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AUTORES CRISTIANOS
DE
DOCTRINA
Declarada de interés nacional
* Pdgs.
SECCIÓN PRIMERA .
SECCIÓN SEGUNDA
SECCIÓN QUINTA
SECCIÓN SEXTA
INTRODUCCIÓN
Las cuestiones políticas que se ofrecen al pensamiento mo-
derno son muchas, graves y complejas. Pero los grandes prin-
cipios sobre los que debe asentarse la vida pública, así en lo
que concierne al orden interno de las naciones como al orden
internacional, son pocos, sólidos y sencillos. Si se conocen
con certeza y se profesan resueltamente, ellos darán la clave
para resolver, en lo que humanamente sea posible, los pro-
blemas de la política.
Pensadores y gobernantes, todo a lo largo dé la Historia,
se afanan en elaborar doctrinas que den sistema a las ideas
políticas y en formular criterios que sirvan para el gobierno
de los pueblos. Se esfuerzan, singularmente, en conjugar, en
teoría y en la práctica, el trascendental binomio: Hombre-
Estado, y aquel otro, paralelo a él, no menos grave y proble-
mático: Autoridad y Libertad. Así, ala luz de la razón y a la
vista de las experiencias históricas, se han ido formulando las
leyes que rigen las relaciones entre los dos grandes sujetos
de recíprocas facultades y obligaciones y las que armonizan
los atributos de la autoridad con los fueros de la libertad,
dando con ello cuerpo a la Filosofía política y al Derecho
público.
En éste como en todos los campos de la cultura, el pensa-
miento humano, cuando procede por tanteos* de pura refle-
xión, incide con frecuencia en error y tiene que rectificarse
constantemente. En el orden político, singularmente, cada cuar-
to de siglo se alza en el mundo una determinada ideología
que avanza con aire arrollador hasta un punto y momento en
que parece avasallarlo todo triunfalmente. Entonces, el sis-
tema cae, muchas veces, con estrépito, para ceder el paso a
una doctrina nueva, igualmente pujante y ambiciosa, llamada
a correr-la misma-suerte. -
.2* EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA 13»
La explicación está en esto: hay que conjugar trinomios, que yace la doctrina social de la Iglesia, algunos de los cuales,
r no binomios. Porque, sin un tercer término de la relación, como la encíclica Quadragesimo anno, de Pió XI, encierran
jue es, en todos los órdenes, el primero de ellos: Dios y sus mucho contenido político, v.gr.: acerca de la estructura cor -
derechos, carecen de explicación y de fundamento los otros porativa del Estado.
ios: hombre, Estado; autoridad y libertad. De aquí la ne- Con el parco y sincero encomio del libro que se presenta
;esidad de apelar a una concepción teísta del orden político. «debiera terminar este Prólogo, de no habérsele confiado a su
La doctrina católica se ofrece al pensamiento moderno todo •autor otra tarea, por cierto no tan fácil, aunque sí sumamente
[o elaborada que éste pudiera desear, gracias, singularmente, honrosa: exponer de modo sistemático, en unas pocas pági-
al magisterio pontificio, que, en los últimos cien años, no ha nas, la quintaesencia de la doctrina pontificia respecto del
faltado ni un solo momento, sea mediante la definición de orden político. Lo intentaré de la mejor manera, esto es, ci-
los principios verdaderos, sea por vía de condenación de las ñéndome en ideas y expresiones a tan autorizados textos, aun
afirmaciones erróneas. a riesgo de que resulte mi esquema demasiado denso y escueto
El estudio de la doctrina de los Papas acerca del Estado y, por lo tanto, poco ameno. Será, en cambio, más útil.
resulta, para el hombre culto de hoy, inexcusable. A un lado La doctrina de la Iglesia acerca del orden interno de los
la autoridad dogmática del Sumo Pontífice, cuando habla ex Estados hállase en los documentos pontificios, unas veces, de
cathedra y es su palabra infalible, merced a la asistencia del modo positivo, como definición de principios fundamentales;
Espíritu Santo, el magisterio ordinario de los Papas, aun sin otras, en forma negativa por la condenación de los errores
contar con las dotes de infalibilidad, reúne las mayores ga- que se le oponen. Como se trata de documentos de carácter
rantías de verdad que pudieran requerirse. Ninguna otra en- pastoral, no obedecen éstos a un sistema científico o pedagó-
señanza cuenta con tanta seguridad de acierto, por las dotes y gico, ni se ajustan, es natural, a una técnica jurídica. Por eso
cualidades del maestro, por la rectitud y pureza de sus in- la exposición sistemática de esta doctrina, en la forma que
tenciones, por la autoridad e independencia de su cátedra y sigue, es de la exclusiva responsabilidad de quien esto escribe,
por las colaboraciones de que se ve asistido. aunque las ideas sean rigurosamente auténticas de los Papas,
y su expresión, de ordinario, textual. Si no se cita la proceden-
# * # cia de los textos es porque pueden encontrarse fácilmente en
el Sumario de tesis que sigue a esta Exposición.
Reunir y ordenar en un solo volumen—como lo hace la
Biblioteca de Autores Cristianos—lo sustancial del magisterio
pontificio sobre el orden interno de los Estados y acerca tam-
bién del orden internacional, es prestar a todo hombre culto, 1. LA CONCEPCIÓN CRISTIANA DE LA
y singularmente a los católicos, un servicio inestimable. Y es VIDA PUBLICA
también rendir una contribución inapreciable a la ciencia po-
lítica moderna. Existe un concepto cristiano de la vida, y de él forma parte
Enriquecen el libro la cuidada selección de los documentos, el orden cristiano de la vida pública.
la versión bilingüe de muchos de los textos, los extractos que Dios Creador, realidad suprema, autor de la vida indivi-
preceden a cada uno de ellos y las notas de que se acompañan dual, familiar y social, ha marcado a la Humanidad unos
para exponer su encuadramiento histórico, el sistema de citas caminos. Hombres y pueblos los recorren más o menos, porque
y referencias y, en fin, el amplio Sumario general de tesis que su obrar es libre. El orden cristiano, hay que recordarlo desde
se antepone a ellos, obra esta última en la que quien esto es- el principio, es esencialmente un orden de libertad. Los planes
cribe ha puesto particular empeño, por creerla de singular uti- divinos acerca de la Humanidad resultan, en su ejecución,
lidad para el lector. imperfectos, porque los hombres los descomponemos, cosa
No quiere decirse con ello que el libro agote la materia, pues que el propio Dios permite por respetar nuestro libre albedrío.
ha de completarse este volumen, según los planes de la BAC, Pero existe ese «orden querido por Dios» e importa conocerlo.
con otro volumen que recoja los documentos pontificios en Cristo, Redentor nuestro, dueño y señor de los hombres y
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sistemas políticos modernos. Por el contrario, ella hace servir asegurar la paz social y el bienestar público. No bastan los
al bien común las transformaciones más profundas de la His- lazos puramente humanos para sujetar a los hombres en co-
toria, aporta la solución verdadera a los más intrincados pro- munidad, y menos para rendirlos a obediencia. Si la relación
blemas y promueve el primado del derecho y de la justicia, de hombre a hombre tiene que pasar por Dios, más aún la
que son los fundamentos más firmes de los Estados. de subdito a soberano.
Para ello, la Iglesia no tiene que renegar del pasado. Le Deleznable asiento el de una vida social que se apoye sobre
basta con tomar los organismos rotos por la revolución y, fundamentos puramente terrenos y fíe su autoridad a la fuerza
devolviéndoles el espíritu cristiano que los inspiró, adaptar- externa. Sólo la religión impone con máxima autoridad á los
los al nuevo medio creado por la evolución material de la gobernantes la medida de su poder y a los ciudadanos la sumi-
sociedad contemporánea. sión a la autoridad y la obediencia a la ley.
Por la violencia del poder se sujetan los cuerpos, mas no
Retorno al Cristianismo los espíritus; y el miedo es débil fundamento para la sujeción;
pues, si los amedrentados esperan escapar impunes, se levan-
El retorno al Cristianismo es, en consecuencia, el único tan contra los gobernantes con mayor furia. Es la historia de
remedio de los males públicos que padece la época presente. muchas revoluciones. Ningún poder coercitivo del Estado, como
En el loco intento de emanciparse de Dios, la sociedad ningún ideal puramente terreno, podrá sustituir por mucho
civil rechazó lo sobrenatural y la revelación divina, substra- tiempo a los profundos estímulos de la fe en Dios, que lleva
yéndose así a la eficiencia vivificante del Cristianismo, es de- al acatamiento de la autoridad que manda en su nombre.
cir, a la más sólida garantía del orden, el más poderoso vínculo Sólo este apoyo moral, que viene de lo eterno, de lo divino,
de fraternidad, a la inexhausta fuente de las virtudes públicas. es capaz de domeñar la libérrima voluntad humana.
Al Cristianismo debe, por .tanto, retornar la sociedad extra- La obediencia absoluta al Creador se extiende a todas las
viada si quiere el reposo, el bienestar, la salud. No hay más esferas de la vida, y, al exigir la conformidad de todo orden
que un solo remedio: volver a un verdadero Cristianismo en moral con la ley divina, pide también la adecuación de los
el Estado y en la sociedad de los Estados. ordenamientos humanos, mudables y contingentes, al ciclópeo
sistema de los inmortales ordenamientos divinos.
Siguiendo el símil de la construcción de un edificio, ente- Por eso, todo derecho humano positivo debe conformarse
ramente apropiado, sobre el doble cimiento religioso y moral, con el derecho natural. Porque la ley humana—usando la
la edificación de la sociedad y del Estado requiere un tercer lapidaria definición de Santo Tomás—no es otra cosa que la
suelo: el jurídico, que se refiere a las normas que rigen la ordenación de. la recta razón, promulgada por la autoridad
convivencia entre los hombres y las relaciones entre la auto-
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legítima para el bien común. Su ámbito lo constituyen las re- razón de su fuerza de obligar. Desde León XIII a Pío XII abun-
glas peculiares de la convivencia humana. Su eficacia deriva dan las declaraciones condenatorias de tales errores. Para lá
de su conformación con la ley eterna, de la que recibe su doctrina católica, el augusto poder de las leyes humanas, comb
sanción. queda dicho, proviene de más alto: proviene de la ley natural
Cuando las leyes tienen por objeto lo que es bueno o malo y de la ley eterna.
por naturaleza, la misión del legislador civil se limita a lograr,
por medio de una disciplina común, la obediencia de los ciu-
dadanos a los preceptos naturales. Cuando regulan cosas que III. LA SOCIEDAD CIVIL
sólo de un modo general y en conjunto han sido determinadas
por la naturaleza, queda a la prudencia humana fijar el modo, Es de tradición en la doctrina católica distinguir entre so-
la medida y el objeto de esos preceptos genéricos. Esto quiere ciedad y Estado. La sociedad civil se identifica con la colecti-
decir que derivan del derecho natural las leyes humanas, unas vidad humana y encierra en su seno un conjunto de sociedades.
de modo inmediato y directo y otras sólo de manera indirecta El Estado es una de ellas; encuentra sus límites en su ámbito
y mediata. Pero todas han de «conformarse» a él. territorial y en su naturaleza jurídica; se integra, a su vez, por
De aquí que las leyes que están en oposición insoluble otras sociedades que no debe absorber: familias, municipios,
con el derecho natural adolezcan de un vicio original que no corporaciones económicas o culturales...; y coexiste con una
puede ser subsanado ni con el imperio de la autoridad ni sociedad universal, de naturaleza distinta, que es la Iglesia.
con el aparato de la fuerza externa. Por su parte, está, en cierto modo, subordinado a la Comunidad
Encierra esta doctrina una singular importancia para la vida de las Naciones, que agrupa el conjunto de los Estados.
pública. Porque el derecho humano positivo, en tanto resulta El hombre es sociable por naturaleza, nace inclinado a la
legítimo en cuanto se conforma con el derecho natural; y sólo unión con sus semejantes. La unión de los hombres forma la
en esto obliga a obediencia. Por consiguiente, si una ley, aun- sociedad civil, que es una comunidad nacional. Tal es el desig-
que establecida por legítima autoridad, es contraria a la recta nio de Dios, autor de la Naturaleza. El manda que los hombres
razón y perniciosa para la comunidad, su fuerza legal es nula. vivan en sociedad, y los hombres nacen ordenados para ello-
Más: si estuviese en abierta oposición con el derecho divino Es, pues, falsa la idea roussoniana que coloca la causa eficiente
y contradijese a los deberes religiosos, entonces la resistencia de la comunidad civil en la libre voluntad de cada uno de los
a la ley es un deber; la obediencia, un crimen. hombres, fingiendo que éstos, por propio consentimiento, ce-
den algo de su derecho y de su libertad para formarla.
Tesis condenables La vida social, en sí misma, posee un carácter absoluto,
que se halla por encima del mudar de los tiempos. Sus normas
Huelga casi decir que son condenables las doctrinas que básicas, las últimas, lapidarias y fundamentales normas de la
establecen la independencia de todo derecho positivo respecto sociedad, son inmutables y no dependen tampoco del arbitrio
del derecho natural. Y mucho más las que se atreven a impug- humano. Nunca, por tanto, podrán ser abrogadas con eficacia
nar la existencia de éste. El Syllabns contiene una explícita jurídica por obra del hombre.
condenación de las proposiciones que dicen que «no es necesa- El principio creador de la sociedad humana y, a la vez, su
rio que las leyes humanas se conformen con el derecho natu- elemento de conservación es el bien común, el cual, por lo
ral» y que «las leyes civiles pueden y deben separarse de la mismo, se erige en la ley primera y última de toda sociedad.
autoridad divina». Más tarde, León XIII condena el llamado La sociedad humana posee una unidad orgánica interna,
a la sazón, «derecho nuevo», por contrario, en muchas de sus No es una masa de individuos sin cohesión, ni tampoco una
tesis, al derecho natural. máquina que funcione por puro automatismo. Se concibe, por
Igual repulsa merecen las tesis liberales que tratan de asen- el contrario, como un cuerpo crecido y maduro, que tiende,
tar la majestad de la ley simplemente sobre la voluntad del bajo el gobierno de la Providencia y mediante la colaboración
pueblo, con independencia de todo derecho divino. Según ellas, de los diversos órganos que la forman, a conseguir los eternos
la razón colectiva, la fuerza de una mayoría numérica, la volun- fines de la. civilización humana. Por eso, su unidad esencial
tad del partido prevalente, son la raíz única del derecho y la
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respeta las diferencias naturales de sus elementos constituti-
que posee su esfera de vida propia e intangible. Pero también
vos, diferencias que la enriquecen, formando dentro de ella
las corporaciones públicas, ya sean locales o profesionales, y
varios órdenes que son diversos en dignidad, en poder, en de-
las asociaciones culturales y las ideológicas tienen su derecho
rechos, que mutuamente se necesitan y que juntos conspiran
a existir y deben ser reconocidas por el Estado y respetadas,
al bien común. En una palabra, la noción de sociedad com-
cuando no estimuladas y apoyadas por él.
porta la de jerarquía; es una ordenación en que las cosas ínfi-
Esta es la esencia de la doctrina corporativa de la Iglesia,
mas alcanzan sus fines a través de las intermedias, y éstas por
basada en el principio de subsidiaridad de que arriba se ha
medio de las superiores. Todo este vasto sistema, en fin, im-
hecho mérito. Si es cierto que aquello que pueden hacer los
plica la existencia de un ordenamiento jurídico en vital co-
individuos por sus propias fuerzas no se debe entregar a la co-
nexión con el genuino orden social.
munidad, análogamente debe reservarse para las agrupaciones
Sociedad y persona «menores» y de orden inferior aquello que puedan ellas reali-
zar en la órbita de su competencia y no atribuirlo todo a las
Pero la sociedad es medio, y no fin, con relación a la per- superiores y más amplias. El bien común, con miras al cual
sona humana. Es éste un punto sumamente grave de la buena fué establecido el poder civil, culmina en la vida autónoma de
doctrina. La sociedad no ha sido instituida por la naturaleza las personas, así individuales como morales o colectivas. Por
para que el hombre la busque como fin último, sino para que, eso no se compadece con esta doctrina, el carácter fuertemente
en ella y por medio de ella, posea los medios eficaces para al- centralizador de las naciones modernas, que reduce en exceso
canzar su propia perfección. Por eso, toda autoridad social es, las libertades congénitas de individuos y de colectividades.
por naturaleza, subsidiaria; debe servir de sostén a los miem- Más en particular, la Iglesia recomienda que en el seno de
bros del cuerpo social y no absorberlos. La sociedad es para la nación crezcan y se desarrollen así las entidades municipa-
el hombre y no el hombre para la sociedad. les como los cuerpos profesionales que coordinan los intereses
Siendo un medio la sociedad, su fin es servir al hombre de esta clase. Unos y otros facilitan al Estado la gestión de los
para que alcance el suyo propio. El desarrollo de los valores asuntos públicos, pues tienden al bien común del propio Es-
personales del hombre completo, el pleno desenvolvimiento de tado. Si éste se atribuye y apropia iniciativas que deben ser
la persona, éste es el fin supremo de toda la vida social. El bien- privadas, no sólo será en daño del derecho de éstas, sino tam-
estar material, la perfección de la virtud moral e indirectamen- bién en detrimento del bien público.
te la salvación eterna de los hombres: he aquí los objetivos de
la comunidad civil. Y el supuesto previo a ellos es la paz social, Grupos de presión
esto es, la tranquilidad del orden público, que hace posible la
convivencia. Ya se entiende que, asimismo, por el otro extremo se puede
Opuesta per diametrum a este concepto social cristiano es pecar, o sea cuando los cuerpos de que se habla, y singular-
la concepción materialista de la sociedad, que la imagina como mente los que agrupan y representan intereses profesionales
un gigantesco artefacto para la producción de bienes por medio o económicos, se hacen con exceso prepotentes y abusan de su
del trabajo colectivo y que subordina toda autoridad social al fuerza, anteponiendo sus intereses parciales al bien general. Es
estímulo único de la utilidad o del interés. Como que se co- éste un peligro grande del momento presente, dado el desarro-
rresponde con un concepto pagano de la vida humana, que no llo y poderío que alcanzan así los sindicatos patronales y obre-
asigna a ésta otra finalidad que el disfrute de los bienes terre- ros como los grandes «trusts» y consorcios de carácter econó-
nales. mico. Unos y otros, con frecuencia, se convierten en grupos
de presión y hacen fuerza a los fueros de la autoridad y a los
Sociedades intermedias derechos del Estado. Si los responsables de estos organismos,
al ensanchar sus horizontes, rompen las perspectivas naciona-
El Estado no se alza sobre los individuos como un monoli- les, si no aciertan a supeditar lealmente sus intereses y aun su
to en un desierto de arena. Entre el individuo y el Estado exis- prestigio a lo que piden la justicia y el bien público, paralizan
ten sociedades, cuerpos, instituciones, que aquél debe respe- el ejercicio del poder político y comprometen, a la postre, la
tar. El primero, la familia, como sociedad anterior al Estado y libertad y los derechos de aquellos a quienes nretendon «.«r-mV
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rigir estas actividades al bien común, definido éste en función
con el perfeccionamiento natural del hombre. El Estado no
puede absorber ni suplantar a la sociedad ni a la persona.
IV. EL ESTADO Se produce en el funcionamiento del Estado como una co-
rriente que circula del individuo a la colectividad, para refluir
El Estado, o sea la sociedad jurídicamente organizada bajo de nuevo sobre el individuo. Toda su actividad está como pre-
una autoridad soberana, no es ninguna abstracción. Es una en- sidida por este designio: la realización permanente del bien co-
tidad viva, emanación normal de la naturaleza humana. Es, mún en la sociedad, mirando siempre a la persona.
además, una sociedad necesaria, con necesidad de medio, para
la propia vida humana, en cuanto forma de unidad y de orden
entre los hombres. La familia, fuente de vida, y el Estado, tu- Principio de subsidiaridad
tor del derecho, son las dos columnas que sostienen la sociedad.
Las funciones del Estado son concurrentes con las de otras
Tiene sus raíces en el orden de la Creación, y es por ello sociedades intermedias y son subsidiarias de éstas. Veamos
uno de los elementos constitutivos del derecho natural. Dicho cómo se entiende este «principio de subsidiaridad», que viene
de otro modo, se funda en el orden moral del mundo. Pero determinado por el bien común como objetivo de la actividad
si su origen trascendente está en Dios, el próximo o inmediato del Estado.
:
-se encuentra en el hombre y en la sociedad. De aquí que su El bien común dijérase que es como el sistema de aquellas
fin último sea servir a la persona humana, directamente o a tra- condiciones externas que son necesarias al conjunto de los ciu-
vés de la sociedad, entendida en su sentido más amplio. dadanos para el desarrollo de su vida, así económica como pro-
fesional, intelectual y religiosa, en tanto en cuanto no basten
Medio y no fin o no alcancen a conseguirlas las energías de la familia y los es-
fuerzos de otras sociedades a las que corresponde una prece-
Se puede repetir en este punto lo que arriba queda dicho dencia «natural» sobre el Estado y en cuanto no correspondan
acerca de la sociedad civil, a saber: que el Estado es medio y no a la Iglesia, sociedad universal deparada por la voluntad sal-
fin de sí mismo. Como también que el Estado es para el hom- vífica de Dios al servicio de la persona humana, y singularmen-
bre y no el hombre para el Estado. El Estado, el Poder político, te de sus fines religiosos.
ha sido establecido por el supremo Creador con el designio de El Estado, por tanto, no puede ser una omnipotencia opre-
facilitar a la persona humana su perfección física, intelectual sora de las autonomías legítimas. Su misión no es la de asumir
y moral, y para ayudarle, además, a que consiga su fin sobre- directamente las funciones económicas, culturales o sociales
natural. No debe ser su único objetivo obtener la prosperidad que pertenecen a otras competencias. Su misión está en coordi-
y el bienestar públicos, pero sí el primordial, el preferente. Los nar y orientar los esfuerzos de todos al fin común superior. Por
gobiernos deben consagrar su principal preocupación a crear eso, debe reconocer una justa parte de autonomía y de respon-
los medios materiales de vida necesarios para el ciudadano. sabilidad a cuanto represente en el país un poder efectivo
El modo como ordinariamente el Estado contribuye a los y valioso.
fines de la persona es a través de la comunidad, sirviendo al Crece la importancia de esta doctrina a medida que se ex-
bien común. Por eso, en cierto modo, puede decirse que el fin tienden, de día en día, las atribuciones del Estado en todos los
del Estado es, a la vez, la persona individual y la colectiva. Su campos: en el social, en el técnico, en el económico. Nadie
imperio debe ponerse a un tiempo al servicio de la sociedad pone hoy en duda la necesidad de ensanchar su campo de ac-
y al del individuo. Su función, su «magnífica función», consiste ción para el mejor servicio del bien colectivo, como tampoco
en favorecer, ayudar, promover la cooperación activa de sus la precisión de acrecer sus poderes. Pero esta ampliación cre-
miembros en orden al bien de la comunidad. Los verbos que ciente de las funciones del Estado sólo se hará sin daño ni pe-
se emplean para expresar las funciones del Estado están esco- ligro si se tiene una apreciación justa del fin del Estado y del
gidos por los Papas con sumo cuidado. Véase en este otro pa- carácter supletorio de una parte de sus funciones con relación
saje : el Estado tiene esta noble misión: reconocer, regular y pro- a las demás sociedades.
mover en la vida nacional las actividades de los individuos y di-
26» EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA E X P O S I C I Ó N SISTEMÁTICA 27*
La misión del Estado, en resumen, el bien común de orden tado tiene preeminencia sobre la familia, que sólo'dentro del
temporal, consiste en una paz y seguridad de las cuales pue- Estado alcanza su conveniente perfección temporal.
dan disfrutar las familias y los individuos en el libre ejercicio El Estado debe respetar a la sociedad familiar y está obli-
de sus derechos; y en la mayor abundancia de bienes espiritua- gado a ayudarla, singularmente creando en torno suyo el am-
les y temporales que sea posible; todo ello mediante la concor- biente moral y social que le permita cumplir su misión propia.
de colaboración activa de todos los ciudadanos. La función de La familia es el principio y el fundamento de la sociedad
la autoridad política del Estado es, pues, garantizar y promover, civil y, por consiguiente, del Estado. Como que es la fuente
pero nunca absorber a la familia y al individuo o suplantarlos. perenne de donde mana la vida, el hogar en que se forja el
hombre, luego ciudadano y, en fin, la célula vital del pueblo.
Estatolatría Su origen es divino. No sólo el de la primera pareja creada
por Dios. También el de los sucesivos matrimonios, o por me-
Incompatible con este concepto cristiano de la misión del jor decir, el del matrimonio mismo en cuanto institución. Las
Estado es cualquier suerte de totalitarismo o estatolatría que prerrogativas fundamentales de la familia han sido determina-
diviniza al Estado considerándole como ñn de sí mismo, al que das por el Creador.
hay que subordinarlo todo y como suprema norma, fuente y
origen de todos los derechos. Tales doctrinas, que tienen su La patria potestad
viciada raíz en la negación del origen trascendente del Estado, Dios comunica de modo inmediato a la familia, en z\ orden
pervierten y falsifican el orden natural y han sido causa de ma- natural, la fecundidad, principio de vida y, por tanto, princi-
les inmensos para los pueblos. pio de educación para la vida, y la autoridad, principio de
No hay que decir que se desvía igualmente del pensamien- orden.
to católico la tesis comunista, según la cual el Estado y su po- Es falso, por tanto, pretender que el matrimonio sea un
der no son sino el medio, el instrumento más eficaz y más uni- contrato civil y la sociedad doméstica una institución mera-
versal para conseguir el objetivo comunista de la subversión mente convencional que reciba su autoridad del derecho po-
social. sitivo. Y falso también que la ordenación jurídica del matri-
monio competa libremente a la autoridad civil y que ésta pue-
da legislar acerca del vínculo conyugal y sobre su unidad y es-
tabilidad; establecer impedimentos dirimentes, sancionar el di-
V. LA SOCIEDAD FAMILIAR ANTE vorcio y asumir para sí las causas matrimoniales. El Estado
EL ESTADO debe respetar la autoridad, así legislativa como jurisdiccional,
de la Iglesia acerca del matrimonio.
Tres son las sociedades necesarias, distintas, pero armóni- La familia forma una unidad en varios órdenes: económi-
camente unidas por Dios, en el seno de las cuales nace el hom- co, jurídico, moral y religioso. Tiene su gobierno propio, que
bre: dos sociedades son de orden natural, la familia y el Es- corresponde al padre, cuya autoridad deriva de la autoridad
tado; la tercera, la Iglesia, de orden sobrenatural. del Padre celestial y que ejerce de modo incoercible sus dere-
La familia es sociedad instituida inmediatamente por Dios chos, que son, a la vez, deberes, respecto de sus hijos. Nadie
para su fin específico, que es la procreación y educación de la puede arrebatar a los padres, sin grave ofensa del derecho, la
prole. Tiene, por ello, prioridad de naturaleza y, por consi- misión que Dios les ha encomendado de proveer al bienestar
guiente, prioridad de derechos respecto del Estado. temporal y al bien eterno de la prole.
Pero la familia es sociedad imperfecta, puesto que no posee Es errónea, por tanto, cualquier concepción del Estado que
en sí misma todos los medios necesarios para la perfecta con- entregue a éste la autoridad sobre los hijos de familia, pretex-
secución de su fin propio. En cambio, el Estado es una socie- tando que las generaciones jóvenes le pertenecen. Y es falsa
dad perfecta, por tener en sí mismo todos los medios necesa- también la tesis que, aun respetando las prerrogativas pater-
rios para su fin propio, que es el bien común temporal. Desde nas, no las reconoce como derechos naturales y las hace deri-
este punto de vista, pues, o sea en orden al bien común, el ES- var y depender de la ley civil.
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SS-POSICIÓN SISTEMÁTICA 20*
El unánime sentir del género humano repudia la idea de
que la prole pertenezca al Estado por el hecho de que el hom- Misión educativa de la Iglesia
bre nazca ciudadano. Para ser ciudadano, el hombre debe exis-
tir, y la existencia no se la da el Estado, sino los padres. Son Pertenece la educación de un modo supereminente a la
los hijos como algo del padre, una extensión, en cierto modo, Iglesia por dos títulos de orden sobrenatural, superiores a cual-
de su persona, y, hablando con propiedad, no entran a formar quier otro de orden natural. Es el primero la expresa misión
parte de la sociedad civil por sí mismos, sino a través de la docente y la suprema autoridad de magisterio que le fueron
familia en cuyo seno han nacido. conferidas por su divino Fundador. El segundo, la materni-
La patria potestad, en consecuencia, es de tal naturaleza, dad sobrenatural, por virtud de la cual la Iglesia engendra y ali-
que no puede ser suprimida ni absorbida por el Estado, por- menta a sus hijos en la vida divina de la gracia.
que tiene el mismo principio que la vida misma del hombre. En el ejercicio de su misión educadora, la Iglesia es inde-
pendiente de todo poder terreno; por ser sociedad perfecta con
La misión educativa derecho a elegir los medios más idóneos, y porque toda ense-
ñanza tiene una relación necesaria de dependencia con el fin
La familia recibe, también de modo inmediato, del Creador último del hombre.
la misión y, por tanto, el derecho de educar la prole; derecho Esta misión educativa no sólo se refiere al objeto propio
itreñunciáble por estar inseparablemente unido a una estric- de su magisterio, la fe y las costumbres, el cual, por beneficio
ta obligación; y anterior a cualquier otro derecho del Estado divino, está inmune de todo error, sino que alcanza ál Conjun-
y de la sociedad y, por lo mismo, inviolable por parte de toda to de las disciplinas y enseñanzas humanas que son patrimo-
potestad terrena. nio común de todos. Por esto la Iglesia fomenta la literatura,
Pío XII dedica una encíclica, la Divini illius Magistri, a la la ciencia y el arte, en cuanto son útiles para la educación cris-
educación cristiana de la juventud. Sigue, en punto a princi- tiana de las almas.
pios, a Santo Tomás y recoge lo fundamental del magisterio Es, además, su derecho inalienable, y, a la vez, su inexcu-
de l,eón XIII. Sólo un capítulo de ella cae en el terreno de esta sable deber, vigilar la educación que se dé a los fieles en cual-
recopilación, el relativo a la misión educadora; a él se ciñe la quier institución pública o privada, no sólo en lo referente a la
exposición presente. enseñanza religiosa, sino en cualquier disciplina y plan de es-
La educación no es obra de individuos, es obra de la socie- tudios, por la conexión que éstos puedan tener con la religión
dad, y, por abarcar a todo el hombre, como persona y como y la moral.
mietmbro de la sociedad, y así en el orden de la naturaleza como Por lo que toca a la extensión de la misión educativa de la
en el de la gracia, pertenece la educación a las tres sociedades Iglesia, ésta abarca a todos los pueblos, sin limitación alguna
necesarias, familia, Iglesia y Estado, en una medida proporcio- de tiempo o lugar, y comprende no sólo a los fieles en cuanto
nada, que corresponde, según el orden presente de la provi- subditos suyos, sino también a los infieles, ya que todos los
dencia establecido por Dios, a la coordinación jerárquica de hombres están llamados a conseguir la salvación eterna.
sus respectivos fines. Esta supereminencia educativa de la Iglesia concuerda per-
Sobre la misión educativa de la familia hay que añadir que fectamente con los derechos de la familia y del Estado, porque
el derecho de los padres a educar sus hijos no es absoluto ni el orden sobrenatural no destruye ni menoscaba el orden na-
despótico, porque está subordinado al fin último de éstos y a la tural, sino que, por el contrario, lo eleva y lo perfecciona.
ley natural y divina, por lo cual ese derecho comporta la obli-
gación correlativa de que la educación de la prole se ajuste al Misión educativa del Estado
fin para el cual Dios les ha dado los hijos; que el deber educa-
tivo de la familia comprende no sólo la formación religiosa y El primado de la Iglesia y de la familia en la función edu-
moral, sino también la física y la civil; y, en fin, que para aque- cativa no implica daño alguno para los genuinos derechos del
llo que no puedan los padres enseñar por sí mismos deben de- Estado en este orden.
legar su misión educativa en el maestro, siempre que la escue- Estos derechos le están atribuidos al Poder civil por el mis-
mo Autor de la naturaleza en virtud de la autoridad que el
la reúna los requisitos que garanticen una cristiana educación.
EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA 31»
30* EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA
Existen, en efecto, dos supremas sociedades: la una, el Estado,
Estado tiene para promover el bien común temporal, que es
cuyo fin próximo es proporcionar al género humano les bie-
su fin específico.
nes temporales de esta vida; y la otra, la Iglesia, que tiene por
En materia educativa, el Estado tiene el derecho y la obli-
designio conducir al hombre a la felicidad verdadera, celes-
gación de tutelar con su legislación el derecho antecedente de
tial y eterna, para la que ha nacido.
la familia y de respetar el de la Iglesia. Y es también misión
Reconoce la doctrina católica, sin ambages, que es el Estado
suya suplir, por razón del bien común, la labor de los padres
sociedad perfecta, pero afirma en seguida que también la Igle-
en los casos en que falte por dejadez, incapacidad o indignidad.
sia, no menos que el Estado, es una sociedad completa en su
Es, asimismo, función del Estado garantizar la educación
género y jurídicamente perfecta, porque tiene todos los ele-
moral y religiosa de la juventud, removiendo los obstáculos
mentos necesarios para su existencia y su acción. Dios ha re-
que la estorben, y promover su instrucción general, sea favore-
partido, por tanto, el género humano entre dos poderes: el
ciendo y ayudando las iniciativas de la Iglesia y de las familias,
poder eclesiástico y el poder civil, y los pueblos tienen el deber
sea completando la labor de ellas cuando fuese insuficiente.
de estar sujetos a ambos a un mismo tiempo.
Dado que posee el Estado mayores medios, puestos a su dis-
Reside la dificultad para delimitar ambas potestades en la
posición para las comunes necesidades de todos, es justo que
coincidencia de Iglesia y Estado en punto a territorio, sub-
las emplee en provecho de aquellos de quienes proceden.
ditos, bienes e instituciones. La Iglesia se encuentra con los
Por último, puede el Estado exigir y debe procurar la for- Estados en un mismo territorio, abraza a los mismos hombres,
mación ciudadana de sus subditos y aun reservarse la creación usa de los mismos bienes y utiliza a veces las mismas institu-
de escuelas preparatorias para sus funcionarios y especialmen- ciones. Difieren, como queda dicho, en razón de sus fines.
te para el ejército. La Iglesia es distinta de la sociedad política, porque el fin de
La condición general que se impone al Estado en el des- aquélla es sobrenatural y espiritual, y el de ésta, temporal y
arrollo de toda esta vasta función educadora es que respete los terreno. Cada una de estas soberanas potestades, en consecuen-
derechos naturales de la Iglesia y de la familia y que observe cia, queda circunscrita dentro de ciertos límites que vienen
la justicia, que manda dar a cada uno lo suyo. definidos por su propia naturaleza y por su fin próximo; ellos
Dedúcese de lo expuesto que es injusto todo monopolio es- determinan la esfera jurídica de su peculiar jurisdicción y
tatal en materia de educación que fuerce física o moralmente competencia. Iglesia y Estado son, pues, sociedades que tie-
a las familias a enviar a sus hijos a la escuela del Estado, con- nen cada una su propia autoridad; no son en sí contradictorias
trariando sus legítimas preferencias. Y que es pernicioso abu- ni se confunden entre sí.
so de los nacionalismos configurar militarmente la educación Tal distinción arranca de los orígenes mismos de la Iglesia.
física de los jóvenes exaltando el espíritu de violencia y subs- Jesucristo, su divino Fundador, quiso que el poder sagrado
trayéndolos al santuario de la vida familiar. fuese distinto del poder civil y que ambos gozasen dé plena
libertad en su terreno propio. En la gestión de los asuntos
de su propia competencia ninguno está obligado a obedecer
al otro. Tal distinción, además, no es circunstancial o pasa-
VI. LA IGLESIA Y EL ESTADO jera; es inmutable y perpetua.
no destruye ni menoscaba el orden natural al que pertenecen Proposición es ésta anatemizada en el Syllabus: la Iglesia
los derechos del Estado, sino que, por el contrario, lo eleva debe estar separada del Estado. Separación hostil que se de-
y lo perfecciona. creta en nombre de la libertad y desemboca en la negación
Prestan base a esta colaboración, de un lado, el recíproco de la misma libertad que se promete. La Iglesia, pues, por
respeto de las privativas esferas de competencia: al Estado, principio, o sea, en tesis, no puede aprobar la separación com-
sus derechos y obligaciones; a la Iglesia, los suyos; y de otro, pleta entre los dos poderes, entendiendo por tal la completa
la supeditación del orden temporal al sobrenatural, que obliga independencia de la legislación política respecto del poder le-
al Estado a prestar de un modo positivo a la Iglesia los medios gislativo religioso, la absoluta indiferencia del poder secular
externos propios del Estado de que aquélla puede necesitar. con relación a los intereses y los derechos de la Iglesia; esto es,
La dificultad se presenta, supuesta la profesión de la buena que todo el ordenamiento jurídico, las instituciones, las cos-
doctrina y la recta intención de ambas partes, en el deslinde tumbres, las leyes, las funciones públicas, la educación de la
de los campos privativos y en el trato que se dé a las materias juventud, etc., queden al margen de la Iglesia, como si ésta
de competencia mixta. no existiera, como si no hubiera razón en el mundo moderno
El orden religioso y moral, está claro, es privativo de la para obedecer a la Iglesia.
Iglesia. Todo lo que de alguna manera es sagrado en la vida Los católicos, por consiguiente, nunca se guardarán bas-
humana, todo lo que pertenece a la salvación de las almas y al tante de admitir tal separación.
culto de Dios, sea por su propia naturaleza, sea por el fin al
que está referido, todo ello cae bajo el dominio y autoridad Concordia en materia mixta
de la Iglesia. Así, el gobierno de las almas, la formación de las
conciencias, la administración de los sacramentos, y entre ellos Queda por tratar el punto relativo a la jurisdicción en ma-
el matrimonio, el magisterio religioso... Pero las demás cosas terias mixtas. Se dan éstas y es necesario prevenir el caso de
que el régimen civil abraza y comprende—declaran los propios un posible conflicto jurisdiccional. El poder político, en efecto,
Papas—es de justicia que queden sometidas a éste. y el religioso, aunque tengan fines y medios específicamente
distintos, al ejercer sus respectivas funciones, pueden llegar,
en algunos casos, a encontrarse; v.gr.: al legislar de una misma
Independencia, no separación materia, aunque por razones distintas. Tal es el caso, entre
los más importantes, de la educación de la juventud, materia
Cada una de estas potestades, en la esfera de su competen- que pertenece conjuntamente a la Iglesia y al Estado, si bien
cia, debe gozar de plena libertad. La Iglesia se la reconoce al bajo diferentes aspectos.
Estado en los asuntos propios de la esfera civil; pero pide que La norma para resolver estas cuestiones es la mutua con-
el Estado, a su vez, respete la suya en su ámbito propio. Porque cordancia acerca de tales materias de jurisdicción común, aun-
en el cumplimiento de su misión divina no puede depender de que, en último extremo, el poder humano se subordinará como
voluntad ajena ninguna. conviene al poder divino. En las cuestiones de derecho mixto
En tal sentido hay que proclamar la independencia de la —adoctrinan los Papas—, en aquellas materias que afectan si-
Iglesia respecto del poder civil, que quiere decir su absoluta multáneamente, aunque por causas diferentes, a ambas potes-
libertad de acción y su derecho a gobernarse por sus propias tades, es plenamente conforme a la naturaleza y a los derechos
leyes y según sus métodos privativos, incluido el llamado de Dios el común acuerdo, la concordia.
poder temporal de la Santa Sede, que se juzga necesario para Esta es la principal razón de ser de los Concordatos, expre-
la conservación de su plena independencia espiritual. sión escrita de ese espíritu de colaboración entre Iglesia y
Pero esta independencia de los dos poderes nada tiene Estado y normación sistemática de las relaciones jurídicas en-
que ver con la doctrina llamada de la separación, que está tre ellos, singularmente por lo que atañe a las materias de
abierta y explícitamente condenada por los Papas como con- mixta jurisdicción.
traria a aquel principio de relación unitiva que los vincula como No siempre el Concordato expresa el desiderátum de la
cosas por naturaleza inseparables. Iglesia; a veces se acoge a fórmulas de mal menor o de bien
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EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA 37*
posible, Por eso, la firma de la Iglesia al pie de un pacto puede
ticos y tiene el derecho y el deber de rechazar de plano toda
significar una expresa aprobación, pero puede también expre-
pasión partidista. Ni puede avenirse tampoco a juzgar con
sar una simple tolerancia.
criterios exclusivamente políticos; no puede ligar los intere-
El Concordato, en todo caso, es, jurídicamente, un pacto o
ses de la religión a conductas determinadas por motivos te-
contrato bilateral que obliga a ambas partes a observar invio-
rrenos, ni puede siquiera exponerse al peligro de que se dude
lablemente todas sus cláusulas. Debe garantizar a la Iglesia
con fundamento de su carácter puramente religioso.
una estable condición de derecho y de hecho dentro del Estado
con el que se concierta y firma. Cuando la Iglesia ha puesto No es la Iglesia enemiga del Estado, ni usurpadora de sus
su firma a un Concordato, éste es válido en todo su contenido. derechos, ni invasora del campo político. El reconocimiento
Pero su sentido íntimo puede ser graduado con la mutua aquies- de su autoridad divina no merma en nada los derechos de las
cencia de las dos altas partes contratantes. legítimas autoridades humanas. Por ello, con la mayor auto-
ridad condena las extralimitaciones del Estado cuando pre-
Los Concordatos, como todo tratado internacional, se ri-
tende éste tenerla sujeta, privarle, por la fuerza, de su liber-
gen por el derecho de gentes y de ninguna manera pueden
tad, subordinar su autoridad al arbitrio de la autoridad civil,
anularse unilateralmente. Desde el Syllabus viene condenada la
someter su acción a la vigilancia del Estado, exigiéndole su
proposición de que el poder civil tiene autoridad para res-
previo permiso o su asentimiento como si fuera una mera
cindirlos. La Iglesia mantiene con rigor este principio, que
asociación civil.
con frecuencia se ve impugnado y conculcado por parte de
toda suerte de absolutismos. Errores liberales
Queda por decir, en materia de relaciones entre Iglesia y
Estado, que el estatuto de libertad de la Iglesia alcanza a las El Syllabus anatematiza la proposición que atribuye a la
Ordenes y Congregaciones religiosas, a las Obras pías, a las autoridad civil un poder, siquiera sea indirecto y negativo,
Asociaciones de seglares y en particular a la Acción Católica. sobre las cosas sagradas, y aquella otra que le reconoce la
Textos explícitos de los Papas así lo establecen y lo recuerdan facultad de determinar por sí los derechos de la Iglesia y los
desde la encíclica Quas primas hasta los discursos de Pío XII. límites de estos derechos, como si ellos dependieran del favor
Son derecho de la Iglesia y son derecho de las almas así los de la autoridad civil y fuesen los eclesiásticos funcionarios
estados de perfección como el apostolado seglar. La Iglesia del Estado.
está dentro de su divino mandato cuando se ocupa de prepa- Tales errores tienen su fuente en la doctrina liberal de la
rar iluminadas y valiosas cooperaciones seglares al apostola- separación, que llega hasta atribuir la tutela del culto público
do jerárquico. Las almas apostólicas tienen el derecho de hacer no a la jerarquía divinamente establecida, sino a una supuesta
que participen en los tesoros de la revelación otras almas, cola- asociación civil a la cual el Estado da forma y personalidad
borando de esta manera en la actividad del apostolado jerár- jurídica.
quico. Fórmulas engendradas de tal errónea concepción son las
siguientes: la inmunidad de la Iglesia tiene su origen en el
La Iglesia y la política derecho civil y puede ser derogada; el fuero eclesiástico debe
ser suprimido; corresponde al poder civil por sí mismo el de-
La Iglesia, celosa de su libertad y de su independencia, recho de presentación de los obispos—otra cosa es que lo
respeta las del Estado y no trata de sobrepasar a costa de él haga, como en el caso de España, por benévola concesión de
su órbita propia. La Iglesia no es ningún imperio ni actúa la Iglesia—y el de deponerlos; los obispos necesitan del per-
como un poder político supranacional con la mira de ningún miso del gobierno para publicar sus letras apostólicas; la auto-
género de universal dominación. ridad civil puede impedir la comunicación de los fieles con los
Acusada la Iglesia muchas veces de ambiciones políticas y obispos y de unos y otros con el Papa; puede el poder civil
solicitada para mezclarse en la política activa de los Estados, limitar numéricamente el clero de una nación, prohibir la pro-
los Papas, sobre todo en los últimos años, han denunciado fesión de los religiosos o romper sus votos solemnes y aun
aquella calumnia y se han negado a este requerimiento. La Igle- suprimir las Congregaciones religiosas o disolver las que ha-
sia no puede ponerse al servicio de intereses meramente polí- gan voto de obediencia al Papa; los decretos de los Romanos
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Pontífices necesitan la sanción o, al menos, la aquiescencia del suprema y eterna y está sujeta el derecho natural y a la ley
poder civil; el Romano Pontífice debe ser despojado de su eterna de Dios. Rechazar el supremo dominio dé Dios sobre
principado civil y poder temporal; en caso de conflicto prevalece el hombre y la sociedad no es libertad, sino rebeldía, esto es,
el poder político; en materias de competencia mixta, son las perversión de la libertad.
autoridades del Estado las que establecen por sí las reglas de
jurisdicción; el poder civil tiene autoridad para rescindir los
Concordatos... Libertad y autoridad
Todas estas proposiciones, no hay que decirlo, están expre-
samente condenadas por los Papas. Conjugar el binomio libertad y autoridad, referidos ambos
términos a la comunidad jurídica, al Estado, ha sido y es
—-arriba queda dicho—el problema más grave y difícil de la
VIL LIBERTAD, IGUALDAD Y AUTORIDAD ciencia política. Se trata de deslindar los campos de dos gran-
des y poderosos señores. Y esta cuestión sólo se resuelve par-
tiendo, como lo hace la doctrina católica, del concepto verda-
Clara, valiente y sugestiva es la doctrina de los Papas acerca dero de la libertad humana, esto es, de un albedrío personal
de la relación de individuo a Estado. sujeto a la ley divina, y del concepto auténtico de la humana
El hombre, pequeño cosmos, señor de la Creación, el autoridad, o sea, en cuanto participación de la autoridad de
solo ser dotado de razón y de voluntad moralmente libre, es, Dios, de la que emana, por tanto, el deber de obediencia.
por lo mismo, el centro de la sociedad política. Sólo la Iglesia ha acertado siempre a unir en fecundo acuerdo
Los hombres ante el Estado no son masa, son personas, el principio de la legítima libertad con el de la autoridad
esto es, sujetos de derechos y de deberes inviolables. El Estado legítima.
no es una aglomeración de hombres a la manera de masa sin El libertinaje, el desenfreno, el espíritu de sedición, la
alma, sino una sociedad de seres individualizados que gozan desobediencia, nada tienen que ver con la libertad cristiana;
de una dignidad personal inviolable. no puede decirse siquiera que sean excesos o abusos de la li-
De aquí que en la relación de individuo a Estado sea me- bertad; son lo contrario de la libertad verdadera. Por el con-
nester salvar siempre la libertad de la persona humana, de la trario, la seguridad y la grandeza de la libertad están en razón
cual la Iglesia.es la más firme defensora. La doctrina de la directa de los frenos que se opongan a la licencia.
encíclica Libertas, de León-XIII, es la mejor prueba de ello. Aun la misma libertad verdadera del individuo no carece,
Pero la libertad humana no es absoluta e ilimitada. Ya en en su uso, de limitaciones, que vienen determinadas por el
su definición auténtica lleva sus límites. Porque la libertad interés general, por el bien común. Dañarlo o ponerlo en riesgo
no es la facultad de obrar lo que la voluntad apetezca; es la es abusar de la propia libertad, aunque ésta sea legítima.
facultad racional de obrar precisamente el bien, según las nor- La libertad de la persona humana, así concebida, es invio-
mas de la ley eterna. No hay libertad para. profesar el error lable. El Estado debe respetarla y está obligado a revocar las
ni para obrar el mal, mejor dicho, ésa no es libertad, sino medidas que le sean lesivas y a la reparación consiguiente.
libertinaje y desenfreno y, a la postre, esclavitud a la tiranía Pero el Estado, además, es el custodio de la libertad, tiene
de las pasiones. que proteger la libertad verdadera y reprimir la falsa. No puede
Dentro del Estado, la libertad verdadera del ciudadano declararse neutro, equiparando los derechos de la verdad a
consiste en poder vivir cada uno según la recta razón y con los del error, los de la virtud a los del vicio, y otorgando aná-
arreglo a ley. Dicho de otro modo, la libertad pública sólo loga libertad a unos y a otros.
es legítima cuando se ordena a facilitar la vida virtuosa. La Doctrina es ésta difícil de imbuir en los espíritus moder-
verdadera libertad, en el campo de la vida política, consiste nos después de tantos lustros de errores acerca de la libertad,
en que, por medio de las leyes civiles, pueda cada cual vivir fruto del liberalismo racionalista. Sin embargo, las tesis ponti-
según los preceptos de la ley de Dios. ficias son terminantes: el derecho, facultad moral, no puede
Toda libertad en los particulares y en la comunidad, en suponerse concedido por la naturaleza de modo igual a la
gobernantes y en gobernados, implica obediencia a una razón verdad y al error, a la virtud y al vicio; es contrario a la razón
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que la verdad y el error tengan los mismos derechos; la liber-
tad, como facultad que perfecciona al hombre, debe aplicarse Igualdad y desigualdades
exclusivamente a la verdad y al bien. Tras la doctrina de la libertad personal en relación con la
sociedad, es pertinente exponer las tesis católicas sobre-la
Doctrina sobre la tolerancia igualdad y fraternidad de los hombres, también en lo que
concierne a la vida pública.
La tesis acerca de la libertad es, pues, clara y rotunda. Es un principio sagrado el de la igualdad de los hombres
Entra aquí en juego, no obstante, un nuevo elemento, un fac- por naturaleza, que lleva aparejado el de la paridad jurídica
tor de hecho, la hipótesis que permite salvar la conducta de de los ciudadanos ante la ley. Consiste esta igualdad de los
la autoridad cuando, en determinadas situaciones, no puede hombres en que, teniendo todos la misma naturaleza, están
ajustarse a la tesis. Esta es la doctrina de la tolerancia, que, abocados todos a la misma eminente dignidad de hijos de
por lo mismo que es materia delicada, se pasa a exponer con Dios y todos y cada uno deben ser juzgados según una misma
la mayor fidelidad no sólo al pensamiento, sino a las propias ley eterna.
expresiones usadas por los Papas. Pero la igualdad por naturaleza no comporta una igualdad
Concediendo derechos, sólo y exclusivamente, a la verdad de condición, una igualación social. Por el contrario, la misma
y a la virtud, no se opone la Iglesia a la tolerancia, por parte de naturaleza de la vida social exige una desigualdad de situación y,
los poderes públicos, de algunas situaciones contrarias a la en consecuencia, de derecho y de autoridad. No porque los
verdad y a la justicia, para evitar un mal mayor o para conse- hombres sean iguales por naturaleza han de ocupar el mismo
guir un mayor bien. puesto en la vida social; cada cual tendrá el que adquirió
El bien común es, como siempre, el criterio definidor. por su conducta, pues, aunque la vida social exige unidad
El hecho de no impedir por medio de leyes estatales o de dis- interior, no excluye las diferencias causadas por la realidad.
posiciones coercitivas lo que daña a la verdad o a la norma mo- El principio de que toda desigualdad de condición social im-
ral, puede hallarse justificado por el interés de un bien supe- plica una injusticia es, como contrario a la naturaleza de las
rior y más general. Y el deber de reprimir las desviaciones mo- cosas, un principio subversivo del orden social.
rales y religiosas no siempre puede ser una última norma de Ahora bien, una concepción ideal pide que se acentúe pro-
acción; ha de estar subordinado a normas más altas y gene- gresivamente la unidad interior de la sociedad, aunque no lle-
rales, las cuales, en determinadas circunstancias, permiten no guen a desaparecer las diferencias. El orden nuevo que sea
impedir el error a fin de promover un mayor bien. Pero se base de la vida social tenderá a realizar de modo cada vez
trata de una simple permisión; si por causa del bien común, más perfecto la unidad interior de la sociedad; pero no igua-
y únicamente por ello, puede la ley humana tolerar el mal, no lando como con un rasero a todos. En un Estado que se aban-
puede ni debe jamás aprobarlo ni quererlo en sí mismo. dona al arbitrio de la masa, la igualdad degenera en una nive-
Hay que cuidar también de no excederse en la tolerancia, lación mecánica, en una monocroma uniformidad. Por el
porque su abuso puede traer males mayores, con lo cual deja contrario, en una concepción política impregnada por el pensa-
de estar justificado. Al ser la tolerancia del mal un postulado miento religioso, la igualdad teórica y la diferencia funcional
de la prudencia política, debe quedar estrictamente circuns- de los hombres deben tener su adecuada conjugación.
crita a los límites requeridos por la causa 0 razón de esa tole-
rancia, esto es, por el bien público. Por eso, si la tolerancia
daña al bien público, la consecuencia es su ilicitud.
En ningún caso, por último, debe faltar la tolerancia para
el bien, cosa que ocurre a veces cuando la manejan mentes
liberales que indebidamente prodigan la tolerancia para lo
malo; pues es muy frecuente que estos grandes predicadores
de la tolerancia sean, en la práctica, estrechos e intolerantes
cuando se trata del catolicismo.
42* EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA 43*
Nada tampoco tan contrario a la doctrina católica como la
suplantación del concepto de pueblo por el de masa. El Estado
es la unidad orgánica de un verdadero pueblo; no reúne me-
VIII. PERSONA, PUEBLO Y ESTADO cánicamente un conglomerado amorfo de individuos. El pue-
blo vive y se mueve por obra de, su propia vida; la masa'es
El hombre y el Estado están mutuamente ordenados entre de por sí inerte y sólo puede ser movida desde fuera.
sí por Dios. La persona individual y el poder público se ha- No basta, pues, con devolver a la persona humana su dig-
llan íntimamente unidos y vinculados; gobernantes y gober- nidad congénita; es preciso, además, oponerse a la aglomeración
nados están ligados por derechos y obligaciones. Ni el ciuda- de los hombres a la manera de masas sin alma, a su inconsisten-
dano ni el Estado pueden rehuir los deberes correlativos que cia moral, social, política, económica. Porque, en un pueblo
pesan sobre cada uno de ellos, ni desconocer los derechos digno de este nombre, el ciudadano siente en sí mismo la con-
del otro. ciencia de su personalidad, unida al respeto de la libertad y
Pero como el hombre es, por naturaleza, anterior al Estado dignidad de los demás. Bella doctrina que del terreno de la
y constituye—ya se ha dicho—el fin de la vida social, de aquí ciencia debe pasar al del arte político, al arte del buen gobierno.
que en esta relación funcional individuo-Estado debe, en últi-
mo término, prevalecer el hombre, la persona, pues, a la
postre, el bien común a que el Estado sirve ha de refluir en Derechos personales
el desarrollo y perfección del hombre. Hasta aquellos valores
más universales y más altos que solamente por la sociedad Al abordar tema tan clásico como el de los derechos per-
pueden ser realizados y no por el individuo, tienen, no obs- sonales, objeto de predilección por parte de los Pontífices, es
tante, como fin último al hombre. No se puede conseguir el menester distinguir entre derechos fundamentales de la perso-
debido equilibrio del organismo social y aun el bien de toda na y libertades cívicas y tratar a unos y a otras por separado.
la sociedad si no se otorgan a cada una de sus partes, es decir, La persona individual tiene unos derechos que son funda-
a cada hombre, como dotado de la dignidad de persona, los mentales, como que forman parte de su definición: persona es,
medios que necesita para cumplir su misión. precisamente, el ser capaz de derechos y obligaciones. Estos
El Estado—escribe textualmente Pío XII—puede exigir los derechos fundamentales derivan de la naturaleza; son, se diría,
bienes y aun la sangre, pero nunca el alma, redimida por congénitos a todo hombre y como consustanciales con él. For-
Dios, y cuanto más gravosos sean los sacrificios exigidos por man su órbita de libertad de movimientos y se dan, con razón
el Estado a los ciudadanos, tanto más sagrados e inviolables de medio, como esenciales para que pueda cumplir sus fines
deben ser para el Estado los derechos de las conciencias. propios. El reconocimiento de los derechos del hombre, en
Si bien se mira, la autoridad civil no gobierna hombres, cuanto persona, está anclado sobre el sólido fondo del acata-
sino que administra asuntos. De modo inmediato, el objeto miento a los derechos de Dios.
de su poder y de su acción son los negocios públicos del país; Puede hacerse un catálogo de los derechos fundamentales
sólo de modo mediato gobierna a las personas. Por eso, jamás de la persona, que de modo explícito se hallan reconocidos en
éstas, ni en su vida privada ni en su vida social, deben verse los documentos papales. Intentaré su clasificación, respetando
sofocadas bajo el peso de la Administración del Estado. las propias expresiones pontificias.
En relación a sujín último: derecho de seguir, según su con-
ciencia, la voluntad de Dios y de cumplir sus mandamientos;
Pueblo, no masa derecho de venerar al verdadero Dios y rendirle culto privada
y públicamente; derecho a la formación religiosa; derecho a
Nada tan opuesto al sentido cristiano de la vida como la santificar el día del Señor; derecho al ejercicio de la caridad;
absorción de la persona individual por parte de la comunidad, derecho a la elección de estado, incluidos el estado sacerdotal
la injerencia del Estado en la órbita personal, la negación de la y el de perfección religiosa; derecho a la acción apostólica seglar.
personalidad del hombre, la cual comporta una dignidad y En relación a su vida espiritual: derecho al honor y a la
una esfera de derechos fundamentales que nadie puede violar. buena reputación; derecho a vivir su propia vida personal; de-
44* EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA
EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA
recho a su educación y derecho a la educación de sus hijos;
Valga por todas una referencia a palabras del Papa reinante.
derecho a desarrollar plenamente su vida intelectual y moral;
La relación entre hombre y hombre, del individuo con la so-
derecho, en principio, al matrimonio y a la procreación y, en
ciedad y con la autoridad, debe cimentarse sobre un claro tun-
consecuencia, derecho a la sociedad conyugal y doméstica; de-
damento jurídico y estar protegida por la autoridad judicial.
recho a una patria y a unas tradiciones; derecho a un orden
Esto supone y exige un derecho formulado con precisión, nor-
jurídico estable y garantizado; derecho de asociación para fines
mas jurídicas claras, un tribunal y un juez.
lícitos; derecho a participar en la vida pública, así en la activi-
dad legislativa como en la ejecutiva; derecho a manifestar su
parecer sobre los deberes y cargas que le sean impuestos por Las libertades cívicas
el Estado.
Las libertades llamadas públicas, esto es, las que se atribu-
En relación a sus necesidades corporales: derecho a conser-
yen o reconocen a los hombres en cuanto ciudadanos de un
var y desarrollar la vida del cuerpo; derecho a la integridad
Estado; las libertades de conciencia, de expresión, de impren-
corporal; derecho a los medios necesarios para su subsisten-
ta, de asociación, de cátedra, de cultos..., si bien toman su
cia; derecho al trabajo, en cuanto medio para mantener la vida
origen de los derechos de la persona, no siempre pueden iden-
personal y familiar; derecho a la propiedad privada y al uso
tificarse con éstos ni tienen su misma naturaleza. Más que ori-
de los bienes de la tierra.
ginarias, son derivadas y, por tanto, no absolutas, sino mode-
Nótese que, respecto de algunos de estos derechos, se seña- radas y sujetas a limitación. He aquí unos textos que tienen,
lan determinadas peculiaridades; así, el derecho al matrimo- valor de clave, de la encíclica leonina Libertas. • Es totalmente
nio se reconoce en principio, puesto que está determinado por ilícito pedir, defender, conceder la libertad de pensamiento,
la confluencia del derecho de otra persona, el presunto cón- de imprenta, de cátedra, de cultos, como otros tantos derechos
yuge. Y del derecho de propiedad se dicen tres cosas: que se dados por la naturaleza al hombre. Estas libertades pueden ser
otorga a todos, porque la Iglesia lo defiende aun para los que reconocidas o toleradas dentro de ciertos límites y siempre que
nada tienen; que obliga a la sociedad, en consecuencia, a pro- se use de ellas para el bien. La Iglesia fué siempre fidelísima
veer el modo de otorgar a todos, en cuanto sea posible, una pro- defensora de las libertades cívicas moderadas.
piedad privada; y, en fin, que su uso tiene limitaciones sociales.
La moderación de su uso corresponde, en último término,
Pero esta importante materia se desarrolla en las encíclicas so-
a la prudencia política, que incumbe a la autoridad civil. Esta
ciales de los Papas más que en las políticas, objeto único de la
debe empezar por respetarlas, pero está obligada a reprimir su
presente compilación.
exceso y sus abusos. No es lícito difundir lo que es contrario
a la virtud y a la verdad, y mucho menos amparar tales publi-
Inviolables y garantizados caciones con la tutela de la ley. Las opiniones falsas, los vicios
corruptores, deben ser reprimidos por el Poder público para
Estos derechos fundamentales de la persona son inviola- impedir su propagación. De un modo singular merecen repul-
bles. Como concedidos por el Creador, la sociedad no puede sa los errores de los intelectuales, porque la mayoría de los ciu-
despojar al hombre de sus derechos personales ni impedir ar- . dadanos no pueden por sí mismos prevenirse contra sus arti-
bitrariamente su uso. Han de ser defendidos contra cualquier ficios; ejercen sobre las masas una verdadera tiranía y deben
atentado de la comunidad que pretendiese negarlos, abolirlos ser reprimidos por la ley con la misma energía que otro cual-
o estorbar su ejercicio. El Estado debe siempre protegerlos y quier delito inferido con violencia a los débiles.
nunca puede violarlos o sacrificarlos a un pretendido bien co- Con el cambiar de los tiempos se origina en esta materia
mún. Su reivindicación puede ser, según las circunstancias, una cierta confusión terminológica; por eso es necesario pre-
más o menos oportuna, más o menos enérgica. A la autoridad cisar términos y conceptos.
pública toca también proteger y defender el derecho de cada
cual contra su violación por parte de otro.
No falta en los documentos papales el capítulo clásico de
las garantías jurisdiccionales de los derechos de la persona.
46» EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA -17*
dencia para no herir el juicio legítimamente discrepante de los
Conciencia y culto
otros, ni menos desafiar su lealtad u ofender su buena fe.
Una cosa se entiende por libertad de conciencia, expresión La doctrina papal es amplia y abierta por lo que toca a ma-
clásica acuñada por el liberalismo racionalista, para afirmar la terias opinables. En ellas está permitido a cada uno tener su
falsa tesis de que es lícito a cada uno, según le plazca, dar o no parecer y exponerlo libremente. En las cuestiones en que -los
culto a Dios o bien manifestar y defender públicamente sus maestros de institución divina no hayan pronunciado su juicio,
ideas, sin que la autoridad eclesiástica o civil puedan limitar está autorizada por completo la discusión libre, y cada uno po-
esa libertad; y otra cosa distinta por libertad de la conciencia, drá mantener y defender su propia opinión. Esta libertad de
expresión cristiana que significa el derecho del hombre de se- opinión en cuestiones disputables es, en sí, buena y conduce
guir la voluntad de Dios según los dictados de su propia con- muchas veces al hallazgo de la verdad.
ciencia y el derecho a profesar su fe y practicarla en la forma Concretamente, en materias políticas, por ser éstas en gran
debida. Esta libertad verdadera, libertad digna de los hijos de parte opinables, pueden ser defendidos legítimamente parece-
Dios, es la que está por encima de toda violencia y a salvo de res diversos.
cualquier opresión; a pesar de que los liberales racionalistas Libertad «de cátedra»
califiquen a veces de delito contra el Estado cuanto hacen los
católicos por conservar esta cristiana libertad. Otro equívoca de términos o expresiones, que es convenien-
De la falsa libertad de conciencia dimana la no menos fic- te esclarecer, se da respecto de la libertad de cátedra con rela-
ticia libertad de cultos, según la cual cada uno puede profesar ción a la libertad de enseñanza. Por la primera entendía el libe-
a su arbitrio la religión que prefiera o no profesar ninguna. Esta ralismo el supuesto derecho de enseñarlo todo sin discrimina-
no es libertad; es una depravación de la libertad, pues equiva- ción: lo bueno y lo malo, lo verdadero y lo falso. Arranca esta
le a conceder el falso derecho de desnaturalizar una obligación tesis del falso principio, arriba examinado, que concede los
santísima y ser infiel a ella. mismos derechos a la verdad que al error, a la virtud que al
El Estado no puede fingirse neutral en materia religiosa. vicio. Contrariamente a ella, la enseñanza de la doctrina debe
No le es lícito medir con un mismo nivel todos los cultos, por- tener por objeto exclusivo la verdad; solamente la verdad debe
que no todos son igualmente aceptables y gratos a los ojos de penetrar en el entendimiento y enseñorearse de él.
Dios. La religión verdadera, la que Dios mismo ha mandado, Todo deriva del mal entendido concepto de la libertad, y no
ésta es la que deben conservar y proteger los gobernantes. En hay razón para que, en nombre de ésta o en el de la verdadera
cuanto a tolerar de hecho los cultos disidentes, son de aplica- ciencia, se indigne nadie ni lleve a mal las justas y debidas nor-
ción los criterios generales arriba expuestos sobre libertad y mas que, de consuno, la razón y la Iglesia imponen para regu-
tolerancia. lar el estudio de las ciencias humanas. En cuanto al Poder pú-
blico, no puede, sin quebrantar sus deberes, conceder a la so-
Libertad de expresión ciedad una tal libertad de cátedra.
Por libertad de enseñanza, en cambio—concepto católico—,
Si pasamos a la libertad de expresión, encuentra ésta su lici- se entiende el libre ejercicio de la función docente, que no pue-
tud en la verdad de su contenido y en la moderación de su de arrogarse el Estado en monopolio, pues corresponde antes
ejercicio. La libertad de expresión del pensamiento, abstrac- que a él a la familia y a la Iglesia. Pero este tema ha- sido ex-
ción hecha de su verdad o de su error, no es por sí misma un puesto en un capítulo precedente.
bien; ni existe derecho a tal libertad considerada como abso- Queda por decir una palabra sobre la libertad de asociación,
luta e inmoderada, sin limitación ni freno. defendida siempre, en principio, por los Papas, en consonancia
Su límite primero, y el principal, se da, pues, en razón del con su respeto a los cuerpos intermedios de que arriba se ha
contenido. Existe el derecho de propagar con libertad lo bueno hablado.
y lo virtuoso; no lo falso y perverso. Pero hay otras limitacio- La Iglesia no sólo reconoce el derecho de asociarse, sino
nes al derecho de propagar, aun lo que sea en sí bueno o ver- que expresa vivamente su deseo de que sean fundadas de con-
dadero: a esta propaganda se le exige, v.gr., moderación y pru- tinuo nuevas asociaciones, singularmente para la defensa de los
48* EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA 41»*
La rebelión no es lícita deban cruzarse de brazos, indiferentes ante los varios siste-
mas políticos, sino que quedan libres en conciencia para pre-
Si todos los ciudadanos tienen la obligación de acatar el ferir el que crean que mejor se acomode a su país en un mo-
poder y aceptar los regímenes constituidos, no les es lícito mento dado.
derrocarlos por la violencia, aunque abusen de su poder. El
derecho de rebelión—escribe León XIII—es contrario a la Licitud de todas ellas
razón. Porque acarrea el peligro de una perturbación mayor, La Iglesia, en efecto, aprueba todas las formas de gobier-
de un daño más grande. La religión manda la sumisión a los no, con tal de que queden a salvo la religión y la moral. No
poderes legítimos, prohibiendo toda revolución y todo conato estando ligada a una más que a otra, si se salvan los derechos
que pueda turbar el orden y la pública tranquilidad. La Igle- de Dios y los de la conciencia cristiana, no encuentra dificul-
sia condena la insurrección violenta—que sea «arbitraria», dice tad en avenirse con las diversas instituciones políticas, sean
León XIII; «injusta», se lee en Pío XII—contra los poderes monárquicas o republicanas, aristocráticas o democráticas. To-
constituidos. Y esto aun cuando los gobernantes ejerzan el das son moralmente válidas, siempre que tiendan rectamente
poder con abusos y extralimitaciones. En todo caso, provocar a su fin, es decir, al bien común, razón de ser de la autoridad
revoluciones por medio de la fuerza de las masas constituye política; siempre que sean aptas por sí mismas para la utilidad
un crimen de lesa majestad no solamente humana, sino divina. de los ciudadanos, asegurando la prosperidad pública. La Igle-
sia ha dejado siempre a las naciones el cuidado de darse el
gobierno que juzguen más ventajoso para sus intereses.
X. FORMAS DE GOBIERNO Y SIS TEMAS POLÍTICOS La causa de tal inhibición es clara. Si bien el poder es
de origen divino, la designación de las formas contingentes
que el poder revista pertenece al arbitrio humano. Por esto,
Hoy en día se hace necesario hablar a la vez de formas de sea cual sea en una nación la forma de gobierno, de ningún
gobierno y de sistemas políticos, porque los términos clásicos: modo puede tenerse por tan definitiva que haya de permanecer
monarquía, república, democracia, aristocracia, se combinan por siempre inmutable, aun cuando ésta hubiera sido la vo-
en la realidad de las más varias maneras. luntad de quienes los establecieron. En razón de ello, los ca-
No es exacto que las formas de gobierno sean meros con- tólicos son libres en cada caso de preferir la que hic et nunc
tinentes en las que quepan toda clase de contenidos políticos. juzguen mejor.
Pero tampoco es cierto que a una determinada forma polí- En el ámbito del valor universal de la ley divina hay am-
tica le sea consustancial un sistema determinado; v.gr.: a la plio campo y libertad de movimiento para las más variadas
monarquía, un régimen de autoridad; a la república, un sis- formas de concepciones políticas. Pero esta libertad de elec-
tema de democracia radical. Ejemplos hay de toda suerte de ción se refiere al orden especulativo; porque, en la práctica, la
combinaciones en los regímenes políticos vigentes. elección de un sistema político o de otro vendrá más o menos
Quizá por eso la terminología papal ha variado, en este determinada por un conjunto de causas concomitantes, las
capítulo, al compás de los tiempos. León XIII hablaba de cuales hacen de un determinado sistema de gobierno el más
formas de gobierno. Pío XII emplea, además, la expresión sis- apto y conveniente para la manera dé ser de un pueblo y el
temas políticos. En todo caso, los textos de los Pontífices se más en armonía con las instituciones de su pasado y con las
refieren a una misma cuestión y la doctrina es perfectamente costumbres de sus mayores.
coherente en todos ellos. Diríase que, en su larga y serena experiencia, la Iglesia
Con poca propiedad se ha calificado la doctrina de la Igle- ha aprendido a no fiar tanto en la perfección técnica de los
sia como de indiferencia de las formas de gobierno. Más sistemas políticos como en la formación moral de los gober-
exacto sería llamarla de su licitud. Porque no se defiende que nantes. En la práctica—escribía León XIII a los franceses en
todas las formas de gobierno sean igualmente buenas, sino la encíclica en que les invitaba al ralliement con la República—,
que todas pueden ser lícitas si cumplen determinadas condi- la calidad de las leyes depende más de la calidad moral de los
ciones. Por ello, lo que se predica- a los católicos no es que gobernantes que de la forma de gobierno establecida. Y así
56* EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA 57*
puede ocurrir—añadía—que en un régimen cuya forma sea, Los falsos dogmas de ésta son los siguientes: la voluntad
quizás, la más excelente de todas, sea la legislación detestable. del pueblo es ley suprema; la autoridad emana de la multitud,
Dos sistemas políticos son objeto de atención preferente el número es fuerza decisiva, y la mayoría o la prevalente vo-
por parte del magisterio pontificio: la democracia y el tota- luntad de un partido, creadora exclusiva del derecho. ítem
litarismo. Se pasa a examinarlos. más: la nivelación mecánica de los hombres tomados como
masa; la artificiosa agrupación de los ciudadanos, según ten-
dencias egoístas; la prepotencia de partidos que defienden
La democracia intereses parciales antes que el bien de todos.
La democracia radical, a la postre, degenera en tiranía,
. La democracia, entendida como gobierno de muchos, en que acaba con la dignidad humana y con los derechos del
contraposición al gobierno de uno solo, es en sí misma legí- hombre como persona. En un Estado democrático, abando-
tima. No hay razón, en efecto, para desaprobar el gobierno nado al arbitrio de la masa, la libertad se transforma en una
de muchos, con tal de que sea justo y atienda a la común pretensión tiránica, la igualdad degenera en una mecánica ni-
utilidad. También es lícita si se entiende por democracia el velación. Y el ciudadano no es otra cosa que una mera unidad
sistema según el cual los gobernantes son elegidos por la vo- numérica cuya suma total constituye una mayoría o una mi-
luntad y el juicio de la multitud. Porque ya queda dicho que noría que puede invertirse por el desplazamiento de algunas
la designación de los titulares del poder*se deja al arbitrio voces o quizás de una sola, cambiando con ello ilícitamente
humano. Es más: principio es de buena doctrina que el pue- la suerte de la justicia o del bien público.
blo tenga alguna suerte de participación en el gobierno, la En conclusión, si el porvenir ha de pertenecer a la demo-
cual'puede no sólo ser provechosa, sino incluso obligatoria cracia, una parte esencial en su realización habrá de corres-
para los ciudadanos. El pueblo, en todo caso, tiene derecho ponder a la religión de Cristo y a su Iglesia.
a hacer valer su voluntad singularmente por dos medios: ex-
presando públicamente su opinión y usando del voto.
De un modo paladino, León XIII declaró que era lícito Los sistemas totalitarios
preferir para el Estado una forma de gobierno que estuviese En la explotación de la masa se da la mano con la demo-
moderada por el elemento democrático. Y Pío XII reconoce cracia radical el totalitarismo, que maneja con habilidad su
que, en la hora presente, la forma democrática de gobierno fuerza elemental sin el menor respeto a la persona. El Estado
parece a muchos como un postulado natural impuesto por totalitario, abusando autocráticamente del poder, reduce al
la razón misma. Sería, sin embargo, una injuria a las restantes hombre a una mera ficha en el juego político, una pieza de
formas de gobierno afirmar que la democracia es la única que sus cálculos económicos. Para él, la ley y el derecho no son
inaugura el reino de la perfecta justicia. más que instrumentos en manos de los círculos dominantes.
Declarada, pues, la legitimidad, en principio, de los siste- El totalitarismo, ya sea comunista o burgués, es incompa-
mas democráticos, importa distinguir en seguida las distintas tible con la doctrina cristiana, y también con una auténtica
formas de democracia, porque no todas son igualmente váli- democracia. Es, por naturaleza, enemigo de la verdadera opi-
das. Puede hablarse de una democracia sana, que es la mode- nión pública. Constituye un sistema contrario a la dignidad
rada, y de una democracia viciosa, que es la radical. del hombre y opuesto al bien del género humano. Representa,
La democracia sana o_ verdadera exige determinados re- en fin, un continuo peligro de guerra.
quisitos. Debe estar investida de una autoridad firme y eficaz. El totalitarismo comunista, además, abusa criminalmente
Ha de contar con las clases directoras. Debe respetar la tra- del poder público para ponerlo al servicio del terrorismo co-
dición nacional. Necesita capacitar moralmente a los ciuda- lectivo. Y, en cuanto forma moderna del imperialismo, hace
danos, y en singular a los que ejercen cargos de representación al hombre siervo de las fuerzas que desencadena para el do-
para la vida cívica. Debe contar a la hora del sufragio con la minio del mundo.
posición familiar y profesional de los ciudadanos. Tendrá sus
raíces en una democracia económica y moral. Estará, en fin,
libre de los errores que vician a la democracia radical.
58» ' EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA 59*
los Estados puede formular normas jurídicas que se impongan el equilibrio y la armonía entre las naciones dependen del
como obligatorias, pero ha de ser a condición de que respeten interno equilibrio y de la madurez intrínseca de cada u n o de
esa ley natural que es común a todos los pueblos, de la cual los Estados, así en el orden económico como en el moral y
deriva toda norma de ser, de obrar y de deber, y cuya obser- el intelectual. N o deben, pues, ser tratados como cosas sepa-
vancia asegura a la vez la convivencia pacífica y la mutua radas y m u c h o menos contrapuestas.
colaboración.
Por su parte, el derecho positivo de los pueblos, indispen- Límites
sable a la comunidad de los Estados, tiene una doble misión:
definir con mayor exactitud las exigencias de la naturaleza,
acomodándolas a circunstancias concretas, y adoptar, por la Se trata de potestades y de derechos perfectamente conci-
vía de los convenios, otras disposiciones ordenadas siempre al liables, si el concepto de soberanía del Estado y el de autoridad
bien de la comunidad. supranacional se mantienen en su acepción verdadera. Porque
ni uno ni otro concepto son absolutos; ambos conocen límites.
Soberanía y autoridad supranacional Soberanía, en el orden internacional, significa autarquía y
jurisdicción exclusiva dentro del territorio nacional y en las
E n t r a n d o ya en los problemas del orden internacional; se materias de la competencia interna, sin dependencia alguna
ofrece como el primero de ellos la* conciliación de la soberanía del ordenamiento jurídico interior de cualquier otro Estado.
de los Estados con la autoridad supranacional, y la concor- Esta soberanía estatal, así entendida, ya se ve que es perfec-
dancia de los derechos de las naciones con los propios derechos tamente compatible con una autoridad supranacional q u e re-
de la comunidad. fiera exclusivamente su jurisdicción a las relaciones de esos
Porque también las naciones, en cuanto personas morales, Estados soberanos entre sí y a la vida colectiva de la comunidad
tieneh sus derechos fundamentales, que guardan u n cierto q u e todos ellos formen. Porque, en esta comunidad de los
paralelo con los derechos individuales. Helos aquí enunciados pueblos, cada Estado queda encuadrado dentro del común or-
en una cita de Pío XII, quien los califica de exigencias del denamiento del derecho internacional, en el cual su soberanía
derecho de gentes: el derecho a la existencia, el derecho al
exterior encuentra sus límites. Por decirlo todo, el Estado, en
respeto y a la buena reputación, el derecho a una manera de
realidad, no ha sido nunca soberano en el sentido de una ausen-
ser propia y a una cultura peculiar, el derecho al propio des-
cia total de limitaciones. N o lo ha sido en el orden interno;
envolvimiento, el derecho a la observancia de los tratados in-
m u c h o menos en el exterior.
ternacionales...
La conciencia de una universal solidaridad fraterna, que Pero tampoco la autoridad supranacional puede tener pre-
la doctrina cristiana suscita y favorece, n o se opone al amor tensiones d e soberanía. E n primer lugar, porque ha de res-
de la tradición y de las glorias de la propia patria ni al fomento petar íntegramente esa esfera de interior supremacía de cada
de la prosperidad nacional. N o se trata de abolir las patrias uno de los Estados miembros. Pero, además, porque su auto-
ni de fundir arbitrariamente las razas. Se trata sólo de que ridad en la esfera internacional está condicionada al bien común
cada nación muestre comprensión y respeto hacia los senti- de la colectividad de las naciones. Por eso, la futura organiza-
mientos patrióticos de las demás. El amor a la patria no debe ción política mundial, de que más adelante se habla, gozará
significar jamás desprecio a las otras naciones ni menos ene- de una autoridad efectiva en la medida q u e salvaguarde y
mistad hacia ellas, porque no puede ser obstáculo al precepto favorezca la vida propia de una comunidad internacional cuyos
cristiano de la caridad universal. La ley natural nos impone la miembros todos concurran conjuntamente al bien de la hu-
obligación de amar singularmente el país en que hemos nacido manidad entera.
hasta dar la vida por él; si además nos manda amar a la co-
m u n i d a d de las naciones, se entiende que ha de ser sin detri- El nacionalismo egocéntrico
mento del amor a la propia patria.
Las relaciones internacionales y el orden interno d e los Es, en cambio, incompatible del todo con la solidaridad
Estados se hallan, por otra parte, estrechamente unidos, porque internacional el nacionalismo intransigente y egocéntrico, que
la buena doctrina condena por eso mismo, porque niega o con-
64* EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA 65*
cuica los deberes de solidaridad para con la gran familia de'las y el cambio de situación lo exigiere o simplemente lo aconse-
naciones. jare; la denuncia previa en forma clara y regular del tratado,
A este propósito, es necesario distinguir entre vida nacional cuya resolución estuviese prevenida; la apelación formal a las
y política nacionalista. La vida nacional, derecho y gloria de instituciones encargadas de garantizar el sincero cumplimiento
un pueblo, es el conjunto operante de todos aquellos valores de los contratos...
de civilización que son propios y característicos de un determi- Importa singularmente afianzar la seguridad jurídica mer-
nado grupo humano. Debe ser promovida, porque, lejos de ced al respeto de los pactos; porque considerar los convenios
estorbar a la vida internacional, la ayuda y enriquece. Pero el ratificados como cosa efímera y caduca y atribuirse la tácita
nacionalismo, en cuanto mentalidad egocéntrica al servicio de facultad de rescindirlos o quebrantarlos unilateralmente cuando
las ambiciones ilimitadas de uno de esos grupos nacionales, la propia utilidad parezca aconsejarlo, es proceder que echa
debe ser reprimido, porque desconoce o viola la convivencia por tierra toda confianza.
internacional y es la causa preponderante de los conflictos in-
ternacionales y aun de las conflagraciones bélicas. Los conflictos, sujetos a derecho
Profesa el nacionalismo una concepción hegeliana de la
soberanía, según la cual ésta equivale a la omnipotencia del Pero no sólo las relaciones normales de los Estados han
Estado, por lo que, entregadas al arbitrio de los gobernantes de sujetarse al derecho; también los conflictos internacionales
las relaciones internacionales, la prepotencia casi infinita del deben tener un tratamiento jurídico, en lugar de ser entrega-
Estado rompe la unidad que vincula entre sí a todos ellos, dos a la decisión de las armas.
abre camino a la violación de los derechos ajenos y hace casi Se entra, con esto, a exponer la doctrina pontificia sobre
imposible la convivencia pacífica y más aún la colaboración la guerra, doctrina que avanza audazmente con relación a las
entre las naciones. teorías tradicionales de filósofos y teólogos, puesto que trata
Contra las desviaciones del nacionalismo intransigente, los de conducir la mentalidad cristiana a la plena reprobación
Papas predican de modo cada vez más apremiante la solida- de toda guerra que no sea la puramente defensiva.
ridad internacional, sometida a un ordenamiento jurídico, el Parece, en efecto, llegada la hora en que la Humanidad,
cual tanto abarca las relaciones normales entre Estados como dado el progreso alcanzado, se pregunte francamente—dice
las situaciones de crisis y conflicto. Pío XII—si debe resignarse a lo que en el pasado pareció una
dura ley histórica o si, por el contrario, debe buscar caminos y
hacer esfuerzos para librar al género humano de la pesadilla
Regulación jurídica convencional perpetua de los conflictos bélicos.
Esa regulación jurídica de las relaciones entre Estados, en El precepto de la paz es de derecho divino, y su fin es la
épocas de convivencia normal, ve formuladas su.-> normas por protección de los bienes de la Humanidad en cuanto son
vía de pactos y tratados. bienes del Creador. Por eso hay que salvar la paz a toda costa,
haciendo que, sobrevenido un caso de conflicto, la fuerza ma-
Base común del propio régimen convencional son los si-
terial de las armas sea sustituida por la fuerza moral del de-
guientes postulados fundamentales: el respeto íntegro de la
recho.
independencia y libertad de todos los Estados, así como de sus
Viejos errores sobre la amoralidad de la guerra resucitados
derechos fundamentales; la justicia y equidad en los tratos,
en los últimos años han tenido que ser explícitamente conde-
de modo que aquello que una nación reivindique para sí deba
nados por los Papas. Así, la proposición de que la guerra es
concederlo, en igualdad de situaciones, a las otras; la acepta-
un hecho ajeno a toda responsabilidad moral, por lo cual el
ción de los deberes inherentes a los derechos que se invocan
i;obemante que la declara, si bien puede incurrir en un error
y ejercen, puesto que van deberes y derechos tan íntimamente
político cuando la guerra se pierde, no puede ser acusado de
unidos, que constituyen una sola y única totalidad jurídica;
culpa moral ni de delito. Así también la simple condenación
la observancia inviolable de los pactos estipulados y la fidelidad
de la guerra por sus horrores y no, además, por su injusticia.
a la palabra que se empeña; la equitativa, prudente y leal re-
Así, en fin, la tesis de que la guerra es una fase más de la ac-
visión conjunta de sus tratados cuando el transcurso del tiempo
DIHIT fonlif. i 3-
KXPOSICIÓN SISTEMÁTICA 87*
66* EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA
ción política y tan natural y admisible como cualquiera otra fuerza al agresor. Porque algunos de los bienes que constitu-
de ellas. yen el patrimonio de las naciones son de tanta importancia
La teoría que juzga la guerra como medio apto y propor- para la convivencia humana, que su defensa bélica contra la
cionado para resolver los conflictos internacionales está ya injusta agresión es, sin duda, plenamente legítima. Por otra
sobrepasada. Otros medios existen y otros procedimientos para parte, una propaganda pacifista que provenga de quien niega
vindicar los propios derechos, si hubiesen sido violados. la fe en Dios es un simple medio de provocar efectos tácticos
de excitación y confusión.
Vale igualmente esta doctrina para la guerra fría, y, cuan-
G u e r r a de agresión y defensiva do se produce, el atacado tiene no solamente eí derecho, sino
también el deber de defenderse. Porque ningún Estado puede
Conviene, llegado este punto, distinguir la guerra de agre- aceptar impasible la esclavitud política o la ruina económica.
sión y la guerra defensiva. En cuanto a la primera, su inmora- Hay que ir más lejos. El deber de resistir la agresión puede
lidad aparece cada día más evidente. Toda guerra de agresión alcanzar a los demás Estados que no son el agredido. Se da
contra aquellos bienes que el ordenamiento divinó de la paz como una suerte de obligación general de venir en socorro del
obliga a respetar es pecado, delito, atentado contra la majestad atacado. Ante una injusta agresión, la solidaridad que une a la
de Dios, creador y ordenador del mundo. Es más, la guerra familia de los pueblos prohibe a los demás comportarse como
ofensiva, aun cuando sólo revista la forma de la llamada guerra simples espectadores en una actitud de impasible neutralidad.
fría, debe ser condenada absolutamente por la moral. La comunidad de las naciones tiene el deber de no abandonar
La conciliación, el arbitraje, son las instituciones jurídicas al pueblo agredido.
a que se debe acudir en caso de conflicto. Y deben hacerse
obligatorias, hasta el punto que se impongan sanciones al Estado
que rehuse someterse a ellas o se niegue a aceptar sus decisiones. La Organización de las Naciones
En fin, para evitar la guerra de agresión deben ser limitados
los armamentos, con lo cual se esquivarán la tentación y el Para garantía de una paz justa y durable, la Comunidad de
riesgo de que la fuerza material, en vez de servir para tutelar las Naciones debe organizarse jurídicamente.
el derecho, apoye la tiránica violación de éste. Con la limita- Punto esencial de todo futuro arreglo del mundo, según el
ción de los excesivos armamentos quedarán, además, liberados Papa reinante, es la existencia de un órgano para el manteni-
los pueblos de la pesada servidumbre económica que hoy les miento de la paz, órgano investido, por consentimiento común,
aflige a causa de los grandes dispendios militares. de una suprema autoridad y cuyo oficio será sofocar en su raíz
Pero no todo se remedia con la restricción de los arma- cualquier amenaza de agresión, aislada o colectiva, y tratar lue-
mentos. Cae en un materialismo práctico o en un sentimenta- go de resolver el conflicto por medios pacíficos.
lismo superficial quien considera, en el problema de la paz, El tema de la autoridad supranacional es siempre el más
única o principalmente la amenaza de las armas y no da valor difícil. Esta deberá ser verdadera y efectiva sobre los Estados
alguno a la ausencia del orden cristiano, que es la verdadera miembros, pero de tal forma que todos conserven igual dere-
garantía de la paz. cho a su soberanía relativa. El común consenso de todos ellos
Otro es el caso de la guerra defensiva, la cual es lícita y será el sostén de esta autoridad.
hasta puede ser obligada si es el único medio que queda al Otro punto delicado es el de la sanción al Estado rebelde.
pueblo atacado para repeler la agresión Se apunta en la doctrina pontificia algo como un juicio inter-
Contra el moderno irenismo y contra la propaganda pacifis- nacional y una condena de ostracismo. El violador del derecho
ta, que abusa de la palabra paz para ocultar designios nada en la comunidad de los pueblos debe ser condenado como cri-
pacíficos, los Papas recuerdan que ni la sola consideración de minal y, en tal concepto, llamado a rendir cuentas de sus accio-
los dolores y males que derivan de la guerra ni la ponderación nes. Y debe ser apartado, como perturbador de la paz, en in-
cuidadosa del daño y de la utilidad que de ella puedan seguir- famante soledad, lejos de la sociedad civil.
se valen para determinar si es moralmente lícito e incluso, en Por el método, tan usual en los Papas, de enunciar deseos
algunas concretas circunstancias, obligatorio rechazar con la y aspiraciones, se contienen en los diversos mensajes del Pon-
EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA 89»
68* EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA
tífice reinante algunos juicios muy concretos sobre la Organi- —el Papa no se asusta de hablar de la constitución de un or-
zación de las Naciones Unidas: ¡Ojalá que la Organización de ganismo político único—, es esencial que cuente con una ver-
las Naciones Unidas pueda llegar a ser la plena y pura expre- dadera autoridad supranacional, aunque se entienda fundada
sión de la solidaridad internacional de la paz! Claro que para en una delegación parcial de la soberanía de sus miembros. Es
ello habrá de borrar antes de sus instituciones y de sus esta- punto decisivo, del que depende la constitución de una comu-
tutos todo vestigio de su origen, que fué, por necesidad, una nidad en sentido propio, la presencia de este poder real, res-
solidaridad de guerra. Y, para comenzar esta transformación, ponsable, y su encarnación en ün órgano ejecutivo.
deberá asociar gradualmente a los vencidos a la obra do recons-
trucción general, reconociéndoles la misma consideración y los Sobre bases cristianas
mismos derechos que a los demás Estados.
Más que la técnica política de la unión europea, es natural
que al Papa le preocupe el espíritu que debe animar la nueva
La unificación de l i u r o p a comunidad. Esta ha de ser la fe cristiana, que constituye la
base de su civilización y cuya difusión en el mundo ha sido
Sin detrimento de la organización universal de los listados, y es la misión histórica de Europa. Era la religión el alma de
pueden y deben determinadas naciones asociarse en familias Europa en sus siglos de esplendor, y cuando la cultura europea
de pueblos. Tal es singularmente el caso de Europa, cuya uni- se separó de ella, la unidad de Europa quedó rota.
dad se hace cada vez más necesaria y apremiante. Muchos dis- Por eso, hoy, por encima del fin económico y del político,
cursos ha dedicado al tema europeo el Papa Pío XIÍ. I l«? aquí la Europa unida debe asumir como misión propia la afirmación
sus ideas principales: y la defensa de los valores espirituales que en otro tiempo cons-
La unidad de Europa es necesaria, y es, por tanle, uerta- tituyeron el fundamento de su existencia, y que ella tenía la
da la política de unificación. Hay todo un cúmulo de i n/.ones vocación de transmitir a las restantes partes de la tierra. Poi-
que invitan hoy a las naciones europeas a federarse. La Euro- que el mensaje cristiano permanece, hoy como ayer, el más
pa maltrecha y decaída siente la necesidad de unirse para po- genuino de los valores de que Europa es depositaría y sigue sien-
ner fin a las rivalidades seculares; ve los territorios antes su- do capaz de mantener en su integridad y en su vigor las liber-
jetos a su tutela llegar a la edad de su emancipación; comprue- tades fundamentales de la persona humana, la función inviola-
ba que el mercado de primeras materias ha pasado de la escala ble de la familia y los fines de la sociedad nacional; y de garan-
nacional a la continental; siente, en fin, y el mundo entero con tizar en el ámbito de una comunidad supranacional el respeto
ella, que todos los hombres son hermanos y están llamados de las diferencias culturales y el espíritu de conciliación y de
a unirse para acabar con el escándalo del hambre y la ignoran- colaboración entre todos sus miembros.
cia de la pobre Humanidad. La misión civilizadora de Europa abarpa al mundo entero,
Una común política exterior europea, susceptible, por otra sobre el cual distribuye las riquezas espirituales acumuladas
parte, de admitir diferenciaciones, se hace indispensable en un por cada una de las naciones que la forman. Hay, sin embargo,
mundo que tiende a agruparse en bloques más o menos com- una mención especial para el continente africano. Nos parece
pactos. Los países europeos que han admitido el principio de necesario—ha dicho recentísimamente Pío XII—que Europa
delegar una parte de su soberanía en un organismo supra- mantenga en África la posibilidad de ejercer su influencia edu-
nacional, entran en una vía saludable, de donde puede salir, cativa y de aportar una ayuda material amplia y comprensiva
para ellos y para Europa, una vida nueva en todos los órdenes, que contribuya a elevar el nivel de vida de los pueblos africa-
no solamente en el económico y el cultural, sino también en nos y a revalorizar las riquezas materiales de aquel continente.
el espiritual y religioso. He aquí una orientación y un consejo de actualidad palpitante.
El designio de la Europa unida seré garantizar la subsis-
tencia de cada uno de sus miembros y la del todo constituido
por ellos, de suerte que su poder político pueda hacerse res-
petar como conviene en el concierto de las potencias mundiales.
La comunidad europea, bajo forma federal o de o t r o modo
70* KXPOSICIUN SISTEMÁTICA
EXPOSIC1ÓN SISTEMÁTICA 71*
ORACIÓN
EL NUEVO O R D E N E U R O P E O i
[El mensaje cristiano, valor el más precioso de Europa ]
Os acogemos con gusto, señores, y saludamos en vosotros a la
En la hora presente se percibe cada vez más la necesidad de la primera, y hasta aquí la única, institución parlamentaria europea
unión, así como la de poner pacientemente las bases sobre las que regularmente constituida por representantes de diferentes Estados.
habrá de apoyarse. La construcción avanza, alguna vez bien y algu- Nadie ignora con qué interés hemos seguido los esfuerzos de fede-
na vez mal, y a pesar de las tentativas para hacerla caer prosigue va- ración que se persiguen desde finales del último conflicto mundial,
lientemente. Vosotros tratáis de superar animosamente el estadio de y en particular el proyecto que había de conducir a la constitución
las realizaciones actuales para preparar desde ahora las piedras ne- de esta Comunidad Europea del Carbón y del Acero, dotada de
cesarias para el edificio de mañana. De ello nos alegramos, persua- verdaderos poderes gubernamentales en su propio campo. La idea
didos de que la inspiración que os anima procede de un sentimiento sobre ésta fué lanzada en el mes de mayo de 1950 «ton un espíritu
recto y generoso. Vosotros queréis procurar, con los mejores me- audaz y realizador a la vez, y al año siguiente un tratado signado por
dios posibles, a la Europa tantas veces desgarrada y ensangrentada, los seis países que vosotros representáis le daba su expresión; este
una cohesión duradera que le permita continuar su misión histórica. 1
Discurso de Su Santidad a la Asamblea de la Comunidad Europea del Carbón y del
Si es verdad que el mensaje cristiano fué para ella como el fermento Acero (C. E. C. A.) (4 de noviembre de 1957; texto francés en I.'Oiservatare Romano del 4-5).
82* ADDEXDA
ADDENDA 83*
tratado entraba en vigor el 25 de julio de 1952, y muy pronto los
primeros resultados económicos se dejaban sentir de forma favorable.
U n acontecimiento como la reunión de vuestro Parlamento en [Progresos sociales derivados de la C. E. C. A.]
Roma contribuirá, estamos seguros, a desarrollar el interés público
por las ventajas de una unidad más amplia que la de la nación en el Otra ventaja de la C. E. C. A. sobre la que queremos insistir es
sentido tradicional, y no dejará de atraerse la atención por el aumen- el progreso social que representa para los países interesados velando
to de la producción del carbón y del acero, por los precios más jus- por la mejora de las condiciones de vida de los trabajadores, asegu-
tos, debidos a la supresión de las barreras aduaneras y de las medi- rando el empleo de los obreros parados por consecuencia de una
das restrictivas; por la readaptación profesional de los trabajadores, mayor mecanización, manteniendo el nivel de salarios, procurando
la libre circulación de mano de al obra, cuyas primeras formas a los interesados indemnizaciones a plazo, de transferencia y de
acaban de entrar tan felizmente en vigor. adaptación técnica, procurando sitios destinados a crear nuevos pues-
Una necesidad económica vital obliga a los Estados modernos tos de trabajo o a construir viviendas para las familias obreras. Nos
de potencia media a asociarse estrechamente si quieren llevar ade- deseamos subrayar en particular la creación reciente de una carta
lante las actividades científicas, industriales y comerciales que con- de trabajo de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, que
dicionan su prosperidad, su verdadera libertad y su despliegue cul- permite a una primera categoría de obreros cualificados la libre circu-
tural. Pero hay todo un cúmulo de razones que invitan hoy a las lación de un país a otro. Este resultado, que puede parecer insigni-
naciones de Europa a federarse realmente. Las ruinas materiales y ficante al gran público, es en realidad el fruto de conversaciones la-
morales causadas por el último conflicto mundial han hecho perci- boriosas, obligadas por la diversidad de legislaciones del trabajo en
bir mejor la inanidad de las políticas estrictamente nacionalistas: la los países de la Comunidad, pero su valor simbólico y su importan-
Europa maltrecha y aminorada siente la necesidad de unirse y po- cia práctica no escapan a nadie. La igualdad de las condiciones so-
ner fin a las seculares rivalidades; ella ve los territorios antes some- ciales que aquélla debe establecer progresivamente entre obreros de
tidos a tutela llegar rápidamente a la edad de la autonomía; com- la misma categoría a través de la nueva Europa tendrá ciertamente
prueba que el mercado de primeras materias ha pasado de la esca- profundas repercusiones humanas, y Nos hacemos votos para que
la nacional a la escala continental; siente, en fin, y el mundo entero contribuya a aproximar los espíritus y los corazones en una verda-
con ella, que todos los hombres son hermanos y están llamados a dera fraternidad.
unirse en el trabajo para acabar con la miseria de la Humanidad,
para hacer cesar el escándalo del hambre y de la ignorancia. ¿Cómo Además de sus ventajas de orden principalmente material, la
osar todavía refugiarse en un proteccionismo de corto alcance cuan- obra de la Comunidad merece también llamar la atención en el
do la experiencia ha probado que semejantes medidas vienen, en campo de la información social. En efecto, la publicación regular de
definitiva, a dificultar la expansión económica y disminuyen los re- informaciones de primera mano obtenidas sobre la situación del mer-
cursos disponibles para mejorar la suerte de la Humanidad? cado de la producción, la posibilidad ofrecida a los sindicatos de
trabajadores para participar en las encuestas sobre los salarios den-
tro de las empresas, la financiación de investigaciones sobre la se-
guridad en el trabajo o sobre las enfermedades específicas, como la
[Los factores económicos por si solos no bastan ] silicosis de los mineros, constituyen muy notables servicios presta-
dos al mundo del trabajo y un título más para nuestra benevolencia.
Sería erróneo creer que el orden nuevo nacerá por sí mismo bajo No es que todo sea ya perfecto ni que todos los progresos re-
la sola presión de los factores económicos. La naturaleza humana, cientemente realizados puedan ser atribuidos a la C. E. C. A.; pero
debilitada por el pecado, no engendra más que el desorden si se la las iniciativas llevadas a cabo dentro del espíritu del tratado, por los
deja solamente a sus apetitos. Es necesario un derecho reconocido, organismos que ella anima, suscitan fructuosas experiencias y pro-
es necesario un poder capaz de hacerlo observar. Una de las venta- vocan intercambios que sin ella se hubieran retrasado no poco. In-
jas de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero es haber cluso ciertos reveses, por ejemplo, en la transferencia de la mano
probado su utilidad mediante tangibles resultados. La mayor esta- de obra de regiones económicamente menos favorecidas hacia otras
bilidad de los precios ha hecho contraer a los compradores y ven- que lo son más, han mostrado a expertos desinteresados la necesi-
dedores el hábito de comerciar sobre toda la extensión del mercado dad de una política económica más audaz, más comprensiva y de
y el clima de confianza que se ha creado proporciona la esperanza más largo alcance en favor de las regiones infradesarrolladas de
de que el tratado será pronto extendido a sectores cada vez más Europa.
vastos. Actualmente, en efecto, no puede asegurar más que u n equi-
librio parcial, porque una parte muy importante de los intercambios Una lección moral de energía y de paciencia se desprende de la
económicos escapan todavía a él. situación actual de la C. E. C. A., porque ésta no ha podido conducir
a los resultados sustanciales ya adquiridos más que gracias a una larga
84* ADDEKJÜA ADDBNDA 86»
preparación jurídica y técnica, a falta de la cual jamás hubiera triun- y tenaz, no se podrán flanquear nuevas etapas sin desplegar una
fado de las dificultades de todo orden que se le presentaron durante gran energía. Los resultados obtenidos nos permiten hacer un buan
los primeros meses. Hoy muchas preocupaciones que podían pare- augurio del futuro y los más sinceros votos por los trabajos de vues-
cer irreductibles se han calmado y se entrevé que el movimiento tra Asamblea. Los países de Europa que han admitido el principio
creado no puede ya detenerse, que es preciso, por tanto, entrar a de delegar una parte de su soberanía en un organismo supranacional
fondo en él y consentir los sacrificios temporales, sin los que no se entran, creemos, en una vía saludable, de donde puede salir para
conseguiría nada. ellos mismos y para Europa una vida nueva en Ijodos los órdenes,
un enriquecimiento no solamente económico y cultural, sino tam-
bién espiritual y religioso.
[El patrimonio cultural de Europa, base de. la anión ] Así, pues, invocamos sobre vuestra Asamblea la luz y la fuerza
de lo alto, en prenda de las cuales otorgamos de todo corazón a vos-
otros aquí presentes, a todos los que os son queridos y a quienes de-
Así, pues, es para Nos un gozo pensar en los puntos de orden seáis encomendar a nuestras oraciones, nuestra bendición apostólica.
espiritual y humano que pueden resultar de poner en común el pa-
trimonio tan rico de Europa. Cuando Nos hablamos de patrimonio,
empleamos a propósito una palabra de sentido muy amplio, que
comprende ante todo los valores intelectuales y morales. Es necesa- MUNICIPIO, ESTADO Y C O M U N I D A D DE NACIONES 1
rio, sin duda, basar la empresa de unión política sobre datos econó-
micos ciertos; pero es necesario contar también antes con el enrique-
cimiento y el estímulo que provocarán ciertamente el braceaje de El Congreso de la sección italiana del Consejo de Municipios de
culturas antiguas y profundas, el encuentro de temperamentos y de Europa, en el que han tomado parte también importantes delegacio-
tradiciones complementarias, la explotación común de un capital nes de otras secciones europeas, nos ofrece la ocasión de saludar en
de energías personales y sociales acumulado durante largos siglos vosotros, señores, a los representantes de uno de los principales mo-
de pacíficas conquistas: conquistas sobre las fuerzas de la Natura- vimientos que trabajan por construir una comunidad europea su-
leza, que han preparado, enriquecido y embellecido el territorio; pranacional. Es, vosotros lo sabéis, un título particular para nuestra
conquistas sobre la ignorancia y el error, que han dado nacimiento benevolencia y hemos querido dar de ello una nueva prueba aco-
a la cultura, a la ciencia y a la vida espiritual del Occidente. No se giendo el requerimiento de vuestra presidencia.
trata de abolir las patrias ni de fundir arbitrariamente las razas. El
amor de la patria deriva directamente de las leyes de la Naturaleza,
resumidas en el texto tradicional de los mandamientos de Dios: [La voz de las comunidades administrativas locales]
«Honra a tu padre y a tu madre, a fin de que tus días se prolonguen
sobre la tierra que te da el Señor, tu Dios» (Ex. 20,12). Sin embargo, La voz de las autonomías locales, sus aspiraciones y sus preocu-
el deber de reconocimiento a los méritos y los trabajos de los ante- paciones constituyen un elemento a la vez estimulante y ponderati-
pasados engendra muy a menudo una preferencia instintiva para vo en la elaboración de la unidad federal europea que se busca.
ciertas formas de vida y de pensamiento, una adhesión a privilegios Vuestra organización puede, en efecto, gracias a la multiplicidad de
que no tienen siempre o que no tienen ya razón de ser ante las nue- sus centros de acción, ejercer una propaganda muy eficaz en favor
vas obligaciones creadas por la evolución rápida y profunda del mun- de la idea federalista, y por ello apresurará, Nos lo esperamos, l<u»
do moderno. Entrar en una comunidad más vasta no se hace nunca decisiones de los Gobiernos y le proporcionará el apoyo de una opi-
sin sacrificios, pero es necesario y urgente comprender el carácter nión pública ilustrada.
ineluctable y, en definitiva, bienhechor. Por lo demás, se comprue- Pero no es menos importante el subrayar las consideración!»
ba a este respecto un feliz cambio en la opinión-pública, mejor in- que vuestro Consejo introduce con autoridad en los proyecto!» dr
formada ya gracias a la facilidad de los viajes, a la abundancia de la los Gobiernos. El carácter grandemente centralizador de las uncio-
documentación escrita y audiovisual, de la que cada uno puede apro- nes modernas, que tiene por consecuencia reducir excesivaim-ute
vecharse con menores gastos. Para favorecer esta apertura, la apor- las libertades de las comunidades locales y de los individuoH, OH re-
tación de un largo atavismo cristiano asegurará, con la ayuda de cuerda la primacía de los valores personales sobre los v;ilort:H eco-
Dios, la superación de interesados egoísmos, sin la que no hay unión nómicos y sociales: el bien común, con miras al cual fui CNlablccido
profunda y duradera. 1
Discurso de Su Santidad al III Congreso Nacional de la Asociai'ii'm Itntlunii para el
Del mismo modo que se ha llegado a acuerdos actualmente en * :onsejo de Municipios de Europa (texto francés en L'Osservatore Romane <li' 7 dff dliíembre
vigor al precio de largos esfuerzos y de una perseverancia flexible Je 1957)-
86* ADDENDA ADDKNDA 87"
él poder civil, culmina en la vida autónoma de las personas. Sólo más conveniente de las funciones del Estado y de los poderes lo-
una comunidad de intereses espirituales puede agruparse durade- cales en la administración civil, una rnás justa armonización de es-
ramente a los hombres. Es necesario, pues, constituir en la Europa fuerzos financieros de los municipios o comunas con las medidas
que se está haciendo una vasta y sólida mayoría de federalistas que generales tendentes al mejoramiento económico de las regiones in-
mantiene los principios de un sano personalismo—queremos decir fradesarrolladas o momentáneamente e n dificultad. La experiencia
una concepción de la sociedad civil—, en que las personas encuen- de vuestros especialistas y la importancia de los problemas sobre los
tran un desarrolla normal y sirven libremente a la comunidad. En que vosotros podéis adoptar posiciones comunes darán un peso con-
esta noción de servicio, un numerosísimo grupo de espíritus gene- siderable a la colaboración permanente qvie contáis con procurar a la
rosos puede estar de acuerdo, con tal que se le dé todo su sentido, organización racional de la nueva Europa.
á ejemplo del divino Maestro, que «no vino para ser servido, sino Por estas razones y por el espíritu q u e anima vuestras investiga-
para servir» (Mt. 20,28). ciones, nos sentimos gozosos de poder dirigiros nuestro aliento y
hacemos los más cordiales votos por el éxito de los proyectos en curso.
Que el Señor os ilumine y os sostenga sobre el camino de una
[Subordinación de intereses y egoísmos a objetivos más altos] fraternidad más vasta y más profunda. Nos lo pedimos instantemen-
te a su divina Providencia, otorgándoos a todos los aquí presentes,
Muy lejos de caer en un idealismo sin vigor, esta actitud es, por a vuestras familias, a vuestros municipios, nuestra bendición apos-
el contrario, la más realista posible, porque subordina los intereses tólica.
secundarios a los intereses superiores y acaba con el egoísmo y las
susceptibilidades demasiado fácilmente calificadas de «legítimas», ac-
titud, además, que no reivindica privilegios y accede a los necesarios
sacrificios; que no retrocede ante los largos esfuerzos y sabe aprove-
char los medios que se imponen.
Nos parece que vuestro Consejo, además de la experiencia ad-
quirida en la administración municipal, posee estas cualidades y
sabe hacerlas valer con fruto. Nos lo deseamos así en prueba de las
sabias resoluciones tomadas en relación con los tratados europeos
recientes y los problemas que retrasan todavía la unificación polí-
tica, tan vivamente deseada por vosotros. Sin duda es por esto por
lo que vuestras intervenciones encuentran una acogida favorable y
vuestros proyectos se presentan bajo los mejores auspicios.
adaptarlos, con el mismo espíritu cristiano que ios ha inspirado, sia, aparecen señales cada vez más evidentes y terribles de la
ni nuevo medio creado por la evolución material de In socie- corruptora falsedad del viejo paganismo. SP 23 (766).
dad contemporánea... N C H 44 (421). *') ... la masonería, constituida contra todo derecho divino y hir-
f) ... la Iglesia en su progreso sigue sin interrupción y sin descan- mano..., tan perniciosa para el Estado como para la religión
so el camino providencial de los tiempos y de las circunstancias. cristiana. H 4 (160).
Tal es el sentido profundo de su ley vital de continua adapta- g) Personificación permanente de larevolución, [la masonería] cons-,
ción, que algunos, incapaces de elevarse a esta magnífica con- tituye una especie de sociedad al revés. AI 26 (366).
cepción, han interpretado y presentado como oportunismo.
SC2 12 (924). E) El retorno al cristianismo, remedio de los males públicos.
g) ... el Pontífice Romano es en la ¡.ierra el guardián y el defensor a) ... en el loco intento de emanciparse de Dios, la sociedad civil
de las normas inmutables de la moral y de la justicia. ID 3 (45)1- rechazó lo sobrenatural y la revelación divina, substrayéndose
así a la vivificante eficiencia del cristianismo, es decir, a la más
C) F o r m u l a r doctrina n o es hacer política 2 . sólida garantía del orden, al más poderoso vínculo de fraterni-
a) ... es necesario separar... en nuestra apreciación intelectual la dad, a la fuente inexhausta de las virtudes individuales y pú-
religión y la política, que son diferentes por su misma natura- blicas; y depende de esta bosquejada apostasía el trastorno de
leza específica. CM 3 (132). la vida práctica. AI 19 (359).
b) ... equivocada opinión de los que mezclan y como identifican la b) Al seno del cristianismo debe, por, tanto, retornar la sociedad
religión con un determinado partido político. C M 3 (131). extraviada si quiere el bienestar, el reposo, la salud. AI 19 (359).
c) ... querer complicar a la Iglesia en querellas de política parti- c) Así como el cristianismo no entra en las almas sin mejorarlas,
dista... constituye un abuso muy grave de la religión. S 15 (282). de la misma manera no entra en la vida pública de un Estado
d) ... no es de competencia suya [de la Iglesia] la declaración de la sin vigorizarlo en el orden; con la idea de un Dios providente,
mejor forma de gobierno ni el establecimiento de las institu- sabio, infinitamente bueno e infinitamente justo, hace penetrar
ciones rectoras de la vida política de los pueblos cristianos. en las conciencias el sentimiento del deber, endulza los sufri-
S 15 (282). mientos, calma los rencores, inspira el heroísmo. AI 19 (359-
e) ... actividades que, si bien no le son contrarias, caen fuera de! 360).
campo de la Acción Católica, como serían las actividades de d) Aplicando la doctrina de su Divino Fundador, mantiene con
partidos políticos y las de orden puramente económico-social. ponderado equilibrio lo justo en todos los derechos y en todas
FC 41 (743)- las prerrogativas de la colectividad social. Y la igualdad que
proclama, conserva intacta la distinción de los varios órdenes
D) Yerran quienes se apartan de la concepción cristiana. sociales, exigidos evidentemente por la naturaleza; la libertad
a) Son muchos los que se han empeñado en buscar la norma cons- que proporciona, a fin de impedir la anarquía de la razón eman-
titucional de la vida política al margen de las doctrinas apro- cipada de la fe y abandonada a sí misma, no lesiona los dere-
badas por la Iglesia católica. I 1 (190). chos de la verdad, que son superiores a los de la libertad; ni
b) • ... todo el ordenamiento jurídico, las instituciones, las costum- los derechos de la justicia, que son superiores a los del número
bres, las leyes, los cargos del Estado, la educación de la juven- y de la fuerza; ni los derechos de Dios, que son superiores .i
tud, quedan al margen de la Iglesia como sí ésta no existiese. los del hombre. AI 19 (360-361).
L 27 (256). e) ... no hay más que un solo remedio...: volver a un verdadero
c) ... [afirmar] la existencia de una conciencia política opuesta a cristianismo en el Estado y entre los Estados. N7 32 (910).
ta conciencia de la Iglesia, I G D 1 (432).
d) ... cambiar las bases naturales y tradicionales de la sociedad
y... prometer una ciudad futura edificada sobre oíros princi-
pios, que ellos tienen la osadía de declarar más fecundos, más
beneficiosos que los principios sobre los cuales reposa la ciudad
cristiana actual. N C H 10 (408).
e) ... donde el laicismo logra sustraer al hombre, a la familia y al
Estado del influjo benéfico y regenerador de Dios y de la Igle-
J
1
Cf. además sexta parte, C.
Cf. sexta parte, H.
92* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS FUNDAMENTOS DEL ORDEN SOCIAL V POLÍTICO B.'J*
b)
°~ . ^):
... sin religión es imposible un Estado bien ordenado. I 15 (208).
la sociedad los gobernantes... nada hay ni puede haber más
adecuado que las leyes establecidas por el mismo Dios. L 14
(242). .
c) ... las creencias religiosas han sido siempre y en todas partes d) ... si se quiere llegar... a la mayor suma de bienestar posible
como las bases... de la constitución de toda sociedad bien or- para la sociedad y para cada uno de sus miembros por medio
denada. A M 7 (301). de la fraternidad o, como también se dice, por medio de la
dj ... debilitada y perdida la fe en Dios y en el Divino Redentor solidaridad universal, es necesaria la unión de los espíritus en
y apagada en las almas la luz que brota de los principios uni- la verdad, la unión de las voluntades en la moral, la unión de
versales de moralidad, queda inmediatamente destruido el único los corazones en el amor de Dios y de su Hijo, Jesucristo
e insustituible fundamento de estable tranquilidad en que se N C H 24 (413).
apoya el orden interno y externo de la vida privada y pública,
que es el único que puede engendrar y salvaguardar la pros- C) No basta la fuerza.
peridad de los Estados. SP 25 (767). a) ... la fuerza sin el apoyo de la religión es Sumamente débil.
e) ... la religión y sola la religión puede crear el vínculo social. S 2 (266).
Ella sola basta para mantener sobre fundamentos sólidos la b) Más a propósito para engendrar la esclavitud que la obedien-
paz perfecta de un pueblo. A M 5 (300). cia, la fuerza lleva en si misma los gérmenes de las grandes
f) Si al que es llamado a las empresas más arduas, al sacrificio... perturbaciones sociales. S 2 (266).
en bien de la comunidad se le quita el apoyo moral que le viene c) Por la violencia se sujetan los cuerpos, mas no los espíritus
1
Of. cuarta parte, B. AB 9 (448).
ITNDAMENTOS D í a ORDEN SOCIAL V POLÍTICO Itíi 1
94* SUMARIO SISTEMÁTICO DK I B S I S
d) ... la eficacia del castigo no es tan grande que pueda conservar /) Una doctrina o construcción social que niegue esa interna \
ella sola el orden en los Estados. El miedo... «es un fundamento esencial conexión con Dios de todo cuanto se refiere al hombre
débil, porque los que se someten por miedo, cuando ven la o prescribe de ella... N 4 10 (843).
ocasión de escapar impunes, se levantan contra los gobernan- ¡') ... toda norma de vida social que se apoye sobre un funda-
tes con tanta mayor furia cuanto mayor ha sido la sujeción mento exclusivamente humano, se inspire en motivos meramente
forzada impuesta únicamente por el miedo» (SANTO TOMÁS, De terrenos y haga consistir toda su fuerza en la sanción de una
regimine principum, 1,10). D 18 (123). autoridad puramente externa. SP 41 (775-776).
e) ... «El miedo exagerado arrastra a muchos a la desesperación, h) . . . e l aspecto político excluye toda consideración ética y reli-
y la desesperación se lanza audazmente a las más atroces revo- giosa. N 4 12 (844).
luciones». (SANTO TOMÁS, De regimine principum, 1,10). D 18 i) . . . q u e la sociedad humana sea constituida y gobernada sin-
(123)- consideración alguna a la religión. Q C 3 (8).
f) Ningún poder coercitivo del Estado, ningún ideal puramente íJ ... apartar y separar por completo la política de la religión que-
terreno, por grande y noble que en sí sea, podrá sustituir por riendo que nada tenga que ver la una con la otra y juzgando
mucho tiempo a los estímulos tan profundos y decisivos que que no deben ejercer entre sí influjo mutuo alguno. CM 2 (131).
provienen de la fe en Dios y en Jesucristo. MBS 34 (657). k) ... sólo en la naturaleza hay que buscar el origen y la norma
de toda verdad. S 5 (271).
D) Sujeción a la L e y divina.
1) ... separar el poder político ele toda relación con Dios. SP 39
a) ... deberá levantarse el nuevo orden del mundo sobre el in- (775)-
concuso y firme fundamento del Derecho natural y de la reve-
lación divina. SP 60 (787).
II. FUNDAMENTO MORAL
b) Y esa exigencia de una obediencia absoluta [al Creador] se
extiende a todas las esferas de la vida, en las que las cuestio- A) Sujeción a la ley moral.
nes de orden moral exigen la conformidad con la ley divina y,
por esto mismo, la armonía de los mudables ordenamientos a) ... es necesaria... una norma universal de rectitud moral.., en
humanos con el conjunto de los inmortales ordenamientos di- la vida política y en las mutuas relaciones internacionales.
vinos. MBS 14 (649). SP 20 (764).
c) ... la política orientada hacia las eternas verdades y las leyes de b) ...regular la vida pública según las prescripciones de aquel
Dios es la más real y concreta de las políticas. N7 32 (910). orden inmutable que se apoya y es regido por principios univer-
sales. SP 44 (777).
E) Tesis erróneas del laicismo. c) Este nuevo orden... ha de alzarse sobre la roca indestructible
a) ... es totalmente contraria a la naturaleza la pretensión de que e inmutable de la ley moral, manifestada por el mismo Creador
no existe vinculo alguno entre el hombre y el Estado y Dios, mediante el orden natural y esculpida por El en los corazones
Creador v, por tanto, Legislador supremo y universal. L 12 de los hombres con caracteres indelebles. N3 17 (832).
(230). d) El Estado es... u n organismo fundado sobre el orden moral del
b) ... [liberales que] rechazan... las normas de dogma y moral que, mundo. PC 7 (1090).
superando la naturaleza, son comunicadas por el mismo Dios, e) ... suprimidos los frenos del deber y de la conciencia, no queda
o pretenden que no hay razón alguna para tenerlas en cuenta más que la fuerza..., incapaz para dominar por sí sola las pa-
sobre todo en la vida política del Estado. L 26 (256). siones desatadas de las multitudes. L 12 (240).
c) ... las leyes divinas deben regular la vida y la conducta de los J) ... la severidad de las leyes resultará infructuosa mientras los
particulares, pero no la vida y conducta del Estado. L 14 (241). hombres no actúen movidos por el estímulo del deber y por
d) ... es lícito en la vida política apartarse de los preceptos de la saludable influencia del temor de Dios. D 18 (123).
Dios y legislar sin tenerlos en cuenta para nada. L 14 (241-242). g) La razón demuestra y la historia confirma este hecho: la liber-
e) ... donde el Estado se ajusta por completo a los prejuicios del tad, la prosperidad y la grandeza de un Estado están en razón
llamado laicismo..., donde el laicismo logra sustraer al hombre, directa de la moral de sus hombres. I. 17 (24Í>).
a la familia y al Estado del influjo benéfico y regenerador de
Dios y de la Iglesia [aparecen] señales cada vez más evidentes B) Moral fundada en la religión.
y terribles de la corruptora falsedad del viejo paganismo. a) Es necesario que la norma de nuestra vida se ajuste... no sólo
SP 23 (766). a la ley eterna, sino también a todas y cada una de las demás
leyes que Dios... ha comunicado. L 13 (241).
96* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS FUNDAMENTOS DEL ORDEN SOCIAL Y POLÍTICO 97*
b) Sobre la fe en Dios, genuina y pura, se funda la moralidad del llega necesariamente el momento en que aparece triunfante
género humano. MBS 34 (657). aquella ineluctable ley que tira todo... cuando la grandeza dei
c) ... la religión, el principal fundamento de la justicia y de la éxito alcanzado no responde en su vigor interior a las normas
virtud. Al 10 (353). de una sana moral. SP 43 (776).
d) ... la ley moral... esculpida por El en los corazones de los hom- 2. La moral independiente.
bres con caracteres indelebles. N3 17 (832).
e) ... la existencia de una ley natural común a todos los hombres a) ... no hay en la vida práctica autoridad divina alguna a la que
haya que obedecer: cada ciudadano es ley de sí mismo [según
y a todos los pueblos, de la cual derivan las normas del ser,
el racionalismo]. L 12 (238).
del obrar y del deber. 1P 13 (1044).
b) ... moral independiente que, apartando a la voluntad, bajo pre-
G) Moral objetiva de directrices eternas. texto de libertad, de la observancia de los preceptos divinos,
concede al hombre una licencia ilimitada. L 12 (238).
a) ... las directrices eternas de una doctrina moral objetiva para c) ... independiente apariencia de moral puramente civil..., inde-
la formación de las conciencias y para el ennoblecimiento de pendiente..., la cual, prescindiendo de la razón eterna y de los
la vida en todos sus planos y ordenamientos. MBS 34 (658). divinos mandamientos, lleva... a... constituir al hombre ley de
bj ... la idea de moralidad implica... un orden de dependencia sí mismo. AI 10 (353).
con relación a la verdad. A M 6 (300). d) ... los intentos de separar la doctrina del orden moral de la
c) ... ideales naturales de la veracidad, justicia, cortesía y coope- base granítica de la fe, para reconstruirla sobre la arena move-
ración al bien. N2 26 (822). diza de las normas humanas, conducen, pronto o tarde, a los
d) ... existen... relaciones de causa y de efecto entre el mundo individuos y a las naciones a la decadencia moral. MBS 34 (657).
moral y el mundo económico; deben aquéllas ser ordenadas de e) ... desgajar... la doctrina moral... de la verdadera fe en Dios
modo que la primacía quede atribuida al primero; es decir, al y de las normas de la revelación divina. MBS 35 (658).
mundo moral le corresponde imbuir autorizadamente con su es-
píritu la misma economía social. N 16 21 (1031). 3. La moral utilitaria.
e) ... la moralidad... entra como componente en todos los actos a) ... la moral como el orden jurídico serían una simple emana-
humanos. A M 6 (300). ción exclusiva del sistema económico... mudable y caduca.
f) ... los altos cargos políticos del Estado y todos los funcionarios DR 12 (677).
públicos de la Administración deben cumplir sus deberes por b) ...la economía, con su capacidad aparentemente ilimitada de
obligación de conciencia. DR 82 (719-720). producir bienes innumerables y con la multiplicidad de sus
g) ... la unidad interna, con su multiformidad, depende del pre- relaciones, ejerce sobre muchos contemporáneos una fascina-
dominio de las fuerzas espirituales, del respeto a la dignidad ción superior a sus posibilidades y en campos extraños a ella.
humana en sí y en los demás, del amor a la sociedad y a los N 1 6 19 (1030).
fines que Dios le ha señalado. N4 18 (845). c) Sería erróneo creer que el orden nuevo nacerá por sí mismo
bajo la sola presión de los factores económicos. La naturaleza
D) Errores sobre la base m o r a l del Estado. humana, debilitada por el pecado, no engendra más que el
1. La base moral no existe. desorden si se la deja solamente a sus apetitos. Es necesario
un derecho reconocido, es necesario un poder capaz de hacerlo
a) ... el aspecto político excluye toda consideración ética. N4 12
observar. CE 82*.
(844).
b) En nuestros días, sin embargo, las disensiones... provienen... 4. Moral patriótica.
de una profunda perturbación de la conciencia interior, que ha a) ... la violación de un juramento... o una acción perversa y cri-
trastornado temerariamente los sanos principios de la moral minal... lícitas... por amor a la patria. SY 64 (34).
privada y pública. SP 26 (767-768).
c) ... desviar del sendero moral al Estado y su poder... y desatar- E) Fundamento moral del orden internacional. (Cf. parte un-
los del vínculo eminentemente ético que les une a la vida in- décima.)
dividual. N4 55 (853).
d) ... a veces el poder público, aunque apoyado sobre fundamen-
tos tan débiles y vacilantes [el derecho humano sin dependen-
cia alguna del divino], puede conseguir, por casualidad y por
la fuerza de las circunstancias, ciertos éxitos materiales..., pero
thutr pontit. 2
98* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS FUNDAMENTOS DEL ORDEN SOCIAL V POLÍTICO 99*
y. El éxito.
III. FUNDAMENTO JURÍDICO I a) La injusticia de un hecho coronada con el éxito no perjudica
( en nada a la santidad del derecho. SY 61 (34).
A) El derecho y la justicia, fundamentos del Estado.
4. La fuerza.
a) ... el primado del derecho y la justicia, que son los f,' H a) ... la fuerza crea el derecho. N2 28 (822).
tos más firmes de los Estados. Pg I 3 (JJ-J °S fundamen- b) ... la fuerza y el éxito no legitiman los abusos ni constituyen
b) ... la civilización se apoya en los principios eternos de la por sí mismos el derecho; ... el derecho debe prevalecer sobre
verdad y en las leyes inmutables del derecho y de la justicia la fuerza. IP 16 (1046).
cf ... la ley y el derecho no son más que instrumentos en manos
c) ... vital conexión entre el genuino orden social y un eemuno
de los círculos dominantes. P O 20 (973).
ordenamiento jurídico. N4 18 (845).
B) Derivan de la religión y de la moral. D) El derecho natural, base de todo ordenamiento positivo.
a) [Es errado] desgajar... los mismos fundamentos del derecho y 1. Se funda en Dios y la ley eterna.
de su aplicación de la verdadera fe en Dios y de las normas a) ... la ley natural es la misma ley eterna, que, grabada en los
de la revelación divina. MBS 35 (658). seres racionales,' inclina a éstos a las obras y al fin que les son
b) Los pueblos que pierden el temor de Dios quitan su base fun- propios; ley eterna que es, a su vez, la razón eterna de Dios,
damental a la justicia. N G 3 (144). Creador y Gobernador de todo el universo. L 6 (232).
b) Esta ley natural tiene su fundamento en Dios, Creador omni-
c) ... el ordenamiento jurídico, una refracción externa del orden
potente y padre de todos. SP 21 (764-765).
social querido por Dios, luminoso fruto del espíritu huma-
c) ... derecho natural, impreso por el dedo mismo del Creador en las
no. N4 18 (846),
tablas del corazón humano, y que la sana razón humana, no
C) Postulados erróneos sobre el orden jurídico. obscurecida por pecados y pasiones, es capaz de descubrir.
1. Positivismo, separación entre ley y moralidad... MBS 35 (658).
a) ...positivismo jurídico, que atribuye una engañosa majestad d} ... los preceptos de derecho natural incluidos en las leyes hu-
a la promulgación de leyes puramente humanas...; separación manas no tienen simplemente el valor de una ley positiva, sino
entre la ley y la moralidad...; el instinto jurídico, como último que, además y principalmente, incluyen un poder mucho más
imperativo...; considerar al Estado o a la clase... una entidad alto y augusto que proviene de la misma ley natural y de la
absoluta y suprema. N4 17 (845). ley eterna. L 7 (233).
2. Es claro, preciso e inexhausto.
2. Utilitarismo.
a) «Derecho es lo que es útil a la nación». MBS 35 (658). a) ... solicitud constante de la Iglesia el suscitar, mantener des-
pierto, hacer eficaz el conocimiento del derecho natural; no
b) ... se reivindica una autonomía jurídica regida únicamente por de un vago, sino de un claro y bien determinado derecho natu-
razones utilitarias. SP 42 (776)- T „ f o„\ ral. IP 19 (1047).
c) ... la utilidad es la base y la regla d e l d e r e d . ^ *8 (822). b) ... una transformación de las condiciones económicas y socia-
d) ... confundir el interés y el derecho. MBS 35 (659). les (e incluso a veces políticas) exige también nuevas formas de
Materialismo. los postulados del derecho natural. IP 16 (1046).
Los hechos. . „ todos los hechos c) ... las normas objetivas del derecho, del derecho divino natu-
a. tal
ral, que garantiza a la vida jurídica de los hombres la autono-
a) El derecho consiste en el hecno mía requerida por una viva y segura adaptación a las condi-
tienen fuerza jurídica. SY 59 (33)- ciones de cada tiempo. P O 20 (973).
p. La economía. . gerían u n a simple emana- <l) ..el derecho natural es algo distinto de una regla puramente
negativa, de una frontera cerrada para las usurpaciones de la»
legislación positiva, de un simple ajuste técnico a las circuns-
tancias... en el derecho natural [está] e! alma de esa legislación
positiva, alma que le da forma, sentido y vida. N E 7 (978).
pontificios sobre cuestiones wf£*-£do excluidos del presen
del tema que, por consiguiente, han
FUNDAMENTOS UILL OJiDKN SOCIAL V l'oUTICO 101*
100* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS
del mandato y en la obligación que implica el cumplirlo.
3. El derecho positivo debe conformarse con él.
MBS 35 (658).
a) La ley no es otra cosa que una ordenación de la recta razón, b) ...esta majestad del derecho positivo humano es inapelable
promulgada por la autoridad legítima para el bien común. únicamente cuando ese derecho se conforma... al orden abso-
S 3 (269). luto establecido por el Creador e iluminado... por la revelación
b) ... reglas peculiares de la convivencia social, determinadas se- del Evangelio. N5 30 (879).
gún la razón y promulgadas por la legítima potestad, consti- c) Si... una ley establecida por una autoridad... es contraria a la
tuyen el ámbito de la ley humana propiamente dicha. L 7 (234). recta razón y perniciosa para el Estado, su fuerza legal es nula.
c) ... la eficacia de las leyes humanas consiste en su reconocida L 7 (235)-
derivación de la ley eterna y en la sanción exclusiva de todo d) Pero si la legislación está en abierta oposición con el derecho
lo que está contenido en esta ley eterna. L 7 (234-235). divino, injuria a la Iglesia y contradice a los deberes religiosos...,
dj ... siendo la función de la ley imponer obligaciones y atribuir entonces, en todos esos casos, la resistencia es un deber; la ,
derechos, la ley se apoya por entero en la autoridad. L 6 (232). obediencia, un crimen. S 3 (270).
e) ...hay algunas [leyes humanas] cuyo objeto consiste en lo e) ... la Iglesia ha recibido de_Dios el encargo de oponerse a la
que es bueno o malo por naturaleza... El origen de estas leyes legislación cuando las leyes positivas son contrarias a la reli- ,
no es en modo alguno el Estado..., son anteriores a la misma gión. S 16 (284).
sociedad y su origen hay que buscarlo e ^ la ley natural y, por f) ... ningún Estado, ninguna comunidad de Estados... puede dar
tanto, en la ley eterna... En esta clase de leyes la misión del un mandato positivo o una positiva autorización de enseñar
legislador civil se limita a lograr, por medio de una disciplina o de hacer lo que sería contrario a la verdad religiosa o al bien
común, la obediencia de los ciudadanos. L 7 (233-234), moral,,, no tendrían fuerza obligatoria v quedarían sin valor.
f) ...otras disposiciones... proceden del derecho natural... re- PC 14 (1012).
mota e indirectamente, determinando una variedad de cosas „
que han sido reguladas por la naturaleza de un modo general E) Errores sobre el derecho natural.
y en conjunto. Así, por ejemplo, la naturaleza ordena que los
ciudadanos cooperen con su trabajo a la tranquilidad y pros- 1. Niegan la dependencia del derecho natural.
peridad públicas. Pero la medida, el modo y el objeto de estai a) ... las leyes civiles pueden y deben separarse de la autoridad
colaboración no están determinados por el derecho natural, divina. SY 57 (33).
sino por la prudencia humana. L 7 (234). b) ... es absolutamente contrario a la naturaleza que pueda líci-
g) ... la ley natural es la sólida base común de todo derecho y de tamente el Estado despreocuparse de esas leyes divinas o esta-
todo deber, el lenguaje universal necesario para cualquier acuer- blecer una legislación positiva que las contradiga. L 14 (242).
do ; es aquel tribunal supremo de apelación que la humanidad c) ...se rechaza la dependencia del derecho humano respecto del
ha deseado siempre para poner fin a los eventuales conflictos. derecho divino..., no se apela más que a tina apariencia incierta
1P 13 (1044). y ficticia de autoridad terrena. SP 42 (776).
h) Las leyes humanas que están en oposición insoluble con el d) ... el mismo derecho humano pierde necesariamente, en el agi-
derecho natural adolecen de un vicio original que no puede tado quehacer de la vida ordinaria, su fuerza interior sobre los
subsanarse ni con las opresiones ni con el aparato de la fuerza espíritus [allí donde se rechaza su dependencia del derecho
externa. MBS 35 (658). divino]. SP 42 (776).
i) ... lo que en cada hombre hacen la razón y la ley natural, esto e) ...ni es... necesario que las leyes humanas se conformen con
mismo hace en los asociados la ley humana, .promulgada para el el derecho natural. SY 56 (33).
bien común. L 7 (233). f) ...derecho nuevo... contrario en muchas de sus tesis no sola-
j) ... que el juez al dictar una sentencia se sienta ligado por la mente al derecho cristiano, sino incluso también al derecho
ley positiva y obligado a interpretarla fielmente no tiene nada natural. I 10 (204).
de incompatible con el reconocimiento del derecho natural; 2. Fundan el derecho en la voluntad del pueblo1.
más aún, es ésta una de sus exigencias. P O 2 0 (974).
a) ... la voluntad del pueblo..., ley suprema, independiente de todo
4. Sólo entonces es legítimo el derecho positivo1. derecho divino. QC 4 (9).
a) A la luz de las normas de este derecho natural puede ser va- b) ... la razón colectiva debe ser para todos la única regla norma-
lorado todo derecho positivo, cualquiera que sea el legislador, tiva en la esfera de la vida pública. L 12 (238).
en su contenido ético y, consiguientemente, en la legitimidad 1
Cf. decuria parte.
1
Cf. novena parte, II, C.
102» SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS
LA SOCIEDAD CIVIL I0,v
c) ... toda actividad social es por naturaleza subsidiaria; debe s«,
c) Las leyes... en vez de ser la razón escrita, representan sólo la
fuerza numérica y la prevalente voluntad de un partido político. vir de sostén a los miembros del cuerpo social y no destruirl,,
AI 12 (355)- y absorberlos. SC 2 9 (923).
d) ... sustituir la ley divina... por un programa político de partido. d) ... la sociedad..., medio para el pleno desenvolvimiento del,^,
DR 32 (690). facultades individuales y sociales. MBS 35 (659).
e) ... la ley, reguladora..., queda abandonada al capricho de una 2. Su misión inmediata, procurar el bien común.
mayoría numérica. L 12 (239). a) ... el bien común de la sociedad es superior a cualquier otro ir^
teres, porque es el principio creador, es el elemento conserva
dor de la sociedad humana. N C 11 (315).
b) ... después de Dios, el bien común es la primera y última ley
TERCERA PARTE de la sociedad. A M 23 (306).
3. Su fin mediato, servir a la persona.
LA SOCIEDAD CIVIL. LOS CUERPOS INTERMEDIOS a) Origen y fin esencial de la vida social ha de ser la conserva-
ción, el desarrollo y el perfeccionamiento de la persona humana.
I. L A SOCIEDAD CIVIL, COMUNIDAD NATURAL N 4 8 (843).
b) ... la sociedad misma tiene su origen próximo y su fin en el
A) Su origen está en Dios. hombre completo, en la persona humana, imagen de Dios. SG 2
a) Los hombres gozan de libre voluntad, pero han nacido para 17 (926).
formar una comunidad natural. D 8 (115). c) ... [la sociedad] civil... es la única que puede proporcionarle
b) ... Dios autor de la naturaleza... manda que los hombres vivan [al hombre] la perfecta suficiencia para la vida. I 2 (191).
en sociedad civil. D 7 (113). d) ... en la sociedad hallen su desenvolvimiento todas las cualidades
c) ... los hombres nacen ordenados a la sociedad civil por volun- individuales y sociales insertas en la naturaleza humana. DR ,
tad de Dios. H 17 (175). 29 (687).
d) Dios ha ordenado... que el hombre tienda espontáneamente e) ... el hombre busca en la tranquilidad del orden público, fin
a la sociedad civil, exigida por la propia naturaleza. DR 29 inmediato de la sociedad civil, el bienestar y, sobre todo, los
(686-687). medios necesarios para perfeccionar su vida moral... en el co-
e) ... la Providencia de Dios ha dispuesto que el hombre nazca nocimiento y práctica de la virtud. S 16 (283).
inclinado a la unión y asociación con sus semejantes. I 2 (191). f) ... sociedad civil... para mejor proveer a su bienestar material
[de los individuos, familia y... principalmente] procurar por
B) Sus normas son inmutables. medio de ella el beneficio supremo que es el perfeccionamiento
moral a los ciudadanos. A M 5 (300).
a) ... la vida social,en su ideal y en su fin,posee,a la luz de la re-
velación y de la razón, una autoridad moral y un carácter ab- gy ... en cualquier cambio o transformación, el fin de toda vida
soluto, que se hallan por encima del mudar de los tiempos. social permanece idéntico, sagrado y obligatorio: el desarrollo
de los valores personales del hombre como imagen de Dios
N 4 8 (843). N 4 16 (845).
b) Las últimas, lapidarias, fundamentales normas de la sociedad
no pueden ser violadas por obra del ingenió humano..., nunca D) Posee unidad orgánica.
se podrán abrogar con eficacia jurídica. N4 15 (845). 1. Respeta la diversidad.
C) Su fin, servir a la persona humana. a) El orden base de la vida social de los hombres... debo ser la
1. La sociedad, medio y no fin del hombre. tendencia y la realización cada vez más perfecta de una unidad
interior, que no excluye las diferencias fundadas en la realidad.
a) ... la sociedad no ha sido instituida por la naturaleza para que N4 6 (842).
el hombre la busque como fin último, sino para que en ella b) ... concebir la sociedad como una unidad interna crecida y
y por medio de ella posea medios eficaces para su propia perfec- madurada bajo el gobierno de la Providencia... tiende, me-
ción. S 2 (265). diante lar colaboración de las diferentes clases y profesiones,
b) ... sociedad civil es un medio natural del que cada ciudadano a los eternos y siempre nuevos fines de la civilización y de la
puede y debe servirse para alcanzar su fin, ya que el Estado religión. N4 39 (850).
es para el hombre y no el hombre para el Estado. DR 29 (687).
104* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS
I,A SOCIKDAD CIVIL 105»
b) ... única misión [de la sociedad], la producción de bienes por
c) ... mediante la ordenada unión orgánica con la sociedad, sea medio del trabajo colectivo. DR 11 (677).
posible para todos, por la mutua colaboración, la realización c) ... toda vida social quedó subordinada al estímulo del interés.
de la verdadera felicidad terrena. DR 29 (687). N4 12 (844).
d) En un pueblo digno de este nombre, todas las desigualdades
derivadas de la naturaleza misma de las cosas... no son en rea-
lidad obstáculo para que exista y predomine un auténtico espí- II. L O S CUERPOS INTERMEDIOS '
ritu de comunidad y fraternidad. N5 18 (876).
A) Tienen su esfera propia.
2. Comporta jerarquía y orden jurídico.
a) ... aquello que los individuos particulares pueden hacer por si
a) ... en la sociedad civil haya distinción de órdenes diversos en mismos y con sus propias fuerzas, no se les debe quitar y en-
dignidad, en derechos y en poder..., pero todos necesarios tregar a la comunidad; principio que tiene igual valor cuando
entre sí y solícitos del bien común. Q A M 6 (67). se trata de sociedades o agrupaciones menores y de orden in-
b) ... las cosas ínfimas alcancen sus fines respectivos a través de , fcrior respecto de las mayores y más elevadas. SC 2 9 (923).
las intermedias, y las intermedias, a través de las superiores.
Q A M 6 (67). B) Facilitan la labor del Estado.
c) Para que la vida social... obtenga su fin, es esencial un ordena- a) ... unidad armónica y coherente de todas las asociaciones...,
miento jurídico que le sirva de apoyo externo, de defensa y de pueden tender todas ellas al bien común del Estado. DR 31 (689)
protección; ordenamiento cuya misión... es... servir, tender al b) ... la Iglesia recomienda la existencia en el seno de la nación
desarrollo y crecimiento de la vitalidad de la sociedad en la de algunos cuerpos intermediarios que coordinen los intereses
rica multiplicidad de sus fines. N4 15 (844). profesionales y faciliten al Estado la gestión de los asuntos del
d) [hay que guardar]... la vital conexión entre un genuino orden p a í s . P C 13 (1021).
social y un genuino ordenamiento jurídico. N4 18 (845).
C) D e b e n ser respetados por él.
E) Tesis erróneas acerca de la sociedad.
a) ... si el Estado se atribuye y apropia las iniciativas privadas,
1. Su origen, el consentimiento humano. éstas... pueden recibir daño,.con detrimento del mismo bien
a) . . . e l origen de la sociedad civil..., el libre consentimiento de ' público. SP 47 (778).
los hombres..., cada hombre cedió algo de su propio derecho. b) El carácter grandemente centralizador de las naciones moder-
D 8 (IIS). nas, que tiene por consecuencia reducir excesivamente las liber-
b) ... colocar la causa eficiente de la comunidad civil y política tades de las comunidades locales y de los individuos, os recuerda
en un principio exterior o superior al hombre, sino en la Ubre la primacía de los valores personales sobre los valores econó-
voluntad de cada uno. L 12 (238). micos y sociales: el bien común, con miras al cual fué estable-
cido el poder civil, culmina en la vida autónoma de las perso-
2. Su naturaleza, inorgánica. nas. M E C 85*.
a) La sociedad no es más que una enorme máquina, cuyo orden c) ... [hay que impedir] que el poder supremo del Estado invada
es meramente aparente [por encima de los valores individua- indebidamente la esfera municipal. I 19 (212).
les]. N13 45 (995). d) ... la nobleza... debería ser una de esas instituciones... tradi-
b) ... una sociedad reducida a un puro automatismo. N13 42 (994). cionales fundadas sobre la continuidad de una antigua edu-
c) ... materialismo que no ve en el pueblo más que un rebaño de cación. N6 12 (916).
individuos que, divididos y sin interna consistencia, son con-
D) Pero no han de ser grupos de presión.
siderados como un objeto de dominio y de sumisión. N4 38 (850)
d) ... la sociedad humana, basada sobre fundamentos materialis- a) ... la constitución de grupos de intereses poderosos y activos es
tas, sería... una colectividad, pero sin otra jerarquía unitiva que quizás el aspecto más grave de la crisis..., sindicatos patronales
la derivada del sistema económico. DR 11 (676-677). u obreros..., «trusts» económicos..., agrupaciones profesionales
e) ... liberalismo individualista... subordina la sociedad a las uti- o sociales..., un poderío que les permite pesar sobre el gobierno
lidades egoístas del individuo. D R 29 (687). y la'vida de la nación. PC 11 (1021).
b) ... si los responsables de estos organismos [intermedios] no
3. Su fin único, el bienestar material. saben ensanchar sus horizontes hacia perspectivas nacionales.
a) ... ñn [de la sociedad], el disfrute de los bienes de la tierra. • Cf. cuarta parte, D ; octava parte, D, C, 7.
DR 11 (677).
EL ESTADO 107*
106* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS
B) Su origen en Dios y en el hombre 1.
si no saben sacrificar su prestigio y eventualmente su ventaja
inmediata al leal reconocimiento de lo que es justo, mantienen 1. Origen trascendente: Dios.
en el país un estado de tensión nociva, paralizan el ejercicio a) ... el Estado tiene su origen en el Creador. DR 32 (690).
del poder político y comprometen finalmente la libertad de b) ... el Estado... tiene sus raíces en el orden de la creación y es
aquellos mismos a quienes pretenden servir. PC 13 (1021). uno de los elementos constitutivos del derecho natural. NE 1
(877).
c) ... el Estado es... un organismo fundado sobre el orden moral-
del mundo. PC 7 (1090).
CUARTA PARTE d) ... el Estado una entidad viva, una emanación normal de la
naturaleza humana. N E 7 (978).
EL ESTADO. SU NATURALEZA, SU FIN e) ... es necesario que el Estado, por el mero hecho de ser socie-
Y SUS FUNCIONES dad, reconozca a Dios como Padre y autor y reverencie y adore
su poder y su dominio. L 16 (244).
f) ... obligación grave de las autoridades, honrar el santo nombre
A) Es sociedad perfecta, necesaria y orgánica.
de Dios. I 3 (191).
a) ... tres son las sociedades necesarias, distintas, pero armónica- 2. Origen próximo: el hombre.
mente unidas por Dios, en el seno de las cuales nace el hom-
a) ... el Estado..., como la sociedad misma en general, tiene su
bre: dos son sociedades de orden natural, la familia y el Estado;
la tercera, la Iglesia, de orden sobrenatural. D M 8 (531). origen próximo y su fin en el hombre completo, en la persona
humana, imagen de Dios. SC 2 1 7 (926).
b) El hombre está ordenado por la naturaleza para vivir en socie-
dad política. ID 2 (191)!. C) El fin del Estado es servir al bien c o m ú n .
c) "... el Estado es una sociedad perfecta, por tener en sí mismo
todos los medios necesarios para su fin propio, que es el bien 1. Su misión, servir al bien común.
común temporal. D M 8 (532). a) ... la última legitimidad moral y universal del regnare es el
d) El mismo orden absoluto de, los seres y los fines, que muestra serviré. N4 56 (853).
al hombre como persona autónoma, es decir, como sujeto de b) ... después de Dios, el bien común es la primera y última ley
deberes y de derechos inviolables, raíz y término de su propia de la sociedad humana. A M 23 (306).
vida social, abarca también al Estado como sociedad necesaria, c) Procurar el bien común... es oficio propio de los gobernantes.
revestida de autoridad, sin la cual no podría ni existir ni vivir. IHQ 5.(488).
N D 20 (877). d) ... el bien común de la sociedad es superior a cualquier otro
e) El Estado, la sociedad de los Estados... son... formas de ia interés, porque es el principio creador, es el elemento conser-
unidad y del orden entre los hombres, necesarios para la vida vador de la sociedad humana. N C 11 (315).
humana y parte activa de su perfeccionamiento. N i 3 27 e) ... la ley humana, promulgada para el bien común. L 7 (233).
(990-991). f) ... el verdadero bien común se determina y se conoce median-
f) ... las dos columnas principales del armazón de la sociedad te la naturaleza del hombre con su armónico equilibrio entre
humana, tal como ha sido concebida por Dios: la familia y el derecho'personal y vínculo social, como también por el fin de
Estado..., la familia como fuente y escuela de vida; el Estado, la sociedad, determinado por la misma naturaleza del hombre.
como tutor del derecho. SC 2 17 (926). MBS 35 (659).
g) El Estado es y debe ser en realidad la unidad orgánica y orga - g) ... la realización permanente del bien común; es decir, de
nizadora de un verdadero pueblo..., no reúne en un determi- aquellas condiciones externas que son necesarias al conjunto
nado territorio un conglomerado amorfo de individuos. N5 de los ciudadanos para el desarrollo de sus cualidades y de
15 (875)- sus oficios, de su vida material, intelectual y religiosa.
h) ... para el Estado toda la dignidad y toda la autoridad necesa- h) ... este fin, es decir, el bien común de orden temporal, consiste
rias para defender... los derechos divinos y humanos. DR en una paz y seguridad de las cuales las familias y cada uno
32 (689). de los individuos puedan disfrutar en el ejercicio de sus dere-
' Cf. sexta parte, A, 1, a. chos y al mismo tiempo en la mayor abundancia de bienes
espirituales y temporales. D M 36 (545).
• Cf. infra, E, 1.
108* EL ESTADO 109*
SUMARIO SISTEMÁTICO DE MSIS
i) ... la religión, que es el bien común por excelencia. S 15 (283). forma que pueda otorgar a todo cuanto en el país represente
j) ... en la política... se ha de tener siempre presente en primer un poder efectivo y valioso una justa paríe de responsabilidad,
lugar la intención de servir lo más eficazmente posible los va- sin peligro para su propia misión de coordinar y de orientar
lores del cristianismo. S 15 (282). todos los esfuerzos hacia un fin común superior. PC 15 (1022) ] .
c) ... [las instituciones]... impiden que el poder supremo del Es-
2. Servir a la persona humana, primordial, pero mediatamente. tado invada indebidamente la esfera municipal o familiar y las
a.) ... el Estado es para el hombre y no el hombre para el Estado1. dirigidas a garantizar la dignidad y la vida de las personas y
DR 39 (687). la igualdad jurídica de los ciudadanos. I 19 (212).
bj ...el Estado... tiene... su fin en el hombre completo, en la d) ... nadie pone en duda la necesidad para el Estado, en las ac-
persona humana, imagen de Dios. SC 2 17 (926). tuales condiciones, sobre todo sociales, del mundo, de ensan-
c) ... para facilitar a la persona humana... la perfección física, in- char su campo de acción, de intensificar también su poder. Esto
telectual y moral y para ayudar... a conseguir el fin sobrena- podría hacerse sin ningún peligro si el claro conocimiento y la
tural [ha sido establecido por el Supremo Creador el poder justa apreciación dé la importancia real del papel del Estado
político]. SP 44 (777). y de su fin hubieran progresado en el mismo nivel. N E 4 (977).
d) ... los gobiernos deben consagrar su principal preocupación a e) El Estado no es una omnipotencia opresora de toda legítima
la creación de aquellos medios materiales de vida necesarios autonomía. N E 6 (978).
para el ciudadano. DR 81 (719).
e) ... la felicidad del Estado no procede de distinta fuente que la E) Doctrinas erróneas sobre el Estado.
felicidad de los ciudadanos, ya que el Estado no es otia cosa,
1. Negación de su origen trascendente2.
que el conjunto de los ciudadanos. Q P 8 (504)'.
a) ... separar el poder político de toda relación con Dios. SP 39
3. A la comunidad nacional de modo inmediato.
(775)-
a) La función del Estado, su magnífica función, es favorecer,, ayu-
bj ... la negación del origen trascendente supremo del Estado.
dar, promover la íntima coalición, la cooperación activa, en
DR 32 (690).
orden a una unidad más alta de los miembros que, respetando-
c) ... si la raza..., o el pueblo..., o el Estado... tienen en el orden
su subordinación al fin del Estado, cooperan... al bien de la
material su puesto, esencial y digno de respeto, con todo, quien
comunidad, precisamente en cuanto que conservan y desarro-
los arranca de esta escala de valores terrenales, elevándolos a
llan su carácter peculiar y natural. N E 6 (978).
suprema norma de todo, aun de los valores religiosos, y, divi-
b) El Estado... tiene esta doble misión: reconocer, regular y pro- nizándoles con culto idolátrico, pervierte y falsifica el orden
mover en la vida nacional las actividades y las iniciativas priva- creado e impuesto por Dios. MBS 12 (648-649).
das de los individuos; dirigir... estas actividades al bien co- d) ... la usurpación por el poder político de aquella absoluta auto-
mún... definido de acuerdo con la perfección natural del hom- nomía que es propia... exclusivamente del Supremo Hacedor
bre. SP 45 (777). y la elevación del Estado... en el lugar del mismo Creador...
c) ... conducir... al Estado y su poder al servicio de la sociedad, ai como norma suprema del orden jurídico y moral. SP 40 (775).
pleno respeto de la persona humana y de la actividad de ésta e) La soberanía... es la divinización o la omnipotencia del Esta-
para la consecución de sus fines eternos. N4 54 (853). do en el sentido de Hegel o a la manera de un positivismo
D) Sus funciones son concurrentes y subsidiarias. jurídico absoluto. JC 6 (1010).
f) ... una verdadera y propia estatolatría pagana. NAB 51 (595).
a) ... actividad del Estado, política y económica..., en cuanto, por R) El Estado no es otra cosa que la multitud dueña y gobernadora
una parte, las fuerzas y las energías de la familia y de otros de sí misma. I 20 (204).
organismos a los cuales corresponde una natural precedencia
no basten y, por otra, la voluntad salvífica de Dios no haya z. El Estado como fin.
determinado en la Iglesia otra sociedad universal al servicio
a) El que considera al Estado como fin al que hay que dirigirlo
de la persona humana y de la realización de sus fines religio-
sos. N4 13 (844)- todo y al que hay que subordinarlo todo, no puede dejar de
dañar y de impedir la auténtica y estable prosperidad de las
bj ... su misión [del Estado] no es, en principio, la de asumir
directamente las funciones económicas, culturales y sociales naciones. SP 46 (777).
que pertenecen a otra competencia. Su misión es más bien la 1
Cf. tercera parte, II.
de asegurar la verdadera independencia de su autoridad,' de i Cf. supra, B
110* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS LA SOCIEDAD FAMILIAR ANTE EL ESTADO 111*
3. Como instrumento de revolución social. c) ... la familia, instituida inmediatamente por Dios para su fin
• a) ... el Estado y el poder estatal son para el comunismo el medio específico, que es la procreación y educación de la prole; so-
más eficaz y más universal para conseguir su fin. DR 13 (677). ciedad que por esto mismo tiene prioridad de naturaleza y,
b) ... concepción comunista del Estado. DR 32 (690). por consiguiente, prioridad de derechos respecto del Estado.
D M 8 (531).
4. El Estado como fuente de todos los derechos. d) ... Dios comunica inmediatamente a la familia, en el orden na-
a) El Estado... fuente y origen de todos los derechos. SY 39 (29). tural, la fecundidad, principio de vida y, por tanto, principio
5. Su único fin, la prosperidad. de educación para la vida, junto con la autoridad, principio
del orden. D M 25 (540).
a) ... limita la acción del Estado a la prosperidad pública de esta
vida mortal. VN 2 (384-385). G) E l Estado d e b e respeto y tutela a la familia.
b) Si... un Estado no pretende otro fin que la comodidad mate-
rial y un progreso social abundante y refinado, si se olvida de 1. El Estado perfecciona la sociedad familiar.
Dios en el gobierno de la república y se despreocupa de aten- a) ... la familia es una sociedad imperfecta, porque no posee en
der a las leyes morales, este Estado se desvía lastimosamente si misma todos los medios necesarios para el logro perfecto
del fin que la naturaleza misma le prescribe. 8 2 (265). de su fin propio. D M 8 (532).
b) ... en orden al bien común, el Estado tiene preeminencia so-
bre la familia, la cual alcanza solamente dentro del Estado su
conveniente perfección temporal. D M 8 (532).
QUINTA PARTE 2. El Estado, tutor de la familia.
LA SOCIEDAD FAMILIAR ANTE EL ESTADO. a) ... [incumbe al Estado] crear condiciones públicas siempre me-
jores para que la familia pueda existir y desarrollarse como
LOS TITULARES DE LA MISIÓN EDUCATIVA unidad económica, jurídica, moral y religiosa. N 7 28 (909).
b) ... dé [el Estado] a la familia, célula insustituible del pueblo,
I. L A FAMILIA, SOCIEDAD NECESARIA E IMPERFECTA espacio, luz, tranquilidad. N4 40 (850).
3. Debe respetar la autoridad paterna.
A) L a familia, principio de la sociedad y del Estado. a) ... la autoridad de los padres y de los amos deriva de la auto-
a) Tres son las sociedades necesarias, distintas, pero armónica- ridad del Padre y del Señor celestial. Q A M 8 (69).
mente unidas por Dios, en el seno de las cuales nace el hom- b) ... «la patria potestad es de tal naturaleza que no puede ser
bre: dos son sociedades de orden natural, la familia y el Esta- suprimida ni absorbida por el Estado, porque Liene el mismo
do; la tercera, la Iglesia, de orden sobrenatural. D M 8 (531). principio que la vida misma del hombre». D M 30 (542).
b) ... la... sociedad doméstica... es el principio de toda sociedad c) ... «los hijos no entran a formar parte de la sociedad civil por
y de todo Estado. Q A M 6 (868). si mismos, sino a través de la familia dentro de la cual han
c) La familia es el fundamento de la sociedad civil, y es en el ho- nacido». D M 30 (541).
gar doméstico donde se prepara en gran parte el porvenir de d) ... antes de ser ciudadano, el hombre debe existir, y la exis-
los Estados. S 22 (292). tencia no se la ha dado el Estado, sino los padres: D M 30 (541).
d) ... las dos columnas principales del armazón de lá sociedad hu- e) ... la misión que Dios ha encomendado a los padres es proveer
' mana tal como ha sido concebido por Dios; la familia y el al bien temporal y al bien eterno de la prole y de procurar a
Estado..., la familia como fuente y escuela de vida... SC 2 17 los hijos una adecuada formación religiosa, nadie puede arre-
(926).
batarla a los padres sin una grave lesión del derecho. SP 52 (780).
e) ... la familia y otros organismos a los cuales corresponde una
natural precedencia [sobre el Estado]. N4 13 (844). 4. Ha de concurrir a la educación de la juventud. (Cf. II.)
B) L a familia es de origen divino. D) Errores sobre la sociedad familiar.
a) ... tanto el matrimonio como su uso natural son de origen di- 1. La familia, institución convencional.
vino. DR 28 (686).
h) ... las prerrogativas fundamentales de la familia han sido de- a) ... el matrimonio y la familia... una institución meramente
terminadas y fijadas por el Creador. DR 28 (686). civil y convencional. DR 11 (676).
112» SUMARIO SISTEMÁTICO DÉ TESIS LA SOCIEDAD FAMILIAR ANTE EL ESTADO 113*
b) ... la sociedad doméstica o familia recibe toda su razón de ser c) La familia recibe... inmediatamente del Creador la misión y,
del derecho puramente civil. Q C 4 (10). por esto mismo, el derecho de educar a la prole; derecho irre-
c) ... considerar la familia... como institución exclusivamente al nunciable... y... anterior a cualquier otro derecho del Estado
servicio del dominio político de la nación. SP 48 (778). y de la sociedad y, por lo mismo, inviolable. D M 27 (540).
d) ... esta supereminencia educativa de la Iglesia... concuerda per-
2. La ordenación jurídica del matrimonio compete a la autoridad
fectamente con los derechos de la familia y del Estado, y tam-
civil.
bién con los derechos de cada individuo respecto a la justa
a) ... la atribución a los gobernantes de un derecha total sobre el libertad de la ciencia, de los métodos científicos y de toda la
matrimonio y la supresión de todo derecho de la Iglesia sobre cultura profana en general. D M 23 (539).
éste. A D 10 (88). e) ... el orden sobrenatural, en el que se basan los derechos de la
b) ... colocan bajo su jurisdicción al matrimonio cristiano, legis- Iglesia, no sólo no destruye ni menoscaba el orden natural, al
lando incluso acerca del vínculo conyugal, de su unidad y es- cual pertenecen los derechos de la familia, del Estado y del
tabilidad. I 11 (205).
individuo, sino que, por el contrario, lo eleva y lo perfecciona.
c) ... el poder civil puede sancionar el divorcio. SY 67 (35). D M 23 (539).
d) ... establecer impedimentos dirimentes del matrimonio... com-
f) Este primado de la Iglesia y de la familia en la misión educati-
pete a la autoridad civil. SY 68 (35).
va... no implica daño alguno para los genuinos derechos del
e) La forma del Concilio Tridentino no obliga bajo pena de nu-
Estado en materia de educación ciudadana. D M 36 (544).
lidad en los territorios en que la ley civil prescriba otra forma
y quiera que la validez del matrimonio dependa de ésta. g) Esta vigilancia de la Iglesia [en la educación], lejos de crear
SY 71 (35)- inconveniente alguno, supone la prestación de un eficaz auxilio
f) En virtud de un contrato puramente civil puede darse entre al ordeny al bienestar de las familias y del Estado. D M 19 (536).
cristianos un matrimonio. SY 73 (35-36). h) ... la educación no puede atribuirse al Estado de la misma ma-
g) Las causas matrimoniales... a la jurisdicción civil. SY 74 (36). nera que se atribuye a la Iglesia y a la familia, sino de una
manera distinta, que responde al fin propio del Estado. D M 36
3. E¡ Estado, Juente de la autoridad paterna. (545).
a) ... de la ley civil derivan y dependen todos los derechos de los
padres. Q C 4 (10). B) Misión educativa de la familia.
b) Niegan [los comunistas]... a los padres el derecho a la educa-
ción de los hijos. DR 11 (676). a) Los padres... tienen, antes que nadie, u n derecho esencial a la
c) ... es tan unánime el sentir común del género humano, que se educación de los hijos que Dios les ha dado según el espíritu
pondrían en abierta contradicción con éste cuantos se atrevie- de la verdadera fe y, en consecuencia, con sus principios y sus
sen a sostener que la prole, antes que a la familia, pertenece al prescripciones. MBS 37 (659).
Estado, y que el Estado tiene sobre la educación un derecho b) ... «la misión educativa corresponde en primer lugar y de modo
absoluto. Es, además, totalmente ineficaz la razón que se aduce muy principal a la Iglesia y a la familia por derecho natural y
de que el hombre nace ciudadano y que por esto pertenece divino y, por tanto, de modo inderogable, indiscutible e insub-
primariamente al Estado. Antes de ser ciudadano, el hombre rogable». D M 35 (544).
existe y la existencia no se la ha dado el Estado, sino los pa- c) ... es un deber de los padres luchar y esforzarse por rechazar
; dres. D M 30 (541). con energía todas las violencias que se les quiera hacer... y por
mantener a toda costa sus derechos en la educación de los hijos.
' . S 22 (292).
II. L A EDUCACIÓN, OBRA CONJUNTA DE LA FAMILIA, LA d) Si la juventud halla en e¡ hogar los criterios de una vida virtuo-
IGLESIA Y EL ESTADO sa... quedará en gran parte garantizada la salvación de los
mismos Estados. S 22 (293).
A) Concurrencia en la misión educativa. r) ... no se sigue que el derecho educativo de los padres sea abso-
a) La educación no es una obra de los individuos, es una obra luto o despótico, porque está inseparablemente subordinado al
de la sociedad. D M 8 (531). fin último y a la ley natural y divina... «Los padres tienen el
b) ... la educación, por abarcar a todo el hombre..., pertenece a derecho natural de educar a sus hijos, pero con la obligación
estas tres sociedades necesarias [familia, Iglesia, Estado] en una correlativa de que la educación y la enseñanza de la niñez se
medida proporcionada... a la coordinación jerárquica de sus ajusten al fin para el cual Dios les ha dado los hijos...» D M 30
respectivos fines. D M 9 (532). (542).
114' SUMARIO SISTEMÁTICO DK TESIS LA SOCIEDAD FAMILIAR ANTE EL ESTADO 115*
f) ... es, sin embargo, tan celosa [la Iglesia] de la inviolabilidad te para juzgarlas desde el punto de vista de su conformidad
del derecho natural educativo de la familia, que no consiente, o disconformidad con la educación cristiana..., porque... tiene
a no ser con determinadas condiciones y cautelas, que se bauti- un derecho propio para elegir y utilizar los medios idóneos
ce a los hijos de los infieles o se disponga de cualquier manera para su fin; y porque, además, toda enseñanza, como cualquier
de su educación contra la voluntad de sus padres mientras los otra acción humana, tiene una relación necesaria de dependen-
hijos no puedan determinarse por sí mismos a abrazar libre- cia con el fin último del hombre. D M 13 (534).
mente la fe. D M 34 (544). h) ... la Iglesia fomenta la literatura, la ciencia y el arte, en cuanto
g) ... el deber educativo de la familia comprende no solamente la son necesarios o útiles para la educación cristiana y, además,
educación religiosa y moral, sino también la física y la civil, para toda su labor en pro de la salvación de las almas. D M 16
principalmente en todo lo relacionado con la religión y la mo- (S3S).
ral. D M 31 (542). i) ... es derecho inalienable de la Iglesia, y al mismo tiempo deber
h) Y como las nuevas generaciones deben ser formadas en todas suyo inexcusable, vigilar la educación completa de sus hijos, los
las artes y disciplinas..., y para esta labor es por sí sola insufi- fieles, en cualquier institución pública o privada, no solamente
ciente la familia, por esto surgieron las escuelas públicas..., por en lo referente a la enseñanza religiosa allí dada, sino también
iniciativa conjunta de la familia y de la Iglesia, sólo después y en lo relativo a cualquier otra disciplina y plan de estudios, por
mucho más tarde por iniciativa del Estado. D M 61 (563). la conexión que éstos pueden tener con la religión y la moral.
i) ... la escuela, considerada en su origen histórico, es por su DMi8(S36).
misma naturaleza una institución subsidiaria y complementaria 3) Por lo que toca a la extensión de la misión educativa de la
dé la familia y de la Iglesia... debe armonizarse positivamente Iglesia, ésta comprende a todos los 'pueblos, sin limitación alguna
con ellas, de tal forma que estos tres ambientes—escuela, fami - de tiempo o lugar... se extiende a todos los fieles. D M 20 (537).
lia e Iglesia—constituyan un único santuario de la educación k) ... su misión educativa [de la Iglesia] se extiende también a los
cristiana. D M 61 (563). infieles, ya que todos los hombres están llamados a entrar en
G) Misión educativa de la Iglesia 1. . el reino de Dios y conseguir la salvación eterna. D M 31 (538).
I) ... es necesario que toda la enseñanza, toda la organización de
a) ... de derecho, y aun de hecho, pertenece de manera superemi- . la escuela—profesorado, plan de estudios y libros—y todas las
nente a la Iglesia la misión educativa. D M 22 (539). disciplinas estén imbuidas de un espíritu cristiano bajo la di-
b) ... la educación pertenece de un modo supereminente a la Igle- rección y vigilancia materna de la Iglesia, de tal manera que
sia por dos títulos de orden sobrenatural exclusivamente con- la religión sea verdaderamente el fundamento y la corona de
feridos a ella por el mismo Dios, y por esto absolutamente su- la enseñanza en todos sus grados. D M 65 (.565).
periores a cualquier otro título de orden natural. D M 10 (532). II) ... la Iglesia, con su materna prudencia, acepta que sus escuelas
c) El primer título consiste en la expresa misión docente y en la e instituciones educativas para seglares se conformen, en cada
autoridad suprema de magisterio que le dio su divino Funda- nación, con las legítimas disposiciones de la autoridad civil.
dor. D M 11 (533). D M 17 (536).
d) El segundo título es la maternidad sobrenatural, en virtud de
la cual la Iglesia, esposa inmaculada de Cristo, engendra, ali- D) Misión educativa del Estado.
menta y educa las almas en la vida divina de la gracia con sus a) Estos derechos están atribuidos al Estado por el mismo Autor
Sacramentos y enseñanzas. D M 12 (533). de la naturaleza, no a título de paternidad, como en el caso de
e) ... en el objeto propio de su misión educativa, es decir, «en la la Iglesia y de la familia, sino por la autoridad que el Estado
fe y en la regulación de las costumbres, Dios mismo ha hecho tiene para promover el bien común temporal, que es precisa-
a la Iglesia partícipe del divino magisterio y, además, por un mente su fin específico. D M 36 (545).
beneficio divino, inmune de todo error...» D M 13 (533). b) ... en materia educativa, el Estado tiene... la obligación de tute-
f) ... [la Iglesia es]... independiente de todo poder terreno, tanto lar con su legislación el derecho antecedente de la familia en
en el origen de su misión educativa como en el ejercicio de ésta, la educación cristiana de la prole y, por consiguiente, el deber
no sólo respecto del objeto propio de su misión, sino también de respetar el derecho sobrenatural de la Iglesia sobre esta edu-
respecto de los medios necesarios y convenientes para cumplir- cación cristiana. D M 37 (545).
la. D M 13 (543). c) ... es misión del Estado garantizar este derecho educativo de
g) ... con relación a todas las disciplinas... la Iglesia tiene un de- la prole en los casos en que falte, física o moralmente, la la-
recho absolutamente independiente para usarlas y principalmen- bor de los padres por dejadez, incapacidad o indignidad; por-
1
Cf: sexta parte, D, 3. que el derecho educativo de los padres... está subordinado
LA IGLESIA Y EL ESTADO 117»
116* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS
hijos a las escuelas del Estado contra los deberes de la concien-
a la ley natural y divina y, por esto mismo, queda... sometido... cia cristiana o contra sus legítimas preferencias. D M 38 (547).
a la vigilancia y tutela jurídica del Estado por razón de bien b) . . . u n nacionalismo tan exagerado... suele haber grandes ex-
común; y porque, además, la familia no es una sociedad per- tralimitaciones al configurar militarmente la educación física
fecta que tenga en sí todos los medios necesarios para su pleno de los jóvenes... usurpando incluso..., el tiempo que debe
perfeccionamiento. En estos casos... el Estado... suple el de- dedicarse a los deberes religiosos y al santuario de la vida fa-
fecto y lo remedia con instituciones idóneas, de acuerdo siem- miliar. D M 39 (547).
pre con los derechos naturales de la prole y los derechos so- c) ... excesos, como, por ejemplo, el espíritu de violencia que no
brenaturales de la Iglesia. D M 38 (545-546). se debe confundir con el espíritu de fortaleza ni con el noble
d) En general, es derecho y función del Estado garantizar, según sentimiento del valor militar en defensa de la patria y del or-
las normas de la recta razón y de la fe, la educación moral y
den público... la exaltación del atletismo... degeneración y
religiosa de la juventud, apartando de ella las causas públicas
decadencia de la verdadera educación física. D M 39 (548).
que le sean contrarias. D M 38 (546).
e) Es función primordial del Estado, exigida por el bien común, d) La masonería... se esfuerza en descristianizar el matrimonio,
promover de múltiples maneras la educación e instrucción de la la familia, la educación de la juventud. Pg 11 (335).
juventud... favoreciendo y ayudando las iniciativas y la acción
de la Iglesia y de las familias... completando esta misma labor
donde no exista o resulte insuficiente. D M 38 (546).
f) Esto... no impide que... el Estado se reserve la creación de
escuelas preparatorias para algunos de sus cargos, y especial- SEXTA PARTE
mente para el ejército, con la condición, sin embargo, de que
no se violen los derechos de la Iglesia y de la familia. D M 39 LA IGLESIA Y EL ESTADO. ATRIBUTOS
(547)- Y RELACIONES
g) ... es de la competencia propia del Estado la llamada educa-
ción ciudadana, no sólo de la juventud, sino también de todas A) Coexisten ambas sociedades: perfectas, soberanas y dis-
las restantes edades y condiciones sociales. D M 40 (548).
tintas.
h) Además, el Estado puede exigir y, por consiguiente, procurar
que todos los ciudadanos tengan el necesario conocimiento de 1. Las dos son perfectas y soberanas.
sus derechos civiles y nacionales y un cierto grado de cultura
DM 38 (546). a) ... existen dos supremas sociedades, la una el Estado, cuyo fin
i) ... el Estado está obligado a respetar los derechos naturales de próximo es proporcionar al género humano los bienes tempo-
la Iglesia y de la familia sobre la educación cristiana y obser- rales de esta vida; y la otra, la Iglesia, que tiene por objeto
var la justicia, que manda dar a cada uno lo suyo. D M 38 (547). conducir al hombre a la felicidad verdadera, celestial y eterna,
j) ... es contraria a los principios fundamentales de la educación para la que hemos nacido. N G 5 (146-147) 1.
la escuela neutra o laica, de la cual queda excluida la religión. b) ... La Iglesia, no menos que el Estado, es una sociedad com-
DM 63 (564). pleta en su género y jurídicamente perfecta. I 17 (210).
k) Y no puede tampoco tolerarse la escuela mixta. D M 64 (564). c) La Iglesia de hecho ha sido fundada por Jesucristo como so-
1) ... el Estado puede y debe resolver el problema educativo con ciedad visible... se encuentra con los Estados en un mismo
mayor prudencia y facilidad si deja libre y favorece y sostiene territorio, abraza... a los mismos hombres... usa los mismos
con subsidios públicos la iniciativa y la labor privada de la Igle- bienes y las mismas instituciones. N i 3 24 (990).
sia y de las familias. D M 66 (565). d) Dios ha repartido, por tanto, el gobierno del género humano
U) Esta escuela católica, aunque no está subvencionada por la Ha- entre dos poderes: el poder eclesiástico y el poder civil. I 6 (197).
cienda pública, como lo exigiría la justicia distributiva, no pue- e) ... [los] pueblos... tienen él deber de estar sujetos a un mismo
de ser prohibido ni coartada por las autoridades que tengan tiempo al poder civil y al poder religioso. S 13 (281).
clara conciencia de los derechos de la familia y de las condi- f) ... santa y augusta autoridad de la Iglesia... preside al género
ciones indispensables de la legítima libertad. D M 67 (566). humano en nombre de Dios... es la garantía y apoyo de toda
E) Errores sobre la misión educativa. autoridad legítima. I D 3 (44).
a) ... es injusto todo monopolio estatal en materia de educación, 1
Cf, cuarta parte, A, af
que fuerce física o moralmente a las familias a enviar a sus
118» SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS
LA IGLESIA V EL ESTADO
ua*
2. Son sociedades distintas.
C) L a Iglesia, fundamento de la vida social.
a) ... por el fin a que tiende y por los medios de que se vale para
alcanzar este fin, es sobrenatural y espiritual. Por tanto, es a) ... la supranacionalidad de la Iglesia consiste en dar forma y
distinta y difiere de la sociedad política. I 5 (195-196). figura duraderas al fundamento de la sociedad humana, por en-
b) Ambas potestades son soberanas en su género. Cada una queda cima de todas las divergencias, más allá de los límites de tiem-
circunscrita dentro de ciertos límites, definidos por su propia po y espacio. SC 2 22 (927).
naturaleza y por su fin próximo. I 6 (197). b) La unidad y la integridad de la Iglesia, a la luz de la manifes-
c) ... existen dos poderes, sometidos ambos a la ley eterna y a la tación de su supranacionalidad, es de gran importancia para
ley natural, y consagrados cada uno a su fin propio en todo lo- el fundamento de la vida social. SC 2 5. -
referente a la esfera jurídica de su propia jurisdicción y compe- c) ... su misión, divinamente providencial, de formar al hombre
tencia. N G 5 (147). completo y así colaborar sin descanso en la constitución del
d) ... distinción inmutable y perpetua de los dos poderes, ambos sólido fundamento de la sociedad. SC 2 20 (927).
supremos en sus órdenes respectivos. Al 25 (365). d) .. la Iglesia contribuye también a la cohesión y al equilibrio
e) ... nadie duda que Jesucristo... quiso que el poder sagrado- de todos los múltiples y complejos elementos del edificio so-
fuese distinto del poder civil y que ambos gozasen de plena cial. SC 2 7 (922).
libertad dentro de su terreno propio. AD 22 (101). e) La Iglesia forma y educa a este hombre, porque sólo él, en la
f) ... la Iglesia y el Estado tienen cada uno su propia autoridad. armonía de su vida natural y sobrenatural..., es al mismo tiem-
S 16 (283). po el origen y el fin de la vida social. SC 2 8 (922).
g) ... no son en sí contradictorios... ni se confunden entre sí. f) Con hombres así formados, la Iglesia prepara a la sociedad
S 13 (281V humana una base sobre la que ésta pueda descansar con segu-
h) ... en la gestión de los intereses que son de su competencia, ridad. SC 2 6 (922).
ninguno está obligado a obedecer al otro dentro de los [imites g) La Iglesia contribuye a establecer el fundamento de la socie-
que cada uno tiene señalados por su propia constitución. dad, según su estructura íntima, en la familia y en él Estado.
S 16 (283). SC 2 17 (926).
h) ... la Iglesia eleva al hombre a la perfección de su ser y su
B) L a Iglesia, sociedad perfecta, universal y jerárquica. vitalidad, para dar a la sociedad hombres así formados. SC 2
16 (925)-
a) ...la Iglesia puede definirse la sociedad de quienes, bajo el i) ... la Iglesia católica ha sido siempre la iniciadora, o la impul-
influjo sobrenatural de la gracia, en la perfección de su dig- sora, o la protectora de todas las instituciones que pueden con-
nidad personal de hijos de Dios y en el desarrollo armónico tribuir al bienestar común del Estado. I 19 (212).
de las inclinaciones y energías humanas, edifican la potente j) ...la Iglesia... procura... tantos y señalados bienes aun en la
armazón de la convivencia humana. SC 2 20 (927). misma esfera de las cosas temporales, que ni en número ni en
b) ... es una sociedad genérica y jurídicamente perfecta, porque calidad podría procurarlos mayores si el primero y principal
tiene todos los elementos necesarios para su existencia y acción. objetivo de su institución fuera asegurar la felicidad de la vida
I 5 (196). presente. I 1 (189) 1.
c) La Iglesia... es una sociedad perfecta en su género. Pg 10 (332).
d) La Iglesia es... la sociedad perfecta, la sociedad universal. D) T i e n e derechos inviolables.
SC 2 14 (924). 1. A ejercer su misión religiosa.
e) ... por su propia naturaleza, la Iglesia se extiende a toda la a) ... la Iglesia no puede renunciar al ejercicio de su misión, que
universalidad del género humano. I 4 (195)» consiste en realizar en la tierra el plan divino de restaurar en
f) La Iglesia es, por tanto, supranacional, porque es un todo indi- Cristo todas las cosas de los cielos y. de la tierra (Eph. I,IO).
visible y universal. N7 9 (904). SP 66 (793).
g) ... sociedad jerárquica. VN 8 (389). b) ..la Iglesia... sociedad constituida por Dios... cuyo fin di-
h) [La Iglesia] está dotada de un principio de vida que no le viene recto e inmediato es la paz v la santificación de las almas.
de fuera, sino que ha sido puesto en su misma naturaleza por S 13 (280).
la voluntad divina que la creó. Pg 10 (332). < j La Iglesia... tiene un fin superior y muy distinto al de las so-
i) ... es la Iglesia, sociedad de orden sobrenatural y universal, ciedades civiles... la perfección de las almas para la eternidad.
sociedad perfecta, porque tiene en sí misma todos los medios LI 2 (425)-
indispensables para su fin. D M 8 (532). 1
Cf. primera parte, B.
120* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS LA IGLESIA V JtL ESTADO 121»
d) La Iglesia tiene la misión de gobernar a las almas... nadie, d) ... la Iglesia, por ser una sociedad de hombres, no puede exis-
por ningún motivo, puede pretender penetrar en el santuario. tir ni desarrollarse si no goza de libertad de acción. F C 33 (740).
LI 4 (426). e) ... dejar a la Iglesia católica gobernarse por sus propias leyes,
e) ... el nombre quiere... encontrar en la Iglesia los medios con- sin permitir que nadie ponga obstáculos a su libertad. Q C 8(15).
venientes para su perfección religiosa. S 16 (283). f) ... poder temporal [de la Santa Sede]... es necesario para la
f) ...la Iglesia... su misión... la conservación, a lo largo de la tutela y conservación de la plena independencia espiritual.
Historia, de los bienes que hemos adquirido por medio de ID 11 (si).
Jesucristo. L 1 (225-226). g) ... su autoridad [de la Iglesia] es más alta que toda otra autori-
dad, ni puede en modo alguno ser inferior o quedar sujeta a la
2. A gobernarse. autoridad civil. I 5 (196).
a) ... la Iglesia posee todos los medios necesarios para estos fines
[paz y santificación de las almas], tiene leyes propias y obliga- F) Las prerrogativas de la Iglesia alcanzan a las Ordenes
ciones peculiares y un método y sistema determinados. S 13 (280) religiosas y al apostolado seglar.
b) ... la Iglesia... sociedad humana, en la cual existen autorida- a) ... el Estado debe asimismo conceder... libertad a las Ordenes
des con pleno y perfecto poder para gobernar, enseñar y juzgar. y Congregaciones religiosas de ambos sexos. Q P 19 (515).
VN 8 (389). b) La Iglesia... está... dentro de los límites de su divino mandato
c) ... el derecho que ésta [la Iglesia] tiene, fundado en el derecho no sólo cuando deposita en las almas los principios indispensa-
del mismo Cristo, de enseñar al género humano, de promulgar bles y los elementos de la vida sobrenatural, sino también cuan-
leyes y de regir a los pueblos para conducirlos a la felicidad do promueve y desarrolla esta vida según las varias circunstan-
eterna. Q P 12 (509). cias y capacidades, y esto con los modos y medios que ella
d) La Iglesia posee un poder legislativo y en el ejercicio de ese po- juzga idóneos, aun en el intento de preparar iluminadas y va-
der es justo que disfrute de plena libertad. Pg 10 (332). liosas cooperaciones al apostolado jerárquico. N A B 53 (595-596).
c) ... el derecho de las almas así formadas de hacer que participen
3. A enseñar.
de los tesoros de la revelación otras almas, colaborando de esta
a) ... la Iglesia ha recibido de Dios mismo la misión de enseñar, manera en la actividad del apostolado jerárquico. NAB 49 (594).
y su palabra debe llegar a conocimiento de todos sin obstáculos
que la detengan. LI 4 (425). G) Entre Iglesia y Estado, relaciones de colaboración.
b) ... derecho... de la Iglesia a cumplir el imperativo mandato di- 1. Existe una relación unitiva.
vino... de llevar a las almas... tesoros de verdad y de bien.
NAB Si (594). a) Es necesario... que entre ambas potestades exista una ordenada
relación unitiva, comparable... a la que se da en el hombre
c) La maestra verdadera de la virtud y la depositaría de la moral
entre el alma y el cuerpo. I 6 (198).
es la Iglesia de Cristo. l i s (209).
b) ... dos cosas inseparables por naturaleza, como son la Iglesia
d) ... «un inviolable derecho a la libertad de magisterio». D M 13 y el Estado. S 16 (284).
(533-34)1- c) La Iglesia no es una sociedad política, sino religiosa; pero esto
4. A poseer bienes. no la impide mantener con los Estados relaciones no sólo exter-
a) La Iglesia tiene derecho de poseer porque es una sociedad de nas, sino también internas y vitales. N13 24 (990).
hombres... tiene necesidad de los bienes materiales. LI 5 (426). 2. Es necesaria la colaboración mutua.
E) La Iglesia debe gozar de independencia y libertad. a) La voluntad divina exige, como lo exige... el bien general de
toda la sociedad, que el poder político viva en armonía con el
a) ... en el cumplimiento de la misión que Dios le ha encomendado poder eclesiástico. Por consiguiente, al Estado sus derechos y
de enseñar, gobernar y conducir a la eterna felicidad a todos los obligaciones propias; a la Iglesia, los suyos; pero entre una y
miembros del reino de Cristo, no puede depender de voluntad otro, los lazos de una estrecha concordia. Pg 10 (334).
ajena alguna. Q P 19 (515). b) .... la .colaboración de la Iglesia y del Estado es extraordinaria-
b) ... la Iglesia, como sociedad perfecta instituida por Cristo, exi- mente útil para la tranquilidad del orden público, que es el
ge, por derecho propio e irrenunciable, la plena libertad e inde- fundamento de todos los demás bienes. I H Q 3 (486).
pendencia del poder civil. QP 19 (515). c) . . . e l orden de la vida humana, sabiamente establecido por
e) ... el Estado debe dejar a la Iglesia en plena libertad. DR 83 (720). Dios exige una verdadera concordia entre las dos sociedades,
1
Cf. quinta parte, II, C.
la religiosa y la civil... cada una dentro de su esfera. VN 2 (385).
122* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS
LA IGLESIA V EL ESTADO 123*
d) ... es necesario que colabore positivamente [a la misión de la
diversas causas, a la potestad civil y a la potestad eclesiástica...,
Iglesia] el Estado cristiano... en los medios externos, que son
de común acuerdo. D 19 (125).
propios del Estado. DR 79 (718).
g) ... siempre que sea necesario establecer una norma sobre una
3. Deben respetar su competencia respectiva. materia mixta... es necesaria... la concordia entre ambos po-
a) ... todo lo que de alguna manera es sagrado en la vida humana, deres. N G s (147).
todo lo que pertenece a la salvación de las almas y al culto de h) ... establecer un acuerdo en la práctica entre el poder político
Dios, sea por su propia naturaleza, sea en virtud del fin a que y el religioso. L 14 (242).
•está referido, todo ello cae bajo el dominio y autoridad de la i) Los concordatos son... una expresión de la colaboración entre
Iglesia. Pero las demás cosas que el régimen civil... abraza y la Iglesia y el Estado. JC 24 (1015).
comprende, es de justicia que queden sometidas a éste. I 6 (198). j) Cuando la Iglesia ha puesto su firma a un Concordato, es vá-
b) ... este gobierno de las almas es competencia exclusiva de la lido en todo su contenido. Pero su sentido íntimo puede ser
Iglesia. S 14 (281). graduado con el mutuo conocimiento de las dos altas partes
c) ... no es el Estado, sino la Iglesia, la que debe guiar a los hom- contratantes; puede significar una expresa aprobación, pero
bres hacia la patria celestial. I 5 (196). puede también señalar una simple tolerancia, je 24 (1015),
d) ... sólo en la categoría pastora! residen la autoridad y el dere- k) El Concordato... un contrato bilateral, que obliga a ambas,
cho de mover y dirigir a los miembros hacia el fin propio de la partes. VN 5 (387).
sociedad. V N 8 (390). I) [Por el Concordato] se obligaron... a observar inviolablemente
e¡ ... los asuntos propios de la esfera civil se hallan bajo el poder las cláusulas del pacto que firmaron. VN 5 (387).
y jurisdicción de los gobernantes. D 19 (125). II) ... Concordato había de regirse... por el derecho de gentes, y
f) Nada hay más alejado de la Iglesia que la pretensión de usurpar que no podía anularse de ninguna manera unilateralmente.
los derechos de la autoridad politica; pero ésta, a su vez, debe VN s (387)-
mostrarse respetuosa de los derechos de la Iglesia y guardarse m) ... los Concordatos deben garantizar a la Iglesia una estable
de toda usurpación. Pg 10 (333). condición de derecho y de hecho en el Estado con el que son
g) ... la libertad que las autoridades civiles disfrutan en la esfera firmados, y le han de garantizar la plena independencia en el
de.su competencia propia. S 14 (281). cumplimiento de su divina misión, je 24 (1015).
h) ... la legislación y el poder en materia de sacramentos pertene- n) ... los privilegios concedidos anteriormente por esta Sede Apos-
tólica a ciertos Estados, por medio de solemnes concordatos
ce de tal modo a la Iglesia por voluntad de Cristo que es total-
y acuerdos, no pueden ser jurídicamente reivindicados por los
mente absurdo querer hacer participantes ,de ese poder a los
nuevos Estados. I H Q 1 (485).
gobernantes del Estado. AD 11 (90). i
4. Debe concordarse la materia mixta. H) L a Iglesia n o entra en política 1 .
a) ... legislen acerca de una misma materia, aunque por razones a) La Iglesia... no es un imperio. SC 2 6 (922).
distintas. L 14 (242). b) ... la Iglesia no actúa a manera de un imperio que extiende
b) ... el poder político y el poder religioso, aunque tienen fines y sus tentáculos en todas las direcciones con la mira de una
medios específicamente distintos, deben, sin embargo, necesa- dominación mundial. SC 2 23 (928).
riamente, en el ejercicio de sus respectivas funciones, encon- c) ... la ambición de conferir a la Iglesia u n poder temporal para
trarse algunas veces. L 14 (242). la dominación política del Estado. A M 9 (302).
c) ... la educación de la juventud es precisamente una de esas d) La Iglesia... como no sólo es sociedad perfecta, sino también
materias que pertenecen conjuntamente a la Iglesia y al Estado, superior a cualquier otra sociedad humana, tiene el derecho
«si bien bajo diferentes aspectos». D M 41 (549). y el deber de rechazar de plano toda pasión partidista y todo
d) ... que hubiese una mutua concordia y unión entre ellos [poder servilismo a las cambiantes curvas de la vida política. S 15 (282).
sagrado y civil] y que en las materias que son... de derecho y e) ... La Iglesia no puede ponerse al servicio de intereses mera-
jurisdicción común, el poder humano se subordinara como con- mente políticos. N13 6 (987).
viene al poder divino. AD 22 (102). f) Los hombres políticos... que intentasen hacer de la Esposa de
e) .... en las cuestiones de derecho mixto es plenamente conforme Cristo su aliada o instrumento de sus combinaciones políticas
a la naturaleza y a los designios de Dios..., la concordia. I 17 nacionales o internacionales, lesionarían la esencia misma de
(210). la Iglesia, dañarían a la propia vida de ésta; en una palabra.
f) ...en las materias que afectan simultáneamente, aunque por 1
Cf- primera parte, B; duodécima parte, II, D.
124» SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS LA IGLESIA Y EL ESTADO 125*
la rebajarían al mismo plano en que se debaten los conflictos e) ... se atribuye al Estado, y sólo al Estado, el poder de disponer
de intereses temporales. N13 8 (987). de ellos [de los bienes de la Iglesia] para otros fines, sin limita-
' g) La Iglesia no puede avenirse a juzgar con criterios exclusiva- ción alguna de objetos sagrados. D N 27 (633).
mente políticos; no puede ligar los intereses de la religión a f) ... los templos... propiedad de la nación. D N 29 (633).
conductas determinadas por motivos puramente terrenos; no g) ... privan de sus propiedades al clero, negando a la Iglesia e!
puede exponerse al peligro de que se dude fundadamente de su derecho de la propiedad. I 11 (205).
carácter religioso. N13 13 (989). h) ... declara propiedad del Estado, de las provincias o de los ayun-
tamientos todos los edificios que la Iglesia utilizaba. VN 10 (393).
I) Proposiciones erróneas acerca de la Iglesia.
5. Deben separarse Iglesia y Estado.
1. No es sociedad perfecta. a) ... separación entre la Iglesia y el Estado. A N 39 (309).
a) La Iglesia no es una sociedad verdaderamente perfecta y com- b) Los católicos, por consiguiente, nunca se guardarán bastante
pletamente libre; ni goza de derechos propios y permanentes. de admitir y promover tal separación. A M 40 (310).
SY 19 (25). c) ...separación total y absoluta entre la Iglesia y el Estado.
b) ... le niegan la naturaleza y los derechos propios de una socie- L 27 (256).
dad perfecta. L 28 (256). d) ... es necesaria la separación entre la Iglesia y el Estado. L 14
c) ... la Iglesia carece del poder legislativo, judicial y coactivo, (242).
y sólo le corresponde la función exhortativa, persuasiva y rec- e) La Iglesia debe estar separada del Estado. SY 55 (33).
tora. L 28 (256-257). f) ... necesario separar al Estado de la Iglesia. VN 2 (384).
•d) La Iglesia carece de potestad legislativa. S 5 (272). g) ...separación hostil que se decreta en nombre de la libertad
e) ... la Iglesia no tiene el derecho de reprimir por medio de penas y se la hace llegar hasta la negación del derecho común de aque-
temporales a los que violan sus leyes. Q C 5 (12). lla misma libertad que se promete y se asegura a todos indis-
tintamente. D N 20 (630).
2. La Iglesia es nacional. h) ... el poder espiritual y sobrenatural estuviese en oposición con
a) ... es un sacrilego atentado... un golpe nefasto contra la uni- el del Estado. D N 37 (636).
dad del género humano... hacer a la Iglesia como prisionera i) La Iglesia, por principio, o sea, en tests, no puede aprobar la
o... confinarla en los angostos limites de una nación. N7 12 (905). separación completa entre los dos poderes, je 24 (1015).
b) Se pueden establecer iglesias independientes. SY 37 (28). j) ... la separación significa la completa independencia de la legis-
3. Carece de personalidad civil. lación política respecto del poder legislativo religioso; Más aún, -
a) No tiene derecho alguno... no debe tener cabida en el cuadro la absoluta indiferencia del poder secular con relación a los
de las instituciones civiles. S 5 (272). intereses, los derechos y la naturaleza de la sociedad cristiana,
es decir, la Iglesia. AM 42 (310).
b) ... falsa y estrecha concepción de su espiritualidad [de la Igle-
k) ... todo el ordenamiento jurídico, las instituciones, las costum-
sia] y de su vida interior que desearía confinarla, ciega y muda,
bres, las leyes, los cargos del Estado, la educación de la juven-
en el retiro del santuario. SC 2 19 (927).
tud, quedan al margen de la Iglesia como si ésta no existiera.
c) ... el Romano Pontífice... despojado con el principado civil de
L 27 (256).
aquella independencia. AI 29 (368).
1) No hay razón para practicar la moral cristiana ni para obedecer
d) ... él despojo de la soberanía civil fué realizado para suprimir a la Iglesia. S 5 (272).
poco a poco la misma potestad espiritual del Jefe de la Iglesia.
AI 29 (369). ¡i) .Los reyes... están exentos de la jurisdicción de la Iglesia. SY
S4 (32).
4. No tiene derecho a poseer. 6. Depende del poder civil.
a) La Iglesia no tiene derecho natural y legítimo para adquirir a) ... el poder eclesiástico no es por derecho divino distinto e
y poseer. SY 26 (26). independiente del poder civil. Q C 5 (12).
b) Libertad de propiedad para todos, pero no para la Iglesia. b) ... excluir por completo a la Iglesia de la sociedad o tenerla
LI 7 (427). sujeta y condenada al Estado. I 12 (206).
c) ... niega a la Iglesia el derecho a disponer de lo que es suyo. c) ... gobierno que... prive por la fuerza a la Iglesia de su liber-
D 27 (632). tad. L 31 (258).
d) ... conferir al gobierno del Estado la propiedad de los bienes d) ... la suprema autoridad dada a la Iglesia y a esta Sede Apostóli-
poseídos por la Iglesia. QC 5 (12). ca. .. subordinada a la voluntad de la autoridad política. QC 5(11).
126» SUMARIO SISTEMÁTICO DiS TESIS LIBERTAD, IGUALDAD Y AUTORIDAD 127*
e) La autoridad civil puede inmiscuirse en las materias pertenecien- lico protesten contra este abuso [la limitación numérica del
tes a la religión, la moral y el gobierno espiritual. SY 44 (30). clero]. AA 20 (616).
f) El poder eclesiástico no puede ejercer su autoridad sin el per- k) La inmunidad personal, en virtud de la cual los clérigos están
miso y asentimiento del poder civil. SY 20 (25). exentos del servicio militar, puede ser derogada. SY 32 (27).
g) Compete al poder civil... un poder indirecto negativo sobre las I) ...persigan... órdenes y congregaciones religiosas. Q C 4 (9).
cosas sagradas. SY 41 (29). II) ... haber disuelto aquellas órdenes religiosas que hacen voto de
h) ... corresponde al poder civil determinar los derechos de la Igle- obediencia a una autoridad diferente de la legítima del Estado.
sia y los límites. SY 19 (25). D N 36 (635).
i) ... la religión... entregada a la autoridad política y a la arbi- m) El gobierno puede... ordenar... no admitan a nadie a los votos
traria voluntad de los reyes y de los gobernantes. Q P 12 (509). solemnes. SY 52 (32).
j) ... la Iglesia de Dios queda sometida a la jurisdicción y al po- n) ... puede... el poder civil... romper los votos solemnes... pue-
der del Estado como si fuera una mera asociación civil. L 28 de suprimir por completo las Congregaciones religiosas. SY 53
(257)- (32).
k) ... si la Iglesia tiene algún derecho o facultad legítima para ñ) La Iglesia no tiene el derecho de usar la fuerza y carece de
obrar, lo debe al favor y a las concesiones de las autoridades todo poder temporal directo e indirecto. SY 24 (26).
del Estado. I 11 (206).
8. Usurpa los derechos del Estado.
1) La inmunidad de la Iglesia... tiene su origen en el derecho
civil. SY 30 (27). a) ... que la Iglesia es enemiga del Estado. I 1 (189).
il) ... os llama y os juzga a vosotros, obispos de Italia, ^funcionarios b) ... la Iglesia... usurpadora de los derechos del Estado e inva-
del Estado». NAB 74 (602). sora del campo de la política. AI 22 (363).
c) ... como si el reconocimiento de la autoridad divina de Jesu-
7. Carece de derechos y prerrogativas. cristo pudiera impedir o mermar el reconocimiento de las legí-
a) ... el fuero eclesiástico... debe ser totalmente suprimido. SY 31 timas autoridades humanas. D N 37 (636).
(27)- d) La Iglesia tiene... poder temporal, concedido... por el poder
b) ... el Romano Pontífice... despojado con el principado civil de civil, el cual puede... revocarlo. SY 24 (26).
aquella independencia que le es necesaria para su misión uni- 9. En materia mixta, prevalece el Estado.
versal y divina, forzado en su misma Roma a encerrarse en a) En caso de conflicto entre las leyes de ambos poderes, preva-
su propia morada. AI 29 (368). lece el derecho del poder político. SY 42 (29).
c) ... decretos de los Romanos Pontífices referentes a la religión b) ... materias... de competencia mixta, las autoridades del Es-
y a la Iglesia necesitan la sanción y aprobación o, por lo me- tado establecen por sí mismas una legislación arbitraria. I 11
nos, el asentimiento del poder civil. Q C 5 (11). (205).
d) ... la ley de la separación atribuye la administración y la tutela
10. El Estado puede romper los Concordatos.
del culto público no a la jerarquía divinamente establecida, sino
a una determinada asociación civil, a la cual da forma y perso- a) El poder civil tiene autoridad para rescindir... los solemnes
nalidad jurídica. VN 8 (390). convenios [o concordatos]. SY 43 (29).
e) ... todas las cuestiones que puedan plantearse acerca de estas
asociaciones [de culto] son de la competencia exclusiva del Con-
sejo de Estado. VN 8 (391). SÉPTIMA PARTE
f) El poder civil tiene por sí mismo el derecho de presentación de
los obispos. SY 50 (31). LIBERTAD, IGUALDAD Y AUTORIDAD
g) El gobierno... tiene... el derecho de deponer a los obispos. SY 51
(31-32).
A) La libertad humana está sujeta a ley.
h) Los obispos no pueden publicar lícitamente, sin permiso del
gobierno... letras apostólicas. SY 28 (27). 1. La libertad se da para obrar el bien.
i) La autoridad civil puede impedir que los obispos y los fieles a) ... es la Iglesia la defensora más firme de la libertad. L 4 (228).
se comuniquen libre y mutuamente con el Romano Pontífice. b) ... libertad;., facultad racional de obrar expeditamente y am-
SY 49 (3i). pliamente el bien según las normas de la ley eterna. AI 24 (364).
j) ... indispensable que el episcopado, el clero y el laicado cató- c) ... a salvo los derechos de cada ciudadano, los derechos de la
128* SUMARIO SISTEMÁTICO DK TESIS LIBERTAD, IGUALDAD Y AUTORIDAD 129*
familia, los derechos de todos los miembros del Estado, y todos principio de la legítima libertad con el de la autoridad, las
tendrán amplia participación en la libertad verdadera, que con- exigencias de la justicia con el bien de la paz. D N 10 (626-627).
siste en poder vivir cada uno según las leyes y según la recta c) ... la Iglesia no puede aprobar la libertad que lleva al despre-
razón. L 10 (237). cio de las leyes santísimas de Dios y a la negación de la obe-
d) Una libertad no debe ser considerada legítima más que cuando diencia debida a la autoridad legítima. Esta libertad, más que
supone un aumento en la facilidad para vivir según la virtud. libertad, es licencia. I 19 (211).
L 30 (258). d) Nada tiene de común esta libertad cristiana con el espíritu de
e) ... es libertad auténtica y deseable aquella que en la esfera de sedición y de desobediencia. L 21 (251-252).
. la vida privada no permite el sometimiento del hombre a la e) La grandeza y seguridad de la libertad están en razón directa
tiranía abominable de los errores y de las malas pasiones y de los frenos que se opongan a la licencia. L 18 (247).
- que en el campo de la vida pública gobierna con sabiduría a f) Cada uno [individuo y familia] conserva y debe conservar su
los ciudadanos, fomenta el progreso y las comodidades de la libertad de movimientos en la medida en que ésta no cause
vida y defiende la administración del Estado de toda ajena ar- riesgo de perjuicio al bien común. N E 6 (978).
bitrariedad. I 19 (212). g) ... sería para el individuo arruinar su propia dignidad abusar
f) ... la justificación de la necesidad de la ley para el hombre ha de su libertad personal con menosprecio de su responsabilidad
de buscarse primera y radicalmente en la misma libertad, es frente al bien general. PC 8 (1020).
decir, en la necesidad de que la voluntad humana no se aparte
de-la recta razón. L 6 (231). 4. El Estado, custodio de la libertad.
g) ... la verdadera libertad... consiste en que, por medio de las a) El Estado no podrá violar las justas libertades de la persona
leyes civiles, pueda cada cual fácilmente vivir según los pre- humana sin quebranto de su propia autoridad. PC 8 -{1020).
ceptos de la ley eterna. L 7 (234). b) ... el Estado y sus funcionarios y las organizaciones de él de-
2. Está sometida al derecho natural. pendientes están obligados a la reparación y a la revocación de
a) ... la libertad debe ser dirigida y gobernada por la recta razón, las medidas lesivas de la libertad. N4 52 (852).
y consiguientemente debe quedar sometida al derecho natural
y a la ley eterna de Dios. L 13 (240). 5. El error y la verdad no tienen iguales derechos 1.
b) ... la naturaleza de la libertad humana... en los particulares o a) ... el derecho es una facultad moral...; no podemos suponer
en la comunidad, en los gobernantes o en los gobernados, in- concedida por la naturaleza de igual modo a la verdad y al
cluye la necesidad de obedecer a una razón suprema y eterna, error, a la virtud y al vicio. L 18 (246).
que no es otra que la autoridad de Dios imponiendo sus man- b) ... la libertad concedida indistintamente a todos y para todo
damientos y prohibiciones. L 8 (235). nunca... debe ser buscada por sí misma, porque es contrario
c) La perversión mayor de la libertad... consiste en rechazar por a la razón que la verdad y' el error tengan los mismos dere-
completo la suprema autoridad de Dios y rehusarle toda obe- chos. L 23 (254).
diencia, tanto en la vida pública como en la vida privada y c) ... la libertad... concedida indiscriminadamente a la verdad y al
doméstica. L 25 (255). error, al bien y al mal, no ha logrado otra cosa que rebajar
d) ... es totalmente inconcebible una libertad humana que no esté cuanto hay de noble. AI 16 (357).
sumisa a Dios y sujeta a su voluntad. Negar a Dios este domi- d) La libertad, como facultad que perfecciona al hombre, debe apli-
nio supremo o negarse a aceptarlo no es libertad, sino abuso carse exclusivamente a la verdad y al bien. I 15 (208).
de la libertad y rebelión contra Dios. L 24 (255)- e) ... nada hay tan contrario a la Iglesia como pretender de ella
e) ... que la libertad... no traspase los límites señalados por la que tolere con disimulo el error y la injusticia o favorezca con
naturaleza y por la ley de Dios. I 23 (217). su connivencia lo que perjudica a la religión. L 29 (258),
f) ... hay que poner en la ley eterna de Dios la norma reguladora
6. Los poderes públicos pueden usar de tolerancia.
de la libertad, no sólo de los particulares, sino también de la
comunidad social. L 7 (234). a) ... concediendo derechos sola y exclusivamente a la verdad y
a la virtud no se opone la Iglesia, sin embargo, a la tolerancia
3. Es compatible con la autoridad. por parte de los poderes públicos de algunas situaciones contra-
a) La cuestión política... [consiste en]... conciliar libertad y auto- rias a la verdad y a la justicia para evitar un mal mayor o para
ridad. Pg 15 (338). adquirir o conservar un mayor bien. L 23 (253).
b) ...\a Iglesia... ha sabido siempre unir en fecundo acuerdo el 1
Cf. octava parte, II, C, 2, d, e, y f.
Voctr. pontif. 2 5*
130* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS LIBERTAD, IGUALDAD Y AUTORIDAD 131»
b) El deber de reprimir las desviaciones morales y religiosas no c) ... la igualdad de los hombres consiste en que, teniendo todos
puede ser, por tanto, una última norma de acción. Debe ser la misma naturaleza, están llamados todos a la misma eminente
subordinada a normas más altas y más generales, las cuales en dignidad de hijos de Dios; y además en que, estando estable-
determinadas circunstancias permiten incluso hacer a veces apa- cida para todos una misma fe, todos y cada uno deben ser
recer como mejor camino no impedir el error a fin de promo- juzgados según una misma ley. QAlví 5 (66).
ver un bien mayor. JC 16 (1013). d) ... no porque los nombres sean iguales en naturaleza han de
c) ... lo que no responde a la verdad y a la norma moral no ocupar el mismo puesto en la vida social, sino que cada cual
tiene objetivamente derecho alguno ni a la existencia, ni a la tendrá que adquirirlo con su conducta. AB 10 (449).
propaganda, ni a la acción... el no impedirlo por medio de las e) Principio [que toda desigualdad de condición es una injusticia]
leyes estatales y de disposiciones coercitivas puede, sin em- totalmente contrario a la naturaleza de las cosas, productor de
bargo, hallarse justificado por el interés de un bien superior y envidias y de injusticias y subversivo de todo orden social.
más universal. JC 17 (1013). N C H 23 (412).
d) ... tolera este mal a la fuerza para evitar un daño mayor. AA 24 f) El orden, base de la vida social de los hombres..., debe ser la
(618). tendencia y la realización cada vez más perfecta de una unidad
e) ... no... condena a los gobernantes que para conseguir un bien interior, que no excluye las diferencias, fundadas en la realidad.
importante o para evitar un grave mal toleran pacientemente N 4 6 (842).
en la práctica la existencia de dichos cultos en el Estado. g) Si la vida social exige de por sí unidad interior, no excluye,
I 18 (211). sin embargo, las diferencias causadas por la realidad y la natu-
f) ... si por causa del bien común, y únicamente por ello, puede raleza. N4 11 (843).
la-ley humana tolerar el mal, no puede, sin embargo, ni debe h) En una concepción social impregnada... por el pensamiento re-
jamás aprobarlo ni quererlo en sí mismo. L 23 (253).
ligioso... la igualdad intelectual y la diferencia funcional de'los
g) ... al ser la tolerancia del mal un postulado propio de la pru- hombres consiguen su derecho y tienen adecuada expresión.
dencia política, debe quedar estrictamente circunscrita a los N 4 14 (844).
límites requeridos por la razón de esa tolerancia, esto es, el
i) Sin embargo, existe una desigualdad de derecho y de autoridad
bien público. L 23 (254).
[entre gobernantes y gobernados]. Q A M 5 (66).
h) ... si la tolerancia daña al bien público..., la consecuencia es
su ilicitud. L 23 (254). C) Errores sobre la igualdad de los hombres y sobre la libertad.
i) ... cuanto mayor es el mal que a la fuerza debe ser tolerado
en un Estado, tanto mayor es la distancia que separa a este a) ... todos los hombres... son iguales también en la vida práctica.
Estado del mejor régimen político. L 23 (254). I 10 (204).
j) ... la afirmación: el extravío religioso y moral debe ser siem- b) ... todos los hombres son jurídicamente iguales y de la misma
pre impedido cuanto es posible porque su tolerancia es en sí condición en todos los aspectos de la vida. J 14 (173).
misma inmoral, no puede valer en su forma absoluta incondi- c) ... la fraternidad, cuya base colocaban en el amor de los inte-
cionada. JC 16 (1012). reses comunes o, por encima de todas las filosofías y de todas
k) ... los gobiernos deben... impedir que la criminal propaganda las religiones, en la simple noción de humanidad, englobando
atea penetre en sus pueblos. DR 80 (718) 1 . así en un mismo amor y en una igual tolerancia a todos los
I) ... es muy frecuente que estos grandes predicadores de la to- hombres con todas sus miserias. [A propósito de la tolerancia
lerancia sean en la práctica estrechos e intolerantes cuando se religiosa.] N C H 24 (413).
trata del catolicismo. L 23 (255). d) ... la Iglesia es enemiga de la libertad humana. L 1 (226);
II) Los que son pródigos en repartir a todos libertades sin cuen- LAI 22 (254).
to, niegan continuamente a la Iglesia su libertad. L 23 (255). e) ... niegan que el hombre libre deba someterse a las leyes q u e
Dios quiera imponerle por un camino distinto al de la razón
B) Los hombres son iguales por naturaleza, aunque de con- natural. L 13 (240).
dición desigual.
f) ... hay incompatibilidad entre la autoridad y la libertad, N C H 22
a) ... el sagrado principio de la igualdad y de la paridad entre (4").
los hombres. SC 2 11 (923). g) [El hombre]... por ningún concepto está "sujeto a la autoridad
b) ... la igualdad jurídica de los ciudadanos [contra la tiranía]. de otro. Puede pensar libremente lo que quiera y obrar lo q u e
I 19 (212).
se le antoje. I 10 (204).
1
Cf. octava parte, II, C, 4. h) ... conceder al ciudadano... una libertad ilimitada. L 2 3 (254).
132* SUMARIÓ SISTEMÁTICO DE TESIS PERSONA, PUEBLO V ESTADO 133*
aquel orden inmutable que se apoya y es regido por principios e) Despreciar el poder legítimo, sea quien sea el titular del podi-i,
universales. SP 44 (777). es tan ilícito como resistir a la voluntad de Dios. I 2 (193).
c) Solamente la clara visión de los fines señalados por Dios a toda f) El poder legítimo viene de Dios, «y el que resiste a la autoridad
sociedad humana, unida al sentimiento hondo de los sublimes resiste a la disposición de Dios» (Rom. 13,2). De esta manera
deberes de la acción social, puede colocar a aquellos a quienes la obediencia queda dignificada de un modo extraordinario,
ha sido confiado el poder en situación de cumplir sus propias pues se presta. obediencia a la más justa y elevada autoridad.
obligaciones. N 5 24 (877). L 10 (237).
d) Todas las cosas en las que la ley natural o la voluntad de Dios g) ... afirmando,de una vez para siempre el principio indiscutible
resultan violadas no pueden ser mandadas ni ejecutadas. D 11 de que, sea cual sea la forma de gobierno, la autoridad deriva
(116-117). siempre de Dios, la razón reconoce, como consecuencia, en los
e) Este ordenamiento [jurídico de la sociedad]... posee también el unos el derecho legítimo de mandar, e impone a los otros el
poder de coacción... pero en el justo cumplimiento de este deber correlativo de obedecer. Pg 15 (338).
derecho una autoridad digna... jamás dejará de sentir su angus- h) ... faltando la persuasión de ser divinos su origen, su dependen-
tiosa responsabilidad ante el eterno Juez. N4 15 (844). cia y su sanción, llega a perder, junto con su más grande fuerza
f) ... el poder debe ser justo, no despótico, sino paterno... ha de de obligación, el más alto título de acatamiento y respeto.
ejercitarse en provecho de los ciudadanos. I 2 (192). D N 18 (629).
g) ... los poderes públicos, para proteger la libertad del ciudadano i) ... derivada la autoridad, no de Dios, sino de los hombres, ha
y a la vez servir al bien común por la activa cooperación de sucedido que... hasta los mismos fundamentos de la autoridad
todas las fuerzas vivas de la nación, deben ejercer su actividad han quedado arrancados, una vez suprimida la causa principal
con firmeza e independencia. PC 14 (1021). de que unos tengan el derecho de mandar y otros la obligación
h) ... los altos cargos políticos del Estado y todos los funcionarios dé obedecer. Q P 8 (504).
públicos... deben cumplir sus deberes por obligación de con- j) ... desde... que se quiso atribuir al origen de toda humana po-
ciencia. DR 82 (719). testad, no a Dios... sino a la libre voluntad de los hombres,
i) ... la Administración pública... debe necesariamente desenvol- los vínculos de mutua obligación que deben existir entre los
verse con... una sobriedad... grande. DR 82 (719). superiores y los subditos se han aflojado. AB 7 (446).
j) ... el Estado no es ya, ni lo ha sido en realidad nunca, sobe- k) ... cuando los que gobiernan los Estados desprecian la autori-
rano en el sentido de una ausencia total de ¡imites. JC 6 (1009). dad de Dios, suelen los pueblos burlarse de ellos. AB 9 (448)
2. Es deber de conciencia.
II. ACATAMIENTO Y OBEDIENCIA a) ... los gobernados deberán obedecer a los gobernantes como a
Dios mismo, no por el temor del castigo, sino por el respeto a
A) Los subditos d e b e n obediencia al poder legítimo 1 . la majestad; no con un sentimiento de servidumbre, sino como
1. Se obedece a Dios. un deber de conciencia. Por lo cual la autoridad se mantendrá
en su verdadero lugar con mucha mayor firmeza. D 9 (115-116).
a) Esta obediencia [a la legítima autoridad], por otra parte, no b) ... que los subditos se sometan... por conciencia. Q A M 6 (67).
puede dañar a la dignidad humana, porque, hablando con toda c) ... [a] los que están investidos de autoridad se les ha de obede-
propiedad, se obedece a Dios más bien que a los hombres. cer no de cualquier modo, sino religiosamente, por obligación
Pg 15 (338). de conciencia. AB 8 (447).
b) ... es razonable obedecer al poder legítimo cuando manda lo d) ... todos sometan su parecer a la autoridad de aquel al cual es-
justo como si se obedeciera a la autoridad de Dios, que todo lo tán sujetos y le obedezcan por deber de conciencia. AB 18 (455).
gobierna. Y nada hay más contrario a la verdad que suponer e) ... el no obedecerles [a los gobernantes] constituye un pecado
en manos del pueblo el derecho de negar la obediencia cuando manifiesto. D 7 (114).
le agrade. H 17 (176). f) ... [los ciudadanos se sentirán] obligados... a aceptar con docili-
c) ... los que resisten al poder político resisten a la divina volun- dad los mandatos de los gobernantes y a prestarles obediencia
tad, y... los que rehusan honrar a los gobernantes rehusan hon- y fidelidad. I 2 (192).
rar al mismo Dios. D 9 (116).
d) ... al obedecer por causa de Dios a los gobernantes, su obedien- 3. Es necesidad del bien común.
cia es un obsequio razonable. D 20 (126). a) ... el honor y la conciencia exigen en todo estado de cosas s u b -
* Cf. duodécima parte, II, A. ordinación sincera a los gobiernos constituidos; es necesaria
148* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS EL PODER Y SUS I-fMITER nn*
está subordinación en nombre de ese derecho soberano, indis- d) ... cuando el poder humano manda algo claramente contrario
cutible, que se llama la razón del bien social. N C 16 (316). a la voluntad divina, traspasa los límites que tiene fijados y
b) ... cuando en una sociedad existe un poder constituido y ac- entra en conflicto con la divina autoridad. En este caso es justo
tuante, el interés común se halla ligado a este poder, y por esta no obedecer. L 21 (252).
fa¿ón debe aceptarse este poder tal cual existe... porque re- e) ... cuando no existe el derecho de mandar, o se manda algo
presenta el poder derivado de Dios. N C 11 (315). contrario a la razón, a la ley eterna, a la autoridad de Dios,
c) El fundamento de esta concordia es en la sociedad cristiana el ". es justo entonces desobedecer a los hombres para obedecer a
mismo que en todo Estado bien establecido; la obediencia a la. . Dios. L 10 (237).
legítima autoridad. CM 4 (133). f) ... [a] los que están investidos de autoridad se les ha de obe-
d) De ningún modo debe ser considerado como un progreso de decer... a no ser que manden algo que sea contrario a las divj- *
la vida civil el desprecio osado de todo poder legítimo. ID 6 (47). ñas leyes. AB 8 (447).
g) ... cuando las disposiciones arbitrarias del poder legislativo o
B) El deber de sumisión alcanza a los «gobiernos de hecho». del poder ejecutivo promulgan u ordenan algo contrario a la
ley divina... hav que obedecer a Dios antes que a los hombres.
a) ... aceptar sin reservas, con la lealtad perfecta que conviene al Q A M 7 (68).
cristiano, el poder civil en la forma que de hecho existe. N C 10 h) ...jamás deben ser aceptadas las disposiciones legislativas, de
(315)- cualquier clase, contrarias a Dios y a la religión. A M 32 (308).
b) ... cuando de hecho quedan constituidos nuevos regímenes polí- i) ... si la voluntad de los gobernantes contradice a la voluntad y
ticos [exigidos por la recuperación del orden público], repre- a las leyes de Dios, los gobernantes rebasan el campo de su
sentantes de este poder inmutable, su aceptación no solamente poder y pervierten la justicia. Ni en este caso puede valer su
es lícita, sino incluso obligatoria, con obligación impuesta por autoridad, porque esta autoridad, sin la justicia, es nula. D 11
la necesidad del bien común, que les da vida y los mantiene. (H7).
A M 23 (306). j) ... [puede desobedecerse]... una fórmula de juramento que aun
c) Estos cambios [de las formas políticas vigentes por otras nue- a niños y niñas les impone cumplir sin discusión órdenes que...
vas] están muy lejos de ser siempre legítimos en el origen; es pueden mandar, contra toda verdad y justicia, la violación de
incluso difícil que lo sean. Sin embargo, el criterium supremo los derechos de la Iglesia y de las almas. NAB 62 (598).
del bien común y de la tranquilidad pública impone la acepta-
ción de estos nuevos gobiernos establecidos de hecho sustitu- 2. Es lícita la resistencia a la tirania.
yendo a los gobiernos anteriores que de hecho ya no existen. a) ... cuando... esos poderes constituidos se levantasen contra la
De esta manera quedan suspendidas las reglas ordinarias de la justicia y la verdad hasta destruir aun los fundamentos mismos
transmisión de los poderes, y puede incluso suceder que con de la autoridad, no se ve cómo se podría entonces condenar
el tiempo queden abolidas. N C 15 (316). el que los ciudadanos se unieran para defender la nación y de-
fenderse a sí mismos con medios lícitos y apropiados. FC 35
C) La desobediencia puede ser justa, pero no la rebelión'. (740-741).
b) ... coartar la tiranía de los príncipes. I 19 (212).
1. Hay una desobediencia justa. c) ...es licito procurar al Estado otra organización política más
a) Este respeto al poder conscituído no puede exigir ni imponer moderada [que la que tenga a la nación oprimida] bajo la cual
como cosa obligatoria ni el acatamiento ni mucho menos una se pueda obrar libremente. L 31 (258).
obediencia ilimitada o indiscriminada a las leyes promulgadas d) ... coalición de conciencias que no están dispuestas a renunciar
por este mismo poder constituido. AM 31 (308). a la libertad. FC 38 (742).
b) ... distinción entre el poder político y la legislación, y hemos i'J ... principios generales [para las reivindicaciones sociales y po-
demostrado que la aceptación del primero no implicaba en líticas]: que estas reivindicaciones tienen razón de medio o de
modo alguno la aceptación de la segunda en los puntos en los fin relativo, no de fin último y absoluto; que... deben ser accio-
que el legislador, olvidando su misión, se ponía en oposición nes lícitas y no intrínsecamente malas; ... que no proporcionen
con la ley de Dios y de la Iglesia. N C 17 (316). a la comunidad daños mayores... FC 36 (741-742).
c) Una sola causa tienen los hombres para no obedecer: cuando 3. Pero no es licita la rebelión.
se les exige algo que repugna abiertamente al derecho natural a) ... sumisión a los poderes legítimos... prohibiendo toda revo-
o al derecho divino. D 11 (116). lución y todo conato que pueda turbar el orden y la tranquili-
1 Gf. segunda parte, III, D, 4- dad pública. L 17 (245-246).
150* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS
FORMAS DE GOMKKNw 151*
b) ... los ciudadanos tienen la obligación de aceptar los regíme-
nes constituidos y no pueden intentar nada para destruirlos o
para cambiar su forma. A M 17 (304).
c) ... la Iglesia... condena toda insurrección violenta, que sea in- DECIMA PARTE
justa, contra los poderes constituidos. F C 35 (740).
d) ... derecho de rebelión es contrario a la razón. I 17 (210). FORMAS DE GOBIERNO Y SISTEMAS POLÍTICOS.
e) ... provocar revoluciones por medio de la fuerza de las masas LA PARTICIPACIÓN DEL PUEBLO
constituye un crimen de lesa majestad, no solamente humana,
sino divina. I 2 (193).
I. FORMAS DE GOBIERNO Y SISTEMAS P O L Í T I C A
f) Y si alguna vez sucede que los gobiernos ejercen el poder con
abusos y extralimitaciones, la doctrina católica no permite insu- A) T o d o s son lícitos si salvan la religión y la justicia.
rreciones arbitrarias contra ellos, para evitar el peligro de... una
perturbación mayor... un daño más grande. Q A M 7 (68). a) La Iglesia aprueba todas las formas de gobierno con tal de que
queden a salvo la religión y la moral. S 15 (282).
D) E r r o r e s sobre autoridad y obediencia. b) ... la Iglesia católica, no estando bajo ningún respecto ligada
a) ... nadie tiene el derecho de mandar a otro, y pretender que los a una forma de gobierno más que a otra, con tal que queden a
hombres obedezcan a una autoridad que no proceda de ellos salvo los derechos de Dios y de la conciencia cristiana, no en-
mismos es hacerles violencia. H 14 (173). cuentra dificultad en avenirse con las diversas instituciones po-
líticas, sean monárquicas o republicanas, aristocráticas o demo-
b) ... todos los ciudadanos tienen derechos iguales en la sociedad
cráticas. D N 6 (625-626).
civil y no existe en el Estado jerarquía alguna legítima. DR 32
(689). c) ... todas y cada una [de las formas de gobierno] son buenas,
c) ... las autoridades civiles... arbitros absolutos de todo. I 11 (206). siempre que tiendan rectamente a su fin, es decir, al bien común,
d) ... que la autoridad civil sirva al interés de uno o de pocos. razón de ser de la autoridad social. AM 15 (304).
I 2 (192). d) La Iglesia no condena forma alguna de gobierno con tal que sea
e) ... rechazando toda autoridad jerárquica establecida por Dios. apta por sí misma para la utilidad de los ciudadanos. L 32 (259).
e) ...no queda condenada por sí misma ninguna de las distintas
DRio(675)- formas de gobierno, pues nada contienen contrario a la doc-
f) Es lícito negar la obediencia a los gobiernos legítimos, e incluso trina católica, y todas ellas, realizadas con prudencia y justicia,
rebelarse contra ellos. SY 63 (34). pueden garantizar al Estado la prosperidad pública. I 18 (211).
g) ... asociación de delincuentes... anarquistas... ¿Quién no ha f) ... el derecho de mandar no está necesariamente vinculado a
quedado horrorizado al ver... agredidos y asesinados empera- una u otra forma de gobierno... con tal que esta forma garantice
dores, emperatrices, reyes, presidentes de repúblicas poderosí- eficazmente el bien común y la utilidad de todos. I 2 (191).
simas, por la sola razón de haber estado investidos de la auto- g) La Iglesia no condena en modo alguno las preferencias políti-
ridad soberana? AI 15 (356). cas con tal que éstas no sean contrarias a la religión y la justicia.
h) ... una norma de la vida política, la legitimidad del derecho a la C M 3 (132).
rebelión. I 13 (207). h) No hay razón para que la Iglesia desapruebe el gobierno d e
i) si cambia la voluntad popular es licito destronar a los príncipes un solo hombre o de muchos con tal de que ese gobierno sea
aun por la fuerza. H 15 (173). justo y atienda a la común utilidad. D 4 ( m ) .
i) ... si el poder político es siempre de Dios, no se sigue de aquí
que la designación divina afecte siempre e inmediatamente...
a las formas contingentes que reviste. NG 13 (315).
j) ... la Iglesia... en sus relaciones exteriores con los poderes p o -
líticos, hace abstración de las formas que diferencian unos d e
otros. A M 15 (304).
B) Los ciudadanos son libres para preferir el que mejor s e
a c o m o d e a su nación.
a) En el ámbito del valor universal de la ley divina... hay amplio
campo y libertad de movimiento para las más variadas formas
de concepciones políticas. N 2 23 (821).
152* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS FORMAS DE GOBIERNO 153*
b) En este orden especulativo de ideas, los católicos... disfrutan c) [Ni está prohibido]... preferir para el Estado una forma de go-
de plena libertad para preferir una u otra forma de gobierno, bierno moderada por el elemento democrático, salva siempre la
porque ninguna de ellas se opone por sí misma a las exigencias doctrina católica acerca del origen y el ejercicio del poder po-
de la sana razón o a los dogmas de la doctrina católica. A M 15 lítico. L 32 (258-259).
d) ...el pueblo... tiene derecho a hacer valer su voluntad con la
(3°4)-
manifestación de su opinión y con su derecho al voto. N6
c) La práctica afirmación de un sistema político o de otro depen-
de en amplia medida, v a veces decisiva, de circunstancias. Nz 3 (914)-
-23(821). e) En lo que toca a la extensión y a la naturaleza de los sacrificios
d) ... n<#está prohibida a los pueblos la adopción de aquel siste- exigidos a todos los ciudadanos..., la forma democrática de
ma de gobierno que sea más apto y conveniente a su manera gobierno aparece a muchos como un postulado natural impuesto
de ser o a las instituciones y costumbres de sus mayores. D 4 por la misma razón. N5 14 (875).
(m-112). f) ... la democracia, entendida en un sentido amplio, admite dis-
e) ... la Iglesia ha dejado siempre a las naciones la preocupación tintas formas y puede tener su realización tanto en las mo-
de darse el gobierno que juzguen más ventajoso para sus inte- narquías como en las repúblicas. N5 12 (875).
. reses. N C H 31 (415). g ... una injuria hecha a las restantes formas de gobierno [afir-
f): ... en la práctica, la calidad de las leyes depende más de la mar]... que la democracia es la única que inaugurará el reino
calidad moral de los gobernantes que de la forma constituida de la perfecta justicia. N C H 23 (412).
de gobierno. A M 27 (307). h) Si el porvenir ha de pertenecer a la democracia, una parte esen-
g) ... la diferencia que existe entre la legislación y los poderes po- cial en su realización deberá corresponder a la religión de
líticos y su forma es tan grande, que, en un régimen cuya Cristo y a la Iglesia... N5 44 (883).
forma sea quizás la más excelente de todas, la legislación puede E) U n a democracia sana exige determinados requisitos.
ser detestable. A M 26 (307).
a) Una sana democracia.'.. será resueltamente contraria a aquella
C) Los regímenes políticos no son inmutables. corrupción que atribuye a la legislación del Estado un poder
a) ... sea cual sea en una nación la forma de gobierno, de ningún sin freno ni límites, y que hace también del régimen democrá-
modo puede ser considerada esta forma tan definitiva que haya tico... un puro y simple sistema de absolutismo. N5 28 (879).
de permanecer siempre inmutable, aun cuando ésta haya sido b) El Estado democrático, sea monárquico o republicano, debe,
la voluntad de los que en su origen la determinaron. A M 18 como toda otra forma de gobierno, estar investido del poder
(3°5)- de mandar con autoridad verdadera y eficaz. N5 20 (877).
b) ... esta necesidad social justifica la existencia y la constitución c) ... donde está vigente una verdadera democracia, la vida del
de un nuevo régimen político, sea cual fuere la forma que adopte, pueblo está como impregnada de sanas tradiciones... Represen-
ya que... este régimen nuevo está exigido necesariamente por tantes de estas tradiciones son... las clases dirigentes. N6 11
la recuperación del orden público. A M 22 (306). (9i6).
c) Estos cambios [de las formas políticas vigentes por otras nue- d) ... los verdaderos amigos del pueblo no son ni revolucionarios
vas] están muy lejos de ser siempre legítimos en el origen; es ni innovadores, sino tradicionalistas. N C H 44 (421).
incluso difícil que lo sean. Sin embargo, el criterium supremo e) ... en un Estado democrático la vida cívica impone altas exi-
del bien común y de la tranquilidad pública impone la acepta- gencias a la madurez moral de cada ciudadano...; muchos de
ción de estos nuevos gobiernos establecidos de hecho sustituyen- éstos... tienen su parte en la responsabilidad en el desorden
do a los gobiernos anteriores que de hecho ya no existen. De actual de la sociedad. PC 10 (1020).
esta manera quedan suspendidas las reglas ordinarias de trans- I) ... en una sociedad democrática, como quiere ser la moderna,
misión de los poderes y puede incluso suceder que con el tiem- el simple título de nacimiento no es ya suficiente para conquistar
po queden abolidas. NG 15 (316). la autoridad y la confianza... N6 12 (916).
D) La democracia es forma legítima, aunque no la única. g) ... ninguna democracia política es viable si no tiene puntos de
a) ... los que han de gobernar los Estados pueden ser elegidos... arraigo profundo en la democracia económica. N C H 18 (410).
por la voluntad y juicio de la multitud. D 4 ( m ) . h) ... la cuestión de la elevación moral, de la aptitud práctica, de
b) ... [que] el pueblo tenga una mayor o menor participación en la capacidad intelectual de los diputados en el parlamento, es
el gobierno... puede no sólo ser provechosa, sino incluso obli- para todo el pueblo organizado democráticamente una cuestión
gatoria para los ciudadanos. I 18 (211). de vida o muerte, de prosperidad o de decadencia. N5 25 (878).
154* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS
FORMAS DE GOBIERNO 155*
F) Postulados falsos de la democracia radical *.
b) ... una verdadera y propia estatolatría pagana. NAB 51 (595).
a) ... la voluntad del pueblo..., ley suprema independiente de todo c) [El totalitarismo] constituye un sistema contrario a la dignidad
derecho divino y humano. Q C 4 (9). y al bien del género humano. N7 28 (909).
b) ... es necesario que todo cambie al compás de la voluntad del d) ... totalitarismo, el cual reduce al hombre a no ser más que una
pueblo. I 13 (207). ficha en el juego político, un número en los cálculos económi-
c) ... si cambia la voluntad popular es lícito destronar a los prín- cos. N7 28 (909).
cipes aun por la fuerza. H 15 (173). e) ... el totalitarismo... es incompatible con una verdadera y sana
d) ... el pueblo permanece como sujeto detentador del poder. N C H democracia. N7 29 (909).
24 (410- f) ... el totalitarismo..., por su misma naturaleza, es necesaria-
e) ... el número como fuerza decisiva y la mayoría como creadora mente enemigo de la verdadera y libre opinión de los ciudada-
exclusiva del derecho y del deber. L 12 (238). nos. PO 19 (973).
f) . . . l a ley, reguladora..., queda abandonada al capricho de una g) ... los totalitarios, para quienes la ley y el derecho no son más
mayoría numérica. L 12 (239). que instrumentos en manos de los círculos dominantes. P O 20
g) ¿Se atrevería alguien a decir con seguridad que la mayoría de (973)-
los hombres es apta para juzgar, para apreciar los hechos y las h) ... el totalitarismo fracasa en lo que es la única medida del
corrientes en su verdadero peso, de suerte que la opinión sea progreso. N7 28 (909).
guiada por la razón? PO 12 (971). i) [El totalitarismo] representa un continuo peligro de guerra.
h) ... la vida de las naciones se halla disgregada por el culto ciego N7 29 (909).
del valor numérico. O P M 6 (982). j) ... incompatibilidad de la concepción nacionalsocialista con la
i) ... el ciudadano en realidad no es otra cosa que una mera unidad doctrina cristiana. SG 1 17 (890).
cuyo total constituye una mayoría o una minoría que puede k) ... el criminal abuso del poder público para ponerlo al servicio
invertirse por desplazamiento de algunas voces o quizás de una del terrorismo colectivo [comunismo]. Dr 32 (690).
sola..., de su posición y de su papel en la familia no se hace 1) El imperialismo moderno... no busca al hombre en cuanto tal,
cuenta alguna. O P M 6 (982). sino las cosas y las fuerzas a las que le hace servir. SCZ 6 (922).
j) Las leyes..., en vez de ser la razón escrita, representan sólo la
fuerza numérica y la prevalente voluntad de un partido políti-
co. AI 12 (335). II. PARTICIPACIÓN DEL PUEBLO E N EL GOBIERNO
k) [En] un Estado democrático abandonado al arbitrio de la masa...
la libertad... queda transformada en una pretensión tiránica... A) E s obligada e n todo régimen.
La igualdad degenera en una nivelación mecánica. N5 19 (876). a) ... el pueblo tenga una mayor o menor participación en el go-
I) ...la masa... es la enemiga capital de la verdadera democracia bierno... puede no sólo ser provechosa, sino incluso obliga-
y de su ideal de libertad y de igualdad. N5 17 (876). toria para los ciudadanos. I 18 (211).
II) El Estado... puede servirse también de la fuerza elemental de b) ... el pueblo... tiene derecho a hacer valer su voluntad con la
la masa, manejada y aprovechada con habilidad; en las manos manifestación de su opinión y con su derecho al voto. N6 3 (914).
ambiciosas de uno solo o de muchos, reagrupados artificial- c) ... en lo que toca a la responsabilidad, la estructura de la má-
mente por tendencias egoístas. N5 16 (876). quina moderna del Estado, el encadenamiento casi inextrica-
m) En los sistemas democráticos..., cuando el interés individual ble de las relaciones económicas y políticas no permiten al
está puesto bajo la protección de aquellas organizaciones colec- simple ciudadano intervenir eficazmente en las decisiones p o -
tivas o de partido a las cuales se les exige proteger la suma de líticas. Todo lo más, con su voto libre puede tener alguna
los intereses individuales antes que promover el bien de to- influencia en la dirección general, y aun esto en una medida
dos... N16 37 (1038). limitada. pC 9 (998).
n) Al separar la fraternidad de la caridad cristiana así entendida,
la democracia, lejos de ser un progreso, constituiría u n retro- B) L a opinión pública, auténtico pafrimonio social.
ceso desastroso para la civilización. N C H 23 (413). a) La opinión pública es... el patrimonio de toda sociedad normal
G) Los sistemas totalitarios, condenados. compuesta de hombres que, conscientes de su conducta p e r -
sonal y social, están íntimamente ligados a la comunidad de la
a) Abuso autocrático del poder del Estado. DR 31 (689). que forman parte..., el eco natural... de los sucesos y de la
1
Cf. segunda parte, III, E, a. situación actual en sus espíritus y juicios, pe 3 (969).
b) Allí donde no apareciere manifestaci6n alguna de la opinión
156* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS i;i, OUUI..N INII.K.VU ÍDNAL 107*
pública..., donde hubiera que registrar su real inexistencia... e) ... [periódicos y publicaciones]... tienen la noble tarea y ambi-
se debería ver un vicio, una enfermedad, un mal de la vida ción de ayudar a esa opinión pública a encontrar y mantenerse
social, po 4 (970). en la senda de la verdad y la justicia. PR 76*.
c) Ahogar la voz de los ciudadanos, reducirla a un silencio forzado,
es a los ojos de todo cristiano un atentado contra el derecho D) L a representación popular.
natural del hombre, una violación del orden del mundo tal a) ... todo cuerpo legislativo... tiene que reunir en su seno una
como Dios lo ha establecido, po 5 (970). serie de hombres...-representantes de todo el pueblo..., la ima-
d) Tan deplorable, y tal vez más funesta todavía por sus conse- gen de la múltiple vida de todo el pueblo..., de juicio justo
cuencias, es la [situación] de los pueblos donde la opinión y seguro, de sentido práctico y recto..., de doctrina clara y
pública permanece muda, no por haber sido amordazada por sana, de propósitos firmes y rectilíneos. N5 26 (878).
una fuerza exterior, sino porque le faltan aquellos presupuestos b) Su posición [del ciudadano] y su papel en la familia y en la
interiores que deben hallarse en todos los hombres que viven profesión... [deben entrar en el sufragio]. O P M 6 (982).
en comunidad, po 7 (970). c) ... los que han de gobernar los Estados pueden ser elegidos por
e) ... allí donde la opinión pública deja de funcionar libremente, la voluntad y juicio de la multitud. D 4 (111).
allí es donde está en peligro la paz. po 21 (974).
f) Lo que hoy en día se llama opinión pública..., una impresión
artificiosa y superficial; nada de un eco espontáneo despertado
en la conciencia de la sociedad y dimanante de ésta, po 8 (970).
g) ... crear artificiosamente, con el poder del dinero, de una ar- UNDÉCIMA PARTE
bitraria censura, de juicios unilaterales, de falsas afirmaciones,
una llamada opinión pública que mueve el pensamiento y la EL ORDEN INTERNACIONAL. LA COMUNIDAD DE
voluntad de los electores como cañas agitadas por el viento.
N7 26 (908).
