor. 1,23. I lo. 3,1.
" Ps. 13 (I4),I.
658 PÍO X I

de la fe ennoblecedora y consoladora en Aquel que premia todo M1T URKNNENDER SORGli (¡59
bien y castiga todo mal, el resultado final para innumerables hom-
bres no será ya la adhesión al deber, sino más bien la deserción. La mente bueno es también ventajoso» 39. Este principio, desvinculado
observancia concienzuda de los diez mandamientos de la ley de de la ley ética, equivaldría, por lo que respecta a la vida internacional,
Dios y de los preceptos de la Iglesia—estos últimos, en definitiva, a ün eterno estado de guerra entre las naciones; además, en la vida
no son sino disposiciones derivadas de las normas del Evangelio nacional, pasa por alto, al confundir el interés y el derecho, el hecho
es para todo individuo una incomparable escuela de disciplina orgá- fundamental de que el hombre como persona tiene derechos reci-
nica, de vigorización moral y de formación del carácter. Es una bidos de Dios, que han de ser defendidos contra cualquier atentado
escuela que exige mucho, pero no más de lo que podemos. Dios de la comunidad que pretendiese negarlos, abolidos o impedir su
misericordioso, cuando ordena como legislador: «Tú debes», da con ejercicio. Despreciando esta verdad, se pierde de vista que, en
su gracia la posibilidad de ejecutar su mandato. El dejar, por consi- último término, el verdadero bien común se determina y se conoce
guiente, inutilizadas las energías morales de tan poderosa eficacia mediante la naturaleza del hombre con su armónico equilibrio entre
o el obstruirles a sabiendas el camino en el campo de la instrucción derecho personal y vínculo social, como también por el fin de la
popular, es obra de irresponsables, que tiende a producir una sociedad, determinado por la misma naturaleza humana. El Creador
depauperación religiosa en el pueblo. El solidarizar la doctrina moral quiere la sociedad como medio para el pleno desenvolvimiento de
con opiniones humanas, subjetivas y mudables en el tiempo, en las facultades individuales y sociales, del cual medio tiene que valerse
lugar de anclarla en la santa voluntad de Dios eterno y en sus man- el hombre, ora dando, ora recibiendo, para el bien propio y el de los
damientos, equivale a abrir de par en par las puertas a las fuerzas demás. Hasta aquellos valores más universales y más altos que
disolventes. Por lo tanto, fomentar el abandono de las directrices solamente pueden ser realizados por la sociedad, no por el individuo,
eternas de una doctrina moral objetiva para la formación de las tienen, por voluntad del Creador, como fin último el hombre, así
conciencias y para el ennoblecimiento de la vida en todos sus planos como su desarrollo y perfección natural y sobrenatural. El que se
y ordenamientos, es un atentado criminal contra el porvenir del aparte de este orden conmueve los pilares en que se sienta la sociedad
pueblo, cuyos tristes frutos serán muy amargos para las generaciones y pone en peligro la tranquilidad, la seguridad y la existencia de la
futuras. misma.
[36]. El creyente tiene un derecho inalienable a profesar su
8. RECONOCIMIENTO DEL DERECHO NATURAL fe y a practicarla en la forma más conveniente a aquélla. Las leyes
que suprimen o dificultan la profesión y la práctica de esta fe están
[35]- Es una nefasta característica del tiempo presente querer en oposición con el derecho natural.
desgajar no solamente la doctrina moral, sino los mismos funda- [37]. Los padres, conscientes y conocedores de su misión edu-
mentos del derecho y de su aplicación, de la verdadera fe en Dios y cadora, tienen, antes que nadie, un derecho esencial a la educación
de las normas de la relación divina. Fíjase aquí nuestro pensamiento de los hijos que Dios les ha dado según el espíritu de la verdadera
en lo que se suele llamar derecho natural, impreso por el dedo fe y en consecuencia con sus principios y sus prescripciones. Las
mismo del Creador en las tablas del corazón humanóos, y que la leyes y demás disposiciones semejantes que 110 tengan en cuenta
sana razón humana no obscurecida por pecados y pasiones es capaz la voluntad de los padres en la cuestión escolar o la hagan ineficaz
de descubrir. A la luz de las normas de este derecho natural puede con amenazas o con la violencia, están en contradicción con el de-
ser valorado todo derecho positivo, cualquiera que sea el legislador, recho natural y son íntima y esencialmente inmorales.
en su contenido ético y, consiguientemente, en la legitimidad del [38]. La Iglesia, que tiene la misión de guardar e interpretar .
mandato y en la obligación que implica de cumplirlo. Las leyes el derecho natural, divino en su origen, no puede por menos de
humanas que están en oposición insoluble con el derecho natural, declarar que son efecto de la violencia, y, por lo tanto, sin valor
adolecen de un vicio original que no puede subsanarse ni con las jurídico alguno, las inscripciones escolares hechas en un pasado
opresiones ni con el aparato de la fuerza externa. Según este criterio reciente en una atmósfera de notoria carencia de libertad.
se ha de juzgar el principio: «Derecho es lo que es útil a la nación».
Cierto que a este principio se le puede dar un sentido justo si se
entiende que lo moralmente ilícito no puede ser jamás verdadera- 9. A LA JUVENTUD
mente ventajoso al pueblo. Hasta el antiguo paganismo reconoció
que, para ser justa, esta frase debía ser cambiada y decir: «Nada [39]. Representantes dé Aquel que en el Evangelio dijo a un
hay que sea ventajoso si no es al mismo tiempo moralmente bueno; joven: Si quieres entrar en la vida eterna, guarda los mandamientos40,
y no por ser ventajoso es moralmente bueno, sino que por ser moral- Nos dirigimos una palabra particularmente paterna a la juventud.
[40]. Por mil voces se os repite al oído un evangelio que no
as Cf. R o m . 2,14-15.
:
' " C I C E R Ó N , De officiw III 30.
•*° M t . 19,17.
660 PÍO X I
M i l BRENNENDER SORGE 661
ha sido revelado por el Padre celestial; miles de plumas escriben al
servicio de una sombra de cristianismo, que no es el cristianismo moral y que la conservación de la pureza bautismal representa una
de Cristo. La prensa y la radio os inundan a diario con producciones acción heroica, que debería ser apreciada como merece, tanto e n el
de contenido opuesto a la fe y a la Iglesia y, sin consideración y campo religioso como en el natural? Os hablan de las fragilidades
respeto alguno, atacan lo que para vosotros debe ser sagrado y humanas en la historia de la Iglesia, pero ¿por qué os ocultan las
santo. grandes gestas que la acompañaron a lo largo de losTsiglos, los san-
[41 ]. Sabemos que muchísimos de vosotros, por ser fieles a la( tos que ha producido, los beneficios que la civilización occidental
fe y a la Iglesia y por pertenecer a asociaciones religiosas tuteladas recibió de la unión vital entre la Iglesia y vuestro pueblo? Os ha-
por el Concordato, habéis tenido y tenéis que soportar trances duros blan mucho de ejercicios, los cuales, si se usan en una bien enten-
de desprecio, de sospechas, de vituperios, acusados de antipatrio- dida medida, dan gallardía física, que es un beneficio para la ju-
tismo, perjudicados en vuestra vida profesional y social. Y bien sa- ventud. Pero hoy se les señala, con frecuencia, una extensión que
bemos que se cuentan en vuestras filas muchos desconocidos sol- no tiene en cuenta ni la formación integral y armónica del cuerpo
dados de Cristo, que, con el corazón dolorido, pero con la frente y del espíritu, ni el conveniente cuidado de la vida de familia, ni
erguida, sobrellevan su suerte y buscan alivio solamente en la con- el mandamiento de santificar el día del Señor. Con una indiferencia
sideración de que sufren afrentas por el nombre de Jesús 41 . rayana en el desprecio, se despoja el día del Señor de su carácter
sagrado y de su recogimiento, que corresponde a la mejor tradición
[42]. Y hoy, cuando amenazan nuevos peligros y nuevas ten- ' alemana. Esperamos confiados que los jóvenes alemanes católicos
siones, Nos decimos a esta juventud: «Si alguno os quisiere anun- :¡ reivindicarán explícitamente, en el difícil ambiente de las organiza-
ciar un evangelio distinto del que recibisteis» sobre el regazo de ciones obligatorias del Estado, su derecho a santificar cristianamente
una madre piadosa, de los labios de un padre creyente, por las el día del Señor; que el cuidado de robustecer el cuerpo no les hará
instrucciones de un educador fiel a Dios y a su Iglesia, ese tal sea olvidar sualma inmortal; que no se dejarán vencer por el mal, sino
anatema 42 . Si el Estado organiza la juventud en una asociación na- que más bien procurarán ahogar el mal con el bien 4 3 ; que seguirán
cional obligatoria para todos, en ese caso, dejando a salvo siempre considerando como meta altísima suya la corona de la victoria en
los derechos de las asociaciones religiosas, los jóvenes tienen el de- el estadio de la vida eterna 44 .
recho obvio e inalienable, y con ellos sus padres, responsables de
ellos ante Dios, de exigir que esta asociación esté libre de toda
tendencia hostil a la fe cristiana y a la Iglesia; tendencia que hasta 10. A LOS SACERDOTES Y RELIGIOSOS
un pasado muy reciente y aun hasta el presente angustia a los pa-
dres creyentes con un insoluble conflicto de conciencia, por cuanto [44]. Dirigimos una palabra de particular gratitud y de exhor-
no pueden dar al Estado lo que se les pide en nombre del Estado, tación a los sacerdotes de Alemania, a los cuales, con sumisión a sus
sin quitar a Dios lo que a Dios pertenece. obispos, corresponde mostrar a la grey de Cristo los rectos sende-
ros, en tiempos difíciles y en circunstancias duras, con la solicitud
[43 ]. Nadie piensa en poner tropiezos a la juventud alemana diaria, con la paciencia apostólica. No os canséis, amados hijos y par-
en el camino que debiera conducirla a la realización de una verda- tícipes de los divinos misterios, de seguir al eterno Sumo Sacerdote
dera unidad nacional y a fomentar un noble amor por la libertad Jesucristo en su amor y en su oficio de buen samaritano. Caminad
y una inquebrantable devoción a la patria. A lo que Nos nos opo- de continuo en una conducta inmaculada ante Dios, en una ince-
nemos y nos debemos oponer es al antagonismo voluntaria y siste- sante autodisciplina y perfeccionamiento, en un amor misericor-
máticamente suscitado entre las preocupaciones de la educación na- dioso para todos los que os han sido confiados, especialmente para
cional y las propias del deber religioso. Por esto, Nos decimos a esta con los que peligran, los débiles y los vacilantes. Sed guías para los
juventud: Cantad vuestros himnos de libertad, pero no olvidéis que fieles, apoyo para los que titubean, maestros para los que dudan,
la verdadera libertad es la libertad de los hijos de Dios. No permi- consoladores para los afligidos, bienhechores desinteresados y con-
táis que la nobleza de esta insustituible libertad desaparezca en los sejeros para todos. Las pruebas y los sufrimientos por los que ha
grilletes serviles del pecado y de la concupiscencia. No es lícito pasado vuestro pueblo en el período de la postguerra, no pasaron
a quien canta el himno de la fidelidad a la patria terrena convertirse sin dejar huellas en su alma. Os han dejado angustias y amarguras,
en tránsfuga y traidor con la infidelidad a su Dios, a su Iglesia y a su que sólo paulatinamente podrán curarse y ser superadas por u n
patria eterna. Os hablan mucho de grandeza heroica, contraponién- espíritu de amor desinteresado y operante. Este amor, que es la
dola osada y falsamente a la humildad y a la paciencia evangélica; armadura indispensable al apóstol, especialmente en el mundo pre-
pero ¿por qué os ocultan que se da también un heroísmo en la lucha sente, agitado y trastornado, Nos lo deseamos y lo imploramos d e
4
Dios para vosotros en medida copiosa. El amor apostólico, si n o
> Cf. Act. 5,41-
•>2 Gal. 1,9. 43
Rom. 12.21.
44
I Cor. 9,24-25.
662 Mtt ÉRfÁ'NfeÑtlF.R SORGlí Gfl.'f
r fo xr
logra haceros olvidar, por lo menos os hará perdonar muchas amar- creído y a lo que han recibido como preciosa herencia de sus ante-
guras inmerecidas, que en vuestro camino de sacerdotes y de pas- pasados. Con corazón conmovido les enviamos nuestro paterno
tores de almas son hoy día más numerosas que nunca. Por lo de- saludo.
más, este amor inteligente y misericordioso para con los descarria- [47]. Y en primer lugar, a los miembros de las asociaciones
dos y para con los mismos que os ultrajan no significa, ni en ma- católicas, que con valentía y a costa de sacrificios, a menudo dolo-
nera alguna puede significar, renuncia a proclamar, a hacer valer rosos, se han mantenido fieles a Cristo y no han estado jamás dis-
y a defender con valentía la verdad y a aplicarla a la realidad que os puestos a ceder en aquellos derechos que un solemne pacto había
rodea. El primero y más obvio don amoroso del sacerdote al mundo auténticamente garantizado a la Iglesia y a ellos.
es servirle la verdad, la verdad toda entera; desenmascarar y refu-
tar el error, cualquiera que sea su forma o su disfraz. La renuncia [48 ]. Un saludo particularmente cordial va también a los padres
a esto sería no solamente una traición a Dios y a vuestra santa vo- católicos. Sus derechos y sus deberes en la educación de los hijos que
cación, sino un delito en lo tocante al verdadero bienestar de vues- Dios les ha dado están en el punto agudo de una lucha tal, que no se
tro pueblo y de vuestra patria. A todos aquellos que han conser- puede imaginar otra mayor. La Iglesia de Cristo no puede comenzar
vado para con sus obispos la fidelidad prometida en la ordenación, a gemir y a lamentarse solamente cuando se destruyen los altares y
a aquellos que en el cumplimiento de su oficio pastoral han tenido manos sacrilegas incendian los santuarios. Cuando se intenta profa-
y tienen que soportar dolores y persecuciones—algunos hasta ser nar, con una educación anticristiana, el tabernáculo del alma del niño,
encarcelados o mandados a campos de concentración—, a todos santificada por el bautismo; cuando se arranca de este templo vivo de
ellos llegue la expresión de gratitud y el encomio del Padre de la Dios la antorcha de la fe y en su lugar se coloca la falsa luz de un susti-
Cristiandad. tutivo de la cruz, que no tiene nada que ver con la fe de la cruz, en-
tonces- ya está inminente la profanación espiritual del templo, y es
[45]. Y nuestra gratitud paterna se extiende igualmente a los deber de todo creyente separar claramente su responsabilidad de
religiosos de ambos sexos; una gratitud unida a una participación la parte contraria, y su conciencia de toda pecaminosa colaboración'
íntima por el hecho de que, a consecuencia de medidas contra las
en tan nefasta destrucción. Y cuanto más se esfuercen los enemigos
Ordenes y Congregaciones religiosas, muchos han sido arrancados
en negar o disimular sus turbios designios, tanto más necesaria es
del campo de una actividad bendita y para ellos gratísima. Si algu-
nos han sucumbido y se han mostrado indignos de su vocación, sus una avisada desconfianza y una vigilancia precavida, estimulada por
yerros, condenados también por la Iglesia, no disminuyen el mérito una larga experiencia. La conservación meramente formulística de
de la grandísima mayoría, que con desinterés y pobreza voluntaria una instrucción religiosa—por otra parte controlada y sojuzgada por
se han esforzado por servir con plena entrega a su Dios y a su pue- gente incompetente—en el ambiente de una escuela que en otros
blo. El celo, la fidelidad, el esfuerzo en perfeccionarse, la solícita ramos de la instrucción trabaja sistemática y rencorosamente contra
caridad para con el prójimo y la gratitud bienhechora de aquellos la misma religión, no puede nunca ser título justificativo para que
religiosos cuya actividad se desenvuelve en los cuidados pastorales, un cristiano consienta libremente en tal clase de escuela, destruc-
en los hospitales y en la escuela, son y siguen siendo gloriosa apor- tora para la religión. Sabemos, queridos padres católicos, que no
tación al bienestar privado y público; un futuro tiempo más tran- es el caso de hablar, con respecto a vosotros, de un semejante con-
quilo les hará justicia más que el turbulento que atravesamos. Nos sentimiento, y sabemos que una votación libre y secreta entre vos-
tenemos confianza de que los superiores de las comunidades reli- otros equivaldría a un aplastante plebiscito en favor de la escuela
giosas tomarán pie de las dificultades y pruebas presentes para im- confesional. Y por esto no nos cansaremos tampoco en lo futuro
plorar del Omnipotente nueva lozanía y nueva fertilidad sobre el de echar en cara francamente a las autoridades responsables la ile-
duro campo de su trabajo por medio de un redoblado celo, de una galidad de las medidas violentas que hasta ahora se han tomado y el
vida espiritual profunda, de una santa gravedad conforme a su vo- deber que tienen de permitir la libre manifestación de la voluntad.
cación y de una genuina disciplina regular. Entre tanto, no os olvidéis de esto: ningún poder terreno puede
eximiros del vínculo de responsabilidad, impuesto por Dios, <pie
os une con vuestros hijos. Ninguno de los que hoy oprimen vuestro
II. A LOS FIELES SEGLARES
derecho a la educación y pretenden sustituiros en vuestros deberes
[46]. Se ofrecen a nuestra vista, en inmenso desfile, nuestros de educadores podrá responder por vosotros al Juez eterno cuando
amados hijos e hijas a quienes los sufrimientos de la Iglesia en Ale- le dirija la pregunta: ¿Dónde están los que yo te di? Que cada uno
mania y los suyos nada han quitado de su entrega a la causa de Dios, de vosotros pueda responder: No he perdido a ninguno de los <¡¡xe:
nada de su tierno afecto hacia el Padre de la Cristiandad, nada de me diste 45 .
su obediencia a los obispos y sacerdotes, nada de su alegre prontitud
en permanecer en lo sucesivo, pase lo que pase, fieles a lo que han «s lo. 18,9.
664 PÍO xi
[49]. Venerables hermanos, estamos ciertos de que las pala- M i l BKENNENDER SORGB 6tJ&
bras que Nos os dirigimos, y por vuestro conducto a los católicos
ta a la religión; con una fe purificada por el dolor, doblará nueva-
del Reich alemán, encontrarán, en esta hora decisiva, en el corazón
mente su rodilla en presencia del Rey del tiempo y de la eternidad,
y en las acciones de nuestros fieles hijos un eco correspondiente a la
Jesucristo, y se dispondrá a luchar—contra los que niegan a Dios y
solicitud amorosa del Padre común. -Si hay algo que Nos implora- destruyen el Occidente cristiano—en armonía con todos los hombres
mos del Señor con particular fervor es que nuestras palabras lleguen bienintencionados de las otras naciones y a cumplir la misión que
también a los oídos y al corazón de aquellos que han empezado a de- le han asignado los planes del Eterno.
jarse prender por las lisonjas y por las amenazas de los enemigos de
Cristo y de su santo Evangelio y que les hagan reflexionar. [52]. Aquel que sondea los corazones y los deseos 4 7 , nos es
testigo de que Nos no tenemos aspiración más íntima que la del
[50], Hemos pesado cada palabra de esta encíclica en la ba- restablecimiento de una paz verdadera entre la Iglesia y el Estado
. lanza de la verdad y, al mismo tiempo, del amor. No queríamos, en Alemania. Pero, si la paz, sin culpa nuestra, no viene, la Iglesia
con un silencio inoportuno, ser culpables de no haber aclarado la de Dios defenderá sus derechos y sus libertades en nombre del
situación, ni de haber endurecido con un rigor excesivo el corazón Omnipotente, cuyo brazo aun hoy no se ha abreviado. Llenos de
de aquellos que, estando confiados a nuestra responsabilidad pas- confianza en El, no cesamos de rogar y de invocar 4 8 por vosotros,
toral, no nos son menos amados porque caminen ahora por las vía- hijos de la Iglesia, para que se acorten los días de la tribulación, y
del error y porque se hayan alejado de la Iglesia. Aunque muchos para que seáis hallados fieles en el día de la prueba, y para que
de éstos, acostumbrados a los modos del nuevo ambiente, no tie- aun a los mismos perseguidores y opresores les conceda el Padre
nen sino palabras de ingratitud y hasta de injuria para la casa pa- de toda luz y de toda misericordia la hora del arrepentimiento para
terna y para el Padre mismo; aunque olvidan cuan precioso es lo sí y para muchos que ellos han errado y yerran.
que ellos han despreciado, vendrá el día en que el espanto que sen-
[53 ]• Con esta plegaria en el corazón y en los labios, Nos im-
tirán por su alejamiento de Dios y por su indigencia espiritual pe- partimos, como prenda de la ayuda divina, como apoyo en vuestras i
sará sobre estos hijos hoy perdidos, y la añoranza nostálgica los decisiones difíciles y llenas de responsabilidad, como lenitivo en
conducirá de nuevo al Dios que alegró su juventud 46 , y a la Iglesia, el dolor, a vosotros, obispos, pastores de vuestro pueblo fiel; a los
cuya mano materna les enseñó el camino hacia el Padre celestial. sacerdotes, a los religiosos, a los apóstoles seglares de la Acción
Acelerar esta hora es el objeto de nuestras incesantes plegarías. Católica y a todos vuestros diocesanos, y en un lugar señalado a los
[51]. Como en otras épocas de la Iglesia, también ésta será enfermos y prisioneros, con amor paternal la bendición apostólica.
precursora de nuevos progresos y de purificación interior, cuando Dado en el Vaticano, en la dominica de Pasión, 14 de marzo
la fortaleza en la profesión de la fe y la prontitud en afrontar los de 1937-
sacrificios por parte de los fieles de Cristo sean lo bastante grandes 47 Ps. 7,10.
para contraponer a la fuerza material de los opresores de la Iglesia 48 Col. I,».
la adhesión incondicional a la fe, la inquebrantable esperanza an-
clada en lo eterno, la fuerza arrolladora de una caridad activa. El
sagrado tiempo de la Cuaresma y de Pascua, que invita al recogi-
miento y a la penitencia y hace al cristiano volver los ojos más que
nunca a la cruz, así como también al esplendor del Resucitado,
sea para todos y para cada uno de vosotros una ocasión, que acoge-
réis con gozo y aprovecharéis con ardor, para llenar toda el alma
con el espíritu heroico, paciente y victorioso que irradia de la cruz
de Cristo. Entonces los enemigos de Cristo—estamos seguros de
ello—, que en vano sueñan con la desaparición de la Iglesia, recono-
cerán que se han alegrado demasiado pronto y que han querido
sepultarla demasiado aprisa. Entonces vendrá el día en que, en vez
de prematuros himnos de triunfo de los enemigos de Cristo, se
elevará al cielo de los corazones y de los labios de los fieles el Te
Deum de la liberación, un Te Deum de acción de gracias al Altísimo,
un Te Deum de júbilo, porque el pueblo alemán, hasta en sus mis-
mos miembros descarriados, habrá encontrado el camino de la vuel-

«« Ps. 42 (43),4.
bivrMí uiiniíMi'Touis 6«7

DIVINI REDEMPTORIS SUMARIO


Un peligro amenaza a la civilización cristiana: el comunismo bol-
El comunismo ateo chevique y ateo.
Posición de la Iglesia frente al comunismo. Pío IX, León XIII y el
Papa reinante han condenado este sistema. Pero es necesario publi-
car un nuevo documento, porque el peligro ha aumentado. Esta
carta expone y condena los principios y los métodos de acción del
comunismo bolchevique.
Doctrina y frutos del comunismo. El comunismo encierra un falso ideal
de aparente redención. El fundamento de la doctrina comunista es el
materialismo dialéctico e histórico de Marx: sólo existe la materia;
la sociedad es una de las fases evolutivas de la materia; la lucha de
Dos vertientes ofrece la encíclica Divini R e d e m p t o r i s : la social y clases favorece esta evolución. El hombre carece de libertad y de
la política. La primera, enlazada directamente con. la Q u a d r a g e s i m o derechos personales frente a la colectividad; la propiedad es una
a n n o y la R e r u m n o v a r u m . La segunda, en conexión inmediata con forma de la esclavitud; el matrimonio es una institución puramente
los principios de la D i u t u r n u m illud y la I m m o r t a l e D e i . Desde el civil; no existe el derecho educativo de los padres. La sociedad es
punto de vista cronológico, la aparición de esta encíclica aparece estre- un engranaje económico destinado a disfrutar exclusivamente de
los bienes de la tierra. La moral y el derecho son una simple deriva-
chamente relacionada con la condenación del nacionalsocialismo. El co- ción del sistema económico. El Estado perderá su razón de ser cuan-
munismo es intrínsecamente malo. Es, por consiguiente, ilícita e inmoral do se llegue a la sociedad sin clases. ¡Este es el Evangelio nuevo
toda colaboración con este sistema. Su vicio radical consiste en la con- del comunismo!
cepción materialista de la vida y de la historia. Se trata de una civitas, La difusión del comunismo se explica por las deslumbradoras pro-
de una civilización radicalmente contraria a la civilización cristiana. mesas que hace a los incautos y a los ignorantes, apoyándose en las
No hay posibilidad de un puente entre ambas orillas. Porque la verda- injusticias del régimen económico liberal. Pero, además, el comu-
dera civitas h u m a n a es la civitas christiana. nismo se ha difundido tan rápidamente porque el liberalismo le
La condenación lanzada por Pío XI recae sobre el sistema, sobre había preparado el camino y porque ha sabido organizar una am-
plia y astuta propaganda, que ha encontrado a su favor una autén-
sus autores y defensores sin excepción, pero no sobre los pueblos que tica , conspiración de silencio por parte de cierta prensa occidental.
soportan el yugo opresor de las minorías dirigentes del partido. En Los efectos dolorosos del comunismo se han dejado sentir sobre
este sentido, Pío XI hace una salvedad que concuerda perfectamente todo en Rusia, Méjico y España. Estos efectos son los frutos natu-
con la línea de beneficencia positiva y mirada acogedora que ha man- rales de un sistema ideológico que combate todo lo divino, y que
tenido de una manera especial el Papado contemporáneo con relación por esto mismo desemboca en el más despiadado terrorismo. En esta
a los pueblos y las Iglesias orientales. encíclica se condena el sistema comunista, sus autores y defensores,
El contenido de la Divini R e d e m p t o r i s tuvo posteriormente una pero no a los pueblos que gimen bajo el yugo del comunismo.
aplicación concreta en el decreto del Santo Oficio de i de julio de 1949 La doctrina de la Iglesia. La verdadera «civitas humana» es la «civitas
condenando a los afiliados al comunismo ' . christiana». La suprema realidad es Dios. El hombre, tiene un alma es-
piritual e inmortal, y su fin último es la posesión de Dios. La so-
ciedad está exigida por la misma naturaleza del hombre. El Estado
BIBLIOGRAFÍA es para el hombre, y no el hombre para el Estado. El individuo tiene
M. B. SCHWALM, Communisme: DTC t.3 col.574-596 (París 1908). — deberes que cumplir con el Estado, y éste a su vez tiene la obliga-
J. SCHMIDLIN, Papstgeschichte der neuesten Zeit t.4 p.49.—G. LEDIT, La nuova ción de respetar los derechos fundamentales dados por Dios al hom-
condanna del comunismo: CC (1937) II p. 19-32.—A. BRUCCULERI, Roma e bre. Con respecto al orden económico-social, la Iglesia ha expuesto
Mosca nell'Encíclica Divini Redemptoris: CC (1937) II p.114-125.—SYDNEY ya los principios que deben regularlo, es decir, los principios de la
AND BEATRICE WEBB, Soviet Communisme. A new Civilization (Londres 1944).— justicia social, de la caridad cristiana y de un sano corporativismo.
M. GIMÉNEZ FERNÁNDEZ, Doctrina de la Iglesia frente al comunismo: E 3 (1943) Es absolutamente necesario el reconocimiento de las diversas jerar-
1,133-134; 159-160.
quías sociales dentro del Estado y la aceptación de las prerrogati-
1
AAS 41 (1949) 334. Véanse la pastoral del cardenal Cerejeira O comunismo o cristianis- vas naturales de éste.
mo, de 22 de febrero de 1947 (E 7 [1947] 1,231-232; 265-266), y la pastoral colectiva del epis- Los fines de esta doctrina social y política de la Iglesia son: la gloria
copado holandés El comunismo v la salvación del mundo, de 16 de febrero de 1947 (E 7 [1947] de Dios, la paz y la felicidad temporal y eterna del hombre. Esta
1,285-286).
es la única doctrina que concilia los derechos de todos sin incurrir
en extremismos unilaterales y sin menoscabar el sano progreso de
la humanidad. La utilidad de esta doctrina está reconocida por todos
l'ÍO XI
DIV1N! KliDlSMl'TOKlS'- 66!)
los hombres prudentes, por insignes estadistas e incluso por los
mismo comunistas que no estén enteramente corrompidos. toda acción católica es una sana y profunda formación interior.
La Iglesia ha obrado siempre desacuerdo con esta doctrina: lo Organizaciones auxiliares en torno a la Acción Católica. Las orga-
demuestra la historia entera del cristianismo. La Iglesia ha sido la nizaciones profesionales tienen un papel muy importante que realizar
que ha liberado a la humanidad de la esclavitud; la que ha elevado en el campo político, cultural y laboral, a través de su intervención
la dignidad del trabajo y regenerado el orden social; la que ha ad- en la solución teórica y legal de los problemas sociales de hoy.
vertido a los Estados de sus desviaciones. Si los gobiernos hubieran Llamamiento a los obreros católicos para el trabajo de recupera-
aceptado la doctrina de la Iglesia, no existiría el comunismo. ción de las clases obreras; a todos los católicos, para cerrar sus filas
dentro de la más estrecha unidad; a todos los que creen en Dios, para
Remedios y medios. Es necesaria y urgente la aplicación de los me- alejar el azote del ateísmo comunista.
dios idóneos para evitar la catástrofe del comunismo. También el Estado cristiano tiene su misión en esta obra de rege-
En primer lugar, renovación de la vida cristiana en la esfera pri- neración social. Sus deberes específicos son ayudar a la Iglesia im-
vada y en la esfera pública. Este es el remedio fundamental. Queda pidiendo la propaganda atea; adoptar las disposiciones que exige el
mucho por hacer en este camino. Para ello hay que insistir primera- bien común, cargando sobre los grandes capitales las medidas que
mente en el desprendimiento de los bienes temporales: lección fun- estimulen la colaboración activa de éstos en el mejoramiento social;
damental de la moral cristiana para los ricos y para los pobres. Más administrar con sobriedad y prudencia la cosa pública, ya que el go-
importante aún es, en esta línea de renovación espiritual, el cumpli- bernante es responsable ante Dios y la sociedad del ejemplo que da
miento del precepto de la caridad. No se profundiza lo suficiente a los ciudadanos; finalmente, reconocer y garantizar la libertad de
en las graves obligaciones que impone este precepto. Es necesario la Iglesia, porque sin el concurso de ésta es imposible la solución de
para todos, pero especialmente para los ricos, vivir con sobriedad, los problemas sociales que pretende solventar el comunismo. Llama-
con renuncia y con abnegación. Ahora bien, es falsa toda caridad miento a los católicos extraviados.
que no respete los deberes de la justicia. La limosna no puede eludir VII. Conclusión. San José, modelo y patrono. Esperanzas y bendición
las obligaciones de justicia. Caridad y justicia tienen sus deberes apostólica.
específicos. Grave responsabilidad en esta materia de los patronos
e industriales cristianos. Porque al lado de la justicia conmutativa
hay que afirmar la existencia de la justicia social, que consiste en
exigir a los individuos todo lo que es necesario para el bien común. [i ]. L a p r o m e s a 1 d e u n R e d e n t o r divino ilumina la p r i m e r a
Problema capital englobado dentro de las exigencias de esta justicia página de la historia de la h u m a n i d a d ; p o r esto la confiada esperan-
social es el salario justo y proporcionado. za de u n futuro mejor suavizó el dolor del paraíso p e r d i d o y a c o m -
El segundo remedio es el estudio y difusión de la doctrina social p a ñ ó al género h u m a n o en su atribulado camino hasta q u e , en la
católica. No se conocen ni meditan suficientemente las enseñanzas plenitud d e los tiempos, el Salvador del m u n d o , apareciendo e n la
pontificias. Por esto se observan ciertas dolorosas inconsecuencias tierra, colmó la expectación e i n a u g u r ó u n a nueva civilización u n i -
en algunos católicos. En esta labor difusora tiene una gran misión
versal, la civilización cristiana, i n m e n s a m e n t e superior a la q u e - e l
que realizar la prensa católica.
h o m b r e había hasta entonces alcanzado trabajosamente e n algunas
El comunismo ha cambiado de táctica. Hay que saber precaverse
contra sus nuevas formas de ataque envolvente. Las tácticas concre- naciones privilegiadas.
tas son muy diversas, pero el peligro es siempre el mismo. El comu- [ 2 ] . P e r o la lucha e n t r e el bien y el m a l q u e d ó en el m u n d o
nismo es intrínsecamente malo y es ilícita toda colaboración con él. como triste herencia* del pecado original, y el antiguo t e n t a d o r n o
Por último, oración y penitencia. El demonio del comunismo sólo
puede ser arrojado con oración y ayuno. Poner como intercesora
en esta lucha a la Santísima Virgen. D e communismo atheo
Ministros y auxiliares de esta obra social de la Iglesia. Divini Redemptoris promissio humani generis primordia illuminat;
El clero. Los sacerdotes, que son los primeros ministros de esta atque adeo praefidens meliorum temporum spes, quemadmodum dolorem
obra, deben ir al obrero y a todos los necesitados. Se ha hecho mucho mulsit ob amissum «paradisum voluptatis», ita per afflictum trepidumque
ya en este aspecto, pero es demasiado poco. El primer cuidado del iter nomines prosecuta est, usque dum, «ubi venit plenitudo temporis»,
sacerdote debe ser el gobierno pastoral de las almas, pero después Servator noster adveniens, diuturni desiderii exspectationem explevit;
debe reservar y consagrar sus mejores energías a las clases trabaja- ac novam universis gentibus cultioremque aetatem auspicatus est, quae a
doras. Los frutos apostólicos de esta consagración rebasarán todo christiano nomine dicitur, quaeque illam in immensum propemodum evin-
cálculo. El medio más eficaz del sacerdote entre las clases humildes cit ac superat, quam nonnullae praestantiores nationes magna opera mao;-.
es el ejemplo de su vida santa, humilde, pobre y desinteresada. noque labore attigerant.
Donde hay un sacerdote pobre, hay maravillas de apostolado. Donde Post miserum Adae casum, asperum virtutis certamen adversus vitio-
hay un sacerdote egoísta, hay un estorbo para la gracia. rum incitamenta ex hereditaria eiusmodi labe corjsecutum est; ac numquam
La Acción Católica. Es una ayuda providencial para las necesida-
1
des de la hora presente. Su fin es la difusión del reino de Cristo en P í o XI, carta encíclica a los patriarcas, primados, arzobispos, obispos y otros ordina-
rios en paz y comunión con la Sede Apostólica, sobre el comunismo a t e o : AAS 29 (1937)
los individuos y en las sociedades. Pero el requisito indispensable de 65-106. L a división numérica y los títulos interiores están tomados d e la versión italiana
oficial publicada en A A S 20 (1937) 107-138.
670 1MO XI
gPIVl.NI KKUliMl'TORIS 671
lia cesado j a m á s de engañar a la h u m a n i d a d con falaces promesas.
Por esto, en el curso de los siglos, las perturbaciones se h a n ido su- nuestro venerado predecesor Pío IX, de santa memoria, p r o n u n c i ó
cediendo unas tras otras hasta llegar a la revolución de nuestros u n a solemne condenación contra ellos, confirmada después e n el
días, la cual p o r t o d o el m u n d o es ya o u n a realidad cruel o u n a seria Syllabus. D i c e t e x t u a l m e n t e en la encíclica Qui pluribus: «[A esto
amenaza, q u e supera en a m p l i t u d y violencia a todas las persecucio- t i e n d e ] la doctrina, totalmente contraria al d e r e c h o natural, del
nes q u e a n t e r i o r m e n t e ha padecido la Iglesia. Pueblos enteros están llamado c o m u n i s m o ; doctrina q u e , si se admitiera, llevaría a la ra-
en peligro de caer de n u e v o en una barbarie peor q u e aquella en dical subversión d e los derechos, bienes y propiedades d e todos y
q u e yacía la mayor parte del m u n d o al aparecer el R e d e n t o r . a u n de la m i s m a sociedad h u m a n a » 2 . M á s tarde, otro predecesor
[3]. Este peligro t a n amenazador, como habréis c o m p r e n d i - n u e s t r o de inmortal memoria, L e ó n X I I I , en la encíclica Quod
do, venerables h e r m a n o s , es el comunismo bolchevique y ateo, q u e Apostolici muneris, definió el c o m u n i s m o como «mortal enfermedad
p r e t e n d e d e r r u m b a r radicalmente el o r d e n social y socavar los fun- q u e se infiltra p o r las articulaciones m á s íntimas d e la sociedad
h u m a n a , poniéndola en peligro de muerte» 3 ; y con clara visión in-
d a m e n t o s m i s m o s de la civilización cristiana.
dicaba q u e los m o v i m i e n t o s ateos entre las masas populares, e n
p l e n a época del tecnicismo, t e n í a n su origen en aquella filosofía q u e
[I. POSICIÓN DE LA IGLESIA FRENTE AL C O M U N I S M O ] desde hacía ya varios siglos trataba de separar la ciencia y la vida
de la fe y de la Iglesia.
[Condenaciones anteriores]
[4]. F r e n t e a esta amenaza, la Iglesia católica n o podía callar,
y n o calló. N o calló esta Sede Apostólica, q u e sabe q u e es misión [Documentos del presente pontificado]
propia suya la defensa de la verdad, de la justicia y de todos aquellos [5]. T a m b i é n N o s , d u r a n t e n u e s t r o pontificado, h e m o s d e -
bienes eternos q u e el c o m u n i s m o rechaza y combate. D e s d e q u e nunciado frecuentemente y con a p r e m i a n t e insistencia el crecimien-
algunos grupos de intelectuales p r e t e n d i e r o n liberar la civilización t o a m e n a z a d o r de las corrientes ateas. C u a n d o en 1924 nuestra misión
h u m a n a d e t o d o vínculo m o r a l y religioso, nuestros predecesores d e socorro volvió de la U n i ó n Soviética, N o s condenamos el c o m u -
llamaron abierta y explícitamente la atención del m u n d o sobre las nismo en u n a alocución especial dirigida al m u n d o e n t e r o 4 . E n
consecuencias de esta descristianización de la sociedad h u m a n a . nuestras encíclicas Miserentissimus Redemptor 5 , Quadragesimo anno 6 ,
Y p o r lo q u e toca a los errores del c o m u n i s m o , ya en el año 1846

destitit antíquus ille insidiator vaferrimus pollicitationum fallaciís mor- MDCCCXLVI Decessor Noster f. r. Pius IX eos sollemniter reprobavit,
tales decipere. Quapropter per aetatis decursum alia aliam excepit reprobationemque suam subinde per Syllabum confirmavit. Hisce videlicet
perturbatio, doñee ad praesentem rerum conversionem ventum est, verbis utitur in Encyclicis Litteris Qui pluribus: «... Huc [spectat] infanda
quae, fere ubique terrarum, vel iam saevit, vel formidolose minitatur; ac vel ipsi naturali iuri máxime adversa de Communismo, uti vocant, doctri-
quaeque insectationes omnes, quas Ecclesia perpessa est, vi magnitudine- na, qua semel admissa, omnium iura, res, proprietates, ac vel ipsa humana
que excederé videtur. Ita quidem ut populi in id discriminis agantur, ut societas fúnditus everterentur». Ac posteriore tempore alius Decessor Nos-
ín barbariem recidant, deteriorem utique quam eam, in qua longe máxima ter im. rec. Leo XIII hos eosdem errores per Encyclicas Litteras Quod Apo-
pars gentium ante Divini Redemptoris adventum versarentur. stolici muneris ita definite significanterque descripsit: «... lethiferampestem,
Vos procul dubio, Venerabiles Fratres, iam perceptum habetis de quo quae per artus íntimos humanae societatis serpit, eamque in extremum dis-
minaci periculo loquamur; de communismo scilicet bolscevico, quem vocant, crimen adducit»; itemque sagacis suae mentís acie demonstravit concitatam
eodemque atheo, cuius peculiare propositum eo contendit, ut societatis multitudinum ad atheismi placita contentionem, dum technica disciplina-
ordinationem radicitus commisceat, ipsaque christianae urbanitatis funda- rum ratio tantopere efferretur, e philosophicis illis commentis originem du-
menta subvertat. xisse, quae iam diu scientiam a fide vitaeque actionem ab Ecclesia segregare
eniterentur.
I
Nos itidem non semel per Pontificatus Nostri decursum, increscentes
At, contra haec minacia tentamina posita, ñeque silere poterat, ñeque huius impietatis fluctus, minaciterque aestuantes instanti sollicitudine de-
siluit catholica Ecclesia. Non siluit haec Apostólica Sedes, quae probé novit nuntiavimus. Siquidem, cum anno MDCCCCXXIV e Russiarum regionibus
suum esse peculiare munus veritatem, iustitiam omniaque immortalia bona ii rediere, quos Nos ad suppetias ferendas miseramus, peculiari ad univer-
tueri, quae communistarum secta spernit atque impugnat. Iam inde a tempo- sum catholicum orbem allocutione habita, communistarum errores rationes-
ribus, cum eruditorum hominum ordines sibi sumpsere civilem cultum
2
humanitatemque exsolvere religionis moralisque disciplinae vinculis, De- Pío IX, encíclica Qui pluribus, q de noviembre de 1846: A P I 13. Cf. Syllabus c.4:
ASS 3 (1865) 170.
cessores Nostri sui officii partes esse duxerunt conceptis verbis commonere 3
L E Ó N XIII, encíclica Quod Apostolici muneris, 28 de diciembre de 1878: ASS 9 Í1878)
omnes, quo haec contenderet .humanae consortionis a christianis praecep- 369-376.
4
tis abalienatio. Et ad communistarum errores quod attinet, iam anno 5
P í o XI, aloe. Nostis qua, 18 de diciembre de 1924: AAS 16 (rq24) 494-495.
8 d e mayo d e 1928: A A S 20 (1928) 165-178.
6
J Í de mayo de 1 9 3 ) : AAS 23 (7931) 177-228,
«72 PÍO x i m
DIVINI UliDUMl'TOKIS Ü73
Caritate Christi , Acerba animi , Dilectissima Nobis 9 , N o s h e m o s
7 8
nuevo nuestra voz con u n d o c u m e n t o a ú n m á s solemne, c o m o es
levantado u n a s o l e m n e protesta contra las persecuciones desenca-
c o s t u m b r e d e esta Sede Apostólica, maestra d e verdad, y como lo
denadas en Rusia, Méjico y E s p a ñ a ; y n o se ha extinguido todavía
exige el hecho de q u e t o d o el m u n d o católico desea ya u n d o c u m e n t o
el eco universal d e las alocuciones q u e N o s p r o n u n c i a m o s el año
d e esta clase. Confiamos q u e el eco de n u e s t r a voz será b i e n recibido
pasado con motivo d e la inauguración d e la Exposición M u n d i a l
p o r todos aquellos q u e , libres d e prejuicios, desean sinceramente
de la Prensa católica lo, de la audiencia a los prófugos españoles n
el bien d e la h u m a n i d a d . Confianza q u e se ve robustecida por el
y del radiomensaje navideño J 2 . L o s m i s m o s enemigos m á s encar-
hecho de q u e n u e s t r o s avisos están hoy día confirmados p o r los
nizados de la Iglesia, q u e desde M o s c ú dirigen esta lucha contra la
frutos amargos cuya aparición h a b í a m o s previsto y anunciado, y
civilización cristiana, atestiguan con sus i n i n t e r r u m p i d o s ataques d e
q u e de h e c h o van multiplicándose espantosamente en los países
palabra y de o b r a q u e el Papado, t a m b i é n en nuestros días, ha con-
d o m i n a d o s ya por el mal y amenazan caer sobre los restantes países
t i n u a d o t u t e l a n d o fielmente el santuario d e la religión cristiana y
del m u n d o .
ha llamado la atención sobre el peligro comunista con m á s frecuen-
[ 7 ] . Q u e r e m o s , por tanto, exponer de n u e v o en breve síntesis .
cia y d e u n m o d o m á s persuasivo q u e cualquier otra autoridad
los principios y los m é t o d o s de acción del c o m u n i s m o ateo tal c o m o
pública terrena.
aparecen p r i n c i p a l m e n t e en el bolchevismo, contraponiendo a estos
falaces principios y m é t o d o s la luminosa doctrina d e la Iglesia y
[Necesidad de otro documento solemne] e x h o r t a n d o de n u e v o a t o d o s al u s o d e los medios con los q u e la
civilización cristiana, única civitas v e r d a d e r a m e n t e humana, p u e d e
[ 6 ] . Pero, a pesar de estas repetidas advertencias paternales, librarse de este satánico azote y desarrollarse mejor para el v e r d a d e r o
q u e vosotros, venerables h e r m a n o s , con gran satisfacción nuestra, bienestar de la sociedad h u m a n a .
habéis t r a n s m i t i d o y c o m e n t a d o con tanta fidelidad a los fieles p o r
m e d i o d e frecuentes y recientes pastorales, algunas d e ellas colecti- [II. D O C T R I N A Y FRUTOS D E L C O M U N I S M O ]
vas, el peligro está agravándose cada día m á s p o r la acción d e hábiles
agitadores. P o r este motivo, nos creemos en el deber de elevar de [Doctrina]

que ímprbbavimus. Ac per Encyclicas Litteras_ Misexentissimus Redemptor, [Falso ideal]


Quadragesimo amo, Caritate Christi, Acerba animi, Dilectissima Nobis, [ 8 ] . El c o m u n i s m o de hoy, de u n m o d o m á s acentuado q u e
christiani nominis insectationes, cum in Russia,' tum in Foederatis Mexici otros m o v i m i e n t o s similares del pasado, encierra en sí m i s m o u n a
Civitatibus, tum [denique in Hispania saevientes, sollemniter expostulando
conquesti sumus. Atque ea adhuc recenti memoria vigent, quae superiore iterum efferre vocem; idque facimus per hoc maioris gravitatis documen-
anno verba fecimus, sive cum catholicarum. scriptionum ex universo terra- tum, quemadmodum huic Apostolicae Sedi, veritatis magistra'e, moris est;
rum orbe Expositionem auspicati sumus, sive cum ex Hispania prófugos eoque libentius, quod id in omnium votis per catholicum terrarum orbem
coram admisimus, sive etiam cum, Nataliciis adventantibus Sollemnibus, esse novimus. Futurum vero confidimus ut huius vocis Nostrae sonum ii
radiophonicum dedimus nuntium. Vel acerrimi ipsi Ecclesiae osores, qui omnes volentes excipiant, qui, mente a praeiudicatis opinionibus libera,
Mosquá, ex eorum urbe capite, huic adversus christianum humanitatis cul- sincero animo humanae communitatis bonum expectant. Quam quidem
tum certamini praesunt, haud intermissis eorum conatibus, non tam verbis fiduciam illud quodammodo auget, quod haec mónita Nostra iis deterrimis
quam reapse testantur, Summum Pontificatum, nostris quoque temporibus, fructibus confirmata videmus, quos Nos a subversorum opinationibus ori-
non modo christianae religionis sacra tutari integra fide non destitisse, sed turos denuntiando prospeximus, quique vel reapse in regionibus, ubi üdem
crebrius etiam maioreque suadendi vi, quam terrenam quamlibet publicam dominantur, formidolose increbrescunt, vel ceteris gentibus minaciter im-
aliam auctoritatem, ingens communistarum periculum monendo denun- pendent. .
tiasse.
Volumus igitur denuo communistarum inventa atque praecepta, ut prae-
sertim per bolscevistarum instituía rationesque proponuntur, summatim
Nihilo secius, quamquam Nos geminata eiusmodi paternaque hor-~ breviterque attingere atque explanare; iisdemque inventis praeceptisque,
tamenta edidimus, quae vos, Venerabiles Fratres, per tot pastorales litteras, quae fallaciam redolent, perspicuam Ecclesiae doctrinam opponere; atque
vel communiter datas, diligenter explanando, cum christifidelibus commu- iterum instanter adhortari omnes ad illa suscipienda praesidia, quibus fas
nicastis, hoc tamen discrimen, seditiosorum hominum calliditate conflatum, sit christiani nominis culturam, in qua una Civitas veré humana consistere
cotidie magis magisque ingravescit. Quamobrem offício duximus Nostram potest, a teterrimo eiusmodi flagitio non modo liberam servare ac sospitem,
7
3 de mayo de 1932: AAS 24 (1932) 177-194. sed eam etiam ad germanum assequendum civilis profectum, citatiore coti-
8
9
29 de septiembre de 1932: AAS 24 (1932) 321-332. die gradu provehere.
10
3 de junio de 1933: AAS 25 (1937) 261-274.
11
12 de rnayo de 1936: AAS 29 (1937) 139-144. II
Discurso a los españoles prófugos con motivo de la guerra civil, 14 de septiembre
de 1936, sobre las lecciones de la guerra española: AAS 28 (1936) 374-381. Quae nostris hisce diebus communistarum doctrina praedicatur, potiore
" AAS 29(1937) 5-9- . .
quodam modo, quam id genus placita superioribus temporibus invecta,
Docir. pontif. 2 22
DIVINI RBDBMPTORIS «78
674 PÍO x i
ineluctable necesidad tiende, e n u n p e r p e t u o conflicto d e fuerzas,
idea d e aparente redención. U n s e u d o ideal d e justicia, d e igualdad
hacia la síntesis final: u n a sociedad sin clases. E n esta doctrina,
y d e fraternidad en el trabajo satura toda su doctrina y t o d a su acti-
como es evidente, n o q u e d a lugar a l g u n o p a r a la idea d e D i o s , n o
vidad con u n cierto misticismo falso, q u e a las masas, halagadas p o r
existe diferencia e n t r e el espíritu y la materia ni e n t r e el c u e r p o y
falaces promesas, c o m u n i c a u n í m p e t u y u n entusiasmo contagiosos,
el a l m a ; n o existe u n a vida del alma posterior a la m u e r t e , n i h a y ,
especialmente en u n t i e m p o c o m o el nuestro, e n el q u e p o r la defec-
p o r consiguiente, esperanza alguna en u n a vida futura. Insistiendo
tuosa distribución d e los bienes d e este m u n d o se ha p r o d u c i d o
e n el aspecto dialéctico d e s u materialismo, los comunistas afirman
u n a miseria general hasta ahora desconocida. M á s aún, se hace alar-
q u e el conflicto q u e impulsa al m u n d o hacia su síntesis final p u e -
de d e este s e u d o ideal, c o m o si hubiera sido el iniciador d e u n p r o -
d e ser acelerado p o r el h o m b r e . P o r esto p r o c u r a n exacerbar las
greso económico, progreso q u e , si en algunas regiones es real, se
diferencias existentes entre las diversas clases sociales y se esfuer-
explica p o r otras causas m u y distintas, como son la intensificación
zan p a r a q u e la l u c h a d e clases, con sus odios y destrucciones, a d -
d e la p r o d u c t i v i d a d industrial en países q u e hasta a h o r a carecían
quiera el aspecto d e u n a cruzada p a r a el progreso d e la h u m a n i d a d .
de ella; el cultivo d e ingentes riquezas naturales, sin consideración
P o r consiguiente, todas las fuerzas q u e resistan a esas conscientes
alguna a los valores h u m a n o s , y el u s o d e m é t o d o s i n h u m a n o s para
violencias sistemáticas d e b e n ser, sin distinción alguna, aniquiladas
realizar grandes trabajos con u n salario indigno del h o m b r e .
como enemigas del género h u m a n o .
[Materialismo evolucionista de Marx]
[A qué quedan reducidos el hombre y la familia]
[ 9 ] . L a doctrina q u e el c o m u n i s m o oculta bajo apariencias a
[ 1 0 ] . El c o m u n i s m o , además, despoja al h o m b r e d e su liber-
veces t a n seductoras se funda hoy substancialmente sobre los p r i n -
tad, principio n o r m a t i v o d e s u c o n d u c t a moral, y s u p r i m e e n la
cipios, ya p r o c l a m a d o s a n t e r i o r m e n t e p o r M a r x , del materialismo
persona h u m a n a t o d a dignidad y t o d o freno m o r a l eficaz contra el
dialéctico y del materialismo histórico, cuya única genuina i n t e r p r e -
asalto d e los estímulos ciegos. A l ser la persona h u m a n a , en el co-
tación p r e t e n d e n poseer los teóricos del bolchevismo 1 3 . Esta d o c -
m u n i s m o , u n a simple ruedecilla del engranaje total, niegan al in-
trina enseña q u e sólo existe u n a realidad, la materia, con sus fuer-
dividuo, para atribuirlos a la colectividad, todos los derechos n a t u -
zas ciegas, la cual p o r evolución llega a ser planta, animal, h o m b r e .
rales propios d e la personalidad h u m a n a . E n las relaciones sociales d e
L a sociedad h u m a n a , p o r su parte, n o es m á s q u e u n a apariencia y
los h o m b r e s afirman el principio d e la absoluta igualdad, rechazan-
u n a forma d e la materia, q u e evoluciona del m o d o d i c h o y q u e p o r
d o t o d a a u t o r i d a d j e r á r q u i c a establecida p o r Dios, incluso la d e
fucata te'nuiorum redemptionis specie profertur. Ac falsa quaedam forma los p a d r e s ; p o r q u e , s e g ú n ellos, t o d o M o q u e los h o m b r e s llaman
iustitiae, aequabilitatis ac fraternae omnium in operando necessitudinis
eorum praescripta eorumque molimina simulato mystico sensu ita perva- cessitate perpetuoque virium conflictu ad supremum exitum contendat:
dit, ut illectas pollicitationum fallada multitudines, quasi acérrima conta- ad societatem nempe civium ordinibus vacuam. Patet igitur ex istiusmodi
gione incitatas, vehementer inflammet; quod profecto facilius hac nostra commentis ipsam aeterni Numinis notionem aboleri; patet ínter spiritum
aetate contingit, quandoquidem non aequam bonorum assignationem in- rerumque concretionem, interque animum et Corpus interesse nihil; ñeque
sueta non paucorum consequitur indigentia. Iactant, quin immo, atque animam esse post mortalem obitum superstitem, ñeque ullam esse alterius
efferunt falsam eiusmodi formam, quasi ex ea orta fuerit in oeconomicis vitae exspectationem. Ac praeterea communistae dialecticam, quam affin-
rebus progressio: qua quidem sicubi revera fruí licet, id procul dubio alus gunt, materialismi viam insistentes, conflictum, de quo diximus, quique
de causis evenit; ut ex impensiore efficiendarum rerum industria in eas rerum naturam ad supremum exitum adducet, ab hominibus maturari
regiones inducía, quae eiusdem expertes fuerint; ut ex ingentibus, quas posse opinantur. Quapropter id enituntur, ut discrimina, quae ínter varias
natura gignit, opibus, nullo ad humanitatem respectu habito, quaestuosissi- Civitatis classes intercedunt, acriores reddant; utque ordinum Ínter se con-
me excultis; ut ex eo denique, quod operarii parva mercede ad gravissimos flictio, invidiarum proh dolor ruínarumque plena, progredientis aetatis
exantlandos labores dure crudeliterque adigantur. sacra veluti contentio videatur: atque adeo repagula omnia, quaecumque
vehementibus illis ex proposito susceptis conatibus obsistant, utpote hu-
Iamvero, quae communistae hodie impertiunt praecepta, captiosá in- mano generi infensa, penitus perfringantur,
terdum allicientique specie proposita, iis reapse innituntur principiis quae
de materialismo, ut aiunt, dialéctico atque histórico C. Marxius prodidit; Huc accedit, quod hominem libértate sua spoliant, in qua spíritualis
cuius quidem disciplinae ii, qui de bolscevismo philosophantur, nativam ducendae vitae norma consistit; itemque humanam personam dignitate
gloriantur se habere unos interpretationem. Haec praescripta docent unam sua exuunt omnique in ordine morum moderatione, qua gliscentibus ex
tantummodo esse universamque rem; materiam nempe caecis occultisque oceulto vitiorum motibus repugnan possit. Quae quidem humana persona,
viribus conflatam, quae naturae suae decursu fiat arbor, animal, homo. cum ex eorum placitis nihil aliud sit, quam quaedam, ut ita dicamus, rotula
Humanam etiam societatem nihil aliud esse, nisi materiae speciem vel for- universae insertara machinationi, ideirco naturalia, quae inde oriuntur,
mam, quae memorato modo evolvatur, quaeque ineluctabili quadam ne- iura singulis hominibus denegantur, communitatique attribuuntur. Ad
necessitudines vero Ínter cives quod attinet, cum absolutam profiteantur
13
Véase la aloe, consist. de 13 de marzo de 1033, en la que el Papa habla insistido ya aequalitatem, omnem, quae a Deo proficiscatur, vel parentum. auctorita-
•obre el materialismo histórico marxista: AAS 25 (1933) 109.
PÍO XI DIVINI REDEMriOKis 677
676
•autoridad y subordinación deriva exclusivamente d e la colectividad otra jerarquía unitiva q u e la derivada del sistema económico. T e n -
como d e su p r i m e r a y única fuente. L o s individuos n o tienen d e - dría como única misión la p r o d u c c i ó n d e bienes p o r m e d i o del tra-
recho alguno d e p r o p i e d a d sobre los bienes naturales y sobre los bajo colectivo, y c o m o fin el disfrute d e los bienes d e la tierra en u n
medios d e producción, p o r q u e , siendo éstos fuente d e otros bienes, paraíso e n el q u e cada cual «contribuiría según s u s fuerzas y reci-
su posesión conduciría al p r e d o m i n i o d e u n h o m b r e sobre otro. biría según s u s necesidades».
Por esto precisamente, p o r ser la fuente principal d e t o d a esclavi- [12]. H a y q u e advertir, además, q u e el c o m u n i s m o reconoce a
t u d económica, d e b e ser destruida radicalmente, según los c o m u - la colectividad el d e r e c h o o m á s b i e n u n ilimitado p o d e r arbitrario
nistas, t o d a especie d e p r o p i e d a d privada. para obligar a los individuos al trabajo colectivo, sin a t e n d e r a s u
[i i ] . A l negar a la vida h u m a n a t o d o carácter sagrado y espi- bienestar particular, a u n contra s u voluntad e incluso con la violen-
ritual, esta doctrina convierte n a t u r a l m e n t e el m a t r i m o n i o y la fa- cia. E n esta sociedad comunista, t a n t o la m o r a l como el o r d e n j u r í -
milia e n u n a institución m e r a m e n t e civil y convencional, nacida d e dico serían u n a simple emanación exclusiva del sistema económico
u n d e t e r m i n a d o sistema económico; niega la existencia d e u n víncu- c o n t e m p o r á n e o , es decir, d e origen terreno, m u d a b l e y caduco. E n
lo matrimonial d e naturaleza jurídico-moral q u e esté p o r encima de u n a palabra, se p r e t e n d e introducir u n a nueva época y u n a nueva
la v o l u n t a d d e los individuos y d e la colectividad, y, consiguiente- civilización, fruto exclusivo d e u n a evolución ciega: «una h u m a n i -
d a d sin Dios».
m e n t e , niega t a m b i é n su p e r p e t u a indisolubilidad. E n particular,
para el c o m u n i s m o n o existe vínculo alguno q u e ligue a la mujer [ 1 3 ] . C u a n d o todos h a y a n a d q u i r i d o , finalmente, las cualida-
con s u familia y con su casa. A l proclamar el principio d e la total des personales requeridas para llevar a cabo esta clase d e h u m a n i -
emancipación d e la mujer, la separa d e la vida doméstica y del cui- d a d e n aquella situación utópica d e u n a sociedad s i n diferencia
d a d o d e los hijos para arrastrarla a la vida pública y a la p r o d u c - alguna d e clases, el E s t a d o político, q u e ahora se concibe exclusi-
ción colectiva e n las m i s m a s condiciones q u e el h o m b r e , p o n i e n d o v a m e n t e c o m o i n s t r u m e n t o d e d o m i n a c i ó n capitalista sobre el p r o -
en m a n o s d e la colectividad el cuidado del hogar y d e la prole. N i e - letariado, p e r d e r á necesariamente s u razón d e ser y se «disolverá»;
gan, finalmente, a los padres el d e r e c h o a la educación d e los hijos, sin e m b a r g o , m i e n t r a s n o s e logre esta b i e n a v e n t u r a d a situación, el
p o r q u e este derecho es considerado como u n derecho exclusivo de Estado y el p o d e r estatal s o n p a r a el c o m u n i s m o el m e d i o m á s eficaz
la c o m u n i d a d , y sólo e n s u n o m b r e y p o r m a n d a t o suyo lo p u e d e n y m á s universal para conseguir su fin.
ejercer los padres.
mandato exerceri possit. Quorsum igitur hominum consortio evaderet,
[Lo que sería la sociedad] talibus, ex materialismo sumptis, fundamentís innixa? Consociatio profecto
exsisteret, milla alia auctoritate coalescens, nisi ea quae ex oeconomicis
¿Qué sería, p u e s , la sociedad h u m a n a basada sobre estos fun- rationibus derivaretur. Atque hoc unum eidem munus esset, communi
d a m e n t o s materialistas? Sería, es cierto, u n a colectividad, pero sin nempe opera res gignere; unumque esset propositum, terrae nimirum frui
bonis in amoenissima voluptatis sede, in qua quisque «pro suis viribus
tem ac hierarchiam renuunt; quoniam, ut asseverant, quidquid potestatis laborem impertiret suum, pro suisque necessitatibus opes reciperet».
obtemperationisque intercedit, id, veluti e primo unoque fonte, ab socie-
v Animadvertendum quoque est, communistas societati ius etiam tribuere,
tate dimanat. Ñeque singulis hominibus ullum ius datur possidendi vel
vel potius arbitrium paene infinitum, communi labori singulos cives addi-
bona vel rerum efficiendarum opes; quandoquidem, cum eadem alia bona
cendi, nullo habito respectu ad proprium cuiusque bonum; quin immo,
gignant, eorum possessio aliorum in alio¡> dominium necessario inducit.
vi adhibita, vel invitos cogendi. Atque in hac eorum societate cum morum
Qua profecto de causa affirmant privatum quodlibet ius mancipii, quippe
disciplinam, tum iuris temperationem nullo ex alio profitentur scatere fonte,
praecipuum oeconomicae servitutis caput, esse omnino delendum.
quam ex oeconomicis temporum rationibus; ideoque eas suapte natura
Haec praeterea doctrina, cum sacra omnia humanae vitae munia de- terrenas esse, fluxas mutabilesque. Ad summam, ut rem breviter perstrin-
trectet atque repudiet, consequens est ut matrimonium ac domesticum gamus, novum rerum ordinem inducerc contendunt, ac novam cultioremque
convictum ita habeat, ut civile solummodo ac ficticium institutum, quod e aetatem, quae quidem ex occulto solummodo naturae cursu profluant:
certis oriatur oeconomicis rationibus; quapropter quemadmodum illa ma- «hominum nempe consortionem, quae e terris exegerit Deum».
ritalia connubia recusat, iuridicis moralibusque nexibus composita, quae Cum vero animorum dotes atque habitus, quae ad id genus communi-
vel e singulorum, vel e communitatis nutu non pendeant, ita indissolubi- tatem efficiendam requiruntur, ita omnes assecuti fuerint, ut commenti-
lem eorum perpetuitatem explodit. A c peculiari modo, ex communistarum cia illa societatis forma tándem aliquando emerserit, civium ordinibus
sententia, mulier cum familia domoque sua nullo vinculo coniungitur. vacua, quam cogitatione effingunt, tum política Civitas, quae in praesens
lidem enim, cum feminam a viri tutela prorsus liberam praedicent, eam et ea tantum ratione conflatur, ut locupletes in proletariam plebem dominen-
a domestica vita et a liberorum cura ita abstrahunt, ut in publicae agitatio- tur, rerum necessitate excidet atque «evanescet»; attamen, usque dum haec
nem vitae communisque industriae, aeque ac virum, eam trudant; atque beatae vitae condicio non habeatur, publica gubernatione ac potestate
adeo eius focum ac prolem civili societati curanda committant. Ac paren- communistae utuntur, ut potiore in omnes partes instrumento, quo propo-
tibus denique patria educandae subolis potestas eripitur, utpote quae unice situm sibi finem conlingant.
sit communitati propria, quaeque idcirco huius tantummodo nomine ac
678 PÍO XI DIVINI REDEMPTORIS 679

[ 1 4 ] . ¡ H e a q u í , venerables h e r m a n o s , el p r e t e n d i d o evangelio consigue atraer a la zona de influencia del c o m u n i s m o a u n a a q u e -


n u e v o q u e el c o m u n i s m o bolchevique y ateo anuncia a la h u m a n i - llos grupos sociales q u e p o r principio rechazan t o d o materialismo y
d a d como mensaje de salud y redención! U n sistema lleno d e erro- todo terrorismo. Y c o m o t o d o error contiene s i e m p r e u n a p a r t e d e
res y sofismas, contrario a la r a z ó n y a la revelación divina; u n sis- verdad, esta p a r t e d e verdad q u e h e m o s indicado, expuesta artera-
t e m a subversivo del o r d e n social, p o r q u e destruye las bases funda- m e n t e en condiciones d e t i e m p o y lugar aptas p a r a disimular, c u a n -
mentales de é s t e ; u n sistema desconocedor del verdadero origen, d e d o conviene, la crudeza r e p u g n a n t e e i n h u m a n a de los principios
la verdadera naturaleza y del verdadero fin del E s t a d o ; u n sistema, y métodos del c o m u n i s m o bolchevique, seduce incluso a espíritus
finalmente, q u e niega los derechos, la dignidad y la libertad de la n o vulgares, q u e llegan a convertirse en apóstoles de jóvenes i n t e -
persona h u m a n a 14 .. ligentes poco p r e p a r a d o s todavía para advertir los errores i n t r í n s e -
cos del c o m u n i s m o . L o s pregoneros del c o m u n i s m o saben a p r o v e -
[Difusión ] charse t a m b i é n d e los antagonismos d e raza, de las divisiones y
oposiciones de los diversos sistemas políticos y hasta de la desorien-
[Deslumbradoras promesas]
tación en el c a m p o d e la ciencia sin Dios para infiltrarse en las u n i -
[1 Si. P e r o ¿a q u é se d e b e q u e u n sistema semejante, científi- versidades y c o r r o b o r a r con a r g u m e n t o s seudocientíficos los p r i n -
c a m e n t e superado d e s d e hace m u c h o t i e m p o y refutado p o r la rea- cipios d e s u doctrina.
lidad práctica, se difunda t a n r á p i d a m e n t e p o r todas las partes del
m u n d o ? L a explicación reside en el h e c h o d e q u e son m u y pocos [El liberalismo ha preparado el camino del comunismo]
los q u e h a n podido p e n e t r a r la verdadera naturaleza y los fines reales [ 1 6 ] . P a r a explicar mejor c ó m o el c o m u n i s m o ha conseguido
del c o m u n i s m o ; y son mayoría, en cambio, los q u e ceden fácilmen- d e las masas obreras la aceptación, sin examen, d e sus errores,
t e a u n a tentación h á b i l m e n t e presentada bajo el velo de promesas conviene recordar q u e estas masas obreras estaban ya p r e p a r a d a s
d e s l u m b r a d o r a s . C o n el pretexto de q u e r e r solamente mejorar la si- p a r a ello por el miserable a b a n d o n o religioso y moral a q u e las
tuación d e las clases trabajadoras, s u p r i m i r los abusos reales p r o d u - había r e d u c i d o e n la t e o r í a . y e n la práctica la economía liberal.
cidos p o r la economía liberal y obtener u n a m á s j u s t a distribución C o n los t u r n o s d e trabajo, incluso dominicales, n o se dejaba t i e m -
de los bienes terrenos (fines, sin duda, t o t a l m e n t e legítimos), y a p r o - p o al o b r e r o para c u m p l i r sus m á s elementales deberes religiosos
vechando principalmente la actual crisis' económica m u n d i a l , se en los días festivos; n o se t u v o preocupación alguna p a r a construir
iglesias j u n t o a las fábricas ni para facilitar la misión del sacerdote;
Habetis ante mentís oculos propositam, Venerabiles Fratres, doctrinam
illam, quam communistae bolscevici atque athei, quasi novum evangelium, possunt qui, pro ea, quam amplectuntur, sententia, a materialismi placitis
ac quasi salutarem redemptionis nuntium, humano generi praedicantl abhorrent, et a scelestis illis facinoribus, quae non raro perpetrantur. Ac
Inventum videlicet, errorum ac praestigiarum plenum, quod veritatibus quandoquidem in quolibet errore aliqua inest veritatis lux, quemadmodum
divinitus patefactis aeque ac humanae rationi adversatur, quod cum civilis supra hac etiam in re contingere vidimus, hanc veritatis speciem eo consilio
consortii fundamenta destruat, socialem ordinem subvertit; quod veram versutissime proferunt, ut, pro opportunitate, odiosam illam atque inhuma-
Civitatis originem ac naturam verumque finem non agnoscit; quod de- nam deformitatem dissimulando oceulant, quam communismi praecepta ra-
nique humanae personae iura, dignitatem, libertatem detrectat ac denegat. tionesque redolent; atque adeo, homines etiam non vulgari virtute praedi-
tos decipere possunt, qui quidem saepenumero ita inflammantur, ut et
At undenam evenit, ut eadem doctrina, quam et óptima studia iam ipsi veluti apostoli evadant, qui iuvenes praesertim, facile obnoxios falla -
diu exsuperarunt, et cotidianae res omnino refutant, tam celeriter per uni- cüs, hisce erroribus imbuant. Praeterea communismi praecones utilitatem
versum terrarum orbem propagan queat? Id intellegere fas erit, si animo quoque capere non ignorant, cum ex variarum gentium simultatibus, tum
reputaverimus nimium sane paucos, quid velint et quo reapse teñdant ex dissensionibus contentionibusque, quibus diversa rei publicae guber-
communistae, inspicere potuisse funditus; cum, contra, bene multi callidis nandae genera sibi invicem adversantur, tum etiam ex perturbatione illa,
eorum sollicitationibus, quas miris pollicitationibus confirmant facile con- quae in studiorum campum serpit, ubi vel ipsa divini Numinis notio silet,
cedant. Ii enim qui eiusmodi causam provehunt, fucata hac veritatis spe- ut in Athenaea irrepant ac doctrinae suae principia fallacis scientiae argu-
cie utuntur, se nimirum velle solummodo operariae plebis sortem ad me- mentis corroborent.
liorem fortunam reducere; itemque velle et quidquid non rectum in rem
administrandam Liberales, quos vocant, invexerint, opportune sanare, et U t vero facilius intellegatur, quibus rationibus id assequi' potuerint, u t
ad aequabiliorem bonorum partitionera devenire: quae omnia procul dubio tot opifices commenticia eorum placita, nulla inquisitione facta, amplexi
legitimis rationibus attingi posse nemo est qui non videat. Attamen iidem, sint, meminisse iuvabit opifices eosdem, ob oeconomicam Liberalium disci-
hoc agendi more, praesertim oeconornicarum rerum discriminis occasio- plinan! eorumque agendi modum, ad religionis rectorumque morum negli-
nem nacti, quod ubique urget, eos etiam ad suas ipsorum partes allicere gentiam miserrime reductos esse. Saepius enim, alternae operarum vices
id etiam praepedierunt, ut iidem diei festi religionem colerent; non cuiae
14
En la aloe, consist. d e T3 d e marzo d e 1933 señalaba Pío XI el comunismo como par- fuit sacras aedes prope officinas excitare, ñeque sacerdotis muñera faci-
tido d e los enemigos del o r d e n social: civilis ordinis hurnanaeque consortionis osores: A A S 25 liora reddere; quin immo, laicismi, ut aiunt, instituta, nedum intermitte-
'1033) 106-118.
GSÜ l'JLo -VI

DIVINI REDEMPTOEIS 681


todo lo contrario, se c o n t i n u a b a p r o m o v i e n d o positivamente el lai-
cismo. Se recogen, p o r tanto, ahora los frutos amargos d e errores car de otra m a n e r a el hecho d e q u e u n periodismo t a n ávido d e p u -
denunciados t a n t a s veces p o r nuestros predecesores y p o r N o s m i s - blicar y subrayar a u n los m á s m e n u d o s incidentes cotidianos haya
m o . P o r esto, ¿puede resultar extraño q u e en u n m u n d o t a n h o n d a - p o d i d o pasar en silencio d u r a n t e t a n t o t i e m p o los horrores q u e se
m e n t e descristianizado se desborde el oleaje del error comunista? c o m e t e n e n Rusia, en Méjico y t a m b i é n en gran p a r t e de España,
y, en c a m b i o , h a b l e relativamente t a n poco d e u n a organización
[Amplia y astuta propaganda] m u n d i a l t a n vasta c o m o es el c o m u n i s m o moscovita. E s t e silencio,
[ 1 7 ] . Existe, además, otra causa de esta tan rápida difusión c o m o t o d o s saben, se d e b e e n p a r t e a ciertas razones políticas, poco
de las ideas comunistas, infiltradas secretamente en t o d o s los paí- previsoras, q u e lo exigen—así se afirma—, y está m a n d a d o y a p o -
ses, grandes y p e q u e ñ o s , cultos e incivilizados, y en los p u n t o s m á s y a d o p o r varias fuerzas ocultas q u e desde hace m u c h o t i e m p o tra-
e x t r e m o s d e la t i e r r a ; u n a p r o p a g a n d a realmente diabólica, cual el t a n de d e s t r u i r el o r d e n social y político cristiano.
m u n d o tal vez n u n c a ha conocido; p r o p a g a n d a dirigida desde u n
solo centro y a d a p t a d a h á b i l m e n t e a las condiciones peculiares de [Efectos dolorosos]
cada p u e b l o ; p r o p a g a n d a q u e dispone d e grandes medios económi-
cos, d e n u m e r o s a s organizaciones, de congresos internacionales, de [Rusia y Méjico]
i n n u m e r a b l e s fuerzas excelentemente p r e p a r a d a s ; p r o p a g a n d a q u e
se hace a través d e la prensa, d e hojas sueltas, en el cinematógrafo [19 ]. M i e n t r a s tanto, los dolorosos efectos d e esta p r o p a g a n d a
y en el teatro, p o r la radio, en las escuelas y hasta en las universi- están a la vista de t o d o s . E n las regiones en q u e el c o m u n i s m o h a
dades, y q u e p e n e t r a poco a poco en todos los medios sociales, in- p o d i d o consolidarse y d o m i n a r — N o s p e n s a m o s ahora con singular
cluso en los m á s sanos, sin q u e éstos adviertan el veneno q u e está afecto p a t e r n o e n los pueblos d e Rusia y d e Méjico—, se h a esfor-
intoxicando a diario las m e n t e s y los corazones. zado con t o d a clase d e m e d i o s p o r destruir (lo proclama a b i e r t a m e n -
t e ) d e s d e sus cimientos la civilización y la religión cristiana y borrar
[Conspiración del silencio en la prensa] t o t a l m e n t e su r e c u e r d o e n el corazón d e los h o m b r e s , especialmente
d e la j u v e n t u d . O b i s p o s y sacerdotes h a n sido desterrados, conde-
[18]. L a tercera causa, causa poderosa, de esta rápida difusión n a d o s a trabajos forzados, fusilados y asesinados d e m o d o i n h u m a -
del c o m u n i s m o es, sin d u d a alguna, la conspiración del silencio q u e n o ; simples seglares, p o r h a b e r defendido la religión, h a n sido con-
en esta materia está realizando u n a gran p a r t e de la prensa m u n - siderados c o m o sospechosos, h a n sido vejados, perseguidos, deteni-
dial n o católica. D e c i m o s conspiración p o r q u e n o se p u e d e expli- d o s y llevados a los tribunales.
rentur, magis cotidie magisque provecta sunt. En igitur deterrimos erro-
rum fructus, quos et Decessores Nostri et Nosmet ipsi semel praenuntia- rem ex condicto silentio premuní. Ex condicto dicimus; secus enim haud
vimus. Quapropter, cur miremur, si gentes tam plurimas, ab christianis facile intellegitur, cur id genus scriptores, qui minoris etiam momenti
praeceptis abalienatas, communismi fluctus formidolose iam alluant ac paene casus tam avide captant ac proferunt, immania tamen facinora, quae in
submergant? Russiarum regionibus, quae in Foederatis Mexici Civitatibus, quae in magna
At id etiam in causa est, cur communismi fallaciae tam celeriter per- denique Hispaniae parte perpetrantur, tam diu reticuerint; ac de commu-
vulgentur, ut in regiones omnes, sive angustiores sive ampliores, sive ex- nistarum secta, quae Mosquae dominatur, quaeque latissime per terrarum
cultas sive minus ad humanitatem provectas, ac vel in remotiores terrarum orbem in consóciationes coalescit, tam pauca, pro rei gravitate, verba fa-
partes, furtim irrepant: nefandum illud nimirum propagationis studium, ciant. At omnes norunt ideirco magnam partem hoc evenire, quod politi-
quod fortasse numquam, post hominum memoriam, tam acerrimum exsti- cae rationes, quae civilem prudentiam non omnino redoleant, id postulare
tit. Quae quidem propagatio, ab uno fonte profluens, ad peculiares populo- dicantur; ac non minus variis oceultisque viribus id foveri ac suaderi,
rum condiciones callide accommodatur; profusis sumptibus, innumeris quae iam diu christianam Civitatum ordinationem evertere conentur.
consociationibus, frequentissimis ex omni natione conventibus ac confertis
aptisque copiis utitur; itemque, per ephemerides, per volitantes paginas, Interea vero luctuosi mentís oculis obversantur studiosae huius propa-
per cinematographica spectacula, per theatrorum scaenas, per radiophoni- gationis fructus. Ubicumque enim communistae invalescere suumque exer-
cum inventum, ac denique per litterarios lados studiorumque Universi- cere dominium potuere—atque heic peculiari paterna caritate Russiarum
tates quoslibet pedetemptim pervadit, vel praestabiliores civium ordines, ac Mexicanae Reipublicae populos recogitamus—, inibi, quemadmodum
qui forte virus non animadverterint, quod miserius usque mentes animos- iidem aperte praedicant, quoquo modo enisi sunt christianae religíonis
que inficit. humanitatisque fundamenta radicitus diruere, atque in hominum animis,
iuvenum praesertim, eius prorsus memoriam restinguere. Episcopi ac sacer-
Aliud validumque adiumentum, quo communismi doctrina provehitur, dotes fuere extorres facti, ad metalla damnati, igneis globulis transfossi,
ex eo procul dubio oritur, .quod magna diariorum pars, quae ubique terra- vel humano more necati; e laicorum vero ordine homines, ideirco in suspi-
rum typis eduntur, quaeque ad catholica praecepta non conformante, cionem vocati, quod sacra tuiti'essent, vexati fuere, hostiliter habiti, atque
in iudicium et in custodias deducti.
682 PÍO XI DIVINI REDEMPTORIS 68a
[Horrores del comunismo en España] n o , son los frutos naturales d e u n sistema cuya estructura carece
[ 2 0 ] . T a m b i é n en las regiones en q u e , como e n n u e s t r a q u e - d e t o d o freno interno. El h o m b r e , c o m o individuo y c o m o m i e m -
ridísima España, el azote comunista n o ha tenido t i e m p o todavía b r o de la sociedad, necesita u n freno. L o s m i s m o s pueblos b á r b a -
p a r a hacer sentir todos los efectos d e sus teorías, se ha desencade- ros t u v i e r o n . este freno en la ley natural, grabada p o r D i o s e n el
n a d o , sin e m b a r g o , c o m o para desquitarse, con u n a violencia m á s alma de cada h o m b r e . Y c u a n d o esta ley n a t u r a l fué observada p o r
furibunda. N o se ha limitado a derribar alguna q u e otra iglesia, todos con u n sagrado respeto, la historia presenció el engrandeci-
algún q u e otro convento, sino q u e , c u a n d o le ha sido posible, ha m i e n t o de antiguas naciones, e n g r a n d e c i m i e n t o t a n esplendoroso
d e s t r u i d o todas las iglesias, t o d o s los conventos e incluso t o d o ves- q u e deslumhraría m á s de lo conveniente a ciertos h o m b r e s d e es-
tigio de la religión cristiana, sin reparar en el valor artístico y cien- t u d i o q u e considerasen superficialmente la historia h u m a n a . Pero,
tífico de los m o n u m e n t o s religiosos. El furor comunista n o se h a c u a n d o se arranca del corazón de los h o m b r e s la idea m i s m a de
limitado a m a t a r a obispos y millares de sacerdotes, de religiosos y Dios, los h o m b r e s se ven impulsados necesariamente a la m o r a l feroz
religiosas, b u s c a n d o d e u n m o d o particular a aquellos y a aquellas d e u n a salvaje barbarie.
q u e precisamente trabajan con m a y o r celo con los pobres y los o b r e -
[Lucha contra todo lo divino]
ros, sino q u e , además, ha m a t a d o a u n gran n ú m e r o de seglares de
t o d a clase y condición, asesinados a u n hoy día en masa, p o r el m e r o [ 2 2 ] . Y esto es lo q u e con s u m o dolor estamos p r e s e n c i a n d o :
h e c h o de ser cristianos o al m e n o s contrarios al ateísmo comunista. p o r p r i m e r a vez en la historia asistimos a u n a lucha fríamente calcu-
Y esta destrucción t a n espantosa es realizada con u n odio, u n a bar- lada y cuidadosamente p r e p a r a d a contra todo lo que es divino 1 5 . Por-
barie y una ferocidad q u e jamás se h u b i e r a n creído posibles en n u e s - q u e el c o m u n i s m o es p o r su m i s m a naturaleza t o t a l m e n t e antirre-
t r o siglo. N i n g ú n individuo q u e tenga b u e n juicio, n i n g ú n h o m b r e ligioso y considera la religión como el «opio del pueblo», ya q u e los
d e E s t a d o consciente de su responsabilidad pública p u e d e dejar de principios religiosos, q u e hablan d e la vida ultraterrena, desvían al
t e m b l a r si piensa q u e lo q u e h o y sucede en E s p a ñ a tal vez p o d r á proletariado del esfuerzo p o r realizar aquel paraíso comunista q u e
repetirse m a ñ a n a en otras naciones civilizadas.
d e b e alcanzarse en la tierra.

[Frutos naturales del sistema] [El terrorismo]

[ 2 1 ] . N o se p u e d e afirmar q u e estas atrocidades sean u n fe- [23 ] . P e r o la ley n a t u r a l y el A u t o r d e la ley natural n o p u e d e n


n ó m e n o transitorio q u e suele a c o m p a ñ a r a todas las grandes revo- ser conculcados i m p u n e m e n t e ; el c o m u n i s m o n o ha p o d i d o ni p o -
luciones o excesos aislados de exasperación c o m u n e s a toda g u e r r a ; drá lograr su intento ni siquiera en el c a m p o p u r a m e n t e económico.
tique exacerbatorum animorum motus, quos quaelibet perduelliones pa-
In regionibus etiam, in quibus—quemadmodum in dilectissima Nobis
riant; minime prorsus, at naturaliter potius ex huius disciplinae rationi-
Hispania contingit—communismi pestis atque flagitium nondum omnes
bus oriuntur, cuius compagem nulla omnino frena continent. Frena siqui-
potuit suorum errorum calamitates parere, vesanum tamen, pioh dolor,
dem cum hominibus singulis, tum iure consociatis necessaria sunt; atque
concitavit furorem, inque scelera erupit funestissima. Non una est vel
adeo vel barbarae gentes naturalis legis vinculum agnoverunt, Dei opera
altera sacra aedes diruta, non unum vel alterum labefactatum coenobium;
in mortalium animis insculptae. Ubi hanc observare legem sollemne ómni-
sed, ubicumque facultas fuit, templa omnia, religiosa claustra, ac vel quaeli-
bus fuit, veteres vidimus nationes talem amplitudinis splendorem attigis-
bet christianae religionis vestigia, etiamsi arte humanitatisque studio in-
se, qui eos, aequo nimius, admiratione adhuc percellat, qui accurate parum
signia, funditus eversa! Ac non modo furens communistarum vecordia
huminae historiae códices evolverint. Quando vero ipsa divini Numinis
Episcopos ac sacerdotes, religiosos viros ac mulieres ad milia bene multa
notio e civium mentibus evellitur, necessario iidem ad agrestem imma-
trucidavit, eos easque peculiari modo insectata, quibus de opificibus ac de
nitatem ferosque mores compelluntur.
indigentibus cura esset; sed complures etiam laicos nomines e quovis
ordine interemit, qui adhuc usque idcirco catervatim necantur, quod chris- Id equidem in praesentia summo dolore cernimus: primum scilicet,
tianam profiteantur fidem, vel saltem quod atheorum communistarum post hominum memoriam, rebellionem videmus, diligenter inita subducta-
doctrinam aversentur. Atque eiusmodi horrífica caedes tali. perpetratur que ratione instructam, adversus «omne, quod dicitur Deus». E t a i m
odio, tantaque efferatae barbarme immanitate, ut nostris hisce temporibus communismi doctrina, suapte natura, cuilibet religioni adversatur, eamque
incredibile prorsus videatur. Nemo unus, qui prudenter sapiat, vel ex pri- quasi «soporiferum proletariae plebis opium» idcirco reputat, quod eius
vatis hominibus, vel ex iis, qui rei gravitatis conscii Civitatis gubernacula institutiones atque praecepta, cum vitam sempiternam post mortalis vitae
moderantur, nemo unus, inquimus, horrore summo non teneatur, si mente obitum edoceant, a futurae illius beatitatis ordine nomines abstraluint,
recogitet posse in posterum ea, quae hodie in Hispania contingunt, in quem in terris assequi teneantur.
ceteris etiam excultis gentibus evenire.
Attamen naturalis lex eiusque auctor Deus non impune spernuntur;
Ñeque asseverari licet id genus atrocitates necessitate quadam máxi- consequens igitur est ut communistarum nisus, quemadmodum ne in rebus
mas omnes rerum conversiones conseqúi, quasi singulares sint immoderá- 15
zThes. 2,4.
084 PÍO S I D1VINI REDKMl'TORIS (J85

E s cierto q u e en Rusia ha contribuido no poco a sacudir a los h o m - h a n considerado a Rusia como el t e r r e n o m á s apto para realizar un
bres y a las instituciones de u n a larga y secular inercia y q u e ha sistema elaborado hace m u c h o t i e m p o y desde Rusia e x t e n d e r l o
logrado con el u s o d e toda clase d e medios, frecuentemente i n m o - p o r t o d o el m u n d o .
rales, algunos éxitos materiales; p e r o n o es m e n o s cierto, t e n e m o s
d e ello testimonios cualificados y recentísimos, q u e de h e c h o ni [III. O P U E S T A Y LUMINOSA DOCTRINA DE LA I G L E S I A ]
siquiera en el c a m p o económico ha logrado los fines q u e había p r o -
metido, sin contar, p o r supuesto, la esclavitud q u e el t e r r o r i s m o [ 2 5 ] . Expuestos los errores y los m é t o d o s violentos y e n g a ñ o -
ha i m p u e s t o a millones d e h o m b r e s . H a y q u e repetirlo: t a m b i é n sos del c o m u n i s m o bolchevique y ateo, es h o r a ya, venerables her-
en el c a m p o económico es necesaria u n a moral, u n s e n t i m i e n t o manos, d e situar b r e v e m e n t e frente a éste la verdadera n o c i ó n de
m o r a l d e la responsabilidad, los cuales, ciertamente, n o t i e n e n ca- la civitas humana, d e la sociedad h u m a n a ; esta n o c i ó n n o es otra,
b i d a e n u n sistema c e r r a d a m e n t e materialista como el c o m u n i s m o . como b i e n sabéis, q u e la enseñada por la razón y por la revelación
Para sustituir este sentimiento m o r a l n o q u e d a otro sustitutivo q u e p o r m e d i o d e la Iglesia, Magistra gentium.
el t e r r o r i s m o q u e presenciamos en Rusia, d o n d e los antiguos cama-
radas d e conjuración y de lucha se eliminan m u t u a m e n t e ; t e r r o r i s - [Suprema realidad: ¡Dios!]
m o q u e , p o r otra parte, n o consigue contener, n o ya la corrupción
[26]. L a afirmación fundamental es ésta: p o r encima de toda
d e la moral, p e r o n i siquiera la disolución del organismo social.
otra realidad está el s u m o , ú n i c o y s u p r e m o ser, D i o s , C r e a d o r
[Recuerdo paterno de los pueblos oprimidos en Rusia] o m n i p o t e n t e d e todas las cosas, juez sapientísimo d e t o d o s los h o m -
bres. Esta s u p r e m a realidad, D i o s , es la condenación m á s absoluta
[ 2 4 ] . Sin e m b a r g o , n o q u e r e m o s en m o d o alguno condenar de las insolentes m e n t i r a s del c o m u n i s m o . P o r q u e la verdad es q u e
globalmente a los pueblos d e la U n i ó n Soviética, p o r los q u e senti- n o p o r q u e los h o m b r e s crean e n D i o s , existe D i o s , sino q u e , p o r q u e
m o s el m á s vivo afecto p a t e r n o . Sabemos q u e n o pocos pueblos d e Dios existe, creen e n El y elevan a El sus súplicas t o d o s los h o m b r e s
Rusia g i m e n bajo el d u r o yugo i m p u e s t o a ia fuerza p o r h o m b r e s , q u e n o cierran voluntariamente los ojos a la verdad.
en su mayoría, extraños a los verdaderos intereses del país, y reco-
n o c e m o s q u e otros m u c h o s h a n sido engañados con falaces esperan- [El hombre y la familia según la razón y la fe]
zas. N o s c o n d e n a m o s el sistema, a sus autores y defensores, quienes
[ 2 7 ] . E n c u a n t o a lo q u e la razón y la fe católica dicen del
quidem oeconomicis propositum suum ad effectum deducere potuere, ita h o m b r e , N o s h e m o s expuesto los p u n t o s fundamentales s o b r e esta
ñeque in posterum umquam deducere possint. Non diffitemur utique materia e n la encíclica sobre la educación cristiana 1 6 . El h o m b r e
eosdem nisus in Russiarum dicione non parum contulisse ad excitandos
homines eorumque instituta ex illa, quae insederat, diuturna desidia; ac plinae semina iam diu comparata sererent, atque inde per universum ter-
potuisse omni ope omnique, etsi saepe non recta, ratione contendendo ali- rarum partes disseminarent.
quid efficere ad huius vitae utilitatem provehendam: at in comperto Nobis
est, ex recentissimis etiam testibus, nulli suspicioni obnoxiis, revera, ne III
hac quidem in parte, ea persoluta esse, quae multa spondebantur. Huc Postquam atheorum bolscevistarum errores eorumque instituta, faüaciae
accedit, quod saeva illa terrorisque plena dominatio servitutis iugum civi- violentiaeque plena, in sua luce posuimus, tempus iam est, Venerabiles
bus innumeris imposuit. Animadvertendum sane est, etiam in rebus admi- Fratres, ut iisdem veram Civitatis humanae notionem, breviter edisserendo,
nistrandis aliquam necessariam esse prob¡tatis disciplinam, ad quam suscepti opponamus; quae quidem huiusmodi est, ut probé nostis, qualem ratio
muneris procuratio ex officii conscientia conformetur; quod quidem com- mentís ac divina revelatio per Ecclesiam, Magistram gentium, nos docent.
munistarum placita, ex commenticiis materialismi rationibus orta, procul
dubio daré non possunt. Quapropter nihil aliud restat, nisi formidolosa Ac principio animadvertendum est, supra ceteras res omnes summum
illa scelerum coniuratio, quam in Russia cerneré est, ubi veteres conspira- esse, unicum ac supremum ens, divinum nempe Numen, quod ornnipo-
tionis contentionisque sodales mutuam sibi necem conflant; quae tamen tens universae concretionis creator est, idemque omnium hominum sa-
terrífica scelerum coniuratio socialis compagis dissolutionem prohibere non pientissimus ac iustissimus iudex. Per supremum hoc ens, quod Deus est,
valct, nedum profligatos mores compescere queat. insolentes ac mendaces communistarum vanitates absolutissime reiciuntur.
Ac verum enimvero, non quod homines ei fidem adhibeant, idcircoDeus
Verum, mens Nobis non est foederatos illius Reipublicae populos in est; sed quod ipse revera est, fidem eidem praestant eique supplicant o m -
universum improbare, quos immo potius paterna vehementique caritate nes, quotquot pertinaciter contra veritatis lucem mentis oculos non claudunt.
complectimur. Novimus enim ex eis non paucos iniquo servilique homi-
num dominio premi, qui sunt maximam partem a veris illius gentis utili- Atque ad hominem quod attinet, quid catholica fides nostraeque men-
tatibus alieni; aliosque plurimos fuisse fallacis spei pollicitationibus deceptos. tís ratio doceant, Nos praecipua doctrinae huius capita explanando, per
Initas potius rerum rationes earumque auctores fautoresque reprobamus, Encyclicas Litteras de christiana iuvenum educatione proposuimus. Eidem
qui nationem illam quasi aptissimum habuere campum, ín quo suae disci-
i 6 Pío XI, encíclica Dtumi illius Magislri, 31 dé diciembre de 1939: AAS 22 (1930)49-86.
686 PlO XI DIVINI REDEMPTORIS 687
tiene un alma espiritual e inmortal; es una persona, dotada admi- leza humana. En el plan del Creador, esta sociedad civil es un medio
rablemente por el Creador con dones de cuerpo y de espíritu; es, natural del que cada ciudadano puede y debe servirse para alcanzar
en realidad, un verdadero utKpós KÓCTUOS, como decían los antiguos, su fin, ya que el Estado es para el hombre y no el hombre para el
un «pequeño mundo» que supera extraordinariamente en valor a Estado. Afirmación que, sin embargo, no debe ser entendida en el
todo el inmenso mundo inanimado. Dios es el último fin exclusivo sentido del llamado liberalismo individualista, que subordina la so-
del hombre en la vida presente y en la vida eterna; la gracia santi- ciedad a las utilidades egoístas del individuo; sino sólo en el sentido
ficante, elevando al hombre al grado de hijo de Dios, lo incorpora de que, mediante la ordenada unión orgánica con la sociedad, sea
al reino de Dios en el cuerpo místico de Cristo. Por consiguiente, posible para todos, por la mutua colaboración, la realización de la
Dios ha enriquecido al hombre con múltiples y variadas prerrogati-
verdadera felicidad terrena, y, además, en el sentido de que en la
vas : el derecho a la vida y a la integridad corporal; el derecho a los
sociedad hallen su desenvolvimiento todas las cualidades individua-
medios necesarios para su existencia; el derecho de tender a su
último fin por el camino que Dios le ha señalado; el derecho, final- les y sociales insertas en la naturaleza humana, las cuales superan
mente, de asociación, de propiedad y del uso de la propiedad. el interés particular del momento y reflejan en la sociedad civil la
perfección divina; cosa que no puede realizarse en el hombre sepa-
[28]. Además, tanto el matrimonio como su uso natural son rado de toda sociedad. Pero también estos fines están, en último
de origen divino; de la misma manera, la constitución y las prerro- análisis, referidos al hombre, para que, reconociendo éste el reflejo
gativas fundamentales de la familia han sido determinadas y fijadas de la perfección divina, sepa convertirlo en alabanza y adoración
por el Creador mismo, no por la voluntad humana ni por los fac- del Creador. Sólo el hombre, la persona humana y no las socieda-
tores económicos. De estos puntos hemos hablado ampliamente en des, sean las que sean, está dotado de razón y de voluntad moral-
la encíclica sobre el matrimonio cristiano 1 7 y en la encíclica, ya mente libre.
antes citada, de la educación cristiana de la juventud.
[30]. Ahora bien, de la misma manera que el hombre no pue-
de rechazar los deberes que le vinculan con el Estado y han sido
[Lo que es la sociedad] impuestos por Dios, y por esto las autoridades del Estado tienen
[Derechos y deberes mutuos entre el hombre y la sociedad] el derecho de obligar al ciudadano al cumplimiento coactivo de esos
deberes cuando se niega ilegítimamente a ello, así también la socie-
[29 ]. Pero Dios ha ordenado igualmente que el hombre tienda dad no puede despojar al hombre de los derechos personales que
espontáneamente a la sociedad civil, exigida por la propia natura- le han sido concedidos por el Creador—hemos aludido más arriba
a los fundamentales—ni imposibilitar arbitrariamente el uso de esos
siquidem spiritualis atque immortalis animus inest; idemque, quemadmo-
dum persona est mirandis prorsus corporis mentisque dotibus a summo ex divini Creatoris consilio naturale praesidium est, quo quilibet civis possit
Creatore praeditá, ita reapse «microcosmos» ex veterum scriptorum senten- ac debeat ad propositam sibi metam assequendam uti; quandoquidem Civitas
tia ea de causa vocari potest, quod inanimarum immensitatem rerum lon- homini, non homo Civitati exsistit. Id tamen non ita intellegendum est,
gissime evincit ac superat. Non modo in hac mortali vita, sed in perpetuo quemadmodum ob suam individualismi doctrinam Liberales, quos vocant,
etiam mansura supremus ei finís est unice Deus; et aun per sanctitatis asseverant; qui quidem communitatem immoderatis singulorum cornmodis
effectricem gratiam ad filii Dei dignitatem evectus sit, in mystico Iesu Christi inservire iubent: sed ita potius ut omnes, ex eo quod cum societate composito
corpore cum divino Regno coniungitur. Quod consequens est, multiplicia ordine copulantur, terrenam possint, per mutuam navitatis conspirationem,
veri nominis prosperitatem attingere; utque per humanum consortium pri-
ei impertiit caeleste Numen ac varia muñera: ut vitae corporisque integri- vatae illae publicaeque animi dotes, hominibus natura insitae floreant ac
tatis iura; ut iura itidem cum res adipiscendi necessarias, tum ad finem vigeant, quae temporarias peculiaresque utilitates exsuperant, divinamque
ultimum via rationeque contendendi, sibi a Deo propositum; ut denique praeferunt in civili ordinatione perfectionem; quod quidem in singulis
iura et ineundae societatis, et privata bona possidendi, et eorum fruendi usu. hominibus contingere ullo modo nequit. Quod idcirco etiám homini inservit,
Praeterea, ut maritale coniugium, ita eius naturalis usus ex divina ordi- ut hanc divinae perfectionis imaginera agnoscat, acceptamque Creatori re-
natione oriuntur; itemque domestici convictus constitutio eiusque praeci- ferat, laudibus eum adorationeque colens. Homines siquidem tantummodo
pua muñera non ex humano arbitrio, ñeque ex oecónomicis rationibus, non vero quaevis eorum consociatio, mente voluntateque, ad moruna normas
sed a summo ipso omnium Creatore proficiscuntur. Quod quidem per libera, praediti sunt.
Encyclicas Litteras de casti connubii sanctitate, et per illas etiam, quas
supra memoravimus, de christiana iuvenum educatione copióse satis ex- Iamvero, quemadmodum homo officia illa repudiare non potest, quibus
plicando enucleavimus. Dei iussu civili societati obstringitur, atque adeo publicae rei moderatores
iure pollent, si idem obtemperationi huic non legitime obsistit, eum ad offi-
At Deus pari modo hominem ad civilem consortionem natum confor- cium persolvendum coercendi; ita pari modo societas iis iuribus civem spo-
matumque voluit, quam profecto sua ipsius natura postulat. Societas enim liare non potest a Creatore Deo eidem impertitis, quorum praestantiora
" Pió XI, encíclica Casti connubii, 31 de diciembre de 1930: AAS 22 (1930) 539-592, supra breviter attigimus, ñeque eorumdem usum ex arbitrio impossibilem
reddere. Quapropter e mentís nostrae ratione oritur, eidemque consenta-
688 rio XI niVtNl KltnitMI'TORTS 689

derechos. Es, por tanto, conforme a la razón y exigencia imperativa en q u e lo h a h u n d i d o el liberalismo amoral n o consiste en la lucha
d e ésta, q u e , en último t é r m i n o , todas las cosas de la tierra estén d e clases y en el terrorismo ni en el a b u s o autocrático del p o d e r
s u b o r d i n a d a s c o m o medios a la persona h u m a n a , p a r a q u e p o r del Estado, sino en la configuración y penetración del o r d e n eco-
medio del h o m b r e e n c u e n t r e n todas las cosas su referencia esencial nómico y social p o r los principios de la justicia social y de la caridad
al Creador. A l h o m b r e , a la persona h u m a n a se aplica lo q u e el cristiana. H e m o s advertido t a m b i é n q u e hay q u e lograr la verdadera
Apóstol d e las G e n t e s escribe a los corintios sobre el plan divino p r o s p e r i d a d de los pueblos p o r m e d i o de u n sano corporativismo,
d e la salvación cristiana: Todo es vuestro, y vosotros de Cristo, y Cristo q u e respete la debida jerarquía social; q u e es igualmente necesaria
de Dios i 8 . M i e n t r a s el c o m u n i s m o e m p o b r e c e a la persona h u m a n a , la unidad armónica y coherente de todas las asociaciones, p a r a q u e
invirtiendo los t é r m i n o s d e la relación entre el h o m b r e y la sociedad, p u e d a n t e n d e r todas ellas al b i e n c o m ú n del E s t a d o , y q u e , p o r
la razón y la revelación, p o r el contrario, la elevan a u n a subli- consiguiente, la misión genuina y peculiar del p o d e r político con-
m e altura. siste en p r o m o v e r eficazmente esta armoniosa coordinación d e t o -
das las fuerzas sociales.
[El orden económico-social]
[Jerarquía social y prerrogativas del Estado]
H a sido n u e s t r o predecesor, de feliz memoria, L e ó n X I I I q u i e n
ha dado, p o r m e d i o de su encíclica social 1 9 , los principios regula- [32]. P a r a lograr precisamente este o r d e n t r a n q u i l o p o r m e -
dores de la cuestión obrera y d e los problemas económicos y socia- dio de la colaboración de todos, la doctrina católica reivindica p a r a
les; principios q u e N o s p e r s o n a l m e n t e , p o r medio de la encíclica el E s t a d o t o d a la dignidad y t o d a la a u t o r i d a d necesarias p a r a d e -
sobre la restauración cristiana del o r d e n social, h e m o s a d a p t a d o a las fender con vigilante solicitud, como frecuentemente enseñan la Sa-
exigencias del t i e m p o p r e s e n t e 2 0 . E n esta encíclica nuestra, prosi- grada Escritura y los Santos Padres, t o d o s los derechos divinos y h u -
g u i e n d o la trayectoria de la doctrina secular de la Iglesia sobre el m a n o s . Y aquí se hace necesaria u n a advertencia: es errónea la afir-
carácter individual y social d e la p r o p i e d a d privada, N o s h e m o s d e - mación de q u e t o d o s los ciudadanos t i e n e n derechos iguales en la
finido claramente el d e r e c h o y la. d i g n i d a d del trabajo, las relaciones sociedad civil y n o existe e n el E s t a d o j e r a r q u í a legítima alguna.
d e apoyo m u t u o y d e m u t u a ayuda q u e d e b e n existir entre el capital Bástenos recordar a este propósito las encíclicas de L e ó n X I I I an-
y el trabajo y el salario d e b i d o en estricta justicia al obrero para sí tes citadas, especialmente las referentes a la a u t o r i d a d p o l í t i c a 2 1
y para su familia. y a la constitución cristiana del E s t a d o 2 2 . E n estas encíclicas en-
[31]. H e m o s d e m o s t r a d o , además, en la m e n c i o n a d a encíclica placita compellitur, in quibus recta morum disciplina silet, cum scilicet so-
q u e los m e d i o s para salvar al E s t a d o actual de la triste decadencia cialis iustitiae christianaeque caritatis praecepta oeconomicam civilemque
temperationem imbuant atque pervadant; quod procul dubio ñeque civium
neum est, ut terrenae res omnes homini usui utilitatique sint, ideoque per ordinum Ínter se contentio terrorisque facinora, ñeque immodicus atque
eum ad Creatorem referantur. Quam ad rem id proferto quadrat, quod tyrannicus publicae potestatis usus praestare possunt. Monuimus etiam ve-
Gentium Apostolus de christiana salute procuranda ad Corinthios scribit: ram populi prosperitatem per rectam collegiorum consociationem procu-
«Omnia... vestra sunt, vos autem Christi, Christus autem Dei». Dum igitur randam esse, quae varios socialis auctoritatis gradus agnoscat ac vereatur;
communistarum effata peisonam humanam ita extenuant, ut civium cum so- itemque necessarium esse omnia artificum sodalicia Ínter se cohaerere ami-
cietate necessitudines praepostere subvertant, humana mens, contra, ac di- ceque conspirare, ut ad communem Civitatis bonum contendere possint;
vina revelatio eam tana sublime extollunt. Decessor Noster f.r. Leo XIII de atque adeo germanum peculiareque publicae potestatis munus in eo con-
oeconomicis socialibusque rationibus deque operariorum causa, per Ency- sistere, ut mutuam eiusmodi civium omnium conspirationem consensionem-
clicas Litteras, effectrices normas edidit; quas Nos quidem, per Encyclicas que pro facúltate promoveat.
item Litteras de christiana socialis ordinis renovatione, nostrorum tempo-
rum condicionibus necessitatibusque accommodavimus. In quibus Litteris, Ad quem quidem assequendum per adiutricem omnium operam tran-
etiam atque etiam antiquissimam Ecclesiae doctrinam instanter persequen- quillitatis ordinem, catholicae doctrinae praecepta tantam dignitatem aucto-
tes de peculiari privatarum possessionum natura, ad singulos et ad societa- ritatemque tribuunt publicae reí moderatoribus, quanta necessaria est, ut
tem quod attinet, distincte definiteque et humani laboris iura dignitatemque divina humanaque iura, quae tantopere Sacrae Litterae Ecclesiaeque Pa-
designavimus, et mutuas eorum auxilii adiumentique necessitudines, qui ires inculcant, vigili providaque cura iidem tueantur. Atque heic animad-
vel rem impertiunt, vel dant operam, et mercedem denique, quae opificibus vertendum est turpiter eos errare, qui effutiant quibuslibet civibus aequalia
ex districta iustitia debetur, sibi suaeque familiae necessaria. esse in civili societate iura, ñeque legitimos in eadem exsistere potestatis or-
dines. Satis esto, hac in re, Encyclicas Decessoris Nostri f. m. Leonis XIII,
Ac praeterea in comperto posuimus, tum solummodo hominum consor- quas supra attigimus, commemorare; atque eas nominatim, quae vel de
tioném posse e teterrima ruina servari sospitem, ad quam per Liberalismi civilis principatus auctoritate, vel de christiana Civitatum constitutione
18
1 Cor. 3,23. agunt. In quibus prefecto catholici viri luculenter proposita humanae ratio-
IÍJ
L E Ó N XIII, encíclica Rerum novarum, 15 de mayo de 1891: ASS 23 (1890-1891)
942-670. 21 LEÓN XIII, encíclica Diutumum illud, 20 de junio de 1881: ASS 14 (1881-1882) 3-14.
20 P í o X I , encíclica Quachagesimo anuo, 15 d e mayo d e 1931: A A S 13 (1931) 177-228 2 2 LEÓN XIII, encíclica ¡mmortale Dei, 1 de noviembre de 1885: ASS 18 (1885) 161-1S0,
690 PÍO X I
D1VIN1 REDEMPTORIS 691
c u e n t r a n los católicos l u m i n o s a m e n t e expuestos los principios d e la
razón y d e la fe, q u e los capacitarán para defenderse contra los peli- verdadera y auténtica felicidad q u e son a q u í posibles c o m o p r e -
grosos errores d e la concepción comunista del Estado. L a expolia- paración para la bienaventuranza e t e r n a ; p e r o solamente p a r a los
ción d e los derechos personales y la consiguiente esclavitud del h o m b r e s de b u e n a voluntad. Esta doctrina está igualmente alejada
h o m b r e ; la negación del origen trascendente s u p r e m o del E s t a d o d e los pésimos efectos d e los errores comunistas y de todas las
y del p o d e r político; el criminal abuso del p o d e r público p a r a p o - exageraciones y pretensiones d e los partidos o sistemas políticos
nerlo al servicio del t e r r o r i s m o colectivo, son hechos radical y abso- q u e aceptan esos errores, p o r q u e respeta s i e m p r e el d e b i d o equili-
l u t a m e n t e contrarios a las exigencias de la ética n a t u r a l y a la vo- brio entre la verdad y la justicia, lo defiende en la teoría y lo apli-
l u n t a d divina del C r e a d o r . El h o m b r e , lo m i s m o q u e el E s t a d o , ca y p r o m u e v e en la práctica. Cosa q u e consigue la Iglesia conci-
tiene su origen en el Creador, y el h o m b r e y el E s t a d o están por liando a r m ó n i c a m e n t e los derechos y los deberes d e u n o s y otros,
D i o s m u t u a m e n t e ordenados entre sí; por consiguiente, n i el ciu- como, p o r ejemplo, lá a u t o r i d a d con la libertad, la d i g n i d a d del
d a d a n o ni el E s t a d o p u e d e n negar los deberes correlativos q u e p e - individuo con la dignidad del Estado, la personalidad h u m a n a e n
san s o b r e cada u n o d e ellos, ni p u e d e n negar o disminuir los d e r e - el subdito, y, p o r consiguiente, la obediencia debida al g o b e r n a n t e
chos del o t r o . H a sido el C r e a d o r en persona q u i e n ha regulado en con la dignidad de quienes son representates d e la a u t o r i d a d d i v i n a ;
sus líneas fundamentales esta m u t u a relación e n t r e el ciudadánp igualmente, el a m o r o r d e n a d o d e sí m i s m o , d e la familia y d e la
y la sociedad, y es, por tanto, u n a usurpación totalmente injusta la patria con el a m o r de las d e m á s familias y d e los d e m á s pueblos,
q u e se arroga el c o m u n i s m o al sustituir la ley divina, basada sobre fundado en el a m o r d e Dios, P a d r e d e todos, p r i m e r principio y
los i n m u t a b l e s principios de la v e r d a d y d e la caridad, p o r u n p r o - último fin de todas las cosas. Esta doctrina católica n o separa la
grama político d e partido, derivado del rnero capricho h u m a n o y sa- j u s t a preocupación p o r los bienes t e m p o r a l e s de la solicitud activa
t u r a d o d e odio. p o r los bienes eternos. Si s u b o r d i n a el bien t e m p o r a l al eterno, se-
g ú n la palabra de su divino F u n d a d o r : Buscad primero el reino de
Dios y su justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura 2 4 , está,
[Belleza de esta doctrina de la Iglesia] sin e m b a r g o , bien lejos de desinteresarse d e las cosas h u m a n a s y d e
perjudicar el progreso d e la sociedad y sus ventajas t e m p o r a l e s ;
[ 3 3 ] . L a Iglesia católica, al enseñar los capítulos f u n d a m e n -
p o r q u e , t o d o lo contrario, esta doctrina sostiene y p r o m u e v e esta
tales d e esta luminosa doctrina, n o tiene otro fin q u e el d e realizar
actividad del m o d o más racional y m á s eficaz posible. L a Iglesia,
el feliz a n u n c i o cantado por los ángeles sobre la gruta d e Belén al
en efecto, a u n q u e n u n c a ha p r e s e n t a d o c o m o s u y o u n d e t e r m i n a d o
nacer el R e d e n t o r : Gloria a Dios... y paz a los hombres2!, y p r o c u -
rar a los h o m b r e s , a u n en esta vida presente, t o d a la s u m a d e paz
que nominis felicitatem, quantaecumque eaedem ad aeternam assequendam
nis fideique praescripta cerneré possunt, quae eos a fallacibus periculosisque beatitatem, vel in hoc mortali vita attingi possint, comparare queat; at probé
communistarum opinationibus liberos reddere poterunt. Iura esse, cuiusque dumtaxat volentibus hominibus. Haec doctrina aequo itinere abhorret, cum
propria, erepta, ideoque cives in servitutem redigi; primariam ac supre- ab errorum exitiis, tum ab immodicis politicarum partium, quae eosdem
mam Civitatis eiusque potestatis originem detrectari; ac nefande prorsus amplectuntur, conatibus earumdemque rationibus atque propositis; quan-
publicam potestatem sceleribus inservire, communi conspiratione perpe- doquidem ut millo non tempore rectam veritatis et iustitiae aequilibrita-
trarais; haec omnia, dicimus, naturali morum disciplinae divtnique Creato- tem profitetur, ita eamdem et argumentis fulcit et in vitae actione efficit ac
ris voluntati vehementissime repugnant. Quemadmodum civis, ita commu- provehit. Idque Ecclesia consequitur, mutua ínter se officia iuraque conci-
nitatis institutum ab sempiterno Numine originem repetunt, ab eoque mu- lians atque componens; ut nimirum cum libértate auctoritatem, ut cum sin-
tua Ínter se ratione conformantur: non civis igitur, non humana societas gulorum dignitate Civitatis dignitatem, ut denique humanam subiecti civis
potest officia illa renuere, quibus invicem obstringuntur; ñeque alterius iura personam, atque adeo debitam iis, qui praesunt, obedientiam, cum eorum
reicere vel minuere queunt. Quas quidem praecipuas civium communita- muriere, qui divinae vices gerunt potestatis; itemque ordínatum sui ipsius,
tisque Ínter se rationes Deus ípsemet instituit temperavitque; quapropter familiae patriaeque amorem cum ceterarum familiarum ceterarumque gen-
quod sibi communistae insolenter arrogant, in locum scilicet divinae legis, tium caritate illa coniunctum, quae in Dei amore nititur, quorumvis patris,
quae veritatis caritatisque praeceptis innítitur, política sufficere factionum ex quo omnia oriuntur et ad quem omnes, ut ad fmem ultimum, contendant
consilia atque proposita, quae simultatis plena, ex humano arbitrio pro- oportet. Eadem doctrina iustam non abiungit terrenarum rerum curam ab
fluunt, id procul dubio iniqua omnino atque iniusta iurís usurpatio est. actuosa aeternorum bonorum sollicitudine. Quodsi mortalia immortalibus
bonis subiicit, ex sui ipsius Magistri sententia: «Quaerite... primum regnum
Catholica Ecclesia, cum praeclarae id genus disciplinae praecepta im- Dei et iustitiam eius et haec omnia adiicientur vobis», at longe abest ut hu-
pertit, non alio utique spectat, nisi ut faustum nuntium, quem angelí, supra manas res neglegat, utque civíli progressioni temporariisque commodis
Bethleemiticum specum cecinere, gloriam Deo pacemque hominibus nun- obsistat; cum, contra, recta ratione maióreque, qua fieri potest, efficacitate,
tiantes, ad rem deducere contendat; ut veri nominis videlicet pacem veri- eadem foveat atque promoveat. Ecclesia enim, quamvis, vel in oeconomicae
socialisque actionis campo, definitam technicarum rerum temperationem
2' Le. 2,14.
24
M t 6,33.
692 río x i DIVINI REDKMPTOR1S 693

sistema técnico en el c a m p o de la acción económica y social, por


[La Iglesia ha obrado conforme a esta doctrina]
n o ser ésta su misión, ha fijado, sin embargo, claramente las princi-
pales líneas fundamentales, q u e si b i e n son susceptibles de diver- [35]- P e r o los enemigos de la Iglesia, a u n q u e obligados a r e -
sas aplicaciones concretas, según las diferentes condiciones d e t i e m - conocer la superior sabiduría d e la doctrina católica, acusan, sin
pos, lugares y pueblos, indican, sin e m b a r g o , el camino seguro para embargo, a la Iglesia de n o h a b e r sabido obrar de a c u e r d o con sus
o b t e n e r u n feliz desarrollo progresivo del Estado. principios, y por esto afirman q u e hay q u e buscar otros caminos.
[ 3 4 ] . L a gran sabiduría y extraordinaria utilidad de esta doctrina T o d a la historia del cristianismo d e m u e s t r a la falsedad y la injus-
está admitida por todos los q u e v e r d a d e r a m e n t e la conocen. C o n razón ticia de esta acusación. P o r q u e , limitando n u e s t r a breve exposición
h a n p o d i d o afirmar insignes estadistas q u e , después de haber estu- a algún h e c h o histórico característico, ha sido el cristianismo el p r i -
diado los diversos sistemas económicos, n o h a b í a n hallado n a d a m á s m e r o en proclamar, e n u n a forma y con u n a a m p l i t u d y firmeza
razonable q u e los principios económicos expuestos en las encíclicas hasta entonces desconocidas, la verdadera y universal fraternidad
Rerum novarum y Quadragesimo armo. T a m b i é n en las naciones d e todos los h o m b r e s , d e cualquier condición y estirpe, c o n t r i b u -
cristianas n o católicas, m á s aún, en naciones n o cristianas, se reco- yendo así p o d e r o s a m e n t e a la abolición eficaz de la esclavitud, n o
noce la extraordinaria utilidad q u e p a r a la sociedad h u m a n a r e p r e - con revoluciones sangrientas, sino por la fuerza intrínseca de su
senta la doctrina social d e la Iglesia; así, hace ahora apenas u n mes, doctrina, q u e a la soberbia patricia r o m a n a hacía ver en su esclava
u n e m i n e n t e h o m b r e político n o cristiano del E x t r e m o O r i e n t e u n a h e r m a n a en Cristo.
ha o p i n a d o sin vacilación q u e la Iglesia, con su doctrina d e paz y
[36]. H a sido t a m b i é n el cristianismo, este cristianismo q u e
d e fraternidad cristiana, aporta u n a contribución valiosísima al
enseña a adorar al Hijo de Dios h e c h o h o m b r e p o r a m o r d e los h o m -
establecimiento y m a n t e n i m i e n t o de u n a p a z constructiva entre las
bres y convertido en hijo del artesano, m á s a ú n , h e c h o artesano El
naciones. E incluso los m i s m o s comunistas—cosa q u e sabemos por
m i s m o 2 5 , el q u e elevó el trabajo del h o m b r e a su verdadera dig-
relaciones fidedignas q u e afluyen d e todas partes a este centro de
n i d a d ; ese trabajo q u e era entonces t a n despreciado, q u e el m i s m o
la cristiandad—, si n o están t o t a l m e n t e corrompidos, c u a n d o oyen
M . T . Cicerón, h o m b r e p r u d e n t e y j u s t o p o r otra parte, calificó,
la exposición de la doctrina social de la Iglesia, reconocen la radical
superioridad de ésta s o b r e las doctrinas d e sus jerarcas y maestros. resumiendo la opinión general de su tiempo, con u n a s palabras de
Solamente los espíritus cegados p o r la pasión y por el odio cierran las q u e h o y día se avergonzaría cualquier sociólogo: «Todos les
sus ojos a la luz de la v e r d a d y la c o m b a t e n obstinadamente. trabajadores se o c u p a n en oficios despreciables, p o r q u e e n u n taller
n o p u e d e h a b e r nada noble» 2 6 .

ordinationemque nutiquam protulerit, quod quidem sui muneris non est,


praecipua tamen lineamenta atque praecepta edidit, quae, etsi ad effectum At Ecclesiae osores, tametsi impertitas ab ea normas sapientia praestare
adduci, pro variis temporum, locorum populorumque condicionibus, aliter agnoscunt, eam tamen insimulant, quasi ad datas institutiones vitae actio-
aliterque possunt, tutum tamen iter demonstrant, quo Civitas ad cultiorem nem non conformaverit; atque adeo ad alias vias rationesque contendunt.
Verumtamen criminationem eiusmodi falsam iniustamque esse, omnes chris-
felicioremque aetatem gradiatur.
tiani nominis annales demonstrant. Etenim, ut aliquod dumtaxat peculiare
Summam huius doctrinae sapientiam summamque utilitatem ii omnes eventum breviter attingamus, vera fraternaque universorum hominum cuius-
fatentur, quibus eadem reapse in comperto est. Ac iure meritoque insignes vis stirpis condicionisque Ínter se necessitudo, superioribus aetatibus hac
viri, publicae reí administrandae periti, asseverarunt, nihil se sapientius cer- firmitate perfectioneque penitus ignota, primum ab evangelicis praeconibus
neré potuisse, cum diversa oeconomicarum rationum genera perpendissent, praedicata fuit; quod procul dubio ad servitutem abolendam summa effica-
quam illa huius disciplinae principia, quae per Encyclicas Litteras Rerum citate contulit: idque, non cruentis seditionibus, sed per insitam huius
novarum ac Quadragesimo armo proponuntur. Atque in regionibus etiam, doctrinae virtutem, qua quidem permota nobilis romana femina ancillam
qúas vel non catholici, vel ne christiani quidem nomines incolunt, non pauci suam quasi sororem complectebatur.
agnoscunt quantopere Ecclesiae in re sociali praecepta humanae prosint
societati. Itaque, vix mensis exiit cum praeclarus vir ex extremis orientis Itemque per christiana dogmata, quibus edocemur Dei Filium, homi-
partibus, qui, politicarum rerum studiosus, christianam religionem non pro- nem factum amore, hominum, eumdemque fabri filium ipsumque opificem
fitetur, affirmare non dubitavit Ecclesiam, per suam pacis fraternaeque ne- adorare, humanus labor ad veri nominis dignitatem provectus est; qui qui-
cessitudinis doctrinam ad operosam in nationibus pacem constabiliendam dem humanus labor ita tune temporis spernebatur, ut vel ipse M. T. Ci-
fovendamque summopere conferre. Ac vel ipsi communistae—quod ex certis cero, ceteroquin prudens satisque aequus, suorum temporum opinionem
comperimus nuntiis, qui ad hoc catholici orbis veluti centrum undecumque referéns, hanc sententiam edere non veritus sit, qua profecto quilibet, nostra
confluunt—si _ modo ad corruptos mores nondum omnino prolapsi sunt, hac aetate, socialis disciplinae peritus verecundaretur: «Opifices omnes in
cum socialem Ecclesiae disciplinam propositam sibi habeant, eam profiten- sórdida arte versantur; nec enim quidquam ingenuum potest habere offi-
tur suorum magistrorum ac capitum praecepta longe prorsus excederé. Ii cina».
solummodo, qui obcaecatum cupidinibus simultateque animum gerunt, ve-
«26 Cf. Mt. 13,55; Me. 6,3.
ritatis luminibus oculos claudunt, eamdemque pertinaciter irnpugnant. CICERÓN, De ofjiciis I 42.
694 PÍO x i DIVINI REDEMPTORIS 695
[ 3 7 ] . Basándose en estos principios, la Iglesia regeneró la so- d e r r u m b á n d o s e miserablemente, como tiene q u e d e r r u m b a r s e n e -
ciedad h u m a n a ; con la eficacia d e su influjo surgieron obras a d m i - cesariamente t o d o lo q u e n o se apoya sobre la única piedra angular,
rables d e caridad y poderosas corporaciones de artesanos y trabaja- q u e es Jesucristo.
dores de t o d a categoría, corporaciones despreciadas c o m o residuo
medieval por el liberalismo del siglo pasado, p e r o q u e son hoy día
[IV. REMEDIOS Y MEDIOS]
la admiración de n u e s t r o s contemporáneos, q u e en m u c h o s países
t r a t a n d e hacer revivir d e algún m o d o su idea fundamental. Y c u a n d o
[Necesidad de recurrir a medios de defensa]
ciertas corrientes obstaculizaban la obra de la Iglesia y se oponían
a la eficacia bienhechora de ésta, la Iglesia n o cesó nunca, hasta [ 3 9 ] . E s t a es, venerables h e r m a n o s , la doctrina d e la Iglesia,
n u e s t r o s días, de avisar a los equivocados. Baste recordar la firme la única doctrina q u e , como en todos los d e m á s campos, t a m b i é n
constancia con q u e n u e s t r o predecesor, de feliz memoria, L e ó n X I I I , en el t e r r e n o social p u e d e traer la verdadera luz y ser la salvación
reivindicó para las clases trabajadoras el d e r e c h o de asociación, q u e frente a la ideología c o m u n i s t a 2 7 . Pero es absolutamente necesario
el liberalismo d o m i n a n t e en los Estados más poderosos se e m p e ñ a b a q u e esta doctrina se proyecte cada vez m á s en la vida práctica, con-
e n negarles. Y este influjo d e la doctrina d e la Iglesia es t a m b i é n forme al aviso del apóstol Santiago: Poned en práctica la palabra
actualmente m a y o r d e lo q u e algunos piensan, p o r q u e el influjo y no os contentéis sólo con oírla, engañándoos a vosotros mismos28;
directivo d e las ideas sobre los hechos es m u y grande, a u n q u e p o r esto, lo m á s u r g e n t e en la actualidad es aplicar con energía los
resulte difícil la m e d i d a exacta d e su valoración. o p o r t u n o s remedios para oponerse eficazmente a la amenazadora
[ 3 8 ] . Se p u e d e afirmar, p o r tanto, con toda certeza, q u e la catástrofe q u e se está p r e p a r a n d o . N o s albergamos la firme confianza
Iglesia, como Cristo, su fundador, pasa a través de los siglos haciendo de q u e la pasión con q u e los hijos d e las tinieblas trabajan día y
el bien a todos. N o habría ni socialismo ni c o m u n i s m o si los gober- n o c h e en su p r o p a g a n d a materialista y atea servirá para estimular
s a n t a m e n t e a los hijos d e la luz a u n celo n o desemejante, sino
n a n t e s de los pueblos n o hubieran despreciado las enseñanzas y las
mayor, p o r el h o n o r de la Majestad divina.
maternales advertencias de la Iglesia; pero los gobiernos prefirieron
construir sobre las bases del liberalismo y del laicismo otras e s t r u c - [40]. ¿ Q u é es, pues, lo q u e hay q u e hacer? ¿De q u é remedios
t u r a s sociales, q u e , a u n q u e a primera vista parecían presentar u n es necesario servirse para defender a Cristo y la civilización cristiana
aspecto firme y grandioso, h a n d e m o s t r a d o bien p r o n t o , sin e m b a r g o , contra este pernicioso enemigo? C o m o u n p a d r e con sus hijos en
su carencia d e sólidos fundamentos, por lo q u e u n a tras otra han ido el seno del hogar, N o s q u e r e m o s conversar con t o d o s vosotros en

His innixa principiis Ecclesia humanam societatem renovavit; siquidem, non consistit primario lapide, qui Christus est, necessario oportet miserri-
suae impulsione virtutis, miranda prorsus orta sunt caritatis instituta, item- me collabi.
que potentissima illa artificum omne genus collegia, quae utique superiore
saeculo Liberalismi sectatores comtemptui habuere, quasi Mediae Aetatis IV
inventa; quaeque tamen, in praesens, admirationem commovent, et quo-
rum forma in pluribus nationibus, multorum experimento tentata, revi- Haec est, Venerabiles Fratres, Ecclesiae doctrina, quae una, ut in cete-
viscit. Et cum aliorum nisus'salutarem eius praepedirent operam, eiusque ris rebus ómnibus, sic etiam in re sociali, veram lucem afierre, et commu-
virtuti officerent, Ecclesia adhuc usque non desiit errantes commonere. Re- nistarum cogitandi ratione immunes nos reddere potest. At opus omnino
minisci ac recordari satis esto quanta animi firmitudine atque constantia est ut eadem doctrina in ipsius vitae usum deducatur, secundum illud
Decessor Noster f. rec. Leo XIII iura sodalitates ineundi operariae plebi S. Iacobi Apostoli hortamentum: «Estote autem factores verbi, et non audi-
vindicaret; quae quidem iüra Liberales in potentioribus nationibus inva- tores tantum, fallentes vosmetipsos»; quapropter illud in praesentia perne-
lescentes eidem eripere eniterentur. Atque eiusmodi christianae doctrinae cesse est ut omni ope contendendo, opportuna remedia adhibeantur, quibus
virtus, hostris etiam temporibus, maior profecto est, quam quibusdam vi- ingruenti rerum dissolutioni efficacitate summa obsistatur. Ac spem fove-
deatur; quandoquidem in rerum eventus mentís cogitara dominantur, quam- mus bonam fore ut ardor ille, quo tenebrarum filii ad suas athei materialismi
vis non facile omnes id aestimare ac metiri queant. falladas propagandas die noctuque allaborant, stimulos filiis lucís admo-
veat, quibus ad non dissimile studium, immo etiam vehementius, divini
Procul dubio asseverari potest Ecclesiam, aeque ac divinum eius aucto- honoris causa impellantur.
rem, «bene faciendo» aetatem suam traducere. Ñeque socialistarum, ñeque Quid igitur faceré, quibus remediis uti oportet, ut Christum et christia-
comtnunistarum errores usquequaque serperent, si Ecclesiae praecepta ma- num vitae cultum contra perniciosum illum hostem defendamus? Quemad-
ternaque eius adhortamenta populorum moderatores non detrectassent; qui
27
quidem, cum Liberalismi ac Laicismi, ut aiunt, principia ac normas com- El gran enemigo para el comunismo es la_ Iglesia católica. El comunismo juzga con
plexi essent, ad istiusmodi placita atque falladas, publicae rei ordinationem acierto que la defensa más segura del orden social es la Iglesia católica. Así se expresaba
Pío XI en la importante aloe, consist. de 13 de marzo de 1033: AAS 25 (1933) 106-118. Véase
temperationemque ita instruxere, ut, quamvis primo oculorum obtutu ali- la pastoral del cardenal Cerejeira, arzobispo de Lisboa, ¿Bancarrota del cristianismo?, de 24
quid magnum se effecisse viderentur, evanescere tamen pedetemptim inita de diciembre de 1944: E 5 (1945) 1,36-38.
ab se consilia ac proposita cernerent; quemadmodum quidquid in uno illo 2« lac. 1.22-
HLVJ.N1 JOÍJJliMi'l'OJUS 697
696 pfo XI
[ 4 3 ] . N o p o d e m o s , sin embargo, negar q u e queda lod.wía
la i n t i m i d a d acerca de los deberes q u e la gran lucha de n u e s t r o s m u c h o por hacer en este camino d e la renovación espiritual. P o i q u e
días i m p o n e a todos los hijos d e la Iglesia; avisos q u e deseamos diri- incluso en los m i s m o s países católicos son demasiados los católicos
gir t a m b i é n a todos aquellos hijos q u e h a n a b a n d o n a d o la casa pa- q u e lo son casi de solo n o m b r e ; demasiados los q u e , si bien c u m -
terna. plen con m a y o r o m e n o r fidelidad las prácticas m á s esenciales de
la religión q u e se glorían de profesar, n o se preocupan, sin e m b a r g o ,
[Renovación de la vida cristiana] de conocerla mejor ni de adquirir u n a convicción m á s íntima y p r o -
[Remedio fundamental] funda, y m e n o s a ú n de hacer q u e a la apariencia exterior de la reli-
gión corresponda el i n t e r n o esplendor d e u n a conciencia recta y
[41 ]. C o m o en t o d o s los períodos m á s borrascosos de la his- pura, q u e siente y c u m p l e t o d o s sus deberes bajo la m i r a d a d e Dios.
toria de la Iglesia, así t a m b i é n hoy el remedio fundamental, base Sabemos m u y bien el gran aborrecimiento q u e el divino Salvador
d e todos los d e m á s remedios, es u n a sincera renovación d e la vida siente frente a esta vana y falaz exterioridad, El, q u e quería q u e
privada y d e la vida pública según los principios del Evangelio en todos adorasen al P a d r e en espíritu y en verdad 3 1 . Q u i e n n o ajusta
todos aquellos q u e se glorían d e pertenecer al redil de Cristo, p a r a sinceramente s u vida práctica a la fe q u e profesa, n o p o d r á m a n t e -
q u e sean realmente de esta m a n e r a la sal de la tierra q u e preserve a nerse a salvo d u r a n t e m u c h o t i e m p o hoy, c u a n d o sopla t a n fuerte
la sociedad h u m a n a de la total corrupción moral. el viento de la lucha y d e la persecución, sino q u e se verá arrastrado
[42]. C o n á n i m o p r o f u n d a m e n t e agradecido al P a d r e de las miserablemente p o r este n u e v o diluvio q u e amenaza al m u n d o ; y
luces, d e q u i e n desciende todo buen don y toda dádiva perfecta 2 9 , así, m i e n t r a s p r e p a r a s u propia ruina, e x p o n d r á t a m b i é n al ludibrio
vemos p o r todas p a r t e s síntomas consoladores de esta renovación el h o n o r del cristianismo.
espiritual, n o sólo en tantas almas singularmente elegidas q u e en
estos últimos años h a n subido a la alta c u m b r e de la m á s sublime [Despego de los bienes terrenos]
santidad, y en tantas otras, cada día m á s n u m e r o s a s , q u e generosamen-
[44]. Y aquí q u e r e m o s , venerables h e r m a n o s , insistir especí-
t e caminan hacia esta m i s m a luminosa meta, sino t a m b i é n en el reflo-
ficamente sobré dos enseñanzas del Señor, q u e r e s p o n d e n d e m o d o
recimiento d e u n a p i e d a d sentida y vivida prácticamente e n t o d a s las
clases de la sociedad, incluso e n las m á s cultas, como h e m o s h e c h o particular a la actual situación del género h u m a n o : el d e s p r e n d i -
notar en nuestro reciente «motu proprio» In multis solaciis, del 28 de m i e n t o de los bienes terrenos y el p r e c e p t o de la caridad. Bienaven-
o c t u b r e pasado, con ocasión de la reorganización de la Academia turados los pobres de espíritu; éstas fueron las p r i m e r a s palabras
Pontificia de las Ciencias 3 °. pronunciadas p o r el divino M a e s t r o en su s e r m ó n de la M o n t a ñ a 3 2 .
Asseverandum tamen Nobis est multa adhuc ad hoc spiritualis renova-
modum pater familias cum liberis suis intra domésticos parietes, sic Nos tionis iter urgendum praestanda esse. Etenim vel in ipsis catholicorum regio-
vobiscum intima quadam cum fiducia agere exoptamus, dum illa ante oculos nibus nimium multi habentur, qui tales fere nomine tenus dici possint; ni-
officia exhibemus, quae magnum nostrorum temporum discrimen ab ómni- mium multi qui, quamvis huius religionis, quam se profiteri gloriantur, ope-
bus Ecclesiae filiis postulat; quae quidem Nostra paterna mónita ad eos ra máxime omnium necessaria plus minusve fideliter expleant, eam tamen
etiam filios impertiré cupimus, qui paternam deseruere domum. altius in dies intellegere non curent, ñeque intimam sinceramque eius per-
suasionem assequi nitantur: eoque minus efficiant, ut externae religionis"
Ut iam procellosis quibusvis Ecclesiae tempestatibus, sic nunc etiam,
speciei internus rectae intemerataeque conscientiae splendor respondeat;
remedium, aliorum fundamentum et caput illud est, ut privata vita ac pu-
illius inquimus conscientiae quae officia omnia sub divino obtutu reputet
blica eorum omnium ad Evangelii normas sincere renovetur, qui ad Ovile
atque persolvat. Ac novimus quantopere vanam et fallacem eiusmodi spe-
Christi se pertinere glorientur; ita ut sal terrae, universam hominum socie-
ciem detestaretur divinus ille Servator noster, cuius iussu, omnes Patrem
tatem corruptis moribus immunem servans, reapse fiant.
«in spiritu et veritate» adorare debeant. Qui ad praecepta fidei, quam amplec-
Immortales igitur grates Patri luminum ex animo referimus, a quo pro- titur, vitam non conformaverit suam, non diu se servare sospitem poterit,
fluit «omne datum optimum et omne donum perfectum», quod magno cura cum tanto Ímpetu insectationis procella saeviat; sed in hanc minacem malo-
solacio fausta ubique spiritualis huius renovationis auspicia videmus, non rum illuvionem rapietur, ideoque, cum sibimet ipsi ruinam praeparaverit,
solum per lectissimos illos viros lectissimasque feminas orta, qui proximis christianum quoque nomen ludibrio haberi iubebit.
hisce annis ad excelsae sanctitatis fastigium ascenderunt, ac per alios ítem
cotidie frequentiores, qui ad praeclaram eamdem metam generóse progre- Atque heic, Venerabiles Fratres, dúo nominatim Domini praescripta
diuntur; sed ex eo etiam quod sincera pietas revirescit totamque vitam im- commendare cupimus, quae praesenti humani generis condicioni potis-
buit, in ómnibus quoque vel cultissimorum hominum ordinibus; quod qui- simum respondent: abalienandum nempe esse terrenis rebus animum ac
dem in Apostolicis Litteris In multis solaciis, die x x v m mensis octobris praecepto caritatis obtemperandum. «Beati pauperes spiritu»; haec prima
superiore anno motu proprio datis, attigimus, cum Pontificiam Scientiarum fuere verba, quae ex ore Divini Magistri prodierunt, cum discípulos in
Academiam renovaremus. 31
lo. 4,23.
32
2« lac. 1,17. M t . 5,3.
30 AAS 28 (1936) 421-424.
698 . pfo x i DIVINI REDEMPIORIS 690

E s t a lección fundamental es m á s necesaria q u e n u n c a en estos t i e m - bien los q u e e x t e r i o r m e n t e aparecen c o m o m á s afortunados. La


pos de materialismo, sediento d e bienes y placeres terrenales. T o d o s paciencia es, p u e s , necesaria p a r a t o d o s ; esa paciencia q u e m a n t i e n e
los cristianos, ricos y pobres, d e b e n tener siempre fija su m i r a d a firme el espíritu, confiado en las divinas p r o m e s a s d e u n a e t e r n a
en el cielo, r e c o r d a n d o q u e no tenemos aquí ciudad permanente, sino felicidad. Tened, pues, paciencia, hermanos—os decimos t a m b i é n con
que buscamos la futura 3 3 . L o s ricos n o d e b e n p o n e r su felicidad en el apóstol Santiago—, hasta la venida del Señor. Ved cómo el labrador,
las riquezas de la tierra ni enderezar sus mejores esfuerzos a conse- con la esperanza de los frutos preciosos de la tierra, aguarda con pa-
guirlas, sino q u e , considerándose como simples administradores de ciencia las lluvias tempranas y las tardías. Aguardad también vosotros
las riquezas, q u e h a n de d a r estrecha cuenta d e ellas al s u p r e m o con paciencia, fortaleced vuestros corazones, porque la venida del Señor
d u e ñ o , d e b e n usar de ellas como de preciosos medios q u e D i o s les está cercana 3 7 . Sólo así se cumplirá 'la consoladora p r o m e s a del
otorga para ejercer la virtud, y n o dejar de distribuir a los p o b r e s los Señor: Bienaventurados los pobres. Y n o es éste u n consuelo vano,
bienes superfluos, según el p r e c e p t o evangélico 3 4 . D e lo contrario, c o m o las promesas de los comunistas, sino q u e son palabras d e vida
se cumplirá en ellos y en sus riquezas la severa sentencia del apóstol eterna, q u e encierran la s u p r e m a realidad d e la vida y q u e se realizan
Santiago: Vosotros, ricos, llorad a gritos sobre las miserias que os ame- p l e n a m e n t e aquí en la tierra y después e n la eternidad. ¡ C u á n t o s
nazan. Vuestra riqueza está podrida; vuestros vestidos, consumidos pobres, confiados en estas palabras y en la esperanza del reino d e los
por la polilla; vuestro oro y vuestra plata, comidos del orín, y el orín cielos—proclamado ya como p r o p i e d a d suya en el Evangelio, porque
será testigo contra vosotros y roerá vuestras carnes como fuego. Habéis vuestro es el reino de los cielos 3 8 — , hallan e n s u pobreza u n a felicidad
atesorado [ira ] para los últimos días 3 5 . q u e tantos ricos n o p u e d e n encontrar e n sus riquezas, p o r estar
[45 ] . L o s p o b r e s , p o r su parte, en m e d i o d e sus esfuerzos, s i e m p r e inquietos y s i e m p r e agitados p o r la codicia d e mayores
guiados p o r las leyes de la caridad y de la justicia, para proveerse aumentos.
d e lo necesario y p a r a mejorar su condición social, d e b e n t a m b i é n
ellos p e r m a n e c e r siempre pobres de espíritu 3 6 , e s t i m a n d o m á s los [Caridad cristiana]
bienes espirituales q u e los goces terrenos. T e n g a n además siempre [ 4 6 ] . M á s i m p o r t a n t e a ú n p a r a remediar el mal d e q u e tratamos
presente q u e n u n c a se conseguirá hacer desaparecer del m u n d o las es el p r e c e p t o de la caridad, q u e tiende p o r su m i s m a naturaleza a
miserias, los dolores y las tribulaciones, a los q u e están sujetos t a m - realizar este propósito. N o s nos referirnos a esa caridad cristiana, pa-
ciente y benigna 3 9 , q u e evita t o d a ostentación y t o d o aire d e envile-
monte alloqueretur. Quod quidem doctrinae caput nostris vel máxime
temporibus necessarium est, cum materiaiismus huius vitae bona volupta- cedor proteccionismo del p r ó j i m o ; esa caridad q u e d e s d e los mismos
tesque ardentissime sitiat. Christiani omnes, sive divites, sive pauperes,
oculos semper in caelum intentos habeant, illius sententiae memores «non sunt, qui secundum rerum speciem fortunatiores videantur. Patientia igitur
habere nos hic manentem civitatem, sed futuram inquirere». Qui divitiis ómnibus necessaria est; christianam illam dicimus patientiam, quae anirnum
affluant, non ex iis suam sibi quaerant felicitatem, ñeque in easdem asse- erectum tenet, divinaque felicitatis aeternae promissione confisum: «Patientes
quendas potiore quoquo modo contendant; sed cum noverint se solummodo igitur estote, fratres—sententiam iterum ab Apostólo Iacobo mutuamur—,
esse earum administratores, earumque rationem sibi esse summo Domino usque ad adventum Domini. Ecce agrícola exspectat pretiosum fructum
reddendam, iisdem utantur, tamquam validis adiumentis, a Deo acceptis, terrae, patienter ferens doñee accipiat temporaneum et serotinum. Patientes
tjuibus virtutis fructus edant; ñeque praetermittant ea pauperibus distri- , igitur estote et vos, et confirmate corda vestra, quoniam adventus Domini^
buere, quae sibi supersint, secundum Evangelii praescripta. Quod, nisi appropinquavit». Ita solummodo illa, solacii plena, Iesu Christi promissio
ita egerint, in eos in eorumque divitias revera illa S. Iacobi Apostoli sen- adimplebitur dicentis: «Beati pauperes». Ñeque eiusmodi pollicitationes,
tentia cadet: «Agite nunc, divites, plorate ululantes in miseriis vestris, quae quemadmodum illae, quas communistae iactant, vana afferunt solada, sed
advenient vobis. Divitiae vestrae putrefactae sunt, et vestimenta vestra a verba vitae aeternae sunt, quae summam rerum veritatem continent, quae-
tineis comesta sunt. Aurum et argentum vestrum aeruginavit, et aerugo que, ut nunc in hac térra patent, ita postea, in sempiterna potissinurn
eorum in testimonium vobis erit, et manducabit carnes vestras sicut ignis. beatitate, patebunt. Quot enim pauperes hisce verbis caelorumque regni
Thesaurizastis vobis iram in novissimis diebus...» exspectatione confisi—quod eorum esse veluti hereditatem evangélica sen-
tentia docet: «beati pauperes, quia vestrum est regnum Dei»—ea felicítate
Verumtamen ii etiam, qui tenuiore fortuna utuntur, dum, ex iustitiae perfruuntur, quam divites tam multi, suis fatigati divitiis, easdemque augen-
caritatisque legibus res sibi necessarias acquirere, suamque conantur melio- di cupidine semper incensi, assequi non possunt.
rem reddere sortem, esse tamen et ipsi debent «pauperes spiritu», pluris
superna bona facientes, quam terrena gaudia. Ac praeterea in animis defixum Maioris etiam momenti est, malis, de quibus agimus, medendis, prae-
habeant, id nunquam homines consecuturos esse, ut miseriae nempe, dolores ceptum caritatis, quod quidem nominatim eo spectat ut hoc propositum
aegritudinesque ex mortali hac vita discedant, quibus illi quoque obnoxii efficiatur. Quae cum dicimus, illam mente recogitamus christianam carita-
33
tem, «patientem et benignam», quae gloriationem omnem omnemque spe-
H e b r . 13,14.
3
< CF. L e . 11,41. 3
? Iac. s,7-8.
3
5 Iac. 5,1-3. 3 8 L e . 6,20.
34
M t . 5,3- >» 1 Cor. 13,4.
700 PÍO XI
DIVIXI RKDEMl'TORIS 701
comienzos del cristianismo ganó para Cristo a los m á s p o b r e s entre
los pobres, los esclavos. Y en este campo d a m o s las mayores gracias nos ha a m a d o ; es decir, hasta el sacrificio de nuestros bienes y, si es
a todos aquellos q u e , consagrados a las obras de beneficencia, t a n t o necesario, a u n de la propia vida.. M e d i t e n todos con frecuencia
en las Conferencias de San Vicente de Paúl como en las grandes y aquellas palabras, consoladoras p o r ' u n a parte, p e r o terribles por
otra, de la sentencia final q u e p r o n u n c i a r á el Juez s u p r e m o e n el
recientes organizaciones de asistencia social, h a n ejercitado y ejer-
día del juicio final: Venid, benditos de mi Padre..., porque tuve ham-
citan las obras de misericordia corporal y espiritual. C u a n t o m á s
bre, y me disteis de.comer; tuve sq¿L, y me disteis de beber... En verdad
e x p e r i m e n t e n en sí m i s m o s los obreros y los p o b r e s lo q u e el espíritu
os digo que cuantas veces hicisteis eso a uno de estos mis hermanos
de caridad, a n i m a d o p o r la v i r t u d de Cristo, hace p o r ellos, t a n t o
menores, a mí me lo hicisteis40. Y, p o r el c o n t r a r i o : Apartaos de mí,
más se despojarán del prejuicio d e q u e la Iglesia h a p e r d i d o su efica-
malditos, al fuego eterno..., porque tuve hambre, y no me disteis de
cia y de q u e está de p a r t e d e quienes explotan el trabajo del obrero.
comer; tuve sed, y no me disteis de beber... En verdad os digo que,
[47]. Pero, cuando vemos, p o r u n a parte, u n a i n n u m e r a b l e cuando dejasteis de hacer eso con uno de estos pequeñuelos, conmigo no
m u c h e d u m b r e de necesitados q u e , p o r diversas causas, ajenas t o - lo hicisteis41.
talmente a su voluntad, se hallan oprimidos realmente p o r u n a ex-
t r e m a d a miseria, y vemos, p o r otra parte, a tantos h o m b r e s q u e , [49]. Para asegurar, p o r tanto, la vida eterna y para socorrer
sin m o d e r a c i ó n alguna, gastan enormes sumas en diversiones y cosas eficazmente a los necesitados, es a b s o l u t a m e n t e necesario volver a
totalmente inútiles, n o p o d e m o s m e n o s de reconocer, con u n in- u n tenor de vida m á s m o d e s t o ; es necesario renunciar a los placeres,
m e n s o dolor, q u e n o sólo n o se respeta c o m o es d e b i d o la justicia, m u c h a s veces pecaminosos, q u e el m u n d o ofrece h o y día con tanta
sino q u e , además, n o se ha profundizado suficientemente en las a b u n d a n c i a ; es necesario, finalmente, olvidarse d e sí m i s m o p o r
exigencias q u e el p r e c e p t o de la caridad cristiana i m p o n e al cris- a m o r al prójimo. Este precepto nuevo 4 2 de la caridad cristiana posee
tiano en su vida diaria. u n a v i r t u d divina p a r a regenerar a los h o m b r e s , y su fiel observancia
infundirá en los corazones u n a paz interna desconocida p a r a la vida
[ 4 8 ] . Q u e r e m o s , p o r tanto, venerables hermanos, q u e se ex- de sentidos d e este m u n d o y remediará eficazmente los males q u e
ponga sin descanso, de palabra y por escrito, este divino precepto", afligen h o y a la h u m a n i d a d .
precioso distintivo dejado p o r Cristo a sus verdaderos discípulos;
este precepto, q u e nos enseña a ver en los q u e sufren al m i s m o
Jesús en persona y q u e nos m a n d a a m a r a todos los h o m b r e s c o m o [Deberes de estricta justicia ]
a n u e s t r o s h e r m a n o s con el m i s m o a m o r con q u e el divino Salvador [ 5 0 ] . P e r o la caridad n o p u e d e atribuirse este n o m b r e si n o
ciem tutelae, quae próximos deprimat, abs se arcet; carítatem illam, quae, respeta las exigencias de la justicia, p o r q u e , c o m o enseña el Apóstol,
inde ab inito christiano nomine, homines paupérrimos omnium, Christo
lucrata est, servitute scilicet oppressos. Qua de re máximas iis ómnibus noster prosecutus est; ac vel ad nostrarum usque rerum ipsiusque, si opus
grates agimus, qui beneficentiae operibus dediti, cum per Vincentianos fuerit, vitae iacturam. Atque iila saepenumero in omnium animis sententia
coetus, tum per instituía illa, quae nova invexerit aetas, quaeque communi - versetur, ut solacii ita terroris plena, quam supremus ludex extremo die
bus necessitatibus opitulantur, corporibus animisque misericordes se prae- edet: «Venite, benedicti Patris mei... esurivi enim, et dedistis mihi mandu-
stant. Quanto magis operariorum plebs atque indigentium in semet ipsa care; sitivi, et dedistis mihi bibere... Amen dico vobis, quamdiu fecistis
experietur quidnam caritatis studium, Iesu Christi virtute incensum, in uni ex his fratribus meis minimis, mihi fecistis». Itemque alia ex adversa
sua ipsius commoda conferat, tanto magis praeiudicatas deponet opinationes, parte: «Discedite a me, maledicti, in ignem aeternum...: esurivi enim, et
Ecclesiam nempe efficacitatem suam amisisse, iisque favere, qui eius labore non dedistis mihi manducare; sitivi, et non dedistis mihi potum... Amen
abutantur. dico vobis: quamdiu non fecistis uni de minoribus his, nec mihi fecistis».
Iamvero, cum hic innumeram egentium turbam cernimus, qui variis de Ut tuta igitur aeterna vita reddatur, utque efficienter succurratur indi-
causis, quae non ex iisdem pendeant, summa egestate opprimuntur, illic gentibus, necesse omnino est et ad modestiorem vitam revertí, et volupta-
vero tot videmus homines, qui, milla moderatione adhibita, et voluptatibus tibus renuntiare, quae tam copióse ac vel vitiorum flagitiorumque plena
indulgent, et in res prorsus inútiles ingentes sumptus impendunt, tum faceré afferuntur; et sui ipsius denique, amore proximorum, oblivisci. Divina
non possumus quin magno cum animi dolore fateamur, ñeque probé omnes virtus, quae homines renovandi vim habet, hoc christianae caritatis «prae-
observare iustitiam, nec funditus intellegere quid christianae caritatis prae- cepto novo» continetur; fidelisque eidem obtemperatio, ut intimam pacem
ceptum postulet, ut in cotidianae vitae usum inducatur. animis indet, terrenae huic vitae ignotam, ita malis, quae humanum genus
Cupimus igitur, Venerabiles Fratres, hoc divinum mandatum, qua ser- cruciant, efficaci modo medebitur.
monibus, qua scriptis, magis magisque illustretur, quod vejuti insignita
tessera exstat, idcirco a Iesu Christo data, ut sui a ceteris ómnibus veri At vero caritas hoc nomine gloriari non potest, nisi iustitiae rationibus
discipuli dignoscantur; hoc mandatum dicimus, quod nos docet aerumnosos innitatur, ex Apostoli sententia: «Qui diligit proximum, legem implevit».
oírme genus quasi divinum ipsum Redemptorem inspicere, quodque nos 40
M t . 25,34-40.
inbet omnes homines eo amore, tamquam fratres, adamare, quo nos Servator 41
M t . 25,41-45.
42
lo. 13,34-
702 PÍO X I

quien ama al prójimo ha cumplido la ley. El mismo Apóstol explica DIVINI REDEMPX0RI9 70S
a continuación la razón de este hecho: pues mo adulterarás, no reconocimiento de ciertos derechos debidos al obrero, derechos que
matarás, no robarás...-», y cualquier otro precepto en esta sentencia la Iglesia ha reconocido y declarado explícitamente como obliga-
se resume: «Amarás al prójimo como a ti mismo»*!. Si, pues, según el torios. ¿Cómo calificar la conducta de ciertos católicos, que en al-
Apóstol, todos los deberes, incluso los más estrictamente obligatorios, gunas partes consiguieron impedir la lectura de nuestra encíclica
como el no matar y el no robar, se reducen a este único precepto su- Quadragesimo anno en sus iglesias patronales? ¿Cómo juzgar la acti-
premo de la verdadera caridad, una caridad que prive al obrero del tud de ciertos industriales católicos, que se han mostrado hasta hoy
salario al que tiene estricto derecho no es caridad, sino nombre enemigos declarados de un movimiento obrero recomendado por
vano y mero simulacro de caridad. No es justo tampoco que el Nos mismo? ¿No es acaso lamentable que el derecho de propiedad,
obrero reciba como limosna lo que se le debe por estricta obligación reconocido por la Iglesia, haya sido usurpado para defraudar a l .
de justicia; y es totalmente ilícita la pretensión de eludir con peque- obrero de su justo salario y de sus derechos sociales?
ñas dádivas de misericordia las grandes obligaciones impuestas por
la justicia. La caridad y la justicia imponen sus deberes específicos,
los cuales, si bien con frecuencia coinciden en la identidad del [Justicia social]
objeto, son, sin embargo, distintos por su esencia; y los obreros, [52]. Porque es un hecho cierto que, al lado de la justicia
por razón de su propia dignidad, exigen enérgicamente, con todo conmutativa, hay que afirmar la existencia de la justicia social, que
derecho y razón, el reconocimiento por todos de estos deberes a impone deberes específicos a los que ni los patronos ni los obreros
que están obligados con respecto a ellos los demás ciudadanos. pueden substraerse. Y es precisamente propio de la justicia social
[51 ]. Por esta razón, Nos nos dirigimos de un modo muy par- exigir de los individuos todo lo que es necesario para el bien común.
ticular a vosotros, patronos e industriales cristianos, cuya tarea es Ahora bien, así como en un organismo viviente no se atiende sufi-
a menudo tan difícil, porque habéis recibido la herencia de los erro- cientemente a la totalidad del organismo si no se da a cada parte
res de un régimen económico injusto que ha ejercitado su ruinoso y a cada miembro lo que éstos necesitan para ejercer sus funciones
influjo sobre tantas generaciones; tened clara conciencia de vuestra propias, de la misma manera no se puede atender suficientemente
responsabilidad. Es un hecho lamentable, pero cierto: la conducta a la constitución equilibrada del organismo social y al bien de toda
práctica de ciertos católicos ha contribuido no poco a la pérdida la sociedad si no se da a cada parte y a cada miembro, es decir, a los
de confianza de los trabajadores en la religión de Jesucristo. No qui- hombres, dotados de la dignidad de persona, todos los medios que
sieron estos católicos comprender que la caridad cristiana exige el necesitan para cumplir su función social particular. El cumplimiento,
. por tanto, de los deberes propios de la justicia social tendrá como
Quam quidem rem ita idem Apostolus interpretando explanat: «Nam: efecto una intensa actividad que, nacida en el seno de la vida econó-
non adulterabis; non occides; non furaberis; ... et si quod est aliud manda- mica, madurará en la tranquilidad del orden y demostrará la entera
tum, in hoc verbo instauratur: Diliges proximum tuum sicut teipsum». Si
igitur, secundum Apostolum, officia omnia, ac vel ea, quibus districto iure christianae caritatis vi agnoscenda, quae artificibus debeantur, quaeque Ic-
iubemur, ut ñeque occidamus, ñeque furemur, ad unum verae caritatis clesia aperte luculenterque declaraverit iisdem esse tribuenda. Ecquid de
praeceptum reducuntur; caritas, quae operaríum debita mercede privat, eorum agendi ratione censendum est, qui alicubi id consecuti sunt, ut in
non caritas est, sed vanum nomen et ficta species caritatis. Ñeque sane sacris suis patronalibus aedibus Encyclicae Litterae Quadragesimo anno ne
aequum est ut artifex veluti eleemosynam id aócipiat, quod sibi iustitiae legerentur? Quid de catholicis illis officinarum dominis, qui ordinandis
titulo debeatur; nec eo cuilibet contendere licet, ut se iustitiae debitis operariorum causae rationibus usque adhuc adversati sunt, quas Nosmet
eximat, parva misericordiae dona subrogando. Tum caritas tum iustitia ipsi commendavimus? Nonne deplorandum est, ius mancipii, ab Eccksia
sua imponunt officia, quae saepe, quamvis non iisdem rationibus, ad unam sancitum, idcirco usurpatum esse ut opifices mercede sua suoque sociali
tamen eamdemque rem pertinent; opifices vero, ita sua ipsorum dignitate iure defraudarentur ?
postulante, ad haec officia ómnibus dignoscenda, quibus ceteri erga eos
teneantur, Ecerrimo quodam animi sensu, iure meritoque feruntur. Verum enimvero, praeter iustitiam, quam commutativam vocant, socíalis
Quapropter vos peculiaii modo compellamus, christiani herí officinarum- etiam iustitia colenda est, quae quidem ipsa officia postulat, quibus ñeque
que domini, quibus proprium est saepenumero tam difficile munus, quan- artífices ñeque heri se subducere possunt. Atqui socialis iustitiae est id
doquidem illam errorum quasi hereditatem ab iniusto oeconomicarum rerum omne ab singulis exigere, quod ad commune bonum necessarium sit. Ut
regimine excepistis, quod in tot hominum aetates ruinóse influxit: officiorum autem, ad quamlibet viventis corporis compagem quod attinet, in universum
memores estote, quibus responderé debetis. Dolendum equidem est, sed consultum non est, nisi singulis membris ea omnia tribuantur, quibus eadem
tamen verum, quorumdam catholicorum agendi morem non parum contu- indigeant ad suas partes explendas; ita, ad communitatis constitutionem
lisse ad operariae plebis fiduciam ab Iesú Christi religione abalienandam. temperationemque quod pertinet, totius societatis bono prospici non potest,
Ii siquidem noluerunt mente animoque complecti certa quaedam iura esse nisi singulis membris, hominibus videlicet personae dignitate ornatis, i41ud
omne impertiatur, quod iisdem opus sit, ad sociale munus cuiusque suum
<s Rom. 13,8-9 exercendum. Si igitur iustitiae sociali provisum fuerit, ex eoconomicis lebus
uberes enascentur actuosae navitatis fructus, qui in tranquillitatis ordine
704 DIV1XI RliDKMl'TOUIS 705
I'IO XI

salud del Estado, de la m i s m a m a n e r a q u e la salud del c u e r p o h u - éstos una concurrencia de precios incompatible con los d e r e c h o s
m a n o se reconoce e x t e r n a m e n t e e n la actividad inalterada y, al m i s - d e los trabajadores—, es deber de los empresarios y p a t r o n o s e n
m o t i e m p o , plena y fructuosa de todo el organismo. estas situaciones sostener y p r o m o v e r las instituciones necesarias
q u e constituyan el m e d i o n o r m a l para p o d e r cumplir los d e b e r e s
[ 5 3 ] . P e r o n o se c u m p l i r á n suficientemente las exigencias de de la justicia. P e r o t a m b i é n los trabajadores d e b e n t e n e r s i e m p r e
la justicia social si los obreros n o tienen asegurado su p r o p i o sus- p r e s e n t e ' s u s obligaciones de caridad y de justicia para con los p a -
t e n t o y el d e sus familias con u n salario proporcionado a esta doble
tronos, y d e b e n convencerse de q u e de esta m a n e r a p o n d r á n a salvo
condición; si n o se les facilita la ocasión de adquirir u n m o d e s t o
con mayor eficacia sus propios intereses.
p a t r i m o n i o q u e evite así la plaga del actual p a u p e r i s m o universal;
• si n o se t o m a n , finalmente, precauciones acertadas en s u favor, p o r [55]- Q u i e n considere, p o r tanto, la estructura total de la vida
medio de los seguros públicos o privados, para el t i e m p o de la vejez, económica—como ya advertimos en n u e s t r a encíclica Quadragesi-
d e la enfermedad o del p a r o forzoso. E n esta materia conviene mo anno—, c o m p r e n d e r á q u e la conjunta colaboración de la justicia
repetir lo q u e h e m o s dicho en nuestra encíclica Quadragesimo armo: y de la caridad n o p o d r á influir en las relaciones económicas y s o -
«La economía social estará sólidamente constituida y alcanzará sus ciales si n o es por m e d i o de u n cuerpo de instituciones profesionales
fines sólo c u a n d o a todos y a cada u n o se provea de t o d o s los bienes e interprofesionales basadas sobre el sólido f u n d a m e n t o d e la d o c -
q u e las riquezas y subsidios naturales, la técnica y la constitución trina cristiana, unidas entre sí y q u e constituyan, bajo formas diver-
social d e la economía p u e d e n producir. Esos bienes d e b e n ser sufi- sas adaptadas a las condiciones de t i e m p o y lugar, lo q u e antigua-
cientemente a b u n d a n t e s p a r a satisfacer las necesidades y honestas m e n t e recibía el n o m b r e de corporaciones.
c o m o d i d a d e s y elevar a los h o m b r e s a aquella condición de vida
m á s feliz q u e , administrada p r u d e n t e m e n t e , n o sólo n o i m p i d e la [Estudio y difusión de la doctrina social ]
virtud, sino q u e la favorece en gran n ú m e r o » 4 4 .
[ 5 6 ] . Para d a r a esta acción social mayor eficacia es absolu-
[ 5 4 ] . Y si, como sucede cada día con mayor frecuencia, e n t a m e n t e necesario p r o m o v e r t o d o lo posible el estudio de los pro-
el régimen d e salariado los particulares n o p u e d e n satisfacer las blemas /sociales a la luz de la doctrina de la Iglesia y difundir por
obligaciones d e la justicia, si n o es con la exclusiva condición previa todas partes las enseñanzas de esa doctrina bajo la égida de la auto-
de q u e t o d o s ellos convengan en practicarla conjuntamente m e d i a n t e ridad constituida p o r D i o s en la m i s m a Iglesia. P o r q u e , si el modo,
instituciones q u e u n a n entre sí a los p a t r o n o s — p a r a evitar e n t r e de proceder de algunos católicos ha dejado q u e desear en el campo
económico y social, la causa de este defecto ha sido con frecuencia
maturescent, Civitatisque vim firmitudinemque ostendent; quemadmodum * 'la insuficiente consideración de las enseñanzas d a d a s por los Sumos
humara corporis valetudo ex imperturbata, plena fructuosaque eius opera Pontífices en esta materia. Por esto es s u m a m e n t e necesario que
dignoscitur.
Ñeque satis sociali iustitiae factum erit, nisi opifices et sibimet ipsis perniciosam—-Ínter se devinciant, tum dominorum operumque conducto-
et famüiae cuiusque suae victum tuta ratione ex accepta, reí consentanea, rum erit necessarias eas consociationes fovere atque provehere, quae ordi-
mercede praebere poterunt; nisi iisdem facultas dabitur modicam quamdam nariae radones exstent, quibus iustitiae officia expleri possint. Sed artífices
fortunam sibi comparandi, ad illud communis paupertatis ulcus vitandum, etiam suos ante oculos habeant caritatis ac iustitiae officia, sibique persua-
quod tam late diffunditur; nisi denique opportuna erunt in eorum com- deant, hoc modo, satius procul dubio suis utilitatibus provisum fore.
modum inita consilia, quibus iidem, per publica vel privata cautionis insti-
tuta, suae ipsorum senectuti, infirmitati operisquevacationiconsulerequeant. Totam igitur oeconomicarum rerum compaginem intuentibus videre
Qua in causa haec repetere iuvat, quae in Encyclicis Litteris Quadragesimo licet—quod iam in Encyclicis Litteris Quadragesimo anno notavimus—
armo diximus: «Etenim tum demum res oeconomico-socialis et veré consta- mutuam iustitiae caritatisque operam in oeconomicas ac sociales necessi-
bit et suos fines obtinebit, si ómnibus et singulis bona omnia suppeditata tudines influere non posse, nisi foederatae illae sodalitates, quas profe-
fuerint, quae opibus et subsidiis naturae, arte technica, sociali rei oecono- sionales et interprofessionales vocant, solido christianae doctrinae fundamento
micae constitutione praestari possunt; quae quidem bona tot esse debent, innixae, ea constituant, pro diversis locorum temporumque adiunctis, quae
quot necessaria sunt et ad necessitatibus honestisque commodis satisfa- corporatorum hominum collegia dicebantur.
ciendum, et ad nomines provehendos ad feliciorem illum vitae cultum,
qui, modo prudenter res geratur, virtuti non solum non obest, sed magno- Quo autem maior sociali eiusmodi actioni tribuatur efficacitas pernc-
pere prodest». cessarium est harum rerum studium, praelucentibus Ecclesiae praeceptis,
foveri quam máxime; eiusque praescripta ac mónita, potestate auspice a
Quodsi, ut saepius cotidie accidit, in salario rependendo, iustitiae sin- Oeo in ipsa Ecclesia constituía, quam latissime pervulgari. Nam si quorum-
guli obtemperare ea tantummodo condicione possunt, ut de eadem obtem- dam catholicorum. agendi ratio, in oeconomicarum ac socialium rerum
peratione secum omnes conveniant, earum nimirum consociationum ope, campo, aliquid habuit minus laude dignum, hoc saepenumero idcirco acci-
quae heros—ad vitandam rerum pretii contentionem, operariorum iuribus dit, quod iidem haud satis ea meditad essent, quae Summi Pontífices hac
super causa docuissent. Quamobrem itidem necesse est, ut omnes ex quo-
Encíclica Quadragesimo anno, 15 d e mayo de 1931: A A S 23 (1931) 202.
Docly. poiitif. $ í¡3
706 n o xi DIVIS-I RKriKMl'TOUTS 707

en todas las clases sociales se p r o m u e v a una más intensa formación contra los astutos engaños con q u e los comunistas h a n i n t e n t a d o y
en las ciencias sociales, adaptada en su m e d i d a personal al diverso sabido atraerse incluso a h o m b r e s de b u e n a fe.
grado d e cultura intelectual; y es s u m a m e n t e necesario t a m b i é n q u e
se p r o c u r e con toda solicitud e industria la difusión m á s amplia [Precaverse contra las insidias que usa el comunismo]
posible de las enseñanzas de la Iglesia a u n e n t r e la clase obrera. Q u e
las enseñanzas sociales de la Iglesia católica i l u m i n e n con la plenitud [58]. A u n q u e ya h e m o s insistido sobre estos p u n t o s en n u e s -
de su luz a todos los espíritus y m u e v a n las voluntades d e todos a tra alocución de 12 de m a y o del año p a s a d o 4 5 , juzgamos, sin e m -
seguirlas y aplicarlas c o m o n o r m a segura d e vida q u e impulse al bargo, necesario, venerables h e r m a n o s , volver a llamar vuestra a t e n -
c u m p l i m i e n t o concienzudo d e los múltiples deberes sociales. Así ción sobre ellos d e m o d o particular. Al principio, el c o m u n i s m o se
se evitará esa inconsecuencia y esa inconstancia en la vida cristiana manifestó tal cual era en toda su criminal perversidad; p e r o p r o n t o
q u e N o s h e m o s lamentado m á s de u n a vez, y q u e hacen q u e algunos advirtió q u e d e esta m a n e r a alejaba de sí a los pueblos, y p o r esto
católicos, a p a r e n t e m e n t e fieles en el c u m p l i m i e n t o de sus estrictos ha cambiado de táctica y procura ahora atraerse las m u c h e d u m b r e s
deberes religiosos, luego e n el c a m p o del trabajo, d e la industria con diversos engaños, ocultando sus verdaderos intentos bajo el
y d e la profesión, o e n el comercio, o en el ejercicio de sus funciones rótulo de ideas q u e son en sí m i s m a s b u e n a s y atrayentes.
públicas, p o r u n deplorable desdoblamiento d e la conciencia, lleven [ 5 9 ] . P o r ejemplo, viendo el deseo de paz q u e tienen todos
vina vida demasiado contraria a las claras n o r m a s d e la justicia y d e los h o m b r e s , los jefes del c o m u n i s m o a p a r e n t a n ser los m á s celosos
la caridad cristiana, d a n d o así grave escándalo a los espíritus débiles defensores y propagandistas del movimiento p o r la paz m u n d i a l ;
y ofreciendo a los malos u n fácil pretexto para desacreditar a la pero, al m i s m o t i e m p o , p o r u n a parte, excitan a los pueblos a la
propia Iglesia. l u c h a civil p a r a s u p r i m i r las clases sociales, lucha q u e hace correr
t57]- A esta renovación de la moral cristiana p u e d e contribuir ríos de sangre, y, p o r otra parte, sintiendo q u e su paz interna care-
extraordinariamente la propagación d e la prensa católica. L a prensa ce de garantías sólidas, r e c u r r e n a u n acopio ilimitado d e a r m a m e n -
católica debe, en p r i m e r lugar, fomentar el conocimiento m á s a m - t o s . D e Ta m i s m a manera, con diversos n o m b r e s q u e carecen d e
plio cada día de la doctrina social de la Iglesia d e u n m o d o variado t o d o significado comunista, fundan asociaciones y publican perió-
y a t r a y e n t e ; debe, en s e g u n d o lugar, d e n u n c i a r con exactitud, p e r o dicos cuya única finalidad es la de hacer posible la penetración de
t a m b i é n con la debida extensión, la actividad d e los enemigos y sus ideas e n m e d i o s sociales q u e d e otro m o d o n o les serían fácil-
señalar los medios d e lucha q u e h a n d e m o s t r a d o ser m á s eficaces m e n t e accesibles; m á s todavía, p r o c u r a n infiltrarse insensiblemente
p o r la experiencia repetida en m u c h a s naciones; debe, p o r último, hasta en las m i s m a s asociaciones a b i e r t a m e n t e católicas o religiosas.
p r o p o n e r útiles sugerencias para p o n e r en guardia a los lectores
tendis, quibus hi, ut nitebantur, sincerae fidei homines non paucos inesca-
libet societatis ordine, pro varia sua cuiusque cultura, socialibus disciplinis verint.
cotidie impensius instituantur; latque Ecclesiae id genus doctrina in ope-
rariam quoque plebem etiam atque etiam propagetur. Catholicae Ecclesiae Etsi haec, Allocutione a Nobis habita die XII maii superiore anno, iam
praecepta hominum mentes tuta luce sua collustrent, eorumque voluntates maximopere ursimus, tamen nihilominus, Venerabiles Fratres, in eadem
ita flectant, ut rectam indidem homines sumant vivendi normam, qua socie- ánimos vestros iterum convertere necessarium esse ducimus. Communismus
tatis officia sánete diligenterque impleantur. Ita enim omnes christiano- initio, ut re erat verá, scelestiorem, quam quod scelestissimum, se praebuit;
rum morum discrepantiae atque inconstantiae obstare enitentur, quas Nos at cum subinde sensisset ab se populos passim abalienari, ratione belli ge-
non semel conquesti sumus; e quibusque fit ut nonnulli suis utique religio- rendi mutata, multitudines per eiusmodi varii generis falladas captare nisus
nis ofnciis satisfacere videantur, qui tamen in laboris, industriae suique of- est, quae, quid ipsae intendant, doctrinis oceultant in se rectis atque i lie—
ficii provincia, yel in commercio publicove muñere exercendo, geminam cebrosis.
quodammodo conscientiae speciem induentes, eiusmodi vitam, proh dolor,
traducant, quae nimium quantum a luculentis iustitiae christianaeque cari- Ita, ut exemplis utamur, cura animadverterint communismi capita incen-
tatis praescriptionibus abhorreat. Qua profecto agendi ratione et gravem sis votis ad pacem anniti omnes, se fautores communium id genus nisuurn
nutantibus animis offensionem praebent, et causam improbis suppeditant, pro pace Ínter gentes universas constabilienda unos omnium studiossisimos
cur Ecclesiam ipsam detrectent. assimulant; at contra, ex altera parte populos ad contentionem de civitatis
ordinibus tollendis pariter commovent, unde acerbissimae proficiscuntur
Admodum sane ad hanc christianorum morum instaurationem con- caedes; ex altera vero, pacem se non habere tutam experti, arma quanta-
ferre potest catholicarum scriptionum propagatio, quibus illuc contendatur, cumque possunt ingentia parant. ítem nominibus, quae communismum ne
ut primo, varié leniterque hominum mentibus illectis, socialis ab Ecclesia significant quidem, confictis, vel consociationes condunt, vel commentarios
tradita disciplina planius innotescat in dies; ut post, accurate aeque ac certis diebus edunt, quae illuc unice spectant, ut errores suos mediis iis
fuse adversariorum coeptis patefactis, arma pariter indicentur, quae plurium hominum consortionibus interserant, ad quas, si secus agerent, irrepere neu-
locorum usus ad repugnandum aptiora repererit; ut postremo consilia pro-
ponantur opportima com-munistarum machinationibus atque fallaciis praever- ' ^ Discurso a los asistentes a la Exposición Internacional de Prensa Católica celebrada
ni liorna, 12 ele mayo de 1936: AAS 29 (1937) 139-144.
708 l'IO X I D1VIN1 RliDKMrTOlUS 709
E n otras partes, los comunistas, sin renunciar en nada a sus princi-
[Oración y penitencia]
pios, invitan a los católicos a colaborar amistosamente con ellos en
el campo del h u m a n i t a r i s m o y de la caridad, p r o p o n i e n d o a veces, [Oí ]. Pero si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan sus
con estos fines, proyectos completamente conformes al espíritu cris- centinelas41. P o r esto os e x h o r t a m o s con insistencia, venerables her-
tiano y a la doctrina de la Iglesia. E n otras partes acentúan su h i p o - manos, para q u e en vuestras diócesis promováis e intensifiquéis del
cresía hasta el p u n t o de hacer creer q u e el c o m u n i s m o en los países m o d o m á s eficaz posible el espíritu de oración y el espíritu de m o r -
de mayor civilización y de fe m á s p r o f u n d a adoptará u n a forma tificación.
más mitigada, concediendo a todos los ciudadanos la libertad de [ 6 2 ] . C u a n d o los apóstoles p r e g u n t a r o n al Salvador p o r qué
caitos y la libertad de conciencia. H a y incluso quienes, apoyándose no h a b í a n p o d i d o librar del espíritu maligno a u n e n d e m o n i a d o ,
en algunas ligeras modificaciones introducidas recientemente en la les respondió el Señor: Esta especie [de demonios] no puede ser lan-
legislación soviética, piensan q u e el c o m u n i s m o está a p u n t o de zada sino por la oración y el ayuno 4 8 . T a m p o c o p o d r á ser vencido
a b a n d o n a r su p r o g r a m a de lucha abierta contra Dios. el mal q u e hoy a t o r m e n t a a la h u m a n i d a d si n o se a c u d e a una
[ 6 o ] . P r o c u r a d , venerables h e r m a n o s , con s u m o cuidado q u e santa e insistente cruzada universal d e oración y penitencia; p o r
los fieles n o se dejen engañar. El c o m u n i s m o es intrínsecamente esto r e c o m e n d a m o s s i n g u l a r m e n t e a las O r d e n e s contemplativas,
malo, y n o se p u e d e admitir q u e colaboren con el c o m u n i s m o en masculinas y femeninas, q u e r e d o b l e n s u s súplicas y sus sacrificios
t e r r e n o alguno los q u e quieren salvar de la ruina la civilización para lograr del cielo u n a poderosa a y u d a a la Iglesia en sus luchas
c r i s t i a n a 4 6 . Y si algunos, inducidos al error, cooperasen al estable- presentes, p o n i e n d o p a r a ello c o m o intercesora a la inmaculada
cimiento del c o m u n i s m o en sus propios países, serán los p r i m e r o s M a d r e de D i o s , la cual, así como u n día aplastó la cabeza d e la anti-
en pagar,el castigo de su e r r o r ; y cuanto m á s antigua y luminosa es gua serpiente, así t a m b i é n es h o y la defensa segura y el invencible
la civilización creada por el cristianismo en las naciones en q u e el Auxilium Christianorum 4 9 .
c o m u n i s m o logre penetrar, t a n t o mayor será la devastación que en
ellas ejercerá el odio del ateísmo comunista. [V. M I N I S T R O S Y AUXILIARES DE ESTA OBRA SOCIAL DE LA I G L E S I A ]

üquam possent; quin etiam in catholicas religiosasve sodalitates perfidiose [Los sacerdotes]
omnibusque viribus serpere compluries student. ítem fit alicubi ut, de doc-
trina sua nullo modo desistentes, catholicis hominibus auctores iidem sint [ 6 3 ] . T a n t o p a r a la o b r a m u n d i a l d e salvación, q u e h e m o s
mutuae sibimetipsis operae, nunc in humanitatis, nunc in caritatis provincia descrito hasta aquí, c o m o para la' aplicación de los remedios, q u e
nitro ferendae; quam ad rem coepta interdum proferunt, omnino cum chris-
tiano sensu cumque Ecclesiae doctrina congruentia. Alus vero locis, eo si- Attamen «... nisi Dominus custodierit civitatem, frustra vigilat qui cus-
mulationis iidem procedunt, ut gentibus non nunquam suadeant, in regio- todit eam». Vos igitur, Venerabiles Fratres, vehementer cohortamur in vestra
nibus ubi aut christiana fides aut humanitatis cultus altius insederit, com- cuiusque dicione elaborare, cura quanta poteritis máxima, ut constans pre-
munismum esse procul dubio lenius se gesturum, facta singulis libértate, sive candi studium suique castigandi reviviscat, atque cotidie magis incalescat.
Summi Dei colendi, sive quae quisque maluerit de religione iudicandi. Sunt C u m enim e Christo Iesu olim setscitarentur Apostoli quare a lym-
immo nonnulli qui, ex aliquantula inducta recens in bolscevistarum leges phato nomine daemonem ipsi deicere nequivissent, Is respondit: «Hoc ge-
mutatione efficiant, in eo esse communismum ut a consilio cum Deo decer- mís non eicitur nisi per orationem et ieiunium». Rati ergo malis, quibus
tandi tándem aliquando absistat. aetate hac nostra humanum genus excruciatur, remedium afferri nulla alia
Agítedum, Venerabiles Fratres, date impensissime operam, ut fideles posse ratione, nisi omnes per orationem et poenitentiam in communem
veluti hostem strenue sancteque quasi compugnaverínt, apud universos,
ab insidiis caveant. Communismus cum intrinsecus sit pravus, eidem milla
at prae primis apud religiosos utriusque sexus ordines divinis contemplandis
in re est adiutrix opera ab eo commodanda, cui sit propositum ab excidio
rebus devotos, instamus enixe, ut supplicationibus suique ipsorumeas-
christianum civilemque cultum vindicare. Si qui vero in errorem inducti tigationibus multiplicatis, a Deo validam Ecclesiae suae opem in tam dif-
opem communismo in regionibus suis constabiliendo tulerint, erroris ipsi sui ficili temporum cursu impetrent, deprecatrice apud Deum utentes Deipara
poenas primi luent; ac quanto in antiquiore ac clariore humanitate, a chris- Immaculata, quae, ut olim antiqui serpentis caput contrivit, ita semper
tiano utique nomine invecta, gloriatur civitas ad quam perlabatur communis- tutissimum praesidium est ínvictumque Auxilium christianorum.
mus, tanto perniciosior in eadem atheorum ira exardescet.
*t Véase el decreto del Santo Oficio d e 23 d e juüo de 1936 condenando la revista Teñe V
Nouvelle, «órgano de los cristianos revolucionarios». Esta condetiación es al mismo tiempo
un aviso preventivo frente a los libros, periódicos y revistas q u e defienden—con el pretexto Sicut ad salutare huiuscemodi ubique terrarum perficiendum opus, quod
de una amistosa cooperación en obras de caridad—la colaboración de los católicos con los dicendo hactenus persecuti sumus, ita ad remedia, quae praecise docui-
comunistas: AAS 28 (1936) 294.
• " Ps. 121 (122),1.
48 ~Mt. 17,20.
49 Véase la encíclica Ingravescentibus malis, d e 29 de septiembre d e 1937, sobre e! re?:o
del Santo Rosario para alejar los peligros del comunismo: A A S 29 (1937) 373-38o.
710 n o xi DIVINI KKDKMI'TOKIS 711

h e m o s indicado brevemente, Jesucristo ha elegido y señalado a sus Quadragesimo armo; y saludamos con p a t e r n o agrado el i n d u s t r i o -
sacerdotes como los primeros ministros y realizadores. A los sacer- so celo pastoral de t a n t o s obispos y sacerdotes q u e , con el uso
dotes les ha sido confiada, p o r especial voluntad divina, la misión p r u d e n t e de las d e b i d a s cautelas, proyectan y e x p e r i m e n t a n n u e v o s
de m a n t e n e r encendida y esplendorosa en el m u n d o , bajo la guía m é t o d o s de apostolado m á s adecuados a las exigencias m o d e r n a s .
de los sagrados pastores y en u n i ó n de filial obediencia con el Vica- Sin e m b a r g o , t o d o lo hecho en este c a m p o es a ú n demasiado poco
rio d e Cristo en la tierra, la l u m b r e r a de la fe y d e infundir en los para las presentes necesidades. Así como, cuando la patria se halla
fieles aquella confianza sobrenatural con q u e la Iglesia, en n o m b r e en peligro, t o d o lo q u e n o es estrictamente necesario o n o está direc-
de Cristo, h a c o m b a t i d o y vencido en t a n t a s batallas a lo largo de t a m e n t e o r d e n a d o a la u r g e n t e necesidad d e la defensa c o m ú n pasa
su historia: Esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe 5 0 . a s e g u n d a línea, así t a m b i é n , en n u e s t r o caso, toda otra obra, por
[ 6 4 ] . E n esta materia recordamos de m o d o particular a los m u y h e r m o s a y b u e n a q u e sea, d e b e ceder necesariamente el puesto
sacerdotes la exhortación, t a n t a s veces repetida p o r n u e s t r o p r e d e - a la vital necesidad d e salvar las bases m i s m a s de la fe y de la civili-
cesor, d e feliz memoria, L e ó n X I I I , d e ir al o b r e r o ; exhortación zación cristianas. P o r esta razón, los sacerdotes en sus p a r r o q u i a s
q u e N o s hacemos nuestra c o m p l e m e n t á n d o l a con esta aclaración: conságrense, n a t u r a l m e n t e , en p r i m e r lugar al ordinario cuidado y
«Id especialmente al o b r e r o p o b r e ; m á s todavía, id en general a los gobierno de los fieles, p e r o d e s p u é s d e b e n necesariamente reservar
necesitados», como m a n d a n las enseñanzas d e Jesús y de su Iglesia. la mejor y la m a y o r p a r t e d e s u s fuerzas y d e su actividad para recu-
L o s necesitados son, en efecto, los q u e están m á s expuestos a las perar p a r a Cristo y para la Iglesia las masas trabajadoras y para lograr
m a n i o b r a s de los agitadores, q u e explotan la mísera situación de los q u e q u e d e n de n u e v o saturadas del espíritu cristiano las asociaciones
necesitados p a r a e n c e n d e r en el a l m a d e éstos la envidia contra los y los p u e b l o s q u e h a n a b a n d o n a d o a la Iglesia. Si los sacerdotes
ricos y excitarlos a t o m a r p o r la fuerza lo q u e , según ellos, la for- realizan esta labor, hallarán, c o m o fruto d e su trabajo, u n a cosecha
t u n a les ha n e g a d o injustamente. Pero, si el sacerdote n o va al o b r e - superior a t o d a esperanza, q u e será p a r a ellos la recompensa del
ro y al necesitado para prevenirlo o para desengañarlo d e t o d o p r e - d u r o trabajo d e la p r i m e r a roturación. E s éste u n hecho q u e h e m o s
juicio y d e t o d a teoría falsa, ese obrero y ese necesitado llegarán a visto c o m p r o b a d o e n R o m a y en otras grandes ciudades, d o n d e en
ser fácil presa de los apóstoles del c o m u n i s m o . las nuevas iglesias q u e van surgiendo e n los barrios periféricos se
van r e u n i e n d o celosas c o m u n i d a d e s parroquiales y se operan ver-
[65 ] . N o p o d e m o s negar q u e se h a h e c h o ya m u c h o en este
daderos milagros de conversión en poblaciones q u e antes eran h o s -
campo, especialmente después de las encíclicas Rerum novarum y
tiles a la religión por el solo hecho d e n o conocerla.

mus, morbis adhibenda, effectores ac ministros Christus Iesus sacerdotes operis collatum ad hoc tempus fuisse; ac propterea paterno studio eorum
silos in primis elegit atque constituit. His namque munus, peculiari Dei Episcoporum ac Sacerdotum sollertes curas hoc loco prosequimur, qui, cau-
numine, mandatum quidem est, ut, sacris Pastoribus usi ducibus ac Christi tiones, quas res habeat, opportune adhibentes, novas vias novosque aditus
in terris Vicario modestissime studioseque obsecuti, ardentem fidei fácem ad nostram hanc aetatem accommodata, in hoc genere explorant atque ex-
universo hominum generi millo non tempore praeferant, simulque illam periuntur. Attamen quae in istiusmodi rem adhuc usque gesta sunt, nos-
catholicis viris supemam spem perpetuo iniiciant, quá Ecclesia nisa sem- trorum temporum usibus nimiopere imparia esse constat. Quemadmodum,
per tot retulit victorias quot praelia Christi causa commisit: «Haec est vic- cum publica res periclitatur, cetera posthabentur omnia, quae vel ad vitam
toria quae vincit mundum, fides nostra». necessaria minime sint, vel directo ad civitatis propugnationem non spec-
tent, eodem fere modo, in re de qua loquimur, alia cuiusvis generis coepta,
Qua in re illud nominatim in sacerdotum memoriam revocantes quod
quamvis utilissima atque pulcherrima, postferri oportet necessitati ipsa
f. r. Decessor Noster Leo XIII in iis cohortandis pronunuavit, ad opifices
christianae fidei christianaeque humanitatis communiendi fundamenta.
nempe iisdem adeundum esse, idipsum Nostrum faciendum hoc additamen-
Quam ob causam qui in singulis quibusque paroeciis versantur sacerdotes,
to putamus: «Ad opifices egenos potissimum prodite; immo, in universum,
cum primus, ut par est, in communem curationem et administrationem fide-
ad indigentes prodite»; quemadmodum Christi eiusque Ecclesiae doctrina
lium incubuerint, mox optimam maximamque diligentiae suae vim illuc
iubet. Turbulenti enim nomines eos, qui in egestate versantur, insidiis
intendant necesse est, ut simul operariorum multitudines Christo recipiant
prae ceteris petuñt; quandoquidem e miseris, quibus hi conflictantur rebus,
et Ecclesiae, simul hominum consociationes atque communitates, quae magis
facilem confmgunt causam, qua eosdem in divitum invidiam rapiant vehe-
desipuerint, christiano spiritu ab integro imbuant. Quod porro si praestite-
menterque commoveant, ut in omnia violenter involent, quae sibi inique
rint qui e sacro ordine sunt, ne addubitent quin aliquando e sollicitudine sua
recusata a fortuna arbitrentur. Quodsi sacerdos opificibus atque egenis non
sint necopinatorum fructuum affatim percepturi, qui loco eis mercedis
oceurrat, ut a qualibet eos, tum praeiudicata opinione, cum doctrina com-
equidem futuri sunt, ob datam primum laboriose operam animis funditus
menticia aut prohibeat aut liberet, millo negotio iidem sunt communismi
novandis. Hoc, ut exemplis utamur, revera contigisse Romae aliisque in
praeconibus in arbitrium cessuri.
frequentissimis urbibus animadvertimus, ubi, ad sacras aedes in extremis
Enimvero non diffitemur in huiusmodi provinciam, post datas praeser- vicis recens exaedificatas, paroeciales íidelium coetus studiose coalescunt,
tim Encyclicas Litteras Rerum novarum et Quadragesimo armo, multum ac mirifice eorum mores civium commutantur, qui religionem hac una d e
50
causa a,versati fuerint, quod eam omnino ignoraverint.
I lo. 5,4.
712 pío xi DIVINI KEDKMI'l'OKIS 713

[ 6 6 ] . Pero el m e d i o m á s eficaz de apostolado e n t r e las m u c h e -


d u m b r e s d e los necesitados y de los h u m i l d e s es el ejemplo del [La Acción Católica] '
sacerdote q u e está a d o r n a d o de todas las virtudes sacerdotales, q u e
h e m o s descrito en n u e s t r a encíclica Ad catholici sacerdotal; pero [ 6 7 ] . D e s p u é s del clero dirigimos n u e s t r a paterna invitación
e n la materia presente es necesario de m o d o m u y especial q u e el a nuestros queridísimos hijos seglares q u e militan en las filas de la
sacerdote sea u n vivo ejemplo eminente d e h u m i l d a d , pobreza y Acción Católica, para N o s t a n q u e r i d a , y q u e , como en otra ocasión
desinterés, q u e lo conviertan a los ojos de los fieles en copia exacta h e m o s declarado 5 4 , constituye «una a y u d a p a r t i c u l a r m e n t e provi-
de aquel divino M a e s t r o q u e p u d o afirmar d e sí con absoluta cer- dencial» p a r a la obra de la Iglesia e n las difíciles circunstancias del
t e z a : Las raposas tienen cuevas, y las aves del cielo, nidos; pero el m o m e n t o presente. E n realidad, la A c c i ó n Católica realiza u n a u t é n -
Hijo del hombre no tiene dónde reclinar su cabeza 5 2 . U n a experiencia tico apostolado social, p o r q u e su finalidad última es la difusión del
diaria enseña q u e el sacerdote p o b r e y t o t a l m e n t e desinteresado, reino de Jesucristo n o sólo en los individuos, sino t a m b i é n en las
como enseña el Evangelio, realiza u n a maravillosa o b r a benéfica en familias y en la sociedad civil. P o r consiguiente, su obligación fun-
m e d i o del p u e b l o ; u n San Vicente d e Paúl, u n cura de A r s , u n C o t t o - d a m e n t a l es atender a la m á s exquisita formación espiritual d e sus
lengo, u n D o n Bosco y tantos otros son otras t a n t a s p r u e b a s de eSta m i e m b r o s y a la acertada preparación de éstos para combatir e n las
realidad; en cambio, el sacerdote avaro, egoísta e interesado, como santas batallas de D i o s . A esta labor formativa, hoy día m á s u r g e n -
h e m o s r e c o r d a d o ya en la citada encíclica, a u n q u e n o caiga, c o m o t e y necesaria q u e n u n c a , y q u e debe preceder siempre como r e q u i -
Judas, en el abismo de Ja traición, será, p o r lo m e n o s , u n vano sito fundamental de t o d a acción directa y efectiva, c o n t r i b u i r á n ex-
bronce que resuena y u n inútil címbalo que retiñe 5 3 , y con demasiada t r a o r d i n a r i a m e n t e los círculos de estudio, las semanas sociales, los
frecuencia u n estorbo, m á s q u e u n i n s t r u m e n t o positivo de la gracia, cursos orgánicos de conferencias y, finalmente, todas aquellas ini-
entre los fieles. Y si el sacerdote, lo m i s m o el secular q u e el regular, ciativas dirigidas a solucionar con sentido cristiano, en el t e r r e n o
tiene q u e administrar bienes t e m p o r a l e s p o r razón d e su oficio, práctico, los p r o b l e m a s económicos.
r e c u e r d e q u e n o sólo d e b e observar escrupulosamente todas las [ 6 8 ] . Estos soldados d e la Acción Católica, así p r e p a r a d o s ,
obligaciones de la caridad y d é la justicia, sino q u e , además, debe serán los p r i m e r o s e inmediatos apóstoles d e sus c o m p a ñ e r o s d e
m o s t r a r s e d e m a n e r a especial c o m o verdadero p a d r e de los p o b r e s .
trabajo y los valiosos auxiliares del sacerdote para extender p o r t o -
das p a r t e s la luz de la verdad y para aliviar las i n n u m e r a b l e s y gra-
Verumtamen vis una omnium validissima egenorum tenuiorumque ves miserias materiales y espirituales en i n n u m e r a b l e s zonas sociales
turbis christiane excolendis, exemplo equidem continetur sacerdotis, qui
refractarias h o y día m u c h a s veces a la acción del ministro d e D i o s
earum choro virtutum circumfundatur, quarum in Litteris Encyclicis a
Nobis datis Ad catholici sacerdotii seriem adhortando recensuimus; sed hac
in causa Dei administros nominatim opus est vitae modestia, tenuitate, abs- Post Clerum, carissimos e laicorum ordine filios Nostros paterne com-
tinentia eo usque eminere ut sese apud fideles ad absolutissimam referant pellamus in Catholica Actione militantes, quam tantopere et in amore ha-
íormam Divini Magistri, qui de seipso fidenter loquebatur: «Vulpes foveas bemus et, pro opportunitate, «adiumentum peculiari Dei providentia» in
habent et volucres caeli nidos: Filius autem hominis non habet ubi caput tam difficili rerum cursu Ecclesiae datum professi sumus. Actio nimirum
reclinet». Quotidianis enim experimentis cognitum est tenuioris vitae sacer- Catholica, cum in hoc demum certet, ut Iesus Christus, tum in singulos,
dotes, qui ex evangélica doctrina suis reipsa utilitatibus nullo modo inser- cum in domesticum civilemque convictum feliciter dominetur, sociali, ut
viant, mirifica semper conferre in christianam plebem beneficia: uti exem- aiunt, apostulatu defungi dicenda est. Ea igitur prae primis constanter ela-
plis S. Vincentii a Paulo, S. Ioannis B. Vianney, S. Iosephi B. Cottolengo, boret necesse est, ut sodalium suorum ánimos, quam diligentissime potest,
S. Ioannis Bosco, innumerabilium aliorum confirmatur; dum, contra, avari excolat, atque ad certamina Dei causa certanda exerceat. Sodalium huius-
sacerdotes, qui omnia emolumentis suis et commodis metiantur, ut in eis- modi institutioni, si qua alia, nostra hac aetate praesentissimae ac perne-
dem Encyclicis Litteris Nostris ostendimus, quamvis eq, impietatis non cessariae, quae omnem vitae actionem, fundamenti instar, praecedat oppor-
processerint, quo ludas Christi proditor, nihilominus vanum «aes sonans» tet, mirum in modum conducent, primum coetus studii cauea instituti, dein-
atque inane «cymbalum tinniens» exsistent; ac saepenumero tantum aberit de habitae identidem per hebdomadam de socialibus rebus congressiones,
ut iidem in fideles divinam defundant gratiam, ut potius ab iisdem prohi- tum acroases ex ordine factae, ac postremo omnia varii generis coepta, quae
beant. Quodsi utriusque cleri sacerdotes e suo cuiusque muneris officio id máxime spectent, ut ostendant qua ratione qualive via oeconomicae
opes convenit administrare, meminerint tamen, non modo caritatis iusti- quaestiones christiane expediantur.
tiaeque leges sibi esse diligentissime observandas, verum etiam singulariter
enitendum ut sese pauperum reipsa patres exhibeant. Tam apte conformati Actionis Catholicae milites non est dubium quin
apud eos, quos habeant operis participes, primi exsistant apostoli, atque
5 l
20 de diciembre de 1935: A A S 28 (1936) 5-53. adiutricem sacerdotibus suam commodantes operam, assidue contendant
52 M t . 8,20.
53
sive veritatis lumen latius propagare, sive tot tantasque tum corporis t u m
I Cor. 13,1. animi miserias in mediis societatibus levare, quae Dei administrorum ideo
54
Cf. el discurso ya citado en la inauguración de la Exposición Internacional d e Prensa
Católica: A A S 29 (1937) 1930-144. Véase D C 3¡ (1936) 148SS.
r xl
714 í°
DlVlN'l KI'.DKMl'JOklS 715
por inveterados prejuicios contra el clero o p o r una lamentable apatía
religiosa. D e esta manera, los h o m b r e s de la Acción Católica, bajo por personas que, t e n i e n d o u n idéntico grado de cultura, se h a n
la dirección d e sacerdotes experimentados, realizarán u n a enérgica unido, impulsadas por la m i s m a naturaleza, en agrupaciones s o -
y valiosa colaboración en la labor de asistencia religiosa a las clases ciales acomodadas a su situación. J u z g a m o s q u e estas organizaciones
trabajadoras, labor q u e nos es t a n querida, p o r q u e consideramos tienen u n papel m u y i m p o r t a n t e q u e realizar, t a n t o en la labor d e
esta asistencia religiosa como el m e d i o m á s idóneo para defender introducir e n el E s t a d o aquel o r d e n equilibrado q u e t u v i m o s p r e -
a los obreros, nuestros queridos hijos, de las insidias comunistas. sente en nuestra encíclica Qiiadragesimo anno como en la difusión
[ 6 9 ] . A d e m á s de este apostolado individual, m u c h a s veces y en el reconocimiento de la realeza d e Cristo en todos los c a m p o s
oculto, pero útilísimo y eficaz, es t a m b i é n misión propia de la Acción de la cultura y del trabajo.
Católica difundir ampliamente, p o r medio de la p r o p a g a n d a oral [ 7 2 ] . Y si, p o r las transformaciones q u e ha e x p e r i m e n t a d o la
y escrita, los principios fundamentales, expuestos en los d o c u m e n t o s situación económica y la vida social, el E s t a d o ha j u z g a d o c o m o
públicos de los S u m o s Pontífices, para la administracion.de la cosa misión suya la regulación y el equilibrio d e estas asociaciones por
pública según la concepción cristiana. m e d i o de u n a específica acción legislativa, respetando, c o m o es
justo, la libertad y la iniciativa privadas, sin e m b a r g o , los h o m b r e s
de la Acción Católica, a u n q u e d e b e n t e n e r s i e m p r e en cuenta las
[Organizaciones auxiliares ]
realidades d e la situación presente, d e b e n t a m b i é n prestar su p r u -
[ 7 0 ] . E n t o r n o a la Acción Católica se alinean, como fuerzas d e n t e contribución intelectual a la cuestión, solucionando los nuevos
combatientes, algunas organizaciones q u e N o s h e m o s calificado en problemas según las n o r m a s de la doctrina católica, y consagrar su
otra ocasión c o m o auxiliares de aquélla. C o n p a t e r n o afecto exhor- actividad p a r t i c i p a n d o recta y voluntariamente en las nuevas formas
tamos t a m b i é n a estas organizaciones a participar en la gran misión e instituciones con la intención de hacer p e n e t r a r en éstas el espíritu
de q u e tratamos, y q u e a c t u a l m e n t e presenta u n a trascendencia no cristiano, q u e es s i e m p r e principio d e o r d e n en el aspecto político
superada por cualquier otra necesidad. y de m u t u a y fraterna colaboración en el aspecto social.

[Organizaciones de clase] [Llamamiento a los obreros católicos]

[71 ]. N o s p e n s a m o s t a m b i é n en las organizaciones integradas [73 ]. U n a palabra especialmente p a t e r n a q u e r e m o s dirigir aquí


por h o m b r e s o mujeres d e la m i s m a clase social: asociaciones de a nuestros q u e r i d o s obreros católicos, jóvenes o adultos, los cuales,
obreros, de agricultores, d e ingenieros, d e médicos, d e patronos, como p r e m i o de su heroica fidelidad en estos t i e m p o s t a n difíciles,
de h o m b r e s de estudio y otras semejantes, compuestas todas ellas h a n recibido una noble y a r d u a misión. Bajo la dirección de sus
obispos y de sus sacerdotes, d e b e n trabajar para traer de nuevo a la
obnituntur compluries navitati, quod vel temeré concepta de clero opinio-
ne laborant, vel religionem ipsam miserandum in modum neglegunt. Hac medicorum, herorum, litteratorumque, qui cum haberent communem eru-
iidem ratione, presbyteros usu atque exercitatione praeditos in ducatum ditionis gradum, in ordines sibi accommodatos, ipsa veluti natura duce,
adhibentes, viriliter animoque magno conspirabunt ad operariorum multi- coaluerunt. Has namque societates plurimum valere putamus sicut ad tem-
tudini in religiosis rebus assidendum; quod summae Nobis est curae, utpote perationem illam in res publicas inducendam, quam Lítteras Encyclicas
quod instrumentum ex ómnibus aptissimum habemus, quo artífices, dilecti Quadragesimo anno scribentes animo intendebamus, ita ad Christí regnum
filii Nostri, a communistarum fallaciis defendantur. in litterarum omne genus operumque campum enixe proferendum.
Praeter hanc vim, quae in singulos saepe privatim at salubriter semper Quodsi ob mutatum rerum oeconomicarum vel socialium staturn, rec-
efficienterque ínfluit, sodalium Actionis Catholicae est, modo verbis modo tores civitatis suum esse duxerunt legibus peculiaribus consocíationes ipsas
scriptis, eam late disseminare doctrinam, quae in publicis Summorum Pon- moderari ac temperare, salvis, ut aequum est, privatorum libértate et aucto-
tificum documentis inest, quaeque ad rem publicara christiane administran- ritate; Actionis tamen Catholicae sodales, quamquam praesentium rerum
dam conducit. rationem habeant oportet, prudenter nihilominus in causam tam studia
sua conferant, nostrorum temporum quaestionibus ad catholicae doctrinae
Ad Actionem Catholicam, in copiarum veluti modum, consocíationes normas enodandis, quam industriam impertiant suam recte libenterque
consistunt, quas íam Nosmet ipsi eiusdem auxiliarías appellavimus. Iamvero recentiora instituta eo consilio participantes, ut eadem christiano spiritu
huiusmodí quoque consocíationes paterno studio, hoc loco, hortamur eas, imbuant, unde reí publicae disciplina manat et civium fraterna ac mutua
de quibus agimus, praestantissimas partes sibi deposcere, quae nostris hisce in agencio conspiratio.
diebus tanti intersunt, quanti interesse máxime possunt.
Patris heic animo alloqui carissimos Nobis catholicos opifices, vel ado-
Sed praeterea animurn heic Nostrum ad eas sodalitates convertimus, lescente vel adulta aetate, libet, qui ob strenue servatam fidem in tanta
quae aut viris ex eodem ordine aut mulieribus coagmentantur: sodalitates, temporum iniquitate, honestum arduumque onus et munus, loco praemii,
praeter alias, dicimus operariorum, agricolarum, fabricationum artificum, accepisse videantur. His videlicet, sacrorum Antistitibus ac sacerdotibus
716 UIVIXl RKDKMl'Tc'KlS 717
PÍO X I
parecer superllua n u e s t r a advertencia. Sin embargo, la r e p e t i m o s de
e x a c e V í f D ' ° S a q u e ^ a s inmensas multitudes de trabajadores que, nuevo para aquellos q u e o n o la h a n c o m p r e n d i d o o n o la h a n q u e -
p o r u n a
•%nid J injusta i n c o m p r e n s i ó n o por el olvido de la rido c o m p r e n d e r . L o s q u e p r o c u r a n exacerbar las disensiones in-
de rj- a q u e tenían derecho, se h a n alejado, desgraciadamente, ternas entre los católicos i n c u r r e n en u n a gravísima responsabilidad
s U s J ? s ' D e m u e s t r e n los obreros católicos, con su ejemplo y con ante Dios y ante la Iglesia.
s a estos
e s u ¿j f- ' h e r m a n o s de trabajo extraviados q u e la Iglesia
'ama \ £ n a m a d r e para todos aquellos q u e trabajan o sufren y q u e
a sus5]" a d o ni
faltará a su sagrado deber m a t e r n o de defender {Llamamiento a todos los que creen en Dios]
e n ] 1 1 J ? S ' Y c o r n o esta misión que el obrero católico debe cumplir [75 ]• Pero en esta lucha entablada por el poder de las tinieblas
tfaba^ m m ? s ' e n l a s fábricas, en los talleres y en todos los centros de
contra la idea m i s m a de la Divinidad, esperamos confiadamente q u e
t ó l i c o ° ' e x ^ g e a v e c e s grandes sacrificios, r e c u e r d e n los obreros ca-
colaborarán, además de todos los q u e se glorían del n o m b r e cristia-
bajo S - q U e e l S a l v a d o r del m u n d o ha dado n o sólo ejemplo de tra-
no, todos los que creen en D i o s y a d o r a n a Dios, los cuales son t o -
• s l n o t a m b i é n ejemplo de sacrificio.
davía la inmensa mayoría d e los h o m b r e s .
[76]. R e n o v a m o s , por tanto, el llamamiento q u e hace ya cinco
[Necesidad de concordia entre ¡os católicos] años hicimos en nuestra encíclica Caritate Christi, para q u e t a m b i é n
ción d ^ todos n u e s t r o s hijos de toda clase social, de toda na- todos los creyentes colaboren leal y cordialmente para alejar de la
dir¡¿r t 0 d a asoc
i a c i ó n religiosa o seglar en la Iglesia, q u e r e m o s h u m a n i d a d el gravísimo peligro q u e amenaza a todos.
P o r q u U n - n u e v o y m á s apremiante llamamiento a la concordia. [ 7 7 ] . P o r q u e — c o m o entonces decíamos—, «siendo la fe en
d 0 p o e i m a S . d e u n a v e z n u e s t r o corazón de P a d r e se ha visto afligí - Dios el f u n d a m e n t o previo de t o d o o r d e n político y la base insusti-
bien "" divisiones internas entre los católicos, divisiones que, si tuible de t o d a autoridad h u m a n a , t o d o s los q u e n o q u i e r e n la des-
en
s u 1 1 3 0 6 " d e f u t ü e S causas, son, sin embargo, siempre trágicas trucción del o r d e n ni la supresión de la ley d e b e n trabajar enérgica-
misma c o n s e c u e n c i a s , p u e s enfrentan m u t u a m e n t e a los hijos de una m e n t e para q u e los enemigos de la religión n o alcancen el fin t a n
r la 1 lesia
e v 0 l u -™ § ' E s t a e s l a causa de q u e los agentes de la a b i e r t a m e n t e proclamado por ellos» 55.
s e l e s ' ' j . 0 " 1 1 u e n o son t a n numerosos, aprovechando la ocasión q u e
Se
guir° agudicen más todavía las discordias y acaben por con- canea reddere videantur, nihilo secius id genus adhortationem eorum
causa iterandam putamus, qui eam aut non intellexerint aut intellegere
católic S Ü í ? a y o r d e s e o , q u e es la lucha intestina entre los mismos
recusaverint. Qui exacuendis ínter catholicos discidiis dant operam, formi-
^ ^ J D e s p u é s d e los sucesos de estos últimos tiempos, debería dandum profecto onus tum a Deo tum ab Ecclesia in se recipiunt.

E > .eumaf m - et l a b o F e m dirigentibus, est apprime conandum ut ad Ecctesiam Sed ad vira propulsandam, qua «potestas tenebrarum» Dei ipsius opi-
circo ac' E l p s u m ingentes sui ordinis multitudines revocent, quae ira id- nionem ex intimis hominum mentibus evellere contendit, summa in spe
fu
erint i C e n s a e <3u°d ñeque iuste aestimatae ñeque in mérito habitae sumus cum eis, qui christiano nomine gloriantur, se etiam illos efficienter
bis a„ n o r e ' a D e ° . Proh dolor, desciverint. Catholici artífices, qua ver- coniuncturos esse, qui, longe máxima nempe hominum pars, Deum esse cre-
Ecclelia e f e m . p l ° aequalibus hisce suis de recta vía deductis declarent, dunt et adorant.
Sentur «m "'S 1 1 3 ^ matris animum in omnes gerere, qui seu labore fau- Illud igitur geminantes, quod quinqué abhinc annos in Encyclicis
na i n n afflictentur doloribus; atque, ut nunquam praeterito tempore, Litteris Caritate Christi scripsimus, hos iterum incitamus, ut pro sua quis-
Quod P 0 ? ' e r u m numquam ab officio filios suos tuendo discessuram esse. que parte in id sincera fide incumban!, ut gravissimum illud, quod ómni-
munus
que den¡ - a d fodinas, ad officinas, ad armamenfaria, quocum- bus impendet periculum, ab humano genere arceant.
,et
> t i i e m ^ 6 o p u s initur, proferendum, cura incommoda quandoque postu- Nam—ut tune temporis monebamus—: «Dei... agnitione, tamquam
Plo, p e r e ^ m t . catholici iidem operarii Christum Iesum cum operis exem- firmo cuiusvis civilis ordinis fundamento, cum humana quaelibet auctori-
Pessionis quoque exemplum coniunxisse.
tas innitatur necesse sit, qui omnium rerum legumque omnium perturba-
te, e q ^ * ü s a u t e m Nostris Ecclesiaeque filiis, e quovis ordine, e quavis gen- tionem ac resolutionem nolunt, ii strenue contendant oportet, ne religio-
lo
co firU ?? d e n ¡ q u e sodalicio reli giosorum laicorumve homínum, iterum hoc nis'hostes sua consilia, tam vehementer palamque conclamata, exsequan-
q u e inst
Etenim a m u s , l , t animorum concordiam pro viribus foveant. tur».
riln 0 Sem 1 acerbu
t ¡ni" " ? m animo Nostro dolorem discidia illa commove- 55
Líncíclica CaiilaL* Christi compulsi, 3 de mayo de l'932: AAS 24 (1932) 184.
s 8
' . in V c a t h o I i c o s viros concitata, quae, etsi ex inanibus nascuntur cau-
1Uctu
filios • °sos tamen desinunt exitus; cum eiusdem matris Ecclesiae
In
gens J l S e c o l l u c t a r i iubeant. Ita fit ut seditiosi homines, quorum non
id, q ü 0 Í agmen, datam occasionem nactí, discidia eadem exacuant atque
alios aH " ^ ' « e volunt, consequantur, ut videlicet cathoJicos homines
tum t e J e r S U S a l i o s soUicitent. Quamobrem, quamvis recentiores nostro-
m
P ° r u m eventus ita per se loquantur, ut mónita Nostra superva-
718 i>io x i DtVINl RF.DRMPTORIS 719

y no hay remedio q u e p u e d a i m p e d i r la gradual p e r o inevitable ruina


[Deberes del Estado cristiano] de los pueblos, de la familia, del E s t a d o y de la m i s m a civilización
humana»56.
¡Ayudar a la Iglesia]
[Disposiciones exigidas por el bien común]
[ 7 8 ] . H e m o s expuesto hasta ahora, venerables h e r m a n o s , la
misión positiva, de o r d e n doctrinal y práctico a la vez, q u e la Igle- [81 ]. A d e m á s , los gobiernos d e b e n consagrar su principal p r e -
sia ha recibido como propia en virtud del m a n d a t o a ella confiado ocupación a la creación de aquellos medios materiales de vida nece-
por Cristo, su autor y apoyo, de cristianizar la sociedad h u m a n a , y, sarios para el ciudadano, sin los cuales t o d o Estado, p o r m u y p e r -
en nuestros tiempos, de combatir y desbaratar los esfuerzos del co- fecta q'ue sea su constitución, se d e r r u m b a r á necesariamente, y a
m u n i s m o , y h e m o s dirigido, en v i r t u d de esta misión, u n llama- procurar trabajo especialmente a los padres d e familia y a la j u v e n -
m i e n t o a todas y a cada u n a de las clases sociales. t u d . Para lograr estos fines, i n d u z c a n los gobiernos a las clases ricas
a aceptar p o r razón d e b i e n c o m ú n aquellas cargas sin cuya a c e p -
[79 ]. P e r o con esta misión de la Iglesia es necesario q u e colabore tación n o p u e d e conservarse el E s t a d o n i p u e d e n vivir seguros los
positivamente el Estado cristiano, p r e s t a n d o a la Iglesia su auxilio en m i s m o s ricos. P e r o las disposiciones q u e los gobiernos a d o p t e n con
este c a m p o , auxilio que, si b i e n consiste en los medios externos q u e este fin d e b e n ser tales q u e pesen efectivamente sobre los ciudadanos
son propios del Estado, r e p e r c u t e necesariamente y en p r i m e r lugar q u e t i e n e n en sus m a n o s los grandes capitales y los a u m e n t a n cada
sobre el b i e n d e las almas. día con grave d a ñ o d e las d e m á s clases sociales.
[80]. P o r esta razón, los gobiernos d e b e n p o n e r s u m o cuidado
[Prudente y sobria administración]
en i m p e d i r q u e la criminal p r o p a g a n d a atea, destructora nata de
todos los fundamentos del o r d e n social, p e n e t r e en sus puebloá; [ 8 2 ] . P e r o la administración pública del propio Estado, de la
p o r q u e n o p u e d e haber a u t o r i d a d alguna estable sobre la tierra si cual es responsable el g o b e r n a n t e ante D i o s y ante la sociedad,
se niega la a u t o r i d a d de Dios, n i p u e d e t e n e r firmeza u n j u r a m e n t o d e b e necesariamente desenvolverse con u n a p r u d e n c i a y u n a so-
si se s u p r i m e el n o m b r e de D i o s vivo. -Repetimos a este propósito b r i e d a d t a n grandes, q u e sirva de ejemplo p a r a todos los ciudadanos.
lo q u e t a n t a s veces y con tanta insistencia h e m o s dicho, especialmen- H o y m á s q u e n u n c a , la gravísima crisis económica q u e azota al
m u n d o entero exige q u e los q u e disfrutan de inmensas fortunas,
te en n u e s t r a encíclica Caritate Christi: «¿Cómo p u e d e tener vigor
fruto del trabajo y del sudor de tantos ciudadanos, p r e t e n d a n exclu-
u n contrato cualquiera y q u é vigencia p u e d e tener u n t r a t a d o si fal-
sivamente el b i e n c o m ú n y p r o c u r e n a u m e n t a r lo m á s posible este
ta toda garantía d e conciencia, si falta la fe en Dios, si falta el t e -
b i e n c o m ú n . T a m b i é n los altos' cargos políticos del E s t a d o y t o d o s
mor de D i o s ? Q u i t a d o este cimiento, se d e r r u m b a toda la ley moral
nihilque impediré poterit, quominus gradatim, at necessario praecipites
ruant gentes, familiae, res publica ipseque humanae vitae cultus».
Persecuti hactenus sumus, Venerabiles Fratres, certum ac definitum
munus, simul ad doctrinam, simul ad vitae actionem spectans, quod Eccle- In hoc praeterea eorum qui publice imperant versari curas praecipuas
sia, Christo auctore ac statore suo, mandante, in se recepit, tum hominum oportet, ut illa civibus suis vitae adiumenta parent, quibus si iidem careant,
consortioni christiano spiritu imbuendae, cum in praesentia communistarum rem ipsam publicam, quantumvis recte compositam, concidere pronum
conatibus retundendis; atque in eiusmodi muneris partem universos ho- est; utque máxime patribus familias ac iuvenibus opera suppeditent. Quod
minum ordines advocavimus. ut civitatis gubernatores consequantur, bonorum possessores impellant ad
Sed in huiusmodi rem christiana quoque Civitas conferat opus est, ea onera, communis omnium utilitatis gratia, subeunda, quae si recusent,
Ecclesiae in hac provincia suam commodando operam, quae, Hcet externis ñeque civilis societas ñeque possessores ipsi in tuto esse possint. At in id
sui ipsius propriis instrumentis expromatur, fieri tamen non potest quin suscepta a rei publicae moderatoribus consilia eiusmodi sane esse debent,
prae primis in animorum utilitatem cedat. u t revera ad eos pertineant, qui et opibus copiisque affluant, et easdem coti-
die in proximorum grave detrimentum adaugeant.
Quamobrem, qui Civitatibus praesunt, illuc studia omnia ac consilia
sua impendant, ut prohibeant quominus nefanda atheorum commenta, ad Publicam autem ipsius civitatis administrationem, cuius aliquando sunt
ruinam cuiusvis humani convictus ementita, in suos irrepant popules; Deo et societati rationes reddendae, tanta niti oportet prudentia, tanta so-
cum nec ulla possit Ínter homines auctoritas, remota Dei auctoritate, con- brietate, ut ex ea cives omnes exemplum sibi sumant. Per hoc temporis,
sistere, nec ullum constare iusiurandum, Dei viventis nomine sublato. si unquam alias, molestissimum illud, quo cunctae gentes premuntur rerum
Qua de re opportunum ducimus ea nunc iterare, quae toties tantaque cura oeconomicarum discrimen postulat, ut qui peramplis utuntur fortunis,
perdocuimus, praesertim in Encycücis Litteris Caritate Christi: «... Qui tantorum civium sudore ac labore quaesitis, communem tantummodo
possunt humana consistere commercia, qui vim nancisci pactiones, ubi utilitatem intendant et, ut possunt, diligentissime augeant. Publici etiam
nullum sit conscientiae vadimonium, ubi nulla sit in Deum fides, nullus magistratus ac minoris ordinis administri ex religione cumúlate modeste-
Dei timor? Hoc enim sublato fundamento, omnis morum decidit léx,
56
Encíclica Caritate Christi compuísi, 3 de mayo de 1933: AAS 24 (1932) 190.
720 PÍO XI
TMVINI RF.DKMTTOKIS 721
los funcionarios públicos de la administración d e b e n cumplir sus
deberes p o r obligación de conciencia con fidelidad y desinterés, de los representantes del cristianismo y de los sagrados ritos de
siguiendo los luminosos ejemplos antiguos y recientes de tantos éste, ¿no se fomenta, acaso, el materialismo, del que nacen los p r i n -
h o m b r e s insignes q u e con u n trabajo infatigable sacrificaron t o d a cipios y las instituciones propias del c o m u n i s m o ? N i la fuerza h u -
su vida p o r el bien de la patria. Y en las relaciones m u t u a s de los m a n a mejor organizada n i los m á s altos y nobles ideales terrenos
pueblos entre sí d e b e n suprimirse lo más pronto posible todos esos p u e d e n d o m i n a r los m o v i m i e n t o s desordenados de este carácter,
i m p e d i m e n t o s artificiales de la vida económica q u e b r o t a n princi- q u e h u n d e n sus raíces precisamente en la excesiva codicia de los
p a l m e n t e d e u n sentimiento de desconfianza y de odio, p u e s todos bienes de esta vida.
los pueblos de la tierra forman una única familia nacida de Dios. [ 8 4 ] . N o s confiamos q u e los que actualmente dirigen el destino
de las naciones, por poco q u e adviertan el peligro extremo q u e a m e -
[Libertad de la Iglesia] naza h o y a los pueblos, c o m p r e n d e r á n cada vez mejor la grave obli-
gación q u e sobre ellos pesa de n o i m p e d i r a la Iglesia el c u m p l i m i e n t o
[83]. Pero, al m i s m o tiempo, el Estado debe dejar a la Iglesia
en plena libertad para q u e ésta realice su divina misión sobre las al- de su misión; obligación robustecida p o r el h e c h o de q u e la Iglesia, al
mas, si quiere colaborar de esta m a n e r a en la salvación de los pueblos procurar a los h o m b r e s la consecución de la felicidad eterna, trabaja
de la terrible t o r m e n t a de la hora presente. E n todas partes se t a m b i é n inseparablemente por la verdadera felicidad t e m p o r a l de
hace h o y día u n angustioso llamamiento a las fuerzas morales del los h o m b r e s .
espíritu, y con razón, p o r q u e el mal que hay q u e combatir es, con-
siderado en su raíz más profunda, u n mal de naturaleza espiritual, [Paterno llamamiento a los extraviados]
y d e esta corrompida fuente ideológica es de d o n d e brotan con u n a [85]. P e r o N o s n o p o d e m o s t e r m i n a r esta encíclica sin dirigir
lógica diabólica todas las m o n s t r u o s i d a d e s del c o m u n i s m o . A h o r a u n a palabra a aquellos hijos n u e s t r o s q u e están ya contagiados, o
bien, entre las fuerzas morales y religiosas sobresale incontestable- p o r lo m e n o s amenazados de contagio, p o r la epidemia del c o m u n i s -
m e n t e la Iglesia católica, y p o r esto el bien m i s m o d e la h u m a n i d a d m o . L e s exhortamos vivamente a q u e oigan la voz del P a d r e , q u e
exige q u e n o se pongan i m p e d i m e n t o s a su actividad. Proceder de los ama, y rogamos al Señor q u e los ilumine para q u e a b a n d o n e n
distinta m a n e r a y querer o b t e n e r el fin espiritual indicado con el resbaladizo camino q u e los lleva a u n a i n m e n s a y catastrófica
medios p u r a m e n t e económicos o políticos, equivale a incurrir nece- ruina, y reconozcan t a m b i é n ellos q u e el único Salvador es Jesucristo
sariamente en u n error s u m a m e n t e peligroso. P o r q u e , c u a n d o se N u e s t r o Señor, pues ningún otro nombre nos ha sido dado bajo el cielo,
excluye la religión de los centros de enseñanza, de la educación de entre los hombres, por el cual podamos ser salvos 5 7 .
la j u v e n t u d , de la moral de la vida pública, y se p e r m i t e el escarnio
Ecclesiae administri sacrique ritus despicatui habeantur, nonne illa pro-
que officio satisfaciant, exemplum sibi hac de re a praeclarissimis illis viris moveantur materialismi placita, unde communismi principia ordinationes-
petentes, qui, aut patrum aut nostra memoria, per industriam et laborem que oriantur? Ac reverá nec ulla humana potentia, vel optime instructa,
ssse rei publicae commodis impenderé non dubitaverint. In mutuis, vero nec terrenarum rerum vota, licet máxima atque excelsa spectent, effrena-
populorum commerciis quam primum commenticia impedimenta omnia tos id genus motus compescere possunt, qui ex eo profluunt, quod mortalis
in genere oeconomico discutienda sunt, a suspicionibus potissimum et si- huius vitae bona nimiopere expetuntur.
multatibus hinc illinc cnata, quippe cum populi omnes imam dumtaxat Iamvero futurum confidimus ut ii, quorum in manibus populorum for-
efficiant familiam, a Deo utique ortam. tuna est, si modo gravissimum animadverterint discrimen, quod in praesens
gentibus ómnibus ingruit, magis profecto magisque in dies sibi persuasum
At pariter Civitatum principes Ecclesiam sinant esse liberara ad divi- habeant, eo se officio teneri, ut • Ecclesiam a suo persolvendo muñere ne
nitus sibi concreditum munus in animorum salutem praestandum, si velint, • arceant; idque eo vel magis, quod dum eadem sempiternam hominum
data adiutrice opera, hac etiam via, populos a saevissima nostrorum tempo- beatitatem assequi contendit, temporariae etiam veri nominis prosperitati
rum proceJla efficienter liberare. Iure óptimo nostra hac aetate animorum comparandae augendaeque studet.
vires ubique terrarum sollicite incitantur; quandoquidem propulsandum
malum, si modo unde ídem primo exsurgat aestimetur, ánimos praecipue Antequam vero Encyclicis hisce Litteris finem facimus, eos quoque
afficere dicendum est; atque ex corruptis funditur opinationibus, luctuosa alloqui cupimus filios Nostros, qui vel iam communismi peste miserrime
atque impía communismi monstra necessitate quadam consequuntur. Atqui laborant, vel in eo sunt ut eodem inficiantur. Quemadmodum eos enixe
in ómnibus viribus, quae ad religionem colendam ordinandosque mores compellamus, ut amantissimi Patris dictis audientes sint, ita Deum vehe-
pertinent, sine controversia Catholica Ecclesia eminet; itaque fit ut humani menter rogamus, ut eorum mentes coilustrando, a lubrico eosdem itinere
ipsius generis salus postulet, ne eiusdem Ecclesiae actio et efficacitas in- abducat, per quod in luctuosum exitium transversi agantur; atque adeo
tercipiatur. Si vero secus agitur, ut idem propositum rationibus dumtaxat Christum Iesum, unum humani generis Servatorem, agnoscant: «...nec
vel oeconornicis vel civilibus intendatur, in errorem labi periculi plenum enim aliud nomen est sub cáelo datum hominibus, in quo oporteat nos
procui dubio necessarium est. Etenim ubi religio a litterariis ludís, a iuve- salvos fieri».
num educatione, a publicae vitae moribus prohibeatur; ubi Catholicae
" Act. 4,12.
722 PÍO xi DIV1NI KliDKMI'TOKIS 723

[CONCLUSIÓN ]
tras m a n o s p a t e r n a s y h a c e r descender sobre vosotros, sobre vuestro
clero y pueblo, sobre la gran familia católica, la bendición a p o s -
[San José, modelo y patrono] tólica.
D a d o e n R o m a , j u n t o a San P e d r o , e n la fiesta d e San José, P a -
[86]. F i n a l m e n t e , p a r a acelerar la paz de Cristo en el reino trono de la Iglesia universal, el día 19 d e marzo d e 1937, año
de Cristo, 5 8 p o r todos t a n deseada, p o n e m o s la actividad de la Iglesia decimosexto de nuestro pontificado.
católica contra el c o m u n i s m o ateo bajo la égida del poderoso P a t r o n o
d e la Iglesia, San José. manus, vobis, clero populoque unicuique vestrum concredito, atque adeo
innumerae catholicorum familiae, Apostolicam Benedictionem impertiamus.
[87]. S a n José perteneció a la clase obrera y e x p e r i m e n t ó p e r - Datum Romae, apud Sanctum Petrum, die xrx mensis martii, in festo
sonalmente el peso d e la pobreza en sí m i s m o y en la Sagrada Familia, sancti Iosephi, universae Ecclesiae Patroni, anno MDCCCCXXXVII, Ponti-
d e la q u e era p a d r e solícito y a b n e g a d o ; a San José fué confiado el ficatus Nostri décimo sexto.
Infante divino c u a n d o H e r o d e s envió a sus sicarios p a r a matarlo.
C u m p l i e n d o con t o d a fidelidad los deberes diarios d e s u profesión,
ha dejado u n ejemplo d e vida a todos los q u e tienen q u e ganarse el
p a n con el trabajo d e sus manos, y, después d e merecer el calificativo
d e justo 5 9 , h a q u e d a d o como ejemplo viviente d e la justicia cristiana,
q u e d e b e regular la vida social d e los h o m b r e s .
[88]. N o s , l e v a n t a n d o la m i r a d a , vigorizada.por la v i r t u d d e
la fe, creemos ya ver los nuevos cielos y la nueva tierra de q u e habla
n u e s t r o p r i m e r antecesor, San P e d r o 6 0 . Y m i e n t r a s las p r o m e s a s d e
los falsos profetas d e u n paraíso terrestre se disipan e n t r e crímenes
sangrientos y dolorosos, resuena d e s d e el cielo con alegría profunda
la g r a n profecía apocalíptica del R e d e n t o r del m u n d o : He aquí que
hago nuevas todas las cosas 61.
N o nos queda o t r a cosa, venerables h e r m a n o s , q u e elevar n u e s -

Ac denique ut exoptatam ómnibus pacem Christi maturemus in regno


Christi, actuosam Ecclesiae navitatem, quae atheorum communistarum co-
natibus obsistit, auspiciis atque tutelae sancti Iosephi concredimus, poten-
tissimi nempe Ecclesiae Catholicae Patroni.
Is enim cum ex operariae pkbis ordinibus esset, egestatis incommoda
ipsemet una cum commissa sibi Nazarethana familia perpessus est, cui
sedulo studioseque praeerat; atque eius curae Divinus Infans tum deman-
datus fuit, cum sicarios suos Herodes, internecionis causa, immísit. Itemque,
quotidiano officio suo fideliter cumulateque functus, iis ómnibus exemplo
fuit, quibus est cibus fabrili arte quaerendus; ac vir iustus mérito appellatus,
praeclarum illius christianae iustitiae'specimen exstat, quae socialem homi-
num vitam conformare debet.
Nos igitur, oculis sublime erectis, fidei virtute roboratis, «novos cáelos»
quasi cernimus ac «novam terram», d e quibus S. Petrus, primus Decessor
Noster, loquitur. Ac d u m ea, quac fallaces errorum praecones in hac mortali
vita assequenda pollicentur, tot sceleribus totque doloribus partís, evanes-
cunt; id quodammodo e cáelo iucundissime resonat, quod Divinus Redemp-
tor in Apocalypsi praecinit: «Ecce nova fació omnia».
Iam nihil aliud restat, Venerabiles Fratres, quam ut, paternas attollentes
58
P í o XI, encíclica Ubi arcano, 23 de d i c i e m b r e de 1922: A A S 14 (1922) 691.
5» M t . 1,19.
60
2 Petr. 3,13. Cf. Is. 65,17; 66,22; Apoc. 2 1 , 1 .
61
Apoc. 2 r , í
!• I RMISSIMAM CONSTANTIAM 725

F1RMISSIMAM CONSTANTIAM Finalmente, Pío XI habla en la Firmissimam constantiam acercade


la postura de los católicos frente a los gobiernos que oprimen a los ciudada-
nos con la negación arbitraria y total délos derechos fundamentales de la
Sobre la situación religiosa en Méjico persona humana% Se ha querido ver a veces en esta parte de la carta
una contradicción entre las normas que en ella da Pío XI y los princi-
pios establecidos por León XIII sobre la ilicitud radical de la rebelión.
La objeción es nula, porque la pretendida contradicción no existe. Los
términos de la comparación son distintos. León XIII establece la ilicitud
de la rebelión frente al poder constituido. Pió XI, en cambio, habla de
las condiciones a que está sometida la licitud del derecho a la resisten-
cia activa frente a un gobierno tiránico. Tesis tradicional de la filosofia
política católica, recogida de paso por el propio León XIII 1. La diver-
Concluye con esta carta el ciclo de los documentos solemnes consa- sidad de situación histórica explica y justifica la diferenciación de los
grados por Pío XI a la persecución religiosa en Méjico. La orientación extremos utilizados en la pretendida contradicción. León XIII se sitúa
de esta epístola apostólica es diferente de la que presentaban la Iniquis en el supuesto de una revolución frente a la autoridad legítima en el
afflictisque y la Acerba animi. No aparece destacado el tema perse- origen y en el ejercicio. Pío XI considera el caso totalmente distinto
cutorio. La insistencia temática recae sobre la acción positiva de defensa —teórica y prácticamente—de una inversión total en el uso del poder
del catolicismo en Méjico. La Firmissimam constantiam tiende más a por el gobernante. En este último caso, el pueblo tiene derecho a defen-
la solución de la crisis, superada ya al parecer, que a la lucha contra derse activamente frente a la agresión injusta de los que proceden con
la legislación persecutoria. una total arbitrariedad. La dificultad del tema no reside en el plano
Por otra parte, esta carta debe ser considerada como un auténtico del análisis especulativo, sino en la verificación práctica de las condi-
documento pontificio sobre la Acción Católica en Méjico. Es ésta preci- ciones legitimadoras de una aplicación concreta de la tesis general 2.
samente el objeto central de la atención del Papa. Dos puntos destacan
en este orden: primero, la necesaria formación de apóstoles seglares,
BIBLIOGRAFÍA
colaboradores del clero; segundo, la dedicación de estos hombres a las
obras sociales. Con relación a la formación de los apóstoles seglares de MONS. A. HERRERA ORIA, La palabra de Cristo 2. a ed. t.8 p.789-792 (Ma-
la Acción Católica, el documento expone tres principios básicos, que drid 1956).—CARD. A. OTTAVIANI, Deberes del Estado católico con la religión:
son otros tantos requisitos indispensables de todo genuino apostolado: E 13*(1953) 1,461-462.488-490.
la acción exterior del seglar católico, por ser apostólica, debe derivar
de la plenitud interior de una sólida vida espiritual; sin soledad interior SUMARIO
y unión con Dios no puede haber verdadera acción apostólica. Hay que
mantener el criterio cualitativo de la preparación idónea sobre el espe- I. Constancia del catolicismo mejicano en general. Ha habido, sin em-
jismo cuantitativo del número. No se debe trastocar el orden jerárquico bargo, algunas dolorosas apostasías. Esta carta es una palabra de
de los valores; lo primero de todo es la santificación personal del apóstol, aliento para los católicos perseguidos. Pero su objeto propio es in-
y esto es lo mismo que afirmar la necesidad de una formación y de una sistir en dos puntos importantes: la santidad del clero y la formación
acción que atienda a la soledad y a la profundidad, evitando el escollo de los seglares.
de lo fácil, lo aparente y lo meramente superficial. II. La selección y formación del clero es el problema más vital de todos
los relativos al porvenir de la Iglesia. Pero hoy es imposible en Méjico
Una vez preparado el apóstol seglar de la Acción Católica, debe reconquistar las almas perdidas sin contar con la colaboración de
éste adentrarse en el campo d,e las obras sociales. Pío XI repite aquí los seglares. Dediquen, pues, los sacerdotes sus mejores energías a
la distinción capital en materia de apostolado seglar. Las actividades la Acción Católica. Para esto llenen su predicación de sana doctrina
políticas no pertenecen a la Acción Católica; pertenecen exclusiva- escriturística e íntima unción. La solidaridad mutua de los miembros
mente a los hombres de ésta, pero sólo como personas particulares. La del Cuerpo místico exige este trabajo de los seglares en el apostolado
idea general que regula este acercamiento y penetración de la Acción de la Iglesia. Este apostolado no es fruto de una tendencia puramente
Católica en el medio social es la de que hay que consagrarse especial- natural a la acción; es fruto de una sólida formación interior. Pero
hay que atender más a la calidad que al número de los colaboradores.
mente a la defensa de las clases necesitadas. Él sacerdote católico y el
Este trabajo de formación debe ser sólido, profundo, silencioso y
seglar católico deben convertirse en defensores de los humildes; deben enderezado primordialmente a la santificación del alma.
denunciar las injusticias sociales, cuidando, sin embargo, de no legiti-
mar la violencia y no incurrir en apresuramientos peligrosos en las in- 1
Véase la encíclica Libertas praestantissimum [31].
novaciones y cambios sociales. -• Cf. I. GONZÁLEZ. S. I., Ethica: BAC, Philosophiae Scholasticac Summa t.3 (2.a ed.)
P.S4.Í-844 (Madrid 1957).
726 pío x i
FIRMISSIMAM CONSTANTIAM 727
III. Sin embargo, la Acción Católica debe comprender también las obras
sociales que procuran realizar los principios de la justicia y de la [i ]. N o s es m u y conocida 1, venerables h e r m a n o s , y para n u e s -
caridad, liberándose de toda responsabilidad en el campo puramente t r o corazón paternal g r a n motivo d e consuelo, vuestra constancia,
técnico. Sólo la doctrina católica puede solucionar los problemas la de vuestros sacerdotes y la d e la mayor p a r t e d e los fieles meji-
sociales que aquejan a la nación mejicana. canos en profesar a r d i e n t e m e n t e la fe católica y en resistir las i m -
En materia de derecho de propiedad hay que evitar el silencio posiciones de aquellos q u e , i g n o r a n d o la divina excelencia de la re-
culpable ante la injusticia, la violencia en las reclamaciones y la im- ligión de Jesucristo y conociéndola sólo a través d e las calumnias
provisación repentina en los cambios. d e sus enemigos, se e n g a ñ a n creyendo n o p o d e r hacer reformas fa-
El clero debe prestar al obrero asistencia material y asistencia reli- vorables al p u e b l o si n o es c o m b a t i e n d o la religión d e la gran
giosa; este deber presenta una mayor urgencia con relación a la
población agrícola mejicana. Los emigrados necesitan también un mayoría.
especial cuidado por parte del clero. Otro sector de trabajo es el [ 2 ] . Pero, p o r desgracia, los enemigos de D i o s y de Jesucristo
sector estudiantil. Los estudiantes deben adquirir una sólida prepa- h a n logrado atraer a u n a m u c h o s tibios o tímidos, los cuales, si bien
ración intelectual, basada en la filosofía cristiana y en la instrucción adoran a D i o s en lo íntimo de sus conciencias, sin e m b a r g o , sea p o r
religiosa. Papel de las juventudes universitarias católicas en la Acción respeto h u m a n o , sea p o r t e m o r d e males terrenos, se hacen al m e -
Católica.
nos materialmente cooperadores d e la descristianización de u n p u e -
En cuanto a la educación de la niñez, hay que urgir dos graves
b l o q u e d e b e a la religión sus mayores glorias.
deberes: alejarlos de una escuela corruptora y proporcionarles una
escuela sana. Es este último uno de los problemas capitales de la [ 3 ] . C o n t r a s t a n d o con tales apostasías o debilidades, q u e nos
Iglesia mejicana. Para solucionarlo^hay que utilizar todos los medios afligen p r o f u n d a m e n t e , se nos hace todavía m á s laudable y m é r i t o - '
legales y todas las formas de organización necesarias. Lo dicho prueba ria la resistencia al mal, la práctica d e la vida cristiana y la franca
que la Acción Católica ocupa en la situación de Méjico un puesto profesión d e fe de aquellos numerosísimos fieles q u e vosotros, ve-
de primaria importancia y que no debe ser pospuesta a ninguna otra nerables h e r m a n o s , y con vosotros vuestro clero, ilumináis y guiáis,
obra.
dirigiéndolos con la solicitud pastoral y precediéndolos con el es-
IV. La vida cristiana necesita valerse de medios externos. Por consi- p l é n d i d o ejemplo de vuestra vida. Esto nos consuela e n m e d i o de
guiente, cuando son atacadas las más elementales libertades religio- nuestras amarguras, y engendra en N o s la esperanza d e días mejores
sas y cívicas, es natural que el ciudadano católico no se resigne ante
esta opresión y reivindique sus derechos. La Iglesia condena toda
insurrección violenta. El episcopado mejicano ha afirmado, además, D e rei catholicae in México condicione
que no resulta condenable, en un cierto supuesto extremo, la defensa
positiva de los propios derechos frente a la injusticia de los poderes Firmissimam constantiam plañe cognitam habemus, grato cum solacio
públicos. En esta materia hay que tener presentes algunos principios animi Nostri paterni, qua vos, Venerabiles Fratres, sacerdotes et plerique
generales: toda reivindicación social y política es un simple medio fideles Mexicani catholicam fidem profitemini atque iniquis obsistitis vexa-
que debe ser moralmente lícito, proporcionado al fin y eficaz. El uso tionibus eorum, qui, divinam Christi religionem penitus ignorantes, aut
de estos medios no pertenece al clero ni a la Acción Católica como per hostium calumnias depravatam dignoscentes, frustra arbitrantur, se
tales, aunque sí les pertenece preparar a los católicos para el uso legí- nequire sociales in populi utilitatem reformationes peragere, nisi religioni
timo de dichos medios. El clero y la Acción Católica deben procurar maximae partis civium repugnando.
la unión de todos los ciudadanos y el fomento de toda iniciativa At vero christiani nominis inimici, quamvis perpauci, multos profecto
social moralmente buena. La acción política de los católicos será sibi nomines devinxere, qui, seu fide torpentes, seu fracti demissique animo,
tanto más eficaz cuanto mayor sea la dosis de sobrenaturalidad en su dum Deum in conscientiae penetralibus adorant, timore tamen amittendae
vida. La recta formación del ciudadano cristiano incluye el cumpli- hominum aestimationis aut terrestrium malorum formidine perculsi, actione
miento perfecto de los deberes sociales y políticos, sobre todo en sua vel saltem negligentia haud parum conferunt ad radicitus evellendam
materia de voto y de unión y sumisión a la autoridad eclesiástica. christianam e populo religionem, quae tot tamque egregias laudes eidem
Obras impropias y obras propias de la Acción Católica en el cam- comparavit.
po social. Coordinación y pluralidad de obras. Unidad y autonomía. Prae miseranda horum a fide defectione vel trepidatione, de quibus Nos
V. Al episcopado mejicano pertenece dar la última decisión práctica intime vehementerque dolemus, laudabiliora sane exstant meritisque in-
en estos casos. Los fieles deben obedecer plenamente estas decisio- signiora intrépida mali recusado, christianae exercitatio vitae et libera fidei
nes de la jerarquía. Exhortación a la unidad, a la caridad y a la paz professio a compluribus fidelibus exhibita, quibus vos, Venerabiles Fratres,
dentro del trabajo común d e la Acción Católica. praelucente splendido vitae vestrae exemplo, pastorali sollicitudine mode-
ramini. Hoc quidem moerentem animum Nostrum solatur, hoc magnam
Nobis affert spem de futuro bono Mexicanae Ecclesiae, quae, heroicis virtu-
tibus roborata, et precibus doloribusque tot electorum animorum innixa,
1
Pío XI, epístola apostólica ai episcopado mejicano sobre la situación religiosa en Méjico:
AAS 29 (1937) 189-199. La traducción española incluida en el texto es la versión oficial
publicada en AAS 29 (1937) 200-211.
¡IRMISSIMAM COXSTVN'mM 72 J
728
wo x i quilos, habéis encontrado en esta alma ciudad, para vuestros cié-
fe •, a ^ l e s i a mejicana, la cual, reanimada con tanto heroísmo y sos- risos, u n refugio amplio y afectuoso en el Colegio Pío L a t i n o - A m e -
, a p o r l a s oraciones y sacrificios de tantas almas escogidas, n o ricano, el cual ha formado, y sigue formando, en ciencia y v i r t u d
p u e d e perecer, antes bien, florecerá m á s vigorosa y lozana, a tantos beneméritos sacerdotes, y q u e por s u labor inapreciable
lio rT S P r e c i s a m e n t e para reavivar vuestra confianza en el auxi- nos es p a r t i c u l a r m e n t e q u e r i d o . Pero, siendo casi imposible e n m u -
crist" ° Vf P a r a a n i m a r o s a continuar en la práctica d e u n a vida chísimos casos enviar vuestros a l u m n o s a R o m a , habéis trabajado
oca ' ^ n a y orosa os
dirigimos esta carta, y nos valemos de esta solícitamente p a r a hallar u n asilo en la hospitalidad de u n a gran
S1< n p a r a record aros
cias i ,. , cómo, en las actuales difíciles circunstan- nación vecina.
timk-°S m e m a s
eficaces para u n a restauración cristiana son, [ 7 ] . A l felicitaros p o r t a n laudable iniciativa, q u e está ya con-
en re vosotros
v en í , ' a n t e s de todo, la santidad de los sacerdotes,
virtiéndose en consoladora realidad, expresamos de n u e v o n u e s t r a
dosa S C g U , ° g a r - u n a formación de los seglares t a n apta y cuida-
gratitud a t o d o s aquellos q u e t a n generosamente os h a n b r i n d a d o
sa, q u e los haga capaces de cooperar fructuosamente al apostolado
hospitalidad y ayuda.
la e r C r U 1 C O ' C ° S a t a n t ° m a S n e c e s a r ' a e n Méjico cuanto m á s lo exige
=, t „ ^ d e su
territorio v las d e m á s circunstancias del país [ 8 ] . Y con esta ocasión recordamos con paternal insistencia
a todos conocidas. nuestra v o l u n t a d expresa de q u e se dé a conocer y se explique con-
venientemente, n o sólo a los clérigos, sino a todos los sacerdotes,
nuestra encíclica Ad catholici sacerdotii2, la cual expone n u e s t r o
[I. SANTIDAD DEL C L E R O ] p e n s a m i e n t o e n esta materia, q u e es la m á s grave y trascendental
eso nu entre todas las materias graves y trascendentales por N o s tratadas.
acm 11 , e s t r o pensamiento se fija en p r i m e r lugar en
q ellos q u e d e b e n ser luz q u e ilumina, sal q u e conserva, fermento
u e n o q u e penetra toda la masa de los fieles; es decir, vuestros [II. L A FORMACIÓN DE LOS SEGLARES]
sacerdotes.
dp - +. vera
a d , N o s sabemos con cuánta tenacidad y a costa [Necesidad del apostolado de los seglares]
e cuantos sacnficios procuráis la selección y el desarrollo de las [ 9 ] . F o r m a d o s así los sacerdotes mejicanos según el corazón
ocaciones sacerdotales en m e d i o de t o d a clase de dificultades, ínti- de Jesucristo, sentirán q u e en las actuales condiciones de su patria
i o r ' d ^ 6 P f s u a d l d o s de q u e así resolvéis u n p r o b l e m a vital, m e -
0 el m a s vital (de las cuales ya h a b l a m o s en n u e s t r a carta apostólica Paterna sane
cí T ', de todos los problemas relativos al porvenir
sollicitudo, del 2 de febrero d e 1926 3 ) , q u e son t a n semejantes a los
e esa Iglesia. E n vista de la imposibilidad casi absoluta d e t e n e r
d e los p r i m e r o s t i e m p o s de la Iglesia—cuando los apóstoles recu-
_ j u a i m e n t e en v u e s t r a p a t r i a seminarios bien organizados y t r a n -
ac perhumanum hospitium in Collegio Pió Latino Americano, quod tot
"evkesc^t 1 *"* peritura
' immo vero
validior ac florentior, iuvante Deo, sacerdotes bene de Ecclesia merentes ad virtutem doctrinamque finxit ac
fingit, ita ut Nobis, ob frugiferam ipsius operam, sit admodum carum. lilis
SDÍrituqU^í U t y e s t r a m divini praesidii fiduciam adaugeamus, novosque vobis vero haud paucis clericis, qui, usque Romam commigrare nequeant, vos
vobis E ' f a i t l 0 n e m c h r i s t i a n a e v i t a e a l a c " u s prosequendam addamus, hanc itidem in praeclara próxima natione hospitale refugium apparare'studuistis.
m m tten
Drapqpn^K ' d a r n censuimus, qua vos iterum admonemus, in
christian r e m m a d i u n c t i s att ue
J difficultatibus, istic quoque auxilia ad De eiusmodi incepto, quod nunc in rem feliciter deducitur, vobis,
dotum q° ? S 1 0 r e s redln
tegrandos omnino necessaria imprimis esse sacer- Venerabiles Fratres, Iibenter gratulamur, cunctisque iis, qui generosam
al tatell aC d e i n d e t a l e m hospitalitatem vel alia adiumenta praebuere, benevolum gratumque animum
Ecclesia< H- k- laicorum institutionem, quae eos cum
Haec a t , r a r c í l l a consociet tamquam adiutores in apostolatu obeundo. Nostrum rursus profitemur.
co rul cum
latur t " , . P clero collaboratio in México máxime expostu- Paterna autem instantia, hanc nacti occasionem, iterum iterumque vos
ta ^ "u" ° r e S l o r " s amplitudinem, tum propter peculiaria rerum adiunc- adhortamur, ut non modo adolescentibus clericis, sed ómnibus quoque
ta ómnibus nota atque perspicua, sacerdotibus, congruenter explicentur atque illustrentur Litterae Nostrae
Encyclicae Ad catholici sacerdotii, quae mentem Nostram exhibent de re
quae H]™ *SÚUT c o g i t a t i o P r i m ° a d eos convertitur, qui esse debent lux Ínter ceteras graves, a Nobis declaratas, longe gravissima.
m a ^ a J . i T í ^ ' S a l q u l s e r v e t . bonum fermentum, quod totam permeet
massam fidelium: ad vestros nempe sacerdotes. Instituti ita secundum Cor Christi, sacerdotes Mexicani intelligent, in
Fratres" ' p r o f ^ c t ? 'gnoramus, quot curis laboribusque vos, Venerabiles hisce patriae suae condicionibus—quas quidem iam memoravimus per
aenuq H'ffi e ' ; c l e s i a s n c a s vocationes discernendas fovendasque, ínter omne Epistolam Apostolicam Paterna sane sollicitudo, die n mensis februarii,
Ecclesia - í " 8 ' l n c u m b a t i s > i d prorsus rati, de - re ipsa agí, quae ad anno MDCCCCXXVI datam, quaeque in memoriam revocant ipsa Eccle-
enim in 6 ' S c o n s e r v a t i o , l e l 1 1 ab
Jue incrementum apprime spectet. Quum siae primordia, quum Apostoli auxiliatricem laicorum operam manifesté
praes
vivera <r n t l sacra Seminaria nequeant istic tranquille et ordinate
t, «edum rlorere, vos in hac alma Urbe vestris clericis invenistis libérale l3 2° de diciembre de 1935: AAS 28 (1936) S-53-
AAS 18 (1926) 175-179.
730 PIÓ XI
FIKMISSlMAM CONSTANTIAM 731
rrían a la colaboración de los seglares—, sería m u y difícil recon-
quistar para D i o s tantas almas extraviadas sin el auxilio p r o v i d e n - Sah Pedro atribuía u n a recóndita dignidad que los hace en cierto
cial q u e p r e s t a n los seglares m e d i a n t e la Acción Católica. T a n t o m o d o partícipes d e u n sacerdocio santo y real.
m á s cuanto q u e e n t r e éstos a veces la gracia p r e p a r a almas genero- [13]. E n efecto, t o d o cristiano consciente de su dignidad y d e
sas, p r o n t a s a desarrollar la m á s fructuosa actividad si e n c u e n t r a n su responsabilidad c o m o hijo d e la Iglesia y m i e m b r o del C u e r p o
u n clero docto y santo q u e sepa comprenderlas y guiarlas. místico de Jesucristo—Multi unum corpus sumus in Christo, singuli
[ 1 0 ] . Así q u e a los sacerdotes mejicanos, q u e h a n dedicado autem alter alterius metnbra [«Siendo m u c h o s , somos u n solo c u e r p o
t o d a su vida al servicio d e Jesucristo, d e la Iglesia y d e las almas, en Cristo, p e r o cada m i e m b r o está al servicio d e los otros m i e m -
es a q u i e n e s dirigimos este p r i m e r y m á s caluroso llamamiento, para bros» ] 5 — , n o p u e d e m e n o s de reconocer q u e entre todos los m i e m -
q u e se decidan a secundar nuestra solicitud y la vuestra p o r el d e s - b r o s de este C u e r p o d e b e existir u n a comunicación recíproca de
arrollo d e la A c c i ó n Católica, d e d i c a n d o a ella las mejores energías vida y solidaridad d e intereses. D e aquí las obligaciones d e cada u n o
y la m á s cuidadosa diligencia. en o r d e n a la vida y al desarrollo de t o d o el organismo in aedifica-
tionem corporis Christi [«para la edificación del cuerpo d e C r i s t o » ] ;
[ i i ] . L o s m é t o d o s de u n a eficaz colaboración de los seglares
de aquí t a m b i é n la eficaz contribución de cada m i e m b r o a la glori-
a vuestra acción en el apostolado n o saldrán fallidos si los sacerdotes
ficación de la Cabeza y de su C u e r p o místico 6 .
se e m p l e a n con diligencia en cultivar al p u e b l o cristiano con u n a
sabia dirección espiritual y con u n a esmerada instrucción religiosa, [ 1 4 ] . D e estos principios claros y sencillos, ¡ q u é consecuen-
n o diluida e n discursos vanos, sino n u t r i d a de sana doctrina de las cias t a n consoladoras, q u é orientaciones t a n luminosas b r o t a n p a r a
Sagradas Escrituras y llena d e u n c i ó n y de fuerza. m u c h a s almas indecisas todavía y vacilantes, p e r o deseosas d e orien-
tar sus ardorosas actividades! ¡ Q u é impulsos para contribuir a la
[12 ]. E s verdad q u e n o todos c o m p r e n d e n d e lleno la necesi-
difusión del reino de Cristo y a la salvación de las a l m a s !
d a d de este santo apostolado de los seglares, a pesar d e q u e , d e s d e
nuestra p r i m e r a encíclica Ubi arcano Dei 4 , N o s declaramos q u e in-
d u d a b l e m e n t e pertenece al ministerio pastoral y a la vida cristiana. [Principios formativos]
P e r o ya q u e , como h e m o s indicado, nos dirigirnos a pastores q u e
[15]. P o r otra parte, es evidente q u e el apostolado así e n t e n -
deben reconquistar u n a grey t a n vejada y en cierto m o d o dispersa,
d i d o n o proviene d e u n a tendencia p u r a m e n t e natural a la acción,
hoy más q u e n u n c a os r e c o m e n d a m o s q u e os sirváis d e aquellos se-
sino q u e es fruto de u n a sólida formación interior; es la expansión
glares a los cuales, c o m o a piedras vivas d e la santa casa d e Dios,
necesaria d e u n amor intenso a Jesucristo y a las almas, r e d i m i d a s
c o n su preciosa sangre, q u e le lleva a imitar su vida de oración, d e
exquirebant—perarduum esse tot animas Deo comparare, sine idóneo laico-
rum per Actionem Catholícam auxilio; eo vel magis, quod Ínter illos haud
raro favente Dei gratia excitantur generosi, qui, si sancti eruditique Dei dibus vivis, ipse beatissimus Petrus arcanam quandan agnovit dignita-
ministri ánimos ipsorum intime perspiciant prudenterque regant, prompti tem, per quam sanctum et regale sacerdotium quodammodo participant.
sunt ac parati ad actuosam frugiferamque operam clero praestandam. Quilibet enim christianus, qui suam dignitatem intelligat suamque con-
Sacerdo'tibus ergo Mexicanis, qui Iesu Christo eiusque Ecclesiae in bo- dicionem perpendat filii Ecclesiae membrique Corporis mystici Iesu Christi,
num animarum totam vitam mancipavere, primam fervidamque referimus «multi unum corpus sumus in Christo, singuli autem alter alterius membra»,
hortationem, ut Nostris vestrisque sollicitudinibus libenter obsecundantes, nullo modo ignorare potest, ínter huius Corporis membra reciprocam vitae
in Catholicae Actionis progressionem omnes curas viresque impendant. communicationem mutuamque rationum participationem adesse oportere.
H a c de causa, suam quisque debet operam collocare ad vitam profectumque
Ñeque enim. viae ac rationes, quibus laici apostolicae vestrae actioni totius compaginis fovenda, «in aedificationem Corporis Christi», inque eius-
studium afferant, umquam deficient, si sacerdotes christianum populum dem Capitis glorificationem.
excolcre studuerint, sapienti quidem moderamine ac perdiligenti religionis
institutione, quae sit non vaniloquiis redundans, sed e Sacris Litteris exhaus- Ex hisce claris simplicibusque principiis, quam luculentae normae, quam
ta, solidaque flagrans pietate. fortia íncitamenta erui possunt, ut plures fideles, adhuc ancipites et pavidi,
certam tutamque viam pro sua pietate inveniant, ad fovendam animarum
Verum quidem est, necessitatem huius laicorum catholicorum aposto- salutem ad regnum Christi late propagandum!
latus non omnes plañe perspectam habere, quamquam usque a primis
Litteris Encyclicis Ubi arcano Dei expresse ediximus, Actionem Catho- Ceteroquin apostolatus ita intellectus, uti haud difficulter coniicitur,
licam ad pastoraje ministerium vitamque christianam omnino pertinere. n o n e naturali quodam ad agendum impulsu proficiscitur, sed e solida
At, quum alloquamur, uti iam innuimus, sacros Pastores, qui gregem ita animi institutione efflorescit, férvido alitur amore erga lesum Christum
probatum atque interdum dispersum recuperare debeant, vobis instanter ' animasque eius sanguine pretioso redemptas, exerceturque, ad Magistri
suademus, ut laicorum opera utamini, quibus, tamquam Domus Dei lapi- ipsius exemplum, assidue Deum precando, se ipsos abnegando, proximis
5
4 A \ S (4 (1922) 67.3-700, Rom. 12,5.
6
E p h . 4,12-16.
FIRMISS1MAM CON'STANTIAM 733
732
[18]. Por otra parte, la formación espiritual y la vida interior
P I X 1
Í=. -j- . ° q u e fomentéis en estos vuestros colaboradores los p o n d r á n en guar-
-«•crincio y de CPU •
dia contra los peligros y posibles extravíos. T e n i e n d o presente el
2 2 r l t í * £ S S dt e E s t a ™ C 1 Ó n d e J — t o sus- fin último de la Acción Católica, q u e es la santificación de las almas,
Oonde las a l m e s t á „ * r apostolado en los diversos campos
según el p r e c e p t o evangélico: Quaerite primum regnum Dei [«Buscad
« c W del divino R e v " e P ¿ 1 S ^ ° ^ y i a n c o m p r o m e t i d o s l o ^ d e ! p r i m e r o el reino de Dios»] 7 , n o se correrá el peligro d e sacrificar
? V e d e cualquier m a ' r ! £ X t e n d e r J á a todas ^ s obras d e apostolado los principios a fines inmediatos o secundarios, y n o se olvidará
Y ^ z , Y, p o r c o S T ' r ^ 1 1 d m t r o d e l a divina misión de la j a m á s q u e a ese fin último se d e b e n t a m b i é n s u b o r d i n a r las o b r a s
d e n
<?da u n o de L T indTvid,', ^ ^ £ - s o l a m e n t e «n el ánimo sociales y económicas y las iniciativas de caridad. N u e s t r o Señor
d e la
* » £ en la e ^ ^ , . ^ ^ » * — Jesucristo nos lo enseñó con su ejemplo, p u e s , a u n c u a n d o en la
inefable t e r n u r a de su divino Corazón, q u e le hacía exclamar: Mi-
serear super turbam..., nolo eos remittere ieiunos, ne forte deficiant in
«** al eTemploTel d T v l n í í t ^ * ^ « * * « ¿ ^ C £ vía [«Tengo compasión de la m u c h e d u m b r e . . . ; si los despido ayu-
Pocos años de su lahnr , ^ a e S t r ° ' , q U e q u l S O Precediera a unos
* f o r m a r en el c Z i n \ T ? ° , * ™U k r g a
Preparación, y se limitó nos para sus casas, desfallecerán en el camino»] 8 , curaba las enfer-
a m e n t o s para k r W ° a p o s t o l l c o » ° m u c h o s , pero sí escogidos ins- m e d a d e s del cuerpo y remediaba las necesidades temporales, n u n c a
a C o n q m s t a dcl m u n
venerables h e r m a n " d o , así t a m b i é n vosotros, perdía de vista el fin último de su misión, es decir, la gloria de su
b r e ñ a l , , „ l Trmanos' Procurareis, en p r i m e r lugar, la formación sn- P a d r e y la salud eterna de las almas.
dlr
ni afligi r o s d e m ^ e c t o r e s y propagandistas, sin preocuparos
Y
. Pues s a b e ™ ? Por q u e sean a los principios u n pusillus grex.
samos n u e ™ i r l e está, S ya trabajando en este sentido, os expré- [III. L A B O R SOCIAL D E L CLERO Y DE LA A C C I Ó N CATÓLICA]
P
s e n t e y fornT.H 5 C r C l a ? ° r h a b e r v a escogido escrupulosa-
m e n t e con [ f ^ l u ° n d l h g e " c l a b u e n o s colaboradores, q u e , j u n t a - [19]. Por consiguiente, n o caen fuera de la actividad d e la
y d e l - i n o s t n í ? a l a b r a . v c o n el ejemplo, llevarán el fervor de la vida Acción Católica las llamadas obras sociales en c u a n t o m i r a n a la ac-
apostolado cristiano a las diócesis y a las parroquias. tuación d e los principios de la justicia y de la caridad y en c u a n t o
a la n o r n r i j f ! ? t r a , b a j ° v u e s t r o h a de ser sólido y profundo, ajeno son m e d i o s p a r a ganar a las m u c h e d u m b r e s , pues m u c h a s veces no
Que J n í e a a d v a l aparato, enemigo de m é t o d o s r u i d o s o s ; trabajo se llega a las almas sino a través del alivio de las miserias corporales
P deSarrol ar su y de las necesidades d e o r d e n económico, por lo q u e N o s mismo,
esnPr! i actividad en silencio, a u n q u e el fruto se haga
rrada * ^ ^ mU h
° ° b r Ü 1 ° ' a m a n e r a d e la semilla, q u e , sote- así como t a m b i é n n u e s t r o predecesor, de santa memoria, L e ó n X I I I ,
- ^ T f P a r a con u n aparente reposo la nueva planta vigorosa. las h e m o s r e c o m e n d a d o m u c h a s veces. Pero, a u n cuando la Acción

aDosín]01?1110*-' Hr o Cas S alnne os tmundii u m imitandi Christum explicabitur per varias


aním i *? ™ ' rerum condicione, ubicumque periclitantur Institutio autem spiritualis interiorque vita, quas in vestris hisce adiuto-
mmae vel divim Regis iura laeduntur, ita ut Actio Catholica proferatur ribus fovendas curatis, impedient profecto, quominus iidem in súbita inci-
a omma apostolatus opera, quae ad divinam Ecclesiae missionem quoquo dant pericula, a rectaque via declinent. Inspecto enim supremo Catholicae
modo attmeant, salutarem vim suam exserens, non modo in cuiusque fidelis Actionis fine, qui est, iuxta illud Evangelii «quaerite primum Regnum Dei»,
animo, verum etiam in domestico convicta, in scholarum disciplina, in animarum sanctificatio, numquam periculum aderit, ne finibus immediatis
civili ípsa consortione. secundariisque principia ipsa posthabeantur, ñeque in oblivionem umquam
Ñeque yero muneris amplitudo suadere vobis debet, ut numerum potius dabitur, fini illi supremo opera quoque socialia et oeconomica, aliaque
prasequamini, quam virtutem sociorum laboris; sed, quemadmodum Ma- incepta caritatis, ordinate esse subiicienda. Hoc profecto nos docuit exímplo
gister divinus post longam praeparationem paucos sane annos in apostolatu Iesus Christus, qui quum ipsas corporum infirmitates sanaret, necessitati-
peregit, ñeque multos in Apostolicum collegium sociavit, sed lectos viros, , busque naturalis vitae consuleret, liberalitatem divini Cordis effundens
qui Regnum ipsius in orbe terrarum constabiürent, ita et vos, Venerabiles iis dictis «Misereor super turbam... si dimisero ieiunos in domum suam,
Fratres, ante omnia curare debetis, ut Actionis Catholicae moderatores et deficient in via», semper ad supremum suae missionis finero spectavit, id
praecones ad principia supernaturalia penitus conformentur, quin anxietate est ad gloriam Patris sui, ad salutem animarum sempiternam.
afficiamini, si principio «pusillus grex» tantummodo exsistat. Et quoniam
vos hanc rationem secutos iam esse pernovimus, paterne vobis gratulamur,
quod selegistis prudenter accurateque instituistis idóneos socios, qui exemplo Ñeque igitur Actio Catholica negligere debet opera quae dicuntur socia-
et verbo pietatis fervoren! studiumque apostolatus in dioecesibus inque lia, quippe quae in rem deducant iustitiae caritatisve principia, aditumque
paroeciis late excitare queant. praebeant, quum corporum necessitatibus occurrant miserorumque allevent
aerummas, ad animas plurimorum excolendas. Quod sane Nos Ipsi, ut
Vestrum eiusmodi opus non magno sonitu tubarumque clangore resul- Decessor Noster fel. rec. Leo XIII, pluries commendavimus. Attamen, si
tabit, sed sensim sine sensu laetos uberesque fructus suo tempore afferet; Actio Catholica instruere debet idóneos socialium operum moderatores, qui
ad seminis instar, quod in occulto figit alte radices, gradatimque crescit
usque ad arborem florentem patentemque. 7 M t . 6,33.
* M e . 8,2-3.
F1KM1SS1MAM CONSTANTIAM 735
734 río S í
escuda con el pretexto d e p o n e r r e m e d i o a l o s males de las masas,
Católica tiene el deber de p r e p a r a r personas aptas para dirigir tales como el admitir y favorecer cambios d e m a n e r a s de ser seculares
obras, de señalar los principios q u e d e b e n orientarlas y de dar nor- e n la economía social, h e c h o s sin t e n e r e n cuenta la e q u i d a d y la
m a s directivas, sacándolas de las genuinas enseñanzas de nuestras moderación, de m a n e r a q u e vengan a causar resultados m á s funestos
encíclicas, sin e m b a r g o , n o debe t o m a r la responsabilidad en la q u e el mal m i s m o al cual se quería p o n e r remedio. Esta intervención
Parte p u r a m e n t e técnica, financiera o económica, q u e está fuera de en Ja cuestión social os dará o p o r t u n i d a d d e ocuparos c o n celo par-
su i n c u m b e n c i a y finalidad. ticular de la suerte de t a n t o s p o b r e s obreros q u e t a n fácilmente caen
[20 ] . E n oposición a las frecuentes acusaciones q u e se hacen presa de la p r o p a g a n d a descristianizadora, engañados p o r el espe-
a
la Iglesia d e descuidar los problemas sociales^o ser incapaz de re- jismo d e las ventajas económicas q u e se les p r e s e n t a n ante los ojos
solverlos, n o ceséis de proclamar q u e solamente la doctrina y la como precio de su apostasía de D i o s y de la santa Iglesia.
o b r a d e la Iglesia, a la q u e asiste su divino F u n d a d o r , p u e d e n dar el
r e m e d i o p a r a los' gravísimos males q u e afligen a la h u m a n i d a d . [Asistencia al obrero]
[ 2 1 ] . A vosotros, p o r consiguiente, compete el emplear (como
• ° s esforzáis ya en hacerlo) estos principios fecundos para resolver [23 ] . Si amáis v e r d a d e r a m e n t e al o b r e r o (y debéis amarlo, por-
as graves cuestiones sociales q u e hoy p e r t u r b a n a vuestra patria, que su condición se asemeja m á s q u e n i n g u n a otra a la del divino
como, p o r ejemplo, el p r o b l e m a agrario, la reducción d e los latifun- Maestro), debéis prestarle asistencia material y religiosa. Asistencia
lQ
s . el mejoramiento d e las condiciones de vida d e los trabajadores material, p r o c u r a n d o q u e se c u m p l a en su favor n o sólo la justicia
y d e sus familias. conmutativa, sino t a m b i é n la justicia social, es decir, todas aquellas
providencias q u e m i r a n a mejorar la condición del proletario; y asis-
tencia religiosa, p r e s t á n d o l e los auxilios d e la religión, sin los cuales
[Problemas económicos] vivirá h u n d i d o en u n materialismo q u e lo e m b r u t e c e y lo degrada.
de 1 A ' ^ ecordar
é i s q u e , q u e d a n d o siempre en salvo la esencia [ 2 4 ] . N o m e n o s grave ni m e n o s u r g e n t e es otro deber, el d e
'os derechos primarios y fundamentales, como el de la propiedad, la asistencia religiosa y económica a los campesinos, y, e n general,
gunas veces el bien c o m ú n i m p o n e restricciones a estos derechos a aquella n o p e q u e ñ a parte de mejicanos, hijos vuestros, e n s u m a -
d e T ^ e c u r ? ° m á s frecuente q u e en t i e m p o s pasados a la aplicación yor p a r t e agricultores, q u e f o r m a n l a ' p o b l a c i ó n indígena. Son m i -
nid
la
J u s t ' c i a social. E n algunas circunstancias, para proteger la dig- llones d e almas r e d i m i d a s p o r Cristo, confiadas p o r El a v u e s t r o
ter 1 l a p e r s o n a h u m a n a , p u e d e hacer falta el d e n u n c i a r con en- cuidado, y d e las cuales u n día os pedirá c u e n t a ; s o n millones de
¡
t e; f Za l a s c
pndiciones d e vida injustas e indignas; pero, al m i s m o seres h u m a n o s q u e frecuentemente viven e n condición t a n triste
^ ^ _ £ ^ _ s e r á n e c e s a r í o evitar t a n t o el legitimar la violencia, q u e se y miserable, q u e n o gozan ni siquiera de aquel m í n i m o de bienestar

^ e a n t " ^ 8 e t . p r a e s c r i P t a in Litteris Encyclicis statutá muñera sua susti- ne, sub praetextu malis populi medendi, violentia approbetur, nevé foveantur
te
chní ' P S a q u i d e m n o n d e b e t s e se implicare ñeque responderé de rationibus repentinae illae ac turbulentae saecularium societatis condicionum permuta-
P r a p t / 1 5 ' ""'"mariis atque oeconomicis, quae fines et competentiam ipsius tiones, quae exitus habeant funestiores malis ipsis, quibus sit occurrendum.
v a e tergrediuntur. Ad quaestiones sociales consilia et opera vestra impendentes, necessario
A i
si
ipsa ^ E r s l l s . v e r o c "minationes, quae Ecclesiae crebro inferuntur, tamquam quoque vos ánimos convertetis ad sortem tot miserorum opificum, qui,
durn p^™ flt a u t ' n c a P a x a d causas sociales solvendas, indesinenter instan- vehementer allecti splendidis utilitatum pollicitationibus, quae veluti prae-
Praesent "? d o c t r i n a m operamque Ecclesiae, divino Conditore iugiter mia apostasiae proponuntur, a Deo eiusque Ecclesia haud raro deficiunt.
Po S s e . gravissimis malis humanum genus torquentibus mederi efficaciter
Quod si opifices ex animo diligitis—et singulariter iidem vobis dili-
gendi sunt, quia per laboriosam vitam divino Magistro adsidue operoso
Prir Um ltaque est ut
>cfnií > inceptis ipsis significastis, ex hisce frugiferis clare assimilantur—auxiliis tum temporalibus tum spiritualibus adesse illis
tl0
Hes a S c e r t a s deducere normas ad graves dirimendas in re sociali quaes- debetis, sive efficiendo, ut eosdem tueatur iustitia commutativa et socialis,
dior 6 v stram
um T ^ ? Patriam perturbant, ut quaestio agraria cum latifun- quae omñi ope rationem vitae proletariorum allevet, sive iis largiendo reli-
cio rieS) e d u c t w n e , ut necessitas erigendi et recreandi, quoad vitae condi- giosas vires et solamina, sine quibus ipsi in sordidum vilemque materiae
mnes, qui labori incumbunt, eorumque familias. cultum prolabuntur.
a
d e S g e ^iá S q u i d < : m i u r i b " s hominum primariis ac fundamentalibus, quod Officium pariter grave atque urgentis necessitatis vobis incumbit, reli-
nen
di4m v 'P.P 611 -" 16 *' ideoque salvo, exempli gratia, iure proprietatis, admo- giose nempe et oeconomice adsistendi iis, qui «campesinos» istic appellantur,
'^ocii iura° eSt b o n u m
' ¡Psum publicum quandoque expostulare, ut eius- itemque haud paucis filiis vestris, maiore ex parte agricolis, quibus populus
r> r
? »nae ¡ n c o a n S u s t e n t u r , et saepius, quam in praeterito, iustitiae socialis Indorum constat. Sunt profecto innumerae animae, quas ipsas Christus
nit
ateij, r e m ad
ducantur. Ad tuendam praeterea personae humanae dig- Dominus redemit ac vestrae pastorali curae concredidit, de quibus aliquando
at(
lue in'di e S e t . I q u a n d o officium aperte denuntiandi et reprobandi injustas a vobis rationem postulabit; sunt innumeri homines, qui tot vitae angustüs
gnas vitae condiciones ; at cavendum omnino est, hisce in casibus,
736 1MO - \ I
FIRMISS1MAM CONSTANTIAM 737
indispensable p a r a conservar la dignidad h u m a n a . O s conjuramos,
venerables h e r m a n o s , p o r las e n t r a ñ a s d e Jesucristo, q u e tengáis á la formación del carácter, q u e son principios fundamentales para
c u i d a d o particular d e estos hijos, q u e exhortéis a vuestro clero p a r a los fieles, debéis añadir, para los estudiantes, u n a especial y cuida-
q u e se d e d i q u e a su cuidado con celo s i e m p r e m á s ardiente, y q u e dosa educación y preparación intelectual, basada en la filosofía cris-
hagáis q u e t o d a la Acción Católica mejicana se interese por esta tiana, es decir, en la filosofía q u e con t a n t a verdad lleva el n o m b r e
obra de redención moral y material. v
de, «filosofía perenne». P u e s h o y día—dada la tendencia, cada vez
más generalizada, d e la vida m o d e r n a hacia las exterioridades, la
repugnancia y la dificultad p a r a la reflexión y el recogimiento, y la
{Emigrados ]
propensión, e n la m i s m a vida espiritual, a dejarse guiar p o r el sen-
[25]. N o p o d e m o s dejar de recordar aquí u n deber cuya i m - timiento m á s b i e n q u e por la razón—se hace m u c h o m á s necesaria
portancia va s i e m p r e creciendo en estos últimos a ñ o s : el cuidado q u e en otros t i e m p o s u n a instrucción religiosa sólida y esmerada.
de los mejicanos emigrados, los cuales, arrancados de su tierra y de [27 ]. D e s e a m o s a r d i e n t e m e n t e q u e se haga entre vosotros, a lo
sus tradiciones, m u y fácilmente q u e d a n envueltos entre las insidio- m e n o s en el grado q u e os sea posible, y a d a p t a n d o la instrucción
sas redes de aquellos emisarios q u e p r e t e n d e n inducirlos a apostatar a las condiciones particulares, a las necesidades y posibilidades de
de s u fe. U n convenio con vuestros celosos h e r m a n o s d e los Estados vuestra patria, lo q u e t a n l a u d a b l e m e n t e hace la Acción Católica
U n i d o s de A m é r i c a os daría p o r resultado u n a asistencia m á s dili- en otros países p o r la formación cultural y para lograr q u e la ins-
g e n t e y organizada p o r parte del clero local y aseguraría para los trucción religiosa tenga el p r i m a d o intelectual entre los estudiantes
emigrados mejicanos esas providencias económicas y sociales q u e y profesores católicos.
t a n g r a n d e desarrollo h a n alcanzado e n t r e los católicos d e los E s -
tados U n i d o s . [28 ]. G r a n d e esperanza de u n porvenir mejor en Méjico nos
hacen concebir los jóvenes universitarios q u e trabajan en la Acción
Católica, y estamos seguros de q u e n o defraudarán nuestras espe-
[Juventud estudiantil ]
ranzas. E s evidente q u e ellos forman parte, y p a r t e i m p o r t a n t e , de
[26]. L a Acción Católica n o p u e d e dejar de preocuparse de esta Acción Católica q u e t a n d e n t r o está de n u e s t r o corazón, sean
las clases m á s h u m i l d e s y necesitadas, d e los obreros, d e los c a m p e - cuales fueren las formas de su organización, ya q u e éstas d e p e n d e n
sinos, de los emigrados; pero en otros campos tiene t a m b i é n debe- en gran p a r t e de las condiciones y circunstancias locales y varían
res n o m e n o s i m p r e s c i n d i b l e s : entre otros, d e b e ocuparse con soli- de región a región. Estos universitarios n o solamente forman, como
citud m u y particular d e los estudiantes, q u e u n día, t e r m i n a d a su acabamos de decir, la m á s firme esperanza de u n m a ñ a n a mejor,
carrera, ejercerán g r a n d e influencia en la sociedad y quizás ocupa- sino q u e ya ahora m i s m o p u e d e n ofrecer efectivos servicios a la Igle-
r á n t a m b i é n cargos públicos. A la práctica de la religión cristiana,
rumque auctoritatem in civili societate habituri. Propterea eiusmodi adu-
plerumque afflictantur, ut ne humanam quidem dignitatem possint tueri.
lescentes, non modo, ut ceteri fideles, doctrina usuque ad christiana prae-
Vos ergo obsecramus, Venerabiles Fratres, in visceribus caritatis Christi, ut
cepta formandi sunt, verum altiore quoque disciplina atque educatione
peculiarem istorum curam habeatis, clerum praecipue urgendo, ut maiore
instituendi, nec non christiana roborandi philosophia, quae ad veritatem
in dies studio iisdem providere velit, Actionemque, Catholicam inflam-
dicitur perennis. Hodie enim sincera ac religiosa institutio temporibusque
mando ad hanc veluti redemptionem spiritualem ac temporalem persol-
respondens perquam necessaria videtur, inspecta tum contraria inque dies
vendam.
crebrescente aevi inclinatione ad ea, quae specie tenus aestimantur, tum
Ñeque silentio premere possumus aliud quoque officium, quod pos- repugnantia quotidie frequentiore ad cogitandum ad seque recolligendum,
tremis hisce annis maioris momenti videtur, curam scilicet Mexicanorum, ita ut non pauci, in religiosis quoque officiis obeundis, súbito potius animi
qui in exteras térras demigravere; hi enim, a patriis terris moribusque affectu, quam mentís iudicio ducantur.
avulsi, facilius nequam emissariorum praeda efficiuntur, inque summo Id igitur, quod Actio Catholica in alus nationibus percommode facit,
amittendae fidei periculo versantur. Si igitur consilia contuleritis cum vestris ut religiosa animorum institutio atque informatió Ínter litteratos adulescentes
in Episcopatu fratribus, qui in Civitatibus Foederatis Americae Septentrio- et laureatos catholicos primas partes habeat, valde optamus, ut etiam apud
nalis regunt Ecclesias tot piis operibus institutisque socialibus florentes, vos, congruenter ipsis patriae vestrae condicionibus ac necessitatibus, pro
maiore sollicitudine atque industria remotis a patria fidelibus copsultum erit.
viribus efficiatur.
Quod si Actio Catholica humilibus classibus auxilioque máxime egenti- •
bus, ut opificum, agricolarum ac domo emigrantium, adesse et favere debet, Minime autem dubitamus, quin Universitatum studiorum alumni, Ac-
nihilominus alios quoque campos excolere omnino tenetur. Itaque sollers tioni Catholicae istic adscripti, Nostris votis optatisque plañe respondeant.
cura adhibenda est de scholarum alumnis, qui ad liberales artes profitendas Isti enim, pro variis locorum adiunctis, alii aliam consociationis structuram
¡nstruuntur atque interdum ad públicos honores apparantur, magnam ple- mutuantes, tamquam selecta ac praevalida pars Catholicae ipsius Actionis,
non modo spem portendunt aevi melioris, sed iam nunc de Ecclesia civili-
que societate egregie mereri possunt, seu quod apostolatum ínter condísci-
Doctr. pontif. 2 24
738 rio XI
ÍIRMISSIMAM CONSTANTIAM 739
sia y a la patria, ya sea por ei apostolado que ejerciten entre sus com-
pañeros, ya sea dando a las diferentes ramas de la Acción Católica la más apremiante solicitud y la ansiedad más viva. Sabemos a
directores capaces y bien formados. cuántos peligros se halla expuesta, hoy más que nunca, la niñez y
la juventud en todas partes, pero de un modo particular en Méjico,
[Educación de Ih niñez] donde una prensa inmoral y antirreligiosa pone en sus corazones la
semilla de la apostasía. Para remediar mal tan grave y para defen-
[29]. Las singulares condiciones de vuestra patria nos obligan der vuestra juventud de esos peligros, es necesario que se pongan .
a llamar vuestra atención sobre el necesario, imperioso e imprescin- en movimiento todos los medios legales y todas las formas de orga-
dible cuidado de los niños, a cuya inocencia se tienden asechanzas nización, como, por ejemplo, las ligas de padres de familia, los co-
y cuya educación y formación cristiana están sometidas a una prue- mités de moralidad y de vigilancia sobre las publicaciones y de cen-
ba tan dura. A todos los católicos mejicanos se les imponen estos sura de los cinematógrafos.
dos graves preceptos: el primero, negativo, de alejar, en cuanto sea [31 ]. Acerca de la defensa individual de los niños y jóvenes,
posible, a los niños de la escuela impía y corruptora; el segundo, sabemos, por los testimonios que nos llegan de todo el mundo, que
positivo, de darles una esmerada instrucción religiosa y la debida el trabajar en las filas de la Acción Católica constituye la mejor tu-
asistencia para mantener su vida espiritual. Sobre el primer punto, tela contra las asechanzas del mal, la más bella escuela de virtud y
tan grave y delicado, recientemente tuvimos ocasión de manifesta- de pureza, la palestra más eficaz de fortaleza cristiana. Estos jóvenes,
ros miestro pensamiento. Por lo que hace a la instrucción religiosa, entusiasmados con la belleza del ideal cristiano, sostenidos con la
aunque sabemos con cuánta insistencia vosotros mismos la habéis ayuda divina, que alcanzan por medio de la oración y los sacramen-
recomendado a vuestros sacerdotes y a vuestros fieles; a pesar de tos, se dedicarán con amor y alegría a la conquista de las almas de
todo, os repetimos que, siendo éste en la actualidad uno de los más sus compañeros, recogiendo una consoladora cosecha de grandes
importantes y capitales problemas para la Iglesia mejicana, es ne- bienes.
cesario que lo que tan laudablemente se practica en algunas dióce-
[32]. Esta misma razón constituye una nueva prueba de que,
sis se extienda a todas las demás, de manera que los sacerdotes y
ante los graves problemas de Méjico, no puede decirse que la Ac-
miembros de la Acción Católica se apliquen con todo ardor, y sin
ción Católica ocupe un lugar de secundaria importancia, y, por '
aterrarse ante ningún sacrificio, a conservar para Dios y para la tanto, si esta institución, que es educadora de las conciencias y for-
Iglesia estos pequeñuelos, por los cuales el divino Salvador mostró madora de las cualidades morales, fuese de algún modo pospuesta
tan grande predilección. a otra obra extrínseca de cualquiera especie, aunque se tratase de de-
[30]. El porvenir de las nuevas generaciones (os lo repetimos fender la necesaria libertad religiosa y civil, se incurriría en una
con toda la angustia de nuestro corazón paterno) despierta en Nos
vehementer angit atque sollicitat. Manifesta sunt enim pericula, quibus nunc
quum máxime pueritia atque adulescentia obiiciuntur, ubique sane gentium,
pulos gerant, sive quod varias partes et multiplicia Actionis Catholicae in- at eo magis in México, ubi tot scripta typis edita doctrinas religioni mori-
stituta prudenter sagaciterque regant. busque adversas late diffundunt, imperitosque iuvenes ad defectionem a
Iesu Christo improbe inipellunt. Quo itaque tanta ruina impediatur et pe-
Status ipse, qui nunc est, istius nationis Nobis suadet, ut ad memoriam ricula iuventae imminentia mature avertantur, statim adhibenda sunt lega-
vestram revocemus, quanto studio necesse sit aetatem tueri puerilem, cuius lia omnia adiumenta, ut Foedera patrumfamilias, ut Comitatus moralitatis
innocentiae tot struuntur insidiae, cuiusque morum ad christiana prae- et vigilantiae circa scripta in vulgus edita, tit Comitatus censurae de rebus
scripta conformatio perardua effecta est. Qua ín re catholicis Mexicanis dúo cinematographicis.
potissimum incumbunt officia: alterum, quod appellant, negativum, ut
pueri ab impía et corruptrice schola omni virium contentione arceantur; al- Quo autem singuli arceantur a malo, nullum profecto tutius praesidiurn
terum positivum, ut religiosa adsistentia instructioque iisdem sedulo prae- exstare videtur, ut experimenta ubique terrarum facta Nobis clare testantur,
beatur. De priore autem officio, tanti ponderis tantaeque difficultatis, men- quam si ii Actioni Catholicae adscribantur, ubi praeclara virtutis et castimo-
tón Nostram iam nuper quoque significavimus. Quod attinet vero ad reli- niae habetur educatio, ubi peridonea christianae fortitudinis palaestra con-
giosam institutionem, licet vos sacris administris fidelibusque eam instanter stituitur. Isti sane adulescentes, excelsa christianae vitae perfectione suaviter
iam commendasse pernovimus, tamen, pro summa huius reí necessitate, allecti, ac superno roborati auxilio, quod preces et suscepta sacramenta ar-
iterum vos commonefactos volumus, ut in ómnibus dioecesibus, sicut in cessunt, libenter alacriterque suorum sodalium ánimos Deo comparabunt,
quibusdam tam laudabiliter fit, sacerdotes et sodales Actiohis Catholicae, laetam fructuum segetem percepturi.
nulli curae laborique parcentes, acerrime intendant ad servandos Deo Ec- Hoc plañe confirmat, prae gravissimis Mexici necessitatibus, Catholi-
clesiaeque eiusmodi párvulos, erga quos Salvator divinus tantam prae ceteris cam Actionem nequáquam dici posse minoris momenti opus; íta ut si ipsa,
dilectionem apertissime tulit. quae ánimos ad officiorum conscientiam et ad virtutem informat, alus ope-
rositatis generibus uteumque postponeretur, etiam si ageretur de libertatibus
Futura porro condicio puerorum atqúe adulescentium, qui nunc flo- ordinis religiosi civilisque tuendis, miserandus error committeretur, quia
rent —iterum vobis edicimus summa cum paterni cordis aegritudine, —Nos Mexicanorum salus, sicut cuiusque humanae consociationis, imprimís posl-
740 PÍO XI
FIRMISSIM.YM CON'STANTIAM 7U
dolorosa ofuscación, porque la salvación de Méjico, como la de defender la nación y defenderse a sí mismos con medios lícitos y
toda sociedad humana, está, ante todo, en la eterna e inmutable apropiados contra los que se valen del poder público para arrastrarla
doctrina evangélica y en la práctica sincera de la moral cristiana. a la ruina.

[IV. REIVINDICACIONES SOCIALES Y POLÍTICAS]


[Principios generales]
[33]- Por lo demás, una vez establecida esta gradación de va-
lores y actividades, hay que admitir que la vida cristiana necesita [36]. Si bien es verdad que la solución práctica depende de
apoyarse, para su desenvolvimiento, en medios externos y sensibles; las circunstancias concretas, con todo, es deber nuestro recordaros .
que la Iglesia, por ser una sociedad de hombres, no puede existir algunos principios generales que hay que tener siempre presentes 9 ,
ni desarrollarse si no goza de libertad de acción, y que sus hijos y son:
tienen derecho a encontrar en la sociedad civil posibilidades de vi- i.° Que estas reivindicaciones tienen razón de medio o de fin
vir en conformidad con los dictámenes de sus conciencias. relativo, no de fin último y absoluto.
2. 0 Que, en su razón de medio, deben ser acciones lícitas y
[Su licitud] no intrínsecamente malas.
3. 0 Que, si han de ser medios proporcionados al fin, hay qvie
[34]. Por consiguiente, es muy natural que, cuando se atacan usar de ellos solamente en la medida en que sirven para conseguirlo
aun las más elementales libertades religiosas y cívicas, los ciudada- o hacerlo posible en todo o en parte, y en tal modo, que no propor-
nos católicos no se resignen pasivamente a renunciar a tales liber- cionen a la comunidad daños mayores que aquellos que se quieran
tades. Aunque la reivindicación de estos derechos y libertades puede reparar.
ser, según las circunstancias, más o menos oportuna, más o menos 4. ° Que el uso de tales medios y el ejercicio de los derechos
enérgica. cívicos y políticos en toda su amplitud, incluyendo también los pro-
t3S]- Vosotros habéis recordado a vuestros hijos más de una blemas de orden puramente material y técnico o de defensa violen-
vez que la Iglesia fomenta la paz y el orden, aun a costa de graves ta, no es en manera alguna de la incumbencia del clero ni de la
sacrificios, y que condena toda insurrección violenta, que sea injusta, Acción Católica como tales instituciones, aunque también, por otra
contra los poderes constituidos. Por otra parte, también vosotros parte, a uno y otra pertenece el preparar a los católicos para hacer
habéis afirmado que, cuando llegara el caso de que esos poderes
constituidos se levantasen contra la justicia y la verdad hasta des- qui in unum coalescant ad tuendos semet ipsos nationemque servandam,
truir aun los fundamentos mismos de la autoridad, no se ve cómo licita atque idónea auxilia adhibentes contra eos, qui imperio abutantur ad
se podría entonces condenar el que los ciudadanos se unieran para rem publicam labefactandam.
Quod si huius quaestionis solutio a singularibus rerum adiunctis neces-
ta est in doctrina Evangelii immutabili atque aeterna, inque moribus sincere sario pendet, nonnulla tamen principia sunt in lumine collocanda:
integreque christianis. 1. Vindicationes eiusmodi ratíonem medii seu finis relativi habent, non
Proposita eiusmodi aestimandarum rerum mensura, concedendum sane finís ultimi atque absoluti.
est, ad christianam vitam explicandam, externa quoque subsidia, quae sen- 2. Eaedem, tamquam media, esse debent actiones licitae, ñeque in-
sibus percipiuntur, esse necessaria, pariterque Ecclesiae, tamquam hominum trinsece malae.
societati, opus omnino esse, ad vitae usuram atque inerementum, iusta agen- 3. Quum ipsas ad finem idóneas et adaequatas esse oporteat, eatenus
di libértate, ipsosque fideles iure gaudere in societate civili vivendi ad ratio- adhibendae sunt, quatenus ad propositum finem ex integro vel ex parte con-
nis conscientiaeque praescripta. ducant, ita tamen, ut maiora damna communitati et iustitiae non afferant,
quam ipsa damna resarcienda.
Consequens ergo est, ut, quum nativae libertates ordinis religiosi civi- 4. Usus vero talium mediorum et plenum civilium politicorumque
lisque impugnentur, cives catholici id perferre patique non possint. Atta- iurium exercitium, quum causas quoque ordinis mere temporalis technici-
men horum quoque iurium libertatumque vindicatio, pro diversis rerum que aut violentae defensionis complectantur, non attingunt directe munus '
adiunctis, magis vel minus opportuna, magis vel minus vehemens esse potest. Oatholicae Actionis, licet ad eandern officium pertineat catholicos viros in-
Vos autem ipsi, Venerabiles Fratres, pluries fideles vestros docuistís, Ec- 9
Véase la epístola de Benedicto XV dirigida al episcopado canadiense, 7 de junio de IQI8,
clesiam, etiam cum gravi suo incommodo, pacis atque ordinis fautricem en la cual, con motivo de una ley de enseñanza, se proponen también normas concretas
esse, omnemque iniustam rebellionem vel violentiam contra constitutas po- muy parecidas a las de Pío XI en la encíclica Firmissimam constantiam. Los católicos franco-
canadienses pueden defender frente al Gobierno sus reivindicaciones, pero dentro del orden :
testates condemnare. Ceterum apud vos affirmatum quoque est, si quando sic... ut rebellionis speciem nec habeant ñeque violentis aut non legitimis utantur modis. Salvada
potestates ipsae iustitiam ac veritatem manifesté impugnent, ita ut vel fun- esta condición, pueden y deben hacer uso de todos sus derechos legales: ea adiumenta omnia
damenta auctoritatis evertant, non videri cur improban debeanf' cives illi, adhibendo quae civium claque ex lege legitimoque more permittuntur ad meliora assequenda quae
sihi deberi autument (AAS 10 [1018I 440-442).
742 PÍO XI FIKMISSIMAM CONSTANT1AM 743

recto uso de sus derechos y defenderlos con todos los medios legí- Iglesia, les dirigía este desafío, q u e es u n encomio de sus fieles,
timos, según lo exige el b i e n c o m ú n . d i c i e n d o : «Dadme tales p a d r e s d e familia, tales hijos, tales p a t r o -
5 . 0 El clero y la Acción Católica, estando, por su misión de nos, tales subditos, tales m a r i d o s , tales esposas, tales h o m b r e s de
paz y de amor, consagrados a unir a t o d o s los h o m b r e s in vinculo gobierno, tales ciudadanos, c o m o los q u e forma la doctrina cristia-
pacis10 [«mediante el vínculo d e la paz» ] , d e b e n c o n t r i b u i r a la p r o s - n a ; y, si n o podéis darlos, confesad q u e esta doctrina cristiana, si
p e r i d a d de la nación, principalmente f o m e n t a n d o la u n i ó n d e los se cumple, es la salvación del Estado» 1 3 .
ciudadanos y d e las clases sociales y colaborando e n todas aquellas [ 4 0 ] . Siendo esto así, u n católico se guardará b i e n d e descui-
iniciativas sociales q u e n o se opongan al d o g m a o a las leyes d e la dar, p o r ejemplo, el ejercicio d e l d e r e c h o d e votar c u a n d o e n t r a n
* m o r a l cristiana. en j u e g o el b i e n d e la Iglesia o d e la p a t r i a ; n i h a b r á peligro d e q u e
[37 ]• P ° r 1° demás, la actividad cívica de los católicos mejica- los católicos, p a r a el ejercicio d e las actividades cívicas y políticas,
n o s , desarrollada con u n espíritu n o b l e y levantado, o b t e n d r á resul- se organicen e n g r u p o s parciales, tal vez e n p u g n a los u n o s contra
tados t a n t o m á s eficaces c u a n t o en m a y o r g r a d o posean los católi- los otros o contrarios a las n o r m a s directivas d e la autoridad ecle-
cos aquella visión sobrenatural d e la vida, aquella educación religio- siástica ; eso serviría p a r a a u m e n t a r la confusión y desperdiciar ener-
sa y m o r a l y aquel celo ardiente p o r la dilatación del reino d e N u e s - gías, con d e t r i m e n t o del desarrollo d e la A c c i ó n Católica y d e la
t r o Señor Jesucristo q u e la Acción Católica se esfuerza en d a r a sus m i s m a causa q u e se quiere defender.
miembros.
[ 3 8 ] . F r e n t e a u n a feliz coalición d e conciencias q u e n o están [Unidad y autonomía]
dispuestas a renunciar a la libertad q u e Cristo les reconquistó u ,
¿qué p o d e r o fuerza h u m a n a p o d r á subyugarlas al pecado? ¿ Q u é [41 ] . Ya h e m o s indicado algunas actividades q u e , a u n q u e n o
peligrps ni q u é persecuciones p o d r á n separar almas de ese t e m p l e le son contrarias, caen fuera del c a m p o d e la A c c i ó n Católica, c o m o
d e la caridad d e Cristo? 1 2 serían las actividades d e partidos políticos y las de o r d e n p u r a m e n t e
[39 ]. E s t a recta formación del perfecto cristiano y c i u d a d a n o , económico-social. P e r o existen m u c h a s actividades benéficas q u e se
cuyas b u e n a s cualidades y acciones t o d a s q u e d a n ennoblecidas y p u e d e n a g r u p a r en t o r n o al n ú c l e o central d e la Acción Católica,
s u b l i m a d a s p o r el elemento sobrenatural, encierra en sí t a m b i é n , cuales son las Asociaciones d e P a d r e s d e Familia p a r a la defensa
c o m o n o podía m e n o s d e ser, el c u m p l i m i e n t o de los deberes cívi- d e las libertades escolares y d e la enseñanza religiosa, la U n i ó n d e
cos y sociales. San A g u s t í n , encarándose c o n los enemigos d e la ciudadanos para la defensa d e la familia, d e la santidad del m a t r i -
m o n i o y d e la m o r a l i d a d p ú b l i c a ; p u e s la A c c i ó n Católica n o cris-
struendi ad propria iura recte exercenda, eademque ex communis boni ne- taliza rígidamente en e s q u e m a s fijos, sino q u e sabe coordinar, c o m o
cessitate iustis modis vindicanda.
5. Clerus et Actio Cathoiica—quum ob missionem pacis amorisque nam Christi adversam dicunt esse reipublicae... dent tales provinciales, tales
sibi concreditam omnes homines ¡n vinculo pacis devincire teneantur—, maritos, tales coniuges, tales parentes, tales filios, tales dóminos, tales ser-
plurimum ad nationis prosperitatem conferre debent, tum civium classium- vos, tales reges, tales iudices... quales esse praecipit doctrina christiana, et
que coniunctionem máxime fovendo, tum obsecundando ómnibus socialibus audeant eam dicere adversam esse reipublicae, immo vero [non] dubitent
inceptis, quae a Christi doctrina miíralique lege non discordent. confiten magnam, si ei obtemperetur, salutem esse reipublicae».
Ceterum huiusmodi operositas Mexici catholicorum, claro nobilique con- Quapropter catholicus civis, quum de Ecclesiae patriaeque bono aga-
silio peracta, eo feliciores exitus consequetur, quo magis catholici ipsi ante tur, probé cavebit, verbi gratia, ne iure suffragii utendo abstineat; ñeque
oculos habebunt eam supernaturalis vitae cognitionem, religiosamque mo- profecto unquam exstabunt Christi fideies, qui ad civilia et política iura
rum institutionem illudque ad Regnum Christi dilatandum studium, quae exercenda in plures disiungantur factiones, quandoque ínter se miserabiliter
Actio Cathoiica tradenda sibi proponit. contendentes, vel ecclesiasticae auctoritatis normis repugnantes. Ita enim
Si igitur fideies unánimes, libertatem sibi a Christo vindicatam abdicare augeretur confusio viriumque dissipatio in detrimentum Actionis Catholi-
nolentes, ínter se consociaverint, quae umquam humana potestas aut vis cae et causae ipsius, quae illis tuenda esset.
, eos peccato mancipaverit? quodnam periculum, quaenam persecutio tam Mentionem iam fecimus de inceptis, quae extra Catholicam Actionem
fortía pectora separaverint a caritate Christi? sunt, quamvis cum ea minime discordantia, ut opera quae a partibus politi-
Haec autem perfecti christiani civisque institutio, in qua vis supernatu- cis vel ab institutis mere oeconomicis socialibusque absolvuntur. Sed plura
ralis cunetas eius dotes actienesque nobílitat atque extollit, multum quoque alia exstant incepta atque consociationes—ut Foedera patrumfamilias ad
confert, ut facile intelligitur, ad cívica et socialia officia recte persolvenda. tuendam scholasticam libertatem religiosamque" institutionem, Sodalitas ci-
Contra hostes Ecclesiae íam ipse Augustinus fortiter affirmavit: «Qui doctri- vium ad familiam, nuptiarumque sanctitudinem moresque públicos integre
servanda—quae per Actionem Catholicam explican possunt, eiusque cen-
1» E p h . 4,3. trali moderamine fulciri. Quandoquidem Actio Cathoiica non in orbe quo-
11 Cf. Gal. 4,31.
' 2 Cf. R o m . 8,35. 13
SAN AGUSTÍN, Epist. 138,2: PL 33.3S2; BAC, Obras de San Agustín t.11 p.140.
7U VIO XI
FIRMtSSIMAjfcl CONítTANTIAM 745
en derredor de u n centro irradiador d e luz y de calor, otras inicia-
desfogando su resentimiento i n t e r n o en críticas amargas contra sus
tivas e instituciones auxiliares, q u e , a u n conservando u n a justa a u t o -
superiores y c o m p a ñ e r o s d e trabajo, contra t o d o lo q u e n o es según el
nomía y conveniente libertad d e acción, necesarias para lograr sus
propio parecer y juicio, aleja las bendiciones divinas, debilita el
fines específicos, sienten la necesidad d e seguir las normas progra-
nervio de la disciplina y destruye d o n d e se debiera edificar.
máticas d e la Acción Católica. Esto tiene u n a aplicación especial en
el extenso territorio d e vuestra nación, d o n d e la variedad d e nece- t43]- J u n t o con la obediencia y la disciplina, nos place traer
sidades y condiciones locales p u e d e exigir q u e , conservando u n a a la m e m o r i a los otros deberes de caridad universal q u e nos sugiere
base de principios c o m u n e s , se empleen m é t o d o s diferentes de or- San Pablo en ese m i s m o capítulo 4 d e la epístola a los Efesios q u e
ganización y se d e n t a m b i é n soluciones prácticas, diversas entre sí, ya h e m o s citado, y q u e debería ser la n o r m a fundamental p a r a t o d o s
p e r o i g u a l m e n t e rectas p a r a resolver un m i s m o p r o b l e m a . los q u e trabajan e n la A c c i ó n Católica: Obsecro itaque vos ego vinctus
in Domino, ut digne ambuletis..'. cum omni humüitate et mansuetudine,
[42]- A vosotros os tocará, venerables h e r m a n o s , puestos por
cum patientia, supportantes invicem in caritate, solliciti servare unita-
el E s p í r i t u Santo p a r a gobernar la Iglesia de D i o s , d a r la última
tem Spiritus in vinculo pacis. Unum corpus et unus spiritus: [«Así,
decisión práctica e n estos casos, a la cual obedecerán los fieles con
pues, os exhorto yo, p r e s o en el Señor, a a n d a r d i g n a m e n t e . . . , con
docilidad y exactitud. Cosa q u e deseamos con t o d o n u e s t r o corazón,
t o d a h u m i l d a d , m a n s e d u m b r e y longanimidad, soportándoos los
p o r q u e la recta intención y la obediencia, siempre y en todas partes,
u n o s a los otros con caridad, solícitos d e conservar la u n i d a d del
son condiciones indispensables para atraer las bendiciones divinas
espíritu m e d i a n t e el vínculo d e la paz. Sólo h a y u n c u e r p o y u n es-
s o b r e el ministerio pastoral y s o b r e la A c c i ó n Católica y para fijar
píritu»] 15.
aquella u n i d a d de dirección y aquella fusión d e energías q u e son
requisito indispensable para la fecundidad del apostolado. Conju- [44]. A nuestros carísimos hijos mejicanos, a quienes t a n g r a n -
r a m o s , p o r tanto, con toda n u e s t r a alma a los b u e n o s católicos m e - d e p a r t e cabe d e los cuidados y d e las afectuosas solicitudes d e n u e s -
jicanos a q u e t e n g a n en g r a n d e estima y a m e n la obediencia y la t r o pontificado, les renovamos la exhortación a la u n i d a d , a la cari-
disciplina. Oboedite praepositis vestris et subiacete eis. Jpsi enim per- dad, a la paz e n el trabajo apostólico d e la Acción Católica, llamado
vigilant, quasi rationem pro animabus vestris reddituri. [«Obedeced a devolver Cristo a Méjico y a restituiros la paz y a u n la p r o s p e r i d a d
a v u e s t r o s pastores y estadles sujetos, q u e ellos velan s o b r e vuestras temporal.
almas, como q u i e n ha de d a r cuenta d e ellas»]. Y q u e sea obediencia [45 ]. P o n e m o s nuestros votos y oraciones a Ios-pies d e vuestra
llena d e gozo y estimuladora de las mejores energías, ut cuín gaudio celestial patrona, N u e s t r a Señora d e G u a d a l u p e , q u e en su santuario
hoc faciant et non gementes [«para q u e lo hagan con alegría y sin excita siempre el a m o r y la veneración d e t o d o s los mejicanos. A ella,
gemido»] 1 4 . E l q u e n o obedece sino con desgana y como a la fuerza, h o n r a d a y bendecida bajo ese título t a m b i é n en esta A l m a C i u d a d ,
dam clauso versatur, sed veluti e fonte circum luce et calore latissime ra- d o n d e N o s erigimos u n a p a r r o q u i a dedicada a su honor, r o g a m o s
diante, alia quoque incepta aliasque institutiones auxiliares congruenter coactus, oboedit, internam animi indignationem effundens in acerbas cen-
disponit, quae, licet quadam autonomía iustaque agendi libértate ad particu- suras adversus praepositos laborumque socios, et contra ea quae ipsius opta-
larem cuiusque finem necessaria fruantur, generales tamen normas regu- tis repugnent, divinos favores avertit, disciplinae frangit robur et ubi est
lasque communes sequantur oportet. Hoc praecipue expostulatur a vestra aedificandum destruit.
tam ampia natione, in qua propter locorum necessitatumque varietatem fieri
potest, ut, integris communibus principiis, diversac structurae formae adhi- Praeter obedientiam et disciplinam memorare Nobis placet alia quoque
beantur, et aliae alibi eiusdem causac solutiones, aeque tamen iustac, re universae caritatis officia, in ipso capite quarto epistulae S. Pauli ad Ephe-
ipsa oriantur. sios, de quo supra mentionem fecimus, declarata, quae Actionis Cathoiicae
sociis, tamquam norma praecipua, proferenda videntur: «Obsecro itaque
Vestrum plañe est, Venerabiles Fratres, quos Spiritus Sanctus posuit vos ego vinctus in Domino, ut digne ambuletis... cum omni humüitate et
regere Ecclesiam Dei, quae in hisce casibus agenda sínt pressius decernen?, mansuetudine, cum patientia, supportantes invicem in caritate, solliciti ser-
fideliumque vestrorum erit decretis vestris libenter fideliterque parere. vare unitatem Spiritus in vinculo pacis. Unum corpus et unus Spiritus».
Quod certe Nobis magnopere cordi est, quia recta intentio atque oboedien-
tia sunt, omni tempore omnique loco, condiciones prorsus necessariac ad Carissimos ergo Mexici filios, qui tantam curarum sollicitudinurnque
superna auxiJia pastorali officio Actionique Cathoiicae devocanda, simuique Nostri Pontificatus partem constituunt, rursus vehementerque adhortamur
ad efficiendam communem quandam agendi rationem viriumque coniunctio- ad unitatem, ad caritatem, ad pacem, in laborioso apostolatu Cathoiicae Ac-
nem, sine quibus apostolatus omnino caret fecunditate. Obsecramus igitur tionis, quae México Christum restituet ac terrenam insuper conciliabit
etiam atque etiam probos Méxici catholicos, ut oboedientiam ac disciplinam prosperitatem.
diligant colantque: «Oboedite praepositis vestris et subiacete eis. Ipsi enim Nostra eiusmodi vota Nostrasque preces ad pedes reverenter deponimus
pervigilant, quasi rationem pro animabus vestris reddituri». Hilaris autem caelestis vestrae Patronae, quam sub titulo Nostrae Dominae de Guadalupe
esto oboedientia, ad virtutes óptimas excitatrix. Qui enim aegre, veluti invocatis, quaeque in celebérrimo Sanctuario isto boni cuiusque Mexicani
amorem et venerationem iugiter excitat. Deiparam ipsam, quae sub eodem
1* Hebr. 13,17.
15
Eph. 4,1-4.
746 PÍO X I

ardientemente quiera oír nuestros votos y los vuestros—para la fu-


tura prosperidad dn Méjico, de la paz de Cristo en el reino de Cris-
to—.
Con estos votos y sentimientos os damos de todo corazón a
vosotros, a vuestros sacerdotes, a la Acción Católica mejicana, a
todos los queridos hijos de Méjico y a toda la noble nación meji-
cana, una especialísima bendición apostólica.
Que esta carta nuestra, que hemos querido enviaros en la festi-
vidad de la Pascua de Resurrección, sea asimismo para vuestro país
una prenda de resurrección espiritual, pues no es otro el anhelo de
vuestro Padre, sino que, así como habéis participado tan íntimamen-
te de los sufrimientos de Cristo, igualmente participéis de la gloria
de su resurrección.
Dado en Roma, junto a San Pedro, en la fiesta de la Pascua de
Resurrección, el 28 de marzo de' 1937, a n 0 decimosexto de nuestro
pontificado.
titulo pie recolitur in alma Urbe, in qua Nos paroeciam quoque in eius ho-
norem condidimus, impense efflagitamus, ut Nostris vestrisque votis ma-
terna gratia obsecundans, a Deo omnipotenti omnia fausta ac felicia México
botincat cum pace Christi in Regno Christi.
Hoc quidem animo, hac fiducia erecti, vobis, Venerabiles Fratres, vestris
sacerdotibus, Actionis Catholicae sociis, ómnibus fidelibus, nec non uni-
versae nobili Mexicanae nationi, Apostolicam Benedictionem effusa in Do-
mino caritate impertimus.
Esto Nostra haec Epistula, in Paschate Christi Resurrectionis data, pig-
nus spiritualis patriae vestrae resurrectionis auspiciumque paternum, ita
ut, quemadmodum vos passionis Christi socü fuistis, aeque sitis participes
eiusdem resurrectionis.
Datum Romae apud Sanctum Petrum, die xxvni mensis martii Do-
minica Resurrectionis Domini Nostri Iesu Christi anno MDCCCCXXXVII, Pon-
tificatus Nostri sexto décimo.
SUMM1 PONTIFICATÜS
Solidaridad humana y Estado totalitario