LOS ESTADOS
h) ... la pretendida opinión pública es dictada, impuesta, de grado
o por fuerza; desde que las mentiras, los prejuicios parciales, I. E L ORDEN INTERNACIONAL, SUJETO A DERECHO
los artificios del estilo, los efectos de voz y gesto, la explotación
del sentimiento, vienen a hacer ilusorio el justo derecho de los A) El género h u m a n o , unidad suprema.
hombres a su propio juicio, po 21 (974). a) ... género humano, unificado por la unidad de su origen común
i) ... el olvido de todo sentido moral es... [para muchos sistemas en Dios..., por la unidad de naturaleza..., por la unidad del
basados en la mentira] parte integrante de la técnica en el fin próximo de todos y por la misión común..., por la unidad
arte de formar la opinión pública, de dirigirla, de acomodarla de habitación, la tierra...; por la unidad de bien supremo,
al servicio de su política'. N9 10 (944). Dios mismo...; por la unidad de los medios para conseguir
C) Misión de la prensa: servir a la opinión. este supremo fin. SP 30 (769).
b) ... unidad de derecho y de hecho de toda la Humanidad. SP 34
a) ... la prensa tiene un papel decisivo que realizar en la educa- (770-771).
ción de la opinión, no para dictarla o dirigirla, sino para ser- c) ... el único origen y el único fin último de todos ¡os hombres y
virla útilmente, po 16 (972). pueblos, el único Dios y Padre de todos, el único y unificante
b) ... la prensa católica debe oponer un obstáculo infranqueable precepto del amor de Dios y del prójimo, el único Redentor [e]
al retroceso progresivo, a la desaparición de las condiciones Iglesia por El fundada... IP 23 (1048).
fundamentales de una sana opinión pública y consolidar e in- d) ... ley de mutua solidaridad y caridad humana, impuesta por
cluso reforzar lo que de ella queda, po 15 (972). el origen común y por la igualdad de la naturaleza racional en
c) ... la prensa católica tiene señalado su puesto para expresar todos los hombres, sea cual fuere el pueblo al que pertenecen.
con fórmulas claras el pensamiento del pueblo, confuso, vacilan- SP 28 (768).
te, embarazado ante el mecanismo moderno de la legislación c.) ... el bien común... no puede ni existir ni ser concebido sin
positiva, po 20 (974). su relación intrínseca con la unidad del género humano. N i 3 26
d) La prensa toma una decidida posición de hecho y de derecho (990).
a favor de la justa libertad de pensar y del derecho de los hom-
bres a su juicio propio, pero los contempla a la luz de la ley f) ... el orden absoluto de los seres y de los fines... incluye...,
divina, po 21 (974). como exigencia moral y como coronamiento del desarrollo so-
158* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS El, ORDEN INTERNACIONAL 150»
cial, la unidad del género humano y de la familia de los pueblos. sobre la movediza e incierta arena de normas efímeras, inven-
N 5 32 (880)1. tadas por el arbitrio de un egoísmo utilitario, colectivo o in-
dividual. SP 60 (787).
B) Esta u n i d a d vincula a los pueblos. g) ... coexistencia en el amor de Dios..., una convivencia de paz
a) ... porque la unión de éstos [de los pueblos] hay que referirla verdadera, inspirada y vigilada por el orden moral que Dios
a una exigencia y a un impulso de la misma naturaleza, y, por ha impuesto. N16 17 (1030).
tanto, los elementos fundamentales de tal unión revisten el h) [El orden nuevo del mundo]... deberá levantarse sobre el in-
carácter de necesidad moral, por tener su origen en la misma concuso y firme fundamento del derecho natural y de la reve-
naturaleza. IP 17 (1046). lación divina. SP 60 (787).
b) ... hoy más que nunca están los pueblos unidos por el doble i) ... la ley natural es la sólida base común de todo derecho y de
vínculo natural de una común indigencia y una común bene- todo deber, el lenguaje universal necesario para cualquier acuer-
volencia, dados el gran progreso de la civilización y el mara- do ; es aquel tribunal supremo de apelación que la Humanidad
villoso incremento de las comunicaciones. PD 11 (479). ha deseado siempre para poner fin a los eventuales conflictos.
c) Y si bien los pueblos... se van diferenciando unos de otros, no IP 13 (1044).
por esto deben romper la unidad de la familia humana, sino j) ... la idea grande y eficaz que los hiciera [a los diversos Esta-
t más bien enriquecerla con la comunicación mutua de sus pecu-
dos] firmes en la defensa y activos en un común programa de
liares dotes espirituales y con el recíproco intercambio de bie- civilización..., el ideal del derecho natural como base de la orga-
nes. SP 34 (771). nización del Estado y de los Estados. N i 6 28 (1034).
d) ... el Evangelio no presenta una ley de caridad para las perso- k) ... las relaciones normales y estables, la amistad internacional
nas particulares y otra ley distinta para los Estados y las na- fructuosa exigen que los pueblos reconozcan y observen los
ciones, que, en definitiva, están compuestas por hombres par- principios normativos del derecho natural, regulador de la
ticulares. PD 11 (479). convivencia internacional. SP 55 (783).
e) El odio entre los pueblos es siempre de una injusticia cruel, I) [Es errado]... separar el derecho de gentes del derecho divino,
absurda e indigna del hombre. PC 10 (999). para apoyarlo en la voluntad autónoma del Estado como fun-
f) La Iglesia católica educa las conciencias para que se considere damento exclusivo. SP 57 (784).
prójimo no a este o aquel hombre, sino a un pueblo entero; II) ... postulado de toda acción pacificadora es el reconocimiento
y no sólo a un pueblo, sino a los hombres de todos los pueblos. de la existencia de una ley natural común a todos los hombres
IP 26 (1048). y a todos los pueblos, de la cual derivan las normas del ser,
del obrar y del deber, y cuya observancia facilita y asegura
C) El orden internacional, sujeto al derecho natural. la convivencia pacífica y la colaboración mutua. IP 13 (1044).
m) Faltándoles el cimiento moral del temor de Dios, esos acuerdos
a) ... una norma universal de rectitud moral... en la vida política [internacionales]... se convertirían en fuente de nueva recípro-
y en las mutuas relaciones internacionales. SP 20 (764). ca desconfianza. N16 17 (1030).
b) ... aquel espíritu del que únicamente puede provenir la vida,
autoridad y obligatoriedad a la letra muerta de los párrafos D) Principios del derecho de gentes.
de los ordenamientos internacionales; es decir, de aquel senti- a) El derecho a la existencia, el derecho al respeto y al buen nom-
miento de íntima y aguda responsabilidad que mira y pondera bre, el derecho a una manera de ser y a una cultura propias,
estatutos humanos según las santas e indestructibles normas el derecho al propio desenvolvimiento, el derecho a la obser-
del derecho divino. N i 18 (810). vancia de los tratados internacionales, y otros derechos equi-
» c) ... seria y profunda moralidad en las normas del consorcio en- valentes, son exigencias del derecho de gentes dictado por la
tre las naciones. N2 28 (822). naturaleza, je 5 (1009).
d) Si se buscan garantías sólidas para la colaboración entre paí- b) El derecho positivo de los pueblos, indispensable también a la
ses..., sólo los valores de orden espiritual se revelarán eficaces. comunidad de los Estados, tiene la misión de definir con ma-
EE 6 (1004). yor exactitud las exigencias de la naturaleza y adaptarlas a las
e) Este nuevo orden [internacional]... ha de alzarse sobre la roca circunstancias concretas y, además, la de adoptar, mediante
indestructible e inmutable de la ley moral, manifestada por el una convención que, libremente contraída, se convierta en obli-
mismo Creador mediante el orden natural. N3 17 (832). gatoria, otras disposiciones, ordenadas siempre al fin de la co-
f) [El orden nuevo del mundo]... no deberá en adelante apoyarse munidad, je s (1009).
* Cf. cuarta parte, A, e. c) ... necesidad de establecer mediante tratados y convenios in-
160» SUMARIO SISTEMÁTICO DB TBSIS IX ORDEN IVIMiiNAUONAI. 161
ternacionales lo que según los principios de la naturaleza no con quien se convino [un tratado] cuando el cambio de situa-
constaba con certeza y completar aquello acerca de lo cual ción ha sido... radical. I H Q i (485),
callaba. IP 16 (1045). E) L o s conflictos entre naciones deben someterse a derecho.
d) ... la garantía del porvenir exige: la justicia, que de una parte
y de otra aplique una idea igual. Lo que una nación... reivin- a) ... el precepto de la paz es de derecho divino... Su fin es la
dique para sí... debe concederlo también sin condiciones a la protección de los bienes de la Humanidad en cuanto bienes del
otra nación, al otro Estado...; el derecho de cada pueblo para Creador. N i o 31 (965).
ejercer su actividad... no puede ser artificialmente limitado ni b) ... e\ punto fundamental debe ser que la fuerza material de
yugulado por medios opresivos. PC 11 13 14 (999). las armas quede sustituida por la fuerza moral del derecho.
e) ... el presupuesto indispensable de toda pacífica convivencia y D L D s (466).
la condición indispensable de las relaciones jurídicas del dere- c) ... cada vez más evidente la inmoralidad de la llamada guerra
cho público vigente entre los pueblos es la mutua confianza... de agresión. N s 37 (881).
a la palabra empeñada. SP 56 (783-784). d) Toda guerra de agresión contra aquellos bienes que el ordena-
f) ... las relaciones económicas entre las naciones en tanto serán miento, divino de la paz obliga incondicionalmente a respetar
factores de paz en cuanto obedezcan a las normas del derecho y a garantizar y, por consiguiente, también a proteger y defen-
natural, se inspiren en el amor, tengan en cuenta a los demás der, es pecado, delito, atentado contra la majestad de Dios crea-
y sean fuentes de ayuda. N16 23 (1032). dor y ordenador del mundo. N i o 28 (965).
g) ...fidelidad en la observancia de los pactos. N2 27 (822). e) ... parece llegada la hora de que la Humanidad, en su progreso,
h) Como si una de las partes obligadas pudiera por sí sola separar se pregunte francamente si debe resignarse a lo que en el pasado
caprichosamente los deberes aceptados y los derechos adqui- pareció una dura ley histórica o si, por el contrario, debe buscar
ridos, siendo así que los deberes y los derechos están tan ínti- caminos, realizar generosos esfuerzos en todos los campos de
mamente unidos que constituyen una sola y única totalidad ju- la vida, para librar al género humano de la pesadilla reiterada
rídica. A M 37 (309). de los conflictos bélicos. IP 11 (1044).
i) ... las justas exigencias de las naciones y de los pueblos me- f) ... la teoría de la guerra, como medio apto y proporcionado
recen u n benévolo examen... por medio de una equitativa, para resolver los conflictos internacionales, está va sobrepasada.
prudente y concorde revisión de los tralados. N i 18 (810). N s 36 (881).
j) ... con el transcurso del tiempo y el cambio sustancial de las g) Otros medios [distintos de la guerra] existen ciertamente y otros
circunstancias..., un tratado... o alguna de sus cláusulas... procedimientos para vindicar los propios derechos, si hubiesen
pueden resultar... demasiado gravosas o incluso inaplicables... sido violados. AB 3 (442).
Si esto llega a suceder, es necesario recurrir a tienipo a una h) ... conducir la mentalidad cristiana y religiosa a la reprobación
leal discusión para modificar... SP 58 (784). de la guerra moderna, con sus monstruosos medios de lucha.
N5 36 (881).
k) ... no es lícita la resolución de un tratado sin la notificación
previa, clara y regular, por parte del Estado que quiere denun- i) ... inclinar a los pueblos hacia el establecimiento de una de-
ciarlo a la otra parte contratante. VN 6 (388). terminada conciliación universal entre todos ellos. P D 11 (479).
j) [La ofensiva], cuando se trata de la guerra fría, debe ser con-
I) ... crear o reconstruir las instituciones internacionales que tie- denada absolutamente por la moral. PC 17 (1000).
nen una misión tan alta..., la constitución de instituciones ju- k) ... en sustitución de los ejércitos, la institución del arbitraje.
rídicas que sirvan para garantizar el leal y fiel cumplimiento D L D 5 (466).
de tales tratados [de paz] y en caso de reconocida necesidad I) ... según normas que hay que concertar y sanciones que hay
para revisarlos y corregirlos. N i 17 (810). que determinar contra el Estado que rehuse someter las cues-
II) ... deben surgir instituciones que se dediquen al nobilísimo ofi- tiones internacionales al arbitraje o rehuse aceptar las decisiones
cio de garantizar el sincero cumplimiento de los tratados y de de éste. D L D 5 (466).
promover, según los principios del derecho y de la equidad, II) ... es necesario que con seguridad y honradez se proceda a una
las oportunas correcciones o revisiones. N3 23 (834). limitación progresiva y adecuada de los armamentos. N3 22 (833).
m) ... habrán de establecerse medios apropiados honrosos para.,, m) ... las naciones deben quedar liberadas de la pasada esclavitud
devolver a la norma pacta sunt servanda, «los pactos deben ser de la carrera de armamentos y del peligro de que la fuerza ma-
observados», la función vital y moral que le corresponde. terial, en vez de servir para tutelar el derecho se convierta en
N3 23 (833). tiránica violación de éste. N i 36 (810).
n) ... la persona moral presente no puede identificarse con aquella n) ...materialismo práctico.,., sentimentalismo superficial, con-
DíH-tr. poníi.f. 2 6*
162* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS El. ORDEN INTERNACIONAL 16.1*
siderar en el problema de la paz única o principalmente... la dor y arraigada en la unidad de su origen, de su naturaleza y de
amenaza de las armas, mientras no se da valor alguno a la su destino, je 4 (1009).
ausencia del orden cristiano, que es la verdadera garantía de la d) El Estado, la sociedad de los Estados..., son... formas de la
paz. N13 35 (992). unidad y del orden entre los hombres, necesarias para la vida
humana y parte activa de su perfeccionamiento. N i 3 27 (990-
F) E s lícito y a u n obligado repeler la agresión.
99i)-
1. Por parte del Estado agredido. e) ... que todos los Estados... constituyan una sociedad o... fa-
a) ... ni la sola consideración de los dolores y de los males deri- milia de pueblos, para garantizar la independencia de cada uno
vados de la guerra, ni la cuidadosa dosificación de la acción y conservar el orden en la sociedad humana. PD 13 (480).
y de la utilidad valen, finalmente, para determinar si es moral- f) ... la unión indisoluble de los Estados es un postulado natural,
mente lícito e incluso, en algunas circunstancias concretas, obli- es un hecho que se les impone y al cual ellos, aunque a veces
gatorio..., rechazar con la fuerza al agresor. N i o 30 (965). con vacilaciones, se someten como a la voz de la naturaleza,
b) [Es lícito]... el deseo de liberarse de la dominación de una po- esforzándose también por dar a su unión una regulación ex-
tencia extranjera o de un tirano... sin violar la justicia. L 34 (259). terior estable, una organización. N13 26 (990).
c) Si se produce [la guerra fría], el atacado o los atacados pacíficos g) ... una sincera solidaridad jurídica y económica, una fraterna
tienen no solamente el derecho, sino también el deber de defen- colaboración... entre los pueblos. N2 30 (823).
derse. Ningún Estado o ningún grupo de Estados puede acep- h) En la hora presente se percibe cada vez más la necesidad de
tar tranquilamente la esclavitud política y la ruina económica. la unión, así como la de poner pacientemente las bases sobre
P C 17 (1000). las que habrá de apoyarse. PE 80*.
i) Una necesidad económica vital obliga a los Estados modernos
a. Y de los demás Estados. de potencia media a asociarse estrechamente si quieren llevar
a) [Ante]... una injusta agresión... la solidaridad de la familia adelante las actividades científicas, industriales y comerciales,
de los pueblos prohibe a los demás comportarse como simples que condicionan su prosperidad, su verdadera libertad y su
espectadores en una actitud de impasible neutralidad. N i o 28 despliegue cultural. CE 82*.
(965)- j) Entrar en una comunidad más vasta no se hace nunca sin
b) Su fin [de la paz] es la protección de los bienes de la Humanidad, sacrificios, pero es necesario y urgente comprender el carácter
en cuanto bienes del Creador... algunos de tanta importancia ineluctable y, en definitiva, bienhechor. CE 84*.
para la humana convivencia que su defensa contra la injusta k) Ninguna organización mundial podrá ser viable si no se armo-
agresión es, sin duda, plenamente legítima. A esta defensa está niza con el conjunto de relaciones naturales con el orden nor-
obligada también la solidaridad de las naciones, que tiene el mal y orgánico que rige las relaciones de los hombres y de los
deber de no abandonar al pueblo agredido. N i o 31 (965-966). pueblos. O P M 4 (981).
c) ... una propaganda pacifista que provenga de quien niega la 1) ... el principio teórico fundamental para el tratamiento de es-
fe en Dios..., un simple medio de provocar efectos tácticos de tas dificultades [que se oponen al logro de la comunidad inter-
excitación y confusión. N16 (1029). nacional]... dentro de los límites de lo posible y de lo lícito,
promover lo que facilita y hace más eficaz la unión; rechazar
lo que la perturba; soportar a veces lo que no es posible allanar
II. L A COMUNIDAD DE LOS ESTADOS y en gracia de lo cual, por otra parte, no se podría dejar naufra-
gar a la comunidad de los pueblos, je 9 ( i o n ) .
A) Las naciones forman una c o m u n i d a d natural.
a) ... el género humano, aunque... está dividido en grupos so- B) L a c o m u n i d a d debe respetar los derechos nacionales.
ciales, naciones y Estados..., está ligado... con vínculos mu- a) ... sin anular o destruir, antes bien, respetando y conservando
tuos en el orden jurídico y en el orden moral y constituye una todas las diferencias nacionales que están ordenadas al mismo
universal comunidad de pueblos, destinada a lograr el bien de fin de la paz terrena. PD 14 (482).
todas las gentes y regulada por leyes propias que mantienen b) ... e! respeto íntegro de la libertad de todos y la concesión a
su unidad y promueven una prosperidad siempre creciente. todos de aquellos derechos... necesarios para la vida y para
SP 54 (783). r J „ el desenvolvimiento..., fidelidad íntegra e inviolable d e los
b) ... según la voluntad divina, los pueblos forman toaos ellos pactos estipulados. SP 55 (783).
una comunidad que tiene fin y deberes comunes. N i o 19 (962). c) No se trata de abolir las patrias ni de fundir arbitrariamente
e) ... una comunidad superior de los hombres, querida por el Cre*- las razas. CE 84*.
164* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS EL ORDEN INTERNACIONAL 165»
d) El amor a ¡ti patria deriva directamente de las leyes de la operante de todos aquellos valores de civilización que son pro-
naturaleza. CE 84*. pios y característicos de un determinado grupo. N16 26 (1033).
-e) ... la conciencia de una universal solidaridad fraterna, que la j) ... postulado fundamental de una paz justa y honrosa es ase-
doctrina cristiana despierta y favorece, no se opone al amor, gurar el derec ho a la vida e independencia de todas las naciones,
a la tradición y a las glorias de la propia patria, ni prohibe el grandes y pequeñas, poderosas y débiles. N i 15 (809).
fomento de una creciente prosperidad. SP 37 (773). k) ... un camino para salir de la espesa red [de lucha y odio del
f) ... la ley natural nos impone la obligación de amar especial- mundo] y el retorno a una solidaridad demasiado tiempo ol-
mente... el país en que hemos nacido... hasta... arrostrar incluso vidada, una solidaridad no restringida a estos o a aquellos pue-
la muerte por [nuestra] patria. S 3 (267). blos, sino universal, fundada en la íntima conexión de sus des-
tinos y en los derechos que por igual les corresponden a todos.
C) La soberanía de los Estados debe conciliarse con la auto- N540 (882).
ridad internacional de la comunidad.
a) En esa comunidad de los pueblos, cada Estado está, por consi- D) La comunidad de las naciones, garantía de la paz y del
guiente, encuadrado dentro del ordenamiento del Derecho in- bienestar económico.
ternacional, y con ello dentro del orden del Derecho natural, a) Si la Humanidad... aplica... el perfecto orden cristiano en el
que lo sostiene y corona todo...; el Estado no es ya—ni lo ha mundo, muy pronto verá desvanecerse hasta la posibilidad
sido en realidad nunca—«soberano» en el sentido de una ausencia de la misma guerra justa, que ya no tendrá razón alguna de
total de límites, je 6 (1009). ser desde el momento en que se halle garantizada la actividad
b) Soberanía, en el verdadero sentido de la palabra, significa au- de la Sociedad de los Estados como genuina ordenación de la
tarquía y exclusiva competencia en relación a las cosas y al paz. N13 30 (991).
espacio, según la sustancia y la forma de la actividad, aunque b) ... la autoridad de esa Sociedad de pueblos deberá ser verda-
dentro del ámbito del Derecho internacional, pero sin depen- dera y efectiva sobre los Estados que sean sus miembros, pero
dencia del ordenamiento jurídico propio de cualquier otro Es- de tal forma que cada uno de ellos conserve un derecho igual
tado, je 6 (1029). a su soberanía relativa. N5 33 (880).
c) ... la futura organización política mundial... gozará de una auto- c) ... la organización de la paz a la cual las mutuas garantías y,
ridad efectiva... en la medida que salvaguarde y favorezca por en caso necesario, las sanciones económicas y hasta la inter-
todas partes la vida propia de una sana comunidad humana, vención armada habrían de dar vigor y estabilidad.
de una sociedad cuyos miembros concurran conjuntamente al d) ... estos mismos pueblos [vencidos] deberán tener la esperanza
bien de la Humanidad entera. OPM 10 (982). bien fundada... de poder ser admitidos en la gran comunidad
d) ... ninguna organización del mundo podrá ser viable si no se de las naciones, junto con los demás Estados y con la misma
armoniza con el conjunto de relaciones naturales, con el orden consideración y los mismos derechos. N5 39 (882).
normal y orgánico que rige las relaciones particulares de los e) ... último fin de una verdadera paz... consiste en asociar gra-
hombres y las de los diversos pueblos. O P M 4 (981). dualmente, con todas las necesarias garantías, a los vencedo-
e) Las relaciones internacionales y el orden interno están íntima- res y a los vencidos en una obra de reconstrucción, para uti-
mente unidos, porque el equilibrio y la armonía entre las lidad... de toda la familia de las naciones. N8 35 (936).
naciones dependen del equilibrio interno y de la madurez inte-
f) [La Organización de las Naciones Unidas borre] de sus insti-
rior de cada uno de los Estados en el campo material, social
e intelectual. N4 4 (841). tuciones y de sus estatutos todo vestigio de su origen que fué
necesariamente una solidaridad dé guerra. N i o 26 (964).
f) ... que cada uno muestre comprensión y respeto hacia los sen-
timientos de la otra nación. PC 8 (998). g) ... punto esencial de todo futuro arreglo del mundo sería la
g) ... renuncia al egoísmo y al aislamiento nacional [necesaria para formación de un órgano para el mantenimiento de la paz, órgano
la pacificación social de otros pueblos]. N4 44 (852). investido de una suprema autoridad por consentimiento común,
h) Ningún Estado... podría promover querella por limitación de y cuyo oficio debiera ser también el de sofocar en su raíz cual-
su soberanía, si se le negase la facultad de obrar arbitraria- quier amenaza de agresión, aislada o colectiva. N5 36 (881).
mente y sin consideración hacia otros Estados, je 6 (1010). h) Todo violador del derecho debe ser colocado, como perturba-
i) ... la primera [la vida nacional], derecho y gloria de un pueblo, dor de la paz, en una infamante soledad, lejos de la sociedad
puede y debe ser promovida; la segunda [la política naciona- civil. ¡Ojalá que la «Organización de las Naciones Unidas» pue-
lista], como germen de infinitos males, nunca se rechazará da llegar a ser la plena y pura expresión de esta solidaridad
suficientemente. La vida nacional es, por sí misma, el conjunto internacional de la paz! Ni o 26 (964).
166* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS EL ORDEN INTERNACIONAL 167*
i) ... los violadores del derecho en la comunidad de los pueblos e) ... el punto decisivo del que depende la constitución de una
deben ser condenados como criminales y como tales deben ser comunidad en sentido propio: el establecimiento de una comu-
llamados a rendir cuenta de sus acciones. IP 16 (1046). nidad política europea, con un poder real que ponga en juego
j) La paz... en la sociedad debidamente organizada de los Estados, su responsabilidad. PE 79*.
en la que cada uno de éstos realice en el interior la ordenación d) La Europa unida se propone garantizar la existencia de cada
de la paz de los hombres libres y de sus familias, y en el exte- uno de sus miembros y la del todo que éstos constituyen. EE10
rior la ordenación de la paz de los pueblos. N i 3 47 (994-995). (1005).
k) ... una organización que dé medios a todos los Estados para ase- e) La voz de las autonomías locales, sus aspiraciones y sus preocu-
gurar a sus propios ciudadanos... un conveniente nivel de paciones constituyen un elemento a la vez estimulante y pon-
vida. N2 29 (823). derativo en la elaboración de la unidad federal europea que se
IJ Unidas de este modo las naciones según los principios de la busca. M E C 85*.
ley cristiana, todas las empresas que acometan en pro de la f) La Europa unida se propone... favorecer la prosperidad eco-
justicia y de la caridad tendrán la adhesión y la colaboración nómica [de sus miembros y del conjunto], de tal suerte que
activa de la Iglesia. PD 14 (481). su poder político pueda hacerse respetar como conviene en el
concierto de las potencias mundiales. EE 10 (1005).
III. LA UNIFICACIÓN DE EUROPA, SOBRE BASES CRISTIANAS 3. Su base, los valores cristianos.
I. Varias razones la exigen. a) ... por encima [del] fin económico y político, la Europa unida
debe asumir como misión la afirmación y la defensa de los
a) ... hay todo un cúmulo de razones-que invitan hoy a las nacio- valores espirituales, que en otro tiempo constituían el funda-
nes de Europa a. federarse realmente...: la Europa maltrecha y
mento y el apoyo de su existencia, que ella tenía la vocación
aminorada siente la necesidad de unirse y poner ñn a las secu-
de transmitir a las restantes partes de la tierra y a los otros
lares rivalidades...; ve los territorios antes sometidos a tutela
llegar rápidamente a la edad de la autonomía; comprueba que el pueblos..., la fe cristiana auténtica como base de su propia ci-
mercado de primeras materias ha pasado de la escala nacional vilización y de su propia cultura. EE 11 (1005).
a la escala continental; siente, en fin, y el mundo entero con b) ... Europa... restablezca en sí misma el vínculo entre la religión
ella, que todos los hombres son hermanos y están llamados a y la civilización. U E 10 (954).
unirse en el trabajo para acabar con la miseria de la Humani- c) ... el alma de esta unidad [de Europa en sus siglos de esplen-
dad, para hacer cesar el escándalo del hambre y la ignorancia. dor] era la religión..., [la] fe cristiana. U E 8 (954).
CE 82*. d) Desde el momento en que la cultura se separó de la religión,
la unidad [de Europa] quedó disgregada. U E 9 [954).
b) ... bajo la presión de la necesidad que exige la unificación de
e) ...el mensaje cristiano... permanece, hoy como ayer, el más
Europa, ellos [los hombres de Estado]... comienzan a realizar
precioso de los valores de que es depositaría Europa, y es capaz
sus fines políticos, que presuponen una nueva manera de con-
siderar las relaciones entre los pueblos. PC 6 (997-998). de mantener en su integridad y en su vigor, a la vez que la
idea y el ejercicio de las libertades fundamentales de la persona
c) Una política exterior europea común, susceptible por otra par-
humana, la función de la sociedad familiar y nacional, y d e
te de admitir diferenciaciones... se hace indispensable en un
mundo que tiende a agruparse en bloques más o menos com- garantizar, en el ámbito de una comunidad supranacional, el
pactos. PE 80*. respeto hacia las diferencias culturales, el espíritu de concilia-
ción y de colaboración, aceptando los sacrificios que implica y
2. Como organismo dotado de poder. las obligaciones que impone. PE 81*.
a) Los países de Europa que han admitido el principio de dele- f) Así como en el pasado las fuentes de su fuerza y de su cultura
gar una parte de su soberanía en un organismo supranacional... - fueron eminentemente cristianas, así Europa deberá imponerse
entran, creemos, en una vía saludable, de donde puede salir un retorno a Dios y a los ideales cristianos si quiere encontrar
para ellos mismos y para Europa una vida nueva en todos los de nuevo la base de su unidad y de su verdadera grandeza..
órdenes, un enriquecimiento no solamente económico y cultu- N16 30 (1034).
ral, sino también espiritual y religioso. CE 85*. g) ... lo que debe de quedar... es la Europa genwna, es decir, el
b) ... habréis de buscar los medios para atender a la potenciación conjunto de todos los valores espirituales y civiles que el Occi-
del órgano ejecutivo en las comunidades existentes, para llegar, dente ha acumulado, reuniendo las riquezas de cada una d e
por último, a enfrentaros con la constitución de un organismo las naciones, para distribuirlas al mundo entero. N16 30 (1034).
político único. PE 79*. h) ... una Europa unida, para mantenerse en equilibrio y para
168* SUMARIO SISTEMÁTICO Dfi TESIS
l,OS CATÓLICOS EN LA VIDA PÚBLICA 160»
allanar las diferencias que surjan..., tiene la necesidad de apo-
yarse en una base moral inquebrantable. U E 8 (954). mo tiempo la posibilidad de una unión verdadera y de una co-
i) ... una Europa restablecida, vigorizada, nuevamente conscien- laboración fecunda... de los intereses generales. SP 55 (783).
te de su misión, cristianamente inspirada, quiera expulsar de 2. Sobre la comunidad de naciones.
su organismo los gérmenes venenosos del ateísmo y de la
revolución. N 9 42 (948). a) ... erróneo concepto de una soberanía absolutamente autónoma
y exenta de las obligaciones sociales [para con los otros pue-
j) ... con el enriquecimiento y estímulo que provocarán cierta- blos]. N i o 19 (962).
mente el braceaje de culturas antiguas y profundas, el encuen- b) La vida nacional... [se convirtió en] principio de disolución
tro de temperamentos y de tradiciones complementarias, la cuando comenzó a ser aprovechada como medio para los fines
explotación común de un capital de energías personales y so- políticos...; cuando el Estado, dominador y centralista, hizo
ciales acumulado durante largos siglos de pacíficas conquistas... de la nacionalidad la base de su fuerza de expansión. Entonces
sobre la ignorancia y el error que han dado nacimiento a la nació el Estado nacionalista, germen de rivalidades e incentivo
cultura, a la ciencia y a la vida espiritual de Occidente. CE 84*. de discordias. N i 6 26 (1033).
k) Nos parece necesario que Europa mantenga en África la posi- c) El amor a la patria no significa jamás desprecio a las otras na-
bilidad de ejercer su influencia educadora e informativa y que, ciones, desconfianza o enemistad hacia ellas. pC 15 (1000).
a la base de esta acción, aporte una ayuda material amplia y d) ... el amor a la propia patria... no debe impedir, no debe ser
comprensiva que contribuya a elevar el nivel de vida de los obstáculo al precepto cristiano de la caridad universal, precepco
pueblos africanos y a revalorizar las riquezas naturales de aquel que coloca igualmente a todos los demás y su personal pros-
continente. P E 80*. peridad en la luz pacificadora del amor. SP 37 (773-774)^
3. Sobre la guerra.
i
IV. ERRORES CONTRA EL ORDEN INTERNACIONAL a) ... la guerra es un hecho ajeno a toda responsabilidad moral.
N16 12 (1028).
I. Contra ia solidaridad de los pueblos. b) ... el gobernante que declara una guerra incurriría solamente
en un error político si ésta se perdiese; pero no podría en nin-
a) ... un intransigente nacionalismo, que niega o conculca la soli- gún caso ser acusado de culpa moral y de delito por no haber
daridad entre todos los pueblos, solidaridad que impone a cada conservado, cuando podía, la paz. N16 12 (1028).
uno múltiples deberes para con la gran familia de las naciones. c) ... no aborrece[r] la guerra más que por sus horrores y atrocida-
N i o 18 (962). des..., pero no también por su injusticia. A un sentimiento
b) ... una mentalidad egocéntrica [de los Estados]... que ha tenido semejante, de carácter eudaimonístico y utilitario... N i o 29
una parte preponderante en la responsabilidad de los conflictos
del pasado... podría conducir a nuevas conflagraciones. N i o d) ... la guerra es una de tantas formas admitidas de la acción
20 (963). política, el desenlace necesario, casi natural, de las incurables
c) ... la concepción antigua [es] demasiado unüateraímente nacio- discusiones entre dos países. N16 12 (1028).
nal. P C 6 (998). e) ... si esta justicia [por delitos de guerra] pretendiese juzgar y
d) La soberanía... es la divinización o la omnipotencia del Estado castigar, no ya a las personas individuales, sino colectivamente
en el sentido de Hegel o a la manera de u n positivismo jurídico a comunidades enteras, ¿quién no dejaría de ver en tal proce-
absoluto. JC 6 (1010). dimiento una violación de ¡as normas que rigen todo proceso
humano? N5 41 (883).
e) [La concepción que atribuyeal Estado un podercasi infinitoes]...,
f) ... [no se puede aprobar el... aumento progresivo y desmesura-
dañosa para las mutuas relaciones internacionales, porque rom-
pe la unidad que vincula entre sí a todos los Estados, despoja do de los preparativos de guerra, © sea aquella paz armada...
al derecho de gentes de todo firme valor, abre camino a la vio- AI 13 (355)-
lación de los derechos ajenos y hace muy difícil la inteligencia 4. Sobre ¡a paz.
y la convivencia pacífica. SP 53 (782). «.) ... propaganda pacifista, en la que se abusa de la palabra paz
f) ... aquellos supuestos derechos del Estado, absolutos y entera- para ocultar fines inconfesados. P C 18 (1000).
mente independientes, son totalmente contrarios a esta inmanen- b) ... una propaganda pacifista que provenga de quien niega la
te ley natural [de la constitución de una universal comunidad fe en Dios..., simple medio de provocar efectos tácticos de
de pueblos], entregan al capricho de los gobernantes del Es- excitación y confusión. N16 (1029).
tado las legítimas relaciones internacionales e impiden el mis-
LOS CATÓLICOS EN LA VIDA PÚBLICA 171*
170* SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS
e) El deber esencial de los cristianos..., amar a las dos patrias:
5. Sobre los pactos. la natural y la eterna...; que el amor de ésta ocupe el lugar
a) ... considerar los convenios ratificados como cosa efímera y preferente. S 4 (271).
caduca y atribuirse la tácita facultad de rescindidos cuando la f) ... obedecer sus leyes, procurar su honor, defender sus dere-
propia utilidad parezca aconsejarlo, o atribuirse la facultad de chos. I 22 (215).
quebrantarlos unilateralmente..., es un proceder que echa por
tierra la seguridad de la confianza. SP 58 (784-785). G) O b e d e c e r a la jerarquía.
a) ... mantengan la más estrecha unión... con la Santa Madre Igle-
sia, así como con su jerarquía..., obedezcan virilmente las nor-
mas y los preceptos dados por ella. AA 30 (620).
DUODÉCIMA PARTE b) ... conformaréis con toda diligencia vuestra conducta a nues-
tras normas. VN 14 (397).
DEBERES ESPECIALES DE LOS CATÓLICOS EN LA c) ... las normas de conducta que deberán obedecer necesariamen-
te todos los católicos. AA 17 (615).
VIDA PUBLICA d) ... norma de conducta las prescripciones de la Sede Apostóli-
ca y la obediencia a los obispos. I 23 (218).
I. C O N RELACIÓN A LA IGLESIA e) ... así como es necesaria la unión de los obispos... con la San-
ta Sede, así es necesario también que tanto los clérigos como
A) Profesar la doctrina católica. los seglares vivan y obren en completa armonía con sus obispos.
a) ... en la vida práctica, los deberes de los católicos son más S 19 (288).
numerosos y más graves que los deberes de quienes están mal f) ... una firme adhesión a todas las enseñanzas... de los Romanos
instruidos en nuestra fe. S 3 (267). Pontífices y la profesión pública de esas enseñanzas. I 21 (214).
b) ... deber general es la profesión abierta y constante de la doctrina g) ... la concordia de los ánimos pide que las voluntades obedez-
católica y su propagación según la capacidad personal de cada can y estén enteramente sumisas a la Iglesia y al Romano Pon-
uno. S 8 (274). tífice lo mismo que a Dios mismo. S 11 (278).
c) ... ajustar perfectamente su vida y su conducta a los preceptos h) ... permanezcáis estrechamente unidos con aquellos a quienes
evangélicos. I 22 (215). pertenece por derecho propio velar por los intereses religiosos.
d) Han de rechazar... lo que sea incompatible con su profesión V N 16 (399).
cristiana. I 23 (217). i) ... la unión de los miembros entre sí por la mutua caridad y
e) ... los seglares... deben tener una conciencia cada vez más clara, de los miembros con la cabeza por el acatamiento de la auto-
no sólo de pertenecer a la Iglesia, sino de ser la Iglesia misma. ridad. AB 10 (448).
SC2 21 (927). j) Ni está permitido a sus miembros [de la sociedad cristiana]
vivir a su antojo o escoger la táctica de combate que más les
B) A m a r a la Iglesia y a la patria. agrade. S 9 (276).
a) ... hemos de amar a la patria que nos ha dado la vida mortal; k) ... además de una gran conformidad en los criterios y en la ac-
pero debemos tener un amor más entrañable a la Iglesia, que ción, es necesario ajustarse en el modo de proceder a lo que
nos ha comunicado la vida eternamente duradera del alma. enseña la prudencia política de la autoridad eclesiástica. S 19
S 3 (268). (288).
b) ... el amor sobrenatural de la Iglesia y el amor natural debido I) Tampoco es lícito al católico cumplir sus deberes de una ma-
a la patria son dos amores que proceden de un mismo principio nera en la esfera privada y de otra forma en la esfera pública,
eterno..., el mismo Dios. S 3 (268). acatando la autoridad de la Iglesia en la vida particular y re-
ej ... si la ley natural nos impone la obligación de amar especial- chazándola en la vida pública. I 23 (218).
mente... el país en que hemos nacido... hasta... arrostrar in- II) ... guarden cuidadosamente al mismo tiempo el sentido de la
cluso la misma muerte por su patria, mucho mayor es la obliga- obediencia y no emprendan cosa alguna sin orden superior.
ción de los cristianos de tener la misma disposición de ánimo S 19 (287).
con respecto a la Iglesia. S 3 (267).
D) M a n t e n e r la concordia.
dj ... el cristiano debe soportar toda clase de males y preferir
aun la misma muerte antes que ser traidor a la causa de Dios a) ... conservar, ante todo, la concordia de las voluntades y tender
y de la Iglesia. S 3 (269). a la unidad en la acción y en los propósitos. I 23 (217).
172» SUMARIO SISTEMÁTICO DE TESIS LOS CATÓLICOS EN LA VIWA l'ÚIH.K \
ID = Inscrutábili Dei.
I N T R O D U C C I Ó N
IGD = II grave dolore.
IHQ = In hac quidem.
IP = II programa.
je = Comunidad internacional y tolerancia.
L = Libertas.
LI — La libertad de la Iglesia.
MBS = Mit brennender Sorge.
MEC = Municipio, Estado y Comunidad de Naciones.
MSI = MANSI, J. D., Sacrorum conciliorum nova et amplissima Collectio
(Florencia-París-Leipzig 1759SS.). Esta obra responde a una necesidad y a un deseo. El deseo de
Ni = In questo giorno. Mensaje de Navidad 1939. facilitar el contacto directo con las enseñanzas de la Iglesia católica
N2 = Grazie. Mensaje de Navidad 1940. en el campo de la política y la necesidad de concentrar en el área
N3 = Nell'alba. Mensaje de Navidad 1941. circunscrita de un solo volumen la abundante producción del ma-
N4 = Con sempre. Mensaje de Navidad 1942. gisterio eclesiástico en esta materia.
N6 = Benignitas et humanitas. Mensaje de Navidad 1944. Conviene indicar desde el primer momento—para orientación
N7 = Negli ultimi. Mensaje de Navidad 1945.
N8 — Nella storia. Mensaje de Navidad 1946. definitiva del lector—que el contenido de esta obra se ajusta por
N9 = La festivitá. Mensaje de Navidad 1947. entero a su título. No es un tratado particular sobre la doctrina po-
Nio = Gravi. Mensaje de Navidad 1948. lítica pontificia. Es una recopilación de esta doctrina política pon-
Ni 3 —La decimaterzza. Mensaje de Navidad 1951. tificia en estado puro. La única palabra que resuena en el recinto
N16 = Ecce ego. Mensaje de Navidad 1954. de estas páginas es la palabra del Maestro universal de la Iglesia
NAB = Non abbiamo bisogno. católica.
NAL = Nous avons lu.
NC = Notre consolation.
' NCH = Notre charge apostolique. La estructura general de la presente edición ha sido determi-
NE = La verdadera noción del Estado. nada por el fin principal, ya indicado, de facilitar lo más posible
NG = Nobillissima gallorum gens. el manejo y estudio directos de los documentos pontificios funda-
OPM = La organización politica mundial. mentales de carácter político. Facilitar, pero no suplir.
OR = L'Osservatore Romano (Roma i86oss.). La ordenación de los textos sigue una trayectoria estrictamente
pe = Prensa católica y opinión pública. cronológica. El punto de partida de esta trayectoria ha quedado si-
PC = Crisis de poder. tuado en la encíclica Quanta cura, de Pío IX.
pC = La paz internacional.
PD = Pacem Dei. La disposición de cada documento comprende cuatro partes:
PE =s La unidad europea. introducción, sumario, noticia bibliográfica y texto. La introducción
Pg = Praeclara gratulationis. está orientada en una doble dirección constante: el núcleo temá-
PG = MIGNE, Patrologiae Graecae Cursus completus (París 1857SS.). tico y la ambientación histórica, es decir, una acentuación tónica
PL = MIGNE, Patrologiae Latinae Cursus completus (París 1844S&.)- del significado doctrinal del documento y una breve noticia de la.
PR = La prensa y la opinión pública. situación concreta que ha determinado la intervención pontificia.
QAM = Quod apostolici muneris. El sumario, por su parte, reduce en densa visión de conjunto el
QC *= Quanta cura.
QP = Quas primas. contenido total del documento y viene a ser como una ampliación
S = Sapientiae christianae. de la esencia temática acentuada en la introducción. La bibliogra-
SC1 = La Iglesia y el nacionalsocialismo. fía, por último, abre una pista complementaria para posibles es-
SC2 = La elevatezza. tudios ulteriores sobre el texto pontificio incluido.
SP = Summi pontificatus. Se ha evitado conscientemente toda fragmentación de carácter
Sy = Syllabus. subjetivo. Los documentos aparecen completos. No hay supresio-
UE = Consideraciones en torno a la Unión Europea. nes en ellos. Por otra parte, hemos procurado respetar totalmente su
VN = Vehementer Nos.
forma exterior.
La división numérica interior de cada documento responde exac-
t tamente a la división en párrafos del texto original, pero no per-
tenece a éste. Por esta razón, los números quedan incluidos en-
tre corchetes. Lo mismo hay que decir de los títulos y subtítulos. Se
180* INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 181*
ajustan al contenido. M á s aún, están t o m a d o s casi siempre d e la cristiana del o r d e n social. T o d o s estos d o c u m e n t o s a p a r e c e r á n e n
p r o p o s i c i ó n d e la encíclica o d e la alocución pontificia. Sólo c u a n d o el v o l u m e n d e esta m i s m a serie consagrado a la cuestión e c o n ó m i -
el t e x t o original h a aparecido con subtítulos interiores nos h e m o s co-social.
p e r m i t i d o liberar estas señales indicadoras de la prisión particular
El objeto de la encíclica Graves de communi (ASS 33 [1900-1901J 385-396:
del paréntesis. A L 21,3-20) es doble: dirimir la controversia suscitada en torno al nombre
C o n relación a los d o c u m e n t o s pontificios incorporados a la obra que debía recibir la acción social católica y dar al mismo tiempo normas
d e b e m o s hacer d o s indicaciones: la primera, acerca del criterio d e se- concretas reguladoras de esta acción. León XIII, después de declarar la
lección utilizado; la segunda, e n t o r n o a los textos originales. P o r incompatibilidad absoluta entre la democracia socialista y la democracia
lo q u e t o c a al criterio d e selección se h a seguido u n a n o r m a objetiva. cristiana, restringe el uso de este segundo término al campo social. La razón
E s t e v o l u m e n recoge solamente las intervenciones doctrinales del de esta restricción se basaba en que el contenido de la democracia cristiana
no es político, sino social. Porque los principios que le sirven de base son
magisterio pontificio acerca del E s t a d o y la política. N o r m a objetiva los principios de la revelación y de la naturaleza, principios superiores al
condicionada por las j u s t a s exigencias editoriales q u e p r e s e n t a el devenir de la vida política y con posibilidad de convivencia, por tanto, con
l i m i t a d o m a r c o n u m é r i c o d e páginas d e u n volumen. cualquier forma justa de gobierno 1. (Véase M. VAUSSARD, Histoire de la
P o r este motivo h a n q u e d a d o s u p r i m i d o s algunos d o c u m e n t o s d e démocratie chrétienne t.i p.229, París 1956, y B. SCHWAIAI, Démocratie:
i n d u d a b l e carácter político, como, p o r ejemplo, la carta Maximam D T C t.4 coi.318-319, París 1911.)
gravissimamque d e P í o XI, sobre las Asociaciones Diocesanas en
Francia, y la carta del m i s m o Papa Ci si é domandato, sobre algunas En la carta 11 fermo proposito (ASS 37 [1904-1905] 741-769: APX 2 '
112-132), San Pío X, después de reiterar la tesis general de la necesidad
interpretaciones equivocadas de los Pactos Lateranenses. y obligatoriedad de la intervención de los católicos en la vida política y sub-
rayar la excepción del caso italiano, señala la orientación teleológica de la
La carta Maximam gravissimamque (AAS 16 [1924] 5-11) presenta un
acción política del hombre público católico. Este debe orientar totalmente
interés señalado, paralelo al de la Firmissimam constantiam, desde el punto
su actividad al bien de la comunidad, sobre todo al bien de las clases menos
de vista de la conducta práctica adoptada por la Santa Sede. Era la fase final
poderosas 2 . No es lícito al político católico convertirse en marioneta dócil
del problema sobre las Asociaciones Diocesanas creado por la ley de sepa-
de manos que se mueven entre bastidores (cf. P. FERNESSOLE, Pie X. Essai
ración de 1905 entre la Iglesia y la República francesa. El 13 de diciembre
historique t.2 p.252 ss., París 1953).
de 1923, el Consejo de Estado francés dictaminaba que el texto de los Es-
tatutos reguladores de las Asociaciones Diocesanas era compatible con el La misión de la Iglesia en el orden internacional es la idea básica de la
derecho francés. El 24 de enero de 1924, Pío XI publicaba la carta Maximam encíclica Ubi arcano (AAS 14 [1922] 673-700), de Pío XI. La crisis del
gravissimamque, condenando la legislación separatoria, pero permitiendo la mundo moderno no tiene otra solución que el restablecimiento de la paz,
fundación de las Asociaciones. El cambio de las circunstancias políticas pero no de una paz cualquiera, sino de la paz cristiana. Esta, sin embargo,
justificaba este permiso (cf. J. SCHMIDLIN, Papstgeschichte der neuesten exige como clima indispensable el reinado de Cristo en el individuo, en la
Zeit t.4 p.116 ss.). familia y en el Estado. Por esto, el único remedio efectivo de los males de
la sociedad moderna es la restauración del reino de Cristo. Y como esta res-
El 11 de febrero de 1929, el cardenal Gasparri y el jefe del Gobierno tauración es misión propia de la Iglesia católica, sigúese de aquí el papel
italiano firmaban en el Palacio Lateranense tres pactos públicos: un tratado fundamental que la Iglesia puede y debe representar en el restablecimiento
político, un acuerdo financiero y un concordato entre la Iglesia y el Estado de la paz nacional e internacional. Este es el contenido dialéctico de la pri-
italiano. En la carta Ci si é domandato (AAS 21 [1929] 297-306), Pío XI mera encíclica de Pío XI. Desde este punto de vista los pontificados de San
protestó contra las afirmaciones heréticas, incorrectas o erróneas pronuncia- r 1
La Sagrada Congregación para los Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios publicó,
das en las Cámaras italianas con motivo de la discusión y aprobación de los el 27 de enero de 1902, una Instrucción sobre la acción popular cristiana o democracia cristiana
Pactos Lateranenses. La expresión pontificia reviste en este documento una en Italia, que es una interpretación auténtica de la encíclica Graves de communi (ASS 34
calculada circunspección. Se estaba en presencia de la eclosión primera de [1901-1902} 401-403). Documento también de gran importancia en esta materia es el motu
proprio de San Pío X, de 18 de diciembre de 1903, dando normas fundamentales sobre la
un totalitarismo que quedaba todavía compensado en parte por las excusas y democracia cristiana (ASS 36 [1903-1904I 339-343). Véanse, además, la nota sobre la demo-
explicaciones oportunas (cf. G. CASTELLA, Histoire des Papes t.3 p.393 ss.). cracia cristiana publicada por León XIII el 23 de septiembre de 1902 (ASS 35 [1902-1903]
289-290); la carta de la Secretaria de Estado de San Pío X al episcopado italiano sobre la acción
popular cristiana, 28 julio 1904 (ASS 37 [1904-1905] 19-23): la carta de San Pío X al arzobispo
H e m o s dejado d e incluir t a m b i é n otros d o c u m e n t o s de extraordi- ile Bolonia condenando la llamada democracia cristiana autónoma italiana, 1 de marzo de 1905
nario significado político, q u e presentan, sin e m b a r g o , u n a d o b l e ver- (ASS 37 [1904-1905] 488-490); la carta de 1 de agosto de 1905 al profesor Toniolo (ASS 38
[1905-1906] 3-8), y la carta al episcopado brasileño de 18 de diciembre de 1910 (AAS 3
tiente doctrinal, política y económico-social. D e b e m o s citar e n t r e [1911] 310-313).
estos d o c u m e n t o s la encíclica Graves de communi, de L e ó n XIII, sobre - Como documento complementario de esta encíclica hay que considerar los Estatuios
para la acción católica italiana, aprobados por la Secretaria de Estado con fecha 5 de febrero
la democracia cristiana; la carta II fermo proposito, d e San Pío X , de 1906 (ASS 39 [1906] 212-216). A título de información subsidiaria pueden consultarse
s o b r e la acción social católica; la encíclica enthronistica de Pío X I también la carta al arzobispo de Quebec, de 27 de mayo de 1907, sobre la acción social cató-
lica (ASS 41 [1908] 193-194); la carta de 20 de enero de 1907 a la Dirección de la Unión
Ubi arcano, sobre los males d e n u e s t r a época, y la t r a s c e n d e n t a l económico-social para los católicos italianos (ASS 40 [1907] 130-I33),yla epístola al episcopado
de Lombardía, de 21 de junio de 1912 (AAS 4 [1912] 528), sobre la acción social que deben
carta del mismo Pontífice Quadragesimo armo, sobre la restauración " ilizar particularmente los escritores católicos.
182* INTRODUCCIÓN
INÍRODUCCION i»»»
Pío X, Benedicto XV, Pío XI y Pío XII representan los cuatro movimientos d e la expresión latina en los moldes peculiares del g e n i o español. E n
de una misma composición, a lo largo de los cuales el tema central—la paz- -
se reitera con expresión nítida, acentuación insistente y significado cons- este sector, la versión d e los d o c u m e n t o s pontificios latinos h a exi-
tante (cf. G. GOYAU, Catholicisme et politique p.308-318, París 1923, y gido del t r a d u c t o r la labor c r e a d o r a q u e r e q u i e r e t o d o esfuerzo d e
FR. V. LAURA, Papst und Kurie in ihrer Politik nach dem Weltkrieg, Iller- versión d e u n a lengua clásica, griega o latina.
tissen 1925-1926). P o r lo q u e s e refiere a los d o c u m e n t o s pontificios políticos r e -
dactados e n u n a lengua m o d e r n a , el criterio n o r m a t i v o h a sido el
Aunque la encíclica Quadragesmio anno, de Fio XI (AAS 23 [1931] de u n a m a y o r sujeción a l a expresión original. L a s semejanzas d e
177-228), es un documento primordialmente social, sin embargo, su valor sintaxis y estilo justifican esta t e n d e n c i a clara y s i m p l e m e n t e r e -
cómo texto de orientación política es extraordinario. En primer lugar, por-
que la esencia de la Quadragesimo anno es la idea del orden profesional cor- p r o d u c t o r a . A q u í la labor h a sido e n cierto m o d o d e calco, r e d u c i e n -
porativo. E n segundo lugar, porque en esta encíclica conmemorativa se d o e n g r a d o notable e l m a r g e n obligado d e creación estilística.
subraya un principio político básico: el respeto del Estado a la iniciativa H a n sido tenidas a la vista, como control e n la labor p e r s o n a l d e
privada, exigido por la esencia instrumental del propio Estado, que es ra- traducción, las versiones oficiales d e los d o c u m e n t o s pontificios p u -
dicalmente un medio puesto al servicio del hombre. Por esto, la actividad blicadas e n el Acta Apostolicae Sedis, las t r a d u c c i o n e s d i f u n d i d a s
del Estado se halla limitada por el principio de la acción subsidiaria—debe por la Oficina d e P r e n s a del Vaticano y la b e n e m é r i t a Colección de
ayudar a la sociedad—y por el principio de la acción supletoria—debe lle- Encíclicas y Documentos Pontificios, editada p o r la Acción Católica
nar las lagunas de !a sociedad--. Ambos principios están postulados por la Española y realizada p o r M o n s . Pascual G a l i n d o , o b r a q u e h a p r e s -
norma superior de la autonomía natural de las fuerzas sociales e implica
a su vez el principio de la descentralización frente a una concentración tado u n servicio inestimable al p e n s a m i e n t o y a la acción d e los
abusiva por parte del Estado. (Véase el prólogo de MONS. A. HERRERA católicos españoles e n los cuatro últimos lustros.
O R I A a la obra de A. M A R T Í N A R T A J O - M . CDERVO-F. RODRÍGUEZ Doctri-
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L. BRIGUÉ, Syllabus: DTC t.14 col.2910-2912 (París 1939).—G. CASTELLA, el cuidado de las almas. La felicidad de un pueblo es imposible sin
Histoire des Papes t.3 p.l86ss (Zurich 1945).—F. HAYWARD, Pie IX et son Dios. N o hay verdadera libertad si se niega a Dios. Nada hay tan,
temps p.314ss (París 1948).—R. AUBERT, Le pontificat de Pie IX, apud FLICHE- glorioso para los gobiernos como el respeto de los derechos divinos
MARTIN, Histoire de VEglise t.21 p.259ss (París 1952).—A. C. F. BEALES.
The catholic Church and International order, p.50 (Penguin Books, Londres 1941). de la Iglesia.
A. DANSETTE, Histoire religieuse de la France contemporaine p.402ss (París 1948). VIL Es necesario, sobre todo, insistir en la plegaria. A este fin se concede
MONS. A. HERRERA ORIA, La palabra de Cristo t.8 p.753ss (Madrid 1953).
a los fieles una indulgencia plenaria en forma de jubileo que se podrá
ganar durante el próximo año de 1865.
SUMARIO
[1 ] . E l g r a n cuidado 1 y la extremada vigilancia pastoral c o n
I. Los Romanos Pontífices han cumplido celosamente el encargo divino
de procurar la salvación de las almas, condenando los errores de todos q u e los R o m a n o s Pontífices, nuestros predecesores, h a n c u m p l i d o
los tiempos. Siguiendo esta línea de conducta, el Pontificado moderno el ministerio y las obligaciones q u e les fueron confiados p o r el -
ha reprobado las falsas teorías de una libertad moderna destructora m i s m o Jesucristo e n la persona d e San P e d r o , Príncipe d e los A p ó s -
del orden social y religioso. El Papa ha condenado en varias ocasio- toles, d e apacentar a l o s corderos y a las ovejas, s o n d e t o d o s y
nes los principales errores de la época actual. p r i n c i p a l m e n t e d e vosotros, venerables h e r m a n o s , bien conocidos.
II. Es, sin embargo, necesario condenar de nuevo específicamente los N u n c a h a n cesado los Sumos Pontífices d e alimentar cuidadosa-
errores del llamado naturalismo político y social. m e n t e con las palabras d e la fe y c o n la doctrina d e la salvación a
t o d o el r e b a ñ o del Señor, a p a r t á n d o l o d e los pastos envenenados.
III. En materia política este naturalismo sostiene que la mejor forma de
P o r q u e nuestros predecesores, depositarios y defensores d e la a u -
gobierno es aquella que prescinde de la verdadera religión y desatien-
de el castigo de los violadores de ésta, proclamando como derechos gusta religión católica, d e la v e r d a d y d e la justicia, llenos d e soli-
absolutos del ciudadano la libertad de cultos, de conciencia y de citud p o r la salvación d e las almas, h a n p r o c u r a d o por encima d e
expresión. Incurre, por tanto, este naturalismo en un dañoso espe- todo, p o r m e d i o d e s u s encíclicas y constituciones, m o n u m e n t o s
jismo, porque sin la exacta idea religiosa perecen la genuina noción de sabiduría, el d e s c u b r i m i e n t o y la condenación de todas las
de la justicia y el genuino concepto del derecho. herejías y d e t o d o s los errores q u e , contrarios a nuestra fe divina,
Afirma también que la opinión pública, como voluntad autónoma a la d o c t r i n a d e la Iglesia católica, a la s a n a m o r a l y a la salvación
del pueblo, es ley suprema en la política y que en ésta los hechos eterna d e las almas, provocaron frecuentemente violentas t e m p e s -
consumados tienen por sí mismos valor jurídico. Esta concepción
tades a t r a y e n d o sobre la Iglesia y sobre el E s t a d o lamentables
política deja el campo abierto al desenfreno de la codicia humana.
Considera además como medida política necesaria la supresión calamidades. P o r este motivo, n u e s t r o s predecesores, con a p o s t ó -
de las Ordenes y Congregaciones religiosas, medida radicalmente lica energía, se h a n opuesto c o n s t a n t e m e n t e a las delictuosas m a -
injusta e históricamente insostenible.
Propugna, finalmente, la supresión legal de la limosna y de la [ D e potissimis h u i u s aetatis e r r o r i b u s ]
prohibición de trabajar en los días festivos, apoyándose en razones
económicas falsas. Quanta cura ac pastorali vigilantia Romani Pontífices Praedecessores
IV. Con relación a la familia, el naturalismo, siguiendo la doctrina co- Nostri exsequentes demandatum sibi ab ipso Christo Domino in persona
munista y socialista, defiende que la familia tiene su origen último Beatissimi Petri Apostolorum Principis officium munusque pascendi agnos
en el Estado y que, por tanto, los derechos de los padres sobre los et oves nunquam intermiserint universum Dominicum gregem sedulo e n u -
hijos son de origen puramente civil. Afirmación cuya finalidad es trire verbis fidei ac salutari doctrina imbuere, eumque ab venenatis pascuis
sustraer la educación de la juventud al influjo doctrinal de la Iglesia. arcere, ómnibus quidem ac Vobis praesertim compertum exploratumque
Por esto se acusa al clero como enemigo de la ciencia y del progreso. est, Venerabiles Fratres. Et sane iidem Decessores Nostri ausustae catholi-
cae religionis, veritatis ac iustitiae assertores et vindices, de animarum salute
V. Respecto de la Iglesia hay quienes afirman—en la línea de un pensa- máxime solliciti nihil potius unquam habuere, quam sapientissimis suis Lit-
miento claramente herético—que la autoridad de la Iglesia está sub- leris et Constitutionibus retegere et damnare omnes haereses et errores,
ordinada a la autoridad del Estado; que la Iglesia carece de todo qui Divinae Fidei nostrae, catholicae Ecclesiae doctrinae, moium honestati,
derecho que implique una proyección externa; que el poder eclesiás- ac sempiternae hominum saluti adversi, graves frequenter excitarunt tem-
tico no es independiente del poder político; que es lícita la desobe- pestares, et christianam civilemque rempublicam miserandum in modum
diencia de los fieles a las decisiones no dogmáticas de la Santa Sede. I unestarunt. Quocirca iidem Decessores Nostri Apostólica fortitudine con-
VI. Quedan, por consiguiente, condenados todos y cada uno de los erro- 1
Pío IX, Carta encíclica a los patriarcas, primados, arzobispos y obispos en paz y comu-
res señalados explícitamente en esta encíclica. Los enemigos de la nión con la Sede Apostólica: A8S 3 (1867) 160-176: AP 3,689-700.
yl>ANT.\ CURA
6 Pío íx t
y en dos alocuciones consistoriales, la p r i m e r a d e 9 d e diciem-
quinaciones de los malvados q u e , semejantes a las olas de u n m a r
bre de 1854 3 y la s e g u n d a de 9 de j u n i o de 1862 4 , N o s h e m o s
enfurecido, arrojan sobre la Iglesia las espumas de su torpeza;
c o n d e n a d o los m o n s t r u o s o s errores q u e p r e d o m i n a n h o y día con
y p r o m e t i e n d o la libertad, siendo c o m o son en realidad esclavos
grave d a ñ o de las almas y con d a ñ o t a m b i é n del Estado, y q u e son
de la corrupción, se h a n esforzado con falsas teorías y perniciosos
n o sólo la ruina de la Iglesia católica, de su salutífera doctrina y
escritos p o r socavar los fundamentos del o r d e n religioso y del
de sus derechos sagrados, sino t a m b i é n de la eterna ley n a t u r a l ,
o r d e n social; b u s c a n d o la desaparición universal de toda virtud,
grabada p o r D i o s m i s m o en todos los corazones, y de la recta razón.
la depravación general de las almas, y la liberación de toda n o r m a
moral de los incautos, y sobre t o d o de la j u v e n t u d inexperta, co-
r r o m p i é n d o l a miserablemente con el fin de llevarla a las redes del [I. EL NATURALISMO Y E L ESTADO]
error y arrancarla así del seno de la Iglesia católica.
[ 2 ] . C o m o sabéis m u y bien, venerables h e r m a n o s , tan p r o n t o [ 3 ] . Y a u n q u e N o s h e m o s c o n d e n a d o y r e p r o b a d o frecuente-
como p o r secreta disposición de la Providencia y sin mérito alguno m e n t e estos principales errores, sin e m b a r g o , la causa de la Iglesia
p o r n u e s t r a p a r t e fuimos elevados a esta C á t e d r a d e Pedro, N o s católica, la salvación de las almas confiadas p o r Dios a n u e s t r o
levantamos nuestra voz, c u m p l i e n d o así nuestro ministerio apos- c u i d a d o y el b i e n de la m i s m a sociedad h u m a n a d e m a n d a n i m p e r i o -
tólico e i m i t a n d o los insignes ejemplos de nuestros predecesores, s a m e n t e q u e N o s excitemos de n u e v o vuestra solicitud pastoral
p o r q u e veíamos con el corazón desgarrado la horrible tempestad para c o n d e n a r otras falsas opiniones, q u e b r o t a n d e aquellos e r r o -
levantada p o r tantas teorías erróneas y los gravísimos y deplorables res c o m o de su fuente natural. Estas falsas y perversas opiniones
males causados al p u e b l o católico por estos innumerables errores. d e b e n ser objeto de u n a especial condenación, p o r q u e su principal
E n varias encíclicas, alocuciones consistoriales y otras letras apos- i n t e n t o es i m p e d i r y s u p r i m i r aquel saludable influjo social, q u e
tólicas, N o s h e m o s c o n d e n a d o los principales errores de esta triste la Iglesia católica d e b e ejercer en virtud de la institución y del
época nuestra, h e m o s excitado vuestra admirable vigilancia pasto- m a n d a t o de su divino F u n d a d o r hasta la consumación de los siglos 5 ,
ral y h e m o s e x h o r t a d o y advertido a todos los hijos de la Iglesia lo m i s m o respecto d e los particulares q u e respecto d e las naciones,
católica, n u e s t r o s queridos hijos, para q u e aborrezcan y eviten el de los pueblos y de los soberanos de éstos; y destruir la amigable
contagio de esta epidemia terrible. Especialmente en nuestra pri- concordia m u t u a entre el sacerdocio y el imperio, q u e siempre fué
mera encíclica de 9 de n o v i e m b r e de 1 8 4 6 2 dirigida a vosotros, tan beneficiosa para la Iglesia y p a r a el E s t a d o 6 . Sabéis perfecta -
ra die 9 decembris anno 1854, altera vero 9 iunii anno 1862 in Consistorio
tinenter obstiterunt nefariis iniquorum hominum molitionibus, qui despu- a Nobis habita fuit, monstrosa opinionum portenta damnavimus, quae hac
mantes tamquam fluctus feri maris confusiones suas, ac libertatem promit- potissimum aetate cum máximo animarum damno, et civilis ipsius socie-
tentes, cum servi sint corruptionis, faliacibus suis opinionibus, et pernicio- tatis detrimento dominantur, quaeque non solum catholicae Ecclesiae, eius-
sissimis scriptis catholicae religionis c'ivilisque societatis fundamenta con- que salutari doctrinae ac venerandis iuribus, verum etiam sempiternae natu-
veliere, omnemque virtutem ac iustitiam de medio toliere, omniumque áni- rali legi a Deo in omnium cordibus insculptae, rectaeque rationi máxime
mos mentesque depravare, et incautos imperitamque praesertim iuventutem adversantur, et ex quibus alii prope omnes originem habent enores.
a recta morum disciplina avertere, eamque miserabiliter corrumpere, in
erroris laqueos inducere, ac tándem ab Ecclesiae catholicae sinu avellere
conati sunt. Etsi autem haud omiserimus potissimos huiusmodi errores saepe pro-
scribere et reprobare, tamen catholicae Ecclesiae causa, animarumque salus
Iam vero, uti Vobis, Venerabiles Fratres, apprime notum est, Nos vix Nobis divinitus commissa, atque ipsius humanae societatis bonum omnino
dum arcano divinae providentiae consilio nullis'certe Nostris meritis ad hanc postulant, ut iterum pastoralem vestram sollicitudinem excitemus ad alias
Petri Cathedram evecti fuimus, cum videremus summo animi Nostri dolore pravas profligandas opiniones, quae ex eisdem erroribus, veluti ex fontibus
horribilem sane procellam tot pravis opinionibus excitatam, et gravissima, crumpunt. Quae falsae ac perversae opiniones eo magis detestandae sunt,
ac nunquam satis lugenda damna, quae in christianum populum ex tot erro- quod eo potissimum spectant, ut impediatur et amoveatur salutaris illa vis,
ribus redundant, pro Apostolici Nostri Ministerii officio illustria Praede- quam catholica Ecclesia ex divini sui Auctoris institutione et -mandato libere
cessorum Nostrorum vestigia sectantes Nostram extulimus vocem, ac pluri- oxercere debet usque ad consummationem saeculi non minus erga singulos
bus in vulgus editis encyclicis Epistolis et Allocutionibus in Consistorio h omines, quam erga nationes, populos summosque eorum Principes, utque
habitis, aliisque Apostolicis Litteris praecipuos tristissimae nostrae aetatis de medio tollatur mutua illa inter Sacerdotium et Imperium consiliorum
errores damnavimus, eximiamque vestram episcopalem vigilantiam exci- ocietas et concordia, quae rei cum sacrae tum civili fausta semper extitit
tavimus, et universos catholicae Ecclesiae Nobis carissimos filios etiam atque
etiam monuimus et exhortati sumus, ut tam dirae contagia pestis omnino 3
Alocución consistorial Singulari quadam: A P I 623SS.
horrerent et devitarent. Ac praesertim Nostra prima encyclica Epístola die 4
Alocución consistorial Máxima quidem: A P III 45iss.
9 novembris anno 1846 Vobis scripta, binisque Allocutionibus, quarum alte- 5
M t . 28,20.
• CF. GREGORIO XVI, encíclica Mirari vos, de 15 de agosto d e 1832: ASS 4 (1868) 33(1-
1
2 .H ;: A G 1,160-174,.
Encíclica Qui pluribus; A P I óss.
8 PÍO I X
y Congregaciones religiosas ofende a u n estado de vida q u e profesa el alma tierna y dúctil de la j u v e n t u d . P o r q u e está p r o b a d o q u e
p ú b l i c a m e n t e los consejos evangélicos; ofende a u n a m a n e r a de todos los q u e han intentado destruir el o r d e n religioso y el o r d e n
vivir r e c o m e n d a d a p o r la Iglesia c o m o conforme a la doctrina social y suprimir todas las leyes divinas y h u m a n a s , h a n c o n c e n -
apostólica; ofende a sus m i s m o s fundadores, h o m b r e s insignes, a trado siempre sus propósitos, sus esfuerzos y su acción en lograr
quienes veneramos en los altares, y q u e las establecieron p o r ins- principalmente la seducción y la perversión de la inexperta j u v e n -
piración d e Dios» i °. t u d , como N o s hemos insinur !o m á s a r r i b a ; pues p o n e n t o d a s
sus esperanzas en la corrupción de esta tierna edad. Por esta causa
no cesan de injuriar con toda clase de vejámenes al clero r e g u l a r
[II. E l . NATURALISMO Y LA FAMILIA]
y secular, a pesar de haber sido el clero, como lo p r u e b a con e s -
N o para aquí la audacia de estos h o m b r e s ; afirman i m p í a m e n t e pléndido testimonio la historia, u n elemento e x t r a o r d i n a r i a m e n t e
q u e debe quitarse al ciudadano y a la Iglesia el d e r e c h o «de d a r b e n e m é r i t o del o r d e n religioso, civil y cultural; y por esta m i s m a
limosnas p ú b l i c a m e n t e a impulsos de la caridad cristiana» y su- causa n o cesan de decir q u e , «siendo el clero enemigo de la cien-
p r i m i r t a m b i é n la ley q u e «en los días festivos p r o h i b e las obras cia, de la civilización y del progreso, es necesario separarlo p o r
serviles, p a r a c u m p l i r con las obligaciones del culto divino»; t o d o completo de la instrucción y educación de la juventud».
ello bajo el falso p r e t e x t o de q u e ese d e r e c h o y esa ley son con-
trarios a los principios de la verdadera economía política. Y n o [III. E L NATURALISMO Y LA I G L E S I A ]
contentos con desterrar del E s t a d o la religión, quieren excluirla
t a m b i é n de la familia. Porque, e n s e ñ a n d o y profesando el funesto [ 5 ] . P e r o hay otros individuos que, renovando los funestos y
error del comunismo y del socialismo, afirman q u e «la sociedad d o - tantas veces condenados errores de la Reforma, h a n tenido la insigne
méstica o familia recibe toda su razón de ser del d e r e c h o p u r a - desvergüenza de afirmar q u e la suprema autoridad dada a la Igle-
m e n t e civil; y q u e , en consecuencia, de la ley civil derivan y d e p e n - sia y a esta Sede Apostólica por N u e s t r o Señor Jesucristo está s u b -
d e n t o d o s los derechos de los padres sobre los hijos, principalmente ordinada a la voluntad de la autoridad política; y d e negar t o d o s
el d e r e c h o d e instruirlos y educarlos». El objetivo principal al q u e los derechos de la Iglesia y de la Santa Sede concernientes al o r d e n
t i e n d e n estos impostores con sus impías teorías y dolosas m a n i o - exterior. E n efecto, n o se avergüenzan de afirmar q u e «las leyes
bras es apartar totalmente la instrucción y educación de la j u v e n t u d de la Iglesia sólo obligan en conciencia c u a n d o son p r o m u l g a d a s
de la saludable influencia doctrinal de la Iglesia católica, y d e p r a v a r por la autoridad del E s t a d o ; q u e las decisiones y decretos de los
con los errores ideológicos m á s perniciosos y toda clase de vicios R o m a n o s Pontífices referentes a la Religión y a la Iglesia necesitan
la sanción y aprobación o, por lo menos, el asentimiento del p o d e r
Noster docebat «regularium abolitio laedit statum publicae professionis con-
siliorum evangelicorum, laedit vivendi rationem in Ecclesia commendatam netur, ac teneri flexibilesque iuvenum animi perniciosis quibusque erroribus,
tamquam Apostolicae doctrinae consentaneam, laedit ipsos insignes funda- vitüsque misere inficiantur ac depraventur. Siquidem omnes, qui rem tum
tores, quos super altaribus veneramur, qui nonnisi a Deo inspirati eas sacram, tum publicam perturbare ac rectum societatis ordinem evertere, et
constituerunt societates». Atque etiam impie pronunciant, auferendam esse iura omnia divina et humana delere sunt conati, omnia nefaria sua consilia,
civibus et Ecclesiae facultatem «qua eleemosynas christianae caritatis causa studia et operam in improvidam praesertim iuventutem decipiendam ac
palam erogare valeant», ac de medio tollendam legem «qua certis aliquibus depravandam ut supra innuimus semper ccntulerunt omnemque spem in
diebus opera servilia propter Dei cultura prohibentur» fallacissime praete- ipsius iuventutis corruptela collocarunt. Quccirca nunquam cessant utrum-
xentes, commemoratam facultatem et legem optimae publicae oeconomiae que Clerum, ex quo, veluti certissima historiae monumenta splendide tes-
principiis obsistere. Ñeque contenti amoveré religionem a publica societate, tantur, tot magna in christianam, civilem, et litterariam rempublicam com-
volunt religionem ipsam a privatis etiam arcere familiis. Etenim funestissi- moda redundarunt, quibuscumque infandis modis divexare, et edicere,
mum Communismi et Socialismi docentes ac profitentes errorem asserunt ipsum Clerum «utpote vero, utüique scientiae et civilitatis progressui inimi-
«societatem domesticam seu familiam totam suae existentiae rationem a iure cum ab omni iuventutis instituendae educandaeque cura et officio esse amo-
dumtaxat civili mutuari; proindeque ex lege tantum civili dimanare ac pen- vendum».
deré iura omnia parentum in filios, cum primis vero ius institutionis, edu-
cationisque curandae». Quibus impiis opinionibus, machinationibusque in At vero alii instaurantes prava ac toties damnata novatorum commenta,
id praecipue intendunt fallacissimi isti nomines, ut salutífera catholicae Ec- insigni impudentia audent Ecclesiae et huins Apostolicae Sedis supremam
clesiae doctrina ac vis a iuventutis institutione et educatione prorsus elimi- auctoritatem a Christo Domino ei tributam civilis auctoritatis arbitrio s u b -
iicere, et omnia eiusdem Ecclesiae et Sedis iura denegare circa ea quae a d
1
° Pío VI, carta Quod aliquantum al cardenal de la Rochefoucault y a los arzobispos y exteriorem ordinem pertinent. Namque ipsos minime pudet affirmare «Ec-
obispos de la Asamblea Nacional de Francia, de fecha lo de marzo de 1791. Véase el texto clesiae leges non obligare in conscientia, nisi cura promulgante a civili p o -
latino en Recueil des allocutions consistoriales, encycliques et autres lettres apostoliques des souve- testate; acta et decreta Romanorum Pontificum ad religionem et Ecclesiam
rains pontifes Clément XIV, Benoit XIV, Pie VI, Pie VII, Léon XII, Crégoire XVI et Pie IX
titees dans l'ejKy'clique et le tSyllabus» du 8 decembre 1864 (París 1865). spectantia indigere sanctione et approbatiore vel mínimum assensu potesta-
12 PÍO i x QUANTA CURA i:i
civil; q u e las constituciones apostólicas q u e c o n d e n a n las socie- tos d e la Sede Apostólica, q u e tienen p o r objeto el bien general dé-
dades secretas 11, p r e s c i n d i e n d o d e la exigencia o n o exigencia d e l , la Iglesia, los derechos d e ésta y la disciplina eclesiástica sin tocar
j u r a m e n t o d e guardar el secreto, y q u e anatematizan a los fautores p a r a n a d a los dogmas d e la fe y d e la moral, p u e d e n los fieles r e -
y afiliados d e aquéllas, n o tienen fuerza alguna legal e n los países chazar t o d o asentimiento y obediencia sin pecado alguno y sin d e -
en q u e el gobierno tolera esta clase d e asociaciones; q u e la e x c o m u - t r i m e n t o d e la profesión del catolicismo». E s evidente p a r a t o d o s la
nión fulminada p o r el concilio d e T r e n t o y p o r los Pontífices R o - radical contradicción d e esta afirmación c o n el d o g m a católico d e
m a n o s contra los invasores y los u s u r p a d o r e s d e los derechos y la plena autoridad, d i v i n a m e n t e d a d a p o r n u e s t r o Señor Jesucristo
p r o p i e d a d e s de la Iglesia descansa sobre u n a confusión del o r d e n al R o m a n o Pontífice, d e apacentar, regir y gobernar la Iglesia u n i -
espiritual y del o r d e n civil y político, y n o tiene otra finalidad q u e versal.
la d e p r o c u r a r s e bienes t e m p o r a l e s ; q u e la Iglesia n o d e b e decretar
nada q u e p u e d a ligar la conciencia d e los fieles e n o r d e n al u s o de [ 6 ] . P o r tanto, ante esta t a n gran perversión d e afirmaciones
los bienes t e m p o r a l e s ; q u e la Iglesia n o tiene el d e r e c h o d e r e p r i - e r r ó n e a s , N o s , conscientes d e las obligaciones d e n u e s t r o m i n i s t e -
m i r p o r m e d i o d e penas temporales a los q u e violan s u s leyes; q u e rio apostólico y llenos d e solicitud p o r nuestra santa religión, p o r
es conforme a los principios d e la sagrada teología y del derecho la sana doctrina, p o r la salvación d e las almas, cuya g u a r d a se n o s
p ú b l i c o conferir al gobierno del E s t a d o la p r o p i e d a d d e los bienes ha confiado d e lo Alto, y p o r el m i s m o bien d e la sociedad h u m a n a ,
poseídos p o r la Iglesia, p o r las Congregaciones religiosas y p o r toda h e m o s juzgado q u e es n u e s t r o deber levantar d e n u e v o n u e s t r a voz
clase d e obras pías». N o se avergüenzan t a m p o c o d e defender p ú b l i - apostólica. P o r consiguiente, todas y cada u n a d e las diversas o p i -
camente el principio fundamental d e los herejes, q u e h a sido y es niones y doctrinas eróneas q u e v a n señaladas detalladamente e n la
fuente d e i n n u m e r a b l e s y perniciosas teorías erróneas. Repiten, e n p r e s e n t e encíclica, N o s con nuestra autoridad apostólica las r e p r o -
efecto, q u e «el p o d e r eclesiástico n o es p o r d e r e c h o divino distinto b a m o s , proscribimos y c o n d e n a m o s ; y q u e r e m o s y m a n d a m o s q u e
e i n d e p e n d i e n t e del p o d e r civil, y q u e esta distinción e i n d e p e n - t o d o s los hijos d e la Iglesia católica las t e n g a n p o r reprobadas,
dencia n o p u e d e n existir sin q u e la Iglesia invada y u s u r p e los d e - proscritas y condenadas.
rechos esenciales del p o d e r civil». N o p o d e m o s t a m p o c o pasar e n [ 7 ] . Pero, además, sabéis m u y bien, venerables hermanos, q u e
silencio la audacia d e aquellos otros que, no pudiendo sufrir la sana hoy día los enemigos d e la verdad y de la justicia, y los e n e m i g o s
doctrina 1 2 , aseguran q u e <«en c u a n t o a las decisiones y a los d e c r e - encarnizados d e n u e s t r a santa religión, p o r m e d i o d e libros e n v e -
n e n a d o s , folletos y . periódicos esparcidos p o r los cuatro e x t r e m o s
tis civilis; constitutiones Apostólicas, quibus damnantur clandestinae societa- del m u n d o , engañan a los pueblos, m i e n t e n a conciencia y p r o p a -
tes, sive in eis exigatur, sive non exigatur iuramentum de secreto servando gan t o d a clase d e teorías impías. N i ignoráis t a m p o c o q u e e n n u e s -
earumque asseclae et fautores anathemate mulctantur, nullam habere vim tra época h a y h o m b r e s q u e , empujados y excitados p o r el e s p í r i t u
in illis orbis regionibus ubi eiusmodi aggregationes tolerantur a civili gu-
bernio; excommunicationem a Concilio Tridentino et Romanis Pontificibus
latam in eos, qui iura possessionesque Ecclesiae invadunt, et usurpant, niti spectare declaratur, dummodo fidei morumque dogmata non attingat, posse
confusione ordinis spiritualis, ordinisque civilis ac politici ad mundanum assensum et obedientiam detrectari et absque peccato, et absque ulla catholi-
dumtaxat bonum prosequendum; Ecclesiam nihil deberé decernere, quod cae professionis iactura». Quod quidem quantopere adversetur catholico dog-
obstringere possit fidelium conscientias in ordine ad usum rerum tempora- mati plenae potestatis Romano Pontifici ab ipso Christo Domino divinitus
lium; Ecclesiae ius non competeré violatores legum suarum poenis tempora- collatae universalem pascendi, regendi, et gubernandi Ecclesiam, nemo est
libus coercendi; conforme esse sacrae theologiae, iurisque publici principiis, qui non clare aperteque videat et intelligat.
bonorum proprietatem, quae ab Ecclesiis, a Familiis Religiosis, aliisque locis In tanta igitur depravatarum opinionum perversitate, Nos Apostolici
piis possidentur, civili gubernio asserere, et vindicare». Ñeque erubescunt nostri officii probé memores, ac de sanctissima nostra religione, de sana doc-
palana publiceque profiteri haereticorum effatum et principum, ex quo trina, et animarum salute Nobis divinitus commissa, ac de ipsius humanae
tot perversae oriuntur sententiae, atque errores. Dictitant enim «Ecclesiasti- societatis bono máxime solliciti, Apostolicam Nostram vocem iterum extolle-
cam potestatem non iure divino distinctam et independentem a potestate re existimavimus. Itaque omnes et singulas pravas opiniones ac doctrinas
civili, ñeque eiusmodi distinctionem, et independentiam servan posse, quin singillatim hisce Litteris commemoratas auctoritate Nestra Apostólica repro-
ab Ecclesia invadantur et usurpentur essentialia iura potestatis civilis». Atque bamus, proscribimus atque damnamus, easque ab ómnibus catholicae Eccle-
silentio praeterire non possumus eorum audaciam, qui sanam non sustinen- siae filiis, veluti reprobatas, proscriptas atque damnatas omnino haberi vo-
tes doctrinara conténdunt «illis Apostolicae Sedis iudiciis, et decretis, quo- lumus et mandamus.
rum obiectum ad bonum genérale Ecclesiae, eiusdemque iura, ac disciplinam
Ac praeter ea, optime scitis, Venerabiles Fratres, hisce temporibus omnis
11 veritatis iustitiaeque osores, et acérrimos nostrae religionis hostes, per pes-
CLEMENTE XII, In eminenti, 28 de abril de 1738; BENEDICTO XIV, Providas; 18 de
marzo de 1751; Pío VII, Ecclesiam, de 13 de septiembre de 1821, y LEÓN XII, Quo graviora, tíferos libros, libellos, et ephemerides toto terrarum orbe dispersas populis
de 13 de marzo de 1825. Véase también CIC c.2335. illudentes, ac malitiose mentientes alias impias quasque disseminare doctri-
12 Cf. 2 Tim. 4.3. nas. Ñeque ignoratis, hac etiam nostra aetate, nonnullos reperiri, qui satanae
14 PÍO I X
(TOANTA CURA ir»
de Satanás, han llegado hasta tal grado de impiedad, que reniegan
d e Jesucristo, nuestro único Soberano y Señor, y n o t e m e n atacar y q u e más exponga a la caída y a todos los peligros q u e el afirmar
su divinidad con la más criminal impudencia. E n este p u n t o n o q u e nos basta la libertad, q u e h e m o s recibido al nacer, sin q u e ten-
podemos dejar de tributaros, venerables hermanos, las mayores gamos otra cosa q u e pedir a D i o s ; es decir, q u e , olvidando a n u e s -
alabanzas, q u e tenéis bien merecidas por el celo con q u e habéis tro A u t o r , osemos renegar de su p o d e r para m o s t r a r n o s libres» 1 6 .
levantado vuestra voz episcopal contra una impiedad t a n g r a n d e . N o dejéis de enseñar «que el p o d e r real n o ha sido d a d o ú n i c a m e n t e
p a r a el gobierno de este m u n d o , sino p o r encima de t o d o p a r a la
[8], Esta es la razón de que Nos, por m e d i o de esta encíclica, protección de la I g l e s i a » 1 7 ; y q u e nada p u e d e ser m á s ventajoso
nos dirijamos de nuevo amorosamente a vosotros; a vosotros, que, y m á s glorioso para los jefes de -los Estados y p a r a los reyes que
llamados a participar de nuestra solicitud, sois para N o s , en medio ajustar su conducta a las palabras q u e n u e s t r o p r u d e n t e y enérgico
de estos grandes dolores, u n motivo de alivio, d e alegría y consuelo predecesor San Félix escribía al e m p e r a d o r Z e n ó n , esto es, «dejar
p o r vuestra religión, p o r vuestra piedad, y p o r ese amor, esa fe a la Iglesia católica gobernarse p o r sus propias leyes, sin permitir
y esa abnegación admirables con las q u e os esforzáis p o r cumplir q u e nadie ponga obstáculos a su libertad... Es cierto, en efecto,
varonil y cuidadosamente la gravísima obligación de vuestro m i - q u e interesa a los príncipes, s i e m p r e q u e se trata de los asuntos
nisterio episcopal, en unión íntima y cordial con N o s y con esta de Dios, respetar el o r d e n q u e D i o s h a establecido, s u b o r d i n a n d o ,
Sede Apostólica. N o s esperamos de vuestro ardiente celo pastoral y n o prefiriendo, la voluntad real a la de los sacerdotes d e Cristo» 18.
que, b l a n d i e n d o la espada del espíritu, q u e es la palabra de Dios, [9]. Pero si siempre d e b e m o s , venerables hermanos, dirigir-
y fortificados con ia gracia de n u e s t r o Señor Jesucristo, insistáis nos con confianza al t r o n o de la gracia para obtener d e él miseri-
m á s y m á s cada día para lograr q u e por vuestros cuidados incesantes cordia y auxilio en el t i e m p o o p o r t u n o , d e b e m o s hacerlo particu-
Jos fieles confiados a vuestra solicitud «se abstengan de las hierbas l a r m e n t e en m e d i o de estas grandes calamidades de la Iglesia y del
venenosas, q u e Jesucristo n o cultiva, p o r q u e n o h a n sido plantadas Estado, en presencia de u n a t a n extensa conspiración enemiga y de
p o r su Padre» ] 3 . N o ceséis, pues, n u n c a de inculcar a los fieles q u e t a n g r a n d e aglomeración de errores contra la sociedad católica y
t o d a verdadera felicidad brota para los h o m b r e s de nuestra sagrada contra esta Santa Sede Apostólica. N o s , por tanto, h e m o s j u z g a d o
religión, de su doctrina y de su práctica; y q u e es feliz el p u e b l o útil excitar la piedad de todos los fieles, a fin de que, u n i é n d o s e
q u e tiene al Señor p o r su Dios 14 . E n s e ñ a d q u e «los reinos descan- a N o s y a vosotros, r u e g u e n y s u p l i q u e n con la oración m á s fervo-
s a n sobre el fundamento de la fe» 1 5 y que «nada hay t a n mortífero rosa y m á s h u m i l d e al P a d r e clementísimo de las luces y d e las m i s e -
ricordias, a fin, t a m b i é n , de q u e r e c u r r a n siempre en la'plenitud d e
spiritu permoti, et incitati eo impietatis devenerunt, ut Dominatorem Do-
minum Nostrum lesum Christum negare, eiusque Divinitatem scelerata
procacitate oppugnare non paveant. Hic vero haud possumus, quin maxirnis mentó regna subsistere, et nihil tam mortiferum, tam praeceps ad casum,
meritisque laudibus Vos efferamus, Venérabiles Fratres, qui episcopalem tam expositum ad omnia pericula, si hoc solum nobis putantes posse sufficere,
vestram vocem contra tantam impietatem omni zelo attollere minime omi- quod liberum arbitrium, cum nasceremur, accepimus, ultra iam a Domino
sistis. nihil quaeramus, idest, auctoris nostri obliti, eius potentiam, ut nos osten-
damus liberas, abiuremus. Atque etiam ne pmittatis docere regiam potesta-
Itaque hisce Nostris Litteris Vos iterum amantissime alloquimur, qui in tem non ad solum mundi régimen, sed máxime ad Ecclesiae praesidium
sollicitudinis Nostrae partem vocati summo Nobis Ínter máximas Nostras esse collatam, et nihil esse quod civitatum Principibus, et Regibus maiori
acerbitates solatio, laetitiae, et consolationi estis propter egregiam, qua fructui, gloriaeque esse possit, quam si, ut sapientissimus fortissimusque
praestatis, religionem, pietatem, ac propter mirum illum amorem, fidem, et alter Praedecessor Noster s. Félix Zenoni Imperatori perscribebat, Eccle-
observantiam, qua Nobis et huic Apdstolicae Sedi concordissimis animis siam catholicam... sinant uti legibus suis, nec libertati eius quemquam per-
obstricti gravissimum episcopale vestrum ministerium strenue ac sedulo mittant obsistere... Certum est enim, hoc rebus suis esse salutare, ut, cum
implere contenditis. Etenim ab eximio vestro pastoralí zelo expectamus, ut de causis Dei agatur, iuxta ipsius constitutum regiam voluntatem Sacerdo-
assumentes gladium spiritus, quod est verbum Dei, et confortati in gratia tibus Christi studeant subdere, non praeferre».
Domini Nostri Iesu Christí velitis ingeminatis studiis quotidie magis pro-
spicere, ut fideles curae vestrae concrediti «abstineant ab herbis noxiis, quas Sed si semper, Venérabiles Fratres, nunc potissimum in tantis Ecclesiae,
Iesus Christus non colit, quia non sunt plantatio Patris». Atque eisdem fide- civilisque societatis calamitatibus, in tanta adversariorum contra rem catho-
libus inculcare nunquam desinite, omnem veram felicitatem in nomines ex licam, et hanc Apostolicam Sedem conspiratipne tantaque errorum congerie,
augusta nostra religioñe eiusque doctrina et exercitio redundare, ac beatum necesse omnino est, ut adeamus cum fiducia ad thronum gratiae, ut miseri-
esse populum, cuius Dominus Deus eius. Docete «catholicae Fidei funda- cordiam consequamur, et gratiam inveniamus in auxilio opportuno. Quo circa
omnium fidelium pietatem excitare existimavimus, ut una Nobiscum Vo-
13
bisque clementissimum luminum et misericordiarum Patrem ferventissimis
SAN IGNACIO MÁRTIR, Carta a los fíe/es de Filadelfia 3; apud FUNCK, Opera Patrum
apostolicorum I 227. 16
>"Cf. Ps. I43Ü44).I5. SAN INOCENCIO I, Carta 20 al concilio de Cartago: PL 20,582.
15
CELESTINO PAPA, carta 22 al sinodo de Efeso: MSI IV 1283. " SAN LEÓN I, Carta 156 lal. 125]: PL 54,1130.
"18 Pió VII, encíclica Din satis, de 15 de mayo de 1800: BRC VII pars 1." 25SS.
16 PÍO i x
QUANTA CURA 17
su fe a n u e s t r o Señor Jesucristo, q u e nos h a rescatado p a r a D i o s
con su sangre; pidiendo con instancia y c o n t i n u a m e n t e a su dulcí- y con los m i s m o s p o d e r e s concedidos p o r N o s en aquellas letras.
simo Corazón, víctima de su ardiente caridad hacia nosotros, q u e N o s q u e r e m o s , sin e m b a r g o , q u e todas las prescripciones conteni-
atraiga hacia Sí todas las cosas con los lazos de su a m o r ; a fin de das en las m e n c i o n a d a s letras apostólicas sean observadas, y q u e
q u e todos los h o m b r e s , inflamados p o r el a m o r santísimo d e J e s u - n o se derogue n i n g u n a d e las excepciones q u e N o s hicimos. N o s
cristo, p r o c e d a n dignamente según su Corazón, agradando a D i o s concedemos esto, n o obstante cualquier otra disposición contraria,
en todas las cosas y d a n d o frutos e n t o d a clase de b u e n a s obras. a u n la q u e fuera digna de m e n c i ó n especial e individual y d e alguna
A h o r a bien, es indudable q u e las oraciones d e los h o m b r e s son m á s derogación. Y, p a r a evitar toda d u d a y toda dificultad, h e m o s or-
agradables a Dios cuando son dirigidas a E l p o r corazones puros, d e n a d o q u e se os remita u n ejemplar de estas letras.
libres d e toda m a n c h a ; p o r esto, N o s h e m o s resuelto abrir a los [ I I ] . «Oremos, venerables h e r m a n o s , oremos desde el fondo
fieles cristianos con liberalidad apostólica los tesoros celestiales de del corazón y con todas las fuerzas de n u e s t r o espíritu a la miseri-
la Iglesia, confiados a nuestra dispensación; para que, excitados cordia de Dios, p o r q u e es El el q u e ha d i c h o : No retiraré de ellos •
con mayor viveza a la verdadera piedad, y purificados de sus peca- mi misericordia l9. P i d a m o s , y recibiremos; y si el logro de n u e s -
dos p o r el sacramento de la penitencia, p r e s e n t e n con mayor con- tras peticiones se hace esperar, p o r q u e h e m o s p e c a d o gravemente,
fianza sus oraciones ante Dios y o b t e n g a n la gracia y la misericordia llamemos, p o r q u e se abrirá a q u i e n llame, con tal q u e q u i e n llame
divinas. sean las oraciones, los gemidos y las lágrimas, en las cuales d e b e m o s
[10]. P o r consiguiente, N o s concedemos, p o r el tenor de la insistir y perseverar, y con tal q u e la oración sea u n á n i m e . . . q u e
presente encíclica, en virtud de n u e s t r a autoridad apostólica, a t o d o s todos oren a Dios, n o solamente p o r sí m i s m o s , sino p o r todos
y a cada u n o de los fieles d e u n o y o t r o sexo del universo católico sus h e r m a n o s , c o m o el Señor nos ha enseñado a o r a r » 2 0 . Y para
u n a indulgencia plenaria en forma d e jubileo, q u e se gane en el q u e Dios atienda m á s fácilmente nuestras oraciones y votos,, los
espacio d e u n m e s , d u r a n t e todo el a ñ o p r ó x i m o d e 1865, p e r o n o vuestros y los d e t o d o s los fieles, p o n g a m o s confiadamente como
después de esta fecha; m e s que será designado p o r vosotros, venera- abogada delante de El a la inmaculada y santísima M a d r e de Dios,
bles hermanos, y p o r los demás O r d i n a r i o s legítimos, en la misma for- la Virgen María, q u e ha destruido todas las herejías en el m u n d o
m a y m a n e r a en q u e lo concedimos al principio de n u e s t r o pontificado e n t e r o ; y q u e , M a d r e amantísima de todos nosotros, «es suavísima...
p o r nuestras letras apostólicas, en forma d e breve, d e 20 de noviem- y llena de misericordia... y se m u e s t r a asequible a todos, con todos
b r e d e 1846, enviadas a todos los obispos del universo, y q u e e m - clementísima, y con i n m e n s o afecto socorre las necesidades d e t o -
pezaban con estas palabras: Arcano Divinae Providentiae consilio; dos» 2 1 . E n su calidad de Reina, q u e está a la diestra d e su unigénito
per ipsas Litteras a Nobis datae fuerunt. Volumus tamen, ut ea omnia ser-
humillimisque precibus sine intermissione orent, et obsecrent, et pleni- ventur, quae in commemoratis Litteris praescripta sunt, et ea excipiantur,
tudine fidei semper confugiant ad Dominum nostrum Iesum Christum, qui quae excepta esse declaravimus. Atque id concedimus, non obstantibus in
redemit nos Deo in sanguine suo, Eiusque dulcissimum Cor flagrantissimae contrarium facientibus quibuscumque, etiam speciali et individua mentione,
erga nos caritatis victimam enixe iugiterque exorent, ut amoris sui vinculis ac derogatione dignis. Ut autem omnis dubitatio et difficultas amoveatur,
omnia ad seipsum trahat, utque omnes homines sanctissimo suo amore earumdem Litterarum exemplar ad Vos perferri iussimus.
inflammati secundum Cor Eius ambulent, digne Deo per omnia placentes,
in omni bono opere fructificantes. Cum autem sine dubio gratiores sint Deo «Rogemus, Venerabiles Fratres, de intimo corde et de tota mente mise-
hominum preces, si animis ab omni labe puris ad ipsum accedant, idcirco ricordiam Dei, quia et ipse addidit dicens: misericordiam autem meam non
caelestes Ecclesiae thesauros dispensationi Nostrae commissos Christifide- dispergam ab eis. Petamus et accipiemus, et si accipiendi mora et tarditas
libus Apostólica liberalitate reserare censuimus, ut iidem fideles ad veram fuerit, quoniam graviter offendimus, pulsemus, quia et pulsanti aperietur,
pietatem vehementius incensi, ac per Poenitentiae Sacramentum a peccato- si modo pulsent ostium preces, gemitus, et lacrymae nostrae, quibus insis-
rum maculis expiati fidentius suas preces ad Deum effundant, eiusque mi- tere et immorari oportet, et si sit unanimis oratio... unusquisque oret Deum
sericordiam et gratiam consequantur. non pro se tantum, sed pro ómnibus fratribus, sicut Dominus orare nos
docuit». Quo vero facilius Deus Nostris. Vestrisque, et omnium fidelium
Hisce igitur Litterís auctoritate Nostra Apostólica ómnibus et singulis precibus, votisque annuat, cum omni fiducia deprecatricem apud Eum ad-
utriusque sexus catholici orbis fidelibus Plenariam Indulgentiam ad instar hibeamus Immaculatam sanctissimamque Deiparam Virginem Mariam,
Iubilaei concedimus intra unius tantum mensis spatium usque ad totum quae cunetas haereses interemit in universo mundo, quaeque omnium nos-
futurum annum 1865 et non ultra, a Vobis, Venerabiles Fratres, aliisque trum amantissima Mater «tota suavis est... ac plena misericordiae..., ómni-
legitimis locorum Ordinariis statuendum, eodem prorsus modo et forma, qua bus sese exorabilem, ómnibus clementissimam praebet, omnium necessita-
ab initio supremi Nostri Pontificatus concessimus per Apostólicas Nostras tes amplissimo quodam miseratur affectu», atque utpote Regina adstans a
Litteras in forma Brevis die 20 mensis Novembris anno 1846 datas, et ad
universum episcopalem vestrum Ordinem missas, quarum initium «Arcano i» Sap. 4,15.
20
Divinae Providentiae consilio», et cum ómnibus eisdem facultatibus, quae SAN CIPRIANO, Carta 7 2,7: PL 4,241 y 244.
21
SAN BERNARDO, Sermón sobre doce prerrogativas de María 2: PL 183,430; BAC,
Obras completas de San Bernardo t.l p.725. •
18 pfo i x
parte los errores de A n t o n i o G ü n t h e r , condenados en la carta al car- IV. SOCIALISMO, COMUNISMO, SOCIEDADES SECRETAS, SOCIEDADES
denal arzobispo d e Colonia, Eximiam tuam, de 15 de j u n i o de 1847, BÍBLICAS, SOCIEDADES CLÉRICO-LIBERALES
y en la carta al obispo de Breslau, Dolare haud mediocri, de 30 de
abril de 1860 8. Estas pestilenciales doctrinas h a n sido condenadas repetidas
veces, con fórmulas concebidas en los t é r m i n o s m á s graves, en la
encíclica Qui pluribus, de 9 de n o v i e m b r e d e 1846; en la alocución
III. I N D I F E R E N T I S M O , LATITUUINAKISMO Quíbus quantisque, d e 20 d e abril de 1849; en la encíclica Noscitis
et Nobiscum, de 8 d e diciembre de 1849; en la alocución Singulari
15. T o d o h o m b r e es libre para abrazar y profesar la religión quadam, de 9 d e diciembre d e 1854; en la encíclica Quanto con-
q u e j u z g u e verdadera guiado p o r la luz de su razón. (Carta apostó- ficiamur moerore, de 10 de agosto de 1863 9 . '
lica Multíplices inter, d e 10 d e j u n i o de 1851. Alocución Máxima
quidem, d e 9 de j u n i o d e -1862.)
V. E R R O R E S RELATIVOS A LA IGLESIA Y A sus DERECHOS
16. L o s h o m b r e s p u e d e n , d e n t r o de cualquier culto religioso,
e n c o n t r a r el camino d e su salvación y alcanzar la vida eterna. ( E n - 19. L a Iglesia n o es u n a sociedad v e r d a d e r a m e n t e perfecta y
cíclica Qui pluribus, de 9 de n o v i e m b r e de 1846. Alocución Ubi completamente libre; ni goza de derechos propios y p e r m a n e n t e s
primum, de 17 de diciembre de 1847. Encíclica Singulari quidem, conferidos p o r su divino F u n d a d o r ; p o r el contrario, c o r r e s p o n d e
d e 17 de m a r z o de 1856.) al p o d e r civil d e t e r m i n a r los derechos de la Iglesia y los límites
17. P o r lo m e n o s d e b e m o s esperar con f u n d a m e n t o la eterna d e n t r o de los cuales p u e d a ésta ejercer dichos derechos 1 0 . (Alocu-
salvación de t o d o s aquellos q u e n o se e n c u e n t r a n d e n t r o de la ver- ción Singulari quadam, de 9 de d i c i e m b r e de 1854. Alocución
d a d e r a Iglesia de Cristo. (Alocución Singulari quadam, de 9 de di- Multis gravibusque, d e 17 de diciembre d e 1860. Alocución Máxima
c i e m b r e de 1854. Encíclica Quanto conficiamur moerore, d e 17 de quidem, de 9 de j u n i o d e 1862.)
agosto d e 1863.) 20. El p o d e r eclesiástico n o p u e d e ejercer su autoridad sin
18. El p r o t e s t a n t i s m o n o es m á s q u e una forma distinta d e el p e r m i s o y asentimiento del p o d e r civil. (Alocución Meminit
la v e r d a d e r a religión cristiana; y d e n t r o de aquélla se p u e d e agradar unusquisque, d e 30 de s e p t i e m b r e de 1861.)
a D i o s lo m i s m o q u e en la Iglesia católica. (Encíclica Noscitis et
Nobiscum, d e 8 de diciembre de 1849.)
§ IV. Socialismus, Communismus, Societates dandestinae, Societates biblicae,
Antonii Günther, qui damnantur in Epist. ad Card. Archiep. Coloniensem Societates clerico-Hberales. •
Eximiam tuam 15 iunii 1847, et in Epist. ad Episc. Wratislaviensem Dolare
haud mediocri 30 aprilis 1860. Eiusmodi pestes saepe gravissimisque verborum formulis reprobantur
in Epist. encycl. Qui pluribus 9 novemb. 1846; in Alloc. Quibus quantisque
20 april. 1849; in Epist. encycl. Noscitis et Nobiscum 8 decemb. 1849; in
§ III. Indifferentismus, Laiitudinarismus. Allocut. Singulari quadam 9 decemb. 1854; in Epist. encycl. Quanto con-
ficiamur moerore 10 augusti 1863.
XV. Liberum cuique homini est eam amplecti ac profiteri religionem,
quam rationis lumine quis ductus veram putaverit. § V. Errores de Ecclesia eiusque iuribus.
(Lítt. Apost. Multíplices inter lo iunii l8sr. Alloc. Máxima quidem 9 iunii
1862.) XIX. Ecclesia non est vera perfectaque societas plañe libera, nec pollet
XVI. Homines in cuiusvis religionis cultu viam aeternae salutis repe- suis propriis et constantibus iuribus sibi a divino suo fundatore collatis, sed
rire, aeternamque salutem assequi possunt. civilis potestatis est definiré quae sint Ecclesiae iura ac limites, intra quos
(Epist. encycl. Qui pluribus o novembris 1846. Alloc. Ubi primum 17 decem-
eadem iura exercere queat.
bris 1847. Epist. encycl. Singulari quidem 17 martii 1856.) (Alloc. Singulari quadam 9 decembris 18S4. Alloc. Multis gravibusque 17
decembris 1860. Alloc. Máxima quidem 9 iunii 1862.)
XVII. Saltem bene sperandüm est de aeterna illorum omnium salute,
qui i n vera Christi Ecclesia nequáquam versantur. XX. Ecclesiastica potestas suam auctoritatem exercere non debet absque
(Alloc. Singulari quadam 9 decembris 1854. Epist. encycl. Quanto conficiamur
civilis gubernii venia et assensu.
I7augusti 1863.) (Alloc. Meminit unusquisque 30 septembris 1861.)
9
XVIII. P r o t e s t a n t i s m u s n o n aliud est q u a m diversa v e r a e e i u s d e m El Papa no expone directamente las doctrinas del comunismo y del socialismo. Se li-
c h r i s t i a n a e religionis forma, i n q u a a e q u e a c in Ecclesia catholica D e o p l a - mita a recordar las condenaciones hechas contra estos sistemas. Véase la encíclica de León XIII
Quod apostolici muneris acerca del socialismo.
10
ceré d a t u m est. (Epist. encycl. Noscitis et Nobiscum 8 decembris 1849.) Ésta es la proposición básica que sirve de base al desarrollo posterior de este capí-
8
» tulo: el Papa afirma la independencia de la Iglesia y e! carácter de sociedad perfecta que
En las tres últimas proposiciones están incluidas las tesis sostenidas en el congreso teo- ésta posee.
lógico de Munich de septiembre de 1863. Véase la nota introductoria.
26 PÍO I X
SYLLABUS 21
2 1 . • L a Iglesia n o tiene potestad para definir d o g m á t i c a m e n t e
q u e la religión de la Iglesia católica es la única religión verdadera. 27. L o s ministros sagrados de la Iglesia y el R o m a n o Pontífice
(Carta apostólica Multíplices ínter, d e 10 de j u n i o de 1851.) d e b e n ser excluidos absolutamente de toda administración y d o -
22. L a obligación, a q u e sin excepción están sometidos los minio de las cosas temporales. (Alocución Máxima quidem, de
maestros y escritores católicos, se limita únicamente a los p u n t o s 9 de j u n i o de 1862.)
propuestos p o r el juicio infalible de la Iglesia como d o g m a s d e fe, 28. L o s obispos n o p u e d e n publicar lícitamente sin p e r m i s o
q u e d e b e n ser creídos p o r todos. (Carta Tuas libenter al arzobispo del gobierno ni aun las m i s m a s letras apostólicas. (Alocución Num-
de M u n i c h - F r i s i n g a , de 21 de diciembre de 1863.) quam fore, de 15 de diciembre de i8'56.)
23. L o s R o m a n o s Pontífices y los concilios ecuménicos h a n 29. L o s favores concedidos p o r el R o m a n o Pontífice d e b e n
rebasado los límites de su poder, h a n u s u r p a d o los derechos d e ser considerados como nulos, a n o ser q u e hayan sido pedidos
los príncipes e incluso h a n errado en la definición de las cosas por c o n d u c t o del g o b i e r n o 1 2 . (Alocución Numquam fore, de 15 de
pertenecientes a la fe y a la moral. (Carta apostólica Multíplices diciembre d e 1856.)
ínter, de 10 de j u n i o d e 1851). 30. L a i n m u n i d a d d e la Iglesia y de las personas eclesiásticas
24. L a Iglesia n o tiene el derecho de usar la fuerza y carece tiene su origen en el d e r e c h o civil. (Carta apostólica Multíplices
de t o d o p o d e r t e m p o r a l directo o indirecto n . (Carta apostólica ínter, de 10 de j u n i o de 1851.)
Ad Apostolicae, d e 22 de agosto d e 1851.) 3 1 . El fuero eclesiástico para las causas temporales, civiles o
25. A d e m á s del p o d e r i n h e r e n t e al episcopado, la Iglesia tiene criminales, de los clérigos, d e b e ser totalmente suprimido, a u n sin
o t r o p o d e r temporal, concedido expresa o tácitamente por el p o d e r consultar a la Sede Apostólica y a pesar de sus reclamaciones.
civil, el cual p u e d e , p o r consiguiente, revocarlo a su arbitrio. ( C a r t a (Alocución Acerbissimum, d e 27 d e s e p t i e m b r e d e 1852. Alocución
apostólica Ad Apostolicae, de 22 de agosto de 1851.) Numquam fore, de 15 de diciembre de 1856.)
26. L a Iglesia n o tiene d e r e c h o natural y legítimo para a d q u i - 32. L a i n m u n i d a d personal, en v i r t u d de la cual los clérigos
rir y poseer. (Alocución Numquamfore, de 15 de diciembre de 1856. están exentos del servicio militar, p u e d e ser derogada, sin violación
Encíclica Incredibili, de 17 de septiembre de 1863.) alguna del d e r e c h o natural y de la e q u i d a d ; esta derogación está
exigida p o r el progreso civil, sobre t o d o en u n a sociedad consti-
XXI. Ecclesia non habet potestatem dogmatice definiendi, religionem tuida según la forma política liberal 13 . (Carta Singularis Nobisque
Catholicae Ecclesiae esse unice veram Religionem. al obispo de M o n t r e a l , de 29 de s e p t i e m b r e de 1864.)
(Litt. Apost. Multíplices ínter l o iunii 1851.)
XXVII. Sacri Ecclesiae ministri Romanusque Pontifex ab omni rerum
XÍÍII. Obligatio, qua catholici magistri et scriptores omnino adstrin- temporalium cura ac dominio sunt omnino excludendi.
guntur, coarctatur in iis tantum, quae ab infallibili Ecclesiae iudicio veluti (AUoc. Máxima quidem o iunii 1862.)
fidei dogmata ab ómnibus credenda proponuntur.
XXVIII. Episcopis, sine Gubernii venia, fas non est vel ipsas apostó-
(Epist. ad Archiep. Frising. Tuas libenter 21 decembris 1863.)
licas Litteras promulgare. (Alloc. Nunquam jare 15 decembris 1856.)
XXIII. Romani Pontífices et Concilla oecumenica a limitibus suae po-
XXIX. Gratiae a Romano Pontífice concessae existimari debent tam-
testatis recessesunt, iura principum usurparunt, atque etiam in rebus fidei
quam irritae, nisi per Gubernium fuerint imploratae.
et morum definiendis errarunt.
(Alloc. Nunquam fore 15 decembris 1856.)
(Litt. Apost. Multíplices ínter 10 iunii 1851.)
XXX. Ecclesiae et personarum ecclesiasticarum immunitas a iure
XXIV. Ecclesia vis inferendae potestatem non habet, ñeque potestatem
civili ortum habuit. (Litt. Apost. Multíplices ínter 10 iunii 1851.)
ullam temporalem directam vel indirectam.
(Litt. Apost. Ad Apostolicae 22 augusti 1851.) XXXI. Ecclesiasticum forum pro temporalibus clericorum causis sive
civilibus sive criminalibus omnino de medio tollendum est, etiam incon-
XXV. Praeter potestatem episcopatui inhaerentem, alia est attributa
sulta et reclamante Apostólica Sede.
temporalis potestas a civili imperio vel expresse vel tacite concessa, revocan-
(Alloc. Acerbissimum 27 septembris 1852. Alloc. Nunquam fore 15 d e c e m -
da propterea, cum libuerit,'a civili imperio. bris 1856.)
(Litt. Apost. Ad Apostolicae 22 augusti 1851.)
XXXII. Absque ulla naturalis iuris et aequitatis violatione potest abro-
XXVI. Ecclesia non habet nativum ac legitimum ius acquirendi ac gan personalis immunitas, qua clerici ab onere subeundae exercendaeque
possidendi. militiae eximuntur; hanc vero abrogationem postulat civilis progressus,
(AUoc. Nunquam fore 15 decembris 1856. Epist. encycl. íncredihíli 17 sep- máxime in societate ad formam liberioris regiminis constituta.
tembris 1863.)
(Epist. ad Episc. Montisregal. Singularis Nobisque 29 septembris 1864.)
]
! Se condenan aquí dos obras d e J.-N. NUYTZ, Institutions de droit écclésiastique y Traite 12
de droit écclesiastique universel. La Iglesia posee jurisdicción no sólo en lo espiritual, sino Esta proppsición y la anterior reproducen las pretensiones varias vec es condenadas del
también en lo temporal, Véase sobre el poder indirecto D T C $,v. Poder temporal 1.12 col. 2704- galicanismo y del josefinismo.
1:1
3773. E n las proposiciones 30. 31 y 32 se trata d e la cuestión de las inmunidades eclesiásti-
cas, particularmente la exención d e s e r v i c i o militar obligatorio y la excepción judicial d e
28 rfo tx SY1.LABUS 211
33. L a dirección de la enseñanza teológica n o es d e r e c h o p r o -
pio y natural exclusivo d e la potestad eclesiástica de jurisdicción. VI. ERRORES RELATIVOS AL ESTADO, CONSIDERADO TANTO E N si
(Carta Tuas libenter al arzobispo d e M u n i c h - F r i s i n g a , d e 21 de MISMO COMO EN SUS RELACIONES CON LA IGLESIA
d i c i e m b r e d e 1863.)
34. L a doctrina de los q u e c o m p a r a n el R o m a n o Pontífice 39. El Estado, p o r ser fuente y origen de t o d o s los derechos,
a u n príncipe q u e ejerce libremente su autoridad en t o d a la Igle- goza d e u n derecho totalmente ilimitado 1 6 . (Alocución Máxima
sia es u n a d o c t r i n a q u e prevaleció en la E d a d M e d i a 1 4 . (Carta quidem., de 9 d e j u n i o de 1862.)
apostólica Ad Apostolicae, de 22 de agosto de 1851.) 40. L a doctrina de la Iglesia católica es contraria al bien y a
35. N a d a i m p i d e q u e p o r decisión de u n concilio general, o los intereses d e la sociedad h u m a n a 1 7 . (Encíclica Qui pluribus, de
p o r voluntad de todos los pueblos, sea trasladado el S u m o Ponti- 9 de n o v i e m b r e de 1846; alocución Quibus quantisque, de 20 d e
ficado del obispo r o m a n o y de la ciudad d e R o m a a o t r o obispo abril de 1849.)
y a otra ciudad. (Carta apostólica Ad Apostolicae, de 22 de agosto 4 1 . C o m p e t e al p o d e r civil, a u n c u a n d o lo ejerza u n g o b e r n a n t e
de 1851.) infiel, u n p o d e r indirecto negativo sobre las cosas sagradas; y, p o r
36. L a definición dada p o r u n concilio nacional n o admite consiguiente, corresponde a dicho p o d e r civil n o sólo el d e r e c h o
discusión ulterior; y el p o d e r civil p u e d e atenerse a ella en su ac- conocido con el n o m b r e de'exequátur, sino t a m b i é n el d e r e c h o
tuación 1 5 . (Carta apostólica Ad Apostolicae, de 22 d e agosto de 1851.) llamado d e apelación ab abusu. (Carta apostólica Ad Apostolicae,
37. Se p u e d e n establecer iglesias nacionales independientes de d e 22 de agosto de 1851.)
la autoridad del R o m a n o Pontífice y c o m p l e t a m e n t e separadas d e él. 42. E n caso de conflicto entre las leyes de ambos poderes,
(Alocución Multis gravibusque, d e 17 de diciembre de 1860. Alocu- prevalece el derecho del p o d e r político. (Carta apostólica Ad Aposto-
ción Iamdudum cernimus, d e 18 d e m a r z o d e 1861.) licae, de 22 de agosto de 1851.)
38. L a s excesivas arbitrariedades de los R o m a n o s Pontífices 43. El p o d e r civil tiene autoridad para rescindir, declarar nulos
c o n t r i b u y e r o n a la división d e la Iglesia en oriental y occidental. y anular efectivamente, sin consentimiento de la Sede Apostólica,
(Carta apostólica Ad Apostolicae, de 22 de agosto d e 1851.) y a u n a pesar d e sus reclamaciones, los solemnes convenios (o con-
cordatos) celebrados con la m i s m a Sede Apostólica acerca del uso
XXXIII. Non pertinet unice ad ecclesiasticam iurisdictionis potesta-
de los derechos referentes a la i n m u n i d a d eclesiástica. (Alocución
tem proprio ac nativo iure dirigere theologicarum rerum doctrinam.
(Epist. ad Archiep. Frising. Tuas libenier 21 decembris 1863.)
XXXIV. Doctrina comparantium Romanum Pontificem Principi libero
et agenti in universa Ecclesia, doctrina est quae medio aevo praevaluit. § VI. Errores de societate civili tura in se, tum in suis ad Ecclesiam relationibus
(Litt. Apost. Ad Apostolicae 22 augusti 1851.) spectata.
XXXV. Nihil vetat, alicuius Concilii generalis sententia aut universo-
rum populorum facto, summum Pontificatum ab romano Episcopo atque XXXIX. Reipublicae status, utpote omnium iurium origo et fons, iure
Urbe ad alium Episcopum aliamque civitatem transferri. quodam pollet nuílis circumscripto limitibus.
(Litt. Apost. Ad Apostolicae 22 aügusti 1851.) (Alloc. Máxima quidem 9 iunii 1862.)
XXXVI. Nationalis concilii definitio nullam aliam admittit dísputatio- XL. Catholicae Ecclesiae doctrina humanae societatis bono et commo-
nem, civilisque administratio rem ad hosce términos exigere potest. dis adversatur.
(Litt. Apost. Ad Apostolicae 22 augusti 1851. ) (Epist. encycl. Qui pluribus 9 novembris 1846. Alloc. Quibus quantisque 30
aprilis 1849.)
XXXVII. Instituí possunt nationales Ecclesiae ab auctoritate Romani
Pontificis subductae planeque divisae. XLI. Civili potestati vel ab infideli imperante exercitae competit po-
(Alloc. Multis gravibusque 17'decembris 1860. Alloc. Iamdudum cernimus 18 testas indirecta negativa in sacra; eidem proinde competit nedum ius quod
martii 1861.) vocant exequátur, sed etiam ius appellationis, quam nuncupant, ab abusu.
XXXVIII. Divisioni Ecclesiae in orientalem atque occidentalem nimia (Litt. Apost. Ad Apostolicae 22 augusti 1851.)
Romanorum Pontificum arbitria oontulerunt.
XLII. In conflictu legum utriusque potestatis, ius civile praevalet.
(Litt. Apost. Ad Apostolicae 22 augusti 1851.) (Litt. Apost. Ad Apostolkae 22 augusti 1851.
los clérigos quoad iurisdictiomm civilem. Lo que el Papa condena en estas proposiciones es XLIII. Laica potestas auctoritatem habet rescindendi, declarandi ac fa-
!a pretensión del poder político de abolir las inmunidades eclesiásticas <<sin consultar previa-
mente a la Santa Sede y sin tener en cuenta las reclamaciones de ésta». ciendi irritas solemnes Conventiones (vulgo Concordata) super usu iurium
14
15
Tesis condenada por negar el primado iure divino del Soberano Pontífice.
Proposición herética por negar al Romano Pontífice jurisdicción suprema sobre la 16
Esta es la tesis que constituye el punto de partida de los diversos errores condenados
Iglesia universal. Véase concilio Vaticano, const. Pastor aelernus c.3: DB l8Jí6ss. en este capitulo. Se afirma en ella por los adversarios de la Iglesia el derecho supremo ab-
soluto
17
del Estado.
Véanse las encíclicas de León XIII Inscrutabili Dei sobre la Iglesia y la civilización y
la Inmortale Dei sobre la constitución cristiana del Estado.
SYLLABUS 31
30 pío ik
ñ a n z a de las letras y de las ciencias y a la educación d e la j u v e n t u d ,
In consistoriali, d e i de n o v i e m b r e d e 1850; alocución. Multis gra- q u e d e n al m a r g e n de t o d a a u t o r i d a d d e la Iglesia, así c o m o d e t o d o
vibusque, d e 17 d e d i c i e m b r e d e 1860.) p o d e r r e g u l a d o r e i n t e r v e n c i ó n d e la m i s m a : y q u e estén sujetos al
44. L a a u t o r i d a d civil p u e d e inmiscuirse en las materias per- p l e n o a r b i t r i o d e la a u t o r i d a d civil y política s e g ú n el criterio d e los
tenecientes a la religión, la m o r a l y el g o b i e r n o espiritual. P o r con- g o b e r n a n t e s y d e a c u e r d o con las ideas c o m u n e s d e la época. ( C a r t a
siguiente, p u e d e s o m e t e r a su juicio las instrucciones q u e los p a s - Quum non sine al a r z o b i s p o de F r i b u r g o , d e 14 d e j u l i o d e 1864.)
t o r e s d e la Iglesia p u b l i c a n , en v i r t u d d e su cargo, p a r a dirigir las
48. L o s católicos p u e d e n a p r o b a r u n sistema e d u c a t i v o d e la
conciencias; p u e d e a s i m i s m o dictar resoluciones p r o p i a s en t o d o lo
j u v e n t u d q u e n o t e n g a conexión c o n la fe católica n i c o n el p o d e r
c o n c e r n i e n t e a la a d m i n i s t r a c i ó n d e los sacramentos y a las disposicio-
de la Iglesia; y cuyo ú n i c o objeto, o el principal al m e n o s , sea sola-
nes necesarias p a r a recibirlos. (Alocución In consistoriali, d e 1 d e n o -
m e n t e el c o n o c i m i e n t o d e las cosas n a t u r a l e s y los intereses d e la
v i e m b r e d e 1850; alocución Máxima quidem, d e 9 de j u n i o d e 1862.)
vida social t e r r e n a l s . ( C a r t a Quum non sine, d e 14 d e j u l i o d e 1864.)
45. L a dirección total de las escuelas públicas, en q u e se educa 49. L a a u t o r i d a d civil p u e d e i m p e d i r q u e los obispos y los
a la j u v e n t u d d e u n a nación cristiana, p u e d e y d e b e ser entregada fieles se c o m u n i q u e n libre y m u t u a m e n t e con el R o m a n o Pontífice.
a la a u t o r i d a d civil, c o n la sola excepción d e los s e m i n a r i o s epis- (Alocución Máxima quidem, d e 9 d e j u n i o d e 1862.)
copales legalmente e x c l u i d o s ; y d e b e serle e n t r e g a d a d e tal m a n e r a , 50. E l p o d e r civil t i e n e p o r sí m i s m o el d e r e c h o de p r e s e n t a c i ó n
q u e n i n g u n a otra a u t o r i d a d t e n g a d e r e c h o a i n t e r v e n i r en la disci- d e los obispos, y p u e d e exigir a éstos q u e t o m e n la a d m i n i s t r a c i ó n
plina d e las escuelas, en el r é g i m e n d e estudios, e n la colación de de la diócesis antes d e recibir d e la Santa Sede el n o m b r a m i e n t o
g r a d o s y en la elección y aprobación d e los maestros. (Alocución canónico y las letras apostólicas ' 9 . (Alocución Numquam fore,
In consistoriali, de 1 d e n o v i e m b r e de 1850; alocución Quibus ¡uctuo- de 15 d e d i c i e m b r e d e 1856.)
sissimis, d e 5 de s e p t i e m b r e de 1851.)
51. E l g o b i e r n o t e m p o r a l t i e n e t a m b i é n el d e r e c h o d e d e p o n e r
46. M á s a ú n : el m é t o d o d e estudios q u e haya de seguirse en
los m i s m o s seminarios clericales está s o m e t i d o a la a u t o r i d a d civil.
i u v e n t u t i s c u r a n d a e s u n t destinata, e x i m a n t u r a b o m n i Ecclesiae a u c t o r i -
( A l o c u c i ó n Numquam fore, de 15 de d i c i e m b r e d e 1856.)
tate, m o d e r a t r i c e vi et ingerentia, p l e n o q u e civilis a c politicae auctoritatis
47. L a perfecta c o n s t i t u c i ó n del E s t a d o exige q u e las escuelas arbitrio s u b i i c i a n t u r a d i m p e r a n t i u m placita et a d c o m m u n i u m aetatis o p i -
p o p u l a r e s , abiertas p a r a los n i ñ o s d e t o d a s las clases d e l p u e b l o , y nionüm amussim.
en general t o d o s los e s t a b l e c i m i e n t o s p ú b l i c o s d e s t i n a d o s a la ense- (Epist. ad Archiep. Friburg. Quum non sine 14 iulii 1864.)
X L V I I I . Catholicis viris p r o b a r i p o t e s t ea i u v e n t u t i s i n s t i t u e n d a e ratio,
q u a e sit a catholica fide et a b Ecclesiae p o t e s t a t e seiuncta, q u a e q u e r e r u m
a d ecclesiasticam i m m u n i t a t e m p e r t i n e n t i u m c u r a Sede Apostólica initas,
sine h u i u s consensu, i m m o et ea r e c l a m a n t e . d u m t a x a t n a t u r a l i u m scientiam a c t e r r e n a e socialis vitae fines t a n t u m m o d o ,
vel saltem p r i m a r i o spectet.
(Alloc. In Consistoriali i novembris 1850. Afloc. Multis gravíbusque 17 ck»
cembris 1860.) (Epist. ad Archiep. Friburg. Quum non sine 14 iulii 1864.)
X L I V . Civilis a u c t o r i t a s potest se i m m i s c e r e r e b u s q u a e a d religionem, I L . Civilis a u c t o r i t a s p o t e s t i m p e d i r é q u o m i n u s s a c r o r u m Antistites et
m o r e s et r é g i m e n spirituale p e r t i n e n t . H i n c potest d e i n s t r u c t i o n i b u s iudi- fideles p o p u l i c u m R o m a n o Pontífice libere a c m u t u o c o m m u n i c e n t .
care, q u a s Ecclesiae p a s t o r e s a d c o n s c i e n t i a r u m n o r m a m p r o suo m u ñ e r e (Alloc. Máxima quidem 9 iunii 1862.)
e d u n t , q u i n etiam p o t e s t d e d i v i n o r u m s a c r a m e n t o r u m a d m i n i s t r a t i o n e et L . L a i c a a u c t o r i t a s h a b e t p e r se i u s p r a e s e n t a n d i episcopos e t p o t e s t a b
dispositionibus ad ea s u s c i p i e n d a necessariis d e c e r n e r e . illis exigere u t i n e a n t d i o e c e s i u m p r o c u r a t i o n e m a n t e q u a m ipsi canonicam
(Alloc. In Consistoriali 1 novembris 1850. Alloc. Máxima quidem 9 iunii a S. Sede i n s t i t u t i o n e m et apostólicas litteras accipiant.
1862.) (Alloc. Nunquam fore 15 decembris 1856.)
X L V . T o t u m s c h o l a r u m p u b l i c a r u m r é g i m e n , in q u i b u s i u v e n t u s chris- LI. I m m o l a i c u m G u b e r n i u m h a b e t i u s d e p o n e n d i a b exercitio p a s t o -
t i a n a e alicuius R e i p u b l i c a e instituitur, episcopalibus d u m t a x a t seminariis
aliqua r a t i o n e exceptis, p o t e s t a c d e b e t a t t r i b ü i auctoritati civili, et ita q u i - 13
Se condena la injerencia del Estado en la enseñanza teológica, que es derecho exclu-
d e m a t t r i b u i , u t n u l l u m a l ü c u i c u m q u e auctoritati r e c o g n o s c a t u r i u s i m - sivo de la Iglesia; y se reprueba también el monopolio estatal de !a enseñanza. Véanse sobre
m i s c e n d i se i n disciplina s c h o l a r u m , i n r e g i m i n e s t u d i o r u m , in g r a d u u m esta misma materia las encíclicas de León XIII Nobilissima Gallorum gens (1884) y Affari
Vos (1897), y la encíclica de Pío XI Divini illius Magistri (1929).
collatione, in delectu a u t a p p r o b a t i o n e m a g i s t r o r u m . 19
«En el nombramiento de obispos hay que distinguir cuidadosamente dos hechos: la
(Alloc. In Consistoriali 1 novembris 1850. Alloc. Quibus ¡uctuosissimis 5 sep- designación de la persona y la atribución de la jurisdicción. El derecho de elección pertenece
tembris 1851.) al Romano Pontífice, cabeza de la Iglesia. Sin embargo, no es necesario que el papa inter-
venga directa y personalmente; puede delegar en los obispos de una provincia, en los ca-
X L V I . I m m o i n ipsis c l e r i c o r u m seminariis m e t h o d u s s t u d i o r u m a d h i - bildos de las iglesias e incluso en los jefes de Estado este derecho de elección del candidato
b e n d a civili auctoritati subiicitur. al episcopado. Así ha procedido el Papa muchas veces. Pero es necesario advertir que sólo
se trata de un privilegio, de una concesión graciosamente otorgada y no de un derecho es-
(Alloc. Nunquam fore 15 decembris 1856.) tricto que el poder secular posea por si mismo. La confirmación del candidato, por otra par-
X L V I I . Postulat ó p t i m a civilis societatis ratio, u t p o p u l a r e s scbolae, te, es absolutamente necesaria para que éste reciba la jurisdicción y quede hecho pastor legí-
timo de la iglesia vacante; esta confirmación está estrictamente reservada a la Santa Sede*
q u a e p a t e n t ó m n i b u s c u i u s q u e e p o p u l o classis p u e r i s , a c publica universini (DTC, s.v. Syllabus t.14 col.2902).
I n s t i t u í a , q u a e litteris s e v e r i o r i b u s q u e disciplinis t r a d e n d i s et e d u c a t i o n i
32 I'iO I X
SYLLABUS :is
a los obispos del ejercicio de su ministerio pastoral y n o está obligado
a obedecer al R o m a n o Pontífice en lo referente a la institución de 55. L a Iglesia d e b e estar separada d e l Estado, y el E s t a d o debe
los obispados y de los obispos. (Carta apostólica Multíplices Ínter, estar separado d e la Iglesia 2 1 . (Alocución Acerbissimum, d e 27 de
d e 10 de j u n i o de 1851; alocución Acerbissimum, de 27 d e sep- s e p t i e m b r e de 1852.)
t i e m b r e d e 1852.)
52. El gobierno p u e d e p o r derecho p r o p i o cambiar la edad VIL E R R O R E S ACERCA D E LA ÉTICA NATURAL Y CRISTIANA
prescrita por la Iglesia p a r a la profesión religiosa, t a n t o de h o m b r e s 56. Las leyes morales n o tienen necesidad alguna de sanción
c o m o d e mujeres, y o r d e n a r a todas las instituciones religiosas que, divina; ni es t a m p o c o necesario q u e las leyes h u m a n a s se c o n f o r m e n
sin su permiso, n o a d m i t a n a nadie a los votos solemnes. (Alocución con el d e r e c h o natural o reciban d e D i o s su fuerza obligatoria.
Numquam fore, d e 15 d e diciembre de 1856.) (Alocución Máxima quidem, de 9 d e j u n i o d e 1862.)
53. D e b e n ser s u p r i m i d a s las leyes del E s t a d o referentes a la 57. L a ciencia moral y la ciencia filosófica, así como las leyes
seguridad legal d e las C o m u n i d a d e s religiosas y a sus derechos y civiles, p u e d e n y d e b e n separarse de la autoridad divina y eclesiás-
obligaciones; p u e d e t a m b i é n el p o d e r civil ayudar a t o d o s aquellos tica. (Alocución Máxima quidem, de 9 de j u n i o de 1862.)
q u e desean a b a n d o n a r la regla religiosa q u e h a n abrazado y r o m p e r 58. E s preciso n o reconocer otras fuerzas q u e las q u e residen
los votos s o l e m n e s ; i g u a l m e n t e p u e d e s u p r i m i r p o r completo las en la materia, y t o d o sistema moral, toda virtud, h a n de consistir,
Congregaciones religiosas, c o m o t a m b i é n las iglesias colegiales y sin reparar en los medios, en el a u m e n t o progresivo de las riquezas
los beneficios simples, a u n q u e sean de patronato, sometiendo y y en la satisfacción d e las pasiones. (Encíclica Quanto conficiamur
a p r o p i a n d o los bienes y rentas d e t o d o s ellos a la administración moerore, de 10 d e agosto d e 1863; alocución Máxima quidem, d e
y al arbitrio d e la potestad civil. (Alocución Acerbissimum, de 27 de 9 d e j u n i o de 1862.)
s e p t i e m b r e d e 1852; alocución Probé memineritis, de 22 de enero 59. E l d e r e c h o consiste en el h e c h o material; t o d o s los deberes
de 1855; alocución Cum saepe, de 26 de j u l i o de 1855.) del h o m b r e son palabras vacías d e sentido, y todos los hechos
54. L o s reyes y los príncipes n o sólo están exentos de la j u r i s d i c - h u m a n o s t i e n e n fuerza jurídica. (Alocución Máxima quidem, d e 9 de
ción de la Iglesia, sino q u e incluso le son superiores en la resolución j u n i o de 1862.)
d e los conflictos d e j u r i s d i c c i ó n 2 0 . (Carta apostólica Multíplices 60. L a autoridad n o es otra cosa que la m e r a s u m a del n ú m e r o
inter, de 10 de j u n i o d e 1851.) y de las fuerzas materiales 2 2 . (Alocución Máxima quidem, d e 9 de
j u n i o de 1862.)
Dactr. ponHí- t 2
34 PÍO IX SVLLABUS 35
61. La injusticia de un hecho coronada con el éxito no perju- 67. El vínculo del matrimonio no es indisoluble por derecho
dica en nada a la santidad del derecho. (Alocución Iamdudum cer- natural, y en ciertos y determinados casos el poder civil puede san-
nimus, de 18 de marzo de 1861.) cionar el divorcio propiamente dicho. (Carta apostólica Ad Aposto-
62. Hay que proclamar y observar el principio llamado de la licae, de 22 de agosto de 1851; alocución Acerbissimum, de 27 de
no intervención. (Alocución Novos et ante, de 28 de septiembre septiembre de 1852.)
de 1860.) 68. La Iglesia no tiene potestad para establecer impedimentos
63. Es lícito negar la obediencia a los gobernantes legítimos, dirimentes del matrimonio; esta potestad compete a la autoridad
e incluso rebelarse contra ellos. (Encíclica Qui pluribus, de 9 de civil, la cual debe suprimir los impedimentos actualmente exis-
noviembre de 1846; alocución Quisque vestrum, de 4 de octubre tentes. (Carta apostólica Multíplices inter, de 10 de junio de 1851.)
de 1847; encíclica Noscitis et Nobiscum, de 8 de diciembre de 1849.) 69. La Iglesia comenzó a introducir en los tiempos modernos
64. No sólo no debe ser condenada la violación de un juramento los impedimentos dirimentes, no en virtud de un derecho propio,
cualquiera por muy sagrado que sea, o una acción perversa y cri- sino usando un derecho recibido del poder civil. (Carta apostólica
minal por más que repugne a la ley eterna, sino que, por el contrario, Ad Apostolicae, de 22 de agosto de 1851.)
son enteramente lícitas y dignas de los mayores encomios, cuando 70. Los cánones del concilio de Trento que fulminan anatema
se ejecutan por amor a la patria. (Alocución Quibus quantisque, de
contra los que se atrevan a negar el poder de la Iglesia para esta-
20 de abril de 1849.)
blecer impedimentos dirimentes, o no son dogmáticos, o hay que
entenderlos en el sentido de un poder recibido de la autoridad
VIII. ERRORES ACERCA DEL MATRIMONIO CRISTIANO temporal. (Carta apostólica Ad Apostolicae, de 22 de agosto de 1851.)
71. La forma del concilio Tridentino no obliga bajo pena de
65. No hay pruebas para admitir que Jesucristo elevó el ma-
trimonio a la dignidad de sacramento. (Carta apostólica Ad Aposto- nulidad en los territorios en que la ley civil prescriba otra forma y
licae, de 22 de agosto de 1851.) quiera que la validez del matrimonio dependa de ésta. (Carta apos-
66. El sacramento del matrimonio no es más que un elemento tólica Ad Apostolicae, de 22 de agosto de 1851.)
accesorio del contrato y separable de éste, y el sacramento mismo 72. Bonifacio VIII fué el primero que declaró que el voto de
no es otra cosa que la bendición nupcial. (Carta apostólica Ad castidad hecho en la ordenación anula el matrimonio. (Carta apos-
Apostolícele, de 22 de agosto de 1851.) tólica Ad Apostolicae, de 22 de agosto de 1851.)
73. En virtud de un contrato puramente civil puede darse entre
LXI. F o r t u n a t a facti iniustitia n u l l u m iuris sanctitati d e t r i m e n t u m affert.
(AUoc. Iamdudum cemimus 18 martii 1861.) L X V I I . I u r e n a t u r a e m a t r i m o n i i v í n c u l u m n o n est índissolubíle, e t i n
variis casibus d i v o r t i u m p r o p r i e d i c t u m a u c t o r i t a t e civili sanciri potest.
L X I I . P r o c l a m a n d u m est et o b s e r v a n d u m p r i n c i p i u m q u o d v o c a n t d e (Litt. Apost. Ad Apostolicae 22 augusti 1851. Alloc. Acerbissimum 27 sep-
non-interventu. (Alloc. NODOS et ante 28 septembris 1860.) tembris 1852.)
LXIII. L e g i t i m i s p r i n c i p i b u s o b e d i e n t i a m d e t r e c t a r e , i m m o et rebel- LXVIII. Ecclesianon habet potestatem impedimenta matrimoniumdiri-
lare licet. m e n t i a i n d u c e n d i , s e d ea p o t e s t a s civili a u c t o r i t a t i c o m p e t i t , a qua i m p e d i -
(Epist. encycl. Qui pluribus 9 novembris 1846. Alloc. Quisque vestrum 4 octobris m e n t a existentia tollenda SUnt. (Litt. Apost. Multíplices inter 10 iunii 1851.)
1847. Epist. encycl. Noscitis et Nobiscum 8 decembris 1847. Litt. Apost. Cum L X I X . Ecclesia s e q u i o r i b u s saeculis d i r i m e n t i a i m p e d i m e n t a i n d u c e r e
catholica 26 martii 1860.)
coepit, n o n i u r e p r o p r i o , sed illo i u r e usa, q u o d a civili p o t e s t a t e mutuata e r a t .
L X I V . T u m cuiusque sanctissimi i u r a m e n t i violatio, t u m quaelibet s c e - (Litt. Apost. Ad Apostolicae 22 jugusti 1851.)
lesta flagitiosaque a c t í o s e m p i t e r n a e legi r e p u g n a n s , n o n s o l u m h a u d est
i m p r o b a n d a , v e r u m etiam o m n i n o licita, s u m m i s q u e l a u d i b u s efferenda, L X X . T r i d e n t i n i c a ñ o n e s q u i a n a t h e m a t i s c e n s u r a m illis irferunt q u i
q u a n d o id p r o p a t r i a e amore a g a t u r . (Alloc. Quibus quantisque 20 aprilis 1849.) facultatem i m p e d i m e n t a d i r i m e n t i a i n d u c e n d i Ecclesiae n e g a r e audeant, v e l
n o n s u n t d o g m a t i c i v e l d e h a c m u t u a t a p o t e s t a t e intelligendi suit.
(Litt. Apost. Ad Apostolicae 22 angustí 1851.)
. § VIII. Errores de matrimonio christiano
L X X I . T r i d e n t i n i forma s u b infirmitatis p o e n a n o n obligat, ubi lex c i -
L X V . N u l l a ratione ferri potest, C h r i s t u m evexisse m a t r i m o n i u m a d vilis a l i a m formam. p r a e s t i t u a t , et velit h a c n o v a f o r m a interveniente m a t r i -
dignitatem sacramenti. (Litt. Apost. Ad Apostolicae 22 augusti 1851.) m o n i u m valere. (Litt. Apost. Ad Apostolicae 22 lugustí 1851.)
L X V I . M a t r i m o n i i s a c r a m e n t u m n o n est nisi q u i d c o n t r a c t u i accesso- L X X I I . Bonifacius VIII v o t u m castitatis in o r d i n a t i o n e emissum n u p -
r i u m a b e o q u e separabile, i p s u m q u e s a c r a m e n t u m in u n a t a n t u m nuptiali tias millas r e d d e r e f p r i m u s asseruit. (Litt. Apost. Ad Apostolicae 22 augusti 1851.)
b e n e d i c t i o n e s i t u m est. (Litt. Apost. Ad Apostolicae 22 augusti 1851.) LXXIII. Vi c o n t r a c t u s m e r e c í v i l i s p o t e s t i n t e r c h r i s t i a n o s constare v e r i
30 wo ix SYLLABUS 37
cristianos u n m a t r i m o n i o p r o p i a m e n t e d i c h o ; y es falso q u e el con- N . B . — A d e m á s de estos dos errores explícitamente señalados,
t r a t o d e m a t r i m o n i o e n t r e cristianos sea siempre u n sacramento, o o t r o s m u c h o s errores están condenados implícitamente p o r la doc-
q u e este contrato sea n u l o si d e él se excluye el sacramento. (Carta trina q u e se ha expuesto y sostenido sobre el p r i n c i p a d o civil del
apostólica Ad Apostolicae, d e 22 de agosto de 1852; carta al rey de R o m a n o Pontífice y q u e t o d o s los católicos d e b e n profesar con fir-
C e r d e ñ a de 9 d e s e p t i e m b r e de 1852; alocución Acerbissimum, de meza. Esta doctrina se halla claramente expuesta en la alocución
27 de s e p t i e m b r e de 1852; alocución Multis gravibusque, de 17 de Quibus quantisque, d e 20 d e abril de 1849; en la alocución Si semper
diciembre de 1860.) antea, d e 20 d e m a y o de 1850; en la carta apostólica Cum catholica
74. Las causas matrimoniales y los esponsales p e r t e n e c e n por Ecclesia, de 26 de m a r z o d e 1860; en la alocución Novos et ante,
su misma naturaleza a la jurisdicción civil 2 3 . (Carta apostólica Ad d e 28 de s e p t i e m b r e d e 1860; en la alocución Iamdudum cernimus,
Apostolicae, d e 22 d e agosto d e 1851; alocución Acerbissimum, de d e 18 d e m a r z o d e 1 8 6 1 ; en la alocución Máxima quidem, d e 9 de
27 de s e p t i e m b r e de 1852.) j u n i o d e 1862.
N . B . — P u e d e n q u e d a r incluidos en este a p a r t a d o otros dos
e r r o r e s : la abolición del celibato eclesiástico y la preferencia del
estado d e m a t r i m o n i o sobre el estado d e virginidad. Estos errores X. ERRORES REFERENTES AL LIBERALISMO MODERNO
se hallan condenados, el p r i m e r o en la carta encíclica Qui pluribus,
d e 9 de n o v i e m b r e d e 1846, y el s e g u n d o en la carta apostólica 77. E n la época actual n o es necesario ya q u e la religión ca-
Multíplices inter, d e 10 d e j u n i o de 1851. tólica sea considerada c o m o la única religión del Estado, con exclu-
sión d e todos los d e m á s c u l t o s 2 4 . (Alocución Nemo vestrum, d e
IX. E R R O R E S ACERCA D E L PODER CIVIL D E L R O M A N O PONTÍFICE 26 d e julio d e 1855.)
78. P o r esto es de alabar la legislación p r o m u l g a d a en algunas
75. L o s hijos de la Iglesia cristiana y católica n o están de
naciones católicas, e n v i r t u d d e la cual los extranjeros q u e a ellas
acuerdo entre sí acerca de la compatibilidad del p o d e r t e m p o r a l
e m i g r a n p u e d e n ejercer lícitamente el ejercicio público d e su p r o p i o
con el p o d e r espiritual. (Carta apostólica Ad Apostolicae, de 22 de
culto. (Alocución Acerbissimum, de 27 d e s e p t i e m b r e de 1852.)
agosto de 1851.)
79. P o r q u e es falso q u e la libertad civil de cultos y la facultad
76. L a supresión del p o d e r civil, q u e posee la Sede Apostólica,
plena, otorgada a todos, de manifestar abierta y públicamente sus
contribuiría m u c h o a la libertad y p r o s p e r i d a d d e la Iglesia. (Alo-
opiniones y pensamientos sin excepción alguna conduzcan con m a -
cución Quibus quantisque, de 20 de abril d e 1849.)
y o r facilidad a los pueblos a la corrupción de las costumbres y d e
nominis matrimonium; falsumque est, aut contractum matrimonii inter chris-
tianos semper esse sacramentum, aut nullum esse contractum, si sacramen-
N. B. Praeter hos errores explicite notatos, alii complures implicite re-
tan excludatur. probantur, proposita et asserta doctrina, quam catholici omnes firmissime
(Litt. Apost. Ad Apostolicae 22 augusti 1851. Lettera di S. S. PIÓ IX al retiñere debeant, de civili Romani Pontificis principatu. Eiusmodi doctrina
Re di Sardegna 9 settembre 1852. AUoc. Acerbissimum 27 septembris
1852. Alloc. Multis gravibusque 17 decembris 1860.) luculenter traditur in Alloc. Quibus quantisque 20 april. 1849; in Alloc. Si
semper antea 20 maii 1850; in Litt. Apost. Cum catholica Ecclesia 26 mart.
LXXIV. Causae matrimoniales et sponsalia suapte natura ad forum ci- 1860; in Alloc. Novos 28 sept. 1860; in Alloc. Iamdudum 18 mart. 1861;
vile pertinent. in Alloc. Máxima quidem 9 iunii 1862.
(Litt. Apost. Ad Apostolicae 22 augusti 1851. AUoc. Acerbissimum 27 sep-
tembris 1852.)
N. B. Huc faceré possunt dúo alii errores de clericorum coelibatu abo-
lendo et de statu matrimonii statui virginitatis anteferendo. Confodiuntur, § X. Errores qui ad liberalismum hodiernum referentur
prior in epist. encycl. Qui pluribus 9 novembris 1846, posterior in litteris
apost. Multíplices inter 10 iunii 1851. LXXVII. Aetate hac nostra non amplius expedit, religionem catholicam
haberi tamquam unicam Status religionem, ceteris quibuscumque cultibus
§ IX. Errores de civili Romani Pontificis principatu exclusis. (Alloc. Nemo vestrum 26 iulii 1855.)
LXXV. De temporalis regni cum spirituali compatibilitate disputant LXXVIII. Hinc laudabiliter in quibusdam catholici nominis regionibus
inter se christianae et catholicae Ecclesiae filii. lege cautum est, ut hominibus illuc immigrantibus liceat publicum proprii
(Litt. Apost. Ad Apostolicae 22 augusti 1851.) cuiusque cultus exercitium habere. (Alloc. Acerbissimum 27 septembris 1852.)
LXXVI. Abrogatio civilis imperii, quo Apostólica Sedes potitur, ad Ec- LXXIX. Enimvero falsumest, civilem cuiusque cultus libertatem, item-
clesiae libertatem felicitatemque vel máxime conduceret. que plenam potestatem ómnibus attributam quaslibet opiniones cogitatio-
(AUoc. Quibus quantisque 20 aprilis 1849.)
24
23 Esta proposición está tomada de la alocución Nemo vestrum (1855), en !a que el Papa
Pío VI había condenado ya esta proposición, en lo concerniente a los esponsales, con protesta contra el Gobierno español por haber derogado éste unilateralmente algunos ar-
su constitución Auctorem fidei: DB 1558. tículos del Concordato vigente.
38 PÍO ix
SECCIÓN SEGUNDA
las inteligencias y p r o p a g u e n la peste del indiferentismo. (Alocución
Namquam fore, d e 15 d e diciembre de 1856.)
80. El R o m a n o Pontífice p u e d e y debe reconciliarse y transigir L E Ó N X I I I
con el progreso, el liberalismo y la civilización m o d e r n a 2 5 . (Alocu-
ción Iamdudum cernimus, de 18 d e marzo de 1861.) (1878-1903)
nesque'palam publiceque manifestandi conducere ad populorum mores ani-
mosque facilius corrumpendos ac indifferentismi pestem propagandam.
(Alloc. Nunquam fore 15 decembris 1856.)
•
INSCRUTABILI DEI
La Iglesia y la civilización
d e nuestros predecesores son, prescindiendo de otros m u c h o s , los obligación ha de ser la de conservar incólume e intacta la dignidad
t i e m p o s d e San L e ó n M a g n o , de Alejandro III, de Inocencio III, d e la Cátedra romana y asegurar m á s y m á s la u n i ó n d e los m i e m -
de San Pío V, d e L e ó n X 6 y d e otros pontífices, con cuyo auxilio bros con la Cabeza, de los hijos con el P a d r e .
y protección Italia se vio libre del horrible exterminio con q u e la
a m e n a z a b a n los bárbaros, retuvo incorrupta su antigua fe, y, entre [IV. R E I V I N D I C A C I Ó N D E LOS DERECHOS D E LA SANTA SEDE]
las tinieblas y miserias de u n a edad inculta, n u t r i ó y conservó viva
la luz de las ciencias y el esplendor d e las artes. T e s t i g o de estos [11]. P o r este motivo, para reivindicar en p r i m e r lugar y del
méritos es nuestra santa ciudad, sede del Pontificado, la cual debió mejor m o d o posible los derechos y la libertad d e esta Santa Sede,
a los p a p a s la singularísima ventaja de llegar a ser n o sólo inexpug- n o dejaremos n u n c a d e luchar en o r d e n a conseguir el respeto d e b i d o
n a b l e alcázar d e la fe, sino t a m b i é n asilo de las bellas artes, m o r a d a a n u e s t r a autoridad, s u p r i m i r t o d o s los obstáculos q u e i m p i d e n la
d e la sabiduría, admiración y envidia del m u n d o entero. El esplen- p l e n a i n d e p e n d e n c i a de n u e s t r o p o d e r apostólico y o b t e n e r la res-
d o r d e estas realidades, t r a n s m i t i d o p o r la historia en imperecede- t i t u c i ó n de aquel estado de cosas en q u e la sabiduría divina, desde
ros m o n u m e n t o s , obliga a reconocer q u e sólo u n a voluntad hostil los p r i m e r o s t i e m p o s , había colocado a los R o m a n o s Pontífices. N o
y u n a indigna calumnia malévola h a n p o d i d o insinuar, d e viva voz es el afán d e d o m i n i o o la ambición política, venerables h e r m a n o s ,
y p o r escrito, q u e la Sede Apostólica es u n obstáculo p a r a la ci- lo q u e nos m u e v e a p e d i r este restablecimiento. Es n u e s t r o deber,
vilización de los pueblos y p a r a la felicidad de Italia 7 . es el solemne j u r a m e n t o q u e h e m o s p r e s t a d o el q u e nos obliga a
[10]. Si, p u e s , las esperanzas de Italia y del m u n d o entero des- exigir esa restitución. Y, además, p o r q u e este p o d e r t e m p o r a l n o
cansan totalmente en esa influencia t a n saludable p a r a el bien co- sólo es necesario para la tutela y conservación d e la plena indepen-
m ú n q u e posee la autoridad d e la Sede Apostólica y en la estrecha dencia del p o d e r espiritual, sino t a m b i é n p o r q u e es u n h e c h o evi-
u n i ó n d e todos los fieles con el R o m a n o Pontífice, nuestra mayor d e n t e q u e , c u a n d o se hace cuestión del p o d e r t e m p o r a l de la Sede
Apostólica, se p o n e en litigio al m i s m o t i e m p o la causa del bienestar
y seguridad d e t o d a la H u m a n i d a d . P o r esto N o s , c u m p l i e n d o el
auspiciis ab extremo excidio, quod a barbaris impendebat, Italia sospes deber, q u e nos obliga a defender los derechos de la Iglesia, n o p o d e -
evasit, incorruptam retinuit antiquam fidem, atque ínter tenebras squalo- m o s silenciar las declaraciones y protestas q u e n u e s t r o predecesor
remque rudioris aevi scientiarum lumen et splendorem artium aluit, vigen- Pío IX, de santa m e m o r i a , hizo reiteradas veces, ya contra la u s u r p a -
temque servavit. Testatur Nostra haec alma Urbs Pontificum Sedes, quae
hunc ex iis fructum máximum cepit, ut non solum arx fidei munitissima ción del p o d e r civil, ya contra la violación d e los derechos d e la
esset, sed etiam bonarum artium asylum et domicilium sapientiae effecta, Iglesia R o m a n a . N o s con esta n u e s t r a encíclica renovamos y con-
totius orbis erga se admirationem et observantiam conciliaret. Cum harum firmamos e n t e r a m e n t e estas declaraciones y protestas. A l m i s m o
rerum amplitudo ad aeternam memoriam monumentis hístoriae sit tradita, t i e m p o dirigimos n u e s t r a palabra a los reyes y a los jefes de E s t a d o
facili negotio intelligitur, non potuisse nisi per hostüem voluntatem indig- d e todos los p u e b l o s y les rogamos con reiterada insistencia, en el
namque calumniam, ad hominum deceptionem, voce ac litteris obtrudi,
hanc Apostolicam Sedem civili populorum cultui et Italiae felicitati impedi- thedrae suam dignitatem sartam tectamque servemus, et membrorum cum
mento esse. Gapite, filiorum cum Patre coniunctionem magis magisque firmemus.
Si ígitur spes omnes Italiae Orbisque universi in ea vi communi utilitati
Quapropter ut in primis, eo quo possumus modo, iura, libertatemque
et bono salubérrima, qua Sedis Apostolicae pollet auctoritas, et in arctissimo
huius Sanctae Sedis adseramus, contenderé nunquam desinemus, ut aucto-
nexu sunt positae, qui omnes Christifideles cum Romano Pontífice devin-
ritati Nostrae suum constet obsequium, ut obstacula amoveantur, quae ple-
ciat, nihil Nobis potius esse deberé cognoscimus, quam ut Romanae Ca-
nam ministerii Nostri potestatisque libertatem impediunt, atque in eam
6
San L e ó n M a g n o (440-461) logra en una entrevista con Atila, rey d e los hunos ( M a n - rerum conditionem restituamur, in qua divinae Sapientiae consilium Roma-
tua, año 452), q u e éste se retire d e Italia sin atacar la ciudad de Roma (cf. P. DE LABRIOLLE, nos Antistites iampridem collocaverat. Ad hanc vero restitutionem postu-
L'Eglise et les barbares, a p u d F L I C H E - M A R T I N , Histoire de l'Eglise t.4 p.392-393 LParís 1948]; landam movemur, Venerabiles Fratres, non ambitionis studio aut domina-
y CRISTOPHER DAWSON, LOS orígenes de Europa, trad. esp. p.82ss [Madrid 1945]).—Alejan-
dro 111 (1159-1181J, sucesor d e Adriano IV, en la grave crisis producida por el cisma de 1159 tionis cupiditate; sed officii Nostri ratione et religiosis iurisiurandi vinculis
se enfrenta con el emperador alemán Federico Barbarroja, oponiéndole en 1167 la Liga fede- quibus obstringimur; ac praeterea non solum ex eo quod principatus hic
ral lombarda (cf. G. CASTELLA, Histoire des Papes t . i p.66-67 [Zurich 1946]; y J. KOUSSET ad plenam libertatem spiritualis potestatis tuendam conservandamque est ne-
DE P I N A , Alexandre III et Fréderic Barberrouse, a p u d F L I C H E - M A R T I N , Histoire de l'Eglise
t.9 p a r t e 2. a p.50-67).—Inocencio III (1198-1216) resiste enérgicamente las veleidades m a - cessarius; sed etiam quod exploratissimum est, cum de temporali Principatu
trimoniales d e Felipe A u g u s t o de Francia (cf. A . F L I C H E , Le programme pontifical d'Inno- Sedis Apostolicae agitur, publici etiam boni et salutis totius humanae so-
cent III, a p u d F L I C H E - M A R T I N , 0 . 0 , t . i o p.32ss [París 1950J).—San Pió V (1566-1572), or- cietatis causam agitari. Hinc praetermittere non possumus, quin pro officii
ganizador d e la Liga Santa contra el Islam, obtiene sobre los turcos la victoria naval de L e -
panto (cf. L . PASTOR, Historia de los Papas, trad. esp. t.18 p.30lss).—León X (1513-1521) Nostri muñere, quo Sanctae Ecclesiae iura tueri tenemur, declarationes et
preside una d e las más brillantes épocas d e la cultura occidental—«el siglo d e León X»—con protestatiónes omnes, quas sa. me. P i u s I X Decessor Noster tum adversus
su alto y extenso mecenazgo d e la literatura, las ciencias y el arte (cf. L . PASTOR, Historia occupationem civilis Principatus, tum adversus violationem iurium ad Ro->
de los Papas, trad. esp. t.8 P.146SS.; y G . CASTELLA, Histoire des Papes t.2 p.63 [Zurich 19463).
7 manam Ecclesiam pertiriéntium pluries edidit ac iteravit, easdem et Nos
Véase a este respecto el breve d e Paulo III a Miguel Ángel Buonaroti de 1 de septiem-
bre d e 1535 publicado por Pió IX poco antes de su m u e r t e : ASS 10 (1877-1878) 197-zoi. hisce Nostris litteris omnino renovemus et confirmemus. Simul autem ad
52 LEÓN X I I I I.NSCRUTABILI D E I ' l
n o m b r e augusto del D i o s Altísimo, q u e n o rechacen el apoyo q u e en ticano, t e n i e n d o a la vista las palabras de San P a b l o : Mirad que mutu-
estos peligrosos t i e m p o s les ofrece la Iglesia; q u e se a g r u p e n en os engañe con filosofías falaces y vanas, fundadas en tradiciones huma-
amigable concordia e n t o r n o a esta fuente d e autoridad salvadora nas, en los elementos del mundo y no en Crispo 9, n o h a n dejado de
y q u e se u n a n a ella cada vez m á s con los lazos del respeto y d e u n refutar, c u a n d o ha sido necesario, los errores corrientes y de con-
í n t i m o cariño. D i o s quiera q u e los gobernantes, convencidos d e las denarlos con la censura apostólica. N o s , siguiendo las huellas de
verdades expuestas, c o m p r e n d a n q u e la doctrina de Cristo, c o m o n u e s t r o s predecesores, desde esta Cátedra Apostólica de la verdad,
decía San Agustín, «es, si se observa, la gran salvación del Estado» 8 , confirmamos y renovamos todas estas condenaciones, r o g a n d o con
y q u e la conservación y r e s p e t o de la Iglesia son condiciones indis- instancia al m i s m o t i e m p o al Padre de las luces ' ° q u e todos los fieles,
pensables de la p r o s p e r i d a d pública y d e la propia seguridad de los u n i d o s en u n solo espíritu y en u n m i s m o sentir, piensen como
gobernantes. Q u i e r a Dios q u e éstos dirijan todos sus cuidados y N o s y h a b l e n c o m o N o s . Es, sin e m b a r g o , labor vuestra, venerables
p e n s a m i e n t o s a aliviar los males q u e afligen a la Iglesia y a su Cabeza h e r m a n o s , p r o c u r a r con asiduidad q u e la semilla de la doctrina ce-
visible; y q u e el resultado final sea el reingreso de los p u e b l o s go- lestial sea esparcida con m a n o p r ó d i g a en el c a m p o del Señor, y q u e
bernados p o r ellos en el c a m i n o de u n a paz justa y el disfrute futu- d e s d e m u y t e m p r a n o se infundan en las almas de los fieles las ense-
ro de u n a nueva era de p r o s p e r i d a d gloriosa.
ñanzas de la fe católica, echen en ellas profundas raíces y sean p r e -
[ 1 2 ] . Y a fin de q u e cada día sea más firme la u n i ó n de toda la servadas del contagio del error. C u a n t o mayor es el afán de los
grey católica con su Pastor S u p r e m o , nos dirigimos ahora a vos- enemigos de la fe p o r enseñar a los ignorantes, y especialmente a la
otros, venerables h e r m a n o s , con especial afecto y encarecidamente j u v e n t u d , principios q u e e n t e n e b r e c e n la inteligencia y c o r r o m p e n
os exhortamos a q u e con t o d o el fervor d e vuestro celo sacerdotal las costumbres, t a n t o mayor d e b e ser el esfuerzo de los b u e n o s para
y pastoral solicitud procuréis inflamar a los fieles q u e os están con- q u e n o sólo el m é t o d o de enseñanza sea a p t o y sólido, sino princi-
fiados, en el a m o r a la religión, q u e les m u e v a a unirse m á s fuerte- p a l m e n t e la m i s m a enseñanza esté p o r e n t e r o de a c u e r d o con la fe
m e n t e a esta C á t e d r a de verdad y de justicia, a recibir de ella católica t a n t o en las letras c o m o en la ciencia, y sobre t o d o en la
todas las enseñanzas con sincera docilidad de inteligencia y de vo- filosofía, d e la cual d e p e n d e en g r a n parte la b u e n a dirección acer-
l u n t a d y a rechazar de p l a n o aquellas opiniones, q u e p o r m u y ge- t a d a de las d e m á s ciencias. L a filosofía n o t i e n d e a destruir la reve-
neralizadas que estén, contradicen a la doctrina de la Iglesia. E n lación divina. L a filosofía se complace en allanarle el camino y d e -
esta materia los R o m a n o s Pontífices, nuestros predecesores, y últi- fenderla de los i m p u g n a d o r e s , c o m o nos h a n e n s e ñ a d o con su ejem-
m a m e n t e P í o IX, d e santa m e m o r i a , sobre t o d o en el concilio V a - p l o y con sus escritos el gran A g u s t í n , el D o c t o r Angélico y los res-
t a n t e s maestros de la sabiduría cristiana n .
Principes et supremos populorum Moderatores voces Nostras convertimus,
eosque per nomen augustum Summi Dei etiam atque etiam obtestamur, ne
oblatam sibi tam necessario tempore opem Ecclesiae repudient, atque uti inanem fallaciam secundum traditionem hominum, secundum elementa mundi
consentientibus studiis circa hunc fontem auctoritatis et salutis amice et non secundum Christum, haud praetermiserunt, quoties opus fuit, grassan-
coeant, Eique intimi amoris et observantiae vinculis magis magisque iungan- tes. errores reprobare et apostólica censura confedere. Has condemnationes
tur. Faxit Deus, ut illi, comperta eorum quae diximus veritate. ac secum omnes, Decessorum Nostrorum vestigia sedantes, Nos ex hac Apostólica
reputantes doctrinam Christi, ut Augustinus aiebat, magnam, si obtemperetur, veritatis Sede confirmamus ac iteramus, simulque Patrem luminum enixe
salutem esse reipublicae et in Ecclesiae incolumitate et obsequio suam etiam rogamus, ut fideles omnes perfecti in eodem sensu eademque sententia Ídem
ac publicam incolumitatem et tranquillitatem contineri, cogitationes suas Nobiscum sapiant, idemque loquantur. Vestri autem muneris est, Venera-
et curas conferant ad levanda mala, quibus Ecclesia eiusque visibile Caput biles Fratres, sedulam impenderé curam, ut caelestium doctrinarum semen
affligitur, atque ita tándem contingat, ut populi quibus praesunt, iustitiae late per Dominicum agrum diffundatur, et catholicae fidei documenta fide-
et pacis ingressi viam, felici aevo prosperitatis et gloriae fruantur. lium animis mature inserantur, altas in eis radices agant et ab errorum
contagione incorrupta serventur. Quo validius contendunt religionis hostes
Deinde autem ut totius catholici gregis cum supremo Pastare concordia
imperitis hominibus, ac iuvenibus praesertim, ea discenda proponere quae
firmior in dies adseratur, Vos hoc loco peculiari cum affectu appellamus,
mentes obnubilent moresque corrumpant, eo alacrius adnitendum est, ut
Venerabiles Fratres, et vehementer hortamur, ut pro sacerdotali zelo et
non solum apta ac solida institutionis mefhodus, sed máxime institutio ipsa
pastorali vigilantia Vestra fideles Vobis créditos religionis amore incendatis,
catholicae fidei omnino conformis in litteris et disciplinis vigeat, praesertim
quo propius et arctius huic Cathedrae veritatis et iustitiae adhaereant,
autem in philosophia, ex qua recta aliarum scientiarum ratio magna ex parte
omnes eius doctrinas intimo mentís et voluntarás assensu suscipiant; opi-
dependet; quaeque non ad evertendam divinam revelationem speclat, sed
niones vero etiam vulgatissimas, quas Ecclesiae documentis oppositas no-
ad ipsam potius sternere viam gaudet, ipsamque ab impugnatoribus defende-
verint omnino reiiciant. Qua in re Romani Pontífices Decessores Nostri, ac
ré, quemadmodum nos exemplo scriptisque suis Magnus Augustinus et
demum sa. me. Pius IX, praesertim in oecumenico Vaticano Concilio, prae
Angelicus Doctor, caeterique christianae sapientiae Magistri docuerunt.
oculis habentes verba Pauli: Videte ne quis vos decipiat per philosophiam et
s SAN AGUSTÍN, Epist. 138 ad Marc. n.15: PL 33,352; BAC, Obras de San Agustín » Col. 2,8.
10
t.uÍP-J4°- Iac. 1,17.
" Véase la encíclica de León XIII Aelemi Pairis sobre Ja filosofía cristiana.
54 LEÓN XIII
INSCRUTAB1I.I 11KI 55
[13]. P e r o para q u e la b u e n a educación de la j u v e n t u d sirva
de a m p a r o a la fe, a la religión y a la integridad de la moral, debe con q u e la Iglesia regula las obligaciones de los cónyuges y de su
prole 1 2 .
empezar desde los m á s tiernos años en el seno de la familia; ésta,
sin e m b a r g o , p e r t u r b a d a como está hoy día p o r desgracia, n o p u e d e [ 1 4 ] . D e esta m a n e r a conseguiremos otro excelente resultado,
recuperar en m o d o alguno su dignidad perdida, si n o se somete a las la reforma personal d e la vida y las costumbres. P o r q u e así c o m o de
leyes con q u e fué instituida en la Iglesia p o r su divino A u t o r . P o r - u n t r o n c o c o r r o m p i d o b r o t a n ramas entecas y frutos escasos, así la
q u e Jesucristo, después de elevar el matrimonio, símbolo de su u n i ó n e n f e r m e d a d maligna q u e contamina hoy a la familia viene a dañar
con la Iglesia, a la dignidad de sacramento, n o sólo santificó la u n i ó n con doloroso contagio a cada u n o de los ciudadanos. P o r el contra-
matrimonial, sino q u e proporcionó t a m b i é n eficacísimos auxilios a rio, o r d e n a d a la familia de a c u e r d o con los principios d e la moral
cristiana, poco a poco se irá a c o s t u m b r a n d o cada u n o d e sus m i e m -
los p a d r e s y a los hijos para conseguir fácilmente, con el c u m p l i -
b r o s al a m o r d e la religión y al culto de la piedad, al aborrecimiento
m i e n t o de sus m u t u o s deberes, el bienestar t e m p o r a l y la felicidad
d e las doctrinas falsas y perniciosas, a la práctica d e la virtud, al
eterna. Pero desde q u e unas legislaciones impías, despreciando el r e s p e t o a los mayores y al vencimiento de ese estéril egoísmo, q u e
carácter sagrado de este gran sacramento, h a n reducido el m a t r i m o - t a n t o enerva y degrada al h o m b r e . E n o r d e n a estos fines es m u y
nio a la condición de u n contrato m e r a m e n t e civil, h a n sobrevenido conveniente la creación y fomento d e las asociaciones piadosas,
varias lamentables consecuencias. P o r q u e a la profanación de la d i g - q u e , con extraordinaria ventaja de los intereses católicos, h a n sido
nidad del matrimonio cristiano se han seguido la consideración civil fundadas m o d e r n a m e n t e .
como matrimonio de lo q u e en realidad es u n m e r o concubinato le-
gal ; el incumplimiento de las obligaciones de fidelidad, a q u e los [ 1 5 ] . G r a n d e s son, sin d u d a , y superiores a los m e d i o s h u -
m a n o s , venerables h e r m a n o s , todas estas realidades, objeto de n u e s -
cónyuges m u t u a m e n t e se obligaron; la desobediencia y la falta de
t r a esperanza y d e nuestros anhelos. Sin embargo, D i o s ha dado a
respeto d e los hijos para con sus p a d r e s ; el debilitamiento d e los
t o d o s los p u e b l o s capacidad para r e c u p e r a r la salud 1 3 ; D i o s h a
vínculos del a m o r doméstico', y el escándalo lamentable del divor- f u n d a d o su Iglesia p a r a salvación de los pueblos y le ha p r o m e t i d o
cio, secuela frecuente de amores inconsiderados, con grave d a ñ o d e su asistencia indefectible hasta la c o n s u m a c i ó n de los siglos. P o r
la m o r a l privada y pública. T a n deplorables y tristes d e s ó r d e n e s , estos motivos, N o s abrigamos gran confianza d e q u e , con vuestra
venerables hermanos, d e b e n excitar y mover vuestro celo a a m o - celosa colaboración, el género h u m a n o , aleccionado p o r tantos m a -
nestar con perseverante insistencia a los fieles confiados a vuestro les y desventuras, h a de volver tarde o t e m p r a n o a buscar la salud
cuidado, para q u e p r e s t e n dócil oído a las enseñanzas referentes a
la santidad del m a t r i m o n i o cristiano y p a r a q u e obedezcan las leyes
coniugii sanctitatem respiciunt, ac pareant legibus quibus Ecclesia coniugum
natorumque officia moderatur.
Óptima porro iuventutis disciplina ad verae fidei et religionis munimen T u m vero illud optatissimum consequetur, quod singulorum etiam ho-
atque ad morum integritatem a teneris annis exordium habeat necesse est minum mores et vitae ratio reíormentur: nam veluti ex corrupto stipite
in ipsa domestica societate; quae nostris hisce temporibus misere pertúr- deteriores rami et fructus infelices germinant, sic mala labes, quae familias
bala, in suam dignitatem restituí nullo modo potest nisi iis legibus, quibus depravat, in singulorum civium noxam et vitium tristi contagione redundat.
in Ecclesia ab ipsomet divino Auctore est instituta. Qui cum matrimonii Contra vero, domestica societate ad christianae vitae formam composita,
foedus, in quo suam cum Ecclesia coniunctionem significatam voluit. ad síngula membra sensim assuescent religionem pietatemque diligere, a falsis
Sacramenti dignitatem evexerit, non modo maritalem unionem sanctiorem perniciosisque doctrinis abhorrere, sectari virtutem, maioribus obsequi,
effecit, sed etiam efficacissima tum parentibus tum proli paravit auxilia, atque inexhaustum illud privatae dumtaxat utilitatis studium coerceré, quod
humanam naturam tantopere deprimit ac enervat. In quem finem non parum
quibus, per mutuorum officiorum observantiam, temporalem ac aeternam
proferto conferet pias illas consociationes moderari et provehere, quae magno
felicitatem facilius assequerentur. At vero postquam impiae leges, Sacra- rei catholicae bono nostra máxime hac aetate constitutae sunt.
menti huius magni religionem nil pensi habentes, illud eodem ordine cum
contractibus mere civílibus habuerunt, id misere consecutum est, ut, violata Grandia quidem et humanis maiora viribus haec sunt, quae spe et votis
christiani coniugii dignitate, cives legali concubinatu pro nuptiis uterentur, Nostris compiectirnur, Venerabiles Fratres; sed cum Deus sanabiles fecerit
coniuges fidei mutuae officia negligerent, obedientiam et obsequium nati nationes orbis terrarum, cum Ecclesiam ad salutem gentium condiderit,
parentibus detrectarent, domesticae charitatis vincula laxarentur, et, quod eique suo se auxilio adfuturum usque ad consummationem saeculi promi-
deterrimi exempli est publicisque moribus infensissimum, persaepe male- serit, fumiter confidimus, adlaborantibus Vobis, humanum genus tot malis
sano amori perniciosae ac funestae discessiones succederent. Haec sane
i 2 Véase la encíclica de León XIII Arcanum divinaé sobre el matrimonio cristiano, pu-
misera et luctuosa non possunt, Venerabiles Fratres, vestrum zelum non blicada en este volumen.
excitare ac moveré ad fideles vigilantiae Vestrae concreditos sedulo instan- 1 3 Alusión al texto de Sap. 1,14: Dios creó todas las cosas para la existencia e hizo salu-
terque monendos, ut dóciles aures doctrinis adhibeant quae christiani dables a todas sus criaturas. El texto de la Vulgata, que es el utilizado por León XIII, dice
así: Creavit enim [Deus] ut essent omnia; et sanabiles fecit nationes orbis terrarum.
ñC, t.EÓN S t í t ÍNSCRUTABI'LI DEI :>7
y la felicidad en la sumisión a la Iglesia y en el infalible magisterio cunstancias críticas y en""estos t i e m p o s difíciles n u n c a han de fal-
d e esta C á t e d r a Apostólica. ' t a r n o s vuestra adhesión y el afecto de todos los fieles. N o d u d a m o s
[ 1 6 ] . A n t e s de t e r m i n a r esta nuestra encíclica, venerables h e r - t a m p o c o q u e estos excelentes ejemplos de piedad filial y d e virtud
manos, n o p o d e m o s dejar de manifestaros el j ú b i l o q u e e x p e r i m e n - cristiana serán extraordinariamente eficaces p a r a m o v e r el corazón
t a m o s p o r la admirable u n i ó n y concordia en q u e vivís unos con d e Dios clementísimo a q u e m i r e propicio a su grey y a q u e dé a su
otros y todos con esta Sede Apostólica. Esta perfecta u n i ó n n o sólo Iglesia u n a paz victoriosa. Y como N o s esperamos o b t e n e r esta vic-
es u n bastión inexpugnable contra los asaltos del enemigo, sino u n toria pacífica con mayor p r o n t i t u d y facilidad, si los fieles dirigen
fausto y grato augurio d e t i e m p o s mejores para la Iglesia. Y así constantemente sus votos y plegarias para alcanzarla, N o s p r o -
c o m o nos consuela en g r a n m a n e r a esta risueña esperanza, nos rea- f u n d a m e n t e os exhortamos, venerables h e r m a n o s , a q u e excitéis
anima t a m b i é n para soportar con energía, en el a r d u o cargo q u e con este fin los fervientes deseos d e los fieles, p o n i e n d o c o m o m e -
h e m o s recibido, cuantos trabajos y combates sean necesarios para diadora para con Dios la inmaculada Reina d e los cielos, y como
defensa d e la Iglesia. intercesores a San José, P a t r o n o celestial d e la Iglesia, a los P r í n -
cipes de los Apóstoles, San P e d r o y San Pablo, a cuyo poderoso
[17 ]. N o s n o p o d e m o s separar d e los motivos de j ú b i l o y espe-
patrocinio N o s e n c o m e n d a m o s suplicante nuestra h u m i l d e per-
ranza, q u e h e m o s expuesto, las demostraciones d e a m o r reverencial,
sona, los órdenes todos de la jerarquía eclesiástica y la grey univer-
q u e en estos primeros días de n u e s t r o pontificado vosotros, vene-
sal del Señor.
rables h e r m a n o s , y j u n t a m e n t e con vosotros, h a n dedicado a n u e s -
tra h u m i l d e persona i n n u m e r a b l e s sacerdotes y seglares, los cuales, [18]. A p a r t e de esto, N o s vivamente deseamos q u e este día,
con cartas, ofrecimientos, peregrinaciones y otros piadosos testimo- e n el cual se recuerda solemnemente la resurrección de n u e s t r o
nios, h a n p u e s t o de manifiesto q u e m a n t i e n e n en sus corazones t a n Señor Jesucristo, .sea para vosotros, venerables h e r m a n o s , y p a r a
firme, íntegra y estable la devoción amorosa q u e tuvieron hacia toda la familia católica, feliz, saludable y lleno de santo júbilo, y p e -
n u e s t r o dignísimo predecesor, q u e nada p i e r d e aquélla de su ar- dimos a D i o s benignísimo q u e con la sangre del C o r d e r o i n m a c u -
lado, con la q u e fué cancelada la escritura d e n u e s t r a condenación,
d o r en la persona de su sucesor, t a n inferior en merecimientos. P o r
sean borradas las culpas cometidas y mitigado clementemente el
estos espléndidos testimonios de la piedad católica h u m i l d e m e n t e
juicio q u e p o r ellas merecemos.
alabamos la benigna clemencia del Señor, y a vosotros, venerables
h e r m a n o s , y a todos aquellos a m a d o s hijos d e quienes los h e m o s [ 1 9 ] . La gracia de nuestro Señor Jesucristo y la caridad de Dios
recibido, d a m o s fe p ú b l i c a m e n t e y de lo interior del corazón d e y la comunicación del Espíritu Santo sean con todos vosotros l 4 , vene-
nuestra i n m e n s a gratitud, p l e n a m e n t e confiados de q u e ' e n estas cir- rables hermanos, a quienes, a todos y a cada u n o , así c o m o a los
et calamitatibus admonitum, tándem in Ecclesiae obsequio, in huius Aposto- defuturum Nobis, in bis rerum angustiis et temporum difficultatibus, hoc
licae Cathedrae infallibili magisterio salutem et prosperitatem quaesiturum. Vestrum ac fidelium studium et dilectionem. Nec vero dubitamus quih
Interea, Venerabiles Fratres, antequam finem scribendi faciamus, ne- egregia haec filialis pietatis et christianae virtutis exempla plurimum sint
cesse est ut Vobis declaremus gratulationem Nostram pro mira illa consen- valitura, ut Deus clementissimus, officiis hisce permotus, gregem suum
sione et concordia, quae ánimos Vestros Ínter Vos et cum hac Apostólica propitius respiciat et Ecclesiae pacem ac victoriam largiatur. Quoniam autem
Sede in unum coniungit. Quam quidem perfectam coniunctionem non hanc pacem et victoriam ocius et facilius Nobis datum iri confidimus, si
modo inexpugnabile propugnaculum esse contra Ímpetus hostium arbitra- vota precesque constanter ad eam impetrandam fideles effuderint, Vos
mur; sed etiam faustum ac felix ornen quod meliora témpora Ecclesiae magnopere hortamur, Venerabiles Fratres, ut in hanc rem fidelium studia
spondet; ac dum eadem máximum solatium affert infirmitati Nostrae, etiam et fervorem excitetis, conciliatrice apud Deum adhibita Immaculata Cae-
animum opportune erigit, ut in arduo, quod suscepimus, muñere omnes lorum Regina, ac deprecatoribus interpositis Sancto Iosepho Patrono Eccle-
labores, omnia certamina pro Ecclesia Dei alacriter sustineamus. siae caelesti, sanctisque Apostolorum Principibus Petro et Paulo, quorum
omnium potenti patrocinio humilitatem Nostram, cunctos ecclesiasticae
Ab hisce porro spei et gratulationis causis, quas Vobis patefecimus, hierarchiae ordines ac dominicum gregem universum supplices commen-
seiungere non possumus eas significationes amoris et obsequii, quas in his damus.
Nostri Pontificatus exordiis Vos, Venerabiles Fratres, et una cum Vobis
exhibuere humilitati Nostrae ecclesiastici viri et fideles quamplurimi, qui Caeterum hos dies, quibus solemnem memoriam Iesu Christi resurgentis
litteris missis, largitionibus collatis, peregrinationibus etiam peractis, nec recolimus, Vobis, Venerabiles Fratres, et universo dominico gregi faustos,
non alus pietatis officiis, ostenderunt devotionem et caritatem illam, qua salutares ac sancto gaudio plenos esse exoptamus, adprecantes benignissimum
meritissimum Praedecessorem Nostrum prosecuti fuere, adeo firmam sta- Deum, ut Sanguine immaculati Agni, quo deletum est chirographum quod
bilem integramque manere, ut in persona tam imparis non tepescat heredis. adversus nos erat, culpae quas contraximus deleantur, et iudicium quod pro
Pro hisce splendidissimis catholícae pietatis testímoniis humiliter confitemur illis ferimus clementer relaxetur.
Domino quia bonus et benignus est, ac Vobis, Venerabiles Fratres, cunctis- Gratia Domini Nostri Iesu Christi et chantas Dei et communicatio sancti
que Dilectis Filiis, a quibus ea accepimus,' gratissimos animi Nostri sensus Spiritus sit cum ómnibus vobis, Venerabiles Fratres; quibus singulis universis,
ex intimo corde publice profitemur, plenam foventes fiduciam nunquam 14
2 Cor. 13.13.
58 LEUS XIII
BIBLIOGRAFÍA
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Soziallehre des Papstes Leo Xr/7p.ll4ss (Koln 1925).
60 LEONT X I I I QTTOn U'OSTOI.ICI MTINERTS (¡1
toda rebelión contra el poder legítimamente constituido. Sólo es legí- [I. D O C T R I N A , O R I G E N Y FRUTOS D E L SOCIALISMO]
tima la desobediencia cuando el gobernante manda algo contrario a
la ley natural o a la ley divina. N a d a hay s a b i a m e n t e establecido p o r las leyes h u m a n a s y divi-
Con respecto a la familia, la doctrina católica enseña que la familia nas p a r a la seguridad y decoro de la vida q u e q u e d e íntegro o
es el principio de todo Estado, y que el origen de la familia, el matri-
monio, es sagrado e indisoluble. La autoridad paterna y dominical
deriva de Dios y tiene en Dios su norma ejemplar obligatoria. La con- [ D e socialistarum sectis]
solidación de la familia repercute benéficamente sobre el Estado.
Quod Apostolici muneris ratio a Nobis postulabat, iam inde a Pontifica-
En lo tocante al derecho de propiedad, la doctrina católica enseña tus Nostri principio, Litteris encyclicis ad Vos datis, Venerabiles Fratres,
que éste es conforme al derecho natural y que el respeto a la propiedad indicare haud praetermisimus lethiferam pestem, quae per artus Íntimos
es un deber moral. Sin embargo, la Iglesia no descuida la defensa de humanae societatis serpit, eamque in extremum discrimen adducit: simul
los pobres. Los asiste positivamente e impone a los ricos la obligación etiam remedia efficacissima demonstravimus, quibus ad salutem revocari,
grave de dar lo superfluo a los pobres. La doctrina de la Iglesia sobre et gravissima, quae impendent, pericula possit evadere. Sed ea, quae tune
el derecho de propiedad y los deberes del propietario evita por igual deploravimus, mala usque adeo brevi increverunt, ut rursus ad Vos verba
dos extremos, la esclavitud y la revolución. convertere cogamur, Propheta velut auribus nostris insonante: Clama, ne
IV. El Estado no puede vivir seguro si permite los ataques contra la Iglesia. cesses, exalta quasi tuba vocera tuam. Nullo autem negotio intelligitis, Vene-
La Iglesia debe gozar de entera libertad para poder ejercer su benéfica rabiles Fratres, Nos de illa hominum secta loqui, qui diversis ac pene bar-
influencia aun en el orden temporal. La doctrina católica es el remedio baris nominibus Socialistae, Communistae, vel Nihilistae appellantur, quique
de los males que causa el socialismo. Hay que atender especialmente a per universum orbem diffusi, et iniquo Ínter se foedere arctissime colligati,
los obreros. Oración a Dios. non amplius ab oceultorum conventuum tenebris praesidium quaerunt, sed
palam fidenterque in lucem prodeuntes, quod iampridem inierunt, consi-
lium cuiuslibet civilis societatis fundamenta convellendi perficere adnitun-
tur. Ii nimirum sunt, qui, prout divina testantur eloquia, carnem quidem
maculant, dominationern spernunt, maiestatem autem blasphemant. Nihil,
1
L E Ó N XIII, carta encíclica a todos nuestros venerables hermanos, patriarcas, p r i m a -
dos, arzobispos y obispos del m u n d o católico e n gracia y comunión con la Sede Apostólica,
sobre los errores m o d e r n o s : ASS n (1878-1879) 369-376; A L 1,170-183.
2
Cf. la encíclica Inscrutaíili Dei.
3 Is. 58,1. • Iud. 5,8.
62 I.KÓN XIII QUOD AI'OSTOI.ICl MTINERIS 63
intacto en sus m a n o s . N i e g a n la obediencia a los s u p r e m o s p o d e - que, difundidas desde hace m u c h o t i e m p o e n t r e los pueblos como
res, a los cuales, según el aviso del Apóstol 5 , d e b e estar sujeto t o d o viciosa semilla, h a n d a d o a su d e b i d o t i e m p o frutos t a n pernicio-
h o m b r e , ya q u e aquéllos reciben de Dios el derecho de m a n d a r . sos. Sabéis m u y bien, venerables h e r m a n o s , q u e la cruda guerra
Predican la igualdad absoluta de todos los h o m b r e s en los d e r e - iniciada desde el siglo X V I contra la fe católica p o r los innovadores,
chos y en las obligaciones. D e s h o n r a n la u n i ó n natural del h o m b r e y q u e ha ido con el t i e m p o a u m e n t a n d o extraordinariamente hasta
y d e la mujer, q u e a u n las naciones bárbaras respetan; y debilitan n u e s t r o s días, t e n d í a a abrir la p u e r t a a las invenciones, o m á s b i e n
e incluso entregan a los caprichos de la liviandad el vínculo m a t r i - delirios, d e la sola razón, d e s e c h a n d o t o d a revelación y t o d o el
monial, f u n d a m e n t o p r i m a r i o de la sociedad doméstica. Seducidos, i o r d e n sobrenatural 7 . Este error, q u e t o m a injustamente su n o m b r e
finalmente, por la codicia d e los bienes presentes, que es la raíz d e la razón, al halagar y excitar el deseo, natural en el h o m b r e ,
de todos los males y p o r la que, al dejar/se llevar de ella, muchos se de sobresalir y al soltar las riendas a t o d a clase de pasiones desor-
extraviaron en la fe6, atacan el d e r e c h o de p r o p i e d a d sancionado d e n a d a s , se h a e x t e n d i d o espontáneamente, n o sólo en el espíritu
p o r la ley n a t u r a l ; y con u n m o n s t r u o s o atentado, a p a r e n t a n d o de m u c h o s h o m b r e s , sino t a m b i é n en la m i s m a sociedad civil.
atender a las necesidades de todos los h o m b r e s , y p r e t e x t a n d o sa- P o r esto, con u n a nueva impiedad, desconocida p a r a los m i s m o s
tisfacer los deseos de éstos, se esfuerzan p o r arrebatar, para con- gentiles, h e m o s visto a los Estados constituirse sin t e n e r en cuenta
vertirlo en p r o p i e d a d c o m ú n , t o d o lo q u e se adquiere a título d e para n a d a a Dios y el o r d e n p o r El establecido. Se ha repetido q u e
legítima herencia, o p o r el trabajo intelectual o m a n u a l , o con el la a u t o r i d a d pública n o deriva d e D i o s su p r i m e r origen n i s u m a -
a h o r r o personal. E n sus reuniones manifiestan p ú b l i c a m e n t e estas jestad ni su fuerza imperativa, sino de la m u l t i t u d popular, la cual,
m o n s t r u o s a s opiniones, las exponen en sus folletos y las esparcen j u z g á n d o s e libre de t o d a sanción divina, sólo se somete a las leyes
entre el público p o r m e d i o d e n u m e r o s o s diarios. D e este m o d o la q u e ella m i s m a se da a su antojo.—Combatidas y rechazadas,
venerable majestad y el p o d e r de los reyes h a n llegado a ser objeto c o m o contrarias a la razón, las verdades sobrenaturales d e la fe,
de u n odio tan g r a n d e p o r p a r t e de la plebe revolucionaria, q u e el m i s m o A u t o r de la redención del g é n e r o h u m a n o se ve necesa-
estos sacrilegos traidores, impacientes d e t o d o freno, e n breve r i a m e n t e d e s t e r r a d o poco a poco de las universidades, d e los insti-
t i e m p o h a n dirigido m á s d e u n a vez sus armas con i m p í o atrevi- tutos, d e los colegios y d e t o d o el á m b i t o p ú b l i c o d e la vida h u m a n a .
m i e n t o contra los m i s m o s príncipes. Olvidados, finalmente, los p r e m i o s y castigos de la vida futura,
el ansia ardiente d e felicidad q u e d a circunscrito d e n t r o d e los
[ 2 ] . Esta audaz perfidia, q u e amenaza con ruinas cada vez t é r m i n o s de la vida p r e s e n t e . — N o es d e extrañar q u e con la difu-
m á s graves al Estado, y q u e provoca en todos los espíritus i n q u i e -
t u d y congoja, tiene su causa y origen en las venenosas doctrinas
cellit, causam et originem ab iis venenatis doctrinis repetit, quae superio-
quod humanis divinisque legibus ad vitae incolumitatem et decus sapienter ribus temporibus tamquam vitiosa semina medios ínter populos diffusae,
decretum est. intactum veljntegrum relinquunt. Sublimioribus potestatibus, tam pestíferos suo tempore fructus dederunt. Probé enim nostis, Venera-
quibus. Apostólo monente, omnem animam decet esse subiectam, quaeque biles Fratres, infensissimum bellum, quod in catholicam fidem inde a saeculo
a Deo ius imperandi mutuantur, obedientiam detrectant, et perfectam om- décimo sexto a Novatoribus commotum est, et quam máxime in dies hucus-
níum hominum in iuribus et officiis praedicant aequalitatem.—Naturalem que invaluit, eo tendere ut, omni revelatione submota et quolibet superna-
viri ac mulieris unionem, gentibus vel barbaris sacram, dehonestant; eiusque turali ordine subverso, solius rationis inventis. seu potius deliramentis,
vinculum, quo domestica societas principaliter continetur, infirmant aut aditus pateret. Eiusmodi error, qui perperam a ratione sibi nomen usurpat,
etiam libidini permittunt.—Praesentium tándem bonorum illecti cupidi- cum excellendi appetentiam naturaliter homini insertam pelliciat et acuat,
tate, quae radix est omnium malorum, et quam quídam, appetentes erraverunt omnisque generis cupiditatibus laxet habenas, sponte sua non modo pluri-
a fide, ius proprietatis naturali lege sancitum impugnant; et per immane fací- morum hominum mentes, sed civilem etiam societatem latissime pervasit.
ñus, cum omnium hominum necessitatibus consulere et desideriis satisface- Hinc nova quadam impietate ipsis vel ethnicis inaudita, respublicae con-
re videantur, quidquid aüt legitimae hereditatis titulo, aut ingenii manuum- stitutae sunt, nulla Dei et ordinis ab eo praestituti habita ratione: publicam
que labore, aut victus parsimonia adquisitum est, rapere et commune habere auctoritatem nec principium, nec maiestatem, nec vim imperandi a Deo
contendunt. Atque haec quidem opinionum portenta in eorum conventibus sumere dictitatum est, sed potius a populi multitudine; quae ab omni divina
publicant, libellis persuadent, ephemeridum nube in vulgus spargunt. Ex sanctione solutam se aestimans, iis solummodo legibus subesse passa est,
quo verenda Regum maiestas et imperium tantam seditiosae plebis subiit quas ipsa ad libitum tulisset.—Supernaturalibus fidei veritatibus, tamquam
invidiam, ut nefarii proditores, omnis freni impatientes, non semel, brevi rationi inimicis, impugnatis et reiectis, ipse humani generis Auctor ac Re-
temporis intervallo, in ipsos regnorum Principes, impio ansu, arma con- demptor a studiorum Universitatibus, Lyceis et Gymnasiis, atque ab omni
verterint. publica humanae vitae consuetudine sensim et paulatim exulare cogitur.—
Futurae tándem aeternaeque vitae praemiis ac poenis oblivioni traditis,
Haec autem perfidorum hominum audacia, quae civili consortio gravio- felicitatis ardens desiderium intra praesentis temporis spatium definitum
res in dies ruinas minitatur, et omnium ánimos sollicita trepidatione per-
7
5 Sobre el influjo concurrente de) racionalismo, el sensismo y el utilitarismo social en la
Cf. Rom. 13,1-7. génesis del sistema socialista véase DTC s.v. Socialisme t.14 col.2281-2387 (París 1939).
6
1 Tim. 6,10.
(¡4. LEÓN XIII QIX'I) M'IISK.ILICI MUN1ÍR1S 05
sión universal de estas doctrinas y con la general licencia q u e de Estados, los papas Pío V i l y L e ó n XII anatematizaron las socie-
éstas ha derivado en el o r d e n de las ideas y e n el o r d e n de la acción, d a d e s secretas y avisaron de n u e v o al Estado, en la m e d i d a de sus
los h o m b r e s d e la clase baja, hastiados de la pobreza d e su casa posibilidades, del peligro q u e le amenazaba. T o d o s , p o r último,
o de su taller, ansien lanzarse contra los palacios y el p a t r i m o n i o c o n o c e n perfectamente las gravísimas palabras y la firme constan-
d e los m á s ricos. N o d e b e maravillarnos, p o r t a n t o , q u e n o exista cia de á n i m o con q u e n u e s t r o glorioso predecesor Pío IX, de feliz
ya t r a n q u i l i d a d alguna ñ r m e en la vida pública o en la vida privada m e m o r i a , h a combatido, t a n t o en sus alocuciones c o m o en sus
y q u e el g é n e r o h u m a n o haya llegado casi a su extrema ruina. encíclicas enviadas a los obispos de t o d o el m u n d o , c o n t r a los
inicuos i n t e n t o s de las sectas y particularmente contra la peste del
,socialismo, q u e del seno d e las sectas iba surgiendo.
[II. L A IGLESIA H A CONDENADO E L SOCIALISMO]
[ 4 ] . P e r o lo lamentable es q u e quienes tienen la obligación
[3 ] . L o s Pastores s u p r e m o s d e la Iglesia, cuya misión con- d e velar p o r el b i e n c o m ú n , seducidos p o r las astutas m a n i o b r a s
siste e n salvaguardar la grey del Señor contra las asechanzas del ene- d e los impíos y atemorizados p o r sus amenazas, hayan m i r a d o
migo, se h a n consagrado desde el p r i m e r m o m e n t o a conjurar el s i e m p r e a la Iglesia con á n i m o suspicaz e incluso hostil. N o h a n
peligro y a vigilar p o r la seguridad d e los fieles. P o r q u e t a n pronto c o m p r e n d i d o q u e los esfuerzos d e las sectas h a b r í a n sido inútiles
como c o m e n z a r o n a formarse las sociedades secretas, en cuyo seno si la doctrina de la Iglesia católica y la a u t o r i d a d d e los R o m a n o s
se fomentaban ya entonces las semillas de los errores q u e h e m o s Pontífices hubiesen sido consideradas siempre con el d e b i d o h o n o r ,
mencionado, los R o m a n o s Pontífices C l e m e n t e X I I y Benedic- t a n t o p o r p a r t e d e los príncipes como p o r p a r t e d e los pueblos.
t o X I V n o dejaron d e desenmascarar los impíos proyectos de estas P o r q u e la Iglesia de Dios vivo, q u e es columna y fundamento de la
sectas y d e advertir a los fieles de t o d o el m u n d o el mal q u e t a n verdad 8 , enseña las doctrinas y los preceptos q u e garantizan la
ocultamente se preparaba. Pero d e s p u é s q u e los q u e se gloriaban salvación y la tranquilidad de la sociedad y d e t i e n e n r a d i c a l m e n t e
con el n o m b r e de filósofos atribuyeron al h o m b r e u n a desenfre- la funesta p r o p a g a n d a del socialismo 9.
n a d a libertad, y se e m p e z ó a f o r m a r y sancionar u n derecho, lla-
m a d o p o r ellos nuevo, contrario a la ley natural y divina, el papa [III. DOCTRINA CATÓLICA]
Pío VI, de feliz m e m o r i a , d e m o s t r ó al p u n t o en públicos docu-
m e n t o s la naturaleza perversa y la falsedad de estas d o c t r i n a s ; [El Estado]
a n u n c i a n d o al m i s m o t i e m p o , con previsión apostólica, las ruinas
[ 5 ] . P o r q u e si bien los socialistas, a b u s a n d o del m i s m o E v a n -
a que el pueblo, miserablemente engañado, era arrastrado.—Sin
gelio, a fin d e engañar m á s fácilmente a los incautos, tienen la cos-
e m b a r g o , c o m o no se a d o p t a r o n m e d i o s eficaces p a r a i m p e d i r que
estos d o g m a s t a n d e p r a v a d o s p e n e t r a r a n cada vez m á s en los p u e - rum scita evaderent, Pius PP. VII et Leo PP. XII occultas sectas anathe-
blos y se convirtieran e n axiomas del gobierno público d e los mate damnarunt, atque iterum de periculo, quod ab illis impendebat, socie-
tatem admonuerunt.—Ómnibus denique manifestum est quibus gravissi-
est.—Hisce doctrinis longe lateque disseminatis, hac tanta cogitandi agendi- mis verbis et quanta animi firmitate ac constantia gíoriosus Decessor Noster
que licentia ubique parta, mirum non est quod infimae sortis nomines, pau- Pius IX, f. m., sive allocutionibus habitis, sive Litteris encyclicis ad totius
perculae domus vel officinae pertaesi, in aedes et fortunas ditiorum invo- orbis Episcopos datis, tum contra iniqua sectarum conanima, tum nomina -
íare discupiant; mirum non est quod nulla iam publicae privataeque vitae tim contra iam ex ipsis erumpentem Socialismi pestem dmiicaverit.
tranquillitas consistat, et ad extremam perniciem humanum genus iam Dolendum autem est eos, quibus communis boni cura demándala est,
pene devenerit. impiorum hominum fraudibus circumventos et minis perterritos in Eccle-
siam semper suspicioso vel etiam iniquo animo fuisse, non intelligentes sec-
Supremi autem Ecclesiae Pastores, quibus Dominici gregis ab hostium tarum conatus in irritum cessuros, si catholicae Ecclesiae doctrina Roma-
insidiis tutandi munus incumbit, mature periculum avertere et fidelium norumque Pontificum auctoritas, et penes Principes et penes popuios, de-
saluti consulere studuerunt. U t enim primum conflari coeperurrt clandesti- bito semper in honore mansisset. Ecdesia namque Dei viví, quae columna est
nae societates, quarum sinu errorum, quos memoravimus, semina iam tum et firmarnentum veritatis, eas doctrinas et praecepta tradit, quibus societatis
fovebantur, Romani Pontífices Clemens XII et Benedictas XIV impia sec- incolumitati et quieti apprime prospicitur, et nefasta Socialismi propago
tarum consilia detegere et de pemicie, quae latenter instrueretur, totius radicitus evellitur.
orbis fideles admonere non praetermiserunt. Postquam vero ab iis, qui phi-
losophorum nomine gloriabantur, effrenis quaedam libertas homini attri- Quamquam enimvero Socialistae ipso Evangelio abutentes, ad male
buta est, et ius novum, ut aiunt, contra naturalem divinamque Legena con- cautos facilius decipiendos, illud ad suam sententiam detorquere consue-
fingi et sanciri coeptum est, fel. mem. Pius Papa VI statim iniquam earum 8
doctrinarum indolem et falsitatem publicis documentis ostendit; simulque 1 Tim. 3,15-
9
' En la carta Quanlunque Le sícmy, de 15 de junio de 1887, dirigida ai cardenal Rampol-
Apostólica providentia ruinas praedixit, a d quas plebs misere dccepta rape- la, secretario de Estado (ASS 20 [1887] 4-27). reitera León XIII la tesis de la necesiaad de
retur.—Sed cum nihilominus nulla efficaci ratione cautum fuerit, ne prava volver a los verdaderos principios del orden social y político custodiados por la Iglesia. Es
earum dogmata magis in dies populis persuaderentur, nevé in publica regno- mposible la salud social sin la intervención de la Iglesia.
1
l u m b r e de desnaturalizarlo para conformarlo a sus doctrinas, sin sobre sí la condenación. Este precepto m a n d a t a m b i é n que los s u b -
e m b a r g o existe u n a diferencia t a n grande entre su perversa d o g m á - d i t o s se sometan necesariamente, no sólo por temor del castigo, sino
tica y la purísima doctrina de Jesucristo, q u e n o la hay ni p u e d e por conciencia, y q u e p a g u e m o s a todos lo q u e es d e b i d o : a quien
h a b e r mayor. P o r q u e ¿qué consorcio hay entre la justicia y la ini- tributo, tributo; a quien aduana, aduana; a quien temor, temor; a
quidad? ¿Qué comunidad entre la luz y las tinieblas? 10 L o s socia- quien honor, honor 13 . P o r q u e el Creador y G o b e r n a d o r d e todas
listas n o cesan de repetir, c o m o ya hemos dicho, q u e todos los h o m - las cosas las ha dispuesto con su providente sabiduría de tal m a -
b r e s son p o r naturaleza iguales, y p o r esto p r e t e n d e n q u e ni se d e b e nera; q u e las cosas ínfimas alcancen sus fines respectivos a través
u n respeto reverente a la autoridad ni obediencia a las leyes, salvo d e las intermedias, y las intermedias a través de las superiores.
a las q u e el p u e b l o haya p r o m u l g a d o a su arbitrio.—Por el contra- P u e s así como en el m i s m o reino d e los cielos ha establecido la di-
rio, s e g ú n las enseñanzas evangélicas, la igualdad d e los h o m b r e s versidad d e los coros angélicos y la subordinación d e u n o s a otros,
consiste en que, t e n i e n d o todos la misma naturaleza, están llamados y así c o m o en la Iglesia ha instituido variedad de grados jerárquicos
t o d o s a la m i s m a e m i n e n t e dignidad de hijos de D i o s ; y además y diversidad d e ministerios, para q u e n o todos fuesen apóstoles,
en q u e , estando establecida p a r a todos u n a m i s m a fe, todos y cada ni todos doctores, ni todos pastores 1 4 , así t a m b i é n ha d e t e r m i n a d o
u n o d e b e n ser juzgados según la m i s m a ley para conseguir, confor- q u e en la sociedad civil haya distinción d e órdenes diversos en dig-
m e a sus merecimientos, el castigo o la recompensa. Sin e m b a r g o , nidad, e n derechos y en poder, para q u e el Estado, como la Iglesia,
existe u n a desigualdad de d e r e c h o y d e autoridad, q u e deriva del f o r m e u n solo cuerpo, c o m p u e s t o d e gran n ú m e r o d e m i e m b r o s ,
m i s m o A u t o r d e la naturaleza, de quien procede toda familia en los u n o s m á s altos q u e otros, p e r o t o d o s necesarios entre sí y solícitos
cielos y en la tierra n . E n c u a n t o a los gobernantes y a los goberna- del bien c o m ú n .
dos, sus almas, según la doctrina y los preceptos católicos, están [ 7 ] . P e r o a fin de q u e los regidores de los pueblos usen del
m u t u a m e n t e ligadas p o r derechos y obligaciones, d e tal manera p o d e r q u e les ha sido conferido para edificación y n o para des-
q u e p o r u n a p a r t e la m o d e r a c i ó n se i m p o n e a la pasión del p o d e r trucción, la Iglesia d e C r i s t o amonesta o p o r t u n a m e n t e t a m b i é n a
y p o r otra parte la obediencia resulta fácil, firme y nobilísima 12 . los príncipes con la severidad del juicio s u p r e m o que les amenaza.
[ 6 ] . P o r esto, la Iglesia inculca constantemente a los pueblos T o m a n d o las palabras de la divina Sabiduría, grita a todos los go-
el p r e c e p t o del A p ó s t o l : No hay autoridad sino por Dios, y las que b e r n a n t e s en n o m b r e d e D i o s : Aplicad el oído los que imperáis
hay por Dios han sido ordenadas, de suerte que quien resiste a la auto- sobre las muchedumbres y los que os engreís sobre la multitud de las
ridad, resiste a la disposición de Dios, y les que la resisten se atraen naciones. Porque el poder os fué dado por el Señor y la soberanía
por el Altísimo, que examinará vuestras obras y escudriñará vuestros
verint, tamen tanta est ínter eorum prava dogmata et purissimam Christi pensamientos... Terrible y repentina vendrá sobre vosotros, porque de
doctrinam dissensio, ut nulla maior existat: Quae enim participatio iustitiae
cum iniquitate? aut quae societas lucis ad tenebras? Ii profecto dictitare non
desinunt, ut innuimus, homines esse ínter se natura aequales, ideoque con- solum propler iraní, sed etiam propter conscientiam; et ómnibus debita reddere,
tendunt nec maiestati honorem ac reverentiam, nec legibus, nisi forte ab cui tributum tributum, cui vectigal vectigal, cui timorem timorem, cui honorem ho-
ipsis ad placitum sancitis, obedientiam deberi.—Contra vero, ex Evangelicis norem. Siquidem qui creavit et gubernat omnia, provida sua sapientia dispo-
documentis, ea est hominum aequalitas, ut omnes eamdem naturam sortiti, suit, ut ínfima per media, media per summa ad suos quaeque fines perveniant.
ad eamdem filiorum Dei celsissimam dignitatem vocentur, simulque ut uno Sicut igitur in ipso regno caelesti Angelorum choros voluit esse distinctos,
eodemque fine ómnibus praestituto, singuli secundum eamdem legem iudi- aliosque aliis subiectos; sicut etiam in Ecclesia varios instituit ordinum gra-
candi sint, poenas aut mercedem pro mérito c'onsecuturi. Inaequalitas tamen dus, officiorumque diversitatem, ut non omnes essent Apostoli, non omnes
iuris et potestatis ab ipso naturae Auctore dimanat, ex quo omnis paternitas Doctores, non omnes Pastores; ita etiam constituit in civili societate plures
in caelis et in térra nominatur. Principum autem et subditorum animi mutuis esse ordines, dignitate, iuribus, potestate diversos; quo scilicet civitas,
officiis et iuribus, secundum catholicam doctrinam ac praecepta, ita devin- quemadmodum Ecclesia, unum esset corpus, multa membra complectens,
ciuntur. ut et imperandi temperetur libido, et obedientiae ratio facilis, fir- alia aliis nobiliora, sed cuneta sibi invicem necessaria etde communi bono
ma et nobilissima efficiatur. sollicita.
At vero ut populorum rectores potestate sibi concessa in aedificationem
Sane Ecclesia subiectae multitudini Apostolicum praeceptum iugiter
et non in destructionem utantur, Ecclesia Christi opprtunissime monet
inculcat: Non est potestas nisi a Deo; quae autem sunt, a Deo ordinatae sunt.
etiam Princípibus supremi iudicis severitatem irnminere;et divinae Sapien-
¡taque qui resistit potestati, Dei ordinationi resistit: qui autem resistunt, ipsi
tiae verba usurpans, Dei nomine ómnibus inclamat: Pruébete aures vos qui
sibi damnationem acquirunt. Atque iterum necessitate subditos esse iubet non
continetis multitudines et placetis vobis in turbis nationum; quoniam data est
•0 2 Cor. 6,14. a Domino potestas vobis et virtus ab Altissimo, qui intengabit opera vestra
11
12
Eph. 3,15- , et cogitationes scrutabitur... Quoniam iudicium durissimum his qui praesunt
La tesis de ía igualdad natural de todos tos hombres—origen, naturaleza y fin últi-
mo—, matizada por ciertas desigualdades sociales legítimas, está tratada con mayor exten- 13
sión en la encíclica Graves de communi de León XIII y en la carta de San Pió X al episcopado , Rom. 13,5-7. .
francés sobre Le Siífojí, '*' 1 Cor. 12,29.
68 l.HON XIII QUOIl WOSTOI.ICl MUNKKIS o»
los que mandan se ha de hacer severo juicio... Que el Señor de todos socialismo esta sociedad q u e d a casi e n t e r a m e n t e destruida, ya que,
no teme de nadie, ni respetará la grandeza de ninguno; porque él p e r d i d a la firmeza q u e le comunica el m a t r i m o n i o religioso, se
ha hecho al pequeño y al grande, e igualmente cuida de todos. Pero relaja necesariamente en ella la potestad del p a d r e "sobre los hijos
a los poderosos amenaza poderosa inquisición 1 5 .—Y, si alguna vez y los deberes de los hijos para con sus padres. L a Iglesia, por el
sucede q u e los gobernantes ejercen el p o d e r con abusos y extrali- contrario, enseña q u e el matrimonio, que debe ser tenido en honor
mitaciones, la doctrina católica n o p e r m i t e insurrecciones arbitra- por todos 17, instituido y declarado inseparable p o r el, m i s m o Dios
rias contra ellos, para evitar el peligro de q u e la tranquilidad del en el principio del m u n d o para propagar y conservar la especie
o r d e n sufra u n a p e r t u r b a c i ó n mayor y la sociedad reciba p o r esto h u m a n a , fué consolidado y santificado p o r Cristo, q u i e n le confirió
u n d a ñ o m á s g r a n d e . Y, si el exceso del gobernante llega al p u n t o la d i g n i d a d d e s a c r a m e n t o y q u i s o q u e fuese símbolo d e su unión
de n o vislumbrarse otra esperanza de salvación, enseña q u e el con la Iglesia. P o r lo cual, conforme a la advertencia del A p ó s -
r e m e d i o se h a de buscar con los méritos de la paciencia cristiana tol ! 8 , como Cristo es Cabeza de la Iglesia, asi el marido es cabeza
y con las fervientes oraciones a Dios,—Sin embargo, c u a n d o las de la mujer; y asi como la Iglesia está sometida a Cristo, q u i e n la
disposiciones arbitrarias del p o d e r legislativo o del p o d e r ejecutivo abraza con casto y p e r p e t u o amor, así t a m b i é n es necesario que
p r o m u l g a n u o r d e n a n algo contrario a la ley divina o a la ley na- las mujeres estén sometidas en todo a sus maridos, y q u e éstos a su
tural, la dignidad del cristianismo, las obligaciones de la profesión vez las a m e n con u n afecto fiel y p e r s e v e r a n t e . — D e la m i s m a manera
cristiana y el m a n d a t o del Apóstol enseñan q u e hay q u e obedecer la Iglesia regula el ejercicio d e la potestad p a t e r n a y dominical,
a Dios antes q u e a los h o m b r e s 16. de forma q u e sirva para m a n t e n e r a los hijos y a los criados en su
deber, sin incurrir, p o r otra parte, en excesos. Porque, según la
[La familia ] doctrina católica, la autoridad d e los p a d r e s y d e los a m o s deriva
de la a u t o r i d a d del P a d r e y del Señor celestial. La autoridad de
[ 8 ] . Esta benéfica influencia d e la Iglesia, q u e se deja sentir aquéllos, p o r t a n t o , t o m a de Dios n o sólo su origen y su eficacia,
en el m a n t e n i m i e n t o del o r d e n y en la conservación del Estado, sino t a m b i é n y necesariamente su naturaleza y carácter. P o r esto
es e x p e r i m e n t a d a necesariamente t a m b i é n p o r la m i s m a sociedad el A p ó s t o l exhorta a los hijos a obedecer a sus padres en el Señor
doméstica, q u e es el principio de toda sociedad y d e t o d o E s t a d o . y a h o n r a r a su p a d r e y a su m a d r e , q u e es el primer mandamiento
Sabéis, venerables h e r m a n o s , q u e la recta ordenación de esta socie- seguido de promesa19. Y m a n d a a los p a d r e s : y vosotros, padres,
d a d , p o r imposición del d e r e c h o natural, se apoya fundamental- no exasperéis a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina y en la
m e n t e en la u n i ó n indisoluble del h o m b r e y de la mujer y se com- enseñanza del Señor20. E l p r e c e p t o q u e el mismo A p o s t e l a d a a
p l e m e n t a con las obligaciones y los derechos m u t u o s entre padres
e hijos, amos y criados. Sabéis t a m b i é n q u e con los principios del vi; siquidem firmitate amissa, quae ex religioso coniugio in ipsam relundi-
tur, necesse est ipsam patris in prolem potestatem, et prolis ergá genitores
fiet... Non enim suhtrahet personan), cuiusquam Deus nec verebitur magnitudi- officia máxime relaxari. Contra vero honorabile in ómnibus connubium, quod
nem cuiusquam; quoniam pusillum et magnum ipse fecit, et aequaliter cura est in ipso mundi exordio ad humanam speciem propagandam et conservandam
Mi de ómnibus. Fortioribus autem fortior instat cruciatio. Si tamen quandoque Deus ipse instituit et inseparabile decrevit, firmius etiam et sanctius Ecclesia
cofttingat temeré et ultra modum publicam a Principibus potestatem exer- docet evasisse per Christum, qui Sacramenti ei contulit dignitatem, et suae
ceri, catholicae Ecclesiae doctrina in eos insurgere proprio marte non sinit, cum Ecclesia unionis formam voluit referre. Quapropter, Apostólo monen-
ne ordinis tranquillitas magis magisque turbetur, nevé societas maius exinde té, sicut Christus caput est Ecclesiae, ita vir caput est mulieris; et quemad-
detrimentum capiat. Cumque res eo devenerit, ut milla alia spes salutis modum Ecclesia subiecta est Christo, qui eam castissimo perpetuoque
affulgeat, docet christianae patientiae meritis, et instantibus ad Deum amore complectitur, ita et mulieres viris suis decet esse subiectas, ab ipsis
precibus remedium esse maturandum.—Quod si legislatorum ac princi- vicissim fideli constantique affectu diligendas.—Similiter patriae atque
pum placita aliquid sanciverint aut iusserint, quod divinae aut naturali herilis potestatis ita Ecclesia rationem moderatur, ut ad filios ac fámulos in
legi repugnet, christiani nominis dignitas et officium atque Apostólica sen- officio continendos valeat, nec tamen praeter modum excrescat. Secundum
tentia suadent obediendum esse magis Deo quam hominibus. namque catholica documenta, in parentes et dóminos caelestis Patris ac
Domini dimanat auctoritas; quae idcirco ab ipso non solum originem ac
Salutarem porro Ecclesiae virtutem, quae in civilis societatis ordinatis- vim sumit, Tsed etiam naturam et indolem necesse est mutuetur. Hinc libe-
simum régimen et conservationem redundat, ipsa etiam domestica societas, ros Apostoíus hortatur obedire parentibus suis in Domino, et honorare pa-
quae omnis civitatis et regni principium est, necessario sentit et experitur. trem suum et matrem suam, quod est mandatum primum in promissione. Pa-
Ñostis enim, Venerabiles Fratres, rectam huius societatis rationem, secún'- rentibus autem mandat: Et vos, patres, nolite ad iracundam provocare filios
dum naturalis iuris necessitatem, in indissolubili viri ac mulieris unipne vestros, sed edúcate tilos in disciplina et correptione Domini. Rursus autem
primo inniti, et mutuis parentes inter et filios, dóminos ac servos officiis
iuribusque compleri. Nostis etiam per Socialismi placita eam pene dissol- 17
Hebr. 13,4.
1 ? 18 E p h . 5,23.
Sap. 6,2-4,6-9. ™ E p h . 6,1-2,
1<¡ Cf. Act. 5,29. 2» E p h . 6,5-7.
70 I.I'ON Mil QUOD APOSTOUCI MUNKKIS VI
los siervos y a los amos es el de q u e los siervos obedezcan a sus h u r t o h a n sido c o n d e n a d o s p o r Dios, autor y custodio de todo
amos según la carne como a Cristo, sirviéndole* con buena voluntad derecho, de .tal forma q u e n o es lícito ni siquiera desear los bienes
como quien sirve al Señor; los amos, por su parle, q u e dejen las a m e - ajenos, y q u e los ladrones, como los adúlteros y los idólatras, están
nazas, considerando que el Señor de todos csld en ¡os cielos, y que no excluidos del reino d e los cielos 2 2 . L a Iglesia, sin e m b a r g o , n o des-
hay en Dios acepción de personas 2K Si todos aquellos a quienes toca cuida la defensa de los p o b r e s . C o m o piadosa m a d r e , n o deja de
guardasen cuidadosamente estos mándalos divinos, conforme a la proveer a las necesidades de éstos. Por el contrario, abrazándolos
disposición de la divina voluntad, cada familia sería u n a imagen en su seno con m a t e r n o afecto y teniendo en cuenta q u e represen-
de la casa celestial, y los grandes beneficios q u e de ello se segui- tan la persona de Cristo, el cual recibe como hechos a Sí m i s m o
rían n o q u e d a r í a n encerrados dentro del recinto doméstico, sino los bienes concedidos al m á s p e q u e ñ o de los pobres, los h o n r a
q u e se extenderían con abundancia hasta los mismos Estados. g r a n d e m e n t e y los alivia d e todos los m o d o s posibles. Se preocupa
solícitamente p o r levantar en todas partes casas y hospicios, en q u e
[El derecho de propiedad ] son recogidos, alimentados y cuidados, y cuida de colocar estos
establecimientos bajo su protección. A d e m á s , i m p o n e a los ricos
[ a ] . L a sabiduría católica, apoyada en los preceptos de la el estricto deber d e d a r lo superfluo a los p o b r e s y les recuerda
ley divina y de la ley natural, provee también con singular p r u - q u e d e b e n t e m e r el juicio divino, q u e los condenará a los supli-
dencia a la t r a n q u i l i d a d pública y doméstica con los principios q u e cios eternos si n o alivian las necesidades de los indigentes. Por
m a n t i e n e y enseña respecto al derecho de propiedad y a la distri- último, eleva y consuela el espíritu d e los pobres, proponiéndoles
b u c i ó n de los bienes adquiridos para las necesidades y la utilidad el ejemplo d e Jesucristo, quien, siendo rico, se hizo pobre por amor
de la vida. P o r q u e los socialistas presentan el derecho de propie- nuestro23, y recordándoles las palabras con las q u e el Señor les
dad como p u r a invención h u m a n a , contraria a la igualdad natural declaró bienaventurados, prometiéndoles la eterna felicidad. ¿Quién
de los h o m b r e s . Proclaman, además, la c o m u n i d a d de bienes y n o ve en esta doctrina el m e d i o mejor p a r a arreglar el antiguo con-
declaran q u e n o p u e d e tolerarse con paciencia la pobreza, y q u e es flicto entre p o b r e s y ricos? L a experiencia de la historia y d e la vida
lícito violar i m p u n e m e n t e el derecho de propiedad de los ricos. diaria d e m u e s t r a q u e , si se desconoce o posterga esta doctrina, se
L a Iglesia, en cambio, reconoce, con mayor sabiduría y utilidad, llega forzosamente a u n o de estos dos e x t r e m o s : o la mayor parte
la desigualdad e n t r e los h o m b r e s , distintos por las fuerzas natu- del género h u m a n o q u e d a reducida a la vil condición de siervo,
rales del c u e r p o y del espíritu, desigualdad existente t a m b i é n en la como sucedió a n t i g u a m e n t e entre las naciones paganas, o la socie-
posesión d e los bienes. M a n d a , además, q u e el derecho de propie-
d a d nacido de la m i s m a naturaleza sea m a n t e n i d o intacto e invio-
lado en m a n o s d e q u i e n lo posee. Sabe la Iglesia q u e el r o b o y el profectum, intactum cuilibet et inviolatum esse iubet: novit enim furtum
ac rapinam a Deo, omnis iuris auctore ac vindice, ita fuisse prohibita, ut
servís ac dominis per eumdem Apostolum divinum praeceptum propo- aliena vel concupiscere non liceat, furesque et raptores, non secus ac adulte-
nitur, ut ijli quidem obediant dominis carnalibus sicut Christo..., cum boma ri et idolatrae, a caelesti regno excludantur.—Nec tamen ideirco paupe-
volúntate servientes sicut Domino: isti autem remittanl minas, scientes quia rum curam negligit, aut ipsorum necessitatibus consulere pia mater praeter-
omnium Dominus est in caelis, et personarum acceptio non est apud Deum. mittit: quin immo materno illos complectens affectu, et probé noscens eos
Quae quidem omnia si secundum divinae voluntatis placitum diligenter a gerere ipsius Christi personara, qui sibi praestitum beneficium putat, quod
singulis, ad quos pertinet, servarentur, quaelibet proferto familia caelestis vel in mínimum pauperem a quopiam fuerit collatum, magno illos habet
domus imaginem quamdam praeseferret, et praeclara exinde beneficia in honore: omni qua potest ope sublevat; domos atque hospitia iis exci-
parta, non intra domésticos tantum parietes sese continerent, sed in ipsas piendis, alendis et curandis ubique terrarum curat erigenda, eaque in suam
respublicas uberrime dimanarent. recipit tutelam:»t3ravissimo divites urget praecepto, ut quod superest pau-
peribus tribuant; eosque divino terret iudicio, quo, nisi egenorum inopiae
suecurrant, aeternis sint suppliciis mutetandi. Tándem pauperum ánimos
Publicae autem ac domesticae tranquillitati catholica sapientia, natura-
máxime recreat ac solatur, sive exemplum Christi obiiciens, qui cum esset
lis divinaeque legis praeceptis suffulta, consultissime providit etiam per ea,
dives propter nos egenus faclus est, sive eiusdem verba recolens, quibus pau-
quae sentit ac docet de iure dominii et partitione bonorum quae ad vitae
peres beatos edixit et aeternae beatitudinis praemia sperare iussit.—Quis
necessitatem et utilitatem sunt comparata. Cum enim Socialistae ius pro-
autem non videat optimam hanc esse vetustissimi Ínter pauperes et divites
prietatis, tamquam humanum inventum, naturali hominum aequalitati
dissidii componendi rationem? Sicut enim ipsa rerum factorumque eviden-
repugnaos traducant, et communionem bonorum affectantes, pauperiem
tia demonstrat, ea ratione reiecta aut posthabita, alterutrum contingat n e -
haud aequo animo esse perferendam, et ditiorum possessiones ac iura im-
cesse est, ut vel máxima humani generis pars in turpissimam mancipiorum
pune violari posse arbitrentur; Ecclesia multo satius et utilius inaequali-
conditionem relabatur, quae diu penes ethnicos obtinuit; aut humana so-
tatem ínter homines, corporis ingeniique viribus naturaliter diversos, etiam
in bonis possidendis agnoscit, et ius proprietatis ac dominii, ab ipsa natura 22
Cf. 1 Cor. s.9-10.
23
" K r h . 6,4. 2 Cor. 8-9.
72 I.EON X I I I
QIIOI) Al'OSIOI.U'I MUNKKIS 73
d a d h u m a n a se ve sacudida con continuas revoluciones y devorada
24
p o r el r o b o y la rapiña, c o m o h e m o s p o d i d o comprobarlo desgra- almas . P r o c u r a d q u e t o d o s desde la m á s tierna infancia se acos-
ciadamente en estos últimos t i e m p o s . t u m b r e n a a m a r a Dios con filial ternura, reverenciando su autori-
d a d ; a mostrarse deferentes con la autoridad de los príncipes y d e
[IV. LA DOCTRINA CATÓLICA, REMEDIO FRENTE AL SOCIALISMO]
las leyes; a abstenerse d e t o d a concupiscencia y a guardar y d e -
fender el o r d e n establecido p o r Dios t a n t o en la sociedad civil
[ 1 0 ] . P o r lo cual, venerables hermanos, N o s , a q u i e n actual- c o m o en la sociedad doméstica. E s necesario, además, q u e pongáis
m e n t e está confiado el gobierno de toda la Iglesia, desde el principio s u m o cuidado en q u e los hijos de la Iglesia católica n o se inscriban
de n u e s t r o pontificado h e m o s señalado a los pueblos y a los gober- en esta secta t a n detestable ni la favorezcan en m o d o alguno. Por
nantes, combatidos p o r u n a recia tempestad, el p u e r t o en q u e el contrario, con la nobleza de su actuación y con la integridad de
p u e d e n encontrar u n refugio seguro. P o r eso, en este m o m e n t o de su vida d e m u e s t r e n los católicos la gran p r o s p e r i d a d y felicidad q u e
s u p r e m o peligro, N o s les dirigimos de nuevo nuestra voz apostó- disfrutaría la sociedad si en todos sus m i e m b r o s resplandecieran
lica, y en n o m b r e de su propia salvación y de la del E s t a d o les pe- las obras de la virtud. P o r último, como los seguidores del socialis-
dimos con la mayor insistencia q u e acojan y escuchen c o m o M a e s t r a m o se recluían principalmente entre los artesanos y los obreros,
a la Iglesia, t a n b e n e m é r i t a de la prosperidad política de los p u e - que, cansados tal vez d e las condiciones d e su trabajo, se dejan
blos, y se convenzan de q u e la religión y el E s t a d o se hallan t a n arrastrar fácilmente p o r la esperanza d e las riquezas y p o r la p r o -
e s t r e c h a m e n t e unidos q u e las pérdidas sufridas p o r la religión mesa de los bienes ajenos, nos parece o p o r t u n o fomentar, las asocia-
son pérdidas t a m b i é n de la majestad del p o d e r civil y de las obli- ciones d e artesanos y de obreros, q u e , colocadas bajo la tutela de
gaciones d e los subditos. C o m p r e n d i e n d o , finalmente, q u e la Igle- la religión, a c o s t u m b r e n a sus m i e m b r o s a contentarse con su
sia de C r i s t o posee p a r a combatir la plaga del socialismo medios suerte, a soportar con paciencia el trabajo y a llevar en t o d o m o -
m á s eficaces q u e t o d a s las legislaciones h u m a n a s , q u e todas las m e n t o una vida apacible y tranquila 2 5 .
prohibiciones de los magistrados y q u e todas las armas militares,
devuelvan a la Iglesia su entera libertad para q u e ésta p u e d a d e s - [12]. Q u e Dios, a q u i e n d e b e m o s referir el principio y el
plegar con eficacia su benéfico influjo en favor de la sociedad h u - fin de t o d o bien, secunde, venerables h e r m a n o s , nuestras empresas
mana. y las vuestras. P o r lo d e m á s , la m i s m a solemnidad de estos días,
en los q u e se celebra el N a c i m i e n t o del Señor, nos m u e v e a esperar
[ i i ] . Vosotros, venerables hermanos, q u e conocéis bien el
origen y naturaleza de los males q u e amenazan a la h u m a n i d a d , eiusque numen vereri; Principum legumque maiestati obsequium praestare;
consagrad todas vuestras fuerzas y t o d o vuestro ardor para q u e a cupiditatibus temperare, et ordinem quem Deus sive in civili sive in do-
la doctrina católica p e n e t r e y arraigue profundamente en todas las mestica societate constituit, diligenter custódire. Insuper adlaboretis opor-
tet ut Ecclesiae catholicae filii ñeque nomen daré, ñeque abominatae sectae
favere ulla ratione audeant: quin imo, per egregia facinora et honestam in
cietas continuis sit agitanda motibus, rapinis ac latrociniis funestanda, prout ómnibus agendi ratio/>¿m ostendant, quam bene feliciterque humana con-
recentibus etiam temporibus contigisse dolemus. sisteret societas, si singula membra recte factis et virtutibus praefulgerent.—
Quae cum ita sint, Venerabiles Fratres, Nos, quibus modo totius Ec- Tándem cum Socialismi sectatores ex hominum genere potissimum quaeran-
clesiae régimen incumbit, sicut a Pontificatus exordiis populis ac Prin- tur, qui artes exercent vel operas locant, quique laborum forte pertaesi
cipibus dirá tempestate iactis portum commonstravimus, quo se tutissime divitiarum spe ac bonorum promissione facillime alliciuntur, opportunum
recipirent; ita nunc extremo, quod instat, periculo commoti Apostolicam videtur artificum atque opificum societates fovere, quae sub religionis tu-
vocem ad eos rursus attollimus; eosque per propriam ipsorum ac reipublicae tela constitutae omnes socios sua sorte contentos operumque patíentes effi-
salutem iterum iterumque precamur, obtestantes, ut Ecclesiam, de publica ciant, et ad quietam ac tranquillam vitam agendam inducant.
regnorum prosperitate tam egregie meritam, magistram recipiant et au- Nostris autem Vestrisque coeptis, Venerabiles Fratres, Ule aspiret, cui
diant; planeque sentiant, rationes regni et religionis ita esse coniunctas, ut omnis boni principium et exitum acceptum referre Cogimur.—Ceterum in
quantum de hac detrahitur, tantum de subditorum officio et de imperii spem praesentissimi auxilii ipsa Nos hoium dierum erigit ratio, quibus
maiestate decedat. Et cum ad Socialismi pestem avertendam tantam Eccle- Domini Natalis dies anniversaria celebritate recolitur. Quam enim Chris-
siae Christi virtutem noverint inesse, quanta nec humanis legibus inest, nec
24
magistratuum cohibitionibus, nec militum armis, ipsam Ecclesiam in eam E n su respuesta a la felicitación del cardenal decano del Sacro Colegio—2 d e marzo
de 1898—, León XIII subrayaba de nuevo como causa básica de los males morales y sociales
tándem conditionem libertatemque restituant, qua saluberrimam vim suam de la época moderna el debilitamiento del espíritu religioso: ASS 30 (1897-1898) 541-545.
in totius humanae societatis commodum possit exercere. 25 Estas líneas constituyen u n como preludio de la Rerum Novarum. Y son además el
eco d e la actividad desplegada por el catolicismo en el campo de la acción estrictamente so-
Vos autem, Venerabiles Fratres, qui ingruentium malorum originem et cial. «Desde la primera mitad del siglo XIX habían florecido asociaciones de carácter econó-
indolem perspectam habetis, in id toto animi nisu ac contentione incumbite, mico-político-social entre los católicos de muchos paises d e E u r o p a : la Plus Verein de Ale-
ut catholica doctrina in omnium ánimos inseratur atque alte descendat. Sa- mania, sobre todo, dio el impulso y fué el modelo de otras organizaciones m u y semejantes,
como L'Union Catholique belga, la Ligue Catholique francesa, la Catholk Union inglesa, la
agite ut vel a teneris annis omnes assuescant Deum filiali amore complecti, Asociación de los Católicos en España y la Umone Cattolica (1870) en Italia» (I. GIORDANI, Le
enciclice sociali p.38, R o m a 1956).
74 I.KON X I I I
y político es compatible con el desorden y la disolución de la familia reconocieron en el matrimonio algo sagrado. Además, el matrimonio
es un espejismo tan falso como peligroso. cristiano es sacramento y la jurisdicción sacramental es exclusiva cic-
Destacan así del conjunto de esta encíclica cuatro afirmaciones bá- la Iglesia. La historia enseña que la Iglesia ha ejercido siempre esta
sicas: el carácter esencialmente sagrado del matrimonio, la competencia jurisdicción en la materia matrimonial y nunca la ha renunciado a
exclusiva de la Iglesia sobre el vínculo matrimonial y la incompetencia favor del poder civil.
radical del Estado en este aspecto, la jurisdicción del Estado sobre La distinción regalista entre contrato y sacramento carece de base
los efectos de orden meramente temporal del matrimonio y el principio real. En el matrimonio cristiano el contrato es inseparable del sacra-
general de que las instituciones naturales sólo pueden producir un influjo mento. Además, el matrimonio cristiano es una imagen de las místicas
social benéfico cuando las legislaciones positivas respetan la estructura bodas de Cristo con la Iglesia.
y la dinámica dada por Dios a esas instituciones. V. Como todas las instituciones naturales y divinas, el matrimonio debe
ser conservado en su estado primero; de lo contrario, se convierte
El estudio de este documento debe completarse con el análisis de en una fuente de males. Porque el matrimonio tal como ha sido esta-
la encíclica Constanti H u n g a r o r u m , de n de septiembre de 1893, blecido por Dios es una fuente perenne de beneficios para el indivi-
dirigida por León XIII al episcopado húngaro (ASS 26 [1893-1894] duo, para la familia y para la sociedad. Sin embargo, hoy día el matri-
129-136); la carta II divisamento, de 8 de febrero de 1893, escrita monio está perdiendo sus tres propiedades esenciales: la santidad
al episcopado véneto (ASS 23 [1892-1893] 439-474), y la encíclica la unidad y la perpetuidad. La degeneración del matrimonio causada
Cisiamo, de 1 de junio de 1879, enviada al episcopado de Turin, por el divorcio implica la disolución de la familia, y a través de ésta
,
Vercelli y Genova (Leonis X I I I P . M . E p . Encyclicae et Constitu- la ruina del Estado. ** *
tiones f.i p.243, Milán 1889). El documento que prolonga y actua- El divorcio no detiene la inmoralidad. La historia confirma este
liza la doctrina expuesta por León XIII en la A r c a n u m divinae es aserto. Por el contrario, el divorcio es causa de innumerables males.
Es el enemigo número uno de la familia y del Estado. Una vez tole-
' la encíclica de Pío XI Casti connubii, sobre el matrimonio cristiano.
rado, el divorcio no reconoce límites. Testimonios de la historia
antigua y moderna. Por tanto, la Iglesia, al salvaguardar la indisolubi-
BIBLIOGRAFÍA lidad del vínculo matrimonial frente al divorcio, ha prestado y presta
un gran servicio al Estado. El Pontificado romano se ha opuesto a
OTTO SCHILLING, Die Staats-und Soziallehre des Papstes Leo XIII p.l7ss.— las pretensiones de divorcio de ciertos reyes, y es por esta causa bene-
MOURRET, Histoire genérale de VEglise t.9 p.360 (París).—G. CASTELLA, His- mérito de la civilización.
toire des Papes t.3 p.284 (Zurich 1945).—I. GIORDANI, Le eneicliee sociali
p.41 (Roma 1956). VI. La Iglesia no niega el derecho del Estado a regular positivamente los
aspectos o los efectos del matrimonio que pertenecen a la esfera del
orden puramente temporal. La eficaz cooperación que en orden a la
SUMARIO verdad se logra entre la fe y la razón debería obtenerse analógica-
I. La encarnación del Verbo ha traído consigo la restauración del hom- mente también entre la Iglesia y el Estado en las materias mixtas.
bre en el orden sobrenatural. Sin embargo, los efectos de esta res- La unión acertada de los dos poderes es extraordinariamente eficaz
tauración han trascendido también al orden natural. Por esto la fami- para alejar los peligros que actualmente amenazan a la Iglesia y al
Estado.
lia y el Estado han recibido grandes beneficios como consecuencia
de la elevación de la naturaleza humana. VIL Exhortación al episcopado para mantener la pureza de la doctrina,
II. El objeto de esta encíclica es la familia, cuyo origen es el matrimonio. especialmente en lo tocante al matrimonio cristiano. El matrimonio
civil es una mera formalidad externa; no es un verdadero matrimonio.
III. Dios ha instituido personalmente el matrimonio y las propiedades El matrimonio rato y consumado es indisoluble. Sólo en casos extre-
esenciales de éste. Prcgresiva corrupción del matrimonio en el pueblo mos se permite la separación de cuerpos. El matrimonio tendría una
judío y en las naciones paganas. Jesucristo ha restaurado el matri- mayor estabilidad si fuese contraído por las debidas motivaciones
monio decaído. La tradición apostólica nos ha transmitido fielmente religiosas. Hay que evitar los matrimonios mixtos, por los muchos
estas enseñanzas sobre el origen, las propiedades y la perfección del peligros que éstos encierran. Las uniones ilegítimas deben ser regu-
matrimonio cristiano. larizadas. Invitación a la plegaria.
La regulación del matrimonio ha sido encomendada por Jesu-
cristo a la Iglesia. Esta ha conservado intacta la santidad del matri-
/ monio; ha establecido un mismo derecho matrimonial para todos; [1 ]. El secreto designio 1 de la sabiduría divina, que J e s u -
ha garantizado la libertad y los derechos de los que se casan. cristo, el Salvador de los h o m b r e s , había de realizar en la t i e r r a ,
IV. Hoy se intenta pervertir esta noción sagrada del matrimonio cris-
tiano, negando la soberanía de Dios y los derechos de la Iglesia D e m a t r i m o n i o christiano
sobre aquél y poniéndolo bajo la total y exclusiva jurisdicción del Arcanum divinae sapientiae consilium, quod Salvator hominum Iesus
Estado. Christus in terris erat perfecturus, eo spectavit, ut mundum, quasi vetustate
El matrimonio civil es una noción contradictoria y falsa, porque 1
L E Ó N XIII, carta encíclica a todos nuestros venerables hermanos, patriarcas, p r i m a -
el «sacramento» existe aun entre los mismos paganos, que siempre dos, arzobispos y obispos del m u n d o católico en paz y comunión con la Sede Apostólica,
sobre el matrimonio cristiano: ASS 12 [1870-1880] 57-94: A L 2,10-40.
78 LEÓN X I I I B
AUCANt'M DIVIN'AF. 79
t u v o p o r fin la restauración divina en Cristo y p o r Cristo de u n
m i e n t o en todas sus esferas de vida. Porque, una vez establecido
m u n d o envejecido y enfermo. Este propósito fué señalado p o r el
el o r d e n cristiano, todos y cada uno de los h o m b r e s aprendieron
apóstol Pablo con espléndida y sublime sentencia en su epístola
y se a c o s t u m b r a r o n a descansar en la p a t e r n a providencia d e Dios
a los Efesios: £7 misterio de su voluntad..., reunir en Cristo todas las
y- a alimentar la esperanza, q u e n o confunde, dé los celestiales
cosas, las de los cielos y las de la tierra 2. E n realidad, cuando Cristo
auxilios, cosas a m b a s q u e p e r m i t e n alcanzar la fortaleza, la m o d e -
n u e s t r o Señor determinó cumplir el m a n d a t o q u e le había d a d o el
ración, la constancia, la tranquilidad de espíritu y otras m u c h a s
Padre, comunicó i n m e d i a t a m e n t e a todas las cosas una nueva forma
v i r t u d e s excelentes y egregias acciones. Por lo q u e toca a la familia
y fisonomía, despojándolas de la antigua. P o r q u e sanó las heridas
y al Estado, es admirable el a u m e n t o q u e consiguieron e n su dig-
infligidas a la naturaleza h u m a n a p o r el pecado del p r i m e r padre
nidad, firmeza y p r o b i d a d . Se hizo m á s justa y sagrada la autoridad
de la h u m a n i d a d ; restituyó a todos los h o m b r e s , q u e eran p o r la
de los g o b e r n a n t e s ; m á s fácil y p r o n t a la obediencia d e los p u e b l o s ;
naturaleza hijos de ira, a la amistad d e D i o s ; transportó asía luz
m á s estrecha la u n i ó n de los ciudadanos; m á s seguro el derecho
de la verdad a los q u e estaban oprimidos p o r prolongados errores;
d e p r o p i e d a d . A todas las instituciones q u e son útiles en la sociedad
renovó todas las virtudes en los que se hallaban sumidos en la
civil ha favorecido y provisto la religión cristiana, d e tal m a n e r a
mayor i m p u r e z a ; y después de devolverlos así a la herencia de la
q u e , s e g ú n San A g u s t í n , n o h u b i e r a p o d i d o facilitar e n mayor
felicidad sempiterna, les dio la cierta esperanza de q u e su propio
g r a d o el bienestar y la felicidad d e la vida m o r t a l si estuviese des-
cuerpo, mortal y caduco, había de participar algún día de la i n m o r -
t i n a d a ú n i c a m e n t e a la obtención y a u m e n t o de los bienes y utili-
talidad y gloria del cielo. Y para q u e estos beneficios t a n singulares
d a d e s de esta vida mortal.
estuvieran al alcance de los h o m b r e s de todos los tiempos, consti-
t u y ó a la Iglesia c o m o vicaria de su misión y, p r o v e y e n d o para el [3 ]. Sin e m b a r g o , n o es n u e s t r o propósito enumerar ahora
futuro, le m a n d ó ordenar t o d o lo q u e estuviese p e r t u r b a d o y reedi- cada u n o d e estos b i e n e s ; q u e r e m o s h a b l a r solamente de la socie-
ficar t o d o lo q u e se hallase d e r r u i d o en la sociedad h u m a n a . dad doméstica, cuyo principio y f u n d a m e n t o es el matrimonio.