El pontificado de Pío XI estuvo caracterizado todo él por la sorda


amenaza de una nueva guerra mundial: ubique serpit futuri belli
rumor '. La aparición y desarrollo del nacionalismo exagerado y su
consecuencia política, el totalitarismo, acentuaron la inminencia del
peligro. El nacionalismo totalitario era uno de los grandes enemigos
de la paz universal 2. En esta misma dirección de acentuación alar-
mante operaba la propaganda del comunismo bolchevique. Era impo-
sible la paz mientras persistiera esta propaganda subversiva^. La fuerte
crisis económica agudizaba la presión convergente de estos movimientos
totalitarios4. El resultado era una situación inestable e incierta5.
Ante este peligro, Pío XI reiteró la tesis, ya expuesta por Bene-
dicto XV, de la ilicitud moral de toda guerra ofensiva. La guerra es
un crimen, una locura moral y físicamente imposible: [Novum bellum]
tam immane scelus esset vesanaeque mentís furor, ut fieri non posse
omnino putemus... Quae quidem de morali novi cuiusque belli
impossibilitate dicta sünt; sed et ipsa ad physicas res quod attinet
impossibilitas in asperrimis huius aetatis adiunctis et Nobis et mul-
lís manifesté apparet 6 . Por esto, Pío XI llegó a calificar como homi-
cidas y suicidas a los Estados X¡ue buscan y quieren la guerra 7 .
Es necesario, por tanto, evitar a toda costa la guerra y mantener
la paz. Pero la paz verdadera es la paz cristiana, y ésta, a su vez, es
imposible mientras la codicia domine en los grupos dirigentes de la hu-
manidad. Los bienes temporales tienen la triste característica, impuesta
libremente por el desorden humano, de matar la paz por su propia na-
turaleza. No puede haber paz externa sin la previa pacificación interior
de las inteligencias y de los corazones 8 .
En esta labor pacificadora es la Iglesia católica la única institución
que puede aportar una contribución esencial, serenando los espíritus
y proclamando los principios eternos de la caridad y de la justicia;
principios de los cuales es la Iglesia maestra perfecta, garantía segura
e intérprete infalible: Quae utique praecepta ac disciplinae in catho-
1
2
Aloe, consist. de I de abril de 1935: AAS 27 C193S) 132.
3
Aloe, consist. de 13 de marzo de 1933: AAS 25 (1932) 112.
4
Aloe, en la víspera de Navidad de 1930: AAS 22 (1930) 529-539.
5
Cf. ibid.
h
Aloe, consist. de 1 de abril de 1935: AAS 27 (1935) 132.
Aloe, consist. de 1 de abril de 1935: AAS 27 (1935) 132.
7
Aloe, en la víspera de Navidad de 1930: AAS 22 (1930) 536.
8
Ibid., 534-535-
750 PIÓ XII SUMMI PONTIFICATUS 75J

lica d u m t a x a t Ecclesia perfectam assequi p o s s u n t explanationem,


BIBLIOGRAFÍA
inviolatam incolumitatem, i n e r r a n t e m interpretationem 9 .
Amenaza de conflicto mundial, ilicitud de la guerra, necesidad de MONS. ÁNGEL HERRERA ORIA, La palabra de Cristo t.$p.761ss (Madrid 1953).
la paz nacional e internacional y contribución de la Iglesia a la paz: he LÉON MERKLEN, Les legons de VEncyclique Summi Pontificatus (París 1940).
aquí los puntos que unen el pontificado de Pío XI con el de su actual
sucesor, Pío XII. Lo que en el primero fué una amenaza, se ha conver- SUMARIO
tido en triste realidad en los comienzos del segundo. Este es el significado
común que engloba toda la serie primera de los documentos políticos de I. Se cumple ahora e! cuadragésimo aniversario de ]a consagración de]
Pío XII. La segunda fase del pontificado presente estará señalada por género humano al Sagrado Corazón de Jesús. Los frutos producidos
por esta consagración han sido consolidados con la institución de la
el esfuerzo intenso de creación de un nuevo orden político, sobre todo
fiesta de Cristo Rey. El Papa coloca esta encíclica bajo la bandera de
en el orden internacional. Cristo Rey. Estrecha solidaridad entre los miembros de la familia
El día 24 de agosto de 1939, Pío XII dirige a los gobernantes y a los católica. Agradecimiento por las felicitaciones recibidas con motivo
pueblos un llamamiento a la paz en vísperas de la segunda guerra de la coronación. Votos especiales por la felicidad de Italia, reconci-
mundial.10 Se oyó al Papa con cortesía, pero los sucesos prosiguieron su liada ya con la Iglesia católica.
marcha. El 2 de septiembre, las fuerzas militares del Reich invadían II. El agnosticismo reítgioso y moral. Es un deber det Papa denunciar sin
Polonia. El día 4, los Gobiernos de Gran Bretaña y Francia declaraban temor los errores de la humanidad. La causa de la actual indigencia
la guerra a Alemania. Había comenzado la segunda guerra mundial. espiritual y moral es el abandono responsable de los principios cris-
tianos de la verdad y del amor. La situación presente constituye la
La amenaza prevista por Pío XI quedaba cumplida.
apología definitiva de la doctrina cristiana. Esta carta tiene por objeto
# * # desarrollar algunas observaciones acerca de los errores fundamentales
de la época. La fuente más profunda de los males que aquejan a la
La primera carta de Su Santidad Pío XII pertenece al grupo de humanidad de hoy es la negación de una norma universal de rectitud
las encíclicas que podemos llamar etiológicas, por estar dedicadas al moral. Se ha excluido a Cristo de la vida pública; se ha olvidado la
examen de las causas de la crisis actual de la humanidad y a la deter- ley natural; se ha acentuado el retorno al paganismo. De aquí deriva
minación de los remedios necesarios para salvar esta crisis. Presenta, la falta de estabilidad en el orden social y político.
por esto, un enlace directo con la U b i arcano, de Pío XI, y con la Aá III. Dos errores capitales en el orden social y político. El olvido de la ley de
la solidaridad humana y de la caridad. El género humano constituye
beatissimi, de Benedicto XV. una unidad moral y social establecida por Dios. La revelación lo ates-
El Papa señala el agnosticismo religioso como la raíz profunda y tigua claramente. Esta unidad, sin embargo, no excluye las caracterís-
última de los males que aquejan a la sociedad moderna. A ese agnosti- ticas nacionales y personales legítimas. La conciencia de esta solidari-
cismo teológico hay que referir el utilitarismo subjetivista en la moral, dad nacional no perjudica en nada al recto amor debido a la patria
el positivismo jurídico y el totalitarismo del Estado. Es la misma génesis temporal. Por el contrario, ha sido un factor decisivo en el progreso
ideológica y práctica que aparecerá de nuevo en el discurso de Pío XII a de la civilización humana.
la Sagrada Rota Romana, 13 de noviembre de 1949, sobre el positi- La concepción totalitaria del poder político. Es un error gravísi-
vismo jurídico y el absolutismo de Estado. mo de nuestra época la afirmación de una pretendida independencia
La encíclica S u m m i Pontificatus no ha querido ser una toma de absoluta del Estado respecto de Dios y de toda norma superior uni-
posición doctrinal completa frente a los errores de hoy. Se ha limitado versal. Las consecuencias obligadas de este error son el absolutismo
a hacer algunas observaciones fundamentales en torno a dos problemas totalitario del poder político y la ruina completa de la autoridad civil.
que obstaculizan la vida social y política en el mundo actual. El olvido Refutación de este error. Cuando se contradice el derecho natural,
de la solidaridad humana y la concepción totalitaria del Estado. el derecho positivo pierde todo su vigor interior. La misión del Esta-
do es facilitar a la persona humana, dentro de la órbita del bien co-
Pío XII hace una densa critica de esta concepción sobre dos planos mún, la consecución de su perfección temporal y de su felicidad so-
concretos: el nacional y el internacional. En lo nacional, el gran pecado brenatural. Por tanto, en relación con la familia, el Estado debe respe-
del totalitarismo es la destrucción de los derechos de la persona humana tarla como institución natural con derechos propios; debe particular-
y de la familia. En lo internacional, el gran error del Estado totalitario mente garantizar y facilitar la misión educativa que la familia ha
es la negación drástica de la comunidad internacional de los pueblos. recibido directamente de Dios, y debe evitar que la instrucción pa-
Son estos dos temas: persona humana y comunidad internacional de triótica dañe a la fundamental educación religiosa de la juventud.
los Estados, los que vendrán a constituir los dos polos alrededor de los Con relación al orden internacional, los Estados constituyen una
cuales irá centrando Pío XII toda su posterior labor doctrinal en el comunidad universal de pueblos; la concepción totalitaria del Estado
campo político. niega radicalmente esta comunidad. Es obligatoria por derecho natu-
ral la fidelidad a la palabra dada; el Estado totalitario se atribuye el
,1
10
^ f S - mnsist- d e
' 3 d e "aarao de 1933: A A S 25 Ü933) 116. derecho de poder rescindir unilateralmente las obligaciones contraí-
A A S 31 (1939) 333-335- das en el ámbito del derecho internacional. Se habla de la necesidad
752 l'ÍO XU

de un nuevo orden internacional. Pero, si este orden no se levanta srniMi TONTIFICAXÜS 753
sobre el fundamento de la ley natural, volverán a repetirse los errores
p o r un Pontífice q u e con t a n profunda agudeza conocía las necesi-
del pasado y catástrofes como la presente.
dades y los males manifiestos y ocultos de su t i e m p o ! Por esto, no
IV. La reeducación espiritual y religiosa de los pueblos. El orden nuevo podemos dejar d e manifestar n u e s t r o agradecimiento a la divina
en las relaciones nacionales e internacionales ha de apoyarse necesa-
Providencia, q u e h a q u e r i d o hacer coincidir n u e s t r o p r i m e r año
riamente en los principios del derecho natural y de la revelación divi-
na. En el establecimiento de este orden nuevo, la Iglesia tiene una de pontificado con u n r e c u e r d o t a n trascendental y querido de n u e s -
trascendental misión que realizar. La Acción Católica, entendida como tro p r i m e r año de sacerdocio. A p r o v e c h a n d o de b u e n a gana esta
colaboración de los seglares en el apostolado jerárquico, es el medio oportunidad, N o s q u e r e m o s q u e el culto d e b i d o al Rey de reyes y
providencial que Dios ha dado a su Iglesia para poder cumplir la mi- al Señor de los señores 4 sea como la plegaria introductoria de n u e s t r o
sión indicada. En esta Acción Católica, la familia tiene un puesto muy pontificado, c u m p l i e n d o así los deseos de nuestro santo predecesor.
importante, por ser el último y más seguro refugio de la vida cristiana. Sea este culto t a m b i é n el f u n d a m e n t o en q u e se apoyan y el propósito
La Iglesia, primera educadora de la humanidad, es la mejor garantía q u e p r e t e n d e n t a n t o nuestra v o l u n t a d esperanzada como n u e s t r a
del verdadero progreso y la salvaguardia de los auténticos valores hu- enseñanza y pastoral actividad, y, finalmente, el sufrimiento d e los
manos.
trabajos y penas, q u e consagramos exclusivamente a la difusión
V. Dolor y compasión del Papa por todos los que sufren las consecuen- del reino d e Cristo.
cias de la guerra. La Santa Sede ha hecho todo lo posible por evitar
el desencadenamiento de este conflicto. Necesidad de oraciones y pe- [ 3 ] . Si c o n t e m p l a m o s a la luz d e la eternidad los aconteci-
nitencia. Bendición. mientos externos y el crecimiento de vida interior logrado d u r a n t e
los últimos cuarenta años y m e d i m o s , por u n a parte, sus grandezas
f y, por otra, sus deficiencias, aquella consagración del g é n e r o h u -
[i ]. D i o s !, en su secreto designio, nos ha confiado, sin mérito m a n o a Jesucristo R e y revela cada vez más a n u e s t r o espíritu su
alguno nuestro, la dignidad y las graves preocupaciones del s u p r e m o h o n d o significado sagrado, su simbolismo exhortador, su fuerza
pontificado precisamente en el año e n q u e se c u m p l e el cuadragésimo purificadora, elevante, defensora y consolidadora de las almas, y al
aniversario d e la consagración del género h u m a n o al Sacratísimo m i s m o t i e m p o , con n o m e n o r evidencia, observan n u e s t r o s ojos
Corazón del R e d e n t o r , que n u e s t r o inmortal predecesor L e ó n XIII con cuánta sabiduría p r o c u r a esa consagración restablecer p o r com-
intimó a t o d o el orbe, al declinar el pasado siglo, en los u m b r a l e s pleto la salud de t o d a la sociedad h u m a n a y p r o m o v e r la verdadera
del A ñ o Santo. prosperidad de ésta. Esta consagración nos parece como u n mensaje
[ 2 ] . C o n s u m a alegría e í n t i m o gozo acogimos entonces como de exhortación y de gracia divina n o sólo p a r a la Iglesia, sino tam-
mensaje del cielo la encíclica Annum Sacrum 2 , precisamente cuando,
providentis Dei instinctu a Pontifice susceptum, qui manifesta et oceulta
recién o r d e n a d o s de sacerdote, habíamos p o d i d o recitar el Introibo
aetatis suae vulnera necessitatesque tam acri ingenii sui acie inspexerat.
ad altare Dei3. Y ¡con qué ardiente entusiasmo u n i m o s n u e s t r o Quamobrem gratam non profiteri voluntatem Nostram caelesti Numini
corazón a los pensamientos y a las intenciones q u e a n i m a b a n y non possumus, quod Pontificatus Nostri initium in hunc iussit incidere
guiaban aquel acto, llevado a cabo, n o sin u n a especial providencia, annum, quo eventus ille memoratu dignus recolitur, qui primum sacerdotii
Nostri annum suavissime affecit, ac libentissime hanc opportunitatem nacti,
sanctissimisque eiusdem Decessoris Nostri consiliis obsecuti, cultum «Regi
[ D e duobus nostrae aetatis erroribus] regum et Domino dominantium» debitum quasi auspicalem precem esse
volumus pontificalis muneris Nostri. Estoque idem cultus et principium
Summi Pontificatus dignitatem gravissimasque curas, nullis Nostris quo nituntur, et propositum, quo intendunt cum voluntas ac spes Nostra
meritis, arcano consilio suo Deus Nobis concredidit quadragesimo vertente tum doctrina ac pastoralis navitas, tum denique laborum aerumnarumque
anno, ex quo Decessor Noster immortalis memoriae Leo XIII, superiore tolerantia, quam quidem ad Iesu Christi regnum propagandum unice de-
iam iam labente saeculo, proximeque adventante Anno Sacro, humani vovemus.
generis consecrationem divinissimo Cordi Iesu ubique terrarum agendam
indixit. Si externarum rerum casus interioraque animorum incrementa per
Intima consensione oblectationeque máxima tum veluti supernum nun- quadraginta hos annos habita sub luce aeternitatis meditamur, atque hinc
tium Encyclicas eas excepimus Litteras «Annum Sacrum», cum, Nobis ortas amplitudines, illinc vero defectiones metimur, illa profecto humani
sacerdotale munus auspicantibus, ad aram operaturis «Introibo ad altare generis Iesu Christo Regi dedicatio luculentius usque Nobis praebet quan-
Dei» recitare licuit. Et quo ardenti studio cogitationibus consiliisque ani- tum sacrae significationis habeat, quid, quasi indito signo, hortetur orones,
mum adiecimus Nostrum, quibus mandatum illud conformabatur, non sine ac quantopere eos purificet, relevet, sancteque corroborando tueatur; item-
que non minus luculenter oculis observatur Nostris quam sapientissime
1
Pío XII, caita encíclica a los patriarcas, primados, arzobispos, obispos y otros ordina- eadem enitatur universam hominum communitatem persanare eiusque veri
rios en paz y comunión con la Sede Apostólica: AAS 31 (1930) 413-453. nominis prosperitatem provehere. Atque haec eadem dedicatio videtur
2
LEÓN XIII, encíclica Annum Sacrum, 25 de mayo de 1890: ASS 20 (1808-1899) 646-651. Nobis quasi hortationis divinaeque gratiae nuntius non modo Ecclesiae,
¡ Ps. 42 (43),4.
4
1 Tim. 6,15; Apoc. 19,16.
754
PÍO xa SUMM1 I'ONTIFICATUS 755
ble
n para toda la humanidad, que, necesitada de estímulo y de guía, de Dios 9 ¿Qué época ha tenido mayor necesidad de estos bienes
se
apartaba del camino recto y, hundiéndose en las cosas de la tierra que la nuestra? ¿Qué época más que la nuestra, a pesar de los pro-
y Poniendo en ellas de manera exclusiva su deseo, perecía misera- gresos de toda clase que ha producido en el orden técnico y pura-
Jemente; mensaje para todos los hombres que, en número cada mente exterior, ha sufrido un vacío interior tan crecido y una
«ia mayor, se alejaban de la fe en Cristo e incluso también del reco- indigencia espiritual tan íntima? Se le puede aplicar con exactitud
nocimiento y de la observancia de su ley; mensaje, finalmente, que la palabra aleccionadora del Apocalipsis: Dices: Rico soy y opulento
se
alzaba contra una concepción de la vida, muy extendida, para la y de nada necesito, y no sabes que eres mísero, miserable, pobre, ciego y
cual el precepto del amor y la doctrina de la renuncia de sí mismo, desnudo 1 °.
Promulgada en el sermón evangélico de la montaña, e igualmente
a dlv
i n a gesta de amor realizada én la cruz, parecían un escándalo [5]. No hay necesidad más urgente, venerables hermanos, que
y una locura. De la misma manera que en otro tiempo el Precursor la de dar a conocer las inconmensurables riquezas de Cristo n a los
ei Redentor, para responder a los que le preguntaban con deseo hombres de nuestra época. No hay empresa más noble que la de
e mst levantar y desplegar al viento las banderas de nuestro Rey ante
ruirse, proclamaba: He aquí el Cordero de Dios 5, para avisarles
que el Deseado de los pueblos6, si bien todavía desconocido, vivía aquellos que han seguido banderas falaces y la de reconquistar
ya en medio de ellos, asi también el Vicario de Jesucristo a todos para la cruz victoriosa a los que de ella, por desgracia, se han sepa-
aquellos que—renegados, dudosos, fluctuantes—se negaban a seguir rado. ¿Quién, a la vista de una tan gran multitud de hermanos y
j Redentor glorioso, viviente y operante siempre en su Iglesia, o hermanas que, cegados por el error, enredados por las pasiones,
le seguían con descuido y flojedad, con poderosa voz les conjuraba desviados por los prejuicios, se han alejado de la verdadera fe en
diciendo: He aquí vuestro Rey 7. Dios y del salvador mensaje de Jesucristo; quién, decimos, no
i Q ^ e ' a Propagación y del arraigo cada día mayor del culto arderá en caridad y dejará de prestar gustosamente su ayuda? Todo
al Sagrado Corazón de Jesús—derivados no sólo de la consagración el que pertenece a la milicia de Cristo, sea clérigo o seglar, ¿por
del género humano, hecha al declinar el pasado siglo, sino también qué no ha de sentirse excitado a una mayor vigilancia, a una defensa
de la institución de la fiesta de Jesucristo Rey, creada por nuestro más enérgica de nuestra causa viendp como ve crecer temerosamente
inmediato predecesor, de feliz memoria 8 —han brotado innumera- sin cesar la turba de los enemigos de Cristo y viendo a los pregoneros
bles bienes para los fieles como un impetuoso río que alegra la ciudad de una doctrina engañosa que, de la misma manera que niegan la
eficacia y la saludable verdad de la fe cristiana o impiden que ésta
sed cuncto etiam humano generi datus, quod, incitamentis ac regimine se lleve a la práctica, parecen romper con impiedad suma las tablas de
indigens, e via abstrahebatur recta, atque in terrenas res se ingurgitans los mandamientos de Dios, para sustituirlas con otras normas de
easque solummodo affectans, miserrime conficiebatur; nuntius hominibus
ómnibus, qui numero increbrescentes cotidie magis a lesu Christi fide, petus» qui «laetificat civitatem Dei». Ac quaenam.'magis quam nostra aetas,
ímmo etiam ab agnoscenda observandaque eius lege abducebantur; nuntius hisce bonis indiguit? Quaenam, magis quam nostra, quamvis machinamen-
denique qui illam vitae rationem aversabatur, passim iam invectam, qua torum omne genus extemarumque rerum progressionem protulerit, animi
cantatis praecepta seseque ac sua abnegandi doctrina, per evangelicum in ieiunitate intimaque egestate spiritus laboravit? Quadrat utique in eam
monte habitum sermonem promulgata, itemque divina amoris actio in Cruce perspicuum illud Apocalypsis: «Dicis: dives sum, et locupletatus, et nullius
patrata offensio atque stultitia videbantur. Quemadmodum olím Redempto- egeo; et nescis, quia tu es miser et miserabilis, et pauper, et caecus, et nudus?»
ris Praecursor iis, qui studiose sciscitabantur, idcirco proclamabat: «Ecce Nihil profecto magis urget, Venerabiles Fratres, quam nostrorum tem-
Agnus Dei», ut eos admoneret Expectatum gentium, etsi ignotum, ínter porum hominibus «evangelizare investigabiles divitias Christi». Nihil sane
eos commorari, ita lesu Christi Vicarius iis ómnibus, qui—infitiatores, nobilius, quam divini Regis vexilla pandere ac sublime coram eis ventilare,
nutantes, ancipites—vel gloriosum sequi Redemptorem renuebant, nullo
non tempore in Ecclesia sua viventem operantemque, vel eum segniter qui fallada signa subsecuti sint, atque ad victricem Crucem eos feliciter
neglegenterque sequebantur, obsecrando obtestandoque acclamabat: «Ecce reducere, qui ab ea misere discesserint. Quis igitur, cum tam magnam fra-
Rex vester». trum sororumque multitudinem cernat, qui erroribus obcaecati, cupiditati-
Iamvero ex propágate auctoque in animis cotidie magis cultu Sacratis- bus deleniti, ac praeiudicatis opinionibus devii, a germana Dei fide aberra-
simi Cordis lesu—quod quidem non modo ex humani generis consecra- verint et a salutari lesu Christi evangelio, quisnam, dicimus, caritate non
tione, vergente ad exitum superiore saeculo, eidem facta, sed ex instituto ferveat atque iisdem ultro libenterque suppetias non veniat? Quicumque
etiam a próximo p. r. Decessore Nostro lesu Christi Regís festo evenit— enim sive ex sacerdotali, sive ex laicorum ordine, Christi müitiam parti-
innumerabilia prorstis christifidelibus orta sunt bona, quasi «fluminis im- cipat, cur ad vigilandum magis ad tuendamque acrius rem nostram se
excitatum non sentiat, cum Christi inimicorum turbas formidolosius usque
5 lo. 1,29. increscentes videat, atque mendacis huiuscemodi doctrinae praecones as-
« A g g . 2,8. piciat, qui, ut salutiferam christianae fidei veritatem virtutemque renuunt,
7 lo. 19,14.
í P í o XI, encíclica Qfias primas, l l d e diciembre de 1925: A A S 17 (1925) 5 M - ° I 0 ,
' P s . 45 (46),S.
10
Apoc. 3,17.
» ' E p h . 3.8. -
756 I'JO XII
siMMi roM'u'ievrus 707
las q u e están desterrados los principios morales de la revelación
del Sinaí y el divino espíritu q u e h a b r o t a d o del s e r m ó n de la m o n - tegridad y la fortaleza de su espíritu. Sea t a m b i é n , p o r último, día de
t a ñ a y de la cruz de Cristo? T o d o s , sin d u d a , saben m u y bien, n o gracia para los q u e n o h a n conocido a Cristo o lo h a n a b a n d o n a d o
sin h o n d o dolor, q u e los gérmenes d e estos errores p r o d u c e n u n a m i s e r a b l e m e n t e ; y la m u l t i t u d d e los fieles, m u c h o s millones de
trágica cosecha en aquellos q u e , si b i e n en los días d e calma y segu- h o m b r e s , n i e g u e n j u n t o s a D i o s e n ese solemne día q u e la luz que
ridad se confesaban seguidores d e Cristo, sin e m b a r g o , c u a n d o es ilumina a todo hombre que viene a este mundo 1 2 les ilumine y señale
necesario resistir con energía, luchar, padecer y soportar persecu- el camino de la salvación, y su divina gracia suscite en el inquieto
ciones ocultas y abiertas, cristianos sólo d e n o m b r e , se m u e s t r a n espíritu de los extraviados la nostalgia de los bienes eternos, nostal-
vacilantes, débiles, i m p o t e n t e s , y, rechazando los sacrificios q u e la gia q u e los impela a volver a A q u e l q u e desde el doloroso t r o n o de
profesión de su religión implica, n o son capaces d e seguir los pasos la cruz tiene sed de sus almas y ardiente deseo de ser t a m b i é n para
sangrientos del divino R e d e n t o r . ellos camino, verdad y vida 1 3 .
[ 6 ] , Q u e en esta situación, venerables h e r m a n o s , la ya p r ó - [ 7 ] . A l p o n e r esta p r i m e r a encíclica de n u e s t r o pontificado,
xima fiesta d e Cristo Rey, en cuya fecha os llegará esta n u e s t r a en- con- el corazón rebosante de confiada esperanza, bajo la b a n d e r a de
cíclica, os conceda los d o n e s d e la divina gracia, con los cuales Cristo Rey, N o s estamos a b s o l u t a m e n t e seguros de la u n á n i m e y
p u e d a n renovarse los h o m b r e s en las virtudes evangélicas y p u e d a entusiasta aprobación de t o d a la grey del Señor. L a s experiencias y
renacer el reino de Cristo p o r todas partes. Q u e la consagración del las ansiedades d e la época presente despiertan la solidaridad entre
g é n e r o h u m a n o al Sagrado Corazón de Jesús, que en este día se todos los m i e m b r o s de la familia católica y agudizan y purifican el
celebrará de m o d o solemne y con especial devoción, r e ú n a j u n t o al sentimiento d e esta solidaridad en g r a d o raras veces conseguido.
altar del e t e r n o R e y a los fieles d e t o d o s los pueblos y d e todas las E igualmente excitan en t o d o s los q u e creen en D i o s y siguen a
naciones en adoración y en reparación, p a r a renovarle a E l y a su Cristo como guía y maestro el reconocimiento d e u n peligro c o m ú n
ley d e verdad y d e amor, a h o r a y siempre, el j u r a m e n t o d e fidelidad.
q u e está a m e n a z a n d o sobre t o d o s sin excepción.
B e b a n en ese día la gracia divina todos los cristianos, p a r a q u e en
ellos el fuego q u e el Señor vino a t r a e r a la tierra se convierta en [ 8 ] . E s t e espíritu de m u t u a solidaridad entre los católicos,
llama cada vez m á s luminosa y p u r a . Sea día de gracia t a m b i é n para q u e , c o m o h e m o s dicho, se ha visto a u m e n t a d o por la peligrosa
los tibios, los cansados, los hastiados, y r e n u e v e n así todos ellos la in- situación presente, y q u e confirma a los espíritus haciéndoles entrar
d e n t r o de sí y alimenta al m i s m o t i e m p o el propósito de futuras
victorias, nos produjo u n suave deleite y u n s u m o consuelo en a q u e -
vel ab actione vitae prohibent, ita videntur impietate summa Dei prae-
ceptorum tabulas infringere, ut in earum locum alias normas sufficiant, in
quibus et moralis disciplinae principia per Sinaiticam revelationem propo- Gratiam denique ü etiam sumant, qui divinum Redemptorem vel ignorant,
sita et divinus ille afflatus, qui ex Cruce Christi ex eiusque sermone in mon- vel miserrime deseruere; ac christifidelium multitudines, ad decies centena
te habito profluit, omnino respuuntur? Omnes procul dubio exploratum ha- milia bene multa, ita sollemni eo die Deum comprecentur: «Lux vera quae
bent, non sine animi aegritudine, horum errorum germina mortiferam sane illuminat omnem hominem venientem in hunc mundum» salutis iter collus-
segetem in eis edere, qui, etsi cum quietis securisque fruebantur rebus, trando indicet, ac superna gratia in inquietis aberrantium animis illud
Christi sectatores se profitebantur, cum tamen indurata vi insistere, conten- incensum aeternorum bonorum desiderium excitet, quod omnes ad eum
dere, perpeti, et oceultas apertasve insectationes tolerare oporteat, chris- ipsum compellat, qui ex cruento Crucis throno eos studiosissime advocat,
tianos nomine tenus, dubios, ignavos imbecillosque se gerunt, fet a iacturis corumque etiam fieri percupit «via, et veritas et vita».
abhorrentes, quas religionis professio iubeat, cruenta divini Redemptoris
Dum Encyclicas has Litteras, quas primas post initum Pontificatum
vestigia persequi non valent.
edimus, sub Iesu Christi Regis signo atque auspicio fidentes sperantesque
Afferat igitur ómnibus, Venerabiles Fratres, in his rerum temporumque ponimus, pro certo habemus universum Dominicum gregem unanima impen-
eondicionibus, Iesu Christi Regis festum, quod iam appetit, et quo Ency- sissimaque consensione hoc esse prosecuturum. Quae aetate hac nostra exper-
clícas primum a Nobis datas Litteras accipietis, divinae gratiae muñera, I i sumus rerum discrimina anxitudinesque catholicorum hominum ánimos ad
quibus quidem mortalium animi evangélica virtute redintegrentur, et Christi mutuam necessitudinem excitant, eiusdemque fraternae necessitudinis sen-
Regnum usque quaque píoducatur ac virescat. Dedicatio humani generis_ sum purificant magisque exacuunt, quam fortasse numquam alias; atque
Sacratissimo Iesu Christi Cordí, quae eo die sollemni ritu peculiarique pie- in iis ómnibus, qui Deum esse credunt ac lesum Christum sequuntur ducem
tate agetur, populorum ac nationum omnium fideJes ad Aeterni Regis aram ac magistrum, conscientiam reviviscere iubent commune periculum in
congreget, ut eum iidem adorent, sua caeterorumque piacula expient, atque universos una simul impenderé minaciter.
eidem sanctissimaeque veritatis amorisque legi suae fidem per oírme aevum
Mutuae huius catholicorum necessitudinis sensus, quem, ut diximus, pe-
religiose iurent. T u m supernam hauriant gratiam chrístiani omnes, in qui-
riclitatae res tantopere auxere, quique mentes recolligendo confirmat futu-
bus caelestis ignis, quern Christus Dominus nobis attulít, flammescat ac
raeque victoriae voluntatem alit, suavissima Nos delectatione summoque
fulgeat. Gratiam itidem hauriant qui languescunt animo, qui fatigati, qui
.solacio iis diebus affecit, cum trepido gressu, at Deo fidentes ad eam rite
pcitacsi iacent; atque adeo spíritus, integritatem virtutemque renovent.
12 In. i,p.
'•> lo. 14,6.
758 pío x n
líos días en que con trémulo paso, pero confiando en Dios, tomamos SUMMI POSIIFICAIUS 759
posesión de la Cátedra que la muerte de nuestro gran predecesor
había dejado vacante. primeros meses de'í íestro pontificado, cuando debimos padecer las
fatigas, las ansiedades, y soportar las pruebas de que está sembrado
[9 ]. Hoy, recordando el sinnúmero de testimonios de estrecha el camino de la Esposa de Cristo.
adhesión filial a la Iglesia y al Vicario de Cristo que libre y espon-
táneamente llegaron a Nos con motivo de nuestra elección y coro- [11]. No queremos tampoco pasar en silencio el reconocimien-
nación, no podemos dejar de daros a vosotros, venerables hermanos, to que suscitó en nuestro corazón la felicitación de aquellos que, sin
y a todos cuantos pertenecen a la familia católica, las gracias más pertenecer al cuerpo visible de la Iglesia católica, en su nobleza y
conmovidas por los testimonios de amor reverente y de inquebran- sinceridad, no han querido olvidar todo aquello que, en el amor a
table fidelidad al Papado enviados de todas partes al Pontífice, en la persona de Cristo o en la fe en Dios, les une con Nos. Vaya a todos
el cual se reconocía la misión providencial del Sumo Sacerdote y ellos la expresión de nuestra gratitud. Nos los encomendamos a
del Pastor Supremo. Porque estas manifestaciones no estaban diri- todos y a cada uno a la protección y a la dirección del Señor, y ase-
gidas a nuestra humilde persona, sino únicamente al alto y grave guramos solemnemente que sólo un pensamiento domina nuestra
oficio a cuyo cumplimiento el Señor nos llamaba. Y si ya entonces mente: imitar cuidadosamente el ejemplo del Buen Pastor, para
experimentábamos la extraordinaria gravedad de la carga recibida, conducir a todos a la verdadera felicidad y para que tengan vida,
que nos había impuesto la suma potestad que nos confería la Pro- y la tengan más abundante 14 .
videncia divina, sin embargo, sentíamos el gran consuelo de ver
aquella grandiosa y palpable demostración de la indivisible unidad [12]. Pero de manera particular Nos deseamos mostrar aquí
de la Iglesia católica, que, levantada como muralla y baluarte, con nuestro agradecimiento a los soberanos, a los jefes de Estado y a
tanta mayor firmeza y energía se une a la roca invicta de Pedro las autoridades públicas que, en nombre de sus respectivas naciones,
cuanto mayor aparece la jactancia de los enemigos de Cristo. con las cuales la Santa Sede se halla en amigables relaciones, han
querido ofrecernos en aquella ocasión el homenaje de su reverencia.
[10]. Este universal plebiscito de la unidad católica y de la
En este número y con ocasión de esta primera encíclica, dirigida a
fraterna y divina solidaridad de los pueblos ofrecido al Padre común
todos los pueblos del universo, con particular alegría nos es permi-
nos parecía dar una esperanza tanto más feliz y más fecunda cuanto
más trágicas eran las circunstancias materiales y espirituales del tido incluir a Italia; Italia, que, como fecundo jardín de la fe católica,
momento. Y su gozoso recuerdo nos siguió confortando durante los plantada por el Príncipe de los Apóstoles, después de los providen-
ciales pactos lateranenses, ocupa un puesto de honor entre aquellos
obtinendam Cathedram processimus, quam magnus Decessor Noster va- Estados que oficialmente se hallan representados cerca del Romano
cantem reliquerat.
primos Pontificatus Nostri menses suavissime Nos affecit, dum labores, sol-
In praesens vero, dum vivida subit animum recordatio illius observan- licitudinesque perpeti ac discrimina superare necesse fuit, quibus mysticae
tiae significationum, quae—ut arctissimam cum Ecclesia et cum Iesu Christi Iesu Christi Sponsae iter contexitur.
Vicario filiorum cdniunctionem testarentur—, tum ad Nos ultro libenterque
pervenerunt cum Summi Pontificatus apicem attigimus, eiusque insigne sol- Ac praeterire silentio nolumus quam accepta Nobis fuerint eorum quoque
lemni ritu accepimus, contineri non possumus quin vobis, Venerabíles omina ac vota, qui, etsi ad aspectabilem non pertinent Catholicae Ecclesiae
Fratres, iisque ómnibus, quotquot catholicam familiam participant, impen- compagem, pro sua tamen ipsorum ingénita nobilitate sinceritateque animi,
sas persolvamus grates ob amoris, venerationis ínconcussaeque fidelitatis id omne oblivione obrui noluere, quo vel ob amorem erga Christi perso-
testimonia undique Romano Pontifici attributa, in quo quidem Summi nam, vel ob Dei fidem Nobiscum copulantur. Hi igitur omnes pergratae
Sacerdotis Supremique Pastoris munus, Dei numine constitutum, agnosce- habeant voluntatis Nostrae significationem. Eos Nos singulos universos
batur. Haec siquidem testimonia non humili personae Nostrae, sed nobi- divinae committimus tutelae divinoque regimini; dum sollemniter asseve-
lissimo gravissimoque officio unice deferebantur, ad cuius Nos onus subeun- ramus hoc uno Nos consilio moveri ac dirigi, Boni scilicet Pastoris exempla
dum Christus Domínus vocabat. Quodsi iam tum magnam accepti ponde- sedulo imitandi, ut omnes ad veri nominis felicitatem adducamus, utque
ris gravitatem experiebamur, quam summa potestas Nobis imposuerat omnes «vitam habeant et abundantius habeant».
providentissimi Dei nutu data, at máximo affíciebamur solacio, dum lucu- Ac singulari modo grati animi Nostri sensa heic profiteri cupimus Im-
lentissime testatam individuam cernebamus unitatem Catholicae Ecclesiae, peratoribus Regibusque augustis, sumirás civitatum moderatoribus publi-
quae, quasi in vallum ac propugnaculum conformata, tum invictae Beati cisque magistratibus, qui, earum nationúm nomine, quibus cum Apostólica
Petri arei firmius arctiusque coniungitur, cum acrior increscit ínimicorum 'Sede amicitiae vincula intercedunt, humanissimis observantiae officiis ea
Christi iactantia. faustitate Nos prosequi voluere. Quarum innumerum, in primis hisce Ency-
Universa haec catholicae unitatis ac fraternae divinítusque inditae popu- clicis Litteris ad universos datis terrarum orbis populos, peculiari laetitia
lorum necessitudinis testificatio erga communem omnium Patrem, eo Nobis Italiam adscribere licet; Italiam dicimus, quae, quasi frugiferum catholicae
uberiorem videbatur felicioremque spem afierre, quo formidolosiora in res fidei viridarium ab Apostolorum Principe invectae, post initum non sine
in anjmosque ¡mpendebant temporal Ac iucunda eiusmodi recordatio per providentis Dei consilio Lateranense conventum, honoris locum in iis civita-
tibus oceupat, quae legitimis necessitudinum rationibus cum Romano Pon-
n lo. 10,10.
700 ' pío XII i SUMMI l'liXTlFÍC.VI'US 761
pronunció la augusta palabra: Yo para esto nací y para esto vine
Pontífice. D e estos pactos volvió a lucir c o r a . , una aurora feliz la
«paz de Cristo devuelta a Italia», a n u n c i a n d o u n a tranquila y fraterna al mundo, para dar testimonio de la verdad; todo aquel que pertenece
u n i ó n de espíritus t a n t o en la vida religiosa c o m o en los asuntos a la verdad, oye mi voz 1 6 , declaramos q u e el principal d e b e r que
civiles; paz q u e , a p o r t a n d o siempre t i e m p o s serenos, c o m o p e d i m o s nos i m p o n e n u e s t r o oficio y n u e s t r o t i e m p o es «dar t e s t i m o n i o de
al Señor, penetre, consuele, dilate y corrobore p r o f u n d a m e n t e el la verdad». E s t e deber, q u e d e b e m o s c u m p l i r con firmeza a p o s t ó -
alma del p u e b l o italiano, t a n cercano a N o s y q u e goza del m i s m o lica, exige necesariamente la exposición y la refutación de los e r r o -
a m b i e n t e d e vida q u e N o s . C o n ruegos suplicantes deseamos d e res y de los pecados de los h o m b r e s , p a r a q u e , vistos y conocidos a
t o d o corazón q u e este pueblo, t a n querido a nuestros predecesores fondo, sea posible el t r a t a m i e n t o médico y la c u r a : Conoceréis la
y a N o s , fiel a sus gloriosas tradiciones católicas y asegurado p o r el verdad; y la verdad os hará libres17. E n el c u m p l i m i e n t o de este
divino auxilio, experimente cada día m á s la divina verdad de las oficio n o nos dejaremos influir p o r consideraciones h u m a n a s o te-
palabras del salmista: Bienaventurado el pueblo que tiene al Señor rrenas; del m i s m o m o d o , n o cejaremos en el propósito e m p r e n d i d o
por su Dios 1 5 . ni por las desconfianzas, ni p o r las contradicciones, ni p o r las re-
pulsas; n o nos apartará t a m p o c o de esta determinación el t e m o r
[ 1 3 ] . E s t e n u e v o y deseado o r d e n jurídico y espiritual q u e de q u e n u e s t r a acción sea i n c o m p r e n d i d a o falsamente i n t e r p r e -
p a r a Italia y p a r a t o d o el orbe católico creó y selló aquel hecho, tada 18. Sin e m b a r g o , a u n trabajando con cuidadosa diligencia para
digno d e m e m o r i a indeleble para t o d a la historia, j a m á s nos pareció este fin, n u e s t r a - c o n d u c t a estará a n i m a d a p o r aquella caridad pater-
d e m o s t r a r u n a t a n grandiosa u n i ó n de espíritus c o m o c u a n d o desde na q u e , m i e n t r a s nos o r d e n a trabajar con s u m a tristeza a causa de
la alta loggia d e la Basílica Vaticana a b r i m o s y levantamos p o r los males q u e a t o r m e n t a n a los hijos, nos m a n d a t a m b i é n señalar
primera vez n u e s t r o s brazos y nuestra m a n o para bendecir a R o m a , a estos m i s m o s hijos los o p o r t u n o s remedios, i m i t a n d o así al divino
sede del P a p a d o y nuestra amadísima ciudad natal; a Italia, recon- modelo de los pastores, Cristo, Señor nuestro, q u e nos da al m i s m o
ciliada con la Iglesia católica, y a los pueblos del m u n d o entero. t i e m p o luz y a m o r : Practicando la verdad con amor 1 9 .
[ 1 5 ] . A h o r a bien, el nefasto esfuerzo con q u e 110 pocos p r e -
[I. E L AGNOSTICISMO MORAL Y RELIGIOSO] t e n d e n arrojar a Cristo de su reino, niegan la ley de la verdad p o r
[14]. C o m o Vicario d e A q u e l que, en u n a hora decisiva, d e - El revelada y rechazan el p r e c e p t o d e aquella caridad q u e abriga
lante del r e p r e s e n t a n t e de la m á s alta autoridad d e aquel t i e m p o , y corrobora su imperio como con u n vivificante y divino soplo, es

tifice continentur. Ex pactionibus hisce «pax Christi Italiae reddita» veluti effatum: «Ego in hoc natus sum, et ad hoc veni in mundum, ut testimonium
aurora feliciter effulsit, tranquillam fraternamque animorum coniunctionem perhibeam veritati; omnis qui est ex veritatc, audit vocem mean», nihil
praenuntians in sacris religionis rebus in civilique consortione; quae quidem Nos muneri Nostro Nostraeque aetati magis deberé profitemur, quam «tes-
pax, serenos semper referens dies, ut enixe Deum rogamus, Italorum gentis timonium perhibere veritati». Hoc officium cui satis Nos apostólica firmi-
ánimos, qui tam prope Nobis adsunt, quique eodem, ac Nos, fruuntur vitae tudine faceré opus est, id necessario postulat ut errores hominumque culpas
halitu, pervadat, recreet, augeat, intimaque indita vi corroboret. Supplici ita exponamus ac refutemus, ut iisdem perspectis ac cognitis fas sitmedici-
nempe adhibita prece, id ex animo ominamur, ut populus hic, Decesso- nam curationemque praebere: «cognoscetis Yeritatem, et veritas liberabit
ribus Nostris Nobisque sane carissimus, praeclara avitae religionis facinora vos». Hoc autem in obeundo muñere, non humanis Nos terrenisque opi-
fidelitate summa repetens, ac divino praesidio tutus, magis in dies magisque nationibus movebimur; itemque a suscepto proposito non diffidentiae, non
veritatem experiatur a sacro Psalte hisce verbis declaratam: «Beatas populus, discrepantiae, non denique repulsae causa abstinebimus; ñeque Nos ideirco
cuius Dominus Deus eius». ab eiusmodi consilüs timor abstrahet, quod aut actio Nostra aliorum cogi-
Novus hic auspicatissimus rerum ordo, in iuridiciali ac spiritali causa tatione non percipiatur, aut falso dignoscatur. Verumtamen, hoc sollerter
statutus, quem eventus ille, indelebili per omne aevum memoria dignus, diligenterque persequentes, paterna ea caritate compellemur, quae duna
Italiae cunctaeque catholicorum consortioni impertiit ac sollemniter san- Nos iubet ob filiorum mala ac damna summa rnoestitia laborare, iubet itidem
xit, nunquam visus est Nobis tam magnam afierre animorum consensionem, ut iisdem opportuna remedia praebeamus, divinum illud Pastorum exemplar
quam cum primum ex externo elatoque Vaticanae Basilicae podio paternas Christum Dominum imitati, qui lucem pariterque amorem pandit: «veri-
Nostras pandentes atque extollentes manus, tum Romae, Summi Pontifica- tatem facientes in caritate».
tus sedi, dilectissimaeque urbi unde ortum duximus, tum Italiae icto foe-
dere Catholicae Ecclesiae coniunctae, tum denique universis terrarum orbis Iamvero, nefastum illud facinus, quo Christum Dominum non pauci
populis effusa volúntate benediximus. e suo Regno depellere annituntur, veritatisque legem ab eo datae renuunt,
ac praecepta illius caritatis respuunt, quae imperium eius quasi almo divi-
# # * uoque afflatu refovet atque corroborat, inithm malorum est, quibus per
16
Utpote eius Vicarius, qui, gravissimo horae momento, coram eo, qui lo. 18,37.
maximae illius temporis auctoritatis partes gerebat, grande illud protulit I ' lo. 8,32.
' » Véase la aloe, al Sacro Colegio del día 2 d e junio de 1931): D Y R 1,157-161.
15
Ps. 143 ( l 4 4 ) , i 5 . 1» Eph. 4,15.
SUMMI PONIIF1CATÜS 763
762 rio XII
ondas de las contiendas, d e b e n ser reformados n u e v a m e n t e y d e -
la raíz de los males q u e precipitan a nuestra época por u n camino vueltos al gobierno y al espíritu de Jesucristo.
resbaladizo hacia la indigencia espiritual y la carencia d e virtudes en
las almas 2 0 . P o r lo cual, la reverencia a la realeza de Cristo, el reco- [ 1 7 ] . T a l vez se p u e d e esperar—y p e d i m o s a D i o s q u e así
n o c i m i e n t o de los derechos de su regia potestad y el p r o c u r a r la s e a — q u e esta época de m á x i m a s calamidades mejore la m a n e r a d e
vuelta d e los particulares y d e t o d a la sociedad h u m a n a a la ley de pensar y d e sentir d e m u c h o s q u e , ciegamente confiados hasta
su v e r d a d y de s u amor, son los únicos medios q u e p u e d e n hacer ahora en las engañosas opiniones t a n difundidas h o y día, d e s p r e o c u -
volver a los h o m b r e s al camino de la salvación. pados e i m p r u d e n t e s , pisaban u n camino incierto lleno d e peligros.
Y m u c h o s q u e n o apreciaban la importancia y el valor d e la misión
[ 1 6 ] . M i e n t r a s escribimos estas líneas, venerables h e r m a n o s , pastoral d e la Iglesia p a r a la recta educación de los espíritus, c o m -
nos llega la terrible noticia d e q u e , p o r desgracia, a pesar de todos p r e n d e r á n tal vez a h o r a mejor y estimarán m á s las amonestaciones
n u e s t r o s esfuerzos p o r evitarlo, el terrible incendio de la guerra se d e la Iglesia q u e ellos desatendieron en u n t i e m p o m á s fácil y seguro.
h a desencadenado ya. N u e s t r a p l u m a casi se detiene c u a n d o pensa- L a s angustias presentes y la calamitosa situación actual constituyen
m o s e n las i n n u m e r a b l e s calamidades d e aquellos q u e hasta ayer u n a apología t a n definitiva de la doctrina cristiana, q u e es tal vez
se gozaban con la m o d e s t a prosperidad de s u propio hogar familiar. esta situación la q u e p u e d e mover a los h o m b r e s m á s q u e cualquier
N u e s t r o corazón p a t e r n o se siente lleno d e angustia al prever todos otro a r g u m e n t o . P o r q u e d e este ingente c ú m u l o d e errores y d e
los males q u e p o d r á n b r o t a r d e la tenebrosa semilla de la violencia este diluvio d e m o v i m i e n t o s anticristianos se h a n cosechado frutos
y del odio, a los q u e la espada está a b r i e n d o ya sangrientos surcos. t a n envenenados, q u e constituyen u n a reprobación y u n a c o n d e n a -
Sin e m b a r g o , c u a n d o consideramos este diluvio d e males presentes ción de esos errores, cuya fuerza probativa supera a t o d a refutación
y t e m e m o s calamidades a ú n mayores para el futuro, j u z g a m o s deber racional.
n u e s t r o dirigir con creciente insistencia los ojos y los corazones d e
cuantos conservan todavía u n a voluntad recta hacia A q u e l d e q u i e n [ 1 8 ] . P o r q u e , m i e n t r a s las esperanzas fallan y desilusionan, la
ú n i c a m e n t e viene la salvación del m u n d o ; hacia A q u e l cuya m a n o gracia divina sonríe a las almas t e m b l o r o s a s : se percibe el paso del
o m n i p o t e n t e y misericordiosa es la única q u e p u e d e p o n e r fin a Señor 2 1 ; y a la palabra del R e d e n t o r : He aquí que estoy a la puerta
esta t e m p e s t a d ; hacia A q u e l , finalmente,.cuya verdad y amor son y llamo 2 2 , se a b r e n con frecuencia p u e r t a s q u e , de otro m o d o , n u n c a
los únicos q u e p u e d e n iluminar las inteligencias y encender los se abrirían. Dios es testigo de la ardorosa compasión, del santo gozo
espíritus d e t a n t o s h o m b r e s q u e , combatidos p o r las olas del error con q u e se vuelve n u e s t r o corazón a aquellos q u e , e x p e r i m e n t a n d o
y p o r el ansia d e u n egoísmo i n m o d e r a d o y casi sumergidos p o r las
si, ad sanctissimum lesu Chnsti régimen ad eiusque spiritum reducendi ac
pronum ac praeceps iter ad spiritualem animorum indigentiam virtutisque reformandi sunt.
inopiam nostra haec aetas collabitur. Quamobrem Christum in regali suo At forsitan sperare licet—quod quidem ut Deus optimus ad rem addu-
solio revereri, eidem regiae potestatis iura agnoscere, idque efficere ut sin- cat precamur—fore ut misérrima haec témpora nostra cogitationes ac consi-
guli universaque societas ad christianae veritatis caritatisque legem redeant, lia multorum in melius commutari iubeant, qui fallacibus opinionibus tam
haec omnia solummodo possunt homines ad salutis viam revocare. late hodie diffusis caeca mente fidentes, inconsulte imprudenterque per iter
Dum, Venerabiles Fratres, has lineas exaramus, terrificus affertur No- incedebant dubium insidiarumque plenum. Ac multi, qui minime perpen-
bis nuntius nefandum iam belli incendium, quod enixe deprecari conati debant quam valeret ac valeat pastorale Ecclesiae munus ad rite sancteque
sumus, miserrime conflatum esse. Scriptorius calamus paene consistit, quan- educandos ánimos, nunc forsitan eiusdem Ecclesiae mónita, quae faciiiore
doquidem innúmeras recogitamus eorum calamitates, qui usque adhuc in tutioreque tempore posthabuerant, magis intellegunt magisque aestimant.
domestico suo ipsorum convictu quadam, etsi tenui ac módica, prosperitate Praesentes igitur angustiae afflictissimaeque res christianae doctrinae prae-
laetabantur. Summa aegritudine paternus oppletur animus, dum ea omnia cepta ita collaudant, ut id magis ánimos ad veritatem commovere possit,
mente prospicimus, quae ex tenebricoso violentiae simultatisque semine quam quod máxime. Siquidem ex ingenti istiusmodi errorum cumulo pla-
oritura sunt, cui iam gladius cruentos facit sulcos. Attamen, cum ingruentes citorumque colluvie, christianum nomen aversantium, tam venenosi matu- -
tot malorum acerbitates consideramus, ac vel maiores reformidamus in pos- ruere fructus, ut opinionum earumdem reprobationem indicent damnatio-
terum, officii Nostri ducimus oculos animosque eorum, quibus proba ad- nemque constituant, cuius probativa vis quamlibet, ratione habitam, refu-
huc inest voluntas, ad cum etiam atque etiam dirigere, a quo uno salus hu- tationem exsuperet.
mano generi datur; ad eum, inquimtas, unum, cuius misericors ac praepo- Interdum enim, cum spes deluditur ac fallitur, divina gratia trepidis
tens manus tempestati huic finem imponere potest; ad eum denique unum, animis arridet: «transitus Domini» percipitur; ac Redemptori ita alloquenti:
cuius veritas cuiusque amor intelligentias collustrare ac proposita incen- «Ecce sto ad ostium et pulso», saepenumero ianuae reserantur, secus nun-
dere tot hominum possunt, qui errorum fluctibus suique ipsorum immode- quam aperiendae. Testis est Deus qua vehementi miseratione, quo sanctis^
rati amoris aestu iactati ac discrepantiae luctationisque undis paene submer- simo gaudio ad eos animum convertamus Nostrum, qui, acerbos hos ex-
21
2° Cf. el discurso al nuevo embajador de Italia, 7 de diciembre de 1939: AAS 31 [1939] Ex. 12,11.
22
704-706; DYR 1,442-443- Apoc. 3.20.
SUMMI PONTIFICATTJS 765
764 no XII
o m n i p o t e n t e y p a d r e de todos, s u p r e m o y absoluto legislador, o m -
t a n dolorosas p r u e b a s , sienten nacer en su interior el deseo i m p e -
nisciente y j u s t o j u e z de las acciones h u m a n a s . C u a n d o temeraria-
lente y saludable d e la verdad, de la justicia y de la paz cristiana.
m e n t e se niega a Dios, t o d o principio de moralidad q u e d a vacilando
Pero, incluso hacia aquellos p a r a quienes n o ha sonado todavía la
y perece, la voz de la naturaleza calla o al m e n o s se debilita paulati-
h o r a de la iluminación celeste, nuestro corazón n o conoce sino
n a m e n t e ; voz q u e enseña t a m b i é n a los ignorantes y a u n a las t r i b u s
amor, y nuestros labios p r o n u n c i a n plegarias a D i o s para q u e en n o civilizadas lo q u e es b u e n o y lo q u e es malo, lo lícito y lo ilícito,
sus almas, indiferentes o enemigas d e Cristo, haga brillar 1 u n rayo y les hace sentir q u e darán cuenta alguna vez de sus propias acciones
de aquella luz q u e u n día transformó a Saulo en Pablo, y q u e ha buenas y malas ante u n Juez s u p r e m o .
d e m o s t r a d o su fuerza misteriosa precisamente en los t i e m p o s m á s
difíciles de la Iglesia. [22 ]. C o m o bien sabéis, venerables h e r m a n o s , el f u n d a m e n t o
de toda la moralidad c o m e n z ó a ser rechazado en E u r o p a , p o r q u e
[ 1 9 ] . E n la h o r a presente, en q u e las calamitosas p e r t u r b a c i o -
m u c h o s h o m b r e s se separaron de la doctrina d e Cristo, d e la q u e es
nes o c u p a n la m e n t e d e todos, n o es nuestro propósito exponer una
depositaría y maestra la C á t e d r a d e San P e d r o . Esta doctrina dio
refutación completa d e los errores de esta época—refutación q u e
d u r a n t e siglos tal cohesión y tal formación cristiana a los pueblos
h a r e m o s c u a n d o se presente ocasión o p o r t u n a — , sino desarrollar d e E u r o p a , q u e éstos, educados, ennoblecidos y civilizados p o r la
por escrito solamente algunas observaciones fundamentales sobre este cruz, llegaron a tal grado de progreso político y civil, q u e fueron
tema. para los restantes pueblos y continentes maestros de todas las disci-
[ 2 0 ] . H o y día los h o m b r e s , venerables h e r m a n o s , a ñ a d i e n d o a plinas. P e r o desde q u e m u c h o s h e r m a n o s , separados ya d e N o s ,
las desviaciones doctrinales del pasado nuevos errores, h a n im- a b a n d o n a r o n el magisterio infalible de la Iglesia, llegaron, p o r des-
pulsado todos estos principios por u n camino t a n equivocado, q u e gracia, hasta negar la m i s m a divinidad del Salvador, d o g m a capital
n o se podía seguir de ello otra cosa q u e p e r t u r b a c i ó n y ruina. Y en y centro del cristianismo, acelerando así el proceso de disolución
p r i m e r lugar es cosa averiguada q u e la fuente primaria y m á s p r o - religiosa.
funda d e los males q u e hoy afligen a la sociedad m o d e r n a b r o t a de
[23 ]. N a r r a el sagrado Evangelio q u e , c u a n d o Jesús fué cruci-
la negación, del rechazo de u n a n o r m a universal d e rectitud moral, ficado, las tinieblas invadieron toda la superficie de la tierra 2 4 ; sím-
t a n t o en la vida privada d e los individuos como en la vida política bolo luctuoso de lo q u e ha sucedido, y sigue sucediendo, c u a n d o la
y en las m u t u a s relaciones internacionales; la m i s m a ley natural incredulidad religiosa, ciega y demasiado orgullosa d e sí misma,
q u e d a sepultada bajo la detracción y el olvido 2 3 .
[21]. Esta ley n a t u r a l tiene su f u n d a m e n t o en Dios, creador creatore ac patre, eodemque et supremo perfectissimoque legum latore et
sapientissimo iustissimoque humanarum actionum vindice. Cum temeré
pedentes luctus, salutare atque impellens ex praecordiis oriri sentiunt veri- aeternum renuitur Numen, iam cuiuslibet honestatis príncipium labat
tatis, iustitíae christianaeque pacis desiderium. Verumtamen erga eos etiarh, nutans, iamque naturae vox silet vel pedetemptim debilitatur, quae indoctos
quibus superna nondum affulsere lumina, nihil aliud nisi amorem spirat ani- etiam ac vel eos edocet, qui nondum ad civilis cultus usum pervenerunt,
mus Noster; ac labia Nostra supplices preces ad Deum admovent, ut eo- quid fas sit, quid nefas, quid liceat quidque non liceat; eosque admonet se
rum mentibus, quae Christum neglegunt vel contemmunt, aliquantulun aliquando coram Supremo Iudíce de bene maleque factis suis rationem csse
illius lucis splendescere iubeat, quae olim Saulum in Paulum convertit, quae- reddituros.
que difficilioribus ipsis Ecclesiae temporibus arcanam vim suam exseruit.
Ut profecto nostis, Venerabiles Fratres, ea de causa omnis in ordine mo-
In praesens vero, cum perturbati eventus calamitatesque occupent om- rum probitatis fundamentum in Europa olim reici coeptum est, quod ho-
nes, non plenam heic, edisserendo, proponere mens est errorum aetatis mines non pauci a Iesu Christi doctrina abducti sunt, cuius Beati Petri ca-
huius nostrae refutationem, quod quidem, si opportunitas obvenerit, fac- thedra cusios est atque magistra. Qua quidem doctrina ita per revoluta
turi erimus; sed praecipuas solummodo hac super re animadversiones scri- saecula Europae populi coaluere christianoque spiritu conformati sunt, ut
bendo persequi. Cruce nobilitati, et humaniores cultioresque effecti, ad tam provectam pu-
Homines hodie, Venerabiles Fratres, superiorum temporum falladas blicae civilisque rei progressionem pervenirent, ut ceteras quoque gentes ac
novis commentis falsisque opinationibus coagmentantes, haec omnia ita térras omne genus disciplinis excolerent. At cum ab inerranti Ecclesiae ma-
transversum ad extrema usque adegerunt, ut nihil aliud nisi conturbatio ai- gisterio se vindicavissent plures a Nobis seiuncti fratres eo, proh dolor, pro-
ruina consequi posset. Ac principio, compertum omnino est primum altio- cesserunt, ut ipsam Servatoris nostri divinitatem, quod christianae doctrinae
remque malorum fontem, quibus hodierna afflictatur civitas, ex eo scatere, caput est ac veluti centrum, respuendo subverterent, religionis conversionem
quod universalis de morum probitate pernegetur ac reiiciatur norma, cum ilissolutionemque maturantes.
in privata singulorum vita, tum in ipsa re publica atque in mutuis necessi- Cum Christus Dominus, quemadmodum Evangelii narrat historia, cruci
tudinum rationibus, quae inter gentes nationesque intercedunt; ipsa vide- affixus est, «tenebrae factae sunt super universam terram»; quod ea luctuose
licet naturalis lex detrectatione oblivioneque obruitur. significare videtur, quae acciderunt continenterque accidunt, cum qui de
Haec naturalis lex veluti fundamento innititur Deo, omnipotenti omnium 24
M t . 27,45.
2J
Cf. el discurso al nuevo embajador de Italia, 1 de marzo de 1943: D Y R 4,423-424.
!
7C6 'ío x n
SUMM1 l'O.NTIKIL'ATUS 767 ,
excluye a Cristo de la vida m o d e r n a , y especialmente d e la pública,
y, j u n t o con la fe en Cristo, debilita t a m b i é n la fe en D i o s . D e siendo así q u e retrocedían a cosas p e o r e s ; p e n s a b a n elevarse a las
aquí se sigue q u e todas las n o r m a s y principios morales según los más altas cimas, siendo así q u e se a p a r t a b a n d e su propia dignidad;
cuales eran juzgadas en otros t i e m p o s las acciones d e la vida privada afirmaban q u e este siglo n u e s t r o había d e traer u n a perfecta m a d u r e z ,
y de la vida pública, h a y a n caído en d e s u s o ; y se sigue t a m b i é n q u e mientras e s t a b a n volviendo precisamente a la antigua esclavitud.
d o n d e el E s t a d o se ajusta p o r completo a los prejuicios del llamado N o percibían q u e t o d o esfuerzo h u m a n o p a r a sustituir la ley de
laicismo—fenómeno q u e cada día a d q u i e r e m á s rápidos progresos Cristo p o r algo semejante está c o n d e n a d o al fracaso: Se entontecieron
y obtiene mayores alabanzas—y d o n d e el laicismo logra substraer en sus razonamientos 26.
al h o m b r e , a la familia y al E s t a d o del influjo benéfico y regenerador [ 2 5 ] . A s í debilitada y p e r d i d a la fe en Dios y en el divino
de D i o s y d e la Iglesia, aparezcan señales cada vez m á s evidentes y R e d e n t o r y apagada en las almas la luz q u e brota d e los principios
terribles d e la c o r r u p t o r a falsedad del viejo paganismo. Cosa q u e universales d e moralidad, q u e d a i n m e d i a t a m e n t e destruido el ú n i c o
s u c e d e t a m b i é n en aquellas regiones en las q u e d u r a n t e tantos siglos e insustituible f u n d a m e n t o d e estable t r a n q u i l i d a d en q u e se apoya
brillaron los fulgores de la civilización cristiana: las tinieblas se ex- el o r d e n i n t e r n o y externo d e la vida privada y pública, q u e es el
tendieron mientras crucificaban a Jesús25. único q u e p u e d e e n g e n d r a r y salvaguardar la p r o s p e r i d a d d e los
Estados.
[ 2 4 ] . Pero m u c h o s , tal vez, al separarse de la doctrina d e C r i s -
to, n o advertían q u e eran engañados p o r el falso espejismo d e u n a s [ 2 6 ] . E s cierto q u e , c u a n d o los pueblos d e E u r o p a estaban
frases brillantes, q u e p r e s e n t a b a n esta separación del cristianismo vinculados p o r u n a fraterna unión, alimentada p o r las instituciones
como liberación de u n a s e r v i d u m b r e i m p u e s t a ; ni preveían las y los preceptos del cristianismo, n o faltaban disensiones, ni t r a s -
amargas consecuencias q u e se seguirían del cambio q u e venía a tornos, ni guerras asoladoras; p e r o tal vez jamás c o m o en el p r e s e n t e
substituir la verdad, q u e libera, con el error, q u e esclaviza; n i p e n - los h o m b r e s se h a n e n c o n t r a d o con u n ánimo t a n q u e b r a n t a d o y
saban, finalmente, q u e , r e n u n c i a n d o a la ley de Dios, infinitamente afligido, p o r q u e ven con t e m o r indecible la extraordinaria dificultad
sabia y paterna, y a la amorosa, unificante y ennoblecedora doctrina p a r a c u r a r s u s propios males. M i e n t r a s que, p o r el contrario, e n los
de a m o r d e Cristo, se e n t r e g a b a n al arbitrio de u n a p r u d e n c i a h u - siglos anteriores estaba presente e n los espíritus d e todos la noción
m a n a lábil y p o b r e . Alardeaban d e u n progreso en todos los campos, de lo j u s t o y d e lo injusto, d e lo lícito y de lo ilícito; lo cual facilita
los acuerdos, refrena las pasiones desordenadas y deja abierta la vía
a u n a honesta inteligencia m u t u a . E n nuestros días, sin e m b a r g o , las
religionis rebus increduli sunt nomines, calígine obcaecati sibique nimium
disensiones n o provienen ú n i c a m e n t e del ímpetu v e h e m e n t e de u n
fidentes, divinum Redemptorem ex hodiernae vitae actione ac praesertim
ex publica re quasi extorrem exigunt, atque, una cum Christi fide, Dei
etiam fidem debilitant. Id siquidem consequitur, ut omnia de conformandis bantur; ad nobilissima quaeque se provehi reputabant, dum e suae infelici-
moribus principia ac normae, quibus superiore tempore rationes privatim ter removebantur dignitatis gradu; ac saeculum hoc nostrum maturítatem
publiceque vivendi diiudicabantur, quasi obsoleta facta sint; utque, ubi perfectionemque afierre asseverabant, cum in servitutem veterem miserrime
civilis societas omnino ad laicismi, quem vocant, effata ac placita redacta redigerentur. Non perspiciebant enim quemlibet hominum nisum, qui eo
fuerit—quod quidem citatiore cotidie gradu eveñit, summisque laudibus contenderet ut quiddam simile in christianae legis locum sufficeret, fallacem
extollitur—atque ubi eo usque incesserit, ut singulos cives, domesticum omnino vanumque esse; «evanuerunt» scilicet «in cogitationibus suis».
convictum universamque civitatem a b almo ac benéfico Dei Ecclesiaeque Siquidem remissa ac debilitata Dei divinique Redemptoris fide, ac luce
afflatu subtraxerit, luculentiora cotidie ac miseriora manifestentur signa obumbrata in animis, quae ex universalibus probitatis honestatisque normis
ac vestigia corruptricis ethnicorum veterum falsitatis. Quod quidem in iis oritur, iam unum illud atque unícum labefactatur stabilitatis tranquillita-
etiam regionibus contingit, in quibus per tot saeculorum decursum chris- tisque fundamentum, quo privatus ac publicus animorum rerumque ordo
tianae urbanitatis iubar refulsit: «Tenebrae factae sunt dum crucifixissent innititur, qui quidem solummodo potest civitatum prosperitatem gignere
Iesum». ac sartam tectamque servare.
At multi forsitan, dum a Iesu Christi praeceptis abstrahebantur, non orn- T u m etiam pro certo, cum Europae gentes fraterno illo continebantur
nino animadvertebant se mira quadam fallí veri specie splendescentibus foedere, quod eadem alebant christiana instituía ac praecepta, non dissidia,
verborum luminibus fucata, quibus haec evangelicae doctrinae repulsa non rerum conversiones, non populantia bella deerant; sed nunquam alias
quasi impositae servitutis liberado praedicabatur; ñeque prospiciebant forsitan, ut in praesens, tam fracto homines afflictoquc fuere animo, quan-
quid inde consecuturum esset, cum veritas, quae liberat, in errorem fuisset, doquidem acri trepidatione cernunt quam diffeile sit suis mederi malis.
qui servos facit, commutata; ñeque denique perpendebant arbitrio sese Dum contra superiore aetate praesens mentibus animisque erat quid fas,
esse dedituros fluxae ac miserae hominum sagacitatis, cum paternam infi- quid nefas esset, quid liceret, quid denique illidtum esset: quod quidem
niteque sapientem Dei legem ac Iesu Christi mandata respuissent, quae cari- et consensiones faciliores reddit, et concitatas cupidines coércet, et ad ho-
tatem redolent, homines Ínter se coniungunt eosque ad excelsa erigunt. Re- nestam rerum composítionem viam pandit ac munit. Hisce tamendiebus
rtim omnium progressionem iactabant, dum contra ad deteriora regredie- non ex vehementi tantummodo intemperantis ariimi Ímpetu oríuntur dissi-
25
Breviario Romano oficio del Vierne1! Santo, respons.4. 26 Rom. I . I I .
768 PÍO X I I
SI'MMI roVi'ii'iCATus 76!)
espíritu destemplado, sino m á s bien d e u n a profunda perturbación además, q u e de la p r i m e r a u n i ó n matrimonial p r o c e d e n todos los
d e la conciencia interior, q u e h a t r a s t o r n a d o t e m e r a r i a m e n t e los demás h o m b r e s , los cuales, como enseña la Escritura con extraor-
sanos principios d e la m o r a l privada y pública. >• dinaria viveza y plasticidad de lenguaje, se dividieron después en
varias t r i b u s y pueblos, diseminándose p o r las diversas partes del
[II. D O S ERRORES CAPITALES EN EL ORDEN POLÍTICO] m u n d o . Y enseña t a m b i é n q u e , a u n q u e se alejaron miserablemente
de su Creador, Dios n o dejó d e considerarlos como hijos, a los
[ 2 7 ] . E n t r e los múltiples errores q u e brotan, como d e fuente cuales, según s u s misericordiosos designios, había d e traer d e nuevo
envenenada, d e l agnosticismo religioso y moral, h a y d o s princi- u n día al seno d e su a m i s t a d 2 8 .
pales q u e q u e r e m o s p r o p o n e r d e m a n e r a particular a vuestra dili-
[ 3 0 ] . E l Apóstol d e las G e n t e s , como heraldo d e esta verdad
gente consideración, venerables h e r m a n o s , p o r q u e hacen casi i m -
q u e h e r m a n a a los h o m b r e s en u n a gran familia, anuncia estas reali-
posible, o al m e n o s precaria e incierta, la tranquila y pacífica con- dades al m u n d o griego: Sacó [Dios] de un mismo tronco todo el
vivencia d e los pueblos. linaje de los hombres, para que habitase la vasta extensión de la tierra,
fijando el orden de los tiempos y los limites de la habitación de cada
[Olvido de la solidaridad humana] pueblo para que buscasen a Dios 2 9 . R a z ó n p o r la cual p o d e m o s con-
t e m p l a r c o n admiración del espíritu al género h u m a n o unificado
[ 2 8 ] . E l p r i m e r o d e estos d o s errores, e n la actualidad enor- p o r la u n i d a d d e su origen c o m ú n e n Dios, según aquel t e x t o :
m e m e n t e e x t e n d i d o p o r desgracia, consiste e n el olvido d e aquella Uno el Dios y Padre de todos, el cual está sobre todos y habita en todos
ley de m u t u a solidaridad y caridad h u m a n a impuesta p o r el origen nosotros 3 0; p o r la u n i d a d d e naturaleza, q u e consta d e cuerpo m a -
c o m ú n y p o r la igualdad d e la naturaleza racional e n t o d o s los h o m - terial y d e alma espiritual e i n m o r t a l ; p o r la u n i d a d del fin p r ó x i m o
bres, sea cual fuere el p u e b l o a q u e pertenecen, y p o r el sacrificio de todos y p o r la misión c o m ú n q u e todos tienen q u e realizar e n
de la redención, ofrecido p o r Jesucristo en el ara d e la cruz a su esta vida p r e s e n t e ; p o r la u n i d a d d e habitación, la tierra, d e cuyos
P a d r e celestial e n favor d e la h u m a n i d a d pecadora. bienes todos los h o m b r e s p u e d e n disfrutar p o r d e r e c h o natural,
[ 2 9 ] . L a p r i m e r a página d e la Sagrada Escritura refiere con para sustentarse y adquirir la propia perfección; p o r la u n i d a d del
grandiosa simplicidad q u e Dios, para coronar su obra creadora, fin s u p r e m o , Dios mismo, al cual todos d e b e n tender, y p o r la u n i -
hizo al hombre a su imagen y semejanza27; y la m i s m a Escritura dad d e los m e d i o s p a r a p o d e r conseguir este s u p r e m o fin.
enseña q u e el h o m b r e , enriquecido con dones y privilegios sobrena-
turales, fué destinado a u n a eterna e inefable felicidad. Refiere, tati. Ac praeterea narrant ex primo hominis feminaeque coniugio duxisse
originem ceteros omnes; quos referunt—rem verbis vivide significanterque
dia, sed ex intimae potius conscientiae perturbatione defectioneque, ex effingendo—variis tribubus fuisse gentibusque distinctos, per variasque
qua privatae ac publicae probitatis honestatisque normae temeré subver- terrarum orbis partes disseminatos. Et cum etiam misere a suo ipsorum
tuntur. aberrarent Creatore, paternum animum in eos Deum gerere non praeter-
* # # misisse, quos ex divinae misericordiae suae consilio iterum aliquando secum
una amícitiae foedere coniuncturus esset.
In multiplicibus variisque erroribus, qui ex neglectis detrectatisque Atque Apostolus gentium, utpote huius praeco veritatis, qua homines
religionis praeceptis morumque probitatis normis, quasi e venenoso fonte in magnam famiiiam fraterne coalescunt, haec nuntiat Graecorum genti:
scatent, dúo capita peculiari modo, Venerabiles Fratres, considerationi «Fecít... [Deus] ex uno omne genus hominum inhabitare super universam
diligentiaeque vestrae proponimus, quippe quae impossibile paene, vel faciem terrae, definiens statuta témpora, et términos habitationis eorum,
precarium incertumque reddant populos ínter se pacifice tranquilleque quaerere Deum...» Quapropter miro quodam mentís obtutu humanum
vivere. . genus, ob communem a Creatore originem unum, intueri ac contemplari
possumus secundum illud: «Unus Deus et Pater omnium, qui est super
Quorum primum, tam late in praesens pernicioseque vulgatum, obli- omnes et per omnia et in ómnibus nobis»; itemque natura unum, quae ex
vione continetur mutuae illius hominum necessitudinis caritatisque, quam i-orporis concretione et ex immortali spiritualique animo constat; unum ob
quidem cum communis origo postulat, ac rationabilis omnium hominum proxime ómnibus assequendum finem, obque cbmmune per praesentis
naturae aequalitas, ad quaslibet iidem gentes pertineant, tum Redemptio- huius vitae decursum fungendum munus; unum ob eandem habitationem,
nis sacrificium praecipit, quod Christus Dominus expiandis animis Aeter- lerrarum nempe orbem, cuius opibus naturali iure omnes fruí possunt,
no Patri in ara crucis obtulit. ut sese alere queant seseque ad auctiora incrementa provehere; unum
Narrat enim prima Sacrarum Litterarum pagina, ingenua illa sua ver- ilenique ob supernum finem, Deum ipsum, quo contendant omnes oportet,
borum granditate, creatorem Deum, ut inceptum opus consummaret, fecisse et ob res atque adiumenta, quibus eumdem finem tándem aliquando con-
«hominem ad imaginem suam»; itemque Biblia edocent eum, supernis do- tingere valeant.
nis dotibusque ditatum, arcanae fuisse sempiternaeque destinatum beati- 28 Cf. Gen. 12,3.
50
" Cf. Gen. 1,26-27. 2» Act. 17,26-27. Eph. 4.6.
¡h'rfr. I>aüif. i ''•">
770 no XII SUMMI H>N'i'iiíicrn;s 771

[ 3 1 ] . Y el m i s m o Apóstol d e las G e n t e s d e m u e s t r a la unidad de derecho y d e hecho de toda la h u m a n i d a d , los ciudadanos de


de la familia h u m a n a con aquellas razones p o r medio d e las cuales cada E s t a d o n o se n o s m u e s t r a n desligados entre sí, como granos
estamos u n i d o s con el Hijo d e D i o s , imagen eterna d e D i o s invisible, de arena, sino m á s bien u n i d o s entre sí e n u n conjunto orgánica-
en quien todas las cosas han sido creadas 3 1 ; e igualmente con la unidad m e n t e o r d e n a d o , con relaciones variadas, según la diversidad de
de la redención, q u e Cristo d o n ó a todos los h o m b r e s p o r m e d i o d e los tiempos, en virtud del i m p u l s o y del destino natural y sobrena-
su acerbísima pasión, c u a n d o restableció la destruida amistad ori- tural. Y si b i e n los pueblos v a n desarrollando formas m á s perfectas
ginaria con Dios y se constituyó mediador celestial e n t r e Dios y los de civilización y, d e acuerdo con las condiciones d e vida y d e medio,
h o m b r e s : porque uno es Dios y uno también el mediador entre Dios se van diferenciando u n o s d e otros, n o p o r esto d e b e n r o m p e r la
y los hombres, Jesucristo hecho hombre 3 2 . u n i d a d d e la familia h u m a n a , sino m á s bien enriquecerla con la
[ 3 2 ] . Y para hacer m á s íntima y firme esta amistad entre Dios comunicación m u t u a d e sus peculiares dotes espirituales y con el
y la h u m a n i d a d , el M e d i a d o r universal d e la salvación y d e la paz, recíproco intercambio d e bienes, q u e solamente p u e d e ser eficaz
en el silencio del cenáculo, c u a n d o iba ya a realizar el sacrificio c u a n d o u n a viva y ardiente caridad cohesiona fraternalmente a todos
los hijos d e u n m i s m o P a d r e y a todos los h o m b r e s redimidos p o r
s u p r e m o d e sí m i s m o , p r o n u n c i ó aquellas profundas palabras q u e
u n a m i s m a sangre divina.
resuenan a través d e los siglos, y q u e a las almas carentes d e amor y
destrozadas p o r el odio m u e s t r a n los heroísmos m á s altos d e la [ 3 5 ] . L a Iglesia d e Jesucristo, como fidelísima depositaría d e
c a r i d a d : Este es mi precepto, que os améis los unos a los otros, como la vivificante sabiduría divina, n o p r e t e n d e menoscabar o m e n o s -
yo os he amado 33. preciar las características particulares q u e constituyen el m o d o d e
[ 3 3 ] . Estos p u n t o s capitales d e la verdad revelada constituyen ser d e cada p u e b l o ; características q u e c o n razón defienden los
el f u n d a m e n t o y el vínculo m á s estrecho d e la u n i d a d c o m ú n d e pueblos religiosa y celosamente como sagrada herencia. L a Iglesia
t o d o s los h o m b r e s , reforzados p o r el a m o r d e Dios y del R e d e n t o r busca la profunda unidad, configurada p o r u n amor sobrenatural,
divino, d e q u i e n t o d o s reciben la salud para la edificación del cuerpo en el q u e t o d o s los pueblos se ejerciten i n t e n s a m e n t e ; n o busca u n a
de Cristo, hasta que lleguemos todos a la unidad de la fe, al conoci- uniformidad absoluta, exclusivamente externa, q u e debilite las fuer-
miento pleno del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto según la zas naturales propias. T o d a s las n o r m a s y disposiciones q u e sirven
medida de la plenitud de Cristo 3 4 . p a r a el desenvolvimiento p r u d e n t e y para el a u m e n t o equilibrado
de las propias energías y facultades—que nacen d e las m á s recónditas
[34 ]• P ° r 1° cual, si consideramos a t e n t a m e n t e esta u n i d a d entrañas d e t o d a estirpe-—, la Iglesia las a p r u e b a y las secunda con
Atque ídem gentium Apostolus humanae familiae unitatem ex ra- a m o r d e m a d r e , con tal q u e n o se o p o n g a n a las obligaciones q u e
tionum vinculis demonstrat, quibus cum aeterna haud adspectabilis Numi-
nis imagine, Dei Filio, coniungimur, in quo «condita sunt universa»; tatem intente consideramus, non seiuncti nobis singuli cives, quasi arena-
itemque ex una eademque Redemptione, quam Christus per acerbissimos rum grana, videntur, sed ínter se potius apto compositoque ordine ac mu-
cruciatus ómnibus dilargitus est, cum abruptam Dei amicitiam, iam ab ori- tua variaque ob temporum diversitatem necessitudine congregati ex natu-
gine inditam, redintegravit ac caelestis Patris hominumque conciliator rali ac superna impulsione destinationeque. Et cum gentes ad humanio-
exstitit: «unus enim Deus, unus et mediator Dei et hominum homo Christus rem cultum evehantur, et pro rerum vitaeque condicionibus Ínter se dissi-
Iesus». miles fiant, non ideirco debent humanae familiae unitatem infringere, sed
Ut vero eiusmodi Dei humanaeque gentis amicitiam coniunctiorem eamdem potius familiam, suis ipsarum communicatis dotibus animique
firmioremque redderet, universalis ille salutis pacisque sequester, in Cae- ornamentis, ditare, itemque mutuo illo bonorum commercio, quod tum
naculi silentio supremum sui ipsius sacrificium obiturus, haec e sanctissi- solummodo efficienterque haberi potest, cum vivida ac flagrans caritas om-
mis labiis edidit verba, quae altissima per saeculorum spatia resonant, nes eiusdem Patris filios omnesque eodem divino cruore redemptos ho-
animisque amore vacuis simultateque laceratis praeclare excitata caritatis mines fraterno foedere coagmentat.
facinora ostendunt: «Hoc est praeceptum meum ut diligatis invicem, sicut Iesu Christi Ecclesia, utpote fidelissima almae divinaeque sapientiae
dilexi vos». custos, non ea pro certo nititur deprimere vel parvi faceré, quae peculiares
Haec supernae veritatis capita ima constituunt fundamenta arctissima- cuiusvis nationis notas proprietatesque constituant, quas quidem populi
que communis omnium unitatis vincula, Dei divinique Redemptoris amo- iure meritoque quasi sacram hereditatem religiose acerrimeque tueantur.
re solidata, ex quo singuli universi salutem accipiunt «in aedificationeni Ea siquidem ad unitatem contendit, superno illo amore conformatam et
corporis Christi, doñee oceurramus omnes in unitatem fidei et agnitionix altam, quo omnes actuóse exerceantur; non vero ad unam assequendam
Filii Dei, in virum perfectum, in mensuram aetatis plenitudinis Christi». rerum omnium aequabilitatem, externam tantummodo atque adeo ínsitas
Quamobrem, si hanc iure ac reapse datam totius humani generis uni- vires debilitantem. Et curas omnes ac normas, quae facultatibus viribusque
sapienter explicandis temperateque augendis inserviunt—quae quidem ex
" Col. i.ifi.
32
oceultis cuiusvis stirpis latebris oriuntur—Ecclesia approbat maternisque
í Tim. 2,5. votis prosequitur, si modo officiis non adversentur, quae communis morta-
3:1
lo. rs,r2.
" lípli. 4,17,-13.
lium omnium origo communisque destinatio imponant. Quod profecto ex
772 PÍO XII SUMMI PON'TIKICATUS 773
i m p o n e el origen c o m ú n y el común destino de todos los h o m b r e s . fiesta de Cristo R e y p a r a elevar a la dignidad episcopal, sobre el
P r o c e d e r demostrado repetidas veces p o r el inmenso esfuerzo q u e sepulcro del Príncipe d e los Apóstoles, a doce sacerdotes represen-
realizan los predicadores en los territorios de misiones. L a Iglesia tantes d e sus propios pueblos y estirpes.
confiesa q u e esta finalidad es como la estrella polar, a la cual dirige [ 3 6 ] . D e esta m a n e r a , mientras u n a d u r a contienda hace su-
su vista en el camino d e su apostolado universal. Estos predica- frir a las almas y divide la u n i d a d d e la familia h u m a n a , este rito
dores d e la palabra divina, con u n s i n n ú m e r o de investigaciones solemne dará a e n t e n d e r a todos n u e s t r o s hijos, diseminados por
realizadas a lo largo d e los siglos con ingente trabajo y s u m a consa- el m u n d o , q u e la doctrina, la acción y la v o l u n t a d de la Iglesia j a m á s
gración, p r o c u r a r o n conocer a fondo la civilización y las institu- p o d r á n ser contrarios a la predicación del Apóstol d e las G e n t e s :
ciones d e los pueblos m á s diversos y cultivar y favorecer sus cuali- Vestios del [hombre ] nuevo, que por el conocimiento de la fe se renueva
dades espirituales para q u e el Evangelio de Cristo obtuviere allí con según la imagen de Aquel que lo ha criado; para El no existe griego ni
mayor facilidad frutos m á s a b u n d a n t e s . T o d o lo q u e en las costum- judío, circunciso o incircunciso, bárbaro o escita, esclavo o libre, sino
b r e s de u n p u e b l o n o se halla indisolublemente ligado a errores que Cristo está en todo y en todos 3 5 .
y supersticiones, e n c u e n t r a siempre u n examen benévolo, y, en
c u a n t o es posible, es conservado y favorecido p o r la Iglesia. N u e s - [37]- J u z g a m o s necesaria aquí u n a advertencia: la conciencia
tro inmediato predecesor, de santa memoria, en u n a cuestión de de u n a universal solidaridad fraterna, q u e la doctrina cristiana des-
este género q u e requería m u c h a prudencia y consejo, a d o p t ó u n a pierta y favorece, n o se o p o n e al amor, a la tradición y a las glorias
noble decisión q u e constituye una p e r e n n e alabanza de su aguda de la p r o p i a patria, ni p r o h i b e el fomento d e u n a creciente p r o s p e -
inteligencia y del ardor de su espíritu apostólico. N o es necesario ridad y la legítima p r o d u c c i ó n d e los bienes necesarios, p o r q u e la
declararos, venerables hermanos, q u e N o s continuaremos sin vacila- m i s m a doctrina nos enseña q u e en el ejercicio d e la caridad existe
ción por este m i s m o camino. T o d o s aquellos q u e ingresan e n la Igle- u n o r d e n establecido p o r D i o s , según el cual se d e b e a m a r m á s
sia católica, sean cuales sean su origen y su lengua, d e b e n t e n e r p o r i n t e n s a m e n t e y se d e b e ayudar preferentemente a aquellos q u e es-
seguro que t o d o s ellos disfrutan de los m i s m o s derechos de hijos t á n u n i d o s a nosotros con especiales vínculos. El divino M a e s t r o en
en la casa del P a d r e , donde t o d o s gozan de la ley y de la paz de persona dio ejemplo d e esta m a n e r a d e obrar, a m a n d o con especial
Cristo. Para realizar progresivamente estas n o r m a s de igualdad, la a m o r a su tierra y a su patria y llorando t r i s t e m e n t e a causa de la
Iglesia selecciona d e entre los p u e b l o s indígenas algunos h o m b r e s i n m i n e n t e ruina d e la C i u d a d Santa. P e r o el a m o r a la propia patria,
escogidos q u e a u m e n t e n g r a d u a l m e n t e el sacerdocio y el episcopado q u e con razón d e b e ser fomentado, n o d e b e impedir, n o d e b e ser
en su propia nación. Y por esta causa, es decir, para dar a nuestras obstáculo al p r e c e p t o cristiano de la caridad universal, p r e c e p t o q u e
intenciones u n a demostración palpable, h e m o s escogido la próxima
monstremus, volumus in próximo Iesu Chrísti Regís festo sacerdotes duo-
decím, qui suas cuiusque stirpium populorumque quodammodo personas
impensa opera, q u a m sacrarum expeditionum praecones navant, iterum gerant, ad Apostolorum Principis sepulcrum episcopali ornare dignítate.
iterumque ostendit; idque esse profitetur quasi rectricem stellam, ad quam Ita quidem ut, dum acerrimae contentipnes ánimos lacerant, et com-
in suo universalis apostolatus itinere intentis oculis respíciat. Qui quidem pagem humanae familiae rescindunt, ex hoc sollemni ritu intellegant uni-
divini verbi praecones, innumeris pervestigationibus per temporum decur- versi filii Nostri, per terrarum orbem disseminati, doctrinam, operara,
sum summo labore summoque studio habitis, civilem enisi sunt variarum voluntatemque Ecclesiae non alienam unquam esse futuram ab gentium
gentium cultum earumque instituta satius digniusque agnoscere, atque sua Apostoli sententia haec adhortantis: «Induentes novum [hominem] eum,
ipsarum animi ornamenta ac dotes ' ita colere ac provehere, ut faciliora qui renovatur in agnitíonem, secundum imaginem eius, qui creavit illum;
inibi atque uberiora Iesu Chrísti evangelium incrementa caperet. Quidquid ubi non est Gentilis et Iudaeus, circumcisio et praeputium, Barbarus et
in populorum moribus indissolubili vinculo superstitionibus erroribusque Scytha, servus et líber, sed omnia et in ómnibus Christus».
non adstipulatur, benevole nullo n o n tempore perpenditur ac, si potest,
sartum tectumque servatur. Ac proximus p . r. Decessor Noster, in pecu- Heic vero animadvertendum putamus fraternae universalisque neces-
liar! istiusmodi causa, quae multum prudentiae et consilii postulabat, in situdinis conscientiam, quam christianae doctrinae praecepta in anímis
eam sententiam nobili animo discessit, quae sui ingenii aciem suique excitant ac refovent, non amorem aversari erga patriae cuiusque suae me-
apostolatus ardorem praesenti futuraeque aetati commendat. Iamvero vix morias gloriasque; ñeque prohibere quominus auctior usque prosperitas
attinet declarare vobis, Venerabiles Fratres, Ídem Nos iter non dubitanter ac legitime potiunda bona promoveantur, quandoquidem eadem doctrina
esse persecuturos. A c pro certo habeant omnes, quotquot cuiusvis originis edocemur Deum ipsum in exercenda caritate rectum statuisse rerum ordi-
vel sermonis catholicam amplectuntur Ecclesiam, sese in hac communis nem, ex quo impensius ii adamandi sint, uberioribusque bene factis do-
Patris domo, in q u a Iesu Chrísti lege ac pace fruuntur omnes, ipsissima nandi, qui peculiaribus sint vinculis nobiscum copulatí. Hoc Divinus ¡pse
habere filiorum iura. Etenim ut h a e aequabilitatis normae ad effectum Magister ex sua agendi ratione patefecit, cum potiore amore erga patrium
pedetemptim deducantur, ex índigenarum gentibus lectissimi seliguntur solum exarsit, atque imminenti Urbis Sanctae ruinae maestissime illacri-
viri, qui sacerdotum episcoporumque ordines gradatim apud suos adau- mavit. At patria caritas, iure meritoque alenda, christianae in universos
geant. Eaque de causa, ut videlicet mentem hanc Nostram exemplo de- 35
Col. 3,10-11.
774 río x i i
SUMMl l'ONTIl'ICAIUS 775
coloca igualmente a t o d o s los demás y su personal prosperidad en
la luz pacificadora del amor. de las naciones y d e toda la sociedad h u m a n a es el error de aquellos
q u e con i n t e n t o t e m e r a r i o p r e t e n d e n separar el p o d e r p o l í t i c o d e
[ 3 8 ] . E s t a maravillosa d o c t r i n a h a contribuido d e m u c h a s m a -
toda relación con Dios, del cual d e p e n d e n , como de causa p r i m e r a
neras al progreso civil y religioso de la h u m a n i d a d . P o r q u e los heraldos
y d e s u p r e m o señor, t a n t o los individuos c o m o las sociedades hu-
d e esta doctrina, a n i m a d o s de u n a ardorosa caridad sobrenatural,
n o sólo r o t u r a r o n terrenos e i n t e n t a r o n curar t o d a clase de enfer- m a n a s ; t a n t o m á s cuanto q u e desligan el p o d e r político d e todas
m e d a d e s , sino q u e p r i n c i p a l m e n t e p r o c u r a r o n levantar las almas de aquellas n o r m a s superiores q u e b r o t a n de Dios c o m o fuente p r i m a -
aquellos q u e estaban a ellos confiados a las realidades divinas, con- ria y atribuyen a ese m i s m o p o d e r u n a facultad ilimitada d e acción,
formarlos a éstas y elevarlos hasta las c u m b r e s m á s altas d e la san- entregándola exclusivamente al lábil y fluctuante capricho o a las
tidad, d o n d e t o d o se ve e n la claridad d e la m i r a d a simplicísima d e meras exigencias configuradas p o r las circunstancias históricas y por
Dios. L e v a n t a r o n m o n u m e n t o s y templos, q u e d e m u e s t r a n a q u é el logro d e ciertos bienes particulares.
alturas t a n grandes eleva el ideal de la perfección cristiana; pero, [ 4 0 ] . Despreciada d e esta m a n e r a la a u t o r i d a d d e D i o s y el
sobre t o d o , hicieron d e los h o m b r e s , sabios e ignorantes, poderosos imperio d e su ley, se sigue forzosamente la u s u r p a c i ó n p o r el p o d e r
o débiles, t e m p l o s vivos de Dios y sarmientos de aquella vid q u e es político d e aquella absoluta a u t o n o m í a q u e es propia exclusivamente
Cristo. T r a n s m i t i e r o n a las generaciones venideras los tesoros del del s u p r e m o H a c e d o r , y la elevación del E s t a d o o d e la c o m u n i d a d
arte y de la sabiduría antiguos, pero su principal propósito fué é s t e : social, puesta e n el lugar del m i s m o C r e a d o r , c o m o fin s u p r e m o d e
hacer a estas generaciones partícipes d e aquel inefable d o n de la la vida h u m a n a y c o m o n o r m a s u p r e m a del o r d e n j u r í d i c o y m o r a l ;
sabiduría eterna, q u e u n e a los h o m b r e s , hijos de Dios p o r la gracia, p r o h i b i e n d o así t o d a apelación a los principios d e la razón natural
con los vínculos de u n a fraterna amistad. y de la conciencia cristiana.
[41 ]. N o ignoramos, es verdad, q u e los principios erróneos
[Concepción totalitaria del poder político'] de esta concepción n o siempre ejercen a b s o l u t a m e n t e su influjo en
la vida m o r a l ; cosa q u e sucede p r i n c i p a l m e n t e c u a n d o la tradición
[ 3 9 ] . P e r o si el olvido d e la ley, venerables h e r m a n o s , q u e de u n a vida cristiana, d e la q u e se h a n n u t r i d o d u r a n t e siglos los
m a n d a amar a t o d o s los h o m b r e s y q u e , apagando los odios y d i s - pueblos, ha echado, a u n q u e n o se advierta, h o n d a s raíces en las
m i n u y e n d o desavenencias, es la única q u e p u e d e consolidar la paz, almas. A pesar d e lo cual, hay q u e advertir con insistente diligencia
es fuente de t a n t o s y t a n gravísimos males para la pacífica conviven- la esencial insuficiencia y fragilidad d e t o d a n o r m a d e vida social
cia d e los pueblos, sin e m b a r g o , n o m e n o s nocivo p a r a el bienestar q u e se apoye sobre u n f u n d a m e n t o exclusivamente h u m a n o , se i n s -
homines caritatís praecepto non obstet, non officiat, quod ceteros quoque
omnes eorumque profectus in paciferi amoris luce collocat. cunctaeque hominum cuiusvis gentis fámiliae non minora eorum error
Mira huiusmodi doctrina non uno nomine ad religiosae civilisque rei detrimenta parit, qui, temerario ausu, publicae rei potestatem a quolibet
progressionem dignissime contulit. Eius siquidem praecones, superni afflatus nexu cum Sempiterno Numine vindicant, ex quo quidem veluti primo
ardore incensi atque permoti, non modo rude solum arare atque excolere, auctore supremoque domino cum singuli, tum humana congregatio pen-
omneque genus morbis mederi conati sunt, sed eo potissimum contenderunt dent; idque eo vel magis quod a quibusvis superioribus normis, quae ex
ut sibi créditos ánimos ad excelsa divinaque prorsus erigerent, conforma - Deo ut primo fonte oriuntur, eamdem potestatem liberant, eidemque ple-
rent, eosque ad summa sanctitudinis fastigia impellerent, ubi omnia circum nissimam attribuunt agendi facultatem, quae nutanti solum fluxoque arbitrio
quaque quasi sub uno Dei obtutu cernantur. Monumenta iidem ac templa permittitur, illisve placitis, quae rerum gerendarum condicionibus peculia-
excitarunt, ex quibus luculenter patet ad quam elatum granditatis verticem ribusque adipiscendis bonis tantummodo conformentur.
christianae affulgens perfectionis species ánimos evehat; at praesertim ho- Itaque divina posthabita auctoritate eiusque legis imperio, id neces-
mines, sapientes vel indoctos, potentes vel débiles, quasi animata Dei templa sario consequitur ut civilis potestas absolutissima nullique obnoxia iura
eiusdemque vitis, quae Christus est, palmites effecerunt. Sapientiae veteris usurpet, quae ad summum Creatorem unice pertinent; utque, in eiusdem
ingenuarumque artium thesauros advenientibus aetatibus tradiderunt, at Greatoris locum suffecta, rem publicam vel civium communitatem efferat
hoc imprimís enisi sunt, ut eas arcani illius aeternae sapientiae muneris quasi supremam totius humanae vitae metam maximamque normam in
participes redderent, quod homines, Dei subolem caelesti gratia effectos, iuris morumque ordine habendam; Ütque adeo omnes prohibeat quominus
amico fraternoque foedere coniungat. ad naturalis rationis christianaeque conscientiae praecepta refugiant.
# # # Non diffitemur utique errata opinationum principia non omnino semper
detrimentosam vim suam moribus inferre; idque praesertim cum chris-
Quodsi, Venerabiles Fratres, ex oblivione illius legis, quae in singulos tianae vitae consuetudo, quae plurimis iam saeculis a maioribus accepta
universos caritatem praecipit, quaeque odia restinguens, contentionesque populorum ánimos informet, altissimas, etsi hoc non percipitur, radices
extenuans, una potest solidare pacem, tot tantaque communi pacataeque cgerit. Nihilo secius accurate diligenterque animadvertendum est quam-
populorum vitae obveniunt mala, at procul dubio nationibus ómnibus libet socialis vitae normam infirmam labantemque fore, quae in humano
splummodo fundamento consistat, quae terrenis tantum consiliis propo-
775 > PÍO X I I SUMMI I'ONIIKICATUS 777
p i r e en motivos m e r a m e n t e terrenos y haga consistir t o d a su fuerza
eficaz en la sanción de u n a autoridad p u r a m e n t e externa. [Refutación de esta concepción]
[ 4 2 ] . D o n d e se rechaza la d e p e n d e n c i a del d e r e c h o h u m a n o
respecto del d e r e c h o divino, d o n d e n o se apela m á s q u e a u n a apa- [ 4 4 ] . P o r q u e el p o d e r político, c o m o sabiamente e n s e ñ a e n la
riencia incierta y ficticia de autoridad terrena y se reivindica una encíclica Immortale Dei 3 6 n u e s t r o predecesor L e ó n X I I I , d e pia-
a u t o n o m í a jurídica regida ú n i c a m e n t e p o r razones utilitarias, n o dosa m e m o r i a , h a sido establecido p o r el s u p r e m o C r e a d o r para
p o r u n a recta moral, allí el m i s m o derecho h u m a n o p i e r d e necesa- regular la vida pública según las prescripciones d e aquel o r d e n in-
r i a m e n t e , en el agitado q u e h a c e r de la vida diaria, su fuerza interior m u t a b l e q u e se apoya y es regido p o r principios universales; p a r a
sobre los espíritus; fuerza sin la cual el d e r e c h o n o p u e d e exigir de facilitar a la persona h u m a n a , en esta vida presente, la consecución
los ciudadanos el reconocimiento d e b i d o ni los sacrificios necesarios. d e la perfección física, intelectual y moral, y p a r a a y u d a r a los ciu-
d a d a n o s a conseguir el fin sobrenatural, q u e constituye su destino
[43•]. Bien es v e r d a d q u e a veces el p o d e r público, a u n q u e a p o - supremo.
yado sobre f u n d a m e n t o s tan débiles y vacilantes, p u e d e conseguir,
p o r casualidad y p o r la fuerza d e las circunstancias, ciertos éxitos [ 4 5 ] . E l Estado, p o r tanto, tiene esta n o b l e m i s i ó n : reconocer,
materiales q u e provocan la admiración de los observadores s u p e r - regular y p r o m o v e r e n la vida nacional las actividades y las iniciativas
ficiales ; p e r o llega necesariamente el m o m e n t o en q u e aparece t r i u n - privadas d e los i n d i v i d u o s ; dirigir c o n v e n i e n t e m e n t e estas activida-
fante aquella ineluctable ley q u e tira p o r tierra t o d o c u a n t o se h a d e s al b i e n c o m ú n , el cual n o p u e d e q u e d a r d e t e r m i n a d o p o r el
construido velada o manifiestamente sobre u n a razón t o t a l m e n t e capricho de nadie ni p o r la exclusiva p r o s p e r i d a d t e m p o r a l d e la
d e s p r o p o r c i o n a d a , esto es, c u a n d o la grandeza del éxito externo al- sociedad civil, sino q u e d e b e ser definido d e a c u e r d o con la perfec-
canzado n o r e s p o n d e en su vigor interior a las n o r m a s de u n a sana ción natural del h o m b r e , a la cual está destinado el E s t a d o p o r el
m o r a l . D e s p r o p o r c i ó n q u e aparece p o r fuerza siempre q u e la a u t o - C r e a d o r c o m o m e d i o y como garantía.
ridad política desconoce o niega el d o m i n i o del Legislador s u p r e m o ,
[ 4 6 ] . E l q u e considera el E s t a d o como fin al q u e h a y que diri-
q u e , al d a r a los gobernantes el p o d e r , les h a señalado t a m b i é n los
girlo t o d o y al q u e h a y q u e subordinarlo t o d o , n o p u e d e dejar d e
límites d e este m i s m o poder.
d a ñ a r y d e i m p e d i r la auténtica y estable p r o s p e r i d a d de las naciones.
sitisque dirigatur, quaeque unice ex externae auctoritatis sanctione vim E s t o sucede lo m i s m o en el s u p u e s t o d e q u e esta soberanía ilimitada
suam virtutemque eruat. s e atribuya al E s t a d o c o m o m a n d a t a r i o d é la nación, del pueblo o de
Ubi humana iura a divinis penderé renuitur, ubi non nisi ad adumbra - u n a clase social, q u e en el supuesto de q u e el E s t a d o se apropie p o r
tam incertamque terrenae auctoritatis speciem provocatur, ac iura vindi-
cantur, quae nulli sint obnoxia, quaeque non probitatis, sed utilitatis tantum
rationibus regantur, inibi ipsum hominum ius, in actione agitationeque Etenim civitatis imperium, quemadmodum per Encyclicas Litteras Im-
vitae, interna in ánimos vi necessario exuitur; qua dempta, rite agnosci mortale Dei sapientissimus Decessor Noster p. m. Leo XIII edocet, idcirco
rerumque iacturas a civibus postulare non potest. a summo omnium Creatore statutum est, ut ex illius ordinis praescriptione,
Interdum utique accidit ut publica potestas, quamquam nutantibus id qui in universalibus, quibus regitur, principiis ac normis incommutabilis
genus fulciminibus subnixa, per fortuitos casus rerumque adiuncta, terrena consistit, publicam rem moderetur; ut humanae personae, in praesenti hac
eiusmodi incrementa assequatur, quae iis admirationem iniiciant, qui in vita, ad corporis mentisque vires quod attinet et ad rite componendos mores,
res ipsas non penitus introspidant; necessitate tamen contingit ut ineluc- perfectionís adeptionem faciliorem reddat; utque cives adiuvet ad super-
tabilis illa lex victrix emergat, qua incepta omnia collabantur, quae fuerint num sibi destinatum finem assequendum.
ex impari prorsus, aperta vel occulta, ratione exorta, cum nempe adeptus in Eo igitur nobilissimo muñere fungitur res publica, ut, in natíonis vita,
externis rebus magnitudinis exitus probitatis honestatisque normis intima privata singulorum incepta et opera recognoscat; temperet atque promoveat;
firmaque vi sua non respondeat. Quae quidem impar ratio tum non haberi eaque ad commune omnium bonum convenienter dirigat, quod quidem
non potest, cum publica auctoritas Summi Legislatoris dominatum vel non ex alicuius arbitrio, ñeque solummodo a terrena civilis societatis pros-
infitiatuir, vel respuit, qui dum civitatis moderatoribus potestatem attribuit, peritate, veluti a primaria ratione sua definiatur, sed ex naturali potius
eiusdem tamen potestatis términos decfevit. hominis perfectione congruenter provehenda, ad quam civitas ipsa a supremo
Creatore, quasi instrumentum atque praesidium, destinatur.
Quisquís rem publicam quasi finem considerat, ad quem omnia con-
fluant, cuique omnia obtemperent, faceré is non potest quin mansuris
verique nominis nationum incrementis noceat, officiat. Quod profecto con-
tingit, sive infinitus eiusmodi dominatus ex nationis, vel populi, vel ex
alicuius civium ordinis mandato, rei publicae attribuatur, sive ipsamet
*'6 LEÓN XIII, encíclica Immortale Dei, 1 de noviembre de 1885: ASS 18 (1885) 166.
778 PÍO XII

sí m i s m o esa soberanía, como d u e ñ o absoluto y t o t a l m e n t e i n d e - SUM.MI 1'OXTII'ICATITS 779


pendiente.
[ 5 0 ] . Por todo lo cual se alzan ante n u e s t r a vista los t r e m e n d o s
[ 4 7 ] . P o r q u e , si el E s t a d o se atribuye y apropia las iniciativas
peligros q u e t e m e m o s p u e d a n venir sobre la actual y las futuras
privadas, estas iniciativas—que se rigen p o r múltiples n o r m a s pecu-
generaciones, de la disminución y de la progresiva abolición d e los
liares y propias, q u e garantizan la segura consecución del fin q u e les
derechos de la familia. Juzgamos, p o r t a n t o , obligación nuestra, im-
es p r o p i o — p u e d e n recibir dañó, con d e t r i m e n t o del m i s m o bien
puesta p o r la conciencia del deber exigido p o r nuestro grave m i n i s -
público, p o r q u e d a r arrancadas de su recta ordenación natural, q u e
terio apostólico, defender religiosa y a b i e r t a m e n t e estos derechos
es la actividad privada responsable.
de la familia; p o r q u e nadie, sin d u d a , padece t a n a m a r g a m e n t e como
la familia las angustias d e n u e s t r o t i e m p o , t a n t o materiales como
[El Estado y la familia} espirituales, y los múltiples errores con sus dolorosas consecuencias.
H a s t a tal p u n t o es esto así, q u e el peso diario de las desgracias y la
[ 4 8 ] . D e esta concepción teórica y práctica p u e d e surgir u n
indigencia creciente p o r todas partes, t a n luctuosa q u e tal vez n i n g ú n
p e l i g r o : considerar la familia, fuente primera y necesaria d e la socie-
siglo anterior la e x p e r i m e n t ó mayor, y cuya razón o necesidad ver-
\ d a d h u m a n a , y su bienestar y crecimiento, c o m o institución desti-
d a d e r a son con frecuencia imposibles d e discernir, resultan hoy
n a d a exclusivamente al d o m i n i o político d e la n a c i ó n ; y se corre
intolerables sin u n a firmeza y u n a grandeza d e alma capaz d e d e s -
t a m b i é n el peligro d e olvidar q u e el h o m b r e y la familia son, p o r su
pertar la admiración universal. L o s q u e , p o r el ministerio pastoral
p r o p i a naturaleza, anteriores al Estado, y q u e el Criador dio al
q u e d e s e m p e ñ a n , ven los repliegues íntimos de la conciencia y p u e -
h o m b r e y a la familia peculiares derechos y facultades y les señaló
una misión, q u e r e s p o n d e a inequívocas exigencias naturales. d e n conocer las lágrimas ocultas d e las m a d r e s , el callado dolor d e
los padres y las i n n u m e r a b l e s a m a r g u r a s — d e las q u e n i n g u n a esta-
[ 4 9 ] . Según esta concepción política, la educación d e las n u e - dística pública habla ni p u e d e hablar—, ven con m i r a d a h o n d a m e n t e
vas generaciones n o p r e t e n d e u n desarrollo equilibrado y a r m ó n i c o p r e o c u p a d a el crecimiento cada día m a y o r de este c ú m u l o d e sufri-
d e las fuerzas físicas, intelectuales y morales, sino la formación mientos, y saben m u y b i e n q u e las tenebrosas fuerzas de la impiedad,
unilateral y el fomento excesivo de aquella v i r t u d cívica q u e se cuya única finalidad es, a b u s a n d o de la d u r a situación, la revolución
considera necesaria para el logro del éxito político; p o r lo cual son y el t r a s t o r n o social, están al acecho b u s c a n d o la o p o r t u n i d a d q u e
m e n o s cultivadas las virtudes d e la nobleza, de la h u m a n i d a d y del les p e r m i t a realizar sus impíos propósitos.
respeto, como si éstas deprimiesen la gallarda fortaleza de los t e m -
[5 1 ]• ¿ Q u e h o m b r e sensato, p r u d e n t e , en esta grave situación,
peramentos jóvenes.
negará al E s t a d o u n o s derechos m á s amplios q u e los ordinarios, q u e
eandem imperandi rationem sibi sumat civitas, utpote domínatrix absolu-
tissima, nulli prorsus obnoxia. Quapropter ea paene peulis observantur Nostris pericula ac discrimina,
Si enim res publica privatae navitatis incepta ad se trahit ac vindicat, quae ex imminutis ac sensim abolitis domestici convictus iuribus praesenti
eadem prefecto incepta—quippe quae multiplicibus normis, peculiaribus huic nostrae futuraeque aetati obventura formidamus. Nostrarum igitur
ac propriis, regantur, quae quidem ad propositum tute assequendum con- esse partium ducimus ex officii conscientia, quod gravissimum ministerium
ducant—non sine publici boni iactura, detrimenta accipere queunt, cum Nostrum postulat, eiusmodi iura religiose affirmateque tueri; quandoquidem
a naturali rerum ordine abstrahantur, quarum rationem ac periculum pri- nostrorum temporum angustias, cum ad res externas ac terrenas, tum ad
vati in se recipiant. spiritualia bona quod attinet, itemque innúmeras errorum falladas atque ea
quae inde misere consequuntur, nemo procul dubio tam acerbe perpetitur,
Ex hoc cogitandi agendique modo id discriminis oriri potest, ut domes- quam domestica societas. Ita quidem ut cotidianum asperitatum miseria-
ticus etiam convictus, primus ille ac necessarius humanae societatis fons, rumque pondus atque increscens ea undique indigentia, quam nulla forsitan
atque eius profectus eiusque commoda, perinde considerentur, quasi ad superior aetas tam luctuosam experta est, cuiusque causa veraque neces-
nationis infperium dominationemque unice respiciant; itemque ut obli- sitas saepenumero cerni nequeunt, tolerari utique non possint sine tenaci
vioni detur homines eorumque familias suapte natura civitatem antecederé, illa animi firmitate magnitudineque, quae admirationem ómnibus commo-
ac divinum Creatorem peculiaria utrisque dedisse iura facultatesque iisdem- veant. Qui, pastorali muñere fungentes, intimas conscientiae latebras inspi-
que destinasse munus, quod naturalibus ac certis necessitatibus respondeat. ciunt, et oceultas matrum lacrimas tacitumque patrum familias moerorem
atque innúmeros angores cognoscere possunt—de quibus uUa publica rerum
Eademque opinandi ratione novae subolis educatio non eo spectat, ut rationaria nec loquuntur, nec loqui queunt-—ii procul dubio gliscentem
omnes corporis, mentís animique vires convenienter conformentur et adau- formidolose cotidie magis hunc aegritudinum. cumulum anxio sollicitoque
geantur, sed ut illa tantum cívica virtus efferatur summopereque excitetur, animo vident; ac probé norunt tenebricosas improborum hominum vires,
quae ad prósperos politicae rei eventus necessaria videatur; quapropter qui hoc unum annituntur, ut, iisdem rerum asperitatibus abutentes, omnia
quae animi ornamenta nobilitatem, observantiam humanitatemque redolent, misceant atque subvertant, in insidiis esse opportunitatem aucupantes, qua
minus ea commendantur, quasi acrem iuvenilis ingenii fortitudinem mi- impia sibi assignata proposita exsequi valeant.
nuant ac deprimant.
Quisnam prudens atque cordatus, in gravissimis hisce rerum condicio-
nibus, rei publicae ampliora iura ultraque sólita deneget, quae iisdem condi-
780 pío x u SUMMI ro.NTii'ic.m'S 781

r e s p o n d a n a la situación y con los q u e se p u e d a atender a las necesi- se deriven demostrarán su radical falacia. E l crimen de lesa majestad
dades del p u e b l o ? Sin e m b a r g o , el o r d e n moral establecido p o r Dios contra el Rey de los reyes y Señor de los que dominan 3 7 cometido con
exige q u e se d e t e r m i n e c o n t o d o cuidado, según la n o r m a del bien u n a educación d e los niños indiferente y contraria al espíritu y al
c o m ú n , la licitud o ilicitud d e las m e d i d a s q u e aconsejen los tiempos, sentimiento cristianos, al estorbar e i m p e d i r el p r e c e p t o d e Jesu-
c o m o t a m b i é n la verdadera necesidad d e estas medidas. cristo : Dejad que los niños vengan amí^&, producirá, sin d u d a alguna,
[ 5 2 ] . D e todos m o d o s , c u a n t o m á s gravosos s o n los sacrificios frutos amarguísimos. P o r el contrario, el E s t a d o q u e libera d e estas
materiales exigidos p o r el E s t a d o a los ciudadanos y a la familia, preocupaciones a las m a d r e s y a los padres cristianos, entristecidos
t a n t o m á s sagrados e inviolables d e b e n ser para el E s t a d o los d e r e - p o r esta clase d e peligros, y m a n t i e n e enteros los derechos d e la
chos d e las conciencias. E l E s t a d o p u e d e exigir los bienes y la sangre, familia, fomenta la paz interna del Estado y asienta el f u n d a m e n t o
p e r o n u n c a el alma redimida p o r Dios. P o r esta razón, la misión firme sobre el cual p o d r á levantarse la futura p r o s p e r i d a d d e la pa-
q u e Dios h a e n c o m e n d a d o a los p a d r e s d e proveer al bien t e m p o r a l tria. L a s almas de los hijos q u e Dios entregó a los padres, purifica-
y al bien eterno d e la prole y d e p r o c u r a r á los hijos u n a adecuada das c o n el b a u t i s m o y señaladas con el sello real d e Jesucristo, son
formación religiosa, nadie p u e d e arrebatarla a los p a d r e s sin u n a como u n tesoro sagrado, sobre el q u e vigila c o n amor solícito el
grave lesión del derecho. Esta adecuada formación debe, sin duda, m i s m o Dios. E l divino R e d e n t o r , q u e dijo a los apóstoles: Dejad
t e n e r t a m b i é n como finalidad p r e p a r a r la j u v e n t u d p a r a la acepta- que los niños vengan a mí 3 9 , n o obstante su misericordiosa b o n d a d ,
ción d e aquellos deberes d e n o b l e patriotismo, c o n cuyo c u m p l i - h a a m e n a z a d o c o n terribles castigos a los q u e escandalizan a los
m i e n t o inteligente, voluntario y alegre se d e m u e s t r e prácticamente niños, objeto predilecto d e su corazón. Y ¿qué escándalo p u e d e h a -
el a m o r a la tierra patria. Pero, p o r otra parte, u n a educación d e ber m á s dañoso, q u é escándalo p u e d e haber m á s criminal y d u r a d e -
la j u v e n t u d q u e se despreocupe, c o n olvido voluntario, d e orientar ro q u e u n a educación m o r a l d e la j u v e n t u d dirigida equivocadamente
la m i r a d a d e la j u v e n t u d t a m b i é n a la patria sobrenatural, será t o - hacia u n a m e t a q u e , totalmente alejada d e Cristo, camino, verdad
t a l m e n t e injusta t a n t o contra la propia j u v e n t u d como contra los y vida40, c o n d u c e a u n a apostasía oculta o manifiesta del divino
deberes y los derechos totalmente inalienables d e la familia cristia- R e d e n t o r ? Este divino R e d e n t o r q u e se le roba criminalmente
n a ; y, consiguientemente, p o r h a b e r s e incurrido e n u n a extralimi- a las nuevas generaciones presentes y futuras es el m i s m o que h a
tación, el m i s m o bien del p u e b l o y del E s t a d o exige q u e se p o n g a n recibido d e su E t e r n o P a d r e t o d o p o d e r y tiene e n sus manos el
los r e m e d i o s necesarios. U n a educación semejante podrá, tal vez, destino d e los Estados, d e los pueblos y de las naciones. E l cese o la
parecer a los g o b e r n a n t e s responsables d e ella u n a fuente d e a u m e n t o
de fuerza y d e vigor; pero las tristes consecuencias q u e d e aquélla
ciam ostendent. Maiestatis crimen adversus «Regem regum et Dominum
dominantium», in puerorum institutione patratum, quae christianos spiritus
cionibus respondeant, quibusque plebis necessitatibus subveniatur? Sed christianosque sensus neglexerit vel aversata fuerit, cum divinam illam
postulat tamen statuta a Deo ratio in ordine morum, ut diligentius perpen- Iesu Christi invitationem praepediat ac prohibeat «sinite párvulos venire
datur, ex boni nempe communis norma, quid fas sit, in hisce decernendis, ad me», acerbissimos procul dubio proferet fructus. At contra publica p o -
quae témpora moneant, quid nefas; itemque quid reapse necessitas exposcat. testas, quáe patrum matrumque familias ánimos, ob id genus discrimina
Ceterum quo graviora jncommoda rerumque iacturas a singulis civibus summo dolore affectos, ab eiusmodi sollicitudinibus liberat, eorumque iura
et a domestica societate exposcit publica potestas, eo magis debet animorum redintegrat, internam procul dubio civitatis tranquillitatem provehit, ac
iura sancta inviolataque servare. Ipsa siquidem potest opes cruoremque tutum constituit fundamentum, quo futura patriae prosperitas innitatur.
expetere, at nunquam animam a Deo redemptam potest. Quamobrem, quod Quos parentibus Creator largitus est, filiorum animi, sacro fonte expiati ac
sempiternum Numen patribus matribusque familias munus concredidit, regio distincti Iesu Christi signo, quasi sacrum constituunt thesaurum, cu¡
hoc est consulendi subolis cuiusque suae bono, ad praesentem futuramque sollicitus Dei amor invigilat. Divinus ipse Redemptor, qui quondam Apop-
vitam quod attinet, itemque filios ad vera religionis praecepta apte confor- tolis edixerat: «Sinite párvulos venire ad me», etsi benignitatis misericor-
mandi, id nemo unus, sine gravi iuris detrimento, ad se rapere potest. diaeque plenus, iis tamen atrocia mala comminatus est, qui puerulos, sibi
Quae quidem apta conformatio eo etiam pro certo spectat ut adulescentium carissimos, pravo exemplo offendant. At quaenam flagitiosior offensio haberi
ánimos ad nobilissima ea patriae caritatis officia excitet atque compellat, ex potest, quaenam suboli detrimentosior ac magis in posterum nocitura, quarn
quibus, alacri mente hilarique volúntate exsequendis, eiusdem amons stu- ea puerilium morum conformatio, quae iuventam transversam agat ad m e -
dium in patriae solum actuóse demonstretur. Attamen iuvenilis institutio. tam, quae longe absit a Christo «via, veritate et vita», eamque a divino R e -
quae ex consulto oblivioseque praetermiserit iuvenum oculos ad caelestem demptore vel occulte vel palam abalienari iubeat? Qui quidem divinus
quoque patriam dirigere, cum in ipsam iuventutem, tum in christianae Redemptor, a quo praesens ac futura iuvenilis aetas miserrime abstrafíitur
familiae officia ac iura, nunquam quidem abalienanda, iniusta prorsus eva- ídem ipse est, qui omnem ab Aeterno Patre potestatem accepit, cuiusque
serit; atque adeo, utpote fuerit statutos sibi fines transgressa, ipsum populi ex manibus pendet civitatum, gentium nationumque fortuna. Earum siqui-
civitatisque bonum remedia adhibenda postulat. Istiusmodi educatio ns 37
1 Tim. 4,15; Apoc. 19,16.
videatuí; forsitan, qui eius rationem ac periculum in se receperint, auctions 3
» Me. 10,14.
roboris firmitatisque fons; at qui consecuturi erunt eventus huius rei falla- 3» Le. 18,16.
<o lo. 14,6.
782 PÍO x i l
SUMMI l'ONTIFIC.VTUS 783
prolongación de la vida de los Estados, el crecimiento y la grandeza
d e los pueblos, t o d o d e p e n d e exclusivamente de Cristo. D e t o d o a la organización de su régimen político interno, está ligado, sin
c u a n t o existe en la tierra, sólo el alma e s inmortal. P o r esto, u n sis- embargo, con vínculos m u t u o s en el o r d e n jurídico y en el o r d e n
tema educativo q u e n o respete el recinto sagrado de la familia cris- moral y constituye u n a universal c o m u n i d a d de pueblos, destinada
tiana, protegido por la ley de D i o s ; q u e tire por tierra sus bases y a lograr el b i e n de todas las gentes y regulada p o r leyes propias q u e
cierre a la j u v e n t u d el camino hacia Cristo, para impedirle beber el m a n t i e n e n su u n i d a d y. p r o m u e v e n u n a prosperidad siempre cre-
agua en las fuentes del Salvador 4 1 , y q u e , finalmente, proclame la ciente.
apostasía de Cristo y d e la Iglesia como señal d e fidelidad a la
[ 5 5 ] . A h o r a bien, todos ven fácilmente q u e aquellos supuestos
nación o a u n a clase determinada, este sistema, sin d u d a alguna,
derechos del Estado, absolutos y e n t e r a m e n t e independientes, son
al o b r a r así, p r o n u n c i a r á contra sí m i s m o la sentencia d e condena- totalmente contrarios a esta i n m a n e n t e ley n a t u r a l ; m á s aún, la nie-
ción y experimentará a su t i e m p o la ineluctable verdad del aviso gan r a d i c a l m e n t e ; es igualmente evidente q u e esos derechos abso-
del profeta: Los que se apartan de ti serán escritos en la tierra42. lutos e n t r e g a n al capricho de los gobernantes del E s t a d o las legítimas
relaciones internacionales e i m p i d e n al m i s m o t i e m p o la posibilidad
[El Estado y el orden internacional] de u n a u n i ó n verdadera y de u n a colaboración fecunda e n el orden
de los intereses generales. P o r q u e , venerables h e r m a n o s , las relacio-
[53 ]. L a concepción q u e atribuye al E s t a d o u n p o d e r casi in- nes internacionales n o r m a l e s y estables, la amistad internacional
finito, n o sólo es, venerables hermanos, u n error pernicioso para la fructuosa exigen que los pueblos reconozcan y observen los princi-
vida interna d e las naciones y para el logro armónico dé u n a p r o s p e - pios normativos del d e r e c h o natural regulador d e la convivencia
ridad creciente, sino q u e es además dañosa para las m u t u a s relacio- internacional. Igualmente, estos principios exigen el respeto íntegro
nes internacionales, p o r q u e r o m p e la u n i d a d q u e vincula entre si d e la libertad de todos y la concesión a t o d o s d e aquellos derechos
a todos los Estados, despoja al d e r e c h o de gentes de t o d o firme q u e son necesarios p a r a la vida y p a r a el desenvolvimiento progre-
valor, abre camino a la violación d e los derechos ajenos y hace m u y sivo d e u n a p r o s p e r i d a d p o r el camino del sano progreso civil; exi-
difícil la inteligencia y la convivencia pacífica. gen, p o r último, la fidelidad íntegra e inviolable a los pactos esti-
[ 5 4 ] . P o r q u e el género h u m a n o , a u n q u e , p o r disposición del pulados y sancionados de acuerdo con las n o r m a s del d e r e c h o de
o r d e n natural establecido p o r Dios, está dividido en grupos sociales, gentes.
naciones y Estados, independientes m u t u a m e n t e en lo q u e respecta [ 5 6 ] . N o cabe d u d a q u e el p r e s u p u e s t o indispensable d e toda
dem vitam contrahi vel produci, earumque incrementa amplitudinemque pacífica convivencia entre los pueblos y la condición indispensable
provehi, ad eum unum pertinet. Animus tantummodo ex rebus ómnibus, d e las relaciones jurídicas del d e r e c h o p ú b l i c o vigentes e n t r e los
quae in térra habentur, immortalitate fruitur. Quapropter ea educationis
ratio, quae sacra christianae famiiiae saepta, divinae legis praesidio hita,
suam quod attinet interni regiminis temperationem, aliae ab aliis non pen-
sarta tectaque non servaverit, quae eorum fundamenta subverterit, atque iter
dent, mutuis tamen in iuridiciali ac morali re vinculis obstringitur, et in
ad Christum adulescentibus praecluserir, ne «aquas in gaudio hauriant de
universam magnamque coalescit populorum congregationem, quae ad as-
fontibus Salvatoris»; quae denique ab eodem Christo et ab Ecclesia abalie-
sequendum omnium gentium bonum destinatur, ac peculiaribus regitur
nationem praedicaverít, quasi in nationem vel in aliquem cívium ordinem fi-
normis, quae et unitatem tutantur, et ad res cotidie magis prosperas dirigunt.
delitatis indicem, ea procui dubio in semetípsam damnationis poená ani-
madverterit, eritque stato tempore ineluctabüem sententiae veritatem ex- Iamvero nemo est qui non videat asseverata illa rei publicae iura, abso-
perta sacri vatis admonentis: «Recedentes a T e in térra scribentur». lutissima nullique prorsus obnoxia, legi huic naturali et insitae omnino
adversan, eamdemque funditus refellere; itemque patet eadem iura illas
* * # legitime initas necessitudines, quibus nationes Ínter se coniunguntur, civi-
tatis moderatorum arbitrio permitiere, ac praepedire quominus recta ha-
Opinatio jila, Venerabiles Fratres, quae imperium paene infinitum reí beatur animorum omnium consensio ac mutua adiutricis. operae collatio.
publicae attribuit, non internae tantum nationum vitae et auctioribus com- Id siquidem postulant, Venerabiles Fratres, congruenter compositae per-
ponendis incrementis perniciosus error evadit, sed mutuis etiam populorum petuoque mansurae civitatum rationes, postulant amicitiae vincula, e qui-
rationibus detrimentum affert; quandoquidem unitatem illam infringit, qua bus uberes oriantur fructus, ut naturalis iuris principia ac normas, quibus
civitates universae Ínter se contineantur oportet, gentium iura vi firmitate- nationes Ínter se contineantur, rite populi agnoscant, iisdemque obtempe-
que exuit, atque, viam sternens ad aliena violanda iura, pacate una simul rent. Parique modo eadem ipsa principia iubent libertatem cuique suam
tranquilleque vivere perdifficile reddit. servari incolumem, eaque ómnibus tribui iura, quibus vivant, ac per civilis
Etenim hominum genus, quamquam ex naturalis ordinis a Deo statuta progressionis iter ad res magis cotidie prosperas adveniant; iubent denique
lege in civium classes disponitur, itemque in nationes civitatesque, quae ad pacta conventa, ex gentium iure stipulata ac sancta, integra inviolataque
41
permanere.
Is. 12,3.
42
Icr. 17,13. Haud dubium est tum gentes solummodo posse una simul quieteque
vivere, tum solummodo posse publice iureque statutis necessitudinibus regi,
784 i'IO XII StJMMI l'ONTIKICATUS

pueblos es la m u t u a confianza, la gene»al persuasión d e q u e todas teralmente, sin consultar a. la otra parte contrata'nte, es u n proceder
las partes d e b e n ser fieles a la palabra e m p e ñ a d a ; la admisión, final- q u e echa p o r tierra la seguridad d e la confianza recíproca e n t r e los
m e n t e , p o r todos de la verdad de este p r i n c i p i o : Es mejor la sabidu- E s t a d o s ; d e esta m a n e r a q u e d a t o t a l m e n t e d e r r i b a d o el o r d e n na-
ría que las armas bélicas 4 3 ; y, además, la disposición d e á n i m o p a r a tural y los pueblos q u e d a n separados p o r u n i n m e n s o vacío, imposi-
discutir e investigar los propios intereses y n o p a r a solucionar las ble d e s a l v a r 4 4 .
diferencias con la amenaza d e la fuerza cuando surjan demoras, con- [ 5 9 ] . H o y día, venerables h e r m a n o s , t o d o s m i r a n con espanto
troversias, dificultades y cambios, cosas todas q u e p u e d e n nacer n o el c ú m u l o d e males al q u e h a n llevado los errores y el falso derecho
solamente d e mala voluntad, sino t a m b i é n del cambio de las cir- de q u e h e m o s h a b l a d o y sus consecuencias prácticas. Se h a desva-
cunstancias y del cruce de intereses opuestos. necido el espejismo de u n falso e indefinido progreso, q u e engañaba
[ 5 7 ] . P e r o separar el d e r e c h o d e gentes del d e r e c h o divino, a m u c h o s ; la trágica actualidad d e las r u i n a s presentes parece d e s -
p a r a apoyarlo en la voluntad a u t ó n o m a del E s t a d o como f u n d a m e n - p e r t a r d e su s u e ñ o a los q u e seguían d o r m i d o s , repitiendo la sen-
t o exclusivo, equivale a destronar ese d e r e c h o del solio de su h o n o r tencia del profeta: Sordos, oíd, y, ciegos, mirad45. L o q u e externa-
y de su firmeza y entregarlo a la apresurada y destemplada ambición m e n t e parecía o r d e n a d o , en realidad n o era otra cosa q u e u n a p e r -
del interés privado y del egoísmo colectivo, q u e sólo b u s c a n la afir- t u r b a c i ó n general invasora d e t o d o ; p e r t u r b a c i ó n q u e h a alcanzado
mación d e sus derechos propios y la negación de los derechos ajenos. a las m i s m a s n o r m a s de la vida moral, u n a vez q u e éstas, separadas
[ 5 8 ] . H a y q u e afirmar, es cierto, q u e , con el transcurso del de la majestad d e la ley divina, h a n c o n t a m i n a d o todos los campos
, t i e m p o y el cambio substancial de las circunstancias—no previstas d e la actividad h u m a n a . P e r o dejemos ahora el pasado y volvamos
y tal vez imprevisibles al t i e m p o d e la estipulación—, u n t r a t a d o los ojos hacia ese porvenir q u e , s e g ú n las p r o m e s a s d e aquellos q u e
entero o alguna de sus cláusulas p u e d e n resultar o p u e d e n parecer t i e n e n en sus m a n o s los destinos de los p u e b l o s — c u a n d o cesen los
injustas, o demasiado gravosas, o incluso inaplicables para alguna sangrientos conflictos p r e s e n t e s — , traerá consigo u n a nueva orga-
de las partes contratantes. Si esto llega a suceder, es necesario recu- nización, fundada e n la justicia y en la p r o s p e r i d a d . P e r o ¿es q u e
acaso ese porvenir será e n realidad diverso, y, lo q u e es m á s impor-
rrir a t i e m p o a una leal discusión p a r a modificar en lo q u e sea con-
tante, llegará a ser mejor y m á s feliz? L o s n u e v o s tratados de paz
veniente o sustituir por completo el p a c t o establecido. P e r o consi-
y el establecimiento d e u n n u e v o o r d e n internacional q u e surgirán
derar los convenios ratificados como cosa efímera y caduca y atri-
c u a n d o t e r m i n e la guerra, ¿estarán acaso a n i m a d o s d e la justicia y
b u i r s e la tácita facultad d e rescindirlos c u a n d o la propia utilidad
parezca aconsejarlo, o a t r i b u i r s e la facultad d e quebrantarlos unila-
tam facultatem tribuere, quotiescumque propria utilitas id postulare vide-
cum mutua intersit fiducia, cum ómnibus persuasum sit datam fidem in- tur, eadem infringendi sua sponte, inconsulto nempe vel posthabito altero
columem utrinque servatum iri, cum omnes denique illud pro certo acci- paciscente, hoc pro certo debita mutuaque fide civitates exuit; atque adeo
piant «meliorem esse sapientiam quam arma bellica»; ac praeterea cum ad naturae ordo funditus subruitur, ac populi nationesque quasi praeruptis im-
rem suam aptius inquirendam disceptandamque omnes parati sint, non vero mensisque voraginibus invicem segregantur.
ad discriminis causam vi minaciterque decernendam, si morae, si contro- Hodie, Venerabiles Fratres, trepidi omnes malorum cumulum conside-
versiae, si difficultates mutationesque obvenerint, quae quidem omnia non rant, quem et errores simulataeque normae, de quibus explicando diximus,
ex prava tantum volúntate, sed ex mutatis etiam vicissitudinibus et ex re- et ea, quae inde consecuta sunt, miserrime coegerunt. Falsae ac superbae
pugnantibus invicem suis cuiusque utilitatibus oriri queunt. infmitae progressionis species, quae multorum illiciebant ánimos, evanue-
Ceterum, ius gentium idcirco a divino iure vindicare, ut in rei publicae runt; iamque ingruentia ruinarum discrimina nondum experréctos e somno
moderatorum arbitrio veluti fundamento unice innitatur, nihil aliud signi- expergefacere videntur, quasi illa iteratá sacri vatis sententiá: «Surdi, audite,
•ficat quam illud ipsum ex honoris sui suaeque firmitatis solio detrudere, et caeci, intuemini». Quae externo ordine composita videbantur, reapse nihil
idemque nimio concitatoque privati publicique commodi studio permitiere, aliud erant, nisi omnia invadens rerum perturbatio: perturbationem dici-
quod non alio contendit, nisi ut propria iura efferat, aliena deneget. mus, quae ipsa morum praecepta attigerat, cum eadem, a divinae legis.
maiestate avulsa, omnem infecissent humanae navitatis campum. At iam
Asservandum utique est, temporis decursu ob graviter immutata rerum non ad praeterita, sed ad futura illa témpora mentís oculos convertamus,
adiuncta—quae, dum pactio transigebatur, nec prospiciebantur, nec prospi- quae, ut ii pollicentur, a quibus populorum sors ac fortuna pendet—prae-
ci quidem forsitan poterant—aut integras conventiones, aut quasdam earum- sentibus cruentisque conflictationibus tándem aliquando pacatis—novam re-
dem partes alteri ex adstípulantibus iniustas quandoque evadere vel videri rum rationumque temperationem afferent, iustitiae prosperitatisque funda-
posse, vel saltem nimio graviores evenire, vel denique eiusmodi fieri ut ad mento suffultam. Verumtamen numquid alia reapse et, quod praecipuúm
rem deduci nequeant. Quod si contingat, procul dvibio necesse est tem- est, melior atque felicior orietur aetas? Ac nova pacis conventa, novaque
pestive ad sinceram honestamque disceptationem confugere, ut pactio vel ínter nationes constituía ordinatio, quae huius belli finem consequentur,
opportunas immutationes accipiat, vel iterum omnino componatur. Sed
contra, pacta conventa aeque ac res fluxas et caducas habere, sibique taci- 44
Cf. e! discurso al nuevo embajador del Ecuador, 13 de julio de 1948: A A S 45 [1948]
U8-340; E 8 [1948] 2,61.
" Ecl. 9,18. •<5 fe. 4 2 / I 8 .
786 pfo x n

d e la equidad hacia lodos y de u n espíritu pacífico y restaurador o ÓITM.M1 1'ONTIKICATUS 787


constituirán m á s b i e n u n a luctuosa repetición de los errores anti- rior de las almas. El o r d e n nuevo del m u n d o q u e regirá la vida na-
guos y de los errores recientes? E s totalmente vano, es engañoso, y cional y dirigirá las relaciones internacionales—cuando cesen las
la experiencia lo d e m u e s t r a , p o n e r la esperanza d e u n n u e v o o r d e n crueles atrocidades de está guerra sin precedentes—, n o deberá en
exclusivamente en la conflagración bélica y en el desenlace final d e adelante apoyarse sobre la movediza e incierta arena d e n o r m a s
ésta. El día de la victoria es u n día de triunfo para q u i e n tiene la efímeras, inventadas p o r el arbitrio de u n egoísmo utilitario, colec-
fortuna d e conseguirla; p e r o es al m i s m o t i e m p o u n a h o r a d e peli- tivo o individual, sino q u e deberá levantarse sobre el inconcuso y
g r o m i e n t r a s el ángel de la justicia lucha con el d e m o n i o de la vio- firme f u n d a m e n t o del derecho natural y d e la revelación divina.
lencia. P o r q u e , con demasiada frecuencia, el corazón del vencedor E s aquí d o n d e d e b e buscar el legislador el espíritu de equilibrio y
se endurece, y la moderación y la prudencia sagaz y previsora se le la conciencia de su responsabilidad, sin los cuales fácilmente se d e s -
antojan enfermiza debilidad de ánimo. Y, además, la excitación de conocen los límites exactos q u e separan el uso legítimo del uso ile-
las pasiones populares, exacerbadas p o r los i n n u m e r a b l e s y e n o r m e s gítimo del poder. Ú n i c a m e n t e así t e n d r á n sus determinaciones con-
sacrificios y sufrimientos soportados, m u c h a s veces parece anublar sistencia interna, noble dignidad y sanción religiosa, y n o servirán
la vista de los h o m b r e s responsables de las determinaciones, y les m e r a m e n t e para satisfacer las exigencias del egoísmo y d e las pasio-
hace cerrar sus oídos a la amonestadora voz d e la e q u i d a d h u m a n a , nes h u m a n a s . P o r q u e , si bien es verdad q u e los males q u e aquejan
q u e parece vencida o extinguida p o r el i n h u m a n o clamor de ¡Ay actualmente a la h u m a n i d a d provienen de u n a p e r t u r b a d a y d e s -
de los vencidos! P o r este motivo, si en tales circunstancias se a d o p t a n equilibrada economía y de la enconada lucha p o r u n a m á s equita-
resoluciones y se t o m a n decisiones judiciales sobre las cuestiones tiva distribución de los bienes q u e Dios h a concedido a los h o m b r e s
planteadas, p u e d e suceder q u e auténticos hechos injustos t e n g a n la para el sustento y progreso de éstos, sin e m b a r g o , es u n h e c h o evi-
mera apariencia d e u n a externa j u s t i c i a 4 6 . d e n t e q u e la raíz de estos males es más profunda, p u e s toca a la
creencia religiosa y a los principios normativos del o r d e n moral,
[III. L A REEDUCACIÓN RELIGIOSA Y ESPIRITUAL DE LOS P U E B L O S ] corrompidos y destruidos p o r haberse separado progresivamente
los pueblos de la moral verdadera, de la u n i d a d de la fe y de la e n -
[6o]. L a salvación d e los pueblos, venerables h e r m a n o s , n o señanza cristiana q u e en otro t i e m p o p r o c u r ó y logró con su infati-
nace d e los medios externos, n o nace de la espada, q u e p u e d e i m - gable y benéfica labor la Iglesia. L a reeducación de la h u m a n i d a d ,
p o n e r condiciones d e paz, p e r o n o p u e d e crear la paz. L a s energías si quiere ser efectiva, ha de q u e d a r saturada de u n espíritu p r i n c i -
q u e h a n d e renovar la faz de la tierra tienen q u e proceder del inte- p a l m e n t e religioso; ha d e partir de Cristo como f u n d a m e n t o in-

num iustitia aequitateque erga omnes ac redintegranti paciferoque spiritu


conformabuntur vel potius veteres recentesque errores luctuose repetent? diis proficiscuntur. Novus rerum ordo, qui nationum vitam moderetur, mu-
Vanum profecto est ac fallax, quod experiendo comprobatur, e belli solum- tuasque earumdem necessitudines temperet, dirigat—cum aliquando im-
modo conflagratione ex eiusdemque exitu novum sperare ordinem. Dies, mania certamina saevaeque atrocitates conquieverint—non iam fluxis illis,
quo victoria affulget, ei utique, qui eam ad se rapúit, triumphum affert; quasi infidis mobilibusque arenis, suffulciatur normis, quas nimium inve-
attamen illius horae momentum, dum iustitiae ángelus curn violentiae dae- xerit ex arbitrio privatae publicaeque utilitatis studium, sed inconcusso
mone contendit, non discrimine caret. Siquidem nimio saepius victoris ani- potius firmissimoque naturalis iuris divinaeque revelationis fundamento
mus obdurescit; eidemque temperantia et sagax longeque prospiciens pru- subnixus consistat. Indidem enim legislator illius aequilibritatis rationes il-
dentia infirmitas animique debilitas videtur. Ac praeterea popularium ani- lamque suscepti officii conscientiam ac prudentiam hauriat, quibus praeter-
morum concitatio, quam tot tantaeque factae iacturae tolerataeque acerbi- missis, facile profecto est statutos términos non agnosci, qui legitimum ab
tates exacuerunt, eorum quoque oculos saepenumero quadam caligine ob- iniusto potestatis usum discernant. Hoc tantum agendi modo Iatae ab eo
tendere videtur, qui decernendarum rerum rationem in se recipiunt: eosdem- sententiae intima firmitudine, nobili dignitate religionisque sanctione fruen-
que paene iubet aures habere clausas admonenti humanitatis aequitatisque tur; non vero immoderatae sui cuiusque commodi affectationi animorum-
voci quae immani illi clamore opprimitur ac restinguitur: «vae victis». que cupidinibus inservient. Etenim si mala, quibus hodie hominum gemís
Quamobrem si in hisce rerum adiunctis consilia ineantur, exortaeque quaes- laborat, ex inordinatae etiam scatent rei oeconomicae perturbatione, itemque
tiones diiudicentur, id contingere potest ut non nisi iniustitiae facinora ha- ex concito illo certamine, quo ad magis aequam contenditur bonorum as-
beantur fucata iustitiae specie. signationem, quae quidem mortaiibus Deus dilargitus est ut se sustentent
seseque ad civilem progressionem provehant; at certissime omnino patet
Non ex externis igitur rebus, Venerabiles Fratres, non ex gladio qui pa- eorumdem malorum radicem altiorem esse, quippe quae ad religionis fidem
cis condiciones imponere, non pacem gignere potest, salus civitatibus ori- et ad initas in ordine morum opiniones susceptasque normas pertineat, quae
tur. Vires virtutesque, quae faciem terrae renovent, ex animorum praecor- profecto ea de causa corruptae ac pessumdatae sint, quod populi ab honesta-
tis principiis et ab christianae fidei christianaeque doctrinae unitate, pede-
46
Véase la importante homilía de Pascua sobre la paz pronunciada el día 9 de abril temptim digrediantur, quam oüm indefatigabilís ac benéfica Ecclesiae opera
de 1939 en la Basílica Vaticana: AAS 31 (1939) 145-151. provexerat. Quamobrem nova hominum institutio ac reformatin ..t c..~-
uueat erWe fi-i„.«-..- --->•
788 PÍO XII SUMMI PONTIFIC.m-S 789

dispensable, ha de tener como ejecutor eficaz u n a íntegra justicia firmes en la defensa de su causa, aun a costa d e la p é r d i d a de los
y c o m o corona la caridad. propios bienes y del sacrificio de la propia vida. E l q u e vive del
[ 6 1 ] . Llevar a cabo esta obra de renovación espiritual, q u e espíritu d e Cristo n o se abate p o r las dificultades q u e surgen, sino
deberá adaptar sus medios al cambio d e los t i e m p o s y al cambio que, t o t a l m e n t e confiado en Dios, soporta con á n i m o esforzado toda
de las necesidades del género h u m a n o , es deber principalmente de clase de trabajos; n o h u y e las angustias ni las necesidades de la h o r a
la m a t e r n a misión d e la Iglesia. L a predicación del Evangelio, q u e presente, sino q u e sale a su e n c u e n t r o , dispuesto s i e m p r e a a y u d a r
le h a confiado su divino F u n d a d o r , con la cual se inculcan a los con aquel amor q u e , m á s fuerte q u e la m u e r t e , n o r e h u y e el sacri-
h o m b r e s los preceptos de la verdad, de la justicia y de la caridad, ficio ni se deja ahogar p o r el oleaje de las tribulaciones 4?.
e igualmente el esfuerzo por arraigar sólida y p r o f u n d a m e n t e estos [ 6 2 ] . N o s sentimos, venerables h e r m a n o s , u n íntimo consuelo
preceptos en las almas, son medios t a n idóneos para el logro de la y u n gozo sobrenatural, y diariamente d a m o s a D i o s gracias p o r
paz, es u n a labor t a n noble y eficaz, q u e n o hay ni p u e d e h a b e r ello, al c o n t e m p l a r en todas las regiones del m u n d o católico eviden-
otros q u e se les igualen. E s t a misión, p o r s u a m p l i t u d y s u grave- t e s y heroicos ejemplos d e u n e n c e n d i d o espíritu cristiano, q u e va-
dad, debería, a p r i m e r a vista, desalentar los corazones de los m i e m - lerosamente se enfrenta con todas las exigencias de n u e s t r a época
b r o s de la Iglesia militante; sin e m b a r g o , el procurar con todas las y q u e con n o b l e esfuerzo p r o c u r a alcanzar la propia santificación
fuerzas posibles la difusión del reino d e D i o s — m i s i ó n realizada por — q u e es lo p r i m e r o y lo esencial—y desarrolla u n a labor d e inicia-
la Iglesia a lo largo de los siglos de m o d o s m u y diversos, n o sin gra- tivas apostólicas para a u m e n t a r el reino d e D i o s . D e los frecuentes
ves y d u r a s dificultades—es u n deber al q u e están obligados todos congresos eucarísticos, p r o m o v i d o s sin descanso p o r n u e s t r o s p r e -
cuantos, liberados p o r la gracia del Señor d e la esclavitud d e Sata- decesores c o n s u m a solicitud, y d e la colaboración d e los seglares,
nás, h a n sido llamados p o r medio del santo b a u t i s m o a formar par- formados eficazmente p o r la A c c i ó n Católica en el p r o f u n d o con-
te del reino de Dios. Y si el formar p a r t e de este reino, y el vivir vencimiento de su misión, b r o t a n fuentes de gracia y de virtudes
conforme a su espíritu, y el trabajar por su difusión y p o r hacer t a n a b u n d a n t e s , q u e en u n siglo c o m o el presente, q u e parece m u l -
asequibles sus bienes espirituales a u n n ú m e r o cada vez mayor de tiplicar las amenazas y provocar necesidades cada vez mayores, y
h o m b r e s , exigen en nuestros días tener q u e luchar con t o d a clase mientras el cristianismo se ve atacado con virulencia cada día m a -
d e oposiciones y d e dificultades perfectamente organizadas y t a n yor p o r las fuerzas d e la impiedad, t i e n e n t a n t a importancia y o p o r -
serias c o m o tal vez j a m á s lo h a n sido en t i e m p o s anteriores, esto n o tunidad, q u e difícilmente p u e d e n ser estimados en su verdadero
dispensa a los fieles de la franca y valerosa profesión de la fe cató- valor.
lica, sino q u e m á s b i e n los estimula incesantemente a m a n t e n e r s e
eiusmodi causam, suae quoque vitae suarumque rerum iacturá, etiam atque
etiam urgere debent. Quisquís ex Iesu Christi spiritu vivit, non iis, quae
no igitur Redemptore, veluti ab necessario capite, oriatur, integra iustitia obveniant, difficultatibus frangitur, sed Deo omnino confisus, quoslibet vo-
actuóse temperetur, caritate denique consummetur ac perficiatur. lenti animo labores tolerat; non angustias, non necessitates, quas témpora
Hanc'vero efficere animorum renovationem, cuius rationes cuno mutatis ingerant, refugit, sed eas potius oppetit, paratus semper caritate illa sup-
temporum condicionibus mutatisque hominum necessitatibus exaequari de- petias iré, quae, morte fortior, nec incommoda renuit nec aerumnarum
bent, potissimum materni Ecclesiae muneris officium est. Enimvero, quam, lluctibus submergitur.
eidem divinus Conditor commisit, Evangelii praedicatio, qua veritatis, iusti-i
Ac Nos, Venerabiles Fratres, intimo solacio caelestique gaudio perfun-
tiae caritatisque praecepta hominibus traduntur, itemque studium eo con-;<
dimur, ac cotidie summas Deo óptimo persolvimus grates, dum in ómnibus
tendens ut eadem praecepta firmas in animis et altas radices agant, haec qui-;
«atholici terrarum orbis regionibus praeclara ac luculentissima exempla cer-
dem tara apta ad assequendam pacem, tam nobilis ac frugífera opera est!'
neré fas est incensi illius christiani studii, quod ea omnia, quae nostra haec
vit nihil aptius ac nobilius, nihil fructuosius haberi possit. Quod quideni
-iotas deposcit, animóse aggreditur, quodque nobili nisu et propriam cuiusque
munus, pro sua gravitate amplitudineque, eorum pectora frangere videatur
-idipiscendam sanctimoniam curat—quod primum ac praecipuum est—et,
qui militantis Ecclesiae ordinibus adsciscuntur; sed tamen id eniti ut De
•id augenda divini regni incrementa, apostolatus incepta atque opera pro-
regnum pro facúltate provehatur—quod per saeculorum decursum varü
v chit. Siquidem ex invectis passim Eucharisticis Conventibus, quos Deces-
est ac multiplicibus modis, nec sine ingentibus laborum asperitatibus, a
ores Nostri impensissima cura refovere non destiterunt, atque ex adiutrice
effectum deductum—officium est, quo omnes adstringuntur, quotquot, di-
I licorum hominum opera, qui in Catholicae Actionis ordinibus ad sui of-
vina aspirante gratia e Satanae servitute liberati, per sacrum baptismatis la-
iicii suique muneris conscientiam actuóse informantur, tam uberes gratiae
vacrum ad Dei regnum vocati sunt. Quodsi huius regni participem fieri ad
virtutisque fontes profluunt, ut, dum saeculum maiora videtur detrimenta
eiusque praecepta vitam conformare suam, idque conari ut, eius finibus
minitari, maioresque afierre necessitates, dumque christianum nomen co-
magis in dies magisque productis, novi usque cives queant spirítualibus eius
1 idie acrius ab impietatis viribus impugnatur, tantum momenti opportuni-
bonis potiri, si haec omnia nostris hisce diebus postulant ut quaevis impe-
l.itisque habent, ut magis quam pro mérito aestimari non possint.
dimenta difficultatesque superanda sint, ex composito congesta atque ita
4
gravia, ut nunquam forsitan alias; nihilo secius christifideles non idcircu ' Véase el radiomensaje sobre La perpetua juventud de la Iglesia, de 13 de mayo de 1942.
. sincera atque animosa catholicae fideí professione eximuntur, sed potius dirigido al mundo en el día del jubileo episcopal de Su Santidad: AAS 34 [1942] l54-:6j;
!•: 2 [1942] 1,519-524-
SUMMI rONTIMCATüS 791
790 río XII
d e los seglares con el sacerdocio encierra valiosas energías, a las
[63]. H o y día, en q u e , p o r desgracia, el n ú m e r o de sacerdo- q u e está confiada u n a misión, q u e los corazones nobles y fieles n o
tes es inferior al n ú m e r o de necesidades q u e d e b e n cubrir, y en q u e pueden' desear m á s alta y consoladora. Este trabajo apostólico, rea-
se aplica t a m b i é n la palabra del Salvador: La mies es mucha y los lizado según, el espíritu y las n o r m a s d e la Iglesia, consagra al se-
operarios pocos4®, la colaboración de los seglares prestada a la jerar- glar como ministro de Cristo, en el sentido q u e San Agustín, explica
r a r q u í a eclesiástica, y cada día creciente y animada de u n ardiente de esta m a n e r a : «Cuando oís, h e r m a n o s , decir al Señor: Donde estoy
celo y de u n a total entrega, ofrece a los ministros sagrados u n a va- yo, allí estará también mi ministro, n o penséis ú n i c a m e n t e e n los
liosa fuerza auxiliar y p r o m e t e tales frutos q u e justifican las m á s obispos y clérigos santos. T a m b i é n vosotros, a vuestra m a n e r a , sed
bellas esperanzas. L a súplica d e la Iglesia dirigida al Señor de la ministros de Cristo, viviendo bien, haciendo limosna, p r e d i c a n d o a
mies para q u e envíe operarios a su viña parece h a b e r sido oída de c u a n t o s podáis su n o m b r e y su doctrina, para q u e cada u n o , a u n
la m a n e r a q u e convenía a las necesidades de la hora presente, su- el p a d r e d e familia, reconozca en este n o m b r e q u e d e b e u n a m o r
pliendo felizmente y c o m p l e t a n d o el trabajo, m u c h a s veces insufi- p a t e r n o a su familia. P o r Cristo y por la vida eterna, a t o d o s los
ciente y obstaculizado, del apostolado sacerdotal. G r u p o s fervoro- suyos d e b e amonestar, enseñar, exhortar, corregir, usar con ellos d e
sos d e h o m b r e s y mujeres, d e jóvenes de a m b o s sexos, obedientes benevolencia, ejercitar la disciplina; d e esta m a n e r a d e s e m p e ñ a r á
a la voz del S u m o Pontífice y a las n o r m a s de sus respectivos obis- en su casa u n oficio eclesiástico y en cierto m o d o episcopal, sirvien-
pos, se consagran con t o d o el ardor d e su espíritu a las o b r a s del d o a Cristo p a r a vivir e t e r n a m e n t e c o n El» 5 °.
apostolado, para devolver a Cristo las masas populares, q u e , p o r d e s -
[64]. H a y q u e advertir aquí q u e la familia tiene u n a parte
gracia, se h a b í a n alejado de El. A ellos vayan dirigidos, en este
m u y principal en el fomento d e esta colaboración de los seglares,
m o m e n t o t a n grave para la Iglesia y p a r a la h u m a n i d a d , n u e s t r o
t a n i m p o r t a n t e , como h e m o s dicho, e n n u e s t r o s tiempos, p o r q u e
saludo paterno, n u e s t r o sentido agradecimiento, y sepan q u e N o s
el gobierno equilibrado d e la familia ejerce u n influjo extraordina-
les seguimos con p a t e r n a y confiada esperanza. Ellos, q u e siguen
rio en la formación espiritual de los hijos. M i e n t r a s en el hogar d o -
con a m o r la b a n d e r a d e Cristo R e y y le h a n consagrado su persona,
méstico brille la llama sagrada de la fe cristiana y los padres i m b u y a n
su vida y su obra, p u e d e n apropiarse j u s t a m e n t e las palabras del
con esta fe las almas de los hijos, n o hay d u d a alguna q u e n u e s t r a
salmista: Yo consagro mis obras al Rey49; y n o sólo con la oración,
j u v e n t u d estará siempre dispuesta a reconocer p r á c t i c a m e n t e la rea-
sino t a m b i é n con las obras p r o c u r a n realizar la venida del reino
leza d e Jesucristo y a oponerse valiente y virilmente a t o d o s cuantos
de Dios. E n todas las clases y categorías sociales, esta colaboración
intenten desterrar al R e d e n t o r d e la sociedad h u m a n a y profanar
sacrilegamente sus sagrados derechos. D o n d e se cierran las iglesias,
Quandoquidem, proh dolor, sacerdotes hodie numero pauciores sunt
quam eorum muñera expetunt, et in nostram quoque aetatem haec divini exserit pretiosissimas, quibus id muneris committitur, quod nobilissimus
Servatoris sententia convenit «messis quidem multa, operarii autem pauci», nemo ac fidelissimus nec pulcrius, nec maioris solacii optare possit. Aposto-
consociata illa laicorum hominum navitas, ecclesiasticae hierarchiae praesti- licus hic labor, ex Ecclesiae afflatu ac normis exantlatus, ea ratione laicos
ta, quae sit cotidie increbrescens ac nobili ardentique se devovendi studio homines quasi. Christi administros consecrat, qua S. Augustinus luculen-
animata, auxiliares opes sacrorum administris praebet pretiosissimas, atque (er explicat: «Cum... auditis, fratres, Dominum dicentem: Ubi ego sum,
eiusmodi profectus spondet, qui optime sperare iubeant. Preces ab Eccle- ibi et mmister meus erit, nolite tantummodo bonos Episcopos et clericos co-
sia admotae ad Dominum messis, ut mittat operarios in vineam suam, ea gitare. Etiam vos pro modo vestro minístrate Christo, bene vivendo, elee-
ratione admissae videntur, qua peculiares temporum necessitates postulant; mosynas faciendo, nomen doctrinamque eius, quibus potueritis praedícan-
ita scilicet ut sacerdotum opera, impar saepenumero ac praepedita, feliciter do, ut unusquisque etiam pater familias hoc nomine agnoscat paternum
substituatur atque compleatur. Álacres hominum vel mulierum, iuvenum affectum suae familiae se deberé. Pro Christo et pro vita aeterna suos omnes
vel puellarum phalanges, dicto audientes Summo Pontifici, Episcoporumque •idmoneat, doceat, hortetur, corripiat, impendat benevolentiam, exerceat
cuiusque suorum normis obtemperantes, toto pectore incensoque ardore disciplinan); ita in domo sua ecclesiasticum et quodammodo episcopale
apostolatus operibus se devovent, ut populi multitudines, quae a lesu Cbristo implebit officium, ministrans Christo, ut in aeternum sit cum ipso».
misere aberraverint, ad eum tándem aliquando remigrent. Habeant igitur Atque heic. animadvertendum est domesticam societatem, hac in lai-
illi, hac hora, Ecclesiae humanaeque consortioni gravissima, patemam salu- corum adiutrice opera promovenda, quae in praesens, ut diximus, tantum
tationem Nostram; gratiar^ habeant, quam iisdem effuso animo referimus, momenti habet, peculiares obtinere partes, cum familiae régimen ac tem-
ac probé noscant eos N< s laterno fidentique animo prosequi. Cum lesu peratio ad informandos filiorum ánimos multum possit ac valeat. Usque-
Christi Regís signa volé tes libentesque sequantur, eidemque se, operam ilum in domesticis focis sacra fulgebit christianae íidei flamma, ac patres
vitamque suam addixeri t, na -c sacri Psaltis verba iure usurpare possunt: I aminas subolis ánimos hac fide imbuent, procul dubio nostra iuventus
«Dico ergo opera mea egi»' ac non modo precando sed operando etiain 1 egiam lesu Christi potestatem prompte actuoseque agnoscet, iisque ómni-
id efficere annituntur u Dei regnum adveniat. In ómnibus civium classibus bus, qui Redemptorem ex hominum communitate quasi extorrem exigere
atque ordinibus eorur adi itrix navitas, sacrorum administris data, vires conentur, in eiusque sanctissima: iurá sacrilego facinore invadant, pro
30
*•« M t . 0,17; l-c. IO.J. SAN AGUSTÍN, Tract. in lo. Evang. tr.51.13: P L 35.1768.
4« \\. 44 (45),?.
7Í)2 no xn SUMMl l'ONTIFICA'ÍUS TXi
d o n d e se q u i t a n de las escuelas y de la enseñanza la imagen de J e -
oposición, sino consonancia recíproca y m u t u o apoyo. N o s , por con-
sús crucificado, q u e d a el h o g a r familiar c o m o el ú n i c o refugio
siguiente, q u e t a n t o deseamos p r o c u r a r el b i e n de la h u m a n i d a d
impenetrable d e la vida cristiana, p r e p a r a d o providencialmente p o r
doliente y p e r t u r b a d a en el o r d e n material y en el o r d e n espiritual,
la b e n i g n i d a d divina. D a m o s infinitas gracias a Dios al ver el n ú -
no tenemos mayor deseo q u e el d e q u e las actuales angustias a b r a n los
m e r o i n n u m e r a b l e d e familias q u e c u m p l e n esta misión con u n a
ojos de m u c h o s p a r a q u e consideren a t e n t a m e n t e en s ü v e r d a d e r a
fidelidad q u e n o se deja a m e d r e n t a r ni p o r los ataques ni por los
luz a Jesucristo, Señor nuestro, y la misión d e su Iglesia sobre la
sacrificios. U n poderoso ejército d e jóvenes d e a m b o s sexos, a u n
tierra, y q u e t o d o s cuantos rigen el t i m ó n del E s t a d o dejen libre
en aquellas regiones e n las q u e la fe en C r i s t o implica u n a persecu-
el camino a la Iglesia p a r a q u e ésta p u e d a así trabajar en la forma-
ción inicua y t o d a clase d e sufrimientos, p e r m a n e c e i m p á v i d o j u n t o
ción d e u n a nueva época, según los principios d e la justicia y d e la
al t r o n o del R e d e n t o r con u n a fortaleza t a n segura q u e hace recordar
paz. Esta o b r a d e p a z exige q u e n o se p o n g a n obstáculos al ejercicio
los heroicos ejemplos del martirologio cristiano. Si en t o d a s partes
de la misión confiada p o r D i o s a la Iglesia; q u e n o se limite injusta-
se diera a la Iglesia, maestra de la justicia y d e la caridad, la libertad
mente el c a m p o de su actividad; q u e n o se substraigan, p o r último,
de acción a la q u e tiene u n sagrado e incontrovertible d e r e c h o en
las masas, y especialmente la j u v e n t u d , a s u benéfico influjo. P o r
v i r t u d del m a n d a t o divino, brotarían p o r t o d a s p a r t e s riquísimas
lo cual N o s , como representante en la tierra d e A q u e l q u e fué lla-
fuentes d e bienes, nacería la luz para las almas y u n o r d e n t r a n q u i l o
m a d o p o r el profeta Príncipe de la Paz 5 1 , exhortamos y conjuramos
p a r a los Estados, se t e n d r í a n fuerzas necesariamente valiosas para
a los g o b e r n a n t e s y a t o d o s los q u e d e alguna m a n e r a t i e n e n influen-
p r o m o v e r la auténtica prosperidad del género h u m a n o . Y si los es-
cia en la vida política para q u e la Iglesia goce siempre de la plena
fuerzos q u e t i e n d e n a establecer u n a paz definitiva en el interior
libertad debida, y p u e d a así realizar su obra educadora, comunicar
de los Estados y en la vida internacional se dejasen regular p o r las
a las m e n t e s la verdad, inculcar e n los espíritus la justicia y enfer-
n o r m a s del Evangelio—que predican y s u b r a y a n el a m o r cristiano
vorizar los corazones con la caridad divina d e Cristo.
frente al i n m o d e r a d o afán de los intereses propios q u e sacude a los
individuos y a las m a s a s — , se evitarían, sin d u d a alguna, m u c h a s [ 6 6 ] . P o r q u e , así c o m o la Iglesia n o p u e d e renunciar al ejer-
y graves desdichas y se concedería a la h u m a n i d a d u n a t r a n q u i l a cicio d e su misión, q u e consiste en realizar e n la tierra el p l a n d i -
felicidad. vino de restaurar en Cristo todas las cosas de los cielos y de la tierra 5 2 ,
así t a m b i é n su obra resulta h o y día m á s necesaria q u e nunca, pues
[ 6 5 ] . P o r q u e entre las leyes reguladoras d e la vida cristiana
la experiencia nos enseña q u e los medios p u r a m e n t e externos, las
y los postulados d e u n a auténtica h u m a n i d a d fraterna n o existe
mutuoque praesidio inter se adiuvant. Nos igitur, qui humano generi la-
virili parte strenuoque pectore adversabuntur. Ubi sacrae aedes operiun- boranti ac spiritualium terrenarumque rerum detrimentis pertúrbate pro-
tur, ubi Iesu Christi cruci affixi imago e scholis, e litterarum ludis eicitur, spicere ac consulere tantopere cupimus, nihil magis optamus quam ut
ibi domesticus convictus unicum restat quodammodo impervium christia- praesentes angustiae ex oculis multorum caliginem discutiant, qui Christum
nae vitae perfugium, quasi a providentissimi Dei benignitate datum. Im- Dominum Ecclesiaeque munus intentis animis considerent in suaque luce
mortáles igitur Deo grates agimus, quod innúmeras cernimus familias hoc ponant; utque ií omnes, qui publicae rei gubernacula m o d e r a n t e , liberum
munus exsequi studiosa illa fidelitate, quae ñeque rerum iacturis, ñeque iter Ecclesiae praebeant, quae idcirco queat ex iustitiae pacisque rationibus
oppugnationibus frangatur. Potens iuvenum puellarumque instructa acies, novam effingere aetatem atque componere. Pacificatoria eiusmodi opera
in iis etiam regionibus, in quibus Iesu Christi fides cum iniqua insectatione id profecto postulat, ut Ecclesia ab exercendo muñere, sibi a Deo concre-
omneque genus malorum tolerantia arctissime coniungitur, ad divini Re- dito, repagulis ne impedíate, nevé eiusdem Ecclesiae navitatis campus
demptoris solium ita impávida ac secura consistit, ut praeclara martyrum iniustis definíate terminis, nevé denique populi multitudines, ac iuven-
exempla in memoriam reducat. Quodsi Ecclesiae ubique gentium, iustitiae tus praesertim, a benéfico eius afflatu abstrahantur. Quamobrem Nos, ut
caritatisque magistrae, libera illa tribuatur agendi facultas, cuius ius ex eius in terris vices gerimus, qui a sacro vate «Princeps pacis» appellatur,
divino mandato eidem est indubium ac sacrosanctum, tum uberes profecto civitatum rectores eosque omnes, e quorum opera quovis modo publica
bonorum fontes usque quaque profluant, tum lux mentibus ac pacatus res pendet, compellamus vehementerque obtestamur ut Ecclesia plena
rerum ordo civitatibus oriantur, tum denique necessariis pretiosisque viri- semper libértate fruatur debita, qua suam possit educationis operam exse-
bus vera humani generis incrementa promoveantur. Ac si suscepta illa qui, ac veritatem impertiré mentibus, animis inculcare iustitiam, eosque
consilia, quae eo contendant ut in civilis societatis ordinibus interque na- divina Iesu Christi refovere caritate.
tiones pax tándem constabiliatur, iis evangelicis temperentur normis—qui-
bus adversus immodica suae cuiusque utilitatis studia, quae singulos mul- Etenim, ut Ecclesia nequit exercendo muñere suo se abdicare, cuius
titudinesque exagitant, christianus amor effertur ac praedicatur—tot procul est divinum illud consilium pro sua parte exsequi, videlicet «instaurare
dubio tantique devitentur luctus ac felix tranquillitas mórtalibus concé- omnia in Christo, quae in caelis et quae in térra sunt», ita eius opera magis
date. in praesens necessaria videtur quam unquam alias; quandoquidem experien-
do edocemur externas solummodo rationes, humana praesidia atque ea orn-
Enimvero leges, quibus christianorum vita regitur, ac genuinae germa-
naeque humanitatis praecepta non sibi invicem obstant, sed communi " Is. 9,6.
' 2 Eph. I , I O ,
SÜMMI PON'rll'ICATUS 705
7!)1 PÍO x i i

precauciones h u m a n a s y Jos expedientes políticos n o p u e d e n d a r condescendiente con todos, se mantiene firme, s o p o r t a n d o incluso
lenitivo alguno eficaz a los gravísimos males q u e aquejan a la h u - los t o r m e n t o s m á s d u r o s y el m i s m o martirio, c u á n d o hay eme deci-
manidad. d i r u n a s u n t o con aquellas p a l a b r a s : Non licet! 5 4
[ 6 7 ] . Aleccionados p o r el doloroso fracaso de los esfuerzos [69]. N o obstante, venerables h e r m a n o s , la doctrina d e Cristo,
h u m a n o s dirigidos a i m p e d i r y frenar las t e m p e s t a d e s q u e a m e n a - q u e es la ú n i c a q u e p u e d e d a r al h o m b r e las verdades fundamentales
z a n destruir la civilización h u m a n a , m u c h o s dirigen su m i r a d a , con d e la fe, y es la q u e aguza las inteligencias, y enriquece las almas con
renovada esperanza, a la Iglesia, ciudadela d e la verdad y del amor, la gracia sobrenatural, y p r o p o n e remedios idóneos para las graves
y a esta C á t e d r a d e San Pedro, q u e saben p u e d e restituir al género dificultades actuales, c i g u a l m e n t e la actividad apostólica d e la Igle-
h u m a n o aquella u n i d a d d e doctrina religiosa y moral q u e en los sia, q u e enseña a la h u m a n i d a d esa m i s m a doctrina p r o p a g a d a p o r
siglos pasados dio consistente seguridad a u n a t r a n q u i l a relación t o d o el m u n d o y q u e m o d e l a a los h o m b r e s s e g ú n los principios del
d e convivencia e n t r e los p u e b l o s . A esta u n i d a d m i r a n con encen- Evangelio, son a veces objeto d e hostiles sospechas, como si sacudie-
d i d a nostalgia t a n t o s h o m b r e s , responsables del destino d e las na- r a n los quicios de la autoridad política y u s u r p a s e n los derechos
ciones, q u e e x p e r i m e n t a n diariamente la falsía de aquellas realida- d e ésta.
des en las q u e u n día cifraron su gran confianza; u n i d a d q u e i n n u - [ 7 0 ] . C o n t r a estos recelos, N o s — m a n t e n i e n d o en t o d o su vigor
merables m u l t i t u d e s d e hijos nuestros ansian a r d i e n t e m e n t e , los las enseñanzas expuestas p o r n u e s t r o predecesor, d e inmortal m e -
cuales invocan a diario al Dios de la paz y del amor 5 3 ; u n i d a d q u e moria. Pío X I , en su encíclica Quas primas, d e 11 d e d i c i e m b r e
anhelan, finalmente, tantos espíritus nobles separados de N o s , q u e , d e 1925, sobre el p o d e r de Cristo R e y y el p o d e r d e la I g l e s i a 5 5 —
en su h a m b r e y sed d e justicia y de paz, vuelven sus ojos a la Sede declaramos con sinceridad apostólica q u e la Iglesia es t o t a l m e n t e
de P e d r o , esperando d e ésta la luz y el consejo. ajena a semejantes propósitos, p o r q u e la Iglesia a b r e sus maternales
[ 6 8 ] . T o d o s ellos reconocen la inconmovida firmeza dos veces brazos a t o d o s los h o m b r e s , n o p a r a dominarlos políticamente, sino
milenaria d e la Iglesia católica en la profesión d e la fe y e n la d e - p a r a prestarles t o d a la ayuda que. le es posible 5Ó . N i t a m p o c o p r e - '
fensa d e la m o r a l cristiana; reconocen t a m b i é n la estrecha u n i d a d t e n d e la Iglesia invadir la esfera de competencia propia de las res-
de la j e r a r q u í a eclesiástica, q u e , ligada al sucesor del Príncipe de tantes autoridades legítimas, sino q u e m á s bien les ofrece su ayuda,
los Apóstoles, ilumina las m e n t e s con la doctrina del Evangelio, p e n e t r a d a del espíritu de su divino F u n d a d o r y siguiendo el ejem-
dirige a los h o m b r e s a la santidad y, mientras es m a t e r n a l m e n t e plo d e A q u e l q u e pasó haciendo el bien 5 7 .