[ 2 ] . Y a u n q u e esta divina restauración de q u e h e m o s hablado,
se refirió principal y directamente a los h o m b r e s constituidos en [I. EL MATRIMONIO A LA LUZ DE LA R E V E L A C I Ó N ]
el orden sobrenatural de la gracia, sin embargo, sus preciosos y sa-
ludables efectos transcendieron también a m p l i a m e n t e al o r d e n na- [Origen divino del matrimonio]
tural, p o r lo cual, t a n t o los individuos en particular como toda
la sociedad h u m a n a en general, recibieron u n notable perfecciona- [ 4 ] . N a d i e ignora, venerables h e r m a n o s , el verdadero origen
del matrimonio.—-Porque a u n q u e los detractores de la fe cristiana
p r e t e n d a n desconocer la doctrina constante d e la Iglesia sobre este
senescentem, Ipse per se et in se divinitus instauraret. Quod splendida et
grandi sententia complexus est Paulus Apostólas, cum ad Ephesios ita p u n t o y p r o c u r e n desde m u y antiguo b o r r a r la tradición de t o d o s
scriberet: Sacramentara voluntatis suae... instaurare omnia in Christo, quae Etenim, christiano rerum ordine semel condito, hominibus singulis feliciter
in caelis et quae in térra sunt. Revera cum Christus Dominus mandatum contigit, ut ediscerent atque adsuescerent in paterna Dei providentia con-
faceré instituit quod dederat illi Pater, continuo novam quamdam formam quiescere, et spem alere, quae non confundir, caelestium auxiliorum; quibus
ac speciem rebus ómnibus impertiit, vetustate depulsa. Quae enim vulnera ex rebus fortitudo, moderatio, constantia, aequabilitas pacati animi, plures
piaculum primi parentis humanae naturae imposuerat, Ipse sanavit: nomines denique praeclarae virtutes et egregia facta consequuntur.—Societati vero
universos, natura filios irae, in gratiam cum Deo restituit: diuturnis fatiga- domesticae et civili mirum est quantum dignitatis, quantum firmitudinis
tos erroribus ad veritatis lumen traduxit; omni impuritate confectos ad et honestatis accesserit. Aequior et sanctior effecta principum auctoritas;
omnem virtutem innovavit; redonatisque hereditati beatitudinis sempiter- propensior et facilior populorum obtemperatio; arctior civhm coniunctio;
nae spem certam fecit, ipsum eorum Corpus, moríale et caducum, immorta- tutiora iura dominii. Omnino rebus ómnibus, quae in chítate habentur
litatis et gloriae caelestis particeps aliquando futurum. Quo vero tam sin- útiles, religio christiana consuluit et providit; ita quidem, ut, auctore S. A u -
gularia beneficia, quamdiu essent nomines, tamdiu in terris permanerent, gustino, plus ipsa afferre momenti ad bene beateque vivenduin non potuisse
Ecclesiam constituit vicariam muneris sui, eamque iussit, in futurum pro- videatur, si esset parandis vel augendis mortalis vitae comniodis et utilita-
spiciens, si quid esset in hominum societate perturbatum, ordinare; si quid tibus unice nata.
collapsum, restituere.
Verum de hoc genere toto non est Nobis propositum modo singula
Quamquam vero divina haec instauratio, quam diximus, praecipue et enumerare; volumus autem de convictu domestico eloqui, cuius est in ma-
directo nomines attigit in ordine gratiae supernaturali constituios, tamen trimonio principium et fundamentum.
pretiosi ac salutares eiusdem fructus in ordinem quoque naturalem largiter
permanarunt; quamobrem non mediocrem perfectionem in omnes partes Constat inter omnes, Venerabiles Fratres, quae vera sit matrimonii
acceperunt cum singuli homines, tum humani generis societas universa. origo.—Quamvis enim fidei christianae vituperatores perpetuam hac de r e
2 E p h . 1,9-10.
doctrinam Ecclesiae fugiant agnoscere, et memoriam omnium saeculorum
delere iamdiu contendant, vim tamen lucemque veritatis necextinguere n e c
I.
80 LEÓN XIIT ARCANÜM DIVINAE 81
los pueblos y de t o d o s los siglos, n o h a n p o d i d o , sin e m b a r g o , pueblos paganos, y a u n e n t r e los m i s m o s hebreos p a r e c i ó como
extinguir n i debilitar la luz poderosa d e la verdad. R e c o r d a m o s nublarse y oscurecerse.—Porque prevaleció en el p u e b l o h e b r e o la
cosas d e t o d o s sabidas y q u e n a d i e p o n e en d u d a : d e s p u é s q u e c o s t u m b r e general d e q u e a cada varón fuese lícito t e n e r m á s d e
D i o s e n el sexto día d e la creación formó al h o m b r e del polvo d e una m u j e r ; y después, c u a n d o M o i s é s les concedió b e n i g n a m e n t e ,
la tierra e infundió en su rostro el soplo d e la vida, quiso d a r l e u n a por la dureza de su corazón4, la facultad del r e p u d i o , se abrió la
compañera, la cual sacó del costado del m i s m o varón m i e n t r a s p u e r t a al divorcio.—En c u a n t o a la sociedad pagana, a p e n a s parece
éste dormía. C o n lo cual quiso el providentísimo D i o s q u e aquellos creíble hasta q u é p u n t o llegó la degeneración y la c o r r u p c i ó n del
d o s cónyuges fuesen el principio natural d e todos los h o m b r e s , m a t r i m o n i o al estar expuesto c o m o estaba a las corrientes d e los
del cual se siguieran la propagación y la conservación del g é n e r o errores d e cada p u e b l o y a las liviandades m á s torpes. T o d a s las
h u m a n o a través d e u n a i n i n t e r r u m p i d a cadena d e procreación. naciones, u n a s m á s y otras m e n o s , parecieron olvidar la n o c i ó n y
Esta u n i ó n del h o m b r e y la mujer, p a r a q u e respondiera mejor a el origen verdaderos del m a t r i m o n i o , y este olvido fué la causa d e
los sapientísimos propósitos d e D i o s , m o s t r ó ya d e s d e aquel t i e m - q u e con frecuencia se p r o m u l g a r a u n a legislación m a t r i m o n i a l q u e
p o dos propiedades nobilísimas, p r o f u n d a m e n t e impresas y g r a b a - parecía útil a la república, a u n q u e n o fuese conforme a la n a t u r a -
das, a saber, la u n i d a d y la perpetuidad. Y esto lo vemos declarado leza. U n ritual solemne inventado p o r el capricho de los legis-
y claramente confirmado e n el Evangelio p o r la divina a u t o r i d a d ladores hacía q u e las mujeres llevasen o el h o n e s t o n o m b r e d e espo-
d e Jesucristo, quien atestiguó a los j u d í o s y a los apóstoles q u e el sa o el n o m b r e vergonzoso d e c o n c u b i n a ; y a u n se llegó a establecer
m a t r i m o n i o , p o r su m i s m a institución, sólo p u e d e verificarse e n t r e q u e las autoridades políticas, e n bien del E s t a d o , d e t e r m i n a s e n le-
dos personas, o sea, e n t r e u n varón y u n a m u j e r ; q u e d e los dos g a l m e n t e quiénes p o d í a n y quiénes n o p o d í a n contraer m a t r i m o n i o
esposos viene a hacerse como u n a sola carne, y q u e el vínculo con una legislación t o t a l m e n t e contraria a la justicia y a la e q u i d a d .
conyugal está tan í n t i m a y estrechamente enlazado p o r disposición
A d e m á s , la poliginia, la poliandria y el divorcio fueron causa d e q u e
de D i o s , q u e nadie e n t r e los h o m b r e s p u e d e desatarlo o r o m p e r l o .
el vínculo matrimonial sufriese u n a relajación extraordinaria. H u b o
Se unirá [el h o m b r e ] a la mujer, y serán los dos una sola carne.
t a m b i é n u n a g r a n p e r t u r b a c i ó n e n los derechos y obligaciones m u -
De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que
t u o s d e los cónyuges, p o r q u e d e u n a p a r t e el m a r i d o adquiría el d o -
Dios unió, no lo separe, el hombre 3 .
m i n i o d e la mujer, y se apropiaba los bienes d e ésta m u c h a s veces
s i n causa j u s t a a l g u n a ; m i e n t r a s q u e , p o r otra p a r t e , al m a r i d o , e n -
[Decadencia del matrimonio] t r e g a d o l o c a m e n t e a u n a sensualidad i n d ó m i t a y desenfrenada, le
era i m p u n e m e n t e p e r m i t i d o «discurrir p o r lupanares, entre siervas,
• [SJ- P e r o esta n o c i ó n del m a t r i m o n i o , t a n excelente y s u b l i - c o m o si el p e c a d o dependiese de la dignidad y n o d e la voluntad» 5 .
me, e m p e z ó poco a p o c o a corromperse y desaparecer e n t r e los D e s b o r d a d o el libertinaje del marido, n a d a había m á s desgraciado
debilitare potuerunt. Nota ómnibus et nemini dubia commemoramus: pos-
teaquam sexto creationis die formavit Deus hominem de limo terrae, et rum genus quasi obnubilan atque obscurari visa.—Nam apud hos de uxori-
inspiravit in faciera eius spiraculum vitae, sociam illi voluit adiungere, quam bus susceperat consuetudo communis, ut singulis viris habere plus una
de latere viri ípsius dormientis mirabiliter eduxit. Qua in re hoc voluit liceret; post autem, cum ad duritiam coráis eorum indulgenter permisisset
providentissimus Deus, ut illud par coniugum esset cunctorum hominum Víoyses repudiorum potestatem, ad divortium factus est aditus.—In socie-
naturale principium, ex quo scilicet propagan humanum genus, et, numquam tate vero ethnicorum vix credibile videatur, quantam corruptelam et demu-
intermissis procreationibus, conservan in omne tempus oporteret. Atque tationem nuptiae contraxerint, quíppe quae obiectae fluctibus essent errorum
illa viri et mulieris coniunctio, quo sapientissimis Dei consiliis responderet uniuscuiusque populi et cupiditatum turpissimarum, Cunctae plus minus
aptius, vel ex eo tempore duas potissimum, easque in primis nobiles, quasi gentes dediscere notíonem germanamque originem matrimonii visae sunt;
alte impressas et insculptas prae se tulit proprietates, nimirum unitatem eamque ob causam de coniugiis passim ferebantur leges, quae esse e re-
et perpetuitatem.—Idque declaratum aperteque confirmatum ex Evangelio publica viderentur, non quas natura postularet. Sollemnes litus, arbitrio
perspicimus divina Iesu Christi auctoritate; qui Iudaeis et Apostolis testatus legumlatorum inventi, efficiebant ut honestum uxoris, aut turpe concubinae
est, matrimonium ex ipsa institutione sui dumtaxat Ínter dúos esse deberé, nomen mulleres nanciscerentur; quin eo ventum erat, ut auctoritate prin-
scilicet virum Ínter et mulierem; ex duobus unam veluti carnem fieri; et cipum reipublícae caveretur, quibus esset permissum inire nuptias, et quibus
nuptiale vinculum sic esse Dei volúntate intime vehementerque nexum, non esset, multum legibus contra aequitatem contendentibus, multum p r o
ut a quopiam Ínter homines dissolvi, aut distrahi nequeat. Adhaerebit (homo) iniuria. Praeterea polygamia, polyandria, divortium causae fuerunt, quam
uxori suae, et erunt dúo in carne una. Itaque iam non sunt dúo, sed una caro. obrem nuptiale vinculum magnopere relaxaretur. Summa quoque in mutuis
Quod ergo Deus coniunxit, homo non separet. coniugum iuribus et officiis perturbatio extitit, cum vir dominium uxoris
acquireret, eamque suas sibi res habere, milla saepe iusta causa, iuberet;
Vérum haec coniugii forma, tam excellens atque praestans, sensim sibi vero ad effrenatam et indomitam libidinem praecipiti impune liceret
corrumpi et interire apud ethnicos populos coepit; et penes ipsum Hebraeó-
" M t . 19,8.
3 5
Mt. i9,s-6. SAN JERÓNIMO, Epist, 77, 3 ; P L 22,691.
82 LEÓN XIII ARCANUM DrVIN.VE 83
q u e la esposa, s u m i d a en u n a degradación tan grande, q u e era ciones mosaicas, revistiéndose de la autoridad de legislador supre-
considerada c o m o u n m e r o i n s t r u m e n t o adquirido para satisfacer mo, estableció lo siguiente acerca del m a t r i m o n i o : Y yo digo que
la pasión o p a r a e n g e n d r a r la prole. N i se consideró vergonzosa la quien repudia a su mujer (salvo caso de adulterio) y se casa con otra,
c o m p r a v e n t a de las esposas, como si fuesen cosas c o r p o r a l e s 6 , comete adidterio; y el que se casare con la que otro repudió, comete
d á n d o s e a veces al p a d r e y al m a r i d o la facultad de castigar con la adulterio 9.
última p e n a a la esposa. L a familia nacida de estos matrimonios [7]. Pero las leyes dadas acerca del m a t r i m o n i o p o r la auto-
había d e estar necesariamente o sojuzgada p o r el E s t a d o o conver- ridad de Dios fueron transmitidas de u n m o d o m á s c o m p l e t o y claro
tida en p r o p i e d a d del p a d r e de familia 7 , a q u i e n las leyes habían p o r la tradición y los escritos de los apóstoles, pregoneros de la ley
otorgado t a m b i é n n o sólo el p o d e r de ajustar y disolver a su arbi- divina. A h o r a bien, como t r a n s m i t i d o p o r el magisterio apostólico
trio el m a t r i m o n i o de sus hijos, sino t a m b i é n la facultad de ejercer ha de tenerse t o d o aquello q u e «nuestros santos Padres, los conci-
s o b r e éstos una bárbara potestad de vida y m u e r t e . lios y la tradición de la Iglesia universal h a n enseñado siempre» ' °,
a saber, q u e Cristo n u e s t r o Señor elevó el m a t r i m o n i o a la dignidad
[Restauración cristiana del matrimonio] d e s a c r a m e n t o ; q u e al m i s m o t i e m p o hizo q u e los cónyuges, a y u d a -
dos y fortalecidos p o r la gracia celestial q u e los méritos d e Cristo
[ 6 ] . P e r o p a r a tantos vicios y para t a n grandes ignominias consiguieron, alcanzasen la santidad en el m i s m o m a t r i m o n i o ; y q u e
c o m o afeaban el m a t r i m o n i o , buscóse, al fin, por disposición divina, p o r m e d i o de éste, dispuesto a d m i r a b l e m e n t e a semejanza d e su
la e n m i e n d a y la medicina, ya q u e Jesucristo, restaurador de la dig- mística u n i ó n con la Iglesia, perfeccionó el a m o r n a t u r a l l l y r o b u s -
n i d a d h u m a n a y perfeccionador d e las leyes mosaicas, consagró al teció con el vínculo de la caridad divina la u n i ó n de suyo indisoluble
m a t r i m o n i o u n c u i d a d o n o leve. P o r q u e ennobleció con su presen- e n t r e el- m a r i d o y la mujer. Vosotros, los maridos, dice San Pablo
cia las bodas d e C a n a , q u e hizo m e m o r a b l e s con el p r i m e r o d e sus a los Efesios, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia,
milagros 8 ; p o r lo cual ya desde aquel día adquirió el m a t r i m o n i o y se entregó por ella, para santificarla... Los maridos deben amar a sus
los p r i m e r o s esplendores de u n a n u e v a santidad. M á s adelante d e - mujeres como a su propio cuerpo.:. Porque nadie aborrece jamás su
volvió al m a t r i m o n i o la nobleza d e su primitivo origen, ya r e p r o - propia carne, sino que la alimenta y la abriga, como Cristo a la Iglesia,
b a n d o la moral h e b r e a p o r los abusos de la poligamia y d e la facul- porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. Por
t a d del r e p u d i o , ya, sobre todo, o r d e n a n d o q u e nadie se atreviese esto dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer,
a disolver l o q u e D i o s había u n i d o con vínculo p e r p e t u o . P o r este y serán d.os en tina carne. Gran misterio éste, pero entendido de Cristo y
motivo, d e s p u é s d e refutar las objeciones tomadas d e las institu-
excurrere per lupanaria et ancillus, quasi culpara dignitas faciat, non voluntas. perpetuo coniunctionis vinculo Deus ipse constrinxisset. Quapropter cum
Exsuperante viri licentia, nihil erat uxore miserius, in tantam humilitatem difficultates díluisset ab institutis mosaicis in médium allatas, supremi le-
deiecta, ut instrumentum pene haberetur ad explendam libidinem, vel gislatoris suscepta persona, haec de coniugibus sanxit: Dico autem vobis,
gignendam sobolem comparatum. Nec pudor fuit, collocandas in matrimo- quia quicumque dimiserit uxorem suam, nisi ob fornicalionem, et aliam áuxeril,
nium emi vendí, in rerum corporearum similitudinem, data interdum paren- moechatur; et qui dimissam duxerit, moechatur.
ti maritoque facúltate extremum supplicium de uxore sumendi. Talibus Verum quae auctoritate Dei de coniugiis decreta et constituta sunt, ea
familiam ortam connubiis necesse erat aut in bonis reipublicae esse, aut in nuncii divinarum legum Apostoli plenius et enucleatius memoriae litterisque
mancipio patrifamilias, cui leges hoc quoque posse dederant, non modo prodiderunt. Iamvero Apostolis magistris accepta referenda sunt, quae
überorum conficere et dirimere arbitratu suo nuptias, verum etiam in eosdem sancti Paires nostri, Concilla et universalis Ecclesiae traditio semper docuerunt,
exercere vitae necisque immanem potestatem. nimirum Christum Dominum ad Sacramenti dignitatem evexisse matrimo-
nium; simulque effecisse ut coniuges, caelesti gratia quam merita eius p e -
Sed tot vitiis, ta: cisque ignominiis, quibus erant inquinata coniugia, pererunt septi ac muniti, sanctitatem in ipso coniugio adipiscerentur: atque
sublevado tándem et medicina divinitus quaesita est; quandoquidem resti- in eo, ad exemplar mystici connubii sui cum Ecclesia mire conformato, et
tutor dignitatis humanae legumque mosaicarum perfector Iesus Christus amorem qui est naturae consentaneus perfecisse, et viri ac mulieris indivi-
non exiguam, ñeque postremam de matrimonio curam adhibuit. Etenim dúan! suapte natura societatem divinae caritatis vinculo validius coniun-
nuptias in Cana Galilaeae Ipse praesentia sua nobilitavit, primoque ex pro- xisse. Viri, Paulus inquit ad Ephesios, diligite uxores vestras sicut et Christus
digiis a se editis fecit memorabiles; quibus causis vel ex eo die in hominum dilexit Ecclesiam et seipsum tradidit pro ea, ut Mam sanctificaret... Viri debent
coniugia nova cuiusdam sanctitudinis initia videntur esse profecta. Deinde diligere uxores suas ut corpora sua... nemo enim unquam carnem suam odio ha-
matrimonium revocavit ad primaevae originis nobilitatem, cum Hebraeo- buit; sed nutrit etfovet eam, sicut et Christus Ecclesiam; quia membra sumus cor-
rum mores improbando, quod et multitudine uxorum et repudii facúltate poris eius, de carne eius et de ossibus eius. Propter hoc relinquet homo patrem et
abuterentur; tum máxime praecipiendo, ne quis dissolvere auderet quod
6
Cf. ARNOBIO, Adversus gentes 4 (sic, tal vez 1,64). '111Mt. u;.t).
7 Concilio Tridenüno, sess.24' in princ: DB 970.
DIONISIO DE HALICARNASO, Antigüedades romanas II 26-27. 1! Ibicí. c. 1: De reformat. matrim.: DB 969.
• Cf. lo. 2. "
AKCANUM niVIN'Ai: 85
84 I.KO.N X11I
la,cual, sin e m b a r g o , por ser carne d e la carne y h u e s o de los huesos
de la Iglesia n . Igualmente sabemos por el magisterio apostólico d e aquél, d e b e someterse y obedecer a su marido, n o a m a n e r a de
q u e Cristo santificó e hizo inviolable la u n i d a d e indisolubilidad esclava, sino c o m o c o m p a ñ e r a ; de tal forma q u e su obediencia sea
propias del matrimonio en su primitivo origen. A los casados, dice d i g n a al m i s m o t i e m p o q u e virtuosa. Y t a n t o en el q u e m a n d a c o m o
el m i s m o San Pablo, precepto es no mío, sino del Señor, que la mujer e n la q u e obedece, p o r ser los dos representantes el u n o d e Cristo
no se separe del marido; y de separarse, que no vuelva a casarse, o que y la otra de la Iglesia, el a m o r divino d e b e ser el constante regulador
se reconcilie con el marido 1 3 . Y otra vez:. La mujer está ligada por d e sus obligaciones. Porque el marido es cabeza de la mujer, como
todo el tiempo de vida de su marido; pero si muriese su marido, queda Cristo es cabeza de la Iglesia... Y así como la Iglesia está sujeta a
libre 14 . Por estas causas precisamente fué el m a t r i m o n i o gran sa- Cristo, así las mujeres a sus maridos en todo 1 9 . E n cuanto a los hijos,
cramento 15 , tenido en honor por todos 16 , piadoso, casto y digno de d e b e n éstos someterse y obedecer a sus padres y honrarlos p o r obli-
veneración por ser la imagen y representación de altísimos mis- gación de conciencia; y los padres, p o r su parte, d e b e n consagrar
terios. t o d o s sus pensamientos y cuidados a la defensa y educación d e sus
[S]. Pero la excelencia y perfección cristianas del matrimonio hijos en la v i r t u d : Y vosotros, padres..., criadlos [los hijos] en discu
n o se limita a lo ya dicho. P o r q u e , en p r i m e r lugar, se asignó a la plina y en la enseñanza del Señor20. D e lo cual se concluye q u e n o
u n i ó n matrimonial u n fin m á s noble y elevado q u e el q u e anterior- son pocos ni leves los deberes de los esposos; p e r o por la gracia q u e
m e n t e se le había a t r i b u i d o ; pues q u e d ó establecido q u e la finalidad deriva de este sacramento, les son estos deberes n o sólo llevaderos,
del m a t r i m o n i o n o era solamente la propagación del género h u m a n o , sino t a m b i é n agradables.
sino la procreación d e los hijos de la Iglesia, conciudadanos de los
santos y familiares de Dios l 7 ; esto es, «para q u e se formase y educase [La Iglesia y el matrimonio cristiano]
el p u e b l o en la religión y en el culto del verdadero D i o s y Salvador
n u e s t r o Jesucristo» x 8 . E n segundo lugar, q u e d a r o n enteramente [ 9 ] . H a b i e n d o , p u e s , Jesucristo levantado el matrimonio a u n a
definidos los deberes y los derechos de cada u n o de los cónyuges, t a n g r a n d e dignidad, entregó y e n c o m e n d ó t o d a su regulación a la
esto es, que se hallen a m b o s dispuestos siempre a guardarse m u - Iglesia. L a cual, en t o d o t i e m p o y lugar, ejerció sus atribuciones
t u a m e n t e el mayor amor, la fidelidad constante y u n solícito y con- sobre el m a t r i m o n i o de Tos cristianos, de tal m a n e r a q u e siempre
t i n u o auxilio. El m a r i d o es el jefe de la familia y cabeza de la mujer, h a n aparecido estas atribuciones c o m o propias suyas, obtenidas n o
p o r concesión d e los h o m b r e s , sino recibidas del m i s m o Dios p o r
matrem suam et adhaerebit uxori suae et erunt dúo in carne una. Sacramentum v o l u n t a d expresa de su F u n d a d o r . N o es necesario demostrar el
hoc magnum est: ego autem dico in Christo et in Ecclesia.—Similiter Apostolis c u i d a d o y la vigilancia con q u e la Iglesia ha p r o c u r a d o conservar la
auctoribus didicimus unitatem, perpetuamque firmitatem, quae ab ipsa
requirebatur nuptiarum origine, sanctam esse et nullo tempore violabilem caput mulieris; quae tamen, quia caro est de carne illius et os de ossibus
Christum iussisse. lis qui matrimonio iuncti sunt, idem Paulus ait, praecipio eius, subiiciatur pareatque viro, in morem non ancillae, sed sociae; ut scili-
non ego, sed Dominus, uxorem a viro non discedere; quod si discesserit, manere cet obedientiae praestitae nec honestas, nec dignitas absit. In eo autem qui
innuptam, aut viro suo reconciliari. Et rursus: Mulier alligata est legi, quanto praeest, et in hac quae paret, cum imaginem uterque referant alter Christi,
tempore vir eius wint: quod si dormierit vir eius, liberata est. Hisce igitur altera Ecclesiae, divina caritas esto perpetua moderatrix officii. Nam vir
causis matrimonium extitit sacramentum magnum, honorahile in ómnibus, caput est mulieris, sicut Christus caput est Ecclesiae... Sed sicut Ecdlesia subiecta
pium, castum, rerum altissimarum imagine et significatione verendum. est Christo, ita et mulieres viris suis in ómnibus.—Ad liberos quod pertinet,
subesse et obtemperare parentibus, hisque honorem adhibere propter con-
Ñeque iis dumtaxat quae commemorata sunt, christiana eius perfectio scientiam debent; et vicissim in liberis tuendis atque ad virtutem potissimum
absolutioque continetur. Nam primo quidem nuptiali societati excelsius informandis omnes parentum curas cogitationesque evigilare necesse est:
quiddam et nobilius propositum est, quam antea fuisset; ea enim spectare Patres... edúcate tilos (filios) in disciplina et correptione Domini. Ex quo in-
iussa est non modo ad propagandum genus humanum, sed ad ingenerandam telligitur, nec pauca esse coniugum officia, ñeque levia; ea tamen coniugibus
Ecclesiae sobolem, cives Sanctorum et domésticos Dei; ut nimirum populus bonis, ob virtutem quae Sacramento percipitur, non modo tolerabilia fiunt,
ad veri Dei et Salvatoris nostri Christi cultum et religionem procrearetur atque verum etiam iucunda.
educaretur.—Secundo loco sua utrique coniugum sunt officia definita, sua
iura integre descripta. Eos scilicet ipsos necesse est sic esse animo semper Christus igitur, cum ad talem ac tantam excellentiam matrimonia reno-
affectos, ut amorem máximum, constantem fidem, sollers assiduumque vavisset, totam ipsorum disciplinam Ecclesiae credidit et commendavit.
praesidium alteri alterum deberé intelligant.—Vir est familiae princeps, et
Qpae potestatem in coniugia christianorum omni cum tempore, tum loco
exercuit, atque ita exercuit ut illam propriam eius esse appareret, nec homi-
12 Eph. 5,25-32.
13 1 Cor. 7,IO-II. num concessu quaesitam, sed auctoris sui volúntate divinitus adeptam.—
i* 1 Cor. 7,39. Quot vero et quam vigiles curas in retinenda sanctitate nuptiarum collocarit,
15 Eph. 5.32.
19
16 H e b r . 13,4. E p h . 5,23-24-
" Eph. 2 , I Q . 2» E p h . 6,4.
18 Catecismo romano c.8.
86 LEÓN' X I I I
ARCANIJM niVIXAF. 87
santidad del m a t r i m o n i o , para q u e n o sufriese menoscabo.su firmeza, Iglesia i m p u s o a la potestad de los padres d e familia, p a r a q u e n o
p o r q u e son conocidos de todos. Sabemos, en efecto, q u e el concilio q u e d a s e m e r m a d a la justa libertad d e los hijos o hijas q u e q u i s i e r a n
de Jerusalén reprobó el amor disoluto y l i c e n c i o s o 2 ! ; vemos a u n casarse 2 s ; decretó la n u l i d a d del m a t r i m o n i o entre c o n s a n g u í n e o s
c i u d a d a n o de C o r i n t o c o n d e n a d o como incestuoso p o r la autoridad y afines d e n t r o de ciertos grados 2 9 , para q u e el sobrenatural' a m o r
d e San Pablo 2 2 ; y rechazados con la misma fuerza m u c h o s adversa- de los cónyuges se difundiese p o r m á s espacioso c a m p o ; p r o c u r ó ,
rios del m a t r i m o n i o cristiano, a s a b e r : los gnósticos, m a n i q u e o s en lo posible, desterrar del m a t r i m o n i o el error, la fuerza y el e n -
y m o n t a ñ i s t a s en los p r i m e r o s tiempos de la Iglesia 2 3 , y en nuestros g a ñ o 3 0 ; y m a n t u v o sana y salva la castidad del tálamo, la seguri-
días, los m o r m o n e s , sansimonianos, falansterianos y c o m u n i s t a s 2 4 . d a d d e las p e r s o n a s 3 1 , el decoro de la u n i ó n c o n y u g a l 3 2 y la inte-
Q u e d ó t a m b i é n establecido u n m i s m o derecho matrirnonial para gridad de la fe 33 . F i n a l m e n t e , fortaleció con t a n t o vigor y con u n a
todos, abolidas las antiguas diferencias entre esclavos y libres 2 5 ; legislación t a n p r u d e n t e esta divina institución, q u e nadie q u e d e
se igualaron los derechos del marido y de la m u j e r ; p o r q u e , como imparcial se precie p u e d e desconocer q u e t a m b i é n , d e s d e el p u n t o
decía San J e r ó n i m o , «entre nosotros n o es lícito a los maridos lo q u e de vista del m a t r i m o n i o , es la mejor custodia y defensora del lina-
n o está p e r m i t i d o a las mujeres, y j u z g a m o s de igual condición las j e h u m a n o la Iglesia, cuya sabiduría salió triunfante d e la malicia
obligaciones q u e r e p u t a m o s iguales» 2 6 ; y estos m i s m o s derechos d e los t i e m p o s , d e la injusticia d e los h o m b r e s y d e las continuas
q u e d a r o n sólidamente afianzados p o r la correspondencia en el amor vicisitudes de la vida política.
y en los auxilios m u t u o s ; fué a m p a r a d a y reivindicada la dignidad
de la m u j e r ; se prohibió al m a r i d o castigar con la m u e r t e a la esposa
[II. A T A Q U E S CONTRA EL MATRIMONIO]
a d ú l t e r a 2 7 y q u e b r a n t a r impúdica y deshonestamente la fidelidad
jurada. Y es t a m b i é n m u y i m p o r t a n t e la acertada limitación q u e la
[El matrimonio civil]
ut sua his incolumitas maneret, plus est cognitum quam ut demonstrari de- [ 1 0 ] . N o faltan, sin embargo, h o m b r e s q u e , instigados p o r
beat.—Et sane improbatos novimus Concilii Hierosolymitani sententia amo- el enemigo del género h u m a n o , desprecian o desconocen por c o m -
res solutos et liberos; civem Corinthium incesti damnatum beati Pauli pleto la restauración y el perfeccionamiento del matrimonio, d e la
auctoritate; propulsatos ac reiectos eodem semper tenore fortitudinis conatus
plurimorum, matrimonium christianum hostiliter petentium, videlicet Gnos- m i s m a manera q u e con s u m a ingratitud rechazan todos los d e m á s
ticorum, Manichaeorum, Montanistarum sub ipsa rei christianae primordia; beneficios de la redención. El pecado de algunos antiguos consistió
nostra autem memoria Mormonum, Sansimonianorum, Phalansterianorum,
Communistarum.—Simüi modo ius matrimonii aequabile Ínter omnes atque de potestate patrumfamilias Ecclesia, quantum oportuit, limitaverit, ne filiis
unura ómnibus est constitutum, vetere ínter servos et ingenuos sublato dis- et filiabus coniugii cupidis quidquam de iusta libértate minueretur; quod
crimine; exaequata viri et uxoris iura; etenim, ut aiebat Hieronymus, apud nuptias ínter cognatos et affines certis gradibus nullas esse posse decreverit
nos quod non licet feminis, aeque non Ucet vhis: et eadem servitus pari conditione
ut nimirum supernaturalis coniugum amor latiore se campo diffunderet ;
censetur: atque illa eadem iura ob remunerationem benevolentiae et vicissi- quod errorem et vim et fraudem quantum potuit, a nuptiis prohibenda
tudinem officiorum stabiliter firmata; adserta et vindicata mulierum digni- curaverit; quod sanctam pudicitiam thalami, quod securitatem personarum,
tas; vetitum viro poenam capitis de adultera sumere, iuratamque fidem quod coniugiorum decus, quod religionis incolumitatem sarta tecta esse
libidinose atque impudice violare.—Atque illud etiam magnum est quod voluerit. Denique tanta vi, tanta providentia legum divinum istud institu-
tum communüt, ut nemo sit rerum aequus existimator, quin intelligat, hoc
21 Cf. Act is,20. etiam ex capite quod ad coniugia refertur, optimam esse humani genens
22 Cf. i Cor. s,s. custodem ac vindicem Ecclesiam; cuius sapientia et fugam temporum, et
23
Los gnósticos, nombre aplicado a varias sectas antiguas que pretendían adquirir un co- iniurias hominum, et rerum publicarum vicissitudines innumerabiles victrix
nocimiento religioso (yvcoois) superior a la fe c o m ú n revelada (cf. D T C s.v. Gnosticisme t.6
C0I.1434SS).—Los maniqueos, discípulos de M a n e s (c.216-276), quien enseñaba !a existencia
evasit.
simultánea de dos principios supremos—luz y tinieblas—, raíz y origen respectivamente del
bien y del mal. Según la dogmática maraquea, el p r i m e r hombre, Adán, procedía de la luz y Sed, adnitente humani generis hoste, non desunt qui, sicut cetera re-
1
de las tinieblas; e n cambio, la primera mujer, Eva, era encarnación del mal. El matrimonio, demptionis beneficia ingrate repudiant, sic restitutionem perfectionemque
por tanto, implicaba el predominio del mal sobre el bien (cf. D T C s.v. Manicheisme^ t.o
coí.1872-1885). L o s montañistas condenaban el m a t r i m o n i o por considerarlo como institu- matrimonii aut spernunt, aut omnino non agnoscunt.—Flagitium nonnullo-
ción radicalmente pecaminosa (cf. D T C s.v. Montanisme t . i o col.2355ss). rum veterum est, inimicos fuisse nuptiis in aliqua ipsarum parte; sed multo
24
L o s mormones constituyen una secta, fundada e n 1830 p o r el americano Joseph Smiih.
que cree en la T r i n i d a d , acepta la revelación bíblica, pero completándola con el «Libro de 28
C.30 q.3 c.2 De cognat. spirit. Cf. C I C F parte 1.* c o l . n o i .
Mormón», el n u e v o ángej revelador, y practica la poligamia. Los sansimonianos, discípulos 29 C. De consang. et affinit. (cf. C I C F parte 2.* col.703) y c.i De cognat. legaü Ubid.
del conde de Saint-Simón (1760-1825), pretenden poseer una nueva moral q u e ha sustituido col.696).
al cristianismo, históricamente superado, por u n «nuevo cristianismo», basado no ya en_ la 30 C.26 De spansal. (cf. C I C F parte 2.» col.670); c.13 (ibid. col.665); c.15 (ibid. col.666);
fe revelada, sino e n la ciencia adquirida por medio de la razón. Los falansterianos seguían c.2Q (ibid. col.671); De sponsai. et matrim. et alibi.
las teorías del socialista francés O. Faurier U772-1837) y vivían concentrados en agrupaciones n C De convers. infid. (cf. C I C F parte 2.» col.587); c.5 y 6 De ea qui duxit inmatr. (ibid.
colectivistas de carácter laboral, profesando vida c o m ú n en todos los aspectos. co! .688-689). ., .
25 C . l De coniug. serv. Cf. C I C F parte 2. a col.691-692. 32
C.3, 5 y 8 De sponsal. et matr. (cf. C I C F parte 2.' col.661,663) y cono!» Tridentirto
26 SAN JERÓNIMO, Epist. 7 7 : P L 22,691. ses.24; De reformat. matr.: D B 969.
2 ' Canon Znrerfectores y canon Admonere q.2. Cf. C I C F parte 1.* col.1152-1154. 33 C.7 De divort. (cf. C I C F parte 2." col.722).
AKCWI'U IUVISAK 89
88 LEÓN X I I I
o r d e n a d o , q u e todos ellos p u e d e n alcanzar de un m o d o conveniente la concordia entre los parientes, garantizar la b u e n a educación cil-
sus p r o p i o s fines. P e r o si la t e m e r i d a d o la malicia d e los h o m b r e s ios hijos, m o d e r a r la patria potestad con el ejemplo d e la potestad
se e m p e ñ a en p e r t u r b a r el o r d e n sabiamente establecido por Dios, divina, hacer q u e los hijos obedezcan a los p a d r e s y los criados
entonces sucede q u e las instituciones más útiles y m á s sabias a los a m o s . D e m a t r i m o n i o s de esta clase p u e d e n con t o d o d e r e c h o
o comienzan a ser dañosas o dejan d e ser provechosas, b i e n p o r q u e esperar los Estados u n a generación de ciudadanos virtuosos, q u e ,
p i e r d a n con el cambio la eficacia de su acción, bien p o r q u e Dios a c o s t u m b r a d o s al amor y al respeto de Dios, consideren como
quiera castigar d e este m o d o la soberbia audaz de los h o m b r e s . obligación de conciencia la obediencia a la legislación j u s t a d e los
A h o r a bien, los q u e niegan el carácter sagrado del m a t r i m o n i o y poderes legítimos, el a m o r d e t o d o s y el respeto d e los derechos
lo colocan, despojado de t o d a santidad, en el género de las cosas de los d e m á s .
profanas, pervierten los fundamentos de la naturaleza, se o p o n e n [ 1 5 ] . Estos frutos t a n grandes y t a n valiosos p r o d u j o el m a -
a los propósitos d e la divina Providencia y d e s t r u y e n e n c u a n t o t r i m o n i o m i e n t r a s conservó sus propiedades d e santidad, u n i d a d
p u e d e n lo instituido p o r ésta. N o debe, pues, causar admiración y perpetuidad, de las cuales recibe toda su fructuosa y saludable
el q u e de estos locos e impíos intentos se recoja una a b u n d a n t e eficacia; y es i n d u d a b l e q u e seguiría p r o d u c i e n d o idénticos frutos
cosecha d e males, q u e es la m á s perniciosa d e todas para la salud si siempre y en todas partes hubiese sido confiado a la a u t o r i d a d
de las almas y p a r a la seguridad del Estado. y vigilancia de la Iglesia, q u e es la mejor y m á s fiel depositaría y
defensora d e aquellas propiedades esenciales del m a t r i m o n i o . — P e r o ,
[El matrimonio, fuente de bienes para el individuo y el Estado ] como m o d e r n a m e n t e el capricho d e algunos h o m b r e s h a q u e r i d o sus-
tituir el d e r e c h o natural y divino con u n d e r e c h o p u r a m e n t e h u m a -
[ 1 4 ] . Si se considera el fin al q u e tiende la institución divina no, n o sólo ha c o m e n z a d o a borrarse la elevadísima noción del m a t r i -
del m a t r i m o n i o , se verá claramente q u e D i o s ha q u e r i d o p o n e r m o n i o q u e la naturaleza había i m p r e s o y registrado en el corazón d e
en el m a t r i m o n i o la fuente m á s copiosa de la utilidad y del bienestar los h o m b r e s , sino q u e t a m b i é n en los mismos m a t r i m o n i o s d e los fieles
públicos. E n efecto, el m a t r i m o n i o , además de ser el medio a p t o cristianos, p o r la h u m a n a debilidad, se ha debilitado m u c h o aquella
para la propagación del g é n e r o h u m a n o , tiene c o m o fin mejorar eficacia p r o d u c t o r a d e grandes bienes. P o r q u e , ¿qué bienes p u e d e n
y hacer m á s feliz la vida de los cónyuges; y esto p o r m u c h a s razo- esperarse d e los m a t r i m o n i o s q u e se inician d e s t e r r a n d o a la reli-
nes, a saber, por la m u t u a ayuda en el r e m e d i o de las necesidades, gión cristiana, q u e es m a d r e de todos los bienes y a l i m e n t o d e las
por la constancia y fidelidad en el amor, por la c o m u n i d a d de t o d o s mayores virtudes, excitando e i m p u l s a n d o los ánimos a toda clase
los bienes y p o r la gracia celestial q u e brota del sacramento. El de acciones nobles y generosas? El rechazo de la religión trae con-
m a t r i m o n i o es t a m b i é n u n m e d i o eficacísimo para la felicidad de sigo inevitablemente q u e el m a t r i m o n i o caiga de n u e v o otra vez
las familias, p o r q u e el m a t r i m o n i o , c u a n d o es conforme a la n a t u - en la esclavitud de la corrompida naturaleza h u m a n a y en la servi -
raleza y concuerda con las intenciones de Dios, p u e d e consolidar
gruentia naturae, Deique consiliis apte conveniant, firmare profecto valebunt
nienter habitura sit. At si rerum ordinem providentissime constitutum animorum concordiam Ínter parentes, tueri bonam institutionem liberorum,
immutare et perturbare hominum temeritas aut improbitas velit, tum vero temperare patriam potestatem proposito divinae potestatis exemplo, filio1;
etiam sapientissime atque utilissime instituta aut obesse incipiunt, aut pro- parentibus, .fámulos herís faceré obedientes. Ab eiusmodi autem coníugiis
desse desinunt, vel quod vim iuvandi mutatione amiserint, vel quod tales expectare civitates iure possunt genus et sobolem civium, qui probé animal i
Deus ipse poenas malit de mortalium superhia atque audacia sumere. Iam- sint, Deique reverentia atque amore assueti, sui officii esse ducant íuste et
vero qui sacrum esse matrimonium negant, atque omni despoliatum sanctitate legitime imperantibus obtemperare, cunctos diligere, laedere neminem.
in rerum profanarum coniiciunt genus, ii pervertunt fundamenta naturae, Hos fructus tantos ac tam praeclaros tamdiu matrimonium revera genuit,
st divinae providentiae tum consiliis repugnant, tum instituta, quantum quamdiu muñera sanctitatis, unitatis, perpetuitatisque retinuit, a quibus vir'-
potest, demoliuntur. Quapropter mirum esse non debet, ex huiusmodi co- omnem accipit frugiferam et salutarem; ñeque est dubitandum símiles pa-
natibus insanis atque impiis eam generari malorum segetem, qua nihil est resque ingeneraturum fuisse, si semper et ubique in potestatem fidemqui
saluti anímorum, incolumitatique reipublicae perniciosius. fuisset Ecclesiae quae illorum munerum est fidissima cónservatrix et vin-
dex.—Sed quia modo passim übuit humanum ius in locum naturalis et
Si consideretur quorsum matrimoniorum pertineat divina institutio, id diviní supponere, deleri non solum coepit matrimonii species ac notio
erit evidentissimum, includere in illis voluisse Deum utilitatis et salutis praestantissima, quam in animis hominum impresserat et quasi consigna -
publicae ubérrimos fontes. Et sane, praeter quam quod propagationi generis verat natura; sed in ipsis etiam Christianorum coníugiis, hominum vitio.
humani prospiciunt, illuc quoque pertinent, ut meliorem vitam coniugum multum vis illa debilitata est magnorum bonorum procreatrix. Quid esc
oeatioremque efficiant; idque pluribus causis, nempe mutuo ad necessi- enim boni quod nuptiales afierre possint societates, unde abscedere chris-
iates sublevandas adiumento, amore constanti et fideli, communione omnium tiana religio iubetur, quae parens est omnium bonorum, maximasque alit
bonorum, gratia caelesti, quae a sacramento proficiscitur. Eadem vero p'lu- virtutes, excitans et impellens ad decus omne generosi animi atque excelsi.'
rimum possunt ad familiarum salutem; nam matrimonia quamdiu sint con- lia igitur semota ac reiecta, redigi nuptias oporlet in servitutem vitiosac
96 LEÓN XIII
AKCANL'M D1V1NAK •'«
d u m b r e d e las peores pasiones, q u e d á n d o l e sólo la ineficaz protec- c u a n d o la sociedad fué e n t e r a m e n t e secularizada con el alejamiento
ción d e u n a moral natural. Esta es la fuente d e la q u e h a n b r o t a d o de D i o s , se p r o m u l g ó u n a legislación q u e legalizaba la separación
múltiples males, q u e n o sólo h a n influido e n las familias, sino t a m - de los cónyuges. Y s o n m u c h o s h o y día los q u e desean r e n o v a r
bién e n los Estados. P o r q u e , p e r d i d o el saludable t e m o r d e Dios esta legislación al q u e r e r quitar d e e n m e d i o a Dios y a la Iglesia
y olvidado el c u m p l i m i e n t o d e los deberes, q u e n u n c a e n parte al- y s u p r i m i r toda participación d e a m b o s e n el m a t r i m o n i o , p e n s a n d o
g u n a h a sido t a n r e c o m e n d a d o como e n la religión cristiana, sucede neciamente q u e el mejor r e m e d i o d e la corrupción d e c o s t u m b r e s
lo q u e inevitablemente tiene q u e suceder, q u e resultan casi inso- d e b e ser b u s c a d o e n estas leyes.
portables las cargas y las obligaciones del m a t r i m o n i o y son m u c h o s
descarriados los q u e quieren liberarse d e u n vínculo q u e j u z g a n [ 1 7 ] . A p e n a s es necesario decir los i n n u m e r a b l e s males q u e
contraído p o r su exclusiva voluntad y p o r u n d e r e c h o m e r a m e n t e encierra el divorcio. P o r causa del divorcio pierde su inmutabilidad
h u m a n o , c u a n d o la diferencia d e caracteres, la discordia, la viola- la alianza matrimonial, se debilita el a m o r m u t u o , q u e d a abierto
ción p o r el otro cónyuge d e la fe j u r a d a , el m u t u o consentimiento el c a m i n o a los perniciosos incentivos d e la infidelidad, se perjudica
u otras m u c h a s causas les aconsejan y m u e v e n a recobrar la libertad, la educación y la seguridad d e los hijos, se ofrece u n a ocasión
Y si p o r v e n t u r a la legislación vigente les p r o h i b e satisfacer estos continua p a r a disolver la sociedad doméstica, se multiplican las
libertinos deseos, entonces dicen a gritos q u e esta legislación es semillas d e discordia entre las familias, se disminuye y pisotea la
inicua, i n h u m a n a y q u e está e n p u g n a c o n el d e r e c h o d e los ciu- dignidad d e la mujer, q u e «ae e n el peligro d e verse a b a n d o n a d a
d a d a n o s libres; p o r lo cual les parece q u e p o r ser a n t i c u a d a debe p o r su m a r i d o d e s p u é s q u e éste ha satisfecho la torpeza d e s u s
q u e d a r derogada y sustituida p o r otra legislación m á s h u m a n a q u e pasiones.—Y c o m o p a r a p e r d e r las familias y destruir las fuerzas
declare la licitud del divorcio. de u n E s t a d o n a d a sirve t a n t o como la corrupción d e la moral,
fácilmente se c o m p r e n d e q u e el divorcio es enemigo n ú m e r o u n o
de la prosperidad d e la familia y del Estado, p o r q u e el divorcio
[Condenación del divorcio ] nace c u a n d o la moral de los pueblos h a q u e d a d o corrompida y,
como enseña la experiencia, deja el camino expedito y la p u e r t a
[ 1 6 ] . E n realidad, los legisladores d e nuestros d í a s , q u e se abierta a las c o s t u m b r e s m á s viciosas e n la vida pública y privada.—
distinguen p o r su tenaz sagacidad e n la defensa d e estos m i s m o s Y m u c h o m á s claramente se verá la gravedad d e estos males si se
principios jurídicos, n o p u e d e n defenderse, a u n q u e quieran, frente considera q u e n o h a y freno t a n poderoso q u e , u n a vez concedida
a la t e m e r i d a d referida d e ciertos h o m b r e s , p o r lo cual se v e n obli- la facultad del divorcio, p u e d a contenerla d e n t r o d e ciertos y d e -
gados a transigir c o n las circunstancias d e los t i e m p o s y a conceder t e r m i n a d o s límites. G r a n d e es, e n efecto, la fuerza del ejemplo,
la facultad del divorcio.—La historia d e m u e s t r a esta realidad. D e - pero mayor es la d e las pasiones d e s o r d e n a d a s ; c o n estos incentivos
j a n d o a u n lado otros ejemplos, a fines del siglo pasado, d u r a n t e sucederá necesariamente q u e la fiebre del divorcio, extendiéndose
la Revolución francesa, q u e m á s q u e revolución fué aniquilamiento,
Deo, profanaretur, tum demum placuit ratas legibus esse coniugum disces-
hominum naturae et pessimarum dominarum cupiditátum, honestatis na- siones. Easdem autem leges renovari hoc tempore multi cupiunt, propterea
turalis parum valido defensas patrocinio. Hoc fonte multiplex derivata per- quod Deum et Ecclesiam'pelli e medio ac submoveri volunt a societate
nicies, non modo in privatas familias, sed etiam in civitates influxit. Etenim coniunctionis humanae; stulte putantes extremum grassanti morum corrup-
salutari depulso Dei metu, sublataque curarum levatione, quae nusquam telae remedium ab eiusmodi legibus esse quaerendum.
alibi est quam in religione christiana maior, persaepe fit, quod est factu
proclive, ut vix ferenda matrimonii muñera et officia videantur; et liberari At vero quanti materiam mali in se divortia contineant, vix attinet dicere.
nimis multi vinculum velint, quod iure humano et sponte nexum putant, Eorum enim causa fiunt maritalia foedera mutabilia; extenuatur mutua
si dissimilitudo ingeniorum, aut discordia aut fides ab alterutro violata, benevolentia; infidelitati perniciosa incitamenta suppeditantur; tuitioni atque
aut utriusque consensus, aliaeve causae liberari suadeant oportere. Et si institutioni liberorum nocetur; dissuendis societatibus domesticis praebetur
forte satis fieri procacitati voluntatum lege prohibeatur, tum iniquas clamant occasio; discordiarum ínter familias semina sparguntur; minuitur ac depri-
esse leges, inhumanas, cum iure civium liberorum pugnantes; quapropter mitur dignitas mulierum, quae in periculum veniunt ne, cum libidini virorum
omnino videndum ut, illis antiquatis abrogatisque, Jicere divortia humaniore inservierint, pro derelictis habeantur.—Et quoniam ad perdendas familias,
lege decernatur. frangendasque regnorum opes nihil tam valet, quam corruptela morum,
facile perspicitur, prosperitati familiarum ac civitatum máxime inimica esse
divortia, quae a depravatis populorum moribus nascuntur, ac, teste rerum
Nostrorum autem temporum legumlatores, cum eorumdem iuris prin- usu, ad vitiosiores vitae privatae et publicae consuetudines aditum ianuam-
cipiorum tenaces se ac studiosos profiteantur, ab illa hominum improbitate, que patefaciunt.—Multoque esse graviora baec mala constabit, si conside-
quam diximus, se tueri non possunt, etiamsi máxime velint: quare cedendum retur, frenos millos futuros tantos, qui concessam semel divortiorum facul-
temporibus ac divortiorum concedenda facultas.-—Quod historia idem ipsa tatem valeant intra certos, aut ante provisos, limites coerceré. Magna prorsus
declarat. U t enim alia praetereamus, exeunte saeculo superiore, in illa non est vis exemplorum, maior cupiditátum: hisce incitamentis fieri debet, ut
tam perturbatione quam deflagratione Galliarum, cum societas omnis, amoto divortiorum libido latius quotidie serpens plurimorum ánimos invadat.
nocir, pona/, i 4
98 LEÓN XTII AKCANÚM DlVlNAK 99
cada día más, invadirá el á n i m o d e m u c h o s , propagándose como que se siguieron, q u e su espantoso n ú m e r o superó con exceso la
u n a epidemia contagiosa o c o m o u n torrente q u e se desborda, opinión de los legisladores. P u e s m u c h o s cometieron el crimen de
r o m p i e n d o todos los m u r o s de contención. entregarse a toda clase de fraudes y maldades y de fingir, p o r medio
[18]. T o d a s estas cosas son, sin d u d a alguna, evidentes p o r sí de crueldades, injurias y adulterios, pretextos para disolver i m p u n e -
m i s m a s ; p e r o se esclarecen m á s todavía con el r e c u e r d o de ciertos m e n t e el vínculo matrimonial, del q u e estaban cansados; y todo
hechos históricos.—Tan p r o n t o como las leyes ofrecieron u n seguro esto con t a n t o d a ñ o de la m o r a l pública, q u e todos j u z g a r o n ser
camino al divorcio, a u m e n t a r o n extraordinariamente las disensio- necesario establecer c u a n t o antes u n a legislación q u e remediase
nes matrimoniales, los odios y las separaciones, y llegó a tal p u n t o daños t a n g r a n d e s . — Y ¿quién d u d a q u e los efectos de las leyes
la inmoralidad q u e se derivó de esta legislación, q u e los m i s m o s favorecedoras del divorcio serán igualmente calamitosos si llegan
defensores del divorcio se arrepintieron de lo h e c h o ; pues era de a ponerse en práctica en nuestros t i e m p o s ? Las teorías y las leyes
t e m e r q u e , si n o se ponía r e m e d i o p r o n t o a t a n graves males con u n a h u m a n a s n o tienen p o d e r para c a m b i a r la índole y la estructura
legislación contraria, la m i s m a sociedad se precipitaría r á p i d a m e n t e natural de las cosas; p o r lo cual interpretan equivocadamente la
en su m á s completa r u i n a . — D i c e n q u e los antiguos romanos se pública felicidad los q u e piensan q u e p u e d e pervertirse i m p u n e -
horrorizaron cuando presenciaron los p r i m e r o s casos de divorcio; m e n t e el g e n u i n o o r d e n natural del m a t r i m o n i o ; y, dejando a u n
p e r o n o m u c h o t i e m p o después se pejrdió en ellos el s e n t i m i e n t o lado la santidad de la religión y del sacramento, quieren rehacer
de la moral natural, se extinguió por completo el p u d o r m o d e r a d o r y desfigurar el m a t r i m o n i o con u n a torpeza mayor q u e la q u e m o s -
de las concupiscencias y se comenzó a violar la fidelidad conyugal t r a r o n las instituciones paganas. P o r esto, con razón p u e d e n t e m e r
con u n a licencia t a n desenfrenada, q u e es m u y p r o b a b l e lo q u e las familias y la sociedad h u m a n a , si n o se cambia de dirección,
leemos en algunos autores, q u e las mujeres solían contar su edad, verse arrojadas en el abismo de la m á s completa disolución, q u e es
n o p o r el n ú m e r o de cónsules, sino p o r el n ú m e r o de m a r i d o s q u e el propósito deliberado d e los socialistas y d e los comunistas.—Por
habían tenido.—Del m i s m o m o d o entre los protestantes se dicta- t o d o lo cual q u e d a d e m o s t r a d o c u a n falso y a b s u r d o es esperar
ron ciertamente, al principio, leyes q u e señalaban algunas causas la felicidad pública del divorcio, el cual, p o r el contrario, c o n d u c e
—pocas en n ú m e r o — p o r las cuales podía permitirse lícitamente siempre con absoluta seguridad a la ruina total d e las sociedades.
el divorcio; estas causas, sin e m b a r g o , en virtud de la afinidad [19]. D e b e reconocerse, p o r tanto, q u e la Iglesia católica h a
existente entre las cosas q u e son semejantes, experimentaron tal sido y es benemérita del bien c o m ú n de todos los pueblos p o r su
a u m e n t o entre los alemanes, americanos y otros pueblos, q u e t o d o s p e r p e t u a consagración a la defensa de la santidad y perpetuidad del
los que todavía tenían sentido c o m ú n j u z g a r o n dignas de llorar la matrimonio, y q u e n o es poca la g r a t i t u d q u e se le debe p o r h a b e r
infinita depravación d e la moral y la intolerable t e m e r i d a d de las
leyes.—Lo m i s m o ha sucedido en los Estados católicos, e n los cuales incommodorum, quae consecuta sunt, muititudo opinionem legislatorurn
cuando se permitió la legalidad del divorcio fueron tantos los males longe vicit. Nam scelus plurimorum fuit, ad omnem malitianí fraudemque
versare mentem, ac per saevitiam adhibitam, per iniurias, per adulteria fin-
quasi morbus contagione vulgatus, aut agmen aquarum, superatis aggeribus, gere causas ad illud impune dissolvendum, cuius pertaesum esset, coniunc-
tionis maritalis vinculum: .idque cum tanto publicae honestatis detrimento,
exundans.
ut operam emendandis legibus quamprimum dari omnes iudicaverint opor-
Haec certe sunt omnia per se clara; sed renovanda rerum gestarum me- tere.—Et quisquam dubitabit, quin exitus aeque miseros et calamitosos
moria fiunt clariora.—Simul ac iter divortiis tutum lege praestari coepit, habiturae sint leges divortiorum fautrices, sicubi forte in usum aetate nostra
dissidia, simultates, secessiones plurimum crevere; et tanta est vivendi tur- revocentur? Non est profecto in hominum commentis vel decretis facultas
pitudo consecuta, ut eos ipsos, qui fuerant talium discessionum defensores, tanta, ut immutare rerum naturalem indolem conformationemque possint:
facti poenituerit; qui nisi contraria lege remedium mature quaesissent, ti- quapropter parum sapienter publicam felicitatem interpretantur, qui ger-
mendum erat, ne praeceps in suam ipsa perniciem respublica dilaberetur.— manam matrimonii rationem impune pervertí posse putant; et, qualibet
Romani veteres prima divortiorum exempla dicuntur inhorruisse; sed non sanctitate cum religionis tum Sacramenti posthabita, diffingerc ac deformare
longa mora sensus honestatis in animis obstupescere, moderator cupiditatis coniugia turpius velle vídentur, quam ipsa ethnicorum instituta consue-
pudor interire, fidesque nuptialis tanta cum licentia violari coepit, ut mag- vissent. Ideoque nisi consilia mutentur, perpetuo sibi metuere familiae et
nam veri similitudinem habere videatur quod a nonnuílis scriptum legimus, societas humana debebunt, ne miserrime coniiciantur in illud rerum omniurh
mulleres non mutatione consulum, sed maritorum enumerare annos con- certamen atque discrimen, quod est Socialistarum ac Communistarum fla-
suevisse.—Pari modo apud Protestantes principio quidem leges sanxerant, gitiosis gregibus iamdiu propositum.—Unde liquet quam absoiium et absur-
ut divortia fieri liceret certis de causis, iisque non sane multis: istas tamen dum sit publicam salutem a divortiis expectare, quae potius in certam
propter rerum similium affinitatem, compertum est in tantam multitudinem societatis perniciem sunt evasura.
excrevisse apud Germanos, Americanos, aliosque, ut qui non stulte sapuis-
sent, magnopere deflendam putarint infinitam morum depravationem, atque Igitur confitendum est, de communi omnium populorum bono meruisse
intolerandam legum temeritatem.—Ñeque aliter se res habuit in civitatibus optime Ecclesiam catholicam, sanctitati et perpetuitati coniugiorum tuendae
catholici nominis: in quibus si quando datus est coniugiorum discidiis locus, semper intentam; nec exiguam jpsi gratiam deberi, quod legibus civicis cen-
UU'ANUM niVINU: 101
100 l.líó.N XIII
al bien de los p u e b l o s , deberían haber preferido respetar intactas
protestado enérgicamente contra las leyes civiles injustas q u e en
las leyes del m a t r i m o n i o , aceptar la cooperación d e la Iglesia para
esta materia se han p r o m u l g a d o en los últimos cien a ñ o s 5 6 ; por
la tutela de la m o r a l y la prosperidad de las familias, y n o acusar
haber anatematizado la detestable herejía protestante acerca del
a la Iglesia d e enemiga del E s t a d o y de haber violado inicuamente
divorcio y el r e p u d i o 5 7 ; p o r haber 'condenado de m u c h a s maneras
el d e r e c h o civil d e los pueblos.
la separación matrimonial usada entre los griegos 5 8 ; por haber d e -
clarado la nulidad de los matrimonios contraídos con la condición
de separarse los cónyuges en u n tierno*) d e t e r m i n a d o 5 9 , y, final- [Reconocimiento de los derechos del Estado sobre los efectos civiles
mente, por haber h e c h o frente, desde los primeros tiempos, a las del matrimonio]
leyes imperiales que favorecían perniciosamente el divorcio y el
[21]. Consecuencia reforzada p o r el h e c h o de que, así como
r e p u d i o 6 0 . — L o s Sumos Pontífices, que tantas veces resistieron a
la Iglesia católica n o p u e d e separarse en cosa alguna del c u m p l i -
príncipes poderosísimos q u e p e d í a n con amenazas la ratificación
m i e n t o de su d e b e r religioso y de la defensa de sus derechos, así
por la Iglesia de los divorcios que ellos habían llevado a cabo,
t a m b i é n suele estar inclinada a u n a benigna indulgencia e n todo
deben ser considerados como defensores n o solamente de la inte-
aquello q u e es compatible con la integridad de sus derechos y con
gridad religiosa, sino t a m b i é n de la incolumidad de los Estados y
la santidad d e sus deberes. P o r esto la Iglesia n u n c a ha establecido
de los pueblos. A este propósito, toda la posteridad admirará los
m e d i d a alguna en materia matrimonial sin considerar de a n t e m a n o
ejemplos de invicta fortaleza dados p o r Nicolás I frente a L o t a r i o ;
la situación de la c o m u n i d a d y las circunstancias de los p u e b l o s ;
por U r b a n o II y Pascual II frente a Felipe I, rey de F r a n c i a ; por
y m á s de u n a vez ha mitigado, en lo posible, los preceptos de su
Celestino III e Inocencio III frente a Felipe II, príncipe de F r a n c i a ;
legislación c u a n d o h a n existido j u s t a s y graves causas p a r a esta
por C l e m e n t e V I I y Paulo III frente a E n r i q u e V I I I ; finalmente,
m i t i g a c i ó n . — D e la m i s m a m a n e r a n o ignora la Iglesia ni niega
por Pío V I I , santísimo y esforzado pontífice, frente a N a p o l e ó n I,
q u e el sacramento del matrimonio, por estar destinado a la conser-
engreído con los éxitos y grandeza de su imperio.
vación e i n c r e m e n t o de la sociedad h u m a n a , tenga conexión y r e -
[20]. Siendo éste el testimonio de la historia, si todos los go- laciones con los efectos temporales q u e se siguen del m a t r i m o n i o ,
b e r n a n t e s y administradores d e los Estados hubiesen querido se- p e r o q u e caen d e n t r o del d e r e c h o civil; efectos h u m a n o s acerca
guir los d i c t á m e n e s de la razón, d e la prudencia, y contribuir así de los cuales con t o d o d e r e c h o legislan y conocen los órganos del
Estado.
tum iam annos in hoc genere multa peccantibus palam reclamaverit; quod [22]. P e r o n a d i e d u d a q u e Jesucristo, fundador de la Iglesia,
haeresim deterrimam Protestantium de divortiis et repudiis anathemate per- quiso q u e el p o d e r sagrado fuese distinto del poder civil y q u e
culerit; quod usitatam graecis diremptionem matrimoniorum multis modis
a m b o s gozasen d e plena libertad d e n t r o de su terreno p r o p i o ; p e r o
damnaverit; quod irritas esse nuptias decreverit ea conditione initas, ut
aliquando dissolvantur; quod demum vel a prima aetate leges imperatorias con la condición, útil para a m b o s p o d e r e s j e importante p a r a t o d o s
repudiarit) quae divortiis et repudiis perniciose favissent.—Pontífices vero
maximi quoties restiterunt principibus potentissimis, divortia a se facta ut voluissent, malle debuerant sacras de matrimonio leges intactas manere,
rata Ecclesiae essent minaciter petentibus, toties existimandi sunt non modo oblatumque Ecclesiae adiumentum in tutelam morum prosperitatemque
pro incolumitate religionis, sed etiam pro humanitatis gentium propugna- familiarum adhibere, quam ipsam vocare Ecclesiam in suspicionem inimi-
visse. Quam ad rem omnis admirabitur posteritas invicti animi documenta citiae, et in falsam atque iniquam violati iuris civilis insimulationem.
a Nicolao I edita adversus Lotharium; ab Urbano II et Paschali II adversus Eoque magis, quod Ecclesia catholica, ut in re nulla potest ab religione
Philippum I regem Gaüiarum; a Caelestino III et Innocentio III adversus officii et defensione iuris sui declinare, ita máxime solet essead benignitatem
Philippum II principem Galliarum; a Clemente VII et Paullo III adversus indulgentiamque proclivis in rebus ómnibus, quae cum incolumitate iurium
Henricum VIII; denique a Pió VII sanctissimo fortissimoque Pontífice ad- et sanctitate officiorum suorum possunt una consistere. Quam ob rem nihil
versus Napoleonem I, secundis rebus et magnitudine imperii exultantem. unquam de matrimoniis statuit, quin respectum habuerit adstatum commu-
Quae cum ita sint, omnes gubernatores administratoresque rerum pu- nitatis, ad conditiones populorum; nec semel suarum ipsa legum praescripta
blicarum, si rationem sequi, si sapientiam, si ipsam populorum utiütatem quoad potuit, mitigavit, quando ut mitigaret causae iustae et graves impu-
lerunt.—ítem non ipsa ignorat ñeque diffitetur, sacramental matrimonii,
• 5 6 P í o VI, Epist. ad episc. Lucion, de 20 de mayo de 1793.—Pío VII, encíclica del 17 de cum ad conservationem quoque et incrementum societatis humanae diri-
febrero de 1809 y const. apost. del 19 de julio de 1817.—Pío VIII, encíclica del 29 d e mayo
d e 1829.—GREGORIO XVI, Const. apost. del 15 de agosto de 1832.—Pío IX, aloe, consist. gatur, cognationem et necessitudinem habere cum rebus ipsis humanis, quae
Acerbissimwn, d e 22 de septiembre de 1852. matrimonium quidem consequuntur, sed in genere civili versantur: de
37
Concilio Tridentino, sess.24 can.5.7: D B 975 y 977. quibus rebus iure decernunt et cognoscunt qui rei publicae praesunt.
58
Concilio Florentino, Decretum pro Armenis: D B 702. BENEDICTO XIV, const. apost.
Etsi pastoralis de 25 de mayo de 1742. Nemo autem dubitat, quin Ecclesiae conditor Iesus Chiistus potestatem
5» C.7 De condit. apos. (cf. C I C F parte 2.» col.684). sacram voluerit esse a civili distinctam, et ad suas utramque res agendas
60 Gf. SAN JERÓNIMO, Epist. 69 ad Oceanum: P L 22,657; SAN AMBROSIO, Lib. 8 in cap. 16
l.ucae n . i s : P L 15,1857; SAN AGUSTÍN, De nuptiis 1 , 1 0 - n : PL. 44,470: B A C , Obras de San liberam atque expeditam; hoc tamen'adiuncto, quod utiique expedit, et
Agmtin t.12 P.359SS.
ARCANUM DIVINAR 103
102 LEÓN XIII
nuestra m a n o derecha, ofreciéndoles el auxilio de n u e s t r o s u p r e m o
los h o m b r e s , de q u e hubiese u n a m u t u a concordia y unión e n t r e poder, t a n t o m á s necesario en estos t i e m p o s c u a n t o m á s debilitado
ellos y de q u e en las materias, q u e son, a u n q u e p o r diverso motivo, y herido está el d e r e c h o de m a n d a r en la opinión d e los h o m b r e s .
de d e r e c h o y jurisdicción c o m ú n , el poder h u m a n o se subordinara Invadidos los ánimos de la m á s procaz libertad y despreciando
c o m o conviene al p o d e r d i v i n o 6 1 . C o n esta concorde armonía n o con el m a y o r descaro t o d o yugo d e imperio p o r legítimo q u e sea,
sólo se consigue la perfecta realización y u n i ó n de los dos poderes, la salud pública exige la u n i ó n de las fuerzas d e a m b a s potestades
sino q u e t a m b i é n se obtiene el m o d o más o p o r t u n o y m á s eficaz para conjurar los males q u e amenazan n o sólo a la Iglesia, sino
.de ayudar a los h o m b r e s en lo tocante a la vida activa y a la espe- t a m b i é n al Estado.
ranza de la salvación eterna. P o r q u e de la m i s m a manera q u e la [ 2 4 ] . P e r o c u a n d o predicamos la amigable u n i ó n d e las vo-
inteligencia h u m a n a , c o m o h e m o s demostrado en una encíclica luntades y rogamos a Dios, Príncipe d e la paz, q u e i n f u n d a en
a n t e r i o r 6 2 , c u a n d o se conforma con la fe cristiana, se ennoblece todos los espíritus el a m o r d e la concordia, n o p o d e m o s m e n o s ,
e x t r a o r d i n a r i a m e n t e y se robustece para evitar y rechazar los erro- venerables h e r m a n o s , d e excitar m á s y m á s vuestra solicitud, vues-
res y a su vez la fe recibe n o poca defensa de parte de la inteligen- t r o cuidado y vuestra vigilancia, d e cuya a s i d u i d a d n o d u d a m o s .
cia, así t a m b i é n si la autoridad civil vive en amistad con la sagrada E n la m e d i d a d e vuestras posibilidades y de vuestra autoridad p r o -
potestad eclesiástica, necesariamente se seguirá u n gran a u m e n t o c u r a d q u e p e r m a n e z c a entera e incorrupta entre los fieles e n c o m e n -
de utilidad para a m b o s poderes. P o r q u e el p o d e r civil ve a u m e n t a d a dados a vuestro cuidado la doctrina q u e Cristo nuestro Señor y
su dignidad y bajo la vigilancia de la religión se asegura para siem- los apóstoles, intérpretes d e su voluntad celestial, enseñaron, y q u e
p r e la justicia del g o b i e r n o ; el poder eclesiástico, por su parte, la Iglesia católica g u a r d ó religiosamente y m a n d ó guardar e n t o d o
recibe el auxilio d e u n a tutela y de una defensa para procurar el t i e m p o a los fieles cristianos.
bien c o m ú n de los fieles.
[ 2 5 ] . C o n s a g r a d vuestros principales cuidados a lograr q u e
los pueblos conozcan bien los preceptos de la sabiduría cristiana
[IV. E X H O R T A C I Ó N Y NORMAS PRÁCTICAS] y q u e n o olviden n u n c a q u e el m a t r i m o n i o fué instituido d e s d e el
principio, n o p o r voluntad d e los h o m b r e s , sino p o r la autoridad y
[23]. N o s , p o r tanto, movidos por la consideración de estas
disposición de Dios y bajo la expresa ley de q u e ha de ser e n t r e u n
realidades, así c o m o h e m o s hecho con t o d o cuidado en otras oca-
varón y u n a m u j e r ; q u e Jesucristo, autor de la Nueva Alianza,
siones, así t a m b i é n en la presente oportunidad exhortamos con
lo elevó d e contrato n a t u r a l a sacramento, y q u e , en lo tocante al
t o d a vehemencia a los gobernantes a la amistad y a la concordia;
vínculo, dio a su Iglesia p o d e r legislativo y judicial. Ha de p r e c a -
y somos N o s los p r i m e r o s en alargarles con paterna benevolencia
quod interest omnium hominum, ut coniunctio inter eas et concordia inter- quod tanto magis est hoc tempore necessarium, quanto ius imperandi plus
cederet, in iisque rebus quae sint, diversa licet ratione, communis iuris et est in opinione hominum, quasi accepto vulnere, debilitatum. Incensis iam
iudicii, altera, cui sunt humana tradita opportune et congruenter ab altera procaci libértate animis, et omne imperii, vel máxime Iegitimi, iugum nefario
penderet, cui sunt caelestia concredita. Huiusmodi autem compositione, ac ausu detrectantibus, salus publica postulat, ut vires utriusque potestatis
fere harmonía, non solum utriusque potestatis óptima ratio continetur, sed consocientur ad prohibenda damna, quae non modo Ecclesiae, sed ipsi etiam
etiam opportunissimus atque efficacissimus modus iuvandi hominum genus civili societati impendent.
in eo quod pertinet ad actionem vitae et ad spem salutis sempiternae. Etenim Sed cum amicam voluntatum coniunctionem valde suademus, precamur-
sicut hominum intelligentia, quemadmodum in superioribus Encyclicis Lit- que Deum. principem pacis, ut amorem concordiae in ánimos cunctorum
teris ostendimus, si cum fide christiana conveniat, multum nobilitatur mul- hominum iniíciat, tum temperare Nobis ipsi non possumus, quin Vestram
toque evadit ad vitandos ac repellendos errores munitior, vicissimque fides industriam, Venerabiles Fratres, Vestrum studium ac vigilantiam, quae in
non parum praesidii ab intelligentia mutuatur; sic pariter, si cum sacra Vobis stimma esse intelligimus, magis ac magis hortando inritemus. Q u a n -
Ecclesiae potestate civilis auctoritas amice congruat, magna utrique necesse tum contentione assequi, quantum auctoritate potestis, date operam, ut a p u d
est fiat utilitatis accessio. Alterius enim amplificatur dignitas, et, religione gentes fidei Vestrae commendatas integra atque incorrupta doctrina retinea-
praeeunte, numquam erit non iustum imperium: alteri vero adiumenta tu- tur, quam Christus Dominus et caelestis voluntatis interpretes Apostoli
telae et defensionis in publicum fidelium bonum suppeditantur.
tradiderunt, quamque Ecclesia catholica religiose ipsa servavit, et a Christi-
fidelibus servari per omnes aetates iussit.
Nos igitur, harum rerum consideratione permoti, cum studiose alias,
tum vehementer in praesenti viros principes in concordiam atque amicitiam Praecipuas curas in id insumite, ut populi abundent praeceptis sapien-
iungendam iterum hortamur; iisdemque paterna cum benevolentia veluti üae christianae, semperque memoria teneant matrimonium non volúntate
dexteram primi porrigimus, oblato supremae potestatis Nostrae auxilio, hominum, sed auctoritate nutuque Dei fuisse initio constitutum, et h a c
lege prorsus ut sit unius ad unam: Christum vero novi Focderis auctorem
01
Tesis central de las dos sociedades y de los dos poderes que se desarrolla en las encí- illud ipsum ex officio naturae in Sacramenta transtulisse, et quod ad vinculum
clicas posteriores Irmnortale Dei y Sapienüae christiariae. spectat, legiferam et iudicialem Ecclesiae suae attribujsse potestatem. Q u g
62
, La encSclica Aeterni Patris sobre la filosofía cristiana, publicada el 4 de agosto de 1879
AtU'ANl'M DIVÍXAI-: 105
terne de nadie ni respetará la grandeza de ninguno, porque El lia heclw sos a los príncipes y a las autoridades y que los obedezcan 2 1 . A s i m i s m o
al pequeño y al grande e igualmente cuida de todos; pero a los poderosos q u e orasen a Dios p o r todos los h o m b r e s , p e r o especialmente por
amenaza poderosa inquisición 18. los emperadores y por todos los constituidos en dignidad, porque esto
[13]. C o n estos preceptos q u e aseguran la república se quita es bueno y grato ante Dios nuestro Salvador 2 2 . D e t o d o lo cual los
t o d a ocasión y a u n t o d o deseo d e sediciones. Y q u e d a n consolidados antiguos cristianos nos dejaron brillantes enseñanzas, p u e s siendo
en lo sucesivo el h o n o r y la seguridad de los príncipes, la t r a n q u i l i d a d a t o r m e n t a d o s injusta y c r u e l m e n t e p o r los e m p e r a d o r e s paganos,
y la seguridad de los Estados. Q u e d a t a m b i é n salvada la dignidad j a m á s dejaron d e conducirse con obediencia y con sumisión, en
de los ciudadanos, a los cuales se les concede conservar, en su m i s m a tales t é r m i n o s q u e parecía claramente q u e i b a n c o m o a porfía los
obediencia, el decoro adecuado a la excelencia del h o m b r e . Saben e m p e r a d o r e s en la crueldad y los cristianos en la obediencia. E r a
m u y bien q u e a los ojos de Dios n o hay siervo ni libre, q u e hay u n tan grande esta modestia cristiana y t a n cierta la v o l u n t a d de o b e -
solo Señor de todos, rico para todos los que le invocan 1 9 , y q u e ellos decer, q u e n o p u d i e r o n ser obscurecidas por las maliciosas calum-
están sujetos y obedecen a los príncipes, ¡?orque éstos son en cierto nias de los enemigos. P o r lo cual aquellos q u e habían d e defender
m o d o u n a imagen de D i o s , a quien servir es reinar 2 Ü . p ú b l i c a m e n t e el cristianismo en presencia de los emperadores d e -
m o s t r a b a n principalmente con este a r g u m e n t o q u e era injusto
castigar a los cristianos según las leyes, p u e s vivían de a c u e r d o con
[Su realización histórica]
éstas a los ojos de todos, para dar ejemplo d e observancia. Así h a -
[14]. L a Iglesia ha p r o c u r a d o siempre que esta concepción blaba Atenágoras con t o d a confianza a M a r c o Aurelio y a su hijo
cristiana del p o d e r político no sólo se i m p r i m a en los ánimos, sino L u c i o A u r e l i o C ó m m o d o : «Permitís q u e nosotros, que n i n g ú n m a l
q u e t a m b i é n q u e d e expresada en la vida pública y en las costum- hacemos, antes b i e n nos conducimos con toda piedad y justicia, n o
b r e s d e los pueblos. M i e n t r a s en el t r o n o del E s t a d o se sentaron los sólo respecto a Dios, sino t a m b i é n respecto al imperio, seamos per-
e m p e r a d o r e s paganos, q u e por la superstición se veían incapaci- seguidos, despojados, desterrados» 2 3 . D e l m i s m o m o d o alababa p ú -
tados p a r a alcanzar esta concepción del p o d e r q u e h e m o s b o s q u e - b l i c a m e n t e T e r t u l i a n o a los cristianos, p o r q u e eran, entre todos, los
j a d o , la Iglesia p r o c u r ó inculcarla e n las m e n t e s de los pueblos, los mejores y m á s seguros amigos del i m p e r i o : «El cristiano n o es ene-
cuales, t a n p r o n t o c o m o aceptaban las instituciones cristianas, d e - m i g o de nadie, ni del e m p e r a d o r , a q u i e n , sabiendo q u e está cons-
b í a n ajustar su vida a las mismas. Y así los Pastores d e las almas, tituido p o r Dios, d e b e amar, respetar, h o n r a r y querer q u e se salve
r e n o v a n d o los ejemplos del apóstol San Pablo, se consagraban, con con t o d o el imperio romano» 2 4 . Y. n o d u d a b a en afirmar q u e en los
s u m o cuidado y diligencia, a predicar a los pueblos que vivan sumi- confines del imperio t a n t o m á s disminuía el n ú m e r o de sus e n e -
praesunt fiet... Non enim subtrahet personam cuiusquam Deus, nec verebitur
magnitudinem cuiusquam, quoniam pusillum et magnum ipse fecit, et aequaliler cunctis hominibus, sed nominatim pro regibus et ómnibus qui in sublimitate
cura est ilü de ómnibus. Fortioribus autem fortior instat cruciatio. sunt: hoc enim acceptum est coram Salvatore nostro Deo. Atque ad hanc rem
Quibus praeceptis rempublicam tuentibus, omnis seditionum vel causa omnino praeclara documenta Christiani veteres reliquerunt: qui cum ab
vel libido tollitur: in tuto futura sunt honos et securitas principum, quies imperatoribus ethnicis iniustissime et crudelissime vexarentur, nunquam ta-
et salus civitatum. Dignitati quoque civium optime consulitur: quibus in men praetermiserunt gerere se obedienter et submisse, plañe ut illi crudeli-
obedientia concessum est decus illud retiñere, quod est hominis excellen- tate isti obsequio certare viderentur. Tanta autem modestia, tam certa pa-
tiae consentaneum. Intelligunt enim, Dei iudicio non esse servum ñeque rendi voluntas plus erat cognita, quam ut obscurari peí calumniam mali-
liberum; unum esse Dominum omnium, divitem in omnes qui invocant illum, tiamque inimicorum posset. Quamobrem qui pro christiano nomine essent
se autem idcirco subesse et obtemperare principibus, quod imaginem quo- apud imperatores publice causam dicturi, ii hoc potissimum argumento
dammodo referant Dei, cui serviré regnare est. iniquum esse convincebant in christianos animadverterc legibus, quod in
oculis omnium convenienter legibus in exemplum viverent. Marcum Aure-
Hoc vero semper egit Ecclesia, ut christiana ista civilis potestatis forma lium Antoninum et Lucium Aurelium Commodum filium eius sic Athena-
non mentibus solum inhaeresceret, sed etiam publica populorum vita mori- goras confidenter alloquebatur: Sinitis nos, qui nihil mdi patramus, immo
busque exprimeretur. Quamdiu ad gubernacula reipublicae imperatores omnium..., piissime iustissimeque cum erga Deum, tum erg<i imperium vestrum
ethnici sederunt, qui assurgere ad eam imperii formam, quam adumbravi- nos gerimus, exagitari, rapi, fugari. Parí modo Tertulliamis laudi christianis
mus, superstitione prohibebantur, instillare illam studuit mentibus popu- aperte dabat, quod amici essent Imperio optimi et certissimi ex ómnibus:
lorum, qui simul ac christiana instituta susciperent, ad haec ipsa exigere Christianus nullius est hostis, nedum Imperatoris, quem sciets a Deo suo consti-
vitam suam velle debebant. Itaque pastores animarum, exempla Pauli Apo- tuí, necesse est ut ipsum diligat et revereatur et honoret et sdvum velit cum toto
stoli renovantes, cura et diligentia summa populis praecipere consueverunt, romano imperio. Ñeque dubitabat affirmare, in imperii fnibus tanto magis
principibus et potestatibus subditos esse, dicto obedire: ¡tem orare Deum pro
" Tit. 3,1.
22
>s Sap. 6,4-8. 1 T i m . 2,1-3.
23
19
R o m . 10,12. ATENÁGORAS, Legatio pro Christ. 1: P G 6,89iB-8Q4A.
20
Cf. misa votiva pro pace, Poscomunión. 24 TERTULIANO, Apologetkum 35: PL 1,451.
120 u-.os x i n
DII:TUKM:M II.I.UD r.:i
migos cuanto m á s crecía el de los cristianos: «Ahora tenéis pocos
enemigos, p o r q u e los cristianos son mayoría, pues en casi todas las m u e r t e cruenta d e indefensos discípulos de Cristo, sólo entonces
ciudades son cristianos casi todos los c i u d a d a n o s » 2 5 . T a m b i é n t e - r e h u s a b a n la obediencia al emperador, prefiriendo a b a n d o n a r las
n e m o s u n insigne testimonio de esta m i s m a realidad en la Epístola a r m a s y dejarse matar p o r la religión antes q u e rebelarse contra la
a Diogneto, la cual confirma q u e en aquel t i e m p o los cristianos se a u t o r i d a d pública con m o t i n e s y sublevaciones.
habían a c o s t u m b r a d o n o sólo a servir y obedecer las leyes, sino [16]. C u a n d o los Estados pasaron a m a n o s d e p r í n c i p e s cris-
q u e satisfacían a todos sus deberes con m a y o r perfección q u e la q u e t i a n o s , la Iglesia p u s o m á s e m p e ñ o en declarar y erjseñar t o d o lo
les exigían las leyes: «Los cristianos obedecen las leyes p r o m u l - q u e hay de sagrado en la autoridad de los g o b e r n a n t e s . C o n estas
gadas y con su género de vida pasan más allá todavía de lo q u e las enseñanzas se logró q u e los pueblos, c u a n d o p e n s a b a n en la autori-
leyes m a n d a n » 2 6 . dad, se a c o s t u m b r a s e n a ver en los gobernantes u n a i m a g e n de la
[15]. Sin embargo, la cuestión cambiaba radicalmente c u a n d o majestad divina, q u e les impulsaba a u n mayor respeto y a m o r
los edictos imperiales y las amenazas de los pretores les m a n d a b a n hacia aquéllos. P o r lo mismo, s a b i a m e n t e dispuso la Iglesia q u e los
separarse de la fe cristiana o faltar de cualquier m a n e r a a los deberes reyes fuesen consagrados con los ritos sagrados, como estaba m a n -
q u e ésta les imponía. N o vacilaron entonces en desobedecer a los d a d o por el m i s m o D i o s en el A n t i g u o T e s t a m e n t o . C u a n d o la so-
h o m b r e s para obedecer y agradar a Dios. Sin e m b a r g o , incluso en ciedad civil, surgida de entre las ruinas del imperio r o m a n o , se
estas circunstancias, n o h u b o q u i e n tratase de p r o m o v e r sediciones abrió de n u e v o a la esperanza de la grandeza cristiana, los R o m a n o s
ni d e menoscabar la majestad del emperador, ni j a m á s pretendieron Pontífices consagraron de u n m o d o singular el p o d e r civil con el
otra cosa q u e confesarse cristianos, serlo realmente y conservar imperium sacrum. L a autoridad civil adquirió d e esta m a n e r a u n a
incólume su fe. N o p r e t e n d í a n oponer en m o d o alguno resistencia, dignidad desconocida. Y no hay d u d a q u e esta institución h a b r í a
sino q u e m a r c h a b a n contentos y gozosos, como n u n c a , al c r u e n t o sido g r a n d e m e n t e útil t a n t o p a r a la sociedad religiosa como para la
potro, d o n d e la m a g n i t u d de los t o r m e n t o s se veía vencida p o r la sociedad civil si los príncipes y los pueblos hubiesen b u s c a d o lo
grandeza de alma de los cristianos. P o r esta razón se llegó t a m b i é n q u e la Iglesia buscaba. M i e n t r a s reinó u n a concorde amistad e n t r e
a h o n r a r en aquel t i e m p o en el ejército la eficacia de los principios a m b a s potestades, se conservaron la t r a n q u i l i d a d y la p r o s p e r i d a d
cristianos. Era cualidad sobresaliente del soldado cristiano h e r m a - públicas. Si alguna vez los pueblos i n c u r r í a n en el pecado de r e b e -
nar con el valor a toda p r u e b a el perfecto c u m p l i m i e n t o de la dis- lión, al p u n t o acudía la Iglesia, conciliadora nata de la tranquilidad,
ciplina militar y m a n t e n e r u n i d a a su valentía la inalterable fide- e x h o r t a n d o a todos al c u m p l i m i e n t o d e sus deberes y r e f r e n a n d o
lidad al e m p e r a d o r . Sólo c u a n d o se exigían de ellos actos contrarios los í m p e t u s de la concupiscencia, en p a r t e con la persuasión y e n
a la fe o la razón, como la violación de los derechos divinos o la parte con su autoridad. D e m o d o semejante, si los reyes p e c a b a n
en el ejercicio del poder, se presentaba la Iglesia ante ellos y, r e c o r -
numerum minui inimicorum consuevisse, quanto cresceret christianorum.
Ñunc pauciores hostes habetis prae muítitudine christianorum, pene omnium ci- convertere, tune quidem imperata faceré recusabat, ita tamen ut discedere
vitatum pene omnes cives christianos habendo. Praeclarum est quoque de eadem ab armis atque emori pro religione mallet, quam per seditionem et turbas
re testimonium in Epístola ad Diognetum, quae confirmat, solitos eo tempore auctoritati publicae repugnare.
christianos fuisse non solum inservire legibus, sed in omni officio plus etiam
Postea vero quam respublicae principes christianos habuerunt, multo
ac perfectius sua sponte faceré, quam cogerentur faceré legibus. Christiani
magis Ecclesia testificari-ac praedicere institit, quantum in auctoritate im-
obsequuntur legibus, quae sancitae sunt, et suae vitae genere leges superant.
perantium inesset sanctitatis: ex quo futurum erat, ut populis, cum de prin-
Alia sane tum causa erat, cum a fide christiana, aut quoquo modo ab cipatu cogitarent, sacrae cuiusdam maiestatis species oceurreret, quae ad
officio deficere Imperatorum edictis ac Praetorum minis iuberentur: quibus maiorem principum cum verecundiam tum amorem impelleret. Atque
temporibus profecto displicere hominibus quam Deo maluerunt. Sed in iis huius rei causa, sapienter providit, ut reges sacrorum solemnibus initiaren-
ipsis rerum adiunctis tantum aberat ut quicquam seditiose facerent maiesta- tur, quod erat in Testamento Veteri Dei auctoritate constitutum.—Quo
temve imperatoriam contemnerent, ut hoc unum sibi sumerent, sese pro- autem tempore civilis hominum societas, tamquam e ruinis excitata imperii
fiteri, et christianos esse et nolle mutare fidem ullo modo. Ceterum nihil de romani, in spem christianae magnitudinis revixit, Pontífices Romani, insti-
resistendo cogitabant; sed placide atque hilare sic ibant ad tortoris equu- tuto imperio sacro, politicam potestatem singulari ratione consecraverunt.
leum, ut magnitudini animi cruciatuum magnitudo concederet.—Ñeque Máxima quidem ea fuit nobilitatis ad principatum accessio: ñeque d u b i -
absimili ratione per eadem témpora christianorum vis institutorum spectata tandum quin magnopere illud institutum et religiosae et civili societati sem-
est in militia. Erat enim militis christiani summam fortitudinem cum sum- per fuisset profuturum, si quod Ecclesia spectabat, idem principes et populi
mo studio coniungere disciplinae militaris: animique excelsitatem immobili semper spectavissent.—Et sane quietae res et satis prosperae permanserunt
erga principem fide cumulare. Quod si aliquid rogaretur quod non esset quamdiu inter utramque potestatem concors amicitia permansit. Si quid
honestum, uti Dei iura violare, aut in insontes Christi discípulos ferrum tumultuando peccarent populi, praesto erat conciliatrix tranquillitatis Eccle-
sia, quae singulos ad officium vocaret, vehementioresque cupiditates partim
, 2 5 TERTULIANO, Avologeticum 37: PL 1,463. lenitate, partim auctoritate compesceret. Similiter si quid in gubernando
2
$ Epístola a Diogneie S- PG 2 ; il74
peccarent principes, tum ipsa ad principes adire, et populorum iura, necessi-
122 LEÓN S I I I nnm'RNUM IU.VO 12,'!
dándoles los derechos d e los pueblos, sus necesidades y rectas aspi- nihilismo, peste vergonzosa y amenaza d e m u e r t e para la sociedad
raciones, les aconsejaba justicia, clemencia y benignidad. P o r esta civil. Y , sin e m b a r g o , s o n m u c h o s los q u e se esfuerzan p o r extender
razón se h a r e c u r r i d o m u c h a s veces a la influencia d e la Iglesia para el imperio d e males t a n grandes y, con el pretexto d e favorecer al
conjurar los peligros d e las revoluciones y d e las guerras civiles. pueblo, h a n p r o v o c a d o n o p e q u e ñ o s incendios y ruinas. L o s sucesos
q u e aquí recordamos ni son desconocidos ni están m u y lejanos.
[Las nuevas teorías] •
[III. N E C E S I D A D DE LA DOCTRINA CATÓLICA]
[17]. P o r el contrario, las teorías sobre la autoridad política,
inventadas p o r ciertos autores m o d e r n o s , h a n acarreado y a a la [18]. Y lo peor d e t o d o es q u e los príncipes, e n m e d i o de tan-
h u m a n i d a d serios disgustos, y es m u y d e t e m e r q u e , a n d a n d o el tos peligros, carecen d e remedios eficaces para restablecer la disci-
tiempo, nos t r a e r á n mayores males. N e g a r q u e Dios es la fuente y plina pública y pacificar los ánimos. Se a r m a n con la autoridad d e
el origen d e la autoridad política es arrancar a ésta toda su dignidad las leyes y piensan q u e p o d r á n reprimir a los revoltosos con penas
y t o d o su vigor. E n c u a n t o a la tesis d e q u e el p o d e r político d e p e n d e severas. P r o c e d e n rectamente. P e r o conviene advertir seriamente
del arbitrio d e la m u c h e d u m b r e , e n p r i m e r lugar, se equivocan al q u e la eficacia del castigo n o es t a n grande q u e p u e d a conservar
opinar así. Y, e n s e g u n d o lugar, dejan la soberanía asentada sobre ella sola el o r d e n e n los Estados. El m i e d o , c o m o enseña Santo
u n cimiento demasiado endeble e inconsistente. P o r q u e las pasiones T o m á s , «es u n f u n d a m e n t o débil, p o r q u e los q u e se s o m e t e n p o r
populares, estimuladas con estas opiniones c o m o con otros tantos miedo, c u a n d o ven la ocasión d e escapar i m p u n e s , se levantan con-
acicates, se alzan con m a y o r insolencia y con gran d a ñ o d e la r e p ú - tra los gobernantes c o n tanta mayor furia c u a n t o mayor h a sido la
blica se precipitan, p o r u n a fácil p e n d i e n t e , e n movimientos clan- sujeción forzada, impuesta únicamente p o r el m i e d o . Y , además,
destinos y abiertas sediciones. L a s consecuencias d e la llamada el m i e d o exagerado arrastra a m u c h o s a la desesperación, y la deses-
Reforma c o m p r u e b a n este hecho. S u s jefes y colaboradores soca- peración se lanza a u d a z m e n t e a las m á s atroces r e s o l u c i o n e s » 2 7 .
varon con la p i q u e t a d e las nuevas doctrinas los cimientos d e la L a experiencia h a d e m o s t r a d o suficientemente la gran verdad d e
sociedad civil y d e la sociedad eclesiástica y provocaron repentinos estas afirmaciones. E s necesario, p o r tanto, buscar u n a causa m á s
alborotos y osadas rebeliones, principalmente en Alemania. Y esto alta y m á s eficaz para la obediencia. H a y q u e establecer q u e la
con una fiebre t a n g r a n d e d e guerra civil y d e m u e r t e , q u e casi n o severidad d e l a s leyes resultará infructuosa mientras los h o m b r e s
q u e d ó territorio alguno libre d e la c r u e l d a d d e las t u r b a s . D e aquella n o actúen movidos p o r el estímulo del deber y p o r la saludable
herejía nacieron en el siglo pasado u n a filosofía falsa, el llamado influencia del t e m o r d e Dios. Esto p u e d e conseguirlo como nadie la
derecho nuevo, la soberanía popular y u n a descontrolada licencia, religión. L a religión se insinúa p o r su propia fuerza e n las almas,
q u e m u c h o s consideran c o m o la ú n i c a libertad. D e aquí se h a lle-
gado a esos errores recientes q u e se llaman comunismo, socialismo y
1 — ' •
scilicet ad Communismum, ad Socialismum, ad jSiihüismum, civilis hominum
societatis teterrima portenta ac pene fuñera. Atqui tamen tantorum malorum
tates, recta desideria commemorando, aequitatem, clementiam, benignitatem vim nimis multi dilatare conantur, ac per speciem iuvandae multitudinis
suaderc. Qua ratione pluries est impetratum, ut tumultuum et bellorum non exigua iam miseriarum incendia excitaverunt. Quae hic modo recorda-
civilium pericula prohiberentur. mur, ea nec ignota sunt nec valde longinqua.
Contra inventae a recentioribus de potestate política doctrinae magnas fíoc vero est etiam gravius, quod non habent principes in tantis periculis
iam acerbitates hominibus attulerunt, metuendumque ne extrema malorum remedia ad restituendam publicam disciplinam pacandosque ánimos satis
afferant in posterum. Etenim ius imperandi nolle ad Deum referre auctorem, idónea. Instruunt se auctoritate legum, eosque, qui rempublicam commo-
nihil est aliud quam politicae potestatis et pulcherrimum splendorem velle vent, severitate poenarum coercendos putant. Recte quidem: sed tamen
deletum et ñervos incisos. Quod autem inquiunt ex arbitrio illam penderé serio considerandum est, vim nullam poenarum futuram tantam, quae con-
multitudinis, primum opinione falluntur; deinde nimium levi ac flexibili servare respublicas sola possit. Metus enim, ut praeclare docet sanctus
fundamento statuunt principatum. His enim opinionibus quasi stimulis Thomas, est debile fundamentum; nam qui timare subduntur, si occurrat occasio
incitatae populares cupiditates sese efferent insolentius, magnaque cum qua possint impunitatem sperare, contra praesidentes insurgunt eo ardentius,
pernicie reipublicae ad caecos motus, ad apertas seditiones proclivi cursu qua magis contra voluntatem ex solo timare cohibebantur. Ac praeterea ex
et facile delabentur. Revera illam, quam Reformationem vocant, cuius adiu- nimio timare plerique in desperationem incidunt: desperatio autem audacter ad
tores et duces sacram civilemque potestatem novis doctrinis funditus oppug- quaelibet attentanda praecipitat, Quae quam vera sint, satis experiendo
naverunt, repentini tumultus et audacissimae rebelliones praesertim in Ger- perspeximus. Itaque obediendi altiorem ét efficaciorem causam adhibere
mania consecutae sunt: idque tanta cum domestici deflagratione belli et necesse est, atque omnino statuere, nec legum esse posse fructuosam se-
caede, ut nullus pene locus expers turbarum et cruoris videretur.—Ex illa veritatem, nisi nomines impellantur officio, salutarique metu Dei permo-
haeresi ortum duxit saeculo superiore falsi nominis philosophia, et ius quod veantur. Id autem impetrare ab iis máxime religio potest, quae sua vi in
appellant novum, et imperium populare, et modum nesciens licentia, quam
plurjmí solam libertatem putant, Ex his ad finítimas pestes ventum est, 27
SANTO TOMÁS, De regimine principum 1,10.
124 r.EoN xiir MI'TI'UNI'M n.i.ru lUfl
doblega la m i s m a voluntad del h o m b r e para q u e se u n a a sus go- Estado concedan a la Iglesia aquella libertad de la cual n o p u e d e
b e r n a n t e s n o sólo p o r estricta obediencia, sino t a m b i é n por la b e n e - ser privada sin injusticia y perdición d e todos. L a Iglesia d e C r i s t o
volencia de la caridad, la cual es en toda sociedad h u m a n a la garantía n o p u e d e ser sospechosa a los príncipes n i mal vista por los pueblos.
m á s firme de la seguridad. L a Iglesia amonesta a los príncipes para q u e ejerzan la justicia y
[19]. Por lo cual hay q u e reconocer q u e los R o m a n o s Pontí- no se a p a r t e n lo m á s m í n i m o d e sus deberes. P e r o al m i s m o t i e m p o
fices hicieron u n gran servicio al 6ien c o m ú n c u a n d o p r o c u r a r o n y de m u c h a s m a n e r a s robustece y fomenta su autoridad. Reconoce
q u e b r a n t a r la inquieta e hinchada soberbia d e los innovadores ad- y declara q u e los asuntos propios de la esfera civil se hallan bajo
virtiendo el g r a n peligro q u e éstos constituían para la sociedad civil. el p o d e r y jurisdicción de los gobernantes. P e r o en las materias q u e
Es digna de m e n c i ó n a este respecto la afirmación dirigida por afectan simultáneamente, a u n q u e p o r diversas causas, a la potestad
C l e m e n t e VII a F e r n a n d o , rey de Bohemia y H u n g r í a : «En la causa civil y a la potestad eclesiástica, la Iglesia quiere q u e a m b a s p r o c e d a n
de la fe va incluida t a m b i é n la dignidad y utilidad, t a n t o t u y a c o m o de c o m ú n acuerdo y reine e n t r e ellas aquella concordia q u e evita
de los d e m á s soberanos, p u e s n o es posible atacar a la fe sin grave contiendas desastrosas para las dos partes. P o r lo q u e toca a los
ruina de vuestros propios intereses, lo cual se ha c o m p r o b a d o re- pueblos, la Iglesia ha sido fundada para la salvación de t o d o s los
cientemente en algunos d e esos territorios». E n esta m i s m a línea h o m b r e s y siempre los ha a m a d o como m a d r e . E s la Iglesia la q u e
ha brillado la providente firmeza de nuestros predecesores, en espe- bajo la guía d e la caridad ha sabido i m b u i r m a n s e d u m b r e en las
cial de C l e m e n t e X I I , Benedicto X I V y L e ó n XII, quienes, al ver almas, h u m a n i d a d en las costumbres, e q u i d a d en las leyes, y siem-
cundir extraordinariamente la epidemia de estas depravadas teorías p r e amiga de la libertad honesta, t u v o siempre p o r c o s t u m b r e y
y al c o m p r o b a r la audacia creciente de las sectas, hicieron uso d e práctica condenar la tiranía. Esta costumbre, ingénita en la Iglesia,
su autoridad para cortarles el paso y evitar su entrada. N o s m i s m o ha sido expresada p o r San A g u s t í n con tanta concisión como claridad
h e m o s d e n u n c i a d o m u c h a s veces la gravedad de los peligros q u e en estas p a l a b r a s : «Enseña—-la Iglesia—que los reyes cuiden a los
nos amenazan. Y h e m o s indicado al m i s m o t i e m p o el mejor r e m e d i o pueblos, q u e todos los pueblos se sujeten a sus reyes, manifestando
para conjurarlos. H e m o s ofrecido a los príncipes y a todos los gober- c ó m o n o t o d o se debe a todos, a u n q u e a todos es debida la caridad
nantes el apoyo de la Iglesia. H e m o s exhortado a los pueblos a q u e y a nadie la injusticia» 2 8 .
se aprovechen de los bienes espirituales q u e la Iglesia les p r o p o r - [20]. Por estas razones, venerables h e r m a n o s , vuestra o b r a será
ciona. D e n u e v o hacemos ahora a los reyes el ofrecimiento de este m u y útil y t o t a l m e n t e saludable si consultáis con N o s todas las
apoyo, el m á s firme d e todos, y con vehemencia les amonestamos empresas q u e por encargo divino habéis de llevar a cabo para apar-
en el Señor para q u e defiendan a la religión y en interés del m i s m o tar de la sociedad h u m a n a estos peligrosos daños. P r o c u r a d y velad
para q u e los preceptos establecidos p o r la Iglesia católica respecto
ánimos influit, ipsasque hominum flectit voluntates, ut eis, a quibus ipsi
reguntur, non obsequio solum, sed etiam benevolentia et caritate adhaeres- posse sinant, qua sine iniuria et communi pernicie privari non potest. Pro-
cant, quae est in omni hominum coetu óptima custos incolumitatis. ferto Ecclesia Christi ñeque principibus potest esse suspecta, ñeque populis
invisa. Principes quidem ipsa monet sequi iustitiam, nullaque in re ab officio
Quamobrem egregie Pontífices Romani communi utilitati servisse iudi-
declinare: at simul eorum roborat multisque rationibus adiuvat auctorita-
candi sunt, quod Novatorum frangendos semper curaverunt túmidos in-
tem. Quae in genere rerum civilium versantur, ea in potestate supremoque
quietosque spiritus, ac persaepe monuerunt, quantum ii sint cívili etiam
imperio eorum esse agnoscit et declarat: in iis quorum iudicium, diversam
societati periculosi. Ad hanc rem digna, quae commemoretur, Clemen-
licet ob causam, ad sacram civilemque pertinet potestatem, vult existere
tis VII sententia est ad Ferdinandum Bohemiae et Hungariae regem: ln hac
inter utramque concordiam, cuius beneficio funestae utrique contentiones
fidei causa tua etiam et ceterorum principian (lignitos et utilitas inclusa est,
devitantur. Ad populos quod spectat, est Ecclesia saluti cunctorum hominum
cum non possit illa convelli quin vestrarum etiam rerum labefactionem secum
nata, eosque semper dilexit uti parens. Ea quippe est, quae caritate praeeunte
trahat; quod clarissime in locis istis aliquot pérspectum sit.—Atque in eodem
mansuetudinem animis impertiit, humanitatem moribus, aequitatem legibus:
genere summa providentia et fortitudo enituit Decessorum Nostrorum,
atque honestae libertati nuspiam inimica tyrannicum dominatum semper
praesertim autem Clementis XII, Benedicti XIV, Leonis XII, qui cum con-
detestan consuevit. Hanc, quae Ínsita in Ecclesia est, bene merendi consue-
sequentíbus temporibus pravarum doctrinarum pestis latius serperet, secta-
tudinem paucis praeclare expressit sanctus Augustinus: Docet (Ecclesia)
rumque audacia invalesceret, oppositu auctoritatis suae aditum illis interclu-
reges prospicere populis, omnes populos se subdere regibus: oslendens quemadmo-
dere conati sunt.—Nos ipsi pluries denunciavimus quam gravia pericula
dum et non ómnibus omnia, et ómnibus caritas, et nulli debetur iniuria.
impendeant, simulque indicavimus, quae sit eorum propulsandorum ratio
óptima. Principibus ceterisque rerum publicarum moderatoribus praesi- His de causis opera vestra, Venerabiles Fratres, valde utilis ac plañe
dium religionis obtulimus, populosque hortati sumus, ut summorum bo- salutaris futura est, si industriam atque omnes, quae Dei muñere in vestrá
norum copia, quam Ecclesia suppeditat, máxime uterentur. Id nunc agimus, sunt potestate, ad deprecanda societatis humanae vel pericula vel incommoda
ut ipsum illud praesidium, quo nihil est validius, sibi rursus oblatum prin- Nobiscum contuleritis. Cúrate ac providete, ut quae de imperio deque obe-
cipes intelligant: eosque vehementer in Domino hortamur, ut religionem 28
tueantur, et, quod interest etiam reipuhlicae, ea Ecclesiam libértate frui SAN AGUSTÍN, D¿ mnribus Ecclesiae tatkolicae 1,30: BAC Obra?, de San Agustín t.4
líítí LEÓN* xilt
del poder político y del deber de obediencia sean comprendidos y
cumplidos con diligencia por todos los hombres. Como censores y CUM MULTA
maestros que sois, amonestad sin descanso a los pueblos para que
huyan de las sectas prohibidas, abominen las conjuraciones y que
nada intenten por medio de la revolución. Entiendan todos que, La unión de los católicos españoles
al obedecer por causa de Dios a los gobernantes, su obediencia es
un obsequio razonable. Pero como es Dios quien da la victoria a
los reyes29 y concede a los pueblos el descanso en la morada de la
paz, en la habitación de la seguridad y en el asilo del reposo 3 °, es
del todo necesario suplicarle insistentemente que doblegue la volun-
tad de todos hacia la bondad y la verdad, que reprima las iras y
restituya al orbe entero la paz y tranquilidad hace tiempo deseadas.
[21 ]. Para que la esperanza en la oración sea más firme, pon-
gamos por intercesores a la Virgen María, ínclita Madre de Dios, Esta encíclica presenta un interés político general pese el carácter
particular de sus destinatarios, los obispos españoles. La acentuada
auxilio de los cristianos y protectora del género humano; a San
división provocada por los partidismos políticos en el seno del catoli-
José, su esposo castísimo, en cuyo patrocinio confía grandemente
cismo español decimonónico—secuela lamentable del radical particu-
toda la Iglesia; a los apóstoles San Pedro y San Pablo, guardianes y larismo hispano—dio motivo a León XIII para exponer en aqéulla una
defensores del nombre cristiano. de sus ideas fundamentales en materia política. La causa de la religión
Entretanto, y como augurio del galardón divino, os damos afec- católica no puede identificarse con partido político alguno. Tesis que se
tuosamente a vosotros, venerables hermanos, al clero y al pueblo ampliará con un desarrollo específico en la encíclica posterior del mismo
confiado a vuestro cuidado nuestra bendición apostólica. Papa Graves de communi, sobre la democracia cristiana, y en la carta
Dado en Roma, junto a San Pedro, el 29 de junio de 1881, año de San Pío X al episcopado francés sobre los errores de Le Sillón.
cuarto de nuestro pontificado. La Iglesia, por consiguiente, necesita defender su entera libertad frente
a los intentos peligrosos de ciertos partidos políticos católicos que pre-
diendi officio ab Ecclesia catholica praecipiuntur, ea homines et plañe per- tenden utilizarla como muro defensivo de sus programas. Todos los
specta habeant, et ad vitam agendam diligenter utantur. Vobís auctoribus
et magistris, saepe populi moneantur fugere vetitas sectas, a coniurationibus católicos están obligados a ajustar su conducta política a esta necesidad
abhorrere, nihil seditiose agere: iidemque intelligant, qui Dei causa parent superior.
imperahtibus, eorum esse rationabile obsequium, generosam obedientiam. El 2 de febrero de 1879 recibía León XIII en audiencia pública a
Quoniam vero Deus est, qui dat salutem regibus, et concedit populis con- un millar de periodistas. La recomendación pontificia era clara: no
quiescere in pulchritudine pacis et in tabernaculisfiduciaeet in requie opulenta, ofendáis a vuestros lectores con un lenguaje intemperante y, por otra
Ipsum necesse est orare atque obsecrare, ut omnium mentes ad honestatem parte, no pongáis la causa religiosa al servicio de un partido político
veritatemque fíectat iras compescat, optatam diu pacem tranquillitatemque
orbi terrarum restituat. o de un interés de grupo con daño del bien común.
Algunos años más tarde, León XIII hubo de intervenir de nuevo
Quo autem spes firmior sit impetrandi, deprecatores defensoresque sa-
lutis adhibeamus, Mariam Virginem magnam Dei parentem, auxilium chris- en el mismo sentido con ocasión de los alegatos equivocados de un
tianorum, tutelam generis humani: S. Iosephum castíssimum sponsum eius, renombrado publicista español y de cierta carta del cardenal Pitra a
cuius patrocinio plurimum universa Ecclesia confidit: Petrum et Paulum un periodista holandés, reiterando la estricta necesidad de obedecer al
principes Apostolorum, custodes et vindices nominis christiani. episcopado y mantener cerrado a toda fisura la unión de las fuerzas
Interea divinorum munerum auspicem Vobis ómnibus, Venerabiles Fra- católicas. La respuesta del episcopado español—6 de enero de 1883—
tres, Clero et populo fidei vestrae commisso Apostolicam Benedictionem a la encíclica Cum multa puede leerse enASS 15 (1882-1883) 398-399-
peramanter in Domino impertimus. Véase también la carta de León XIII al cardenal Sancha y Hervás
Datum Romae apud S. Petrum die XXIX Iunii A. MDCCCLXXXI, de 22 de abril de 1903, insistiendo otra vez en la necesidad de trabajar
Pontificatus Nostri anno quarto. por la unión entre los católicos españoles (ASS 35 [1902-1903] 707-
" Ps. 142 (143), 11. 708 J, y la carta de la Sagrada Congregación del índice—10 de enero
, . 3» is. 32,18. de 1887—al obispo de Barcelona con motivo de la polémica suscitada
por el opúsculo de don Felipe Sarda y Salvany El liberalismo es
pecado (ASS 20 [1887-1888] 414-415).
i;:s LKUN X I I I CUM MULTA 12!)
necieran a p a r t i d o alguno, acordándose de la divina enseñanza del eur.ar entre sí y en el p u e b l o la u n i ó n d e los corazones. P u e s p a r a
apóstol San P a b l o : Cuantos habéis sido bautizados en Cristo, os habéis lo u n o y para lo o t r o es m u y eficaz la labor de los escritores. Y c o m o
vestido de Cristo. No hay ya judío o griego, no hay siervo o libre..., nada hay m á s contrario a la concordia q u e las palabras d e s t e m p l a d a s ,
p$rque todos vosotros sois una sola cosa en Cristo 8 . D e esta manera las sospechas temerarias y las acusaciones injustas, es necesario
se conseguirá la ventaja d % q u e n o solamente los socios en particu- evitar todos estos defectos con s u m a precaución. L a discusión e n
lar, sino t a m b i é n las diversas asociaciones de este género, estén p r o de los sagrados derechos d e la Iglesia y en defensa de la d o c t r i n a
amigable y benévolamente conformes. C o n f o r m i d a d q u e debe p r o - católica n o d e b e ser hecha con altercados, sino con m o d e r a c i ó n y
curarse con toda diligencia. Dejada a u n lado, c o m o h e m o s dicho, templanza, d e tal m a n e r a q u e el escritor obtenga la victoria en las
t o d a tendencia partidista, desaparecerán las ocasiones principales discusiones m á s bien p o r el peso de las razones q u e por la violenta
d e nocivas rivalidades. Y la consecuencia será q u e u n a causa única, aspereza del estilo.
la mayor y m á s noble d e todas, atraerá hacia sí a t o d o s los católicos, [8]. Estimamos q u e estas n o r m a s de conducta práctica serán
causa acerca de la cual n o p u e d e haber disensiones e n t r e católicos m u y útiles p a r a s u p r i m i r las causas q u e i m p i d e n la perfecta u n i d a d
dignos d e este n o m b r e . d e los espíritus. A vosotros os toca, venerables h e r m a n o s , explicar
[ 7 ] . E s m u y i m p o r t a n t e , finalmente, q u e se ajusten a esta ins- nuestro p e n s a m i e n t o al p u e b l o y p o n e r el e m p e ñ o posible para q u e
trucción los q u e por escrito, especialmente en la prensa diaria, todos conformen cada día su conducta con los principios q u e h e m o s
c o m b a t e n defendiendo la incolumidad d e la religión 9 . N o s cono- expuesto. Confiamos q u e los españoles h a r á n d e b u e n g r a d o lo
c e m o s , m u y b i e n s u s , intenciones y sus esfuerzos en este c a m p o . dicho, t a n t o p o r su p r o b a d o afecto a esta Sede Apostólica como por
N o p o d e m o s dejar de tributarles por ello u n a j u s t a alabanza como los bienes q u e se d e b e n esperar d e esta concordia. R e c u e r d e n los
a h o m b r e s beneméritos del catolicismo. P e r o la causa q u e h a n abra- ejemplos d e su historia patria. Piensen q u e si sus mayores hicieron
z a d o es tan excelente y t a n elevada, q u e implica m u c h a s obligaciones, d e n t r o y fuera d e E s p a ñ a m u c h a s proezas heroicas y m u c h a s obras
e n las cuales n o conviene en m o d o alguno q u e yerren los defensores ilustres, p u d i e r o n hacerlas n o debilitando sus fuerzas con divisiones
d e la justicia y d e la verdad. P o r q u e n o d e b e n cumplir u n a parte internas, sino uniéndose todos c o m o u n a sola alma y u n solo corazón.
d e sus obligaciones d e s c u i d a n d o las demás. E l aviso, p u e s , q u e h e - P o r q u e animados d e la caridad fraterna y teniendo todos un mismo
m o s d a d o a las asociaciones lo repetimos a los escritores: alejadas sentir es como triunfaron d e la poderosa d o m i n a c i ó n de los moros,
las discordias con la b l a n d u r a y m a n s e d u m b r e m u t u a , d e b e n p r o - d e la herejía y del cisma. Sigan, p u e s , los españoles las pisadas de
aquellos cuya fe y gloria h a n h e r e d a d o , y con su imitación hagan
quae a re catholica nominantur, et in consiliis capiundis ita habere ánimos ver que aquéllos dejaron dignos herederos n o sólo de su npmbre,
in uno illo proposito defixos, ut nullius partis esse videantur, memores di- sino t a m b i é n d e sus virtudes.
vinae Pauli Apostoli sententiae: Qidcumque in Chisto baptizati estis, Chrís-
tum induistis. Non est Iudaeus ñeque Craecus, non est servus ñeque líber..., tate et mansuetudine dissidiis, coniunctionem animorum cum ipsi ínter se,
omnes enim vos unum estis in Christo.-Qua ratione illud capietur commodi, tum in multitudine tueantur: quia multum pollet scriptorum opera in
ut non modo socii singuli, sed variae etiam eiusdem generis societates, quod utramque partem. Concordiae vero cum nihil tam sit contrarium, quam
est diligentissime providendum, amice ac benévolo consentiant. Sepositis dictorum acerbitas, suspicionum temeritas, insimulationum iniquitas, quid-
quippe, ut diximus, partium studiis, infensarum aemulationum praecipuae quid est huiusmodi summa animi provisione fugere et odisse necesse est.
erunt occasiones sublatae: eritque consequens, ut ad se tina omnes causa Pro sacris Ecclesiae iuribus, pro catholicis doctrinis non litigiosa disputatio
convertat, eademque máxima et nobilissima, de qua ínter catholicos hoc sit, sed moderata et temperans quae potíus rationum pondere, quam stilo
nomine dignos nullus potest esse dissensus. nimis vehementi et áspero victorem certaminis scriptorem efficiat.
Denique magni referí, sese ad hanc ipsam disciplinam accomodare, qui Istas igitur agendi normas plurimum arbitramur posse ad eas causas,
scriptis, praesertim quotidianis, pro religionis incolumitate dimicant.—Com- quae perfectam animorum concordíam impediunt, prohibendas. Vestrum
pertum quidem Nobis est, quid studeant, qua volúntate contendant: ñeque erit, Venerabiles Fratres, mentem Nostram populo interpretan, et quantum
faceré possumus, quin de catholico nomine méritos iusta laude prosequa- potestis contendere, ut ad ea quae diximus, vitam quotidianam universi
mur. Verum suscepta ipsís causa tam excellens est tamque praestans, ut exigant.—Quod sane Hispanos homines ultro effecturos confidímus cum
multa requirat, in quibus labi iustitiae veritatisque patronos minime decet: ob spectatam erga hanc Apostolicam Sedem voluntatem, tum ob speranda
ñeque enim debent, dum unam partem officii curant, reliquas deserere. concordiae beneficia. Domesticorum exemplorum memoriam renovent:
Quod igitur societates monuimus, idem scriptores monemus, ut amotis leni- cogitent, maiores suos, si multa fortiter multa praeclare domi forisque ges-
8
serunt, plañe non dissipatis dissentiendo viribus, sed una velut mente, uno-
9
Gal. 3.27-28. que animo gerere potuisse. Etenim fraterna caritate animati et id ipsum
Con frecuencia repitió León XIII esta obligación del periodista católico. Es muy im-
portante en esta materia la encíclica La voslra lettera, de 17 de junio de 1885. dirigida al invicem sentientes, de praepotenti Maurorum dominatu, de haeresi, de
cardenal De Guibert, arzobispo de París, con motivo del incidente del cardenal Pitra.en la .schismate triumpharunt. Igitur quorum accepere fidem et gloríam, eorum
que León XIII recuerda de nuevo la grave obligación de obediencia al episcopado que pesa vestigiis insistant, imitandoque perficiant, ut illi non solum nomirtis, sed
sobre los escritores católicos en todo lo concerniente a la actuación inmediata de las iglesias
nacionales y particulares (ASS 18 U885-1886] 3-9). Véase DTC s.v. León Xlll t.o col.342. ct¡am virtutum suarum superstites reliquisse videantur.
138 LEÓN XIII
vereri Deum homo desiit, máximum iustitiae tollitur fundamentum, sine tremefactam Galliam funditus miscúit, rem sacram et civilem eodem excidio
qua bene geri rem publicam vel ipsi ethnicorum sapientes negabant posse; complexa.
ñeque enim satis habitura dignitatis est auctoritas principum, ñeque satis Contra vero haec, quae certam civitatis ruinam secum ferunt, facile
virium leges. Plus apud unumquemque valebit utilitas, quam honestas: va- depelluntur, si in constituenda gubernandaque tum domestica tum civili
cillabit incolumitas iurium, malo custode officiorum poenarum metu: et societate catholicae religionis praecepta serventur. Ea enim sunt ad conser-
qui imperant, facile in dominatum iniustum, et qui parent, levi momento va tionem ordinis et ad reipublicae salutem aptissima.
in seditionem et turbas delabentur.—Praeterea quia nihil est in rerum na-
tura boni, quod non bonitati divinae acceptum referendum sit, omnis ho- Ac primo quidem ad societatem domesticam quod attinet, interest quam
minum societas, quae a disciplina et temperatione sui abesse Deum iubeat, máxime susceptam e coniugio christiano sobolem mature ad religionis
quantum est in se, divinae beneficentiae adiumenta respuit, planeque est praecepta erudiri; et eas artes, quibus aetas puerilis ad humanitatem infor-
digna, cui caelestis tutela denegetur. Itaque quantumvis opibus firma et mari solet, cum institutione religiosa esse coniunctas. Alteras seiungere ab
copiis locuples esse videatur, gerit tamen interitus sui in ipsis reipublicae altera idem est ac reipsa velle, ut animi pueriles in officiis erga Deum in
visceribus inclusa semina, ñeque spem habere potest diuturnitatis. Scilicet neutram partem moveantur: quae disciplina fallax est, et praesertim in pri-
gentibus christianis, non fere secus ac singulis hominibus, tam est inservire mis puerorum aetatulis perniciosissima, quod revera viam atheismi munit,
Dei consiliis salubre, quam deficere periculosum; eisque illud plerumque religionis obsepit. Omnino parentes bonos curare oportet, ut sui cuiusque
accidit, ut quibus temporibus fidelitatem suam erga Deum vel Ecclesiam liberi, cum primum sapere didicerunt, praecepta religionis percipiant, et
studiosius retinent, in optimum statum naturali quodam itinere veniant; ne quid occurrat in scholis, quod fidei morumve integritatem offendat. Et
quibus deserunt, excidant. Has quidem vices in annalibus temporum in- ut ista in instituenda sobóle diligentia adhibeatur, divina est naturalique
tueri licet; earumque domestica et satis recentia exempla suppeterent, si lege constitutum ñeque parentes per ullam causam solvi ea lege possunt.
vacaret ea recordári quae superior vidit aetas, cum procax multorum licentia Ecclesia vero, integritatis fidei cusios et vindex, quae, delata sibi a Deo
146 LEÓN XIII NOBILISS1MA GALLORUM GENS 147
tiana y vigilar con sumo cuidado las normas y los criterios con que temporales de esta vida, y la otra la Iglesia, que tiene por objeto
se educa a la juventud puesta bajo su autoridad. Por esto ha conde- conducir al hombre a la felicidad verdadera, celestial y eterna, para
nado siempre abiertamente las escuelas mixtas o neutras, advir- la que hemos nacido, así también existen dos poderes, sometidos
tiendo sin cesar a los padres de familia que vigilen atentamente ambos a la ley eterna y a la ley natural, y consagrado cada uno a
en un asunto de tanta trascendencia. Obedecer a la Iglesia en este su fin propio en todo lo referente a la esfera jurídica de su propia
punto es hacer una obra útilísima y proveer de modo excelente al jurisdicción y competencia 5 . Pero siempre que sea necesario esta-
bienestar público. Porque los que en su primera edad no han sido blecer una norma sobre una materia mixta, en la cual cada uno de
formados en materia religiosa crecen sin conocimiento alguno de estos dos poderes por razones distintas y con diversos procedimien-
las verdades más trascendentales, que son las únicas que pueden tos debe intervenir, es necesaria y al mismo tiempo favorable a
al mismo tiempo fomentar en los hombres el amor a la virtud y la utilidad pública la concordia entre ambos poderes. Si esta con-
dominar los apetitos contrarios a la razón. Tales verdades son las cordia desaparece se sigue forzosamente una situación crítica e
ideas de un Dios juez y vengador, de las recompensas y penas de inestable que imposibilita la segura tranquilidad de la Iglesia y
la otra vida y de los auxilios sobrenaturales que nos dio y da Jesu- del Estado. Por consiguiente, cuando por medio de un solemne
cristo para cumplir santa y celosamente nuestras obligaciones. Sin concordato ha sido establecido públicamente un régimen de rela-
el conocimiento de estas verdades será deficiente y enfermiza toda ciones entre el poder religioso y el poder político, importa a la
cultura posterior; y los que en su adolescencia no se acostumbraron justicia, no menos que al Estado, el mantenimiento íntegro de
al temor de Dios, no podrán soportar después norma alguna de esa concordia; porque de la misma manera que mutuamente cum-
vida moral, y por haber dado rienda suelta a sus propias pasiones plen sus obligaciones propias, así también reciben y dan ambas
se verán arrastrados fácilmente a movimientos revolucionarios per- partes una serie cierta de ventajas mutuas.
turbadores del orden en el Estado.
[La Iglesia y el Estado francés ]
[III. E L CRISTIANISMO Y EL ESTADO]
[6]. En Francia, al comenzar este siglo, una vez recobrada
[Dos sociedades ] la calma tras la reciente revolución política y la época del terror,
los mismos gobernantes comprendieron que el remedio más idóneo
[5]. En segundo lugar, son tan útiles como verdaderos los para levantar el Estado destruido por tantas calamidades era la
principios cristianos relativos al Estado y a las mutuas relaciones restauración de la religión católica. Previendo las ventajas que para el
jurídicas entre el poder sagrado y el poder político.—Porque así futuro supondría un acuerdo, nuestro predecesor Pío VII accedió
como en la tierra existen dos supremas sociedades, la una el Es-
tado, cuyo fin próximo es proporcionar al género humano los bienes temporale et mundanum, altera religiosa, cuius est homines ad veram ülam
felicitatem perducere, ad quam facti sumus, caelestem ac sempiternam, ita
conditore suo auctoritate, debet ad sapientiam christianam universas vocare gemina potestas est; aeternae naturalique íegi obedientes ambae, et in rebus
gentes, itemque sedulo videre quibus excolatur praeceptis institutisque quae alterutrius ordine imperioque continentur, sibi singulae consulentes.
iuventus quae in ipsius potestate sit, semper scholas quas appellant mistas Verum quot':s quidquam constituí de eo genere oporteat, de quo utramque
vel neutras, aperte damnavit, monitis etiam atque etiam patribusfamilias, potestatem, diversis quidem causis diversoque modo, sed tamen utramque
ut in re tanti momenti animum attenderent ad cavendum. Quibus in rebus constituere rectum sit, necessaria est et utilitati publicae consentanea utrius-
parendo Ecclesiae, simul utilitati paretur, optimaque ratione saluti publicae, que concordia; qua sublata, omnino consecutura est anceps quaedam mu-
consulitur. Etenim quorum prima aetas ad religionem erudita non est, sine tabilisque conditio, quacum nec Ecclesiae nec civitatis potest tranquillitas
ulla cognjtione adolescunt rerum maximarum, quae in hominibus alere consistere. Gum igitur pactis conventis Ínter sacram civilemque potestatem
virtutum studia, et appetitus regere rationi contrarios solae possunt. Cuius- publice aliquid constitutum est, tune profecto quod iustitiae interest, interest
modi illae sunt de Deo creatore notiones, de Deo iudice et vindice, de idem rei publicae, concordiam manere integram; propterea quod sicut alteri
praemiis poenisque alterius vitae expectandis, de praesidiis caelestibus per ab altera praestantur officia mutua, ita certus utilitatis fructus ultro citrpque
Iesum Christum allatis ad illa ipsa officia diligenter sancteque servanda. accipitur et redditur.
His non cognitis, male sana omnis futura est animorum cultura: insueti
ad verecundiam Dei adolescentes nullam ferré poterunt honeste vivendi In Gallia, ineunte hoc saeculo, posteaquam ingentes illi, qui paulo ante
disciplinam, suisque cupiditatibus nihil unquam negare ausi, facile ad mis- fuerant, motus civiles terroresque conquieverant, ipsi rerum publicarüm rec-
cendas civitates pertrahentur. tores intellexere, haud posse melíus fessam tot ruinis civitatem sublevari,
quam si religio catholica restitueretur. Futuras utilitates opinione praeci-
Deinde illa salubérrima aeque ac verissima, quae ad civilem societatem piens Pius VII Decessor Noster, voluntati primi Consulis ultro obsecutusest,
vicissitudinemque iurium et officiorum Ínter sacram et politicam potestatem
spectant.—Quemadmodum enim duae sunt in terris societates maximae, 5
El desarrollo de este principio de las dos sociedades y los dos poderes constituye e!
altera civilis, cuius proximus finís est humano generi bonum comparare núcleo de la encíclica Immmtale Dei.
148 LEÓN XIII NOMLISSIMA GALLORUM GENS 1 l'.t
g u s t o s a m e n t e a los deseos del p r i m e r Cónsul, usando toda la b o n d a d dad, la aparición de alarmantes peligros en este sentido. Se lian
. y condescendencia compatibles con su cargo.—Establecido entonces- p r o m u l g a d o y se siguen p r o m u l g a n d o todavía disposiciones legales
u n acuerdo sobre las materias principales, quedaron puestos los totalmente incompatibles con la seguridad de la Iglesia. Algunos,
fundamentos y abierto un camino seguro y expedito para la restau- en efecto, p o r hostilidad a la Iglesia, se h a n dedicado a provocar u n
ración y el restablecimiento gradual de la situación religiosa. E n odio persecutorio contra las instituciones católicas y a proclamarlas
realidad, a partir de este m o m e n t o y posteriormente se h a n p r o - p ú b l i c a m e n t e c o m o enemigas del Estado. C o n n o m e n o r p e n a y
m u l g a d o varias disposiciones legales que tienden a proteger la inte- angustia presenciamos los propósitos de algunos políticos q u e , para
gridad y el h o n o r de la Iglesia. Las inmensas ventajas resultantes de r o m p e r las relaciones armónicas de la Iglesia y el Estado, desean
este acuerdo d e b e n ser más apreciadas todavía, p o r q u e t o d o lo con- abolir t a r d e o t e m p r a n o el vigente y legítimo concordato concluido
cerniente a la religión había sido destruido radicalmente en Francia. con la Sede Apostólica.
Devuelta p ú b l i c a m e n t e su dignidad a la religión, las instituciones
cristianas renacieron completamente. Pero son admirables t a m b i é n
los bienes q u e este restablecimiento aportó a la prosperidad del [IV. NORMAS PRÁCTICAS]
E s t a d o . P o r q u e c u a n d o éste, recién liberado de la furiosa t e m p e s t a d [ 8 ] . N o s , ciertamente, en esta situación n o h e m o s dejado de
revolucionaria, buscaba una fundamentación sólida para la t r a n -
hacer lo q u e las circunstancias exigían. N o s , siempre q u e - h a sido
quilidad y el o r d e n públicos, c o m p r e n d i ó q u e era la religión cató-
necesario, h e m o s o r d e n a d o a nuestro n u n c i o apostólico q u e hiciera
lica la única q u e podría proporcionársela. D e lo cual se concluye
reclamaciones, y el gobierno francés, por su parte, ha declarado q u e
q u e la decisión de restablecer la concordia con la Iglesia fué obra
las recibía con á n i m o dispuesto a la e q u i d a d . — N o s m i s m o , c u a n d o
de u n h o m b r e p r u d e n t e y hábil en el gobierno de los intereses p ú -
se dictó la ley s u p r i m i e n d o las comunidades religiosas, h e m o s d a d o
blicos. P o r lo cual, a u n en el supuesto de que no existieran otros
a conocer nuestros sentimientos en u n a carta dirigida a n u e s t r o
motivos, la razón q u e movió entonces para buscar la' pacificación
debería movernos ahora para m a n t e n e r su conservación. P o r q u e q u e r i d o hijo el arzobispo de París, cardenal de la Santa Iglesia R o -
en m e d i o de la ardiente fiebre revolucionaria que p o r todas partes m a n a 6 . D e m o d o parecido, en u n a carta enviada en j u n i o del a ñ o
se manifiesta y ante la acuciante i n c e r t i d u m b r e del futuro, consti- p a s a d o al presidente de la República, N o s h e m o s d e p l o r a d o las .
tuiría u n a grave y peligrosa i m p r u d e n c i a introducir n u e v o s m o t i - m e d i d a s q u e se o p o n e n a la salvación de las almas y m e n o s c a b a n
vos de discordia entre los dos poderes y poner obstáculos q u e im- los derechos de la Iglesia 7 . Y hemos o b r a d o así p o r q u e en p r i m e r
pidieran o retardaran la bienhechora acción de la Iglesia. tudine et angore videmus: quaedam enim et acta sunt et aguntur cum Eccle-
siae salute minime congruentia, posteaquam nonnulli infenso animo insti-
[7]. Sin embargo, vemos actualmente, con inquietante ansie- tuía catholica in suspicionem invidiamque adducere, eaque civitati praedi-
care inimica vulgo consueverunt. Ñeque minus sollicitos anxiosque habent
facilitate indulgentiaque usus tanta, quanta máxima per officium licuit.— Nos eorum consilia, qui, dissociandis Ecclesiae reique publicae rationibus,
Tune de summis capitibus cum convenisset, fundamenta posita sunt tu- salubrem illam riteque initam cum Apostólica Sede concordiam serius ocius
tumque iter munitum restituendis ac sensim stabiliendis rebus religiosis diremptam vellent.
opportunum. Et revera plura eo tempore ac posteriore aetate prudenti iudi- Nos quidem in hoc rerum statu nihil praetermisimus, quod témpora
cio constituía sunt, quae ad incolumitatem et decus Ecclesiae pertinere vi- postulare viderentur. Legatum Nostrum Apostolicum, quoties oportere vi-
debantur. Permagnae exinde perceptae utüitates, tanto pluris aestimandae, sum est, faceré expostulationes iussimus: quas qui rem publicam gerunt
quanto gravius in Gallia omnia sacra essent antea prostrata et afflicta. Publica prono se ad aequitatem animo accipere testati sunt.—Nos ipsi, cum lata lex
dignitate religioni reddita', plañe instituía christiana revixere: sed mirum est de coUegiis sodalium religiosorum tollendis, animi Nostri sensa litteris
quanta ex hoc facto in prosperitatem civilem bona redierunt. Etenim ex consignavimus ad dilectum Filium Nostrum S. R. E. Cardinalem Archi-
turbulentissimis fluctibus vixdum emersa civitas, cum vehementer tran- episcopum Parisiensium datis. Simili modo, missis superiore anno mense
quillitatis disciplinaeque publicae firma fundamenta requireret, ea ipsa Iunio ad summum rei publicae Principem litteris, cetera illa deploravimus,
quae requirebat, oblata sibí a religione catholica percommode sensit; ita quae saluti animorum nocent, et Ecclesiae rationes incólumes esse non
ut appareat, illud de concordia ineunda consilium prudentis viri populoque sinunt. Id vero effecimus tum quod sanctitate et magnitudine muneris
bene consulentis fuisse. Quare, si ceterae rationes deessent, tamen omnino Nostri apostolici permovebamur, tum quod vehementer cupimus ut accepta
eadem causa, quae tune ad pacificationem suscipiendam impuüt, nunc
6
deberet ad conservandam impeliere. Nam inflammatis passim rerum nova- Carla Perlcctae a Nobis, de 22 de octubre de 1880, al cardenal De Guibert, arzobispo
rum studiis, in tam incerta expecíatione futurorum, novas discordiarum de París, con motivo de la separación legal de las Ordenes y Congregaciones religiosas de
toda actividad docente. Esta carta constituye una apología de los Institutos religiosos. Las
causas ínter utramque potestatem serere, interiectisque impedimentis be- Ordenes y Congregaciones reí igiosas son necesari as. Son un brote espontáneo del cristiani smo
neficam Ecclesiae prohibere aut remoran virtutem, inconsulta res esset et No son contrarias a forma alguna de gobierno. Han sido y continuarán siendo beneméritas,
plena periculi. de todos los campos de la cultura. Es un deber de la Iglesia y del episcopado cat óHco la defensa
enérgica de las instituciones religiosas.
At vero hoc tempore huius gencris eminere pericula non sine sollici- ? «El 12 de marzo de 1883 León XIII escribió al presidente de la República, Julio Grévy,
que no era personalmente un sectario, para recordarle la benévola actitud de la Santa Sedé
150 LEÓN XIII
NOBILISSIMA. GALLORUM GBNS , l.f,l
lugar la santidad y la grandeza de nuestro cargo apostólico nos
obligaban a ello, y porque además deseamos vivamente que la re- de voluntades. Y, cuando la causa es común, es necesario que exista
ligión heredada de vuestros padres y vuestros antepasados se con- también unidad en la acción. Procurad que en ninguna parte falten
serve santa e inviolablemente en Francia. Con igual perseverancia escuelas en las que se enseñe a los niños con todo el cuidado posible
y con los mismos medios, Nos hemos resuelto defender siempre en el conocimiento de los bienes sobrenaturales y de los deberes para
el porvenir el catolicismo de Francia.—En el cumplimiento de esta con Dios, y en las que aprendan a conocer a fondo a la Iglesia y
justa y obligatoria misión, Nos hemos tenido siempre en vosotros, a obedecerla íntegramente, hasta el punto de que' lleguen a com-
venerables hermanos, un eficiente auxilio. Obligados por la fuerza prender que deben estar dispuestos a sufrirlo todo por causa de
a deplorar la supresión de las Ordenes y Congregaciones religiosas, la Iglesia. Francia es rica en ejemplos de hombres ilustres que por
habéis hecho al menos todo lo que estaba a vuestro alcance para la fe católica no han rehusado prueba alguna, incluso la pérdida
que los religiosos, beneméritos no menos del Estado que de la Igle- de la propia vida. Durante la misma revolución, que hemos recor-
sia, no sucumbiesen sin defensa. Ahora, y en la medida que os •dado, hubo muchos hombres de fe invencible que consagraron con
permiten las leyes, ponéis vuestra más viva solicitud y más cons- su valor y con su sangre el honor nacional. Y en nuestros días vemos
tante atención en procurar a la juventud los medios necesarios de en Francia una virtud que con el auxilio de Dios sabe defenderse
una sana educación. Y por lo que toca a los proyectos que algunos a sí misma en medio de tantos peligros y persecuciones. El clero
políticos preparan contra la Iglesia, no habéis dejado de señalar el cumple los deberes de su ministerio con esa caridad que es propia
daño que supondrían para el propio Estado. Nadie podrá acusaros de los sacerdotes, siempre pronta e industriosa para acudir en auxi-
de que al obrar de esta manera procedéis movidos por considera- lio del prójimo. Gran número de seglares profesan pública y vale-
ciones meramente humanas o para hacer oposición al régimen re- rosamente su fe católica, dan testimonio a porfía de muchas ma-
publicano constituido. Porque cuando se trata de la gloria de Dios, neras y continuamente de su adhesión a esta Sede Apostólica,
cuando está en peligro la salvación de las almas, vuestro deber es proveen con grandes gastos y con eximio celo a la educación de la
el de defenderlas y velar por ellas.—Continuad, pues, con pru- juventud y contribuyen al alivio de las necesidades públicas con
dente firmeza en el cumplimiento de vuestra misión episcopal. una liberalidad y una beneficencia admirables.
Enseñad los preceptos de la doctrina cristiana y mostrad al pueblo [9]. Pero es necesario no sólo conservar, sino también aumen-
el camino que debe seguir en estos dificultosos tiempos. Es nece- tar con el esfuerzo de todos y con gran perseverancia estos bienes,
sario que todos los fieles tengan unidad de pensamiento y unidad que abren un horizonte esperanzador para Francia. En primer lu-
gar, es preciso procurar el aumento continuo del clero con voca-
a patribus et maioribus religio sánete inviolateque in Gallia conservetur. ciones idóneas 8 . Es preciso también que la autoridad de los pre-
Hac via, hoc ipso tenore constantiae certum Nobis est rem Galliae catholi-
cam perpetuo in posterum defenderé.—Cuius quidem officii iusti ac debiti oportet esse mentem idemque propositum, et ubi communis est causa,
Vos omnes, Venerabiles Fratres, adiutores strenuos semper habuimus. Re- similem in agendo adhibere rationem. Providete ut nusquam scholae desint,
vera sodalium religiosorum coacti doleré vicem, perfecistis tamen, quod in quibus notitia bonorum caelestium officiorumque erga Deum diligen-
erat in potestate vestra, ne indefensi suecumberent, qui non minus de re tissime alumni imbuantur, et discant penitus Ecclesiam cognoscere eidem-
publica quam de Ecclesia meruerant. Hoc autem tempore, quantum leges que dicto esse audientes usque adeo ut intelligant et sentiant, omnes labores,
jsinunt, in eo evigilant maximae curae cogitationesque vestrae, ut probae eius causa, patibiles putandos. Abundat Gallia praestantissimorum homi-
institutionis copia suppeditet iuventuti: et de consiliis quae adversus Eccle- num exemplis, qui pro fide christiana nullam ab sese calamitatem, ne vitae
siam nonnulli agitant, non praetermisistis ostendere, quantum ipsi civitati quidem ipsius iacturam deprecati sint. In ipsa illa perturbatione, quam
essent allatura perniciem. Atque has ob causas nemo iure criminabitur, commemoravimus, viri invicta fide perplures extiterunt, quorum virtute et
aut aliquo Vos respectu rerum humanarum duci, aut constitutae reipublicae sanguine patrius stetit honos. Iamvero nostris etiam temporibus virtutem
adversan: quia cum Dei agitur honos, cum salus animarum in discrimen in Gallia cernimus per medias insidias et pericula satis, Deo iuvante, se
adducitur, vestrum munus est harum rerum omnium tutelam defensionem- ipsam tueri. Munus suum Clerus insistit, idque ea caritate, quae sacerdotum
que suscipere.—Pergite itaque prudenter et fortiter in episcopali muñere . est propria, ad proximorum utilitates semper prompta et sollerti. Laici viri
versari: caelestis doctrinae praecepta tradere, et qua sit ingrediendum via magno numero fidem catholicam profitentur aperto impavidoque pectore:
in tam magna temporum iniquitate populo demonstrare. Eamdem omnium obsequium suum certatim huic Apostolicae Sedi multis rationibus et saepe
testantur: institutioni iuventutis ingenti sumptu et labore prospiciunt, ne-
respecto de Francia y para expresarle la esperanza de que los dirigentes de la República no cessitatibus publicis opitulantur liberalitate et beneficentia mirabili.
pretenderían romper la unión de los franceses. El presidente respondió que también él deseaba
la pacificación. «Yo puedo muy poco, por desgracia—escribía—, sobre los enemigos de la Iamvero ista bona, quae laetam spem Galliae portendunt, non conser-
Iglesia; Vuestra Santidad puede mucho sobre los enemigos de la República. Si Su Santidad vanda solum sed etiam augenda sunt communi studio maximaque perse-
se dignase mantener a éstos en esa neutralidad política que es el grande y prudente pensa-
miento de su pontificado, nos obligaría a dar un paso decisivo hacia la tan deseada pacifi- verantia sedulitatis. In primis videndum est ut idoneorum virorum copia
cación». El Santo Padre, sin olvidar el papel de las sectas antirreligiosas, vio en esta respuesta magis ac magis Clerus locupletetur. Sancta sit apud sacerdotes Antistitum
una señal personal de benevolencia por parte del jefe del Estado» (G. CASTELLA, Histoire
des Papes t.3 p.234). 8
En la encíclica de 8 de septiembre de 1809, dirigida al episcopado y al clero franceses
(ASS 32 [1899-1900] 193-213)1 León XIII insiste en la urgente necesidad de formar un clero
152 tEÓ-N Xíll
MlBILISSIMA GALLOKUM i;KNS IÍJN!
lados sea sagrada para los sacerdptes y q u e t e n g a n éstos p o r cierto
q u e el ministerio sacerdotal, si n o se ejerce bajo el magisterio d e entero, bajo vuestra autoridad, n o deje de orar y de suplicar a Dios
los obispos, n o p u e d e ser santo, ni útil, ni recto 9 . — E n segundo q u e vuelva sus m i r a d a s a F r a n c i a y q u e su misericordia triunfe
lugar, es necesario q u e u n a selección de seglares católicos, amantes de su cólera. M u c h a s veces la Majestad divina ha sido ultrajada
de la Iglesia, m a d r e c o m ú n d e todos, y cuyos discursos y escritos por la licencia actual e n el hablar y en el escribir, y n o faltan quie-
p u e d e n ser d e gran utilidad para garantía d e los derechos del cato- nes n o sólo r e p u d i a n con ingratitud los beneficios d e Jesucristo,
licismo, se consagre activamente a la defensa de la religión. P e r o salvador de los h o m b r e s , sino q u e incluso p r o c l a m a n con u n a i m -
para obtener estos felices resultados son totalmente necesarias la piedad ostentosa q u e n o quieren reconocer la existencia de Dios.
u n i ó n d e las voluntades y la unidad en la acción. N a d a desean tanto Es absolutamente necesario q u e los católicos, con actos internos
los enemigos d e la Iglesia como las divisiones internas e n t r e los de fe y de piedad, c o m p e n s e n esta perversidad intelectual y moral-.
católicos. Persuádanse los católicos q u e d e b e n evitar a toda costa Es necesario q u e d e m u e s t r e n p ú b l i c a m e n t e q u e para ellos nada
las disensiones, r e c o r d a n d o aquellas palabras divinas: todo reino hay superior a la gloria de Dios, nada t a n q u e r i d o c o m o la religión
dividido entre sí perecerá 1 0 . Y si para obtener la u n i ó n es preciso de sus padres. L o s q u e , m á s estrechamente u n i d o s con D i o s , viven
q u e cada u n o renuncie a su propia opinión y a su p r o p i o juicio, en la clausura d e los monasterios, excítense ahora a u n a caridad
hágalo d e b u e n a voluntad y m i r a n d o al bien c o m ú n . Esfuércense generosa y esfuércense p o r hacernos a D i o s propicio con oraciones
p r i n c i p a l m e n t e los escritores en conservar esta paz d e los espíritus humildes, mortificaciones voluntarias y la abnegación de sí m i s -
en todas las cuestiones. A n t e p o n g a n a sus propias utilidades lo mos. Confiamos q u e con estos medios y con el auxilio divino se
q u e favorece el interés c o m ú n . Defiendan las empresas c o m u n e s . logrará q u e los equivocados abran los ojos a la luz de la verdad
O b e d e z c a n d e b u e n a gana la dirección d e aquellos a quienes el y el n o m b r e francés florezca de nuevo en su genuina grandeza,
Espíritu Santo puso como obispos para regir la Iglesia de Dios ] *, [i i ]. E n t o d o lo q u e hemos dicho hasta aquí, reconoced, vene-
y n o e m p r e n d a n nada contra la voluntad d e aquellos a quienes es rables h e r m a n o s , nuestro, corazón de p a d r e y la grandeza del a m o r
necesario seguir c o m o jefes c u a n d o se combate p o r la religión. q u e tenemos a t o d o el p u e b l o francés. Y n o d u d a m o s q u e este
testimonio de n u e s t r o gran amor servirá para confirmar y a u m e n t a r
[ 1 0 ] . Finalmente, de a c u e r d o con la conducta q u e la Iglesia
la saludable y necesaria u n i ó n entre Francia y la Sede Apostólica,
ha observado siempre en las circunstancias difíciles, el p u e b l o
q u e ha p r o c u r a d o en t o d o t i e m p o t a n n u m e r o s o s y t a n grandes
bienes para utilidad de la Iglesia y del E s t a d o . — E s p e r a n z a d o s con
suorum auctoritas: pro certo habeant sacerdotale munus, nisi sub magisterio este pensamiento, N o s deseamos a vosotros, venerables h e r m a n o s ,
Episcoporum exerceatur, ñeque sanctum, nec satis utile, ñeque honestum y a vuestros conciudadanos la mayor a b u n d a n c i a de d o n e s celes-
futurum.—Deinde necesse est in patrocinio religionis multum elaborare tiales. C o m o p r e n d a de estos dones y testimonio de nuestra par-
lectos viros laicos, quibus cara est communis omnium mater Ecclesia, et
quorum cum dicta tum scripta tuendis catholici nominis iuribus magno usui
esse possunt. Ad optatos autem fructus máxime est conspiratio voluntatum Denique, quod faceré in rebus dubiis semper Ecclesia consuevit, popu-
et agendorum similitudo necessaria. Profecto nihil magis inimici cupiunt, lus universus, Vobis auctoribus, obsecrare obtestarique Deum insistat, ut
quam ut dissideant catholici ínter se: hi vero nihil sibi magis quam dissidia respiciat Galiiam, iramque misericordia vincat. In ista fandi scribendique
fugiendum putent, memores divini verbi, omne regnum in seipsum divisum licentia pluries est divina violata maiestas, ñeque desunt qui non modo
desolabitur. Quod si, concordíae gratia, necesse est, quemquam de sua sen- beneficia Salvatoris hominum Iesu Christi ingrate repudient, sed etiam im-
tentia iudicioque desistere, faciat non invitus, sperata utilitate communi. pía ostentatione profiteantur, nolle se Dei numen agnoscere. Omnino ca-
Qui scribendo dant operam, magnopere studeant hanc in ómnibus rebus tholicos decet hanc sentiendi agendique pravitatem magno fidei pietatisque
animorum concordiam conservare; iidem praeterea quod in commune expe- studio compensare, publiceque testari, nihil sibi esse Dei gloria prius, nihil
dit malint, quam quod sibi: communia coepta tueantur; disciplinae eorum, avita religione carius. Ii praesertim qui alligati arctius Deo, intra monaste-
quos Spiritus Sanctus posuit Episcopos regere Ecclesiam Dei, libenti animo riorum claustra aetatem degunt, excitent nunc sese ad caritatem generosius,
pareant, auctoritatemque vereantur; nec suscipiant quicquam praeter eorum- et divinum propitiare numen humili prece, poenis voluntariis, suique devo-
dem voluntatem, quos, quando pro religione dimicatur, sequi necesse est tione contendant. His rationibus eventurum, Deo opitulante, confidimus,
tamquam duces. ut qui sunt in errore resipiscant, nomenque Gallicum ad genuinam magni-
tudinem revirescat.
capacitado espiritual y doctrina] mente para las luchas de la época moderna. Prosiguiendo la In his ómnibus, quae hactenus diximus, paternum animum Nostrum,
línea señalada en la Aeterni Patris, reitera la necesidad de la filosofía perenne, porque «el Venerabiles Fratres, et amoris, quo universam Galliam complectimur, mag-
católico
9
no puede ir al remolque de un escéptico subjetivismo radical de origen protestantes. nitudinem recognoscite. Nec dubitamus quin hoc ipsum studiosissimae
En la carta citada en la nota anterior, León XIII recuerda que en el campo social el
celo apostólico debe quedar enmarcado dentro de la más estricta obediencia. Hoy, dice Su voluntatis Nostrae testimonium ad confirmandam augendamque valeat sa-
Santidad, es más indispensable que nunca la obediencia y la disciplina jerárquica en la acción. lutarem illam ínter Galliam et Apostolicam Sedem coniunctionis necessitu-
Un celo intempestivo e inobediente es causa de verdaderos desastres. dinem, unde nec pauca, nec levia in communem utilitatem bona omni
"> M t . 12,25. tempore profecía sunt.—Et hac cogitatione laeti, Vobis, Venerabiles Fratres,
11
Act. 20,28.
civibusque vestris maximam caelestium munerum copiam adprecamur: quo-
* LEÓN XIII
su único deseo es mejorar la condición de los pueblos y extender son frutos venenosos y llenos de amargura. P o r q u e de los certísi-
al mayor n ú m e r o posible de ciudadanos las ventajas propias de la mos indicios q u e antes h e m o s m e n c i o n a d o , brota el último y p r i n -
sociedad civil. Estos propósitos, a u n q u e fuesen verdaderos, no son, cipal de los intentos masónicos; a s a b e r : la destrucción radical de
sin embargo, los únicos. L o s afiliados deben, además, dar palabra t o d o el o r d e n religioso y civil establecido p o r el cristianismo y la
y garantías de ciega y absoluta obediencia a sus jefes y m a e s t r o s ; d e - creación, a su arbitrio, d e otro o r d e n n u e v o con f u n d a m e n t o s y .
ben estar p r e p a r a d o s a la m e n o r señal e indicación d e éstos para eje- leyes t o m a d o s d e la entraña m i s m a del naturalismo.
cutar sus ó r d e n e s ; de n o hacerlo así, d e b e n aceptar los m á s duros [ 9 ] . T o d o lo q u e h e m o s dicho hasta aquí, y lo q u e d i r e m o s
castigos, incluso la m i s m a m u e r t e . D e hecho, cuando la masonería en adelante, d e b e e n t e n d e r s e d e la masonería considerada en sí
juzga q u e algunos d e sus seguidores h a n traicionado el secreto o han m i s m a y c o m o centro de todas las d e m á s sectas unidas y confedera-
desobedecido las órdenes recibidas, n o es raro q u e éstos reciban la das con ella, p e r o n o d e b e entenderse d e cada u n o d e sus seguidores.
m u e r t e con t a n t a audacia y destreza, q u e el asesino burla m u y a m e - P u e d e haber, en efecto, e n t r e sus afiliados n o pocas personas q u e ,
n u d o las pesquisas de la policía y el castigo de la justicia. A h o r a a u n q u e culpables p o r h a b e r ingresado en estas sociedades, n o par-
bien, esto de fingir y q u e r e r estonderse, de obligar a los h o m b r e s , ticipan, sin e m b a r g o , p o r sí m i s m o s en los crímenes de las sectas
como esclavos, con u n fortísimo vínculo y sin causa suficientemente e ignoran los últimos intentos de éstas. D e la m i s m a m a n e r a , entre *
conocida, d e valerse para cualquier c r i m e n de h o m b r e s sujetos al las asociaciones unidas a la masonería, algunas tal vez n o a p r u e b a n
capricho de otros, d e a r m a r a los asesinos procurándoles la i m p u n i - en m o d o alguno ciertas conclusiones extremas, q u e sería lógico
dad de sus delitos, es u n crimen m o n s t r u o s o , q u e la naturaleza n o abrazar c o m o consecuencias necesarias de principios c o m u n e s , si
puede permitir. P o r esto, la razón y la m i s m a verdad d e m u e s t r a n n o fuese p o r el h o r r o r q u e causa su m i s m a m o n s t r u o s i d a d . Igual-
con evidentia q u e la sociedad de que hablamos es contraria a la * m e n t e algunas asociaciones, p o r circunstancias de t i e m p o y lugar,
justicia y a la moral natural. n o se atreven a ejecutar t o d o lo q u e q u e r r í a n hacer y otras suelen
[8]. Afirmación reforzada por otros a r g u m e n t o s clarísimos, realizar; n o p o r esto, sin e m b a r g o , d e b e n ser consideradas c o m o
q u e ponen d e manifiesto esta contradicción de la masonería con la ajenas a la u n i ó n masónica, p o r q u e esta u n i ó n masónica d e b e ser
moral natural. P o r q u e por m u y g r a n d e q u e sea la astucia de los juzgada, m á s q u e p o r los hechos y realizaciones q u e lleva a cabo,
hombres p a r a ocultarse, p o r m u y excesiva q u e sea su c o s t u m b r e por el conjunto de principios q u e profesa.
de mentir, es imposible q u e n o aparezca de algún m o d o en los
efectos la naturaleza d e la causa. No puede árbol bueno dar malos mala bonos fructus faceré. Fructus autem secta Massonum perniciosos gignit
maximaque acerbitate permixtos. Nam ex certissimis indiciis, quae supra
frutos, ni árbol malo dar frutos buenos n . L o s frutos de la masonería commemoravimus, erumpit illud, quod est consiliorum suorum ultimum,
scilicet evertere funditus omnem eam, quam instituía christiana pepererunt,
dium, tenuioris plebis caritatem: unice velle se meliores res multitudini quae- disciplinam religionis reique publicae, novamque ad ingenium suum ex-
rere, et quae habentur in civili societate commoda cum quamplurimis com- truere, ductis e medio Naturalismo fundamentis et legibus.
municare. Quae quidem consilia quamvis vera essent, nequáquam tamen Haec, quae diximus aut dicturi sumus, de secta Massonica inteliigi opor-
in istis omnia. Praeterea qui cooptati sunt, promittant ac recipiant necesse tet spectata in genere suo, et quatenus sibi cognatas foederatasque com-
est, ducibus ac magistris se dicto audientes futuros cum obsequio fideque plectitur societates: non autem de sectatoribus earum singulis. In quorum
máxima: ad quemlibet eorum nutum significationemque paratos, imperata numero utique possunt esse, nec pauci, qui quamvis culpa non careant
facturos: si secus fecerint, tum dirá omnia ac mortem ipsam non recusare- quod sese istius modi implicuerint societatibus, tamen nec sint flagitiose
Revera si qui prodidisse disciplinam, vel mandatis restitisse iudicentur, sup- factorum per se ipsi participes, et illud ultimum ignorent quod illae nitun-
plicium de ris non raro sumitur, et audacia quidem ac dexteritate tanta, ut tur adipisci. Similiter ex consociationibus ipsis nonnullae fortasse nequá-
speculatricem ac vindicem scelerum iustitiam sicarius persaepe fallat.—At- quam probant conclusiones quasdam extremas, quas, cum ex principiis
qui simulare, et velle in oceulto latere; obligare sibi homines, tamquaní communibus necessario consequantur, consentaneum esset amplexari, nisi
mancipia, tenacissimo nexu, nec satis declarata causa: alieno addictos ar- per se foeditate sua turpitudo ipsa deterreret. ítem nonnullas locorum tem-
' bitrio ad omne facinus adhibere: armare ad caedem dextras, quaesita impu- porumve ratio suadet minora conari, quam aut ipsae vellent aut ceterae
nitate peccandi, immanitas quaedam est, quam rerura natura non patitur. solent: non ideirco tamen alienae a Massonico foedere putandae, quia Mas-
Quapropter societatem, de qua loquimur, cum iustitia et naturali honéstate sonicum foedus non tam est ab actis perfectisque rebus, quam a sententia-
pugnare, ratio et veritas ipsa convincit. rum summa iudicandum.
Eo vel magis, quod ipsius naturam ab honéstate dissidentem alia quo-.
que argumenta eademque illustria redarguunt. Ut enim magna sit in homi-
nibus astutia celandi consuetudoque mentiendi, fieri tamen non potest, ut
unaquaeque causa ex iis rebus, quarum causa est, qualis in se sit non ali"
qua ratione appareat. Non potest arbor bona malos fructus faceré; ñeque arbof
»» Mt. 7,18.
1Í¡<¡ r.K<')\ \-irr HUMANUM GBKUS i y¡
a la masonería no están obligados a abjurar expresamente de la fe principal de sus divisiones internas. Más aún, es cosa sabida que
católica, esta táctica está tan lejos de oponerse a los intentos masó-, últimamente ha habido entre ellos, por esta misma cuestión, una
nicos, que más bien sirve a sus propósitos. En primer lugar, porque no leve contienda. Pero, en realidad, la secta concede a sus inicia-
éste es el camino de engañar fácilmente a los sencillos y a los incau- dos una libertad absoluta para defender la existencia de Dios o para
tos y de multiplicar el número de adeptos. Y en segundo lugar, negarla; y con la misma facilidad se recibe a ios que resueltamente
• porque al abrir los brazos a todos los procedentes de cualquier cre- defienden la opinión negativa como a los que piensan que Dios
do religioso, logran, de hecho, la propagación del gran error de los existe, pero tienen acerca, de Dios un concepto erróneo como Jos
tiempos actuales: el indiferentismo religioso y la igualdad de todos panteístas, lo cual equivale a conservar una absurda idea de la na-
los cultos. Conducta muy acertada para arruinar todas las religio- turaleza divina, rechazando la verdadera noción de ésta. Destruido
nes, singularmente la católica, que, como única verdadera, no puede o debilitado este principio fundamental, sigúese lógicamente la in-
ser igualada a las demás sin suma injusticia. estabilidad en las verdades conocidas por la razón natural: la crea-'
ción libre de todas las cosas por Dios, la providencia divina sobre
[Errores metafísicas] el mundo, la inmortalidad de las almas, la vida eterna que ha de su-
ceder a la presente vida temporal.
[i I ]. Pero los naturalistas avanzan más todavía. Lanzados
audazmente por la vía del error en los asuntos de mayor importan-
cia, caen despeñados por el precipicio de las conclusiones más ex- [Moral cívica]
tremistas, ya sea por la flaqueza de la naturaleza humana, ya sea por [12]. Perdidas estas verdades, que son como principios del
justo juicio de Dios, que castiga&\ pecado de la soberbia naturalista. orden natural, trascendentales para el conocimiento y la práctica de la
De esta manera sucede que para esos • hombres pierden toda su vida, fácilmente aparece el giro que ha de tomar la moral pública y
certeza y fijeza incluso las verdades conocidas por la sola luz natural privada. No nos referimos a las virtudes sobrenaturales, que nadie
de la razón, como son la existencia de Dios y la espiritualidad e in- puede alcanzar ni ejercitar sin especial don gratuito de Dios. Por
mortalidad del alma humana. Por su parte, la masonería tropieza fuerza no puede encontrarse vestigio alguno de estas virtudes en
con estos mismos escollos a través de un camino igualmente equi- los que desprecian como inexistentes la redención del género hu-
vocado. Porque si bien reconocen generalmente la existencia de mano, la gracia divina, los sacramentos y la bienaventuranza que se
Dios, afirman, sin embargo, que esta verdad no se halla impresa en ha de alcanzar en el cielo. Hablamos aquí de ¡as obligaciones deri-
la mente de cada uno con firme asentimiento y estable juicio. Reco- vadas de la moral natural. Un Dios creador y gobernador providente
nocen, en efecto, que el problema de Dios es entre ellos la causa del mundo; una ley eterna que manda conservar el orden natural
eos máxime exercere catholicum nomen implacabilibus inimicitiis, nec ante y prohibe perturbarlo; un fin último del hombre, muy superior a
quieturos, quam excísa omnia viderínt, quaecumque summi Pontífices re-
ligionis causa instituissent.—Quod si, qui adscribuntur in numerum, ne- Deo quaestionem máximum apud ipsos esse fontem causamque dissidii:
quáquam eiurare conceptis verbis instituta catholica iubentur, id sane tan- immo non mediocrem hac ipsa de re constat extitisse inter eos próximo
tum abest, ut consiliis Massonum repugnet, ut potius adserviat. Primum etiam tempore contentionem. Re autem vera initiatis magnam secta licen-
enim simplices et incautos facile decipiunt hac via. multoque pluribus invi- tiam dat, ut alterutrum liceat suo iure defenderé, Deum esse, Deum nullum
tamenta praebent. Tum vero obviis quibuslibet ex quovis religionis ritu esse: et qui nullum esse praefracte contendant, tarr> facile initiantur, quam
accipiendis, hoc assequuntur, ut re ipsa suadeant magnum illum huius tem- qui Deum esse opinantur quidem, sed de eo prava sentiunt, ut Pantheistae
poris errorem, religionis curam relinqui oportere in mediis, nec ullum esse solent: quod nihil est aliud, quam divinae naturae absurdam quamdam spe-
inter genera discrimen. Quae quidem ratio comparata ad interitum est reli- ciem retiñere, veritatem tollere. Quo everso infiímatove máximo funda-
gionurn omnium, nominatim ad catholicae, quae cum una ex ómnibus vera mento, consequens est ut illa quoque vacillent, quae natura admonente
sit, exaequari cum ceteris sine iniuria summa non potest. cognoscuntur, cunetas res libera creatoris Dei volúntate extitisse: mundum
providentia regí: nuíium esse animorum interitum: huic, quae in terris
Sed ¡ongius Naturalistae progrediuntur. In maximis enim rebus tota agitur, hominum vitae successuram alteran! eamque sempiternam.
errare via audacter ingressi, praecipiti cursu ad extrema delabuntur, sive
humanae imbecillitate naturae, sive consilio iustas superbiae poenas repe- His autem dilapsis, quae sunt tamquam naturae principia, ad cognitio-
tentis Dei. Ita fit, ut iJJis ne ea quidem certa et fixa permaneant, quae na- ncm usumque praecipua, quales futuri sint privati publicique mores, facile
turali lumine rationis perspiciuntur, qualia profecto illa sunt, Deum esse, apparet.—Silemus de virtutibus divinioribus, quas absque singulari Dei mu-
ánimos bominum ab omni esse materiae concretione segregatos, eosdemque ñere et dono nec exercere potest quisquam, nec coisequi: quarum profecto
immortales.—Atqui secta Massonum ad hos ipsos scopulos non dissimili necesse est nullum in iis vestigium reperiri, qui redemptionem generis hu-
curstis errore adhaerescit. Quamvis enim Deum esse generatim profiteantur. mani, qui gratiam caelestem, qui sacramenta, adipiscendamque in caelis
id tamen non haerere in singulorum mentibus firma assensione iudicioque fi-Iicitatem pro ignotis aspernantur.—De officiis loquirnur, quae a naturali
stabili constitutum, ipsi sibi sunt testes. Ñeque enim díssimulant, hanc de honéstate ducuntur. Mundi enim opifex idemque providus gubernator Deus:
li'X aererna naturalem ordinem conservan iubens, perturbari vetans: ulti-.
170 LEÓN X l l l HUMANUM GKNUS I ,.l
todas las realidades h u m a n a s y colocado m á s allá de esta transito- p e c a d o del p r i m e r padre de la h u m a n i d a d , y juzgan por esto q u e i-I
ria vida t e r r e n a . Estas son las fuentes, estos son los principios de libre albedrío «no está debilitado ni inclinado al pecado» 1 3 . P o r el
t o d a m o r a l y de t o d a justicia. Si se s u p r i m e n , como suelen hacer el contrario, exagerando las fuerzas y la excelencia de la naturaleza
n a t u r a l i s m o y la masonería, la ciencia m o r a l y el d e r e c h o q u e d a n y p o n i e n d o e n ésta el único principio regulador d e la justicia, ni
destituidos d e t o d o f u n d a m e n t o y defensa. E n efecto, la única siquiera p u e d e n pensar q u e p a r a calmar los í m p e t u s de la n a t u -
m o r a l q u e reconoce la familia masónica, y en la q u e , según ella, ha raleza y regir sus apetitos sean necesarios u n prolongado c o m b a t e
de ser e d u c a d a la j u v e n t u d , es la llamada moral cívica, independiente y una constancia m u y g r a n d e . Por esto vemos el ofrecimiento p ú -
y libre; es decir, u n a moral q u e excluya toda idea religiosa. Pero blico a t o d o s los h o m b r e s d e i n n u m e r a b l e s estímulos de las pasio-
la debilidad de esta moral, su falta de firmeza y su movilidad a i m - n e s ; periódicos y revistas sin .moderación ni vergüenza alguna;
pulso de cualquier viento de pasiones, están bien d e m o s t r a d a s p o r obras teatrales extraordinariamente licenciosas; temas y motivos
los frutos de perdición q u e parcialmente están ya> apareciendo. artísticos b u s c a d o s i m p ú d i c a m e n t e en los principios del llamado
Pues d o n d e q u i e r a q u e esta educación ha comenzado a reinar con realismo; artificios sutilmente pensados p a r a satisfacción de una
m a y o r libertad, s u p r i m i e n d o la educación cristiana, ha p r o d u c i d o vida muelle y delicada; la b ú s q u e d a , en u n a palabra, d e t o d a clase
la rápida desintegración de la sana y recta moral, el crecimiento vi- de halagos sensuales, ante los cuales cierre sus ojos la v i r t u d ador-
goroso de las opiniones m á s h o r r e n d a s y el a u m e n t o ilimitado de las mecida. A l obrar así p r o c e d e n criminalmente, p e r o son consecuen-
estadísticas criminales. M u c h o s son los q u e deploran públicamente tes consigo m i s m o s todos los q u e s u p r i m e n la esperanza de los
estas consecuencias. Incluso n o son pocos los q u e , a u n contra su bienes eternos y la r e d u c e n a los bienes caducos, h u n d i é n d o l a en
voluntad, las reconocen obligados p o r la evidencia d e la verdad. la t i e r r a . — L o s h e c h o s referidos p u e d e n confirmar u n a realidad
[ 1 3 ] . Pero, además, c o m o la naturaleza h u m a n a q u e d ó m a n - fácil d e decir, p e r o difícil de creer. P o r q u e c o m o n o hay nadie tan
chada con la caída del p r i m e r pecado y, p o r esta m i s m a causa, más esclavo de las hábiles m a n i o b r a s d e los h o m b r e s astutos c o m o los
inclinada al vicio q u e a la virtud, es totalmente necesario para obrar individuos q u e tienen el á n i m o enervado y q u e b r a n t a d o p o r la
m o r a l m e n t e b i e n sujetar los m o v i m i e n t o s d e s o r d e n a d o s del espí- tiranía d e las pasiones, h u b o e n la masonería quienes dijeron y
ritu y someter los apetitos a la razón. Y p a r a q u e en este c o m b a t e propusieron p ú b l i c a m e n t e q u e hay q u e p r o c u r a r con u n a táctica
la razón vencedora conserve siempre su d o m i n i o se necesita m u y pensada sobresaturar a la m u l t i t u d con u n a licencia infinita en ma-
a m e n u d o el despego d e todas las cosas h u m a n a s y la aceptación teria de vicios; u n a vez conseguido este objetivo, la t e n d r í a n sujeta
de molestias y trabajos m u y grandes. P e r o los naturalistas y los a su arbitrio para acometer cualquier empresa.
masones, al n o creer las verdades reveladas p o r Dios, niegan el viribíis attenuatum et inclinatum putant. Quin immo exaggerantes naturae
virtutem et excellentiam, in eaque principium et normara iustitiae unice
mus hominum finís multo excelsicr rebus humanis extra haec mundana collocantes, ne cogitare quidem possunt, ad sedandos illius Ímpetus regen-
hospitia constitutus: hi fontes, haec principia sunt totius iustitiae et honesta - dosque appetitus assidua contentione et sumiría opus esse constantia. Ex
tis. Ea si tollantur, quod Naturaüstae idemque Massones solent, continuo quo videmus vulgo suppeditari hominibus ¡Ilécebras multas cupiditatum:
iusti et iniusti scientia ubi consistat, et quo se tueatur oninino non habebit. ephemerides commentariosque nulla nec temperantia nec verecundia: ludos
Et sane disciplina morum, quae Massonum familiae probatur unice, et qua scenicos ad licentiam insignes: argumenta artium ex iis, quas yocant verismi,
informari adolescentem aetatem contendunt oportere, ea est quam et civi- legibus proterve quaesita: excogítala subtilíter vitae artificia delicatae et
eam nominant et solutam ac liberam; scilicet in qua opinio milla sit religionis mollis: omnia denique conquisita voluptatum blandimenta, quibus sopita
inclusa. At vero quam inops illa sit, quam firmitatis expers, et ad omnem virtus conniveat. In quo flagitiose faciunt, sed sibi admodum constan*, qui
auram cupiditatum mobilis, satis ostenditur ex iis, qui partim iam apparent, expectationem tollunt bonorum caelestium, omnemque ad res mortales feli-
poenitendis fructibus. Ubi enim regnare illa liberius coepit, demota loco i-itatem abiiciunt et quasi demergunt in terram.—Quae autem commemo-
institutione christiana, ibi celeriter deperire probi integrique mores: opinio- rata sunt illud confirmare potest non tam re, quam dictu inopinatum. Cum
num tetra portenta convalescere: plenoque gradu audacia ascenderé male- enim hominibus versutis et callidis nemo fere soleat tam obnoxie serviré,
ficiorum. Quod quidem vulgo conqueruntur et deplorant: idemque non c |uam quorum est cupiditatum dominatu enervatus et fractus animus, reperti
pauci ex iis, qui minime velle»t, perspicua veritate compulsi, haud raro in secta Massonum sunt, qui edicerent a<» proponerent, consilio et arte eni-
testantur. tendum ut infinita vitiorum licentia exsaturetur multitudo: hoc enim f'a'cto,
Praeterea, quoiiiam est hominum natura prirni labe peccati inquinata, in potestate sibi et arbitrio ad quaelibet audenda facile futuram.
et ob hanc causam multo ad vitia quam ad virtutes propensior, hoc omninó 13
Concilio Tridentino, sess.6, De iustific. El texto conciliar dice así: tametsi in as
ad honestatem requiritur, cohibere motus anirni túrbidos et appetitus obe- f:.c. Iudaeis) liberum arbitrium minime extinctum esset, viribus Ucet attenuatum et inclmatum;
dientes faceré rationi. In quo certamine despicíentia saepissime adhibenda
est rerum humanarum, maximique exhauriendi labores ac molestiae, quo
suum semper teneat ratio victrix principatum. Verum Naturaüstae et Mas-
sones, nulla adhibita iis rebus fide, quas Deo auctore cognovimus, paren-
tem generis humani negant deliquisse: proptereaque liberum arbitrium nihil
172 U-.ÓN X I I I
Hl.'MANUM fflSVS 17:1
[Familia y educación ] guido que toda la educación de los jóvenes esté en m a n o s de los
laicos y q u e al formar los corazones infantiles nada se diga de los
[ 1 4 ] . P o r lo q u e toca a la sociedad doméstica, toda la d o c t r i n 3 grandes y sagrados deberes q u e u n e n al h o m b r e con Dios.
de los naturalistas se reduce a los capítulos siguientes: el matri-
m o n i o pertenece a la categoría jurídica de los contratos. P u e d e res- [Doctrina política ]
cindirse legalmente a voluntad de los contrayentes. L a autoridad
civil tiene p o d e r sobre el vínculo matrimonial. E n la educación de [ 1 5 ] . Vienen a continuación los principios de la ciencia poli-
los hijos n o hay q u e enseñarles cosa alguna como cierta y deter- tica. E n esta materia los naturalistas afirman q u e todos los h o m -
m i n a d a en materia de religión; q u e cada u n o al llegar a la a d o - bres son j u r í d i c a m e n t e iguales «y de la m i s m a condición en todos
lescencia escoja lo q u e quiera 1 4 . — L o s masones están d e a c u e r d o los aspectos de la vida. Q u e todos son libres p o r naturaleza. Q u e
con estos principios. N o solamente están de acuerdo, sino q u e se nadie tiene el d e r e c h o de m a n d a r a o t r o y q u e p r e t e n d e r q u e los
e m p e ñ a n , hace ya t i e m p o , p o r i n t r o d u c i r estos principios en la h o m b r e s obedezcan a u n a autoridad q u e n o proceda de ellos mismos
m o r a l de la vida diaria. E n m u c h a s naciones, incluso entre las es hacerles violencia. T o d o está, p u e s , en m a n o s del p u e b l o libre;
llamadas católicas, está sancionado legalmente q u e fuera del m a t r i - el p o d e r político existe p o r m a n d a t o o delegación del pueblo, pero
m o n i o civil n o haya u n i ó n legítima alguna. E n algunos Estados la d e tal forma q u e , si cambia la voluntad popular, es lícito destronar
ley p e r m i t e el divorcio. E n otros Estados se trabaja para lograr a los príncipes a u n p o r la fuerza. L a fuente de t o d o s los derechos y
cuanto antes la licitud del divorcio. D e esta m a n e r a se t i e n d e con obligaciones civiles está o en la m u l t i t u d o en el gobierno del E s -
paso rápido a cambiar la naturaleza del m a t r i m o n i o , convirtiéndolo tado, configurado por supuesto según los principios del derecho
en una u n i ó n inestable y pasajera, q u e la pasión haga o deshaga nuevo. E s necesario, además, q u e el E s t a d o sea ateo. N o hay razón
a su antojo.—La masonería tiene puesta t a m b i é n la m i r a d a con para a n t e p o n e r u n a religión a otra entre las varias q u e existen.
total unión d e voluntades en el m o n o p o l i o d e la educación de los T o d a s d e b e n ser consideradas p o r igual.
jóvenes. P i e n s a n q u e p u e d e n modelar fácilmente a su capricho esta
[ 1 6 ] . Q u e los masones a p r u e b a n igualmente estos principios
edad tierna y flexible y dirigirla hacia d o n d e ellos quieren y q u e
y q u e p r e t e n d e n constituir los Estados según este modelo son hechos
éste es el m e d i o m á s eficaz para formar en la sociedad u n a genera-
t a n conocidos que n o necesitan demostración. H a c e ya m u c h o
ción de ciudadanos como ellos imaginan. P o r esto, en materia de
t i e m p o q u e con todas sus fuerzas y medios p r e t e n d e n abiertamente
educación y enseñanza n o p e r m i t e n la m e n o r intervención y vigi-
esta nueva constitución del Estado. C o n lo cual están a b r i e n d o el
lancia de los ministros de la Iglesia, y en varios lugares han conse-
camino a otros grupos m á s audaces q u e se lanzan sin control a
pretensiones peores, pues p r o c u r a n la igualdad y propiedad c o m ú n
de todos los bienes, b o r r a n d o así del Estado toda diferencia de
Quod ad convictum attinet domesticum, his fere continetur omnis Na- clases y fortuna.
turalistaium disciplina. Matrimonium ad negotiorum contrahendorum per-
tinere genus: rescindí ad voluntatem eorum, qui contraxerint, iure posse: tium institutio: itemque ut in mores informandos nihil admisceatur de iis,
penes gubernatores reí civilis esse in maritale vinclum potestatem. In quae hominem iungunt Deo, permagnis sanctissimisque officiis.
educandis liberis nihil de religione praecipiatur ex certa destinataque sen-
tentia: integrum singulis esto, cum adoleverit aetas, quod maiuerint sequi.— Sequuntur civilis decreta prudentiae. Quo in genere statuunt Natura-
Atqui haec ipsa assentiuntur plañe Massones: ñeque assentiuntur solum, listae, homines eodem esse iure omnes, et aequa ac pari in omnes partes
sed iamdiu student in morem cpnsuetudinemque deducere. Multis iam in conditione: unumquemque esse natura liberum: imperandi alteri ius habere
regionibus, iisdemque catholici nominis, constitutum est ut, praeter coniunc- neminem: velle autem, ut homines cuiusquam auctoritati pareant, aliunde
tas ritu civili, iustae ne habeantur nuptiae: alibi divortia fieri, lege licet: quam ex ipsis quaesitae, id quidem esse vim inferre. Omnia igitur in libero
alibi, ut quamprimum liceat, datur opera. Ita ad illud festinat cursus, ut populo esse: imperium iussu vel concessu populi teneri, ita quidem, ut,
matrimonia in aliam naturam convertantur, hoc est in coniunctiones insta- mutata volúntate populari, principes de gradu deiici vel invites liceat. Fon-
biles et fluxas, quas libido conglutjnet, et eadem mutata dissolvat.—Summa tem omnium iurium officiorumque civiljum vel in multitudine inesse, vel
autem conspiratione voluntatum illuc etiam spectat secta Massonum, ut in potestate gubernante civitatem. eaque novissimis iníbrmata disciplinis.
institutionem ad se rapiat adolescentium. Mollem enim et flexibilem aetatem Praeterea atheam esse rempublicam oportere: in variis religionis formis
facüe se posse sentiunt arbitratu suo fingere, et, quo velint, torquere: eaque nullam esse causam, cur alia alii anteponatur: eodem omnes loco habendas.
re nihil esse opportunius ad sobolem civium, qualem ipsi meditantur, talem Haec autem ipsa Massonibus aeque placeré, et ad hanc similitudinem
reipublicae educendam. Quocirca in educatione doctrinaque puerili nullas atque exemplar velle eos constituere res publicas, plus est cognitum, quam
Ecclesiae ministris nec magisterii nec vigilantiae sinunt esse partes: pluri- ut demonstran oporteat. Iamdiu quippe ómnibus viribus atque opibus id
busque iam locis consecuti sunt, ut omnis sit penes viros laicos adolescen- aperte moliuntur: et hoc ipso expediunt viam audacioribus non paucis ad
peiora praecipitantibus, ut qui aequationem cogitant communionemque
14
Véase la encíclica Arcanum divinas. omnium bonorum, deleto ordinum et fortunarum in civitate discrimine.
174 LKÓN X11I MUMANUM GENUS 175
masonería, t o d o lo q u e sancionaron p a r a alejar a los h o m b r e s de sea engañado por u n a moralidad fingida. P u e d e n , en efecto, p e n s a r
estas sociedades o liberarlos de ellas, todas y cada u n a de estas algunos q u e nada p i d e n los masones abiertamente contrario a la
disposiciones d a m o s p o r ratificadas y las confirmamos con nues- religión y a la sana m o r a l . Sin e m b a r g o , c o m o t o d a la r a z ó n de
tra autoridad apostólica. Y, confiados en la b u e n a voluntad de los ser de la masonería se .basa en el vicio y en la m a l d a d , la conse-
cristianos, rogamos y suplicamos a cada u n o de ellos en particular cuencia necesaria es la ilicitud de t o d a u n i ó n con los masones y
por su eterna salvación q u e t e n g a n como u n d e b e r sagrado d e con- de toda ayuda prestada a éstos de cualquier m o d o .
ciencia el n o apartarse u n p u n t o de lo q u e en esta materia ordena
la Sede Apostólica. [Esmerada instrucción religiosa]
[23 ]. E s necesario, en s e g u n d o lugar, inducir por m e d i o de
[Desenmascarar a la masonería]
tina frecuente predicación a las m u c h e d u m b r e s para q u e se i n s t r u -
[ 2 2 ] . A vosotros, venerables h e r m a n o s , os p e d i m o s y rogamos yan con t o d o e s m e r o en materia religiosa. A este fin r e c o m e n d a m o s
con la mayor insistencia q u e , u n i e n d o vuestros esfuerzos a los m u c h o q u e en los escritos y en los sermones se expliquen o p o r t u -
nuestros, procuréis con ahinco extirpar este i n m u n d o contagio q u e n a m e n t e los principios fundamentales de la filosofía cristiana. El
va p e n e t r a n d o en todas las venas d e la sociedad. Debéis defender objetivo de estas exposiciones es sanar los e n t e n d i m i e n t o s por
la gloria de Dios y la salvación de los prójimos. Si miráis a estos medio de la instrucción y fortalecerlos contra las múltiples formas
fines en el combate, n o ha de faltaros el valor ni la fortaleza. Vuestra del error y las variadas sugestiones del vicio, contenidas especial-
p r u d e n c i a os dictará el m o d o y los medios mejores d e vencer los m e n t e en el libertinaje actual de la literatura y en el ansia insaciable
obstáculos y las dificultades q u e se levantarán.—Pero c o m o es d e a p r e n d e r . — G r a n obra, sin d u d a . P e r o en ella, será vuestro pri-
propio de la autoridad de n u e s t r o ministerio q u e N o s i n d i q u e m o s mer auxiliar y colaborador el clero si lográis con vuestros esfuerzos
algunos medios m á s adecuados para la labor referida, q u e d e bien q u e salga bien formado en costumbres y bien e q u i p a d o de ciencia.
claro q u e lo p r i m e r o q u e debéis p r o c u r a r es arrancar a los m a - P e r o u n a e m p r e s a t a n santa e i m p o r t a n t e exige t a m b i é n la coope-
sones su máscara, para q u e sea conocido d e todos su v e r d a d e r o ración auxiliar de los seglares, q u e u n a n el a m o r de la religión y
r o s t r o ; y q u e los p u e b l o s a p r e n d a n p o r m e d i o de vuestros sermones de la patria con la v i r t u d y el saber. U n i d a s las fuerzas del clero
y pastorales, escritas con este fin, las arteras maniobras de estas y del laicado, trabajad, venerables h e r m a n o s , para q u e t o d o s los
sociedades e n el halago y en la seducción, la m a l d a d de sus teorías h o m b r e s conozcan y a m e n como se d e b e a la Iglesia. C u a n t o
y la inmoralidad de su acción. Q u e nadie q u e estime en lo q u e mayores sean este conocimiento y este amor, t a n t o mayores serán
debe su profesión de católico y su salvación personal, juzgue serle la h u i d a y el rechazo de las sociedades s e c r e t a s . — A p r o v e c h a n d o
lícito p o r n i n g u n a causa inscribirse en la masonería, prohibición justificadamente esta oportunidad, renovamos ahora n u e s t r o e n -
confirmada repetidas veces p o r nuestros antecesores. Q u e nadie fessio et salus sua tanti apud eran sit, quanti esse debet. Ne quem honestas
assimulata decipiat: potest enim quibusdam videri, nihil postulare Mas-
tibus sectae Massonum impediendis: quaecumque aut deterrendi ab eius- sones, quod aperte sit religionis morumve sanctitati contrarium: verum-
modi societatibus aut revocandi causa sanxerunt, omnia Nos et singula tamen quia sectae ipsius tota in vitio flagitioque est et ratio et causa, con-
rata habemus atque auctoritate Nostra Apostólica confirmamus. In quo gregare se cum eis, eosve quoquo modo iuvare, rectum est non licere. •
quidem plurimum volúntate christianorum confisi, per salutem singulos
suam precamur quaesumusque, ut religioni habeant vel mínimum ab iis Deinde assiduitate dicendi hortandique pertrahere multitudinem oportet
discedere, quae hac de re Sedes Apostólica praeceperit. ad praecepta religionis diligenter addiscenda: cuius rei gratia valde suade-
mus, ut scriptis et concionibus tempestivis elementa rerum sanctissimarum
Vos autem, Venerabiles Fiatres, rogamus, flagitamus, ut collata No- explanentur, quibus christiana philosophia continetur. Quod illuc pertinet,
biscum opera, extirpare impuram hanc luem quae serpit per omnes reipu- ut mentes hominum eruditione sanentur et contra multíplices errorum for-
blicae venas, enixe studeatis. Tuenda Vobis est gloria Dei, salus proximo- mas et varia invitamenta vitiorum muniantur in hac praesertim et scribendi
rum: quibus rebus in dimicando propositis, non animus Vos, non fortitudo licentia et inexhausta aviditate discendi.—Magnum sane opus: in quo ta-
deficiet. Erit prudentiae vestrae iudicare, quibus potissimum rationibus ea, men particeps et socius laborum vestrorum praecipue futurus est Clerus,
quae obstabunt et impedient, eluctanda videantur.—Sed quoniam pro aucto- si fuerit, Vobis adnitentibus, a disciplina vitae, a scientia litterarum probé
ritate officii Nostri par est probabilem aliquam rei gerendae rationem Nos- instructus. Verum tam honesta causa tamque gravis advocatam desiderat
metipsos demonstrare, sic statuite, primum omnium reddendam Massoni- industriam virorum laicorum, qui religionis et patriae caritatem cum pro-
bus esse suam, dempta persona, faciem: populosque sermone et datís etiam bitate doctrinaque coniungant. Consociatis utriusque ordinis viribus, date
in id Litteris episcopalibus edocendos, quae sint societatum eius generis in operam, Venerabiles Fratres, ut Ecclesiam penitus et cognoscant nomines
blandiendo alliciendoque artificia, et in opinionibus pravitas, et in actioni- et caram habeant: eius enim quanto cognitio fuerit amorque maior, tanto
bus turpitudo. Quod pluries Decessores Nostri confirmarunt, nomen sectae futurum maius est societatum clandestinarum fastidium et fuga.—Quocirca
Massonum daré nemo sibi quapiam de causa licere putet, si catholica pro- non sine causa idoneam hanc occasionem nacti, renovamus illud quod alias
182' LEÓN X I I I HUMANUM GENtJS I
cargo, ya repetido otras veces, de propagar y fomentar con toda
j a n t e . — N o s referimos a los gremios de trabajadores, creados para
diligencia la O r d e n T e r c e r a de San Francisco, cuyas reglas con
defensa conjunta, al a m p a r o d e la religión, de sus propios intereses
p r u d e n t e moderación h e m o s a p r o b a d o hace p o c o 1 8 . El ú n i c o fin
y de las b u e n a s costumbres. Si nuestros mayores con el uso y ex-
que le dio su autor, es atraer a los h o m b r e s a la imitación d e Jesu-
periencia de u n largo espacio de t i e m p o c o m p r o b a r o n la utilidad
cristo, al amor de su Iglesia, al ejercicio de todas las virtudes cris-
tianas. G r a n d e , p o r consiguiente, es su eficacia para i m p e d i r el de estas asociaciones, tal vez la e x p e r i m e n t a r e m o s mejor nosotros
contagio de estas malvadas sociedades. A u m é n t e s e , p u e s , cada vez por su especial eficacia p a r a burlar el p o d e r de las sectas. L o s que
más esta santa asociación, de la«;cual p o d e m o s esperar m u c h o s soportan la escasez con el trabajo de sus m a n o s son en p r i m e r tér-
frutos, y especialmente el insigne fruto de q u e vuelvan los corazo- m i n o los m á s dignos de caridad y de consuelo^ p e r o a d e m á s son
nes a la libertad, fraternidad e igualdad jurídicas, no c o m o absur- los q u e están m á s expuestos a las seducciones de los malvados, q u e
d a m e n t e las conciben los masones, sino c o m o las alcanzó Jesucristo t o d o lo i n v a d e n con sus fraudes y engaños. P o r lo cual hay que
para el género h u m a n o y las siguió San Francisco. U n a libertad ayudarles con la mayor benignidad posible y hay q u e reunirlos
propia de los hijos de Dios, p o r la cual nos veamos libres de la ser- en asociaciones honestas, para q u e n o los arrastren las asociacio-
v i d u m b r e de Satanás y d e la perversa tiranía d e las pasiones; una nes infames. P o r esta razón N o s deseamos g r a n d e m e n t e ver resta-
fraternidad cuyo origen resida en Dios, Criador y P a d r e c o m ú n de blecidas estas corporaciones en todas partes, para salvación del
t o d o s ; una igualdad q u e , basada en los fundamentos de la justicia pueblo, de a c u e r d o con las necesidades d e los tiempos, bajo los
y de la caridad, n o b o r r e todas las diferencias entre los h o m b r e s , .auspicios y patrocinio del episcopado. Y n o es p e q u e ñ o nuestro
sino q u e con la variedad de condiciones, deberes e inclinaciones gozo al ver c o m o vemos su actual restablecimiento e n m u c h o s
forme aquel admirable y armonioso conjunto q u e es propio n a t u - lugares, así como t a m b i é n la fundación d e asociaciones patronales.
ralmente de toda vida civil digna y útilmente constituida. El fin c o m ú n d e estas dos clases de instituciones es ayudar a la
virtuosa clase proletaria, socorrer y defender a sus hijos y a sus
familias, f o m e n t a n d o en ellas, con la integridad de las buenas cos-
[Asociaciones obreras y patronales] t u m b r e s , el cultivo de la piedad y de la instrucción religiosa.—Y en
[24]. Existe, en tercer lugar, una institución, sabiamente es- este p u n t o n o q u e r e m o s pasar en silencio las Conferencias de San
tablecida p o r nuestros mayores e i n t e r r u m p i d a d u r a n t e algún tiem- Vicente d e Paúl, t a n b e n e m é r i t a d e las clases p o b r e s y t a n insigne
po, que p u e d e valer ahora como forma ejemplar para algo seme- por su ejemplo y acción. Sus obras y sus fines son conocidos p o r
todos. Se dedica por entero al auxilio creciente de los menestero-
sos y d e los q u e sufren, a c t u a n d o con admirable sagacidad y m o -
exposuimus, Ordinem Tertium Franciscalium, cuius paulo ante temperavi-
mus prudenti lenitate disciplinam, perquam studiose propagare tuerique destia. A l q u e r e r pasar desapercibida, su eficacia es t a n t o mayor
oportere. Eius enim, ut est ab auctore suo constitutos, haec tota est ratio, para ejercer la caridad cristiana y t a n t o m á s idónea para remedio
vocare nomines ad imitationern lesu Christi, ad amorem Ecclesiae, ad omnia ele las miserias.
virtutura christianarum officia: proptereaque multum posse debet ad socie-
tatum nequissimarum supprimendam contagionem. Novetur ¡taque quo- intelligimus, rebus simul et moribus, duce religione, tutandis. Quorum col-
tidiariis incrementis isthaec sancta sodalitas, unde cum multi expectari pos- legiorum utilitatem si maiores nostri diuturni temporis usu et periclitatione
sunt fructus, tum ille egregius, ut traducantur animi ad libertatem, ad fra- senserunt, sentiet fortasse magis aetas nostra, propterea quod singularem
ternitatem, ad aequalitatem inris: non qualia Massones absurde cogitant, habent ad elidendas sectarum vires opportunitatem. Qui mercede manuum
sed qualia et Iesus Christus humano generi comparavit et Franciscus secu- inopiam tolerant, praeterquam quod ipsa eorum conditione uni ex ómnibus
tus est. Libertatem dicimus/iíiorum Dei, per quam nec Satanae, nec cupidi- sunt caritate solatioque dignissimi, máxime praeterea patent illecebris gias-
tatibus, improbissimís dominis, serviamus: fraternitatem, cuius in Deo santium per fraudes et dolos. Quare iuvandi sunt maiore qua potest benigni-
commurü omnium procreatore et párente consistat origo: aequalitatem quae tate, et invitandi ad societates honestas, ne pertrahantur ad turpes. Huius rei
iustitiac caritatisque constituta fundamentis, non omnia tollat inter homi- causa collegia illa magnopere vellemus auspiciis patrocinioque Episcopo-
nes discrimina, sed ex vitae, officiorum, studiorumque varietate mirum illum rum convenienter temporibus ad salutem plebis passim restituta. Nec me^
consensum efficiat et quasi concentum, qui natura ad utilitatem pertinét diocriter Nos delectat, quod pluribus iam locis sodalitates eiusmodi, itern-
dignitatemque civilem. que ooetus patronorum constituti sint: quibus propositum utrisque est h o -
nestam proletariorum classem iuvare, eorum liberos, familias, praesidio e t
Tertio loco una quaedam res est, a maioribus sapienter instituta, eadem- custodia tegere, in eisque pietatis studia, religionis doctrinam, cum integri-
que tempoium cursu intermissa, quae tamquam exemplar et forma ad si- tate morum tueri.-—In quo genere silere hoc loco noíumus illam spectaculo
mile aliquid valere in praesentia potest.—Scholas seu collegia opificum exemploque insignem, de populo inferioris ordinis tam praeclare meritam
1 8 Se refiere León XIII en este pasaje a la encíclica Auspicato concessum, de 17 de septiem- societatem, quae a Vincentio patre nominatur. Cognitum est quid agat,
bre de 1882, en la que el Papa presenta la Orden Tercera de San Francisco como una res- quid velit: scilicet tota in hoc est, ut egentibus et calamitosis suppetias e a t
puesta cristiana.a los problemas sociales déla época moderna. Véase también la constitución ultro, idque sagacitate modestiaque mirabili: quae quo minus videri v u l t ,
Misericers Dei Filius, de 23 de junio de 1883.
eo est ad caritatem christianam melior, ad miseriarum levamen opportunior.
IS'l HUMANUM r.EKUS
LEÓN X I I I
IMMORTALE DEI res ciudadanos por razón de conciencia. Deberes que son objeto de un
estudio especial en la encíclica Sapientiae christianae.
£ ! estudio de la I m m o r t a l e D e i debe ser complementado con otros
La constitución cristiana del Estado documentos pontificios, especialmente la encíclica de Pío XII S u m m i
Pontificatus (1939,) y el radiomensaje sobre la democracia pronunciado
en la Navidad, de 1944. Véanse ambos documentos en la sección co-
rrespondiente.
BIBLIOGRAFÍA
O. SCHUXING, Die Staats-und Soziallehre des Papstes Leo Xlll p.48ss,—
J. SCHMIDLIN, Papstgeschicte der neuesten Zeü t.2 p.375.—G. CASTEIXA, Histoire
des Papes t.3 p.235 (Zurich 1945).—H. A. ROMMEN, The State in catholic Thought
parte 3." c.22-27 p.507ss (St. Louis [USA] 1950).—MONS. A. HERRERA ORIA,
La encíclica I m m o r t a l e D e i es un auténtico tratado, reducido en La Palabra de Cristo t.8 p.755ss y 793ss.—S. AZPIAZU, El Estado católico p.41ss
dimensiones, pero denso de contenido y fecundo en consecuencias. Debe (Madrid 1939).
ser considerada como la segunda pieza básica del C o r p u s politicum
leonianum. En ella el desarrollo de la doctrina está escalonado en virtud SUMARIO
de las estrictas exigencias lógicas de los principios, sin matizaciones
impuestas por tal o cual situación de hecho, por este o aquel aconteci- I. Una reiterada acusación pretende negar el benéfico influjo de la Iglesia
miento concreto. en la vida pública. Hoy el derecho nuevo se empeña en organizar la
política al margen de la doctrina católica. Sin embargo, no se ha
El punto de partida de la encíclica es la tesis central de la D i u t u r - logrado superar e] sistema político inspirado en la filosofía cristiana.
n u m illud. La I m m o r t a l e D e i viene a ser como el desenvolvimiento de
II. El objeto de esta encíclica es comparar las modernas teorías políticas
las virtualidades implícitas en la tesis del origen divino de la sociedad
con la concepción cristiana del Estado.
y de la autoridad políticas. El desarrollo del tema está concebido dia-
III. L a concepción cristiana del Estado.
lécticamente como un enfrentamiento crítico de dos concepciones: la
El hombre está ordenado a vivir en comunidad política. La autori-
afirmación de la constitución cristiana del Estado frente a la constitu- dad es necesaria en el Estado. Proviene de Dios. No está vinculada
ción estatal propugnada por el «derecho nuevo». La afirmación esencial necesariamente a una forma determinada de gobierno. Su razón legi-
de la I m m o r t a l e D e i es la superioridad teórica y práctica del orden timadora es el bien común. Hay que obedecer a la autoridad civil.
politico cristiano sobre el orden político «nuevo». Su finalidad, dar a la La rebelión es pecado.
vida política un fundamento más estable que el que le proporcionaba el El Estado está obligado a dar culto a Dios en la forma que Dios
sistema liberal. La fórmula concreta de esta finalidad es el robusteci- ha establecido. Esta es una grave obligación que los gobernantes deben
miento del principio de autoridad, conjugado con el principio de libertad a Dios y a los ciudadanos. Pero el cuito que Dios ha establecido es el
culto de la Iglesia católica. La Iglesia es una sociedad sobrenatural,
legítima de los pueblos. completa en sí misma y jurídicamente perfecta. No es inferior al
Las proposiciones fundamentales de la constitución cristiana del Estado. Su misión es gobernar libremente las almas dirigiéndola
Estado desarrolladas en la I m m o r t a l e D e i son las siguientes: la autori- hacia la vida eterna. La Iglesia ha reivindicado siempre estos poderes.
dad política no está vinculada exclusivamente a una forma determinada Existen, por tanto, dos autoridades, la eclesiástica y la civil; dos
de gobierno. Principio que se desarrolla posteriormente en las encíclicas sociedades, la Iglesia y el Estado, especificados por sus fines. Cada
A u milieu y Graves d e c o m m u n i . Existen dos sociedades perfectas, una tiene su esfera de competencia propia. Pero como el sujeto pasivo
dos poderes, la Iglesia y el Estado, soberanos en su esfera y especificados de ambas potestades es el hombre y hay cuestiones que pertenecen,
bajo diferentes aspectos, a la competencia de una y otra, Dios ha dis-
por su respectiva naturaleza y fin propio. Tesis reiterada en la encíclica puesto que vivan y actúen con plena armonía. Es necesario, por tanto,
Praeclara gratulationis. Es obligación del Estado y de los gobernantes entre ambas una relación unitiva, cuya medida y esencia están deter-
dar culto público a Dios en la forma que Dios ha establecido, que es minadas por la naturaleza y los fines propios de la Iglesia y del Estado.
la forma del culto cristiano. Licitud del principio de la tolerancia Todo lo sagrado pertenece a la Iglesia. Todo lo temporal es d e la
por exigencias del bien común en determinadas circunstancias, y consi- competencia del Estado.
guiente legitimidad de la distinción entre la tesis y la hipótesis. Este Esta concepción cristiana del Estado presenta extraodinarias ven-
principio de la tolerancia lícita recibe nuevo y más amplio tratamiento tajas. Quedan asegurados la dignidad del gobernante, los derechos
en la encíclica L i b e r t a s praestantissimum. El católico debe intervenir de los gobernados, la santidad de la familia, la justicia en la legislación,
en la política, salvo en ciertos casos excepcionales. El abstencionismo la seguridad en la obediencia. Mientras el sacerdocio y el imperio
vivieron unidos, el Estado produjo bienes innumerables. Europa es
político es ilícito, El católico está obligado al cumplimiento de sus dehe- deudora a la Iglesia de todas las grandes empresas de su historia. Si no
ISíí LKÓN X I I I
1MMOKTALE DEÍ 1 .".:i
se hubiera roto esta unión, habrían sido conservadas también todos
aquellos bienes. midad en la adhesión a las enseñanzas pontificias, evitando dos es-
collos: la connivencia con el error y la debilidad en el combate. En
IV. La concepción del Estado según el derecho nuevo. materias opinables es lícita la discusión moderada. La verdad católica
El derecho nuevo es contrario al derecho cristiano y al derecho es incompatible con el naturalismo y con el racionalismo. No es lícita
natural. Su principio supremo es la igualdad completa y la libertad la separación entre la vida pública y la vida privada. En cuestiones
absoluta de todos los hombres. La autoridad no es otra cosa que la meramente políticas la divergencia de opiniones es lícita. Los católicos
voluntad autónoma del pueblo. El gobernante es un mero mandatario no deben acusarse mutuamente. Tengan esto presente los escritores
del pueblo, el cual es la fuente última del derecho. El Estado no ha y sobre todo los periodistas. En la lucha gigantesca del momento pre-
de preocuparse de la cuestión religiosa. La libertad sin trabas en todos sente no hay lugar para polémicas internas. Es la hora de la concentra-
los campos es un derecho radical del pueblo. ción-unitaria de esfuerzos en un solo fin: la salvación de la Iglesia y
El Estado constituido sobre estos principios del derecho nuevo del Estado.
no reconoce a la Iglesia como sociedad perfecta. Todo lo más la con-
sidera como una asociación cualquiera. Si tiene algún privilegio, es
debido al favor del Estado. Por esto el derecho nuevo pretende ex-
cluir por completo a la Iglesia de la vida pública o mantenerla enca- [i ]. O b r a inmortal x de Dios misericordioso, la Iglesia, a u n -
denada al Estado. q u e por sí m i s m a y en v i r t u d de su propia naturaleza tiene c o m o
fin la salvación y la felicidad eterna de las almas, procura, sin e m -
V. Crítica de este derecho constitucional nuevo.
La razón natural demuestra que la moral civil carece de eficacia bargo, tantos y t a n señalados bienes a u n e n la m i s m a esfera de
substantiva para proteger el bien común. En materia religiosa cae las cosas temporales, q u e ni en n ú m e r o n i e n calidad podría p r o -
en un absurdo indiferentismo. La libertad desmedida no es un bien, curarlos mayores si el p r i m e r o y principal objeto de su institución '
es un mal. Excluir a la Iglesia de la vida social es un error. Sin religión fuera asegurar la felicidad de la vida p r e s e n t e . — D o n d e q u i e r a q u e
es imposible el orden eñ el Estado. La maestra de la moral es la Iglesia, la Iglesia h a p e n e t r a d o , ha h e c h o cambiar al p u n t o el estado de
no el Estado. Someter la Iglesia al Estado es una injusticia y un peligro las cosas. H a informado las c o s t u m b r e s con virtudes desconocidas
para la sociedad y para el Estado. La experiencia ha probado todas hasta entonces y ha i m p l a n t a d o en la sociedad civil u n a nueva civi-
estas dañosas consecuencias del derecho nuevo.
lización. L o s pueblos q u e recibieron esta civilización s u p e r a r o n a
El magisterio pontificio ha condenado reiteradamente la política
nueva y ha repetido los principios—contrarios—de la política cris- los d e m á s p o r su equilibrio, por su e q u i d a d y p o r las glorias d e
tiana. La Iglesia no condena ninguna forma justa de gobierno. Ni su h i s t o r i a . — N o obstante, u n a m u y antigua y repetida acusación
reprueba la participación del pueblo en el gobierno. La Iglesia no es calumniosa afirma q u e la Iglesia es enemiga del E s t a d o y q u e es
intolerante ni enemiga de la libertad. No es tampoco enemiga del nula su capacidad para p r o m o v e r el bienestar y la gloria q u e lícita
progreso. Lo ha favorecido siempre, porque el progreso es obra de y n a t u r a l m e n t e apetece t o d a sociedad b i e n constituida. D e s d e el
Dios. Ni reprueba el desarrollo de las ciencias naturales. Lo que la principio de la Iglesia J o s cristianos fueron perseguidos con calum-
Iglesia rechaza es el abuso moral del progreso y de las ciencias.
La Iglesia habla con libertad en esta materia, porque es necesario
dar al Estado un fundamento más estable que el que actualmente tiene. D e civitatum constitutione christiana
Sin olvidar que la mejor garantía de la libertad humana es la verdad.
VI. Los deberes de los católicos en materia política. Immortale Dei miserentis opus, quod est Ecclesia, quamquam per se et
En el orden teórico son necesarios la adhesión firme y la profesión natura sua salutem spectat animorum adipiscendamque in caelis felicitatem,
pública de las enseñanzas pontificias, sobre todo en lo tocante a las tamen in ipso etiam rerum mortalium genere tot ac tantas ultro parit utili-
llamadas libertades modernas. Los principios teóricos del derecho tates, ut plures maioresve non posset, si in primis et máxime esset ad tuen-
nuevo son inaceptables. dam huius vitae, quae in terris agitur, prosperitatem institutum,—Revera
quacumque Ecclesia vestigium posuit, continuo rerum faciem immutavit,
En el orden práctico, los principios de la política cristiana deben
popularesque mores sicut virtutibus antea ignotis, ita et nova urbanitate im-
informar tanto la vida privada como la vida pública. En la esfera de
buit: quam quotquot accepere populi, mansuetudine, aequitate, rerum ges-
la vida privada, el deber principal es una ejemplar conducta cristiana.
tarum gloria excelluerunt.—Sed vetus tamen illa est atque antiqua vitupe-
En la esfera de la vida pública los católicos deben colaborar en la ad-
ratio, quod Ecclesiam aiunt esse cum rationibus reipublicae dissidentem,
ministración municipal y deben intervenir, por regla general, en la
nec quicquam posse ad ea vel commoda vel ornamenta conferre, quae suo
vida política nacional. En ocasiones excepcionales no será conveniente
iure suaque sponte omnis bene constituía civitas appetit. Sub ipsis Ecclesiae
la intervención. Pero la norma general es la de la actuación política.
primordiis non dissimili opinionis iniquitate agitari christianos, et in odium
El abstencionismo en esta materia es peligroso. El sentido renovador
invidiamque vocari solitos hac etiam de causa accepimus, quod hostes im-
de la intervención católica en política.
perii dicerentur: quo tempore malorum culpam, quibus esset perculsa res-
Los deberes de los católicos de hoy día se resumen en la obligación publica, vulgo libebat in Christianum conferre nomen, cum revera ultor
que tienen de hacer que el Estado se conforme con los principios ex-
puestos. No es posible señalar directrices uniformes. Pero los puntos 1
LEÓK XIII, Carta encíclica a los patriarcas, primados, arzobispos y obispos del mundo
de unidad necesaria son los siguientes: hay que conservar la unani- católico, en gracia y comunión con la Sede Apostólica: sobre la constitución cristiana del
Kstado: ASS XVIII (1885) 161 180: AL 5,118-150.
IDO LEÓN X I Í Í l.MMOKl'Al.Ii UKl l'.ll
similitudine pietatis, quae liberorum est erga parentes. Omnis anima potes-
mundi gubernatorem Deum intueri, eumque sibimetipsis in administranda latibus sublimioribus subdita sit.—Spernere quippe potestatem legitimam,
civitate tamquam exemplum legemque proponere. Deus enim, sicut in re- quavis eam in persona esse constiterit, non magis licet, quam diviriae votun-
bus, quae sunt quaeque cernuntur, causas genuit secundarias, in quibus tati resistere: cui si qui resistant, in interitum ruunt voluntarium. Qui resis-
perspici aliqua ratione posset natura actioque divina, quaeque ad eum finem, tit potestati, Dei ordinationi resistit: qui autetn resistunt, ipsi sibi damnationem
quo haec rerum spectat universitas, conducerent: ita in societate civili vo- acquirunt. Quapropter obedientiam abiicere, et, per vim multitudinis, rem
luit esse principatum, quem qui gererent, ii imaginem quamdam divinae in ad seditionem vocare est crimen maiestatis, ñeque humanae tantum, sed
genus humanum potestatis divinaeque providentiae referrent. Debet igitur ctiam divinae.
imperium iustum esse, ñeque herile, sed quasi paternum, quia Dei iustis-
sima in homines potestas est et cum paterna bonitate coniuncta: gerendum Hac ratione constitutam civitatem, perspicuum est, omnino deberé plu-
rimis maximisque officiis, quae ipsam iungunt Deo, religione publica satis-
vero est ad utilitatem civium, quia qui praesunt ceteris, hac una de causa
faceré.—Natura et ratio, quae iubet singulos sánete religioseque Deum
praesunt, ut civitatis utilitatem tueantur. Ñeque ullo pacto committendum,
colere, quod in eius potestate sumus, et quod ab eo profecti, ad eumdem
umus ut, vel paucorum commodo serviat civilis auctoritas, cum ad commu- reverti debemus, eadem lege adstringit civilem communitatem. Homines
ne omnium bonum constituta sit. Quod si, qui praesunt, delabantur in do- onim communi societate coniuncti nihilo sunt minus in Dei potestate, quam
mmatum iniustum, si importunitate superbiave peccaverint, si male populo singuli: ñeque minorem, quam singuli, gratiam Deo societas debet, quo
consulueriní, sciant sibi rationem aliquando Deo esse reddendam, idque auctore coaluit, cuius nutu conservatur, cuius beneficio innumerabilem
tanto severius, quanto vel sanctiore in muñere versati sint, vel gradum dig- bonorum, quibus affluit, copiam accepit. Quapropter sicut nemini licet sua
nitatis altiorem obtinuerint. Potentes potenter tormenta patientur.—Ita sane adversus Deum officia negligere, officiumque est máximum amplecti et ani-
maiestatem imperii reverentia civium honesta et libens comitabitur. Et- mo et moribus religionem, nec quam quisque maluerit, sed quam Deus
emm cum semel in animum induxerint, pollere, qui imperant, auctoritate iusserit, quamque certis minimeque dubitandis indiciis u n a n ex ómnibus
a Deo data, illa quidem officia iusta ac debita esse sentient, dicto audientes veram esse constiterit: eodem modo civitates non possunt, citra scelus,
esse principibus, eisdemque obsequium ad fidem praestare cum quadam
4
? Rom. 13,1.
Sap, 6,7, ' Rom. 13,2-
Ihulr. pt>i\li¡. z - 7
191 LEÓN X I I I IMMORT.M.I; ]tv.i 1.95
manera los E s t a d o s no p u e d e n obrar, sin incurrir en pecado, como milagros, la rápida propagación de la fe aun en medio de poderes
si D i o s n o existiese, ni rechazar la religión como cosa extraña o enemigos y de dificultades insuperables, el testimonio de los már-
inútil, ni, p u e d e n , p o r último, elegir indiferentemente u n a religión tires y otros m u c h o s parecidos, d e m u e s t r a n q u e la única religión
e i t r e tantas. T o d o lo contrario. El Estado tiene la estricta obligación verdadera es aquella q u e Jesucristo en persona instituyó y confió
d ; admitir el culto divino en la forma con q u e el m i s m o Dios ha a su Iglesia para conservarla y propagarla p o r t o d o el m u n d o .
q u e r i d o q u e se le venere. Es, p o r tanto, obligación grave de las au- [ 5 ] . El Hijo unigénito de Dios ha establecido en la tierra una
toridades h o n r a r el santo n o m b r e de D i o s . E n t r e sus principales sociedad q u e se llama la Iglesia. A ésta transmitió, para continuarla
obligaciones d e b e n colocar la obligación de favorecer la religión, a través de t o d a la Historia, la excelsa misión.divina, q u e El en per-
defenderla con eficacia, ponerla bajo el a m p a r o d e las leyes, n o le- sona había recibido de su P a d r e . Como me envió mi Padre, así os
gislar nada q u e sea contrario a la incolumidad de aquélla. Obliga- envío yo 6. Yo estaré con vosotros siempre hasta la consumación del
ción d e b i d a p o r los g o b e r n a n t e s t a m b i é n a sus ciudadanos. P o r q u e mundo 7 . Y así como Jesucristo vino a la tierra para q u e los h o m b r e s
todos los h o m b r e s h e m o s nacido y h e m o s sido criados para alcanzar tangán vida, y la tengan abundantemente s , de la m i s m a m a n e r a el
u n fin ú l t i m o y s u p r e m o , al q u e d e b e m o s referir t o d o s n u e s t r o s p r o - fin q u e se p r o p o n e la Iglesia es la salvación eterna d e las almas.
pósitos, y q u e está colocado en el cielo, m á s allá de la frágil brevedad Y así, p o r su propia naturaleza, la Iglesia se extiende a toda la u n i -
d e esta vida. Si, p u e s , de este s u m o bien d e p e n d e la felicidad per- versalidad del género h u m a n o , sin q u e d a r circunscrita p o r límite
fecta y total de los h o m b r e s , la consecuencia es clara: la consecución alguno de t i e m p o o de lugar. Predicad el Evangelio a toda criatura y .
de este bien importa t a n t o a cada u n o de los ciudadanos q u e n o hay Dios m i s m o ha d a d o a esta inmensa multitid de h o m b r e s prelados
ni p u e d e haber otro a s u n t o m á s importante. Por tanto, es necesario con poderes para gobernarla, y h a q u e r i d o q u e u n o d e ellos fuese
q u e el Estado, establecido para el bien de todos, al asegurar la pros- el Jefe s u p r e m o de todos y M a e s t r o m á x i m o e infalible de la verdad,
p e r i d a d pública, p r o c e d a d e tal forma q u e , lejos d e crear obstácu- al cual entregó las llaves del reino d e los cielos. Yo te daré las llaves
los, dé todas las facilidades posibles a los ciudadanos para el logro de del reino de los cielos 1 0 . Apacienta mis corderos..., apacienta mis ove-
aquel b i e n s u m o e i n c o n m u t a b l e q u e n a t u r a l m e n t e desean. L a p r i - jas 11. Yo he rogado por ti, para que no desfallezca tu fe 12. Esta so-
mera y principal de t o d a s ellas consiste en procurar una inviolable ciedad, a u n q u e está compuesta p o r h o m b r e s , c o m o la sociedad ci-
y santa observancia d e la religión, cuyos deberes u n e n al h o m b r e vil, sin e m b a r g o , p o r el fin a q u e t i e n d e y p o r los medios d e q u e se
con Dios. vale p a r a alcanzar este fin, es sobrenatural y espiritual. Por tanto, es
[ 4 ] . T o d o h o m b r e de juicio sincero y p r u d e n t e ve con facili-
d a d cuál es la religión verdadera. M u l t i t u d de a r g u m e n t o s eficaces, medios hostes ac máxima impedimenta propagatione, martyrum testimonio,
como son el c u m p l i m i e n t o real de las profecías, el gran n ú m e r o de aliisque similibus liquet, eam esse unice verara, quam Iesus Christus et
instituit ipsemet et Ecclesiae suae tuendam propagandamque demandavit.
gerere se tamquam si Deus omnino non esset, aut curam religionis velut Nam unigenitus Dei filius societatem in terris constituit, quae Ecclesia
alienam riihilque profuturam abiicere, aut adsciscere de pluribus generibus dicitur, cui excelsum divinumque munus in omnes saeculorum aetates con-
indifferenter quod libeat: omninoque debent eum in colendo numine mo- tinuandum transmisit, quod Ipse a Patre acceperat. Sicut misit me Pater,
rena usurpare modumque, quo coli se Deus ipse demonstravit velle.—Sanc- et ego tnit'to vos.—Ecce ego vobiscum sum ómnibus diebus nsque ad consumma-
tum igitur oportet apud príncipes esse Dei nomen; ponendumque in prae-
tionem saeculi. Igitur sicut Iesus Christus in térras venit ut nomines vitara
cipuis illorum officiis religionem gratia complecti, benevolentia tueri, auc-
habeant et abundantius habeant, eodem modo Ecclesia propositum habet,
toritate nutuque legum tegere, nec quippiam instituere aut decernere, quod
sit eius incolumitati contrarium. Id et civibus debent, quibus praesunt. tamquam finem, salutem animorum sempiternam: ob eamque rem talis est
Nati enim susceptique omnes nomines sumus ad summum quoddam et ul- natura sua, ut porrigat sese ad totius complexum gentis humanae, nullis
timum bonorum, quo sunt omnia consilia referenda, extra hanc fragilitatem nec locorum nec temporum limitibus circumscripta. Praedicate Evangelium
brevitatemque vitae in caelis collocatum. Quoniam autem hinc pendet ho- omni creaturae.—Tam ingenti hominum multitudini Deus ipse magistratus
minum undique expleta ac perfecta felicitas, idcirco assequi eum, qui com- assignavit, qui eum potestate praeessent: unumque omnium principen!, et
memoratus est, finem tanti interest sirigulorum, ut pluris interesse non pos- máximum certissimumque veritatis magistrum esse voluit, cui claves regni
sit. Civilem igitur societatem, commuri utilitati natam, in tuenda prosperi- caelorum commisit. Tibí dabo claves regni caelorum.—Pasee agnos... pasee
tate reipublicae necesse est sic consulere civibus, ut obtinendo adipiscendoque oves: — ego rogavi pro te, ut non deficiat fi'íes lúa.—Haec societas, quamvis
summo illi atque incommutabili bono quod sponte appetunt, non modo ex hominibus constet, non secus ac civilis communitas, tamen propter finem
nihü importet unqusm incomrnodi, sed omnes, quascumque possit, oppor- sibi constitutum, atque instrumenta, quibus ad finem contendit, superna-
tunitates afferat. Qiarum praecipua est, ut detur opera religioni sánete in- h
lo. 20,21.
violateque servandae, cuius officia hominem Deo coniungunt. 7
M t . 28,30.
s
lo. 10,10. '
Yera autem religio q u a e sit, non difficulter videt qui iudicium prudens " Me. 16,15.
sincerumque adhibuerit: argumentas enim permultis atque illustribus. ve- '» M«. 16,10.
1
rítate nimirum vaticiniorum, prodigiorum frequentia, celérrima fidei vé] per ' lo. 21,16-17.
12
Le. 22,32.
IMMORTALE DEI 1U7
l.)6 LEÓN X I I I
los p r i m e r o s en defenderla. A los príncipes de la sinagoga, q u e les
distinta y difiere de la sociedad política. Y, lo q u e es más importante,
p r o h i b í a n predicar la doctrina evangélica, respondían los apóstoles
es ana sociedad genérica y jurídicamente perfecta, p o r q u e tiene en sí
con firmeza: Es preciso obedecer a Dios antes que a los hombres 17.
m i s m a y por sí misma, p o r voluntad benéfica y gratuita de su F u n - '
L o s Santos P a d r e s se consagraron a defender esta m i s m a autoridad,
dador, todos los elementos necesarios para su existencia y acción.
con razonamientos sólidos, c u a n d o se les p r e s e n t ó ocasión p a r a
Y así como el fin al q u e tiende la Iglesia es el m á s noble de todos,
ello. L o s R o m a n o s Pontífices, p o r su parte, con invicta constancia
así t a m b i é n su autoridad es m á s alta q u e toda otra autoridad ni
de á n i m o , n o h a n cesado j a m á s d e reivindicar esta autoridad frente
p u e d e en m o d o alguno ser inferior o quedar sujeta a l a autoridad civil.
a los agresores d e ella. M á s a ú n : los m i s m o s príncipes y g o b e r n a n t e s
Jesucristo ha d a d o a sus apóstoles u n a autoridad plena sobre las
de los Estados h a n reconocido, d e h e c h o y d e derecho, esta a u t o -
cosas sagradas, concediéndoles t a n t o el p o d e r legislativo c o m o el
ridad, al tratar con la Iglesia c o m o con u n legítimo p o d e r soberano,
doble poder, derivado de éste, de juzgar y castigar. Me ha sido dado
ya p o r m e d i o s de convenios y concordatos, y a ' c o n el envío y acepta-
todo poder en el cielo y en la tierra; id, pues, enseñada todas las gentes...,
ción d e embajadores, ya con el m u t u o intercambio de otros b u e n o s
enseñándoles a observar todo cuanto yo os he mandado 13 . Y en otro
oficios. Y hay q u e reconocer u n a singular providencia d e Dios e n
t e x t o : Si los desoyere, comunicalo a la Iglesia 1 4 . Y todavía: Prontos
el h e c h o d e q u e esta s u p r e m a potestad de la Iglesia llegara a encon-
a castigar toda desobediencia y a reduciros a perfecta obediencia 15 .
t r a r en el p o d e r civil la defensa m á s segura d e su propia i n d e p e n -
Y aún m á s : Emplee yo con severidad la autoridad que el Señor me con- dencia.
firió para edificar, no para destruir 16 . P o r tanto, n o es el Estado, sino
la Iglesia, la q u e debe guiar a los h o m b r e s hacia la patria celestial. [Dos sociedades, dos poderes ]
Dios ha dado a la Iglesia el encargo de juzgar y definir en las cosas
tocantes a la religión, de enseñar a todos los pueblos, de ensanchar [ 6 ] . D i o s h a repartido, p o r tanto, el gobierno del género h u -
en lo posible las fronteras del cristianismo; en una palabra: d e go- m a n o e n t r e dos p o d e r e s : el p o d e r eclesiástico y el p o d e r civil. El
b e r n a r la cristiandad, según su propio criterio, con libertad y sin p o d e r eclesiástico, puesto al frente de los intereses divinos. El p o d e r
t r a b a s . L a Iglesia n o ha cesado n u n c a de reivindicar para sí ni d e civil, encargado d e los intereses h u m a n o s . A m b a s potestades son
ejercer públicamente esta autoridad completa en sí misma y j u r í - soberanas en su género. C a d a u n a q u e d a circunscrita d e n t r o de
dicamente perfecta, atacada desde hace m u c h o t i e m p o p o r una ciertos límites, definidos p o r su propia naturaleza y por su fin p r ó -
filosofía aduladora de los poderes políticos. H a n sido los apóstoles ximo. D e d o n d e resulta u n a c o m o esfera determinada, d e n t r o d e
. _ . .—. _ . __j . la cual cada p o d e r ejercita iure proprio su actividad. P e r o como el
turalis est et spiritualis: atque ideirco distinguitur ac differt a societate sujeto pasivo de a m b o s poderes soberanos es u n o m i s m o , y como,
civili: et, quod plurimum interest, societas est genere et iure perfecta, cum p o r otra parte, p u e d e suceder q u e u n m i s m o a s u n t o pertenezca, si
adiumenta ad incolumitatem actionemque suam necessaria, volúntate bene- bien bajo diferentes aspectos, a la competencia y jurisdicción de
ficioque conditoris sui, omnia in se et per se ipsa possideat. Sicut finis, quo a m b o s poderes, es necesario q u e Dios, origen de u n o y otro, haya
tendit Ecclesia, longe nobilissimus est, ita eius potestas est omnium prae-
stantissima, ñeque imperio civili potest haberi inferior, aut eidem esse ullo berentur, constanter respondebant, obedire oportet Deo magis, quam nomini-
modo obnoxia.— Reverá Iesus Christus Apostolis suis libera mandato dedit in bus. Eamdem sancti Ecclesiae Patres rationum momentis tueri pro opportu-
sacra, adiuncta tum ferendarurn legum veri nominis facúltate, tum gemina, nitate studuerunt: romanique Pontífices invicta animi constantia adversus
quae hinc consequitur, iudicandi puniendique potestate: Data est mihi omnis oppugnatores vindicare numquam praetermiserunt.—Quin etiam et opinione
potestas in cáelo et in térra: euntes ergo docete omnes gentes... docentes eos et re eamdem probarunt ipsi viri principes rerumque publicarum guberna-
servare omnia quaecumque mandavi vobis. Et alibi: Si non audierit eos, dic tores, ut qui paciscendo, transigendis negotiis, mittendis vicissimque acci-
Ecclesiae. Atque iterum: In promptu habentes ulcisci omnem inobedientiam. piendis legatis, atque aliorum mutatione officiorum, agere cum Ecclesia
Kursus: durius agam secundum potestatem, qnam Dominus dedit mihi in aedi- tamquam cum suprema potestate legitima consueverunt.—Ñeque profecto
jicationem et non in destructionem. Itaque dux hominibus esse ad caelestia, sine singulari providentis Dei consilio factum esse censendum est, ut haec
non civitas sed Ecclesia debet: eidemque hoc est munus assignatum a Deo, ipsa potestas principatu civili, velut óptima libertatis suae tutela, muniretur.
ut de iis, quae religionem attingunt, videat ipsa et statuat: ut doceat omnes
gentes: ut christiani nominis fines, quoad potest, late proferat; brevi, ut Itaque Deus humani generis procurationem ínter duas potestates parti-
rem christianam libere expediteque iudicio suo administret.—Hanc vero tus est, scilicet ecelesiastieam et civilem, alteram quidem divinis, alteram
auctoritatem in se ipsa absolutam planeque sui iuris, quae ab assentatrice humanis rebus praepositam. Utraque est in suo genere máxima: habet
principum philosophia iamdiu oppugnatur, Ecclesia sibi asserere itemque utraque certos, quibus contineatur, términos, eosque sua cuiusque natura
publice exercere numquam desiit, primis omnium pro ea propugnantibus causaque proxime definitos; unde aliquis velut orbis circumscribitur, in
Apostolis, qui cum disseminare Evangelium a principibus Synagogae prohi- quo sua cuiusque actio iure proprio versetur. Sed quia utriusque imperium
est in eosdem, cum usuvenire possit, ut res una atque eadem quamquatn
>3 Mt. 28,18-20. aliter atque aliter, sed tamen eadem res ad utriusque ius iudiciumque perti-
n Mt. 18.17.
1
' 2 Cor. 10,6. " Act. 5,29.
*6 2 Cor. 13,10.
198 LEÓN X I I I ÍM.MOUTAI.I: 1)1:1 111!»
establecido en su providencia u n o r d e n recto de composición entre al César lo q u e es del César y->.a Dios lo q u e es de Dios. N o o b s t a n t e ,
las actividades respectivas de u n o y otro poder. Las [autoridades] sobrevienen a veces especiales circunstancias en las q u e p u e d e c o n -
que hay, por Dios han sido ordenadas 18. Si así n o fuese, sobreven- venir otro género de concordia q u e asegure la paz y libertad d e e n -
drían frecuentes motivos de lamentables conflictos, y m u c h a s veces t r a m b a s potestades; p o r ejemplo, c u a n d o los g o b e r n a n t e s y el
quedaría el h o m b r e d u d a n d o , como el caminante ante u n a encru- R o m a n o Pontífice a d m i t e n la m i s m a solución p a r a u n a s u n t o d e t e r -
cijada, sin saber q u é camino elegir, al verse solicitado p o r los m a n - m i n a d o . E n estas ocasiones la Iglesia ha d a d o p r u e b a s n u m e r o s a s de
datos contrarios de dos autoridades, a n i n g u n a de las cuales puede, su b o n d a d m a t e r n a l , u s a n d o la mayor indulgencia y condescendencia
sin pecado, dejar de obedecer. Esta situación es totalmente contra- posibles.
ria a la sabiduría y a la b o n d a d d e Dios, q u i e n incluso en el m u n d o
físico, de tan evidente inferioridad, ha equilibrado entre sí las fuer- [Ventajas de esta concepción]
zas y las causas naturales con tan concertada moderación y maravi-
[y]. Esta q u e s u m a r i a m e n t e dejamos trazada es la concep-
llosa armonía, q u e ni las u n a s i m p i d e n a las otras ni dejan todas d e
ción cristiana del E s t a d o . Concepción n o elaborada t e m e r a r i a m e n t e
concurrir con exacta adecuación al fin total al q u e tiende el u n i -
y p o r capricho, sino constituida sobre los s u p r e m o s y m á s exactos
verso.—Es necesario, p o r tanto, q u e entre a m b a s potestades exista
principios, confirmados p o r la m i s m a razón natural.
u n a ordenada relación unitiva, comparable, n o sin razón, a la que
se da en el h o m b r e entre el alma y el cuerpo. Para d e t e r m i n a r la [ 8 ] . L a constitución del E s t a d o q u e acabamos d e exponer, n o
esencia y la m e d i d a de esta relación unitiva n o hay, como h e m o s menoscaba ni desdora la verdadera dignidad d e los g o b e r n a n t e s .
dicho, o t r o camino q u e examinar la naturaleza de cada u n o de los Y está t a n lejos de m e r m a r los derechos de la autoridad, q u e antes,
dos poderes, teniendo en cuenta la excelencia y nobleza de sus fines por el contrario, los e n g r a n d e c e y consolida. Si se fexamina a fondo
respectivos. El p o d e r civil tiene c o m o fin p r ó x i m o y principal el cui- el asunto, la constitución expuesta presenta una g r a n perfección,
d a d o de las cosas temporales. El p o d e r eclesiástico, en cambio, la de la q u e carecen los restantes sistemas políticos. Perfección cuyos
adquisición de los bienes eternos. Así, todo lo q u e de alguna m a - frutos serían excelentes y variados si cada u n o d e los dos poderes se
n e r a es sagrado en la vida h u m a n a , t o d o lo q u e pertenece a la salva- mantuviera d e n t r o de su esfera propia y se aplicase sincera y total-
ción de las almas y al culto de Dios, sea p o r su propia naturaleza, sea m e n t é al c u m p l i m i e n t o de la obligación y d e la misión q u e le corres-
en v i r t u d del fin a q u e está referido, t o d o ello cae bajo el d o m i n i o p o n d e n . D e hecho, en la constitución del E s t a d o q u e h e m o s desarro-
y a u t o r i d a d de la Iglesia. P e r o las d e m á s cosas q u e el r é g i m e n civil llado, lo divino y lo h u m a n o q u e d a n repartidos de u n a m a n e r a orde-
y político, en c u a n t o tal, abraza y c o m p r e n d e , es de justicia q u e q u e - nada y conveniente. L o s derechos de los ciudadanos son respetados
d e n sometidas a éste, p u e s Jesucristo m a n d ó expresamente q u e se dé como derechos inviolables y q u e d a n defendidos bajo el patrocinio
de las leyes divinas, naturales y h u m a n a s . L o s deberes de cada
neat, debet providentissimus Deus, a quo sunt ambae constitutae, utriusque ticum genus complectitur, rectum est civili auctoritati esse subiecta, cum
itinera recte atque ordine composuisse. Quae autem sunt a Deo ordinatae Iesus Christus iusserit, quae Caesaris sint, reddi Caesari, quae Dei, Deo.— ,
sunt. Quod ni ita esset, funestarum saepe contentionum concertationumque íncidunt autem quandoque témpora, cum alius quoque concordiae modus
causae nascerentur; nec raro sollicitus animi, velut in via ancipiti, haerere ad tranquillam libertatem valet, nimirum si qui principes rerum publicarum
homo deberet, anxius quid facto opus esset, contraria iubentibus binis po- et Pontifex romanus de re aliqua separata in idem placitum consenserint.
testatibus, quarum recusare imperium, salvo officio, non potest. Atqui má- Quibus Ecclesia temporibus maternae pietatis eximia documenta praebet,
xime istud repugnat de sapientia cogitare et bonitate Dei, qui vel in rebus cum facilitatis indulgentiaeque tantum adhibere soleat, quantum máxime
physicis, quamquam sunt longe inferioris ordinis, tamen naturales vires potest.
causasque invicem conciliavit moderara, ratione et quodam velut concentu
mirabili, ita ut milla earum impediat ceteras, cunctaeque simul illuc, quo Eiusmodi est, quam summatim attigimus, civilis hominum societatis
mundus spectat, convenienter aptissimeque conspirent.—Itaque Ínter utram- christiana temperatio, et haec non temeré ñeque ad libidinem ficta, sed ex
que potestatem quaedam intercedat necesse est ordinata cólligatio: quae qui- maximis ducta verissimisque principiis, quae ipsa naturali ratione confir-
dem coniunctioni non immerito comparatur, per quam anima et corpus in mantur.
homine copulantur. Qualis autem ét quanta ea sit, aliter iudicari non pot-
est, nisi respiciendo, uti diximus, ad utriusque naturam, habendaque ratio- Talis autem conformatio reipublicae nihil habet, quod possit aut minus
ne excellentiae et nobilitatis causarum; cum alteri proxime maximeque pro- videri dignum amplitudine principum. aut parum decorum: tantumque
positum sit lérum mortalium curare pommoda, alteri caelestia ac sempiterna abest, ut iura maiestatis immimiat, ut potius stabiliora atque augustiora
bona comparare.—Quidquid igitur est in rebus humanis quoquo modo sa- láciat. Immo, si altius consideretur, habet illa conformatio perfectionem
crum, quidquid ad salutem animorum cultumve Dei pertinet, sive tale illud quamdam magnam, qua carent ceteri rerum publicarum modi: ex eaque
sit natura sua, sive rursus tale intelügatur propter causam ad quam refertur, Iructus essent sane excellentes et varii consecuturi, si modo suum partes
est omne in potestate arbitrioque Ecclesiae: cetera vero, quae civile et poli- .ingulae gradum tenerent, atque illud integre efficerent, cui unaquaeque
l >raeposita est, officium et munus.—Revira in ea, quam ante diximus, con-
1 s
Rom. 13, r. ilitutione reipublicae, sunt quidern divina atque humana convenienti ordine
200 U.ÚN XIII IMMOlíTtJ.E ¡)KI 201
ciudadano son definidos con sabia exactitud, y su c u m p l i m i e n t o gatorias la m u t u a caridad, la benignidad, la liberalidad. N o q u e d a
q u e d a sancionado con o p o r t u n a eficacia. C a d a c i u d a d a n o sabe q u e , dividido el h o m b r e , q u e es ciudadano y cristiano al m i s m o t i e m p o ,
d u r a n t e el curso incierto y trabajoso de esta mortal peregrinación con preceptos contradictorios e n t r e sí. E n r e s u m e n , t o d o s los g r a n -
hacia la patria eterna, tiene a la m a n o guías seguros para e m p r e n d e r des bienes con q u e la religión cristiana enriquece a b u n d a n t e y es-
este camino y auxiliadores^ficaces para llegar a su fin. Sabe t a m b i é n p o n t á n e a m e n t e la m i s m a vida mortal de los h o m b r e s q u e d a n ase-
q u e tiene a su alcance otros guías y auxiliadores para o b t e n e r y con- g u r a d o s a la c o m u n i d a d y al E s t a d o . D e d o n d e se d e s p r e n d e la evi-
servar su seguridad, su sustento y los d e m á s bienes necesarios de la dencia de aquella sentencia: «El destino del E s t a d o d e p e n d e del culto
vida social p r e s e n t e . — L a sociedad doméstica e n c u e n t r a su necesaria q u e se da a D i o s . E n t r e éste y aquél existe u n estrecho e í n t i m o p a -
firmeza en la santidad del matrimonio, u n o e indisoluble. L o s d e r e - rentesco» 1 9 . — E n n u m e r o s o s pasajes d e sus obras San A g u s t í n ha
chos y los deberes d e los cónyuges son regulados con t o d a justicia s u b r a y a d o con su elocuencia a c o s t u m b r a d a el valor d e estos bienes,
y equidad. El h o n o r d e b i d o a la mujer es salvaguardado. L a autori- sobre t o d o c u a n d o , h a b l a n d o con la Iglesia católica, le dice: «Tú
d a d del m a r i d o se configura según el modelo de la autoridad de Dios. instruyes y enseñas con sencillez a los niños, con energía a los jóvenes,
L a patria potestad q u e d a m o d e r a d a d e a c u e r d o con la dignidad de la con calma a los ancianos, según la e d a d d e cada u n o , n o sólo del cuer-
esposa y d e los hijos. P o r último, se provee con aciftto a la seguridad, po, sino t a m b i é n del espíritu. T ú sometes la mujer a su m a r i d o con
al m a n t e n i m i e n t o y a la educación d e la prole. E n la esfera política casta y fiel obediencia, n o p a r a satisfacer la pasión, sino para p r o -
y civil, las leyes se o r d e n a n al bien c o m ú n , y n o son dictadas p o r el pagar la prole y para la u n i ó n familiar. T ú antepones el m a r i d o a la
voto y el juicio falaces d e la m u c h e d u m b r e , sino p o r la verdad y mujer, n o p a r a afrenta del sexo m á s débil, sino p a r a demostración
la justicia. L a autoridad d e los g o b e r n a n t e s q u e d a revestida de u n d e u n a m o r leal. T ú sometes los hijos a los padres, p e r o salvando la
cierto carácter sagrado y s o b r e h u m a n o y frenada p a r a q u e ni se libertad de, aquéllos. T ú colocas a los p a d r e s sobre los hijos para q u e
a p a r t e d e la justicia ni degenere en abusos del poder. L a obedien- g o b i e r n e n a éstos amorosa y t i e r n a m e n t e . T ú u n e s a ciudades con
cia d e los ciudadanos tiene c o m o compañera inseparable u n a h o n - ciudades, pueblos con p u e b l o s ; en u n a palabra, vinculas a todos
rosa dignidad, p o r q u e n o es esclavitud d e h o m b r e a h o m b r e , sino los h o m b r e s , con el recuerdo de u n o s m i s m o s padres, n o sólo con
s u m i s i ó n a la voíuntad d e Dios, q u e ejerce su p o d e r p o r m e d i o de u n vínculo social, sino incluso con los lazos d e la fraternidad. T ú
los h o m b r e s . T a n p r o n t o como arraiga esta convicción en la sociedad, enseñas a los reyes a m i r a r p o r el b i e n d e los pueblos, t ú adviertes
e n t i e n d e n los ciudadanos q u e son deberes de justicia el respeto a la a los pueblos q u e p r e s t e n obediencia a los reyes. T ú enseñas con
majestad de los gobernantes, la obediencia constante y leal a la au- cuidado a q u i é n es debido* el honor, a q u i é n el afecto, a quién la
toridad pública, el rechazo d e toda sedición y la observancia reli- reverencia, a q u i é n el temor, a q u i é n el consuelo, a quién el aviso,
giosa d e la constitución del E s t a d o . Se i m p o n e n t a m b i é n c o m o obli- a q u i é n la exhortación, a q u i é n la corrección, a q u i é n la reprensión,
partita: incolumia civium iura, eademque divinarum, naturalium, huma- tur in officiis caritas mutua, benignitas, liberalitas: non distrahitur in con-
narumque legum patrocinio defensa: officiorum singulorum cum sapienter trarias partes, pugnantibus ínter se praeceptis, civis idem et christianus:
constituía descriptio, tum opportune sancita custodia. Singuli nomines in denique amplissima bona, quibus mortalem quoque hominum vitam chris-
hoc ad sempiternam illam civitatem dubio laboriosoque curriculo sibi sciunt tiana religio sua sponte explet, communitati societatique civili omnia quae-
praesto esse, quos tuto sequantur ad ingrediendum duces, ad perveniendum runtur: ita ut illud appareat verissime dictum, «pendet a religione, qua Deus
adiutores: pariterque intelligunt, sibi alios esse ad securitatem, ad fortunas, colitur, rei publicae status: multaque Ínter hunc et illam cognado et fami-
ad commoda cetera, quibus communis haec vita constat, vel parienda vel liaritas intercedit».—Eorum vim bonorum mirabiliter, uti solet, persecutus
conservanda datos.—Societas domestica eam, quam par est, firmitudinem est Augustinus pluribus locis, máxime vero ubi Ecclesiam catholicam appel-
adipiscitur ex unius atque individui sanctitate coniugii: iura officiaque Ínter lat iis verbis: «Tu pueriliter pueros, fortiter iuvenes, quiete senes, prout
coniuges sapienti iustitia et aequitate reguntur: debitum conservatur mulierí cuiusque non corporis tantum, sed et animi aetas est, exerces ac doces. Tu
decus: auctoritas viri ad exemplum est auctoritatis Dei conformata: tempe- feminas viris suis non ad explendam libidinem, sed ad propagandam prolem,
rata patria potestas convenienter dignitati uxoris prolisque: deniqué libero- et ad rei farniliaris societatem, casta et fideli obedienda subiicis. T u viros
rum tuitioni, commodis, institutioni optime consulitur.*—In genere rerum coniugibus, non ad illudendum imbecilliorem sexum, sed sinceri amoris
político et civili, leges spectant commune bonum, ñeque volúntate iudicioque legibus praeficis. T u parentibus filios libera quadam servitute subiungis,
fallad multitudinis, sed veritate iustitiaque diriguntur: auctoritas principum parentes filiis pia dominatione praeponis... T u cives civibus, tu gentes gen-
sanctitudinem quamdam induit humana maiorem, contineturque ne decli- tibus, et prorsus homines primorum parentum recordatione non societate
net a iustitia, neu modum in imperando transíliat: obedientia civium habet tantum, sed quadam etiam fraternitate coniungis. Doces reges prospicere
honestatem dignitatemque comitem, quia non est hominis ad hominem ser- populis, mones populos se subdere regibus. Quibus honor debeatur, quibus
vitus, sed obtemperado voluntati Dei, regnum per homines exercentis. Quo affectus, quibus reverenda, quibus timor, quibus consolado, quibus admo-
cognito ac persuaso, omnino ad iustitiam pertinere illa intelliguntur, vereri nitio, quibus cohortatio, quibus disciplina, quibus obiurgatio, quibus sup-
maiestatem piincipum, subesse constanter et fideliter potestad publicae,
19
nihil seditiose faceré, sanctam servare disciplinam civitatis.'—Similiter poni- TEODOSIO II, Carta a San Cirilo de Alejandría y a los chupos metropolitanos: MANSÍÍ
4,I 114-
202 LEÓN X I I I IMMORTALE D E I 203
civil. A esta fuente hay q u e r e m o n t a r el origen de los principios principalmente, sino que concederá igualdad de derechos a todas
m o d e r n o s d e u n a libertad desenfrenada, inventados en la gran las religiones, con tal q u e la disciplina del E s t a d o n o q u e d e por
revolución del siglo pasado y propuestos c o m o base y f u n d a m e n t o ellas perjudicada. Se sigue t a m b i é n de estos principios q u e en ma-
de u n derecho nuevo, desconocido hasta entonces y contrario en teria religiosa t o d o q u e d a al arbitrio de los particulares y q u e es
m u c h a s de sus tesis n o solamente al d e r e c h o cristiano, sino incluso lícito a cada individuo seguir la religión q u e prefiera o rechazarlas
t a m b i é n al d e r e c h o n a t u r a l . — E l principio s u p r e m o d e este d e r e c h o t o d a s si n i n g u n a le agrada. D e aquí nacen u n a libertad ilimitada
n u e v o es el siguiente: todos los h o m b r e s , de la m i s m a m a n e r a q u e de conciencia, u n a libertad absoluta de cultos, u n a libertad total
son semejantes en su naturaleza especifica, son iguales t a m b i é n en la de p e n s a m i e n t o y u n a libertad d e s m e d i d a de e x p r e s i ó n 2 3 .
vida práctica. C a d a h o m b r e es de tal m a n e r a d u e ñ o de sí mismo,
q u e p o r n i n g ú n concepto está sometido a la autoridad de otro. [Crítica de este derecho constitucional nuevo]
P u e d e pensar libremente lo q u e quiera y obrar lo q u e se le antoje
[ i i ] . E S fácil de ver la deplorable situación a q u e q u e d a re-
e n cualquier materia. N a d i e tiene d e r e c h o a m a n d a r sobre los
d u c i d a la Iglesia si el Estado se apoya sobre estos fundamentos,
d e m á s . E n u n a sociedad fundada sobre estos principios, la autori-
hoy día t a n a l a b a d o s . — P o r q u e c u a n d o la política práctica se ajusta
d a d n o es otra cosa q u e la voluntad del p u e b l o , el cual, c o m o único
a estas doctrinas, se da a la Iglesia en el E s t a d o u n lugar igual,
d u e ñ o de sí m i s m o , es t a m b i é n el único q u e p u e d e m a n d a r s e a sí
o quizás inferior, al de otras sociedades distintas de ella.. N o se
m i s m o . Es el p u e b l o el q u e elige las personas a las q u e se ha de
t i e n e n en cuenta para nada las leyes eclesiásticas, y la Iglesia, q u e
someter. P e r o lo hace d e tal m a n e r a q u e traspasa a éstas n o t a n t o el
p o r m a n d a t o expreso de Jesucristo ha d e enseñar a todas las gen-
d e r e c h o d e m a n d a r c u a n t o u n a delegación para m a n d a r , y a u n ésta
tes, se ve apartada de toda intervención en la educación pública
sólo para ser ejercida e n su n o m b r e . Q u e d a en silencio el dominio
de los c i u d a d a n o s . — E n las m i s m a s materias q u e son d e c o m p e -
divino, c o m o si Dios n o existiese o n o se preocupase del género
tencia mixta, las autoridades del E s t a d o establecen p o r sí mismas
h u m a n o , o c o m o si los. h o m b r e s , ya aislados, ya asociados, n o d e -
u n a legislación arbitraria y desprecian con soberbia la sagrada les
biesen n a d a a Dios, o c o m o si fuera posible imaginar u n p o d e r
gislación de la Iglesia en esta materia. Y así, colocan bajo su juris-
político cuyo principio, fuerza y autoridad toda para' gobernar n o
dicción el m a t r i m o n i o cristiano, legislando incluso acerca del vínculo
se apoyaran e n D i o s m i s m o . D e este m o d o , c o m o es evidente, el
conyugal, de su u n i d a d y estabilidad; privan de sus propiedades
E s t a d o n o es otra cosa q u e la m u l t i t u d d u e ñ a y gobernadora de sí
al clero, n e g a n d o a la Iglesia el derecho de p r o p i e d a d ; tratan, final-
m i s m a . Y c o m o se afirma q u e el p u e b l o es en sí m i s m o fuente de
m e n t e , a la. Iglesia c o m o si la Iglesia n o tuviera la naturaleza y los
t o d o derecho y ¿le t o d a autoridad, se sigue lógicamente q u e el
E s t a d o n o se juzgará obligado ante Dios p o r n i n g ú n d e b e r ; n o p r o -
fesará p ú b l i c a m e n t e religión alguna, ni deberá buscar entre tantas bus quae vera sola sit quaerere, nec unam quamdam ceteris anteponere»
religiones la única verdadera, ni elegirá u n a de ellas n i la favorecerá nec uni máxime favere, sed singulis generibus aequabilitatem iuris tribuere
ad eran finem, dum disciplina reipublicae ne quid ab illis detrimenti ca-
piat. Consentaneum erit, iudicio singulorum permittere omnem de religione
tiora effrenatae libertatis capita, nimirum in maximis perturbationibus su- quaestionem; licere cuique aut sequi quam ipse malit, aut omnino nullarn,
periore saeculo excogitata in medioque proposita, perinde ac principia et si nullam probet. Hinc prefecto illa nascuntur: lex uniuscuiusque con-
fundamenta novi iuris, quod et fuit antea ignotum, et a iure non solum chris- scientiae iudicium; liberrimae de Deo colendo, de non colendo sententiae:
tiano, sed etiam naturali plus una ex parte discrepat.—Eorum principiorum infinita tum cogitandi, tum cogitata publicandi licentia.
illud est máximum, omnes homines, quemadmodum genere naturaque si-
miles intelliguntur, ita reapse esse in actione vitae ínter se pares: unumquem- His autem positis, quae máxime probantur hoc tempore, fundamentis
que ita esse sui iuris, ut nullo modo sit alterius auctoritati obnoxius: cogita- reipublicae, facile apparet, quem in locum quamque iniquum compellatur
re de re qualibet quae velit, agare quod lubeat, libere posse: imperandi alus Ecclesia.—Nam ubi cum eiusmodi doctrinis actio rerum consentiat, nomini
ius esse in nemine. His informata disciplinis societate, principatus non est catholico par cum societatibus ab eo alienis vel etiam inferior locus in civi-
nisi populi voluntas, qui, ut in sui ipsius unice est potestate, ita sibimetipsi tate tribuitur: Iegum ecclesiasticarum nulla habetur ratio: Ecclesia, quae
solus imperat: deligit autem, quibus se committat, ita tamen ut imperii non iussu mandatoque Iesu Christi docere omnes gentes debet, publicam p o -
tam ius, quam munus in eos transferat, idque suo nomine exercendum. In puli institutionem iubetur nihil attingere.—De ipsis rebus, quae suntmix-
silentio iacet dominatio divina, non secus ac vel Deus aut nullus esset, aut ti iuris, per se statuunt gubernatores rei civilis arbitratu suo, in eoque ge-
humani generis societatem nihil curaret; vel homines sive singuli sive so- nere sanctissimas Ecclesiae leges superbe contemnunt. Quare ad iurisdic-
ciati nihil Deo deberent, vel principatus cogitan posset ullus, cuius non in tionem suam trahunt matrimonia christianorum, decernendo etiam de m a -
Deo ipso causa et vis et auctoritas tota resideat. Quo modo, ut perspicitur, ritali vinculo, de unitate, de stabilitate coniugii: movent possessiones cleri-
est respublica nihil aliud nisi magistra et gubernatrix sui multitudo: cum- corum, quod res suas Ecclesiam tenere posse negant. Ad summaiji, sic
que populus omnium iurium omnisque potestatis fontem in se ipse conti- agunt cum Ecclesia, ut societatis perfectae genere et iuribus opinione d e -
nere dicatur, consequens erit, ut nulla ratione officii obligatam Deo se ci- 23
Véase la encíclica Libertas praestantissimum, d e 20 de junio de 1888: ASS 2 0 ( 1 8 8 7 -
vitas putet; ut religionem publice profiteatur nullam; nec debeat ex pluri- 1888) 593-613-
206 LEÓN XIII 207
IMMOKT.UK ni'r
derechos d e u n a sociedad perfecta y c o m o si fuese m e r a m e n t e teorías acerca de la constitución del Estado. L a naturaleza enseña
una asociación parecida a las demás asociaciones reconocidas p o r q u e toda autoridad, sea la q u e sea, p r o v i e n e d e D i o s , c o m o de
el Estado. P o r esto, afirman q u e , si la Iglesia tiene algún derecho s u p r e m a y augusta fuente. L a soberanía del p u e b l o , q u e , s e g ú n
o alguna facultad legítima para obrar, lo d e b e al favor y a las con- aquéllas, reside p o r d e r e c h o natural en la m u c h e d u m b r e i n d e p e n d i -
cesiones de las autoridades del Estado.—Si en un Estado la legisla- zada totalmente d e Dios, a u n q u e p r e s e n t a g r a n d e s ventajas p a r a h a -
ción civil deja a la Iglesia u n a esfera de autonomía jurídica y existe lagar y encender innumerables pasiones, carece d e t o d o f u n d a m e n t o
entre ambos poderes algún concordato, se ^apresuran a proclamar sólido y d e eficacia substantiva para garantizar la seguridad pública
q u e es necesario separar los asuntos de la Iglesia d e los asuntos y m a n t e n e r el orden e n la sociedad. P o r q u e con estas teorías las
del Estado, y esto con el intento d e p o d e r obrar i m p u n e m e n t e con- cosas h a n llegado a tal p u n t o q u e m u c h o s a d m i t e n c o m o u n a n o r -
tra el pacto convenido, y, eliminados así todos los obstáculos, q u e - m a d e la vida política la legitimidad del d e r e c h o a la rebelión.
dar las autoridades civiles como arbitros absolutos d e todo. Pero Prevalece h o y e n día la opinión d e q u e , siendo los gobernantes m e -
como la Iglesia n o p u e d e tolerar estas pretensiones, p o r q u e ello ros delegados, encargados d e ejecutar la voluntad del pueblo, es
equivaldría al a b a n d o n o d e los m á s santos y m á s graves deberes, necesario q u e t o d o c a m b i e al c o m p á s d e la voluntad del p u e b l o ,
y por otra parte la Iglesia exige q u e el concordato se c u m p l a con d e d o n d e se sigue q u e el Estado nunca se ve libre del t e m o r de las
entera fidelidad, surgen frecuentemente conflictos entre el p o d e r revoluciones.
sagrado y el p o d e r civil, cuyo resultado final suele ser q u e s u c u m b a
[ 1 4 ] . E n materia religiosa, p e n s a r q u e las formas d e culto,
la parte m á s débil en fuerzas h u m a n a s ante la parte m á s fuerte.
distintas y a u n contrarias, son todas iguales, equivale a confesar q u e
[12]. Así, e n la situación política q u e m u c h o s preconizan n o se quiere aprobar n i practicar n i n g u n a d e ellas. Esta actitud, si
actualmente existe u n a tendencia e n las ideas y e n la acción a ex- n o m i n a l m e n t e difiere del ateísmo, en realidad se identifica con él.
cluir p o r completo a la Iglesia d e la sociedad o a tenerla sujeta y L o s q u e creen en la existencia d e Dios, si quieren ser consecuentes
encadenada al Estado. A este fin va dirigida la mayor parte d e las consigo mismos y n o caer e n u n a b s u r d o , h a n d e c o m p r e n d e r n e -
m e d i d a s t o m a d a s p o r los gobiernos. L a legislación, la administra- cesariamente q u e las formas usuales d e culto divino, cuya diferen-
ción pública del Estado, la educación laica de la j u v e n t u d , el des- cia, disparidad y contradicción a u n e n cosas d e s u m a importancia
pojo y la supresión d e las O r d e n e s religiosas, la destrucción del son t a n grandes, n o p u e d e n ser todas igualmente aceptables, ni
p o d e r temporal d e los R o m a n o s Pontífices, n o tienen otra finalidad igualmente b u e n a s o agradables a Dios.
q u e q u e b r a n t a r la fuerza d e las instituciones cristianas, ahogar [ 1 5 ] . D e m o d o parecido, la libertad d e p e n s a m i e n t o y de ex-
la libertad d e la Iglesia católica y suprimir todos sus derechos. presión, carente d e t o d o límite, n o es p o r sí m i s m a u n bien, del q u e
[ 1 3 ] . L a sola razón naturai demuestra el grave error d e estas j u s t a m e n t e p u e d a felicitarse la sociedad h u m a n a ; es, p o r el contra-
tractis, plañe similem habeant ceterarum communitatum, quas respublica
continet: ob eamque rem si quid illa iuris, si quid possidet facultatis ad veníate dissidere plurimum.—Quidquid enim potestatis usquam est, a Deo
agendum legitimae, possidere dicítur concessu beneficioque principurn cí- tamquam máximo augustissimoque fonte proficisci, ipsa natura testatur.
vitatis.—Si qua vero in república suum Ecclesia ius, ipsls civilibus legibus Imperium autem populare, quod, nullo ad Deum respectu, in multitudine
probantibus, teneat, publiceque ínter utramque potestatem pactio aliqua inesse natura üicitur, si praeclare ad suppeditandum valet blandimenta et
facta sit, principio clamant, dissociari Ecclesiae rationes a reipublicae ra- flammas multarum cupiditatum, milla quidem nititur ratione probabili,
tsonibus oportere; idque eo consilio, ut faceré contra interpositam fidem ñeque satis habere vírium potest ad securítatem publicam quietamque or-
impune liceat, omniumque rerum habere, remotis impedimentas, arbi- dinis constantiam. Revera his doctrinis res inclinavere usque eo, ut haec a
trium.—Id vero cum patienter ferré Ecclesia non possit, ñeque enim potest pluribus tamquam lex in civili prudentia sanciatur, seditiones posse iure
officia deserere sanctissima et máxima, omninoque postulet, ut obligata conflari. Valet enim opinio, nihilo principes pluris esse, quam delectes
sibi fides integre religioseque solvatur, saepe sacram inter ac civilem po- quosdam, qui voluntatem popularem exequantur: ex quo fit, quod necesse
testatem dimícationes nascuntur, quarum ille ferme est exitus, alteram, ut est, ut omnia sint pariter cum popuü arbitrio mutabiüa, et timor aliquis
quae minus est opibus humanis valida, alteri ut validiori suecumbere. turbarum semper impendeat.
Ita Ecclesiam, in hoc rerum publicarum statu, qui nunc a plerisque De religione autem putare, nihil inter formas dispares et contrarías in-
adamatur, mos et voluntas est, aut prorsus de medio pellere, aut vinctam teresse, hunc plañe habet exitum, nolle ullam probare iudicio, nolle usu.
adstrictamque imperio te'nere. Quae pubiiee aguntur, eo consilio magnam Atqui istud ab atheismo, si nomine aliquid differt, re nihil differt. Quibus
partem aguntur. Leges, administratio civitatum, expers religionis adoles- enim Deum esse persuasum est, ü, modo constare sibi nec esse perabsurdi
centium institutio, spoliatio excidiumque ordinum religiosorum, eversio velint, necessario intelligunt, usitatas in cultu divino rationes, quarum tanta
est dífferentia maximisque etiam de rebus dissimilitudo et pugna, aeque
principatus civilis Pontificum romanorum, huc spectant omnia, incidere
probabiles, aeque bonas, aeque Deo acceptas esse omnes non posse.
ñervos institutorum christianorum, Ecclesiaeque catbolkae et liberíatem in
angustum deducere, et iura cetera comminuere. Sic illa quidlibet sentiendi litterarumque formis quidlibet exprimendi
Eíusmodi de regenda civitate sententias ipsa naturalis ratio convincit, a facultas, omni moderatione posthabita, non quoddam est propría vi sua
I M M O M A L E DEI 201»
208 LEÓN XIII
la Iglesia, en el cumplimiento de sus deberes, al poder civil consti-
rio, fuente y origen de muchos males.—La libertad, como facultad tuye una gran injuria y un gran peligro. De este modo se perturba
que perfecciona al hombre, debe aplicarse exclusivamente a la ver- el orden de las cosas, anteponiendo lo natural a lo sobrenatural.
dad y al bien. Ahora bien, la esencia de la verdad y del bien no Se suprime, o, por lo menos, se disminuye, la afluencia de los bienes
puede cambiar a capricho del hombre, sino que es siempre la que aportaría la Iglesia a la sociedad si pudiese obrar sin obstácu-
misma y no es menos inmutable que la misma naturaleza de las los. Por último se abre la puerta a enemistades y conflictos, que
tosas. Si la inteligencia se adhiere a opiniones falsas, si la voluntad causan a ambas sociedades grandes daños, como los acontecimientos
elige el mal y se abraza a él, ni la inteligencia ni la voluntad alcanzan han demostrado con demasiada frecuencia.
su perfección; por el contrario, abdican de su dignidad natural y
quedan corrompidas. Por consiguiente, no es lícito publicar y ex- [Condenación del derecho nuevo ]
poner a la vista de los hombres lo que es contrario a la virtud y
a la verdad, y es mucho menos lícito favorecer y amparar esas [16]. Estas doctrinas, contrarias a la razón y de tanta trascen :
publicaciones y exposiciones con la tutela de las leyes. No hay dencia para el bien público del Estado, no dejaron de ser condena-
más que un camino para llegar al cielo, al que todos tendemos: das por los Romanos Pontífices, nuestros predecesores, que vivían
la vida virtuosa. Por lo cual se aparta de la norma enseñada por la convencidos de las obligaciones que les imponía el cargo apostó-
naturaleza todo Estado que permite una libertad de pensamiento lico. Así, Gregorio XVI en la encíclica Mirari vos, de 15 de agosto
y de acción que con sus excesos pueda extraviar impunemente a
de 1832, condenó con gran autoridad doctrinal los principios que
las inteligencias de la verdad y a las almas de la virtud. Error grande
y de muy graves consecuencias es excluir a la Iglesia, obra del mismo ya entonces se iban divulgando, esto es, el indiferentismo religioso,
, Dios, de la vida social, de la legislación, de la educación de la ju- la libertad absoluta de cultos y de conciencia, la libertad de im-
ventud y de la familia. Sin religión es imposible un Estado bien prenta y la legitimidad del derecho de rebelión. Con relación a
ordenado. Son ya conocidos, tal vez más de lo que convendría, la la separación entre la Iglesia y el Estado decía así el citado Pontífice:
esencia, los fines y las consecuencias de la llamada moral civil. «No podríamos augurar resultados felices para la Iglesia y para el
La maestra verdadera de la virtud y la depositaría de la moral es Estado de los deseos de quienes pretenden con empeño que la
la Iglesia de Cristo. Es ella la que defiende incólumes los principios Iglesia se separe del Estado, rompiendo la concordia mutua del
reguladores de los deberes. Es ella la que, al proponer los motivos imperio y del sacerdocio. Todos saben muy bien que esta concordia,
más eficaces para vivir virtuosamente, manda no sólo evitar toda que siempre ha sido, tan beneficiosa para los intereses religiosos y
acción mala, sino también domar las pasiones contrarias a la razón civiles, es muy temida por los fautores de una libertad desvergon-
incluso cuando éstas no se traducen en las obras. Querer someter zada» 24 .—De modo semejante, Pío IX, aprovechando las ocasio-
siam vero in suorum officiorum muñere potestati civili velle esse subiectam,
bonum, quo societas humana iure laetetur: sed multorum malorum fons magna quidem iniuria, magna temeritas est. fioc facto perturbatur ordo,
et origo.—Libertas, ut quae virtus est hominem perficiens, debet in eo quia quae naturalia sunt praeponuntur iis, quae sunt supra naturam: tollitúr
quod verum sit, quodque bonum, versari: boni autem verique ratio mu- aut certe magnopere minuitur frequentia bonorum, quibus, si nulla re im-
tari ad hominis arbitrium non potest, sed manet semper eadem, ñeque mi- pediretur, communem vitam Ecclesia compleret: praetereaque via ad ini-
nas est, quam ipsa rerum natura, incommutabilis. Si mens adsentiatur micitias munitur et certamina, quae quantam utrique reipublicae perniciem
opinionibus falsis, si malum voluntas adsumat et ad id se applicet, perfec- afferant, nimis saepe eventus demonstravit.
tionem sui neutra consequitur, sed excidunt dignitate naturali et in cor- •
ruptelam ambae delabuntur. Quaecumque sunt igitur virtuti veritatique Huiusmodi doctrinas, quae nec humanae rationi probantur, et plurimum
contraria, ea in luce atque in oculis hominum poneré non est aequum: habent in civilem disciplinam momenti, romani Pontifces decessores Nostri,
gratia tuteláve legum defenderé, multo minus. Sola bene acta vita via est cvim probé intelligerent quid a se postularet apostolicum munus, impune
in caelum, quo tendimus universi: ob eamque rem aberrat civitas a regula abire nequáquam passi sunt. Sic Gregorius XVI per Encyclicas litteras hoc
et praescriptione naturae, si licentiam opinionum praveque factorum in initio Mirari vos die xv Augusti anno MDCCCXXXII, magna sententiarum
tmtum lascivire sinat, ut impune liceat mentes a veritate, ánimos a virtute gravitate ea perculit, quae iam praedicabantur, in cultu divino nullum adhi-
cleducere.—Ecclesiam vero, quam Deus ipse constituit, ab actione vitae bere delectum oportere: integrum singulis esse, quod malint, de religione
excludere, a legibus, ab institutione adolescentium, a societate domestica, iudicare: solam cuique suam esse conscientiam iudicem: praeterea edere
magnus et perniciosus est error. Bene morata civitas esse, sublata religione, quae quisque senserit, itemque res moliri novas in ciritate licere. De ratio-
non potest: iamque plus fortasse, quam oporteret, est cognitum, qualis in nibus rei sacrae reique civilis distrahendis sic idem Pontifex: «Ñeque lae-
se sit et quorsum pertineat illa de vita et moribus philosophia, quam civilem tiora et religioni et principatui ominari possemus ex eorum votis, qui Eccle-
nominant. Vera est magistra virtutis et custos morum Ecclesia Christi: ea siam a regno separan, mutuamque imperii cum sicerdotio concordiam
est, quae incolumia tuetur principia, unde officía ducuntur, propositisque abrumpi discupiunt. Constat quippe, pertimesci ab impudentissimae liber-
causis ad honeste vivendum efficacissimis, iubet non solum fugere prave tatis amatoribus concordiam illam, quae semper rei et sacrae et civili fausta
facta, sed regere motus animi rationi contrarios etiam sine effectu.—Eccle-
GREGORIO XVI, encíclica Mirari vos, 15 de agosto de 1831: ASS 4 (1868) 341SS.
I.TÍON X I I I
210 IMMORTM.E DEI an
nes q u e se le presentaron, condenó m u c h a s de las falsas opiniones principios, si se quiere juzgar rectamente, no q u e d a c o n d e n a d a
q u e h a b í a n e m p e z a d o a estar en boga, reuniéndolas después en un por sí misma n i n g u n a de las distintas formas d e gobierno, p u e s
catálogo, a fin de q u e supiesen los católicos a q u é atenerse, sin peli- nada contienen contrario a la doctrina católica, y todas ellas, reali-
gro de equivocarse, en m e d i o de u n a avenida tan g r a n d e de errores 25. zadas con p r u d e n c i a y justicia, p u e d e n garantizar al E s t a d o la p r o s -
[17]. D e estas declaraciones pontificias, lo q u e debe tenerse peridad pública. M á s aún, ni siquiera es en sí censurable, s e g ú n
presente, sobre todo, es q u e el origen del p o d e r civil hay q u e p o - estos principios, q u e el p u e b l o tenga una mayor o m e n o r partici-
nerlo en Dios, n o en la m u l t i t u d ; q u e el derecho de rebelión es pación en el gobierno, participación que, en ciertas ocasiones y
contrario a la razón; q u e n o es lícito a los particulares, como t a m - d e n t r o de una legislación determinada, p u e d e n o sólo ser p r o v e -
poco a los Estados, prescindir de sus deberes religiosos o m e d i r chosa, sino incluso obligatoria para los c i u d a d a n o s . — N o hay t a m -
con u n m i s m o nivel todos los cultos contrarios; q u e no d e b e ser poco razón justa para acusar a la Iglesia de ser demasiado estrecha
considerado en absoluto como u n derecho de los ciudadanos, ni en materia de tolerancia o de ser enemiga de la auténtica y legítima
como pretensión merecedora de favor y a m p a r o , la libertad i n m o - libertad. P o r q u e , si bien la Iglesia juzga ilícito q u e las diversas clases
derada de p e n s a m i e n t o y de expresión.—Hay q u e admitir igual- de culto divino gocen del m i s m o derecho q u e t i e n e la religión ver-
m e n t e q u e la Iglesia, n o m e n o s q u e el Estado, es una sociedad dadera, no p o r esto, sin e m b a r g o , condena a los g o b e r n a n t e s q u e
completa en su género y j u r í d i c a m e n t e perfecta; y que, p o r consi- para conseguir u n bien i m p o r t a n t e o para evitar u n grave mal
guiente, los q u e tienen el p o d e r s u p r e m o del E s t a d o n o deben toleran pacientemente en la práctica la existencia de dichos cultos
p r e t e n d e r someter la Iglesia a su servicio u obediencia, o m e r m a r en el E s t a d o . — E s , por otra parte, c o s t u m b r e de la Iglesia vigilar
la libertad de acción de la Iglesia en su esfera propia, o arrebatarle con m u c h o cuidado para q u e nadie sea forzado a abrazar la fe
cualquiera de los derechos q u e Jesucristo le ha conferido.—Sin católica contra su voluntad, p o r q u e , c o m o observa acertadamente
embargo, en las cuestiones de derecho mixto es p l e n a m e n t e confor- San Agustín, «el h o m b r e n o p u e d e creer m á s q u e de b u e n a vo-
m e a la naturaleza y a los designios de Dios, n o la separación ni luntad»26.
m u c h o m e n o s el conflicto entre a m b o s poderes, sino la concordia,
y ésta d e acuerdo con los fines próximos q u e h a n dado origen a [19]. Por la m i s m a razón, la Iglesia n o p u e d e a p r o b a r u n a
e n t r a m b a s sociedades. libertad q u e lleva al desprecio de las leyes santísimas de Dios
y a la negación de la obediencia debida a la autoridad legítima.
[18 ]. Estos son los principios q u e la Iglesiaxatólica establece en Esta libertad, m á s q u e libertad, es licencia. Y con razón la d e n o -
materia de constitución y gobierno de los E s t a d o s . — C o n estos mina San A g u s t í n libertad de perdición27, y el apóstol San P e d r o
velo de malicia2^. M á s aún, esa libertad, siendo, como es, contraria
extitit et salutaris».— Non absimili modo Pius IX, ut sese opportunitas a la razón, constituye u n a verdadera esclavitud, pues el que obra
dedit, ex opinionibus falsis, quae máxime valere coepissent, plures notavit,
easdemque postea in unum cogi iussit, ut scilicet in tanta errorum colluvione ut quae nihil habent, quod doctrinae catholicae repugnet, eaedemque pos-
haberent catholicí nomines, quod sine offensione sequerentur. sunt, si sapienter adhibeantur et iuste, in óptimo statu tueri civitatem.--^
Ex iis autem Pontificum praescriptis illa omníno intellegi necesse est, Immo ñeque illud per se reprehenditur, participem plus minus esse populum
ortum publicae potestatis a Deo ipso, non a multitudine repetí oportere: se- rei publicae: quod ipsum certis in temporibus certisque legibus potest non
ditionum licentiam cum ratione pugnare: officia religionis nullo loco nume- silum ad utüitatem, sed etiam ad officium pertinere civium.—Insuper ñeque
rare, vel uno modo esse in disparibus generibus affectos, nefas esse privatis causa iusta nascitur, ut Ecclesiam quisquam criminetur, aut esse in lenitate
hominibus, nefas civitatibus: immoderatam sentiendi sensusque palam iac- í'acilitateque plus aequo restrictam, aut ei, quae germana et legitima sit,
tandi potestatem non esse in civium iuribus ñeque in rebus gratia patroci- libertad inimicam.—Revera si divini cultus varia genera eodem iurc esse
nioque dignis ulla ratione ponendam.—Similiter intelligi debet, Ecclesiam quo veram religionem, Ecclesia iudicat non licere, non ideo tamen eos
societatem esse, non minus quam ipsam civitatem, genere et iure perfectam: damnat rerum publicarum moderatores, qui magni alicuius aut adipiscendi
ñeque deberé, qui summam imperii teneant, committere ut sibi serviré aut boni, aut prohibendi causa mali, moribus atque usu patienter ferunt. u t
subesse Ecclesiam cogant, aut minus esse sinant ad suas res agendas liberam, ea habeant singula in civitate locum. —-Atque illud quoque magnopere cáve-
aut quicquam de ceteris iuribus detrahant, quae in ipsam a lesu Christo le Ecclesia solet ut ad amplexandam fidem catholicam nemo invitus cogatur,
collata sunt.—In negotiis autem mixti iuris, máxime esse secundum naturam q'.iia, quod sapienter Augustinus monet, credere non potest homo nisi volena.
itemque secundum Dei consilia non secessionem alteráis potestatis ab al- Simili ratione nec potest Ecclesia libertatem probare eam, quae fastidium
tera, multoque minus contentionem, sed plañe concordiam, eamque cum gignat sanctissimarum Dei legum, debitamque potestati legitimae obedien-
causis proximis congruentem, quae causae utramque societatem genuerunt. t'am exuat. Est enim licentia verius, quam libertas; rectissimeque ab Augus-
Haec quidem sunt, quae de constituendis temperandisque civitatibus tino libertas perditionis, a Petro Apostólo velamen malitiae appellatur: immo,
ab Ecclesia catholica praecipiuntur.—Quibus tamen dictis decretisque si cuín sit praeter rationem, vera servitus est: qui, enim, fácil peccatum, seirus
recte diiudicari velit, milla per se reprehenditur ex variis reipublicae formis,
*' > SAN AGUSTÍN, Tractaius in ív. Evan%. 26,2: BAC t.13 p.656; PI. 35,1607.
27
2¡¡ Véase Pío IX, Syllabus prop. 19.39.55 y 89: ASS III (1S67) 167 ss. ' 28
SAN AGUSTÍN, Epist. 105 2,9; BAC, Obras de San Agustín t.8 p.759; PL 33,399.
1 Pet. 2,16.
J
212 LEÓN XIII
1MMORTALE DE3 2XU
el pecado, esclavo es del pecado29. Por el contrario, es libertad au-
téntica y deseable aquella q u e en la esfera de la vida privada n o q u e se vislumbra el comienzo d e u n a p a r t a m i e n t o v o l u n t a r i o de
permite el sometimiento del h o m b r e a la tiranía abominable de D i o s . P e r o c o m o t o d o lo verdadero proviene n e c e s a r i a m e n t e de
los errores y de las malas pasiones y q u e en el c a m p o de la vida Dios, la Iglesia reconoce c o m o destello de la m e n t e divina toda
pública gobierna con sabiduría a los ciudadanos, fomenta el p r o - verdad alcanzada p o r la investigación del e n t e n d i m i e n t o h u m a n o .
greso y las comodidades de la vida y defiende la administración Y c o m o n o hay verdad alguna del o r d e n n a t u r a l q u e esté en con-
del Estado de toda ajena arbitrariedad. L a Iglesia es la p r i m e r a en tradicción con las verdades reveladas, por el contrario, son m u c h a s
aprobar esta libertad justa y digna del h o m b r e . N u n c a ha cesado las q u e c o m p r u e b a n esta m i s m a fe; y, además, t o d o d e s c u b r i m i e n t o
de combatir p a r a conservarla incólume y entera en los p u e b l o s . — de la verdad p u e d e llevar, ya al conocimiento, ya a ' l a glorificación
Los m o n u m e n t o s históricos d e las edades precedentes d e m u e s t r a n de Dios, d e aquí q u e la Iglesia acoja siempre con agrado y ale-
q u e la Iglesia católica ha sido s i e m p r e la iniciadora, o la impulsora, gría t o d o lo q u e contribuye al verdadero progreso de las ciencias.
o la protectora d e todas las instituciones q u e p u e d e n contribuir al Y así c o m o lo ha h e c h o siempre con las d e m á s ciencias, la Iglesia fo-
bienestar c o m ú n en el Estado. T a l e s son las eficaces instituciones m e n t a r á y favorecerá con ardor todas aquellas ciencias q u e t i e n e n
creadas para coartar la tiranía d e los príncipes q u e gobiernan mal p o r objeto el estudio de la naturaleza. E n estas disciplinas la Iglesia
a los pueblos; las q u e i m p i d e n q u e el p o d e r s u p r e m o del Estado n o rechaza los nuevos descubrimientos. N i es contraria a la b ú s -
invada indebidamente la esfera municipal o familiar, y las dirigi- q u e d a d e n u e v o s progresos p a r a el m a y o r bienestar y c o m o d i d a d
das a garantizar la dignidad y la vida d e las personas y la igualdad de la vida. E n e m i g a de la inercia perezosa, desea en g r a n m a n e r a
jurídica de los ciudadanos. C o n s e c u e n t e siempre consigo misma, q u e el ingenio h u m a n o con el trabajo y la cultura produzc? frutos
si por una p a r t e rechaza la libertad inmoderada, q u e lleva a los a b u n d a n t e s . E s t i m u l a todas las artes, todas las industrias, y diri-
individuos y a los pueblos al desenfreno o a la esclavitud, acepta, giendo con su eficacia propia todas estas cosas a la v i r t u d y a la
p o r otra parte, con m u c h o gusto los adelantos q u e trae consigo el salvación del h o m b r e , se esfuerza p o r i m p e d i r q u e la inteligencia
tiempo, cuando p r o m u e v e n d e veras el bienestar d e la vida presente, y la actividad del h o m b r e a p a r t e n a éste de Dios y de los bienes
q u e es como u n camino q u e lleva a la vida e inmortalidad futuras.— eternos.
Calumnia, p o r tanto, vana e infundada es la afirmación de algunos [ 2 0 ] . P e r o estos principios, t a n acertados y razonables, n o son
q u e dicen q u e la Iglesia mira con malos ojos el sistema político m o - aceptados h o y día, c u a n d o los Estados n o solamente rechazan a d a p -
d e r n o y q u e rechaza sin distinción todos los descubrimientos tarse a las n o r m a s de la filosofía cristiana, sino que parecen p r e t e n -
del genio contemporáneo. L a Iglesia rechaza, sin d u d a alguna, la d e r alejarse cada día más de ésta. Sin e m b a r g o , como la verdad e x -
locura de ciertas opiniones. D e s a p r u e b a el pernicioso afán de revo- puesta con claridad suele propagarse fácilmente por sí m i s m a
luciones y rechaza m u y especialmente ese estado de espíritu en el y p e n e t r a r poco a poco en los e n t e n d i m i e n t o s de los h o m b r e s , p o r
estpeccati. Contra illa germana est atque expectenda libertas, quae si privatim
spectetur, erroribus et cupiditatibus, teterrimis dominis, hominem serviré illumque nominatim habitum animorum, in quo initia perspiciuntur volun-
non sinit: si publice, civibus sapienter praeest, facultatem augendorum tarii discessus a Deo: sed quia omne, quod verum est, a Deo proficisci
commodorum large ministrat: remque publicara ab alieno arbitrio defendit. necesse est, quidquid, indagando, veri attingatur, agnoscit Ecclesia velut.
Atqui honestam hanc et nomine dignam libertatem, Ecclesia probat omnium quoddam divinae mentís vestigium. Cumque nihil sit in rerum natura veri,
máxime, eamque ut tueretur in populis firmam atque integram, eniti et quod doctrinis divinitus traditis fidem abroget, multa quae adrogent, omnis-
contendere numquam destitit.—Revera quae res in civitate plurimum ad que possit inventio veri ad Deum ipsum vel cognoscendum vel laudandum
communem salutem possunt: quae sunt contra licentiam principum populo impeliere, idcirco quidquid accedat ad scientiarum fines proferendos, gau-
male consulentium utiliter institutae: quae summam rempublicam vetant dente et líbente Ecclesia semper accedet: eademque studiose, ut solet, sicut
in municipalem, vel domesticam rem importunius invadere: quae valent ad alias disciplinas, ita illas etiam fovebit ac provehet, quae positae sunt in
decus, ad personam hominis, ad aequabilitatem iuris in singulis civibus explicatione naturae. Quibus in studiis, non adversatur Ecclesia si q u i d
conservandam, earum rerum omnium Ecclesiam catholicam vel inventricem, mens repererit novi: non repugnat quin plura quaerantur ad decus commo -
vel auspicem, vel custodem semper fuisse, superiorum aetatum monumenta ditatemque vitae: immo inertiae desidiaeque immica, magnopere vult ut
testantur. Sibi igitur perpetuo consentiens, si ex altera parte libertatem hominum ingenia uberes ferant exercitatione et cultura fructus: incitamento
respuit immodicam, quae et privatis et populis in licentiam vel in servitutem praebet ad omne genus artium atque operum: omniaque harum rerum studia
cadit, ex altera volens et libens amplectitur res meliores, quas dies afferat, ad honestatem salutemque virtute sua dirigens, impediré nititur quominus
si veré prosperitatem contineant huius vitae, quae quoddam est velut stadium a Deo bonisque caelestibus sua hominem intelligeniia atque industria d e -
ad alteram eamque perpetuo mansuram.—Ergo quod inquiunt, Ecclesiam flectat.
recentiori civitatum invidere disciplinae, et quaecumque horum temporum
ingenium peperit, omnia promiscué repudiare, inanis est et ieiuna calumnia. Sed haec, tametsi plena rationis et consilii, minus probantur hoc tempore,
Insaniam quidem repudiat opinionum: improbat nefaria seditionum studia cura civitates non modo recusant sese ad christianae sapientiae referre for-
mam, sed etiam videntur quotidie longius ab ea velle discedere.—Nihilomi-
29
lo. 8,34. nus quia in lucem prolata veritas solet sua sponte late fluere, hominumque
mentes sansim pervadere, idcirco Nos conscientia rnaximi sanctissimique
214 LEÓN X I I I
IMMOKTU.K bl.l
esto Nos, obligados en conciencia por el sagrado cargo apostólico
que ejercemos para con todos los pueblos, declaramos la verdad con p r u d e n t e s . Si c o m p a r a m o s esta clase de E s t a d o m o d e r n o , de que
toda libertad, según n u e s t r o deber. N o p o r q u e N o s olvidemos las hablamos, con o t r o Estado, real o imaginario, q u e persiga tiránica
especiales circunstancias de nuestros tiempos, ni p o r q u e j u z g u e m o s y abiertamente a la religión cristiana, p o d r á parecer el p r i m e r o más
condenables los adelantos útiles y honestos de nuestra época, sino tolerable q u e el segundo. Sin embargo, los principios e n q u e se
p o r q u e N o s querríamos q u e la vida pública discurriera p o r caminos basa son tale.s, como h e m o s dicho, q u e n o p u e d e n ser aceptados
más seguros y tuviera fundamentos más sólidos, y esto m a n t e - por nadie.
niendo intacta la verdadera libertad de los p u e b l o s ; esta libertad
h u m a n a cuya m a d r e y mejor garantía es la v e r d a d : la verdad os [En el orden práctico ]
hará libres 3 0 . •
[ 2 2 ] . E n la práctica, la aplicación de estos principios p u e d e n
ser considerados t a n t o en la vida privada y doméstica c o m o en la
[III. D E B E R E S DE LOS CATÓLICOS 1
vida p ú b l i c a . — E n el o r d e n privado el deber principal de cada u n o
[En el orden teórico ] es ajustar perfectamente su vida y su conducta a los preceptos
evangélicos, sin retroceder ante los sacrificios y dificultades q u e
[21]. Si, pues, en estas difíciles circunstancias, los católicos i m p o n e la v i r t u d cristiana. D e b e n , además, todos amar a la Iglesia
escuchan, como es su obligación, estas nuestras enseñanzas, en- c o m o a M a d r e c o m ú n ; obedecer sus leyes, procurar su h o n o r ,
t e n d e r á n con facilidad cuáles son los deberes de cada uno, tanto defender sus derechos y esforzarse para q u e sea respetada y a m a d a
en el orden teórico como en el orden práctico.—En el o r d e n de por aquellos sobre los q u e cada cual tiene alguna autoridad. E s
la ideas, es necesaria una firme adhesión a todas las enseñanzas t a m b i é n de interés público q u e los católicos colaboren acertada-
p r e s e n t e s y futuras de los R o m a n o s Pontífices y la profesión p ú - m e n t e en la administración municipal, p r o c u r a n d o y logrando sobre
blica de esas enseñanzas cuantas veces lo exijan las circunstancias. t o d o q u e se atienda a la instrucción pública de la j u v e n t u d e n lo
Y e n particular acerca de las llamadas libertades modernas es m e n e s - referente a la religión y a las b u e n a s costumbres, como conviene a
t e r q u e todos se atengan al juicio de la Sede Apostólica y se identi- personas cristianas: de esta enseñanza d e p e n d e en gran m a n e r a el
fiquen con el sentir d e ésta. H a y q u e prevenirse contra el peligro bien público de cada c i u d a d . — A s i m i s m o , p o r regla general, es b u e n o
d e q u e la honesta apariencia de esas libertades engañe a algún in- y útil q u e la acción de los católicos se extienda desde este estrecho
c a u t o . Piénsese en el origen de esas libertades y en las intenciones círculo a u n c a m p o m á s amplio, e incluso q u e abarque el p o d e r
de los q u e las defienden. L a experiencia ha d e m o s t r a d o suficiente- s u p r e m o del Estado. D e c i m o s por regla general, porque estas e n s e -
m e n t e los resultados q u e p r o d u c e n en la sociedad. E n todas partes ñanzas nuestras están dirigidas a todas las naciones. P u e d e m u y
h a n d a d o frutos tan perniciosos que con razón han provocado el bien suceder q u e en alguna parte, por causas muy graves y m u y
d e s e n g a ñ o y el arrepentimiento en t o d o s los h o m b r e s h o n r a d o s y
niteat.—Si talis alicubi aut reapse sit, aut fingatur cogitatione civitas, quae
officii, hoc est Apostólica, qua fungimur ad gentes universas, legatione per- christianum ñomen insectetur proterve et tyrannice, cum eáque conferatur
moti, ea quae vera sunt, libere ut debemus, eloquimur: non quod non per- genus id reipublicae recens, de quo loquimur, poterit hoc videri tolerabiüus.
spectam habeamus rationem temporum, aut repudianda aetatís nostrae ho- Principia tamen, quibus nititur, sunt profecto eiusmodi, sicut ante diximus,
nesta atque utilia incrementa putemus, sed quod rerum publicarum tutiora ut per se ipsa probari nemini debeant.
ab offensionibus itínera ac firmiora fundamenta vellemus: idque incolumi
populorum germana libértate; in hominibus enim matér et custos óptima Potest tamen aut in privatis domesticisque rebus, aut in publicis actio
libertatis veritas est: veritas liberabit vos. versari.—Privatim quidem primum officium est, praeceptis evangelicis di-
ligentissime conformare vitam et mores, nec recusare si quid christiana
Itaque in tam difficili rerum cursu, catholici homines, si Nos, ut oportet virtus exigat ad patiendum tolerandumque paulo difficilius. Debent praeter-
audierint, facile videbunt quae sua cuiusque sint tam in opinionibus, quam ea singuli Ecclesiam sic diligere, ut communem matrem: eiusque et servare
in factis officia.—Et in opinando quidem quaecumque Pontifices romani obedienter leges, et honori serviré, et iura salva velle: conarique, ut ab iis,
tradiderint vel tradituri sunt, singula necesse est et tenere indicio stabili in quos quisque aliquid auctoritate potest, pari pietate colatur atque ametur.
comprehensa, et palarn, quoties res postulaverit, profiteri. Ac nominatim Illud etiam publicae salutis interest, ad rerum urbanarum administrationem
de iis, quas libertates vocant novissimo tempore quaesitas, oportet Apostoli- conferre sapienter operam: in eáque studere máxime et «fficere, ut adoles-
cae Sedis stare iudicio, et quod ipsa senserit, idem sentiré singulos. Caven- centibus ad religionem, ad probos mores informandis ea ratione, qua aequum
dum, ne quem fallat honesta illarum species: cogitandumque quibus ortae est christianis, publice consultum sit: quibus ex rebus magnopere pendet
initiis, et quibus passim sustententur atque alantur studiis. Satis iam est singularum salus civitatum.—ítem catholicorum hominum operam ex hoc
experiendo cognitum, quarum illae rerum effectrices sint in civitate: eos tamquam angustiore campo longius excurrere, ipsamque summam rempu-
quippe passim genuere fructus, quorum probos viros et sapientes iure poe- blicam complecti, generatim utile est atque honestum. Generaíim eo dicimus,
30 lo. 7,32.
quia haec praecepta Nostra gentes universas attingunt Ceterum potest
alicubi accidere, ut, maximis iustissimisque de causis, rempublicam ca-
2l(J IMMORTA1.B 1)111
;, LHÓN XIII
p e r o dispuestos siempre a retirarse y a morir valientemente HÍ no
Jüstas
Un p o d í a n retener los honores, las d i g n i d a d e s y los cargos públicos
Estad* C O I ? v e n g a e n m o d o alguno intervenir en el gobierno de
sin faltar a su conciencia. D e este m o d o las instituciones cristianas
L0ltl<> h e m ocu
P a r e n él puestos políticos. P e r o en general,
bl p e n e t r a r o n r á p i d a m e n t e n o sólo en las casas particulares, sino t a m -
i c a s e r f 1 0 8 d i c f l ° > n o querer t o m a r p a r t e alguna en la vida p ú -
a bién en los c a m p a m e n t o s , en los t r i b u n a l e s y en la m i s m a corte
í b i e n a t a n r e P r e n s i b l e como n o q u e r e r prestar ayuda alguna
^ i s m a 0 ^ 1 1 ' T a n t o m á s cuanto q u e los católicos, en v i r t u d de imperial. «Somos de ayer y ya llenamos t o d o lo v u e s t r o : las ciuda-
CUlíl
plir ctrina
q u e profesan, están obligados en conciencia a des, las islas, las fortalezas, los municipios, las asambleas, los cam-
e
Ü, a t > s t i e eStaS o b l i a c i
g ° n e s con toda fidelidad. D e lo contrario, si p a m e n t o s , las t r i b u s , las decurias, el palacio, el Senado, el foro» 3 1 .
Persnn 1 6 1 1 p o l í t i c a m e n t e , los asuntos públicos caerán en m a n o s H a s t a tal p u n t o q u e , c u a n d o se dio libertad de profesar p ú b l i c a m e n t e
Zas d
e sal S ^ U y a m a n e r a de pensar p u e d e ofrecer escasas esperan- el Evangelio, la fe cristiana apareció n o d a n d o vagidos c o m o u n
611 n
° De lÓ0 P a r a el Estado
- Situación q u e redundaría t a m b i é n n i ñ o en la cuna, sino adulta y vigorosa ya en la mayoría d e las
CÍ1
° los q u e n ? d a f t o de la religión cristiana. Podrían entonces m u - ciudades.
u enerm s
Q eda g ° de la Iglesia y podrían m u y p o c o sus amigos.
Jl st
? os n a P ° r t a n t o ' b i e n c l a r o [La defensa de la religión católica y del Estado]
q u e los católicos tienen motivos [ 2 3 ] . E s necesario renovar en nuestros t i e m p o s los ejemplos
ni lntervenir
deben en la vida política de los pueblos. N o acuden de n u e s t r o s mayores. E s necesario en p r i m e r lugar q u e los católi-
P Ue
. de K ' K C U í r a l a v i d a Política cos dignos d e este n o m b r e estén dispuestos a ser hijos a m a n t e s de
para a p r o b a r lo q u e actualmente la Iglesia y aparecer c o m o tales. H a n de rechazar sin vacilación
SÍtl
° Para h d& c e n s u r a b l e e n las instituciones políticas del Estado, t o d o lo q u e sea incompatible con su profesión cristiana. H a n de
P ° s i b l e =1 ^ Q U e e s t a s m i s m a s instituciones se pongan, en lo utilizar, e n la m e d i d a q u e les p e r m i t a su conciencia, las institucio-
lnfvi servicio
ndir sincero y verdadero del bien público, p r o c u r a n d o nes públicas para defensa de la verdad y d e la justicia. H a n d e
f Sas
° . la E fi t o d a S l a s v e n a s d e l E s t a d ° . c o m o s a v i a y s a n S r e v i S ° ' esforzarse p a r a q u e la libertad en el obrar n o traspase los límites
k n l o s Dri aZ lnfluen
c i a de la religión católica.—Así se procedía señalados p o r la naturaleza y p o r la ley d e Dios. H a n de p r o c u r a r
11 r S SÍglos d e la
inrne ° fe1^3- L a s c o s t u m b r e s paganas dista- q u e t o d o s los Estados reflejen la concepción cristiana, q u e h e m o s
P a nsamente d e
. 8aniSrn la moral evangélica. Sin e m b a r g o , en p l e n o expuesto, de la vida pública. N o es posible señalar en estas materias
cr
*%o mj S n ?' i s t i a n o s , siempre incorruptos y consecuentes con- directrices únicas y uniformes, p o r q u e d e b e n a d a p t a r s e ' a c i r c u n s -
n 0S Se introd
\ - Eie ¡ u c í a n animosamente d o n d e q u i e r a q u e p o - tancias d e t i e m p o y lugar m u y desiguales entre sí. Sin e m b a r g o ,
Ieye s p a r e s e n l a l e a l t a d a l o s emperadores y obedientes a hay q u e conservar, ante t o d o , la concordia de las voluntades y
f i l o s o e t l , c u a n t o e r a lícito, esparcían p o r todas partes u n m a - t e n d e r a la u n i d a d en la acción y en los propósitos. Se o b t e n d r á
u l e s a „ r e s P l a r i d o r d e santidad, p r o c u r a n d o al m i s m o t i e m p o ser
ratirr
>. _út" ds^ ? hn eerri m bl
Jasnqous e ypoliticis
atraer aversari,los demás nequáquam expediat. de
a la sabiduría SedC rgene-
isto; atque emori fortiter parati, si honores, si magistratus, si imperia retiñere,
Sse
t ¡n vitio m U S ' n u l l a r " velle rerum publicarum partem attingere tam incolumi virtute, nequivissent. Qua ratione celeriter instituía christiana non
eo q 3 m n i h i l a d comr
r vel m " n u n e m utilítatem afierre studii, nihil ope- modo in privatas domos, sed in castra, in curiam, in ipsam regiam invexere.
¡ ?e doctnn 1S q U ° d «^thclici homines ipsius, quam profitentur, admoni- «Hesterni sümus, et vestra omnia implevimus, urbes, ínsulas, castella, m u -
Sls e ad r e m i n t e r e
if otiosis f ' - i S et ex fide gerendam ímpelluntur. Contra, nicipia, conciliabula, castra ipsa, tribus, decurias, palatium, senatum, fo-
k d s a n e in haben
a s accepturi sunt ii, quorum opiniones spem salutis rum»: ita ut fides christiana cum evangelium publice profiteri lege licuit,
a n am
^«"'stiani n ? . afferant. Idque esset etiam cum pernicie coníunctum non in cupis vagiens, sed adulta et iam satis firma in magna civitatum parte
cle mS
siam a -'' p r ° P t e r e a Q u °d plurimum possent qui male essent in apparuerit.
etl nin at1 míni
^ lPübii c a n \ '' m u r n , qui bene. Quamobrem perspicuum est, ad
"^que a d i r e H u U n d i c a u s a m e s se iustam catholicis: non enim adeunt, Iamvero his temporibus consentaneum est, haec maiorum exempla re-
n U l l t l Publi o b e a m cau
s a m , ut probent quod est hoc tempore in novan.—Catholicos quidem, quotquot digni sunt eo nomine, primum
3 u ° a d fieri r 3 1 1 » 1 / a t i o n i b u s non honestum; sed ut has ipsas rabones, omnium necesse est amantissimos Ecclesiae filios et esse et videri velle:
? e s t inatum P ° * e s t ' í n °°num publicum transferant sincerum atque verum, quae res nequeant cum _hac laude consistere, eas sine cunctatione respuere:
j 'T'quam ai L " .
1 0 habentes
> sapientiam virtutemque catholicae_ religioms, institutis populorum, quantum honeste fieii potest, ad veritatis iustitiaeque
ir.^ ^ a r r l ssalnK patrocinium uti: elaborare, ut constitutum naturae Deique lege m o d u m
^ d u C e r e ^ u o e r n m 1u1m1 succum ac sanguinem, ín omnes reip
"«Ucere
st ~,¿ í™ a l i t e "r a succum
c t u m í n ac sanguinem, ín omnes reipubhcae venas libertas agendi ne transiliat: daré operam ut ad eam, quam diximus, christia-
i tudia
u
dia efh erh •• a l i t e r uam a c t u m í n Pnmis Ecclesiae aetatibus.
P r i m i s Ecclesiae aetatibus. Mores enim
nam similitudinem et formam omnis respiiblica traducatur.—Harum rerum
f V a n^Selicjg.
g e l i c ¡ s . c n??r 11 (( :: oo rr .. uu mm quam
1 longissime aa studiis
longissime studiis abhorrebant
abhorrebant moribusque
moribusque
Í°Ss SSPTV._er " lstianos s a o s famon /-om«ra » m + •"„ m o ^ ; a ciTr-iorct-iririne incorrun-
adipiscendarum ratio constituí uno certoque modo haud comrnode potest,
S npero V ? tamen cerneré erat in media superstitione incorrup- cum debeat singulis locis temporibusque, quae sunt multum Ínter se disparia,
, d e l e s ¡ n ^ s u i s i r nües animóse, quacumque daretur aditus, inferre sese. convenire. Nihilominus conservanda in primis est voluntatum concordia,
'? g u rn, f U n H X k m p l u m P r i n c i P Í b u s , obedientesque, quoad fas esset, imperio
u
debarit fr^ -k* m i r i í i c u m splendorem sanctitatis usquequaque; prodesse
31
TERTULIANO, Apologeticum 37: PL 1,462.
atribus, vocare ceteros ad sapientiam Christi, cederé tamen loco
Ü-i.8 J.I;ÓN xm
iMMukni 1 h u
sin dificultad este doble resultado si cada u n o toma para sí como
n o r m a de conducta las prescripciones de la Sede Apostólica y la a aceptar dócilmente las enseñanzas de la Sede Apostólica, »nr Ir.
obediencia a los obispos, a quienes el Espíritu Santo puso para go- acuse de falta grave p o r q u e piensen de distinta m a n e r a acerca .di- lu>;
bernar la Iglesia de Dios 3 2 . _ L a defensa de la religión católica exige cosas q u e h e m o s dicho. M u c h o m a y o r seria la injusticia si se les
necesariamente la unidad de pensamiento y la firme perseverancia acusara de violación o de sospecha en la fe católica, cosa q u e des-
de todos en la profesión pública de las doctrinas enseñadas p o r la graciadamente ha sucedido más de u n a vez. T e n g a n siempre p r e -
Iglesia. Y en este p u n t o hay q u e evitar dos peligros, la connivencia sente y c u m p l a n esta n o r m a los escritores y, sobre todo, los perio-
con las opiniones falsas y una resistencia m e n o s enérgica q u e la distas. P o r q u e en u n a lucha como la presente, en la q u e están en pe-
q u e exige la verdad. Sin embargo, en materias opinables es lícita ligro bienes de tanta importancia, n o hay lugar p a r a las polémicas
toda discusión m o d e r a d a con deseo de alcanzar la verdad, pero intestinas ni para el espíritu de partido, sino que, u n i d o s los áni-
siempre dejando a u n lado toda sospecha injusta y toda acusación mos y los deseos, d e b e n todos esforzarse p o r conseguir el propósito
m u t u a . P o r lo cual, para q u e la u n i ó n de los espíritus n o q u e d e q u e los u n e : la salvación de la religión y del Estado. P o r tanto, si
destruida con temerarias acusaciones, entiendan todos q u e la inte- a n t e r i o r m e n t e ha h a b i d o alguna división, es necesario sepultarla
gridad de la verdad católica n o p u e d e en m a n e r a alguna compagi- voluntariamente en el olvido m á s completo. Si ha existido alguna
narse con las opiniones tocadas de naturalismo o racionalismo, cuyo t e m e r i d a d o alguna injusticia, quienquiera q u e sea el culpable, hay
fin último es arrasar hasta los cimientos la religión cristiana y es- q u e repararla con u n a recíproca caridad y olvidarlo todo como p r u e -
tablecer en la sociedad la autoridad del h o m b r e independizada de ba de s u p r e m o acatamiento a la Sede Apostólica. D e esta manera,
los católicos conseguirán dos resultados excelentes. El p r i m e r o ,
D i o s . — T a m p o c o es lícito al católico cumplir sus deberes de una
ayudar a la Iglesia en la conservación y propagación de los principios
m a n e r a en la esfera privada y de otra forma en la esfera pública,
cristianos. El segundo, p r o c u r a r el mayor beneficio posible al E s -
acatando la autoridad de la Iglesia en la vida particular y rechazán-
tado, cuya seguridad se halla en grave peligro a causa d e nocivas
dola en la vida pública. Esta distinción vendría a unir el bien con
teorías y malvadas pasiones.
el mal y a dividir al h o m b r e d e n t r o de sí, cuando, por el contrario,
lo cierto es q u e el h o m b r e debe ser siempre consecuente consigo [ 2 4 ] . Estas son, venerables h e r m a n o s , las enseñanzas q u e N o s
mismo, sin apartarse de la n o r m a d e la virtud cristiana en cosa juzgamos conveniente dar a todas las naciones del orbe católico
alguna ni en esfera alguna de la vida. P e r o si se trata de cuestiones acerca de la constitución cristiana del Estado y de las obligaciones
m e r a m e n t e políticas, del mejor régimen político, de tal o cual forma propias del ciudadano.
de constitución política, está permitida en estos casos u n a honesta Sólo nos q u e d a implorar con intensa oración el auxilio del cielo
diversidad de opiniones. Por lo cual no tolera la justicia q u e a per- y rogar a D i o s q u e El, d e q u i e n es p r o p i o iluminar los e n t e n d i -
sonas cuya piedad es p o r otra parte conocida y q u e están dispuestas
his rebus potest honesta esse dissensio. Quorum igitur cognita ceteroqui
quaerendaque agendorum similitudo. Atque optime utrumque impetrabi- pietas est, animusque decreta Sedis Apostolicae obedienter accipere paratus,
tur, si praescripta Sedis Apostolicae legem vitae singuli putent, atque Epi- iis vitio vertí dissentaneam de rebu.s, quas diximus, sententiam, iustitia non
scopis obtemperent, quos Spiritus sanctus posuit regere Ecclesiam Dei.—De- patitur: multoque est maior iniuria, si in crimen violatae suspectaeve fidei
fensio quidem catholici nominis necessario postulat ut in profitendis doctrinis, catholicae, quod non semel factum dolemus, adducantur.—Omninoque istud
quae ab Ecclesia traduntur, una sit omnium sententia, et summa constantia, praeceptum teneant qui cogitationes suas solent mandare litteris, maxime-
et hac ex parte cavendum ne quis opinionibus falsis aut ullo modo conniveat, que ephemeridum auctores. In hac quidem de rebus maximis contentione
aut mollius resistat, quam veritas patiatur. De iis quae sunt opinabilia, ' nihil est intestinis concertationibus, vel partium studiis relinquendum loci,
licebit cum moderatione studioque indagandae veritatis disputare, procul sed conspirantibus animis studiisque id debent universi contendere, quocí
tamen suspicionibus iniuriosis, criminationibusque mutuis.—Quam ad rem, est commune omnium propositum, religionem remque publicara conservare.
ne animorum coniunctío criminandi temeritate dirimatur, sic intelligant Si quid igitur dissidiorum antea fuit, oportet voluntaria quadam oblivione
universi: integritatem professionis catholicae consistere nequáquam posse conterere: si quid temeré, si quid iniuria actum, ad quoscumque demum
cum opinionibus ad naturalismum vel rationalismum accedentibus, quarum ea culpa pertineat, compensandum est caritate mutua, et praecipuo quodam
summa est tollere funditus instituta christiana, hominisque stabilire in so- omnium in Apostolicam Sedem obsequio redimendum.—Hac via duas res
cietate principatum, posthabito Deo.—Pariter non licere aliam officii formam praeclarissimas catholici consecuturi sunt, alteram, ut adiutores sese imper-
privatim sequi, aliam publice, ita scilicet ut Ecclesiae auctoritas in vita tiant Ecclesiae in conservanda propagandaque sapientia christiana: alteram
privata observetur, in publica respuatur. Hoc enim esset honesta et turpia ut beneficio máximo afficiant societatem civilem, cuius, nialarvim doctrina-
coniungere, hominemque secum faceré digladiantem, cum contra debeat rum cupiditatumque causa, magnopere periclitatur salus.
sibi semper constare, ñeque ulla in re ullove in genere vitae a virtute chris-
Haec quidem, Venerabiles Fratres, hahuimus, quae universis catholici
tiana deficere.—Verum si quaeratur de ratíonibus mere politicis, de óptimo
orbis gentibus traderemus de civitatum constitutione christiana, ofnciisque
genere reipublicae, de ordinandis alia vel alia ratione civitatibus, utique de
civium singulorum.
Ceterum implorare summis precibus oportet caeleste praesidium, oran-
3 2 A«. 30,38.
dusque Deus, ut haec, quae ad ipsius gloriam communemque humani gene-
220 LEÓN XIII
y necesarias esencias del bien y de la verdad, descubra con certeza t o d o lo q u e u n o elige c o m o m e d i o para obtener otra cosa pertenece
q u e estos bienes particulares n o son en m o d o alguno bienes necesa- al género del d e n o m i n a d o bien útil, y el bien p o r su propia natura-
rios. D e esta manera, afirmar q u e el alma h u m a n a está libre de todo leza tiene la facultad de mover la voluntad; p o r esto se concluye
elemento mortal y dotada de la facultad de pensar, equivale a esta- qse la libertad es propia d e la voluntad, o m á s exactamente, es
blecer la libertad natural sobre su más sólido fundamento. la voluntad misma, en c u a n t o q u e ésta, al obrar, posee la facultad
de elegir. P e r o el m o v i m i e n t o de la v o l u n t a d e s imposible si el co-
[ 4 ] . A h o r a bien, así como ha sido la Iglesia católica la más
nocimiento intelectual n o la precede iluminándola c o m o u n a an-
alta propagadora y la defensora m á s constante de la simplicidad, es-
torcha, o sea q u e el bien deseado p o r la v o l u n t a d es necesariamente
piritualidad e inmortalidad del alma h u m a n a , así t a m b i é n es la
bien en c u a n t o conocido previamente p o r la razón. T a n t o m á s c u a n -
Iglesia la defensora más firme de la libertad. L a Iglesia ha enseñado
to q u e en todas las voliciones h u m a n a s la elección es posterior al
siempre estas dos realidades y las defiende como dogmas de fe. Y n o juicio sobre la verdad de los bienes p r o p u e s t o s y sobre el o r d e n de
sólo esto. F r e n t e a los ataques de los herejes y de los fautores de no- preferencia q u e debe observarse en éstos. P e r o el juicio es, sin d u d a
vedades, ha sido la Iglesia la q u e t o m ó a su cargo la defensa de la 'alguna, acto de la razón, n o de la voluntad. Si la libertad, p o r tanto,
libertad y la q u e libró de la ruina a esta t a n excelsa cualidad del reside en la voluntad, q u e es p o r su m i s m a naturaleza u n apetito o b e -
h o m b r e . L a historia de la teología d e m u e s t r a la enérgica reacción de " diente a la razón, sigúese q u e la libertad, lo m i s m o q u e la voluntad,
la Iglesia contra 4os intentos alocados de los m a n i q u e o s y, otros here- tiene p o r objeto u n bien conforme a la razón. N o obstante, c o m o la
jes. Y, en t i e m p o s más recientes, todos conocen el vigoroso esfuerzo razón y la voluntad son facultades imperfectas, p u e d e suceder,
q u e la Iglesia realizó, p r i m e r o en el concilio de T r e n t o y después y sucede m u c h a s veces, q u e la razón p r o p o n g a a la voluntad u n o b -
contra los discípulos dé Jansenio, para defender la libertad del j e t o q u e , siendo en realidad malo, p r e s e n t a una engañosa apariencia
h o m b r e , sin permitir q u e el fatalismo arraigue en t i e m p o o en lugar de bien, y q u e a él se aplique la voluntad. P e r o así como la posibi-
alguno. lidad de errar y el error de h e c h o es u n defecto q u e arguye u n enten-
d i m i e n t o imperfecto, así t a m b i é n adherirse a u n bien engañoso y
[Libertad moral ] fingido, a u n siendo indicio d e libre albedrío, c o m o la enfermedad
es señal de la vida, constituye, sin e m b a r g o , u n defecto de la liber-
[ 5 ] . L a libertad es, por tanto, como h e m o s dicho, patrimonio
tad. D e m o d o parecido, la voluntad, p o r el solo h e c h o de su d e -
exclusivo de los seres dotados de inteligencia o razón. Considerada
pendencia de la razón, c u a n d o apetece u n objeto q u e se aparta de
en su m i s m a naturaleza, esta libertad n o es otra cosa q u e la facultad
la recta razón, incurre en el defecto radical de c o r r o m p e r y abusar
de elegir entre los medios q u e son aptos para alcanzar u n fin deter-
de la libertad. Y ésta es la causa d e q u e Dios, infinitamente perfecto, y
m i n a d o , en el sentido de q u e el q u e tiene facultad de elegir una cosa
que por ser s u m a m e n t e inteligente y b o n d a d p o r esencia es s u m a -
e n t r e m u c h a s es d u e ñ o de sus propias acciones. A h o r a b i e n : como
immutabilibus ac necessariis veri bonique rationibus iudicio comprehen- causa assumitur, rationem habet boni, quod utile dicitur: bonum autem
sis, bona illa singularia nequáquam esse necessaria videat. Itaque cum hoc habet natura, ut proprie appetitionem moveat, ideirco liberum arbitrium
ánimos hominum segregatos esse statuitur ab omni concretione mortali est voluntatis proprium, seu potius ipsa voluntas est quatenus in agendo
eosdemque facúltate cogitandi pollere, simul naturalis libertas in fundamento habet delectus facultatem. Sed nequáquam voluntas movetur, nisi mentis
sao firmissime constituitur. cognitio velut fax quaedam praeluxerit: videlicet bonum, voluntati concu-
Iamvero sicut animi humani naturam simplicem, spiritualem atque im- pitum, est necessario bonum quatenus rationi cognitum. Eo vel magis quod
mortalem, sic et libertatem nemo nec altius praedicat, nec constantius in ómnibus voluntatibus delectum semper iudicatio praeit de veritate bo-
asserit Ecclesiá catholica, quae scilicet utrumque omni tempore docuit, norum, et quodnam sit anteponendum ceteris. Atqui iudicare, rationis esse,
sicque tuetur ut dogma. Ñeque id solum: sed contra dicentibus haereticis non voluntatis, nemo sapiens dubitat. Libertas igitur si in volúntate inest,
novarumque opinionum fautoribus, patrocinium libertatis Ecclesiá suscepit, quae natura sua appetitus est rationi obediens, consequitur ut et ipsa, sicut
hominisque tam grande bonum ab interitu vindicavit. In quo genere, litte- voluntas, in bono versetur rationi consentaneo.—Nihilominus quoniam
rarum monumenta testantur, insanos Manichaeorum aliorumque conatus utraque facultas a perfecto abest, fieri potest ac saepe fit, ut mens voluntati
quanta contentione repulerit; recentiori autem aetate nemo est nescius proponat quod nequáquam sit reapse bonum, sed habeat adumbratam spe-
quanto studio quantaque vi tum in Concilio Tridentino, tum postea adversus ciem boni, atque in id sese voluntas applicet. Verum sicut errare posse reque
lansenii sectatores, pro libero hominis arbitrio dimicaverit, nullo tempore ipsa errare vitium est, quod mentem non omni parte perfectam arguit, eodem
nulloque loco fatalismum passa consistere. modo arripere fallax fictumque bonum, est indicium liberi arbitrii, sicut
aegritudo vitae, est tamen vitium quoddam libertatis. Ita pariter voluntas,
Libertas' itaque, ut diximus, eorum est, qui rationis aut intelligentiae
hoc ipso quod a ratione pendet, quando quidquam appetat quod a recta
sunt participes, propria: eademque, si natura eius consideretur, nihil est
ratione dissideat, vitio quodam funditus inquinat libertatem, eademque per-
aliud nisi facultas eligendi res ad id, quod propositum est, idóneas, quatenus
verse utitur. Ob eamque causam Deus infinite perfectus, qui cum sit summe
qui facultatem habet unum aliquod eligendi e pluribus, is est factorum
intelligens et per essentiam bonitas, est etiam summe Iiber, malum culpae
suorum dominus.—Iamvero quia omne, quod rei cuiuspiam adipiscendae
LIBERTAS l'NAKSTAiNTTSSIMUM '.'.'II
230 LEÓN X I I I
[La ley]
m e n t e libre, n o p u e d a e n m o d o alguno q u e r e r el mal m o r a l ; c o m o
t a m p o c o p u e d e n quererlo los bienaventurados del cielo, a causa- d e [6].' Siendo ésta la condición d e la libertad h u m a n a , le hacia
la contemplación del bien s u p r e m o . Esta e r a la objeción q u e sabia- falta a la libertad u n a protección y u n auxilio capaces d e dirigir t o -
m e n t e ponían San A g u s t í n y otros autores contra los pelagianos. Si dos sus movimientos hacia el bien y d e apartarlos del mal. D e lo
la posibilidad d e apartarse del bien perteneciera a la esencia y a la contrario, la libertad habría sido g r a v e m e n t e perjudicial para el
perfección d e la libertad, entonces Dios, Jesucristo, los ángeles y h o m b r e . — E n p r i m e r lugar, le era necesaria u n a ¡ey, e s decir, u n a
los bienaventurados, t o d o s los cuales carecen d e ese poder, o n o n o r m a d e lo q u e hay q u e hacer y d e lo q u e hay q u e evitar. L a ley,
serían libres, o al m e n o s n o lo serían con la misma perfección que el en sentido p r o p i o , n o p u e d e darse e n los animales, q u e o b r a n p o r
h o m b r e e n estado d e p r u e b a e imperfección. E l D o c t o r Angélico
necesidad, p u e s realizan todos sus actos p o r instinto natural y n o
se h a ocupado con frecuencia d e esta cuestión, y d e sus exposicio-
p u e d e n a d o p t a r p o r sí m i s m o s otra m a n e r a d e acción. E n cambio,
nes se p u e d e concluir q u e la posibilidad d e pecar n o es u n a liber-
los seres q u e gozan d e libertad tienen la facultad d e o b r a r o n o
tad, sino u n a esclavitud. Sobre las palabras d e Cristo, n u e s t r o Se-
obrar, d e actuar d e esta manera o d e aquella, p o r q u e la elección del
ñor, el que comete pecado es siervo del pecado 4, escribe con agudeza:
objeto d e s u volición es posterior al juicio d e la razón, a q u e antes
«Todo ser es lo q u e le conviene ser p o r s u propia naturaleza. P o r
n o s h e m o s referido. E s t e juicio establece n o sólo lo q u e e s b u e n o
consiguiente, c u a n d o es m o v i d o p o r u n agente exterior 5 n o obra p o r '
su propia naturaleza, sino p o r u n i m p u l s o ajeno, lo cual es propio o lo q u e es malo p o r naturaleza, sino además lo q u e es b u e n o y, p o r
d e u n esclavo. A h o r a bien, el h o m b r e , p o r s u propia naturaleza, es consiguiente, d e b e hacerse, y lo q u e es m a l o y, p o r consiguiente,
u n ser racional. Por tanto, c u a n d o obra según la razón, actúa e n vir- debe evitarse. E s decir, la razón prescribe a la voluntad lo q u e d e b e
t u d d e u n i m p u l s o propio y d e acuerdo c o n s u naturaleza, en lo buscar y lo q u e d e b e evitar p a r a q u e el h o m b r e p u e d a algún d í a
cual consiste precisamente la libertad; p e r o c u a n d o peca, obra al alcanzar su ú l t i m o fin, al cual d e b e dirigir todas sus acciones. Y p r e -
m a r g e n d e la razón, y actúa entonces lo m i s m o q u e sí fuese m o v i d o cisamente esta ordenación de la razón e s lo q u e se llama ley.—Por
p o r otro y estuviese sometido al d o m i n i o ajeno; y p o r esto, el que lo cual la justificación d e la necesidad d e la ley para el h o m b r e h a d e
comete el pecado es siervo del pecado»5. E s lo q u e había visto c o n buscarse p r i m e r a y radicalmente e n la m i s m a libertad, e s decir, e n
bastante claridad la filosofía antigua, especialmente los q u e ense- la necesidad d e q u e la voluntad h u m a n a n o se aparte d e la recta r a -
ñ a b a n q u e sólo el sabio e r a libre, e n t e n d i e n d o p o r sabio, como es zón. N o h a y afirmación m á s a b s u r d a y peligrosa q u e ésta: q u e el
sabido, aquel q u e había a p r e n d i d o a vivir según la naturaleza, es h o m b r e , p o r ser n a t u r a l m e n t e libre, d e b e vivir desligado d e toda ley.
decir, desacuerdo con la m o r a l y la virtud. P o r q u e si esta p r e m i s a fuese verdadera, la conclusión lógica sería
q u e es esencial a la libertad andar e n desacuerdo con la razón, sien-
velle nulla ratione potest; nec possunt, propter contemplationem summi d o así q u e la afirmación verdadera es la contradictoria, o sea q u e el
boni, beati caelites. Scite Augustinus aliique adversus Pelagianos hoc ani- h o m b r e , precisamente p o r ser libre, h a d e vivir sometido a la ley.
madvertebant, si posse deficere a bono secundum naturam esset perfectio-
nemque libertatis, iam Deus, Iesus Christus, Angelí, beati, in quibus ómni- Quoniam igitur talis est in homine conditio libertatis, aptis erat adiu-
bus ea potestas non est, aut non essent liberi, aut certe minus perfecte essent, mentis praesidiisque munienda, quae cunctos eius motus ad bonum dirige-
quam homo viator atque imperfectus. D e qua re Doctor Angelicus multa rent, a malo retraherent: secus multum homini libertas nocuisset arbitrii.—
saepe disputat, ex quibus effici cogique potest, facultatem peccandi non Ac primo quidem lex, hoc est agendorum atque omittendorum norma, fuit
libertatem esse, sed servitutem. Subtilissime illud in verba Christi Domini, necessaria; quae quidem proprie nulla esse in animantibus potest, qui ne-
«Qui facit peccatum, servus est peccati»: Unumquodque est illud, quod con- cessitate agunt, propterea quod quidquid agant, naturae agunt impulsu, nec
venit ex secundum naturam. Quando ergo movetur ab aliquo extraneo, non ope- alium ullum sequi ex se possunt in agendo modum. Verum eorum, qui libér-
ratur secundum se, sed ab impressione alterius, quod est servile. Homo autem tate fruuntur, ideo in potestate est agere, non agere, ita vel secus agere, quia
secundum suam naturam est rationalis. Quando ergo movetur secundum rationem, tum, quod volunt, eligunt, cum antecessit illud quod diximus rationis iudi-
proprio motu movetur et secundum se operatur: quod est libertatis; quando vero cium. Quo quidem iudicio non modo statuitur quid honestum natura sit,
peccat, operatur praeter rationem, et tune movetur quasi ab alio, retentas termi- quid turpe, sed etiam quid bonum sit reque ipsa faciendum, quid malum
nisalienis: et ideo «qui facit peccatum, servus estpeccati».—Quod satis perspi- reque ipsa vitandum: ratio nimirum voluntati praescribit quid petere, et a
cue ipsa viderat philosophia veterum, atque ii praecipue quoium est doctrina, quo debeat declinare, ut homo tenere summum finem suum aliquando possit,
nisi sapientem, liberum esse neminem: sapientem vero, uti exploratum est, cuius causa sunt omnia facienda. Iamvero haec ordinatio rationis lex nomi-
nominabant, qui constanter secundum naturam, hoc est honeste et cum natur.—Quamobrem cur homini lex necessaria sit, in ipso eius libero arbi-
virtute vivere didicisset. trio, scilicet in hoc, nostrae ut voluntates a recta ratione ne discrepent,
* l o . 8,34- prima est causa, tamquam in radice, quaerenda. Nihilque tam perversum
5
SANTO T O M Á S , In Ioannem 8 l e c t . 4 n . 3 . praeposterumque dici cogitarive posset quam illud, hominem, quia natura
liber est, ideirco esse oportere legis expertem: quod si ita esset, hoc profecto
consequeretur, necesse ad libertatem esse non cohaerere cum ratione: cum
232 I.EÓN XIII IJUEKTAS l'kAI-.S'lANilSSlMtJM 2¡i;¡
De este m o d o es la ley la q u e guía al h o m b r e en su acción y es la ley esta intervención divina, son m e n o s libres. P o r q u e la influencia d e la
la q u e m u e v e al h o m b r e , con el aliciente del p r e m i o y con el t e m o r gracia divina alcanza las profundidades m á s íntimas del h o m b r e y se
del castigo, a obrar el b i e n y a evitar el m a l . — T a l es la principal de armoniza con las tendencias naturales d e éste, p o r q u e la gracia nace
todas las leyes, la ley natural, escrita y grabada en el corazón de cada d e aquel q u e es autor de n u e s t r o e n t e n d i m i e n t o y de nuestra volun-
h o m b r e , p o r ser la m i s m a razón h u m a n a q u e m a n d a al h o m b r e t a d y m u e v e t o d o s los seres d e u n m o d o a d e c u a d o a la naturaleza de
obrar el bien y p r o h i b e al h o m b r e hacer el mal. P e r o este precepto cada u n o . C o m o advierte el D o c t o r Angélico, la gracia divina, por
de la razón h u m a n a n o podría tener fuerza de ley si n o fuera ó r g a n o p r o c e d e r del C r e a d o r de la Naturaleza, está a d m i r a b l e m e n t e capa-
e intérprete de otra razón m á s alta, a la q u e d e b e n estar sometidos citada para defender todas las naturalezas individuales y para con-
n u e s t r o e n t e n d i m i e n t o y nuestra libertad. P o r q u e siendo la función servar sus caracteres, sus facultades y su eficacia.
d e la ley i m p o n e r obligaciones y atribuir derechos, la ley se apoya
p o r entero en la autoridad, esto es, en u n p o d e r capaz de establecer [La libertad moral social]
obligaciones, atribuir derechos y sancionar además, p o r m e d i o de
premios y castigos, las órdenes d a d a s ; cosas todas q u e e v i d e n t e m e n - [ 7 ] . L o dicho acerca de la libertad d e cada individuo es fácil-
t e resultan imposibles si fuese el h o m b r e q u i e n c o m o s u p r e m o le- m e n t e aplicable a los h o m b r e s u n i d o s en sociedad civil. P o r q u e
gislador se diera a sí m i s m o la regla normativa d e sus propias accio- lo q u e en Cada h o m b r e h a c e n la razón y la ley natural, esto m i s m o
nes. Sigúese, p u e s , de lo dicho q u e la ley natural es la m i s m a ley hace en los asociados la ley h u m a n a , p r o m u l g a d a para el bien c o m ú n
eterna, q u e , grabada en los seres racionales, inclina a éstos a las d e los ciudadanos. E n t r e estas leyes h u m a n a s hay algunas cuyo o b -
obras y al fin q u e les son p r o p i o s ; ley eterna q u e es, a su vez, la j e t o consiste en lo q u e es b u e n o o malo p o r naturaleza, a ñ a d i e n d o
razón eterna de Dios', C r e a d o r y G o b e r n a d o r de t o d o el u n i v e r s o . al p r e c e p t o de practicar el bien y de evitar el mal la sanción conve-
niente. E l origen d e estas leyes n o es en m o d o alguno el E s t a d o ;
[La gracia sobrenatural] p o r q u e así c o m o la sociedad n o es origen de la naturaleza h u m a -
na, de la m i s m a m a n e r a la sociedad n o es fuente t a m p o c o de la con-
A esta regla de nuestras acciones, a este freno del pecado, la cordancia del bien y de la discordancia del mal con la naturaleza.
b o n d a d divina ha a ñ a d i d o ciertos auxilios especiales, aptísimos para T o d o lo contrario. Estas leyes son anteriores a la m i s m a sociedad, y
dirigir y confirmar la voluntad del h o m b r e . El principal y m á s eficaz su origen hay q u e buscarlo en la ley natural, y, por tanto, en la ley
auxilio de todos estos socorros es la gracia divina, la cual, i l u m i n a n d o eterna. Por consiguiente, los preceptos de d e r e c h o natural incluidos
el e n t e n d i m i e n t o y robusteciendo e i m p u l s a n d o la voluntad hacia en las leyes h u m a n a s n o tienen s i m p l e m e n t e el valor d e u n a ley
el bien moral, facilita y asegura al m i s m o t i e m p o con saludable cons- positiva, sino q u e además, y p r i n c i p a l m e n t e , incluyen u n p o d e r
tancia el ejercicio d e n u e s t r a libertad natural. E s t o t a l m e n t e e r r ó - m u c h o m á s alto y augusto q u e proviene de la m i s m a ley natural y
nea la afirmación d e q u e las mociones d e la voluntad, a causa d e d e la ley eterna. E n esta clase d e leyes la misión del legislador civil
interveniente Deo, minus esse liberos motus voluntarios: nam intima in
contra longe verissimum sit, idcirco legi oportere subesse, quia est natura homine et cum naturali propensione congruens est divinae vis gratiae, quia
liber. Isto modo dux homini in agendo lex est, eumdemque praemiis poenis- ab ipso et animi et voluntatis nostrae auctore manat, a quo res omnes con-
que propositis ad recte faciendum allicit, a peccando deterret.—Talis est venienter naturae suae moventur. Immo gratia divina, ut monet Angelicus
princeps omnium lex naturalis quae scripta est et insculpta in hominum Doctor, ob hanc causam quod a naturae opifice proficiscitur, mire nata
animis singulorum, quia ipsa est humana ratio recte faceré iubens et peccare atque apta est ad tuendas quasque naturas, conservandosque mores, vim,
vetans. Ista vero humanae rationis praescriptio vim habere legis non potest, efficientiam singularum.
nisi quia altioris est vox atque interpres rationis, cui mentem libertatemque
nostram subiectam esse opporteat. Vis enim legis cum ea sit, officia imponere Quae vero de libértate singulorum dicta sunt, ea ad nomines civili Ínter
et iura tribuere, tota in auctoritate nititur, hoc est in vera potestate statuendi se societate coniunctos facile transferuntur. Nam quod ratio lexque natura-
officia describendique iura, item poenis praemiisque imperata sanciendi: lis in hominibus singulis, ídem efficit in consociatis lex humana ad bonum
quae quidem omnia in homine liquet esse non posse, si normam actionibus commune civium promulgata.—Ex hominum legibus aliae in eo versantur
ipse suis summus sibi legislator daret. Ergo consequitur, ut naturae lex sit quod est bonum malumve natuí á, atque alterum sequi praecipiunt, alterum
ipsa lex aeterna, Ínsita in iis qui ratione utuntur, eosque inclinans ad debitum fugere, adiuncta sanctione debita. Sed istiusmodi decreta nequáquam ducunt
actum etfinem, eaque est ipsa aeterna ratio creatoris universumque mundum ab hominum societate principium, quia societas sicut humanam naturam
gubernantis Dei.—Ad hanc agendi regulam peccandique frenos singukria non ipsa genuit, ita pariter nec bonum procreat naturae conveniens, nec
quaedam praesidia, Dei beneficio, adiuncta sunt, ad confirmandam hominis malum naturae dissentaneum: sed potius ipsi hominum societati antecedunt,
regendamque voluntatem aptissima. In quibus princeps est atque excellit omninoque sunt a lege naturali ac propterea a lege aeterna repetenda. Iuris
divinae virtus gratiae; quae cum mentem illustret, voluntatemque salutari igitur naturalis praecepta, hominum comprehensa legibus, non vim solum
constantia roboratam ad morale bonum semper impellat, expeditiorem effi- habent legis humanae, sed praecipue illud multo altius multoque augustius
cit simulque tutiorem nativae libertatis usum. Ac longe est a veritate alienum, complectuntur imperium, quod ab ipsa lege naturae et a lege aeterna pro-
234 LEÓN XIII LIBERTAS PKAESIAN'JISSIMUM -.'l.'i
se limita a lograr, p o r m e d i o d e u n a disciplina común, la obediencia en su reconocida derivación de la ley eterna y en la sanción exclusiva
de los ciudadanos, castigando a los perversos y viciosos, p a r a apar- de t o d o lo q u e está contenido en esta ley eterna, c o m o en fuente ni -
tarlos del mal y devolverlos al bien, o para impedir, al m e n o s , q u e di cal d e t o d o el derecho.-—Con s u m a sabiduría lo ha expresado
p e r j u d i q u e n a la sociedad y d a ñ e n a sus conciudadanos.—Existen San A g u s t í n : «Pienso q u e c o m p r e n d e s q u e n a d a h a y j u s t o y legítimo
otras disposiciones del p o d e r civil q u e n o proceden del derecho en la [ley] t e m p o r a l 'que n o lo hayan t o m a d o los h o m b r e s d e la
natural i n m e d i a t a y p r ó x i m a m e n t e , sino remota e indirectamente, [ley ] eterna» 6 . Si, p o r consiguiente, t e n e m o s u n a ley establecida p o r
d e t e r m i n a n d o u n a variedad d e cosas q u e h a n sido reguladas p o r la u n a a u t o r i d a d cualquiera, y esta ley es contraria a la recta r a z ó n
naturaleza de u n m o d o general y en conjunto. Así, p o r ejemplo, y perniciosa para el Estado, su fuerza legal es nula, p o r q u e n o es
la naturaleza o r d e n a q u e los ciudadanos cooperen con su trabajo a la n o r m a d e justicia y p o r q u e aparta a los h o m b r e s del bien para el
tranquilidad y prosperidad públicas. P e r o la medida, el m o d o y el q u e ha sido establecido el Estado.
objeto d e esta colaboración n o están d e t e r m i n a d o s p o r el derecho [8]. P o r tanto, la naturaleza de la libertad h u m a n a , sea el q u e
natural, sino p o r la p r u d e n c i a h u m a n a . Estas reglas peculiares d e la sea el c a m p o en q u e fa consideremos, en los particulares o en la co-
convivencia social, d e t e r m i n a d a s según la razón y p r o m u l g a d a s p o r m u n i d a d , en los g o b e r n a n t e s o en los g o b e r n a d o s , incluye la necesi-
la legítima potestad, constituyen el á m b i t o d e la ley h u m a n a propia- d a d de obedecer a u n a razón s u p r e m a y eterna, q u e n o es otra que
m e n t e dicha. Esta ley o r d e n a a t o d o s los ciudadanos colaborar en la autoridad d e D i o s i m p o n i e n d o s u s m a n d a m i e n t o s y prohibicio-
el fin q u e la c o m u n i d a d se p r o p o n e y les p r o h i b e desertar d e este nes. Y este j u s t í s i m o d o m i n i o d e D i o s sobre los h o m b r e s está tan
servicio; y mientras sigue sumisa y se conforma con los p r e c e p t o s d e lejos d e s u p r i m i r o debilitar siquiera la libertad h u m a n a , q u e lo que
la naturaleza, esa ley conduce al bien y aparta del mal. D e t o d o lo hace es p r e c i s a m e n t e t o d o lo contrario: defenderla y perfeccionarla;
cual se concluye q u e hay q u e p o n e r en la ley eterna d e Dios la nor- p o r q u e la perfección verdadera de t o d o ser creado consiste en t e n d e r
m a reguladora d e la libertad, n o sólo d e los particulares, sino t a m - a su p r o p i o fin y alcanzarlo. A h o r a bien, el fin s u p r e m o al q u e d e b e
bién de la c o m u n i d a d social. Por consiguiente, en u n a sociedad h u - aspirar la libertad h u m a n a n o es otro q u e el m i s m o Dios.
mana, la verdadera libertad n o consiste en hacer el capricho perso-
nal d e cada u n o ; esto provocaría una extrema confusión y u n a per-
[La Iglesia, defensora de la verdadera libertad social]
turbación, q u e acabarían destruyendo al propio E s t a d o ; sino que
consiste e n q u e , p o r m e d i o d e las leyes civiles, p u e d a cada cual [ 9 ] . L a Iglesia, aleccionada con las enseñanzas y con los ejem-
fácilmente vivir según los preceptos de la ley eterna. Y para los go- plos de su divino F u n d a d o r , ha defendido y p r o p a g a d o p o r todas
b e r n a n t e s la libertad n o está en q u e m a n d e n al azar y a su capricho, partes estos preceptos de profunda y verdadera doctrina, conocidos
proceder criminal q u e implicaría, al m i s m o t i e m p o , g r a n d e s daños
para el Estado, sino q u e la eficacia de las leyes h u m a n a s consiste dinem queant, quod pariter flagitíosum esset et cuín summa etiam reipubli-
cae pernicie coniunctum, sed humanarum vis legum haec debet esse, ut ab
aeterna lege manare intelligantur, nec quidquam sancire quod non in ea,
ficiscitur. Et in isto genere legum hoc fere civilis legumlatoris munus est, velutí in principio universi iuris, contineatur. Sapientissime Augustínus:
obedientes faceré cives, communi disciplina adhibita, pravos et in vitia Simul etiam te videre arbitrar, in illa temporali (lege) nihil esse iustum atque
promptos coercendo, ut a malo deterriti, id quod rectum est consectentur, legitimum quod non ex hac aeterna (lege) sibi homines derivarint. Si quid igitur
ut salteria offensioni noxaeque ne sint civitati.—Alia vero civilis potestatis ab aliqua potestate sanciatur, quod a principiis rectae rationis dissideat,
praescripta non ex naturali iure statim et proxime, sed longius et oblique sitque reipublicae perniciosum, vim legis nullam haberet, quia nec regula
consequuntur, resque varias definiunt, de quibus non est nisi generatim iustitiae esset, et homines a bono cui nata societas est, abduceret.
atque universe natura cautum. Sic suam conferre operam cives ad tranquilli-
tatem prosperitatemque publicam natura iubet: quantum operae, quo pacto, Natura igitur libertatis humanae, quocumque in genere considérete,
quibus in rebus, non natura sed hominum sapientiá constituitur. Iamvero . tam in personis singulis quam in consociatis, nec minus in iís qui imperant,
peculiaribus hisce vivendi regulis prudenti ratione inventis, legitimaque quam in iis qui parent, necessitatem complectitur obtemperandi summae
potestate propositis, lex humana proprii nominis continetur. Quae quidem cuidam aeternaeque rationi, quae nihil est aliud nisi auctoritas iubentis,
lex ad finem communitati propositum cives universos conspirare iubet, vetantis Dei. Atque hoc iustissimum in homines imperium Dei tantum
deflectere prohibet: eademque quatenus pedissequa et consentiens est prae- abest ut libertatem tollat aut ullo modo diminuat, ut potius tueatur ac per-
scriptionibus naturae, ducit ad ea quae honesta sunt, a contrariis deterret. ficiat. Suum quippe finem consectari et assequi, omnium naturarum est vera
Ex quo intelligitur, omnino in aeterna Dei lege normam et regulam positam perfectio: supremus autem finis, quo libertas aspirare debet humana,
esse libertatis, nec singulorum dumtaxat hominum, sed etiam communitatis Deus est.
et coniunctionis humanae.—Igitur in líominum societate libertas veri nomi-
nis non est in eo posita ut agas quod Iubet, ex quo vel máxima existeret Haec verissimae altissimaeque praecepta doctrinae, vel solo nobis lumine
turba et confusio in oppressionem civitatis evasura, sed in hoc, ut per leges rationis cognita, Ecclesia quidem exemplis doctrinaque divini Auctoris sui
civiles expeditius possis secundum legis aeternae praescripta vivere. Eorum erudita passim propagavit, asseruit: quibus ipsís et munus suum metiri, et
vero qui praesvnt non in eo sita libertas est, ut imperare temeré et ad libi- 6
SAN AGUSTÍN, De libero arbitrio 1,6,15: B A C t,3 p . 2 6 7 ; P L _ 3 2 , i 2 2 9 .
230 LEÓN X I I I LIKIKTAS I'K \ISTAN I LSSIMI'M
incluso p o r la sola luz d e la razón. N u n c a ha cesado la Iglesia d e ridad y obedecer las leyes j u s t a s , q u e d a n d o así los ciudadanos J
m e d i r con ellos su misión y de educar en ellos a los pueblos cris- fendidos de la injusticia de los criminales gracias a la eficacia vigi-
tianos. E n lo tocante a la moral, la ley evangélica n o sólo supera lante de la ley. El p o d e r legítimo viene de Dios, y el que resiste a la
con m u c h o a t o d a la sabiduría pagana, sino q u e además llama a b i e r - autoridad, resiste a la disposición de Dios s . D e esta m a n e r a la obe-
t a m e n t e al h o m b r e y le capacita para una santidad desconocida en diencia q u e d a dignificada de u n m o d o extraordinario, p u e s se pres'.a
la antigüedad, y, acercándolo más a Dios, le p o n e en posesión de una obediencia a la más justa y elevada a u t o r i d a d . — P e r o c u a n d o n o existe
libertad m á s perfecta. D e esta m a n e r a h a brillado siempre la m a r a - el d e r e c h o d e m a n d a r , o se m a n d a algo contrario a la razón, a la ley
villosa eficacia de la Iglesia en o r d e n a la defensa y m a n t e n i m i e n t o eterna, a la autoridad de Dios, es j u s t o entonces desobedecer a los
de la libertad civil y política de los pueblos. N o es necesario e n u m e r a r h o m b r e s p a r a obedecer a Dios. Cerrada así la puerta a la tiranía,
ahora los méritos de la Iglesia en este campo. Basta recordar la es- n o lo absorberá t o d o el E s t a d o . Q u e d a r á n a salvo los d e r e c h o s de
clavitud, esa antigua vergüenza del paganismo, abolida principal- cada ciudadano, los derechos de la familia, los derechos de todos Jos
m e n t e p o r la feliz intervención de la Iglesia. H a sido Jesucristo el m i e m b r o s del Estado, y todos t e n d r á n amplia participación en la
p r i m e r o en proclamar la verdadera igualdad jurídica y la auténtica libertad verdadera, q u e consiste, como h e m o s d e m o s t r a d o , en jjoder
fraternidad de todos los h o m b r e s . Eco fiel de esta enseñanza fué vivir cada u n o según las leyes y según la recta razón.
la voz d e los dos apóstoles q u e declaraba s u p r i m i d a s las diferencias
entre j u d í o s y griegos, bárbaros y escitas 7 , y proclamaba la fra- [II. D O C T R I N A D E L LIBERALISMO SOBRE LA L I B E R T A D ]
t e r n i d a d de todos en Cristo. L a eficacia de la Iglesia en este p u n t o
ha sido t a n h o n d a y t a n evidente, q u e d o n d e q u i e r a q u e la Iglesia [ I I ] . Si los q u e a cada p a s o h a b l a n d e la libertad e n t e n d i e r a n
q u e d ó establecida, la experiencia ha c o m p r o b a d o q u e desaparece en p o r tal la libertad b u e n a y legítima q u e acabamos d e describir,
poco t i e m p o la barbarie de las costumbres. A la brutalidad sucede nadie osaría acusar a la Iglesia, con el injusto reproche q u e le h a c e n ,
r á p i d a m e n t e la d u l z u r a ; a las tinieblas d e la barbarie, la luz d e la d e ser enemiga d e la libertad d e los individuos y d e la libertad del
verdad. I g u a l m e n t e n u n c a ha dejado la Iglesia de d e r r a m a r b e n e - E s t a d o . P e r o son ya m u c h o s los que, imitando a Lucifer, del cual es
ficios en los pueblos civilizados, resistiendo unas veces el capricho aquella criminal expresión: No serviré 9, e n t i e n d e n p o r libertad lo
de los h o m b r e s perversos, alejando otras veces de los inocentes y de q u e es u n a p u r a y absurda licencia. T a l e s son los partidarios d e
los débiles las injusticias, p r o c u r a n d o , p o r último, q u e los pueblos ese sistema t a n extendido y poderoso, y q u e , t o m a n d o el n o m b r e
tuvieran u n a constitución política q u e se hiciera a m a r d e los ciuda- de la m i s m a libertad, se llaman a sí m i s m o s liberales.
' danos p o r su justicia y se hiciera t e m e r de los extraños p o r su poder.
obedienter subesse: quo ñt ut virtute vigilantiáque legum ab injuria impro-
[10]. Es, además, u n a obligación m u y seria respetar a la a u t o - borum cives vindicentur. Potestas legitima a Deo est, et qui potestati resistit,
Dei ordinationi resistit: quo modo multum obedientia adipiscitur nobilitatis,
cum iustissimae altissimaeque auctoritati adhibeatur.—Verum ubi impe-
christianas informare gentes nunquam destitit. In genere morum leges evan- randi ius abest, vel si quidquam praecipiatur rationi, legi aeternae, imperio
gelicae non solum omni ethnicorum sapientiae Iongissime praestant, sed Dei contrarium, rectum est non parerc, scilicet hominibus, ut Deo pareatur.
plañe vocant hominem atque instituunt ad inauditam veteribus sanctitatem Sic praecluso ad tyrannidem aditu, non omnia pertrahet ad se principatus:
effectumque propiorem Deo simul efficiunt perfectioris compotem liberta- sua sunt salva iura síngulis civibus, sua societati domesticae, cunctisq'.ic
tis.—Ita semper permagna vis Ecclesiae apparuit in custodienda tuendaque reipublicae membris, data ómnibus verae copia libertatis, quae in eo est,
civili et política libértate populorum. Eius in hoc genere enumerare merita quemadmodum demonstravimus, ut quisque possit secundum leges rectam-
nihil attinet. Satis est commemorare, servitutem, vetus illud ethnicarum que rationem vivere.
gentium dedecus, opera máxime beneficioque Ecclesiae deletam. Aequabi-
litatem iuris, veramque inter nomines germanitatem primus omnium Iesus Quod si, cum de libértate vulgo disputant, legitimam honestamque
Christus asseruit: cui Apostolorum suorum resonuit vox, non esse Iudaeum, intelligerent, qualem modo ratio oratioque descripsit, exagitare Ecclesia m
ñeque Graecum, ñeque barbarum, ñeque Scytham, sed omnes in Christo nemo auderet propter illud quod per summam iniuriam ferunt, vel singulo-
fratres. Tanta est in hac parte tamque cognita Ecclesiae virtus, ut quibus- rum libertati, vel liberae reipublicae esse inimicam.—Sed iam permulti
cumque in oris vestigium ponat, exploratum sit, agrestes mores permanere Luciferum imitati, cuius est illa nefaria vox non serviam, libertatis nomine
diu non posse: sed immanitati mansuetudinem, barbariae tenebris lumen absurdam quarridam consectantur et meracam licentiam. Cuiusmodi si;nt
veritatis brevi successurum. ítem populos civili urbanitate excultos magnis ex illa tam late fusa tamque pollenti disciplina homines, qui se, ducto a
afficere beneficiis nullo tempore Ecclesia desiit, vel resistendo iniquorum libértate nomine, Liberales appellari iolunt.
arbitrio, vel propulsandis a capite innocentium et tenuiorum iniuriis, vel 8
Rom. 13,2.
demum .opera danda ut rerum publicarum ea constitutio valeret, quam cives 9
Ier. 2,20.
propter aequitatem adamarent, externi propter potentiam metuerent.
Praeterea verissimum officium est vereri auctoritatem iustisque legibus
' Cf. Gal 3,28.
238 LEÓN XIII t t B £ i m s PRABSXANl'lS.StMUM 2.10
quam absurde dicantur, haud difficulter intelligitur. C u m enim clamet ipsa coniunctioni dixere, quas animum inter et corpus intercedit, idque commo-
natura, oportere civibus in societate suppetere copias opportunitatesque ad do utriusque partís: quarum distractio nominatím est perniciosa corpori,
vitam honeste, scilicet secundum Dei leges, degendam, quia Deus est omnis quippe cuius vitam extinguit.
honestaos iustítiaeque principium, profecto illud vehementer repugnat, posse
üsdem de legibus nihil curare, vel etiam quidquam infense statuere civita- Quae quo melius appareant, varia libertatis incrementa, quae nostrae
tem.—Deinde qui populo praesunt, hoc omnino reí publicae debent, ut non quaesita aetati feruntur, separatim consideran oportet.—Ac primo illud in
solum commodis et rebus externis, sed máxime animi bonis, legum sapientiá, singulis personis videamus, quod est tantopere virtuti religionis contrarium,
consulant. Atqui ad ístorum incrementa bonorum ne cogitan quidem potest scilicet de libértate, uti loquuntur, cultus. Quae hoc est veluti fundamento
quidquam iis legibus aptius, quae Deum habeant auctorem: ob eamque rem constituta, integrum cuique esse, aut quam libuerit, aut omnino nullam
qui in regendis civitatibus nolunt divinarum legum haberi rationem, aberran- profiteri religionem.—Contra vero ex ómnibus hominum officiis illud est
tem faciunt ab instituto suo et a praescriptione naturae politicam potestatem. sine dubitatione máximum ac sanctissimum, quo pie reügioseque Deum
Sed quod magís interest, quodque alias Nosmetipsí nec semel monuimus, colere homines iubemur. Idque necessario ex eo consequitur, quod in Dei
quamvis principatus civilis non eodem, q u o sacer, proxime spectet, nec potestate perpetuo sumus, Dei numine providentiaque gubemamur, ab
üsdem eat itineribus, in potestate tamen gerenda obviam esse interdum eoque profecti, ad eum revertí debemus.—Huc accedit, yirtutem veri no-
alteri alter necessario debet. Est enim utriusque in eosdem imperium, nec minís nullam esse sine relígione posse: virtus enim moiaüs est, cuius officia
raro fit, ut üsdem de rebus uterque, etsi non eadem ratione, decernat. Id versantur in iis, quae ducunt ad Deum, quatenus homini est summum al que
quotiescumque usuveniat, cum confligere absurdum sit, sapientissimaeque ultimum bonorum; ideoque religio quae operatur ea, quae airéete et immediate
voluntati Dei aperte repugnet, quemdam esse modum atque ordinem necesse ordinantur in honorem divinum, cunctarum princeps est moderatrixque vtr-
est, ex quo, causis contentionum certationumque sublatis, ratio concors tutum. Ac si quaeratur, cum plures et inter se dissidentes usurpentur reli-
¡n agendis rebus existat. Et huiusmodi concordiam non inepte similem
ÍÜ Cf. SANTO TOMÁS, Summa Tfeologica 2-2 q.81 a.6 c.
/
244 LEÓN X I I I L l l l t K f AS l'K A I M A M ISS1MUM 245
q u e Dios ha m a n d a d o , y q u e es fácilmente reconocible p o r - m e d i o Estado, o, lo q u e equivaldría al ateísmo, el indiferentismo"del Estado
de ciertas notas exteriores con las q u e la divina Providencia h a q u e - e n materia religiosa, y la igualdad jurídica indiscriminada de todas
rido distinguirla, para evitar u n eíror, q u e , en asunto de tanta las religiones. Siendo, p u e s , necesaria en el Estado la profesión
trascendencia, implicaría desastrosas consecuencias. P o r esto, con- pública de u n a religión, el E s t a d o d e b e profesar la única religión
ceder al h o m b r e esta libertad de cultos de q u e estamos hablando verdadera, la cual es reconocible con facilidad, singularmente en
equivale a concederle el d e r e c h o de desnaturalizar i m p u n e m e n t e los pueblos católicos, puesto q u e en ella aparecen como grabados
una obligación santísima y de ser infiel a ella, a b a n d o n a n d o el bien los caracteres distintivos de la verdad. Esta es la religión q u e d e b e n
para entregarse al mal. Esto, lo h e m o s dicho ya, n o es libertad, es conservar y proteger los gobernantes, si quieren atender con p r u -
una depravación de la libertad y u n a esclavitud del alma entregada d e n t e utilidad, c o m o es su obligación, a la c o m u n i d a d política.
al pecado. * P o r q u e el p o d e r político ha sido constituido para utilidad de los
[16 ]. Considerada desde el p u n t o de vista social y político, esta gobernados. Y a u n q u e el fin p r ó x i m o de su actuación es p r o p o r -
libertad de cultos p r e t e n d e q u e el E s t a d o n o rinda a Dios culto alguno cionar a los ciudadanos la p r o s p e r i d a d d e esta vida terrena, sin
o n o autorice culto público alguno, q u e n i n g ú n culto sea prefe- e m b a r g o , n o d e b e disminuir, sino a u m e n t a r , al c i u d a d a n o las fa-
rido a otro, q u e todos gocen d e los m i s m o s derechos y q u e el p u e b l o cilidades p a r a consegviir el s u m o y último bien, en q u e está la
n o signifique nada cuando profesa la religión católica. Para q u e estas s e m p i t e r n a bienaventuranza del h o m b r e , y al cual n o p u e d e éste
pretensiones fuesen acertadas haría falta q u e los deberes del Estado llegar si se descuida la religión.
para con Dios fuesen nulos o p u d i e r a n al m e n o s ser q u e b r a n - [ 1 7 ] . Y a en otras ocasiones h e m o s hablado a m p l i a m e n t e de
tados i m p u n e m e n t e por el Estado. A m b o s supuestos son falsos. este p u n t o n . A h o r a sólo q u e r e m o s hacer u n a advertencia: la liber-
P o r q u e nadie p u e d e d u d a r q u e la existencia de la sociedad civil es t a d de cultos es m u y perjudicial para la libertad verdadera, t a n t o
obra de la voluntad de Dios, ya se considere esta sociedad en sus de los g o b e r n a n t e s como de los gobernados. L a religión, en cambio,
m i e m b r o s , ya en su forma, q u e es la a u t o r i d a d ; ya en su causa, ya es s u m a m e n t e provechosa para esa libertad, p o r q u e coloca en D i o s
en los copiosos beneficios q u e proporciona al h o m b r e . E s Dios quien el origen p r i m e r o del p o d e r e i m p o n e con la m á x i m a autoridad a
ha hecho a l . h o m b r e sociable y q u i e n le ha colocado en medio de sus los g o b e r n a n t e s la obligación de n o olvidar sus deberes, de n o m a n -
semejantes, para q u e las exigencias naturales q u e él por sí solo dar con injusticia o dureza y de gobernar a los pueblos con benig-
n o p u e d e colmar las vea satisfechas d e n t r o de la sociedad. Por esto nidad y con u n a m o r casi p a t e r n o . P o r otra parte, la religión m a n d a
es necesario q u e el Estado, p o r el m e r o hecho de ser sociedad, reco- a los ciudadanos la sumisión a los poderes legítimos c o m o a r e p r e -
nozca a Dios como P a d r e y a u t o r y reverencie y adore su poder y su sentantes de D i o s y los u n e a los gobernantes n o solamente p o r
dominio. L a justicia y la razón prohiben, p o r tanto, el ateísmo del medio de la obediencia, sino t a m b i é n con u n respeto amoroso,
giones, quam sequi unam ex ómnibus necesse sit, eam certe ratio et natura
respondent, quam Deus iusserit, quam ipsam facile homines queant notis tumque vereatur et colat. Vetat igitur iustitia, vetat ratio atheam esse, vel,
quibusdam exterioribus agnoscere, quibus eam distinxisse divina providentia quod in atheismum recideret, erga varias, ut loquuntur, religiones pari modo
voluit, quia in re tanti momenti summae errorem ruinae essent consecutu- affectam civitatem, eademque singulis iura promiscué largiri.-—Cum igitur
rae. Quapropter oblata illa, de qua loquimur, libértate, haec homini potestas sit unius religionis necessaria in civitate professio, profiteri eam oportet quae
tribuitur, ut officium sanctissimum impune pervertat vel deserat, ideoque unice vera est, quaeque nondifficulter, praesertim in civitatibus catholicis,
ut aversus ab incommutabili bono sese ad malum convertat: quod, sicut agnoscitur, cum in ea tamquam insignitae notae veritatis appareant. Itaque
diximus, non libertas sed depravatio libertatis est, et abiecti in peccatum hanc, qui rempublicam gerunt, conservent, hanc tueantur, si volunt.pruden-
animi servitus. ter atque utiliter, ut debent, civium communitati consulere. Publica enim
potestas propter eorum qui reguntur utilitatem constituía est: et quamquam
Eadem libertas si consideretur in civitatibus, hoc sane vult, nihil esse ' hoc proxime spectat, deducere cives ad huius, quae in terris degitur, vitae
quod ullum Deo cultum civitas adhibeat aut adhiberi publice velit: nullum
prosperitatem, tamen non minuere, sed augere homini debet facultatem
anteferri alteri, sed aequo iure omnes haberi oportere, nec habita ratione
adipiscendi summum illud atque extremum bonorum, in quo felicitas ho-
populi, si populus catholicum profiteatur nomen. Quae ut recta essent,
verum esse oporteret, civilis hominum communitatis officia adversus Deum minum sempiterna consistit: quo perveniri non potest religione neglecta.
aut nulla esse, aut impune solvi posse: quod est utrumque aperte falsum. Sed haec alias uberius exposuimus: in praesentia id animadverti tantum
Etenim dubitari non potest quin sit Dei volúntate inter homines coniuncta volumus, istiusmodi libertatem valde obesse verae cum eorum qui regunt,
societas, sive partes, sive forma eius spectetur quae est auctoritas, sive causa, tum qui reguntur, libertati. Prodest autem mirifice religio, quippe quae
sive earum, quas homini parit, magnarum utilitatum copia. Deus est, qui ho- primum ortum potestatis a Deo ipso repetit, gravissimeque principes iubet,
minem ad congregationem genuit atque in coetu sui similium collocavit, ut officiorum suorum esse memores, nihil iniuste acerbeve imperare, benigne
quod natura eius desideraret, nec ipse assequi solitarius potuisset, in conso- ac fere cum caritate paterna populo praeesse. Eadem potestati legitimae cives
ciatione reperiret.,Quamobrem Deum civilis societas, quia societas est, paren- vult esse subiectos, ut Dei ministris; eosque cum rectoribus reipublicae
tem et auctorem suum cognoscat necesse est, atque eius potestatem domina-
" Véase la encíclica Immortaie Dei.- ASS 18 (1885) 161-180.
246 I.l-.ON XIII
UUKKTVK I-KAKSTANI'ISSIMUM 347
p r o h i b i e n d o toda revolución y todo conato q u e p u e d a t u r b a r el
o r d e n y la tranquilidad pública, y q u e al cabo son causa d e q u e se lo s u m o con m u c h a dificultad, prevenirse contra los artificios del
vea sometida a mayores limitaciones la libertad de los ciudadanos. estilo y las sutilezas de la dialéctica, sobre t o d o c u a n d o éstas y aqué-
Dejamos a u n lado la influencia de la religión sobre la sana moral llos son utilizados para halagar las pasiones. Si se concede a t o d o s una
y la influencia de esta moral sobre la m i s m a libertad. L a razón licencia ilimitada en el hablar y en el escribir, nada q u e d a r á ya
d e m u e s t r a y la historia confirma este h e c h o : la libertad, la p r o s p e - sagrado e inviolable. N i siquiera serán exceptuadas esas primeras
ridad y la grandeza de u n Estado están en razón directa de la moral verdades, esos principios naturales q u e constituyen el m á s noble
de sus hombres. p a t r i m o n i o c o m ú n d e t o d a la h u m a n i d a d . Se obscurece así poco a
poco la verdad con las tinieblas y, c o m o m u c h a s veces sucede, se
hace d u e ñ a del c a m p o u n a n u m e r o s a plaga d e perniciosos errores.
[Libertad de expresión y libertad de imprenta ] T o d o lo q u e la licencia gana lo pierde la libertad. L a grandeza y
[18]. D i g a m o s ahora algunas palabras sobre la libertad de ex- la seguridad de la libertad están en razón directa d e los frenos q u e
presión y la libertad de imprenta. Resulta casi innecesario afirmar se o p o n g a n a la licencia.—Pero en las materias opinables, dejadas
q u e n o existe el derecho a esta libertad c u a n d o se ejerce sin m o d e - p o r D i o s a la libre discusión d e los h o m b r e s , está p e r m i t i d o a cada
u n o t e n e r la opinión q u e le agrade y exponer libremente la propia
ración alguna, traspasando t o d o freno y t o d o límite. P o r q u e el
opinión. L a naturaleza n o se o p o n e a ello, p o r q u e esta libertad nunca
d e r e c h o es u n a facultad m o r a l q u e , c o m o h e m o s dicho ya y conviene
lleva al h o m b r e a o p r i m i r la verdad. Por el contrario, m u c h a s veces
repetir con insistencia, n o p o d e m o s suponer concedida p o r la.natu-
c o n d u c e al hallazgo y manifestación de la verdad.
raleza de igual m o d o a la verdad y al error, a la v i r t u d y al vicio.
Existe el derecho de propagar en la sociedad, con libertad y p r u d e n -
cia, t o d o lo verdadero y todo lo virtuoso para q u e p u e d a participar [Libertad de enseñanza]
de las ventajas de la verdad y del bien el m a y o r n ú m e r o posible de
ciudadanos. P e r o las opiniones falsas, m á x i m a dolencia, mortal del [ 1 9 ] . Respecto a la llamada libertad de enseñanza, el juicio
e n t e n d i m i e n t o h u m a n o , y los vicios corruptores del espíritu y d e q u e hay q u e d a r es m u y parecido.—Solamente la verdad d e b e
la m o r a l pública d e b e n ser reprimidos por el p o d e r público para penetrar en el e n t e n d i m i e n t o , p o r q u e en la verdad encuentran las
i m p e d i r su paulatina propagación, dañosa en e x t r e m o para la m i s m a naturalezas racionales su bien, su fin y su perfección; por esta
sociedad. L o s errores d e los intelectuales depravados ejercen sobre razón la doctrina dada t a n t o a los ignorantes como a los sabios d e b e
las masas u n a verdadera tiranía y d e b e n ser reprimidos p o r la ley tener p o r objeto exclusivo la verdad, p a r a dirigir a los primeros
con la m i s m a energía q u e otro cualquier delito inferido con violencia hacia el conocimiento de la verdad y para conservar a los segundos
a los débiles.—Esta represión es a ú n m á s necesaria, p o r q u e la in- en la posesión de la v e r d a d . Este es el f u n d a m e n t o d e la obligación
m e n s a mayoría de los ciudadanos n o p u e d e en m o d o alguno, o a principal de los q u e e n s e ñ a n : extirpar el error de los entendimientos
non obedientiá solum, sed verecundia et amore coniungit, interdictis sedi- gias cavere captionesque dialécticas, praesertim quae blandiantur cupidita-
tionibus, cunctisque incaeptis quae ordinem tranquillitatemque publicam tibus, aut non possunt omnino, aut sine summa difficultate non possunt.
perturbare queant, quaeque tándem causam afferunt cur maioribus frenis Permissa cuilibet loquendi scribendique infinita licentia, nihil est sanctum
libertas civium constringatur. Praetermittimus quantum religio bonis mo- inviolatumque permansurum: ne illis quidem parcetur maximis verissimis-
ribus conducat, et quantum libertati mores boni. Nam ratio ostendit, et que naturae iudiciis, quae habenda sunt velut commune idemque nobilissi-
historia Gonfirmat, quo sint melius moratae, eo plus libértate et opibus et mum humani generis patrimonium. Sic sensim obducta tenebris veritate,
imperio valere civitates. id quod saepe contíngit, facile dominabitur opinionum error perniciosus
et multiplex. Qua ex re tantum capiet licentia commodi, quantum detrimenti
Iam aliquid consideretur de libértate loquendi, formisque litterarum libertas: eo enim est maior futura libertas ac tutior, quo frena licentiaemaio-
quodcumque libeat exprimendi. Huius profecto non modice temperatae ra.—At vero de rebus opinabilibus disputationi hominum a Deo permissis,
sed modum et finem transeuntis libertatis ius esse non posse, vix attinet utique quod placeat sentiré, quodque sentiatur, libere eloqui concessum
dicere. Est enim ius facultas moralis, quam, ut diximus saepiusque est di- est, non repugnante natura: talis enim libertas nunquam nomines ad oppn-
cendum, absurdum est existimare, veritati et mendacio, honestad et turpitu- mendam veritatem, saepe ad indagandam ac patefaciendam deducit.
dini promiscué et communiter a natura datam. Quae vera, quae honesta
sunt, ea libere prudenterque in civitate propagan ius est, ut ad quamplures De ea, quam docendi libertatem nominant, oportet non dissimili ratione
pertineant; opinionum mendacia, quibus nulla mentí capitalior pestis, item iudicare.—Cum dubium esse non possit quin imbuere ánimos sola ventas
vitia quae animum moresque corrumpunt, aequum est auctoritate publica debeat, quod in ipsa intelligentium naturarum bonum est et finis et peifectio
diligenter coerceri, ne serpere ad perniciem reipublicae queant. Peccata sita, propterea non debet doctrina nisi vera praecipere, idque tum us qui
licentis ingenii, quae sane in oppresionem cadunt multitudinis imperitae, nesciant, tum qui sciant, scilicet ut cognitionem veri alteris afferat, in altens
rectum est auctoritate legum non minus coerceri, quam illatas per vim tueatur. O b eamque causam eorum, qui praecipiunt, plañe officium_ est
imbecillioribus iniurias. Eo magis quod civium pars longe máxima praesti- eripere ex animis errorem, et ad opinionum falladas obsepire certis praesidns
viam. Igitur apparet, magnopere cum ratione pugnare, ac natam esse per-
248 I.IHtKI'AS !']) II SI W r i S S l M U M
LEÓN x i n
la cual prometió estar hasta la consumación d e los siglos. A CM.I
Por
tanto^^i 1 ! 2 ^ 0 ^ 6Í c a m i n o a l a s t e o r í a s falsas. E s evidente, sociedad h a querido e n c o m e n d a r todas las verdades p o r E l CIIHC-
el Jlbertad
derecho d de q u e tratamos, al p r e t e n d e r arrogarse ñadas, con el encargo d e guardarlas, defenderlas y enseñarlas con
fla
grante con 6 ) e n S e n a r l ° . t o d o a s u capricho, está en contradicción autoridad legítima. A l m i s m o t i e m p o h a o r d e n a d o a todos los
Sl
° n m á s co , r a Z O n , y t l e n d e P ° r su propia naturaleza a la perver- h o m b r e s q u e obedezcan a la Iglesia igual q u e a El m i s m o , a m e n a -
c
°nceder a 1 • j j S e s P i r i t u s ' Líl Poder público n o p u e d e z a n d o con la ruina eterna a todos los q u e desobedezcan este m a n -
sus
Propios 1 ^ ° C l e d a d e s t a libertad d e enseñanza sin q u e b r a n t a r d a t o . Consta, p u e s , claramente q u e el mejor y m á s seguro maestro
nes
: Poro,, i e r e s -.jProhibición cuyo rigor a u m e n t a p o r dos razo- del h o m b r e es Dios, fuente y principio d e toda v e r d a d ; y t a m b i é n
y Porque 7 autoridad del maestro ps m u y g r a n d e ante los oyentes el U n i g é n i t o , q u e está en el seno del P a d r e y es camino, verdad,
m Y P c o s l o sdis
m i s m o s *; ^ , ° c í p u l o s q u e p u e d e n j u z g a r p o r sí vida, luz verdadera q u e ilumina a t o d o h o m b r e , a cuya enseñanza
[ 2 0 V > V e r d a d e r o ° f a l s o I o <3 ue el maestro les explica. d e b e n prestarse todos los h o m b r e s d ó c i l m e n t e : y serán todos ense-
d
e s e r ° v i r t P O r l 0 ° U a l C S n e c e s a r i o q u e t a m b i é n esta libertad, si ha ñados por Dios 1 2 . A h o r a bien, en materia de fe y de moral, Dios
evitar q u e 1 S a ' q " e d e c i r c u n s c r i t a d e n t r o de ciertos límites, para m i s m o ha h e c h o a la Iglesia partícipe del magisterio divino y le ha
de
corru -a e n s .f n a n 2 a s e t r u e q u e i m p u n e m e n t e e n i n s t r u m e n t o concedido el privilegio divino de n o conocer el error. P o r esto la
de
la e n P C - 1 0 n ' A h o r a b i e n ' l a verdad, q u e d e b e ser el objeto único Iglesia es la m á s alta y segura maestra de los mortales y tiene u n
Las verd 3 6 ,^ 1 1 2 3 " C S d& d ° S c I a s e s : u n a > n a t u r a l ; otra, sobrenatural, d e r e c h o inviolable a la libertad d e magisterio. P o r otra parte, la
Snaturale
rales v 1 s . a las cuales pertenecen los principios n a t u - Iglesia, apoyándose en el firme f u n d a m e n t o d e la doctrina revelada,
constitu a S C o n c l u s l o . n e s inmediatas derivadas de éstos p o r la razón, ha antepuesto, d e hecho, a todo el c u m p l i m i e n t o exacto de esta
fundan/611 P a t r i m o n i o c o m ú n del género h u m a n o y el firme misión q u e Dios le h a confiado. Superior a las dificultades q u e p o r
rnisma e n t . ° e i \ ^ u e s e apoyan la moral, la justicia, la religión y la todas partes la envuelven, n o ha dejado j a m á s d e defender la liber-
m á s ' K° C1 P o r esto, n o hay impiedad mayor, n o hay locura t a d d e s u magisterio. P o r este camino el m u n d o entero, liberado
inteer - i m a J l a q U e p e r m i t i r i m p u n e m e n t e la violación y la des- de la calamidad de las supersticiones, ha e n c o n t r a d o en la sabiduría
ser c a C 1 ° n CSte
P a t r i m o n i ° - — C o n n o m e n o r reverencia d e b e cristiana su total renovación. Y como la razón por sí sola d e m u e s t r a
Dios ° n s e f v a d o e l precioso y sagrado tesoro d e las verdades q u e claramente q u e entre las verdades reveladas y las verdades naturales
d a d
tulo 'ffcf ° a c o n o c e r Por I a revelación. L o s principales capí- n o p u e d e existir oposición verdadera y t o d o lo q u e se oponga a las
eS a r v
de t * ? e l a c i ° n s e d e m u e s t r a n con m u c h o s a r g u m e n t o s p r i m e r a s es necesariamente falso, p o r esto el divino magisterio de
Rlst 6 T 0 í d l n a " 0 v a l o r ' utilizados con frecuencia p o r los apolo- la Iglesia, lejos de obstaculizar el deseo d e saber y el desarrollo en
dad ia S n : e n e c n o d e
° ^ I a revelación divina de algunas ver-
. ' I a encarnación del Hijo unigénito d e Dios para d a r testi-
ni
° d e I a verdad, la fundación p o r el m i s m o Jesucristo d e u n a perhiberet veritati: perfectam quamdam ab eo conditam societatem nempe
^ociedad perfecta, q u e es la Iglesia, cuya cabeza es El m i s m o , y con Ecclesiam, cuius ipsemet caput est, et quacum usque ad consummationem
saeculi se futurum esse promisit. Huic societati commendatas omnes, quas
vertendis funditus mentibus illam, de qua institutus est sermo, libertatem, ille docuisset, veritates voluit, hac lege, u t eas ipsa custodiret, tueretur,
quatenus sibi vult quilibet pro arbitratu docendi licentiam; quam quidem legitima cum auctoritate explicaret: unáque simul iussit, omnes gentes
icentiam civitati daré publica potestas, salvo officio, non potest. Eo vel Ecclesiae suae, perinde ac sibimetipsi, dicto audientes esse: qui secus face-
rnagis quod magistrorum apud auditores multum valet auctorítas, et verane rent, interitu perditum iri sempiterno. Qua ratione plañe constat, optimum
sint, quae a doctore traduntur, raro admodum diiudicare per se ipse disci- homini esse certissimumque magistrum Deum, omnis fontem ac principium
Pulus potest. veritatis, item Unigenitum, qui est in sinu Patris, viam, veritatem, vitam,
Quamobrem hanc quoque libertatem, ut honesta sit, certis finibus cir- lucem veram, quae illuminat omnem hominem et ad cuius disciplinam dó-
cumscriptam teneri necesse est: nimirum ne fieri impune possit, ut ars ciles esse omnes nomines oportet: Et erunt omnes docibiles Dei.—Sed in
docendi in instrumentum corruptelae vertatur.-—Veri autem, in quo unice fide atque in institutione morum, divini magisterii Ecclesiam fecit Deus ipse
versan praecipientium doctrina debet, unum est naturale genus, supernatu- participen!, eamdemque divino eius beneficio falli nesciam: quare magistra
rale alterum. Ex veritatibus naturalibus, cuiusmodi sunt principia naturae, mortalium est máxima ac tutissima, in eáque inest non violabile ius ad magis-
et ea quae ex illis proxime ratione ducuntur, existit humani generis velut terii libertatem. Revera doctrinis divinitus acceptis se ipsa Ecclesia sustentans,
commune patrimonium: in quo, tamquam fundamento firmissimo, cum nihil habuit antiquius, quam u t munus sibi demandatum a Deo sánete
mores et iustitia et religio, atque ipsa coníunctio societatis humanae nitatur, expleret: eademque circumfusis undique dífficultatibus fortior, pro libértate
nihil tam impium esset tamque stolide inhumanum, quam illud violari ac magisterii sui propugnare nullo tempore destitit. Hac via orbis terrarum,
diripi impune sinere.—Nec minore conservandus religione maximus sanctis- misérrima superstitione depulsa, ad christianam sapientiam renovatus est.—
simusque thesaurus earum rerum, quas Deo auctore cognoscimus. Argu- Quoniam vero ratio ipsa perspicue docet, veritates divinitus traditas et ve-
mentis multis et illustribus, quod saepe Apologetae consueverunt, praecipua ritates naturales ínter se oppositas esse revera non posse, ita ut quodeumque
quaedam capita constituuntur, cuiusmodi illa sunt; quaedam esse a Deo cum illis dissentiat, hoc ipso falsum esse necesse sit, ideirep divinum Eccle-
divinitus tradita: Unigenitum Dei Filium carnem factum, ut testimonium
12
lo. 6,45.
250 LEÓN XIII
:.(>l
LIBERTAS I'KAKSTANTISSIMIJM
las ciencias o de retardar de alguna manera el progreso de la civi-
lización, ofrece, p o r el contrario, e n todos estos campos a b u n d a n t e sabios. D e estas consideraciones se d e s p r e n d e la naturaleza "c
luz y segura garantía. Y p o r la m i s m a razón el magisterio eclesiástico libertad d e enseñanza q u e exigen y p r o p a g a n con igual e m p c ñ » ' " s
es s u m a m e n t e provechoso para el desenvolvimiento d e la libertad seguidores del liberalismo. P o r u n a parte, se conceden a sí mismos y
h u m a n a , p o r q u e es sentencia de Jesucristo, Salvador nuestro, q u e conceden al E s t a d o u n a libertad t a n grande, q u e n o d u d a n da'
el h o m b r e se hace libre por la v e r d a d : conoceréis la verdad, y la paso libre a los errores m á s peligrosos. Y, p o r otra parte, p o n e n m»
verdad os hará libres l 3 . — N o hay, p u e s , motivo p a r a q u e la libertad estorbos a la Iglesia y restringen hasta el m á x i m u m la libertad di'
legítima se i n d i g n e o la verdadera ciencia lleve a mal las justas y ésta, siendo así q u e d e la doctrina de la Iglesia n o hay q u e t e m e '
debidas leyes q u e la Iglesia y la razón exigen igualmente para regular d a ñ o alguno, sino q u e , por el contrario, se p u e d e n esperar de ella
las ciencias h u m a n a s . M á s a ú n : la Iglesia, c o m o lo d e m u e s t r a la toda clase de bienes.
experiencia a cada paso, al obrar así con la finalidad p r i m o r d i a l de
defender la fe cristiana, procura t a m b i é n el 'fomento y el adelanto [Libertad de conciencia]
de todas las ciencias h u m a n a s . Buenos son en sí m i s m o s y loables
y deseables la belleza y la elegancia del estilo. Y t o d o conocimiento [21 ] . M u c h o se habla t a m b i é n de la llamada libertad de con-
científico q u e provenga de u n recto juicio y esté d e a c u e r d o con ciencia. Si esta libertad se entiende en el sentido de q u e es lícito a
el o r d e n objetivo d e las cosas, presta u n g r a n servicio al esclareci- cada u n o , según le plazca, d a r o n o dar culto a Dios, q u e d a suficien-
m i e n t o d e las verdades reveladas. D e hecho, el m u n d o es d e u d o r a t e m e n t e refutada con los a r g u m e n t o s expuestos a n t e r i o r m e n t e . —
la Iglesia d e estos insignes beneficios: la conservación cuidadosa P e r o p u e d e entenderse t a m b i é n en el sentido d e q u e el h o m b r e en
de los m o n u m e n t o s de la sabiduría antigua; la fundación p o r todas el E s t a d o tiene el d e r e c h o de seguir, según su conciencia, la volun-
partes d e universidades científicas; el estímulo constante d e la acti- t a d d e Dios y de cumplir sus m a n d a m i e n t o s sin i m p e d i m e n t o alguno.
vidad d e los ingenios, f o m e n t a n d o con t o d o e m p e ñ o las m i s m a s artes Esta libertad, la libertad verdadera, la libertad digna d e los hijos de
q u e embellecen la variada cultura de n u e s t r o siglo.-—Por ú l t i m o , Dios, q u e protege t a n gloriosamente la dignidad d e la persona
n o d e b e m o s olvidar q u e q u e d a un c a m p o i n m e n s o a b i e r t o a los h u m a n a , está p o r encima de toda violencia y d e toda opresión y ha
h o m b r e s , e n el q u e p u e d e n é s t o s extender su industria y ejercitar sido siempre el objeto d e los deseos y del a m o r d e la Iglesia. Esta es
l i b r e m e n t e s u ingenio; t o d o ese conjunto d e materias q u e n o t i e n e n la libertad q u e reivindicaron constantemente para sí los apóstoles,
conexión necesaria con la fe y c o n la moral cristianas, o q u e la Iglesia, ésta es la libertad q u e confirmaron con sus escritos los apologistas,
sin hacer u s o de su autoridad, deja enteramente libre al juicio d e los ésta es la libertad q u e consagraron con su sangre los i n n u m e r a b l e s
mártires cristianos. Y con razón, p o r q u e la s u p r e m a autoridad de
Dios sobre los h o m b r e s y el s u p r e m o d e b e r del h o m b r e para con
siae magisterium tantum abest ut studia discendi atque incrementa scientia-
Dios e n c u e n t r a n e n esta libertad cristiana u n testimonio definitivo.
rum intercipiat, aut cultioris humanitatis progressionem ullo modo retardet,
ut potius plurimum afferat luminis securamque tutelam. Eademque causa N a d a tiene d e c o m ú n esta libertad cristiana con el espíritu d e sedi-
non parum proficit ad ipsam libertatis humanae perfectionem, cum Iesu
Christi servatoris sit illa sententia, fieri hominem veritate liberum. Cognosce- eruditorum relinquit integrum ac liberum.—His ex rebus intelligitur, quae
tis veritatem, et -neritas liberabit vos.—Quare non est causa, cur germana et qualis illa sit in hoc genere libertas, quam pari studio volunt et praedicant
libertas indignetur, aut veri nominis sdentia moleste ferat leges iustas ac liberalismi sectatores. Ex una parte sibi quidem ac reipublicae licentiam
debitas, quibus hominum doctrinam contineri Ecclesia simul et ratio con- adserunt tantam, ut cuilibet opinionum perversitati non dubitent aditum
sentientes postulant. Quin imo Ecclesia, quod re ipsa passim testatum est, ianuamque patefacere: ex altera Ecclesiam plurifariam impediunt, eiusque
hoc agens praecipue et máxime u t fidetn christianam tueatur, humanarum libertatem in fines quantum possunt máxime angustos compellunt, quam-
quoque doctrinarum omne genus fovere et in maius provehere studet. Bona quam ex Ecclesiae doctrina non modo nullum incommodum pertimescendum
enim per se est etlaudabilis atque expetenda elegantia doctrinae: praeterea- sit, sed magnae omnino utilitates expectandae.
que omnis eruditio, quam sana ratio pepererit, quaeque rerum veritati
respondeat, n o n mediocriter ad ea ipsa illustranda valet, quae D e o auctore Illa quoque magnopere praedicatur, quam conscientiae libertatem nomi-
credimus. ReveraEcclesiae haec beneficia debentur sane magna, q u o d prae-' nant: quae si ita accipiatur, ut suo cuique arbitratu aeque liceat Deum colere,
clare monumenta sapientiae veteris conscrvarit: quod scientiarum domicilia non colere, argumentis quae supra allata sunt, satis convincitur.—Sed potest
passim aperuerit;quod ingeniorum cursum semper incitaverit, studiosissime etiam in hanc sententiam accipi, ut homini ex conscientia officii, Dei volun-
has ipsas a r t e s alendo, quibus m á x i m e urbanitas aetatis nostrae coloratur.— tatem sequi et iussa faceré, nulla re impediente, in civitate liceat. Haec
Denique praetereundum non est, immensum patere campum, in q u o homi- quidem vera, haec digna filiis Dei libertas, quae humanae dignitatem per-
num excurrere industria, seseque exerccre ingenia libere queant: r e s scilicet sonae honestissime tuetur, est omni vi iniuriaque maior: eademque Ecclesiae
quae cum doctrina fidei morumque christianorum non habent necessariam semper optata ac praecipue cara. Huius generis libertatem sibi constanter
cognationem, vel de quibus Ecclesia, nulla adhibita sua auctoritate, iudicium vindicavere Apostoli, sanxere scriptis Apologetae, Martyres ingenti numero
sanguine suo consecravere. Et mérito quidem: propterea quod maximam
' 3 lo. 8,32. iustissimamque Dei in homines potestatem, vicissimque hominum adversus
252 LEÓN X I I I
MUERTAS l'KAKSTANTISSIMUM
ción y d e desobediencia. N i pretende derogar el respeto d e b i d o al
p o d e r público, p o r q u e el p o d e r h u m a n o e n tanto tiene el derecho los q u e sola y exclusivamente p u e d e esperarse con confian/.,» lu
d e m a n d a r y d e exigir obediencia, en c u a n t o n o se aparta d e l p o d e r conservación del o r d e n y la garantía, p o r tanto, d e la verdadera
divino y se m a n t i e n e d e n t r o del orden establecido p o r D i o s . Pero l i b e r t a d . — E s t o n o obstante, la Iglesia se hace cargo m a t e r n a l m e n t e
c u a n d o el p o d e r h u m a n o m a n d a algo claramente contrario a la del grave peso d e las debilidades h u m a n a s . N o ignora la Iglesia la
voluntad divina, traspasa los límites q u e tiene fijados y entra en trayectoria q u e describe la historia espiritual y política d e nuestros
conflicto con la divina autoridad, En este caso es j u s t o n o obedecer. t i e m p o s . P o r esta causa, a u n concediendo derechos sola y exclusi-
[22 J. P o r el contrario, los partidarios del liberalismo, q u e atri- v a m e n t e a la verdad y a la virtud, n o se opone la Iglesia, sin embargo,
buyen al E s t a d o u n p o d e r despótico e ilimitado y afirman q u e h e m o s a la tolerancia p o r p a r t e d e los poderes públicos d e algunas situa-
de vivir sin tener e n cuenta para nada a Dios, rechazan totalmente ciones contrarias a la verdad y a la justicia para evitar u n m a l
esta libertad d e q u e hablamos, y q u e está t a n í n t i m a m e n t e unida a mayor o para adquirir o conservar u n mayor bien. Dios m i s m o , en
la virtud y a la religión. V califican d e delito contra el E s t a d o t o d o su providencia, a u n siendo infinitamente b u e n o y t o d o p o d e r o s o , per-
c u a n t o se hace para conservar esta libertad cristiana. Si fuesen con- mite, sin e m b a r g o , la existencia d e algunos males e n el m u n d o , en
secuentes con sus principios, el h o m b r e estaría obligado, según parte para q u e n o se i m p i d a n mayores bienes y e n p a r t e para q u e
ellos, a obedecer a cualquier g o b i e r n o por m u y tiránico q u e fuese. n o se sigan mayores males. J u s t o es imitar e n el gobierno político
al q u e gobierna el m u n d o . M á s aún, n o p u d i e n d o la autoridad h u -
m a n a impedir todos los males, d e b e «permitir y dejar i m p u n e s
[IV. L A TOLERANCIA] m u c h a s cosas q u e son, sin e m b a r g o , castigadas j u s t a m e n t e p o r la
[23 ] . L a Iglesia desea a r d i e n t e m e n t e q u e e n t o d o s los órdenes divina Providencia» 1 4 . P e r o e n tales circunstancias, si p o r causa
de la sociedad penetren y se p r a c t i q u e n estas enseñanzas cristianas del bien c o m ú n , y ú n i c a m e n t e p o r ella, p u e d e y a u n d e b e la ley
que h e m o s expuesto s u m a r i a m e n t e . T o d a s estas enseñanzas p o s e e n h u m a n a tolerar el mal, n o p u e d e , sin embargo, ni d e b e j a m á s a p r o -
una eficacia maravillosa p a r a r e m e d i a r los n o escasos n i leves males barlo ni quererlo e n sí mismo. P o r q u e siendo el mal p o r s u m i s m a
actuales, nacidos e n gran p a r t e d e esas mismas libertades que, p r e - esencia privacipn d e u n bien, es contrario al bien c o m ú n , el cual el
gonadas c o n tantos ditirambos, parecían albergar d e n t r o de sí las legislador d e b e buscar y d e b e defender e n la m e d i d a d e todas s u s
semillas d e l bienestar y d e la gloria. Estas esperanzas h a n q u e d a d o posibilidades. T a m b i é n e n este p u n t o la ley h u m a n a d e b e p r o p o -
defraudadas por los hechos. E n lugar d e frutos agradables y sanos nerse la imitación d e Dios, q u i e n al p e r m i t i r la existencia del m a l
hemos recogido frutos amargos y corrompidos. Si se busca el r e m e - en el mundo, «ni quiere q u e se haga el mal ni quiere q u e n o se h a g a ;
dio, b ú s q u e s e en el restablecimiento de los sanos principios, d e lo q u e quiere es p e r m i t i r q u e se haga, y esto es bueno» l s . Sentencia
Deum princeps maximumque .officium, libertas haec christiana testatur. quaeratur, a quibus solis conservatio ordinis, adeoque verae tutela libértatis
Nihil habet ipsa cum animo seditíoso nec obediente commune: ñeque ullo fidenter expectari potest.—Nihilominus materno iudicio Ecclesia aestimat
pacto putanda est, velle ab obsequio publicae potestatis desciscere, propterea grave pondus infirmitatis humanae: et qualis hic sit, quo nostra vehitur aetas,
quod imperare atque imperata exigere, eatenus potestati humanae ius est, animorum reiumque cursus, non ignorat. His de causis, nihil quidem im-
quatenus cum potestate Dei nihil dissentiat, constitutoque divinitus modo pertiens iuris nisi iis quae vera quaeque honesta sint, non recusat quominus
se contineat. A t vero cum quidquam praecipitur quod cum divina volúntate quidpiam a veritate iustitiaque alienum ferat tamen publica potestas, scilicet
aperte discrepet, tum longe ab illo modo disceditur, simulque cum auctori- maius aliquod vel vitandi causa malum, vel adipiscendi aut conservandi
tate divina confligitur: ergo rectum est non parere. bonum. Ipse providentissimus Deus cum infinitae sit bonitatis, idemque
omnia possit, sinit tamen esse in mundo mala, partim ne ampliora impedían -
Contra Liberalismi fautores, qui herilem atque infinite potentem faciunt tur bona, partim ne maiora mala consequantur. In regendis civitatibus recto-
principatum, vitamque nullo ad Deum respectu degendam piaedicant, hanc rem mundi par est imitari: quin etiam cum singula mala prohibere auctoritas
de qua loquimur coniunctam cum honéstate religioneque libertatem minime hominum non possit, debet multa concederé atque impunita relinquere, quae
agnoscunt: cuius conservandae causa si q u i d fíat, iniuria et contra rempu- per divimm tamen providentiam vindicantur, et recte. Verumtamen in eiusmo-
blicam factum criminantur. Quod si veré dicerent, nullus esset tam immanis di rerum adiunctis, si communis boni causa et hac tantum causa, potest
dominatus, cui subesse et quem ferré non oporteret. vel etiam debet lex hominum ferré toleranter malum, tamen nec potest nec
debet id probare aut velle per se: quia malum per se cum sit boni privatio,
A'ehementer quidem vellet Ecclesia, in omnes reipublicae ordines haec, repugnat bono communi, quod legislator quoad optime potest, velle ac tueri
quae summatim attigimus, christiana documenta re usuque penetraient. I n debet. It hac quoque in re ad imitandum sibi lex humana proponat Deum
iis eiim s u m m a efficacitas inest ad sananda horum temporum mala, non sane necesse est, qui in eo quod mala esse in mundo sinit, ñeque vult mala fieri,
pauca nec levia, eaque njagnam partem iis ipsis nata libertatibus, quae tanta ñeque irolt mala non fieri, sed vult permitiere mala fieri, et hoc est bonum. Q u a e
praeácatione effenintur, et in quibus salutis gloriaeque inclusa semina vi- Doctoris Angelici sententia brevissime totam continet de malorum tolerantia
debantur. S p e m fef«llit exitus. Pro iucundis e t salubribus acerbi et inquinati
provenere fructus. Si remedium quaeritur, sanarum doctrinaran! revocatione 14
S M AGUSTÍN, De libero arbitrio 1,6,14: B A C t.3 p . 2 6 7 ; P L 32,1228.
15
SANTO T O M Á S , Summa Theologica 1 q . 1 9 a.9 ad 3.
254 ' LEÓN x i l l
J.II1KK1 \N I'KAI\.SI'.\NT1S.SIMIJM Tob
d e l Doctor Angélico, q u e encierra en pocas palabras toda la doctrina
liberales d é falta de paciencia y m a n s e d u m b r e . N o advierten q u e
s o b r e la tolerancia del mal. P e r o hay q u e reconocer, si q u e r e m o s
al hablar así califican d e vicio lo q u e es precisamente u n a virtud
m a n t e n e r n o s d e n t r o de la verdad, q u e cuanto mayor es el mal q u e
de la Iglesia. P o r otra parte, es m u y frecuente q u e estos g r a n d e s
a la fuerza d e b e ser tolerado en u n Estado, tanto m a y o r es la dis-
predicadores d e la tolerancia sean, en la práctica, estrechos e i n t o -
tancia q u e separa a este E s t a d o del mejor régimen político. D e la
lerantes c u a n d o se trata del catolicismo. L o s q u e son pródigos en
m i s m a manera, al ser la tolerancia del mal u n postulado p r o p i o de
repartir a todos libertades sin cuento, niegan c o n t i n u a m e n t e a la
la p r u d e n c i a política, d e b e q u e d a r estrictamente circunscrita a los
Iglesia su libertad.
límites requeridos p o r la razón d e esa tolerancia, esto es, el bien
público. P o r este motivo, si la tolerancia daña al bien público o causa [V. J U I C I O CRÍTICO SOBRE LAS DISTINTAS FORMAS D E L I B E R A L I S M O ]
al E s t a d o mayores males, la consecuencia es su ilicitud, p o r q u e en
tales circunstancias la tolerancia deja d e ser u n bien. Y si p o r las [ 2 4 ] . Para mayor claridad, recapitularemos b r e v e m e n t e la ex-
condiciones particulares en q u e se e n c u e n t r a la Iglesia p e r m i t e ésta posición hecha y d e d u c i r e m o s las consecuencias prácticas. El n ú -
algunas d e las libertades modernas, lo hace n o p o r q u e las prefiera cleo esencial es el siguiente: es a b s o l u t a m e n t e necesario q u e el
en sí m i s m a s , sino p o r q u e juzga conveniente su tolerancia; y u n a h o m b r e q u e d e t o d o entero bajo la dependencia efectiva y constante
vez q u e la situación haya mejorado, la Iglesia usará su libertad, y de Dios. P o r consiguiente, es totalmente inconcebible u n a libertad
con la persuasión, las exhortaciones y la oración procurará, como h u m a n a q u e n o esté sumisa a Dios y sujeta a su voluntad. N e g a r a
debe, c u m p l i r la misión q u e Dios le ha e n c o m e n d a d o d e p r o c u r a r Dios este d o m i n i o s u p r e m o o negarse a aceptarlo n o es libertad,
la salvación eterna de los h o m b r e s . Sin e m b a r g o , p e r m a n e c e siempre sino a b u s o d e la libertad y rebelión contra Dios. E s ésta precisa-
fija la v e r d a d de este principio: la libertad concedida indistinta- m e n t e la disposición de espíritu q u e origina y constituye el mal
m e n t e a t o d o s y para todo, nunca, c o m o h e m o s repetido varias fundamental del liberalismo. Sin e m b a r g o , son varias las f o r m a s
veces, d e b e ser buscada p o r sí misma, p o r q u e es contrario a la q u e éste presenta, p o r q u e la voluntad p u e d e separarse de la o b e -
razón q u e la verdad y el error t e n g a n los m i s m o s .derechos. E n lo diencia debida a Dios, o d e la obediencia debida a los q u e participan
tocante a la tolerancia, es s o r p r e n d e n t e cuan lejos están de la p r u - de la autoridad divina, de m u c h a s formas y en grados m u y diversos.
dencia y d e la justicia d e la Iglesia los seguidores del liberalismo. [25 ]. L a perversión mayor de la libertad, q u e constituye al
Porque al c o n c e d e r al ciudadano en todas las materias q u e h e m o s m i s m o t i e m p o la especie peor d e liberalismo, consiste e n rechazar
señalado u n a libertad ilimitada, p i e r d e n p o r completo t o d a n o r m a y por completo la s u p r e m a autoridad d e D i o s y rehusarle t o d a o b e -
llegan a colocar en u n m i s m o plano d e igualdad jurídica la verdad diencia, t a n t o en la vida pública c o m o en la vida privada y d o m é s -
y la v i r t u d con el error y el vicio. Y c u a n d o la Iglesia, columna y tica. T o d o lo q u e N o s h e m o s expuesto hasta aquí se refiere a esta
firmamento d e la verdad, maestra i n c o r r u p t a d e la moral verdadera, especie de liberalismo.
juzga q u e es su obligación protestar sin descanso contra u n a tole-
rancia t a n licenciosa y desordenada, es entonces acusada p o r los et firmamentum veritatis, eamdemque incorruptam morum magistram, quia
tam dissolutum flagitiosumque tolerantiae genus constanter, ut debet, repu-
diat, idemque adhiberi fas esse negat, criminantur esse a patientia et lenitate
doctrinam.—Sed confitendum est, si veré iudicarí velit, quanto plus in civitate alienam; quod cum faciunt, minime sentiunt, se quidem, quod laudis est, in
malí tolerari pernecesse est, tanto magis distare id genus civitatis ab óptimo: vitio poneré. Sed in tanta ostentatione tolerantiae, re persaepe contingit, ut
itenique tolerantiam rerum malarum, cum pertineat ad politicae praecepta restricti ac tenaces in rem catholicam sint: et qui vulgo libertatem effuse
prudentiae, omnino circumscribi iis finibus oportere, quos causa, idest largiuntur, iidem liberam sinere Ecclesiam passim recusant.
salus publica postulat. Quare si saluti publicae detrimentum afferat et mala
civiiati maiora pariat, consequens est eam adhiberi non licere, quia in his Et ut omnis oratio una cum consectariis suis capitulatim breviterque.
rerum adiunctis abest ratio boni. Si vero ob singularia reipublicae témpora perspicuitatis gratiá, colligatur, summa'est, necessitate fieri, ut totus homo
usu-veniat, ut modernis quibusdam libertatibus Ecclesia acquiescat, non quod in verissima perpetuaque potestate Dei sit: proinde libertatem hominis, nisi
ipsas per se malit, sed quia permissas esse iudicat expediré, versis in meliora obnoxiam Deo eiusque voluntati subiectam, intelligi minime posse. Quem
temporíbus, adhibítura sane esset libertatem suam, et suadendo, hortando, quidem in Deo principatum aut esse negare, aut ferré nolle, non liberi ho-
obsecrando studeret, uti debet, munus efficere sibi assignato a Deo, vide- minis est, sed abutentis ad perduellionem libértate: proprieque ex animi
licetsempiternae hominum saluti consulere. Ulud tamen perpetum verum est, tali affectione conflatur et efficitur Liberalismi capitale vitium. Cuius tamen
istarn omnium et ad omnia libertatem non esse, quemadmodum pluries dixi- (íistinguitur forma multiplex; potest enim voluntas non uno modo, ñeque
mus, expetendam per se, quia falsurn eodem iure esse ac verum, rationi re- uno gradu ex obtemperatione discedere, quae vel Deo, vel iis, qui potesta-
pugaat. Et quod ad tolerantiam pertinet, miium quantum ab aequitate pru- tem divinam participant, debetur.
dentiaque Ecclesiae distant, qui Liberalismum profitentur. Etenim permitten-
da civibus o m n i u m earum rerum, quas diximus, infinita licentiá, omnino Profecto imperium summi Dei fundítus recusare atque omnem obedien-
modum transiliunt, atque illuc evadunt, ut nihilo plus honestati veritatique tiam prorsus exuere in publicis, vel etiam in privatis domesticisque rebus,
tribuere, q u a m falsitati ac turpitudini videantur. Ecclesiam vero, columnam nicut máxima libertatis perversitas, ita pessimum Liberalismi est genus:
(iinninoque de hoc intelligi debent quae hactenus contra diximus.
256 I.KOX XIII LIBERTAS I'KAHSTANTISSIMITM 257
[ 2 6 ] . L a segunda clase es el sistema de aquellos libérales que, gislativo, judicial y coactivo y q u e sólo le corresponde la función
p o r u n a parte, reconocen la necesidad de someterse a Dios, creador, exhortativa, persuasiva y rectora respecto de los q u e espontánea y
señor, del m u n d o y gobernador providente de la naturaleza; pero, voluntariamente se le sujetan. Esta teoría falsea la naturaleza de
p o r otra parte, rechazan a u d a z m e n t e las n o r m a s de d o g m a y de esta sociedad divina, debilita y restringe su autoridad, su magisterio;
moral que, s u p e r a n d o la naturaleza, son comunicadas p o r el m i s m o en u n a palabra, t o d a su eficacia, exagerando al misino t i e m p o de
Dios, o p r e t e n d e n por lo m e n o s q u e n o hay razón alguna para tener- tal m a n e r a la influencia y el p o d e r del Estado, q u e la Iglesia de-
las en cuenta sobre t o d o en la vida política del Estado. Ya expusimos Dios q u e d a sometida a la jurisdicción y al p o d e r del E s t a d o como
a n t e r i o r m e n t e las dimensiones de este error y la gran inconsecuencia si fuera una m e r a asociación civil. L o s a r g u m e n t o s usados p o r los
d e estos liberales. Esta doctrina es la fuente principal de la perniciosa apologistas, q u e N o s h e m o s recordado singularmente e n la encíclica
teoría de la separación e n t r e la Iglesia y el E s t a d o ; cuando, p o r el Immortale Dei, son m á s q u e suficientes para d e m o s t r a r el e r r o r de
contrario, es evidente q u e a m b a s potestades, a u n q u e diferentes en esta teoría. L a apologética d e m u e s t r a q u e p o r voluntad de D i o s la
misión y desiguales p o r su dignidad, deben colaborar u n a con otra Iglesia posee todos los caracteres y todos los derechos propios de
y completarse m u t u a m e n t e . una sociedad legítima, s u p r e m a y totalmente perfecta.
[27]. D o s opiniones específicamente distintas caben d e n t r o de [29]. P o r último, son m u c h o s los que n o a p r u e b a n la sepa-
este error genérico. M u c h o s p r e t e n d e n la separación total y abso-
ración entre la Iglesia y el Estado, p e r o j u z g a n q u e la Iglesia d e b e
luta entre la Iglesia y el E s t a d o d e tal forma q u e t o d o el ordena-
amoldarse a los tiempos, cediendo y acomodándose a las exigencias
miento jurídico, las instituciones, las costumbres, las leyes, los car-
de l a ' m o d e r n a p r u d e n c i a en la administración pública del E s t a d o .
gos del Estado, la educación de la j u v e n t u d , q u e d e n al m a r g e n de la
Iglesia como si ésta n o existiera. Conceden, t o d o lo más, a los ciuda- Esta opinión es recta si se refiere a u n a condescendencia razonable
danos la facultad, si quieren, d e ejercitar la religión en privado. q u e p u e d a conciliarse con la verdad y con la justicia; es decir, q u e
C o n t r a estos liberales m a n t i e n e n t o d o su vigor los a r g u m e n t o s con la Iglesia, con la esperanza comprobada d e u n bien m u y notable, se
q u e h e m o s rechazado la teoría de la separación entre la Iglesia y muestre indulgente y conceda a las circunstancias lo q u e p u e d e
el Estado, con el agravante de q u e es u n completo absurdo q u e la concederles sin violar la santidad de su misión. P e r o la cosa cambia
Iglesia sea respetada por el ciudadano y al m i s m o t i e m p o despre- por completo c u a n d o se trata de prácticas y doctrinas introducidas
ciada p o r el E s t a d o . contra t o d o d e r e c h o p o r la decadencia de la moral y p o r la aberra-
[ 2 8 ] . O t r o s a d m i t e n la existencia de la Iglesia—negarla sería ción intelectual de los espíritus. N i n g ú n período histórico p u e d e
imposible—, p e r o le niegan la naturaleza y los derechos propios de vivir sin religión, sin verdad, sin justicia. Y como estas s u p r e m a s
una sociedad perfecta y afirman q u e la Iglesia carece del p o d e r le- realidades sagradas h a n sido encomendadas p o r el m i s m o D i o s a
Proxima est eorum disciplina, qui utique consentiunt, subesse mundi contendunt, faceré leges, iudicare, ulcisci, sed cohortari dumtaxat, suadere,
opifici ac principi Deo oportere, quippe cuius ex numine tota est apta natura: regere sua sponte et volúntate subiectos. Itaque divinae huiusce societatis
sed iidem leges fidei et morum, quas natura non capiat, ipsa Dei auctoritate naturam opinione adulterant, auctoritatem, magisterium, omnem eius effi-
traditas, audacter repudiant, vel saltem nihil esse aiunt, cur earum habeatur, cientiam extenuant et coangustant, vim simul potestatemque civilis princi-
praesertim publice in civitate, ratio. Qui pariter quanto in errore versentur, patus usque eo exaggerantes; ut sicut unam quam vis e consociationibus
et quam sibimetipsis parum cohaereant, supra vidimus. Et ab hac doctrina, civium voluntariis, ita Ecclesiam Dei sub imperium ditionemque reipubli-
tamquam a capite principioque suo, illa manat perniciosa sententia de ra- cae subiungant.—Ad hos plañe refellendos argumenta valent Apologetis
tionibus Ecclesiae a república disparandis: cum contra liqueat, geminas po- usitata, nec praetermissa Nobis, nominatim in Epístola eneyelica Immor-
testates, in muñere dissimili et gradu dispari, oportere tamen esse Ínter se lale Dei, ex quibus efficitur, divinitus esse constitutum, ut omnia in Ecclesia
actionum concordia et mutatione officiorum consentientes. insint, quae ad naturam ac iura pertineant legitimae, summae, et ómnibus
Huic tamquam generi subiecta est opinio dúplex.—Plures enim rempu- partibus perfectae societatis.
blicam volunt ab Ecclesia seiunctam et penitus et totam, ita ut in omni iure Multi denique rei sacrae a re civili distracfionem non probant; sed ta-
societatis humanae, in institutis, moribus, legibus, reipublicae muneribus^ men faciendum censent, ut Ecclesia obsequatur tempori, et flectat se atque
institutione iuventutis, non magis ad Ecclesiam respiciendum censeant, accommodet ad ea, quae in administrandis imperiis hodierna prudentia desi-
quam si esset omnino milla: permissa ad summum singulis civibus facúl- derat. Quorum est honesta sententia, si de quadam intelligatur aequa ratione,
tate, ut privatim, si libeat, dent religioni operam. Contra quos plañe vis quae consistere cum veritate iustitiaque possit: nimirum ut, explorata spe
argumentorum omnium valet, quibus ipsam de distrahendis Ecclesiae reique magni alicuius boni, indulgentem Ecclesia sese impertiat, idque temporibus
civilis rationibus sententiam convincimus: hoc praeterea adiuncto, quod est largíatur, quod salva officii sanctitate potest.—Verum secus est de rebus
perabsurdum, ut Ecclesiam civis vereatur, civitas contemnat. uc doctrinis, quas demutatio morum ac fallax iudicium contra fas invexe-
Alii, quominus Ecclesia sit, non repugnant, ñeque enim possent: ei ta- i'int. Nullum tempus vacare religione, veritate, iustitia potest: quas res má-
men naturam iuraque propria societatis perfectae eripiunt, nec ejus esse, ximas et sanctissimas cum Deus in tutela Ecclesiae esse iusserit, nihil est
Di'rlr. l'oniif. 2 9
258 LEÓN XIII LIBERTAS PRAESTANTISSIMUM 259
la tutela de la Iglesia, nada hay tan contrario a la Iglesia comb E s t a d o una forma de gobierno m o d e r a d a p o r el elemento democrá-
p r e t e n d e r dé ella q u e tolere con disimulo el error y la injusticia tico, salva siempre la doctrina católica acerca del origen y el ejercicio
o favorezca con su connivencia lo q u e perjudica a la religión. del p o d e r político. L a Iglesia n o condena forma alguna de gobierno,
con tal q u e sea apta p o r sí m i s m a para la utilidad de los ciudadanos.
[VI. A P L I C A C I O N E S PRÁCTICAS DE CARÁCTER GENERAL] Pero exige, de a c u e r d o con la naturaleza, q u e cada u n a d e esas
formas q u e d e establecida sin lesionar a nadie y, sobre todo, res-
[30]. D e las consideraciones expuestas se sigue q u e es total- p e t a n d o íntegramente los derechos de la Iglesia.
m e n t e ilícito pedir, defender, conceder la libertad d e pensamiento,
[33]. E s b u e n o participar en la vida política, a m e n o s q u e en
de imprenta, de enseñanza, de cultos, como otros tantos derechos
algunos lugares p o r especiales circunstancias de t i e m p o y situación
dados por la naturaleza al h o m b r e . P o r q u e si el h o m b r e hubiera
se i m p o n g a otra conducta 16 . M á s todavía, la Iglesia a p r u e b a la
recibido realmente estos derechos de la naturaleza, tendría derecho colaboración personal d e todos con su trabajo al bien c o m ú n y
a rechazar la autoridad d e Dios y la libertad h u m a n a n o podría q u e cada u n o en las m e d i d a s de sus fuerzas p r o c u r e la defensa, la
ser limitada p o r ley alguna.—Sigúese, además, q u e estas libertades, conservación y la prosperidad del Estado.
si existen causas justas, p u e d e n ser toleradas, p e r o d e n t r o de ciertos
límites para q u e n o degeneren en u n insolente d e s o r d e n . — D o n d e [ 3 4 ] . N o condena t a m p o c o la Iglesia el deseo de liberarse de
estas libertades estén vigentes, usen de ellas los ciudadanos para el la dominación de u n a potencia extranjera o de u n tirano, con tal
bien, p e r o piensen acerca d e ellas lo m i s m o q u e la Iglesia piensa. q u e ese deseo p u e d a realizarse sin violar la justicia. T a m p o c o r e -
U n a libertad n o debe ser considerada legítima m á s q u e c u a n d o p r e n d e , finalmente, a los q u e p r o c u r a n q u e los Estados vivan de
s u p o n e u n a u m e n t o en la facilidad para vivir según la virtud. acuerdo con su propia legislación y q u e los ciudadanos gocen de
F u e r a de este caso, n u n c a . medios m á s amplios para a u m e n t a r su bienestar. Siempre fué la
Iglesia fidelísima defensora de las libertades cívicas m o d e r a d a s . L o
[31]. D o n d e exista ya o d o n d e amenace la existencia de u n
d e m u e s t r a n sobre t o d o las ciudades de Italia, q u e lograron, bajo el
gobierno q u e tenga a la nación oprimida injustamente p o r la vio-
régimen municipal, prosperidad, riqueza y n o m b r e glorioso en
lencia o prive p o r la fuerza a la Iglesia d e la libertad debida, es
aquellos t i e m p o s en q u e la influencia saludable d e la Iglesia había
lícito p r o c u r a r al Estado otra organización política m á s moderada,
p e n e t r a d o sin oposición de nadie en todas las partes del E s t a d o .
bajo la cual se p u e d a obrar libremente. N o se pretende, en este
caso, una libertad i n m o d e r a d a y viciosa; se busca u n alivio para [35]. Estas enseñanzas, venerables h e r m a n o s , que, dictadas
el bien c o m ú n de t o d o s ; con ello ú n i c a m e n t e se p r e t e n d e q u e d o n d e
se concede licencia para el mal n o se i m p i d a el d e r e c h o de hacer est per se contra officium, salva tamen doctrina catholica de ortu atque ad-
el bien. ministratione publicae potestatis. Ex variis reipublicae generibus, modo sint
[32]. N i está p r o h i b i d o t a m p o c o en sí m i s m o preferir para el ad consulendum utilitati civium per se idónea, nullum quidem Ecclesia re-
spuit: singula tamen vult, quoad plañe ídem natura iubet, sine iniuria cuius-
tam alienum quam velle, ut ipsa quod vel falsum est vel iniustum dissimu- quam, maximeque integris Ecclesiae iuribus, esse constituía.
lanter ferat, aut in iis quae sunt religioni noxia conniveat. Ad res publicas gerendas accederé, nisi alicubi ob singularem rerum tem-
porumque conditionem aliter caveatur, honestum est: immo vero probat
Itaque ex dictis consequitur, nequáquam licere petere, defenderé, lar- Ecclesia, singulos operam suam in communem afferre fructum, et quantum
giri, cogitandi, scribendi, docendi, itemque promiscuam religionum liber- quisque industria potest, tueri, conservare, augere rempublicam.
tatem, veluti iura totidem, quae homini natura dederit. Nam si veré natura
dedisset, imperium Dei detrectari ius esset, nec ulla temperan lege libertas Ñeque illud Ecclesia damnat, velle gentem suam nemini serviré nec
humana posset.—Similitér consequitur, ista genera libertatis posse quidem, externo, nec domino, si modo fieri, incolumi iustitia, queat. Denique nec eos
si iustae causae sint, tolerari, definita tamen moderatione, ne in libidinem reprehendit qui efficere volunt, ut civitates suis legibus vivant, civesque quam
atque insolentiam degenerent.—Ubi vero harum libertatum viget consue- máxima augendorum commodorum facúltate donentur. Civicarum sine in-
tudo, eas ad facultatem recte faciendi cives transferant, quodque sentit de temperantia libertatum semper esse Ecclesia fautrix fidelissima consuevit:
illis Ecclesia, ídem ipsi sentiant. Omnis enim libertas legitima putanda, qua- quod testantur potissimum civitates italicae, scilicet prosperitatem, opes, glo-
tenus rerum honestarum maiorem facultatem afferat, praeterea nunquam. riam nominis municipali iure adeptae, quo tempore salutaris Ecclesiae vir-
tus in omnes reipublicae partes, nemine repugnante, pervaserat.
Ubi dominatus premat aut impendeat eiusmodi, qui oppressam iniusta
vi teneat civitatem, vel carere Ecclesiam cogat libértate debita, fas est aliam Haec quidem, venerabiles Fratres, quae fide simul et ratione duce, pro
quaerere temperationem reipublicae, in qua agere cum libértate concessum 1(1
Ejemplo típico de estas situaciones excepcionales fué el período italiano posterior al
sit: tune enim non illa expeditur immodica et vitiosa libertas, sed sublevatio > U'spojo dei poder temporal del Papado, y que se conoce con el nombre del non expedit, nega-
aliqua, salutis omnium causa, quaeritur, et hoc unice agitur ut, ubi rerum liwi dada por Pío IX, confirmada en 1886 por la S. R. Inquisición (ASS 19 [1886-1887]
malarum licentia tribuitur, ibi potestas honeste faciendi ne impediatur. ')-t-<)5) y reactualizada en la carta de León XIII al cardenal Parocchi, de 14 de marzo de 1805
'ASS 27 [1894-1895] 641-642) v en el breve pontificio al arzobispo de Milán, de 8 de junio
Atque etiam malle reipublicae statum populari temperatum genere, non «le igoo ÍASS ;ci [1900-1901] 3-4)
260 I.F.ÓN X I I I
de la naturaleza y a ella d e b e n ser referidos. P o r lo tanto, h o existe c u e n t e m e n t e a Dios con la h u m i l d e súplica de los apóstoles: Acre-
la revelación divina. N o -hay razón para practicar la moral cristiana cienta nuestra fe n .
ni para obedecer a la Iglesia. L a Iglesia carece de potestad legisla- [7]. P e r o en este o r d e n de cosas tocantes a la fe cristiana
tiva. N o tiene derecho alguno. M á s a ú n : la Iglesia n o d e b e tener existen t a m b i é n otras obligaciones, cuyo exacto c u m p l i m i e n t o , si
cabida en el c u a d r o de las instituciones civiles. Estos h o m b r e s p r o - siempre fué necesario p a r a la salvación, es i n c o m p a r a b l e m e n t e
c u r a n afanosamente y por todos los medios posibles apoderarse más u r g e n t e en estos t i e m p o s . — P o r q u e , en este d e s m e d i d o delirio
de los puestos públicos y de la dirección del Estado, para poder universal de opiniones a q u e nos h e m o s referido, es misión d e la
así con mayor facilidad regular la legislación y moldear la educa- Iglesia, obligatoria siempre, proteger la verdad y arrancar d e las
ción d e los pueblos según estos principios. P o r esto vemos a cada almas el error, ya q u e a la tutela de la Iglesia han sido confiadas
paso ataques, descubiertos unas veces, ocultos otras, contra el ca- la gloria d e D i o s y la salvación de las almas. P e r o c u a n d o la n e -
tolicismo. Y mientras conceden u n a amplia licencia para la per- cesidad apremia, la defensa de la fe n o es obligación exclusiva de
versa propagación de toda clase de errores, p o n e n n u m e r o s a s tra- los q u e m a n d a n , sino q u e , c o m o dice Santo T o m á s , «todos y cada
bas a la profesión pública de la verdad cristiana. u n o están obligados a manifestar p ú b l i c a m e n t e su fe, ya p a r a ins-
truir y confirmar a los d e m á s fieles, ya p a r a reprimir la audacia
de los infieles» 1 2 . Retirarse ante el enemigo o callar c u a n d o por
todas partes se levanta u n incesante clamoreo p a r a o p r i m i r la ver-
[Conservación y aumento de la fe personal]
dad, es actitud propia o de h o m b r e s cobardes o d e h o m b r e s inse-
guros de la verdad q u e profesan. E n a m b o s casos, esta conducta
[6]. A n t e situación t a n injusta, el p r i m e r deber de cada u n o es en sí m i s m a vergonzosa y, además, injuriosa a D i o s . L a cobardía
es velar p o r sí m i s m o , esforzándose p o r conservar la- fe h o n d a - y la d u d a son contrarias a la salvación del individuo y a la seguridad
m e n t e arraigada en su corazón, evitando c u a n t o p u e d a ponerla en del b i e n c o m ú n , y provechosas ú n i c a m e n t e para los enemigos del
peligro y m a n t e n i é n d o s e siempre en guardia contra la sofistería cristianismo, p o r q u e la cobardía d e los b u e n o s fomenta la audacia
de los incrédulos. Para mejor defender esta v i r t u d d e la fe, j u z - de los m a l o s . — P o r otra parte, la inacción de los cristianos es m á s
gamos m u y útil y m u y conforme a las circunstancias presentes vituperable, p o r q u e , d e ordinario, las falsas acusaciones y las o p i -
el estudio diligente de la doctrina cristiana según las posibilidades niones erróneas p u e d e n ser refutadas con poco trabajo. Y desde
y capacidad de cada u n o , y el e m p e ñ o p o r alcanzar u n conocimiento luego p u e d e n ser deshechas siempre con algún esfuerzo mayor.
lo m á s profundo posible de las verdades religiosas accesibles a la E n ú l t i m o extremo, t o d o s p u e d e n desplegar p ú b l i c a m e n t e la for-
sola razón. Y c o m o n o sólo d e b e m o s conservar en t o d o su vigor, taleza de alma propia del cristiano. C o n frecuencia esta fortaleza
p u r a e incontaminada, la fe cristiana, sino q u e es preciso r o b u s -
tecerla y aumentarla a diario, de aquí la necesidad de acudir fre- iteranda persaepe ad Deum est supplex atque humilis Apostolorum flagi-
tatio, adauge nobis fidem.
Verum in hoc eodem genere, quod fidem christianam attingit, alia sunt
nihil esse divinitus traditum: non disciplinae moruna christianae, non Ec- officia, quae observan accurate religioseque si salutis semper interfuit, hac
clesiae parendum: nullam huic esse legum ferendarum potestatem, nulla tempestate nostra interest máxime.—Nimirum in hac, quam diximus, tanta
iura; imo nec ullum Ecclesiae dari in reipublicae institutis locum oportere. ac tam late fusa opinionum insania, profecto patrocinium suscipere veri-
Expetunt vero atque omni ope contendunt capessere res publicas et ad tatis, erroresque ex animis evellere, Ecclesiae munus est, idque omni t e m -
gubernacula sedere civitatum, quo sibi facilius liceat ad has doctrinas diri- pore sancteque servandum, quia honor Dei, ac salus hominum in eius sunt
gere leges moresque fingere populorum. Ita passim catholicum nomen vel tutela. At vero, cum necessitas cogit, incolumitatem fidei tueri non ii solum
aperte petitur, vel occulte oppugnatur: magnáque cuilibet errorum per- debent qui praesunt, sed quilibet tenetur fidem suam aliis propagare, vel ad
versitati permissá licentiá, multis saepe vinculis publica veritatis christia- instructionem aliorum fidelium sive confirmationem, vel ad reprimendurn infide-
nae professio constringitur. lium insultationem. Cederé hosti, vel vocem premere, cum tantus undique
opprimendae veritati tollitur clamor, aut inertis hominis est, aut de iis, q u a e
His igitur tam iniquis rebus, primum omnium respicere se quisque de- profitetur, utrum vera sint, dubitantis. Utrumque turpe, atque iniuriosum
bet, vehementerque curare, ut alte comprehensam animo fidem intenta Deo: utrumque cum singulorum tum communi saluti repugnans: solis fidei
custodia tueatur, cavendo pericula, nominatimque contra varias sophisma- inimicis fructuosum, quia valde auget remissior proborum opera audaciam
tum falladas semper armatus. Ad cuius incolumitatem virtutis illud etiam improborum.—Eoque magis christianorum vituperanda segnities, quia falsa
perutüe, et magnopere consentaneum temporibus iudicamus, studium dili- crimina dilui, opinionesque pravae confutari levi negotio, ut plurimum,
gens, ut est facultas et captus singulorum, in christiana doctrina poneré, possunt: maiore aliquo cum labore semper possunt. Ad extremurn, nerrio
earumque rerum, quae religionem continent, quasque assequi ratione licet, unus prohibetur eam adhibere ac prae se ferré fortitudinem, quaepropria
maiore qua potest notitia mentem imbuere. Cumque fidem non modo vigere 1
' Le. 17,5.
in animis incorruptam, sed assiduis etiam incrementis oporteat augescere, 12
SANTO TOMAS, Summa Theologica 2-2 q.3 a.2 ad 2.
274 tEÓN X I I I
SAI'JliNTlAli CIJK1STI \ N U .
est christianorum: qua ipsa non raro animi adversariorum et consilia fran- magistros est, quos Spiritus Sanctus posuit Episcopos regere Ecclesiam Dei,
guntur. Sunt praeterea christiani ad dimicationem nati: cuius quo maior est maximeque penes Pontificem romanum, IESU CHRISTI vicarium, Ecclesiae
vis, eo certior, Deo opitulante, victoria. Confidite: ego vici mundum, Ñeque universae summa cum potestate praepositum credendorum, agendorum
est quod opponat quisquam, Ecclesiae conservatorem ac vindicem Iesum magistrum. Nihilominus nemo putet, industriam nonnuilam eadem in re
Christum nequáquam opera hominum indigere. Non enim inopia virium, poneré privatos prohiben, eos nominatim, quibus ingenii facultatem Deus
sed magnitudine bonitatis vuJt ille ut aliquid a nobis conferatur operae ad cum studio bene merendi dedit: qui, quoties res exigat, commode possunt
salutis, quam ipse peperit, obtinendos adipiscendosque fructus. non sane doctoris sibi partes assumere, sed ea, quae ipsi acceperint, imper-
tiré ceteris, magistrorum voci resonantes tamquam imago. Quin imo priva-
Huiusce partes officii primae sunt, catholicam doctrinam profiteri aperte torum opera visa est Patribus Cohcilii Vaticani usque adeo opportuna ac
et constanter, eamque.quoad quisque potest, propagare. Nam, quod saepius frugífera, ut prorsus deposcendam iudicarint. Omnes christifideles, máxime
est verissimeque dictum christianae quidem sapientiae nihil tam obest, vero eos, qui praesunt, vel docendi muñere funguntur, per viscera Iesu Christi
quam non esse cognitam. Valet enim per se ipsa ad depellendos errores obtestamur, nec non eiusdem Dei et Salvatoris nostri auctaritate iubemus, ut
probé percepta: quam si mens arripuerit simplex praeiudicatisque non ad- ad hos errores a sancta Ecclesia arcendos et eliminandos, atque purissimae fidei
stricta opinionibus, assentiendum esse ratio pronuntiat. Nunc vero fidei lucera pandendam studium et operam conferant. Ceterum serere fidem catho-
virtus grande munus est gratiae bonitatisque divinae: res tamen ipsae, qui- licam auctoritate exempli, professionisque constantia praedicare, quisquí-
bus adhibenda lides, non alio fere modo quam audiendo noscuntur. Quomodo se posse ac deberé meminerit.—In officiis igitur quae nos iungunt ü e o atqiu
credent ei, quera non audierunt? Quomodo autem audient sine praedicante?... Ecclesiae, hoc est numerandum máxime, ut in veritate christiana propafianrl.i
Ergofides ex auditu, auditus autem per verbum Christi. Quoniam igitur fides propulsandisque erroribus elaboret singulorum, quoad potest, industria
est ad salutem necessaria, omnino praedicari verbum Christi consequitur
oportere. Profecto praedicandi, hoc est docendi, munus iure divino penes Quibus tamen officiis non ita, Ut oportet, cumúlate et utiliter satisfaz
13
turi sunt, si alii seorsum ab alus in certamen descenderint.—Futurums;iiu
lo. 16,33.
14
Rom. 10,14.17. 1 s Act. 20,28.
16
Concilio Vaticano s e s s . j ; Const. Dei Filius c . j c.4 c . 3 : D B 1819.
276 LEOS XIII S.M'IKNTI.Mi fIIKISTIAN.U! 277
envidia d e los h o m b r e s , de q u e El, antes q u e nadie, fué blanco, se A esta u n i d a d exhortaba el apóstol San Pablo a los corintios con
extenderían del m i s m o m o d o a la obra p o r El fundada, d e t a l suerte t o d o encarecimiento y con palabras m u y serias: Os ruego encareci-
que a m u c h o s d e h e c h o se les impediría conseguir la salvación, q u e damente, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que
El p o r singular beneficio n o s h a procurado. P o r este motivo h a todos tengáis un mismo lenguaje y no haya entre vosotros cismas;
querido formar n o solamente discípulos d e su doctrina, sino ade- antes bien, viváis perfectamente unidos en un mismo pensar y en un
m á s reunirlos e n sociedad y hacer d e ellos u n solo cuerpo a r m o - mismo sentir 21.—Fácilmente comprensible es la sabiduría d e este
nioso, que es la Iglesia i 7 , cuya cabeza es E l m i s m o . L a vida d e p r e c e p t o : el e n t e n d i m i e n t o es el principio d e la acción. P o r consi-
Jesucristo p e n e t r a y recorre el organismo entero d e este c u e r p o , guiente, la u n i ó n d e voluntades y la u n i d a d e n la acción s o n i m p o -
n u t r e y sustenta a cada u n o d e los m i e m b r o s y los mantiene u n i d o s sibles si existe diversidad d e opiniones e n los entendimientos. E s
entre sí y encaminados, al m i s m o fin, sin q u e p o r eso sea u n a m i s m a m u y difícil, si n o es imposible, q u e p u e d a n tener u n i d a d d e doctrina
la acción d e cada m i e m b r o . Pues a la manera que en un solo cuerpo ios q u e siguen a la razón como única guía. E l arte d e conocer la
tenemos muchos miembros, y todos los rniembros no tienen la,misma realidad v e r d a d e r a es m u y difícil. N u e s t r o e n t e n d i m i e n t o es débil
función,, así nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo, p o r naturaleza, sufre la atracción contradictoria d e las diversas opi-
pero cada miembro está al servicio de los otros miembros 1 8 . P o r estas niones y se ve e n g a ñ a d o a m e n u d o p o r las apariencias externas d e
razones, la Iglesia n o sólo es sociedad perfecta y superior a toda las cosas. A estas dificultades h a y q u e añadir el desorden d e las
otra sociedad, sino q u e además tiene, impuesta p o r su fundador, concupiscencias, q u e c o n excesiva frecuencia quita, o p o r lo m e n o s
la obligación d e trabajar p o r la salvación del género h u m a n o como disminuye, la facultad visiva d e la verdad. Este es el motivo d e q u e
un ejército formado en pie de batalla 1 9 . Esta constitución orgánica e n el gobierno político se p r o c u r e unir por la fuerza a los ciudadanos
de la sociedad cristiana es totalmente i n m u t a b l e . N i está p e r m i t i d o q u e a n d a n d i v i d i d o s . — T o t a l m e n t e contrario es el proceder d e los
a sus m i e m b r o s vivir a su antojo o escoger la táctica d e c o m b a t e cristianos. E l cristiano recibe d e la Iglesia la regla d e su fe. Sabe
que m á s les agrade. E l q u e n o recoge con la Iglesia y con Jesucristo, con certeza q u e , obedeciendo a la Iglesia y dejándose guiar p o r
desparrama, y e n realidad pelean contra Dios todos los q u e n o p e - ésta, alcanzará la posesión d e la verdad. A s í como n o h a y m á s q u e
lean con El y con su Iglesia. El que no está conmigo está contra mí; u n a Iglesia, p o r q u e n o hay m á s q u e u n solo Jesucristo, así es y debe
y el que conmigo.no recoge, desparrama 2 0 . ser u n a la doctrina d e t o d o s los cristianos del m u n d o . Un solo Señor,
[10]. Para realizar esta u n i ó n d e los ánimos y esta uniformi- una sola fe 2 2 . Pero, teniendo todos un mismo espíritu de fe 2 3 , poseen
dad en la acción, t e m i d a con razón p o r los enemigos del catoli- el principio eficaz del q u e brota espontáneamente e n todos la u n i ó n
cismo, la p r i m e r a condición necesaria es la u n i d a d e n los pareceres. de voluntades y la u n i d a d e n la acción.
El concilio Vaticano o r d e n a q u e estas enseñanzas d e b e n ser creídas d e este gobierno es difícil. E s u n camino q u e tropieza con f r e o u n
con fe divina y católica 2S. E n t r e los deberes de los cristianos hay q u e tes obstáculos. P o r q u e la Iglesia gobierna a pueblos disemin.ulu.
incluir además la obligación d e dejarse regir y gobernar por la auto- p o r todas las partes del m u n d o , d e diverso origen y de costumbre!,
ridad y dirección de los obispos y, sobre todo, d e la Sede A p o s t ó l i - diferentes. Estos pueblos, al vivir cada u n o sometido a la leyiül.i
ca. L a utilidad de esta obligación es fácil de ver. El contenido de la ción civil de su propio E s t a d o , tienen el deber de estar sujetos, ¡1 un
revelación divina se refiere en parte a Dios, en parte al h o m b r e y en m i s m o t i e m p o , al p o d e r civil y al p o d e r religioso. Estos dos deben:.'.,
parte t a m b i é n a las cosas necesarias para la salvación del h o m b r e . a u n q u e u n i d o s en u n a m i s m a persona, n o son en sí contradictorios,
A h o r a bien, la Iglesia, c o m o h e m o s dicho, y, d e n t r o d e la Iglesia, el como h e m o s dicho, ni se confunden entre sí. L a p r i m e r a obligación
S u m o Pontífice, tienen autoridad p o r d e r e c h o divino en materia de se o r d e n a a la p r o s p e r i d a d de la sociedad civil. L a segunda, al bien
fe y de moral. Por lo cual, el R o m a n o Pontífice, en v i r t u d d e su c o m ú n de la Iglesia. A m b a s obligaciones, a conseguir la perfección
autoridad, d e b e p o d e r j u z g a r acerca del contenido d e la revelación del h o m b r e . ,
divina y decidir q u é doctrinas concuerdan con esta revelación y q u é [Iglesia y Estado]
doctrinas discrepan d e ella. E n materia de moral, a él toca señalar
lo q u e es b u e n o y lo q u e es malo, lo q u e hay q u e hacer y lo q u e hay [14]. Deslindados así claramente los derechos y las obligacio-
q u e evitar p a r a conseguir la salvación. D e otro m o d o n o sería para nes, aparece con claridad la libertad q u e las autoridades civiles dis-
los h o m b r e s intérprete fiel de las enseñanzas d e Dios ni guía seguro frutan en la esfera de su competencia propia. L i b e r t a d q u e n o sólo
en el camino de la vida. n o está obstaculizada p o r la Iglesia, sino incluso favorecida positi-
v a m e n t e p o r ésta. L a Iglesia, al o r d e n a r p a r t i c u l a r m e n t e el ejerci-
cio de la piedad, q u e es la justicia para con Dios, o r d e n a también
[III. D O S SOCIEDADES, DOS PODERES ]
la justicia para con los gobernantes. Pero, p o r su institución m á s
[13]. H a y q u e p e n e t r a r m á s a d e n t r o en la naturaleza íntima noble, el fin del p o d e r eclesiástico es dirigir a los h o m b r e s , buscan-
de la Iglesia. N o es la Iglesia u n a agrupación casual de cristianos, d o el reino de Dios y su justicia 2 9 , y a esta finalidad lo endereza t o d o ,
sino u n a sociedad constituida p o r Dios con a d m i r a b l e equilibrio, y nadie p u e d e dudar, sin pecar contra la fe, q u e este gobierno d e
sociedad cuyo fin directo e i n m e d i a t o es la paz y la santificación d e las almas es competencia exclusiva de la Iglesia. N a d a tiene que ver
las almas. Y como, p o r divina disposición, la Iglesia posee t o d o s los en esta esfera el p o d e r civil. Jesucristo no entregó las llaves del reino
medios necesarios para estos fines, tiene leyes propias, obligaciones d e los cielos al César, sino a San P e d r o . — C o n esta doctrina sobre
peculiares y u n m é t o d o y sistema determinados, d e a c u e r d o con su él p o d e r político y el p o d e r religioso están í n t i m a m e n t e relaciona-
naturaleza, para gobernar a los pueblos cristianos.—Pero el ejercicio das otras ideas de gran trascendencia, q u e n o q u e r e m o s silenciar
en este m o m e n t o .
dinario tamen et universali magisterio tamquam divinitus revelatae credendae moderandis rationem viamque sequitur naturae suae consentaneam.—Sed
proponuntur: quas fide catholica et divina credendas Concilium Vaticanum istiusmodi regiminis difficilis est et cum frequenti offensione cursus. Gentes
decrevit. Sec hoc est praeterea in officiis christianorum ponendum, ut potes- enim Ecclesia regit per cunctos terrarum tractus disseminatas, genere diffe-
tate ductuque Episcoporum imprimisque Sedis Apostolicae regi se guberna- rentes moribusque, quas, cum in sua quaeque república suis legibus vivant,
rique patiantur. Quod quidem quam sit consentaneum, perfacile apparet. civili simul ac sacrae potestati officium est subesse. Quae officia in eisdem
Nam quae divinis oraculis continentur, ea Deum partim attingunt, partim personis coniuncta reperiuntur, non vero pugnantia, uti diximus, ñeque
ipsum hominem itemque res ad sempiternam hominis salutem necessarias. confusa, quia alterum genus ad prosperitatem pertinet civitatis, alterum
Iamvero de utroque genere, nimirum et quid credere oporteat et quid agere, ad commune Ecclesiae bonum, utrumque pariendae hominum perfectioni
ab Ecclesia iure divino praecipitur, uti diximus, atque in Ecclesia a Pontífice natum.
máximo. Quamobrem iudicare posse Pontifex pro auctoritate debet quid
eloquia divina contineant, quae cum eis doctrinae concordent, quae discre- Qua posita iurium et officiorum terminatione, omnino liquet esse liberos
pent: eademque ratione ostendere quae honesta sint, quae turpia: quid ad res suas gerendas rectores civitatum: idque non modo non invita, sed
agere, quid fugere, salutis adipiscendae causa, necesse sit: aliter enim nec plañe adiuvante Ecclesia: quae quoniam máxime praecipit ut colatur pietas,
eloquiorum Dei certus interpres, nec dux ad vivendum tutus ille esse ho- quae est iustitia adversus Deum, hoc ipso ad iustitiam vocat erga príncipes.
mini posset. Verum longe nobiliore instituto potestas sacra eo spectat, ut regat hominum
ánimos tuendo regnum Dei et iustitiam eius, atque in hoc tota versatur. D u -
Altius praeterea intrandum in Ecclesiae naturam: quippe quae non est bitari vero salva fide non potest, istiusmodi régimen animorum Ecclesiae
christianorum, ut fors tulit, nexa communio, sed excellenti temperatione esse assignatum uni, nihil ut in eo sit politicae potestati loci: non enim
divinitus constituta societas, quae illuc recta proximeque spectat, ut pacem Caesari, sed Petro claves regni caelorum IESUS CHRISTUS commendavit.
animis ac sanctitatem afferat: cumque res ad id necessarias divino muñere Cum hac de rebus politicis deque religiosis doctrina quaedam alia coniun-
sola possideat, certas habet leges, certa officia, atque in populis christianis guntur non exigui rnomenti, de quibus silere hoc loco nolumus.
[ 1 5 ] . L a Iglesia es m u y distinta de toda clase de Estados. T i e - receres y voluntades, hay q u e combatir en defensa de la tcliujún,
ne una constitución semejante a la m o n a r q u í a real, p e r o en su origen, q u e es el b i e n c o m ú n p o r excelencia, al cual todos los d e m á s di-btii
causa y naturaleza es m u y diferente de todos los reinos.—Es, p u e s , s u b o r d i n a r s e . — E s necesario exponer esta idea con mayor detoni
j u s t o q u e la Iglesia viva y se gobierne con leyes e instituciones ajus- miento.
tadas a su propia naturaleza. Y c o m o n o sólo es sociedad perfecta,
s i n o t a m b i é n superior a cualquier otra sociedad h u m a n a , tiene el [Deberes de los católicos en la vida política]
d e r e c h o y el deber de rechazar de plano toda pasión partidista y t o d o [ 1 6 ] . Es cierto q u e la Iglesia y el Estado tienen cada u n o su p r o -
servilismo a las cambiantes curvas de la vida política. Por esta m i s - pia autoridad. Por esta razón, en la gestión d e los intereses q u e son
m a razón, la Iglesia, defensora de sus derechos y respetuosa de los d e su competencia, n i n g u n o está obligado a obedecer al otro d e n t r o
derechos ajenos, j u z g a q u e n o es competencia suya la declaración d e los límites q u e cada u n o tiene señalados p o r su p r o p i a constitu-
de la mejor forma de gobierno ni el establecimiento de las institu- ción. P e r o de esta autonomía n o se sigue en m o d o alguno q u e d e b a n
ciones rectoras de la vida política de los pueblos cristianos. L a Igle- a n d a r desunidos, y m u c h o m e n o s q u e d e b a n vivir en l u c h a . — L a
sia a p r u e b a todas las formas de gobierno, con tal q u e q u e d e n a salvo naturaleza, en efecto, nos ha d a d o n o sólo el ser físico, sino tátmbién
la religión y la m o r a l . — T o d o cristiano ha de ajustar sus ideas y su el ser moral. P o r lo cual el h o m b r e busca en la tranquilidad del or-
vida a este criterio. E s i n d u d a b l e q u e t a m b i é n en materia política d e n público, fin i n m e d i a t o de la sociedad civil, el bienestar y, sobre
existe u n a lucha h o n r a d a : cuando, q u e d a n d o a salvo la verdad y la todo, los medios necesarios para perfeccionar su vida moral, per-
justicia, se lucha para q u e prevalezcan en la práctica las opiniones fección q u e n o consiste en otra cosa q u e en el conocimiento y p r á c -
q u e parecen m á s acomodadas al b i e n c o m ú n . Pero q u e r e r complicar tica de la virtud. Pero, al m i s m o t i e m p o , el h o m b r e quiere, c o m o es
a la Iglesia en querellas de política partidista o p r e t e n d e r tenerla j u s t o , encontrar en la Iglesia los medios convenientes para su per-
c o m o auxiliar para vencer a los adversarios políticos, es u n a con- fección religiosa, la cual consiste en el conocimiento y práctica de la
ducta q u e constituye u n abuso m u y grave de la religión. Por el con- verdadera religión, q u e es la principal de las virtudes, porque, al
trario, la religión ha de ser t e n i d a p o r todos los partidos como cosa conducirnos a D i o s , c u m p l e y perfecciona todas las d e m á s virtudes.
santa e inviolable. M á s aún, en la política, q u e n o p u e d e q u e d a r se- D e aquí se sigue q u e , al redactar las leyes y al establecer las institu-
parada de la moral y de la religión, se ha de t e n e r siempre presente ciones, se d e b e a t e n d e r a la índole moral y religiosa del h o m b r e . Se
en p r i m e r lugar la intención de servir lo m á s eficazmente posible ha d e p r o c u r a r su perfección, p e r o ordenada y rectamente. N a d a se
los valores del cristianismo. Y si se ve en alguna p a r t e q u e el cristia- d e b e m a n d a r o p r o h i b i r sin tener en cuenta el fin propio del E s t a d o
nismo se halla en peligro p o r las maquinaciones de los adversarios, y el fin particular d e la Iglesia. P o r esta razón, la Iglesia n o p u e d e
d e b e n cesar al p u n t o todas las diferencias y, con u n a n i m i d a d de pa-
ac defensio suscipienda reügionis, quod est commune bonum máximum,
Ab omni político genere imperii distat christiana respublica plurimum. quo sunt omnia referenda.—Idque opus esse ducimus aliquanto exponere
Quod si similitudinem habet conformationemque regni, proferto originem, aecuratius.
causam, naturam mortalibus regnis habet longe disparem.—Ius est igitur,
vivere Ecclesiam tuerique se consentaneis naturae suae institutis ac legibus. Proferto et Ecclesia et civitas suum habet utraque principatum: propter-
Eademque cum non modo societas perfecta sit, sed etiam humana quavis eaque in gerendis rebus suis neutra paret alteri, utique intra términos a
societate superior, sectari partium studia et mutabilibus rerum civüium fjexi- próxima cuiusque causa constituios. Ex quo tamen milla ratione disiunctas
bus serviré iure officioque suo valde recusat. Similique ratione custos íuns esse sequitur, multoque minus pugnantes.—Sane non tantum nobis ut esse-
su i, observantissima alieni, non ad se putat Ecclesia pertinere, quae máxime mus natura dedit, sed ut morati essemus. Quare a tranquillitate ordinis
forma civitatis placeat, quibus institutis res christianarum gentium civilis publici, quam proxime habet civilis coniunctio propositam, hoc petit homo,
geratur: ex variisque reipublicae generibus nullum non probat, duna rehgio ut bene sibi esse liceat, ac multo magis ut satis praesidii ad perficiendos
morumque disciplina salva sit.—Ad hoc exemplum cogitationes actionesque mores suppeditet: quae perfectio nusquam nisi in cognitione consistit atque
dirigí singulorum christianorum oportet. Non dubium est, quin quaedam exercitatione virtutis. Simul vero vult, id quod debet, adiumenta in Ecclesia
sit in genere politico honesta contentio, cum scilicet incolumi veritate IUSÜ- reperire, quorum ope pietatis perfectae perfecto fungatur muñere: quod in
tiaque certatur, ut opiniones re usuque valeant, quae ad commune bonum cognitione usuque positum est verae reügionis, quae princeps est virtutum,
prae ceteris conducibiles videantur. Sed Ecclesiam trahere ad partes, aut propterea quod, revocando ad Deum, explet et cumulat universas.—In
omnino adiutricem velle ad eos, quibuscum contenditur, superandos, ho- institutis igitur legibusque sanciendis spectanda hominis Índoles est moralis
minum est religione intemperanter abutentium. Ex adverso sancta atque eadem ac religiosa, eiusdemque curanda perfectio, sed recte atque ordine:
inviolata apud omnes debet esse religio: imo in ipsa disciplina civitatum, nec imperandum vetandumve quidquam nisi ratione habita quid civili h o -
quae a legibus morum officiisque reügionis separan non potest, hoc est minum societati sit, quid religiosae propositum. Hac ipsa de causa non
potissimum perpetuoque spectandum, quid máxime expediat christiano no- potest Ecclesiae non interesse quales in civitatibus valeant leges, non quate-
mini: quod ipsum sicubi in periculo esse adversariorum opera videatur, nus ad rempublicam pertinent, sed quia fines débitos aliquando praeter-
cessandum ab omni dissidio, et concordibus animis et consiliis propugnaüo gressae in ius Ecclesiae invadunt. Quin imo resistere, si quando officiat
SAl'IFNTlUf CHK1STIANAH *JH5
284 I.Kl'lN XIII
q u e d a r indiferente ante la legislación de los Estados no en^cuanto la fuerza de la Iglesia, p o d r á n destruir las irlsidias con su prudencia,
q u e esta legislación es competencia exclusiva del Estado, s no, p o las violencias con su fortaleza.—No es ésta ocasión de averiguar l.i
q u e a veces las legislaciones se extralimitan, invadiendo la estela influencia q u e en la formación del nuevo estado de cosas h a n descm
jurídica de la Iglesia. M á s aún, la Iglesia ha recibido de Dios el e n - peñado la indolencia en la acción y las discordias internas d e los
cargo de oponerse a la legislación c u a n d o las leyes positivas son con- católicos. P e r o con toda seguridad n o habrían sido t a n osados los
trarias a la religión, y de procurar con eficacia q u e el espíritu evan- enemigos, ni habrían p r o v o c a d o tantas ruinas, si m u c h o s católicos
gélico informe las leyes y las instituciones d e los pueblos. Y c o m o e hubiesen t e n i d o m á s arraigada y firme en su corazón la fe que obra
destino d e los Estados d e p e n d e principalmente d e la mentalidad por medio de la caridad 32. N i t a m p o c o habría decaído t a n extensa
de los gobernantes, p o r esto la Iglesia n o p u e d e d a r su favor y d e - m e n t e la moral revelada al h o m b r e p o r Dios. ¡Ojalá saquemos pro-
fensa a los gobernantes q u e la hostilizan, q u e desconocen abierta- vecho del pasado para ser m á s cautos en el porvenir!
m e n t e sus derechos y q u e se e m p e ñ a n e n separar dos cosas ínsepa-
' rabies p o r naturaleza, c o m o son la Iglesia y el E s t a d o . P o r el contra- [Dos peligros]
rio, la Iglesia favorece, como es su deber, a todos aquellos q u e , con
criterio acertado acerca de la Iglesia y el Estado, trabajan p a r a q u e [18]. L o s q u e h a n de t o m a r p a r t e en la vida política, d e b e n
ambos, aunados, procuren el bien c o m ú n . — E n estos principios q u e - evitar con s u m o cuidado dos vicios contrarios, el p r i m e r o d e los
da contenida la n o r m a de conducta q u e cada católico d e b e observar cuales u s u r p a el n o m b r e de prudencia, y el s e g u n d o incurre en te-
en la vida política. D o n d e q u i e r a q u e la Iglesia p e r m i t e intervenir m e r i d a d . — A l g u n o s dicen q u e n o conviene resistir abiertamente a la
en la vida pública, se debe favorecer a las personas de conocida presión poderosa de la impiedad, para evitar q u e la lucha exaspere
h o n r a d e z q u e h a n de ser útiles a la religión. N o hay ni p u e d e h a - los ánimos enemigos. N o es cosa clara si los q u e así hablan están
ber causa alguna q u e legitime la preferencia dada a los h o m b r e s a favor d e la Iglesia o en contra de la Iglesia. Afirman q u e son cató-
mal dispuestos contra la Iglesia. licos; quieren, sin e m b a r g o , q u e la Iglesia permita la propagación
[ 1 7 ] . D e aquí se ve la trascendencia q u e tiene la obligación i m p u n e de ciertas teorías q u e le son contrarias. L a m e n t a n la deca-
de m a n t e n e r la concordia de los espíritus, sobre t o d o cuando, como dencia d e la fe y la corrupción de la moral, p e r o n o trabajan para
ahora, el cristianismo sufre una astuta y calculada persecución. T o - ponerles r e m e d i o ; t o d o lo contrario, con u n a excesiva indulgencia
dos los q u e p r o c u r a n con diligencia adherirse a la Iglesia, columna y u n disimulo perjudicial agravan n o pocas veces los males. N o quie-
y fundamento de la verdad 3 °, fácilmente se p r e v e n d r á n contra los ren q u e nadie ponga en entredicho su afecto a la Santa Sede, pero
maestros de la mentira... que les prometen libertad, cuando ellos mis- n u n c a les faltan pretextos p a r a indignarse contra el R o m a n o P o n -
mos son esclavos de la corrupción 3 1 . M á s aún, hechos partícipes d e tífice. El apóstol San Pablo califica la p r u d e n c i a de estos h o m b r e s
como sabiduría de la carne y muerte del alma 33, p o r q u e cae necesa-
religioni disciplina reipublicae, studioseque conari, ut in leges et instituía fortitudine.—Non est huius loci exquirere, num quid, et quantum ad novas
populorum virtus pervadat Evangelii, munus est Ecclesiae assignatum a res contulerit opera segnior atque intestina discordia catholicorum: sed certe
Deo. Quoniamque fortuna reipublicae potissimum ex eorum pendet ingenio erant homines nequam minus habituri audaciae, nec tantas edituri ruinas,
qui populo praesunt, ideirco Ecclesia patrocinium iis hominibus gratiamve si robustior in plurimorum animis viguisset fides, quae per caritatem opera-
praebere non potest, a quibus oppugnari sese intelligat, qui íura ipsius vereri tur, ñeque tam late morum christianorum tradita nobis divinitus disciplina
aperte recusent, qui rem sacram remque civilem natura consociatas divellere
concidisset. Utinam praeteritae res hoc pariant, recordando, commodi, rec-
contendant. Contra fautrix, uti debet, eorum est qui, cum de civili deque
tius sapere in posterurn.
christiana república quod sentiré rectum est, ipsi sentiant, ambas in communi
bono concordes elaborare volunt.—His praeceptis norma continetur, quam Verum ad negotia publica accessuris dúo sunt magnopere vitia fugienda,
in publica actione vitae catholicum quemque necesse est sequi. Nimirum, quorum alterum prudentiae nomen usurpat, alterum in temerítate versa-
ubicumque in negotíis publicis versari per Ecclesiam licet, favendum viris tur.—Quídam enim potenti pollentique improbitati aperte resistere negant
est spectatae probitatis, eisdemque de christiano nomine merituris: ñeque oportere, ne forte hostiles ánimos certamen exasperet. Isti quidem p r o
causa esse ulla potest cur male erga religionem animatos liceat anteponeie. Ecclesia stent, an contra, incertum: quandoquidem profiteri se doctrinam
Ex quo apparet quam sit magnum officium tueri consensum animorum, catholicam affirmant, sed tamen vellent, certas ab eá discrepantes opinio-
praesertim cum per hoc tempus tanta consiliorum calliditate christianum nes impune propagan posse Ecclesia sineret. Ferunt dolenter interitum
oppugnetur nomen. Quotquot diligenter studuerint Ecclesiae adhaerescere,
lidei demutationemque morum: nihil tamen de remedio laborant, vel
quae est columna et firmamentum veritatis, facile cavebunt magistros menda-
etiam nimia indulgentiá aut perniciosa quadam simulatione non raro ma-
ces... libertatem illis promittentes, cum ipsi serví siní corruptionis: quin imo
ipsius Ecclesiae virtutis participes futuri, insidias sapientia vincent, vim lum augent. Iidem de sua in apostolicam Sedem volúntate nemini volunt
esse dubium: sed habent semper aliquid, quod pontifici succenseant. I s -
3» 1 T i m . 3.IS- tiusmodi hominum prudentia ex eo est genere, quod a,Paulo Apostólo
31 2. Pet. 2,19
12
Cal. 1,6.
•U Rom. 8,6-7.
286 LEÓN' N'IÍT
SAi'IE.NIIAE CHUISTIANAli
in christiana república debet, quanto Pontificis política prudentia plura redarguunt, inde per elationis impulsum in profundiora mergantur. Admo-
complectitur: eius enim est non solum regere Ecclesiam, sed generativn nendi sunt, ne cum culpas praepositorum considerant, contra eos audaciores
cívium chistianorum actiones ita ordinare, ut cum spe adipiscendae salutis fiant, sed sic, si qua valde sunt eorum prava, apud semetipsos diiudicent, ut
aeternae apte congruant. Ex quo apparet, praeter summam sententiarum tamen divino timare constricti ferré sub eis iugum reverentiae non recusent...
concordiam et factorum, necesse esse politicam potestatis eeclesiasticae Facta quippe praepositorum oris gladio ferienda non sunt, et'iam cum recte
observare in agendo sapientiam. Iamvero christianae rei administratio pro- reprehendenda iudicantur.
xime et secundum Pontificem romanum ad Episcopos pertinef. qui scili-
cet, quamquam pontificalis fastigium potestatis non attingunt, sunt tamen Verumtamen parum sunt conata profutura, nisi ad virtutum christia-
in ecclesiastica hierarchia veri principes; cumque singulas Ecciesias singuli narum disciplinaria vita instituatur.—Illa est sacrariun Litterarum de Iudaeo-
administrent, sunt quasi principales artífices... in aedificio spiriluali, atque rum genere sententia: Usque dv.m non peccarent in conspectu Dei sui, erant
habent munerum adiutores, ac ministros consiliorum clericos. Ad hanc cum Mis bona: Deus enim illorum odit iniquitatem... Cum recessissent a via,
Ecclesiae constitutionem, quam nenio mortalium imitare potest, actio est quam dederat illis Deus, ut ambularent in ea, exterminati sunt praeliis a multis
accommodanda vitae. Propterea quemadmodum Episcopis necessaria est nationibus. Atqui inchoatam íormam populi christíani gerebat Iudaeorum
cum Apostólica Sede in gerendo episcopatu coniunctio, ita clericos laicos- natio: atque in veteribus eorum casibus saepe imago inerat veritatis fu-
que oportet cum Episcopis suis coniunctissime vivere, agere.—Ipsorum lurae: nisi quod longe maioribus beneficiis auxit nos atque ornavit divina
quidem Antistitum utique potest esse aliquid aut minus laudabile in mori- benignitas, ob eamque rem ingrati animi crimen multo efficit christiano-
bus, aut ín sententíís non probabile: sed nemo privatus arroget sibi perso- rum graviora delicia.
nara iudicis, quam Christus Dominus iüi imposuit uni, quem agnis atque Ecclesia quidem nullo tempore nulloque modo deseritur a Deo: quare
ovibus praefecit. Memoria quisque teneat sapientissimam Gregorii magni nihil est, quod sibi ab hominum scelere metuat: at vero degenerántibus
sententiam: Admonendi sunt subditi, ne praepositorum suorum vitam temeré .1 christiana virtute nationibus non eadem potest esse securitas. Miseros
iudicent, si quid eos fortasse agere reprehensibiliter videra, ne unde mala rede
38
SAN GKEGORIO MAGNO, Líber rexuloe pastomlis IJJ 4: PL 77.55-
" SANTO TOMÁS, Quodlibet. i a. 14. '» l u d . 5,17-18.
•"> P t w . 14,34.
[loefr. poníif. j W
290 LEÓN X I I I K.vi'iKVn.u: ciiKisn \s\ti
42
hua e x p e r i m e n t a d o rigurosamente la verdad de esta sentencia. ¿Por vínculo de la perfección . Sí, la caridad es u n vínculo de perfección
q u é motivo n u e s t r o siglo ha de ser u n a excepción? M u c h a s son las p o r q u e , u n e con Dios estrechamente a los q u e la h a n abrazado
sánales indicadoras de la proximidad del castigo merecido. L a m i s m a hace q u e éstos reciban de Dios la vida del alma y vivan con Dios \
situación real de los Estados m o d e r n o s lo c o m p r u e b a . N o pocos para Dios. C o n el a m o r de D i o s ha de ir u n i d o el amor de los pi < •
listados se ven consumidos p o r divisiones internas. N o hay Estado jimos, ya q u e los h o m b r e s participan d e la b o n d a d infinita de Dio...
q u e goce d e completa y tranquila seguridad. Si las sectas d e la p e r - d e quien son imagen y semejanza. Este mandamiento nos ha dado
versión perseveran en su audacia insidiosa por el camino e m p r e n - Dios: que quien le ama a El, ame también a su hermano4^. Sí alguno
dido, si logran a u m e n t a r su poderosa influencia c o m o a u m e n t a su dijere que ama a Dios y aborreciere a su hermano, miente44. El divino
malicia y sus malvados designios, h a b r á razón para t e m e r q u e acaben Legislador calificó de nuevo 45 este m a n d a m i e n t o de la caridad, no
d e m o l i e n d o t o d o el edificio social desde sus m i s m o s cimientos na- p o r q u e hasta entonces la ley divina y la m i s m a ley natural hubiesen
t u r a l e s . — L o s medios h u m a n o s son insuficientes para alejar u n p e - olvidado el p r e c e p t o del a m o r al prójimo, sino p o r q u e el m o d o de
ligro t a n grave. H o y día vemos a u n a g r a n m u l t i t u d de h o m b r e s q u e amarse q u e habían d e t e n e r los cristianos era n u e v o y hasta entonces
h a n a b a n d o n a d o la fe cristiana y p a g a n el j u s t o castigo d e su so- inaudito. L a caridad c o n q u e Jesucristo es a m a d o p o r su P a d r e , y
berbia. Cegados p o r sus pasiones, b u s c a n i n ú t i l m e n t e la verdad. con la q u e El ama a los h o m b r e s , es la m i s m a q u e El consiguió para
C o n f u n d e n el error con la verdad, y se j u z g a n sabios, c u a n d o llaman sus discípulos y seguidores, a fin de q u e sean e ñ . E l u n solo corazón
bien al mal y mal al bien, y c u a n d o sustituyen la luz por las tinieblas y u n a sola alma, así como El y el P a d r e son u n a sola cosa p o r n a t u -
y las tinieblas por la luz41. Es, pues, necesaria la intervención d e raleza. T o d o s conocen cuan hondas raíces echó la v i r t u d de este
Dios en esta crisis. Es necesario q u e , acordándose de su b e n i g n i d a d , p r e c e p t o en los pechos de los p r i m e r o s cristianos y cuan copiosos
se digne Dios volver los ojos a la h u m a n i d a d . P o r esto N o s repetimos y excelentes frutos d i o d e concordia, m u t u a benevolencia, piedad,
aquí la exhortación q u e os h e m o s dirigido en otras ocasiones. H a y paciencia y fortaleza. ¿Por q u é n o h e m o s de esforzarnos en imitar
q u e p r o c u r a r con t o d o e m p e ñ o y constancia aplacar la divina cle- los ejemplos de n u e s t r o s mayores ? El t i e m p o m i s m o en q u e vivimos
mencia con h u m i l d e s oraciones y hacer q u e florezcan de n u e v o d e b e ser u n fuerte estímulo para movernos a la caridad. F r e n t e al
las virtudes q u e constituyen la esencia de la vida cristiana.—Lo odio c o n t i n u a m e n t e renovado de los impíos contra Jesucristo, es
m á s i m p o r t a n t e es el fomento y conservación de la caridad, funda- necesario q u e los cristianos fomenten la piedad y la caridad, princi-
m e n t o principal d e la vida cristiana, y sin la cual las d e m á s virtudes, p i o fecundo d e las empresas m á s g r a n d e s . Acábense, p u e s , las dife-
o n o existen, o q u e d a n estériles. P o r esto San Pablo, e x h o r t a n d o a rencias, si existen. Q u e cesen las divisiones, q u e agotan las fuerzas
los colosenses a h u i r de t o d o vicio y a ganar méritos con la práctica
de las virtudes, a ñ a d e : pero sobre todo vestios de caridad, que es rentur, illud subiicit, super omnia autem haec caritatem habete, quod est
vinculum perfectionis. Veré vinculum est perfectionis caritas, quia quos
complexa est, cum Deo ipso intime coniungit, perficitque ut vitam animee
enim facit populos peccatum.—Cuius vim veritatemque sententiae si omnis hauriant a Deo, cum Deo agant, ad Deum referant. Debet vero caritas Dei
retro experta est aetas, quid est causae quamobrem nostra non experia- cura caritate proximorum consociari, quia infinitam Dei bonitatem homi-
tur? Imo debitas iam instare poenas, permulta declarant, idemque status nes participant, eiusque gerunt in se expressam imaginem atque fprmam.
ipse confirmat civitatum; quarum plures videlicet intestinis malis attritas, Hoc mandatum habemus a Deo, ut qui diligit Deum, diligat et fratrem suum.
nullam ab omni parte tutam videmus. Quod si improborum factiones insti- Si quis dixerit quoniam, diligo Deum, et fratrem suum oderit, mendax est.
tutum iter audacter perrexerint: si evenerit iis ut, quemadmodum grassan- Atque hoc de caritate mandatum divinus eius lator novum nominavit, non
tur malis artibus et peiore proposito, sic opibus potentiáque invalescant, quod diligere nomines Ínter se non aliqua iam lex, aut ipsa natura iussisset,
metuendum sane ne totas civitates a fundamentis, quae posuit natura, sed quia christianum hoc diligendi plañe novum erat atque in omni memoria
convellant.—Ñeque vero prohiben tantae formidinis sola hominum ope inauditum genus. Qua enim caritate IESUS CHRISTUS et diligitur a Patre
possunt, praesertim quia multitudo ingens, fide christiana reiecta, iustas suo et homines ipse diligit, eamdem impetravit alumnis ac sectatoribus
superbiae poenas in hoc luit, quod veritatem obcaecata cupiditatibus frustra suis, ut cor unum et anima una esse in ipso possent, sicut ipse et Pater
conquirit, falsa pro veris amplexatur, sibique videtur sapere cvim vocat unum natura sunt. Huius vis praecepti nemo ignorat quam alte in christia-
malura bonum, et bonum malum, ponens tenebras lucem, et lucem tenebras. norum.pectus a principio descenderit, et quales quantosque concordiae,
Igitur Deus intersit, ac benignitatis suae memor civilem hominum ^ocieta- benevolentiae mutuae, pietatis, patientiae, fortitudinis fructus attulerit.
tem respiciat necesse est. Quamobrem, quod vehementer alias hortati Quidni opera detur exemplis maiorum imitandis? Témpora ipsa non exi-
sumus, singulari studio constantiaque enitendum, ut clementia divina guos admovent ad caritatem stimulos. Renovantibus impiis adversus IESUM
obsecratione humili exoretur, virtutesque, quibus efficitur vita christiana, CHRISTUM odia, instauranda christianis pietas est, magnarumque rerum
revocentur.—Imprimís autem excitanda ac tuenda caritas est, quae praeci- effectrix renovanda caritas. Quiescant igitur, si qua sunt, dissidia: sileant
puum vitae christianae firmamentum continet, et sine qua aut nullae omnino
sunt, aut fructu vacuae virtutes. Idcirco beatus Paulus Colossenses adhor- 4
- Col. 3,14.
tatus, ut vitium omne defugerent, variamque virtutum lauden) consecta- 4
-< 1 l o . 4 , 2 1 .
44
I lo. 4,20.
4Í
41 lo. 13,34-
fe. $,W-
292 LEÓN XIII SAMENTIAE CHKISTIANAE 29.'t
d e los c o m b a t i e n t e s sin p r o v e c h o alguno p a r a la religión. U n i d a s las q u e las circunstancias lo exijan. P e r o téngase presente p o r encima
inteligencias p o r la fe y las voluntades con la caridad, vivamos, como d e t o d o q u e es extraordinaria la influencia de la educación doméstica
es n u e s t r o deber, en el amor de Dios y d e los prójimos. en las almas infantiles. Si la j u v e n t u d halla en el hogar los criterios
de u n a vida virtuosa y u n c o m o e n t r e n a m i e n t o p a r a las virtudes
. [V. EXHORTACIÓN]
cristianas, q u e d a r á e n g r a n p a r t e garantizada la salvación d e los
mismos Estados.
[22]. N o q u e r e m o s aquí dejar de exhortar especialmente a los [23]. H e m o s expuesto la conducta general q u e d e b e n hoy día
padres de familia para q u e traten n o sólo de gobernar sus casas, observar los católicos y los peligros q u e d e b e n evitar.—Sólo queda,
sino t a m b i é n de educar a t i e m p o a sus hijos según estos principios. y a vosotros, venerables h e r m a n o s , i n c u m b e esta obligación, q u e
L a familia es el f u n d a m e n t o de la sociedad civil, y es en el hogar procuréis la difusión d e nuestra palabra p o r todas partes y q u e h a -
doméstico d o n d e se prepara en gran parte el porvenir de los Estados. gáis c o m p r e n d e r a' t o d o s la g r a n importancia q u e tiene el p o n e r en
P o r esto, los q u e desean divorciar la sociedad del cristianismo, p o - práctica las enseñanzas contenidas en esta encíclica. El c u m p l i -
n i e n d o la segur en la raíz, se esfuerzan por corromper la sociedad m i e n t o de estos deberes n o p u e d e ser molesto y pesado, p o r q u e el
doméstica. N o les detiene en su malvado intento el p e n s a m i e n t o de yugo de Jesucristo es suave, y su carga es ligera.—Si a veces alguna
que, al obrar así, cometen u n a grave injusticia, contra los p a d r e s . d e estas enseñanzas pareciera difícil de cumplir, p r o c u r a d con vues-
Son éstos los q u e tienen p o r naturaleza el derecho d e educar a sus t r o ejemplo y a u t o r i d a d despertar alientos generosos en t o d o s para
hijos, con el deber simultáneo de adaptar la educación y enseñanza q u e n o se dejen vencer p o r las dificultades. N o s h e m o s d a d o m u c h a s
de la niñez al fin para el cual Dios se los ha confiado. P o r tanto, es veces este aviso al p u e b l o cristiano. Recordádselo. E s t á n en grave
u n deber de los padres luchar y esforzarse por rechazar con energía peligro los bienes m á s apreciables y m á s trascendentales. Para con-
todas las violencias q u e se les quiera hacer en este particular y p o r servar estos bienes hay q u e soportar t o d a clase de t r a b a j o s 4 6 . Estos
m a n t e n e r a toda costa sus derechos en la educación d e los hijos. D e - trabajos tienen d e r e c h o a la recompensa más g r a n d e q u e p u e d e espe-
ben, p o r otra parte, infundir en sus hijos los principios de la moral r a r la vida digna de u n cristiano. N o q u e r e r combatir en defensa
cristiana y apartarlos lo m á s lejos posible d e las escuelas en q u e d e Cristo es militar en las filas enemigas. El m i s m o lo ha d i c h o :
corren peligro de beber el veneno de la impiedad. C u a n d o se trata n o reconocerá c o m o suyos delante d e su P a d r e en los cielos a cuantos
de la sana educación de la j u v e n t u d , n u n c a se p u e d e p o n e r u n límite r e h u s a r o n confesarle delante d e los h o m b r e s e n este m u n d o . — P o r
al trabajo y a las preocupaciones q u e se t o m a n , p o r m u y grandes lo q u e toca a N o s y a todos vosotros, n u n c a consentiremos, mientras
que sean. E n este p u n t o son dignos de admiración, por parte de nos q u e d e u n soplo d e vida, q u e falte a los combatientes nuestra
todos, m u c h o s católicos de varios países, q u e con grandes gastos y
mayor constancia h a n abierto escuelas para la educación de la niñez.
Conviene q u e este ejemplo t a n saludable sea imitado d o n d e q u i e r a Aemulari salutare exemplum, ubicumque postulare videantur témpora,
decet; sed positum sit imprimis, omnino in puerorum animis plurimum
certationes illae quidem, quae vires dimicantium dissipant, nec ullo modo institutionem domesticam posse. Si adolescens aetas disciplinam vitae pro-
religioni prosunt: colligatisque fide mentibus, caritate voluntatibus, in bam, virtutumque christianarum tamquam palaestram domi repererit,
Dei atque hominum amore, ut aequum est, vita degatur. magnum praesidium habitura salus est civitatum.
Locus admonet hortari nominatim patresfamilias, ut his praeceptis Attigisse iam videmur, quas máxime res hoc tempore sequi, quas fu-
ct domos gubernare studeant, et liberos mature instituere. Initia reipubli- gere catholici homines debeant.—Reliquum est, idque vestrarum est par-
cae familia complectitur, magnamque partem alitur intra domésticos pa- tium, Venerabiles Fratres, curare ut vox Nostra quacumque pervadat,
ñetes fortuna civitatum. Idcirco qui has divellere ab institutis christianis omnesque intelligant quanti referat ea, quae his litteris persecuti sumas,
volunt, consilia a stirpe exorsi, corrumpere societatem domesticam matu- reipsa efficere. Horum officiorum non potest molesta et gravis esse custodia,
rant. A quo eos scelere nec cogitado deterret, id quidem nequáquam fieri quia iugum IESU CHRISTI suave est, et onus eius leve.—Si quid tamen dif-
sine summa parentum iniuria posse: natura enim parentes habent ius suum ficilius factu videatur, dabitis auctoritate exemploque operam, ut acrius
instituendi, quos procrearint, hoc adiuncto officio, ut cum fine, cuius gratiá quisque intendat invictumque praestet a difficultatibus animum. Osten-
sobolem Dei beneficio susceperunt, ipsa educado conveniat et doctrina dite, quod saepius ipsi monuimus, in periculo esse praestantissima, ac
puerilis. Igitur parentibus est necessarium eniti et contendere, ut omnem summe expetenda bona: pro quorum conservatione omnes esse patibiles
in hoc genere propulsent iniuriam, omninoque pervincant ut sua in po- labores putandos; ipsisque laboribus tantam remunerationem fore, quan-
testate sit educere liberos, uti par est, more christiano, maximeque prohi- tam christiane acta vita maximam parit. Alioqui propugnare pro Christo
bere scholis iis, a quibus periculum est ne malum venenum imbibant im- nolle, oppugnare est; ipse autem testatur, negaturum se coram Patre suo
pietatis. Cum de fingenda probé adolescentia agitur, nulla opera potest nec in caelis, quotquot ipsum coram hominibus profiteri in terris recusarint.—
labor suscipi tantus, quin etiam sint suscipienda maiora. In quo sane digm Ad nos quod attinet, vosque universos, numquam profecto, dum vita
omnium admiratione sunt catholici ex variis gentibus complures, qui suas suppetat, commissuri sumus, ut auctoritas, consilium, opera Nostra quoquo
erudiendis pueris scholas magno sumptu, maiore constantiá paravere. 4
« Cf. U . 9,26.
294 I.KÓX xm
autoridad, consejo y ayuda. No hay duda que así Dios dará, tanto AU MMEU DES SOLLICITUDES
al rebaño como a sus pastores, auxilios especiales hasta conseguir
una victoria completa.
[24]. Animados con esta confianza, como promesa de los do- Las formas de gobierno
nes celestiales y prenda de nuestra benevolencia, Nos, desde el
fondo de nuestro corazón, os damos en el Señor a vosotros, vene-
rables hermanos, y a todo vuestro clero y pueblo, la bendición apos-
tólica.
Dado en Roma, junto a San Pedro, el 10 de enero de 1890,
año duodécimo de nuestro pontificado.
modo in certamine desideretur. Ñeque est dubium, cum gregi, tum pasto- La encíclica Au milieu des sollicitudes tiene un doble significado,
ribus singularem Dei opem, quoad debellatum erit, adfuturam. histórico y doctrinal. Como historia, representa la fase culminante de
la política católica francesa del ralliement. Como doctrina, desarrolla
Qua erecti fiducia, caelestium munerum auspicem, benevolentiaeque
Nostrae tamquam pignus Vobis, Venerabües Fratres, et clero populoque el tema de las formas de gobierno a la luz del bien común.
universo, quibus singuli praeestis, Apostolicam benedictionem peramanter Desde el punto de vista histórico, la encíclica Au milieu es una pro-
in Domino impertimus. longación de la carta Nobilissima Gallorum gens. El catolicismo fran-
Datum Romae apud S. Petrum die 10 Ianuarii 1890, Pontificatus Nostri cés seguía dividido. La legitimidad del' régimen republicano; la legis-
anno. duodécimo. lación, hostil a la religión, de este régimen; la cuestión del Concordato
y la separación entre la Iglesia y el Estado eran los motivos de una hon-
da división interna. Una serie de hechos fueron preparando la apari-
ción de la encíclica: el brindis del cardenal Lavigerie en Argel el 12 de
noviembre de 1890, con su extraordinaria repercusión en Francia; la
audiencia concedida por León XIII a Jacques Piou, diputado católico
del ralliement, el día 10 de enero de i8gi; la carta del cardenal Ram-
polla al obispo de Saint-Flour; el nombramiento de Mons. Ferrata como
nuncio en París, y, por último, la conveniencia y probabilidad de una
alianza francorrusa frente a la Triple Alianza 1.
La finalidad doctrinal del documento está concretada en la deter-
minación de los principios reguladores de la legitimidad de los gobiernos
de hecho y, en general, de las formas de gobierno. León XIII separa
claramente dos planos en la cuestión. En el terreno especulativo es po-
sible determinar la superioridad absoluta de una forma de gobierno,
la legitimidad de todas las formas de gobierno justas y la superioridad
relativa de una forma determinada de gobierno 2. Porque la esencia de
1
La idea central de las directrices dadas por León XIII acerca de la política francesa
del ralliement está certeramente expresada por Mons. Ferrata en sus Memorias: «El Papado,
de ta misma manera que en la época de las monarquías absolutas impidió que la religión se
convirtiera en una cosa del Estado, así también hoy día, bajo los regímenes democráticos,
debe impedir que la religión quede convertida en una cosa de partido; y cuando los políticos,
aun los más ardorosamente fieles en el fondo de su corazón, establecen una solidaridad tan
íntima entre sus opiniones y su fe, que la religión de aquéllos corre el riesgo de parecer, a
tos ojos del pueblo, como un medio de su política, es necesario que la Santa Sede y su repre-
sentante, declinando toda responsabilidad, alcen por encima de las contingencias humanas
ese cristianismo del que son legítimos guardianes» (FERRATA, Métnoires, apud G. CASTELLA,
Histoire des Papes t.3 p.230-240).
2
En la carta Perlectae a Nobis, de 22 de octubre de 1880, dirigida al cardenal Guibert,
arzobispo de París, León XIII había definido ya la posición de la Iglesia ante las diversas for-
mas de gobierno: «La Iglesia católica no rechaza ni condena forma alguna de gobierno. La
prosperidad de las instituciones establecidas por la Iglesia para el bien común es posible en
cualquier régimen político justo, sea monárquico o republicano. Y la Sede Apostólica, que en
el curso de la cambiante evolución política tiene que negociar necesariamente con los gobiernos
de los Estados, sólo tiene una finalidad exclusiva: salvar los intereses del cristianismo. La Santa
Sede no quiere ni puede querer menoscabar los derechos del poder político, sea cual sea la
forma de éste. Es indudable que en toda materia justa hay que obedecer a los gobernantes.
1:1 motivo de esta obediencia es el orden, que constituye el pilar fundamental de la seguridad
•
296 LEÓN xm 297
AU M1UBU DBS S O U 1 C I T U D B *
la cuestión no reside en la estructura interna de las formas políticas,
sino en la orientación teleológica de estas formas políticas al bien común. BIBLIOGRAFÍA
En el terreno práctico, en cambio, cada pueblo tiene un régimen político
F. MOURRET, Les directions politiques, intellectuelles et sociales de Léon XIII
concreto, producto de la concurrencia simultánea de múltiples factores p.35-106 (París 1920).—H. ROMMEN, The State in Catholic thought p.2.»
circunstanciales. Dos consecuencias: el católico es libre en sus aprecia- c.21 p.477 ss (St. Louis-London 1950).—I. GONZÁLEZ, S. I., Ethica, apud Philo-
ciones dentro del plano especulativo. Pero en la práctica debe acatar sophiae Scholastieae Summa t.3 p.829 (BAC, Madrid 1952).—J. SCHMIDLIN,
Papstgesehiehte der neuesten Zeit t.2 p.430ss (Munich 1935).—G. CASTEIXA,
el régimen establecido. Histoire des Papes t.3 p.237-242 (Zurich 1945).—MONS. A. HERRERA ORIA,
Pero ¿y el problema de los gobiernos de hecho? ¿Cómo justificar los La palabra de Cristo t.8 p.778 ss (BAC, Madrid 1953).
regímenes políticos nuevos que por la violencia suceden a los antiguos?
La justificación opera a través de un doble hecho conjugado: la anarquía
SUMARIO
subsiguiente al derrocamiento del régimen antiguo y la necesidad social
positiva de recuperar el orden político perdido. Es el bien común, por I. Afecto del Papa por Francia y por el noble pueblo francés. Una ex-
tanto, el que justifica la obediencia a los nuevos gobiernos de hecho. tensa conjuración pretende aniquilar el cristianismo en Francia.
Hasta aquí la respuesta al problema francés de la legitimidad de Sin embargo, son muchos los hombres ilustres de Francia que vie-
la forma republicana de gobierno. Pero quedaba por solventar la obje- nen al Papa para pedir luz y consejo. Dos deberes primordiales: la
ción nacida de la legislación anticatólica de la III República francesa. defensa de la fe y la defensa de la patria. Esta encíclica es un llama-
miento a la unidad política y a la paz de la patria.
Para ello León XIII establece una luminosa distinción entre régimen
II. La religión es el único aglutinante firme de la vida social. Porque el
politico y legislación. La calidad de una legislación depende más de la fin último de la sociedad civil es el perfeccionamiento moral de los
postura ideológica y moral del legislador .que de la forma de gobierno. ciudadanos. Pero la moralidad implica, en primer lugar, la existencia
Cuando la obra legislativa es contraria a los derechos de Dios o de la de Dios y, en segundo lugar, la existencia de la religión. Sin verdad
Iglesia, existe la obligación positiva de combatir esas leyes. La tesis y sin bondad no hay moral. La suprema verdad y la suprema bondad
fundamental de la encíclica consta, por consiguiente, de dos proposicio- es Dios. Dios es, por tanto, la fuente última de la moralidad. Y es
nes: es ilícita la rebelión contra el poder constituido3; es lícito, más la religión el baluarte de la moralidad. Consecuencia: es necesaria
la unidad de todos para defender la religión de los ataques del ateísmo.
aún, es obligatorio combatir legalmente contra una legislación injusta.
Y como la única religión verdadera es la religión cristiana, es la
El tema de la separación entre la Iglesia y el Estado está tratado fe cristiana la única que puede cohesionar eficazmente la vida indi-
por León XIII dentro de una línea que prolongará fielmente San Pió X vidual y la vida social. La misma historia de Francia prueba esta
en su encíclica V e h e m e n t e r N o s . Remitimos a este lugar el tratamiento afirmación. Por eso, renegar de la fe cristiana equivale a renegar
del problema. de la propia patria. La preocupación de los católicos franceses debe
El estudio de la encíclica A u milieu debe completarse con la lectura ser, por tanto, la defensa de la fe; pero esta defensa exige acción
decidida y unidad política.
de la encíclica N o t r e consolation, de 3 de mayo de 1892, dirigida al
episcopado francés (ASS 24 [1892-1892] 641-647), que constituye III. Una acusación calumniosa afirma que el fin último de la Santa Sede
un comentario auténtico de la A u milieu. Véanse también la carta es el dominio político del Estado. Calumnia muy antigua, repetida
de León XIII al obispo de Orleáns de 31 de octubre de 1892 (ASS 25 sin cesar en la historia, que ha servido siempre de pretexto para las
[1892-1893] 267-269) y la carta de 3 de agosto de 1893 a ¡ cardenal persecuciones de la Iglesia. La lucha es en esencia la misma. Los
recursos del enemigo son siempre los mismos. Los medios de de-
Lecot, arzobispo de Burdeos (ASS 26 [1893-1894] 76-78). Para co- fensa han de ser también los de siempre. Para vencer en esta lucha
nocer la situación de las Ordenes y Congregaciones religiosas en Fran- es necesaria la unidad, que sacrifique en aras de la fe toda división
cia en los últimos años del siglo XIX, es útil la consulta de la carta política.
al arzobispo de París de 23 de diciembre de 1900 (ASS 33 [1900-1901 ] IV. Las actuales divergencias políticas de los católicos franceses sobre
355~356) y la carta a los superiores generales de los Institutos religio- las formas de gobierno. Principios de solución y conclusiones prácti-
sos (ASS 33 [1900-1901] 716-722). cas. Un hecho histórico: la sucesión de regímenes políticos en la
Francia del siglo XIX.
En el terreno especulativo se puede determinar la forma mejor de
pública. Pero de esto n o se sigue ni la aprobación ni la obediencia a toda disposición injusta
constitucional o administrativa. Haec [sunt]—concluye L e ó n X I I I con lapidaria concisión gobierno, la bondad de todas las formas que tiendan eficazmente al
iuris publici praecepta catholicorum hominum communia* (Leonh X1H. P , M . Epist. Encyclicae bien común y la superioridad relativa de un régimen político para
et constitutiones t.l p.295-296, Milán 1887). un pueblo determinado. En este plano, el católico disfruta de plena
3
Son de gran importancia en esta materia d e la ilicitud d e la rebelión frente al poder
constituido dos cartas d e León X I I I : la primera, d e 1 de agosto d e 1882, Benevolentiae caritas
libertad en sus preferencias.
dirigida al episcopado irlandés, en la q u e se expone el principio de que las peticiones justas Pero en el terreno práctico, si bien los principios perseveran inmuta-
se han de conseguir justamente (ASS 15 [1882-1883] 97-99). L a segunda, la carta Novurn bles, cada pueblo tiene su forma de gobierno propia, producto
argumentum, de 1 d e enero de 1883, enviada al arzobispo d e Dublín, en la que se recuerda
al clero q u e su misión es apaciguar los ánimos e n la agitada situación presente (ASS 15 [1882' de una tradición nacional y de unas circunstancias contingentes.
1883] 289-291). Todos los ciudadanos tienen la obligación de obedecer los regíme-
298 LKON" X I I I AU MII.IEU DES S O U . H T r i U J l i S ^!l!l
nes constituidos. La rebeldía contra el poder constituido ha sido [i ] . ' E n medio 1 de las gravísimas preocupaciones de la Igle-
condenada siempre por la Iglesia. sia universal h e m o s q u e r i d o m u c h a s veces, d u r a n t e el t r a n s c u r s o
Sin embargo, es necesaria una advertencia: las formas de gobierno de n u e s t r o pontificado, testimoniar el afecto q u e profesamos a F r a n -
no son definitivas, porque están expuestas necesariamente a los cia y al noble p u e b l o francés. E n u n a d e nuestras encíclicas 2 , p r e -
cambios causados por el tiempo. Sólo la Iglesia es inmutable en su sente todavía en el r e c u e r d o de todos, h e m o s manifestado d e u n a
constitución esencial. Los cambios políticos pueden ser parciales m a n e r a solemne los sentimientos m á s íntimos de n u e s t r o corazón
o totales. Algunas veces son el resultado de crisis violentas que,
sobre este particular. E s este afecto el q u e nos ha m a n t e n i d o cons-
destruyendo el régimen político anterior, abren paso a la anarquía.
El orden social queda subvertido, y aparece entonces la necesidad t a n t e m e n t e atentos p a r a seguir con la m i r a d a y m e d i t a r en n u e s t r o
social ineludible de buscar una nueva forma de gobierno justa y interior el conjunto d e los sucesos, t a n t o tristes c o m o consoladores,
estable. La novedad se reduce en estos casos a la forma nueva, pero q u e desde hace m u c h o s años se están desarrollando e n t r e vosotros.
no afecta a la esencia del poder político, definida siempre por el bien
común. El poder proviene siempre de Dios. Por consiguiente, la [I. LA CONJURACIÓN CONTRA LA I G L E S I A E N FRANCIA]
aceptación de los gobiernos de hecho no sólo es lícita, sino además
obligatoria, por estar exigida por el bien común. Esta es la norma [ 2 ] . P o r q u e , si examinamos a fondo el alcance de la extensa
» de conducta práctica que deben observar los católicos franceses, conjuración q u e ciertos h o m b r e s p r e p a r a n actualmente para aniqui-
sin permitir divisiones, con respecto al régimen republicano. lar el cristianismo en Francia y la fiera animosidad con q u e procu-
V. Una dificultad: «La República francesa es tan anticristiana, que no
r a n la realización total d e sus propósitos, pisoteando hasta las más
puede ser aceptada en conciencia». La respuesta exige una distin-
ción fundamental entre régimen constituido y legislación. La diferen- elementales nociones de libertad y justicia, sin consideración al-
cia entre ambos es evidente. La legislación depende más de los hom- g u n a a la opinión pública profesada por la mayoría de la nación y
bres que gobiernan que del régimen político establecido. Porque sin respeto alguno a los inalienables derechos de la Iglesia, ¿cómo
la calidad de una ley depende de la calidad moral de los legisladores. n o h e m o s N o s d e sentir el m á s vivo dolor? Y c u a n d o vemos suce-
En Francia, la legislación es hostil a la religión. Y el mal se ha derse u n a s tras otras las funestas consecuencias d e estos inicuos
ido agravando. He aquí el terreno en que deben unirse los católicos atentados, q u e constituyen ya u n a seria amenaza para la moral, la
franceses. Hay que respetar el régimen constituido. Pero hay que com- religión y la m i s m a política b i e n entendida, ¿cómo expresar las
batir la legislación injusta. Una legislación injusta no puede ser acep- a m a r g u r a s q u e ños a b r u m a n y los temores q u e nos asedian?
tada en conciencia. El ateísmo desconoce los principios del derecho
natural y revelado. Pero el ateísmo no podrá desarraigar jamás del [ 3 ] . Por otra parte, N o s nos sentimos m u y consolados al ver
corazón del hombre los derechos de Dios. a este m i s m o p u e b l o francés extremar su a m o r y su celo p o r la Santa
VI. Dos puntos concretos sobre los cuales se ha producido división entre Sede a m e d i d a q u e se ve m á s a b a n d o n a d o , o, p o r mejor decir, más
los católicos franceses. c o m b a t i d o en el m u n d o . M u c h a s veces, movidos p o r u n arraigado
El primero, relativo al Concordato. La Iglesia ha cumplido sus sentimiento de religiosidad y verdadero patriotismo, h a n venido
deberes. ¿Ha cumplido los suyos el Estado francés? Ni los mismos hasta N o s h o m b r e s ilustres, representantes d e todas las clases so-
adversarios están de acuerdo. Pero, en todo este asunto, la compe-
ciales d e Francia, felices por a t e n d e r a las continuas necesidades
tencia es exclusiva de la Santa Sede, no de los católicos.