nía, quae politica periclitatur disciplina, gravissimis malis quibus homines rium oppetens, cum hisce verbis omnino rem decernere oportet: Non
afficiantur, efficacia non posse lenimenta praebere. iicet!
Haud pauci igitur, cum fractos noverint dolore summo hominum nisus, Nihilo secius, Venerabiles Fratres, lesu Christi doctrina, quae una
eo spectantes ut tempestates compescant atque coérceant, quae civilem cul- potest homínibus fidei principia praebere, quaeque et mentís aciem exacuit,
tura humanitatemque subvertere contendant, oculos experrecta spe ad et ánimos divinitus auget, et opportuna ingravescentibus difficultatibus
Ecclesiam, veritatis caritatisque arcem, et ad hanc Beati Petri Cathedram remedia proponit, parique modo Ecclesiae navitas, quae eamdem doctri-
erigunt, unde inteliegunt eam restituí posse religionis moralisque disci- nam, usque quaque propagatam, homines edocet, eosque ad evangélica
plinae unitatem, quae superiore aetate mutuas populorum necessitudines instituía conformat, haec quidem interdum hostilibus suspicionibus ob-
tutas ac pacatas consistere iusserit. Ad quam quidem unitatem tot homi- trectantur, quasi civilis auctoritatis cardines concutiant, in eiusque iura
nes, a quibus nationum fortuna pendet, incensó respiciunt desiderio, cum involent.
continenter earum rerum fallaciam experiantur, quibus tantopere olim Quas adversus suspiciones Nos—salvis iis ómnibus atque integris,
confisi erant; unitatem dicimus, quam impensis votis studiisque innúmera quae Decessor Noster im. m. Pius XI, per Encyclicas Litteras Qtjd.s- primas
Nostrorum filiorum agmina expetunt, qui «Deum pacis et dilectionis» die XI mensis Decembris a. MDCCCCXXV datas, edocuit de lesu Christi
cotidie comprecantur; unitatem denique, quam non pauci nobiles animi, Regis eiusque Ecclesiae potestate—apostólica sinceritate declaramus Eccle-
a Nobis seiuncti, praestolantur, qui quidem cum esuriant ac sitiant iusti- siam esse prorsus ab eiusmodi propositis alienam, cum eadem ad homi-
tiam et pacem, ad Petrianam Sedem oculos oonvertunt, ab eaque consilium, nes omnes materna brachia pandat, non ut in eos dominetur, sed ut iisdem
lucem opperiuntur. qua potest ope inserviat. Ñeque in peculiarem ac proprium ceterarum legi-
Ii siquidem Catholicae Ecclesiae inconcussam agnoscunt profitendae timarum auctoritatum locum se sufficere conatur, sed potius easdem adiu-
fidei vitaeque christianis praeceptis componendae firmitudinem per vi- vat, divini Conditoris sui spiritu pervasa, eiusque vestigiis insistens, qui
ginti paene saecula comprobatam; itemque arctissimam agnoscunt unita- «pertransiit bene faciendo».
tem ecclesiasticae hierarchiae, quae, Apostolorum Principis successori 54
Cf. el discurso a los estudiantes pertenecientes al Centro Richelieu, de la Universidad
obstricta, evangelicae doctrinae veritate mentes actuóse collustrat, homi- de París,
55
9 de abril de JQ53: AAS 45 [1953] 275; E 13 ft953l 1,457.
nes ad morum sanctitudinem dirigit, atque dum ómnibus materno animo 56
Pío XI, encíclica Quas primas, 11 de diciembre de 1925: AAS 17 (1925) 593-610.
Cf. Pío XI, sermón ante el Sacro Colegio, 24 de diciembre de 1937: AAS 30 [1938J
indulget, stat, tamen impávida vel acérrimos cruciatus ipsumque marty- 20-25.
57
5 A c t . 22,21.
? 2 Cor. 13,11,
796 rio XII SUMMI PON'TIl'ICATUS 797
[71 ]. La Iglesia predica e inculca el deber de obedecer y d e sobre la q u e t a n t o el E s t a d o c o m o el individuo p u e d e n hallar salva-
respetar a la autoridad terrena, q u e recibe de Dios su noble origen; ción segura es Cristo.
y se atiene a la enseñanza del divino M a e s t r o , q u e d i c e : Dad a César [72 ]. A h o r a bien, c o m o la Iglesia está fundada sobre esta piedra
lo que es del César 5 s . N o p r e t e n d e u s u r p a r los derechos ajenos a q u e - angular, p o r esto las potencias adversarias n u n c a p o d r á n destruirla,
lla q u e canta en su sagrada liturgia: No arrebata reinos mortales n u n c a p o d r á n debilitarla: Portae inferí non praevalebunt65; las luchas
quien da los celestiales 5 9 . L a Iglesia n o menoscaba las energías h u - internas y externas c o n t r i b u y e n m á s b i e n a acrecentar su fuerza
manas, sino q u e las levanta a las cimas m á s altas y nobles, f o r m a n d o y sus virtudes y, al m i s m o t i e m p o , le p r o p o r c i o n a n la corona glo-
caracteres firmes, q u e n u n c a traicionen los deberes de su conciencia. riosa de nuevas victorias. P o r el contrario, t o d o otro edificio q u e
L a Iglesia, q u e ha civilizado tantos pueblos y naciones, n u n c a h a n o tenga como f u n d a m e n t o la doctrina d e Cristo, está levantado
retardado el progreso de la h u m a n i d a d , sino q u e , p o r el contrario, sobre u n a arena movediza, y su destino es, m á s p r o n t o o m á s tarde,
con m a t e r n o orgullo se complace en ese progreso. El fin q u e la u n a inevitable caída 66.
Iglesia p r e t e n d e h a sido declarado de m o d o admirable p o r los ánge-
les sobre la cuna del V e r b o encarnado c u a n d o cantaron gloria a Dios
[IV. EL AZOTE DE LA GUERRA M U N D I A L ]
en tas alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad60.
Esta paz, q u e el m u n d o n o p u e d e dar, el divino R e d e n t o r la ha deja- [73 ] . M i e n t r a s os escribimos, venerables h e r m a n o s , esta n u e s -
d o a sus discípulos como herencia: Os dejo la paz, os doy mi paz 6 1 ; tra p r i m e r a encíclica, nos parece, p o r m u c h a s causas, q u e u n a hora
esta paz la h a n conseguido, la consiguen y la conseguirán i n n u m e - de tinieblas6^ está cayendo sobre la h u m a n i d a d , h o r a en q u e las
rables h o m b r e s q u e h a n abrazado a m o r o s a m e n t e la doctrina de t o r m e n t a s d e u n a violenta discordia d e r r a m a n la copa sangrienta de
Cristo, c o m p e n d i a d a p o r El m i s m o en el doble precepto del amor i n n u m e r a b l e s dolores y lutos. ¿Es acaso necesario q u e os declare-
a D i o s y el amor al prójimo. L a historia de casi veinte siglos, la his- m o s q u e n u e s t r o corazón de P a d r e , lleno d e a m o r compasivo, está
toria llamada sabiamente p o r el gran orador maestra de la vida 62, d e - al lado de t o d o s sus hijos, y de m o d o especial al lado d e los atribu-
m u e s t r a la verdad de aquella sentencia de la Sagrada E s c r i t u r a : No lados y de los perseguidos? P o r q u e , a u n q u e los pueblos arrastrados
tiene paz el que resiste a Dios63, p o r q u e la única piedra angular64 p o r el trágico torbellino d e la guerra hasta ahora sólo sufren tal vez
los comienzos de los dolores6^, sin e m b a r g o , reina ya en i n n u m e r a b l e s
Ecclesia enim edicit ac praedicat obedientiam observantiamque terreras familias la m u e r t e y la desolación, el l a m e n t o y la miseria. L a sangre
potestatibus deberi, quae suam a Deo nobilem originem obtinent; ac
Christi Domini praecepto obsequitur dicentis: «Reddite quae sunt Caesa- non habere pacem; solummodo enim Christus «lapis angularis» est, in quo
ris, Caesari». Quae in sacra Liturgia concinit «non eripit mortalia, qui regna uno cum civilis societas, tum singuli homines possunt salvi consistere.
dat caelestia», non ea ad se rapere aliena iura contendit. Ñeque eadem hu- Iam vero, cum super hoc angulari lapide condita sit Ecclesia, numquaní
manas vires deprimit, sed ad magnánima et ad nobilissima quaeque erigit, procul dubio ab adversis potestatibus obrui poterit, numquam deprimí:
strenuos effingendo ánimos, qui suae conscientiae officium non prodant. «Portae inferí non praevalebunt», immo potius domestica externaque cer-
Quae tot populos ac gentes ad humaniorem cultum provexit, ea nunquam tamina ut eius vim virtutemque augent, ita ei novas victorias pariunt, no-
pro certo homines ab civili progressione remorata est, cuius splendore po- vasque tribuunt coronas. Contra vero, aedificia quaelibet alia, quae in Iesu
tius materna gaudet volúntate. Propositum, quo Ecclesia nititur, ab Angelis, Christi doctrina veluti fundamento non innitantur, quasi in mobili arena
super Incarnati Verbi cunabula volitantibus, mirando prorsus modo de- exstructa videntur, atque adeo aliquando misere collabentur.
claratum est, cum haec cecinere: «Gloria in excelsis Deo et in térra pax
hominibus bonae voluntatis». Hanc pacem, quam mundus daré non pot- ###
est, divinus ipse Redemptor quasi sacram hereditatem hisce verbis disci-
pulis tradidit: «Pacem relinquo vobis, pacem meam do vobis»; atque adeo Dum has primas, Venerabiles Fratres, vobis damus Encyclicas Litté-
eam innumeri homines volenti animo Iesu Christi praecepta amplectentes, ras, non una de causa videtur Nobis in homines ingruere hora tenebrarum,
quae Dei proximorumque caritate quasi compendiaría lege continentur, qua violentiae discordiaeque turbines veluti ex cruento cálice innúmeros
quemadmodum consecuti sunt, ita in praesens consequuntur et in posterum luctus innumerosque dolores profundunt. Num igitur opus est ut vobis
consequentur. Ac per viginti paene saecula rerum gestarum historia, quam asseveremus paternum animum Nostrum, vehementi miseratione pernio-
summus orator significanter fatetur «magistram vitae», illam Sacrarum Lit- tum, filiis ómnibus adesse, iisque praesertim qui aerumnis insectationeque
terarum veritatem praeclare demonstrat, cum nempe, qui Deo resistit, laborant? Quamvis enim populi, belli vórtice submersi, adhuc «initiadolo-
rum» forsitan solummodo perpetiantur, innúmeras tamen familias mors,
58
M t . 22,21. vastitas, plangor, miseria oceupant. Atque tot hominum crúor, eorum etiairi,
59
60
Breviario Romano, h i m n o de la fiesta d e Epifanía. qui, exercitus ordinibus non adsciti, misere occubuere, lugubrem videtur
L e . 2,14.
61
lo. 14,27. 65
M t . 16,18. "!
6 2
C I C E R Ó N , De oratore II 36. 66
fi3
Cf. M t . 7,26-27.
Iob 9,4. 67
L e . 22,53.
64
Eph. 2,20. <•* M t . 24,8.
7í>8 río xil
SUMMI 1'ONTIFICATUS 70!)
tic t a n t o s h o m b r e s , incluso tic n o combatientes, q u e h a n perecido,
presenta ante nuestra vista la imagen del B u e n Pastor, y, t o m a n d o
levanta u n fúnebre llanto, sobre todo desde u n a a m a d a nación, P o -
sus propias palabras, nos j u z g a m o s obligados a r e p e t i r en su n o m -
lonia, q u e por su tena/. Fidelidad a la Iglesia y p o r sus méritos en la
b r e a la h u m a n i d a d entera aquel l a m e n t o : ¡Si hubieses conocido... lo
defensa d e la civilización cristiana, escritos con caracteres indele-
que te conducía a la paz, pero ahora está oculto a tus ojos!'70.
bles en los fastos de la historia, tiene d e r e c h o a la compasión h u -
m a n a y fraterna d e t o d o el m u n d o , y, confiando e n la Virgen M a d r e [75 ]. E n m e d i o d e u n m u n d o q u e a c t u a l m e n t e es t a n contra-
de D i o s , Auxílium Christianorum, espera el día deseado en q u e p u e - rió a la paz d e Cristo en el reino d e Cristo, la Iglesia y sus fieles ex-
da salir salva de la t o r m e n t a presente, de acuerdo con los principios p e r i m e n t a n u n a s dificultades q u e rara vez conocieron en su larga
de u n a paz sólida y justa. historia d e luchas y contradicciones. P e r o los q u e precisamente en
tiempos t a n difíciles p e r m a n e c e n firmes en su fe y tienen u n corazón
[ 7 4 ] . L o q u e ha sucedido hace poco y está sucediendo t a m - inquebrantable, saben q u e C r i s t o R e y está e n la h o r a d e la p r u e b a , q u e
bién en estos días, se presentaba ya a nuestros ojos como u n a visión es la hora de la fidelidad, m á s cerca q u e n u n c a d e nosotros. C o n s u -
anticipada cuando, n o h a b i e n d o desaparecido todavía la última es- mida p o r la tristeza de tantos hijos suyos q u e sufren males i n n u m e -
peranza d e conciliación, hicimos t o d o lo posible, en la m e d i d a q u e rables, p e r o sostenida p o r la firme fortaleza q u e proviene d e las
nos sugerían n u e s t r o ministerio apostólico y los m e d i o s d e q u e dis- p r o m e s a s divinas, la Esposa d e Cristo, e n m e d i o d e sus sufrimientos,
poníamos, p a r a i m p e d i r el recurso a las a r m a s y m a n t e n e r abierto avanza al e n c u e n t r o d e amenazadoras t e m p e s t a d e s . Sabe la Iglesia
el c a m i n o d e u n a solución h o n r o s a p a r a las dos partes 6 9 . C o n v e n - q u e la verdad q u e ella anuncia y el a m o r q u e ella enseña y p o n e en
cidos como estábamos d e q u e al uso de la fuerza p o r u n a p a r t e se práctica serán los mejores estímulos y los mejores m e d i o s q u e t e n -
respondería con el recurso a las a r m a s p o r la otra, consideramos en- d r á n a su alcance los h o m b r e s d e b u e n a v o l u n t a d e n la reconstruc-
tonces obligación d e n u e s t r o apostólico ministerio y del a m o r cris- ción d e u n n u e v o o r d e n nacional e internacional establecido según
t i a n o hacer t o d a s las gestiones posibles p a r a e v k a r a la h u m a n i d a d la justicia y el amor, u n a vez q u e la h u m a n i d a d , cansada del camino
entera y a la cristiandad los h o r r o r e s q u e se seguirían de u n a con- del error, haya saboreado hasta la saciedad los amargos frutos del
flagración m u n d i a l , aun t e m i e n d o q u e la manifestación d e nuestras o d i o y d e la violencia,
intenciones y nuestros fines fuese mal interpretada. P e r o nuestras
[ 7 6 ] . E n t r e t a n t o , venerables h e r m a n o s , hay q u e esforzarse p o r
amonestaciones, si bien, fueron escuchadas con respetuosa atención,
q u e t o d o s , y p r i n c i p a l m e n t e los q u e sufren la calamidad d e la g u e -
n o fueron, sin embargo, obedecidas. Y mientras n u e s t r o corazón d e
rra, e x p e r i m e n t e n q u e el d e b e r d e la caridad cristiana, quicio fun-
pastor mira dolorido y p r e o c u p a d o la gravedad de la situación, se
d a m e n t a l del reino d e Cristo, n o es palabra vacía, sino práctica rea-
gemitum ex dilecta praesertim ea natione extollere, ex Polonia dicimus,
quae ob tenacem suam erga Ecclesiam fidelitatem, itemque ob praeclara Nostros quasi ante oculos Boni Pastoris obversatur imago; a quo mutuatis
in christianum • tutandum civilemque cultum promerita, historiae fastis verbis, ad universum hominum genus videtur Nobis mérito gemitus ille
inscripta immortalitatique commendata, humanam fraternamque iure me- iterandus: «si cognovisses... quae ad pacem tibil nunc autem abscondita sunt
ritoque postulat ab ómnibus commiserationem; ac Deiparae Virgini fidens ab oculis tuish '
«Christianorum auxilio», optatum praestolatur diem, quo, ex iustitiae soli- In hac hominum societate, quae in praesens tantopere cum pace Christi
daeque pacis rationibus, sibi tándem aliquando liceat quasi e fluctibus sospi- in regno Christi discrepat, Ecclesia mater cum suis fidelibus eiusmodi
ti emergeré. exercetur molestíis, sacri quas eius annales, luctationibus utique rebusque
Quod proxime factum est, quod hisce etiam fit diebus, Nostris tune adversis referti, minus saepe referunt. Sed qui in tam difficili rerum cursu
oculis quasi praemonstrata specie offefebatur cum, nondum conciliationis sibi in fide constant, ac forti et magno animo sunt, Christum Regem iidem
spe omnino praecisa, nihil sane inexpertum, nihil inexploratum omisimus sentiunt propius numquam astare sibi quam discriminis tempore, cum
ut eá ratione, quam sive apostolicum munus sive permissa Nobis instru- fidelitas videlicet re ipsa est praestanda. Ob tot filiorum suorum aerumnas
menta suaderent, prohiberemus ne ad vim et arma descenderetur, nevé cruciatusque moerore confecta, sed constantia virtuteque erecta quam e
aditus omnes praecluderentur cum utriusque partis honore contentionem divinis derivat pollicitationibus, Christi Sponsa, tantas perpessa miserias,
dirimendi. Cum enim persuasum haberemus, si ab altero concertantium in impendentes sibi procellas contendit. Ea siquidem non dubitat quin e
vis adhibita esset, ab altero etiam arma adhibitum iri, apostólica officii veritate, quam docet, itemque e caritate quam simul praecipit, in rem
Nostri christianaeque caritatis partes esse duximus omnia conari si tam simul deducit, sincerae voluntatis hominibus incitamenta atque adiumenta
ab universa hominum consortione quam a christiana re atrocitates cohibe- oritura aliquando sint'ad novum in populis ordinem ex iustitia caritateque
remus, quae omnium gentium bellum haud dubie essent consecutura; restituendum, postquam mortales, erroris tándem iter pertaesi, de tristibus
quamquam timendum Nobis erat ne patefacta a Nobis consilia ac pro- invidiae violentiaeque fructibus degustaverint.
posita in haud reetam actiperentur partem. At quae monebamus, si obse- Interea vero, Venerabiles Fratres, enitendum est ut omnes, at ii praeser-
quenter audita sunt, non iis tamen obtemperatum est. Ac dum Noster tim qui belli calamitatibus afflictantur, percipiant christianae caritatis
Pastoris animus, dolore ac sollicitudine affectus, rem graviter considerat, officium, praecipuum quidem Christi Regni cardinem, tantum abess? tu
69
Véase el radiomensaje de 24 d e agosto d e 1939: AAS 31 (rg39) 333-335. « l-f. T9,43-
SUMMI 1'ONIIFICATUS 801
800 n o XII
[78]. Dios tiene u n p o d e r infinito; tiene en sus m a n o s lo m i s -
lidad viviente. U n vasto c a m p o de ocasiones se abre hoy día a la
m o la felicidad y el destino d e los pueblos q u e las intenciones de
caridad cristiana en todas sus formas. Confiamos p l e n a m e n t e en
cada h o m b r e , y d u l c e m e n t e inclina a u n o s y otros en la dirección
q u e t o d o s n u e s t r o s hijos, especialmente aquellos q u e se ven libres q u e El q u i e r e ; y hasta tal p u n t o es esto verdad, q u e incluso los mis-
del azote de la guerra, i m i t a n d o al divino Samaritano, aliviarán en mos obstáculos q u e se le p o n e n q u e d a n convertidos p o r su o m n i p o -
la m e d i d a de sus fuerzas a todos los q u e , p o r ser víctimas de la gue- tencia en medios idóneos p a r a modelar el curso d e los acontecimien-
rra, tienen derecho especial no sólo a la compasión, sino t a m b i é n tos y para enderezar las m e n t e s y las voluntades de los h o m b r e s
al socorro. a sus altísimos fines.
[ 7 7 ] . L a Iglesia católica, civitas Dei, «cuyo rey es la verdad,
[ 7 9 ] . O r a d , p u e s , a Dios, venerables h e r m a n o s ; orad sin inte-
cuya ley la caridad, cuya medida la eternidad» 71, p r e d i c a n d o la
rrupción, orad sobre t o d o c u a n d o ofrecéis la Hostia divina del amor.
v e r d a d cristiana, exenta de errores y de contemporizaciones, y con-
O r a d a Dios vosotros, a quienes la valiente profesión d e vuestra fe
sagrándose con amor de m a d r e a las obras de la caridad cristiana,
i m p o n e d u r o s , penosos y, n o raras veces, s o b r e h u m a n o s sacrificios;
destaca sobre el oleaje de los errores y de las pasiones como u n a
orad a Jesucristo vosotros, m i e m b r o s pacientes y dolientes de la
bienaventurada visión de paz y espera el día en q u e la o m n i p o t e n t e
Iglesia, c u a n d o Jesús viene a consolar y aliviar vuestras penas.
m a n o de Cristo, su Rey, calme el t u m u l t o d e las t e m p e s t a d e s y des-
tierre el espíritu d e la discordia q u e las ha provocado. T o d o c u a n t o [ 8 0 ] . Y con u n recto espíritu d e mortificación y con el ejerci-
está a n u e s t r o alcance para acelerar el día en q u e la paloma de la cio d e dignas obras d e penitencia, n o dejéis de hacer vuestras ple-
paz halle d o n d e reposar su pie sobre esta tierra sumergida en el garias m á s agradables a A q u e l q u e levanta a los que caen y anima
diluvio de la discordia, t o d o ello lo utilizaremos, confiando t a n t o a los deprimidos 7 3 , p a r a q u e el R e d e n t o r misericordioso abrevie los
en los h o m b r e s d e E s t a d o q u e antes d e desencadenarse la guerra días d e la p r u e b a y se c u m p l a n así las palabras del Salmo: Clamaron
trabajaron n o b l e m e n t e por alejar d e los pueblos t a n terrible azote al Señor en sus tribulaciones y los libró de sus necesidades 7 4 .
c o m o t a m b i é n en los millones de h o m b r e s de t o d o s los países y de [81 ]. Y vosotros, candidas legiones d e niños, en quienes Jesús
todas las clases sociales q u e p i d e n a gritos n o sólo la justicia, sino t i e n e puestas sus delicias, c u a n d o os alimentáis con el P a n de los
t a m b i é n la caridad y la misericordia, y confiando, finalmente y so- ángeles, alzad vuestras ingenuas y p u r a s plegarias unidas a las d e
b r e t o d o , en D i o s omnipotente, a q u i e n diariamente dirigimos esta t o d a la Iglesia. El C o r a z ó n Sacratísimo de Jesús, q u e t a n t o os ama,
plegaria: A la sombra de tus alas esperaré hasta que pase la iniquidad 7 2 .
Infinita sane Deus potestate fruitur; quapropter non minus is prospe-
inane sit verbum, ut praesens etiam res sit et veritas. Infinitae propemodum ritatem fortunamque populorum quam singulorum hominum consilia mo-
hoc tempore opportunitates multiplicibus christianae caritatis inceptis deratur in quam maluerit partem leniter haec convertens; eo scilicet usque
praebentur. Quam ob rem maximopere confidimus universos filios Nostros, ut ea ipsa quae inferantur impedimenta, haec pro sua potestate in instru-
eos praecipue qui belli eximuntur asperitatibus, divinum imitatos Samari- menta mutet, quibus rerum eventus fingat atque hominum mentes volun-
tanum. iis ómnibus pro viribus esse consulturos qui, quod bello oppri- tatemque liberam ad sua ¿nflectat proposita.
muntur, non modo miserationis affectum, sed opem etiam peculiari iure Ad Deum igitur, Venerabiles Fratres, admovete preces, admovete con -
mereantur. tinuas, tune máxime admovete, ubi divina amoris Hostia litatis. Deo vos
Gatholica Ecclesia, tiritas Dei, «cuius rex veritas, cuius lex caritas, cuius supplicate, quibus animóse professa fides gravia, molesta, plus quam hu-
modus aeternitasi cuín christianas veritates docens, qualibet fallacia exte- mana haud raro incommoda parit; ad Christum Iesum vos ipsi precamini,
nuationeque immunes, t u m materni animi impulsu in christianae caritatis aerumnis doloribusque confecta Ecclesiae membra, cum vos ille de labori-
operibus desudans, ipsos errorum et cupiditatum fluctus, veluti beata pacis bus vestris consolaturus ac recreaturus accedit.
visio, supereminet, ac dies opperitur, in quibus omnium potentissima Chris- Ac recta adhibita sui ipsius suarumque cupiditatum refrenatione, dig-
ti Regis manus tumescentes comprimat tempestates atque dissensionis nisque paenitentiae operibus susceptis, ne praetermittatis supplicaliones
spiritus eiciat, qui eas concitaverint. Quantum in Nobis potestatis est ad vestras ei magis acceptas reddere, qui «allevat omnes, qui corruunt, et erigit
diem illum maturandum cum pacis columba in hac térra, discidiorum obruta omnes elisos», ut miserentissimus Redemptor harum angustiarum finem
diluvio, ubi considat reperiet, totum illud Nos praetermissuri non sumus, maturet; atque ita haec sacri Psaltis verba precibus quoque vestris respon-
cum eorum civitatum moderatorum opera freti, qui, antequam belli confia- deant: «Clamaverunt ad Dominum cum tribularentur, et de necessitatibus
gratio erumperet, immanem eiusmodi procellam nobili nisu repeliere conati corum liberavit eos».
sunt, tum iis confisi, innumeris prorsus, qui, ex quavis natione et ex quovis
civium ordine, non modo iustitiam, sed caritatem etiam ac misericordiam Ac vos item, candida puellorum agmina, quos Christus Dominus in de-
inclamant, tum denique potissimum omnipotenti Dei Numine fidentes, liciis habet, castas preces cum Ecclesiae precibus coniunctas, ubi potissimum
ad quem precatione hac cotidiana utimur: «In umbra alarum tuarum spe- Angelorum vescimini Pane, ex ingenuo pectore fundite. Ac proferto Sacra -
rabo, doñee transeat iniquitas». tissimum Cor Iesu, quod tanta vos caritate complectitur, innocentium ani-
73
71 P s . 144 (145),14.
SAN AGUSTÍN, Epist. 138 ad MarcdUnum III 17: PL 33,532. T> P s . 106 (107),13.
n
Ps. ?6 (57),2,
Poctr- pontif. i
a;
802 PÍO X I I

no p u e d e en m o d o alguno rechazar la oración de vuestras almas ino- IN QUESTO*GlORNO


centes. O r a d todos, orad sin i n t e r r u p c i ó n : sine intermissione orate 7 5 .
[ 8 2 ] . Así practicaréis el precepto del divino M a e s t r o , el testa- Postulados fundamentales d e una paz justa
m e n t o sagrado de su corazón, ut omnes unum sint 7 6 : q u e t o d o s vivan
en aquella u n i d a d d e fe y d e amor, a través d e la cual el m u n d o p u e -
da reconocer la potencia y la eficacia de la redención d e C r i s t o y de
la o b r a d e la Iglesia, p o r El establecida.
[83 ] . L a Iglesia primitiva, q u e c o m p r e n d i ó y practicó este di-
vino precepto, lo r e s u m i ó en u n a significativa oración; u n i d o s con
ella, expresad t a m b i é n vosotros en vuestra oración aquellos senti-
m i e n t o s q u e t a n b i e n r e s p o n d e n a las necesidades d e n u e s t r a época: Los discursos y radiomensajes pronunciados por el Papa durante
«Acuérdate, Señor, d e t u Iglesia, para q u e la libres d e t o d o mal y la los años de la segunda guerra mundial con motivo de la fiesta de Na-
perfecciones e n t u caridad, y d e los cuatro vientos reúnela santifica- vidad constituyen un cuerpo homogéneo y sistemático de doctrina poli-
d a e n t u reino, q u e preparaste p a r a ella; p u e s t u y a es la v i r t u d y la tica nacional e internacional. Dejando aparte el radiomensaje navide-
gloria p o r los siglos d e los siglos» 7 7 . ño de 1943—Ancora u n a q u i n t a volta—•, de carácter más bien homi-
lético; los discursos I n questo giorno (1939), Grazie (1940) y
F i n a l m e n t e , deseando con a r d o r q u e Dios, autor y amante de
Nell'alba (1941), están dedicados al orden internacional. El orden inte-
la paz, escuche b e n i g n o las súplicas d e su Iglesia, c o m o p r e n d a de
rior de los Estados está examinado en los radiomensajes C o n s e m p r e
las gracias divinas y testimonio de n u e s t r a benévola voluntad os da-
(1942) y Benignitas (1944). Se ha dicho con toda razón que Pío XII
m o s a t o d o s p a t e r n a l m e n t e la bendición apostólica.
ha realizado con estos discursos, en el plano internacional, una síntesis
D a d o en Castelgandolfo, cerca d e R o m a , el 20 de o c t u b r e doctrinal paralela a la gran estructura que en el orden político nacional
d e 1939, año p r i m e r o de n u e s t r o pontificado. levantó León XIII con sus grandes encíclicas.
morum obsecrationes neutiquam respuet. Precatione utimini omnes, con- Conviene destacar un hecho histórico que subraya la suprema im-
tinenterque utimini: sine intermissione orate. portancia doctrinal y espiritual que ofrece este conjunto de documentos
Ita enim illud in rem deducetis, quod Divinus Magister praecipit sacro- radiados. El 21 de diciembre de 1940 publicaba el T i m e s , de Londres,
que Cordis sui testamento cavet: ut omnes unum sint: ut omnes videlicet in una carta en la que los arzobispos de Cantorbery y York y el moderador
eiusdem fidei caritatisque consensu atque unitate vivant, unde perspiciant del Consejo federal de las Iglesias libres se declaraban de acuerdo con
, nomines quid valeant quidve efficienter gignere possint cum peracta a los cinco puntos expuestos por el Papa en este discurso navideño 1.
Christo redemptio, tum constitutae ab eo Ecclesiae opus et labor.
Priscorum Ecclesiae temporum fideles divinum hoc praeceptum, quod BIBLIOGRAFÍA
et intelligentia tenebant et ad effectum operibus deducebant, significanti
quadam precatione complexi sunt; cum iis igitjir coniuncti eadem vos C H . JOURNET, Exigences chrétiennes en politique p.3I9ss (Paris 1945).—
orando exprimite sensa, quae tam sunt nostrae huius aetatis necessitatibus L. SÁNCHEZ AGESTA, Mensaje de Pío XII a los políticos: E 14 (1954) 2,43-44.—
. accommodata: «Recordare, Domine, Ecclesiae tuae, ut eam liberes ab omni E. M A R M Y , La communauté humaine selon Vesprit chrétien p.851-852 (Friburgo-
malo, eamque perficias in caritate tua; et collige eam a quattuor ventis sanc- París 1949).—MONS. A. HERRERA O R I A , La palabra de Cristo t.6 p.925ss; t.7
d.l62ss y 507ss.
tificatam in regnum tuum, quod ei parasti; quoniam tua est virtus et gloria
in saecula».
Postremo id vehementer cupientes ut Deus, auctor pacis et amator, Ec- SUMARIO
clesiae suae obtestationes benignus admittat, supernorum conciliatricem
munerum atque propensae voluntatis Nostrae testem, Apostolicam vobis I. La primera fiesta navideña de nuestro pontificado. Alegrémonos en
ómnibus Benedictionem paterno animo impertimus. este gran día. La confianza en Dios en medio del tumulto del mundo
Datum ex Arce Gandulphi, prope Romam, die xx mensis Octobris, presente comunica al alma un gozo imperturbable. Es la fiesta de la
anno MDCCCCXXXIX, Pontificatus Nostri primo. elevación del hombre hacia Dios por medio de Jesucristo. Que en to-
dos se cumple la petición de la liturgia navideña.
75
1 T h e s . 5,17.
76 1
l o . 17,21. Los signatarios de la carta añadían a los cinco puntos propuestos por Pío XII otros cinco
77 puntos tomados de las conclusiones de la Conferencia Ecuménica de Oxford: *i. La extrema
DidachéX 54. Gf. BIHLMEYEB, Die apostolisehen Vater p.6 (1924).
desigualdad en la fortuna y en la posesión de las riquezas debe ser abolida.—2. Todo niño,
sin distinción de raza o de clase, deberá beneficiarse de las mismas posibilidades de educación,
según el grado de desarrollo de sus particulares cualidades.—3. La familia, como unidad
social, debe ser salvaguardada.—4. El sentido de la vocación divina debe ser restaurado en
el trabajo diario del hombre.—5. Los recursos de la tierra deberán ser utilizados como dones
de Dios para el conjunto de la raza humana, tomando en consideración para ello las necesida-
des de las generaciones presentes y futuras».
804 PÍO xir IN QUESIO GIORNO 805
t
II. El recuerdo de nuestro predecesor. Ahora se cumple un año de sus reunidos e n t o r n o a N o s a los m i e m b r o s del Sacro Colegio y d e la
palabras proféticas. La guerra es hoy una trágica realidad. Asistimos Prelatura R o m a n a y d e escuchar d e los elocuentes labios del e m i -
a una serie de actos inconciliables con el mensaje de Belén y con los nentísimo cardenal decano, q u e r i d o y venerado p o r todos, los sen-
principios del derecho natural y positivo. Exhortación al amor y al timientos t a n exquisitamente afectuosos y los augurios q u e — a c o m -
servicio de la verdad. p a ñ a d o s y levantados hasta lo alto p o r el vuelo de las fervorosas
U n diluvio de ideas deforma la verdad en muchos hombres. La oraciones dirigidas al celestial N i ñ o — n o s son ofrecidos p o r t a n t o s
labor de la paz será muy difícil cuando acabe la guerra. Los esfuerzos
del Papa para evitar la guerra han resultado infructuosos. Los proble- corazones fieles y devotos en esta alegre solemnidad del santo naci-
mas no eran insolubles. Pero faltaba la fidelidad a los pactos estable- m i e n t o , la p r i m e r a del ciclo del año litúrgico y p r i m e r a fiesta navi-
cidos. d e ñ a d e n u e s t r o pontificado.
La guerra acumula ruinas sin cesar. Viva ansiedad por el futuro
[2]. N u e s t r o espíritu se eleva con vosotros desde este m u n d o
de Europa y del mundo. El peligro de ana anemia perniciosa se cier-
ne sobre las naciones afectadas por el conflicto. Se pretende asestar hacia u n a esfera espiritual iluminada p o r la g r a n luz de la fe; con
un golpe mortal a la Europa cristiana. vosotros se exalta, con vosotros goza, c o n vosotros profundiza e n el
III. Hay que examinar los objetivos justificables de la guerra. Hay que sacro r e c u e r d o del misterio y sacramento de los siglos, escondido
determinar también los puntos fundamentales de una paz justa y y manifiesto en la gruta de Belén, c u n a d e la redención de todas las
honrosa. gentes, revelación d e la paz entre el cielo y la tierra, d e la gloria
i. Independencia garantizada de todas las naciones, grandes y d e D i o s en lo m á s alto de los cielos y de paz e n la tierra a los h o m -
pequeñas. b r e s de b u e n a v o l u n t a d ; comienzo de la nueva carrera d e los siglos,
2. Importancia fundamental del desarme mutuo, orgánico y pro- q u e a d o r a r á n este divino misterio, gran d o n d e D i o s y gozo d e t o d a
gresivo, tanto material como espiritual. la tierra. A l e g r é m o n o s , os decimos a t o d o s vosotros con las pala-
3. Necesidad de instituciones jurídicas para garantizar el fiel cum-
b r a s del g r a n predecesor n u e s t r o el santo pontífice L e ó n M a g n o :
plimiento de los tratados de la paz y para revisarlos y cumplirlos cuan-
do sea conveniente o necesario. «Exultemos e n el Señor, dilectísimos, y alegrémonos con espiritual
4. Respeto a las justas exigencias de las naciones, pueblos y mi- regocijo, p o r q u e amaneció p a r a nosotros el día d e la r e d e n c i ó n
norías étnicas. Hay que buscar un verdadero equilibrio entre las na- n u e v a , d e la reparación antigua, d e la felicidad eterna. P u e s cada
ciones. a ñ o se nos ofrece de nuevo el sacramento de n u e s t r a salvación, p r o -
5. Revigorizar el espíritu de responsabilidad, de justicia y de m e t i d o d e s d e el principio, realizado al fin p a r a p e r m a n e c e r sin fin,
amor, que es el único que puede dar vida a la letra muerta de los tra- en el cual es j u s t o q u e , con los corazones levantados, a d o r e m o s el
tados internacionales. divino misterio, para q u e lo q u e se realiza p o r d o n g r a n d e d e D i o s ,
IV. Graves obstáculos se oponen a la creación de una justa paz interna- se celebre p o r la Iglesia con grandes alabanzas» 2 .
cional. Este ideal constituye hoy día una verdadera cruzada. Hay que
hacer volver a los pueblos a la fuente del derecho divino. Es necesa- [3]. E n la celebración d e este divino misterio, la alegría d e
rio que en todos los pueblos surjan hombres capaces de oponer estos n u e s t r o s corazones se levanta hacia lo alto, se espiritualiza, se e n -
ideales al instinto tenebroso de la violencia y la injusticia. El ejemplar raiza e n lo sobrenatural y t i e n d e a lo sobrenatural, volando hacia
de la justicia se halla en Belén recostado en un pesebre: Jesús, el es-
D i o s con la excelsa expresión d e la oración de la Iglesia: ut Ínter
perado de las gentes. Cuando Jesús nació, la paz octaviana reinaba en
el Imperio. La paz de Augusto, figura de la paz sobrenatural de Belén. mundanas varietates ibi nostra fixa sint corda, ubi vera sunt gaudia:
«para q u e , en medio de los cambios temporales, q u e d e n fijados n u e s -
V. Un telegrama recibido de la Delegación Apostólica de Washington. tros corazones allí d o n d e están los verdaderos gozos» 3 . E n m e d i o
Agradecimiento al presidente de los Estados Unidos de América del
del c h o q u e y del t u m u l t o de las variadas vicisitudes del m u n d o , el
Norte.
v e r d a d e r o gozo se refugia en la i m p e r t u r b a b i l i d a d del espíritu, e n
Vayamos a Belén. Pidamos al Niño recién nacido la paz y la salva-
ción. Bendición apostólica para todos los hombres de buena voluntad la cual, como en t o r r e indestructible p o r las t o r m e n t a s , se fija con
confianza en D i o s y se une con Cristo, principio y causa d e t o d a ale-
gría y de t o d a gracia. ¿No es acaso éste el sacramento del Rey d e
n u e s t r a s almas, del Dios N i ñ o d e l p e s e b r e d e Belén? C u a n d o este
[1 ] . E n este día 1 d e santa y suave alegría, venerables h e r m a - secreto real penetra y anida en las almas, entonces la fe, la esperanza
nos y queridos hijos, e n el cual el ansia d e n u e s t r o espíritu, a n h e - y el a m o r se levantan en el éxtasis del A p ó s t o l de las G e n t e s , q u e
lante con la espera del acontecimiento divino, va a saciarse en la grita al m u n d o : Vivo yo, ya no yo; vive en mí Cristo4. A l transfor-
dulcísima contemplación del misterio del nacimiento del R e d e n t o r , m a r s e el h o m b r e en Cristo, C r i s t o en persona viste de sí m i s m o al
nos sirve como p r e l u d i o de t a n g r a n gozo la íntima alegría d e ver
1 2
Pío XII, sermón en la víspera de Navidad pronunciado ante los cardenales, obispos y 3
SAN LEÓN MAGNO, In Nativ. Domini II serm.22 c.i; PL 54,193-194.
prelados de la"Curia romana, 24 de diciembre de 1939: AAS 32(1940) 5-13. Texto original 4
Misal romano, oración del domingo cuarto después de Pascua.
en italiano. Gal. 2,20.
p
806 {° * " 1N ÜUESIO GIOKNO 807

hombre, humillándose hasta él para elevarlo hasta sí en aquel gozo y revive en Nos, y sin duda no menos en vosotros, el triste recuerdo
de su nacimiento que es perenne fiesta navideña, a la cual la liturgia de nuestro glorioso predecesor de santa memoria (tan piadosamente
de la Iglesia no cesa en todo tiempo de llamarnos, invitarnos y ex- evocado por nuestro venerable hermano el cardenal decano) y de
hortarnos, para que en nosotros se cumpla su promesa de que las palabras—ha pasado solamente un año—, palabras inolvidables,
nuestro corazón se gozará, y nadie nos arrebatará nuestra alegría 5 . solemnes y graves, que brotaban de lo profundo de su corazón pa-
[4]. La luz celestial de esta alegría y de este consuelo sostiene terno, que vosotros escuchasteis con Nos llenos de angustia, como
la confianza de aquellos en quienes vive y brilla; ni puede quedar el Nunc dimittis del santo anciano Simeón; palabras pronunciadas
obscurecida o perturbada por algún afán o fatiga, por alguna ansie- en esta sala, en igual vigilia, cargadas con el peso del presentimiento,
dad o sufrimiento que brote o germine de este mundo, semejante por no decir de la profética visión, de la inminente desventura;
a aquella palabras de exhortación y de aviso, de heroico sacrificio de sí mismo,
«... alondra que en el aire se pasea, cuyos ahogados acentos todavía hoy enternecen nuestras almas 10 .
primero cantando, y luego calla, contenta
de la última dulzura que la sacia» 6 . [I. L A TRAGEDIA DE LA GUERRA]

Mientras otros se asustan, mientras las amargas aguas de la [7]. La indecible desgracia de la guerra, que Pío XI preveía
aflicción y de la desesperación sumergen a los pusilánimes, las con profundo y sumo dolor, y que con la indomable energía de su
almas en que vive Cristo lo pueden todo, y se elevan sobre los noble y altísimo espíritu quería, por todos los medios, alejar de las
desórdenes y las tormentas del mundo, con siempre igual coraje contiendas de las naciones, se ha desencadenado y ahora es ya una
y ardor, al cántico de las disposiciones, de las justificaciones y de trágica realidad. Ante su estruendo, una inmensa amargura inunda
las magnificencias de Dios. Bajo las tempestades se sienten supe- nuestro ánimo, triste y preocupado porque el santo nacimiento del
riores a las borrascas, a la tierra que pisan y a los mares que surcan, Señor, del Príncipe de la Paz, habrá de celebrarse hoy entre el fu-
más que por su espíritu inmortal, por la elevación de sus corazones nesto, fúnebre tronar de los cañones, bajo el terror de bélicos apa-
hacia Dios: Sursum corda; por su oración y unión con Dios: Habe- ratos volantes, en medio de las amenazas y de las asechanzas de los
mus ad Dominum. navios armados. Y como parece que el mundo ha olvidado el paci-
[5 ]. Y hacia Dios, misericordioso y omnipotente, venerables ficador mensaje de Cristo, la voz de la razón, la fraternidad cristiana,
hermanos y queridos hijos, Nos elevamos nuestra mirada y nuestra hemos tenido, desgraciadamente, que asistir a una serie de actos
súplica, como la mejor y más eficaz expresión de nuestra gratitud inconciliables tanto con las prescripciones del derecho internacional
por vuestros fervorosos votos navideños, que son al propio tiempo positivo como con los. principios fundamentales del derecho natural
oración dirigida al Padre celestial, de quien viene toda buena gracia y con los mismos sentimientos más elementales de la humanidad,
y todo don perfecto 7 . Haga El que, en esta unión de oraciones, cada actos que demuestran en qué caótico círculo vicioso se desenvuelve
el sentido jurídico, desviado por puras consideraciones utilitarias 11.
uno de vosotros obtenga junto al pesebre de su unigénito Hijo,
En esta categoría entran: la premeditada agresión contra un pueblo
hecho carne y que habita entre nosotros, aquella medida buena,
pequeño, laborioso y pacífico, con el pretexto de una amenaza ni
apretada, colmada, rebosante 8 , de gozo navideño que sólo El puede existente ni querida y ni siquiera posible; las atrocidades (quien-
dar; de forma que, corroborados y aliviados por tanto gozo, podáis quiera que las haya cometido) y el uso ilícito de medios de destruc-
generosamente y varonilmente, como soldados de Cristo, prose- ción incluso contra los no combatientes y los fugitivos, contra los
guir vuestro camino a través del desierto de la vida terrena hasta ancianos, las mujeres y los niños; el desprecio de la dignidad, de la
aquel ocaso en que, ante vuestra anhelante mirada, resplandezca libertad y de la vida humana, del cual derivan actos que claman
en la aurora de la eternidad el monte del Señor, y que en cada uno venganza en la presencia de Dios: La voz de la sangre de tu hermano
de vosotros, renacido a nueva vida de gozo indefectible, se cumpla está clamando a mí desde la tierra 12 ; la siempre más extendida y
la oración navideña de la Iglesia, «de contemplar con confianza metódica propaganda anticristiana e incluso atea, principalmente
como juez a aquel Unigénito que con alegría acogemos ahora como entre la juventud.
Redentor» 9.
[ó]._ Pero en esta hora en que la vigilia de la santa Navidad nos [8 ]. A preservar la Iglesia y su misión entre los hombres d e
proporciona la dulce alegría de vuestra presencia, al gozo se mezcla todo contacto con tal espíritu anticristiano nos mueve nuestro deber,
que es también íntima y sagrada voluntad, de Padre y Maestro de
5
Cf. l o . 16,22.
6 !0
D A N T E ALIGHIERI, Paraíso canto 20,73. Véase el texto en I. GIORDANI, Le encidiche sociali p.655-659.
7 11
Iac. 1,17. Cf. P í o XII, discurso al nuevo embajador del Perú, 17 de julio d e 1941: AAS 3 3
8 Le. 6,38. (1941) 356-358; D Y R 3-1,169,
9
Misal romano, oración de la vigilia d e Navidad. 12 G e n . 4,10.
808 PIÓ XII IN QUESIO GIORNO 809
la Verdad; y por esto dirigimos cálida e insistente exhortación, tuando el suelo ensangrentado de Polonia y de Finlandia—el núme-
sobre todo, a los ministros del santuario y a los distribuidores de ro de las víctimas puede considerarse inferior al que se temía, la
los misterios de Dios 13, para que sean siempre vigilantes y ejempla- suma de los dolores y de los sacrificios ha llegado a tal punto, que
res en la enseñanza y en la práctica del amor y no olviden jamás que provoca viva ansiedad en quien se preocupa del futuro estado eco-
en el reino de Cristo no hay precepto más inviolable ni más funda- nómico, social y espiritual de Europa, y no solamente de Europa.
mental y sagrado que el servicio de la verdad y el vínculo de la Cuanto más el monstruo de la guerra se apropia, absorbe y se adju-
caridad. dica los medios materiales que inexorablemente quedan puestos al
[9]. Con viva y angustiosa ansia nos vemos obligados a con- servicio de las necesidades guerreras, crecientes de hora en hora, tan-
templar manifiestas ante nuestros ojos las ruinas espirituales que se to más agudo se hace para las naciones, directamente o indirecta-
van acumulando sin cesar a causa de un intenso, diluvio de ideas mente sacudidas por el conflicto, el peligro de um., podríamos de-
que, más o menos intencionadamente o veladamente, entenebrece cir, anemia perniciosa y se consolida la acongojante pregunta:
y deforma la verdad en las almas de tantos individuos y pueblos, ¿Cómo podrá, cuando la guerra acabe, una economía exhausta o
envueltos o no en la guerra; por ello pensamos qué inmenso trabajo extenuada encontrar los medios necesarios para la reconstrucción
será necesario—cuando el mundo, cansado de guerrear, quiera res- económica y social, entre las dificultades que de todas partes se
tablecer la paz—para abatir los muros ciclópeos de la aversión y del verán aumentadas extraordinariamente, y de las cuales las fuerzas
odio, que en el ardor de la lucha se han hecho tan grandes. y las artes del desorden, que se mantienen ocultas, procurarán
aprovecharse, con la esperanza de poder asestar el golpe decisivo
[10]. Conscientes de los excesos a que abren camino y llevan a la Europa cristiana ?
inexorablemente las doctrinas y los hechos de una política despre-
ocupada de la ley de Dios, Nos, como sabéis bien, cuando las di- [13]. Semejantes consideraciones acerca del presente y acerca
ferencias se tornaron amenazadoras, con todo el ardor de nuestro del porvenir deben tener preocupados, aun en medio de la fiebre
ánimo procuramos hasta el final evitar el máximo mal y persuadir de la lucha, a los gobernantes y a la parte sana de todos los pue-
a los hombres en cuyas manos estaba la fuerza y sobre cuyas es- blos, y moverlos y excitarlos a examinar sus efectos y a reflexionar
paldas gravitaba una pesada responsabilidad a que se alejasen de sobre los objetivos y sobre la finalidad justificable de la guerra.
un conflicto armado y ahorrasen al mundo imprevisibles desgracias.
Nuestros esfuerzos y los que, convergentes, venían de otras partes,
[II. PUNTOS FUNDAMENTALES DE UNA PAZ JUSTA Y HONROSA]
no lograron el efecto esperado, sobre todo porque apareció indes-
plazable la profunda desconfianza, que, agigantándose en los áni- [14]. Y pensamos que quienes con ojo vigilante miren estas
mos durante los últimos años, llegó a elevar-entre los pueblos in- graves perspectivas y consideren con mente tranquila los síntomas
franqueables barreras espirituales. que en muchas partes del mundo señalan esta evolución de los acon-
[11 ]. No eran insolubles los problemas que se agitaban entre tecimientos, se mantendrán, a pesar de la guerra y de sus duras ne-
las naciones; pero aquella desconfianza, originada por una serie de cesidades, dispuestos interiormente a definir, en el momento opor-
circunstancias particulares, impedía, como con fuerza irresistible, tuno y propicio, claramente, en cuanto les corresponda, los puntos
que se prestase ya fe a la eficacia de eventuales promesas y a la dura- fundamentales de una paz justa y honrosa, y no rehusarán capri-
ción y vitalidad de posibles acuerdos. El recuerdo de la vida efíme- chosamente las gestiones en cualquier ocasión que se presenten con
ra y discutida de semejantes intentos o acuerdos terminó paralizan- las necesarias garantías y cautelas 15 .
do todo esfuerzo para promover una solución pacífica. [15 ]. 1. ° Un postulado fundamental de una paz justa y hon-
[12 ]. N o nos quedó, venerables hermanos y amados hijos, sino rosa es asegurar el derecho a la vida y a la independencia de todas
repetir con el profeta: Esperábamos paz, todo son infortunios; y a la las naciones, grandes y pequeñas, poderosas y débiles. La voluntad
hora del alivio sólo se presenta la angustia 14 , y dedicarnos entretanto de vivir de una nación no debe equivaler nunca a la sentencia d e
a aliviar, en cuanto nos era posible, las desventuras derivadas de muerte para otra. Cuando esta igualdad de derechos es destruida,
la guerra, si bien tal acción ha sido no poco impedida por la impo- o herida, o puesta en peligro, el orden jurídico exige una repara-
sibilidad, hasta ahora no superada, de llevar el socorro de la cari- ción, cuya medida y extensión no ha de ser determinada por la es-
dad cristiana a regiones donde más viva y urgente se siente su ne- pada o el arbitrio egoísta, sino por las normas de la justicia y de la
cesidad. Con indecible angustia, desde hace cuatro meses venimos recíproca equidad.
observando que esta guerra, iniciada y continuada en circunstan- [16]. 2. 0 A fin de que el orden de este modo establecido
cias tan insólitas, acumula trágicas ruinas. Y si hasta ahora—excep- pueda tener tranquilidad y duración, quicios de una verdadera paz,
1 3 1 Cor. 4,1. 15
Cf. Pío XII, discurso al nuevo embajador de Colombia, 13 de agosto de ig44: AAS 36
14
Ier. 24,19. (1944) 262^-263.
IX UUESTO GIÜRNO 811
810 Pfo xii
es proclamada como bienaventuranza en el sermón de la Montaña,
las naciones deben quedar liberadas de la pasada esclavitud de la
y que tiene como condición natural previa la justicia moral; de aquel
carrera de armamentos y del peligro de que la fuerza material, en
vez de servir para tutelar el derecho, se convierta en tiránica viola- amor universal que es el compendio y el término más avanzado del
dora de. éste. Los tratados de paz que no atribuyesen fundamental ideal cristiano, y por esto tiende un puente incluso a quienes no
importancia a un desarme mutuamente consentido, orgánico, pro- tienen la dicha de participar en nuestra misma fe 16 .
gresivo, tanto en el orden práctico como en el espiritual, y no cui- #
dasen de realizarlo lealmente, revelarían, tarde o temprano, su in- [III. LOS OBSTÁCULOS DE LA PAZ]
consistencia y falta de vitalidad.
[17]. 3.° En toda reordenación de la convivencia internacio- [20]. No desconocemos cuan graves son las dificultades que
nal sería conforme a las máximas de la humana sabiduría que todas se interponen para conseguir estos fines, que Nos hemos trazado
las partes interesadas dedujeran las consecuencias de las lagunas o a grandes líneas, para fundar, llevar a cabo y conservar una justa
de las deficiencias del pasado; y al crear o reconstruir las institu- paz internacional. Pero, si alguna vez ha habido un ideal digno de
ciones internacionales, que tienen una misión tan alta, pero al mis- la cooperación de todos los espíritus nobles y generosos, sí alguna
mo tiempo tan difícil y llena de gravísima responsabilidad, se de- vez ha habido ansia de una cruzada espiritual que con nueva verdad
berían tener presentes las experiencias que resultaron de la inefi- hiciese resonar el grito «Dios lo quiere», es verdaderamente este
cacia o del defectuoso funcionamiento de anteriores iniciativas se- altísimo ideal y esta chuzada y lucha de corazones puros y magná-
mejantes. Y, como a la debilidad humana es tan dificultoso, casi nimos, emprendida para reconducir los pueblos de las turbias cis-
podríamos decir tan imposible, preverlo todo y asegurarlo todo en ternas de los intereses materiales y egoístas a la fuente viva del
el momento de los tratados de paz, cuando es tan difícil verse libre derecho divino, el cual es el único que puede dar aquella moralidad,
de las pasiones y de la amargura, la constitución de instituciones nobleza y estabilidad cuya falta y necesidad se han echado tan de
jurídicas que sirvan para garantizar el leal y fiel cumplimiento de menos y durante tan largo tiempo, con grave daño de las naciones
tales tratados, y, en caso de reconocida necesidad, para revisarlas y de la humanidad.
y corregirlas, es de importancia decisiva para una honrosa acepta-
ción de un tratado de paz y para evitar arbitrarias y unilaterales [21]. Nos creemos y esperamos que todos cuantos nos están
lesiones e interpretaciones de las condiciones de los referidos tra- unidos por los vínculos de la fe, cada uno en su puesto y dentro
tados. de los límites de su misión, tengan abierta su mente y su corazón
a estos ideales, que son al mismo tiempo los fines reales de una
[18]. 4. 0 En particular, un punto que debería reclamar la verdadera paz en la justicia y en el amor, para que así, cuando el
atención, si se quiere una mejor ordenación de Europa, se refiere huracán de la guerra esté a punto de cesar y desaparecer, surjan
a las verdaderas necesidades y las justas exigencias de las naciones en todos los pueblos y en todas las naciones espíritus previsores y
y de los pueblos, como también de las minorías étnicas; exigen- puros, animados de un valor que sepa y sea capaz de oponer al te-
cias que, si no bastan siempre para fundamentar un estricto dere-
nebroso instinto de la baja venganza la severa y noble majestad
cho, cuando están en vigor tratados reconocidos y sancionados u
otros títulos jurídicos que se opongan a ellas, merecen, sin embargo, de la justicia, hermana del amor y compañera de toda verdadera
un benévolo examen para solucionarlas por métodos pacíficos y prudencia.
también, cuando sea necesario, por medio de una equitativa, pru- [22]. De esta justicia que es la única capaz de crear la paz y
dente y concorde revisión de los tratados. Reconstituido así un ver- de asegurarla, Nos, y con Nos todos cuantos escuchan nuestra voz,
dadero equilibrio entre las naciones, restablecidas las bases de una no ignoramos dónde nos es dado encontrar el sublime ejemplar,
mutua confianza, se evitarían muchas tentaciones para recurrir a la el íntimo impulso y la segura promesa: Transeamus usque Bethlehern
violencia. ' et videamus i 7 : Vayamos a Belén. Allí encontraremos recostado en
[19 ]• 5-° Pero incluso las regulaciones mejores y más cum- el pesebre al nacido «Sol de la justicia, Cristo, Dios nuestro», y a su
plidas serán imperfectas y condenadas en definitiva al fracaso si los lado la Virgen Madre, «Espejo de la justicia» y «Reina de la paz»,
que dirigen la suerte de los pueblos, y los pueblos mismos, no se con el santo custodio José, «el hombre justo». Jesús es el esperado
dejan penetrar cada vez más de aquel espíritu del que únicamente de las gentes. Los profetas lo señalaron y cantaron sus futuros triun-
puede provenir la vida, autoridad y obligatoriedad a la letra muerta fos : y se llamará maravilloso consejero, Dios fuerte, Padre sempiterno,
de los párrafos de los ordenamientos internacionales; es decir, de Príncipe de la paz 1 8 .
aquel sentido de íntima y aguda responsabilidad que mira y pon-
dera los estatutos humanos según las santas e indestructibles nor- i* Cf. Pío XII, discurso al nuevo embajador del Ecuador, 27 de diciembre de 1944;
mas del derecho divino; de aquella hambre y sed de justicia que AAS 36 (1944) 332-333-
17 Le. 2,15-
18 Is. 9,6.
812 rio x i i ix yuEsxo UIOK.NO 813

[23]. Cuando nació este celestial Niño, otro príncipe de la Santidad, que transcribo aquí, según el deseo del mismo se-
paz se asentaba sobre las orillas del Tíber y había con solemnes ñor presidente, literalmente. En ella el señor presidente deci-
ceremonias dedicado un Ara Pacis Augustae, cuyos maravillosos, de nombrar un representante del presidente con rango de
pero quebrados restos, sepultados durante siglos bajo las ruinas de embajador extraordinario, pero sin título formal, junto a la
Roma, han. levantado la cabeza en nuestros días. Sobre aquel altar, Santa Sede. Este representante sería el honorable Myron
Augusto sacrificó en honor de dioses que no salvan. Pero es lícito Taylor, quien partirá para Roma dentro de un mes, aproxi-
pensar que el verdadero Dios y eterno Príncipe de la Paz, que pocos madamente. La noticia se publicará mañana oficialmente)
años después apareció entre los hombres, haya escuchado el anhelo
Sigue el texto de la carta en lengua inglesa, que será publicado
de aquel tiempo por la paz y que la paz de Augusto haya sido como
una figura de aquella paz sobrenatural que sólo El puede dar, y en L'Osservatore Romano.
en la que se halla necesariamente comprendida toda paz terrena; [27]. Es un anuncio navideño que no podía llegarnos más
aquella.paz conquistada no con el hierro, sino con el leño de la cuna grato, ya que representa, por parte del eminente jefe de una tan
de este Infante Señor de la paz y con el leño de su futura cruz de grande y poderosa nación, una valiosa y prometedora contribución
muerte, rociada con su sangre, sangre no de odio y de rencor, sino a nuestras solicitudes, tanto para la consecución de una paz justa
de amor y de perdón. y honrosa como para una inteligencia más eficaz y más amplia diri-
gida a aliviar los sufrimientos de las víctimas, de la guerra. Por esto
[24]. Vayamos, pues, a Belén y a la gruta del recién nacido tenemos que expresar aquí, por este acto noble y generoso del pre-
Rey de la paz, cantada sobre su cuna por los coros de los ángeles, y sidente señor Roosevelt, nuestras felicitaciones y nuestro agrade-
de rodillas ante El, en nombre de esta humanidad inquieta y sacu- cimiento.
dida,|en nombre de los innumerables hombres, sin distinción de
pueblo o de nación, que se desangran y mueren, o han caído en el
llanto y en la miseria, o han perdido la patria, dirijamos nuestra
invocación de paz y concordia, de ayuda y de salvación, con las pa-
labras que la Iglesia pone en estos días sobre los labios de sus hijos:
O Emmanuel, Rex et legifer noster, exspectatio Gentium et salvator
earum, verá al salvandum nos, Domine, Deus noster 19 .
[25]. Mientras con esta- plegaria desahogamos nuestra aspi-
ración insaciada por una paz en el espíritu de Cristo, Mediador de
paz entre el cielo y la tierra, con su benignidad y humanidad apa-
recida en medio de nosotros, y exhortamos cálidamente a los fieles
cristianos a asociar con nuestras intenciones también sus sacrificios
y sus oraciones, impartimos, venerables hermanos y queridos hi-
jos, a vosotros y a todos los que lleváis en vuestro corazón, a todos los
hombres de buena voluntad que se hallan diseminados sobre la faz
de la tierra, especialmente a los que sufren, a los angustiados, a los
perseguidos, a los prisioneros, a los oprimidos de toda región y
país, con inmutado afecto, como prenda de gracias y de consola-
ciones y alivios celestiales, la bendición apostólica.
[26]. Al final de este nuestro discurso, no queremos privar-
nos de la alegría de anunciaros, venerables hermanos y queridos
hijos, que nos ha llegado esta misma mañana de la delegación apos-
tólica de Washington un telegrama, cuya parte preliminar y esen-
cial queremos leeros:
«El señor presidente, habiendo llamado esta mañana a
, monseñor Spellman, arzobispo de Nueva York, después de
un coloquio con éste, lo ha enviado a mí junto con el señor
Berle, secretario de Estado, entregándome una carta para Su
19
Breviarium Romanum, antífona mayor del 23 de diciembre.
»
GRAZIE 815
GRAZIE 3. La victoria sobre el principio de que la fuerza crea el derecho
y de que la utilidad es la base y la regla del derecho.
Bases indispensables del nuevo orden 4. La victoria sobre los gérmenes de conflictos. Nivelación de
las estridentes diferencias económicas. ,
5. La victoria sobre el espíritu de un frío egoísmo. Hay que vol-
ver a una sincera solidaridad jurídica y económica.
• V. Es de desear una declaración doctrinal de los derechos morales jurí-
dicamente imprescriptibles. Es "de desear que los hombres de gobier-
no estén maduros en el momento de hacer la paz, para configurar el
nuevo orden. Es de desear que no recaigan en los errores del pasado.
Depositemos nuestra confianza en las manos del Niño recién nacido.
Prosiguiendo la línea iniciada con el sermón navideño del. año 1930, Oración para que Jesucristo libere a la humanidad de las discordias
la alocución Grazie, del 24 de diciembre de 1940, enuncia cinco vic- y de las guerras. Bendición.
torias que constituyen otras tantas bases del nuevo orden internacional:
el respeto a la verdad, la fidelidad en la observancia de los pactos in-
ternacionales, la restauración del concepto objetivo del derecho, la ni-
velación de las excesivas diferencias económicas y el restablecimiento [1 ]. Gracias 1, venerables h e r m a n o s y queridos hijos, gracias
de la solidaridad jurídica y económica. os decimos, con t o d a la efusión d e n u e s t r o corazón, p o r el caro d o n
de vuestra presencia en esta vigilia de la santa N a v i d a d ; gracias,
con conmovido e íntimo reconocimiento, p o r vuestras nobles feli-
SUMARIO citaciones y p o r vuestras fervorosas oraciones pro Ecclesia et Pon-
I. Gracias. Oración del Papa. La solemnidad de la fiesta litúrgica de tífice, felicitaciones y oraciones cuyo intérprete, t a n autorizado c o m o
hoy, conmemoración de la redención del hombre, llena de alegría a elocuente, h a sido el venerado decano del Sacro Colegio, tan próxi-
¡os cristianos. En Belén encuentra refugio el discípulo de Cristo en m o a n u e s t r o corazón y t a n digno d e n u e s t r a estima y d e n u e s t r o
medio del desordenado mundo de hoy, Hay que vivir alejados tanto afecto. Esta riqueza d e los dones navideños desciende a n u e s t r o
de un optimismo inconsciente como de un deprimente pesimismo. La ánimo t a n t o m á s suave cuanto m á s dolorosos son los tiempos q u e
estrella de Belén sigue iluminando al mundo.
vivimos.
II. Fortaleza del cristiano. La Iglesia, gracias a Dios, no anda escasa hoy
de hombres fuertes. Pero no faltan cristianos que, débiles, se hacen [ 2 ] . Q u e os r e s p o n d a n n u e s t r o s sentimientos paternos, n u e s -
intermediarios de tesis hostiles ai cristianismo. No han comprendido el tros deseos, a c o m p a ñ a d o s y avivados con fervorosas preces a D i o s ,
misterio de la Cruz. A pesar de ello, la entrega a Cristo crece visible- por las p r ó x i m a s fiestas de N a v i d a d y A ñ o N u e v o ; a vosotros, a
mente en innumerables almas. quienes el Señor, en su benigna providencia, h a llamado para ser
La situación del mundo presenta al apostolado exigencias gigantes- a n u e s t r o lado consejeros sabios y fieles, p r o b a d o s y prestos al ser-
cas. La guerra actual está escribiendo una de las páginas más dolo- vicio del dominicus grex; a vosotros, q u e , m i e m b r o s d e la C u r i a
rosas de la historia del mundo. Lo que conocemos basta para oprimir romana, sentís y c o m p r e n d é i s p r o f u n d a m e n t e la alta misión d e c o -
el corazón. Esfuerzos de la Santa Sede para aliviar la situación de los laborar y participar, cada u n o en su p r o p i o oficio y en su p r o p i a
prisioneros y la suerte de sus familias. esfera, en la universal solicitud pastoral del Vicario d e Jesucristo.
III. Estamos en presencia de un hecho: Europa y sus instituciones se en-
cuentran en un proceso de transformación. Hay que corregir el pasado. [3 ]. Sobre t o d o s j u n t o s y sobre cada u n o d e vosotros en p a r -
Hay que aspirar a un nuevo orden que asegure las normas jurídicas. Es ticular, ministros y custodios de la civitas supra montem ¿¡osito.2;
un grito que, escapado del alma de la humanidad, es oído y atendido sobre t o d o s vosotros, a quienes m á s q u e a otros corresponde a p r o -
por la Iglesia. La Iglesia no está llamada a declararse partidaria de uno piarse y practicar el aviso del S e ñ o r : Luceat lux vestra coran homi-
u otro sistema político. Su misión es transmitir a todos los pueblos el nibus 3 , N o s i m p l o r a m o s del e t e r n o y s u p r e m o Sacerdote, en u n a
patrimonio de la vida cristiana. La Iglesia ha predicado con frecuen- época t a n grave en acontecimientos p a r a la Iglesia y para las a l m a s
• cia a sordos. Hoy es la realidad la que predica con la cruel guerra pre- a ella confiadas, lo q u e El m i s m o p e d í a al P a d r e para sus apóstoles
sente. La humanidad saldrá más prudente de la sangrienta escuela
en u n a h o r a t a n solemne c o m o santa: Padre Santo, guárdalos en tu
• actual. Sólo así podrá darse al orden nuevo un contenido digno y es-
table, apoyado en los principios de la sana moral. nombre...; no ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del
mal...; santifícalos en la verdad4.
IV. Principios indispensables de un nuevo ordenamiento:
1
1. La victoria sobre el odio, deformador de la verdad. P í o XII, sermón pronunciado en la víspera de Navidad ante el Sacro Colegio y los o b i s -
pos y prelados d e la Curia romana, 24 d e diciembre de 1940: A A S 33 (1941) 5-14. T e x t o
2. La victoria sobre la desconfianza. Hay que volver a la fideli- original en italiano.
dad, base del derecho internacional. 2
M t . 5,14.
3 M t . 5,16.
* l o . 17,11.15.17.
816 l'fo Xlt
GfcAZtE «SI 7
[4]. Esta mañana, venerables hermanos y queridos hijos, la
admirable liturgia de la santa Iglesia ha levantado los ánimos de sus la presente época, tan tempestuosa; y se mantendrá igualmente ale-
sacerdotes con las grandiosas palabras del martirologio romano: En jado tanto de un inconsciente optimismo, que prescinda de la reali-
el año setecientos cincuenta y dos de la fundación de Roma, en el año dad, como de la tendencia, todavía menos apostólica, que inclina
cuarenta y dos del imperio de Octaviano Augusto, puesto todo el orbe a un pesimismo perezoso y deprimente. ¿No sabe acaso que la vida
en paz..., Jesucristo, Dios eterno'e Hijo del Padre Eterno, queriendo y la actividad de la Iglesia, al igual que la vida y la actividad del
consagrar el mundo con su venida de piedad, concebido del Espíritu Redentor, están siempre acechadas por los satélites del celoso y teme-
Santo..., nace, en Belén de Judá, de la Virgen María, hecho hombre5. roso poder herodiano? Pero tampoco olvidará que la misteriosa
[5 ]. Cuando el tono solemne de este alegre mensaje que une estrella de la gracia brilla desde el cielo y tornará a brillar en las
a Roma con lición y el piadoso nacimiento del Salvador del mundo almas, anhelantes junto a la cuna de Dios, para conducirlas del error
con el recuerdo del nacimiento de aquella excelsa Roma que, en su a la verdad, del desvarío a la fe en Cristo Salvador.
más alto y sacro destino, no por la gloria de las armas, sino por las
victorias de la gracia divina, igualará el imperio con la tierra, y las
[I. E L CRISTIANO ANTE LA SITUACIÓN DEL MUNDO ]
almas con el Olimpo 6; cuando este anuncio solemne de la venida
del Rey celestial, en la edad en que todo el orbe estaba puesto en
[8]. Consciente de la tenebrosa audacia del mal desbordado
paz, resuena de nuevo en los oídos de los fieles de Cristo, despierta
en esta vida, el verdadero seguidor de Cristo experimenta en sí
y suscita en millones de almas, de todos los pueblos y naciones, la
vivo estímulo para mayor vigilancia tanto sobre sí mismo como sobre
memoria de la redención del pecado. Como una divina sinfonía
sus hermanos en peligro. Seguro como está de la promesa de Dios
universal, de todas las lenguas sube al cielo un himno de júbilo, un
y destriunfo final de Cristo sobre sus enemigos y los de su reino,
canto de adoración de corazones humildes y agradecidos: Cristo
se siente interiormente robustecido contra las desilusiones y fraca-
nos ha nacido; venid, adorémosle 7 . ¡Himno inmortal de libertad
sos, derrotas y humillaciones, y puede comunicar igual confianza
de los desterrados hijos de Eva! Los cuales casi llegan a olvidar
a todos aquellos a quienes se acerca en su ministerio apostólico,
el dolor del paraíso perdido por la culpa de los primeros padres;
convirtiéndose de esta manera en su baluarte espiritual, mientras
las espinas y zarzas que en la tierra, profanada por el pecado, ger- .
da ánimo y ejemplo a cuantos se hallan tentados a ceder o a desani-
minan desde la caída de Adán; y en el pesebre de Belén, ante el
marse frente al número y la potencia de los adversarios. Y ¡sean
celeste Niño y ante la Virgen Madre del recién nacido Emmanuel,
dadas gracias infinitas al Señor! Porque también hoy la Iglesia no
se postran en el polvo, conmovidos y llenos de santo estupor por los
anda escasa de semejantes almas santas y fuertes—ya provengan del
admirables designios de la Providencia divina.
círculo del clero, ya de los núcleos de seglares—-, las cuales, con un
[6]. La santa alegría por el nacimiento del Señor, el íntimo gran heroísmo, ignorado las más de las veces por el mundo, con una
gozo que surge como propio latido de los fieles de Cristo, no depen- fidelidad que jamás vacila en medio de otros que caen en la pusila-
den ni pueden quedar disminuidos o turbados por los acontecimien- nimidad y debilidad, ponen en práctica la exhortación del profeta:
tos exteriores; el gozo navideño, que los colma plenamente de feli- Fortaleced las manos desfallecidas, afianzad las rodillas vacilantes.
cidad y de paz, tiene raíces tan profundas y alcanza cimas tan altas, Decid a los tímidos de corazón: Esforzaos y no temáis. He aquí que
que no puede ser anulado por la tormenta de ningún acontecimiento vuestro Dios traerá venganza, expiación de Dios; Dios mismo vendrá
terreno, ya se mueva el mundo en paz, ya esté en guerra. La conso- y os redimirá 9 .
ladora verdad de las palabras del Señor: Vuestro corazón se alegrará,
y nadie os quitará vuestro gozo 8 , ¿quién la podrá sentir y experimen- [9]. Pero entre los cristianos no faltan algunos que, bajo el
tar mejor que aquel que, con el corazón sincero, con la voluntad peso cotidiano de los sacrificios y las pruebas de toda clase, en un
purificada y el alma abierta, escucha el himno de paz a los hombres mundo que se aleja de la fe y de la moral, o al menos del fervor
de buena voluntad, dirigido a la tierra desde el pesebre, primera de la fe y de la moral cristiana, van perdiendo aquel vigor espiritual,
cátedra del Verbo divino encarnado? aquella alegría y seguridad—así en la práctica interior de la fe como
en la profesión pública de ésta—sin las que no puede sostenerse ni
[7]. Quien penetra el sentido de este himno, quien ha gustado durar largo tiempo un verdadero y vital sentiré cum Ecclesia. Los
una gota al menos del suave néctar de verdad y de amor que encie- veis quizás a veces, aun sin que ellos lo adviertan, caer víctimas y
rra, sabe dónde encontrar refugio en medio del desordenado des- hacerse intermediarios de concepciones y teorías, de" pensamientos
arrollo de los acontecimientos, de las penas y de las angustias de y prejuicios que, nacidos en círculos extraños y hostiles al cristia-
5
Martirologio romano, día 25 de diciembre. nismo, vienen a acechar a las almas de los creyentes. Los caracteres
6
7
VIRGILIO, Eneida VI 782-783. de esta clase hasta sufren al ver a la Madre Iglesia—a la que en el
Canto litúrgico navideño: Adeste, fideles.
8
lo. 16,22. fondo querrían permanecer fieles—incomprendida ante el pretorio
9
Is. 35,3-4.
818 PÍO XII
GRAZIE 819
de Pilatos o vestida de burla entre los esbirros de Herodes. Creen bemos ahora basta ya para oprimir y desgarrar el corazón! Con refe-
en el misterio de la cruz, pero se olvidan de meditarlo y aplicarlo a rencia a las mujeres y a las madres de más de una nación, nos
nuestros días. En las fúlgidas y consoladoras horas del Tabor se
parece oír resonar el angustioso grito del profeta que la sagrada
sienten cercanos a Cristo; en las tristes y oscuras horas de Getsema-
liturgia recuerda durante la octava de la santa Navidad: En Rama
ní se convierten con harta facilidad en imitadores de los discípulos
durmientes. Y cuando las autoridades de la tierra recurren a su po- se oyó una voz, llanto y gran lamentación: era Raquel, que lloraba a sus
der externo, a semejanza de lo que los ministros del sanedrín hi- hijos, y no quería ser consolada, porque ya no existen n .
cieron con Jesús, los veis substraerse con tímida fuga o, lo que es [14]. Pero, entre tantas desgracias derivadas del cruel con-
igual, rehuir de las resoluciones francas y valerosas. flicto, una especialmente ha pesado desde el primer momento y
pesa todavía sobre nuestro corazón: la de los prisioneros de guerra,
[10]. Todo este inconsistente vacilar, venerables hermanos y que nos resulta tanto más aguda cuanto menor ha sido la posibi-
queridos hijos, no puede ni debe maravillarnos o turbarnos; mucho lidad, consentida a nuestra paternal solicitud, de correr en su ayuda
menos puede llevarnos a olvidar la ejemplar fortaleza de alma y la allí donde mayor es el número y más conmovedora la miseria de
conmovedora fidelidad con que innumerables hijos nuestros, gra- los que invocan eficaz socorro y consuelo. Acordándonos de cuanto
cias al auxilio divino, se mantienen adheridos y unidos, más tenaces Nos mismo, en el augusto nombre del Sumo Pontífice Benedicto XV,
que todas las tempestades, a la firme piedra de su fe y a la Iglesia de feliz memoria, pudimos hacer durante la guerra anterior para
de Dios, tutora, depositaría e infalible maestra de la verdad. Y por aliviar las penas materiales y morales de numerosos prisioneros,
esto, con conmovida gratitud al Altísimo y con paterna satisfac- esperábamos que también esta vez quedase abierto el camino a las
ción por la corona de tantos y tan nobles hijos de toda condición iniciativas religiosas y caritativas de la Iglesia.
y clase, no dudamos en afirmar que la conciencia, el fervor, la entre-
ga incondicional y sincera a Cristo y a su reino son virtudes que [15]. Sin embargo, si en algunos países se ha visto frustrado
crecen visiblemente en tantos y tantos, precisamente allí donde la nuestro intento, no siempre ha sido vano nuestro esfuerzo, puesto
profesión cuesta sacrificios, nunca antes reconocidos. que hemos podido hacer llegar, al menos, a una parte de prisioneros
polacos no pocas pruebas materiales y espirituales de nuestro interés;
[i I ]. Pero, cualquiera que haya de ser la relación, sólo de Dios otras, y más frecuentes, a los prisioneros e internados italianos,
conocida, entre victorias y derrotas, entre almas que se ganan y especialmente en Egipto, en Australia y en el Canadá.
almas que se pierden, no es menos verdadero e indudable que la
condición exterior e interior de la época presente origina y presenta [16]. Ni hemos querido que este santo día de Navidad albo-
al apostolado exigencias gigantescas, no sólo durante el transcurso rease alegre sobre el mundo sin hacer llegar, por medio de nuestros
de esta formidable guerra, sino todavía más en aquel día en que, representantes, a los prisioneros ingleses y franceses en Italia, ale-
terminadas las hostilidades, los pueblos deberán dedicarse a sanar manes en Inglaterra, griegos en Albania e italianos esparcidos por
las profundas llagas de una amarga herencia, social y económica, las diversas tierras del Imperio británico, principalmente en Egipto,
cuando las naciones envueltas en la guerra salgan de ésta con heridas en Palestina y en la India, algunas pruebas que les sirviesen como
espirituales, necesitadas como nunca de un cuidado asiduo y vigi- testimonio de nuestro recuerdo consolador y de nuestra bendición.
lante, que sirva para evitar y disminuir sus perniciosos efectos. [17]. Deseosos, además, de hacer nuestra el ansia de las fa-
[12]. Con trágica y casi fatal persistencia, el conflicto, una vez milias preocupadas por la suerte de sus familiares alejados e infelices,
desencadenado, prosigue por su camino ensangrentado, acumula hemos iniciado un trabajo de no pequeña importancia, que estamos
ruinas, no perdona templos venerables, monumentos insignes, hos- desarrollando con toda actividad, para pedir y transmitir noticias,
pitales de caridad, y, en el fácil olvido de las normas de humanidad, donde mayores sean las dificultades, no sólo de muchísimos prisio-
en el desprecio de las costumbres y convenciones bélicas, llega a neros, sino también de los prófugos y de cuantos se hallan triste-
veces a tales extremos, que una época menos perturbada y agitada mente separados de su patria y de su hogar por las calamidades
que la nuestra pondrá un día estas vicisitudes entre las páginas más presentes. De este modo hemos podido sentir palpitar millares de
dolorosas y oscuras de la historia del mundo J °. corazones junto al nuestro, con el conmovido tumulto de sus más
íntimos afectos en la anhelante tensión y en la grave pesadilla de la
[13]. Nuestro pensamiento corre con angustia al momento en incertidumbre, en la gozosa alegría de la seguridad recuperada, en
que la tristísima crónica de tantos sufrimientos—de cuerpos desga- la profunda pena y sufrida resignación por la suerte de sus seres
rrados, de almas doloridas, de heridos, prisioneros, prófugos, opri- queridos.
midos, hambrientos, enfermos, dispersos—, crónica hoy ignorada o
sólo en parte conocida, será publicada íntegramente. ¡ Pero lo que sa- [18]. Ni menor consuelo nos ha sido haber podido confortar,
con la asistencia moral y espiritual de nuestros representantes o
•o Véanse las normas que sobre el derecho y la moral de la guerra urgía, el Papa en su
discurso del 2 de junio de 1940, pronunciado ante el Sacro Colegio: AAS 32 (1940) 270-276 11
Mt. 2,18.
C20 i'io x n GKAZIE Iu!l

con la limosna de nuestros recursos, a un gran número de prófugos, o internacionales, nadie podrá maravillarse de ello; menos todavía
de expatriados, de emigrados, aun entre los «no arios»: a los polacos se sorprenderá la Iglesia, que, madre común de todos, siente y com-
ha podido llegar especialmente generoso nuestro socorro, así como prende mejor el grito que se escapa espontáneo del alma atormenta-
a aquellos para los que la ayuda caritativa de nuestros hijos de los da de la humanidad 13.
Estados Unidos de América nos facilitaba grandemente nuestro [23]. Entre los opuestos sistemas, vinculados a los tiempos y
paterno interés. dependientes de éstos, la Iglesia no puede ser llamada a declararse
partidaria de una tendencia más que de otra. En el ámbito del valor
[II. PROCESO DE TRANSFORMACIÓN] universal de la ley divina, cuya autoridad tiene fuerza no sólo para
los individuos, sino también para los pueblos, hay amplio campo
[19]. Hace ahora un año, venerables hermanos y queridos y libertad de movimiento para las más variadas formas de concep-
hijos, hicimos Nos, desde este lugar, algunas declaraciones de prin- ciones políticas; mientras que la práctica afirmación de un sistema
cipios sobre los presupuestos esenciales de una" paz conforme a los político o de otro depende en amplia medida, y a veces decisiva, de
principios de justicia, de equidad y de honor, tal que pudiera ser circunstancias y de causas que, en sí mismas consideradas, son
duradera. Y si el sucesivo desarrollo de los acontecimientos ha extrañas al fin y a la actividad de la Iglesia. Tutora y abanderada
retrasado para tiempo más lejano su realización, los pensamientos de los principios de la fe y de la moral, la Iglesia tiene el único
expuestos entonces nada han perdido de su intrínseca verdad y de interés y el solo deseo de transmitir, por sus medios educativos y
su exacto ajuste a la realidad, ni de su valor como obligación moral. religiosos, a todos los pueblos sin excepción, la clara fuente del
[20]. Hoy nos encontramos en presencia de un hecho que patrimonio y de los valores de la vida cristiana, para que cada pue-
tiene una notable importancia sintomática. De las polémicas apa- blo, del modo que responda a su peculiaridades, se ayude de los
sionadas de las partes beligerantes sobre los fines de la guerra y conocimientos y de los impulsos ético-religiosos cristianos para es-
sobre la regulación de la paz, surge cada vez más clara una especie tablecer una sociedad humanamente digna, espiritualmente elevada,
de communis opinio, que afirma que tanto la Europa anterior a la fuente de verdadero bienestar.
guerra como sus públicas instituciones se encuentran en un proceso [24]. Más de una vez la Iglesia ha tenido que predicar a sor-
de transformación tal, que parece señalar el comienzo de una nueva dos ; la dura realidad predica ahora a su vez, y ante su grito: Erudi-
época. Europa y el orden de los Estados, se afirma, no serán lo que mini, se abren oídos antes cerrados a la voz materna de la Esposa
fueron antes; algo nuevo, mejor, más desarrollado, orgánicamente de Cristo. Hay épocas de angustia frecuentes, mucho más frecuentes
más sano y libre y fuerte es lo que debe sustituir al pasado, para que los tiempos de bienestar, ricas en verdaderas y profundas ense-
evitar los defectos, la debilidad, las deficiencias, que se dicen haber ñanzas, a la manera que el dolor es con frecuencia un maestro más
aparecido manifiestamente a la luz de los recientes acontecimien- eficaz que el fácil éxito: Sólo el sufrir dará entendimiento al oído 14.
tos 12. Y esperamos en Dios que la humanidad entera, como cada una de
[21 ]. Es verdad que las diversas partes discrepan en las ideas las naciones en particular, saldrá de la dolorosa y sangrienta escuela
y en los fines; concuerdan, sin embargo, en la aspiración a un nuevo actual más prudente, experimentada y madura; sabrá distinguir
orden y no consideran posible o deseable una pura y simple vuelta con ojos claros entre la verdad y la engañosa apariencia, y abrirá
a las condiciones anteriores. y prestará su oído a la voz de la razón, guste o no guste, y lo cerrará
[22]. Ni vale para explicar suficientemente semejantes co- a la vacía retórica del error; se formará una convicción de la realidad,
rrientes y sentimientos la mera rerum novarum cupiditas, el mero que tomará en serio la realización del derecho y de la justicia, y ello
afán de novedades. A la luz de las experiencias de esta época de no sólo cuando se trate de exigir el cumplimiento de los propios
agobio, bajo la abrumadora presión de los sacrificios que requiere derechos, sino también cuando se deban satisfacer las justas exigen-
e impone, nuevas ideas y nuevas aspiraciones nacientes se apoderan cias de los demás.
de las mentes y de las almas. U n reconocimiento luminoso de las [25]. Sólo con estas disposiciones de ánimo se podrá llegar
deficiencias actuales. Una aspiración resuelta hacia un ordenamiento a infundir a esta seductora expresión, «nuevo orden», un contenido
que ponga en seguro las normas jurídicas de la vida estatal e inter- hermoso, digno, estable, apoyado en las normas de la moralidad,
nacional. Que esta ansia acuciante se haga sentir con mayor agudeza y se evitará el peligro de concebirlo y de plasmarlo como un meca-
entre los dilatados grupos de quienes viven con el trabajo de sus nismo puramente externo, impuesto por la fuerza, sin sinceridad,
manos, obligados siempre, tanto en paz como en guerra, a gustar sin pleno consentimiento, sin alegría, sin paz, sin dignidad, sin
más que nadie la amargura de los desacuerdos económicos, estatales
13
12
Cf. P í o XII, discurso al Sacro Colegio, 2 de junio de 1940: AAS 32 (1940) 270-276;
Cf. P í o XII, discurso ai n u e v o embajador de Francia, 9 d e junio de 1940: A A S 32 D Y R 2,127-135-
(1940) 277; D Y R 2,145-147- 1" Is. 28,19.
822 PÍO XII GRA7.IE 823
valor. Entonces se podrá dar a la humanidad una nueva esperanza la economía mundial; por lo tanto, una acción progresiva, equili-
que la tranquilice, un ideal que responda a sus nobles aspiraciones, brada por correspondientes garantías, para llegar a una organización
y desaparecerá el poder oculto y abierto, opresor y ruinoso, de la que dé medios a todos los Estados para asegurar a sus propios con-
discordia crónica que pesa sobre el mundo. ciudadanos, de cualquier clase que sean, un conveniente nivel de
vida.
[III. PRESUPUESTOS INDISPENSABLES DE UN NUEVO ORDENAMIENTO] [30]. 5. La victoria sobre el espíritu de frío egoísmo, el cual,
orgulloso de su fuerza, fácilmente termina violando no menos el
[26]. Pero los presupuestos indispensables para ese nuevo or- honor y la soberanía de los Estados que la justa, sana y disciplinada
denamiento son: libertad de los ciudadanos. En su lugar debe introducirse una sin-
1. La victoria sobre el odio, que hoy divide a los pueblos; la cera solidaridad jurídica y económica, una fraterna colaboración,
renuncia, por tanto, a sistemas y a prácticas de los que aquel recibe según los preceptos de la ley divina, entre los pueblos, una vez
siempre nuevo alimento. Existe, en realidad, actualmente en algunos que éstos estén asegurados en su autonomía e independencia. Mien-
países una propaganda desenfrenada y que no rehuye las manifiestas tras que por las duras necesidades de la guerra hablen las armas,
alteraciones de la verdad, mostrando, día por día y hasta hora por difícilmente podrían esperarse hechos definitivos en el sentido de
hora, a la opinión pública las naciones adversarias bajo una luz restaurar derechos morales y jurídicamente imprescriptibles. Pero
falseada y ultrajante. Pero quien quiera verdaderamente el bienestar sería de desear que, ya desde ahora, una declaración doctrinal en
del pueblo, quien ansie contribuir a preservar de incalculables daños favor de su reconocimiento viniese a calmar la agitación y la amar-
las bases espirituales y morales de la futura colaboración de los gura de cuantos se sienten amenazados o lesionados en su existencia
pueblos, deberá considerar como un sagrado deber y una alta mi- o en el libre desenvolvimiento de su actividad.
sión no dejar que se pierdan, en el pensamiento de los hombres, los [31 ]• ¡Venerables hermanos y queridos hijos! En el momento
ideales naturales de la veracidad, justicia, cortesía y cooperación al por todos deseado, indeterminable por ahora para el juicio humano,
bien, y, ante todo, el sublime ideal sobrenatural del amor fraterno en que callarán las armas y se esculpirán en los párrafos del tratado
traído por Cristo al mundo. de paz los efectos de este gigantesco conflicto, Nos deseamos que
[27]. 2. La victoria sobre la desconfianza, que oprime como la humanidad y quienes habrán de mostrarle el camino de su mar-
peso deprimente el derecho internacional, haciendo irrealizable toda cha estén tan maduros en el espíritu y sean tan capaces en la acción,
verdadera inteligencia; vuelta, por tanto, al principio iustitiae sóror que allanen el terreno para alcanzar un nuevo, sólido, verdadero y
incorrupta fictes 15, a aquella fidelidad en la observancia de los pactos justo ordenamiento. Nos suplicamos a Dios que suceda así. Y os
sin la que no es posible una tranquila convivencia de los pueblos y, exhortamos a todos a unir vuestras oraciones a las nuestras a fin
sobre todo, una coexistencia de pueblos poderosos y de pueblos de que la luz y la protección del Omnipotente preserven a aquellos
débiles. Fundamentum autem—proclamaba la antigua sabiduría ro- en cuyas manos estarán puestas las decisiones de tan gran impor-
mana—est iustitiae fides, id est dictorum conventorumque constantia tancia para la tranquilidad del mundo y tan cargados de responsa-
et veritas: «el fundamento de la justicia es la fidelidad, esto es, la bilidad, de repetir, cambiada la forma, antiguos errores y de volver
constancia y la verdad en lo dicho y en lo pactado» 16 . a caer en faltas pasadas, dirigiendo—aun sin saberlo o sin querer-
[28]. 3. La victoria sobre el funesto principio de que la lo—el porvenir de los pueblos y aun de su propia nación por un
utilidad es la base y la regla del derecho, de que la fuerza crea el camino en el que no se encontrará ningún verdadero orden, sino
derecho; principio que hace inconsistente toda relación internacio- solamente temores y motivos de nuevas calamidades. Que las men-
nal, con gran daño especialmente para aquellos Estados que, ya por tes de aquellos de cuya perspicacia, fuerza de voluntad, previsión
su tradicional fidelidad a los métodos pacíficos, ya por su menor y. moderación habrá de depender la felicidad o la infelicidad de los
potencialidad bélica, no quieren o no pueden luchar con otros; vuel- pueblos, puedan dejarse guiar por la luz de aquella sentencia tan
ta, por lo tanto, a una seria y profunda moralidad en las normas del conocida: Bis vincit qui se vincit in victoria 17 .
consorcio entre las naciones, lo cual no excluye, evidentemente, ni [32]. Nos depositamos en las pequeñas, omnipotentes y mise-
la búsqueda de la utilidad honesta ni un oportuno y legítimo uso ricordiosas manos del Redentor recién nacido, con una confianza
de la fuerza para tutelar derechos pacíficos impugnados violenta- ilimitada e indestructible, nuestros deseos, nuestras esperan-
mente o para reparar las lesiones de éstos. zas y nuestras oraciones, y le imploramos con vosotros, con todos
[29]. 4. La victoria sobre los gérmenes de conflictos, que los sacerdotes, con todos los fieles de la santa Iglesia, con todos los
consisten en las diferencias demasiado estridentes en .el campo de que en Cristo reconocen a su Señor y Salvador, que libere a la huma-
15
HORACIO, Odas I 24,6-7. nidad de las discordias a que la ha arrastrado esta guerra: ¡Oh raíz
6
' CICERÓN, De ofjwiis I 7,23.
Publii Syri Sententiae n.64 (Leipzig 1869).
821 PÍO XTT

de Jesé, puesta como señal para los pueblos, que hará callar a los re- NELL'ALBA
yes, y a quien suplicarán los gentiles! Ven a liberarnos; no quieras ya
más tardar 18 .
[33 ]• Con estas ansiosas palabras en los labios y con esta in- Los presupuestos de un orden internacional nuevo
tención en el corazón, os damos a vosotros, venerables hermanos y
queridos hijos; a todos nuestros hijos del mundo entero, y singu-
larmente a las víctimas de la guerra en cada una de las naciones,
como prenda de abundante gracia divina, con paterno afecto, la ben-
dición apostólica.
!8 Breviario romano, antífona mayor de la víspera de Navidad.
«Cuando la humanidad sufre, sufre también la Iglesia... Ante el
estridente contraste entre el divino Pesebre... y todo un mundo sacudido
por el siniestro resplandor de una guerra inigualada...», entre la opaca
niebla que envuelve al mundo, lá voz del Maestro de las almas, inase-
quible a las pasiones, a los prejuicios y a los partidismos, ilumina «los
senderos... de un nuevo ordenamiento de la vida privada y pública,
enraizado en las leyes divinas» x . Con estas palabras explicaba Pió XII
a los cardenales de la Curia romana el tema y la finalidad del radio-
mensaje navideño de 1941.
Hay que iniciar la reconstrucción de una nueva Europa y de un
mundo nuevo. Pero para esta reconstrucción es indispensable el retorno
de los Estados a las normas de un orden nacional e internacional que
impida, por una parte, los abusos de la libertad y, por otra parte, las
extralimitaciones del poder político. El radiomensaje Nell'alba es una
llamada de atención a todos los hombres sobre los peligros que acechan
a la paz verdadera. Los presupuestos del orden internacional nuevo
están definidos por el Papa como eliminación radical de cinco criterios
negativos: agresión a los derechos y a la libertad de las naciones; opre-
sión de las minorías nacionales; acaparamiento y monopolios económi-
cos; guerra total y carrera de armamentos, y, finalmente, persecución
religiosa. Una paz internacional genuina y duradera ha de levantarse
sobre la negación previa de estos cinco principios disolventes.

SUMARIO
I. La estrella del Redentor recién nacido resplandece sobre el obscuro
mundo de hoy. La idea de la fuerza pervierte y ahoga la norma del
derecho. No aparece abierto sendero alguno de inteligencia entre las
partes beligerantes.
II. La amplitud del desastre actual y sus causas. La humanidad vive hoy"
sometida al azote de una guerra exterminadora, agravado por el in-
quietante horizonte de un porvenir incierto. El cristianismo no ha
faltado a su misión. Son los hombres rebeldes al cristianismo los res-
ponsables de las ruinas actuales.
Una progresiva descristianización individual y social ha provoca-
do la anemia religiosa, el vacío ético y la bancarrota social. El gran
responsable de la guerra es el materialismo. La Iglesia no condena el
progreso técnico. Pero sí condena el mal uso del progreso técnico.
1
Pío XII, discurso al Sacro Colegio. 24 de diciembre de 1941: AAS 34 (1942) 1-10'
S2(i PÍO XII

III. El único remedio frente a este desastre es el retorno a la fe y a las NELL'AT.RA 827
normas de un orden social nacional e internacional que impida tanto gracia, habrán recibido el poder de hacerse hijos de Dios, porque
el abuso de la libertad como el abuso del poder. de Dios han nacido.
La reconstrucción de la sociedad exige, además, seriedad pruden-
te, reflexión madura, inteligencia amplia, voluntad firme y sometimien- [3]. Por esto, Nos, que, en estos amargos tiempos de convul-
to a las leyes de Dios. La estabilización del orden social requiere la siones bélicas, estamos afligidos por vuestras aflicciones y doloridos
previa estabilización del orden moral. La humanidad y la cristiandad con vuestros dolores; Nos, que vivimos, como vosotros, bajo el
enteras deben colaborar en esta obra de establecimiento de una paz •gravísimo peso de un azote que desgarra ya durante tres años la
segura. humanidad, en la vigilia de una solemnidad tan grande, queremos
IV. Los presupuestos esenciales de un orden internacional estable: dirigiros, con conmovido corazón de padre, la palabra para exhor-
i. La ley moral como fundamento imprescindible e inmutable taros a permanecer firmes en la fe y para comunicaros el consuelo
del orden nuevo. de aquella verdadera, exuberante y sobrehumana esperanza y cer-
2. El respeto a los derechos intangibles de todo Estado. teza que irradian de la cuna del Salvador recién nacido.
3. El respeto a los derechos de las minorías nacionales. [4]. Es verdad, amados hijos, que, si nuestros ojos no mirasen
4. El derecho de todas las naciones a participar en los bienes más allá de la materia y de la carne, apenas si podrían encontrar
económicos.
5. Supresión de la guerra, limitación de armamentos, observan- motivo alguno de consuelo. Difunden, sí, las campanas el alegre
cia de los convenios y creación de instituciones jurídicas internacio- mensaje de Navidad, se iluminan las iglesias y capillas, los cánticos
nales. religiosos alegran los espíritus, todo es fiesta y ornato en los sagra-
6. Libertad de la Iglesia, particularmente en la cuestión social. dos templos; pero la humanidad no cesa de desgarrarse en. una gue-
Algunos Estados obstaculizan esta libertad. rra ext'erminadora. En la sagrada liturgia resuena sobre los labios
V. Canto a Roma, faro de libertad y de paz universales, centro y maestra de la Iglesia la admirable antífona: Rex pacificus magnificatus est,
del cristianismo. Bendición para todos. cuius vultum desiderat universa térra 3 ; antífona que resuena en es-
tridente contraste con los acontecimientos que se precipitan ruido-
sos por montes y llanuras con espantoso fragor, devastan tierras y
casas en extensas regiones y arrojan a millones de hombres y a sus
[i ]. En el alba 1 y en la luz que brilla como preparación de
familias en la desgracia, en la miseria y en la muerte. Ciertamente,
la fiesta de la santa Navidad, esperada siempre con vivo anhelo de
admirables son los múltiples espectáculos de valor indomable en
gozo suave y penetrante, mientras todas las frentes se disponen a defensa del derecho y de la tierra patria; de serenidad en el dolor;
inclinarse y todas las rodillas a doblarse en adoración ante el inefa- de almas que viven como llamas de holocausto por el triunfo de la
ble misterio de la misericordiosa bondad de Dios, que, en su cari- verdad y de la justicia. Pero también, con angustia que nos oprime
dad infinita, quiso dar como don supremo y augusto, a la humanidad, el alma, pensamos y, como en sueños, contemplamos los terribles
su Hijo unigénito, nuestro corazón, amados hijos e hijas esparcidos choques de armas y de sangre en el año que declina hacia su ocaso;
sobre la faz de la tierra, se abre a vosotros y, sin olvidar a la tierra, la desgraciada suerte de los heridos y de los prisioneros; los sufri-
se eleva y se abisma en el cielo. mientos corporales y espirituales, los estragos, destrucciones y rui-
[2]. La estrella indicadora de la cuna del Redentor recién na- nas que la guerra aérea lleva consigo y vuelca sobre grandes y po-
cido desde hace veinte siglos resplandece todavía maravillosa en el pulosas ciudades, sobre centros y dilatados territorios industriales;
cielo de la Cristiandad. Agítense los pueblos, y las naciones conjúrense las riquezas de los Estados dilapidadas; los millones de hombres
contra Dios y contra su Mesías2; a través de las tempestades del que el ingente conflicto y la dura violencia están lanzando a la mi-
mundo humano, la estrella no conoció, no conoce ni conocerá oca- seria y al hambre 4 .
sos; el pasado, el presente y el porvenir son suyos. Ella enseña a no
desesperar jamás: resplandece ante los pueblos incluso cuando so- [5]. Y mientras la lozanía y la salud de una gran parte de la
bre la tierra, como sobre u n océano rugiente por la tempestad, se juventud, que se acercaba a la madurez, van disminuyendo por las
amontonan negros nubarrones, cargados de ruinas y de calamida- privaciones que impone el presente azote, van, por el contrario, su-
des. Su luz es luz de consuelo, de esperanza, de fe inquebrantable, biendo vertiginosamente los gastos y las contribuciones de guerra,
de vida y de seguridad en el triunfo final del Redentor, que des- que, provocando la disminución de las fuerzas productivas en el
campo civil y social, no pueden dejar de inquietar angustiosamente
embocará, cual torrente de salvación, en la paz interior y en la glo-
a aquellos que vuelven su mirada preocupada hacia el porvenir. La
ria para todos aquellos que, elevados al orden sobrenatural de la
1 3 «Ha sido glorificado el Rey pacífico, cuyo rostro desea ver toda la tierra» (Breviario
P í o XII, radiomensaje dirigido a t o d o el orbe en ía vispera d e Navidad, 24 de diciembre
romano, antífona 1. a d e las primeras vísperas d e Navidad).
d e 1941: A A S 3 4 (1042) 10-21; E 3 ( 1 9 4 2 ) 1,¡5-19. * Véase el radiomensaje d e Pascua al m u n d o entero, d e 13 d e abril d e 1941, en e l q u e
2
Ps. 2,1-3, Pío XII recuerda a los beligerantes algunas normas indeclinables de la moral y d e l derecho
de la guerra: A A S 33 (194O 113-117; E 1 (1941) 24-25-
828 í'ío XII
NELL'AI.BA 829
idea de la fuerza ahoga y pervierte la norma del derecho. Dad posi-
fraz del cristianismo muerto, sin el espíritu de Cristo; ¡y han pro-
bilidades y dejad la puerta abierta a los individuos y a los grupos
clamado que el cristianismo no ha cumplido su misión! 5
sociales o políticos para atentar contra los bienes y la vida ajenos;
permitid también que cualesquiera otras destrucciones morales per- [7]. Excavemos a fondo en la conciencia de la sociedad
turben y enciendan la tempestad en la atmósfera civil; y vosotros moderna, busquemos la raíz del mal. ¿Dónde está? No queremos
mismos veréis cómo las nociones del bien y del mal, del derecho y ciertamente omitir la alabanza debida a la prudencia de aquellos
de la injusticia, pierden sus agudos contornos, se embotan, se con- gobernantes que, en beneficio del pueblo, o favorecieron siempre
funden y amenazan desaparecer. Quien, en virtud del ministerio o quisieron y supieron otorgar su puesto de honor a los valores de
pastoral, tiene el camino para penetrar en los corazones, sabe y ve la civilización cristiana en las buenas relaciones entre la Iglesia y el
qué cúmulo de dolores y de angustias inenarrables pesa y se extien- Estado, en la tutela de la santidad del matrimonio, en la educación
de sobre tantas almas, quitándoles el deseo y la alegría de trabajar religiosa de la juventud. Pero no podemos cerrar los ojos ante el
triste cuadro de la progresiva descristianización individual y social,
y de vivir; cómo ahoga los espíritus y los torna mudos e indolentes,
que de la relajación de las costumbres ha pasado al debilitamiento
suspicaces y casi sin esperanza frente a los acontecimientos y las
y a la abierta negación de verdades y de fuerzas destinadas a ilu-
necesidades; perturbaciones de alma que nadie puede tomar a la
minar las inteligencias acerca del bien y el" mal, a vigorizar la vida
ligera si tiene en su corazón el verdadero bien de los pueblos y desea familiar, la vida privada, la vida estatal y pública. Una anemia re-
promover un no lejano retorno a las condiciones normales y orde- ligiosa, cual contagio que se propaga, ha atacado así a muchos pue-
nadas de la vida y del trabajo. Ante tal visión del presente, nace una blos de Europa y del mundo y ha provocado en las almas tal vacío
amargura que invade el pecho, tanto más cuanto que no aparece moral, que ninguna ideología religiosa o mitología nacional e inter-
hoy abierto ningún sendero de inteligencia entre las partes belige- nacional es capaz de llenarlo. Con palabras y con hechos y con dis-
rantes, cuyos recíprocos fines y programas de guerra parecen estar posiciones, durante decenios y siglos, ¿qué se ha hecho, mejor o
en oposición irreconciliable. peor, sino arrancar de los corazones de los hombres, desde la in-
fancia hasta la vejez, la fe en Dios, creador y padre de todos, remu-
nerador del bien y castigador del mal, desnaturalizando la educa-
[I. L A AMPLITUD DEL DESASTRE ACTUAL Y sus CAUSAS] ción y la instrucción, combatiendo y oprimiendo con todas las artes
y medios, con la difusión de la palabra y de la prensa, con el abuso
[6]. Cuando se indagan las causas de las actuales ruinas, ante de la ciencia y del poder, la religión y la Iglesia de Cristo?
las cuales la humanidad, que las contempla, queda atónita, se oye a
veces afirmar que el cristianismo no ha estado a la altura de su mi- [8]. Arrastrado así el espíritu al abismo moral con el aleja-
sión. ¿De quién y de dónde viene semejante acusación? ¿Tal vez miento de Dios y de las prácticas cristianas, era consecuencia obli-
de aquellos apóstoles gloria de Cristo, de aquellos heroicos celado- gada que los pensamientos, ideales, directrices, valoración de las co-
res de la fe y de la justicia, de aquellos pastores y sacerdotes heral- sas, acción y trabajo de los hombres se dirigieran y orientaran al
dos del cristianismo, que en medio de persecuciones y martirios mundo material, afanándose y sudando por extenderse en el espa-
cio, por crecer como nunca más allá de todo límite en la conqiusta
civilizaron la barbarie y la rindieron devota ante el altar de Cristo,
de las riquezas y del poder, por competir en la velocidad de produ-
iniciaron la civilización cristiana, salvaron los restos de la sabiduría
cir más y mejor todo cuanto el adelanto o el progreso material pa-
y del arte de Atenas y de Roma, reunieron a los pueblos en el nom-
recían exigir. De aquí, en la política, el predominio de un impulso
bre de Cristo, difundieron el saber y la virtud, elevaron la cruz so- desenfrenado hacia la expansión y el mero crédito político despre-
bre los aéreos pináculos y las bóvedas de las catedrales, imágenes ocupado de la moral; en la economía, el dominio de las grandes y
del cielo, monumentos de la fe y de la piedad, que todavía yerguen gigantecas empresas y asociaciones; en la vida social, la afluencia
su venerada cabeza entre las ruinas de Europa? No. El cristianismo, y concentración de las masas del pueblo con gravoso exceso en las
cuya fuerza se deriva de Aquel que es camino, verdad y vida, y está grandes ciudades y en los centros de la industria y del comercio,
y estará con él hasta la consumación de los siglos, no ha faltado a con aquella inestabilidad que sigue y acompaña a una multitud de
su misión; son los hombres quienes se han. rebelado contra el cris- hombres que cambian de casa y residencia, de país y ofcio, de sen-
tianismo verdadero y fiel a Cristo y a su doctrina; se han forjado timientos y amistades.
un cristianismo a su gusto, un nuevo ídolo que no salva, que no [9]. De aquí nació también que las recíprocas relaciones de la
se opone a las pasiones de la concupiscencia de la carne, a la codi- vida social tomaran un carácter exclusivamente físico y mecánico.
cia del oro y de la plata que deslumhra la vista, a la soberbia de la Con el desprecio de todo razonable freno y límite, el imperio de
vida; una nueva religión sin alma o un alma sin religión, un dis-
5
Cf. el radiomensaje de Pío XII dirigido al mundo el 29 de junio de 1941 sobre La Pro-
I videncia divina en los acontecimientos humanos: AAS 33 (1941) 319-325; E [ (1941) 14,4-6.
830 Pf0 X1I NliLL'ALBA S31
la violencia externa, la desnuda posesión del poder, se han sobre* en otros tiempos la bendición y la energía moral para el cumpli-
puesto a las normas del orden, regulador de la convivencia humana; miento de los propios deberes; a la fe que iluminaba a los indivi-
normas que, emanadas de Dios, establecen las relaciones naturales duos y a la sociedad y enseñaba los derechos y los deberes propios
y sobrenaturales que median entre el derecho y el amor hacia los de cada uno; a las sabias e inquebrantables normas de un orden
individuos y hacia la sociedad. La majestad y la dignidad de la per- social que, tanto en el terreno nacional como en el internacional,
sona humana y de las sociedades particulares ha quedado herida, levantan una eficaz barrera contra el abuso de la libertad no menos
envilecida y suprimida por la idea de la fuerza que crea el derecho; que contra el abuso del poder. Pero el llamamiento a estas benéficas
la propiedad privada llegó a ser para los unos un poder dirigido a fuentes debe resonar alto, persistente y universal en esta hora en
disfrutar el trabajo de los demás, y en los otros engendró celos, des-
que el viejo orden está para desaparecer y ceder el paso y el pues-
contento y odio; y la organización que de esta situación se siguió
to a uno nuevo.
acabó por convertirse en fuerte arma de lucha para hacer prevale-
cer los intereses de una parte. En algunos países, una concepción [13]. La futura reconstrucción podrá presentar y ofrecer pre-
atea o anticristiana del Estado, con sus vastos tentáculos, atrajo a sí ciosas posibilidades de promover el bien, no exentas tampoco de
de tal manera al individuo, que casi lo despojó de su independen- los peligros de caer en errores, y con ellos favorecer el mal; y exi-
cia tanto en la vida privada como en la pública. girá seriedad prudente y madura reflexión, no sólo por la gigantesca
[10]. ¿Quién podrá hoy maravillarse de que tan radical opo- dificultad de la obra, sino también por las graves consecuencias que,
sición a los principios de la doctrina cristiana haya acabado por si fallara, causaría en el campo material y en el espiritual; exigirá
transformarse en ardiente choque de tensiones internas y externas, inteligencias de amplia visión y voluntades de firmes propósitos,
hasta conducir al exterminio de vidas humanas' y destrucción de hombres valerosos y trabajadores, pero, sobre todo y ante todo,
bienes que estamos viendo, y que presenciamos con profunda pena? conciencias que en los proyectos, en las deliberaciones y en las accio-
Funesta consecuencia y fruto de las condiciones sociales descritas, nes estén animadas, movidas y sostenidas por un vivo sentido de
la guerra, lejos de detener el influjo y desarrollo de éstas, los pro- responsabilidad y no rehuyan inclinarse ante las santas leyes de
mueve, los acelera y los amplía, con tanta mayor ruina cuanto más Dios; porque, si a la energía plasmadora en el orden material no se
se prolonga la guerra, haciendo cada día más general la catástrofe. une suma ponderación y sincero propósito en el orden moral, se
[i i ]. De nuestra palabra contra el materialismo del último si- cumplirá, sin duda alguna, la sentencia de San Agustín: Bene cur-
glo y del tiempo presente, mal argumentaría quien dedujera de ella runt, sed in vía non currunt. Quanto plus currunt, plus errant, quia
una condenación del progreso técnico. N o ; Nos no condenamos lo que a via recedunt6.
es don de Dios, quien, así como nos hace surgir el pan del seno de [14]. No seria la primera vez que hombres que están espe-
la tierra, así en los días de la creación del mundo escondió en las rando ceñirse el laurel de las victorias guerreras soñasen con dar
entrañas más profundas del suelo tesoros de fuego, de metales, de al mundo un nuevo ordenamiento, abriéndole caminos conducentes,
piedras preciosas, que la mano del hombre había de excavar para <i su parecer, al bienestar, a la prosperidad y al progreso. Pero siem-
sus necesidades, para sus obras, para su progreso. La Iglesia, madre pre que cedieron a la tentación de imponer su propia construcción
de tantas universidades de Europa, que aun hoy enaltece y reúne contra el dictamen de la razón, de la moderación, de la justicia y de
a los más intrépidos maestros de las ciencias, investigadores de la la noble humanidad, se encontraron caídos y asombrados al contem-
naturaleza, no ignora, sin embargo, que de todo bien y de la misma plar las ruinas de sus esperanzas fallidas y de sus proyectos fracasa-
libertad puede hacerse un uso digno de alabanza y de premio o dos. Por eso, la historia enseña que los tratados de paz estipulados
bien de censura y de condena. Así ha sucedido que el espíritu y la con espíritu y condiciones opuestos ya a las normas morales, ya
tendencia con que muchas veces se ha utilizado el progreso técnico a una genuina prudencia política, nunca tuvieron vida, sino es mez-
hayan sido la causa de que, en el momento presente, la técnica quina y breve, poniendo así al descubierto y demostrando un error
tenga que expiar su error y ser casi la vengadora de sí misma, crean- de cálculo, humano sin duda, pero no por esto menos funesto.
do instrumentos de ruina que destruyen hoy lo que ayer ella misma
había edificado. [15]. Ahora bien, las ruinas de esta guerra son demasiado
enormes para añadirles también las de una paz frustrada e ilusoria;
por esto, para evitar desgracia tan grande, conviene que con since-
[II. ÚNICO REMEDIO, EL RETORNO A LOS ALTARES] ridad de voluntad y energía, con propósito de generosa coopera-
ción, colaboren para la paz no sólo este o aquel grupo, 10 sólo este
[12]. Frente a la amplitud del desastre originado por los erro- o aquel pueblo, sino todos los pueblos, incluso la humanidad en-
res indicados, no existe otro remedio que el retorno a los altares, al tera. Es una empresa universal de bien común, que requiere la co-
pie de los cuales innumerables generaciones de creyentes lograron b
íCorren bien, pero fuera del camino; cuanto más corren, más se apartan del camino»
SAN AGUSTÍN, Sermón 141,4: PL 38,777).
832 PIÓ XII
KELX'ALBA 833
laboración de la cristiandad, por los aspectos religiosos y morales 0
del nuevo edificio que se desea construir. '{26]. 2. En el campo de un nuevo orden fundado sobre
principios morales no hay lugar para la opresión abierta o encu-
. [16]. Hacemos, por consiguiente, uso de un derecho nuestro, bierta de las peculiaridades culturales y lingüísticas de las minorías
o mejor dicho, cumplimos un deber nuestro, cuando hoy, en la nacionales, para la obstaculización o reducción de su propia capaci-
víspera de la Navidad, aurora divina de esperanza y de paz para el dad económica, para la limitación o abolición de su natural fecun-
mundo, con la autoridad de nuestro ministerio apostólico y el ar- didad. Cuanto más a conciencia respete la autoridad competente
diente estímulo de nuestro corazón, llamamos de nuevo la atención del Estado los derechos de las minorías, tanto más seguramente y
y la meditación del universo entero sobre los peligros que acechan eficazmente podrá exigir de sus miembros el leal cumplimiento de
y amenazan a una paz que sea la base de un verdadero orden nuevo los deberes civiles comunes a los demás ciudadanos.
y responda a la esperanza y a los deseos de los pueblos por un por-
venir más tranquilo. [21]. 3 . 0 En el campo de un nuevo orden fundado sobre
[17]. Este nuevo orden que todos los pueblos anhelan ver rea- principios morales no hay lugar para los estrechos cálculos egoístas,
que tienden a acaparar para sí las fuentes económicas y las materias
lizado después de las pruebas y ruinas de esta guerra, ha de alzarse
de uso común, de forma que las naciones menos favorecidas por la
sobre la roca indestructible e inmutable de la ley moral, manifes-
naturaleza queden excluidas. A este propósito, nos sirve de gran
tada por el mismo Creador mediante el orden natural y esculpida consolación ver cómo se afirma la necesidad de una participación
por El en los corazones de'los hombres con caracteres indelebles; de todos en los bienes de la tierra, afirmación sostenida aun por
la ley moral, cuya observancia debe ser inculcada y promovida por aquellas naciones que en la realización de este principio pertene-
la opinión pública de todas las naciones y de todos los Estados con cerían a la categoría de aquellos «que dan» y no a la de aquellos «que
tal unanimidad de voz y de fuerza, que ninguno pueda atreverse reciben». Pero la equidad exige que una solución de esta cuestión,
a ponerla en duda o a debilitar su fuerza obligatoria. decisiva para la economía del mundo, se logre metódica y progresi-
vamente con las necesarias garantías y aproveche la lección de los
[III. PRESUPUESTOS ESENCIALES DE UN ORDEN errores y de las omisiones del pasado. Si en la futura paz no se
INTERNACIONAL NUEVO ] llegase a afrontar animosamente este punto, quedaría en las relacio-
nes entre los pueblos una honda y vasta raíz que sería fuente de
[18]. Como faro resplandeciente, la ley moral debe con los amargas desigualdades y exasperantes envidias, que terminarían
rayos de sus principios dirigir la ruta de la actividad de los hom- conduciendo a nuevos conflictos. Pero es necesario hacer notar '
bres y de los Estados, los cuales habrán de seguir sus amonestado- cómo la solución satisfactoria de este problema se halla estrecha-
ras, saludables y provechosas indicaciones si no quieren condenar mente unida con otra base fundamental del nuevo orden, de la que
a la tempestad y al naufragio todo trabajo y esfuerzo para establecer hablamos en el punto siguiente.
un orden nuevo. Resumiendo, pues, y completando lo que en otras [22]. 4. 0 En el campo de un nuevo orden fundado sobre los
ocasiones Nos ya hemos expuesto, insistimos también ahora sobre principios morales no hay lugar—una vez eliminados los focos más
algunos presupuestos esenciales de un orden internacional que, ase- peligrosos de conflictos armados—para una guerra total ni para
gurando a todos los pueblos una paz justa y duradera, sea fecundo una desenfrenada carrera de armamentos. No se debe permitir que
en bienestar y prosperidad. la tragedia de una guerra mundial, con sus ruinas económicas y
[19]. i.° En el campo de un nuevo orden fundado sobre los sociales y sus aberraciones y perturbaciones morales, caiga por ter-
principios morales no hay lugar para la lesión de la libertad, de la cera vez sobre la humanidad. Y para que ésta quede protegida de
integridad y de la seguridad de otras naciones, cualquiera que sea tal azote, es necesario que con seriedad y honradez se proceda a
su extensión territorial o su capacidad defensiva. Si es inevitable^ una limitación progresiva y adecuada de los armamentos. El des-
que los grandes Estados, por sus mayores posibilidades y su poderío, equilibrio entre un exagerado armamento de los Estados poderosos
tracen el camino para la constitución de grupos económicos entre y el deficiente armamento de los Estados débiles crea un peligro
ellos y las naciones más pequeñas y más débiles, es, sin embargo, para la conservación de la tranquilidad y de la paz de los pueblos
indiscutible—como para todos, en el marco del interés general— y aconseja descender a un límite amplio y proporcionado en la
el derecho de éstas al respeto de su libertad en el campo político, a fabricación y en la posesión de armas ofensivas.
la eficaz guarda de aquella neutralidad en los conflictos entre los [23]. Después, conforme a la medida en que se realice el"
Estados que les corresponde según el derecho natural y de gentes, desarme, habrán de establecerse medios apropiados, honrosos para
a la tutela de su propio desarrollo económico, pues tan sólo así todos y eficaces, para devolver a la norma pacta sunt servanda, «los
podrán conseguir adecuadamente el bien común, el bienestar mate- pactos deben ser observados», la función vital y moral que le co-
rial y espiritual del propio pueblo, rresponde en las relaciones jurídicas entre los Estados. Esta norma,
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834 PÍO XII,
NEI.L'AI.BA 83S
que ha sufrido en el pasado crisis preocupantes e innegables infrac- al servicio de la inteligencia entre los pueblos y de la paz, pueda
ciones, ha experimentado contra sí una desconfianza casi incurable
cooperar con su celo y con su amor al inmenso trabajo de restañar
entre los diversos pueblos y los respectivos gobernantes. Para que
las heridas de la guerra.
la recíproca confianza renazca, deben surgir instituciones que, ga-
nándose el respeto general, se dediquen al nobilísimo oficio de [26]. Nos resulta por esto inexplicable que, en algunas re-
garantizar el sincero cumplimiento de los tratados y de promover, giones, múltiples disposiciones obstaculicen el camino al mensaje
según los principios del derecho y de la equidad, las oportunas de la fe cristiana, mientras conceden amplio y libre paso a una pro-
correcciones o revisiones. paganda que la combate. Substraen la juventud a la bienhechora
influencia de la familia cristiana y la alejan de la Iglesia; la educan
[24]. No se nos oculta el cúmulo de dificultades que habrán en un espíritu contrario a Cristo, instilándole ideas, máximas y prác-
de superarse y la casi sobrehumana fuerza de buena voluntad exi- ticas anticristianas; hacen difícil e incluso perturban la obra de la
gida a todas las partes para que se pongan de acuerdo en dar una Iglesia en la cura de almas y en las obras de beneficencia; desconocen
feliz solución a la doble empresa aquí propuesta. Pero esta labor y rechazan su influjo moral sobre el individuo y la sociedad; deter-
común es tan esencial para una paz duradera, que nada debe retraer minaciones todas que, lejos de haberse mitigado o de haber sido
a los hombres de Estado responsables de emprenderla y de cooperar abolidas en el curso de la guerra, todavía en no pocos aspectos se
a ella con las fuerzas de una buena voluntad que, mirando el bien han ido exasperando más duramente. Que todo esto, y más aún,
futuro, venza los dolorosos recuerdos de las tentativas que fraca- pueda continuar en medio de los sufrimientos del momento presente,
saron en el pasado y no se amilane al advertir el gigantesco esfuerzo es un triste síntoma del espíritu con que los enemigos de la Iglesia
que se requiere para tal obra. imponen a los fieles, en medio de tantos otros sacrificios no ligeros,
[25]. 5.° En el campo de un nuevo orden fundado sobre también el peso angustioso de una amarga ansiedad que oprime las
principios morales no hay lugar para la persecución de la religión conciencias.
y de la Iglesia. De una fe viva en un Dios personal y trascendente [27]. Nos amamos, Dios nos es testigo, con igual afecto a to-
surge necesariamente una clara y resistente energía moral que in- dos los pueblos sin excepción alguna; y para evitar aun la sola apa-
forma todo el curso de la vida; porque la fe no es sólo una virtud, riencia de que nos mueva espíritu partidista, Nos hemos impuesto
sino la puerta divina por la cual entran en el templo del alma todas hasta ahora la máxima reserva; pero las disposiciones contra la
las virtudes y se forma aquel carácter fuerte y tenaz que jamás Iglesia y los fines que se proponen son tales, que nos sentimos
vacila en los cimientos de la razón y de la justicia. Esto es siempre obligados, en nombre de la verdad, a pronunciar una palabra incluso
verdad; pero mucho más ha de resplandecer cuando lo mismo al para evitar que aun entre los mismos fieles pueda surgir algún
hombre de Estado que al último de los ciudadanos se les exige el extravío.
máximo de valor y de energía moral para reconstruir la nueva Europa
y un mundo nuevo sobre las ruinas que el conflicto mundial, con su
violencia, con el odio y con la división de los espíritus, ha acumulado. [IV. CANTO A ROMA]
En cuanto a la cuestión social en particular, que al terminar la guerra
se presentará mucho más aguda, nuestros predecesores y Nos mis- [28]. Nos miramos hoy, amados hijos, al Hombre-Dios, na-
mo hemos señalado las normas de solución, las cuales, sin embargo, cido en una cueva para levantar de nuevo al hombre a aquella gran-
conviene considerar que solamente podrán observarse en su inte- deza de la que había caído por su culpa, para volverlo a colocar en
gridad y ser plenamente eficaces cuando los hombres de Estado y el trono de libertad, de justicia y de honor que los siglos de los dioses
los pueblos, los patronos y los obreros, estén animados por la fe falsos le habían negado. El fundamento de aquel trono será el Cal-
en un Dios personal, legislador y juez supremo, a quien deben res- vario ; su ornamento no será el oro o la plata, sino la sangre de Cristo,
ponder de sus acciones. Porque, mientras la incredulidad que se sangre divina que hace veinte siglos corre por el mundo y tiñe de
enfrenta con Dios, ordenador del universo, es el más peligroso púrpura las mejillas de su Esposa, la Iglesia, y, purificando, consa-
enemigo de un justo orden nuevo, todo hombre, en cambio, que grando, santificando, glorificando a sus hijos, se convierte en luz
cree en Dios, es un poderoso defensor y paladín de ese orden. del cielo.
Quien tiene fe en Cristo, en su divinidad, en su ley, en su obra [29]. ¡Oh Roma cristiana!, esa sangre es tu vida; por esa
•de amor y de hermandad entre los hombres, aportará elementos sangre tú eres grande e iluminas con tu grandeza aun los restos y
particularmente preciosos para la reconstrucción social; con mayor las ruinas de tu grandeza pagana, y purificas y consagras los códigos
razón los aportarán a ésta los hombres de Estado si se muestran dis- de la sabiduría jurídica de los pretores y de los cesares, j T ú eres
puestos a abrir las puertas y a allanar el camino a la Iglesia de Cristo madre de una justicia más alta y más humana, que te honra a ti
para que, libre y sin trabas, poniendo sus eríergías sobrenaturales misma, a tu cátedra y a quien te escucha! j T ú eres faro de cultura,
y la civilizada Europa y el mundo te deben cuanto de más sacro y
836 PÍO XH NEIX'AI.BA
tu
de más santo, cuanto de más sabio y más virtuoso realza a los pue- desgraciados y necesitados, que esperan una palabra amiga q u e ' ^
blos y embellece su historia! ¡ Tú eres madre de caridad: tus fastos, derrame en sus corazones fuerza, valor, dulzura de compasi<vk
tus monumentos, tus hospitales, tus monasterios y tus conventos, de ayuda fraterna. Descanse, por último, nuestra bendición SQJ* ^
tus héroes y tus heroínas, tus heraldos y tus misioneros, tus épocas y aquellas almas y aquellas manos piadosas que, con inagotable
tus siglos, con sus escuelas y sus universidades, ponen de relieve generoso sacrificio, nos han proporcionado medios con que SIK~ .
los triunfos de tu caridad, que todo lo abraza, todo lo sufre, todo la deficiencia de los nuestros para enjugar las lágrimas, suaviz^lj
lo espera, todo lo realiza por hacerse toda para todos, para consolar pobreza de muchos, especialmente de los más pobres y abandor^ J
y aliviar a todos, para sanar a todos y llamarlos a la libertad dada al entre las víctimas de la guerra, haciendo experimentar de esta suJ^v
hombre por Cristo, y tranquilizar a todos con aquella paz que her- cómo la bondad y la benignidad de Dios, cuya suma e inefable ^
mana a los pueblos y que de todos los hombres, bajo cualquier cielo, velación es el Niño del pesebre, que con su pobreza nos quiso h»V^
cualquier lengua y costumbre que los separan, hace una sola familia, ricos, no cesan jamás, en el sucederse de los tiempos y de las H \ ^
y del mundo una patria común! gracias, de ser vivas y operantes en la Iglesia. \
[30 ]. Desde esta Roma, centro, roca y maestra del cristianismo, A todos impartimos con profundo amor paternal de la plenk
ciudad eterna en el tiempo más por Cristo que por los cesares, Nos, de nuestro corazón la bendición apostólica. Vy
movido por el deseo ardiente y vivísimo del bien de cada uno de los
pueblos y de toda la humanidad, a todos dirigimos nuestra palabra,
rogando y conjurando que no se retrase el día en que en todos los lu-
gares donde la hostilidad contra Dios y su Cristo arrastra hoy a los
hombres a su ruina temporal y eterna prevalezcan mayores cono-
cimientos religiosos y nuevos ideales; el día en que sobre la cuna
del nuevo ordenamiento de los pueblos resplandezca la estrella de
Belén, anunciadora de un nuevo espíritu que mueva a cantar a los
ángeles: Gloria in excelsis Deo, y a proclamar ante todas las gentes,
como don al fin otorgado por el cielo, pax hominibus bonae volun-
tatis 7 . Después que haya amanecido la aurora de aquel día, ¡ con
qué gozo naciones y gobernantes, libre ya el espíritu de los temores
de amenazas y de renovación de conflictos, transformarán las espadas,
desgarradoras de pechos humanos, en arados que surquen, bajo el sol
de la bendición divina, el fecundo seno de la tierra para arrancarle
un pan, bañado, sí, con sudores, pero nunca más con sangre y
lágrimas!
[31]. Con esta esperanza y con esta anhelante oración en los
labios, enviamos nuestro saludo y nuestra bendición a todos nuestros
hijos del universo entero. Descienda nuestra bendición más efusiva
sobre todos cuantos—sacerdotes, religiosos y seglares—sufren penas
y angustias por su fe; descienda también sobre aquellos que, aun
sin pertenecer al cuerpo visible de la Iglesia católica, nos son alle-
gados por la fe en Dios y en Jesucristo y están acordes con Nos
sobre el ordenamiento y los fines fundamentales de la paz; descienda
con particular latido de afecto sobre cuantos gimen en la tristeza y
en la dura angustia de los sufrimientos de esta hora. Sea escudo para
cuantos militan bajo las armas; medicina para los enfermos y heridos;
consuelo para los prisioneros, para los expulsados de su tierra nativa,
para los alejados del hogar doméstico, para los deportados a tierras
extrañas, para los millones de desgraciados que luchan en todo
momento contra los espantosos mordiscos del hambre. Sea bálsamo
para todo dolor y desventura; sea sostén y consuelo para todos los
' Xa, 3,14*
CON _SEMPRE 839

CON SEMPRE
"' '•""' '' S U M A R I Ó

Los fundamentos del orden interno de los Estados I. En el luminoso mensaje de Jesús recién nacido está contenida la úni-
ca solución eficaz para los problemas del mundo actual. La Iglesia
—dentro de su esencial imparcialidad—no puede dejar de proclamar
los principios fundamentales de los que depende la estabilidad del
orden nuevo nacional e internacional.
II. Las relaciones internacionales y el orden interno de los Estados están
íntimamente unidos. Las normas fundamentales del orden interno de
los Estados constituyen el objeto de este radiomensaje navideño.
«En los precedentes mensajes fué nuestra intención exponer las nor- La paz en la vida social está integrada por un doble elemento:
mas y los presupuestos de una verdadera paz entre los pueblos, conforme, la convivencia en el orden y la convivencia en la tranquilidad.
por lo tanto, a la justicia, a la equidad y al. amor... Conscientes délas III. La convivencia en el arden.
estrechas y esenciales relaciones entre el equilibrio económico, social e El orden social implica una unidad interior, sin excluir las diver-
intelectual en cada uno de los Estados y la paz internacional, nuestro sidades naturales. Entre el genuino orden social y el genuino orde-
namiento jurídico se da una íntima conexión. El conocimiento de
radiomensaje de hoy se ocupará principalmente de las condiciones y de
las verdades fundamentales de la vida social por parte de los grupos
los fundamentos necesarios para una pacificación y para un verdadero dirigentes y, a través de éstos, por parte de las multitudes, es de im-
orden en el interior de las naciones* "í. Con estas palabras anunciaba portancia capital en el establecimiento de un nuevo orden social.
Pío XII al Sacro Colegio Cardenalicio el tema central del radiomensaje Dios es la causa primera y el fundamento último de toda vida
navideño de 1942, que venía así a constituir un complemento y una individual y social. De Dios arranca el carácter absoluto y la. auto-
prolongación del radiomensaje de la Navidad precedente. • ridad moral de la vida social. Por otra parte, el origen y el fin esencial
La convivencia en el orden y la convivencia en la tranquilidad son de la vida social es el desarrollo y el perfeccionamiento de la persona
los dos elementos fundamentales de una sana vida social en el interior . humana. De aquí que la vida social esté sometida a una doble subor-
de los Estados. Pero este orden y esta tranquilidad tienen que ajustarse dinación: a Dios y al hombre; y esté obligada a la realización del
bien común. Despojar la vida social de toda consideración religiosa
a las normas eternas de la ley natural y de la ley revelada 2 . De lo y ética equivale'a lanzarla al desorden y al extravío.
contrario, el mundo corre el riesgo de sustituir los errores pasados con
desviaciones nuevas y paliativos inútiles que pueden resultar peores IV. La vida social requiere, además, el apoyo protector de un recto or-
que los males anteriores. La oonvivencia en él orden exige, en virtud denamiento jurídico. Este ordenamiento jurídico, dotado del poder
coactivo, ejercido por una autoridad responsable, basado en las nor-
de las normas naturales y reveladas,- que el origen y el fin esencial de mas permanentes del orden natural, debe ser dirigido a la realización
la inda social queden situados en la dignidad de la persona humana. del bien común por medio de una regulación justa de las relaciones
Esta orientación implica, a su vez, la creación de un recto ordenamiento ' sociales.
jurídico, puesto al servicio de la persona humana, para favorecer el des- Es necesario hoy día el retorno a una concepción jurídica orgáni-
arrollo progresivo de ésta. Por lo que se refiere a la tranquilidad como ca, exenta de errores e iluminada por los principios éticos y religio-
factor fundamental del orden interno en el Estado, esta tranquilidad sos, que haga de los ordenamientos positivos un reflejo externo del
exige la solución de la cuestión obrera. Lo cual a su vez implica dos orden social querido por Dios. El amor y el derecho deben unirse y
consecuencias trascendentales que definen la esencia social del radio- . completarse mutuamente.
mensaje: no se debe obstaculizar el esfuerzo de los obreros por mejorar V. La convivencia en la tranquilidad.
su propia situación; es obligatorio hacer posible a todos un margen Tranquilidad no es sinónimo de aferramiento, indolencia o de-
suficiente de propiedad, porque ésta es, por voluntad expresa de Dios, serción. La tranquilidad incluye el trabajo, la acción y la lucha. Pero
una protección natural garantizadora de la dignidad de la persona el entusiasmo no basta. Se requiere la consagración al servicio del
bien y de la verdad. Es necesario, además, anclar hondo en el mar
humana y de la familia. de la tranquilidad de Dios. Es imprescindible, por último, coordi-
1
Pío XTI, sermón ante el Sacro Colegio en la víspera de Navidad, 24 de diciembre nar las energías impulsoras de la juventud con la experiencia modera-
de 1942:
2
AAS 35 (1043) 5-8. dora de los hombres maduros.
«Una sana concepción de la sociedad humana sólo puede apoyarse en el fundamento
indefectible de las normas eternas, escritas en la naturaleza del hombre, realzadas y perfec- En el mundo obrero, concretamente, reina hoy una aparente y
cionadas por la luz de la revelación dada por Cristo, infalible Maestro desde la cuna hasta transitoria calma impuesta por la guerra. La Iglesia ha condenado y
la cruz» (Pío XII, discurso al Sacro Colegio, 24 de diciembre de 1042: AAS 35 [1943] 5-8) condena el marxismo. Pero la Iglesia no condena el clamor de las
justas aspiraciones del obrero. En este campo, los ordenamientos ju-
rídicos deben procurar el acceso del obrero a la propiedad privada y
deben impedir la esclavitud económica del obrero. El derecho justo
840 pío:xti CON SEMPHF. 841

del orden nuevo debe evitar que el obrero sea esclavo, ya del capi- meros y puramente humanos; problemas que se presentan sangran-
talismo privado, ya del capitalismo de Estado. tes, exigiendo imperiosamente una respuesta, al pensamiento y al
VI. Cinco puntos fundamentales para la paz y el orden de la sociedad sentimiento de una humanidad amargada y exacerbada.
humana. [3 ]. El lema Misereor super turbam 3 es para Nos una consigna
Es la hora de la acción. Inconsistencia de todo ordenamiento so- sagrada, inviolable, válida y apremiante en todos los tiempos y en
cial humano desvinculado de Dios. La cruzada de la reconstrucción todas las vicisitudes humanas, como era la divisa de Jesús; y la
de un orden social nuevo. Normas fundamentales de este orden nue-
vo: dignidad y derechos de la persona humana; defensa de la unidad Iglesia se negaría a sí misma, dejando de ser madre, si se hiciera
social y particularmente de la familia; dignidad y prerrogativas del sorda ante el grito angustioso y filial que todas las clases de la hu-
trabajo; reintegración del ordenamiento jurídico; concepción del Es- manidad hacen llegar a sus oídos. La Iglesia no pretende tomar
tado según el espíritu cristiano. partido por una u otra de las formas particulares y concretas con
VII. La guerra mundial y la' renovación de la sociedad. Esta guerra mun- que los varios pueblos y Estados tienden a resolver los gigantescos
dial representa el derrumbamiento de un orden social corrompido e problemas de orden interior y de colaboración internacional, siem-
inepto. Sobre quiénes recae la responsabilidad colectiva de la falta de pre que respeten la ley divina; pero, por otra parte, la Iglesia, co-
altura moral en la sociedad actual. Hay que levantar un orden social lumna y fundamento de la verdad 4 y guardiana, por voluntad de Dios
nuevo que gravite alrededor de la ley divina y de la persona huma- y por misión de Cristo, del orden natural y sobrenatural, no puede
na. Lo exigen las víctimas de esta guerra.
Invocación al Redentor del mundo. renunciar a proclamar ante sus hijos y ante el mundo entero las
normas fundamentales e inquebrantables, salvándolas de toda ter-
giversación, obscuridad, impureza, falsa interpretación y error; tan-
to más cuanto que de su observancia, y no simplemente del esfuerzo
LA SANTA NAVIDAD Y LA HUMANIDAD ATORMENTADA de una voluntad noble e intrépida, depende la estabilidad definitiva
[ I ]. . Con siempre l nuevo frescor de alegría y de piedad, ama- de todo orden nuevo, nacional e internacional, invocado con tan
dos hijos de todo el mundo, cada año, al retornar la santa Navidad, ardiente anhelo por todos los pueblos. Pueblos cuyas dotes de valor
resuena desde el pesebre de Belén hasta el oído de los cristianos, y de sacrificio conocemos, así como también sus angustias y dolores,
reproduciéndose dulcemente e*n sus corazones, el mensaje de Je- y a todos los cuales, sin excepción alguna, en esta hora de indecibles
sús, luz en medio de las tinieblas; un mensaje que ilumina con el pruebas y luchas, nos sentimos unidos por un amor profundo, im-
esplendor de verdades celestiales un mundo obscurecido por trági- parcial e imperturbable y por el ansia inmensa de hacerles llegar
cos errores, infunde alegría exuberante y confiada a una humanidad todo el alivio y el socorro que de alguna manera esté a nuestro
angustiada por profunda y amarga tristeza, proclama la libertad de alcance.
los hijos de Adán, aherrojados con las cadenas del pecado y de la
culpa; promete misericordia, amor y paz a la infinita muchedumbre RELACIONES INTERNACIONALES Y ORDEN INTERNO DE LAS NACIONES
de los que sufren y de los atribulados, que ven desaparecida su
felicidad y rotas sus energías por el huracán de la lucha y de odios [4]. Nuestro último mensaje navideño exponía los principios,
en estos nuestros días borrascosos. inspirados en el pensamiento cristiano, para establecer un orden
[2]. Y las sagradas campanas que anuncian este mensaje por de convivencia y colaboración internacional conforme a las normas
todos los continentes, no sólo recuerdan el don divino otorgado a divinas. Hoy Nos queremos ocuparnos, seguros del asentimiento
la humanidad en el alba de la edad cristiana, sino que anuncian y del interés de todos los hombres honrados, con particular cuidado
y proclaman también una consoladora realidad presente, realidad y con igual imparcialidad, de las normas fundamentales del orden
tan eternamente joven como siempre viva y vivificante: la realidad interior de los Estados y de los pueblos. Las relaciones internacio-
de la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mun- nales y el orden interno están íntimamente unidos, porque el equili-
do 2 , y que no conoce ocaso. El Verbo eterno, camino, verdad y brio y la armonía entre las naciones dependen del equilibrio inter-
vida, al nacer en la estrechez de una cueva y al realzar de esta ma- no y de la madurez interior de cada uno de los Estados en el campó
nera y santificar la pobreza, daba así principio a su misión docente, material, social e intelectual. Ni es posibles realizar un sólido e im-
salvadora y redentora del género humano, y pronunciaba y consa- perturbado frente de paz en el exterior sin un frente de paz en el
graba una palahra que aun hoy día es palabra de vida eterna, capaz interior que inspire confianza. Por consiguiente, únicamente la as-
de resolver los problemas más atormentadores, no resueltos e inso- piración hacia una paz integral en los dos campos será capaz de libe-
luoles para quien pretenda resolverlos con criterios o medios efí- rar a los pueblos de la cruel amenaza de la guerra, de disminuir o su-
1
Pío XII, radiomensaje dirigido al mundo entero, 24 de diciembre de 1942: AAS 35 3 Me. 8,2.
(1943)
2 9-24; E 3 (1943) 1,53-59- Texto original en italiano. * l Tim. 3,15.
lo. 1,9.
842 pío xrí COK SEMPRE 843
- perar gradualmente las causas materiales y psicológicas de nuevos Dios, causa primera y fundamento último de la vida individual y social
desequilibrios y convulsiones.
[8]. De la vida individual y social hay que ascender hasta
DOBLE ELEMENTO DE LA PAZ EN LA VIDA SOCIAL Dios, causa primera y fundamento último, como Creador de la
primera sociedad conyugal, fuente de la sociedad familiar, de la
[5 ]• Toda convivencia social digna de este nombre, así como sociedad de los pueblos y de las naciones. Reflejando, aunque im-
tiene su origen en la voluntad de paz, así tiende también a la paz; perfectamente, a su Ejemplar, Dios uno y trino, que con el misterio
a aquella tranquila convivencia en el orden en la que Santo Tomás, de la encarnación redimió y ensalzó a la naturaleza humana, la vida
repitiendo la conocida frase de San Agustín 5 , ve la esencia de la paz. social en su ideal y en su fin posee, a la luz de la razón y de la reve-
Dos elementos primordiales rigen, pues, la vida social: la convi- lación, una autoridad moral y un carácter absoluto, que se hallan por
vencia en el orden, la convivencia en la tranquilidad. encima del cambiar de los tiempos, y una fuerza de atracción que,
lejos de quedar aniquilada o mermada por desilusiones, errores,
fracasos, mueve irresistiblemente a los espíritus más nobles y fieles
I. Convivencia en el orden al Señor para comenzar de nuevo, con renovada energía, con nuevos
conocimientos, con nuevos estudios, medios y métodos, lo que en
[6]. El orden, base de la vida social de los hombres, es decir,
vano se había intentado en otros tiempos y en otras circunstancias.
de seres intelectuales y morales, que tienden a realizar un fin con-
forme a su naturaleza, no es una mera yuxtaposición extrínseca de
Desarrollo y perfeccionamiento de la persona humana
partes numéricamente distintas; es más bien, y debe ser, la tenden-
cia y la realización cada vez más perfecta de una unidad interior, [9 ]. Origen y fin esencial de la vida social ha de ser la conser-
que no excluye las diferencias, fundadas en la realidad y sancionadas vación, el desarrollo y el perfeccionamiento de la persona humana,
por la voluntad del Creador-o por normas sobrenaturales. ayudándola a poner en práctica rectamente las normas y valores de
[7]. Una clara inteligencia de los fundamentos genuinos de la religión y de la cultura, señaladas por el Creador a cada hombre
toda vida social tiene una importancia capital hoy más que nunca, y a toda la humanidad, ya en su conjunto, ya en sus naturales rami-
cuando la humanidad, intoxicada por la virulencia de errores y ex- ficaciones.
travíos sociales, atormentada por la fiebre de la discordia de am-
[101. Una doctrina o construcción social que niegue esa in-
biciones, doctrinas e ideales, se debate angustiosamente en el des-
orden por ella misma creado y se resiente de los efectos de la fuerza terna y esencial conexión con Dios de todo cuanto se refiere al
destructora de ideas sociales erróneas, que olvidan las normas de hombre, o prescinda de ella, sigue un falso camino, y, ¿mientras
Dios o son contrarias a éstas. Y como el desorden no puede ser construye con una mano, prepara con la otra los medios que tarde
vencido sino por un orden que no sea meramente forzado y ficticio o temprano pondrán en peligro y destruirán su obra. Y cuando,
(lo mismo que la obscuridad, con sus pavorosos y deprimentes desconociendo el respeto debido a la persona y a su propia vida,
efectos, no puede ser disipada sino por la luz, y no por fuegos no le concede puesto, alguno en sus ordenamientos, en la actividad
fatuos), la salvación, la renovación y una progresiva mejora no pue- legislativa y ejecutiva, en vez de servir a la sociedad, le daña; lejos
den esperarse y originarse si no es a través del retorno de numerosos de promover y fomentar el pensamiento social y de realizar sus ideales
e influyentes grupos humanos a la recta ordenación social; retorno y esperanzas, le quita todo valor intrínseco, sirviéndose de él como
que requiere una extraordinaria gracia de Dios y una voluntad in- de una frase utilitaria, que encuentra resuelta y franca oposición en
quebrantable, pronta y presta al sacrificio, de las almas buenas y grupos cada vez más numerosos.
previsoras. Desde estos grupos más influyentes y más dispuestos [11]. Si la vida social exige de por sí unidad interior, no ex-
para comprender y considerar la atractiva belleza de las justas nor-
mas sociales, pasará y entrará después en las multitudes la convic- cluye, sin embargo, las diferencias causadas por la realidad y la
ción del origen verdadero, divino y espiritual, de la vida social, naturaleza. Pero, cuando se mantiene fiel a Dios, supremo regulador
allanando de esta suerte el camino al resurgimiento, al incremento de todo cuanto al hombre se refiere, tanto las semejanzas como las
y a la consolidación de aquellos principios morales sin los cuales aun diferencias de los hombres encuentran su lugar adecuado en el
las realidades más altas serán como una nueva Babel, cuyos habitan- orden absoluto del ser, de los valores y, por consiguiente, también
tes, aunque convivan juntos, hablan lenguas diversas y contradic- de la moralidad. Si, por el contrario, se sacude aquel fundamento,
torias. ábrese entre los diversos campos de la cultura una peligrosa discon-
tinuidad, aparece una incertidumbre y variabilidad en los contornos,
5 SANTO TOMÁS, Summa Theologica 2-2 q.29 a.i ad 1; SAN AGUSTÍN, De ávitate Dei XIX
13,1 : P L 41,640. límites y valores tan grande que sólo meros factores externos, y con
frecuencia ciegos instintos, vienen a determinar más tarde, según la
844 FÍO MI CON SEMPRE 845
tendencia dominante del momento, a quién habrá-de pertenecer el lamiente toda transgresión de las normas dictadas por Dios, recibirá
predominio de una de las dos orientaciones. su indefectible castigo y condenación.
[12]. A la dañosa economía de los pasados decenios, durante los [16]. Las últimas, profundas, lapidarias, fundamentales nor-
cuales toda vida social quedó subordinada al estímulo del interés, mas de la sociedad no pueden ser violadas por obra del ingenio
sucede ahora una concepción no menos perjudicial, que, al mismo humano; se podrán negar, ignorar, despreciar, quebrantar, pero
tiempo que lo considera todo y a todos en el aspecto político, excluye nunca se podrán abrogar con eficacia jurídica. Es cierto que, con el
toda consideración ética y religiosa. Confusión y extravío fatales, correr del tiempo, cambian las condiciones de vida; pero nunca se
saturados de consecuencias imprevisibles para la vida social, la cual da un vacío absoluto ni una perfecta discontinuidad entre el derecho
nunca está más próxima a la pérdida de sus más nobles prerrogativas de ayer y el de hoy, entre la desaparición de antiguos poderes y cons-
que cuando se hace la ilusión de poder renegar u olvidar impune- tituciones y el surgir de nuevos ordenamientos. De todas maneras,
mente la eterna fuente de su dignidad: Dios. en cualquier cambio o transformación, el fin de toda vida social
[13]. La razón, iluminada por la fe, asigna a cada persona y a permanece idéntico, sagrado y obligatorio: el desarrollo de los valo-
cada sociedad particular en la organización social un puesto deter- res personales del hombre como imagen de Dios; y permanece la
minado y digno, y sabe, para hablar sólo del más importante, que obligación de todo miembro de la familia humana de realizar sus
toda actividad del Estado, política y económica, está sometida a la inmutables fines, sea el que sea el legislador y la autoridad a quien
realización permanente del bien común; es decir, de aquellas condi- obedece. Subsiste, pues, siempre y no cesa por oposición alguna su
ciones externas que son necesarias al conjunto de los ciudadanos inalienable derecho, que ha de ser reconocido por amigos y enemigos,
para el desarrollo de sus cualidades y de sus oficios, de su vida a un ordenamiento y a una práctica jurídica que sientan y-compren-
material, intelectual y religiosa, en cuanto, por una parte, las fuerzas dan su esencial deber de servir al bien común.
y las energías de la familia y de otros organismos a los cuales corres-
ponde una natural precedencia no basten, y, por otra, ta voluntad [17]. El ordenamiento jurídico tiene, además, el alto y difícil
salvífica de Dios no haya determinado en la Iglesia otra sociedad fin de asegurar las armónicas relaciones ya entre los individuos,
universal al servicio de la persona humana y de la realización de sus ya entre las sociedades, ya también dentro de éstas. A lo cual, se
fines religiosos. llegará si los legisladores se abstienen de seguir aquellas peligrosas
teorías y prácticas, dañosas para la comunidad y para su cohesión,
[14]. En una concepción social impregnada y sancionada por que tienen su origen y difusión en una serie de postulados erróneos.
el pensamiento religioso, la laboriosidad de la economía y de todos Entre éstos hay que contar el positivismo jurídico, que atribuye una
los demás campos de la cultura representa una universal y nobilí- engañosa majestad a la promulgación de leyes puramente humanas
sima fragua de actividad, riquísima en su variedad, coherente en su y abre el camino hacia una funesta separación entre la ley y la morali-
armonía, en la que la igualdad intelectual y la diferencia funcional de dad ; igualmente, la concepción que reivindica para determinadas na-
los hombres consiguen su derecho y .tienen adecuada expresión; ciones, estirpes o clases el instinto jurídico, como último imperativo
en caso contrario, se deprime el trabajo y se rebaja al obrero. e inapelable norma; por último, aquellas diversas teorías que, dife-
rentes en sí mismas y procedentes de criterios ideológicamente opues-
El ordenamiento jurídico de la sociedad y sus fines
tos, concuerdan, sin embargo, en considerar al Estado o a la clase
[15]. Para que la vida social, según Dios la quiere, obtenga su que lo representa como una entidad absoluta y suprema, exenta de
fin, es esencial un ordenamiento jurídico que le sirva de apoyo control y de crítica, incluso cuando sus postulados teóricos y prác-
externo, de defensa y de protección; ordenamiento cuya" misión no ticos desembocan y tropiezan en la abierta negación de valores
es dominar, sino servir, tender al desarrollo y crecimiento de la vita- esenciales de la conciencia humana y cristiana.
lidad de la sociedad en la rica multiplicidad de sus fines, conduciendo
[18]. Quien considere con mirada limpia y penetrante la vital
hacia su perfeccionamiento a todas y cada una de las energías en pací-
conexión entre un genuino orden social y un genuino ordenamiento
fica cooperación y defendiéndolas, con medios apropiados y honestos,
jurídico y tenga presente que la unidad interna, en su multiformidad,
contra todo lo que es dañoso a su pleno desarrollo. Este ordena-
depende del predominio de las fuerzas espirituales, del respeto a la
miento, para garantizar el equilibrio, la seguridad y la armonía
dignidad humana en sí y en los demás, del amor a la sociedad y a
de la sociedad, posee también el poder de coacción contra aquellos
los fines que Dios le ha señalado, no puede maravillarse ante los
que sólo por esta vía pueden ser mantenidos dentro de la noble
tristes efectos de ciertas ideologías jurídicas, que, alejadas del camino
disciplina de la vida social; pero precisamente en el justo cumpli-
real de la verdad, avanzan por el terreno resbaladizo de postulados
miento de este derecho, una autoridad verdaderamente digna de
materialistas, sino que comprenderá inmediatamente la improrro-
tal nombre jamás dejará de sentir su angustiosa responsabilidad ante
gable necesidad de un retorno a una concepción espiritual y ética s e -
el eterno Juez, en cuyo tribunal toda falsa sentencia, y muy singu-
ria y profunda, templada por el calor de una verdadera hurrunidad
846 pío xu
CON SEMMíE 847
e iluminada por el esplendor de la fe cristiana, la cual hace admirar
en el ordenamiento una refracción externa del orden social querido niosamente para quien está penetrado de la belleza y necesidad del
por Dios, luminoso fruto del espíritu humano, que es también fondo espiritual de la sociedad y de la nobleza de su ideal. Y preci-
imagen del espíritu de Dios. samente a vosotros, jóvenes, inclinados a volver la espalda al pasado
y dirigir al futuro la mirada de las aspiraciones y esperanzas, os de-
[19]. Sobre esta concepción orgánica, la única vital en la que
cimos, movidos por vivo amor y por paterna solicitud: el entusias-
florecen armónicamente la más noble humanidad y el más genuino
mo y la audacia no bastan por sí solos si no se hallan puestos, como
espíritu cristiano, se encuentra esculpida la sentencia de la Escri-
es necesario, al servicio del bien y de una bandera inmaculada. Vano
tura comentada por el gran Aquinate: Opus iustitiae pax6, que se
es agitarse,' fatigarse y afanarse sin apoyarse en Dios y en su ley
aplica tanto al aspecto interno como al aspecto externo de la vida
eterna. Debéis estar animados del convencimiento de combatir por
social.
la verdad y de hacerle entrega de las propias simpatías y energías,
[20]. Esta concepción no admite ni oposición ni alternativa: de los anhelos y de los sacrificios; de combatir por las leyes eter-
amor o derecho, sino la síntesis fecunda: amor y derecho. nas de Dios, por la dignidad de la persona humana y por la conse-
[21 ]. En el uno y en el otro, irradiación ambos del mismo es- cución de los fines. Cuando los hombres maduros y los jóvenes,
píritu de Dios, se funda el programa y el carácter de la dignidad anclados siempre en el mar de la eternamente viva tranquilidad de
del espíritu humano; uno y otro se completan mutuamente, co- Dios, coordinan la diversidad de temperamentos y de actividad con
operan, se dan vida, se apoyan, se dan la mano en el camino de la un espíritu genuinamente cristiano, entonces, si el elemento propulsor
concordia y de la pacificación, mientras el derecho allana el camino se armoniza con el elemento moderador, la diferencia natural entre
al amor, el amor suaviza el derecho y lo sublima. Ambos elevan la las generaciones nunca llegará a ser peligrosa, sino que, por el con-
vida humana a aquella atmósfera social en la que, aun entre las trario, conducirá felizmente a la realización de las leyes eternas de
deficiencias, dificultades y durezas de esta vida, se hace posible una Dios en el mudable curso de los tiempos y de las condiciones de
fraterna convivencia. Pero haced que domine el malvado* espíritu de vida.
ideas materialistas; que el ansia del poder y del predominio con-
centre en sus rudas manos las riendas de los acontecimientos; veréis E¡ mundo obrero
entonces aumentar a diario sus efectos disgregadores, desaparecer el
amor y la justicia, triste presagio de amenazadoras catástrofes sobre [24]. En un campo particular de la vida social, en el que du-
una sociedad apóstata de Dios. rante un siglo surgieron movimientos y ásperos conflictos, se obser-
va hoy calma, al menos aparente; esto es, en el vasto y siempre cre-
II. Convivencia en la tranquilidad ciente mundo del trabajo, en el ejército inmenso de los obreros, de
los asalariados y de los empleados. Si se considera el presente, con
[22 ]. El segundo elemento fundamental de la paz, hacia el cual sus necesidades bélicas, como un hecho real, esta tranquilidad se
tiende casi instintivamente toda sociedad humana, es la tranquilidad. podrá llamar exigencia necesaria y fundada; pero, si se mira la si-
jOh feliz tranquilidad, tú no tienes nada de común con el aferrarse tuación actual desde el punto de vista de la justicia, de un legítimo
duro y obstinado, tenaz e infantilmente terco con lo que ya no exis- y regulado movimiento obrero, la tranquilidad no será más que apa-
te; i j con la repugnancia, hija de la pereza y del egoísmo, a aplicar rente mientras no se obtenga tal fin.
la mente a los problemas y a las cuestiones que el variar de los [25 ]. Movida siempre por motivos religiosos, la Iglesia ha con-
tiempos y el curso de las generaciones, con sus exigencias y con el denado los varios sistemas del socialismo marxista, y los condena
progreso, hacen madurar y traen consigo como improrrogable ne- también hoy, porque es su deber y derecho permanente preservar
cesidad del presente! Mas para un cristiano consciente de su res- a los hombres de corrientes e influencias que ponen en peligro su
ponsabilidad aun para con el más pequeño de sus hermanos, no eterna salvación. Pero la Iglesia no puede ignorar o dejar de ver
existen ni la tranquilidad indolente ni la huida, sino la lucha, el que el obrero, en su esfuerzo por mejorar de situación, tropieza
trabajo frente a toda inacción y deserción en la gran contienda es- con un ambiente que, lejos de ser conforme a la naturaleza, con-
piritual en la que está puesta en peligro la construcción, aun él trasta con el orden de Dios y con el fin que El ha señalado a los
alma misma, de la sociedad futura. bienes terrenos. Por falsos, condenables y peligrosos que hayan sido
Armonía entre tranquilidad y actividad y sean los caminos que se han seguido, ¿quién, sobre todo siendo
sacerdote o cristiano, podría permanecer sordo al grito que se alza
[23 ]. La tranquilidad en el sentido del Aquinate y la ardorosa de lo profundo, y que en el mundo de un Dios justo invoca justi-
actividad no se contraponen, sino que más bien se acoplan armo- cia y espíritu de fraternidad? Sería un silencio culpable e injustifi-
* SANTO TOMAS, Summa Theologica 2-2 q.29 a.3. cable ante Dios y contrario al iluminado sentir del Apóstol, quien,
si inculca que es necesario ser animosos contra el error, sabe tara-
848 PÍO xa -
COti SEMPkfc 84tí
bien que es menester estar llenos de consideración hacia los que
yerran y con ánimo abierto para escuchar sus aspiraciones, sus es- la falta de contacto con lo eterno y no la consideraban como un
peranzas y sus razones. defecto esencial de sus sistemas.
[26]. Dios, al bendecir a nuestros progenitores, les dijo: Cre- [30]. Lo que aparecía claro al cristiano que, profundamente
ced y multiplicaos y henchid la tierra y dominadla 7 . Y dijo después creyente, sufría por la ignorancia de los demás, nos lo presenta cla-
al primer jefe de familia: Mediante el sudor de tu rostro comerás el rísimo el fragor de la espantosa catástrofe del presente desquicia-
pan 8 . La dignidad de la persona humana exige, pues, normalmente, miento, que reviste la terrible solemnidad de un juicio universal
como fundamento natural para vivir, el derecho al uso de los bie- aun a los oídos de los tibios, de los indiferentes, de los despreocu-
nes de la tierra, al cual corresponde la obligación fundamental de pados: una verdad antigua que se manifiesta trágicamente en for-
otorgar a todos, en cuanto sea posible, una propiedad privada. Las mas siempre nuevas y que con fragor de trueno resuena de siglo
normas jurídicas positivas, reguladoras de la propiedad privada, pue- en siglo, de pueblo en pueblo, por boca del profeta: Todos los que
den modificar y conceder un uso más o menos limitado; pero, si te abandonan serán confundidos. Los que te dejan se cubrirán de ver-
quieren contribuir a la pacificación de la comunidad, deberán im- güenza, porque dejaron a la fuente de aguas vivas, a Yavé 9 .
pedir que el obrero que es o será padre de familia se vea condenado [31 ]. No lamentos, acción es la consigna de la hora; no lamen-
a una dependencia y esclavitud económica inconciliable con sus de- tos de lo que es o de lo que fué, sino reconstrucción de lo que sur-
rechos de persona. girá y debe surgir para bien de la sociedad. Animados por un en-
[27], Que esta esclavitud se derive del predominio del capital tusiasmo de cruzados, a los mejores y más selectos miembros de la
cristiandad toca reunirse en el espíritu de verdad, de justicia y de
privado o del poder del Estado, el efecto no cambia; más aún, bajo
amor al grito de «¡Dios lo quiere!», dispuestos a servir, a sacrificarse,
la presión del Estado, que lo domina todo y regula toda la vida pú-
como los antiguos cruzados. Si entonces se trataba de liberar la
blica y privada, invadiendo hasta el terreno de las ideas y convic- tierra santificada por la vida del Verbo de Dios encarnado, se trata
ciones y de la conciencia, esta falta de libertad puede tener conse- hoy, si podemos expresarnos así, de una nueva expedición para li-
cuencias aún más graves, como lo manifiesta y atestigua la expe- berar, superando el mar de los errores del día y de la época, la
riencia. tierra santa espiritual, destinada a ser la base y el fundamento de
normas y leyes inmutables para construcciones sociales dé sólida
CINCO PUNTOS FUNDAMENTALES PARA EL ORDEN Y LA PACIFÍCACIÓN consistencia interior.
DE LA SOCIEDAD HUMANA [32 ]. Para tan alto fin, desde el pesebre del Príncipe de la Paz»
confiados en que su gracia se difundirá en todos los corazones, Nos
[28]. Quien pondera a la luz de la razón y de la fe los funda- nos dirigimos a vosotros, amados hijos, que reconocéis y adoráis en
mentos y los fines de la vida social, que Nos hemos trazado en bre- Cristo a vuestro Salvador; a todos cuantos nos están unidos al me-
ves líneas, y los contempla en su pureza y altura moral y en sus nos con el vínculo espiritual de la fe en Dios, a todos, finalmente,
benéficos frutos en todos los campos, se convencerá necesariamente cuantos, ansiosos de luz y guía, suspiran por liberarse de las dudas
de los poderosos principios de orden y pacificación que las ener- y de los errores; y os exhortamos y os conjuramos con paterna in-
gías encauzadas hacia grandes ideales y resueltas a afrontar los obs- sistencia, no sólo a comprender íntimamente la angustiosa seriedad
táculos podrían comunicar, o, digamos mejor, restituir a un mundo de la hora actual, sino también a meditar sus posibles auroras bené-
interiormente desquiciado, una vez que hubieran abatido las ba- ficas y sobrenaturales y a uniros y trabajar juntos por la renovación
rreras intelectuales y jurídicas creadas por prejuicios, errores e in- de la sociedad en espíritu y en verdad.
diferencias y por un largo retroceso de secularización del pensa-
miento, del sentimiento, de la acción, cuyo resultado fué arrancar [33 ]• F i n esencial de esta cruzada necesaria y santa es que la
y apartar la ciudad terrena de la luz y fuerza de la ciudad de Dios. estrella de la paz, la estrella de Belén, brille de nuevo sobre toda la
humanidad con su fulgor rutilante, con su consuelo pacificador, cual
[29•]. Hoy más que nunca suena la hora de reparar, de sacu- promesa y augurio de un porvenir mejor, más feliz y más fecundp.
dir la conciencia del mundo del grave Jetargo en que le han hecho
[34]. Es verdad que el ¿amino, desde la noche hasta una lumi-
caer los tóxicos de falsas ideas ampliamente difundidas; tanto más
nosa mañana, será largo; pero son decisivos los primeros pasos en.
cuanto que, en esta hora de convulsión material y moral, el cono-
el sendero, que lleva sobre las primeras cinco piedras miliarias, es-
cimiento de la fragilidad y de la inconsistencia de todo ordenamien-
culpidas con cincel de bronce, las siguientes máximas:
to meramente humano está ya para desengañar incluso a aquellos
que, en días aparentemente felices, no sentían en sí y en la sociedad » Ier. 17,13.
' Gen. 1,28.
•« Qtei. 3,191
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850 PÍO xa
gar en donde una vida doméstica sana material y moralmente llegue
i. • Dignidad y derechos de la persona humana a desarrollarse con toda su fuerza y valor; procure que los locales de
trabajo y Jos domicilios no estén tan separados que hagan del jefe
[3S]- i-" Quien desea que la estrella de la paz aparezca y se de familia y del educador de los hijos casi un extraño en su propia
detenga sobre la sociedad, contribuya por su parte a devolver a la casa; procure, sobre todo, que entre las escuelas públicas y la familia
persona humana la dignidad que Dios le concedió desde el prin- renazca aquel vínculo de confianza y de mutua ayuda que en otro
cipio; opóngase a la excesiva aglomeración de los hombres, casi tiempo produjo frutos tan benéficos, y que hoy ha sido sustituido
a manera de masas sin alma; a su inconsistencia económica, social, por la desconfianza allí donde la escuela, bajo el influjo o el dominio
política, intelectual y moral; a su falta de sólidos principios y de del espíritu materialista, envenena y destruye todo cuanto los pa-
fuertes convicciones; a su sobreabundancia de excitaciones instin- dres habían sembrado en las almas de los hijos.
tivas y sensibles y a su volubilidad;
[36] favorezca, con todos los medios lícitos, en todos los cam-
pos de la vida, formas sociales que posibiliten y garanticen una 3.0 Dignidad y prerrogativas del trabajo
plena responsabilidad personal tanto en el orden terreno como en a
[41 ]. 3 . Quien desea que la estrella de la paz aparezca y se
el eterno; detenga sobre la sociedad, dé al trabajo el puesto que Dios le señaló
[37] apoye el respeto y la práctica realización de los siguientes desde el principio. Como medio indispensable para el dominio del
derechos fundamentales de la persona: el derecho a mantener y des- mundo, querido por Dios para su gloria, todo trabajo posee una
arrollar la vida corporal, intelectual y moral, y particularmente el dignidad inalienable y, al mismo tiempo, un íntimo lazo con el per-
derecho a una formación y educación religiosa; él derecho al culto feccionamiento de la persona; noble dignidad y prerrogativa del
de Dios privado y público, incluida la acción caritativa religiosa; trabajo, en ningún modo envilecidas por el peso y la fatiga, que se
el derecho, en principio, al matrimonio ,y a la consecución de su han de soportar, como efecto del pecado original, en obediencia
propio fin, el derecho a la sociedad conyugal y doméstica; el dere- y sumisión a la voluntad de Dios.
cho de trabajar como medio indispensable para el mantenimiento
de la vida familiar; el derecho a la libre elección de estado; por [42]. El que conoce las grandes encíclicas de nuestros prede-
consiguiente, también del estado sacerdotal y religioso; el derecho cesores y nuestros anteriores mensajes, no ignora que la Iglesia no
a un uso de los bienes materiales consciente de sus deberes y de las duda en deducir las consecuencias prácticas que se derivan de la
limitaciones sociales. nobleza moral del trabajo y en apoyarlas con toda la fuerza de su
autoridad. Estas exigencias comprenden, además de un salario justo,
suficiente para las necesidades del obrero y de la familia, la conser-
2. ° Defensa de la unidad social y particularmente de la familia vación y el perfeccionamiento de un orden social que haga posible
[38]. 2. a Quien desea que la estrella de la paz aparezca y se una segura, aunque modesta propiedad privada a todas las clases
detenga sobre la sociedad, rechace toda forma de materialismo, que del pueblo; favorezca una formación superior para los hijos de las
no ve en el pueblo más que un rebaño de individuos que, divididos clases obreras particularmente dotados de inteligencia y buena vo-
y sin interna consistencia, son considerados como un objeto de do- luntad; promueva en las aldeas, en los pueblos, en la provincia, en
minio y de sumisión; el pueblo y en la nación el cuidado y la realización práctica del es-
píritu social que, suavizando las diferencias de intereses y de clases,
[39] procure concebir la sociedad como una unidad interna quita a los obreros el sentimiento del aislamiento con la experiencia
crecida y madurada bajo el gobierno de la Providencia; unidad que, confortadora de una solidaridad genuinamente humana y cristiana-
en el espacio a ella asignado y según sus peculiares condiciones, mente fraterna.
tiende, mediante la colaboración de las diferentes clases y profe-
siones, a los eternos y siempre nuevos fines de la civilización y de [43 ]. El progreso y el grado de las reformas sociales improrro-
la religión; gables depende de la potencia económica de cada nación. Sólo con
un intercambio de fuerzas, inteligente y generoso, entre los fuertes
[40] defienda la indisolubilidad clel matrimonio; dé a la fami- y los débiles, será posible llevar a cabo una pacificación universal
lia, célula insustituible del pueblo, espacio, luz, tranquilidad, para de forma que no queden focos de incendio y de infección, de los que
que pueda cumplir la misión de perpetuar la nueva vida y de educar podrían originarse nuevas catástrofes.
a Jos hijos en un espíritu conforme a sus propias y verdaderas con-
vicciones religiosas; conserve, fortifique o reconstituya, según sus [44]. Señales evidentes inducen a pensar que, en medio del
fuerzas, la propia unidad económica, espiritual, moral y jurídica; torbellino de todos los prejuicios y sentimientos de odio, inevitable,
procure que también los criados participen de las ventajas materiales pero triste parto de esta aguda psicosis bélica, no se ha apagado en
y espirituales de la familia; cuide de procurar a cada familia un ho- los pueblos la conciencia de su íntima recíproca dependencia en el
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bien y en el mal, sino que incluso se ha hecho más viva y activa. 5. 0 Concepción del Estado según el espíritu cristiano
¿Acaso no es verdad que profundos pensadores ven, cada vez con
mayor claridad, en la renuncia al egoísmo y al aislamiento nacional, a
[53 ]• 5- Quien desea que la estrella de la paz aparezca y
el camino de la salvación general, hallándose dispuestos a solicitar se detenga sobre la sociedad humana, coopere a formar una con-
de sus pueblos una parte gravosa de sacrificios, necesarios para la cepción y una práctica estatales fundadas sobre una disciplina ra-
pacificación social de otros pueblos? ¡Ojalá que este nuestro men- zonable, una noble humanidad y un responsable espíritu cristiano;
saje navideño, dirigido a todos los dotados de buena voluntad y ge-
[54]. ayude a conducir de nuevo al Estado y su poder al ser-
neroso corazón, anime y aumente los escuadrones de la cruzada
social en todas las naciones! ¡Y quiera Dios conceder a su pacífica vicio de la sociedad, al pleno respeto de la persona humana y de la
bandera la victoria de la que es merecedora su noble empresa! actividad de ésta para la consecución de sus fines eternos;
[55 ]. esfuércese y trabaje por disipar los errores que tienden
a desviar del sendero moral al Estado y su poder y a desatarlos
4. 0 Reintegración del ordenamiento jurídico del vínculo eminentemente ético que los une a la vida individual y
a
[45]. 4. Quien desea que la estrella de la paz aparezca y se social, y a hacerles rechazar o ignorar en la práctica la esencial de-
detenga, sobre la vida social, coopere a una profunda reintegración pendencia que los subordina a la voluntad del Creador;
del ordenamiento jurídico. [56]. promueva el reconocimiento y la difusión de la verdad,
[46]. El sentimiento jurídico de hoy ha sido frecuentemente que enseña, aun en la esfera terrena, cómo el sentido profundo y
alterado y sacudido por la proclamación y por la práctica de un po- la última legitimidad moral y universal del regnare es el serviré.
sitivismo y de un utilitarismo sumisos y vinculados al servicio de
determinados grupos, clases y movimientos, cuyos programas seña- CONSIDERACIONES SOBRE LA GUERRA MUNDIAL Y SOBRE
lan y determinan el camino a la legislación y a la práctica judicial. LA RENOVACIÓN DE LA SOCIEDAD

[47 ]. El saneamiento de esta situación puede obtenerse, cuan- [57]. ¡Amados hijos! Quiera Dios que, mientras nuestra voz
do se despierte la conciencia de un ordenamiento jurídico, fundada llega a vuestro oído, vuestro corazón se sienta hondamente impre-
en el supremo dominio de Dios y defendida de toda arbitrariedad sionado y conmovido por la profunda seriedad, por la ardiente
humana; conciencia de un ordenamiento que extienda su mano pro- solicitud, por el conjuro insistente con que Nos os inculcamos estas
tectora y vindicativa también sobre los inviolables derechos del ideas, que quieren ser un llamamiento a la conciencia universal y
hombre y los proteja contra los ataques de todo poder humano. un grito de alarma para todos cuantos se hallan dispuestos a pesar
[48]. Del ordenamiento jurídico querido por Dios deriva el y medir la grandeza de su misión y responsabilidad ante la ampli-
inalienable derecho del hombre a la seguridad jurídica, y con ello tud de la tragedia universal.
a una esfera concreta de derecho, protegida contra todo ataque [58]. Gran parte de la humanidad, y, no rehusamos decirlo,
arbitrario. aun no pocos de los que se llaman cristianos, están de algún modo
[49]. La relación entre hombre y hombre, del individuo con dentro de la responsabilidad colectiva del desarrollo erróneo, de
la sociedad, con la autoridad, con los deberes sociales; la relación los daños y de la falta de altura moral de la sociedad actual.
de la sociedad y de la autoridad con cada uno de los individuos, [59]. Esta guerra mundial y todo cuanto a ella se refiere, ya
deben cimentarse sobre un claro fundamento jurídico y estar pro- sean precedentes, remotos o próximos, ya sus procedimientos y
tegidas, si hay necesidad, por la autoridad judicial. Esto supone: efectos materiales, jurídicos y morales, ¿qué otra cosa representa
[50]. a) U n tribunal y u n juez que reciban sus normas di- sino el derrumbamiento, inesperado tal vez para los despreocupa-
rectivas de un derecho claramente formulado y circunscrito. dos, pero previsto y temido por quienes con su mirada penetraban
[51]. b) Normas jurídicas claras, que no puedan ser ter- hasta el fondo de un orden social que, bajo el engañoso rostro o la
giversadas con abusivas apelaciones a un supuesto sentimiento po- máscara de fórmulas convencionales, ocultaba su debilidad fatal y
pular y con meras razones de utilidad. su desenfrenado instinto de ganancia y de poder?
[52]. c) El reconocimiento del principio que afirma que tam- [60]. Lo que en tiempos de paz estaba reprimido, al estallar
bién el Estado y sus funcionarios y las organizaciones de él depen- la guerra ha explotado en una triste serie de actos contrarios al
dientes están obligados a la reparación y a la revocación de las me- espíritu humano y cristiano. Los acuerdos internacionales para ha-
didas lesivas de la libertad, de la propiedad, del honor, del mejora- cer menos inhumana la guerra, limitándola a los combatientes, para
miento y de la vida de los individuos. ' regular las normas de la ocupación y de la prisión de los vencidos,
han sido letra muerta en distintos países; y ¿quién es capaz dé
ver el fin de este progresivo empeoramiento?
854 pío x n CON SEMPRE 855
[61]. ¿Quieren tal vez los pueblos asistir impasibles a un el adorable misterio de la encarnación apareció el, nuevo Adán,
avance tan desastroso? ¿No deben más bien, sobre las ruinas de en cuyas fuentes de verdad y de gracia tiene la humanidad que bus-
un ordenamiento social que ha dado prueba tan trágica de su inep- car el agua salvadora si no quiere perecer en el desierto de esta
titud para el bien del pueblo, reunirse los corazones de todos los vida? De su plenitud hemos recibido todos u . Su plenitud de verdad
hombres magnánimos y honrados en el voto solemne de no darse y de gracia, como hace veinte siglos, se derrama también hoy sobre
descanso hasta que en todos los pueblos y naciones de la tierra el mundo con fuerza no disminuida; más poderosa que las tinieblas
sea legión el número de los que, decididos a llevar de nuevo la so- es su luz; el rayo de su amor es más vigoroso que el gélido egoísmo
ciedad al indefectible centro de gravedad de la ley divina, suspiran que a tantos hombres retrae de perfeccionarse y sobresalir en lo
por servir a la persona y a su comunidad ennoblecida por Dios? que tienen de mejor. Vosotros, cruzados voluntarios de una nueva
[62]. Este voto la humanidad lo debe a los innumerables y noble sociedad, alzad el nuevo lábaro de la regeneración moral y
muertos que yacen sepultados en los campos de batalla; el sacri- cristiana, declarad la lucha a las tinieblas de la apostasía de Dios,
ficio de su vida en el cumplimiento de su deber es holocausto para a la frialdad de la discordia fraterna; una lucha en nombre de una
un nuevo y mejor orden social. humanidad gravemente enferma y que hay que sanar en nombre
de la conciencia cristianamente levantada.
[63 ]. Este voto la humanidad lo debe al interminable y dolo-
roso cortejo de madres, de viudas y de huérfanos que se han visto [69 ]. Nuestra bendición y nuestro paterno auspicio y aliento
despojados de la luz y el consuelo y el apoyo de su vida. acompañe a vuestra generosa empresa y permanezca con todos cuan-
[64]. Este voto la humanidad lo debe a los innumerables tos no rehuyen los duros sacrificios, armas mucho más poderosas
desterrados que el huracán de la guerra ha arrancado de su patria que el hierro para combatir el mal que sufre la sociedad. Sobre
y ha dispersado por tierras extrañas; ellos podrían lamentarse con vuestra cruzada por un ideal social, humano y cristiano, resplan-
el profeta: Nuestra heredad ha pasado a manos extrañas; nuestras dezca consoladora e incitante la estrella que brilla sobre la cueva
de Belén, lucero anunciador y perenne de la era cristiana. De su
casas, a poder de desconocidos J °.
vista ha sacado, saca y sacará fuerzas todo corazón fiel: Aunque
[65 ]. Este voto la humanidad lo debe a los cientos de millares acampe contra mí un ejército..., estoy tranquilo 12 . Donde esta estrella
de personas que, sin culpa propia alguna, a veces sólo por razones resplandezca, allí está Cristo: Ipso ducente, non errabimus; per ipsum
de nacionalidad o de raza, se ven destinados a la muerte o a un ad ipsum eamus ut cum nato hodie puero in perpetuum gaudeamus 13.
progresivo aniquilamiento.
11 lo. 1,16.
[66]. Este voto la humanidad lo debe a los muchos millares 12 Ps. 27(26X3.
13
de no combatientes, mujeres, niños, enfermos y ancianos, a quienes «Bajo su dirección no nos extraviaremos; por medio de él vayamos a él, para regoci-
jarnos eternamente con el niño nacido hoy» (SAN AGUSTÍN, Serm. 180,4: PL 38,1007).
la guerra aérea—cuyos hojrrores Nos ya desde el principio repetidas
veces denunciamos—, sin discriminación o con insuficiente examen,
ha quitado vida, bienes, salud, casa, asilos de caridad y de oración.
[67]. Este voto la humanidad lo debe al torrente de lágrimas
y amarguras, al cúmulo de dolores y sufrimientos que proceden
de la ruina mortífera del descomunal conflicto y claman al cielo,
invocando la venida del Espíritu, que liberte al mundo del desbor-
damiento de la violencia y del terror.

INVOCACIÓN AL REDENTOR DEL MUNDO

[68]. Y ¿dónde podréis depositar este voto por la renovación


de la sociedad con más tranquila seguridad, confianza y fe más
eficaz que a los pies del desideratus cunctis gentibus, que yace ante
nosotros en el pesebre con todo el encanto de su dulce humanidad
de niño, pero también con el atractivo conmovedor de su incipiente
misión redentora? ¿En qué lugar podría esta noble y santa cruzada
para la purificación y renovación de la sociedad tener consagración
más expresiva y hallar estímulo más eficaz que en Belén, donde en

i» Lam. 5.a-
61 BRIMADO DE LA IGLESIA ROMANA ¥ LA t-A7. ' 85?

EL PRIMADO DE LA IGLESIA S U M A R I O
ROMANA Y LA PAZ I. El conflicto mundial adquiere dimensiones cada vez más espantosas.
Han sido violadas las normas supremas del derecho y de la moral de
la guerra. La Urbe no debe ser convertida en teatro de guerra. La
situación presente llena el alma de graves ansiedades. La responsabi-
lidad del Pontificado romano es hoy mayor que nunca.
II. La Sede Apostólica no ha cesado jamás en su acción defensora de la
justicia y en su continuo esfuerzo por aliviar las necesidades de los
pueblos. El Papa socorre a todos sin distinción y coopera para el res-
tablecimiento de una paz segura. La situación de Roma es particular-
mente grave. La escasez es general. Existe la amenaza de un empobre-
cimiento de masas enteras. El número de refugiados crece sin cesar.
El pensamiento cristiano está llamado a realizar una función pri- Medidas de asistencia y protección realizadas por el Sumo Pontífice.
mordial en el establecimiento de las bases necesarias para un nuevo III. El Primado de la Iglesia romana. El deber supremo del Pontificado
orden nacional e internacional. Y es el Pontificado romano el deposi- romano es la obediencia al mandato pastoral de Cristo. Las separacio-
tario y el intérprete legitimo de ese pensamiento cristiano. Por esta nes de la Iglesia Madre han producido un triste balance pasivo en la
razón, el primado de la Iglesia romana constituye uno de los pilares historia de la cristiandad. El pensamiento cristiano está llamado a
fundamentales de la nueva paz segura que el mundo necesita. Las desempeñar un papel muy importante en el establecimiento de un
escisiones religiosas que dentro del cristianismo se han ido produciendo nuevo orden. Es la Iglesia católica la que posee el tesoro intacto de la
a lo largo de la historia han provocado una merma dolorosa de la verdad y de la gracia. Las divisiones religiosas del cristianismo mer-
eficacia social de este pensamiento cristiano. No hay más que un camino man considerablemente la eficacia del influjo social de la verdad cris-
tiana. Prueba elocuente de este hecho es la historia del racionalismo
para resarcir esta pérdida: el retorno a la unidad de fe y de jurisdicción, y del naturalismo en los dos últimos siglos.
la vuelta a la obediencia del Primado romano, que es la continua reali- El vínculo que existe entre Cristo y Pedro hunde s»us raíces en los
zación temporal de la promesa de asistencia perpetua hecha por Cristo designios eternos de Dios. La posición de Pedro en la Iglesia es pri-
a su Iglesia. vilegiada por voluntad del Padre realizada en el tiempo de Jesucristo.
Este discurso reitera así la tesis central de la encíclica de León XIII El primado pontificio es la realización temporal de la asistencia per-
Praeclara gratulationis y es al mismo tiempo un anticipo del radiomen- petua prometida por Cristo a su Iglesia. Ha sido Cristo' el que ha con-
saje navideño de 1951 sobre el contenido y la significación concreta fiado personalmente a Pedro el tesoro de la verdad y de la gracia. Así
lo ha reconocido y creído el Oriente y el Occidente. El Pontificado
de la aportación de la Iglesia a la paz. romano, por tanto, ha recibido de Dios una misión trascendental,
Con relación al problema de la paz, establece este documento una que debe realizar sin interrupción bajo el impulso sagrado del Espí-
distinción entre el tema de las responsabilidades bélicas y la cuestión ritu Santo.
del establecimiento de una nueva paz. Con relación a la primera, los IV. El problema de la paz. Contraste significativo entre el perfeccionamien-
pueblos en cuanto tales no suelen ser hoy día los responsables de las to de los medios destructivos y el ansia de una paz estable y un nuevo
guerras. Respecto de la segunda cuestión, hay que asentar, frente al orden seguro. Sin embargo, junto a las voces de la prudencia, no fal-
dilema injusto y desesperante de una destrucción completa o una vic- tan voces de violencia o venganza. Parece como si no hubiera otra
toria militar absoluta, la posibilidad y la conveniencia de soluciones alternativa que la victoria completa o la destrucción absoluta. Este
honrosas, duraderas y justas. dilema, como un espectro, ahoga toda reflexión serena e impulsa a la
desesperación.
La consolidación de la paz, como dice el Papa en otro discurso i ,
Hay que insistir, por tanto, en la necesidad de encontrar soluciones
exige como requisito previo indispensable una cuádruple victoria: sobre
honrosas. Los pueblos, considerados como tales, no son los responsa-
el odio fácil para los conflictos bélicos, sobre el principio de que el dere- bles de la guerra. El Sumo Pontífice ha expuesto ya las bases cristianas
cho es mera creación de la fuerza bruta, sobre el abuso de situaciones indispensables del nuevo orden nacional e internacional. Hay que dis-
privilegiadas en el campo económico y sobre una filosofía materialista tinguir dos cuestiones: las responsabilidades de la guerra y la configu-
y autosuficiente negadora de Dios y de la revelación divina. Estas vic- ración de la paz. Estos dos diversos aspectos han sido ya señalados
torias deben ganarlas los políticos, no los militares 2 . por algunos hombres de Estado. Y deben ser respetados en la hora de
la paz. La verdadera paz es una paz justa, no una paz impuesta nueva-
1
Discurso a un grupo de representantes del Congreso de los Estados Unidos, 27 de mente por la fuerza.
agosto
2
de 1945 : DER 7,161-162. Una política prudente sabe reconocer en la hora del triunfo al
Véanse también el discurso del Papa al Sacro Colegio, 2 de junio de 1043, sobre los
problemas de la guerra (AAS 35 [1943] 165-171; E 3 [1943] 1,557-559), y los discursos al vencido la seguridad de un puesto digno en la vida internacional.
legado de Finlandia, «6 de junio de 1943 (AAS 35 [1943] 256-258); al embajador de Francia, Responsabilidad solidaria de Tos cristianos en la solución del problema
10 de mayo de 1945 (AAS 37 [1945] 146-148; E 5 LiQ4S] 1,466), y al embajador de Argen- de la paz.
tina, 37 de noviembre de 1945 (AAS 37 [1945] 314-316).
858 PÍO XII EL PRIMADO BE LA IGLESIA ROMANA S LA PAZ 859

Las ásperas disonancias y las luchas entre hijos de un mismo pue-


I. L A ACCIÓN CARITATIVA
blos, que llevan dentro de sí los gérmenes de las más dañosas
Luctuosas vicisitudes consecuencias, crean una atmósfera en la cual la autoridad de la
Iglesia, que está por encima de las terrenas y mudables corrientes
[ i ] . Ha pasado un a ñ o 1 , venerables hermanos, desde que, del pensamiento, se ve traída por una o por otra parte en el torbe-
con ocasión de la fiesta de nuestro santo Patrono y Predecesor, llino de las controversias, en las cuales no raramente falta la necesaria
Nos hemos tenido por quinta vez el consuelo de acoger con gratitud claridad de las ideas y el justo equilibrio del juicio. De esta manera,
—de los labios del tan querido y venerado cardenal decano, a quien el peso de la responsabilidad que gravita sobre nuestras débiles
nos duele no ver hoy en medio de nosotros—vuestra devota felici- espaldas se eleva y aumenta en medida desconocida para otros tiem-
tación, el don de vuestras oraciones, la promesa de vuestra entrega pos y exige de Nos día a día, hora por hora, una vigilancia nunca
a los siempre crecientes deberes y a las graves responsabilidades interrumpida, una prontitud para la acción que nunca cesa, una
del ministerio apostólico, la renovada prenda de vuestra asidua par- amplitud incansable de corazón abierto a todas las almas que buscan
ticipación en los cuidados y en las solicitudes del Padre de la cris- sinceramente la verdad y el bien.
tiandad. Ha pasado un año: breve aevi spatium, pero tan cargado
de vicisitudes tristísimas y dolorosas y de inmensos e inefables
dolores; porque la inmensa tragedia del conflicto mundial, desple- Acción de la Sede Apostólica en defensa de la justicia
gándose delante de Nos y a nuestro alrededor, ha alcanzado grados y y para alivio de la indigencia
formas de atrocidad que conmueven y hacen horrorizar a todo
[5 ]. Pero es oportuno aquí hacer una mención histórica de los
sentimiento humano y cristiano. Por esto, al retornar este día para
• sentimientos expresados en el año 449 por un obispo del Oriente,
Nos festivo, al veros nuevamente aquí reunidos, sentimos la nece-
sidad de confiaros las íntimas angustias de nuestra alma y de deplorar Eusebio de Dorilea, en una carta dirigida al papa San León Magno:
con vosotros la agravación tempestuosa y sangrienta de las destruc- «El trono apostólico—escribía—ha solido desde el principio defender
ciones, de las- ruinas, de las muertes, hasta tal punto que lo que a todo el que ha sufrido injusticia... y aliviar, según las posibilidades,
ahora hace un año podía a muchos parecer cosa inverosímil o impo- al que yacía en tierra; vos tenéis de hecho conmiseración por todos
sible, ha venido, sin embargo, a convertirse en realidad. los hombres. La razón de esto es que estáis animado de un recto
sentimiento y conserváis inconcusa la fe en Nuestro Señor Jesu-
[2]. La Ciudad Eterna, célula madre de la civilización, y el cristo, como también demostráis una no disimulada caridad hacia
mismo territorio sagrado que rodea al sepulcro de Pedro, han debido todos los hermanos y cuantos son llamados en el nombre de Cristo» 2 .
experimentar y probar en qué grado el espíritu de los modernos [6]. Tan nobles palabras, que atestiguan la constante defensa
métodos de guerra, por múltiples causas cada vez más feroces, se de la verdad y del derecho por parte de esta Sede Apostólica y su
ha alejado de aquellas indefectibles normas que en otro tiempo eran amor benéfico por todos los perseguidos y los oprimidos, fueron
consideradas como leyes inviolables. dictadas por la experiencia de los primeros siglos del cristianismo.
[3 ]. Sin embargo, en medio de tanto dolor, no queremos dejar Pero la Iglesia romana agradece y alaba al Señor por haber mante-
de subrayar cómo la amenaza de las incursiones aéreas sobre las nido con la asistencia divina esta santa costumbre también en las
zonas no periféricas de Roma ha cedido su lugar a una práctica y edades sucesivas. Por esto, uno de los historiadores más conocidos
a un tratamiento más respetuosos. Nos albergamos la esperanza del siglo XIX, no sospechoso ciertamente de sentimientos favorables
de que esta más equitativa y moderada tendencia prevalezca sobre hacia la Sede de Pedro, no dudó en confesar al final de su obra sobre
las consideraciones contrarias de aparente utilidad y sobre las lla- la ciudad de Roma en la Edad Media que «la historia no tiene títulos
madas exigencias y necesidades militares, y que la Urbe quede, en heroicos suficientes... para indicar con ellos, aunque sólo sea apro-
todo caso y a toda costa, preservada de convertirse en teatro de ximadamente, la actividad mundial, las grandes creaciones y la
guerra. Por esto no dudamos de repetir una vez más con igual im- imperecedera gloria de los papas» 3 .
parcialidad y obligada firmeza: quienquiera que osase levantar la [7]. Movidos, consiguientemente, por el ejemplo de nuestros
mano contra Roma, sería reo de matricidio delante del mundo civi- predecesores, también Nos, venerables hermanos, consideramos, en
lizado y en el juicio eterno de Dios. este tiempo de estrecheces y de pobreza sin ejemplo, como nuestro
[4]. Si pasamos a examinar las presentes condiciones genera- sagrado deber dirigir nuestra solicitud pastoral, con una amplitud
les del mundo, Nos somos testigos de sucesos que en sus efectos hasta ahora difícilmente superada o alcanzada, a la indigencia que
espirituales y materiales nos llenan el alma de justificada ansiedad. 2
Cf. ED. SCHWARTZ, Acta Conciliorum Oecumen. t.2 (Conc. Univ. Chalcedonense) vol.2
p.i.*3 p.7 (1932).
1 Pío XII, discurso al Sacro Colegio Cardenalicio en la fiesta de San Eugenio Papa, 2 de FERDINAND GREGOROVIUS, Gexhichte der Stadt Rom ¡m Mittelalter t.8 p.668 (Stu
junio de 1944: AAS 36 (1944) 166-175. Texto original en italiano. art 1896).
860 Pío XII EL PRIMADO ,DE LA IGLESIA ROMANA V LA PAZ 861

por todas partes nos rodea y reclama ayuda. No ya porque la Iglesia, insistente elevan las manos hacia el Padre común; no pocos de ellos
sobre todo en la hora presente, aspire de alguna manera a ventajas se ven hoy obligados a invocar aquella caridad de la cual ayer toda-
terrenas o a gloria humana, sino porque a una sola meta están diri- vía eran pródigos.
gidos de día y de noche nuestros pensamientos; a saber, cómo nos [10]. Hasta el último límite de nuestros medios y de nuestras
sea posible afrontar tan acerba prueba, socorriendo a todos sin fuerzas, apoyados y sostenidos por los ofrecimientos de almas ge-
distinción de nacionalidad y de raza, y cómo nos sea dado cooperar
nerosas, por la actividad organizadora de técnicos previsores e in-
para que a la humanidad, atormentada por la guerra, pueda al fin
dustriosos, por el aliento y por el espíritu de abnegación de honrados
serle devuelta la paz.
y valientes trabajadores, a todos los cuales deseamos que. llegue la
expresión de nuestro vivo agradecimiento, hemos con frecuencia
Solicitud por las graves condiciones de Roma podido hacer penetrar en la obscuridad de la más angustiosa miseria
y del más cruel abandono un confortante rayo luminoso de socorre-
[8], Porque, si actualmente nuestra preocupación se dirige de dor amor paterno, aunque con demasiada frecuencia no siempre
modo particular a Roma, esto nace de las desgraciadas condiciones adecuado a la amplitud de las necesidades y al íntimo impulso de
en que una gran parte de la población de la Urbe, que es también nuestro corazón.
nuestra diócesis, ha venido a encontrarse. Ciertamente no es ésta [11]. Sin retroceder ante cualquier sacrificio, sin desalentar-
la primera vez que la tempestad sacude la Ciudad Eterna. La Roma nos por repulsa alguna, sin temor ante cualquier violación de nues-
cristiana, en el largo curso de su historia, ha conocido otras adver- tro derecho, no hemos cesado de contribuir, según todas nuestras
sidades bien duras: ocupaciones y saqueos, desde Alarico hasta el posibilidades, a sostener la población de Roma y de las comarcas
horrendo Sacco de 1527; luchas intestinas de los partidos, como, circunvecinas al menos con los alimentos más necesarios y urgentes.
por ejemplo, en el siglo X; abandono, como en el período aviño- Hemos también tomado medidas para efectuar el transporte de ví-
nense y en la época del gran cisma de Occidente; pestes, como en los veres por vía marítima mediante naves pontificias. Pero se aguarda
calamitosos días del gran San Gregorio y bajo el Pontífice Sixto IV; todavía el consentimiento de las partes beligerantes para la realiza-
hambre y carestía por causas naturales, como, por ejemplo, durante
ción de esta empresa, que aportaría un remedio verdaderamente
el pontificado de Clemente XIII en los años 1763 y 1764 4 . En esta
eficaz a un mal tan grande. De todos modos, de nuestra parte no
última calamidad pública se refugiaron también en Roma multitu-
des hambrientas de todos los Estados de la Iglesia, e incluso de disminuiremos nuestros esfuerzos para superar obstáculos y vencer
Toscana y de Ñapóles, cuya asistencia, con alojamiento y alimenta- resistencias, a fin de que a nuestra ciudad natal y episcopal, la cual
ción, exigió los mayores esfuerzos. El Papa, con inexhausta y ge- hoy día más que en cualquier otro tiempo alberga dentro de sus
nerosa mano, logró impedir una catástrofe. Sin embargo, ¿qué eran murallas a hijos e hijas de todas las regiones de Italia, sea, en lo
los 6.000 refugiados de entonces, unidos a los 160.000 romanos posible, evitado, en uno de los más graves momentos de su historia,
—todo el Estado pontificio contaba poco más de dos millones de rica en glorias y en dolores, el que deba aplicarse a sí misma las
almas—; qué eran, decimos, si se comparan con las condiciones de palabras del profeta: Está todo su pueblo gimiendo y buscando pan...
hoy? ¿Con el número de los habitantes, con la escasez, los peligros, Los pequeños han pedido pan, y no había allí quien se lo diese 5 .
las angustias, las separaciones, los dolores.de todas clases por los
II. E L PRIMADO DE LA IGLESIA ROMANA
que tantos tiemblan y sufren?
El mandato divino
[9 ]. En pocos lugares del suelo italiano, por no decir del mun-
do, son en la hora presente tan grande como en Roma y en sus f 12 ]. Pero por encima de estas preocupaciones exteriores y de
alrededores la penuria de las cosas necesarias para la vida y el peli-' •las obligaciones particulares impuestas por las contingencias de
gro de que ésta llegue a convertirse en un casi inconmensurable tiempo y de lugar está, venerables hermanos, como nuestro deber
empobrecimiento de masas enteras del pueblo. Por otra parte, la central y supremo, de cuyo pleno y concienzudo cumplimiento nin-
fuerza de atracción que la Urbe ejerce sobre muchas víctimas de gún poder humano podría apartarnos, ninguna externa angustia
la guerra, las cuales buscan aquí refugio y auxilio, pone a aquellos separarnos, la absoluta obediencia a la orden del Señor: Pasee agnos
que se ocupan de proveer a su habitación y a su aprovisionamiento meosl Pasee oves meas! «¡Apacienta mis corderos! ¡Apacienta mis
ante problemas a veces casi insolubles. A pesar de las loables me- ovejas!» 6
didas de las autoridades públicas y de beneméritas asociaciones, el [13]. Este divino mandato, que desde el primer Pedro, a tra-
ejército de los pobres crece de día en día. Con ansiedad siempre vés de la larga serie de los Romanos Pontífices, ha llegado .hasta
creciente, estos infelices dirigen sus ojos, con súplica cada día más
' Lam. 1,11; 4,4-
' Gf. L. PASTOR. Ceschichie der Pápsti t.a p.579; t.16 p.i.» P.461-46J « lo. 2I.IS-17.
EL PRIMADO DE LA IGLESIA ROMANA Y LA PAZ 863
862 PÍO XII

Nos, su indigno sucesor, abarca, en el confuso y lacerado mundo vestido del primado, confirma fratres tuos "'', no puede ejercer y
desarrollar su acción protectora y preservadora, la cizaña del racio-
de hoy, un conjunto todavía más elevado de sagradas responsabili-
nalismo ha penetrado de mil maneras diversas, con sus tallos' y sus
dades, y encuentra obstáculos y oposiciones que exigen de la Iglesia,
frutos nocivos, en el pensamiento y en el sentimiento de muchas
en su Cabeza visible y en sus miembros, una creciente energía y almas que se dicen cristianas, y ha intoxicado lo que en ellas había
vigilancia. quedado de la divina semilla de la verdad, causando, sobre todo,
obscurecimiento, división y un creciente abandono de la fe en la
Funestas consecuencias de la separación de la madre Iglesia divinidad de Cristo.

[14]. Hoy, en realidad, más que nunca, a los ojos de todo


clarividente y justo observador se revela el balance tristemente La voluntad de Cristo en la institución del primado
pasivo que las escisiones de la Iglesia madre en el curso de los si-
glos han causado a la cristiandad. En una época turbulenta y ator- [18]. Entre Cristo y Pedro existe, desde el día de la promesa
mentada como la nuestra, cuando la humanidad se apresta a deducir junto a Cesárea de Filipo y del cumplimiento de ésta sobre el mar
de Tiberíades, un vínculo misterioso, pero eminentemente real, rea-
las consecuencias de un decaimiento espiritual que la ha precipitado
lizado una vez en el tiempo, pero que hunde sus raíces en los
en el abismo y en todas las naciones se elevan voces invocando para
eternos consejos del Omnipotente. El Padre celestial, que a Simón,
la obra gigantesca del nuevo ordenamiento, además de las garantías hijo de Joña, revelaba el misterio de la divina filiación de Cristo
exteriores, también los indispensables fundamentos jurídicos y mo- y lo hacía así apto para responder con una abierta y pronta confe-
rales, será de esencial importancia conocer qué influjo la corriente sión a la pregunta del Redentor 8 , había desde la eternidad predes-
de las ideas y de las normas de vida cristiana podrá ejercer sobre tinado al pescador de Betsaida para su excepcional oficio; y Cristo
el contenido y sobre el espíritu de este futuro ordenamiento y con- mismo no hizo más que cumplir la voluntad del Padre cuando en
tra la repetición del predominio de falsas y funestas tendencias. la promesa y en la colación del primado usó expresiones que debían
[15]. La Iglesia madre católica romana, que ha permanecido fijar para siempre la unicidad de la posición privilegiada atribuida a
fiel a la constitución recibida de su'divino Fundador y que también Pedro.
hoy se mantiene firme en la solidez de la piedra sobre la cual la vo-
luntad de su Fundador la edificó, posee en el primado de Pedro y [19]. , Aquellos, por tanto, que—como, ahora no hace mucho,
de sus legítimos sucesores la seguridad, garantizada por las promesas ha sido afirmado (o mejor, repetido) por algunos representantes de
divinas, de custodiar y de transmitir íntegra e inviolada, a través de confesiones religiosas que se profesan cristianas—declaran no exis-
los siglos y milenios, hasta el fin de los tiempos, toda la suma de tir un Vicario de Cristo en la tierra, porque el mismo Cristo ha pro-
verdad y de gracia que en la misión redentora de Cristo está conte- metido permanecer con su Iglesia como su Cabeza y Señor hasta
nida. Y mientras en la estimulante y confortadora conciencia de la consumación de los siglos, además de quitar a todo oficio epis-
esta doble posesión halla su fuerza vencedora de todos los ofusca- copal su fundamento, desconocen y pervierten el sentido profundo
mientos del error y de todos los extravíos morales, desarrolla su del primado pontificio, que no es negación, sino cumplimiento de
labor con provecho no sólo de la cristiandad, sino del mundo en- aquella promesa. Porque, si es verdad que Cristo en la plenitud de
tero, inspirando sentimientos de consoladora justicia y de genuino su potencia divina dispone de las más variadas formas de ilumina-
amor fraterno en las grandes controversias, en las que frecuente- ción y de santificación, por medio de las cuales está realmente con
mente las bendiciones y las calamidades, mies abundante y reco- quienes lo confiesan, no es menos cierto que El ha querido confiar
lección escasa, vienen a hallarse vecinas las unas de las otras. a Pedro y a sus sucesores la guía y el gobierno de la Iglesia univer-
[16]. Pero ¡cuánto más fuertes y eficaces serían las irradiacio- sal y los tesoros de verdad y de gracia de su obra redentora. Las
nes del pensamiento y de la vida cristiana sobre las bases morales palabras de Cristo a Pedro no dejan duda alguna sobre su sentido:
de los futuros proyectos de paz y de reconstrucción social si no así lo han reconocido y creído el Occidente y el Oriente en tiempo
existiese la vasta división y dispersión de las confesiones religiosas no sospechoso y con admirable armonía. Querer crear una oposición
que en el curso de los tiempos se han separado de la madre Iglesia! entre Cristo como Cabeza de la Iglesia y su Vicario, querer ver en la
¿Quién podría hoy día dejar de reconocer cuánto vigor d e fe, cuán- afirmación del uno la negación del otro, significa trastornar las más
ta íntima fuerza de resistencia contra los influjos antirreligiosos, a claras y luminosas páginas del Evangelio, cerrar los ojos ante los
causa de esta separación, se han visto perdidos en numerosos grupos? testimonios más antiguos y venerables de la tradición y privar a la
cristiandad de aquella herencia preciosa, cuyo recto conocimiento
[Í7]. De tan dolorosa realidad es, entre muchas otras, una
7
prueba elocuente la historia del racionalismo y del naturalismo en 8
Le. 22,32.
los dos últimos siglos. Donde el oficio encargado al que está in' Cf, Mt. 16,13-20.
864 f>fü X I I
EL PRIMADO DK LA IGLESIA ROMANA Y LA PAZ 865
y estima, en el momento por solo Dios conocido y merced a la luz
de aquel guerrero griego del cual se lee que juzgaba insigne la vic-
de la gracia por El solamente impartida, podrá suscitar en los her-
toria en la cual la clemencia prevaleciese sobre la crueldad: Eam
manos separados el deseo nostálgico de la casa paterna y la voluntad
eficaz del retorno a ella. praeclaram victoriam ducebat, in qua plus esset clementiae quam crude-
litatisl°; las segundas, por el contrario, recuerdan muy de cerca
[20]. Cuando, cada año, en la tarde anterior a la fiesta del el dicho de Cicerón de que la victoria por naturaleza es insolente y
Príncipe de los Apóstoles, Nos visitamos nuestra patriarcal Basílica soberbia: Victoria quae natura insolens et superba est n .
Vaticana para implorar sobre la tumba del primer Pedro fuerzas [23 ]. De esta manera surge en muchos la impresión y el temor,
para servir a la grey a Nos confiada según los designios y los fines como si no hubiese también para los pueblos y las naciones, en cuan-
del eterno y sumo Sacerdote, desde el majestuoso arquitrabe de to tales, otra alternativa fuera de ésta: plena victoria o destrucción
aquel templo excelso aparecen a nuestra mirada, en fulgente mo-
completa.
saico, las poderosas palabras con que Cristo manifestó su propósito
de edificar la Iglesia sobre la roca de Pedro, y nos recuerdan nuestro [24]. Dondequiera que este tajante dilema ha penetrado en
impreterible deber de conservar intacta esta incomparable herencia los espíritus, obra con su funesto influjo como estímulo prolongador
del Redentor divino. Y mientras después vemos brillar ante Nos la de la guerra, incluso entre aquellos que por interno impulso o por
gloria del Bernini, y sobre la cátedra, rodeada en lo alto por las consideraciones realistas estarían inclinados a una paz razonable.
gigantestas figuras de un Ambrosio y de u n Agustín, de un Atana- El espectro de esta alternativa, el convencimiento de la verdadera
sio y de un Juan Crisóstomo, vemos resplandecer y dominar en o supuesta voluntad del enemigo de destruir la vida nacional hasta
magnífica luz el símbolo del Espíritu Santo, Nos sentimos y expe- las mismas raíces, ahogan toda otra reflexión e infunden en no pocos
rimentamos todo el carácter sagrado, toda la misión sobrehumana el coraje de la desesperación. Los que están poseídos por estos sen-
que la voluntad del Señor, con la asistencia del Espíritu por El pro- timientos avanzan, como en un sueño hipnótico, a través de abismos
metido y enviado, ha conferido a este punto central de la Iglesia de de indecibles sacrificios, y obligan así a los demás a una lucha exte-
Dios vivo, columna et firmamentum veritatis 9. Y en esta octava de nuadora y desangrante, cuyas consecuencias económicas, sociales
Pentecostés, de nuestro corazón y de nuestros labios brota la invo- y espirituales amenazan convertirse en el castigo del tiempo futuro.
cación al Espíritu Creador para que despierte en nuestros hermanos
separados el ansia del retorno a la perdida unidad y les conceda la
fuerza de seguir su impulso. ¡Ojalá puedan todos aquellos qui Dos diversos aspectos del problema de la paz
christiana professione censentur comprender qué inigualable campo
de acción estaría reservado a la cristiandad en el momento presente [25 ]. Por esto es de suma importancia que aquel temor pueda
si con plena unión de fe y de voluntad dedicasen su obra a salvar quedar sustituido por la fundada esperanza de honrosas soluciones;
la familia humana y prepararla para u n mejor porvenir! soluciones no pasajeras ni expuestas a los gérmenes venenosos de
nuevas turbaciones y peligros para la paz, sino verdaderas y dura-
bles; soluciones que partan del pensamiento de que las guerras,
hoy n o menos que en el pasado, difícilmente pueden ser puestas en
III. CONSIDERACIONES SOBRE EL PROBLEMA DE LA PAZ
la cuenta y en la culpa de los pueblos en cuanto tales.
Voces de moderación y voces de violencia [26 ]. Vosotros, venerables hermanos, conocéis bien cómo, cum-
pliendo u n imprescindible deber de nuestro ministerio apostólico,
[21 ]. Es ciertamente un indicio significativo para abrir los co- Nos hemos ya varias veces repetido y señalado de una manera con-
razones a la esperanza de este más sereno y tranquilo mañana que, creta las bases indispensables, en conformidad con el pensamiento
mientras los medios militares d e destrucción han conseguido un cristiano, no sólo por lo que respecta a la pacífica convivencia y
grado de potencia jamás conocido anteriormente y el mundo se en- colaboración internacional, sino también por lo que se refiere al
cuentra en la víspera de todavía más dramáticos y, según el parecer orden interno de los Estados y de los pueblos. Hoy nos limitamos a
de algunos, definitivos acontecimientos, la discusión en tomo a la observar que toda recta solución del conflicto mundial debe consi-
dirección fundamental y a las normas particulares de la futura paz derar como muy distintas dos graves y complejas cuestiones: la
atraiga siempre más numerosos los espíritus y encuentre una par- culpa en la provocación o en la prolongación de la guerra, de un
ticipación y un interés cada hora crecientes. lado; la configuración de la paz y su seguridad, de otro; distinción
[22]. Desgraciadamente, j u n t o a las voces de prudencia y de que deja naturalmente intactos los postulados tanto del justo cas-
moderación, no faltan otras de mal disimulada violencia o de abierto tigo p o r los hechos violentos contra personas o cosas no exigidos
anuncio de venganza. Mientras las primeras siguen el pensamiento realmente por la dirección de la guerra como de las necesarias ga-
1 0
i^Tim. 3,15 C O R N E L I O N E P O T E , Timoleon 2.
1 1
C I C E R Ó N , Pro M . Marceño 2.

Voctr. pontif- i 23
866 río XII EL PRIMADO IIP. LA ICt.KSlA ROMAN'A V LA PAZ 887
rantías para la defensa del derecho contra posibles atentados de la
tales de la conciencia humana y cristiana, acordándose siempre de
fuerza.
que, para cuantos se glorían del nombre cristiano, todo propósito
[27 ]. Estos dos diversos aspectos del formidable problema han de paz está siempre bajo la enseña indefectible: illa respuere, quae
encontrado amplio eco en la conciencia de los pueblos, y también en huic inimica sunt nomini, et ea, quae sunt apta, sectari.
declaraciones públicas de autoridades competentes se ha manifestado '
el propósito y la voluntad de dar al mundo, al final del conflicto [32]. Con el ferviente deseo de que la gracia del Omnipotente
armado, una paz para todas las naciones. Nos deseamos y esperamos haga surgir pronto sobre las colinas de la Ciudad Eterna y sobre
que la prolongación de la guerra, unida a la progresiva exacerbación todo el mundo la aurora de una paz semejante, os expresamos, ve-
de los métodos bélicos, y, por consiguiente, más agudizada tensión nerables hermanos, nuestra íntima gratitud por las felicitaciones
y exasperación de los ánimos, no acabe apagando y extinguiendo tan benévolamente ofrecidas a Nos por boca de vuestro eminente
estos sanos sentimientos, y con ellos la prontitud para subordinar cardenal subdecano, mientras impartimos de corazón a vosotros y
los instintos de la venganza y de la ira, quae est inimica consilio, a la a cuantos os están particularmente unidos en el Señor nuestra ben-
majestad de la justicia y de la ecuanimidad. dición apostólica.

[28]. En toda guerra, si una de las partes beligerantes lograse


solamente con el poder de la espada o con otros medios de irresis-
tible coacción alcanzar un claro e inequívoco éxito victorioso, se
encontraría en la posibilidad física de dictar una paz no equitativa,
impuesta con la fuerza. Pero es también cierto que nadie cuya con-
ciencia esté informada por los principios de la verdadera justicia
podría reconocer a una tan precaria solución el carácter de segura
y previsora prudencia.

Perspectivas de prudente arte política


[29]. Aunque de hecho viene impuesto por la naturaleza de
las cosas que el período de transición entre el fin de las hostilidades
y la conclusión formal de la paz hasta la obtención de una situación
de suficiente estabilidad social, esté prevalentemente determinado
por el poder del vencedor sobre el vencido, sin embargo, la pruden-
te y, por esto mismo, moderada arte política no olvida ni omite
nunca dar a la parte que ha sucumbido la esperanza, digamos la
confianza, de que también al propio pueblo y a sus necesidades
vitales quede preparado y jurídicamente asignado un puesto digno.
[30]. Por esto desearíamos que en el ánimo de los gobernantes
y de los pueblos estuviese presente, al menos como ideal al que
tender, el pensamiento fundamental que inspiró las palabras pro-
nunciadas en favor de M. Claudio Marcelo por el más insigne orador
de la antigua Roma: Animum vincere, iracundiam cohibere, victo tem-
perare, adversarium extollere iacentem, haec qui faciat, non ego eum
cura summis viris comparo, sed simiUimum Deo iudico12. Es decir:
Vencerse a sí mismo, refrenar la ira, perdonar al vencido, levantar
al adversario caído, el que estas cosas haga, yo no lo comparo ya a
los grandes hombres, sino que lo juzgo muy semejante a un dios.
[31]. Nos confiamos que todos nuestros hijos e hijas esparci-
dos sobre la tierra tengan la viva conciencia de su responsabilidad
solidaria individual y colectiva en el nacimiento y en la formación
de u n ordenamiento público conforme a las exigencias fundamen-
>~ GIWRÓN, Pro M. MaveWo 3.
BENIGNITAS ET HUMANITAS 869

sobre la esencia del espíritu democrático, constituida por la libertad y


BENIGNITAS ET HUMANITAS la dignidad humana.
Acerca del ciudadano, Pío XII establece dos afirmaciones funda-
El problema de la democracia mentales. Primera afirmación: el ciudadano tiene derecho al diálogo
con el gobierno. Este derecho se desenvuelve en dos líneas: el derecho de
la manifestación del propio parecer y el derecho a hacerse escuchar del
gobernante. Segunda afirmación: es necesario capacitar políticamente
al ciudadano para ese diálogo. Este diálogo y esta capacitación son
los comprobantes definitivos del grado de salud y equilibrio político de
una democracia.
De estas dos afirmaciones derivan dos consecuencias de suma im-
• portancia. Primera consecuencia: una democracia sana supone un pue-
blo auténtico, y un pueblo no es una masa. Pueblo y masa son dos reali-
El tema central de este destacado radiomensaje es el proble\na de
dades sociológicas y políticamente diferentes. Un pueblo tiene el poder
la democracia, considerado desde él punto de vista primordial del hom-
efectivo de autodeterminarse a través de la plena conciencia política
bre. No son las estructuras constitucionales concretas—variables y par-
de sus ciudadanos. Por esto él Estado constituido sobre un auténtico
ticulares en cada pueblo—las que atraen la atención del documento.
pueblo recibe de éste su savia vital. La masa, en cambio, es un gigantesco
Su primer plano está ocupado por la persona humana, que semper et
conglomerado social manejado desde fuera por resortes particulares.
ubique es fundamentalmente la misma.
Es una masa inerte, sin movimiento propio. De ahí que la masa sea
El objeto del documento se limita concretamente al examen de las
con frecuencia manejada por los gobiernos. De ahí también que la liber-
normas que deben regular la democracia para que ésta pueda recibir la
tad degenere en libertinaje y que la igualdad quede reducida a una
doble calificación de sana y de adaptada ai momento presente. Sólo
división de ilusos demócratas desengañados y de aprovechados instalados
puede gozar de salud política una democracia basada sobre «los inmu~
en los puestos de control político.
tables principios de la ley natural y de las verdades reveladas», es decir,
Segunda consecuencia: el pueblo es presupuesto necesario de la de-
una organización democrática que se ajuste al orden absoluto de los
mocracia. La masa es el enemigo capital de la verdadera democracia.
seres establecido por Dios. Por otra parte, para que la democracia se
Sólo el Estado basado en una democracia de pueblo puede esperar el
ajuste a las necesidades de la hora presente, es menester que sepa recoger
logro pleno, en lo posible, del verdadero bien común de los ciudadanos.
la actual actitud política de los pueblos y acomodar a ésta las lineas
El nombre de democracia permite, por consiguiente, un doble significa-
maestras de su nueva arquitectura.
do: democracia de pueblo, concepto auténtico, que requiere ciudadanos
El Papa recoge la actitud nueva que los pueblos han tomado frente
capacitados para el ejercicio eficaz de sus derechos políticos, y democra-
al Estado y los gobiernos. Los pueblos se oponen a toda clase de dicta-
cia de masa, concepto equivocado, que implica una agrupación numé-
dura. Los pueblos desean controlar con eficacia a los poderes públicos.
rica de hombres incapacitados para el ejercicio de esos derechos. La de-
Los pueblos quieren «tomar las riendas de su propio destino con mayor
mocracia de pueblo es democracia de titulo y de hecho. La democracia
autonomía». Los pueblos, en una palabra, no quieren la guerra. Y por
de masa es democracia de nombre, pero sin contenido democrático.
eso desean un sistema de gobierno que les garantice con seguridad el
mantenimiento de la paz. Es este deseo acuciante el que estimula la Respecto al gobernante en el régimen democrático, Pío XII recuerda
fuerte tendencia general de hoy día hacia la forma democrática de go- con insistencia el principio ético general regulador de la conducta moral
bierno. Hecho también de significación trascendental que no puede ser y de la vida política: el orden absoluto de los seres y de los fines, la
silenciado o desconocido, y que encaja perfectamente como tendencia naturaleza de las cosas, constituye el último fundamento y la. norma
general y como realización política dentro del marco doctrinal de la directiva suprema de toda democracia. A la luz de este principio ha-
Iglesia. brá que delinear la figura completa del verdadero gobernante demo-
Reconocida así la tendencia democrática y admitida su pluralidad crático. Tres son los peligros del gobierno: la,anarquía, el totalitarismo
de formas concretas, dos cuestiones surgen ante el análisis: el ciudada- y los abusos más o menos graves del egoísmo personal. La anarquía
no y el gobernante en las democracias, los dos elementos personales de la despoja a la autoridad de su acento propio. El totalitarismo recarga
relación política fundamental—autoridad y ciudadano—, que, lejos de este acento con fuerza excesiva. Los abusos de la ambición merman en
hallarse en posición de antagonistas irreductibles, son partes comple- grado variable la intensidad tónica de la verdadera autoridad. Frente
mentarias de un mismo ente político: la sociedad estatal. El desarrollo a los intentos de la anarquía y el peligro consiguiente de un gobierno
del documento rebasa la exposición de estas dos cuestiones y penetra en endeble, hay que afirmar la necesidad de un poder, de un imperium
el ámbito de la política internacional de los Estados, para acabar con verdadero, efectivo, dotado del poder de coacción, participado de la
una reafirmación de la función tutora que la Iglesia ha ejercido siempre misma autoridad trascendente de Dios. Ante la fácil decantación ha-
870 pfo xii BENIGNIIAS ET HüMAXITAS 871
cia el totalitarismo o el autoritarismo excesivo, es necesario afirmar derecho de intervención y el derecho de coacción contra el agresor.
la limitación del poder, limitación impuesta por la ley natural, mani- Sólo así podrá esperarse un mejoramiento de la humanidad. Pero con
festación universal del orden establecido e iluminado con nueva luz una triple subcondición: que el estatuto de ese organismo internacional
por el Evangelio. Hay que descartar también el peligro del gobernan- excluya toda medida injusta; que se permita a su tiempo el ingreso
te ambicioso. Porque hay dos maneras de hacer política: obrar al ser- leal de los pueblos vencidos con situación de igualdad jurídica, y que
vicio del pueblo y en orden al bien común o actuar al servicio del interés se facilite el retorno a la solidaridad universal, olvidada durante mucho
particular con olvido—mayor o menor—de ese bien común. El políti- tiempo y sepultada hoy todavía bajo el odio. Por último, el castigo de
co de la nueva democracia es el primero. El segundo es una figura que los delitos comunes cometidos con ocasión de la guerra debe caer sobre
es menester desterrar, en la medida posible, del área de la política de- los autores, sobre los individuos, pero nunca sobre los pueblos. Consti-
mocrática. tuiría esto último una gravísima perversión de los principios naturales
No hay otro camino para formar a estos hombres nuevos que el que rigen el procedimiento judicial.
camino de las virtudes morales y de la austera capacitación técnica. Esta es la doctrina de la Iglesia sobre la democracia del presente.
Técnicos sin moral no son suficientes. Hombres probos sin aptitud y Hace tiempo se acusaba a la Iglesia de un irrealismo utópico en la
capacitación resultan ineficaces. Hay que conjugar ambos elementos. exposición de sus principios morales y políticos. Los llamamientos de
Pero hay que insistir sobre un sector determinado de esos hombres los papas al orden inmutable de la moral natural eran despreciados
de gobierno. Esta afirmación de la necesidad de las virtudes morales y como pretensiones faltas de sentido de realidad. Los anuncios proféticos
de la capacitación técnica cobra una singular importancia tratándose de del desastre eran considerados como pesimismo eclesiástico. Pero la
los componentes de los cuerpos legislativos. Pío XII recuerda que el experiencia se ha encargado de demostrar el realismo de aquellos llama-
problema de la representación política es «cuestión de vida o muerte» mientos y de estas predicciones.
en una democracia. Constituye el centro de gravedad de ésta. Y como El mundo ha advertido este hecho. Y por eso el mundo oye la palabra
la representación popular está constituida por los representantes del de Roma en materias políticas. La Iglesia es un factor esencial en la
pueblo, de ahí que «la cuestión de la elevación moral, de la aptitud prác- restauración de la nueva democracia: «Si el porvenir ha de pertenecer a
tica, de la capacidad intelectual de los diputados en el parlamento», la democracia, una parte esencial en su realización deberá corresponder
sea en la práctica el punto básico del acierto o desacierto de un régimen a la religión de Cristo y su Iglesia». La Iglesia tiene como misión espe-
democrático. Interesa por esto destacar la etopeya trazada por Pío XII cifica anunciar un mensaje que encaja perfectamente dentro del ideal
del parlamentario de la nueva democracia. de una democracia sana. Ese mensaje es la dignidad esencial del hombre,
Pero el problema de la democracia no se reduce a los límites internos su vocación sobrenatural a la filiación divina. Mensaje que cobra sin-
del Estado. Abarca también la vida internacional de los Estados. gular relieve hoy día, en que la dignidad del hombre se ve tan dolorosa-
La sociedad de Estados ha de vivir también del espíritu de una demo- mente asediada y rebajada, sobre todo en su aspecto social. Mensaje
cracia sana. • Es trascendental la importancia de la democracia como que en la fiesta de Navidad ocupa el primer plano, porque «la Navidad
forma de gobierno para el progreso pacífico de la familia humana. es la fiesta de la dignidad humana», pero una dignidad humana levan-
Se trata de hacer penetrar el espíritu democrático «en el vasto y espi- tada por Dios al orden sobrenatural. Por eso es el día de recordar a
noso campo de la política exterior». Pero esta penetración, para que la humanidad entera que su camino de salvación está en el cristia-
sea eficaz y beneficiosa, exige ciertas condiciones. Condiciones que deben nismo. Porque, en la eterna intención de Dios, cristianismo y humani-
ser respetadas por los representantes de los pueblos y que deben ser dad están estrechamente vinculados l.
vividas y exigidas por los ciudadanos.
En primer lugar, es necesario el reconocimiento en el plano político
de la unidad del género humano, como exigencia moral y corona- S U M A R I O
miento del desarrollo social del hombre. De ese reconocimiento depende
I. Sexta Navidad en guerra. La humanidad se ha hundido en la ruina
el porvenir—seguro o inseguro—de la paz. En segundo lugar, la pros- por haber despreciado el llamamiento de Dios. Sin embargo, también
cripción definitiva de la guerra de agresión como solución legítima de ahora se levanta una aurora de esperanza: liay que intentar la reorga-
las controversias internacionales. Es necesario insistir en la inmoralidad nización total del mundo y el establecimiento de una segura comunidad
de esta guerra de agresión. La teoría de la guerra como medio apto y de Estados. Pero, además, los pueblos han despertado de su letargo
proporcionado para resolver conflictos internacionales está ya superada. y se oponen a todo monopolio dictatorial del poder político. La ten-
La reprobación de la guerra moderna es un principio moral y político dencia democrática se apodera de los puellos.
indudable. En tercer lugar, la creación de un órgano común para el 1
Gomo documentación complementaria de este radiomensaje pueden verse el discurso
mantenimiento de la paz es «punto esencial de todo futuro arreglo del de 30 de septiembre de 1947, a una comisión de senadores de los Estados Unidos (DER
mundo». Este órgano debe realizar una función preventiva frente a las 11,255); el discurso de 20 de abril de IQ46, al Congreso de presidentes diocesanos de la Ju-
ventud Italiana de Acción Católica (DER 8,53-57; E 6 [194Í] 1,453-454), y el radiomensaje
amenazas de agresión aislada o colectiva. Para ello debe poseer el £¡e 14 de septiembre de 1946, dirigido al pueblo suizo (AAS 38 [1946] 373-375).

• í '
872 PÍO XII BENIGNIIAS El HUMANITAS 873

II. El objeto de este llamamiento cu examinar las normas reguladoras de p o r q u e la N a v i d a d es la fiesta d e la d i g n i d a d h u m a n a , la fiesta del
una sana democracia, atendiendo principalmente al hombre, sujeto «admirable cambio p o r el cual el C r e a d o r del género h u m a n o , t o -
y fin de la vida social. Don paites, por tanto, el ciudadano y el gober-
m a n d o u n cuerpo vivo, se h a d i g n a d o nacer de la Virgen, y con su
nante, en un sano reyímen democrático.
venida nos h a c o m u n i c a d o su divinidad» 3.
III. La democracia y el EsUuio. El ciudadano en el régimen democrático
tiene derecho al dialogo con el gobierno. Es necesario, por tanto, ca- [3 ] . P e r o n u e s t r a m i r a d a se traslada e s p o n t á n e a m e n t e desde
pacitar al ciudadano para este diálogo. Porque una-democracia sana el l u m i n o s o N i ñ o del pesebre al m u n d o q u e nos rodea, y el doloroso
supone un pueblo auténtico, y un pueblo no es una masa irresponsable. suspiro del evangelista J u a n asciende a n u e s t r o s labios: Lux in tene-
Por consiguiente, el pueblo es el presupuesto necesario de la demo- bris lucet et tenebrae eam non comprehenderunt: la luz luce e n las
cracia sana. tinieblas, p e r o las tinieblas n o la a b r a z a r o n 4 .
El gobernante en el régimen democrático. La autoridad es necesaria
en la democracia con mayor razón que en otras formas de gobierno. [ 4 ] . P o r q u e , desgraciadamente, t a m b i é n en esta sexta vez la
Pero debe quedar sometida siempre al orden moral. Virtudes morales a u r o r a d e N a v i d a d se alza sobre c a m p o s d e batalla cada día m á s
e intelectuales y capacitación técnica del gobernante. Etopeya del le- extensos, sobre cementerios en q u e se a c u m u l a n cada vez m á s n u -
gislador consciente y responsable de una sana democracia. Condena- merosos los restos d e las víctimas, sobre tierras desiertas, d o n d e
ción del absolutismo del Estado. algunas pocas torres vacilantes p r e g o n a n con su silenciosa tristeza
la r u i n a de ciudades antes florecientes y prósperas y d o n d e las c a m -
IV. La democracia y la organización internacional de los Estados. La demo-
cracia exige de los ciudadanos una gran madurez moral. El porvenir p a n a s caídas o robadas n o d e s p i e r t a n ya a los habitantes con su
de la paz internacional depende del reconocimiento de este princi- jubiloso canto navideño. Son t o d o s ellos m u d o s testigos que d e n u n -
pio: el orden político está subordinado al orden moral absoluto. cian esta m a n c h a e n la historia de la h u m a n i d a d , la cual, voluntaria-
La tendencia democrática está penetrando también en la política m e n t e ciega ante la claridad d e A q u e l q u e es esplendor y luz del
internacional. Condiciones que garantizan la eficacia y rectitud de P a d r e , alejándose voluntariamente de Cristo, se h a sumergido hasta
esta penetración: reconocimiento político de la unidad del género hu- caer en la ruina y en la abdicación de su propia dignidad. H a s t a la
mano; proscripción definitiva de la guerra de agresión; creación de p e q u e ñ a lámpara se h a extinguido en m u c h o s templos majestuosos,
un órgano común para el mantenimiento de la paz: su función preven- e n m u c h a s modestas capillas, d o n d e j u n t o al tabernáculo había
tiva y espíritu de su estatuto; el castigo de los delitos.
m o n t a d o la guardia ante el H u é s p e d divino e n n o m b r e del m u n d o
V. La Iglesia y la democracia. El pretendido irrealismo de los principios a d o r m e c i d o . ¡ Q u é desolación! ¡ Q u é contraste! ¿No habrá, pues,
políticos de la doctrina de la Iglesia. La Iglesia es un factor esencial ya esperanza alguna p a r a la h u m a n i d a d ?
en la realización de la nueva democracia. El mensaje permanente que
la Iglesia anuncia al mundo, y que engrandece el sentido profundo
de una sana democracia, es el mensaje de la dignidad superior de la Aurora de esperanza
persona humana. [ 5 ] . ¡Bendito sea el Señor! E n t r e los lúgubres gemidos del
VI. Cruzada de caridad. Conclusión. dolor, del seno m i s m o de la desgarradora angustia de los individuos
y d e los países oprimidos se levanta u n a aurora de esperanza. E n
u n a selección siempre creciente de nobles espíritus surge un pensa-
J
A LOS PUEBLOS DEL MUNDO ENTERO m i e n t o , u n a voluntad cada día m á s clara y m á s firme: hacer d e esta
g u e r r a m u n d i a l , d e este t r a s t o r n o universal, el p u n t o d e a r r a n q u e
La sexta Navidad en guerra d e u n a era nueva para la renovación profunda, la reorganización
total del m u n d o . D e esta manera, m i e n t r a s los ejércitos continúan
[ i ] . Benignitas et humanitas apparuit Salvatoris nostri Dei2. deshaciéndose en luchas homicidas, con medios d e combate cada
Ya p o r sexta vez, desde el comienzo de esta horrible guerra, la santa vez m á s crueles, los h o m b r e s de gobierno, representantes responsa-
liturgia d e N a v i d a d saluda con estas palabras, q u e respiran serena bles d e las naciones, se r e ú n e n en coloquios, en conferencias, a fin
d e d e t e r m i n a r los derechos y deberes fundamentales sobre los q u e
paz, la venida e n t r e nosotros del Dios Salvador. L a h u m i l d e y p o b r e
d e b e r í a ser reconstituida u n a c o m u n i d a d de Estados y trazar el
c u n a de Belén hace converger hacia sí, con atractivo inefable, el
c a m i n o hacia u n p o r v e n i r mejor, m á s seguro, m á s digno d e l a
p e n s a m i e n t o de todos los c r e y e n t e s .
humanidad.
[ 2 ] . H a s t a el fondo d e los corazones entenebrecidos, afligidos,
abatidos, desciende y los i n v a d e p o r c o m p l e t o u n gran t o r r e n t e d e [ 6 ] . ¡Extraña antítesis esta coincidencia d e una guerra cuya
luz y de alegría. Las frentes humilladas vuelven a erigirse serenas, aspereza se e m p e ñ a p o r llegar al paroxismo y d e u n progreso t a n
1
n o t a b l e de aspiraciones y de propósitos hacia u n a inteligencia para
Pío XII, radiomensaje navideño dirigido a los pueblos del mundo entero, 24 de diciem -
bre de 1944: AAS 37 (1045) 10-23. Texto original en italiano. 3
2
Antífona i en las primeras vísperas de la Circuncisión del Señor.
Tit. 3.4- 4
lo. i,s.
874 PÍO xn BENIGMTAS ET HUMAXTTAS 875
una paz sólida y duradera! Sin duda se puede discutir con razón el cuales dependen de las aspiraciones peculiares de cada pueblo—
valor, la aplicación, la eficacia de este o de aquel proyecto. El juicio cuanto al hombre como tal, quien, lejos de ser el objeto y un elemen-
sobre éstos habrá de quedar en suspenso. Pero es un hecho real to puramente pasivo de la vida social, es, por el contrario, y debe
que el movimiento está en marcha. ser y permanecer, su sujeto, su fundamento y su fin.
[12]. Supuesta la afirmación previa de que la democracia, en-
El problema de la democracia tendida en un sentido amplio, admite distintas formas y puede tener
su realización tanto en las monarquías como en las repúblicas, dos
[7]. Además—y éste es tal vez el punto más importante—, cuestiones se presentan a nuestro examen:
bajo el siniestro resplandor de la guerra que les envuelve en el
ardor quemante del horno en que se ven aprisionados, los pueblos [13 ]. 1. a ¿Qué características deben distinguir a los hombres
parecen como si despertaran de un prolongado letargo. Frente al que viven en la democracia y bajo el régimen democrático? 2. a ¿Qué
Estado, frente a los gobernantes, los pueblos han tomado una acti- características deben distinguir a los hombres que en la democracia
tud nueva, interrogante, crítica, desconfiada. Aleccionados por una ejercen el poder público?
amarga experiencia, se oponen con mayor energía al monopolio
de un poder dictatorial incontrolable e intangible y exigen un sis- I. CARACTERÍSTICAS PROPIAS DE LOS CIUDADANOS EN EL
tema de gobierno que sea más compatible con la dignidad y la liber- RÉGIMEN DEMOCRÁTICO
tad de los ciudadanos.
[8], Estas multitudes, inquietas, agitadas por la guerra hasta [14]. Manifestar su propio parecer sobre los deberes y los sa-
en sus estratos más profundos, están invadidas hoy día por la per- crificios que le son impuestos, no estar obligado a obedecer sin
suasión—antes, tal vez, vaga y confusa, pero ahora incoercible— haber sido escuchado: he ahí dos derechos del ciudadano que ha-
llan en la democracia, como el mismo nombre indica, su expresión
de que, si no hubiera faltado esta posibilidad de controlar y corregir
natural. Por la solidez, por la armonía, por los felices resultados de
la actuación de los poderes públicos, el mundo no hubiese sido
este contacto entre los ciudadanos y el gobierno del Estado, se pue-
arrastrado por el torbellino desastroso de la guerra, y de que, para de comprobar si una democracia es en realidad sana y equilibrada
evitar en el futuro la repetición de semejante catástrofe, es necesario y cuál es su fuerza de vida y de desarrollo. En lo que toca a la ex-
crear en el mismo pueblo eficaces garantías. tensión y a la naturaleza de los sacrificios exigidos a todos los ciu-
[9]. Siendo ésta la disposición de los ánimos, ¿es de extrañar dadanos—en nuestros tiempos, en que tan vasta y decisiva es la
que la tendencia democrática se apodere de los pueblos y obtenga actividad del Estado—, la forma democrática de gobierno aparece
por todas partes la aprobación y el consentimiento de quienes aspi- a muchos como un postulado natural impuesto por la misma razón.
ran a colaborar con mayor eficacia en los destinos de los individuos Pero, cuando se pide «más democracia y mejor democracia», esta
y de la sociedad? exigencia no puede tener otro significado que el de colocar al ciu-
[10]. Casi no es necesario recordar que, según las enseñanzas dadano en condiciones cada vez mejores de tener su propia opinión
de la Iglesia, «no está prohibido en sí mismo preferir para el Estado personal y de expresarla y hacerla valer de una manera conforme
una forma de gobierno moderada de carácter popular, salva siempre al bien común.
la doctrina católica acerca del origen y ejercicio del poder público»,
y que «la Iglesia no reprueba forma alguna de gobierno, con tal Pueblo y umasa»
que sea apta por sí misma para la utilidad de los ciudadanos» 5 .
[11]. Si, pues, en esta solemnidad, que conmemora a un tiempo [15]. De esta exigencia se deriva una primera conclusión ne-
la benignidad del Verbo encarnado y la dignidad del hombre (digni- cesaria, con su consecuencia práctica. El Estado no abarca dentro
dad entendida no sólo en el aspecto personal, sino también en la de sí mismo y no reúne mecánicamente, en un determinado territo-
vida social), Nos dirigimos nuestra atención al problema de la demo- rio, un conglomerado amorfo de individuos. El Estado es, y debe
cracia para examinar las normas según las cuales deberá ser regulada, ser en realidad, la unidad orgánica y organizadora de un verdadero
de forma que pueda llamarse verdadera y sana democracia, adap- pueblo.
tada a las circunstancias del momento presente, este hecho indica [16]. Pueblo y multitud amorfa, o, como suele decirse, «masa»,
con claridad que la solícita preocupación de la Iglesia se dirige no son dos conceptos diferentes. El pueblo vive y se mueve por su
tanto a la estructura y organización exterior de la democracia—las vida propia; la masa es de por sí inerte y sólo puede ser movida
5
LEÓN XÍIÍ, encíclica Libertas praestantissimum [32], 21 de junio de 1888. Véase la desde fuera. El pueblo vive de la plenitud de vida de los hombres
carta de Pío XII dirigida a los redactores de la Civiltá Cattolica con motivo del primer cen- que lo componen, cada uno de los cuales—en su propio puesto
tenario de esta revista, 12 de marzo de 1950: AAS 42 (1950) 391-393, y según su manera propia—es una persona consciente de su propia
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responsabilidad y de sus propias convicciones. La masa, por el con- con la libertad y la igualdad; y de otra parte, los explotadores más
trario, espera el impulso del exterior, fácil juguete en manos de q menos numerosos que han sabido, mediante la fuerza del dinero
cualquiera que explote sus instintos o sus impresiones, presta a se- o de la organización, asegurarse sobre los demás una posición pri-
guir sucesivamente hoy esta bandera, mañana otra distinta. De la vilegiada e incluso el mismo poder.
exuberancia de vida propia de un verdadero pueblo se difunde la
vida, abundante, rica, -por el Estado y por todos los organismos de II. CARACTERÍSTICAS DE LOS HOMBRES QUE EN LA DEMOCRACIA
éste, infundiéndoles, con un vigor renovado sin cesar, la conciencia EJERCEN EL PODER PÚBLICO
de su propia responsabilidad, el sentido verdadero del bien común.
El Estado, por el contrario, puede servirse también de la fuerza [20]. El Estado democrático, sea monárquico o republicano,
elemental de la masa, manejada y aprovechada con habilidad: en debe, como toda otra forma de gobierno, estar investido dej poder
las manos ambiciosas de uno solo o de muchos, reagrupados arti- de mandar con autoridad verdadera y eficaz. El mismo orden abso-
ficialmente por tendencias egoístas, el Estado mismo puede, con el luto de los seres y de los fines, que muestra al hombre como persona
apoyo de la masa, reducida a simple máquina, imponer su capricho autónoma, es decir, como sujeto de deberes y de derechos inviola-
a la parte mejor del verdadero pueblo; el interés común queda así bles, raíz y término de su propia vida social, abarca también al Es-
gravemente lesionado por largo tiempo, y la herida es con frecuen- tado como sociedad necesaria, revestida de autoridad, sin la cual
cia muy difícil de curar. no podría ni existir ni vivir. Si los hombres, valiéndose de su liber-
[17]. De esta distinción se deduce otra clara consecuencia: tad personal, negaran toda dependencia de una autoridad superior
la masa—tal como Nos ahora la hemos definido—es la enemiga dotada con el derecho de coacción, socavarían con esta desobedien-
capital de la verdadera democracia y de su ideal de libertad y de cia el fundamento de su propia dignidad y libertad, es decir, aquel
igualdad. orden absoluto de los seres y de los fines.
[18]. En un pueblo digno de este nombre, el ciudadano siente [21 ]. Establecidos sobre esta misma base, la persona, el Esta-
en sí mismo la conciencia de su personalidad, de sus deberes y de do, el poder público, con sus respectivos derechos, están tan ínti-
sus derechos, de su propia libertad unida al respeto de la libertad mamente unidos y vinculados entre sí, que o se conservan o se arrui-
y de la dignidad de los demás. En un pueblo digno de este nombre, nan al mismo tiempo.
todas las desigualdades, derivadas no del capricho, sino de la natu- [22]. Y como ese orden absoluto, a la luz de la sana razón,
raleza misma de las cosas, desigualdades de cultura, de riquezas, y más particularmente a la luz de la fe cristiana, no puede tener otro
de posición social—sin perjuicio, naturalmente, de la justicia y de origen que un Dios personal, Creador nuestro, sigúese que la dig-
la mutua caridad—, no son, en realidad, obstáculo alguno para que nidad del hombre es la dignidad de la imagen de Dios; la dignidad
exista y predomine un auténtico espíritu de comunidad y de fra- del Estado es la dignidad de la comunidad moral querida por Dios;
ternidad. Más aún, esas desigualdades naturales, lejos de menosca- la dignidad de la autoridad política es la dignidad de su participa-
bar en modo alguno la igualdad civil, confieren a ésta su legítimo ción en la autoridad de Dios.
significado, esto es, que, frente al Estado, cada ciudadano tiene el [23]. Ninguna forma política puede dejar dé tener en cuenta
derecho de vivir honradamente su propia vida personal en el puesto esta conexión íntima e indisoluble; menos que'ninguna otra, la de-
y en las coadiciones en que los designios y las disposiciones de la mocracia. Por lo tanto, si quien ejerce el poder público no ve esa
Providencia le han colocado.
vinculación, si la olvida más o menos, sacude las mismas bases de
[19]. En contraposición con este cuadro del ideal democrático su propia autoridad. De la misma manera, si no considera suficien-
de libertad y de igualdad en un pueblo gobernado por manos hon- temente esa relación y no ve en su cargo la misión de realizar el
radas y previsoras, ¡qué espectáculo ofrece un Estado democrático orden querido por Dios, surgirá el peligro de que el egoísmo del
abandonado al arbitrio de la masa! La libertad, que es un deber poder o de los intereses prevalezca sobre las exigencias esenciales
moral de la persona, queda transformada en una pretensión tiránica de la moral política y social y que las vanas apariencias de una de -
de dar libre curso a los impulsos y a los apetitos humanos, con daño mocracia de pura forma sirvan con frecuencia de disfraz a cuanto
para los demás. La igualdad degenera en una nivelación mecánica, en realidad hay en ella de menos democrático.
en una uniformidad monocroma; el sentimiento del honor verda- [24]. Solamente la clara visión de los fines señalados por Dios
dero, la actividad personal, el respeto a la tradición, la dignidad, en a toda sociedad humana, unida al sentimiento hondo de los sublimes
una palabra, todo aquello que da a la vida su valor, poco a poco deberes de la acción social, puede colocar a aquellos a quienes ha
se va hundiendo y desaparece. Sólo sobreviven, de una parte, las sido confiado el poder en situación de cumplir sus propias obliga-
víctimas engañadas por el espejismo aparente de una democracia, ciones, tanto en el orden legislativo como en el judicial o ejecutivo,
confundido ingenuamente con el espíritu mismo de la democracia, con aquella conciencia de la propia responsabilidad, con aquella
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objetividad, con aquella imparcialidad, con aquella lealtad, con aque- vienen a ocupar su puesto, para hacer de la actividad política el
lla generosidad, con aquella incorruptibilidad sin las cuales un go- campo de lucha de su ambición, una carrera de lucro para sí mis-
bierno democrático difícilmente lograría obtener el respeto, la con- mos, para su casta o para su clase social, mientras la caza de los
fianza y la adhesión de la parte mejor del pueblo. intereses particulares hace perder de vista y pone en peligro el ver-
[25]. El sentimiento profundo de los principios de un orden dadero bien común.
político y social sano y conforme a las normas del derecho y de la
justicia es de una particular importancia en aquellos que, en cual- El absolutismo de Estado
quier forma de régimen democrático, tienen como representantes del
pueblo, total o parcialmente, el poder legislativo. Y como el centro [28 ]. Una sana democracia, fundada sobre los inmutables prin-
de gravedad de una democracia normalmente constituida reside en cipios de la ley natural y de las verdades reveladas, será resuelta-
esta representación popular, de la cual se irradian las corrientes mente contraria a aquella corrupción que "atribuye a la legislación
políticas por todos los sectores de la vida pública—así para el bien del Estado un poder sin freno ni límites, y que hace también del
como para el mal—, la cuestión de la elevación moral, de la aptitud régimen democrático, a pesar de las contrarias, pero vanas aparien-
práctica, de la capacidad intelectual de los diputados en el parla- cias, un puro y simple sistema de absolutismo.
mento, es para todo pueblo organizado democráticamente una cues- [29]. El absolutismo de Estado (que no debe ser confundido,
tión de vida o de muerte, de prosperidad o de decadencia, de salud en cuanto tal, con la monarquía absoluta, de la cual no se trata
o de perpetua enfermedad. aquí) consiste de hecho en el erróneo principio de que la autoridad
[26]. Para realizar una acción fecunda, para conciliar la esti- del Estado es ilimitada y de que frente a ésta—incluso cuando da
mación y la confianza, todo cuerpo legislativo—como lo atestiguan libre curso a sus intenciones despóticas, sobrepasando los límites del
indubitables experiencias—tiene que reunir en su seno una selec- bien y del mal—no se admite apelación alguna a una ley superior
ción de hombres, espiritualmente eminentes y de firme carácter, moralmente obligatoria.
que se consideren como representantes de todo el pueblo y no como [30]. Un hombre penetrado de ideas rectas sobre el Estado y
mandatarios de una muchedumbre, a cuyos particulares intereses se sobre la autoridad y el poder de que está revestido como custodio
sacrifican, desgraciadamente con frecuencia, las verdaderas necesi- del orden social, nunca jamás pensará ofender la majestad de la ley
dades y las verdaderas exigencias del bien común. Una selección positiva dentro del campo de su natural competencia. Pero esta ma-
de hombres que no quede limitada a alguna profesión o condición jestad del derecho positivo humano es inapelable únicamente cuan-
determinadas, sino que sea la imagen de la múltiple vida de todo do ese derecho se conforma—o al menos no se opone—al orden
el pueblo. Una selección de hombres de sólidas convicciones cris- absoluto establecido por el Creador e iluminado con una nueva luz
tianas, de juicio justo y seguro, de sentido práctico y recto, conse- por la revelación del Evangelio. Esa majestad no puede subsistir sino
cuentes consigo mismos en todas las circunstancias; hombres de en la medida que respeta el fundamento sobre el cual se apoya la per-
doctrina clara y sana, de propósitos firmes y rectilíneos; hombres sona humana, así como el Estado y el poder público. Este es el cri-
sobre todo capaces, en virtud de la autoridad que brota de su pura terio fundamental de toda sana forma de gobierno, incluida la de-
mocracia; criterio con el cual ha de juzgarse el valor moral de toda
conciencia y se irradia ampliamente a su alrededor, de,ser guías y
ley particular.
jefes, especialmente en estos tiempos en que las apremiantes nece-
sidades sobreexcitan la impresionabilidad del pueblo y lo hacen más
fácil al desvío y a la perdición; hombres que en los períodos de tran- III. NATURALEZA Y CONDICIONES DE UNA ORGANIZACIÓN EFICAZ
sición, generalmente atormentados y lacerados por las pasiones, por PARA LA PAZ
la discrepancia de opiniones y por la' oposición de programas, se
sientan doblemente obligados a hacer circular por las venas del pue- La unidad del género humano y la sociedad de los pueblos
blo y del Estado, encendidas por mil fiebres, el antídoto espiritual [31 ]. Nos hemos querido, amados hijos e hijas, aprovechar la
de los criterios claros, de la bondad diligente, de la justicia igual- ocasión de la fiesta de Navidad para indicar por qué caminos una
mente favorable a todos, y la tendencia de la voluntad hacia la unión democracia que corresponda a la dignidad humana podrá, en armo-
y la concordia nacional dentro de un espíritu de sincera fraternidad. nía con la ley natural y con los designios de Dios, manifestados
[27]. Los pueblos cuyo temperamento espiritual y moral es por la revelación, llegar a beneficiosos resultados. Nos de hecho sen-
suficientemente sano y fecundo, encuentran en sí mismos y pueden timos profundamente la suma importancia de este problema para el
dar al mundo los heraldos y los instrumentos de la democracia que pacífico progreso de la familia humana; pero al mismo tiempo so-
viven en las disposiciones referidas y saben llevarlas realmente a la mos conscientes de las altas exigencias que esta forma de gobierno
práctica. Pero, por el contrario, donde faltan esos hombres, otros impone a la madurez moral de cada ciudadano; una madurez mo-
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ral a la cual en vano se podría esperar llegar plena y seguramente profundo del alma, como la imagen de un infierno, cuyas puertas
si la luz de la gruta de Belén no iluminase el sendero obscuro por deberá ardientemente cerrar para siempre todo hombre que alber-
el cual los pueblos se encaminan desde este presente tempestuoso gue en su corazón sentimientos de humanidad.
hasta un porvenir que esperan más sereno.
[32]. Pero ¿hasta qué punto los representantes y los gastado- Formación de un órgano común para el mantenimiento de la paz
res de la democracia estarán dominados en sus deliberaciones por
la convicción de que el orden absoluto de los seres y de los fines, [36]. Las resoluciones hasta ahora conocidas de las comisiones
que Nos hemos recordado tantas veces, incluye también, como exi- internacionales permiten concluir que un punto esencial de todo
gencia moral y como coronamiento del desarrollo social, la unidad futuro arreglo del mundo sería la formación de un órgano para el
del género humano y de la familia de los pueblos? Del reconoci- mantenimiento de la paz, órgano investido de una suprema auto-
miento de este principio depende el porvenir de la paz. Ninguna ridad por consentimiento común, y cuyo oficio debería ser también
reforma mundial, ninguna garantía de paz puede prescindir de este el de sofocar en su raíz cualquier amenaza de agresión aislada o co-
principio sin debilitarse y negarse a sí misma. Si, por el contrario, lectiva. Nadie podría saludar con mayor gozo esta evolución que
esa misma exigencia moral encontrase su realización en una socie- quien desde hace largo tiempo ha defendido el principio de que la
dad de pueblos que supiese evitar los defectos de estructura y las teoría de la guerra, como medio apto y proporcionado para resolver
imperfecciones de las soluciones precedentes, entonces la majestad los conflictos internacionales, está ya sobrepasada. Nadie podría de-
de aquel orden regularía y dominaría por igual las deliberaciones sear a esta común colaboración, que se habrá de realizar con una
de esta sociedad y la aplicación de sus medios de sanción. seriedad de intenciones desconocida hasta ahora, pleno y feliz éxito
[33]- Por este mismo motivo se comprende cómo la autoridad con mayor ardor que quien a conciencia se ha consagrado a conducir
de esa sociedad de pueblos deberá ser verdadera y efectiva sobre la mentalidad cristiana y religiosa a la reprobación de la guerra mo-
los Estados que sean sus miembros, pero de tal forma que cada derna, con sus monstruosos medios de lucha.
uno de ellos conserve un derecho igual a su soberanía relativa. So- [37]. ¡Monstruosos medios de lucha! Sin duda alguna, el pro-
lamente de esta manera el espíritu de una sana democracia podrá greso de los inventos humanos, que debía señalar la realización de
penetrar también en el vasto y espinoso campo de la política ex- un mayor bienestar para toda la humanidad, ha sido dirigido, por
terior. el contrario, a destruir cuanto los siglos habían edificado. Pero, pre-
cisamente por esta inversión, ha aparecido cada vez más evidente la
inmoralidad de la llamada guerra de agresión. Si ahora al reconoci-
Contra la guerra de agresión como solución de las controversias
miento de esta inmoralidad se añade la amenaza de una interven-
internacionales
ción jurídica de las naciones y de un castigo impuesto al agresor
[34]. Un deber, ciertamente, obliga a todos, un deber que no por la sociedad de los Estados, de forma que la guerra se sienta
tolera ningún retardo ni ninguna dilación, ninguna vacilación, nin- siempre bajo la condena de la proscripción, siempre vigilada por una
guna tergiversación: el de hacer todo cuanto es posible para pros- acción preventiva, entonces la humanidad, saliendo de la noche obs-
cribir y desterrar de una vez para siempre la guerra Üe agresión cura en que ha estado durante tanto tiempo sumergida, podrá salu-
como solución legitima de las controversias internacionales y como dar la aurora de una nueva y mejor época de su historia.
instrumento de aspiraciones nacionales. En el pasado se han em-
prendido muchas tentativas con este objeto. Todas han fracasado. Su estatuto debe excluir toda injusta imposición
Y todas fracasarán siempre hasta que la parte más sana del género
humano tenga la firme voluntad, santamente obstinada, como una [38]. Pero con una condición: que la organización de la paz,
obligación de conciencia, de realizar por entero la misión que los a la cual las mutuas garantías y, en caso necesario, las sanciones
tiempos pasados habían iniciado sin suficiente seriedad y resolución. económicas y hasta la intervención armada habrían de dar vigor y
[35 ] . Si en algún tiempo una generación ha debido sentir en estabilidad, no consagre definitivamente injusticia alguna, no su-
el fondo de su conciencia el grito de «¡Guerra a la guerra!», ésa es ponga lesión alguna de un derecho con detrimento de algún pueblo
ciertamente la presente. Después de pasar a través de un océano (ya pertenezca éste al grupo de los vencedores, ya al de los vencidos
de sangre y de lágrimas como tal vez jamás conocieron los tiempos o de los neutrales), no perpetúe imposición alguna o medida de
pasados, la generación presente ha vivido con tal intensidad las in- excepción que puede ser permitida sólo temporalmente como repa-
decibles atrocidades de la guerra, que el recuerdo de tantos horro- ración de los daños de guerra.
res habrá de quedársele impreso en la memoria y hasta en lo más [39]- Q u e algunos pueblos, a cuyos gobiernos—o tal vez tam-
bién en parte a ellos mismos—se atribuye la responsabilidad de la
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im.NiON'n'AS i:x HUMA.NITAS 883
guerra, tengan que soportar por algún tiempo los rigores de ciertas
medidas de seguridad, hasta que los vínculos de mutua confianza supuestas necesidades militares podían a lo sumo ofrecer un pre-
violentamente rotos sean poco a poco reanudados, es cosa tan gra- texto, nunca jamás una justificación. Pero si esta justicia preten-
vosa como difícilmente evitable. Sin embargo, también estos mis- diese juzgar y castigar, no ya a las personas individuales, sino co-
mos pueblos deberán tener la esperanza bien fundada—en la me- lectivamente a comunidades enteras, ¿quién dejaría de ver en tal
dida de su leal y efectiva colaboración a los esfuerzos para la futura procedimiento una violación de las normas que rigen todo proceso
restauración—de poder ser admitidos en la gran comunidad de las humano ?
naciones, junto con los demás Estados y con la misma considera-
ción y los mismos derechos. Quitarles esa esperanza sería contrario
IV. L A IGLESIA, TUTORÁ DE LA VERDADERA DIGNIDAD Y LIBERTAD
a una previsora prudencia, equivaldría a asumir la grave responsa-
HUMANAS
bilidad de cerrar el camino para una liberación general de todas las
desastrosas consecuencias materiales, morales, políticas, del gigan- [42]. En un tiempo en que los pueblos se encuentran frente
tesco cataclismo que ha sacudido hasta en sus bases más hondas a a deberes cuales tal vez jamás han encontrado en encrucijada alguna
la pobre familia humana, pero que al mismo tiempo le ha señalado
de su historia, los pueblos sienten hervir en sus corazones atormen-
el camino hacia nuevas metas.
tados el deseo impaciente y casi innato de tomar las riendas de su
propio destino con una mayor autonomía que en el pasado, espe-
Las austeras lecciones del dolor rando que de esta suerte les resultará más fácil defenderse contra
las periódicas irrupciones .del espíritu de la violencia, que, cual tor-
[40]. Nos no queremos renunciar a la esperanza de que todos rrente de lava abrasadora, nada perdona de cuanto les es querido
los pueblos que han pasado por la escuela del dolor habrán sabido y sagrado.
aprender sus austeras lecciones. Nos confirman en esta confianza
las palabras de los hombres que han experimentado con mayor in- [43 ]. Gracias a Dios, se pueden juzgar ya pasados los tiempos
tensidad los sufrimientos de la guerra y que han encontrado acen- en los cuales el llamamiento a los principios morales y evangélicos
tos generosos para expresar, junto con la afirmación de las propias para la vida de los Estados y de los pueblos era desdeñosamente
exigencias de seguridad contra toda futura agresión, su respeto a despreciado como pretensión irreal. Los acontecimientos de estos
los derechos vitales de los demás pueblos y su aversión contra toda años de guerra se han encargado de refutar, en la forma más dura
usurpación de los mismos derechos. Sería vano esperar que este que jamás hubiera podido pensarse, a los propagadores de seme-
juicio prudente, dictado por la experiencia de la historia y por un jantes doctrinas. El desdén que éstos manifestaban contra aquel pre-
alto sentido político, sea—mientras los ánimos están todavía incan- tendido irrealismo se ha convertido en una espantosa realidad: bru-
descentes—generalmente admitido por la opinión pública o incluso talidad, injusticia, destrucción, aniquilamiento.
solamente por la mayoría. El odio, la incapacidad de comprenderse [44]. Si el porvenir ha de pertenecer a la democracia, una parte
mutuamente, ha hecho surgir, entre los pueblos que han combatido esencial en su realización deberá corresponder a la religión de Cristo
unos contra otros, una niebla demasiado densa para poder esperar y a la Iglesia, mensajera de la palabra del Redentor y continuadora
que haya llegado ya la hora de que un haz de luz despunte para de su misión salvadora. La Iglesia de hecho enseña y defiende la
iluminar el trágico panorama a los dos lados de la obscura muralla. verdad, comunica las fuerzas sobrenaturales de la gracia, para reali-
Pero sabemos una cosa, y es que llegará un momento, tal vez antes zar el orden establecido por Dios de los seres y de los fines, último
de lo que se piensa, en que unos y otros reconocerán que en defini- fundamento y norma directiva de toda democracia.
tiva no hay más que un camino para salir de la espesa red en la [45]. Con su misma existencia, la Iglesia se levanta frente al
que la lucha y el odio han envuelto al mundo, esto es, el retorno mundo como un faro esplendente que recuerda sin cesar este orden
a una solidaridad demasiado tiempo olvidada, una solidaridad no
divino. Su historia refleja claramente su misión providencial. Las
restringida a estos o a aquellos pueblos, sino universal, fundada en
luchas que, obligada por el abuso de la fuerza, ha tenido que soste-
la íntima conexión de sus destinos y en los derechos que por igual
les corresponden a todos. ner para la defensa de la libertad que ha recibido de Dios, fueron
al mismo tiempo luchas por la verdadera libertad del hombre.
[46]. La Iglesia tiene la misión de anunciar al mundo, ansioso
El castigo de los delitos d e mejores y más perfectas formas de democracia, el mensaje más
alto y más necesario que pueda existir, la dignidad del hombre, la
[41 ]. Nadie, ciertamente, piensa en desarmar la justicia frente vocación a la filiación divina. Es el anuncio potente que desde la
a quienes se hayan aprovechado de la guerra para cometer verda- cuna de Belén resuena en los oídos de los hombres hasta los últimos
deros y probados delitos contra el derecho común, a los cuales las confines de la tierra en un tiempo en que esta dignidad está más
dolorosamente rebajada.
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BENIGNITAS KT HUMANITAS 88f>
[47]. Ei misterio de la Navidad proclama esta inviolable dig-
nidad humana con un vigor y con una autoridad inapelable, que todavía los frutos de esta victoria del activo y magnánimo amor
supera infinitamente a la que podrían alcanzar todas las posibles de- sobre el veneno del egoísmo y de las enemistades.
claraciones de derechos del hombre. Navidad, la gran fiesta del Hijo [53]. A cuantos han participado en esta cruzada de caridad
de Dios aparecido en la carne, la fiesta en la cual el cielo se inclina sírvales de estímulo y de recompensa nuestra bendición apostólica
hacia la tierra con una gracia y benevolencia inefables, es también y el pensamiento de que, en la fiesta del amor, de innumerables
el día en que la cristiandad y la humanidad ante el Pesebre, en la corazones angustiados, pero que no son desagradecidos en medio
contemplación de la benignitas et humanitas Salvatoris nostri Del, de su angustia, asciende al cielo por ellos esta oración de gratitud:
adquieren una conciencia más íntima de la unidad estrecha que Dios Retribuere dignare, Domine, ómnibus nobis bona facientíbus propter
ha establecido entre ellas. La cuna del Salvador del mundo, del Res- nomen tuum, vitara aeternam.
taurador de la dignidad humana en toda su plenitud, es el punto
señalado por la alianza entre todos los hombres de buena voluntad.
Allí es donde a ese pobre mundo, herido por las discordias, divi-
dido por los egoísmos, envenenado por los odios, le será concedida
la luz, restituido el amor, y le será dado que pueda encaminarse, en
cordial armonía, hacia el fin común, para encontrar, finalmente, la
curación de sus heridas en la paz de Cristo.

V. CRUZADA DE CARIDAD

[48 ]. No queremos concluir este nuestro mensaje navideño sin


dirigir una conmovida palabra de gratitud a todos aquellos—Esta-
dos, gobiernos, obispos, pueblos—que en estos tiempos de inde-
cibles desventuras nos han prestado vigorosa ayuda al escuchar el
grito de dolor que de tantas partes del mundo nos llega y al extender
nuestra mano bienhechora a tantos amados hijos e hijas a quienes
las vicisitudes de la guerra han reducido a extrema pobreza y miseria.
[49]. Y en primer lugar, justo es recordar la extensa obra
de asistencia desarrollada, a pesar de las extraordinarias dificultades
de los transportes, por los Estados Unidos de América, y en lo que
se refiere particularmente a Italia, por el excelentísimo represen-
tante personal del señor presidente de aquella Unión cerca de Nos.
[50]. No menor alabanza y reconocimiento nos es grato ex-
presar aquí a la generosidad del jefe del Estado, del Gobierno y
del pueblo español, del Gobierno irlandés, de la Argentina, de Aus-
tralia, de Bolivia, del Brasil, del Canadá, de Chile, de Italia, de Li-
tuania, del Perú, de Polonia, de Rumania, de Eslovaquia, d e Suiza,
de Hungría, del Uruguay, que han competido en noble sentimiento
de fraternidad y de caridad, cuyo eco no resonará vanamente en el
mundo.
[51]. Mientras los hombres de buena voluntad se esfuerzan
por echar un puente espiritual de unión entre los pueblos, esta pura
y desinteresada acción benéfica adquiere un aspecto y un valor de
singular importancia.
[52]. Cuando—como todos lo deseamos—las disonancias del
odio y de la discordia, que dominan la hora presente, no sean más
que un triste recuerdo, madurarán con abundancia más copiosa
Í.A iGtESlA CATÓLICA V F.J. HACIOXAI.SOCULlsMd 887
LA IGLESIA CATÓLICA Y EL heroísmo y de la más pura santidad. La Iglesia católica lid ha sido
NACIONALSOCIALISMO ni es enemiga del pueblo alemán. La Iglesia desea contemplar pronto
el seguro restablecimiento de este gran pueblo.
III. Mirada hacia el porvenir. La humanidad sólo tiene un deseo: vivir
pacíficamente en la dignidad y en el honrado trabajo. Hay que supri-
mir el descaro con que se ha maltratado durante la guerra a la familia
y a la persona humana. Las naciones todas exigen que se las deje
tomar las riendas de su propio destino. Piensan que la obligación
principal de la organización de la paz es acabar con la guerra y tutelar
los derechos de todos. A la loca hegemonía de la fuerza debe suceder
la victoria del derecho. Este triunfo del derecho no es sólo un fin po-
lítico que se debe alcanzar, sino que es, además y sobre todo, un deber
El discurso pronunciado por Su Santidad el 2 de junio de 1945 moral que hay que cumplir.
ante el Sacro Colegio sobre la Iglesia católica y el nacionalsocialismo
IV. Exhortación a todos los católicos a colaborar en el restablecimiento
es un examen retrospectivo de la persecución realizada por el Gobierno
de la paz. El camino será largo y dificultoso. Hay que obtener muchas
del Tercer Reich alemán contra la Iglesia. Enlazado histórico y temá- victorias parciales previas antes de lograr el asiento definitivo de la
ticamente con la encíclica de Pío XI M i t b r e n n e n d e r Sorge, viene a paz. El fin que la humanidad desea es una paz sincera, leal, esforzada,
ser como la comprobación histórica de las previsiones anunciadas pro- aceptable para todos, que sea como la carta magna que cierre la época
féticamente en este documento. Sin insistir en la parte estrictamente oscura de la violencia.
doctrinal, el discurso se limita a analizar históricamente los dos gran-
des momentos de la persecución nazi: antes de la guerra y durante los
años del conflicto mundial.
[i ]. A l recibir *, venerables h e r m a n o s , con viva g r a t i t u d las
La segunda parte del documento está consagrada a una mirada
felicitaciones q u e e n n o m b r e d e t o d o s vosotros nos ha p r e s e n t a d o
hacia el porvenir, centrada toda ella en la preocupación de obtener una el venerable y amadísimo decano del Sacro Colegio, n u e s t r o pen-
paz liberada de la pesadilla de la violencia y levantada sobre el princi- samiento nos lleva a seis años atrás, cuando, en esta m i s m a ocasión,
pio de la supremacía del derecho como fin concreto de la política y como p o r p r i m e r a vez, después de la elevación d e nuestra indigna persona
obligación moral de insoslayable trascendencia 1. a la C á t e d r a de P e d r o , nos felicitabais en n u e s t r o santo.
[ 2 ] . El m u n d o entonces estaba todavía en paz, p e r o ¡ q u é paz
SUMARIO
y c u a n precaria! C o n el corazón lleno de angustia, en la perplejidad
I. Ha cesado la guerra. Pero la paz conseguida es todavía una paz bien y e n la oración, nos inclinábamos sobre esta paz como q u i e n se
frágil, que impone graves responsabilidades para su consolidación. inclina j u n t o j a la cabecera de u n agonizante y se obstina con ardien-
II. El mundo contempla hoy las ruinas que ha dejado tras sí el totalitaris- t e a m o r p a r a arrancarlo, a u n q u e contra toda esperanza, de las fauces
mo nacionalsocialista. El Papa había previsto estas ruinas. La Iglesia de la m u e r t e .
hizo cuanto pudo para detener los avances de esta doctrina de la vio-
lencia. El Concordato de 1933, aunque no daba motivo para grandes [ 3 ] . E n las palabras q u e entonces os dirigimos se traslucía
esperanzas, produjo, sin embargo, algunas ventajas. n u e s t r o doloroso presentimiento del estallido de u n conflicto que
Pero la lucha contra la Iglesia se fué exacerbando cada vez más. El parecía hacerse cada vez m á s a m e n a z a d o r y cuya extensión y du-
catolicismo alemán resistió heroicamente los ataques del Gobierno y ración nadie habría podido prever.
del partido nazi. La Santa Sede multiplicó sus protestas. Y cuando la [ 4 ] . E l desarrollo sucesivo d e los acontecimientos n o sólo ha
vía de la persuasión quedó cerrada, Pío XI hubo de alzar su voz con- d e m o s t r a d o , incluso con exceso, la verdad de nuestras previsiones
denando solemnemente las doctrinas y la acción del nacionalsocialismo m á s tristes, sino q u e incluso las h a s u p e r a d o con m u c h o .
alemán. Distintas fueron las reacciones producidas ante la publicación
de la encíclica Mit brennender Sorge. Pero la Iglesia denunció a tiempo [ 5 ] . H o y , después de casi seis años, las luchas fratricidas han.
el verdadero carácter del movimiento nacionalsocialista alemán. cesado en u n a p a r t e al m e n o s de este m u n d o devastado por la gue-
Durante la guerra aumentó la hostilidad del régimen alemán con- rra. E s u n a paz—si así p u e d e llamarse—bien frágil todavía, y que
tra la Iglesia católica. El Papa n o ha cesado de oponer a las aplicaciones n o p o d r á persistir y consolidarse sino al precio de a s i d u o s cuida-
de la doctrina nacionalsocialista las normas permanentes de la fe cris- dos ; u n a paz cuya tutela i m p o n e a t o d a la Iglesia, al Pastor y a l a
tiana y de la humanidad. Li firmeza de los católicos alemanes bajo la grey, graves y delicadísimos d e b e r e s : ¡paciente prudencia, fidelidad
opresión del régimen nazi ha rebasado las cimas del más elevado animosa, espíritu de sacrificio! T o d o s están llamados a consagrarse
1
Véase la epístola al episcopado alemán de 1 de noviembre de 1945: AAS 37 (1945, . 1
278-284. ' Pío XII, discurso al Sacro Colegio Cardenalicio en la festividad de San Eugenio, 2 de
unió de 1945: AAS 37 (1945) 159-168; E 5 (1945) 1,513-513. Texto original en italiano.
888 PÍO XII
I.A IGLESIA CATÓLICA V MI. NACIONALSOCIALISMO 831)
a ella, cada uñó en su oficio y en su propio puesto. Ninguno podrá
jamás dedicar a ello ni demasiada premura ni demasiado celo 2 . no consentía del pueblo alemán, la Iglesia hizo cuanto estaba a su
[6]. Por lo que toca a Nos y a nuestro ministerio apostólico, alcance para oponer un potente dique a la inundación de aquellas
sabemos muy bien, venerables hermanos, que podemos confiar con doctrinas, no menos deletéreas que violentas.
seguridad en vuestra sabia colaboración, en vuestras incesantes
plegarias y en vuestra inalterable devoción. [11]. En la primavera de 1933, el Gobierno alemán solicitó
de la Santa Sede la conclusión de un Concordato con el Reich; idea
que tuvo el consentimiento también del episcopado y de la mayor
I. L A IGLESIA Y EL NACIONALSOCIALISMO parte, al menos, de los católicos alemanes. De hecho, ni los Concor-
datos ya firmados con algunos Estados particulares de Alemania
[7]. En Europa la guerra ha terminado; pero ¡qué estigmas ha (Lánder) ni la Constitución de Weimar parecían asegurararles y
dejado impresos! Dijo el divino Maestro: Todos los que injustamente garantizarles suficientemente el Vespeto de sus convicciones, de su
echen mano a la espada, a espada morirán 3 . Y ahora ¿qué es lo que fe, de sus derechos y de su libertad de acción. En estas condiciones,
veis? estas garantías no podían obtenerse sino mediante un acuerdo, en
[8 ]. Veis lo que deja detrás de sí una concepción y una activi- la forma solemne de un Concordato, con el Gobierno central del
dad del Estado que no tiene en cuenta para nada los sentimientos Reich. Añádase que, habiendo hecho el mismo Gobierno la pro-
más sagrados de la humanidad, que pisotea los principios inviola- puesta, hubiera recaído, en caso de una negativa, sobre la Santa Sede
bles de la fe cristiana. El mundo entero contempla hoy estupefacto la responsabilidad de cualquier dolorosa consecuencia.
la ruina que de aquéllas se ha seguido.
[12]. Y no es que la Iglesia, por su parte, se dejase ilusionar
[9]. Esta ruina Nos la habíamos visto venir de lejos, y muy por excesivas esperanzas ni que con la conclusión del Concordato
pocos, creemos, han seguido con mayor tensión de espíritu la evo- pretendiese en modo alguno aprobar la doctrina y las tendencias del
lución y el desenlace rápido de la inevitable caída. Durante más de nacionalsocialismo, como fué entonces expresamente declarado y
doce años, entre los mejores de nuestra edad madura, habíamos explicado 4 . Sin embargo, hay que reconocer que el Concordato en
vivido, por deber del oficio que se nos había encomendado, en medio los años siguientes proporcionó algunas ventajas o, al menos, im-
del pueblo alemán. En aquella época, con la libertad que las condi- pidió mayores niales. Efectivamente, a pesar de todas las violaciones
ciones políticas y sociales de entonces permitían, Nos nos dedica- de que fué objeto, facilitaba a los católicos una base jurídica de de-
mos a consolidar la situación de la Iglesia católica en Alemania. fensa, un campo donde atrincherarse para continuar enfrentándose,
Nos tuvimos así ocasión de conocer las grandes cualidades de aquel mientras les fuera posible, con el oleaje siempre creciente de la
pueblo y estuvimos en relaciones personales con sus mejores re-
persecución religiosa.
presentantes. Por esto abrigamos la esperanza de que este pueblo
pueda alzarse otra vez a una nueva dignidad y a una nueva vida, [13]. De hecho, la lucha contra la Iglesia se iba exasperando
después de haber alejado de sí el espectro satánico mostrado por cada vez más: era la destrucción de las organizaciones católicas;
el nacionalsocialismo y una vez que los culpables (como ya hemos era la supresión progresiva de las tan florecientes escuelas católi-
tenido ocasión de exponer otras veces) hayan expiado los delitos cas, públicas y privadas; era la separación forzosa de la juventud
por ellos cometidos. de la familia y de la Iglesia; era la opresión ejercida sobre la concien-
[10]. Mientras no se había perdido todavía el último rayo de cia de los ciudadanos, particularmente de los funcionarios del Es-
esperanza de que aquel movimiento pudiese tomar una dirección tado; era la denigración sistemática, mediante una propaganda
diversa y menos perniciosa, ya por el arrepentimiento de sus miem- arteramente y rigurosamente organizada, de la Iglesia, del clero,
bros más moderados, ya por una eficaz oposición de la parte que de los fieles, de sus instituciones, de su doctrina, de su historia;
era la clausura, la disolución, la confiscación de casas religiosas y
2
Véase la alocución de 1 d e n o v i e m b r e d e 1947 sobre la esencia d e la paz, dirigida a u n de otros institutos eclesiásticos; era el aniquilamiento de la prensa
grupo de senadores de Estados U n i d o s : « ¿Qué es la p a z ? Sin duda alguna es algo m á s q u e
la mera ausencia de conflictos armados y de d e r r a m a m i e n t o d e sangre. L a paz tiene un ca- y de la actividad editorial católicas.
rácter positivo d e noble dignidad. La célebre definición de San Agustín vale para todos los
campos de la vida m^-al y social. La p a z es la tranquilidad del orden. Y ¿qué es el orden? [14]. Para resistir a estos ataques, millones de valerosos ca-
El orden es la disposición de los miembros, iguales y desiguales, que exige a cada uno su tólicos, hombres y mujeres, se agrupaban alrededor de sus obispos,
propio lugar (De civitate Dei X I X 13: P L 41,640). Dejad q u e todos y cada uno de los elemen-
tos conserven o recobren su p r o p i o p u e s t o en l a universal armonía de la sociedad humana cuya voz valiente y severa no dejó jamás de resonar hasta en estos
y procurad este orden d e manera q u e m a d u r e y sazone sus frutos en una tranquila seguri-
dad. Habréis entronizado en ese m o m e n t o la p a z en el m u n d o de Dios. Fórmula admirable, últimos años de guerra; alrededor de sus sacerdotes, para ayudarlos
perfectamente exacta, comprensiva, elegante. N i n g u n a otra ha llegado a suplantarla o igua- a adaptar incesantemente su apostolado a las cambiadas necesida-
larla. Es un eco del mensaje divino del R e d e n t o r ; es la exposición d e la tradición inmortal
d e la Iglesia» ( D E R 9,325-326). des y circunstancias; y hasta el fin, con firmeza y paciencia, estos
3 Cf. Mt. 26,52. católicos opusieron al frente de la impiedad y del orgullo el frente
4
Cf. L'Osservatorc Romano n.174, de] 2 de julio d e TQ33.
LA IGLESIA CATÓLICA Y EL NACIONALSOCIALISMO gfll
8 9
° PÍO XII
[21 ]. «Quien eleva la raza, o el pueblo, o el Estado, o una de-
la fe, de la oración, de la conducta y de la educación francamente
católica. terminada forma de Estado, los representantes del poder estatal
u otros elementos fundamentales de la sociedad humana... a su-
. [15]. Mientras tanto, la misma Santa Sede, sin titubeos, mul- prema norma de todo, aun de los valores religiosos, y los diviniza
tiplicaba ante los gobernantes de Alemania sus avisos y sus protes-
tas, exigiéndoles con energía y claridad el respeto y la observancia con culto idolátrico, pervierte y falsea el orden de las cosas creado
ae los deberes derivados del mismo derecho natural y confirmados y querido por Dios» 5 .
en el pacto concordatario. En aquellos críticos años, asociando a la [22]. En esta proposición de la encíclica se compendia la ra-
atenta vigilancia del Pastor la paciente longanimidad del Padre, dical oposición entre el Estado nacionalsocialista y la Iglesia católica.
nuestro gran predecesor Pío XI cumplió con intrépida fortaleza su Llegadas las cosas a este punto, la Iglesia no podía ya, sin faltar
misión de Pontífice supremo. a su misión, renunciar a tomar posición ante todo el mundo. Con
[16]. Pero cuando, intentados en vano todos los caminos de la este acto, sin embargo, se convertía una vez más en «blanco de
persuasión, se vio con toda evidencia frente a las deliberadas viola- contradicciones» 6 , ante el cual los espíritus en lucha venían a divi-
ciones de un pacto solemne y frente a una persecución religiosa di- dirse en dos bandos opuestos.
simulada o manifiesta, pero siempre realizada con dureza, el domingo [23]. Los católicos alemanes estuvieron, puede decirse, de
ue Pasión de 1937, en su encíclica Mit brennender Sorge, reveló a la acuerdo en reconocer que la encíclica Mit brennender Sorge había
vista del mundo lo que el nacionalsocialismo era en realidad: la aportado luz, dirección, consuelo y apoyo a todos los que conside-
apostasía orgullosa de Jesucristo, la negación de su doctrina y de raban seriamente y practicaban coherentemente la religión de Cristo.
su obra redentora, el culto de la fuerza, la idolatría de la raza y de
la sangre, la opresión de la libertad y de la dignidad humana. No podía, sin embargo, faltar la reacción de parte de aquellos que
habían sido condenados, y, de hecho, el año 1937 fué para la Iglesia
* ## católica en Alemania un año de indecibles amarguras y de terribles
tempestades.
[i?]- Como toque de trompeta que da la alarma, el documento [24]. Los grandes acontecimientos políticos que caracterizaron
pontificio, vigoroso—demasiado vigoroso, pensaba ya entonces más los dos años siguientes, y después la guerra, no atenuaron en modo
de uno—, hizo estremecer a los espíritus y a los corazones. alguno la hostilidad del nacionalsocialismo contra la Iglesia, hostili-
[18]. Muchos—incluso fuera de las fronteras de Alemania—, dad que se manifestó hasta estos últimos meses, cuando sus secuaces
que hasta entonces habían cerrado los ojos ante la incompatibilidad se lisonjeaban aún de poder acabar para siempre con la Iglesia tan
de la concepción nacionalsocialista con la doctrina cristiana, tuvie- pronto como lograran la victoria militar. Autorizados e indiscutibles
ron que reconocer y confesar su error. testimonios nos tenían informados de estos proyectos, que, por lo
[19]. Muchos, ¡pero no todos! Otros, en las mismas filas de demás, se revelaban por sí mismos con las reiteradas y cada vez más
los fieles, estaban demasiado cegados por sus prejuicios y seducidos adversas acciones contra la Iglesia católica en Austria, en Alsacia-
por la esperanza de ventajas políticas. La evidencia de los hechos Lorena y, sobre todo, en aquellas regiones de Polonia que ya durante
señalados por nuestro predecesor no logró convencerles, y menos la guerra habían sido incorporadas al antiguo Reich; todo fué allí
todavía inducirles a modificar su conducta. ¿Es acaso una mera perseguido, todo aniquilado, es decir, todo aquello a que podía lle-
coincidencia el que algunas regiones, más duramente castigadas lue- gar la violencia exterior.
go por el sistema nacionalsocialista, hayan sido precisamente aque-
llas en donde la encíclica Mit brennender Sorge había sido poco o nada [25]. Continuando la obra de nuestro predecesor, Nos mismo
escuchada? durante la guerra no hemos cesado, especialmente en nuestros men-
[20]. ¿Habría sido tal vez posible entonces, con oportunas sajes, de contraponer a las destructoras e inexorables aplicaciones
y tempestivas providencias políticas, frenar de una vez para siempre . de la doctrina nacionalsocialista, que llegaban hasta a valerse de los
el desencadenamiento de la violencia brutal y colocar al pueblo ale- más refinados métodos científicos para torturar y suprimir personas
mán en condiciones de liberarse de los tentáculos que lo estrecha- con frecuencia inocentes, las exigencias y las normas indefectibles
ban? ¿Habría sido posible ahorrar de este modo a Europa y al mun- de la humanidad y de la fe cristiana. Era éste para Nos el más opor-
do la invasión de esta inmensa marea de sangre? Nadie osaría dar tuno y podríamos incluso decir el único camino eficaz para pro-
una respuesta segura. Pero, de todos modos, nadie podría acusar clamar en presencia del mundo los inmutables principios de la ley
a la Iglesia de no haber denunciado y señalado a tiempo el verda- moral y para confirmar, en medio de tantos horrores y tantas vio-
dero carácter del movimiento nacionalsocialista y el peligro al cual lencias, las mentes y los corazones de los católicos alemanes en los
éste exponía la civilización cristiana, ideales superiores de la verdad y de la justicia. Y tales solicitudes
5
A A S 29 (1937) 149 y 151.
6
Le. 2.34-
892 PÍO X I I LA IGLESIA CATÓLICA Y EL NACIONALSOCIALISMO 893
no quedaron sin fruto. Sabemos, en efecto, que nuestros mensajes, nado, con alambre espinoso, la flagelación y la coronación de espinas
principalmente el de Navidad de 1942, a pesar de toda clase de del Redentor.
prohibiciones y de obstáculos, fueron objeto de estudio en las con-
ferencias diocesanas del clero en Alemania y luego expuestos y ex- [30]. Las víctimas generosas que durante doce años, des-
plicados al pueblo católico. de 1933, en Alemania han hecho a Cristo y a su Iglesia el sacrificio
de sus propios bienes, de la propia libertad y de la propia vida, al-
[26]. Pero si los gobernantes de Alemania habían resuelto zan a Dios sus manos en oblación expiatoria. Dígnese el justo Juez
destruir la Iglesia católica aun en el antiguo Reich, la Providencia aceptarla en reparación de tantos delitos cometidos contra la huma-
había dispuesto las cosas de otro modo. ¡Las tribulaciones causadas nidad, no menos que con daño del presente y del porvenir del pro-
a la Iglesia por el nacionalsocialismo han terminado con el repen-
tino y trágico fin del perseguidor! pio pueblo, especialmente de la desgraciada juventud, y desarmar,
finalmente, el brazo de su Ángel exterminador.
[27]. De las prisiones, de los campos de concentración, de los [31]. Con una insistencia siempre creciente, el nacionalsocia-
penales, salen ahora, junto a los detenidos políticos, también las lismo ha querido denunciar a la Iglesia como enemiga del pueblo
falanges de aquellos sacerdotes y seglares cuyo único crimen había alemán. La injusticia manifiesta de la acusación habría herido en
sido la fidelidad a Cristo y a la fe de sus padres y la valerosa obser- lo más vivo los sentimientos de los católicos alemanes y nuestros
vancia de los deberes sacerdotales. Nos hemos orado ardientemente mismos sentimientos si hubiera salido de otros labios; pero en los
por todos ellos y Nos nos hemos esforzado con todos los medios, labios de tales acusadores, lejos de ser un agravio, es el testimonio
siempre que ha sido posible, para hacerles llegar nuestra paternal más brillante y más honroso de la oposición firme y constante man-
palabra de aliento y las bendiciones de nuestro corazón paterno. tenida por la Iglesia contra las doctrinas y métodos tan deletéreos,
[28]. En realidad, cuanto más se levanta el velo que ocultaba por el bien de la verdadera civilización y del mismo pueblo alemán,
hasta ahora los sufrimientos de la Iglesia bajo el régimen nacional- al que deseamos que, liberado de los errores que lo han precipitado
socialista, tanto más se evidencia la firmeza, frecuentemente incon- en el abismo, pueda encontrar su salvación en los manantiales puros
movible hasta la muerte, de innumerables católicos y la gloriosa de la verdadera paz y de la verdadera felicidad, en los manantiales
parte que en tan noble lid ha tenido el clero. Aunque no poseemos de la verdad, de la humildad, de la caridad, que junto con la Iglesia
todavía datos estadísticos completos, Nos no podemos, sin embargo, brotaron del corazón de Cristo.
abstenernos de mencionar aquí, como ejemplo, algunas, al menos,
de las abundantes noticias que nos han llegado de sacerdotes y de
seglares que, internados en el campo de concentración de Dachau, II. MIRADA HACIA EL PORVENIR
fueron hallados dignos de sufrir ultrajes por el nombre de Jesús 7 .
[32]. ¡Dura lección la de los últimos años! ¡Ojalá que al me-
[29]. En primera línea, por el número y por la dureza del nos sea comprendida y resulte provechosa a las otras naciones!
trato sufrido, se hallaban los sacerdotes polacos. De 1940 a 1945 Erudimini, qui guhernatis terram 8 . Este es el anhelo más ardiente
fueron recluidos en el mismo campo 2.800 eclesiásticos y religiosos de todo el que ame sinceramente a la humanidad. Víctima de un
de aquella nación, entre los cuales el obispo auxiliar de Wladislavia, despiadado agotamiento, de un cínico desprecio de la vida y de los
que murió allí de tifus. En abril pasado quedaban solamente allí 816. derechos del hombre, la humanidad no tiene más que un deseo, no
Los demás habían muerto, a excepción de dos o tres, trasladados aspira más que a una sola cosa: vivir tranquila y pacíficamente en
a otro campo. En el verano de 1942 se dio el número de 480 minis- la dignidad y en el honrado trabajo.
tros del culto, de lengua alemana, recluidos allí; de los cuales, 45 [33 ]• Y por esto ansia que se acabe de una vez con ese descaro .
protestantes, y todos los demás sacerdotes católicos. No obstante el con el que la familia y el hogar doméstico en los años de la guerra
continuo afluir de nuevos internados, especialmente de algunas dió-
han sido maltratados y profanados; descaro que clama al cielo y se
cesis de Baviera, de Renania y de Westfalia, su número, a causa
ha convertido en uno de los más graves peligros no solamente para
de la gran mortandad, a principios de este año, no pasaba de 350.
Y no se deben pasar en silencio los pertenecientes a los territorios la religión y la moral, sino también para la ordenada convivencia
ocupados: Holanda, Bélgica, Francia (entre ellos el obispo de Gler- humana; culpa que ha creado sobre todo esas multitudes de descon-
mont), Luxemburgo, Eslovenia, Italia. Indecibles padecimientos han certados, de desilusionados, de desesperados, que van a engrosar las
soportado muchos de aquellos sacerdotes y de aquellos seglares por masas de la revolución y del desorden, asalariados por una tiranía
causa de la fe y de su vocación. En cierta ocasión, el odio de los im- no menos despótica que aquella que se ha querido abatir 9 .
píos contra Cristo llegó al punto de parodiar en un sacerdote inter- 8
P s . 2,10.
' «[Millones de hombres] se están preguntando a si mismos: ¿Existen algunos determi-
' Cf. Act. s,4I. nados derechos dados por Dios, que el Estado está obligado a proteger, que no puede violar/
¿O tiene que prevalecer la idea que asigna un poder ilimitado al Estado, dejando al indivi-
duo solamente los derechos y prerrogativas que el Estado juzga útil conferirle? ¿Quien no
894 pío XII LA IGLESIA CATÓLICA Y EL NACIONALSOCIALISMO 895

[34]. Las naciones, principalmente las medianas y pequeñas, [39]. Por esto, Nos de todo corazón dirigimos a nuestros hijos
reclaman que se les deje tomar las riendas de su propio destino. Se y a nuestras hijas del universo entero una calurosa invitación a la
les puede inducir a que, con plena aquiescencia, en interés del pro- plegaria: que ésta llegue a los oídos de cuantos reconocen en Dios
greso común, contraigan vínculos que modifiquen sus derechos el Padre amantísimo de todos los hombres creados a su imagen
soberanos. Pero después de haber contribuido con su parte, con su y semejanza, de cuantos saben que en el pecho de Cristo late un
larga parte, de sacrificios para destruir el sistema de la violencia corazón divino rico en misericordia, fuente profunda e inagotable
brutal, tienen derecho a no aceptar que se les imponga un nuevo de todo bien y de todo amor, de toda paz y de toda reconciliación.
sistema político o cultural que la gran mayoría de sus poblaciones [40]. Como no hace mucho avisábamos, el camino desde la
resueltamente rechaza. tregua de las armas a la paz verdadera y sincera será difícil y largo,
[3S]- Piensan, y con razón, que la obligación principal de los demasiado largo para las ansiosas aspiraciones de una humanidad
organizadores de la paz es la de acabar con el juego criminal de la hambrienta de orden y de calma. Pero es inevitable que sea así. Y tal
guerra y la de tutelar los derechos vitales y los deberes recíprocos vez es incluso mejor. Hay que dejar que se apacigüe primero la
entre grandes y pequeños, poderosos y débiles. tempestad de las pasiones sobreexcitadas: motos praestat componere
[36]. En el fondo de su conciencia, los pueblos comprenden fluctus n . Es necesario que el odio, la desconfianza, los incentivos
que sus gobernantes quedarían desacreditados si al loco delirio de de un nacionalismo extremo, cedan el puesto a la concepción de pru-
una hegemonía de la fuerza no sucediese la victoria del derecho. dentes consejos, al germinar de planes pacíficos, a la serenidad del
El pensamiento de una nueva organización de la paz ha surgido cambio de impresiones y a la mutua comprensión fraterna 12.
—nadie podría ponerlo en duda—de la más recta y leal voluntad. [41 ]. Dígnese el Espíritu Santo, luz de las inteligencias, dulce
Toda la humanidad sigue con ansia el desarrollo de tan noble em- Señor de los corazones, oír las plegarias de su Iglesia y guiar en su di-
presa. ¡Qué amarga desilusión sería si llegase a fallar, si resultasen fícil tarea a quienes, conforme a su elevada misión, se esfuerzan sin-
vanos tantos años de sufrimientos y de renuncias, dejando triunfar ceramente, a pesar de los obstáculos y de las contradicciones, por
nuevamente aquel espíritu de opresión, del que el mundo espera, llegar al fin tan umversalmente, tan ardientemente deseado: la paz,
finalmente, verse libre para siempre! ¡Pobre mundo, al que se po- la verdadera paz digna de este nombre. Una paz fundada y confir-
dría entonces aplicar la palabra de Jesús: que su nueva condición mada sobre la sinceridad y la lealtad, sobre la justicia y la realidad;
ha venido a ser peor que la antigua, de la que con tanta dificultad una paz de leal y resuelto esfuerzo por vencer o prevenir aquellas
había salido! 1 0 condiciones económicas y sociales que, como en el pasado, podrían
[37]. Las condiciones políticas y sociales nos ponen en los la- fácilmente también en el futuro llevar a nuevos conflictos armados;
bios estas palabras de aviso. Desgraciadamente hemos tenido que una paz que pueda ser aprobada por todas las almas rectas de cual-
deplorar en más de una región muertes de sacerdotes, deportacio- quier pueblo y de cualquier nación; una paz que las generaciones
nes de personas civiles, matanzas de ciudadanos sin proceso o por futuras puedan considerar con gratitud como el fruto feliz de un
venganza privada; ni son menos tristes las noticias que nos han tiempo desgraciado; una paz que señale en los siglos un cambio
llegado de Eslovenia y de Croacia. definitivo de dirección en la afirmación de la dignidad humana y del
[38]. Pero no queremos perder el ánimo.. Los discursos que orden en la libertad; una paz que sea como la magna charta que ha
durante estas últimas semanas han pronunciado hombres compe- clausurado la era obscura de la violencia; una paz que, bajo la guía
tentes y responsables dejan entender que tienen puesta la mirada misericordiosa de Dios, nos haga pasar a través de la prosperidad
en el triunfo del derecho, no sólo como fin político, sino también temporal de manera que no perdamos la felicidad eterna ] 3.
y más todavía como deber moral. [42], Pero, antes de conseguir esta paz, es también verdad
que millones de hombres, en el hogar doméstico o en la guerra, en
ve las fatales consecuencias d e u n error semejante? Lleva inevitablemente al gobierno des-
pótico de uno o d e pocos q u e sin piedad ni conciencia h a n sido capaces de apoderarse del las prisiones o en el destierro, deben gustar aún la amargura del
influjo y bloquear los canales naturales de la vida nacional de u n pueblo. L a verdadera liber- cáliz. ¡Cuánto anhelamos Nos ver el fin de sus sufrimientos y de sus
tad queda estancada y muere. M á s todavía, este intento d e p o d e r absoluto irresponsable para
el Estado deja a merced del m i s m o despotismo arbitrario la estabilidad d e las relaciones in- angustias, la realización de sus deseos! También por ellos, por toda
ternacionales, y los fundamentos d e toda paz d u r a d e r a son destruidos.
Nadie se admire, por tanto, d e q u e muchos hombres d e recto sentido vivan ansiosos res- la humanidad, que con ellos y en ellos sufre, se alce al Omnipotente
pecto del futuro y d e q u e las grandes esperanzas d e muchos pueblos del m u n d o comiencen nuestra humilde y ardiente oración.
a decaer. Es deber d e los dirigentes del pensamiento político y del G o b i e r n o sostener e n todas
las naciones a estos pueblos, alentarlos e n sus esfuerzos por salir de las ruinas d e u n des- 11
graciado pasado a una vida nacional nueva, mejor, m á s estable; sobre todo hacerles ver claro, V I R G I L I O , Eneida 1,135.
12
incluso a las minorías nacionales, que gozarán d e u n a completa y genuina libertad e n lo q u e Véase la carta dirigida a M r . Charles Flory, presidente de la Comisión directiva de
para ellos es m á s q u e r i d o : su vida religiosa y cultural» (del discurso al director general de las Semanas Sociales d e Francia, 10 d e julio de 1946, sobre Nación y nacionalizaciones: A A S 38
la U N R R A , 8 de julio de 1945: D E R 7,117-118). (1046)315-318.
ID Cf. Le. 11,24-26. 1 3 Cf- oración del domingo tercero después de Pentecostés,
S96 PÍO X I I

[43]. Mientras tanto, nos produce un inmenso consuelo, ve-


nerables hermanos, el pensamiento de que vosotros tomáis parte LA CONSTITUCIÓN, LEY FUNDAMENTAL
en nuestras preocupaciones, en nuestras oraciones, en nuestras espe- DEL ESTADO #
ranzas, y que, en todo el mundo, obispos, sacerdotes y fieles unen
sus súplicas a las nuestras en la gran voz de la Iglesia universal. En
testimonio de nuestro profundo agradecimiento y como prenda de
las infinitas misericordias y de los favores divinos, a vosotros, a
ellos y a cuantos están unidos a Nos en el deseo y en la busca de la
paz, impartimos de lo íntimo del corazón nuestra bendición apos-
tólica. *
*
El 21 de octubre de 1945 comenzaba en Florencia la XIX Semana
Social promovida por la Acción Católica Italiana. El tema de estudio
era la Constitución y la Asamblea Constituyente que la nación italiana
se disponía a elegir y sancionar. Pío XII aprovecha la ocasión para
hacer por medio de esta carta tres advertencias a los católicos italianos
reunidos en Florencia: la obediencia a las enseñanzas pontificias en
materia política, la necesidad de basar la constitución sobre la concep-
ción cristiana de la vida y la discreción indispensable para obtener una
fórmula práctica que sepa conjugar con acierto las tradiciones compro-
badas con las novedades exigidas por el bien común y las transformacio-
nes sociales de la época.

[1 ]. Gustosamente enviamos 1 a los católicos italianos que


—según la consoladora noticia que hemos recibido—se reúnen en
Florencia para celebrar su XIX Semana Social la bendición apostó-
lica por ellos implorada, que deseamos sea presagio de las luces y
de los favores divinos que necesita esta gran asamblea para dar en
palabras, en conclusiones, en obras, un testimonio verdaderamente
adecuado a los nobles intentos y a tos elevados fines que han ins-
pirado su convocación y su programa.
[2]. Emprende, en realidad, la serie de las Semanas Sociales
de los católicos italianos el tratamiento de un tema tan arduo como
delicado, el que versa sobre la cuestión de que está pendiente por
entero la hora presente de la vida italiana. Nos referimos a la cons-
titución nueva que un país recién salido de los gravísimos desastres
de la última guerra pretende poner al frente de su existencia ciuda-
dana, y al órgano que quiere ser el creador de estas leyes, la Asam-
blea constituyente. Confiamos que los profesores de la Semana So-
cial sabrán ser, en un asunto de tanta importancia, seguidores dó-
ciles y valerosos de la doctrina católica, de la cual en nuestros dis-
cursos y mensajes Nos mismo nos hemos hecho intérpretes con-
forme al oficio del supremo magisterio eclesiástico a Nos confiado
por Dios; y deseamos que a las enseñanzas de esta doctrina respon-
da una dócil atención, una prudente discusión, no menos que fir-
1
Pío XII, epístola a S. E. R. el cardenal Luigi Lavitrano, presidente de la Comisión
Cardenalicia para ia alta dirección de la Acción Católica Italiana, 19 de octubre de 1945:
AAS 37 (1945) 273-274. Texto original en italiuno,
Vortr. ponlil. s 29
p
898 í O XII

mes y útiles conclusiones. Séanos permitido solamente, en este pa-


terno saludo a la bella manifestación de estos amados hijos, recor- NEGL1 ULTMt
dar su responsabilidad y la de todos cuantos participan de la fe ca-
tólica y del amor patrio en esta crítica coyuntura de su vida nacional.
[3 ]. Reflexionando sobre las consecuencias deletéreas que in- La supranacionalidad ¿le la Iglesia y la paz
troduciría en el seno de la sociedady en su lábil historia una cons-
titución que, abandonando «la piedra angular» de la concepción cris-
tiana de la vida, intentara fundamentarse sobre el agnosticismo mo-
ral y religioso, todo católico comprenderá fácilmente cómo ahora la
cuestión que, con preferencia a cualquier otra, debe atraer su aten-
ción y estimular su actividad, consiste en asegurar a la generación
presente y a las futuras el bien de una ley fundamental del Estado
que no se oponga a los sanos principios religiosos y morales, sino
que más bien tome de éstos una vigorosa inspiración y proclame y Las especiales características que habrían de rodear el consistorio
procure sabiamente sus altas finalidades. público de febrero de 1946, el cual completaría el número del Sacro
[4]. Conviene a este propósito recordar que no siempre la no- Colegio con 32 nuevos representantes de los cinco continentes del mundo,
vedad de las leyes es fuente de salvación para el pueblo; frecuente- ofreció a Pío XII espléndida ocasión para exponer uno de los motivos
mente, por el contrario, la precipitada búsqueda de radicales inno- fundamentales que justifican la providencial misión que la Iglesia ca-
vaciones es señal del olvido de la propia dignidad y de la propia his- tólica puede y debe ejercer en la obra trascendental de la consolidación
toria y de una fácil entrega a influencias extrañas y a ideas no me- de la paz. Este motivo es la supranacionalidad de la Iglesia 1.
ditadas. Sepan, por tanto, los católicos italianos que el permanecer La Iglesia es supranacional por su absoluta indivisibilidad y por
fieles a las mejores y comprobadas tradiciones espirituales y jurí- su esencial universalidad. Es indivisible, porque posee una unidad y
dicas no quiere decir ser hostiles a las trasformaciones sociales que una totalidad de integración con Cristo, que es su Cabeza. No hay
mejor respondan al bien común y digan bien alto a su grande y des- fuerza humana que pueda abrir fisura alguna en esta compacta y or-
graciado país que el pacto con el que quiere ser conducido a la uni- gánica coherencia de la Iglesia con Cristo. Y es universal, porque su
dad y a la estabilidad no puede cimentarse ni con el odio ni con el mandato divino se extiende a todos los pueblos de la tierra sin excep-
egoísmo de clases, sino con la mutua y cristiana caridad, que a todos ción alguna. De esta raíz surge la eficiente fuerza unificadora que la
los ciudadanos hermana en recíproca ayuda, colaboración y respeto. Iglesia posee y desarrolla en el orden sobrenatural y aun en el mismo
orden temporal. Todo intento de cohesión social levantado al margen
[5]. Todo esto estamos seguros, señor cardenal, destacará de de la Iglesia está condenado a deshacerse. La historia del liberalismo
modo claro en las lecciones que los insignes profesores para ello ele- y del totalitarismo lo ha demostrado con sus amargas consecuencias.
gidos desarrollarán en la próxima Semana Social de los católicos ita- Por esto, en orden a la consolidación de la paz, es el cristianismo el
lianos y en las discusiones que le seguirán. único sistema de pensamiento y de acción que puede asentar con firmeza
Mientras imploramos de Dios, dador de todo bien, luz abun- los fundamentos seguros de una paz estable.
dante sobre los dirigentes, los organizadores, los profesores y los
Tres son los presupuestos que para semejante paz expone el Papa
discípulos, a todos y de modo especial a S. E., señor cardenal, reno-
en este discurso: hay que rodear las resoluciones políticas y económicas
vamos de corazón la bendición apostólica.
de todas las garantías exigidas por la esencial subordinación dpi Estado
Del Vaticano, 19 de octubre de 1945. ' . y de la economía a la persona humana. Hay que hacer oír y hacer res-
petar el coro inmenso de la genuina mayoría de los pueblos, que está
formada, en definitiva, por los hombres sanos de cada nación. Ha^
que acabar, finalmente, con todo resabio de totalitarismo. Porque el
señor del mundo no es el Estado, ni son los grupos oligárquicos coligados
en monopolios de todo género, sino el hombre, la familia y el trabajo
honrado'. Dicho de otra manera: si se quiere asegurar una pazdeji-
nitiva, hay que retornar a la fuente puesta por Dios en la historia:
el pensamiento y los principios del cristianismo: «volver a un verdadero
cristianismo en el Estado y entre los Estados... La experiencia debería
1
Este sermón tiene su prolongación y complemento en el discurso dirigido a los nuevos
cardenales el 20 de febrero de 1946, que incluímos en la p.oi8ss.: AAS 38 (1946) 141-151.
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haber enseñado a todos que la política orientada hacia las eternas ver- Presupuestos fundamentales de una paz verdadera y durable:
dades y las leyes de Dios es la más real y concreta ds las políticas. Los 1. Es necesaria la colaboración de todos los pueblos. Las resolu-
pueblos realistas que piensan de.otra manera, no crean más que ruinas» 2 . ciones políticas y económicas deben tomarse con las debidas garantías
*• y deben estar orientadas al bien común de todas las naciones. La ver-
dadera garantía en este orden es la fuerza interior de los espíritus y
SUMARIO la tutela de los valores permanentes del hombre.
2. Es ilícito deformar a sabiendas la opinión pública. La gran
I. Por vez primera durante este pontificado, la humanidad celebra la Na- mayoría está formada por los hombres sanos de cada pueblo. No debe
vidad sin las estridencias del conflicto mundial. No se trata de la paz, exponerse el bienestar de la familia al juego peligroso de los conflictos
sino sólo de una posguerra. Esta Navidad es, por tanto, todavía una y de la política de ¡a fuerza conducida por los totalitarismos de cual-
Navidad de expectación y esperanza. quier clase.
II. Características del próximo consistorio. En cuanto al número de los 3. Hay que acabar con el totalitarismo, que es, por su misma
futuros cardenales, el Sacro Colegio vendrá a quedar completo. En esencia, contrario a la dignidad y al bienestar del género humano. El
cuanto a las naciones a las que aquéllos pertenecen, queda represan- señor del mundo no es el Estado ni son los grupos de intereses, sino
tado en el próximo consistorio el mayor número posible de razas y el hombre en medio de la familia y del trabajo. El totalitarismo es
lenguas. Roma aparecerá así como la ciudad Caput mundi. incompatible con una verdadera y sana democracia y representa un
continuo peligro de guerra.
III. La Iglesia católica es supranacional por su misma esencia. Doble sen-
tido de esta supranacionalidad. La Iglesia es madre de todos los pueblos; 4. Frente a este estado de cosas sólo queda una solución: el re-
por tanto, pertenece a todos por igual y no es ni puede ser extranjera torno a Dios y al orden establecido por Dios. El totalitarismo es el
en lugar alguno. La raíz de esta supranacionalidad es la indivisibilidad heredero de los sistemas negadores del pensamiento cristiano. Hay
y universalidad de la Iglesia. que volver a un verdadero cristianismo en el Estado y entre los Estados
La Iglesia es indivisible, porque constituye una totalidad con Cris- V. Triste situación de los prisioneros de guerra, todavía no devueltos a su
to: Cristo es cabeza del cuerpo místico, que es la Iglesia. Los ataques patria e incluso sometidos a humillantes vejaciones. Es de desear que
enemigos no pueden lograr destruir la indivisible integridad de aqué- pronto regresen a sus hogares, así como también los detenidos políti-
lla, que es una fuente permanente de unificación social. Por esto, todo cos, cuyo único delito han sido sus pasadas opiniones políticas.
intento de nacionalizar a la Iglesia constituye un sacrilego aten-
tado contra Dios y contra la humanidad. El individualismo liberal
ha querido crear una unidad desligada de la Iglesia. El totalitarismo Navidad de expectación y de plegaria
se ha encargado de acabar la obra de aquél. El resultado ha sido la [1 ]. E n los'últimos seis años. 1 , t o d o s nosotros, venerables h e r -
tumba de la libertad humana y la barbarie puesta al frente de la vida
nacional e internacional. • m a n o s y a m a d o s hijos, h e m o s tenido q u e saborear, en esta vigilia de
Hoy más que nunca, la Iglesia tiene que ser supranacional. Lo la N a v i d a d del Señor, el amargo contraste e n t r e los sentimientos
que interesa es penetrarse del espíritu de esta supranacionalidad y de santa alegría, de íntima y fraterna u n i ó n en el servicio del Señor,
obrar de acuerdo con este espíritu. q u e la amable fiesta navideña infunde en las almas, y los tristes r e n -
La Iglesia es, además, supranacional por su esencial universalidad. cores y las ansias de venganza i m p e r a n t e s en el m u n d o ; e n t r e los
Pertenece a todas las naciones y a todos los pueblos de derecho y de suaves acentos del Gloria in excelsis Deo et in térra pax homini-
hecho. Como un faro potente, proyecta su haz de luz en esta oscura bus y las voces'discordantes de odio e n los fragores de u n a guerra
época nuestra. fratricida; e n t r e la dulce claridad de Belén y el siniestro resplandor
IV. La obra de la paz. Se han iniciado los preparativos para el ordenamien- d e los i n c e n d i o s ; entre el suave esplendor irradiante del rostro d e l ,
to de la paz mundial. Empresa vasta y compleja. Grave responsabilidad divino N i ñ o y la marca de Caín, q u e quedará todavía por m u c h o
de los dirigentes. t i e m p o grabada sobre la frente d e nuestro siglo.
2
Pueden consultarse, como interpretación auténtica de este discurso y del citado, [ 2 ] . P o r esto, ¡ q u é suspiro de alivio salió de todos nuestros p e -
algunos documentos posteriores del Papa: discurso de 25 de febrero de 1946 al Cuerpo di- chos al saber q u e el sangriento conflicto había terminado, p r i m e r o
plomático acreditado cerca de la Santa Sede, con motivo de la reciente creación de cardena-
les: AAS 38 (1946) 152-155; discurso de 16 de marzo de 1946 a los párrocos y predicadores en E u r o p a , después en Asia! ¡ C u á n t a s súplicas fervorosas habían
de la Cuaresma en Roma, sobre la predicación y la vida pública: AAS 38 (1946) 182-189; subido en aquellos largos años de luchas hasta el trono del Altísimo
la epístola al obispo de Vich con motivo del centenario de Balmes, 7 de marzo de 1949:
AAS 41 (1949) 356-357; el discurso de 25 de septiembre de 1949 sobre Humanismo y ciencia para q u e abreviase los días de aflicción y detuviese la m a n o d e los
política, a ios participantes en el Congreso Internacional de Estudios Humanísticos: DER ángeles q u e llevan la copa de la ira de Dios por los pecados del m u n -
11,217-218; la alocución de 27 de octubre de 1949 a una Comisión del Senado de los Estados
Unidos sobre los ideales cristianos para la comunidad humana: DER 11,247, y la carta de 6 de d o ! A h o r a , p o r vez primera, la familia h u m a n a celebrará d e n u e v o ,
agosto de 1950 a los participantes en el XXI Congreso Internacional de Fax Romana, cele- p o r misericordia divina, u n a fiesta navideña, en la cual los terrores
brado en Amsterdam: AAS 42 (1950) 635-637. Véanse también la carta de Mons. Montini,
secretario de Estado, al obispo de Bérgamo, presidente de la XXII Semana Social Italiana de la guerra en la tierra, en el m a r y, sobre t o d o , en el aire, n o Ue-
sobre la intervención de los católicos en la resolución de los problemas internacionales:
E 8 (1948) 2,398, y la declaración colectiva de ía Asamblea plenaria del episcopado francés 1
Pío XII, sermón en la vigilia de Navidad a los cardenales, obispos y prelados de la Cu.
de 26-28 de abril de 1954, sobre La Iglesia en el mundo moderno: E 14 (1954) 1,508-572. ria romana, 24 de diciembre de 1945: AAS 38 (1946) 12-25. Texto original en italiano.
Sií
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NEGLI ÜXTIMI 903
narán ya tantos corazones con un temor y con una angustia mor-
tal. ¡Por este cambio de cosas, demos todos humildemente gracias no habrían estado obligados por tales disposiciones si hubieran
al Señor omnipotente! » juzgado oportuno auéientarlo o disminuirlo; sin embargo, no consta
[3 ]. ¿La paz de la tierra? ¿La verdadera paz? ¡No, sino sola- que jamás alguno haya derogado aquella constitución, la cual ha
mente la «posguerra», expresión dolorosa e incluso demasiado sig- tenido una explícita confirmación en el canon 231 del Código de
nificativa! ¡Cuánto tiempo, será necesario para curar el malestar Derecho canónico. El pleno del Sacro Colegio con setenta cardenales
moral y material, cuántos esfuerzos para cicatrizar tantas llagas! ha sido bastante frecuente en los siglos XVII y XVIII; no se encuen-
Ayer se sembraran sobre territorios inmensos las destrucciones, las tra, en cambio, jamás en el siglo XIX ni hasta hoy en el siglo XX.
calamidades, las miserias, y hoy, cuando se trata de reconstruir, los Para citar un solo ejemplo, recordaremos el consistorio secreto de
hombres apenas si comienzan a darse cuenta de cuánta perspicacia 17 de mayo de 1706, en el cual Clemente XI quiso crear tantos car-
y previsión, de cuánta rectitud y buena voluntad son necesarias denales, o sea veinte, cuantos faltaban para completar el número
para reconducir el mundo desde las devastaciones y desde las rui- de setenta: creare intendimus eos omnes, nempe viginti, qui ad septua-
nas físicas y espirituales al derecho, al orden y a la paz. genarium vestrum numerum complendum in praesens desunt, cardena-
les: [«queremos crear todos los cardenales, es decir, veinte, que faltan
[4 ]. Por esto también esta Navidad continúa siendo un tiempo actualmente para completar el número de setenta en vuestro cole-
de expectación, de esperanza y de oración al Hijo de Dios heého gio»] 4 ; y más todavía, habiendo uno de los recién nombrados, Ga-
hombre para que El, que es el Rex pacificus..., cuius vultum deside- briel Fiíippucci, renunciado a tan eminente dignidad, Clemente XI,
rat universa térra 2 , done al mundo su paz. en el siguiente consistorio de 7 de junio del mismo año, al mismo
tiempo que aceptaba aquella renuncia, nombró inmediatamente para
[I]. E L PRÓXIMO CONSISTORIO.—-SUS CARACTERÍSTICAS el puesto vacante a Miguel Ángel Conti, que fué después su inme-
diato sucesor con el nombre de Inocencio XIII 5 . Nos hemos que-
[5 ]. Como ya ha sido anunciado, por primera vez desde que rido volver a aquella antigua costumbre, la cual, mientras completa
el Señor, no obstante nuestra indignidad, quiso elevarnos al supre- el número de miembros del Sacro Colegio, respeta al mismo tiempo
mo pontificado, procederemos, si Dios quiere, a la creación de nue- el límite señalado por Sixto V. Sentimos que la observancia de este
vos miembros del Sacro Colegio. En nuestro discurso de Navidad límite nos haya impedido incluir en esta nuestra primera creación
del año pasado aludimos a las graves y múltiples dificultades que a no pocos otros prelados y religiosos, especialmente de la Curia
frecuentemente hasta entonces nos habían impedidlo proveer las no y del clero romano, los cuales, sobre todo por los prolongados ser-
pocas vacantes dolorosamente producidas en la Curia romana. ¡ Cuan vicios hechos a la Santa Sede, habrían sido muy dignos de esta
agradable será, por tanto, para Nos vernos muy pronto aquí rodea- elevación.
dos por un número tan considerable de nuevos cardenales, los cua- [7]. Nos ha parecido más conveniente no sobrepasar aquel
les por sus insignes virtudes y por sus señalados méritos nos han límite, porque jamás fué creado un número tan grande de nuevos
parecido particularmente dignos de ser elevados a la sagrada púr- cardenales, a saber, treinta y dos, en un mismo consistorio. Las dos
pura! El excepcional acontecimiento merece, en nuestra opinión, mayores creaciones tuvieron lugar hasta ahora en tiempo de los pa-
ser comentado con algunas especiales consideraciones. pas León X y Pío VII, los cuales en un solo consistorio crearon
treinta y un cardenales; es decir, León X, el cual, mientras en el
, a) En cuanto al número de los futuros cardenales consistorio de 26 de junio de 1517 había manifestado su propósito
de nombrar veintisiete cardenales, en el siguiente, 1 de julio del
[6]. Observaremos ante todo que, con esta promoción, el Sa- mismo año, creó treinta y u n o 6 ; y,Pío VII, quien, después de su
cro Colegio vendrá a estar completo. Es sabido que nuestro prede- regreso a Roma, habiendo dirigido sus preocupaciones al Sacro
cesor, de feliz memoria, Sixto V, con su constitución Postquam verus, Colegio, muy disminuido en número por los acerbísimos aconte-
del 3 de diciembre de 1586, después de haber indicado cómo en cimientos de aquel tiempo, en el consistorio secreto de 8 de marzo
los tiempos antiguos habla sido demasiado restringido el Sacro Co- de 1816 creó igualmente treinta y un cardenales, de los cuales, sin
legio, y en los más recientes, por el contrario, demasiado numeroso, embargo, veintiuno fueron publicados y diez reservados in pectore 7.
fijó en setenta el número de los cardenales, a semejanza de los se- 4
CLEMENTE XI, Orationes consistoriales p.32 (Roma 1722).
tenta ancianos de Israel 3 , prohibiendo con severísimas cláusulas ' O.c, p.38.
«7 Arch. Consist. Acta Vicecancell. 2, fol.30 y 40.
que por ningún motivo, por urgentísimo que fuera, se sobrepasara Gí". Pn VII, allocutio habita in Consist. Secr., 8 de marzo de 1816.
aquel número. Sin duda los Romanos Pontífices sucesores de aquél
2
Antífona 1.a en las primeras vísperas de la Natividad del Señor.
3 Cf. Ex. 24,i.Q.
90-i PÍO X I I
XEGI.I UI.T1MI !)0,'«

b) En cuanto a las naciones a las que pertenecen diñe Ecclesiae, en aquella plenitud de vida de la Iglesia, que une
todas las tierras y todos los tiempos de la humanidad redimida sin
[8]. Otra característica de esta creación será la variedad de excepción.
naciones a las que pertenecen los futuros cardenales, porque hemos [11]. Sólidamente establecida con tan profunda raíz, la Igle-
querido que estén en ella representados el mayor número posible sia, puesta como está en medio de toda la historia del género huma-
de razas y de pueblos, y que sean una imagen viva de la universali- no, en el campo agitado y revuelto de energías divergentes y de
dad de la Iglesia. De esta manera, así como en los años transcurridos contrarias tendencias, aunque expuesta a todos los asaltos dirigidos
de nuestro pontificado hemos visto confluir en la Ciudad Eterna, contra su indivisible integridad, está tan lejos de ser sacudida por
a pesar de la guerra, e incluso como consecuencia de la guerra, ellos, que de su propia vida de totalidad y de unidad irradia y di-
hombres de todas las naciones y de las más lejanas regiones, así funde siempre nuevas fuerzas sanantes y unificadoras en la huma-
también tendremos ahora, terminado el conflicto mundial, el con- nidad desgarrada y dividida, fuerzas de unificante gracia divina,
suelo—si el Señor lo quiere—de ver afluir en torno a Nos a los fuerzas del Espíritu unificador, de las que todos están hambrientos;
nuevos miembros del Sacro Colegio provenientes de las cinco partes verdades que siempre por todas partes valen, ideales que siempre
del mundo. Roma aparecerá de este modo verdaderamente como y por todas partes arden.
la Ciudad Eterna, la Ciudad universal, la Ciudad Caput mundi, la
Urbs por excelencia, la Ciudad de la que todos son ciudadanos, la [12]. De lo cual se concluye que era y es un sacrilego atentado
Ciudad sede del Vicario de Cristo, a la cijal se dirigen las miradas contra el totus Christus, Cristo en su integridad, y, al mismo tiempo,
de todo el mundo católico; no por ello quedará rebajada Italia, un golpe nefasto contra la unidad del género humano, siempre que
tierra bendita que acoge en su seno a esta Roma; antes brillará a se ha intentado o se intenta hacer a la Iglesia como prisionera o
los ojos de todos los pueblos como participante de esta grandeza esclava de este o de aquel pueblo particular, confinarla en los an-
y de esta universalidad. gostos límites de una nación o también quitarla de en medio. Ese
desmembramiento de la integridad de la Iglesia ha disminuido o
disminuye—tanto más cuanto más se prolonga—el bien de su real y
[II]. L A SUPRANACIONALIDAD DE LA IGLESIA plena vida, en los pueblos que son víctimas de él.
[9]. La Iglesia católica, cuyo centro es la Urbe, es suprana- [13]. Pero el individualismo nacional y estatal de los últimos
cional por su misma esencia. Esto tiene un doble sentido, uno ne- siglos no ha pretendido solamente vulnerar la integridad de la Igle-
sia, debilitar y obstaculizar sus fuerzas unidoras y unificantes, fuer-
gativo y uno positivo. La Iglesia es madre, Sancta Mater Ecclesia,
zas que, sin embargo, tuvieron en un tiempo una parte esencial en
una verdadera madre, la madre de todas las naciones y de todos los
la formación de la unidad del Occidente europeo. Un viejo libera-
pueblos, no menos que de todos y cada uno de los hombres, y pre- lismo quiso crear, sin la Iglesia y contra la Iglesia, la unidad me-
cisamente porque es madre, no pertenece ni puede pertenecer ex- diante la cultura laica y un humanismo secularizado. Aquí y allá,
clusivamente a este o a aquel pueblo, y tampoco a un pueblo más como fruto de su acción disolvente y, al mismo tiempo, como ene-
y a otros pueblos menos, sino a todos igualmente. Es madre, y, por migo suyo, le sucedió el totalitarismo. En una palabra, ¿cuál ha sido
consiguiente, no es ni puede ser extranjera en lugar alguno; vive, después de poco más de un siglo el resultado de todos aquellos
o al menos por su naturaleza debe vivir, en todos los pueblos. Ade- esfuerzos sin la Iglesia y frecuentemente contra la Iglesia? La tum-
más, mientras la madre, con su esposo y sus hijos, forma una fami- ba de la sana libertad humana; las organizaciones impuestas; un
lia, la Iglesia, en virtud de una unión incomparablemente más es- mundo que por la brutalidad y la barbarie, por las destrucciones y
trecha, constituye, más y mejor que una familia, el cuerpo místico las ruinas, pero, sobre todo, por la funesta desunión y por la falta
de Cristo. La Iglesia es, por tanto, supranacional, porque es un de seguridad, no había conocido igual.
todo indivisible y universal.
[14]. En un tiempo turbado, como es todavía el nuestro, la
Iglesia, por su bien propio y por el bien de la humanidad, debe
La indivisible unidad de la Iglesia hacer todo lo posible para hacer valer su indivisa e indivisible inte-
gridad. Hoy la Iglesia tiene que ser más supranacional que nunca.
[10]. La Iglesia es un todo indivisible, porque Cristo, con su Este espíritu debe penetrar e invadir a su Cabeza visible, al Sacro
Iglesia, es indiviso e indivisible. Cristo, como Cabeza de la Iglesia, Colegio, toda la actividad de la Santa Sede, sobre la cual especial-
es, usando un profundo pensamiento de San Agustín 8 , totus Chris- mente ahora gravitan importantes deberes referentes no sólo al pre-
tus, Cristo entero. Esta totalidad de Cristo, según el santo Doctor, sente, sino todavía más al futuro.
significa la indivisible unidad de la Cabeza y del cuerpo in plenitu-
s
[15]. Se trata aquí, principalmente, de un hecho del espíritu,
SAN AGUSTÍN, Sertn, 3.41,1: P L 39,1493, de tener ,el sentido justo de esta supranacionalidad, y no de medirla
906 PÍO XII NEGLl UI.IIMI 907
o determinarla según proporciones matemáticas o sobre bases esta- lo que es genuinamente humano y lo eleva a fuente de energía so-
dísticas rigurosas acerca de la nacionalidad de cada una de las per- brenatural dondequiera y como quiera que lo encuentre.
sonas. En los largos períodos de tiempo en que, por disposición de
la Providencia, la nación italiana, más que otras, ha dado a la Igle- [19]. Se cumple así cada vez más en la Iglesia de hoy lo que
sia su Cabeza y muchos colaboradores al gobierno central de la San Agustín elogiaba en su Ciudad de Dios. La Iglesia, escribía,
Santa Sede, la Iglesia en su conjunto ha conservado siempre intacto «llama de entre' todas las gentes a sus ciudadanos, y en todas las
su carácter supranacional. Más aún, no pocas circunstancias han lenguas reúne su comunidad peregrina en la tierra; no se preocupa
contribuido, precisamente por este camino, a preservarlo de peli- de lo que es diverso en las costumbres, en las leyes, en las institu-
gros que de otra manera habrían podido hacerse más sensibles. Pién- ' ciones; no rescinde ni destruye nada de esto, sino que más bien lo
sese, por citar un ejemplo, en las luchas por la hegemonía de los conserva y lo continúa. Incluso todo aquello que es diverso en las
Estados nacionales europeos y de las grandes dinastías durante los diversas naciones, es dirigido, sin embargo, al único y mismo fin
siglos pasados. de la paz terrena si no impide la religión del único v verdadero
Dios» 9.
[16]. Incluso después de la conciliación entre la Iglesia y el
Estado mediante los pactos de Letrán, el clero italiano, en su con- [20]. Como un faro potente, la Iglesia, con su universal inte-
junto, sin ningún perjuicio para el natural y legítimo amor de la gridad, proyecta su haz de luz en estos días obscuros que estamos
patria, ha continuado siendo un fiel apoyo y un defensor de la su- pasando. No menos tenebrosos eran aquellos en los que el gran
pranacionalidad de la Iglesia. Nos deseamos y rogamos que así per- Doctor de Hipona veía que aquel mundo que él amaba tanto co-
manezca, especialmente el clero joven, en Italia y en todo el mundo menzaba a sumergirse. Aquella luz le consolaba entonces, y en su
católico; de todos modos, las delicadas circunstancias presentes exi- claridad saludaba, como en una visión profética, la nueva aurora de
gen un particular cuidado y tutela de aquella supranacionalidad e un día más bello. Su amor a la Iglesia, que no era otro que su amor
indivisible unidad de la Iglesia. a Cristo, fué su consuelo y su felicidad. ¡Ojalá que todos cuantos
hoy, en los dolores y en los peligros de su patria, sufren penas se-
mejantes a las de Agustín, puedan, como él, encontrar alivio y auxi-
La universalidad de la Iglesia lio en el amor de la Iglesia, de esta casa universal que, según la pro-
mesa divina, permanecerá hasta el final de los tiempos!
[17]. Supranacional porque abraza con un mismo amor [21]. Por nuestra parte, Nos ansiamos hacer esta misma casa
a todas las naciones y a todos los pueblos, la Iglesia es también su- cada vez más sólida, cada vez más habitable para todos sin excep-
pranacional, como hemos ya señalado, porque en ningún lugar es ción. Por esto nada queremos omitir que pueda expresar visible-
extranjera. Vive y se desarrolla en todos los países del mundo, y mente la supranacionalidad de la Iglesia como señal de su amor a
todos los países del mundo contribuyen a su vida y a su desarrollo. Cristo, a quien ve y a quien sirve con la riqueza de sus miembros
En un tiempo, la vida eclesiástica, en cuanto es visible, se desarro- esparcidos por el mundo entero.
llaba vigorosa preferentemente en los países de la vieja Europa, de
donde se difundía, como río majestuoso, a la que podría llamarse
la periferia del mundo; hoy aparece, por el contrario, como un in- [III]. LA OBRA DE LA PAZ
tercambio de vida y de energías entre todos los miembros del Cuer-
po místico de Cristo sobre la tierra. No pocas regiones en otros [22]. En esta hora, en que celebramos el nacimiento de Aquel
continentes han sobrepasado desde hace mucho tiempo el período que vino para reconciliar a los hombres con Dios y entre sí mismos,
de la forma misionera de su organización eclesiástica, son regidas Ños no podemos dejar de decir una palabra sobre la obra de la paz
ya por una jerarquía propia y dan a toda la Iglesia bienes espiritua- que las clases directoras en el Estado, en la política y en la economía
les y materiales, mientras que antes solamente los recibían. lian comenzado a edificar.
[18]. ¿No se revela acaso en este progreso y enriquecimiento [23]. Con una riqueza tal vez desconocida hasta ahora, de ex-
de vida sobrenatural, e incluso natural, de la humanidad, el verda- periencia, de buena voluntad, de prudencia política y de potencia
dero sentido de la supranacionalidad de la Iglesia? La Iglesia no está organizadora, se han comenzado ya los preparativos para el ordena-
a causa de esta supranacionalidad, como suspendida en una inac- miento de la paz mundial. Jamás, tal vez, desde que el mundo es
cesible e intangible lejanía, por encima de las naciones, sino que, mundo, los regidores de la vida política se han encontrado ante una
así como Cristo estuvo en medio de los hombres, así también la empresa tan vasta y compleja por el número, la grandeza y la difi-
Iglesia, en la cual continúa El viviendo, se halla en medio de los cultad de las cuestiones que han de resolver, ni tan grave por sus
pueblos. Así cerno el Hijo de Dios asumió una verdadera natura- efectos en amplitud y en profundidad, para el bien o para el mal,
leza humana, asi también la Iglesia toma en sí la plenitud de todo 5
SAN AGUSTÍN, De civitate Dei XIX 17: PL 41,646.
908 I'IO XII
KEGLI ULTIMI 909
como la empresa de devolver hoy a la humanidad—después de tres
decenios de guerras mundiales, de catástrofes económicas y de un madres de familia honrados, que querrían proteger y defender el
desmesurado empobrecimiento—orden, paz y prosperidad. Muy alta, porvenir de sus propios hijos contra las pretensiones de toda polí-
formidable es la responsabilidad de quienes se aprestan a realizar tica de pura fuerza, contra las arbitrariedades del totalitarismo del
una obra tan gigantesca. Estado fuerte.
[24]. No es nuestra intención entrar en el examen de las solu- [27]. 3 . 0 ¡La fuerza del Estado totalitario! ¡Cruel y sangrien-
ciones prácticas que ellos podrán dar a problemas tan difíciles; juz- ta ironía! Toda la superficie del globo enrojecida por la sangre de-
gamos, sin embargo, propio de nuestro oficio, como continuación rramada en estos años terribles proclama altamente la tiranía de
de nuestros precedentes mensajes navideños durante la guerra, se- este Estado.
ñalar los presupuestos fundamentales de una verdadera y durable [28 ]. El edificio de la paz reposaría sobre una base lábil y ame-
paz; lo cual reduciremos a tres breves consideraciones: nazada siempre si no se pusiera fin a este totalitarismo, el cual re-
duce al hombre a no ser más que una ficha en el juego político,
Tres presupuestos fundamentales de una paz verdadera y durable un número en los cálculos económicos. Con un simple plumazo
cambia los límites de los Estados; con una decisión perentoria subs-
[25]. i.° La hora presente exige imperiosamente la colabo- trae la economía de un pueblo, que, sin embargo, es siempre una
ración, la buena voluntad, la recíproca confianza de todos los pue- parte de tdda la vida nacional, a sus naturales posibilidades; con
blos. Los motivos de odio, de venganza, de rivalidad, de antagonis- una mal disimulada crueldad arroja también a millones de hom-
mo, de desleal y deshonrosa competencia, deben quedar alejados bres, a centenares de millares de familias, y las desarraiga y las
de los debates y de las resoluciones políticas y económicas. ¿Quién arranca de una civilización y de una cultura en cuya formación ha-
puede decir—añadiremos con la Sagrada Escritura—: Tengo la con- bían trabajado generaciones enteras. Pone, además, arbitrarios lími-
ciencia limpia, estoy puro de culpa? Doble peso y doble medida, ambos tes a la necesidad y al derecho de emigración y al deseo de coloni-
son abominables ante Dios 1 °. Por tanto, quien exige la expiación de zación. Todo lo cual constituye un sistema contrario a la dignidad
las culpas con el justo castigo de los criminales por razón de los y al bien del género humano. Y, sin embargo, según la ordenación
delitos de éstos, debe tener sumo cuidado en no hacer él mismo lo divina, no es la voluntad y el poder de fortuitos y mudables grupos
que reprueba a los demás como culpa o delito. Quien quiere repa- de intereses, sino el hombre, en medio de la familia y de la sociedad
raciones, debe exigirlas sobre la base del orden moral, del respeto con su trabajo, el señor del mundo. De esta manera, el totalitarismo
a aquellos inviolables derechos de la naturaleza, que permanecen fracasa en lo que es la única medida del progreso, es decir, en el
aun en aquellos que se han rendido incondicionalmente al vencedor. crear condiciones públicas siempre mayores y mejores, para que la
Quien pide seguridad para el futuro, no debe olvidar que la única familia pueda existir y desarrollarse como una unidad económica,
verdadera garantía consiste en la propia fuerza interior, es decir, jurídica, moral y religiosa. .
en la tutela de la familia, de los hijos, del trabajo; en el amor fraterno,
[29]. En los confines de cada nación particular como en el
en la supresión de todo odio, de toda persecución injusta o vejación
seno de la gran familia de los pueblos, el totalitarismovdel Estado
de honrados ciudadanos; en la leal concordia entre Estado y Estado,
entre pueblo y pueblo. fuerte es incompatible con una verdadera y sana democracia. Como
un peligroso bacilo, envenena la comunidad de las naciones y la
[26]. 2. 0 Para este fin es necesario que en todas partes se incapacita para garantizar la seguridad de cada uno de los pueblos.
renuncie a crear artificiosamente, con el poder del dinero, de una Representa un continuo peligro de guerra. La futura obra - de la
arbitraria censura, de juicios unilaterales, de falsas afirmaciones, una paz quiere desterrar del mundo todo uso agresivo de la fuerza, toda
llamada opinión pública que mueve el pensamiento y la voluntad guerra ofensiva. ¿Quién podría no saludar de corazón tal propósito,
de los electores como cañas agitadas por el viento. Dése el debido y especialmente su eficaz realización? Pero, si esto ha de ser algo
valor a la verdadera y gran mayoría, formada por todos aquellos que más que un magnífico gesto, es necesario excluir toda opresión y
honrada y tranquilamente viven de su trabajo en medio de sus fa- toda arbitrariedad tanto de dentro como de fuera.
milias y quieren cumplir la voluntad de Dios. A sus ojos, las discu-
[30]. Frente a este innegable estado de cosas, una únicasohu
siones en torno a unas fronteras más favorables, la lucha por los
tesoros de la tierra, aunque no son necesariamente y a priori inmo- ción queda: el retorno a Dios y al orden establecido por Dios.
rales en sí mismas, constituyen, sin embargo, siempre un peligroso [31]. Cuanto más se levantan los velos sobre el origen y el
juego, que no se puede afrontar si no es con el riesgo de causar un crecimiento de las fuerzas que han desencadenado la guerra, tanto
cúmulo de ruinas y de muerte. Es la vasta mayoría de los padres y más claro aparece que eran las herederas, las portadoras y las con-
tinuadoras de errores, de los cuales un elemento esencial era la re-
10 Prov. 20,9-10. pulsa, la subversión, la negación y el desprecio del pensamiento y
de los principios cristianos.
910 PÍO xii NEGLl ULTIMI 911
[32]. Si, por tanto, aquí está la raíz del mal, no hay más que [37]. Y Nos estamos ciertos de interpretar la aspiración de
un solo remedio: volver al orden fijado por Dios también en las re- todos los hombres de buen sentido al extender este nuestro deseo
laciones entre los Estados y los pueblos; volver a un verdadero cris- a aquellos hombres, a aquellas mujeres y a aquellos adolescentes
tianismo en el Estado y entre los Estados. Y no se diga que ésta no detenidos políticos, expuestos tal vez a ásperos sufrimientos, a los
es una política realista. La experiencia debería haber enseñado a to-
cuales no se les puede acusar, a lo sumo, de otra cosa que de su
dos que la política orientada hacia las eternas verdades y las leyes
pasada opinión política, pero no de actividad criminal alguna ni de
de Dios es la más real y concreta de las políticas. Los pueblos rea-
listas que piensan de otra manera no crean más que ruinas. violación alguna de la ley. Nos mencionaremos aquí también con
conmovida solicitud a los misioneros y a los seglares, en el lejano
Oriente, que, como consecuencia de los graves acontecimientos, vi-
Los prisioneros de guerra y los detenidos políticos ven en la aflicción y en el peligro.' Es un manifiesto deber de natu-
raleza que todos estos infelices sean tratados humanamente; y aún
[33 ]• Y ahora, por último, nuestra mirada, después de haber más: estimamos que la deseada pacificación y concordia de los pue-
examinado, aunque fugazmente, las condiciones presentes del mun- blos y entre los pueblos no podría iniciarse mejor que con su libe-
do, no puede dejar de detenerse una vez más en las legiones, ingen- ración y, en cuanto sea posible, con su conveniente y justa rehabili-
tes todavía, de los prisioneros de guerra. ' tación.
[34]. Al prepararnos, de hechc, r i r a pasar en recogimiento e [38]. Con estos sentimientos y deseos en los labios y en el
interior alegría y en fervorosa oración la santa festividad de Navi- corazón, Nos invocamos sobre vosotros, venerables hermanos y ama-
dad, que, con secular y nunca extinguida armonía, consolida y enno- dos hijos, como también sobre todos nuestros amados hijos e hijas
blece los vínculos de la familia humana y convida al hogar domés- esparcidos por la tierra, la abundancia de las gracias celestiales del
tico, como a un sagrado lugar de reunión, hasta a quienes habitual- Salvador divino, de la cual es prenda la bendición apostólica que
mente viven lejos de él, Nos pensamos con profunda tristeza en os impartimos con paterno afecto.
todos aquellos que, no obstante haberse proclamado el fin de la
guerra, habrán de pasar también este año tan dulce festividad en
tierra extranjera y sentir en la noche de la alegría y de la paz el
tormento de su incierta situación y de su alejamiento de los padres,
de las esposas, de los hijos, de los hermanos y de todos sus seres
queridos.
[35]. Y mientras queremos tributar un justo reconocimiento
y elogio a las autoridades y a las obras y personas que se han cui-
dado y se cuidan de hacer menos dura y menos larga la penosa
situación de aquéllos, no podemos callar nuestra pena, cuando,
además de los sufrimientos inevitablemente producidos por la gue-
rra, hemos sabido de otros sufrimientos casi deliberadamente im-
puestos a los prisioneros y a los deportados; cuando, en algunos
casos, hemos visto prolongarse sin razón suficiente el tiempo de su
cautividad; cuando el yugo, ya por sí mismo oprimente, del cauti-
verio, ha sido agravado por el peso de trabajos fatigosos e indebi-
dos, o cuando, con un fácil desprecio de las normas establecidas
por convenciones internacionales y de las normas más inviolables
aun de la conciencia cristiana y civil, se les ha negado de modo in-
humano el tratamiento debido a los mismos vencidos.
[36]. A estos hijos constituidos todavía en cautiverio vaya, en
las alas de los ángeles de la Navidad, nuestro paterno mensaje, y
que les llegue, como portador de consuelo, de esperanza y de luz,
nuestro deseo, participado por todos cuantos tienen vivo el senti-
miento de la fraternidad humana, de verlos ordenadamente y solí-
citamente restituidos a sus angustiadas familias y a sus normales
ocupaciones de paz.
c/íNS'mueiÓN POLÍTICA Y ARISTOCRACIA 913