El segundo se refiere a la separación entre la Iglesia y el Estado. de la Iglesia y deseosos d e p e d i r n o s luz y consejo para estar seguros
Esta teoría es absurda en sí misma y perniciosa en sus resultados; d e q u e , a pesar de las tribulaciones públicas actuales, n o se apartan
tolerable de hecho en algunos países, por ciertas circunstancias; pero u n ápice d e las enseñanzas del Pastor de todos los fieles. Y, ya por
completamente injusta en el caso de Francia. El fin último de los escrito, ya de palabra, N o s , por nuestra parte, h e m o s d i c h o clara-
defensores de la separación es la negación total de la Iglesia y la per- m e n t e a n u e s t r o s hijos lo q u e tenían d e r e c h o de pedir a su padre.
secución de ésta al arbitrio del Estado. El católico no puede admi- N o s n o los h e m o s i n d u c i d o al desaliento. P o r el contrario, les hemos
tir ni promover la separación entre la Iglesia y el Estado. exhortado con energía para q u e a u m e n t e n el a r d o r y los esfuerzos
VIL El Papa espera la unión de los católicos franceses y la pacificación q u e e m p l e a n en defensa d e la fe católica y, al m i s m o t i e m p o , de su
de Francia.
patria, deberes a m b o s d e p r i m e r o r d e n y a los cuales nadie en esta
vida p u e d e substraerse 3 .
[ 4 ] . H o y t a m b i é n estimamos o p o r t u n o , m á s aún, necesario,
levantar de n u e v o nuestra voz p a r a exhortar n o sólo a los católicos,
1
L E Ó N XIII, carta encíclica a los arzobispos, obispos, clero y a t o d o s los católicos d e
Francia: ASS 24 (1891-1892) 519-529; A L 12,19-41. T e x t o original en francés.
2
Encíclica Nobilissima Gallorum gens, d e S de febrero d e 1884: ASS 16 (1883-1884)
241-248.
3
Véase la encíclica Sapientiae chrhtianae, de 10 de enero de 1890: ASS 22 (1888-1890)
.185-404.
300 LEÓN XIII \u Mii.iiir w;s SOI.I.HniDiis ;>oi
sino a todos los franceses honrados y sensatos, a desarraigar y arro- debemos a Dios en razón de justicia, se desprende de esle 1 techo
jar lejos de sí todo germen de división política, de forma que pue- una grave consecuencia: todos los ciudadanos están obligados .1
dan dedicar todas sus fuerzas a la pacificación de su patria. Todos unirse para mantener' vivo en la nación el verdadero sentimiento
conocen el precio de esta paz. Todos la desean, la exigen cada día religioso y para defenderlo vigorosamente cuando sea necesario.
con mayor ardor. Nos, que la apetecemos más que nadie, puesto Tal sucede, por ejemplo, cuando una escuela atea, desoyendo las
que representamos en la tierra al Dios de la paz 4 , invitamos a todos protestas de la naturaleza y de la historia, se esfuerza por arrojar
los corazones generosos a que nos secunden para hacerla duradera a Dios de la sociedad, esperando destruir así rápidamente el sentido
y fecunda. moral-en el fondo mismo de la conciencia humana. En este punto
no puede existir diversidad de criterio entre hombres que no han
[II. LA RELIGIÓN Y EL ESTADO] perdido la noción de la rectitud.
[5 ]. En primer lugar, tomemos como base fundamental de
nuestra exposición una verdad notoria, reconocida por todos los [Cristianismo y Estado]
hombres de buen sentido y altamente proclamada por la historia
de todos los pueblos: la religión, y sola la feligión, puede crear el [7]. Entre los católicos franceses, el sentimiento religioso debe
vínculo social. Ella sola basta para mantener sobre fundamentos ser, sin duda alguna, más profundo y universal, porque tienen la
sólidos la paz perfecta de un pueblo. Cuando, sin renunciar a los dicha de profesar la verdadera religión. Si las creencias religiosas
deberes y derechos de la sociedad doméstica, varias familias se han sido siempre y en todas partes como las bases de la moralidad
unen, guiadas por la naturaleza, para constituirse en miembros de de las acciones humanas y de la constitución de toda sociedad bien
otra familia más extensa, llamada sociedad civil, su fin no es sola- ordenada, es evidente que la religión católica, por el hecho de ser la
mente hallar en ésta medios para mejor proveer a su bienestar ma- verdadera Iglesia de Jesucristo, posee una eficacia superior a la de
terial, sino principalmente procurar por medio de ella el beneficio otra cualquiera religión para ordenar con acierto la vida social y
supremo, que es el perfeccionamiento moral de los ciudadanos. De la vida individual de acuerdo con las normas de la recta razón. ¿Se
lo contrario, la sociedad humana aventajaría muy poco a una reunión quiere un ejemplo visible de esta eficacia? La misma Francia nos
de seres irracionales, cuya existencia total se reduce a la satisfacción lo proporciona.—A medida que Francia progresó en la fe cristiana,
de los apetitos sensitivos. Pero hay más todavía: sin el afán de obte- fué subiendo gradualmente a aquella cumbre de gloria a que llegó
ner este perfeccionamiento moral sería muy difícilmente demostrable como potencia militar y política. La caridad cristiana añadió a la
que la sociedad civil, en vez de constituir para el hombre, considerado nativa magnanimidad de Francia una nueva fuente de energías; y
como tal, una ventaja, no constituiría para él un grave daño. su admirable actividad encontró estímulo, luz rectora y garantía de
constancia en la fe cristiana, la cual, por mano de la nación francesa,
escribió páginas gloriosas en la historia del género humano. Su fe
[Moral y Estado] actual, ¿no continúa añadiendo hoy día nuevas glorias a las glorias
[6]. Ahora bien, la moralidad, por el hecho mismo de tener pasadas? Inagotable en ingenio y en recursos, la vemos multiplicar
que armonizar en el hombre tantos derechos y tantos deberes des- a diario en el suelo patrio las obras de caridad. Con admiración
iguales, puesto que la moralidad es un elemento que entra co- universal, la vemos partir a remotas tierras paganas, donde, merced a
mo componente en todos los actos humanos, implica necesaria- los trabajos de sus misioneros cristianos y aun a precio de su sangre,
mente la existencia de Dios, y con la existencia de Dios la de difunde a la vez por todas partes el nombre ilustre de Francia y los
la religión, lazo sagrado cuyo privilegio es unir, con anterioridad a beneficios de la religión católica. Ningún francés, sean las que sean
todo otro vínculo moral, al hombre con Dios. Porque la idea de sus opiniones, osará renegar de tales glorias. Renegar de estas glo-
moralidad implica primordialmente un orden de dependencia con rias equivaldría a renegar de su patria.
relación a la verdad, que es la luz del alma, y con relación a la bondad, [8 ]. Ahora bien, la historia de un pueblo demuestra de modo
que es el fin de la voluntad. Sin la verdad, sin el bien, no hay moral irrefutable cuál es el elemento creador, conservador y perfecciona-
digna de este nombre. ¿Cuál es, por tanto, la verdad principal y dor de su grandeza política. Y si alguna vez llega a faltarle ese ele-
esencial, origen de toda otra verdad? Dios. ¿Y cuál es la bondad mento, ni la abundancia del oro ni la fuerza de las armas bastan para
suprema, origen de todo bien? Dios. ¿Y quién es, finalmente, el salvarlo de la decadencia moral e incluso de la muerte. ¿Quién n o
creador y conservador de nuestra razón, de nuestra voluntad y de comprende hoy día que la principal preocupación de todos los fran-
todo nuestro ser? Dios y solamente Dios. Por consiguiente, siendo ceses católicos ha de consistir en asegurar la conservación de la
la religión la expresión interior y exterior de esta dependencia que religión católica con tanto mayor empeño cuanto más implacable
* 1 Cor. 14-33- y cerrada'es en Francia la hostilidad de las sectas contra aquélla?
302 LEÓN XIII Aü MILIliu 1>KS SOU.ICITUDKS 30íi
En esta lucha no puede tolerarse lícitamente ni la acción indolente a aquellos -escritos y a esta conducta. El solo nombre de cristiano
ni la división de partidos. La primera demostraría una cobardía era para los paganos una declaración de guerra. Y los cristianos,
indigna de cristianos. La segunda causaría una debilidad desas- por el solo hecho de serlo, se veían sometidos forzosamente a esta
trosa. alternativa: o la apostasía o el martirio.
[12]. Quejas idénticas y persecuciones iguales se renovaron
[Una acusación calumniosa] con intensidad variable en los siglos posteriores siempre que hubo
gobernantes excesivamente celosos de su poder e intencionalmente
[9]. Antes de pasar adelante es conveniente recordar aquí una mal dispuestos contra la Iglesia. Han sido siempre maestros en
calumnia astutamente propalada entre el pueblo para desacreditar la fe el arte de denunciar públicamente, como pretexto de persecución,
con odiosas acusaciones contra los católicos y aun contra la misma San- unas supuestas invasiones de la Iglesia en la esfera del Estado,
ta Sede.—Afirman algunos que el verdadero fin y la energía en la ac- para suministrar a éste apariencias de derecho en sus usurpacio-
ción inculcada por Nos a los católicos para la defensa de su fe tienen nes y en sus violencias contra la Iglesia católica.
como móvil oculto y principal no la defensa de los intereses reli- [13]. Nos hemos debido recordar brevemente el pasado his-
giosos, sino la ambición de conferir a la Iglesia un poder temporal tórico para que el presente no desconcierte a los católicos. La
para la dominación política del Estado.—Esta afirmación viene a lucha, en esencia, es siempre la misma: Jesucristo expuesto siempre
resucitar de hecho una antiquísima calumnia, inventada ya por los a las contradicciones del mundo. Los recursos puestos en juego
primeros enemigos del cristianismo. ¿No fué, acaso, formulada por por los modernos enemigos del cristianismo son los de siempre.
primera vez contra la adorable persona de nuestro Redentor? Se le Recursos viejos en el fondo, apenas modificados en la forma. Pero
acusaba de obrar con fines políticos, cuando iluminaba las almas por esto mismo deben ser también idénticos los medios defensivos,
con su predicación y cuando con los tesoros de su bondad divina indicados claramente a los cristianos de la época actual por nues-
aliviaba los padecimientos corporales y espirituales de los desgra- tros apologistas, nuestros doctores y nuestros mártires. Lo que
ciados : Hemos encontrado a éste pervirtiendo a nuestro pueblo; ellos hicieron es lo que nosotros debemos hacer. Antepongamos
prohibe pagar tributo a César y dice ser El el Mesías rey... 5 . Si sueltas a todo la gloria de Dios y de su Iglesia. Trabajemos por ella con
a éste, no eres amigo del César; todo el que se hace rey, va contra el constante y eficaz esfuerzo. Dejemos el cuidado del éxito a Jesu-
César... Nosotros no tenemos más rey que el César6. cristo, que nos dice: En el mundo habéis de tener tribulación; pero
[10]. Estas calumnias, unidas a las amenazas, fueron las que confiad: yo he vencido al mundo 9 .
ar-rancaron a Pilato la sentencia de muerte contra Aquel cuya
inocencia había reconocido varias veces. Los autores de esta men- [III. PRINCIPIOS EN MATERIA DE FORMAS DE GOBIERNO]
tira y de otras falsedades parecidas hicieron todo lo posible para
propagarlas por todos los pueblos. Por esto San Justino Mártir [14]. Para llegar a este resultado, lo advertimos antes, es ne-
reprochaba a los judíos de su época: «Lejos de arrepentiros, des- cesaria una estrecha unión, y, si queremos conseguir esta unión,
pués de haber conocido su resurrección de entre los muertos, es indispensable sacrificar todo apego de opiniones propias que
habéis enviado por todo el mundo hombres hábilmente escogidos pueda debilitar la, fuerza eficaz de la acción común.—Nos referi-
para anunciar que había aparecido una secta herética fundada por mos principalmente a las divergencias políticas de los franceses
un cierto seductor galileo llamado Jesús de Galilea» 7 . sobre la conducta que deben observar frente a la actual República,
[11]. Al difamar con tanta audacia al cristianismo, sus ene- cuestión que deseamos tratar con la claridad que su importancia
migos sabían muy bien lo que hacían. Su plan consistía en levan- exige, partiendo de los principios ciertos y descendiendo después
tar contra la propagación del cristianismo un formidable adver- a las consecuencias prácticas.
sario: el Imperio romano. La calumnia avanzó, y los paganos,
dando fe crédulamente a las calumnias de los judíos, llamaban [En el terreno especulativo ] i
a los primeros cristianos «seres inútiles, ciudadanos peligrosos, fac-
ciosos, enemigos del Imperio y de los emperadores» 8 . En vano los [15], Una gran variedad de regímenes políticos se ha ido su-
apologistas del cristianismo con sus escritos, en vano los cristianos cediendo en Francia durante este siglo. Cada uno de estos regí-
con su ejemplar conducta de vida trataron de demostrar el crimi- menes posee su forma propia que lo diferencia de los demás: el
nal absurdo de tales acusaciones. Nadie se dignó prestar atención imperio, la monarquía y la república o democracia, Situándonos
en el terreno de los principios abstractos, podemos llegar tal vez
5
6
L e . 23,2. a determinar cuál de estas formas de gobierno, en si mismas con-
lo. 19,12-15.
7
8
SAN JUSTINO, Diálogo con Trifón: PG 6,471, » lo. 16,33.
TERTULIANO, Apohgeticum XXXV: PL 1,451. Cf. MINUCIO FÉLIX, Octavio: PL 3,231.
304 LEÓN X I I I
AU M1LIKU DIÍS SOI.1.1C1TUD1SS 305
sideradas, es la mejor. Se puede afirmar igualmente con toda ver- bado siempre las doctrinas y haya condenado siempre a los hom-
dad que todas y cada una son buenas, siempre que tiendan recta- bres rebeldes a la autoridad legítima. Actitud observada por la
raente a su fin, es decir, al bien común, razón de ser de la autori-
Iglesia incluso en tiempos en que los gobernantes abusaban del
dad social. Conviene añadir, por último, que, si se comparan unas
poder recibido, privándose así del más firme apoyo dado a su auto-
ron otras, tal o cual forma de gobierno político puede ser preferi-
ble bajo cierto aspecto, por adaptarse mejor que las otras al carácter ridad y del medio más eficaz para obtener la obediencia del pueblo
y costumbres de un pueblo determinado'. En este orden especula- a las leyes. En esta materia nunca será excesivamente meditada la
tivo de ideas, los católicos, como cualquier otro ciudadano, disfru- conocida enseñanza que en medio de la persecución daba el Príncipe
tan de plena libertad para preferir una u otra forma de gobierno, de los Apóstoles a los primeros cristianos: Honrad a lodos, amad
precisamente porque ninguna de ellas se opone por sí misma a la fraternidad, temed a Dios y honrad al emperador n . Y aquellas
as exigencias de la sana razón o a los dogmas de la doctrina cató- palabras de San Pablo: Ante todo te ruego que se hagan peticiones,
lica. Lo dicho basta para justificar plenamente la loable prudencia oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres, por
de la Iglesia, que en sus relaciones exteriores con los poderes po- los emperadores y por todos los constituidos en dignidad, a fin de que
líticos hace abstracción de las formas que diferencian unos de gocemos de vida tranquila y quieta con toda piedad y honestidad.
otros, para tratar así libremente con ellos los trascendentales in- Esto es bueno y grato ante Dios, nuestro Salvador 12 .
tereses religiosos de los pueblos. La Iglesia sabe que, en virtud de
su propio oficio, debe ejercer la tutela de estos intereses con pre- [Los cambios políticos ]
ferencia a todo otro interés. En nuestras encíclicas anteriores he-
mos expuesto ya estos principios J °. Era, sin embargo, necesario [18]. Sin embargo, es necesario advertir cuidadosamente, al
recordarlos de nuevo para mayor declaración de este asunto que llegar a este punto, que, sea cual sea en una nación la forma de
hoy nos preocupa grandemente. gobierno, de ningún modo puede ser considerada esta forma tan
definitiva que haya de permanecer siempre inmutable, aun cuando
[En el terreno práctico ] ésta haya sido la voluntad de los que en su origen la determinaron.
[19]. Sólo la Iglesia de Jesucristo ha podido conservar, y con-
[i6]. Pero, si del plano abstracto descendemos al terreno servará hasta la consumación de los tiempos, su forma de gobierno.
práctico de los hechos, es necesario procurar con cuidado que no Fundada por Aquel que era, que es y que será en los siglos 13 , re-
queden negados los principios señalados. Los principios referidos cibió de El en su mismo origen, con abundancia, todos los medios
son inmutables. Sin embargo, al encarnarse en los hechos, los prin- que necesitaba para proseguir con acierto su misión a través del
cipios revisten un carácter de contingencia variable, determinado movible océano de la vida humana. Y tan lejos está la Iglesia de
por el medio concreto en que se verifica su aplicación. Con otras la necesidad de transformar su constitución esencial, que incluso
palabras, si cada una de las formas políticas es buena en sí misma carece de facultad para renunciar a la libertad y soberana inde-
y aplicable al gobierno supremo de los pueblos, sin embargo, de pendencia con que la sabiduría divina la dotó en interés general
hecho sucede que en casi todas las naciones el poder civil presenta de las almas.
una forma política particular. Cada pueblo tiene la suya propia.
Esta forma política particular procede de un conjunto de circuns- [20]. Pero, tratándose de sociedades puramente humanas, es
tancias históricas o nacionales, pero siempre humanas, que han un hecho mil veces comprobado por la historia que el tiempo, este
creado en cada nación una legislación propia tradicional y funda- gran transformador de todo lo terreno, obra continuamente profun-
mental. A través de estas circunstancias queda determinada la dísimos cambios en las instituciones políticas de aquéllas. A veces
forma política particular de gobierno, fundamento de la transmi- se limita solamente a introducir alguna modificación en la forma
sión de los supremos poderes a la posteridad. de gobierno establecida. Pero otras veces llega a suprimir las for-
mas primitivas, substituyéndolas con otras nuevas totalmente di-
[17]. Juzgamos innecesario advertir que todos y cada uno ferentes. Más todavía, hay ocasiones en que cambia el mismo sis-
de los ciudadanos tienen la obligación de aceptar los regímenes tema de transmisión del poder supremo.
constituidos y que no pueden intentar nada para destruirlos o
para cambiar su forma. De aquí procede que la Iglesia, depositaría [21]. ¿Cómo se verifican en la realidad los cambios políticos
única en la tierra de la más genuina y elevada noción del poder de que estamos hablando? Algunas veces suelen ser resultado de
político, por derivar de Dios el origen de todo poder, haya repro- crisis nacionales violentas, las más de ellas sangrientas. Bajo su
empuje perecen de hecho los regímenes políticos anteriores. Surge
10
Véase especialmente la encíclica Immortalc Del, de 1 de noviembre de 1885: ASS 18 11
(1885) 161-180. 1 Petr. 2,17.
'2 t Tim. a,l-2.
' J Hebr. 13,8.
306 LEÓN XIII
AU MII.IKU DliS SOLLICITUDKS 307
entonces una anarquía dominadora; inmediatamente el orden pú-
blico del Estado se ve subvertido hasta en sus mismos fundamen- [IV. DISTINCIÓN ENTRE RÉGIMEN CONSTITUIDO Y LEGISLACIÓN]
tos. En este momento, una necesidad social se impone a toda la
nación: la de mirar por sí misma sin demora. ¿Por qué no ha de [25]. Pero surge aquí una dificultad: «Esta República, obser-
tener la nación en este caso el derecho, más aún, la obligación de van algunos, se halla animada de sentimientos tan anticristianos,
defenderse de un estado de cosas tan gravemente perturbador y que ningún hombre recto, y mucho menos ningún católico, puede
de restituir la paz pública al orden tranquilo anterior? aceptarla en conciencia». Esta es la causa principal que ha originado
[22 ]. Ahora bien, esta necesidad social justifica la existencia y exasperado las disensiones políticas.
y la constitución de un nuevo régimen político, sea la que sea la [26]. Se habrían evitado fácilmente todas estas lamentables y
forma que adopte, ya que, en la hipótesis de que estamos hablando, peligrosas divergencias políticas si con prudente cuidado se hu-
este régimen nuevo está exigido necesariamente por la recupera- biera tenido en cuenta la gran distinción que media entre poderes
ción del orden público, el cual no es posible sin un determinado constituidos y legislación. Porque la diferencia que existe entre la
régimen político. De aquí se sigue que, en tales ocasiones, toda la legislación y los poderes políticos y su forma es tan grande, que,
novedad se reduce a la nueva forma política que adopta el poder en un régimen cuya forma sea quizás la más excelente de todas,
civil o al sistema nuevo de transmisión de este poder. Pero en modo la legislación puede ser detestable, y, por el contrario, dentro de
alguno afecta al poder considerado en sí mismo. Este poder perse- un régimen cuya forma sea la más imperfecta puede hallarse a
vera inmutable y digno de todo respeto. Considerado a fondo en su veces una legislación excelente. La comprobación histórica de esta
propia naturaleza, el poder ha sido establecido y se impone para diferencia es muy fácil. Pero resultaría inútil. Todos están plena-
facilitar el bien común, razón suprema y origen de la humana so- mente convencidos de ella. ¿Quién puede saberlo mejor que la
ciedad. Lo diremos con otras palabras: en toda hipótesis, el poder Iglesia, que ha mantenido siempre relaciones estables con todas
político, considerado como tal, procede de Dios, y siempre y en to- las formas de poder constituido? La Iglesia puede decir, con una
das partes procede exclusivamente de Dios. No hay autoridad sino experiencia superior a la de cualquier poder temporal, cuántos
por DiosI4. . consuelos y cuántos dolores le han producido con frecuencia las
legislaciones de los diversos regímenes que sucesivamente han ido
[23 ]. Por consiguiente, cuando de hecho quedan constituidos rigiendo a los pueblos desde el Imperio romano hasta nuestros
nuevos regímenes políticos, representantes de este poder inmuta- días 15. •
ble, su aceptación no solamente es lícita, sino incluso obligatoria,
con obligación impuesta por la necesidad del bien común, que les [27]. La importancia de la distinción que acabamos de es-
da vida y los mantiene. Aceptación obligatoria cuya urgencia es tablecer es grande. Pero su razón de ser es también manifiesta.
mayor cuando las revoluciones acentúan el odio común, provocan La legislación es obra de los hombres que están en el poder y que
la guerra civil y pueden sumir a la nación en el caos de la anar- gobiernan, dé hecho, una nación. Consecuencia: en la práctica, la
quía. Esta grave obligación de sumisión y obediencia durará todo calidad de las leyes depende más de la calidad moral de los gober-
el tiempo que requieran las exigencias del bien común. Porque, nantes que de la forma constituida de gobierno. Una legislación
después de Dios, el bien común es la primera y última ley de la será buena o será mala según los principios buenos o malos que
sociedad humana. profesen los legisladores y según se dejen éstos guiar por la pru-
dencia política o por las pasiones desordenadas.
[24 ]. Por esta razón queda plenamente justificada la pruden-
cia con que procede la Iglesia al asegurar las relaciones mutuas [28]. En Francia, desde hace muchos años, han sido promul-
con los numerosos gobiernos que en menos de un siglo, y siempre gadas algunas leyes de suma importancia con tendencias hostiles
con violentas y hondas conmociones, se han ido sucediendo en a .la religión y, por consiguiente, contrarias al bien común de la
Francia. Esta norma de conducta, por ser la más segura y saluda- nación. Es un hecho que todos reconocen. Por desgracia, la evi-
ble, es la que deben observar todos los franceses en sus relaciones dencia de los hechos lo ha comprobado.
civiles con la República, que es el régimen político actual de su [29]. Nos mismo, cumpliendo un sagrado deber, enviamos
patria. Arrojen lejos de sí toda clase de divergencias políticas que más de una vez enérgicas quejas al que entonces ocupaba la presi-
los dividen en partidos contrarios. Más aún: todos deben concen- dencia de la República. Sin embargo, las tendencias hostiles contra
trar sus energías para conservar, restaurar y levantar la grandeza la religión han perseverado. El mal se ha ido agravando. Nadie,
moral de su patria. por tanto, puede extrañarse de que el episcopado francés, puesto
14
por el Espíritu Santo para regir sus diferentes e ilustres iglesias,
Rom. 13,1. Véase sobre este punto la encíclica Diuturnum illud, de 29 de junio de r88i:
ASS 14 (1881-1882)4-14. >¡ Véase la encíclica de León XIII a los cardenales franceses, de 3 de mayo de 1892:
ASS 24 (1891-1802) 641-647.
308 LLÓ.N xin AtJ MIURi; UhS SOI.UCIÍUDES ¡¡O!)
se haya juzgado hace poco en la obligación de manifestar pública-
[V. Dos PUNTOS CONCRETOS]
mente la amargura que le produce la nueva situación gravosa crea-
da en Francia por el Gobierno a la religión católica. [34]. No queremos terminar la presente encíclica sin tocar
[30]. ¡Pobre Francia! Sólo Dios puede medir el abismo de otros dos puntos unidos estrechamente con los anteriores, y que,
males en que se hundiría si esta legislación, en vez de mejorar, relacionados íntimamente con los intereses religiosos, han produci-
se obstinara en proseguir tan equivocado e injusto camino. Este do en el campo católico alguna división. ¿
camino acabará por arrancar del corazón de los franceses la reli-
gión que les ha hecho tan grandes entre los pueblos europeos. [El Concordato]
[31]. He aquí precisamente el terreno en que, prescindiendo [35]. El primer punto es el relativo al Concordato que durante
de diferencias políticas, deben unirse todos los buenos como un tantos años ha facilitado en Francia la armonía entre la Iglesia y el
solo hombre para luchar y para suprimir, por todos los medios Estado. Este pacto solemne y bilateral sobre las materias públicas
legales y honestos, los abusos cada vez mayores de la legislación referentes a la Iglesia ha sido cumplido con fidelidad por la Santa
civil. El respeto debido a los poderes constituidos no puede prohibir Sede en todo tiempo. ¿Ha sido observado con la misma fidelidad por
esta lucha. Este respeto al poder constituido no puede exigir ni el Gobierno francés? Ni siquiera los mismos enemigos de la reli-
imponer como cosa obligatoria ni el acatamiento ni mucho menos gión católica están de acuerdo en la respuesta.
una obediencia ilimitada o indiscriminada a las leyes promulga-
das por ese mismo poder constituido. Que nadie lo olvide: la ley [36]. Los adversarios más violentos quieren abolirlo, para que
es un precepto ordenado según la razón, elaborado y promulgado pa- el Estado pueda así perseguir con mayor libertad a la Iglesia de
ra el bien común por aquellos que con este fin han recibido el poder. Jesucristo.
[32]. Por consiguiente, jamás deben ser aceptadas las dispo- C37 ]. Otros, por el contrario, con mayor astucia, desean, o
siciones legislativas, de cualquier clase, contrarias a Dios y a la por lo menos así se expresan, el mantenimiento del Concordato.
religión. Más aún: existe la obligación estricta de rechazarlas. Esto No porque reconozcan en el Estado la obligación de cumplir los
es lo que el gran obispo de Hipona, San Agustín, expuso claramente deberes pactados, sino porque quieren que el Estado se aproveche
con estas elocuentes palabras: «Algunas veces... los gobernantes de los beneficios que con el Concordato le ha concedido la Iglesia.
son rectos y temen a Dios; otras veces no le temen. Juliano era un Como si una de las partes obligadas pudiera por sí sola separar
emperador infiel a Dios, apóstata, inicuo, idólatra; los soldados caprichosamente los deberes aceptados y los derechos adquiridos,
cristianos sirvieron a un emperador infiel; pero, cuando se trataba siendo así que los deberes y los derechos están tan íntimamente uni-
de la causa de Cristo, no reconocían sino a Aquel que está en los dos, que constituyen una sola y única totalidad jurídica. Para los
cielos. Si alguna vez ordenaba que adorasen a los ídolos y les ofre- que así piensan, el Concordato en adelante será una mera cadena
ciesen incienso, ponían a Dios por encima del emperador. Pero que coarte miserablemente la libertad de la Iglesia, esa santa li-
cuando les decía: ¡A formar, en marcha contra tal o cual pueblo!, bertad a la que la Iglesia tiene, por voluntad de Dios, derecho in-
obedecían inmediatamente. Sabían distinguir entre el Señor eterno alienable.
y el señor temporal, y, sin embargo, vivían sometidos incluso a [38]. ¿Cuál de estas dos opiniones prevalecerá? Lo ignoramos.
su señor temporal por consideración al Señor eterno» 16 . Nos sa- Las hemos expuesto aquí para advertir a los católicos que no pro-
bemos que el ateo, abusando lamentablemente de su razón, y más voquen discusiones en un asunto cuya negociación y resolución
todavía de su voluntad, niega todos estos principios. Pero el ateís- pertenecen exclusivamente a la Santa Sede.
mo es, en definitiva, un error tan monstruoso, que, dicho sea en
honor de la humanidad, nunca podrá suprimir en la conciencia [La separación entre la Iglesia y el Estado]
humana los derechos de Dios ni podrá substituir a Dios con la [39 ]. Respecto del segundo punto no usaremos la misma ma-
idolatría del Estado. nera de hablar. Los adversarios de la Iglesia establecen como firme
[33 ]• Definidos así los principios reguladores de nuestra con- fundamento básico del régimen político el principio de la mutua
ducta con Dios y con el poder político, ningún espíritu imparcial separación entre la Iglesia y el Estado. Lo cual equivaldría a sepa-
podrá acusar a los católicos franceses de que, sin reparar en sacri- rar la legislación humana de la legislación cristiana y divina. Nos
ficios ni fatigas, procuren conservar para su patria lo que cons- no queremos detenernos en esta ocasión para demostrar cuan ab-
tituye la condición absoluta de su seguridad, lo que resume todas surda es la teoría de esta separación. Cualquiera lo puede compren-
las gloriosas tradiciones que registra su historia y lo que los fran- der por sí mismo. Desde el momento en que el Estado niega a Dios
ceses no pueden nunca lícitamente dar al olvido. lo que es de Dios, se sigue necesariamente que niegue a los ciuda-
16
SAN AGUSTÍN, Enarrationes in Ps. 124,7: PL 37,1654. danos todo aquello a que tienen derecho como hombres. Quieran o
310 I.KÓN X I I I AU MII.1EU MS KOl.UeiTIMHiS .1 I
NOTRE CONSOLATION cias por haberla publicado, profesando con los más nobles acentoi;
la unión íntima que une a los obispos de Francia, y en particular a los
Bien común y formas de gobierno cardenales de la Santa Iglesia, con la Sede de Pedro.
PRAECLARA GRATULAT10N1S Son ahora los católicos a los que León Xiíl se dirige. Un doble
peligro acecha a la fe católica: el peligro de un falseamiento de la gc-
Llamamiento a la unidad nuina noción dogmática de la Iglesia y el peligro de la masonería.
Frente a ésta reitera León XIII la condenación lanzada en otros do-
cumentos, particularmente en la Humanum genus. Con respecto a la
noción dogmática de la Iglesia, el Papa recuerda la cruda guerra ideo-
lógica y política que actualmente se hace a la Iglesia; guerra que cons-
tituye el tema de la encíclica posterior Annum ingressi.
La parte tercera, consagrada a los jefes de Estado, constituye una
enumeración de los bienes que el Estado reportaría de esta unidad de
todos los pueblos en la fe católica. Después de una densa alusión a la
Ciertos círculos tendenciosos han querido describir el pontificado misión social de la Iglesia, León XIII examina el orden internacional
de León XIII subrayando casi exclusivamente la labor política del an- europeo y el orden interno de los Estados 1.
tecesor de San Pío X. Esta visión es errónea por su calculada unila- En el orden internacional, la unidad religiosa repercutiría favora-
teralidad. León XIII ha sido el gran promotor de la verdadera civili- blemente sobre la situación europea, suprimiendo o disminuyendo al
zación. Pero el sentido exacto de esta afirmación sólo se percibe a través menos la amenaza de la guerra, la carrera de armamentos, el creci-
de otra proposición equivalente: León XIII consagró su vida 'a la de- miento desmesurado de los presupuestos de los Estados y el empobreci-
fensa de la civilización cristiana, es decir, a la difusión del reino de miento alarmante de la economía pública y privada. En el orden na-
Cristo en el mundo agitado de su época. «Lo que Nos hemos propuesto cional, los dos grandes problemas que agitan la vida de los pueblos, el
constantemente... durante todo nuestro pontificado ha sido acercarnos social y el político, encontrarían su solución acertada en los principios
lo más estrechamente posible a los pueblos y demostrar... esta verdad: de la revelación y de la filosofía cristiana. El problema político está
que la influencia del Pontificado romano es benéfica en todos los aspec- centrado en el hallazgo de una fórmula conciliadora entre el principio
tos». Estas palabras introductorias de la encíclica Praeclara gratula- de autoridad y el principio de libertad de los pueblos. Fórmula señalada
tionis, escritas cuando el hombre se acerca al umbral que clausura la ya en la encíclica Immortale Dei.
vida presente para abrir la hora definitiva de. la responsabilidad eterna, Se trata de un nuevo orden social y político que hay que instaurar,
son una demostración evidente de lo dicho. preludio del nuevo ordenamiento propugnado por Pío XI y Pío XII.
La encíclica aquí incluida es un llamamiento de todos los pueblos Orden nuevo en el que debe hallar plena cabida la misión providencial
a la unidad católica, llamamiento sacudido todo él por una profunda de Europa, evangelizadora del mundo y creadora de la verdadera fra-
emoción apostólica. Tres partes se perfilan claramente en esta carta: ternidad universal cristiana.
la llamada del Padre a los hijos separados, la advertencia del Pastor
a los hijos del propio rebaño y la invocación del Romano Pontífice a los BIBLIOGRAFÍA
jefes de todos los Estados.
Tres sectores distingue León XIII en su llamamiento a los hijos G. CASTEIXA, Histoire des Papes t.3 p.262ss.—F. J. MONTALBÁN, Historia
de la Iglesia católica. Edad Moderna p.709ss (BAC, Madrid 1952).—J. SCHMIO-
separados: los infieles, los cismáticos y los protestantes. Con respecto LIN, Papstgeschichte der neuesten Zeit t.2 p.505ss.
a los infieles, recuerda el Papa con emoción, que se trasluce en la misma
estructura del estilo, que el campo de las misiones es el más querido para SUMARIO
la Iglesia católica. Los párrafos consagrados a esta actividad misione-
ra de la Iglesia son como un anuncio de las grandes encíclicas misiona- I. El jubileo episcopal del Papa ha demostrado la unidad de la Iglesia
les de Pió XI y Pió XII. Al hablar de los cismáticos, aparece el tema y su adhesión al Sumo Pontífice. Pero una nube de tristeza hi empañado
divisorio del primado de jurisdicción del Romano Pontífice. La Prae- esta alegría: inmensas multitudes viven fuera de la unidad de la
clara gratulationis se convierte en este momento en un eco fiel de la Iglesia. El Papa quiere hacer un llamamiento a la unidad en la fe
constitución Pastor aeternus del Concilio Vaticano. Es la misma his- católica a todos los pueblos del mundo.
toria del cisma de Oriente la que proporciona un argumento irrefutable II. Llamamiento a la unidad religiosa. Los pueblos infieles que no co-
del primado de la Sede Romana. A los protestantes, León XIII les nocen a Cristo son los más desgraciados de todos. La Iglesia no ha
señala la lamentable, pero lógica trayectoria de su teología, entregada, 1
Este análisis de la situación europea constituye el engarce histórico de los dos grandes
finalmente, a los caprichos de un racionalismo devastador de corte na- sectores en que se puede dividir la doctrina política del Pontificado contemporáneo: el sector
simbolizado por León XIII y caracterizado por la presencia del Estado liberal, y el sector
turalista. La nostalgia de la Iglesia madre ha hecho volver al seno de representado por los dos últimos Pontífices, Pío XI y Pío XII, y señalado por la aparición
ésta a no pocos espíritus rectos y clarividentes. del Estado nuevo. Alrededor de León XIII se pueden concentrar las enseñanzas de Pío IX
y de San Pío X. En conexión con la doctrina de Pío XI y Pío XII se puede poner como ante -
cedente la labor de Benedicto XV. Los primeros constituyen el Corpus politicm leonianutn,
kos segundos integran el Corpus politicum pianum.
320 LEÓN XIII l'KMvl'I.AUA c'.KVn I.Vl'IONIS .1-1
faltado a su misión evangelizadora de los pueblos paganos. Las mi- [ i ] . L a s felicitaciones públicas ' q u a h e m o s recibido d e Indas
siones son el campo en que la Iglesia despliega una mayor actividad. partes con ocasión de n u e s t r o jubileo episcopal, y q u e acaban de
Los pueblos cismáticos: contraste doloroso entre la antigua unidad recibir ú l t i m a m e n t e su coronamiento de la insigne p i e d a d español.i,
católica y la actual disidencia. Glorias ilustres de las Iglesias orienta-
les. La historia del cisma oriental prueba la verdad dogmática del h a n t e n i d o p r i n c i p a l m e n t e el resultado—causa de gozo g r a n d e para
primado de jurisdicción del Romano Pontífice. Gravísima responsa- n u e s t r a a l m a — d e hacer brillar, en la u n i ó n d e v o l u n t a d e s y en la
bilidad de los que impiden ¡a unión. Esta unión debe ser tal como concordia de sentimientos, la u n i d a d de la Iglesia y su admirable
Jesucristo la ha establecido. No perjudicará para nada a las Iglesias unión con el S u m o Pontífice. Se ha dicho q u e en estos días, dejando
orientales. Llamamiento especial a las naciones eslavas. a un lado t o d o otro recuerdo, el orbe católico n o t e n í a n l a s pensamien-
Los pueblos protestantes. Estado en que ha quedado la religión • tos y m á s miradas q u e para el Vaticano. Embajadas de príncipes, pere-
cristiana dentro del protestantismo. Esta evolución ha sido lógica, grinaciones i n n u m e r a b l e s , cartas llenas de a m o r filial, solemnes ce-
desgraciadamente. Por esto, los espíritus rectos y clarividentes del
protestantismo vuelven a la Iglesia católica. Esta desea el retorno de remonias, t o d o proclamaba altamente q u e , c u a n d o se trata d e h o n -
todos al seno de la Iglesia verdadera. rar a la Sede Apostólica, n o hay e n la Iglesia m á s q u e u n solo cora-
III. Llamamiento, por último, a los católicos. Que no pierdan su fe. zón y u n a sola alma. Y estas manifestaciones nos h a n sido m á s gratas
Que inspiren toda su conducta en las enseñanzas pontificias. Dos todavía p o r encajar p l e n a m e n t e en n u e s t r o s p u n t o s de vista y res-
peligros actuales para la unidad católica. p o n d e r t o t a l m e n t e a nuestros esfuerzos. P o r q u e , guiados p o r el co-
Primero, las teorías erróneas acerca de la verdadera naturaleza de la nocimiento de los t i e m p o s y de la conciencia de nuestro deber, lo
Iglesia. La Iglesia es una sociedad perfecta fundada por Cristo. Está q u e N o s h e m o s p r o p u e s t o constantemente, lo q u e N o s h e m o s p r o -
dotada de un principio intrínseco de vida, que la capacita para el c u r a d o sin descanso, t a n t o en nuestras palabras como en n u e s t r o s
cumplimiento de su misión. Tiene poder legislativo y debe gozar de hechos, d u r a n t e t o d o n u e s t r o pontificado, h a sido acercarnos lo m á s
toda la libertad necesaria. No es intrigante ni ambiciosa. Es condes-
estrechamente posible a los pueblos y d e m o s t r a r con la m á s total
cendiente y respeta los derechos del poder político. Sin embargo,
hoy día se persigue a ia Iglesia y se violan sus derechos. Entre la Igle- evidencia esta v e r d a d : q u e la influencia del Pontificado r o m a n o es
sia y el Estado debe haber distinción y separación, pero dentro de benéfica en t o d o s los aspectos. Por esto N o s queremos manifestar
un clima de amistad y concordia mutuas. n u e s t r o vivo agradecimiento, ante todo, a la b o n d a d divina, de q u i e n
El segundo peligro de la fe católica es el que supone la masonería. h e m o s recibido este beneficio de haber llegado sanos y salvos a u n a
Esta tiende a convertirse en la dueña del Estado y de la vida social edad t a n avanzada, y, además, a los príncipes, a los obispos, al clero,
entera. Su raíz es el naturalismo. Hay que sacudir de una vez para a los simples fieles, a todos aquellos, finalmente, q u e con las n u m e -
siempre el yugo ominoso de la masonería.
rosas demostraciones de su piedad y de su devoción h a n h o n r a d o
IV. Los beneficios de la unidad. Se reconocería de nuevo la dignidad
preeminente de la Iglesia. Este reconocimiento reportarla grandes
bienes al Estado. Porque es la Iglesia la que aporta las soluciones [ D e o m n i u m h o m i n u m ad unitatem fidei vocatione]
eficaces de los problemas más complicados.
Como consecuencia se operaría un acercamiento confiado entre Praeclara gratulationis publicae testimonia, quae toto superiore anno,
las naciones: se detendría la carrera de armamentos y se salvaría la ob memoriam primordiorum episcopatus Nostri, undique accepimus, quae-
grave crisis económica del mundo presente. Por lo que toca al orden que próximo tempore insignis Hispanorum pietas cumulavit, hunc imprimís
interno de los pueblos, se garantizaría la seguridad del Estado. Porque attulere Nobis laetitiae fructum, quod in illa similitudine concordiaque
hoy día se debaten dos cuestiones: la social y la política. Y son los voluntatum eluxit Ecclesiae unitas, eiusque cum Pontífice máximo mira
principios de la filosofía cristiana los únicos que pueden contribuir coniunctio. Videbatur per eos dies orbis catholicus, quasi rerum ceterarum
a encontrar una solución satisfactoria y eficaz para ambos. cepisset oblivio, in aedibus Vaticanis obtutum oculorum animique cogitatio-
La unidad traerá consigo la instauración de un nuevo orden de nem defixisse. Principum legationes, peregrinorum frequentia, plenae amoris
cosas. Orden cuyos beneficios se extenderán también a los pueblos epistolae, caerimoniae sanctissimae id aperte significabant, in obsequio Apos-
todavía no civilizados, ya que la misión providencia] de Europa parece tolicae Sedis cor unum esse omnium catholicorum et animamunam. Quae res
ser la de evangelizar al mundo. Surgirá así una auténtica y definitiva hoc etiam accidit iucundior et gratior, quia cum consiliis coeptisque Nostris
fraternidad humana sobre la simultánea unidad de la fe y de la ca- admodum congruens. Siquidem gnari temporum et memores officii, in omni
ridad. pontificatus Nostri cursu, hoc constanter spectavimus, atque hoc, quantum
V. El Papa pone toda su esperanza en Jesucristo. Llamamiento a los docendo agendoque potuimus, conati sumus, colligare Nobiscum arctius
reyes y a los jefes de Estado. ¿Podrá el siglo XIX transmitir al si- omnes gentes omnesque populos, atque in conspicuo poneré vim pontificatus
glo XX algunas garantías seguras de paz y concordia? «Un solo re- romani, salutarem in omnes partes.' Máximas igitur et agimus et habemus
baño y un solo pastor». gratias primum quidem benignitati divinae, cuius muñere beneficioque id
aetatis attingimus incólumes; deinde viris principibus, episcopis, clero, p r i -
vatisque universis, quotquot multiplici testificatione pietatis et obsequii
1
L E Ó N XIII, Carta apostólica a todos los gobernantes y pueblos del mundo con ocasión del
jubileo episcopal del Papa: ASS 26 (1893-1894) 705-717; A L 15,195-214.
üoctr. pontij. 2 11
322 LEÓN X I I I PRAEO.ARA GRATULATIONIS 328
n u e s t r o cargo y nuestra dignidad y h a n proporcionado u n consuelo zón y usar d e todos los medios q u e están a n u e s t r o alcance para lla-
t a n intenso a n u e s t r a persona. m a r y convidar a todos los h o m b r e s , sin distinción de raza o de na-
[ 2 ] . N o es q u e n o haya h a b i d o alguna m e r m a en el gozo de ción, a la u n i d a d de la fe divina.
n u e s t r o espíritu. E n m e d i o d e estas manifestaciones populares, en-
t r e estas demostraciones de j ú b i l o y d e piedad filial, u n p e n s a m i e n t o [I. L L A M A M I E N T O A LA UNIDAD R E L I G I O S A ]
asediaba n u e s t r o e s p í r i t u : N o s p e n s á b a m o s en las m u l t i t u d e s in-
mensas q u e n o tienen la dicha de pertenecer a esta gran familia ca- [Los pueblos infieles}
tólica, unas p o r q u e ignoran c o m p l e t a m e n t e el Evangelio, otras por-
[ 3 ] . I m p u l s a d o p o r la caridad, q u e corre con m a y o r rapidez
q u e , profesando, es verdad, la religión cristiana, están, sin e m b a r g o ,
allá d o n d e es m a y o r la necesidad, n u e s t r o corazón vuela en p r i m e r
separadas de n u e s t r a fe. Este pensamiento nos causaba entonces,
lugar a aquellas naciones q u e o n o h a n recibido todavía la luz del
c o m o nos causa t a m b i é n ahora, u n vivo dolor. N o s n o p o d e m o s
Evangelio, o, si la recibieron, n o h a n sabido defenderla contra su
evitar, en efecto, u n a aflicción profunda al contemplar u n a parte
p r o p i a incuria o contra las vicisitudes de los t i e m p o s ; naciones q u e
t a n vasta del género h u m a n o alejarse d e N o s por u n camino d e s -
son las m á s desgraciadas d e todas, p o r q u e n o conocen a D i o s y vi-
viado.—Pero, c o m o N o s t e n e m o s aquí en la tierra el lugar de Dios,
ven h u n d i d a s en el error. Y como toda salvación viene d e Jesucristo
d e este D i o s t o d o p o d e r o s o q u e quiere salvar a todos los h o m b r e s
y no ha sido dado bajo el cielo entre los hombres ningún otro nombre
y llevarlos a la verdad, y como, p o r otra parte, lo avanzado de nues-
por el cual podamos ser salvos 3 , es n u e s t r o deseo m á s ardiente q u e
t r a e d a d y la a m a r g u r a d e las preocupaciones nos van acercando a lo
el santísimo n o m b r e de Jesús se difunda r á p i d a m e n t e p o r todas las
q u e es el desenlace de toda vida h u m a n a , N o s h e m o s j u z g a d o n u e s -
regiones de la tierra, penetrándolas con su benéfica eficacia. E n este
t r o d e b e r imitar el ejemplo d e Jesucristo, n u e s t r o Salvador y M a e s -
aspecto, la Iglesia n o ha faltado j a m á s a su misión divina. ¿En q u é
tro, quien, c u a n d o estaba p r ó x i m o a regresar al cielo, pidió a Dios,
otro c a m p o hace la Iglesia mayores esfuerzos desde hace veinte si-
su P a d r e , en la efusión d e u n a ardiente oración, q u e sus discípulos
glos o d ó n d e despliega u n a r d o r mayor y u n a mayor constancia
y sus fieles fuesen u n solo espíritu y u n solo corazón: Ruego... para
q u e en la propagación d e la verdad y de las instituciones cristianas ?
que todos sean uno, como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, para que
A diario vemos a los heraldos del Evangelio, mandatarios d e n u e s -
también ellos sean uno en nosotros 2.—Y como esta oración n o abra-
tra autoridad, salvar los m a r e s y llegar hasta las últimas extremida-
zaba solamente a t o d o s los q u e entonces profesaban la fe d e Jesu-
d e s d e la tierra; y t o d o s los días N o s suplicamos a la b o n d a d divina
cristo, sino t a m b i é n a todos aquellos q u e debían profesarla en el
q u e se digne a u m e n t a r el n ú m e r o de los sagrados ministros dignos
d e c u r s o d e los t i e m p o s , esa oración es p a r a N o s u n a razón j u s t a q u e
del oficio apostólico, es decir, consagrados a la extensión del reino
nos m u e v e a manifestar confiadamente los deseos d e nuestro cora-
d e Jesucristo hasta el sacrificio d e su bienestar y de su salud, e inclu-
so, si hace falta, hasta la inmolación d e su propia vida.
dedere operam, ut personam ac dignitatem Nostram honore, Nosque priva-
tim opportuno solatio afficerent. nomines, nullo generis locorumve discrimine, ad fidei divinae unitatem
Quamquam ad plenum soiidumque solatium, multum sane defuit. Nam vocentur atque incitentur universi.
inter ipsas popularis laetítiae studiique significationes, obversabatur animo Urgente propositum caritate, quae illuc aecurrit celerius, ubi opitu- _
• multitudo ¡ngens, in illo gestientium catholicorum eonsensu aliena, partim landi necessitas maior, primum quidem provolat animus ad gentes omnium
quod evangelicae sapientiae est omnino expers, partim quod, licet christiano misérrimas, quae Evangelii lumen vel nullo modo acceperunt, vel acceptum,
initiata nomini, a fide catholica dissidet. Qua re graviter commovebamur, incuria seu longinquitate, restinxerunt: proptereaque Deum ignorant, et
commovemur: ñeque enim fas est sine intimo doloris sensu cogitatione in summo errore versantur. Quoniam salus omnis a Iesu Christo proficis-
intendere in tantam generis humani partem longe a Nobis, velut itinere citur, nec enim aliud nomen est sub cáelo datum hominibus, in quo nos opor-
devio, digredientem.—Iamvero, cum Dei omnipotentis vices in terris gera- teat salvos fieri, votorum Nostrorum hoc est máximum, posse sacrosancto
mus, qui vult omnes nomines salvos fieri et ad agnitionem veritatis venire, Iesu nomine cunetas terrarum plagas celeriter imbuí atque compleri. Qua
cumque Nos et sera aetas et amara curarum ad humanum urgeant exitum, in re munus efficere sibi demandatum a Deo Ecclesia quidem nullo tempore
visum est redemptoris magistrique nostri Iesu Christi in eo imitari exem- praetermisit. Quid enim undeviginti saecula laboravít, quid egit studio
plum, quod proxime ad caelestia rediturus summis precibus a Deo Patre constantiaque maiore, quam ut ad veritatem atque instituía christiana
flagitavit, ut alumni sectatoresque sui et mente ét animo unum fierent: gentes adduceret' Hodieque frequenter maria transmittunt, ad ultima loca
Rogo... ut omnes unum sint, sicut tu Pater in me, et ego in te, ut et ipsi in nobis progressuri, ex auctoritate Nostra praecones Evangelii: quotidieque a Deo
unum sint. Quae quidem precatio obsecratioque divina quoniam non eos contendimus ut multiplicare benigne velit sacrorum administros, dignos
tantum complectitur qui tune in Iesum Christum crederent, sed etiam quot- muñere apostólico, qui scilicet commoda sua et incolumitatem et vitam
quot credituri reüquo tempore essent, ideirco dat illa Nobis causam non ipsam, si res postulaverit, pro Christi regno amplificando non dubitent
ineptam aperiendi fidenter vota Nostra, conandique, quoad possumus, ut devovere.
lo. 17,20-21. 3
Act. 4,12.
324 T.EÓN X I I I 1'RAKCI.ARA ÜKATUI.ATIONIS 325
necesidad de exhortarlos a la u n i d a d d e la santa y verdadera Iglesia, de ambición alguna; lo q u e la Iglesia quiere, lo q u e procura única-
p o r q u e la b o n d a d divina los h a h e c h o ya participantes de esta unidad. m e n t e , es salvaguardar entre los h o m b r e s el ejercicio de la virtud
Sin e m b a r g o , N o s d e b e m o s hacerles u n a advertencia: q u e t e m a n y, p o r este medio, asegurar la salvación eterna d e los h o m b r e s .
los peligros q u e p o r todas partes se agravan y q u e vigilen para n o P o r esto es conforme a su naturaleza tener u n a condescendencia y
p e r d e r p o r inercia o negligencia este s u p r e m o beneficio d e D i o s ; u n a b o n d a d e n t e r a m e n t e maternales. M á s todavía, haciendo n u m e -
q u e se inspiren, p o r tanto, en las enseñanzas q u e N o s m i s m o h e m o s rosas concesiones a las circunstancias en que se encuentra la sociedad,
dirigido a las naciones católicas, ya en general, ya en particular, y q u e con frecuencia la Iglesia renuncia a usar sus d e r e c h o s ; proceder p r o -
t o m e n de ellas, según las circunstancias, la n o r m a de pensamiento b a d o con plena evidencia por los concordatos firmados frecuente-
y d e acción. P o r encima de todo, q u e acepten como u n a ley soberana m e n t e con los diferentes E s t a d o s . — N a d a hay más alejado del p e n -
la sumisión sin reserva y sin desfallecimientos, de pleno corazón samiento d e la Iglesia q u e la pretensión d e u s u r p a r los derechos
y con entera voluntad, a todas las enseñanzas y a todas las pres- de la autoridad política; pero ésta, a su vez, debe mostrarse r e s p e t u o -
cripciones d e la Iglesia.—A este respecto, d e b e n c o m p r e n d e r bien sa de los derechos de la Iglesia y guardarse de t o d a usurpación, p o r
t o d o s los católicos c u a n funesta ha sido para la u n i d a d cristiana p e q u e ñ a q u e sea, de esos derechos.—Y si consideramos ahora lo
el q u e i n n u m e r a b l e s teorías falsas hayan p o d i d o obscurecer e incluso q u e pasa en estos nuestros tiempos, ¿cuál es la corriente q u e d o -
b o r r a r en m u c h o s espíritus la verdadera noción de la Iglesia. L a m i n a ? Considerar a la Iglesia como sospechosa, saturarla de d e s -
Iglesia, p o r voluntad y o r d e n de Dios, su fundador, es u n a sociedad precios, de odio, de acusaciones malévolas, ésta es la actitud de
perfecta en su g é n e r o ; sociedad cuya misión y d e b e r son i m b u i r a la u n a g r a n m a y o r í a ; y lo q u e es m á s grave todavía, se agotan t o d o s
h u m a n i d a d con los preceptos e instituciones evangélicas, salvaguar- los medios y se hacen todos los esfuerzos posibles para someterla al
d a r la integridad d e la m o r a l y el ejercicio d e las virtudes cristianas y u g o de la autoridad civil. D e a q u í la confiscación de sus bienes y las
y de esta m a n e r a conducir a todos los h o m b r e s a la felicidad perfecta, limitaciones d e su iibertad; d e aquí las dificultades puestas a la
q u e constituye su ú l t i m o fin. Y p o r ser u n a sociedad perfecta, como formación d e los destinados al sacerdocio, las leyes de excepción
acabamos de decir, está dotada d e u n principio de vida q u e n o le contra el clero, la disolución y supresión d e las O r d e n e s y C o n g r e -
viene de fuera, sino q u e ha sido puesto en su m i s m a naturaleza por gaciones religiosas, auxiliares t a n valiosas de la Iglesia; d e aquí, en
la v o l u n t a d divina q u e la creó. Por esta m i s m a razón, la Iglesia u n a palabra, u n a n u e v a puesta en vigor, e incluso u n a r e c r u d e s -
posee u n p o d e r legislativo, y en el ejercicio de este p o d e r es j u s t o cencia d e t o d o s los principios y de todos los procedimientos regalis-
q u e disfrute d e plena l i b e r t a d ; es necesario igualmente q u e disfrute las. U s a r estos procedimientos es violar los derechos de la Iglesia;
de esa libertad p a r a t o d o aquello q u e p o r cualquier título p u e d e es al m i s m o t i e m p o precipitar al Estado en las mayores calamidades,
derivar de su autoridad. Esta libertad, sin embargo, n o tiende p o r p o r q u e equivale a combatir a b i e r t a m e n t e los designios de D i o s .
su m i s m a naturaleza a suscitar rivalidades ni provocar antagonis- Dios, en efecto, Creador y R e y del m u n d o , q u i e n en su providencia
mos, p o r q u e la Iglesia n i es intrigante en materia de p o d e r ni esclava ha p u e s t o al frente del gobierno de las sociedades h u m a n a s al m i s m o
tandi, quippe cuius iam sunt, divina bonitate, compotes: monendi tamen enim potentiam consectatur Ecclesia, ñeque ulla cupiditate sua impelli-
ne, ingravantibus undique periculis, summum Dei beneficium socordia tur, sed hoc vult, hoc expetit unice, tueri in hominibus ofíicia virtutum,
atque ignavia corrumpant.—Huius rei gratia, quae Nosmetipsi gentibus et hac ratione, hac via, sempitemae eorum saluti consulere. Ideoque facili-
catholicis vel universis ve! singulis alias documenta dedimus, ex iis cogi- tatem indulgentiamque maternam adhibere solet: imo etiam non raro
tandi agendique normam opportune sumant: illudque imprimis velut contingit, ut plura temporibus civitatum tribuens, uti iure suo abstineat:
summam sibi legem statuant, magisterio auctoritatique Ecclesiae non an- quod sane pacta ipsa abunde testantur cum imperiis saepe conventa.—Nihil
guste, non diffidenter, sed toto animo et perlibente volúntate ómnibus in magis ab ea alienum, quam rapere ad se quicquam de iure imperii: sed
rebus esse parendum.—Qua in re animum advertant, illud quam valde vicissim vereatur imperium necesse est iura Ecclesiae, caveatque ne ullam
sit unitati christianae perniciosum, quod germanam formam notionemque ex iis partem ad se traducat—Nunc vero, si res et facta spectentur, cuius-
Ecclesiae varius opinionum error passim obscuravit, delevit. Ea quippe, modi est temporum cursus? Ecclesiam videlicet suspectam habere, fastidire,
Dei conditoris volúntate ac iussu, societas est genere suo perfecta: cuius odisse, invidiose criminari nimis multi consuevere: quodque multo gravius,
officium ac munus est imbuere praeceptis institutisque evangelicis genus id agunt omni ope et contentione, ut ditioni gubernatorum civitatis faciant
humanum, tuendaque integritate morum et christianarum exercitatione servientem. Hinc sua ipsi et erepta bona, et deducta in angustum libertas:
virtutum, ad eam, quae unicuique hominum proposita in caelis est, felici- hinc alumnorum sacri ordinis circumiecta difficultatibus institutio: perlatae
tatem adducere. Quoniamque societas est, uti diximus, perfecta, ideirco in Clerum singulari severitate leges: dissolutae, prohibitae, óptima christiani
vim habet virtutemque vitae, non extrinsecus haustam, sed consilio divino nominis praesidia, religiosorum sodalitates; brevi, reíialistarum praecepta
et suapte natura insitam: eademque de causa nativam habet legum feren- atque acta acerbius renovata. Hoc quidem est vim afierre sanctissimis
darum potestatem, in iisque ferendis rectum est eam subesse nemini: Fícclesiae iuribus: quod máxima gignit civitatibus mala, propterea quod
itemque alus in rebus, quae sint iuris sui, oportet esse liberam. Quae tamen i'iim divinis consiliis aperte pugnat. Princeps enim atque opifex mundi
libertas non est eíusmodi, ut ullum det aemulationi invidiaeque locum: non Deus, qui hominum congregationi et civilem et sacram potestatem provi-
334 r.isóN X I I I PRAECtARA GRATULATIONIS 335
t i e m p o el p o d e r político y el p o d e r sagrado, ha q u e r i d o q u e éstos desgracia, decimos, p o r q u e t a n t o la perversidad d e sus principios
sean, sin d u d a alguna, diferentes, p e r o n o separados y opuestos el como la iniquidad d e sus propósitos son cosas evidentes. C o n el
u n o al otro. P e r o n o es esto t o d o . L a voluntad divina exige, c o m o pretexto de reivindicar los derechos del h o m b r e y reformar la civi-
lo exige, p o r otra parte, el b i e n general de toda sociedad, q u e el lización, c o m b a t e las instituciones cristianas; rechaza toda doctrina
p o d e r político viva en armonía con el p o d e r eclesiástico. P o r consi- revelada; califica los deberes religiosos, los sacramentos, todas las
guiente, al Estado, sus derechos y sus obligaciones p r o p i a s ; a la realidades augustas, c o m o simples supersticiones; se esfuerza p o r
Iglesia, los suyos; p e r o entre u n a y otro, los lazos de una estrecha descristianizar el m a t r i m o n i o , la familia, la educación de la j u v e n t u d ,
concordia.—Por este camino se llegará con t o d a seguridad a supri- todo el conjunto d e la vida pública y d e la vida privada, así c o m o
m i r la enfermedad q u e se deja sentir hoy día en las relaciones entre t a m b i é n p o r hacer desaparecer en el alma del p u e b l o t o d o respeto
la Iglesia y el Estado, enfermedad funesta p o r más de u n título y a la autoridad divina y a la autoridad h u m a n a . El culto q u e la m a s o -
t a n dolorosa para t o d o s los h o m b r e s de bien. Se o b t e n d r á t a m b i é n nería prescribe es el culto de la naturaleza h u m a n a ; y son t a m b i é n
q u e , sin confusión n i separación d e derechos, los ciudadanos d e n los principios d e esta naturaleza h u m a n a los q u e p r o p o n e c o m o
al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios 1 5 . única m e d i d a y única n o r m a de la verdad, la b o n d a d y la justicia.
D e esta manera, c o m o es evidente, se incita al h o m b r e a t e n e r u n a
[La masonería] moral y una conducta casi paganas, si n o es q u e el crecimiento y el
refinamiento d e las seducciones lo h a c e n d e s c e n d e r m á s abajo t o -
[ i i ] . O t r o peligro grave para la u n i d a d es la masonería, p o - d a v í a . — A u n q u e en esta materia N o s h e m o s h e c h o ya en otras oca-
tencia t e m i b l e q u e o p r i m e d e s d e hace ya t i e m p o a las naciones, y siones advertencias m u y serias 1 6 , nuestra vigilancia apostólica nos
sobre t o d o a las naciones católicas. Orgullosa hasta Ja insolencia obliga a insistir en este p u n t o y a decir y repetir u n a y otra vez q u e ,
p o r su fuerza, sus recursos y sus éxitos, p o n e por obra t o d o lo q u e frente a u n peligro t a n acuciante, t o d a m e d i d a defensiva será s i e m p r e
es menester, favoreciendo las turbulencias q u e agitan nuestra época insuficiente. ¡Ojalá la clemencia divina b u r l e los propósitos d e la
p a r a consolidar y extender p o r todas partes su dominación. D e s d e masonería! P e r o es necesario q u e el p u e b l o cristiano c o m p r e n d a q u e
las ocultas tinieblas en q u e conspiraba, i r r u m p e hoy en los Estados hay q u e sacudir de una vez para s i e m p r e el yugo infamante de la
m o s t r á n d o s e a la luz del día; y, como lanzando u n desafío a Dios, masonería, y q u e d e b e n p o n e r u n a mayor energía e n esta labor
h a establecido su sede en esta m i s m a urbe, capital del m u n d o todos aquellos q u e son m á s d u r a m e n t e oprimidos p o r este yugo,
católico. P e r o la mayor desgracia de todas es q u e , d o n d e q u i e r a q u e es decir, los italianos y los franceses. N o s ya h e m o s dicho cuáles
la masonería p o n e su pie, se infiltra en todas las clases sociales y son las armas q u e hay q u e emplear y cuál es la táctica q u e hay q u e
p e n e t r a en todas las instituciones del Estado para llegar, si fuera seguir en este c o m b a t e ; la victoria n o es dudosa con u n jefe c o m o
posible, a constituirse arbitro soberano d e todas las cosas. L a m a y o r A q u e l q u e p u d o decir u n d í a : Yo he vencido al mundo 1 7 .
instituta reipublicae infert, si tándem summam arbitriumque obtineat.
dentissime praeposuit, distinctas quidem permanere eas voluit, at vero Calamitosissimum id quidem: eius enim manifesta est quum opinionum
seiunctas esse et confligere vetuit. Quin immo cum Dei ipsius voluntas, pravitas tum consiliorum nequitia. Per speciem vindicandi iuris humani
tum commune societatis humanae bonum omnino postulat, ut potestas civilisque societatis instaurandae, christianum nomen hostiliter petit: tra-
civilis in regendo gubernandoque cum ecclesiastica conveniat. Hinc sua ditam a Deo doctrinam repudiat; officia pietatis, divina sacramenta, tales
et propria sunt imperio iura atque officia, sua item Ecclesiae: sed alterum res augustiores, tamquam superstitiosa vituperat: de matrimonio, de fami-
cum altera concordiae vinclo colligatum esse necesse est.—ha sane futurum, lia, de adolescentium institutione, de privata omni et publica disciplina,
ut Ecclesiae imperiique necessitudines mutuae ab illa sese expediant pertur- christianam formam detrahere nititur, omnemque humanae et divinae
batione, quae nunc est, non uno nomine impróvida, bonisque ómnibus potestatis reverentiam ex animo evellere populorum. Praecipit vero co-
permolesta: pariterque impetrabitur, ut non permixtis, ñeque dissociatis lendam homini esse naturam, atque huius unius principiis aestimari ac
utriusque rationibus, reddant cives quae sunt Caesaris, Caesari, quae sunt dirigi veritatem, honestatem, iustitiam oportere. Quo pacto, uti perspicuum
Dei, Deo. est, compellitur homo ad mores fere vitaeque consuetudinem ethnicorum,
eamque multiplicatis illecebris vitiosiorem.—Hac de re, quamquam alias
Simili modo magnum unitati discrimen ab ea hominum secta impen- a Nobis gravissimeque est dictum, Apostólica tamen vigilantia adducimus
det, quae Massonica nominatur, cuius funesta vis nationes praesertim catho- in idem ut insistamus, etiam atque etiam monentes, in tam praesenti periculo
licas iamdiu premit. Turbulentorum temporum nacta favorem. viribusque nullas esse cautiones tantas, quin suscipiendae sint maiores. Clemens pro-
et opibus et successu insolescens, dominatum suum firmius constabilire hibeat Deus nefaria consilia: sentiat tamen atque intelligat populus christia-
latiusque propagare summa ope contendit. Iamque ex latebra et insidüs nus, indignissimum sectae iugum excutiendum aliquando esse: excutiantque
in lucem erupit civitatum, atque in hac Urbe ipsa, catholici nominis prin- enixius, qui durius premuntur, Itali et Galli. Quibus armis, qua ratione
cipe, quasi Dei numen lacessitura consedit. Quod vero calamitosissimum id rectius possint, iam Nos ipsi demonstravimus: ñeque victoria incerta
est, ubicumque vestigium posuit, ibi in omnes sese ordines in omniaque eo fidentibus duce, cuius perstat divina vox: Ego vid mundum.
15 M t 22,21. 16 Véase la encíclica Humanum genus. 17
lo. 16,33.
336 LEÓN X t i l l'kAliO.ARA c'.KATWI.ATlONtS ¡)¡17
su totalidad. Se combate fieramente contra el depósito entero de la Pero retorno al cristianismo significa vuelta a la Iglesia c.uóln.i,
revelación, contra el contenido completo de la razón y de la sana filo- maestra legítima de la fe y de la moral. La doctrina de la ÍKK-SÍSI , ; .
sofía. Nada queda intacto bajo la presión del ataque enemigo: filosofía la única que proporciona la solución satisfactoria de los problemas il(-
orden social, político y doméstico. León XIII ha consagrado los prin
y moral, Iglesia y Estado, sociedad y familia, libertad y autoridad,
cipales documentos de su pontificado a la exposición de esa doctrina
justicia y derecho. Se trata de una guerra total, cuyas consecuencias social y política de la Iglesia. Su intento no se ha reducido a iluminar
están a la vista de todos: el marasmo de la vida social moderna. las inteligencias; ha querido principalmente purificar las voluntades.
Se han propuesto remedios situados al margen de la Iglesia cató- Si no se ha obtenido una mies más abundante, sólo Dios sabe el
lica. Pero uno tras otro han ido gastándose como fuegos artificiales: motivo.
libertades modernas, elevación de la cultura media, progreso técnico V. Las acusaciones contra la acción social de la Iglesia son infundadas.
y científico. La razón de esta radical ineficacia está en la voluntaria Porque la Iglesia no es enemiga de la ciencia ni de la cultura. Dieci-
y libre desvinculación con que se ha querido separar de Dios estas tres nueve siglos de historia lo demuestran.—La Iglesia no es enemiga de
realidades, lícitas en si, pero desorbitadas por los enemigos de la Iglesia. la libertad verdadera. Pero sí es enemiga declarada del libertinaje social
y político. La Iglesia no usurpa los derechos del Estado ni invade
Frente a los prejuicios anticatólicos, heredados del siglo XIX, el campo político. Por el contrario, ha sido siempre la Iglesia la víc-
León XIII, en el umbral del siglo XX, alza de nuevo su voz: no hay tima de las ambiciones del Estado.
más que una solución: la vuelta al cristianismo, a la Iglesia católica, Estas calumnias están hoy día fomentadas por la acción de la maso-
a la Roma eterna. Y frente a las maniobras de la masonería, «personi- nería, que constituye un Estado invisible e irresponsable dentro del
ficación permanente de la revolución», con sus acusaciones calumniosas Estado visible y legítimo. Su finalidad es el exterminio del «imperio»
contra la Iglesia, León XIII proclama, con las energías de una Iglesia y del «sacerdocio». A ella hay que atribuir en gran parte la guerra
siempre joven, que es en la Iglesia católica donde se encuentra la noción actual contra la Iglesia. Es ella la que persigue al clero católico, a las
de la libertad verdadera, el genuino concepto del progreso, la exacta Ordenes y Congregaciones religiosas, al Romano Pontífice. Ella fué
idea del Estado y la base firme de la familia. Y no se detiene aquí el ¡a gran promotora del despojo del poder temporal pontificio. Ella es,
por todo esto, la causante de la actual decadencia del Estado y de la
gran Pontífice. Acusa a la masonería de ser «un Estado invisible e irres-
civilización. El Papa avisa de nuevo a la humanidad sobre el peligro
ponsable dentro del Estado visible» y de ser, además, uno de los grandes de la masonería.
responsables de la profunda decadencia de la civilización moderna. VI. Motivos de aliento y esperanza.—La Iglesia goza de una asistencia
divina indefectible. Las tempestades no tocan el fondo y pasan.—El
momento presente señala síntomas esperanzadores. La Iglesia se
SUMARIO
extiende hoy por todos los climas. Una calma profunda y unitaria
I. Acción de gracias por los veinticinco años de pontificado. Agrade- reina en el seno de la catolicidad. La unión estrecha es un hecho
cimiento al episcopado. Triste situación de la humanidad actual. consolador en la Iglesia actual. Se observa un renacer de las asociacio-
El objeto de esta carta es analizar las causas y los efectos de la guerra nes cristianas. Las misiones abren cada día nuevos campos a la iglesia.
que actualmente se hace a la Iglesia y señalar los remedios oportunos. Dios habla ahora a la humanidad a través de su Iglesia.
II. Génesis de la guerra actual contra la Iglesia. La persecución es pa- Exhortación al episcopado. El clero, que se consagre al pueblo.
trimonio hereditario de la Iglesia católica. Pero esa persecución es El laicado, que colabore con la acción de la jerarquía y del clero.
obra exclusiva de la malicia humana. La historia eclesiástica recoge Es necesaria la sumisión de todos a las normas dadas por la Santa
así una trayectoria de continuas persecuciones: el Imperio romano, Sede. Este es el deber de los católicos. El éxito queda en las manos
las herejías, los bárbaros, el islamismo, el cesarismo. Y en los tiempos seguras de Jesucristo, rey de los siglos. Oración y bendición apostólica.
modernos, la reforma protestante, el filosofismo del siglo XVIII, el
naturalismo y el materialismo en el siglo XIX. La guerra de hoy con-
tra la Iglesia es una guerra total. [i ]. D e s p u é s de llegar l al añd vigésimo q u i n t o de n u e s t r o mi-
nisterio apostólico, y maravillándonos N o s m i s m o del camino reco-
III. Consecuencias de la guerra contra la Iglesia. Los errores ideológicos
han pasado a la vida práctica. De aquí se han seguido una profunda r r i d o e n medio d e t a n arduas e incesantes preocupaciones, nos sen-
perturbación en el orden moral, la disolución de la familia, la desapa- timos n a t u r a l m e n t e impulsados a glorificar los designios de Dios
rición del orden social y político en la esfera nacional y en el campo
internacional, las luchas sociales y la aparición del anarquismo. [ D e hodierno c u m Ecclesia bello]
IV. Remedios para sanar estas mortales consecuencias de la guerra con-
tra la Iglesia. La libertad, tal como hoy la entiende el sistema liberal, Annum ingressi sumus quintum et vicesimum Apostolici muneris:
es un remedio inepto. Dígase lo mismo de la enseñanza laica. El pro- spatiumque respicientes in maximis curis assiduisque confectum, admiratio
greso técnico y científico, desligado de sus conexiones con el orden Ños quidem divinae bonitatis commovet; unde cum beneficia innumerabilia
moral, está igualmente incapacitado para este fin. 1
LEÓN XIII, Carta apostólica a todos los patriarcas, primados, arzobispos y obispos del
El remedio verdadero consiste en el retorno de la sociedad al cris- orbe católico en gracia y comunión con la Sede Apostólica: ÁSS 34 (1901-1902) 513-522; AL
tianismo, porque éste tiene un poder social transformador único. 22,52-80.
346 LEÓN XIII ANNUM INGRBSSl 347
accepimus, tum hanc ipsam, quae Decessorum perpaucis contigit, Pontifica- similitudine Ínter se cohaerere, perinde quasi ex ómnibus exsisteret cor unum
tus diuturnitatem. Itaque summo rerum Parenti, eidemque auctori et arbitro et anima una, id enimvero hodie, quae sunt témpora, necesse est. Numquem-
vitae gestit animus grates agere quam máximas potest. Profecto aeterni consi- " nam latet conspirans Ule ad labefaciendum opus Iesu Christi consensus in-
lii rationem perspicere totam super hac praeter exspectationem tanta longin- fensissimorum hostium, christiana vel dogmata vel instituía, pertinacia
quitate senectae, humanum non est; ñeque eam Ipsi vestigare nitimur. incredibili, conveliere molientium? Haec vos plus satis experiendo nostis:
Mud intelligimus, quando divinae benignitati placitum est huius lucís No- qui etiam saepe Nobiscum deplorare soletis, disseminari passim licenterque
bis usuram prorogare, officium a Nobis esse sanctissimym, in utiütates et opinionum et doctrinarum pestes, malisque errorum venenis imbuí multi-
incrementa Ecclesiae quantum superest virium impenderé, eiusque gratiá tudinem. Proh circumventam insidiis incautorum fidem! Ecclesiae interea,
nec laboris quidquam nec sollicitudinis defugere.—Iam a gratae voluntatis quod magis dolendum, iniectis omne genus vinclis, sua minuitur et quoad
significatione debita benignissimo Numini, cui sit gloria lausque sempi- potest eripitur auxiliandi copia. Et tamen non dubitant, cumulantes flagitio
terna, libet affari vos, Venerabiles Fratres; qui ut, suam quisque, Dominici damnum, arguere Ecclesiam ipsam debilitatae virtutis, quod non, ut antea,
gregis custodiam geritis a Spiritu Sanoto mandatam. ita pastoralis officii populares cupiditates, in perniciem communium rerum inflammatas, queat
Nobiscum certamina, palmas, laeta, tristia, participare consuevistis. Haere- restinguere.
bunt Nobis semper in memoria pietatis observantiaeque officia et multa et
Equidem iucundiora velimus, accommodate ad factum laetabile, scri-
praeclara, quibus cum Pontificatus Nostri cursum continentem ornastis,
bendo persequi. Verum ñeque id patiuntur insidentia Ecclesiae incommoda
tum huius felicitatem eventi fecistis iucundiorem. Quae quidem officia, ut
quae levari mature postulant, ñeque haec tam misera societatis humanae
sumus vobiscum paterna muneris necessitate coniuncti, grate admodum
témpora; cui quidem ille a christiana disciplina institutoque discessus for-
complectimur: etsi non tam causa Nostra, quam quod argumento sunt,
tunarum morumque detrimenta adhuc magna peperit, maiora struit. Siqui-
adhaerescere vos penitus huic Sedi Apostoücae, quacum tamquam centro
dem sanctum natura est, omniumque saeculorum memoria ratum, non posse
suo ceterae orbis catholici contineri sedes debent. Quod si unquam alias
religionis reverentiam deturbari publice, quin simul convictus humani pros-
oportuit sacrorum Ecclesiae Antistites caritate mutua et cogitandi agendique
peritas corruat.—In eiusmodi rerum asperitatibus, ad excitandos confir-
348 LEÓN X I I I
AN'NUM INCRKSSl ¡M'-'
m e n t e a las almas d e aliento, de coraje, de fe, conviene considerar en en efecto, a sus discípulos al enviarlos para llevar a todas las gcnlc:.
su génesis, en sus causas, en sus variadas formas, la guerra q u e arde el tesoro de sus doctrinas? T o d o s lo s a b e m o s : «Seréis perseguidos
actualmente con d a ñ o de la Iglesia, indicar sus funestas consecuen- de ciudad en ciudad, seréis odiados y vilipendiados por mi n o m b r e ,
cias y añadir sus remedios. P o r tanto, repitiendo t a m b i é n c u a n t o seréis llevados a los tribunales y condenados a los mayores padeci-
hemos dicho otras veces, suenen altamente nuestras palabras, y n o mientos» 2 . Y, q u e r i e n d o animarlos para la prueba, se dio a Sí m i s -
solamente para los hijos devotos de la u n i d a d católica, sino t a m b i é n m o como ejemplo: Si el mundo os aborrece, sabed que me aborreció
para los disidentes, e incluso para los desgraciados q u e n o creen, primero a mi que a nosotros 3 H e a q u í los gozos, h e a q u í las r e c o m -
pues todos son hijos del m i s m o P a d r e y están ordenados al m i s m o pensas p r o m e t i d a s en la vida presente.
bien s u p r e m o ; y suene como t e s t a m e n t o que, cercanos ya a las p u e r -
tas de la eternidad, q u e r e m o s entregar a los p u e b l o s con el deseo [ 4 ] . N a d i e ciertamente, ateniéndose a los criterios de u n a justa
y con el augurio de la c o m ú n salvación. y sensata estimación de las cosas, sabría explicarse el m o t i v o de se-
mejante odio. ¿En q u é ofendió jamás o en q u é desmereció el divino
R e d e n t o r ? D e s p u é s de hacerse h o m b r e , m o v i d o por el i m p u l s o d e
[I. G É N E S I S DE LA GUERRA ACTUAL CONTRA LA I G L E S I A ] una caridad infinita, había enseñado u n a doctrina inmaculada, con-
fortadora, eficacísima para h e r m a n a r a la h u m a n i d a d en la paz
[La persecución, patrimonio de la Iglesia] y en el amor. N o había ambicionado ni grandezas terrenas ni h o n o -
[ 3 ] . L a santa Iglesia de Cristo ha d e b i d o soportar en todos r e s ; n o había u s u r p a d o el derecho de n a d i e ; había sido, por el con-
los tiempos contradicciones y persecuciones por la verdad y p o r la trario, s u m a m e n t e piadoso con los débiles, con los enfermos, con
justicia. Instituida p o r el m i s m o Cristo para propagar en el m u n d o los pobres, con los pecadores, con los oprimidos, p o r lo cual su
el reino de Dios y, con la luz de la ley evangélica, guiar a la decaída vida n o fué m á s q u e u n tránsito para sembrar el b i e n con m a n o
h u m a n i d a d hacia u n destino sobrenatural, esto es, la adquisición larga e n t r e los h o m b r e s . E s necesario decir, p o r t a n t o , q u e fué p u r o
de los bienes inmortales p o r Dios p r o m e t i d o s , p e r o superiores a exceso de la h u m a n a malicia, t a n t o más deplorable c u a n t o m á s in-
nuestras fuerzas, chocó necesariamente con las pasiones q u e p u l u - justo, q u e , C r i s t o , a pesar d e todo, según el vaticinio de Simeón,
laron al pie de la antigua decadencia y corrupción, es decir, con el llegase a ser realmente señal de contradicción: Signum cui contra-
orgullo, la codicia y el amor desenfrenado d e los goces terrenos, dicetur 4 .
y con los vicios y los desórdenes q u e de éstos proceden, y q u e en
la Iglesia encontraron siempre el m á s poderoso freno.—El hecho [Las persecuciones antiguas y modernas]
de estas persecuciones n o p o d r á p r o d u c i r n o s estupor, p o r q u e fue- [5 ]• ¿ Q u é maravilla, p o r tanto, si la Iglesia católica, q u e es la
ron predichas por el divino M a e s t r o para enseñanza nuestra, y sa- continuadora de su divina misión y la depositaría incorruptible d e
bemos q u e d u r a r á n mientras d u r e el m u n d o . ¿Qué es lo q u e dijo, sus verdades, ha e n c o n t r a d o la m i s m a suerte? El m u n d o es siempre
mandosque opportune ánimos opus esse arbitramur, huius quod cum Eccle-
sia geritur bellum initia, causas, multiplicemque exsequi naturam, quae nomen meum; trademini ad reges et praesides; tradent vos in tribulationem et
perniciosa consequantur monere, medendi demonstrare vías. Itaque, licet re- occident vos. Animosque de suo caperent exemplo voluit: si mundus vos odit,
ferens quae saepe ediximus in hoc genere, pertineat usquequaque volumus, scitote quia me priorem nobis odio habuit, Adeo digna promeritis heic reddi-
paternae caritatis plena, vox Nostra; ñeque ad filíos modo catholicae unítatis tur merces!
feliciter compotes, sed ad eos etiam qui Nobiscum de fide dissident, vel qui Iamvero huius tantae invidiae nemo aequus rerum aestimator causara
ab ipsa plañe sunt alieni: quippe universi omnes uti eodem sunt prognati satis idoneam repererit. Urgente caritate immensa, demisit se abiecitque
Patre, ita ad idem summum invitantur bonum. Sitque ea vox testamenti Christus ad humilitatem conditionis humanae; praecepta dedit sanctissima,
instar, quo gentibus suprema salutis communis studia Nostra votaque, im- plena solatii, apprime facta ad pacandos Ínter se copulandosque germanita-
pendente iam exitu, commendamus. te homines; opes gloriamque contempsit; iura nullius appetivit; aegris, ca-
lamitosis, aerumnosis benignissimus adfuit; denique aetatem omnem oprime
Veritatis iustitiaeque vindex, Ecclesia Christi adversa multa et áspera
de hominibus merendó contrivit. Quodsi tamen factus is est, quod Simeón
nunquam non pertulit. Ex quo enim instituit, quod acceperat ab Auctore
praecinerat fore, signum cui contradicetur, prodigium certe nequitiae hic
suo munus, constabilire et propagare in hominibus regnum Dei, eosque ab
agnoscimus, atque eo immanius, quo iniuriosius.
amore fluxarum rerum ad immortalium traducere, necessario in offensionem
humarme incurrit corruptae depravataeque naturae. Studia nimirum infesta Porro Ecclesiam catholicam, Christi heredem muneris, custodem doc-
sibi et inimica sensit cupiditatum, quibus responsandum viriliter esse ipsa trinae mirumne sit eádem usam esse fortuna? Semper eadem constat sacarlo
edicebat.—Nec vero id acciderit homini christiano novum, quando Christus perversitas, urgentibus pios impiisj ab humani generis hoste profectis, quem
alumnis disciplinae suae denuntiavit, omnia hostilia, dum mundus foret,
usque passuros. Pervulgara sunt, quae ipsos dimissurus in orbem terrarum 2 Cf. Le. 21,12-19.
Evangelii praecones, monuit: persequentur vos; eritis odio ómnibus propter 3 lo. 15,18.
4
Le. 2,34-
350 LEÓN xni ANNUM INGRESSI MI
igual a sí m i s m o ; j u n t o a los hijos d e D i o s se e n c u e n t r a n constan- q u e h a sido llamada cristiana y q u e dio a las naciones q u e acogieron
t e m e n t e los satélites d e aquel gran adversario del g é n e r o h u m a n o , su benéfico influjo la e q u i d a d de las leyes, la dulzura de las costum-
q u e , rebelde al Altísimo desde el principio, está señalado en el E v a n - b r e s , la protección de los débiles, la piedad p o r los p o b r e s y los
gelio c o m o el príncipe de este m u n d o ; p o r esto el m u n d o , ante la desgraciados, el respeto a los derechos y a la dignidad de todos
ley y ante el q u e se la presenta en n o m b r e de Dios, siente q u e se y, p o r consiguiente, en c u a n t o es posible en m e d i o de las t e m p e s -
le despierta d e nuevo, con u n orgullo desmedido, el espíritu d e u n a t a d e s h u m a n a s , aquel reposado vivir civil q u e deriva d e la mayor
independencia a la q u e n o tiene derecho. ¡ C u á n t a s veces, e n perío- concordia posible e n t r e la libertad y la justicia.
dos m á s procelosos, con inaudita crueldad y descaradísimas injus- [ 6 ] . Sin e m b a r g o , a u n d e s p u é s d e las demostraciones t a n p a -
ticias y con d a ñ o evidente de la entera c o m u n i d a d social, se coliga- tentes, prolongadas y sublimes de su intrínseca b o n d a d , en épocas
ron los enemigos en la loca e m p r e s a de derrocar la obra divina!— m á s cercanas a N o s , n o m e n o s q u e e n el t i e m p o d e la E d a d M e d i a
Y al fracasar u n a forma d e persecución i n t e n t a b a n otras nuevas. El y en la antigüedad, vemos a la Iglesia envuelta en luchas, bajo cierto
I m p e r i o r o m a n o , a b u s a n d o de la fuerza brutal d u r a n t e tres largos aspecto, m á s d u r a s y penosas. P o r una serie de causas históricas
siglos, s e m b r ó d e mártires todas sus provincias y b a ñ ó con la san- conocidísimas, la llamada reforma del siglo X V I , d e s p u é s d e levan-
gre d e los mártires el suelo entero d e esta sagrada R o m a ; y la h e r e - tar la b a n d e r a de la rebelión, q u i s o herirla en el corazón, combatien-
jía, d e la m i s m a m a n e r a , u n a s veces disfrazada, otras descarada, d o fieramente al P a p a d o ; y r o t o el vínculo d e la antigua u n i d a d d e
con sofismas y con insidias recurrió a la persecución para r o m p e r , jurisdicción y de fe, q u e reunía a los pueblos bajo las alas maternas
al menos, la a r m o n í a y la u n i d a d de la Iglesia. Siguieron después el e n u n solo redil, r e d o b l a n d o frecuentemente, con la u n i ó n de los
desencadenamiento, como t o r m e n t a devastadora, desde el N o r t e , de propósitos, su fuerza, su prestigio y su gloria, introdujo en las fi-
las h o r d a s de los bárbaros, y desde el Sur, del islamismo, dejando las cristianas u n a disgregación lamentable y fatal. N o q u e r e m o s
•tras sí la ruina y el desierto. Y d e esta m a n e r a , transmitiéndose d e decir con esto q u e d e s d e los p r i m e r o s m o v i m i e n t o s se tuviese la idea
siglo en siglo la triste herencia del odio contra la Esposa de Cristo, d e desterrar del m u n d o el d o m i n i o de las verdades s o b r e n a t u r a l e s ;
sobrevino u n cesarismo q u e , receloso y p r e p o t e n t e , envidioso d e p e r o , rechazada, p o r u n a parte, la prerrogativa d e la Sede romana,
toda grandeza ajena q u e aventajase a la suya propia, renovó sin causa efectiva y conservadora de la unidad, y establecido, por otra
tregua los asaltos para pisotear la libertad y u s u r p a r los derechos p a r t e , el principio del libre examen, fué sacudida desde su m á s p r o -
d e la Iglesia. Sangra el corazón al verla así t a n f r e c u e n t e m e n t e opri- funda base la estructura del divino edificio, y q u e d ó abierto el paso
mida p o r angustias y p o r dolores inenarrables. Sin e m b a r g o , t r i u n - a infinitas variaciones, d u d a s y negaciones, incluso en materias de
fadora d e todos los obstáculos, violencias, opresiones; dilatando cada capital importancia, hasta sobrepasar las previsiones d e los m i s m o s
vez m á s sus pacíficas tiendas, salvando el glorioso p a t r i m o n i o d e las innovadores.
artes, de la historia, de las ciencias y de las letras, y haciendo p e -
netrar p r o f u n d a m e n t e en las articulaciones del consorcio h u m a n o
el espíritu del Evangelio, formó precisamente acfuella civilización custodiendis litterarum et artium monumentis; sed laborare in primis, ut
civitatem penitus evangélica sapientia pervaderet totamque imbueret. Ita
christianum cultum in commune invexit; peperitque conformatis eo cultu
ipsum inimicum Dei ab initio rerum, principem huius mundi, sacrae appellant
gentibus aequitatem legum, mansuetudinem morum, tenuium tutelam,
litterae. Hi scilicet, quoniam imperium Dei contumaciter abnuunt, nec de-
calamitosorum inopumque misericordiam, alieni iuris dignitatisque verecun-
nuncian sibi divinam patiuntur legem, nec omnino eos, qui rite denunciant,
diam, denique civilium rerum cursum, pro naturali studiorum concerta-
ferré possunt. Itaque coniurati Ecclesiam perderé, quoties turbulentioribus
tione, tranquillum, temperante nimirum iustitia libertatem.
aetatibus contra omne ius fasque communitatis humanae immania edidere
crudelitatis exempla!—Ergo aliud ex alio omnia tentata genera saeviendi. Documenta tam magna tamque illustria beneficae virtutis suae cum daret
Recens ab origine, vi tormentisque cruciatum publice christianum nomen; Ecclesia, ad finem aetatis mediae processit, invidia improborum comité:
triumque saeculorum spatio Urbem romanique imperii fines perfudit mar- quae autem sequuta est aetas dimicationes ei vel acerbiores attulit. Etenim
tyrum crúor. Tum, domestica pestis, haereticorum perfidia extítit, tecte saeculo sextodecimo luctuosa illa exarsit, cuius nota sunt semina, perduellio
primo, dein audacter aggressa technis rationumque fallaciis concentum Novatorum; qui caput ipsum adorti, idest romani Pontificia auctoritatem,
fidelium unitatemque dissolvere. Erupit deinceps plus semel a septentrio- unde universitas Christifidelium in unum Corpus coalescit vivum vigensque,
nibus barbarorum procella, Saracenorum ab austro, internecionem vasti- florentissimas gentes a catholicarum complexione misere abstraxerunt. Quo
tatemque faciens. Cumque veluti provinciam male habendae Ecclesiae aetas facto discidio illuc necessitate evasere, quo fortasse non spectarant, ut chris-
aetati transmitteret, eam suscepit, restituto imperio, Caesarum dominatio, tiani nominis vix umbram retinerent, rem fere exuerent. Nam abiecto semel
superba fere atque impotens; quae sollicita ne prae se sacra potestas cres- ex una parte magisterio Sedis Apostolicae, quo máxime unitas fidei salva
ceret, eius sive libertatem coerceré sive iura attentare non destitit. Taedet consistit, pósito ex altera proprium cuique iudicium esse normam credendi,
considerare, quot quantisque difficultatibus affecta atque afflicta subinde infinitis sententiarum commutationibus patuit aditus; quare iam nullum est
Ecclesia fuerit. Illa vero ex angustiis incommodisque evadere fortior; paci- tam sanctum doctrinae christianae principium, quod non illi aut in dubium
fici regni sui proferre términos; nec veteris humanitatis fructus negligere. revocent, aut funditus repudient.
352 LEÓN XI11 ANNIÍM INGKKSSI ;.,;(
y en el hervor de las pasiones, q u e d a n presas d e la fascinación d e [El verdadero remedio, el retorno al cristianismo]
m á x i m a s perversas, p a r t i c u l a r m e n t e d e aquellas q u e el periodismo
[19]. ¿Deberán, por tanto, ser despreciadas, descuidadas las
m á s indisciplinado n o se avergüenza de s e m b r a r con larga m a n o , y
conquistas de la cultura, del saber, de la civilización y de u n a liber-
que, pervirtiendo el e n t e n d i m i e n t o y la voluntad, alimentan ese es-
tad templada y razonable? C i e r t a m e n t e q u e n o ; deben, p o r el con-
píritu de orgullo y de insubordinación q u e t u r b a con tanta frecuencia
trario, ser defendidas, p r o m o v i d a s y m u y apreciadas, c o m o u n va-
la paz de las familias y de las ciudades.
lioso patrimonio, pues son otros tantos remedios b u e n o s p o r su
[ 1 8 ] . M u c h o se h a confiado t a m b i é n en el progreso creciente naturaleza, queridos y o r d e n a d o s p o r Dios m i s m o para el mayor
de las ciencias, y, ciertamente, el siglo pasado vio grandes, inespe- p r o v e c h o de la familia h u m a n a . Sin embargo, al usarlos conviene
rados y maravillosos progresos. Pero ¿es acaso v e r d a d q u e haya m a n t e n e r puesta la mirada en el conocimiento del C r e a d o r y hacer
p r o d u c i d o efectivamente aquella a b u n d a n c i a de frutos, plena y re- q u e vayan siempre acompañados del elemento religioso, en el cual
novadora, q u e estaba en el deseo y en la expectación de tantos h o m - reside precisamente la v i r t u d q u e los valora y los hace d i g n a m e n t e
bres ? El vuelo de la ciencia descubrió ciertamente horizontes nuevos fructuosos. A q u í está el secreto del problema. C u a n d o u n ser orgá-
al e n t e n d i m i e n t o , amplió el d o m i n i o del h o m b r e sobre la naturaleza nico se c o r r o m p e y decae, esto proviene de q u e ha cesado el influjo
corpórea y a p o r t ó con ellos mil ventajas nuevas a la vida t e r r e n a . d e las causas q u e le dieron forma y consistencia; y n o hay d u d a
Pero, a pesar de ello, t o d o s e x p e r i m e n t a n y son m u c h o s los q u e que, p a r a sanarlo y vigorizarlo de nuevo, es necesario devolverlo
reconocen q u e el efecto ha sido inferior a las esperanzas. N i p u e d e a los vitales influjos de aquellas m i s m a s causas. A h o r a bien, en el
afirmar otra cosa el q u e considere el estado de los espíritus y de loco intento de emanciparse de Dios, la sociedad civil rechazó lo
la moral, las estadísticas de la delincuencia, los sordos r u m o r e s sobrenatural y la revelación divina, substrayéndose así a la vivi-
q u e s u b e n d e s d e abajo, el p r e d o m i n i o de la fuerza sobre el derecho. ficante eficiencia del cristianismo, es decir, a la .más sólida garantía
P a r a n o volver a hablar d e las clases inferiores caídas en la miseria, del o r d e n , al más p o d e r o s o vínculo de fraternidad, a la fuente
basta una m i r a d a superficial para convencerse q u e u n a tristeza in- inexhausta de las virtudes individuales y públicas; y d e p e n d e
definible pesa sobre las almas y u n vacío profundo se ha abierto en de esta bosquejada apostasía el t r a s t o r n o de la vida práctica. A l
los corazones. El h o m b r e se ha enseñoreado de la m a t e r i a ; p e r o ésta seno del cristianismo debe, por tanto, retornar la sociedad extra-
n o ha p o d i d o darle lo q u e n o tiene, y las grandes cuestiones q u e se viada si quiere el bienestar, el reposo, la salud.—Así como el cris-
refieren a sus m á s altos intereses n o h a n sido resueltas p o r la ciencia tianismo n o entra en las almas sin mejorarlas, de la misma m a n e r a
h u m a n a ; la sed de verdad, de virtud, de infinito, ha q u e d a d o sin no e n t r a en la vida pública de un E s t a d o sin vigorizarlo en el o r d e n ;
satisfacer; y la tierra, enriquecida de tesoros y de goces, y las cre- con la idea de u n D i o s providente, sabio, infinitamente b u e n o e
cientes comodidades de la vida n o d i s m i n u y e r o n las i n q u i e t u d e s infinitamente justo, hace penetrar e n las conciencias el sentimiento
morales.
Contemnendae ne igitur sunt aut negligendae doctrinarum opes, civilis
meridum praesertim infinita licentia fundit, adolescentem aetatem, impro- culturae, temperatae moderataeque libertatis? Minime vero: imrao tuendae
vidam eam quidem maximeque cupiditatibus concitatam, facile decipit; promovendaeque, ac perinde habendae per se sunt, ut totidem ab ipso Deo
mentes animosque passim depravando corrumpit; ac talem vulgo alit super- comparata subsidia ad humani generis utilitatem. Attamen ita ea sunt reapse,
biam et intolerantiam, quae familiarum statum pariter ac civitatis permisceat. consilio Creatoris, frugífera, si apta et connexa fuerint cum virtute religionis,
In assiduis quoque doctrinarum progressionibus spei multum multi unde omnem vim habent, utilitatis bonae efficientem. Nimirum haec una res
collocarunt. Quo quidem in genere incrementa proximum saeculum et mag- causam continet. Nam ut quidque, si dimotum sit a causis, a quibus consen-
na et nova et admirabilia vidit: illos vero tantopere concupitos indeque taneam trahit stabilitatem, necessitate corrumpitur; ita pariter cum ea ipsa
éxpectatos, fructus salutis uberes num vidit? Recentiorum sane sollertia causarum virtute denuo coniungatur oportet, si volet corruptum restituí.
novos eosque immensos campos ingeniis ad pervestigandum aperuit, homi- Iamvero civitas, ex quo stultissimum iniit consilium sese vindicare a Numi-
nis in naturas coj-poreas dominatum protulit, commodisque multis actio- ne, divinitus traditas doctrinas atque adeo quaecumque sunt supra naturam.
nem auxit vitae mortalis. Rem tamen spe deterius evenisse, cuique con- proterve respuens, salutiferam ab se prohibuit christianae religionis efficien-
spicuum est consideranti et hunc talem animorum morumque habitum, et tiam; unum illud videlicet omnium vel ordinis firmamentum solidissimum
annuas descriptiones criminum, et ab infimae sortis hominibus formido- vel germanitatis validissimum vinculum vel recte factorum publice priva-
losos fremitus, et vi iura subacta. Atque ut mittamus de redacta ad incitas timque inexhaustum fontem. Itaque hoc ipsum civitatis a religionediscidium
plebe, mentes passim inopinabilis quaedam premit aegritudo, intimoque magna vitae morumque secuta perturbatio. Ad christiana igitur instituía se
desiderii sensu oblanguent pectora. Ñeque enim si res corpóreas sibi obno- recipiat opus est devia civitas, si prosperas, si pacatas, si salvas esse res suas
xias homo fecit, animum tamen explevit suum; aut quod plura scientiae velit.—Quemadmodum enim nullius christiana sapientia illabituí animum,
investigatione compererit, eo in maximis difficillimisque causis haeret quin faciat eo ipso meliorem; eodem modo ubi cuiuspiam pervasitilla admi-
minus. Omnino veritatis, virtutis, infinitique sitientem boni irritant terre- nistrationem reipublicae, continuo pacatior tranquilliorque status consequi-
na, non satiant; externarumque augendá copia suavitatum, nequáquam ex tur. Siquidem Dei notione providentissimi, sapientissimi, infinitaeque eius
animo demi sollicitudines possunt.
360 l.KÓN XIII
ANNUM iNGKEtíál 361
del deber, endulza los sufrimientos, calma los rencores, inspira el
h e r o í s m o . Si transformó los pueblos paganos, y esta transformación la anarquía d e la razón emancipada de la fe y a b a n d o n a d a a sí m i s -
fué u n a verdadera resurrección d e m u e r t e a vida, d e tal m a n e r a ma, n o lesiona los derechos de la verdad, q u e son superiores a los
q u e t a n t o cesó la barbarie c u a n t o se extendió el cristianismo, éste d e la l i b e r t a d ; ni los derechos de la justicia, q u e son superiores
sabrá igualmente, d e s p u é s d e los terribles ataques de la i n c r e d u - a los del n ú m e r o y d e la fuerza; ni los derechos d e D i o s , q u e son
lidad, arreglar y restaurar de n u e v o el o r d e n e n los Estados y en superiores a los del h o m b r e .
los pueblos actuales.—Pero n o está dicho t o d o : el r e t o r n o al cris- [ 2 0 ] . Y n o es m e n o s fecunda en b u e n o s resultados en el o r d e n
tianismo n o será r e m e d i o v e r d a d e r o y completo si n o significa doméstico. P o r q u e n o sólo resiste a las malas artes con q u e la licen-
r e t o r n o y a m o r a la Iglesia una, santa, católica, apostólica. P o r q u e cia d e los incrédulos atenta contra la vida d e la familia, sino q u e
el cristianismo se actúa y se personifica en la Iglesia católica, p r e p a r a y conserva la u n i ó n y la estabilidad conyugal, tutela y p r o -
sociedad s o b e r a n a m e n t e espiritual y perfecta, q u e es el místico m u e v e su virtud, su fidelidad, su santidad. Y de la m i s m a m a n e r a
cuerpo de Jesucristo y tiene p o r cabeza visible al R o m a n o Pontífice, sostiene y consolida el o r d e n civil y político, a y u d a n d o , p o r u n
sucesor del Príncipe d e los Apóstoles. L a Iglesia es la continuadora lado, eficazmente a la autoridad, y mostrándose, p o r otro lado, amiga
de la misión del Salvador, hija y heredera d e su r e d e n c i ó n ; p r o p a g ó d e las sabias reformas, d e las justas aspiraciones de los subditos,
el Evangelio sobre la tierra y lo defendió al precio d e su sangre, i m p o n i e n d o respeto y obediencia a los príncipes y defendiendo en
y, con las p r o m e s a s d e la divina asistencia y de la inmortalidad, t o d o caso los derechos imprescriptibles d e la conciencia h u m a n a .
sin transigir j a m á s con el error, m a n t i e n e en alto el m a n d a t o d e D e este m o d o , los pueblos obedientes a la Iglesia se m a n t e n d r á n ,
conservar íntegra la doctrina de Cristo hasta el ú l t i m o de los siglos. gracias a ella, i g u a l m e n t e alejados de la esclavitud y del despotismo.
M a e s t r a legítima d e la m o r a l evangélica, n o sólo es la consoladora
y salvadora d e las almas, sino además fuente p e r e n n e d e justicia [La doctrina social y política de la Iglesia]
y caridad, como t a m b i é n propagadora y t u t o r a d e la verdadera
libertad y d e la única igualdad posible. A p l i c a n d o la doctrina de [ 2 1 ] . Conscientes precisamente d e esta divina virtud, N o s ,
su divino F u n d a d o r , m a n t i e n e con p o n d e r a d o equilibrio los justos d e s d e los comienzos d e n u e s t r o pontificado, n o s h e m o s consagrado
límites en todos los derechos y en todas las prerrogativas de la co- con t o d o afán a exponer y subrayar las benéficas intenciones de la
lectividad social. Y la igualdad q u e proclama, conserva intacta la Iglesia y extender lo m á s posible, con el tesoro de sus doctrinas,
distinción d e los varios órdenes sociales, exigidos e v i d e n t e m e n t e su saludable acción. A este fin fueron dirigidos los principales d o -
p o r la naturaleza; la libertad q u e proporciona, a fin de i m p e d i r c u m e n t o s d e n u e s t r o pontificado, especialmente las encíclicas sobre
la filosofía cristiana, la libertad humana, el matrimonio cristiano,
las sectas masónicas, los poderes públicos, la constitución cristiana del
tum bonitatis tuna iustitiae mentes imbuens, ad conscientiam officii revocat,
aerumnarum acerbitates temperat, mollit iras, suadet magnánima. Quod si
penitus commutavit illa nationes ethnicas planeque ab interitu revocavit ad naturae iubet haberi cives, iubet eodem tempore inviolatos esse, quos natura
vitam, si qua vestigium posuit barbariam exclusit, eadem profecto poterit ipsa discretos vult, varios ordinum gradus. Libertatemque affert eiusmodi,
perturbatam, postquam a se declinavere, civitatum disciplinam rursus, ubi quae rationem ab obsequio obedientiaque fidei nequáquam eximat, aut sibi
ad se redierint, componere.—Sed is, quem dicimus reditum, ut veram ple- ipsam permittat; in quo ius esse edicit, ut libertas veritati concedat, vis nu-
namque salutem efficiat, hoc vult, ad unius sanctae catholicae apostolicae merusque iustitiae, ea quae sunt hominis iís quae sunt Dei.
sinum complexumque rediré Ecclesiae. Etenim christianam sapientiam Ñeque eo minus salubriter convictum domesticum Ecclesia iuvat: quae
reapse sola totam Ecclesia continet, summe spiritualis illa quidem at nu- et ipsum ab insidiis et licentia impuratorum fidei hostium tegit, et arctis-
meris ómnibus absoluta societas: in qua consistit corpus Iesu Christi mysti- sima coniugalis amoris vincula confirmans, honestatem thalami sanctitudi-
cum, cuius aspectabile caput est, principis Apostolorum obtinens locum, nemque custodit.—Eadem porro in genere civili et politico conservat ordi-
romanus Pontifex. Ipsam Liberator humani generis constituit perfectricem nem et roborat, cum ex una parte eorum qui imperant, sustentet auctorita-
operis sui, partaeque ab ipso salutis administram: Evangelium in orbem ter- tem, ex altera eorum qui parent, si quando rite meliora quaerant, aequis
rarum ipsa disseminavit fusoque sanguine asseruit; ipsa sanctissimis freta suffragetur optatis: hinc scilicet sartam tectamque decernens esse verecun-
promissis, praesentem sibi non defecturae adfore Deum, a quavis erroris dam principibus obtemperationem, illinc inviolabilia iura vindicans huma-
contagione integram Christi doctrinam perseverat ad postremam saeculo- nae dignitatis. Atque ita aeque a servitute longe distabit et ab herili domi-
rum aetatem prodere.—Dux eadem legitima morum ad Evangelii praescrip- natione civitas, dum dicto audiens fuerit Ecclesiae.
ta, non ea solum tuetur, quae singulis ad sempiternam salutem opus sint,
verum etiam quae máxime conducant reipublicae, iustitiam, caritatem mu- Harum Nos quidem rerum probé conscii, vixdum suscepto Pontificatu
tuam, veri nominis libertatem, eamque quae una potest esse, civium aequa- máximo, illuc curas omnes cogitationesque convertimus, ut eminerent per
bilitatem. Praeceptis enim institutisque divini Conditoris sui, iura ratio- Nos atque exstarent plena salutis consilia Ecclesiae, atque eius cum doctri-
nesque omnes communitatis humanae suo quodque momento ponderata narum lux tum vis beneficiorum, quam latissime posset, pertineret. Eo
dispensat atque componit Ita cum pares ínter se ab eiusdem consortione spectarunt quae profecía sunt a Nobis documenta praecipua, nominatim
Encyclicae Litterae de philosophia christiana, de libértate humana, de matri-
ANNTM INCKKSS1 :u;;¡
362 LEÓN x i i t
sia y estorbar la obra vital y redentora de ésta. ¡ C u á n t o s sofismas
Estado, el socialismo, la cuestión obrera, los principales deberes del se movilizan, cuántas calumnias! U n a de sus m á s pérfidas arti-
ciudadano cristiano y otros temas parecidos. Pero el deseo ardiente m a ñ a s es la d e presentar a la Iglesia a la vista del v u l g o ignorante
de n u e s t r o corazón n o fué solamente @4 de iluminar las inteligencias, y de los gobiernos recelosos como contraria a los progresos d e la
sino t a m b i é n el de mover y purificar los corazones, dirigiendo ciencia, c o m o enemiga de la libertad, u s u r p a d o r a de los derechos
nuestros esfuerzos a hacer reflorecer en m e d i o de los pueblos las del E s t a d o e invasora del c a m p o de la política. Necias acusaciones,
virtudes cristianas. N o cesamos, por tanto, con exhortaciones y mil veces repetidas y mil veces aniquiladas por la razón, p o r la
consejos, de levantar los espíritus a aquellos bienes q u e son inmor- historia y por el consentimiento de los h o m b r e s h o n r a d o s y amigos
tales, p r o c u r a n d o o r d e n a r el cuerpo al alma, el h o m b r e a Dios, la de la verdad.
peregrinación terrestre a la vida celestial. Bendecida p o r el Señor,
p u d o contribuir nuestra palabra a reforzar las convicciones de [La Iglesia y la cultura ]
m u c h o s , a iluminarlos mejor en las arduas cuestiones presentes,
a estimular su celo, a p r o m o v e r obras variadas q u e h a n surgido y [23]. ¿La Iglesia enemiga de la ciencia y de la c u l t u r a ? La
c o n t i n ú a n surgiendo en todos los países, particularmente con b e n e - Iglesia es ciertamente guardiana vigilante del d o g m a revelado; pero
ficio de las clases desheredadas, reavivando aquella caridad cris- esta vigilancia n o hace m á s q u e convertirla en fautora benemérita
tiana q u e en m e d i o del p u e b l o encuentra su c a m p o predilecto. de la ciencia y m a d r e de toda buena cultura. N o , al abrir la m e n t e
Si la recolección de la mies, venerables h e r m a n o s , n o ha sido más a las revelaciones del Verbo, verdad s u p r e m a y principio original
copiosa, a d o r a m o s a D i o s misteriosamente j u s t o y le suplicamos de todas las verdades, n o se perjudicará nunca, bajo n i n g ú n as-
al m i s m o t i e m p o q u e se apiade de la ceguera d e tantos y tantos pecto, a los conocimientos racionales; t o d o lo contrario, las irra-
h o m b r e s a los cuales por desgracia es aplicable el pavoroso l a m e n t o diaciones del m u n d o divino a ñ a d i r á n siempre potencia y claridad al
del A p ó s t o l : el dios de este mundo cegó las inteligencias de los infieles
e n t e n d i m i e n t o h u m a n o , preservándolo, en las cuestiones de mayor
para que no brille en ellos la luz del Evangelio, de la gloria de Cristo 5
importancia, de angustiosas i n c e r t i d u m b r e s y de errores. P o r lo
d e m á s , diecinueve siglos de gloria conquistada p o r el catolicismo
[IV. ACUSACIONES INFUNDADAS CONTRA LA EFICACIA SOCIAL
en todas las ramas del saber bastan a m p l i a m e n t e para refutar s e m e -
DE LA IGLESIA]
j a n t e aserción. A la Iglesia católica hay q u e atribuir, en efecto, el
[22]. A m e d i d a q u e la Iglesia católica despliega su celo por m é r i t o d e h a b e r p r o p a g a d o y defendido la sabiduría cristiana, sin
el b i e n moral y material de los pueblos, desgraciadamente estos la cual el m u n d o yacería todavía postrado en las tinieblas d e las
hijos de las tinieblas se levantan rencorosos contra ella y n o dejan supersticiones paganas y en el estado abyecto d e la barbarie; a ella,
d e utilizar m e d i o alguno para ofuscar la divina belleza de la Igle- el h a b e r conservado y t r a n s m i t i d o los preciosos tesoros de la lite-
ratura y de la ciencia antiguas; el h a b e r recogido, finalmente, vino F u n d a d o r m a n d ó dar al César lo q u e es del César y a Dios
bajo sus alas protectoras a los artistas m á s insignes y el haber ins- lo q u e es de Dios 6 , sancionando de esta m a n e r a la distinción i n m u -
pirado la literatura m á s alta, p u r a y gloriosa. table y p e r p e t u a d e los dos poderes, a m b o s s u p r e m o s en sus ór-
denes respectivos; distinción fecunda, q u e tanta parte t u v o en el
[La Iglesia y la libertad ] desarrollo de la civilización cristiana. Ajena en su espíritu de ca-
ridad a t o d a finalidad hostil, n o p r e t e n d e m á s q u e coordinarse al
[24]. ¿La Iglesia enemiga d e la libertad? ¡ C u á n t o se d e s n a - lado de los poderes políticos, para obrar, sí, sobre el m i s m o sujeto,
turaliza u n concepto q u e bajo este n o m b r e encierra u n o de los q u e es el h o m b r e , y sobre la m i s m a sociedad, p e r o p o r los caminos
m á s preciosos d o n e s d e D i o s , y queda, en cambio, e m p l e a d o para y para los elevados fines q u e pertenecen a su divina misión. D o n d e
justificar el abuso y la licencia! Si p o r libertad se quiere e n t e n d e r su acción sea acogida sin recelo, n o hará m á s q u e facilitar las i n n u -
u n vivir exento d e t o d a ley y d e t o d o freno para hacer lo q u e m á s merables ventajas a n t e r i o r m e n t e recordadas. L a suposición de p r e -
agrade, esta libertad sí t e n d r á ciertamente la reprobación de la tensiones ambiciosas en la Iglesia n o es otra cosa q u e u n a antigua
Iglesia al p a r q u e la d e t o d a alma h o n r a d a ; pero, si p o r libertad se calumnia, d e la cual se sirvieron sus poderosos enemigos como de
entiende la facultad racional de obrar expeditamente y a m p l i a m e n t e pretexto p a r a cohonestar sus opresiones; y la historia, hecha sin
el b i e n según las n o r m a s d e la ley eterna, e n lo cual consiste preci- prejuicios, testifica a m p l i a m e n t e q u e la Iglesia, en lugar d e intentar
s a m e n t e la libertad digna del h o m b r e y provechosa a la sociedad, dominar, fué, p o r el contrario, a imagen d e su divino F u n d a d o r ,
nadie la favorece, alienta y protege m á s q u e la Iglesia. L a Iglesia, víctima d e l a ' d o m i n a c i ó n y d e las injusticias, precisamente p o r q u e
en efecto, con su doctrina y su acción, liberó a la h u m a n i d a d del su potencia consiste en la fuerza del p e n s a m i e n t o y de la verdad,
peso d e la esclavitud, a n u n c i a n d o la g r a n ley d e la igualdad y d e n o en la fuerza d e las armas 7 .
la fraternidad h u m a n a s ; en todas las épocas t o m ó a su cargo la
defensa d e los débiles y d e los o p r i m i d o s contra la prepotencia
de los fuertes; reivindicó con la sangre de sus mártires la libertad [La masonería, el gran responsable ]
d e la conciencia cristiana; restituyó al n i ñ o y a la mujer la dignidad [ 2 6 ] . Estas acusaciones y otras semejantes p r o c e d e n exclusi-
d e su noble naturaleza y la participación en los m i s m o s derechos v a m e n t e de u n a voluntad malintencionada. Y en esta conducta
d e r e s p e t o y d e justicia, c o n t r i b u y e n d o g r a n d e m e n t e a introducir perniciosa y desleal va delante d e t o d o s los d e m á s u n a secta t e n e -
y conservar la libertad civil y política de los pueblos.
sunt Caesaris, Deo quae Dei sunt; atque ita alteram ínter et alteram po-
[La Iglesia y los derechos del Estado ] testatem, utramque in suo genere maximam, fixum illud et stabile sanxisse
discrimen, quod magnopere ad christianam explicandam urbanitatem va-
[25 ]. ¿La Iglesia u s u r p a d o r a d e los derechos del E s t a d o e luit. Porro nihil tam alienum ab Ecclesia, quae spiritu caritatis agitur, quam
invasora del c a m p o político? L a Iglesia sabe y enseña q u e su di- inimice se gerere erga potestatem politicam; cum qua imo studet concordi
actione contendere ad eorumdem hominum eiusdemque humanae societatis
fovisse nomines praestantissímos, ingeniaque scriptorum ad excellentiam bonum: quamquam ipsa congruenter suo divino muneri, multo, quam ci-
sinceramque gloriam excitasse. vitas, maiora spectat. Quodsi actio Ecclesiae vacuos orrini suspicione áni-
mos inveniat, tum demum salubérrimos eos est latura fructus, quos dixi-
Iniquam libertati dicunt Ecclesiam.—Nihil vero minus; si quidem ma- mus. Sed in quo ipsam reprehendunt tamquam in res civiles involantem,
neat sua vis vocabulo, nec quod nobilissimo naturae muneri ac dono im- vetus est agnoscenda vituperatio, ob eam causam usurpata, quod quotquot
positum est, id ad pravitatem vitiumque transferatur. Nam quam esse vo- Ecclesiam opprimerent, id iure se faceré videri vellent. Cuique autem sin-
lunt libertatem, ut, nullis legibus frenisque cohibentibus, quod cuique li- cera aestimatori rerum et iudici testis est locuples historia-, iniurias Eccle-
buerit faceré liceat, eam quidem, nedum Ecclesia, nemo sanus probaverit; siam nullas cuiquam unquam fecisse; plurimas, ad similitudinem Auctorís
potestatem vero expeditam largamque ad legis aeternae normam agendi, in sui, tolerasse: idque propterea quod non vi et armis valeret, verum opinio-
quo ipso posita est digna nomine utilisque civitati libertas, nemo unus tue- ne et veritate.
tur quam Ecclesia diligentius. Opera igitur et perseverantia Ecclesiae, in
summis doctrinae suae capítibus aequalitatem fraternitatemque omnium Ín- Relinquitur, harum et similium insimulationum esse malevolentiam cau-
ter se hominum defendentis, deletum apud christianas gentes servitutis de- sam.—Hoc autem nocendi studio et mentiendi facile praestat lucifuga quae-
decus: contra factiones potentium tectae rationes inopum: asserta multo dam hominum consociatio, iampridem in medullis ac visceribus civitatis in-
cum sanguine martyrum christiani nominis professio: observata in puero
« Cf. M t . 22,21.
et in foemina humanae personae dignitas et iura: in ipsoque civili et político 7
E n la carta Saepenumero considerantes, d e 18 d e agosto d e 18S3 (ASS 16 [1883-18841
libertatis genere plurima populis importata adiumenta. 49-57). León XIII había exhortado a los historiadores católicos para q u e refutasen las adulte-
raciones de la historia pontificia presentadas por la historiografía anticatólica. Véase también
la carta al cardenal Hergenroether, La singolare importanza, d e 15 d e mayo d e 1884 (ASS 16
At, suos praetervecta fines, Ecclesia iura occupat reipublícae.—Imo vero I1883-1884] 529-530), en la cual L e ó n XIII subraya la importancia de los estudios históricos
Ecclesiae est celebrata doctrina, praecepisse Christum reddi Caesari quae para la defensa d e la Iglesia y de la Sede Apostólica.
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3ÚS LEÓN xni ANNUM INGRESSI 367
brosa, q u e la sociedad arrastra a su lado desde hace m u c h o s años, directrices y a la complicidad de esta secta hay q u e atribuir en
c o m o u n a enfermedad mortal q u e contamina la salud, la fecundidad gran p a r t e las continuas vejaciones contra la Iglesia, c o m o t a m b i é n
y la vida de la sociedad. Personificación p e r m a n e n t e de la revolu- . la recrudescencia de los recientes ataques. Y en realidad la simulta-
ción, constituye u n a especie de sociedad al revés, cuya finalidad neidad d e la persecución, desencadenada d e r e p e n t e c o m o t o r m e n t a
es u n p r e d o m i n i o oculto sobre la sociedad reconocida, y cuya razón en u n cielo sereno, es decir, sin causas adecuadas al efecto; el
de ser consiste en la guerra a Dios y a su Iglesia. N o será necesario género idéntico de la preparación hecha con la prensa diaria, con
ni siquiera nombrarla, pues todos ven en estos datos la masonería, reuniones públicas y exhibiciones teatrales; el empleo p o r t o d a s
de la cual h e m o s hablado particularmente en nuestra encíclica partes de las m i s m a s armas de la calumnia y de la excitación p o p u -
Humanum genus, d e 20 d e abril de 1884, d e n u n c i a n d o sus malé- lar, d e m u e s t r a n la identidad d e los propósitos y la palabra d e o r d e n
ficas tendencias, sus falsas doctrinas, sus obras nefastas. Esta secta, salida de u n m i s m o centro de dirección. Episodio, p o r lo d e m á s ,
q u e abarca en u n a inmensa red a casi todas las naciones y se coliga q u e se asocia a aquel plan preestablecido, y q u e se va realizando
con otras sectas q u e ella m u e v e con ocultos hilos, halagando a sus ampliamente, para multiplicar los daños ya e n u m e r a d o s p o r N o s
afiliados con el cebo de las ventajas q u e les procura, e i m p o n i e n d o y, sobre t o d o , para restringir hasta la total exclusión la enseñanza
a los gobernantes sus proyectos, unas veces con promesas, otras religiosa, f o r m a n d o así generaciones de indiferentes y de i n c r é d u -
con amenazas, ha llegado a infiltrarse en todos los órdenes socia- los; para i m p u g n a r con la prensa la moral de la Iglesia; para es-
les y a formar c o m o u n E s t a d o invisible e irresponsable en el E s - carnecer, finalmente, las prácticas y profanar las fiestas de la Iglesia.
t a d o legítimo. Llena del espíritu de Satanás, quien, como decía el [28]. D e aquí proviene q u e el sacerdocio católico, llamado
Apóstol, sabe, c u a n d o es necesario, transfigurarse en ángel d e a difundir prácticamente la religión y a dispensar sus misterios,
luz 8 , alardea de fines humanitarios, pero t o d o lo orienta hacia sea m i r a d o con u n mayor encarnizamiento, para disminuir su a u t o -
los fines sectarios, y, mientras declara n o tener miras políticas, ridad y prestigio ante el p u e b l o . L a audacia está creciendo de día
ejerce una amplísima acción en el m o v i m i e n t o legislativo y a d m i - en día, i n t e r p r e t a n d o siniestramente sus actos, sugiriendo sospe-
nistrativo del E s t a d o ; mientras profesa respeto a las autoridades chas y arrojando sobre él las m á s vulgares acusaciones, y crece en
i m p e r a n t e s e incluso a la religión, p r e t e n d e como fin s u p r e m o proporción a la i n m u n i d a d q u e las sectas p u e d e n prometerse. D e esta
(y sus m i s m o s reglamentos lo afirman) el exterminio del imperio m a n e r a nuevos daños se u n e n a los q u e sufre desde hace t i e m p o con el
y del sacerdocio, considerados por ella como enemigos de la libertad. t r i b u t o q u e el clero debe pagar al ejército, y q u e lo separa de la
[27]. A h o r a bien, cada vez se hace más evidente q u e a las conveniente preparación religiosa, y con la expoliación del patri-
m o n i o eclesiástico, constituido libremente p o r la piedad y genero-
sidad de los fieles.—Y las O r d e n e s y Congregaciones religiosas,
clusum malum, quod ipsius civitatis vires omnes debilitat frangitque. Per-
turbationem spirans rerum publicarum, ita est ea quidem constituta, ut sit
contraria societas societati civili, in quam dominari e suis ipsa latebris con- sonum, sicut iamdiu solitum graviter catholicum exerceri nomen, sic recens
tendit: proptereaque ipsi cum Deo Ecclesiaque Dei naturale quoddam bel- ipsius oppugnationem recruduisse.—Et re vera, coortum nuper pluribus
lum est. Hae tamquam insignes notae satis cuique produnt sectam Massonum, locis uno tempore subitum invidiae incendium, nec ullá satis idónea explo-
cuius, dedita opera, in Litteris Encyclicis Humanum genus, x n cal. maias rata causa; similia ubique ad ipsum excitandum instrumenta, videlicet
armo MDCCCLXXXIV datis, consilia doctrinas facinora exsecuti denuntiando ephemeridum protervitas, turbae concionum, scenicorum petulantia ludo-
sumus. Longe lateque serpens, iam omnes fere gentes pervasit istius lúes rum; eadem via populos commovendi, hoc est falsa atque iniqua insimu-
exitiosa sectae, quae ceteras sibi cognatas complectitur sectas, oceultáque latio probrorum: talia profecto similitudinem mentium indicant, unumque
movens machinatione dirigit. Ñeque id dumtaxat: sed qua multarum utili- ducem. Quamquam, hoc factum partis cuiusdam instar haberi debet ad
tatum fructibus asseclas suos pelliciendo, qua magistratus sollicitationibus universam pestiferi belli institutam rationem, quam diximus; quaeque ur-
aut minis fiectendo, in omnes iam reipublicae ordines intulit sese: adeo ut getur in id máxime, ut paullatim destituía ab omni de religione doctrina,
respublica specie quidem legitime geri, re vera penes ipsam esse videatur. sobóles succrescat incuriosa fidei sanctae aut prorsus incrédula; ut assidua
Haec tamquam spiritu innata Satanae, qui, ait Apostolus, transfigurat se in procacitate scriptorum christiani expugnentur mores; ut ludibrio habeantur
angelum lucis, quum humanae communitatis commodis se natam praedicet, in instituta Ecclesiae et sollemnia sacra contemptui.
rem suam quidquid potest convertit; quum nequáquam se spectare ad políti- Quoniam autem Cleri proprium est imbuere religione ánimos ac mi-
ca confirmet, máxime se lationi legum gubernationique civitatum miscet; nistrare sancta, ideirco elevandae in populo auctoritati gratiaeque Cleri
quumque sanctam sibi esse profiteatur maiestatem principum, nec ipsam multo vehementior datur opera. Tantoque accrescit audacia nomines ho-
invisam religionem, id tamquam extremum molitur, quod eius prolata in nestissimos in suspicionem crimenque adducendi eisque iniurias contu-
lucem statuta clamant, principatum sacrumque ordinem perderé, utrum- meliasque imponendi, quanto est maleficiorum impunitas quotidie maior.
que sibi libertatis hostem. Itaque non satis habitum est, addixisse in militiam Clericos, intercepta
Itaque in dies magis illud patescit, impulsu praesertim operaque Mas- eorum maturitate tirocinii; aut Ecclesiam spoliasse bonis, piorum in ipsam
liberalitate collatis; aut alia indigne fecisse; nova sacer ordo pati detrimenta
8
Gf. z Cor. 11,14. cogitur.—In primisque familiae et sodalitates religiosorum: quibus, utpote
368 LEÓN X t l t ANNUM INGRBSSI 369
q u e en la práctica de los consejos evangélicos son gloria n o menos celso ministerio. N o s conocemos, p o r desgracia, los o b s t á c u l o s
d e la religión q u e de la sociedad, como si tuvieran a los ojos d e los q u e se crean a su alrededor, d e f o r m a n d o con frecuencia sus i n t e n -
enemigos d e la Iglesia u n a culpa más, son a c e r b a m e n t e convertidas ciones y ultrajando su dignidad, de tal m a n e r a q u e cada vez se h a c e
objeto d e vilipendio. Y nos duele deber recordar cómo t a m b i é n m á s evidente q u e el despojo d e la soberanía civil fué realizado
recientemente h a n sido atacadas con odiosas e inmerecidas medi- para suprimir poco a poco la m i s m a potestad espiritual del Jefe
das, q u e t o d a alma h o n r a d a ha d e b i d o condenar profundamente. de la Iglesia; cosa q u e , p o r lo d e m á s , se h a confesado sin a m b i g ü e -
N o h a valido para salvarlas la integridad d e la vida, sobre la cual d a d p o r aquellos q u e fueron sus verdaderos autores.
n o se p u d i e r o n afirmar p o r los m i s m o s enemigos imputaciones
serias y f u n d a d a s ; ni el derecho natural, q u e a d m i t e las asociacio- [ 3 0 ] . H e c h o q u e , para p o n d e r a r sus efectos, n o es solamente
nes para fines honestos; ni la ley constitucional, q u e las reconoce; impolítico, sino a d e m á s antisocial; p o r q u e las heridas infligidas a
ni el favor del p u e b l o , agradecido a los preciosos servicios hechos la religión son otras t a n t a s heridas inferidas al corazón d e la s o -
con las ciencias, las artes, la agricultura, y a la a b u n d a n t e caridad ciedad. P o r q u e D i o s , q u e d o t ó al h o m b r e de cualidades esencial-
con la n u m e r o s a clase d e los p o b r e s . D e esta m a n e r a , h o m b r e s , m e n t e sociales, en su providencia fundó t a m b i é n la Iglesia y la
mujeres, hijos del p u e b l o q u e h a b í a n r e n u n c i a d o e s p o n t á n e a m e n t e colocó, según el lenguaje bíblico, sobre el monte de Dios, p a r a q u e
a los goces d e la familia p a r a consagrar al bien del prójimo, en pací- sirviera de luz y con su rayo fecundador desarrollase el principio
ficas congregaciones, la j u v e n t u d , el talento, la actividad, la vida, de la vida en los múltiples aspectos d e la sociedad h u m a n a , co-
fueron, c o m o b a n d a s de delincuentes, e n t r e tanta a m p l i t u d de m u n i c á n d o l e n o r m a s sabias y celestiales, con las q u e p u d i e r a a d o p -
libertades, c o n d e n a d o s al ostracismo. tar p a r a sí el o r d e n m á s conveniente. P o r t a n t o , la sociedad q u e
se substrae a la Iglesia, q u e es p a r t e considerable de su fuerza, o
[ 2 9 ] . N o es d e maravillar q u e los hijos m á s queridos hayan decae o se arruina, separando lo q u e Dios quería u n i d o .
sido atacados de esta manera, c u a n d o n o es mejor t r a t a d o el P a -
[ 3 1 ] . N o s n o h e m o s dejado de inculcar en todas las ocasio-
dre, es decir, la Cabeza m i s m a de la catolicidad, el R o m a n o P o n -
nes o p o r t u n a s estas verdades, y h e m o s q u e r i d o hacerlo nueva-
tífice. L o s hechos son bien conocidos. Despojado con el p r i n c i p a d o
m e n t e y d e propósito en esta extraordinaria c o y u n t u r a . H a g a el
civil d e aquella independencia q u e le es necesaria para su misión
Se&or q u e ésta sirva de aliento y n o r m a a los fieles para coordinar
universal y divina, forzado en su m i s m a R o m a a encerrarse e n su
más eficazmente al b i e n c o m ú n su acción, y sirva a los adversarios
propia morada, p o r estar r o d e a d o d e la potencia enemiga, fué r e d u -
d e luz para p o d e r c o m p r e n d e r la injusticia q u e cometen persi-
cido, a pesar de irrisorias garantías de respeto y precarias promesas
g u i e n d o a la m a d r e más amorosa y a la m á s segura benefactora
d e libertad, a condiciones anómalas, injustas e indignas de su ex- de la h u m a n i d a d .
ad evangélica consilia aetatem exigentibus, ea res proprie vitio vertitur,
quae civitatum non minus quam religionis praeclarum ornamentum conti- opera Sedis Apostolicae, cuius ad minuendam maiestatem ipsa eius con-
net. His igitur ea dolemus inique odioseque inusta nuper vulnera, quae silia perverse interpretari placet. Quotidieque illud magis emergit, eo
nemo frugi quispiam non improbaverit. Nihil ipsis ad defendendam cala- civilem eversum esse principatum, ut expeditior via esset ad sacram Ton-
mitatem valuit morum integritas, illustrior ea quidem quam ut ullis certis tificum evertendam potestatem: quod ceteroquin, missis ambagibus, pro-
criminibus infuscan potuerit; nihil civilium statuta legum, quibus naturale fiteri qui auctores principesque facinoris fuerant, non dubitarunt.
ius honestam quampiam ob causam coeundi sancitur; nihil memor gratia Id vero contra rem non modo publicam sed socialem quoque esse
populi, referentis iis accepta cum magna doctrinarum et artium atque factum, ex iis quae sequuta sunt, liquet: siquidem natura fit, ut coniecta
ipsius agrorum culturae incrementa, tum instituía effusissimae in aerum- in religionem tela, in humanam recidant societatem. Nam Deus, sicut
nosam plebem beneficentiae. Ita populares viros foeminasque complures, hominem ad societatem finxit et conformavit, ita providentissimo consilio
qui domesticis spretis voluptatibus, ut iuventam ingenium vires animam condidit Ecclesiam, sublimemque locavit, quemadmodum Scriptura loqui-
denique suam bono communi devoverent, sponte ac volúntate pacificas tur, in monte Sion; unde latissime elucens, multíplices promoveret vires,
inierant sodalitates, in tanta copia libertatis vidimus tamen, sicut nocen- humanae Ínsitas societati, eamque, caelestium praescriptionum ope, ad
tium contaminatos greges, abire excederé iussos. consentaneam perfectionem adduceret. Quapropter, si ab Ecclesia, cuius
At vero mirum non est, ita mulcari male filios pientissimos, quando virtute magnam partem viget, societas humana secesserit, declinet sane .
non lenius agitur cum Patre, hoc est cum Capite ipso catholici nominis, aut ruat necesse est; quippe iis disiunctis rebus, quas Deus voluerit con-
Pontífice romano. Compertas ómnibus res loquimur; scilicet ut deturba- iunctas.
tus de civili principatu Pontifex, alieni esse. arbitrii coeperit, contra quam Haec Nos quidem, tametsi numquam per occasionem praetermisimus,
pertinens ad omnes gentes Apostolici ministerii perfunctio postulat; utque rursus in hoc tempore opportunum censuimus admonendo urgere. Ex
premente dominatu hostili, coactus Romae in Urbe sua continere se in quo utinam eum capere fructum liceat, ut et nostri, communis utilitatis
suis aedibus, iniusta indignaque rerum conditione utatur: idque post- causa, instituant rectius contendere et animosius; et alieni intelligant,
quam ad ludibrium spopondissent, tutam ipsius et dignitatem et libér- quam sit iniustum maternam Ecclesiae caritatem ac praeclaram in huma-
tatela fore. Novimus Ipsi quibus quantisque impedimentis praepediatur num genus beneficentiam odio malefactisque rependere.
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e i o i ^ n ^ e r e a ' C j m ^ Í t a * D e i m u n e r e > laetemur Ecclesiam in iís valere re- Nobis quidem, Venerabiles Fratres, quae Nostrae sunt partes, omnia
tJJu^i- q U a ? chnstianum cultura eductas iam diu possidet, tum etiam conari certum est ad tuendum ac promovendum Dei regnum in terris,
laetabilia speí novae se dant indicia. Idque ab industria studioque missio- si quo modo auspicatissímum adproperare diem liceat. Vos autem in pasto-
naiium, qui nec labonbus victi nec péricuiis deterriti, in summa rerum rali officio novimus multo esse diligentiores, quam ut a Nobis hortandi
omnium inopia, plures quotidie et alacriores, pergunt solidas nationes
mimanitati kvangehoque acquirere: pergunt constanter; licet, ut Magister skis. Sed istá studii vestri flagrantia volumus sacrorum administros magis
divmus, crebns obtrectationum morsibus obnoxii. magisque calescere, socios vobiscum operae et laboris. Hi enim quae po-
pulus velit, quibus rebus indigeat, quae mala toleret, quot quantisque
Aegntudinurn igitur sensum solatia temperant: atque ínter discrimina insidiis aut corruptelarum illecebris pateat, optime norunt, quippe vivunt
istius certamims satis est causae, cur meliora posthac coniiciendo recreemur. cum populo. Quodsi Iesu Christi sensu abunde praediti, despectisque
Quam quidem rem quisquís acuto sinceroque iudicio apud se reputaverit, concertationibus politicarum partium, vobiscum una desudaverint, mirum
intelliget profecto, Deum uti sua instructum ope docuit hominem, quaé
ad finis ultimi adeptionem facerent, item per Ecclesiam, ipsius manifesté quantum, auxiliante Deo, efficient in multitudine, collustrandis veritate
praesidio subnixam, hodie quoque docere, ubi veritas, ubi sit quaerenda mentibus, animis comitate alliciendis, sollerti caritate affictam tenuium
salus. fortunam sensim sublevando.—In quo multum sane adiumenti conferet
Clero actuosa proborum industria laicorum: atque ita quicumque in
Utcumque erit, assidente Ecclesiaé Deo, sperandum firmiter est, fore sinu complexuque Ecclesiaé matris alti eductique sunt, omnes, ut
ut, discussa qua nunc obscuratur calígine, lux veritatis opportuno tempore gratos filios addecet, honorem ipsius et decora tuebuntui. Ad id autem
nec ita longo intervallo pulcrior effulgeat. atque humana societas, profli- operis, debitum in primis maximeque ad aeterna frugiferum, nemo
gata prope ac perdita, afrknte rursus Evangelii spiritu, resurgat.
non potest aliquid prodesse. Nam exculti doctrinis aut litteris nomi-
nes possunt vulgandis in Ecclesiaé defensionem scriptis, praesertim quoti-
dianis; quod instrumentum perquam efficax in utramque partem, usita-
tissimum adversaras est: possunt patresfamilias, vel per se vel per praecepto-
res bonos impertiendis christiana institutione liberis; magistratus etiam
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las propias creencias sin respetos h u m a n o s . L o s tiempos exigen
elevación de sentimientos, generosidad en los propósitos, regulari- cuidados, la bendición apostólica, q u e os i m p a r t i m o s de t o d o
dad en la disciplina. L a cual deberá demostrarse sobre t o d o con corazón.
la sumisión confiada y perfecta a las n o r m a s directivas de la Santa D a d o en Roma, j u n t o a San P e d r o , el 19 de marzo de 1002,
Sede, medio principal para s u p r i m i r o atenuar el d a ñ o de las opi- año vigésimo q u i n t o de n u e s t r o pontificado.
niones de p a r t i d o c u a n d o dividen y para coordinar t o d o s los es-
fuerzos al servicio de u n intento superior, q u e es el triunfo de universo curis vestris concredito Apostolicam benedictionem peramanter
Jesucristo en su Iglesia. impertimus.
Datum Romae apud S. Petrum die xix Martii MDOCCCII, Pontiíica-
[39]. Este es el deber de los católicos; el éxito final, a A q u e l lus Nostri anno vicésimo quinto.
que vigila a m o r o s a m e n t e y sabiamente sobre su inmaculada Esposa,
y del q u e está escrito: Iesus Christus heri, hodie et in saecula y . A El
t a m b i é n en este m o m e n t o dirigimos h u m i l d e y fervorosa nuestra
plegaria, a El, que, a m a n d o con amor infinito a la errante H u m a - I
nidad, en la sublimidad del martirio se hizo su víctima expiatoria;
a El, q u e sentado, bien q u e invisible, sobre la mística nave de su
Iglesia, p u e d e , i m p e r a n d o al m a r y a los vientos alborotados, calmar
la t e m p e s t a d . — T a m b i é n vosotros, sin d u d a , venerables h e r m a n o s ,
le suplicaréis, u n i d o s de b u e n grado a N o s , para que disminuyan
los males q u e pesan sobre nuestra sociedad, q u e d e n iluminados
con los esplendores de la luz di%'ina aquellos que, tal vez m á s p o r
ignorancia q u e p o r malicia, odian y persiguen a la religión de Cristo,
y se fortalezcan en una santa laboriosidad los h o m b r e s de buena
voluntad, de forma que se apresure el triunfo de la verdad y de la
justicia y a la familia h u m a n a sonrían días mejores de paz y de
tranquilidad.
[40]. Descienda entretanto, como p r e n d a de las gracias más
deseadas, sobre vosotros y sobre todos los fieles confiados a vuestros
S A N P I 0 X
(1903-1914)
%.
VEHEMENTER NOS
La separación entre la. Iglesia y el Estado
sempiternaque animorum salute dedere. Certe autem, qui sunt huius Ordi-
nis, in hac tempestate sentient sic se animatos esse oportere, quemadmodum tur, si quae insident inter vos, discordiarum semina: ac date operam, ut tan-
fuisse Apostólos accepimus, gaudentes..., quoniam digni habiti sunt pro no- ta omnes conspiratione voluntatum et agendi similitudine coniuncti sitis,
mine Iesu contumeliam pati. Itaque iura libertatemque Ecclesiae fortiter vin- quanta esse decet nomines, quibus una eademque est causa propugnanda,
dicabunt, omni tamen adversus quempiam asperitate remota: quin imo, ca- atque ea causa, pro qua quisque non invite debeat, si opus fuerit, aliquam
ritatis memores, ut Christi ministros in primis addecet, aequitate iniuriam, privati iudicii iacturam faceré.—Omnino magna generosae virtutis exempla
lenitate contumaciam, beneficiis maleficia pensabunt. detis oportet, si, quantum est in vobis, vultis, ut officium est, avitam reli-
gionem a praesenti discrimine eripere: in quo benigne facientes ministris
Iam vos compellamus, catholici quotquot estis in Gallia; vobisque vox Dei, divinam peculiari modo benignitatem vobis conciliabitis.
Nostra tum testimonio effusissimae benevolentiae, qua gentem vestram dili-
gere non desinimus, tum in calamitosissimis rebus quae imminent, sola- At vobis ad patrocinium religionis digne suscipiendum, recte utiliter-
tio sit.—Hoc sibi destinasse pravas hominum sectas, cervicibus vestris im- que sustinendum, illa esse máxima arbitremini: christianae sapientiae prae-
positas, imo hoc denuntiasse insigni audacia se velle, nostis: delere catholi- ceptis vosmetipsos conformari adeo, ut ex moribus atque omni vita professio
cum in Gallia nomen. Eam nempe contendunt extrahere radicitus ex animis catholica eluceat; et arctissime cum iis cobaerere, quorum propria est reli-
vestris fidem, quae avis et maioribus gloriam, patriae prosperitatem veren- giosae rei procuratio, cum sacerdotibus nimirum et Episcopis vestris et,
damque amplitudinem peperit, vobis levamenta aerumnarum ministrat, pa- quod caput est, cum hac Apostólica Sede, in qua, tamquam centro, catholi-
cem tuetur tranquillítatemque domesticam, viam munit ad beatitatem adi- corum fides et conveniens fidei actio nititur. Sic ergo parati atque instructi,
piscendam sine fine mansuram. In huius defensionem fidei summa vi incum- ad hanc pro Ecclesia propugnationem fidenter accedite; sed videte, ut fidu-
bendum vobis putatis esse scilicet: sed hoc habete, inani vos nisu laboratu- biae vestrae tota ratio in Deo consistat, cuius agitis causam: eius ideirco op-
ros, si dissociatis viribus propulsare hostiles Ímpetus nitemini. Abiicite igi- cortunitatem auxiüi implorare ne cessetis. Nos vero, quamdiu ita vobis erit
periclitandum, vobiscum praesentes cogitatione animoque versabimur; la-
1» Act. 5,41. porum, curarum, dolorum participes: simulque prece atque obsecratione
400 rfo X
des y fervorosas oraciones al Dios que fundó y que conserva a su
Iglesia, para que se digne mirar a Francia con ojos de misericordia, NOTRE CHARGE APOSTOLIQUE
disipar la tormenta que se cierne sobre ella y devolverle pronto,
por la intercesión de María Inmaculada, el sosiego y la paz. «Le Sillón» y la democracia
[17]. Como prenda de estos celestiales bienes y testimonio
de nuestra especial predilección, Nos impartimos a vosotros, vene-
rables hermanos, a vuestro clero y al pueblo francés la bendición
apostólica.
Dado en Roma, junto a San Pedro, el 11 de febrero de 1906,
año tercero de nuestro pontificado.
humili ac supplici apud Auctorem Statoremque Ecclesiae instabimus, ut
respiciat Galliam misericors, eamque tantis iactatam fluctibus celeriter de-
precante Maria Immaculata, in tranquillum redigat. En la encíclica Communium rerum, de 21 de abril de 1909 *,
Auspicem divinorum munerum, ac testem praecipue benevolentiae Nos- Pío X denunció la doble guerra que sufría la Iglesia: la guerra de los
trae, vobis, Venerabiles Fratres ac dilecti Filii, Apostoücam benedictionem enemigos de fuera y el combate interno de algunos hijos de la propia
amantissime in Domino impertimus. Iglesia. Si la carta Vehementer Nos es la respuesta del Papa a los
Datum Romae apud Sanctum Petrum, die xi Februarii anno
MDCCCCVI, Pontificatus Nostri tertio. ataques externos de un sectarismo impenitente, el documento sobre
Le Sillón es la palabra condenatoria de un movimiento que, habiendo
partido del seno de la Iglesia, se iba separando poco a poco de ésta.
Es muy aleccionadora la historia del movimiento sillonista. Nacido
en i8gx, centró su dedicación en el acercamiento a las clases trabaja-
doras, dentro de una tendencia claramente democrática, sacudida toda
ella por una aguda conciencia de los graves deberes sociales que con
relación al pueblo pesan sobre las clases superiores. Los círculos de
estudios sociales, la revista social Le Sillón, los Institutos populares
y las conferencias polémicas constituyeron los cuatro cauces fundamen-
tales por los que discurrió el entusiasmo fogoso de una ardiente juventud
que quería plantar la fe católica en medio de los campamentos ene-
migos. La tesis política general de estos sillonistas, definidora de su
política concreta ante la III República francesa, estaba expresada con
una fórmula conciliadora: se puede ser al mismo tiempo católico sin
tacha y republicano sin equívocos.
La peregrinación del Sillón a Roma en septiembre de 1904 marca
el punto álgido del movimiento y del favor recibido de la Santa Sede.
Pero bien pronto surgieron los síntomas alarmantes. Por una parte
se fué operando un proceso de concentración de poderes en el jefe del
Sillón, Marc Sangnier. Este autoritarismo centralizador provocó una
serie de escisiones. Pero no era esto lo más grave. Una evolución ideo-
lógica dejó entrever señales de importantes desviaciones. Se afirmaba
la autonomía completa de la conciencia cívica; se propugnaba como
base de la democracia política, única forma viable de gobierno, la más
absoluta nivelación de las clases sociales; se tendía sin cautelas la mano
abierta a todo demócrata sincero, prescindiendo de presupuestos ideo-
lógicos o confesión religiosa; se establecían contactos con ciertos medios
protestantes; se desobedecía a la Iglesia. Es en este momento cuando
surgen los primeros avisos serios del episcopado, que son seguidos más
tarde por la condenación pontificia del movimiento sillonista,
1 AAS 1 (1909) 333-388.
402 pfo x
La carta Notre charge apostolique presenta, como el propio mo- NOTRE CHARGE Al'OSTOUQUE 403
vimiento sillonista, un doble carácter, social y político. Desde el punto
de vista político, las afirmaciones más importantes se refieren a los BIBLIOGRAFÍA
problemas de la autoridad, la libertad y las formas de gobierno. La E. AMANN, Pie X: DTC t.12 col.1733-1735 (París 1933).—M. VAUSSARD,
tesis central del documento no ofrece dudas: Le Sillón no sólo ha Histoire de la démocratie chrétienne t.l p.67ss (París 1956).—G. CASTELLA,
incurrido en un grave fallo disciplinario, sino que además ha caído Histoire des Papes t.3 p.330ss (Zurich 1945).—F. J. MONTALBÁN, Historia de
en gravísimos errores doctrinales. Las teorías sociales y políticas de la Iglesia católica. Edad Moderna p.495 (BAC, Madrid 1953).—P. FERNESSOLE,
Pie X. Essai historique t.2 p.271ss (París 1953).
este movimiento son «un sueño, una ilusión»; constituyen una auténtica
«deformación del Evangelio».
SUMARIO
Los sillonistas afirman que la autoridad tiene en Dios su último
origen, pero discurre necesariamente a través del pueblo en el sentido de I. Es necesario declarar públicamente que las teorías del Sillón son peli-
que éste la delega en el gobernante reteniéndola constantemente. La auto- grosas. Han pasado ya los buenos tiempos de esta obra, que tantas
ridad es así una «autoridad consentida», una mera delegación de poder. aprobaciones le ganaron. El movimiento se ha desviado. Es obligación,
por tanto, de la Sede Apostólica exponer la verdad.
El poder está siempre en el pueblo. Pío X califica esta doctrina como
conciliación ilegítima entre los principios católicos—el poder viene de II. El Sillón pretende soslayar la dirección de la autoridad eclesiástica.
Sus jefes afirman que trabajan en un terreno social y político ajeno
Dios-—y los principios del derecho nuevo—retención permanente de a la jurisdicción de la Iglesia. Pero esta afirmación es ilusoria, porque
la autoridad política en el pueblo. la acción sillonista implica una teoría moral, social y política que cae
Con relación a las formas de gobierno, el sillonismo defiende la dentro de los dominios del magisterio eclesiástico.
democracia política como única forma justa de régimen político, y, Además, el Sillón ha incurrido en el error al adoptar un programa
por tanto, como única forma viable de gobierno. Afirmación que por , y una enseñanza contrarios a los de León XIII. Están, por tamto,
su carácter exclusivista contradice la doctrina de León XIII sobre la fuera de la doctrina católica. Su error consiste en querer levantar una
sociedad y un Estado sobre bases totalmente nuevas. Porque no se trata
licitud de las varias formas de gobierno. Esta postura de Le Sillón de construir edificios nuevos; se trata de restaurar lo derruido sobre los
trae consigo como consecuencia la identificación de un partido demo- fundamentos naturales y divinos de siempre.
crático con la doctrina católica política, identificación completamente III. Examen de las teorías sociales del Sillón.
falsa. Principio básico: una dignidad humana y una libertad autónoma
También la libertad queda malparada en la teoría sillonista: salvo mal entendidas. Consecuencia: necesidad de la triple emancipación
en materia estrictamente religiosa, el hombre es completamente autó- política, económica e intelectual del pueblo. Esta es la base de la de-
mocracia sillonista. Pero la libertad y la igualdad son el lado negativo
nomo. En política, economía y filosofía, el hombre debe lograr la triple de esa democracia. Su lado positivo es la participación de todos en el
emancipación correspondiente. Tesis contraria a la doctrina católica gobierno a través de un triple elemento: en política, autoridad inma-
sobre la libertad social y política expuesta por León XIII en la Liber- nente del pueblo, aunque derivada de Dios; en economía, un sistema
tas praestantissimum. Existe, por tanto, una perfecta concordancia cooperativo; en moral, el amor a los intereses de la profesión y de la
entre los postulados políticos expuestos por Pío X en esta carta y los sociedad. Estos tres elementos están subordinados. El elemento moral
principios desarrollados por León XIII sobre autoridad, formas de es el principal.
gobierno y libertad en las encíclicas Diuturnum illud, Au milieu y Este es el sueño del Sillón, que falsea las nociones sociales funda-
Libertas praestantissimum. mentales. En materia de autoridad y obediencia, la teoría del Sillón
cae dentro de la condenación de León XIII, y además anula de hecho
Los sillonistas, y especialmente su jefe, Marc Sangnier, dieron y de derecho la autoridad, al declararla esencialmente como «autoridad
ejemplo de sumisión a Roma. El 31 de agosto de 1910 el periódico consentida».
La Démocratie publica una carta haciendo profesión de fe católica, La justicia y la igualdad son deformadas por el Sillón, porque con-
obediencia al Papa y buena fe. Pero la fragmentación del movimiento sidera toda desigualdad social como una injusticia y defiende exclu-
sillonista en grupos diocesanos no fué aceptada. El movimiento se sivamente una democracia totalmente igualitaria. También en este
disolvió 2. punto tropieza el Sillón con las enseñanzas de León XIII.
Lo mismo sucede con la fraternidad. Las bases de ésta, según el
2
Para situar objetivamente la actitud de San Pío X en materia política y social conviene
Sillón, son la mera noción de humanidad y una tolerancia indiscrimi-
aludir, aunque sólo sea de paso, a la posición que adoptó el Papa frente al movimiento de nada. Estas bases son contrarias a la doctrina católica sobre la verdade-
L'Action Francam. En el polo opuesto a la república democrática de Le Sillón, los portavoces ra fraternidad. Si se separa la fraternidad de la caridad cristiana, la
de L'Action Francaise presentaban un ideario monárquico autoritario. Esta concepción mo- democracia, lejos de ser un progreso, es un retroceso de la civilización.
nárquica presentaba un ajustado encuadre con la tradición más exigente y con las doctrinas
de algunos pensadores eclesiásticos. Sin embargo, los postulados básicos de esta restauración El Sillón falsea, finalmente, la idea de la dignidad humana. Según
monárquica adolecían de una radical deficiencia anticristiana. Denunciados estos principios él, la condición de esta dignidad es la plena autonomía del hombre,
por ciertos sectores, el Santo Oficio condenó siete obras de Ch. Maurras y la revista de L'Ac-
tion Francaise. El Papa ratificó la condenación, pero juzgó conveniente diferir la publicación liberado de todo magisterio y de toda autoridad.
del decreto. El texto fué publicado doce años más tarde por Pío XI, el 29 de diciembre de 1926. IV. Influencia de estos errores sobre la acción social del Sillón.
El Sillón no tiene jerarquía. Su clima es un clima de la más abso-
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luta camaradería. De aquí nacen sus fallos disciplinarios frente a la rias del Sillón, q u e , bajo sus brillantes y generosas apariencias, fal-
autoridad eclesiástica. La Iglesia no puede callar en este punto. Se
acusa a la Iglesia de no haber sabido organizar la vida social por carecer t a n con m u c h a frecuencia a la claridad, a la lógica y a la verdad,
del ideal del Sillón. y, bajo este aspecto, n o realzan el genio católico y francés.
Este, tanto en su doctrina como en su acción, no satisface a la [ 2 ] . H e m o s d u d a d o m u c h o t i e m p o , venerables h e r m a n o s , d e -
Iglesia. Porque, en primer lugar, su catolicismo sólo se acomoda a la cir p ú b l i c a m e n t e y solemnemente n u e s t r o p e n s a m i e n t o sobre el Sil-
forma democrática de gobierno, y es injusto y peligroso enfeudar por lón. H a sido necesario q u e vuestras preocupaciones vinieran a u n i r -
principio la religión a una forma de gobierno. En segundo lugar, por- se a las nuestras para decidirnos a hacerlo. P o r q u e a m a m o s a la va-
que se abstiene de defender públicamente a la Iglesia católica cuando lerosa j u v e n t u d enrolada bajo la b a n d e r a del Sillón y la j u z g a m o s
ésta es atacada, implicando así un desdoblamiento moral y político en
el sillonista. En tercer lugar, porque admite sin distinción afiliados de digna, en m u c h o s aspectos, de elogio y de admiración. A m a m o s
toda religión y de todo grupo ideológico, convirtiéndose de esta mane- a sus jefes, en quienes N o s reconocemos g u s t o s a m e n t e almas eleva-
ra en una peligrosa asociación interconfesional. En cuarto lugar, las das, superiores a las pasiones vulgares y animadas del m á s noble
bases de la acción social del Sillón son inconsistentes y llevan a una entusiasmo p o r el bien. Vosotros m i s m o s los habéis visto, venera-
grave perturbación de los valores esenciales de la civilización cristiana. bles h e r m a n o s , penetrados de u n sentimiento m u y vivo de la fra-
El Sillón se ha desviado. Hoy día es un miserable afluente de la t e r n i d a d h u m a n a , m a r c h a r al frente de los q u e trabajan y sufren,
gran apostasía moderna. Sus jefes no han sabido defenderse frente a la para ayudarlos, sostenidos en su entrega por su amor a Jesucristo
corriente. Han deformado el "Evangelio. Y han desfigurado la persona y la práctica ejemplar de la religión,
y la acción redentora del Salvador.
Medidas prácticas.
Hay que predicar a todos, pero principalmente a los grandes, más [I. D E S V I A C I Ó N DEL MOVIMIENTO S I L L O N I S T A ]
que los derechos, las obligaciones propias.
El episcopado debe intervenir activamente en la solución del pro- [ 3 ] . E r a el día siguiente de la m e m o r a b l e encíclica de n u e s t r o
blema social. Que el clero se entregue a los trabajos propios de su sa- predecesor, de feliz memoria, L e ó n X I I I sobre la situación de los
grado ministerio y que una selección de sacerdotes bien preparados se obreros. L a Iglesia, p o r boca de su jefe s u p r e m o , había d e r r a m a d o
consagre al estudio de las cuestiones sociales, para ponerse más tarde sobre los h u m i l d e s y los p e q u e ñ o s todas las t e r n u r a s d e su corazón »
al frente de las obras de la acción católica en este campo.—La cuestión m a t e r n o y parecía llamar con sus deseos a campeones cada día m á s "9
social y la ciencia social no son de hoy. La restauración social cristiana n u m e r o s o s de la restauración del o r d e n y d e la justicia en n u e s t r a
no puede desvincularse del pasado. Hay que adaptar los antiguos or- sociedad p e r t u r b a d a . ¿No venían los fundadores del Sillón, en el
ganismos a las nuevas circunstancias. m o m e n t o o p o r t u n o , a p o n e r a su servicio t r o p a s jóvenes y creyentes
En esta obra debe colaborar la juventud del Sillón, liberada de sus
para la realización de sus deseos y de sus esperanzas? D e hecho,
errores. Pedimos a los jefes del Sillón que cedan su puesto a la jerar-
quía. Los miembros de la obra se repartirán por diócesis. Estos grupos el Sillón levantó e n t r e las clases obreras el estandarte de Jesucristo,
diocesanos serán independientes unos de otros. No obstante, el sillo- la señal d e salvación para los individuos y las naciones, alimentan-
nista queda libre para conservar sus preferencias políticas, dentro d o su actividad social en las fuentes de la gracia, i m p o n i e n d o el
siempre de la doctrina católica. Los sacerdotes deberán mantenerse respeto de la religión en los medios m e n o s favorables, a c o s t u m -
al margen de los grupos disidentes. b r a n d o a los ignorantes y a los impíos a oír hablar de Dios, y fre-
Esperanza de que el Sillón demostrará su fervor católico aceptando cuentemente, en conferencias polémicas, frente a u n auditorio h o s -
con docilidad estas normas. til, levantándose, estimulado p o r u n a p r e g u n t a o u n sarcasmo, para
proclamar altamente y valerosamente su fe. E r a n los b u e n o s t i e m -
pos del Sillón; es su lado positivo, q u e explica los alientos y las
[i ] . N u e s t r o cargo apostólico 1 nos obliga^ a vigilar p o r la p u - aprobaciones q u e le, h a n concedido el episcopado y la Santa Sede 2 ,
reza de la fe y p o r la i n t e g r i d a d d e la disciplina católica; a preservar hasta el p u n t o de q u e este fervor religioso ha p o d i d o velar el ver-
a los fieles de los peligros del e r r o r y del mal, sobre t o d o c u a n d o el d a d e r o carácter del m o v i m i e n t o sillonista.
error y el mal les son presentados con u n lenguaje atrayente, que,
ocultando la vaguedad de las ideas y el equívoco de las expresio- 2
Véanse especialmente la alocución a los afiliados de Le Sillón de n de septiembre
nes bajo el a r d o r del sentimiento y la sonoridad de las palabras, de 1904, en la que el Papa les recomienda fortaleza en la fe y en la acción (ASS 37 [1904-190=5]
154-157); y la carta de la Secretaría de Estado al cardenal Richard, arzobispo de París, de
p u e d e e n c e n d e r los corazones en favor de causas seductoras, pero 4 de enero de 1905, recomendando las asociaciones católicas francesas dependientes de la
funestas. Tales h a n s i d o en otro t i e m p o las doctrinas de los llama- autoridad eclesiástica, particularmente Le Sillón (ASS 37 [1904-1905] 572-574).
dos filósofos del siglo X V I I I , las de la Revolución y las del libera-
lismo, tantas veces c o n d e n a d a s ; tales son t a m b i é n hoy día las teo-
' Pfo X, Corta al episcopado francés: AAS 2 (1910) 607-633. E] texto original está redac-
tado en francés.
406 PÍO x NOTRE CHARGE APOSTOLIQUE * 407
Ooctr. pontif. g U
418 pío X
XOTUí; C'HARCK APOSTOI,IOI:K 419
fenderse de ellas; la exaltación de sus sentimientos, la ciega bondad vistas a la salvación eterna; son enseñanzas eminentemente sociales,
de su corazón, su misticismo filosófico, mezclado con una parte de y nos demuestran en Nuestro Señor Jesucristo algo muy distinto
iluminismo, los han arrastrado hacia un nuevo evangelio, en el que de un humanitarismo sin consistencia y sin autoridad.
han creído ver el verdadero Evangelio del Salvador, hasta el punto
de que osan tratar a Nuestro Señor Jesucristo con una familiaridad
soberanamente irrespetuosa y de que, al estar su ideal emparentado [IV. MEDIDAS PRÁCTICAS]
con el de la Revolución, no temen hacer entre el Evangelio y la
Revolución aproximaciones blasfemas, que no tienen la excusa de [Acción del episcopado]
haber brotado de cierta improvisación apresurada.
[43]. Por lo que a vosotros toca, venerables hermanos-, conti-
[Deformación del Evangelio] nuad activamente la obra del Salvador de los hombres por medio
de la imitación de su dulzura y de su energía. Inclinaos hacia todas
[42]. Nos queremos llamar vuestra atención, venerables her- las miserias; que ningún dolor escape a vuestra solicitud pastoral,
manos, sobre esta deformación del Evangelio y del carácter sagrado que ningún llanto os encuentre indiferentes. Pero también predicad
de Nuestro Señor Jesucristo, Dios y hombre, practicada en el Sillón enérgicamente sus deberes a los grandes y a los poderes públicos.
y en otras partes. Cuando se aborda la cuestión social, está de moda La cuestión social estará muy cerca de ser resuelta cuando los unos
en algunos medios eliminar primeramente la divinidad de Jesucris- y los otros, menos exigentes de sus derechos mutuos, cumplan más
to y luego no hablar más que de su soberana mansedumbre, de su exactamente sus obligaciones.
compasión por todas las miserias humanas, de sus apremiantes [44]. Además, como en el conflicto de los intereses, y sobre
exhortaciones al amor del prójimo y a la fraternidad. Ciertamente, todo en la lucha con las fuerzas del mal, la virtud de un hombre,
Jesús nos ha amado con un amor inmenso, infinito, y ha venido a la su santidad misma, no basta siempre para asegurarle el pan cotidiano,
tierra a sufrir y morir para que, reunidos alrededor de El en la jus- y como el engranaje social debería estar organizado de tal manera
ticia y en el amor, animados de los mismos sentimientos de caridad que con su juego natural paralizara los esfuerzos de los malos y haga
mutua, todos los hombres vivan en la paz y en la felicidad. Pero a la asequible a toda buena voluntad su parte legítima de felicidad tem-
realización de esta felicidad temporal y eterna ha puesto, con una poral, Nos deseamos vivamente que toméis una parte activa en la
autoridad soberana, la condición de que se forme parte de su rebaño, organización de la sociedad para este fin. Y con este objeto, mientras
que se acepte su doctrina, que se practique su virtud y que se deje vuestros sacerdotes se entregan con ardor al trabajo de la santifica-
uno enseñar y guiar por Pedro y sus sucesores. Porque, si Jesús ha ción de las almas, de la defensa de la Iglesia, y a las obras de caridad
sido bueno para los extraviados y los pecadores, no ha respetado propiamente dichas, elegiréis algunos de ellos, activos y de espíritu
sus convicciones erróneas, por muy sinceras que pareciesen; los ha equilibrado, investidos de los grados de doctor en filosofía y en
amado a todos para instruirlos, convertirlos y salvarlos. Si ha llamado teología y poseyendo perfectamente la historia de la civilización an-
hacia sí, para aliviarlos, a los que padecen y sufren, no ha sido para tigua y moderna, y los consagraréis a los estudios menos elevados
predicarles el celo por una igualdad quimérica. Si ha levantado a los y más prácticos de la ciencia social para ponerlos, a su tiempo, al
humildes, no ha sido para inspirarles el sentimiento de una dignidad frente de vuestras obras de acción católica. Sin embargo, que estos
independiente y rebelde a la obediencia. Si su corazón desbordaba sacerdotes no se dejen seducir, en el dédalo de las opiniones con-
mansedumbre para las almas de buena voluntad, ha sabido igualmen- temporáneas, por el espejuelo de una democracia falsa; que no to-
te armarse de una santa indignación contra los profanadores de la men de la retórica de los peores enemigos de la Iglesia y del pueblo
casa de Dios, contra los miserables que escandalizan a los pequeños, un lenguaje enfático lleno de promesas tan sonoras como irrealiza-
contra las autoridades que agobian al pueblo bajo el peso de onero- bles. Que estén convencidos que la cuestión social y la ciencia social
sas cargas sin poner en ellas ni un dedo para aliviarlas. Ha sido tan no son de ayer; que en todos los tiempos la Iglesia y el Estado, fe-
enérgico como dulce; ha reprendido, amenazado, castigado, sabiendo lizmente concertados, han creado con este fin organizaciones fecun-
y enseñándonos que con frecuencia el temor es el comienzo de la das; que la Iglesia, que nunca ha traicionado la dicha del pueblo
sabiduría y que conviene a veces cortar un miembro para salvar al con alianzas comprometedoras, no tiene que separarse del pasado,
cuerpo. Finalmente, no ha anunciado para la sociedad futura el y que le basta volver a tomar, con el concurso de los verdaderos
reino de una felicidad ideal, del cual el sufrimiento quedara deste- obreros de la restauración social, los organismos rotos por la Revo-
rrado, sino que con sus lecciones y con sus ejemplos ha trazado el lución y adaptarlos, con el mismo espíritu cristiano que los ha ins-
camino de la felicidad posible en la tierra y de la felicidad perfecta pirado, al nuevo medio creado por la evolución material de la socie-
en el cielo: el camino de la cruz. Estas son enseñanzas que se inten- dad contemporánea, porque los verdaderos amigos del pueblo no
taría equivocadamente aplicar solamente a la vida individual con son ni revolucionarios ni innovadores, sino tradicionalistas.
422 ¡'10 X
XOTKIv CHARCK .U'OSTOUQt'E 423
[45 ]• Esta obra eminentemente digna de vuestro celo pastoral,
Nos deseamos que la juventud del Sillón, "apartada de sus errores, su fervor católico; y a vosotros, venerables hermanos, Dios os
lejos de ser un obstáculo para ella, aporte a ésta, en el orden y en inspire para ellos, pues en adelante son ya vuestros, los sentimien-
la sumisión convenientes, un concurso leal y eficaz. tos de un afecto enteramente paterno.
[48]. Con esta esperanza, y para obtener estos resultados
tan deseables, Nos os concedemos de todo corazón, así como a
[Llamamiento a la juventud de «Le Sillón»] vuestro clero y a vuestro pueblo, la bendición apostólica.
Dado en Roma, junto a San Pedro, el 25 de agosto de 1910,
[46]. Dirigiéndonos, pues, a los jefes del Sillón, con la con- año octavo de nuestro pontificado.
fianza de un padre que habla a sus hijos, Nos les pedimos por su
bien, por el bien de la Iglesia y de Francia, que os cedan su puesto.
Nos medimos ciertamente la extensión del sacrificio que de ellos
solicitamos, pero sabemos que son suficientemente generosos para
realizarlo, y de antemano, en el nombre de Nuestro Señor Jesucris-
to, cuyo indigno representante somos, Nos les bendecirnos por ello.
En cuanto a los miembros del Sillón, queremos que se distribuyan
por diócesis para trabajar bajo la dirección de sus obispos respectivos
en la regeneración cristiana y católica del pueblo, al mismo tiempo
que en el mejoramiento de su situación. Estos grupos diocesanos
serán por el momento independientes los unos de los otros; y a fin
del demostrar claramente que han roto con los errores del pasado,
tomarán el nombre de Sillons catholiques, y cada uno de sus miem-
bros añadirá a su título de sillonista el mismo calificativo de catho-
lique. No es necesario decir que todo sillonista católico queda libre
para conservar, por lo demás, sus preferencias políticas, depuradas
de todo lo que no sea enteramente conforme en esta materia a la
doctrina de la Iglesia. Porque si, venerables hermanos, algunos gru-
pos rehusasen someterse a estas condiciones, deberéis considerar
que rehusan por el mismo hecho someterse a vuestra dirección, y
entonces será necesario examinar si se mantienen en la política o en
la economía pura o si perseveran en sus antiguos errores. En el
primer caso, es claro que no tendréis que ocuparos de ellos más que
del común de los fieles; en el segundo caso, deberéis obrar en con-
secuencia, con prudencia, pero con firmeza. Los sacerdotes deberán
mantenerse totalmente fuera de los grupos disidentes y se limitarán
a prestar el socorro del santo ministerio individualmente a sus miem-
bros, aplicándoles en el tribunal de la penitencia las reglas comunes
de la moral relativas a la doctrina y la conducta. En cuanto a los
grupos católicos, los sacerdotes y los seminaristas, aun favoreciéndo-
los y secundándolos en todo, se abstendrán de agregarse a ellos
como miembros; porque conviene que la milicia sacerdotal perma-
nezca por encima de las asociaciones laicas, incluso las más útiles
y animadas del mejor espíritu.
[47]. Estas son las medidas prácticas con las cuales Nos
hemos creído necesario sancionar esta carta sobre el Sillón y los
sillonistas. Que el Señor quiera, Nos se lo rogamos, desde el fondo
del alma, hacer comprender a estos hombres y a estas juventudes
las graves razones que la han dictado; que El les dé docilidad de
corazón, con el valor de demostrar ante la Iglesia la sinceridad de
LA Llülik'l'AD Dü LA IGLESIA 425
I *
que a la Iglesia hacen algunos de sus propios hijos, desviados del recto
sendero de la fe y de la obediencia. Pese a su carácter doméstico, el
r documento expone varias lecciones de no leve trascendencia: la obe-
diencia al papa, la incompatibilidad entre la fe y los errores modernos,
la necesidad de una unión estrecha con el Romano Pontífice.
Con objeto de dar a esta alocución consistorial un complemento
explicativo, hacemos una breve exposición del contenido de la encíclica
Communium rerum, que presenta una casi total conexión temática
con el documento aquí incluido. Esta encíclica,' publicada el día 21 de
abril de 1909 * para celebrar el octavo centenario de la muerte de
San Anselmo de Aosta, doctor de la Iglesia, describe la doble guerra
que padece. actualmente la Iglesia y levanta sobre el panegírico del
Santo un retrato acabado del ideal del obispo católico perfecto2.
El triunfo de la causa de Dios sobre la tierra, en las personas y
en las sociedades, comienza diciendo el papa, consiste en el retorno de
los hombres a Dios mediante Cristo, y a Cristo mediante la Iglesia.
Este retorno es el programa de nuestro pontificado. Aparecen hoy día
indicios positivos de un retorno de las naciones a Cristo y de una más
intensa y pública adhesión a la Iglesia.
San Anselmo fué «un acérrimo defensor de la doctrina y de los
derechos de la Iglesia». Tuvo que sostener luchas durísimas en pro de
la justicia y de la verdad. Por ellas se vio obligado a renunciar a la
amistad de los poderosos, a los favores de los grandes y al mismo afecto
de sus propios hermanos de religión. Tuvo que enfrentarse vigorosa-
mente con reyes y príncipes usurpadores y tiranos de la Iglesia y de
los pueblos, con débiles ministros indignos de su oficio sagrado, con la
ignorancia de la plebe y los vicios de los grandes. Ni le conmovieron
las amenazas ni le estimularon las dádivas.
La actual situación del Pontificado. La Iglesia sufre una guerra
general provocada por los enemigos de Dios. Se la quiere despojar
de sus derechos. Se la trata como si no fuese, natural 3/ jurídicamente,
una sociedad perfecta. Se quiere suplantar el reino de Dios con el remo
' AAS 1 (1909) 338-388.
2
Cf. P. FERNESSOLE, Pie X. Essat historique t.2 P.144SS (París 1953}.
430 PIÓ X
II, OU.U'K Doi.okli 431
s¡
AD BEATISSIMI
*
La guerra mundial y sus causas
religión de Jesucristo, q u e tanta fuerza y consistencia presta a la dores, a cuyo, influjo p o r entero suelen someterse, ¿quién será c;i-
h u m a n a autoridad. M e d i t e n u n a y otra vez si es m e d i d a d e sabia paz de persuadirles q u e n o p o r q u e los h o m b r e s sean iguales en
política q u e r e r prescindir d e la doctrina del Evangelio y de la Igle- naturaleza h a n d e o c u p a r el m i s m o puesto en la vida social, sino
sia en el m a n t e n i m i e n t o del o r d e n social y en la pública i n s t r u c - q u e cada cual t e n d r á aquel q u e adquirió con su conducta si las cir-
ción de la j u v e n t u d . H a r t o nos d e m u e s t r a la experiencia q u e la cunstancias n o le son adversas? Así, p u e s , los p o b r e s q u e luchan
autoridad de los h o m b r e s perece allí d o n d e la religión es desterra- contra los ricos, c o m o si éstos h u b i e s e n u s u r p a d o ajenos bienes,
da. Suele d e h e c h o acontecer a las naciones lo q u e acaeció a n u e s t r o o b r a n n o solamente contra la justicia y la caridad, sino t a m b i é n
p r i m e r p a d r e al p u n t o q u e h u b o pecado. Así c o m o en éste, apenas contra la r a z ó n ; sobre t o d o p u d i e n d o ellos, si quieren, con u n a h o n -
la voluntad se h u b o a p a r t a d o de la de Dios, las pasiones desenfre- rada perseverancia en el trabajo, mejorar su propia f o r t u n a 2 6 . —
n a d a s rechazaron el i m p e r i o d e la voluntad, así t a m b i é n , c u a n d o C u á l e s y cuántos perjuicios acarree esta rivalidad de clases t a n t o a
los q u e gobiernan los Estados desprecian la a u t o r i d a d d e ' D i o s , sue- los individuos en particular c o m o a la sociedad en general, n o hay
len los pueblos burlarse de la de ellos. L e s queda, es verdad, la necesidad d e declararlo; t o d o s estamos viendo y d e p l o r a n d o las
fuerza, y de ella a c o s t u m b r a n usar para sofocar las rebeliones; p e r o frecuentes huelgas, en las cuales suele q u e d a r r e p e n t i n a m e n t e pa-
¿con q u é provecho? P o r la violencia se sujetan los cuerpos, m a s ralizado el c u r s o d e la vida pública y social hasta en los oficios d e
n o los espíritus. m á s imprescindible necesidad; e igualmente esas amenazadoras re-
vueltas y t u m u l t o s en los q u e con frecuencia se llega al empleo de
las a r m a s y al d e r r a m a m i e n t o de sangre.
[Las luchas sociales ]
[i i ]. N o nos parece necesario repetir ahora los a r g u m e n t o s q u e
[ 1 0 ] . Suelto, p u e s , o aflojado aquel doble vínculo de cohesión p r u e b a n hasta la evidencia lo a b s u r d o del socialismo y d e otros
de t o d o c u e r p o social, a saber, la u n i ó n d e los m i e m b r o s entre sí semejantes errores. Ya lo hizo sapientísimamente L e ó n X I I I , n u e s -
p o r la m u t u a caridad y d e los m i e m b r o s con la cabeza p o r el acata- tro predecesor, en m e m o r a b l e s encíclicas; y vosotros, venerables
m i e n t o a la autoridad, ¿quién se maravillará con razón, venerables h e r m a n o s , cuidaréis con vuestra diligencia de q u e t a n i m p o r t a n t e s
h e r m a n o s , d e q u e la actual sociedad h u m a n a aparezca c o m o divi- enseñanzas n o caigan en el olvido, sino q u e sean sabiamente ilus-
d i d a en dos g r a n d e s b a n d o s q u e l u c h a n entre sí d e s p i a d a d a m e n t e t r a d a s e inculcadas, según la necesidad lo requiera, en las asambleas
y sin descanso? F r e n t e a los q u e la suerte o la propia actividad ha y r e u n i o n e s de los católicos, en la predicación sagrada y en las p u -
d o t a d o d e bienes d e fortuna, están los proletarios y o b r e r o s ar- blicaciones católicas. P e r o d e u n m o d o especial, y n o d u d a m o s
d i e n d o en odio, p o r q u e , p a r t i c i p a n d o d e la m i s m a naturaleza q u e
aquéllos, n o gozan, sin e m b a r g o , d e la m i s m a condición. N a t u r a l - non ex eo, quod homines sunt pares natura, sequi ut parem omnes obti-
m e n t e , u n a vez infatuados como están p o r las falacias d e los agita- nere debeant in communitate locum, sed eam esse singulorum conditio-
nem, quam sibi quisque suis moribus, nisi res obstiterint, comparavit?
roboris et firmamenti. Etiam atque etiam considerent, num doctrinam Ita, qui tenuiores cum copiosis depugnant, quasi alienas hi bonorum partes
Evangelii et Ecclesiae velle a disciplina civitatis, a publica iuventutis insti- occuparint, non contra iustitiam caritatemque tantum, verum etiam contra
tutione exclusam, civilis sapientiae sit. Nimis experiendo cognitum est, rationem faciunt, praesertim cum et ipsi possint honesta laboris conten-
ibi hominum iacere auctoritatem, unde exsulet religio. Quod enim primo lione meliorem sibi fortunam quaerere, si velint.—Quae vero quantaque
nostri generis parenti, cum officium deseruisset, contigit, idem civitati- hoc invidiosum certamen ordinum tum singulis tuna communitati civium
bus usu venire solet. Ut in illo, vix voluntas a Deo defecerat, effrenatae gignat incommoda, dicere nil attinet. Videmus omnes deploramusque cre-
cupidines voluntatis repudiarunt imperium: ita ubi qui res moderantur bras cessationes ab opere, quibus civilis publicaeque vitae cursus in ministe-
populorum, divinam contemnunt auctoritatem, ipsorum auctoritati illudere riis etiam apprime necessariis repente inhiberi solet: item minaces turbas
populi consueverunt. Relinquitur sane, quod assolet, ut ad túrbidos motus et tumultus, in quibus non raro accidit, ut armis res geratur et humanus
comprimendos vis adhibeatur: sed quo tándem fructu? Vi corpora quidem, effluat crúor.
non animi comprimuntur, Non hic videtur Nobis argumenta repetere, quibus Socialistarum alio-
rumque in hoc genere errores manifestó convincuntur. Egit hoc ipsum sa-
Sublata igitur aut debilitata illa duplici coniunctione, unde efficitur pientissime Leo XIII decessor Noster in Encyclicis Litteris sane memoran-
ut omne societatis corpus cohaereat, id est vel membrorum cum membris dis: vosque, venerabiles Fratres, pro vestra diligentia curabitis, ut g r a v í -
ob caritatem mutuam, vel eorumdem cum capite ob auctoritatis obsequium, sima illa praecepta ne unquam oblivioni dentur, imo in consociationibus
quisnam iure miretur, venerabiles Fratres, hanc hominum societatem disper- ac coetibus catholicorum, in sacris concionibus, in publicis nostrorum
titam in duas tamquam acies videri, quae Ínter se acriter et assidue digla-
26
dientur? Stant contra eos quibus aliquam bonorum copiam aut fortuna Es lícito buscar el mejoramiento del nivel de vida de las clases inferiores, pero es ilí-
tribuit aut peperit industria, proletarii et opifices, propterea flagrantes ma- cito buscarlo por medio de la violencia (BENEDICTO XV, Qarta al cardenal Gusmini, arzobispo
de Bolonia, de 22 de junio de ig2o: AAS 12 [1920] 292-293). Véase también la epístola al
levolentia, quod cum eamdem naturam participent, non tamen in eadem, episcopado véneto de 14 de junio de 1920, sobre la observancia de los principios cristianos
ac ipsi, conditione versentur. Scilicet, ut semel infatuati sunt concitatorum en materia social (AAS 12 [1920] 290-291), y la importante carta de 11 de marzo de tg20 al
fallaciis, quorum ad nutum solent se totos fingere, quis eis persuadeat, obispo de Bérgamo sobre la misma materia (AAS 12 [1920] 109-112).
Doctr- pontif. ¡ ÍO
450 BENEDICTO XV
An BEATISSIMI 451
repetirlo, procuraremos con toda suerte de a r g u m e n t o s , suminis-
perta, y con otros semejantes medios es dirigida la opinión p ú b l i c a ;
trados por el Evangelio, p o r la m i s m a naturaleza del h o m b r e y los
cuando, decimos, se ha i n t r o d u c i d o en los ánimos el funestísimo
intereses públicos y privados, exhortar a todos a q u e , ajustándose
error de q u e el h o m b r e n o ha de esperar u n estado de eterna feli-
a la ley divina de la caridad, se a m e n unos a otros como h e r m a n o s .
cidad, sino q u e aquí, aquí abajo p u e d e ser dichoso con el goce de
La eficacia de este fraterno amor n o consiste en hacer q u e desapa-
las riquezas, de los honores, de los placeres d e esta vida, n a d i e se
rezca la diversidad d e condiciones y de clases, cosa t a n imposible
maravillará d e q u e estos h o m b r e s , n a t u r a l m e n t e inclinados a la
c o m o el q u e en u n cuerpo a n i m a d o todos y cada u n o de los m i e m -
felicidad, con la misma violencia con que ( se lanzan a la conquista
bros t e n g a n el m i s m o ejercicio y dignidad, sino en q u e los q u e estén
de tales bienes, rechacen t o d o aquello q u e retarda o i m p i d e su con-
m á s altos se abajen, en cierto m o d o , hasta los inferiores y se p o r t e n
secución. M a s , p o r q u e estos bienes n o están distribuidos por igual
con ellos, n o sólo con t o d a justicia, como es su obligación, sino
e n t r e todos, y a la autoridad pública toca i m p e d i r q u e la libertad
t a m b i é n benigna, afable, p a c i e n t e m e n t e ; y los h u m i l d e s , a su vez,
individual traspase los límites y se a p o d e r e d e lo ajeno, de aquí
se alegren d e la prosperidad y confíen en el apoyo d e los poderosos,
nace el odio contra la autoridad, y la envidia de los desheredados
n o d e otra suerte q u e el hijo m e n o r de u n a familia se p o n e bajo la
de la fortuna contra los ricos, y las luchas y contiendas m u t u a s entre
protección y el a m p a r o del de mayor edad.
las diversas clases de ciudadanos, esforzándose los u n o s p o r obte-
ner, a t o d a costa, aquello de q u e carecen, y los otros p o r conservar
[La codicia de los bienes temporales} y a u n a u m e n t a r lo q u e ya poseen.
[12]. Sin e m b a r g o , venerables h e r m a n o s , los males q u e hasta [13 ] . P r e v i e n d o Jesucristo, Señor nuestro, semejante estado de
a h o r a venimos d e p l o r a n d o t i e n e n una raíz m á s profunda, y si para cosas, explicó en aquel sublime s e r m ó n de la m o n t a ñ a cuáles son
extirparla n o se a u n a n los esfuerzos de los b u e n o s , en vano espe- las verdaderas bienaventuranzas del h o m b r e sobre la tierra, y puso,
r a r e m o s lograr aquello q u e todos ciertamente anhelamos, es a sa- p o r decirlo así, los f u n d a m e n t o s de la filosofía cristiana. T a l e s en-
ber, la t r a n q u i l i d a d estable y d u r a d e r a de la vida social. C u á l sea señanzas a u n a los h o m b r e s m á s adversos a la fe pareció q u e conte-
esta raíz, lo declara el A p ó s t o l : La raíz de todos los males es la avaricia 2 7 . nían u n a sabiduría singular y perfectísima doctrina, así moral como
P o r q u e , si b i e n se considera, los males q u e ahora sufre la sociedad religiosa; y, ciertamente, t o d o s convienen en reconocer q u e nadie
h u m a n a nacen de esta raíz. P u e s c u a n d o en las escuelas perversas se antes d e Cristo, q u e es la m i s m a verdad, había enseñado j a m á s cosa
moldea c o m o cera la e d a d infantil, y con la malicia d e ciertos escri- parecida en esta materia, ni con tanta gravedad y autoridad n i con
tos diaria o periódicamente se forma la m e n t e de la m u l t i t u d inex- tan elevados y amorosos sentimientos.
[14]. L a índole secreta e íntima de esta filosofía consiste en
scriptis illustrentur docte atque inculcentur, quandocumque res postula-
verit. Sed potissimum—ñeque enim hoc iterare dubitamus—omni argu- imperitae multitudinis mens formatur, et aliarum causa rerum, ad quas
mentorum ope, quae vel Evangelium, vel ipsa hominis natura, vel publicae opinio popularis exigitur, quando, inquimus, ille infusus est animis perni-
privataeque disciplinae ratio suppeditat, studeamus hortari omnes, ut, ex ciosissimus error, non sperandum esse homini sempiternum aevum in quo
divina caritatis lege, fraternis animis Ínter se diligant. Cuius quidem amo- beatus sit; hic, hic licere ei esse beato, divitiis, honoribus, voluptatibus
ris non ea certe vis est, ut conditionum ideoque ordinum distinctionem huius vitae fruendis; nemo mirabitur hos homines, natura factos ad beati-
amoveat—quod non magis potest fieri, quam ut in corpore animantis una tatem, ea vi qua ad eorum adeptionem bonorum rapiuntur, eadem quicquid
eademque membrorum omnium actio sit ac dignitas—, sed tamen efficiet, sibi moram in hac re aut impedimentum fecerit, repeliere. Quoniam
ut qui loco superiores sunt, demittant se quodammodo ad inferiores; et vero haec bona non aequaliter dispertita sunt in singulos, et quia socialis
non solum iuste adversus eos, quod par est, sed benigne, comiter, patienter auctoritatis est prohibere ne singulorum libertas fines excedat alienumque
sese gerant: hí autem illorum et laetentur prosperitate et confidant auxilio; occupet, idcirco et odio habetur auctoritas, et miserorum in fortunatos ardet
sic prorsus, uti ex familiae eiusdem filiis minor natu maioris patrocinio invidia, et inter ordines civium mutua contentione certatur, nitentibus
praesidioque nititur. quidem aliis attingere id quovis pacto et eripere quo carent, alus autem
retiñere quod habent, atque etiam augere.
At enim, venerabiles Fratres, quae hactenus deplorando persecuti su-
mus, ea radicem habent altiorem: ac, nisi ad ipsam evellendam studia bono- Hoc ipsum Ghristus Dominus cum prospiceret futurum, in divinissimo
rum incumbant, illud profecto, quod est in votis, id est rerum humanarum illo sermone, quem in monte habuit, terrestres hominis beatitudines quae
stabilis et mansura tranquillitas, non sequatur. Ea quae sit, monstrat Apo- essent, data opera explicavit: in quo christianae philosophiae quodammodo
stolus: Radix... omnium malorum est cupiditas. Etenim, si quis recte consi- fundamenta posuisse dicendus est. Quae quidem vel hominibus perquam
deret mala, quíbus nunc aegrotat humana societas, ex hac stírpe oriuntur alienis a Fide, singularem sapientiam et absolutissimam de religione a c
omnia. Quandoquidem et perversitate scholarum, quibus aetatula cérea moribus doctrinam continere visa sunt: et certe consentiunt omnes nemi-
fingitur, et improbitate scriptorum, quibus, quotidie aut per intervalla iiera ante Christum, qui ipsa est veritas, nec similiter eadem de re, nec
parí gravitate ac pondere, nec tanto cum sensu amoris unquam praecepisse.
" l Tim. 6,19, Iam divinae huius philosophiae illa intima et recóndita ratio est, quod
452 BENEDICTO XV AD BEATISSIMI 453
q u e los llamados bienes d e esta vida t i e n e n la apariencia d e bien, sobrenaturales, y, asimismo, el aprecio, el deseo y la esperanza d e
p e r o n o la eficacia; y, p o r lo m i s m o , n o son tales q u e su goce p u e d a los bienes eternos, d e b e ser vuestro principal e m p e ñ o , venerables
hacer feliz al h o m b r e . Pues, según la palabra d e Dios, t a n lejos hermanos, así como t a m b i é n el d e l clero y el d e t o d o s los n u e s t r o s ,
está q u e las riquezas, la gloria, los placeres hagan feliz al h o m b r e , que, u n i d o s e n varias asociaciones, p r o c u r a n p r o m o v e r la gloria d e
que, si quiere serlo d e veras, debe, p o r a m o r d e Dios, privarse d e Dios y el v e r d a d e r o b i e n c o m ú n . P o r q u e , a m e d i d a q u e esta fe crez-
los m i s m o s : Bienaventurados los pobres... Bienaventurados los que ca e n t r e los h o m b r e s , decrecerá e n ellos el afán i n m o d e r a d o d e al-
ahora lloráis... Bienaventurados seréis cuando, aborreciéndoos los hom- canzar los fingidos bienes d e la tierra, y, renaciendo la caridad,
bres, os excomulguen y maldigan y proscriban vuestro nombre como g r a d u a l m e n t e cesarán las luchas y contiendas sociales.
malo2%. E s decir, q u e p o r m e d i o d e los dolores, adversidades y
miserias de esta vida, si las soportamos c o n paciencia, como d e b e - [III. R E N A C I M I E N T O D E LA VIDA C A T Ó L I C A ]
mos, nosotros m i s m o s n o s abrimos paso hacia aquellos bienes ver-
daderos y eternos que Dios ha preparado para los que le aman 29. [Labor del pontificado de Pío X]
Sin e m b a r g o , m u c h o s descuidan t a n i m p o r t a n t e s enseñanzas d e la
fe, y m u c h o s las h a n olvidado p o r completo. E s necesario, p u e s , [ 1 5 ] . A h o r a bien, si, dejando aparte la sociedad civil, volve-
venerables h e r m a n o s , renovar según ellas t o d o s los corazones. N o mos n u e s t r o p e n s a m i e n t o a considerar las cosas eclesiásticas, t e n e -
de otra suerte lograrán la paz los h o m b r e s n i la sociedad h u m a n a . mos, sin d u d a , motivos p a r a q u e n u e s t r o á n i m o , h e r i d o p o r la ge-
E x h o r t e m o s , p o r tanto, a los q u e padecen cualquier adversidad a neral calamidad d e estos tiempos, al m e n o s e n p a r t e reciba algún
q u e n o fijen sus m i r a d a s e n la tierra, e n la cual n o somos m á s q u e alivio; p u e s , además d e las p r u e b a s , q u e se p r e s e n t a n clarísimas,
peregrinos, sino q u e las levanten al cielo, a d o n d e nos e n c a m i n a m o s : de la divina v i r t u d y firmeza d e q u e goza la Iglesia, n o p e q u e ñ o
que no tenemos aquí ciudad permanente, antes buscamos la futura 3 0 . consuelo n o s ofrecen los preclaros frutos q u e d e s u activo pontifi-
Y e n medio d e las adversidades c o n las q u e Dios p r u e b a la constan- cado n o s dejó n u e s t r o antecesor P í o X después d e haber ilustrado
cia e n su divino servicio, consideren con frecuencia q u é p r e m i o a la Sede Apostólica c o n los ejemplos d e u n a vida santa. V e m o s , en
les está reservado p a r a c u a n d o salgan vencedores d e esta lucha. efecto, p o r obra suya, inflamado p o r d o q u i e r el espíritu religioso
Pues por la momentánea y ligera tribulación nos prepara un peso eter- entre los eclesiásticos; despertada la piedad d e l p u e b l o cristiano;
no de gloria incalculable 3 1 . F i n a l m e n t e , el dedicarse c o n t o d o e m - promovidas e n las asociaciones d e los católicos la acción y la disci-
p e ñ o y esfuerzo a q u e renazcan e n los h o m b r e s la fe e n las verdades plina; fundadas e n u n a s partes y multiplicadas e n otras las sedes
episcopales; ajustada la educación d e la j u v e n t u d levítica conforme
quae mortalis vitae appellantur bona, speciem quidem boni habent, vim a la exigencia d e los cánones y, e n c u a n t o es necesario, a la condición
non habent; ideoque non sunt ea, quibus fruens, homo beate possit vivere. de estos t i e m p o s ; alejados d e la enseñanza d e las ciencias sagradas
Deo enim auctore, tant'um abest ut opes, gloria, voluptas beatitatem affe- los peligros d e temerarias innovaciones; el arte musical, obligado
rant homini, ut, si veré hac potiri velit, debeat iis ómnibus, Dei ipsius causa,
carere: Beati pauperes... Beati, qui nunc fletis... Beati eritis cum vos oderint sunt, simulque cultus, desideratio, spes bonorum aeternorum, hoc debet
homines, et cum separaverint vos, et exprobraverint, et eiecerint notnen vestrurn esse vobis propositum in primis, venerabiles Fratres, tum' reliquo clero,
tamquam malura. Scilicet per dolores, aerumnas, miserias vitae huius, si Uim etiam nostris ómnibus, qui, vario consociati foedere, Dei gloriam com-
quidem ea toleremus ut oportet, aditum nobis ipsi patefacimus ad per- munemque veri nominis utilitatem student promoveré. Prout enim haec
fecta illa et immortalia bona, quae praeparavit Deus iis, qui düigunt illwn. apud homines Fides creverit, decrescet eorumdem studium immodicum
Verum haec tanti momenti doctrina Fidei apud plurimos negligitur, apud consectandi terrestrium bonorum vanitatem, ac sensim, caritate resurgen-
multos penitus oblitterata videtur.—Atqui necesse est, venerabiles Fra- te, motus contentionesque sociales conticescent.
tres, ad eam renovad omnium ánimos: non alio pacto homines et hominum
societas conquiescent. Quicumque igitur quovis aerumnarum genere affli- Nunc autem, si ab hominum communitate ad proprias Ecclesiae res
guntur, eos hortemur non oculos demittere in terram, qua peregrinamur considerandas cogitationem convertimus, est profecto, cur animus Noster,
sed tollere ad caelum, quo tendimus: non enim habemus hic manentem civi- tam magna temporum calamitate percussus, aliqua saltem ex parte reficia-
tatem, sed futuram inquirimus. In mediis autem rerum acerbitatibus, quibus (ur. Nam, praeter argumenta, quae se dant apertissima, divinae illius vir-
eorum periclitatur Deus in officio constantiam, saepe reputent, quid sibi tutis ac firmitatis qua pollet Ecclesia, non parum consolationis ipsa Nobis
paratum sit praemii, cum ex hoc periculo victores evaserint: Id enim, quod oí'ferunt, quae decessor Noster Pius X, cum Sedem Apostolicam sanctis-
in praesenti esl momentaneum et leve tribulationis nostrae, supra modum m Nimae vitae exemplis illustrasset, praeclara Nobis reliquit suae actuosae
sublimitate aeternum gloriae pondus operatur ¡h nobis. Denique omni ope providentiae muñera. Videmus enim eius opera inflammatum universe in
atque opera eniti ut revirescat in hominibus rerum fides quae supra naturam sacro ordine studium religionis; excitatam christiani populi pietatern;
promotam in consociationibus catholicorum actionem ac disciplinan»; qua
2» L e . 6,20-22.
lonstitutas, qua numero auctas Episcoporum sedes; institutioni adolescen-
2« I Cor. 2,1). , lis cleri tum pro severitate canonum, tum, quoad opus est, pro natura tem-
30 Hebr. 13,13. porum consultum; a magisteriis sacrarum disciplinarum depulsa temerarias
»l 2 Cor. 4,17.
454 BENKT1ICT0 XV Al) HKATINSIML 455
a servir d i g n a m e n t e a la majestad de las funciones sagradas; a u m e n - q u e se requiere para el éxito de la acción c o m ú n es la u n i ó n y con-
t a d o el decoro de la liturgia y p r o p a g a d o extensamente el n o m b r e cordia de los ánimos, N o s p r o c u r a r e m o s resueltamente q u e cesen
cristiano con nuevas misiones de predicadores evangélicos. las disensiones y discordias q u e hay entre los católicos y q u e n o
[ i 6 ] . Son éstos, realmente, grandes méritos de n u e s t r o a n t e - nazcan otras en lo sucesivo, de tal m a n e r a q u e entre los católicos
cesor para con la Iglesia, de los cuales conservará grata m e m o r i a no haya m á s q u e u n solo sentir y u n solo obrar. Saben bien los ene-
la posteridad. Sin e m b a r g o , como quiera q u e el c a m p o del Padre migos de Dios y d e la Iglesia q u e cualquiera disensión de los n u e s -
de familias, por permisión divina, está siempre expuesto a la malicia tros en la lucha es para ellos u n a victoria; por lo q u e , c u a n d o ven
del hombre enemigo, j a m á s sucederá q u e n o deba trabajarse en él .1 los católicos m á s unidos, entonces emplean la antigua táctica de
para q u e la a b u n d a n t e cizaña n o sofoque la b u e n a mies. P o r lo tan- s e m b r a r a s t u t a m e n t e la semilla de la discordia, esforzándose p o r
to, t e n i e n d o como dicho t a m b i é n a nosotros lo q u e Dios dijo al deshacer la u n i ó n . /Ojalá q u e semejante táctica n o les hubiese p r o -
profeta: Hoy te doy sobre pueblos y reinos poder de destruir, arrancar, porcionado t a n frecuentemente el éxito apetecido, con t a n t o d a ñ o
arruinar y asolar, de levantar, edificar y plantar 3 2 , por nuestra parte, de la religión! Así, p u e s , c u a n d o la potestad legítima m a n d a r e algo,
t e n d r e m o s s u m o cuidado en alejar cualquier mal y p r o m o v e r el a nadie sea lícito q u e b r a n t a r el p r e c e p t o p o r la sola razón d e q u e
bien hasta q u e plazca al Príncipe de los Pastores p e d i r n o s cuenta no lo aprueba, sino q u e todos sometan su parecer a la autoridad de
de n u e s t r o ministerio. aquel al cual están sujetos y le obedezcan p o r deber d e conciencia.
Igualmente, n i n g u n a persona privada se tenga p o r maestro en la
Iglesia, ya c u a n d o p u b l i q u e libros o periódicos, ya c u a n d o p r o n u n -
[Normas prácticas de mayor urgencia]
cie discursos en público. Saben todos a q u i é n ha confiado Dios el
[ 1 7 ] . Y ahora, venerables h e r m a n o s , al dirigirnos a vosotros | magisterio de la Iglesia; a sólo éste, pues, se deje el d e r e c h o de ha-
por m e d i o de esta p r i m e r a encíclica, creemos conveniente indicar i blar como le parezca y c u a n d o quiera. L o s d e m á s tienen el debél-
algunos p u n t o s principales a los cuales h e m o s resuelto dedicar n ú e s - í ele escucharle y obedecerle d e v o t a m e n t e . M a s en aquellas cosas so-
tro especial c u i d a d o ; así, p r o c u r a n d o secundar con vuestro celo bre las cuales, salva la fe y la disciplina, n o h a b i e n d o emitido su
nuestros designios, se o b t e n d r á n más p r o n t o los frutos deseados. juicio la Sede Apostólica, se p u e d e d i s p u t a r p o r a m b a s partes, a t o -
dos es lícito manifestar y defender lo q u e opinan. P e r o en estas
[Unión y concordia] disputas huyase de t o d a intemperancia d e lenguaje, q u e p u e d a cau-
sar grave ofensa a la caridad. C a d a u n o defienda su opinión con
[18]. Y ante todo, c o m o quiera q u e en toda sociedad d e h o m - libertad, p e r o con moderación, y no crea serle lícito acusar a los
bres, sea cualquiera el motivo por el q u e se h a n asociado, lo p r i m e r o contrarios, sólo p o r esta causa, d e fe sospechosa o de falta de dis-
novitatis pericula; maiestati sacrorum artem musicam digne serviré iussam, f
auctumque liturgiae decus; novis praeconum Evangelii missionibus christia- ma conspiratione conniti, omnino Nobis faciendum est, ut dissensiones
num late nomen propagatum. atque discordiae Ínter catholicos, quaecumque sunt, desinant esse, novae
Magna sunt ista quidem Decessoris in Ecclesiam promerita, quorum ne posthac oriantur, sed ii iam unum idemque omnes et sentiant et agant.—
memoriam grate posteritas conservabit. Quoniam tamen ager Patrisfami- l'robe Dei Ecclesiaeque hostes intelligunt, nostrorum quodvis in propug-
lias semper, Deo permitiente, inimici hominis malignitati patet, nunquam est nando dissidium sibi esse victoriae: quare illam habent usitatissimam ratio-
futurum, ut ibi elaborandum non sit, ne zizania luxuriantia bonis frugibus nem, ut cum catholicos homines viderint coniunctiores, tum, callide inii-
officiant. -Itaque, interpretantes dictum quoque Nobis, quod prophetae cientes eis discordiarum semina, coniunctionem dirimere nitantur. Quae
Deus dixerat: Ecce constituí te hodie super gentes et super regna, ut evellas et utinam ratio ne ita saepe ex volúntate eis evenisset, tanto cum religiosae rei
detrimento! Itaque ubi potestas legitima quid certo praeceperit, nemini fas
destruas... et aedifices et plantes, quaecumque erunt mala prohibenda,
esto negligere praeceptum, propterea quia non probetur sibi: sed quod ari-
bona provehenda, quantum erit in Nobis, summo usque studio curabimus,
que videatur, id quisque subiiciat eius auctoritati, cui subest, eique, ex of-
quoad Pastorum Principi rationem a Nobis administrati muneris placeat
licii conscientia, pareat.—ítem nemo privatus, vel libris diariisve vulgandis
repetere. vel sermonibus publice habendis, se in Ecclesia pro magistro gerat. Norunt_
>
Iam nunc igitur, venerabiles Fratres, cum vos universos primo litteris omnes cui sit a Deo magisterium Ecclesiae datum: huic igitur integrum ius
affamur, commodum videtur Nobis nonnulla attingere capita rerum, qui- esto pro arbitratu loqui, cum voluerit; ceterorum officium est, loquenti reu-
bus praecipuas quasdam curas adhibere decrevimus: ita, maturantibus nióse obsequi dictoque audientes esse. In rebus autem, de quibus, salva
vobis vestra opera adiuvare Nostram, maturius etiam optati fructus ex- lide ac disciplina—cum Apostolicae Sedis iudicium non intercesserit—in
sistent. utramque partem disputari potest, dicere quid sentiat idque defenderé, sane
nemini non licet. Sed ab his disputationibus omnis intemperantia sermonis
Principio, quoniam in omni hominum societate, quavis de causa coive- .ibsit, quae graves afferre potest offensiones caritati; suam quisque tueatur
rint, ad successum communis causae máxime interest socios in idem sum- libere quidem, sed modeste sententiam; nec sibi putet fas esse, qui contra-
?2
rían! teneant, eos, hac ipsa tantum causa, vel suspectae fidei argueré vel non
Ier. 1,10.
45fi BENEDICTO XV
AD B t A T I S S i M l 45?
ciplina. Q u e r e m o s t a m b i é n q u e los católicos se abstengan de usar
aquellos apelativos q u e r e c i e n t e m e n t e se h a n i n t r o d u c i d o para dis- hecho increíbles progresos e n el estudio d e la naturaleza, algunos,
tinguir u n o s católicos d e otros, y q u e los eviten n o sólo c o m o inno- a n t e p o n i e n d o su p r o p i o juicio a la a u t o r i d a d de la Iglesia, llevaron
vaciones profanas de palabras q u e n o están conformes con la verdad a tal p u n t o su t e m e r i d a d , q u e n o d u d a r o n en m e d i r con su inteli-'
ni con la equidad, sino t a m b i é n p o r q u e d e ahí se sigue g r a n d e per- gencia a u n los m i s m o s secretos misterios de Dios y c u a n t o ha reve-
t u r b a c i ó n y confusión e n t r e los m i s m o s . L a fe católica es d e tal ín- lado al h o m b r e y d e acomodarlos a la m a n e r a de p e n s a r d e estos
dole y naturaleza, q u e n a d a se le p u e d e añadir ni q u i t a r : o se p r o - tiempos. Así se e n g e n d r a r o n los m o n s t r u o s o s errores del m o d e r -
fesa p o r entero o se rechaza p o r e n t e r o : Haec est fides catholica, nismo, q u e n u e s t r o antecesor llamó j u s t a m e n t e síntesis de todas las
quam nisi quisque fideliter firmiterque crediderit, salvus esse non pot- herejías y c o n d e n ó s o l e m n e m e n t e . N o s , venerables h e r m a n o s , r e n o -
erit33. N o hay, p u e s , necesidad de añadir calificativos p a r a signi- vamos aquí esta condenación e n t o d a su extensión; y d a d o q u e t a n
ficar la profesión católica; bástele a cada u n o esta profesión: Cris- pestífero contagio n o h a sido a ú n e n t e r a m e n t e atajado, sino q u e
tiano es mi nombre, católico mi apellido; p r o c u r e tan sólo ser en efecto todavía se manifiesta acá y allá, a u n q u e solapadamente, N o s exhor-
aquello q u e se dice. tamos a q u e con s u m o cuidado se g u a r d e cada u n o del peligro d e
contraerlo. P u e s de esta peste b i e n p u e d e afirmarse lo q u e J o b h a -
[Conservación de la fe: el peligro del modernismo] bía dicho d e otra cosa: es fuego que devora hasta la destrucción y con-
sume toda la hacienda 3 5 . Y n o solamente deseamos q u e los católicos
[ 1 9 ] . P o r lo d e m á s , a los nuestros q u e se h a n consagrado a la se g u a r d e n d e los errores de los modernistas, sino t a m b i é n de sus
utilidad c o m ú n d e la causa católica, pide h o y la Iglesia otra cosa tendencias o del espíritu modernista, c o m o suele decirse: el q u e
' m u y distinta q u e insistir p o r m á s t i e m p o en cuestiones d e las cua- q u e d a inficionado d e este espíritu rechaza con d e s d é n t o d o lo q u e
les n i n g u n a utilidad se s i g u e : p i d e q u e con t o d o esfuerzo p r o c u r e n sabe a antigüedad, y busca con avidez la n o v e d a d en todas las cosas:
conservar la fe íntegra y libre de toda s o m b r a d e error, siguiendo en el m o d o de hablar d e las cosas divinas, en la celebración del culto
especialmente las huellas de aquel a q u i e n C r i s t o ha constituido sagrado, en las instituciones católicas y hasta en el ejercicio privado
g u a r d i á n e intérprete d e la verdad. T a m b i é n hay, y n o pocos, quie- d e la piedad. Q u e r e m o s , p o r tanto, q u e sea respetada aquella ley de
nes, c o m o dice el Apóstol, no sufrirán la sana doctrina; antes, deseo- nuestros m a y o r e s : Nihil innovetur nisi quod traditum est; la cual,
sos de novedades, se rodearán de maestros conforme a sus pasiones si, p o r u n a parte, h a d e ser observada inviolablemente en las cosas
y apartarán los oídos de la verdad para volverlos a las fábulas 3 4 . E n de fe, p o r otra, sin e m b a r g o , d e b e servir d e n o r m a p a r a t o d o aquello
efecto, orgullosos y engreídos p o r la gran estima q u e tienen del en- q u e p u e d a sufrir m u t a c i ó n , si b i e n a ú n en esto vale generalmente
t e n d i m i e n t o h u m a n o , el cual ciertamente, p o r p e r m i s i ó n divina, h a la .regla: Non nova, sed noviter.
bonae disciplinae. Abstineant se etiam nostri, volumus, iis appellatio-
nibus, quae recens usurpari coeptae sunt ad catholicos a catholicis distin- siones sane incredibiles in exploratione naturae, Deo nimirum dante, fe-
guendos: easque non modo devitent uti profanas vocum novitates, quae nec cit; nonnulli, eum prae suo iudicio auctoritatem Ecclesiae contemnerent,
veritati congruunt nec aequitati; sed etiam quia inde magna Ínter catholicos usque eo sua temeritate processerunt, ut ipsa Dei arcana et omnia quae
perturbatio sequitur, magnaque confusio. Vis et natura catholicae fidei est Deus homini revelavit, sua intelligendi facúltate metiri atque ad ingenium
eiusmodi, ut nihil ei possit addi, nihil demi: aut omnis tenetur, aut omnis horum temporum accommodare non dubitarent. Itaque exstiterunt mons-
abiicitur. Haec est fides catholica, quam nisi quisque fideliter firmiterque credi- truosi errores Modernismi, quem recte Decessor Noster omnium haereseon
derit, salvus esse non poterit. Non igitur opus est appositis ad professionem collectum edixit esse et sollemniter condemnavit. Eam Nos igitur condem-
catholicam significandam; satis habeat unusquisque ita profiteri: «Chris- nationem, venerabiles Fratres, quantacumque est, hic iteramus; et quo-
tianus mihi nomen, catholicus cognomen»; tantum studeat se re vera eum niam non usquequaque oppressa est tam pestífera lúes, sed etiamnum hac
esse, qui nominatur. illac, quamvis latenter, serpit, caveant omnes diligentissime, hortamur, a
quavis huius contagione mali; de quo quidem apte affirmaveris quod Iob
Ceterum, a nostris qui se ad communem rei catholicae utilifatem contu- alia de re dixerat: Ignis est usque ad perditionem devorans, et omnia eradicans
lerunt, longe aliud nunc Ecclesia postulat, quam utdiutiushaereantinquaes- genimina.—Nec vero tantum ab erroribus catholici nomines, cupimus, ab-
tionibus, quibus nihil proficitur; postulat, ut summo opere contendant horreant, sed ab ingenio etiam, seu spiritu, ut aiunt, Modernistarum: quo
integram conservare fidem et incolumem ab omni erroris afflatu, sequentes spiritu qui agitur, is quicquid sapiat vetustatem, fastidióse respuit, avide
eum máxime, quem Christus constituit custodem et interpretem veritatis. Sunt autem ubivis nova conquirit: in ratione loquendi de rebus divinis, in cele-
etiam hodie, nec ita pauci sunt, qui, ut ait Apostolus, «prurientes auribus, britate divini cultus, in catholicis institutis, in privata ipsa exercitatione
eum sanam doctrinam non sustineant, ad sua desideria coacervent sibi ma- pietatis. Ergo sanctam haberi volumus eam maiorum legem: Nihil innovetur,
gistros, et a veritate quidem auditum avertant, ad fábulas autem convertan- nisi quod traditum est; quae lex tametsi inviolate servanda est in rebus Fi-
tur». Inflati enim elatique magna opinione mentís humanae, quae progres- dei, tamen ad eius normam dirigenda sunt etiam, quae mutationem pati
33 possunt; quamquam in his ea quoque regula plerumque valet: Non nova,
«Esta es la fe católica, sin cuya fiel y firrne profesión no se puede lograr la salvación 9
(Símbolo Atanasiarw). sed noviter.
34
s T i m . 4.3-4,
35
Iob 31,12.
458 BENEDICTO XV AD BEAIISSIMI 459
m á s esmerada educación, a los alumnos del Santuario. Y a u n q u e
[Asociaciones católicas ] vuestra diligencia n o tiene necesidad de estímulo, os exhortamos y
os conjuramos a q u e queráis cumplir este deber con el mayor interés
[ 2 0 ] . Ya q u e , venerables h e r m a n o s , para profesar abiertamen-
posible, p o r q u e se trata de cosa tan i m p o r t a n t e , que no hay otra de
te la fe católica y para vivir de m a n e r a conveniente a la m i s m a fe
m a y o r . i n t e r é s para el bien de la Iglesia; pero, como quiera q u e ya
los h o m b r e s suelen ser estimulados principalmente con fraternales
nuestros antecesores, de santa memoria, L e ó n X I I I y Pío X hayan
exhortaciones y m u t u o s ejemplos, por eso nos complace sobrema-
tratado esto de propósito, N o s n o tenemos nada q u e añadir. Sola-
n e r a q u e sean fundadas de c o n t i n u o nuevas asociaciones católicas.
m e n t e ansiamos q u e los d o c u m e n t o s de t a n sabios pontífices, y
Y n o sólo deseamos q u e dichas asociaciones crezcan, sino q u e t a m -
principalmente la Exhortatio ad clerum,' de Pío X, con el auxilio
bién q u e r e m o s q u e florezcan p o r nuestra protección y p o r n u e s t r o de vuestras exhortaciones, n o caigan j a m á s en olvido, sino q u e sean
favor, y florecerán, sin duda, con tal q u e se acomoden constante escrupulosamente observadas.
y fielmente a las prescripciones q u e esta Sede Apostólica h a dado
ya o diere en adelante 3 6 . Así, pues, todos aquellos q u e , t o m a n d o [ 2 2 ] . U n a cosa hay, sin embargo, q u e n o debe pasarse en si-
p a r t e en estas asociaciones, trabajan p o r D i o s y por la Iglesia, n u n c a lencio, y es que q u e r e m o s recordar a t o d o s cuantos sacerdotes hay
olviden lo q u e dice la Sabiduría: El hombre obediente cantará vic- en el m u n d o , c o m o hijos nuestros m u y amados, q u e es absoluta-
toria 3 7 ; p o r q u e , si n o obedeciesen a D i o s por el obsequio hacia m e n t e necesario, ya para su propia santificación, ya para el fruto
la Cabeza de la Iglesia, t a m p o c o m e r e c e r á n el auxilio divino, y tra- del ministerio sagrado, q u e esté cada u n o estrechamente u n i d o y
bajarán en vano. e n t e r a m e n t e adicto a su propio obispo. P o r cierto, que, como arriba
d e p l o r a m o s , n o todos los ministros del Santuario están libres de
insubordinación y de independencia, t a n corriente en estos t i e m p o s ;
[Labor del clero en este renacimiento] ni sucede rara vez a los pastores de la Iglesia encontrar dolor y
contradicción allí d o n d e con derecho h u b i e s e n esperado consuelo
[ 2 1 ] . M a s , para q u e todas estas cosas sean llevadas al cabo
y ayuda. A h o r a bien, los q u e t a n desgraciadamente a b a n d o n a n su
con el feliz resultado q u e apetecemos, sabéis m u y bien, venerables
deber, reflexionen una y otra vez q u e es divina la autoridad de
h e r m a n o s , q u e es necesaria la cooperación asidua y p r u d e n t e de
aquellos a los cuales el Espíritu Santo ha constituido obispos para
aquellos a quienes Cristo Señor envió c o m o operarios a su mies,
apacentar la Iglesia de Dios 3 8 . Y que, si, como h e m o s visto, resisten
esto es, del clero. P o r lo cual entenderéis q u e vuestro p r i m e r cuidado
a Dios los q u e resisten a cualquiera potestad legítima, m u c h o más
d e b e ser fomentar la santidad conveniente a su estado en el clero irreverente es la conducta de aquellos q u e rehusan obedecer a los
q u e ya tenéis y formar dignamente p a r a u n oficio t a n santo, con la
Iam, quia, venerabiles Fratres, ad profitendam aperte Fidem catholicam timoniam foveatis, et qui sunt alúmni sacrorum, eos optimis institütis
atque ad vivendum congruenter Fidei, plurimum homines fraternis horta- praeceptisque ad munus tam sanctum rite conformetis. Id vos ut quam
mentis mutuisque exemplis inflammari solent, ideo Nos alias atque alias diligentissime faceré velitis—tametsi vestra diligentia hortatione non in-
excitari consociationes catholicorum equidem vehementer gaudemus. At- diget—hortamur atque etiam obsecramus. Res enim eiusmodi agitur, ut
que illae non solum optamus ut crescant, sed volumus Nostro etiam patro- milla sit maioris momenti ad Ecclesiae bonum: qua de re, cum decessores
cinio studioque semper floreant: florebunt autem, modo praescriptionibus Nostri fel. rec. Leo XIII et Pius X egerint data opera, Nos hic plura dicere
quas haec Apostólica Sedes iam dedit vel datura eis est, constanter fideliter- non habemus. Tantum rogamus, ut illa Pontificum sapientissimorum acta,
que obtemperarint. Quotquot igitur, earum participes societatum, pro Deo praesertim Piaña Exhortatio ad Clerum, suadentibus atque instantibus vobis,
Ecclesiaque contendunt, ne sinant unquam sibi excidere quod Sapientia ne unquam obruantur oblivione, sed studiosissime observentur.
clamat: Vir obediens loquetur victoriam; nisi enim Deo paruerint per obse- Unum tamen est, quod praeteriri silentio non debet: quotquot enim
quium in Ecclesiae ducem, nec divinam sibi conciliabunt opem, et frustra sunt sacerdotes, omnes, uti filios Nobis penitus dilectos, volumus admoni-
contendent. tos, quam plañe opus sit, cum ad propriam ipsorum salutem, tum ad sacri
ministerii fructum, eos quidem suo quemque Episcopo coniunctissimos esse,
Ad haec omnia vero—ut eum, quem exspectamus, exitum habeant— atque obsequentissimos. Proferto ab illa elatione animi et contumacia) quae
nostis, venerabiles Fratres, illorum necessariam esse prudentem sedulamque horum est temporum, non omnes, ut supra deploravimus, vacant administri
operam, quos Christus Dominus operarios in messem suam misit, id est sacrorum; ñeque enim raro contingit Pastoribus Ecclesiae, ut dolorem et
clericorum. Quare intelligitis praecipuam vestram curam in hoc deberé ver- impugnationem inde inveniant, unde solatium et adiumentum iure exspec-
sari, ut et qui apud vos de sacro ordirie iam sunt, in eis consentaneam sanc- tarint. Iam vero qui tam misere officium deserunt, etiam atque etiam reco-
36
Acerca de la necesidad de la acción social católica y la urgencia de preparar a los ca- gitent, divinam esse eorum auctoritatem, quos Spirilus Sanctus posuit Episco-
tólicos para ella, véanse la carta de 13 de agosto de 1915 del cardenal Gasparri, secretario de pos regere Ecclesiam Dei, ac si, ut vidimus, Deo resistunt, quicumque potestati
Estado, al conde E. Medolago-Albani (AAS 7 [1915] 453-454): la carta de Benedicto XV al cuivis legitimae resistunt, multo magis impie eos faceré, qui Episcopis, quos
cardenal Boschi, arzobispo de Ferrara, de 5 de julio de 1916 (AAS 8 [1916] 309), y la carta
al cardenal
37
Ferrari, arzobispo de Milán, de 22 de mayo de 1916 (AAS 8 [1916J 261). 3 8 Act. 20,28.
Prov. 21,28.
Al) KKATISSIMI 461
460 BENEDICTO XV
los últimos confines de la uerra llevando a los h o m b r e s el consuelo
obispos, a los cuales ha consagrado Dios con el sello de su p o t e s t a d :
y la salvación. D e s d e hace m u c h o t i e m p o la Iglesia n o goza de
«Como la caridad, así escribía el santo m á r t i r Ignacio, n o m e con-
aquella independencia q u e necesita, esto es, desde q u e su cabeza
siente callar acerca de vosotros, d e ahí m i propósito de exhortaros
el Pontífice R o m a n o e m p e z ó a carecer d e aquel auxilio q u e p o r d i s -
a q u e corráis t o d o s a u n a con el p e n s a m i e n t o y sentir d e D i o s , p u e s
posición de la divina Providencia, en el transcurso de los siglos,
Jesucristo, vivir n u e s t r o inseparable, es el p e n s a m i e n t o del P a d r e ,
había o b t e n i d o para defensa de su libertad. Q u i t a d o este auxilio,
al m o d o q u e t a m b i é n los obispos, establecidos p o r los confines d e
sobrevino, como n o podía m e n o s , u n a grave p e r t u r b a c i ó n entre
la tierra, están en el pensamiento y sentir de Jesucristo» 3 9 . Y como
los católicos, p o r q u e cuantos se profesan hijos del R o m a n o Pontífice,
habló aquel m á r t i r ilustre* así h a b l a r o n en t o d o s los t i e m p o s los
todos, así los q u e están cerca como los q u e están lejos, exigen con
P a d r e s y doctores de la Iglesia, A ñ á d a s e q u e ya es demasiado pesada
pleno d e r e c h o q u e n o p u e d a ponerse en d u d a q u e el P a d r e c o m ú n
la carga q u e llevan los obispos, a u n p o r la m i s m a dificultad q u e ofre-
de todos, en el ejercicio del ministerio apostólico, sea v e r d a d e r a m e n -
cen estos tiempos, y q u e es m á s grave todavía la ansiedad en q u e
te, y asimismo aparezca, libre de t o d o p o d e r h u m a n o . P o r lo tanto,
viven p o r la salud del r e b a ñ o q u e les ha sido confiado, pues ellos
mientras hacemos fervientes votos p a r a q u e renazca la paz entre
velan sobre vuestras almas como quien ha de dar cuenta de ellas 4<>.
todas las naciones, deseamos t a m b i é n q u e cese para la Cabeza de
¿No h a n d e llamarse crueles los q u e , n e g a n d o el obsequio debido,
la Iglesia esta situación anormal, q u e d a ñ a gravemente, p o r m á s
a u m e n t a n esta carga y esta ansiedad? E s t o n o es conveniente, diría
de u n a razón, a la m i s m a tranquilidad d e los pueblos. C o n t r a tal
a los tales el Apóstol, p o r q u e «la Iglesia es el p u e b l o u n i d o al sacer-
estado d e cosas, N o s renovamos las protestas q u e nuestros p r e d e -
d o t e y la grey adherida a su p a s t o r » 4 1 , d e lo cual se sigue q u e n o
cesores formularon repetidas veces, movidos n o p o r intereses h u -
está con la Iglesia aquel q u e n o está con el obispo.
manos, sino p o r la santidad del d e b e r ; y las renovamos por las m i s -
mas causas, para defender los derechos y la dignidad de la Sede
[IV. S I T U A C I Ó N ACTUAL DE LA IGLESIA Y DEL M U N D O ] Apostólica.
[23]. Y ahora, venerables h e r m a n o s , al t e r m i n a r esta carta, [24]. F i n a l m e n t e , venerables h e r m a n o s , ya q u e están en la
n u e s t r o corazón vuelve al m i s m o p u n t o p o r d o n d e e m p e z a m o s a m a n o de D i o s los corazones de los príncipes y de todos aquellos
escribir, y p e d i m o s de n u e v o con fervientes e insistentes votos el q u e p u e d e n d a r fin a las atrocidades y a los daños de q u e h e m o s
fin de esta desastrosísima guerra, t a n t o p a r a el b i e n d e la sociedad h e c h o mención, levantemos a D i o s n u e s t r a voz suplicante y, en n o m -
como de la Iglesia-: d e la sociedad, p a r a q u e , obtenida la paz, p r o - b r e de la h u m a n i d a d entera, c l a m e m o s : Da pacerá, Domine, in diebus
grese v e r d a d e r a m e n t e e n t o d o género d e c u l t u r a ; de la Iglesia de nostris. A q u e l q u e dijo de sí: Yo soy Yavé... Yo doy la paz42, apla-
Jesucristo, para q u e , libre ya de ulteriores i m p e d i m e n t o s , siga hasta
Iesu Christi, ut, nullis iam impedimentis retardata, pergat in quavis ora
Deus suae potestatis sigillo consecraverit, parere abnuant. Cum caritas, ita ac parte terrarum opem et salutem hominibus afferre. Ecclesia sane iam
Ignatius Martyr, non sinat me tacere de vobis, propterea anterveti vos adtno- multo diutius non ea, qua opus habet, plena libértate fruitur; scilicet ex
nere, ut unanimi sitis in sententia Dei. Etenim Iesus Christus, inseparabilis quo caput eius Pontifex Romanus illo coepit carere praesidio, quod, divinae
nostra vita, sententia Patris est, ut et Episcopi, per tractus terrae constituti, providentiae nutu, labentibus saeculis nactus erat ad eamdem tuendam
in sententia Patris sunt. Unde decet vos in Episcopi sententiam concurrere. libertatem. Hoc autem subíate praesidio, non levis catholicorum turbatio,
Quemadmodum autem Martyr illustris, ita omnes, quotquot fuerunt, Pa- quod necesse erat fieri, secuta est: quicumque enim Romani Pontificia se
ires et Doctores Ecclesiae locuti sunt. Ad haec, nimis grave, propter dif- filios ptofitentur, omnes, et qui prope sunt et qui procul, iure óptimo
ficultates quoque temporum, sacri Pastores ferunt onus; graviore etiam in exigunt ut nequeat dubitari, quin communis ipsorum Parens in adminis-
sollicitudine sunt de gregis concrediti salute: Ipsi enim pervigilant, quasi tratione Apostolici muneris veré sit et prorsus appareat ab omni humana
rationem pro animabus vestris reddituri. Nonne crudeles dicendi sunt, qui potestate liber. Itaque magnopere exoptantes ut pacem quamprimum gentes
eis, obsequium debitum recusando, id oneris, id sollicitudinis augent? ínter se componant, exoptamus etiam ut Ecclesiae Caput in hac desinat
Hoc enim non expedit vobis, diceret istis Apostolus: idque propterea quia absona conditione versari, quae ipsi tranquillitati populorum, non uno
Ecclesia est plebs sacerdoti adunata, et pastori suo grex adhaerens; ex quo nomine, vehementer nocet. Hac igitur super re, quas Decessores Nostri
sequitur, cum Ecclesia non esse, qui cum Episcopo non sit. pluries expostulationes fecerunt, non quidem humanis rationibus, sed officii
sanctitate adducti, ut videlicet iura ac dignitatem Sedis Apostolicae defen-
Et nunc, venerabiles Fratres, in harum exitü litterarum, sponte redit derent, easdem Nos iisdem de causis hic renovamus.
animus ad illud, unde initium scribendi fecimus; atque huius. calamitosis- Restat, Venerabiles Fratres, ut, quoniam principum eorumque omnium,
simi belli finem, tum societati hominum, tum Ecclesiae, iterum ómnibus qui possunt vel -atrocitati vel incommoditati rerum, quas memoravimus,
precibus imploramus; hominum quidem societati, ut, reconciliata cum fue- finem imponere, in manu Dei sunt voluntates, ad Deum suppliciter attol-
rit pax, in omni civili et humano cultu veré progrediatur: Ecclesiae autem lamus vocem, atque, universi generis humani nomine, clamemus: «Da pa-
39
SAN IGNACIO MÁRTIR, Epist. ad Eph. 3,2; D. Ruiz BUENO, Padres Apostólicos p.449 cem, Domine, in diebus nostris». Qui de se dixit: Ego Dominus... faciens
(BAC, Madrid 1950). *« Hebr. 13,17. 42
41
SAH CIPRIANO, Florentio cui et Puppiano epist. 66 (al. 69). Is. 45,6-7- »
462 BENEDICTO XV
[ 5 ] . Por esta razón, los apóstoles, siguiendo las huellas de su JI'NIUIÍNIO quien nos ha enseñado a orar de tal manera que la m e d i d a
divino M a e s t r o y formados personalmente en su escuela, fueron del peí don de nuestros pecados q u e d e dada por el p e r d ó n q u e con-
extraordinariamente fieles en urgir la exhortación de este precepto cedamos al prójimo. Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros
a los fieles: Ante todo, tened los unos para los otros ferviente caridad b. (irrí/ottíimos a nuestros deudores 11. Y si a veces resulta m u y t r a b a -
Por encima de todas estas cosas, vestios de la caridad, que es vinculo JOÑO y muy difícil el c u m p l i m i e n t o de esta ley, t e n e m o s c o m o re-
de perfección 7 . Carísimos, amémonos unos a otros, porque la caridad medio para vencer esta dificultad n o sólo el eficaz auxilio d e la
procede de Dios 8 : N u e s t r o s h e r m a n o s de los primeros t i e m p o s fueron unicia ganada p o r el Señor, sino t a m b i é n el ejemplo del m i s m o
exactos seguidores d e este m a n d a t o de Cristo y de los apóstoles, Salvador, quien, estando p e n d i e n t e en la cruz, excusaba a los mis-
pues, a pesar de las diversas y a u n contrarias nacionalidades a q u e inos q u e injusta e i n d i g n a m e n t e le a t o r m e n t a b a n , diciendo así a
pertenecían, vivían en u n a perfecta concordia, b o r r a n d o con u n MI I'adre: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen12. Nos,
olvido voluntario t o d o motivo de discusión. Esta u n a n i m i d a d de por tanto, q u e d e b e m o s ser los primeros en imitar la misericordia
inteligencias y de corazones ofrecía u n admirable contraste con los v la benignidad de Jesucristo, cuya representación, sin m é r i t o al-
odios mortales q u e ardían en el seno de la sociedad h u m a n a de t'.imo, tenemos, p e r d o n a m o s de t o d o corazón, siguiendo el ejemplo
aquella época. del Redentor, a todos y a cada u n o de nuestros enemigos q u e , de
una manera consciente o inconsciente, h a n ofendido u ofenden
[El perdón de las injurias] nuestra persona o nuestra acción con toda clase de injurias: a todos
ellos los abrazamos con s u m a benevolencia y amor, sin dejar ocasión
[6]. A h o r a bien, t o d o lo q u e h e m o s dicho para urgir el p r e - alguna para hacerles el bien q u e esté a n u e s t r o alcance. E s necesario
cepto del amor m u t u o vale t a m b i é n para urgir el p e r d ó n de las in- que los cristianos dignos de este n o m b r e observen la m i s m a n o r m a
jurias, p e r d ó n q u e ha urgido personalmente el Señor. Peí o yo os de conducta con t o d o s aquellos q u e d u r a n t e la guerra les ofendieron
digo: amad a vuestros enemigos; haced el bien a los que os odian, y de cualquier manera.
orad por los que os persiguen y os calumnian, para que seáis hijos de
vuestro Padre, que está en los cielos, que hace salir el sol sobre malos
y buenos 9 . D e aquí procede el grave aviso del apóstol San J u a n : [La beneficencia cristiana]
Tocio el que áboriece a su hermano es homicida, y ya sabéis que todo
[7]. P o r q u e la caridad cristiana n o se limita a apagar el odio
homicida no tiene en sí la vida eterna 1 °. F i n a l m e n t e , ha sido el m i s m o
hacia los enemigos y tratarlos como h e r m a n o s ; quiere, además,
Ergo divini Magistri vestigia sedantes Apostoli, eiusque voce ac prae- hacerles positivamente el bien, siguiendo las huellas de nuestro
ceptis probé conformati, mirificae sedulítatis erant ad fideles ita cohortandos: Redentor, el cual pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos
«Ante omnia autem mutuam in vobismetipsis charitatem continuam haben-
tes». «Supra omnia autem haec charitatem habete, quod est vinculum perfec-
tionis». «Charissimi, diligamus nos invicem: quia charitas ex Deo est». velle ignosci, si alus ignoscamus: «Dimitte nobis debita nostra, sicut et nos
Bene autem monitis obsequebantur et Christi et Apostolorum illi priscorum dimittimus debitoribus nostris». Quod si huic obtemperare legi nirnis ali-
temporum fratres nostri: qui quidem, etsi alii ex alus contrariisque Ínter se q uando est arduum et difficile, adest ad omnem submovendam difficultatem
nationibus erant, tamen discordiarum memoriam voluntaria oblivione de- divinus humani generis Redemptor non solum opportuno suae gratiae
lentes, concordissime vivebant. Et veré cum mortalibus inimicitiis, in auxilio, sed etiam suo ipsius exemplo, qui cum in cruce penderet, eos, a
societatis humanae sinu tum flagrantibus, mirandum in modum tanta men- quibus tam iniuste indigneque torquebatur, Patri excusans: «Pater, inqnit,
tium animorumque consensio discrepabat. dimitte illis: non enim sciunt quid faciunt». Nos igitur, cum misericordiam
benignitatemque Iesu Christi, cuius, quamvis nullo mérito, vicem gerimus,
Iam quae modo allata sunt ad praeceptum mutui amoris urgendum, sequi ante omnes debeamus, ipsius exemplo, inimicis Nostris quicumque,
eadem ipsa valent ad oblivionem iniuriarum: nec minus affirmate id prae- scientes imprudentesve, personam operamve Nostram quibusvis contu-
cipit Dominus: «Ego autem dico vobis: Diligite inimicos vestros: benefacite meliarum aculéis vel lacerarunt vel lacerant, universis et singulis toto pec-
his qui oderunt vos: et orate pro persequentibus et calumniantibus vos: tore veniam damus, omnesque summo studio ac benevolentia complectimur,
ut sitis filii Patris vestri qui in caelis est: qui solem suum oriri facit super nulluna etiam praetermittentes locum eosdem benefactis pro Nostra facúltate
bonos et malos». Hinc illud gravissimum Ioannis Apostoli: «Omnis qui cumulandi. Quod ipsum christiani homines, qui hac sint appellationc digni,
odit fratrem suum, homicida est. Et scitis quoniam omnis homicida non faciant oportet erga eos qui se, tenente bello, iniuriis affecerint.
habet vitam aeternam in semetipso manentem». Denique sic a Christo
Domino instituti sumus ad Deum orandum, ut profiteamur ita nos nobis Ñeque enim eo contenta est christiana caritas ut non inimicos oderimus
6
atque ut eos fratrum loco diligamus, vult quoque ut benigne eisdem faciamus,
1 Petr. 4,8. vestigiis insistentes Redemptoris nostri, qui «pertransiit benefaciendo et
7
Col. 3,14.
» 1 lo. 4,7. sanando omnes oppressos a diabolo», et mortalis vitae cursum, quemtotum
» M t . 5,44-45-
10
l lo. 3,15, " M t . 6,12.
" ' 2 L e . 23,24-
476 BENEDICTO XV
IUCKM DEI 477
13
por el demonio y coronó el curso d e su vida mortal, gastada toda
al herido, curó y vendó sus heridas, lo llevó a la posada y pagó
ella en p r o p o r c i o n a r los mayores beneficios a los h o m b r e s , derra-
los gastos de su curación, así t a m b i é n es necesario ahora q u e Jesu-
m a n d o p o r ellos su sangre. Por lo cual dice San J u a n : En esio hemos
cristo, de q u i e n era figura e imagen el piadoso samaritano, sane las
conocido la caridad de Dios, en que El dio su vida por nosotros, y
heridas de la h u m a n i d a d .
nosotros debemos dar nuestra vida por nuestros hermanos. El que tuviere
bienes de este mundo y viendo a su hermano pasar necesidad le cieña [ 9 ] . L a Iglesia reivindica para sí c o m o misión propia esta la-
sus entrañas, ¿cómo mota en él la caridad de Dios? Hijitos, no amemos bor de curar las heridas de la h u m a n i d a d , p o r q u e es la h e r e d e r a
de palabra ni de lengua, sino de obra y de verdad 1 4 . N o ha h a b i d o del espíritu de Jesucristo; la Iglesia, decimos, cuya vida toda está
época de la historia en q u e sea m á s necesario «dilatar los senos de entretejida c o n u n a a d m i r a b l e variedad de o b r a s de beneficencia,
la caridad» c o m o en estos días d e universal angustia y dolor; ni p o r q u e «como v e r d a d e r a m a d r e d e los cristianos, alberga u n a t e r -
tal vez h a sido n u n c a t a n necesaria c o m o hoy día al género h u m a n o nura t a n amorosa p o r el prójimo, q u e p a r a las m á s diversas enfer-
u n a beneficencia abierta a todos, nacida de u n sincero a m o r al medades espirituales d e las almas tiene presta en t o d o m o m e n t o
la eficaz medicina»; y así «educa y enseña a la infancia con d u l z u r a ,
prójimo y llena toda ella de u n espíritu de sacrificio y abnegación.
a la j u v e n t u d con fortaleza, a la ancianidad con placentera calma,
P o r q u e , si c o n t e m p l a m o s los lugares recorridos por el azote furioso
ajustando el r e m e d i o a las necesidades corporales y espirituales d e
d e la guerra, vemos p o r todas partes inmensos territorios cubiertos
cada uno» 1 6 . Estas obras d e la beneficencia cristiana suavizan los
de ruinas, desolación y a b a n d o n o ; pueblos enteros q u e carecen
espíritus y poseen p o r esto m i s m o u n a extraordinaria eficacia p a r a
de comida, de vestido y de casa; viudas y huérfanos i n n u m e r a b l e s ,
devolver a los pueblos la t r a n q u i l i d a d pública.
necesitados de t o d o auxilio, y u n a increíble m u c h e d u m b r e de d é -
bales, especialmente pequeñuelos y niños, q u e con sus cuerpos mal-
trechos d a n testimonio de la atrocidad de esta guerra. [Exhortación a la práctica de la caridad]
[8 ]. E l q u e contempla las ingentes miserias q u e pesan hoy
día sobre la h u m a n i d a d , recuerda espontáneamente a aquel viajero [ 1 0 ] . Por lo cual, venerables h e r m a n o s , os suplicamos y os
evangélico l s q u e , bajando de Jerusalén a Jericó, cayó en m a n o s de conjuramos en las entrañas d e caridad d e Jesucristo a q u e consagréis
los ladrones y, r o b a d o y m a l h e r i d o p o r éstos, q u e d ó t e n d i d o m e d i o vuestros m á s solícitos cuidados a la labor de exhortar a los fieles
m u e r t o en el camino. L a semejanza entre a m b o s cuadros es m u y q u e os están confiados, p a r a q u e n o sólo olviden los odios y p e r d o -
notable, y así c o m o el samaritano, m o v i d o a compasión, se acercó nen las injurias, sino además para q u e p r a c t i q u e n con la m a y o r
eficacia posible todas las obras de la beneficencia cristiana, q u e
sirvan d e ayuda a los necesitados, d e consuelo a los afligidos, d e
maximis in nomines beneficiis emensus erat, profuso pro iisdem sanguine
consummavit. Quare Ioannes: «In hoc cognovimus charitatem Dei, quoniam admodum ad illum, misericordia motus, Samaritanus accessit, qui, alligatis
ille animam suam pro nobis posuit: et nos debemus pro fratribus animam vulneribus, infusoque oleo et vino, duxit eum in stabulum, et curam eius
poneré. Qui habuerit substantiam huius mundi et viderit fratrem suum egit: ka ad sananda humanae societatis vulnera manum suam adhibeat
necessitatem habere et clauserit viscera sua ab eo: quomodo charitas Dei oportet Iesus Christus, cuius quidem Samaritanus ille personam sustinebat.
manet in eo? Filioli mei, non diligamus verbo ñeque lingua, sed opere et
veritate». Numquam vero amplius «dilatanda spatia charitatis» visa sunt, Iam hoc opus et munus tamquam proprium sibi Ecclesia vindicat, quae
quam hisce ipsis diebus, in summis nempe angustiis quibus premimur lesu Christi spiritum custodit, ut haeres; Ecclesia, inquimus, cuius omnis
omnes ac laboramus: ñeque alias fortasse unquam hominum generi tam vita mirabili beneficiorum varietate contexitur: ipsa enim «mater christia-
opus fuit, quam hodie communis beneficentia, quae a sincero aliorum norum verissima, proximi dilectionem atque charitatem ita complectitur ut
amore nascatur plenaque sit devotionis et alacritatis. Etenim si circum- variorum morborum, quibus pro peccatis suis animae aegrotant, omnis
spiciamus quacumque pervagatus est bellicus furor, immensi terrarum trac- apud ipsam medicina praepolleat»: unde «pueriliter pueros, fortiter iuvenes,
tus obiiciuntur ubi solitudo et vastitas, ubi inculta et relicta omnia; redactae quiete senes, prout cuiusque non corporis tantum, sed et animi aetas est,
usque eo plebes ut victu vestitu tectisque ipsis careant; viduae orphanique exercet ac docet». Haec autem christianae beneficentiae officia ánimos per-
innumerabiles, qui cuiuslibet opis indigent; incredibilis multitudo debilium, mulcendo, incredibile est quam sint tranquillitati publicae restituendae
infantium potissimum ac puerorum, in affectis corporibus testantium belli conducibilia.
huius atrocitatem.
Quare, Venerabiles Fratres, oramus et obsecramus in visceribus caritatis
Has tantas miserias contemplanti, quibus premitur humanum genus, Christi, omni studio ac diligentia in hoc incurnbite ut, quotquot habetis
sponte venit in mentem viator ille evangelicus, qui, descendens ab Ierusa- vestrae mandatos curae, eos non modo ad odia deponenda iniuriasque
lem in Iericho, incidit in latrones, a quibus despoliatus, plagisque impositis, condonandas excitetis, sed efficacius etiam ad ea omnia christianae bene-
est semivivus relictus. Magna enim est Ínter utrumque silimitudo; et quem- ficentiae instituta provehenda impellatis, quae sint subsidio egenis, solatio
13
maerentibus, munimento infirmis, denique ómnibus qui bello máximas
A c t . io,3S.
1 4
i lo. 3,T6-I8. 1» SAN AGUSTÍN, De morihus Ecclesia* catholicae I 30: P L 32,336; BAC, Obras de San
15 Cf. Le. i o , ¡ o s s . - ' • Al>Jt>l¡", 14 P-334-
478 BENEDICTO XV l'ACliM DÜI 479
protección a los débiles, y q u e lleven, finalmente, a todos los q u e piolongada, para q u e , suprimidas, d e n t r o de lo posible, las causas
lian sufrido las gravísimas consecuencias de la guerra u n socorro i Ir la discordia—y salvos, por supuesto, los principios de la justicia—,
a d e c u a d o y lo m á s variado que sea posible. E s deseo n u e s t r o m u y ir.muden entre sí los lazos de unas amistosas relaciones. P o r q u e el
principal q u e exhortéis a vuestros sacerdotes, c o m o ministros q u e I vungelio no presenta u n a ley de la caridad para las personas par-
son de la paz cristiana, para q u e p r e d i q u e n con insistencia el p r e - nriilíircs y otra ley distinta para los Estados y las naciones, q u e en
cepto q u e contiene la esencia de la vida cristiana, es decir, la p r e - • Irlinitiva están compuestas por h o m b r e s particulares. T e r m i n a d a
' dicación del amor al prójimo y a los m i s m o s enemigos, y para que, va la guerra, n o sólo la caridad, sino t a m b i é n u n a cierta necesidad
haciéndose todo a todos 1 7 , precedan a los d e m á s con su ejemplo y parece inclinar a los pueblos hacia el establecimiento de u n a deter-
declaren p o r todas partes u n a guerra implacable a la enemistad y minada conciliación universal entre todos ellos. P o r q u e hoy m á s
al odio. A l obrar así los sacerdotes agradarán al corazón amantísimo que n u n c a están los pueblos u n i d o s por el doble vínculo natural de
de Jesús y a aquel que, a u n q u e indigno, hace las veces de Cristo en una c o m ú n indigencia y u n a c o m ú n benevolencia, dados el g r a n
la tierra. E n esta materia debéis t a m b i é n advertir y exhortar con progreso de la civilización y el maravilloso incremento de las co-
insistencia a los escritores, publicistas y periodistas católicos, para municaciones.
que, como escogidos de Dios, santos y amados, p r o c u r e n revestirse [12]. Este olvido de las ofensas y esta fraterna reconciliación
de entrañas de misericordia y benignidad 18 y p r o c u r e n reflejar esta de los pueblos, prescritos p o r la ley de Jesucristo y exigidos p o r la
b e n i g n i d a d en sus escritos. P o r lo cual d e b e n abstenerse n o sólo misma convivencia social, h a n sido recordados sin descanso, como
de toda falsa acusación, sino t a m b i é n de toda intemperancia e injuria liemos dicho, p o r esta Santa Sede Apostólica d u r a n t e t o d o el curso
en las palabras, p o r q u e esta intemperancia n o sólo es contraria a la de la guerra. Esta Santa Sede n o ha p e r m i t i d o q u e ese p r e c e p t o
ley de Cristo, sino q u e además p u e d e abrir cicatrices mal cerradas, q u e d e olvidado p o r los odios o las enemistades, y ahora, después
sobre t o d o c u a n d o los espíritus, exacerbados p o r heridas aún re- < le firmados los tratados de paz, p r o m u e v e y predica con mayor
cientes, tienen u n a gran sensibilidad para las m á s leves injurias. insistencia este doble deber, como lo p r u e b a n las cartas dirigidas .
I lace poco t i e m p o al episcopado de Alemania 1 9 y al cardenal arzo-
bispo de París 20, Y como h o y día la u n i ó n entre las naciones civili-
[II. LA CARIDAD E N EL ORDEN INTERNACIONAL]
zadas se ve garantizada y acrecentada por la frecuente c o s t u m b r e
[Tendencia hacia una unión de los pueblos] de celebrar reuniones y conferencias entre los jefes de los gobiernos
para tratar de los asuntos de mayor importancia, N o s , después de
[i I ]. Las advertencias q u e en esta carta h e m o s h e c h o a los considerar a t e n t a m e n t e y en su conjunto el cambio de las circuns-
particulares sobre el d e b e r de practicar la caridad, q u e r e m o s diri- lancias y las grandes tendencias de los t i e m p o s actuales, para contri-
girlas t a m b i é n a los pueblos q u e h a n sufrido la p r u e b a de esta guerra buir a esta u n i ó n de los pueblos y n o m o s t r a r n o s ajenos a esta t e n -
todas las lenguas reúne una sociedad peregrinante, sin preocuparse a sangre de Cristo; pues El es nuestra paz, que hizo de los dos pue-
por las diversidades de las leyes, costumbres e instituciones q u e sir- blos uno., derribando el muro de la separación... dando muerte en si mis-
ven para lograr y conservar la paz terrena, y sin anular o destruir, mo a la enemistad. Y viniendo nos anunció la paz a los de lejos y la paz
antes bien, r e s p e t a n d o y conservando todas las diferencias nacio- a los de cerca24. I g u a l m e n t e o p o r t u n a s son las palabras q u e el m i s m o
nales q u e están ordenadas al m i s m o fin de la paz terrena, con tal Apóstol dirige a los Colosenses: No os engañéis unos a otros; despo-
q u e n o constituyan u n i m p e d i m e n t o para el ejercicio de la religión jaos del hombre viejo con todas sus obras y vestios del nuevo, que sin
q u e o r d e n a adorar a Dios como a s u p r e m o y v e r d a d e r o Señor» 2 2 . cesar se renueva para lograr el perfecto conocimiento según la imagen
El m i s m o santo D o c t o r apostrofa a la Iglesia con estas p a l a b r a s : de su Creador, en quien no hay griego ni judío, circuncisión ni incircun-
«Tú u n e s a los ciudadanos, a los pueblos y a los h o m b r e s con el cisión, bárbaro o escita, siervo o libre, porque Cristo lo es todo en
recuerdo d e u n o s p r i m e r o s padres comunes, n o sólo con el vínculo lodos25.
de la u n i ó n social, sino t a m b i é n con el lazo del parentesco fra- [16]. E n t r e tanto, confiados en el patrocinio d e la I n m a c u -
terno» 2}. lada V i r g e n M a r í a , q u e hace poco h e m o s o r d e n a d o fuese invocada
u m v e r s a l m e n t e como Reina de la Paz, y en el de los tres nuevos
[III. CONCLUSIÓN] s a n t o s 2 6 q u e h e m o s canonizado recientemente, suplicamos h u m i l -
d e m e n t e al Espíritu consolador q u e conceda propicio a la Iglesia el
[15]. P o r lo cual, volviendo al p u n t o d e partida de esta n u e s - don de la unidad y de la paz2'' y renueve la faz de la tierra con u n a
tra carta, exhortamos en p r i m e r lugar, con afecto de P a d r e , a todos nueva efusión d e su a m o r para la c o m ú n salvación de todos.
nuestros hijos y les conjuramos, en el n o m b r e de N u e s t r o Señor C o m o auspicio de este d o n celestial, y c o m o p r e n d a de nuestra
Jesucristo, para q u e se decidan a olvidar voluntariamente toda paterna benevolencia, con t o d o el corazón d a m o s a vosotros, vene-
rivalidad y toda injuria recíproca y a unirse con el estrecho vínculo rables h e r m a n o s , al clero y a vuestro p u e b l o la bendición apostólica.
de la caridad cristiana, p a r a la cual n o hay nadie extranjero. E n se- D a d o en R o m a , j u n t o a San P e d r o , el 23 de mayo, fiesta de Pen-
g u n d o lugar exhortamos encarecidamente a todas las naciones para tecostés d e 1920, año sexto d e n u e s t r o pontificado.
que, bajo el influjo d e la benevolencia cristiana, establezcan entre
sí u n a paz verdadera, constituyendo u n a alianza q u e , bajo los auspi- Kphesios, iisdem Nos alloqui omnes verissime possimus: «Nunc autem in
cios de la justicia, sea d u r a d e r a . P o r último, hacemos u n llamamiento C.hristo Iesu vos, qui aliquando eratis longe, facti estis prope in sanguine
a todos los h o m b r e s y a todas las naciones para q u e de alma y cora- (Christi. Ipse enim est pax nostra, qui facit utraque unum, et médium parie-
lem maceriae solvens... interficiens inimicitias in semetipso. Et veniens
zón se u n a n a la Iglesia católica, y p o r m e d i o de ésta a Cristo, R e -
cvangelizavit pacem vobis, qui longe fuistis, et pacem iis qui prope». Nec
d e n t o r del género h u m a n o ; de esta manera, con t o d a verdad p o - ininus apte cadunt quae idem Apostolus habet ad Colossenses: «Nólite
d r e m o s dirigirles las palabras de San Pablo a los Efesios: Ahora, por mentiri invicem, expoliantes vos veterem hominem cum actibus suis, et
Cristo Jesús, los que en un tiempo estabais lejos, habéis sido acercados por induentes novum, eum qui renovatur in agnitionem, secundum imaginem
eius, qui creavit illum: ubi non est Gentilis et Iudaeus, circumcisio et prae-
putium, Barbarus et Scytha, servus et líber: sed omnia, et in ómnibus
servans ac sequens, quod licet diversum sit in diversis nationibus, ad unurn ('.hristus».
tamen eundemque finem terrenae pacis intenditur, si religionem qua unus
summus et verus Deus colendus docetur, non impedit». Sic igitur idem Interea Spiritum Sanctum Paraclitum—patrocinio confisi Mariae Virgi-
sanctus Doctor Ecclesiam alloquitur: «Tu cives civibus, gentes gentibus nia Immaculatae, quam Reginae pacis titulo ab ómnibus invocari nuper
et prorsus nomines, primorum parentum recordatione, non societate solum, iussimus, itemque trium beatorum caelitum quibus sanctorum honores
sed quadam etiam fraternítate coniungis». proxime decrevimus—humilibus precibus exoramus, ut «Ecclesiae suae uni-
tatis et pacis propitius dona concedat», et faciem orbis terrarum nova suae
Quare Nos, ut eo redeamus unde initium scribendi fecimus, primum caritatis effusione renovet ad communem salutem.
filios Nostros, quotquot sunt, amplectentes, in nomine Domini Nostri Iesu Huius auspicem divini muneris benevolentiaeque Nostrae testem, aposto-
Christi rogamus iterum et obsecramus inducant animum mutuas simultates licam benedictionem vobis, Venerabiles Fratres, et Clero populoque vestro
offensionesque omnes voluntaria oblivione conterere, et christianae caritatis, atnantissime impertimus.
cui nemo extraneus est aut alienus, sanctissimo Ínter se cohaerere vinculo; Datum Romae apud S. Petrum, die x x m maii, in festo Pentecostés,
tuna nationes universas magnopere hortamur, ut veram ínter se pacem MCMXX Pontificatus Nostri anno sexto.
christianae benevolentiae spiritu componere velint, coeuntes in unum foedus, 4
auspice iustitia, mansurum; denique cunctos nomines pop'ulosque appel- Eph. 2,13 ss.
"• Col. 3 , 9 - n .
lamus, ut mentibus et anímis Ecclesiae Catholicae, et per Ecclesiam Christo " San Gabriel de la Dolorosa, Santa Margarita Marta AJacoque y Santa Juana d e Arco
;
humani generis Redemptori sese adiungant: atque ita quibus verbis Paulus ' Secreta de la misa de la fiesta del Corpus Christi. i \
2
* SAN AGUSTÍN, De civitate Dei XIX 17; PL 41,645.
23
SAN AGUSTÍN, De moribus Ecclesiae catholicae I 30; PL 32,1336; BAC, Obras de San
Agustín t.4 p.334.
IN HAC 8UIDEM 485
IN HAC QUIDEM SUMARIO
Relaciones entre la Iglesia y el Estado I. La aparición de nuevos Estados y las anexiones territoriales plantean
problemas a la nueva ordenación de las relaciones entre la Iglesia y
los Estados. Los privilegios concedidos a los Estados antiguos no
pueden ser exigidos por los Estados nuevos. La personalidad jurí-
dica no es ya la misma, por la radicalidad de los cambios.
II. Sin embargo, la Santa Sede está dispuesta a establecer negociaciones,
manteniendo siempre intactos los derechos de la Iglesia.Xa colabo-
ración entre la Iglesia y el Estado es útil para la paz interior y la paz
La alocución consistorial In hac quidem recoge las repercusiones internacional de los pueblos.
que los cambios políticos de la primera posguerra causaron en la orde- 111. Hay que lograr la ayuda de Dios con oraciones y santidad personal.
nación de las relaciones entre la Iglesia y los Estados. Este documento, La causa del trastorno actual es doble: los errores y las envicias.
El séptimo centenario de San Francisco de Asís y Santo Domingo de
como todos los que hemos incluido de Benedicto XV, está señalado por Guzmán. Sin embargo, hay que. utilizar todos los medios humanos
las innovaciones que en la vida internacional impuso la primera guerra honestos para la recuperación de la paz. El Papa ve con agrado la
mundial. Es la fase primera de la nueva dirección que toma la doctrina conferencia sobre el desarme que se está celebrando en Washington.
política pontificia, y que hemos caracterizado con la denominación com-
prehensiva de Corpus politicum pianum. Benedicto XV abre este nue-
vo período de las exposiciones políticas del Pontificado, caracterizado
por el doble rasgo simultáneo de una prolongación perfecta de los prin- [1 ]. Al renovar la alegría de este amplio consistorio i, muchas
cipios de León XIII y una aplicación nueva de estos principios al cambio son nuestras preocupaciones. Pero la mayor de todas es la ordena-
de las circunstancias históricas. ción de la compleja cuestión de las relaciones mutuas entre la Igle-
San Pío X había expuesto algunas ideas fundamentales sobre la sia y el Estado. Es cosa de todos conocida que, después del reciente
cuestión de las relaciones entre la Iglesia y el Estado en la carta de 14 de conflicto mundial, han surgido nuevos Estados o han aumentado
octubre de 191,3 dirigida al XXXVII Congreso de los Juristas Católicos los Estados antiguos con las anexiones territoriales llevadas a cabo.
franceses 1. En el estudio de esta compleja cuestión, la ruta segura está ya Dejando a un lado otros problemas que podrían plantearse, es evi-
trazada por las enseñanzas pontificias 2. Doctrina pontificia desarrolla- dente que los privilegios concedidos anteriormente por esta Sede
da por insignes teólogos y juristas, entre los cuales Pío X cita a Tar- Apostólica a ciertos Estados por medio de solemnes concordatos
quini, Billot y Cavagnis. Algunos católicos, advierte el Papa, no están y acuerdos no pueden ser jurídicamente reivindicados por los nue-
en lo cierto cuando conciben las dos sociedades como meramente coordi- vos Estados, ya que los tratados celebrados entre partes determina- $
nadas entre sí o cuando limitan a un poder puramente directivo la das no pueden ni dañar ni favorecer a los terceros. Además, vemos
jurisdicción indirecta que la Iglesia tiene sobie las cosas temporales, que la renovación de algunos Estados, causada por el cambio de
cuando éstas presentan un lado sobrenatural. situación, ha sido tan radical, que la persona moral presente no
Asentados los principios basados en el derecho divino y, por consi- puede identificarse con -aquella con la que convino en otro tiempo
guiente, inmutables, resulta ya fácil apreciar con exactitud las relacio-
nes de la Iglesia con los Estados particulares, tanto en el aspecto de su [De rationibus mutuis inter Ecclesiam et civitatem]
evolución histórica como en su estado actual, tanto en general como en
relación con cada institución jurídica. Si, de una parte, la realización In hac quidem renovata Iaetitia amplissimi conventus, multa sunt mag-
de la concordia entre los dos poderes es extraordinariamente ventajosa nae Nobis curae, sed illud maximae quod est de rationibus mutuis Eccle-
siam inter et civilem societatem plurifariam ordinandis. Etenim nemo est
para el bien de las almas y la felicidad temporal de los pueblos, la si- qui ignoret, post recens immane bellum, vel novas natas esse Respublicas,
tuación de separación, muy frecuente, por desgracia, en los tiempos mo- vel Respublicas veteres, provinciis sibi adiunctis, crevisse, lam vero, ut
dernos, es contraria al derecho divino y dañosa para la religión y para alia omittamus quae huc possumus afferre, patet quae privilegia pridem
la misma concordia y prosperidad civil 3 . haec Apostólica Sedes, per pactiones sollemnes conventionesque, alus con-
1
cesserat, eadem nullo iure posse hasce Respublicas sibi vindicare, cum res
AAS 5 (1913) 551-559. inter alios acta ñeque emolumentum ñeque praeiudicium ceteris afferat.
2
Benedicto XV define el tema como capítulo fundamental de la doctrina política cató-
lica en su alocución consistorial de 13 de junio de 1921: illud cathoticae doctrinae... caput de ítem Civitates nonnullas videmus ex hac tanta conversione rerum funditus
utriusque potestatis consenüone <¡d bonum civitatis et Ecclesiae bonum (AAS 13 [1921] 281-284).
3
novatas extitisse, adeo ut quae nunc est, non illa ipsa possit haberi moralis,
Pueden consultarse sobre el tema de las relaciones entre !a Iglesia y el Estado dos apli- ut aiunt, persona, quacum Apostólica Sedes olim convenerat. Ex quo illud
caciones prácticas: el caso húngaro: epístolas al cardenal Csernock, de 12 de marzo de 1919
(AAS II [1919] 122-123) y n de septiembre del mismo año (AAS ir [1919] 378-379); y el 1
caso polaco: epístola al cardenal Kakorski, de 16 de julio de 1921 (AAS 13 [1921] 424 427). BENEDICTO XV, alocución consistorial de 21 de noviembre de 1921, sobre las relacio-
nes entre la Iglesia y los Estados actuales: AAS 13 [1921] 521-524-
486 BENEDICTO XV
IN HAC QUIDEM 487
la Sede Apostólica. D e lo cual se sigue la consecuencia natural d e
q u e ' l o s tratados celebrados a n t e r i o r m e n t e entre la Sede Apostólica de Dios misericordioso, en la cual está la virtud y el poder..., la
y aquellos Estados h a n p e r d i d o p o r completo toda su fuerza. grandeza y el imperio de todas las cosas 3 .
[ 4 ] . A c u d a m o s , p o r tanto, a la clemencia de Dios. E s necesa-
[ 2 ] . ;i Pero si los g o b e r n a n t e s de los Estados referidos desean
rio q u e p r o c u r e m o s n o sólo implorar esta clemencia con oraciones
establecer con la Iglesia u n acuerdo pacífico m á s a d e c u a d o a las
y súplicas, sino además ganárnosla, santificando n u e s t r a vida y m u l -
nuevas condiciones creadas p o r el cambio d e los tiempos, sepan
tiplicando la a y u d a a t o d o s los desgraciados, q u e hoy m á s q u e n u n c a
q u e la Sede Apostólica—si n o existe algún i m p e d i m e n t o p o r otro
constituyen p o r todas p a r t e s u n a masa i n n u m e r a b l e . Y c o m o la
m o t i v o — n o r e h u s a r á ' establecer negociaciones sobre este asunto,
causa principal d e esta general p e r t u r b a c i ó n en q u e vivimos es d o -
c o m o h a h e c h o ya con algunos Estados 2 . Sin e m b a r g o , os confir-
ble: la p l u r a l i d a d de errores y la envidia q u e corroe el espíritu de
m a m o s d e n u e v o , venerables h e r m a n o s , q u e en estos acuerdos N o s
m u c h o s h o m b r e s , d e b e m o s alabar a D i o s , rico en misericordia, q u e
n o p e r m i t i r e m o s n a d a contrario a la d i g n i d a d o a la libertad d e la
en este a ñ o ha ofrecido a la h u m a n i d a d d o s ocasiones extraordina-
Iglélia, cuya integridad e incolumidad son s u m a m e n t e i m p o r t a n t e s ,
riamente aptas para remediar a m b o s males. N o s referimos al séptimo
p r i n c i p a l m e n t e en estos tiempos, para la m i s m a p r o s p e r i d a d de la
centenario d e la fundación por el creador d e la O r d e n franciscana
sociedad civil.
de la O r d e n T e r c e r a y de la m u e r t e del fundador d e la O r d e n d o -
[3 ] . N a d i e p u e d e negar q u e la colaboración de la Iglesia y del minicana. P o r q u e es i n d u d a b l e q u e el r e c u e r d o d e estos dos santos
E s t a d o es extraordinariamente útil p a r a la tranquilidad del o r d e n ha m o v i d o al p u e b l o cristiano a la b ú s q u e d a y al cultivo de la caridad
público, q u e es el f u n d a m e n t o de todos los demás bienes. P o r q u e y d e la v i r t u d sobrenaturales. Magníficamente ha r e u n i d o e n u n a
los pueblos q u e h a n sufrido tantas calamidades de t o d o género sola alabanza la gloria de los dos patriarcas aquel poeta católico
echan d e m a s i a d o de m e n o s h o y día la paz, t a n t o en la vida nacional — c u y o r e c u e r d o secular j u s t a y d i g n a m e n t e h e m o s celebrado e n
c o m o en la vida internacional; y, sin embargo, observamos con estos ú l t i m o s m e s e s — : «el p r i m e r o , seráfico p o r el ardor d e su cari-
s u m o dolor y con s u m a preocupación q u e a la paz consignada en d a d ; el s e g u n d o , p o r su sabiduría, esplendor d e la luz de los q u e r u -
los d o c u m e n t o s solemnes n o h a a c o m p a ñ a d o en m o d o a l g u n o la bines». P o r esto, con la a y u d a de Dios, los actos solemnes celebrados
paz d e los espíritus, y q u e casi todas las naciones, principalmente en su h o n o r h a n sido llevados a cabo con t a n t o ardor y con t a n t a s
las d e Europa, se hallan a ú n hoy agitadas p o r grandes divisiones m u l t i t u d e s , q u e p e r m i t e pensar q u e n o q u e d a r á n r e d u c i d o s a u n
t a n acerbas, q u e para su r e m e d i o es necesaria cada día más la m a n o ligero y fugaz e n c e n d i m i e n t o de las almas, sino que el a u m e n t o d e
natura consequitur, ut etiam pacta et conventa, quae ínter Apostolicam acerbis, ut ad ea sananda vehementius in dies requiratur Dei miserentis
Sedem et eas Civitates antehac intercesserant, vim iam suam omnem ami- manus, in qua est virtus et potentia... magnitudo et imperium omnium.
serint. Ad ipsius igitur confugiamus clementiam eamque non solum prece
Verum si qui Rebuspublicis vel Civitatibus quas diximus praepositi sunt, supplici imploremus, sed etiam conciliare studeamus oportet, cum sanc-
velint cum Ecclesia pacisci eoncordiam aliis condicionibus quae mutatis tius vitam instituendo, tum vero in calamitosos, quorum nunc ubivis máxi-
temporibus melius congruant, sciant Apostolicam Sedem—nisi quid aliam ma, si unquam alias, copia est, beneficentiae officia frequentando. Quoniam
ob causam sit impedimento—non recusaturam quominus ea de re cum autem huius rerum omnium perturbationis, in qua versamur, ea in primis
ipsis agat, ut cum aliquot iam agere instituit. Hoc autem vobis, Venerabiles dúplex est causa, quod vario ducuntur errore mentes, et quod flagrant
Fratres, denuo confirmamus, in pactiones huiusmodi Nos minime pas- invidia animi nimis multorum, magnificandus est dives in misericordia Deus
suros ut quidquam irrepat quod sit ab Ecclesiae alienum dignitate aut qui anno vertente duplicem pariter occasionem obtulerit hominibus ad
libértate; quam quidem salvam esse et incolumem vehementer interest, medendum utrique rei mirifice accommodatam. Sacra sollemnia dicimus
hoc máxime tempore, ad ipsam civilis convíctus prosperitatem. anni septingentesimi ex quo et Pater legifer Fratrum Minorum Franciscus
Tertiariorum suorum ordinem instituit et Fratrum Praedicatorum legifer
Nullus enim negaverit rei civilis religiosaeque consensionem ad tran- ítem Pater Dominicus excessit ad Deum: nam dubitandum non est quin
quillitatem publici ordinis, quod bonum est fundamentum ceterorum, non ex sanctissimorum recordatione virorum populus christianus excitari se
parum conferre. Etenim pax a populis, tantas in omni genere ruinas per- senserit ad studium cultumque delapsae de cáelo tum caritatis tum veri-
pessis, domi forisque nimium hodie desideratur; ac tamen suramo cum tatis. Praeclare enim magnus ille Poeta catholicus—cuius ipsius memoria
moerore ac sollicitudine cernimus pací sollemnibus consignatae scriptis saecularis per hos menses iure quidem ac digne a nostris celebrata est—
nequáquam pacem comitatam esse animorum, nationesque fere omnes, duorum Patria rcharum laudes uno complexus praeconio, «alterum caritatis
Europaeas praesertim, magnis etiamnunc dilacerari discidiis, hisque adeo ardore seraphicum, alterum, sapientia, cherubicae lucís splendorem» a p -
pellat. Itaque, Deo adiuvante, instituía in eorum honorem sollemnia tanto
2
Véase la alocución consistorial de 13 d e junio de 1021, en la q u e Benedicto X V recoge piorum studio tantaque frequentia peracta sunt, ut existimare liceat n o n
la declaración espontánea hecha por casi todos los Estados d e entablar relaciones normales
con la Santa Sede. Esta ha accedido gustosamente a ello, p o r q u e no tiene dificultad cuando ad levem quamdam et fugacem inflammationem animorum ea recidisse.
los Estados respetan los derechos de la Iglesia (AAS 13 [1921] 281-284).
3
1 Par. 29,12.
•188 BENEDICTO XV
. L4J- H a sido c o s t u m b r e m u y generalizada ya desde antiguo ts ]. L a realeza de Cristo está afirmada a cada paso en la
ai
J ? a r R e y a Jesucristo en sentido metafórico, p o r el s u p r e m o Sagrada Escritura. Se le llama el d o m i n a d o r q u e h a d e nacer d e
g r a d o d e excelencia q u e posee, y q u e le levanta sobre toda la crea- J a c o b 5 ; se dice de El q u e ha sido constituido p o r el P a d r e R e y
la°n-' • C S t e s e n t r á ° s e di ce > e n p r i m e r lugar, q u e Cristo reina en sobre el m o n t e santo d e Sión y q u e recibirá las gentes como h e r e n -
s inteligencias de los hombres, n o t a n t o p o r su excelsa inteligencia cia y c o m o posesión los confines de la tierra 6 , y el salmo nupcial q u e ,
la . g r a d o extraordinario de sus conocimientos c u a n t o p o r ser El bajo la imagen de u n rey o p u l e n t o y poderoso, cantaba al q u e había
b e K n i S m a V e r d a d Y P ° r la necesidad q u e tienen los h o m b r e s de de ser el v e r d a d e r o Rey d e Israel, contiene esta frase: El trono
cj o e n . C r i s t o la verdad y aceptarla de El con r e n d i d a obedien- tuyo, ¡oh Dios!, permanece por los siglos de los siglos; el cetro de tu
. J ^ J j e ^ d i c e , en s e g u n d o lugar, q u e reina en las voluntades de los reino es cetro de equidad 7 . O m i t i e n d o otros m u c h o s textos s e m e -
fornf I 6 p r o P ° s u i t > itemque, verba «cuius regni non erit finis» in suam fidei Cordium denique rex Christus agnoscitur ob eius supereminentem scientiae
nuilam seu Symbolum inserendo, regiam Christi dignitatem affirmavit. . caritatem et mansuetudinem benignitatemque ánimos allicientem: nec enim
h a , C u i P igitur Annus hic sacer non unam ad inlustrandum Christi regnum quemquam usque adeo ab universitate gentium, ut Christum lesum, aut
Uent
Co oPPortunitatem, videmur rem facturi Apostólico muneri in pnmis amari aliquando contigit aut amatum iri in posterum continget. Verum, ut
nsentaneam, si, plurimorum Patrum Cardinalium, Episcoporum fidelium- rem pressius ingrediamur, nenio non videt, nomen potestatemque regis,
hun P ! " e c i b u s . ad Nos aut singillatim aut communiter delatis, concedentes, propria quidem verbi significatione, Christo homini vindican oportere; nam,
c a r n V P S U m A n n u m peculiari festo D . N . Iesu Christi Regis in ecclesiasü- nisi quatenus homo est, a Patre potestatem et honorem et regnum accepisse
ut d t u r § l a m inducendo clauserimus. Quae agitur causa sic Nos delectat, dici nequit, quandoquidem Dei Verbum, cui eadem est cum Patre substan-
Post 6 a V 0 S ' V e n erabiles Fratres, aliquantum affari cupiamus: vestrum tia, non potest omnia cum Patre non habere communia. proptereaque ipsum
inteH e m ! < 3 u i c < í u i d de Christó Rege colendo dicturi sumus, ad popularen! in res creatas universas summum atque absolutissimum imperium.
l e m . Sentíam et sensum ita accommodare, ut decernendam annuam sol-
'itates U m c e l e b r i t a t e m multíplices excipiant ac sequantur in posterum uti- Christum esse Regem nonne in Scripturis sacris passim legimus? Ipse
enim dicitur dominator de Iacob oriturus, qui a Patre constitutus est rex
super Sion montem sanctum eius, et accipiet gentes hereditatem suam et
exceil* t r ? n s l a t a v e r b i significatione rex appellaretur Christus ob summum possessionem suam términos terrae; nuptiale autem carmen, quo, sub regis
iam í n ü a e gradum, quo ínter omnes res creatas praestat atque emmet, ditissimi potentissimique specie ac similitudine, verus, qui futurus erat,
homin c o m m u n i t e r q u e usu venit. Ita enim fit, ut regnare ís m mentibus rex Israel celebrabatur, haec habet: Sedes tua, Deus, in saeculum saeculi;
q u a m U m d l c a t u r n ° n tam ob mentís aciem scientiaeque suae amplitudinem, virga directionis, virga regni tui. Ut multa id genus praetereamus, alio quidem
dient q U ° d i p s e e s t Veritas, et veritatem ab eo mortales haunre atque obe- 3
s a n t ? r a c c ipere necesse est; in voluntatibus ítem hominum, quia non modo 4
E p h . 3,19.
D a n . 7,13-14.
i n e o volu
teorií n t a t i s divinae perfecta prorsus respondet humanae ín- 5
Num. 24,TQ.
t i o n ; a s a *que obtemperatio, sed etiam liberae voluntad nostrae id permo- « Ps. 2,6.8.
m 7
stinctuque suo subiicit, unde ad nobilissima quaeque exardescamus. Ps. 45 (44),7-
498 r í o XI /
/
OLAS l'KIM.VS 499
jantes, en otro lugar, al trazar las principales líneas de la figura* de
Cristo, se p r e d i c e q u e su reino, carente de t o d o límite, estará i
iino fueron c o m p r o b a d a s por los santos evangelistas?—Por otra
e n r i q u e c i d o con los dones de la justicia y d e la p a z : Florecerá, en p.irt?, esta doctrina de la realeza de Cristo q u e h e m o s entresacado
sus días la justicia, y habrá mucha paz... Dominará de mar a mar, d e los libros del A n t i g u o T e s t a m e n t o , n o desaparece en los textos
del río hasta los cabos de la tierra 8 . A este testimonio se añaden del N u e v o T e s t a m e n t o ; t o d o lo contrario, se halla confirmada en
los vaticinios, m á s completos todavía, d e los profetas, principal- éstos con u n a luminosa brillantez. E n este p u n t o , y m e n c i o n a n d o
m e n t e el conocidísimo de Isaías: Nos ha nacido un niño, nos ha. sido ile paso el mensaje del arcángel q u e advirtió a la V i r g e n q u e daría
dado un hijo, que tiene sobre su hombro la soberanía, y que se llamará ;i luz u n hijo, a q u i e n D i o s había d e dar el t r o n o de David, su p a d r e ,
maravilloso consejero, Dios fuerte, Padre sempiterno, Príncipe de la q u e reinaría en la casa d e Jacob sin q u e su reino tuviera fin' 1 4 , es
paz, para dilatar el imperio y para una paz ilimitada, sobre el trono el m i s m o Cristo el q u e da testimonio personal de su reino en tres
de David y sobre su reino, para afirmarlo y consolidarlo en el derecho ocasiones: en su ú l t i m o discurso al p u e b l o , al hablar de los p r e m i o s
y la justicia desde ahora para siempre jamás 9. L o s vaticinios de los y de las p e n a s reservadas p e r p e t u a m e n t e a los justos y a los c o n d e -
d e m á s profetas coinciden con el d e Isaías. Jeremías predice q u e d e n a d o s ; en su respuesta al g o b e r n a d o r r o m a n o q u e p ú b l i c a m e n t e le
la estirpe d e D a v i d nacerá el vastago justo, y este hijo d e D a v i d p r e g u n t a b a si era rey, y, finalmente, d e s p u é s d e su resurrección,
reinará prudentemente y hará derecho y justicia en la tierra * °. Daniel ;il comunicar a los apóstoles la misión de enseñar y bautizar a todas
anuncia q u e el D i o s del cielo fundará u n reino, q u e no será destruí- las gentes. Siempre q u e t u v o ocasión, Cristo se atribuyó el título
do jamás... y permanecerá para siempre n ; y poco después a ñ a d e : de Rey 1 5 , confirmó p ú b l i c a m e n t e su realeza 1 6 y declaró solemne-
Seguía yo mirando en la visión nocturna, y vi venir en las nubes del mente q u e le había sido d a d o t o d o p o d e r en el cielo y e n la tierra * 7 .
cielo a un como hijo de hombre, que se llegó al anciano de muchos años ¿Qué otro significado p u e d e n tener estas expresiones q u e la g r a n -
y fué presentado a éste. Fuéle dado el señorío, la gloria y el imperio, deza de su p o d e r y la extensión infinita d e su reino? N o d e b e extra-
y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron, y su dominio es ñar, p o r tanto, q u e San J u a n le llame Príncipe de los reyes de la tie-
dominio eterno, que no acabará nunca, y su imperio, imperio que rra 1 8 , y q u e Cristo, según la visión profética del Apocalipsis, lleve
nunca desaparecerá 12. Y las palabras d e Zacarías q u e profetizan ei escrito en su vestido y en su muslo: Rey de reyes y Señor de los que
rey m a n s o q u e , subiendo en un pollino hijo de asna, había de entrar dominan 1 9 . P o r q u e , c o m o el P a d r e constituyó a Cristo heredero
en Jerusalén justo y salvador entre las'aclamaciones d e las t u r b a s 1 3 , universal de todas las cosas20, es necesario q u e C r i s t o reine, hasta
que, al fin d e los siglos, ponga a t o d o s sus enemigos bajo los pies
loco, quasi ad Christi lineamenta clarius adumbranda, praenuntiabatur fore
ut regnum eius, nullis circumscribendum finibus, iustitiae et pacis muñera sueto, qui, ascendens super asinam et super pullum asinae, Hierosolymam
locupletarent: Orietur in diebus eius iustitia, et abundantia pacis... Et domina- iustus et salvator, gestientibus turbis, ingressurus erat, nonne sancti evange-
bitur a mari usque ad mare: et a flumine usque ad términos orbis terrarum. liorum scriptores impletum agnoverunt et comprobarunt ?—Eadem cete-
Huc vel uberiora accedunt prophetarum oracula, illudque in primis Isaiae roqui de Christo Rege doctrina, quam Veteris Testamenti libris consigna-
pervagatissimum: Parvulus... natus est nobis, etfilius datus est nobis, etfactus tam delibavimus, tantum abest ut in Novi paginis evanescat, ut, contra,
est principatus super humerum eius; et vocabitur nomen eius Admirabilis, con- magnifice splendideque confirmetur. Qua in re, ut Archangeli nuntium vix
siliarius, Deus, fortis, pater futuri saeculi, princeps pacis. Multiplicabitur eius attingamus, a quo Virgo docetur, se filium parituram, cui dabit... Dominus
imperium, et pacis non erit finis: super solium David, et super regnum eius Deus sedem David patris eius et qui regnabit in domo Iacob in aeternum
sedebit: ut confirmet illud et corroboret in iudicio et iustitia, amodo et usque in et regni eius non erit finis, Christus de suo ipse imperio testatur: sive enim
sempiternum. Nec sane alia atque Isaiae sententia ceteri prophetae vatici- in postremo ad populum sermone de praemiis poenisve locutus est, quibus
nantur: ut Hieremias, praedicens germen iustum ab stirpe David oriundum, in perpetuum iusti vel rei afficiendi forent, sive Praesidi romano respondit,
qui quidem Davidis filius regnabit rex et sapiens erit: et faciet iudicium in publice ex ipso utrum rex esset percontanti, sive, postquam resurrexit,
térra; ut Daniel, qui regnum praenuntiat a Deo caeli constituendum, quod Apostolis munus docendi et baptizandi omnes gentes commisit, oblata
in aeternum non dissipabitur stabit in aeternum; ethaud multo post subiicit: opportunitate, et sibi regis nomen attribuit, et se regem esse palam confir-
Aspiciebam in visione noctis et ecce cum nubibus caeli quasi filius hominis ve- mavit, et sollemniter edixit, datam sibi esse omnem potestatem in cáelo
niebat, et usque ad antiquum dierum pervenit, et in conspectu eius obtulerunt et in térra: quibus prefecto verbis quid aliud, quam eius magnitudo potesta-
eum. Et dedit ei potestatem et honorem et regnum, et omnes populi, tribus et lin- tis et infinitas regni, significatur? Num igitur mirari licet, si, qui a Ioanne
guete ipsi servient; pote'stas eius, potestas aeterna, quae non auferetur, et regnum dicitur princeps regum terrae, idem, quemadmodum apostólo in visione illa
eius, quod non corrumpetur. Zachariae autem praedictum illud de Rege man- futurorum apparuit, habet in vestimento et infernare suo scriptum: Rex regum
et Dominus dominantium? Etenim Christum Pater constituit heredem univer-
9
» Ps. 72 (70,7-8.
Is. 9,6-7. '" Le. 1,32-33.
10
11
Ier. 23,5. 15
M t . 25.31-40-
12
Dan 2,44. "> l o . l8,37-
13
Dan. 7,13-14. i ' M t . 28,18.
Iac. 9,9. i 8 A p o c . 1,5.
19
Apoc. 19,16.
2» Hebr. 1,1.
500 i-ío XI
(JIJAS l'KIMAS 501
del P a d r e 21. D e esta enseñanza c o m ú n a todos los Libros Sagrados
se siguió, c o m o consecuencia necesaria, el hecho de q u e la Iglesia l'or otra parte, ¿hay realidad m á s dulce y consoladora para el h o m -
católica, reino de Cristo en la tierra, destinado a extenderse a todos bre q u e el p e n s a m i e n t o d e q u e Cristo reina sobre nosotros, n o sólo
los h o m b r e s y p o r todas las naciones, celebrase con multiplicadas por u n d e r e c h o de naturaleza, sino además p o r u n d e r e c h o de con-
m u e s t r a s de veneración, d u r a n t e el ciclo anual de la liturgia, a su quista a d q u i r i d o , esto es, el d e r e c h o de la redención? Ojalá los h o m -
A u t o r y F u n d a d o r c o m o Rey, Señor y Rey de los reyes. Y así como bres olvidadizos recordasen el gran precio con q u e nos h a rescatado
en la antigua s á m o d i a y en los antiguos s a c r a m é n t a n o s usó la Igle- nuestro Salvador: Habéis sido rescatados... no con plata y oro co-
sia d e estos títulos honoríficos, q u e con u n a admirable variedad rruptibles, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de cordero sin
d e expresiones significan el m i s m o concepto, así t a m b i é n los emplea defecto ni mancha23. N o somos ya nuestros, p o r q u e C r i s t o nos ha
a c t u a l m e n t e en el rezo del oficio divino y en el santo sacrificio de la c o m p r a d o a precio grande 2 4 . N u e s t r o s m i s m o s cuerpos son miem-
misa. E n esta p e r p e t u a alabanza de la realeza de Cristo se descubre bros de Cristo25.
fácilmente la bellísima u n i d a d de n u e s t r o s ritos y los ritos orientales,
d e tal m a n e r a q u e t a m b i é n en este caso tiene perfecta realización
el axioma d e q u e la norma de oración constituye la norma de la fe. [II. CARÁCTER D E LA REALEZA DE C R I S T O ]
[Triple poder]
[Fundamento de la realeza de Cristo]
[ 7 ] E n s e g u n d o lugar, para declarar b r e v e m e n t e la eficacia y
[6]. Y es San Cirilo de Alejandría el q u e describe acertada- la naturaleza de esta autoridad regia es casi innecesario afirmar q u e
m e n t e el f u n d a m e n t o d e esta dignidad y de este p o d e r d e n u e s t r o abraza el triple p o d e r q u e es esencial a t o d a v e r d a d e r a autoridad.
S e ñ o r : «Posee Cristo el p o d e r s u p r e m o sobre t o d a la creación, n o Los testimonios citados de la Sagrada Escritura sobre la universali-
p o r violencia ni p o r usurpación, sino en v i r t u d d e su m i s m a esencia dad del reino d e n u e s t r o R e d e n t o r constituyen u n a p r u e b a m á s q u e
y naturaleza» 2 2 . E s decir, la autoridad de Cristo se funda en la a d m i - suficiente d e esta afirmación. Y es, p o r otra parte, d o g m a d e fe
rable u n i ó n hipostática. D e d o n d e se sigue q u e Cristo n o sólo debe católica q u e Jesucristo ha sido d a d o a los h o m b r e s c o m o R e d e n t o r ,
ser a d o r a d o c o m o D i o s p o r los ángeles y p o r los h o m b r e s , sino q u e
en q u i e n d e b e n confiar, y como legislador, a q u i e n d e b e n obedecer 2 S .
además, los ángeles y los h o m b r e s d e b e n sumisión y obediencia a
Los Evangelios n o sólo refieren q u e Cristo legisló; m á s aún, lo p r e -
C r i s t o en c u a n t o h o m b r e ; en una palabra, p o r el solo h e c h o de l a
sentan legislando; y el divino M a e s t r o , en diferentes circunstancias
u n i ó n hipostática, Cristo tiene potestad sobre la creación universal.
y con diversas expresiones, ha e n s e ñ a d o q u e los q u e c u m p l e n sus
leyes son los q u e d e m u e s t r a n q u e le a m a n y los q u e p e r m a n e c e n
sorum; oportet autem ipsum regnare, doñee, in exitio orbis terrarum, ponat
omnes inimícos sub pedibus Dei et Patris. Qua ex communi sacrorum Li-
brorum doctrina sequi profecto oportuit, ut catholica Ecclesia, quae est hypostaticae unionis nomine Christus potestatem in universas creaturas
Christi regnum in terris, ad omnes nomines terrasque universas utique pro- obtineat.—At vero quid possit iucundius nobis suaviusque ad cogitandum
ducendum, Auctorem Conditoremque suum, per annuum sacrae liturgiae accidere, quam Christum nobis iure non tantum nativo sed etiam quaesito,
orbem, Regem et Dominum et Regem regum, multiplicato venerationis scilicet redemptionis, imperare? Servatori enim nostro quanti steterimus,
officio, consalutaret. Istas sane honoris significationes, unum idemque per obliviosi utinam nomines recolant omnes: Non corruptibilibus amo vel ar-
mirificam vocum varietatem sonantes, ut in veteri psallendi ratione atque gento redempti estis:... sed pretioso sanguine quasi agni immaculati Christi et
in antiquis Sacramentariis adhibuit, sic in publicis divinae maiestati preci- incontaminati. Iam nostri non sumus, cum Christus pret'xo magno nos emerit;
bus cotidie admovendis, inque immolanda immaculata hostia, in praesenti corpora ipsa nostra membra sunt Christi.
adhibet; in hac vero laudatione Christi Regís perpetua pulcherrimus nostro-
Iamvero, ut huius vim et naturam principatus paucis declaremus, dicere
rum et orientalium rituum concentus facile deprehenditur, ut etiam hoc in
vix attinet triplici eum potestate contineri, qua si caruerit, principatus vix
genere valeat illud: Legem credendi [ex statuit supplicandi.
intellegitur. Id ipsum deprompta atque allata ex sacris Litteris de univer-
sali Redemptoris nostri imperio testimonia plus quam satis significant, atque
Quo autem haec Domini nostri dignitas et potestas fundamento consistat,
est catholica fide credendum, Christum Iesum hominibus datum esse utique
apte Cyrillus Alexandrinus animadvertit: Omnium, ut verbo dicam, creatu-
Redemptorem, cui fidant, at una simul legislatorem, cui obediant. Ipsum
rarum dominatum obtinet, non per vim extortum, nec aliunde invectum, sed
autem evangelia non tam leges condidisse narrant, quam leges condentem
essentia sua et natura; scilicet eius principatus illa nititur unione mirabili,
inducunt: quae quidem praecepta quicumque servarint, iidem a divino
quam hypostaticam appellant. Unde consequitur, non modo ut Christus
Magistro, alias alus verbis, et suam in eum caritatem probaturi et in dilectio-
ab angelis et hominifaus Deus sit adorandus, sed etiam ut eius imperio
ne eius mansuri dicuntur. Iudiciariam vero potestatem sibi a Patre attribu-
Hominis angelí et nomines pareant et subiecti sint: nempe ut vel solo
23
21 Cf. i Cor. i5,2S- 24
1 Petr. 1,18-19.
22
SAN CIRILO DE ALEJANDRÍA, In Le. X: P(5 72,666. 25
1 Cor. 6,20.
1 Cor. 6,15.
28
Concilio Tridentino, sess.6 en.21: DB 831.
502 PÍO S I
yUAS PRIMAS fio:;
en su c a r i d a d 2 7 . Por lo q u e toca al poder judicial, Jesús, al r e s p o n d e r
personalmente a los j u d í o s q u e le acusaban de h a b e r violado el sá- rito externo, significa y p r o d u c e la regeneración del alma. Este rei-
b a d o con la maravillosa curación del paralítico, afirma q u e el P a d r e n o se o p o n e solamente al reino d e Satanás y a la potestad d e las
le había d a d o el p o d e r judicial: Porque el Padre no juzga a rtadie, t ¡nieblas, y exige de sus subditos n o sólo que, con el d e s p r e n d i m i e n t o
sino que ha entregado al Hijo todo el poder de juzgar28. Y en este espiritual de las riquezas y de los bienes temporales, observen u n a
p o d e r q u e d a incluido t a m b i é n el d e r e c h o de p r e m i a r y de castigar moral p u r a y t e n g a n h a m b r e y sed de justicia, sino q u e exige a d e -
a los h o m b r e s a u n d u r a n t e su vida mortal, p o r q u e e s t e ' d e r e c h o n o más la abnegación d e sí m i s m o s y la aceptación de la cruz. Cristo,
p u e d e q u e d a r separado del p o d e r judicial. A d e m á s , hay q u e atri- c o m o R e d e n t o r , rescató a la Iglesia con su s a n g r e ; y Cristo, c o m o
b u i r a Jesucristo el p o d e r ejecutivo, p o r estar t o d o s los h o m b r e s Sacerdote, se ofreció a sí m i s m o y se sigue ofreciendo p e r p e t u a m e n -
obligados a obedecer las órdenes d e Cristo, p o d e r d o t a d o de las te c o m o víctima p o r los pecados del m u n d o ; ¿quién n o ve, p o r
facultades necesarias p a r a i m p o n e r castigos, a los q u e nadie p u e d e tanto, q u e la d i g n i d a d real del Salvador participa y m u e s t r a la n a t u -
substraerse. raleza de a m b o s oficios? P o r otra parte, incurriría en u n grave e r r o r
el q u e negase a la h u m a n i d a d de Cristo el p o d e r real sobre t o d a s y
cada u n a de las realidades sociales y políticas del h o m b r e , ya q u e
[Espiritualidad y temporalidad de la realeza de Cristo ]
Cristo c o m o h o m b r e h a recibido de su P a d r e u n d e r e c h o absoluto
[ 8 ] . Sin e m b a r g o , los textos citados de la Biblia d e m u e s t r a n sobre t o d a la creación, d e tal m a n e r a q u e t o d a ella está sometida
con t o d a evidencia q u e este reino es principalmente espiritual y a su voluntad. Sin e m b a r g o , m i e n t r a s vivió sobre la tierra, Cristo
q u e su objeto p r o p i o son las realidades del espíritu, conclusión con- se abstuvo t o t a l m e n t e del ejercicio de este poder, y así c o m o e n t o n -
firmada p e r s o n a l m e n t e p o r la m a n e r a de obrar del Salvador. P o r q u e ces despreció la p r o p i e d a d y la administración de los bienes h u m a n o s ,
e n varías ocasiones, c u a n d o los judíos y a u n los m i s m o s apóstoles asi t a m b i é n p e r m i t e y sigue p e r m i t i e n d o el u s o d e éstos a sus p o -
j u z g a r o n equivocadamente q u e el Mesías devolvería la libertad al seedores. Expresa b i e n esta permisión el conocido t e x t o : No arrebata
p u e b l o j u d í o y restablecería el reino d e Israel, C r i s t o deshizo y re- el reino temporal el que da el reino celestial 29. P o r tanto, la autoridad
futó esta idea v a n a m e n t e esperanzada. C u a n d o la m u c h e d u m b r e , de n u e s t r o R e d e n t o r abarca a t o d o s los h o m b r e s ; extensión bien
maravillada, quería proclamarle rey, Cristo r e h u s ó este h o n r o s o declarada p o r n u e s t r o predecesor, de inmortal memoria, L e ó n XIII,
título h u y e n d o y escondiéndose en la soledad. F i n a l m e n t e , en p r e - con las siguientes palabras, q u e hacemos n u e s t r a s : «El p o d e r d e
sencia del g o b e r n a d o r r o m a n o declaró q u e su reino n o era de este Cristo se extiende n o sólo sobre los pueblos católicos y sobre a q u e -
mundo. L o s evangelios describen este reino c o m o u n reino cuyo llos q u e , p o r h a b e r recibido el b a u t i s m o , p e r t e n e c e n de derecho
ingreso exige u n a penitencia preparatoria, ingreso q u e a su vez sólo a la Iglesia, a u n q u e el error los tenga extraviados o el cisma los sepa-
es posible p o r m e d i o de la fe y del bautismo, el cual, si bien es u n re de la caridad, sino q u e c o m p r e n d e t a m b i é n a cuantos n o partici-
tam ipse Iesus Iudaeis, de Sabbati requiete per mirabilem debilis hominis etsi est ritus externus, interiorem tamen regenerationem significat atque
sanationem violata criminantibus, denuntiat: Ñeque enim Pater iudicat quem- efficit; opponitur unice regno Satanae et potestati tenebrarum, et ab asseclis
quam, sed omne iudicium dedit Filio. In quo id etiam comprehenditur—quo- postulat, non solum ut, abalienato a divitiis rebusque terrenis animo, moruna
niam res a iudicio disiungi nequit— ut praemia et poenas hominibus adhuc praeferant lenitatem et esuriant sitiantque iustitiam, sed etiam ut semet-
viventibus iure suo deferat. At praeterea potestas illa, quam exsecutionis ipsos abnegent et crucem suam tollant. Cum autem Christus et Ecclesiam
vocant, Christo adiudicanda est, utpote cuius imperio parere omnes necesse Redemptor sanguine suo acquisiverit et Sacerdos se ipse pro peccatis hos-
sit, et eá quidem denuntiatá contumacibus irrogatione suppliciorum, quae tiam obtulerit perpetuoque offerat, cui non videatur regium ipsum munus
nemo possit effugere. utriusque illius naturam muneris induere ac participare? Turpiter, cetero-
quin, erret, qui a Christo nomine rerum civilium quarumlibet imperium
Verumtamen eiusmodi regnum praecipuo quodam modo et spirituale abiudicet, cum is a Patre ius in res creatas absolutissimum sic obtineat, ut
esse et ad spiritualia pertinere, cum ea, quae ex Bibliis supra protulimus, omnia in suo arbitrio sint posita. Attamen, quoad in terris vitam traduxit,
verba planissime ostendunt, tum Christus Dominus sua agendi ratione ab eiusmodi dominatu exercendo se prorsus abstinuit, atque, ut humanarum
confirmat. Siquidem, non una data occasione, cum Iudaei, immo vel ipsi rerum possessionem procurationemque olim contempsit, ita eas possesso-
Apostoli, per errorem censerent, fore ut Messias populum in libertatem ribus et tum permisit et hodie permittit. In quo perbelle illud: Non eripit
vindicaret regnumque Israel restitueret, vanam ipse opinionem ac spem mortalia, qui regna dat caelestia. Itaque principatus Redemptoris riostri
adimere et conveliere; rex a circumfusa admirantium multitudine renun- universos complectitur homines; quam ad rem verba immortalis memoriae
tiandus, et nomen et honorem rugiendo latendoque detrectare; coram Prae- decessoris Nostri Leonis XIII Nostra libenter facimus: «Videlicet imperium
side romano edicere, regnum suum de hoc mundo non esse. Quod quidem eius non est tantummodo in gentes catholici nominis, aut in eos solum, qui,
regnum tale in evangeliis proponitur, in quod homines poenitentiam agendo sacro baptismáte abluti, utique ad Ecclesiam, si spectetur ius, pertinent, quam-
ingredi parent, ingredi vero nequeant nisi per fidem et baptismum, qui, vis vel error opinionum devios agat, vel dissensio a caritate seiungat: sed com-
plectitur etiam quotquot numerantur christianae fidei expertes, ita ut verissi-
" Cf. lo. 14,15; 15,10.
2 8 l o . 5,22. , 2» H i m n o Crudeüs Herodes en el oficio d e la fiesta de Epifanía.
#
504 PÍO XI
p a n de la fe cristiana, d e tal m a n e r a q u e bajo la potestad d e Jesús SJUAS PRIMAS 505
se halla t o d o el g é n e r o h u m a n o » 3 0 . Y en esta extensión universal
del p o d e r d e Cristo n o hay diferencia alguna entre los individuos [Bienes del reconocimiento de la realeza de Cristo]
y el E s t a d o , p o r q u e los h o m b r e s e s t á n bajo la autoridad d e C r i s t o ,
t a n t o considerados individualmente como colectivamente en so- [y]. Por tanto, si los h o m b r e s reconocen pública y privada-
ciedad. Cristo es, e n efecto, la fuente del b i e n público y del bien m e n t e la regia potestad de Cristo, necesariamente recogerá t o d a la
p r i v a d o : En ningún otro hay salvación, pues ningún otro nombre nos sociedad civil increíbles beneficios, c o m o son los d e u n a j u s t a liber-
ha sido dado bajo el cielo, entre los hombres, por el cual podamos ser tad, u n a disciplinada t r a n q u i l i d a d y u n a pacífica concordia. P o r q u e
salvos 3 1 . El es el d a d o r d e la prosperidad y de la felicidad verda- la regia dignidad de N u e s t r o Señor, de la m i s m a m a n e r a q u e con-
dera a los individuos y a los Estados, «porque la felicidad del E s t a d o sagra en cierto m o d o la a u t o r i d a d h u m a n a de los jefes y g o b e r n a n t e s
n o procede d e distinta fuente q u e la felicidad d e los ciudadanos, del Estado, así t a m b i é n ennoblece los deberes y la obediencia de
ya q u e el E s t a d o n o es otra cosa q u e el conjunto concorde d e los los g o b e r n a d o s . P o r esta razón, el apóstol San Pablo, a u n q u e m a n d ó
ciudadanos» 3 2 . N o nieguen, pues, los gobernantes d e los Estados a las casadas y a los siervos q u e reverenciasen a C r i s t o en la persona
el culto d e b i d o de veneración y obediencia al p o d e r de Cristo, t a n t o de sus m a r i d o s y señores, t a m b i é n les advirtió, sin embargo, q u e
p e r s o n a l m e n t e como p ú b l i c a m e n t e , si q u i e r e n conservar incólume n o obedecieran a éstos c o m o simples h o m b r e s , sino sólo c o m o re-*
s u a u t o r i d a d y m a n t e n e r la felicidad y la grandeza de su patria. presentantes d e C r i s t o ; p u e s es indigno de h o m b r e s redimidos por
P o r q u e lo q u e escribimos, al comenzar n u e s t r o pontificado, acerca Cristo servir a otros h o m b r e s : fíabéis sido comprados a precio, no
d e la decadencia d e la autoridad del d e r e c h o y del respeto de la os hagáis siervos de los hombres 3 4 . El día en q u e los reyes y los go-
autoridad, sigue m a n t e n i e n d o su validez e n estos días, a saber: «Des- bernantes legítimamente elegidos se convenzan de q u e m a n d a n , m á s
terrados Dios y J e s u c r i s t o — l a m e n t á b a m o s — d e las leyes y del g o - q u e p o r d e r e c h o propio, en v i r t u d de u n m a n d a t o y u n a represen-
b i e r n o d e los pueblos, y derivada la autoridad, n o de D i o s , sino tación del Rey divino, es evidente q u e h a r á n u n u s o recto y santo
d e los h o m b r e s , ' h a sucedido q u e . . . hasta los mismos fundamentos de su autoridad y respetarán el bien c o m ú n y la dignidad h u m a n a
de los gobernados, t a n t o en la creación de las leyes c o m o en el c u m -
d e la a u t o r i d a d h a n q u e d a d o arrancados, u n a vez s u p r i m i d a la causa
plimiento de éstas. D e esta m a n e r a se seguirá el florecimiento seguro
principal d e q u e u n o s t e n g a n el derecho de m a n d a r y otros la obli-
de u n o r d e n t r a n q u i l o , con la supresión d e t o d a s las causas de revo-
gación d e obedecer. D e lo cual n o h a p o d i d o m e n o s d e seguirse
lución; p o r q u e , a u n q u e el c i u d a d a n o vea en el g o b e r n a n t e y en las
una violenta conmoción d e t o d a la h u m a n a sociedad, privada de
restantes autoridades públicas h o m b r e s de naturaleza igual a la suya
t o d o apoyo y f u n d a m e n t o sólido» 3 3 .
e incluso indignos y vituperables p o r alguna causa, n o p o r esto les
negará su obediencia c u a n d o c o n t e m p l e e n aquéllos u n a i m a g e n d e
me in potestate Iesu Christi sit uníversitas generis humani». Nec quicquam la autoridad de Jesucristo, Dios y h o m b r e verdadero. E n lo t o c a n t e
inter singulos hac in re et convictiones domesticas civilesque interest, quia
homines societate coniuncti nihilo sunt minus in potestate Christi quam
singuli. ídem profecto fons privatae ac communis salutis: Et non est in alio Itaque, si quando regiam Christi potestatem homines privatim publice*-
aliquo salus, nec aliud nomen est sub cáelo datum hominibus, in quo oporteat que agnoverínt, incredibilia iam beneficia, ut iustae libertatis, ut discipli-
nos salvos fieri; Ídem et singulis civibus et rei publicae prosperitatis auctor nae et tranquillitatis, ut concordiae et pacís, civilem consortionem perva-
germanaeque beatitatis: Non enim aliunde beata civitas, aliunde homo; cum dere omnem necesse est. Regia enim Domini nostri dignitas, quemadmo-
aliud civitas non sit, quam concors hominum multitudo. Nationum igitur recto- dum humanam principum ac moderatorum auctoritatem religione quadam
res imperio Christi publicum reverentiae obtemperationisque officium per imbuit, sic civium officia atque obtemperationem nobilitat. Quamobrem
se ipsi et per populum praestaie ne recusent, si quidem velint, sua incolumi Apostolus Paulus, licet uxoribus et servís praeciperet, ut in viro suo, ut
auctoritate, patriae provehere atque augere fortunam. Nam quae, Pontífi- in suo domino Christum vererentur, monuit tamen, ut non iis tamquam
catus initio, de valde imminuta iuris auctoritate verecundiaque potestatis hominibus obedirent, sed unice quia Christi gererent vicem, cum homines
scribebamus, ea ad praesens tempus haud minus apta dixeris ac congruen- a Christo redemptos dedeceret hominibus serviré: Pretio empti estis, nolile
tia: *Deo et Iesu Christo—ita conquerebamur—a legibus et re publica fieri servi hominum, Quodsi principibus et magistratibus legitime delectis
submoto, iam non a Deo derivata sed ab hominibus auctoritate, fac- persuasum erit, se, non tam iure suo, quam divini Regis mandato ac loco
tum est, ut... ipsa auctoritatis fundamenta convellerentur, principe imperare, nemo non vídet, quam sánete sapienterque auctoritate sua usuri
sublatá causa, cur alus ius esset imperandi, alus autem officium parendi. sint et qualem in legibus ferendis urgendisque rationem communis boni
Ex quo totam oportuit concuti societatem humanam, millo iam solido ful- et humanae inferiorum dignitatis sint habituri. Hinc tranquilinas ordinis
tam columine et praesidio». profecto efflorescet ac stabit, quavis seditionis causa remota: quod enim
in principe ceterisque rei publicae gubernatoribus civis homines spectaverit
30
LEÓN XIII, encíclica Annum sacrum, 25 de mayo de 1899: ASS 31 [1898-1899] 647. sibi natura pares aut aliqua de causa indignos ac vituperabiles, non ideirco
31 A c t . 4,12.
32
eorum recusabit imperium, quando in iis ipsis propositum sibi Christi
SAN AGUSTÍN, Epist. ad Macedonium c.3: PL 33,656. Dei et Hominis imaginem auctoritatemque intuebitur. Ad concordiae autem
33
Pío XI, encíclica Ubi arcano: AAS 14 I1922] 683.
34
1 Cor. 7,23.
506 pfo x i QUAS PRIMAS 507
bustecerlo frente a u n peligro c o m ú n , defenderlo contra los envol- h a n t e n i d o el m i s m o origen y h a n p r o d u c i d o idénticos frutos; y
ventes errores de la herejía, animarlo y encenderlo con mayor así, c u a n d o sobrevino el enfriamiento en la reverencia y en el culto
insistencia p a r a q u e conociese y venerase con mayor devoción u n al Santísimo Sacramento, se instituyó la fiesta del Corpus Christi,
d e t e r m i n a d o misterio d e la fe o algún beneficio particular d e la para q u e con la s o l e m n i d a d d e las procesiones públicas y las ora-
divina b o n d a d . P o r esto, desde los p r i m e r o s siglos del cristianismo, ciones prolongadas d u r a n t e t o d a la octava siguiente se reavivase en
c u a n d o los fieles sufrían u n a d u r í s i m a persecución, se iniciaron los fieles la adoración pública del Señor. D e la m i s m a manera, la
las conmemoraciones litúrgicas en h o n o r d e los mártires, para q u e , festividad del Sagrado Corazón de Jesús fué creada c u a n d o la triste
c o m o dice San A g u s t í n , «las festividades d e los mártires fuesen al y helada severidad del jansenismo debilitó y enfrió a las almas
m i s m o t i e m p o exhortaciones al martirio» 3 6 . Y c u a n d o m á s adelante alejándolas del a m o r d e D i o s y d e la confianza e n su salvación
se concedió a los santos confesores, vírgenes y viudas los honores eterna.
litúrgicos, estos h o n o r e s d e m o s t r a r o n u n a eficacia maravillosa p a r a
reavivar en los fieles el amor a las virtudes, t a n necesario a u n en
las épocas d e paz. Y fueron sobre t o d o las fiestas instituidas en [La fiesta de Crislo Rey y el laicismo contemporáneo ]
h o n o r d e la Santísima Virgen las q u e c o n t r i b u y e r o n a q u e el p u e - [ 1 2 ] . Y si ahora o r d e n a m o s a todos los católicos del m u n d o
blo cristiano n o sólo rindiera u n culto m á s religioso a la M a d r e el culto universal d e Cristo Rey, r e m e d i a r e m o s las necesidades
d e D i o s , su poderosísima protectora, sino t a m b i é n a q u e a u m e n - de la época actual y ofreceremos u n a eficaz medicina para la enfer-
tase el a m o r d e los fieles hacia la M a d r e celestial q u e el R e d e n t o r m e d a d q u e en nuestra época aqueja a la h u m a n i d a d . Calificamos
les h a b í a otorgado c o m o herencia. E n t r e los beneficios q u e h a y como e n f e r m e d a d de n u e s t r a época el l l a m a d o laicismo, sus errores
q u e atribuir al culto público de la Virgen y d e los santos, hay q u e y sus criminales p r o p ó s i t o s ; sabéis m u y bien, venerables h e r m a -
e n u m e r a r t a m b i é n el h e c h o de q u e la Iglesia haya p o d i d o en t o d o nos, q u e esta e n f e r m e d a d n o ha sido p r o d u c t o de u n solo día,
t i e m p o rechazar victoriosamente la epidemia de los errores h e r é - lia estado i n c u b á n d o s e desde hace m u c h o t i e m p o en las e n t r a ñ a s
ticos. E n esta materia es forzoso a d m i r a r el designio d e la divina mismas d e la sociedad. P o r q u e se comenzó negando el i m p e r i o d e
Providencia, la cual, así c o m o del m a l suele derivar el bien, así Cristo sobre t o d o s los p u e b l o s ; se negó a la Iglesia el d e r e c h o q u e
t a m b i é n ha p e r m i t i d o a veces el enfriamiento d e los pueblos en ésta tiene, fundado en el d e r e c h o del m i s m o Cristo, d e e n s e ñ a r
la fe y en la piedad, o las asechanzas de las doctrinas falsas contra al g é n e r o h u m a n o , d e p r o m u l g a r leyes y d e regir a los p u e b l o s
la verdad católica, con el resultado final, sin e m b a r g o , d e u n nuevo para conducirlos a la felicidad eterna. D e s p u é s , poco a p o c o , la
esplendor p a r a la v e r d a d católica y u n vigoroso renacer d e la fe religión cristiana q u e d ó e q u i p a r a d a con las d e m á s religiones fal-
y de la piedad hacia m u c h o s y m á s altos ideales d e santidad. L a s sas e i n d i g n a m e n t e colocada a su m i s m o nivel; a c o n t i n u a c i ó n
fiestas incluidas en el a ñ o litúrgico d u r a n t e los t i e m p o s m o d e r n o s la religión se ha visto entregada a la autoridad política y a la a r b i -
traria v o l u n t a d de los reyes y de los g o b e r n a n t e s . N o se d e t u v o
muniri aut ad recolendum maiore cum studio pietatis aliquod fidei myste- aquí este p r o c e s o : ha h a b i d o h o m b r e s q u e h a n afirmado c o m o
rium beneficiumve divinae bonitatis permoveri acrius atque incendi. Itaque,
inde a prioribus reparatae salutis aetatibus, cum christiani acerbissime vexa- a nnuum liturgiae cursum recepta sunt, minus remotis aetatibus, sollemnia ut,
rentur, coepti sunt sacris ritibus Martyres commemorari, ut sollemnitates cum Augusti Sacramenti reverentia et cultus deferbuisset, institutum Corpo-
martyrum—teste Augustino—exhoriationes essent martyriorum; qui autem ris Christi festum, ita peragendum, ut magnificus pomparum apparatus et
sanctis Confessoribus, Virginibus ac Viduis delati postea sunt liturgici ho- supplicationes in octo dies productae populos ad Domintim publice ado-
nores, ad exacuenda in christifidelibus virtutum studia, vel quietis tempori- randum revocarent; ut Sacratissimi Cordis Iesu celebritas tum inducta,
bus necessaria, mirifice ii valuerunt. At potissimum quae in Beatissimae cum, Iansenistarum tristitia ac morosa severitate debilitad atque abiecti,
Virginis honorem institutae sunt festorum celebritates, effecere illae quidem, animi hominum frigerent penitus et a Dei caritate fiduciaque salutis absterre-
ut populus christianus non modo Dei Genitricem, praesentissimamque Pa- rentur.
tronam, religiosius coleret, sed etiam Matrem sibi a Redemptore quasi tes-
tamento relictam amaret ardentius. In beneficiis vero a publico legitimoque Iam si Christum Regem ab universitate catholici nominis coli iusseri-
Deiparae et sanctorum caelitum cultu profectis non postremo illud loco mus,.eo ipso et horum temporum necessitati prospectuii et pesti, quae
numerandum, quod haeresum errorumque luem Ecclesia a se nullo non societatem hominum infecit, praecipuum quoddam remedium adhibituri
tempore depulit invicta. Atque hoc in genere Dei providentissimi consiliurn sumus. Pestem dicimus aetatis nostrae laicismum, quem vocant, eiusdemque
admiremur, qui, cum ex ipso malo bonum elicere soleat, passus identidem errores et nefarios conatus: quod quidem scelus, Venerabiles Fratres, nostis
est aut fidem pietatemque popularium remitiere aut falsas doctrinas veritati non uno maturuisse die cum iam pridem in visceribus dvitatum lateret.
catholicae insidiari, eo tamen exitu, ut haec novo quodam splendore colluce- Christi enim omnes gentes imperium negari coeptum; negatum, quod ex
ret, illa autem e veterno experrecta ad maiora ac sanctiora contenderet. Nec ipso Christi iure exsistit, ius Ecclesiae docendi humanum genus, ferendi
dissimilem prefecto duxere cTrtum nec fructus peperere dissimües quae in leges, regundi populos, ad aeternam utique beatitatem perducendos. T u m
vero paulatim Christi religio aequari cum falsis in eodemque genere, prorsus
36 SMM AGUSTÍN, Sexmo 47 de Sanctis: PL 38,295. indecore, poní; deinceps civili potestati subiici arbitrioque principum ac
510 PÍO X I QTJAS PRIMAS 511
necesaria la substitución de la religión cristiana p o r cierta religión verdad. Esta desventaja p o d r á atribuirse tal vez a la apatía o a la
n a t u r a l y ciertos sentimientos naturales p u r a m e n t e h u m a n o s . Y n o timidez de los buenos, q u e se retiran d e la lucha o resisten con
h a n faltado Estados q u e h a n j u z g a d o posible prescindir d e Dios, excesiva debilidad; de d o n d e se sigue c o m o natural consecuencia
y h a n identificado su religión con la i m p i e d a d y el desprecio de q u e los enemigos d e la Iglesia a u m e n t e n en su audacia temeraria.
Dios. L o s amargos frutos q u e con tanta frecuencia y d u r a n t e t a n t o I'cro si los fieles, en general, c o m p r e n d e n q u e es su d e b e r militar
t i e m p o ha p r o d u c i d o este alejamiento de Cristo p o r p a r t e de los con infatigable esfuerzo bajo las b a n d e r a s de Cristo Rey, e n t o n -
individuos y d e los Estados, h a n sido deplorados p o r N o s en n u e s - ces, inflamados ya en el fuego del apostolado, se consagrarán a
tra encíclica Ubi arcano 3 7 , y volvemos a lamentarlos t a m b i é n h o y : llevar a D i o s d e n u e v o los rebeldes e ignorantes y trabajarán p o r
la siembra universal d e los gérmenes de la discordia; el incendio mantener incólumes los derechos del Señor.
del odio y de las rivalidades entre los pueblos, q u e es a u n hoy día
el g r a n obstáculo p a r a el restablecimiento d e la p a z ; la codicia des-
enfrenada, disimulada frecuentemente con las apariencias del b i e n [La fiesta de Cristo Rey y la apostasía de la sociedad moderna]
público y del a m o r d e la patria, y q u e es al m i s m o t i e m p o fuente
[ 1 3 ] . A d e m á s , para condenar y reparar d e alguna m a n e r a
de luchas civiles y d e u n ciego y descontrolado egoísmo, q u e , aten-
la pública apostasía q u e con t a n t o d a ñ o de la sociedad h a p r o v o -
d i e n d o exclusivamente al provecho y a la comodidad particulares,
cado el laicismo, ¿no será u n extraordinario r e m e d i o la celebra-
se convierte e n la m e d i d a universal d e t o d a s las cosas; la d e s t r u c -
ción anual d e la fiesta d e C r i s t o R e y e n t o d o el universo? P o r q u e
ción radical de la paz doméstica p o r el olvido y la relajación de los
deberes familiares; la desaparición d e la u n i ó n y d e la estabilidad cuanto m a y o r es el indigno silencio con q u e se calla el dulce n o m b r e
en el seno de las familias, y, finalmente, las agitaciones mortales de n u e s t r o R e d e n t o r en las conferencias internacionales y en los
q u e s a c u d e n a la h u m a n i d a d entera. N o s albergamos u n a g r a n es- Parlamentos, t a n t o m á s alta d e b e ser la proclamación de ese n o m -
peranza d e q u e la festividad anual de C r i s t o Rey, q u e en adelante bre p o r los fieles y la energía e n la afirmación y defensa d e los
se celebrará, acelerará felizmente el r e t o r n o d e toda la h u m a n i d a d derechos de su real d i g n i d a d y poder.
a n u e s t r o a m a n t í s i m o Salvador. Sería, sin d u d a alguna, misión [ 1 4 ] . Ya desde fines del siglo p a s a d o se h a ido p r e p a r a n d o
p r o p i a d e los católicos la preparación y el aceleramiento de este d i c a z y gloriosamente el camino p a r a la institución de esta festivi-
r e t o r n o p o r m e d i o de u n a activa colaboración; sin e m b a r g o , son dad. E s del d o m i n i o p ú b l i c o la a b u n d a n t e p r o d u c c i ó n bibliográ-
m u c h o s los católicos q u e ni t i e n e n en la convivencia social el p u e s t o fica q u e en t o d a s las lenguas y p o r t o d o el universo se consagró
q u e les c o r r e s p o n d e ni gozan d e la autoridad q u e razonablemente ;i la sabia y elocuente defensa de este c u l t o ; e igualmente el recono-
d e b e n t e n e r los q u e alzan a la vista d e todos la antorcha de la cimiento del p o d e r y de la a u t o r i d a d de Cristo, q u e suponía la
piadosa práctica d e consagrar las familias al Sagrado C o r a z ó n de
Jesús. N o solamente las familias, t a m b i é n se consagraron al Cora-
magistratuum fere permitti; ulterius ii progredi, qui naturalem quamdam
religionem, naturalem quendam animi motum pro divina religione substitui
oportere cogitarent. Nec civitates defuere, quae censerent, posse se Deo v.'ritatis. Id fortasse incommodi bonorum est lentitudini vel timiditati tri-
carere et religionem suam in impietate neglegentiaque Dei esse positam. Iniendum, qui ab repugnando se abstinent vel mollius obsistunt: unde
Acerbissimos sane, quos eiusmodi a Christo et singulorum civium et civi- .idversarios Ecclesiae necesse est maiorem capere temeritatem atque auda-
tatum defectio tulit tam frequenter tamque diu, fructus in Litteris Encyclicis 1 iam. At si quidem fideles vulgo intellegant, sibi sub signis Christi Regis
.Ubi arcano conquesti equidem sumus iterumque hodie conquerimur: scili- i't fortiter et perpetuo militandum esse, iam, concepto apostolatus igne,
cet sata ubique discordiarum semina easque invidiae flammas simultatesque .ibalienatos rudesve ánimos Domino suo reconciliare studeant eiusque iura
inter populos conflatas, quae tantam adhuc reconciliandae paci moram in- lueri incolumia nitantur. .
ferunt; cupiditatum intemperantiam, quae haud raro specie publici boni
caritatisque patriae obteguntur, atque inde profecta, cum- civium discidia, Atque praeterea nonne publicae eiusmodi defectioni, quam laicismus
tum caecum illum et immodicum sui amorem, qui cum nihil aliud, nisi 1 ura tanto societatis detrimento genuit, aecusandae et aliquo pacto resar-
privata commoda et emolumenta spectet, hisce prorsus omnia metitur; 1 iendae celebrata ubique gentium quotannis Christi Regis sollemnia summo-
eversam funditus officiorum oblivione ac neglegentia domesticam pacem; pere conducere videntur? Etenim quo indigniore suavissimum Redemptoris
familiae communionem stabilitatemque labefactatam; concussam denique nostri nomen in conventibus inter nationes habendis et in Curiis silentio
atque in interitum actam hominum societatem. Quae futurum ut ad aman- premitur, eo altius illud conclamari et regiae Christi dignitatis potestatisque
tissimum Salvatorem rediré auspicato properet, agenda posthac annua Chris- iura latius affirmari oportet.
ti Regis celebritas spem Nobis optimam commovet. Catholicorum utique Quid qúod ad hanc diei festi celebritatem instituendam, inde ab exeunte
foret, hunc actione operaque sua maturare ac celerare reditum; verum ex iis Kiiperiore saeculo, viam feliciter egregieque munitam esse conspicimus?
bene multi nec eum videntur in convictu, ut aiunt, sociali obtinere locum Nemo enim ignorat, quam sapienter luculenterque is vindicatus sit cultas
nec ea valere auctoritate, quibus carere eos dedecet qui facem praeferunt plurimis, qua late orbis terrarum patet, editis magna linguarum varietate
libris; itempe Christi principatum et imperium pia illa agnitum esse con-
3
? Pfo XI, encíclica Ubi arcano: A AS 14 [1922] 673-700. suetudine inducta, ut paene innumerables familiae se Sacratissimo Cordi
UITAS PRIMAS 51ÍS
512 l'IO XI
v especial a Cristo, Rey de toda la h u m a n i d a d . P o r q u e en este
zón de Jesús ciudades y reinos enteros. M á s a ú n í por iniciativa
,n\o, como h e m o s dicho al principio, el Rey divino, v e r d a d e r a m e n t e
de L e ó n X I I I , la h u m a n i d a d entera q u e d ó consagrada al D i v i n o
admirable en sus santos, ha sido gloriosamente magnificado con la
C o r a z ó n en el A ñ o Santo de 1900. D e b e m o s recordar t a m b i é n el
elevación de u n nuevo g r u p o d e sus fieles soldados al h o n o r d e
p u e s t o q u e en esta solemne afirmación de la real soberanía d e Cristo
los altares. T a m b i é n en este año, u n a insólita Exposición Misional
sobre la sociedad h u m a n a h a n t e n i d o los frecuentes congresos euca- ha puesto a la vista de todos los admirables triunfos q u e h a n g a n a d o
rísticos, t a n propios de n u e s t r a época, y cuyo fin es convocar a para Cristo los operarios evangélicos en la extensión d e su reino,
los fieles d e u n a diócesis, de u n a región, d e una nación e incluso luí este año, finalmente, con ocasión del centenario del concilio
d e t o d o el m u n d o p a r a venerar y adorar a Cristo Rey, escondido _ de Nicea, h e m o s c o n m e m o r a d o la reivindicación del d o g m a de
bajo los velos eucarísticos, y proclamar a Cristo como Rey d a d o l.i consubstancialidad del V e r b o e n c a r n a d o con el P a d r e , sobre la
a la h u m a n i d a d p o r Dios, p o r m e d i o de discursos y sesiones en las «•nal se apoya, c o m o en su propio f u n d a m e n t o , la soberanía d e
asambleas y en los templos, d e la adoración pública del Santísimo ( !risto sobre t o d o s los pueblos.
Sacramento y de solemnísimas procesiones. P u e d e afirmarse con
t o d o d e r e c h o q u e el p u e b l o cristiano, m o v i d o por u n a inspiración [Institución de la fiesta de Cristo Rey ]
divina, ha sacado del silencio y del ocultamiento d e los t e m p l o s
a aquel m i s m o Jesús a quien, c u a n d o vino al m u n d o , los impíos [16]. P o r tanto, en virtud de n u e s t r a autoridad apostólica,
n o quisieron recibir; llevándolo c o m o u n triunfador p o r las calles instituímos la festividad d e N u e s t r o Señor Jesucristo Rey y o r d e -
p a r a restablecer la totalidad íntegra de sus derechos de Rey. namos su celebración universal el ú l t i m o d o m i n g o de octubre,
[ 1 5 ] . A h o r a bien, p a r a realizar el propósito q u e acabamos es decir, el d o m i n g o i n m e d i a t o anterior a la festividad de T o d o s
d e exponer, el A ñ o Santo, q u e está acabando, nos ofrece la mejor los Santos. A s i m i s m o o r d e n a m o s q u e en este día se renueve todos
los años la consagración del género h u m a n o al Sagrado Corazón
o p o r t u n i d a d , ya q u e Dios, después de levantar b e n i g n a m e n t e la
ilo Jesús, q u e m a n d ó recitar a n u a l m e n t e n u e s t r o predecesor, de
m e n t e y el corazón de los fieles a la consideración de los bienes
.santa m e m o r i a , Pío X. E s t e año, sin e m b a r g o , q u e r e m o s q u e se
eternos, q u e s u p e r a n t o d o sentido, les h a devuelto el d o n d e su
renueve la consagración el día 31 de diciembre, día en q u e N o s
gracia o los ha confirmado en el camino recto, dándoles nuevos
oficiaremos u n solemne pontifical en h o n o r d e Cristo R e y y orde-
estímulos para emular mejores carismas. A t e n d i e n d o , p u e s , a las
naremos q u e dicha consagración se h a g a , en nuestra presencia.
i n n u m e r a b l e s súplicas q u e nos h a n sido hechas y considerando
No p o d e m o s clausurar mejor ni m á s c o n v e n i e n t e m e n t e el A ñ o
en su conjunto los acontecimientos del A ñ o Santo, sobran motivos Santo, ni d a r a Cristo, Rey inmortal de los siglos, u n m á s amplio
para convencernos de que h a llegado, finalmente, el día, t a n ansia-
do, en q u e p r o m u l g u e m o s q u e se d e b e h o n r a r con fiesta propia tas preces attendimus, sive ea respicimus quae Iubilaei maximi spatio evenere,
suppetit profecto unde coniiciamus, diem tándem aliquando, ómnibus opta-
lesu dedicarent ac dederent. Verum non modo familiae id prestitere, sed lissimum, adesse, quo Christum totius humani generis Regem proprio ac
civitates quoque et regna: immo ipsa universitas generis humani, Leo- peculiari festo colendum esse pronuntiemus. Hoc enim Anno, ut exordiendo
ne XIII auctore ac duce, eidem diyino Cordi, Anno Sancto millesimo non- iliximus, Rex ille divinus, veré mirabilis in sanctis suis, novo militum suorum
gentésimo vertente, consecrata auspicato est. Ñeque illud silentio praete- agmine caelitum honoribus aucto, glorióse magnificatus est; hoc item Anno,
reundum, regiae huic Christi in consortionem humanam potestati sollemni- per inusitatum rerum ac paene laborum conspectum, admirari ómnibus
ter affirmandae mirum in modum profuisse frequentissimos Eucharisticos licuit partas ab evangelii praeconibus Christo victorias in regno eius profe-
Conventus aetate nostra cogi solitos, eo nimirum spectantes, ut vel singula- ii-ndo; hoc denique Anno per saecularia Concilü Nicaenf sollemnia vindica-
rum dioecesium et regionum et nationum vel universi orbis populi, ad Chris- l.im commemoravimus Verbi Incarnati cum Patre consubstantialitatem, qua
tum Regem sub Eucharisticis velis delitescentem venerandum colendumque i-iusdem Christi in omnes populos imperium, tamquam fundamento suo,
convocati, per habitas in coetibus inque templis contiones, per communem nititur.
Augusti Sacramenti publice propositi adorationem, per magnificas pompas,
Christum sibi Regem divinitus datum consalutent. Iure meritoque dixeris, Itaque, auctoritate Nostra apostólica, festum D. N. lesu Christi Regis
christianam plebem, divino quodam instinctu actam, Iesum illum, quem iiiKtituimus, quotannis, postremo mensis Octobris dominico die, qui scili-
impii homines, in sua cum venisset, recipere noluerunt, e sacrarum aedium i'ct Omnium Sanctorum celebritatem proxime antecedit, ubique terrarurn
silentio ac veluti latebra triumphantis more per vias urbium eductum, in HKcndum. ítem praecipimus, ut eo ipso die generis humani Sacratissimo
regalia omnia iura velle restituere. Cordi lesu dedicatio quotannis renovetur, quam s. m. decessor Noster Pius X
mngulis annis iterari iusserat; hoc tamen anno dumtaxat, eam die tricesime
Iamvero, ad consilium, quod memoravimus, Nostrum perficiendum eam
primo huius mensis peragi volumus, quo die Nosmet pontificali ritu in ho-
habet Annus Sanctus, qui ad exitum properat, opportunitatem, qua nulla
norem Christi Regis sacris operabimur et corana Nobis eandem fieri conse-
proferto maior videatur, cum fidelium mentes animosque ad bona caelestia,
rrationem iubebimus. Ñeque Annum Sanctum posse Nos melius aptiusque
quae exsuperant omnem sensum, evocatos, benignissimus Deus aut gratiae
concludere videmur, nec Christo Regí saeculorum immortali ampliorem exhi--
suae dono iterum auxit aut, novis adiectis ad aemulanda charismata meliora
brre grati animi Nostri significationem—in quo gratas quoque totius catho-
stimulis, in recto itinere pergendo confirmavit. Sive igitur tot Nobis adhibi-
Ihvlr. pon-til, Í 17
514 PÍO XI III V. Mil MAN filfi
testimonio d e n u e s t r o agradecimiento—interpretando la gratitud vultul, piit'ii q u e inicien d e esta manera u n t e n o r d e vida q u e sea
de todos los católicos—por los beneficios q u e d u r a n t e este A ñ o viTiliuliTiimcnU* digno de los q u e anhelan servir con amor y fideli-
Santo h e m o s recibido N o s , la Iglesia y t o d o el orbe católico. iliid .1 su KcVi Jesucristo.
[ 1 7 ] . N o es necesario, venerables h e r m a n o s , q u e os explique-
mos detalladamente la causa q u e nos ha m o v i d o a decretar q u e la 1
[IV. U T I L I D A D DE ESTA FIESTA]
festividad d e C r i s t o R e y se celebre i n d e p e n d i e n t e m e n t e d e otras
fiestas litúrgicas q u e en cierto m o d o significan y solemnizan esta [ I S ] . A n t e s de t e r m i n a r esta encíclica, venerables h e r m a n o s ,
m i s m a d i g n i d a d regia. Baste u n a advertencia: a u n q u e en todas 1 lucremos indicar b r e v e m e n t e los bienes q u e p a r a la Iglesia, los
las fiestas litúrgicas d e N u e s t r o Señor el objeto material es Cristo, hulados y cada u n o de los fieles esperamos d e este culto público
su objeto formal, sin e m b a r g o , es totalmente distinto del n o m b r e .1 ('rislo Rey.
y d e la potestad real d e Jesucristo. Y la razón d e h a b e r señalado [ 1 0 ] . E n efecto, el solemne culto litúrgico t r i b u t a d o a la sobe-
el d o m i n g o c o m o día c o n m e m o r a t i v o de esta festividad es el deseo i.iula real de Jesucristo hará recordar necesariamente a los h o m b r e s
d e q u e n o sólo el clero h o n r e a Cristo R e y con la celebración d e Une la Iglesia, c o m o sociedad perfecta instituida p o r Cristo, exige,
la misa y el rezo del oficio divino, sino q u e t a m b i é n el p u e b l o , libre 11111 derecho p r o p i o e irrenunciable, la plena libertad e i n d e p e n d e n -
de las preocupaciones diarias y con u n espíritu d e santa alegría, 1 iu del poder civil, y q u e en el c u m p l i m i e n t o de la misión q u e Dios
rinda a Cristo el grandioso testimonio de su obediencia y d e su s u m i - le lia e n c o m e n d a d o , de enseñar, gobernar y conducir a la eterna
sión. N o s ha parecido t a m b i é n q u e el ú l t i m o d o m i n g o de o c t u b r e felicidad a t o d o s los m i e m b r o s del reino de Cristo, n o p u e d e d e -
era el m á s a p r o p i a d o p a r a esta festividad p o r q u e con este d o m i n g o pender d e v o l u n t a d ajena alguna. Y n o sólo e s t o : el E s t a d o d e b e
viene casi a finalizar el ciclo t e m p o r a l del año litúrgico; d e esta ,inimismo conceder idéntica libertad a las O r d e n e s y Congregacio-
manera, los misterios d e la vida de Cristo c o n m e m o r a d o s d u r a n t e nes religiosas d e a m b o s sexos, las cuales son valiosos auxiliares de
el año t e r m i n a r á n y q u e d a r á n coronados con esta solemnidad de I os pastores de la Iglesia y excelentes cooperadores en el estableci-
C r i s t o Rey, y, antes de celebrar la gloria de T o d o s los Santos, se miento y propagación del reino de Cristo, ya combatiendo con la
celebrará y se exaltará la gloria d e A q u e l q u e triunfa e n t o d o s los observancia d e los t r e s votos religiosos la triple concupiscencia del
santos y elegidos. Es, p o r t a n t o , deber vuestro y misión vuestra, m u n d o , ya profesando u n a vida de mayor perfección, en virtud de
venerables h e r m a n o s , hacer q u e la celebración de esta fiesta anual la cual la santidad que el divino F u n d a d o r de la Iglesia dio a ésta
esté precedida, d u r a n t e algunos días, de u n a serie de sermones r o m o nota característica brilla con u n creciente y continuo esplendor
en todas las parroquias, que i n s t r u y a n o p o r t u n a m e n t e a los fieles .inte la vista de t o d a la h u m a n i d a d .
sobre la naturaleza, la significación y la importancia d e esta festi-
[20]. L a celebración anual d e esta fiesta recordará también
luat ac componat, ut iis digna sit, qui divini Regis imperio rideliter studio-
lici orbis voluntates interpretamur—ob beneficia tempore hoc sacro in Nos
r.rque obsequuntur.
in Ecclesiam universumque catholicum nomen collata.
Ñeque est cur vos, Venerabiles Fratres, diu multumque doceamus, qua I'lacet interea vobis, Venerabiles Fratres, in extremis hisce Litteris bre-
de causa festum Christi Regis ab reliquis illis distinctum agi decreverimus, vilcr declarare, quas demum publico ex hoc Christi Regis cultu utilitates,
in quibus quaedam inesset regiae ipsius dignitatis et significatio et celebra- t cuín in Ecclesiae et civilis societatis, tum in singulorum fidelium bonum,
do. Unum enim animadvertere sufficit, quod, quamquam in ómnibus Do- Nobis spondeamus ac polliceamur.
mini nostri festis materiale obiectum, ut aiunt, Christus est, obiectum ta- Hisce profecto honoribus dominico principatui deferendis in memoriam
men fórmale a regia Christi potestate ac nomine omnino secernitur. In diem hnminum redigi necesse est, Ecclesiam, utpote quae a Christo perfecta
vero dominicum ideirco indiximus, ut divino Regi non modo clerus litando mnietas constituía sit, nativo sane iure, quod abdicare nequit, plenam liber-
ac psallendo officia praestaret sua, sed etiam populus, ab usitatis oceupatio- lalcm immunitatemque a civili potestate exposcere, eandemque, in obeundo
nibus vacuus, in spiritu sanctae laetitiae, obedientiae servitutisque suae muñere sibi commisso divinitus docendi, regundi et ad aeternam perdu-
praeclarum Christo testimonium daret. Visus autem est ad celebrationem ri'ndi beatitatem eos universos qui e regno Christi sunt, ex alieno arbitrio
longe aptior, quam reliqui, postremus mensis Octobris dominicus dies, quo penderé non posse. Immo haud dissimilem debet praeterea respublica liber-
fere cursus anni liturgici clauditur; ita enim fit. ut vitae Iesu Christi myste- l.itcm iis praestare religiosorum utriusque sexus Ordinibus ac Sodalitati-
ria ante per annum commemorata sacris Christi Regis sollemnibus veluti IIIIH, qui, cum adiutores Ecclesiae Pastoribus adsint validis'simi, tum in reg-
absolvantur et cumulentur, et, ante quam Omnium Sanctorum gloriam ce- no Christi provehendo stabiliendove quam máxime elaborant, sive triplican
lebremus, Illius praedicetur efferaturque gloria, qui in ómnibus Sanctis et iimndi concupiscentiam sacrorum religione votorum oppugnantes, sive ipsa
electis triumphat. Itaque hoc vestrum, Venerabiles Fratres, esto munus, perf'ectioris vitae professione efficientes, ut sanctitas illa, quam divinusCon-
vestrae hae partes sunto, ut annuae celebritati praemittendas curetis, statis ililur insignitam Ecclesiae notam esse iussit, perpetuo auctoque in dies
diebus, ad populum e singulis paroeciis contiones, quibus is de rei natura, :.plrmlore ante oculos omnium emicet et colluceat.
significatione et momento aecurate monitus atejue eruditus, sic vitam jnsti-
C '.ivitates autem ipsa diei festi celebratio, annuo renovata orbe, monebit,
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a los Estados q u e el deber del culto público y de la obediencia a ticia para Dios 3 z, d e b e n servir para la santificación interior del
Cristo n o se limita a los particulares, sino q u e se extiende t a m b i é n alma. Si todas estas verdades se p r o p o n e n a la m e d i t a c i ó n y a la
a las autoridades públicas y a los g o b e r n a n t e s ; a todos los cuales profunda consideracion.de los fieles, es i n d u d a b l e q u e éstos p o d r á n
amonestará con el p e n s a m i e n t o del juicio final, c u a n d o Cristo ven- alcanzar con m u c h a mayor facilidad las cimas m á s altas d e la per-
gará t e r r i b l e m e n t e n o sólo el destierro q u e haya sufrido d e la vida fección. H a g a el Señor, venerables h e r m a n o s , q u e t o d o s los q u e se
pública, sino t a m b i é n el desprecio q u e se le haya inferido p o r igno- e n c u e n t r a n fuera d e su reino deseen y acepten el suave y u g o d e
rancia o malicia. P o r q u e la realeza d e Cristo exige q u e t o d o el C r i s t o ; q u e t o d o s los q u e p o r su misericordia somos ya subditos
E s t a d o se ajuste a los m a n d a m i e n t o s divinos y a los principios cris- e hijos suyos llevemos este m i s m o yugo, n o de mala gana, sino con
tianos en la labor legislativa, en la administración de la justicia y, gusto, con amor, con s a n t i d a d ; y q u e n u e s t r a vida, ajustada s i e m p r e
finalmente, en la formación de las almas juveniles en la sana d o c - a las leyes del reino divino, recoja u n a a b u n d a n t e mies de excelentes
trina y en la rectitud de costumbres. frutos; y, considerados p o r Cristo como siervos b u e n o s y fieles,
[ 2 1 ] . E s , además, maravilloso el c ú m u l o d e energías q u e de lleguemos a ser con El participantes, e n el reino celestial, d e su
la meditación de estas realidades p o d r á n sacar los fieles para m o d e - eterna felicidad y gloria.
lar su espíritu según las n o r m a s genuinas de la vida cristiana. Por- [ 2 2 ] . Estos deseos q u e N o s formamos, en vísperas ya d e la
q u e si a Cristo N u e s t r o Señor le ha sido d a d o t o d o p o d e r en el cielo N a v i d a d d e N u e s t r o Señor Jesucristo, sean p a r a vosotros, venera-
y en la t i e r r a ; si los h o m b r e s , por haber sido redimidos con la sangre bles h e r m a n o s , p r u e b a de n u e s t r o p a t e r n o afecto, y como p r e n d a
d e Cristo, están sometidos por u n n u e v o título a su a u t o r i d a d ; si, de los divinos favores recibid la bendición apostólica q u e os d a m o s
finalmente, este p o d e r abarca t o d a la naturaleza h u m a n a , es eviden- d e t o d o corazón a vosotros, venerables h e r m a n o s , y a t o d o v u e s t r o
t e q u e n o existe en nosotros facultad alguna substraída a t a n alta clero y p u e b l o .
soberanía. Es, por tanto, necesario q u e Cristo reine en la inteligen- D a d o en R o m a , j u n t o a San Pedro, el 11 d e diciembre de 1925,
cia del h o m b r e , la cual, con u n a perfecta sumisión, d e b e asentir año cuarto de n u e s t r o pontificado.
firme y constantemente a las v e r d a d e s reveladas y a la doctrina de
C r i s t o ; es necesario q u e reine en la voluntad, la cual debe obedecer omnia si christifidelibus penitus inspicienda ac consideranda proponantur,
a las leyes y preceptos divinos; es necesario q u e reine e n el corazón, multo iidem facilius ad perfectissima quaeque traducentur. Fiat utinam,
el cual, p o s p o n i e n d o los afectos naturales, d e b e a m a r a Dios sobre Venerabiles Fratres, ut suave Christi iugum et externi ad salutem suam ap-
petant atque accipiant, et omnes, quotquot, misericordi Dei consilio, do-
todas las cosas y adherirse exclusivamente a E l ; es necesario q u e mestici sumus, non grávate, sed cupide, sed amanter, sed sánete feramus:
reine en el c u e r p o y en sus m i e m b r o s , los cuales como i n s t r u m e n - vita autem nostrá ad regni divini leges compositá, laetissimam bonorum
tos, o, según expresión del apóstol San Pablo, como armas de jus- fructuum copiam percipiamus, et, servi boni ac fideles a Christo habiti, in
caelesti eius regno sempiternae cum ipso efficiamur beatitatis gloriaeque
officio Christum publice colendi eique parendi, ut privatos, sic magistratus compotes.
gubernatoresque teneri; hos vero revocabit ad extremi illius iudicii cogita - Sit quidem hoc ornen et votum Nostrae erga vos, Venerabiles Fratres,
tionem, in quo Christus non modo de publica re eiectus, sed etiam per con- paternae caritatis, adventante D. N . Iesu Christi Natali die, documentum;
temptum neglectus ignoratusve, acerrime tantas ulciscetur iniurias, cum et divinorum munerum conciliatricem accipite apostolicam benedictionem,
regia eius dignitas id postulet, ut respublica universa ad divina mandata quam vobis, Venerabiles Fratres, et clero populoque vestro peramanter
et christiana principia componatur cum in legibus ferendis, tum in iure • impertimus.
dicendo, tum etiam in adulescentium animis ad sanam doctrinam integri- Datum Romae apud Sanctum Petrum die xi mensis Decembris anno
tatemque morum conformandis. Sacro MDCCCCXXV, Pontificatus Nostri quarto.
At praeterea mirum quantum haurire vis atque virtutis ex harum com-
' « Rom. 6,13.
mentatione rerum christifidelibus licebit, ut ánimos suos ad germanum
christianae vitae institutum effingant. Nam si Christo Domino data est om-
nis potestas in cáelo et in térra; si mortales, pretiosissimo eius sanguine
empti, novo quodam iure ipsius dicioni subiiciuntur; si denique potestas
eiusmodi humanam naturam complectitur totam, clare intellegitur, nullam
in nobis facultatem inesse, quae e tanto imperio eximatur. Regnare igitur •
illum oportet in hominis mente, cuius est, perfecta sui demissione, revela-
tis veritatibus et Christi doctrinis firmiter constanterque assentiri; regnare
in volúntate, cuius est divinis legibus praeceptisque obsequi; regnare in ani-
mo, cuius est, naturalibus appetitionibus posthabitis, Deum super omnia •
diligere eique uni adhaerere; regnare in corpore eiusque membris, quae
tamquam instrumenta vel, u t Apostoli Pauli verbis utamur, tamquam arma
iuslitiae Deo, interiori animarum sanctitati serviré debent. Quae quidem
NOUS AVONS LD 519
NOUS AVONS LV momento del material histórico necesario para refutar document al men-
te la acusación4. Por fortuna, esta documentación apareció y jué pu-
blicada en el mencionado decreto. Se comprobó asi la perfecta continui-
S o b r e la « A c t i o n F r a n g a i s e » dad del Pontificado en el problema. Pío X era demasiado antimoder-
nista, para no condenar el modernismo político teórico y práctico de la
Action Francaise 5 .
La publicación del decreto de condenación reveló el fondo ideológico
y espiritual de muchos corazones: falta de sumisión, ideas erróneas so-
bre el poder pontificio, espíritu de oposición, olvido y menosprecio de la
verdad, falta de escrúpulos en materia de calumnias. Pero al mismo tiem-
po dio ocasión para presenciar un nuevo ejemplo de obediencia a la
Santa Sede por parte de la inmensa mayoría de la juventud católica
francesa. Perseveraron, sin embargo, algunos grupos reducidos de re-
«Nos hemos concluido lo que Pío X había comenzado» i. Con estas
beldes, que con el tiempo fueron serenándose 6.
palabras rechazaba Pío XI la acusación lanzada por ciertos sectores
católicos franceses con motivo de la enérgica condenación pontificia de Pío XI se vio obligado así a recordar en varias ocasiones que el que
la A c t i o n Francaise. El problema había recorrido diversas fases. Pri- no está con la Iglesia no puede estar con Cristo. Y en 1929 calificó el
meramente, el Santo Oficio condenó sin reservas, en tiempos de San movimiento de la A c t i o n Francaise como auténtica herejía 7 .
Pío X, las doctrinas fundamentales de este movimiento. El pontificado
de Benedicto XV abrió un paréntesis debido a la guerra mundial, que BIBLIOGRAFÍA
relegó a segundo plano la cuestión. Finalmente, el 5 de septiembre
de 1926 Pío XI dirigía la carta aquí traducida al cardenal Andrieu, G. CASTELLA, Histoire des Papes t.3 p.404-405.—J. SCHMIDLIN, Papstge-
arzobispo de Burdeos, aprobando y haciendo suya la respuesta dada schichte der neuesten Zeit t.4 p.H9ss.
por este cardenal a un grupo de jóvenes católicos franceses. El problema
no era meramente político. Las aguas corrían más profundas. «El ateís-
mo, el agnosticismo, el anticristianismo, el anticatolicismo, el amora- N o s h e m o s leído * con agrado la respuesta d e Vuestra E m i n e n -
* lismo..., la necesidad de restaurar el paganismo», constituían los estra- cia al g r u p o de jóvenes católicos q u e os h a n interrogado acerca de
tos hondos del movimiento ideológico, social y político de la Action la Action Francaise. N o s h e m o s e n c o n t r a d o en esta respuesta u n
Francaise.
En el orden político, el error de esta escuela consistió en anteponer Respuesta de S. E . el cardenal arzobispo de B u r d e o s a u n a pregunta
la política de un partido a los superiores intereses de la religión. Par- hecha por u n g r u p o de jóvenes católicos acerca de la Action
tiendo de un punto diametralmente opuesto al movimiento de L e Sillón, Francaise
la A c t i o n Francaise venía a caer en el mismo precipicio: la subordi-
nación, el enfeudamiento de la Iglesia a una dirección política deter- Mis queridos amigos: Me preguntáis si se puede seguir con segura con-
minada. Como consecuencia de esta ilegítima subordinación sobrevino ciencia la enseñanza dada en su Instituto y en sus diversas publicaciones
la interna división del catolicismo francés. Pío XI reiteró de nuevo la por los dirigentes de la Action Francaise. La pregunta es delicada, pero no
necesidad absoluta de deponer el error y cerrar las filas en la unidad intentaré eludirla, porque soy deudor de la verdad a todos, con mayor razón
a los jóvenes, que son los portadores del porvenir. Soy deudor de la verdad a
de pensamiento y de acción. Y repitió la tesis fundamental en la doctrina
política católica de la licitud de todas las formas de gobierno justas 2. 4
L a causa de esta imposibilidad momentánea estuvo dada por la incorporación de la
De acuerdo con estos puntos de vista, apareció el día 29 de diciem- Congregación del índice a la del Santo Oficio, realizada en virtud del jnotu proprio de Bene-
dicto X V d e 25 d e marzo d e 1917. Los archivos d e aquélla q u e d a r o n unidos a los del Santo
bre del mismo año la condenación nominal de cuatro obras de Charles Oficio, con el consiguiente trasiego y dificultad de consulta (cf. A A S 9 [1917] 161-163 y 167),
5
Maurras y del periódico L ' A c t i o n F r a n c a i s e 3 . La aparición de este P í o XI, carta autógrafa al cardenal Andrieu, arzobispo de Burdeos, de 5 de enero
ilc 1927: A A S 19 (1927) 5-8.
decreto del Santo Oficio provocó una fuerte polvareda. En ciertos 6
Cf. aloe, consist. d e 20 de junio de 1927: A A S 19 (1927). 236-239.
7
círculos maurrasianos se había afirmado que la conducta de Pío XI «La herejía de la Action Francaise es como hay q u e llamarla en adelante», frase t o m a d a
de la carta autógrafa al cardenal Dubois, arzobispo d e París, de 25 d e agosto d e 1929 (AAS 2r
era contraria a la de Pío X. Desgraciadamente no se pudo disponer de [ 1929] 619-621). Véanse también las declaraciones d e Pío XI a este mismo cardenal el 24 d e
febrero d e 1927 (AAS 19 [1927I 185) y las condenaciones del libro L'hction Francaise et le
1 Vaiican, 19 de septiembre d e 1927 (AAS 19 [1927] 347), y de otros libros sobre el m i s m o
Carta autógrafa de Pío XI al cardenal A n d r i e u , arzobispo de Burdeos, de 5 d e enero -
de 1927: A A S 19 (1927) 5-8. asunto, 13 de enero de 1928 (AAS 20 [1928] 35).
2
Cf. la importante alocución consistorial de 2 0 de diciembre de 1926: A A S 18 (1926) 1
P í o XI, carta al cardenal Andrieu, arzobispo de Burdeos, aprobando y alabando la carta
517-520. de éste respondiendo a la pregunta hecha por u n g r u p o d e jóvenes católicos acerca de la Action
3
A A S 18 (1926) 529-530. El decreto del Santo Oficio reiteraba la condenación anterior Francaise: A A S 18 (1926) 382-386. Insertamos aquí la versión del texto original de dicha.
ratificada por Pío X y se extendía al diario L'Action Francaise con una fórmula restringi-
da: pruul in ptaesms editar.
i'iirtí!, ' ^ "'.
520 l'lO XI
c a m e n t e s u b o r d i n a d a a la moral. E n substancia, hay en estas m a n i - los peligros y ponerse e n guardia contra ellos; n o d u d a m o s t a m b i é n
festaciones huellas d e u n renacimiento del paganismo, al cual está q u e todos los jóvenes escucharán vuestra voz de obispo y de p r í n -
ligado el n a t u r a l i s m o q u e estos autores h a n b e b i d o , inconsciente- cipe de la Iglesia: e n ella y con ella escucharán t a m b i é n la voz m i s m a
m e n t e creemos, c o m o t a n t o s otros d e sus c o n t e m p o r á n e o s , e n la del P a d r e c o m ú n d e t o d o s los fieles. C o n esta confianza N o s os con-
enseñanza pública d e esta escuela m o d e r n a y laica, e n v e n e n a d o r a c e d e m o s d e corazón, así c o m o a vuestro clero y a v u e s t r o p u e b l o ,
d e la j u v e n t u d , q u e ellos m i s m o s c o m b a t e n con frecuencia t a n ar- la b e n d i c i ó n apostólica.
d o r o s a m e n t e . Ansiosos s i e m p r e a n t e la vista d e los peligros crea- D a d o en R o m a , j u n t o a San P e d r o , el 5 d e s e p t i e m b r e de 1926,
dos p o r todas p a r t e s a esta q u e r i d a j u v e n t u d , sobre t o d o p o r la a ñ o q u i n t o d e n u e s t r o pontificado.
aparición d e estas equivocadas tendencias, a u n q u e sea con el p r e -
texto d e u n bien, sin d u d a alguna, t a n loable c o m o el a m o r d e la estas negaciones subversivas, de restaurar el paganismo con todas sus injus-
patria, n o s h a n servido d e gozo las voces q u e , ' incluso fuera d e ticias y todas sus violencias: he aquí, mis queridos amigos, lo que los diri-
gentes de la Action Francaise enseñan a sus discípulos y lo que debéis
Francia, se h a n levantado e n estos últimos t i e m p o s p a r a advertir
evitar enteramente.
Os lo pido con una solicitud llena de ternura, porque es un corazón de
la belleza, y por el epicureismo, o amor del placer. El jefe de la Action obispo y de padre el que os habla; os lo pido en nombre de lo que más que-
Francaise reprueba todo sistema que, como el cristianismo, pone en la virtud réis, en nombre de vuestra fe, de vuestra virtud y de vuestras esperanzas
la regla de los actos voluntarios, la base de las instituciones sociales y el inmortales.
principio del progreso social de la humanidad. ¿Será necesario admirarse Burdeos, 25 de agosto de 1926, en la fiesta de San Luis Rey de Francia,
de que se muestre tan pródigo en los desprecios y en los sarcasmos contra quien se llamaba le sergent du Christ, y cumplió siempre con toda excelencia
lo que él llama doctrinas «virtuistas» ? los deberes inherentes a este glorioso título.—PAULINO, CARDENAL A N -
Según los dirigentes de la Action Francaise, la sociedad está exenta, DNIEU, Arzobispo de Burdeos.
como el individuo, de todos los preceptos de la ley moral, e intentan justi-
ficar esta independencia sirviéndose de dos sofismas: la estabilidad del tipo
del hombre y la inmutabilidad radical de la sociedad, regida, como el hombte,
por leyes físicas que excluyen la moralidad al impedir el ejercicio de la
libertad.
Los dirigentes de la Action Francaise invocan para fundamentar su te-
sis otro argumento fantástico: la humanidad está dividida en dos clases,
o, más bien, dos reinos: el hombre inculto, a quien el maestro de esta escue-
la llama «el imbécil degenerado», y la minoría de los hombres instruidos.
Ahora bien, la humanidad debe conservarse tal cual la organiza la natura-
leza. Está, por consiguiente, finalmente condenada a no tener otra regla
de conducta que el inmobilismo.
Y para llenar el vacío causado por la ausencia completa de la ley moral,
los dirigentes de la Action Francaise nos presentan una organización social
completamente pagana en la que el Estado, formado por algunos privile-
giados, lo es todo, y el resto del mundo nada.
¡De esta manera tienen la audacia de proponer el restablecimiento de
la esclavitud! Y que no se les hable de una reivindicación cualquiera del in-
dividuo frente al poder. La razón de Estado será siempre superior a toda
consideración de justicia y de moralidad; porque, dice el jefe de la Action
Francaise, «la moral natural predica una sola virtud, la virtud de la fuerza»,
y, según la expresión de otro maestro de la misma escuela, «toda fuerza es
buena en tanto en cuanto es bella y triunfa».
Por lo demás, las pretendidas leyes físicas, de las cuales depende exclusi-
vamente la sociedad, funcionan con una exactitud sideral. Esto es lo que ha
hecho decir al jefe de la Action Francaise: «¡Queda prohibido a Dios entrar
en mi observatorio!»
Los sociólogos que sentencian este ostracismo tan ultrajante para la
majestad divina pretenden hacer respetar lo que ellos llaman «el equilibrio
del mundo». Pero olvidan la grave lección del rey salmista,, tantas veces
confirmada por la historia: «Si el Señor no guarda la ciudad, en vano los que
la guardan ejercen a su alrededor una atenta vigilancia».
Ateísmo, agnosticismo, anticristianismo, anticatolicismo, amoralismo del
individuo y de la sociedad, necesidad para mantener el orden, a pesar de
DIWN1 II.MUS MACISTHI 52¡)
BIBLIOGRAFÍA
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ciedades que por derecho • propio intervienen* conjuntamente en esta (¡ÜETA, Pedagogía fundamental (Madrid 1943).—E. PLANCHARD, La pédagogie
labor: la familia, la Iglesia y el Estado. Los derechos educativos de scolaire contemporaine (Tournai-París 1948).
la familia, conferidos directamente por Dios a los padres, son anteriores
al derecho del Estado. Por otra parte, el mandato educativo de la
SUMARIO
Iglesia, derivado de una misión especial dada por Dios y de la materni-
dad sobrenatural de aquélla, es superior al mandato del Estado. El I. Predilección de Cristo por los niños. Objeto de esta encíclica: prin-
titulo jurídico de éste para su intervención en materia de enseñanza cipios y conclusiones en materia de educación. Abundancia de teo-
es la autoridad atribuida por Dios al poder público en orden al bien rías pedagógicas nuevas. Su denominador común: el naturalismo pro-
común. Esta es, en resumen, la tesis teórica central de la encíclica D i - yectado sobre la educación. Educación es la formación del hombre
vini illius Magistri, verdadero código de derechos y obligaciones del para la vida presente y para la vida eterna. Excelencia y ventajas
católico en la cuestión escolar. de la educación cristiana.
II. Los educadores. La educación es obra de tres sociedades: dos de or-
Desde el punto de vista histórico, Pío XI señala, además, que la den natural, la familia y el Estado; la tercera, de orden sobrenatural,
escuela, esta institución social extradoméstica creada para suplir la la Iglesia.
natural imperfección de la familia, ha nacido de la libre iniciativa y de La misión educativa de la Iglesia está justificada por dos títulos
la acción mancomunada de la Iglesia y la familia. La aparición de la jurídicos: el mandato expreso del Salvador y la maternidad sobre-
escuela pública estatal es históricamente muy posterior, y brotó como natural de la Iglesia. Son, por consiguiente, derechos de la Iglesia en
fruto del concurso simultáneo de dos causas: la acción invasora del materia de educación la plena independencia y libertad de magiste-
Estado en el campo educativo y el legítimo derecho del Estado a pro- rio; el poder de usar y juzgar de todas las disciplinas desde el punto
porcionar una educación ciudadana y satisfacer las necesidades creadas de vista de su conformidad o disconformidad con la recta moral;
por los progresos de la vida moderna, supliendo así la impotencia eco- el derecho consiguiente de promover la cultura en todos los grados,
nómica dé la familia para cubrirlas. en armonía con las legítimas disposiciones del poder civil en esta
materia. Por lo que toca a la extensión de esta misión educativa de
Es la encíclica Divini illius Magistri el primer documento pontificio la Iglesia, es universal en el tiempo y en el espacio: comprende a los
en la historia doctrinal de la Iglesia que ha tratado de una manera fieles y a los infieles.
completa y sistemática el tema de la educación L Al lado de los princi- Misión educativa de la familia; su título es la paternidad. Sus dere-
pios fundamentales que determinan y regulan la labor educativa de las chos, por tanto, están dados inmediatamente por el Creador; son
tres sociedades ya indicadas, el carácter total del educando, las circuns- anteriores y superiores a los del Estado y-están subordinados al fin
tancias que integran el medio educativo y el fin propio de la genuina último de la prole, es decir, a la ley divina natural y positiva. Los
educación cristiana, aparecen tratados otros temas planteados por la com- derechos educativos de la familia están afirmados por el consenti-
pleja problemática social, política y pedagógica del mundo moderno: el . miento universal de todos los pueblos y reconocido por la jurispru-
naturalismo educativo, la educación sexual, la coeducación de los sexos, dencia de los países que respetan el derecho natural. Por último,
la escuela neutra o laica, el eventual influjo deseducativo del cine y de la innovación totalitaria, que era a su vez la proyección práctica de un intento despótico de
la radio, los limites del Estado y los derechos de la Iglesia y de la fa- apoderamiento de los hijos para los fines del Estado, esto es, del partido dueño del Gobierno,
con absoluta independencia de la voluntad de los padres, y no raras veces contra esta misma
milia 2 . De esta manera, el gran antagonista de la tesis católica educa- voluntad: este apoderamiento tenía una primera fase de realización en la escuela, transfor-
mada en una oficina preparatoria de la guerra... En aquellos años en que se realizaba la ab-
1
E. MARMY, La communauté humain selcn l'esprit chrétien p.848. sorción de los derechos de la familia y de la libertad de los individuos, sóloel Papa, o al meaos
2
La motivación histórica más inmediata de la encíclica, que se trasluce en el mismo con- sólo él con autoridad efectiva, recordaba al totalitarismo los límites impuestos por la natura-
texto de ésta, se halla bien recogida y expresada por I. Giordani: «La enseñanza de toda esta leza y por el orden sobrenatural al poder del Estado, salvando así los derechos del espíritu
materia educativa, sobre todo en lo referente a los límites del Estado, estaba dirigida contra humano y de la misma escuela» (I. GIORDANI, Le encicliche sociali p.334).
PÍO XI I H V I N t It.LIDS MACISTRI 527
esta misión educativa de la familia concuerda perfectamente con el política. Formar un buen cristiano es formar al mismo tiempo un
mandato de la Iglesia en la misma materia. buen ciudadano. La enseñanza de las ciencias en la escuela no debe
Misión educativa del Estado. El título que justifica esta misión contradecir jamás la instrucción religiosa recibida en ella. Lo nuevo
es la autoridad que el Estado posee para el bien común. Doble fun- y lo antiguo en la enseñanza. Formación literaria y científica y forma-
ción del Estado en el campo educativo: tutelar jurídicamente los de- ción filosófica. La eficacia de una escuela depende más de la calidad
rechos de la Iglesia y de la familia y suplir las lagunas de la familia de los maestros que de la rectitud de la legislación.
en la educación de la prole. Es también función propia del Estado El mundo y sus peligros. La educación de la juventud está hoy
promover por todos los medios posibles la educación e instrucción día amenazada por nuevos y poderosos peligros: literatura obscena,
de la juventud y lograr que los ciudadanos adquieran un nivel medio cinematografía y radio. Estos medios están regidos hoy en gran
de cultura proporcionado a las necesidades de la época. Tiene derecho parte por la codicia y el escándalo. Hay que fomentar toda clase de
también a organizar la instrucción especializada de los funcionarios obras educativas que ofrezcan a la juventud un medio de sana re-
públicos, pero sin incurrir en los extremos de un nacionalismo exa- creación. El joven debe vivir en el mundo; pero debe vivir inmune
gerado o del culto de la fuerza por sí misma. La educación ciudadana: del contagio del mundo.
aspectos positivo y negativo de ésta. V. El fin de la educación cristiana es la formación del verdadero cristiano.
La educación es una de las materias en que es necesaria la regula- Por esto comprende todas las actividades del hombre. Ahora bien,
ción jurídica armónica de las actividades docentes de la Iglesia, la el verdadero cristiano es el hombre sobrenatural, consecuente y tenaz
familia y el Estado. Esta concordia de actividades es sumamente pro- en su adhesión a los principios y al ejemplo de Jesucristo, modelo
vechosa para la recta formación del ciudadano, para la seguridad del s'upremo de toda educación.
Estado, para el verdadero progreso de la ciencia y para la justa liber- Los profanos juzgan este ideal como algo irrealizable o, por lo
tad de todos. menos, dañoso para la actividad temporal del hombre. La respuesta
El sujeto de la educación. El educando es el hombre completo, caído, a la objeción ya la dio Tertuliano a los paganos de su tiempo: el orden
pero redimido' por Cristo, con una vocación sobrenatural. Por esto sobrenatural no sólo no perjudica al orden natural, sino que es la
es falso y queda condenado todo naturalismo pedagógico. Si la mo- mejor posibilidad que éste tiene de elevación y superación. Prueba de
derna pedagogía ha hecho alguna innovación fundamental, esta inno- este hecho: la historia del cristianismo, y particularmente las vidas
vación no es verdadera innovación, porque ya había sido puesta en de los santos de toda edad, sexo y condición social. La labor educativa
práctica por la Iglesia. de la Iglesia viene así a identificarse con la misma naturaleza de ésta.
Condenación particular de la educación sexual. Esta teoría olvida Lo expresó con acierto hace ya catorce siglos el genio de San Agustín.
o desconoce el pecado original. En una materia tan delicada hay que
poner en práctica las cautelas tradicionales de la probada pedagogía
cristiana. Por lo que toca a la coeducación de los sexos, ésta es con- [i ]. R e p r e s e n t a n t e en la tierra 1 de aquel divino M a e s t r o q u e ,
traria al derecho natural y nociva bajo todos los aspectos. abrazando en la i n m e n s i d a d de su a m o r a todos los hombres, a u n
El medio ambiente de la educación. a los pecadores e indignos, m o s t r ó , sin e m b a r g o , una predilejseión
La familia cristiana.es el ambiente educativo más eficaz y dura- y una t e r n u r a especialísimas hacia los niños y se expresó con a q u e -
dero. Importancia del buen ejemplo de los padres. Sin embargo, llas palabras t a n c o n m o v e d o r a s : Dejad que los niños se acerquen a
la educación doméstica sufre actualmente una lamentable decadencia. mi 2 , N o s h e m o s d e m o s t r a d o t a m b i é n e n todas las ocasiones la p r e -
Diversas causas de esta decadencia. Remedios oportunos para sa- dilección e n t e r a m e n t e p a t e r n a q u e p o r ellos sentimos, p r o c u r á n -
nada. doles t o d o s los cuidados necesarios y todas las enseñanzas referen-
La Iglesia ejerce un influjo ambiental extraordinario en la educación.
Medios concretos de este influjo. La Iglesia y la familia constituyen
de hecho y de derecho un único ambiente educativo. D e christiana iuventutis educatione
La escuela. Razón de ser de la escuela pública. Su origen histórico:
fué fruto de la labor_ conjunta de la Iglesia y de la familia. La escuela Divini illius Magistri vices in terris gerentes, qui, etsi universam homi-
del Estado ha aparecido posteriormente. Iglesia, familia y Estado num familiam, vel ob commissa immerentium, infinita caritate sua complec-
deben colaborar armónicamente en la institución pública llamada tebatur, teneriore tamen animo pueros prosecutus est atque in verba illa
escuela. Es, por tanto, contraria a los principios fundamentales de la erupit amoris plena: «Sinite párvulos venire ad me», Nos quoque ullam,
educación la escuela neutra o laica. Normas concretas con respecto quae Nobis obversaretur, opportunitatem non praetermisimus, ut paternam
a esta escuela. Requisitos esenciales de la escuela católica. voluntatem, qua in eos ferimur, data occasione, ostenderemus eo potissimum
El problema de la diversidad de confesiones religiosas dentro ,de intendentes animum, ut sedulae iisdem tribuantur curae opportunaque t r a -
una misma nación debe ser resuelto en materia e'ducativa reconocien- ilantur praecepta, quae ad christianam pertineant iuventutis educationem.
do el derecho de las familias a la educación libre de sus hijos y obser- 1
P í o XI, carta encíclica a todos los patriarcas, primados, arzobispos, obispos y demás o r -
vando el Estado las obligaciones de la justicia distributiva. Distintos dinarios de lugar en paz y comunión con la Sede Apostólica y a todos los Mes del orbe c a t ó -
supuestos actuales de política educativa en esta materia. lico, sobre la educación cristiana d e la juventud: A A S 22 (1930) 49-86. Laversión i t a l i a n a d e
rsta encíclica, Rappresentanti in térra, a u n q u e lleva la misma fecha q u e el texto latino, f u é
Escuela y Acción Católica. La defensa de la escuela es una obra publicada con anterioridad a éste: A A S 21 (1929) 723-762.
de auténtico apostolado de Acción Católica. No es obra meramente 2
M e . 10,14.
528 PtO XI DIVINI IIXIUS MAGISTRI 529
tes a la educación cristiana d e la j u v e n t u d . Así, haciéndonos eco c o m o en los tiempos m o d e r n o s ; por esto se m u l t i p l i c a n las teorías
del' divino M a e s t r o , h e m o s dirigido palabras orientadoras de aviso, pedagógicas, se inventan, se p r o p o n e n y discuten m é t o d o s y medios,
d e exhortación y de dirección a los jóvenes y a los educadores, a n o sólo para facilitar, sino además para crear u n a e d u c a c i ó n nueva
los p a d r e s y a las m a d r e s de familia, sobre varios p u n t o s d e la e d u - de infalible eficacia, q u e capacite a las nuevas generaciones para
cación cristiana, con la solicitud propia del P a d r e c o m ú n de t o d o s lograr la ansiada felicidad en esta tierra.
los fieles y con la insistencia o p o r t u n a e i m p o r t u n a q u e , inculcada [ 4 ] . L a r a z ó n d e este hecho es q u e los h o m b r e s , creados por
p o r el Apóstol, requiere el oficio pastoral: Insiste con ocasión y sin Dios a su imagen y semejanza y destinados p a r a gozar d e Dios, per-
ella, reprende, ruega, exhorta con toda paciencia y doctrina 3; solicitud fección infinita, al advertir hoy m á s q u e n u n c a , e n m e d i o d e la
e insistencia exigidas p o r estos nuestros tiempos, e n los cuales, p o r a b u n d a n c i a del creciente progreso material, la insuficiencia d e los
desgracia, se deplora u n a ausencia t a n extraordinaria d e claros y bienes t e r r e n o s para la verdadera felicidad d e los individuos y de
sanos principios, a u n en los problemas m á s fundamentales. los pueblos, sienten por esto m i s m o u n m á s vivo estímulo hacia una
[ 2 ] . P e r o la m i s m a situación general de n u e s t r a época, la agi- perfección m á s alta, estímulo q u e ha sido p u e s t o en la m i s m a n a t u -
tada controversia actual sobre el p r o b l e m a escolar y pedagógico e n raleza racional p o r el Creador, y q u i e r e n conseguir esta perfección
los diferentes países y el consiguiente deseo q u e nos ha sido m a n i - principalmente p o r m e d i o de la educación. Sin embargo, m u c h o s
festado con filial confianza por m u c h o s d e vosotros y d e vuestros de n u e s t r o s contemporáneos, insistiendo excesivamente en el sentido
fieles, venerables h e r m a n o s , e igualmente n u e s t r o afecto t a n i n t e n - etimológico de la palabra, p r e t e n d e n extraer esa perfección de la
so, c o m o h e m o s dicho, p o r la j u v e n t u d , nos m u e v e n a tratar de mera naturaleza h u m a n a y realizarla con solas las fuerzas d e ésta.
nuevo y a fondo este tema, n o ya para recorrerlo en t o d a su inago- Este m é t o d o es equivocado, p o r q u e , e n vez de dirigir la m i r a d a a
table a m p l i t u d teórica y práctica, sino p a r a r e s u m i r al m e n o s los Dios, p r i m e r principio y último fin de t o d o el universo, se repliegan
principios s u p r e m o s , iluminar sus principales conclusiones e indicar y apoyan sobre sí m i s m o s , adhiriéndose exclusivamente a las cosas
sus aplicaciones prácticas. Sea éste el r e c u e r d o q u e d e n u e s t r o j u - terrenas y t e m p o r a l e s ; y así q u e d a n expuestos a una incesante y
bileo sacerdotal, con interés y afecto m u y particulares, dedicamos continua fluctuación mientras n o dirijan su m e n t e y su c o n d u c t a
a la a m a d a j u v e n t u d y a cuantos tienen la misión y el deber de a la única m e t a de la perfección, q u e es D i o s , según la p r o f u n d a
consagrarse a su educación. sentencia de San A g u s t í n : «Nos hiciste, Señor, para ti, y n u e s t r o
corazón está i n q u i e t o hasta q u e descanse en ti» 4 .
[3 ]. E n realidad, n u n c a se ha hablado t a n t o de la educación
[5J. Es, por tanto, de la mayor importancia n o errar en m a t e r i a
Itaque, Divini ipsius Magistri veluti vocem referentes, pluries, admonendo,
pere disceptatum est; quam ob rem plurimi novarum de paedagogia doctri-
cohortando, dirigendo, salutaria verba habuimus cum coram iuvenibus
narum magistri ubique exstant, qui novas de hac re effingunt ac disserendo
eorumque praeceptoribus, tum coram matribus patribusque familias, de iis
proponunt rationes ac vias, quibus eam iactant se posse educationem asse-
rebus quae christianam attingunt educationem, ea quidem sollerti cura,
qui, faciliorem scilicet atque efficaciorem, qua futurae aetatis nomines ad
quae communem omnium Patrem decet, eaque opportuna vel importuna,
optatam in terris felicitatem adipiscendam satius conformentur.
quae pastoralis est muneris, seducíate, secundum illud Apostoli: «Insta
opportune. importune: argüe, obsecra, increpa in omni patientia et doctri- Cuius rei haec causa est, quod videlicet nomines, qui, a Deo creati,
na»; quod profecto haec riostra postulant témpora quibus nimium saepe eius referunt similitudinem eodemque, perfectissimo bono, aliquando
dolendum est perspicua ratione rectoque iudicio de rebus etiam maximi fruituri sunt, ut ex hodierna ipsa terrenarum rerum copia ac progressione
ponderis carere multos. facilius animadvertunt non posse bona externa ñeque privatam afierre
ñeque publicam veri nominis felicitatem, ita, naturae suae ab ipso Creatore
At ipsa nostrae huius aetatis conditio, ipsa quae variis in regionibus insitum, acriorem experiuntur stimulum ad nobiliorem cotidie capiendarn
scholastica agitatur ac paedagogica controversia, ipsa, quae bene multi e vo- perfectioris vitae formam, quam quidem educationis ope potissimum susci-
bis, venerabiles fratres, atque e vestratibus, hac de re optata non semel Nobis pere contendunt. At nonnulli, quasi in nativa verbi significatione nimium
fidenti animo aperuerunt, itemque Nostra, ut diximus, erga iuventutem insistentes, eiusmodi vitae perfectionem ex ipsa hominum natura expro-
actuosa voluntas, Nos impellunt ad causam iterum ac consultius pertrac- mere enituntur eiusque viribus tantum ad effectum adducere. In quo facile
tandam, non quasi eius doctrinae eiusque usus amplitudinem paene infini- ii quidem errant, quandoquidem non ad Deum, universitatis rerum princi-
tam velimus funditus perscrutari, at quia praecipua saltem, quibus nititur pium atque finem, oculos animosque intendunt sed in se ipsos inflectunt,
principia ac rationes, breviter explanare cupimus, et ea omnia, quae inde terrenis fluxisque rebus haerentes toti: unde profecto fiet, ut iidem perpe-
consequuntur atque ad usum pertinent, in sua luce poneré. Idque habeat tua animorum fluctuatione ac perturbatione fatigentur, usque dum ad
iuventus, habeantque omnes qui, pro suo officio, eius praesunt educationi, Deum, virtutum omnium unam veluti metam, mentem operamque suam
veluti donum a Nobis singulari prorsus studio» monumenti causa datum, convertant, secundum grandem iüam Augustini sententiam: «Fecisti n o s .
quinquagesimo exeunte armo ex quo sacerdotale munus suscepimus. Domine, ad te, et inquietum est cor nostrum doñee requiescat in te».
Iamvero, nunquam, ut nostris hisce temporibus, de educatione tanto- Res igitur maximi momenti est, in iis quae- ad educationem attinent
3 4
2 Tim. 4,2. SAN AGUSTÍN, Confesiones I i: PL 32,661; BAC, Obras de San /íustín t.a p. 78.
530 río xi
n i V I X I II.T.IUS MAGISTRJ 531
de educación, de la m i s m a m a n e r a q u e es de la mayor trascendencia
6
n o errar en la dirección personal hacia el fin último, con el cual está que aun de viejo no se apartará de él , Por esto decía con razón
íntima y necesariamente ligada toda la obra de la educación. P o r q u e , San J u a n C r i s ó s t o m o : « ¿ Q u é obra hay mayor q u e dirigir las almas,
como la educación consiste esencialmente en la formación del h o m - q u e moldear las c o s t u m b r e s de los jovencitos?» 7
b r e tal cual d e b e ser y d e b e portarse en esta vida terrena p a r a con- [6]. P e r o n o hay palabra, q u e revele con t a n t a claridad la
seguir el fin sublime para el cual ha sido creado, es evidente q u e grandeza, la belleza y la excelencia sobrenatural d e la obra d e la
así c o m o n o p u e d e existir educación verdadera q u e n o esté total- educación cristiana c o m o la profunda expresión de amor con q u e
m e n t e o r d e n a d a hacia este fin último, así t a m b i é n en el o r d e n p r e - Jesús, n u e s t r o Señor, identificándose con los niños, declara: Quien
sente de la Providencia, es decir, después q u e D i o s se n o s ha re- recibe a uno de estos niños en mi nombre, a mí me recibe s.
velado en su unigénito Hijo, único q u e es camino, verdad y vida 5,
n o p u e d e existir otra completa y perfecta educación q u e la educación [7 ]. A h o r a bien, para prevenir t o d o error en esta obra de tanta
* cristiana. L o cual d e m u e s t r a la importancia s u p r e m a d e la educa- importancia y para realizarla del mejor m o d o posible, con la ayuda
ción cristiana, n o solamente para los individuos, sino t a m b i é n para de la gracia divina, es necesario tener u n a idea clara y exacta d e la
las familias y para toda la sociedad h u m a n a , ya q u e la perfección educación cristiana en sus elementos esenciales, esto es, a q u i é n
de esta sociedad es resultado necesario d e la perfección de los pertenece la misión de educar, cuál es el sujeto de la educación,
m i e m b r o s q u e la c o m p o n e n . E igualmente, d e los principios indi- cuáles las circunstancias necesarias del a m b i e n t e , cuál el fin y la
cados resulta clara y manifiesta la excelencia insuperable de la obra forma propia de la educación cristiana, según el orden establecido
d e la educación cristiana, p u e s ésta tiende, en último análisis, a por Dios en la economía de su providencia.
asegurar el S u m o Bien, D i o s , a las almas de los e d u c a n d o s , y el
m á x i m o bienestar posible en esta tierra a la sociedad h u m a n a . [I. A QUIÉN PERTENECE LA M I S I Ó N EDUCADORA]
Y esto del m o d o m á s eficaz posible p o r p a r t e del h o m b r e , es decir,
c o o p e r a n d o con D i o s al perfeccionamiento de los individuos y de [8 ] . L a educación n o es u n a obra de los individuos, es u n a obra
la sociedad, en c u a n t o q u e la educación i m p r i m e en las almas la de la sociedad. A h o r a bien, tres son las sociedades necesarias, dis-
primera, la más poderosa y la m á s d u r a d e r a dirección d e la vida, tintas, pero a r m ó n i c a m e n t e unidas por Dios, en el seno de las cuales
según la conocida sentencia del Sabio: Instruye al niño en su camino, nace el h o m b r e : dos sociedades de o r d e n natural, la familia y el
E s t a d o ; la tercera, la Iglesia, de o r d e n sobrenatural. E n p r i m e r lu-
gar, la familia, instituida i n m e d i a t a m e n t e p o r Dios para su fin es-
non fallí, haud aliter quam ab ipso supremo fine non aberrare, ad quem
quidem quaelibet educatíonis opera necessario dirigitur. Etenim, quoniam Chrysostomus: «Quid maius quam animis moderari, quam adolescentulo-
omnis educandi ratio ad eam spectat hominis conformationem, quam is rum fingere mores?»
in hac mortali vita adípiscatur oportet, ut destfnatum sibi a Creatore finem At nihil profecto christianae educatíonis amplitudinem dignitatemque,
supremum contingat, liquido patet, ut nulla veri nominis educatio esse nihil supematuralem eius praestantiam magis ostendit, quam amantissima
potest, quae ad finem ultimum non ordinetur tota, ita, praesenti hoc rerum illa verba, quibus Cbristus Dominus, quasi suam puerí gererent personam,
ordine Dei providentia constituto, postquam scilicet se ipse in Unigénito asseveravit: «Quisquís unum ex huiusmodi pueris receperit in nomine
suo revelavit qui unus «vía, veritas et vita» est, plenam perfectamque educa- meo, me recipit».
tionem dari non posse, nisi eam, quae christiana vocatur. Quapropter mani- Iamvero ut ín hac maximae gravitaíis opera non modo errores praeca-
festó apparet, christianam educationem causam esse sane gravissimam, veantur, sed etiam ut, divina suffragante gratia, ad prosperiorem succes-
quod attinet non modo ad singulos nomines, sed ad domestícam etiam civi- sum muniatur vía, omnino necesse est ut hoc plañe exploratum sit, scilicet
lemque consortionem, cuius quidem summa vis atque virtus ex ipsa vi quid sibi velit christiana educatio quibusque nitatur principiis: id est, ad
atque virtute eorum proferto oritur ex quibus eadem tamquam elementis quem educandi munus pertineat et quisnam educationc indigeat, quae
constat. Itemque ex .hisce principiis, quae adhuc attígimus, dilucidum est praeterea opus est intercederé rerum adiuncta, ac denique quae sit, ex
quam praestabilis sit, prae ceteris ómnibus, christianae educatíonis opera, rerum ordine a providentissimo Deo constituto, propria christianae educa-
quippe quae eo potíssimum spectet, ut summi boni, nempe Dei, possessio- tíonis ratio eiusdemque propositum.
nem adolescentibus educandis comparet, et humanae societati máxima,
quoad in terris fieri potest, emolumenta ac commoda pariat. Idque effica- Educandi munus non singulorum hominum, sed necessario societatis
ciore prorsus modo ea assequi nititur, quandoquidem homines, eiusmodi est. Tres vero numerantur societates necessariae, ínter se distinctae at,
inceptum provehentes, ipsi Deo navant operam, ut auctiori civium pro- Oeo volente, congruenter copulatae, quibus quidem homo ab ortu suo
fectui privatim publice prospiciant; educatores enim iuvenum ánimos ita adscribitur: harum duae, domestica nempe ac civilis consortio, naturalis
affingunt ac movent, ut eorum vitae cursum vel in posterum quodammodo ordinis; ac tertia, Ecclesia nimirum, supernaturalis. Primum obtinet locum
dirigant, divina testante Sapientia: «Adolescens iuxta viam suam etiam domesticus convictus, qui, cum ab ipso Deo ad eiusmodi propositum
cum senuerit non recedet ab ea». Mérito igitur hac de re scripsit S. Ioannes
h
Prov. 22.6.
7
5 S \ N JUAN CRISÓSTOMO, In M í . hom.6o: P G 57,573; B A C , Homilías subre San Maleo
lo. 14,6.
I.J P.25S.
8
Me. 9,36.
532 rio x i
DIVIM II.LIVS MAGISTRl 533
pecífico, q u e es la procreación y educación de la p r o l e ; sociedad
q u e p o r esto m i s m o tiene prioridad de naturaleza y, p o r consiguien- [11]. El p r i m e r título consiste en la expresa m i s i ó n d o c e n t e
te, prioridad d e derechos respecto del E s t a d o . Sin e m b a r g o , la fami- y en la a u t o r i d a d s u p r e m a d e magisterio, q u e le dio s u divino F u n -
lia es u n a sociedad imperfecta, p o r q u e n o posee en sí m i s m a todos d a d o r : Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra; id, pues,
los medios necesarios para el logro perfecto de su fin p r o p i o ; en enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del
cambio, el E s t a d o es u n a sociedad perfecta, p o r tener en sí m i s m o Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a observar todo cuanto, yo os
todos los medios necesarios para su fin propio, q u e es el bien co- he mandado. Yo estaré con vosotros siempre hasta la consumación del
m ú n t e m p o r a l ; p o r lo cual, desde este p u n t o de vista, o sea en o r d e n mundo 9. A este magisterio confirió Cristo la infalibilidad j u n t a m e n t e
al bien c o m ú n , el E s t a d o tiene preeminencia sobre la familia, la cual con el m a n d a t o de enseñar a t o d o s su d o c t r i n a ; p o r esto la Iglesia
alcanza solamente d e n t r o del Estado su conveniente perfección t e m - «ha sido constituida p o r su divino A u t o r como c o l u m n a y funda-
poral. L a tercera sociedad, en la cual nace el h o m b r e , m e d i a n t e el m e n t o de la verdad, p a r a q u e enseñe a todos los h o m b r e s la fe divi-
b a u t i s m o , a la vida de la gracia, es la Iglesia, sociedad de o r d e n so- na, y g u a r d e íntegro e inviolado el depósito a ella confiado, y dirija
b r e n a t u r a l y universal, sociedad perfecta, p o r q u e tiene en sí misma y forme a los h o m b r e s , a las sociedades h u m a n a s y la vida t o d a e n
t o d o s los medios indispensables para su fin, q u e es la salvación la honestidad d e c o s t u m b r e s e integridad de vida, según la n o r m a
eterna de los h o m b r e s , y, p o r tanto, s u p r e m a en su o r d e n . de la doctrina revelada» * °.
cultura, así como es de i n m e n s o provecho para las familias y para 1'urque, como sabiamente advierte L e ó n X I I I , sin u n a recta f o r m a -
las naciones, las cuales sin Cristo se p i e r d e n — c o m o j u s t a m e n t e ción religiosa y moral, «todo cultivo del espíritu será m a l s a n o : los
observa San H i l a r i o : « ¿ Q u é hay m á s peligroso p a r a el m u n d o q u e jóvenes, n o a c o s t u m b r a d o s al respeto de D i o s , n o s o p o r t a r á n n o r m a
no acoger a Cristo?» 16—, así t a m b i é n n o causa el m e n o r d a ñ o a los alguna de vida virtuosa y, h a b i t u a d o s a n o negar n a d a a sus deseos,
o r d e n a m i e n t o s civiles en estas materias, p o r q u e la Iglesia, con su fácilmente se dejarán arrastrar p o r los m o v i m i e n t o s p e r t u r b a d o r e s
m a t e r n a p r u d e n c i a , acepta q u e sus escuelas e instituciones educati- del Estado» 1 8 .
vas p a r a seglares se conformen, en cada nación, con las legítimas [20]. P o r lo q u e toca a la extensión d e la misión educativa
disposiciones d e la a u t o r i d a d civil, y está siempre dispuesta a p o - ilc la Iglesia, ésta c o m p r e n d e a t o d o s los p u e b l o s , sin limitación
nerse de a c u e r d o con ésta y a resolver amistosamente las dificulta- alguna de t i e m p o o lugar, según el m a n d a t o d e C r i s t o : Enseñad
des q u e p u d i e r a n surgir i 7 . a todas las gentes 19; y n o hay p o d e r t e r r e n o q u e p u e d a legítimamen-
[18]. A d e m á s , es derecho inalienable de la Iglesia, y al m i s m o te obstaculizar o i m p e d i r esta misión universal. Y e n p r i m e r lugar
t i e m p o d e b e r suyo inexcusable, vigilar la educación completa d e •;c extiende a t o d o s los fieles, de los cuales la Iglesia cuida solícita-
sus hijos, los fieles, en cualquier institución, pública o privada, n o mente c o m o amorosa M a d r e . P o r esta razón ha creado y f o m e n t a d o
solamente en lo referente a la enseñanza religiosa allí dada, sino en todos los siglos, para el b i e n d e los fieles, u n a ingente m u l t i t u d
t a m b i é n en lo relativo a cualquier otra disciplina y plan d e estudio, de escuelas e instituciones en todos los ramos del saber; p o r q u e
p o r la conexión q u e éstos p u e d e n t e n e r con la religión y la moral. -como h e m o s d i c h o en u n a reciente ocasión—«hasta en aquella
[19 ] . El ejercicio d e este d e r e c h o n o p u e d e ser calificado c o m o lejana E d a d M e d i a , en la cual eran t a n n u m e r o s o s (alguien ha lle-
gado a decir q u e hasta excesivamente numerosos) los monasterios,
injerencia indebida, sino c o m o valiosa providencia m a t e r n a d e la
los conventos, las iglesias, las colegiatas, los cabildos catedralicios
Iglesia, q u e i n m u n i z a a sus hijos frente a los graves peligros d e t o d o
y n o catedralicios, j u n t o a cada u n a d e estas instituciones había u n
contagio q u e p u e d a d a ñ a r a la santidad e integridad de la doctrina
hogar escolar, u n hogar de instrucción y educación cristiana. A t o d o
y d e la moral. Esta vigilancia d e la Iglesia, lejos d e crear inconve-
lo cual hay q u e añadir las universidades esparcidas por t o d o s los
n i e n t e alguno, s u p o n e la prestación d e u n eficaz auxilio al o r d e n
países, y siempre por iniciativa y bajo la vigilancia d e la Santa Sede
y al bienestar d e las familias y del Estado, m a n t e n i e n d o alejado d e
v de la Iglesia. N o ha h a b i d o e d a d q u e n o haya p o d i d o gozar d e este
la j u v e n t u d aquel v e n e n o q u e en esta e d a d inexperta y tornadiza maravilloso espectáculo, q u e h o y día c o n t e m p l a m o s m u c h o mejor,
suele t e n e r m á s fácil acceso y m á s rápido arraigo en la vida moral. p o r q u e está m á s cerca de nosotros y aparece revestido con la espe-
cial magnificencia q u e p r o d u c e la historia; los historiadores y los
admodum summo est famüiis nationibusque adiumento, quae, Christo
sublato, in interitum ruunt—ut recte Hilarius: «Quid mundo tam pericu-
losum quam non recepisse Christum?»—ita civili harum rerum tempera - deest religiosa ac moralis institutio—ut Leo XIII sapienter monet—«male
tioni nullum affert incommodum; Ecclesia enim, mater ut est prudentis- sana omnis futura est animorum cultura: insueti ad verecundiam Dei
sima, cum minime obsistat quominus scholae et instituta laicis educandis adolescentes nullam ferré poterunt honeste vivendi disciplinam, suisque
sua, in unaquaque natione, se ad legitima gubernatorum praescripta con- mpiditatibus nihil unquam negare ausi, facile ad miscendas civitates per-
forment, tum parata quoquo modo est cum ipsis gubernatoribus concordiam I rahentur».
inire, et, si quae forte difficultates oriantur, eas communi consilio dirimere. Munus autem educandi, quod in Ecclesia insidet, ad omnes popules,
Est praeterea Ecclesiae et ius, quod abdicare, et officium, quod deserere 1 milis locorum temporumque finibus, pertinet, ex Christi mandato: «docete
nequit, pro tota vigilandi educatione, qualiscumque filiis suis, scilicet i uriñes gentes», nullaque in terris potestate legitime oppugnari ac praepe-
fidelibus, in institutis vel publicis vel privatis impertitur, non modo quod iliri potest. Atque primum omnes christifideles attingit, quorum ipsa
attinet ad religiosam, quae ibidem tradatur, doctrinam, sed etiam quod magnam, uti amantissima mater, curam habet ac sollicitudinem. Propterea-
ad quamlibet aliam disciplinam rerumve ordinationem, quatenus cum i|iie in eorum utilitatem, saeculorum decursu, ingentem scholarum insti-
religione morumque praeceptis aliquid habeant necessitudínis. uitorumque numerum quibusvis disciplinis tradendis excitavit ac provexit;
i!enim—quemadmodum, data haud ita pridem occasione, locuti sumus—
Atque Ecclesia, ius eiusmodi exercendo, non se in aliena perperam «per remotiorem illam mediam aetatem, cum tam frequentia erant (fuit qui
immiscere videatur, immo potius materna quadam, eademque insigni, r¡i vel nimium multa diceret) monasteria, coenobia, templa, conlegiatae
providentia consulere, ut filios suos ab gravi tueatur incólumes periculo nxlesiae, capitula aut cathedralia aut cathedralibus inferiora, apud haec
omne virus imbibendi, quod doctrinae integritatem morumque sanctitudi- üingula domicilium scholasticum, domicilium alumnis instituendis educan-
nem inficiat. Quae quidem Ecclesiae vigilantia, ut nullum potest verum ilisque non deerat. Ad haec omnes studiorum Universitates adiicito, ubique,
parere incommodum, sic nequit ad familiarum et Civitatis ordinem prospe- Apostólica Sede atque Ecclesia auspice, conditas in eiusdemque praesidio
ritatemque non efficaciter conducere, cum ab adolescentibus illam arceat enllocaras. Pulcherrimo enim eiusmodi spectaculo—quod hodie multo
pestem, quae in aetatulam imperitam ac mobilem facilius ingruere et cele- uilspicimus melius, cum ante oculos.sit et sit idem, ut témpora ferunt,
rius in ipsum vivendi morem permanere solet. Quotiescumque enim recta
16
" L E Ó N XIII, encíclica Nobilissma Gallomm gens [4], 8 de febrero de 1884: ASS
SAN HILARIO, Comment-aríum in Mt. 118: P L 9,910. 1(1 (1881-1884) 242.
" Cf. C I C C1381-13S3. '" M t . 28,19.
538 PÍO XI
DIVINI IIXTUS MAG1STRI 539
investigadores n o cesan de maravillarse ante, lo q u e s u p o hacer la
Iglesia en este o r d e n de cosas y ante la manera con q u e la Iglesia la vida cristiana y para la civilización a los diversos pueblos q u e hoy
ha sabido responder a la misión q u e Dios le había confiado de e d u - día constituyen las naciones cristianas del m u n d o civilizado.
car a las generaciones h u m a n a s para la vida cristiana, alcanzando [ 2 2 ] . C o n lo cual q u e d a d e m o s t r a d o con toda evidencia c ó m o
t a n magníficos frutos y resultados. Pero, si causa admiración el h e - ile derecho, y a u n de hecho, pertenece d e m a n e r a s u p e r e m i n e n t e
cho de q u e la Iglesia en todos los tiempos haya sabido reunir alre- ¡1 la Iglesia la misión educativa, y cómo toda persona libre de p r e -
d e d o r de sí centenares y millares y millones de a l u m n o s de su m i - juicios d e b e r á considerar injusto t o d o i n t e n t o de negar o impedir
sión educadora, n o es m e n o r asombro el q u e d e b e sobrecogernos ¡1 la Iglesia esta obra educativa cuyos benéficos frutos está disfru-
c u a n d o se reflexiona sobre lo q u e ha llegado a hacer n o sólo en el t a n d o el m u n d o m o d e r n o .
c a m p o de la educación de la j u v e n t u d , sino t a m b i é n en el t e r r e n o
[ 2 3 ] . Consecuencia reforzada por el hecho de q u e esta super-
de la formación doctrinal, e n t e n d i d a en su sentido propio. P o r q u e ,
eminencia educativa d e la Iglesia n o sólo n o está en oposición, sino
si se h a n p o d i d o salvar tantos tesoros d e cultura, civilización y de que, por el contrario, concuerda perfectamente con los derechos de
literatura, esto se debe a la labor de la Iglesia, q u e a u n en los t i e m p o s la familia y del Estado, y t a m b i é n con los derechos de cada indivi-
m á s remotos y b á r b a r o s s u p o hacer brillar u n a luz t a n esplendorosa d u o respecto a la justa libertad de la ciencia, de los m é t o d o s cientí-
en el c a m p o de la literatura, de la filosofía, del arte y p a r t i c u l a r m e n t e ficos y de t o d a la cultura profana en general. P o r q u e la causa radical
de la a r q u i t e c t u r a » 2 0 . de esta a r m o n í a es q u e el o r d e n sobrenatural, en el q u e se basan
[21 ]. L a Iglesia ha p o d i d o hacer y ha sabido hacer todas estas los derechos de la Iglesia, n o sólo n o destruye ni menoscaba el o r d e n
natural, al cual pertenecen los derechos de la familia, del E s t a d o
cosas, p o r q u e su misión educativa se extiende t a m b i é n a los infieles,
y del individuo, sino q u e , p o r el contrario, lo eleva y lo perfecciona,
ya q u e t o d o s los h o m b r e s están llamados a entrar en el reino d e
ya q u e a m b o s órdenes, el natural y el sobrenatural, se a y u d a n y c o m -
D i o s y conseguir la salvación eterna. Y así como en nuestros días las p l e m e n t a n m u t u a m e n t e de a c u e r d o con la dignidad natural de cada
misiones católicas multiplican a millares las escuelas en t o d o s los uno, precisamente p o r q u e el origen c o m ú n d e a m b o s es D i o s , el
países todavía n o cristianos, desde las dos orillas del G a n g e s hasta cual n o p u e d e contradecirse a sí m i s m o : Sus obras son perfectas, y to-
el río A m a r i l l o y las grandes islas y archipiélagos del Océano, desde dos sus caminos, justísimos 2 J .
el c o n t i n e n t e n e g r o hasta la T i e r r a de F u e g o y la glacial Alaska, así
en todos los t i e m p o s la Iglesia con sus misioneros ha e d u c a d o p a r a [ 2 4 ] . L o d i c h o q u e d a r á d e m o s t r a d o con mayor evidencia t o -
davía si analizamos por separado la misión educativa d e la familia
y del E s t a d o .
magnificentius—nullae aetates caruerunt; quotquot autem eventa recolunt
ct ínter se comparant, ii mirari non desinunt quantum Ecclesia hoc in genere
egerit et quomodo commissum sibi divinitus munus expleverit conforman- nam vitam atque humanitatem varias illas gentes informavit, ex quibus
flae ad christianam vitam societatis humanae, tot tamque laetos adipiscendo christianae civilis orbis nationes in praesenti constant.
fructus atque exitus. At vero si faceré nemo potest quin demiretur, Eccle- Itaque pro explorato est, tara iure quam re ipsa educationis munus
siam nullo non tempore alumnos, quos pro officio educaret, ad centena, ad praecipua quadam ratione esse Ecclesiae proprium, et neminem posse, qui
milia, ad decies centena milia, circum se collegisse, haud minorem proferto animum habeat ab praeiudicatis opinionibus vacuum, iustam aliquam cogi-
admirationem habet quidquid ipsa egit non modo in adolescentium educa- tare causam cur ea ipsa Ecclesiae oppugnetur impediaturque opera, cuius
tione, sed etiam in eorumdem, quae veré ac proprie dicítur, institutione hodie beneficiis societas humana perfruitur.
ac doctrina. Si tot enim civilis cultus, humanitatis litterarumque thesauros Idque eo magis, quod cum praecipuo eiusmodi Ecclesiae iure non
servari licuit, habitui ac proposito Ecclesia tribuendum est, quae, vel per modo non discrepant, sed etiam iura omnino congruunt et familiae et
remotissimas barbarasque aetates, effecit, ut 'litteris, philosophiae, arti, Civitatis, immo vel ipsa quae in singulis civibus insunt ad iustam quod
architecturae potissimum, tantum lucis affulgeret». attinet cum scientiae, tum rationis ac disciplinae in ea pervestiganda, tum
Atque id omne agere idcirco potuit egitque Ecclesia, quia creditum denique cuiusvis culturas animorum profanae libertatem. Etenim, ut talis
sibi educandi munus infideles quoque complectitur, cum is sit hominibus concordiae causam atque originem, nullá mora, declaremus, supernatura-
universis constitutus finis, ut, Regnum Dei ingressi, aeternam salutem asse- lis ordo, in quo iura Ecclesiae nituntur, tantum abest ut naturalem ordinem,
quantur. Quemadmodum enim, temporibus hisce nostris, ludorum milia ad quem alia pertinent, quae memoravimus, iura, destruat atque extenuet,
catholici missionales per omnes regiones disseminant Fidei adhuc exsortes, ut, contra, eundem extollat ac perficiat: quorum quidem ordinum alter
ab utraque Gangis ripa ad Flumen Flavum amplissímasque Oceani ínsulas, auxilium et quasi complementum alteri praestat, suae cuiusque naturae
ab continenti Áfrico ad Patagoniam inferiorem ad gelidamque Alaskam, ac dignitati consentaneum, cum ambo a Deo profluant, qui non constare
sic, superioribus saeculis, Ecclesia per suos evangelii praecones ad christia- sibi non potest: «Dei perfecta sunt opera, et omnes viae eius iudicia».
20
Quae quidem res clarius apparebit, si educandi munus, quod ad fami-
Pío XI, discurso a los alumnos del Colegio di Mondtagone, -14 de mayo de 1929, liam et Civitatem pertinet, seorsum propiusque consideremus.
Cf. OR., 16 de mayo de 1929; DC 21 (1929) i495 :
2 1 Ueut. 34,4.
540 PÍO x i
niVTNI ILI.ItIS MAGISTRI 541
[Misión educativa de la familia]
hijos pesa s&bre los padres hasta q u e la prole se e n c u e n t r a en situa-
[25]. E n p r i m e r lugar, la misión educativa d e la familia con- ción de velar por sí misma, p e r d u r a t a m b i é n d u r a n t e el m i s m o
cuerda a d m i r a b l e m e n t e con la misión educativa de la Iglesia, ya t i e m p o el inviolable d e r e c h o educativo d e los padres. «Porque la
q u e a m b a s p r o c e d e n d e Dios de u n m o d o m u y semejante. P o r q u e naturaleza—enseña el Angélico—no p r e t e n d e solamente la genera-
Dios comunica i n m e d i a t a m e n t e a la familia, en el o r d e n natural, la ción de la prole, sino t a m b i é n el desarrollo y progreso de ésta hasta
fecundidad, p r i n c i p i o de vida y, por tanto, principio de educación el perfecto estado del h o m b r e en c u a n t o h o m b r e , es decir, el estado
para la vida, j u n t o con la autoridad, principio del o r d e n . de la v i r t u d » 2 4 .
[26]. El D o c t o r Angélico dice a este propósito con su acos- [29 ] . P o r esto en esta materia la sabiduría jurídica de la Iglesia
t u m b r a d a nitidez d e p e n s a m i e n t o y precisión d e estilo:, «El p a d r e se expresa con precisión y claridad sintética en el Código d e D e r e -
carnal participa de u n a m a n e r a particular d e la noción d e principio, cho c a n ó n i c o : «Los p a d r e s t i e n e n la gravísima obligación de p r o c u -
la cual d e u n m o d o universal se encuentra en D i o s . . . El p a d r e es rar, en la m e d i d a de sus posibilidades, la educación de sus hijos,
p r i n c i p i o d e la generación, d e la educación y de la disciplina y de t a n t o la religiosa y la m o r a l c o m o la física y la cívica, y de proveer
t o d o lo referente al perfeccionamiento d e la vida humana» 2 2 . t a m b i é n a su bienestar t e m p o r a l » 2 5 .
[27]. L a familia recibe, por tanto, i n m e d i a t a m e n t e del Crea- [30]. E n este p u n t o es t a n u n á n i m e el sentir c o m ú n del géne-
d o r la misión, y, p o r esto m i s m o , el d e r e c h o d e educar a la p r o l e ; ro h u m a n o , q u e se p o n d r í a n en abierta contradicción con éste cuan-
d e r e c h o irrenunciable p o r estar inseparablemente u n i d o a u n a es- tos se atreviesen a sostener q u e la prole, antes q u e a la familia, per-
tricta obligación; y derecho anterior a cualquier o t r o d e r e c h o del tenece al Estado, y q u e el E s t a d o tiene sobre la educación u n d e r e c h o
E s t a d o y de la sociedad, y, p o r lo mismo, inviolable p o r p a r t e d e absoluto. E s además- t o t a l m e n t e ineficaz la razón q u e se a d u c e , de
t o d a potestad terrena. q u e el h o m b r e nace c i u d a d a n o y q u e p o r esto pertenece p r i m a r i a -
[28]. El D o c t o r Angélico declara así la inviolabilidad de este m e n t e al Estado, n o advirtiendo q u e , antes de ser c i u d a d a n o , el
d e r e c h o : «El hijo es n a t u r a l m e n t e algo del p a d r e . . . ; p o r esto es de h o m b r e d e b e existir, y la existencia n o se la ha d a d o el Estado, sino
d e r e c h o natural q u e el hijo, antes del uso d e la razón, esté bajo el los padres, c o m o sabiamente declara L e ó n X I I I : «Los hijos son c o m o
c u i d a d o del p a d r e . Sería, p o r tanto, contrario al d e r e c h o natural algo del padre, u n a extensión, en cierto m o d o , de su p e r s o n a ; y, si q u e -
q u e el n i ñ o antes del uso de razón fuese substraído al cuidado de remos hablar con propiedad, los hijos n o e n t r a n a formar parte de la
los p a d r e s o se dispusiera de él de cualquier m a n e r a contra la vo- ' sociedad civil p o r sí mismos, sino a través de la familia d e n t r o d e
l u n t a d d e los padres» 2 3 . Y c o m o la obligación del cuidado de los la cual h a n nacido». 26 P o r consiguiente, c o m o enseña L e ó n X I I I en la
hanc curam parentes teneantur, doñee sibi ipsa consulere sobóles valeat,
Atque primum cum Ecclesiae muñere familiae munus mirifice concor- patet, idem parentum inviolatum ius sobolis educandae eo usque proferri.
dat, cum utraque a Deo simillime proficiscatur. Namque cum familia, in «Non enim—docet Angelicus—, intendit natura solum generationem prolis,
naturali ordine, Deus proxime fecunditatem communicat, principium vitae sed etiam traductionem et promotionem usque ad perfectum statum homi-
ideoque principium educationis ad vitam, una simul cum auctorítate, quae nis in quantum homo est, qui est virtutis status».
est ordinis principium. Qua de re Ecclesia, pro sua iuris sapientia, haec et subtiliter et perspi-
Ad rem, qua solet perspicuitate sententiae dicendique subtilitate, Ange- cue et uno quodam complexu in Códice iuris canonici edicit: «Parentes
licus Doctor:, «Carnalis pater particulariter participa! rationem principii, gravissima obligatione tenentur prolis educationem tum religiosam et mo-
quae universaliter invenítur in Deo... Pater est principium et generatio- ralem, tum physicam et civilem pro viribus curandi, et etiam temporali
nis et educationis et disciplinae, et omnium quae ad perfectionem humanae eorum bono providendi».
vitae pertinent». In quo tam concors est communis humani generis sensus, ut cum eo
Habet igitur familia proxime a Creatore munus proptereaque ius prolis aperte ii omnes pugnent, quotquot afirmare audent, prolem ante ad Civi-
educandae; quod quidem ius cum abiici nequeat, quia cum gravissimo tatem quam ad familiam pertinere, et Civitati ius esse educandi absolutum.
officio coniunctum, tum cuivis societatis civilis et reipublicae iuris antecedit, Pro nihilo autem est ratio, quam isti afferunt, hominem nasci civem ideoque
eaque de causa nulli in terris potestati illud infringere licet. ab initio ad Civitatem pertinere, cum neutiquam reputent, hominem, ante
Eiusmodi autem sanctitudinem iuris síc declarat Angelicus: «Filius quam civis sit, vivere oportere, eundemque vitam non ab Civitate sed a
enim naturaliter est aliquid patris...: ita de iure naturali est quod filius, parentibus accipere; ut sapienter Leo XIII: «Filius sunt aliquid patris, et
antequam habeat usum rationis, sit sub cura patris. Unde contra iustitiam velut paternae amplificatio quaedam personae, proprieque loqui si voluimis
naturalem esset, si puer, antequam habeat usum rationis, a cura parentum non ipsi per se, sed per communitatem domesticam, in qua generati sunt,
subtrahatur vel de eo aliquid ordinetur invitis parentibus». Cum vero ad civilem ineunt ac participant societatem». Itaque: «Patria potestas est eius-
modi, ut nec exstingui, ñeque absorberi a república possit, quia idem et
22
SANTO TOMÁS, Summa Theologicá 2-2 q.ro2 a.i. 24
23
SANTO TOMÁS, O. C , 2-2 q.io a. 12. SANTO TOMÁS, O. C , Suppl. q.41 a.r.
"26 C I G c n . i i n .
LEÓN XITI, encíclica Rerum nnvarum, 15 de mayo de 1890: ASS 23 (1890-1891) 65S.
542 pío SI D I V I N I I L L I U S MAGISTRl 543
m i s m a encíclica, «la patria potestad es de tal naturaleza, q u e n o p u e d e del N o r t e , al resolver u n a gravísima controversia, declaró q u e «el
ser suprimida ni absorbida por el Estado, p o r q u e tiene el m i s m o p r i n - E s t a d o carece de t o d o p o d e r general para establecer u n t i p o unifor-
cipio q u e la vida m i s m a del hombre». D e lo cual, sin e m b a r g o , n o m e d e educación para la j u v e n t u d , obligándola a recibir la instruc-
se sigue q u e el d e r e c h o educativo de los padres sea absoluto o des- ción solamente de las escuelas públicas»; a ñ a d i e n d o a continuación
pótico, p o r q u e está inseparablemente s u b o r d i n a d o al fin ú l t i m o y a la la razón de d e r e c h o n a t u r a l : «El n i ñ o n o es u n a m e r a criatura del
ley natural y divina, como declara el m i s m o L e ó n X I I I en otra d e E s t a d o ; quienes lo a l i m e n t a n y lo dirigen tienen el derecho, j u n t o
sus m e m o r a b l e s encíclicas sobre los principales deberes del ciuda- con el alto deber, d e educarlo y prepararlo para el c u m p l i m i e n t o de
d a n o cristiano, d o n d e expone en breve síntesis el conjunto de los sus deberes» 2 9 .
derechos y deberes,de los p a d r e s : «Los padres tienen el d e r e c h o na-
tural d e educar a sus hijos, p e r o con la obligación correlativa de q u e [ 3 3 ] . L a historia es testigo de cómo, p a r t i c u l a r m e n t e en los
la educación y la enseñanza de la niñez se ajusten al fin para el cual tiempos m o d e r n o s , los gobiernos h a n violado y siguen violando los
Dios les ha d a d o los hijos. A los padres toca, p o r tanto, rechazar con derechos conferidos p o r el Creador del género h u m a n o a la familia;
toda energía cualquier a t e n t a d o en esta materia, y conseguir a toda y es igualmente testigo irrefutable de c ó m o la Iglesia ha tutelado
costa q u e q u e d e en sus m a n o s la educación cristiana de sus hijos, y defendido siempre estos d e r e c h o s ; y es u n a excelente confirma-
y apartarlos lo m á s lejos posible de las escuelas en q u e corren peli- ción d e este testimonio de la historia la especial confianza de las
grto de beber el veneno de la i m p i e d a d » 2 7 . familias en las escuelas de la Iglesia, c o m o h e m o s recordado en
n u e s t r a reciente carta al cardenal secretario de E s t a d o : «La familia
[31 ]. H a y q u e advertir, además, q u e el deber educativo de la ha caído de p r o n t o en la cuenta de q u e es así como, desde los p r i -
familia c o m p r e n d e n o solamente la educación religiosa y moral, sino meros t i e m p o s del cristianismo hasta n u e s t r o s días, p a d r e s y m a -
t a m b i é n la física y la civil, principalmente en t o d o lo relacionado dres a u n poco o nada creyentes m a n d a n y llevan p o r millones
con la religión y la moral 2 8 . a sus propios hijos a los establecimientos educativos fundados y diri-
[32 ]. Este derecho incontrovertible de la familia ha sido reco- gidos p o r la Iglesia» 3 °.
nocido j u r í d i c a m e n t e varias veces p o r las naciones q u e p r o c u r a n • [ 3 4 ] . P o r q u e el instinto p a t e r n o , q u e viene de Dios, se orienta
respetar s a n t a m e n t e el derecho natural en sus ordenamientos civiles. confiadamente hacia la Iglesia, seguro d e e n c o n t r a r en ésta la tutela
Así, para citar u n ejemplo entre los m á s recientes, el T r i b u n a l Su- de los derechos de la familia y la concordia q u e Dios ha p u e s t o en
p r e m o de la República F e d e r a l de los Estados U n i d o s de A m é r i c a el o r d e n objetivo de las cosas. L a Iglesia, en efecto, consciente c o m o
commune habet cum ipsa homirtum vita principium», ut Leo XIII docet
in iisdem Encyclicis Litteris. Unde tamen non sequitur, ius educandi, simam quaestionem dirimeret, edixit: «nullam generalem potestatem Civi-
quo parentes íruuntur, absolutum esse atque imperiosum, utpote quod tati esse unius eiusdemque formae decernendae, ad quam iuventus educi
et lini supremo et Iegi naturali divinaeque coniunctissime subiiciatur, debeat, huiusque cogendae ut in publicis tantummodo scholis instituatur»,
quemadmodum ipse Leo XIII in memorabilibus illis Encyclicis Litteris, ob hanc scilicet rationem ex iure naturae depromptam: «Puer non est mera
ubi de praecipuis civium christianorum officiis, declarat, ita iurium et res a Civitate procreata; qui eum alunt ac dirigunt, ius habent, cum nobi-
ofíiciorum, quae parentes contingunt, summam complexus: «Natura pa- lissimo officio coniunctum, ipsius educandi et ad officiorum perfunctionem
rentes habent ius suum instituendi quos procrearint, hoc adiuncto officio, comparandi».
ut cum fine, cuius gratia sobolem Dei beneficio susceperunt, ipsa educatio Testis historia est, rerum publicarum gubernatores, recentiore praeser-
conveniat et disciplina puerilis. Igitur parentibus est necessarium eniti et tim aetate, iura violasse ac violare, quae humani generis Conditor fami-
contendere, ut omnem in hoc genere propulsent iniuriam, omninoque liae contulit; testis eadem invicta, Ecclesiam eiusmodi iura continenter
pervincant ut sua in potestate sit educere liberos, ut par est, more - christiano, tutatam esse ac defendisse; atque historiae testimonium hoc ipso aptius
maximeque prohibere scholis iís, a quibus periculum est ne malem vene- confirmatur, quod familiae peculiarem in modum Ecclesiac scholis confidunt,
num imbibant impietatis». ut haud multo ante in Epístola ad Cardinalem a publicis Ecclesiae negotiis
Nostra scribebamus: «Familia statim intellexit rem ita se habere, atque, inde
Animadvertendum autem est, officium educandi, quo familia obstrin- a prioribus christiani nominis temporibus ad haec usquc nostra, parentes,
gitur, non modo religiosam ac moralem educationem complecti, sed etiam ctsi manca millave religione, suos mittunt et comitantur liberos ad ea edu-
physicam et civilem, pro ea potissimurri ratione quam cum religione et cationis instituta quae condiderit ac regat Ecclesia».
morum doctrina habeant.
Paternus enim sensus, qui a Deo est, ad Ecclesiam sese fidenter conver-
Istud vero, quod nullam controversiam recipit, familiae ius haud semel
est legitime agnitum apud quasdam nationes, ubi ius naturae in civili ser- tit, in qua familiarium iurium tutelam inventurum se novit eamque demum
vare regimine sollemne est. Etenim, ut exemplum ex recentioribus profera- - 9 «The fundamental theory o í liberty u p o n which all governments in this u n i ó n repose
mus, Summum Foederatarum Americae Civitatum Tribunal, cum gravis- exeludes any general power of t h e State to standardize its children by torcing t h e m t o accept
instruction from publie teachers only. T h e c h ü d is not the m e r e creatire of the S t a t e ; t h o s e
27
L E Ó N XIII, encíclica Sapimtiae chrisúanae [22], 10 de enero de 1890: ASS 22 w h o n u r t u r e him and direct his destiny have t h e right coupled w i t h t h e high d u t y , to re-
(1889-1890) 403. cognize, a n d prepare him for additional duties» (TJ. S. Supreme C o u r t Decisión in t h e O r e g o n
28 Cf. C I C c n . u r 3 . School Gases, june 1, 1925).
' ° PÍO XI, carta ai cardenal secretario d e Estado, 30 de mayo de 1929: AAS 21 (1929) 3 0 2 ,
544 PÍO XI
D I V I N i I L L I U S MAGISTRI 545
es de su divina misión universal y de la obligación q u e todos los
chos del Estado en materia d e educación ciudadana, según el o r d e n
h o m b r e s tienen de seguir la única religión verdadera, n o se cansa
establecido p o r D i o s . E s t o s derechos están a t r i b u i d o s al E s t a d o p o r
de reivindicar para sí el d e r e c h o y de recordar a los p a d r e s el d e b e r
el m i s m o A u t o r de la naturaleza, n o a título d e paternidad, c o m o
de hacer bautizar y educar cristianamente a los hijos de padres ca-
en el caso de la Iglesia y de la familia, sino por la autoridad q u e el
tólicos; es, sin e m b a r g o , t a n celosa de la inviolabilidad del d e r e c h o
E s t a d o tiene p a r a p r o m o v e r el b i e n c o m ú n t e m p o r a l , q u e es preci-
natural educativo de la familia, q u e n o consiente, a n o ser con deter-
m i n a d a s condiciones y cautelas, q u e se bautice a los hijos d e los in- samente su fin específico. D e lo cual se sigue q u e la educación n o
fieles o se disponga de cualquier manera d e su educación contra la p u e d e atribuirse al E s t a d o d e la m i s m a m a n e r a q u e se atribuye a
v o l u n t a d d e sus p a d r e s m i e n t r a s los hijos n o p u e d a n d e t e r m i n a r s e la Iglesia y a la familia, sino d e u n a m a n e r a distinta, q u e r e s p o n d e
p o r sí m i s m o s a abrazar libremente la fe 31. al fin propio del E s t a d o . A h o r a bien, este fin, es decir, el bien c o m ú n
d e o r d e n temporal, consiste en u n a paz y seguridad de las cuales
[35]. T e n e m o s , p o r tanto, c o m o destacamos en n u e s t r o cita- las familias y cada u n o d e los individuos p u e d a n disfrutar en el
d o discurso, d o s h e c h o s d e g r a n trascendencia: «La Iglesia, q u e ejercicio de sus derechos, y al m i s m o t i e m p o en la mayor a b u n d a n c i a
p o n e a disposición d e las familias su oficio d e maestra y educadora, de bienes espirituales y temporales q u e sea posible en esta vida
y las familias q u e corren a aprovecharse d e este oficio y confían sus
mortal m e d i a n t e la concorde colaboración activa de todos los ciu-
p r o p i o s hijos a la Iglesia p o r centenares y millares; y estos d o s h e -
d a d a n o s . D o b l e es, p o r consiguiente, la función d e la autoridad p o -
chos r e c u e r d a n y p r o c l a m a n u n a gran verdad, i m p o r t a n t í s i m a en el
lítica del E s t a d o : garantizar y p r o m o v e r ; p e r o n o es en m o d o alguno
o r d e n m o r a l y social: q u e la misión educativa c o r r e s p o n d e en p r i m e r
función del p o d e r político absorber a la familia y al individuo o
lugar y d e m e do m u y principal a la Iglesia y a la familia p o r d e r e c h o
subrogarse en su lugar.
n a t u r a l y divino, y, p o r tanto, d e m o d o inderogable, indiscutible
e insubrogable» 3 2 . [37]. P o r lo cual, en materia educativa, el Estado tiene el
* derecho, o p a r a hablar con mayor exactitud, el E s t a d o tiene la
obligación d e tutelar con su legislación el derecho a n t e c e d e n t e — q u e
[Misión educativa del Estado] m á s arriba h e m o s descrito—de la familia en la educación cristiana
[36]. E s t e p r i m a d o d e la Iglesia y d e la familia en la m i s i ó n de la prole, y, p o r consiguiente, el deber de respetar el d e r e c h o
educativa p r o d u c e extraordinarios bienes, c o m o ya h e m o s visto, a sobrenatural d e la Iglesia sobre esta educación cristiana.
toda la sociedad y n o implica d a ñ o alguno para los genuinos d e r e - [38]. I g u a l m e n t e es misión del E s t a d o garantizar este d e r e c h o
educativo de la prole en los casos en q u e falte, físicamente o m o -
concordiam, quam Deus in ordine rerum coilocavit. Ecciesia enim, quam-
ralmente, la labor de los p a d r e s p o r dejadez, incapacidad o indig-
vis—ut est conscia, cum muneris sui divini ad universos pertinentis, tum
obligationis, qua universi tenentur, unius verae religionis amplectendae— n i d a d ; p o r q u e el derecho educativo de los padres, c o m o h e m o s
nunquam desinat et sibi ius vindicare et in parentum catholicorum memo-
ad civium educationem attiñet, secundum ordinem a Deo statutum, obve-
riam redigere officium prolis suae baptismo eluendae christianeque educan-
nire potest. Haec iura ab ipso naturae auctore societati civili tribuuntur, non
dae, iuris tamen naturalis educandi, quod familiae est, sanctitatem tam stu-
paternitatis titulo, uti Ecclesiae ac familiae, sed propter auctoritatem quae
diose veretur, ut nolit, nisi certae quaedam condiciones cautionesque adsint,
in eadem inest ad commune bonum in terris promovendum, qui quidem
infideiium filios baptizare aut aliquo pacto educendos curare, doñee tales
est finis eius proprius. Ex his sequitur educationem non eodem modo ad
filii per se ipsimet deliberare et Fidem libere amplecti queant.
societatem civilem, quo ad Ecclesiam familiamve, pertinere, sed alio plañe,
Duae igitur, ut in memorata oratíone Nostra animadvertimus, res sunt qui scilicet fini eius proprio respondeat. Hic autem finis, idest commune
ante oculos propositae gravioris momenti, scilicet: «Ecclesiam praebere se bonum temporalis ordinis, in pace ac securitate consistit quibus familiae
in familiarum usum magistram atque educatricem, familias ad utendum singulique cives in suis exercendis iuribus fruantur, simulque in máxima,
Ecclesiae magisterio convolare eidemque Iiberos suos, ad centena, ad milia, quae in mortali hac vita esse potest, spiritualium fluxarumque rerum copia,
concredere: quae quidem duae res verum quoddam revocant ac praedicant, omnium quidem opera atque consensione assequenda. Dúplex igitur est
quod in ordiné morali ac sociali plurimum habent ponderis, idest munus civilis auctoritatis munus quae est in república: tuendi nempe"atque pro-
educandi imprimís ac potissimum Ecclesiae esse et familiae, iure quidem vehendi, minime vero familiam singulosque cives quasi absorbendi vel se
naturali ac divino, ideoque sic, ut nullam derogationem, nullam oppugna- in eorum locum substituendi.
tionem, subrogátionem nullam patiatur».
Quamobrem, quod ad educationem spectat, ius est vel, ut rectius loqua-
Ex hoc educandi muñere, quod imprimís ad Ecclesiam familiamque raur, officium est reipublicae tutandi suis legibus antecedens familiae ius
pertinet, cum maximae utilitates, uti vidimus, in societatem universam -quod supra memoravimus—christiano nempe more prolem educandi,
dimanant, tum nullum damnum veris propriisque reipublicae iuribus quod adeoque supernaturali Ecclesiae iuri in christianam eiusmodi educationem
obsequendi.
31 Cf. C I C en.750 § 2; SANTO T O M Á S , Summa Theologica 2-2 q. 10 a.12.
32 P í o XI, discurso a los alumnos del Colegio di ¡vfondrggone, 14 de mayo de 1929. Itemque Civitatis est, hoc ius in prole ipsa tueri, si quando parentum
Véase la nota 20, opera—ob eorum vel inertiam vel imperitiam vel indignitatem—aut physice
aut moraliter fortasse desit; siquidem ipsorum ius educandi, ut supra dixi-
Doclr. pontif. 2 18
546 PÍO XI
TíIVINI II.I.IUS MAGISTRI 547
declarado a n t e r i o r m e n t e , no es absoluto ni despótico, sino que está está d e t e r m i n a d a y exigida realmente p o r el bien c o m ú n . Sin e m -
s u b o r d i n a d o a la ley natural y divina, y, por esto mismo, q u e d a bargo, es evidente q u e , al fomentar de estas diversas m a n e r a s la
n o solamente sometido a la autoridad y juicio de la Iglesia, sino educación y la instrucción pública y privada, el E s t a d o está obli-
t a m b i é n a la vigilancia y tutela jurídica del E s t a d o p o r razón de gado a respetar los derechos naturales d e la Iglesia y d e la familia
b i e n c o m ú n ; y p o r q u e , además, la familia n o es u n a sociedad sobre la educación cristiana y observar la justicia, q u e m a n d a dar
perfecta q u e tenga en sí t o d o s los medios necesarios para su pleno a cada u n o lo suyo. P o r tanto, es injusto t o d o monopolio estatal
perfeccionamiento. E n estos casos, generalmente excepcionales, el en materia de educación, q u e fuerce físicamente o m o r a l m e n t e a
E s t a d o n o se subroga en el puesto de la familia, sino q u e suple las familias a enviar a sus hijos a las escuelas del E s t a d o contra los
el defecto y lo remedia con instituciones idóneas, de acuerdo siem- deberes d e la conciencia cristiana o contra s u s legítimas preferen-
p r e con los derechos naturales d e la prole y los derechos sobre- cias.
naturales d e la Iglesia. E n general, es derecho y función del Estado
garantizar, s e g ú n las n o r m a s de la recta razón y de la fe, la educa- [39]. Esto, sin e m b a r g o , n o i m p i d e q u e para la recta a d m i -
nistración de los intereses públicos o para la defensa interna y
ción moral y religiosa d e la j u v e n t u d , a p a r t a n d o de ella las causas
externa de la paz, cosas t a n necesarias p a r a el bien c o m ú n y q u e
públicas q u e le sean contrarias. Es función primordial del Estado,
exigen especiales a p t i t u d e s y especial preparación, el E s t a d o se
exigida p o r el b i e n c o m ú n , p r o m o v e r d e múltiples m a n e r a s la e d u -
reserve la creación de escuelas preparatorias para algunos de sus
cación e instrucción de la j u v e n t u d . E n p r i m e r lugar, favoreciendo
cargos, y especialmente para el ejército, con la condición, sin e m -
y a y u d a n d o las iniciativas y la acción de la Iglesia y de las familias,
bargo, de q u e n o se violen los derechos de la Iglesia y d e la familia
cuya gran eficacia está c o m p r o b a d a por la historia y la experiencia;
en lo q u e a ellas concierne. N o es inútil repetir de nuevo aquí esta
en segundo lugar, completando esta m i s m a labor d o n d e n o exista advertencia, p o r q u e e n n u e s t r o s t i e m p o s — e n los q u e se va difun-
o resulta insuficiente, f u n d a n d o para ello escuelas e instituciones d i e n d o u n nacionalismo t a n exagerado y falso como enemigo de
propias. P o r q u e «es el Estado el q u e posee mayores medios, puestos la verdadera paz y p r o s p e r i d a d — s u e l e h a b e r grandes extralimita-
a su disposición para las necesidades c o m u n e s de todos, y es j u s t o y d o n e s al configurar m i l i t a r m e n t e la educación física d e los jóvenes
conveniente q u e los emplee en provecho de aquellos m i s m o s de quie- (y a veces de las jóvenes, violando así el o r d e n natural m i s m o de
nes proceden» 3 3. A d e m á s , el Estado p u e d e exigir, y, p o r consiguien- la vida h u m a n a ) ; u s u r p a n d o incluso con frecuencia m á s d e lo j u s t o ,
te, procurar, q u e t o d o s los ciudadanos t e n g a n el necesario conoci- en el día del Señor, el t i e m p o q u e d e b e dedicarse a los deberes
m i e n t o de sus derechos civiles y nacionales y u n cierto grado de religiosos y al santuario de la vida familiar. N o queremos, sin e m -
cultura intelectual, moral y física, cuya m e d i d a en la época actual bargo, censurar con esta advertencia lo q u e p u e d e h a b e r de b u e n o
en el espíritu de disciplina y d e legítima audacia, sino solamente
mus, non absolutum est atque imperiosum, sed a naturali et divina leg e
dcpendens, ob eamque rem non modo auctoritati et iudicio Ecclesiae sub- postulat. Verumtamen plañe liquet, eo Civitatem officio teneri, ut, in pu-
iectum, sed etiam vigilantiae ac tutelae, pro communi bono, Civitatis; blica privataque educatione atque eruditione ómnibus his modis provehenda,
ñeque ením familia perfecta est societas quae necessaria omnia in se habeat non solum nativa Ecclesiae et familiae iura christiane educandi vereatur,
ad se cumúlate planeque perficiendam. Quo in casu, ceteroquin perraro, sed etiam iustitiae quae suum cuique tribuit parere. Itaque nefas est, Civi-
Civitas non iam se in familiae locum substituit, sed, semper accommodate tatem educationis institutionisque causam ita ad se redigere totam, ut fa-
ad naturalia proiis et supernaturaiia Ecclesiae iura, necessitati opportunis miliae, contra christianae conscientiae officia vel contra quam legitime ma-
subsidiis consulit ac providet. Generatim, ius est munusque Civitatis, mo- lint, physice aut moraliter ad Civitatis ipsius scholas liberos suos mittere
ralem ac religiosam iuventutis educationem, ad rectae rationis fideique nor- cogantur.
mas, tuendi, publicas eas causas removendo quae eidem adversantur. Prae-
cipue vero Civitatis est, ut commune bonum postulat, educationem ipsarri Attamen id non prohibet quominus, ob rectam rei publicáe administra -
iuventutis atque eruditionem pluribus modis promoveré. Primum ac per se, tionem vel pacem domi forisque defendendi causa, quae quidem omnia,,
operae ab Ecclesia familiisque susceptae favendo atque opitulando, quae cum ad commune bonum tam sint necessaria, tum peculiarem postulant
quam sitefficax historia usuque rerum comprobatur; deinde operam ipsarri peritiam praecipuamque apparationem, scholas Civitas instituat quas dixens
perficiendo ubi ea deest vel haud sufficit; señólas quoque et instituía propria praeparatorias ad quaedam sua officia, ad militiam praesertim, dummodo
condendo; Civitas enim magis quam ceteri opibus pollet, quas sibi pro com- ;i b Ecclesiae et familiae iuribus laedendis, in iis quae ad eas pertinent, se
munibus omnium necessitatibus traditas, aequum omnino est et consenta- abstineat. Nec immerito equidem id Nos iterum hic admonemus; hac enim
neum ut in eorum utilitatem, a quibus accepit, impendat. Praeterea praecipe- ;u:tate nostra—qua nationalismus quídam, cum immoderatus et fallax tum
re Civitas potest ac proinde curare ut cives omnes cum civilia et naüonalia pací veri nominis prosperitatique infensus, gliscere coepit—modi omnes
iura perdiscant, tum a scientia, doctrina morum physicisque ludís instructi • >;cedi solent in physica educatione, quam vocant, adolescentulorum (atque
sint quantum decet atque hisce nostris temporibus commune bonum reapse mlerdum puellarum, contra ipsam humanarum rerum naturam) militan
more ordinanda; in qua saepe nimium eius temporis, ipso Domini die,
33
Pío XI, discurso a los alumnos del Colegio di Mondragone, 14 de mayo de 1925. toritur quod et religiosis officiis et domesticae vitae sanctitudini tribuendum
Véase la nota 20. csset. Quamquam non hoc loco rectum disciplinae habitum iustamque ani-
548 PÍO XI
DIVINI ILLIUS MAGISTJU Ol'J
los excesos, como, por ejemplo, el espíritu de violencia, q u e n o se t a n egregiamente expuesta p o r n u e s t r o predecesor L e ó n X I I I ,
d e b e confundir con el espíritu de fortaleza ni con el n o b l e senti- p a r t i c u l a r m e n t e en las encíclicas Immortale Dei y Sapientiae chris-
m i e n t o del valor militar en defensa de la patria y del o r d e n p ú b l i c o ; tianae. «Dios—dice L e ó n X I I I — h a repartido el gobierno d e l gé-
como t a m b i é n la exaltación del atletismo, q u e incluso p a r a la e d a d nero h u m a n o e n t r e dos p o d e r e s : el p o d e r eclesiástico y el p o d e r
clásica pagana señaló la degeneración y decadencia de la verdadera civil. El p o d e r eclesiástico, p u e s t o al frente d e los intereses divi-
educación física. nos. El p o d e r civil, encargado d e los intereses h u m a n o s . A m b a s
[ 4 0 ] . A h o r a bien, es d e la competencia propia del E s t a d o potestades son soberanas en su género. C a d a u n a q u e d a circuns-
la llamada educación ciudadana, n o sólo de la j u v e n t u d , sino t a m - crita d e n t r o de ciertos límites, definidos p o r su propia naturaleza
b i é n d e ' todas las restantes edades y condiciones sociales. E s t a y p o r su fin próximo, d e d o n d e resulta u n a c o m o esfera d e t e r m i -
educación ciudadana consiste, desde u n p u n t o de vista positivo, nada, dentro, d e la cual cada p o d e r ejercita iure proprio su activi-
en p r o p o n e r p ú b l i c a m e n t e a los individuos d e u n E s t a d o tales dad. Pero, como el sujeto pasivo de a m b o s poderes soberanos es
realidades intelectuales, imaginativas y sensitivas, q u e m u e v a n a u n o m i s m o , y como, p o r otra parte, p u e d e suceder q u e u n m i s m o
las voluntades hacia el bien m o r a l y las inclinen hacia este bien a s u n t o pertenezca, si b i e n bajo diferentes aspectos, a la c o m p e -
c o m o con u n a cierta necesidad moral. D e s d e u n p u n t o de vista tencia y jurisdicción d e a m b o s poderes, es necesario q u e Dios,
negativo, la educación ciudadana debe precaver e i m p e d i r t o d o lo origen de u n o y otro, haya establecido en su providencia u n o r d e n
q u e sea contrario a ese b i e n m o r a l 3 4 . E s t a educación ciudadana, recto de composición e n t r e las actividades respectivas d e u n o y
t a n amplia y múltiple q u e casi abarca t o d a la actividad del Estado otro p o d e r . Las (autoridades) que hay, por Dios han sido ordenadas
en p r o del b i e n c o m ú n , d e b e ajustarse a las n o r m a s de la justicia (Rom. 13,1)» 3 5 . A h o r a bien, la educación de la j u v e n t u d es p r e c i -
y n o d e b e ser contraria a la doctrina de la Iglesia, q u e es la maestra, s a m e n t e u n a d e esas materias q u e p e r t e n e c e n conjuntamente a la
establecida por Dios, de esas n o r m a s de la justicia. Iglesia y al Estado, «si b i e n bajo diferentes aspectos», c o m o h e m o s
dicho antes. «Es necesario, p o r t a n t o — p r o s i g u e L e ó n X I I I — , q u e
e n t r e a m b a s potestades exista u n a ordenada relación unitiva, c o m -
[Relaciones entre la Iglesia y el Estado en materia educativa ] parable, n o sin razón, a la q u e se da en el h o m b r e e n t r e el alma
y el c u e r p o . P a r a d e t e r m i n a r la esencia y la m e d i d a de esta rela-
[41 ] . T o d o lo q u e h e m o s dicho hasta aquí sobre la misión ción unitiva, n o hay, como h e m o s dicho, otro camino q u e exami-
educativa del E s t a d o está .basado en el sólido e i n m u t a b l e funda- n a r la naturaleza de cada u n o d e los dos poderes, t e n i e n d o en cuenta
m e n t o de la doctrina católica sobre la constitución cristiana del Estado, la excelencia y nobleza d e sus fines respectivos. E l p o d e r civil
tiene c o m o fin p r ó x i m o y principal el cuidado de las cosas t e m -
mi audaciam, sed quidquid inmodicum est Nos reprehensum volumus, uti porales. El p o d e r eclesiástico, e n cambio, la adquisición de los
violentiae spiritum, qui quidem aliud omnino est atque animi fortitúdo bienes eternos.—Así, t o d o lo q u e de alguna m a n e r a es sagrado en
nobilissimusque militaris virtutis sensus pro patriae ac publici ordinis de-
fensione; itemque nimiam athleticae laudationem aestimationemque hic
improbamus, unde, ethnicorum quoque tempore, germanae educationis a Decessore Nostro Leorie XIII, praesertim in Encyclicis Litteris Immortale
physicae depravatio ac deiectio profluxit. Dei et Sapientiae christianae expósita est: «Deus—is ait—humani generis
procurationem ínter duas potestates partitus est, scilicet ecclesiasticam et
Iamvero non solum iuventutis sed etiam aetatum omnium et condicio- civilem, alteram quidem divinis, alteram humanis rebus praepositam. Utra-
num ad civilem societatem Statumque educatio pertinet quae cívica appellari que est in suo genere máxima: habet utraque certos, quibus contineatur,
potest, quaeque, pro parte, ut aiunt, positiva, in eo consistit ut hominibus términos, eosque sua cuiusque natura causaque proxime definitos; unde
ad societatem eiusmodi pertinentibus res publice proponantur, quae, et
aliquis velut orbis circumscribitur, in quo sua cuiusque actio iure proprio
mentes cognitionibus rerumque imaginibus imbuendo et sensus percellendo,
versetur. Sed quia utriusque imperium est in eosdem, cum usuvenire possit,
voluntates ad honestum invitent et morali quadam necessitate perducant;
pro negativa autem, ut ea praecaveat atque impediat quae sibi adversantur. , ut res una atque eadem quamquam aliter atque aliter, sed tamen eadem res,
Quae quidem civica educatio, tam profecto ampia ac multiplex ut Status ad utriusque ius iudiciumque pertineat, debet providentissimtis Deus, a
operam fere totam pro communi bono amplectatur, cum ad aequitatis leges quo sunt ambae coristitutae, utriusque itinera recte atque ordine compo-
conformare se debeat, tura doctrinae Ecclesiae, quae éarum legum Magistra suisse. «Quae autem sunt, a Deo ordinatae sunt» (Rom. 13,1)». Iamvero
est divinitus constituía, refragari nequit. iuventutis educatio est quidem ex iis rebus quae ad Ecclesiam Statumque
pertinent, «quamquam aliter atque aliter». uti supra retulimus. «Itaque
Quae omnia hucusque de opera diximus, quam Civitas in educationem - prosequitur Leo XIII—Ínter utramque potestatem quaedam intercedat
conferre debet, doctrina catholica de Civitatum constitutione christiana, tam- necesse est ordinata colligatio: quae quidem coniunctioni non immerito
quam firmissimo et immutabili fundamento, innituntur, quae tam egregie comparatur, per quam anima et corpus in homine copulantur. Qualis autem .
34
et quanta ea sit, aliter iudicari non potest, nisi respiciendo, uti diximus, ad
P. L. TAPARELLI, Saggio teorético di diritto naturale 11.922, «obra que supera toda ala- utriusque naturam, habendaque ratione excellentiae et nobilitatis causa-
banza y que debe recomendarse a los jóvenes universitarios». Véase el discurso de Pío X!
de 18 de diciembre de 1927. os LEÓN XIII. encíclica Immortale Dei [6], 1 de noviembre de 1883: ASS 18(1885) 161-180.
550 PÍO X I DIVIXI IIXIUS MA.GISTRI 551
la vida h u m a n a , todo lo q u e pertenece a la salvación de las almas cónyuges, tales padres, tales hijos, tales señores, tales siervos, tales
y al culto de Dios, sea por su propia naturaleza, sea en v i r t u d del reyes, tales jueces y, finalmente, tales c o n t r i b u y e n t e s y exactores
fin a q u e está referido, t o d o ello cae bajo el d o m i n i o y autoridad del fisco cuales la doctrina cristiana forma, y atrévanse luego a
d e la Iglesia. P e r o las d e m á s cosas, q u e el régimen civil y político, llamarla e n e m i g o del E s t a d o . N o d u d a r á n u n i n s t a n t e e n procla-
en c u a n t o tal, abraza y c o m p r e n d e , es de justicia q u e q u e d e n so- marla, si se observa, como la gran salvación del Estado» 3 7 . Y en
metidas a éste, pues Jesucristo m a n d ó expresamente q u e se dé al esta materia de la educación es o p o r t u n o ' recordar con c u á n t o
César lo q u e es del César y a D i o s lo q u e es de Dios» 36. acierto en época m á s reciente, en pleno período renacentista, h a
[ 4 2 ] . T o d o el q u e se niega a admitir estos principios y, p o r expresado esta v e r d a d católica, confirmada p o r los hechos, u n
consiguiente, rechaza s u aplicación en materia d e educación, niega escritor eclesiástico b e n e m é r i t o d e la e á u c a c i ó n cristiana, e¡/ p i a -
necesariamente q u e Cristo ha fundado su Iglesia para' la salvación doso y docto cardenal Silvio A n t o n i a n o , discípulo del a d m i r a b l e
eterna de los h o m b r e s y sostiene q u e la sociedad civil y el E s t a d o educador San Felipe N e r i , maestro y secretario de cartas latinas d e
n o están sometidos a Dios y a su ley natural y divina. L o cual San Carlos Borromeo, a cuya instancia y bajo cuya inspiración
constituye u n a i m p i e d a d manifiesta, contraria a la razón y, particu- escribió el áureo tratado De la educación cristiana de los hijos, en
l a r m e n t e en materia d e educación, m u y perniciosa p a r a la recta el cual razona d e la siguiente m a n e r a : «Cuanto m a y o r es la a r m o n í a
formación de la j u v e n t u d y ciertamente ruinosa para el m i s m o con q u e el gobierno t e m p o r a l favorece y p r o m u e v e el gobierno es-
E s t a d o y el verdadero bienestar de la sociedad civil. P o r el con- piritual, t a n t o m a y o r es su aportación a la conservación del E s t a d o ,
trario, la aplicación práctica 'de estos principios s u p o n e u n a utilidad Porque la autoridad eclesiástica, cuando, de a c u e r d o con su propio^
extraordinaria para la recta formación del ciudadano. U t i l i d a d d e - lin, p r o c u r a formar u n b u e n cristiano con el uso legítimo de s u s i
m o s t r a d a p l e n a m e n t e p o r la experiencia d e todos los t i e m p o s ; p o r medios espirituales, p r o c u r a al m i s m o t i e m p o , como consecuencia
lo cual, así como, en los p r i m e r o s t i e m p o s del cristianismo, T e r t u - necesaria, formar u n b u e n ciudadano, tal cual d e b e ser bajo el go-
liano con su Apologético, y en su época San Agustín, p o d í a n desafiar bierno político. L a razón de este hecho es q u e en la santa Iglesia
a todos los adversarios de la Iglesia católica, así t a m b i é n en n u e s - católica romana, ciudad de Dios, se identifica completamente el
t r o s días p o d e m o s repetir con el santo D o c t o r : «Los q u e afirman b u e n c i u d a d a n o y el h o m b r e h o n r a d o . P o r lo cual, yerran grave-
q u e la doctrina d e Cristo es e n e m i g a del E s t a d o , q u e p r e s e n t e n m e n t e los q u e separan realidades t a n u n i d a s y piensan p o d e r for-
u n ejército tal como la doctrina de Cristo enseña q u e d e b e n ser mar b u e n o s ciudadanos con otras n o r m a s y con métodos distintos
los soldados; q u e p r e s e n t e n tales subditos, tales maridos, tales de los q u e contribuyen a formar el b u e n cristiano. Diga y hable
la p r u d e n c i a h u m a n a c u a n t o le plazca; es imposible que p r o d u z c a
rum; cum alteri proxime maximeque propositum sit rerum mortalium cu-
rare commoda, alteri caekstia et sempiterna bona comparare. Quidquid (ules parentes, tales filios, tales dóminos, tales servos,tales reges, taies iudices,
igitur est in rebus humanis quoquo modo sacrum, quidquid ad salutem Uiles denique debitorum ipsius fisci redditores et exactores, quales esse praeci-
animorum cultumque Dei pertinet, sive tale illud sit natura sua, sive rursus I iit doctrina christiana, et audeant eam dicere adversam esse reipublicae; imo
tale intelligatur propter causam ad quam refertur, id est omne in potestate \ oro non dubitent eam confiten magnam, si obtemperetur, salutem esse
arbitrioque Ecclesiae: cetera vero, quae civile et politicum genus complecti- reipublicae». Quoniam vero de educatione agitur, opportunehic est admo-
tur, rectum est civili auctoritati esse subiecta, cum Iesus Christus iusserit, nendum quam egregie catholicam hanc veritatem, re quidem comprobatam,
quae Caesaris sint, reddi Caesari, quae Dei, Deo». 1 xpresserit recentiore aetate, cum scilicet litterae renatae sunt, ecclesiasti-
Quicumque haec principia recipere eademque proinde ad educationem > us scriptor qui optime de christiana educatione meritus est, piissimus
applicare recusat, is necessario cum neget Christum ob sempiternam homi- m-mpe doctusque Silvius Antonianus Cardinalis, mirabilis illius educatoris,
num salutem Ecclesiam suam condidisse, tum affirmat societatem civilem '•>. Philippi Nerii, discipulús idemque magister atque ab epistujis latinis S. Ca-
et Statum Deo eiusque naturali ac divinae legi non subiici. Quod quidem ioli Borromaei, quo instante et suasore, aureum librum De christiana libe-
manifestó impium est, sanae rationi contrarium maximeque, quod ad edu-, lorum educatione confecit, in quo haec habet: «Quo magis teraporalis guber-
cationem attinet, perniciosum omnino rectae iuvenum conformationi ac natio cum spirituali conspirat eandemque iuvat ac promovet, eo magis ad
certe civili ipsi societati veraeque humani convictus prosperitati exitiosum. Ni-rvandam rempublicam conferí. Dum enim Ecclesiae rector, auctoritate
E contrario) haec principia in usum deducendo, esse non potest quin pluri- subsidiisque spiritualibus, pro suo fine, bonum christianum conformare
mum ad rectam civium conformationem conferatur. Id re factisque, ómnibus 1.1 udet, una simul, quod necessario consequitur, eundem bonum etiam civem
aetatibus, luculenter comprobatum est; quare, ut Tertullianus, primis Chris- ellicit, qualis scilicet sub potestate politica esse debet. Idque acddit propterea
tiani nominis temporibus, in Apologético, ita, quo vixit tempore, S. Augusti- i(uod in Sancta Ecclesía Catholica Romana, Cívitate Dei, bonus civís unum
nus' omnes Ecclesiae catholicae hostes provocare poterat—nosque ipsi in idemque est ac vir probus. Quamobrem graviter errant qui res tam Ínter
praesens eius verba usurpare possumus—: «Proinde qui doctrinam Chnsti i4i- coniunctas seiungunt atque opinantur cives haberi posse alus quidem
adversam dicunt esse reipublicae, dent exercitum talem, quales doctrina, leK¡bus aliisque viis atque ilíis quae ad bonum christianum conformandurn
Christi esse milites iussit; dent tales provinciales, talesmaritos, tales coniuges i-onferunt. Atque dictitet quidem ac sermocinetur quantum sibi libet huma-
57
3< Ibid. SAN AGUSTÍN, Epist. 138,15: P L 33,532.
552 pfo x i MVINI ILLIUS MAGISTU1 653
u n a verdadera paz o u n a verdadera t r a n q u i l i d a d t e m p o r a l t o d o lo píos propios y m é t o d o p r o p i o ; pero, u n a vez reconocida esta justa
q u e es c o n t r a r i o a la p a z y a la felicidad e t e r n a » 3 8 . D e la m i s m a libertad, c u i d a a t e n t a m e n t e d e q u e , o p o n i é n d o s e tal vez a la doctrina
m a n e r a q u e el Estado, ni la. ciencia, ni el m é t o d o científico, ni la divina, n o caigan e n el error o, traspasando sus propios límites,
investigación científica tienen nada q u e t e m e r del p l e n o y per- invadan y p e r t u r b e n el c a m p o de la f e » 4 0 . Esta n o r m a de la j u s t a
fecto m a n d a t o educativo d e la Iglesia. «Las instituciones católicas, libertad científica es al m i s m o t i e m p o n o r m a inviolable de la justa
sea el q u e sea el grado de enseñanza o ciencia al q u e pertenezcan, libertad didáctica o libertad d e enseñanza rectamente e n t e n d i d a ,
n o tienen necesidad d e apologías. El favor d e q u e gozan, las ala- y d e b e ser observada en toda manifestación doctrinal a los d e m á s ,
banzas q u e reciben, las producciones científicas q u e p r o m u e v e n y y, con obligación m u c h o m á s grave de justicia, en la enseñanza
mult%)lican y, m á s q u e nada, los sujetos plena y exquisitamente d a d a a la j u v e n t u d , ya p o r q u e , respecto d e ésta, n i n g ú n maestro
p r e p a r a d o s q u e p r o p o r c i o n a n a las magistraturas, a las profesio- público o p r i v a d o tiene d e r e c h o educativo absoluto, sino partici-
nes, a la enseñanza, a la vida en todas sus manifestaciones, d a n p a d o ; ya p o r q u e t o d o n i ñ o o j o v e n cristiano tiene estricto d e r e -
. testimonio m á s q u e suficiente en su favor» 3 9 . H e c h o s q u e , por cho a u n a enseñanza conforme a la doctrina de la Iglesia, c o l u m n a
otra parte, n o son m á s q u e una espléndida confirmación de la d o c - y f u n d a m e n t o de la verdad, y le causaría una grave injuria t o d o el
trina católica definida por el .concilio V a t i c a n o : «La fe y la razón q u e t u r b a s e su fe a b u s a n d o de la confianza de los jóvenes e n los
n o sólo n o p u e d e n j a m á s contradecirse, sino q u e se p r e s t a n u n a maestros y de su natural inexperiencia y d e s o r d e n a d a inclinación
recíproca ayuda, p o r q u e la recta razón d e m u e s t r a las bases de la a u n a libertad absoluta, ilusoria y falsa 4 1 .
fe e, iluminada con la luz d e ésta, cultiva la ciencia de las cosas di-
v i n a s ; a su vez, la fe libera y protege de errores a la razón y la en- [II. E L SUJETO DE LA E D U C A C I Ó N ] #
riquece con múltiples conocimientos. T a n lejos está, p o r tanto,
la Iglesia de oponerse al cultivo d e las artes y d e las disciplinas [El hombre redimido ]
h u m a n a s , q u e d e mil m a n e r a s lo ayuda y lo p r o m u e v e . P o r q u e n o
ignora ni desprecia las ventajas q u e de éstos derivan para la vida [43 ] . P o r q u e n u n c a se d e b e p e r d e r d e vista q u e el sujeto de
de la h u m a n i d a d ; antes bien, reconoce q u e , así como vienen de la educación cristiana es el h o m b r e t o d o entero, espíritu u n i d o al
Dios, Señor de- las ciencias, así, r e c t a m e n t e tratadas, c o n d u c e n a c u e r p o en u n i d a d d e naturaleza, con todas sus facultades, n a t u r a -
Dios con la ayuda de su gracia. Y d e n i n g u n a m a n e r a p r o h i b e q u e les y sobrenaturales, cual nos lo hacen conocer la recta razón y
semejantes disciplinas, cada una d e n t r o de su esfera, u s e n princi- la revelación; es decir, el h o m b r e caído de su estado originario,
na prudentia; fieri enim non potest ut pacem temporalemque tranquillita- utantur principiis et propria methodo; sed iustam hanc libertatem agnoscens,
tem veri nominis afferat quidquid a pace aeternaque beatitudine seiungitur id sedulo cavet, ne divinae doctrinae repugnando errores in se suscipiant,
eisdemque repugnat». Ut autem Civitati, ita scientiae eiusque viae et inves- aut fines proprios transgressae ea, quae sunt fidei, occupent et pertúrbente.
tigationi níhil est pertimescendum ex eo quod Ecclesia plenum habeat Quae quidem norma iustae libertatis scientiae provehendae simul est norma,
absolutumque educandi mandatum. Siquidem catholica instituta, quicum- quae violari nequit, iustae libertatis docendi probé intellectae; eaque servan
que gradus est eruditionis ac scientiae ad quem pertinent, nulla prorsus debet quotiens alus doctrina traditur, at ex graviore sane iustitiae officio
defensione indigent. Gratia qua ea ipsa apud omnes florent, laudes quas sibi cum traditur iuventuti, tum quia in ipsam praeceptor, publicus privatus,
comparant, ingenii monumenta quae magno numero gignunt iique máxime non absolutum sed participatum ius habet; tum quia omnis puer seu ado-
viri, quos, plena atque exquisita a doctrina instructos magistratui praebent, lescens christianus sanctissimum ius habet ut secundum Ecclesiae doctrinam,
artíbus, disciplinis tradendis, vitae demum qua late ea patet, satis superque veritatis quidem columen ac fundamentum, edoceatur; eidemque gravem
ipsorum gloriam concelebrant. Quae ceterum facta nihil aliud sunt quam quidem inferret iniuriam qui eius fidem turbaret, fiducia abutendo iuvenum
praeclara doctrinae catholicae confirmatio a Concilio Vaticano definitae: erga magistros eorumque naturali rerum imperitia atque immodica ad liber-
«Ñeque solum fides et ratio Ínter se dissidere numquam possunt, sed openi tatem absolutam fallacemque inclinatione.
quoque sibi mutuam ferunt, cum recta ratio fidei fundamenta demonstret
eiusque lumine illustrata rerum divinarum scientíam excolat, fides vero Ñeque enim oblivisci unquam licebit, christiane educandum totum esse
rationem ab erroribus liberet ac tueatur eamque multiplici cognitione in- hominem, quantus est, nimirum in unam naturam per spiritum et corpus
struat. Quapropter tantum abest, ut Ecclesia humanarum artium et diseipli- coalescentem omnibusque animi et corporis partibus instructum quae vel
narum culturae obsistat, ut hanc multis modis iuvet ac promoveat. Ñon a natura proficiscuntur vel ipsam excedunt, qualem demum ex recta ratione
enim commoda ab iis ad hominum vitam dimanantia aut ignorat aut despicit; et ex divinis oraculis cognoscimus; hominem scilicet, quem a prístina nobi-
fatetur immo, eas, quemadmodum a Deo scientiarum Domino profectae 40
Concilio Vaticano iess.3 c.4: DB 1799.
sunt, ita, sí rite pertractentur, ad Deum iuvante eius gratia perducere. Nec 41
Véase la aloe, consíst. de 24 de marzo de 1924, en la que Pío XI exhorta al episcopado,
sane ipsa vetat, ne huiusmodi disciplinae in suo quaeque ambitu propriis clero y padres católicos de Italia a defender los derechos de la Iglesia y de la familia en materia
de educación: «Un Estado recoge lo mismo que siembra, la verdad o e! error, la fe cristiana
38 SILVIO ANTONIANO, DelVeducazione cristiana deifigliuoli I 43. o la inmoralidad pagana, la civilización humana o una- horrible barbarie, que no puede quedar,
3 5 Pío XI, carta al cardenal secretario de Estado, 30 de mayo de 1929: AAS 21 (1929) 302 . disimulada por el brillo exterior y el oropel aparente que el progreso y el curso de los aconten-
cimientos recientes ha traído» (AAS 16 [1924] 125-126).
554 PÍO xi
DIIIM ILLIL'S M.\<¡isrm 555
p e r o r e d i m i d o p o r Cristo y reintegrado a la condición sobrenatu-
ral de hijo adoptivo d e Dios, a u n q u e n o a los privilegios preter- y e n d o al n i ñ o un p r i m a d o exclusivo en la iniciativa y una activi
naturales de la i n m o r t a l i d a d del cuerpo y de la integridad o equili- d a d i n d e p e n d i e n t e de t o d a ley superior, natural y divina, en la
brio de sus inclinaciones. Q u e d a n , p o r tanto, en la naturaleza obra de su educación. P e r o si los nuevos maestros de la pedago
h u m a n a los efectos del p e c a d o original, particularmente la debili- gía quieren indicar con estas expresiones la necesidad d e la coope-
d a d de la v o l u n t a d y las tendencias desordenadas del alma. ración activa, cada vez m á s consciente, del a l u m n o en su educa-
ción; si se p r e t e n d e apartar de ésta el despotismo y la violencia,
[ 4 4 ] . La necedad se esconde en el corazón del niño; la vara cosas m u y distintas, p o r cierto, de la j u s t a corrección, estas ideas
de la corrección la hace salir de él42. Es, p o r tanto, necesario desde son acertadas, p e r o n o contienen novedad a l g u n a ; p u e s es lo q u e
la infancia corregir las inclinaciones desordenadas y fomentar las la Iglesia ha enseñado siempre y lo q u e los educadores cristianos
t e n d e n c i a s buenas, y sobre t o d o hay q u e iluminar el e n t e n d i m i e n t o h a n m a n t e n i d o en la formación cristiana tradicional, siguiendo el
y fortalecer la v o l u n t a d con te verdades sobrenaturales y los m e - ejemplo del m i s m o Dios, q u i e n ha q u e r i d o q u e todas las criaturas,
dios d e la gracia, sin los cuales es imposible d o m i n a r las propias y especialmente los h o m b r e s , cooperen activamente en su propio
pasiones y alcanzar la debida perfección educativa de la Iglesia, provecho según la naturaleza específica de cada u n a de ellas, ya
q u e fué dotada p o r C r i s t o con la doctrina revelada y los sacra- que' la sabiduría divina se extiende poderosa del uno al otro extremo
m e n t o s p a r a q u e fuese maestra eficaz de todos los h o m b r e s . y lo gobierna todo con suavidad 4 3 .
[ 4 5 ] . P o r esta razón es falso t o d o naturalismo pedagógico
[ 4 6 ] . Pero, desgraciadamente, si a t e n d e m o s al significado
q u e de cualquier m o d o excluya o m e r m e la formación sobrenatu-
obvio de los t é r m i n o s y a los hechos objetivamente considerados,
ral cristiana en la instrucción d e la j u v e n t u d ; y es erróneo t o d o
h e m o s de concluir q u e la finalidad de casi t o d o s estos nuevos d o c -
m é t o d o de educación q u e se funde, total o parcialmente, en la
tores n o es otra q u e la de liberar la educación de la j u v e n t u d de
negación o en el olvido del p e c a d o original y de la gracia, y, p o r
toda relación de dependencia con la ley divina. P o r esto en n u e s -
consiguiente, sobre las solas fuerzas de la naturaleza h u m a n a . A esta
tros días se da el caso, bien extraño p o r cierto, de educadores y
categoría pertenecen, en general, t o d o s esos sistemas pedagógicos
filósofos q u e se afanan p o r descubrir u n código moral universal
m o d e r n o s q u e , con diversos n o m b r e s , sitúan, el f u n d a m e n t o de
de educación, c o m o si n o existiera ni el decálogo, ni la ley evangé-
la educación en u n a p r e t e n d i d a a u t o n o m í a y libertad ilimitada
lica y ni siquiera la ley natural, esculpida por Dios e n el corazón
del n i ñ o o en la supresión de toda a u t o r i d a d del educador, atribu-
del h o m b r e , p r o m u l g a d a por la recta razón y codificada p o r el m i s m o
Dios con u n a revelación positiva en el decálogo. Y p o r esto t a m b i é n
litate delapsum, Christus redemit in eamque supernaturalem dignitatem los m o d e r n o s innovadores de la filosofía suelen calificar d e s p r e -
restituit ut adoptivus filius Dei esset, minime tamen iis redditis praeter
naturam privilegiis, ex quibus ante et corpus immortale et animus aequus atque arbitratu plañe suo, vel repudiatis maiorum praeceptorumve consiliis
fuerat atque integer. Unde factum, ut quae foeda in hominum naturam ab omnique lege atque ope humana et divina prorsus posthabita. Quae tamen
Adami culpa profluxere, praesertim voluntatis infirmitas effrenataeque ani- omnia si suis finibus ita circumscríbantur, ut novi huiusmodi magistri
mi cupiditates, in nomine supersint. velint, adolescentes in suam ipsorum eruditionem eo magis propriam quoque
Et prefecto «stultitia colligata est in corde pueri et virga disciplinae fu- operam atque industriam conferre quo plus aetate et rerum cognitione
gabit eam». A pueritia igitur voluntatis inclinationes, si pravae, cohibendae, progrediantur, jtemque ut a puerorum educatione omnis vis atque asperitas
sin autem bonae, promovendae sunt, ac praesertim puerorum mens imbua- removeatur, quam nihilominus iusta correctio non redolet, verum id quidem,
tur doctrinis a Deo profectis et animus divinae gratiae auxiliis roboretur at minime novum, cum id ipsum et Ecclesia docuerit et christiani praecep-
oportet, quae si defuerint, nec suis quisque moderari cupiditatibus poterit tores, more a maioribus tradito, retinuerint, Deum imitati, qui omnes crea-
ñeque ad absolutíonem perfectionemque disciplina atque informatio ab tas vult res praecipueque omnes bomines navare sibi operam, secundum
Ecclesia adduci, quam ideo Christus caelestibus doctrinis ac divinis Sacra- propriam ipsorum naturam, quia divina Sapientia «attingit a fine usque ad
mentis instruxit ut efficax omnium hominum esset magistra. finem fortiter et disponit omnia suaviter».
Quam ob rem omnis disciplina puerilis, quaecumque, meris naturae Ast, si communem verborum significationem, si res ipsas consideremus,
viribus contenta, ea respuit aut negligit quae ad vitam christianam rite haud alio spectant complures eiusmodi doctores, nisi ut puerorum educatio-
informandam divinitus conferunt, falsa plenaque errorís est; omnisque via nem e divinis legibus eximant, quam ob rem novum quiddam ac mirum
et ratio educandae iuventutis, quae labis a protoparentibus ad omnem poste- hodie conspicimus, institutores scilicet ac philosophos in eó desudantes ut
ritatem transmissae divinaeque gratiae rationem nullam aut vix ullam habet, codicem quaerant ac digerant de iuventute in universum educanda, quasi
proptereaque in solis naturae viribus tota nititur, a vertíate prorsus aberrat. nulla sint divina oracula decálogo descripta, nulla sacra Evangeliorum prae-
Huc fere pertinent quae nostris temporibus palam proferuntur, variis quidem cepta, nulla naturae lex, quam Deus in animis hominum defixit ac paene
nominibus, doctrinae, quarum est, totum ferme cuiuslibet eruditionis fun- insculpsit, per rectam rationem promulgavit ac per se ipse decálogo sancivit
damentum in eo poneré, ut pueris integrum sit sese informare ipsos ingenio atque constituit. Unde etiam fit, ut novi id genus institutores disciplinam
42
puerilem ab Ecclesia adhibitam, eo quod tota in auctoritate divina atque in
Prov. 22,15.
•>3 Sap. 8,1.
55G PÍO x i
IMVINI I I X 1 U S MAGISTRI 557
d a t i v a m e n t e d e hcterónoma, pasiva y anticuada la educación cris-
tiana por fundarse ésta en la autoridad divina y en la ley sagrada. religiosa alguna; a c u d i e n d o para ello a u n a temeraria, indiscrimi-
nada e incluso pública iniciación e instrucción p r e v e n t i v a en m a -
[ 4 7 ] . Pretensión equivocada y lamentable la d e estos i n n o -
teria sexual, y, lo q u e es p e o r todavía, exponiéndolos p r e m a t u r a -
vadores, p o r q u e , en lugar de liberar, c o m o ellos dicen, al n i ñ o ,
m e n t e a las ocasiones, p a r a acostumbrarlos, c o m o ellos dicen, y
lo hacen en definitiva esclavo de su loco orgullo y de sus desorde- para curtir su espíritu contra los peligros d e la p u b e r t a d 4 5 .
nadas pasiones, las cuales, p o r lógica consecuencia de los falsos
sistemas pedagógicos, q u e d a n justificadas c o m o legítimas exigen- [ 5 0 ] . G r a v e error el de estos h o m b r e s , p o r q u e n o reconocen
cias d e u n a naturaleza q u e se proclama a u t ó n o m a . la nativa fragilidad d e la naturaleza h u m a n a ni la ley d e q u e habla
el Apóstol, contraria a la ley del e s p í r i t u 4 6 , y p o r q u e olvidan u n a
[48 ]. P e r o es m u c h o m á s vergonzosa todavía la impía p r e -
gran lección de la experiencia diaria, esto es, q u e en la j u v e n t u d ,
tensión, falsa, peligrosa y, además, inútil, de q u e r e r someter a in-
m á s q u e en otra e d a d cualquiera, los pecados contra la castidad
vestigaciones, experimentos y juicios de o r d e n natural y profano son efecto n o t a n t o d e la ignorancia intelectual c u a n t o de la debili-
los h e c h o s del o r d e n sobrenatural referentes a la educación, como, dad d e u n a v o l u n t a d expuesta a las ocasiones y n o sostenida p o r
p o r ejemplo, la vocación sacerdotal o religiosa y, en general, las los medios d e la gracia divina.
secretas operaciones de la gracia, la cual, a u n elevando las fuerzas
naturales, las supera, sin e m b a r g o , infinitamente y n o p u e d e en [ 5 1 ] . E n esta materia t a n delicada, si, atendidas todas las
m o d o a l g u n o someterse a las leyes físicas, p o r q u e el Espíritu sopla circunstancias, parece necesaria alguna instrucción individual, d a d a
donde quiere44. o p o r t u n a m e n t e p o r q u i e n ha recibido d e D i o s la misión educativa
y la gracia d e estado, h a n d e observarse t o d a s las cautelas tradicio-
[Educación sexual ] nales d e la educación cristiana, q u e el ya citado A n t o n i a n o acerta-
d a m e n t e describe con las siguientes p a l a b r a s : «Es t a n grande n u e s -
[ 4 9 ] . Peligroso en s u m o g r a d o es, a d e m á s , ese n a t u r a l i s m o
tra miseria y n u e s t r a inclinación al pecado, q u e m u c h a s veces los
q u e en nuestros días invade el c a m p o educativo en u n a materia
m i s m o s consejos q u e se d a n p a r a r e m e d i o del pecado constituyen
t a n delicada c o m o es la moral y la castidad. Está m u y difundido
u n a ocasión y u n estímulo p a r a cometer este pecado. Es, p o r t a n t o ,
a c t u a l m e n t e el error d e quienes, con u n a peligrosa pretensión e
de s u m a importancia q u e , c u a n d o u n p a d r e p r u d e n t e habla a s u
indecorosa terminología, fomentan la llamada educación sexual,
hijo de esta materia t a n resbaladiza, esté m u y sobre aviso y n o
p e n s a n d o falsamente q u e p o d r á n i n m u n i z a r a los jóvenes contra
descienda a detallar p a r t i c u l a r m e n t e los diversos medios d e q u e
los peligros de la carne con medios p u r a m e n t e naturales y sin ayuda
se sirve esta h i d r a infernal para envenenar u n a p a r t e tan g r a n d e
sacris legibus innititur, tamquam non sui iurís, inertem atque obsoletam quovis amoto religionis pietatisque praesidio, adolescentibus a voluptáte et
habere atque appellare contemptim soleant. luxuria praecavere, scilicet hos omnes, nullo sexus discrimine, vel publice,
In quo profecto misere ipsi falluntur, cum, aventes puerum, ut aiunt, in lubricis initiando instruendoque doctrinis, immo, quod peius est, mature
libertatem revocare, eum demum teanae superbiae ac pravis cupiditatibus occasionibus obiiciendo, ut eorum animus, eiusmodi rebus—quemadmo-
mancipent, quae—ut ex eorum commentis consequitur—tamquam neces- dum ipsi aiunt—assuetus, quasi ad pubertatis pericula obdurescat.
sitates quaedam humanae naturae, quam exlegem perhibent, proban- In eo autem isti nomines graviter errant quod nativam humanae natu-
dae essent. rae fragilitatem non agnoscunt ñeque legem illam membris nostris insitam,
Sed quod turpius est, huiuscemodi magistri, etsi incassum, per errorem quae, ut verbis utamur Pauli Apostoli, mentís legi repugnat, idque praeter-
tamen impie ac periculose id sibi vindicant ut profanis communibusque in- ea temeré infitiantur quod usu quotidiano didicimus, iuvenes nempe prae
quisitionibus atque experimentis ea periclitentur quae in puerorum educa- alus in turpia saepius incidere non tam ob mancam mentís cognitionem quam
tionem facta incidunt supernaturalis ordinis, ut, exempli causa, divinum ad ob infirmitatem voluntatis illecebris obnoxiae atque divinis auxiliis destitutaé.
sacerdotalia munia et ad religiosam vitam impulsum atque generatim ar- Qua de re prorsus difficili, si quidem, ómnibus perpensis, adolescentem
cana ea omnia quae Gratia Dei in animis hominum operatur, quae, licet aliquem tempestive ab iis moneri oporteat, quibus Deus educandi pueros
naturae vires extollat, eas tamen infinite praetergreditur et nullo pacto legi- officium commisit cum gratiis opportunis coniunctum, illae profecto cau-
bus physicis parére potest, quia «spiritus ubi vult spirat». tiones et artes sunt adhibendae, christianis institutoribus non ignotae, quas
apte Antonianus hisce verbis describit: «Eo usque imbecillítas nostra atque
Multo autem perniciosiores sunt illae de natura duce omnino sequenda in malum proclivitas misere procedit, ut, quae ad remedium peccati consi-
opiniones doctrinaeve, quae in educationis humanae certam quandam ingre- lia adhibentur, ea ipsa ad peccandum fere ansam atque incitanientum prae-
diuntur partem salebrarum plenam, in eam scilicet quae ad morum integri- beant. Quapropter magnopere interest, ut prudens pater, si quando de lubri-
tatemet ad castimoniam pertinet. Passim enim bene multi et stulte et pericu- cis istiusmodi rebus cum filio colloquatur, bene attendat, ñeque ad hoc deve-
lose eam tenent provehuntque educandi rationem, quae sexualis putide di- niat ut fere sub aspectum subiiciat artes singulas quibus horrenda eiusmodi
citur, cum iidem perperam sentiant, posse se, per artes mere naturales et
45
Cf. el decreto del Santo Oficio sobre Educación sexual y eugenesia, 4<z 18 de marzo
44
lo. 3,8. de 1031: A A S 23 (1031) 118; D B 2251-2252.
•*" Cf. Rom. 7,23.
558 l'lü XI
DIV1NI II.LIUS MAGISTRI 559
del m u n d o , a fin de evitar q u e , en lugar de apagar este fuego, lo
excite y lo reavive i m p r u d e n t e m e n t e en el p e c h o sencillo y tierno y circunstancias. Estos principios h a n de ser aplicados, según las
del niño. G e n e r a l m e n t e hablando, en la educación de los niños normas de la p r u d e n c i a cristiana y según las condiciones d e t i e m p o
bastará usar los remedios q u e al m i s m o t i e m p o fomentan la virtud y lugar, n o sólo en todas las escuelas, particularmente en el período
de la castidad e i m p i d e n la entrada del vicio» 4 7 . más delicado y decisivo para la vida, q u e es el de la adolescencia,
sino t a m b i é n en los ejercicios gimnásticos y deportivos, c u i d a n d o
[Coeducación ] particularmente de la modestia cristiana en la j u v e n t u d femenina,
ilc la q u e gravemente desdice t o d a exhibición pública.
[52]. I g u a l m e n t e erróneo y pernicioso para la educación cris-
tiana es el m é t o d o de la coeducación, c u y o f u n d a m e n t o consiste, [53 ]. R e c o r d a n d o las t r e m e n d a s palabras del divino M a e s -
según m u c h o s d e sus defensores, en u n naturalismo negador del tro: ¡Ay del mundo por razón de los escándalos!48, estimulamos
pecado original y, según la mayoría de ellos, en u n a deplorable vivamente vuestra solicitud y vuestra vigilancia, venerables her-
confusión de ideas, q u e identifica la legítima convivencia h u m a n a m a n o s , sobre estos perniciosos errores q u e con excesiva difusión
con u n a p r o m i s c u i d a d e igualdad de sexos t o t a l m e n t e niveladora. se van e x t e n d i e n d o entre el p u e b l o cristiano, con i n m e n s o d a ñ o
El C r e a d o r ha establecido la convivencia perfecta de los dos sexos de la j u v e n t u d .
solamente d e n t r o de la u n i d a d del m a t r i m o n i o legítimo, y sólo
g r a d u a l m e n t e y p o r separado en la familia y en la sociedad. A d e - [III. A M B I E N T E DE LA EDUCACIÓN]
más, la naturaleza h u m a n a , q u e diversifica a los dos sexos en su
organismo, inclinaciones y aptitudes respectivas, n o presenta dato [54]. Para lograr u n a educación perfecta es de s u m a i m p o r -
a l g u n o q u e justifique la p r o m i s c u i d a d y m u c h o m e n o s la identidad tancia velar para q u e las condiciones de t o d o lo q u e rodea al e d u -
completa en la educación de los dos sexos. L o s sexos, según los cando d u r a n t e el p e r í o d o de su formación, es decir, el conjunto
a d m i r a b l e s designios del Creador, están destinados a completarse de todas las circunstancias, q u e suele d e n o m i n a r s e ambiente, co-
r e c í p r o c a m e n t e y constituir u n a u n i d a d idónea en la familia y en rresponda i d ó n e a m e n t e al fin q u e se p r e t e n d e .
la sociedad, precisamente p o r su diversidad corporal y espiritual,
la cual p o r esta m i s m a razón debe ser respetada • en la formación [La familia cristiana ]
e d u c a t i v a ; m á s aún, d e b e ser fomentada con la necesaria distinción
y correspondiente separación, proporcionada a las varias edades [55]. El p r i m e r a m b i e n t e natural y necesario de la educación
es la familia, destinada precisamente para esto p o r el Creador.
pestis tam magnam orbis partem veneno suo inficit, ne, dum libidinis ignes Por esta razón, n o r m a l m e n t e , la educación m á s eficaz y d u r a d e r a
restinguere aggreditur, eos potius in tenerioribus puerorum animis aut sopi- es la q u e se recibe en u n a b i e n o r d e n a d a y disciplinada fahiilia
tos suscitet aut plañe incendat. Ut autem generatim loquamur, quamdiu cristiana; educación t a n t o m á s eficaz c u a n t o m á s claro y constante
pueri excolendi sunt, satis superque erit iis uti remediis quae castimoniam
in ánimos inducant simul.que ab iis vitia contraria prohibeant'). gruentem. Eiusmodi vero praecepta, ad christianae prudentiae praescriptum,
tempestive atque opportune servanda sunt non modo in scholis ómnibus,
Aeque vero fallax atque christianae institutioni infensa illa adolescentes praesertim per trépidos adolescentiae annos, unde totius ferme futurae vitae
instruendi ratio habenda est, quam vulgo coeducationem appellant; eorum ratio omnino pendet, sed etiam in gymnicis ludis atque exercitationibus, in
enim qui ípsam tuentur, bene multi idcirco tuentur quia aut non conside- quibus christianae peculiari modo modestiae puellarum cavendum, utpote
rant aut negant, protoparentum labe vitiatum nasci hominem, plerique vero quas ostentare sese atque ante omnium oculos proponere summopere
omnes, quia tali notionum perturbatione laborant ut legitimum hominum dedeceat.
convictum habeant quasi quendam virorum ac feminarum ómnibus plañe
rationibus parium inconditum acervum. Divinus sane rerum omnium mo- Memores itaque gravissimorum verborum Magistri divini: «Vae mundo
derator perfectum utriusque sexus convictum in legitimo tantum coniugio a scandalis») sollicitudinem ac sollertiam vestram, Venerabiles Fratres, vehe-
vigere voluit, dein in familia inque humana consortione, certo ordine disper- menter excitamus adversus perniciosissimos huiusmodi errores qui in chris-
titum. Accedit quod nihil est in ipsa natura—ex qua dúo sexus, compage tiana plebe, máximo cum iuventutis detrimento, nimis late pervagantur.
corporis, inclinationibus, ingenioque dissimiles procedunt—unde colligi pos- Ad perfectam autem educationem assequendam curare opus est, ut quae
sit, mares et feminas promiscua, nedum una eademque, educatione infor- omnia pueros, dum instituuntur, circumsaepiunt, ea proposito apte re-
mandos esse. Alter autem et alter sexus a Dei sapíentia ad hoc sunt consti- spondeant.
tuti ut in familia et societate mutuo se compleant et in unum quid apte co-
alescant, ob illud ipsum corporis animique discrimen quo ínter se differunt, Et profecto quod primum ex necessitate naturae puerum rite conforman-
quod idcirco in educatione atque institutione tenendum, imo fovendum est dum circumdat, ipsa eius familia habenda est, ad hoc demum munus a Deo
per aptam distinctionem ac separationem, aetatibus ac conditioníbus con- constituía. Quapropter eam tándem institutionem constantem atque tu-
tissimam iure existimabimus quae in recte composita ac bene morata fa-
SILVIO ANTONIAXO, Dd'educazionc cristiana dei figlíuoli II 88.
48
M t . 18,7.
560 pío x i
DIVINI ILLIUS MAGISIRI 5Ü1
resplandezca en ella el b u e n ejemplo, sobre t o d o de los padres
y el de los d e m á s m i e m b r o s de la familia. escuelas sin Dios, q u e les hacen beber la irreligiosidad y el odio de
u n socialismo extremista, r e n o v a n d o así u n a verdadera y m á s h o -
[ 5 6 ] . N o es n u e s t r a intención tratar aquí particularmente,
r r e n d a m a t a n z a d e niños inocentes.
a u n q u e sólo fuese recorriendo los p u n t o s principales, d e la educa-
ción d o m é s t i c a ; la materia es demasiado amplia, y, p o r otra parte, [ 5 8 ] . Conjuramos, p o r tanto, en n o m b r e d e Jesucristo, a los
existen tratados especiales, antiguos y m o d e r n o s , de autores ple- pastores d e almas p a r a q u e e m p l e e n t o d o s los medios posibles, ins-
n a m e n t e ortodoxos, e n t r e los cuales merece especial m e n c i ó n el trucciones, catcquesis, sermones y escritos d e amplia divulgación,
ya citado á u r e o libro de A n t o n i a n o De la educación cristiana de q u e a d v i e r t a n - n o teórica, sino p r á c t i c a m e n t e a los padres cristianos
los hijos, q u e San Carlos B o r r o m e o - h a c í a leer p ú b l i c a m e n t e a los sobre sus gravísimos deberes en la educación religiosa, m o r a l y cívica
p a d r e s r e u n i d o s en las iglesias. d e s u s hijos y les 'enseñen los m é t o d o s m á s convenientes p a r a rea-
lizar eficazmente esta educación, s u p u e s t o siempre, c o m o es n a -
[S7]- Q u e r e m o s , sin e m b a r g o , llamar d e u n m o d o especial
tural, el ejemplo personal d e su vida. A estas instrucciones prácti-
vuestra atención, venerables h e r m a n o s y a m a d o s hijos, sobre la
cas s u p o descender el Apóstol d e las G e n t e s e n sus epístolas, p a r -
deplorable decadencia actual de la educación familiar. A los oficios
t i c u l a r m e n t e en la dirigida a los efesios, d o n d e , e n t r e otras adver-
y a las profesiones d e la vida temporal y terrena, q u e son cierta-
tencias, h a c e la siguiente: Padres, no exasperéis a vuestros hijos49;
m e n t e d e m e n o r importancia, preceden largos estudios y u n a cui-
advertencia justificada n o t a n t o p o r la excesiva severidad d e los
dadosa preparación; en cambio, p a r a el oficio y el d e b e r funda-
p a d r e s c u a n t o p r i n c i p a l m e n t e p o r la impaciencia d e los p a d r e s
m e n t a l d e la educación d e los hijos están h o y día poco o n a d a p r e -
q u e n o s o p o r t a n la n a t u r a l vivacidad de los hijos, y p o r la ignorancia
p a r a d o s m u c h o s d e los padres, demasiado sumergidos e n las p r e -
q u e p a d e c e n los p a d r e s acerca d e los m é t o d o s m á s idóneos p a r a la
ocupaciones temporales. A debilitar la influencia d e la educación
corrección fructuosa d e los hijos, y sobre t o d o p o r la relajación,
familiar c o n t r i b u y e t a m b i é n m o d e r n a m e n t e el h e c h o d e q u e casi
h o y día d e m a s i a d o frecuente, d e la disciplina familiar, gracias a
en t o d a s partes se t i e n d e a alejar cada vez m á s d e la familia a los
la c u a l crecen sin control en los jóvenes las pasiones d e s o r d e n a d a s .
niños d e s d e sus m á s tiernos años, con varios pretextos, económicos,
Sepan, p u e s , los p a d r e s y t o d o s los e d u c a d o r e s d e la j u v e n t u d usar
c o m o el trabajo industrial y comercial, o políticos; y hay u n país
r e c t a m e n t e la a u t o r i d a d q u e les h a d a d o D i o s , d e q u i e n son real-
d o n d e se arranca a los n i ñ o s del seno de la familia para formarlos,
m e n t e vicarios, n o p a r a su p r o p i o p r o v e c h o , sino p a r a la recta
o mejor d i c h o , p a r a deformarlos y depravarlos en asociaciones y
educación d e los hijos en el santo y filial temor de Dios, principio
milia recipitur, eoque efficaciorem et constantiorem quo magis parentes,
potissimum, ac domestici pueris virtutis praeeant exemplo.
somniant, impietatem odiumque imbibant—veriorem ita horribilioremque
Verum non is Nobis est animus ut universam de institutione domestica Innocentium stragem renovando. '
materiam, ne per summa quidem capita, pertractemus, tam late ea patet;
de qua ceteroqui, non desunt, cum ex veteribus tum ex recentioribus, qui, Itaque animarum Pastores per Iesu Christi divinam erga nomines cari-
catholicae doctrinae congruenter, optime scripserint, ínter quos praecla- tatem obsecramus atque obtestamur ut nihil reliqui faciant, sive per con-
ram prorsus meretur laudem Antonianus ille, quem superius loquentem tiones síve per catecheses, sive verbis sive scriptis in populum late vulgatis,
induximus, qui disputationem De christiana liberorum institutione eá quidem christiani ut parentes, non tam generatim quam singillatim, perdiscant, quae
peritiá adornavit ut sanctissimus vir Carolus Borromaeus eam parentibus sibi incumbant officia ad religiosam quod attinet et moralem et civilem libe-
christianís in templo congregatis publice legendam curaret. rorum suorum educationem, et quae potissimum, praeter sanctioris vitae
suae exempla, viae ac rationes ad eam efficacius consequendam conducant.
Volumus tamen, Venerabiles Fratres, animum huc intendatis vestrum, Huiusmodi profecto monitiones hortationesque Paulus Apostolus haud fas-
quo res nostris temporibus misere deciderint quae ad domesticam institu- tidivit in suis epistulis frequentare, praesertim in ea, quam ad Ephesios
tionem spectant; cum enim ad artes liberales atque ad publica muñera, scripsit, ubi, praeter alia, id monuit: «Patres, nolite ad iracundiam provocare
quae sunt profecto minoris momenti, nomines diutinis litterarum stu- filios vestros»; quae quidem provocatio seu incitatio non ex eo tantum oritur #
diis, laboriosis exercitationibus ac producto tirocinio se comparent, contra, quod parentes severiores atque asperiores se liberis praebeant, sed ex eo
ad filiorum institutionem, quod profecto caput est officii patrisfamilias, praecipue quod filiorum ingenium ac nativam alacritatem moleste ferant
plerique parentum temeré accedunt nullaque fere adhibita praeparatione, et aptiores correctionis modos ignorent, ac praesertim ex molli illa atque
quod rebus ac curis terrenis distineantur. Ad bonum praeterea minuendum, veluti enervata, quae in familiis usu venit, disciplina, unde fit ut in puero-
quod familiaris puerorum institutio pareret, accedit quod fere ubique gen- rum animis cupiditates effrenatae dominentur. In hoc igitur parentes, item-
tium facilius in dies pueros a familia inde a teneris annis seiungendi consue- que puerorum institutores, animum intendant ut dignitatem potestatemque
tudo increbrescit, causis interpositis vel oeconomicis, ut industriae mercatu- quam habent a Deo, cuius revera vices gerunt, rite in bonum filiorum usur-
raeque serviendi, vel politicis; et natío quaedam est, ubi pueri e familiae pent, non quidem ut sibi commodum pariant, sed ut filios informent atque
gremio extorquentur, ut in coetus ludosque a Deo alienissimos, non tam instruant ad sanctum et suavem «Dei timorem, omnis sapientiae initium»,
recte conformandi quam, verius, deformandi ac depravandi, inducantur—sci- in quo tantummodo superiorum reverentia solide innititur et quo dempto
licet eo proposito, ut, ad eorum placita qui communia omnia esse ómnibus
« Eph. 6,4.