CONSTITUCIÓN POLÍTICA presenta el aspecto de un caos si se le mira fuera de la piedra central


de la historia, que es Cristo y la Iglesia, por él fundada.
Y ARISTOCRACIA Para elaborar una constitución política sana, los legisladores y el
pueblo deben apoyarse firmemente en la piedra puesta por Dios en
el mundo. Sin embargo, tanto en las asambleas deliberantes como en
el pueblo faltan con demasiada frecuencia los presupuestos que hacen
posible ese firme asentamiento sobre la piedra angular de la historia.
Muchos legisladores carecen del sentido exacto de los derechos de
Dios y de la Iglesia. El pueblo, por su parte, se convierte fácilmente
en una masa manejada por la demagogia.
III. ¿Quién puede elevar el pueblo a la madurez que necesita para gober-
narse democráticamente ? Una observación sobre este punto. Una sana
En el radiomensaje navideño de 1944, Benignitas et h u m a n i t a s , democracia está impregnada de tradiciones que no es lícito derribar.
Representantes de estas tradiciones son las clases dirigentes. Entre
Pío XII establecía las condiciones esenciales de una sana democracia. estas clases dirigentes se encuentra con pleno derecho la nobleza.
En sus discursos anuales al patriciado y nobleza romanos 1, el Papa La nobleza, para actuar como una auténtica clase dirigente, nece-
ha ido exponiendo la misión social y política que corresponde a las mi- sita ser una genuina élite. Y puede ser una genuina élite porque posee
norias aristocráticas dentro de la moderna corriente democrática. Por- un conjunto rico y armonioso de tradiciones: la fe católica viva y ope-
que una genuina democracia no puede prescindir jamás de este elemento rante; una vida conyugal y familiar hondamente cristiana; una in-
rector constituido por las clases dirigentes. El discurso de 1946, que a flexible observancia del deber en los puestos públicos; una adhesión
continuación incorporamos, desarrolla la función que la nobleza, como serena y constante a las tradiciones legítimas, abierta a todas las actua-
élite dirigente, puede y debe realizar en la crisis política contemporá- les necesidades sociales; una realización fervorosa de la doctrina so-
nea, ha motivación contingente del discurso estaba dada por el grave cial de la Iglesia.
momento apresurado de la postguerra, en el que el pueblo italiano iba IV. Debéis ayudar al pueblo en su intento de consolidarse sobre la piedra
a darse a sí mismo un nuevo marco constitucional. fundamental de la restauración cristiana del mundo, que es la Iglesia
Conviene destacar del conjunto de este discurso una seria adverten- católica. Bendición.
cia del Papa: las clases dirigentes no deben convertirse en grupos oligár-
quicos; deben, por el contrario, centrar el interés de su acción social
y política en el cuidado «de los pequeños, de los débiles, del pueblo». [1 ] . E n los años anteriores 1, queridos hijos e hijas—después
Una clase dirigente es por definición una clase consagrada a la defensa d e h a b e r p a t e r n a l m e n t e acogido las felicitaciones q u e vuestro ilustre
y garantía de un bien común realmenteentendido y eficazmente realizado. i n t é r p r e t e suele ofrecernos e n la presente ocasión c o n t a n profundo
sentimiento y con t a n nobles expresiones d e fe y d e filial d e v o c i ó n - - ,
N o s h e m o s tenido la c o s t u m b r e d e a c o m p a ñ a r nuestras expresiones
SUMARIO
de agradecimiento c o n algunas recomendaciones sugeridas por las
I. Perdura la incertidumbre en el horizonte político. Los pueblos se circunstancias d e l m o m e n t o . N o s os h a b l á b a m o s d e vuestros d e b e -
hallan en un momento constitucional de gran trascendencia. Es un res y d e vuestra misión e n la sociedad m o d e r n a , atormentada y v a -
momento que exige calma y reflexión. Sin embargo, el hecho de la cilante ; p e r o necesariamente de u n a m a n e r a u n tanto general, a la
elaboración de una nueva constitución italiana aparece inminente. En vista d e u n porvenir cuyo desenlace y cuyo aspecto era m u y difícil
esta obra deben cooperar todos, los legisladores y el pueblo. También prevenir c o n exactitud.
la nobleza debe tomar parte en aquélla. ¿Cuál es el deber específico
de la nobleza en este grave momento? [ 2 ] . I n d u d a b l e m e n t e , este desenlace está todavía obscuro; la
II. La iglesia de San Ignacio en Roma. El triunfo del Santo pintado por i n c e r t i d u m b r e p e r d u r a y el horizonte p e r m a n e c e cargado de n u b e s
A. Pozzo en la bóveda del templo. Aparente cataclismo pictórico, t e m p e s t u o s a s ; apenas t e r m i n a d o el conflicto a r m a d o , los pueblos se
que se desvanece en el orden y la armonía cuando se le mira desde el hallan frente a u n a empresa llena d e responsabilidad p o r las conse-
sitio central de la nave de ia iglesia. D e modo parecido, el mundo cuencias q u e h a n d e pesar sobre el curso de los tiempos y que d e t e r -
m i n a r á n la trayectoria d e éste. Se trata, e n realidad, n o solamente
1 Véanse sobre el tema de la aristocracia en sus relaciones con el orden social y político p a r a Italia, sino t a m b i é n para m u c h a s otras naciones, d e elaborar
contemporáneo los siguientes documentos, dirigidos todos ellos al patriciado y nobleza de
Roma, con motivo de la felicitación del Año Nuevo: Responsabilidad de las clases dirigentes, sus constituciones políticas y sociales, ya p a r a crear u n a totalmente
11 de enero de 1943: DYR 4,375-380; Tradición y progreso, 19 de enero de 1944: DYR nueva, y a p a r a refundir, retocar, modificar m á s o menos profunda-
5,183-189; Las clases dirigentes, 14 de enero de 1945: DER 6,273-277; La misión de las nuevas
aristocracias, 8 de enero de 1947: DER 8367-371; Tres deberes de la aristocracia, 15 de enero m e n t e las q u e actualmente les rigen. Pero lo q u e hace el problema
de 1949: DER 10,345-348; Triple exhortación a la aristocracia, 14 de enero de 1952: DER
13,457-459. 1
Pío XII, discurso al patriciado y nobleza de Roma, l6de enero de 1946: DER 7,33 7-342.
Texto original en italiano.
914 Pío XII CONSTITUCIÓN POLÍTICA Y ARISTOCRACIA 918
todavía más arduo es que todas estas constituciones han de ser di- en torno a Jesucristo y a Ignacio, «los cuales constituyen el centro
versas y autónomas, como autónomas f diversas son las naciones de la grandiosa escena. rf
que libremente quieren establecerlas; pero no por esto han de ser
(de hecho, ya que no de derecho) menos dependientes entre sí. Se [5]. De la misma manera, el mundo, a quien no lo mira más
trata, por consiguiente, de un acontecimiento de la mayor impor- que en su materialidad compleja y confusa, en su andar desordenado,
tancia, del cual rara vez se ha presentado un ejemplo igual en la ofrece muchas veces el aspecto de un caos. Unos después de otros, los
historia del mundo. Hay motivo suficiente para hacer temblar la mejores proyectos de los más hábiles arquitectos se derrumban y ha-
sangre y el pulso a los más audaces, por poco que éstos tengan con- cen creer que aquellas ruinas son irreparables, que es imposible la
ciencia de su responsabilidad; para turbar a los más clarividentes, reconstrucción de un mundo nuevo bien equilibrado sobre bases
precisamente porque éstos ven mejor y más lejos que los demás, firmes y estables. ¿Por qué?
y, convencidos como están de la gravedad del asunto, comprenden [6 ]. Hay en este mundo una piedra de granito puesta por Cris-
más claramente la necesidad de dedicarse, en la calma y en el reco-
to; sobre esta piedra hay que colocarse y dirigir la mirada a lo alto;
gimiento, a las maduras reflexiones que exige ¿m trabajo de tan
grande envergadura. Pero he aquí que, por el contrario, bajo el de allí arranca la restauración de todas las cosas en Cristo. Cristo nos
impulso colectivo y recíproco, el acontecimiento aparece inminente; ha revelado el secreto de esta restauración: Buscad primero el reino
habrá que enfrentarse con él dentro de poco; será necesario tal vez, de Dios, y todo lo demás se os dará por añadidura2.
dentro de pocos meses, hallar las soluciones y fijar las determina- [7 ]. No se puede, por tanto, elaborar la constitución sana y vital
ciones definitivas, que harán sentir sus efectos sobre los destinos de una sociedad o nación si los dos grandes poderes, el legislador en
no solamente de un país, sino del mundo entero, y que, una vez sus deliberaciones y resoluciones y el pueblo en la expresión de su,
adoptadas, determinarán tal vez para largo tiempo las condiciones libre opinión y en el ejercicio de sus atribuciones electorales, no se
universales de los pueblos. apoyan firmemente uno y otro sobre esta base para mirar a lo alto
[3 ]. A esta empresa, en nuestra era de democracia, deben co- y atraer sobre sus países y sobre el mundo el reino de Dios. ¿Es
operar todos los miembros de la sociedad humana; es decir, por una así, acaso, como están las cosas? Desgraciadamente, las cosas están
parte, los legisladores, sea el que sea el nombre con que se les designe, muy lejos de hallarse así.
a quienes toca deliberar y deducir las conclusiones; por otra parte, [8]. En las asambleas deliberantes, como entre la multitud,
el pueblo, que tiene derecho a hacer valer su voluntad con la mani- ¡cuántos hombres, carentes de un constante equilibrio moral, corren
festación de su opinión y con su derecho de voto. También vosotros, y arrastran a los demás a la ventura, entre las tinieblas, por los cami-
por tanto—forméis parte o no de la futura asamblea constituyente—, nos que conducen a la ruina! Otros, sintiéndose desorientados y per-
tenéis vuestro deber que cumplir, deber que se ejercita al mismo didos, buscan ansiosamente, o al menos desean vagamente la luz, un
tiempo sobre los legisladores y sobre el pueblo. ¿Cuál es este de- poco de luz, sin saber donde ésta se halla, sin adherirse a la única
ber vuestro? verdadera luz que ilumina a todo hombre que viene a este mundo 3.
[4]. Tal vez hayáis visto muchas veces en la iglesia de San Ig- Pasan junto a ella a cada momento sin reconocerla jamás.
nacio algún grupo de peregrinos y de «turistas». Los habéis visto dete- [9 ]. Aun suponiendo que los miembros de estas asambleas sean
nerse, sorprendidos, en la amplia nave central, con la mirada vuelta competentes en las cuestiones de orden temporal, políticas, económi-
hacia la bóveda, en la cual Andrés Pozzo pintó su maravilloso triunfo
del Santo en la misión que Jesucristo le confió de llevar la luz divina cas, administrativas, muchos de ellos están incomparablemente me-
hasta los rincones más ocultos de la tierra. Al contemplar el apoca- nos versados en las materias referentes al orden religioso, a la doctrina
líptico derrumbe de personajes y de arquitecturas que chocan entre y a la moral cristianas, a la naturaleza, los derechos y la misión de la
sí por encima de sus cabezas, creen, al principio, que están contem- Iglesia; en el momento de terminar el edificio, caen en la cuenta ele
plando el delirio de un loco. Vosotros entonces cortésmente los ha- que nada cae a plomo, porque falta la clave de la bóveda o ésta no
béis conducido al centro de la iglesia. A medida que se acercaban se halla en su sitio 4 .
a éste, las columnas se alzaban verticálmente, sosteniendo los arcos [10]. Por su parte, la muchedumbre innumerable, anónima, es
que se abrían al espacio, y cada uno de los visitantes, colocándose presa fácil de la agitación desordenada; se abandona a ciegas, pasiva-
en el pequeño disco circular que indica en el pavimento el lugar mente, al torrente que la arrastra o al capricho de las corrientes que la
más adaptado para contemplar aquella pintura, veía cómo la bó- dividen y extravían. Una vez convertida en juguete de las pasiones
veda material desaparecía ante sus ojos, para dejarle contemplar con o de los intereses de sus agitadores, no menos que d& sus propias
estupor, en aquella admirable perspectiva, toda una visión de án-
geles y de santos, de hombres y de demonios, que viven y se agitan 2
3
Mt. 6,33.
lo. I,Q.
4
Cf. el discurso de 13 de diciembre de T950 sobre La' responsabilidad del legdador, diri-
gido a un numeroso grupo de diputados italianos: DER 12,369-370; E 10 (1950) 2,719. y la
alocución de 15 de diciembre de 1944 sobre La obra legislativa, dirigida a una comisión sena-
torial estadounidense: DER 6,223-224.
915 i'io XII CONSTITUCIÓN POÚT1CA Y ARISTOCRACIA

ilusiones, la muchedumbre no eabe ya asentar firmemente su pie que no es posible dejar de oírlo. También aquí, con toda vuestra
sobre la roca y consolidarse así para formar un verdadero pueblo, conducta, poneos a la cabeza del movimiento de reforma y de res-
es decir, un cuerpo viviente con sus miembros y sus órganos dife- tauración del hogar doméstico.—Entre las mismas tradiciones con-
renciados según sus formas y funciones respectivas, pero concurrien- táis, además, la de ser para el pueblo, en todas las funcioneN de 1»
do todos juntos a su actividad autónoma en el orden y en la unidad. vida pública, a las que podréis ser llamados, un ejemplo vivo de
[i i ]. Ya en otra ocasión Nos hemos hablado de las condiciones inflexible observancia del deber, hombres imparciáles y desintere-
necesarias para que un pueblo esté maduro para una sana democra- sados, que, libres de todo desordenado afán de ambición o de lucro,
5
cia . Pero ¿quién puede conducirlo y elevarlo hasta esta madurez ? no aceptan un puesto si no es para servir a la buena causa, hombre»
Sin duda alguna, la Iglesia podría extraer del tesoro de su experien- enérgicos, que ni temen la pérdida del favor de los de arriba ni w
cia y de su propia acción civilizadora muchas enseñanzas a este doblegan ante las amenazas de los de abajo.—Entre las mismas Ira •
respecto. Pero vuestra presencia aquí nos sugiere una observación diciones colocad, finalmente, la de una serena y constante adhesión
particular. El testimonio de la historia enseña que, donde está vi- a todo lo que la experiencia y la historia han sancionado y consagra-
gente una verdadera democracia, la vida del pueblo está como im- do, la de un espíritu inaccesible a la agitación inquieta y al ansia cie-
pregnada de sanas tradiciones, que no es lícito tirar por tierra. Re- ga de novedades que caracterizan nuestro tiempo, pero, al mismo
presentantes de estas tradiciones son, ante todo, las clases dirigentes, tiempo, ampliamente abierto a todas las necesidades sociales. Fuer-
o sea los grupos de hombres y mujeres o las asociaciones, que dan, temente convencidos de que solamente la doctrina de la Iglesia pue-
como suele decirse, el tono a un pueblo, a una ciudad, a una región de proporcionar un eficaz remedio a los males presentes, debéis
y a un país entero. procurar abrirle el camino, sin reservas o desconfianzas egoístas,
con la palabra y con la acción, de un modo particular constituyendo
[12]. De aquí, en todos los pueblos civilizados, la existencia y en la administración de vuestros bienes verdaderos modelos de em-
el influjo de instituciones eminentemente aristocráticas en el sentido presas, tanto desde el punto de vista económico como social. Un
más elevado de la palabra, como son algunas academias de extenso verdadero caballero jamás presta su concurso a empresas que no
y bien merecido renombre. También la nobleza pertenece a este pueden sostenerse y prosperar si no es con daño del bien común,
número: sin pretender privilegio o monopolio alguno, la nobleza con detrimento o con la ruina de las personas de condición modesta.
es, o debería ser, una de esas instituciones; instituciones tradicio- Todo lo contrario, pondrá su gloria en estar de parte de los peque-
nales fundadas sobre la continuidad de una antigua educación. Cier- ños, de los débiles, del pueblo, de aquellos que, ejerciendo un hon-
tamente, en una sociedad democrática como quiere ser la moderna, rado oficio, ganan el pan con el sudor de su frente. De esta manera
el simple título de nacimiento no es ya suficiente para conquistar seréis verdaderamente una élite; de esta manera cumpliréis vuestro
la autoridad y la confianza; para conservar, por tanto," dignamente deber religioso y cristiano; de esta manera serviréis a Dios y a vues-
vuestra elevada condición y vuestro grado social, para aumentarlo tro país.
y elevarlo todavía más, debéis ser verdaderamente una élite, debéis
cumplir las condiciones y corresponder a las exigencias indispensa- [14], ¡Ojalá podáis, queridos hijos e hijas, con vuestras grandes
bles en el tiempo en que hoy día vivimos. tradiciones, con el cuidado de vuestro progreso y de vuestra perfec-
[13 ]. ¿Una élite? Podéis serlo muy bien. Tenéis detrás de vos- ción personal, humana y cristiana, con vuestros amorosos servicios,
otros todo un pasado de tradiciones seculares, que representan valo- con la caridad y la sencillez de vuestras relaciones con todas las cla-
res fundamentales para la sana vida de un pueblo. Entre estas tradi- ses sociales, ayudar al pueblo a reafirmarse sobre la piedra funda-
ciones, de las que os sentís justamente orgullosos, contáis, en primer mental, a buscar el reino de Dios y su justicia! Es el deseo que para
lugar, con la religiosidad, la fe católica viva y operante. ¿Acaso la vosotros expresamos; es la plegaria que hacemos subir, por inter-
historia no ha demostrado ya cruelmente que toda sociedad huma- cesión del Corazón Inmaculado de María, hacia el Corazón divino
na sin base religiosa corre fatalmente hacia su disolución o termina de Cristo Rey, hasta el trono del soberano Señor tic los pueblos y de
en el terror? Émulos de vuestros mayores, debéis brillar, por tanto,- las naciones. Descienda copiosa sobre vosotros su gracia, en prenda
ante el pueblo con la luz de vuestra vida espiritual, con el esplendor de la cual os impartimos de corazón a todos vosotros, a vuestras
de vuestra inconmovible fidelidad a Cristo y a la Iglesia.—Entre es- familias, a todas las personas que os son queridas, nuestra paterna
tas tradiciones contáis también el honor inviolado de una vida con- bendición apostólica.
yugal y familiar profundamente cristiana. De todos los países, al
menos de los pertenecientes a la civilización occidental, brota el
grito de angustia del matrimonio y de la familia, tan desgarrador,
5
P í o XII, radiomensajc nivideño Benignitas et humanhas, 24 d e diciembre de 1044-
A A S 37 (ig4S) 10-23.
LA ELEVATEZZA S19
LA ELEVATEZZA el hombre, origen y fin de la vida social, el principio decisivo del equi-
librio de toda sociedad. La Iglesia no absorbe al individuo; solamente
La supranacionalidad de la Iglesia y la restauración dirige las posibilidades personales de éste dentro del marco de la
debida estructuia jeráiquica. Los imperialismos modernos, en cambio,
del mundo tienden al centralismo absoluto y a una creciente uniformidad.
La Iglesia proporciona, en tercer lugar, a la sociedad el sentido
exacto de la verdadera igualdad. La Iglesia coloca al hombre en el
centro de la vida social: no el hombre abstracto, sino el hombre com-
pleto, el hombre de la revelación y de la historia. Por esto la Iglesia
>t
no se enfeuda a pueblo alguno ni queda atada a un momento histórico
determinado. Siempre igual a sí misma, sabe adaptarse con justa me-
dida a las exigencfes nuevas de los tiempos y de las circunstancias.
Finalmente, en relación con el desarrollo normal de las naciones
en el tiempo y en el espacio, el llamamiento de la Iglesia a todos los
La alocución consistorial L a elevatezza—20 de febrero de 1946— pueblos no implica expatriaciones, ni abandonos de tradiciones legí-
desarrolla el tema de la supranacionalidad de la Iglesia, expuesto ya timas, ni la degeneración humillante de un pueblo en mera masa.
por el Papa en el discurso radiado de la Navidad del año 1945, Negli Las deportaciones de pueblos son fenómenos propios de los impe-
ultimi. En este sermón navideño se definen, en primer lugar, la supra- rialismos de todos los tiempos. La Iglesia reconoce y defiende la nece-
sidad de un territorio y de unas tradiciones para los pueblos. La his-
nacionalidad de la Iglesia y su doble fundamento: la universalidad y la
toria de la Iglesia confirma este hecho. Porque el territorio y las tradi-
unidad indivisible de la Iglesia, y se indican, en segundo lugar, los efec- ciones son elementos fundamentales de la comunidad humana.
tos de aquélla sobre el problema de la paz internacional. En la alocu- La Iglesia contribuye así, a través de su continua acción sobre el
ción presente, el Papa explica el influjo que esta supranacionalidad hombre todo—interior y exterior—, a consolidar, equilibrar, ampliar
ejerce sobre la convivencia social. Este influjo se ejercita sobre tres pun- y desarrollar los fundamentos básicos de la convivencia humana.
tos: el fundamento, la estructura y la dinámica de la sociedad humana. III. Las dos columnas principales de la sociedad humana son la familia
El objeto de la alocución que a continuación traducimos se limita al y el Estado. Ambos deben apoyarse siempre en el fundamento in-
desarrollo del primer punto. La Iglesia, por su esencial supranaciona- dicado. Sólo así podían cumplir con seguridad y perfección sus fines
lidad, contribuye a asentar el único fundamento estable de toda socie- propios. La familia como fuente y escuela de vida. El Estado como
dad humana, dando solidez a esta base, equilibrio a las estructuras so- tutor del derecho. Por desgracia, estas dos columnas de la sociedad,
al desviarse de su centro de gravedad, sé han separado también de
ciales, sentido de universalidad frente a todo injusto exclusivismo
su fundamento: Dios e Iglesia.
y viabilidad de desarrollo a las legítimas fuerzas sociales del hombre,
de la familia y del Estado. IV. Consecuencias para la Iglesia. La Iglesia no puede encerrarse en el
secreto de sus templos, renunciando así a su primordial misión cola-
La exposición presenta a lo largo de su desarrollo un enfrentamiento boradora en la constitución del sólido fundamento de la sociedad. D e -
dialéctico de la influencia social de la Iglesia sobre la sociedad con la finición de la Iglesia. Los seglares están en la línea avanzada de esta
concepción y la práctica radicalmente contraria de los imperialismos misión: ellos son la Iglesia misma bajo la dirección de la jerarquía.
modernos. Por tanto, el sentido principal de la supranacionalidad de la Iglesia
es configurar duraderamente el fundamento de la sociedad humana.
Empresa ardua sobre todo en nuestros días, de inversión conceptual,
S U M A R I O confusiones morales, olvido del pasado y mecanización de la sociedad.
Sólo la Iglesia puede reinstalar de nuevo en su puesto real el funda-
I. Saludo a los nuevos cardenales, representantes de las cinco partes mento de la convivencia humana. Eficacia oculta y poderosa que en
del mundo. Esta ocasión solemne es una nueva manifestación.del ca- orden a este fin posee el santo sacrificio de la misa. Es así la Iglesia la
rácter supranacional de la Iglesia y de su universal unidad, los cuales más alta defensora de los verdaderos valores del hombre y de la so-
ejercen un influjo decisivo sobre el fundamento, la estructura y la ciedad. Amemos a la Iglesia.
dinámica de la sociedad humana. Este discurso se limita a desarrollar ,
el primero de estos tres influjos.
II. La influencia de la Iglesia sobre el fundamento de la sociedad humana [1 ] . L a elevación 1 y la nobleza d e sentimientos q u e vuestro
proporciona a éste solidez y seguridad. La Iglesia no es un imperio.
e m i n e n t e i n t é r p r e t e n o s h a expresado e n vuestro n o m b r e , venera-
El imperialismo tiende a la amplitud, busca los bienes concretos. La
Iglesia progresa primero en profundidad, busca el alma del hombre y bles h e r m a n o s , los p r i m e r o s q u e N o s h e m o s inscrito e n el s e n a d o
prepara a éste para la sana y segura convivencia social. No divide, une. d e la Iglesia r o m a n a , h a n sido p a r t i c u l a r m e n t e gratas a nuestro c o r a -
En segundo lugar, da a la estructura de la sociedad civil cohesión 1
Pío XII, alocución consistorial pronunciada con motivo de la imposición del birrete
y equilibrio a través de su acción interior sobre el hombre. Porque es a lo(¡ 32 nuevos cardenales, 20 de febrero de 1946: AAS 38 (1946) 141-151 ; E 6 (1546) 1,229.
a32. Texto original en italiano.
920
pro x i i l.A l'XKVATli/.ZA 921
zón. Nuestra palabra se dirige ahora a vosotros—para usar en esta 7
s
levatum in nationes , que invita hacia sí -a los que aún no creen
°lernne circunstancia las palabras del gran Agustín—, a vosotros, y confirma a sus hijos en la fe que profesan 8, porque sin Dios no
gérmenes nuevos de santidad abiertos al soplo del Espíritu Santo, puede haber entre los hombres ninguna verdadera, sólida y se-
"ores de nuestro honor, frutos de nuestra elección 2 , coronados en gura unidad.
es
te momento por Nos con diadema que no resplandece por el
or
o y las piedras preciosas, sino con el color de llama y de sangre,
Porque en ja llama y en la sarfRre está toda la caridad de Cristo, [I]. INFLUJO DE LA IGLESIA EN U . FUNDAMENTO DE LA SOCIEDAD
que supera toda ciencia. Vuestros nombres, vuestras virtudes, vues- HUMANA POR LO QUE TOCA...
tros méritos,*las luchas sostenidas por no pocos de vosotros con he-
roico valor contra el opresor en defensa de la verdad y de la justicia, [4]. Si, pues, hoy tantos, de todas partes, se vuelven hacia la
son tan conocidos en el mundo entero, que nos creemos dispensa- Iglesia con ansiosa expectación y con palpitante esperanza y le pre-
dos de recordar particularmente lo que por todos fué saludado y aco- guntan cuál es su parte en la salvación de la sociedad humana, en
gido con aplauso. la consolidación de aquel bien inestimable, más precioso que todos
[2]. Nucst ra mirada descansa serenamente sobre vosotros los tesoros, que es una duradera paz interna y externa, la respuesta
y contempla en vosotros, reunidos de todas las partes del mundo, de la Iglesia puede ser múltiple y variada, como variadas son sus
|a Iglesia entera, esta «casa del Dios vivo», como la llama el concilio posibilidades. Sin embargo, la grande, la definitiva respuesta, de
Vaticano; esta casa paterna, «que acoge a todos los fieles unidos con la que se pueden deducir todas las demás, es siempre la unidad y la
el vínculo de la única fe y de la caridad») 3 . Vosotros habéis venido integridad de la Iglesia, fundada en Dios y en Jesucristo. De aquí
a
j °' e n e^ ^ u e ' s e S u n ' a s palabras del mismo concilio, el episco- la necesidad—en primer lugar, para los hijos mismos de la Iglesia,
pado y los fieles encuentran «el principio y el vínculo visible de pero también para la sociedad humana en general—de tener una
la unidad» 4 . noción clara y exacta del influjo prácticamente ejercido por aquella
unidad y aquella integridad. Este influjo se ejercita sobre el funda-
Manifestación de la supranacionálidad y universal mento, sobre la estructura y sobre la dinámica de la sociedad hu-
unidad de la Iglesia mana. La importancia principal del primero de estos tres puntos
nos invita a hacerlo, en unión con el citado discurso natalicio objeto
[3 ]- Cuando Nos en el discurso de la vigilia de Navidad anun- de las palabras que os dirigimos hoy, en esta solemne y extraordi-
ciamos al Sacro Colegio nuestra intención de elevaros a la sagrada naria ocasión, que reúne en torno a Nos a los nuevos miembros del
púrpura 5 , estábamos convencidos del profundo interés que una tal Sacro Colegio, dignos representantes de la universalidad de la
manifestación del carácter supranacional de la Iglesia y de su uni- Iglesia.
versal unidad habría de suscitar en el mundo. ¡Pobre mundo, que
en todas partes tiene hambre y sed de unidad y lucha de diversas
maneras por conseguirla! En nuestras palabras han hallado los fie- i.° A la solidez y la seguridad.—La Iglesia
les un nuevo motivo de consuelo y de estimulo; a los demás—que- y el imperialismo moderno
remos hablar de las personas honestas, no de los que son esclavos
del padre de la mentira 6—les han ofrecido materia de seria refle- [5 ]. La unidad y la integridad de la Iglesia, a la luz de la ma-
xión. La Iglesia, como entonces expusimos, posee en Dios, en el nifestación de su supranacionálidad, es de gran importancia para
Hombre-Dios, en Jesucristo, el invisible, pero inquebrantable prin- el fundamento de la vida social. No ya porque sea oficio de la Iglesia
cipio de su unidad y de su integridad; es decir, de la unidad de su abarcar, y en cierta manera abrazar, como en un gigantesco imperio
Cabeza y de sus miembros, en la entera plenitud de su propia vida, mundial, a toda la sociedad humana. Este concepto de la Iglesia
que abraza y santifica todo lo que es verdaderamente humano, y en- como imperio terreno y dominación mundial es fundamentalmente
dereza y ordena las múltiples aspiraciones y los fines particulares al falso; en ninguna época de la historia ha sido verdadero ni ha co-
fin total y común del hombre, que es la semejanza más perfecta po- rrespondido a la realidad, a no ser que se quiera transportar erró-
sible con Dios. Y esta Iglesia se eleva hoy, en medio del mundo lace- neamente las ideas y la terminología de nuestros tiempos a los si-
rado y dividido, como una señal que amonesta, como un signum glos pasados.
2 Cf. S w AGUSTÍN, Sem. 89,1: «Miscel. Agost.», vol.l p.330 (Roma, Tipografía Vati- [6]. La Iglesia—aun cumpliendo el mandato de su divino Fun-
dador de extenderse por todo el mundo y de conquistar para el
"""í" Omciiio Vaticano sess.4, Const. dogm. prima de Ecclesk Christi, Coll. Lac. t.7 p.482 ss.
Evangelio a todas las gentes 9 —no es un imperio, sobre todo en el
5 Vfese este documento en las páginas 901-911 de este volumen, sentido imperialista que se quiera dar a esta palabra. El camino que
ü lo. 8,44- 7
8
Is. n,i2.
Concilio Vaticano sess.3, Comt. dogm. de fide catholk-a. Col!. Lac. t.7 p.2íi.
' Cf. Me. 16,15.
J 2 2
P Í O .XII U RtliVATK/ZA 323

traza en su progreso y-en su expansión es contrario al que sigue de paso incierto en el seno de la sociedad humana. Nuestro prede-
el imperialismo moderno. La Iglesia progresa, ante todo, en pro- cesor, de feliz memoria, Pío XI, en su encíclica sobre el orden social,
fundidad; después, en extensión y en amplitud. Busca, en primer Quadragesimo anno, deducía de este mismo pensamiento una con-
lugar, al hombre mismo; se dedica a formar al hombre, a modelar clusión práctica cuando enunciaba un principio de valor universal,
y perfeccionar en él la semejanza divina. Su trabajo se realiza en el es a saber: que aquello que los individuos particulares pueden hacer
fondo del corazón de cada uno, pero tiene su repercusión sobre por sí mismos y com sus propias fuerzas no se les debe quitar y
toda la duración de la vida, en%dos los campos de la actividad de entregar a la comunidad; principio que tiene igual valor cuando
cada uno. Con hombres así formados, la Iglesia prepara a la sociedad se trata de sociedades o agrupaciones menores y de orden inferior
humana una base sobre la que ésta pueda descansar con seguridad. respecto de las mayores y más elevadas. Porque—así proseguía el
El imperialismo moderno, en cambio, sigue un camino opuesto. Pro- sabio Pontífice—toda actividad social es por naturaleza subsidiaria;
cede en extensión y en amplitud. No busca al hombre en cuanto tal, debe servir de sostén a los miembros del cuerpo social, y no des-
sino las cosas y las fuerzas a las que le hace servir; con lo cual lleva truirlos y absorberlos 11 . Palabras en verdad luminosas, aplicables
en sí mismo gérmenes que ponen en peligro el fundamento de la a la vida social en todos sus grados y también a la vida de la Iglesia,
convivencia humana. En semejantes condiciones, ¿puede, acaso, sin perjuicio de su estructura jerárquica.
causar admiración el ansia creciente de los pueblos por su recíproca
seguridad? Ansia que deriva de la desmesurada tendencia a la ex- [10]. Comparad ahora, venerables hermanos, con esta doc-
pansión, que lleva dentro de sí el gusano roedor de la continua in- trina y con esta práctica de la Iglesia, las tendencias imperialistas
quietud y hace que a una necesidad de seguridad suceda sin inte- en toda su realidad. Aquí no halláis principio alguno de equilibrio
rrupción otra, tal vez incluso más urgente. interno, y así la solidez de la humana convivencia sufre un nuevo e
inmenso daño. Efectivamente, si estos gigantescos organismos no
tienen algún real fundamento moral, evolucionan necesariamente
2.° A la cohesión y al equilibrio.—Acción de la Iglesia hacia un siempre creciente centralismo y hacia una siempre creciente
en lo íntimo del hombre estrecha uniformidad. Por esto su equilibrio, su misma cohesión,
se mantienen únicamente con la fuerza y con la coacción exterior
[7]. Pero, además, sería vana la solidez de la base si la cons- de las condiciones materiales y del aparato jurídico, de los sucesos
trucción careciese de cohesión y de equilibrio. Ahora bien, la Igle- y de las instituciones, y no en virtud de la íntima adhesión de los
sia contribuye también a la cohesión y al equilibrio de todos los
hombres, de su aptitud y presteza en tomar iniciativas y aceptar
múltiples y complejos elementos del edificio social. También aquí
su acción es ante todo interior. Los puntales, los contrafuertes apli- responsabilidades. El llamado orden interno se reduce casi a una
cados por fuera a un edificio que vacila, no son más que un precario simple tregua entre los varios grupos, con la constante amenaza
paliativo y sólo pueden retardar íín poco el derrumbamiento total. de la ruptura de su equilibrio por todo cambio, ya de los intereses
Si las injurias del tiempo, que no han perdonado tantos monumen- en juego, ya de la proporción entre las respectivas fuerzas. Siendo
tos de fecha más reciente, han respetado las magníficas catedrales tan frágiles e inestables en su constitución interna, estos organismos
del siglo XIII; si éstas han podido seguir irguiéndose serenas por están mucho más expuestos a convertirse en un peligro, incluso
encima de las ruinas que las circundan, es porque sus arbotantes para la entera comunidad de los Estados.
no hacen más que dar una ayuda preciosa, sí, pero accesoria y por
de fuera, a la potencia intrínseca del organismo ojival, de una arqui-
3.0 A la igualdad.—El hombre completo en el centro del orden social
tectura genial, no menos firme y precisa que audaz y ligera.
[8]. Lo mismo la Iglesia; actúa en lo más íntimo del hombre, [1 I ]. Muy diverso, sin duda, es el caso de un imperio fundado
en su dignidad personal de criatura libre, en su dignidad infi- sobre una base cuyo carácter espiritual está establecido y reforzado
nitamente superior de hijo de Dios. La Iglesia forma y educa en el curso de la historia, y que halla su apoyo en la conciencia de
a este hombre, porque sólo él, completo en la armonía de su vida una gran mayoría de ciudadanos. Pero ¿no queda acaso también
natural y sobrenatural, en el ordenadb desarrollo de sus instintos este imperio expuesto a un peligro de otra índole, esto es, de atri-
y de sus inclinaciones, de sus ricas cualidades y de sus variadas apti- buir una estima exagerada, una atención exclusiva a todo lo que le
tudes, es al mismo tiempo el origen y el fin de la vida social, y, por es propio, y no saber apreciar o al menos solamente conocer lo que
lo mismo, también el principio de su equilibrio. le es extraño? Y he aquí otra vez la unidad e integridad de la socie-
[9]. He aquí por qué el Apóstol de las Gentes, hablando de dad humana amenazada por la brecha abierta en sus cimientos en
los cristianos, proclama q u e no son ya como niños que fluctúan '0, un punto esencial; he aquí vulnerado el sagrado principio de la
igualdad y de la paridad entre los hombres.
10 Eph, 4 J4-

11 Cf. A A S 2 3 (1931) 203.


ctí PÍO X I I
. U IXlH'.VNiZZA 925
[12]. También aquí es la Iglesia la que.puede curar y restañar
tal herida. También aquí lo hace, penetrando en las más íntimas gración, de expatriación, de esas -deportaciones con que los poderes
profundidades del ser humano y colocándolo en el centro de todo públicos o la dura fuerza de los acontecimientos arrancan a las
el orden social. Ahora bien, este ser humano no es el hombre abs- poblaciones de sus tierras y de sus hogares; no implica el abandono
tracto, ni considerado solamente en el orden de la pura naturaleza, de tradiciones saludables, de costumbres veneradas; ni la perma-
sino el hombre completo, tal cual es a los ojos de Dios, su Creador y nente o, a lo menos, larga y violenta separación de los esposos,
Redentor, tal cual es en su realidad concreta e histórica, que no se padres e hijos, hermanos, parientes y amigos; ni la degradación
podría perder de vista sin comprometer la economía normal de la de los hombres en la humillante condición de una «masa». Este
convivencia humana. La Iglesia lo sabe y obra en consecuencia. funesto género de deportaciones de los hombres se ha hecho hoy,
Si, en determinadas épocas y lugares, una u otra civilización, uno por desgracia, más frecuente; pero también ese género, en sus for-
u otro grupo étnico o clase social han hecho sentir preponderante- mas antiguas y modernas, se une, bajo muchos aspectos, directa
mente su influjo sobre la Iglesia, no quiere esto decir que la Iglesia e indirectamente, con las tendencias imperialistas del tiempo. El
se convierta en feudo de nadie, ni que la Iglesia se petrifique, por «venir» a la Iglesia no exige estos tristes trasplantes, aunque la
decirlo así, en un momento de la historia, cerrándose a todo progreso mano misericordiosa y potente de Dios se sirve también de estas
ulterior. Por el contrario, velando como vela por el hombre con una mismas tribulaciones para conducir a tantas de sus víctimas a la
atención incesante, escuchando todos los latidos de su corazón, la Iglesia, a la casa paterna; pero aun así no es su corazón el que las
Iglesia conoce todos los tesoros del hombre, percibe todas sus aspi- ha querido; no las necesitaba, como San Agustín lo expresó justa-
raciones con aquella clarividente intuición y penetrante finura que mente cuando escribía: Non enim. de locis suis migrando venient,
pueden venir solamente de la luz sobrenatural de la doctrina de sed in locis suis credendo 15 .
Cristo y del calor sobrenatural de su divina caridad. De este modo,
[15]. Con esta íntima atracción espiritual, venerables herma-
la Iglesia en su progreso sigue sin interrupción y sin descanso el
camino providencial de los tiempos y de las circunstancias. Tal es nos, ¿no ha contribuido acaso y contribuye aún eficazmente la
el sentido profundo de su ley vital de continua adaptación, que al- Iglesia a poner el sólido cimiento de la sociedad humana? El hom-
gunos, incapaces de elevarse a esta magnífica concepción, han in- bre, tal como Dios lo quiere y la Iglesia lo abraza, no se sentirá
terpretado y presentado como oportunismo 12 . No, la comprensión jamás firmemente consolidado en el espacio y en el tiempo sin te-
universal de la Iglesia no tiene nada que ver con la estrechez de una rritorio estable y sin tradiciones. Aquí los fuertes hallan el manan-
secta ni con el exclusivismo de un imperialismo esclavo de su tra- tial de su vitalidad ardiente y fecunda, y los débiles, que son la
. dición. mayoría, viven seguros contra la pusilanimidad y la apatía, contra
la decadencia de su dignidad humana. La larga experiencia de la
[13 ]. La Iglesia se dedica con todo cuidado a la finalidad que Iglesia como educadora de los pueblos lo confirma; por esto tiene
Santo Tomás de Aquino, con la escuela del filósofo de Estagira, cuidado de unir de todas las maneras posibles la vida religiosa con
atribuye a la vida común, que es la de estrechar a los hombres entre las costumbres de la patria y cuida con particular solicitud a quienes
sí con los lazos de la amistad l 3 . Se ha dicho que, a pesar de todos los la emigración y el servicio militar tienen lejos del país natal. El
modernos medios de comunicación, los pueblos y los hombres se naufragio de tantas almas justifica tristemente este temor maternal
encuentran ahora más aislados que nunca. Esto no se debe poder de la Iglesia y obliga a sacar la conclusión de que la estabilidad del
afirmar de los católicos, de los miembros de la Iglesia. territorio y el apego a las tradiciones de familia, indispensables
para la sana integridad del horribre, son también elementos funda-
4. ° Al desarrollo normal en el espacio y en el tiempo.— mentales de la comunidad humana. Pero equivaldría evidentemente
Las deportaciones de los pueblos a trastornar y convertir en lo contrario el benéfico efecto de este
postulado, si alguien quisiera servirse de esto para justificar la re-
[14]. La Iglesia es, en realidad, la sociedad perfecta, la socie- patriación forzosa y la negación del derecho de asilo a quienes por
dad universal, que abraza y une entre sí, en la unidad del Cuerpo graves razones desean establecer en otra parte su residencia.
místico de Cristo, a todos los hombres: Omnes gentes, quas fecisti, [16]. La Iglesia, que vive en el corazón del hombre, y el hom-
venient et adorabunt te, Domine 14 . Todos los pueblos y cada uno bre, que vive en el seno de la Iglesia, he aquí, venerables hermanos,
de los hombres son llamados para que vengan a la Iglesia. Pero la unión más profunda y activa que se puede concebir. Con esta
esta palabra venir no despierta en el espíritu ninguna idea de emi- unión, la Iglesia eleva al hombre a la perfección de su ser y su vita-
12 Véase el discurso del cardenal Ottaviani sobre Los deberes del Estado católico con la lidad, para dar a la sociedad humana hombres así formados: hom-
religión: E 13 (i953> 1,461-462-488-490. bres constituidos en su inviolable integridad como imágenes de
13 S A N T O T O M Á S , Summa Theologiae 1-2 q.92 a.2.'
<•* P s . 86 (85),9. I Dios; hombres ufanos de su dignidad personal y de su sana liber-
15
SAN AGUSTÍN, Epist. 199, 12,47: P L 33,923.
926 PÍO Sil
hK ELKVATKZZA 927
tad; hombres justamente celosos de la paridad con sus semejantes
en todo lo que toca al fondo más íntimo de la dignidad humana; [III]. ARDUA MISIÓN DE LA IGLESIA
hombres establemente apegados a su tierra y a sus tradiciones;
hombres, en una palabra, caracterizados por ese cuádruple ele- [19]. Y ¿qué se sigue de todo esto para la Iglesia? La Iglesia
mento. Esto es lo que da a la sociedad humana su fundamento só- deberá hoy más que nunca vivir su propia misión; debe rechazar
lido y le procura seguridad, equilibrio, igualdad, desarrollo normal con mayor energía que nunca aquella falsa y estrecha concepción
en el espacio y en el tiempo. Este es, por consiguiente, también de su espiritualidad y de su vida interior que desearía confinarla,
el verdadero sentido y el influjo práctico de la supranacionalidad ciega y muda, en el retiro del santuario.
de la Iglesia, que—muy lejos de ser semejante a un imperio—, ele- [20]. La Iglesia no puede, encerrándose inerte en el secreto
vándose por encima de todas las diferencias, de todos los espacios de sus templos, desertar de su misión divinamente providencial de
y tiempos, construye sin cesar sobre el fundamento inconcuso de formar al hombre completo y así colaborar sin descanso en la cons-
toda sociedad humana. Tengamos confianza en ella; si todo vacila titución del sólido fundamento de la sociedad. Esta misión es para
a su alrededor, ella permanece firme; a la Iglesia se le aplica tam- ella esencial. Considerada desde este punto de vista, la Iglesia puede
bién en nuestros tiempos la palabra del Señor: Etsi moveatur térra definirse la sociedad de los que, bajo el influjo sobrenatural de la
cum ómnibus incolis suis: ego firmaba columnas eiusí6. gracia, en la perfección de su dignidad personal de hijos de Dios
y en el desarrollo armónico de todas las inclinaciones y energías
[II]. LAS DOS COLUMNAS PRINCIPALES DE LA SOCIEDAD HUMANA: humanas, edifican la potente armazón de la convivencia humana.
FAMILIA Y ESTADO [21]. Bajo este aspecto, venerables hermanos, los fieles, y con
mayor precisión los seglares, se encuentran en la línea más" avanza-
[17]. Sobre este fundamento descansan, sobre todo, las dos da de la vida de la Iglesia; para ellos la Iglesia es el principio vital
columnas principales del armazón de la sociedad humana tal como de la sociedad humana. Por esta razón, ellos, especialmente ellos,
ha sido concebido por Dios: la familia y el Estado. Apoyadas sobre deben tener una conciencia cada vez más clara no sólo de perte-
este fundamento, pueden cumplir seguramente y perfectamente sus necer a la Iglesia, sino de ser la Iglesia misma, esto es, la comunidad
fines respectivos: la familia, como fuente y escuela de vida; el Es- • de los fieles en la tierra bajo la dirección del Jefe común, el Papa,
tado, como tutor del derecho, que, como la sociedad misma en y de los obispos en comunión con él. Ellos son la Iglesia, y por
general, tiene su origen próximo y su fin en el hombre completo, esto, ya desde los primeros tiempos de su historia, los fieles, con
en la persona humana, imagen de Dios. El Apóstol da a los fieles la aprobación de sus obispos, se han unido en asociaciones par-
dos magníficos nombres: «conciudadanos de los santos» y «miem- ticulares concernientes a las más diversas manifestaciones de la
bros de la familia de Dios», cives sanctorum et domestici Dei 17 . ¿No vida. La Santa Sede no ha cesado nunca de aprobarlas y bendecirlas.
vemos acaso que, de estas dos palabras, la primera se refiere a la [22]. De este modo, el sentido principal de la supranaciona-
vida del Estado, y la segunda a la de la familia ? ¿Y no se puede aca- lidad de la Iglesia consiste en dar forma y figura duraderas al fun-
so también descubrir aquí una alusión al modo con que la Iglesia damento de la sociedad humana, por encima de todas las divergen-
contribuye a establecer el fundamento de la sociedad, según su cias, más allá de los límites de tiempo y espacio. Una empresa se-
estructura íntima, en la familia y en el Estado? mejante es ardua, especialmente en nuestros días, en los que la vida
[18]. ¿Habrán perdido hoy su valor esta concepción y esta social parece haberse convertido para los hombres en un enigma,
manera de obrar? Las dos columnas maestras de la sociedad, al en una madeja inextricable. Circulan por el mundo opiniones erró-
desviarse de su centro de gravedad, se han separado, por desgracia, neas que declaran a un hombre culpable y responsable solamente
también de su cimiento. ¿Y qué ha resultado de todo ello, sino que por el mero hecho de ser miembro o parte de una determinada
la familia ha visto declinar su fuerza vital y educadora y que el' comunidad, sin preocuparse de investigar o examinar si de su parte
Estado, por su parte, está a punto de renunciar a su misión de defen- ha habido verdaderamente una culpa personal de acción o de omi-
sor del derecho para convertirse en aquel Leviatán del Antiguo sión. Esto significa arrogarse los derechos de Dios, Creador y Re-
Testamento, que todo lo domina porque quiere traerlo todo hacia dentor, el único que en los misteriosos designios de su siempre
sí? Sin duda, actualmente, en la enmarañada confusión en que se amorosa Providencia es absoluto Señor de los acontecimientos, y,
agita el mundo, el Estado se encuentra en la necesidad de tomar como tal, encadena, si así lo juzga en su infinita sabiduría, la suerte
sobre sí un inmenso peso de deberes y de obligaciones; pero esta del culpable y del inocente, del responsable y del no responsable.
situación anormal de cosas, ¿no amenaza comprometer tal vez gra- A esto se añade que sobre todo las complicaciones de orden econó-
vemente su fuerza íntima y la eficacia de su autoridad? mico y militar han hecho de la sociedad como una máquina gigan-
tesca, de la cual el hombre no posee ya el dominio, y que incluso
'« Ps. 75 (74).+ Ja teme. La continuidad en el tiempo había siempre aparecido como
n Eph. 2,19.
U EI.KVATBZZA 929
928 ,,<<,Xn
0 día concebir aislado mación de los tiempos en la victoria del Señor allí sobre el altar, de
esencial en la vida social, y P a ^ T d e T f u t f r o . Pues Üe*J°¡*£ aquel Juez supremo que pronunciará un día la última y definitiva
al hombre del pasado, del presente v d e l ^ s o r n o s hoy testi sentencia.
Precisamente el fenómeno desconcertante de Q ^ s a b e ya
[24]. Venerables hermanos, en la santa misa, por tanto, la
gos. Con demasiada frecuencia, de todo el P ^ conf entrt
Iglesia ofrece el apoyo más grande del fundamento de la sociedad
casi nada o apenas lo bastante para a d i v m a r m u c h o s sino la fuga humana. Todos los días, desde donde nace el sol hasta donde se
sus ruinas acumuladas. El presente no es para h o m b r e s , como pone, sin distinción de pueblos y de naciones, se ofrece una obla-
desordenada de un torrente que Precip™*ir en el que van a ción pura 19 , en la que participan en íntima fraternidad todos los
despojos, hacia la noche cerrada de un y arrastra. hijos de la Iglesia esparcidos por el universo, y todos encuentran
Perderse junto con la corriente misma que allí el refugio en sus necesidades y la seguridad en sus peligros.

i-a misteriosa virtud del santo sacrificio de la misa pat Amemos a la Iglesia
la sociedad humana
[25 ]. Amemos a la Iglesia, a esta Iglesia santa, amorosa y fuerte;
[23 ]. Sólo la Iglesia puede volver a c o n g al * ^ ¿ J ? ¿ a esta Iglesia verdaderamente supranacional. Hagamos que sea ama-
estas tinieblas a la luz; sólo ella puede devolverte'- ¿ ^ por_ da por todos los pueblos y por todos los hombres. Seamos nosotros
un vigoroso pasado, el dominio del presente, la seg ^ irnperio mismos el fundamento estable de la sociedad; que ella resulte efec-
venir. Pero su supranacionalidad no actúa a manera j m i r a de tivamente aquella una gens de que habla el gran Obispo de Hipona:
Que extiende sus tentáculos en todas ^ d i r e c c i o n e s a » ^ t o d o s Una gens, quia una fides, quia una spes, quia una caritas, quia una
una dominación mundial. Como una madre de í a m i ^ •re expectatio 20 .
os días en la intimidad a todos sus hijos, esparcidos por e.™
los recoge en la unidad de su principio vital divino- ¿ÍN [26]. Por tanto, para que todos aquellos a quienes la gracia
acaso, todos los días sobre nuestros innumerables altares coi ^ del Señor ha llamado a su Iglesia de todas las tribus, y lenguas, y
to, Víctima divina, con sus brazos, extendidos de un e * ™ , pueblos, y naciones 21 , sean conscientes, en la grave hora presente, de
otro del mundo, abraza y. contiene, al mismo tiempo en su pasaao, su sagrado deber de irradiar de su fe viva y operante el espíritu y
en su presente y en su porvenir a toda la sociedad h u m a * a \ ™ ' el amor de Cristo sobre la sociedad humana; y para que, a su vez,
santa misa aquel sacrificio incruento instituido por el Kedentor cu todos los pueblos y todos los hombres cercanos a la Iglesia, y aun
la última Cena, quo cruentum illud semel in Cruce peragendumre- los alejados de ésta, reconozcan que ella es la salvación de Dios
Praesentaretur eiusque memoria infinem usque saecuh permaneret, atque hasta el confín de la tierra 22 , impartimos de todo corazón a vosotros,
dlius salutaris virtus in remissionem eorum, quae a nobis quotidis com- venerables hermanos; a los obispos y a los sacerdotes que colaboran
mittuntur, peccatorum applicaretur: «para que se representase el sa- con vosotros en el apostolado, a los fieles de vuestras diócesis, a
crificio cruento realizado una vez en la cruz y permaneciera su vuestras familias y a todas las personas e instituciones que os son
recuerdo hasta el final de los tiempos y se aplicase su saludable caras, a vuestras naciones, a vuestros pueblos, a toda la Iglesia y a
eficacia para perdonar los pecados que a diario cometemos» 18. Con toda la familia humana, con particular afecto nuestra paterna ben-
estas palabras lapidarias del concilio de Trento, esculpidas, para dición apostólica.
Perpetua memoria, en una de las horas más graves de la historia,
i» Cf. Mt. 1,11.
la Iglesia defiende y proclama sus mejores y más altos valores, que 20
SAN AGUSTÍN, Enarrat in Ps. 85,14: PL 37,1092.
21
son también los mejores y más altos valores para el bien de la so- 22
Apoc. 5,9.
Cf. Is. 49,6.
ciedad, los cuales unen indisolublemente su pasado, su presente y
su futuro, y arrojan una viva luz sobre los inquietantes enigmas de
nuestros tiempos. En la santa misa, los hombres se hacen cada vez
mas conscientes de su pasado culpable, y, al mismo tiempo, de los
inmensos beneficios divinos en el recuerdo del Gólgota, del acon-
tecimiento más grande- de la historia de la humanidad, reciben la
fuerza para librarse de la más profunda miseria del presente, la
miseria de los pecados diarios, mientras hasta los más abandonados
sienten una brisa del amor personal de Dios misericordioso; y su
mirada queda orientada hacia un seguro porvenir, hacia la consu-
'» Concilio Tridentino sess,22 c.i; ed. Goerres, t.8 (Acto'rum pare 5.») p.960,

Poptr. pontif. ?
NKt,r,A STORTA " 0.11
Hay que trabajar por una paz verdadera. Es necesario dar a la idea
NELLA ST0R1A del derecho el primado que le corresponde. Hay que lograr una paz
dotada de garantías seguras, que asocie a todos en una labor de re-
construcción. U n nuevo factor ha venido a aumentar el deseo de la
Triple invitación a los gobernantes paz: la potencia de las nuevas armas. El problema del desarme. La
deficiencia radical de los previsibles tratados de paz.
Hay que dejar abierto un camino que haga posibles las correccio-
nes que a su tiempo parezcan oportunas. Los proyectos deben acomo-
darse a la realidad.
IV. Para lograr una paz fundada en la justicia es necesario pasar por Be-
lén. El retorno al Evangelio es hoy necesario como nunca. Sin embar-
go, el contraste entre los principios evangélicos y la realidad que
presenciamos es acuciante. Nadie, menos un cristiano, puede quedar
A ! finalizar el año 1946, el panorama internacional ofrecía uno de ante el enemigo con los brazos cruzados. La táctica del enemigo es
los momentos más desolados de la posguerra. La convalecencia del siempre la misma. La Iglesia no teme. La Iglesia cuenta también hoy
mundo parecía derivar por los caminos de nuevas y peligrosas compli- con almas heroicas.
caciones. Las amenazas de conflicto en los Balcanes y en Irán; la ruptura V. El recuerdo de las necesidades derivadas de la grave situación alimen-
de relaciones diplomáticas de la ONU con España; las luchas sordas ticia y sanitaria de los pueblos castigados por la guerra. Hay que acudir
entre las potencias ocupantes de Corea, Austria y Alemania; los des- en su remedio. Se ha hecho mucho. Pero no se ha hecho lo suficiente.
órdenes internos y las luchas de partido en los pueblos liberados de la El azote del hambre se extiende sobre Europa. Hay que cerrar los
guerra; el fantasma de las armas nucleares. La guerra se presentaba oídos a las voces del egoísmo, olvidado de las necesidades del prójimo.
de nuevo en el horizonte de la política internacional. Llamamiento del Papa. Bendición.
En esta situación, Pío XII hace un nuevo llamamiento. Esta vez
sus palabras son una invitación directa a los gobernantes del mundo.
¿Qué ha quedado de la C a r t a del Atlántico? Las esperanzas de los L A voz DE LA CONCIENCIA
pueblos han quedado defraudadas. La paz no llega. Se vive todavía
en la posguerra. Tres puntos señala Pío XII en su discurso como ne- [ I ] . ¿ H u b o alguna vez 1 en la historia del género h u m a n o ,
cesarios para garantizar y acelerar la llegada de la paz: hay que acabar en la historia d e la Iglesia, u n a fiesta navideña y u n final d e año
con el actual estado de agitación e incertidumbre de los pueblos; hay en q u e m á s viva q u e al presente ardiese e n los corazones y se m a -
que crear una paz dotada de todas las garantías indispensables; hay nifestase el ansia d e ver desaparecer el contraste entre el pacífico
que hacer una paz que haga posible todas las correcciones que el correr mensaje d e Belén y las internas y externas agitaciones d e u n m u n d o
de los años imponga o aconseje. q u e t a n frecuentemente a b a n d o n a el recto camino de la verdad y de
la justicia?
SUMARIO [2 ] . L a h u m a n i d a d , recién salida d e los horrores d e u n a guerra
cruel, cuyas consecuencias la llenan todavía de angustia, c o n t e m -
I. Situación actual de los espíritus: la humanidad, asombrada ante el pla con estupor el abismo abierto e n t r e las esperanzas de ayer y las
abismo abierto entre las esperanzas de ayer y las realidades de hoy.
Las dificultades de la posguerra se manifiestan en toda su crudeza. realidades d e h o y ; abismo q u e incluso los esfuerzos m á s tenaces
Una cosa es indudable: persisten las divisiones. La Iglesia 110 puede p u e d e n difícilmente salvar, p o r q u e el h o m b r e , capaz d e destruir,
cerrar sus ojos a este espectáculo. Madre de todos, a todos debe ilumi- n o es siempre p o r sí solo i d ó n e o p a r a restaurar.
nar. Las preocupaciones del Papa. La Iglesia debe hablar, a pesar de [3 ]. H a c e ya casi dos años q u e está callado el tronar de los ca-
las torcidas interpretaciones que dan algunos a sus palabras, porque
pesa sobre ella el mandato de su divino Fundador. ñones. L o s acontecimientos militares en los campos d e batalla h a n
conducido a u n a indiscutible victoria d e u n a d e las partes beligeran-
'II. Se prolonga el anómalo estado de inestabilidad y de incertidumbre.
La elaboración d e la paz procede con gran lentitud entre graves dificul- tes y a u n a derrota sin precedentes de la otra.
tades. ¿Qué h a quedado de la Carta del Atlántico? Las cuatro liber- [ 4 ] . Raras veces e n la historia del m u n d o había trazado la
tades parecen mera sombra de ío que eran en el propósito de sus espada u n a t a n clara línea divisoria entre vencedores y vencidos.
promulgadores. Los esfuerzos de algunos gobernantes tropiezan con
serios obstáculos. Los pueblos se hallan en un estado de constante [ 5 ] . L a embriaguez alegre y exuberante d e la victoria se h a
agitación. desvanecido. L a s inevitables dificultades se h a n manifestado e n
III. Triple invitación a los gobernantes. t o d a su crudeza.
Hay que trabajar p a r a acabar con el actual estado de incertidum- 1
Pío XII, alocución pronunciada en la víspera de Navidad ante los cardenales, obispos y
bre de los pueblos. La resistencia de los pueblos es limitada, prelados de la Curia romana, 24 de diciembre de 1946: AAS 39 (1947) 7-17. Texto original
en italiano.
932 pío XII
NEIAA STORIA 933
[6 ]. ¿Cómo ? Por encima de todos los planes y ordenamientos
tenciones corren el riesgo de ser mal interpretadas o desfiguradas con
humanos está la palabra del Señor: Ex fructibus eorum cognoscetis
eos 2 . fines de propaganda política.
[7]. Una cosa queda fuera de toda duda: los frutos de la vic- [15 ]. Pero la posibilidad de estos erróneos o malévolos comen-
toria y sus repercusiones han sido hasta ahora no sólo de una inde- tarios no podría cerrar nuestra boca. Nos nos juzgaríamos indignos
cible amargura para los vencidos, sino que se han hecho sentir como de nuestro oficio, de la cruz que el Señor ha colocado sobre nuestras
una fuente de múltiples preocupaciones y de peligrosas divisiones débiles espaldas; creeríamos traicionar a las almas que esperan de
incluso entre los vencedores. Nos la luz de la verdad y una segura guía, si, por evitar siniestras
interpretaciones, dudásemos, en una hora tan crítica, de hacer todo
[8]. Los reflejos de estas divisiones han ido creciendo en el cuanto nos es posible para despertar las conciencias dormidas y
pasado hasta tal punto, que ningún verdadero amante de la huma- llamarlas de nuevo a los deberes de la santa milicia de Jesucristo.
nidad—y menos aún de la Iglesia de Cristo, siempre solícita de
corresponder a su misión—ha podido cerrar los ojos a la vista de [16]. Ningún derecho de veto, venga de donde viniere, podría
semejante espectáculo. prevalecer contra el precepto de Jesucristo: Id y enseñad 4 . Con una
obediencia inquebrantable al divino Fundador de la Iglesia, Nos
[9]. La Iglesia, que por el divino Salvador ha sido enviada a nos consagramos y continuaremos consagrándonos, hasta el límite
todos los pueblos para conducirlos a su eterna salvación, no pre- extremo de nuestras fuerzas, a cumplir nuestra misión de defensor
tende intervenir ni tomar partido en controversias sobre materias de la verdad, de tutor del derecho, de propugnador de los eternos
exclusivamente terrenas. principios de la humanidad y del amor. En el ejercicio de este
[10]. La Iglesia es madre. No pidáis a una madre que favo- nuestro deber podremos encontrar seguramente resistencias e in-
rezca o que combata la parte de uno o de otro de sus hijos. Todos comprensiones. Pero nos conforta el pensamiento de la suerte que
deben hallar y experimentar igualmente en ella aquel amor clarivi- tocó al mismo Redentor y a cuantos han seguido sus huellas, y vie-
dente y generoso, aquella profunda e inalterable ternura que da nen a nuestra mente las humildes pero confiadas palabras del após-
a sus hijos fieles fuerza para caminar con paso más firme por el tol San Pablo: Muy poco me importa el ser juzgado... por los hombres...;
camino real de la verdad y de la luz, y a los extraviados y a los erran- quien me juzga es el Señor 5 .
tes inspira el deseo de acogerse de nuevo a su dirección maternal.
[11 ]. Nunca, tal vez, la Iglesia de Cristo, nunca sus ministros I. U N LARGO Y PENOSO CAMINO
y sus fieles de toda clase y condición tuvieron tanta necesidad de
este amor iluminado, pronto para el sacrificio y que no conoce nin- [17 ]. Era muy de temer, en las condiciones ruinosas y confusas
gún límite terreno ni ningún prejuicio humano, como entre las en que el feroz conflicto dejaba al mundo, que el camino, desde el
angustias del tiempo presente, en comparación de las cuales parecen fin de la guerra hasta la conclusión de la paz, habría de ser largo y
palidecer las dclorosas vicisitudes del pasado. penoso. Pero la duración de este camino, a la que actualmente
asistimos, sin poder todavía prever, a pesar de algunos notables
[12]. Solamente, pues, el espíritu de caridad, el sagrado deber progresos ya conseguidos, cuándo ni cómo llegará a su término;
de nuestro ministerio apostólico hoy, víspera de la santa Navidad, esta prolongación indefinida de un estado anormal de inestabilidad
nos hacen desplegar los labios; sólo ellos nos inducen a dirigirnos y de incertidumbre es claro síntoma de un mal que constituye la
al mundo entero, a confiar a las ondas etéreas, para que la lleven triste característica de nuestra época.
hasta los últimos confines de la tierra, la expresión de nuestras pre-
ocupaciones y de nuestros temores, de nuestras oraciones y de nues- [18]. La humanidad, que ha sido testigo de una prodigiosa
tras más ardientes esperanzas—en la seguridad de que muchos co- actividad en todos los campos de la potencia militar, formidable
razones nobles y comprensivos, aun fuera de la comunión católica, por la precisión y la amplitud en la preparación y en la organización,
harán eco a este nuestro grito y nos prestarán su eficaz colaboración. fulminante por la rapidez y la improvisación en su continuo acótilo
damiento a las circunstancias y a las necesidades, ve ahora cómo
[13]. No pretendemos criticar, sino estimular. No acusar, sino
se desarrolla la elaboración y la formación de la paz con uiw utiux
socorrer. Designios de paz y no de aflicción 3 mueven nuestro corazón,
lentitud y entre diferencias todavía no superadas en l¡i (L'lvrmirm-
y querríamos despertarlos en el fondo de las almas de aquellos que
nos escuchan. ción de los fines y de los métodos.

[14]. Nos sabemos bien que nuestras palabras y nuestras in- [19]. Cuando la Carta atlántica se conoció por prinimi vez,
los pueblos todos la escucharon; por fin Re respiraba.
2
M t . 7,20.
3
Ier. 29,11. * M t . 28,19.
' i Cor. 4,4.
934 I'10 XII NELLA STORIA 935
[20]. Pero ¿qué ha quedado de aquel mensaje y de sus dispo- tencia. Pero esta fuerza es limitada; para millones de seres huma-
siciones ? nos, este límite ha sido alcanzado; la cuerda está ya demasiado
[21 ]. Incluso en algunos de los Estados que—o por su propia tensa; cualquier cosa bastaría para romperla, y la ruptura podría
elección o bajo la égida de otras potencias mayores—gustan de pre- tener consecuencias irremediables.
sentarse ante la humanidad de hoy como abanderados de un nuevo [28]. La humanidad quiere poder esperar de nuevo.
y verdadero progreso, las «cuatro libertades», antes saludadas con Por la rápida y completa conclusión de la paz tienen un verda-
entusiasmo por muchos, no parecen ya sino una sombra o una fal- dero y vivo interés todos aquellos que saben que solamente un pron-
sificación de lo que eran en el pensamiento y en las intenciones de to retorno a las normales relaciones económicas, jurídicas y espiri-
sus más leales promulgadores. tuales entre los pueblos puede preservar al mundo de incalculables
[22]. Nos reconocemos gustosamente los incesantes esfuer- conmociones y de desórdenes, que favorecerían únicamente a las
zos de insignes hombres de Estado, que desde hace casi un año, en obscuras fuerzas del mal.
una serie ininterrumpida de laboriosas conferencias, se han consa- [29]. Por esto, haced que el año que ya toca a su fin sea el
grado a obtener lo que los hombres honestos de todo el mundo último de la vana e insatisfecha expectación; obrad de forma que
deseaban o a lo que ardientemente aspiraban. el nuevo año vea la realización de la paz.
[23]. Desgraciadamente, las diferencias de opiniones, la des-
confianza y la svispicacia recíprocas, el valor discutible, de hecho [Una paz fundada en la justicia y el derecho]
y de derecho, de no pocas decisiones ya tomadas o que están para
» acordarse, han hecho muy incierta y frágil la consistencia y la vita- [30]. 2. a ¡El año de la realización! Este pensamiento con-
lidad de los compromisos y de las soluciones fundadas en la fuerza duce a la segunda invocación que todo espíritu recto dirige a los
o en el prestigio de la potencia política, y que dejan en el fondo de regidores de los pueblos:
muchos corazones la desilusión y el descontento.
[31]. Vosotros deseáis con razón—¿cómo podría ser de otro
[24]. En vez de encaminarse hacia una real pacificación, en modo?—que vuestros nombres sean escritos con letras de oro por
vastos territorios del globo terráqueo, en grandes regiones singu- la historia en los dípticos de los bienhechores del género humano;
larmente de Europa, los pueblos se encuentran en un estado de la sola duda de que puedan, por el contrario, un día, aun sin culpa
constante agitación, del que en un tiempo más o menos cercano voluntaria por vuestra parte, ser puestos en la picota entre los auto-
podrían surgir las llamas de nuevos conflictos. res de su ruina, os horroriza. Consagrad, pues, todas las fuerzas
de vuestra voluntad y capacidad a dar a vuestra labor de paz el sello
II. T R I P L E INVITACIÓN A LOS REGIDORES DE LOS PUEBLOS de una verdadera justicia, de una previsora prudencia, de un since-
ro servicio a los intereses solidarios de toda la familia humana.
[25 ]. Quien ve y medita todo esto, queda íntimamente con-
vencido de la gravedad de la hora presente y experimenta la necesi- [32]. El profundo envilecimiento en que la horrible guerra ha
dad de invitar a los regidores de los pueblos, en cuyas manos están sumido a la humanidad exige imperiosamente ser superado y cu-
los destinos del mundo y de cuyas deliberaciones dependen el éxito rado por medio de una paz moralmente elevada e indiscutible, que
y el progreso o el fracaso de la paz, a una triple consideración: enseñe a las futuras generaciones a desterrar todo espíritu de vio-
lencia brutal y a dar a la idea del derecho el primado que inicua-
mente le había sido arrebatado.
[Que cese la incertidumbré]
[33]- Nos apreciamos justamente el arduo, pero noble trabajo
a
[26]. 1. La primera condición para corresponder a la ex- de aquellos hombres de Estado que, sordos a las voces engañosas
pectación de los pueblos, para atenuar y gradualmente disipar las de la venganza y del odio, se han consagrado y se consagran todavía
perturbaciones que padecen en el interior, para alejar las peligrosas sin tregua a la consecución de tan alto ideal. Pero, a pesar de sus
tensiones internacionales, es que todas vuestras energías y toda generosos esfuerzos, ¿quién podría afirmar que de las discusiones
vuestra buena voluntad se dirijan a hacer cesar el intolerable estado y de las negociaciones del año que corre a su ocaso haya resultado
presente de incertidumbré, a acelerar lo más posible—no obstante un diseño claro, lógicamente ordenado en sus grandes líneas, apto
las dificultades que ningún espíritu sereno puede desconocer—el para despertar en todos los pueblos la confianza en un porvenir in-
advenimiento de una paz definitiva entre todos los Estados. tranquilidad y de justicia?
[27]. La naturaleza humana, durante los largos años de la [34]. Sin duda, una tan funesta guerra, desencadenada, por UII.I
guerra y de la postguerra, víctima de innumerables e indecibles injusta agresión y continuada por encima de los límites de lo lidio,
sufrimientos, ha dado pruebas de una increíble capacidad de resis- gsto es, cuando ya se veía irremediablemente perdida, no podría
936 río XII
terminar simplemente con una paz carente de garantías, que impi- XKUA SÍOKIA 937
dan la repetición de semejantes violencias.
[35]- Pero todas las disposiciones represivas y preventivas de- [Posibilidad abierta de correcciones]
ben conservar su carácter de medios y permanecer, por consiguien-
te, subordinadas al elevado y último fin de una verdadera paz, el U 1 ] . 3- a Esta consideración lleva naturalmente a la tercer»
cual consiste en asociar gradualmente, con todas las necesarias ga- invitación dirigida a los regidores de los pueblos.
rantías, a los vencedores y a los vencidos en una obra de reconstruc- [42]. Si queréis dar a vuestra labor para el nuevo ordenamien-
ción, para utilidad no menos de toda la familia de las naciones que to y la seguridad de la paz íntima estabilidad y duración, si queréis
, de cada uno de sus miembros. impedir que tarde o temprano se quiebre por sus propias durezas,
por la dificultad práctica de su realización, por sus radicales defectos
[36]. Todo observador ecuánime deberá reconocer que estos y faltas, por sus lejanos efectos reales o psíquicos, que no es posible
principios indiscutibles han hecho en el año pasado, incluso como ahora calcular, tened cuidado de dejar libre de obstáculos la posi-
consecuencia de las dolorosas repercusiones en los intereses vitales bilidad de correcciones, según un procedimiento claramente de-
de los mismos Estados vencedores, reales progresos en no pocos terminado, tan pronto como la mayoría de los pueblos, la voz de la
espíritus.
razón y de la equidad muestren aquellas modificaciones oportunas
[37]. Sirve también de satisfacción observar cómo voces auto- y deseables o tal vez incluso obligatorias.
rizadas y competentes se alzan cada vez más contra un ilimitado [43 ]. Una máquina puede aparecer, en el proyecto, con una
aprovecharse de las presentes condiciones por parte de alguno de perfección indiscutible por su precisión rigurosamente matemática,
los Estados vencedores y contra una excesiva restricción del tenor pero después manifestarse gravemente defectuosa en la prueba real
de vida y de la recuperación económica de los vencidos. cuando se encuentra fácilmente expuesta a una cantidad de inciden-
[38 ]. El inmediato contacto con la indecible miseria de la post- tes técnicamente imprevistos. ¡Cuánto más, en el orden moral, so-
guerra en algunas zonas ha despertado en muchos corazones la cial, político, un proyecto puede parecer excelente en el papel, fru-
conciencia de una corresponsabilidad solidaria para la efectiva mi- to de laboriosas discusiones, pero puede luego sucumbir en la prueba
tigación y definitiva superación de tan gran mal; sentimiento este del tiempo y de la experiencia, donde los factores psicológicos tienen
tan honroso para los unos como alentador para los otros. un puesto de primera importancia! Cierto no se puede prever todo.
Pero es prudente dejar una puerta abierta a futuros retoques, a
[39]- Un nuevo factor ha venido en los últimos tiempos a es- eventuales acomodaciones.
timular el deseo de la paz y la decisión de promoverla más eficaz-
mente. La potencia de los nuevos instrumentos de destrucción, que [44]. Al obrar así, os mostraréis fieles a las palabras pronun-
la técnica moderna ha intensificado e intensifica cada vez más hasta ciadas en memorables circunstancias por intérpretes autorizados de
presentarlos a los ojos de la humanidad horrorizada como espectros la opinión pública; estaréis seguros de no ocasionar perjuicio alguno
infernales, ha colocado en el centro de las discusiones internacio- a vuestro interés bien entendido, y daréis a toda la familia humana
nales, con aspectos completamente nuevos y con impulsos nunca un luminoso ejemplo para demostrar que no hay otro camino más
sentidos hasta ahora, el problema del desarme, suscitando así la seguro hacia la deseada paz que aquel que procede de la reeduca-
esperanza de realizar lo que en vano habían deseado los tiempos ción de la humanidad en el espíritu de solidaridad fraterna.
pasados.
[40]. A pesar de estos bien fundados motivos de esperanza, de III. L A LUZ DE BELÉN
los cuales nadie puede alegrarse más que la Iglesia, parece, en el
estado presente de las cosas, preverse con gran probabilidad que los t4Sl- Aun sabiendo que se va por el camino seguro, jes tan
futuros tratados de paz no serán sino un opus imperfectum, en el cual hermoso caminar en la luz! ¡La luz! ¡Miradla vosotros todos, los
no pocos de sus mismos autores reconocerán más bien el resultado que estáis unidos por la misma fe en el Salvador del mundo! Para
de compromisos entre las tendencias o las pretensiones de las di- iluminar el sendero, la luz desciende de la estrella que brilla encima
versas fuerzas políticas que la expresión de sus ideas personales de Belén.
apoyadas en los verdaderos y justos conceptos del derecho y de la [46]. Si se desea volver a los grandes principios de la justicia
equidad, de la humanidad y de la prudencia. que conducen a la paz, es menestar pasar por Belén, es necesario
recordar el ejemplo y la doctrina de Aquel que, desde la cuna hasta
la cruz, no conoció más alta misión que cumplir la voluntad del
Padre celestial, sacar al mundo de la noche del terror y del fango
de la culpa, donde yacía entonces miserablemente; despertar en él
la conciencia de su sujeción a la majestad de la ley divina como
938 PÍO XII
' N1ÍI.LA STORIA 93H
norma del recto pensar, como impulso de voluntad fuerte, como [54]. Desde entonces, otras falanges de sacerdotes y de fieles,
medida de sana y concienzuda acción. soldados de Cristo todavía desconocidos, le han rendido y le rin-
[47]. El «gran retorno» a las máximas del Evangelio no ha sido den el mismo testimonio. Llegará un día, no lo dudamos, que los
nunca como hoy tan necesario al mundo. hará salir de la sombra y aparecer gloriosos, cuando la historia de
[48]. Y, sin embargo, rara vez se ha manifestado tan doloro- nuestro tiempo vea por fin caer el pesado telón que la oculta y la
samente entre los hombres el contraste entre los preceptos de aquel obscurece.
divino mensaje y la realidad que hoy presenciamos. [55]- ¡Pueda el ejemplo de su valor y de su fidelidad, despre-
[49]. ¿Queréis tal vez vosotros, amados hijos e hijas, desani- ciadora de la muerte, inflamar los corazones de nuestros queridos
maros aterrorizados por este contraste? ¿Querréis también vosotros hijos e hijas e infundirles aquellos mismos sentimientos de forta-
aumentar el número de aquellos que, -desconcertados por la ines- leza y de confianza que asegurarán a la bandera de Cristo su pací-
tabilidad de los tiempos, vacilan personalmente, y de esta manera, fica victoria para el mayor bien de toda la humanidad!
más o menos conscientemente, hacen el juego a los adversarios de
Cristo? ¿Querréis dar pruebas de pusilanimidad ante la marea IV. E L AZOTE DEL HAMBRE
creciente del orgullo y de la violencia anticristiana?
[50]. Ningún cristiano tiene el derecho de mostrarse cansado [56]. No podíamos terminar este nuestro mensaje navideño
en la lucha contra la oleada antirreligiosa de la hora presente. sin un recuerdo de los dolores y de las necesidades derivadas de
¡Poco importa cuáles sean las formas, los métodos, las armas, las la grave situación alimenticia y sanitaria de.las naciones castigadas
palabras suaves o amenazadoras, los disfraces con que se encubre por la guerra.
el enemigo! Nadie podría ser excusado de permanecer ante el [57]. Ya el 5 de abril de este mismo año, Nos lanzamos un
enemigo con los brazos cruzados, la frente baja, las rodillas temblo- llamamiento a los gobernantes y a los pueblos de aquellos países
rosas. que con sus reservas podían acudir en auxilio de las poblaciones ham-
brientas. En verdad es mucho lo hecho. Ante las trágicas desven-
[51]. Es siempre la misma táctica contra la Iglesia: Hiere al
turas que afligían especialmente a los débiles, a los ancianos, a los
pastor, y las ovejas quedarán dispersas6. Siempre la misma táctica
niños, el mundo civilizado no ha permanecido insensible ni inactivo,
incapaz de renovarse, siempre no menos vana que deshonrosa, se
y debe alabarse el sentimiento humano y cristiano de los hombres
repite en los lugares más diversos, y se aventura hasta los mismos
y de las naciones, que han dado medios para crear organizaciones
pies de la Sede de Pedro. La Iglesia no teme, aunque su corazón
muy diversas de socorro. Pisando de nuevo las rutas ensangrentadas
sangre, no por sí misma (ella tiene las promesas divinas), sino por
de los ejércitos, han llevado a las víctimas de la guerra auxilios de-
la pérdida de tantas almas; sus anales están ahí para recordarle
todas clases; han salvado el honor de la humanidad, tan torpemente
cuántas veces los asaltos más furiosos se han roto en espumas contra
pisoteado por la violencia y por el odio.
la roca firme y tranquila sobre la cual, segura de su inmortalidad,
descansa. Hoy como ayer, mañana como hoy, todos los esfuerzos [58]. ¡Quisiera el cielo que aquellos tesoros de energía y de
para vencerla y disgregarla tendrán que ceder y saltar hechos peda- medios, caritativamente empleados para asistir y librar de la última
zos ante la fuerza vital del vinculum caritatis que une al pastor con ruina a los más desgraciados, hubieran sido suficientes para las
su grey. necesidades! Desgraciadamente no es así; por esto nos vemos obli-
gados a renovar el llamamiento de la primavera pasada. Sobre dila-
[52]. Si en el arduo pero firme cumplimiento de nuestro deber tados territorios de Europa y del Extremo Oriente se presentan
hay algo que nos serena y nos anima, es, después de nuestra con- amenazadores los espectros de la más espantosa carestía y del ham
fianza en Aquel que elige las cosas débiles para confundir la arro- bre negra.
gancia de los fuertes, la convicción sólidamente fundada de poder
contar con la oración, con la fidelidad, con la vigilancia de una [59]. El pan—en el sentido literal de la palabra -falta a po-
acies ordinata 7 , cuya prontitud y experiencia han dado razón de blaciones enteras, que van por esto miserablemente languideciendo,
sí en las más duras pruebas. consumidas, debilitadas, víctimas de las enfermedades y de la mi
seria, peligrosamente agitadas por sordos estímulos de desesperados
[53]. Recientemente Nos hemos tenido el gozo de elevar a rencores y de profundas perturbaciones sociales,
los honores de los altares a un heroico grupo de mártires que, sellan-
[60]. Tal es el tremendo peligro que obscurece el alba del
do con su sangre la profesión de su fe, han iluminado la aurora de
nuevo año, peligro tanto más grave porque, según algunos síntomas
nuestro siglo.
que descubren incertidumbre y cansancio, aquella mann;'minva obi.i
6
Zac. 13,7. de solidaridad humana parece próxima a concluir antes todavía de
' Cant. 6,3. haber puesto remedio a los males que había venido a socorrer.
940 PÍO XII \
[61 ]. Humano es, en verdad, que aquellos a quienes la fortu-
na favorece se sientan inclinados a echarse a un lado, olvidando la i LA FESTIVITA
desgracia de los demás. Cerrando los ojos y el corazón ante las des-
gracias de un prójimo desconocido y lejano, estiman poder justificar Insinceridad y verdad en ia vida pública
ante su propia conciencia el aislamiento y el desinterés para con las
necesidades ajenas; las exigencias personales agotan los productos
que las artes de la caridad ahorraban, y los medios de auxilio son
defraudados a aquella acción de socorro a que la fraterna piedad los
habría destinado.
[62]. Por esto Nos repetimos a todos aquellos que pueden
alargar una mano para socorrer: ¡No se enfríe vuestro celo; vuestra
ayuda sea cada vez más pronta y generosa! Calle todo estrecho
egoísmo, toda mezquina vacilación, toda amargura, toda indiferen- El tema de este radiomensaje navideño dirigido al universo entero
cia, todo rencor. ¡Miren vuestros ojos solamente la miseria y, sobre es la paz. El motivo fundamental que se reitera sin cesar a lo largo
todo, la necesidad de millones de niños y de jóvenes entre los cuales de toda la serie de los discursos navideños del Papa cobra aquí un dolo-
el hambre hace estragos! De esta manera, al mismo tiempo que roso relieve. Los fautores de la revolución impiden todo progreso serio
dais, recibiréis el inefable don navideño: ¡Paz en la tierra a los hacia la paz. Se trata de una lucha entre dos espíritus opuestos: los
hombres de buena voluntad! seguidores del odio y los discípulos del amor. El fracaso de las confe-
rencias internacionales es debido en su mayor parte a la obstinación
[63]. Nada es, en realidad, tan apto para crear los indispensa- calculada de quienes profesan como táctica sistemática la insinceridad
bles presupuestos espirituales de la paz como el socorro liberal- más criminal e implacable. Estos hombres son maestros en el arte de
mente dispensado, de Estado a Estado, de pueblo a pueblo, por disfrazar sus designios para llegar después, cuando han conquistado el
encima de toda frontera nacional; así que, aplacados por todas partes poder, a la opresión más absoluta. La Iglesia no puede ni quiere tomar
los sentimientos de rivalidad y de venganza, refrenados los deseos una posición meramente política entre los dos campos opuestos. Pero
de dominio, desterrada la idea de un privilegiado aislamiento, los
tiene el deber de denunciar los errores ideológicos y las tácticas inmorales.
pueblos aprendan por sus mismas desventuras a conocerse, a tolerar-
se, a ayudarse, y sobre las ruinas de una civilización olvidadiza Este importante discurso tiene su prolongación complementaria en
de los preceptos evangélicos se reconstruya la ciudad cristiana, cuya los radiomensajes navideños de 1948, sobre la paz cristiana; 1951, so-
ley suprema es el amor. bre la aportación de la Iglesia a la paz, y 1955, sobre la coexistencia '.
[64]. Con este deseo Nos auguramos a cuantos nos escuchan, SUMARIO
en esta víspera de la santa Navidad, la paz de Dios que supera a
todo entendimiento 8, mientras que con efusión de corazón imparti- I. Europa y el mundo, en una grave encrucijada. Se encuentran hoy
mos a todos nuestros queridos hijos e hijas en el mundo entero, más alejados que nunca de una paz verdadera. Nuestra época es época
como prenda de las más preciosas gracias del Verbo de Dios hecho de densas tinieblas y de luz esplendente. Una lucha titánica entre dos
hombre, nuestra paterna bendición apostólica. espíritus opuestos que se disputan el mundo.
8 II. El estigma de nuestra época es la insinceridad convertida en sistema.
Phü. 4,7. Los peligros que esta insinceridad en la vida pública hace correr al
mundo. Voz de alerta. La insinceridad, cuando conquista el poder,
oprime al hombre.
La humanidad se halla escindida en dos grupos pudorosos y en-
frentados. Una muralla impide todo acercamiento a l;i verdadera p;iz.
Por esto fracasan las conferencias de las grandes potencias. Sólo rmv
una solución: el retorno a la práctica de una rectilínea veracidad. I ..1
verda'd es la que hace libres a los hombres.
1
P u e d e n consultarse también el discurso a u n grupo de periodista nortcamcrican i > -.
27 de abril de 1946, sobre la verdad de visión y la verdad de exposición: D E R 8,73-74: el
discurso al nuevo embajador del Líbano, 17 d e marzo de 1947, en el que se afirma ciue la s u -
premacía del derecho es la clave d e la cual depende la ascensión o la decadencia de los pueblos :
A A S 3Q (1947) 124-126; el discurso al embajador del Paraguay, 12 d e juliede 1949, sobre las
dificultades q u e se oponen al espíritu d e fraternidad: A A S 41 (1949) 3 0 H 7 1 ; la alocución
de 11 d e enero de 1949 dirigida a u n g r u p o de parlamentarios británicos:DER 10,341-342;
y el discurso al nuevo embajador d e España, 13 de noviembre de 1951, sobre la disparidad
entre los principios jurídicos y la realidad política como nota característica de nuestra é p o c a :
A A S 43 (1951) 792-794,
942 U KESTIVITA 943
n o xii
III. Hay que renunciar al espíritu de represalias y al instinto de vengan- [ 4 ] . T r a n s c u r r i d o otro año m á s d é postguerra, cargado d e
za. Durante la guerra, una política nihilista incurrió en excesos re- miserias y d e sufrimientos, d e desilusiones y d e privaciones, q u i e n
probables. Los hombres de la postguerra debían haber opuesto a esa tenga ojos p a r a ver y oídos p a r a oír, d e b e detenerse a la vista d e
decadencia su propia superioridad moral. No ha sido así. Es necesaria
una política de mayor altura moral. este h e c h o doloroso y h u m i l l a n t e : E u r o p a y el m u n d o — h a s t a la
remota y martirizada C h i n a — s e hallan h o y m á s q u e n u n c a alejados
Si no se supera la división, no hay manera de abrir un porvenir de
paz. Invitación al mundo entero. Está en peligro de morir el espíritu de la paz verdadera, de u n a completa y perfecta curación d e sus
de fraternidad. La Iglesia sigue con angustia el desarrollo de los con- males, d e la instauración d e u n nuevo o r d e n en la armonía, en el
flictos políticos. Sin fe en Dios es imposible la restauración del espíritu equilibrio y en la justicia.
de fraternidad. Sin fe en Dios crece la hipersensibilidad para todo [5 ] . L o s fautores de la negación y d e la discordia, con t o d a la
cuanto divide. Queda así abierto el camino para la lucha. La guerra
legión d e explotadores q u e les siguen, se alegran con el p e n s a m i e n t o
se ha extendido a la misma Palestina. Europa tiene todavía sin cica-
trizar las heridas de la guerra. La pacificación de Europa es condición o con la ilusión d e q u e su h o r a está cercana.
previa de la pacificación universal. Una Europa sana y clarividente [ 6 ] . L o s amigos d e la paz, los p r o m o t o r e s d e u n a reconcilia-
quedará inmune frente al contagio de las divisiones. ción estable entre los p u e b l o s , tienen, p o r el contrario, o p r i m i d o
IV. Los enemigos de Dios osan alzar su voz en el suelo de la misma Roma. su corazón y p r e o c u p a d o ante el contraste e n t r e la riqueza m o r a l y
El Papa habla de las doctrinas, no de los pueblos ni de las víctimas social d e la b u e n a nueva de Belén y la miseria d e u n m u n d o q u e se
de esas doctrinas. Una nube obscura se cierne sobre la Navidad de ha alejado d e Cristo.
hoy. Los pueblos desean la paz. Los gobernantes se muestran imposi-
bilitados para satisfacer este deseo. Es el ángel del abismo el que pro- [ 7 ] . P e r o los verdaderos cristianos, p a r a los cuales t o d a la
cura estorbar la fraternidad de los hombres. vida, su luz y su valor consiste en el sentiré cum Ecclesia, conocen
Ha llegado la hora de todos los hombres buenos. El Espíritu de y c o m p r e n d e n mejor q u e nadie el sentido y el valor d e épocas como
Dios está presente en todas partes. Lo puede todo. Pero exige vuestra la nuestra, épocas de densas tinieblas y, al m i s m o t i e m p o , d e luz
cooperación. Es traidor el que colabora con los enemigos de Dios. d e s l u m b r a d o r a , d o n d e el enemigo de Jesucristo recoge trágicamente
Augurio de un año nuevo de consolidación en la paz. Bendición a una a b u n d a n t e mies d e almas, pero d o n d e m u c h o s b u e n o s se hacen
todos los que sufren. mejores; d o n d e los corazones generosos se elevan haste el ápice
del heroísmo victorioso, p e r o d o n d e t a m b i é n otros m u c h o s , tibios
y pusilánimes esclavos del respeto h u m a n o , temerosos del sacrificio,
[ E U R O P A Y E L MUNDO E N UNA GRAVE ENCRUCIJADA]
decaen en la mediocridad, degeneran e n la vileza, semejantes' a
[ I ]. L a festividad navideña 1 y el ya p r ó x i m o a ñ o nuevo se aquellos «que n o fueron rebeldes ni fueron fieles a D i o s , sino q u e
anuncian con señales de aviso, indicios del porvenir. fueron para sí» 2 .
Las tradicionales felicitaciones q u e se intercambian e n esta oca- [ 8 ] . E n la lucha titánica e n t r e los dos espíritus opuestos qui-
sión y s u b e n al cielo en u n a n u b e de incienso y oración n o p u e d e n se d i s p u t a n el m u n d o , si el odio es suficiente para reunir e n t o r n o
y n o quieren, a pesar de la í n t i m a sinceridad del amor q u e las ins- al espíritu del m a l a h o m b r e s a quienes t o d o parecería d e b e r dividir
pira, hacer p e r d e r de vista las condiciones de la hora presente, en e n t r e sí, ¿qué n o llegaría a hacer el a m o r p a r a reunir e n u n a liga
la q u e E u r o p a y el m u n d o entero se e n c u e n t r a n en una encrucijada vasta como el m u n d o a t o d o s aquellos a quienes la altura d e miras,
d e su destino, cuya gravedad es i n d u d a b l e , cuyo desarrollo hacia la nobleza d e los sentimientos, la c o m u n i d a d d e los dolores, h a enla-
el bien o el mal es incalculable, cuyas consecuencias son i m p r e - zado con vínculos m u c h o m á s fuertes y estrechos q u e las diferencias
visibles. o divergencias q u e p u d i e r a n separarlos?
[ 2 ] . C u a n d o el pasado a ñ o , en esta m i s m a ocasión, N o s diri- [ 9 ] . A los millones d e h o m b r e s dispuestos a adherirse a esta
gíamos n u e s t r o mensaje navideño a todos los católicos y, al m i s m o liga m u n d i a l , cuya ley fundacional es el mensaje de Belén, cuyo
t i e m p o , a t o d o s los hombres sensatos y de b u e n a voluntad, ¿quien Jefe invisible es el R e y pacífico, aparecido e n el pesebre, tliri}(imo»
h u b i e r a sido capaz d e presagiar para la h u m a n i d a d , cansada d e la en este m o m e n t o n u e s t r a férvida exhortación.
guerra y h a m b r i e n t a de paz, lo que hoy es u n a dura e innegable
realidad ?
[I. La insinceridad en la vida pública y sus funestos efectos]
[3 ]. Las campanas de N a v i d a d continuarán s o n a n d o festivas
como desde hace siglos; pero para m u c h o s corazones cerrados, [ 1 0 ] . El estigma q u e lleva e s t a m p a d o sobre su frente nuestra
amargados, t u r b a d o s , repican e n desierto, d o n d e no suscitan ya época, y q u e es causa d e disgregación y de decadenciü, CH III ten-
n i n g ú n vivo eco. dencia cada vez m á s manifiesta a la «insinceridad». Falla de veruculiul,
1
Pío XII, radiomensaje dirigido a todo el universo en la víspera de Navidad, 24 de diciem- 2
bre de 1947: AAS 40 (194S) 8-16. Texto original en italiano. DANTE, La divina comedia: Infierno c.3,38-30.
944 PÍO XII > U l-'ESTIVtTA 945
que no es solamente un recurso ocasional, un procedimiento para I [16]. Nuestra posición entre los dos campos opuestos está
salir por el momento de imprevistas dificultades o de obstáculos texenta de todo prejuicio, de toda preferencia hacia un pueblo u
inesperados. No. Aparece hoy día como erigida en sistema, elevada jstro, hacia este o aquel bloque de naciones, como es ajena a toda con-
a categoría de estrategia, en la que la mentira, la deformación de las sideración de orden temporal. Estar con Cristo o contra Cristo
palabras y de los hechos, el engaño, se han convertido en clásicas ¿s toda la cuestión.
armas ofensivas, que algunos manejan con maestría, orgullosos de
su habilidad; hasta tal punto el olvido de todo sentido moral es a sus [17]. Bien comprenderéis por esto cuan doloroso nos es ver
ojos parte integrante de la técnica moderna en el arte de formar la 4ómo una propaganda hostil desnaturaliza nuestros pensamientos y
opinión pública, de dirigirla, de acomodarla al servicio de su polí- nuestras palabras, exacerba los espíritus, impide los pacíficos cam-
tica, resueltos como están a triunfar a toda costa en las luchas de bios de ideas, hace más profundo el foso que separa de Nos a tantas
intereses y de opiniones, de doctrinas y de hegemonías. almas, redimidas por la sangre y el amor del mismo divino Salvador.
En el fondo de esto se reconoce siempre la misma duplicidad, bus-
[ i i ] . No es nuestro propósito describir aquí específicamente
cada y fríamente empleada como el arma más penetrante contra la
las ruinas producidas por este torneo de «insinceridad» en la vida
justicia y la verdad, para impedir la aproximación, la reconciliación
pública; tenemos, sin embargo, el deber de abrir los ojos a los cató-
y la paz.
licos de todo el mundo—y también a cuantos tienen, común con
Nos, la fe en Jesucristo y en un Dios trascendente—sobre los peli- [18]. La inevitable consecuencia de tal estado de cosas es la
gros que este predominio de la falsedad hace correr a la Iglesia, a la escisión de la humanidad en poderosos y enfrentados grupos, cuya
civilización cristiana, a todo el patrimonio religioso y aun meramente ley suprema de vida y de acción es una fundamental e invencible
humano que desde hace dos mil años ha dado a los pueblos la subs- desconfianza, que es al mismo tiempo la trágica paradoja y la mal-
tancia de su vida espiritual y de su verdadera grandeza. dición de nuestro tiempo.
[12]. Como en otro tiempo Herodes, deseoso de matar al niño [19]. Cada una de las partes opuestas se cree obligada a esta
de Belén, ocultó su propósito bajo la máscara de devoción y trató desconfianza como a una necesidad de elemental cautela. Y he
de convertir a los Magos de recto corazón en espías inconscientes, aquí que, por el mismo hecho, una gigantesca muralla se alza para
así también ahora los modernos imitadores de aquél ponen todo su hacer vano todo esfuerzo por restituir a la agitada familia humana
esfuerzo en ocultar a los pueblos sus verdaderos designios y en ha- los beneficios de una verdadera paz.
cerlos ciegos instrumentos de sus propósitos. [20]. ¿Acaso no hemos tenido que tocar con la mano, aun en
[13]. Pero, una vez conquistado el poder y tan pronto como el curso de estas últimas semanas, los efectos de esta recíproca des-
sienten tener firmes en sus manos las riendas, dejan poco a poco confianza, al ver cómo una tan importante Conferencia de las Gran-
caer el velo y pasan progresivamente de la opresión de la dignidad des Potencias llegaba a su término sin haber conseguido aquellos
y de la libertad humana a la supresión de toda sana e independiente progresos esenciales y definitivos en el camino de la paz que con
actividad religiosa. tanta ansia se esperaban de ella?
[14]. Ahora Nos preguntamos a todos los hombres honrados: [21 ]. Para salir de estas angustias, a donde el culto de la «insin-
¿Cómo puede la humanidad recuperar la salud? ¿Cómo puede de ceridad» ha conducido al mundo, una sola salida es posible: el
los errores y de las agitaciones de la turbia hora presente surgir retorno al espíritu y a la práctica de una rectilínea veracidad.
un «nuevo orden» digno de este nombre, si se borran y desplazan [22]. Ninguno hoy—cualquiera que sea el campo o partido
los límites entre amigo y enemigo, entre el sí y el no, entre la fe social o político a que pertenezca—que intente hacer valer, en la
y la incredulidad? balanza del destino de los pueblos, para el presente o para el futuro,
[15]. La Iglesia, siempre llena de caridad y de bondad hacia el peso de sus convicciones y de sus actos, tiene derecho a enmas-
las personas de aquellos descarriados, pero fiel a la palabra de su carar su rostro, a aparecer como no es, a recurrir a la estrategia de
divino Fundador, que ha declarado: El que no está conmigo, está la mentira, de la presión, de la amenaza, para restringir, en el
contra mi3, no puede faltar a su deber de denunciar el error, de ejercicio de su justa libertad y de sus derechos civiles, a los ciudada-
arrancarles la máscara a los fabricantes de mentiras 4 , que se presen- nos honrados de todos los países.
tan como lobos con piel de corderos 5 , como precursores y adalides [23]. Por esto, amados hijos e hijas, Nos os decimos: Mañana
de una nueva era feliz, y de advertir a los fieles que no se dejen celebraremos la Navidad de Aquel de cuyos labios salió un día el
extraviar del recto camino ni engañar con falaces promesas. grito de Veritas liberabit vos6: ¡La verdad (que es su doctrina) os
3
M t . 12,30.
hará libres! Nunca quizás resonó tan poderoso como hoy este grito
* Iob. 13,4.
2 Cf. M t . 7,15. « l o . 8,32.
&46 Pfo £it
LA KEST1V1TA 947
en un mundo hambriento de paz, que siente pesar sobre sí el yugcí
de la mentira. I [31]- ¿Quién podría medir qué nuevas miserias morales, fa-
[24]. Y a El, que se ha encarnado a fin de ser para todos! miliares, sociales; qué daños al equilibrio cultural y económico de
camino, verdad y vida, responda la suplicante oración de toda la1 Europa, y no sólo de Europa, habrán de ocasionar las deportaciones
cristiandad para que la verdad vuelva a encontrar el camino en el forzosas y generalizadas de los pueblos? i Cuántas tristezas para el
corazón de los regidores de los pueblos, de quienes un sí o un no presente! ¡Cuántas angustias para el porvenir! ¡Sólo una más vasta
puede determinar el destino del mundo, y con la verdad resplan- amplitud de miras, una más prudente y más sagaz política por parte
dezca sobre la tierra no un engañoso espejismo, sino la estrella lumi- de los gobernantes que tienen en sus manos los destinos del mundo
nosa de la divina paz de Belén. podrán aportar una solución favorable a un problema de otra manera
insoluble!
[II. La política de represalias, enemiga de la paz] [32]. ¡Honor, por tanto, a aquellos que en todas las naciones
no rehuyen privación ni sufrimiento alguno para acelerar la conse-
[25 ]. Aquellos que a toda costa querían ganar la guerra esta- cución de tan noble empeño! ¡Que no se dejen perturbar por las
ban resueltos a todos los sacrificios, hasta el de la vida misma. contradicciones y por las resistencias, que no les podrán faltar, y
El que quiere sinceramente ganar la paz, debe estar dispuesto a que precisamente en estos días parecen crecer con mayor intensidad
sacrificios no menos generosos, porque a una humanidad maltra- para suscitar una nueva guerra de nervios, para atizar la discordia,
tada, exasperada, nada cuesta tanto como el renunciar a las repre- para aniquilar los esfuerzos de los campeones de la unión y de la
salias y a los rencores implacables. pacificación! Esperen que no esté lejos la hora en que—como Nos
[26]. Las injusticias y las crueldades cometidas por quienes confiamos y lo pedimos en nuestras oraciones—el Rey de la paz
desencadenaron la segunda guerra mundial levantaron oleadas de ha de conceder la victoria a quienes con pura intención y con armas
justa indignación, pero al mismo tiempo hicieron madurar, por pacíficas combaten por su causa.
desgracia, los gérmenes de una instintiva inclinación a la venganza.
[27]. La parte más sana de la humanidad—aun en las naciones
más comprometidas en el conflicto—reprobaba unánimemente los [III. Restauración del espíritu de fraternidad]
excesos y las atrocidades que una política caída en el nihilismo moral
[33 ]. La humanidad, por consiguiente, no podrá salir de la
no sólo practicaba en la guerra por ella misma provocada, sino que
crisis y de la desolación presentes, para encaminarse hacia un más
osaba incluso justificarlos doctrinalmente. Los hechos y los docu-
mentos dados a conocer posteriormente han podido solamente con- armónico porvenir, si no frena y domina las fuerzas de la división
firmar que los autores y ejecutores de aquella política son los pri- y de la discordia gracias a un sincero espíritu de fraternidad que
meros representantes de la miseria que hoy padece el mundo. junte en un mismo amor a todas las clases, a todas las razas y a
todas las naciones.
[28]. Los hombres de la postguerra habrían podido fácilmente
oponer a aquella decadencia su propia superioridad moral: desgra- [34]. Si hoy, en la víspera de Navidad, lanzamos Nos tal invi-
ciadamente, en no pocos casos han dejado escapar una tan oportuna tación al mundo entero, es porque vemos en peligro de morir y
ocasión. Es obligado reconocer que la historia de la humanidad extinguirse este espíritu de fraternidad; vemos cómo las pasiones
durante los días, semanas y meses que han sucedido al fin de la egoístas se sobreponen a la sana razón; los duros métodos de atro-
guerra está muy lejos de ser en todo gloriosa. pello y de violencia, a la leal comprensión y a los deberes recíprocos;
[29 ]. Los merecidos castigos infligidos a los grandes culpables el despectivo desprecio de los daños que de ello se derivan, al asiduo
habrían podido inspirar escenas de infierno a la pluma de Dante; cuidado del bien común.
pero el sumo Poeta se habría retirado ante las represalias ejercidas [35]. La Iglesia, cuyo corazón materno abraza con igual soli-
contra los inocentes. citud a todos los pueblos, sigue con angustia esta evolución en los
[30]. Las deportaciones forzosas, la sumisión a trabajos ago- conflictos nacionales e internacionales.
biantes, han aparecido a su tiempo como un desafío a las más ele- [36]. Cuando la fe en Dios, Padre de todos los hombres, co-
mentales leyes de humanidad, a la letra y al espíritu del derecho de mienza a desvanecerse, también el espíritu de la unión fraterna
gentes. ¿Quién, pues, podría entonces maravillarse de que la misma
pierde su base moral y su fuerza de cohesión; y cuando el sentido
conciencia que tan justamente se había indignado al ver perpetrar
tales actos por los unos, reaccione en igual modo si los ve cometer de una comunidad querida por Dios y que incluye derechos y debe-
también a los otros ? res recíprocos, regulados por determinadas normas, comienza a
perecer, en su lugar se introducen una morbosa hipersensibilidad
para todo cuando divide, una instintiva inclinación a afirmar exage-
radamente los propios derechos verdaderos o falsos, una a veces
948 río XII LA FESTIVITA 949
inconsciente, pero no por ello menos perniciosa, despreocupación [4Sl- ¿No hemos visto acaso Nos, sobre este sagrado suelo de
de las necesidades vitales del prójimo. Roma, donde la voluntad divina ha establecido la Cátedra de Pedro¿
[37 J. Entonces queda ya abierto el camino a la lucha de todos a los mensajeros de una concepción del mundo y de la sociedad
contra todos, lucha que no conoce otro derecho que el derecho del humana fundada en la incredulidad y en la violencia hacerse sem-
más fuerte. bradores de cizaña en la buena tierra de Roma y esforzarse por
persuadir a sus hijos que son precisamente ellos quienes han ideado
[38]. Nuestro tiempo ha dado, desgraciadamente, dolorosos y realizado una nueva cultura más digna del hombre que no la
ejemplos de guerras fratricidas, surgidas con implacable lógica de antigua y eternamente joven civilización cristiana?
la desaparición del espíritu fraterno.
[46]. Llegadas ya las cosas a este punto, ha venido verdadera-
[39 ]. Hasta la tierra que había escuchado el canto de los ángeles mente el tiempo de que todos cuantos aman y tienen como sagrada
anunciando la paz a los hombres, que había visto resplandecer la la herencia Humana y espiritual de sus padres sacudan el sueño de
estrella del Salvador; la tierra donde el Redentor divino murió sus ojos y se armen de fe y de valor para preservar a la Urbe, madre
crucificado por nuestra salvación, aquella tierra santa por sus me- de la civilización, de caer en una situación religiosa, moral, social,
morias y por sus santuarios, amados sobre manera por todo corazón que haría bien difícil, con viva pena nuestra, la solemne celebración
cristiano, dividida ahora, se ha convertido en teatro de sangrientos del ya próximo Año Santo, que es el ardiente deseo de los católicos
conflictos. Y ¿no es acaso la misma Europa, centro de toda la gran del mundo entero.
familia católica, hoy un aviso y una prueba del estado al que la [47]. Por lo demás, si en la presente solemnidad nuestras cla-
desaparición del espíritu fraterno puede reducir a una parte del ras palabras van más allá de las fronteras, estas palabras no se diri-
mundo en otro tiempo tan hermosa y floreciente? gen más que a las doctrinas negadoras de la fe en Dios y en Cristo,
pero de ningún modo a los pueblos o grupos de pueblos que son
sus víctimas. Por éstos la Iglesia siente siempre un inmutable amor;
[La situación de Europa] más aún, con tanta mayor ternura cuanto mayores son sus sufri-
mientos. En los días de la prueba, mejor que en las horas serenas,
[40]. Lleva Europa en sí, todavía sin cicatrizar, las heridas es cuando los hombres de todas las naciones deben sentirse herma-
causadas por la última guerra, y ya comienza a brillar la luz siniestra nos, con aquella fraternidad cuyo sentido profundo, alta misión
de nuevos conflictos. y poder reconciliador nadie ha exaltado ni exaltará con tanta fuerza
[41]. ¡Ah, si todos los hombres honrados se unieran juntos, como el primogénito entre muchos hermanos 7 , que desde Belén ;il
cuan cercana estaría la victoria de la fraternidad humana, y con ello Gólgota predicó, más con su ejemplo que con sus palabras, aquella
mismo la salvación del mundo! Forman ellos ya una parte conside- grande y universal fraternidad.
rable de la opinión pública y dan pruebas de un sentir verdadera-
mente humano y de una prudencia también política.
[¡Ha llegado vuestra hora!]
[42]. Otros, en cambio, no menos numerosos, cuyo sí o cuyo
no tiene un peso tan notable en acelerar o retardar la pacificación de [48]. Sobre la Navidad de hoy se cierne una nube obncur.i
Europa, previa condición para los demás pasos hacia la pacificación Mientras el ansioso anhelo de paz se hace en los pueblo» ciuln v»v
universal, siguen el camino contrario. ¿Es que temen, acaso, que más intenso, en no menor grado se manifiesta en sus Kobi-rimnlr;.
una Europa restablecida, revigorizada, nuevamente consciente de la imposibilidad de satisfacerlo con los medios i-xi IUHÍVÍIIIHMII'
su misión, cristianamente inspirada, quiera expulsar de su organis- humanos.
mo los gérmenes venenosos del ateísmo y de la revolución, para [49]. Los sinceros esfuerzos de los unos pura nmm-miir UIM
vivir una vida propia y libre de malsanos influjos extraños? justa paz y el sistemático propósito de los otro» |>ur« culi H I mi un
[43 ]. Es claro que una Europa sacudida por los febriles esca- realización, ¿no suscitan tal vez en nosotros la iniaym <U- un |>rl¡uu 1
lofríos de las dificultades económicas y de las revoluciones sociales so juego de azar, del cual depende la fortuna o la lililí»?
se dejaría seducir más fácilmente por las ilusiones de un quimérico [50]. En las asambleas humanas se inlill.ru MU KI-IIHI rl c*»i >l
Estado ideal que no una Europa sana y clarividente. ritu del mal, el ángel del abismo 8, enemigo de U wiilml, lumrnt.i
dor de los odios, negador y destructor de todo tu-mimu-ntn lintel un,
[44]. Mientras tanto, los propagandistas de tan falaces pro-
pósitos se afanan por ganar prosélitos entre los exaltados y los sen- cree próxima ya su hora, y por ello hace cuuiitti |>nalc u lu» «l>-
cillos, para arrastrar también a sus pueblos por la senda de la ruina, acelerarla.
que ya otros han recorrido, no tanto por propia voluntad cuanto ' R o m . 8,29.
bajo la sistemática opresión de las libertades civiles y religiosas. 8 Apoc. 9,11.
950 río xil
U P15STIVITA 951
[51 ]. Esto no obstante, Nos queremos cerrar este nuestro men-
saje navideño con una incoercible exhortación a la esperanza y a la trabajo, a los hombres sin casa, a cuantos sufren el hambre y el
confianza.
frío; a aquellos que, habiendo perdido, o por las trágicas vicisitudes
[52]. Sí la fe en el divino Redentor mueve a los cristianos del cruel conflicto, o por injuria de los hombres, o incluso por los
a considerar todas las cosas a la luz de la verdad, siempre antigua propios errores y culpas pasados, la libertad, la familia, la patria, en
y siempre nueva, de las palabras que el anciano Simeón pronunció esta sagrada solemnidad sientan más aguda la mordedura de la an-
sobre el Niño Jesús presentado al templo: Mirad, este Niño está gustia y de la incomodidad; a los prisioneros de guerra todavía no
puesto para ruina y para resurrección de muchos... y para blanco de restituidos a sus familias; a los prófugos y a los dispersos; de modo
contradicción 9, sabemos que el número de aquellos que no se alejan particular a cuantos, especialmente sacerdotes, padecen persecucio-
de Cristo por la incredulidad, sino que se unen a El y se hallan dis- nes, cárcel, destierro, amenazas de tortura y de muerte por perma-
puestos a dar su vida por El, y que en El y en la resurrección ponen necer fieles a Dios, a Cristo, a la Iglesia, al cumplimiento de sus
su inquebrantable esperanza; sabemos que este número es grande, deberes.
que crece y se fortifica; vemos que irradian su energía y su be-
néfico influjo sobre todos los campos de la vida, y que otros hom-
bres de buena voluntad se unen a ellos.
[53 ]. A todos vosotros, por esto, amados hijos e hijas, Nos os
decimos: ¡Ha llegado vuestra hora!
En las reuniones de los hombres de Estado, otro invisible Espí-
ritu preside como Señor soberano, aquel Dios omnipotente a cuya
mirada nada se escapa y que en sus manos tiene los pensamientos
y los corazones para moverlos a su voluntad y en la hora de su elec-
ción ; aquel Dios cuyos impenetrables designios están dictados todos
por su amor paternal. Pero para realizarlos quiere valerse de vuestra
cooperación. En los días de lucha, vuestro puesto está en primera
línea, en el frente del combate. Los tímidos y los emboscados se
hallan muy cerca de convertirse en desertores y traidores.
[54 ]. Desertor y traidor sería quien quisiera prestar su colabo-
ración material, sus servicios, su capacidad, su ayuda, su voto, a par-
tidos y a poderes que niegan a Dios, que sustituyen el derecho por
la fuerza, la libertad por la amenaza y por el terror; que hacen de la
mentira, de las luchas, de la rebelión de las masas, otras tantas armas
de su política; que hacen imposible la paz interior y exterior.
[55]' Volvamos tres siglos atrás. En aquella Europa trastor-
nada por los horrores de la guerra de los Treinta Años, el año 1648
trajo, finalmente, el mensaje de la paz, la aurora de la restauración.
[56]. Rogad y trabajad para obtener del Señor que el año 1948
sea para la Europa herida, para los pueblos destrozados por las dis-
cordias, el año del renacimiento y de la paz, y que, expulsado el
espíritu de las tinieblas, el ángel del abismo, se levante sobre el
mundo el sol de la justicia, Jesucristo, Señor nuestro, a quien sea
honor y gloria en el tiempo y en la eternidad.
[57]- Y vaya ahora nuestra bendición apostólica, auspicio de
gracias y de auxilios divinos, a todos nuestros queridos hijos e hijas,
así de esta nuestra ciudad episcopal como de todo el mundo, pero
sobre todo a aquellos que mayormente gimen bajo el peso de la
miseria y del dolor: a los enfermos, a los pobres, a los obreros sin
9
í-c. 2,34.
CONSIDERACIONES KN TORNO A LA UNIÓN EUROPEA Ü53

Nos lo hemos hecho guardándonos muy bien de implicar a la Iglesia


CONSIDERACIONES EN TORNO A LA en intereses puramente temporales. La misma reserva hemos puesto
UNION EUROPEA en la cuestión de saber qué grado de verosimilitud o de probabilidad
hay que asignar a la realización de este ideal, cuan lejos se está de
él o cuánto nos hemos aproximado a él.
[3]. Nadie duda que el establecimiento de una unión europea
ofrece serias dificultades. Para hacerla psicológicamente llevadera
a todos los pueblos de Europa, en primer lugar se podría hacer valer
la necesidad de una especie de olvido que aleje de ellos el recuerdo
de los sucesos de la última guerra. Sin embargo, no hay tiempo que
La idea de la unión europea y los esfuerzos realizados en este sen- perder. Si se tiende a que esta unión alcance su fin, si se quiere que
tido por ciertos sectores clarividentes del pensamiento y de la política sirva con utilidad a la causa de la libertad y de la concordia europea,
continentales han sido recogidos y estimulados vivamente por Pío XII a la causa de la paz económica y de la política intercontinental, es
en repetidas ocasiones. En el discurso que a continuación incluímos, el de urgencia que se haga cuanto antes. Algunos hasta se preguntan
Papa llama la atención sobre dos peligros que acechan a esta grandiosa si no es ya demasiado tarde.
y necesaria labor de unificación europea. Subraya después la base moral [4]. ¿Por qué exigir como condición previa que el recuerdo
que debe soportar el nuevo edificio de la Europa unida: la religión cris- de la guerra quede difuminado en el fondo de una perspectiva leja-
tiana. Y termina indicando quiénes son los hombres que están llamados na, mientras que, todo lo contrario, sus efectos, todavía dolorosa-
a realizar esta urgente tarea. mente sentidos, son precisamente para estos pueblos de Europa un
estímulo a deponer de una vez para siempre sus preocupaciones
SUMARIO egoístamente nacionales, fuente de tantos celos y de tantos odios;
una incitación a proveer a su legítima defensa contra toda política
I. Saludo. Solicitud del Papa en favor de la unión europea. Esta ofrece de violencia abierta o larvada ?
serias dificultades. Pero no hay tiempo que perder. Los efectos de la
guerra son un estímulo para trabajar por la unión de Europa. [5]. Hay un punto sobre el que nunca sería excesivo insistir:
II. Dos peligros. El abuso de la superioridad política y la pretensión de el abuso de una superioridad política de postguerra para eliminar
vivir de acuerdo con la gloria de un pasado ya inexistente, pueden una concurrencia económica. Nada conseguiría mejor envenenar
hacer fracasar la constitución de una unión europea. irremediablemente la obra de aproximación y de mutua inteligencia.
La cuestión fundamental. La unidad europea necesita apoyarse en [6]. Las grandes naciones del continente, con su larga historia
una base moral inquebrantable: la religión. La religión es base de la tan llena de recuerdos de gloria y de poderío, pueden también hacer
unidad. Hay que llegar, por tanto, al reconocimiento político expreso fracasar la constitución de una unión europea, expuestas como es-
de los derechos de Dios y de su ley, apoyo sólido de los derechos polí-
ticos y sociales del hombre. tán, sin darse cuenta, a medirse a sí mismas con la escala de su pro-
III. La unión europea tiene que ser hecha por los hombres de hoy. ¿Quié- pio pasado más bien que con la medida de las realidades del presente
nes son éstos? Ni los políticos de la vieja escuela ni los políticos de la y de las previsiones del porvenir. Por esto justamente se espera de
demagogia. Los hombres nuevos de la reconstrucción europea. ellas que sepan hacer abstracción de su grandeza de antaño para
IV. Necesidad de comprensión mutua. Esperanza de resultados felices. alinearse sobre una unidad política y económica superior. Y lo ha-
Oración a Dios. rán de tanto mejor grado si no se les obliga, por una preocupación
exagerada de uniformidad, a una nivelación forzada, mientras que
el respeto de los caracteres culturales de cada uno de los pueblos
[i ]. Nos apreciamos mucho 1, señores, vuestra labor. Esta nos suscitaría, por su armoniosa variedad, una unión más fácil y más
prueba que habéis comprendido y estimado los esfuerzos que, desde estable.
hace casi diez años, Nos multiplicamos sin descanso para promover [7]. Valgan lo que valgan todas estas consideraciones y otras
un acercamiento, una unión sinceramente cordial entre todas las muchas, no tienen ni el interés ni la importancia de una cuestión,
naciones. Os lo agradecemos muy de veras. mejor dicho, de la cuestión fundamental que se impone ineludible-
[2]. Es precisamente esta solicitud la que nos inspiró el 2 de mente en materia de reconstrucción europea, y de la cual Nos no
julio pasado, cuando Nos hablamos en favor de una unión europea. tenemos el derecho de apartar nuestra atención.
1
Pío XII, discurso a los delegados asistentes al II Congreso Internacional para el esta- [8]. Nadie, a nuestro parecer, podrá rehusar suscribir esta
blecimiento de la Unión Federal Europea, u de noviembre de 1948: AAS 40 (1948) 507- afirmación: que una Europa unida, para mantenerse en equilibrio
510; E 8 (1948) 2,594. Texto original en francés.
954 PIÓ XII
COKSIDBKACIOXliS KN TORNO A I,A UNIÓN EUROPEA 955
y para allanar las diferencias que surjan en su propio continente
—sin hablar ahora de su influencia en la seguridad de la paz mun- también la comprensión necesaria en estas circunstancias, la com-
dial—, tiene necesidad de apoyarse en una base moral inquebran- prensión sin la cual toda tentativa está llamada al fracaso? He aquí
table. ¿Dónde encontrar esta base? Dejemos que responda la his- el problema; exige una solución si se quiere llegar a la realización
toria: hubo un tiempo en que Europa formaba, en su unidad, un de la unión europea.
todo compacto, y, en medio de todas las debilidades, a pesar dé to- [15 ]. Gracias a Dios, el movimiento enrola ya y arrastra a tan-
dos los desalientos humanos, esta unidad constituía para ella una tos hombres de bien, a tantos hombres de empuje, que Nos no de-
fuerza; merced a esta unión, Europa realizaba grandes cosas. Ahora jaremos de esperar que se acabará por encontrar el verdadero reme-
bien, el alma de esta unidad era la religión, que impregnaba a fondo dio a los males de este continente. En todo caso, con la más viva
toda la sociedad de fe cristiana. simpatía, Nos rogamos al Padre de las luces que os ilumine, que os
[9]. Desde el momento en que la cultura se separó de la reli- asista en vuestros trabajos y bendiga vuestros esfuerzos orientados
gión, la unidad quedó disgregada. A lo largo de la historia, prosi- a una paz tan ardientemente anhelada.
guiendo como una mancha de aceite su avance lento, pero'continuo,
la irreligión ha penetrado más y más en la vida pública, y es a ella
a la que ante todo debe este continente sus desgarraduras, su males-
tar y su inquietud.
fio]. Si, pues, Europa quiere salir de esta situación, ¿no es
necesario que restablezca en sí misma el vínculo entre la religión
y la civilización?
[11]. Por esta causa, Nos hemos sentido gran placer al leer,
al frente de las resoluciones de la Comisión cultural, redactadas
a continuación del Congreso de La Haya en el pasado mayo, la men-
ción de «la común herencia de la civilización cristiana». Sin embargo,
esto no será bastante si no se llega hasta el reconocimiento expreso
de los derechos de Dios y de su ley, fondo sólido sobre el cual están
anclados los derechos del hombre. ¿Cómo podrían estos derechos,
aislados de la religión, asegurar la unidad, el orden y la paz ?
[12]. Además, ¿se olvidarán de enumerar entre los derechos
del hombre los derechos de la familia, los de los padres y los de los
hijos? La Europa unida no puede edificarse sobre una simple idea
abstracta. Tiene que tener como soporte necesario hombres vivos.

I
¿Quiénes serán estos hombres? Muy difícilmente podrán serlo los
antiguos dirigentes de las viejas potencias europeas: han desapare-
cido o ya no tienen influencia. Menos todavía los elementos de una
masa tal como Nos la definimos en nuestro mensaje de Navidad
de 1944; la verdadera democracia con su ideal de sana libertad
e igualdad no tiene adversario más temible.
[13]. Debemos, pues, preguntarnos: ¿de dónde vendrá el lla-
mamiento más apremiante a la unidad europea? Vendrá de los
hombres que amen sinceramente la paz, de los hombres de orden
y de calma, de los hombres que—al menos en su intención y en su
voluntad—no están «desarraigados» y que encuentran en la vida de
familia honrada y feliz el primer objeto de su pensamiento y de su
dicha. He aquí los que levantarán sobre sus espaldas el edificio de
una Europa unida. Mientras no se dé oídos a su llamamiento, no
se hará nada durable, nada que esté a la medida de la crisis actual.
[14], Por fin, Nos nos hacemos esta pregunta: ¿se hallará
ÜRAVI 96T
Un doble deber sagrado indispensable para mejorar la situación pre-
sente. Fidelidad a la verdad revelada. Cumplimiento exacto de la jus-
GRAVl ticia y del amor.
El año transcurrido—1948—ha dado extensas muestras de fervor de
Dos obligaciones del cristiano en el mundo moderno vida. Ni la guerra ni las insidias son capaces de cerrar las fuentes de
vida de la Iglesia. Una vida nueva bulle sobre todo en la juventud
católica. Son millares los hombres que soportan las duras horas pre-
sentes con heroísmo sublime. Alabanza y agradecimiento por su des-
conocida, pero real entrega a Dios.
Sin embargo, hay que señalar también el hecho de muchos naufra-
gios dolorosos en la fe. La Iglesia espera—orando—la vuelta de los
que se han ido. Son injustos ciertos reproches lanzados contra la Iglesia
católica. La dolorosa situación de quienes se han visto separados a la
fuerza del seno de la Iglesia católica.
El décimo mensaje navideño de Pió XII prolonga el tema constante
de la paz. Presenta una parte introductoria dedicada al examen del El cristiano católico en el atormentado mundo moderno. La fidelidad
año transcurrido—1948—. Junto a las auténticas señales de un nuevo a la verdad revelada no implica indiferencia en el cristiano frente a los
y vigoroso fervor de vida y junto a los heroísmos sublimes de muchos deberes de la hora presente. Al contrario, el cristiano debe consagrarse
a la resolución de los problemas que la vida de hoy presenta en todos
católicos, el Papa señala el contraste doloroso de los naufragios en la
los campos.
fe y de las separaciones amargas provocadas por ciertas confesiones U n cristiano no puede encerrarse en un cómodo aislacionismo. El
ortodoxas subordinadas servilmente a los dictados de una concepción cristiano debe estimular los avances hacia una justa comunidad de los
social y política anticristiana. Y, por lo que toca al problema de la paz, pueblos. Hay que arrancar a los Estados de las estrecheces de una
el mundo permanece todavía en la misma encrucijada del año anterior. mentalidad egocéntrica.
Por esto el Papa recuerda a los cristianos católicos un doble deber:
fidelidad absoluta a la verdad revelada y cumplimiento exacto de los Frente a la amenaza de una nueva guerra, el cristiano debe albergar
en sí y fomentar en los demás una voluntad verdadera de paz. Dos
deberes de justicia y caridad.
posturas contrarias a la paz. Caracteres de la voluntad cristiana de paz.
El cristiano no debe retraerse del mundo, porque la situación de la La verdadera voluntad cristiana de la- paz viene de Dios. Tiene
humanidad exige a voces un remedio definitivo, y éste sólo puede ser también sus armas. Las principales son la oración y el amor.
proporcionado por los hijos fieles de la Iglesia. Por esto el cristiano debe Es fácilmente reconocible. Nunca convierte una cuestión de pres-
consagrarse en la medida de sus posibilidades a la resolución de los pro- tigio nacional en un caso de guerra. Nunca reivindica por la fuerza
blemas de hoy. El abstencionismo es ilícito. Frente a las fuerzas de la los legítimos derechos propios. Busca siempre la solidaridad inter-
disgregación social y política, todo hijo de la Iglesia debe apoyar con nacional. Todo violador del derecho debe ser desterrado de la sociedad
lealtad y energía los esfuerzos que se hacen por lograr el establecimiento civil.
de una comunidad de naciones. Frente a la amenaza de una nueva Es práctica y realista. Procura siempre remover o mitigar todo lo
guerra y la consiguiente psicosis prebélica producida por ella, el cris- que puede ser causa de conflicto bélico. Sobre todo en la cuestión de
los espacios vitales y en el problema de la escasez de materias primas
tiano debe fomentar en sí mismo y difundir a su alrededor una enér-
propugna una política realista de leal entendimiento.
gica y serenante atmósfera de voluntad cristiana de paz, de esta volun-
Es señal de fuerza, no de debilidad. Toda guerra de agresión es
tad cristiana de paz que viene de Dios, es fácilmente reconocible y es delito. Ante una agresión, ni el pueblo agredido ni la comunidad de
práctica, realista y vigorosa al mismo tiempo. Y frente al espíritu de Estados deben quedar en una indiferencia pasiva. La indiferencia ante
agresión hay que levantar, finalmente, la bandera de la solidaridad la guerra de agresión es sumamente nociva. No hace más que alentar
de los hombres y de los pueblos. El precepto de la paz es de derecho divino. a los fautores de la agresión. El cristiano aborrece la guerra por la ra-
dical injusticia de ésta."
SUMARIO El precepto de la paz es de derecho divino. La defensa contra la
agresión de ciertos bienes es plenamente legítima. A esta defensa está
I. El mandato de Jesucristo al supremo pastor de la Iglesia: enseñar a obligada la comunidad de las naciones. Así es como se evita la guerra
los fieles las normas que, substancialmente inmutables, deben adap- o se disminuyen al menos sus males.
tarse a las necesidades de los tiempos: nos urge con especial fuerza Los estímulos de la voluntad de paz. La mirada del Niño de Belén.
en este décimo año de nuestro pontificado.
Hay que derribar los prejuicios del nacionalismo y de la raza. Traba-
La situación presente de la humanidad. ¿Cómo avanzar por el es-
jad por la paz unidos a todos los que comulgan en este alto ideal.
pinoso sendero de la paz? El mundo se halla en una encrucijada. Es
hora de consolidar a todos en la verdad. El Señor está más cerca que Exhortación particular a la juventud católica. Lleváis sobre vues-
nunca de su Iglesia. tros hombros la responsabilidad del mañana. Procurad hacer del mun-
do una Domus Pacis. Palestina no parece todavía completamente ase-
95á PÍO Sil
GRAVI 959
gurada del peligro de la guerra. Necesidad de un régimen internacional
en los Santos Lugares. Imploración de la asistencia divina. Bendición su aurora, de profundas y muy justificadas esperanzas, aparece,hoy,
apostólica. en su ocaso, como una de aquellas encrucijadas en las que el camino
que antes descubría alegres perspectivas parece desembocar, por el
contrario, en el borde de un precipicio, cuyas insidias y cuyos pe-
«Confirma fratres tuos» ligros llenan de creciente ansiedad a todos los pueblos nobles y ge-
[i ]. Graves y a un tiempo tiernas 1, como testamento y adiós nerosos.
de despedida de un padre amantísimo, las palabras del divino Re- [7]. Y, sin embargo, más aún, precisamente por esto, queridos
dentor a su primer Vicario en la tierra: Confirma fratres tuos—«Con- hijos e hijas, cuando la pusilanimidad comienza a apoderarse aun
firma a tus hermanos» 2 —, no han cesado de resonar en nuestro de los espíritus valientes y las dudas asaltan a los espíritus más ilu-
espíritu y en nuestro corazón desde el día en que El en su inescru- minados y resueltos, Nos nos sentimos más obligados que nunca
table designio quiso confiar a nuestras débiles manos el timón de a corresponder al divino mandamiento: Confirma fratres tuos, y os
la navecilla de Pedro. enviamos a todos, hasta los últimos confines del mundo, como nues-
tro saludo navideño, aquellas palabras con las que el profeta anun-
[2 ]. Palabras inmortales, profundamente esculpidas en lo más
ciaba la obra de la redención y la definitiva victoria del reino de
íntimo de nuestra alma, se hacen todavía más penetrantes siempre
Cristo: Fortaleced las manos desfallecidas y robusteced las rodillas va-
que, en el ejercicio del ministerio apostólico, hemos de comunicar
cilantes. Decid a los pusilánimes: Valor, no temáis; mirad que vuestro
al episcopado y a los fieles del mundo las enseñanzas, las normas
Dios... vendrá y os salvará3.
y las exhortaciones que el pleno cumplimiento de la misión salva-
dora de la Iglesia requiere, y que, sin perjuicio de su inmutabilidad
substancial, deben, sin embargo, adaptarse oportunamente a las DOBLE DEBER SAGRADO
siempre mudables circunstancias y a la variedad de los tiempos
y de los lugares. [8]. Como sucesor de aquel a quien fué dirigida la divina pro-
[3 ]. Pero con particular emoción e intensidad experimentamos mesa : Yo he rogado por ti 4 , Ños sabemos muy bien que, cuando la
en Nos mismo aquella fuerza del divino mandato en este momento, lucha con los espíritus de las tinieblas es más dura y entra en fases
en que por décima vez os dirigimos nuestro mensaje navideño a vos- definitivas y, humanamente hablando, inquietantes, tanto más se
otros, amados hijos e hijas del mundo entero, al finalizar un decenio halla entonces el Señor cercano a su Iglesia y a sus fieles. Profunda-
que por sus acontecimientos y trastornos, por sus trabajos y preocu- mente convencidos y conscientes de esta divina asistencia, Nos re-
paciones, por sus amarguras y dolores, no tiene igual en los siglos cordamos a todos aquellos que se glorían del nombre de cristianos
de la historia humana. católicos un doble deber sagrado, indispensable para el mejoramien-
to de la presente situación de la sociedad humana:
[4]. Cuando, en la última Navidad, Nos os pedíamos en esta [9]. 1) Inquebrantable fidelidad al patrimonio de la verdad
ocasión vuestras oraciones y vuestra colaboración, expresábamos el que el Redentor ha traído al mundo.
anhelo de que el entonces incipiente año 1948 fuese para Europa
2) Concienzudo cumplimiento del precepto de la justicia y del
y para toda la sociedad de los pueblos, atormentados por tantas
amor, presupuesto necesario para el triunfo sobre la tierra de un or-
divisiones, un año de férvida reconstrucción, comienzo de un rá-
den social digno del divino Rey de la paz.
pido caminar hacia una verdadera paz.
[5 ]. Hoy, al terminar un año que se había abierto con tantas
I. FERVOR DE VIDA
esperanzas, nuestra voz paterna os invita de nuevo-a vosotros, es-
píritus rectos y reflexivos; a vosotros, cristianos convencidos, a con-
[10]. Nos pecaríamos de ingratitud para con el Omnipotente,
siderar cuál es actualmente la condición de la humanidad y de la
dador de todas las gracias y consumador de todos los bienes, si no
cristiandad, y cuál es el medio para avanzar con paso franco y se-
reconociéramos que el año ya casi acabado, a pesar de todas las
guro por el sendero que tanto la dura necesidad de los tiempos como preocupaciones y de todos los dolores, ha sido rico también en san-
vuestra propia conciencia os están señalando. tas alegrías y consuelos, en felices experiencias y alentadores éxitos.
[6]. Todo el que tenga clarividencia, fuerza moral y coraje Es decir, un año durante el cual en todos los pueblos y naciones, en
para mirar cara a cara la verdad, por muy penosa y humillante que todos los países y continentes, la Iglesia ha dado indudables y es-
ésta sea, debe reconocer, sin duda, que este año de 1948, objeto, en pléndidas señales de vitalidad, de vigor, de actividad, de resistencia,
1
Pío XII, radiomensaje a los cristianos de todo el mundo, 24 de diciembre de 1948:
de rápidos progresos, que no solamente corroboran las más lumino-
AAS2 41 (1949) 5-15. Texto original en italiano.
Le. 22,32. ' Is. 35,3-4-
4
Le, 23,3«.
960 rio XII GRAVI »ei
sas esperanzas en el campo espiritual, sino que también han produ-
cido manifiestos frutos en las gigantescas polémicas en que la hu- Naufragios dolorosos
manidad se encuentra envuelta en la lucha por su restablecimiento
y su pacificación. [13 ]. Sin embargo, si la constancia y la firmeza de tantos her-
[ i i ] . Una magnífica serie de solemnidades religiosas, de con- manos en la fe es para Nos fuente de alegría y de santo orgullo,
gresos eucarísticos y marianos, de importantes centenarios y de no podemos sustraernos a la obligación de mencionar también a
grandiosas asambleas han mostrado a todo observador imparcial que aquellos cuyos pensamientos y sentimientos llevan el sello del espí-
ni la guerra, ni la postguerra, ni la tenacidad de los enemigos de ritu y de las dificultades de la hora presente. ¡Cuántos han sufrido
Cristo, en sus propósitos disolventes y destructores, han sido capa- detrimento y hasta han naufragado en la fe y en la misma creencia
ces de alcanzar, para agotarlas o contaminarlas, las puras fuentes en Dios! ¡Cuántos, intoxicados por un ambiente de laicismo o de
de las que la Iglesia recibe desde hace casi veinte siglos su fuerza hostilidad hacia la Iglesia, han perdido la lozanía y la serenidad de
vital. Por todas partes nace y bulle una nueva vida que, especial- una fe que hasta ahora había sido el apoyo y la luz de su vida!
mente entre la juventud católica, se afana por llevar las verdades del Otros, bruscamente desarraigados y arrancados del suelo nativo,
Evangelio y la fuerza salutífera de su doctrina a todos los campos caminan a la ventura, expuestos, especialmente los jóvenes, a un
de la vida humana, para provecho y salvación incluso de aquellos decaimiento espiritual y moral, cuyo peligro no se puede suficiente-
que hasta ahora, con grave daño propio, habían cerrado su corazón mente valorar.
a tan benéfica actuación. [14]. La mirada materna de la Iglesia sigue a esas almas,
temporalmente perdidas o puestas en peligro, con amor vigilante
Heroísmos sublimes y con redoblada solicitud. La Iglesia no se irrita. La Iglesia ora.
La Iglesia espera: espera la vuelta de aquellos hijos, deseosa de
[12]. Las duras pruebas que la Iglesia ha sufrido a causa de encontrar los medios aptos para acelerar esta hora. Por esto no
la guerra y de la postguerra, las pérdidas dolorosas y los graves retrocede ante ningún sacrificio; ninguna pena le es demasiado
daños que la han afligido, no han hecho otra cosa que convertir en grave para tal fin. Está dispuesta a todo. A todo, menos a una cosa:
más confortante y vigorosa su energía y su fortaleza; combatida que no se le pida obtener el retorno de los hijos separados de ella
por las tempestades y por las olas, ha conservado intacta e inviola- —ya en tiempos pasados, ya recientemente—al precio de cualquier
ble su substancia vital, y en todos los pueblos, en los que profesar menoscabo o mancha en el depósito de la fe cristiana, confiado a
la fe católica equivale, en realidad, a sufrir persecuciones, se han su custodia.
encontrado y se encuentran siempre millares de valientes que, im-
pávidos en medio de los sacrificios, de las proscripciones y de los Amargas separaciones
tormentos; intrépidos ante las cadenas y la muerte, no doblan su
rodilla ante el Baal del poder y de la fuerza bruta 5 . El gran público [15 ]. Nos parece oportuno aclarar brevemente algunas ásperas
ignora las más de las veces sus nombres, pero están escritos con afirmaciones que han brotado de los labios de algunos disidentes
caracteres indelebles en los anales de la Iglesia. Es para Nos un contra la Iglesia católica y el Papado. Nuestro deber de caridad y
deber el glorificar a esos fieles y a esos fuertes, a esos infatigables amor no queda disminuido, ciertamente, ni por los ataques ni por
y a esos valientes, a esos elegidos y a esos bendecidos por Dios, para las injurias. Nos sabemos distinguir entre los pueblos, privados fre-
quienes las dificultades de los tiempos presentes, los dolores y las cuentemente de su libertad, y los sistemas que los gobiernan. Nos
lagrimas maternales de la Esposa de Cristo no son escándalo ni conocemos la servil dependencia que algunos representantes de la
locura, sino ocasión y estímulo poderoso para manifestar, no con confesión llamada «ortodoxa» manifiestan hacia una concepción cuyo
palabras, sino con hechos, la rectitud y el desinterés de sus senti- fin, repetidamente proclamado, es la eliminación de toda religión
mientos, su absoluta fidelidad, la sublime generosidad de sus cora- cristiana. Nos no ignoramos el amargo camino que han de recorrer
zones. Faltan palabras para reconocer dignamente y para ensalzar muchos de nuestros amados hijos e hijas, a los cuales un abierto
como se merece el heroísmo de estos fidelísimos entre los fieles. sistema de violencia ha arrastrado a separarse formalmente de la
A cada uno d e ellos llegue la expresión de nuestra alabanza y de Madre Iglesia, a la cual les unían sus más íntimas convicciones.
nuestra gratitud. El Señor, que ha prometido acordarse ante su Con corazón conmovido admiramos la heroica firmeza de unos;
Padre celestial de quienes le confesaren ante los hombres 6 , será con profundo dolor y con no menor amor paternal contemplamos
su eterna recompensa.
las angustias espirituales de otros, cuya fuerza exterior de resistencia
ha cedido bajo el exceso de una injusta presión y ha experimentado
5 Cf. 3 R e g . 19,18.
<s Cf. M t . 10,32. c
externamente una separación que su corazón aborrece y su concien-
cia reprueba.
Doctr. bontii. a 31
Wi'¿ PÍO XII
GRAVl 963
II. E L CRISTIANO CATÓLICO EN EL ATORMENTADO •tés oposiciones y obstáculos, pero que tienden a sacar a cada uno
MUNDO MODERNO de los Estados de las estrecheces de una mentalidad egocéntrica;
mentalidad que ha tenido una parte preponderante en la responsa-
[16]. La fidelidad del cristiano católico al divino patrirrionio bilidad de los conflictos del pasado y que, si no fuese, finalmente,
de la verdad, legado por Jesucristo al magisterio de la Iglesia» no lo vencida o a lo menos refrenada, podría conducir a nuevas confla-
condena en modo alguno:—como no pocos creen o muestran creer— graciones, tal vez mortales para la civilización humana.
a una desconfiada reserva o a una fría indiferencia frente a los graves
y urgentes deberes de la hora presente.
La amenaza de una nueva guerra
[17]. Por el contrario, el espíritu y el ejemplo del Señor, que
vino para buscar y salvar lo que estaba perdido; el precepto del amor, [21]. Nunca, desde que cesaron las hostilidades, los espíritus
y, en general, el sentido social que irradia de la buena nueva; la se han sentido tan oprimidos como hoy por la amenaza de una nueva
historia de la Iglesia, que demuestra cómo ésta ha sido siempre el guerra y por el ansia de la paz. Se mueven entre dos polos opuestos.
más firme y constante apoyo de todas las fuerzas del bien y de la Algunos repiten el antiguo refrán, no del todo falso, pero que se
paz; las enseñanzas y las exhortaciones de los Romanos Pontífices, presta a ser mal entendido y del que se ha abusado con frecuencia:
especialmente en el curso de los últimos decenios, sobre la conducta Si vis pacem, para bellum: «Si quieres la paz, prepara la guerra». Otros
de los cristianos para con el prójimo, la sociedad y el Estado; todo
creen encontrar la salvación en la fórmula ¡Paz a toda costa! Ambas
esto proclama la obligación del creyente de ocuparse, según su con-
partes quieren la paz, pero ambas la ponen en peligro; los unos,
dición y sus posibilidades, con desinterés y valor, en las cuestiones
que un mundo atormentado y agitado debe resolver en el campo porque despiertan la desconfianza; los otros, porque alientan la
de la justicia social, no menos que en el orden internacional del seguridad de quien prepara la agresión. Por esto, una y otra parte
derecho y de la paz. comprometen, aun sin quererlo, la causa de la paz, precisamente
en un tiempo en el que la humanidad, extenuada bajo el peso de los
[18]. Un cristiano convencido no puede encerrarse en un armamentos, angustiada por la previsión de nuevos y más graves
cómodo y egoísta «aislacionismo» cuando es testigo de las necesida- conflictos, tiembla ante el solo pensamiento de una futura catástrofe.
des y de las miserias de sus hermanos; cuando le llegan los gritos Por esto Nos querríamos indicar brevemente cuáles son los caracteres
de socorro de los económicamente débiles; cuando conoce las aspi- de una verdadera voluntad cristiana de paz.
raciones de las clases trabajadoras hacia unas más normales y justas
condiciones de vida; cuando se da cuenta de los abusos de una
concepción económica que pone el dinero por encima de todos los La verdadera voluntad cristiana de paz
deberes sociales; cuando no ignora las desviaciones de un intransi- 1) Viene de Dios
gente nacionalismo, que niega o conculca la solidaridad entre todos
los pueblos, solidaridad que impone a cada uno múltiples deberes [22]. La voluntad cristiana de paz viene de Dios. El es el
para con la gran familia de las naciones. Dios de la paz 7 ; Dios ha creado el mundo para que éste sea morada
de paz; Dios ha dado su precepto de paz, de aquella «tranquilidad
ha comunidad de los pueblos en el orden» de que habla San Agustín.
[23]. La voluntad cristiana de paz tiene también sus armas.
[19]. La doctrina católica sobre el Estado y la sociedad civil
Pero las principales son la oración y el amor: la oración constante
se ha fundado siempre en el principio de que, según la voluntad
divina, los pueblos forman todos ellos una comunidad que tiene al Padre celestial, Padre de todos nosotros; el amor fraterno entre
fin y deberes comunes. Incluso en un tiempo en el que la proclama- todos los hombres y todos los pueblos, como hijos todos del mismo
ción de este principio y de sus consecuencias prácticas levantaba Padre, que está en los cielos; el amor que con la paciencia logra
violentas reacciones, la Iglesia ha negado su consentimiento al erró- mantenerse siempre dispuesto y pronto para entenderse y para
neo concepto de una soberanía absolutamente autónoma y exenta ponerse de acuerdo con todos.
de las obligaciones sociales. [24]. Estas dos armas derivan de Dios, y donde faltan, donde
[20 ]. El cristiano católico, convencido de que todo hombre es solamente se sabe manejar armas materiales, no puede existir una
su prójimo y de que todo pueblo es miembro, con iguales derechos, verdadera voluntad de paz. Porque estos armamentos puramente
de la familia de las naciones, se asocia de todo corazón a aquellos materiales despiertan necesariamente la desconfianza y crean como
generosos esfuerzos, cuyos primeros resultados pueden ser bien un clima de guerra. ¿Quién no ve, por esto, cuan importante es
modestos y cuyas manifestaciones chocan frecuentemente con fuer-; 7
Rom. 15,33
964 PÍO XII GKAVI 966

para los pueblos conservar y consolidar la vida cristiana y cuan 4) Es señal de fuerza. La solidaridad de los pueblos,
grave es su responsabilidad en la elección y vigilancia de aquellos contra el espíritu de agresión
a quienes confían la inmediata disposición de los armamentos? [28]. La verdadera voluntad cristiana de paz es fuerza, no
debilidad o cansada resignación. Se identifica con la voluntad de
2) Es fácilmente reconocible
paz del eterno y omnipotente Dios. Toda guerra de agresión contra
[25]. La voluntad cristiana de paz es fácilmente reconocible. aquellos bienes que el ordenamiento divino de la paz obliga incon-
Obediente al divino precepto de la paz, no hace jamás, de una dicionalmente a respetar y a garantizar, y, por consiguiente, también
cuestión de prestigio o de honor nacional, un caso de guerra, ni a proteger y defender, es pecado, delito, atentado contra la majestad
siquiera solamente una amenaza de guerra. Guárdase bien de in- de Dios, creador y ordenador del mundo. Un pueblo amenazado
tentar por la fuerza de las armas la reivindicación de derechos que, o víctima ya de una injusta agresión, si quiere pensar y obrar cris-
por muy legítimos que sean, no compensan el riesgo de promover tianamente, no puede permanecer en una indiferencia pasiva; con
un incendio con todas sus tremendas consecuencias espirituales tanta mayor razón la solidaridad de la familia de los pueblos prohibe
y materiales. a los demás el comportarse como simples espectadores en una
[26]. Aquí igualmente se manifiesta la responsabilidad de los actitud de impasible neutralidad. ¿Quién podrá jamás valorar los
pueblos en los problemas capitales de la educación de la juventud, daños causados ya en el pasado por esta indiferencia, bien ajena del
de la formación de la opinión pública, que los métodos y los medios sentir cristiano, ante la guerra de agresión? ¡Cómo ha hecho probar
modernos hacen hoy día tan impresionable y mudable en todos más agudamente el sentido de la falta de seguridad entre los «gran-
los campos de la vida nacional. Ahora bien, esta acción debe ejerci- des», y sobre todo entre los «pequeños»! ¿Ha traído acaso esa indi-
tarse asiduamente para revalorizar la solidaridad de todos los Estados ferencia como compensación alguna otra ventaja? Al contrario, no
en la defensa de la paz. Todo violador del derecho debe ser colocado, ha hecho más que asegurar y alentar a los autores y a los fautores
como perturbador de la paz, en una infamante soledad lejos de la de la agresión, poniendo a cada uno de los pueblos, abandonados a
sociedad civil. ¡Ojalá que la Organización de las «Naciones Unidas» sí mismos, en la necesidad de aumentar indefinidamente sus ar-
pueda llegar a ser la plena y pura expresión de esta solidaridad mamentos.
internacional de la paz, borrando de sus instituciones y de sus esta- [29 ]. Apoyada, pues, en Dios y en el orden por El establecido,
tutos todo vestigio de su origen, que fué necesariamente una soli- la voluntad cristiana de paz es fuerte como el acero. Es de un temple
daridad de guerra! muy distinto al del simple sentimiento de humanidad, hecho las
más de las veces de una pura impresionabilidad, que no aborrece
3) Es práctica y realista la guerra más que por sus horrores y atrocidades, por sus destruc-
[27]. La voluntad cristiana de paz es práctica y realista. Su ciones y consecuencias, pero no también por su injusticia. A un
fin inmediato es remover, o al menos mitigar, las causas de las ten- sentimiento semejante, de carácter eudaimonístico y utilitario y de
siones que agravan moralmente y materialmente el peligro de gue- origen materialista, le falta la sólida base de una estricta e incondi-
rra. Estas causas son, entre otras, principalmente la relativa estrechez cional obligación. Es el creador de ese terreno en el que se alinean
del territorio nacional y la escasez de materias primas. Por consi- el engaño del estéril compromiso, la tendencia a salvarse a costa
guiente, en vez de enviar los alimentos, con grandísimos gastos, a de los demás y, en todo caso, el afortunado éxito del agresor.
las poblaciones prófugas, amontonadas sin criterio alguno en cual- [30]. Esto es tan verdadero, que ni la sola consideración de
quier lugar, ¿por qué no facilitar la emigración y la inmigración los dolores y de los males derivados de la guerra ni la cuidadosa
de las familias, dirigiéndolas hacia regiones donde encontrarán más dosificación de la acción y de la utilidad valen, finalmente, para
fácilmente los víveres que necesitan? Y en vez de restringir, frecuen- determinar si es moralmente lícito o incluso, en algunas circuns-
temente sin justos motivos, la producción, ¿por qué no dejar al
tancias concretas, obligatorio (siempre que haya probabilidad fun-
pueblo la posibilidad de producir según su normal potencialidad,
dada de éxito), rechazar con la fuerza al agresor.
y ganar asi el pan de cada día como fruto de su actividad, antes que
recibirlo como un donativo? Finalmente, en vez de alzar barreras
para impedirse recíprocamente el acceso a las materias primas, ¿por El precepto divino de la paz
qué no dejar el uso y el cambio de las mismas libre de todas las trabas
no necesarias, de aquellas sobre todo que crean una perjudicial [31]. Una cosa, sin embargo, es cierta: el precepto de la paz
desigualdad en las condiciones económicas? es de derecho divino. Su fin es la protección de los bienes de la
humanidad, en cuanto bienes del Creador. Ahora bien, entre estos
bienes hay algunos de tanta importancia para la humana convivencia,
que su defensa contra la injusta' agresión es, sin duda, plenamente
!«>(> PÍO X I I GRAVI mi

legítima. A esta defensa está obligada también la solidaridad de las os contentéis con edificar la Domus Pacis en la Vía Aurelia. Aquélla
naciones, que tiene el deber de no dejar abandonado al pueblo agre- será sólo el símbolo de vuestra voluntad de paz; pero ahora se trata
dido. La seguridad de que tal deber no ha de quedar sin cumplirse de poner en práctica todos vuestros tesoros de consagración y de
servirá para desalentar al agresor y, consiguientemente, para evitar tenacidad para hacer del mundo mismo una Domus Pacis, sobre la
la guerra o, al menos, en la peor hipótesis, para abreviar sus sufri- cual el espíritu y las promesas de Belén aleteen serenamente y
mientos. donde la atormentada humanidad encuentre, finalmente, la paz.
[32]. De esta manera es como queda mejorado el refrán Si vis [37 ]. Con esta esperanza invocamos la protección del Altísimo
pacem, para bellum, como también la fórmula «Paz a toda costa». sobre todos los pueblos y naciones, sobre aquellos que se hallan
Lo que importa es la sincera y cristiana voluntad de paz. A tenerla más expuestos que los otros a las amenazas de la guerra, a las agita-
nos impulsan, sin duda, el espectáculo de las ruinas de la última gue- ciones y a las devastaciones. Y en esta víspera de Navidad, ¿cómo no
rra, la silenciosa condena que sale de los grandes cementerios, donde ha de dirigirse nuestro pensamiento una vez más hacia aquella tierra
se alinean en filas interminables las tumbas de sus víctimas; la aún de Palestina, donde el Hijo de Dios hecho hombre pasó su vida
insatisfecha nostalgia de los prisioneros y de los prófugos, la angustia terrena; Palestina, donde, a pesar de la suspensión de las hostilida-
y el abandono de no pocos detenidos políticos, cansados de ser des, no aparece todavía un seguro fundamento de paz? ¡Ojalá que,
injustamente perseguidos. Pero aún más debe estimularnos la voz al fin, pueda encontrarse una feliz solución que, mientras acuda a
potente del precepto divino de la paz, la mirada dulcemente pe- socorrer las necesidades de tantos millares de desgraciados prófugos,
netrante del divino Niño del pesebre. satisfaga al mismo tiempo a los deseos de toda la cristiandad, ansiosa
de salvaguardar los Santos Lugares, haciéndolos libremente accesi-
[33 ]. Escuchad, resonando en la noche como las campanas de
bles y protegidos mediante la constitución de un régimen interna-
Navidad, las admirables palabras del Apóstol de las Gentes, esclavo
cional !
él mismo primeramente de los mezquinos prejuicios del orgullo
nacionalista y racista, derribados con él en el camino de Damasco: [38]. Nos imploramos igualmente la asistencia divina sobre
El [Jesucristo] es nuestra paz, El que hizo de los dos pueblos uno..., cuantos quieren consagrarse a la seguridad y al perfeccionamiento de
matando en sí toda enemistad... Y ha venido para anunciar la paz a la paz con sus oraciones y su activa colaboración: a los regidores de
vosotros, que estabais alejados, y a aquellos que estaban vecinos 8 . los pueblos, a cuantos puedan ejercitar un eficaz influjo sobre la
opinión pública, como en general a aquellos de quienes los pueblos
[34]. Por esto, Nos en esta hora, con toda la fuerza de nuestra
están más fácilmente dispuestos a acoger las sinceras invitaciones a
voz, os conjuramos, amados hijos e hijas del mundo entero: Trabajad
la paz; sobre las innumerables hileras de las víctimas de la guerra
por la paz según el corazón del Redentor. Juntamente con todas las
y sobre otros muchos, cuya mísera condición se hace cada día tanto
almas rectas que, aun sin militar en vuestras filas, están unidas a
más dolorosa, cuanto más se prolonga la intolerable espera de una
vosotros en la comunidad de este ideal, esforzaos por difundir y
definitiva paz, moralmente justa y duradera, exenta de todo prejui-
por hacer triunfar la voluntad cristiana de paz.
cio o superstición de raza y de sangre.
Exhortación a la juventud católica [39]. Entretanto, esperando de la gracia divínala realización
de estos ardientes deseos, impartimos de corazón a todos vosotros,
[35]. Pero con particular confianza nuestra llamada se dirige queridos hijos e hijas, unidos a Nos con el vínculo de la fe y del
a la juventud católica. Las inolvidables manifestaciones del pasado amor, nuestra paterna bendición apostólica.
septiembre reunieron en Roma, en una multitud sin precedentes, a
los representantes de la juventud católica llegados desde las más
diversas naciones. Con luminosa claridad" han demostrado su soli-
daridad en la voluntad de paz.
[36]. En aquella ocasión, desde la escalinata de nuestra pa-
triarcal Basílica Vaticana, en presencia de una juventud entusiasta,
bendijimos la primera piedra de la Domus Pacis que se va a cons-
truir: la casa de la paz, destinada a dar a la juventud del mundo
católico, frente a la cúpula de San Pedro, la conciencia de pertenecer
a una gran familia que abraza con igual amor a todos sus hijos.
A vosotros, jóvenes, que en la flor de vuestra edad lleváis la respon-
sabilidad de un mañana todavía tan incierto, Nos os decimos: No
8
E c h . 2,14.16.17.
PRENSA CATÓLICA Y OPINIÓN PÚBLICA 9(59

PRENSA CATÓLICA Y OPINIÓN espontaneidad en el reflejo de la opinión pública, la prensa católica


tiene el grave deber de reducir al mínimo este continuo peligro. For-
PUBLICA mación y cualidades de estilo requeridas en el periodista católico.
Pero lo principal es ser hombre de carácter. El periodista católico no
debe «hacer» la opinión, debe «servir» a la opinión pública.
VI. El totalitarismo es un enemigo nato de la genuina opinión pública.
Esta oposición ha sido comprobada una vez más con ocasión de un
reciente discurso pontificio sobre las normas objetivas del derecho.
En el campo jurídico, la prensa católica tiene una gran misión que
realizar: la expresión clara del pensamiento del pueblo ante el meca-
nismo legislativo, cada vez más complejo, de los Estados modernos.
Él tema central de este importante discurso dirigido al I Congreso Esta concepción católica de la opinión pública y del servicio que
Internacional de la Prensa Católica es la opinión pública y el servicio a ella rinde la prensa es, además, una sólida garantía de paz.
VIL Una última palabra sobre la opinión pública en el seno de la Iglesia.
que a ésta debe prestar una prensa rectamente concebida y eficazmente
La Iglesia, en las materias discutibles, tiene necesidad de una opinión
realizada. Después de exponer el concepto genuino de la opinión pública pública. La prensa católica tiene que saber formar también esta opi-
y la misión de servicio que al periodismo católico incumbe cerca de nión pública dentro de un clima de respeto y amor a la constitución
aquélla, el Papa recuerda la hostilidad con que el totalitarismo persigue divina de la Iglesia católica. Dos extremos hay que evitar: el servilis-
a la sana opinión pública y las condiciones que ésta debe cumplir dentro mo mudo y la crítica descontrolada.
del seno de la Iglesia católica. Alabanza del periodista y de la prensa católicos. Bendición.

SUMARIO
[i ] . L a importancia de la prensa católica x , q u e representáis,
I. El objeto de este discurso es exponer algunos principios fundamen- amadísimos hijos, e n este C o n g r e s o internacional, y la g r a v e d a d
tales sobre la prensa católica en sus relaciones con la opinión pública. de los problemas q u e se p r o p o n e n a vuestro estudio, nos h a n llevado
II. La opinión pública es patrimonio de toda sociedad humana normal. a derogar, p a r a recibiros, la regla q u e N o s nos impusimos, m u y a
Una sociedad sin opinión pública es una sociedad enferma. Esta ca- pesar n u e s t r o , d e limitar, e incluso de s u p r i m i r d e ordinario, n u e s -
rencia puede ser debida a la acción exterior de un poder político tros discursos y nuestras alocuciones a lo largo del A ñ o Santo.
opresor o a la anemia interior de una determinada comunidad. P e r o esta vez N o s n o p o d e m o s dejar de d a r el apoyo d e n u e s t r a
III. La opinión pública es el eco de los hechos que se reflejan sobre la palabra al gran t e m a d e vuestra reunión. E s t e t e m a es t a n vasto
conciencia de los hombres responsables. Sin embargo, hoy día mu- c o m o sugestivo: la p r e n s a católica al servicio d e la verdad, d e l a
chas veces la llamada opinión pública es un simple nombre carente justicia y d e la p a z .
de contenido. Se ha perdido el sentido de la tradición. Se ha mecani-
zado al ciudadano. Se ha cortado toda espontaneidad. Es necesario, [ 2 ] . T e n i e n d o presente u n o de los aspectos capitales d e este
por tanto, buscar y formar a los hombres responsables y solidarios servicio, N o s j u z g a m o s o p o r t u n o presentar a vuestras meditaciones
que sepan ser muro sobre el que los sucesos, al chocar, se reflejen con algunos principios fundamentales relativos al papel de la p r e n s a
nitidez y espontaneidad. católica frente a la opinión pública. E s u n h e c h o q u e la prensa se
El hombre moderno padece una grave dolencia: la inconsistencia e n c u e n t r a e n t r e los principales factores q u e contribuyen a la forma-
de espíritu, la falta de carácter, la ausencia de una genuina inde-
pendencia. Hoy el instinto y la pasión son muchasveces los motivos ción y a la difusión d e ésta.
determinantes del juicio. La razón queda ál margen. Los formadores
de la opinión pública son de hecho los especialistas y los técnicos de [Concepto católico de la opinión pública}
mirada corta y horizonte estrecho. No son éstos los hombres que
pueden formar la verdadera opinión pública. [3 ] . L a opinión pública es, e n efecto, el patrimonio de t o d a
IV. La prensa católica, en su misión de servicio a la opinión pública, tro- sociedad n o r m a l c o m p u e s t a d e h o m b r e s q u e , conscientes d e s u
pieza con dificultades m u y graves, derivadas sobre todo de las viola- c o n d u c t a personal y social, están í n t i m a m e n t e ligados a la c o m u -
ciones que se infieren al orden social establecido por Dios. Ante estas nidad d e lá q u e forman parte. L a opinión pública es e n todas p a r t e s ,
dificultades, el publicista católico debe evitar el escollo de la pusila- e n definitiva, el eco natural, la resonancia c o m ú n , m á s o m e n o s e s -
nimidad y del abatimiento. La prensa católica debe oponerse a la pontánea, d e los sucesos y d e la situación actual e n sus espíritus y
desaparición progresiva d e las condiciones básicas de una sana opi- e n sus juicios.
nión pública y debe salvar lo que de aquéllas quede.
1
V. Sin embargo, la opinión pública no es infalible ni es siempre" total- Pío XII, discurso a los participantes en el I Congreso Internacional de Prensa Cató-
lica, 17 de febrero de 1950: AAS 42 (1950) 251-257; E 10 (1950) 1,201-203. Texto original
mente espontánea. Frente a los factores que tienden a mermar la en francés.
970 PÍO XII PRENSA CATÓLICA Y OPINIÓN PÚBLICA Vil

[4] Allí donde no apareciera manifestación alguna de la opi- fuerzas de las organizaciones gigantescas de masas que, encadenan-
nión pública, allí, sobre todo, donde hubiera que registrar su real do al hombre moderno en su complicado engranaje, ahogan a san-
inexistencia, sea la que sea la razón con que se explique su mutismo gre fría toda la espontaneidad de la opinión pública y la reducen
o su ausencia, se debería ver un vicio, una enfermedad, un mal de a un conformismo ciego y dócil de ideas y de juicios.
la vida social. [10]. ¿No habrá, pues, ya en estas desgraciadas naciones hom-
[5]. Dejamos aparte, evidentemente, el caso en que la opi- bres dignos de este nombre? ¿Hombres marcados con el sello de
nión pública se calla en un mundo de donde incluso la justa libertad una verdadera personalidad, capaces de hacer posible la vida inte-
está desterrada y donde, sola, la opinión de los partidos en el poder, rior de la sociedad? ¿Hombres que, a la luz de los principios cen-
la opinión de los jefes o de los dictadores, está autorizada a dejar trales de la vida, a la luz de sus fuertes convicciones, sepan contem-
oír su voz. Ahogar la voz de los ciudadanos, reducirla a un silencio plar a Dios, el mundo y todos los sucesos, grandes o pequeños,
forzado, es a los ojos de todo cristiano un atentado contra el derecho que en él se suceden? Estos hombres, al parecer, gracias a la recti-
natural del hombre, una violación del orden del mundo tal como tud de su juicio y de sus sentimientos, deberían poder edificar, pie-
dra a piedra, la sólida pared sobre la cual la voz de estos sucesos,
Dios lo ha establecido.
al chocar, se reflejaría en un eco espontáneo. ¡Sin duda alguna hay
[6]. ¿Quién no adivina las angustias, el desorden moral a todavía hombres de este temple, aunque, por desgracia, poco nu-
que este estado de cosas lanza la conciencia de los hombres de la merosos, y cada día más escasos, a medida que se ven suplantados
prensa? En verdad, Nos habíamos esperado que las experiencias por sujetos escépticos, hastiados, despreocupados, sin consistencia
demasiado duras del pasado habrían servido, al menos, como lec- ni carácter, fácilmente manejados por algunos «hacedores del juego»!
ción para librar definitivamente a la sociedad de una tiranía tan
escandalosa y acabar con un ultraje tan humillante para los perio- [11]. El hombre moderno adopta gustoso posturas indepen-
distas y para sus lectores. Sí, Nos lo habíamos esperado no menos dientes y desenvueltas. Estas no son, la mayoría de las veces, sino
vivamente que vosotros, y nuestra decepción no ha sido menos una fachada detrás de la cual se esconden pobres seres, vacíos, in-
amarga que la vuestra. consistentes, sin fuerza de espíritu para desenmascarar la mentira,
sin fuerza en el alma para resistir la violencia de los que con habili-
[7]. 1 Situación lamentable! Tan deplorable y tal vez más fu- dad saben poner en movimiento todos los resortes de la técnica
nesta todavía por sus consecuencias es la de los pueblos donde la moderna, todo el arte refinado de la persuasión para despojarlos
opinión pública permanece muda, no por haber sido amordazada de su libertad de pensamiento y hacerlos semejantes a las frágiles
por una fuerza exterior, sino porque le faltan aquellos presupuestos «cañas agitadas por el viento» 2 .
interiores que deben hallarse en todos los hombres que viven en
comunidad. [12]. ¿Se atrevería alguien a decir con seguridad que la ma-
yoría de los hombres es apta para juzgar, para apreciar los hechos
y las corrientes en su verdadero peso, de suerte que la opinión sea
[Los verdaderos formadores de la opinión pública ] guiada por la razón? Es ésta, sin embargo, una condición sine qua
[8]. Nos reconocemos en la opinión pública un eco natural, non de su valor y de su salud. ¿No se ve, en lugar de esto, cómo
una resonancia común, más o menos espontanea, de los hechos y de ^esta manera—la única legítima—de juzgar a los hombres y las cosas
las circunstancias en el espíritu y en los juicios de las personas que según reglas claras y justos principios es repudiada como un obs-
se sienten responsables y estrechamente ligadas a la suerte de su táculo de la espontaneidad y cómo, por el contrario, el impulso
comunidad. Nuestras palabras indican así otras tantas razones por y la reacción sensitivos del instinto y de la pasión son exaltados
las cuales la opinión pública se forma y se expresa tan difícilmente. como los únicos «oalores de la vida»? Bajo la acción de este prejui-
Lo que hoy día se llama opinión pública no es muchas veces más cio, lo que queda de la razón humana y de su fuerza de penetración
que el nombre, un nombre vacío de sentido, algo como un vago en el profundo dédalo de la realidad es poca cosa. Los hombres de
rumor, una impresión artificiosa y superficial; nada de un eco es- buen sentido no cuentan; quedan aquellos cuyo campo visual no
pontáneo despertado en la conciencia de la sociedad y dimanan- se extiende más allá de su estrecha especialidad ni más arriba del
te de ésta. poder puramente técnico. No es de estos hombres de quienes se
puede esperar ordinariamente la educación de la opinión pública
[9]. Pero ¿dónde encontrar a estos hombres profundamente ni la firmeza frente a la astuta propaganda que se arroga el privile-
penetrados del sentimiento de su responsabilidad y de su estrecha gio de moderarla a su gusto. En este terreno, los hombres de espíritu
solidaridad con el medio en que viven? Ya no hay tradiciones, ni cristiano, sencillo, recto, pero claro, aunque la mayor parte de las
hogar estable, ni seguridad de la vida, ni nada de todo lo que hu- veces no tengan muchos estudios, son muy superiores a aquéllos.
biera podido mantener a raya la obra de la disgregación y, con
demasiada frecuencia, de la destrucción. Añadid el abuso de las 2 Mt. 11,7.
t r i o XII

[l.a prensa católica, al servicio de la opinión pública}


[13]. Los hombres a quienes debería tocar la misión de es-
PKENSA CATÓLICA V OPINIÓN PÚBLICA

[17 ]. Esta delicada tarea supone, en los miembros de la prensa


católica, competencia, una cultura general sobre todo filosófica y
teológica, cualidades de estilo, tacto psicológico. Pero lo que le es
973

clarecer y guiar a la opinión pública se ven frecuentemente, los indispensable, en primer lugar, es el carácter. El carácter, es decir,
unos por su mala voluntad o por su insuficiencia, los otros por im- sencillamente, el amor profundo e inalterable al orden divino, que
posibilidad o por presión, en una mala postura para dedicarse a ello a b r a » y anima todos los dominios de la vida; amor y respeto que el
con libertad y con éxito. Esta situación desfavorable afecta particu- periodista católico no debe contentarse con sentir y nutrir en el secre-
larmente a la prensa católica en su actuación al servicio de la opi- to de su propio corazón, sino que debe cultivar en los de sus lectores.
nión pública. Porque todas las deficiencias, las incapacidades de En ciertos casos, la llama que así salta bastará para encender o para
que Nos acabamos de hablar, tienden a la violación de la organiza- reavivar en ellos la centellita casi muerta de las convicciones y de
ción natural de la sociedad humana tal como Dios la ha querido, los sentimientos dormidos en el fondo de su conciencia. En otros
a la mutilación del hombre, que, formado a imagen de su Creador casos, su amplitud de miras y de juicio podrá abrir sus ojos, fijados
y dotado por El de inteligencia, había sido colocado en el mundo con excesiva timidez en prejuicios tradicionales. En los unos como
para enseñorearlo, totalmente penetrado de la verdad y dócil a los en los otros, el periodista católico se guardará siempre de «hacer»
preceptos de la ley moral, del derecho natural y de la doctrina so- la opinión; más bien, ambicionará servirla.
brenatural contenida en la revelación de Cristo. [18]. Nos creemos que esta concepción católica de la opinión
[14]. En esta situación, el mal más temible para el publicista pública, de su funcionamiento y de los servicios que le presta la
católico sería la pusilanimidad y el abatimiento. Ved la Iglesia: des- prensa, es completamente justa, y que es necesaria para abrir a los
pués de casi dos milenios, a través de todas las dificultades, contra- hombres, con arreglo a vuestro ideal, el camino de la verdad, de la
dicciones, incomprensiones, persecuciones abiertas o solapadas, nun- justicia y de la paz.
ca se ha desanimado, nunca se ha dejado deprimir. Tomadla como
modelo. Ved, en las lamentables deficiencias que acabamos de se- [La opinión pública, el Estado totalitario y la paz-]
ñalar, el doble cuadro de lo que no debe ser y de lo que debe ser
la prensa católica. [19]. Así, por su actitud frente a la opinión pública, la Igle-
[15]. En toda su manera de ser y de obrar, la prensa católica sia se coloca como una barrera ante el totalitarismo, que, por su
debe oponer un obstáculo infranqueable al retroceso progresivo, a la misma naturaleza, es necesariamente enemigo de la verdadera y
desaparición de las condiciones fundamentales de una sana opinión libre opinión de los ciudadanos. De hecho, es por su misma natu-
pública y consolidar e incluso reforzar lo que de ella queda. Re- raleza por lo que el totalitarismo niega este orden divino y la relativa
nuncie de buena gana a los vanos provechos de un interés vulgar autonomía que éste reconoce a todos los dominios de la vida, en
o de una popularidad de mala ley; sepa mantenerse, con enérgica cuanto todos ellos tienen su origen en Dios.
y decidida dignidad, inaccesible a todos los intentos directos o in- [20]. Esta oposición se ha afirmado de nuevo manifiestamente
directos de corrupción. Tenga el valor—aun a costa de sacrificios con ocasión de dos discursos en que Nos nos dedicamos reciente-
pecuniarios—de alejar implacablemente de sus columnas todo anun- mente a aclarar la posición del juez ante la ley 3 . Nos hablábamos
cio, toda publicidad injuriosa para la fe o la honestidad. Al obrar entonces de las normas objetivas del derecho, del derecho divino
así, ganará en valor intrínseco, acabará por conquistar la estima natural, que garantiza a la vida jurídica de los hombres la autonomía
y luego la confianza y justificará la consigna tantas veces repetida: requerida por una viva y segura adaptación a las condiciones de
«En todo hogar católico, el periódico católico». cada tiempo. Que no nos hayan comprendido los totalitarios, para
[16]. Pero, aun suponiendo las mejores condiciones interiores quienes la ley y el derecho no son más que instrumentos en manos
y exteriores en que se desenvuelva y propague, la opinión pública de los círculos dominantes, Nos ciertamente lo esperábamos. ¡Pero
no es, sin embargo, infalible ni siempre absolutamente espontánea. comprobar las mismas incomprensiones por parte de ciertos medios
La complejidad y la novedad de los acontecimientos y de las situa- que, durante mucho tiempo, se habían proclamado como campeo-
ciones pueden ejercer una influencia decisiva en su formación, sin nes de la concepción liberal de la vida, que hablan condenado a
contar que no se libera fácilmente de los juicios preconcebidos, ni hombres por el solo pecado de su adhesión a leyes y preceptos con-
de la corriente dominante de las ideas, ni siquiera cuando la reac- trarios a la moral, he aquí algo que es muy para sorprendernos!
ción estuviese objetivamente justificada, ni siquiera en el caso de Porque, en definitiva, que el juez, al dictar una sentencia, se sienta
que lograra imponerse. Es entonces cuando la prensa tiene un papel ligado por la ley positiva y obligado a interpretarla fielmente, no
decisivo que realizar en la educación de la opinión, no para dictarla 3
Discurso sobre el concepto cristiano de! derecho y la aplicación de la ley injusta, diri-
o dirigirla, sino para servirla útilmente. gido al Congreso de Juristas Católicos Italianos, 6 de noviembre de 1949: AAS 41 (1949)
S97-604.
'J74 : PÍO XII
PRENSA CATÓLICA ¥ OPINIÓN PÚBUCA 975
tiene nada de incompatible con el reconocimiento del derecho na-
tural; más aún, es ésta una de sus exigencias. Pero lo que no se pe-, es decir, en el caso presente, hacia la Iglesia tal como ella es, no so-
dría legítimamente conceder es que este vínculo sea anudado exclu-. lamente en los designios eternos, sino tal como vive concretamente
sivamente por el acto del legislador humano de quien emana la ley.: aquí abajo en el espacio y en el tiempo, divina, sí, pero formada
Esto sería reconocer a la legislación positiva una seudqmajestad que por miembros y por órganos humanos.
no se diferenciaría en nada de la que el racismo o el nacionalismo [23]. Si posee este carácter, el publicista católico sabrá evitar
atribuía a la producción jurídica totalitaria, pisoteando los derechos tanto un servilismo mudo como una crítica descontrolada. Ayudará
naturales de las personas físicas y morales. Aquí también la prensa con una firme claridad a la formación de una opinión católica en la
católica tiene señalado su puesto para expresar con fórmulas claras Iglesia, precisamente cuando, como ahora, esta opinión oscila entre
el pensamiento del pueblo, confuso, vacilante, embarazado ante el, los dos polos, igualmente peligrosos, de un espiritualismo ilusorio
mecanismo moderno de la legislación positiva, mecanismo peligro-;
e irreal y de un realismo derrotista y materializante. Alejada de estos
so desde el momento en que se deja de ver en esta última una deri-
dos extremos, la prensa católica deberá ejercer entre los fieles su
vación del derecho divino natural.
influencia sobre la opinión pública en la Iglesia. Solamente así se
[21 ]. Esta concepción católica de la opinión pública y del ser- podrán eludir todas las ideas falsas, por exceso o por defecto, sobre
vicio que le rinde la prensa es también una sólida garantía de la paz. ! la misión y sobre las posibilidades de la Iglesia en el dominio tem-
La prensa toma una decidida posición, de hecho y de derecho, a poral y, en nuestros días, sobre todo en la cuestión social y el pro-
favor de la justa libertad de pensar y del derecho de los hombres blema de la paz.
a su juicio propio, pero los contempla a la luz de la ley divina. Que [24]. Nos no terminaremos sin dirigir nuestro pensamiento
es tanto como decir que quien quiere ponerse lealmente al servicio hacia tantos hombres verdaderamente grandes, honor y gloria del
de la opinión pública, sea la autoridad social o' la prensa misma, periodismo y de la prensa católica de los tiempos modernos. Hace
debe prohibirse absolutamente toda mentira y toda excitación. ¿Ño más de un siglo, esos hombres se alzan ante nosotros como modelos
es evidente que esta disposición de espíritu y de voluntad reacciona de actividad espiritual; más todavía: desde sus filas se han levan-
eficazmente contra el clima de guerra? Desde el momento, por el
tado hoy verdaderos mártires de la santa causa, confesores valerosos
contrario, en que la pretendida opinión pública es dictada, impuesta,
en medio de las dificultades espirituales y temporales de la existen-
de grado o por fuerza; desde que las mentiras, los prejuicios parcia-
les, los artificios del estilo, los efectos de voz y de gesto, la explota- cia. ¡Bendita sea su memoria! Que su recuerdo sea para vosotros
ción del sentimiento, vienen a hacer ilusorio el justo derecho de los un consuelo y un aliento en el cumplimiento de vuestro rudo, pero
hombres a su propio juicio, a sus propias convicciones, entonces se importante deber.
crea una atmófera pesada, malsana, ficticia, que, en el curso de los Confiando que, a ejemplo suyo, cumpliréis fielmente y fructuo-
acontecimientos, de repente, tan fatalmente como los odiosos pro- samente el vuestro, os damos de todo corazón, queridos hijos, nues-
cedimientos químicos hoy día demasiado conocidos, sofoca o ador- tra bendición apostólica 4 .
mece a los mismos hombres y les obliga a exponer sus bienes y su 4
Sobre el tema fundamental de la opinión pública y de la prensa como institución con-
sangre por la defensa y el triunfo de una causa falsa e injusta. En sagrada al servicio de aquélla, véanse los siguientes documentos: saludo a una delegación
de la prensa suiza, 14 de abril de 1946: DER 8,43-44; alocución a un grupo de periodistas
verdad, allí donde la opinión pública deja de funcionar libremente, norteamericanos sobre el justo concepto de la libertad de información, 11 de julio de 1946:
allí es donde está en peligro la paz. DER 8,171-172; alocución a un grupo de representantes de prensa estadounidense, 23 de
enero de 1950: DER 11,361-362; discurso al Congreso Internacional de Editores sobre la
misión del editor, 10 de diciembre de 1950: DER 12,357-358; alocución a una representa-
ción de prens-, radio y televisión norteamericanas sobre la opinión pública, 24 de marzo
[La opinión pública dentro de la Iglesia] de 1952: DER 14,31. Véase también el discurso del cardenal Cerejeira. patriarca de Lisboa,
sobre El concepto de ¡a prensa catótíea: E 3 (1943) 1,86. Cf. asimismo E 14 (1954) 2,551-552.
[22]. Finalmente, Nos querríamos todavía añadir una palabra
referente a la opinión pública en el seno mismo de la Iglesia (natu-
ralmente, en las materias dejadas a la libre discusión), Se extrañarán
de esto solamente quienes no conocen a la Iglesia o quienes la cono-
cen mal. Porque la Iglesia, después de todo, es un cuerpo vivo y le
faltaría algo a su vida si la opinión pública le faltase; falta cuya cen-
sura recaería sobre los pastores y sobre los fieles. Pero también aquí
la prensa católica puede hacer un servicio muy útil. A este servicio,
sin embargo, más que a cualquier otro, el periodista debe aportar
aquel carácter del que Nos hemos hablado, y que está formado por
un inalterable respeto y un amor profundo hacia el orden divino,
U VERDADERA NOCIÓN DEL ESIADO 977
LA VERDADERA NOCIÓN DEL ESTADO [i ]. A vosotros !, señores, nuestra más calurosa bienvenida.
Estad seguros del vivísimo interés que Nos tenemos por vuestros
trabajos. Interés que puede medirse por el que la Iglesia siente por
el Estado en general. A sus ojos, ninguna institución social, después
de la familia, se impone tan fuerte y tan esencialmente como el
Estado. Este tiene sus raíces en el orden de la creación y es uno de
los elementos constitutivos del derecho natural.
[2]. Esto es lo que da a la cooperación en la constitución del
Estado, en la organización de sus funciones, una importancia de
En nuestro tiempo, los excesos del Estado se suceden casi sin inte- primer orden. Esta cooperación significa, ciertamente, una especial
rrupción. La causa de esta hipertrofia persistente consiste en el descono- y amplia contribución al bien de la humanidad; más aún, contribuye
cimiento, en el olvido o en el desprecio de la noción exacta del Estado eficazmente, si se hace como se debe y con recta intención, a promo-
y de sus límites esenciales. Los hombres que viven consagrados al servi- ver el honor de Dios, creador y ordenador de esta humanidad. Nos
cio del Estado deben poseer la capacitación técnica necesaria. Pero ésta os felicitamos, pues, por los buenos frutos de vuestra profesión.
es insuficiente. Lo primordial es la posesión consciente y actualizada del ¿No es ésta un llamamiento incesante a la conciencia para adaptar
sentido del Estado, de sus fines reales, de sus limitaciones infranqueables la vida del Estado a las condiciones siempre mudables de los tiempos,
y de su subordinación radical al orden moral y a la persona humana. de tal manera que pueda realizar las intenciones y los planes de la
El insistir en la preparación puramente técnica o jurídica, postergando sabiduría del Creador?
la capacidad personal de sentido y de visión del concepto genuino del [3 ]. ¡Cuan necesario es por esto vuestro trabajo! En todos los
Estado, constituye un error lamentable, que convierte la política y la tiempos ha habido que deplorar, aquí o allá, excesos en el poder
administración del Estado en una mayor o menor omnipotencia opresora del Estado. Pero, en el nuestro, estos casos de hipertrofia se suceden
de toda legítima autonomía. Esta es la llamada de atención, apremiante casi sin interrupción; con qué consecuencias, lo vemos demasiadas
y grave, que hace Pío XII al mundo de la política y de la administración veces.
pública en este discurso breve en dimensiones, pero denso en contenido.
[4]. Nos, naturalmente, hablamos de los excesos, porque na-
die pone en duda la necesidad para el Estado; en las actuales condi-
SUMARIO ciones, sobre todo sociales, del mundo, de ensanchar su campo
de acción, de intensificar también su poder. Esto podría hacerse
I. Interés de la Iglesia por el Estado en general. El Estado es uno de los sin ningún peligro si el claro conocimiento y la justa apreciación
elementos constitutivos del derecho natural. La cooperación en la de la importancia real del papel del Estado y de su fin hubieran
constitución del Estado es una contribución al bien común de la hu-
manidad y una obra que redunda en gloria de Dios si se hace como progresado en el mismo nivel. Con ello hubiera hallado el Estado
es debido. como un regulador, un control que le hubiera impedido extender
II. Hoy día son demasiado frecuentes los excesos del Estado. Este tiene sus poderes, en virtud de consideraciones bien diversas de las ne-
necesidad de ensanchar su campo de acción, pero en esta ampliación cesidades económicas y sociales, a los dominios, especialmente cul-
no debe perderse de vista el concepto y el fin verdaderos del Estado. turales, que hubiera sido mejor dejar a la libre iniciativa de los ciu-
Los hombres consagrados al servicio del Estado están obligados a dadanos.
mantener bien claros los límites de aquel concepto y el sentido de este
fin. El Estado no es una omnipotencia opresora de toda legitima auto- [5]. Y ¿qué es lo que ha pasado? Con demasiada frecuencia,
nomía. Ni el individuo ni la familia deben quedar absoibidos por el este conocimiento, esta apreciación, se han hallado, por el contra-
Estado. El Estado es un organismo moral fundado en el orden moral rio, en razón inversa del aumento de los poderes, y esto no solamente
del mundo. por parte de los que en el Estado no ven más que la fuente de sus
III. Hoy presenciamos una exuberante floración de planes y unificaciones, utilidades o de los que sufren a causa de él, sino también de parte
justificados dentro de sus debidos límites. Pero hay que evitar el gra- de los que tienen la misión de dar al Estado su constitución y su
ve peligro de que en esta materia tengan la última palabra los puros forma.
técnicos de la organización. La administración del Estado recae sobre
los asuntos del país, no sobre las personas. La administración pública [6]. Estos, sin embargo, deberían vivir en la justa idea del
no debe ahogar al ciudadano. Son los hombres dotados con una inte- Estado para poder inspirarse en ella. Es su deber primordial y, por
ligencia exacta de las exigenrias del derecho natural los que están decirlo así, es su razón de ser. ¿Cuál es, pues, la verdadera noción
llamados a infundir en la legislación positiva el sentido propio de los 1
límites que la naturaleza impone al Estado y a su administración. Pío XII, discurso a los participantes en el VIII Congreso Internacional de las Ciencias
Administrativas, 5 de agosto de 1950: DER 12,159-161; E 10 (1950) 2,173. Texto original
en francés.
I»7B PÍO xir t,A VJÍKDADKKA NOCIÓH DKI. ESTADO S>7í>

i leí Estado, sino la de un organismo moral fundado en el orden , [9]. Vosotros, ilustres representantes dé vuestras respectivas
moral del mundo? El Estado no es una omnipotencia opresora de \ naciones, habéis tratado en vuestro Congreso sobre todo de las cues-
toda legítima autonomía. Su función, su magnífica función, es 1 tiones prácticas de la administración. Nos hemos querido añadir
más bien favorecer, ayudar, promover la íntima coalición, la coope- I algunas consideraciones de principio, y vosotros, estamos ciertos,
ración activa, en el sentido de una unidad más alta, de los miem- 1 procuraréis transportar estos principios a la vida y al funcionamien-
bros que, respetando su subordinación al fin del Estado, cooperan j i to de la administración pública.
de la- mejor manera posible al bien de la comunidad, precisamente , [10]. De todo corazón, señores, confiamos a vosotros mismos
en cuanto que conservan y desarrollan su carácter particular y na- y vuestra actividad profesional a la Providencia y a la gracia del
tural. Ni el individuo ni la familia deben quedar absorbidos por Todopoderoso, invocando sobre vosotros, sobre vuestras familias y
el Estado. Cada uno conserva y debe conservar su libertad de mo- j sobre todos los que amáis su divina y paterna bendición 2 .
vimientos en la medida en que ésta no cause riesgo de perjuicio al 2
bien común. Además, hay ciertos derechos y libertades del indivi- ! Véase el discurso de 2 d e octubre d e 1948 sobre Finanzas públicas y política fiscal, diri-
gido a los participantes en ei Congreso del I n s t i t u t o . Internacional d e Finanzas Públicas
dúo—de cada individuo—o de la familia que el Estado debe siempre D E R 10,239-241; E 8 (1948) 2AS6.
proteger y que nunca puede violar o sacrificar a un pretendido bien
común. Nos referimos, para citar solamente algunos ejemplos, al
derecho al honor y a la buena reputación, al derecho y a la libertad
de venerar al verdadero Dios, al derecho originario de los padres
sobre sus hijos y su educación. El hecho de que algunas recientes
Constituciones hayan adoptado estas ideas es una promesa feliz,
que Nos saludamos con alegría, como la aurora de una renovación
en el respeto a los verdaderos derechos del hombre, tal como han
sido queridos y establecidos por Dios.
' [7]. La época presente asiste a una exuberante floración de
«planes» y de «unificaciones». Nos reconocemos con gusto que, en
sus justos límites, pueden ser deseables y aun exigidos por las cir-
cunstancias, y una vez más repetimos que lo que Nos rechazamos
no es más que el exceso de una apropiación del Estado. Pero ¿quién
no ve, en estas condiciones, el mal que resultaría del hecho de que
la última palabra en los asuntos del Estado quedara entregada a
•los puros técnicos de la organización? N o ; la última palabra per-
tenece a los que ven en el Estado una entidad viva, una emanación
normal de la naturaleza humana; a los que administran, en nombre
del Estado, no inmediatamente al hombre, sino los asuntos del país,
de manera que los individuos no vengan jamás, ni en su vida pri-
vada ni en su vida social, a encontrarse ahogados bajo el peso de la
administración del Estado. La última palabra corresponde a aque-
llos para quienes el derecho natural es algo distinto de una regla
puramente negativa, de una frontera cerrada para las usurpaciones
de la legislación positiva, de un simple ajuste técnico a las circuns-
tancias, sino que reverencian en el derecho natural el alma de esa
legislación positiva, alma que le da forma, sentido y vida. ¡Ojalá
que esta última palabra, la palabra decisiva en la administración de
la vida pública, sea el patrimonio de tales hombres!
[8]. Más que la energía para el trabajo, lo que estos hombres
necesitan es experiencia, fidelidad en mantener la noción exacta
para promover el verdadero fin del Estado, iniciativa y perseveran-
cia, objetividad y valeroso sentido de la responsabilidad.
LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA MUNDIAL 981

LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA [ i ] . Impresionados vivamente l por vuestra deferente mani-


festación, Nos os dirigimos, señores miembros del Congreso del
MUNDIAL Movimiento Universal para una Confederación Mundial, nuestro
cordial saludo de bienvenida. Bien conocéis nuestro vivísimo inte-
rés por la causa de la paz en medio de una humanidad tan dura-
mente atormentada. Hemos dado de ello frecuentes pruebas. Y, por
otra parte, pertenece esto a nuestra misión. El mantenimiento y el
restablecimiento de la paz ha sido siempre y es, cada vez con más
ahinco, el objeto de nuestra constante solicitud. Y si con demasiada
frecuencia los resultados están muy lejos de responder a nuestros
esfuerzos y a nuestros hechos, la falta de éxito jamás nos desalentará
mientras la paz no reine en el mundo. Fiel al espíritu de Cristo, la
El día 6 de abril de 1951, Pío XII recibía a los participantes en el
Congreso del Movimiento Universal para una Confederación Mun- Iglesia tiende y trabaja con todas sus fuerzas en esa dirección; lo
dial. En el discurso que con este motivo pronunció, el Papa des- hace por medio de sus preceptos, por sus exhortaciones, por su
tacaba la conformidad que el fin principal de este Movimiento actividad incesante y por sus continuas plegarias.
presenta con la doctrina católica, siempre que queden a salvo, como [2]. En efecto, la Iglesia es una potencia de paz, al menos allí
alma de la pretendida organización, los principios del derecho natural donde se respeta y aprecia en su propio valor la independencia y la
reguladores de las relaciones humanas en el orden constitucional, eco- misión que ella ha recibido de Dios, allí donde no se pretende con-
nómico y social. Si no se logra salvar estos principios, advierte el Papa, vertirla en dócil servidora de egoísmos políticos, allí donde no se la
la organización política mundial incidirá en el unitarismo mecánico
trata como enemiga. La Iglesia quiere la paz, hace obra de paz, y su
que ha gravado como una tara congénita la teoría y la práctica de la
democracia nacional inorgánica. corazón se halla con todos los que, como ella, quieren y sirven a la
paz. Más aún, la Iglesia sabe muy bien, y es éste su deber, discer-
nir entre los verdaderos y los falsos amigos de la paz.
SUMARIO
[3 ]. La Iglesia la desea, y por ello se aplica a promover cuan-
I. Bienvenida. Interés de la Iglesia por la causa de la paz. El restableci- to, dentro de los cuadros del orden divino, natural y sobrenatural,
miento de la paz es objeto constante de la solicitud del Papa, porque contribuye a asegurar la paz. Vuestro Movimiento, señores, trata de
la Iglesia es una potencia de paz. Vuestro llamamiento está consagrado
a crear una organización política eficaz del mundo, fin totalmente realizar una organización política eficaz del mundo. Nada hay más
conforme con la doctrina de la Iglesia católica. conforme a la doctrina tradicional de la Iglesia ni más ajustado a
II. Se dice que la organización política mundial debe adoptar la forma su enseñanza sobre la guerra legítima o ilegítima, sobre todo en las
federalista. Entendida en el sentido de evitar todo unitarismo mecáni- circunstancias presentes. Es necesario, por tanto, llegar a una or-
co, esta afirmación está de acuerdo con la doctrina católica. Porque ganización de esta naturaleza, aunque sólo fuera para terminar con
toda organización política del mundo, si quiere ser viable, ha de res- una carrera de armamentos en la que, hace ya muchas décadas, los
petar los principios del orden natural, reguladores de las relaciones
sociales entre los hombres y los pueblos. pueblos se arruinan y se agotan en pura pérdida.
Es, por tanto, de primordial importancia el restablecimiento de [4]. Os parece a vosotros que para ser eficaz la organización
estos principios en el dominio nacional y constitucional—eliminando política mundial debe adoptar la forma federalista. Si con ello en-
la consideración meramente numérica del ciudadano en la política—,
en el dominio económico y social—contribuyendo a la creación de un tendéis que esta organización debe liberarse del engranaje de un
verdadero organismo en la producción y a la supresión del concepto unitarismo mecánico, en esto también estáis de acuerdo con los
actual de clase—y, finalmente, en el dominio cultural y moral. principios de la vida 'social y política firmemente enunciados y sos-
III. Si no se logra el restablecimiento de estos principios, la organización tenidos por la Iglesia. De hecho, ninguna organización del mundo
política mundial caerá insensiblemente en el unitarismo mecánico. podrá ser viable si no se armoniza con el conjunto de relaciones na-
Ténganlo muy presente los que sueñan con un parlamento mundial
abierto a los gérmenes de las fuerzas sociales desintegradoras. El fe- turales, con el orden normal y orgánico que rige las relaciones par-
deralismo mundial debe, por tanto, favorecer y proteger la vida propia ticulares de los hombres y las de los diversos pueblos. Si esto falta,
de las comunidades humanas. Una última advertencia: los grandes sea cualquiera la estructura que se adopte, le será imposible man-
problemas que los fines de este movimiento plantean deben ser solu- tenerse en pie y perdurar.
cionados recurriendo también a la experiencia histórica, a la sana filo-
sofía social e incluso a las intuiciones de la imaginación creadora. Pío1 XII, discurso a los participantes en el Congreso del Movimiento Universal para
una Confederación Mundial, 6 de abril de 1951: AAS 43 (1931) 278-280. Texto original
l
M'¿ .' i'io xn LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA MUNDIAL 983
[5 ]. Por esto Nos estamos convencidos de que el primer cui- dos actuales de gobierno y de política? En verdad es imposible re-
dado ha de ponerse en establecer sólidamente o en restaurar estos solver el problema de la organización política mundial sin avenirse
principios fundamentales en todos los dominios: nacional y consti- a dejar algunas veces los caminos trillados, sin hacer un llamamiento
tucional, económico y social, cultural y moral. a la experiencia de la historia, a una sana filosofía social y aun a
[6]. En el dominio nacional y constitucional. Por todas partes, cierta intuición de la imaginación creadora.
hoy la vida de las naciones se halla disgregada por el culto ciego [12]. He aquí, señores, un vasto campo de trabajo, de estudio
del valor numérico. El ciudadano es elector. Pero, como tal, el ciu- y de acción; vosotros lo habéis comprendido y mirado bien cara a
dadano en realidad no es otra cosa que una mera unidad cuyo total cara; tenéis el valor de dedicaros a ello; Nos os felicitamos, Nos os
constituye una mayoría o una minoría, que puede invertirse por el expresamos nuestros deseos de buen éxito e imploramos de todo
desplazamiento de algunas voces o quizás de una sola. Desde el corazón sobre vosotros y sobre vuestra tarea las luces y los auxilios
punto de vista de los partidos, el ciudadano no cuenta más que por de Dios.
su valor electoral, por el apoyo que presta su voz; de su posición y
de su papel en la familia y en la profesión no se hace cuenta alguna.
[7]. En'el dominio económico y social. No existe hoy unidad
orgánica natural alguna entre los productores, desde el momento en
que el utilitarismo cuantitativo, la sola consideración del precio de
costo, es la única norma que determina los lugares de producción
y la distribución del trabajo; desde el momento en que es la «clase»
la que divide artificialmente a los hombres en la sociedad, y no su
cooperación en la comunidad profesional.
[8]. En el dominio cultural y moral. La libertad individual,
liberada de todo lazo, de toda regla, de todos los valores objetivos y
sociales, no es, realmente, sino una anarquía mortal, sobre todo en
la educación de la juventud.
[9 ]. Mientras no se haya afirmado sobre esta base indispensa-
ble la organización política universal, se corre el riesgo de inocular
en ella los gérmenes mortales del unitarismo mecánico. Nos que-
rríamos invitar a reflexionar sobre esto, precisamente desde el pun-
to de vista federalista, a cuantos sueñan en sus aplicaciones, por
ejemplo, a un parlamento mundial. De otra manera, harían el juego
a fuerzas disolventes, de las cuales ha venido sufriendo tanto el or-
den político y social, y no llegarían sino a añadir un automatismo
legal más a tantos otros que amenazan ahogar las naciones y reducir
al hombre a ser meramente un instrumento sin vida.
[10]. Si, pues, según el espíritu del federalismo, la futura or-
ganización política mundial no puede, bajo ningún pretexto, dejarse
enredar en el juego de un mecanismo unitario, no gozará de una
autoridad efectiva sino en la medida en que salvaguarde y favorezca
por todas partes la vida propia de una sana comunidad humana, de
una sociedad cuyos miembros concurran conjuntamente al bien de
la humanidad entera.
[1 I ]. ¡Qué dosis de firmeza moral, de previsión inteligente, de
flexibilidad, de adaptación, deberá poseer esta autoridad mundial,
necesaria más que nunca en los momentos críticos en que, frente
a la malevolencia, las buenas voluntades tienen necesidad de apo-
yarse en la autoridad! Después de todas las pruebas pasadas y pre-
sentes, ¿quién se atrevería a juzgar suficientes los recursos y méto-
LA DKCIMATERZA 985
mente políticos. Por su propia esencia y fines, enfoca los problemas po-
LA DECIMATERZA líticos sub specie aeternitatis. La Iglesia, como Dios, nunca puede per-
manecer indiferente entre el bien y el mal en los acontecimientos
humanos.
La aportación de la Iglesia a la paz
III. El título jurídico de la misión pacificadora de la Iglesia deriva del mis-
mo Dios y pertenece a su propia esencia. La naturaleza de esta misión
es religiosa. Importancia de la autoridad religiosa para el problema de
la paz.
La Iglesia mantiene relaciones con todos los cuerpos sociales, es-
pecialmente con la familia, el Estado y la Sociedad de los Estados. La
unión de los Estados es un postulado natural y una ordenación de la
paz. Con relación a ella, la Iglesia se halla en una íntima relación de
elevación y confirmación vital.
El radiomensaje navideño de 1951, L a decimaterza, trata de dos La guerra perderá su tazón de ser cuando la humanidad se con-
asuntos íntimamente relacionados, la supuesta neutralidad de la Iglesia forme con la voluntad divina por medio de la observación del orden
y el contenido positivo de la aportación de la Iglesia a la causa de la cristiano.
paz. Constituye, por tanto, una prolongación del tema expuesto en los IV. El orden cristiano como factor principal de pacificación. El mundo
discursos de diciembre de 1945 y febrero de 1946 sobre la supranaciona- está muy lejos del orden social querido por Dios. El nudo del proble-
lidad de la Iglesia y la paz. ma de la paz es de orden espiritual. Existe amenaza de guerra porque '
La supuesta neutralidad política de la Iglesia entre los dos bloques existe anemia espiritual. Llamar la atención sobre este hecho es la
que dividen actualmente a la humanidad es una palabra huera. La primera aportación concreta de la Iglesia a la causa de la paz. Las
Iglesia no es una sociedad de carácter político. Su toma de posición armas modernas no son el factor decisivo en la cuestión. La verdadera
ante los hechos está impuesta por razones de orden divino superior al garantía de la paz es el orden cristiano. El desarme es también segu-
juego puramente temporal de la política nacional e internacional. La ridad endeble si no va acompañado de un desarme de ¡as pasiones en
los hombres.
raíz última de este hecho es que la Iglesia católica, fundada por el mis-
Ahora bien, el orden social cristiano, como garantía de paz, es por
mo Dios, no puede mantenerse neutral o indiferente ante el bien o el
esencia un orden de libertad. Pero hoy no se posee la verdadera liber-
mal, ante la verdad o el error en los acontecimientos de la historia tad. El hombre es actualmente una rueda de los organismos sociales.
humana. Su voz es la voz del grupo social en que vive comprometido. Esta es
Y por lo que toca al contenido concreto de la aportación de la Iglesia la gran dificultad de la obra pacificadora de la Iglesia. El mundo se
a la paz, consiste fundamentalmente en dos factores: en primer lugar , llama libre, pero no es libre, es una sociedad reducida a un puro auto-
denunciar la anemia espiritual de la humanidad y señalar su remedio, matismo o a una enorme máquina colectivista. Denunciar esta falta
porque el nudo del problema de la paz es de carácter estrictamente es- de libertad es la segunda aportación concreta de la Iglesia a la causa
piritual. Y denunciar, en segundo lugar, la carencia de libertad de la de la paz.
persona humana en un mundo social y político que convierte al hombre V. La Iglesia del silencio, amordazada por los idólatras de la fuerza, res-
en simple rueda inerte de ciertos organismos sociales manejados ab ex- ponde con fervor a la invitación de Roma en pro de la paz.
trínseco.
En el conjunto del documento destacan también como ideas funda-
mentales la determinación de la naturaleza y límites de las relaciones Suave festividad
entre la Iglesia y el Estado; el valor regulador del derecho natural y
revelado en la cuestión de la comunidad de los Estados; la insuficien- [i ]. P o r décimatercera vez i la gracia del E t e r n o y S u m o Sacer-
cia del desarme como garantía exclusiva de paz y la ilicitud de la gue- dote nos concede, con motivo de la fiesta de N a v i d a d , dirigir n u e s -
rra ofensiva moderna. tra palabra al m u n d o católico desde esta augusta Sede. U n a t a n sua-
ve festividad nos ofrece cada año la ocasión de expresar a t o d o s los
S U M A R I O fieles del m u n d o n u e s t r o paternal saludo con el sentimiento p r o -
fundo del vínculo misterioso, q u e , a los pies de la cuna del Salvador
I. El Espíritu de Dios sigue sosteniendo a la Iglesia en medio de los de- recién nacido, u n e entre sí en la fe, en la esperanza y en el a m o r
rrumbamientos del mundo presente. El tema de este radiomensaje es
a los redimidos p o r Cristo.
la aportación de la Iglesia a la causa de la paz.
II. La aportación de la Iglesia a la paz no puede ser exclusivamente polí- [ 2 ] . A n t e el d e r r u m b a m i e n t o de tantas instituciones terrenas,
tica. La Iglesia no puede ser políticamente neutral—en un mundo ante el fracaso d e tantos p r o g r a m a s caducos, el Espíritu d e D i o s sos-
dividido—, porque no puede ponerse al servicio de intereses mera-
1
Pío XII, radiomensaje dirigido al episcopado y fieles católicos de todo el mundo, 24 de
diciembre de 1051: AAS 44 (1952) 5-15. Texto original en italiano.
p
imn to XII
(A DBCIMATERZA 1*87
IIIMIC ¡i su Esposa, la Iglesia; la colma con una plenitud de la vida,
con el vigor de una juventud incesantemente renovada, cuyas ma- por la sencilla razón de que la Iglesia no puede ponerse al servicio
nifestaciones cada vez más luminosas revelan su carácter sobrena- de intereses meramente políticos.
tural: consuelo inefable para todo creyente, indescifrable enigma [7 ]. No se piense que sea esto un puro juego de palabras y de
para los enemigos de la fe. conceptos. Basta tener una noción elemental del fundamento en que
[3]. Y, sin embargo, por grande que pueda ser nuestra ale- la Iglesia como sociedad descansa, para que se nos comprenda sin
gría al volver a encontrarnos en este nuevo contacto navideño, uni- necesidad de explicaciones más amplias. El divino Redentor ha fun-
dos con los fieles de todos los continentes—y también con cuantos dado la Iglesia para comunicar por medio de ella a la humanidad su
están unidos a Nos por la fe en Dios—, la dura realidad de la hora verdad y su gracia hasta el fin de los tiempos. La Iglesia es su «cuer-
presente arroja sobre tan alegre fiesta la sombra entristecedora de po místico». Ella es toda de Cristo, y Cristo es de Dios 3 .
esas nubes que gravitan todavía amenazadoras sobre el mundo. [8]. Los hombres políticos, y a veces incluso hombres de Igle-
sia, que intentasen hacer de la Esposa de Cristo su aliada o instru-
La aportación de la Iglesia a la causa de la paz mento de sus combinaciones políticas nacionales o internacionales,
lesionarían la esencia misma de la Iglesia, dañarían a la propia vida
[4 ]. Bien sabemos Nos con qué íntima satisfacción y con qué de ésta; en una palabra, la rebajarían al mismo plano en que se
incondicional docilidad nuestros fieles hijos escuchan siempre la voz debaten los conflictos de intereses temporales. Y esto es y continúa
del Padre común; pero no ignoramos, sin embargo, con qué ansia siendo verdad aunque se haga por razones e intereses en sí mismos
esperan de nuevo una palabra suya sobre el gran tema de la paz, legítimos.
que conmueve y agita a los corazones; una palabra precisa y con- [9]. Quien quisiera, pues, separar a la Iglesia de su supuesta
creta especialmente sobre la aportación de la Iglesia a la causa de neutralidad, o hacer presión sobre ella en la cuestión de la paz, o
la misma paz; es decir, en qué no puede consistir tal aportación; menoscabar su derecho a determinar libremente si y cuándo y cómo
en qué puede y debe consistir; en qué consiste realmente. ¡Dígnese ha de tomar posición en los varios conflictos, no facilitaría su co-
el Padre celestial, que en el nacimiento de su Hijo divino envió co- operación a la obra de la paz, porque una tal toma de posición por
ros de ángeles a cantar la paz sobre la tierra, inspirar nuestras pa- parte de la Iglesia, aun en los asuntos políticos, nunca puede ser una
labras ! 2 actuación puramente política, sino que debe ser siempre súb specie
aeternitatis, a la luz de la ley divina, de su orden, de sus valores y
de sus normas.
I. EN QUÉ NO PUEDE CONSISTIR LA APORTACIÓN DE LA IGLESIA
[10]. No es raro el caso en que potencias e instituciones pu-
A LA CAUSA DE LA PAZ
ramente terrenas salen de su neutralidad, para formar hoy en un
campo, mañana tal vez en otro. Es un juego de combinaciones que
La supuesta neutralidad política de la Iglesia
puede explicarse por el incesante fluctuar de los intereses tempora-
[5 ]. La situación presente exige de Nos un juicio sobre los les. Pero la Iglesia se mantiene alejada de semejantes combinacio-
hechos franco y sincero. Pero estos hechos han llegado a tal punto nes mudables. Si juzga, no es para salir de una neutralidad observa-
de gravedad, que nos obligan a ver el mundo dividido en dos cam- da hasta entonces, porque Dios jamás es neutral ante las cosas hu-
pos opuestos, la humanidad misma dividida en dos grupos tan neta- manas ni ante el curso de la historia, y por eso tampoco puede serlo
mente separados, que difícilmente permiten a alguien o en alguna la Iglesia. Si habla, es en virtud de su misión divina, querida por
manera la libertad de mantener entre las partes adversarias una ac- Dios. Si habla y juzga sobre los problemas del día, es con la clara
titud de neutralidad política. conciencia de anticipar, por la virtud del Espíritu Santo, la senten-
cia que al final de los tiempos confirmará y sancionará su Señor y
[6 ]. Ahora bien, quienes equivocadamente consideran a la Igle- Cabeza, Juez del universo.
sia casi como una potencia terrena cualquiera, como una especie de
imperio mundial, fácilmente se ven inducidos a exigir también de [1 I ]. Tal es la función propia y sobrehumana de la Iglesia con
ella, como de lo,s demás, la renuncia a la neutralidad, la opción defi- relación a los asuntos políticos. ¿Qué quiere decir, pues, esa frase
nitiva en favor de una u otra parte. Sin embargo, en el caso de la vacía de una neutralidad a la que la Iglesia debería renunciar?
Iglesia no se puede tratar d e renunciar a una neutralidad política,
La Iglesia no juzga según criterios exclusivamente políticos
2
Durante el año 1950, Pió XIIpublicó tres encíclicas sobre la paz: la Anni Sacri, de 12
de marzo, haciendo un llamarniento a la reforma cristiana de las costumbres: AAS 42 (1950) [12]. Otros, por el contrario, quieren la neutralidad de la
217-222; la SiCTimi moeroris, de 19 de julio, con motivo de la agravación de la situación inter- Iglesia en bien de la paz. Pero tampoco éstos tienen una idea justa
nacional: AAS 42 (1950) 5I3-SI7, y la Mirabile iüud, de 6 de diciembre, ante la amenaza
de extenderse el conflicto armado del Extremo Oriente: AAS 42 (1950) 797-800.
3 C¡. 1 Cor. 3,23
ÍJ8K PÍO XII
LA DECIMATERZA 98»
del puesto que la Iglesia ocupa en el curso de los grandes aconteci-
mientos mundiales. y a los malvados resignación y paciencia. Aun en la debilidad del
Niño de Belén está oculta la majestad y contenida la fuerza que
[13]. La Iglesia no puede bajar de la alta esfera sobrenatural sólo el amor refrena, para dar a los corazones de los hombres la
que desconoce la neutralidad política—en el sentido en que este capacidad de hacer germinar y mantener la paz, y el vigor para
concepto se aplica a las potencias terrenas—; lo cual no excluye, vencer y disipar todo cuanto podría comprometer su seguridad.
antes bien consolida profundamente, la parte que ella toma en las
angustias y en los sufrimientos de sus miembros divididos entre [17 ]. Mas el Salvador divino es también Cabeza invisible de la
uno y otro campo, y la inquietud que experimenta por la oposición Iglesia; por esto su misión de paz continúa subsistiendo y valiendo
de opiniones y de deseos dentro de sus propias filas. La Iglesia no en la Iglesia. Cada año el retorno de la Navidad reaviva en ella la
puede avenirse a juzgar con criterios exclusivamente políticos; no íntima conciencia de su título para contribuir a la obra de la paz,
puede ligar los intereses de la religión a conductas determinadas por título único, que trasciende a toda realidad terrena y que deriva
motivos puramente terrenos; no puede exponerse al peligro de que inmediatamente de Dios, elemento esencial de su naturaleza y de
se dude fundadamente de su carácter religioso; no puede olvidar, su potestad religiosa.
ni siquiera por un momento, que su cualidad de representante de [18]. También este año la Iglesia se postra ante el pesebre,
Dios sobre la tierra no le permite permanecer indiferente, ni un y del divino Niño asume la misión del Príncipe de la paz. Junto a El
solo instante, entre el «bien» y el «mal» en las cosas humanas. Si le respira el aliento de la verdadera humanidad, verdadera en el más
pidiesen esto, ella debería negarse, y los fieles de ambos bandos pleno sentido de palabra, porque es la humanidad misma de Dios,
deberían, en virtud de su fe y esperanza sobrenaturales, compren- su Creador, su Redentor y su Restaurador. Con los ojos amorosa-
der y respetar esa actitud suya 4 . mente fijos en el rostro del Príncipe infinitamente amable de la paz,
siente los latidos de su corazón, que proclama aquel amor que abra-
II. E N QUÉ CONSISTE LA APORTACIÓN QUE LA IGLESIA
za a todos los hombres, y se inflama en ardiente celo por la misión
PUEDE Y DEBE DAR A LA CAUSA DE LA PAZ pacificadora de sü Señor y Cabeza, que es también la suya.
[19]. Siempre viva y eficazmente operante se ha manifestado
[14 ]. Finalmente, si esta aportación no puede ser exclusiva- en la Iglesia, y singularmente en los Romanos Pontífices, sus cabe-
mente política, si la Iglesia no tiene su puesto normal y su misión zas visibles, la conciencia de esta misión de paz; por este motivo,
esencial allí donde los Estados, amigos, adversarios o neutrales, se con todo derecho nuestro gran predecesor León XIII recordó a los
encuentran continuamente, llevando consigo sus ideas y sus tenden- pueblos esta acción pacificadora de los papas cuando en 1899, en
cias políticas concretas, ¿cuál deberá ser su aportación a la paz? vísperas de la primera conferencia de la paz, pronunciaba estas pa-
¿Cuál será el título jurídico, cuál la naturaleza particular de esa labras : «Y lo que movió (a los Romanos Pontífices) fué la conciencia
aportación? de un ministerio altísimo, fué el impulso de una paternidad espiri-
tual que hermana y salva» 5 . Y también hoy sucede lo mismo, como
ya hemos dicho.
El titulo jurídico y la naturaleza de la misión
pacificadora de la Iglesia [20]. Pero cuando de la dulce intimidad, pacífica y cálida
para el corazón, del Niño de Belén la Iglesia y su Pastor supremo
[15]. ¿Su título jurídico? Mirad: En ningún lugar lo encon- pasan al mundo que vive alejado de Cristo, se sienten como gol-
traréis tan claro y casi palpable como ante la cuna de Belén. El peados por una corriente de aire glacial. Ese mundo no habla más
Niño que allí yace es el Hijo eterno de Dios hecho hombre, y su que de paz, pero no tiene paz; reivindica para sí todos los títulos
nombre.es Princeps pacis, Príncipe de la paz. Príncipe y fundador jurídicos posibles e imposibles para establecer la paz, pero no co-
de la paz: tal es el carácter del Salvador y Redentor de todo el gé- noce y no reconoce aquella misión de paz de la autoridad religiosa
nero humano. Su alta misión divina es la de establecer la paz entre de la Iglesia.
cada uno de los hombres y Dios, entre los hombres mismos y en-
tre los pueblos. [21]. ¡Pobres miopes, cuyo estrecho campo visual no se ex-
tiende más allá de las posibilidades tangibles del momento presente,
[16]. Pero esta misión y esta voluntad de paz no nacen de la más allá de las cifras de los poderes militares y económicos! ¿Cómo
pusilanimidad y de la debilidad, propias sólo para oponer al mal podrían formarse la más mínima idea del peso y de la importancia
_ 4 Sobre el tema de la política cristiana véanse el discurso dirigido a una peregrinación de la autoridad religiosa para la solución del problema de la paz?
suiza con motivo de la canonización de San Nicolás de Flüe, 16 de mayo de 1947: AAS 39 Espíritus superficiales, incapaces de ver en toda su realidad y ampli-
(1947) 364-372; E 7 (1947) 1,593-595. y el radiomensaje al LXXIII Congreso de los católicos
alemanes en Paderborn, 4 de septiembre de 1949: AAS 41 (i94g) 458-462. Véase también tud el valor y la fuerza creadora del cristianismo, ¿cómo podrían
el discurso dirigido al nuevo embajador del Ecuador, 18 de junio de 1931: AAS 43 0 9 5 0
550-552. 5
LEÓN XIII, alocución al Sacro Colegio, n de abril de 1889: AL 19,271
U!)0 rto x n w DECIMATERZA 991

no permanecer escépticos y despectivos hacia la potencia pacifica- experiencia histórica—, formas de la unidad y del orden entre los
dora de la Iglesia? Pero los otros—¡y quiera Dios que sean la ma- hombresj necesarias para la vida humana y parte activa en su per-
yoría!—se darán cuenta, más o menos conscientemente, de que, a feccionamiento. Su mismo concepto dice tranquilidad en el orden,
substraer a la autoridad religiosa de la Iglesia los presupuestos ne- aquella tranquillitas ordinis, que es la definición que San Agustín
cesarios para una actuación eficaZi en pro de la paz, se ha hecho más da de la paz: son esencialmente una ordenación de la paz.
profunda la trágica situación del perturbado mundo moderno. [28]. Con esas sociedades, como ordenación de paz, Jesucristo,
[22]. A este casi intolerable exceso ha llevado la defección de Príncipe de la paz—y con El la Iglesia, en la cual continúa viviendo—,
no pocos de la fe cristiana. Y al delito del alejamiento de Cristo ha entrado en una nueva e íntima relación de elevación y confirma-
diríase que Dios ha respondido con el flagelo de una amenaza per- ción vital. Tal es el fundamento de la singular aportación que la
manente a la paz y de la angustiosa pesadilla de la guerra. Iglesia da a la paz por su propia naturaleza, es decir, cuando su exis-
[23 ]. Incomparable como su título jurídico para la obra de la tencia y su acción entre los hombres ocupan el puesto que les co-
paz es también el valor de la aportación que la Iglesia le presta. rresponde.
[29]. ¿Y cómo se realiza todo esto sino mediante el continuo,
Relaciones de lá Iglesih con los Estados iluminador y confortante influjo de la gracia de Cristo en la inteli-
gencia y en la voluntad de los ciudadanos y de sus gobernantes,
[24 ]. La Iglesia no es una sociedad política, sino religiosa; pero a fin de que. éstos reconozcan y procuren los fines señalados por
esto no le impide mantener con los Estados relaciones no sólo ex- el Creador en todos los campos de la convivencia humana, se afa-
ternas, sino también internas y vitales. La Iglesia, de hecho, ha nen por dirigir hacia estos fines la colaboración de los individuos
sido fundada por Cristo como sociedad visible, y, como tal, se en- y de los pueblos y ejerciten la justicia y la caridad social en el inte-
cuentra con los Estados en un mismo territorio, abraza con su soli- rior de los Estados y en las mutuas relaciones de éstos ?
citud a los mismos hombres, y en múltiples formas y bajo variados [30]. Si la humanidad, conformándose con la voluntad divina,
aspectos usa los mismos bienes y las mismas instituciones. aplica aquel seguro medio de salvación que es el perfecto orden cris-
[25 ]. A estas relaciones externas y casi naturales por causa de tiano en el mundo, muy pronto verá desvanecerse prácticamente
la convivencia humana se añaden otras, internas y vitales, que tie- hasta la posibilidad de la misma guerra justa, que ya no tendrá
nen su principio y su origen en la persona de Jesucristo, en cuanto razón alguna de ser desde el momento en que se halle garantizada
es Cabeza de la Iglesia. Porque el Hijo de Dios, al hacerse hombre, la actividad de la sociedad de los Estados como genuina ordena-
y verdadero hombre, entró por esto mismo en -una nueva relación ción de paz.
verdaderamente vital con el cuerpo social de la humanidad, con el
género humano en su unidad, que implica la igual dignidad personal III. CUÁL ES LA APORTACIÓN PRÁCTICA QUE LA IGLESIA
de todos los hombres, y en las múltiples sociedades particulares, ' DA A LA CAUSA DE LA PAZ
sobre todo en aquellas que, en el seno de esa unidad, son necesarias
para asegurar el orden externo y la buena organización o al menos El orden cristiano, fundamento y garantía de la paz
le dan un mayor perfeccionamiento natural. [31]. Nuestras últimas palabras demuestran claramente nues-
tro pensamiento sobre este problema. También hoy, como en otras
La Sociedad de los Estados ocasiones, ante el pesebre del divino Príncipe de la paz, nos vemos
en la necesidad de declarar: el mundo está muy lejos de aquel or-
[26]. A estas sociedades pertenecen en primer lugar la familia, den querido por Dios en Cristo, que garantiza una paz real y dura-
el Estado y también la Sociedad de los Estados, porque el bien co- dera. Se dirá tal vez que en este caso no valía la pena trazar las
mún, fin esencial de cada uno de ellos, no puede ni existir ni ser grandes líneas de ese orden y poner en ello la aportación fundamen-
concebido sin su relación intrínseca con la unidad del género hu- tal de la Iglesia a la obra de la paz. Se objetará que de ese modo
mano. Bajo este aspecto, la unión indisoluble de los Estados es un Nos no hacemos sino estimular el cinismo de los escépticos y agra-
postulado natural, es un hecho que se les impone y al cual ellos, aun- var el desaliento de los amigos de la paz, si ésta sólo puede ser de-
que a veces con vacilaciones, se someten como a la voz de la natu- fendida recurriendo a los valores eternos del hombre y de la hu-
raleza, esforzándose también por dar a su unión una regulación ex- manidad. Se nos opondrá, finalmente, que damos de hecho la razón
terior estable, una organización. a quienes en la «paz armada» ven la última y definitiva palabra en
[27]. El Estado, la Sociedad de los Estados, con su organiza- la causa de la paz; por consiguiente, en una solución deprimente
ción, son, consiguientemente—por su naturaleza, según la índole para las fuerzas económicas de los pueblos y apta para mantener
social del hombre y a pesar de todas las sombras, como atestigua la eft tensión sus nervios.
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LA DECIMATERZA 993
[32]. Nos estimamos, sin embargo, indispensable fijar la aten-
ción en el orden cristiano, hoy demasiado perdido de vista por mu- las cifras, y queda necesariamente limitada en el momento en que
chos, si se quiere ver el nudo del problema tal como hoy se presenta; el conflicto amenaza ya estallar. Es amigo de la paz, pero llegará
si se quiere no sólo teórica, sino también prácticamente, darse cuenta demasiado tarde para salvarla.
de la aportación que todos, y en primer lugar la Iglesia, pueden ver- [38]. Si de veras se quiere impedir la guerra, se debe ante todo
daderamente prestar, incluso en circunstancias desfavorables y a pe- procurar socorrer la anemia espiritual de los pueblos, la incons-
sar de los escépticos y de los pesimistas. ciencia de la propia responsabilidad ante Dios y ante los hombres
[33]. Ante todo, esta mirada convencerá a cualquier obser- por la falta del orden cristiano, único que puede asegurar la paz.
vador imparcial de que el nudo del problema de la paz es actualmente A esto van encaminados ahora los esfuerzos de la Iglesia.
de orden espiritual, es una falta o defecto espiritual. Es demasiado
escaso en el mundo de hoy el sentido profundamente cristiano; El orden cristiano, orden de libertad
son demasiado pocos los verdaderos y perfectos cristianos. De esta
manera, los hombres mismos ponen obstáculos a la realización del [39]. Pero la Iglesia tropieza aquí con una dificultad particu-
orden querido por Dios. lar, debida a la forma de las presentes circunstancias sociales: su
[34]. Es necesario que cada uno se persuada de este carácter exhortación en favor del orden cristiano, como factor principal de
espiritual inherente al peligro de la guerra. Inspirar tal persuasión pacificación, es, al mismo tiempo, un estímulo para el justo concepto
es; en primer lugar, deber de la Iglesia, y hoy su principal apor- de la verdadera libertad. Porque, en definitiva, el orden cristiano,
tación a la paz. en cuanto ordenamiento de paz, es esencialmente un orden de
libertad. El orden cristiano es el concurso solidario de los hombres
Las armas modernas y de los pueblos libres para la progresiva realización, en todos los
campos de la vida, de los fines señalados por Dios a la humanidad.
[35]. También Nos—y más que otro cualquiera—-deploramos Pero es un hecho doloroso que hoy no se estima o no se posee ya
la monstruosa crueldad de las armas modernas. La deploramos y la verdadera libertad. En estas condiciones, la convivencia humana,
no cesamos de rogar para que nunca lleguen a ser empleadas. Pero, como ordenamiento de la paz, se halla interiormente enervada y
por otra parte, ¿no es quizás una especie de materialismo práctico, exangüe, exteriormente expuesta a peligros en todo momento.
de sentimentalismo superficial, considerar en el problema de la [40]. Aquellos, por ejemplo, que en el campo económico o
paz únicamente o principalmente la existencia y la amenaza de social quieren que todo recaiga sobre la sociedad, incluso la direc-
esas armas, mientras no se da valor alguno a la ausencia del orden ción y la seguridad de su propia existencia, o que esperan hoy su
cristiano, que es la verdadera garantía de la paz? único alimento espiritual diario cada vez menos de sí mismos—es
[36]. De aquí, entre otros motivos, las discrepancias y aun decir, de sus propias convicciones y conocimientos—y cada vez más,
las inexactitudes sobre la licitud o ilicitud de la guerra moderna; ya preparado, de la prensa, de la radio, del cine y de la televisión,
de aquí igualmente la ilusión de algunos políticos, que dan una ¿cómo podrán concebir la verdadera libertad, cómo podrán esti-
importancia excesiva a la existencia o a la desaparición de dichas marla y desearla, si esa libertad no tiene puesto alguno en su vida?
armas. El terror que éstas inspiran va perdiendo con el tiempo su [41 ]. Así, esos hombres no son ya más que simples ruedas
eficacia, como cualquier otra causa de miedo; o por lo menos no en los diversos organismos sociales; no son ya hombres libres, capa-
bastaría, llegado el caso, para frenar el desencadenamiento de una ces de asumir y aceptar una parte de responsabilidad en las cosas
guerra, especialmente donde los sentimientos de los ciudadanos públicas. Por ello, cuando hoy gritan: ¡No más guerra!, ¿cómo
no tienen influjo suficiente en las determinaciones de sus gobiernos. será posible fiarse de ellos? No es en realidad su voz, es la voz
anónima del grupo social en que se hallan comprometidos *.
El desarme [42 ]. Esta es la situación dolorosa con la que tropieza también
la Iglesia en sus esfuerzos por la paz, en sus llamamientos a la con-
[37]' Por otra parte, el desarme, o sea la reducción simultánea ciencia de la verdadera libertad humana, elemento indispensable,
y recíproca de los armamentos, por Nos siempre deseada y defendida, según la concepción cristiana, del orden social, considerado como
es una garantía poco sólida de paz duradera si no se halla acompa- organización de paz. En vano multiplicaría la Iglesia sus invitaciones
ñada por la abolición de las armas del odio, de la codicia y del
6
inmoderado deseo de prestigio. E n otros términos, quien une de- Véase la carta de 14 de julio de 1945 dirigida a Mr. Charles Flory, presidente de las
Semanas Sociales de Francia: AAS 37 (1945) 210-211. Gf. también sobre el mismo tema de la
masiado estrechamente la cuestión de las armas materiales con la libertad y de la dignidad de la persona humana el radiomensaje dirigido al Congreso de los
cuestión de la paz, comete el error de descuidar el aspecto primario católicos suizos, 4 de septiembre de 1949: AAS 41 (1949) 454-458; y el discurso al embajador
de Gran Bretaña de 23 de junio de 1951: AAS 43 (1051) 552-553.
y espiritual de todo peligro de guerra. Su mirada no va más allá de
ÜPCtr- Pontif. i
mi rio X I I U\ DliClMATERZA y<)5

a hombres privados de esa conciencia, y más inútilmente aún los bres libres y de sus familias, y en el exterior la ordenación de paz
dirigiría a una sociedad reducida a un puro automatismo. # de los pueblos, de la que la Iglesia, en su campo de acción y según
[43]. Tal es, sin embargo, la debilidad demasiado extendida su oficio, se hace fiadora. Tal ha sido siempre el deseo de los hombres
de un mundo que con énfasis gusta llamarse «el mundo libre». grandes y sabios, incluso de fuera de la Iglesia, y últimamente
O se engaña o no se conoce a si mismo: su fuerza no se apoya en la todavía con ocasión del concilio Vaticano 7 .
verdadera libertad. Es un nuevo peligro que amenaza a la paz, y [48]. Entretanto, la Iglesia aporta su contribución a la paz
que es preciso denunciar a la luz del orden social cristiano. De aquí despertando y estimulando la inteligencia práctica del nudo espi-
proviene también, en no pocos hombres autorizados del llamado ritual del problema; fiel al espíritu de su divino Fundador y a su
«mundo libre», una aversión contra la Iglesia, contra esta amones- misión de caridad, procura, según sus posibilidades, ofrecer sus
tación importuna de algo que no se tiene, pero que se pretende buenos oficios doquiera ve surgir una amenaza de conflicto entre los
tener, y que, por una rara inversión de ideas, se le niega con in- pueblos. Esta Sede Apostólica, sobre todo, no se ha substraído
justicia precisamente a ella: nos referimos a la estima y al respeto nunca, ni jamás se substraerá, a semejante deber.
de la genuina libertad.
[44]. Pero la invitación de la Iglesia encuentra todavía menor La «Iglesia del silencio»
resonancia en el campo opuesto. Aquí es donde se pretende estar
en posesión de la verdadera libertad, porque la vida social no fluc- [49]. Nos sabemos muy bien y deploramos con corazón pro-
túa ya apoyada sobre la inconsistente quimera del individuo autó- fundamente afligido que nuestra invitación a la paz, en vastas re-
nomo ni hace al orden público lo más indiferente posible a los valo- giones del mundo, no llega sino amortiguada a una «Iglesia del
res presentados como absolutos, sino que todo se halla completa- silencio». Millones de hombres no pueden profesar abiertamente su
mente ligado y dirigido a la existencia y al desarrollo de una determi- responsabilidad delante de Dios en favor de la paz. En sus mismos
nada colectividad. hogares, en sus iglesias, hasta la antigua tradición de los belenes, tan
.íntima y tan familiar, ha sido exterminada por el despótico arbitrio
[45 ]• No obstante, el resultado del sistema de que ahora ha- de los dominadores. Millones de hombres no pueden ya ejercer su
blamos no ha sido feliz, ni ha hecho tampoco más fácil la acción de influjo cristiano en favor de la libertad moral, en favor de la paz,
la Iglesia, porque aquí se halla menos tutelado aún el verdadero porque estas palabras—libertad y paz—se han convertido en mono-
concepto de la libertad y de la responsabilidad personal. Y ¿cómo polio usurpado por los perturbadores de profesión y por los adora-
podría ser de otra manera, cuando Dios no tiene allí su puesto sobe- dores de la fuerza.
rano, ni la vida y actividad del mundo gravitan en torno a El, ni
tienen en El su centro? La sociedad no es más que una enorme má- [50]. A pesar de todo, aun con los brazos atados, con los la-
quina, cuyo orden es meramente aparente, porque ya no es el orden bios cerrados, la «Iglesia del silencio» responde excelsamente a nues-
de la vida, del espíritu, de la libertad, de la paz. Como en una má- tra invitación. Señala con su mirada los sepulcros todavía recientes
quina, su actividad se ejercita materialmente, destruyendo así la de sus mártires, las cadenas de sus confesores, con la esperanza de
dignidad y la libertad humana. que su mudo holocausto y sus sufrimientos habrán de ser el más
eficaz subsidio para la causa de la paz, porque son la más alta invo-
[46 ]. En una sociedad semejante, la aportación de la Iglesia a cación y el más poderoso título para obtener del Príncipe divino de
la paz y su exhortación al orden verdadero en la verdadera libertad la paz gracia y misericordia en el cumplimiento de su misión:
se encuentran en circunstancias muy desfavorables. Los pretendidos Da pacem, Domine, in diebus nostris!
valores sociales absolutos pueden, sin embargo, entusiasmar a una
cierta juventud en un momento importante de la vida, mientras ' Conc. Vatic. Postulata Patrum, de re militar! et bello Cali. Lac. t,7,o p.861 K66.
que, en el otro campo, no rara vez otra juventud prematuramente
desengañada por las amargas experiencias se hace escéptica, cansada
e incapaz de interesarse por la vida pública y social.

Los buenos oficios de la • Santa Sede para la pacifica


solución de los conflictos
[47]. La paz—como hemos dicho—no puede estar asegurada
si Dios no reina en el orden del universo por El establecido, en la
sociedad debidamente organizada de los Estados, en la que cada
uno de éstos realice en el interior la ordenación de paz de los hom-
U l'AZ INTERNACIONAL Y I.A C.UIlRRA FRÍA 997

LA PAZ INTERNACIONAL Y LA báis de afirmar en Asís vuestra adhesión al espíritu de San Francisco,
en cuyas fuentes procuráis beber, y estáis ahora aquí ante Nos para
GUERRA FRÍA •« implorar sobre vuestro movimiento, sus fines, su trabajo, sus éxitos,
la bendición del Vicario de Cristo.
[2]. «Pax Christi», queridos hijos e hijas, es sobrenatural y,
a la vez, está muy presente a la realidad natural. Las fuerzas de paz
acumuladas en la Iglesia y en el mundo católico gracias a la unidad
sobrenatural de los católicos en Cristo, en la fe, en el acuerdo fun-
damental del pensamiento y de las ideas sociales, «Pax Christi»
El problema de la unificación europea ha sido tratado en repetidas quiere utilizarlas para procurar la atmósfera necesaria a las tenden-
ocasiones por Su Santidad Pío XII. En el discurso que aquí incluímos, cias que aspiran a la unificación económica y política de Europa,
dirigido al Congreso del movimiento católico denominado Pax Christi, primero, y más tarde tal vez de los territorios fuera de ella 2 .
la atención del Papa recae sobre los elementos necesarios para crear la
[3 ]. Nos apreciamos vivamente este carácter sobrenatural y
atmósfera propicia a esa gran labor de unificación, y sobre las garantías
natural a la vez de «Pax Christi». Un sobrenaturalismo que se aleje,
indispensables para, el aseguramiento de un porvenir pacífico en el
y sobre todo que aleje la religión, de las necesidades y de los
consorcio internacional.
deberes económicos y políticos, como si éstos no obligaran al cris-
El segundo tema desarrollado brevemente en este discurso es el
tiano y al católico, es cosa malsana, extraña al pensamiento de la
de la guerra fría, punto que el Papa analizará más adelante en el
Iglesia. «Pax Christi» no adopta esta actitud unilateral. Por el con-
radiomensaje navideño de 1954 sobre la coexistencia.
trario, Nos creemos poder expresarnos así, ha situado su punto de
SUMARIO partida en el corazón de las necesidades sociales y políticas.
[4]. Desde hace años, los pueblos, los Estados y los conti-
I. Bienvenida. Bendición del Vicario de Cristo. Naturaleza y fines del nentes enteros tratan de obtener la paz. ¡Qué no daría la Iglesia
movimiento Pax Christi. por procurarles la paz! Pero ella sola no puede conseguirlo, por
II. La Iglesia católica trabaja por la paz, pero ella sola no puede conse- la sencilla razón de que le falta poder para lograr tal resultado. La
guirla. La Iglesia católica no permanece indiferente ante los esfuerzos Iglesia podía obrar con mayor eficacia cuando los h.ombres y la
por la unificación europea y por la paz del mundo. No existe todavía
la atmósfera propicia para la reunificación de Europa. Pero hay que cultura de Occidente eran exclusivamente católicos; cuando gene-
formarla rápidamente. ralmente se estaba de acuerdo para reconocer al Papa como con-
El ambiente que hay que crear. Serenidad y realismo en los juicios ciliador y mediador de las diferencias entre los pueblos. No obstante,
históricos. Las generaciones actuales no son responsables del pasado. aun entonces, la Iglesia no siempre lograba el éxito en su actuación.
Hoy día el ciudadano no es responsable muchas veces de las decisio- Hoy día, por el contrario, las convicciones religiosas están con
nes estatales. Hay que distinguir entre los verdaderos culpables y el demasiada frecuencia confusas y divididas, y la laicización de la
pueblo en general. Los peligros de una psicosis colectiva. El odio a vida pública ha ido muy lejos. Lo que en estas circunstancias la
los pueblos es injusto y absurdo. Iglesia no puede aportar a la causa de la paz, lo que puede aportar
Las garantías para un porvenir pacífico: justicia objetiva; la mis- a ella, en qué consiste principalmente su papel, Nos lo liemos ex-
ma medida para lo nacional y para lo extranjero. Estima recíproca:
nada de menosprecios; respeto a los derechos de los demás pueblos. plicado ampliamente en nuestro último mensaje de Navidad.
Confianza con todos, nacionales y extranjeros. Unión de todos. [5 ]. En todo caso, si hoy personalidades políticas conscientes
III. La guerra fría. Aplicación por analogía del criterio sobre la guerra. de sus responsabilidades, si hombres de Estado trabajan por la
La guerra fría ofensiva está condenada por la moral. Los problemas unificación de Europa, por su paz y la paz del mundo, la Iglesia no
pueden y deben ser resueltos al margen de la guerra fría. permanece indiferente ante sus esfuerzos. Al contrario, los apoya
IV. El movimiento religioso y social suscitado en el siglo XIII por el Santo con toda la fuerza de sus plegarias. Tenéis, pues, mucha razón para
de Asís es un ejemplo y un estímulo para los problemas de hoy: la ver en este punto vuestro primer objetivo: orar por la comprensión
unión europea y la unión de los continentes. Son muchos los hombres mutua de los pueblos y por la paz.
dispuestos a trabajar por la paz del mundo. Invocación y bendición.
[6]. Cuando Nos seguimos los esfuerzos de esos hombres d e
Estado, Nos no podemos evitar un sentimiento de angustia: bajo
[1 ]. Os damos la bienvenida l, venerables hermanos, queridos la presión de la necesidad que exige la unificación de Europa, ellos
hijos e hijas, que representáis el movimiento de «Pax Christi». Aca- persiguen y comienzan a realizar sus fines políticos, que presuponen
1
Pío XII, discurso a los asistentes al Congreso Internacional de Pax Christi celebrado 2
Véase la alocución de 18 de marzo de 1945, dirigida al pueblo de Roma: A\S 37 0945)
en Asís, 13 de septiembre de 1952: AAS 44 (1952) 818-823. Texto original en francés. III -US.
998 PÍO XII LA TAZ INTIiRNACION'.M, Y l\ GUERRA FRÍA ÍIÜ'J

una nueva manera de considerar las relaciones entre los pueblos. [10]. Nos hemos insistido en este punto muchas veces: en
Esta presuposición, por desgracia, no se verifica o al menos no se cuanto sea posible, impútese la responsabilidad a los culpables,
cumple suficientemente. No existe todavía la atmósfera, sin la que pero que se distinga a éstos, con justicia y claridad, del pueblo
estas nuevas instituciones políticas no pueden a la larga mantenerse. en su conjunto. Se han producido psicosis de masa por ambos
Y si parece audaz querer salvaguardar la reorganización de Europa lados, preciso es reconocerlo. Es muy difícil al individuo substraerse
en medio de las dificultades del estado de transición entre la con- a ellas y no dejar así enajenada su propia libertad. Aquellos sobre
cepción antigua, demasiado unilateralmente nacional, y la nueva quienes la psicosis colectiva de otro pueblo se ha abatido como una
concepción, al menos debe alzarse ante los ojos de todos, como fatalidad terrible, que se pregunten siempre si este pueblo, en lo
un imperativo de esta hora, la obligación de suscitar con la mayor más profundo de sí mismo, no ha sido excitado hasta el furor por
rapidez posible esta atmósfera. agentes malvados de su propia nación. El odio a los pueblos, en
todo caso, es siempre de una injusticia cruel, absurda e indigna del
[7]. Colaborar en esta obra poniendo en juego precisamente hombre. Nos le oponemos la palabra de bendición de San Pablo:
las fuerzas de la unidad católica es, según nos parece, el fin esencial Dominus... dirigat corda vostra in chántate Dei et patientia Christi:
de vuestro movimiento «Pax Christi». «El Señor guíe vuestros corazones en la caridad de Dios y en la
Nos mismo hemos dicho recientemente una palabra sobre este paciencia de Cristo» 4 .
ambiente que hay que crear 3 . Nos querríamos en esta ocasión so-
lemne hablar de ello con una mayor amplitud. [1 I ]. He aquí, al parecer, en su esencia, cuando la mirada abar-
[8]. Para contribuir a esta atmósfera hay que emitir, cuando ca desde el pasado hasta el presente más inmediato, los componentes
se mira al pasado, un juicio sereno sobre la historia nacional, la de de la atmósfera en la que puede crecer la obra de unificación de las
la propia patria y también la de otro u otros países. Los resultados naciones. Es, para decirlo en breves palabras, la atmósfera de la
de una investigación histórica exacta, reconocidos por los especia- verdad, de la justicia y del amor en Cristo.
listas de ambas partes, deben ser la regla de ese juicio. Victorias o [12]. Así quedan preparadas, si no anticipadas, las garantías
derrotas, opresiones, violencias y crueldades—como probablemente requeridas para el porvenir. Para indicarlas brevemente, la garantía
se encuentran por una y otra parte en el curso de los siglos—son del porvenir exige:
hechos históricos y permanecen como tales. ¿Quién tomará a mal "La. justicia, que de una parte y de otra aplique una medida igual.
que una nación esté orgullosa de sus victorias? Que esa nación de- Lo que una nación, un Estado reivindique para sí por un sentimiento
plore sus derrotas como una desgracia es un sentimiento natural, elemental del derecho, aquello a lo que no renunciaría jamás, debe
fruto de un sano patriotismo. Que no se pida mutuamente lo impo- también concederlo sin condiciones a la otra nación, al otro Estado.
sible ni disposiciones irreales o falsas, sino que cada uno muestre ¿No es esto evidente? Sí, pero el amor propio nacional inclina
comprensión y respeto hacia los sentimientos de la otra nación. demasiado, y casi inconscientemente, a utilizar dos medidas. Es
menester movil:~?.r la inteligencia y la voluntad para permanecer
[9]. Se puede también condenar sin reserva la injusticia, la objetivo en el terreno escabroso en que se discuten los intereses
violencia y la crueldad, incluso cuando éstas son imputables a com- nacionales.
patriotas. Pero, ante todo, cada uno ha de persuadirse de que, trá-
tese de su propia nación o de otra, no hay que ser rigurosos con [13]. La estima recíproca en un doble sentido: nada de me-
las generaciones actuales por las faltas del pasado. Y por lo que nosprecio hacia una nación porque, por ejemplo, aparezca menos
respecta al desarrollo de la historia y aun a la temible coyuntura dotada que la nación propia. U n menosprecio motivado por esta
del tiempo presente, todos habéis visto y experimentáis a diario razón denotaría estrechez de espíritu. La comparación de las apti-
que los pueblos, como tales, no consienten que se les impute la tudes nacionales debe tener en cuenta los terrenos más diversos,
responsabilidad de toda su historia. Los pueblos deben, es cierto, y es preciso un conocimiento profundo y una larga experiencia
soportar su suerte colectiva; pero, en lo que toca a la responsabilidad, para poder intentarla.. En segundo lugar, respecto al derecho de
cada pueblo para ejercer su actividad. Este derecho no puede ser
la estructura de la máquina moderna del Estado, el encadenamiento
artificialmente limitado ni yugulado por medios opresivos.
casi inextricable de las relaciones económicas y políticas no permiten
al simple ciudadano intervenir eficazmente en las decisiones políti- [14]. La confianza: se concede la propia confianza a los que
cas. Todo lo más, con su voto libre puede tener alguna influencia pertenecen al propio pueblo, mientras no se hacen positivamente
en la dirección general, y aun esto en una medida limitada. indignos de ella. Se les trata como hermano y como hermana. Es
exactamente la misma actitud la que hay que tener hacia los her-
3
Discurso sobre la misión de los católicos en la vida internacional, dirigido a los parti- manos de otras naciones. Tampoco aquí existen dos pesos y dos
cipantes en el Congreso de Estudios organizado por la Acción Católica Italiana, 23 de julio
de 1952: AAS 44 (1952) 626-627; E 12 (1052) 1,145. Vóase también la carta de Mons. Mon- medidas.
tini, secretario de Estado, sobre Él cristiano en la vida internacional, de 4 de marzo de 1954: 4
E 14 (I9S4) 1,369. 2 Thess. 3,5.
LA PAZ INTERNACIONAL Y LA GUERRA FRÍA 1001
1000 l'IO XII
y que están igualmente dispuestos a los sacrificios que el éxito de
[15]. El amor a la patria no significa jamás desprecio de las la empresa impone en todas partes. Nó hay duda, su número es
otras naciones, desconfianza o enemistad hacia ellas. grande, amados hijos e hijas; pero ellos prefieren el silencio a las
[16]. Finalmente, sentirse unidos: es aquí, Nos lo hemos dicho tumultuosas declaraciones.
ya, donde las fuerzas católicas adquieren su máximum de eficacia. [21]. Nos os colocamos a vosotros y vuestro movimiento
He aquí la razón que os ha llevado a fundar «Pax Christi». Esta es bajo la tutela de la Virgen, «Reina de la Paz»; Nos imploramos la
la fuente de su poder, de sus siempre crecientes y vastas posibi- gracia, el amor y la fuerza de Jesús, el «Rey Pacífico», y desde el
lidades. fondo del corazón os concedemos, como prenda de éxito y de vic-
[17]. Gomo objeto de estudio para vuestro Congreso habéis toria, nuestra bendición apostólica.
escogido la «guerra fría». El juicio moral que ésta merece será el
mismo, analógicamente, que el que se aplique a la guerra según el
derecho natural e internacional. La ofensiva, cuando se trata de la
guerra fría, debe ser condenada absolutamente por la moral. Si
se produce, el atacado o los atacados pacíficos tienen no solamente
el derecho, sino también el deber de defenderse. Ningún Estado o
ningún grupo de Estados puede aceptar tranquilamente la esclavi-
tud política y la ruina económica. Por el bien común de sus pue-
blos deben asegurar su propia defensa. Esta tiende a mantener a
raya el ataque y a obtener que las medidas políticas y económicas se
adapten honesta y completamente al estado de paz que reina en un
sentido puramente jurídico entre el atacante y el atacado.
[18]. También en la cuestión de la guerra fría el pensamiento
del católico y de la Iglesia es realista. La Iglesia cree en la paz, y
no se cansará de recordar a los hombres de Estado responsables y
a los políticos que incluso las complicaciones políticas y económicas
actuales pueden resolverse en forma amistosa mediante la buena
voluntad de todas las partes interesadas. Por otra parte, la Iglesia
deb.e tener en cuenta los poderes obscuros, que han operado siempre
en la historia. Este es también el motivo por el que desconfía de
toda propaganda pacifista, en la que se abusa de la palabra paz
para ocultar fines inconfesados.
[1 o]. Al proclamar y vivir su ideal, el Santo de Asís suscitó
en el siglo XIII un movimiento religioso y social que, con relación
a Italia, enseñaba la sencillez cristiana en el tenor de vida y la paz
entre los partidos que desgarraban la vida pública. Desde Sicilia
hasta los Alpes, ese movimiento contaba partidarios, e incluso un
Federico II no se hubiera atrevido a ignorar su existencia.
[20]. Comparados con aquella época, los acontecimientos ac-
tuales han cobrado amplias proporciones y se han extendido a todo
el mundo. Y, sin embargo, el movimiento franciscano del siglo XIII
puede serviros de ejemplo y de estímulo. Vuestra bandera os señala
una meta profundamente cristiana y católica, a la cual ya deberían
haberse consagrado las generaciones pasadas: la unión de los cató-
licos de Europa, en primer lugar, y luego de los otros continentes,
para trabajar unidos en las tareas de la vida pública, unión basada
en la conciencia de un hecho: que la fe los reúne a todos. Cierto es
que las dificultades son muy numerosas y de mucho peso. Pero
mirad más bien a los hombres que en todo piensan como vosotros
El,' KSPÍRli'U KUROMiO 1003
EL ESPÍRITU EUROPEO profesores y estudiantes del Colegio de Europa nos proporciona un
vivo placer, y desearíamos manifestaros todo el interés que Nos
concedemos a vuestros trabajos.
[2]. Cuando después de la última guerra los dirigentes de
algunos países decidieron crear instituciones internacionales encar-
gadas de organizar la paz, la experiencia cruel de medio siglo pasado
pesaba en sus discusiones y no dejaba de recordarles que no basta
una idea generosa para asegurar las probabilidades de éxito. La reali-
zación práctica de la unidad europea, en particular, cuya urgencia
Sin la creación de un sano espíritu europeo no es posible la reali- todos presentían y hacia la cual instintivamente se orientaban, tro-
zación de la deseada unificación de Europa. Pero la formación y la pezaba con dos grandes obstáculos: uno, inherente a la estructura
aceptación de ese espíritu impone serios sacrificios, que sólo podrán del Estado; otro, psicológico y moral. El primero implica una serie
llevarse a cabo dentro del clima espiritual cristiano que ha dado unidad, de problemas económicos, sociales, militares y políticos. Los miem-
solidez y perpetuidad a la Europa cristiana de los pasados siglos. La bros que desean asociarse en encuentran en niveles diferentes,
misión providencial del continente europeo es la afirmación y la de- tanto en el plano de los recursos naturales y del desenvolvimiento
fensa de los valores espirituales que integran la civilización cristiana. industrial como en el de las realizaciones sociales; sólo podrán
Tesis ya indicada a fines del siglo XIX por León XIII en su encíclica alcanzar una vida común después de haber asegurado los medios de
Praeclara gratulationis. mantener el equilibrio del conjunto. Pero todavía más apremiante
se presenta la exigencia de lo que se llama el espíritu europeo, la
SUMARIO conciencia de unidad interna, basada no en la satisfacción de nece-
sidades económicas, sino en la percepción de valores espirituales
I. Saludo e interés del Sumo Pontífice, Dos obstáculos en la realización comunes, percepción suficientemente clara para mantener viva la
práctica de la unidad europea. Para ayudar a salvarlos se ha fundado voluntad firme de vivir unidos.
el Colegio de Europa. Fines particulares de esta importante obra.
II. El espíritu europeo y las condiciones de su realización. [3]. Para estudiar este doble problema ha sido fundado el
Son necesarios sacrificios serios de todos los países europeos. No Colegio de Europa, y 'a sola consideración del fin que se pretende
podrán ser compensados en breve plazo. Hay que formar la opinión alcanzar basta para evidenciar la significación real de vuestras acti-
pública. Hay que evitar los peligros del egoísmo y del aislamiento. vidades. Preparar hombres que sean capaces de afrontar esos pro-
La garantía para soportar estos sacrificios no puede ser la pers- blemas en el seno de los diversos organismos responsables, proponer
pectiva de ventajas materiales inmediatas. La única garantía eficaz es soluciones viables a pesar de las divergencias, a veces enormes, en
la que proporcionan los valores de orden espiritual. Esta garantía no tendencias y puntos de vista, capaces sobre todo de remontarse a
se crea en pocos años. Sin embargo, existe, aunque débil todavía. Hay las fuentes del espíritu europeo, de convertirse en sus propagandistas
que reavivarla y traducirla en realidades. cualificados, no es una tarea sencilla. Nos nos alegramos de que haya
La unidad europea no puede nacer del mero temor a los peligros habido hombres que se hayan atrevido a emprender esta empresa y
externos. Hay que buscarla por medio de elementos positivos. Los hay
ya en el campo económico y político. Pero el gran aglutinante de la proseguirla con la paciente esperanza que garantiza sus primeros
Europa dispersa es su misión histórica presente: la defensa de los va- resultados. Como no podernos detallar sus múltiples aspectos, de-
lores del espíritu; en otras palabras, la defensa de la fe cristiana. Sin searíamos al menos destacar uno de ellos, porque se relaciona de
esto no hay unidad europea firme. cerca con nuestras preocupaciones dominantes y los cuidados coti-
III. Alabanza de la histórica ciudad de Brujas, sede del Colegio de Europa. dianos de nuestra misión de Pastor de almas. Nos vamos a hablar
Invocación a Dios. del espíritu europeo. Nadie duda que éste debe constituir un obje-
tivo capital, sin el cual nada firme podrá construirse. Sóanos per-
mitido insistir sobre las condiciones de su realización.
[ i ] . Sabéis, señores 1, cómo acogemos siempre de buen grado [4]. Se reconoce, sin temor, que serán exigidas serias conce-
a los representantes del saber, y sobre todo a aquellos que, justa- siones a todos los miembros de una Europa unida. Transferencia
mente preocupados por los superiores intereses de la humanidad, de industrias, readaptación de la mano de obra, fluctuaciones y di-
consagran sus esfuerzos a la construcción de un mundo mejor y de ficultades locales en tal o cual sector de la producción: he aquí
una paz duradera. Por ello, el homenaje que hoy nos rinden los algunas de las eventualidades a las que tendrán que hacer frente
1
Pío XII, discurso a los profesores y alumnos del Colegio de Europa, de Brujas, 15 de los gobiernos y los pueblos. Estos males pueden ser pasajeros, pero
marzo de 1953: AAS 45 (1953) 181-184; E 13 (1953) 1,344-345 Texto original en francés. también pueden hacerse durables. No es cierto que vayan a ser
1004 EL KSl'IRITU BUUOPKO 1O05
i'ío XII
[8], En esta convicción arraigan el respeto al prójimo, el sen-
tido de su dignidad inalienable y del auxilio recíproco que es debido
para salvaguardar y promover aquellos bienes que todas las riquezas
de la tierra no podrían compensar. Estos sentimientos, hoy todavía
bastante confusos, hay que reavivarlos, esclarecerlos sobre todas las
incidencias, difundirlos entre la masa y permitir que se traduzcan
Seo d en gestos análogos a aquellos que más arriba hemos admirado tanto.
„f
n uT
e conservarse, a pesar
P
nV £,T 5 a q u e l l a s> inspirarle el
6 t o d o u m d a a la
a r ayudándolas. ' * otras, de conti- [9]. La voluntad de vivir unidos, que cimentará la Europa del
mañana, se guardará de desfallecer a la vista de los peligros externos
que la amenazan; pero, en lugar de dejarse arrastrar al objetivo un
**£ Í i s t í n c S t T n t l v o 1 1 an amt Uar d ell? b S e g ° Í S m O S > e l « P f e * * poco contra su voluntad, ¿no es preferible que cada uno sea atraído
o s a r i o s y de tod™ n ' P §rosa en manos de los ad-
CUyos hacia aquél por un elemento positivo?
T^^te^M * * • equívocos aprovechan
P ^ u a d i r s e desde^ e f n r n c f o i o T ' T ' * ? " * ^ P r
° ^siguiente, [10]. Elementos de este género los encontramos ya en el do-
ma
teriales no g r a n i z a r á 1? f e S t ? : i a P e r s P e c t i v a de ventajas minio económico y político. La Europa unida se propone garantizar
P ara
el éxito. M á í t a Í d f n I° 1 U n t a d d e sacrifi
á o s indispensable la existencia de cada uno de sus miembros y la del todo que éstos
y e constituyen, favorecer la prosperidad económica, de tal suerte que
. ngañosa. Se alearán ? * S t e T r a n ° ' a q u é l l a s e r e v e l a r á i l u s ° » a
Sln
duda el miedn^,enc.°n^S los lnte
e s e s de la defensa común: su poder político pueda hacerse respetar como conviene en el con-
«talmente b a s r w u facilmente
una reacción violenta, pero ge- cierto de las potencias mundiales. He aquí, sin duda, un fin positivo
SUs
eeptibl e r t l n r V des r
P ovista de fuerza constructiva, no apreciable de los esfuerzos presentes hacia una Europa unida.
un
mismo fin! a Ü Z a r y c o o r d m a r energías diversas al servicio de [11]. Lo que Nos ya hemos subrayado en otras circunstancias,
podemos repetirlo hoy ante vosotros, porque es una convicción
Países, a s í ' S e b u s c a n garantías sólidas para la colaboración entre que la experiencia robustece en Nos no sólo de año en año, sino,
pri
vado 0 u°^° P a r a t o d a colaboración humana, en el dominio por así decirlo, de mes en mes: por encima de esefineconómico y
lnte
rnacional M ' I G n círc
ulos restringidos como en el plano político, la Europa unida debe asumir como misión la afirmación
Ces
- sólo ést S
° • S Valores d e o r d e n
espiritual se revelarán efica- y la defensa de los valores espirituales, que en otro tiempo consti-
ta
n c i a s f or f •! p e r m i t l f á n triunfar en las vicisitudes que las circuns- tuían el fundamento y el apoyo de su existencia, que ella tenía
110
tardan e h °' u^ frecuentem
e n t e , la maldad de los hombres la vocación de transmitir a las restantes partes de la tierra y a los
du
° s , narl n j e i brotar. Entre las naciones como entre los indivi- otros pueblos y que Europa debe hoy, mediante un doloroso esfuer-
°a perdura sin una verdadera amistad. zo, salvar para salvarse a sí misma. Nos queremos decir la fe cristiana
auténtica como base de su propia civilización y de su propia cultura,
n
° s e c r e a U n Sentimi f nto de tal calidad, es preciso reconocerlo, pero también de todos los demás. Nos lo decimos claramente, porque
^ i ° s , este e n ^n?s a ñ o s n i P o r medios artificiales. Pero, gracias a tememos que Europa, sin esa fe, no posea la fuerza interna para con-
dern
asiado S - e n t l m i e . n t o e x i s t e ya, si bien un poco débil, aquí o allá, servar ante los adversarios más poderosos, no sólo la integridad de
Propios' re m c o n s c i e n t e de sí mismo, demasiado ignorante de sus sus ideales, sino incluso su independencia territorial y material.
ka de ell C U í S O S y d e s u Poder incomparable. Nos basta como prué- [12]. No sin motivo, el Colegio de Europa ha escogido para
bente di ° i es Pléndido testimonio de generosidad que reciente- sede una ciudad rica de historia, y, con gozo lo destacamos, de una
' n u ndaci(? g a ^ a *a afluencia de socorros para las víctimas de las historia cristiana. Que la paz de sus aguas tranquilas sea el símbolo
der
° des¡ n f S ' - Y q U e s a l u d a r c o n alegría esta señal de un verda- de aquella paz por cuya seguridad trabajáis, devolviendo a los hom-
VoIu
ritad n rf res " d e u n a verdadera comprensión mutua, de una bres de hoy la conciencia de sus afinidades, ayudándoles a consentir
Itler az d e
c a r i t ji colaboración en la defensa, no de ganancias a las necesarias renuncias gracias al atractivo de una vocación q- e
V s 6S S m d e autent
° °tros ' ° i c o s valores humanos. Os compete a les promete todavía inestimables conquistas.
Ca
Us a s V'T C O m o especialistas en cuestiones europeas, investigar las Que el Señor se digne proteger vuestras personas, vuestras fa-
qu
e , si pi T r e s o r t e s Psicológicos de esas actitudes. No se nos oculta milias y vuestros esfuerzos en el camino del bien.
de
Euron P e n o romano ha asentado las primeras bases jurídicas
a dl
model ^ vulgar la civilización sjreco-latina, el cristianismo
el alma
? Pesar d P r o f u n d a de los pueblos, ha marcado en ellos,
Pe
r s o r , e r u S d i f e r encias más acentuadas, los rasgos distintivos de
rjo solarrT ' S U J ' e t o absoluto de derecho y responsable ante Dios
la s o d 1 ^ 6 ! ^ S u d e s t i n o individual, sino también de la suerte
edad
a que pertenece.
COMUKIDAD INTKRNACIONAI, Y TOLERANCIA 1007

COMUNIDAD INTERNACIONAL que se seguirán de un estado de tolerancia; segundo, determinación de


los bienes que se derivarán de la aceptación de esta fórmula de tolerancia;
Y TOLERANCIA tercero, comparación de estos bienes con aquellos males; cuarto, saldo
definitivo y decisión última de aceptar o rechazar: tolerancia en el
primer supuesto, intolerancia en el segundo.
Sin embargo, en materia de religión y de moral, el juicio definitivo
no queda exclusivamente, como en otros sectores, en manos de la auto-
ridad política. Es indispensable solicitar y atender el dictamen de la
iglesia, por ser ésta la depositaría iure divino de la fe y el intérprete
legítimo de la moral y del derecho natural.

Una ley inmanente del desarrollo social impulsa a los pueblos a SUMARIO
crear comunidades jurídicas de radio cada vez más amplio. Es esta I. El acercamiento, cada día mayor, entre los pueblos y los Estados es
tendencia la que, sirviéndose del progreso moderno, lleva a la huma- el efecto de una ley inmanente del desarrollo social que debe ser fa-
nidad entera a crear una nueva comunidad supranacional que puede vorecida.
solucionar los numerosos problemas para cuya resolución resulta insu- II. La comunidad jurídica supranacional. Existe actualmente una acusada
ficiente el marco reducido del Estado tradicional. Pío XII recoge y tendencia general hacia el establecimiento de una comunidad jurídica
acepta en el discurso dirigido al I Congreso de los Juristas Católicos supranacional. La realización de esta tendencia no es una utopía.
Italianos la trayectoria del pensamiento y de la política contemporáneos En el camino hacia esta meta, la norma última no es la voluntad
orientados hacia la comunidad de los Estados. Pero recuerda al mismo de los Estados, sino las exigencias de la naturaleza, es decir, en última
tiempo la dependencia que liga al Estado con el derecho natural a instancia, la voluntad de Dios. Por tanto, en esta nueva comunidad
jurídica supranacional, el Estado debe quedar encuadrado dentro del
través de la subordinación debida al derecho internacional. La tesis
ordenamiento del derecho internacional, y con ello dentro del orden
de la soberanía absoluta del Estado ha sido y sigue siendo falsa. del derecho natural. Porque el Estado no es soberano en el sentido
Dos problemas examina el Papa en este importante discurso: la de una ausencia total de límites. Todo Estado está sujeto al derecho
regulación jurídica de la cuestión religiosa dentro de la comunidad de internacional. La constitución, el mantenimiento y la actividad de una
los Estados y el problema político y moral de la tolerancia. El primer comunidad de Estados suscitan numerosos y muy graves problemas.
problema debe ser resuelto de acuerdo con dos normas fundamentales: El principio fundamental para el tratamiento de estos problemas es el
fomento de todo lo que une y la negación de todo cuanto impide la
autonomía del Estado para regular la cuestión religiosa dentro de su
unión necesaria.
territorio de acuerdo con su propia situación e historia, y libertad para
ejercer el culto propio dentro del territorio de cualquier Estado de la III. La cuestión de la tolerancia. La comunidad internacional plantea un
comunidad, con la exclusiva condición de no perturbar la legislación grave problema en torno a la convivencia pacífica de la religión cató-
lica con las restantes confesiones religiosas. En esta materia es necesa-
propia del Estado en que se vive. ria una regulación jurídica que valga para todo el territorio de cada
La cuestión de la tolerancia aparece tratada en el plano interna- uno de los Estados miembros. Esta regulación pone al estadista cató-
cional. Los principios normativos del problema son los que ya expresó lico ante una doble cuestión: la cuestión teórica y la cuestión prác-
León XIII en la Immortale D e i y en la Libertas praestantissimum. tica. Esta segunda es la que ahora interesa.
Pero el campo de aplicación es distinto. Para León XIII, el radio de Para solucionar el problema práctico así planteado, hay que par-
aplicación de los principios era el estrictamente nacional. Pío XII tir de dos tesis complementarias: es ilícita la defensa del error (el
opera sobre un campo de acción más amplio: la comunidad supra- error no tiene derechos;) es lícita a veces la tolerancia del error (es
permisible ex suppositione el error). Dentro de esta segunda tesis de
nacional. la licitud condicionada de la tolerancia hay que subdistinguir, a su
La dificultad del problema de la tolerancia reside no en la quaestio vez, entre la quaestio iuris y la quaestio facti. La quaestio iuris debe ser
iuris, sino en la quaestio facti. Los principios acerca de la licitud con- resuelta afirmativamente: es lícito en determinadas circunstancias no
dicionada de la tolerancia son claros. Es la aplicación de estos princi- impedir el error, para lograr la obtención de un bien mayor. La quaes-
pios la que presenta una espinosa complejidad determinada—objetiva- tio facti, en cambio, se reduce a determinar si en un caso concreto se
mente—por la multiplicidad simultánea de los datos de una situación verifican las condiciones que justifican la tolerancia del error. Esta
comprobación es misión del estadista católico, quien deberá, sin em-
dada, y—-subjetivamente—por el casi insoslayable peligro de un exceso
bargo, solicitar el juicio de la Iglesia cuando la quaestio de malo tole-
o de un defecto en la apreciación personal de esos datos de situación rando esté relacionada con la religión y la moral.
por el estadista que los examina.
IV. La Iglesia católica y la tolerancia. Existe cierto paralelismo entre la
La labor del estadista católico en todo supuesto concreto requiere Iglesia y la comunidad supranacional de los Estados. La diferencia
una serie de operaciones prudenciales: primero, cálculo de los males
1008 PÍO XII COMUNIDAD INTERNACIÓN», Y TOLERANCIA 1009
reside en que el camino uníversalizador de la Iglesia es descendente: pasado o de nuestro tiempo, en los que razas, pueblos y Estados
viene de arriba abajo. En cambio, el proceso unificador de los Estados
es ascendente: sube desde una pluralidad de Estados hacia una más quedan fundidos, de grado o por fuerza, en un único conjunto
alta unidad. estatal. En el caso presente, por el contrario, los Estados, permane-
Por ío que toca a la negación incondicionada del error y del mal ciendo soberanos, se unen libremente en una comunidad jurídica.
moral, la Iglesia ha sido y es intransigente. Pero, por lo que se refiere [4]. Bajo este aspecto, la historia universal, que muestra una
a la tolerancia y permisión de ese error y de ese mal, la Iglesia ha esta- serie continua de luchas por el poder, podría, sin duda, presentar-
do y está atenta siempre a una razón suprema, ¡a del bien común de
la Iglesia, del Estado y de la comunidad de los Estados. nos casi como una utopía la instauración de una comunidad jurí-
Las normas expuestas presentan gran importancia para el análisis dica de Estados libres. Tales luchas han sido provocadas con de-
y valoración jurídica de los concordatos. Los concordatos son siempre masiada frecuencia por la voluntad de sojuzgar a otras naciones y
una expresión de la colaboración entre la Iglesia y el Estado. Pero el de extender el campo del propio poder o por la necesidad de defen-
sentido interior de cada concordato sólo puede ser conocido analizando der la propia libertad y la propia existencia independiente. Ahora,
la situación contractual de las partes firmantes y el conjunto de cláu- por el contrario, es precisamente la voluntad de prevenir amenaza-
sulas incorporadas al texto concordatario. doras escisiones la que impulsa hacia una comunidad jurídica supra-
nacional; las consideraciones utilitarias, que, ciertamente, tienen
también una notable importancia, están dirigidas hacia obras de
[i ]. Nos sirve i de gran satisfacción, queridos hijos de la Unión paz; y, en fin de cuentas, tal vez el mismo aproximamiento técnico
de Juristas Católicos Italianos, veros aquí reunidos en torno a Nos ha despertado la fe, latente en el espíritu y en el corazón de los indi-
y daros cordialmente la bienvenida. viduos, en una comunidad superior de los hombres, querida por
[2 ]. A primeros de octubre otro congreso de juristas se reunía el Creador y arraigada en la unidad de su origen, de su naturaleza
en nuestra residencia de verano, el de Derecho penal internacional 2 . y de su destino.
Vuestro Congreso tiene, es cierto, un carácter nacional; pero el tema
que trata, «Nación y comunidad internacional», toca de nuevo las [II. L A SOBERANÍA DEL ESTADO Y SUS LÍMITES]
relaciones entre los pueblos y los Estados soberanos. No sin causa
se multiplican los congresos para el estudio de las cuestiones inter- [5]. Estas consideraciones y otras semejantes demuestran que
nacionales, científicas, económicas e incluso políticas. El hecho ma- el camino hacia la Comunidad de los pueblos y su constitución
nifiesto de que las relaciones entre los individuos pertenecientes a no tiene como norma única y última la voluntad de los Estados,
diversos pueblos y entre los pueblos mismos crezcan en extensión sino más bien la naturaleza, es decir, el Creador. El derecho a la
y en profundidad, hace más urgente cada día una regulación de las existencia, el derecho al respeto y al buen nombre, el derecho a una
relaciones internacionales, privadas y públicas, tanto más cuanto manera de ser y a una cultura propias, el derecho al propio des-
que esta mutua aproximación está determinada no sólo por las posi- envolvimiento, el derecho a la observancia de los tratados interna-
bilidades técnicas, incomparablemente aumentadas, y por la libre cionales, y otros derechos equivalentes, son exigencias del derecho
elección, sino también por la más penetrante acción de una ley de gentes dictado por la naturaleza. El derecho positivo de los pue-
inmanente de desarrollo. No se debe, por tanto, coartar esta apro- blos, indispensable también en la Comunidad de los Estados, tiene
ximación, sino más bien favorecerla y promoverla. la misión de definir con mayor exactitud las exigencias de la natura-
leza y adaptarlas a las circunstancias concretas, y, además, la de
[I. L A COMUNIDAD JURÍDICA SUPRANACIONAL] adoptar, mediante una convención que, libremente contraída, se
convierta en obligatoria, otras disposiciones, ordenadas siempre al
[3]. En esta labor de ampliación, las comunidades de los Es- fin de la comunidad.
tados y de los pueblos, ora existan ya, ora no representen todavía [6]. En esta Comunidad de los pueblos, cada Estado está,
más que u n fin por conseguir y por realizar, tienen, naturalmente, por consiguiente, encuadrado dentro del ordenamiento del derecho
una particular importancia. Existen comunidades en las cuales Es- internacional, y con ello dentro del orden del derecho natural, que
tados soberanos, es decir, no subordinados a ningún otro Estado, se lo sostiene y corona todo. D e esta forma, el Estado no es ya—ni lo
unen en una comunidad jurídica para la consecución de determina- ha sido en realidad nunca—«soberano» en el sentido de una ausencia
dos fines jurídicos. Sería dar una falsa idea de estas comunidades total de límites. «Soberanía», en el verdadero sentido de la palabra,
jurídicas si se quisiera parangonarlas con imperios mundiales del significa autarquía y exclusiva competencia en relación a las cosas y
1 Pío XII, discurso dirigido al V Congreso Nacional de la Unión de Juristas Católicos al espacio, según la substancia y la forma de la actividad, aunque
Italianos,
2
6 de diciembre de 1953: AAS 45 (1QS3) 794-8C2. Texto original en italiano. dentro del ámbito del derecho internacional, pero sin dependencia
Véase el discurso del Papa de 3 de octubre de 1953 sobre el derecho penal internacio-
nal en \AS 45 (1953) 730-744. del ordenamiento jurídico propio de cualquier otro Estado. Todo
1010 PÍO XII
COMUNIDAD INTERNACIONAL V l'OLKRANCIA 1011
Estado está sujeto de manera inmediata al derecho internacional.
Los Estados a los que faltase esta plenitud de competencia o a los y tendencias: dentro de los límites de lo posible y de lo lícito, pro-
que el derecho internacional no garantizase la independencia res- mover lo que facilita y hace más eficaz la unión; rechazar lo que la
pecto a cualquier poder de otro Estado, no serían soberanos. Ningún perturba; soportar a veces lo que no es posible allanar y en gracia
Estado, sin embargo, podría promover querella por limitación de de lo cual, por otra parte, no se podría dejar naufragar a la Comuni-
su soberanía si se le negase la facultad de obrar arbitrariamente y sin dad de los pueblos, en razón precisamente del bien superior que
consideración hacia otros Estados. La soberanía no es la divinización de ésta se espera. La dificultad está en la aplicación de aquel prin-
o la omnipotencia del Estado, en el sentido de Hegel o a la ma- cipio.
nera de un positivismo jurídico absoluto.
[IV. COMUNIDAD INTERNACIONAL Y CONVIVENCIA RELIGIOSA ]

[III. LOS PROBLEMAS DE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL. [10]. A este propósito querríamos ahora detenernos ante vos-
PRINCIPIO DE SOLUCIÓN] otros—que hacéis con gusto profesión de juristas católicos—en
torno a una de las cuestiones que se ofrecen en una comunidad de
[7]. A vosotros, cultivadores del derecho, no tenemos nece- los pueblos; es decir, la convivencia práctica de las comunidades
sidad de explicaros cómo la constitución, el mantenimiento y la católicas con las no católicas.
acción de una verdadera Comunidad de Estados, en especial de una [11]. Según la confesión religiosa profesada por la gran ma-
que abarque a todos los pueblos, suscitan una serie de deberes y de yoría de los ciudadanos o sobre la base de una explícita declaración
problemas, algunos muy difíciles y complicados, que no se pueden de su Constitución, los pueblos y los Estados miembros de la Co-
resolver con un simple sí o no. Tales son la cuestión de las razas y munidad se dividirían en cristianos, no cristianos, religiosamente
de la sangre, con sus consecuencias biológicas, psíquicas y sociales; indiferentes o conscientemente «laicos», o incluso abiertamente ateos.
la cuestión de las lenguas; la cuestión de las familias con sus diver-
Los intereses religiosos y morales exigirán en toda la extensión de
sos caracteres, según las naciones; de las relaciones entre esposos,
la Comunidad una regulación bien definida que valga para todo el
padres y familias; la cuestión de la igualdad o de la equivalencia
de los derechos en lo que atañe a los bienes, los contratos y las per- territorio de cada uno de los Estados soberanos miembros de dicha
sonas, para los ciudadanos de un Estado soberano que se encuentran Comunidad de naciones. Según las probabilidades y las circunstan-
en el territorio de otro, donde residen temporalmente o sé establecen cias, es previsible que esta regulación de derecho positivo será enun-
conservando su propia nacionalidad; la cuestión del derecho de in- ciada así: Dentro de su territorio y para sus ciudadanos, cada Estado
migración o de emigración, y otras semejantes. regulará los asuntos religiosos y morales por medio de una ley pro-
pia ; igualmente, en todo el territorio de la Comunidad de los Estados
[8 ]. El jurista, el hombre político, el Estado particular como estará permitido a los ciudadanos de cada Estado-miembro el ejer-
la Comunidad de los Estados, deben tener aquí en cuenta todas las cicio de las propias creencias y prácticas éticas y religiosas, en cuanto
tendencias innatas de cada uno de los individuos y de las comuni- éstas no se opongan a las leyes penales del Estado en que habitan.
dades en sus contactos y relaciones recíprocas, cuales son la ten- [12]. Para el jurista, para el hombre político y para el Estado
dencia a la adaptación y a la asimilación, llevada con frecuencia católico surge aquí la pregunta: ¿puede dar su consentimiento a
hasta el extremo de la absorción; o, al contrario, la tendencia a la semejante regulación cuando se trata de entrar en la Comunidad
exclusión y a la destrucción de todo cuanto se presenta como no de los pueblos y de permanecer en ella?
asimilable; la tendencia a la expansión y, a su vez, como contraria
[13]. En este punto, con relación a los intereses religiosos y
suya, la tendencia al aislamiento y la separación; la tendencia a
morales se plantea una doble cuestión. La primera concierne a la
darse enteramente, renunciando a sí mismos, y en el extremo con-
verdad objetiva y a la obligación de la conciencia hacia lo que es
trario, el apego a sí mismo, con exclusión de toda entrega a otros; objetivamente verdadero y bueno; la segunda atañe a la conducta
el ansia del poder, la avidez de tener a otros bajo la propia tutela, etc. efectiva de la Comunidad de los pueblos con cada Estado soberano
Todos estos dinamismos de avance o de defensa están arraigados y de éste con la Comunidad de los pueblos en las materias de reli-
en la disposición natural de los individuos, de los pueblos, de las gión y de moral. La primera cuestión difícilmente puede ser objeto
razas y de las comunidades, en sus restricciones y limitaciones, en de una discusión y de una regulación entre los Estados particulares
las que nunca se encuentra reunido todo aquello que es bueno y y la Comunidad de Estados, especialmente en el caso de una plura-
justo. Dios solo, origen de todo ser, por razón de su infinitud, en- lidad de confesiones religiosas dentro de la misma Comunidad. La
cierra en sí todo lo bueno. segunda, en cambio, puede ser de máxima importancia y urgencia.
[9]. De todo cuanto hemos expuesto es fácil deducir el prin-
cipio teórico fundamental para el tratamiento de estas dificultades
1012 I'IO Xll COMUNIDAD TNriiRNAClONAI, V TOI.KKANCIA. 1013

tanto, una última norma de acción. Debe estar subordinado a nor-


[V. L O S DERECHOS D E LA VERDAD Y LA TOLERANCIA DEL ERROR ] mas más altas y más generales, las cuales en determinadas circunstan-
[14]. Pues bien, he aquí la vía para responder rectamente a la cias permiten e incluso hacen a veces aparecer como mejor camino
segunda cuestión. Ante todo es preciso afirmar claramente que no impedir el error, a fin de promover un bien mayor.
ninguna autoridad humana, ningún Estado, ninguna Comunidad de [17]. Con esto quedan aclarados los dos principios de los cua-
Estados, sea el que sea su carácter religioso, pueden dar un mandato les hay que deducir en los casos concretos la respuesta a la gravísima
positivo o una positiva autorización de enseñar o de hacer lo que cuestión de la conducta del jurista, del hombre político y del Estado
sería contrario a la verdad religiosa o al bien moral. Un mandato soberano católico ante una fórmula de tolerancia religiosa y moral
o una autorización de este género no tendrían fuerza obligatoria del contenido antes indicado, y que debe ser tomada en considera-
y quedarían sin valor. Ninguna autoridad podría darlos, porque es ción para la Comunidad de los Estados. Primero: lo que no responde
contra la naturaleza obligar al espíritu y a la voluntad del hombre a la verdad y a la norma moral no tiene objetivamente derecho
al error y al mal o a considerar al uno y al otro como indiferentes. alguno ni a la existencia, ni a la propaganda, ni a la acción. Segundo:
Ni siquiera Dios podría dar un mandato positivo o una positiva el no impedirlo por medio de leyes estatales y de disposiciones coer-
autorización de tal clase, porque estaría en contradicción con su citivas puede, sin embargo, hallarse justificado por el interés de un
absoluta veracidad y santidad. bien superior y más universal.
[15 ]. Otra cuestión esencialmente distinta es: si en una Comu- [18]. Si después esta condición se verifica en el caso concreto
nidad de Estados puede, al menos en determinadas circunstancias, —es la «quaestio facti»—, debe juzgarlo, ante todo, el mismo esta-
establecerse la norma de que el libre ejercicio de una creencia y de dista católico. Este en su decisión deberá guiarse por las dañosas
una práctica religiosa o moral, que tienen valor en uno de los Esta- consecuencias que surgen de la tolerancia, comparadas con aquellas
dos-miembros, no sea impedido en todo el territorio de la Comuni- que mediante la aceptación de la fórmula de tolerancia serán evita-
dad mediante leyes o providencias estatales coercitivas. En otros das a la Comunidad de los Estados; es decir, por el bien que, según
términos, se pregunta si el «no impedir», o sea, el tolerar, está per- una prudente previsión, podrá derivarse de esa fórmula de tolerancia
mitido en tales circunstancias y, por lo mismo, la represión positiva a la misma Comunidad como tal, e indirectamente al Estado miem-
no sea siempre un deber. bro de ella. En lo que se refiere al campo religioso y moral, el esta-
[16]. Nos hemos aducido hace un momento la autoridad de dista deberá solicitar también el juicio de la Iglesia. Por parte de la
Dios. ¿Puede Dios, al cual, por otra parte, sería posible y fácil cual, en semejantes cuestiones decisivas, que tocan a la vida inter-
reprimir el error y la desviación moral, preferir en algunos casos el nacional, es competente, en última instancia, solamente Aquel a
«no impedir», sin incurrir en contradicción con su perfección infi- quien Cristo ha confiado la guía de toda la Iglesia, el Romano Pon-
nita? ¿Puede ocurrir que, en determinadas circunstancias, Dios no tífice.
dé a los hombres mandato alguno, no imponga deber alguno, no
dé, por último, derecho alguno de impedir y de reprimir lo que es [VI. L A IGLESIA CATÓLICA Y LA COMUNIDAD DE ESTADOS]
erróneo y falso? Una mirada a la realidad da una respuesta afirmati-
va. La realidad enseña que el error y el pecado se encuentran en el [19 ]. La institución de una Comunidad de pueblos cual la que
mundo en amplia proporción. Dios los reprueba, y, sin embargo, hoy día está realizada en parte, pero que se tiende a efectuar y
los deja existir. Por consiguiente, la afirmación: el extravío religioso consolidar en un grado más elevado y perfecto, es una marcha de
y moral debe ser siempre impedido, cuanto es posible, porque su abajo hacia arriba, es decir, de una pluralidad de Estatdos soberanos
tolerancia es en sí misma inmoral, no puede valer en su forma abso- hacia la más alta unidad.
luta incondicionada. Por otra parte, Dios no ha dado ni siquiera a
la autoridad humana un precepto semejante absoluto y universal, [20]. La Iglesia de Cristo tiene, en virtud del mandato de su
ni en el campo de la fe ni en el de la moral. No conocen semejante divino Fundador, una misión universal parecida. La Iglesia debe
precepto ni la común convicción de los hombres, ni la conciencia acoger dentro de sí y reunir en una unidad religiosa a los hombres
cristiana, ni las fuentes de la revelación, ni la práctica de la Iglesia. de todos los pueblos y de todos los tiempos. Pero aquí el camino es,
Aun omitiendo en este momento otros textos de la Sagrada Escri- en un cierto sentido, contrario: va desde arriba hacia abajo. En el
tura tocantes a esta materia, Cristo en la parábola de la cizaña dio primer camino, hace poco recordado, la unidad jurídica superior
el siguiente aviso: Dejad que en el campo del mundo la cizaña crez- de la Comunidad de los pueblos estaba o está todavía por crear.
ca, junto con la buena semilla, en beneficio del trigo 3. El deber de En este otro camino, la Comunidad jurídica, con su fin universal,
reprimir las desviaciones morales y religiosas no puede ser, por su constitución, sus poderes y los hombres revestidos de estos pode-
res, está ya desde un principio establecida por la voluntad e institu-
3
Cf. M t . 13,24-30. ción del mismo Cristo. El deber de esta comunidad universal desde
1014 pfo xir COMUNIDAD IN-TEUNACtONAI, V IOLERANCIA 1015
su mismo origen es incorporar a sí, en lo posible, a todos los hombres [23 ]. En cuanto a la segunda proposición, es decir, en cuanto
y a todos los pueblos 4 y plenamente ganarlos, con esa incorporación, a la tolerancia en circunstancias determinadas y la permisión incluso
para la verdad y para la gracia de Jesucristo. en casos en que podría procederse a la represión, la Iglesia—siempre
[21]. La Iglesia, en el cumplimiento de esta su misión, se ha atendiendo a los que en buena conciencia (aunque errónea, pero
encontrado siempre y se encuentra todavía en gran medida frente a invencible) son de diversa opinión—se ha visto inducida a obrar y
los mismos problemas que el «funcionamiento» de una Comunidad ha obrado según aquella tolerancia, desde que bajo Constantino
de Estados soberanos debe superar; sólo que ella los siente con Magno y los demás emperadores cristianos vino a ser la Iglesia del
mayor intensidad, porque se halla ligada al objeto de su misión, Estado, siempre por más altos y prevalentes motivos; así hace hoy,
determinado por su mismo Fundador, objeto que penetra hasta las y también en el futuro se encontrará frente a la misma necesidad.
profundidades del espíritu y del corazón humano. En tal estado de En tales casos particulares, la actitud de la Iglesia está determinada
cosas, los conflictos son inevitables, y la historia demuestra que los por la tutela y por la consideración del bonum commune, del bien
ha habido siempre, los hay todavía y, según la palabra del Señor, común de la Iglesia y del Estado en cada uno de los Estados, por
los habrá hasta el final de los tiempos. Porque la Iglesia, con su mi- una parte, y por otra, del bonum commune de la Iglesia universal,
sión, se ha encontrado y se encuentra ante hombres y pueblos de del reino de Dios sobre todo el mundo. En orden a la ponderación
una maravillosa cultura, ante otros de una incultura apenas com- del pro y del contra al tener que tratar la «quaestio facti», no valen
prensible y ante todos los posibles grados intermedios: diversidad para la Iglesia otras normas que las que Nos ya hemos indicado
de razas, de lenguas, de filosofías, de confesiones religiosas, de aspi- antes para el jurista y para el estadista católico, incluso en todo lo
referente a la última, y suprema instancia.
raciones y peculiaridades nacionales; pueblos libres y pueblos es-
clavos; pueblos que nunca han pertenecido a la Iglesia y pueblos
que se han separado de su comunión. Entre ellos y con ellos tiene [VIL LOS CONCORDATOS Y LA TOLERANCIA]
que vivir la Iglesia; no puede jamás declararse «desinteresada» frente
a ninguno de ellos. El mandato impuesto a la Iglesia por su divino [24 ]. Lo que hemos expuesto puede ser útil para el jurista y el
Fundador le hace imposible seguir la norma de «dejar pasar, dejar ha- hombre político católico incluso cuando en sus estudios o en el ejerci-
cer». Tiene el deber de enseñar y de educar con toda la inflexibilidad cio de su profesión se ponen en contacto con los acuerdos (concorda-
de la verdad y del bien, y con esta obligación absoluta tiene que estar tos, tratados, convenciones, «modus vivendi», etc.) que la Iglesia (es
y actuar en medio de hombres y comunidades que piensan en formas decir, ya desde hace mucho tiempo, la Sede Apostólica) concluyó
en el pasado y todavía concluye con Estados soberanos. Los con-
completamente distintas.
cordatos son para ella una expresión de la colaboración entre la
Iglesia y el Estado. La Iglesia, por principio, o sea en tests, no puede
[La intolerancia ante el error y la tolerancia de ciertas situaciones] aprobar la separación completa entre los dos poderes. Por tanto, los
concordatos deben asegurar a la Iglesia una estable condición de
[22]. Pero volvamos de nuevo atrás, a las dos proposiciones derecho y de hecho en el Estado con el que son firmados, y le' han
antes mencionadas, y en primer lugar a la de la negación incondi- de garantizar la plena independencia en el cumplimiento de su di-
cionada de todo lo que es religiosamente falso y moralmente malo. vina misión. Es posible que la Iglesia y el Estado proclamen en
Respecto a este punto, jamás ha existido ni existe para la Iglesia el concordato su común convicción religiosa; pero también puede
vacilación alguna, transacción alguna, ni en la teoría ni en la prácti- suceder que el concordato tenga, junto a otros fines, el de prevenir
ca. Su actitud no ha cambiado en el curso de la historia, ni puede disputas en torno a cuestiones de principio y el de remover desde
cambiar cuando y dondequiera que, en las formas más variadas, se el comienzo posibles materias de conflictos. Cuando la Iglesia ha
encuentra frente a la alternativa: o el incienso ante los ídolos o la puesto su firma a un concordato, éste es válido en todo su contenido.
sangre por Cristo. El lugar donde ahora os encontráis, la Roma ae- Pero su sentido íntimo puede ser graduado con el mutuo conoci-
terna, con las reliquias de una grandeza que pasó y con los recuerdos miento de las dos altas partes contratantes; puede significar una
gloriosos de sus mártires, es el testimonio más elocuente de la res- expresa aprobación, pero puede también señalar una simple tole-
puesta de la Iglesia. No se quemó incienso ante los ídolos, y la sangre rancia, según aquellos dos principios que son la norma para la con-
cristiana bañó el suelo convertido en sagrado. En cambio, los tem- vivencia de la Iglesia y de sus fieles con las potencias y los hombres
plos de los dioses yacen en frías ruinas entre sus aún majestuosos de otra creencia.
escombros, mientras que, junto a las tumbas de los mártires, fieles
[25]. Esto es, amados hijos, lo que Nos proponíamos expo-
de todos los pueblos y de todas las lenguas repiten con fervor el
neros por extenso. Por lo demás, Nos confiamos que la comunidad
viejo Credo de los apóstoles.
internacional pueda desterrar todo peligro de guerra y establecer
* Cf. Mt. 28,19. la paz; y en lo que a la Iglesia se refiere, que pueda garantizar a ésta
1016 PÍO XII

por todas partes el camino libre que logre fundar en el espíritu y en


el corazón, en el pensamiento y en la acción de los hombres, el CRISIS DE PODER Y CRISIS
reino de Aquel que es el Redentor, el Legislador, el Juez, el Señor DE CIVISMO
del mundo, Jesucristo, que está por encima de todas las cosas, Dios
bendito por los siglos 5 .
[26]. Por todo ello, mientras con nuestros paternales votos
acompañamos vuestros trabajos para el mayor bien de los pueblos
y para el perfeccionamiento de las relaciones internacionales, os
impartimos, como prenda de las más ricas gracias divinas, con efu-
sión de corazón, la bendición apostólica.
5
Rom. 9,5.
En la carta que el Papa dirigió al presidente de las Semanas Socia-
les de los católicos franceses con motivo de las bodas de oro de la fun-
dación de estas reuniones anuales, se aborda el tema grave y actual de
la crisis del Estado. En este documento epistolar, Pío XII reitera la ne-
cesidad de depurar el concepto y la práctica del Estado de todos los
resabios del positivismo jurídico decimonónico y de su triste heredero
el totalitarismo contemporáneo.
La crisis de poder político ha provocado la crisis de civismo. Pero
el motivo histórico e ideológico determinante de aquélla ha sido la crisis
previa del hombre que ha querido desligarse de todo vínculo trascenden-
tal y necesario. La negación de Dios y del derecho natural ha sido y es
la responsable de la decadencia del Estado y del ciudadano modernos.
Por esto deben destacarse en primer plano las raíces morales de esta
crisis. El orden jurídico y el orden político no pueden quedar desvincu-
lados del orden moral.
Uno de los aspectos más graves de la crisis analizada en este docu-
mento es la existencia de los grupos de presión, deformadores de la
esencia del Estado y desviadores de la actividad de éste. Es obligación
primordial del gobernante saber reprimir las tendencias egoístas de
estos grupos, haciéndolos encuadrar dentro de una actividad justamente
orientada y subordinada al bien común. La fidelidad del hombre de
gobierno a esta norma de conducta le librará de caer en la doble tenta-
ción que hoy día le acecha sin cesar: la tentación de debilidad ante
la ilícita presión de los grupos y la tentación de un estatismo absorbente
e invasor de las zonas propias de la actividad privada.

SUMARIO
I. Felicitación. Origen y programa de las Semanas Sociales. Se han gana-
do la atención y confianza de amplios auditorios. Constituyen ya una
institución reconocida. Gratitud del Papa.
II. El tema de la presente Semana: crisis de poder y crisis de civismo.
Gravedad y actualidad de esta cuestión.
III., Estudio del tema a la luz de los principios cristianos sobre el poder
civil. La verdadera noción del Estado. Los errores del positivismo
jurídico. Vinculación mutua de la persona y el Estado.
Una crisis de poder es una crisis de civismo, es decir, una crisis
del hombre. Crisis confirmada por la experiencia. Hay que reaccionar
contra este estado de cosas. El incivismo individual se convierte fácil»
1018 PÍO XII
CKisrs ni; j'oniiK y ciaam m CIVISMO 1019
mente en incivismo colectivo. El problema planteado por la presión
política de las fuerzas colectivas anónimas es un aspecto de esta crisis. amplios auditorios, donde se mezclan cada año sacerdotes y seglares,
Deben existir estos cuerpos profesionales. Pero deben mantenerse hombres de estudio y hombres de acción. Por lo demás, su irradia-
dentro del derecho y de la justicia. El Estado debe actuar con firmeza ción ha franqueado, hace ya mucho tiempo, las fronteras de vuestra
e independencia de esos grupos. La doble tentación que acecha hoy patria, y, si las sesiones atraen participantes extranjeros cada vez
día al gobernante: de debilidad ante esa presión y de estatismo inva-
diendo la actividad privada. Límites exactos de la misión del Estado. más numerosos, podéis sobre todo congratularos de que las Semanas
La colaboración del poder público y de los grupos profesionales. Sociales hayan llegado a ser en muchos países una institución reco-
IV. Las raices morales de esta crisis de civismo. El orden jurídico moral y nocida, a la que el episcopado y la misma Santa Sede atribuyen
el orden jurídico utilitario. Necesidad de fuerzas sobrenaturales. In- justo valor.
vocación y bendición. [4]. Magnífica tarea, desarrollada con perseverancia a pesar
del trastorno profundo de las dos guerras mundiales, que interrum-
pieron durante algún tiempo vuestros trabajos. Repetidas veces
fi ]. Al inaugurarse l en Reims las próximas sesiones de las nuestros predecesores y Nos mismo hemos bendecido vuestra em-
Semanas Sociales de Francia no dejaréis de evocar con emoción y presa. Pero en este Año Jubilar deseamos expresaros nuestra gra-
reconocimiento la primera de estas asambleas, llamadas a una tan titud y el deseo que formulamos de ver a las Semanas Sociales de
amplia repercusión, que hace medio siglo reunía ya algunos cente- Francia proseguir con éxito una obra que cada vez demuestra me-
nares de oyentes en la gran ciudad de Lyón, siempre fecunda en jor su utilidad. ¡Cuántas amenazas pesan todavía sobre la sociedad,
iniciativas de caridad y sociales. Nos mismo queremos testimoniaros, cuántos errores se esfuerzan por minar sus fundamentos, cuántos
ante todo, nuestro gozo por las bodas de oro y expresaros cordial- espejismos seducen a los mejores! Hoy como ayer, las Semanas So-
mente con tal motivo nuestra paternal felicitación. ciales, firmes en la doctrina, animosas en la investigación, fraternales
en la colaboración de todos, deben ser para los católicos y sus diver-
[2]. Cuando en 1904 nacían las Semanas Sociales bajo el im- sos movimientos una viva «encrucijada» donde, a la luz de exposi-
pulso de un Mario Gonin, de un Adeodato Boissard y de algunos ciones substanciales, se confronten las experiencias, se forjen las
otros grandes cristianos nutridos con las enseñanzas de León XIII, convicciones y se maduren las iniciativas de acción 3 .
un doble propósito, doctrinal y apostólico, animaba a aquellos gene-
rosos pioneros. De una parte, declaraba Henri Lorin, su primer [5]. Tal será en particular—así lo creemos y esperamos—la
presidente, querían formarse ellos mismos «clara conciencia de lo presente sesión de Reims. Bajo la égida prudente y luminosa del
que requiere y de lo que entraña el catolicismo desde el punto de cardenal arzobispo de esa católica^ ciudad bretona, que acogía a
vista de las relaciones humanas»; y vueltos, de otra'parte, hacia el vuestros antecesores hace treinta años, deseáis celebrar este cincuen-
mundo del comercio y de la industria, pretendían «investigar, en tenario trabajando. Sólo el tema de la Semana, «Crisis de poder,
lo que a las relaciones sociales se refiere, las exigencias de la realidad crisis de civismo», prueba que no teméis tratar una grave y difícil
total, de aquella realidad—decía—que una fe plena nos revela y que cuestión, cuyo carácter de actualidad están concordes en reconocer
una observación escrupulosa nos suministra» 2 . todos los observadores.
[3 ]. Las Semanas Sociales han permanecido siempre fieles a [6]. Al abordar este tema, hecho aún más complejo por el
este programa, con un espíritu de filial docilidad al magisterio de juego de pasiones partidistas y de particulares intereses, los profe-
la Iglesia. Por la competencia de sus selectos colaboradores, agru- sores de la Semana Social procurarán afirmar su pensamiento sobre
pados, después de la muerte de Henri Lorin, en torno a Eugenio los principios cristianos concernientes al poder civil, tan frecuen-
Duthoit y más tarde a vos mismo; por el valor intelectual de sus temente reafirmados por los Pontífices Romanos, sobre todo desde
enseñanzas, recogidas en una preciosa colección; por razón también León XIII. Pues quien no tuviese una clara noción de estos princi-
de la prudencia de sus conclusiones, que proyectan sobre el tema pios correría el riesgo de dejarse engañar por una exposición total-
tratado una luz cristiana sin prejuzgar nada de las justas libertades mente especiosa de los nuevos problemas planteados al Estado mo-
de acción, vuestra universidad ambulante se ha impuesto poco a poco derno.
a la atención de los juristas, de los sociólogos, de los economistas, [7]. La misión del Estado, recordábamos Nos al comienzo de
para hacer penetrar el fermento de la doctrina católica en las mismas nuestro pontificado, es la de «vigilar, ayudar y ordenar las activida-
instituciones. Ha sabido, al mismo tiempo, ganar la confianza de des privadas e individuales de la vida nacional, para hacerlas con-
1
verger armoniosamente hacia el bien común; pero este bien común
Pió XII, carta dirigida al Prof. Charles Flory, presidente de las Semanas Sociales de no puede ser determinado por concepciones arbitrarias ni encon-
Francia, con motivo de la XLV Semana Social de los Católicos Franceses, 14 de julio de 1954:
AAS 46 C1954) 482-486. Texto original en francés. Las conclusiones de esta Semana Social 3
pueden leerse en E 14 (1954) 2,173-174. Véanse el discurso del Papa al Congreso de la Acción Católica Italiana, de 29 de abril
2 de 1945: DER 7,37-39: y la carta al Prof. Charles Flory, de 18 de julio de 1947: AAS 39
Semames $oáales 4e trance, 3.* ses. ^,9 (Pijon 1906),
1947) 444-447-
1020 PÍO XII CRISIS DE PODER Y CRISIS DE CIVISMO 1021
trar su ley primordial en la prosperidad material de la sociedac^ [11]. El católico debe dar ejemplo en la necesaria reacción
sino más bien en el desenvolvimiento armónico y en la perfección contra tal estado de cosas. Porque, «lejos de existir la menor incom-
natural del hombre, a la que el Creador ha destinado la sociedad patibilidad entre la fidelidad a la Iglesia y la consagración a los inte-
como medio» 4 . En una palabra, la verdadera noción del Estado e s reses y al bienestar del pueblo y del Estado, estos dos órdenes de
la de un organismo fundado sobre el orden moral del mundo; y 1^ deberes, que el verdadero cristiano debe tener siempre presentes
primera tarea de una enseñanza católica es la de disipar los errore s ante sus ojos, están íntimamente unidos en la más perfecta armo-
—en particular el del positivismo jurídico—que, despojando al po- nía» 8 . ¿No es esto lo que enseñaba el Príncipe de los Apóstoles al
der de su esencial dependencia de Dios, tienden a quebrantar e j decir: Por amor del Señor, estad sujetos a toda autoridad humana,..,
lazo eminentemente moral que le une a la vida individual y social s tal es la voluntad de Dios? 9
[8]. Por lo demás, sólo este orden soberano puede fundamen- [12]. El incivismo individual se convierte pronto en colectivo.
tar la «autoridad verdadera y efectiva» del Estado, cuya imperiosa Y la constitución de grupos de intereses poderosos y activos es quizá
necesidad Nos reiterábamos en nuestro último mensaje de Navi- el aspecto más grave de la crisis que analizáis. Tanto si se trata de
dad 6 . La persona, el Estado, la autoridad pública, con sus derechos sindicatos patronales u obreros, de «trusts» económicos, de agrupa-
y sus deberes respectivos, están indisolublemente ligados por este ciones profesionales o sociales—algunos de los cuales están también
lazo común: «La dignidad del hombre es la dignidad de la imagen al servicio directo del Estado—, estas organizaciones han adquirido
de Dios; la dignidad del Estado es la dignidad de la comunidad
un poderío que les permite pesar sobre el gobierno y la vida de la
moral querida por Dios; la dignidad de la autoridad política es la
nación. En lucha con estas fuerzas colectivas, frecuentemente anó-
dignidad de su participación en la autoridad de Dios» 7 . En virtud
de esta íntima conexión, el Estado no podrá violar las justas liber- nimas, que a veces, por un título o por otro, desbordan las fronteras
tades de la persona humana sin quebrantar su propia autoridad; del país, como también los límites de su competencia, el Estado
e inversamente, sería para el individuo arruinar su propia dignidad democrático salido de las normas liberales del siglo XIX difícil-
abusar de su libertad personal con menosprecio de su responsabili- mente llega a dominar los problemas cada día más vastos y más
dad frente al bien general. complejos.
[13]. Sin duda alguna, la enseñanza de la Iglesia recomienda
[9]. Si, por consiguiente, se deplora una crisis de civismo, exa- la existencia en el seno de la nación de algunos cuerpos intermedia-
mínese, ante todo, la fidelidad de unos y de otros a estas esenciales rios que coordinen los intereses profesionales y faciliten al Estado
exigencias de la moral política. Guando precisamente ciertas cis- la gestión de los asuntos del país. Sin embargo, «¿osarían, tal vez,
cunstancias hacen en nuestros días más difícil el ejercicio del Poder, lisonjearse de servir a la causa de la paz interna aquellas organiza-
no debe temerse denunciar esta deficiencia espiritual y moral. Una ciones que, para tutelar los intereses de sus miembros, no recurrie-
crisis de poder es, en gran medida, una crisis de civismo, es decir,
sen ya a las armas del derecho y del bien común, sino que se apoya-
en definitiva, una crisis del hombre.
sen en la fuerza del número organizado y en la debilidad de los
[10]. ¿No es esto, por otra parte, lo que confirma la experien- demás?» 10 También aquí se exige el mismo sentido cristiano de no
cia de cada día? buscar el propio interés en el servicio, de respetar los deberes de
Si es verdad que en un Estado democrático la vida cívica impone justicia y de caridad. Y si los responsables de estos organismos no
altas exigencias a la madurez moral de cada ciudadano, no se puede saben ensanchar sus horizontes hacia perspectivas nacionales, si no
dejar de reconocer que muchos de éstos, incluso de los que se dicen saben sacrificar su prestigio y eventualmente su ventaja inmediata
cristianos, tienen su parte de responsabilidad en el desorden actual al leal reconocimiento de lo que es justo, mantienen en el país un
de la sociedad. Ahí están los hechos, que exigen una verdadera estado de tensión nociva, paralizan el ejercicio del poder político
rectificación. Es, por no citar sino los más notorios, el desinterés de y comprometen, finalmente, la libertad de aquellos mismos a quienes
los asuntos públicos, que se traduce, entre otras cosas, en la absten- pretenden servir.
ción electoral, de tan graves consecuencias; es el fraude fiscal que
repercute sobre la vida moral, el equilibrio social y la economía [14]. Precisamente por esto, los poderes públicos, para pro-
del país; es la crítica estéril de la autoridad y la defensa egoísta de teger la libertad del ciudadano y a la vez servir al bien común por
los privilegios a costa del interés general. la activa cooperación de todas las fuerzas vivas de la nación, deben
ejercer su actividad con firmeza e independencia. Cosa que harán
4
Pío XII, encíclica Summi Pontificatus: AAS 31 (1939) 433. con una visión clara de su misión y de sus límites; cosa que liarán
5
Véase el discurso sobre el positivismo jurídico y el absolutismo de Estado, de 13 de no- «con aquella conciencia de su propia responsabilidad, con aquella
viembre de 1949: AAS 41 (i949) 604-608.
« Cf. AAS 46 (1954) IS- 8
Pío XII, radiomensaje navideño Un anno, 24 de diciembre de 1950: AAS 43 (1951)53.
7 5
Pío XII, radiomensaje navideño Benignitas et humanitas, sobre la democracia, 24 de 1 Petr. 2,13-15.
diciembre de 1944: AAS 37 (1945) 15. 10
Pío XII, radiomensaje navideño Un anno, 24 de diciembre de 1950: AAS 43 (1951) 5$<
1022 vio xií CRISIS DE l'ODlsR V CUIS1S Dl¡ CIVISMO 1023

objetividad, con aquella imparcialidad, con aquella lealtad, con aque- en vano trabajan los que la construyen; si el Señor no guarda la ciudad'
lla generosidad, con aquella incorruptibilidad, sin las cuales un go- en vano vigilan sus centinelas 12 . Para el logro de estos propósitos'
bierno democrático difícilmente lograría obtener el respeto, la con- invocamos de todo corazón sobre nuestros queridos hijos de Francia'
fianza y la adhesión de la parte más sana del pueblo» n . y en primer lugar sobre los oyentes de la Semana Social de Reims >
[15]. Además, la fidelidad de los gobernantes a este ideal será sus profesores y su tan infatigable presidente, una particular abun-
su mejor salvaguardia contra la doble tentación que les acecha ante dancia de gracias, en prenda de las cuales os damos en este Año
la amplitud creciente de su labor: tentación de debilidad, que les Jubilar nuestra más paternal bendición apostólica.
haría abdicar bajo la presión conjugada de los hombres y de los 12
Ps. 127(126),!.
acontecimientos; tentación inversa de estatismo, por la que los po-
deres públicos llegarían a sustituir indebidamente a la libre ini-
ciativa privada, para regir de forma inmediata la economía social y
los otros campos de la actividad humana. Ahora bien, si es cierto
que no se puede negar al Estado un derecho que le rehusaba el
liberalismo, no es menos cierto que su misión no es, en principio,
la de asumir directamente las funciones económicas, culturales y
sociales que pertenecen a otras competencias. Su misión es más
bien la de asegurar la verdadera independencia de su autoridad, de
forma que pueda otorgar a todo cuanto en el país represente un
poder efectivo y valioso una justa parte de responsabilidad, sin pe-
ligro para su propia misión de coordinar y de orientar todos los es-
fuerzos hacia un fin común superior. Y si para realizar una mejor
integración de ciertos organismos intermediarios en la comunidad
nacional pudiera a veces parecer oportuno llamarlos a una colabo-
ración más estrecha y más orgánica con los poderes públicos, esta
cuestión sería susceptible de constituir el objeto de nuevas y pruden-
tes investigaciones.
[16]. Pero, además, para concluir, queremos repetir que el
estudio de las instituciones y la búsqueda de remedios en el plano
de las estructuras políticas no deben hacer perder de vista las raíces
morales de toda crisis de civismo. Durante mucho tiempo, el sentido
jurídico ha estado viciado por la práctica de un utilitarismo partidista
al servicio de intereses particulares de individuos, de clases, de
grupos o de movimientos. Es necesario que el orden jurídico se
sienta de nuevo ligado al orden moral. ¡Y quiera Dios que tanto el
que manda como el que obedece nunca tengan ante sus ojos otra
cosa que la obediencia a las leyes eternas de la verdad y de la justicia!
[17]. Los profesores de la Semana Social de Reims pondrán
de relieve estas graves exigencias del deber ciudadano, sin dejar al
mismo tiempo de subrayar la fuerza sobrenatural que es necesario
recibir de Dios para permanecer fieles a este deber. Hombres de
gobierno enfrentados con pesadas responsabilidades, organizaciones
privadas representantes de vastos intereses colectivos, simples ciu-
dadanos justamente deseosos de servir al bien general, a todos va
dirigida la advertencia del Salmista: Si el Señor no edifica la casa,
11
Pío XII, radiomensaje navideño Benignitas et humanitas, 24 de diciembre de 1944:
AAS 37 (1945) 1S-16.
ECCE E(X) 1025
Consecuencia de esta revisión, iniciada por la Iglesia, ha sido la paz
ECCE EGO fría, que supone un paso efectivo hacia el reconocimiento de la m o -
ralidad de la guerra. La guerra es una cuestión de convivencia.
La actual coexistencia tiene ante sí un doble camino: o pasa a ser
La coexistencia paz fundada en el temor de Dios o desemboca inevitablemente en una
parálisis de la vida internacional y, a través de ésta, en una nueva
guerra.
IV. La coexistencia en el error.
El error de una fe ciega en la economía. Ritmo de vida intensa
en el campo económico. Pero han aparecido dos errores acerca de las
posibilidades de la economía; porque no existe de hecho la pretendida
libertad económica y porque la economía debe estar subordinada a la
moral y al derecho natural.
El radiomensaje navideño de 1954 constituye un análisis de la si-
El error político acerca de los principios fundamentales de la uni-
tuación internacional del momento, caracterizada por la hiriente esci- dad social. El anhelo de una fuerte unificación europea se ve estorbado
sión entre dos bloques sociales y políticos. Varias son las cuestiones por un recrudecimiento de la política nacionalista. Esta desviación
examinadas en este documento. En el orden económico, el poder trans- es debida a una confusión entre vida nacional y política nacionalista.
formador que la economía ejerce sobre las condiciones sociales, la ausen- La vida nacional es algo no político. La unificación europea debe
cia de una cabal libertad de comercio y la subordinación debida de la basarse en dos principios positivos: la libertad querida por Dios y la
economía a la moral. En el campo político, el Papa señala la revisión observancia del derecho natural.
teórico-práctica del problema de la guerra con él reconocimiento expreso Europa está perdiendo terreno en no pocas regiones. Es necesario
de la moralidad ineludible de ésta, la unificación europea, obstaculizada que despierte su conciencia cristiana. El retorno a Dios de la genuina
por el rebrote de ciertos nacionalismos exagerados; el carácter no polí- Europa.
tico del concepto de nación y la misión providencialista de Europa. V. La coexistencia en la verdad.
La 'última parte del discurso está dedicada a la política de unifica- Es posible todavía tender un puente de paz entre las dos orillas
ción. En ella se proclama la absoluta necesidad y la viable posibilidad opuestas, apoyándolo sobre los hombres, no sobre los sistemas so-
de tender un puente de unión levantado sobre los hombres, al margen ciales. Dos posturas inadmisibles en esta cuestión. El camino acertado
y por encima de los contrastes existentes. Después de señalar las carac- es el de la vuelta a Cristo.
terísticas de los hombres «pontificales» que están llamados a realizar Los hombres llamados a tender ese puente no son los escépticos,
esta gran labor unitiva, el Papa recuerda con graves palabras la seria ni los cínicos, ni los relativistas. Son los cristianos los llamados a cola-
responsabilidad de los católicos en materia social y política: «No cum- borar en la reconstrucción de la unidad internacional. La posesión de
la verdad es un talento del que hay que responder. Grave responsa-
plirían su deber los sacerdotes y los seglares que cerrasen voluntariamente
bilidad de los católicos en materia social y política.
los ojos y la boca ante las injusticias sociales de que son testigos, dando VI. Gratitud a Dios. Bendición para todos.
así ocasión a injustos ataques contra la capacidad de acción social
del cristianismo y contra la eficacia de la doctrina social de la Iglesia».
[ 1 ] . Ecce ego l declinabo super eam quasi fluvium parís: «He
SUMARIO aquí q u e y o d e r r a m a r é sobre ella c o m o u n río d e paz» 2 . Esta misma
promesa, a n u n c i a d a ya en el vaticinio mesiánico de Isaías y cumplida
1. Misión especial del Pontífice reinante: reconducir la humanidad al con significado místico p o r el encarnado V e r b o de Dios en la nueva
sendero de la paz. En la decimosexta Navidad de este pontificado vi-
vimos en la que algunos denominan paz fría, esto es, una mera co- Jerusalén, la Iglesia, N o s deseamos, a m a d o s hijos e hijas del orbe
existencia política sostenida por el mutuo temor, y que, en definitiva, católico, q u e resuene u n a vez m á s sobre t o d a la familia humana,
no es más que una pura calma provisoria. c o m o augurio de n u e s t r o corazón, e n la presente víspera de Navidad.
II. El objeto de este radiomensaje es examinar la actual situación inter- [ 2 ] . ¡ U n río d e paz sobre el m u n d o ! E s éste el deseo q u e
nacional, indicando sus radicales deficiencias. m á s c o n t i n u a m e n t e h e m o s alimentado en n u e s t r a alma, p o r el cual
III. La coexistencia en el temor. h a b í a m o s m á s fervorosamente orado y p o r el cual N o s hemos tra-
bxjado d e s d e el día en q u e la divina B o n d a d dispuso confiar a nuestra
La política actual incurre en la contradicción de confiar—por el
temor—en aquello que aborrece: la guerra. Sin embargo, ha sido plan- h u m i l d e persona el alto y t r e m e n d o oficio de P a d r e c o m ú n de los
teada la revisión total del problema de la paz y de la guerra como un 1
Pío XII, radiomensaje dirigido a todo el universo en la víspera de Navidad, 24 de
hecho de responsabilidad superior y cristiana ante Dios y la moral diciembre de 1954: AAS 47 0°55) 15-28. Texto original en italiano.
Desde este plano superior, la guerra es un hecho moral responsable 2 Is. 66,12.
ECCE EGO 1027
1026 PÍO XII
del temor, del cálculo oscilante de las fuerzas presentes, mientras
pueblos, propio del Vicario de Aquel a quien pertenecen en herencia que del «orden» justo, que supone una serie de relaciones conver-
las naciones 3 . gentes hacia un fin común justo y recto, no tiene nada. Excluyendo,
[3]. Abrazando con una mirada de conjunto los años transcu- además, todo vínculo de orden espiritual entre los pueblos que tan
rridos de nuestro pontificado en la parte del mandato que nos viene fragmentariamente coexisten, la paz fría está muy alejada de aquella
de la universal paternidad de que estamos revestido, nos parece que paz predicada y querida por el divino Maestro, es decir, fundada
la divina Providencia ha querido asignarnos la misión especial de sobre la unión de los espíritus en la misma verdad y en la caridad,
contribuir a conducir de nuevo, con paciente y casi extenuante ac- y que San Pablo definió pax Dei, la cual obliga ante todo a las inte-
ción, a la humanidad por los senderos de la paz. ligencias y los corazones 5 , y se ejercita por la armónica colaboración
[4]. Al aproximarse la fiesta de Navidad, mientras se agudi- de obras en todos los campos de la vida, sin excluir el político,
zaba en Nos el ansia de acudir a la cuna del Príncipe de la paz para social y económico.
ofrecerle, como el don más grato para él, la humanidad pacificada y [8 ]. Por esto Nos no osamos ofrecer esta paz fría al divino In-
reunida toda ella como en una sola familia, nos fué, en cambio, fante. No es la paz simple y solemne que cantaron los ángeles a los
reservada—en los primeros seis años—la amargura sin nombre de pastores en la noche santa; menos aún la pax Dei, que supera todo
ver en torno a Nos solamente pueblos en armas, arrebatados por el sentido y es fuente de íntimo y pleno gozo 6 ; pero ni siquiera es
insano furor de mutua destrucción. la paz soñada y anhelada por la humanidad actual, ya tan afligida.
[5]. Esperábamos—y con Nos esperaban muchos—que, apa- Deseamos, no obstante, examinar particularmente sus defectos, para
gada, finalmente, la excitación del odio y de la venganza, muy pron- que de su vacío y de su incierta duración surja imperioso el deseo,
to despuntaría el alba de un período de segura concordia. Ha per- en los regidores de los pueblos y en todos aquellos que pueden
durado, en cambio, aquel estado angustioso de malestar y de peli- ejercer algún influjo en este campo, de cambiarla lo antes posible
gro designado por la opinión pública con el nombre de «guerra en la paz verdadera, que es en realidad el mismo Cristo. Porque,
fría», porque, en realidad, poco o nada tenía de común con la paz si la paz es orden, y el orden es unidad, Cristo es el único qvie puede
verdadera y sí mucho con una tregua vacilante al menor golpe. y quiere unir los espíritus humanos en la verdad y en el amor. En
Nuestro retorno anual a la cuna del Redentor continuó consistiendo este sentido, la Iglesia lo señala a las gentes, con las palabras del
en una ofrenda triste de dolores y de ansias, con el intenso deseo profeta, como el que es en sí mismo la paz: Et erit Iste pax 7 .
de extraer de allí el ánimo necesario para no dejar de exhortar a los
hombres a la paz, indicándoles el justo camino para ella.
I. L A COEXISTENCIA EN EL TEMOR
[6]. ¿Podemos al menos ahora, en esta decimosexta Navidad
de nuestro pontificado, realizar ese deseo? Según aseguran muchos,
a la guerra fría ha sustituido lentamente un período de distensión [Contradicción de la política actual]
entre las partes enfrentadas, cual mutua concesión de un más am-
plio respiro; distensión a la que se le ha dado, no sin cierta ironía, [9]. Es impresión común, obtenida de la simple observación
el nombre de «paz fría». Y si bien reconocemos gustosos que tal de los hechos, que el principal fundamento sobre el que se apoya
distensión representa un cierto progreso en la fatigosa maduración el presente estado de calma relativa es el temor. Cada uno de los
de la paz propiamente dicha, sin embargo, no es todavía el don grupos en que está dividida la familia humana, tolera que exista
digno del misterio de Belén, donde apareció la benignidad v el amor el otro, porque no quiere perecer él mismo. Evitando de esta ma-
de Dios, nuestro Salvador, hacia los hombres 4 . Contrasta, de hecho, nera el riesgo fatal, ambos grupos no conviven, sino coexisten.
demasiado vivamente con el espíritu de cordialidad, de sinceridad y No es un estado de guerra, pero tampoco es paz; es una calma
de caridad que aletea en torno a la cuna del Redentor. fría. En cada uno de los dos grupos actúa acuciante el temor al
poderío militar y económico del otro; en ambos está vivo el recelo
[7]- ¿Qué cosa significa, de hecho, en el mundo de la polí- por los efectos catastróficos de las novísimas armas. Con atención
tica la paz fría, sino la mera coexistencia de pueblos diversos, sos- llena de angustia sigue cada uno el desarrollo técnico de los arma-
tenida por el mutuo temor y por el recíproco desengaño? Ahora mentos del otro y su capacidad de producción económica, mien-
bien, es claro que la mera coexistencia no merece el nombre de paz, tras confía a la propia propaganda el encargo de sacar partido del
que la tradición, cristiana, formada en la escuela de las altas inteli- temor ajeno, reforzando y exagerando su alcance. En el terreno
gencias de Agustín y Tomás de Aquino, aprendió a definir como concreto de la política, parece como si los hombres, arrastrados,
«tranquillitas ordinis». La paz fría es solamente una calma provi-
soria, cuya duración está condicionada por la sensación mudable 3 Cf. Phil. 4,7.
«7 Cf. ibid.
3 Cf. Ps. 2,8. Mich. 5,5. Cf. oficio litúrgico de la fiesta de Cristo Rey,passim,
4
Tit. 3,4.
1Ó2ÍJ fio xll ECCE EGO 1029
después de tantas desilusiones, por un extremo colapso de escep- tumbas y de ruinas para que se revelase la verdadera fisonomía de
ticismo, no contaran ya con otros principios racionales o morales. la guerra: no un juego más o menos afortunado de intereses, sino
[10]. El absurdo más evidente que surge de tan miserable la tragedia, más espiritual que material, de millones de hombres;
estado de cosas es éste: la actual práctica política, aunque teme la no el riesgo de algunos bienes, sino la pérdida de todo: un hecho
guerra como la mayor de las catástrofes, pone en ella toda su con- de enorme gravedad.
fianza, como si fuese el único medio para subsistir y la única regula- [14]. ¿Cómo es posible—se preguntaron entonces muchos con
dora de las relaciones internacionales. En cierto modo, se confía en la sencillez y la verdad del sentido común—que, mientras el hombre
aquello que sumamente se aborrece. siente en sí mismo el apremio de la responsabilidad moral de sus
propios actos más ordinarios, el horrible hecho de la guerra, que
[El problema de la guerra] también es fruto de la libre determinación del hombre, pueda subs-
traerse al dominio de la conciencia y no haya un juez a quien puedan
[i I ]. Sin embargo, esta práctica política ha llevado a muchos, acudir las víctimas inocentes? En aquel naciente clima de recupe-
aun entre los mismos gobernantes, a una revisión de todo el pro- ración del buen sentido, nuestro grito de «guerra a la guerra», con
blema de la paz y de la guerra y a preguntarse sinceramente si la el que en 1944 declaramos la lucha al puro formalismo de la acción
liberación de la guerra y la garantía de la paz no deben buscarse política y a aquellas doctrinas sobre la guerra que no tienen en
en regiones más elevadas y más humanas que la dominada exclusi- cuenta a Dios ni sus mandamientos, encontró un amplio asenti-
vamente por el terror. De este modo se han visto aumentadas las miento. Esta recuperación, lejos de disiparse, se ha profundizado
filas de los que se rebelan ante la idea de tenerse que contentar y extendido principalmente durante los años de la guerra fría, tal
con la mera coexistencia, renunciado a relaciones más vitales con vez porque una larga experiencia ha hecho resaltar más lo absurdo
el otro grupo, y de verse obligados a vivir todos los días de su exis- de una vida controlada por el temor. De esta manera, la paz fría,
tencia en un ambiente de enervante temor. Han vuelto así a consi- con sus mismas incoherencias y con sus molestias, parece dirigir
derar el problema de la paz y de la guerra como un hecho de res- sus primeros pasos hacia un orden moral auténtico y hacia el reco-
ponsabilidad superior y cristiana ante Dios y ante la ley moral. nocimiento de la alta doctrina de la Iglesia sobre la guerra justa e
Ciertamente, aun en este modo diverso de considerar el problema injusta, sobre la licitud e ilicitud del recurso a las armas.
entra el elemento «temor» como freno de la guerra y estímulo para
la paz; pero se trata del temor saludable de Dios, fiador y juez del [15 ]. A esta meta se llegará ciertamente si de una y otra parte
orden moral, y, por consiguiente, como enseña el salmista 8 , del se vuelve con ánimo sincero, casi religioso, a considerar la guerra
como materia del orden moral, cuya violación constituye realmente
principio de la sabiduría.
una culpa que no queda sin castigo. Se llegará si, en concreto, los
[12]. Trasladado el problema a este plano más elevado y única- hombres políticos, antes de sopesar las ventajas y los riesgos de
mente digno de seres racionales, ha reaparecido claro lo absurdo sus determinaciones, reconocen su personal sumisión a las eternas
de la doctrina que ha imperado en las escuelas políticas en los últi- leyes morales y tratan el problema de la guerra como una cuestión
mos decenios; esto es, que la guerra es una de tantas formas admi- de conciencia delante de Dios. No hay otro medio, en las condiciones
tidas de la acción política, el desenlace necesario, casi natural, de actuales, para liberar al mundo de esta pesadilla angustiosa, si no es
las incurables discusiones entre dos países; y que, por consiguiente, recurrir al temor de Dios, que no envilece a quien lo acoge en sí
la guerra es un hecho ajeno a toda responsabilidad moral. Absurdo mismo; le preserva más bien de la infamia de un crimen tan enorme
e inadmisible ha aparecido igualmente el principio, aceptado tam- como es la guerra no impuesta. Y ¿quién podría maravillarse si la
bién durante largo tiempo, según el' cual el gobernante que declara paz y la guerra se hallan tan estrechamente unidas con la verdad
una guerra incurriría solamente en un error político si ésta se per- religiosa? Toda la realidad pertenece a Dios; precisamente en se-
diese; pero no podría en ningún caso ser acusado de culpa moral y parar la realidad de su principio y fin está la raíz de todos los males.
de delito por no haber conservado, cuando podía, la paz.
[16]. De aquí resulta también evidente que u n esfuerzo o
[13]. Precisamente esta concepción absurda e inmoral de la una propaganda pacifista que provenga de quien niega la fe en Dios,
guerra hizo vanos, en las semanas fatales de 1939, nuestros esfuer- es siempre muy dudosa, incapaz de atenuar o eliminar la angustiosa
zos dirigidos a sostener en ambas partes la voluntad de continuar sensación de temor, a no ser que de propósito resulte un simple
las negociaciones. La guerra fué entonces considerada como un medio encaminado a provocar un efecto táctico de excitación y d e
dado, que había que jugar con mayor o menor cautela y destreza, confusión.
no como un hecho moral que obligaba a la conciencia y a responsa-
bilidades superiores. Fueron necesarias las interminables hileras de
« Cf. Ps. ni (no), 10.
1030 rio xn ECCE EGO 1031

[Un dilema] fia que, si el hombre ha demostrado un poder tan grande para crear
el maravilloso conjunto técnico-económico de que hoy se enorgu-
[17]. La actual coexistencia en el temor tiene, por tanto, sólo llece, tendrá también la capacidad de organizar la liberación de la
dos perspectivas ante sí: o se elevará a una coexistencia en el temor vida humana de todas las privaciones y todos los males que la aque-
de Dios y luego a una convivencia de paz verdadera, inspirada y jan y de realizar de esta manera una especie de autorredención. En
vigilada por el orden moral que Dios ha impuesto, o se irá redu- la otra parte, en cambio, gana terreno la concepción de que de la
ciendo cada vez más a una parálisis glacial de la vida internacional, economía, y en particular de una forma específica suya, que es el
cuyos graves peligros ya desde ahora son previsibles. Porque, al libre intercambio, se debe esperar la solución del problema de la paz.
frenar durante largo tiempo la natural expansión de la vida de los
pueblos, podría, finalmente, conducir a éstos al desesperado des- [20]. Hemos tenido ocasión otras veces de exponer la falta de
enlace que se quiere evitar: la guerra. Ningún pueblo, además, fundamento de tales doctrinas. Hace ahora casi cien años que los
soportaría indefinidamente la carrera de armamentos sin sentir sus seguidores del sistema del libre comercio se prometían maravillosos
desastrosos efectos en su desarrollo económico normal. Vanos serían resultados de éste, atribuyéndole un poder casi mágico. Uno de sus
los mismos acuerdos dirigidos a imponer una limitación a los ar- más ardientes prosélitos no dudaba en comparar el principio del
mamentos. Faltándoles el cimiento moral del temor de Dios, esos libre intercambio, en cuanto a la amplitud de sus efectos en el
acuerdos, aun realizados alguna vez, se convertirían en fuente de mundo moral, con el principio de la gravedad que rige en el mundo
nueva desconfianza recíproca 9 . físico, asignando a aquél, como efectos propios, el acercamiento de
los hombres, la desaparición de los antagonismos de raza, de fe y
[18]. No queda, pues, otro camino luminoso y deseable que de lengua, y la unidad de todos los seres humanos en una paz in-
el que, partiendo del temor de Dios, conduce con su ayuda a la alterable ü .
paz verdadera, que es sinceridad, calor, vida, digna, por tanto, de
[21]. El curso de los acontecimientos ha demostrado cuan
Aquel que nos ha sido dado para que los hombres tengamos en El,
engañosa es la ilusión de confiar la paz al mero libre intercambio.
y sobreabundantemente, la vida 1 °.
Lo mismo sucedería en el futuro si se insistiese en esta fe ciega
que confiere a la economía una imaginaria fuerza mística. Actual-
II. L A COEXISTENCIA EN EL ERROR mente, por lo demás, faltan los fundamentos de hecho que pudie-
ran garantizar de alguna manera esas esperanzas de excesivo color
[El error económico} de rosa, abrigadas aún hoy día por los partidarios de aquella doc-
trina. Porque mientras en una de las partes coexistentes en la paz
[19]. Aunque la «guerra fría»—y lo mismo se diga de la «paz fría, la libertad económica, tan exaltada, en realidad todavía no
fría»—mantiene al mundo en una dañosa escisión, ello no impide, existe, en la otra es rechazada como principio absurdo. Existe entre
sin embargo, que hasta este momento vibre en él un intenso ritmo ambas un contraste diametral en el concepto de los fundamentos
de vida. En realidad se trata de una vida que se desarrolla casi mismos de la vida; contraste que no puede ser superado por fuerzas
exclusivamente en el campo económico. Pero es innegable que la meramente económicas. Más todavía, si existen, como es en reali-
economía, valiéndose del incesante progreso de la técnica moderna, dad, relaciones de causa y de efecto entre el mundo moral y el
ha alcanzado con su actividad febril tan sorprendentes resultados, mundo económico, deben aquéllas ser ordenadas de modo que la
que hacen prever una transformación profunda de la vida de los primacía quede atribuida al primero; es decir, al mundo moral le
pueblos, incluso de aquellos que hasta ahora eran considerados como corresponde imbuir autorizadamente con su espíritu la misma eco-
algo atrasados. Sin duda no se le puede negar el tributo de admira- nomía social. Una vez que esté establecida esta jerarquía y se per-
ción por lo que ha realizado y por lo que promete. Sin embargo, la mita su efectiva realización, la propia economía consolidará, en
economía, con su capacidad aparentemente ilimitada de producir cuanto le es posible, el mundo moral reforzando los fundamentos
bienes innumerables y con la multiplicidad de sus relaciones, ejerce espirituales y las fuerzas de la paz.
sobre muchos contemporáneos una fascinación superior a sus posi-
bilidades y en campos extraños a ella. El error de tal confianza puesta [22]. Por otra parte, el factor económico podría oponer a ésta
en la moderna economía es común también a las dos partes en que serios obstáculos, particularmente a la paz fría, entendida como
el mundo de hoy está desmembrado. En una de estas partes se ense- equilibrio de grupos, si llegase a debilitar con erróneos sistemas a
una de las partes. Esto sucedería, sobre todo, allí donde los pueblos
9
Véanse la alocución consistorial al Sacro Colegio con motivo de la injusta condenación particulares de un mismo grupo se entregasen, sin discernimiento
del cardenal Mindszenty, 14 de febrero de 1940: AAS 41 (1949) 41-45; y la alocución pro- y sin tener en cuenta a los demás, a un incesante aumento de la
nunciada con la misma ocasión ante el Cuerpo diplomático acreditado cerca de la Santa Sede,
r6 de febrero de 1949: AAS 41 (1949) 73-74.
»o Cf. lo. 10,10. " Cf. RICHARD COBDEN, Speeches on questions of public Policy vol.t p.362-36j (London,
Macmillan, 1870),
1032 PÍO XII ECCE EGO 1033
productividad y a levantar constantemente el propio tenor de vida. substancia del error consiste en confundir la vida nacional en sen-
Sería inevitable en este caso el nacimiento de resentimientos y de tido propio con la política nacionalista: la primera, derecho y gloria
rivalidades entre pueblos contiguos, y, como consecuencia, la de- de un pueblo, puede y debe ser promovida; la segunda, como
bilitación de todo el grupo. germen de infinitos males, nunca se rechazará suficientemente 12,
[23 ]. Pero, prescindiendo de esta consideración particular, es ne- La vida nacional es, por sí misma, el conjunto operante de todos
cesario convencerse de que las relacione* económicas entre las nacio- aquellos valores de civilización que son propios y característicos
nes en tanto serán factores de paz en chanto obedezcan a las normas de un determinado grupo, de cuya espiritual unidad constituyen
del derecho natural, se inspiren en el amor, tengan en cuenta a los como el vínculo. Al mismo tiempo, esa vida enriquece, como con-
demás pueblos y sean fuentes de ayuda. Téngase por cierto que en tribución propia, la cultura de toda la humanidad. En su esencia,
las relaciones entre los hombres, aun en las meramente económicas, pues, la vida nacional es algo no-político; tan verdadera es esta
nada se produce por sí mismo, como sucede en la naturaleza, sujeta realidad, que, como demuestran la historia y la experiencia, esa
a las leyes necesarias; sino que todo, en definitiva, depende del vida puede desarrollarse al lado de'otras, dentro del mismo Estado,
espíritu. Solamente el espíritu, imagen de Dios y ejecutor de sus como también puede extenderse más allá de los confines políticos
designios, puede establecer sobre la tierra el orden y la armonía, de éste. La vida nacional no llegó a ser principio de disolución de
y los conseguirá en la medida en que se haga intérprete fiel y dócil la comunidad de los pueblos más que cuando comenzó a ser apro-
instrumento del único Salvador, Jesucristo, que es en sí mismo la paz. vechada como medio para los fines políticos, esto es, cuando el
Estado dominador y centralista hizo de la nacionalidad la base de
su fuerza de expansión. Entonces nació el Estado nacionalista, ger-
[El error político] men de rivalidades e incentivo de discordias.
[24]. También en otro campo, aún más delicado que el eco- [27]. Es claro que, si la comunidad europea se adentrase por
nómico, el error está coparticipado por las dos partes que coexisten este camino, su cohesión resultaría bien frágil en comparación con
la del grupo que tiene enfrente. Su debilidad se revelaría ciertamente
en la paz fría: este error se refiere a los principios que informan su
el día de una futura paz destinada a regular con previsión y justicia
respectiva unidad. Mientras una de las partes funda su fuerte co-
las cuestiones todavía pendientes. Ni se diga que, en las nuevas
hesión interna sobre una idea falsa, más aún, lesiva de los primarios circunstancias, el dinamismo del Estado nacionalista no representa
derechos humanos y divinos, pero ciertamente eficaz, la otra, olvi- ya un peligro para los demás pueblos, estando privado, en la mayo-
dándose de que posee en sí misma una idea verdadera, comprobada ría de los casos, de la efectiva fuerza económica y militar; porque
con buen éxito en el pasado, parece, en cambio, dirigirse hacia prin- también el dinamismo de una imaginaria potencia nacionalista, ex-
cipios políticos evidentemente destructores de la unidad. presado con sentimientos más que ejercitado con los hechos, dis-
[25]. En el último decenio, el de la postguerra, un gran an- gusta igualmente los ánimos, alimenta la desconfianza y el recelo
helo de renovación espiritual estimulaba los ánimos: unificar fuer- en las alianzas, impide la comprensión recíproca y, por consiguiente,
temente a Europa, partiendo de las condiciones naturales de vida la leal colaboración y la mutua ayuda, ni más ni menos que si estu-
de sus pueblos, a fin de poner término a las tradicionales rivali- viese dotada de un poder efectivo.
dades de unos con otros y asegurar la común defensa de su indepen-
dencia y de su pacífico desarrollo. Esta noble idea no ofrecía motivos [La misión providencial de Europa]
de queja y de desconfianza al mundo extraeuropeo en la medida
en que éste miraba con buenos ojos a Europa. Se tenía, además, la [28]. Y en tales condiciones, ¿qué sería del vínculo común
persuasión de que fácilmente Europa habría encontrado en sí misma que debería estrechar a los diversos Estados en una unidad? ¿Cuál
la idea animadora de su unidad. Pero los sucesos posteriores y los podría ser la idea grande y eficaz que los hiciera firmes en la defensa
recientes tratados, que, como se cree, han abierto el paso a la paz y activos en un común programa de civilización? Algunos quieren
fría, no tienen ya como base el ideal de una más amplia unificación verla en el rechazo concorde del género de vida contrario a la liber-
europea. Muchos, de hecho, creen que la alta política está a punto tad, propio del otro grupo. Sin duda, la aversión a la esclavitud es
de volver al tipo de Estado nacionalista, cerrado en sí mismo, cen- cosa importante, pero de valor negativo, porque carece de fuerza
tralizador de las fuerzas, preocupado por la elección de alianzas y, para estimular los ánimos a la acción con la misma eficacia que una
por consiguiente, no menos pernicioso que el que estuvo en auge idea positiva y absoluta. Esta, en cambio, podría ser el amor a la
durante el siglo pasado. libertad querida por Dios y que está en armonía con las exigencias
[26]. Demasiado pronto se ha olvidado el enorme cúmulo de del bien general, o también el ideal del derecho natural como base
sacrificios de vidas y de bienes nacidos de este tipo de Estado y los 12
Sobre el concepto de nación véase el discurso pronunciado ante una comisión senato-
agobiantes pesos económicos y espirituales por él impuestos. La rial de los Estados Unidos, 17 de noviembre de 1949: DER 11,281-282.
1034 PÍO XII
ECCE EGO 1035
de la organización del Estado y de los Estados l 3 . Sólo éstas y seme- [31]. Estos motivos deberían bastar a los hombres de buena
jantes ideas espirituales, incorporadas ya hace muchos siglos a la voluntad, en uno y otro campo, para desear, rogar y obrar a fin
tradición de la Europa cristiana, pueden sostener una comparación de que la humanidad quede liberada de la embriaguez del poder y
—e incluso superarla en la medida en que fuesen vividas—con la de la hegemonía y para que el Espíritu de Dios sea el soberano
idea falsa, pero concreta y vigorosa, que mantiene aparentemente, rector del mundo, donde un día el Omnipotente mismo no escogió
y no sin el auxilio de la violencia, la cohesión del otro grupo; es otro medio para salvar a los que amaba sino el hacerse niño en una
decir, la idea de un paraíso terrestre, realizable tan pronto como se pobre cuna. Parvulus enim natus est nobis, et filias datus est nobis,
llegase a establecer una determinada forma de organización social. et factús est principatus super humerum eius 14 .
Por muy ilusoria que sea, esta idea consigue crear, al menos exte-
riormente, una unidad compacta y dura y obtener la aceptación
de las masas ignorantes, excitar a sus miembros para la acción y III. L A COEXISTENCIA EN LA VERDAD
lanzarlos al sacrificio. La misma idea, dentro de la organización
[32]. Aunque sea tan triste reconocer que la presente fractura
política que la expresa, da a sus dirigentes un fuerte poder de seduc- de la familia humana se produjo, al principio, entre hombres que
ción y a los adeptos la audacia de penetrar como vanguardias entre conocían y adoraban al mismo Salvador Jesucristo, sin embargo,
las filas mismas del otro grupo. nos parece fundada la confianza de que en el nombre del mismo
1
[29]. Europa, en cambio, espera todavía el despertar de una Cristo se puede aún echar un puente de paz entre las opuestas orillas
propia conciencia. Entre tanto, en lo que Europa representa como y restablecer el vínculo común dolorosamente roto.
sabiduría y organización de vida social y como influjo de cultura,
parece que pierde terreno en no pocas regiones de la tierra. En ver- [Política de unificación ]
dad, este repliegue es debido a los fautores de la política nacionalista,
los cuales se ven obligados a retroceder ante adversarios que han [33]- Se espera, en efecto, que la actual coexistencia acerque
hecho propios los mismos métodos de aquéllos. Especialmente en- la humanidad a la paz. Pero, para justificar esta esperanza, debe
tre algunos pueblos considerados hasta ahora como coloniales, el ser en algún modo una coexistencia en la verdad. No se puede
proceso de maduración orgánica hacia la autonomía política que todavía construir en la verdad un puente entre estos dos mundos
separados si no es apoyándose en los hombres que viven en el uno
Europa habría debido guiar .con discreción y solicitud se ha trans-
y en el otro, y no sobre sus regímenes o sistemas sociales. Porque,
formado rápidamente en explosiones nacionalistas, ávidas de po-
mientras una de las dos partes se esfuerza todavía, consciente o in-
derío. Forzoso es reconocer que también estos incendios imprevis- conscientemente, por preservar el derecho natural, el sistema vigente
tos, dañosos al prestigio y a los intereses de Europa, son, al menos en la otra parte se ha separado completamente de esta base. Que un
en parte, el fruto del mal ejemplo de ésta. sobrenaturalismo unilateral no quiera en modo alguno tener en
[30]. ¿Se trata sólo de un momentáneo extravío de Europa? cuenta esa estructura, poniendo como motivo que vivimos en el
De todos modos, lo que debe quedar, y sin duda quedará, es la mundo de la redención, substraídos, por lo tanto, al orden de la
Europa genuina, es decir, el conjunto de todos los valores espiri- naturaleza, o que se pretenda reconocer como «verdad histórica»
tuales y civiles que el Occidente ha acumulado, reuniendo las ri- el carácter colectivista de aquel sistema, en el sentido de que tam-
quezas de cada una de las naciones, para distribuirlas al mundo bién él corresponde al querer divino, son errores estos que un cató-
entero. Europa, conforme a las disposiciones de la divina Providen- lico no puede en ningún caso aceptar. El camino recto es muy otro.
cia, podrá ser todavía vivero y dispensadora de aquellos valores si En ambos campos son millones los que han conservado, en grado
sabe adquirir de nuevo conciencia de su propio carácter espiritual más o menos activo, la huella de Cristo; ellos, no menos que los
y abjurar la divinización del poder. Así como en el pasado las fuentes fieles y fervorosos creyentes, deberían ser los llamados a colaborar
de su fuerza y de su cultura fueron eminentemente cristianas, así para volver a establecer una nueva base de unidad de la familia
Europa deberá imponerse un retorno a Dios y a los ideales cristianos, humana. Es verdad que, en una de las partes, la voz de los hombres
si quiere encontrar de nuevo la base de su unidad y de su verda- que están resueltamente por la verdad, por el amor, por el espíritu,
dera grandeza. Y si estas fuentes parecen en parte ya secas, si se halla ahogada por la presión de los poderes públicos, y que en
aquel vínculo amenaza romperse y el fundamento de su unidad la otra hay excesiva timidez en proclamar en alta voz los buenos
amenaza resquebrajarse, las responsabilidades históricas o presentes deseos; es deber, sin embargo, de la política de unificación animar a
recaen sobre las dos partes que se encuentran ahora frente a frente, los unos y hacerse eco de los otros. En aquella parte especialmente
con un angustioso y recíproco temor. donde no es delito combatir el error, los hombres de Estado deberían
poseer mayor confianza en sí mismos y demostrar a los otros u n
1 1
- Cf. el radiomensaje dirigido al LXXII Congreso de los católicos alemanes, 5 de sep-
tiembre de 1948: AAS 40 (1048) 417-420; E 8 (1948) 2,313-314. 14
Is. 9,6. Cf. el introito de la tercera misa de la Navidad del Señor.
10.-J6 pfo XII
ECCE EGO 1037
valor más firme en deshacer las maniobras de las fuerzas ocultas
que todavía tienden a instaurar hegemonías de poder, una mas [Responsabilidad de los católicos ]
activa sabiduría en conservar y acrecentar las filas de los hombres
[35]. Por esto, mientras esperamos confiados en la divina cle-
de buena voluntad, en primer lugar de los que creen en Dios, pues
la causa de la paz verdadera cuenta en todas partes con gran numero mencia que el puente espiritual y cristiano, ya existente de alguna
de defensores. Sería ciertamente una política equivocada de unifica- manera entre las dos orillas, adquiera una más amplia y eficaz
ción—por no decir una verdadera traición—sacrificar a los intereses consistencia, Nos querríamos exhortar primeramente a los cristianos
nacionalistas las minorías étnicas, que se hallan privadas de la fuerza de las naciones que aún gozan del divino don de la paz a hacer todo
para defender sus bienes supremos, su fe y su cultura cristiana. lo posible para acelerar la hora de su universal restablecimiento.
Los que así obrasen no serían dignos de confianza' y no obrarían Persuádanse, ante todo, de que la posesión de la verdad, si quedase
honestamente si después, en los casos en que lo exige el propio circunscrita a ellos mismos, como objeto de su contemplación para
interés, invocasen los valores de la religión y el respeto del derecho. sacar de ella espiritual consuelo, no serviría a la causa de la paz;
la verdad tiene que ser vivida, comunicada, aplicada en todos los
campos de la vida. También la verdad, especialmente la cristiana,
[Los hombres de la obra de la unidad] es un talento que Dios pone en las manos de sus siervos para que
[34]- Muchos se ofrecen a preparar la base de la unidad hu- con su trabajo fructifique en obras de bien común. A todos cuantos
mana. Pero, debiendo esta base o puente ser de naturaleza espiritual, se hallan en posesión de la verdad, Nos querríamos preguntar,
no están ciertamente cualificados para esta obra los escépticos y antes que lo haga el eterno Juez, si han hecho fructificar aquel ta-
los cínicos, que, en la escuela de un materialismo más o menos lento, de modo que merezcan la invitación del Señor a entrar en el
larvado, reducen aun las más augustas verdades y los más altos gozo de su paz. ¡Cuántos, tal vez también sacerdotes y católicos
valores espirituales a reacciones físicas o hablan de meras ideologías. seglares, deberían sentir el remordimiento de haber, por el contra-
No son tampoco aptos para este fin aquellos que no admiten ver- rio, enterrado en su propio corazón este y otros bienes espirituales
dades absolutas ni aceptan obligaciones morales en el terreno de la a causa de su indolencia o de su insensibilidad ante las miserias
vida social. Estos últimos, que ya en el pasado, con su abuso de la humanas! En particular se harían culpables si tolerasen que el pue-
libertad y con una crítica destructora e irracional, llegaron a preparar, blo quede casi sin pastores, mientras el enemigo de Dios, valiéndose.
con frecuencia inconscientemente, un clima favorable a la dictadura de su potente organización, hace estragos en las almas carentes de
y a la opresión, se presentan de nuevo para entorpecer la obra de una formación sólidamente suficiente en la verdad. De la misma
pacificación social y política emprendida bajo la inspiración cris- manera serían responsables estos sacerdotes y seglares si el pueblo
tiana. No es raro que aquí y allá levanten la voz contra aquellos que
no recibiese y no experimentase del amor cristiano la activa ayuda
conscientemente, como cristianos, se interesan con pleno derecho
por los problemas políticos y, en general, por la vida pública. que la voluntad divina prescribe. Ni cumplirían su deber los sacer-
A veces denigran también la seguridad y la fuerza que el cristiano dotes y los seglares que cerrasen voluntariamente los ojos y la boca
recibe de la posesión de la verdad absoluta y difunden, por el ante las injusticias sociales de que son testigos, dando así ocasión
contrario, la idea de que es un honor del hombre moderno y gloria a injustos ataques contra la capacidad de acción social del cristia-
de su educación no tener ideas o tendencias determinadas ni estar nismo y contra la eficacia de la doctrina social de la Iglesia, que,
ligado a mundo espiritual alguno. Se olvida, entre tanto, que precisa- por la divina gracia, ha dado de ello tantas y tan manifiestas pruebas
mente en estos principios han tenido su origen las confusiones y los también en estos últimos decenios. Donde esto sucediese, recaería
desórdenes modernos, y no se quiere recordar que precisamente también sobre ellos la responsabilidad de que grupos de jóvenes
las fuerzas cristianas, a las que ellos ahora combaten, sirvieron para y aun de pastores de almas se dejen arrastrar en algún caso a radi-
revalorizar en muchos países la libertad por ellos mismos disipada. calismos y progresismos erróneos.
Cierto, de tales hombres no puede surgir el puente de la verdad y [36]. Más graves consecuencias causaría al orden social, y tam-
la base común espiritual; por el contrario, es de temer que, llevados bién al político, la conducta de los cristianos—ya sean de condición
del oportunismo, no encuentren inconveniente en simpatizar con elevada o humilde, ya gocen de mayor o menor bienestar—que no
el falso sistema de la otra orilla, adaptándose para permanecer en se decidiesen a reconocer y observar las propias obligaciones sociales
él aun arrastrados si llegase a triunfar momentáneamente. en el manejo de sus negocios económicos. Todo el que noestá presto
a condicionar en el justo grado al bienestar común el usode los bie-
nes privados, ya sea libremente según la voz de la propia conciencia,
ya también mediante formas organizadas de carácter público, con-
tribuye, en cuanto está de su parte, a impedir la indispensable pre-
ponderancia del impulso y de la responsabilidad personal en la vida
social.
1038 PlO XII

[37]. En los sistemas democráticos se puede fácilmente caer 1L PROGRAMMA


en tal error, cuando el interés individual está puesto bajo la protec-
ción de aquellas organizaciones colectivas o de partido a las cuales Conflictos de pueblos y principios de solución
se les exige proteger la suma de los intereses individuales antes que
promover el bien de todos; de esta manera la economía cae fácil-
mente en manos de fuerzas anónimas, que la dominan políticamente.
[38]. Queridos hijos e hijas, agradecemos a la divina Bondad
que nos haya concedido una vez más indicaros, con solicitud de
Padre, el camino del bien. ¡Pueda la tierra, inundada por el río de
la verdadera paz, cantar gloria a Dios en lo más alto de los cielos!
Transearnus visque Bethlem! 15 Volvamos a la cuna de la sinceridad,
de la verdad y del amor, donde el Hijo unigénito de Dios se da, El discurso dirigido al Centro Italiano de Estudios para la Recon-
hecho hombre, a los hombres para que la humanidad reconozca en ciliación Internacional está temáticamente unido al radiomensaje na-
El su lazo de unión y su paz. Hodie nobis de cáelo pax vera des- videño de 1954 sobre la coexistencia y a los discursos de 1953 sobre el
cendit l é . Para que la tierra se haga digna de recibirla, invocamos derecho penal internacional y sobre la tolerancia en la comunidad de
sobre todos la abundancia de las divinas bendiciones. los Estados. El tema central de este documento pontificio es el estable-
• 5 Le. 2,15. cimiento de los dos principios conciliadores que la Iglesia inculca para
16
Oficio litúrgico de [a Navidad drl SYÑ"i, ivspons. de la 2.a lección. la prevención de los conflictos bélicos: la ley natural y la doctrina
revelada.
La ley natural presenta, junto a su innegable y necesaria capaci-
dad de adaptación al medio, una firme y perpetua identidad en la
substancia de sus exigencias fundamentales. El reconocimiento legal po-
sitivo de estas exigencias es el primer postulado de toda recta acción
pacificadora. La doctrina revelada, por su parte, constituye una nueva
fuerza social integradora y unificadora a través del precepto básico
de la caridad cristiana.