562 PÍO X I DIViM ILI.IUS MACISTUI 5(53
de la sabiduría •"> °, el cual es el ú n i c o f u n d a m e n t o sólido del respeto milia cristiana, armonía tan completa que con toda verdad se p u e d e
a la a u t o r i d a d y sin el cual n o p u e d e subsistir ni el orden, ni la t r a n - afirmar q u e ia Iglesia y la familia constituyen u n solo t e m p l o y u n
quilidad, ni el bienestar en la familia y en la sociedad. único refugio de la educación cristiana.
[La Iglesia ]
[La escuela]
[ 5 9 ] . A la debilidad de la naturaleza h u m a n a caída ha sumi-
nistrado l a - d i v i n a b o n d a d los a b u n d a n t e s auxilios de su gracia y [61 ] . Y c o m o las nuevas generaciones d e b e n ser formadas
los múltiples m e d i o s de q u e se halla enriquecida la Iglesia, esta en todas las artes y disciplinas, q u e c o n t r i b u y e n a la p r o s p e r i d a d
g r a n familia de Cristo, q u e constituye p o r esta m i s m a razón el a m - y al engrandecimiento de la convivencia social, y para esta labor
b i e n t e educativo m á s estrecha y a r m o n i o s a m e n t e u n i d o con 'la es por sí sola insuficiente la familia, p o r esto surgieron las escuelas
familia cristiana. públicas, p r i m e r a m e n t e — n ó t e s e b i e n lo q u e d e c i m o s — p o r inicia-
[ 6 0 ] . E s t e a m b i e n t e educativo de la Iglesia n o c o m p r e n d e tiva conjunta d e la familia y de la Iglesia, sólo después y m u c h o
solamente sus sacramentos, medios d i v i n a m e n t e eficaces de la gra- más t a r d e p o r iniciativa del E s t a d o . P o r esto, la escuela, conside-
cia, y sus ritos, dotados t o d o s ellos de u n a maravillosa vitalidad rada en su origen histórico, es p o r su m i s m a naturaleza u n a insti-
educativa, y el recinto material del t e m p l o cristiano, a u n q u e t a m - tución subsidiaria y c o m p l e m e n t a r i a de la familia y de la Iglesia;
bién éste p r e s e n t a u n a extraordinaria eficacia educadora con el y la lógica consecuencia de este hecho es q u e la escuela pública n o
lenguaje de ia liturgia y de la música sagrada y del a r t e ; sino t a m - solamente n o d e b e ser contraria a la familia y a la Iglesia, sino q u e
bién la gran a b u n d a n c i a de escuelas, asociaciones y toda clase de debe armonizarse positivamente con ellas, de tal forma q u e estos
instituciones dedicadas a formar a la j u v e n t u d en la piedad religiosa, tres ambientes—escuela, familia e Iglesia—constituyan u n ú n i c o
en el estudio d e las letras y de las ciencias y en el d e p o r t e y cultura santuario d e la educación cristiana, so pena de q u e la escuela q u e d e
física. Esta inagotable fecundidad en el c a m p o d e la educación d e - desvirtuada y cambiada e n o b r a perniciosa p a r a la adolescencia.
m u e s t r a dos cosas: q u e la m a t e r n a providencia de la Iglesia es t a n
a d m i r a b l e como insuperable, y q u e es igualmente d i g n a d e a d m i r a - [ 6 2 ] . N e c e s i d a d reconocida p ú b l i c a m e n t e incluso p o r u n se-
ción la armonía, antes indicada, q u e la Iglesia g u a r d a con la fa- glar t a n celebrado p o r sus escritos pedagógicos—no del todo loa-
bles p o r estar tocados de cierto liberalismo—, el cual escribió esta
constans ordo, pax serena atque omne bonum ñeque in familia ñeque in sentencia: «La escuela q u e n o es t e m p l o , es u n antro»; y aquella
universa humanae coniunctionis societate consistere potest. o t r a : «Cuando la educación literaria y la formación religiosa d o m é s -
solamente limitamos el uso de estos frutos para n o incurrir en vicio desde el p a d r e de familia hasta el monarca g o b e r n a d o r de pueblos,
o extralimitación. Vivimos, p o r tanto, en este m u n d o con vuestro desde las niñas ingenuas y las mujeres consagradas al hogar hasta
m i s m o foro, con vuestro mercado, con vuestros baños, casas, tiendas, las reinas y emperatrices. Y ¿qué decir de la inmensa labor realizada,
caballerizas, con vuestras mismas-ferias y vuestro m i s m o comercio. a u n en p r o del bienestar temporal, por los misioneros del Evange-
N a v e g a m o s y hacemos el servicio militar con vosotros, cultivamos lio, quienes, con la luz de la fe, h a n llevado y llevan a los pueblos
los campos, negociamos; p o r lo cual intercambiamos nuestros tra- b á r b a r o s los bienes de la civilización? ¿ Q u é decir de los fundadores
bajos y p o n e m o s a vuestra disposición n u e s t r o s p r o d u c t o s . F r a n c a - de i n n u m e r a b l e s obras de caridad y asistencia social y del i n t e r m i -
m e n t e , n o veo cómo p o d e m o s pareceros inútiles para vuestros nego- nable catálogo de santos educadores y santas educadoras, q u e h a n
cios, con los cuales y de los cuales vivimos» 7 1 . Por esto, el v e r d a d e r o p e r p e t u a d o y multiplicado su obra en fecundas instituciones de
cristiano, lejos de renunciar a la acción terrena o debilitar sus ener- educación cristiana para el b i e n de las familias y de las naciones?
gías naturales, las desarrolla y perfecciona combinándolas con la [85 ]. Estos, éstos son los frutos benéficos de la educación cris-
vida sobrenatural, de tal m a n e r a q u e ennoblece la m i s m a vida na- tiana, precisamente p o r la virtuosa vida sobrenatural en Cristo q u e
tural y le p r o c u r a u n auxilio m á s eficaz, n o sólo de o r d e n espiritual esta educación desarrolla y forma en el h o m b r e ; p o r q u e Cristo
y eterno, sino t a m b i é n de o r d e n material y temporal. N u e s t r o Señor, M a e s t r o divino, es el autor y el d a d o r de esta vida
[84]. . Estos efectos del o r d e n sobrenatural en el natural es- virtuosa y, al m i s m o tiempo, con su ejemplo, el modelo universal
t á n demostrados, por la historia entera del cristianismo y de sus y accesible a todas las condiciones de la vida h u m a n a , particular-
instituciones, q u e se identifica con la historia de la verdadera civi- m e n t e d e la j u v e n t u d , e n el período d e su vida escondida, laboriosa
lización y del genuino progreso hasta nuestros d í a s ; y particular- y obediente, a d o r n a d a de todas las virtudes individuales, domésti-
m e n t e p o r las vidas de los santos, engendrados p e r p e t u a m e n t e y cas y sociales, delante de D i o s y delante de los h o m b r e s .
exclusivamente por la m a d r e Iglesia, los cuales h a n alcanzado, en [86]. P o r consiguiente, t o d o este conjunto de tesoros e d u c a -
u n grado perfectísimo, el ideal esencial de la educación cristiana tivos de infinito valor q u e hasta ahora h e m o s ido r e c o r d a n d o par-
y h a n ennoblecido y aprovechado a la sociedad civil con toda clase cialmente, pertenece de u n a m a n e r a t a n í n t i m a a la Iglesia, que
de bienes. P o r q u e los santos h a n sido, son y serán siempre los m á s viene como a identificarse con su propia naturaleza, por ser la Iglesia
grandes bienhechores de la sociedad h u m a n a , como t a m b i é n los el C u e r p o místico de Cristo, la Esposa inmaculada de Cristo y, por
m á s perfectos modelos de toda clase y profesión, en t o d o estado y lo tanto, M a d r e fecundísima y educadora soberana y perfecta. Por
condición de vida, d e s d e el campesino sencillo hasta el h o m b r e de esto el genio extraordinario de San A g u s t í n — d e cuyo dichoso trán-
ciencia, desde el h u m i l d e obrero hasta el general d e los ejércitos,
atque imperatrices. Verum, quibusnam praedicemus laudibus iílos evangelii
non sine foro, non sine macello, non sine balneis, tabernis. officinis, sta- praecones, qui in missionibus, opera propemodum infinita, bonorum quo-
bulis, nundinis vestris, ceterisque commercüs cohabitamus in hoc saeculo. que huius vitae feraci, una cum fidei lumine barbaris gentibus huraani
Navigamus et nos vobiscum et militamus, et rusticarnur, et mercamur, civilisque cultus commoda tulerunt ac ferunt: quibusnam eos omnes, qui
proinde miscemus artes, operas nostras pubücamus usui vestro. Quomodo tot ac tam varia opera hominibus christiana caritate sublevaridis condide-
infructuosi videamur negotiis vestris, cum quibus et de quibus vivimus, runt: quibusnam denique sanctos illos ex utroque sexu institutores, sane
npn scio». Idcirco sincerus christianus tantum abest ut res in hac vita ge- frequentissimos, qui suam christianae educationis operam per alios proga-
rendas abdicet et naturales vires comprimat, ut, contra, has alat ac perficiat gandam perpetuandamque, singulari sane cum familiarum ac nationum
cum vita supernaturali ita copulando, ut ipsam naturalem vivendi rationem utilítate, curarunt?
exornet efficacioribusque foveat adiumentis, non modo ad spiritualia atque Haec, haec quidem sunt quae ex christiana educatione proficiscuntur
aeterna, sed etiam ad ipsius naturalis vitae necessitates congruentibus. beneficia, idcirco quia ea ipsa hominem evehit atque effingit ad vitamvir-
Id profecto tota comprobat christianae religionis eiusque instituto- tutemque supernaturalem in Christo; quandoquidem Iesus Christus Do-
rum historia—quacum historia germani civilis cultus humanarumque pro- minus noster, divinus Magister, cum sit eius vitae ac virtutis auctor et
gressionum, ad nostros usque dies, omnino cohaeret—; praecipue autem largitor, tum universis hominibus, in quacumque ii conditione versantur,
vita Sanctorum ostendit, qui, ab Ecclesia Matre, eademque una, perpetua iuvenibus praesertim, exemplum se praebet, in eo potissimum aetatis suae
quadam fecunditate geniti, perfectam absolutamque christianae educationis decursu intuendum atque imitandum, cum, obediens omnibusque virtuti-
formam in se referentes, hominum communionem nobilitarunt et bonis bus, quae singulos, familiam, societatem respiciunt, coram Deo et homini-
omne genus auxerunt. Optime sane iidem de humano genere meriti, in bus, exornatus, vitam obscure et laboriose traduxit.
omni civium ordine atque in quavis vitae conditione, editis perfectae sancti-
Itaque omnes eiusmodi thesauri, quos, nunquam satis aestimandos,
tatis exemplis, floruerunt; in iis enim non desuní cum agricolae simplices
hucusque vix ex parte mémoravimus, tam arete ad Ecclesiam pertinent,
ac rudes tum viri disciplinis litterisque exculti, cum tenuior opifex tum
ut eius veluti naturam constituant, cum mysticum Christi corpus, immacu-
exercitus dux, cum privatus paterfamilias tum rex populorum gubernator, lata Christi Sponsa, ideoque fecundissima Mater, itemque suprema ac per-
cum ingenuae puellae deditaeque rei familiari mulieres tum regiae uxores fecta educatrix Ecclesia sit. Quamobrem- magnus ille atque ingeniosus
TERTULIANO, Apoiogeñcum 4 2 : P L 1,491. Augustinus—cuius beato ab obitu saeculum quintum ac decimum acturi
576 río xi UIMNI 1I.I.IUS MAG1STKI 577
mox sumus—sancta erga talem Matrem caritate abreptus, has voces edebat:
«Mérito Ecclesia catholica, Mater christianorum verissima, non solum
ipsum Deum, cuius adeptio vita est beatissima, purissime atque castissime
colendum praedicas; sed etiam proximi dilectionem atque caritatem ita
complecteris, ut variorum morborum, quibus pro peccatis suis animae
aegrotant, omnis apud te medicina praepolleat. T u pueriliter pueros, for-
titer iuvenes, quiete senes prout cuiusque non corporis tantum, sed et animi
aetas est, exerces ac doces. T u parentibus filios libera quadam servitute
subiungis, parentes filiis pia dominatione praeponis. T u fratribus fratres
religionis vinculo firmiore atque arctiore quam sanguinis nectis... T u cives
civibus, gentes gentibus, et prorsus nomines primorum parentum recorda-
tione, non societate tantum, sed quadam etiam fraternitate coniungis.
Doces Reges prospicere populis; mones populos se subdere Regibus. Quibus
honor debeatur, quibus affectus, quibus reverentia, quibus timor, quibus
consolatio, quibus admonitio, quibus cohortatio, quibus disciplina, quibus
obiurgatio, quibus supplicium, sedulo doces; ostendens quemadmodum
et non ómnibus omnia, et ómnibus caritas, et nulli debeatur iniuria».
Supplices interea, Venerabiles Fratres, ánimos et manus ad caelum
«ad Pastorem et Episcopum animarum nostrarum», ad divinum Régem «Do-
minum dominantium» erigamus, ut ipse virtute omnipotenti sua iubeat
72
SAN AGUSTÍN, De rrwribus Ecdesiae catholicae I 30: PL 32,1336; BAC, Obras de San
Agustín t.4 p.334.
73
1 Pctr. 2,25.
Jli'i'fr. fonlif. i 19
NON AlilSIÁMO Í?ISO<:XO' 679
NON ABBIAMO BISOGNO de prensa contra la Acción Católica en 1930, la actuación del Lavord
Fascista a fines de marzo de 1931, el discurso del honorable Giuriati
el 19 de abril de 1931 en Milán y la carta inmediata de Pío XI al
En defensa de la Acción Católica cardenal Schuster sobre la Acción Católica.
La publicación de la encíclica despertó una violenta reacción tanto
en los medios inferiores del partido como en las supremas jerarquías
del Directorio. Sin embargo, en septiembre del mismo año, el Gobierno
italiano inició un movimiento de retroceso parcial mediante un nuevo
acuerdo con la Santa Sede. Pero el conflicto siguió latente. En el fondo
subsistía la antítesis irreductible de iure et de facto entre dos concep-
ciones contradictorias sobre el hombre, la sociedad y el Estado. Pío XI
rechazó y condenó con energía indomable el estatismo mussoliniano.
«La encíclica Non abbiamo bisogno es una de las encíclicas re- El 11 de febrero de 1939 debía pronunciar un solemne discurso sobre
dactadas directamente en una lengua moderna..., y, como la Mit bren- este tema en presencia del episcopado italiano reunido en Roma. Pero
nender Sorge..., presenta un tono vivamente polémico; toma de posi- la muerte sorprendió al venerado Pontífice en la víspera de esta fecha 4 .
ción decidida y serena frente a uno de esos regímenes totalitarios que
en los tiempos modernos han intentado confiscar también lo espiritual
para fines políticos, de tal forma que el Estado, es decir, el jefe del BIBLIOGRAFÍA
Estado, pueda tratar a los pueblos como masas sin voluntad por encima J. SCHMIDLIN, Papstgeschichte der neuesten Zeit t.4 p.73 y 112.—G. DALLA
de toda ley moral heterónoma, sirviéndose de ellas como de mero ins- TORRL, Azione cattolica e fascismo, il conflitto del 1931 (Roma 1945).—G. CAS-
trumento para la lucha internacional» 1. TILLA, Histoire des Papes t.3 p.403.—I. GIORDANI, Le encicüche sociali p.489-492.
Enlazada directamente con la carta Ci si é domandato, sobre los
Pactos lateranenses2, la encíclica Non abbiamo bisogno representa la SUMARIO
consumación dolorosa de lo que en aquélla era una amenaza prevista. I. Se ha intentado herir de muerte a la Acción Católica en Italia. El
Esta encíclica es una condenación clara de toda estatolatría, de toda Papa tiene el deber de dirigir su palabra al episcopado, clero y pueblo
agresión política a la libertad de las conciencias, del monopolio estatal de Italia.
de la enseñanza y del abuso del juramento en la política de partido 3 . II. Agradecimiento, en primer lugar, al episcopado italiano. La paz
No condenó el partido ni el régimen fascistas en cuanto tales, pero sí interior, que proviene de la clara conciencia de estar de parte de la
condenó todo lo que en este régimen y en aquel partido era contrario a justicia y de la verdad, no ha abandonado al Papa. Agradecimiento
la doctrina y a la moral católicas. Y constituyó al mismo tiempo una a todos los católicos del mundo que han dado muestras de su soli-
advertencia clara de que era imposible todo acuerdo entre la Iglesia y daridad sobrenatural condenando la persecución contra la Acción
un Estado realmente totalitario, salvo en el caso de que este Estado, Católica italiana. Agradecimiento al clero, a los fieles y a las Asocia-
ciones católicas de Italia.
por una feliz inconsecuencia, moderara sus principios y detuviese las
conclusiones lógicas de éstos. III. Defensa de la verdad y de la justicia. Falsas acusaciones y vías de
hecho contra la Acción Católica llevadas a cabo de modo violento,"
Por otra parte, el documento presente constituye la apología polémi- sangriento a veces, y con la positiva connivencia de la fuerza pública.
ca por excelencia realizada por Pío XI con acentos de auténtica catiti- Se ha publicado un mensaje tendencioso, no oficial, que reúne
naria en pro de la Acción Católica. Desde este punto de vista puede las acusaciones falsas lanzadas, sin réplica posible, por la prensa del
ser considerado como la coronación de los documentos de carácter es- partido. Es obligada la respuesta a este mensaje.—La afirmación
trictamente doctrinal que el Papa publicó sobre la gran obra de su 4
El estudio de la encíclica Non abbiamo bisogno debe complementarse con la lectura d e
pontificado: la Acción Católica. otros documentos pontificios anteriores dedicados al análisis d e la situación italiana: carta
La aparición de esta encíclica fué provocada por una medida gu- autógrafa al cardenal Gasparri, secretario de Estado, de 18 d e febrero d e 1926, sobre los pro-
yectos de ley acerca de la legislación eclesiástica en Italia (AAS 18 [1926] 84-85); la alocución
bernativa injusta y violenta: la clausura en mayo de 1931 de todos los consistorial de 20 d e diciembre d e 1926, en la q u e el Papa denuncia públicamente la perse-
locales de las Asociaciones católicas juveniles. Era la fase terminal de cución contra las instituciones y los hombres católicos d e Italia (AAS 18 11926] 520-523);
carta autógrafa al cardenal Gasparri, secretario d e Estado, de 24 d e enero de 1927, sobre la
un duro período de preparación, cuyos jalones principales habían sido organización oficial italiana Opera Nazionale Balilla (AAS 19' [1927] 41-46); la alocución
señalados por el discurso de Mussolini en mayo de 1929, la campaña navideña d e 24 de diciembre d e 1929, en la que el Papa refuta la afirmación d e que la Acción
Católica hace política (AAS 21 [1929] 766-768); y, finalmente, la importante carta de 26 d e
1
.ibril d e 1931, en defensa de la Acción Católica, a! cardenal Schuster, arzobispo de Milán, la
I. GIORDANI, Le encicüche scciali p . 4 8 4 (Roma 1956). cual constituye el antecedente inmediato de la presente encíclica (AAS 23 [1931] 145-150).
2
P í o XI, carta autógrafa al cardenal Gasparri, secretario de Estado, 30 de m a y o de Véanse también los decretos del Santo Oficio condenando las obras completas de G. Gentile
1929: A A S 21 (1929) 297-306. f AAS 26 [1934] 434) y dos libros, el de M A R I O M I S S I R O L I , Date a Cesare. La política di Mus-
3
Esta condenación señala precisamente la línea de enlace d e la presente encíclica con la solini con documenti inediti, y el de IGNOTOS, Stato fascista, Chiesa e Scuola, impreso en la
M i í brennender Sorge, contra el totalitarismo nacionalsocialista. editorial del Littorio (AAS 22 [1930] 24).
5S0 PÍO X I NON ABBIAMO BISOC.NO 581
acerca (le L'OsservatoreRomanoes falsa.—Dice que en Italia es absoluto estas oraciones podemos esperarlo todo. La Iglesia no discute al Es-
el respeto a la Iglesia: los extranjeros que visitan Roma pueden com- tado los derechos de éste. Pero ha sido, es y será totalmente intransi-
probar la falsedad del aserto.—Acusa de «negra ingratitud» a los gente en la defensa de sus derechos, sobre todo en lo tocante a su
sacerdotes que se ponen frente al partido, el cual, según el informe, mandato educativo.
es la garantía de la libertad religiosa; sin embargo, el partido ha ini-
ciado hace ya tiempo las medidas contra la libertad de la Iglesia y
de la Acción Católica. Si ha habido ingratitud, no ha sido precisa-
mente la de la Iglesia.—Pretende el mensaje que en Italia no se per- [i ] . N o t e n e m o s necesidad l d e anunciaros, venerables h e r m a -
sigue a la Iglesia; pero en Italia existe una verdadera y real persecu- nos, los sucesos q u e e n estos últimos t i e m p o s h a n t e n i d o lugar en esta
ción contra la libertad y los derechos de la Iglesia y de las almas. n u e s t r a sede episcopal r o m a n a y e n t o d a Italia, q u e es decir en
Afirma el mensaje que la Acción Católica tiene carácter político. nuestra p r o p i a circunscripción primacial, sucesos q u e h a n t e n i d o
Esta afirmación, además de ser irrespetuosa para el Papa, carece de t a n amplia y p r o f u n d a repercusión en t o d o el m u n d o , y particu-
toda base real. Se dice que los jefes de la Acción Católica eran casi l a r m e n t e e n todas y cada u n a de las diócesis de Italia y del m u n d o
todos miembros o jefes del Partido Popular, cosa completamente católico. Se r e s u m e n en pocas y tristes p a l a b r a s : se ha i n t e n t a d o
inexacta, como demuestran los hechos y la documentación oficial de
la Acción Católica. Se añade que los actos de la Acción Católica re- h e r i r d e m u e r t e c u a n t o en Italia era y será siempre lo m á s q u e r i d o
vestían un carácter político. ¿Es que puede darse una organización p a r a n u e s t r o corazón d e P a d r e y Pastor de almas, y p o d e m o s ,
sin actos organizados? Se acude, finalmente, al argumento de que la incluso d e b e m o s a ñ a d i r : «y el m o d o nos ofende m á s todavía».
«destrucción» de la Acción Católica era necesaria por razones de segu- [a ]. E n presencia y bajo la presión d e estos sucesos, N o s senti-
ridad del Estado; argumento increíble e inconsistente: examínense las
asociaciones suprimidas; compruébese su documentación; la Acción m o s la necesidad y el d e b e r de dirigirnos y, por así decirlo, d e visita-
Católica italiana ni ha hecho política ni ha puesto en peligro la seguri- ros en espíritu a cada u n o d e vosotros, venerables h e r m a n o s , a n t e
dad del Estado. todo, p a r a c u m p l i r u n grave y u r g e n t e d e b e r d e fraterno agradeci-
m i e n t o ; e n s e g u n d o lugar, p a r a satisfacer u n d e b e r n o m e n o s grave y
IV. El verdadero sentido de los acontecimientos. Lo que en realidad pre- u r g e n t e d e defender la verdad y la justicia en u n a materia q u e , p o r
tende el régimen es arrancar a la Iglesia la juventud. Esta finalidad referirse a vitales intereses y derechos d e la santa Iglesia, os t o c a
ha sido declarada explícitamente por las más altas jerarquías del par- t a m b i é n a t o d o s y cada u n o d e vosotros, d o n d e q u i e r a q u e el Espíritu
tido. Se trata, además, de una auténtica violación de los derechos de Santo os h a colocado para gobernarla j u n t a m e n t e con N o s ; q u e r e m o s ,
las almas y de la Iglesia: por una parte, el derecho de las almas a los en tercer lugar, exponeros las conclusiones y reflexiones q u e los suce-
bienes sobrenaturales y a la participación en el apostolado jerárquico;
sos nos parecen i m p o r n e r ; en cuarto lugar, q u e r e m o s confiaros n u e s -
por otra parte, el derecho educativo de la Iglesia. Porque lo que pre-
tras preocupaciones ante el porvenir, y, finalmente, os invitaremos a
tende el partido es monopolizar la enseñanza de la juventud. En ma-
teria de educación y religiosidad, el .régimen ha supuesto un grave compartir nuestras esperanzas y a rogar con N o s y con el m u n d o
retroceso. católico p o r su realización.
Pero el mal es todavía más serio. La concepción del Estado totali-
tario es inconciliable con la doctrina católica. El Papa ha señalado, [I. D E B E R DE AGRADECIMIENTO]
desde hace varios años, el gran peligro de esta nueva estatolatría pa-
gana. Si no ha habido una condenación pontificia formal, es porque [ 3 ] . L a paz interior, esa paz q u e nace d e la plena y clara con-
parecía quedar abierta alguna posibilidad de arreglo. Los últimos ciencia d e estar de p a r t e d e la verdad y d e la justicia y de combatir y
sucesos han cortado esta esperanza. Un Estado que persigue a la Acción sufrir por ellas, esa paz q u e solamente el Rey divino sabe dar, y q u e el
Católica no puede llamarse realmente católico. Por lo que toca al ju- m u n d o n i p u e d e d a r ni quitar, esta paz b e n d i t a y bienhechora,
ramento impuesto por el partido, este juramento es ilícito. gracias a la b o n d a d y misericordia de D i o s , n o n o s ha a b a n d o n a d o
V. Preocupaciones ante el futuro. Norma concreta para asegurar la paz jamás, y confiamos q u e j a m á s nos abandonará, sea el q u e sea el
de las conciencias en lo relativo al juramento referido. Esta encíclica f u t u r o ; p e r o esta paz, c o m o en otro t i e m p o e n el corazón inflamado
no condena el partido ni el régimen. Pero sí condena todo lo que en d e Jesús, así t a m b i é n en el corazón d e sus fieles servidores deja
este régimen y en este partido es contrario a la doctrina y a la moral libre acceso (lo sabéis m u y bien, venerables hermanos) a todas las
católica. El pueblo italiano es católico. Si quedan resabios de anticle- más amargas a m a r g u r a s , y N o s t a m b i é n h e m o s e x p e r i m e n t a d o la
ricalismo, herencia de la acción masónica y liberal, estos residuos se verdad d e aquella misteriosa p a l a b r a : He aquí que mi amarga amar-
\ deben a la política de connivencia que el régimen ha practicado en gura se ha tornado en paz.2 Vuestra pronta, amplia y afectuosa inter-
este aspecto. ¿ Qué nos aguarda en el futuro ? vención todavía actuante, venerables h e r m a n o s ; los fraternos y filia-
VI. Esperanza del Papa en la asistencia y colaboración del episcopado. 1
P í o XI, carta encíclica a los patriarcas, primados, arzobispos, obispos y otros ordinarios
Los obispos no son «funcionarios del Estado», son exclusivamente pas- de lugar e n paz y comunión con la Sede Apostólica, en defensa de la Acción Católica: A A S 23
(1931) 285-312. T e x t o original en italiano.
tores de la Iglesia. Confianza en las oraciones de toda la Iglesia. De 2
Is. 38.17.
582 i»io xi
les sentimientos y, sobre todo, ese sentido de profunda solidaridad NON ABBIAMO BISOGNO 583
sobrenatural e íntima unión de pensamientos y de sentimientos, de
esta querida Italia; a vosotros no debemos solamente la expresión de
inteligencias y de voluntades, que exhalan vuestras afectuosas co-
nuestro reconocimiento por los consuelos que, en noble y santa
municaciones, nos han llenado el alma de indecibles consuelos y
porfía, nos habéis prodigado tan abundantemente con vuestras
han hecho subir muchas veces de nuestro corazón a nuestros labios cartas durante todo el pasado mes, y particularmente en este mismo
las palabras del salmo: En las grandes angustias de mi corazón ale- día de los Santos Apóstoles con vuestros afectuosos y elocuentes
graban mi alma tus consuelos3. De todos estos consuelos, después telegramas, sino que os debemos también dirigir un pésame de
de Dios, a vosotros os damos las gracias de todo corazón, venerables intercambio por todo lo que cada uno de vosotros ha sufrido viendo
hermanos; a vosotros, a quienes también Nos podemos repetir la abatirse de repente la tempestad devastadora sobre las parcelas más
palabra de Jesús a vuestros predecesores los apóstoles: Vosotros ricamente floridas y prometedoras de los jardines espirituales que
sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas 4 . el Espíritu Santo ha confiado a vuestros cuidados, y que vosotros
[4]. Sentimos también y queremos cumplir también el deber, veníais cultivando con tanta diligencia y con tanto provecho de las
tan dulce para el corazón paterno, de agradecer con vosotros, venera- almas 7. Vuestro corazón, venerables hermanos, se ha vuelto en
bles hermanos, a tantos buenos y dignos hijos vuestros que, indivi- seguida hacia el nuestro para participar en nuestra pena, en la cual
dualmente y colectivamente, en su propio nombre o en el de las sentíais converger como en su centro, encontrarse y multiplicarse
más variadas organizaciones y asociaciones consagradas al píen, todas las vuestras; es esto lo que Jios habéis demostrado con los
• y mayormente de las Asociaciones de Acción Católica y de la más claros y afectuosos testimonios, y por ello Nos os lo agradece-
Juventud Católica, nos han enviado tantas y tan filialmente afec- mos de todo corazón. Particularmente os agradecemos el unánime
tuosas expresiones de condolencia, de devoción y de generosa y y verdaderamente grandioso testimonio que habéis dado a la Acción
efectiva conformidad a nuestras directrices, a nuestros deseos. Ha Católica italiana, y señaladamente a las Asociaciones juveniles, por
sido para Nos singularmente bello y consolador ver a las Acciones haber permanecido fieles a las normas nuestras y vuestras, que ex-
Católicas de todos los países, desde los más cercanos hasta los más cluyen toda actividad política o de partido. Al mismo tiempo que
remotos, reunidas junto al Padre común, animadas y como impul- a vosotros, damos las gracias también a todos vuestros sacerdotes
sadas por un mismo espíritu de fe, de piedad filial, de generosos y fieles, religiosos y religiosas, que se han unido a vosotros con un
propósitos, expresando todos la penosa sorpresa de ver perseguida impulso tan grande de fe y de piedad filial. De modo particular
y herida la Acción Católica precisamente en el centro del apostolado damos las gracias a vuestras Asociaciones de Acción Católica, y en
jerárquico, allí donde más razón de ser tiene esta Acción Católica, primer lugar a las juveniles de todas las categorías, hasta las más
pequeñas benjaminas y los pequeños niños, tanto más queridos
que en Italia, como en todas las partes del mundo según su auténtica
cuanto más pequeños, en cuyas plegarias confiamos y esperamos
y esencial definición y según nuestras repetidas y vigilantes normas,
particularmente.
por vosotros, venerables hermanos, tan generosamente secundadas,
ni quiere ni puede ser otra cosa que la participación y colaboración [7 ]. Vosotros habéis sentido, venerables hermanos, que nuestro
del laicado en el apostolado jerárquico 5 . corazón estaba y está con vosotros, con cada uno de vosotros, sufrien-
do con vosotros, orando por vosotros y con vosotros, para que Dios,
[5 ]• Vosotros, venerables hermanos, llevaréis la expresión, de en su infinita misericordia, nos socorra y aun de este gran mal, des-
nuestra paterna gratitud a todos los hijos vuestros y nuestros en Je- encadenado por el antiguo enemigo del bien, haga surgir una nueva
sucristo, que se han mostrado tan bien formados en vuestra escuela floración de bienes y de grandes bienes.
y tan buenos y piadosos hacia el Padre común, que nos hacen excla-
mar : Reboso de gozo en todas nuestras tribulaciones 6.
[II. DEFENSA DE LA VERDAD Y DE LA JUSTICIA]
[6]. A vosotros, obispos de todas y cada una de las diócesis de
3
[8 ]. Satisfecha ya la deuda de gratitud por los consuelos recibid
Ps. 93 (94), 19.
4
L e . 22, 28.
dos en medio de tan gran dolor, debemos satisfacer las obligaciones
5
Los documentos pontificios más importantes acerca de la necesidad, naturaleza, fines que el ministerio apostólico nos impone con respecto a la verdad
y organización de la Acción Católica son, entre otros, los siguientes: carta Cura ex epístola, y la justicia.
d e 15 de agosto d e 1928, al cardenal Van Roey, arzobispo d e Malinas: A A S 20 [1928) 295-296;
carta Quae Nobis, d e 13 d e noviembre d e 1928, al cardenal Bertram, obispo de Wratislavia: 7
A A S 20 (1928) 384-387; carta Laetus sane nuntius, d e 6 de noviembre d e 1929, al cardenal El n ú m e r o d e los centros juveniles suprimidos fué d e más d e 5.000 masculinas y
Segura, arzobispo d e T o l e d o : AAS 21 (1929) 664-668; epfstola apostólica Ex oficiosis litteris, to.ooo ferrténinos, con q n total de 80Q.000 afiliadqs.
de 10 de noviembre d e 1933, al cardenal Cerejeira, patriarca d e Lisboa: A A S 26 (1934)
628-633; carta Cogitantibus Nobiscum, d e 19 d e agosto d e 1935, al cardenal Van Roey, arzobis-
po de M a l i n a s : AAS 28 (1936) 65-66; y la carta Quamvis Ñostra, de 27 d e octubre d e 1935,
al episcopado brasileño: A A S 28 (1936) 159-164. E n estos trascendentales documentos se
exponen los principios fundamentales comunes d e toda Acción Católica.
6
2 Cor. 7,4.
584 PÍO XI
r , PIÓ X I aunque sólo fuera por tratarse de quienes, inermes y pacíficos, eran
Ios 08 P r el c o n t r a r i o asaltados por gentes violentas y con frecuencia armadas.
fieles c a t ó l i c o s T ' ° . Nos, la Iglesia, la religión,
luien, despué s de u L 0 0 s o l a m e n t e nosotros), estar agradecidos a [35 ]. Si aquí está el argumento más fuerte de la intentada «des-
mi
gos n u e s t r o , hat|
e r disuelto el socialismo y la masonería, ene- trucción» (la palabra no deja duda alguna sobre las intenciones) de
^ P h a r n e n t e c o n ° S ° n u e s t r o s ) declarados, los ha readmitido tan nuestras queridas y heroicas Asociaciones juveniles de la Acción
tuertes, p e l i g r o ° m ° t o d o s v e n y deploran, haciéndolos tanto más Católica, bien veis, venerables hermanos, que Nos podremos y de-
tle
m P o , más f a „ Y- ?oclvos cuanto más disimulados y, al mismo beremos felicitarnos, pues el argumento por sí mismo aparece tan
[ 3 I L ^ ^ v o r e c i d o s por el nuevo uniforme. claramente increíble e insubsistente. Pero, desgraciadamente, de-
bemos repetir que la iniquidad se ha contradicho a si misma ' y que
P r o m i s o ' e m p e ñ a l 6 C é S S e n o s h a h a b l a d o d e infracciones del com- «el argumento más fuerte» en favor de la deseada «destrucción» ha
ercios, dispu e s t a °¿ e m o s Pedido siempre nombres y hechos con- de buscarse en otro terreno: la batalla que hoy se libra no es polí-
res
Pondidn 3 ° S siempre a intervenir y proveer; nunca se ha tica, sino moral y religiosa, estrictamente moral y religiosa.
nUeStra
[32] E, demanda,
actos de cara t m e n s a J e denuncia que una parte considerable de los [36]. Es necesario cerrar los ojos a esta verdad y ver, mejor di-
Ütíca y q u e n e r or ganizativo era particularmente de naturaleza po- cho, inventar, política allí donde no hay más que religión y moral,
Pagación de ^ f ° l a n a d a q u e v e r c o n l a «educación religiosa y la pro- para concluir, como hace el mensaje, que se había creado la situación
c
íue parece a l ^ " D e J a n d ° aparte la manera inhábil y confusa con absurda de una fuerte organización a las órdenes de un poder «ex-
c u lrSe & loS o b e t i v o s
I e conocen J de la Acción Católica, todos los tranjero», el «Vaticano», cosa que ningún gobierno de este mundo
actividad d ^ ? Y 1V 1 la VÍda d e n o y día
saben que no hay iniciativa ni habría permitido.
6
materiales v > • m a S e s P i r i t u a l e s y científicas hasta las más [37]. Han sido secuestrados en masa los documentos en todos
de actos or l t ! e c a , n i c a s — q u e no tenga necesidad de organización y los centros de la Acción Católica italiana, se continúa (incluso a esto
finalidad d g a n i Z a d o s ' y que ni éstos ni aquélla se identifican con la se ha llegado) interceptando y secuestrando toda la correspondencia
medios na*5 d lversas
. iniciativas y actividades, sino que son meros que puede sospecharse que está en relación con las Asociaciones
.Para mejor alcanzar los fines que cada una se propone. perseguidas y aun con aquellas que no lo son, como los Oratorios.—
Pueden! - P e r , ° " ~ c o n t i n ú a el mensaje—el argumento más fuerte que Pues bien, que se nos diga a Nos, al país, al mundo, cuáles y cuántos
•os católj1 e ™f . a d o cc, mo justificación de la destrucción de los círcu- son los documentos de la política realizada y tramada por la Acción
simple d íf j J ó v e n e s e s la defensa del Estado, la cual es más que un Católica con peligro para el Estado. Nos atrevemos a decir que no
v
de la • r CUa
lquier .gobierno. Nadie duda de la solemnidad se encontrarán, a no ser que se lean o interpreten de acuerdo con
dimos J r mportanci
a vital de un tal deber y de un tal derecho, ana- ideas preconcebidas, injustas y en plena contradicción con los hechos
Prácti P° r que mantenemos y queremos a toda costa poner en y con la evidencia de innumerables pruebas y testimonios. Si se
3 n todaS las descubrieran documentos auténticos y dignos de consideración, se-
derecr? ' °° \ Personas honradas y sensatas, que el primer ríamos Nos el primero en reconocerlos y tenerlos en cuenta. Pero
tarios ° fS 6 d e c u m P l i r el propio deber. Pero todos los destina- ¿quién querrá, por ejemplo, acusar de política, y de política peli-
ectore
trem ^ * s del mensaje habrían sonreído incrédulos o en ex- grosa para el Estado, alguna indicación y desaprobación de los
los °, e ? t u P e íactos si el mensaje hubiese añadido que, de los círcu- odiosos tratamientos con tanta frecuencia infligidos en tantas partes
de 1 T° ° S J u v e n ü e s Perseguidos, 10.000 eran, mejor dicho, son, a la Acción Católica aun mucho antes de los últimos acontecimien-
niñ a / U v e n | ; u d femenina, con un total de casi 500.000 jóvenes y tos? O ¿quién querrá fundarse en declaraciones impuestas y arran-
, a S ; ¿^uién puede ver en éstas un serio peligro y una amenaza cadas, como nos consta que ha sucedido en algún lugar?
para la seguridad, del Estado? Y se debe considerar que sólo
0 O0
(( '. ° son asociadas «efectivas»; más de 100.000 son pequeñas [38 ]. Por el contrario, entre los documentos secuestrados se en-
'aspirantes»; más de 150.000, todavía pequeñas, son «benjaminas». contrarán pruebas y testimonios innumerables de la profunda y cons-
L34]. Quedan los círculos de la Juventud Católica masculina, tante religiosidad y religiosa actividad, así de toda la Acción Cató-
esta misma Juventud Católica que en las publicaciones juveniles del lica como particularmente de las Asociaciones juveniles y universi-
partido y en los discursos y circulares de los jerarcas son propuestos tarias. Bastará saber leer y juzgar, como Nos mismo hemos hecho
u - f - j P j e s t o s a* desprecio y a la mofa (con qué sentido de responsa- innumerables veces, los programas, los informes, las actas de los
bilidad pedagógica, por no hablar sino tan sólo de ésta, todos lo congresos, de las semanas de estudios religiosos y de oración, de
ven) como una turba de miedosos, buenos solamente para llevar retiros espirituales, de la frecuencia de sacramentos practicada y
velas y rezar rosarios en las procesiones, y que por este motivo han suscitada, de conferencias apologéticas, de estudios y actividades
sido en estos últimos tiempos tantas veces y con tan poco noble
valor asaltados y maltratados hasta sangrientamente, abandonados 9 Ps. 26 (27),I2-
sin defensa por quienes debían y podían protegerlos y defenderlos,
NON AUBIAMO B1SOGNO 593
592 PÍO XI
catequísticas, de cooperación a iniciativas de verdadera y pura cari- [III, E L VERDADERO SENTIDO DE ESTOS ACONTECIMIENTOS]
dad cristiana en las Conferencias de San Vicente y en tantas otras
formas de actividad y de cooperación misionera. [Se quiere separar de la Iglesia a la juventud ]
t39 ]• En presencia de estos hechos y ante esta documentación,
Por tanto, con los ojos y las manos sobre la realidad, Nos hemos dicho [44]. Y ahora una primera reflexión y conclusión: de cuanto
siempre, y lo decimos de nuevo, que acusar a la Acción Católica hemos venido exponiendo, y más todavía de los acontecimientos mis-
italiana de hacer política era y es una verdadera y pura calumnia. mos tal como se han desarrollado, la actividad política de la Acción
Los hechos han demostrado qué es lo que con esto se pretendía, qué Católica, la clara o encubierta hostilidad de algunos de sus secto-
es lo que se preparaba: pocas veces se habrá verificado en tan gran- res contra el régimen y el partido, así como también el eventual
des proporciones la fábula del lobo y el cordero, y la historia no refugio y la protección de la aún subsistente y hasta aquí tolerada
Podrá dejar de recordarlo. hostilidad al partido bajo las banderas de la Acción Católica (cf. co-
[40]. Nos, ciertos hasta la evidencia de estar y de mantenernos municado del Directorio, 4 de junio de 1931), todo esto no es más
en el terreno religioso, jamás hemos creído que pudiéramos ser consi- que un pretexto o una acumulación de pretextos: es un pretexto,
erados como un «poder extranjero», sobre todo por los católicos, y nos atrevemos a decir, la misma Acción Católica; lo que se quería
Por los católicos italianos. y lo que se intentó hacer fué arrancar a la Acción Católica, y por
medio de ella a la Iglesia, la juventud, toda la juventud 1 0 . Tan ver-
[41 ]• Es por razón del poder apostólico que, a pesar de nuestra
dadero es esto, que, después de haber hablado tanto de la Acción
|5j"> indignidad, nos ha sido concedido por Dios, por lo que 1 .dos los
Católica, se tomó como blanco las Asociaciones juveniles; pero
acolleos del mundo (muy bien lo sabéis vosotros, venerables her-
nos no se paró en las Asociaciones juveniles de Acción Católica, sino
c^ ) consideran a Roma como la segunda patria de todos y de
que se alargó la mano tumultuariamente a asociaciones y obras
acia uno de ellos. No hace muchos días que un hombre de Estado
de pura piedad y de primera enseñanza religiosa, como las Congre-
anV q u e d a r a ciertamente entre los más célebres, no católico ni
l g o del gaciones de Hijas de María y los Oratorios; tan tumultuariamente,
no catolicismo, declaraba en una asamblea política que
que con frecuencia se ha tenido que reconocer el craso error.
oh 5 ° . considerar como un poder extranjero aquel poder al que
eaecían veinte millones de alemanes. [45]. Este punto esencial ha sido abundantemente confirmado
h r ( ^ 2 ] . Para afirmar, pues, que ningún gobierno del mundo ha- también por otra parte. Ha sido confirmado, sobre todo, por las nu-
1¿ a d e Jado subsistir la situación creada en Italia por la Acción Cató- merosas afirmaciones anteriores de elementos más o menos responsa-
vive S e n e < ; e s i t a ignorar u olvidar que la Acción Católica subsiste, bles e incluso por los elementos más representativos del régimen
'niit y , a c t ú a e n todos los Estados del mundo, incluso en China, y del partido, y que tuvieron su pleno comentario y su definitiva
p a r t ? | ° frecuentemente en sus líneas generales y hasta en puntos confirmación en los últimos acontecimientos.
m a s J a r e s a l a Acción Católica italiana, y algunas veces con for- [46]. La confirmación ha sido aún más explícita y categórica,
ítali a y JP e c u .^ a r idades de organización más acusadas aún que en estábamos por decir solemne a la vez que violenta, por parte de quien
Acció r "ingún Estado del mundo ha sido considerada jamás la no solamente lo representa todo, sino que todo lo puede, en una
del m11 "J** 6 ^ 04 como un peligro para el Estado; en ningún Estado publicación oficial o casi oficial dedicada a la juventud, en decla-
(no u n d o l a Acción Católica ha sido tan odiosamente perseguida raciones destinadas a la publicidad, a la publicidad en el extranjero
y a j^ n c °ntrarnos otra palabra que responda mejor a la realidad antes que a la interior del país, y también muy recientemente en
n
uestr V C r • d e l o s n e c n o s ) c o m o e n e s t a nuestra Italia y en esta mensajes y comunicados a los representantes de la prensa.
r
arnent m i s m a . s e í ^ e episcopal de Roma; y ésta sí que es verdade-
creada 6 U n a s i t u a c i ó n absurda, no por Nos, pero sí contra Nos [Violación de los derechos de las almas y de la Iglesia}
Penoso H K^° S n e m o s impuesto, venerables hermanos, un grave y [47]. Otra reflexión y conclusión se impone inmediata e inevi-
de
Justi n S ha
° P a r e c i c i o un deber insustituible de caridad y tablemente. No se han tenido en cuenta para nada nuestras repetidas
a
Pone Cla P a t e r n a
' y con este
espíritu lo hemos cumplido para volver afirmaciones y garantías, ni tampoco se han tenido en cuenta algu-
tros tal m S U j u s t a l u z h e c h o s y verdades que algunos hijos nues- 10
Con motivo de la fundación de la Opera Nazionale Balilla, Pío XI, en su carta al car-
VCZ n tc >
^ Z cor, ^ ° ^ "k conscientes, habían colocado en una falsa denal Gasparri, de 24 de enero de 1927, había denunciado claramente este intento de mono-
dan polio educativo del régimen italiano. Esta ley, decía el Papa, prescribe la enseñanza de una
° de otros hijos nuestros. política del Estado contraria a la doctrina católica: ordena la supresión de todas las institucio-
nes educativas, incluso las de carácter moral y religioso, y, finalmente, su texto legal no ofrece
faramia segura para las mismas organizaciones juveniles de la Acción Católica (AAS 19
1927] 41-46).
594 PÍO xi
na vuestras afirmaciones y garantías, venerables hermanos, obispos NON ABBIAMO BISOGKO 595
de Italia, sobre la naturaleza y sobre la actividad verdadera y real
de la Acción Católica y sobre los derechos sagrados e inviolables y defensores ven siempre la faz del Padre celestial; ]ay del hombre
de las almas y de la Iglesia, en aquélla representados y personificados. que escandalizare a uno de estos pequeños! 12 Henos, pues, aquí
en presencia de todo un conjunto de auténticas afirmaciones y de
[48]. Decimos, venerables hermanos, los derechos sagrados e hechos no menos auténticos, que ponen fuera de toda duda el pro-
inviolables de las almas y de la Iglesia, y es ésta la reflexión y conclu- pósito—ya en tan gran parte realizado—de monopolizar entera-
sión que, más que otra cualquiera, se impone, porque es también más mente la juventud, desde la más primera infancia hasta la edad
grave que otra cualquiera. Ya en repetidas ocasiones, como es bien adulta, en favor absoluto y exclusivo de un partido, de un régimen,
sabido, Nos hemos expresado nuestro pensamiento, o mejor, el sobre la base de una ideología que declaradamente se resuelve en
de la santa Iglesia, sobre tan importantes y esenciales asuntos, y a una verdadera y propia estatolatría pagana, que contradice no
vosotros, venerables hermanos, fieles maestros en Israel, nada más menos los derechos naturales de la familia que los derechos sobre-
hay que deciros; pero no podemos dejar de añadir algo para estos naturales de la Iglesia 13 . Proponerse y promover tal monopolio,
queridos pueblos que están en torno a vosotros, que por divino man- perseguir con este objeto, como se venía haciendo hace largo tiempo,
damiento apacentáis y gobernáis, y que ahora ya casi sólo por medio más o menos claramente o encubiertamente, a la Acción Católica;
de vosotros pueden conocer el pensamiento del Padre común de destruir con esta finalidad, como últimamente se ha hecho, sus
sus almas. Asociaciones juveniles, equivale verdadera y propiamente a impedir
[49 ]. Decíamos los sagrados e inviolables derechos de las almas que la juventud vaya a Jesucristo, que es lo mismo que impedir
y de la Iglesia. Se trata del derecho de las almas a procurarse el mayor que vaya a la Iglesia, porque donde está la Iglesia allí está Jesucristo.
bien espiritual bajo el magisterio y la obra formativa de la Iglesia, Y se llegó incluso a arrancar la juventud, por la violencia, del seno
de este magisterio y de esta obra, única mandataria, divinamente de la una y del otro.
constituida en este orden sobrenatural, fundado en la sangre del
Dios Redentor, necesario y obligatorio para todos para participar
en la divina redención. Se trata del derecho de las almas así forma- [El monopolio estatal de la enseñanza]
das de hacer que participen de los tesoros de la redención otras .[52]. La Iglesia de Jesucristo no ha discutido nunca los dere-
almas, colaborando de esta manera en la actividad del apostolado chos y los deberes del Estado sobre la educación de los ciudadanos,
jerárquico. y Nos mismo los hemos recordado y proclamado en nuestra reciente
[50]. La consideración de este doble derecho de las almas es lo encíclica sobre la educación cristiana de la juventud 14 ; derechos y
que nos movía a decir, hace poco, que estábamos alegres y orgullosos deberes indiscutibles mientras se mantengan dentro de los límites
de combatir la buena batalla por la libertad de las conciencias, de la competencia propia del Estado; competencia que a su vez
no ya (como alguno, tal vez sin advertirlo, nos ha hecho decir) está claramente fijada por los fines propios del Estado; fines cierta-
por la libertad de conciencia, frase equívoca y de la que se ha abu- mente no sólo corpóreos y materiales, pero por sí mismo necesaria-
sado demasiado para significar la absoluta independencia de la mente contenidos dentro de los límites de lo natural, de lo terreno,
conciencia, cosa absurda en el alma creada y redimida por Dios. de lo temporal. El divino mandato universal que la Iglesia ha reci-
bido del mismo Jesucristo incomunicablemente e insustituiblemente,
[51 ]. Se trata, además, del derecho no menos inviolable de la se extiende, por el contrario, a lo eterno, a lo celestial, a lo sobre-
Iglesia a cumplir el imperativo mandato divino, que le otorgó su natural, orden este de cosas que, por una parte, es estrictamente
divino Fundador, de llevar a las almas, a todas las almas, todos los obligatorio para toda criatura consciente, y al cual, por otra parte,
tesoros de verdad y de bien, doctrinales y prácticos, que El mismo debe, por su misma naturaleza, subordinarse y coordinarse todo lo
había traído al mundo. Id e instruid a todas las gentes, enseñándolas a demás 15.
observar todo lo que yo os he confiado u . Y qué puesto deberían ocupar
la infancia y la juventud en esta absoluta universalidad y totalidad [S3]- La Iglesia de Jesucristo está ciertamente dentro de los
del mandato, lo muestra el mismo divino Maestro, Creador y límites de su divino mandato no sólo cuando deposita en las almas los
Redentor de las almas, con su ejemplo y con aquellas palabras 12
Mt. IQ,I3SS; I4,iss.
particularmente memorables, y también particularmente formida- 1 1
- El día 20 d e diciembre d e 1926, en presencia del Sacro Colegio Cardenalicio, lüo Xí
bles: Dejad que los niños vengan a mí y no queráis impedírselo... denunciaba el peligro, q u e ya existía, d e u n a noción y u n a práctica totalitarias del E s t a d o :
«esa noción de Estado... q u e es totalmente contraria a la doctrina católica: el Estado como
Estos pequeños que (casi por un instinto divino) creen en mí, a los tin último d e sí m i s m o ; la ordenación exclusiva del ciudadano al Estado: la orientación a b -
soluta de todo hacia el Estado; el Estado como único resumen d e todos (AAS 18 [1926]
cuales está reservado el reino de los cielos, y cuyos ángeles tutelares 520-523).
11 1* AAS 2 2 ( 1 9 3 0 ) 4 9 - 8 6 .
M t . 19,20. 15
Véanse los discursos de Pío XII pronunciados con motivo de la inauguración de la
actividad judicial de la Sagrada Rota Romana en los años 1945, 1946, 1947. Cf. la nota 3
de la p.380.
596 rio xi
SON ABU1AMO U1SOGNO 01)7
primeros principios indispensables y los elementos de la vida sobre-
natural, sino también cuando promueve y desarrolla esta vida según años se ha podido no ya salvar, sino perder y destruir en materia de
las varias circunstancias y capacidades, y esto con los modos y verdadera religiosidad y de educación, no decimos ya cristiana, sino
medios que ella juzga idóneos, aun en el intento de preparar ilu- simplemente moral y cívica 17 .
minadas y valiosas cooperaciones al apostolado jerárquico. De Jesu- [57]. Hemos visto de hecho en acción una religiosidad que se
cristo es la solemne declaración de que El ha venido precisamente rebela contra las disposiciones de la suprema autoridad religiosa y
para que las almas tengan no sólo algún inicio o elemento de vida que impone o alienta su inobservancia; una religiosidad que se con-
sobrenatural, sino para que la tengan en la mayor abundancia: vierte en persecución e intento de destrucción de lo que el Jefe
Ego verá «t vitam habeant et abundantius habeantl6. Y Jesucristo supremo de la religión más claramente aprecia y más tiene en el
mismo ha puesto los primeros comienzos de la Acción Católica, corazón; una religiosidad que llega y deja llegar a los insultos de
escogiendo en persona y formando en los apóstoles y en los discí- palabra y de hecho contra la persona del Padre de todos los fieles,
pulos los colaboradores de su divino apostolado; ejemplo imitado hasta gritar contra él «¡Abajo!» y «¡Muera!», verdaderos aprendiza-
inmediatamente por los primeros santos apóstoles, como lo atesti- jes de parricidio. Semejante religiosidad no puede conciliarse en
gua la Sagrada Escritura. modo alguno con la doctrina y con la práctica católica; antes bien,
[54]. Es, por consiguiente, una pretensión injustificable e in- es lo más opuesto a la una y a la otra.
conciliable con el nombre y con la profesión de católicos la de que [58 ]. La oposición es más grave en sí misma y más funesta en
unos simples fieles vengan a enseñar a la Iglesia y a su Cabeza lo que sus efectos cuando no es solamente la de los hechos exteriormente
basta y lo que debe bastar para la educación y formación cristiana perpetrados y consumados, sino también la de los principios y máxi-
de las almas y para salvar y promover en la sociedad, principal- mas proclamados como programáticos y fundamentales.
mente en la juventud, los principios de la fe y la plena eficacia de
éstos en la vida. [El Estado totalitario]
[55 ]• A esta injustificable pretensión se une la clarísima demos-
tración de la absoluta incompetencia y de la completa ignorancia de [S9]- Una concepción del Estado que hace que pertenezcan
las materias en cuestión. Los últimos acontecimientos han debido a éste las generaciones jóvenes enteramente y sin excepción desde la
haber abierto los ojos a todos, pues han demostrado hasta la eviden- primera edad hasta la edad adulta, no es conciliable para un católico
cia cuánto ha venido en pocos años no ya salvándose, sino perdién- con la doctrina católica; y no es tampoco conciliable con el derecho
dose» y destruyéndose en materia de verdadera religiosidad, de edu- natural de la familia. No es para un católico conciliable con la
cación cristiana y cívica. Sabéis, venerables hermanos, obispos de doctrina católica pretender que la Iglesia, el Papa, deben limitarse
Italia, por vuestra experiencia personal, cuan grave y funesto error a las prácticas externas de la religión (misa y sacramentos) y que
es creer y hacer creer que la labor desarrollada por la Iglesia en la todo lo demás de la educación pertenece totalmente al Estado 18 .
Acción Católica sea sustituida y resulte superflua por la instruc- [60]. Las erróneas y falsas doctrinas y máximas que hemos ve-
ción religiosa en las escuelas y por la asistencia eclesiástica a las nido hasta aquí señalando y deplorando, ya se nos presentaron mu-
Asociaciones juveniles del partido y del régimen. Una y otra son chas veces en el curso de estos últimos años, y, como es sabido, Nos
ciertamente necesarias; sin ellas, la escuela y las referidas Asocia- no hemos dejado nunca de cumplir, con la ayuda de Dios, nuestro
ciones inevitablemente y muy pronto, por una fatal necesidad deber apostólico de señalarlas y contrarrestarlas con justos llama-
lógica y psicológica, se paganizarían. Necesarias, por tanto, pero 17
Véase la enérgica protesta del Papa con motivo del Primer Congreso Gimnástico y
no suficientes; de hecho, con esa instrucción religiosa y con la asis- Atlético Nacional Femenino de las Jóvenes Italianas, en la carta al cardenal Pompili de 2 de
tencia eclesiástica referida, la Iglesia de Jesucristo no puede realizar mayo de 1928: «A los veinte siglos de cristianismo, en la Roma cristiana el respeto a la mujer
ha quedado más debilitado que en la Roma pagana» (AAS 20 [1928] 135-137).
más que un mínimum de su eficiencia espiritual y sobrenatural, y 18
En su carta Dobbiamo intratenerla al cardenal Schuster, de 26 de abril de 1931, hace
esto en un terreno y en un ambiente que no dependen de ella, do- el Papa el siguiente comentario significativo: «¿Régimen y Estado totalitario? Creemos en-
tenderlo bien en el sentido de que para aquello que es de la competencia del Estado, según
minados de antemano por otras muchas materias de enseñanza y su propio fin, la totalidad de los sujetos al Estado, de los ciudadanos, debe subordinarse al
por • ejercicios muy distintos, sometidos inmediatamente a auton- Estado, al régimen, y depender de él; por tanto, una totalitaridad que llamaremos subjetiva
puede ciertamente ser atribuida al Estado, al régimen. Pero no puede decirse otro tanto de
dadís con frecuencia poco o nada favorables y que no raras veces una totalitaridad objetiva, es decir, en el sentido de que la totalidad de los ciudadanos deba
ejercen una influencia contraria con la palabra y con el ejemplo subordinarse al Estado y de él (peor todavía si de él única o principalmente) depender para
la totalidad de cuanto es o puede ser necesario para su vida completa, aun para la individual,
de su vida. doméstica, espiritual, sobrenatural.
Para_ no hablar sino de lo que actualmente nos ocupa, es demasiado evidente que una
[56]. Decíamos que los últimos acontecimientos han acabado totalitaridad de régimen y de Estado que quiera comprender también la misma vida sobre-
natural, es un absurdo manifiesto en el orden de las ideas y sería una verdadera monstruosi-
de demostrar, sin dejar posibilidad de duda, todo lo que en pocos dad si sequisiera traducirla al orden práctico» (AAS 23 [1931] 147-148). Ya en la alocución
16
consistorial de 14 de diciembre de 1925, Pío XI había recordado que la doctrina social y po-
lo. IO.IO. lítica de la Iglesia rechaza igualmente el extremo liberal, el extremo socialista y el extremo
totalitario (AAS 17 [1925] 641-642).
598 PÍO xl NON ATIBUMO BtSOGNO 699
mientas a las genuinas doctrinas católicas y a los inviolables dere-
chos de la Iglesia de Jesucristo y de las almas, redimidas con su '[IV. PREOCUPACIONES ANTE EL FUTURO]
sangre divina.
[61 ]. Pero, a pesar de los juicios, las previsiones y sugerencias [64]. Y he aquí nuestras preocupaciones, gravísimas preocupa-
que de diversas partes, incluso muy dignas de consideración, llega- ciones que, lo sabemos, son también las vuestras, venerables herma-
ban hasta Nos, siempre nos abstuvimos de condenaciones formales y nos, y especialmente las vuestras, obispos de Italia. Nuestra preocu-
explícitas; más aún, llegamos incluso a creer posibles y favorecer pación inmediata es, ante todo, por tantos y tantos hijos nuestros,
por parte nuestra compatibilidades y cooperaciones que para otros incluso jovencitos y jovencitas, inscritos y obligados por aquel
parecían inadmisibles. Hemos obrado así porque pensábamos y juramento. Nos compadecemos" profundamente de tantas concien-
más bien deseábamos que quedase, al menos, la posibilidad de cias atormentadas por dudas (tormentos y dudas de los cuales nos
dudar de que se trataba de afirmaciones y actitudes exageradas, llegan muy ciertos testimonios) precisamente sobre aquel jura-
esporádicas, de elementos sin la debida representación; en resu- mento, tal como está concebido, y más aún después de los hechos
men, de afirmaciones y actitudes imputables, en su parte censura- sucedidos.
ble, más bien a las personas y a las circunstancias que a un verda-
dero y propio programa. [65 ]. Conociendo las múltiples dificultades de la.hora presente
y sabiendo que la inscripción en el partido y el juramento son para
[62]. Los últimos acontecimientos y las afirmaciones que los muchísimos condición indispensable para la carrera, para el pan,
precedieron, acompañaron y comentaron, nos quitan la posibilidad para la vida, Nos hemos buscado un medio que devuelva la paz
que habíamos deseado, y debemos decir y decimos que sólo se es ca- a las conciencias, reduciendo al v mínimo posible las dificultades
tólico por el bautismo y de nombre—en contradicción con las exi- exteriores. Y nos parece que este medio podría ser, para los que
gencias del nombre y con las promesas mismas del- bautismo— están, ya inscritos en el partido, hacer personalmente ante Dios y
cuando se adopta y se desarrolla un programa que hace suyas doc- ante su propia conciencia esta reserva: «a salvo las leyes de Dios
trinas y máximas tan contrarias a los derechos de la Iglesia de Jesu- y de la Iglesia», o también «a salvo los deberes de todo buen cris-
cristo y de las almas, que desconoce, combate y persigue a la Acción tiano», con el firme propósito de declarar aun exteriormente esta
Católica, que es decir cuanto notoriamente tienen de más querido y reserva cuando llegara a ser necesario.
más precioso tanto la Iglesia como su Cabeza. Llegados a este
punto, nos preguntáis vosotros, venerables hermanos, qué se debe [66], Querríamos, además, que al puesto de donde parten las
pensar y juzgar, a la luz de cuanto precede, acerca de una fórmula disposiciones y las órdenes llegara nuestro ruego, ruego de un Padre
de juramento que aun a niños y niñas les impone cumplir sin que quiere mirar por las conciencias de tan gran número de hijos
discusión órdenes que, lo hemos visto y lo hemos vivido, pueden suyos en Jesucristo, para que esta reserva fuese introducida ea la
mandar, contra toda verdad y justicia, la violación de los derechos fórmula del juramento, si no se quiere hacer algo mejor, mucho
de la Iglesia y de las almas, ya por sí mismos sagrados e inviolables, mejor, es decir, suprimir el juramento, que es por sí un acto de
y servir con todas sus fuerzas, hasta con su sangre, a la causa de religión, y que no tiene ciertamente su lugar más apropiado en la
una revolución que a la Iglesia y a Jesucristo les arranca la juventud tarjeta de un partido.
y que educa sus jóvenes fuerzas en el odio, en la violencia.y en la
irreverencia, sin excluir la misma persona del Papa, como los últi- [67]. Hemos procurado hablar con calma y serenidad, pero
mos acontecimientos han demostrado suficientemente. también con toda claridad; sin embargo, no podemos dejar d e
preocuparnos de que seamos bien entendidos; no nos referimos
[63 ]. Cuando la pregunta debe plantearse en estos términos, la a vosotros, venerables hermanos, tan unidos siempre, y ahora más
respuesta, desde el punto de vista católico e incluso meramente hu- que nunca, a Nos en pensamientos y en sentimientos, sino a los
rmno, es inevitablemente una sola, y Nos, venerables hermanos, no demás en general. Y por esto añadimos que, con todo lo que hemos
hicemos sino confirmar la respuesta que ya os habéis dado: seme- venido diciendo hasta aquí, Nos no hemos querido condenar si el
jante juramento, tal como está formulado, no es lícito 19 . partido ni el régimen como tal.
19
Los términos del juramento eran los siguientes: «Juro seguir sin discusión las órdenes [68 ]. Hemos querido señalar y condenar todo lo que en el pro-
del Duce y defender con todas mis fuerzas y, si es necesario, con mi sangre la causa de la
Revolución fascista», grama y acción de éstos hemos visto comprobado como contrario a la
doctrina y a la práctica católica y, por consiguiente, inconciliable
con el nombre y con la profesión de católicos. Y con esto Nos h e -
mos cumplido un deber concreto del ministerio apostólico para con
todos aquellos hijos nuestros que pertenecen al partido, a fin d e
que puedan mirar por su propia conciencia de católicos.
600 PÍO xi
NON ABMAMO U1SOGNO 601
[69 ]. Creemos, además, haber hecho al mismo tiempo una obra
útil al partido mismo y al régimen. Porque ¿qué interés y utilidad [72 ]. En el mismo contexto y en inmediata relación con el «res-
pueden tener éstos manteniendo, en un país católico como Italia, un peto inalterado» (por consiguiente, con las mismas intenciones) se ha-
programa, ideas, máximas y prácticas inconciliables con la concien- cía alusión a «refugios y protecciones» concedidos a los adversarios
cia católica ? La conciencia de los pueblos, como la de los individuos, que quedan del partido y se «ordenaba a los dirigentes de los nue-
acaba siempre por volver sobre sí misma y buscar las vías por un ve mil fascios de Italia» que inspirasen su actuación en estas normas
tiempo más o menos largo perdidas de vista o abandonadas. directivas. Más de uno de vosotros, venerables hermanos, obispos
de Italia, ha experimentado ya, y de ello se nos han enviado noti-
[70]. Y no se diga que Italia es católica, pero anticlerical, aun- cias que hacen llorar, el efecto de tales insinuaciones y de tales
que lo entendamos tan sólo en una medida digna de particular aten- órdenes en una reanudación de- odiosas vigilancias, de delaciones,
ción. Vosotros, venerables hermanos, que en las grandes y pequeñas de amenazas y de vejámenes. ¿Qué es lo que nos prepara el porvenir?
diócesis de Italia vivís en contacto continuo con las buenas pobla- ¿Qué es lo que no podemos y debemos esperar (no decimos temer,
ciones de todo el país, sabéis y veis todos los días cómo éstas son, porque el temor de Dios elimina el temor a los hombres) si, como
si no se las excita ni se las extravía, ajenas a todo anticlericalismo. tenemos motivos para creerlo, existe el designio de no permitir
Todo el que conoce un poco íntimamente la historia del país sabe que nuestros Jóvenes Católicos se reúnan ni aun silenciosamente,
que el anticlericalismo ha tenido en Italia la importancia y la fuerza
bajo pena de severas sanciones para los dirigentes?
que le confirieron la masonería y el liberalismo, que lo engendra-
ron. En nuestros días, por lo demás, el entusiasmo unánime que ¿Qué es lo que, por consiguiente, nos preguntamos de nuevo,
unió y transportó de alegría como nunca a todo el país en los días nos prepara o amenaza el porvenir?
de los pactos lateranenses, no habría dejado al anticlericalismo me-
dios de levantar la cabeza si ya al día siguiente de estos convenios [V. EXHORTACIÓN Y ESPERANZAS]
no se le hubiera recordado y alentado. Además, durante los últimos
acontecimientos, ciertas disposiciones y órdenes le han hecho entrar [73]. Es precisamente en este extremo de dudas y de previsio-
en acción y le han hecho cesar, como todos han podido ver y compro- nes a que los hombres nos han reducido donde toda preocupación,
bar. Y está fuera de toda duda que habría bastado y bastará siempre venerables hermanos, se desvanece, desaparece, y nuestro espíritu
para tenerlo a raya la centésima y la milésima parte de las medidas se abre a las más confiadas y consoladoras esperanzas, porque el
prolongadamente infligidas a la Acción Católica y coronadas re- porvenir está en las manos de Dios, y Dios está con nosotros,
cientemente de la manera que todo el mundo sabe. y si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?20
[71 ]. Otras y muy graves preocupaciones nos inspira el porve- [74 ]. Un signo y una prueba sensible de la asistencia y del favor
nir inmediato. En una asamblea oficial y solemne como ninguna otra, divino, Nos la vemos ya y la experimentamos en vuestra asistencia y
inmediatamente después de los últimos acontecimientos, tan dolo- cooperación, venerables hermanos, Si son ciertas nuestras informa-
rosos para Nos y para los católicos de toda Italia y del mundo ciones, se ha dicho recientemente que ahora la Acción Católica
entero, contra la Acción Católica, se ha hecho la declaración de está en manos de los obispos y que no hay ya nada que temer.
«respeto inalterado hacia la religión católica, para su Jefe supre- Y hasta aquí todo va bien, muy bien, salvo aquel «ya nada», como
mo, etc.». «¡Respeto inalterado!», es decir, el mismo respeto, sin
si antes hubiera habido algo que temer, y salvo aquel «ahora»,
cambio alguno, que hemos experimentado; es decir, ese respeto
como si antes y ya desde el principio la Acción Católica no hubiera
que se manifestaba por las tan extensas como odiosas medidas
policíacas preparadas en profundo silencio como sorpresa enemi- sido esencialmente diocesana y dependiente de los obispos (como
ga y aplicadas de un modo fulminante precisamente en la víspera lo hemos'indicado más arriba), y también por esto, principalmente
de nuestro cumpleaños, ocasión de grandes manifestaciones de por esto, hemos siempre abrigado la más absoluta confianza de
simpatía y de bondad por parte del mundo católico y aun del no que nuestras directivas eran obedecidas y secundadas. Por este
católico; es decir, ese mismo respeto que se traducía en violencias motivo, además del que supone la promesa infalible del socorro
e irreverencias, cuya perpetración fué permitida sin dificultad al- divino, Nos permanecemos y permaneceremos en la más confiada
guna. ¿Qué podemos, pues, esperar, o mejor dicho, qué es lo que tranquilidad aun cuando la tribulación—digamos la palabra exacta:
no debemos esperar? No han faltado quienes se preguntan si esta la persecución—deba continuar e intensificarse; Nos sabemos que
extraña manera de hablar y de escribir en estas circunstancias, vosotros sois, y vosotros sabéis que sois nuestros hermanos en el
inmediatamente después de tales hechos, ha estado enteramente episcopado y en el apostolado; Nos sabemos, y vosotros lo sabéis,
exenta de ironía, de una bien triste ironía, que por nuestra parte venerables hermanos, que sois sucesores de aquellos apóstoles^ que
preferimos excluir por completo.
20 R o m 8,31.
602 PÍO xi
NON ABBIAMO BISOGNO cor?
San Pablo llamaba, con palabras de vertiginosa sublimidad, gloria
humanas ideologías, mudables en los diversos tiempos y lugares,
de Cristo 2Í; vosotros sabéis que no ha sido u n hombre mortal,
sino de una divina e inviolable disposición.
aunque fuera jefe de Estado o de gobierno, sino el Espíritu Santo,
quien os ha colocado, en la parte que Pedro os señala, para regir [78]. Y nos inspira también confianza y esperanza el bien que
la Iglesia de Dios. Estas y otras tantas cosas santas y sublimes que indudablemente provendría del reconocimiento de esta verdad y de
os tocan de cerca, venerables hermanos, evidentemente son igno- este derecho. Padre de todos los redimidos, el Vicario de aquel Re-
radas u olvidadas por quien os llama y os juzga a vosotros, obispos dentor que, después de haber enseñado y mandado a todos el amor
de Italia, «funcionarios del Estado»; de los cuales tan claramente a los enemigos, moría perdonando a los que le crucificaban, no es
os distingue y separa la misma fórmula del juramento que al rey ni será jamás enemigo de nadie, y así harán todos los buenos y ver-
habéis de prestar, cuando dice y declara previamente de modo ex- daderos hijos suyos, los católicos que quieran conservarse dignos
plícito: «como conviene a un obispo católico». de tan gran nombre; pero los católicos nunca podrán compartir,
adoptar o favorecer máximas y normas de pensamiento y de acción
[75 ]. Es también para Nos grande y verdaderamente ilimitado contrarias a los derechos de la Iglesia y al bien de las almas, y por
motivo de esperanza el inmenso coro de plegarias que la Iglesia de esto mismo, contrarias a los derechos de Dios.
Jesucristo, desde todas las partes del mundo, eleva a su divino
[79]- ¡Cuan preferible sería, a esta irreductible división de las
Fundador y a su Santísima Madre por su Cabeza visible, el sucesor
inteligencias y de las voluntades, la pacífica y tranquila unión de los
de Pedro, exactamente como cuando, hace ahora veinte siglos, la
pensamientos y de los sentimientos, que felizmente no podría dejar
persecución hería a Pedro en su misma persona: oraciones de los
de traducirse en una fecunda cooperación de todos para el verda-
sagrados pastores y de los pueblos, del clero y de los fieles, de reli-
dero bien común de todos; y esto con la simpatía y el aplauso de
giosos y de religiosas, de adultos y de jóvenes, de niños y de niñas;
los católicos de todo el mundo, en lugar de una universal censura
oraciones en las formas más delicadas y eficaces de santos sacri-
y descontento, como sucede ahora! Pedimos al Dios de todas las
ficios y comuniones, de rogativas, adoraciones y reparaciones, de
misericordias, por la intercesión de su Santísima Madre, que hace
espontáneas inmolaciones y de sufrimientos cristianamente lleva-
muy poco nos sonreía con sus pluriseculares esplendores, y por la
dos; oraciones de las que en todos estos días e inmediatamente
de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, que nos conceda a todos ver
después de los tristes acontecimientos nos llegaba de todas partes
lo que conviene hacer y a todos dé la fuerza para cumplirlo.
el eco consolador, nunca tan fuerte y tan consolador como en este
Nuestra bendición apostólica, auspicio y prenda de todas las
día solemnemente consagrado a la memoria de los Príncipes de
bendiciones divinas, descienda sobre vosotros, venerables hermanos;
los Apóstoles, y en el que ha querido la divina bondad que pudié-
sobre vuestro clero, sobre vuestros pueblos, y con ellos permanezca
ramos terminar esta nuestra carta encíclica.
siempre.
[76]. A la oración todo está prometido por Dios; si no llega la Roma, en el Vaticano, en la solemnidad de los Santos Apósto-
serenidad y la tranquilidad del orden restablecido, todos tendrán la les Pedro y Pablo, 29 de junio de 1931.
cristiana paciencia, el santo valor, el gozo inefable de padecer algo
con Jesús y por Jesús, con la juventud y por la juventud, tan querida
para El, y esto hasta la hora escondida en el misterio del Corazón
divino, infaliblemente la más oportuna para la causa de la verdad
y del bien.
t77]- Y como de tantas oraciones debemos esperarlo todo y
como todo es posible a aquel Dios que a la oración lo ha prometido
todo, tenemos confiada esperanza de que El querrá iluminar las
mentes hacia la verdad y convertir las voluntades hacia el bien, de
forma que a la Iglesia de Dios, que nada disputa al Estado de lo que
al Estado corresponde, se dejará de discutirle lo que a ella le corres-
ponde, la educación y formación cristiana de la juventud; no por
concesión humana, sino por divino mandato, y que, por tanto,
la Iglesia debe siempre reclamar y reclamará siempre con una in-
sistencia y una intransigencia que no puede cesar ni doblegarse,
porque no proviene de una concesión o un criterio humano o de
2' 2 C o r . 8,23.
ACERBA ANIMI (¡1)5
G o b i e r n o ; pero, prolongada excesivamente, podía causar d a ñ o s m u y t o de restablecer el culto público. A l obrar así, n u e s t r a intención n o
graves tanto en el o r d e n político como en el o r d e n religioso. A d e - era ciertamente la de legitimar la legislación mejicana contraria a la
más, y esta r a z ó n es de m a y o r importancia, esta suspensión, c o m o religión ni desautorizar las protestas públicas contra esta legislación
sabíamos p o r n u m e r o s o s y seguros informes, causaba u n g r a n d a ñ o en el sentido d e q u e cesase la resistencia y la oposición a ella. Se
a los fieles, los cuales, privados de m u c h o s auxilios espirituales<-ne- trataba solamente d e u n a cuestión: p u e s t o q u e el G o b i e r n o d e la
cesanos p a r a la vida cristiana y obligados con frecuencia a n o c u m - República declaraba haber cambiado sus intenciones, parecía con-
plir sus deberes religiosos, llegaban poco a poco a aislarse p o r c o m - veniente s u s p e n d e r las m e d i d a s d e resistencia, q u e p o d í a n ser cada
pleto del sacerdote católico y a perder, p o r tanto, los beneficios d e día m á s dañosas al p u e b l o cristiano, y a d o p t a r otras m e d i d a s m á s
la vida sobrenatural. A ñ á d e s e a esto que, d e b i d o a la prolongada adecuadas a la nueva situación.
ausencia d e los obispos de sus respectivas diócesis, n o p o d í a dejar [11 ] . T o d o s saben, sin e m b a r g o , q u e la paz y conciliación es-
d e relajarse y debilitarse la disciplina eclesiástica; consecuencia t a n -
p e r a d a s d u r a n t e t a n t o t i e m p o n o respondieron a n u e s t r o s deseos.
t o m á s dolorosa, c u a n t o q u e , en m e d i o de u n a persecución t a n gran-
P o r q u e , violadas a b i e r t a m e n t e las condiciones estipuladas e n la con-
d e d e la Iglesia mejicana, el p u e b l o cristiano y los sacerdotes n e c e -
ciliación, se levantó u n a n u e v a persecución cruel contra los obispos,
sitaban, c o m o n u n c a , d e la dirección y gobierno de los q u e el Espí-
los sacerdotes y los fieles cristianos, castigándolos con p e n a s y cár-
ritu Santo ha puesto como obispos para regir la Iglesia de Dios 3 .
celes, y con la m a y o r tristeza vimos q u e n o sólo n o se llamó del d e s -
tío]. P o r consiguiente, c u a n d o en el a ñ o 1929 el p r e s i d e n t e
tierro a t o d o s los obispos ausentes, sino q u e incluso algunos de
' d e la República mejicana declaró p ú b l i c a m e n t e q u e , al aplicar las
citadas leyes, n o era s u propósito destruir la «identidad d e la Igle- aquellos q u e seguían viviendo en el suelo mejicano fueron, sin res-
sia» ni menospreciar la jerarquía eclesiástica, N o s , t e n i e n d o en cuen- peto alguno a las leyes, expulsados del territorio nacional; en m u -
ta solamente la salvación d e las almas, j u z g a m o s q u e a t o d a costa chas diócesis, los templos, los seminarios, los palacios episcopales
era u r g e n t e aprovechar en lo posible esta ocasión p a r a restaurar la y d e m á s edificios sagrados n o fueron, en m o d o alguno, dedicados
jerarquía. E s más, p u e s t o q u e brillaba ya alguna esperanza de re- d e n u e v o a sus usos particulares; finalmente, con u n a descarada
m e d i a r estos males t a n graves y parecían alejarse las principales violación d e las p r o m e s a s hechas, m u c h o s clérigos y seglares q u e
causas q u e movieron a los obispos a s u s p e n d e r el culto público, j u z - h a b í a n defendido valientemente la fe d e sus mayores fueron e n t r e -
g a m o s q u e debíamos considerar seriamente si era llegado el m o m e n - gados ai odio vengativo d e sus enemigos.
[12 ] . N o sólo e s t o : t a n p r o n t o c o m o cesó la suspensión pública
mtermissio, si praesentissima exstiterat adversus rei publicae gubernato- del culto divino, sobrevino y se generalizó u n a criminal c a m p a ñ a de
rum arbitrium expostulatio, nihiío setius, adhuc prolata, omnium civitatis calumnias p o r p a r t e d e cierta prensa contra los sagrados ministros,
religionisque rerum ordini potuisset detrimentum efferre. Praeterea, quod
pluris est, haec intermissio, quemadmodum Nobis a non paucis maximae- tenda esse autumaverant, ea in praesens redintegrare. Qua de re, Nobis
que auctoritatis auctoribus perlatum fuerat, haud mediocri erat christi- profecto mens non erat ñeque Mexicanas in religionem leges habere ratas,
ndelibus noxae, qui quidem multis spiritualibus adiumentis christianae ñeque publicas, adversus eas, expostulationes ita revocare, ut iisdem legi-
vitae necessariís destituti, coactique propria religionis officia haud raro bus iam non pro viribus obnitendum, officiendumque esse decerneremus.
praetermittere, eo discriminis sensim rapiebantur, ut a catholico sacerdotio Haec tantummodo causa agebatur: quandoquidem nimirum rei publicae
removerentur atque adeo a supernaturalibus eius beneficíis abstraheren- moderatores absimilia significabant inivisse consilia, res postulare vide-
tur. H u c accedit quod, cum Episcopi tam diu e dioecesi cuiusque sua abes- batur ut eae obsistendi rationes intermitterentur, quae magis usque chris-
sent, non poterat id ad ecclesiasticae disciplinae remissionem debilitatio- tiano populo detrimentosae evadere potuissent, atque ut aliae, opportu-
nemque non conferre; quod tum potissimum dolendum crat, cum, in niores utique, susciperentur.
tanta Mexicanae Ecclesiae divexatione, christiana plebs sacerdotesque eorum At ómnibus in comperto est exspectatam tam diu pacem rerumque
máxime ductu ac norma indigerent, quos «Spiritus Sanctus posuit Episco- conciliationem optatis non respondisse votisque Nostris. Rationibus enim
pos regere Ecclesiam Dei». transactae conciliationis aperte violatis, in sacrorum Antistites, sacerdo-
U b i igitur, anno scilicet MDCCCCXXIX, supremus Mexicanae Reipu- tes Christique fideles adhuc saevitum est, poenis eos, vinculisque mulc-
bhcae magistratus publice edixit sibi consilium non esse, memoratas leges tando; ac summo cum animi moerore vidimus non modo esse Episcopos
ad rem deducendo, «Ecclesiae identitatem» restinguere, itemque ecclesiasti- omnes ab exsilio revocatos, sed potius, ex his etiam nonnullos, qui patriae
cam Hierarchiam posthabere, Nos quidem animarum saluti unice prospi- beneficio fruerentur, legum rationibus neglectis, e finibus eiectos; in dioece-
cientes, hanc qualemcumque hierarchicae dignitatis redintegrandae ratio- sibus non paucis templa, Seminaria, Episcoporum domicilia ceterasque
nem minime praetereundam esse censuimus. Quin etiam Nobis perpenden- sacras aedes in usum suum minime restituía; denique apertis pollicitatio-
dum esse consideravimus nonne opportunum esset, cum aliqua graviori- nibus posthabitis multos e clero laicorumque ordine, qui avitam fidem
bus rnalis medendi spes affulgeret, cumque praecipuae illae causae remove- fortiter tutati essent, inimicorum suorum invidiae simultatique permissos.
n viderentur, quibus ducti Episcopi divini cultus munia publice intermit- Praeterea, vixdum. publica divini cultus intermissio revocata est, ini-
Act. 20,28. qua eorum criminationis contentio, qui scriptionibus prelo edendis dant
operam, in sacrorum administros, in Ecclesiam, in ipsumque Deum acerri-
612 vio xi
ACEKI:^ A V t . M !
grados ministerios—sin el cual n o p u e d e celebrar el culto divino—, explicarles p r o n t a m e n t e y con t é r m i n o s m u y claros la doctrina q u e
tolera este mal a la fuerza, p a r a evitar u n d a ñ o m a y o r ; y procede acabamos d e exponer.
realmente d e u n m o d o parecido al propietario q u e , despojado d e [ 2 7 ] . Y si alguien, d e s p u é s de explicado p o r vosotros n u e s t r o
sus bienes, se ve obligado a p e d i r al expoliador autorización p a r a pensamiento, perseverase con pertinacia e n esa falsa opinión, sepa
usar al m e n o s s u s propios bienes. q u e incurrirá necesariamente e n u n a c o n t u m a z desobediencia.
[25 ] . Y, aparte d e esto, t o d a apariencia d e cooperación formal
y d e aprobación d e la ley q u e d a s u p r i m i d a p o r las solemnes y enér-
[IV. OBEDIENCIA Y UNIDAD]
gicas reclamaciones hechas n o sólo p o r esta Sede Apostólica, sino
t a m b i é n p o r los obispos y el p u e b l o d e la República mejicana. Existe [ 2 8 ] . Prosigan, p o r tanto, t o d o s d e n t r o d e u n a estricta o b e -
a d e m á s u n a tercera r a z ó n : la p r u d e n t e conducta del clero, rodeada diencia y d e u n a total u n i d a d d e acción, como N o s h e m o s alabado
d e las debidas cautelas, e n v i r t u d d e la cual los sacerdotes, a u n q u e m á s d e u n a vez e n el clero con u n a g r a n satisfacción d e n u e s t r o es-
canónicamente instituidos p o r s u s obispos p a r a el d e s e m p e ñ o d e píritu, y, s u p r i m i e n d o las angustiosas d u d a s surgidas al comenzar
sus sagrados ministerios, se ven obligados, sin e m b a r g o , a p e d i r al
la persecución, c o n t i n ú e n los sacerdotes, fieles e n su resolución d e
G o b i e r n o del E s t a d o la autorización p a r a el ejercicio libre d e esos
n o r e h u s a r sacrificio alguno, s u apostolado con mayor e m p e ñ o cada
ministerios. P o r q u e con esta conducta n o a p r u e b a n positivamente
vez, sobre t o d o e n t r e los jóvenes y la clase obrera. P r o c u r e n igual-
la ley, n o aceptan s u s cláusulas; sólo se someten a esta injusta legis-
m e n t e inspirar sentimientos d e justicia, concordia y caridad a u n e n t r e
lación materialmente, p a r a evitar el obstáculo q u e les i m p i d e el c u m -
los m i s m o s q u e atacan a la Iglesia p o r n o conocerla suficientemente.
plimiento d e sus sagradas funciones; obstáculo q u e , si n o se evita,
impediría e n todas partes el ejercicio del culto, con grave d a ñ o d e [ 2 9 ] . P o r t o d o lo cual n o p o d e m o s dejar d e recomendaros u n a
las almas. Esta m i s m a conducta observaron e n la Iglesia primitiva vez m á s lo q u e , c o m o sabéis, llevamos e n el corazón, a saber, q u e ,
los sagrados ministros cuando, a u n p a g a n d o p o r ello, p e d í a n p e r - de a c u e r d o con las n o r m a s q u e dimos p o r m e d i o d e n u e s t r o delegado
miso p a r a visitar a los mártires e n la prisión y administrarles así los apostólico, se funde y crezca cada día m á s la A c c i ó n Católica.
sacramentos. N i n g ú n h o m b r e d e recto juicio p o d r á calificar j a m á s Sabemos m u y b i e n q u e es ésta u n a e m p r e s a m u y ardua, sobre t o d o
la conducta d e estos sacerdotes como aprobación y justificación p o - al principio, y m á s a ú n e n las presentes circunstancias; sabemos
sitivas d e la m a n e r a d e p r o c e d e r d e los perseguidores. q u e n o s i e m p r e es posible recoger con rapidez los deseados frutos,
pero sabemos t a m b i é n q u e la Acción Católica es necesaria y q u e
[ 2 6 ] . Esta es la doctrina a b s o l u t a m e n t e cierta y segura d e la es m á s eficaz q u e cualquier otro m e d i o d e acción; necesidad y efica-.
Iglesia católica. Si, al ser aplicada e n la práctica, indujere a algunos cia p r o b a d a s con t o d a evidencia p o r la experiencia d e las naciones
a u n erróneo escándalo, será d e b e r vuestro, venerables h e r m a n o s ,
Sobre la injusta situación d e la Iglesia en España J. SCHMTOLIN, Papstgeschichte der neuesten Zeit t.4 p.143.—J. ARRARAS,
Historia de la segunda República española t.l p.l95ss y 271ss (Madrid 1956).
SUMARIO
I. Amor del Papa a la noble nación española. Dolor por los intentos de
descristianizar a España. La gloria de España ha estado siempre unida
a la religión católica. La Santa Sede ha avisado varias veces—sin resul-
tado—a los gobernantes de España. El objeto de esta carta es protestar
contra la reciente ley sobre Congregaciones religiosas.
La legislación anticatólica promulgada durante el primer bienio II. El Papa no condena la nueva forma de gobierno del Estado español.
de la República española provocó en 1933 la publicación de la encíclica La Iglesia se aviene con todas las formas políticas justas. Prueban este
Dilectissima N o b i s , que constituye una aplicación práctica de los prin- hecho los concordatos recientes y las relaciones amistosas que la Santa
cipios expuestos por León XIII en su encíclica A u milieu des sollici- Sede mantiene con toda clase de Estados.
tudes. La Iglesia—dice Pío XI—no se opone a la nueva forma de La Santa Sede, el episcopado español, el clero y la mayoría del
gobierno instaurada en España. Es un poder constituido con una forma pueblo español han dado pruebas de respeto al Poder constituido,
a pesar de los vejámenes sufridos y de los intentos anarquizantes de
de gobierno en sí misma legítima, y esto basta para su reconocimiento. ciertos sectores revolucionarios.
Pero la Iglesia tiene el derecho de condenar las leyes persecutorias del Hay quienes, para justificar los injustos procedimientos contra la
nuevo régimen republicano. Dos son las leyes analizadas por Pío XI Iglesia en España, apelan a la necesidad de defender el nuevo régimen.
en esta carta: la Constituáón de la República, de diciembre de 1931, En el fondo, más que de incomprensión, se trata de un odio positivo
y la ley sobre Confesiones y Congregaciones religiosas, de junio de 1933. fomentado por las sectas de la revolución.
Con relación a la primera, Pío XI condena el nuevo régimen legal III. La Constitución de la República española. Se establece en ésta el
de separación entre la Iglesia y el Estado y la usurpación por el Estado principio de la separación entre la Iglesia y el Estado. La separación
de los bienes eclesiásticos muebles e inmuebles. En este sector, la conde- es en sí misma impía. Pero, tratándose de la nación española, es total-
nación de Pío XI coincide enteramente con la actitud adoptada por mente inexplicable y dañosa para la sociedad y el Estado. La experien-
San Pío X frente a la ley francesa de separación entre la Iglesia y cia ha demostrado lo que decimos. Y nótese que el régimen español
el Estado. de separación es un régimen de positiva hostilidad contra la Iglesia.
En materia de derecho de propiedad, la Constitución niega a la
Pero el motivo inmediato de la publicación fué la promulgación Iglesia este derecho, y el Gobierno ha procedido a la incautación de
de la ley sobre Congregaciones, inspirada toda ella en un espíritu de los bienes eclesiásticos, declarándolos como propiedad pública nacio-
miope sectarismo, manejado consciente y ocultamente por las fuer- nal y obligándolos, sin embargo, al pago de las cargas fiscales. Se
zas de la desintegración social. La condenación pontificia de esta ley reconoce a la Iglesia el derecho de una cierta propiedad privada, pero
es total, explícita y formal. Tres son los puntos que destaca Pío XI limitada cuantitativamente por un control fiscalizador del Estado.
en ella: el trato inhumano de excepción a que quedan sometidas las Pero la usurpación ha ido más lejos: también los bienes muebles han
Congregaciones religiosas, la supresión absurda y arbitraria de la Com- sido declarados propiedad pública nacional. Los templos han sido de-
pañía de Jesús y la prohibición legal del derecho de enseñar lanzada clarados propiedad de la nación. El clero, finalmente, se ha visto
privado de toda asignación, con clara violación del pacto concorda-
sobre los Institutos religiosos. El tono de Pío XI es firme, claro, aunque
tario.
moderado. Lo que en realidad pretenden los Gobiernos de la República
es la descristianización de la católica nación española. IV. La ley sobre Congregaciones religiosas impone a éstas un tratamiento
inhumano. Se les acusa de ejercer actividades políticas peligrosas para
Es interesante también la exhortación que hace el Papa a todos los la seguridad del Estado. Se las somete a una fiscalización molesta y
católicos españoles para usar las medidas legales posibles en orden a opresiva. Se hace cargar sobre ellas una presión fiscal excesiva. Esta
lograr una rectificación total de la política sectaria del nuevo régimen. ley hiere a los religiosos, pero además hiere los sentimientos del pue-
Era un claro llamamiento dirigido a los católicos para la acción política blo español. Y, sobre todo, esta nueva ley constituye una ofensa gra-
dentro de la legalidad republicana. Sin embargo, la Constitución de la Re- vísima contra Dios.
pública estaba tan cargada de anticatolicismo, que la evolución política Han sido disueltas, en virtud de esta ley, las Ordenes religiosas
en este sentido resultó de hecho impracticable; era una ley fundamental que hacen voto de obediencia a una autoridad diferente de la legítima
que, como se ha dicho, incitaba por su mismo sentido básico a la guerra del Estado. De este modo se ha querido quitar de en medio a Ia.Compa-
civil. ñía de Jesús, uno de los más firmes auxiliares de la Cátedra de Pedro.
Con esta medida se há querido herir de Heno la autoridad suprema
(524 PÍO XI
DILECTISSIMA NOHIS G25
del Vicario de Cristo. Pero esta legislación sectaria no podrá hacer
vacilar la tradicional devoción de España a la Cátedra de Pedro. q u e n o es hiriendo el alma del p u e b l o e n sus m á s profundos y caros
Se ha prohibido, además, la enseñanza de las Ordenes y Congrega- sentimientos c o m o se consigue aquella concordia de espíritus q u e
ciones religiosas. Se les niega así un derecho concedido a todos los ciu- es indispensable para la p r o s p e r i d a d d e la nación.
dadanos. ¿Ha sido acaso estéril o perjudicial la enseñanza de estas be-
[3 ] . L o h e m o s h e c h o p o r m e d i o d e n u e s t r o representante cada
neméritas Congregaciones religiosas? El verdadero propósito de los
legisladores es la descristianización de España. Queda, por tanto, vez q u e a m e n a z a b a el peligro d e alguna nueva ley o m e d i d a lesiva
condenada la ley de la República española sobre Congregaciones re- d e los sacrosantos derechos d e D i o s y d e las almas. N i h e m o s dejado
ligiosas. d e hacer llegar, a u n p ú b l i c a m e n t e , n u e s t r a palabra paternal a los
V. Los católicos españoles deben usar todos los medios legales para ob- q u e r i d o s hijos del clero y p u e b l o d e España, para q u e supiesen
tener la reforma de estas disposiciones. El episcopado, el clero y los q u e n u e s t r o corazón estaba m á s cerca d e ellos en los m o m e n t o s
educadores de España deben consagrarse con todo empeño a la ense- d e dolor.
ñanza religiosa. Exhortación a la unidad e invitación a formar parte
[ 4 ] . M a s ahora n o p o d e m o s m e n o s d e levantar d e n u e v o n u e s -
de la Acción Católica. Hay que confiar en la asistencia de Dios a su
Iglesia. Necesidad de oraciones. Bendición. tra voz contra la ley, recientemente aprobada, referente a las C o n -
fesiones y Congregaciones religiosas 2 , ya q u e ésta constituye u n a
nueva y m á s grave ofensa, n o sólo a la religión y a la Iglesia, sino
[i ] . S i e m p r e nos fué s u m a m e n t e a m a d a l la noble nación es- t a m b i é n a los decantados principios de libertad civil sobre los cua-
pañola p o r sus insignes méritos p a r a con la fe católica y la civiliza- les declara basarse el n u e v o r é g i m e n e s p a ñ o l 3 .
ción cristiana, p o r la tradicional y ardentísima devoción a esta Santa
Sede Apostólica y p o r sus grandes instituciones y obras d e aposto- [I. L A IGLESIA Y E L NUEVO R É G I M E N ESPAÑOL]
lado, p u e s h a sido m a d r e fecunda d e santos, d e misioneros y d e
fundadores d e ínclitas O r d e n e s religiosas, gloria y sostén d e la [ 5 ] . N i se crea q u e n u e s t r a palabra esté inspirada en senti-
Iglesia d e Dios. m i e n t o s d e aversión contra la n u e v a forma d e gobierno o contra
otras innovaciones p u r a m e n t e políticas q u e recientemente h a n t e -
[ 2 ] . Y precisamente p o r q u e la gloria de E s p a ñ a está t a n in- n i d o lugar e n España.
t i m a m e n t e u n i d a con la religión católica, nos sentimos d o b l e m e n t e
a p e n a d o s al presenciar las deplorables tentativas q u e d e u n t i e m p o [ 6 ] . P u e s t o d o s s a b e n q u e la Iglesia católica, n o estando bajo
a esta porte se están reiterando p a r a arrancar a esta nación, a N o s
t a n querida, con la fe tradicional, los m á s bellos títulos d e nacional mos laedendo vulnerandoque, eam possunt, ad cuiusvis Nationis prosperi-
grandeza. N o h e m o s dejado d e hacer presente con frecuencia a los tatem adipiscendam omnino necessariam, civium omnium concordiam in
actuales g o b e r n a n t e s d e E s p a ñ a — s e g ú n nos dictaba n u e s t r o p a t e r - usum deducere.
nal corazón—cuan falso era el camino q u e seguían y d e recordarles Id fecimus per Legatum Nostrum, quotiens novae praescriptionis eden-
dae ingruere periculum videbamus, sacrosanctis Dei animarumque iuribus
infensae. Utque dilectis Hispaniae filiis, cum ex sacrorum, tum ex laicorum
D e iniusta rei catholicae condicione in Hispania hominum ordine, amantissimi animi Nostri sensus in huiuscemodi angus-
tiis magis magisque paterent, vel publice ad eosdem paterna verba Nostra
Dilectissima Nobis millo non tempore fuit nobilis Hispanorum gens convertere, occasione data, non praetermisimus.
cum ob insignia in catholicam fidem civilemque christiani nominis cultum
promerita, tum ob avitam flagrantissimamque cum Apostólica hac Sede At nunc temporis, quam nuper «in religiosae fidei professiones Congre-
animorum coniunctionem, tum nominatim ob magna eius instituta et apo- gationesque» legem sanxerunt, in eam Nos temperare Nobis non possumus
stólica incepta, per quae et ferax exstitit sanctorum virorum mater et missio- quin iterum vocem, reprobando conquerendoque, attollamus Nostram, cum
.nalium inclytorumque religiosorum Ordinum Conditorum altrix; decus ii novam ea iniuriae notam gravioremque inurat non modo Ecclesiae Religio-
quidem atque firmamentum Ecclesiae Dei. nique, sed ipsis etiam civilis libertatis praeceptis atque institutis, quibus,
ut iactant, recens nititur Hispaniae régimen.
Quoniam igitur praeclara Hispaniae gesta cum cathoiica Religione tarn
arete coniunguntur, geminato Nos maerore ideirco afficimur, quod mise- Ñeque—quod ut intento cupimus perpendant animo—hanc suadent sen-
randi ii conatus obversantur Nobis qui eo sane exitu iterantur, ut, una cum tentiam Nostram consilia, quae iniverimus, ut nonnulli falso dictitant, e t
maiorum fide, effectrices etiam eripiantur civilis amplitudinis causae. Qua- aliena a nova Hispanicae Civitatis gubernandae ratione et a politicis inibi
propter Civitatis huius moderatores, ut paternus postuiabat animus, deesse haud ita pridem habitis immutationibus aversa.
Nobis non potuimus quin haud semel adhortaremur, ut diligenter perpen- Ómnibus siquidem in comperto est Catholicam Ecclesiam, cum prae alus
derent, fallacem se viam rationemque persequi; non enim, populorum am-
2
1
Ley de 2 de junio de 1933 regulando la situación de las Confesiones y Congregaciones
Pío XI, carta encíclica al episcopado, clero y pueblo de España sobre la injusta situación en cumplimiento y con arreglo a las bases del artículo 26 de la Constitución de la República:
creada a ]a Iglesia católica en España: AÁS 25 (1933) 261-274. La versión española incluida Gaceta de Madrid, 3 de junio de 1933, p.1651-1654.
3
en el texto es la traducción oficial publicada en AAS 25 (1033) 275. Véanse el artículo 1 de! título preliminar y el título 3 de la Constitución de la Repú-
blica española: Gaceta de Madrid, 10 de diciembre de 10.31, p.1578-1588.
626 pfo x i
DILECTISSIMA NOBIS «27
n i n g ú n respecto ligada a u n a forma d e gobierno m á s q u e a otra,
con tal q u e q u e d e n a salvo los derechos d e D i o s y d e la conciencia con el de la autoridad, las exigencias d e la justicia con el bien de
cristiana, n o e n c u e n t r a dificultad en avenirse con las diversas ins- la paz.
tituciones políticas, sean m o n á r q u i c a s o republicanas, aristocráticas [11]. N a d a d e esto ignoraba el G o b i e r n o de la n u e v a R e p ú -
o democráticas4. blica española, p u e s estaba b i e n enterado de las b u e n a s disposicio-
[ 7 ] . P r u e b a manifiesta d e ello son, p a r a n o citar sino hechos nes, t a n t o n u e s t r a s como del episcopado español, p a r a s e c u n d a r el
recientes, los n u m e r o s o s concordatos y acuerdos estipulados en es- m a n t e n i m i e n t o del o r d e n y d e la t r a n q u i l i d a d social.
tos últimos años y las relaciones diplomáticas q u e la Santa Sede [ 1 2 ] . Y con N o s y con el episcopado estaban de a c u e r d o n o
h a entablado con diversos Estados, e n los cuales, después d e la úl- solamente el clero, t a n t o secular como regular, sino t a m b i é n los
t i m a G r a n G u e r r a , a gobiernos m o n á r q u i c o s h a n sustituido gobier- católicos seglares, o sea la gran mayoría del p u e b l o español, el cual,
nos republicanos. n o obstante las opiniones personales, n o obstante las provocaciones
[ 8 ] . N i estas nuevas repúblicas h a n tenido j a m á s q u e sufrir y vejámenes d e los enemigos de la Iglesia, h a estado lejos d e actos
e n sus instituciones ni en s u s j u s t a s aspiraciones a la grandeza y d e violencia y represalia, m a n t e n i é n d o s e en la t r a n q u i l a sujeción
bienestar nacional p o r efecto d e sus amistosas relaciones con la al P o d e r constituido, sin d a r lugar a desórdenes, y m u c h o m e n o s a
Santa Sede o p o r hallarse dispuestas a concluir con espíritu de m u t u a guerras civiles. N i a otra causa alguna, fuera d e esta disciplina y su-
confianza, e n las materias q u e interesan a la Iglesia y al Estado, jeción, inspirada en las enseñanzas y en el espíritu católico, se p o -
convenios a d a p t a d o s a las nuevas condiciones d e los t i e m p o s . - dría, e n verdad, atribuir con m a y o r d e r e c h o c u a n t o se ha p o d i d o
conservar d e aquella paz y t r a n q u i l i d a d públicas q u e las t u r b u l e n -
[ 9 ] . A n t e s bien, p o d e m o s afirmar con t o d a certeza q u e los
cias de los p a r t i d o s y las pasiones de los revolucionarios se h a n
m i s m o s E s t a d o s h a n r e p o r t a d o notables ventajas d e estos confiados
esforzado p o r p e r t u r b a r , e m p u j a n d o a la nación hacia el a b i s m o de
acuerdos con la Iglesia, [10] p u e s todos saben q u e n o se o p o n e
la anarquía.
d i q u e m á s poderoso al d e s b o r d a m i e n t o del d e s o r d e n social q u e la
Iglesia, la cual, siendo educadora excelsa d e los pueblos, h a sabido [ 1 3 ] . P o r esto nos h a causado p r o f u n d a extrañeza y vivo p e -
s i e m p r e u n i r en fecundo a c u e r d o el principio de la legítima libertad sar el saber q u e algunos, como p a r a justificar los inicuos procedi-
m i e n t o s contra la Iglesia, h a y a n aducido p ú b l i c a m e n t e c o m o razón
la necesidad d e defender la nueva República.
nullam rei publicae ordinationem potiorem habeat, dummodo Dei christia-
naeque conscientiae iura sarta tectaque evadant, tum quibusvis civilibus [14]. T a n evidente aparece p o r lo dicho la inconsistencia del
socíetatibus, ulla non interposita difficultate, convenire; sive eaedem Regni,
sive Reipublicae formam induant, sive denique ab optimatium, sive a popu- observantiam humanaeque libertatis iura, rationes iustitiae optataeque pacis
larium dominatu pendeant.
bonum salubriter feliciterque conciliare numquam destitit.
Cuíus rei argumento sunt, ut recentiora tantummodo attingamus facta, Haec omnia qui Hispanorum Reipublicae praesunt in comperto non
non pauca ea pactiones et «Concordata», quae vocant, postremis etiam hisce habere non póterant; immo etiam certiores iidem facti sunt percupere Nos
temporibus digesta: itemque necessitudinis rationes, quae Apostolicae Sedi ac vos, venerabiles in episcopatu fratres, ad civilem ordinem tranqüillita-
cum variis Civitatibus intercedunt; cum iis etiam, quae, post proximum temque tutandam adiutricem operam navare.
maximumque bellum, regio imperio reiecto, in Reipublicae ordinationem
Ac Nobiscum et cum Hispaniae Episcopis fere omnes consensere non
coaluerunt.
modo ex sacrorum administrorum, saecularium ac regularium, sed ex laico-
lamvero, numquam hae Respublicae—et ad sua instituta et ad iustae rum etiam hominum ordine, hoc est universa paene Hispanorum gens; qui
amplitudinis studia et ad gentis suae prosperitatem quod attinet—numquam, quidem, etsi alius aliam propriam amplectebatur sententiam, etsi ab Eccle-
dicimus, ñeque ex susceptis amicitiae officiis cum Apostólica hac Sede, siae osoribus lacessebantur ac vexabantur, constitutis tamen rei publicae
ñeque ex inito consilio, conventiones scilicet, horum temporum condicioni moderatoribus quieto animo obtemperantes, a vi violenter repellenda, a
consentaneas, iis de rebus mutua fide transigendi, quae ad civilem et ad conflandis turbis et a conturbationibus excitandis, nedum a civili beilo,
ecclesiasticam societatem pertinent, ulla procul dubio detrimenta ceperunt. abstínuere. Iure igitur meritoque, disciplinae huicobtemperationique, quam
Quin immo, cum de re agatur omnino explorata ac certa, asseverare pos- Catholicae Religionis praecepta suadent, illud est potissimum tribuendum,
sumus ex hac fiduciae plena, Ecclesiae Civitatumque concordia, non exigua quantumeumque pacandae rei publicae incólume adhuc exstat, quodque
orta esse civilibus consortionibus cómmoda atque utilitates. repugnantía factionum rerumque novarum amatorum studia evertere con-
nituntur, omnia utique Civitatis iura atque officia violantium.
Etenim, ut omnes norunt, socialis perturbationis fluctibus, usque quaque
omnia permiscentibus, firmior atque aptior ullus non opponitur agger, quam Ac summa Nos miratione vehementique maerore ideirco commoti sumus
Catholica Ecclesia, quae, máxima populorum altrix, legitimae auctoritatis quod nonnulli, impiam, quae in Ecclesiam invehitur, insectationem veluti
comprobare conantes, novae Reipublicae tutandae necessitatem esse suscepti
4
Es la "misma doctrina expuesta por León XIII en las dos cartas Au müieu des sollicitudes consilii causam publice professi sint.
y Notre coJisolation.
Quapropter liquido patet, quod proférunt huius rei argumentum, com-
628 PÍO XI D1LECTISSIMA NOBI5 GTJ
nados, para la defensa de la fe y para alejar los peligros que amenazan abundancia de los favores celestiales, os damos con toda la etusión
a la misma sociedad civil. de nuestra alma la bendición apostólica.
Dado en Roma, junto a San Pedro, el 3 de junio del año 1933,
[48]. De un modo especial invitamos a todos los fieles a que
se unan en la Acción Católica, tantas veces por Nos recomendada, duodécimo de nuestro pontificado. '
la cual, aun sin constituir un partido, más todavía, debiendo estar saeculo a peracta humani generis Redemptione—caelestis Pater benignis-
fuera y por encima de todos los partidos políticos, servirá para for- sime admittat.
mar la conciencia de los católicos, iluminándola y fortaleciéndola Qua quidem spe freti, atque hoc etiam consilio ducti, ut divinorum mu-
en la defensa de la fé contra toda clase de insidias,. nerum copiam, cum vobis, venerabiles fratres ac dilecti filii, tum universae
dilectissimaeque Nobis Hispanorum Nationi conciliemus, horum auspicem
[49]. Y ahora, venerables hermanos y amadísimos hijos, no Apostolicam Benedictionem effuso animo impertimus.
acertaríamos a poner mejor fin a esta nuestra carta que repitiéndoos Datum Romae apud Sanctum Petrum, die ni mensis Iunii, armo
cuanto os hemos declarado desde el principio; a saber, que, más MDCCCCXXXIII, Pontificatus Nostri duodécimo. • • '
que en el auxilio de los hombres, hemos de confiar en la indefecti-
ble asistencia prometida por. Dios a su Iglesia y en la inmensa bon-
dad del Señor para con aquellos que le aman. Por esto, considerando
todo lo que ha sucedido, y apesadumbrados más que todo por las
graves ofensas inferidas a su Divina Majestad con las múltiples
violaciones de sus sacrosantos derechos y con tantas transgresiones
de sus leyes, dirigimos al cielo férvidas plegarias demandando a Dios
perdón por las ofensas contra El cometida.s. El, que todo lo puede,
ilumine las inteligencias, enderece las voluntades y mueva los cora-
zones de los que gobiernan a mejores acuerdos. Con serena confian-
za esperamos que la voz suplicante de tantos buenos hijos, sobre
todo en este Año Santo de la Redención, será benignamente acogida
por la clemencia del Padre celestial; y con esta confianza, para ob-
tener que descienda sobre vosotros, venerables hermanos y amados
hijos, y sobre toda la nación española, que nos es tan querida, la
DfCtr. pontif. 2
a
MIT ISRENNEN'DER SORGE 64."
bienaventuranza, sino el nombre de Jesucristo 2 o. Por más que un que en determinados tiempos vuelve a retoñar como la cizaña en
hombre encarnara en sí toda la sabiduría, todo el poder y toda la medio del trigo del reino de Dios. El que conozca la frase del Sal-
pujanza material de la tierra, no podría asentar fundamento diverso vador acerca de los escándalos y de quienes los dan, sabe cómo la
del que Cristo ha puesto 2 1 . En consecuencia, aquel que con un Iglesia y cada individuo deben juzgar sobre lo que fué y es pecado.
sacrilego desconocimiento de la diferencia esencial entre Dios y la Pero quien, fundándose en estos lamentables desacuerdos entre la
criatura, entre el Hombre-Dios y el simple hombre, osase poner al fe y la vida, entre las palabras y los actos, entre la conducta exterior
nivel de Cristo, o peor aún, sobre El o contra El, a un simple mortal, y los pensamientos interiores de algunos—aunque éstos fuesen mu-
aunque fuese el más grande de todos los tiempos, sepa que es un chos—, echa en olvido o conscientemente pasa en silencio la enorme
profeta de fantasías a quien se aplica espantosamente la palabra de suma de genuina actividad para llegar a la virtud, el espíritu de
la Escritura: El que mora en los cielos se ríe de ellos22. sacrificio, el amor fraternal, el heroísmo de santidad, en tantos
miembros de la Iglesia, manifiesta una ceguera injusta y reprobable.
Y cuando luego se ve que la rígida medida con que juzga a la odiada
4. GENUINA FE EN LA IGLESIA
Iglesia se deja al margen cuando se trata de otras sociedades que le
[21 ]. La fe en Jesucristo no permanecerá pura e incontamina- son cercanas por sentimiento o interés, entonces se evidencia que,
da si no está sostenida y defendida por la fe en la Iglesia, columna y al mostrarse lastimado en su pretencioso sentido de pureza, se
fundamento de la verdad23. Cristo mismo, Dios eternamente ben- revela semejante a aquellos que, según la tajante frase del Salvador,
dito, ha erigido esta columna de la fe; su mandato de escuchar a la ven la paja en el ojo ajeno y no se dan cuenta de la viga en el propio.
Iglesia 24 y recibir por las palabras y mandatos de la Iglesia sus mis- También es menos pura la intención de aquellos que ponen como
mas palabras y sus mismos mandatos 2$, tiene valor para todos los fin de su vocación lo que hay de humano en la Iglesia, hasta hacer
hombres de todos los tiempos y de todas las regiones. La Iglesia, quizás de ello un negocio bastardo, y si bien la potestad de quien
fundada por el Salvador, es única para todos los pueblos y para está investido de la dignidad eclesiástica, fundada en Dios, no de-
todas las naciones; y bajo su bóveda, que cobija, como el firma- pende de su nivel humano y moral, sin embargo, no hay época
mento, al universo entero, hallan puesto y asilo todos los pueblos alguna, ni individuo, ni sociedad que no deba examinar sinceramente
y, todas las lenguas, y pueden desarrollarse todas las propiedades, •su conciencia, purificarse inexorablemente, renovarse profundamen-
cualidades, misiones y cometidos que han sido señalados por Dios, te en el sentir y en el obrar. En nuestra encíclica sobre el sacerdocio y
creador y salvador, a los individuos y a las sociedades humanas. en la de la Acción Católica hemos llamado insistentemente la atención
El corazón materno de la Iglesia es tan generoso, que ve en el des- de todos los pertenecientes a la Iglesia, y particularmente la de los
arrollo de tales peculiaridades y cometidos particulares, conforme eclesiásticos, religiosos y seglares que colaboran en el apostolado,
al querer de Dios, la riqueza de la variedad más bien que el peligro sobre el sagrado deber de poner su fe y su conducta en aquella
de las escisiones; se goza con el elevado nivel espiritual de los indi- armonía exigida por la ley de Dios y reclamada con incansable
viduos y de los pueblos, descubre con alegría y santo orgullo ma- insistencia por la Iglesia. También hoy Nos repetimos con grave-
terno en sus genuinas actuaciones los frutos de educación y de pro- dad profunda: No basta ser contados en la Iglesia de Cristo; es
greso, que bendice y promueve siempre que lo puede hacer en preciso ser en espíritu y en verdad miembros vivos de esta Iglesia.
conciencia. Pero sabe también que a esta libertad le han sido seña- Y lo son solamente los que están en gracia de Dios y caminan con-
lados límites por disposición de la Divina Majestad, que ha querido tinuamente en su presencia, o por la inocencia o por la penitencia
y ha fundado esta Iglesia como unidad inescindible en sus partes sincera y eficaz. Si el Apóstol de las Gentes, el vaso de elección,
esenciales. El que atenta contra esta intangible unidad quita a la sujetaba su cuerpo al látigo de la mortificación, no fuera que, des-
esposa de Cristo una de las diademas con que Dios mismo la ha
pués de haber predicado a los otros 2 6 , fuese él reprobado, ¿habrá,
coronado; somete el edificio divino, que descansa en cimientos
por ventura, para aquellos en cuyas manos está la custodia y el
eternos, a la revisión y a la transformación por parte de arquitectos
a quienes el Padre celestial no ha concedido poder alguno. incremento del reino de Dios, otro camino que el de la íntima unión
del apostolado con la santificación propia? Sólo así se demostrará
[22 ]. La divina misión que la Iglesia cumple entre los hombres a los hombres de hoy, y en primer lugar a los detractores de la
y debe cumplir por medio de hombres, puede ser dolorosamente Iglesia, que la sal de la tierra y la levadura del cristianismo no se
oscurecida por el elemento humano, quizás demasiado humano, ha vuelto ineficaz, sino que es poderosa y capaz de renovar espiri-
2
tualmente y rejuvenecer a los que están en la duda y en el error,
° Act. 4,12. en la indiferencia y en el descarrío espiritual, en la relajación de
21
I Cor. 3,11.
22
23
Ps. 2,4. la fe y en el alejamiento de Dios, de quien ellos—lo admitan o lo
1 T i m . 3,15.
24
Cf. M t . 18,17.
2
' Cf. Le. 10,16. " Cf. 1 Cor. 9,27.
654 I'IO X I M1T MiENVENDÜR SOHfiE (555
nieguen—están más necesitados que nunca. Una cristiandad en la el tentador o el opresor se le acerque con las traidoras insinuaciones
que todos los miembros vigilen sobre sí mismos, que deseche toda de que salga de la Iglesia, entonces no habrá más remedio que opo-
tendencia a lo puramente exterior y mundano, que se atenga seria- nerle, aun a precio de los más graves sacrificios terrenos, la palabra
mente a los preceptos de Dios y de la Iglesia y se mantenga, por del Salvador: Apártate de mí, Satanás, porque está escrito: al Señor
consiguiente, en el amor de Dios y en la solícita caridad para el tu Dios adorarás y a El solo darás culto 2 9 . A la Iglesia, por el con-
prójimo, podrá y deberá ser ejemplo y guía para el mundo profun- trario, deberá dirigirle estas palabras: ¡Oh tú, que eres mi madre
damente enfermo, que busca sostén y dirección,, si es que no se desde los días de mi infancia primera, mi fortaleza en la vida, mi
quiere que sobrevenga una ingente catástrofe o una decadencia abogada en la muerte, que la lengua se me pegue al paladar si yo,
indescriptible. cediendo a terrenas lisonjas o amenazas, llegase a traicionar las pro-
mesas de mi bautismo! Finalmente, aquellos que se hicieron la
[23 ]. Toda reforma genuina y duradera ha tenido propiamente ilusión de poder conciliar con el abandono exterior de la Iglesia la
su origen en el santuario, en hombres inflamados e impulsados por el fidelidad interior a ella, adviertan la severa palabra del Señor:
amor de Dios y del prójimo, los cuales, gracias a su gran generosidad El que rae negare delante de los hombres, será negado ante ¡os ángeles
en corresponder a cualquier inspiración de Dios y a ponerla en prác- de Dios 30.
tica, ante todo, en sí mismos, profundizando en humildad y con la
seguridad de quien es llamado por Dios,' llegaron a iluminar y 5. GENUINA FE EN EL PRIMADO
renovar su época. Donde el celo de reformas, no derivó de la pura
fuente de la integridad personal, sino que fué efecto de la explosión [25 ]. La fe en la Iglesia no se mantendrá pura e incontaminada
de impulsos pasionales, en vez de iluminar oscureció, en vez de si no está apoyada por la fe en el primado del obispo de Roma.
construir destruyó, y fué frecuentemente punto de partida para En el mismo momento en que Pedro, adelantándose a los demás
errores todavía más funestos que los daños que se quería o se pre- apóstoles y discípulos, profesó su fe en Cristo, Hijo de Dios vivo,
tendía remediar. Es cierto que el espíritu de Dios sopla donde la respuesta de Cristo, que le premiaba por su fe y por haberla
quiere 2 7 , de las piedras puede suscitar los cumplidores de sus profesado, fué el anuncio de la fundación de su Iglesia, de la única
designios 2 8 , y escoge los instrumentos de su voluntad según sus Iglesia, sobre la roca de Pedro 31. Por esto la fe en Cristo, en la
planes, no según los de los hombres. Pero El, que ha fundado la Iglesia y en el Primado, están en una sagrada trabazón de mutua
Iglesia y la llamó a la vida en Pentecostés, no quiebra la estructura dependencia. Una autoridad genuina y legal es en todas partes
fundamental de la salvadora institución por El mismo querida. un vínculo de unidad y un manantial de fuerza, una defensa contra
Quien está movido por el espíritu de Dios observa, por esto mismo, la división y la ruina, una garantía para el porvenir. Y esto se verifica
una actitud exterior e interior de respeto hacia la Iglesia, noble en un sentido más alto y noble donde, como en el caso de la Iglesia,
fruto del árbol de la Cruz, don del Espíritu Santo en Pentecostés y sólo en la Iglesia, a tal autoridad se le ha prometido la asistencia
al mundo necesitado de guía. sobrenatural del Espíritu Santo y su apoyo invencible. Si personas
que ni siquiera están unidas por la fe de Cristo os atraen y lisonjean
[24]. En vuestras regiones, venerables hermanos, se alzan vo- con la seductora imagen de una iglesia nacional alemana, sabed que
ces, en coro cada vez más fuerte, que incitan a salir de la Iglesia; esto no es otra cosa que renegar de la única Iglesia de Cristo, una
y entre los voceadores hay algunos que, por su posición oficial, in- apostasía manifiesta del mandato de Cristo de evangelizar a todo el
tentan producir la impresión de que tal alejamiento de la Iglesia, mundo, misión que sólo puede llevar a la práctica una Iglesia uni-
y consiguientemente la infidelidad a Cristo Rey, es testimonio par- versal 32. El desarrollo histórico de otras iglesias nacionales, su
ticularmente convincente y meritorio de su fidelidad al actual ré- entumecimiento espiritual, su opresión y servidumbre por parte
gimen. Con presiones ocultas y manifiestas, con intimidaciones, con de los poderes laicos, muestran la desoladora esterilidad, que de-
perspectivas de ventajas económicas, profesionales, cívicas o de nuncia con irremediable certeza ser un sarmiento desgajado de la
otra especie, la adhesión de los católicos a su fe—y singularmente «cepa vital de la Iglesia. Quien, ya desde el principio, opone a estos
la de algunas clases de funcionarios católicos—se halla sometida a erróneos desarrollos un no vigilante e inconmovible, presta un ser-
una violencia tan ilegal como inhumana. Nos, con paterna emoción, vicio no solamente a la pureza de la fe, sino también a la salud y
sentimos y sufrimos profundamente con los que han pagado a tan fuerza vital de su pueblo. 4
caro precio su adhesión a Cristo y a la Iglesia; pero se ha llegado ya a
tal puntp, que está en juego el último fin y el más alto, la salvación 29
M t . 4,10; L e . 4,8.
o la condenación; y en este caso, como único camino de salvación 30 L e . 12,9.
31 M t . 1,18.
para el creyente, queda la senda de un generoso heroísmo. Cuando 32
Véase la nota 18.
27
lo. 3,8.
2» Cf. Mt. 3,9; Le. 3,8.
656 PÍO X I
MIT BRENNENDEK SOKCK 657
6. NINGUNA ADULTERACIÓN DE NOCIONES y TÉRMINOS SAGRADOS [32]. La humildad en el espíritu del Evangelio y la impetra-
ción del auxilio divino se compaginan bien con la propia dignidad,
[26]. Venerables hermanos, ejerced particular vigilancia cuan- con la seguridad de sí mismo y con el heroísmo. La Iglesia de
do conceptos religiosos fundamentales son vaciados de su contenido Cristo, que en todos los tiempos, hasta en los más cercanos a nos-
genuino y aplicados a significados profanos. otros, cuenta más confesores y heroicos mártires que cualquier
[27]. Revelación, en sentido cristiano, significa la palabra de otra sociedad moral, no necesita, ciertamente, recibir de algunos
Dios a los hombres. Usar este término para indicar sugestiones campos enseñanzas sobre el heroísmo de los sentimientos y de los
que provienen de la sangre y de la raza o irradiaciones de la historia actos. En su necio afán de ridiculizar la humildad cristiana como
de un pueblo es, en todo caso, causar desorientaciones. Estas mo- una degradación de sí mismo y como una actitud cobarde, la repug-
nedas falsas no merecen pasar al tesoro lingüístico de un fiel cristiano. nante soberbia de estos innovadores no consigue más que hacerse
ella misma ridicula.
[28]. La fe consiste en tener por verdadero lo que Dios ha
[33 ]. Gracia, en sentido lato, puede llamarse todo lo que el
revelado y por medio de la Iglesia manda creer: es demostración
Creador otorga a la criatura. Pero la gracia, en el sentido propio
de las cosas que no vemos 33 . La confianza risueña y altiva sobre el
porvenir del propio pueblo, cosa grata a todos, significa algo bien cristiano de la palabra, comprende solamente los dones gratuitos
distinto de la fe en sentido religioso. El usar una por otra, el querer sobrenaturales del amor divino, la dignación y la obra por la que
sustituir la una por la otra y pretender con esto ser considerado como Dios eleva al hombre a aquella íntima comunicación de su vida
«creyente» por un cristiano convencido, es un mero juego de palabras, que en el Nuevo Testamento se llama filiación de Dios. Ved qué
una confusión de términos a sabiendas o incluso algo peor. amor nos ha mostrado el Padre: que seamos llamados hijos de Dios,
y lo seamos en realidad 36 . Rechazar esta elevación sobrenatural a la
[29]. La inmortalidad, en sentido cristiano, es la sobrevivencia gracia por una pretendida peculiaridad del carácter alemán es un
del hombre después de la muerte terrena, como individuo personal, error, una abierta declaración de guerra a una verdad fundamental
para la eterna recompensa o para el eterno castigo. Quien con la del cristianismo. Equiparar la gracia sobrenatural a los dones de la
palabra inmortalidad no quiere expresar más que una sobrevivencia naturaleza equivale a violentar el lenguaje creado y santificado por
colectiva en la continuidad del propio pueblo para un porvenir de la religión. Los pastores y guardianes del pueblo de Dios harán
indeterminada duración en este mundo, pervierte y falsifica una de bien en oponerse a este hurto sacrilego y a este empeño por extraviar
las verdades fundamentales de la fe cristiana y conmueve los ci- a los espíritus.
mientos de cualquier concepción religiosa, la cual requiere un orde-
namiento moral universal. Quien no quiere ser cristiano debería al 7. DOCTRINA Y ORDEN MORAL
menos renunciar a enriquecer el léxico de la incredulidad con el
patrimonio lingüístico cristiano. [34]. Sobre la fe en Dios, genuina y pura, se funda la moralidad
[30]. El pecado original es la culpa hereditaria, propia, aunque del género humano. Todos los intentos de separar la doctrina del
no personal, de cada uno de los hijos de Adán, que en él pecaron 3 4 ; orden moral de la base granítica de la fe, para reconstruirla sobre
es pérdida de la gracia—y, consiguientemente, de la vida eterna— la arena movediza de las normas humanas, conduce, pronto o tarde,
con la propensión al mal, que cada cual ha de sofocar por medio de a los individuos y a las naciones a la decadencia moral. El necio
la gracia, de la penitencia, de la lucha y del esfuerzo moral. La pasión que dice en su corazón: No hay Dios, se encamina a la corrupción
y muerte del Hijo de Dios redimió al mundo de la maldita herencia moral 3 7 . Y estos necios que presumen separar la moral de la reli-
del pecado y de la muerte. La fe en estas verdades, hechas hoy gión, constituyen hoy legión. No se percatan, o no quieren perca-
objeto de vil escarnio por parte de los enemigos de Cristo en vuestra tarse, de que, al desterrar de las escuelas y de la educación la ense-
patria, pertenece al inalienable depósito de la religión cristiana. ñanza confesional, o sea la noción clara y precisa del cristianismo,
impidiéndola contribuir a la formación de la sociedad y de la vida
[31 ]. La cruz de Cristo, aunque su solo nombre haya llegado •pública, es caminar hacia el embrutecimiento y la decadencia moral.
a ser para muchos locura y escándalo 35 , sigue siendo para el cris- Ningún poder coercitivo del Estado, ningún ideal puramente te-
tiano la señal sacrosanta de la redención, la bandera de la grandeza rreno, por grande y noble que en sí sea, podrá sustituir por mucho
y de la fuerza moral. A su sombra vivimos, besándola morimos; tiempo a los estímulos tan profundos y decisivos que provienen de
sobre nuestro sepulcro estará como pregonera dé nuestra fe, testigo la fe en Dios y en Jesucristo. Si al que es llamado a las empresas
de nuestra esperanza, aspiración hacia la vida eterna. más arduas, al sacrificio de su pequeño yo en bien de la comunidad,
se le quita el apoyo moral que le viene de lo eterno y de lo divino,
" H e b r . 11,1.
3
< Cf. Rom. 5,12. 36
' 5 Cf. 1 Cor. 1,23. I lo. 3,1.
" Ps. 13 (I4),I.
658 PÍO X I
de la fe ennoblecedora y consoladora en Aquel que premia todo M1T URKNNENDER SORGli (¡59
bien y castiga todo mal, el resultado final para innumerables hom-
bres no será ya la adhesión al deber, sino más bien la deserción. La mente bueno es también ventajoso» 39. Este principio, desvinculado
observancia concienzuda de los diez mandamientos de la ley de de la ley ética, equivaldría, por lo que respecta a la vida internacional,
Dios y de los preceptos de la Iglesia—estos últimos, en definitiva, a ün eterno estado de guerra entre las naciones; además, en la vida
no son sino disposiciones derivadas de las normas del Evangelio nacional, pasa por alto, al confundir el interés y el derecho, el hecho
es para todo individuo una incomparable escuela de disciplina orgá- fundamental de que el hombre como persona tiene derechos reci-
nica, de vigorización moral y de formación del carácter. Es una bidos de Dios, que han de ser defendidos contra cualquier atentado
escuela que exige mucho, pero no más de lo que podemos. Dios de la comunidad que pretendiese negarlos, abolidos o impedir su
misericordioso, cuando ordena como legislador: «Tú debes», da con ejercicio. Despreciando esta verdad, se pierde de vista que, en
su gracia la posibilidad de ejecutar su mandato. El dejar, por consi- último término, el verdadero bien común se determina y se conoce
guiente, inutilizadas las energías morales de tan poderosa eficacia mediante la naturaleza del hombre con su armónico equilibrio entre
o el obstruirles a sabiendas el camino en el campo de la instrucción derecho personal y vínculo social, como también por el fin de la
popular, es obra de irresponsables, que tiende a producir una sociedad, determinado por la misma naturaleza humana. El Creador
depauperación religiosa en el pueblo. El solidarizar la doctrina moral quiere la sociedad como medio para el pleno desenvolvimiento de
con opiniones humanas, subjetivas y mudables en el tiempo, en las facultades individuales y sociales, del cual medio tiene que valerse
lugar de anclarla en la santa voluntad de Dios eterno y en sus man- el hombre, ora dando, ora recibiendo, para el bien propio y el de los
damientos, equivale a abrir de par en par las puertas a las fuerzas demás. Hasta aquellos valores más universales y más altos que
disolventes. Por lo tanto, fomentar el abandono de las directrices solamente pueden ser realizados por la sociedad, no por el individuo,
eternas de una doctrina moral objetiva para la formación de las tienen, por voluntad del Creador, como fin último el hombre, así
conciencias y para el ennoblecimiento de la vida en todos sus planos como su desarrollo y perfección natural y sobrenatural. El que se
y ordenamientos, es un atentado criminal contra el porvenir del aparte de este orden conmueve los pilares en que se sienta la sociedad
pueblo, cuyos tristes frutos serán muy amargos para las generaciones y pone en peligro la tranquilidad, la seguridad y la existencia de la
futuras. misma.
[36]. El creyente tiene un derecho inalienable a profesar su
8. RECONOCIMIENTO DEL DERECHO NATURAL fe y a practicarla en la forma más conveniente a aquélla. Las leyes
que suprimen o dificultan la profesión y la práctica de esta fe están
[35]- Es una nefasta característica del tiempo presente querer en oposición con el derecho natural.
desgajar no solamente la doctrina moral, sino los mismos funda- [37]. Los padres, conscientes y conocedores de su misión edu-
mentos del derecho y de su aplicación, de la verdadera fe en Dios y cadora, tienen, antes que nadie, un derecho esencial a la educación
de las normas de la relación divina. Fíjase aquí nuestro pensamiento de los hijos que Dios les ha dado según el espíritu de la verdadera
en lo que se suele llamar derecho natural, impreso por el dedo fe y en consecuencia con sus principios y sus prescripciones. Las
mismo del Creador en las tablas del corazón humanóos, y que la leyes y demás disposiciones semejantes que 110 tengan en cuenta
sana razón humana no obscurecida por pecados y pasiones es capaz la voluntad de los padres en la cuestión escolar o la hagan ineficaz
de descubrir. A la luz de las normas de este derecho natural puede con amenazas o con la violencia, están en contradicción con el de-
ser valorado todo derecho positivo, cualquiera que sea el legislador, recho natural y son íntima y esencialmente inmorales.
en su contenido ético y, consiguientemente, en la legitimidad del [38]. La Iglesia, que tiene la misión de guardar e interpretar .
mandato y en la obligación que implica de cumplirlo. Las leyes el derecho natural, divino en su origen, no puede por menos de
humanas que están en oposición insoluble con el derecho natural, declarar que son efecto de la violencia, y, por lo tanto, sin valor
adolecen de un vicio original que no puede subsanarse ni con las jurídico alguno, las inscripciones escolares hechas en un pasado
opresiones ni con el aparato de la fuerza externa. Según este criterio reciente en una atmósfera de notoria carencia de libertad.
se ha de juzgar el principio: «Derecho es lo que es útil a la nación».
Cierto que a este principio se le puede dar un sentido justo si se
entiende que lo moralmente ilícito no puede ser jamás verdadera- 9. A LA JUVENTUD
mente ventajoso al pueblo. Hasta el antiguo paganismo reconoció
que, para ser justa, esta frase debía ser cambiada y decir: «Nada [39]. Representantes dé Aquel que en el Evangelio dijo a un
hay que sea ventajoso si no es al mismo tiempo moralmente bueno; joven: Si quieres entrar en la vida eterna, guarda los mandamientos40,
y no por ser ventajoso es moralmente bueno, sino que por ser moral- Nos dirigimos una palabra particularmente paterna a la juventud.
[40]. Por mil voces se os repite al oído un evangelio que no
as Cf. R o m . 2,14-15.
:
' " C I C E R Ó N , De officiw III 30.
•*° M t . 19,17.
660 PÍO X I
M i l BRENNENDER SORGE 661
ha sido revelado por el Padre celestial; miles de plumas escriben al
servicio de una sombra de cristianismo, que no es el cristianismo moral y que la conservación de la pureza bautismal representa una
de Cristo. La prensa y la radio os inundan a diario con producciones acción heroica, que debería ser apreciada como merece, tanto e n el
de contenido opuesto a la fe y a la Iglesia y, sin consideración y campo religioso como en el natural? Os hablan de las fragilidades
respeto alguno, atacan lo que para vosotros debe ser sagrado y humanas en la historia de la Iglesia, pero ¿por qué os ocultan las
santo. grandes gestas que la acompañaron a lo largo de losTsiglos, los san-
[41 ]. Sabemos que muchísimos de vosotros, por ser fieles a la( tos que ha producido, los beneficios que la civilización occidental
fe y a la Iglesia y por pertenecer a asociaciones religiosas tuteladas recibió de la unión vital entre la Iglesia y vuestro pueblo? Os ha-
por el Concordato, habéis tenido y tenéis que soportar trances duros blan mucho de ejercicios, los cuales, si se usan en una bien enten-
de desprecio, de sospechas, de vituperios, acusados de antipatrio- dida medida, dan gallardía física, que es un beneficio para la ju-
tismo, perjudicados en vuestra vida profesional y social. Y bien sa- ventud. Pero hoy se les señala, con frecuencia, una extensión que
bemos que se cuentan en vuestras filas muchos desconocidos sol- no tiene en cuenta ni la formación integral y armónica del cuerpo
dados de Cristo, que, con el corazón dolorido, pero con la frente y del espíritu, ni el conveniente cuidado de la vida de familia, ni
erguida, sobrellevan su suerte y buscan alivio solamente en la con- el mandamiento de santificar el día del Señor. Con una indiferencia
sideración de que sufren afrentas por el nombre de Jesús 41 . rayana en el desprecio, se despoja el día del Señor de su carácter
sagrado y de su recogimiento, que corresponde a la mejor tradición
[42]. Y hoy, cuando amenazan nuevos peligros y nuevas ten- ' alemana. Esperamos confiados que los jóvenes alemanes católicos
siones, Nos decimos a esta juventud: «Si alguno os quisiere anun- :¡ reivindicarán explícitamente, en el difícil ambiente de las organiza-
ciar un evangelio distinto del que recibisteis» sobre el regazo de ciones obligatorias del Estado, su derecho a santificar cristianamente
una madre piadosa, de los labios de un padre creyente, por las el día del Señor; que el cuidado de robustecer el cuerpo no les hará
instrucciones de un educador fiel a Dios y a su Iglesia, ese tal sea olvidar sualma inmortal; que no se dejarán vencer por el mal, sino
anatema 42 . Si el Estado organiza la juventud en una asociación na- que más bien procurarán ahogar el mal con el bien 4 3 ; que seguirán
cional obligatoria para todos, en ese caso, dejando a salvo siempre considerando como meta altísima suya la corona de la victoria en
los derechos de las asociaciones religiosas, los jóvenes tienen el de- el estadio de la vida eterna 44 .
recho obvio e inalienable, y con ellos sus padres, responsables de
ellos ante Dios, de exigir que esta asociación esté libre de toda
tendencia hostil a la fe cristiana y a la Iglesia; tendencia que hasta 10. A LOS SACERDOTES Y RELIGIOSOS
un pasado muy reciente y aun hasta el presente angustia a los pa-
dres creyentes con un insoluble conflicto de conciencia, por cuanto [44]. Dirigimos una palabra de particular gratitud y de exhor-
no pueden dar al Estado lo que se les pide en nombre del Estado, tación a los sacerdotes de Alemania, a los cuales, con sumisión a sus
sin quitar a Dios lo que a Dios pertenece. obispos, corresponde mostrar a la grey de Cristo los rectos sende-
ros, en tiempos difíciles y en circunstancias duras, con la solicitud
[43 ]. Nadie piensa en poner tropiezos a la juventud alemana diaria, con la paciencia apostólica. No os canséis, amados hijos y par-
en el camino que debiera conducirla a la realización de una verda- tícipes de los divinos misterios, de seguir al eterno Sumo Sacerdote
dera unidad nacional y a fomentar un noble amor por la libertad Jesucristo en su amor y en su oficio de buen samaritano. Caminad
y una inquebrantable devoción a la patria. A lo que Nos nos opo- de continuo en una conducta inmaculada ante Dios, en una ince-
nemos y nos debemos oponer es al antagonismo voluntaria y siste- sante autodisciplina y perfeccionamiento, en un amor misericor-
máticamente suscitado entre las preocupaciones de la educación na- dioso para todos los que os han sido confiados, especialmente para
cional y las propias del deber religioso. Por esto, Nos decimos a esta con los que peligran, los débiles y los vacilantes. Sed guías para los
juventud: Cantad vuestros himnos de libertad, pero no olvidéis que fieles, apoyo para los que titubean, maestros para los que dudan,
la verdadera libertad es la libertad de los hijos de Dios. No permi- consoladores para los afligidos, bienhechores desinteresados y con-
táis que la nobleza de esta insustituible libertad desaparezca en los sejeros para todos. Las pruebas y los sufrimientos por los que ha
grilletes serviles del pecado y de la concupiscencia. No es lícito pasado vuestro pueblo en el período de la postguerra, no pasaron
a quien canta el himno de la fidelidad a la patria terrena convertirse sin dejar huellas en su alma. Os han dejado angustias y amarguras,
en tránsfuga y traidor con la infidelidad a su Dios, a su Iglesia y a su que sólo paulatinamente podrán curarse y ser superadas por u n
patria eterna. Os hablan mucho de grandeza heroica, contraponién- espíritu de amor desinteresado y operante. Este amor, que es la
dola osada y falsamente a la humildad y a la paciencia evangélica; armadura indispensable al apóstol, especialmente en el mundo pre-
pero ¿por qué os ocultan que se da también un heroísmo en la lucha sente, agitado y trastornado, Nos lo deseamos y lo imploramos d e
4
Dios para vosotros en medida copiosa. El amor apostólico, si n o
> Cf. Act. 5,41-
•>2 Gal. 1,9. 43
Rom. 12.21.
44
I Cor. 9,24-25.
662 Mtt ÉRfÁ'NfeÑtlF.R SORGlí Gfl.'f
r fo xr
logra haceros olvidar, por lo menos os hará perdonar muchas amar- creído y a lo que han recibido como preciosa herencia de sus ante-
guras inmerecidas, que en vuestro camino de sacerdotes y de pas- pasados. Con corazón conmovido les enviamos nuestro paterno
tores de almas son hoy día más numerosas que nunca. Por lo de- saludo.
más, este amor inteligente y misericordioso para con los descarria- [47]. Y en primer lugar, a los miembros de las asociaciones
dos y para con los mismos que os ultrajan no significa, ni en ma- católicas, que con valentía y a costa de sacrificios, a menudo dolo-
nera alguna puede significar, renuncia a proclamar, a hacer valer rosos, se han mantenido fieles a Cristo y no han estado jamás dis-
y a defender con valentía la verdad y a aplicarla a la realidad que os puestos a ceder en aquellos derechos que un solemne pacto había
rodea. El primero y más obvio don amoroso del sacerdote al mundo auténticamente garantizado a la Iglesia y a ellos.
es servirle la verdad, la verdad toda entera; desenmascarar y refu-
tar el error, cualquiera que sea su forma o su disfraz. La renuncia [48 ]. Un saludo particularmente cordial va también a los padres
a esto sería no solamente una traición a Dios y a vuestra santa vo- católicos. Sus derechos y sus deberes en la educación de los hijos que
cación, sino un delito en lo tocante al verdadero bienestar de vues- Dios les ha dado están en el punto agudo de una lucha tal, que no se
tro pueblo y de vuestra patria. A todos aquellos que han conser- puede imaginar otra mayor. La Iglesia de Cristo no puede comenzar
vado para con sus obispos la fidelidad prometida en la ordenación, a gemir y a lamentarse solamente cuando se destruyen los altares y
a aquellos que en el cumplimiento de su oficio pastoral han tenido manos sacrilegas incendian los santuarios. Cuando se intenta profa-
y tienen que soportar dolores y persecuciones—algunos hasta ser nar, con una educación anticristiana, el tabernáculo del alma del niño,
encarcelados o mandados a campos de concentración—, a todos santificada por el bautismo; cuando se arranca de este templo vivo de
ellos llegue la expresión de gratitud y el encomio del Padre de la Dios la antorcha de la fe y en su lugar se coloca la falsa luz de un susti-
Cristiandad. tutivo de la cruz, que no tiene nada que ver con la fe de la cruz, en-
tonces- ya está inminente la profanación espiritual del templo, y es
[45]. Y nuestra gratitud paterna se extiende igualmente a los deber de todo creyente separar claramente su responsabilidad de
religiosos de ambos sexos; una gratitud unida a una participación la parte contraria, y su conciencia de toda pecaminosa colaboración'
íntima por el hecho de que, a consecuencia de medidas contra las
en tan nefasta destrucción. Y cuanto más se esfuercen los enemigos
Ordenes y Congregaciones religiosas, muchos han sido arrancados
en negar o disimular sus turbios designios, tanto más necesaria es
del campo de una actividad bendita y para ellos gratísima. Si algu-
nos han sucumbido y se han mostrado indignos de su vocación, sus una avisada desconfianza y una vigilancia precavida, estimulada por
yerros, condenados también por la Iglesia, no disminuyen el mérito una larga experiencia. La conservación meramente formulística de
de la grandísima mayoría, que con desinterés y pobreza voluntaria una instrucción religiosa—por otra parte controlada y sojuzgada por
se han esforzado por servir con plena entrega a su Dios y a su pue- gente incompetente—en el ambiente de una escuela que en otros
blo. El celo, la fidelidad, el esfuerzo en perfeccionarse, la solícita ramos de la instrucción trabaja sistemática y rencorosamente contra
caridad para con el prójimo y la gratitud bienhechora de aquellos la misma religión, no puede nunca ser título justificativo para que
religiosos cuya actividad se desenvuelve en los cuidados pastorales, un cristiano consienta libremente en tal clase de escuela, destruc-
en los hospitales y en la escuela, son y siguen siendo gloriosa apor- tora para la religión. Sabemos, queridos padres católicos, que no
tación al bienestar privado y público; un futuro tiempo más tran- es el caso de hablar, con respecto a vosotros, de un semejante con-
quilo les hará justicia más que el turbulento que atravesamos. Nos sentimiento, y sabemos que una votación libre y secreta entre vos-
tenemos confianza de que los superiores de las comunidades reli- otros equivaldría a un aplastante plebiscito en favor de la escuela
giosas tomarán pie de las dificultades y pruebas presentes para im- confesional. Y por esto no nos cansaremos tampoco en lo futuro
plorar del Omnipotente nueva lozanía y nueva fertilidad sobre el de echar en cara francamente a las autoridades responsables la ile-
duro campo de su trabajo por medio de un redoblado celo, de una galidad de las medidas violentas que hasta ahora se han tomado y el
vida espiritual profunda, de una santa gravedad conforme a su vo- deber que tienen de permitir la libre manifestación de la voluntad.
cación y de una genuina disciplina regular. Entre tanto, no os olvidéis de esto: ningún poder terreno puede
eximiros del vínculo de responsabilidad, impuesto por Dios, <pie
os une con vuestros hijos. Ninguno de los que hoy oprimen vuestro
II. A LOS FIELES SEGLARES
derecho a la educación y pretenden sustituiros en vuestros deberes
[46]. Se ofrecen a nuestra vista, en inmenso desfile, nuestros de educadores podrá responder por vosotros al Juez eterno cuando
amados hijos e hijas a quienes los sufrimientos de la Iglesia en Ale- le dirija la pregunta: ¿Dónde están los que yo te di? Que cada uno
mania y los suyos nada han quitado de su entrega a la causa de Dios, de vosotros pueda responder: No he perdido a ninguno de los <¡¡xe:
nada de su tierno afecto hacia el Padre de la Cristiandad, nada de me diste 45 .
su obediencia a los obispos y sacerdotes, nada de su alegre prontitud
en permanecer en lo sucesivo, pase lo que pase, fieles a lo que han «s lo. 18,9.
664 PÍO xi
[49]. Venerables hermanos, estamos ciertos de que las pala- M i l BKENNENDER SORGB 6tJ&
bras que Nos os dirigimos, y por vuestro conducto a los católicos
ta a la religión; con una fe purificada por el dolor, doblará nueva-
del Reich alemán, encontrarán, en esta hora decisiva, en el corazón
mente su rodilla en presencia del Rey del tiempo y de la eternidad,
y en las acciones de nuestros fieles hijos un eco correspondiente a la
Jesucristo, y se dispondrá a luchar—contra los que niegan a Dios y
solicitud amorosa del Padre común. -Si hay algo que Nos implora- destruyen el Occidente cristiano—en armonía con todos los hombres
mos del Señor con particular fervor es que nuestras palabras lleguen bienintencionados de las otras naciones y a cumplir la misión que
también a los oídos y al corazón de aquellos que han empezado a de- le han asignado los planes del Eterno.
jarse prender por las lisonjas y por las amenazas de los enemigos de
Cristo y de su santo Evangelio y que les hagan reflexionar. [52]. Aquel que sondea los corazones y los deseos 4 7 , nos es
testigo de que Nos no tenemos aspiración más íntima que la del
[50], Hemos pesado cada palabra de esta encíclica en la ba- restablecimiento de una paz verdadera entre la Iglesia y el Estado
. lanza de la verdad y, al mismo tiempo, del amor. No queríamos, en Alemania. Pero, si la paz, sin culpa nuestra, no viene, la Iglesia
con un silencio inoportuno, ser culpables de no haber aclarado la de Dios defenderá sus derechos y sus libertades en nombre del
situación, ni de haber endurecido con un rigor excesivo el corazón Omnipotente, cuyo brazo aun hoy no se ha abreviado. Llenos de
de aquellos que, estando confiados a nuestra responsabilidad pas- confianza en El, no cesamos de rogar y de invocar 4 8 por vosotros,
toral, no nos son menos amados porque caminen ahora por las vía- hijos de la Iglesia, para que se acorten los días de la tribulación, y
del error y porque se hayan alejado de la Iglesia. Aunque muchos para que seáis hallados fieles en el día de la prueba, y para que
de éstos, acostumbrados a los modos del nuevo ambiente, no tie- aun a los mismos perseguidores y opresores les conceda el Padre
nen sino palabras de ingratitud y hasta de injuria para la casa pa- de toda luz y de toda misericordia la hora del arrepentimiento para
terna y para el Padre mismo; aunque olvidan cuan precioso es lo sí y para muchos que ellos han errado y yerran.
que ellos han despreciado, vendrá el día en que el espanto que sen-
[53 ]• Con esta plegaria en el corazón y en los labios, Nos im-
tirán por su alejamiento de Dios y por su indigencia espiritual pe- partimos, como prenda de la ayuda divina, como apoyo en vuestras i
sará sobre estos hijos hoy perdidos, y la añoranza nostálgica los decisiones difíciles y llenas de responsabilidad, como lenitivo en
conducirá de nuevo al Dios que alegró su juventud 46 , y a la Iglesia, el dolor, a vosotros, obispos, pastores de vuestro pueblo fiel; a los
cuya mano materna les enseñó el camino hacia el Padre celestial. sacerdotes, a los religiosos, a los apóstoles seglares de la Acción
Acelerar esta hora es el objeto de nuestras incesantes plegarías. Católica y a todos vuestros diocesanos, y en un lugar señalado a los
[51]. Como en otras épocas de la Iglesia, también ésta será enfermos y prisioneros, con amor paternal la bendición apostólica.
precursora de nuevos progresos y de purificación interior, cuando Dado en el Vaticano, en la dominica de Pasión, 14 de marzo
la fortaleza en la profesión de la fe y la prontitud en afrontar los de 1937-
sacrificios por parte de los fieles de Cristo sean lo bastante grandes 47 Ps. 7,10.
para contraponer a la fuerza material de los opresores de la Iglesia 48 Col. I,».
la adhesión incondicional a la fe, la inquebrantable esperanza an-
clada en lo eterno, la fuerza arrolladora de una caridad activa. El
sagrado tiempo de la Cuaresma y de Pascua, que invita al recogi-
miento y a la penitencia y hace al cristiano volver los ojos más que
nunca a la cruz, así como también al esplendor del Resucitado,
sea para todos y para cada uno de vosotros una ocasión, que acoge-
réis con gozo y aprovecharéis con ardor, para llenar toda el alma
con el espíritu heroico, paciente y victorioso que irradia de la cruz
de Cristo. Entonces los enemigos de Cristo—estamos seguros de
ello—, que en vano sueñan con la desaparición de la Iglesia, recono-
cerán que se han alegrado demasiado pronto y que han querido
sepultarla demasiado aprisa. Entonces vendrá el día en que, en vez
de prematuros himnos de triunfo de los enemigos de Cristo, se
elevará al cielo de los corazones y de los labios de los fieles el Te
Deum de la liberación, un Te Deum de acción de gracias al Altísimo,
un Te Deum de júbilo, porque el pueblo alemán, hasta en sus mis-
mos miembros descarriados, habrá encontrado el camino de la vuel-
«« Ps. 42 (43),4.
bivrMí uiiniíMi'Touis 6«7
destitit antíquus ille insidiator vaferrimus pollicitationum fallaciís mor- MDCCCXLVI Decessor Noster f. r. Pius IX eos sollemniter reprobavit,
tales decipere. Quapropter per aetatis decursum alia aliam excepit reprobationemque suam subinde per Syllabum confirmavit. Hisce videlicet
perturbatio, doñee ad praesentem rerum conversionem ventum est, verbis utitur in Encyclicis Litteris Qui pluribus: «... Huc [spectat] infanda
quae, fere ubique terrarum, vel iam saevit, vel formidolose minitatur; ac vel ipsi naturali iuri máxime adversa de Communismo, uti vocant, doctri-
quaeque insectationes omnes, quas Ecclesia perpessa est, vi magnitudine- na, qua semel admissa, omnium iura, res, proprietates, ac vel ipsa humana
que excederé videtur. Ita quidem ut populi in id discriminis agantur, ut societas fúnditus everterentur». Ac posteriore tempore alius Decessor Nos-
ín barbariem recidant, deteriorem utique quam eam, in qua longe máxima ter im. rec. Leo XIII hos eosdem errores per Encyclicas Litteras Quod Apo-
pars gentium ante Divini Redemptoris adventum versarentur. stolici muneris ita definite significanterque descripsit: «... lethiferampestem,
Vos procul dubio, Venerabiles Fratres, iam perceptum habetis de quo quae per artus íntimos humanae societatis serpit, eamque in extremum dis-
minaci periculo loquamur; de communismo scilicet bolscevico, quem vocant, crimen adducit»; itemque sagacis suae mentís acie demonstravit concitatam
eodemque atheo, cuius peculiare propositum eo contendit, ut societatis multitudinum ad atheismi placita contentionem, dum technica disciplina-
ordinationem radicitus commisceat, ipsaque christianae urbanitatis funda- rum ratio tantopere efferretur, e philosophicis illis commentis originem du-
menta subvertat. xisse, quae iam diu scientiam a fide vitaeque actionem ab Ecclesia segregare
eniterentur.
I
Nos itidem non semel per Pontificatus Nostri decursum, increscentes
At, contra haec minacia tentamina posita, ñeque silere poterat, ñeque huius impietatis fluctus, minaciterque aestuantes instanti sollicitudine de-
siluit catholica Ecclesia. Non siluit haec Apostólica Sedes, quae probé novit nuntiavimus. Siquidem, cum anno MDCCCCXXIV e Russiarum regionibus
suum esse peculiare munus veritatem, iustitiam omniaque immortalia bona ii rediere, quos Nos ad suppetias ferendas miseramus, peculiari ad univer-
tueri, quae communistarum secta spernit atque impugnat. Iam inde a tempo- sum catholicum orbem allocutione habita, communistarum errores rationes-
ribus, cum eruditorum hominum ordines sibi sumpsere civilem cultum
2
humanitatemque exsolvere religionis moralisque disciplinae vinculis, De- Pío IX, encíclica Qui pluribus, q de noviembre de 1846: A P I 13. Cf. Syllabus c.4:
ASS 3 (1865) 170.
cessores Nostri sui officii partes esse duxerunt conceptis verbis commonere 3
L E Ó N XIII, encíclica Quod Apostolici muneris, 28 de diciembre de 1878: ASS 9 Í1878)
omnes, quo haec contenderet .humanae consortionis a christianis praecep- 369-376.
4
tis abalienatio. Et ad communistarum errores quod attinet, iam anno 5
P í o XI, aloe. Nostis qua, 18 de diciembre de 1924: AAS 16 (rq24) 494-495.
8 d e mayo d e 1928: A A S 20 (1928) 165-178.
6
J Í de mayo de 1 9 3 ) : AAS 23 (7931) 177-228,
«72 PÍO x i m
DIVINI UliDUMl'TOKIS Ü73
Caritate Christi , Acerba animi , Dilectissima Nobis 9 , N o s h e m o s
7 8
nuevo nuestra voz con u n d o c u m e n t o a ú n m á s solemne, c o m o es
levantado u n a s o l e m n e protesta contra las persecuciones desenca-
c o s t u m b r e d e esta Sede Apostólica, maestra d e verdad, y como lo
denadas en Rusia, Méjico y E s p a ñ a ; y n o se ha extinguido todavía
exige el hecho de q u e t o d o el m u n d o católico desea ya u n d o c u m e n t o
el eco universal d e las alocuciones q u e N o s p r o n u n c i a m o s el año
d e esta clase. Confiamos q u e el eco de n u e s t r a voz será b i e n recibido
pasado con motivo d e la inauguración d e la Exposición M u n d i a l
p o r todos aquellos q u e , libres d e prejuicios, desean sinceramente
de la Prensa católica lo, de la audiencia a los prófugos españoles n
el bien d e la h u m a n i d a d . Confianza q u e se ve robustecida por el
y del radiomensaje navideño J 2 . L o s m i s m o s enemigos m á s encar-
hecho de q u e n u e s t r o s avisos están hoy día confirmados p o r los
nizados de la Iglesia, q u e desde M o s c ú dirigen esta lucha contra la
frutos amargos cuya aparición h a b í a m o s previsto y anunciado, y
civilización cristiana, atestiguan con sus i n i n t e r r u m p i d o s ataques d e
q u e de h e c h o van multiplicándose espantosamente en los países
palabra y de o b r a q u e el Papado, t a m b i é n en nuestros días, ha con-
d o m i n a d o s ya por el mal y amenazan caer sobre los restantes países
t i n u a d o t u t e l a n d o fielmente el santuario d e la religión cristiana y
del m u n d o .
ha llamado la atención sobre el peligro comunista con m á s frecuen-
[ 7 ] . Q u e r e m o s , por tanto, exponer de n u e v o en breve síntesis .
cia y d e u n m o d o m á s persuasivo q u e cualquier otra autoridad
los principios y los m é t o d o s de acción del c o m u n i s m o ateo tal c o m o
pública terrena.
aparecen p r i n c i p a l m e n t e en el bolchevismo, contraponiendo a estos
falaces principios y m é t o d o s la luminosa doctrina d e la Iglesia y
[Necesidad de otro documento solemne] e x h o r t a n d o de n u e v o a t o d o s al u s o d e los medios con los q u e la
civilización cristiana, única civitas v e r d a d e r a m e n t e humana, p u e d e
[ 6 ] . Pero, a pesar de estas repetidas advertencias paternales, librarse de este satánico azote y desarrollarse mejor para el v e r d a d e r o
q u e vosotros, venerables h e r m a n o s , con gran satisfacción nuestra, bienestar de la sociedad h u m a n a .
habéis t r a n s m i t i d o y c o m e n t a d o con tanta fidelidad a los fieles p o r
m e d i o d e frecuentes y recientes pastorales, algunas d e ellas colecti- [II. D O C T R I N A Y FRUTOS D E L C O M U N I S M O ]
vas, el peligro está agravándose cada día m á s p o r la acción d e hábiles
agitadores. P o r este motivo, nos creemos en el deber de elevar de [Doctrina]
E s cierto q u e en Rusia ha contribuido no poco a sacudir a los h o m - h a n considerado a Rusia como el t e r r e n o m á s apto para realizar un
bres y a las instituciones de u n a larga y secular inercia y q u e ha sistema elaborado hace m u c h o t i e m p o y desde Rusia e x t e n d e r l o
logrado con el u s o d e toda clase d e medios, frecuentemente i n m o - p o r t o d o el m u n d o .
rales, algunos éxitos materiales; p e r o n o es m e n o s cierto, t e n e m o s
d e ello testimonios cualificados y recentísimos, q u e de h e c h o ni [III. O P U E S T A Y LUMINOSA DOCTRINA DE LA I G L E S I A ]
siquiera en el c a m p o económico ha logrado los fines q u e había p r o -
metido, sin contar, p o r supuesto, la esclavitud q u e el t e r r o r i s m o [ 2 5 ] . Expuestos los errores y los m é t o d o s violentos y e n g a ñ o -
ha i m p u e s t o a millones d e h o m b r e s . H a y q u e repetirlo: t a m b i é n sos del c o m u n i s m o bolchevique y ateo, es h o r a ya, venerables her-
en el c a m p o económico es necesaria u n a moral, u n s e n t i m i e n t o manos, d e situar b r e v e m e n t e frente a éste la verdadera n o c i ó n de
m o r a l d e la responsabilidad, los cuales, ciertamente, n o t i e n e n ca- la civitas humana, d e la sociedad h u m a n a ; esta n o c i ó n n o es otra,
b i d a e n u n sistema c e r r a d a m e n t e materialista como el c o m u n i s m o . como b i e n sabéis, q u e la enseñada por la razón y por la revelación
Para sustituir este sentimiento m o r a l n o q u e d a otro sustitutivo q u e p o r m e d i o d e la Iglesia, Magistra gentium.
el t e r r o r i s m o q u e presenciamos en Rusia, d o n d e los antiguos cama-
radas d e conjuración y de lucha se eliminan m u t u a m e n t e ; t e r r o r i s - [Suprema realidad: ¡Dios!]
m o q u e , p o r otra parte, n o consigue contener, n o ya la corrupción
[26]. L a afirmación fundamental es ésta: p o r encima de toda
d e la moral, p e r o n i siquiera la disolución del organismo social.
otra realidad está el s u m o , ú n i c o y s u p r e m o ser, D i o s , C r e a d o r
[Recuerdo paterno de los pueblos oprimidos en Rusia] o m n i p o t e n t e d e todas las cosas, juez sapientísimo d e t o d o s los h o m -
bres. Esta s u p r e m a realidad, D i o s , es la condenación m á s absoluta
[ 2 4 ] . Sin e m b a r g o , n o q u e r e m o s en m o d o alguno condenar de las insolentes m e n t i r a s del c o m u n i s m o . P o r q u e la verdad es q u e
globalmente a los pueblos d e la U n i ó n Soviética, p o r los q u e senti- n o p o r q u e los h o m b r e s crean e n D i o s , existe D i o s , sino q u e , p o r q u e
m o s el m á s vivo afecto p a t e r n o . Sabemos q u e n o pocos pueblos d e Dios existe, creen e n El y elevan a El sus súplicas t o d o s los h o m b r e s
Rusia g i m e n bajo el d u r o yugo i m p u e s t o a ia fuerza p o r h o m b r e s , q u e n o cierran voluntariamente los ojos a la verdad.
en su mayoría, extraños a los verdaderos intereses del país, y reco-
n o c e m o s q u e otros m u c h o s h a n sido engañados con falaces esperan- [El hombre y la familia según la razón y la fe]
zas. N o s c o n d e n a m o s el sistema, a sus autores y defensores, quienes
[ 2 7 ] . E n c u a n t o a lo q u e la razón y la fe católica dicen del
quidem oeconomicis propositum suum ad effectum deducere potuere, ita h o m b r e , N o s h e m o s expuesto los p u n t o s fundamentales s o b r e esta
ñeque in posterum umquam deducere possint. Non diffitemur utique materia e n la encíclica sobre la educación cristiana 1 6 . El h o m b r e
eosdem nisus in Russiarum dicione non parum contulisse ad excitandos
homines eorumque instituta ex illa, quae insederat, diuturna desidia; ac plinae semina iam diu comparata sererent, atque inde per universum ter-
potuisse omni ope omnique, etsi saepe non recta, ratione contendendo ali- rarum partes disseminarent.
quid efficere ad huius vitae utilitatem provehendam: at in comperto Nobis
est, ex recentissimis etiam testibus, nulli suspicioni obnoxiis, revera, ne III
hac quidem in parte, ea persoluta esse, quae multa spondebantur. Huc Postquam atheorum bolscevistarum errores eorumque instituta, faüaciae
accedit, quod saeva illa terrorisque plena dominatio servitutis iugum civi- violentiaeque plena, in sua luce posuimus, tempus iam est, Venerabiles
bus innumeris imposuit. Animadvertendum sane est, etiam in rebus admi- Fratres, ut iisdem veram Civitatis humanae notionem, breviter edisserendo,
nistrandis aliquam necessariam esse prob¡tatis disciplinam, ad quam suscepti opponamus; quae quidem huiusmodi est, ut probé nostis, qualem ratio
muneris procuratio ex officii conscientia conformetur; quod quidem com- mentís ac divina revelatio per Ecclesiam, Magistram gentium, nos docent.
munistarum placita, ex commenticiis materialismi rationibus orta, procul
dubio daré non possunt. Quapropter nihil aliud restat, nisi formidolosa Ac principio animadvertendum est, supra ceteras res omnes summum
illa scelerum coniuratio, quam in Russia cerneré est, ubi veteres conspira- esse, unicum ac supremum ens, divinum nempe Numen, quod ornnipo-
tionis contentionisque sodales mutuam sibi necem conflant; quae tamen tens universae concretionis creator est, idemque omnium hominum sa-
terrífica scelerum coniuratio socialis compagis dissolutionem prohibere non pientissimus ac iustissimus iudex. Per supremum hoc ens, quod Deus est,
valct, nedum profligatos mores compescere queat. insolentes ac mendaces communistarum vanitates absolutissime reiciuntur.
Ac verum enimvero, non quod homines ei fidem adhibeant, idcircoDeus
Verum, mens Nobis non est foederatos illius Reipublicae populos in est; sed quod ipse revera est, fidem eidem praestant eique supplicant o m -
universum improbare, quos immo potius paterna vehementique caritate nes, quotquot pertinaciter contra veritatis lucem mentis oculos non claudunt.
complectimur. Novimus enim ex eis non paucos iniquo servilique homi-
num dominio premi, qui sunt maximam partem a veris illius gentis utili- Atque ad hominem quod attinet, quid catholica fides nostraeque men-
tatibus alieni; aliosque plurimos fuisse fallacis spei pollicitationibus deceptos. tís ratio doceant, Nos praecipua doctrinae huius capita explanando, per
Initas potius rerum rationes earumque auctores fautoresque reprobamus, Encyclicas Litteras de christiana iuvenum educatione proposuimus. Eidem
qui nationem illam quasi aptissimum habuere campum, ín quo suae disci-
i 6 Pío XI, encíclica Dtumi illius Magislri, 31 dé diciembre de 1939: AAS 22 (1930)49-86.
686 PlO XI DIVINI REDEMPTORIS 687
tiene un alma espiritual e inmortal; es una persona, dotada admi- leza humana. En el plan del Creador, esta sociedad civil es un medio
rablemente por el Creador con dones de cuerpo y de espíritu; es, natural del que cada ciudadano puede y debe servirse para alcanzar
en realidad, un verdadero utKpós KÓCTUOS, como decían los antiguos, su fin, ya que el Estado es para el hombre y no el hombre para el
un «pequeño mundo» que supera extraordinariamente en valor a Estado. Afirmación que, sin embargo, no debe ser entendida en el
todo el inmenso mundo inanimado. Dios es el último fin exclusivo sentido del llamado liberalismo individualista, que subordina la so-
del hombre en la vida presente y en la vida eterna; la gracia santi- ciedad a las utilidades egoístas del individuo; sino sólo en el sentido
ficante, elevando al hombre al grado de hijo de Dios, lo incorpora de que, mediante la ordenada unión orgánica con la sociedad, sea
al reino de Dios en el cuerpo místico de Cristo. Por consiguiente, posible para todos, por la mutua colaboración, la realización de la
Dios ha enriquecido al hombre con múltiples y variadas prerrogati-
verdadera felicidad terrena, y, además, en el sentido de que en la
vas : el derecho a la vida y a la integridad corporal; el derecho a los
sociedad hallen su desenvolvimiento todas las cualidades individua-
medios necesarios para su existencia; el derecho de tender a su
último fin por el camino que Dios le ha señalado; el derecho, final- les y sociales insertas en la naturaleza humana, las cuales superan
mente, de asociación, de propiedad y del uso de la propiedad. el interés particular del momento y reflejan en la sociedad civil la
perfección divina; cosa que no puede realizarse en el hombre sepa-
[28]. Además, tanto el matrimonio como su uso natural son rado de toda sociedad. Pero también estos fines están, en último
de origen divino; de la misma manera, la constitución y las prerro- análisis, referidos al hombre, para que, reconociendo éste el reflejo
gativas fundamentales de la familia han sido determinadas y fijadas de la perfección divina, sepa convertirlo en alabanza y adoración
por el Creador mismo, no por la voluntad humana ni por los fac- del Creador. Sólo el hombre, la persona humana y no las socieda-
tores económicos. De estos puntos hemos hablado ampliamente en des, sean las que sean, está dotado de razón y de voluntad moral-
la encíclica sobre el matrimonio cristiano 1 7 y en la encíclica, ya mente libre.
antes citada, de la educación cristiana de la juventud.
[30]. Ahora bien, de la misma manera que el hombre no pue-
de rechazar los deberes que le vinculan con el Estado y han sido
[Lo que es la sociedad] impuestos por Dios, y por esto las autoridades del Estado tienen
[Derechos y deberes mutuos entre el hombre y la sociedad] el derecho de obligar al ciudadano al cumplimiento coactivo de esos
deberes cuando se niega ilegítimamente a ello, así también la socie-
[29 ]. Pero Dios ha ordenado igualmente que el hombre tienda dad no puede despojar al hombre de los derechos personales que
espontáneamente a la sociedad civil, exigida por la propia natura- le han sido concedidos por el Creador—hemos aludido más arriba
a los fundamentales—ni imposibilitar arbitrariamente el uso de esos
siquidem spiritualis atque immortalis animus inest; idemque, quemadmo-
dum persona est mirandis prorsus corporis mentisque dotibus a summo ex divini Creatoris consilio naturale praesidium est, quo quilibet civis possit
Creatore praeditá, ita reapse «microcosmos» ex veterum scriptorum senten- ac debeat ad propositam sibi metam assequendam uti; quandoquidem Civitas
tia ea de causa vocari potest, quod inanimarum immensitatem rerum lon- homini, non homo Civitati exsistit. Id tamen non ita intellegendum est,
gissime evincit ac superat. Non modo in hac mortali vita, sed in perpetuo quemadmodum ob suam individualismi doctrinam Liberales, quos vocant,
etiam mansura supremus ei finís est unice Deus; et aun per sanctitatis asseverant; qui quidem communitatem immoderatis singulorum cornmodis
effectricem gratiam ad filii Dei dignitatem evectus sit, in mystico Iesu Christi inservire iubent: sed ita potius ut omnes, ex eo quod cum societate composito
corpore cum divino Regno coniungitur. Quod consequens est, multiplicia ordine copulantur, terrenam possint, per mutuam navitatis conspirationem,
veri nominis prosperitatem attingere; utque per humanum consortium pri-
ei impertiit caeleste Numen ac varia muñera: ut vitae corporisque integri- vatae illae publicaeque animi dotes, hominibus natura insitae floreant ac
tatis iura; ut iura itidem cum res adipiscendi necessarias, tum ad finem vigeant, quae temporarias peculiaresque utilitates exsuperant, divinamque
ultimum via rationeque contendendi, sibi a Deo propositum; ut denique praeferunt in civili ordinatione perfectionem; quod quidem in singulis
iura et ineundae societatis, et privata bona possidendi, et eorum fruendi usu. hominibus contingere ullo modo nequit. Quod idcirco etiám homini inservit,
Praeterea, ut maritale coniugium, ita eius naturalis usus ex divina ordi- ut hanc divinae perfectionis imaginera agnoscat, acceptamque Creatori re-
natione oriuntur; itemque domestici convictus constitutio eiusque praeci- ferat, laudibus eum adorationeque colens. Homines siquidem tantummodo
pua muñera non ex humano arbitrio, ñeque ex oecónomicis rationibus, non vero quaevis eorum consociatio, mente voluntateque, ad moruna normas
sed a summo ipso omnium Creatore proficiscuntur. Quod quidem per libera, praediti sunt.
Encyclicas Litteras de casti connubii sanctitate, et per illas etiam, quas
supra memoravimus, de christiana iuvenum educatione copióse satis ex- Iamvero, quemadmodum homo officia illa repudiare non potest, quibus
plicando enucleavimus. Dei iussu civili societati obstringitur, atque adeo publicae rei moderatores
iure pollent, si idem obtemperationi huic non legitime obsistit, eum ad offi-
At Deus pari modo hominem ad civilem consortionem natum confor- cium persolvendum coercendi; ita pari modo societas iis iuribus civem spo-
matumque voluit, quam profecto sua ipsius natura postulat. Societas enim liare non potest a Creatore Deo eidem impertitis, quorum praestantiora
" Pió XI, encíclica Casti connubii, 31 de diciembre de 1930: AAS 22 (1930) 539-592, supra breviter attigimus, ñeque eorumdem usum ex arbitrio impossibilem
reddere. Quapropter e mentís nostrae ratione oritur, eidemque consenta-
688 rio XI niVtNl KltnitMI'TORTS 689
derechos. Es, por tanto, conforme a la razón y exigencia imperativa en q u e lo h a h u n d i d o el liberalismo amoral n o consiste en la lucha
d e ésta, q u e , en último t é r m i n o , todas las cosas de la tierra estén d e clases y en el terrorismo ni en el a b u s o autocrático del p o d e r
s u b o r d i n a d a s c o m o medios a la persona h u m a n a , p a r a q u e p o r del Estado, sino en la configuración y penetración del o r d e n eco-
medio del h o m b r e e n c u e n t r e n todas las cosas su referencia esencial nómico y social p o r los principios de la justicia social y de la caridad
al Creador. A l h o m b r e , a la persona h u m a n a se aplica lo q u e el cristiana. H e m o s advertido t a m b i é n q u e hay q u e lograr la verdadera
Apóstol d e las G e n t e s escribe a los corintios sobre el plan divino p r o s p e r i d a d de los pueblos p o r m e d i o de u n sano corporativismo,
d e la salvación cristiana: Todo es vuestro, y vosotros de Cristo, y Cristo q u e respete la debida jerarquía social; q u e es igualmente necesaria
de Dios i 8 . M i e n t r a s el c o m u n i s m o e m p o b r e c e a la persona h u m a n a , la unidad armónica y coherente de todas las asociaciones, p a r a q u e
invirtiendo los t é r m i n o s d e la relación entre el h o m b r e y la sociedad, p u e d a n t e n d e r todas ellas al b i e n c o m ú n del E s t a d o , y q u e , p o r
la razón y la revelación, p o r el contrario, la elevan a u n a subli- consiguiente, la misión genuina y peculiar del p o d e r político con-
m e altura. siste en p r o m o v e r eficazmente esta armoniosa coordinación d e t o -
das las fuerzas sociales.
[El orden económico-social]
[Jerarquía social y prerrogativas del Estado]
H a sido n u e s t r o predecesor, de feliz memoria, L e ó n X I I I q u i e n
ha dado, p o r m e d i o de su encíclica social 1 9 , los principios regula- [32]. P a r a lograr precisamente este o r d e n t r a n q u i l o p o r m e -
dores de la cuestión obrera y d e los problemas económicos y socia- dio de la colaboración de todos, la doctrina católica reivindica p a r a
les; principios q u e N o s p e r s o n a l m e n t e , p o r medio de la encíclica el E s t a d o t o d a la dignidad y t o d a la a u t o r i d a d necesarias p a r a d e -
sobre la restauración cristiana del o r d e n social, h e m o s a d a p t a d o a las fender con vigilante solicitud, como frecuentemente enseñan la Sa-
exigencias del t i e m p o p r e s e n t e 2 0 . E n esta encíclica nuestra, prosi- grada Escritura y los Santos Padres, t o d o s los derechos divinos y h u -
g u i e n d o la trayectoria de la doctrina secular de la Iglesia sobre el m a n o s . Y aquí se hace necesaria u n a advertencia: es errónea la afir-
carácter individual y social d e la p r o p i e d a d privada, N o s h e m o s d e - mación de q u e t o d o s los ciudadanos t i e n e n derechos iguales en la
finido claramente el d e r e c h o y la. d i g n i d a d del trabajo, las relaciones sociedad civil y n o existe e n el E s t a d o j e r a r q u í a legítima alguna.
d e apoyo m u t u o y d e m u t u a ayuda q u e d e b e n existir entre el capital Bástenos recordar a este propósito las encíclicas de L e ó n X I I I an-
y el trabajo y el salario d e b i d o en estricta justicia al obrero para sí tes citadas, especialmente las referentes a la a u t o r i d a d p o l í t i c a 2 1
y para su familia. y a la constitución cristiana del E s t a d o 2 2 . E n estas encíclicas en-
[31]. H e m o s d e m o s t r a d o , además, en la m e n c i o n a d a encíclica placita compellitur, in quibus recta morum disciplina silet, cum scilicet so-
q u e los m e d i o s para salvar al E s t a d o actual de la triste decadencia cialis iustitiae christianaeque caritatis praecepta oeconomicam civilemque
temperationem imbuant atque pervadant; quod procul dubio ñeque civium
neum est, ut terrenae res omnes homini usui utilitatique sint, ideoque per ordinum Ínter se contentio terrorisque facinora, ñeque immodicus atque
eum ad Creatorem referantur. Quam ad rem id proferto quadrat, quod tyrannicus publicae potestatis usus praestare possunt. Monuimus etiam ve-
Gentium Apostolus de christiana salute procuranda ad Corinthios scribit: ram populi prosperitatem per rectam collegiorum consociationem procu-
«Omnia... vestra sunt, vos autem Christi, Christus autem Dei». Dum igitur randam esse, quae varios socialis auctoritatis gradus agnoscat ac vereatur;
communistarum effata peisonam humanam ita extenuant, ut civium cum so- itemque necessarium esse omnia artificum sodalicia Ínter se cohaerere ami-
cietate necessitudines praepostere subvertant, humana mens, contra, ac di- ceque conspirare, ut ad communem Civitatis bonum contendere possint;
vina revelatio eam tana sublime extollunt. Decessor Noster f.r. Leo XIII de atque adeo germanum peculiareque publicae potestatis munus in eo con-
oeconomicis socialibusque rationibus deque operariorum causa, per Ency- sistere, ut mutuam eiusmodi civium omnium conspirationem consensionem-
clicas Litteras, effectrices normas edidit; quas Nos quidem, per Encyclicas que pro facúltate promoveat.
item Litteras de christiana socialis ordinis renovatione, nostrorum tempo-
rum condicionibus necessitatibusque accommodavimus. In quibus Litteris, Ad quem quidem assequendum per adiutricem omnium operam tran-
etiam atque etiam antiquissimam Ecclesiae doctrinam instanter persequen- quillitatis ordinem, catholicae doctrinae praecepta tantam dignitatem aucto-
tes de peculiari privatarum possessionum natura, ad singulos et ad societa- ritatemque tribuunt publicae reí moderatoribus, quanta necessaria est, ut
tem quod attinet, distincte definiteque et humani laboris iura dignitatemque divina humanaque iura, quae tantopere Sacrae Litterae Ecclesiaeque Pa-
designavimus, et mutuas eorum auxilii adiumentique necessitudines, qui ires inculcant, vigili providaque cura iidem tueantur. Atque heic animad-
vel rem impertiunt, vel dant operam, et mercedem denique, quae opificibus vertendum est turpiter eos errare, qui effutiant quibuslibet civibus aequalia
ex districta iustitia debetur, sibi suaeque familiae necessaria. esse in civili societate iura, ñeque legitimos in eadem exsistere potestatis or-
dines. Satis esto, hac in re, Encyclicas Decessoris Nostri f. m. Leonis XIII,
Ac praeterea in comperto posuimus, tum solummodo hominum consor- quas supra attigimus, commemorare; atque eas nominatim, quae vel de
tioném posse e teterrima ruina servari sospitem, ad quam per Liberalismi civilis principatus auctoritate, vel de christiana Civitatum constitutione
18
1 Cor. 3,23. agunt. In quibus prefecto catholici viri luculenter proposita humanae ratio-
IÍJ
L E Ó N XIII, encíclica Rerum novarum, 15 de mayo de 1891: ASS 23 (1890-1891)
942-670. 21 LEÓN XIII, encíclica Diutumum illud, 20 de junio de 1881: ASS 14 (1881-1882) 3-14.
20 P í o X I , encíclica Quachagesimo anuo, 15 d e mayo d e 1931: A A S 13 (1931) 177-228 2 2 LEÓN XIII, encíclica ¡mmortale Dei, 1 de noviembre de 1885: ASS 18 (1885) 161-1S0,
690 PÍO X I
D1VIN1 REDEMPTORIS 691
c u e n t r a n los católicos l u m i n o s a m e n t e expuestos los principios d e la
razón y d e la fe, q u e los capacitarán para defenderse contra los peli- verdadera y auténtica felicidad q u e son a q u í posibles c o m o p r e -
grosos errores d e la concepción comunista del Estado. L a expolia- paración para la bienaventuranza e t e r n a ; p e r o solamente p a r a los
ción d e los derechos personales y la consiguiente esclavitud del h o m b r e s de b u e n a voluntad. Esta doctrina está igualmente alejada
h o m b r e ; la negación del origen trascendente s u p r e m o del E s t a d o d e los pésimos efectos d e los errores comunistas y de todas las
y del p o d e r político; el criminal abuso del p o d e r público p a r a p o - exageraciones y pretensiones d e los partidos o sistemas políticos
nerlo al servicio del t e r r o r i s m o colectivo, son hechos radical y abso- q u e aceptan esos errores, p o r q u e respeta s i e m p r e el d e b i d o equili-
l u t a m e n t e contrarios a las exigencias de la ética n a t u r a l y a la vo- brio entre la verdad y la justicia, lo defiende en la teoría y lo apli-
l u n t a d divina del C r e a d o r . El h o m b r e , lo m i s m o q u e el E s t a d o , ca y p r o m u e v e en la práctica. Cosa q u e consigue la Iglesia conci-
tiene su origen en el Creador, y el h o m b r e y el E s t a d o están por liando a r m ó n i c a m e n t e los derechos y los deberes d e u n o s y otros,
D i o s m u t u a m e n t e ordenados entre sí; por consiguiente, n i el ciu- como, p o r ejemplo, lá a u t o r i d a d con la libertad, la d i g n i d a d del
d a d a n o ni el E s t a d o p u e d e n negar los deberes correlativos q u e p e - individuo con la dignidad del Estado, la personalidad h u m a n a e n
san s o b r e cada u n o d e ellos, ni p u e d e n negar o disminuir los d e r e - el subdito, y, p o r consiguiente, la obediencia debida al g o b e r n a n t e
chos del o t r o . H a sido el C r e a d o r en persona q u i e n ha regulado en con la dignidad de quienes son representates d e la a u t o r i d a d d i v i n a ;
sus líneas fundamentales esta m u t u a relación e n t r e el ciudadánp igualmente, el a m o r o r d e n a d o d e sí m i s m o , d e la familia y d e la
y la sociedad, y es, por tanto, u n a usurpación totalmente injusta la patria con el a m o r de las d e m á s familias y d e los d e m á s pueblos,
q u e se arroga el c o m u n i s m o al sustituir la ley divina, basada sobre fundado en el a m o r d e Dios, P a d r e d e todos, p r i m e r principio y
los i n m u t a b l e s principios de la v e r d a d y d e la caridad, p o r u n p r o - último fin de todas las cosas. Esta doctrina católica n o separa la
grama político d e partido, derivado del rnero capricho h u m a n o y sa- j u s t a preocupación p o r los bienes t e m p o r a l e s de la solicitud activa
t u r a d o d e odio. p o r los bienes eternos. Si s u b o r d i n a el bien t e m p o r a l al eterno, se-
g ú n la palabra de su divino F u n d a d o r : Buscad primero el reino de
Dios y su justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura 2 4 , está,
[Belleza de esta doctrina de la Iglesia] sin e m b a r g o , bien lejos de desinteresarse d e las cosas h u m a n a s y d e
perjudicar el progreso d e la sociedad y sus ventajas t e m p o r a l e s ;
[ 3 3 ] . L a Iglesia católica, al enseñar los capítulos f u n d a m e n -
p o r q u e , t o d o lo contrario, esta doctrina sostiene y p r o m u e v e esta
tales d e esta luminosa doctrina, n o tiene otro fin q u e el d e realizar
actividad del m o d o más racional y m á s eficaz posible. L a Iglesia,
el feliz a n u n c i o cantado por los ángeles sobre la gruta d e Belén al
en efecto, a u n q u e n u n c a ha p r e s e n t a d o c o m o s u y o u n d e t e r m i n a d o
nacer el R e d e n t o r : Gloria a Dios... y paz a los hombres2!, y p r o c u -
rar a los h o m b r e s , a u n en esta vida presente, t o d a la s u m a d e paz
que nominis felicitatem, quantaecumque eaedem ad aeternam assequendam
nis fideique praescripta cerneré possunt, quae eos a fallacibus periculosisque beatitatem, vel in hoc mortali vita attingi possint, comparare queat; at probé
communistarum opinationibus liberos reddere poterunt. Iura esse, cuiusque dumtaxat volentibus hominibus. Haec doctrina aequo itinere abhorret, cum
propria, erepta, ideoque cives in servitutem redigi; primariam ac supre- ab errorum exitiis, tum ab immodicis politicarum partium, quae eosdem
mam Civitatis eiusque potestatis originem detrectari; ac nefande prorsus amplectuntur, conatibus earumdemque rationibus atque propositis; quan-
publicam potestatem sceleribus inservire, communi conspiratione perpe- doquidem ut millo non tempore rectam veritatis et iustitiae aequilibrita-
trarais; haec omnia, dicimus, naturali morum disciplinae divtnique Creato- tem profitetur, ita eamdem et argumentis fulcit et in vitae actione efficit ac
ris voluntati vehementissime repugnant. Quemadmodum civis, ita commu- provehit. Idque Ecclesia consequitur, mutua ínter se officia iuraque conci-
nitatis institutum ab sempiterno Numine originem repetunt, ab eoque mu- lians atque componens; ut nimirum cum libértate auctoritatem, ut cum sin-
tua Ínter se ratione conformantur: non civis igitur, non humana societas gulorum dignitate Civitatis dignitatem, ut denique humanam subiecti civis
potest officia illa renuere, quibus invicem obstringuntur; ñeque alterius iura personam, atque adeo debitam iis, qui praesunt, obedientiam, cum eorum
reicere vel minuere queunt. Quas quidem praecipuas civium communita- muriere, qui divinae vices gerunt potestatis; itemque ordínatum sui ipsius,
tisque Ínter se rationes Deus ípsemet instituit temperavitque; quapropter familiae patriaeque amorem cum ceterarum familiarum ceterarumque gen-
quod sibi communistae insolenter arrogant, in locum scilicet divinae legis, tium caritate illa coniunctum, quae in Dei amore nititur, quorumvis patris,
quae veritatis caritatisque praeceptis innítitur, política sufficere factionum ex quo omnia oriuntur et ad quem omnes, ut ad fmem ultimum, contendant
consilia atque proposita, quae simultatis plena, ex humano arbitrio pro- oportet. Eadem doctrina iustam non abiungit terrenarum rerum curam ab
fluunt, id procul dubio iniqua omnino atque iniusta iurís usurpatio est. actuosa aeternorum bonorum sollicitudine. Quodsi mortalia immortalibus
bonis subiicit, ex sui ipsius Magistri sententia: «Quaerite... primum regnum
Catholica Ecclesia, cum praeclarae id genus disciplinae praecepta im- Dei et iustitiam eius et haec omnia adiicientur vobis», at longe abest ut hu-
pertit, non alio utique spectat, nisi ut faustum nuntium, quem angelí, supra manas res neglegat, utque civíli progressioni temporariisque commodis
Bethleemiticum specum cecinere, gloriam Deo pacemque hominibus nun- obsistat; cum, contra, recta ratione maióreque, qua fieri potest, efficacitate,
tiantes, ad rem deducere contendat; ut veri nominis videlicet pacem veri- eadem foveat atque promoveat. Ecclesia enim, quamvis, vel in oeconomicae
socialisque actionis campo, definitam technicarum rerum temperationem
2' Le. 2,14.
24
M t 6,33.
692 río x i DIVINI REDKMPTOR1S 693
His innixa principiis Ecclesia humanam societatem renovavit; siquidem, non consistit primario lapide, qui Christus est, necessario oportet miserri-
suae impulsione virtutis, miranda prorsus orta sunt caritatis instituta, item- me collabi.
que potentissima illa artificum omne genus collegia, quae utique superiore
saeculo Liberalismi sectatores comtemptui habuere, quasi Mediae Aetatis IV
inventa; quaeque tamen, in praesens, admirationem commovent, et quo-
rum forma in pluribus nationibus, multorum experimento tentata, revi- Haec est, Venerabiles Fratres, Ecclesiae doctrina, quae una, ut in cete-
viscit. Et cum aliorum nisus'salutarem eius praepedirent operam, eiusque ris rebus ómnibus, sic etiam in re sociali, veram lucem afierre, et commu-
virtuti officerent, Ecclesia adhuc usque non desiit errantes commonere. Re- nistarum cogitandi ratione immunes nos reddere potest. At opus omnino
minisci ac recordari satis esto quanta animi firmitudine atque constantia est ut eadem doctrina in ipsius vitae usum deducatur, secundum illud
Decessor Noster f. rec. Leo XIII iura sodalitates ineundi operariae plebi S. Iacobi Apostoli hortamentum: «Estote autem factores verbi, et non audi-
vindicaret; quae quidem iüra Liberales in potentioribus nationibus inva- tores tantum, fallentes vosmetipsos»; quapropter illud in praesentia perne-
lescentes eidem eripere eniterentur. Atque eiusmodi christianae doctrinae cesse est ut omni ope contendendo, opportuna remedia adhibeantur, quibus
virtus, hostris etiam temporibus, maior profecto est, quam quibusdam vi- ingruenti rerum dissolutioni efficacitate summa obsistatur. Ac spem fove-
deatur; quandoquidem in rerum eventus mentís cogitara dominantur, quam- mus bonam fore ut ardor ille, quo tenebrarum filii ad suas athei materialismi
vis non facile omnes id aestimare ac metiri queant. falladas propagandas die noctuque allaborant, stimulos filiis lucís admo-
veat, quibus ad non dissimile studium, immo etiam vehementius, divini
Procul dubio asseverari potest Ecclesiam, aeque ac divinum eius aucto- honoris causa impellantur.
rem, «bene faciendo» aetatem suam traducere. Ñeque socialistarum, ñeque Quid igitur faceré, quibus remediis uti oportet, ut Christum et christia-
comtnunistarum errores usquequaque serperent, si Ecclesiae praecepta ma- num vitae cultum contra perniciosum illum hostem defendamus? Quemad-
ternaque eius adhortamenta populorum moderatores non detrectassent; qui
27
quidem, cum Liberalismi ac Laicismi, ut aiunt, principia ac normas com- El gran enemigo para el comunismo es la_ Iglesia católica. El comunismo juzga con
plexi essent, ad istiusmodi placita atque falladas, publicae rei ordinationem acierto que la defensa más segura del orden social es la Iglesia católica. Así se expresaba
Pío XI en la importante aloe, consist. de 13 de marzo de 1033: AAS 25 (1933) 106-118. Véase
temperationemque ita instruxere, ut, quamvis primo oculorum obtutu ali- la pastoral del cardenal Cerejeira, arzobispo de Lisboa, ¿Bancarrota del cristianismo?, de 24
quid magnum se effecisse viderentur, evanescere tamen pedetemptim inita de diciembre de 1944: E 5 (1945) 1,36-38.
ab se consilia ac proposita cernerent; quemadmodum quidquid in uno illo 2« lac. 1.22-
HLVJ.N1 JOÍJJliMi'l'OJUS 697
696 pfo XI
[ 4 3 ] . N o p o d e m o s , sin embargo, negar q u e queda lod.wía
la i n t i m i d a d acerca de los deberes q u e la gran lucha de n u e s t r o s m u c h o por hacer en este camino d e la renovación espiritual. P o i q u e
días i m p o n e a todos los hijos d e la Iglesia; avisos q u e deseamos diri- incluso en los m i s m o s países católicos son demasiados los católicos
gir t a m b i é n a todos aquellos hijos q u e h a n a b a n d o n a d o la casa pa- q u e lo son casi de solo n o m b r e ; demasiados los q u e , si bien c u m -
terna. plen con m a y o r o m e n o r fidelidad las prácticas m á s esenciales de
la religión q u e se glorían de profesar, n o se preocupan, sin e m b a r g o ,
[Renovación de la vida cristiana] de conocerla mejor ni de adquirir u n a convicción m á s íntima y p r o -
[Remedio fundamental] funda, y m e n o s a ú n de hacer q u e a la apariencia exterior de la reli-
gión corresponda el i n t e r n o esplendor d e u n a conciencia recta y
[41 ]. C o m o en t o d o s los períodos m á s borrascosos de la his- pura, q u e siente y c u m p l e t o d o s sus deberes bajo la m i r a d a d e Dios.
toria de la Iglesia, así t a m b i é n hoy el remedio fundamental, base Sabemos m u y bien el gran aborrecimiento q u e el divino Salvador
d e todos los d e m á s remedios, es u n a sincera renovación d e la vida siente frente a esta vana y falaz exterioridad, El, q u e quería q u e
privada y d e la vida pública según los principios del Evangelio en todos adorasen al P a d r e en espíritu y en verdad 3 1 . Q u i e n n o ajusta
todos aquellos q u e se glorían d e pertenecer al redil de Cristo, p a r a sinceramente s u vida práctica a la fe q u e profesa, n o p o d r á m a n t e -
q u e sean realmente de esta m a n e r a la sal de la tierra q u e preserve a nerse a salvo d u r a n t e m u c h o t i e m p o hoy, c u a n d o sopla t a n fuerte
la sociedad h u m a n a de la total corrupción moral. el viento de la lucha y d e la persecución, sino q u e se verá arrastrado
[42]. C o n á n i m o p r o f u n d a m e n t e agradecido al P a d r e de las miserablemente p o r este n u e v o diluvio q u e amenaza al m u n d o ; y
luces, d e q u i e n desciende todo buen don y toda dádiva perfecta 2 9 , así, m i e n t r a s p r e p a r a s u propia ruina, e x p o n d r á t a m b i é n al ludibrio
vemos p o r todas p a r t e s síntomas consoladores de esta renovación el h o n o r del cristianismo.
espiritual, n o sólo en tantas almas singularmente elegidas q u e en
estos últimos años h a n subido a la alta c u m b r e de la m á s sublime [Despego de los bienes terrenos]
santidad, y en tantas otras, cada día m á s n u m e r o s a s , q u e generosamen-
[44]. Y aquí q u e r e m o s , venerables h e r m a n o s , insistir especí-
t e caminan hacia esta m i s m a luminosa meta, sino t a m b i é n en el reflo-
ficamente sobré dos enseñanzas del Señor, q u e r e s p o n d e n d e m o d o
recimiento d e u n a p i e d a d sentida y vivida prácticamente e n t o d a s las
clases de la sociedad, incluso e n las m á s cultas, como h e m o s h e c h o particular a la actual situación del género h u m a n o : el d e s p r e n d i -
notar en nuestro reciente «motu proprio» In multis solaciis, del 28 de m i e n t o de los bienes terrenos y el p r e c e p t o de la caridad. Bienaven-
o c t u b r e pasado, con ocasión de la reorganización de la Academia turados los pobres de espíritu; éstas fueron las p r i m e r a s palabras
Pontificia de las Ciencias 3 °. pronunciadas p o r el divino M a e s t r o en su s e r m ó n de la M o n t a ñ a 3 2 .
Asseverandum tamen Nobis est multa adhuc ad hoc spiritualis renova-
modum pater familias cum liberis suis intra domésticos parietes, sic Nos tionis iter urgendum praestanda esse. Etenim vel in ipsis catholicorum regio-
vobiscum intima quadam cum fiducia agere exoptamus, dum illa ante oculos nibus nimium multi habentur, qui tales fere nomine tenus dici possint; ni-
officia exhibemus, quae magnum nostrorum temporum discrimen ab ómni- mium multi qui, quamvis huius religionis, quam se profiteri gloriantur, ope-
bus Ecclesiae filiis postulat; quae quidem Nostra paterna mónita ad eos ra máxime omnium necessaria plus minusve fideliter expleant, eam tamen
etiam filios impertiré cupimus, qui paternam deseruere domum. altius in dies intellegere non curent, ñeque intimam sinceramque eius per-
suasionem assequi nitantur: eoque minus efficiant, ut externae religionis"
Ut iam procellosis quibusvis Ecclesiae tempestatibus, sic nunc etiam,
speciei internus rectae intemerataeque conscientiae splendor respondeat;
remedium, aliorum fundamentum et caput illud est, ut privata vita ac pu-
illius inquimus conscientiae quae officia omnia sub divino obtutu reputet
blica eorum omnium ad Evangelii normas sincere renovetur, qui ad Ovile
atque persolvat. Ac novimus quantopere vanam et fallacem eiusmodi spe-
Christi se pertinere glorientur; ita ut sal terrae, universam hominum socie-
ciem detestaretur divinus ille Servator noster, cuius iussu, omnes Patrem
tatem corruptis moribus immunem servans, reapse fiant.
«in spiritu et veritate» adorare debeant. Qui ad praecepta fidei, quam amplec-
Immortales igitur grates Patri luminum ex animo referimus, a quo pro- titur, vitam non conformaverit suam, non diu se servare sospitem poterit,
fluit «omne datum optimum et omne donum perfectum», quod magno cura cum tanto Ímpetu insectationis procella saeviat; sed in hanc minacem malo-
solacio fausta ubique spiritualis huius renovationis auspicia videmus, non rum illuvionem rapietur, ideoque, cum sibimet ipsi ruinam praeparaverit,
solum per lectissimos illos viros lectissimasque feminas orta, qui proximis christianum quoque nomen ludibrio haberi iubebit.
hisce annis ad excelsae sanctitatis fastigium ascenderunt, ac per alios ítem
cotidie frequentiores, qui ad praeclaram eamdem metam generóse progre- Atque heic, Venerabiles Fratres, dúo nominatim Domini praescripta
diuntur; sed ex eo etiam quod sincera pietas revirescit totamque vitam im- commendare cupimus, quae praesenti humani generis condicioni potis-
buit, in ómnibus quoque vel cultissimorum hominum ordinibus; quod qui- simum respondent: abalienandum nempe esse terrenis rebus animum ac
dem in Apostolicis Litteris In multis solaciis, die x x v m mensis octobris praecepto caritatis obtemperandum. «Beati pauperes spiritu»; haec prima
superiore anno motu proprio datis, attigimus, cum Pontificiam Scientiarum fuere verba, quae ex ore Divini Magistri prodierunt, cum discípulos in
Academiam renovaremus. 31
lo. 4,23.
32
2« lac. 1,17. M t . 5,3.
30 AAS 28 (1936) 421-424.
698 . pfo x i DIVINI REDEMPIORIS 690
quien ama al prójimo ha cumplido la ley. El mismo Apóstol explica DIVINI REDEMPX0RI9 70S
a continuación la razón de este hecho: pues mo adulterarás, no reconocimiento de ciertos derechos debidos al obrero, derechos que
matarás, no robarás...-», y cualquier otro precepto en esta sentencia la Iglesia ha reconocido y declarado explícitamente como obliga-
se resume: «Amarás al prójimo como a ti mismo»*!. Si, pues, según el torios. ¿Cómo calificar la conducta de ciertos católicos, que en al-
Apóstol, todos los deberes, incluso los más estrictamente obligatorios, gunas partes consiguieron impedir la lectura de nuestra encíclica
como el no matar y el no robar, se reducen a este único precepto su- Quadragesimo anno en sus iglesias patronales? ¿Cómo juzgar la acti-
premo de la verdadera caridad, una caridad que prive al obrero del tud de ciertos industriales católicos, que se han mostrado hasta hoy
salario al que tiene estricto derecho no es caridad, sino nombre enemigos declarados de un movimiento obrero recomendado por
vano y mero simulacro de caridad. No es justo tampoco que el Nos mismo? ¿No es acaso lamentable que el derecho de propiedad,
obrero reciba como limosna lo que se le debe por estricta obligación reconocido por la Iglesia, haya sido usurpado para defraudar a l .
de justicia; y es totalmente ilícita la pretensión de eludir con peque- obrero de su justo salario y de sus derechos sociales?
ñas dádivas de misericordia las grandes obligaciones impuestas por
la justicia. La caridad y la justicia imponen sus deberes específicos,
los cuales, si bien con frecuencia coinciden en la identidad del [Justicia social]
objeto, son, sin embargo, distintos por su esencia; y los obreros, [52]. Porque es un hecho cierto que, al lado de la justicia
por razón de su propia dignidad, exigen enérgicamente, con todo conmutativa, hay que afirmar la existencia de la justicia social, que
derecho y razón, el reconocimiento por todos de estos deberes a impone deberes específicos a los que ni los patronos ni los obreros
que están obligados con respecto a ellos los demás ciudadanos. pueden substraerse. Y es precisamente propio de la justicia social
[51 ]. Por esta razón, Nos nos dirigimos de un modo muy par- exigir de los individuos todo lo que es necesario para el bien común.
ticular a vosotros, patronos e industriales cristianos, cuya tarea es Ahora bien, así como en un organismo viviente no se atiende sufi-
a menudo tan difícil, porque habéis recibido la herencia de los erro- cientemente a la totalidad del organismo si no se da a cada parte
res de un régimen económico injusto que ha ejercitado su ruinoso y a cada miembro lo que éstos necesitan para ejercer sus funciones
influjo sobre tantas generaciones; tened clara conciencia de vuestra propias, de la misma manera no se puede atender suficientemente
responsabilidad. Es un hecho lamentable, pero cierto: la conducta a la constitución equilibrada del organismo social y al bien de toda
práctica de ciertos católicos ha contribuido no poco a la pérdida la sociedad si no se da a cada parte y a cada miembro, es decir, a los
de confianza de los trabajadores en la religión de Jesucristo. No qui- hombres, dotados de la dignidad de persona, todos los medios que
sieron estos católicos comprender que la caridad cristiana exige el necesitan para cumplir su función social particular. El cumplimiento,
. por tanto, de los deberes propios de la justicia social tendrá como
Quam quidem rem ita idem Apostolus interpretando explanat: «Nam: efecto una intensa actividad que, nacida en el seno de la vida econó-
non adulterabis; non occides; non furaberis; ... et si quod est aliud manda- mica, madurará en la tranquilidad del orden y demostrará la entera
tum, in hoc verbo instauratur: Diliges proximum tuum sicut teipsum». Si
igitur, secundum Apostolum, officia omnia, ac vel ea, quibus districto iure christianae caritatis vi agnoscenda, quae artificibus debeantur, quaeque Ic-
iubemur, ut ñeque occidamus, ñeque furemur, ad unum verae caritatis clesia aperte luculenterque declaraverit iisdem esse tribuenda. Ecquid de
praeceptum reducuntur; caritas, quae operaríum debita mercede privat, eorum agendi ratione censendum est, qui alicubi id consecuti sunt, ut in
non caritas est, sed vanum nomen et ficta species caritatis. Ñeque sane sacris suis patronalibus aedibus Encyclicae Litterae Quadragesimo anno ne
aequum est ut artifex veluti eleemosynam id aócipiat, quod sibi iustitiae legerentur? Quid de catholicis illis officinarum dominis, qui ordinandis
titulo debeatur; nec eo cuilibet contendere licet, ut se iustitiae debitis operariorum causae rationibus usque adhuc adversati sunt, quas Nosmet
eximat, parva misericordiae dona subrogando. Tum caritas tum iustitia ipsi commendavimus? Nonne deplorandum est, ius mancipii, ab Eccksia
sua imponunt officia, quae saepe, quamvis non iisdem rationibus, ad unam sancitum, idcirco usurpatum esse ut opifices mercede sua suoque sociali
tamen eamdemque rem pertinent; opifices vero, ita sua ipsorum dignitate iure defraudarentur ?
postulante, ad haec officia ómnibus dignoscenda, quibus ceteri erga eos
teneantur, Ecerrimo quodam animi sensu, iure meritoque feruntur. Verum enimvero, praeter iustitiam, quam commutativam vocant, socíalis
Quapropter vos peculiaii modo compellamus, christiani herí officinarum- etiam iustitia colenda est, quae quidem ipsa officia postulat, quibus ñeque
que domini, quibus proprium est saepenumero tam difficile munus, quan- artífices ñeque heri se subducere possunt. Atqui socialis iustitiae est id
doquidem illam errorum quasi hereditatem ab iniusto oeconomicarum rerum omne ab singulis exigere, quod ad commune bonum necessarium sit. Ut
regimine excepistis, quod in tot hominum aetates ruinóse influxit: officiorum autem, ad quamlibet viventis corporis compagem quod attinet, in universum
memores estote, quibus responderé debetis. Dolendum equidem est, sed consultum non est, nisi singulis membris ea omnia tribuantur, quibus eadem
tamen verum, quorumdam catholicorum agendi morem non parum contu- indigeant ad suas partes explendas; ita, ad communitatis constitutionem
lisse ad operariae plebis fiduciam ab Iesú Christi religione abalienandam. temperationemque quod pertinet, totius societatis bono prospici non potest,
Ii siquidem noluerunt mente animoque complecti certa quaedam iura esse nisi singulis membris, hominibus videlicet personae dignitate ornatis, i41ud
omne impertiatur, quod iisdem opus sit, ad sociale munus cuiusque suum
<s Rom. 13,8-9 exercendum. Si igitur iustitiae sociali provisum fuerit, ex eoconomicis lebus
uberes enascentur actuosae navitatis fructus, qui in tranquillitatis ordine
704 DIV1XI RliDKMl'TOUIS 705
I'IO XI
salud del Estado, de la m i s m a m a n e r a q u e la salud del c u e r p o h u - éstos una concurrencia de precios incompatible con los d e r e c h o s
m a n o se reconoce e x t e r n a m e n t e e n la actividad inalterada y, al m i s - d e los trabajadores—, es deber de los empresarios y p a t r o n o s e n
m o t i e m p o , plena y fructuosa de todo el organismo. estas situaciones sostener y p r o m o v e r las instituciones necesarias
q u e constituyan el m e d i o n o r m a l para p o d e r cumplir los d e b e r e s
[ 5 3 ] . P e r o n o se c u m p l i r á n suficientemente las exigencias de de la justicia. P e r o t a m b i é n los trabajadores d e b e n t e n e r s i e m p r e
la justicia social si los obreros n o tienen asegurado su p r o p i o sus- p r e s e n t e ' s u s obligaciones de caridad y de justicia para con los p a -
t e n t o y el d e sus familias con u n salario proporcionado a esta doble
tronos, y d e b e n convencerse de q u e de esta m a n e r a p o n d r á n a salvo
condición; si n o se les facilita la ocasión de adquirir u n m o d e s t o
con mayor eficacia sus propios intereses.
p a t r i m o n i o q u e evite así la plaga del actual p a u p e r i s m o universal;
• si n o se t o m a n , finalmente, precauciones acertadas en s u favor, p o r [55]- Q u i e n considere, p o r tanto, la estructura total de la vida
medio de los seguros públicos o privados, para el t i e m p o de la vejez, económica—como ya advertimos en n u e s t r a encíclica Quadragesi-
d e la enfermedad o del p a r o forzoso. E n esta materia conviene mo anno—, c o m p r e n d e r á q u e la conjunta colaboración de la justicia
repetir lo q u e h e m o s dicho en nuestra encíclica Quadragesimo armo: y de la caridad n o p o d r á influir en las relaciones económicas y s o -
«La economía social estará sólidamente constituida y alcanzará sus ciales si n o es por m e d i o de u n cuerpo de instituciones profesionales
fines sólo c u a n d o a todos y a cada u n o se provea de t o d o s los bienes e interprofesionales basadas sobre el sólido f u n d a m e n t o d e la d o c -
q u e las riquezas y subsidios naturales, la técnica y la constitución trina cristiana, unidas entre sí y q u e constituyan, bajo formas diver-
social d e la economía p u e d e n producir. Esos bienes d e b e n ser sufi- sas adaptadas a las condiciones de t i e m p o y lugar, lo q u e antigua-
cientemente a b u n d a n t e s p a r a satisfacer las necesidades y honestas m e n t e recibía el n o m b r e de corporaciones.
c o m o d i d a d e s y elevar a los h o m b r e s a aquella condición de vida
m á s feliz q u e , administrada p r u d e n t e m e n t e , n o sólo n o i m p i d e la [Estudio y difusión de la doctrina social ]
virtud, sino q u e la favorece en gran n ú m e r o » 4 4 .
[ 5 6 ] . Para d a r a esta acción social mayor eficacia es absolu-
[ 5 4 ] . Y si, como sucede cada día con mayor frecuencia, e n t a m e n t e necesario p r o m o v e r t o d o lo posible el estudio de los pro-
el régimen d e salariado los particulares n o p u e d e n satisfacer las blemas /sociales a la luz de la doctrina de la Iglesia y difundir por
obligaciones d e la justicia, si n o es con la exclusiva condición previa todas partes las enseñanzas de esa doctrina bajo la égida de la auto-
de q u e t o d o s ellos convengan en practicarla conjuntamente m e d i a n t e ridad constituida p o r D i o s en la m i s m a Iglesia. P o r q u e , si el modo,
instituciones q u e u n a n entre sí a los p a t r o n o s — p a r a evitar e n t r e de proceder de algunos católicos ha dejado q u e desear en el campo
económico y social, la causa de este defecto ha sido con frecuencia
maturescent, Civitatisque vim firmitudinemque ostendent; quemadmodum * 'la insuficiente consideración de las enseñanzas d a d a s por los Sumos
humara corporis valetudo ex imperturbata, plena fructuosaque eius opera Pontífices en esta materia. Por esto es s u m a m e n t e necesario que
dignoscitur.
Ñeque satis sociali iustitiae factum erit, nisi opifices et sibimet ipsis perniciosam—-Ínter se devinciant, tum dominorum operumque conducto-
et famüiae cuiusque suae victum tuta ratione ex accepta, reí consentanea, rum erit necessarias eas consociationes fovere atque provehere, quae ordi-
mercede praebere poterunt; nisi iisdem facultas dabitur modicam quamdam nariae radones exstent, quibus iustitiae officia expleri possint. Sed artífices
fortunam sibi comparandi, ad illud communis paupertatis ulcus vitandum, etiam suos ante oculos habeant caritatis ac iustitiae officia, sibique persua-
quod tam late diffunditur; nisi denique opportuna erunt in eorum com- deant, hoc modo, satius procul dubio suis utilitatibus provisum fore.
modum inita consilia, quibus iidem, per publica vel privata cautionis insti-
tuta, suae ipsorum senectuti, infirmitati operisquevacationiconsulerequeant. Totam igitur oeconomicarum rerum compaginem intuentibus videre
Qua in causa haec repetere iuvat, quae in Encyclicis Litteris Quadragesimo licet—quod iam in Encyclicis Litteris Quadragesimo anno notavimus—
armo diximus: «Etenim tum demum res oeconomico-socialis et veré consta- mutuam iustitiae caritatisque operam in oeconomicas ac sociales necessi-
bit et suos fines obtinebit, si ómnibus et singulis bona omnia suppeditata tudines influere non posse, nisi foederatae illae sodalitates, quas profe-
fuerint, quae opibus et subsidiis naturae, arte technica, sociali rei oecono- sionales et interprofessionales vocant, solido christianae doctrinae fundamento
micae constitutione praestari possunt; quae quidem bona tot esse debent, innixae, ea constituant, pro diversis locorum temporumque adiunctis, quae
quot necessaria sunt et ad necessitatibus honestisque commodis satisfa- corporatorum hominum collegia dicebantur.
ciendum, et ad nomines provehendos ad feliciorem illum vitae cultum,
qui, modo prudenter res geratur, virtuti non solum non obest, sed magno- Quo autem maior sociali eiusmodi actioni tribuatur efficacitas pernc-
pere prodest». cessarium est harum rerum studium, praelucentibus Ecclesiae praeceptis,
foveri quam máxime; eiusque praescripta ac mónita, potestate auspice a
Quodsi, ut saepius cotidie accidit, in salario rependendo, iustitiae sin- Oeo in ipsa Ecclesia constituía, quam latissime pervulgari. Nam si quorum-
guli obtemperare ea tantummodo condicione possunt, ut de eadem obtem- dam catholicorum. agendi ratio, in oeconomicarum ac socialium rerum
peratione secum omnes conveniant, earum nimirum consociationum ope, campo, aliquid habuit minus laude dignum, hoc saepenumero idcirco acci-
quae heros—ad vitandam rerum pretii contentionem, operariorum iuribus dit, quod iidem haud satis ea meditad essent, quae Summi Pontífices hac
super causa docuissent. Quamobrem itidem necesse est, ut omnes ex quo-
Encíclica Quadragesimo anno, 15 d e mayo de 1931: A A S 23 (1931) 202.
Docly. poiitif. $ í¡3
706 n o xi DIVIS-I RKriKMl'TOUTS 707
en todas las clases sociales se p r o m u e v a una más intensa formación contra los astutos engaños con q u e los comunistas h a n i n t e n t a d o y
en las ciencias sociales, adaptada en su m e d i d a personal al diverso sabido atraerse incluso a h o m b r e s de b u e n a fe.
grado d e cultura intelectual; y es s u m a m e n t e necesario t a m b i é n q u e
se p r o c u r e con toda solicitud e industria la difusión m á s amplia [Precaverse contra las insidias que usa el comunismo]
posible de las enseñanzas de la Iglesia a u n e n t r e la clase obrera. Q u e
las enseñanzas sociales de la Iglesia católica i l u m i n e n con la plenitud [58]. A u n q u e ya h e m o s insistido sobre estos p u n t o s en n u e s -
de su luz a todos los espíritus y m u e v a n las voluntades d e todos a tra alocución de 12 de m a y o del año p a s a d o 4 5 , juzgamos, sin e m -
seguirlas y aplicarlas c o m o n o r m a segura d e vida q u e impulse al bargo, necesario, venerables h e r m a n o s , volver a llamar vuestra a t e n -
c u m p l i m i e n t o concienzudo d e los múltiples deberes sociales. Así ción sobre ellos d e m o d o particular. Al principio, el c o m u n i s m o se
se evitará esa inconsecuencia y esa inconstancia en la vida cristiana manifestó tal cual era en toda su criminal perversidad; p e r o p r o n t o
q u e N o s h e m o s lamentado m á s de u n a vez, y q u e hacen q u e algunos advirtió q u e d e esta m a n e r a alejaba de sí a los pueblos, y p o r esto
católicos, a p a r e n t e m e n t e fieles en el c u m p l i m i e n t o de sus estrictos ha cambiado de táctica y procura ahora atraerse las m u c h e d u m b r e s
deberes religiosos, luego e n el c a m p o del trabajo, d e la industria con diversos engaños, ocultando sus verdaderos intentos bajo el
y d e la profesión, o e n el comercio, o en el ejercicio de sus funciones rótulo de ideas q u e son en sí m i s m a s b u e n a s y atrayentes.
públicas, p o r u n deplorable desdoblamiento d e la conciencia, lleven [ 5 9 ] . P o r ejemplo, viendo el deseo de paz q u e tienen todos
vina vida demasiado contraria a las claras n o r m a s d e la justicia y d e los h o m b r e s , los jefes del c o m u n i s m o a p a r e n t a n ser los m á s celosos
la caridad cristiana, d a n d o así grave escándalo a los espíritus débiles defensores y propagandistas del movimiento p o r la paz m u n d i a l ;
y ofreciendo a los malos u n fácil pretexto para desacreditar a la pero, al m i s m o t i e m p o , p o r u n a parte, excitan a los pueblos a la
propia Iglesia. l u c h a civil p a r a s u p r i m i r las clases sociales, lucha q u e hace correr
t57]- A esta renovación de la moral cristiana p u e d e contribuir ríos de sangre, y, p o r otra parte, sintiendo q u e su paz interna care-
extraordinariamente la propagación d e la prensa católica. L a prensa ce de garantías sólidas, r e c u r r e n a u n acopio ilimitado d e a r m a m e n -
católica debe, en p r i m e r lugar, fomentar el conocimiento m á s a m - t o s . D e Ta m i s m a manera, con diversos n o m b r e s q u e carecen d e
plio cada día de la doctrina social de la Iglesia d e u n m o d o variado t o d o significado comunista, fundan asociaciones y publican perió-
y a t r a y e n t e ; debe, en s e g u n d o lugar, d e n u n c i a r con exactitud, p e r o dicos cuya única finalidad es la de hacer posible la penetración de
t a m b i é n con la debida extensión, la actividad d e los enemigos y sus ideas e n m e d i o s sociales q u e d e otro m o d o n o les serían fácil-
señalar los medios d e lucha q u e h a n d e m o s t r a d o ser m á s eficaces m e n t e accesibles; m á s todavía, p r o c u r a n infiltrarse insensiblemente
p o r la experiencia repetida en m u c h a s naciones; debe, p o r último, hasta en las m i s m a s asociaciones a b i e r t a m e n t e católicas o religiosas.
p r o p o n e r útiles sugerencias para p o n e r en guardia a los lectores
tendis, quibus hi, ut nitebantur, sincerae fidei homines non paucos inesca-
libet societatis ordine, pro varia sua cuiusque cultura, socialibus disciplinis verint.
cotidie impensius instituantur; latque Ecclesiae id genus doctrina in ope-
rariam quoque plebem etiam atque etiam propagetur. Catholicae Ecclesiae Etsi haec, Allocutione a Nobis habita die XII maii superiore anno, iam
praecepta hominum mentes tuta luce sua collustrent, eorumque voluntates maximopere ursimus, tamen nihilominus, Venerabiles Fratres, in eadem
ita flectant, ut rectam indidem homines sumant vivendi normam, qua socie- ánimos vestros iterum convertere necessarium esse ducimus. Communismus
tatis officia sánete diligenterque impleantur. Ita enim omnes christiano- initio, ut re erat verá, scelestiorem, quam quod scelestissimum, se praebuit;
rum morum discrepantiae atque inconstantiae obstare enitentur, quas Nos at cum subinde sensisset ab se populos passim abalienari, ratione belli ge-
non semel conquesti sumus; e quibusque fit ut nonnulli suis utique religio- rendi mutata, multitudines per eiusmodi varii generis falladas captare nisus
nis ofnciis satisfacere videantur, qui tamen in laboris, industriae suique of- est, quae, quid ipsae intendant, doctrinis oceultant in se rectis atque i lie—
ficii provincia, yel in commercio publicove muñere exercendo, geminam cebrosis.
quodammodo conscientiae speciem induentes, eiusmodi vitam, proh dolor,
traducant, quae nimium quantum a luculentis iustitiae christianaeque cari- Ita, ut exemplis utamur, cura animadverterint communismi capita incen-
tatis praescriptionibus abhorreat. Qua profecto agendi ratione et gravem sis votis ad pacem anniti omnes, se fautores communium id genus nisuurn
nutantibus animis offensionem praebent, et causam improbis suppeditant, pro pace Ínter gentes universas constabilienda unos omnium studiossisimos
cur Ecclesiam ipsam detrectent. assimulant; at contra, ex altera parte populos ad contentionem de civitatis
ordinibus tollendis pariter commovent, unde acerbissimae proficiscuntur
Admodum sane ad hanc christianorum morum instaurationem con- caedes; ex altera vero, pacem se non habere tutam experti, arma quanta-
ferre potest catholicarum scriptionum propagatio, quibus illuc contendatur, cumque possunt ingentia parant. ítem nominibus, quae communismum ne
ut primo, varié leniterque hominum mentibus illectis, socialis ab Ecclesia significant quidem, confictis, vel consociationes condunt, vel commentarios
tradita disciplina planius innotescat in dies; ut post, accurate aeque ac certis diebus edunt, quae illuc unice spectant, ut errores suos mediis iis
fuse adversariorum coeptis patefactis, arma pariter indicentur, quae plurium hominum consortionibus interserant, ad quas, si secus agerent, irrepere neu-
locorum usus ad repugnandum aptiora repererit; ut postremo consilia pro-
ponantur opportima com-munistarum machinationibus atque fallaciis praever- ' ^ Discurso a los asistentes a la Exposición Internacional de Prensa Católica celebrada
ni liorna, 12 ele mayo de 1936: AAS 29 (1937) 139-144.
708 l'IO X I D1VIN1 RliDKMrTOlUS 709
E n otras partes, los comunistas, sin renunciar en nada a sus princi-
[Oración y penitencia]
pios, invitan a los católicos a colaborar amistosamente con ellos en
el campo del h u m a n i t a r i s m o y de la caridad, p r o p o n i e n d o a veces, [Oí ]. Pero si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan sus
con estos fines, proyectos completamente conformes al espíritu cris- centinelas41. P o r esto os e x h o r t a m o s con insistencia, venerables her-
tiano y a la doctrina de la Iglesia. E n otras partes acentúan su h i p o - manos, para q u e en vuestras diócesis promováis e intensifiquéis del
cresía hasta el p u n t o de hacer creer q u e el c o m u n i s m o en los países m o d o m á s eficaz posible el espíritu de oración y el espíritu de m o r -
de mayor civilización y de fe m á s p r o f u n d a adoptará u n a forma tificación.
más mitigada, concediendo a todos los ciudadanos la libertad de [ 6 2 ] . C u a n d o los apóstoles p r e g u n t a r o n al Salvador p o r qué
caitos y la libertad de conciencia. H a y incluso quienes, apoyándose no h a b í a n p o d i d o librar del espíritu maligno a u n e n d e m o n i a d o ,
en algunas ligeras modificaciones introducidas recientemente en la les respondió el Señor: Esta especie [de demonios] no puede ser lan-
legislación soviética, piensan q u e el c o m u n i s m o está a p u n t o de zada sino por la oración y el ayuno 4 8 . T a m p o c o p o d r á ser vencido
a b a n d o n a r su p r o g r a m a de lucha abierta contra Dios. el mal q u e hoy a t o r m e n t a a la h u m a n i d a d si n o se a c u d e a una
[ 6 o ] . P r o c u r a d , venerables h e r m a n o s , con s u m o cuidado q u e santa e insistente cruzada universal d e oración y penitencia; p o r
los fieles n o se dejen engañar. El c o m u n i s m o es intrínsecamente esto r e c o m e n d a m o s s i n g u l a r m e n t e a las O r d e n e s contemplativas,
malo, y n o se p u e d e admitir q u e colaboren con el c o m u n i s m o en masculinas y femeninas, q u e r e d o b l e n s u s súplicas y sus sacrificios
t e r r e n o alguno los q u e quieren salvar de la ruina la civilización para lograr del cielo u n a poderosa a y u d a a la Iglesia en sus luchas
c r i s t i a n a 4 6 . Y si algunos, inducidos al error, cooperasen al estable- presentes, p o n i e n d o p a r a ello c o m o intercesora a la inmaculada
cimiento del c o m u n i s m o en sus propios países, serán los p r i m e r o s M a d r e de D i o s , la cual, así como u n día aplastó la cabeza d e la anti-
en pagar,el castigo de su e r r o r ; y cuanto m á s antigua y luminosa es gua serpiente, así t a m b i é n es h o y la defensa segura y el invencible
la civilización creada por el cristianismo en las naciones en q u e el Auxilium Christianorum 4 9 .
c o m u n i s m o logre penetrar, t a n t o mayor será la devastación que en
ellas ejercerá el odio del ateísmo comunista. [V. M I N I S T R O S Y AUXILIARES DE ESTA OBRA SOCIAL DE LA I G L E S I A ]
üquam possent; quin etiam in catholicas religiosasve sodalitates perfidiose [Los sacerdotes]
omnibusque viribus serpere compluries student. ítem fit alicubi ut, de doc-
trina sua nullo modo desistentes, catholicis hominibus auctores iidem sint [ 6 3 ] . T a n t o p a r a la o b r a m u n d i a l d e salvación, q u e h e m o s
mutuae sibimetipsis operae, nunc in humanitatis, nunc in caritatis provincia descrito hasta aquí, c o m o para la' aplicación de los remedios, q u e
nitro ferendae; quam ad rem coepta interdum proferunt, omnino cum chris-
tiano sensu cumque Ecclesiae doctrina congruentia. Alus vero locis, eo si- Attamen «... nisi Dominus custodierit civitatem, frustra vigilat qui cus-
mulationis iidem procedunt, ut gentibus non nunquam suadeant, in regio- todit eam». Vos igitur, Venerabiles Fratres, vehementer cohortamur in vestra
nibus ubi aut christiana fides aut humanitatis cultus altius insederit, com- cuiusque dicione elaborare, cura quanta poteritis máxima, ut constans pre-
munismum esse procul dubio lenius se gesturum, facta singulis libértate, sive candi studium suique castigandi reviviscat, atque cotidie magis incalescat.
Summi Dei colendi, sive quae quisque maluerit de religione iudicandi. Sunt C u m enim e Christo Iesu olim setscitarentur Apostoli quare a lym-
immo nonnulli qui, ex aliquantula inducta recens in bolscevistarum leges phato nomine daemonem ipsi deicere nequivissent, Is respondit: «Hoc ge-
mutatione efficiant, in eo esse communismum ut a consilio cum Deo decer- mís non eicitur nisi per orationem et ieiunium». Rati ergo malis, quibus
tandi tándem aliquando absistat. aetate hac nostra humanum genus excruciatur, remedium afferri nulla alia
Agítedum, Venerabiles Fratres, date impensissime operam, ut fideles posse ratione, nisi omnes per orationem et poenitentiam in communem
veluti hostem strenue sancteque quasi compugnaverínt, apud universos,
ab insidiis caveant. Communismus cum intrinsecus sit pravus, eidem milla
at prae primis apud religiosos utriusque sexus ordines divinis contemplandis
in re est adiutrix opera ab eo commodanda, cui sit propositum ab excidio
rebus devotos, instamus enixe, ut supplicationibus suique ipsorumeas-
christianum civilemque cultum vindicare. Si qui vero in errorem inducti tigationibus multiplicatis, a Deo validam Ecclesiae suae opem in tam dif-
opem communismo in regionibus suis constabiliendo tulerint, erroris ipsi sui ficili temporum cursu impetrent, deprecatrice apud Deum utentes Deipara
poenas primi luent; ac quanto in antiquiore ac clariore humanitate, a chris- Immaculata, quae, ut olim antiqui serpentis caput contrivit, ita semper
tiano utique nomine invecta, gloriatur civitas ad quam perlabatur communis- tutissimum praesidium est ínvictumque Auxilium christianorum.
mus, tanto perniciosior in eadem atheorum ira exardescet.
*t Véase el decreto del Santo Oficio d e 23 d e juüo de 1936 condenando la revista Teñe V
Nouvelle, «órgano de los cristianos revolucionarios». Esta condetiación es al mismo tiempo
un aviso preventivo frente a los libros, periódicos y revistas q u e defienden—con el pretexto Sicut ad salutare huiuscemodi ubique terrarum perficiendum opus, quod
de una amistosa cooperación en obras de caridad—la colaboración de los católicos con los dicendo hactenus persecuti sumus, ita ad remedia, quae praecise docui-
comunistas: AAS 28 (1936) 294.
• " Ps. 121 (122),1.
48 ~Mt. 17,20.
49 Véase la encíclica Ingravescentibus malis, d e 29 de septiembre d e 1937, sobre e! re?:o
del Santo Rosario para alejar los peligros del comunismo: A A S 29 (1937) 373-38o.
710 n o xi DIVINI KKDKMI'TOKIS 711
h e m o s indicado brevemente, Jesucristo ha elegido y señalado a sus Quadragesimo armo; y saludamos con p a t e r n o agrado el i n d u s t r i o -
sacerdotes como los primeros ministros y realizadores. A los sacer- so celo pastoral de t a n t o s obispos y sacerdotes q u e , con el uso
dotes les ha sido confiada, p o r especial voluntad divina, la misión p r u d e n t e de las d e b i d a s cautelas, proyectan y e x p e r i m e n t a n n u e v o s
de m a n t e n e r encendida y esplendorosa en el m u n d o , bajo la guía m é t o d o s de apostolado m á s adecuados a las exigencias m o d e r n a s .
de los sagrados pastores y en u n i ó n de filial obediencia con el Vica- Sin e m b a r g o , t o d o lo hecho en este c a m p o es a ú n demasiado poco
rio d e Cristo en la tierra, la l u m b r e r a de la fe y d e infundir en los para las presentes necesidades. Así como, cuando la patria se halla
fieles aquella confianza sobrenatural con q u e la Iglesia, en n o m b r e en peligro, t o d o lo q u e n o es estrictamente necesario o n o está direc-
de Cristo, h a c o m b a t i d o y vencido en t a n t a s batallas a lo largo de t a m e n t e o r d e n a d o a la u r g e n t e necesidad d e la defensa c o m ú n pasa
su historia: Esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe 5 0 . a s e g u n d a línea, así t a m b i é n , en n u e s t r o caso, toda otra obra, por
[ 6 4 ] . E n esta materia recordamos de m o d o particular a los m u y h e r m o s a y b u e n a q u e sea, d e b e ceder necesariamente el puesto
sacerdotes la exhortación, t a n t a s veces repetida p o r n u e s t r o p r e d e - a la vital necesidad d e salvar las bases m i s m a s de la fe y de la civili-
cesor, d e feliz memoria, L e ó n X I I I , d e ir al o b r e r o ; exhortación zación cristianas. P o r esta razón, los sacerdotes en sus p a r r o q u i a s
q u e N o s hacemos nuestra c o m p l e m e n t á n d o l a con esta aclaración: conságrense, n a t u r a l m e n t e , en p r i m e r lugar al ordinario cuidado y
«Id especialmente al o b r e r o p o b r e ; m á s todavía, id en general a los gobierno de los fieles, p e r o d e s p u é s d e b e n necesariamente reservar
necesitados», como m a n d a n las enseñanzas d e Jesús y de su Iglesia. la mejor y la m a y o r p a r t e d e s u s fuerzas y d e su actividad para recu-
L o s necesitados son, en efecto, los q u e están m á s expuestos a las perar p a r a Cristo y para la Iglesia las masas trabajadoras y para lograr
m a n i o b r a s de los agitadores, q u e explotan la mísera situación de los q u e q u e d e n de n u e v o saturadas del espíritu cristiano las asociaciones
necesitados p a r a e n c e n d e r en el a l m a d e éstos la envidia contra los y los p u e b l o s q u e h a n a b a n d o n a d o a la Iglesia. Si los sacerdotes
ricos y excitarlos a t o m a r p o r la fuerza lo q u e , según ellos, la for- realizan esta labor, hallarán, c o m o fruto d e su trabajo, u n a cosecha
t u n a les ha n e g a d o injustamente. Pero, si el sacerdote n o va al o b r e - superior a t o d a esperanza, q u e será p a r a ellos la recompensa del
ro y al necesitado para prevenirlo o para desengañarlo d e t o d o p r e - d u r o trabajo d e la p r i m e r a roturación. E s éste u n hecho q u e h e m o s
juicio y d e t o d a teoría falsa, ese obrero y ese necesitado llegarán a visto c o m p r o b a d o e n R o m a y en otras grandes ciudades, d o n d e en
ser fácil presa de los apóstoles del c o m u n i s m o . las nuevas iglesias q u e van surgiendo e n los barrios periféricos se
van r e u n i e n d o celosas c o m u n i d a d e s parroquiales y se operan ver-
[65 ] . N o p o d e m o s negar q u e se h a h e c h o ya m u c h o en este
daderos milagros de conversión en poblaciones q u e antes eran h o s -
campo, especialmente después de las encíclicas Rerum novarum y
tiles a la religión por el solo hecho d e n o conocerla.
mus, morbis adhibenda, effectores ac ministros Christus Iesus sacerdotes operis collatum ad hoc tempus fuisse; ac propterea paterno studio eorum
silos in primis elegit atque constituit. His namque munus, peculiari Dei Episcoporum ac Sacerdotum sollertes curas hoc loco prosequimur, qui, cau-
numine, mandatum quidem est, ut, sacris Pastoribus usi ducibus ac Christi tiones, quas res habeat, opportune adhibentes, novas vias novosque aditus
in terris Vicario modestissime studioseque obsecuti, ardentem fidei fácem ad nostram hanc aetatem accommodata, in hoc genere explorant atque ex-
universo hominum generi millo non tempore praeferant, simulque illam periuntur. Attamen quae in istiusmodi rem adhuc usque gesta sunt, nos-
catholicis viris supemam spem perpetuo iniiciant, quá Ecclesia nisa sem- trorum temporum usibus nimiopere imparia esse constat. Quemadmodum,
per tot retulit victorias quot praelia Christi causa commisit: «Haec est vic- cum publica res periclitatur, cetera posthabentur omnia, quae vel ad vitam
toria quae vincit mundum, fides nostra». necessaria minime sint, vel directo ad civitatis propugnationem non spec-
tent, eodem fere modo, in re de qua loquimur, alia cuiusvis generis coepta,
Qua in re illud nominatim in sacerdotum memoriam revocantes quod
quamvis utilissima atque pulcherrima, postferri oportet necessitati ipsa
f. r. Decessor Noster Leo XIII in iis cohortandis pronunuavit, ad opifices
christianae fidei christianaeque humanitatis communiendi fundamenta.
nempe iisdem adeundum esse, idipsum Nostrum faciendum hoc additamen-
Quam ob causam qui in singulis quibusque paroeciis versantur sacerdotes,
to putamus: «Ad opifices egenos potissimum prodite; immo, in universum,
cum primus, ut par est, in communem curationem et administrationem fide-
ad indigentes prodite»; quemadmodum Christi eiusque Ecclesiae doctrina
lium incubuerint, mox optimam maximamque diligentiae suae vim illuc
iubet. Turbulenti enim nomines eos, qui in egestate versantur, insidiis
intendant necesse est, ut simul operariorum multitudines Christo recipiant
prae ceteris petuñt; quandoquidem e miseris, quibus hi conflictantur rebus,
et Ecclesiae, simul hominum consociationes atque communitates, quae magis
facilem confmgunt causam, qua eosdem in divitum invidiam rapiant vehe-
desipuerint, christiano spiritu ab integro imbuant. Quod porro si praestite-
menterque commoveant, ut in omnia violenter involent, quae sibi inique
rint qui e sacro ordine sunt, ne addubitent quin aliquando e sollicitudine sua
recusata a fortuna arbitrentur. Quodsi sacerdos opificibus atque egenis non
sint necopinatorum fructuum affatim percepturi, qui loco eis mercedis
oceurrat, ut a qualibet eos, tum praeiudicata opinione, cum doctrina com-
equidem futuri sunt, ob datam primum laboriose operam animis funditus
menticia aut prohibeat aut liberet, millo negotio iidem sunt communismi
novandis. Hoc, ut exemplis utamur, revera contigisse Romae aliisque in
praeconibus in arbitrium cessuri.
frequentissimis urbibus animadvertimus, ubi, ad sacras aedes in extremis
Enimvero non diffitemur in huiusmodi provinciam, post datas praeser- vicis recens exaedificatas, paroeciales íidelium coetus studiose coalescunt,
tim Encyclicas Litteras Rerum novarum et Quadragesimo armo, multum ac mirifice eorum mores civium commutantur, qui religionem hac una d e
50
causa a,versati fuerint, quod eam omnino ignoraverint.
I lo. 5,4.
712 pío xi DIVINI KEDKMI'l'OKIS 713
E > .eumaf m - et l a b o F e m dirigentibus, est apprime conandum ut ad Ecctesiam Sed ad vira propulsandam, qua «potestas tenebrarum» Dei ipsius opi-
circo ac' E l p s u m ingentes sui ordinis multitudines revocent, quae ira id- nionem ex intimis hominum mentibus evellere contendit, summa in spe
fu
erint i C e n s a e <3u°d ñeque iuste aestimatae ñeque in mérito habitae sumus cum eis, qui christiano nomine gloriantur, se etiam illos efficienter
bis a„ n o r e ' a D e ° . Proh dolor, desciverint. Catholici artífices, qua ver- coniuncturos esse, qui, longe máxima nempe hominum pars, Deum esse cre-
Ecclelia e f e m . p l ° aequalibus hisce suis de recta vía deductis declarent, dunt et adorant.
Sentur «m "'S 1 1 3 ^ matris animum in omnes gerere, qui seu labore fau- Illud igitur geminantes, quod quinqué abhinc annos in Encyclicis
na i n n afflictentur doloribus; atque, ut nunquam praeterito tempore, Litteris Caritate Christi scripsimus, hos iterum incitamus, ut pro sua quis-
Quod P 0 ? ' e r u m numquam ab officio filios suos tuendo discessuram esse. que parte in id sincera fide incumban!, ut gravissimum illud, quod ómni-
munus
que den¡ - a d fodinas, ad officinas, ad armamenfaria, quocum- bus impendet periculum, ab humano genere arceant.
,et
> t i i e m ^ 6 o p u s initur, proferendum, cura incommoda quandoque postu- Nam—ut tune temporis monebamus—: «Dei... agnitione, tamquam
Plo, p e r e ^ m t . catholici iidem operarii Christum Iesum cum operis exem- firmo cuiusvis civilis ordinis fundamento, cum humana quaelibet auctori-
Pessionis quoque exemplum coniunxisse.
tas innitatur necesse sit, qui omnium rerum legumque omnium perturba-
te, e q ^ * ü s a u t e m Nostris Ecclesiaeque filiis, e quovis ordine, e quavis gen- tionem ac resolutionem nolunt, ii strenue contendant oportet, ne religio-
lo
co firU ?? d e n ¡ q u e sodalicio reli giosorum laicorumve homínum, iterum hoc nis'hostes sua consilia, tam vehementer palamque conclamata, exsequan-
q u e inst
Etenim a m u s , l , t animorum concordiam pro viribus foveant. tur».
riln 0 Sem 1 acerbu
t ¡ni" " ? m animo Nostro dolorem discidia illa commove- 55
Líncíclica CaiilaL* Christi compulsi, 3 de mayo de l'932: AAS 24 (1932) 184.
s 8
' . in V c a t h o I i c o s viros concitata, quae, etsi ex inanibus nascuntur cau-
1Uctu
filios • °sos tamen desinunt exitus; cum eiusdem matris Ecclesiae
In
gens J l S e c o l l u c t a r i iubeant. Ita fit ut seditiosi homines, quorum non
id, q ü 0 Í agmen, datam occasionem nactí, discidia eadem exacuant atque
alios aH " ^ ' « e volunt, consequantur, ut videlicet cathoJicos homines
tum t e J e r S U S a l i o s soUicitent. Quamobrem, quamvis recentiores nostro-
m
P ° r u m eventus ita per se loquantur, ut mónita Nostra superva-
718 i>io x i DtVINl RF.DRMPTORIS 719
[CONCLUSIÓN ]
tras m a n o s p a t e r n a s y h a c e r descender sobre vosotros, sobre vuestro
clero y pueblo, sobre la gran familia católica, la bendición a p o s -
[San José, modelo y patrono] tólica.
D a d o e n R o m a , j u n t o a San P e d r o , e n la fiesta d e San José, P a -
[86]. F i n a l m e n t e , p a r a acelerar la paz de Cristo en el reino trono de la Iglesia universal, el día 19 d e marzo d e 1937, año
de Cristo, 5 8 p o r todos t a n deseada, p o n e m o s la actividad de la Iglesia decimosexto de nuestro pontificado.
católica contra el c o m u n i s m o ateo bajo la égida del poderoso P a t r o n o
d e la Iglesia, San José. manus, vobis, clero populoque unicuique vestrum concredito, atque adeo
innumerae catholicorum familiae, Apostolicam Benedictionem impertiamus.
[87]. S a n José perteneció a la clase obrera y e x p e r i m e n t ó p e r - Datum Romae, apud Sanctum Petrum, die xrx mensis martii, in festo
sonalmente el peso d e la pobreza en sí m i s m o y en la Sagrada Familia, sancti Iosephi, universae Ecclesiae Patroni, anno MDCCCCXXXVII, Ponti-
d e la q u e era p a d r e solícito y a b n e g a d o ; a San José fué confiado el ficatus Nostri décimo sexto.
Infante divino c u a n d o H e r o d e s envió a sus sicarios p a r a matarlo.