SUMARIO
I. Origen, programa y fines del Centro de Estudios. La obra de la Iglesia
en pro de la pacificación de los pueblos. Dos partes en este discurso.
II. Desavenencias y conflictos entre los pueblos.
La misión de Europa y del Occidente cristiano consiste en revalo-
rizar en la vida nacional e internacional el contenido de su herencia
cristiana. Las relaciones internacionales presentan hoy día una ampli-
tud y eficacia desconocidas en el pasado.
La tendencia actual hacia la creación de una comunidad de pue-
blos emana de la naturaleza social del hombre. Obstáculos que se
oponen a ella y factores que la condicionan. Ha llegado la hora de pre-
guntarse si la humanidad debe suprimir para siempre la guerra del
cuadro institucional del Derecho.
III. Principios conciliadores de la Iglesia para la prevención de los con-
flictos.
El reconocimiento de la ley natural es el primer postulado de
toda acción pacificadora. La guerra brota, a pesar de la ley natural,
porque el hombre es libre y su libertad puede ser arrollada por las
pasiones. El derecho natural, aun permaneciendo siempre el mismo,
exige formas concretas adaptadas a las condiciones históricas.
Cuatro exigencias inmutables de la ley natural: La personalidad
del hombre y sus derechos fundamentales. La subordinación de hom-
1040 PÍO XII
I I PkOGÜAMMA 1041
bres y pueblos al bien común. La fuerza y el éxito no son fuentes cje.
derecho. El derecho natural debe informar todo derecho positiv0 midables acontecimientos habían roto. Permitid, pues, que el Padre
Sometimiento del derecho a la moral. común, que ninguna cosa ama más que la paz, os hable de la obra
El reconocimiento positivo de estas exigencias de la ley natur^j correspondiente, aunque distinta, de la Iglesia para el mismo fin
es garantía insustituible de paz entre los pueblos. Por esto la Iglesj^ de la concordia y de la pacificación entre las naciones.
no cesa de subrayar el valor pacificador de la ley natural.
IV. La razón de ser de la Iglesia es su misión de anunciar a todos el metí, [4], De dos partes constará nuestro discurso:
saje de Cristo: el llamamiento de Dios a la paz. Doble mensaje d e I. Desavenencias y conflictos de los pueblos.
Cristo: el de la palabra y doctrina, apoyado en la unidad; y el de l a II. Principios conciliadores de la Iglesia para allanarlos.
acción y la vida, realización del anterior por medio de la caridad.
La caridad es el instrumento que utiliza la Iglesia en la pacificación
de los pueblos. El peso de la caridad supera, o por lo menos compensa, I. DESAVENENCIAS Y CONFLICTOS DE LOS PUEBLOS
el peso de los egoísmos. La caridad enseña a amar a todos los pueblos,
superando todo egoísmo nacional. Es ella la que impulsa la labor de [La misión de Europa}
la Iglesia en la enseñanza, consagrada al servicio de la verdad, camino
seguro para la unidad. [5]. Algunos rasgos característicos de la actual condición de
La Iglesia realiza también el mensaje pacificador de Cristo al es- los pueblos en sus mutuas relaciones tratamos de describir en nues-
clarecer y solucionar la dificultosa cuestión social. tro último mensaje de Navidad bajo un triple aspecto: la coexisten-
V. Augurios de feliz éxito. Deseo de libertad para la Iglesia en su trabajo cia en el temor, la coexistencia en el error, la coexistencia o convi-
de pacificación de los pueblos. vencia en la verdad 2 . Llamamos entonces la atención de un modo
particular sobre la misión que Europa, el Occidente cristiano—como
herederos de una mentalidad y de una conducta de vida cristianas
[i ]. El programa l y la finalidad de vuestro benemérito Centro, formadas a lo largo de los siglos—, han de cumplir, y que hoy con-
la reconciliación y la pacífica colaboración internacional, responden viene refrescar mediante la consideración de la riqueza íntima y siem-
a la común aspiración de los pueblos, que, después de haber experi- pre presente de aquella herencia y revalorizando animosamente y ac-
mentado las graves sacudidas de dos guerras mundiales o sus con- tivamente su contenido en la vida nacional e internacional.
secuencias, ninguna cosa desean más ardientemente que una sere- [6]. Cuan profundas son las disensiones entre los pueblos
na y activa convivencia. Por el resumen histórico que cortésmente y cuan difícil se hace muchas veces encontrar un camino para solu-
nos habéis enviado, nos hemos informado de que los principios del cionarlas, se ha puesto de manifiesto en la Conferencia de Ginebra
Centro se remontan a los días tormentosos de agosto de 1943, pero del pasado mes de julio, que, sin embargo, despertó en el mundo
que propiamente se organizó dos años después, en 1945, bajo la tan grandes esperanzas al inaugurarse.
inspiración de su insigne secretario general permanente, como una
asociación libre de hombres deseosos de trabajar por el bien de la [7]. Hace falta, por tanto, dirigir la atención a los aspectos,
nación, de expertos en relaciones internacionales, dispuestos a llevar cada vez más amplios y profundos, de la psicología y de la natura-
a la práctica los postulados del manifiesto que los fundadores publi- leza de los pueblos, como también a los íntimos movimientos y di-
caron en el acto de su constitución. Vuestro Centro, completamente vergencias que en éstos aparecen, y al mismo tiempo a los conflictos
apolítico, no está atado a ningún partido, sino que ha procurado a que pueden conducir y de hecho conducen con demasiada fre-
y procura entablar relaciones con el mundo internacional, con insti- cuencia. Claro está que el estudio preliminar de estos problemas es
tutos similares de otras naciones, para realizar sus nobles propósitos. fundamental para la obra de la paz, como es sumamente provechosa
[2 ]. Una especial e importante actividad suya son las series de la observación de los cambios de pensamiento y de sentimientos
conferencias, y habéis tenido la bondad de enviarnos una colección a que están sujetos los pueblos.
de las ya pronunciadas por eminentes personajes, y de las cuales
nos hemos enterado con el más vivo interés. Por sus obras tan meri- [Los problemas de la comunidad de Estados]
torias, el Centro ha obtenido recientemente un reconocimiento bri-
llante y oficial con su erección como entidad moral. [8 ]. Es cierto que el semblante del mundo a lo largo de la pri-
mera mitad de este siglo se ha modificado profundamente en mu-
[3 ]. De este modo trabajáis animosamente por la reconcilia- chos aspectos, en el campo nacional, económico, social, cultural,
ción y la colaboración de los pueblos, para restaurar lo que dos ca- ideológico. El elemento internacional, por la creciente interdepen-
tástrofes mundiales habían devastado y para soldar lo que estos for- dencia mutua de los pueblos, ha venido adquiriendo cada vez mayor
1
Pío XII, discurso al Centro Italiano de Estudios para la Reconciliación Internacional, relieve; pero, al mismo tiempo, el sentimiento nacional se ha des-
13 de octubre de 1955: AAS 47 0955) 764-775; E 15 Ü955) 2,453-457- Texto original en pertado, en algunas partes con la intensidad de las primeras llama-
italiano.
2 Cf. AAS 47 (1955) 15-28.
1042 PÍO Xlt
LL PROGRXMMA 1043
radas, superando represiones y obstáculos. Otras veces el elemento
económico, y en íntima conexión con éste el sociológico, es el deter- que no se pueden resolver con un sencillo sí o no y exponiendo algu-
minante, construyendo ambos sobre teorías sólidas e ideologías ar- nos principios directivos para su interpretación y solución. Notamos
mónicamente desarrolladas; en estos casos, sin embargo, no se acaba entonces el hecho de la tendencia a formar comunidad de pueblos
de ver bien si es la ideología la que preferentemente modela la vida e hicimos resaltar cómo ésta no se debe, en última instancia, al enor-
o si es la vida la que configura a la ideología. Por otra parte, como me desarrollo de los medios de comunicación y de intercambio, sino
no rara vez la economía, la sociología, la ideología y la vida de un a un íntimo impulso derivado de la unidad de origen, de naturaleza
pueblo divergen de las de otro, la divergencia misma engendra y de fin, y que manifiestamente tiene que servir al pleno desarrollo,
a menudo ásperas tensiones entre ellos, impulsándolos a veces a bus- querido por el Creador, de cada individuo, de los pueblos, de toda
car una solución por medio de conflictos bélicos. En los pasados si- la familia humana, mediante una colaboración siempre creciente,
glos, las relaciones internacionales, pacíficas o contrarias a la paz, no pero respetuosa de los patrimonios culturales y morales de los di-
tenían todavía la extensión y el influjo de hoy. Era posible una vida versos grupos. Señalamos después los múltiples obstáculos que se
estrechamente circunscrita y autárquica de cada pueblo o de pe- oponen a una comunidad internacional de los pueblos, obstáculos
queños grupos de pueblos; en el contacto con los demás pueblos que aumentan al crecer su número. Tales son las disposiciones inna-
faltaba, además, con frecuencia, a los nacientes movimientos y di- tas o adquiridas, diversas y frecuentemente contrarias; disposicio-
sensiones, el libre desenvolvimiento de las propias energías; todo nes de naturaleza preferentemente espiritual o de carácter preferen-
quedaba entonces local y temporalmente más limitado. Los impe- temente somático, que operan en todo el campo del entendimiento,
rios mundiales anteriores a la era cristiana, y el mismo Imperio ro- del afecto, de la acción; asimismo, las cuestiones de las razas y de
mano, medidos con el conocimiento actual de la amplitud de la tierra la sangre, del territorio y del clima, de la habitación y de las costum-
y del género humano, quedarían también ellos por debajo de los im- bres, de la lengua, de la historia y de la cultura; todo aquello que
perios del mundo de hoy. Sin embargo, estos «Estados cósmicos» rodea y configura a cada hombre y a cada pueblo. Del mismo modo,
eran muy fecundos en conflictos bélicos, con las consiguientes rela- las condiciones de propiedad y de posesión, de libertad y de depen-
ciones recíprocas, que en la historia universal suelen repetirse con dencia económica en que un pueblo vive o se ve obligado a vivir,
semejanza substancial, de «vencedores y vencidos», de «subyugado- y que, aun no siendo la única causa determinante, ejercen, sin em-
res y subyugados»; estas relaciones variaban en cuanto a la dureza bargo, un gran influjo sobre todo su pensamiento, deseo y acción.
y perduraban durante un tiempo más o menos largo, pero después Añádense las numerosas tendencias naturales o pasiones, que tanta
la mayor parte de las veces acababan en un «modus vivendi», más parte tienen en la vida cotidiana de los particulares. Aunque tien-
o menos tolerable, especialmente cuando las nuevas generaciones, den a fines de suyo legítimos, no poseen en sí norma alguna de mo-
no afectadas por los personales sufrimientos en las guerras pasadas, deración y de discernimiento, sino que deben recibirla de un supe-
ocupaban el puesto de las antiguas, y sobre todo cuando la estrecha rior dominio del hombre mismo, para que no se conviertan en fuer-
convivencia y colaboración habían llevado a una gradual fusión social zas disgregadoras: tales son el apego a sí mismo, el deseo del poder,
e incluso familiar de «vencidos» y «vencedores». Este progresivo de- la tendencia a la expansión, a la asimilación, a la absorción.
crecer y amortiguarse de las tensiones psíquicas parece ser una de
las leyes de la psicología de los pueblos, aunque debe preverse, sin [10]. Entre los elementos que las comunidades de los Estados
embargo, la posibilidad de que broten nuevas disensiones. Pero, deben tener en cuenta, incluímos también la religión. La religión
desgraciadamente, no es éste el único epílogo de las guerras en el puede ejercer sobre las relaciones entre los Estados una acción alta-
pasado. No faltan en la historia ejemplos en los que no se llegó a una mente conciliadora y pacificadora, pero también a veces disgrega-
reconciliación o distensión, sino que el conflicto, acaso renovado dora y excitante. Las luchas de religión han tenido en la historia un
varias veces, sólo terminó con la aniquilación o la reducción a la sello propio. Inspiradas por una profunda religiosidad y un genuino
esclavitud o la total impotencia del enemigo. entusiasmo, podían conducir a inmolaciones heroicas; pero aquí
hay que considerar que el fin religioso no siempre se mantuvo del
todo puro; en no pocos casos se mezclaron aspiraciones bastante te-
[Principios directivos para su solución] rrenas; si, además, aquellas luchas eran encendidas por el odio, bajo
pretexto religioso, superaban en horrores, crueldad y devastaciones
[9]. En nuestros discursos al VI Congreso Internacional de a las demás guerras; el fanatismo, no la religión, era entonces el ver-
Derecho Penal, del 3 de octubre de 1953 3 , y al V Congreso Nacio- dadero elemento motor.
nal de la Unión de Juristas Católicos Italianos, del 6 de diciembre
de 1953 4 , hemos tocado estos y parecidos problemas, reconociendo [11]. Concluyendo este primer punto de nuestra exposición,
podemos decir: No obstante el esfuerzo natural y cada vez más vasto
» AAS 45 (1953) 730-744; DER 15,337 ss. y entusiasta por la consecución de amplias relaciones y leyes inter-
* AAS 45 (1953) 794-802; DER 15,483 ss,
nacionales, con su necesidad y sus altos fines, brotan de lo íntimo
1044 pío XII I I PEOGRAMMA 1045
de los hombres y de los pueblos, de sus sentimientos y quereres [14]. Pero ¿de dónde nacen estos conflictos y por qué? ¿Cómo
rectos, pero no raras veces también perversos; de sus ocultos fines, es posible que tengan lugar, existiendo una ley natural común a to-
del medio ambiente, de las condiciones externas, de la divergencia, dos y por todos fácilmente reconocible? Al asomarse a la existen-
a menudo profunda, de los intereses, brotan, decimos, diferencias, cia, los hombres reciben de la naturaleza una gran abundancia de
tensiones, choques y, finalmente, conflictos bélicos, con sus inevita- cualidades y de energías para configurar la vida tanto individual
bles consecuencias para los dos bandos beligerantes. Es el estado como social. Tales dones e impulsos de la naturaleza señalan los
de cosas que en el curso de la historia se ha venido repitiendo hasta fines, las direcciones y los caminos, como líneas maestras del orden
ahora. Por consiguiente, parece llegada la hora de que la humanidad, establecido por el Creador; pero el cómo, el cuándo, el dónde ac-
en su progreso, se pregunte francamente si debe resignarse a lo que tuarlos, el fijar un fin con preferencia a otro, el usar este medio
en el pasado pareció una dura ley de la historia o si, por el con- más bien que aquél, todo esto lo deia la naturaleza a la libre y razo-
trario, debe buscar nuevos caminos, realizar generosos esfuerzos en nable determinación de los particulares y de los grupos. La convi-
todos los campos de la vida, para librar al género humano de la pe- vencia, al igual que la conducta privada del individuo, no se esta-
sadilla reiterada de los conflictos bélicos. Esta debe ser, por tanto, blece, por tanto, automáticamente por sí misma, como la vida aso-
la viva preocupación de los poderes públicos responsables. En este ciada de las abejas, determinada por la fuerza del instinto, sino que,
punto, la Iglesia está pronta a asumir su parte, a prestar su trabajo, en último término, está fijada por la voluntad consciente de los mis-
por disposición misma de su divino Fundador, con su maternal so- mos pueblos, o mejor, de los hombres que los componen. Ahora
licitud por todo cuanto ayude a la inteligencia y pacificación de los bien, esa voluntad puede sufrir el influjo de dos fuerzas diferentes
pueblos. y contrarias, la de la razón y juicio sereno y la de los instintos cie-
gos y pasiones desenfrenadas. Sujetándose a la fuerza de la razón,
la acción de los pueblos sabrá sacar de la ley natural los medios
II. PRINCIPIOS CONCILIADORES DE LA IGLESIA PARA LA PREVENCIÓN con que resolver los conflictos y transformar la diversidad de las
DE LOS CONFLICTOS disposiciones naturales, de las condiciones externas, de los mismos
intereses—que de suyo no son causas inevitables de conflictos vio-
[12]. Repetidas veces hemos hablado de estos principios en lentos—en otras tantas fuentes de colaboración y de armonía; en
precedentes discursos, especialmente en la tercera parte del último cambio, si las pasiones arrollan a la voluntad, esas mismas diferen-
mensaje de Navidad. Hoy, pues, nos limitaremos a mencionar sólo cias producirán tensiones intolerables, cuya solución será confiada
dos: la ley natural y la doctrina de Cristo. a la preponderancia de las armas.
[15]. Pero ¿cómo podrán los pueblos y los individuos reco-
[La ley natural] nocer con certeza la dirección que deben dar a su actividad, en con-
formidad con el plan establecido por la naturaleza? En esta cuestión
[13]. 1. El primer postulado de toda acción pacificadora es es necesario evitar las simples suposiciones y conjeturas. Las gran-
el reconocimiento de la existencia de una ley natural común a todos des líneas directrices están dadas por el conocimiento claro y la
los hombres y a todos los pueblos, de la cual derivan las normas consideración de la naturaleza del hombre, de la naturaleza de las
del ser, del obrar y del deber, y cuya observancia facilita y asegura cosas y de las relaciones y exigencias que de ellas se derivan.
la convivencia pacífica y la colaboración mutua. Para los que recha-
zasen esta verdad, las relaciones entre los pueblos serían siempre [16]. A este fin es muy útil estudiar en los documentos y en
un enigma, tanto teórico como práctico; y si este rechazo llegase a los textos legislativos el pensamiento de los siglos; deberíamos más
ser doctrina común, el mismo curso de la historia humana se con- bien decir de los milenios pasados. Muestran aquéllos cómo las
vertiría en un vagar eterno por un mar proceloso y sin puertos. Por exigencias de la convivencia de los pueblos, en sus líneas funda-
el contrario, a la luz de este principio pueden todos fácilmente, al mentales, han sido siempre las mismas, porque la naturaleza hu-
menos en cuanto a las líneas generales, discernir lo justo de lo in- mana permanece substancialmente siempre la misma; manifiestan,
justo, el derecho del agravio; indicar los principios para la solución por otra parte, que siempre se repiten los mismos actos de justicia
de las desavenencias; comprender el magisterio genuino de la his- y de injusticia en la vida privada y pública, en la vida interna de
toria en orden a las relaciones entre los pueblos; caer en la cuenta las naciones y en las relaciones entre los Estados. No menos ins-
de la formación y del carácter obligatorio del derecho internacio- tructivo es ver cómo se ha reconocido siempre la necesidad de es-
cional. En una palabra, la ley natural es la sólida base común de tablecer, mediante tratados y convenios internacionales, lo que se-
todo derecho y todo deber, el lenguaje universal necesario para cual- gún los principios de la naturaleza no constaba con certeza y com-
quier acuerdo; es aquel tribunal supremo de apelación que la huma- pletar aquello acerca de lo cual la naturaleza callaba. Más aún: el
nidad ha deseado siempre para poner fin a los eventuales conflictos. estudio de la historia y de la evolución del derecho desde los tiem-
1046 i'lo xil IL PKOGRAMMA 104?
pos remotos enseña que, de un lado, una transformación de las con- notablemente reducidas las materias de conflicto? Y cuando los
diciones económicas y sociales (e incluso a veces políticas) exige contrastes y las tensiones queden así mitigados, ¿no se facilitará
también nuevas formas de los postulados del derecho natural, a lo» acaso el mutuo entendimiento si se interroga sinceramente a la na-
cuales los sistemas hasta ahora dominantes no prestan ya su adhe- turaleza sobre sus reales exigencias ? La experiencia demuestra qui-
sión; por otro lado, sin embargo, enseña que, en estos cambios, las no se necesita una larga enseñanza para convencer a los hombres y
exigencias fundamentales de la naturaleza retornan continuamente: a los pueblos de la justicia de esas exigencias. El que la enseña tie-
y se transmiten, con mayor o menor urgencia, de una generación a ne, por así decir, el más poderoso auxiliar en la misma naturaleza
otra. Aquí un atento observador encuentra el reconocimiento, que de humana y en la sana intuición del oyente. En confirmación de lo
alguna manera siempre reaparece, de la personalidad del hombre con dicho está también el hecho de que, cuando los hombres y los pue-
sus derechos fundamentales sobre los objetos materiales e inmate- blos prescinden en la vida de esas exigencias y sustituyen su con-
riales, y, como consecuencia, el indestructible rechazo a la absor- tenido con otro diametralmente opuesto, no renuncian, sin embar-
ción de la persona por parte de la comunidad y a la consiguiente go, en la práctica a conservar la letra de las mismas; llaman así li-
extinción de la actividad personal. Por el contrario, también se halla bertad a la esclavitud, derecho al capricho, disposición espontánea
igualmente la repulsa de la excesiva afirmación de cada individuo a la ejecución impuesta. Esto demuestra que es muy difícil poder
y de cada pueblo, que no sólo no deben substraerse al necesario ahogar del todo la voz profunda de la naturaleza. Obtener que esta
servicio de la comunidad, sino que están obligados a prestarlo de voz sea oída, comprendida y obedecida es un paso de gran valor
una manera positiva. Se encuentra también el principio básico de hacia la pacificación.
que la fuerza y el éxito no legitiman los abusos ni constituyen por [19]. Por esto ha sido siempre solicitud constante de la Igle-
sí mismos el derecho; que el derecho debe prevalecer sobre la fuer- sia el suscitar, mantener despierto, hacer eficaz el conocimiento y
za; que los violadores del derecho en la comunidad de los pueblos la conciencia del derecho natural; no de un falso y vago, sino de un
deben ser considerados como criminales y, como tales, deben ser claro y bien determinado derecho natural, como el que aquí hemos
llamados a rendir cuenta de sus acciones (circunstancia esta de la procurado describir. Y, mediante la clara y segura afirmación de
que ya hablamos en el discurso al Congreso Internacional de Dere- este principio, la Iglesia se ha esforzado por abrir a los pueblos un
cho Penal, de 3 de octubre de 1953)- camino hacia el mutuo acuerdo y la pacificación, no obstante los
[17 ]. De algunas de las exigencias del derecho natural que hoy conflictos de intereses, que, por desgracia, es muy difícil desterrar
del mundo.
día prevalecen en las relaciones internacionales de los pueblos, tra-
tamos en la alocución al V Congreso Nacional de Juristas Católicos,
de 6 de diciembre de 1953, que tenía como tema «Nación y comu- [La doctrina de Cristo]
nidad internacional». Destacamos, sobre todo, que las normas vi-
gentes no pueden sin más derivarse del arbitrio de los pueblos, por- [20]. 2. El segundo principio es el mensaje de Cristo.
que la unión de éstos hay que referirla a una exigencia y a un im- Anunciar a los hombres el mensaje de Cristo es la razón de ser
pulso de la misma naturaleza, y, por tanto, los elementos funda- de la Iglesia, su oficio primordial, que no puede descuidar sin ne-
mentales de tal unión revisten el carácter de necesidad moral, por garse a sí misma y sin defraudar a los que se acogen a ella movidos
tener su origen en la naturaleza misma. Indicamos incluso algunas; por el ansia de la vida eterna. La Iglesia, por tanto, vive, ha vivido
de estas exigencias en particular: el derecho a la existencia; el de- y seguirá viviendo para cumplir esta su misión. Ahora bien, el men-
recho al uso de los bienes de la tierra para la conservación de la vida; saje de Cristo, luminoso como el cielo, del cual desciende; univer-
el derecho al respeto y al buen nombre del propio pueblo; el dere- sal como la Iglesia, a la que se dirige, no es, en substancia, otra
cho a dar una impronta propia al carácter del pueblo; el derecho a cosa que el llamamiento divino a la reconciliación, en primer lugar,
su desarrollo y a su expansión; el derecho al cumplimiento de los entre Dios y los hombres, y luego, de éstos entre sí; en una palabra,
tratados internacionales y de otros convenios semejantes. Aun cuan- es el mensaje de la más elevada paz.
do el contenido de estos pactos es puramente de derecho positivo,; [21 ]. Trátase ahora, por consiguiente, de indagar la manera
sin embargo, la obligación de su cumplimiento (siempre que no con- con que la Iglesia, como pregonera del mensaje de Cristo, contri-
tengan nada contrario a la sana moral) es una emanación de la na- buye en concreto a la reconciliación de los pueblos, extendiendo y
turaleza y del derecho natural. De esta manera, el derecho natur- perpetuando el eco de este mensaje.
preside y corona todas las normas de derecho puramente positiv [22]. Existe un doble mensaje de Cristo: el mensaje de la pa-
vigentes entre los hombres y los pueblos. labra y de la doctrina y el mensaje de la acción y de la vida.
[18]. Si, pues, las normas de derecho natural hasta aquí indi-, [23]- Que el mensaje de la palabra y de la doctrina sea apto,
cadas regulan las relaciones entre los pueblos, ¿no quedarán tal vez para reunir a los hombres y a los pueblos no necesita especial de-
1048 PÍO XII II. PROGRAMMA 104a
claración. Es, en efecto, el anuncio del único origen y del único entero; y no sólo a un pueblo, sino a los hombres de todos los pue-
fin último de todos los hombres y pueblos, del único Dios y Padre blos, hermanos y hermanas, que profesan la misma fe en Cristo y
de todos, del único y unificante precepto del amor de Dios y del participan de la misma mesa eucarística; y no sólo los hermanos
prójimo, del único Redentor y de la Iglesia por El fundada para y hermanas de la misma Madre, la Iglesia, sino todos los hombres
todos los pueblos, a fin de que haya un solo rebaño y un solo pas- del mundo entero, quienes, según el precepto del mismo único Re-
tor. Este mensaje, que en su origen, en sus medios, en su fin, está dentor, merecen el respeto, la piedad y el amor. Este amor, sin el
inspirado por el concepto de la unidad de las criaturas en un único cual, como idea y como acción, no se puede concebir el verdadero
Dios, es evidentemente pacificador y unificador. cristiano, constituye una gran fuerza contra todo egoísmo nacional
[24]. Después, el mensaje de la acción y de la vida es la realiza- en pro de la paz del mundo. En las dos últimas guerras mundiales
ción del primero, tan multiforme como puede ser la acción y la vida estuvo también presente la caridad y trabajó muy activamente para
de una idea que lo domina todo. Es, en primer lugar, la caridad disminuir los males y los horrores del conflicto, pero no pudo im-
cristiana, es decir, la caridad de Cristo realizada y vivida, puesto pedir el curso de los acontecimientos. Una vez puesta en movimien-
que Cristo considera como hecho a sí mismo cuanto se hace en be- to la máquina de la guerra, sólo ésta podía determinar su desarrollo
neficio del prójimo por su amor. Es la caridad de Cristo en sus y fin.
múltiples formas: en los hospitales, en los sanatorios, en los asilos [27]. La fuerza de la caridad debe ser aplicada en tiempo de
de ancianos, en los jardines de infancia, en los refugios para los paz para asegurar la extensión y solidez de ésta. Debe estar hoy día
abandonados, los descarriados, los inválidos, los dementes. Es la viva y consciente en todo católico ya desde su primera juventud.
caridad de Cristo, la cual no espera a que la miseria venga a ella, Debe estar despierta en todas sus formas y alimentada en la fami-
sino que la busca, y no sólo en la propia patria, sino también en lia, en la escuela, en la educación, en el canto popular, en el libro,
tierra extranjera. La caridad, que en los conflictos bélicos no dis- en el film. Debe acercar entre sí a los católicos de los diversos paí-
tingue entre amigos o enemigos; que, en nombre de Cristo, mueve a ses y continentes y unirlos en una acción común por la paz, como
los enfermeros y enfermeras y a los médicos a inclinarse con solicitud ya se hace con notable resultado. La Iglesia no tiene en sus manos
de hermano sobre el herido, sea amigo o enemigo. La caridad, que la paz, pero no puede y no debe dejar inactiva esa fuerza poderosa
con igual prontitud presta sus servicios en el palacio del rico como de la caridad. El Señor de la Iglesia le dará el apoyo de su bendición
en el tugurio del pobre. Es verdad que también en el mundo laico para un fin tan elevado.
florece hoy día una extensa obra de asistencia, técnicamente exce-
lente. No hay duda alguna, pero no ha sido siempre así, y esto no
prueba que, en su estructura íntima, tal asistencia laica vaya diri- [El culto de la verdad]
gida por el mismo espíritu de ardor, de abnegación y de heroísmo,
prolongados muchas veces por toda una vida. Sin embargo, en al- [28]. A la caridad se puede también asimilar la actividad de
gunos lugares se ha llegado a excluir la caridad cristiana; más toda- la Iglesia en el campo de la enseñanza y de la ciencia, desde la simple
vía, a prohibirla. Deplorable, pero inútil empresa. Porque, si se escuela elemental hasta la enseñanza media y universitaria. Si, pres-
suprimen las formas externas de la caridad, quedan, sin embargo, cindiendo de su contenido, consideramos solamente la parte formal
los hombres que la ejercitan con su celo personal por amor de Cris- de la enseñanza y del trabajo científico, debemos señalar como ele-
to, cuyo divino mensaje ponen por obra. mento característico el servicio de la Verdad. Los que enseñan o vi-
ven consagrados al trabajo científico, quieren, ante todo, conducir
[25]. Pero ¿de qué modo llega a ser esta caridad un instru- al conocimiento y reconocimiento de la verdad. De aquí que los
mento eficaz para lograr el pacífico entendimiento entre los pueblos? alumnos y los oyentes deban ver reflejados y como personificados en
Ante todo, en virtud del peso conjunto de los innumerables actos el maestro el respeto, la lealtad, la fiel profesión de la verdad, a fin
de bondad, que, como en una balanza moral, sobrepujan la suma de que estos sentimientos se les transmitan a ellos mismos. Lo esen-
pasiva de los egoísmos o, al menos, impiden que éstos prevalezcan cial está en investigar, exponer, profundizar la verdad, ya agrade
para ruina común. Cuando entre los hombres de pueblos diversos o desagrade, ya sea aceptada o rechazada por cualquier persona.
se obra el bien en centenares y millares de casos, entrambas partes Esta actitud espiritual es contraria evidentemente a la apatía e in-
entretejen los hilos de un entendimiento concorde y se prepara la diferencia con respecto a la verdad, que en nuestros días deforma
renuncia a toda oposición hostil. no pocas mentes y que un día el escéptico Pilato enunció en la iró-
[26]. Con esto, sin embargo, no queda plenamente evidencia- nica interrogación: Quid est veritas? Revistió, por el contrario, carác-
•da la fuerza impulsora de la caridad cristiana. Esta fuerza consiste ter sublime en la conducta del Señor el que la verdad estuviera para
en que la Iglesia católica educa las conciencias para considerar como El por encima de todo. El daba testimonio de la verdad 5, y en rela-
prójimo no solamente a este o a aquel hombre, sino a un pueblo > Cf. lo. 18,37.
1050 PlO XII

ción con la verdad tenía validez su gran promesa: La verdad os ÍNDICE ALFABÉTICO DE DOCUMENTOS
hará libres 6.
[29]. Pero el culto de la verdad, promovido por la Iglesia con
su extensa actividad didáctica, se convierte en servicio de inestima-
ble valor para la reconciliación y el entendimiento, para la recíproca
comprensión y la colaboración de los pueblos y de los hombres. Si
todos los pueblos en realidad y con sinceridad quieren, buscan,
aceptan y reconocen solamente la verdad, entonces están verdade-
ramente en el camino que lleva, por su misma íntima naturaleza, al
entendimiento y a la unión. Porque la verdad (cualquiera que sea Acerba animi 604. L a Constitución, lev fundamen-
su contenido en cada caso particular) es solamente una, y, por tanto, Ad beatissimi 437. tal del Estado 897.
solamente puede ser uno también el querer universal y el deseo de Annum ingressi 343. La decimaterza 984.
Arcanum divinae 75. La elevatezza 918.
la verdad. En cambio, el error (por alejar de la verdad y de la reali- Au milieu des sollicitudes 295. La festivitá 941.
dad) es, por su misma naturaleza, división; el error separa, desune, Benignitas et humanitas 868. La Iglesia católica y el nacional-
Comunidad internacional y tole- socialismo 886.
divide, aun cuando sean muchos los que se encuentren en el mismo rancia 1006. La libertad de la Iglesia 424.
error; su encuentro es un encuentro fortuito, no es. ya efecto de un Con sempre 838. L a organización política mun-
sólido principio unitivo. Consideraciones en torno a la dial 980.
Unión Europea 952. L a paz internacional y la guerra
Constitución política y aristocra- fría 996.
[La doctrina social cristiana'] cia 912. La verdadera noción del Estado
Crisis de poder y crisis de civis- 976.
[30]. Existe también toda una serie de otras formas de realiza- mo 1017. Libertas praestantissimum 221.
Cum multa 127. Mit brennender Sorge 642.
ción del mensaje de Cristo para promover la conciliación y mutuo Des le debut 463. Negli ultimi 899.
acuerdo de los pueblos. Dichas formas tienen de común que reali- Dilectissima Nobis 622. Nell'alba 825.
Diuturnum illud 107. Nella storia 930.
zan en la acción y en la vida aquello a lo que el mensaje de Cristo Divini illius Magistri 524. Nobilissima Gallorum gens 139.
se encamina. Mencionaremos solamente una: la acción de la Iglesia Divini Redemptoris 666. Non abbiamo bisogno 578.
en el esclarecimiento y en la solución de la cuestión social. Ecce Ego 1024. Notre consolation 312.
El espíritu europeo 1002. Notre charge apostolique 401.
[31]. Existe, como es bien sabido, una doctrina social cris- El primado de la Iglesia romana Nous avons lu 518.
y la paz 856. Pacem Del 469.
tiana cuyos principios fundamentales han sido fijados por los mis- Firmissimam constantiam 724. Praeclara gratulationis 318.
mos Sumos Pontífices en documentos oficiales. Es por demás conoci- Gravi 956. Prensa católica y opinión públi-
do cuan profundamente influyen y han influido las condiciones sociales Grazie 814. ca 9C8.
Humanum genus 155. Quanta cura 3.
en la formación de la vida de los pueblos y de sus vicisitudes, y, asi- '¡ II grave dolore 429. Quas primas 491.
mismo, cuántas discordias han tenido su origen en dichas condicio- ' II programma 1039. Quod apostolici muneris 59.
Immortale Dei 18. Sapientiae christianae 261.
nes y cómo de continuo se manifiestan y actúan, extendiéndose tam- ; In h a c quidem 484. Summi pontificatus 749.
bien en el campo internacional. Colaborar, por tanto, en la solución m In questo giorno 803. Syllabus 19.
y alivio de las miserias y de las luchas sociales es una acción impor- 1 Inscrutabili Dei 41. Vehementer Nos 379.
tante para la reconciliación y la paz entre los pueblos. 'fl
[32]. Distinguidos señores, hemos llegado, siquiera sea con rá- 1
pido esbozo, a la conclusión de cuanto queríamos exponeros. .:•
[33 ]• Vuestro Centro continuará con fervor su obra, dirigida "
a un fin tan elevado, al que Nos auguramos el más feliz de los éxitos
para honor vuestro y en ventaja de los pueblos y de los Estados que
son objeto de vuestras preocupaciones. Y no dudamos de tener vues-
tro consentimiento si a nuestra vez os manifestamos la confianza de
que también a la Iglesia sea dado colaborar por sus caminos y con
sus medios en la realización de este mismo altísimo fin, a fin de que
la «coexistencia en el temor» y la «coexistencia en el error», ya por
Nos señaladas, lleguen a su fin y en su lugar triunfe la «coexistencia
y la convivencia en la verdad y en la caridad».
* Jo, 8,33,
ilililek UK MATiiÜiAs 1053

ÍNDICE DE MATERIAS lAutoridad] i [Bien comúnj


mente a Dios 194; sin religión de gobierno 191 304 315 626; f&-
resulta inestable 144 448 629; I zón de la aceptación de los re-
debe someterse al orden abso- gímenes nuevos 315; Justifica
luto de los seres 252; es respon- el p r i n c i p i o de la tolerancia
sable ante Dios 192 845; su do- 253 1013; e x i g e la colaboración
ble función 545 689 777 877; tri- de todos 216 259; impone el re-
ple poder 196 501 687; p a r a pro- curso a la justicia social 734;
vecho del ciudadano 11/ 192 ü45; el respeto a la iniciativa priva-
debe tutelar el derecho de pro- da 778; y restricciones a los de-
piedad 451; distinción entre au- rechos fundamentales 734; bien
toridad y legislación 316; uso común y democracia 876; y cam-
legítimo y uso ilegítimo de la bios p o l í t i c o s 305; y partidos
[Apostolado] autoridad 787 1012; límites del políticos 282; y obediencia polí-
Abstencionismo político: su ili- profundidad, s i l e n c i o 732; ex- poder 776; dos autoridades, la tica 306; y prudencia política
citud en general 216 962. pansión del amor a Cristo 731; eclesiástica y la civil 101 146 287; bien común nacional e in-
Acción Católica: necesidad 619 la calidad sobre el número 732; 636; o r i g e n , fin y naturaleza ternacional 782; el bien común
730; ayuda providencial 713; in- acción, la consigna de la hora respectivos 197; superioridad de y el orden nuevo 831; el bien
sustituible 739; esencia 588; fi- 818 849; intensidad del aposto- la autoridad eclesiástica 12 102 común por excelencia es la re-
nalidad última 713 733; norma lado contemporáneo 789; mul- 196; la autoridad eclesiástica, ligión 283; la Iglesia trabaja por
básica 745; obligación funda- tiplicidad de formas 732. garantía de la autoridad políti- el bien común, incluso tempo-
mental 713; principios norma- ca 44 103; relación de concordia ral 133 336; colaboración de la
tivos 731; dependencia del epis- —apostolado seglar: necesidad entre ambas 102 121 125; con- Iglesia y el Estado para el bien
copado 589 601 730; no tiene 730 790; eficacia 791; raíz teoló- flictos de j u r i s d i c c i ó n 32; Ir común 284; bien común y eco-
carácter político 588 592 743: gica 731; apostolado seglar y guerra actual contra la autori- nomía 719 917; y corporativismo
unidad y autonomía 743; orga- familia 791; y Acción Católica dad 109; esfuerzos para debili- í 689; el uso de los bienes priva -
nización exterior 590 714 737; 730; en la línea m á s avanzada tarla 111; crisis de autoridad I dos, s o m e t i d o al bien común
preparación p a r a la acción so- de ia Iglesia 927. 1019; el desprecio de la autori- i 1037; las clases ricas están más
cial y política 734 739 789; con- Arbitraje internacional: necesi- dad 49 123 446 504; sus causas ! obligadas a trabajar por el bien
solidación de la unión entre dad y función 466. 451; la I g l e s i a , defensora del común 719; servir al Estado es
católicos 640; multiplicidad de Aristocracia: sus deberes en la principio de autoridad 125; la servir al bien común 977.
obras 743; problemas sociales y hora presente 912; minoría con- conciliación'de la autoridad con Bondad: sin bondad no puede ha-
políticos 715; obras sociales 733 sagrada al bien común 916. la libertad, solución del proble- ber moral 300; Dios, bondad su-
736; la escuela pública 567. Asociaciones católicas: hay que ma político 338 877. prema 300.
fomentarlas 55 73; extraordina- —doctrinas erróneas sobre la au-
Action Francaise: errores funda- ria utilidad 135; finalidad 135; toridad: su origen según el de-
mentales 521; proceso histórico dependencia del episcopado 135; recho nuevo 29 33 63 111 115 173
de la cuestión 518; auténtica y sobre todo de la Santa Sede 204 239 354 446; sus errores e C a r á c t e r : es el amor profundo
herejía 519; grave peligro para 458; deben abstenerse de toda inconvenientes 122; según el so- al orden divino 973; su forma-
la fe 520. violencia 433; debe prevalecer cialismo 66 408 410; y el comu- ción en la educación cristiana
Administración del E s t a d o : debe en ellas el bien religioso 433; nismo 676; doctrina totalitaria 737; la fe y la firmeza del ca-
dar ejemplo de sobriedad y pru- la caridad 135; conformidad y 776. rácter 834.
dencia 719; y estar exenta de unión 136; asociaciones católi- Caridad: irradiación del espíri-
toda arbitrariedad 212; no debe ca y partidos políticos 135; las tu de Dios 846; su fuente 291
invadir la esfera municipal 212; asociaciones mixtas están me- 413; mandamiento propio de
está obligada a la reparación ramente permitidas 433. Beneficencia cristiana: definición Cristo 291 440 473 770; esencia
y revocación de toda medida Ateísmo: ofensa gravísima con- 475; Cristo, modelo 476; la his- de la vida cristiana 478 745 808
lesiva 852; no debe perder el t r a Dios 153; no podrá lograr toria de la Iglesia, historia de 1049; distintivo del cristiano
sentido de sus límites 977; peli- su intento 308; hay que luchar la beneficencia c r i s t i a n a 477; 473; vínculo de perfección 291;
gro que representan los puros contra él 153 301; ateísmo del beneficencia cristiana y tran- fuente de unión 413; alma de
técnicos de la organización 998; Estado moderno 173 239 353; quilidad pública 477. las relaciones sociales 445; fun-
el funcionario público debe dar prohibido por la razón y por Bien común: definición 844; ne- damento de la paz 444 822 1048 ;
ejemplo al ciudadano 719; el la fe 244; es causa de la deca- gada por el totalitarismo 909; complemento y corona del de-
objeto de la administración son dencia del Estado 144; ateísmo es el principio conservador de recho 830 846; fuerza regenera-
las cosas, nunca las personas e indiferentismo 207; la educa- la sociedad 315; razón de ser dora de la humanidad 7Q1; ca-
978. ción laica lleva al ateísmo 145 de la autoridad social 110 114 ridad y unidad en la fe 330; no
Agnosticismo: raíz de los males 522. 304 315; criterio supremo en po- suprime la jerarquía 773; ni l a s
actuales 762; en especial del lítica 316 380; su esencia 545; diferencias l e g í t i m a s 450; la
Autoridad: concepción cristiana fin propio del Estado 176 532 Iglesia, fuente de caridad 360;
totalitarismo 1036; su influjo del poder político 66 115; nece- sus múltiples formas 1048; ca-
en el orden social y político sidad de la autoridad 67 110 175 545; su determinación concreta
659 777; regulador de la activi- ridad y verdad 1049; la frater-
764; y en el orden internacio- 191 655 689; exigida por el bien nidad cristiana 104S; el perdón
nal 898. común 114 191 304 306 315 1021; dad del Estado 777; estrella rec-
tora de la autoridad 191 1021; de las injurias 474¡; la benefi-
Alma h u m a n a : espiritualidad e carácter sagrado 114 121 192 269; cencia cristiana 475; la verda-
inmortalidad 228 265; errores su origen último, Dios 112 175 razón de ser de la ley 269 308:
piedra de toque de una legis- dera caridad cristiana 699; r e -
de la filosofía moderna 352. 178 191 207 210 237 338 411 447; lación 200 233; título jurídico de medio frente al comunismo 699;
Anarquismo: naturaleza y fines pruebas teológica y filosófica los derechos del Estado 545; sus caridad y justicia 701; exigen-
356. 112-113; pero los modos de trans- exigencias deben quedar recogi- cias de la caridad 300; sus be-
Apostolado: obligatorio 755 788; misión son humanos 315; por- das en la constitución 898; pre- néficos efectos en el orden so-
dependencia del episcopado 152; que no está vinculada a una valece sobre el bien particular cial 323 450; individual 473; a
cautelas necesarias 733; princi- lorma determinada de gobier- 152; legitimador de las formas i n t e r n a c i o n a l 478; mata todo
pios reguladores 731; solidez, no 191; debe h o n r a r pública-
1054 ÍNDICli DE MATERIAS ÍNDICE DE MATERIAS 1055

I Caridad] ÍClero] [Comunismo] [Crlstlanlsmo]


e g o í s m o 1049; p a r a ella n a d i e n e c e s i t a del laicado católico m o : s e u d o r r e d e n c i ó n 673; m a t e - dicador de la v e r d a d e r a f r a t e r -
h a y e x t r a n j e r o 482; h o y d í a 373; d e b e c o n s a g r a r s e a l a A c - r i a l i s m o m a r x i s t a 674; el h o m - n i d a d 355 693; d o n d e s e o l v i d a
e s m á s n e c e s a r i a q u e n u n c a 291 ción C a t ó l i c a 730; a l a b a n z a s b r e y l a f a m i l i a 10 675 676; el c r i s t i a n i s m o p e n e t r a l a b a r -
476; e s c á n d a l o y l o c u r a p a r a el d e l c l e r o p e r s e g u i d o 11 135 151 a u t o r i d a d y p r o p i e d a d 676; s o - b a r i e 657; el c r i s t i a n i s m o y l a
m u n d o 754. 367 661 727. c i e d a d , m o r a l y d e r e c h o 677; f a m i l i a 79 145; c r i s t i a n i s m o y
C i e n c i a : l a I g l e s i a y el d e s a r r o - Codicia: su d e s e n f r e n o actual, E s t a d o 677; d i f u s i ó n del c o m u - E s t a d o 79 146 301; s u i n f l u j o
llo c i e n t í f i c o 213 363 534; l a e f e c t o d e l l a i c i s m o 510; c a u s a n i s m o : s u s c a u s a s 678-680; e f e c - p o l í t i c o 359; c o n v i v e c o n t o d a
j u s t a l i b e r t a d c i e n t í f i c a 553; d e l a s g u e r r a s 450; s e a d u e ñ a t o s d o l o r o s o s 681-683; d o c t r i n a f o r m a j u s t a d e g o b i e r n o 416;
b i e n u s a d a , l l e v a a D i o s 552; del h o m b r e s i n fe 353; l a c o d i - de la Iglesia opuesta al comu- h a d i g n i f i c a d o el t r a b a j o d e l
c i e n c i a y v e r d a d 1049; l a c i e n - c i a d e los r i c o s y l a c o d i c i a d e n i s m o : D i o s 685; h o m b r e y f a - h o m b r e 693; y a b o l i d o l a e s c l a -
c i a y el m a g i s t e r i o e c l e s i á s t i c o los p o b r e s 698; f u n e s t o s efec- m i l i a 685; s o c i e d a d 686; o r d e n v i t u d 693; p a r a s a l v a r l a c r i s i s
250. t o s s o c i a l e s y p o l í t i c o s 354; h a y e e o n ó m i c o s o c i a l 688; d e r e c h o s del E s t a d o h a y q u e v o l v e r a l
Cisma: sus funestas consecuen- q u e predicar y practicar la po- del E s t a d o 689; r e m e d i o s : v i d a o r i s t i a n i s m o a b a n d o n a d o 266
c i a s 324 862; p r u e b a s d o g m á t i - b r e z a d e e s p í r i t u 697. c r i s t i a n a 696; e s t r i c t a j u s t i c i a 359 654 830; y p o r t a n t o a l a
c a e h i s t ó r i c a del p r i m a d o d e C o e d u c a c i ó n : s u f u e n t e , el n a t u - 701; y j u s t i c i a social 703; e s t u - I g l e s i a 360; c r i s t i a n i s m o y h u -
P e d r o 325; s í n t o m a s d e r e c o n - r a l i s m o 558; e r r o r r a d i c a l 558; dio y d i f u s i ó n d e l a d o c t r i n a
s o c i a l c a t ó l i c a 705; c a u t e l a s 707; m a n i d a d , c o n v e r g e n t e s 792; l a s
c i l i a c i ó n 327; i n v i t a c i ó n a l r e - r e s p o n s a b i l i d a d 559. p e r s e c u c i o n e s del I m p e r i o r o -
t o r n o 325. C o e x i s t e n c i a : n o m e r e c e el n o m - m i n i s t r o s y a u x i l i a r e s de la
I g l e s i a e n l a l u c h a f r e n t e al m a n o 302; b a l a n c e p a s i v o d e l
C i u d a d a n o : s u f i n ú l t i m o 385; el b r e d e p a z 1026; e n el t e m o r c i s m a 862; l a h i s t o r i a d e l c r i s -
perfecto cristiano, perfecto ciu- 1027; e n el e r r o r 1030; e n l a c o m u n i s m o 709-718; p r o h i b i d a a
los c a t ó l i c o s t o d a c o l a b o r a c i ó n t i a n i s m o , h i s t o r i a d e l a civili-
d a d a n o 269 551 567 742 925; d o s v e r d a d 1035. z a c i ó n 574.
d e r e c h o s p o l í t i c o s del c i u d a d a - Colaboración: de todos en la vi- c o n el c o m u n i s m o 708.
Cristiano: hombre sobrenatural,
n o 875; m a d u r e z m o r a l n e c e s a - d a p ú b l i c a 259; e x i g i d a p o r el C o n c o r d a t o s : d e f i n i c i ó n 147; fi- h o m b r e d e c a r á c t e r 573; c o p r o -
r i a 879 1020; s u c o n s i d e r a c i ó n b i e n c o m ú n 216 259; y p o r el n a l i d a d y s e n t i d o 1015> o b l i g a - p i e t a r i o d e l m u n d o , n o del e r r o r
m e r a m e n t e n u m é r i c a 982; ¿ q u é C o n c i l i o V a t i c a n o 275; en l a t o r i e d a d 147 206 387; e x p r e s i ó n 572; p o r t a d o r d e l a v e r d a d 5 1 1 ;
b u s c a e n l a f a m i l i a y e n el l i s - vida municipal y generalmente de la c o l a b o r a c i ó n entre la d e b e i n f l u i r a s u a l r e d e d o r 510;
t a d o ? 300; s u s d e r e c h o s a n t e el ' e n l a v i d a p o l í t i c a 215; y en l a I g l e s i a y el E s t a d o 1015; r e g i - y r e a c c i o n a r c o n t r a el d e s o r -
E s t a d o 876; c r i s i s d e c i v i s m o , c r e a c i ó n del o r d e n n u e v o 832; d o s p o r el D e r e c h o i n t e r n a c i o - d e n 1021; h a n a c i d o p a r a l a l u -
s u s r a í c e s m o r a l e s 1019 1022; el a b s t e n c i o n i s m o es ilícito y n a l 387; p r u e b a n l a b o n d a d d e c h a 274 938; n e c e s i d a d d e u n i ó n
incivismo individual e incivis- p e l i g r o s o 216 273; p r o h i b i d o t o - l a I g l e s i a 333; no p u e d e n a d - 136 275; el p e l i g r o d e l a s p a s i o -
m o c o l e c t i v o 1021. d a c o l a b o r a c i ó n c o n el c o m u - m i t i r n a d a c o n t r a r i o a los d e - n e s p a r t i d i s t a s 130; i n c o n s e -
Civilización: b a s e s indispensa- n i s m o 708. rechos de Dios y de la Iglesia cuencia de algunos cristianos
b l e s 4 6 ; m o r a l y r e l i g i ó n 47 417 C o m u n i d a d d e E s t a d o s : b a s e in- 486; s u v i g e n c i a en los c a m b i o s
p o l í t i c o s 485 626; b e n e f i c i o s o s e n l a v i d a e c o n ó m i c a 706; c r i s -
954; s u r e f o r m a es o b r a r e l i g i o - d i s p e n s a b l e del o r d e n n u e v o t i a n o s d e sólo n o m b r e 697; d e -
s a 417; r e s p e t o d e b i d o a s u s v a - 823 880; q u e r i d a p o r D i o s 947; e f e c t o s 626; c o n c o r d a t o f r a n c é s
309 387; y a l e m á n 646. b e r e s del c r i s t i a n o en l a l u c h a
l o r e s 829; l a o b s e r v a n c i a del e x i g i d a p o r l a n a t u r a l e z a 1043 p o r l a f e 2 7 1 ; c o n s e r v a r l a 271
d e r e c h o n a t u r a l 683; r e s p e t o a 1046; p o s t u l a d o n a t u r a l y h e - Constitución: ley fundamental 456; p r o f e s a r l a 271 788; d e f e n -
l a a u t o r i d a d 47; l i b e r t a d e s m o - c h o q u e s e i m p o n e 990; n o es 897; t r a s c e n d e n c i a 913; o r i e n t a - d e r l a 273 788; r e t i r a r s e es c o -
d e r a d a s 47; el c o m u n i s m o , a m e - u n a u t o p í a 962 1009; m ú l t i p l e s ción f u n d a m e n t a l 898; b a s e s , el b a r d í a o i n s e g u r i d a d 273; f e r -
n a z a d e l a c i v i l i z a c i ó n 670 6 8 1 ; o b s t á c u l o s 1043; c o m p l e j i d a d d e d e r e c h o n a t u r a l y el d e r e c h o v o r d e v i d a 959; f i d e l i d a d a l a
l a c i v i l i z a c i ó n y el m a g i s t e r i o l o s p r o b l e m a s q u e p l a n t e a 1042; r e v e l a d o 898 915; t r a d i c i ó n y n o - v e r d a d r e v e l a d a 962; s u s d e b e -
e c l e s i á s t i c o 249; l a I g l e s i a , principio g e n e r a l de solución v e d a d e s 898; b i e n c o m ú n 898; r e s e n lo social y p o l í t i c o : n u -
c r e a d o r a d e l a c i v i l i z a c i ó n oc- 1010; l í m i t e s d e l a s o b e r a n í a p o s i b i l i d a d d e c o r r e c c i o n e s 937;
l e g i s l a d o r e s y e l e c t o r e s 914; c a l - m e r o s o s y g r a v e s 214 266 283;
c i d e n t a l c r i s t i a n a 46 48 189 350 d e l E s t a d o 1009; c o n v i v e n c i a c u m p l i m i e n t o de los d e b e r e s d e
363 538 661 774 796 828; l a I g l e - r e l i g i o s a 1011; t o l e r a n c i a 1012; m a y r e f l e x i ó n 914; d e b e r e s de
l a a r i s t o c r a c i a en l a e l a b o r a - j u s t i c i a y c a r i d a d 962; c r i s t i a -
s i a y l a s c i v i l i z a c i o n e s 1014; la l a Iglesia católica y la comu- nos que resisten y cristianos
h i s t o r i a del c r i s t i a n i s m o , histo- n i d a d de E s t a d o s 1013; d e r e - c i ó n c o n s t i t u c i o n a l 914; c o n s t i -
t u y e n t e s n o p r e p a r a d o s 915; l a q u e s u c u m b e n 817; d e b e c r i s -
r i a d e l a c i v i l i z a c i ó n 574. chos fundamentales que ésta t i a n i z a r l a p o l í t i c a 217; es ilí-
C l e r o : p o r t a d o r d e l a f e e n el debe r e c o n o c e r y garantizar c o n s t i t u c i ó n a t e a del E s t a d o
175. c i t o el d e s d o b l a m i e n t o d e la
m u n d o 710; s e r v i d o r d e l a v e r - 1046; i g u a l d a d f u n d a m e n t a l de c o n c i e n c i a 218; o b e d i e n c i a a l a s
d a d 662; m i n i s t r o d e l a p a z l o s E s t a d o s 882; d e b e t e n e r a u - Corporaciones medievales: des- e n s e ñ a n z a s p o n t i f i c i a s 277 279
c r i s t i a n a 478 613; s u e s c a s e z t o r i d a d e f e c t i v a 880; n o d e b e p r e c i a d a s p o r el l i b e r a l i s m o 694; 332 374; y a l a s n o r m a s del
790; l i m i t a c i o n e s n u m é r i c a s a r - c o n s a g r a r i n j u s t i c i a a l g u n a 881; hay que restablecerlas y adap-
t a r l a s a l p r e s e n t e 694. e p i s c o p a d o 134 280; el c r i s t i a n o
b i t r a r i a s 613 616; a u m e n t o d e d e b e r e p r i m i r t o d a a g r e s i ó n 881. a n t e la s i t u a c i ó n del m u n d o
l a s v o c a c i o n e s i d ó n e a s 151; s u C o m u n i s m o : s u p e r a d o científica- C r i s t i a n i s m o : a u t é n t i c o 660; r e s - 817; c o l a b o r a c i ó n en l a c r e a c i ó n
r e c t a f o r m a c i ó n 459; es el p r o - m e n t e 678; c o n s t i t u y e u n a a m e - t a u r a c i ó n d e t o d o en C r i s t o 7 8 ;
d o g m a central, la divinidad de del o r d e n n u e v o 832; el c r i s t i a -
blema m á s vital de la Iglesia n a z a p a r a el E s t a d o 123 177 670; n o y l a r e c o n s t r u c c i ó n social
728; a c c i ó n s o c i a l d e l clero, y l a c i v i l i z a c i ó n c r i s t i a n a 681; C r i s t o 765; esencia, l a c a r i d a d
473 478 808; n o r m a , l a v e r d a d 834; g r a v e r e s p o n s a b i l i d a d 1037;
o b e d i e n c i a al e p i s c o p a d o 134 152 s u origen histórico 671; mali- d e b e r e s e n c i a l del c r i s t i a n o en
397 459; d e b e ir a l o b r e r o 373 c i a i n t r í n s e c a 708 720; c r u d e z a 808; n e c e s i t a m e d i o s e x t e r n o s
740; h a e s t a d o a l a a l t u r a d e l a p o l í t i c a 217 2 7 1 ; o b e d i e n c i a
710; h u m i l d a d , p o b r e z a , d e s i n - i n h u m a n a 679; i g u a l d a d a b s o - al poder constituido 67; a m o r
t e r é s 712; s u p e r i o r a t o d o p a r - l u t a 173; c o n t r a r i o al d e r e c h o s u m i s i ó n en la crisis c o n t e m -
p o r á n e a 828; c a p a c i d a d r e n o - a la Iglesia y a m o r a la patria
t i d o p o l í t i c o 134 373; el a p o s t o - n a t u r a l 671 1035; e n e m i g o d e l a 267; el p e r f e c t o c r i s t i a n o , p e r -
l a d o d e l e j e m p l o el m á s eficaz l i b e r t a d 994; n i e g a t o d o s los de- v a d o r a 79 653; p e r s o n i f i c a d o e n
l a I g l e s i a c a t ó l i c a 360; ea el f e c t o c i u d a d a n o 269 551 567 925;
712; l a b o r del c l e r o e n el r e n a - r e c h o s del h o m b r e 688.; o p r e s i ó n i n t e r v e n c i ó n en l a v i d a m u n i -
cimiento de la v i d a católica a b s o l u t a 944; p o s i c i ó n d e la g r a n a c r e e d o r de l a E u r o p a
c r i s t i a n a 203 360; f o r m a d o r d e cipal y g e n e r a l m e n t e en la po-
458; l a s a n t i d a d del c l e r o 728; I g l e s i a f r e n t e al c o m u n i s m o 25 l a u n i d a da o c c i d e n t a l 905; c r e a - l í t i c a 215 1036; n o d e b e a i s l a r s e
b e n e m é r i t o de la educación 11; 670 672; d o c t r i n a del c o m u n i a - d o r '}*• ' civilización 708; p r e - 962; s e n t i d o d e s u i n t e r v e n c i ó n
1056 ÍNDICE DK MATERIAS ÍNDICE DE MATERIAS 1067

[Cristiano] [Democracia] [Derecho!


e n l a p o l í t i c a 216; d e b e m a n t e - R e f o r m a 122; d o c t r i n a s o b r e el c-conomia: la Iglesia y la econo-
t o t a l i t a r i s m o 879 909; l a d e m o - mía 692; economía y E s t a d o
n e r la política d e n t r o d e su do- c r a c i a y el o r d e n i n t e r n a c i o n a l o r i g e n d e l a a u t o r i d a d 122 446;
m i n i o 416; d o s escollos 285; el d e r e c h o c o n s t i t u c i o n a l n u e - 703; el principio del libre inter-
879; l a n u e v a d e m o c r a c i a y l a cambio 1031; las relaciones eco-
otros d o s peligros 817; ejerci- Iglesia 883; la democracia cris- v o 173 190; p r i n c i p i o s f u n d a -
cio r e c t o d e l o s d e r e c h o s polí- m e n t a l e s 203; b a s e s 204; c r í t i - nómicas como factores de paz
t i a n a y «Le Sillón» 409. 1032; deben estar sometidas a
ticos 743; n a d a de acusaciones D e r e c h o : definición 246; i r r a d i a - c a 2 0 5 ; c o n d e n a c i ó n 209.
i n j u s t a s o v i o l e n t a s 218; n o —internacional: inseparable de la la moral y al derecho n a t u r a l
ción d e l e s p í r i t u d e D i o s 846; 684 1031; n o r m a reguladora de
puede afiliarse a la masonería r e l i g i ó n y d e r e c h o 9 144 658; m o r a l 784 822; e x i g e n c i a s n a t u -
130; ni a l c o m u n i s m o 73 708; r a l e s del d e r e c h o d e g e n t e s u n a economía j u s t a 844; el bien
moral y derecho 33; objetividad 1009; f i d e l i d a d a l a p a l a b r a d a - común 719 917; sorprendentes
no puede defender la senara- d e l a n o r m a j u r í d i c a 973; d i s -
c i ó n e n t r e l a I g l e s i a y el E s - d a 822 833; el p r i n c i p i o d e l a resultados de la economía 1030;
t i n c i ó n e n t r e c o n t e n i d o y obli- fuerza como creadora del de- fascinación injustificada 1030;
t a d o 310; ni f a v o r e c e r a l o s p o - g a c i ó n 1046; r a í z d e e s t a o b l i -
líticos enemigos d e la Iglesia r e c h o 822; el e g o í s m o 823; l a m á q u i n a gigantesca que a t e n a -
284. g a t o r i e d a d 776; b a s e ú l t i m a , desconfianza, parálisis del de- za al hombre 927; el dominio
D i o s 852; l o p e r m a n e n t e y lo r e c h o i n t e r n a c i o n a l 822 834; s u - injusto de las grandes empre-
Cuestión social: no es de hoy ni m u d a b l e e n el d e r e c h o 845; el presión d e l a g u e r r a del c u a d r o
d e a y e r 4 2 1 ; s u s o l u c i ó n y el sas 929; el desequilibrio en la
primado del d e r e c h o , funda- i n s t i t u c i o n a l d e l d e r e c h o 833. economía 787; el acaparamien-
p o r v e n i r d e l m u n d o 467; p r i n c i - m e n t o d e l E s t a d o 336 466; y d e
p i o s d e l a I g l e s i a 834; s u s o l u - D e s a r m e : h a y q u e l o g r a r l o 48 to de m a t e r i a s primas 833; gru-
l a p a z 935; a m o r y d e r e c h o 830 pos e c o n ó m i c o s 832; impedi-
ción e x i g e f e e n D i o s 834; l a 846; l a b i l i d a d d e l d e r e c h o d e s - 833 9 8 1 ; i m p o r t a n c i a 809 936;
caridad en la solución de la c a r a c t e r í s t i c a s 810; a r m a s m o - mentos artificiales 720; injusti-
v i n c u l a d o d e D i o s 848; h a y q u e cias de la economía liberal 702
c u e s t i ó n s o c i a l 450; el s e r m ó n defenderlo f r e n t e a los a t e n t a - d e r n a s 864 992 1027; s u p r e s i ó n
de las bienaventuranzas 451; d e o d i o s y r e p r e s a l i a s 992. 844; la cuestión obrera 688; nú-
d o s d e l a f u e r z a 866 1046; u t i - cleo de la encíclica «Quadrage-
l a v i r t u d c r i s t i a n a 452; felici- lidad h o n e s t a y u s o j u s t o d e D i v o r c i o : c o n d e n a c i ó n 96; e n e m i -
dad temporal y felicidad eter- go d e la familia y del E s t a d o simo anno» 688; el corporati-
la f u e r z a 822; d e c a d e n c i a m o - vismo 689 705; dignidad y de-
n a 420; d a ñ o s p r o d u c i d o s p o r d e r n a d e l d e r e c h o 504; e r r o r e s 97 174; p u e r t a difícil d e c e r r a r
l a s l u c h a s s o c i a l e s 448; d e n u n - 97; e f e c t o s s o c i a l e s d i s o l v e n t e s rechos del trabajo 851; régimen
ciar la injusticia, pero no legi- j u r í d i c o s 3 3 ; el h e c h o c o n s u m a - de salariado 704; distribución
t i m a r l a v i o l e n c i a 734; el o b r e - do y el d e r e c h o 9 ; m a t e r i a l i s - 98; c o m p r o b a c i ó n histórica de bienes 704; proceder injusto
r o d e b e e n lo p o s i b l e l l e g a r a m o j u r í d i c o 33 170 8 4 5 ; u t i l i t a - 81 98. de algunos católicos 705; la
s e r p r o p i e t a r i o 848; el c l e r o y r i s m o j u r í d i c o 658 776 787 807 Doctrina: ausencia de sanos prin- economía debe respetar el de-
l a c u e s t i ó n s o c i a l 4 2 1 ; . los v e r - 822 852; p o s i t i v i s m o j u r í d i c o cipios e n l a s cuestiones m á s recho de propiedad 734.
daderos amigos del pueblo 421; 845 852 1020; t o t a l i t a r i s m o j u r í - f u n d a m e n t a l e s 528. Educación: la educación y la per-
el c r i s t i a n o y l a r e c o n s t r u c c i ó n d i c o 845. —católica: social y politica 361; fección del hombre 529; obra
s o c i a l 834. — n a t u r a l : impreso p o r Dios en principio de libertad y princi- esencialmente social 524; teo-
el c o r a z ó n d e l h o m b r e 658 683; pio d e a u t o r i d a d 627; g r a n i n - rías m o d e r n a s : su error básico
C u l t o p ú b l i c o : o b l i g a c i ó n d e l Jus- no es u n regla p u r a m e n t e n e - flujo 120 145 359 361 694: e q u i -
t a d o 175 193 244 516; e n l a for- 529 555; el laicismo educativo
g a t i v a 978; el d e r e c h o n a t u r a l l i b r i o 6 9 1 ; r e m e d i o ú n i c o 72 692 145 170 522; coeducación 558;
m a e s t a b l e c i d a p o r D i o s 194 v e r d a d e r o 846; f u n d a m e n t o d e l 715 734; l a g r a n s a l v a c i ó n d e l
207; c u l t o p ú b l i c o a C r i s t o R e y E s t a d o 202 5 5 1 ; s u a p o l o g í a d e - educación sexual 556; princi-
o r d e n s o c i a l 787; b a s e d e t o d o pios en el campo de l a educa-
504; el i n d i f e r e n t i s m o es p e c a - d e r e c h o p o s i t i v o 658; n o p u e d e f i n i t i v a 763; a c u s a c i o n e s c a -
d o 194 207; l a l i b e r t a d d e cul- l u m n i o s a s 362 795; l a I g l e s i a ción 528; verdades fundamenta-
t o s e n el E s t a d o l i b e r a l 335 427; s e r p i s o t e a d o i m p u n e m e n t e 683; les 146.
el d e r e c h o n a t u r a l y el p r o g r e - h a sido c o n s e c u e n t e 693; obli-
el c u l t o i d o l á t r i c o d e l E s t a d o gación de obedecer la doctrina —cristiana: n e c e s i d a d 151 554;
649; el d e s t i n o d e l E s t a d o d e - s o 687; d e r e c h o s n a t u r a l e s d e l importancia 145 530: elementos
h o m b r e 686; n e g a d o s p o r el c o - c a t ó l i c a e n m a t e r i a p o l i t i c a 214:
p e n d e del culto q u e d é a Dios s u e s t u d i o y d i f u s i ó n 272 407 esenciales 331 572: ámbito 572;
201. m u n i s m o 1035. sujeto 553; fin 572; fruto 573
—positivo: debe quedar ligado de 705 706: p o r l a p r e n s a c a t ó l i c a
706: n a d a l e d a ñ a t a n t o c o m o 575; su ideal, en los santos 574;
n u e v o a l o r d e n m o r a l 776 1022; la formación del carácter 737;
y a l d e r e c h o n a t u r a l 233 1046; la i g n o r a n c i a 71 274; r e s p o n s a -
D e m o c r a c i a : i m p o r t a n c i a del bilidad del clero y del laicado objeción 573; respuesta 574; es
p r o b l e m a 879; ¿ p o s t u l a d o n a t u - el E s t a d o , t u t o r d e l d e r e c h o o b r a de t r e s sociedades 531; mi-
926; l a m i s i ó n d e l l e g i s l a d o r 1037: el d o b l e m e n s a j e c r i s t i a -
r a l ? 875; p l u r a l i d a d d e f o r m a s n o 1047; u n e l a s o l i c i t u d t e m - sión educativa de la familia.
875; l o m u d a b l e y l o p e r m a - 233; m a j e s t a d l i m i t a d a d e l d e - poral y la solicitud e t e r n a 691; 540; los p a d r e s , vicarios de
n e n t e d e l a d e m o c r a c i a 875; r e c h o p o s i t i v o 879; l a p r o d u c - d o c t r i n a católica s o b r e la bien- Dios 145 561 659; misión educa-
a u t o r i d a d e f e c t i v a 877; s e n t i d o ción j u r í d i c a t o t a l i t a r i a 974; el a v e n t u r a n z a del h o m b r e 4 5 1 ; l a tiva de la Iglesia 532; exten-
del b i e n c o m ú n 876; i l i c i t u d d e p r i m e r d e r e c h o e s el d e c u m - civilización 46; l a constitución sión subjetiva y oljetiva 594
la nivelación a b s o l u t a d e cla- p l i r el p r o p i o d e b e r 590; t u t e l a c r i s t i a n a d e l E s t a d o 199; l a a u - 596 602: derechos educativos del
s e s 876; d e m o c r a c i a y t r a d i c i o - del d e r e c h o d e p r o p i e d a d 631 t o r i d a d 110 115; l a l i b e r t a d 2 2 7 ; Estado 30 544 595; función ge-
n e s 916; d e m o c r a c i a d e m a s a y 848; y d e l d e r e c h o d e a s o c i a - l a t o l e r a n c i a 252; el m a t r i m o - neral del E s t a d o 546; la educa-
d e m o c r a c i a d e p u e b l o 876; l a ción d e l t r a b a j a d o r 694; d e f e n - nio 103; l a f a m i l i a 6 8 ; el E s t a - ción ciudadana 547; la educa-
m a s a , s u c a p i t a l e n e m i g o 876; s a d e los derechos de l a f a m i - do 6 5 ; l a p r o p i e d a d 7 0 ; l a soli-
sólo e s p o s i b l e u n a s a n a d e m o - ción" totalitaria 780; la educa-
l i a 779; y d e l o s d e r e c h o s m o - d a r i d a d h u m a n a 768; l a p r e - ción de la niñez 738; hay que
cracia sobre los principios cris- r a l e s i m p r e s c r i p t i b l e s 823; el v e n c i ó n d e los c o n f l i c t o s b é l i -
t i a n o s 879 880; r e q u i s i t o , l a m a - defenderla 739; la escuela mix-
derecho constitucional católico c o s 1044; l a o r g a n i z a c i ó n p o - t a o n e u t r a 146; ambiente de la
d u r e z m o r a l d e l c i u d a d a n o 879 191; u s o r e c t o o b l i g a t o r i o d e l o s l i t i c a m u n d i a l 981; l a r e g e n e r a -
1020; f u n c i ó n d e l a s m i n o r í a s educación 559; el mundo y s u s
d e r e c h o s p o l í t i c o s 743; d e r e c h o c i ó n d e l a c l a s e o b r e r a 407; peligros 570; la educación como
d i r i g e n t e s 916; el c i u d a d a n o e n m a t r i m o n i a l e c l e s i á s t i c o 86 91 i n c o m p a t i b i l i d a d c o n el n a t u r a -
l a d e m o c r a c i a 875; el g o b e r - l i s m o 597; c o n el r a c i o n a l i s m o materia mixta 549; educación
100 1 0 1 ; m a t r i m o n i o civil 1 0 1 ; ciudadana, doble aspecto 548;
n a n t e e n l a d e m o c r a c i a 877; d e - d i v o r c i o 97 9 8 ; l o s e f e c t o s ci- 218, v c o n el t o t a l i t a r i s m o 597
mocracia y representación po- 603 777 891. educación física, licitud 661; y
v i l e s d e l m a t r i m o n i o 95 104. extralimitaciones 547.
l í t i c a 878; i n c o m p a t i b l e c o n e¡
—niieyp; formación 64; origen, la
«4
Doctr. í)ontif. s
ÍNDICE DE MAIEKIAS 1059
1058 ÍNDICE PE MATERIAS

i C o n c e p e i ó n e a t . del E . j (listado totalitario}


E g o í s m o : como medida universal E s c u e l a : como a m b i e n t e educa- a m p l i a r s u s d e r e c h o s 779; p e r o d e l a f a m i l i a 893; r u i n a s q u e
d e t o d a s l a s c o s a s 510; e l e m e n - t i v o 563; o r i g e n h i s t ó r i c o y r a - r e s p e t a n d o l a l i b e r t a d del c i u - h a p r o d u c i d o 785 894; h a y q u e
t o p e r t u r b a d o r del o r d e n polí- z ó n d e s e r 563; c a r á c t e r s u b s i - d a d a n o 214; l a d e f e n s a d e l E s - a c a b a r c o n el t o t a l i t a r i s m o 909;
t i c o 823. d i a r i o 563; r e q u i s i t o s f u n d a - tado, obligación y d e r e c h o del el E s t a d o e s p a r a el h o m b r e '
E n s e ñ a n z a : p r o b l e m a c a p i t a l 738; m e n t a l e s 565; a y u d a f i n a n c i e r a , E s t a d o 590. n o el h o m b r e p a r a el E s t a d o
n o r m a f u n d a m e n t a l 569; a j u s - d e l E s t a d o 566; c o n d i c i o n e s d e — C r i s i s d e l E s t a d o m o d e r n o : 266 651.
t a d a a la instrucción religiosa s u e f i c a c i a 569; c u a l i d a d e s del 337 926; el E s t a d o a t e o 173 175 E u r o p a : d e l a b a r b a r i e a l a ci-
53 567 737; v i g i l a d a p o r l a I g l e - p r o f e s o r 569; l a e s c u e l a y l a 213 265 353 359 510 673 926; d e s - vilización g r a c i a s a la Iglesia
s i a 565; e s t o n o es i n j e r e n c i a , A c c i ó n C a t ó l i c a 567; l a e s c u e l a t r u y e s u p r o p i a n a t u r a l e z a 65 481; s e u n i f i c ó s i n s u p r e s i ó n d e
es p r o f i l a x i s 536; s i s t e m a d e p ú b l i c a y l a d i v e r s i d a d d e con- 144 265 310; o t r a s c a u s a s , l a s li- n a c i o n a l i d a d e s 481 765 767; l a
e n s e ñ a n z a t r a d i c i o n a l en la fesiones religiosas, soluciones b e r t a d e s m o d e r n a s 252; l a s e x - R e f o r m a inició el t r a s t o r n o y
I g l e s i a 568; f o r m a c i ó n filosófi- r e c t a s 565; d i s t i n t a s p o l í t i c a s t r a l i m i t a c i o n e s d e l E s t a d o 354 d e c a d e n c i a d e E u r o p a 203 351
c a 568 737; l e n g u a p a t r i a y l e n - e d u c a t i v a s 565; l a e s c u e l a n e u - 766; n u e v o L e v i a t á n 926; el p e - 765; l a s g u e r r a s d e r e l i g i ó n p a -
g u a l a t i n a 568; lo n u e v o y lo t r a o l a i c a es c o n t r a r i a a la. l i g r o del e s t a t i s m o 1022; m á q u i - ralizaron su actividad evange-
t r a d i c i o n a l 560; el m a e s t r o t i e - v e r d a d e r a e d u c a c i ó n 564; e s t á n a complicada que a t e n a z a al l i z a d o r a 340; E u r o p a p a d e c e
n e u n d e r e c h o p a r t i c i p a d o 553; c o n d e n a d a p o r l a I g l e s i a 146: h o m b r e 927; l a a m e n a z a d e l c o - p r o l o n g a d a a n e m i a r e l i g i o s a 829;
j u s t a l i b e r t a d d i d á c t i c a 247 553; la cuestión de la a s i s t e n c i a a m u n i s m o 176; l a m e r m a d e l s e n - necesidad de su recristianiza-
l i b e r t a d d e e n s e ñ a n z a 427: t o d a e l l a s 564; l a e s c u e l a s i n D i o s , tido d e los límites del E s t a d o c i ó n 948; s e h a l l a e n u n p e r í o d o
enseñanza debe estar subordi- n u e v a m a t a n z a d e i n o c e n t e s 561. 977; l o s c a s o s d e h i p e r t r o f i a s o n d e t r a n s f o r m a c i ó n 820; e n u n a
n a d a a l a m o r a l 534; el m o n o - E s t a d o : dos g r a v e s problemas, hoy m á s frecuentes que nunca g r a v e e n c r u c i j a d a 942; l a E u -
polio e s t a t a l 427 595; a c t i v i d a d el s o c i a l y el p o l í t i c o 338; i n t e - 977; el influjo p r e v a l e n t e d e los r o p a g e n u i n a 1034; d e u d o r a del
d e l a I g l e s i a en l a e n s e ñ a n z a r é s d e l a I g l e s i a p o r el E s t a d o simples técnicos de la organi- c r i s t i a n i s m o 203; d e b e d e s p e r -
1049; e s c u e l a s c r e a d a s p o r l a 977; e l e m e n t o c o n s t i t u t i v o del z a c i ó n 998; e s c a s a o n u l a i n t e r - t a r s u p r o p i a c o n c i e n c i a 1034;
I g l e s i a 537. d e r e c h o n a t u r a l 648 687 926 977; vención del c i u d a d a n o en las s u m i s i ó n p r o v i d e n c i a l 340 1005
Episcopado: graves obligaciones d e f i n i c i o n e s 875 978 991 1020; no d e c i s i o n e s p o l í t i c a s 998; m e d i o s 1033 1041; s u s b a s e s , l i b e r t a d
. 14; S a n A n s e l m o , m o d e l o d e es u n a o m n i p o t e n c i a o p r e s o r a para salvar la c r i s i s actual c r i s t i a n a y d e r e c h o n a t u r a l 1032
o b i s p o s 430; el o b i s p o n o es u n 845 978; c a r a c t e r e s 113 532 877; 689; el r e t o r n o a l a c o n c e p c i ó n 1034; el e s p í r i t u e u r o p e o 1002;
f u n c i o n a r i o del E s t a d o 31 602: s u o r i g e n ú l t i m o , D i o s 175 239 c r i s t i a n a del E s t a d o 266 290 910; parece perder terreno en no po-
es el r e c t o r y c a b e z a d e s u 244 690 775: s u o r i g e n y fin p r ó - es n e c e s a r i o el c o n c u r s o d e l a c a s r e g i o n e s 1034; l a s d i v i s i o n e s
i g l e s i a 133 346; v e r d a d e r o p r í n - x i m o s , el h o m b r e 926; f i n p r o - I g l e s i a 52 124 131 144 208; el i n t e r n a s d e E u r o p a 340 486; h a y
c i p e 288; f u n d a m e n t o del oficio pio, el b i e n c o m ú n t e m p o r a l d e s t i n o del E s t a d o depende q u e l o g r a r la r e c o n s t r u c c i ó n de
e p i s c o p a l 863; r e c t o r n a t o d e l a 147 194 242 245 283 300 385 425 principalmente de la mentali- E u r o p a 834; a s p i r a n d o a l a u n i -
A c c i ó n C a t ó l i c a 589; y d e l a s 532 545 549; l i m i t e s d e l a s o b e - d a d d e los g o b e r n a n t e s 204. ficación p o l í t i c a v económica
a s o c i a c i o n e s c a t ó l i c a s 135 1 8 3 ; r a n í a del E s t a d o 978 1009: m i - — E s t a d o liberal: principios fun- 952 997; el a l m a d e e s t a u n i -
su a u t o r i d a d es s a g r a d a y debe s i ó n 545 777 978 1019 1022; e s d a m e n t a l e s 190 203; p r o y e c c i ó n d a d , l a r e l i g i ó n c r i s t i a n a 954.
s e r o b e d e c i d a 134 152 278; t a m - m e d i o y g a r a n t í a 687 777; s u p o l í t i c a del n a t u r a l i s m o 8 ; i n -
b i é n e n lo s o c i a l 130; n o e s t á f u n d a m e n t o , el p r i m a d o d e l d e - d i f e r e n t i s m o r e l i g i o s o 205; p e r -
c o n l a I g l e s i a el q u e n o e s t á r e c h o 336; i n d i s p e n s a b l e s o m e - s e c u c i ó n d e l a I g l e s i a 205; p o - A amiiií».: es a n t e r i o r a l Estad»*
con s u o b i s p o 390 460: el d e b e r t i m i e n t o a D i o s 144 242 516: d e r d e s p ó t i c o e i l i m i t a d o 252; 532 540 778; e l e m e n t o e s e n c i a l
f u n d a m e n t a l del o b i s p o 150; d e b e c u l t o p ú b l i c o a D i o s 175 violador de los d e r e c h o s de l a d e l a s o c i e d a d h u m a n a 926; n o
o t r o s d e b e r e s : v e l a r p o r l a fe 193 201 244 516. f a m i l i a 543; n i e g a los d e r e c h o s es s o c i e d a d p e r f e c t a 532 546;
53 649; e n s e ñ a r a los f i e l e s el —Concepción católica del E s t a d o : d e l a I g l e s i a 426. s u f u e n t e , el m a t r i m o n i o 6 8 ; el
c a m i n o s e g u r o 150 397; d e f e n - 191; l a r e l i g i ó n y el E s t a d o 300 •—Estado t o t a l i t a r i o : c o n c e p c i ó n c r i s t i a n i s m o y l a f a m i l i a 68 145
sa de las Ordenes y Congrega- 359; m o r a l y E s t a d o 300; I g l e - t o t a l i t a r i a del p o d e r p o l í t i c o 200; l a e d u c a c i ó n d e l o s h i j o s
c i o n e s r e l i g i o s a s 150; u r g i r l a sia y Estado, dos sociedades 774; el E s t a d o , fin s u p r e m o 775 145 293 532 560 659 663: d e r e c h o
doctrina católica sobre la au- d i s t i n t a s 196 282 301 365; s u p e - 777; p r e t e n d i d a a u t o n o m í a ili- e d u c a t i v o r e c i b i d o d e D i o s 540;
t o r i d a d 125; y el m a . t r i m o n i o r i o r i d a d d e l a I g l e s i a 198: l a m i t a d a 775 777; r a d i c a l i n c o n - s o m e t i d o al j u i c i o d e l a I g l e s i a
103 106; p r o c u r a r l a r e s t a u r a - I g l e s i a , a m i g a del E s t a d o 189; s i s t e n c i a 775; e n e m i g o d e l a y t u t e l a d e l E s t a d o 546; l a f a -
ción d e l a c a r i d a d en l a s r e l a - m a t e r i a s m i x t a s 205; el E s t a d o , p r o s p e r i d a d d e los p u e b l o s 777; milia debe a j u s t a r s e a la moral
c i o n e s s o c i a l e s 445; c o n s a g r a r t u t o r del d e r e c h o 926; l a c o n s - y d e l o r d e n i n t e r n a c i o n a l 782; c r i s t i a n a 54; b e n e f i c i o s q u e r e -
a l g u n o s s a c e r d o t e s a los estu- t i t u c i ó n , l e y f u n d a m e n t a l 897; funesto p a r a la iniciativa pri- c i b e d e é s t a 361; l a f a m i l i a ,
dios s o c i a l e s 421; p a r t i c i p a r e n E s t a d o v d e m o c r a c i a 875: g r a - v a d a 778; p r o n u n c i ó s u p r o p i a f u n d a m e n t o del E s t a d o 292 738
l a o r g a n i z a c i ó n del o r d e n n u e v o d o s j e r á r q u i c o s 67 110 176 689; s e n t e n c i a 782; n e g a d o r d e l b i e n 850; s u s d e r e c h o s f u n d a m e n t a -
421; e s t i m u l a r l a a s i s t e n c i a a l b i e n c o m ú n 176: l a t o l e r a n c i a c o m ú j i 909: v i o l a d o r d e los d e - l e s 850 978; h a y q u e d e f e n d e r -
o b r e r o 7 3 5 ; l a f o r m a c i ó n del del m a l 254; l a f a m i l i a 532; d e - r e c h o s d e l a s a l m a s 593; y d e l a 779 850; r e f u g i o s e g u r o d e l a
a p o s t o l a d o s e g l a r 732; y l a s a n - r e c h o s del E s t a d o e n m a t e r i a l a I g l e s i a 594: m o n o p o l i o e s t a - f e 7 9 1 ; l a f a m i l i a y el a p o s t o -
t i d a d e n el c l e r o 458; p r e d i c a r e d u c a t i v a 541 546 565 595; c a r e - t a l d e la e n s e ñ a n z a 593 595 778; lado s e g l a r 791; e r r o r e s a c e r c a
. s i n d e s c a n s o el p r e c e p t o d e l a c e d e p o d e r s o b r e el v i n c u l o incompatibilidad con la demo- d e l a f a m i l i a 10 82 172 676; el
c a r i d a d c r i s t i a n a 700; y el p e r - m a t r i m o n i a l 90; p e r o lo t i e n e c r a c i a s a n a 909; e n e m i g o d e l a d i v o r c i o y el l a i c i s m o , e n e m i -
dón d e l a s i n j u r i a s 477; v i g i l a r s o b r e los efectos civiles d e éste o p i n i ó n p ú b l i c a 973; c o n t i n u o g o s d e l a f a m i l i a 55 97 510;
la e n s e ñ a n z a y la educación 101: d e b e r e c o n o c e r l a l i b e r t a d p e l i g r o d e g u e r r a 909; r e f u t a - t a m b i é n el t o t a l i t a r i s m o 779
184 559 561 612 663; a l o b i s p o d e l a I g l e s i a 15 515 720; y r e s - c i ó n 777; d o b l e s e n t i d o d e l a d - 893.
toca la ú l t i m a decisión prácti- p e t a r los derechos del h o m b r e j e t i v o « t o t a l i t a r i o » 597; i n c o m - F e : d e f i n i c i ó n 656; o b j e t o f o r m a l
c a 744; a c o m o d a d a a l a s c i r - 687 1020; n o i n v a d i e n d o l a e s f e r a p a t i b i l i d a d con l a d o c t r i n a c a - 279; i n d i v i s i b i l i d a d 456; fe y t r a -
c u n s t a n c i a s l o c a l e s 615; en los m u n i c i p a l y f a m i l i a r 212; r e s - t ó l i c a 603; a t e o v a n t i c r i s t i a n o d i c i ó n 457; c r i t e r i o s u p r e m o , l a
asuntos de mayor importancia petando la iniciativa privada 593 830 879 888; el m i t o d e l a r a - obediencia al magisterio de la
debe a c u d i r a la Sede Apostó- 778 923; y d i c t a n d o l a s d i s p o s i - z a 6 5 1 ; i n f i d e l i d a d a los c o m p r o - I g l e s i a 279 432; a t a q u e t o t a l
lica 138; l a s r e u n i o n e s p e r i ó d i - c i o n e s e x i g i d a s p o r el b i e n c o - m i s o s p a c t a d o s 784; p r o f a n a d o r c o n t r a l a fe h o y d í a 352; fe y
c a s d e l e p i s c o p a d o 138. m ú n 719; s i n e m b a r g o n e c e s i t a
1060 ÍNDICE DE MATERIAS ÍNDICE DE MATERIAS 1061

IFej F u e r z a : l a l o c a h e g e m o n í a d e la ¡Guerraj ÍHombreJ


r a z ó n 363 552; filosofía y f e 5 3 ; f u e r z a 894; c o m o l e y s u p r e m a n a l d e l a g u e r r a 894 ; dafios y r e - pleto 686 922; el verdadero hom-
fe y e n s e ñ a n z a 5 3 ; fe y dere- del m u n d o 355; n o e s l a c r e a - paraciones d e guerra, principio bre de c a r á c t e r 573; su digni-
c h o n a t u r a l 658; f e e n D i o s 648; d o r a d e l d e r e c h o 822 830 1046; d e l a c o n d o n a c i ó n r e c í p r o c a 466; dad propia 850 877: fundamento
e n J e s u c r i s t o 650; e n l a I g l e - n i l a b a s e d e l a p a z 466; h a p i - s e n t i d o d e l r e f r á n «si v i s p a c e m , de esta dignidad 846; derecho a
s i a 652; e n el p r i m a d o r o m a n o soteado la d i g n i d a d h u m a n a p a r a b e l l u m » 963 966; d o s c u e s - la propiedad 848; estímulo ha-
655; el p e c a d o o r i g i n a l 656; l a 830; s u s f u n e s t o s e f e c t o s 266 tiones d i s t i n t a s en orden a la cia la perfección 529: destina-
h u m i l d a d c r i s t i a n a 657; el v e r - 355; r a d i c a l i n s u f i c i e n c i a 448; s o l u c i ó n d e l o s c o n f l i c t o s béli- do a u n a felicidad eterna 265
d a d e r o c r e y e n t e 648; l a i n c r e d u - la fuerza debe s u b o r d i n a r s e a c o s 865; é s t o s n o p u e d e n s e r i n - 768; debe someterse en todo a
l i d a d , el p e o r e n e m i g o d e l o r - la justicia 361; apoyándose en c u l p a d o s a l o s p u e b l o s 865; l a Dios 361; inconsistencia espi-
d e n n u e v o 352 834; l a d e f e n s a l a r e l i g i ó n 266 658. ' guerra, apología definitiva de ritual del hombre moderno 971;
d e la fe, o b l i g a c i ó n d e t o d o l a d o c t r i n a c a t ó l i c a 763; g u e r r a su voz es la voz del grupo en
c r i s t i a n o 274; l a f e y l a c u e s - a l a g u e r r a 1029. que vive comprometido 993.
v J o b e r n a n t e : i m a g e n de Dios 121; — g u e r r a c o n t r a l a I g l e s i a : el h e - H u m a n i d a d : amplitud del desas-
t i ó n s o c i a l 338 834; f u n d a m e n t o p u e d e s e r e l e g i d o p o r el p u e b l o
del o r d e n p o l í t i c o 747; y d e l a c h o 347 429 4 3 1 ; s u g r a v e d a d t r e a c t u a l y sus causas 443 754
111 4 1 1 ; la I g l e s i a e s t á a l l a d o 352; g é n e s i s h i s t ó r i c a 348; f u - 787 828; la rebelión contra Dios
f r a t e r n i d a d 947. d e l a a u t o r i d a d 125; s i e m p r e
Felicidad: la v e r d a d e r a felicidad n e s t a s c o n s e c u e n c i a s 353; l a 142 493 828; la descristianización
que ésta no actúe en contra de m a s o n e r í a , el g r a n r e s p o n s a b l e de la vida 264 829 842; el mate-
d e l h o m b r e 452 691 768; el s e r - l a r e l i g i ó n 284; d e b e r d e o b e -
món de las bienaventuranzas 365. rialismo consiguiente 450 829; el
d i e n c i a 114; l í m i t e s d e l p o d e r —guerra mundial p r i m e r a : 441; mecanicismo de las relaciones
451; el d e s p e g o d e l o s b i e n e s d e l g o b e r n a n t e 234 776; d o b l e sus cuatro causas principales
t e r r e n o s 529 698. sociales 830; inconsistencia de
t e n t a c i ó n q u e d e b e s a l v a r 1022; 443-450: el l a i c i s m o 442; c o n - espíritu 971: agnosticismo 764;
Filosofía: contenido fundamen- el u s o r e c t o d e l p o d e r 67 117 ducta del P o n t í f i c e romano vacío interior 755; mal uso del
t a l d e l a filosofía p e r e n n e 352; 121; l a o b e d i e n c i a a C r i s t o R e y d u r a n t e e l l a 464. progreso 266 271; desprecio de
el s e c r e t o í n t i m o d e l a filoso- 504; el s o m e t i m i e n t o a l a s n o r - —guerra mundial segunda: sus la autoridad de la Iglesia 44;
f í a c r i s t i a n a 452: f i l o s o f í a y m a s m o r a l e s 1029; y el r e s p e t o a u s t e r a s l e c c i o n e s 797 807 827 la codicia 450; las discordias de
f e 23 5 3 ; filosofía y t e o l o g í a 2 2 ; a l o s d e r e c h o s d e l a I g l e s i a 125; 833 853 8 8 2 ; r e v i s t e l a s o l e m n i - los católicos 285; la guerra, du-
f i l o s o f í a y m o r a l n a t u r a l 169; el g o b e r n a n t e d e b e r e m e d i a r l a d a d d e u n j u i c i o u n i v e r s a l 821 r a escuela p a r a la humanidad
l a filosofía c r i s t i a n a y el p r o - c r i s i s c o n t e m p o r á n e a 357: b u s - 849; h a s i d o e f e c t o d e la d e s - 821: ésta se halla en peligro de
b l e m a p o l í t i c o m o d e r n o 338; c a n d o el b i e n d e l a c o m u n i d a d , c r i s t i a n i z a c i ó n d e la. v i d a 830; muerte 61 293 347; es como el
elemento esencial de la educa- n o el s u y o p r o p i o 117; y p r e - f a t a l d e s a r r o l l o del c o n f l i c t o viajero de Jericó 476; Jesucris-
ción c r i s t i a n a 737; e r r o r e s e n o c u p á n d o s e de la cuestión reli- 818: n o s e h a n r e s p e t a d o l o s to, el buen s a m a r i t a n o de la
l a f i l o s o f í a m o d e r n a 352. g i o s a 242; t r i p l e i n v i t a c i ó n a t r a t a d o s i n t e r n a c i o n a l e s 807; ni humanidad 477; m i s i ó n de la
F o r m a s de gobierno: vinculación los g o b e r n a n t e s 934; d e b e d a r el d e r e c h o n a t u r a l 853; l o s p r i - Iglesia, c u r a r las heridas de la
al orden absoluto de los seres e j e m p l o a l c i u d a d a n o 719: t r e - s i o n e r o s d e g u e r r a 819. humanidad 477; síntomas espe-
877; l a I g l e s i a n o c o n d e n a for- m e n d a r e s p o n s a b i l i d a d del g o - — g u e r r a f r í a : y p a z f r í a 1026; ranzadores de recuperación 370;
b e r n a n t e 67 117 338 1028; a n t e j u i c i o m o r a l s o b r e e l l a 1000. todos los pueblos forman una
m a a l g u n a de gobierno justa D i o s y a n t e l a s o c i e d a d 719.
111 211 259 821 8 4 1 ; c r i t e r i o d e g r a n sociedad 880; división de
licitud, l a g a r a n t í a del bien co- G o b i e r n o p o l í t i c o : d e b e i m i t a r el l a h u m a n i d a d en dos grandes
m ú n 191 211 626 879: a u t o r i d a d g o b i e r n o d i v i n o 117; p a r t i c i p a - " i s t o r i a : s u p r i m e r a p á g i n a 669; grupos 158 448 945 986; sin em-
y f o r m a s d e g o b i e r n o 1 9 1 ; lici- ción l í c i t a del p u e b l o e n el g o - l a l u c h a e n t r e el b i e n y el m a l bargo, la h u m a n i d a d sólo desea
t u d d e l a d e m o c r a c i a 259 874; bierno 211; le es necesario el 669 9 4 3 ; l a I g l e s i a , c e n t r o d e l a vivir en la paz y en el trabajo
toda forma de gobierno debe c u l t o d e l a j u s t i c i a 144; s i n r e - h i s t o r i a 905; lo d i v i n o y lo h u - honrado 893; la religión, el ma-
r e s p e t a r l a libertad del ciuda- l i g i ó n d e g e n e r a e n t i r a n í a 144 m a n o en la h i s t o r i a d e la Igle- yor bien de la humanidad 132;
d a n o 874; p u e d e s e r e l e g i d a p o r 242; g o b i e r n o y b i e n c o m ú n 117. s i a 653 6 6 1 ; o b j e t i v i d a d e n ¡os solución de la crisis actual, el
el p u e b l o 112 415; el c a t o l i c i s m o Gracia sobrenatural: como reme- j u i c i o s h i s t ó r i c o s 998; t o d o p e - retorno a Dios 740 909: y a
no puede enfeudarse a forma dio d e l a l i b e r t a d h u m a n a 232; ríodo histórico necesita la reli- Cristo, salvador 78 337 755 762
d e f i n i c i ó n 232; g r a c i a y l i b e r - g i ó n 257; s e n t i d o y v a l o r d e 830 938 944;. realeza de Cristo
a l g u n a d e g o b i e r n o 416; p r i n c i - 510 787: el retorno a la Iglesia
p i o s g e n e r a l e s : e n el t e r r e n o t a d 233. é p o c a s c o m o l a n u e s t r a 943; l a s 264 360 701 734: la paz de Cristo
e s p e c u l a t i v o 304; j u s t a l i b e r t a d G r e m i o s : n a t u r a l e z a y f i n e s 183; generaciones presentes no son en el reino de Cristo 289 362
d e p r e f e r e n c i a s 305 5 2 1 ; e n el s u a c t u a l i d a d 183. responsables d e los errores de 494; es necesaria la interven-
t e r r e n o p r á c t i c o 304; a c e p t a c i ó n G u e r r a : d u r a escuela p a r a la h u - l a s p a s a d a s 998; u n a l e c c i ó n d e ción de Dios 290 488; la h u m a -
obligatoria de los nuevos regí- m a n i d a d 821; etiología profun- l a h i s t o r i a : el a t e í s m o d e E s t a - nidad debe volver al culto de
m e n e s 306; r a z ó n d e e s t a a c e p - d a d e l a g u e r r a 1045; p r o d u c t o do, c a u s a d e d e c a d e n c i a p o l í t i - la veracidad 945; y al espíritu
t a c i ó n , el b i e n c o m ú n 315; c a m - de la a n e m i a espiritual d e l a c a 142 144 347: l a v e r d a d t r i u n - de fraternidad 947; no se deben
bian l a s formas, persevera la h u m a n i d a d 993; d e l a c o d i c i a , fa en la historia a la larga descuidar los remedios h u m a -
a u t o r i d a d 305 306; e l e m e n t o c o n - a m b i c i ó n y e n v i d i a 337; y d e l a 372. nos 488; humanidad y cristia-
tingente en las formas de go- r u p t u r a de l a vida pública con H o m b r e : d e f i n i c i ó n 507 553 686; nismo, convergentes 792.
bierno 821: distinción e n t r e for- la m o r a l c r i s t i a n a 767: es m a - s u r i q u e z a v i t a l 1045: e s p i r i t u a -
m a s d e gobierno y legislación t e r i a d e l o r d e n m o r a l 1028 1029: l i d a d e i n m o r t a l i d a d 277 686;
307 316: f o r m a s d e g o b i e r n o y s u c a r á c t e r e s p i r i t u a l 992; i n - s u o r i g e n , D i o s 690; Dios, su
c o n c o r d a t o s 626. moralidad de la g u e r r a de agre- ú l t i m o fin 686; n a c e e n el s e n o I I g l e s i a : definición 332 927; socie-
s i ó n 749 881 965; e s l í c i t o r e p e l e r d e t r e s sociedades 531: socia-
F r a t e r n i d a d : n u n c a como h o y se l a g u e r r a d e a g r e s i ó n 965; n e c e - dad perfecta y superior a cual-
b i l i d a d 113 191 244 369 686; li- I quier otra sociedad 11 196 206
h a h a b l a d o t a n t o de f r a t e r n i - sidad de u n órgano común p a r a b e r t a d 115 877: e s a n t e r i o r a l '
dad 445; la v e r d a d e r a fraterni- sofocar toda a m e n a z a de agre- 209 210 257 276 280 282 532 924;
E s t a d o 778: d e r e c h o s f u n d a - fundada por Dios 198 369 652;
d a d 4 1 3 ; la, f r a t e r n i d a d c r i s t i a - sión 881; supresión d e la g u e r r a m e n t a l e s 659 686 850 893 978 1046 ; !
n a 236 355 693; y l a c a r i d a d d e l c u a d r o i n s t i t u c i o n a l del d e - su constitución es inmutable
sujeto de la educación 553; cen- 288 305: * jerárquica 195 389;
c r i s t i a n a 506 1049; r e s t a u r a c i ó n r e c h o 880 881 883 1028 1044; h a y t r o del orden social 659 843 845
d e l e s p í r i t u d e f r a t e r n i d a d 947. q u e a c a b a r c o n el j u e g o c r i m i - triple poder 196; notas exterio-
875 877 923 926; el hombre com- res 249 330 440 481 652 904 906
1062 ¡NDICE DE MATERIAS

[Iglesia! [Iglesia)
Iglesia atiende a las circuns- ÍNDICE DE MATÍRIAS 1063
1013; s u p r a n a c i o n a l i d a d , d o b l e
s e n t i d o 904 920; n o p u e d e s e r t a n c i a s d e l m o m e n t o 252; los
f e u d o d e n a d i e 905 924 987; n o c o n c o r d a t o s 206; i n m u n i d a d e s
es u n i m p e r i o 921 926 986; s u eclesiásticas 27; la Iglesia, pre- ÍLey]
• L a i c a d o : n e c e s i d a d del a p o s t o - base de todo derecho positivo
c a b e z a , J e s u c r i s t o 78 276 330 d i c a d o r a del d e r e c h o n a t u r a l l a d o s e g l a r 152 398 729; a y u d a
1047; y d e n u n c i a d o r a del e r r o r 1044; d e l o r d e n n u e v o 783 838;
904; s u m a e s t r o s u p r e m o , el R o - providencial de Dios a la Igle- y d e l a s o c i e d a d d e los E s t a -
m a n o P o n t í f i c e 133 267 278 8 6 1 ; 944; h a c o n d e n a d o el n a t u r a l i s - s i a 790; p a r t i c i p a d e u n s a c e r - d o s 481.
s u m i s i ó n 55 273 276 332 426 477 m o 1 1 ; el S o c i a l i s m o 64 66; l a docio s a n t o y r e a l 7 3 1 ; c o l a b o - —positiva: ley n a t u r a l y ley po-
533 537 718 763 788 793 821 841 m a s o n e r í a 159 179; el m a r x i s - r a d o r d e l c l e r o y del e p i s c o p a d o s i t i v a 116; d o s c l a s e s d e l e -
883 927 1013; e s l a m a y o r f u e r - m o 847; el n a c i o n a l s o c i a l i s m o 373; e n l a l í n e a m á s a v a n z a d a y e s p o s i t i v a s 234; v a l o r c o n d i -
za m o r a l y religiosa de la his- 888; y el c o m u n i s m o 670; p a r a d e l a I g l e s i a 927; el l a i c a d o y c i o n a d o 879 974; á m b i t o p r o p i o
t o r i a 693 720 794; c u s t o d i o e s a l v a r l a c r i s i s m o d e r n a del l a p r e n s a c a t ó l i c a 373. 234; s u s a n c i ó n 235; l a n o v e d a d
i n t é r p r e t e de la revelación y de E s t a d o es n e c e s a r i a l a c o l a b o - Laicismo: enfermedad de nues- e n l a s l e y e s 898.
l a m o r a l 145 249 254 278 360 535; r a c i ó n d e l a I g l e s i a 129; a m e - t r a é p o c a 509; e f e c t o d e u n l a r - Liberalismo: sistema extendido
d e f e n s o r a d e l a a u t o r i d a d 125; m o s a l a I g l e s i a 929 932. g o p r o c e s o 509; a p o s t a s í a d e l a y p o d e r o s o 237; p r o y e c c i ó n s o -
y a m i g a de la libertad j u s t a I g u a l d a d : la i g u a l d a d c r i s t i a n a s o c i e d a d m o d e r n a 629; s u s cial y política del n a t u r a l i s m o
Í25 211 226 235 259 360 364 883; 66 182 236 360; d e o r i g e n , n a t u - a m a r g o s f r u t o s 510 694; s e p a - 238; s u r a í z , l a r e b e l i ó n c o n t r a
se h a situado siempre frente a r a l e z a y fin 176; i g u a l d a d l e g í - r a c i ó n e n t r e l a I g l e s i a y el E s - D i o s 255; i n c o n c i l i a b l e c o n l a
t o d o g o b i e r n o t i r á n i c o 212; con- t i m a e i g u a l d a d i l e g í t i m a 449 t a d o 628; e d u c a c i ó n l a i c a 522 doctrina c a t ó l i c a 38; porque
s a g r a d a a l b i e n c o m ú n 133; no 843 876; l a i g u a l d a d j u r í d i c a a b - 564; d i s o l u c i ó n d e l a f a m i l i a n i e g a los d e r e c h o s de la Igle-
es e n e m i g a d e l a j u s t a t o l e r a n - s o l u t a es f a l s a 176 204; l e g í t i - 55; n a c i o n a l i s m o exagerado s i a 426; c a p í t u l o s f u n d a m e n t a -
m a s d i f e r e n c i a s s o c i a l e s 360; 510; n u e v o p a g a n i s m o 766. l e s 272; v a r i a s f o r m a s 255; j u i -
c i a 211 253; h a o b r a d o s i e m p r e L a t i t u d i n a r i s m o : c o n d e n a c i ó n del
d e a c u e r d o con s u d o c t r i n a 693; la igualdad utópica predicada cio c r í t i c o s o b r e é s t a s 255; li-
el e l e m e n t o h u m a n o e n l a h i s - p o r el c o m u n i s m o 66 675. s i s t e m a 24. b e r a l i s m o d e p r i m e r g r a d o 238;
t o r i a d e l a I g l e s i a 653; fin d i - Indiferentismo r e l i g i o s o : gran Legislación: norma orientadora, c o n d e n a c i ó n 37 239 255; l i b e r a -
recto e inmediato de la Iglesia e r r o r d e n u e s t r o s t i e m p o s 168; el b i e n c o m ú n 200; e s c o m p e - lismo d e s e g u n d o g r a d o : dos
147 189 195 280 425 532 549 1047; p o s t u l a d o del E s t a d o l i b e r a l 205 t e n c i a del E s t a d o 283; s i n e x - e s p e c i e s 240 256; c o n d e n a c i ó n
infalibilidad de su magisterio 353; f r u t o d e l l a i c i s m o 509; s e t r a l i m i t a c i o n e s 284; s u b o r d i n a - 256; l i b e r a l i s m o d e t e r c e r g r a -
249 509 594; l a I g l e s i a y l a ci- i d e n t i f i c a en r e a l i d a d c o n el da a la religión y a la m o r a l d o : d o s f o r m a s 24 257; c r í t i c a
v i l i z a c i ó n 46 189 213 350 363 481 a t e í s m o 207 245; es p e c a d o 175 310; d e b e e v i t a r el p o s i t i v i s m o 257; l a s c o n q u i s t a s d e l l i b e r a -
538 661 774 796 828 1014; l a I g l e - 210; c o n d e n a d o p o r l a I g l e s i a . j u r í d i c o 845; y a j u s t a r s e a l a l i s m o 243; i n j u s t i c i a s d e l a eco-
24 209 416. n a t u r a l e z a h u m a n a 99 283; d i s - n o m í a l i b e r a l 702 844; d e s t r o z ó
s i a y l a c u l t u r a 212 363 534 552; el o r d e n c o r p o r a t i v o p r o f e s i o -
es p o t e n c i a de p a z 481 749 796 I n m o r t a l i d a d del a l m a h u m a n a : tinción entre régimen consti-
t u i d o y l e g i s l a c i ó n 307; f a c t o - n a l 694; s u f r a c a s o c o m o fór-
981 985 988; n o p u e d e q u e d a r m u l a d e c o n v i v e n c i a 644 905;
c o n f i n a d a en e] s a n t u a r i o 927; d e f i n i c i ó n 656. res que condicionan la bondad
I n s t i t u c i o n e s : n a t u r a l e s 93; con- o malicia de u n a legislación base racionalista 63; individua-
respeta y favorece las peculia- 307; l a I g l e s i a s e o p o n e a t o d a l i s m o e x c e s i v o 1046; n e g a c i ó n
r i d a d e s d e los p u e b l o s 7 7 1 ; d e - d i c i ó n d e s u e f i c a c i a 94. d e l a l i b e r t a d 240; a t e í s m o de
legislación c o n t r a r i a a la reli-
r e c h o p l e n o a l a l i b e r t a d 15 26 g i ó n 284; u n a l e g i s l a c i ó n c o n - E s t a d o 239; a t r i b u y e u n p o d e r
210 249 332 392 425 461 515 534 t r a r i a a l d e r e c h o n a t u r a l no es d e s p ó t i c o a é s t e 252; s u s s u c e -
720 740 792; d e r e c h o d e p r o p i e - J u s t i c i a : el p r i m a d o d e l a j u s t i -
cia, f u n d a m e n t o del E s t a d o 336 ; l e g i s l a c i ó n 308 316 333 415 658; s o r e s , el t o t a l i t a r i s m o 905; y el
d a d 392 426 631; d e r e c h o s e n es i l í c i t a t o d a a p r o b a c i ó n p o - c o m u n i s m o 679; c a u s a n t e d e l a
m a t e r i a e d u c a t i v a 30 145 534 s i n e l l a es i m p o s i b l e el r e c t o c r i s i s a c t u a l del E s t a d o 239 689.
g o b i e r n o d e é s t e 144 257; m a - sitiva de u n a legislación injus-
537 565 575 595 602 1049; p o d e r e s ta. 617; h a y q u e o p o n e r s e a ella, L i b e r t a d : definición de la liber-
en m a t e r i a m a t r i m o n i a l 35 86 d r e d e l a p a z 581 846; es s u p e - c o n e n e r g í a 277 308 316 354 366 t a d n a t u r a l 229 237; es e x c l u -
90 95 99; s u i n t e r é s p o r el E s - r i o r al n ú m e r o y a la fuerza 608; l a s l e g i s l a c i o n e s p e r s e c u - s i v a d e los s e r e s r a c i o n a l e s 225
t a d o en g e n e r a l 977; n o u s u r p a 3 6 1 ; es l a q u e e n g r a n d e c e a los t o r i a s s e d e r o g a n c o n el t i e m p o 227; e s e n c i a 228; s u b a s e , l a e s -
los d e r e c h o s de é s t e 178 189 302 p u e b l o s 337; q u i c i o del o r d e n 396; el d e s p r e c i o d e l a l e g i s l a - p i r i t u a l i d a d del a l m a 228; su
333 364 796; es l a m e j o r g a r a n - n u e v o 786; s u s b a s e s , l a r e l i - ción, e f e c t o d e l a s l i b e r t a d e s fin, D i o s 235; o b e d i e n c i a a u n a
t í a del E s t a d o 45 65 8 7 ; s u e s e n - g i ó n 9 144 353; y l a f i d e l i d a d m o d e r n a s 446; l a l e g i s l a c i ó n a u t o r i d a d s u p r e m a , D i o s 235;
cial i m p a r c i a l i d a d e n c u e s t i o n e s 822; es c o m p a t i b l e c o n t o d a s l a s p e r s e c u t o r i a del E s t a d o l i b e r a l e x i g e c o n o c i m i e n t o p r e v i o 229;
p u r a m e n t e p o l í t i c a s 282 821 945 f o r m a s d e g o b i e r n o 412; d e r e - 205; f r a n c é s 383; d e l a R e p ú - d e b e a p l i c a r s e a l b i e n y a la
987; l a I g l e s i a y l a s f o r m a s d e c h o s d e e s t r i c t a j u s t i c i a del b l i c a e s p a ñ o l a 622 628 638; d e v e r d a d 208; c a u s a d e r e s p o n s a -
o b r e r o 702; r e c o n o c i d o s p o r l a l a R e p ú b l i c a m e j i c a n a 604 607. b i l i d a d 227.
I g l e s i a c o m o t a l e s 703; r e d u c - L e y : d e f i n i c i ó n 231 269 308; s u — l i b e r t a d m o r a l : s u o b j e t o , el
g o b i e r n o 132 259 8 4 1 ; l a I g l e s i a b i e n c o n f o r m e a r a z ó n 229; el
y . l a l e g i s l a c i ó n p o s i t i v a 284; ción de la justicia a la c a r i d a d n e c e s i d a d 2 3 1 ; f u n c i ó n 232 233;
l e v y b i e n c o m ú n 233; o r i g e n p e c a d o y l a l i b e r t a d 230; n e c e -
c r i t e r i o s d e la I g l e s i a e n polí- 702; los p a r t i d o s p o l í t i c o s y l a s i d a d d e p r o t e c c i ó n : l a l e y 231;
j u s t i c i a 132 257; l a j u s t i c i a s e - 233.
t i c a 947 987; la I g l e s i a y l a co- — e t e r n a : d e f i n i c i ó n 169; r e g u l a - y la g r a c i a 232: J e s u c r i s t o , r e s -
m u n i d a d d e los E s t a d o s 1013; g ú n l a é t i c a n a t u r a l i s t a 34 171 d o r a d e l a l i b e r t a d h u m a n a 234. t a u r a d o r d e l a l i b e r t a d 225.
el p o d e r t e m p o r a l d e l a I g l e s i a 412; l a I g l e s i a , f u e n t e d e j u s t i - — n a t u r a l : d e f i n i c i ó n 232; s u f u n - — l i b e r t a d s o c i a l : d e f i n i c i ó n 234-
¿b; e í i c a c i a social d e l a I g l e - c i a 360. d a m e n t o , D i o s 764; c o n t e n i d o p r i n c i p i o n o r m a t i v o 675; s o m e -
s i a 71 339 3 6 1 ; l a I g l e s i a / l a - s o c i a l : s u e x i s t e n c i a 703; e s t á 1044; d a d o p o r l a n a t u r a l e z a t i m i e n t o a l a l e y e t e r n a 255
e c o n o m í a 692; la g u e r r a a c t u a l e x i g i d a p o r el b i e n c o m ú n 734; d e l h o m b r e 1045; á m b i t o 640 364; a l a l e y n a t u r a l y a l a ley
c o n t r a l a I g l e s i a 15 130 178 205 f u n c i ó n e s p e c í f i c a 703; b e n e f i - 8 2 1 ; lo p e r m a n e n t e e n ella 1045; r e v e l a d a 2 4 1 ; a l a v e r d a d 361;
271 347 430 454; los e m b a t e s d e c i o s o s e f e c t o s 703; e x i g e n c i a s l o v a r i a b l e 1046; l a I g l e s i a , s u v a l m a g i s t e r i o e c l e s i á s t i c o 250;
la persecución h a c e n crecer a d e la justicia social: salario fa- mejor y m á s c o n s t a n t e defen- l a l i b e r t a d c r i s t i a n a 182 251 660
l a I g l e s i a 370 372 396; p o r q u e m i l i a r 704; s e g u r o s s o c i a l e s 704; . s o r a 1047; s u r e c o n o c i m i e n t o , 1033; b a j o el i n f l u j o d e l a g r a -
instituciones necesarias para su postulado de toda acción paci- c i a 233 497; d e n t r o d e l o r d e n
w I 9° S o n n t . U n c a l a a b a n d o n a 55 284 c u m p l i m i e n t o 705; r e s t a u r a c i ó n f i c a d o r a 1044; r e g u l a d o r a d e t o - e s t a b l e c i d o p o r D i o s 1045; l a li-
¿72 396 453; s u l e y v i t a l d e d a s l a s r e l a c i o n e s s o c i a l e s 1044; b e r t a d , e l e m e n t o e s e n c i a l del
a d a p t a c i ó n c o n t i n u a 924- l a d e l a s c o r p o r a c i o n e s 705.
ÍNDICE DE MATERIAS 1065
1064 ÍNDlCK DK MATElttiVS

I Matrimonio] CMoralJ
[Libertad] I Magisterio] sociedad 88; benéficos efectos del derecho 33 776 822 848; fun-
o r d e n p o l í t i c o c r i s t i a n o 993; li- o p i n i ó n en l a s c o s a s d i s c u t i - 94 95: el matrimonio a la luz damento de la política 522 832;
b e r t a d p o l í t i c a v e r d a d e r a 212 b l e s 455. de la revelación 79; su autor, de la economía 684 1031; de la
. 338 364; c r i t e r i o d e c a l i f i c a c i ó n M a s a : es algo m u y d i s t i n t o de Dios 79 89; carácter sagrado , educación 555; de la enseñanza
258; l a c o n c i l i a c i ó n d e l a l i b e r - u n a u t é n t i c o p u e b l o 876; e n e - 89 90; el matrimonio cristiano 534; y del progreso 831; sepa-
t a d con la autoridad, esencia miga de la democracia s a n a es sacramento 34 54 69 83 90 rar la moral de la fe lleva a la
de la solución del p r o b l e m a po- 876; p r o d u c t o d e l a d e s c r i s t i a - 92 93: contrato y sacramento decadencia moral y social 171
l í t i c o 338 877; l a l i b e r t a d p o l í - n i z a c i ó n d e l a v i d a 829; p r e s a 92; fin primario y fines secun- 657 764 787; la moral, escuela
t i c a y l a m o r a l c i u d a d a n a 246; f á c i l d e l a d e m a g o g i a 915. darios 84 94; propiedades esen- de formación del carácter 658;
l i b e r t a d y t o l e r a n c i a 252; l a Masonería: enfermedad mortal ciales 95: unidad e indisolubili- el terrorismo, sustituto de la
Iglesia, defensora de la libertad d e l a s o c i e d a d m o d e r n a 366; n a - dad 35 80 84 104 850; separación moral en los países comunistas
p o l í t i c a j u s t a 125 211 225 228 t u r a l e z a y m é t o d o s 166; f i n ú l - corporal 104; el matrimonio y 684; la moral independiente 174
236 360 364; l a l i b e r t a d d e l a t i m o 163 165 167 367; e s c o n t r a - la religión 89 96 105; la Iglesia 208 409 756; fines y efectos 208:
Iglesia, s a l v a g u a r d i a del E s - ria a la justicia y a la moral y el matrimonio cristiano 85; inconsistencia r a d i c a l 88 169
t a d o 15 210 391 425 430 461 792 n a t u r a l 164 174 335; n i e g a el su regulación pertenece exclu- 170 239 353; necesidad de u n re-
835; lo m á s q u e r i d o d e D i o s e n o r d e n s o b r e n a t u r a l 169 171 174; sivamente a la Iglesia 35 90 torno a la moral cristiana 289.
este mundo, la libertad de su s u r a í z i d e o l ó g i c a , el n a t u r a - 200: d i s p o s i c i o n e s p a r a con-
I g l e s i a 430. l i s m o 165 335; e r r o r e s t e o l ó g i - traerlo 105; derechos y deberes
mutuos de los cónyuges 84; JN ación: es algo muy distinto de
—libertades públicas: libertad de c o s y m e t a f i s i c o s 166; m o r a l e s la política nacionalista 1033; en
e n s e ñ a n z a 247 248 427 553; l i - 169; s u p e r n i c i o s o i n f l u j o d o c - amor mutuo 83; derechos del
Estado sobre los efectos civiles su esencia es algo no político
b e r t a d d e e x p r e s i ó n 208 246 247 t r i n a l 162: r e s p o n s a b l e d e l a 1033; las naciones deben tomar
455; d e c u l t o s 8 243 245 427 659; actual decadencia de la moral del matrimonio 36 101 104; la
crisis del matrimonio moderno las riendas de su propio desti-
d e p r e n s a 427; d e c o n c i e n c i a 168 171 174; p o l í t i c a y l e g i s l a - no 894.
251; h a y q u e c o r t a r l o s a b u s o s ción m a s ó n i c a s 167 173 177 335 54; el matrimonio según el na-
366; l a m a s o n e r í a , e n e m i g a del turalismo 34 94 172 174; según Nacionalismo: exagerado 1041;
d e l a l i b e r t a d 258 8 3 1 ; o b s t á c u - el socialismo 62; y el comunis- individualismo colectivo desen-
los m o d e r n o s c o n t r a l a v e r d a - P o n t i f i c a d o 159 167 178 287 368; frenado 1046; fruto del laicis-
d e r a l i b e r t a d 993; l a s c u a t r o s e h a i n f i l t r a d o e n t o d o s los mo 676; ataques contra el ma-
ó r d e n e s del E s t a d o 161 178 366; trimonio: el matrimonio civil mo 510; sus orígenes históricos
l i b e r t a d e s de l a C a r t a del A t - 87; pretensiones regalistas 92; 1033; daños producidos por el
l á n t i c o 934: ¿ e s l i b r e el m u n d o a m b i c i o n e s m a s ó n i c a s 177 334; Estado nacionalista 1032: niega
d e h o y ? 994. l a m a s o n e r í a y el a t e í s m o d e el divorcio 96.
E s t a d o 173; el m o n o p o l i o e s t a - la solidaridad de los pueblos
—libertades m o d e r n a s : pretendi-
t a l d e l a e n s e ñ a n z a 172; r e s - —matrimonio civil: no es verda- 962; enemigo de la paz 547; fer-
d a s c o n q u i s t a s del l i b e r a l i s m o
p o n s a b l e del d e s p o j o del p o d e r dero matrimonio 104; efectos mento de desunión 905; peligro
243; b a s e d e l d e r e c h o c o n s t i t u -
t e m p o r a l p o n t i f i c i o 365 368; u t i - funestos 95 354: su origen, el de un rebrote de la política na-
c i o n a l n u e v o 204; c o n s t i t u y e n
liza la p r e n s a en g r a n escala naturalismo 88 89; y la masone- cionalista 1032.
u n a adulteración de la libertad
367; l a m a s o n e r í a y el m a t r i - ría 172; condenación del matri- Nacionalsocialismo: su nihilismo
226; s u r a í z 205; f u n d a m e n t o
m o n i o civil 172 174; y el d i v o r - monio civil 54. moral 946; o p o s i c i ó n radical
d e la c o n s t i t u c i ó n política li- —matrimonios mixtos: deben evi- con la doctrina católica 891;
b e r a l 226; lo b u e n o y lo m a l o cio 172; y l a e d u c a c i ó n l a i c a
170; y el d e r e c h o n u e v o 170 173; tarse en lo posible 105; peli- perseguidor de la Iglesia 888;
d e e s t a s l i b e r t a d e s 226; s u s gros que encierran 105. condenación 893.
e f e c t o s p e r n i c i o s o s 214 237 446: r e m e d i o s f r e n t e a e l l a 179 182
c o n d e n a d a s p o r l a I g l e s i a 209; 185: c o n d e n a c i ó n d e l a m a s o - Minorías: minorías dirigentes, su Naturalismo: sus errores metafi-
sin frenos, l a l i b e r t a d es liber- n e r í a 159; i l i c i t u d d e t o d a c o - carácter aristocrático 916; sus sicos 168 171: principio funda-
t i n a j e 37 47 211 357 982; c a u s a l a b o r a c i ó n con e l l a 1 8 1 ; d i s t i n - •valores 916; representantes de mental 166 271; niega la revela-
d e l a d e c a d e n c i a a c t u a l del E s - ción en orden a la r e s p o n s a b i - las sanas tradiciones 916; su ción 352; incompatibilidad con la
t a d o 252. l i d a d 165; h a y q u é e n f r e n t a r s e labor en la reconstrucción del doctrina católica 7 11 166 218;
c o n l a m a s o n e r í a 335. orden nuevo 842. su proyección social y política,
l i t u r g i a : l a l i t u r g i a y el m a g i s - ---minorías demagógicas: mane- el liberalismo 238; el naturalis-
t e r i o e c l e s i á s t i c o 507; s e n t i d o M a t e r i a l i s m o : efecto d e la des- jadoras de las masas 876; los mo y el Estado 8 173; la auto-
y eficacia de l a s festividades c r i s t i a n i z a c i ó n d e l a v i d a 829; grupos de presión 1021; el pe- ridad política 9 111: las liberta-
l i t ú r g i c a s 507: s u a s p e c t o e d u - y d e l a educación laica 721; ligro de las fuerzas anónimas des políticas 8; el derecho 9
c a t i v o 562; a r m a c o n t r a l a s h e - n i e g a l a r e v e l a c i ó n 352; e n e m i - • 1020; deben ser sometidas al 170; el matrimonio 88 94 98 172 ;
r e j í a s 508; l a f e s t i v i d a d d e C r i s - g o d e l a v e r d a d e r a p a z 850; i n - orden y al bien común 1021. la familia 10 172; la opinión
t o R e y y el l a i c i s m o c o n t e m p o - c a p a c i t a p a r a l a s o l u c i ó n d e los —minorías nacionales: deben ser pública 9; la educación 529;
r á n e o 509 514 515. p r o b l e m a s del m u n d o 1036; e n ' r e s p e t a d o s sus d e r e c h o s 810 falsedad del naturalismo peda-
la política, e c o n o m í a y sociolo- 833 1036. gógico 554 556 558; el naturalis-
g í a 829; d i s t i n c i ó n e n t r e m a t e -
Modernismo: s í n t e s i s de todas mo y la masonería 165; es fuen-
•Magisterio: el poder de magis- r i a l i s m o y p r o g r e s o t é c n i c o 830; 1 te de g r a v í s i m o s daños 93;
t e r i o d e l a I g l e s i a 249 477 533; m a t e r i a l i s m o m a r x i s t a 674; c o n - las herejías 457. condenación del naturalismo
e s el ú n i c o d a d o p o r D i o s 249 d e n a c i ó n 830. MO.TRI:
1
fundamento, la fe. en Dios 13 21.
425 509 594; i n t é r p r e t e a u t é n t i - 170 300 657; objetividad y unici-
co d e l a r e v e l a c i ó n 279; p e r t e - M a t e r i a s m i x t a s : e x i s t e n c i a 549; dad 658 843; sus capítulos fun-
nece exclusivamente a la je- d e f i n i c i ó n y n a t u r a l e z a 197; d o - damentales 169: sin religión es ^-'bediencia: necesidad 455 744:
r a r q u í a 455; s u e x t e n s i ó n e s t á b l e j u r i s d i c c i ó n 125 147; n e c e s i - imposible 301 353 765 811; la importancia extraordinaria 133
d a d a p o r C r i s t o 83 594 596; i n - dad de r e g u l a c i ó n concorde moralidad de las acciones hu- 278: es un obsequio razonable
f a l i b i l i d a d 533; el m a g i s t e r i o 125 147 210 385 549; p o l í t i c a d e l m a n a s 534; la Iglesia, maestra hecho a Dios 126; por el hom-
e c l e s i á s t i c o , r e g l a d e fe 432 507; E s t a d o l i b e r a l en m a t e r i a s m i x - incorrupta de la mor'al verda- bre y por el Estado 649; funda-
g a r a n t í a d e l p r o g r e s o 249 250; t a s 205; l a e d u c a c i ó n , m a t e r i a dera 208. 254 280 360 535; la fa- mento de la unidad social 133
n o d e b e s e r o b s t a c u l i z a d o 425; m i x t a 549; c o n c o r d a t o s 147. milia y la moral 55: la moral, 278; corrientes modernas de in-
necesidad de obediencia al m a - M a t r i m o n i o : i m p o r t a n c i a 106; base del Estado 246 266 300 767 subordinación e independencia
g i s t e r i o d e l a I g l e s i a 267 279 d o c t r i n a c a t ó l i c a 686; f u e n t e 853; del orden nuevo 832 841; y 459; no existe el deretho a la
322 455; e s l í c i t a l a l i b e r t a d d e p r i m e r a d e la f a m i l i a y d e l a
1066 ÍNDICE DE MATERIAS ÍNDICE DE MATERIAS 1067

(Obediencial O r d e n : d e f i n i c i ó n 993; e l e m e n t o s I Orden] -t anteísmo: condenación de sus


r e b e l i ó n 202 4 1 1 ; o b e d i e n c i a a l 1027; el o r d e n a b s o l u t o d e l o s tos de un orden internacional principios teológicos 20 169 352
m a g i s t e r i o d e l a I g l e s i a 278 432; s e r e s y d e l o s f i n e s 843; s u s huevo 825-834; es de desear una 648.
y a las n o r m a s de la jerarquía r e l a c i o n e s c o n el o r d e n p o l í t i c o sociedad de naciones 336 479
130 134 279 374 460 615 654; l o s 877: o r d e n d e u n i d a d 842; d e 480 783 823; motivos p a r a crear- Parlamento: la representación
hijos fieles del P a p a son los p a z 842 992; d e l i b e r t a d 993 la 481; misión de la Iglesia en política en la democracia 878;
c a t ó l i c o s o b e d i e n t e s 433: l a o b e - 1045; f u n d a m e n t o d e t o d o s l o s esta gran obra 793; el orden cualidades del parlamentario
d i e n c i a p o l í t i c a c r i s t i a n a 116 b i e n e s 486; n o p u e d e c o n c u l c a r - internacional y la ley cristia- 878; el peligro de grandes téc-
118 200 516 796; c o m o d e b e r d e s e i m p u n e m e n t e 99 239; el d e s - na 481; y la realeza de Cristo nicos sin base moral 915; re-
o r d e n sólo p u e d e s e r v e n c i d o quisitos que en el pueblo exige
c o n c i e n c i a 67 123 175 192 287 338 337 505 511; f u n d a m e n t o del un verdadero parlamento 878;
447; a s p e c t o c r i s t o l ó g i c o d e l a c o n el o r d e n 842; el r e t o r n o a l nuevo orden internacional, el
orden, salvación de la crisis ac- dos espíritus en las asambleas
o b e d i e n c i a p o l í t i c a 505; d i g n i f i -
t u a l 842.
derecho natural y el derecho deliberantes 949.
c a al h o m b r e 118 200 237 338 revelado 783 787 792; la justi- Partidos políticos: licitud de la
412; el g o b e r n a n t e r e p r e s e n t a — n a t u r a l : la Iglesia, g u a r d i a n a cia 786; relaciones con el orden diversidad de opiniones políti-
a D i o s 115 123; el m i e d o , f u n - del o r d e n n a t u r a l 841; f u n d a - interno de los Estados 841; la
d a m e n t o débil d e l a o b e d i e n c i a m e n t o de los d e r e c h o s de la fa- democracia y el nuevo orden cas dentro de su propia esfera
p o l í t i c a 123; l í m i t e s d e e s t a m i l i a y d e l E s t a d o 539. internacional 880; causas de las 132 218; en materia política
existe una lucha honrada 282;
o b e d i e n c i a 175 270; el b i e n c o - — s o b r e n a t u r a l : s u s efectos sobre tensiones internacionales 964; subordinación del i n t e r é s de
m ú n 306; o b e d i e n c i a a l a ley el o r d e n n a t u r a l 539 574; f u n - la desconfianza 337 783 808 831 partido al interés supremo de
j u s t a 237; y a los r e g í m e n e s d a m e n t o de los d e r e c h o s de la 945; el Estado totalitario 782; la religión 132 302 316; el peli-
p o l í t i c o s n u e v o s 366; l a d e s o b e - I g l e s i a 539; l a I g l e s i a , c u s t o d i o el egoísmo divisor 355;. el éxito gro de divisiones en el seno del
d i e n c i a l e g í t i m a 68 116 237 252 del o r d e n s o b r e n a t u r a l 841; pe- como criterio en la política 355; catolicismo 130; la religión no
270; h a y q u e o b e d e c e r a D i o s ligro de u n sobrenaturalismo la infidelidad a la palabra da- debe ser identificada con par-
a n t e s q u e a los h o m b r e s 269; u n i l a t e r a l 997 1035. da 833; la violación del derecho tido político alguno 131; el error
c a s t i g o d e l a d e s o b e d i e n c i a ilí- — n u e v o : n e c e s i d a d 854; n u e v a de gentes 337; y del derecho de la consideración meramente
c i t a 516. c r u z a d a 849; p r o c e s o d e t r a n s - na.tural 783; la carrera de ar- numérica del ciudadano 982; los
O d i o : d a ñ o s o e n el o r d e n s o c i a l f o r m a c i ó n 820; el p e n s a m i e n t o mamentos 337. partidos políticos caen fuera de
y p o l í t i c o 473; i m p o s i b i l i t a l a c r i s t i a n o y el o r d e n n u e v o 862; Ordenamiento jurídico: necesidad la Acción Católica 743; el clero
p a z 471. la libertad plena de la Iglesia 844; refracción del orden moral y los partidos políticos 134 373;
O p i n i ó n p ú b l i c a : e x i g i d a p o r el 835; s u f u n d a m e n t o , l a l e y m o - establecido por Dios 846; su ba- los partidos políticos y las aso-
o r d e n d i v i n o 970; d e f i n i c i ó n 969; r a l 832 8 4 1 ; y l a l e y r e v e l a d a se última, Dios 852; su función, ciaciones católicas 135.
s u c a r e n c i a a r g u y e v i c i o en l a 838; b a s e s i n d i s p e n s a b l e s 814 servir y garantizar 845; poder
823; s u v e r d a d e r o c o n t e n i d o 8 8 1 ; P a t r i a : dos patrias, la n a t u r a l y
s o c i e d a d 970; o p r i m i d a p o r l a
d e b e i m p e d i r el a b u s o d e l a l i -
coactivo 844; continuidad y per- la eterna 271; jerarquía de a m o r
o p i n i ó n oficial en l a s d i c t a d u -
b e r t a d y el a b u s o d e l p o d e r manencia en el orden jurídico entre ellas 268 271; licitud del
r a s 970; r e d u c i r l a a l s i l e n c i o
8 3 1 : los c r e a d o r e s d e l o r d e n 845; responsabilidad de la au- amor ordenado a la patria 660;
constituye un atentado contra n u e v o 831; es u n a e m p r e s a u n i - toridad 845; inconsistencia de obligatoriedad de este amor 267;
el d e r e c h o n a t u r a l 970; h o y d í a v e r s a l de bien c o m ú n 831; exi- todo ordenamiento jurídico des- no debe impedir la caridad 773.
m u c h a s v e c e s no es a u t é n t i c a ge g r a n d e s sacrificios 341; s u vinculado de Dios 845 848; su P a z : se echa de menos 336 486;
970; u s o l í c i t o y u s o i l í c i t o d e e f i c a c i a u n i v e r s a l 339; l a i n c r e - reintegración, base fundamen- subsiste el odio 471; el precep-
los m e d i o s m o d e r n o s d e divul- d u l i d a d , s u p e o r e n e m i g o 834. tal de la paz 852; protección to de la paz es de derecho di-
g a c i ó n 571; la v e r d a d e r a m a y o - judicial de los d e r e c h o s del vino 797 965; el don de Dios
r í a d e l o s p u e b l o s 908; u n a s a n a —interno del E s t a d o : dos c u e s - hombre 852; debe tutelar el de-
tiones, la social y la política más deseable 471; «tranquilinas
opinión p ú b l i c a , a r m a eficaz recho de propiedad 631; cone- ordinis» 1026; la paz v e r d a d e -
p a r a l a p a z 974; r e q u i s i t o e s e n - 338; f u n d a m e n t o s del o r d e n i n - xiones con el orden social 845;
t e r n o del E s t a d o 838; l a c o n v i - ra es la. paz cristiana 749; su
cial 971; no es s i e m p r e infalible
v e n c i a e n el o r d e n 842; l a c o n -
debe evitar todo positivismo y esencia 842; su fundamento 444;
n i e s p o n t á n e a 972; l o s v e r d a -
v i v e n c i a e n l a t r a n q u i l i d a d 846;
totalitarismo jurídicos 677 845 es fin. lo demás son medios
deros formadores de la opinión
cinco p u n t o s fundamentales 852; debe evitar también el ma- 936; el nudo del problema es
pública 971; p r e n s a c a t ó l i c a y
848; d i g n i d a d y d e r e c h o s d e l a terialismo 845. espiritual 300 908 992: debe b a -
opinión pública: principios fun- p e r s o n a h u m a n a 850; d e f e n s a Ordenes y Congregaciones reli- sarse en la justicia y en el d e -
d a m e n t a l e s 969; al s e r v i c i o d e de la u n i d a d social, s o b r e t o d o giosas: gloria de la religión y recho 846 935; y en el culto a
l a o p i n i ó n p ú b l i c a 972; d e n t r o d e l a f a m i l i a 850; d i g n i d a d y del Estado 9 368; beneméritas la verdad 1050; exige sacrificios
de la Iglesia, n o r m a s y condi- p r e r r o g a t i v a s del t r a b a j o 851; de la cultura 637; confían en 946; el cristianismo, evangelio
c i o n e s 974; d i f i c u l t a d e s d e s u r e i n t e g r a c i ó n del o r d e n a m i e n t o ellas los padres de familia 638; de la paz 473 1048; el o r d e n
f o r m a c i ó n 970: d e f o r m a d a p o r j u r í d i c o 852; c o n c e p c i ó n c r i s t i a - tienen derecho a u n a plena li- cristiano, garantía de l a p a z
u n a t é c n i c a s i n m o r a l 908 944; n a del E s t a d o 853; d o s e r r o r e s bertad 515; su supresión impli- 991: y remedio de la crisis a c -
m a n e j a d a por la demagogia c a p i t a l e s e n el o r d e n p o l í t i c o ca una triple ofensa 10; perse-. tual 494; objeto constante d e
451: o b s t á c u l o s q u e la envuel- c o n t e m p o r á n e o 768 774; c o n e - cuciones padecidas 9 32 150 367 las preocupaciones pontificias
v e n 9 7 1 ; el t o t a l i t a r i s m o , e n e - x i o n e s del o r d e n i n t e r n o d e l 634 662. 981; la Iglesia, potencia de p a z
m i g o d e l a o p i n i ó n p ú b l i c a 973. E s t a d o c o n el o r d e n a m i e n t o j u - Organizaciones de clase: su mi- 796 981; amplitud y compleji-
O r a c i ó n : el v a l o r d e l a o r a c i ó n r í d i c o 845; y c o n el o r d e n i n - sión social y política 715; como dad del problema 341 907; la
• c o m ú n 17; p a r a s a l v a r l a c r i s i s t e r n a c i o n a l 8 4 1 ; el p e l i g r o d e medio en la lucha contra el co- aportación de la Iglesia a l a
m o d e r n a 16; l a o r a c i ó n d e l a s los p a r t i d o s d e l a r e v o l u c i ó n munismo 714; regulación legal, paz 749 986-998; la v o l u n t a d
a l m a s contemplativas y la so- 338. sí, pero libertad privada 715. cristiana de paz, sus c a r a c t e r e s
lución de los p r o b l e m a s a c t u a - Organización política mundial: su 963-965; p r e s u p u e s t o s f u n d a -
l e s 153; p u e d e d e v o l v e r a l a —internacional: postulados fun- necesidad 981; es conforme a la mentales de una paz d u r a d e r a
h u m a n i d a d p e r d i d a al s e n o d e damentales de u n a paz j u s t a doctrina católica 981; debe evi- 820 908: n a t u r a l e z a y condi-
809; i n s t i t u c i o n e s j u r í d i c a s p a - ciones de u n a organización e f i -
l a I g l e s i a 5 5 ; en l a s p e r s e c u -
r a el c u m p l i m i e n t o y r e v i s i ó n t a r el unitarismo mecánico 981; caz p a r a la paz 879-882; c o n s i -
c i o n e s e s m á s n e c e s a r i a la o r a - d e los t r a t a d o s 810; p r e s u p u e s - y ajustarse a los principios del deraciones sobre el p r o b l e m a
ción 153. derecho n a t u r a l 982.
1068 ÍNDICE Dg MATERIAS Í N D I C E DE MATERIAS 1069

I Paz] [Política] I Pontificado romano] [Propiedadl


d e l a p a z 864-866; d o b l e e l e m e n - en el c a m p o d e l a p o l í t i c a 987; difusión 373; al servicio de la da por la dignidad del hombre
to de la paz en la v i d a social la p r e t e n d i d a n e u t r a l i d a d de la justa libertad 974; y del que 848; hay que salvar el derecho
842-847; c i n c o p u n t o s f u n d a - I g l e s i a 986: a c u s a c i ó n i n f u n d a - abusan los adversarios de la de propiedad 734; debe ser ga-
mentales p a r a la paz interna da de fines políticos en la a c - Iglesia 373; especialmente la rantizado por el ordenamiento
d e l o s E s t a d o s 848-853; p o s t u l a - ción p ú b l i c a d e l a I g l e s i a 302; masonería 367; la libertad de jurídico 451 631 848; el derecho
dos f u n d a m e n t a l e s de u n a paz es b u e n o p a r t i c i p a r en l a v i d a prensa en el Estado liberal 427; de propiedad y el orden públi-
.nista 803-811; b a s e s p a r a l a p a z p o l í t i c a 259; s e n t i d o d e l a a c - deformadora de la verdad 822; co 70; carácter individual y so-
465-467; l o s o b s t á c u l o s d e l a p a z t i v i d a d p o l í t i c a d e l c a t ó l i c o 216; la prensa en el sistema de par- cial de la propiedad 688; hay
8 1 1 ; el m a t e r i a l i s m o 850: l a po- cristianización de la política tido único 584; prensa comu- que facilitar al obrero el acce-
l í t i c a d e r e p r e s a l i a s 946; el u s o 217: d e b e r e s d e l o s c a t ó l i c o s e n nista 680; conjuración del silen- so a la propiedad 848; la escla-
e x c l u s i v o d e l a f u e r z a 866. el o r d e n t e ó r i c o d e l a p o l í t i c a cio en la prensa a n t e los pri- vitud económica del Estado es
•—paz f r i a : es u n a m e r a c o e x i s - 214; y en el o r d e n p r á c t i c o 215 meros avances del comunismo más grave que la e s c l a v i t u d
t e n c i a d e p u e b l o s 1026; s u b a s e 283; d o s escollos 218 285 286; 680. impuesta por el capital privado
p r i n c i p a l , el t e m o r 1027; d e b e es ilícito el d e s d o b l a m i e n t o d e —católica: su importancia 969; 848; derecho de propiedad de
ser sustituida por u n a paz ver- l a c o n c i e n c i a 218; l i c i t u d d e l a graves obligaciones 136; misión la Iglesia 26; negación comu-
d a d e r a 1027; t i e n e a n t e s í u n diversidad de o p i n i o n e s en 427; triple función 706; al ser- nista del derecho de propiedad
d i l e m a 1030; l a p a z a r m a d a , s u s cuestiones m e r a m e n t e políticas vicio de la opinión pública 972; 70 676.
g r a v e s i n c o n v e n i e n t e s 355. 218; d o s e r r o r e s c a p i t a l e s d e l a p r i n c i p i o s fundamentales 969; Protestantismo: trayectoria his-
Pedagogía: multiplicidad de teo- p o l í t i c a m o d e r n a 768; r e m e d i o s difusión de la doctrina social y tórica y dogmática 329; el libre
r í a s m o d e r n a s 529; f a l s e d a d d e p a r a solucionar la crisis polí- política católica 706; condicio- examen 351; dogmática reduci-
todo n a t u r a l i s m o pedagógico t i c a a c t u a l 352; c o n c i l i a c i ó n d e l nes que debe reunir la prensa da y dividida 330; multiplici-
554. p r i n c i p i o d e l i b e r t a d c o n el católica 137; preparación y cua- dad de sectas 330; conversiones
P e r d ó n de las injurias: urgido p r i n c i p i o d e a u t o r i d a d 338; h a y lidades del periodista católico al catolicismo 330.
p e r s o n a l m e n t e p o r el S e ñ o r 474; q u e a c a b a r c o n el p o l í t i c o d e 973; defectos que debe evitar Prudencia p o l í t i c a : su función
s u s beneficiosos efectos socia- m a l a ley 879; el p o l í t i c o d e l a 137; la intemperancia del len- 287; prudencia política y bien
l e s 474; es o b l i g a c i ó n d e l c r i s - n u e v a d e m o c r a c i a 878; j u v e n - guaje 455 478; toda acusación común 287; prudencia política
t i a n o 475; t a m b i é n e n el o r d e n tud y madurez, necesidad de infundada 219; todo lo que di- de la carne 285; y del espíritu
i n t e r n a c i o n a l 479. a m b a s e n la p o l í t i c a 847; poli- vide los espíritus 137; debe huir 286; en la legislación positiva
P e r s e c u c i ó n : no d e b e e x t r a ñ a r - t i c a e d u c a t i v a 565 659 7 8 1 ; d e - tanto de un servilismo mudo 234; la tolerancia del mal, pos-
n o s 818; es p a t r i m o n i o d e l a fectos de la política: insinceri- como de una crítica descontro- tulado de la prudencia política.
I g l e s i a 348 370 430: es l a h o r a d a d p ú b l i c a 943; d e s c o n f i a n z a lada 975; debe rechazar toda 254; los consejos y enseñanzas
d e l p r e t o r i o y d e l a c r u z 818; m u t u a 945; r e p r e s a l i a s 908 946; publicidad injuriosa para la fe de la Iglesia y la prudencia
l a t á c t i c a es s i e m p r e la m i s m a el é x i t o c o m o c r i t e r i o d e c i s i v o o la honestidad 972; debe ser política en el gobernante 179
303 938; t r i u n f o d e l a I g l e s i a 355; el n i h i l i s m o t o t a l i t a r i o 946; dura frente a todo intento de 341.
sobre todas las persecuciones e l n a c i o n a l i s m o e x a g e r a d o 1032; corrupción 972: debe consagrar- Pueblo: es algo muy distinto de
370 4 3 1 ; p u r i f i c a n v c o n s o l i d a n el p u r o f o r m a l i s m o e n l a a c - se a la defensa de una sana una m a s a 875; sólo un auténti-
a l a I g l e s i a 370 396 797; p e r s e - c i ó n p o l í t i c a 1029; el a g n o s t i - opinión pública 972; dos esco- co pueblo está capacitado para
cución total contra la Iglesia c i s m o l i b e r a l 167 238 335 764; llos 972; alabanza de la prensa la democracia 878; su destino
e n l a é p o c a c o n t e m p o r á n e a 352; h a c i a u n n u e v o orden político católica 136; en todo hogar ca- depende de Cristo 782; el aban-
F r a n c i a 313; R u s i a 681; M é j i c o 820; b a s a d o e n l a m o r a l c r i s - tólico el periódico católico 972. dono de la moral cristiana, de-
606 609 614 617 727; I t a l i a 581 t i a n a 290. Primado de la Iglesia r o m a n a : cadencia de los pueblos 657;
587; E s p a ñ a 624 628 634 682; P o n t i f i c a d o r o m a n o : el m a n d a t o su sentido profundo 863; la vo- reeducación religiosa y espiri-
A l e m a n i a 645 887. d i v i n o 959; el P o n t i f i c a d o r o - luntad de Cristo 861 863; ca- tual de los pueblos 786; la so-
P o d e r t e m p o r a l pontificio: s u ne- m a n o , t u t o r de la religión cris- rácter sagrado y misión sobre- beranía absoluta del pueblo es
cesidad 51: errores condenados t i a n a 5 280 672 862; el p r i m a d o humana 864; el Papa, guía de falsa 207 410: la Iglesia, defen-
e n el « S y l l a b u s » 36; el d e s p o j o d e l a I g l e s i a r o m a n a 655 8 6 1 ; la Iglesia universal 863; reco- sora de los derechos del pueblo
del p o d e r t e m p o r a l p o n t i f i c i o y d e m o s t r a c i ó n h i s t ó r i c a 326; el nocido por el Oriente y el Occi- 125 199: especialmente de las
l a m a s o n e r í a 368: s i g n i f i c a d o R o m a n o Pontífice, maestro y dente 863; su benéfico influjo libertades públicas 236; la Igle-
d e e s t e d e s p o j o 369; c a u s a d e cabeza de la Iglesia universal 862; funestas consecuencias del sia urge el precepto de la obe-
d e c a d e n c i a p a r a el E s t a d o 45. 13 133 267 278; s u d e b e r p r i n c i - cisma y de la Reforma 862. diencia a la autoridad 121 192;
Política: b a s e teológica ú l t i m a pal, d a r testimonio de la ver- Progreso: el verdadero progreso es necesario el retorno de los
d e u n a p o l í t i c a c r i s t i a n a 492; d a d 7 6 1 ; n o es u n p o d e r e x t r a n - 408; en sí mismo es bueno y pueblos a la moral cristiana
e s n e c e s a r i o el r e t o r n o a u n a j e r o e n n a c i ó n a l g u n a 592; c r e a - está querido por Dios 830; pero 264; las exigencias fundamen-
p o l í t i c a c r i s t i a n a 910; l a p o l í t i - dor de la civilización c r i s t i a n a hay que saber usarlo 359 830; tales de los pueblos son siem-
c a c r i s t i a n a n o e s i r r e a l 883; 48; s u benéfico influjo 321 862; desviación del progreso moder- pre las mismas 810 1045; dere-
subordinación de la política a en el o r d e n i n t e r n a c i o n a l 994; no 271 755 767; el progreso ma- cho a la independencia e inte-
l a r e l i g i ó n 132 242; a l a m o r a l en d e f e n s a d e l a j u s t i c i a y a l i - terial es considerable 264; pero gridad de su territorio 481 809;
282 522 832; y a l o r d e n a b s o l u - v i o d e l a i n d i g e n c i a 859; b e n e - el progreso espiritual marcha necesidad de tradiciones y de
t o d e l o s s e r e s y d e los f i n e s m é r i t a del E s t a d o 48 124; h a en razón inversa 265 358; la t e r r i t o r i o 925; peculiaridades
877; b i e n e s q u e l a r e l i g i ó n a p o r - c o n d e n a d o los e r r o r e s d e l a é p o - técnica se ha a d u e ñ a d o del legítimas de cada pueblo 652
t a a l a p o l í t i c a 132 245; i n m a - c a m o d e r n a 52; r e i v i n d i c a c i ó n hombre 358; y se ha convertido 772; derecho a tomar las rien-
nencia de las cuestiones políti- de los derechos de la S a n t a Se- en instrumento de ruina 830; das de su propio destino 894;
c a s 132; el b i e n c o m ú n , c r i t e - d e 5 1 : p l e n a l i b e r t a d 317; el el progreso puramente material controlando a los gobiernos 883;
r i o s u p r e m o e n l a política 316; p r o g r a m a del pontificado m o - es insuficiente p a r a el hombre los pueblos no son responsables
lucha h o n r a d a en la política d e r n o 429: R o m a c r i s t i a n a , c a - 529; la Iglesia y el progreso de hechos en cuya decisión ño
282; p a r t i d o s p o l í t i c o s y b i e n p i t a l d e l m u n d o 836; c e n t r o y 212 250. han i n t e r v e n i d o 998; pueden
c o m ú n 282: c a m b i o s p o l í t i c o s r o c a del c r i s t i a n i s m o 836. Propiedad: doctrina católica so- elegir forma de gobierno 112
305 315; f u n c i ó n d e la I g l e s i a I P r e n s a : i n s t r u m e n t o p o t e n t e d a bre la propiedad 70; está exigi- 412; pueden elegir el goberñan-
1070 ÍNDICE'DE MATERIAS IÍ.DICE DE MATERIAS 1071

I Pueblo] R e b e l i ó n : n o e x i s t e el d e r e c h o a [Religión] ISoheraníal


t e 112 4 1 1 ; p u e d e n p a r t i c i p a r l a r e b e l i ó n 34 6 8 ; c o n d e n a c i ó n fundamento firme de la a u t o - t e s de l a s o b e r a n í a del E s t a d o
e n el g o b i e r n o 2 1 1 ; c o n f l i c t o s 207 209 305; l a d e s o b e d i e n c i a r i d a d 144 448 629; d e l a o b e - 1010.
d e p u e b l o s 1041; p r i n c i p i o s c o n - l e g í t i m a n o es r e b e l i ó n 269 270. d i e n c i a 123; y d e l a l i b e r t a d Socialismo: origen h i s t ó r i c o e
ciliadores de la doctrina católi- R e c o n c i l i a c i ó n : d e los p u e b l o s en 245; s u i m p o r t a n c i a e n l a e d u - ideológico 63; t e s i s m a r x i s t a s
c a 1044-1050; l o s p u e b l o s c o n s - l a c a r i d a d c r i s t i a n a 479; s u e x - c a c i ó n 145; n o d e b e i d e n t i f i c a r - f u n d a m e n t a l e s 66 449; n i e g a l a
tituyen u n a sociedad de nacio- traordinaria importancia para se con p a r t i d o político a l g u n o
n e s 479 482 771 783 962; n e c e s i - r e v e l a c i ó n 6 3 ; d e s f i g u r a el
el b i e n c o m ú n 472. 131 245 416; d o s c o n d i c i o n e s p a - E v a n g e l i o 65; d e s t r u y e la fa-
d a d de u n equilibrio e n t r e los Reforma protestante: condenada r a l a d e f e n s a d e l a r e l i g i ó n 399;
, p u e b l o s 810; el p e c a d o e s l a d e - m i l i a 10 6 8 ; n i e g a l a a u t o r i d a d
p o r l a I g l e s i a 124; s u s f u n e s t a s es l a o b l i g a c i ó n m á s s a g r a d a 62; y el d e r e c h o d e p r o p i e d a d
c a d e n c i a d e los p u e b l o s 14 48 c o n s e c u e n c i a s 862; p u n t o d e del h o m b r e 243; e x p r e s i ó n d e l a
289 323; l a j u s t i c i a es l a q u e 62; d e f i e n d e l a I g u a l d a d a b s o -
p a r t i d a de la decadencia de E u - d e p e n d e n c i a del h o m b r e c o n l u t a 173; p e r v i e r t e l a e d u c a c i ó n
los e n g r a n d e c e 337; c a p a c i d a d r o p a 203 765; d e s h i z o l a u n i d a d D i o s 300; h a y q u e a b r a z a r l a
de los pueblos p a r a r e c u p e r a r 10; d i s t i n c i ó n e n t r e s o c i a l i s m o
religiosa e u r o p e a 351; s u s con- r e l i g i ó n v e r d a d e r a 193 244 544; y reivindicaciones obreras jus-
el o r d e n 5 5 ; t a r d e o t e m p r a n o secuencias sociales y políticas el E s t a d o d e b e p r o f e s a r l a r e -
v u e l v e n s o b r e s í m i s m o s 500: t a s 847; el s o c i a l i s m o , a m e n a z a
122 124; el l i b r e e x a m e n 3 5 1 : ligión q u e r i d a p o r D i o s 245; é s - p a r a el E s t a d o 62 123 177; p e r -
s u s a l v a c i ó n no v i e n e e x c l u s i - h a a b i e r t o el c a m i n o al r a c i o - t a es l a r e l i g i ó n c a t ó l i c a 195;
v a m e n t e d e l a e s p a d a 786. s i n ella p e r e c e l a m o r a l 301 353 t u r b a c i ó n s o c i a l y p o l í t i c a 64;
n a l i s m o 63. f a u t o r d e r e v o l u c i o n e s 356; es
—reformas: r e f o r m a s santas y 765; el d e r e c h o 9 144 353; v el
E s t a d o 131 144 208 300; es i n - u n o de los r e s p o n s a b l e s d e los
• n a c i o n a l i s m o : h e r e d e r o de la r e f o r m a s p a s i o n a l e s 654; t o d a males actuales 61; condenado
r e f o r m a g e n u i n a h a p a r t i d o del s e p a r a b l e d e l m a t r i m o n i o 89 96
R e f o r m a 6 3 : p a d r e del l i b e r a - 105; s u g r a n e n e m i g o , el a t e í s - p o r l a I g l e s i a 25 64 66 847; el
l i s m o 63 238; i n c o m p a t i b l e c o n s a n t u a r i o 654; u n a r e f o r m a s o - católico no p u e d e afiliarse al
cial c o n t r a r i a a l a r e l i g i ó n es m o 301; y el n a t u r a l i s m o 8 166;
l a d o c t r i n a , c a t ó l i c a 218; p r i n c i - l a r e l i g i ó n y la. c i v i l i z a c i ó n 417; socialismo 73; la doctrina cató-
pio f u n d a m e n t a l , l a s o b e r a n í a i n ú t i l 727. lica, r e m e d i o f r e n t e a l s o c i a -
Reivindicaciones sociales y polí- y la c o m u n i d a d de los E s t a d o s
a b s o l u t a de la razón h u m a n a 1043; f u n d a m e n t o d e l a p a z i n - l i s m o 72.
21 22 238; n i e g a l a r e v e l a c i ó n t i c a s : s u l i c i t u d 740; principies- Sociedad: unidad m a d u r a d a bajo
g e n e r a l e s 741; c o n d u c t a del t e r n a c i o n a l 300; es a b s u r d o h a -
21 63 352; p r o f a n a el m a t r i m o - blar de u n a religión nacional l a P r o v i d e n c i a 850; s u f o n d o es
nio 8 8 ; p e r v i e r t e el c o n c e p t o clero y de la Acción Católica 649. p i r i t u a l 847; f u n d a m e n t o s 778
de la a u t o r i d a d 111; su exten- 742; l i c i t u d d e l a s r e i v i n d i c a - Resistencia: frente a la legisla- 842 926; D i o s , c a u s a p r i m e r a d e
sión y s u s e f e c t o s 6 3 ; r e s p o n s a - c i o n e s o b r e r a s j u s t a s 847. ción i n j u s t a 608 639; es obli- l a s o c i e d a d 686 775 8 4 3 : el h o m -
ble d e l a c r i s i s c o n t e m p o r á n e a R e l a c i o n e s e n t r e l a I g l e s i a y el g a t o r i a 308 316. bre, raíz y término de la vida
H 3 ; el r a c i o n a l i s m o y l a m a - Estado: c a p í t u l o fundamental Revelación: p a l a b r a de Dios a los s o c i a l 843 875 877 924; s i n u n i ó n
s o n e r í a 166; c o n d e n a d o p o r l a 484; d o s s o c i e d a d e s , d o s p o d e - h o m b r e s 656; c u l m i n ó e n el n o h a y s o c i e d a d 135 455 843; s ó -
I g l e s i a 22 64. r e s 146 197 333 365 549; fin y E v a n g e l i o 651; e s d e f i n i t i v a y lo l a r e l i g i ó n p u e d e c r e a r el
R a c i s m o : e r r o r e s r a c i s t a s 648 651. c o m p e t e n c i a p r o p i o s 147 197 281 o b l i g a t o r i a p a r a s i e m p r e 241 v í n c u l o s o c i a l v e r d a d e r o 300; l a
R a z ó n : r a z ó n y fe 22; d e m u e s t r a 283; m a t e r i a s m i x t a s 147 197; 278 6 5 1 ; s u c o n t e n i d o 650; p r i n - obediencia 133; t o d a sociedad
l a s b a s e s d e l a f e 552; i n s t r u - necesidad de relación a r m ó n i c a c i p a l e s c a p í t u l o s 248 280; l a d e -
m e n t o d e l a t e o l o g í a 552; es está sometida al bien común
198 242 334 365 385 386; d e b e n terminación de su contenido ob- 844; a u t o r i d a d m o r a l y c a r á c -
p r i n c i p i o d e l a a c c i ó n 277; e s t e n d e r a u n a d a s al bien común jetivo es misión exclusiva de la
s u s c e p t i b l e d e e r r o r 229; r a z ó n t e r absoluto de la vida social
c o m p l e t o 284; r a í z i n t e r n a d e I g l e s i a 278; el a s e n t i m i e n t o a 843; l a s o c i e d a d n o e s o r i g e n
. y l i b e r t a d 227. e s t a s r e l a c i o n e s 990 991; l a d o c - l a r e v e l a c i ó n 278; n e g a d a p o r d e l a n a t u r a l e z a h u m a n a 233;
Realeza de Cristo: sentido m e t a - t r i n a de la m e r a coordinación el r a c i o n a l i s m o y p o r el s o c i a - ni puede cambiar la e s t r u c t u r a
fórico 496; s e n t i d o p r o p i o 497; n o e s e x a c t a 484; d o s e r r o r e s , l i s m o 22 6 3 ; l a r e v e l a c i ó n y el d e é s t a 233; el h o m b r e , s e r s o -
c o m o D i o s y c o m o h o m b r e 500; el e r r o r d e l a s e p a r a c i ó n y el d e r e c h o n a t u r a l 658; l a r e v e l a - c i a b l e 175 191 369 1045; t r e s s o -
su fundamento, la unión hipos- e r r o r de la identificación 131; ción y el o r d e n n u e v o 838.
Revolución: crimen de lesa m a - ciedades 531; c a d a p e r s o n a tie-
t á t i c a 500; s u c a r á c t e r , t r i p l e I c o n d e n a c i ó n d e l a t e o r í a d e la n e s u p u e s t o en l a v i d a s o c i a l
poder 501; espiritualidad y t e m - s e p a r a c i ó n c o m p l e t a 33 131 166 j e s t a d d i v i n a y h u m a n a 193;
o b r a d e l a d e m a g o g i a 4 5 1 ; el 844; n o e x c l u y e l a s d i f e r e n c i a s
p o r a l i d a d 502; e x i g e p e n i t e n c i a , 209 242 256 309 385 389-394 629 b a s a d a s e n l a n a t u r a l e z a 843;
f e y b a u t i s m o 502 503; e x t e n - 1015; el r é g i m e n d e s e p a r a c i ó n l i b e r a l i s m o le h a a b i e r t o l a
p u e r t a 204 239 446; s u f a u t o r , l a s o c i e d a d es m e d i o , n o e s f i n
sión, a b a r c a a t o d o el h o m b r e es d a ñ o s o 385 629; el c a t ó l i c o 265 300 687 923; p a r a l a p e r f e c -
516; a t o d o s los h o m b r e s 503; no p u e d e defender la t e o r í a de el m a r x i s m o 356; l a e d u c a c i ó n
laica, c a m i n o p a r a l a revolu- c i ó n del h o m b r e 659 843 845; t o -
a todas las realidades sociales l a s e p a r a c i ó n 310; l a I g l e s i a d a sociedad está s o m e t i d a a
y p o l í t i c a s del h o m b r e 503; y m a n t i e n e c o n el E s t a d o r e l a - c i ó n 146; l a s i t u a c i ó n d e l p r o -
l e t a r i a d o , c a m p o a b o n a d o 356; D i o s 193; e x i g e u n a a u t o r i d a d
a t o d a l a c r e a c i ó n 500; es l a c i o n e s e x t e r n a s 486; e i n t e r n a s 175 1 9 1 ; t e r r i t o r i o y t r a d i c i o n e s
' base cristológica profunda de 990; s e a l a q u e s e a l a f o r m a d e condenación de la r e v o l u c i ó n
l a p o l í t i c a c r i s t i a n a 492; e x i g e 212. 925; i n f l u j o d e l a i g l e s i a s o b r e
g o b i e r n o 304 306; u t i l i d a d d e e s - el f u n d a m e n t o d e l a s o c i e d a d
el s o m e t i m i e n t o d e l E s t a d o a t a c o l a b o r a c i ó n 486; r é g i m e n
los m a n d a m i e n t o s d e D i o s 516: 921-924; v i d a s o c i a l y o r d e n a -
c o n c o r d a t a r i o 147 199 626 1015; m i e n t o j u r í d i c o 844 845; l a p e r -
y el c u l t o p ú b l i c o 504; h a y q u e la e d u c a c i ó n , m a t e r i a m i x t a
d i f u n d i r s u c o n o c i m i e n t o 507: 5 i l i o n : los b u e n o s t i e m p o s d t fección d e u n a sociedad depen-
549; el p o d e r i n d i r e c t o d e l a de de la perfección de los ciu-
institución de la fiesta de Cris- I g l e s i a 484. «Le Sillona 405; d e s v i a c i ó n del
t o R e y 513; s u u t i l i d a d 505 515: m o v i m i e n t o 405; f a l l o discipli- d a d a n o s 530; l a s o c i e d a d q u e
Religión: bien c o m ú n por exce- n a r , s u s c a u s a s 406 415 419; n i e g a a D i o s c a e e n el v a c í o
r e m e d i o f r e n t e al l a i c i s m o c o n - l e n c i a 132 283; s u fin p r o p i o 132;
t e m p o r á n e o 509 511 754; v í n c u l o e r r o r e s d o c t r i n a l e s 407; e x a m e n 843.
d e f i n i c i ó n 243; m i s i ó n 300; b e - d e l a s t e o r í a s s o c i a l e s d e «Le
d e u n i ó n s o c i a l 506; r e m e d i o n é f i c o influjo s o c i a l y p o l í t i c o
p a r a la crisis de la h u m a n i d a d Sillón» 408-411; «Le Sillón» y l a - d e N a c i o n e s : n e c e s i d a d 480;
301 448; n i n g ú n p e r í o d o h i s t ó - d e m o c r a c i a 407; e x a m e n d e s u motivos p a r a crearla 481; la so-
762; b e n e f i c i o s d e l a c o n s a g r a - rico puede prescindir de la re-
ción del m u n d o al Corazón de a c c i ó n s o c i a l 414-418; m e d i d a s ciedad de n a c i o n e s y la ley cris-
J e s ú s 753. l i g i ó n 257; sólo l a r e l i g i ó n p u e - p r á c t i c a s 421 422. t i a n a 481; l a Iglesia y la Socie-
d e c r e a r el v i n c u l o s o c i a l 300; d a d d e l a s N a c i o n e s 481.
S o b e r a n í a : d e f i n i c i ó n 1009; l i m i -
1072 Í N D I C E DB MATERIAS Í N D I C E DE MATERIAS 1073

Sociedades secretas: condenación [Unión! (Verdad! [Verdad!


25 64. la unión 1048; la unión y el or- a la verdad, precepto básico triunfa en la historia a la lar-
Solidaridad h u m a n a : unidad pro- den 842; la obediencia, condi- del cristianismo 808; el estig- ga 372.
funda de t o d o s los hombres ción v efecto de la unión 56 ma de nuestra época, la insin- Virtud: definición 243; virtudes
771; en el plano natural 769; en 133 278 321 ; unidad de entendi- ceridad como sistema 944; ver- que constituyen la esencia de
el plano sobrenatural 770; su miento 218 276 277; de sentir dad y revelación 535; v moral la vida cristiana 290; unen a
fundamento t e o l ó g i c o 768; el y de acción 218 455; la unión 300 535; y caridad 1049; y cien- Dios 265; la virtud cristiana,
origen común 769; la solidari- en la fe es previa para la unión cia 1029: y paz internacional necesaria p a r a la restauración
dad humana, base única de la en la caridad 330; dos peligros 581 1050: la verdad es la que del mundo 362.
verdadera paz 774; solidaridad actuales para la unidad católi-
h u m a n a y sociedad de estados ca 331 334; nada desagrada tan-
771; no se opone al amor a la to a Dios como la discordia doc-
patria 773; ha sido olvidada por trinal 433; en materias opina-
la política contemporánea 768; bles es lícita la discusión mo-
y negrada por el Estado totali- derada 218; responsabilidad de
tario 782; necesidad del retor- los que fomentan la división
no a la solidaridad 882.
219 737; las asociaciones católi-
cas deben promover la unión
1 ««logia: teología y filosofía 23; 135: lo mismo la prensa católi-
método teológico 23 28. ca 137; eficacia unificadora de
Territorio: derecho a la indepen- la Iglesia 481: la misa y su efi-
dencia e integridad del territo- cacia unificadora 928; la unión
rio nacional 481; territorios ocu- de los católicos, temida por los
pados y cuestiones territoriales enemigos del c a t o l i c i s m o . 152
467 485. 276; la desunión de los católi-
Tiranía: condenada por la Igle- cos, victoria del demonio 433
sia 125 212; un gobierno sin re- 455; llamamiento a la unidad
ligión degenera en tiranía 144 religiosa 323-331 482; los bene-
237; es lícito buscar una forma ficios de la unidad católica 328-
de gobierno más moderada 258 339: la unidad Católica y el pro-
259; tiranía y liberalismo 252. blema de la paz 341; las divi-
Tolerancia: postulado de la pru- siones religiosas han retardado
dencia política 254; su licitud la e v a n g e l i z a c i ó n del mundo
en determinados supuestos 211 340 862.
253 254 333 1012; por causa del —europea: fuerte tendencia ha-
bien c o m ú n 253 258 1013; el cia ella 1032; favorecida por la
ejemplo de Dios 3012; doctrina Iglesia 952 997; es urgente 953;
de Santo Tomás 253; derechos presenta serias dificultades 953;
de la verdad y tolerancia del su fundamento 1005; la religión
error 254 1013 1014; no equivale cristiana 954: la cuestión fun-
a connivencia o aprobación po- damental 953; dos obstáculos
sitiva del error o del mal 253; 953 1003: garantías necesarias
la «quaestio iuris» y la «quaes- p a r a l o g r a r l a 999; atmósfera
• tio fa.et h 1013; tolerancia de necesaria 998; el espíritu eu-
cultos 211; la tolerancia y los ropeo y las condiciones de su
concordatos 1015. realización 1003; los p o l í t i c o s
Trabajo: base fundamental del creadores de la unión europea
orden interno del Estado 851 ; 954; los hombres de la unifica-
exigencias fundamentales 851. ción internacional 1036; genui-
Tradición: hay que defender las n a política de unificación in-
tradiciones legítimas 928. ternacional 1035.
Tratados internacionales: condi-
ción esencial de su viabilidad
831; observancia obligatoria 784 • erdad: es una y unitiva 1050;
833; letra m u e r t a p a r a el E s t a - objetividad e inmutabilidad de
do totalitario 784; necesidad de la verdad 208 239; es la que
instituciones jurídicas p a r a su hace libre al hombre 361 945
cumplimiento v revisión 784 810
S34. 1050: Dios, verdad suprema 265
300 496; la verdad es un talento
de que h a y que responder 1037;
u nión: extraordinaria importan- el culto de la verdad 1049; pa-
cia 130 301 397 430; su necesi- trimonio de la Iglesia 271; ver-
dad 52 136 150 185 218 275 283 dad natural y verdad sobrena-
284 288 303 313 397 430 454 619 t u r a l 213 248 '249 363; el Estado
.716 744 843; es hoy mayor que debe proteger este doble patri-
. "nunca 347 371; sobre todo en monio de la verdad 248; toda
política 218; el mensaje cristia- verdad proviene de Dios y lle-
no como llamamiento divino a va a Dios 213; el sometimiento

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