C u m p l i e n d o con t o d a fidelidad los deberes diarios d e s u profesión,
ha dejado u n ejemplo d e vida a todos los q u e tienen q u e ganarse el
p a n con el trabajo d e sus manos, y, después d e merecer el calificativo
d e justo 5 9 , h a q u e d a d o como ejemplo viviente d e la justicia cristiana,
q u e d e b e regular la vida social d e los h o m b r e s .
[88]. N o s , l e v a n t a n d o la m i r a d a , vigorizada.por la v i r t u d d e
la fe, creemos ya ver los nuevos cielos y la nueva tierra de q u e habla
n u e s t r o p r i m e r antecesor, San P e d r o 6 0 . Y m i e n t r a s las p r o m e s a s d e
los falsos profetas d e u n paraíso terrestre se disipan e n t r e crímenes
sangrientos y dolorosos, resuena d e s d e el cielo con alegría profunda
la g r a n profecía apocalíptica del R e d e n t o r del m u n d o : He aquí que
hago nuevas todas las cosas 61.
N o nos queda o t r a cosa, venerables h e r m a n o s , q u e elevar n u e s -
^ e a n t " ^ 8 e t . p r a e s c r i P t a in Litteris Encyclicis statutá muñera sua susti- ne, sub praetextu malis populi medendi, violentia approbetur, nevé foveantur
te
chní ' P S a q u i d e m n o n d e b e t s e se implicare ñeque responderé de rationibus repentinae illae ac turbulentae saecularium societatis condicionum permuta-
P r a p t / 1 5 ' ""'"mariis atque oeconomicis, quae fines et competentiam ipsius tiones, quae exitus habeant funestiores malis ipsis, quibus sit occurrendum.
v a e tergrediuntur. Ad quaestiones sociales consilia et opera vestra impendentes, necessario
A i
si
ipsa ^ E r s l l s . v e r o c "minationes, quae Ecclesiae crebro inferuntur, tamquam quoque vos ánimos convertetis ad sortem tot miserorum opificum, qui,
durn p^™ flt a u t ' n c a P a x a d causas sociales solvendas, indesinenter instan- vehementer allecti splendidis utilitatum pollicitationibus, quae veluti prae-
Praesent "? d o c t r i n a m operamque Ecclesiae, divino Conditore iugiter mia apostasiae proponuntur, a Deo eiusque Ecclesia haud raro deficiunt.
Po S s e . gravissimis malis humanum genus torquentibus mederi efficaciter
Quod si opifices ex animo diligitis—et singulariter iidem vobis dili-
gendi sunt, quia per laboriosam vitam divino Magistro adsidue operoso
Prir Um ltaque est ut
>cfnií > inceptis ipsis significastis, ex hisce frugiferis clare assimilantur—auxiliis tum temporalibus tum spiritualibus adesse illis
tl0
Hes a S c e r t a s deducere normas ad graves dirimendas in re sociali quaes- debetis, sive efficiendo, ut eosdem tueatur iustitia commutativa et socialis,
dior 6 v stram
um T ^ ? Patriam perturbant, ut quaestio agraria cum latifun- quae omñi ope rationem vitae proletariorum allevet, sive iis largiendo reli-
cio rieS) e d u c t w n e , ut necessitas erigendi et recreandi, quoad vitae condi- giosas vires et solamina, sine quibus ipsi in sordidum vilemque materiae
mnes, qui labori incumbunt, eorumque familias. cultum prolabuntur.
a
d e S g e ^iá S q u i d < : m i u r i b " s hominum primariis ac fundamentalibus, quod Officium pariter grave atque urgentis necessitatis vobis incumbit, reli-
nen
di4m v 'P.P 611 -" 16 *' ideoque salvo, exempli gratia, iure proprietatis, admo- giose nempe et oeconomice adsistendi iis, qui «campesinos» istic appellantur,
'^ocii iura° eSt b o n u m
' ¡Psum publicum quandoque expostulare, ut eius- itemque haud paucis filiis vestris, maiore ex parte agricolis, quibus populus
r> r
? »nae ¡ n c o a n S u s t e n t u r , et saepius, quam in praeterito, iustitiae socialis Indorum constat. Sunt profecto innumerae animae, quas ipsas Christus
nit
ateij, r e m ad
ducantur. Ad tuendam praeterea personae humanae dig- Dominus redemit ac vestrae pastorali curae concredidit, de quibus aliquando
at(
lue in'di e S e t . I q u a n d o officium aperte denuntiandi et reprobandi injustas a vobis rationem postulabit; sunt innumeri homines, qui tot vitae angustüs
gnas vitae condiciones ; at cavendum omnino est, hisce in casibus,
736 1MO - \ I
FIRMISS1MAM CONSTANTIAM 737
indispensable p a r a conservar la dignidad h u m a n a . O s conjuramos,
venerables h e r m a n o s , p o r las e n t r a ñ a s d e Jesucristo, q u e tengáis á la formación del carácter, q u e son principios fundamentales para
c u i d a d o particular d e estos hijos, q u e exhortéis a vuestro clero p a r a los fieles, debéis añadir, para los estudiantes, u n a especial y cuida-
q u e se d e d i q u e a su cuidado con celo s i e m p r e m á s ardiente, y q u e dosa educación y preparación intelectual, basada en la filosofía cris-
hagáis q u e t o d a la Acción Católica mejicana se interese por esta tiana, es decir, en la filosofía q u e con t a n t a verdad lleva el n o m b r e
obra de redención moral y material. v
de, «filosofía perenne». P u e s h o y día—dada la tendencia, cada vez
más generalizada, d e la vida m o d e r n a hacia las exterioridades, la
repugnancia y la dificultad p a r a la reflexión y el recogimiento, y la
{Emigrados ]
propensión, e n la m i s m a vida espiritual, a dejarse guiar p o r el sen-
[25]. N o p o d e m o s dejar de recordar aquí u n deber cuya i m - timiento m á s b i e n q u e por la razón—se hace m u c h o m á s necesaria
portancia va s i e m p r e creciendo en estos últimos a ñ o s : el cuidado q u e en otros t i e m p o s u n a instrucción religiosa sólida y esmerada.
de los mejicanos emigrados, los cuales, arrancados de su tierra y de [27 ]. D e s e a m o s a r d i e n t e m e n t e q u e se haga entre vosotros, a lo
sus tradiciones, m u y fácilmente q u e d a n envueltos entre las insidio- m e n o s en el grado q u e os sea posible, y a d a p t a n d o la instrucción
sas redes de aquellos emisarios q u e p r e t e n d e n inducirlos a apostatar a las condiciones particulares, a las necesidades y posibilidades de
de s u fe. U n convenio con vuestros celosos h e r m a n o s d e los Estados vuestra patria, lo q u e t a n l a u d a b l e m e n t e hace la Acción Católica
U n i d o s de A m é r i c a os daría p o r resultado u n a asistencia m á s dili- en otros países p o r la formación cultural y para lograr q u e la ins-
g e n t e y organizada p o r parte del clero local y aseguraría para los trucción religiosa tenga el p r i m a d o intelectual entre los estudiantes
emigrados mejicanos esas providencias económicas y sociales q u e y profesores católicos.
t a n g r a n d e desarrollo h a n alcanzado e n t r e los católicos d e los E s -
tados U n i d o s . [28 ]. G r a n d e esperanza de u n porvenir mejor en Méjico nos
hacen concebir los jóvenes universitarios q u e trabajan en la Acción
Católica, y estamos seguros de q u e n o defraudarán nuestras espe-
[Juventud estudiantil ]
ranzas. E s evidente q u e ellos forman parte, y p a r t e i m p o r t a n t e , de
[26]. L a Acción Católica n o p u e d e dejar de preocuparse de esta Acción Católica q u e t a n d e n t r o está de n u e s t r o corazón, sean
las clases m á s h u m i l d e s y necesitadas, d e los obreros, d e los c a m p e - cuales fueren las formas de su organización, ya q u e éstas d e p e n d e n
sinos, de los emigrados; pero en otros campos tiene t a m b i é n debe- en gran p a r t e de las condiciones y circunstancias locales y varían
res n o m e n o s i m p r e s c i n d i b l e s : entre otros, d e b e ocuparse con soli- de región a región. Estos universitarios n o solamente forman, como
citud m u y particular d e los estudiantes, q u e u n día, t e r m i n a d a su acabamos de decir, la m á s firme esperanza de u n m a ñ a n a mejor,
carrera, ejercerán g r a n d e influencia en la sociedad y quizás ocupa- sino q u e ya ahora m i s m o p u e d e n ofrecer efectivos servicios a la Igle-
r á n t a m b i é n cargos públicos. A la práctica de la religión cristiana,
rumque auctoritatem in civili societate habituri. Propterea eiusmodi adu-
plerumque afflictantur, ut ne humanam quidem dignitatem possint tueri.
lescentes, non modo, ut ceteri fideles, doctrina usuque ad christiana prae-
Vos ergo obsecramus, Venerabiles Fratres, in visceribus caritatis Christi, ut
cepta formandi sunt, verum altiore quoque disciplina atque educatione
peculiarem istorum curam habeatis, clerum praecipue urgendo, ut maiore
instituendi, nec non christiana roborandi philosophia, quae ad veritatem
in dies studio iisdem providere velit, Actionemque, Catholicam inflam-
dicitur perennis. Hodie enim sincera ac religiosa institutio temporibusque
mando ad hanc veluti redemptionem spiritualem ac temporalem persol-
respondens perquam necessaria videtur, inspecta tum contraria inque dies
vendam.
crebrescente aevi inclinatione ad ea, quae specie tenus aestimantur, tum
Ñeque silentio premere possumus aliud quoque officium, quod pos- repugnantia quotidie frequentiore ad cogitandum ad seque recolligendum,
tremis hisce annis maioris momenti videtur, curam scilicet Mexicanorum, ita ut non pauci, in religiosis quoque officiis obeundis, súbito potius animi
qui in exteras térras demigravere; hi enim, a patriis terris moribusque affectu, quam mentís iudicio ducantur.
avulsi, facilius nequam emissariorum praeda efficiuntur, inque summo Id igitur, quod Actio Catholica in alus nationibus percommode facit,
amittendae fidei periculo versantur. Si igitur consilia contuleritis cum vestris ut religiosa animorum institutio atque informatió Ínter litteratos adulescentes
in Episcopatu fratribus, qui in Civitatibus Foederatis Americae Septentrio- et laureatos catholicos primas partes habeat, valde optamus, ut etiam apud
nalis regunt Ecclesias tot piis operibus institutisque socialibus florentes, vos, congruenter ipsis patriae vestrae condicionibus ac necessitatibus, pro
maiore sollicitudine atque industria remotis a patria fidelibus copsultum erit.
viribus efficiatur.
Quod si Actio Catholica humilibus classibus auxilioque máxime egenti- •
bus, ut opificum, agricolarum ac domo emigrantium, adesse et favere debet, Minime autem dubitamus, quin Universitatum studiorum alumni, Ac-
nihilominus alios quoque campos excolere omnino tenetur. Itaque sollers tioni Catholicae istic adscripti, Nostris votis optatisque plañe respondeant.
cura adhibenda est de scholarum alumnis, qui ad liberales artes profitendas Isti enim, pro variis locorum adiunctis, alii aliam consociationis structuram
¡nstruuntur atque interdum ad públicos honores apparantur, magnam ple- mutuantes, tamquam selecta ac praevalida pars Catholicae ipsius Actionis,
non modo spem portendunt aevi melioris, sed iam nunc de Ecclesia civili-
que societate egregie mereri possunt, seu quod apostolatum ínter condísci-
Doctr. pontif. 2 24
738 rio XI
ÍIRMISSIMAM CONSTANTIAM 739
sia y a la patria, ya sea por ei apostolado que ejerciten entre sus com-
pañeros, ya sea dando a las diferentes ramas de la Acción Católica la más apremiante solicitud y la ansiedad más viva. Sabemos a
directores capaces y bien formados. cuántos peligros se halla expuesta, hoy más que nunca, la niñez y
la juventud en todas partes, pero de un modo particular en Méjico,
[Educación de Ih niñez] donde una prensa inmoral y antirreligiosa pone en sus corazones la
semilla de la apostasía. Para remediar mal tan grave y para defen-
[29]. Las singulares condiciones de vuestra patria nos obligan der vuestra juventud de esos peligros, es necesario que se pongan .
a llamar vuestra atención sobre el necesario, imperioso e imprescin- en movimiento todos los medios legales y todas las formas de orga-
dible cuidado de los niños, a cuya inocencia se tienden asechanzas nización, como, por ejemplo, las ligas de padres de familia, los co-
y cuya educación y formación cristiana están sometidas a una prue- mités de moralidad y de vigilancia sobre las publicaciones y de cen-
ba tan dura. A todos los católicos mejicanos se les imponen estos sura de los cinematógrafos.
dos graves preceptos: el primero, negativo, de alejar, en cuanto sea [31 ]. Acerca de la defensa individual de los niños y jóvenes,
posible, a los niños de la escuela impía y corruptora; el segundo, sabemos, por los testimonios que nos llegan de todo el mundo, que
positivo, de darles una esmerada instrucción religiosa y la debida el trabajar en las filas de la Acción Católica constituye la mejor tu-
asistencia para mantener su vida espiritual. Sobre el primer punto, tela contra las asechanzas del mal, la más bella escuela de virtud y
tan grave y delicado, recientemente tuvimos ocasión de manifesta- de pureza, la palestra más eficaz de fortaleza cristiana. Estos jóvenes,
ros miestro pensamiento. Por lo que hace a la instrucción religiosa, entusiasmados con la belleza del ideal cristiano, sostenidos con la
aunque sabemos con cuánta insistencia vosotros mismos la habéis ayuda divina, que alcanzan por medio de la oración y los sacramen-
recomendado a vuestros sacerdotes y a vuestros fieles; a pesar de tos, se dedicarán con amor y alegría a la conquista de las almas de
todo, os repetimos que, siendo éste en la actualidad uno de los más sus compañeros, recogiendo una consoladora cosecha de grandes
importantes y capitales problemas para la Iglesia mejicana, es ne- bienes.
cesario que lo que tan laudablemente se practica en algunas dióce-
[32]. Esta misma razón constituye una nueva prueba de que,
sis se extienda a todas las demás, de manera que los sacerdotes y
ante los graves problemas de Méjico, no puede decirse que la Ac-
miembros de la Acción Católica se apliquen con todo ardor, y sin
ción Católica ocupe un lugar de secundaria importancia, y, por '
aterrarse ante ningún sacrificio, a conservar para Dios y para la tanto, si esta institución, que es educadora de las conciencias y for-
Iglesia estos pequeñuelos, por los cuales el divino Salvador mostró madora de las cualidades morales, fuese de algún modo pospuesta
tan grande predilección. a otra obra extrínseca de cualquiera especie, aunque se tratase de de-
[30]. El porvenir de las nuevas generaciones (os lo repetimos fender la necesaria libertad religiosa y civil, se incurriría en una
con toda la angustia de nuestro corazón paterno) despierta en Nos
vehementer angit atque sollicitat. Manifesta sunt enim pericula, quibus nunc
quum máxime pueritia atque adulescentia obiiciuntur, ubique sane gentium,
pulos gerant, sive quod varias partes et multiplicia Actionis Catholicae in- at eo magis in México, ubi tot scripta typis edita doctrinas religioni mori-
stituta prudenter sagaciterque regant. busque adversas late diffundunt, imperitosque iuvenes ad defectionem a
Iesu Christo improbe inipellunt. Quo itaque tanta ruina impediatur et pe-
Status ipse, qui nunc est, istius nationis Nobis suadet, ut ad memoriam ricula iuventae imminentia mature avertantur, statim adhibenda sunt lega-
vestram revocemus, quanto studio necesse sit aetatem tueri puerilem, cuius lia omnia adiumenta, ut Foedera patrumfamilias, ut Comitatus moralitatis
innocentiae tot struuntur insidiae, cuiusque morum ad christiana prae- et vigilantiae circa scripta in vulgus edita, tit Comitatus censurae de rebus
scripta conformatio perardua effecta est. Qua ín re catholicis Mexicanis dúo cinematographicis.
potissimum incumbunt officia: alterum, quod appellant, negativum, ut
pueri ab impía et corruptrice schola omni virium contentione arceantur; al- Quo autem singuli arceantur a malo, nullum profecto tutius praesidiurn
terum positivum, ut religiosa adsistentia instructioque iisdem sedulo prae- exstare videtur, ut experimenta ubique terrarum facta Nobis clare testantur,
beatur. De priore autem officio, tanti ponderis tantaeque difficultatis, men- quam si ii Actioni Catholicae adscribantur, ubi praeclara virtutis et castimo-
tón Nostram iam nuper quoque significavimus. Quod attinet vero ad reli- niae habetur educatio, ubi peridonea christianae fortitudinis palaestra con-
giosam institutionem, licet vos sacris administris fidelibusque eam instanter stituitur. Isti sane adulescentes, excelsa christianae vitae perfectione suaviter
iam commendasse pernovimus, tamen, pro summa huius reí necessitate, allecti, ac superno roborati auxilio, quod preces et suscepta sacramenta ar-
iterum vos commonefactos volumus, ut in ómnibus dioecesibus, sicut in cessunt, libenter alacriterque suorum sodalium ánimos Deo comparabunt,
quibusdam tam laudabiliter fit, sacerdotes et sodales Actiohis Catholicae, laetam fructuum segetem percepturi.
nulli curae laborique parcentes, acerrime intendant ad servandos Deo Ec- Hoc plañe confirmat, prae gravissimis Mexici necessitatibus, Catholi-
clesiaeque eiusmodi párvulos, erga quos Salvator divinus tantam prae ceteris cam Actionem nequáquam dici posse minoris momenti opus; íta ut si ipsa,
dilectionem apertissime tulit. quae ánimos ad officiorum conscientiam et ad virtutem informat, alus ope-
rositatis generibus uteumque postponeretur, etiam si ageretur de libertatibus
Futura porro condicio puerorum atqúe adulescentium, qui nunc flo- ordinis religiosi civilisque tuendis, miserandus error committeretur, quia
rent —iterum vobis edicimus summa cum paterni cordis aegritudine, —Nos Mexicanorum salus, sicut cuiusque humanae consociationis, imprimís posl-
740 PÍO XI
FIRMISSIM.YM CON'STANTIAM 7U
dolorosa ofuscación, porque la salvación de Méjico, como la de defender la nación y defenderse a sí mismos con medios lícitos y
toda sociedad humana, está, ante todo, en la eterna e inmutable apropiados contra los que se valen del poder público para arrastrarla
doctrina evangélica y en la práctica sincera de la moral cristiana. a la ruina.
recto uso de sus derechos y defenderlos con todos los medios legí- Iglesia, les dirigía este desafío, q u e es u n encomio de sus fieles,
timos, según lo exige el b i e n c o m ú n . d i c i e n d o : «Dadme tales p a d r e s d e familia, tales hijos, tales p a t r o -
5 . 0 El clero y la Acción Católica, estando, por su misión de nos, tales subditos, tales m a r i d o s , tales esposas, tales h o m b r e s de
paz y de amor, consagrados a unir a t o d o s los h o m b r e s in vinculo gobierno, tales ciudadanos, c o m o los q u e forma la doctrina cristia-
pacis10 [«mediante el vínculo d e la paz» ] , d e b e n c o n t r i b u i r a la p r o s - n a ; y, si n o podéis darlos, confesad q u e esta doctrina cristiana, si
p e r i d a d de la nación, principalmente f o m e n t a n d o la u n i ó n d e los se cumple, es la salvación del Estado» 1 3 .
ciudadanos y d e las clases sociales y colaborando e n todas aquellas [ 4 0 ] . Siendo esto así, u n católico se guardará b i e n d e descui-
iniciativas sociales q u e n o se opongan al d o g m a o a las leyes d e la dar, p o r ejemplo, el ejercicio d e l d e r e c h o d e votar c u a n d o e n t r a n
* m o r a l cristiana. en j u e g o el b i e n d e la Iglesia o d e la p a t r i a ; n i h a b r á peligro d e q u e
[37 ]• P ° r 1° demás, la actividad cívica de los católicos mejica- los católicos, p a r a el ejercicio d e las actividades cívicas y políticas,
n o s , desarrollada con u n espíritu n o b l e y levantado, o b t e n d r á resul- se organicen e n g r u p o s parciales, tal vez e n p u g n a los u n o s contra
tados t a n t o m á s eficaces c u a n t o en m a y o r g r a d o posean los católi- los otros o contrarios a las n o r m a s directivas d e la autoridad ecle-
cos aquella visión sobrenatural d e la vida, aquella educación religio- siástica ; eso serviría p a r a a u m e n t a r la confusión y desperdiciar ener-
sa y m o r a l y aquel celo ardiente p o r la dilatación del reino d e N u e s - gías, con d e t r i m e n t o del desarrollo d e la A c c i ó n Católica y d e la
t r o Señor Jesucristo q u e la Acción Católica se esfuerza en d a r a sus m i s m a causa q u e se quiere defender.
miembros.
[ 3 8 ] . F r e n t e a u n a feliz coalición d e conciencias q u e n o están [Unidad y autonomía]
dispuestas a renunciar a la libertad q u e Cristo les reconquistó u ,
¿qué p o d e r o fuerza h u m a n a p o d r á subyugarlas al pecado? ¿ Q u é [41 ] . Ya h e m o s indicado algunas actividades q u e , a u n q u e n o
peligrps ni q u é persecuciones p o d r á n separar almas de ese t e m p l e le son contrarias, caen fuera del c a m p o d e la A c c i ó n Católica, c o m o
d e la caridad d e Cristo? 1 2 serían las actividades d e partidos políticos y las de o r d e n p u r a m e n t e
[39 ]. E s t a recta formación del perfecto cristiano y c i u d a d a n o , económico-social. P e r o existen m u c h a s actividades benéficas q u e se
cuyas b u e n a s cualidades y acciones t o d a s q u e d a n ennoblecidas y p u e d e n a g r u p a r en t o r n o al n ú c l e o central d e la Acción Católica,
s u b l i m a d a s p o r el elemento sobrenatural, encierra en sí t a m b i é n , cuales son las Asociaciones d e P a d r e s d e Familia p a r a la defensa
c o m o n o podía m e n o s d e ser, el c u m p l i m i e n t o de los deberes cívi- d e las libertades escolares y d e la enseñanza religiosa, la U n i ó n d e
cos y sociales. San A g u s t í n , encarándose c o n los enemigos d e la ciudadanos para la defensa d e la familia, d e la santidad del m a t r i -
m o n i o y d e la m o r a l i d a d p ú b l i c a ; p u e s la A c c i ó n Católica n o cris-
struendi ad propria iura recte exercenda, eademque ex communis boni ne- taliza rígidamente en e s q u e m a s fijos, sino q u e sabe coordinar, c o m o
cessitate iustis modis vindicanda.
5. Clerus et Actio Cathoiica—quum ob missionem pacis amorisque nam Christi adversam dicunt esse reipublicae... dent tales provinciales, tales
sibi concreditam omnes homines ¡n vinculo pacis devincire teneantur—, maritos, tales coniuges, tales parentes, tales filios, tales dóminos, tales ser-
plurimum ad nationis prosperitatem conferre debent, tum civium classium- vos, tales reges, tales iudices... quales esse praecipit doctrina christiana, et
que coniunctionem máxime fovendo, tum obsecundando ómnibus socialibus audeant eam dicere adversam esse reipublicae, immo vero [non] dubitent
inceptis, quae a Christi doctrina miíralique lege non discordent. confiten magnam, si ei obtemperetur, salutem esse reipublicae».
Ceterum huiusmodi operositas Mexici catholicorum, claro nobilique con- Quapropter catholicus civis, quum de Ecclesiae patriaeque bono aga-
silio peracta, eo feliciores exitus consequetur, quo magis catholici ipsi ante tur, probé cavebit, verbi gratia, ne iure suffragii utendo abstineat; ñeque
oculos habebunt eam supernaturalis vitae cognitionem, religiosamque mo- profecto unquam exstabunt Christi fideies, qui ad civilia et política iura
rum institutionem illudque ad Regnum Christi dilatandum studium, quae exercenda in plures disiungantur factiones, quandoque ínter se miserabiliter
Actio Cathoiica tradenda sibi proponit. contendentes, vel ecclesiasticae auctoritatis normis repugnantes. Ita enim
Si igitur fideies unánimes, libertatem sibi a Christo vindicatam abdicare augeretur confusio viriumque dissipatio in detrimentum Actionis Catholi-
nolentes, ínter se consociaverint, quae umquam humana potestas aut vis cae et causae ipsius, quae illis tuenda esset.
, eos peccato mancipaverit? quodnam periculum, quaenam persecutio tam Mentionem iam fecimus de inceptis, quae extra Catholicam Actionem
fortía pectora separaverint a caritate Christi? sunt, quamvis cum ea minime discordantia, ut opera quae a partibus politi-
Haec autem perfecti christiani civisque institutio, in qua vis supernatu- cis vel ab institutis mere oeconomicis socialibusque absolvuntur. Sed plura
ralis cunetas eius dotes actienesque nobílitat atque extollit, multum quoque alia exstant incepta atque consociationes—ut Foedera patrumfamilias ad
confert, ut facile intelligitur, ad cívica et socialia officia recte persolvenda. tuendam scholasticam libertatem religiosamque" institutionem, Sodalitas ci-
Contra hostes Ecclesiae íam ipse Augustinus fortiter affirmavit: «Qui doctri- vium ad familiam, nuptiarumque sanctitudinem moresque públicos integre
servanda—quae per Actionem Catholicam explican possunt, eiusque cen-
1» E p h . 4,3. trali moderamine fulciri. Quandoquidem Actio Cathoiica non in orbe quo-
11 Cf. Gal. 4,31.
' 2 Cf. R o m . 8,35. 13
SAN AGUSTÍN, Epist. 138,2: PL 33.3S2; BAC, Obras de San Agustín t.11 p.140.
7U VIO XI
FIRMtSSIMAjfcl CONítTANTIAM 745
en derredor de u n centro irradiador d e luz y de calor, otras inicia-
desfogando su resentimiento i n t e r n o en críticas amargas contra sus
tivas e instituciones auxiliares, q u e , a u n conservando u n a justa a u t o -
superiores y c o m p a ñ e r o s d e trabajo, contra t o d o lo q u e n o es según el
nomía y conveniente libertad d e acción, necesarias para lograr sus
propio parecer y juicio, aleja las bendiciones divinas, debilita el
fines específicos, sienten la necesidad d e seguir las normas progra-
nervio de la disciplina y destruye d o n d e se debiera edificar.
máticas d e la Acción Católica. Esto tiene u n a aplicación especial en
el extenso territorio d e vuestra nación, d o n d e la variedad d e nece- t43]- J u n t o con la obediencia y la disciplina, nos place traer
sidades y condiciones locales p u e d e exigir q u e , conservando u n a a la m e m o r i a los otros deberes de caridad universal q u e nos sugiere
base de principios c o m u n e s , se empleen m é t o d o s diferentes de or- San Pablo en ese m i s m o capítulo 4 d e la epístola a los Efesios q u e
ganización y se d e n t a m b i é n soluciones prácticas, diversas entre sí, ya h e m o s citado, y q u e debería ser la n o r m a fundamental p a r a t o d o s
p e r o i g u a l m e n t e rectas p a r a resolver un m i s m o p r o b l e m a . los q u e trabajan e n la A c c i ó n Católica: Obsecro itaque vos ego vinctus
in Domino, ut digne ambuletis..'. cum omni humüitate et mansuetudine,
[42]- A vosotros os tocará, venerables h e r m a n o s , puestos por
cum patientia, supportantes invicem in caritate, solliciti servare unita-
el E s p í r i t u Santo p a r a gobernar la Iglesia de D i o s , d a r la última
tem Spiritus in vinculo pacis. Unum corpus et unus spiritus: [«Así,
decisión práctica e n estos casos, a la cual obedecerán los fieles con
pues, os exhorto yo, p r e s o en el Señor, a a n d a r d i g n a m e n t e . . . , con
docilidad y exactitud. Cosa q u e deseamos con t o d o n u e s t r o corazón,
t o d a h u m i l d a d , m a n s e d u m b r e y longanimidad, soportándoos los
p o r q u e la recta intención y la obediencia, siempre y en todas partes,
u n o s a los otros con caridad, solícitos d e conservar la u n i d a d del
son condiciones indispensables para atraer las bendiciones divinas
espíritu m e d i a n t e el vínculo d e la paz. Sólo h a y u n c u e r p o y u n es-
s o b r e el ministerio pastoral y s o b r e la A c c i ó n Católica y para fijar
píritu»] 15.
aquella u n i d a d de dirección y aquella fusión d e energías q u e son
requisito indispensable para la fecundidad del apostolado. Conju- [44]. A nuestros carísimos hijos mejicanos, a quienes t a n g r a n -
r a m o s , p o r tanto, con toda n u e s t r a alma a los b u e n o s católicos m e - d e p a r t e cabe d e los cuidados y d e las afectuosas solicitudes d e n u e s -
jicanos a q u e t e n g a n en g r a n d e estima y a m e n la obediencia y la t r o pontificado, les renovamos la exhortación a la u n i d a d , a la cari-
disciplina. Oboedite praepositis vestris et subiacete eis. Jpsi enim per- dad, a la paz e n el trabajo apostólico d e la Acción Católica, llamado
vigilant, quasi rationem pro animabus vestris reddituri. [«Obedeced a devolver Cristo a Méjico y a restituiros la paz y a u n la p r o s p e r i d a d
a v u e s t r o s pastores y estadles sujetos, q u e ellos velan s o b r e vuestras temporal.
almas, como q u i e n ha de d a r cuenta d e ellas»]. Y q u e sea obediencia [45 ]. P o n e m o s nuestros votos y oraciones a Ios-pies d e vuestra
llena d e gozo y estimuladora de las mejores energías, ut cuín gaudio celestial patrona, N u e s t r a Señora d e G u a d a l u p e , q u e en su santuario
hoc faciant et non gementes [«para q u e lo hagan con alegría y sin excita siempre el a m o r y la veneración d e t o d o s los mejicanos. A ella,
gemido»] 1 4 . E l q u e n o obedece sino con desgana y como a la fuerza, h o n r a d a y bendecida bajo ese título t a m b i é n en esta A l m a C i u d a d ,
dam clauso versatur, sed veluti e fonte circum luce et calore latissime ra- d o n d e N o s erigimos u n a p a r r o q u i a dedicada a su honor, r o g a m o s
diante, alia quoque incepta aliasque institutiones auxiliares congruenter coactus, oboedit, internam animi indignationem effundens in acerbas cen-
disponit, quae, licet quadam autonomía iustaque agendi libértate ad particu- suras adversus praepositos laborumque socios, et contra ea quae ipsius opta-
larem cuiusque finem necessaria fruantur, generales tamen normas regu- tis repugnent, divinos favores avertit, disciplinae frangit robur et ubi est
lasque communes sequantur oportet. Hoc praecipue expostulatur a vestra aedificandum destruit.
tam ampia natione, in qua propter locorum necessitatumque varietatem fieri
potest, ut, integris communibus principiis, diversac structurae formae adhi- Praeter obedientiam et disciplinam memorare Nobis placet alia quoque
beantur, et aliae alibi eiusdem causac solutiones, aeque tamen iustac, re universae caritatis officia, in ipso capite quarto epistulae S. Pauli ad Ephe-
ipsa oriantur. sios, de quo supra mentionem fecimus, declarata, quae Actionis Cathoiicae
sociis, tamquam norma praecipua, proferenda videntur: «Obsecro itaque
Vestrum plañe est, Venerabiles Fratres, quos Spiritus Sanctus posuit vos ego vinctus in Domino, ut digne ambuletis... cum omni humüitate et
regere Ecclesiam Dei, quae in hisce casibus agenda sínt pressius decernen?, mansuetudine, cum patientia, supportantes invicem in caritate, solliciti ser-
fideliumque vestrorum erit decretis vestris libenter fideliterque parere. vare unitatem Spiritus in vinculo pacis. Unum corpus et unus Spiritus».
Quod certe Nobis magnopere cordi est, quia recta intentio atque oboedien-
tia sunt, omni tempore omnique loco, condiciones prorsus necessariac ad Carissimos ergo Mexici filios, qui tantam curarum sollicitudinurnque
superna auxiJia pastorali officio Actionique Cathoiicae devocanda, simuique Nostri Pontificatus partem constituunt, rursus vehementerque adhortamur
ad efficiendam communem quandam agendi rationem viriumque coniunctio- ad unitatem, ad caritatem, ad pacem, in laborioso apostolatu Cathoiicae Ac-
nem, sine quibus apostolatus omnino caret fecunditate. Obsecramus igitur tionis, quae México Christum restituet ac terrenam insuper conciliabit
etiam atque etiam probos Méxici catholicos, ut oboedientiam ac disciplinam prosperitatem.
diligant colantque: «Oboedite praepositis vestris et subiacete eis. Ipsi enim Nostra eiusmodi vota Nostrasque preces ad pedes reverenter deponimus
pervigilant, quasi rationem pro animabus vestris reddituri». Hilaris autem caelestis vestrae Patronae, quam sub titulo Nostrae Dominae de Guadalupe
esto oboedientia, ad virtutes óptimas excitatrix. Qui enim aegre, veluti invocatis, quaeque in celebérrimo Sanctuario isto boni cuiusque Mexicani
amorem et venerationem iugiter excitat. Deiparam ipsam, quae sub eodem
1* Hebr. 13,17.
15
Eph. 4,1-4.
746 PÍO X I
de un nuevo orden internacional. Pero, si este orden no se levanta srniMi TONTIFICAXÜS 753
sobre el fundamento de la ley natural, volverán a repetirse los errores
p o r un Pontífice q u e con t a n profunda agudeza conocía las necesi-
del pasado y catástrofes como la presente.
dades y los males manifiestos y ocultos de su t i e m p o ! Por esto, no
IV. La reeducación espiritual y religiosa de los pueblos. El orden nuevo podemos dejar d e manifestar n u e s t r o agradecimiento a la divina
en las relaciones nacionales e internacionales ha de apoyarse necesa-
Providencia, q u e h a q u e r i d o hacer coincidir n u e s t r o p r i m e r año
riamente en los principios del derecho natural y de la revelación divi-
na. En el establecimiento de este orden nuevo, la Iglesia tiene una de pontificado con u n r e c u e r d o t a n trascendental y querido de n u e s -
trascendental misión que realizar. La Acción Católica, entendida como tro p r i m e r año de sacerdocio. A p r o v e c h a n d o de b u e n a gana esta
colaboración de los seglares en el apostolado jerárquico, es el medio oportunidad, N o s q u e r e m o s q u e el culto d e b i d o al Rey de reyes y
providencial que Dios ha dado a su Iglesia para poder cumplir la mi- al Señor de los señores 4 sea como la plegaria introductoria de n u e s t r o
sión indicada. En esta Acción Católica, la familia tiene un puesto muy pontificado, c u m p l i e n d o así los deseos de nuestro santo predecesor.
importante, por ser el último y más seguro refugio de la vida cristiana. Sea este culto t a m b i é n el f u n d a m e n t o en q u e se apoyan y el propósito
La Iglesia, primera educadora de la humanidad, es la mejor garantía q u e p r e t e n d e n t a n t o nuestra v o l u n t a d esperanzada como n u e s t r a
del verdadero progreso y la salvaguardia de los auténticos valores hu- enseñanza y pastoral actividad, y, finalmente, el sufrimiento d e los
manos.
trabajos y penas, q u e consagramos exclusivamente a la difusión
V. Dolor y compasión del Papa por todos los que sufren las consecuen- del reino d e Cristo.
cias de la guerra. La Santa Sede ha hecho todo lo posible por evitar
el desencadenamiento de este conflicto. Necesidad de oraciones y pe- [ 3 ] . Si c o n t e m p l a m o s a la luz d e la eternidad los aconteci-
nitencia. Bendición. mientos externos y el crecimiento de vida interior logrado d u r a n t e
los últimos cuarenta años y m e d i m o s , por u n a parte, sus grandezas
f y, por otra, sus deficiencias, aquella consagración del g é n e r o h u -
[i ]. D i o s !, en su secreto designio, nos ha confiado, sin mérito m a n o a Jesucristo R e y revela cada vez más a n u e s t r o espíritu su
alguno nuestro, la dignidad y las graves preocupaciones del s u p r e m o h o n d o significado sagrado, su simbolismo exhortador, su fuerza
pontificado precisamente en el año e n q u e se c u m p l e el cuadragésimo purificadora, elevante, defensora y consolidadora de las almas, y al
aniversario d e la consagración del género h u m a n o al Sacratísimo m i s m o t i e m p o , con n o m e n o r evidencia, observan n u e s t r o s ojos
Corazón del R e d e n t o r , que n u e s t r o inmortal predecesor L e ó n XIII con cuánta sabiduría p r o c u r a esa consagración restablecer p o r com-
intimó a t o d o el orbe, al declinar el pasado siglo, en los u m b r a l e s pleto la salud de t o d a la sociedad h u m a n a y p r o m o v e r la verdadera
del A ñ o Santo. prosperidad de ésta. Esta consagración nos parece como u n mensaje
[ 2 ] . C o n s u m a alegría e í n t i m o gozo acogimos entonces como de exhortación y de gracia divina n o sólo p a r a la Iglesia, sino tam-
mensaje del cielo la encíclica Annum Sacrum 2 , precisamente cuando,
providentis Dei instinctu a Pontifice susceptum, qui manifesta et oceulta
recién o r d e n a d o s de sacerdote, habíamos p o d i d o recitar el Introibo
aetatis suae vulnera necessitatesque tam acri ingenii sui acie inspexerat.
ad altare Dei3. Y ¡con qué ardiente entusiasmo u n i m o s n u e s t r o Quamobrem gratam non profiteri voluntatem Nostram caelesti Numini
corazón a los pensamientos y a las intenciones q u e a n i m a b a n y non possumus, quod Pontificatus Nostri initium in hunc iussit incidere
guiaban aquel acto, llevado a cabo, n o sin u n a especial providencia, annum, quo eventus ille memoratu dignus recolitur, qui primum sacerdotii
Nostri annum suavissime affecit, ac libentissime hanc opportunitatem nacti,
sanctissimisque eiusdem Decessoris Nostri consiliis obsecuti, cultum «Regi
[ D e duobus nostrae aetatis erroribus] regum et Domino dominantium» debitum quasi auspicalem precem esse
volumus pontificalis muneris Nostri. Estoque idem cultus et principium
Summi Pontificatus dignitatem gravissimasque curas, nullis Nostris quo nituntur, et propositum, quo intendunt cum voluntas ac spes Nostra
meritis, arcano consilio suo Deus Nobis concredidit quadragesimo vertente tum doctrina ac pastoralis navitas, tum denique laborum aerumnarumque
anno, ex quo Decessor Noster immortalis memoriae Leo XIII, superiore tolerantia, quam quidem ad Iesu Christi regnum propagandum unice de-
iam iam labente saeculo, proximeque adventante Anno Sacro, humani vovemus.
generis consecrationem divinissimo Cordi Iesu ubique terrarum agendam
indixit. Si externarum rerum casus interioraque animorum incrementa per
Intima consensione oblectationeque máxima tum veluti supernum nun- quadraginta hos annos habita sub luce aeternitatis meditamur, atque hinc
tium Encyclicas eas excepimus Litteras «Annum Sacrum», cum, Nobis ortas amplitudines, illinc vero defectiones metimur, illa profecto humani
sacerdotale munus auspicantibus, ad aram operaturis «Introibo ad altare generis Iesu Christo Regi dedicatio luculentius usque Nobis praebet quan-
Dei» recitare licuit. Et quo ardenti studio cogitationibus consiliisque ani- tum sacrae significationis habeat, quid, quasi indito signo, hortetur orones,
mum adiecimus Nostrum, quibus mandatum illud conformabatur, non sine ac quantopere eos purificet, relevet, sancteque corroborando tueatur; item-
que non minus luculenter oculis observatur Nostris quam sapientissime
1
Pío XII, caita encíclica a los patriarcas, primados, arzobispos, obispos y otros ordina- eadem enitatur universam hominum communitatem persanare eiusque veri
rios en paz y comunión con la Sede Apostólica: AAS 31 (1930) 413-453. nominis prosperitatem provehere. Atque haec eadem dedicatio videtur
2
LEÓN XIII, encíclica Annum Sacrum, 25 de mayo de 1890: ASS 20 (1808-1899) 646-651. Nobis quasi hortationis divinaeque gratiae nuntius non modo Ecclesiae,
¡ Ps. 42 (43),4.
4
1 Tim. 6,15; Apoc. 19,16.
754
PÍO xa SUMM1 I'ONTIFICATUS 755
ble
n para toda la humanidad, que, necesitada de estímulo y de guía, de Dios 9 ¿Qué época ha tenido mayor necesidad de estos bienes
se
apartaba del camino recto y, hundiéndose en las cosas de la tierra que la nuestra? ¿Qué época más que la nuestra, a pesar de los pro-
y Poniendo en ellas de manera exclusiva su deseo, perecía misera- gresos de toda clase que ha producido en el orden técnico y pura-
Jemente; mensaje para todos los hombres que, en número cada mente exterior, ha sufrido un vacío interior tan crecido y una
«ia mayor, se alejaban de la fe en Cristo e incluso también del reco- indigencia espiritual tan íntima? Se le puede aplicar con exactitud
nocimiento y de la observancia de su ley; mensaje, finalmente, que la palabra aleccionadora del Apocalipsis: Dices: Rico soy y opulento
se
alzaba contra una concepción de la vida, muy extendida, para la y de nada necesito, y no sabes que eres mísero, miserable, pobre, ciego y
cual el precepto del amor y la doctrina de la renuncia de sí mismo, desnudo 1 °.
Promulgada en el sermón evangélico de la montaña, e igualmente
a dlv
i n a gesta de amor realizada én la cruz, parecían un escándalo [5]. No hay necesidad más urgente, venerables hermanos, que
y una locura. De la misma manera que en otro tiempo el Precursor la de dar a conocer las inconmensurables riquezas de Cristo n a los
ei Redentor, para responder a los que le preguntaban con deseo hombres de nuestra época. No hay empresa más noble que la de
e mst levantar y desplegar al viento las banderas de nuestro Rey ante
ruirse, proclamaba: He aquí el Cordero de Dios 5, para avisarles
que el Deseado de los pueblos6, si bien todavía desconocido, vivía aquellos que han seguido banderas falaces y la de reconquistar
ya en medio de ellos, asi también el Vicario de Jesucristo a todos para la cruz victoriosa a los que de ella, por desgracia, se han sepa-
aquellos que—renegados, dudosos, fluctuantes—se negaban a seguir rado. ¿Quién, a la vista de una tan gran multitud de hermanos y
j Redentor glorioso, viviente y operante siempre en su Iglesia, o hermanas que, cegados por el error, enredados por las pasiones,
le seguían con descuido y flojedad, con poderosa voz les conjuraba desviados por los prejuicios, se han alejado de la verdadera fe en
diciendo: He aquí vuestro Rey 7. Dios y del salvador mensaje de Jesucristo; quién, decimos, no
i Q ^ e ' a Propagación y del arraigo cada día mayor del culto arderá en caridad y dejará de prestar gustosamente su ayuda? Todo
al Sagrado Corazón de Jesús—derivados no sólo de la consagración el que pertenece a la milicia de Cristo, sea clérigo o seglar, ¿por
del género humano, hecha al declinar el pasado siglo, sino también qué no ha de sentirse excitado a una mayor vigilancia, a una defensa
de la institución de la fiesta de Jesucristo Rey, creada por nuestro más enérgica de nuestra causa viendp como ve crecer temerosamente
inmediato predecesor, de feliz memoria 8 —han brotado innumera- sin cesar la turba de los enemigos de Cristo y viendo a los pregoneros
bles bienes para los fieles como un impetuoso río que alegra la ciudad de una doctrina engañosa que, de la misma manera que niegan la
eficacia y la saludable verdad de la fe cristiana o impiden que ésta
sed cuncto etiam humano generi datus, quod, incitamentis ac regimine se lleve a la práctica, parecen romper con impiedad suma las tablas de
indigens, e via abstrahebatur recta, atque in terrenas res se ingurgitans los mandamientos de Dios, para sustituirlas con otras normas de
easque solummodo affectans, miserrime conficiebatur; nuntius hominibus
ómnibus, qui numero increbrescentes cotidie magis a lesu Christi fide, petus» qui «laetificat civitatem Dei». Ac quaenam.'magis quam nostra aetas,
ímmo etiam ab agnoscenda observandaque eius lege abducebantur; nuntius hisce bonis indiguit? Quaenam, magis quam nostra, quamvis machinamen-
denique qui illam vitae rationem aversabatur, passim iam invectam, qua torum omne genus extemarumque rerum progressionem protulerit, animi
cantatis praecepta seseque ac sua abnegandi doctrina, per evangelicum in ieiunitate intimaque egestate spiritus laboravit? Quadrat utique in eam
monte habitum sermonem promulgata, itemque divina amoris actio in Cruce perspicuum illud Apocalypsis: «Dicis: dives sum, et locupletatus, et nullius
patrata offensio atque stultitia videbantur. Quemadmodum olím Redempto- egeo; et nescis, quia tu es miser et miserabilis, et pauper, et caecus, et nudus?»
ris Praecursor iis, qui studiose sciscitabantur, idcirco proclamabat: «Ecce Nihil profecto magis urget, Venerabiles Fratres, quam nostrorum tem-
Agnus Dei», ut eos admoneret Expectatum gentium, etsi ignotum, ínter porum hominibus «evangelizare investigabiles divitias Christi». Nihil sane
eos commorari, ita lesu Christi Vicarius iis ómnibus, qui—infitiatores, nobilius, quam divini Regis vexilla pandere ac sublime coram eis ventilare,
nutantes, ancipites—vel gloriosum sequi Redemptorem renuebant, nullo
non tempore in Ecclesia sua viventem operantemque, vel eum segniter qui fallada signa subsecuti sint, atque ad victricem Crucem eos feliciter
neglegenterque sequebantur, obsecrando obtestandoque acclamabat: «Ecce reducere, qui ab ea misere discesserint. Quis igitur, cum tam magnam fra-
Rex vester». trum sororumque multitudinem cernat, qui erroribus obcaecati, cupiditati-
Iamvero ex propágate auctoque in animis cotidie magis cultu Sacratis- bus deleniti, ac praeiudicatis opinionibus devii, a germana Dei fide aberra-
simi Cordis lesu—quod quidem non modo ex humani generis consecra- verint et a salutari lesu Christi evangelio, quisnam, dicimus, caritate non
tione, vergente ad exitum superiore saeculo, eidem facta, sed ex instituto ferveat atque iisdem ultro libenterque suppetias non veniat? Quicumque
etiam a próximo p. r. Decessore Nostro lesu Christi Regís festo evenit— enim sive ex sacerdotali, sive ex laicorum ordine, Christi müitiam parti-
innumerabilia prorstis christifidelibus orta sunt bona, quasi «fluminis im- cipat, cur ad vigilandum magis ad tuendamque acrius rem nostram se
excitatum non sentiat, cum Christi inimicorum turbas formidolosius usque
5 lo. 1,29. increscentes videat, atque mendacis huiuscemodi doctrinae praecones as-
« A g g . 2,8. piciat, qui, ut salutiferam christianae fidei veritatem virtutemque renuunt,
7 lo. 19,14.
í P í o XI, encíclica Qfias primas, l l d e diciembre de 1925: A A S 17 (1925) 5 M - ° I 0 ,
' P s . 45 (46),S.
10
Apoc. 3,17.
» ' E p h . 3.8. -
756 I'JO XII
siMMi roM'u'ievrus 707
las q u e están desterrados los principios morales de la revelación
del Sinaí y el divino espíritu q u e h a b r o t a d o del s e r m ó n de la m o n - tegridad y la fortaleza de su espíritu. Sea t a m b i é n , p o r último, día de
t a ñ a y de la cruz de Cristo? T o d o s , sin d u d a , saben m u y bien, n o gracia para los q u e n o h a n conocido a Cristo o lo h a n a b a n d o n a d o
sin h o n d o dolor, q u e los gérmenes d e estos errores p r o d u c e n u n a m i s e r a b l e m e n t e ; y la m u l t i t u d d e los fieles, m u c h o s millones de
trágica cosecha en aquellos q u e , si b i e n en los días d e calma y segu- h o m b r e s , n i e g u e n j u n t o s a D i o s e n ese solemne día q u e la luz que
ridad se confesaban seguidores d e Cristo, sin e m b a r g o , c u a n d o es ilumina a todo hombre que viene a este mundo 1 2 les ilumine y señale
necesario resistir con energía, luchar, padecer y soportar persecu- el camino de la salvación, y su divina gracia suscite en el inquieto
ciones ocultas y abiertas, cristianos sólo d e n o m b r e , se m u e s t r a n espíritu de los extraviados la nostalgia de los bienes eternos, nostal-
vacilantes, débiles, i m p o t e n t e s , y, rechazando los sacrificios q u e la gia q u e los impela a volver a A q u e l q u e desde el doloroso t r o n o de
profesión de su religión implica, n o son capaces d e seguir los pasos la cruz tiene sed de sus almas y ardiente deseo de ser t a m b i é n para
sangrientos del divino R e d e n t o r . ellos camino, verdad y vida 1 3 .
[ 6 ] , Q u e en esta situación, venerables h e r m a n o s , la ya p r ó - [ 7 ] . A l p o n e r esta p r i m e r a encíclica de n u e s t r o pontificado,
xima fiesta d e Cristo Rey, en cuya fecha os llegará esta n u e s t r a en- con- el corazón rebosante de confiada esperanza, bajo la b a n d e r a de
cíclica, os conceda los d o n e s d e la divina gracia, con los cuales Cristo Rey, N o s estamos a b s o l u t a m e n t e seguros de la u n á n i m e y
p u e d a n renovarse los h o m b r e s en las virtudes evangélicas y p u e d a entusiasta aprobación de t o d a la grey del Señor. L a s experiencias y
renacer el reino de Cristo p o r todas partes. Q u e la consagración del las ansiedades d e la época presente despiertan la solidaridad entre
g é n e r o h u m a n o al Sagrado Corazón de Jesús, que en este día se todos los m i e m b r o s de la familia católica y agudizan y purifican el
celebrará de m o d o solemne y con especial devoción, r e ú n a j u n t o al sentimiento d e esta solidaridad en g r a d o raras veces conseguido.
altar del e t e r n o R e y a los fieles d e t o d o s los pueblos y d e todas las E igualmente excitan en t o d o s los q u e creen en D i o s y siguen a
naciones en adoración y en reparación, p a r a renovarle a E l y a su Cristo como guía y maestro el reconocimiento d e u n peligro c o m ú n
ley d e verdad y d e amor, a h o r a y siempre, el j u r a m e n t o d e fidelidad.
q u e está a m e n a z a n d o sobre t o d o s sin excepción.
B e b a n en ese día la gracia divina todos los cristianos, p a r a q u e en
ellos el fuego q u e el Señor vino a t r a e r a la tierra se convierta en [ 8 ] . E s t e espíritu de m u t u a solidaridad entre los católicos,
llama cada vez m á s luminosa y p u r a . Sea día de gracia t a m b i é n para q u e , c o m o h e m o s dicho, se ha visto a u m e n t a d o por la peligrosa
los tibios, los cansados, los hastiados, y r e n u e v e n así todos ellos la in- situación presente, y q u e confirma a los espíritus haciéndoles entrar
d e n t r o de sí y alimenta al m i s m o t i e m p o el propósito de futuras
victorias, nos produjo u n suave deleite y u n s u m o consuelo en a q u e -
vel ab actione vitae prohibent, ita videntur impietate summa Dei prae-
ceptorum tabulas infringere, ut in earum locum alias normas sufficiant, in
quibus et moralis disciplinae principia per Sinaiticam revelationem propo- Gratiam denique ü etiam sumant, qui divinum Redemptorem vel ignorant,
sita et divinus ille afflatus, qui ex Cruce Christi ex eiusque sermone in mon- vel miserrime deseruere; ac christifidelium multitudines, ad decies centena
te habito profluit, omnino respuuntur? Omnes procul dubio exploratum ha- milia bene multa, ita sollemni eo die Deum comprecentur: «Lux vera quae
bent, non sine animi aegritudine, horum errorum germina mortiferam sane illuminat omnem hominem venientem in hunc mundum» salutis iter collus-
segetem in eis edere, qui, etsi cum quietis securisque fruebantur rebus, trando indicet, ac superna gratia in inquietis aberrantium animis illud
Christi sectatores se profitebantur, cum tamen indurata vi insistere, conten- incensum aeternorum bonorum desiderium excitet, quod omnes ad eum
dere, perpeti, et oceultas apertasve insectationes tolerare oporteat, chris- ipsum compellat, qui ex cruento Crucis throno eos studiosissime advocat,
tianos nomine tenus, dubios, ignavos imbecillosque se gerunt, fet a iacturis corumque etiam fieri percupit «via, et veritas et vita».
abhorrentes, quas religionis professio iubeat, cruenta divini Redemptoris
Dum Encyclicas has Litteras, quas primas post initum Pontificatum
vestigia persequi non valent.
edimus, sub Iesu Christi Regis signo atque auspicio fidentes sperantesque
Afferat igitur ómnibus, Venerabiles Fratres, in his rerum temporumque ponimus, pro certo habemus universum Dominicum gregem unanima impen-
eondicionibus, Iesu Christi Regis festum, quod iam appetit, et quo Ency- sissimaque consensione hoc esse prosecuturum. Quae aetate hac nostra exper-
clícas primum a Nobis datas Litteras accipietis, divinae gratiae muñera, I i sumus rerum discrimina anxitudinesque catholicorum hominum ánimos ad
quibus quidem mortalium animi evangélica virtute redintegrentur, et Christi mutuam necessitudinem excitant, eiusdemque fraternae necessitudinis sen-
Regnum usque quaque píoducatur ac virescat. Dedicatio humani generis_ sum purificant magisque exacuunt, quam fortasse numquam alias; atque
Sacratissimo Iesu Christi Cordí, quae eo die sollemni ritu peculiarique pie- in iis ómnibus, qui Deum esse credunt ac lesum Christum sequuntur ducem
tate agetur, populorum ac nationum omnium fideJes ad Aeterni Regis aram ac magistrum, conscientiam reviviscere iubent commune periculum in
congreget, ut eum iidem adorent, sua caeterorumque piacula expient, atque universos una simul impenderé minaciter.
eidem sanctissimaeque veritatis amorisque legi suae fidem per oírme aevum
Mutuae huius catholicorum necessitudinis sensus, quem, ut diximus, pe-
religiose iurent. T u m supernam hauriant gratiam chrístiani omnes, in qui-
riclitatae res tantopere auxere, quique mentes recolligendo confirmat futu-
bus caelestis ignis, quern Christus Dominus nobis attulít, flammescat ac
raeque victoriae voluntatem alit, suavissima Nos delectatione summoque
fulgeat. Gratiam itidem hauriant qui languescunt animo, qui fatigati, qui
.solacio iis diebus affecit, cum trepido gressu, at Deo fidentes ad eam rite
pcitacsi iacent; atque adeo spíritus, integritatem virtutemque renovent.
12 In. i,p.
'•> lo. 14,6.
758 pío x n
líos días en que con trémulo paso, pero confiando en Dios, tomamos SUMMI POSIIFICAIUS 759
posesión de la Cátedra que la muerte de nuestro gran predecesor
había dejado vacante. primeros meses de'í íestro pontificado, cuando debimos padecer las
fatigas, las ansiedades, y soportar las pruebas de que está sembrado
[9 ]. Hoy, recordando el sinnúmero de testimonios de estrecha el camino de la Esposa de Cristo.
adhesión filial a la Iglesia y al Vicario de Cristo que libre y espon-
táneamente llegaron a Nos con motivo de nuestra elección y coro- [11]. No queremos tampoco pasar en silencio el reconocimien-
nación, no podemos dejar de daros a vosotros, venerables hermanos, to que suscitó en nuestro corazón la felicitación de aquellos que, sin
y a todos cuantos pertenecen a la familia católica, las gracias más pertenecer al cuerpo visible de la Iglesia católica, en su nobleza y
conmovidas por los testimonios de amor reverente y de inquebran- sinceridad, no han querido olvidar todo aquello que, en el amor a
table fidelidad al Papado enviados de todas partes al Pontífice, en la persona de Cristo o en la fe en Dios, les une con Nos. Vaya a todos
el cual se reconocía la misión providencial del Sumo Sacerdote y ellos la expresión de nuestra gratitud. Nos los encomendamos a
del Pastor Supremo. Porque estas manifestaciones no estaban diri- todos y a cada uno a la protección y a la dirección del Señor, y ase-
gidas a nuestra humilde persona, sino únicamente al alto y grave guramos solemnemente que sólo un pensamiento domina nuestra
oficio a cuyo cumplimiento el Señor nos llamaba. Y si ya entonces mente: imitar cuidadosamente el ejemplo del Buen Pastor, para
experimentábamos la extraordinaria gravedad de la carga recibida, conducir a todos a la verdadera felicidad y para que tengan vida,
que nos había impuesto la suma potestad que nos confería la Pro- y la tengan más abundante 14 .
videncia divina, sin embargo, sentíamos el gran consuelo de ver
aquella grandiosa y palpable demostración de la indivisible unidad [12]. Pero de manera particular Nos deseamos mostrar aquí
de la Iglesia católica, que, levantada como muralla y baluarte, con nuestro agradecimiento a los soberanos, a los jefes de Estado y a
tanta mayor firmeza y energía se une a la roca invicta de Pedro las autoridades públicas que, en nombre de sus respectivas naciones,
cuanto mayor aparece la jactancia de los enemigos de Cristo. con las cuales la Santa Sede se halla en amigables relaciones, han
querido ofrecernos en aquella ocasión el homenaje de su reverencia.
[10]. Este universal plebiscito de la unidad católica y de la
En este número y con ocasión de esta primera encíclica, dirigida a
fraterna y divina solidaridad de los pueblos ofrecido al Padre común
todos los pueblos del universo, con particular alegría nos es permi-
nos parecía dar una esperanza tanto más feliz y más fecunda cuanto
más trágicas eran las circunstancias materiales y espirituales del tido incluir a Italia; Italia, que, como fecundo jardín de la fe católica,
momento. Y su gozoso recuerdo nos siguió confortando durante los plantada por el Príncipe de los Apóstoles, después de los providen-
ciales pactos lateranenses, ocupa un puesto de honor entre aquellos
obtinendam Cathedram processimus, quam magnus Decessor Noster va- Estados que oficialmente se hallan representados cerca del Romano
cantem reliquerat.
primos Pontificatus Nostri menses suavissime Nos affecit, dum labores, sol-
In praesens vero, dum vivida subit animum recordatio illius observan- licitudinesque perpeti ac discrimina superare necesse fuit, quibus mysticae
tiae significationum, quae—ut arctissimam cum Ecclesia et cum Iesu Christi Iesu Christi Sponsae iter contexitur.
Vicario filiorum cdniunctionem testarentur—, tum ad Nos ultro libenterque
pervenerunt cum Summi Pontificatus apicem attigimus, eiusque insigne sol- Ac praeterire silentio nolumus quam accepta Nobis fuerint eorum quoque
lemni ritu accepimus, contineri non possumus quin vobis, Venerabíles omina ac vota, qui, etsi ad aspectabilem non pertinent Catholicae Ecclesiae
Fratres, iisque ómnibus, quotquot catholicam familiam participant, impen- compagem, pro sua tamen ipsorum ingénita nobilitate sinceritateque animi,
sas persolvamus grates ob amoris, venerationis ínconcussaeque fidelitatis id omne oblivione obrui noluere, quo vel ob amorem erga Christi perso-
testimonia undique Romano Pontifici attributa, in quo quidem Summi nam, vel ob Dei fidem Nobiscum copulantur. Hi igitur omnes pergratae
Sacerdotis Supremique Pastoris munus, Dei numine constitutum, agnosce- habeant voluntatis Nostrae significationem. Eos Nos singulos universos
batur. Haec siquidem testimonia non humili personae Nostrae, sed nobi- divinae committimus tutelae divinoque regimini; dum sollemniter asseve-
lissimo gravissimoque officio unice deferebantur, ad cuius Nos onus subeun- ramus hoc uno Nos consilio moveri ac dirigi, Boni scilicet Pastoris exempla
dum Christus Domínus vocabat. Quodsi iam tum magnam accepti ponde- sedulo imitandi, ut omnes ad veri nominis felicitatem adducamus, utque
ris gravitatem experiebamur, quam summa potestas Nobis imposuerat omnes «vitam habeant et abundantius habeant».
providentissimi Dei nutu data, at máximo affíciebamur solacio, dum lucu- Ac singulari modo grati animi Nostri sensa heic profiteri cupimus Im-
lentissime testatam individuam cernebamus unitatem Catholicae Ecclesiae, peratoribus Regibusque augustis, sumirás civitatum moderatoribus publi-
quae, quasi in vallum ac propugnaculum conformata, tum invictae Beati cisque magistratibus, qui, earum nationúm nomine, quibus cum Apostólica
Petri arei firmius arctiusque coniungitur, cum acrior increscit ínimicorum 'Sede amicitiae vincula intercedunt, humanissimis observantiae officiis ea
Christi iactantia. faustitate Nos prosequi voluere. Quarum innumerum, in primis hisce Ency-
Universa haec catholicae unitatis ac fraternae divinítusque inditae popu- clicis Litteris ad universos datis terrarum orbis populos, peculiari laetitia
lorum necessitudinis testificatio erga communem omnium Patrem, eo Nobis Italiam adscribere licet; Italiam dicimus, quae, quasi frugiferum catholicae
uberiorem videbatur felicioremque spem afierre, quo formidolosiora in res fidei viridarium ab Apostolorum Principe invectae, post initum non sine
in anjmosque ¡mpendebant temporal Ac iucunda eiusmodi recordatio per providentis Dei consilio Lateranense conventum, honoris locum in iis civita-
tibus oceupat, quae legitimis necessitudinum rationibus cum Romano Pon-
n lo. 10,10.
700 ' pío XII i SUMMI l'liXTlFÍC.VI'US 761
pronunció la augusta palabra: Yo para esto nací y para esto vine
Pontífice. D e estos pactos volvió a lucir c o r a . , una aurora feliz la
«paz de Cristo devuelta a Italia», a n u n c i a n d o u n a tranquila y fraterna al mundo, para dar testimonio de la verdad; todo aquel que pertenece
u n i ó n de espíritus t a n t o en la vida religiosa c o m o en los asuntos a la verdad, oye mi voz 1 6 , declaramos q u e el principal d e b e r que
civiles; paz q u e , a p o r t a n d o siempre t i e m p o s serenos, c o m o p e d i m o s nos i m p o n e n u e s t r o oficio y n u e s t r o t i e m p o es «dar t e s t i m o n i o de
al Señor, penetre, consuele, dilate y corrobore p r o f u n d a m e n t e el la verdad». E s t e deber, q u e d e b e m o s c u m p l i r con firmeza a p o s t ó -
alma del p u e b l o italiano, t a n cercano a N o s y q u e goza del m i s m o lica, exige necesariamente la exposición y la refutación de los e r r o -
a m b i e n t e d e vida q u e N o s . C o n ruegos suplicantes deseamos d e res y de los pecados de los h o m b r e s , p a r a q u e , vistos y conocidos a
t o d o corazón q u e este pueblo, t a n querido a nuestros predecesores fondo, sea posible el t r a t a m i e n t o médico y la c u r a : Conoceréis la
y a N o s , fiel a sus gloriosas tradiciones católicas y asegurado p o r el verdad; y la verdad os hará libres17. E n el c u m p l i m i e n t o de este
divino auxilio, experimente cada día m á s la divina verdad de las oficio n o nos dejaremos influir p o r consideraciones h u m a n a s o te-
palabras del salmista: Bienaventurado el pueblo que tiene al Señor rrenas; del m i s m o m o d o , n o cejaremos en el propósito e m p r e n d i d o
por su Dios 1 5 . ni por las desconfianzas, ni p o r las contradicciones, ni p o r las re-
pulsas; n o nos apartará t a m p o c o de esta determinación el t e m o r
[ 1 3 ] . E s t e n u e v o y deseado o r d e n jurídico y espiritual q u e de q u e n u e s t r a acción sea i n c o m p r e n d i d a o falsamente i n t e r p r e -
p a r a Italia y p a r a t o d o el orbe católico creó y selló aquel hecho, tada 18. Sin e m b a r g o , a u n trabajando con cuidadosa diligencia para
digno d e m e m o r i a indeleble para t o d a la historia, j a m á s nos pareció este fin, n u e s t r a - c o n d u c t a estará a n i m a d a p o r aquella caridad pater-
d e m o s t r a r u n a t a n grandiosa u n i ó n de espíritus c o m o c u a n d o desde na q u e , m i e n t r a s nos o r d e n a trabajar con s u m a tristeza a causa de
la alta loggia d e la Basílica Vaticana a b r i m o s y levantamos p o r los males q u e a t o r m e n t a n a los hijos, nos m a n d a t a m b i é n señalar
primera vez n u e s t r o s brazos y nuestra m a n o para bendecir a R o m a , a estos m i s m o s hijos los o p o r t u n o s remedios, i m i t a n d o así al divino
sede del P a p a d o y nuestra amadísima ciudad natal; a Italia, recon- modelo de los pastores, Cristo, Señor nuestro, q u e nos da al m i s m o
ciliada con la Iglesia católica, y a los pueblos del m u n d o entero. t i e m p o luz y a m o r : Practicando la verdad con amor 1 9 .
[ 1 5 ] . A h o r a bien, el nefasto esfuerzo con q u e 110 pocos p r e -
[I. E L AGNOSTICISMO MORAL Y RELIGIOSO] t e n d e n arrojar a Cristo de su reino, niegan la ley de la verdad p o r
[14]. C o m o Vicario d e A q u e l que, en u n a hora decisiva, d e - El revelada y rechazan el p r e c e p t o d e aquella caridad q u e abriga
lante del r e p r e s e n t a n t e de la m á s alta autoridad d e aquel t i e m p o , y corrobora su imperio como con u n vivificante y divino soplo, es
tifice continentur. Ex pactionibus hisce «pax Christi Italiae reddita» veluti effatum: «Ego in hoc natus sum, et ad hoc veni in mundum, ut testimonium
aurora feliciter effulsit, tranquillam fraternamque animorum coniunctionem perhibeam veritati; omnis qui est ex veritatc, audit vocem mean», nihil
praenuntians in sacris religionis rebus in civilique consortione; quae quidem Nos muneri Nostro Nostraeque aetati magis deberé profitemur, quam «tes-
pax, serenos semper referens dies, ut enixe Deum rogamus, Italorum gentis timonium perhibere veritati». Hoc officium cui satis Nos apostólica firmi-
ánimos, qui tam prope Nobis adsunt, quique eodem, ac Nos, fruuntur vitae tudine faceré opus est, id necessario postulat ut errores hominumque culpas
halitu, pervadat, recreet, augeat, intimaque indita vi corroboret. Supplici ita exponamus ac refutemus, ut iisdem perspectis ac cognitis fas sitmedici-
nempe adhibita prece, id ex animo ominamur, ut populus hic, Decesso- nam curationemque praebere: «cognoscetis Yeritatem, et veritas liberabit
ribus Nostris Nobisque sane carissimus, praeclara avitae religionis facinora vos». Hoc autem in obeundo muñere, non humanis Nos terrenisque opi-
fidelitate summa repetens, ac divino praesidio tutus, magis in dies magisque nationibus movebimur; itemque a suscepto proposito non diffidentiae, non
veritatem experiatur a sacro Psalte hisce verbis declaratam: «Beatas populus, discrepantiae, non denique repulsae causa abstinebimus; ñeque Nos ideirco
cuius Dominus Deus eius». ab eiusmodi consilüs timor abstrahet, quod aut actio Nostra aliorum cogi-
Novus hic auspicatissimus rerum ordo, in iuridiciali ac spiritali causa tatione non percipiatur, aut falso dignoscatur. Verumtamen, hoc sollerter
statutus, quem eventus ille, indelebili per omne aevum memoria dignus, diligenterque persequentes, paterna ea caritate compellemur, quae duna
Italiae cunctaeque catholicorum consortioni impertiit ac sollemniter san- Nos iubet ob filiorum mala ac damna summa rnoestitia laborare, iubet itidem
xit, nunquam visus est Nobis tam magnam afierre animorum consensionem, ut iisdem opportuna remedia praebeamus, divinum illud Pastorum exemplar
quam cum primum ex externo elatoque Vaticanae Basilicae podio paternas Christum Dominum imitati, qui lucem pariterque amorem pandit: «veri-
Nostras pandentes atque extollentes manus, tum Romae, Summi Pontifica- tatem facientes in caritate».
tus sedi, dilectissimaeque urbi unde ortum duximus, tum Italiae icto foe-
dere Catholicae Ecclesiae coniunctae, tum denique universis terrarum orbis Iamvero, nefastum illud facinus, quo Christum Dominum non pauci
populis effusa volúntate benediximus. e suo Regno depellere annituntur, veritatisque legem ab eo datae renuunt,
ac praecepta illius caritatis respuunt, quae imperium eius quasi almo divi-
# # * uoque afflatu refovet atque corroborat, inithm malorum est, quibus per
16
Utpote eius Vicarius, qui, gravissimo horae momento, coram eo, qui lo. 18,37.
maximae illius temporis auctoritatis partes gerebat, grande illud protulit I ' lo. 8,32.
' » Véase la aloe, al Sacro Colegio del día 2 d e junio de 1931): D Y R 1,157-161.
15
Ps. 143 ( l 4 4 ) , i 5 . 1» Eph. 4,15.
SUMMI PONIIF1CATÜS 763
762 rio XII
ondas de las contiendas, d e b e n ser reformados n u e v a m e n t e y d e -
la raíz de los males q u e precipitan a nuestra época por u n camino vueltos al gobierno y al espíritu de Jesucristo.
resbaladizo hacia la indigencia espiritual y la carencia d e virtudes en
las almas 2 0 . P o r lo cual, la reverencia a la realeza de Cristo, el reco- [ 1 7 ] . T a l vez se p u e d e esperar—y p e d i m o s a D i o s q u e así
n o c i m i e n t o de los derechos de su regia potestad y el p r o c u r a r la s e a — q u e esta época de m á x i m a s calamidades mejore la m a n e r a d e
vuelta d e los particulares y d e t o d a la sociedad h u m a n a a la ley de pensar y d e sentir d e m u c h o s q u e , ciegamente confiados hasta
su v e r d a d y de s u amor, son los únicos medios q u e p u e d e n hacer ahora en las engañosas opiniones t a n difundidas h o y día, d e s p r e o c u -
volver a los h o m b r e s al camino de la salvación. pados e i m p r u d e n t e s , pisaban u n camino incierto lleno d e peligros.
Y m u c h o s q u e n o apreciaban la importancia y el valor d e la misión
[ 1 6 ] . M i e n t r a s escribimos estas líneas, venerables h e r m a n o s , pastoral d e la Iglesia p a r a la recta educación de los espíritus, c o m -
nos llega la terrible noticia d e q u e , p o r desgracia, a pesar de todos p r e n d e r á n tal vez a h o r a mejor y estimarán m á s las amonestaciones
n u e s t r o s esfuerzos p o r evitarlo, el terrible incendio de la guerra se d e la Iglesia q u e ellos desatendieron en u n t i e m p o m á s fácil y seguro.
h a desencadenado ya. N u e s t r a p l u m a casi se detiene c u a n d o pensa- L a s angustias presentes y la calamitosa situación actual constituyen
m o s e n las i n n u m e r a b l e s calamidades d e aquellos q u e hasta ayer u n a apología t a n definitiva de la doctrina cristiana, q u e es tal vez
se gozaban con la m o d e s t a prosperidad de s u propio hogar familiar. esta situación la q u e p u e d e mover a los h o m b r e s m á s q u e cualquier
N u e s t r o corazón p a t e r n o se siente lleno d e angustia al prever todos otro a r g u m e n t o . P o r q u e d e este ingente c ú m u l o d e errores y d e
los males q u e p o d r á n b r o t a r d e la tenebrosa semilla de la violencia este diluvio d e m o v i m i e n t o s anticristianos se h a n cosechado frutos
y del odio, a los q u e la espada está a b r i e n d o ya sangrientos surcos. t a n envenenados, q u e constituyen u n a reprobación y u n a c o n d e n a -
Sin e m b a r g o , c u a n d o consideramos este diluvio d e males presentes ción de esos errores, cuya fuerza probativa supera a t o d a refutación
y t e m e m o s calamidades a ú n mayores para el futuro, j u z g a m o s deber racional.
n u e s t r o dirigir con creciente insistencia los ojos y los corazones d e
cuantos conservan todavía u n a voluntad recta hacia A q u e l d e q u i e n [ 1 8 ] . P o r q u e , m i e n t r a s las esperanzas fallan y desilusionan, la
ú n i c a m e n t e viene la salvación del m u n d o ; hacia A q u e l cuya m a n o gracia divina sonríe a las almas t e m b l o r o s a s : se percibe el paso del
o m n i p o t e n t e y misericordiosa es la única q u e p u e d e p o n e r fin a Señor 2 1 ; y a la palabra del R e d e n t o r : He aquí que estoy a la puerta
esta t e m p e s t a d ; hacia A q u e l , finalmente,.cuya verdad y amor son y llamo 2 2 , se a b r e n con frecuencia p u e r t a s q u e , de otro m o d o , n u n c a
los únicos q u e p u e d e n iluminar las inteligencias y encender los se abrirían. Dios es testigo de la ardorosa compasión, del santo gozo
espíritus d e t a n t o s h o m b r e s q u e , combatidos p o r las olas del error con q u e se vuelve n u e s t r o corazón a aquellos q u e , e x p e r i m e n t a n d o
y p o r el ansia d e u n egoísmo i n m o d e r a d o y casi sumergidos p o r las
si, ad sanctissimum lesu Chnsti régimen ad eiusque spiritum reducendi ac
pronum ac praeceps iter ad spiritualem animorum indigentiam virtutisque reformandi sunt.
inopiam nostra haec aetas collabitur. Quamobrem Christum in regali suo At forsitan sperare licet—quod quidem ut Deus optimus ad rem addu-
solio revereri, eidem regiae potestatis iura agnoscere, idque efficere ut sin- cat precamur—fore ut misérrima haec témpora nostra cogitationes ac consi-
guli universaque societas ad christianae veritatis caritatisque legem redeant, lia multorum in melius commutari iubeant, qui fallacibus opinionibus tam
haec omnia solummodo possunt homines ad salutis viam revocare. late hodie diffusis caeca mente fidentes, inconsulte imprudenterque per iter
Dum, Venerabiles Fratres, has lineas exaramus, terrificus affertur No- incedebant dubium insidiarumque plenum. Ac multi, qui minime perpen-
bis nuntius nefandum iam belli incendium, quod enixe deprecari conati debant quam valeret ac valeat pastorale Ecclesiae munus ad rite sancteque
sumus, miserrime conflatum esse. Scriptorius calamus paene consistit, quan- educandos ánimos, nunc forsitan eiusdem Ecclesiae mónita, quae faciiiore
doquidem innúmeras recogitamus eorum calamitates, qui usque adhuc in tutioreque tempore posthabuerant, magis intellegunt magisque aestimant.
domestico suo ipsorum convictu quadam, etsi tenui ac módica, prosperitate Praesentes igitur angustiae afflictissimaeque res christianae doctrinae prae-
laetabantur. Summa aegritudine paternus oppletur animus, dum ea omnia cepta ita collaudant, ut id magis ánimos ad veritatem commovere possit,
mente prospicimus, quae ex tenebricoso violentiae simultatisque semine quam quod máxime. Siquidem ex ingenti istiusmodi errorum cumulo pla-
oritura sunt, cui iam gladius cruentos facit sulcos. Attamen, cum ingruentes citorumque colluvie, christianum nomen aversantium, tam venenosi matu- -
tot malorum acerbitates consideramus, ac vel maiores reformidamus in pos- ruere fructus, ut opinionum earumdem reprobationem indicent damnatio-
terum, officii Nostri ducimus oculos animosque eorum, quibus proba ad- nemque constituant, cuius probativa vis quamlibet, ratione habitam, refu-
huc inest voluntas, ad cum etiam atque etiam dirigere, a quo uno salus hu- tationem exsuperet.
mano generi datur; ad eum, inquimtas, unum, cuius misericors ac praepo- Interdum enim, cum spes deluditur ac fallitur, divina gratia trepidis
tens manus tempestati huic finem imponere potest; ad eum denique unum, animis arridet: «transitus Domini» percipitur; ac Redemptori ita alloquenti:
cuius veritas cuiusque amor intelligentias collustrare ac proposita incen- «Ecce sto ad ostium et pulso», saepenumero ianuae reserantur, secus nun-
dere tot hominum possunt, qui errorum fluctibus suique ipsorum immode- quam aperiendae. Testis est Deus qua vehementi miseratione, quo sanctis^
rati amoris aestu iactati ac discrepantiae luctationisque undis paene submer- simo gaudio ad eos animum convertamus Nostrum, qui, acerbos hos ex-
21
2° Cf. el discurso al nuevo embajador de Italia, 7 de diciembre de 1939: AAS 31 [1939] Ex. 12,11.
22
704-706; DYR 1,442-443- Apoc. 3.20.
SUMMI PONTIFICATTJS 765
764 no XII
o m n i p o t e n t e y p a d r e de todos, s u p r e m o y absoluto legislador, o m -
t a n dolorosas p r u e b a s , sienten nacer en su interior el deseo i m p e -
nisciente y j u s t o j u e z de las acciones h u m a n a s . C u a n d o temeraria-
lente y saludable d e la verdad, de la justicia y de la paz cristiana.
m e n t e se niega a Dios, t o d o principio de moralidad q u e d a vacilando
Pero, incluso hacia aquellos p a r a quienes n o ha sonado todavía la
y perece, la voz de la naturaleza calla o al m e n o s se debilita paulati-
h o r a de la iluminación celeste, nuestro corazón n o conoce sino
n a m e n t e ; voz q u e enseña t a m b i é n a los ignorantes y a u n a las t r i b u s
amor, y nuestros labios p r o n u n c i a n plegarias a D i o s para q u e en n o civilizadas lo q u e es b u e n o y lo q u e es malo, lo lícito y lo ilícito,
sus almas, indiferentes o enemigas d e Cristo, haga brillar 1 u n rayo y les hace sentir q u e darán cuenta alguna vez de sus propias acciones
de aquella luz q u e u n día transformó a Saulo en Pablo, y q u e ha buenas y malas ante u n Juez s u p r e m o .
d e m o s t r a d o su fuerza misteriosa precisamente en los t i e m p o s m á s
difíciles de la Iglesia. [22 ]. C o m o bien sabéis, venerables h e r m a n o s , el f u n d a m e n t o
de toda la moralidad c o m e n z ó a ser rechazado en E u r o p a , p o r q u e
[ 1 9 ] . E n la h o r a presente, en q u e las calamitosas p e r t u r b a c i o -
m u c h o s h o m b r e s se separaron de la doctrina d e Cristo, d e la q u e es
nes o c u p a n la m e n t e d e todos, n o es nuestro propósito exponer una
depositaría y maestra la C á t e d r a d e San P e d r o . Esta doctrina dio
refutación completa d e los errores de esta época—refutación q u e
d u r a n t e siglos tal cohesión y tal formación cristiana a los pueblos
h a r e m o s c u a n d o se presente ocasión o p o r t u n a — , sino desarrollar d e E u r o p a , q u e éstos, educados, ennoblecidos y civilizados p o r la
por escrito solamente algunas observaciones fundamentales sobre este cruz, llegaron a tal grado de progreso político y civil, q u e fueron
tema. para los restantes pueblos y continentes maestros de todas las disci-
[ 2 0 ] . H o y día los h o m b r e s , venerables h e r m a n o s , a ñ a d i e n d o a plinas. P e r o desde q u e m u c h o s h e r m a n o s , separados ya d e N o s ,
las desviaciones doctrinales del pasado nuevos errores, h a n im- a b a n d o n a r o n el magisterio infalible de la Iglesia, llegaron, p o r des-
pulsado todos estos principios por u n camino t a n equivocado, q u e gracia, hasta negar la m i s m a divinidad del Salvador, d o g m a capital
n o se podía seguir de ello otra cosa q u e p e r t u r b a c i ó n y ruina. Y en y centro del cristianismo, acelerando así el proceso de disolución
p r i m e r lugar es cosa averiguada q u e la fuente primaria y m á s p r o - religiosa.
funda d e los males q u e hoy afligen a la sociedad m o d e r n a b r o t a de
[23 ]. N a r r a el sagrado Evangelio q u e , c u a n d o Jesús fué cruci-
la negación, del rechazo de u n a n o r m a universal d e rectitud moral, ficado, las tinieblas invadieron toda la superficie de la tierra 2 4 ; sím-
t a n t o en la vida privada d e los individuos como en la vida política bolo luctuoso de lo q u e ha sucedido, y sigue sucediendo, c u a n d o la
y en las m u t u a s relaciones internacionales; la m i s m a ley natural incredulidad religiosa, ciega y demasiado orgullosa d e sí misma,
q u e d a sepultada bajo la detracción y el olvido 2 3 .
[21]. Esta ley n a t u r a l tiene su f u n d a m e n t o en Dios, creador creatore ac patre, eodemque et supremo perfectissimoque legum latore et
sapientissimo iustissimoque humanarum actionum vindice. Cum temeré
pedentes luctus, salutare atque impellens ex praecordiis oriri sentiunt veri- aeternum renuitur Numen, iam cuiuslibet honestatis príncipium labat
tatis, iustitíae christianaeque pacis desiderium. Verumtamen erga eos etiarh, nutans, iamque naturae vox silet vel pedetemptim debilitatur, quae indoctos
quibus superna nondum affulsere lumina, nihil aliud nisi amorem spirat ani- etiam ac vel eos edocet, qui nondum ad civilis cultus usum pervenerunt,
mus Noster; ac labia Nostra supplices preces ad Deum admovent, ut eo- quid fas sit, quid nefas, quid liceat quidque non liceat; eosque admonet se
rum mentibus, quae Christum neglegunt vel contemmunt, aliquantulun aliquando coram Supremo Iudíce de bene maleque factis suis rationem csse
illius lucis splendescere iubeat, quae olim Saulum in Paulum convertit, quae- reddituros.
que difficilioribus ipsis Ecclesiae temporibus arcanam vim suam exseruit.
Ut profecto nostis, Venerabiles Fratres, ea de causa omnis in ordine mo-
In praesens vero, cum perturbati eventus calamitatesque occupent om- rum probitatis fundamentum in Europa olim reici coeptum est, quod ho-
nes, non plenam heic, edisserendo, proponere mens est errorum aetatis mines non pauci a Iesu Christi doctrina abducti sunt, cuius Beati Petri ca-
huius nostrae refutationem, quod quidem, si opportunitas obvenerit, fac- thedra cusios est atque magistra. Qua quidem doctrina ita per revoluta
turi erimus; sed praecipuas solummodo hac super re animadversiones scri- saecula Europae populi coaluere christianoque spiritu conformati sunt, ut
bendo persequi. Cruce nobilitati, et humaniores cultioresque effecti, ad tam provectam pu-
Homines hodie, Venerabiles Fratres, superiorum temporum falladas blicae civilisque rei progressionem pervenirent, ut ceteras quoque gentes ac
novis commentis falsisque opinationibus coagmentantes, haec omnia ita térras omne genus disciplinis excolerent. At cum ab inerranti Ecclesiae ma-
transversum ad extrema usque adegerunt, ut nihil aliud nisi conturbatio ai- gisterio se vindicavissent plures a Nobis seiuncti fratres eo, proh dolor, pro-
ruina consequi posset. Ac principio, compertum omnino est primum altio- cesserunt, ut ipsam Servatoris nostri divinitatem, quod christianae doctrinae
remque malorum fontem, quibus hodierna afflictatur civitas, ex eo scatere, caput est ac veluti centrum, respuendo subverterent, religionis conversionem
quod universalis de morum probitate pernegetur ac reiiciatur norma, cum ilissolutionemque maturantes.
in privata singulorum vita, tum in ipsa re publica atque in mutuis necessi- Cum Christus Dominus, quemadmodum Evangelii narrat historia, cruci
tudinum rationibus, quae inter gentes nationesque intercedunt; ipsa vide- affixus est, «tenebrae factae sunt super universam terram»; quod ea luctuose
licet naturalis lex detrectatione oblivioneque obruitur. significare videtur, quae acciderunt continenterque accidunt, cum qui de
Haec naturalis lex veluti fundamento innititur Deo, omnipotenti omnium 24
M t . 27,45.
2J
Cf. el discurso al nuevo embajador de Italia, 1 de marzo de 1943: D Y R 4,423-424.
!
7C6 'ío x n
SUMM1 l'O.NTIKIL'ATUS 767 ,
excluye a Cristo de la vida m o d e r n a , y especialmente d e la pública,
y, j u n t o con la fe en Cristo, debilita t a m b i é n la fe en D i o s . D e siendo así q u e retrocedían a cosas p e o r e s ; p e n s a b a n elevarse a las
aquí se sigue q u e todas las n o r m a s y principios morales según los más altas cimas, siendo así q u e se a p a r t a b a n d e su propia dignidad;
cuales eran juzgadas en otros t i e m p o s las acciones d e la vida privada afirmaban q u e este siglo n u e s t r o había d e traer u n a perfecta m a d u r e z ,
y de la vida pública, h a y a n caído en d e s u s o ; y se sigue t a m b i é n q u e mientras e s t a b a n volviendo precisamente a la antigua esclavitud.
d o n d e el E s t a d o se ajusta p o r completo a los prejuicios del llamado N o percibían q u e t o d o esfuerzo h u m a n o p a r a sustituir la ley de
laicismo—fenómeno q u e cada día a d q u i e r e m á s rápidos progresos Cristo p o r algo semejante está c o n d e n a d o al fracaso: Se entontecieron
y obtiene mayores alabanzas—y d o n d e el laicismo logra substraer en sus razonamientos 26.
al h o m b r e , a la familia y al E s t a d o del influjo benéfico y regenerador [ 2 5 ] . A s í debilitada y p e r d i d a la fe en Dios y en el divino
de D i o s y d e la Iglesia, aparezcan señales cada vez m á s evidentes y R e d e n t o r y apagada en las almas la luz q u e brota d e los principios
terribles d e la c o r r u p t o r a falsedad del viejo paganismo. Cosa q u e universales d e moralidad, q u e d a i n m e d i a t a m e n t e destruido el ú n i c o
s u c e d e t a m b i é n en aquellas regiones en las q u e d u r a n t e tantos siglos e insustituible f u n d a m e n t o d e estable t r a n q u i l i d a d en q u e se apoya
brillaron los fulgores de la civilización cristiana: las tinieblas se ex- el o r d e n i n t e r n o y externo d e la vida privada y pública, q u e es el
tendieron mientras crucificaban a Jesús25. único q u e p u e d e e n g e n d r a r y salvaguardar la p r o s p e r i d a d d e los
Estados.
[ 2 4 ] . Pero m u c h o s , tal vez, al separarse de la doctrina d e C r i s -
to, n o advertían q u e eran engañados p o r el falso espejismo d e u n a s [ 2 6 ] . E s cierto q u e , c u a n d o los pueblos d e E u r o p a estaban
frases brillantes, q u e p r e s e n t a b a n esta separación del cristianismo vinculados p o r u n a fraterna unión, alimentada p o r las instituciones
como liberación de u n a s e r v i d u m b r e i m p u e s t a ; ni preveían las y los preceptos del cristianismo, n o faltaban disensiones, ni t r a s -
amargas consecuencias q u e se seguirían del cambio q u e venía a tornos, ni guerras asoladoras; p e r o tal vez jamás c o m o en el p r e s e n t e
substituir la verdad, q u e libera, con el error, q u e esclaviza; n i p e n - los h o m b r e s se h a n e n c o n t r a d o con u n ánimo t a n q u e b r a n t a d o y
saban, finalmente, q u e , r e n u n c i a n d o a la ley de Dios, infinitamente afligido, p o r q u e ven con t e m o r indecible la extraordinaria dificultad
sabia y paterna, y a la amorosa, unificante y ennoblecedora doctrina p a r a c u r a r s u s propios males. M i e n t r a s que, p o r el contrario, e n los
de a m o r d e Cristo, se e n t r e g a b a n al arbitrio de u n a p r u d e n c i a h u - siglos anteriores estaba presente e n los espíritus d e todos la noción
m a n a lábil y p o b r e . Alardeaban d e u n progreso en todos los campos, de lo j u s t o y d e lo injusto, d e lo lícito y de lo ilícito; lo cual facilita
los acuerdos, refrena las pasiones desordenadas y deja abierta la vía
a u n a honesta inteligencia m u t u a . E n nuestros días, sin e m b a r g o , las
religionis rebus increduli sunt nomines, calígine obcaecati sibique nimium
disensiones n o provienen ú n i c a m e n t e del ímpetu v e h e m e n t e de u n
fidentes, divinum Redemptorem ex hodiernae vitae actione ac praesertim
ex publica re quasi extorrem exigunt, atque, una cum Christi fide, Dei
etiam fidem debilitant. Id siquidem consequitur, ut omnia de conformandis bantur; ad nobilissima quaeque se provehi reputabant, dum e suae infelici-
moribus principia ac normae, quibus superiore tempore rationes privatim ter removebantur dignitatis gradu; ac saeculum hoc nostrum maturítatem
publiceque vivendi diiudicabantur, quasi obsoleta facta sint; utque, ubi perfectionemque afierre asseverabant, cum in servitutem veterem miserrime
civilis societas omnino ad laicismi, quem vocant, effata ac placita redacta redigerentur. Non perspiciebant enim quemlibet hominum nisum, qui eo
fuerit—quod quidem citatiore cotidie gradu eveñit, summisque laudibus contenderet ut quiddam simile in christianae legis locum sufficeret, fallacem
extollitur—atque ubi eo usque incesserit, ut singulos cives, domesticum omnino vanumque esse; «evanuerunt» scilicet «in cogitationibus suis».
convictum universamque civitatem a b almo ac benéfico Dei Ecclesiaeque Siquidem remissa ac debilitata Dei divinique Redemptoris fide, ac luce
afflatu subtraxerit, luculentiora cotidie ac miseriora manifestentur signa obumbrata in animis, quae ex universalibus probitatis honestatisque normis
ac vestigia corruptricis ethnicorum veterum falsitatis. Quod quidem in iis oritur, iam unum illud atque unícum labefactatur stabilitatis tranquillita-
etiam regionibus contingit, in quibus per tot saeculorum decursum chris- tisque fundamentum, quo privatus ac publicus animorum rerumque ordo
tianae urbanitatis iubar refulsit: «Tenebrae factae sunt dum crucifixissent innititur, qui quidem solummodo potest civitatum prosperitatem gignere
Iesum». ac sartam tectamque servare.
At multi forsitan, dum a Iesu Christi praeceptis abstrahebantur, non orn- T u m etiam pro certo, cum Europae gentes fraterno illo continebantur
nino animadvertebant se mira quadam fallí veri specie splendescentibus foedere, quod eadem alebant christiana instituía ac praecepta, non dissidia,
verborum luminibus fucata, quibus haec evangelicae doctrinae repulsa non rerum conversiones, non populantia bella deerant; sed nunquam alias
quasi impositae servitutis liberado praedicabatur; ñeque prospiciebant forsitan, ut in praesens, tam fracto homines afflictoquc fuere animo, quan-
quid inde consecuturum esset, cum veritas, quae liberat, in errorem fuisset, doquidem acri trepidatione cernunt quam diffeile sit suis mederi malis.
qui servos facit, commutata; ñeque denique perpendebant arbitrio sese Dum contra superiore aetate praesens mentibus animisque erat quid fas,
esse dedituros fluxae ac miserae hominum sagacitatis, cum paternam infi- quid nefas esset, quid liceret, quid denique illidtum esset: quod quidem
niteque sapientem Dei legem ac Iesu Christi mandata respuissent, quae cari- et consensiones faciliores reddit, et concitatas cupidines coércet, et ad ho-
tatem redolent, homines Ínter se coniungunt eosque ad excelsa erigunt. Re- nestam rerum composítionem viam pandit ac munit. Hisce tamendiebus
rtim omnium progressionem iactabant, dum contra ad deteriora regredie- non ex vehementi tantummodo intemperantis ariimi Ímpetu oríuntur dissi-
25
Breviario Romano oficio del Vierne1! Santo, respons.4. 26 Rom. I . I I .
768 PÍO X I I
SI'MMI roVi'ii'iCATus 76!)
espíritu destemplado, sino m á s bien d e u n a profunda perturbación además, q u e de la p r i m e r a u n i ó n matrimonial p r o c e d e n todos los
d e la conciencia interior, q u e h a t r a s t o r n a d o t e m e r a r i a m e n t e los demás h o m b r e s , los cuales, como enseña la Escritura con extraor-
sanos principios d e la m o r a l privada y pública. >• dinaria viveza y plasticidad de lenguaje, se dividieron después en
varias t r i b u s y pueblos, diseminándose p o r las diversas partes del
[II. D O S ERRORES CAPITALES EN EL ORDEN POLÍTICO] m u n d o . Y enseña t a m b i é n q u e , a u n q u e se alejaron miserablemente
de su Creador, Dios n o dejó d e considerarlos como hijos, a los
[ 2 7 ] . E n t r e los múltiples errores q u e brotan, como d e fuente cuales, según s u s misericordiosos designios, había d e traer d e nuevo
envenenada, d e l agnosticismo religioso y moral, h a y d o s princi- u n día al seno d e su a m i s t a d 2 8 .
pales q u e q u e r e m o s p r o p o n e r d e m a n e r a particular a vuestra dili-
[ 3 0 ] . E l Apóstol d e las G e n t e s , como heraldo d e esta verdad
gente consideración, venerables h e r m a n o s , p o r q u e hacen casi i m -
q u e h e r m a n a a los h o m b r e s en u n a gran familia, anuncia estas reali-
posible, o al m e n o s precaria e incierta, la tranquila y pacífica con- dades al m u n d o griego: Sacó [Dios] de un mismo tronco todo el
vivencia d e los pueblos. linaje de los hombres, para que habitase la vasta extensión de la tierra,
fijando el orden de los tiempos y los limites de la habitación de cada
[Olvido de la solidaridad humana] pueblo para que buscasen a Dios 2 9 . R a z ó n p o r la cual p o d e m o s con-
t e m p l a r c o n admiración del espíritu al género h u m a n o unificado
[ 2 8 ] . E l p r i m e r o d e estos d o s errores, e n la actualidad enor- p o r la u n i d a d d e su origen c o m ú n e n Dios, según aquel t e x t o :
m e m e n t e e x t e n d i d o p o r desgracia, consiste e n el olvido d e aquella Uno el Dios y Padre de todos, el cual está sobre todos y habita en todos
ley de m u t u a solidaridad y caridad h u m a n a impuesta p o r el origen nosotros 3 0; p o r la u n i d a d d e naturaleza, q u e consta d e cuerpo m a -
c o m ú n y p o r la igualdad d e la naturaleza racional e n t o d o s los h o m - terial y d e alma espiritual e i n m o r t a l ; p o r la u n i d a d del fin p r ó x i m o
bres, sea cual fuere el p u e b l o a q u e pertenecen, y p o r el sacrificio de todos y p o r la misión c o m ú n q u e todos tienen q u e realizar e n
de la redención, ofrecido p o r Jesucristo en el ara d e la cruz a su esta vida p r e s e n t e ; p o r la u n i d a d d e habitación, la tierra, d e cuyos
P a d r e celestial e n favor d e la h u m a n i d a d pecadora. bienes todos los h o m b r e s p u e d e n disfrutar p o r d e r e c h o natural,
[ 2 9 ] . L a p r i m e r a página d e la Sagrada Escritura refiere con para sustentarse y adquirir la propia perfección; p o r la u n i d a d del
grandiosa simplicidad q u e Dios, para coronar su obra creadora, fin s u p r e m o , Dios mismo, al cual todos d e b e n tender, y p o r la u n i -
hizo al hombre a su imagen y semejanza27; y la m i s m a Escritura dad d e los m e d i o s p a r a p o d e r conseguir este s u p r e m o fin.
enseña q u e el h o m b r e , enriquecido con dones y privilegios sobrena-
turales, fué destinado a u n a eterna e inefable felicidad. Refiere, tati. Ac praeterea narrant ex primo hominis feminaeque coniugio duxisse
originem ceteros omnes; quos referunt—rem verbis vivide significanterque
dia, sed ex intimae potius conscientiae perturbatione defectioneque, ex effingendo—variis tribubus fuisse gentibusque distinctos, per variasque
qua privatae ac publicae probitatis honestatisque normae temeré subver- terrarum orbis partes disseminatos. Et cum etiam misere a suo ipsorum
tuntur. aberrarent Creatore, paternum animum in eos Deum gerere non praeter-
* # # misisse, quos ex divinae misericordiae suae consilio iterum aliquando secum
una amícitiae foedere coniuncturus esset.
In multiplicibus variisque erroribus, qui ex neglectis detrectatisque Atque Apostolus gentium, utpote huius praeco veritatis, qua homines
religionis praeceptis morumque probitatis normis, quasi e venenoso fonte in magnam famiiiam fraterne coalescunt, haec nuntiat Graecorum genti:
scatent, dúo capita peculiari modo, Venerabiles Fratres, considerationi «Fecít... [Deus] ex uno omne genus hominum inhabitare super universam
diligentiaeque vestrae proponimus, quippe quae impossibile paene, vel faciem terrae, definiens statuta témpora, et términos habitationis eorum,
precarium incertumque reddant populos ínter se pacifice tranquilleque quaerere Deum...» Quapropter miro quodam mentís obtutu humanum
vivere. . genus, ob communem a Creatore originem unum, intueri ac contemplari
possumus secundum illud: «Unus Deus et Pater omnium, qui est super
Quorum primum, tam late in praesens pernicioseque vulgatum, obli- omnes et per omnia et in ómnibus nobis»; itemque natura unum, quae ex
vione continetur mutuae illius hominum necessitudinis caritatisque, quam i-orporis concretione et ex immortali spiritualique animo constat; unum ob
quidem cum communis origo postulat, ac rationabilis omnium hominum proxime ómnibus assequendum finem, obque cbmmune per praesentis
naturae aequalitas, ad quaslibet iidem gentes pertineant, tum Redemptio- huius vitae decursum fungendum munus; unum ob eandem habitationem,
nis sacrificium praecipit, quod Christus Dominus expiandis animis Aeter- lerrarum nempe orbem, cuius opibus naturali iure omnes fruí possunt,
no Patri in ara crucis obtulit. ut sese alere queant seseque ad auctiora incrementa provehere; unum
Narrat enim prima Sacrarum Litterarum pagina, ingenua illa sua ver- ilenique ob supernum finem, Deum ipsum, quo contendant omnes oportet,
borum granditate, creatorem Deum, ut inceptum opus consummaret, fecisse et ob res atque adiumenta, quibus eumdem finem tándem aliquando con-
«hominem ad imaginem suam»; itemque Biblia edocent eum, supernis do- tingere valeant.
nis dotibusque ditatum, arcanae fuisse sempiternaeque destinatum beati- 28 Cf. Gen. 12,3.
50
" Cf. Gen. 1,26-27. 2» Act. 17,26-27. Eph. 4.6.
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770 no XII SUMMI H>N'i'iiíicrn;s 771
r e s p o n d a n a la situación y con los q u e se p u e d a atender a las necesi- se deriven demostrarán su radical falacia. E l crimen de lesa majestad
dades del p u e b l o ? Sin e m b a r g o , el o r d e n moral establecido p o r Dios contra el Rey de los reyes y Señor de los que dominan 3 7 cometido con
exige q u e se d e t e r m i n e c o n t o d o cuidado, según la n o r m a del bien u n a educación d e los niños indiferente y contraria al espíritu y al
c o m ú n , la licitud o ilicitud d e las m e d i d a s q u e aconsejen los tiempos, sentimiento cristianos, al estorbar e i m p e d i r el p r e c e p t o d e Jesu-
c o m o t a m b i é n la verdadera necesidad d e estas medidas. cristo : Dejad que los niños vengan amí^&, producirá, sin d u d a alguna,
[ 5 2 ] . D e todos m o d o s , c u a n t o m á s gravosos s o n los sacrificios frutos amarguísimos. P o r el contrario, el E s t a d o q u e libera d e estas
materiales exigidos p o r el E s t a d o a los ciudadanos y a la familia, preocupaciones a las m a d r e s y a los padres cristianos, entristecidos
t a n t o m á s sagrados e inviolables d e b e n ser para el E s t a d o los d e r e - p o r esta clase d e peligros, y m a n t i e n e enteros los derechos d e la
chos d e las conciencias. E l E s t a d o p u e d e exigir los bienes y la sangre, familia, fomenta la paz interna del Estado y asienta el f u n d a m e n t o
p e r o n u n c a el alma redimida p o r Dios. P o r esta razón, la misión firme sobre el cual p o d r á levantarse la futura p r o s p e r i d a d d e la pa-
q u e Dios h a e n c o m e n d a d o a los p a d r e s d e proveer al bien t e m p o r a l tria. L a s almas de los hijos q u e Dios entregó a los padres, purifica-
y al bien eterno d e la prole y d e p r o c u r a r á los hijos u n a adecuada das c o n el b a u t i s m o y señaladas con el sello real d e Jesucristo, son
formación religiosa, nadie p u e d e arrebatarla a los p a d r e s sin u n a como u n tesoro sagrado, sobre el q u e vigila c o n amor solícito el
grave lesión del derecho. Esta adecuada formación debe, sin duda, m i s m o Dios. E l divino R e d e n t o r , q u e dijo a los apóstoles: Dejad
t e n e r t a m b i é n como finalidad p r e p a r a r la j u v e n t u d p a r a la acepta- que los niños vengan a mí 3 9 , n o obstante su misericordiosa b o n d a d ,
ción d e aquellos deberes d e n o b l e patriotismo, c o n cuyo c u m p l i - h a a m e n a z a d o c o n terribles castigos a los q u e escandalizan a los
m i e n t o inteligente, voluntario y alegre se d e m u e s t r e prácticamente niños, objeto predilecto d e su corazón. Y ¿qué escándalo p u e d e h a -
el a m o r a la tierra patria. Pero, p o r otra parte, u n a educación d e ber m á s dañoso, q u é escándalo p u e d e haber m á s criminal y d u r a d e -
la j u v e n t u d q u e se despreocupe, c o n olvido voluntario, d e orientar ro q u e u n a educación m o r a l d e la j u v e n t u d dirigida equivocadamente
la m i r a d a d e la j u v e n t u d t a m b i é n a la patria sobrenatural, será t o - hacia u n a m e t a q u e , totalmente alejada d e Cristo, camino, verdad
t a l m e n t e injusta t a n t o contra la propia j u v e n t u d como contra los y vida40, c o n d u c e a u n a apostasía oculta o manifiesta del divino
deberes y los derechos totalmente inalienables d e la familia cristia- R e d e n t o r ? Este divino R e d e n t o r q u e se le roba criminalmente
n a ; y, consiguientemente, p o r h a b e r s e incurrido e n u n a extralimi- a las nuevas generaciones presentes y futuras es el m i s m o que h a
tación, el m i s m o bien del p u e b l o y del E s t a d o exige q u e se p o n g a n recibido d e su E t e r n o P a d r e t o d o p o d e r y tiene e n sus manos el
los r e m e d i o s necesarios. U n a educación semejante podrá, tal vez, destino d e los Estados, d e los pueblos y de las naciones. E l cese o la
parecer a los g o b e r n a n t e s responsables d e ella u n a fuente d e a u m e n t o
de fuerza y d e vigor; pero las tristes consecuencias q u e d e aquélla
ciam ostendent. Maiestatis crimen adversus «Regem regum et Dominum
dominantium», in puerorum institutione patratum, quae christianos spiritus
cionibus respondeant, quibusque plebis necessitatibus subveniatur? Sed christianosque sensus neglexerit vel aversata fuerit, cum divinam illam
postulat tamen statuta a Deo ratio in ordine morum, ut diligentius perpen- Iesu Christi invitationem praepediat ac prohibeat «sinite párvulos venire
datur, ex boni nempe communis norma, quid fas sit, in hisce decernendis, ad me», acerbissimos procul dubio proferet fructus. At contra publica p o -
quae témpora moneant, quid nefas; itemque quid reapse necessitas exposcat. testas, quáe patrum matrumque familias ánimos, ob id genus discrimina
Ceterum quo graviora jncommoda rerumque iacturas a singulis civibus summo dolore affectos, ab eiusmodi sollicitudinibus liberat, eorumque iura
et a domestica societate exposcit publica potestas, eo magis debet animorum redintegrat, internam procul dubio civitatis tranquillitatem provehit, ac
iura sancta inviolataque servare. Ipsa siquidem potest opes cruoremque tutum constituit fundamentum, quo futura patriae prosperitas innitatur.
expetere, at nunquam animam a Deo redemptam potest. Quamobrem, quod Quos parentibus Creator largitus est, filiorum animi, sacro fonte expiati ac
sempiternum Numen patribus matribusque familias munus concredidit, regio distincti Iesu Christi signo, quasi sacrum constituunt thesaurum, cu¡
hoc est consulendi subolis cuiusque suae bono, ad praesentem futuramque sollicitus Dei amor invigilat. Divinus ipse Redemptor, qui quondam Apop-
vitam quod attinet, itemque filios ad vera religionis praecepta apte confor- tolis edixerat: «Sinite párvulos venire ad me», etsi benignitatis misericor-
mandi, id nemo unus, sine gravi iuris detrimento, ad se rapere potest. diaeque plenus, iis tamen atrocia mala comminatus est, qui puerulos, sibi
Quae quidem apta conformatio eo etiam pro certo spectat ut adulescentium carissimos, pravo exemplo offendant. At quaenam flagitiosior offensio haberi
ánimos ad nobilissima ea patriae caritatis officia excitet atque compellat, ex potest, quaenam suboli detrimentosior ac magis in posterum nocitura, quarn
quibus, alacri mente hilarique volúntate exsequendis, eiusdem amons stu- ea puerilium morum conformatio, quae iuventam transversam agat ad m e -
dium in patriae solum actuóse demonstretur. Attamen iuvenilis institutio. tam, quae longe absit a Christo «via, veritate et vita», eamque a divino R e -
quae ex consulto oblivioseque praetermiserit iuvenum oculos ad caelestem demptore vel occulte vel palam abalienari iubeat? Qui quidem divinus
quoque patriam dirigere, cum in ipsam iuventutem, tum in christianae Redemptor, a quo praesens ac futura iuvenilis aetas miserrime abstrafíitur
familiae officia ac iura, nunquam quidem abalienanda, iniusta prorsus eva- ídem ipse est, qui omnem ab Aeterno Patre potestatem accepit, cuiusque
serit; atque adeo, utpote fuerit statutos sibi fines transgressa, ipsum populi ex manibus pendet civitatum, gentium nationumque fortuna. Earum siqui-
civitatisque bonum remedia adhibenda postulat. Istiusmodi educatio ns 37
1 Tim. 4,15; Apoc. 19,16.
videatuí; forsitan, qui eius rationem ac periculum in se receperint, auctions 3
» Me. 10,14.
roboris firmitatisque fons; at qui consecuturi erunt eventus huius rei falla- 3» Le. 18,16.
<o lo. 14,6.
782 PÍO x i l
SUMMI l'ONTIFIC.VTUS 783
prolongación de la vida de los Estados, el crecimiento y la grandeza
d e los pueblos, t o d o d e p e n d e exclusivamente de Cristo. D e t o d o a la organización de su régimen político interno, está ligado, sin
c u a n t o existe en la tierra, sólo el alma e s inmortal. P o r esto, u n sis- embargo, con vínculos m u t u o s en el o r d e n jurídico y en el o r d e n
tema educativo q u e n o respete el recinto sagrado de la familia cris- moral y constituye u n a universal c o m u n i d a d de pueblos, destinada
tiana, protegido por la ley de D i o s ; q u e tire por tierra sus bases y a lograr el b i e n de todas las gentes y regulada p o r leyes propias q u e
cierre a la j u v e n t u d el camino hacia Cristo, para impedirle beber el m a n t i e n e n su u n i d a d y. p r o m u e v e n u n a prosperidad siempre cre-
agua en las fuentes del Salvador 4 1 , y q u e , finalmente, proclame la ciente.
apostasía de Cristo y d e la Iglesia como señal d e fidelidad a la
[ 5 5 ] . A h o r a bien, todos ven fácilmente q u e aquellos supuestos
nación o a u n a clase determinada, este sistema, sin d u d a alguna,
derechos del Estado, absolutos y e n t e r a m e n t e independientes, son
al o b r a r así, p r o n u n c i a r á contra sí m i s m o la sentencia d e condena- totalmente contrarios a esta i n m a n e n t e ley n a t u r a l ; m á s aún, la nie-
ción y experimentará a su t i e m p o la ineluctable verdad del aviso gan r a d i c a l m e n t e ; es igualmente evidente q u e esos derechos abso-
del profeta: Los que se apartan de ti serán escritos en la tierra42. lutos e n t r e g a n al capricho de los gobernantes del E s t a d o las legítimas
relaciones internacionales e i m p i d e n al m i s m o t i e m p o la posibilidad
[El Estado y el orden internacional] de u n a u n i ó n verdadera y de u n a colaboración fecunda e n el orden
de los intereses generales. P o r q u e , venerables h e r m a n o s , las relacio-
[53 ]. L a concepción q u e atribuye al E s t a d o u n p o d e r casi in- nes internacionales n o r m a l e s y estables, la amistad internacional
finito, n o sólo es, venerables hermanos, u n error pernicioso para la fructuosa exigen que los pueblos reconozcan y observen los princi-
vida interna d e las naciones y para el logro armónico dé u n a p r o s p e - pios normativos del d e r e c h o natural regulador d e la convivencia
ridad creciente, sino q u e es además dañosa para las m u t u a s relacio- internacional. Igualmente, estos principios exigen el respeto íntegro
nes internacionales, p o r q u e r o m p e la u n i d a d q u e vincula entre si d e la libertad de todos y la concesión a t o d o s d e aquellos derechos
a todos los Estados, despoja al d e r e c h o de gentes de t o d o firme q u e son necesarios p a r a la vida y p a r a el desenvolvimiento progre-
valor, abre camino a la violación d e los derechos ajenos y hace m u y sivo d e u n a p r o s p e r i d a d p o r el camino del sano progreso civil; exi-
difícil la inteligencia y la convivencia pacífica. gen, p o r último, la fidelidad íntegra e inviolable a los pactos esti-
[ 5 4 ] . P o r q u e el género h u m a n o , a u n q u e , p o r disposición del pulados y sancionados de acuerdo con las n o r m a s del d e r e c h o de
o r d e n natural establecido p o r Dios, está dividido en grupos sociales, gentes.
naciones y Estados, independientes m u t u a m e n t e en lo q u e respecta [ 5 6 ] . N o cabe d u d a q u e el p r e s u p u e s t o indispensable d e toda
dem vitam contrahi vel produci, earumque incrementa amplitudinemque pacífica convivencia entre los pueblos y la condición indispensable
provehi, ad eum unum pertinet. Animus tantummodo ex rebus ómnibus, d e las relaciones jurídicas del d e r e c h o p ú b l i c o vigentes e n t r e los
quae in térra habentur, immortalitate fruitur. Quapropter ea educationis
ratio, quae sacra christianae famiiiae saepta, divinae legis praesidio hita,
suam quod attinet interni regiminis temperationem, aliae ab aliis non pen-
sarta tectaque non servaverit, quae eorum fundamenta subverterit, atque iter
dent, mutuis tamen in iuridiciali ac morali re vinculis obstringitur, et in
ad Christum adulescentibus praecluserir, ne «aquas in gaudio hauriant de
universam magnamque coalescit populorum congregationem, quae ad as-
fontibus Salvatoris»; quae denique ab eodem Christo et ab Ecclesia abalie-
sequendum omnium gentium bonum destinatur, ac peculiaribus regitur
nationem praedicaverít, quasi in nationem vel in aliquem cívium ordinem fi-
normis, quae et unitatem tutantur, et ad res cotidie magis prosperas dirigunt.
delitatis indicem, ea procui dubio in semetípsam damnationis poená ani-
madverterit, eritque stato tempore ineluctabüem sententiae veritatem ex- Iamvero nemo est qui non videat asseverata illa rei publicae iura, abso-
perta sacri vatis admonentis: «Recedentes a T e in térra scribentur». lutissima nullique prorsus obnoxia, legi huic naturali et insitae omnino
adversan, eamdemque funditus refellere; itemque patet eadem iura illas
* * # legitime initas necessitudines, quibus nationes Ínter se coniunguntur, civi-
tatis moderatorum arbitrio permitiere, ac praepedire quominus recta ha-
Opinatio jila, Venerabiles Fratres, quae imperium paene infinitum reí beatur animorum omnium consensio ac mutua adiutricis. operae collatio.
publicae attribuit, non internae tantum nationum vitae et auctioribus com- Id siquidem postulant, Venerabiles Fratres, congruenter compositae per-
ponendis incrementis perniciosus error evadit, sed mutuis etiam populorum petuoque mansurae civitatum rationes, postulant amicitiae vincula, e qui-
rationibus detrimentum affert; quandoquidem unitatem illam infringit, qua bus uberes oriantur fructus, ut naturalis iuris principia ac normas, quibus
civitates universae Ínter se contineantur oportet, gentium iura vi firmitate- nationes Ínter se contineantur, rite populi agnoscant, iisdemque obtempe-
que exuit, atque, viam sternens ad aliena violanda iura, pacate una simul rent. Parique modo eadem ipsa principia iubent libertatem cuique suam
tranquilleque vivere perdifficile reddit. servari incolumem, eaque ómnibus tribui iura, quibus vivant, ac per civilis
Etenim hominum genus, quamquam ex naturalis ordinis a Deo statuta progressionis iter ad res magis cotidie prosperas adveniant; iubent denique
lege in civium classes disponitur, itemque in nationes civitatesque, quae ad pacta conventa, ex gentium iure stipulata ac sancta, integra inviolataque
41
permanere.
Is. 12,3.
42
Icr. 17,13. Haud dubium est tum gentes solummodo posse una simul quieteque
vivere, tum solummodo posse publice iureque statutis necessitudinibus regi,
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pueblos es la m u t u a confianza, la gene»al persuasión d e q u e todas teralmente, sin consultar a. la otra parte contrata'nte, es u n proceder
las partes d e b e n ser fieles a la palabra e m p e ñ a d a ; la admisión, final- q u e echa p o r tierra la seguridad d e la confianza recíproca e n t r e los
m e n t e , p o r todos de la verdad de este p r i n c i p i o : Es mejor la sabidu- E s t a d o s ; d e esta m a n e r a q u e d a t o t a l m e n t e d e r r i b a d o el o r d e n na-
ría que las armas bélicas 4 3 ; y, además, la disposición d e á n i m o p a r a tural y los pueblos q u e d a n separados p o r u n i n m e n s o vacío, imposi-
discutir e investigar los propios intereses y n o p a r a solucionar las ble d e s a l v a r 4 4 .
diferencias con la amenaza d e la fuerza cuando surjan demoras, con- [ 5 9 ] . H o y día, venerables h e r m a n o s , t o d o s m i r a n con espanto
troversias, dificultades y cambios, cosas todas q u e p u e d e n nacer n o el c ú m u l o d e males al q u e h a n llevado los errores y el falso derecho
solamente d e mala voluntad, sino t a m b i é n del cambio de las cir- de q u e h e m o s h a b l a d o y sus consecuencias prácticas. Se h a desva-
cunstancias y del cruce de intereses opuestos. necido el espejismo de u n falso e indefinido progreso, q u e engañaba
[ 5 7 ] . P e r o separar el d e r e c h o d e gentes del d e r e c h o divino, a m u c h o s ; la trágica actualidad d e las r u i n a s presentes parece d e s -
p a r a apoyarlo en la voluntad a u t ó n o m a del E s t a d o como f u n d a m e n - p e r t a r d e su s u e ñ o a los q u e seguían d o r m i d o s , repitiendo la sen-
t o exclusivo, equivale a destronar ese d e r e c h o del solio de su h o n o r tencia del profeta: Sordos, oíd, y, ciegos, mirad45. L o q u e externa-
y de su firmeza y entregarlo a la apresurada y destemplada ambición m e n t e parecía o r d e n a d o , en realidad n o era otra cosa q u e u n a p e r -
del interés privado y del egoísmo colectivo, q u e sólo b u s c a n la afir- t u r b a c i ó n general invasora d e t o d o ; p e r t u r b a c i ó n q u e h a alcanzado
mación d e sus derechos propios y la negación de los derechos ajenos. a las m i s m a s n o r m a s de la vida moral, u n a vez q u e éstas, separadas
[ 5 8 ] . H a y q u e afirmar, es cierto, q u e , con el transcurso del de la majestad d e la ley divina, h a n c o n t a m i n a d o todos los campos
, t i e m p o y el cambio substancial de las circunstancias—no previstas d e la actividad h u m a n a . P e r o dejemos ahora el pasado y volvamos
y tal vez imprevisibles al t i e m p o d e la estipulación—, u n t r a t a d o los ojos hacia ese porvenir q u e , s e g ú n las p r o m e s a s d e aquellos q u e
entero o alguna de sus cláusulas p u e d e n resultar o p u e d e n parecer t i e n e n en sus m a n o s los destinos de los p u e b l o s — c u a n d o cesen los
injustas, o demasiado gravosas, o incluso inaplicables para alguna sangrientos conflictos p r e s e n t e s — , traerá consigo u n a nueva orga-
de las partes contratantes. Si esto llega a suceder, es necesario recu- nización, fundada e n la justicia y en la p r o s p e r i d a d . P e r o ¿es q u e
acaso ese porvenir será e n realidad diverso, y, lo q u e es m á s impor-
rrir a t i e m p o a una leal discusión p a r a modificar en lo q u e sea con-
tante, llegará a ser mejor y m á s feliz? L o s n u e v o s tratados de paz
veniente o sustituir por completo el p a c t o establecido. P e r o consi-
y el establecimiento d e u n n u e v o o r d e n internacional q u e surgirán
derar los convenios ratificados como cosa efímera y caduca y atri-
c u a n d o t e r m i n e la guerra, ¿estarán acaso a n i m a d o s d e la justicia y
b u i r s e la tácita facultad d e rescindirlos c u a n d o la propia utilidad
parezca aconsejarlo, o a t r i b u i r s e la facultad d e quebrantarlos unila-
tam facultatem tribuere, quotiescumque propria utilitas id postulare vide-
cum mutua intersit fiducia, cum ómnibus persuasum sit datam fidem in- tur, eadem infringendi sua sponte, inconsulto nempe vel posthabito altero
columem utrinque servatum iri, cum omnes denique illud pro certo acci- paciscente, hoc pro certo debita mutuaque fide civitates exuit; atque adeo
piant «meliorem esse sapientiam quam arma bellica»; ac praeterea cum ad naturae ordo funditus subruitur, ac populi nationesque quasi praeruptis im-
rem suam aptius inquirendam disceptandamque omnes parati sint, non vero mensisque voraginibus invicem segregantur.
ad discriminis causam vi minaciterque decernendam, si morae, si contro- Hodie, Venerabiles Fratres, trepidi omnes malorum cumulum conside-
versiae, si difficultates mutationesque obvenerint, quae quidem omnia non rant, quem et errores simulataeque normae, de quibus explicando diximus,
ex prava tantum volúntate, sed ex mutatis etiam vicissitudinibus et ex re- et ea, quae inde consecuta sunt, miserrime coegerunt. Falsae ac superbae
pugnantibus invicem suis cuiusque utilitatibus oriri queunt. infmitae progressionis species, quae multorum illiciebant ánimos, evanue-
Ceterum, ius gentium idcirco a divino iure vindicare, ut in rei publicae runt; iamque ingruentia ruinarum discrimina nondum experréctos e somno
moderatorum arbitrio veluti fundamento unice innitatur, nihil aliud signi- expergefacere videntur, quasi illa iteratá sacri vatis sententiá: «Surdi, audite,
•ficat quam illud ipsum ex honoris sui suaeque firmitatis solio detrudere, et caeci, intuemini». Quae externo ordine composita videbantur, reapse nihil
idemque nimio concitatoque privati publicique commodi studio permitiere, aliud erant, nisi omnia invadens rerum perturbatio: perturbationem dici-
quod non alio contendit, nisi ut propria iura efferat, aliena deneget. mus, quae ipsa morum praecepta attigerat, cum eadem, a divinae legis.
maiestate avulsa, omnem infecissent humanae navitatis campum. At iam
Asservandum utique est, temporis decursu ob graviter immutata rerum non ad praeterita, sed ad futura illa témpora mentís oculos convertamus,
adiuncta—quae, dum pactio transigebatur, nec prospiciebantur, nec prospi- quae, ut ii pollicentur, a quibus populorum sors ac fortuna pendet—prae-
ci quidem forsitan poterant—aut integras conventiones, aut quasdam earum- sentibus cruentisque conflictationibus tándem aliquando pacatis—novam re-
dem partes alteri ex adstípulantibus iniustas quandoque evadere vel videri rum rationumque temperationem afferent, iustitiae prosperitatisque funda-
posse, vel saltem nimio graviores evenire, vel denique eiusmodi fieri ut ad mento suffultam. Verumtamen numquid alia reapse et, quod praecipuúm
rem deduci nequeant. Quod si contingat, procul dvibio necesse est tem- est, melior atque felicior orietur aetas? Ac nova pacis conventa, novaque
pestive ad sinceram honestamque disceptationem confugere, ut pactio vel ínter nationes constituía ordinatio, quae huius belli finem consequentur,
opportunas immutationes accipiat, vel iterum omnino componatur. Sed
contra, pacta conventa aeque ac res fluxas et caducas habere, sibique taci- 44
Cf. e! discurso al nuevo embajador del Ecuador, 13 de julio de 1948: A A S 45 [1948]
U8-340; E 8 [1948] 2,61.
" Ecl. 9,18. •<5 fe. 4 2 / I 8 .
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dispensable, ha de tener como ejecutor eficaz u n a íntegra justicia firmes en la defensa de su causa, aun a costa d e la p é r d i d a de los
y c o m o corona la caridad. propios bienes y del sacrificio de la propia vida. E l q u e vive del
[ 6 1 ] . Llevar a cabo esta obra de renovación espiritual, q u e espíritu d e Cristo n o se abate p o r las dificultades q u e surgen, sino
deberá adaptar sus medios al cambio d e los t i e m p o s y al cambio que, t o t a l m e n t e confiado en Dios, soporta con á n i m o esforzado toda
de las necesidades del género h u m a n o , es deber principalmente de clase de trabajos; n o h u y e las angustias ni las necesidades de la h o r a
la m a t e r n a misión d e la Iglesia. L a predicación del Evangelio, q u e presente, sino q u e sale a su e n c u e n t r o , dispuesto s i e m p r e a a y u d a r
le h a confiado su divino F u n d a d o r , con la cual se inculcan a los con aquel amor q u e , m á s fuerte q u e la m u e r t e , n o r e h u y e el sacri-
h o m b r e s los preceptos de la verdad, de la justicia y de la caridad, ficio ni se deja ahogar p o r el oleaje de las tribulaciones 4?.
e igualmente el esfuerzo por arraigar sólida y p r o f u n d a m e n t e estos [ 6 2 ] . N o s sentimos, venerables h e r m a n o s , u n íntimo consuelo
preceptos en las almas, son medios t a n idóneos para el logro de la y u n gozo sobrenatural, y diariamente d a m o s a D i o s gracias p o r
paz, es u n a labor t a n noble y eficaz, q u e n o hay ni p u e d e h a b e r ello, al c o n t e m p l a r en todas las regiones del m u n d o católico eviden-
otros q u e se les igualen. E s t a misión, p o r s u a m p l i t u d y s u grave- t e s y heroicos ejemplos d e u n e n c e n d i d o espíritu cristiano, q u e va-
dad, debería, a p r i m e r a vista, desalentar los corazones de los m i e m - lerosamente se enfrenta con todas las exigencias de n u e s t r a época
b r o s de la Iglesia militante; sin e m b a r g o , el procurar con todas las y q u e con n o b l e esfuerzo p r o c u r a alcanzar la propia santificación
fuerzas posibles la difusión del reino d e D i o s — m i s i ó n realizada por — q u e es lo p r i m e r o y lo esencial—y desarrolla u n a labor d e inicia-
la Iglesia a lo largo de los siglos de m o d o s m u y diversos, n o sin gra- tivas apostólicas para a u m e n t a r el reino d e D i o s . D e los frecuentes
ves y d u r a s dificultades—es u n deber al q u e están obligados todos congresos eucarísticos, p r o m o v i d o s sin descanso p o r n u e s t r o s p r e -
cuantos, liberados p o r la gracia del Señor d e la esclavitud d e Sata- decesores c o n s u m a solicitud, y d e la colaboración d e los seglares,
nás, h a n sido llamados p o r medio del santo b a u t i s m o a formar par- formados eficazmente p o r la A c c i ó n Católica en el p r o f u n d o con-
te del reino de Dios. Y si el formar p a r t e de este reino, y el vivir vencimiento de su misión, b r o t a n fuentes de gracia y de virtudes
conforme a su espíritu, y el trabajar por su difusión y p o r hacer t a n a b u n d a n t e s , q u e en u n siglo c o m o el presente, q u e parece m u l -
asequibles sus bienes espirituales a u n n ú m e r o cada vez mayor de tiplicar las amenazas y provocar necesidades cada vez mayores, y
h o m b r e s , exigen en nuestros días tener q u e luchar con t o d a clase mientras el cristianismo se ve atacado con virulencia cada día m a -
d e oposiciones y d e dificultades perfectamente organizadas y t a n yor p o r las fuerzas d e la impiedad, t i e n e n t a n t a importancia y o p o r -
serias c o m o tal vez j a m á s lo h a n sido en t i e m p o s anteriores, esto n o tunidad, q u e difícilmente p u e d e n ser estimados en su verdadero
dispensa a los fieles de la franca y valerosa profesión de la fe cató- valor.
lica, sino q u e m á s b i e n los estimula incesantemente a m a n t e n e r s e
eiusmodi causam, suae quoque vitae suarumque rerum iacturá, etiam atque
etiam urgere debent. Quisquís ex Iesu Christi spiritu vivit, non iis, quae
no igitur Redemptore, veluti ab necessario capite, oriatur, integra iustitia obveniant, difficultatibus frangitur, sed Deo omnino confisus, quoslibet vo-
actuóse temperetur, caritate denique consummetur ac perficiatur. lenti animo labores tolerat; non angustias, non necessitates, quas témpora
Hanc'vero efficere animorum renovationem, cuius rationes cuno mutatis ingerant, refugit, sed eas potius oppetit, paratus semper caritate illa sup-
temporum condicionibus mutatisque hominum necessitatibus exaequari de- petias iré, quae, morte fortior, nec incommoda renuit nec aerumnarum
bent, potissimum materni Ecclesiae muneris officium est. Enimvero, quam, lluctibus submergitur.
eidem divinus Conditor commisit, Evangelii praedicatio, qua veritatis, iusti-i
Ac Nos, Venerabiles Fratres, intimo solacio caelestique gaudio perfun-
tiae caritatisque praecepta hominibus traduntur, itemque studium eo con-;<
dimur, ac cotidie summas Deo óptimo persolvimus grates, dum in ómnibus
tendens ut eadem praecepta firmas in animis et altas radices agant, haec qui-;
«atholici terrarum orbis regionibus praeclara ac luculentissima exempla cer-
dem tara apta ad assequendam pacem, tam nobilis ac frugífera opera est!'
neré fas est incensi illius christiani studii, quod ea omnia, quae nostra haec
vit nihil aptius ac nobilius, nihil fructuosius haberi possit. Quod quideni
-iotas deposcit, animóse aggreditur, quodque nobili nisu et propriam cuiusque
munus, pro sua gravitate amplitudineque, eorum pectora frangere videatur
-idipiscendam sanctimoniam curat—quod primum ac praecipuum est—et,
qui militantis Ecclesiae ordinibus adsciscuntur; sed tamen id eniti ut De
•id augenda divini regni incrementa, apostolatus incepta atque opera pro-
regnum pro facúltate provehatur—quod per saeculorum decursum varü
v chit. Siquidem ex invectis passim Eucharisticis Conventibus, quos Deces-
est ac multiplicibus modis, nec sine ingentibus laborum asperitatibus, a
ores Nostri impensissima cura refovere non destiterunt, atque ex adiutrice
effectum deductum—officium est, quo omnes adstringuntur, quotquot, di-
I licorum hominum opera, qui in Catholicae Actionis ordinibus ad sui of-
vina aspirante gratia e Satanae servitute liberati, per sacrum baptismatis la-
iicii suique muneris conscientiam actuóse informantur, tam uberes gratiae
vacrum ad Dei regnum vocati sunt. Quodsi huius regni participem fieri ad
virtutisque fontes profluunt, ut, dum saeculum maiora videtur detrimenta
eiusque praecepta vitam conformare suam, idque conari ut, eius finibus
minitari, maioresque afierre necessitates, dumque christianum nomen co-
magis in dies magisque productis, novi usque cives queant spirítualibus eius
1 idie acrius ab impietatis viribus impugnatur, tantum momenti opportuni-
bonis potiri, si haec omnia nostris hisce diebus postulant ut quaevis impe-
l.itisque habent, ut magis quam pro mérito aestimari non possint.
dimenta difficultatesque superanda sint, ex composito congesta atque ita
4
gravia, ut nunquam forsitan alias; nihilo secius christifideles non idcircu ' Véase el radiomensaje sobre La perpetua juventud de la Iglesia, de 13 de mayo de 1942.
. sincera atque animosa catholicae fideí professione eximuntur, sed potius dirigido al mundo en el día del jubileo episcopal de Su Santidad: AAS 34 [1942] l54-:6j;
!•: 2 [1942] 1,519-524-
SUMMI rONTIMCATüS 791
790 río XII
d e los seglares con el sacerdocio encierra valiosas energías, a las
[63]. H o y día, en q u e , p o r desgracia, el n ú m e r o de sacerdo- q u e está confiada u n a misión, q u e los corazones nobles y fieles n o
tes es inferior al n ú m e r o de necesidades q u e d e b e n cubrir, y en q u e pueden' desear m á s alta y consoladora. Este trabajo apostólico, rea-
se aplica t a m b i é n la palabra del Salvador: La mies es mucha y los lizado según, el espíritu y las n o r m a s d e la Iglesia, consagra al se-
operarios pocos4®, la colaboración de los seglares prestada a la jerar- glar como ministro de Cristo, en el sentido q u e San Agustín, explica
r a r q u í a eclesiástica, y cada día creciente y animada de u n ardiente de esta m a n e r a : «Cuando oís, h e r m a n o s , decir al Señor: Donde estoy
celo y de u n a total entrega, ofrece a los ministros sagrados u n a va- yo, allí estará también mi ministro, n o penséis ú n i c a m e n t e e n los
liosa fuerza auxiliar y p r o m e t e tales frutos q u e justifican las m á s obispos y clérigos santos. T a m b i é n vosotros, a vuestra m a n e r a , sed
bellas esperanzas. L a súplica d e la Iglesia dirigida al Señor de la ministros de Cristo, viviendo bien, haciendo limosna, p r e d i c a n d o a
mies para q u e envíe operarios a su viña parece h a b e r sido oída de c u a n t o s podáis su n o m b r e y su doctrina, para q u e cada u n o , a u n
la m a n e r a q u e convenía a las necesidades de la hora presente, su- el p a d r e d e familia, reconozca en este n o m b r e q u e d e b e u n a m o r
pliendo felizmente y c o m p l e t a n d o el trabajo, m u c h a s veces insufi- p a t e r n o a su familia. P o r Cristo y por la vida eterna, a t o d o s los
ciente y obstaculizado, del apostolado sacerdotal. G r u p o s fervoro- suyos d e b e amonestar, enseñar, exhortar, corregir, usar con ellos d e
sos d e h o m b r e s y mujeres, d e jóvenes de a m b o s sexos, obedientes benevolencia, ejercitar la disciplina; d e esta m a n e r a d e s e m p e ñ a r á
a la voz del S u m o Pontífice y a las n o r m a s de sus respectivos obis- en su casa u n oficio eclesiástico y en cierto m o d o episcopal, sirvien-
pos, se consagran con t o d o el ardor d e su espíritu a las o b r a s del d o a Cristo p a r a vivir e t e r n a m e n t e c o n El» 5 °.
apostolado, para devolver a Cristo las masas populares, q u e , p o r d e s -
[64]. H a y q u e advertir aquí q u e la familia tiene u n a parte
gracia, se h a b í a n alejado de El. A ellos vayan dirigidos, en este
m u y principal en el fomento d e esta colaboración de los seglares,
m o m e n t o t a n grave para la Iglesia y p a r a la h u m a n i d a d , n u e s t r o
t a n i m p o r t a n t e , como h e m o s dicho, e n n u e s t r o s tiempos, p o r q u e
saludo paterno, n u e s t r o sentido agradecimiento, y sepan q u e N o s
el gobierno equilibrado d e la familia ejerce u n influjo extraordina-
les seguimos con p a t e r n a y confiada esperanza. Ellos, q u e siguen
rio en la formación espiritual de los hijos. M i e n t r a s en el hogar d o -
con a m o r la b a n d e r a d e Cristo R e y y le h a n consagrado su persona,
méstico brille la llama sagrada de la fe cristiana y los padres i m b u y a n
su vida y su obra, p u e d e n apropiarse j u s t a m e n t e las palabras del
con esta fe las almas de los hijos, n o hay d u d a alguna q u e n u e s t r a
salmista: Yo consagro mis obras al Rey49; y n o sólo con la oración,
j u v e n t u d estará siempre dispuesta a reconocer p r á c t i c a m e n t e la rea-
sino t a m b i é n con las obras p r o c u r a n realizar la venida del reino
leza d e Jesucristo y a oponerse valiente y virilmente a t o d o s cuantos
de Dios. E n todas las clases y categorías sociales, esta colaboración
intenten desterrar al R e d e n t o r d e la sociedad h u m a n a y profanar
sacrilegamente sus sagrados derechos. D o n d e se cierran las iglesias,
Quandoquidem, proh dolor, sacerdotes hodie numero pauciores sunt
quam eorum muñera expetunt, et in nostram quoque aetatem haec divini exserit pretiosissimas, quibus id muneris committitur, quod nobilissimus
Servatoris sententia convenit «messis quidem multa, operarii autem pauci», nemo ac fidelissimus nec pulcrius, nec maioris solacii optare possit. Aposto-
consociata illa laicorum hominum navitas, ecclesiasticae hierarchiae praesti- licus hic labor, ex Ecclesiae afflatu ac normis exantlatus, ea ratione laicos
ta, quae sit cotidie increbrescens ac nobili ardentique se devovendi studio homines quasi. Christi administros consecrat, qua S. Augustinus luculen-
animata, auxiliares opes sacrorum administris praebet pretiosissimas, atque (er explicat: «Cum... auditis, fratres, Dominum dicentem: Ubi ego sum,
eiusmodi profectus spondet, qui optime sperare iubeant. Preces ab Eccle- ibi et mmister meus erit, nolite tantummodo bonos Episcopos et clericos co-
sia admotae ad Dominum messis, ut mittat operarios in vineam suam, ea gitare. Etiam vos pro modo vestro minístrate Christo, bene vivendo, elee-
ratione admissae videntur, qua peculiares temporum necessitates postulant; mosynas faciendo, nomen doctrinamque eius, quibus potueritis praedícan-
ita scilicet ut sacerdotum opera, impar saepenumero ac praepedita, feliciter do, ut unusquisque etiam pater familias hoc nomine agnoscat paternum
substituatur atque compleatur. Álacres hominum vel mulierum, iuvenum affectum suae familiae se deberé. Pro Christo et pro vita aeterna suos omnes
vel puellarum phalanges, dicto audientes Summo Pontifici, Episcoporumque •idmoneat, doceat, hortetur, corripiat, impendat benevolentiam, exerceat
cuiusque suorum normis obtemperantes, toto pectore incensoque ardore disciplinan); ita in domo sua ecclesiasticum et quodammodo episcopale
apostolatus operibus se devovent, ut populi multitudines, quae a lesu Cbristo implebit officium, ministrans Christo, ut in aeternum sit cum ipso».
misere aberraverint, ad eum tándem aliquando remigrent. Habeant igitur Atque heic. animadvertendum est domesticam societatem, hac in lai-
illi, hac hora, Ecclesiae humanaeque consortioni gravissima, patemam salu- corum adiutrice opera promovenda, quae in praesens, ut diximus, tantum
tationem Nostram; gratiar^ habeant, quam iisdem effuso animo referimus, momenti habet, peculiares obtinere partes, cum familiae régimen ac tem-
ac probé noscant eos N< s laterno fidentique animo prosequi. Cum lesu peratio ad informandos filiorum ánimos multum possit ac valeat. Usque-
Christi Regís signa volé tes libentesque sequantur, eidemque se, operam ilum in domesticis focis sacra fulgebit christianae íidei flamma, ac patres
vitamque suam addixeri t, na -c sacri Psaltis verba iure usurpare possunt: I aminas subolis ánimos hac fide imbuent, procul dubio nostra iuventus
«Dico ergo opera mea egi»' ac non modo precando sed operando etiain 1 egiam lesu Christi potestatem prompte actuoseque agnoscet, iisque ómni-
id efficere annituntur u Dei regnum adveniat. In ómnibus civium classibus bus, qui Redemptorem ex hominum communitate quasi extorrem exigere
atque ordinibus eorur adi itrix navitas, sacrorum administris data, vires conentur, in eiusque sanctissima: iurá sacrilego facinore invadant, pro
30
*•« M t . 0,17; l-c. IO.J. SAN AGUSTÍN, Tract. in lo. Evang. tr.51.13: P L 35.1768.
4« \\. 44 (45),?.
7Í)2 no xn SUMMl l'ONTIFICA'ÍUS TXi
d o n d e se q u i t a n de las escuelas y de la enseñanza la imagen de J e -
oposición, sino consonancia recíproca y m u t u o apoyo. N o s , por con-
sús crucificado, q u e d a el h o g a r familiar c o m o el ú n i c o refugio
siguiente, q u e t a n t o deseamos p r o c u r a r el b i e n de la h u m a n i d a d
impenetrable d e la vida cristiana, p r e p a r a d o providencialmente p o r
doliente y p e r t u r b a d a en el o r d e n material y en el o r d e n espiritual,
la b e n i g n i d a d divina. D a m o s infinitas gracias a Dios al ver el n ú -
no tenemos mayor deseo q u e el d e q u e las actuales angustias a b r a n los
m e r o i n n u m e r a b l e d e familias q u e c u m p l e n esta misión con u n a
ojos de m u c h o s p a r a q u e consideren a t e n t a m e n t e en s ü v e r d a d e r a
fidelidad q u e n o se deja a m e d r e n t a r ni p o r los ataques ni por los
luz a Jesucristo, Señor nuestro, y la misión d e su Iglesia sobre la
sacrificios. U n poderoso ejército d e jóvenes d e a m b o s sexos, a u n
tierra, y q u e t o d o s cuantos rigen el t i m ó n del E s t a d o dejen libre
en aquellas regiones e n las q u e la fe en C r i s t o implica u n a persecu-
el camino a la Iglesia p a r a q u e ésta p u e d a así trabajar en la forma-
ción inicua y t o d a clase d e sufrimientos, p e r m a n e c e i m p á v i d o j u n t o
ción d e u n a nueva época, según los principios d e la justicia y d e la
al t r o n o del R e d e n t o r con u n a fortaleza t a n segura q u e hace recordar
paz. Esta o b r a d e p a z exige q u e n o se p o n g a n obstáculos al ejercicio
los heroicos ejemplos del martirologio cristiano. Si en t o d a s partes
de la misión confiada p o r D i o s a la Iglesia; q u e n o se limite injusta-
se diera a la Iglesia, maestra de la justicia y d e la caridad, la libertad
mente el c a m p o de su actividad; q u e n o se substraigan, p o r último,
de acción a la q u e tiene u n sagrado e incontrovertible d e r e c h o en
las masas, y especialmente la j u v e n t u d , a s u benéfico influjo. P o r
v i r t u d del m a n d a t o divino, brotarían p o r t o d a s p a r t e s riquísimas
lo cual N o s , como representante en la tierra d e A q u e l q u e fué lla-
fuentes d e bienes, nacería la luz para las almas y u n o r d e n t r a n q u i l o
m a d o p o r el profeta Príncipe de la Paz 5 1 , exhortamos y conjuramos
p a r a los Estados, se t e n d r í a n fuerzas necesariamente valiosas para
a los g o b e r n a n t e s y a t o d o s los q u e d e alguna m a n e r a t i e n e n influen-
p r o m o v e r la auténtica prosperidad del género h u m a n o . Y si los es-
cia en la vida política para q u e la Iglesia goce siempre de la plena
fuerzos q u e t i e n d e n a establecer u n a paz definitiva en el interior
libertad debida, y p u e d a así realizar su obra educadora, comunicar
de los Estados y en la vida internacional se dejasen regular p o r las
a las m e n t e s la verdad, inculcar e n los espíritus la justicia y enfer-
n o r m a s del Evangelio—que predican y s u b r a y a n el a m o r cristiano
vorizar los corazones con la caridad divina d e Cristo.
frente al i n m o d e r a d o afán de los intereses propios q u e sacude a los
individuos y a las m a s a s — , se evitarían, sin d u d a alguna, m u c h a s [ 6 6 ] . P o r q u e , así c o m o la Iglesia n o p u e d e renunciar al ejer-
y graves desdichas y se concedería a la h u m a n i d a d u n a t r a n q u i l a cicio d e su misión, q u e consiste en realizar e n la tierra el p l a n d i -
felicidad. vino de restaurar en Cristo todas las cosas de los cielos y de la tierra 5 2 ,
así t a m b i é n su obra resulta h o y día m á s necesaria q u e nunca, pues
[ 6 5 ] . P o r q u e entre las leyes reguladoras d e la vida cristiana
la experiencia nos enseña q u e los medios p u r a m e n t e externos, las
y los postulados d e u n a auténtica h u m a n i d a d fraterna n o existe
mutuoque praesidio inter se adiuvant. Nos igitur, qui humano generi la-
virili parte strenuoque pectore adversabuntur. Ubi sacrae aedes operiun- boranti ac spiritualium terrenarumque rerum detrimentis pertúrbate pro-
tur, ubi Iesu Christi cruci affixi imago e scholis, e litterarum ludis eicitur, spicere ac consulere tantopere cupimus, nihil magis optamus quam ut
ibi domesticus convictus unicum restat quodammodo impervium christia- praesentes angustiae ex oculis multorum caliginem discutiant, qui Christum
nae vitae perfugium, quasi a providentissimi Dei benignitate datum. Im- Dominum Ecclesiaeque munus intentis animis considerent in suaque luce
mortáles igitur Deo grates agimus, quod innúmeras cernimus familias hoc ponant; utque ií omnes, qui publicae rei gubernacula m o d e r a n t e , liberum
munus exsequi studiosa illa fidelitate, quae ñeque rerum iacturis, ñeque iter Ecclesiae praebeant, quae idcirco queat ex iustitiae pacisque rationibus
oppugnationibus frangatur. Potens iuvenum puellarumque instructa acies, novam effingere aetatem atque componere. Pacificatoria eiusmodi opera
in iis etiam regionibus, in quibus Iesu Christi fides cum iniqua insectatione id profecto postulat, ut Ecclesia ab exercendo muñere, sibi a Deo concre-
omneque genus malorum tolerantia arctissime coniungitur, ad divini Re- dito, repagulis ne impedíate, nevé eiusdem Ecclesiae navitatis campus
demptoris solium ita impávida ac secura consistit, ut praeclara martyrum iniustis definíate terminis, nevé denique populi multitudines, ac iuven-
exempla in memoriam reducat. Quodsi Ecclesiae ubique gentium, iustitiae tus praesertim, a benéfico eius afflatu abstrahantur. Quamobrem Nos, ut
caritatisque magistrae, libera illa tribuatur agendi facultas, cuius ius ex eius in terris vices gerimus, qui a sacro vate «Princeps pacis» appellatur,
divino mandato eidem est indubium ac sacrosanctum, tum uberes profecto civitatum rectores eosque omnes, e quorum opera quovis modo publica
bonorum fontes usque quaque profluant, tum lux mentibus ac pacatus res pendet, compellamus vehementerque obtestamur ut Ecclesia plena
rerum ordo civitatibus oriantur, tum denique necessariis pretiosisque viri- semper libértate fruatur debita, qua suam possit educationis operam exse-
bus vera humani generis incrementa promoveantur. Ac si suscepta illa qui, ac veritatem impertiré mentibus, animis inculcare iustitiam, eosque
consilia, quae eo contendant ut in civilis societatis ordinibus interque na- divina Iesu Christi refovere caritate.
tiones pax tándem constabiliatur, iis evangelicis temperentur normis—qui-
bus adversus immodica suae cuiusque utilitatis studia, quae singulos mul- Etenim, ut Ecclesia nequit exercendo muñere suo se abdicare, cuius
titudinesque exagitant, christianus amor effertur ac praedicatur—tot procul est divinum illud consilium pro sua parte exsequi, videlicet «instaurare
dubio tantique devitentur luctus ac felix tranquillitas mórtalibus concé- omnia in Christo, quae in caelis et quae in térra sunt», ita eius opera magis
date. in praesens necessaria videtur quam unquam alias; quandoquidem experien-
do edocemur externas solummodo rationes, humana praesidia atque ea orn-
Enimvero leges, quibus christianorum vita regitur, ac genuinae germa-
naeque humanitatis praecepta non sibi invicem obstant, sed communi " Is. 9,6.
' 2 Eph. I , I O ,
SÜMMI PON'rll'ICATUS 705
7!)1 PÍO x i i
precauciones h u m a n a s y Jos expedientes políticos n o p u e d e n d a r condescendiente con todos, se mantiene firme, s o p o r t a n d o incluso
lenitivo alguno eficaz a los gravísimos males q u e aquejan a la h u - los t o r m e n t o s m á s d u r o s y el m i s m o martirio, c u á n d o hay eme deci-
manidad. d i r u n a s u n t o con aquellas p a l a b r a s : Non licet! 5 4
[ 6 7 ] . Aleccionados p o r el doloroso fracaso de los esfuerzos [69]. N o obstante, venerables h e r m a n o s , la doctrina d e Cristo,
h u m a n o s dirigidos a i m p e d i r y frenar las t e m p e s t a d e s q u e a m e n a - q u e es la ú n i c a q u e p u e d e d a r al h o m b r e las verdades fundamentales
z a n destruir la civilización h u m a n a , m u c h o s dirigen su m i r a d a , con d e la fe, y es la q u e aguza las inteligencias, y enriquece las almas con
renovada esperanza, a la Iglesia, ciudadela d e la verdad y del amor, la gracia sobrenatural, y p r o p o n e remedios idóneos para las graves
y a esta C á t e d r a d e San Pedro, q u e saben p u e d e restituir al género dificultades actuales, c i g u a l m e n t e la actividad apostólica d e la Igle-
h u m a n o aquella u n i d a d d e doctrina religiosa y moral q u e en los sia, q u e enseña a la h u m a n i d a d esa m i s m a doctrina p r o p a g a d a p o r
siglos pasados dio consistente seguridad a u n a t r a n q u i l a relación t o d o el m u n d o y q u e m o d e l a a los h o m b r e s s e g ú n los principios del
d e convivencia e n t r e los p u e b l o s . A esta u n i d a d m i r a n con encen- Evangelio, son a veces objeto d e hostiles sospechas, como si sacudie-
d i d a nostalgia t a n t o s h o m b r e s , responsables del destino d e las na- r a n los quicios de la autoridad política y u s u r p a s e n los derechos
ciones, q u e e x p e r i m e n t a n diariamente la falsía de aquellas realida- d e ésta.
des en las q u e u n día cifraron su gran confianza; u n i d a d q u e i n n u - [ 7 0 ] . C o n t r a estos recelos, N o s — m a n t e n i e n d o en t o d o su vigor
merables m u l t i t u d e s d e hijos nuestros ansian a r d i e n t e m e n t e , los las enseñanzas expuestas p o r n u e s t r o predecesor, d e inmortal m e -
cuales invocan a diario al Dios de la paz y del amor 5 3 ; u n i d a d q u e moria. Pío X I , en su encíclica Quas primas, d e 11 d e d i c i e m b r e
anhelan, finalmente, tantos espíritus nobles separados de N o s , q u e , d e 1925, sobre el p o d e r de Cristo R e y y el p o d e r d e la I g l e s i a 5 5 —
en su h a m b r e y sed d e justicia y de paz, vuelven sus ojos a la Sede declaramos con sinceridad apostólica q u e la Iglesia es t o t a l m e n t e
de P e d r o , esperando d e ésta la luz y el consejo. ajena a semejantes propósitos, p o r q u e la Iglesia a b r e sus maternales
[ 6 8 ] . T o d o s ellos reconocen la inconmovida firmeza dos veces brazos a t o d o s los h o m b r e s , n o p a r a dominarlos políticamente, sino
milenaria d e la Iglesia católica en la profesión d e la fe y e n la d e - p a r a prestarles t o d a la ayuda que. le es posible 5Ó . N i t a m p o c o p r e - '
fensa d e la m o r a l cristiana; reconocen t a m b i é n la estrecha u n i d a d t e n d e la Iglesia invadir la esfera de competencia propia de las res-
de la j e r a r q u í a eclesiástica, q u e , ligada al sucesor del Príncipe de tantes autoridades legítimas, sino q u e m á s bien les ofrece su ayuda,
los Apóstoles, ilumina las m e n t e s con la doctrina del Evangelio, p e n e t r a d a del espíritu de su divino F u n d a d o r y siguiendo el ejem-
dirige a los h o m b r e s a la santidad y, mientras es m a t e r n a l m e n t e plo d e A q u e l q u e pasó haciendo el bien 5 7 .
nía, quae politica periclitatur disciplina, gravissimis malis quibus homines rium oppetens, cum hisce verbis omnino rem decernere oportet: Non
afficiantur, efficacia non posse lenimenta praebere. iicet!
Haud pauci igitur, cum fractos noverint dolore summo hominum nisus, Nihilo secius, Venerabiles Fratres, lesu Christi doctrina, quae una
eo spectantes ut tempestates compescant atque coérceant, quae civilem cul- potest homínibus fidei principia praebere, quaeque et mentís aciem exacuit,
tura humanitatemque subvertere contendant, oculos experrecta spe ad et ánimos divinitus auget, et opportuna ingravescentibus difficultatibus
Ecclesiam, veritatis caritatisque arcem, et ad hanc Beati Petri Cathedram remedia proponit, parique modo Ecclesiae navitas, quae eamdem doctri-
erigunt, unde inteliegunt eam restituí posse religionis moralisque disci- nam, usque quaque propagatam, homines edocet, eosque ad evangélica
plinae unitatem, quae superiore aetate mutuas populorum necessitudines instituía conformat, haec quidem interdum hostilibus suspicionibus ob-
tutas ac pacatas consistere iusserit. Ad quam quidem unitatem tot homi- trectantur, quasi civilis auctoritatis cardines concutiant, in eiusque iura
nes, a quibus nationum fortuna pendet, incensó respiciunt desiderio, cum involent.
continenter earum rerum fallaciam experiantur, quibus tantopere olim Quas adversus suspiciones Nos—salvis iis ómnibus atque integris,
confisi erant; unitatem dicimus, quam impensis votis studiisque innúmera quae Decessor Noster im. m. Pius XI, per Encyclicas Litteras Qtjd.s- primas
Nostrorum filiorum agmina expetunt, qui «Deum pacis et dilectionis» die XI mensis Decembris a. MDCCCCXXV datas, edocuit de lesu Christi
cotidie comprecantur; unitatem denique, quam non pauci nobiles animi, Regis eiusque Ecclesiae potestate—apostólica sinceritate declaramus Eccle-
a Nobis seiuncti, praestolantur, qui quidem cum esuriant ac sitiant iusti- siam esse prorsus ab eiusmodi propositis alienam, cum eadem ad homi-
tiam et pacem, ad Petrianam Sedem oculos oonvertunt, ab eaque consilium, nes omnes materna brachia pandat, non ut in eos dominetur, sed ut iisdem
lucem opperiuntur. qua potest ope inserviat. Ñeque in peculiarem ac proprium ceterarum legi-
Ii siquidem Catholicae Ecclesiae inconcussam agnoscunt profitendae timarum auctoritatum locum se sufficere conatur, sed potius easdem adiu-
fidei vitaeque christianis praeceptis componendae firmitudinem per vi- vat, divini Conditoris sui spiritu pervasa, eiusque vestigiis insistens, qui
ginti paene saecula comprobatam; itemque arctissimam agnoscunt unita- «pertransiit bene faciendo».
tem ecclesiasticae hierarchiae, quae, Apostolorum Principis successori 54
Cf. el discurso a los estudiantes pertenecientes al Centro Richelieu, de la Universidad
obstricta, evangelicae doctrinae veritate mentes actuóse collustrat, homi- de París,
55
9 de abril de JQ53: AAS 45 [1953] 275; E 13 ft953l 1,457.
nes ad morum sanctitudinem dirigit, atque dum ómnibus materno animo 56
Pío XI, encíclica Quas primas, 11 de diciembre de 1925: AAS 17 (1925) 593-610.
Cf. Pío XI, sermón ante el Sacro Colegio, 24 de diciembre de 1937: AAS 30 [1938J
indulget, stat, tamen impávida vel acérrimos cruciatus ipsumque marty- 20-25.
57
5 A c t . 22,21.
? 2 Cor. 13,11,
796 rio XII SUMMI PON'TIl'ICATUS 797
[71 ]. La Iglesia predica e inculca el deber de obedecer y d e sobre la q u e t a n t o el E s t a d o c o m o el individuo p u e d e n hallar salva-
respetar a la autoridad terrena, q u e recibe de Dios su noble origen; ción segura es Cristo.
y se atiene a la enseñanza del divino M a e s t r o , q u e d i c e : Dad a César [72 ]. A h o r a bien, c o m o la Iglesia está fundada sobre esta piedra
lo que es del César 5 s . N o p r e t e n d e u s u r p a r los derechos ajenos a q u e - angular, p o r esto las potencias adversarias n u n c a p o d r á n destruirla,
lla q u e canta en su sagrada liturgia: No arrebata reinos mortales n u n c a p o d r á n debilitarla: Portae inferí non praevalebunt65; las luchas
quien da los celestiales 5 9 . L a Iglesia n o menoscaba las energías h u - internas y externas c o n t r i b u y e n m á s b i e n a acrecentar su fuerza
manas, sino q u e las levanta a las cimas m á s altas y nobles, f o r m a n d o y sus virtudes y, al m i s m o t i e m p o , le p r o p o r c i o n a n la corona glo-
caracteres firmes, q u e n u n c a traicionen los deberes de su conciencia. riosa de nuevas victorias. P o r el contrario, t o d o otro edificio q u e
L a Iglesia, q u e ha civilizado tantos pueblos y naciones, n u n c a h a n o tenga como f u n d a m e n t o la doctrina d e Cristo, está levantado
retardado el progreso de la h u m a n i d a d , sino q u e , p o r el contrario, sobre u n a arena movediza, y su destino es, m á s p r o n t o o m á s tarde,
con m a t e r n o orgullo se complace en ese progreso. El fin q u e la u n a inevitable caída 66.
Iglesia p r e t e n d e h a sido declarado de m o d o admirable p o r los ánge-
les sobre la cuna del V e r b o encarnado c u a n d o cantaron gloria a Dios
[IV. EL AZOTE DE LA GUERRA M U N D I A L ]
en tas alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad60.
Esta paz, q u e el m u n d o n o p u e d e dar, el divino R e d e n t o r la ha deja- [73 ] . M i e n t r a s os escribimos, venerables h e r m a n o s , esta n u e s -
d o a sus discípulos como herencia: Os dejo la paz, os doy mi paz 6 1 ; tra p r i m e r a encíclica, nos parece, p o r m u c h a s causas, q u e u n a hora
esta paz la h a n conseguido, la consiguen y la conseguirán i n n u m e - de tinieblas6^ está cayendo sobre la h u m a n i d a d , h o r a en q u e las
rables h o m b r e s q u e h a n abrazado a m o r o s a m e n t e la doctrina de t o r m e n t a s d e u n a violenta discordia d e r r a m a n la copa sangrienta de
Cristo, c o m p e n d i a d a p o r El m i s m o en el doble precepto del amor i n n u m e r a b l e s dolores y lutos. ¿Es acaso necesario q u e os declare-
a D i o s y el amor al prójimo. L a historia de casi veinte siglos, la his- m o s q u e n u e s t r o corazón de P a d r e , lleno d e a m o r compasivo, está
toria llamada sabiamente p o r el gran orador maestra de la vida 62, d e - al lado de t o d o s sus hijos, y de m o d o especial al lado d e los atribu-
m u e s t r a la verdad de aquella sentencia de la Sagrada E s c r i t u r a : No lados y de los perseguidos? P o r q u e , a u n q u e los pueblos arrastrados
tiene paz el que resiste a Dios63, p o r q u e la única piedra angular64 p o r el trágico torbellino d e la guerra hasta ahora sólo sufren tal vez
los comienzos de los dolores6^, sin e m b a r g o , reina ya en i n n u m e r a b l e s
Ecclesia enim edicit ac praedicat obedientiam observantiamque terreras familias la m u e r t e y la desolación, el l a m e n t o y la miseria. L a sangre
potestatibus deberi, quae suam a Deo nobilem originem obtinent; ac
Christi Domini praecepto obsequitur dicentis: «Reddite quae sunt Caesa- non habere pacem; solummodo enim Christus «lapis angularis» est, in quo
ris, Caesari». Quae in sacra Liturgia concinit «non eripit mortalia, qui regna uno cum civilis societas, tum singuli homines possunt salvi consistere.
dat caelestia», non ea ad se rapere aliena iura contendit. Ñeque eadem hu- Iam vero, cum super hoc angulari lapide condita sit Ecclesia, numquaní
manas vires deprimit, sed ad magnánima et ad nobilissima quaeque erigit, procul dubio ab adversis potestatibus obrui poterit, numquam deprimí:
strenuos effingendo ánimos, qui suae conscientiae officium non prodant. «Portae inferí non praevalebunt», immo potius domestica externaque cer-
Quae tot populos ac gentes ad humaniorem cultum provexit, ea nunquam tamina ut eius vim virtutemque augent, ita ei novas victorias pariunt, no-
pro certo homines ab civili progressione remorata est, cuius splendore po- vasque tribuunt coronas. Contra vero, aedificia quaelibet alia, quae in Iesu
tius materna gaudet volúntate. Propositum, quo Ecclesia nititur, ab Angelis, Christi doctrina veluti fundamento non innitantur, quasi in mobili arena
super Incarnati Verbi cunabula volitantibus, mirando prorsus modo de- exstructa videntur, atque adeo aliquando misere collabentur.
claratum est, cum haec cecinere: «Gloria in excelsis Deo et in térra pax
hominibus bonae voluntatis». Hanc pacem, quam mundus daré non pot- ###
est, divinus ipse Redemptor quasi sacram hereditatem hisce verbis disci-
pulis tradidit: «Pacem relinquo vobis, pacem meam do vobis»; atque adeo Dum has primas, Venerabiles Fratres, vobis damus Encyclicas Litté-
eam innumeri homines volenti animo Iesu Christi praecepta amplectentes, ras, non una de causa videtur Nobis in homines ingruere hora tenebrarum,
quae Dei proximorumque caritate quasi compendiaría lege continentur, qua violentiae discordiaeque turbines veluti ex cruento cálice innúmeros
quemadmodum consecuti sunt, ita in praesens consequuntur et in posterum luctus innumerosque dolores profundunt. Num igitur opus est ut vobis
consequentur. Ac per viginti paene saecula rerum gestarum historia, quam asseveremus paternum animum Nostrum, vehementi miseratione pernio-
summus orator significanter fatetur «magistram vitae», illam Sacrarum Lit- tum, filiis ómnibus adesse, iisque praesertim qui aerumnis insectationeque
terarum veritatem praeclare demonstrat, cum nempe, qui Deo resistit, laborant? Quamvis enim populi, belli vórtice submersi, adhuc «initiadolo-
rum» forsitan solummodo perpetiantur, innúmeras tamen familias mors,
58
M t . 22,21. vastitas, plangor, miseria oceupant. Atque tot hominum crúor, eorum etiairi,
59
60
Breviario Romano, h i m n o de la fiesta d e Epifanía. qui, exercitus ordinibus non adsciti, misere occubuere, lugubrem videtur
L e . 2,14.
61
lo. 14,27. 65
M t . 16,18. "!
6 2
C I C E R Ó N , De oratore II 36. 66
fi3
Cf. M t . 7,26-27.
Iob 9,4. 67
L e . 22,53.
64
Eph. 2,20. <•* M t . 24,8.
7í>8 río xil
SUMMI 1'ONTIFICATUS 70!)
tic t a n t o s h o m b r e s , incluso tic n o combatientes, q u e h a n perecido,
presenta ante nuestra vista la imagen del B u e n Pastor, y, t o m a n d o
levanta u n fúnebre llanto, sobre todo desde u n a a m a d a nación, P o -
sus propias palabras, nos j u z g a m o s obligados a r e p e t i r en su n o m -
lonia, q u e por su tena/. Fidelidad a la Iglesia y p o r sus méritos en la
b r e a la h u m a n i d a d entera aquel l a m e n t o : ¡Si hubieses conocido... lo
defensa d e la civilización cristiana, escritos con caracteres indele-
que te conducía a la paz, pero ahora está oculto a tus ojos!'70.
bles en los fastos de la historia, tiene d e r e c h o a la compasión h u -
m a n a y fraterna d e t o d o el m u n d o , y, confiando e n la Virgen M a d r e [75 ]. E n m e d i o d e u n m u n d o q u e a c t u a l m e n t e es t a n contra-
de D i o s , Auxílium Christianorum, espera el día deseado en q u e p u e - rió a la paz d e Cristo en el reino d e Cristo, la Iglesia y sus fieles ex-
da salir salva de la t o r m e n t a presente, de acuerdo con los principios p e r i m e n t a n u n a s dificultades q u e rara vez conocieron en su larga
de u n a paz sólida y justa. historia d e luchas y contradicciones. P e r o los q u e precisamente en
tiempos t a n difíciles p e r m a n e c e n firmes en su fe y tienen u n corazón
[ 7 4 ] . L o q u e ha sucedido hace poco y está sucediendo t a m - inquebrantable, saben q u e C r i s t o R e y está e n la h o r a d e la p r u e b a , q u e
bién en estos días, se presentaba ya a nuestros ojos como u n a visión es la hora de la fidelidad, m á s cerca q u e n u n c a d e nosotros. C o n s u -
anticipada cuando, n o h a b i e n d o desaparecido todavía la última es- mida p o r la tristeza de tantos hijos suyos q u e sufren males i n n u m e -
peranza d e conciliación, hicimos t o d o lo posible, en la m e d i d a q u e rables, p e r o sostenida p o r la firme fortaleza q u e proviene d e las
nos sugerían n u e s t r o ministerio apostólico y los m e d i o s d e q u e dis- p r o m e s a s divinas, la Esposa d e Cristo, e n m e d i o d e sus sufrimientos,
poníamos, p a r a i m p e d i r el recurso a las a r m a s y m a n t e n e r abierto avanza al e n c u e n t r o d e amenazadoras t e m p e s t a d e s . Sabe la Iglesia
el c a m i n o d e u n a solución h o n r o s a p a r a las dos partes 6 9 . C o n v e n - q u e la verdad q u e ella anuncia y el a m o r q u e ella enseña y p o n e en
cidos como estábamos d e q u e al uso de la fuerza p o r u n a p a r t e se práctica serán los mejores estímulos y los mejores m e d i o s q u e t e n -
respondería con el recurso a las a r m a s p o r la otra, consideramos en- d r á n a su alcance los h o m b r e s d e b u e n a v o l u n t a d e n la reconstruc-
tonces obligación d e n u e s t r o apostólico ministerio y del a m o r cris- ción d e u n n u e v o o r d e n nacional e internacional establecido según
t i a n o hacer t o d a s las gestiones posibles p a r a e v k a r a la h u m a n i d a d la justicia y el amor, u n a vez q u e la h u m a n i d a d , cansada del camino
entera y a la cristiandad los h o r r o r e s q u e se seguirían de u n a con- del error, haya saboreado hasta la saciedad los amargos frutos del
flagración m u n d i a l , aun t e m i e n d o q u e la manifestación d e nuestras o d i o y d e la violencia,
intenciones y nuestros fines fuese mal interpretada. P e r o nuestras
[ 7 6 ] . E n t r e t a n t o , venerables h e r m a n o s , hay q u e esforzarse p o r
amonestaciones, si bien, fueron escuchadas con respetuosa atención,
q u e t o d o s , y p r i n c i p a l m e n t e los q u e sufren la calamidad d e la g u e -
n o fueron, sin embargo, obedecidas. Y mientras n u e s t r o corazón d e
rra, e x p e r i m e n t e n q u e el d e b e r d e la caridad cristiana, quicio fun-
pastor mira dolorido y p r e o c u p a d o la gravedad de la situación, se
d a m e n t a l del reino d e Cristo, n o es palabra vacía, sino práctica rea-
gemitum ex dilecta praesertim ea natione extollere, ex Polonia dicimus,
quae ob tenacem suam erga Ecclesiam fidelitatem, itemque ob praeclara Nostros quasi ante oculos Boni Pastoris obversatur imago; a quo mutuatis
in christianum • tutandum civilemque cultum promerita, historiae fastis verbis, ad universum hominum genus videtur Nobis mérito gemitus ille
inscripta immortalitatique commendata, humanam fraternamque iure me- iterandus: «si cognovisses... quae ad pacem tibil nunc autem abscondita sunt
ritoque postulat ab ómnibus commiserationem; ac Deiparae Virgini fidens ab oculis tuish '
«Christianorum auxilio», optatum praestolatur diem, quo, ex iustitiae soli- In hac hominum societate, quae in praesens tantopere cum pace Christi
daeque pacis rationibus, sibi tándem aliquando liceat quasi e fluctibus sospi- in regno Christi discrepat, Ecclesia mater cum suis fidelibus eiusmodi
ti emergeré. exercetur molestíis, sacri quas eius annales, luctationibus utique rebusque
Quod proxime factum est, quod hisce etiam fit diebus, Nostris tune adversis referti, minus saepe referunt. Sed qui in tam difficili rerum cursu
oculis quasi praemonstrata specie offefebatur cum, nondum conciliationis sibi in fide constant, ac forti et magno animo sunt, Christum Regem iidem
spe omnino praecisa, nihil sane inexpertum, nihil inexploratum omisimus sentiunt propius numquam astare sibi quam discriminis tempore, cum
ut eá ratione, quam sive apostolicum munus sive permissa Nobis instru- fidelitas videlicet re ipsa est praestanda. Ob tot filiorum suorum aerumnas
menta suaderent, prohiberemus ne ad vim et arma descenderetur, nevé cruciatusque moerore confecta, sed constantia virtuteque erecta quam e
aditus omnes praecluderentur cum utriusque partis honore contentionem divinis derivat pollicitationibus, Christi Sponsa, tantas perpessa miserias,
dirimendi. Cum enim persuasum haberemus, si ab altero concertantium in impendentes sibi procellas contendit. Ea siquidem non dubitat quin e
vis adhibita esset, ab altero etiam arma adhibitum iri, apostólica officii veritate, quam docet, itemque e caritate quam simul praecipit, in rem
Nostri christianaeque caritatis partes esse duximus omnia conari si tam simul deducit, sincerae voluntatis hominibus incitamenta atque adiumenta
ab universa hominum consortione quam a christiana re atrocitates cohibe- oritura aliquando sint'ad novum in populis ordinem ex iustitia caritateque
remus, quae omnium gentium bellum haud dubie essent consecutura; restituendum, postquam mortales, erroris tándem iter pertaesi, de tristibus
quamquam timendum Nobis erat ne patefacta a Nobis consilia ac pro- invidiae violentiaeque fructibus degustaverint.
posita in haud reetam actiperentur partem. At quae monebamus, si obse- Interea vero, Venerabiles Fratres, enitendum est ut omnes, at ii praeser-
quenter audita sunt, non iis tamen obtemperatum est. Ac dum Noster tim qui belli calamitatibus afflictantur, percipiant christianae caritatis
Pastoris animus, dolore ac sollicitudine affectus, rem graviter considerat, officium, praecipuum quidem Christi Regni cardinem, tantum abess? tu
69
Véase el radiomensaje de 24 d e agosto d e 1939: AAS 31 (rg39) 333-335. « l-f. T9,43-
SUMMI 1'ONIIFICATUS 801
800 n o XII
[78]. Dios tiene u n p o d e r infinito; tiene en sus m a n o s lo m i s -
lidad viviente. U n vasto c a m p o de ocasiones se abre hoy día a la
m o la felicidad y el destino d e los pueblos q u e las intenciones de
caridad cristiana en todas sus formas. Confiamos p l e n a m e n t e en
cada h o m b r e , y d u l c e m e n t e inclina a u n o s y otros en la dirección
q u e t o d o s n u e s t r o s hijos, especialmente aquellos q u e se ven libres q u e El q u i e r e ; y hasta tal p u n t o es esto verdad, q u e incluso los mis-
del azote de la guerra, i m i t a n d o al divino Samaritano, aliviarán en mos obstáculos q u e se le p o n e n q u e d a n convertidos p o r su o m n i p o -
la m e d i d a de sus fuerzas a todos los q u e , p o r ser víctimas de la gue- tencia en medios idóneos p a r a modelar el curso d e los acontecimien-
rra, tienen derecho especial no sólo a la compasión, sino t a m b i é n tos y para enderezar las m e n t e s y las voluntades de los h o m b r e s
al socorro. a sus altísimos fines.
[ 7 7 ] . L a Iglesia católica, civitas Dei, «cuyo rey es la verdad,
[ 7 9 ] . O r a d , p u e s , a Dios, venerables h e r m a n o s ; orad sin inte-
cuya ley la caridad, cuya medida la eternidad» 71, p r e d i c a n d o la
rrupción, orad sobre t o d o c u a n d o ofrecéis la Hostia divina del amor.
v e r d a d cristiana, exenta de errores y de contemporizaciones, y con-
O r a d a Dios vosotros, a quienes la valiente profesión d e vuestra fe
sagrándose con amor de m a d r e a las obras de la caridad cristiana,
i m p o n e d u r o s , penosos y, n o raras veces, s o b r e h u m a n o s sacrificios;
destaca sobre el oleaje de los errores y de las pasiones como u n a
orad a Jesucristo vosotros, m i e m b r o s pacientes y dolientes de la
bienaventurada visión de paz y espera el día en q u e la o m n i p o t e n t e
Iglesia, c u a n d o Jesús viene a consolar y aliviar vuestras penas.
m a n o de Cristo, su Rey, calme el t u m u l t o d e las t e m p e s t a d e s y des-
tierre el espíritu d e la discordia q u e las ha provocado. T o d o c u a n t o [ 8 0 ] . Y con u n recto espíritu d e mortificación y con el ejerci-
está a n u e s t r o alcance para acelerar el día en q u e la paloma de la cio d e dignas obras d e penitencia, n o dejéis de hacer vuestras ple-
paz halle d o n d e reposar su pie sobre esta tierra sumergida en el garias m á s agradables a A q u e l q u e levanta a los que caen y anima
diluvio de la discordia, t o d o ello lo utilizaremos, confiando t a n t o a los deprimidos 7 3 , p a r a q u e el R e d e n t o r misericordioso abrevie los
en los h o m b r e s d e E s t a d o q u e antes d e desencadenarse la guerra días d e la p r u e b a y se c u m p l a n así las palabras del Salmo: Clamaron
trabajaron n o b l e m e n t e por alejar d e los pueblos t a n terrible azote al Señor en sus tribulaciones y los libró de sus necesidades 7 4 .
c o m o t a m b i é n en los millones de h o m b r e s de t o d o s los países y de [81 ]. Y vosotros, candidas legiones d e niños, en quienes Jesús
todas las clases sociales q u e p i d e n a gritos n o sólo la justicia, sino t i e n e puestas sus delicias, c u a n d o os alimentáis con el P a n de los
t a m b i é n la caridad y la misericordia, y confiando, finalmente y so- ángeles, alzad vuestras ingenuas y p u r a s plegarias unidas a las d e
b r e t o d o , en D i o s omnipotente, a q u i e n diariamente dirigimos esta t o d a la Iglesia. El C o r a z ó n Sacratísimo de Jesús, q u e t a n t o os ama,
plegaria: A la sombra de tus alas esperaré hasta que pase la iniquidad 7 2 .
Infinita sane Deus potestate fruitur; quapropter non minus is prospe-
inane sit verbum, ut praesens etiam res sit et veritas. Infinitae propemodum ritatem fortunamque populorum quam singulorum hominum consilia mo-
hoc tempore opportunitates multiplicibus christianae caritatis inceptis deratur in quam maluerit partem leniter haec convertens; eo scilicet usque
praebentur. Quam ob rem maximopere confidimus universos filios Nostros, ut ea ipsa quae inferantur impedimenta, haec pro sua potestate in instru-
eos praecipue qui belli eximuntur asperitatibus, divinum imitatos Samari- menta mutet, quibus rerum eventus fingat atque hominum mentes volun-
tanum. iis ómnibus pro viribus esse consulturos qui, quod bello oppri- tatemque liberam ad sua ¿nflectat proposita.
muntur, non modo miserationis affectum, sed opem etiam peculiari iure Ad Deum igitur, Venerabiles Fratres, admovete preces, admovete con -
mereantur. tinuas, tune máxime admovete, ubi divina amoris Hostia litatis. Deo vos
Gatholica Ecclesia, tiritas Dei, «cuius rex veritas, cuius lex caritas, cuius supplicate, quibus animóse professa fides gravia, molesta, plus quam hu-
modus aeternitasi cuín christianas veritates docens, qualibet fallacia exte- mana haud raro incommoda parit; ad Christum Iesum vos ipsi precamini,
nuationeque immunes, t u m materni animi impulsu in christianae caritatis aerumnis doloribusque confecta Ecclesiae membra, cum vos ille de labori-
operibus desudans, ipsos errorum et cupiditatum fluctus, veluti beata pacis bus vestris consolaturus ac recreaturus accedit.
visio, supereminet, ac dies opperitur, in quibus omnium potentissima Chris- Ac recta adhibita sui ipsius suarumque cupiditatum refrenatione, dig-
ti Regis manus tumescentes comprimat tempestates atque dissensionis nisque paenitentiae operibus susceptis, ne praetermittatis supplicaliones
spiritus eiciat, qui eas concitaverint. Quantum in Nobis potestatis est ad vestras ei magis acceptas reddere, qui «allevat omnes, qui corruunt, et erigit
diem illum maturandum cum pacis columba in hac térra, discidiorum obruta omnes elisos», ut miserentissimus Redemptor harum angustiarum finem
diluvio, ubi considat reperiet, totum illud Nos praetermissuri non sumus, maturet; atque ita haec sacri Psaltis verba precibus quoque vestris respon-
cum eorum civitatum moderatorum opera freti, qui, antequam belli confia- deant: «Clamaverunt ad Dominum cum tribularentur, et de necessitatibus
gratio erumperet, immanem eiusmodi procellam nobili nisu repeliere conati corum liberavit eos».
sunt, tum iis confisi, innumeris prorsus, qui, ex quavis natione et ex quovis
civium ordine, non modo iustitiam, sed caritatem etiam ac misericordiam Ac vos item, candida puellorum agmina, quos Christus Dominus in de-
inclamant, tum denique potissimum omnipotenti Dei Numine fidentes, liciis habet, castas preces cum Ecclesiae precibus coniunctas, ubi potissimum
ad quem precatione hac cotidiana utimur: «In umbra alarum tuarum spe- Angelorum vescimini Pane, ex ingenuo pectore fundite. Ac proferto Sacra -
rabo, doñee transeat iniquitas». tissimum Cor Iesu, quod tanta vos caritate complectitur, innocentium ani-
73
71 P s . 144 (145),14.
SAN AGUSTÍN, Epist. 138 ad MarcdUnum III 17: PL 33,532. T> P s . 106 (107),13.
n
Ps. ?6 (57),2,
Poctr- pontif. i
a;
802 PÍO X I I
hombre, humillándose hasta él para elevarlo hasta sí en aquel gozo y revive en Nos, y sin duda no menos en vosotros, el triste recuerdo
de su nacimiento que es perenne fiesta navideña, a la cual la liturgia de nuestro glorioso predecesor de santa memoria (tan piadosamente
de la Iglesia no cesa en todo tiempo de llamarnos, invitarnos y ex- evocado por nuestro venerable hermano el cardenal decano) y de
hortarnos, para que en nosotros se cumpla su promesa de que las palabras—ha pasado solamente un año—, palabras inolvidables,
nuestro corazón se gozará, y nadie nos arrebatará nuestra alegría 5 . solemnes y graves, que brotaban de lo profundo de su corazón pa-
[4]. La luz celestial de esta alegría y de este consuelo sostiene terno, que vosotros escuchasteis con Nos llenos de angustia, como
la confianza de aquellos en quienes vive y brilla; ni puede quedar el Nunc dimittis del santo anciano Simeón; palabras pronunciadas
obscurecida o perturbada por algún afán o fatiga, por alguna ansie- en esta sala, en igual vigilia, cargadas con el peso del presentimiento,
dad o sufrimiento que brote o germine de este mundo, semejante por no decir de la profética visión, de la inminente desventura;
a aquella palabras de exhortación y de aviso, de heroico sacrificio de sí mismo,
«... alondra que en el aire se pasea, cuyos ahogados acentos todavía hoy enternecen nuestras almas 10 .
primero cantando, y luego calla, contenta
de la última dulzura que la sacia» 6 . [I. L A TRAGEDIA DE LA GUERRA]
Mientras otros se asustan, mientras las amargas aguas de la [7]. La indecible desgracia de la guerra, que Pío XI preveía
aflicción y de la desesperación sumergen a los pusilánimes, las con profundo y sumo dolor, y que con la indomable energía de su
almas en que vive Cristo lo pueden todo, y se elevan sobre los noble y altísimo espíritu quería, por todos los medios, alejar de las
desórdenes y las tormentas del mundo, con siempre igual coraje contiendas de las naciones, se ha desencadenado y ahora es ya una
y ardor, al cántico de las disposiciones, de las justificaciones y de trágica realidad. Ante su estruendo, una inmensa amargura inunda
las magnificencias de Dios. Bajo las tempestades se sienten supe- nuestro ánimo, triste y preocupado porque el santo nacimiento del
riores a las borrascas, a la tierra que pisan y a los mares que surcan, Señor, del Príncipe de la Paz, habrá de celebrarse hoy entre el fu-
más que por su espíritu inmortal, por la elevación de sus corazones nesto, fúnebre tronar de los cañones, bajo el terror de bélicos apa-
hacia Dios: Sursum corda; por su oración y unión con Dios: Habe- ratos volantes, en medio de las amenazas y de las asechanzas de los
mus ad Dominum. navios armados. Y como parece que el mundo ha olvidado el paci-
[5 ]. Y hacia Dios, misericordioso y omnipotente, venerables ficador mensaje de Cristo, la voz de la razón, la fraternidad cristiana,
hermanos y queridos hijos, Nos elevamos nuestra mirada y nuestra hemos tenido, desgraciadamente, que asistir a una serie de actos
súplica, como la mejor y más eficaz expresión de nuestra gratitud inconciliables tanto con las prescripciones del derecho internacional
por vuestros fervorosos votos navideños, que son al propio tiempo positivo como con los. principios fundamentales del derecho natural
oración dirigida al Padre celestial, de quien viene toda buena gracia y con los mismos sentimientos más elementales de la humanidad,
y todo don perfecto 7 . Haga El que, en esta unión de oraciones, cada actos que demuestran en qué caótico círculo vicioso se desenvuelve
el sentido jurídico, desviado por puras consideraciones utilitarias 11.
uno de vosotros obtenga junto al pesebre de su unigénito Hijo,
En esta categoría entran: la premeditada agresión contra un pueblo
hecho carne y que habita entre nosotros, aquella medida buena,
pequeño, laborioso y pacífico, con el pretexto de una amenaza ni
apretada, colmada, rebosante 8 , de gozo navideño que sólo El puede existente ni querida y ni siquiera posible; las atrocidades (quien-
dar; de forma que, corroborados y aliviados por tanto gozo, podáis quiera que las haya cometido) y el uso ilícito de medios de destruc-
generosamente y varonilmente, como soldados de Cristo, prose- ción incluso contra los no combatientes y los fugitivos, contra los
guir vuestro camino a través del desierto de la vida terrena hasta ancianos, las mujeres y los niños; el desprecio de la dignidad, de la
aquel ocaso en que, ante vuestra anhelante mirada, resplandezca libertad y de la vida humana, del cual derivan actos que claman
en la aurora de la eternidad el monte del Señor, y que en cada uno venganza en la presencia de Dios: La voz de la sangre de tu hermano
de vosotros, renacido a nueva vida de gozo indefectible, se cumpla está clamando a mí desde la tierra 12 ; la siempre más extendida y
la oración navideña de la Iglesia, «de contemplar con confianza metódica propaganda anticristiana e incluso atea, principalmente
como juez a aquel Unigénito que con alegría acogemos ahora como entre la juventud.
Redentor» 9.
[ó]._ Pero en esta hora en que la vigilia de la santa Navidad nos [8 ]. A preservar la Iglesia y su misión entre los hombres d e
proporciona la dulce alegría de vuestra presencia, al gozo se mezcla todo contacto con tal espíritu anticristiano nos mueve nuestro deber,
que es también íntima y sagrada voluntad, de Padre y Maestro de
5
Cf. l o . 16,22.
6 !0
D A N T E ALIGHIERI, Paraíso canto 20,73. Véase el texto en I. GIORDANI, Le encidiche sociali p.655-659.
7 11
Iac. 1,17. Cf. P í o XII, discurso al nuevo embajador del Perú, 17 de julio d e 1941: AAS 3 3
8 Le. 6,38. (1941) 356-358; D Y R 3-1,169,
9
Misal romano, oración de la vigilia d e Navidad. 12 G e n . 4,10.
808 PIÓ XII IN QUESIO GIORNO 809
la Verdad; y por esto dirigimos cálida e insistente exhortación, tuando el suelo ensangrentado de Polonia y de Finlandia—el núme-
sobre todo, a los ministros del santuario y a los distribuidores de ro de las víctimas puede considerarse inferior al que se temía, la
los misterios de Dios 13, para que sean siempre vigilantes y ejempla- suma de los dolores y de los sacrificios ha llegado a tal punto, que
res en la enseñanza y en la práctica del amor y no olviden jamás que provoca viva ansiedad en quien se preocupa del futuro estado eco-
en el reino de Cristo no hay precepto más inviolable ni más funda- nómico, social y espiritual de Europa, y no solamente de Europa.
mental y sagrado que el servicio de la verdad y el vínculo de la Cuanto más el monstruo de la guerra se apropia, absorbe y se adju-
caridad. dica los medios materiales que inexorablemente quedan puestos al
[9]. Con viva y angustiosa ansia nos vemos obligados a con- servicio de las necesidades guerreras, crecientes de hora en hora, tan-
templar manifiestas ante nuestros ojos las ruinas espirituales que se to más agudo se hace para las naciones, directamente o indirecta-
van acumulando sin cesar a causa de un intenso, diluvio de ideas mente sacudidas por el conflicto, el peligro de um., podríamos de-
que, más o menos intencionadamente o veladamente, entenebrece cir, anemia perniciosa y se consolida la acongojante pregunta:
y deforma la verdad en las almas de tantos individuos y pueblos, ¿Cómo podrá, cuando la guerra acabe, una economía exhausta o
envueltos o no en la guerra; por ello pensamos qué inmenso trabajo extenuada encontrar los medios necesarios para la reconstrucción
será necesario—cuando el mundo, cansado de guerrear, quiera res- económica y social, entre las dificultades que de todas partes se
tablecer la paz—para abatir los muros ciclópeos de la aversión y del verán aumentadas extraordinariamente, y de las cuales las fuerzas
odio, que en el ardor de la lucha se han hecho tan grandes. y las artes del desorden, que se mantienen ocultas, procurarán
aprovecharse, con la esperanza de poder asestar el golpe decisivo
[10]. Conscientes de los excesos a que abren camino y llevan a la Europa cristiana ?
inexorablemente las doctrinas y los hechos de una política despre-
ocupada de la ley de Dios, Nos, como sabéis bien, cuando las di- [13]. Semejantes consideraciones acerca del presente y acerca
ferencias se tornaron amenazadoras, con todo el ardor de nuestro del porvenir deben tener preocupados, aun en medio de la fiebre
ánimo procuramos hasta el final evitar el máximo mal y persuadir de la lucha, a los gobernantes y a la parte sana de todos los pue-
a los hombres en cuyas manos estaba la fuerza y sobre cuyas es- blos, y moverlos y excitarlos a examinar sus efectos y a reflexionar
paldas gravitaba una pesada responsabilidad a que se alejasen de sobre los objetivos y sobre la finalidad justificable de la guerra.
un conflicto armado y ahorrasen al mundo imprevisibles desgracias.
Nuestros esfuerzos y los que, convergentes, venían de otras partes,
[II. PUNTOS FUNDAMENTALES DE UNA PAZ JUSTA Y HONROSA]
no lograron el efecto esperado, sobre todo porque apareció indes-
plazable la profunda desconfianza, que, agigantándose en los áni- [14]. Y pensamos que quienes con ojo vigilante miren estas
mos durante los últimos años, llegó a elevar-entre los pueblos in- graves perspectivas y consideren con mente tranquila los síntomas
franqueables barreras espirituales. que en muchas partes del mundo señalan esta evolución de los acon-
[11 ]. No eran insolubles los problemas que se agitaban entre tecimientos, se mantendrán, a pesar de la guerra y de sus duras ne-
las naciones; pero aquella desconfianza, originada por una serie de cesidades, dispuestos interiormente a definir, en el momento opor-
circunstancias particulares, impedía, como con fuerza irresistible, tuno y propicio, claramente, en cuanto les corresponda, los puntos
que se prestase ya fe a la eficacia de eventuales promesas y a la dura- fundamentales de una paz justa y honrosa, y no rehusarán capri-
ción y vitalidad de posibles acuerdos. El recuerdo de la vida efíme- chosamente las gestiones en cualquier ocasión que se presenten con
ra y discutida de semejantes intentos o acuerdos terminó paralizan- las necesarias garantías y cautelas 15 .
do todo esfuerzo para promover una solución pacífica. [15 ]. 1. ° Un postulado fundamental de una paz justa y hon-
[12 ]. N o nos quedó, venerables hermanos y amados hijos, sino rosa es asegurar el derecho a la vida y a la independencia de todas
repetir con el profeta: Esperábamos paz, todo son infortunios; y a la las naciones, grandes y pequeñas, poderosas y débiles. La voluntad
hora del alivio sólo se presenta la angustia 14 , y dedicarnos entretanto de vivir de una nación no debe equivaler nunca a la sentencia d e
a aliviar, en cuanto nos era posible, las desventuras derivadas de muerte para otra. Cuando esta igualdad de derechos es destruida,
la guerra, si bien tal acción ha sido no poco impedida por la impo- o herida, o puesta en peligro, el orden jurídico exige una repara-
sibilidad, hasta ahora no superada, de llevar el socorro de la cari- ción, cuya medida y extensión no ha de ser determinada por la es-
dad cristiana a regiones donde más viva y urgente se siente su ne- pada o el arbitrio egoísta, sino por las normas de la justicia y de la
cesidad. Con indecible angustia, desde hace cuatro meses venimos recíproca equidad.
observando que esta guerra, iniciada y continuada en circunstan- [16]. 2. 0 A fin de que el orden de este modo establecido
cias tan insólitas, acumula trágicas ruinas. Y si hasta ahora—excep- pueda tener tranquilidad y duración, quicios de una verdadera paz,
1 3 1 Cor. 4,1. 15
Cf. Pío XII, discurso al nuevo embajador de Colombia, 13 de agosto de ig44: AAS 36
14
Ier. 24,19. (1944) 262^-263.
IX UUESTO GIÜRNO 811
810 Pfo xii
es proclamada como bienaventuranza en el sermón de la Montaña,
las naciones deben quedar liberadas de la pasada esclavitud de la
y que tiene como condición natural previa la justicia moral; de aquel
carrera de armamentos y del peligro de que la fuerza material, en
vez de servir para tutelar el derecho, se convierta en tiránica viola- amor universal que es el compendio y el término más avanzado del
dora de. éste. Los tratados de paz que no atribuyesen fundamental ideal cristiano, y por esto tiende un puente incluso a quienes no
importancia a un desarme mutuamente consentido, orgánico, pro- tienen la dicha de participar en nuestra misma fe 16 .
gresivo, tanto en el orden práctico como en el espiritual, y no cui- #
dasen de realizarlo lealmente, revelarían, tarde o temprano, su in- [III. LOS OBSTÁCULOS DE LA PAZ]
consistencia y falta de vitalidad.
[17]. 3.° En toda reordenación de la convivencia internacio- [20]. No desconocemos cuan graves son las dificultades que
nal sería conforme a las máximas de la humana sabiduría que todas se interponen para conseguir estos fines, que Nos hemos trazado
las partes interesadas dedujeran las consecuencias de las lagunas o a grandes líneas, para fundar, llevar a cabo y conservar una justa
de las deficiencias del pasado; y al crear o reconstruir las institu- paz internacional. Pero, si alguna vez ha habido un ideal digno de
ciones internacionales, que tienen una misión tan alta, pero al mis- la cooperación de todos los espíritus nobles y generosos, sí alguna
mo tiempo tan difícil y llena de gravísima responsabilidad, se de- vez ha habido ansia de una cruzada espiritual que con nueva verdad
berían tener presentes las experiencias que resultaron de la inefi- hiciese resonar el grito «Dios lo quiere», es verdaderamente este
cacia o del defectuoso funcionamiento de anteriores iniciativas se- altísimo ideal y esta chuzada y lucha de corazones puros y magná-
mejantes. Y, como a la debilidad humana es tan dificultoso, casi nimos, emprendida para reconducir los pueblos de las turbias cis-
podríamos decir tan imposible, preverlo todo y asegurarlo todo en ternas de los intereses materiales y egoístas a la fuente viva del
el momento de los tratados de paz, cuando es tan difícil verse libre derecho divino, el cual es el único que puede dar aquella moralidad,
de las pasiones y de la amargura, la constitución de instituciones nobleza y estabilidad cuya falta y necesidad se han echado tan de
jurídicas que sirvan para garantizar el leal y fiel cumplimiento de menos y durante tan largo tiempo, con grave daño de las naciones
tales tratados, y, en caso de reconocida necesidad, para revisarlas y de la humanidad.
y corregirlas, es de importancia decisiva para una honrosa acepta-
ción de un tratado de paz y para evitar arbitrarias y unilaterales [21]. Nos creemos y esperamos que todos cuantos nos están
lesiones e interpretaciones de las condiciones de los referidos tra- unidos por los vínculos de la fe, cada uno en su puesto y dentro
tados. de los límites de su misión, tengan abierta su mente y su corazón
a estos ideales, que son al mismo tiempo los fines reales de una
[18]. 4. 0 En particular, un punto que debería reclamar la verdadera paz en la justicia y en el amor, para que así, cuando el
atención, si se quiere una mejor ordenación de Europa, se refiere huracán de la guerra esté a punto de cesar y desaparecer, surjan
a las verdaderas necesidades y las justas exigencias de las naciones en todos los pueblos y en todas las naciones espíritus previsores y
y de los pueblos, como también de las minorías étnicas; exigen- puros, animados de un valor que sepa y sea capaz de oponer al te-
cias que, si no bastan siempre para fundamentar un estricto dere-
nebroso instinto de la baja venganza la severa y noble majestad
cho, cuando están en vigor tratados reconocidos y sancionados u
otros títulos jurídicos que se opongan a ellas, merecen, sin embargo, de la justicia, hermana del amor y compañera de toda verdadera
un benévolo examen para solucionarlas por métodos pacíficos y prudencia.
también, cuando sea necesario, por medio de una equitativa, pru- [22]. De esta justicia que es la única capaz de crear la paz y
dente y concorde revisión de los tratados. Reconstituido así un ver- de asegurarla, Nos, y con Nos todos cuantos escuchan nuestra voz,
dadero equilibrio entre las naciones, restablecidas las bases de una no ignoramos dónde nos es dado encontrar el sublime ejemplar,
mutua confianza, se evitarían muchas tentaciones para recurrir a la el íntimo impulso y la segura promesa: Transeamus usque Bethlehern
violencia. ' et videamus i 7 : Vayamos a Belén. Allí encontraremos recostado en
[19 ]• 5-° Pero incluso las regulaciones mejores y más cum- el pesebre al nacido «Sol de la justicia, Cristo, Dios nuestro», y a su
plidas serán imperfectas y condenadas en definitiva al fracaso si los lado la Virgen Madre, «Espejo de la justicia» y «Reina de la paz»,
que dirigen la suerte de los pueblos, y los pueblos mismos, no se con el santo custodio José, «el hombre justo». Jesús es el esperado
dejan penetrar cada vez más de aquel espíritu del que únicamente de las gentes. Los profetas lo señalaron y cantaron sus futuros triun-
puede provenir la vida, autoridad y obligatoriedad a la letra muerta fos : y se llamará maravilloso consejero, Dios fuerte, Padre sempiterno,
de los párrafos de los ordenamientos internacionales; es decir, de Príncipe de la paz 1 8 .
aquel sentido de íntima y aguda responsabilidad que mira y pon-
dera los estatutos humanos según las santas e indestructibles nor- i* Cf. Pío XII, discurso al nuevo embajador del Ecuador, 27 de diciembre de 1944;
mas del derecho divino; de aquella hambre y sed de justicia que AAS 36 (1944) 332-333-
17 Le. 2,15-
18 Is. 9,6.
812 rio x i i ix yuEsxo UIOK.NO 813
[23]. Cuando nació este celestial Niño, otro príncipe de la Santidad, que transcribo aquí, según el deseo del mismo se-
paz se asentaba sobre las orillas del Tíber y había con solemnes ñor presidente, literalmente. En ella el señor presidente deci-
ceremonias dedicado un Ara Pacis Augustae, cuyos maravillosos, de nombrar un representante del presidente con rango de
pero quebrados restos, sepultados durante siglos bajo las ruinas de embajador extraordinario, pero sin título formal, junto a la
Roma, han. levantado la cabeza en nuestros días. Sobre aquel altar, Santa Sede. Este representante sería el honorable Myron
Augusto sacrificó en honor de dioses que no salvan. Pero es lícito Taylor, quien partirá para Roma dentro de un mes, aproxi-
pensar que el verdadero Dios y eterno Príncipe de la Paz, que pocos madamente. La noticia se publicará mañana oficialmente)
años después apareció entre los hombres, haya escuchado el anhelo
Sigue el texto de la carta en lengua inglesa, que será publicado
de aquel tiempo por la paz y que la paz de Augusto haya sido como
una figura de aquella paz sobrenatural que sólo El puede dar, y en L'Osservatore Romano.
en la que se halla necesariamente comprendida toda paz terrena; [27]. Es un anuncio navideño que no podía llegarnos más
aquella.paz conquistada no con el hierro, sino con el leño de la cuna grato, ya que representa, por parte del eminente jefe de una tan
de este Infante Señor de la paz y con el leño de su futura cruz de grande y poderosa nación, una valiosa y prometedora contribución
muerte, rociada con su sangre, sangre no de odio y de rencor, sino a nuestras solicitudes, tanto para la consecución de una paz justa
de amor y de perdón. y honrosa como para una inteligencia más eficaz y más amplia diri-
gida a aliviar los sufrimientos de las víctimas, de la guerra. Por esto
[24]. Vayamos, pues, a Belén y a la gruta del recién nacido tenemos que expresar aquí, por este acto noble y generoso del pre-
Rey de la paz, cantada sobre su cuna por los coros de los ángeles, y sidente señor Roosevelt, nuestras felicitaciones y nuestro agrade-
de rodillas ante El, en nombre de esta humanidad inquieta y sacu- cimiento.
dida,|en nombre de los innumerables hombres, sin distinción de
pueblo o de nación, que se desangran y mueren, o han caído en el
llanto y en la miseria, o han perdido la patria, dirijamos nuestra
invocación de paz y concordia, de ayuda y de salvación, con las pa-
labras que la Iglesia pone en estos días sobre los labios de sus hijos:
O Emmanuel, Rex et legifer noster, exspectatio Gentium et salvator
earum, verá al salvandum nos, Domine, Deus noster 19 .
[25]. Mientras con esta- plegaria desahogamos nuestra aspi-
ración insaciada por una paz en el espíritu de Cristo, Mediador de
paz entre el cielo y la tierra, con su benignidad y humanidad apa-
recida en medio de nosotros, y exhortamos cálidamente a los fieles
cristianos a asociar con nuestras intenciones también sus sacrificios
y sus oraciones, impartimos, venerables hermanos y queridos hi-
jos, a vosotros y a todos los que lleváis en vuestro corazón, a todos los
hombres de buena voluntad que se hallan diseminados sobre la faz
de la tierra, especialmente a los que sufren, a los angustiados, a los
perseguidos, a los prisioneros, a los oprimidos de toda región y
país, con inmutado afecto, como prenda de gracias y de consola-
ciones y alivios celestiales, la bendición apostólica.
[26]. Al final de este nuestro discurso, no queremos privar-
nos de la alegría de anunciaros, venerables hermanos y queridos
hijos, que nos ha llegado esta misma mañana de la delegación apos-
tólica de Washington un telegrama, cuya parte preliminar y esen-
cial queremos leeros:
«El señor presidente, habiendo llamado esta mañana a
, monseñor Spellman, arzobispo de Nueva York, después de
un coloquio con éste, lo ha enviado a mí junto con el señor
Berle, secretario de Estado, entregándome una carta para Su
19
Breviarium Romanum, antífona mayor del 23 de diciembre.
»
GRAZIE 815
GRAZIE 3. La victoria sobre el principio de que la fuerza crea el derecho
y de que la utilidad es la base y la regla del derecho.
Bases indispensables del nuevo orden 4. La victoria sobre los gérmenes de conflictos. Nivelación de
las estridentes diferencias económicas. ,
5. La victoria sobre el espíritu de un frío egoísmo. Hay que vol-
ver a una sincera solidaridad jurídica y económica.
• V. Es de desear una declaración doctrinal de los derechos morales jurí-
dicamente imprescriptibles. Es "de desear que los hombres de gobier-
no estén maduros en el momento de hacer la paz, para configurar el
nuevo orden. Es de desear que no recaigan en los errores del pasado.
Depositemos nuestra confianza en las manos del Niño recién nacido.
Prosiguiendo la línea iniciada con el sermón navideño del. año 1930, Oración para que Jesucristo libere a la humanidad de las discordias
la alocución Grazie, del 24 de diciembre de 1940, enuncia cinco vic- y de las guerras. Bendición.
torias que constituyen otras tantas bases del nuevo orden internacional:
el respeto a la verdad, la fidelidad en la observancia de los pactos in-
ternacionales, la restauración del concepto objetivo del derecho, la ni-
velación de las excesivas diferencias económicas y el restablecimiento [1 ]. Gracias 1, venerables h e r m a n o s y queridos hijos, gracias
de la solidaridad jurídica y económica. os decimos, con t o d a la efusión d e n u e s t r o corazón, p o r el caro d o n
de vuestra presencia en esta vigilia de la santa N a v i d a d ; gracias,
con conmovido e íntimo reconocimiento, p o r vuestras nobles feli-
SUMARIO citaciones y p o r vuestras fervorosas oraciones pro Ecclesia et Pon-
I. Gracias. Oración del Papa. La solemnidad de la fiesta litúrgica de tífice, felicitaciones y oraciones cuyo intérprete, t a n autorizado c o m o
hoy, conmemoración de la redención del hombre, llena de alegría a elocuente, h a sido el venerado decano del Sacro Colegio, tan próxi-
¡os cristianos. En Belén encuentra refugio el discípulo de Cristo en m o a n u e s t r o corazón y t a n digno d e n u e s t r a estima y d e n u e s t r o
medio del desordenado mundo de hoy, Hay que vivir alejados tanto afecto. Esta riqueza d e los dones navideños desciende a n u e s t r o
de un optimismo inconsciente como de un deprimente pesimismo. La ánimo t a n t o m á s suave cuanto m á s dolorosos son los tiempos q u e
estrella de Belén sigue iluminando al mundo.
vivimos.
II. Fortaleza del cristiano. La Iglesia, gracias a Dios, no anda escasa hoy
de hombres fuertes. Pero no faltan cristianos que, débiles, se hacen [ 2 ] . Q u e os r e s p o n d a n n u e s t r o s sentimientos paternos, n u e s -
intermediarios de tesis hostiles ai cristianismo. No han comprendido el tros deseos, a c o m p a ñ a d o s y avivados con fervorosas preces a D i o s ,
misterio de la Cruz. A pesar de ello, la entrega a Cristo crece visible- por las p r ó x i m a s fiestas de N a v i d a d y A ñ o N u e v o ; a vosotros, a
mente en innumerables almas. quienes el Señor, en su benigna providencia, h a llamado para ser
La situación del mundo presenta al apostolado exigencias gigantes- a n u e s t r o lado consejeros sabios y fieles, p r o b a d o s y prestos al ser-
cas. La guerra actual está escribiendo una de las páginas más dolo- vicio del dominicus grex; a vosotros, q u e , m i e m b r o s d e la C u r i a
rosas de la historia del mundo. Lo que conocemos basta para oprimir romana, sentís y c o m p r e n d é i s p r o f u n d a m e n t e la alta misión d e c o -
el corazón. Esfuerzos de la Santa Sede para aliviar la situación de los laborar y participar, cada u n o en su p r o p i o oficio y en su p r o p i a
prisioneros y la suerte de sus familias. esfera, en la universal solicitud pastoral del Vicario d e Jesucristo.
III. Estamos en presencia de un hecho: Europa y sus instituciones se en-
cuentran en un proceso de transformación. Hay que corregir el pasado. [3 ]. Sobre t o d o s j u n t o s y sobre cada u n o d e vosotros en p a r -
Hay que aspirar a un nuevo orden que asegure las normas jurídicas. Es ticular, ministros y custodios de la civitas supra montem ¿¡osito.2;
un grito que, escapado del alma de la humanidad, es oído y atendido sobre t o d o s vosotros, a quienes m á s q u e a otros corresponde a p r o -
por la Iglesia. La Iglesia no está llamada a declararse partidaria de uno piarse y practicar el aviso del S e ñ o r : Luceat lux vestra coran homi-
u otro sistema político. Su misión es transmitir a todos los pueblos el nibus 3 , N o s i m p l o r a m o s del e t e r n o y s u p r e m o Sacerdote, en u n a
patrimonio de la vida cristiana. La Iglesia ha predicado con frecuen- época t a n grave en acontecimientos p a r a la Iglesia y para las a l m a s
• cia a sordos. Hoy es la realidad la que predica con la cruel guerra pre- a ella confiadas, lo q u e El m i s m o p e d í a al P a d r e para sus apóstoles
sente. La humanidad saldrá más prudente de la sangrienta escuela
en u n a h o r a t a n solemne c o m o santa: Padre Santo, guárdalos en tu
• actual. Sólo así podrá darse al orden nuevo un contenido digno y es-
table, apoyado en los principios de la sana moral. nombre...; no ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del
mal...; santifícalos en la verdad4.
IV. Principios indispensables de un nuevo ordenamiento:
1
1. La victoria sobre el odio, deformador de la verdad. P í o XII, sermón pronunciado en la víspera de Navidad ante el Sacro Colegio y los o b i s -
pos y prelados d e la Curia romana, 24 d e diciembre de 1940: A A S 33 (1941) 5-14. T e x t o
2. La victoria sobre la desconfianza. Hay que volver a la fideli- original en italiano.
dad, base del derecho internacional. 2
M t . 5,14.
3 M t . 5,16.
* l o . 17,11.15.17.
816 l'fo Xlt
GfcAZtE «SI 7
[4]. Esta mañana, venerables hermanos y queridos hijos, la
admirable liturgia de la santa Iglesia ha levantado los ánimos de sus la presente época, tan tempestuosa; y se mantendrá igualmente ale-
sacerdotes con las grandiosas palabras del martirologio romano: En jado tanto de un inconsciente optimismo, que prescinda de la reali-
el año setecientos cincuenta y dos de la fundación de Roma, en el año dad, como de la tendencia, todavía menos apostólica, que inclina
cuarenta y dos del imperio de Octaviano Augusto, puesto todo el orbe a un pesimismo perezoso y deprimente. ¿No sabe acaso que la vida
en paz..., Jesucristo, Dios eterno'e Hijo del Padre Eterno, queriendo y la actividad de la Iglesia, al igual que la vida y la actividad del
consagrar el mundo con su venida de piedad, concebido del Espíritu Redentor, están siempre acechadas por los satélites del celoso y teme-
Santo..., nace, en Belén de Judá, de la Virgen María, hecho hombre5. roso poder herodiano? Pero tampoco olvidará que la misteriosa
[5 ]. Cuando el tono solemne de este alegre mensaje que une estrella de la gracia brilla desde el cielo y tornará a brillar en las
a Roma con lición y el piadoso nacimiento del Salvador del mundo almas, anhelantes junto a la cuna de Dios, para conducirlas del error
con el recuerdo del nacimiento de aquella excelsa Roma que, en su a la verdad, del desvarío a la fe en Cristo Salvador.
más alto y sacro destino, no por la gloria de las armas, sino por las
victorias de la gracia divina, igualará el imperio con la tierra, y las
[I. E L CRISTIANO ANTE LA SITUACIÓN DEL MUNDO ]
almas con el Olimpo 6; cuando este anuncio solemne de la venida
del Rey celestial, en la edad en que todo el orbe estaba puesto en
[8]. Consciente de la tenebrosa audacia del mal desbordado
paz, resuena de nuevo en los oídos de los fieles de Cristo, despierta
en esta vida, el verdadero seguidor de Cristo experimenta en sí
y suscita en millones de almas, de todos los pueblos y naciones, la
vivo estímulo para mayor vigilancia tanto sobre sí mismo como sobre
memoria de la redención del pecado. Como una divina sinfonía
sus hermanos en peligro. Seguro como está de la promesa de Dios
universal, de todas las lenguas sube al cielo un himno de júbilo, un
y destriunfo final de Cristo sobre sus enemigos y los de su reino,
canto de adoración de corazones humildes y agradecidos: Cristo
se siente interiormente robustecido contra las desilusiones y fraca-
nos ha nacido; venid, adorémosle 7 . ¡Himno inmortal de libertad
sos, derrotas y humillaciones, y puede comunicar igual confianza
de los desterrados hijos de Eva! Los cuales casi llegan a olvidar
a todos aquellos a quienes se acerca en su ministerio apostólico,
el dolor del paraíso perdido por la culpa de los primeros padres;
convirtiéndose de esta manera en su baluarte espiritual, mientras
las espinas y zarzas que en la tierra, profanada por el pecado, ger- .
da ánimo y ejemplo a cuantos se hallan tentados a ceder o a desani-
minan desde la caída de Adán; y en el pesebre de Belén, ante el
marse frente al número y la potencia de los adversarios. Y ¡sean
celeste Niño y ante la Virgen Madre del recién nacido Emmanuel,
dadas gracias infinitas al Señor! Porque también hoy la Iglesia no
se postran en el polvo, conmovidos y llenos de santo estupor por los
anda escasa de semejantes almas santas y fuertes—ya provengan del
admirables designios de la Providencia divina.
círculo del clero, ya de los núcleos de seglares—-, las cuales, con un
[6]. La santa alegría por el nacimiento del Señor, el íntimo gran heroísmo, ignorado las más de las veces por el mundo, con una
gozo que surge como propio latido de los fieles de Cristo, no depen- fidelidad que jamás vacila en medio de otros que caen en la pusila-
den ni pueden quedar disminuidos o turbados por los acontecimien- nimidad y debilidad, ponen en práctica la exhortación del profeta:
tos exteriores; el gozo navideño, que los colma plenamente de feli- Fortaleced las manos desfallecidas, afianzad las rodillas vacilantes.
cidad y de paz, tiene raíces tan profundas y alcanza cimas tan altas, Decid a los tímidos de corazón: Esforzaos y no temáis. He aquí que
que no puede ser anulado por la tormenta de ningún acontecimiento vuestro Dios traerá venganza, expiación de Dios; Dios mismo vendrá
terreno, ya se mueva el mundo en paz, ya esté en guerra. La conso- y os redimirá 9 .
ladora verdad de las palabras del Señor: Vuestro corazón se alegrará,
y nadie os quitará vuestro gozo 8 , ¿quién la podrá sentir y experimen- [9]. Pero entre los cristianos no faltan algunos que, bajo el
tar mejor que aquel que, con el corazón sincero, con la voluntad peso cotidiano de los sacrificios y las pruebas de toda clase, en un
purificada y el alma abierta, escucha el himno de paz a los hombres mundo que se aleja de la fe y de la moral, o al menos del fervor
de buena voluntad, dirigido a la tierra desde el pesebre, primera de la fe y de la moral cristiana, van perdiendo aquel vigor espiritual,
cátedra del Verbo divino encarnado? aquella alegría y seguridad—así en la práctica interior de la fe como
en la profesión pública de ésta—sin las que no puede sostenerse ni
[7]. Quien penetra el sentido de este himno, quien ha gustado durar largo tiempo un verdadero y vital sentiré cum Ecclesia. Los
una gota al menos del suave néctar de verdad y de amor que encie- veis quizás a veces, aun sin que ellos lo adviertan, caer víctimas y
rra, sabe dónde encontrar refugio en medio del desordenado des- hacerse intermediarios de concepciones y teorías, de" pensamientos
arrollo de los acontecimientos, de las penas y de las angustias de y prejuicios que, nacidos en círculos extraños y hostiles al cristia-
5
Martirologio romano, día 25 de diciembre. nismo, vienen a acechar a las almas de los creyentes. Los caracteres
6
7
VIRGILIO, Eneida VI 782-783. de esta clase hasta sufren al ver a la Madre Iglesia—a la que en el
Canto litúrgico navideño: Adeste, fideles.
8
lo. 16,22. fondo querrían permanecer fieles—incomprendida ante el pretorio
9
Is. 35,3-4.
818 PÍO XII
GRAZIE 819
de Pilatos o vestida de burla entre los esbirros de Herodes. Creen bemos ahora basta ya para oprimir y desgarrar el corazón! Con refe-
en el misterio de la cruz, pero se olvidan de meditarlo y aplicarlo a rencia a las mujeres y a las madres de más de una nación, nos
nuestros días. En las fúlgidas y consoladoras horas del Tabor se
parece oír resonar el angustioso grito del profeta que la sagrada
sienten cercanos a Cristo; en las tristes y oscuras horas de Getsema-
liturgia recuerda durante la octava de la santa Navidad: En Rama
ní se convierten con harta facilidad en imitadores de los discípulos
durmientes. Y cuando las autoridades de la tierra recurren a su po- se oyó una voz, llanto y gran lamentación: era Raquel, que lloraba a sus
der externo, a semejanza de lo que los ministros del sanedrín hi- hijos, y no quería ser consolada, porque ya no existen n .
cieron con Jesús, los veis substraerse con tímida fuga o, lo que es [14]. Pero, entre tantas desgracias derivadas del cruel con-
igual, rehuir de las resoluciones francas y valerosas. flicto, una especialmente ha pesado desde el primer momento y
pesa todavía sobre nuestro corazón: la de los prisioneros de guerra,
[10]. Todo este inconsistente vacilar, venerables hermanos y que nos resulta tanto más aguda cuanto menor ha sido la posibi-
queridos hijos, no puede ni debe maravillarnos o turbarnos; mucho lidad, consentida a nuestra paternal solicitud, de correr en su ayuda
menos puede llevarnos a olvidar la ejemplar fortaleza de alma y la allí donde mayor es el número y más conmovedora la miseria de
conmovedora fidelidad con que innumerables hijos nuestros, gra- los que invocan eficaz socorro y consuelo. Acordándonos de cuanto
cias al auxilio divino, se mantienen adheridos y unidos, más tenaces Nos mismo, en el augusto nombre del Sumo Pontífice Benedicto XV,
que todas las tempestades, a la firme piedra de su fe y a la Iglesia de feliz memoria, pudimos hacer durante la guerra anterior para
de Dios, tutora, depositaría e infalible maestra de la verdad. Y por aliviar las penas materiales y morales de numerosos prisioneros,
esto, con conmovida gratitud al Altísimo y con paterna satisfac- esperábamos que también esta vez quedase abierto el camino a las
ción por la corona de tantos y tan nobles hijos de toda condición iniciativas religiosas y caritativas de la Iglesia.
y clase, no dudamos en afirmar que la conciencia, el fervor, la entre-
ga incondicional y sincera a Cristo y a su reino son virtudes que [15]. Sin embargo, si en algunos países se ha visto frustrado
crecen visiblemente en tantos y tantos, precisamente allí donde la nuestro intento, no siempre ha sido vano nuestro esfuerzo, puesto
profesión cuesta sacrificios, nunca antes reconocidos. que hemos podido hacer llegar, al menos, a una parte de prisioneros
polacos no pocas pruebas materiales y espirituales de nuestro interés;
[i I ]. Pero, cualquiera que haya de ser la relación, sólo de Dios otras, y más frecuentes, a los prisioneros e internados italianos,
conocida, entre victorias y derrotas, entre almas que se ganan y especialmente en Egipto, en Australia y en el Canadá.
almas que se pierden, no es menos verdadero e indudable que la
condición exterior e interior de la época presente origina y presenta [16]. Ni hemos querido que este santo día de Navidad albo-
al apostolado exigencias gigantescas, no sólo durante el transcurso rease alegre sobre el mundo sin hacer llegar, por medio de nuestros
de esta formidable guerra, sino todavía más en aquel día en que, representantes, a los prisioneros ingleses y franceses en Italia, ale-
terminadas las hostilidades, los pueblos deberán dedicarse a sanar manes en Inglaterra, griegos en Albania e italianos esparcidos por
las profundas llagas de una amarga herencia, social y económica, las diversas tierras del Imperio británico, principalmente en Egipto,
cuando las naciones envueltas en la guerra salgan de ésta con heridas en Palestina y en la India, algunas pruebas que les sirviesen como
espirituales, necesitadas como nunca de un cuidado asiduo y vigi- testimonio de nuestro recuerdo consolador y de nuestra bendición.
lante, que sirva para evitar y disminuir sus perniciosos efectos. [17]. Deseosos, además, de hacer nuestra el ansia de las fa-
[12]. Con trágica y casi fatal persistencia, el conflicto, una vez milias preocupadas por la suerte de sus familiares alejados e infelices,
desencadenado, prosigue por su camino ensangrentado, acumula hemos iniciado un trabajo de no pequeña importancia, que estamos
ruinas, no perdona templos venerables, monumentos insignes, hos- desarrollando con toda actividad, para pedir y transmitir noticias,
pitales de caridad, y, en el fácil olvido de las normas de humanidad, donde mayores sean las dificultades, no sólo de muchísimos prisio-
en el desprecio de las costumbres y convenciones bélicas, llega a neros, sino también de los prófugos y de cuantos se hallan triste-
veces a tales extremos, que una época menos perturbada y agitada mente separados de su patria y de su hogar por las calamidades
que la nuestra pondrá un día estas vicisitudes entre las páginas más presentes. De este modo hemos podido sentir palpitar millares de
dolorosas y oscuras de la historia del mundo J °. corazones junto al nuestro, con el conmovido tumulto de sus más
íntimos afectos en la anhelante tensión y en la grave pesadilla de la
[13]. Nuestro pensamiento corre con angustia al momento en incertidumbre, en la gozosa alegría de la seguridad recuperada, en
que la tristísima crónica de tantos sufrimientos—de cuerpos desga- la profunda pena y sufrida resignación por la suerte de sus seres
rrados, de almas doloridas, de heridos, prisioneros, prófugos, opri- queridos.
midos, hambrientos, enfermos, dispersos—, crónica hoy ignorada o
sólo en parte conocida, será publicada íntegramente. ¡ Pero lo que sa- [18]. Ni menor consuelo nos ha sido haber podido confortar,
con la asistencia moral y espiritual de nuestros representantes o
•o Véanse las normas que sobre el derecho y la moral de la guerra urgía, el Papa en su
discurso del 2 de junio de 1940, pronunciado ante el Sacro Colegio: AAS 32 (1940) 270-276 11
Mt. 2,18.
C20 i'io x n GKAZIE Iu!l
con la limosna de nuestros recursos, a un gran número de prófugos, o internacionales, nadie podrá maravillarse de ello; menos todavía
de expatriados, de emigrados, aun entre los «no arios»: a los polacos se sorprenderá la Iglesia, que, madre común de todos, siente y com-
ha podido llegar especialmente generoso nuestro socorro, así como prende mejor el grito que se escapa espontáneo del alma atormenta-
a aquellos para los que la ayuda caritativa de nuestros hijos de los da de la humanidad 13.
Estados Unidos de América nos facilitaba grandemente nuestro [23]. Entre los opuestos sistemas, vinculados a los tiempos y
paterno interés. dependientes de éstos, la Iglesia no puede ser llamada a declararse
partidaria de una tendencia más que de otra. En el ámbito del valor
[II. PROCESO DE TRANSFORMACIÓN] universal de la ley divina, cuya autoridad tiene fuerza no sólo para
los individuos, sino también para los pueblos, hay amplio campo
[19]. Hace ahora un año, venerables hermanos y queridos y libertad de movimiento para las más variadas formas de concep-
hijos, hicimos Nos, desde este lugar, algunas declaraciones de prin- ciones políticas; mientras que la práctica afirmación de un sistema
cipios sobre los presupuestos esenciales de una" paz conforme a los político o de otro depende en amplia medida, y a veces decisiva, de
principios de justicia, de equidad y de honor, tal que pudiera ser circunstancias y de causas que, en sí mismas consideradas, son
duradera. Y si el sucesivo desarrollo de los acontecimientos ha extrañas al fin y a la actividad de la Iglesia. Tutora y abanderada
retrasado para tiempo más lejano su realización, los pensamientos de los principios de la fe y de la moral, la Iglesia tiene el único
expuestos entonces nada han perdido de su intrínseca verdad y de interés y el solo deseo de transmitir, por sus medios educativos y
su exacto ajuste a la realidad, ni de su valor como obligación moral. religiosos, a todos los pueblos sin excepción, la clara fuente del
[20]. Hoy nos encontramos en presencia de un hecho que patrimonio y de los valores de la vida cristiana, para que cada pue-
tiene una notable importancia sintomática. De las polémicas apa- blo, del modo que responda a su peculiaridades, se ayude de los
sionadas de las partes beligerantes sobre los fines de la guerra y conocimientos y de los impulsos ético-religiosos cristianos para es-
sobre la regulación de la paz, surge cada vez más clara una especie tablecer una sociedad humanamente digna, espiritualmente elevada,
de communis opinio, que afirma que tanto la Europa anterior a la fuente de verdadero bienestar.
guerra como sus públicas instituciones se encuentran en un proceso [24]. Más de una vez la Iglesia ha tenido que predicar a sor-
de transformación tal, que parece señalar el comienzo de una nueva dos ; la dura realidad predica ahora a su vez, y ante su grito: Erudi-
época. Europa y el orden de los Estados, se afirma, no serán lo que mini, se abren oídos antes cerrados a la voz materna de la Esposa
fueron antes; algo nuevo, mejor, más desarrollado, orgánicamente de Cristo. Hay épocas de angustia frecuentes, mucho más frecuentes
más sano y libre y fuerte es lo que debe sustituir al pasado, para que los tiempos de bienestar, ricas en verdaderas y profundas ense-
evitar los defectos, la debilidad, las deficiencias, que se dicen haber ñanzas, a la manera que el dolor es con frecuencia un maestro más
aparecido manifiestamente a la luz de los recientes acontecimien- eficaz que el fácil éxito: Sólo el sufrir dará entendimiento al oído 14.
tos 12. Y esperamos en Dios que la humanidad entera, como cada una de
[21 ]. Es verdad que las diversas partes discrepan en las ideas las naciones en particular, saldrá de la dolorosa y sangrienta escuela
y en los fines; concuerdan, sin embargo, en la aspiración a un nuevo actual más prudente, experimentada y madura; sabrá distinguir
orden y no consideran posible o deseable una pura y simple vuelta con ojos claros entre la verdad y la engañosa apariencia, y abrirá
a las condiciones anteriores. y prestará su oído a la voz de la razón, guste o no guste, y lo cerrará
[22]. Ni vale para explicar suficientemente semejantes co- a la vacía retórica del error; se formará una convicción de la realidad,
rrientes y sentimientos la mera rerum novarum cupiditas, el mero que tomará en serio la realización del derecho y de la justicia, y ello
afán de novedades. A la luz de las experiencias de esta época de no sólo cuando se trate de exigir el cumplimiento de los propios
agobio, bajo la abrumadora presión de los sacrificios que requiere derechos, sino también cuando se deban satisfacer las justas exigen-
e impone, nuevas ideas y nuevas aspiraciones nacientes se apoderan cias de los demás.
de las mentes y de las almas. U n reconocimiento luminoso de las [25]. Sólo con estas disposiciones de ánimo se podrá llegar
deficiencias actuales. Una aspiración resuelta hacia un ordenamiento a infundir a esta seductora expresión, «nuevo orden», un contenido
que ponga en seguro las normas jurídicas de la vida estatal e inter- hermoso, digno, estable, apoyado en las normas de la moralidad,
nacional. Que esta ansia acuciante se haga sentir con mayor agudeza y se evitará el peligro de concebirlo y de plasmarlo como un meca-
entre los dilatados grupos de quienes viven con el trabajo de sus nismo puramente externo, impuesto por la fuerza, sin sinceridad,
manos, obligados siempre, tanto en paz como en guerra, a gustar sin pleno consentimiento, sin alegría, sin paz, sin dignidad, sin
más que nadie la amargura de los desacuerdos económicos, estatales
13
12
Cf. P í o XII, discurso al Sacro Colegio, 2 de junio de 1940: AAS 32 (1940) 270-276;
Cf. P í o XII, discurso ai n u e v o embajador de Francia, 9 d e junio de 1940: A A S 32 D Y R 2,127-135-
(1940) 277; D Y R 2,145-147- 1" Is. 28,19.
822 PÍO XII GRA7.IE 823
valor. Entonces se podrá dar a la humanidad una nueva esperanza la economía mundial; por lo tanto, una acción progresiva, equili-
que la tranquilice, un ideal que responda a sus nobles aspiraciones, brada por correspondientes garantías, para llegar a una organización
y desaparecerá el poder oculto y abierto, opresor y ruinoso, de la que dé medios a todos los Estados para asegurar a sus propios con-
discordia crónica que pesa sobre el mundo. ciudadanos, de cualquier clase que sean, un conveniente nivel de
vida.
[III. PRESUPUESTOS INDISPENSABLES DE UN NUEVO ORDENAMIENTO] [30]. 5. La victoria sobre el espíritu de frío egoísmo, el cual,
orgulloso de su fuerza, fácilmente termina violando no menos el
[26]. Pero los presupuestos indispensables para ese nuevo or- honor y la soberanía de los Estados que la justa, sana y disciplinada
denamiento son: libertad de los ciudadanos. En su lugar debe introducirse una sin-
1. La victoria sobre el odio, que hoy divide a los pueblos; la cera solidaridad jurídica y económica, una fraterna colaboración,
renuncia, por tanto, a sistemas y a prácticas de los que aquel recibe según los preceptos de la ley divina, entre los pueblos, una vez
siempre nuevo alimento. Existe, en realidad, actualmente en algunos que éstos estén asegurados en su autonomía e independencia. Mien-
países una propaganda desenfrenada y que no rehuye las manifiestas tras que por las duras necesidades de la guerra hablen las armas,
alteraciones de la verdad, mostrando, día por día y hasta hora por difícilmente podrían esperarse hechos definitivos en el sentido de
hora, a la opinión pública las naciones adversarias bajo una luz restaurar derechos morales y jurídicamente imprescriptibles. Pero
falseada y ultrajante. Pero quien quiera verdaderamente el bienestar sería de desear que, ya desde ahora, una declaración doctrinal en
del pueblo, quien ansie contribuir a preservar de incalculables daños favor de su reconocimiento viniese a calmar la agitación y la amar-
las bases espirituales y morales de la futura colaboración de los gura de cuantos se sienten amenazados o lesionados en su existencia
pueblos, deberá considerar como un sagrado deber y una alta mi- o en el libre desenvolvimiento de su actividad.
sión no dejar que se pierdan, en el pensamiento de los hombres, los [31 ]• ¡Venerables hermanos y queridos hijos! En el momento
ideales naturales de la veracidad, justicia, cortesía y cooperación al por todos deseado, indeterminable por ahora para el juicio humano,
bien, y, ante todo, el sublime ideal sobrenatural del amor fraterno en que callarán las armas y se esculpirán en los párrafos del tratado
traído por Cristo al mundo. de paz los efectos de este gigantesco conflicto, Nos deseamos que
[27]. 2. La victoria sobre la desconfianza, que oprime como la humanidad y quienes habrán de mostrarle el camino de su mar-
peso deprimente el derecho internacional, haciendo irrealizable toda cha estén tan maduros en el espíritu y sean tan capaces en la acción,
verdadera inteligencia; vuelta, por tanto, al principio iustitiae sóror que allanen el terreno para alcanzar un nuevo, sólido, verdadero y
incorrupta fictes 15, a aquella fidelidad en la observancia de los pactos justo ordenamiento. Nos suplicamos a Dios que suceda así. Y os
sin la que no es posible una tranquila convivencia de los pueblos y, exhortamos a todos a unir vuestras oraciones a las nuestras a fin
sobre todo, una coexistencia de pueblos poderosos y de pueblos de que la luz y la protección del Omnipotente preserven a aquellos
débiles. Fundamentum autem—proclamaba la antigua sabiduría ro- en cuyas manos estarán puestas las decisiones de tan gran impor-
mana—est iustitiae fides, id est dictorum conventorumque constantia tancia para la tranquilidad del mundo y tan cargados de responsa-
et veritas: «el fundamento de la justicia es la fidelidad, esto es, la bilidad, de repetir, cambiada la forma, antiguos errores y de volver
constancia y la verdad en lo dicho y en lo pactado» 16 . a caer en faltas pasadas, dirigiendo—aun sin saberlo o sin querer-
[28]. 3. La victoria sobre el funesto principio de que la lo—el porvenir de los pueblos y aun de su propia nación por un
utilidad es la base y la regla del derecho, de que la fuerza crea el camino en el que no se encontrará ningún verdadero orden, sino
derecho; principio que hace inconsistente toda relación internacio- solamente temores y motivos de nuevas calamidades. Que las men-
nal, con gran daño especialmente para aquellos Estados que, ya por tes de aquellos de cuya perspicacia, fuerza de voluntad, previsión
su tradicional fidelidad a los métodos pacíficos, ya por su menor y. moderación habrá de depender la felicidad o la infelicidad de los
potencialidad bélica, no quieren o no pueden luchar con otros; vuel- pueblos, puedan dejarse guiar por la luz de aquella sentencia tan
ta, por lo tanto, a una seria y profunda moralidad en las normas del conocida: Bis vincit qui se vincit in victoria 17 .
consorcio entre las naciones, lo cual no excluye, evidentemente, ni [32]. Nos depositamos en las pequeñas, omnipotentes y mise-
la búsqueda de la utilidad honesta ni un oportuno y legítimo uso ricordiosas manos del Redentor recién nacido, con una confianza
de la fuerza para tutelar derechos pacíficos impugnados violenta- ilimitada e indestructible, nuestros deseos, nuestras esperan-
mente o para reparar las lesiones de éstos. zas y nuestras oraciones, y le imploramos con vosotros, con todos
[29]. 4. La victoria sobre los gérmenes de conflictos, que los sacerdotes, con todos los fieles de la santa Iglesia, con todos los
consisten en las diferencias demasiado estridentes en .el campo de que en Cristo reconocen a su Señor y Salvador, que libere a la huma-
15
HORACIO, Odas I 24,6-7. nidad de las discordias a que la ha arrastrado esta guerra: ¡Oh raíz
6
' CICERÓN, De ofjwiis I 7,23.
Publii Syri Sententiae n.64 (Leipzig 1869).
821 PÍO XTT
de Jesé, puesta como señal para los pueblos, que hará callar a los re- NELL'ALBA
yes, y a quien suplicarán los gentiles! Ven a liberarnos; no quieras ya
más tardar 18 .
[33 ]• Con estas ansiosas palabras en los labios y con esta in- Los presupuestos de un orden internacional nuevo
tención en el corazón, os damos a vosotros, venerables hermanos y
queridos hijos; a todos nuestros hijos del mundo entero, y singu-
larmente a las víctimas de la guerra en cada una de las naciones,
como prenda de abundante gracia divina, con paterno afecto, la ben-
dición apostólica.
!8 Breviario romano, antífona mayor de la víspera de Navidad.
«Cuando la humanidad sufre, sufre también la Iglesia... Ante el
estridente contraste entre el divino Pesebre... y todo un mundo sacudido
por el siniestro resplandor de una guerra inigualada...», entre la opaca
niebla que envuelve al mundo, lá voz del Maestro de las almas, inase-
quible a las pasiones, a los prejuicios y a los partidismos, ilumina «los
senderos... de un nuevo ordenamiento de la vida privada y pública,
enraizado en las leyes divinas» x . Con estas palabras explicaba Pió XII
a los cardenales de la Curia romana el tema y la finalidad del radio-
mensaje navideño de 1941.
Hay que iniciar la reconstrucción de una nueva Europa y de un
mundo nuevo. Pero para esta reconstrucción es indispensable el retorno
de los Estados a las normas de un orden nacional e internacional que
impida, por una parte, los abusos de la libertad y, por otra parte, las
extralimitaciones del poder político. El radiomensaje Nell'alba es una
llamada de atención a todos los hombres sobre los peligros que acechan
a la paz verdadera. Los presupuestos del orden internacional nuevo
están definidos por el Papa como eliminación radical de cinco criterios
negativos: agresión a los derechos y a la libertad de las naciones; opre-
sión de las minorías nacionales; acaparamiento y monopolios económi-
cos; guerra total y carrera de armamentos, y, finalmente, persecución
religiosa. Una paz internacional genuina y duradera ha de levantarse
sobre la negación previa de estos cinco principios disolventes.
SUMARIO
I. La estrella del Redentor recién nacido resplandece sobre el obscuro
mundo de hoy. La idea de la fuerza pervierte y ahoga la norma del
derecho. No aparece abierto sendero alguno de inteligencia entre las
partes beligerantes.
II. La amplitud del desastre actual y sus causas. La humanidad vive hoy"
sometida al azote de una guerra exterminadora, agravado por el in-
quietante horizonte de un porvenir incierto. El cristianismo no ha
faltado a su misión. Son los hombres rebeldes al cristianismo los res-
ponsables de las ruinas actuales.
Una progresiva descristianización individual y social ha provoca-
do la anemia religiosa, el vacío ético y la bancarrota social. El gran
responsable de la guerra es el materialismo. La Iglesia no condena el
progreso técnico. Pero sí condena el mal uso del progreso técnico.
1
Pío XII, discurso al Sacro Colegio. 24 de diciembre de 1941: AAS 34 (1942) 1-10'
S2(i PÍO XII
III. El único remedio frente a este desastre es el retorno a la fe y a las NELL'AT.RA 827
normas de un orden social nacional e internacional que impida tanto gracia, habrán recibido el poder de hacerse hijos de Dios, porque
el abuso de la libertad como el abuso del poder. de Dios han nacido.
La reconstrucción de la sociedad exige, además, seriedad pruden-
te, reflexión madura, inteligencia amplia, voluntad firme y sometimien- [3]. Por esto, Nos, que, en estos amargos tiempos de convul-
to a las leyes de Dios. La estabilización del orden social requiere la siones bélicas, estamos afligidos por vuestras aflicciones y doloridos
previa estabilización del orden moral. La humanidad y la cristiandad con vuestros dolores; Nos, que vivimos, como vosotros, bajo el
enteras deben colaborar en esta obra de establecimiento de una paz •gravísimo peso de un azote que desgarra ya durante tres años la
segura. humanidad, en la vigilia de una solemnidad tan grande, queremos
IV. Los presupuestos esenciales de un orden internacional estable: dirigiros, con conmovido corazón de padre, la palabra para exhor-
i. La ley moral como fundamento imprescindible e inmutable taros a permanecer firmes en la fe y para comunicaros el consuelo
del orden nuevo. de aquella verdadera, exuberante y sobrehumana esperanza y cer-
2. El respeto a los derechos intangibles de todo Estado. teza que irradian de la cuna del Salvador recién nacido.
3. El respeto a los derechos de las minorías nacionales. [4]. Es verdad, amados hijos, que, si nuestros ojos no mirasen
4. El derecho de todas las naciones a participar en los bienes más allá de la materia y de la carne, apenas si podrían encontrar
económicos.
5. Supresión de la guerra, limitación de armamentos, observan- motivo alguno de consuelo. Difunden, sí, las campanas el alegre
cia de los convenios y creación de instituciones jurídicas internacio- mensaje de Navidad, se iluminan las iglesias y capillas, los cánticos
nales. religiosos alegran los espíritus, todo es fiesta y ornato en los sagra-
6. Libertad de la Iglesia, particularmente en la cuestión social. dos templos; pero la humanidad no cesa de desgarrarse en. una gue-
Algunos Estados obstaculizan esta libertad. rra ext'erminadora. En la sagrada liturgia resuena sobre los labios
V. Canto a Roma, faro de libertad y de paz universales, centro y maestra de la Iglesia la admirable antífona: Rex pacificus magnificatus est,
del cristianismo. Bendición para todos. cuius vultum desiderat universa térra 3 ; antífona que resuena en es-
tridente contraste con los acontecimientos que se precipitan ruido-
sos por montes y llanuras con espantoso fragor, devastan tierras y
casas en extensas regiones y arrojan a millones de hombres y a sus
[i ]. En el alba 1 y en la luz que brilla como preparación de
familias en la desgracia, en la miseria y en la muerte. Ciertamente,
la fiesta de la santa Navidad, esperada siempre con vivo anhelo de
admirables son los múltiples espectáculos de valor indomable en
gozo suave y penetrante, mientras todas las frentes se disponen a defensa del derecho y de la tierra patria; de serenidad en el dolor;
inclinarse y todas las rodillas a doblarse en adoración ante el inefa- de almas que viven como llamas de holocausto por el triunfo de la
ble misterio de la misericordiosa bondad de Dios, que, en su cari- verdad y de la justicia. Pero también, con angustia que nos oprime
dad infinita, quiso dar como don supremo y augusto, a la humanidad, el alma, pensamos y, como en sueños, contemplamos los terribles
su Hijo unigénito, nuestro corazón, amados hijos e hijas esparcidos choques de armas y de sangre en el año que declina hacia su ocaso;
sobre la faz de la tierra, se abre a vosotros y, sin olvidar a la tierra, la desgraciada suerte de los heridos y de los prisioneros; los sufri-
se eleva y se abisma en el cielo. mientos corporales y espirituales, los estragos, destrucciones y rui-
[2]. La estrella indicadora de la cuna del Redentor recién na- nas que la guerra aérea lleva consigo y vuelca sobre grandes y po-
cido desde hace veinte siglos resplandece todavía maravillosa en el pulosas ciudades, sobre centros y dilatados territorios industriales;
cielo de la Cristiandad. Agítense los pueblos, y las naciones conjúrense las riquezas de los Estados dilapidadas; los millones de hombres
contra Dios y contra su Mesías2; a través de las tempestades del que el ingente conflicto y la dura violencia están lanzando a la mi-
mundo humano, la estrella no conoció, no conoce ni conocerá oca- seria y al hambre 4 .
sos; el pasado, el presente y el porvenir son suyos. Ella enseña a no
desesperar jamás: resplandece ante los pueblos incluso cuando so- [5]. Y mientras la lozanía y la salud de una gran parte de la
bre la tierra, como sobre u n océano rugiente por la tempestad, se juventud, que se acercaba a la madurez, van disminuyendo por las
amontonan negros nubarrones, cargados de ruinas y de calamida- privaciones que impone el presente azote, van, por el contrario, su-
des. Su luz es luz de consuelo, de esperanza, de fe inquebrantable, biendo vertiginosamente los gastos y las contribuciones de guerra,
de vida y de seguridad en el triunfo final del Redentor, que des- que, provocando la disminución de las fuerzas productivas en el
campo civil y social, no pueden dejar de inquietar angustiosamente
embocará, cual torrente de salvación, en la paz interior y en la glo-
a aquellos que vuelven su mirada preocupada hacia el porvenir. La
ria para todos aquellos que, elevados al orden sobrenatural de la
1 3 «Ha sido glorificado el Rey pacífico, cuyo rostro desea ver toda la tierra» (Breviario
P í o XII, radiomensaje dirigido a t o d o el orbe en ía vispera d e Navidad, 24 de diciembre
romano, antífona 1. a d e las primeras vísperas d e Navidad).
d e 1941: A A S 3 4 (1042) 10-21; E 3 ( 1 9 4 2 ) 1,¡5-19. * Véase el radiomensaje d e Pascua al m u n d o entero, d e 13 d e abril d e 1941, en e l q u e
2
Ps. 2,1-3, Pío XII recuerda a los beligerantes algunas normas indeclinables de la moral y d e l derecho
de la guerra: A A S 33 (194O 113-117; E 1 (1941) 24-25-
828 í'ío XII
NELL'AI.BA 829
idea de la fuerza ahoga y pervierte la norma del derecho. Dad posi-
fraz del cristianismo muerto, sin el espíritu de Cristo; ¡y han pro-
bilidades y dejad la puerta abierta a los individuos y a los grupos
clamado que el cristianismo no ha cumplido su misión! 5
sociales o políticos para atentar contra los bienes y la vida ajenos;
permitid también que cualesquiera otras destrucciones morales per- [7]. Excavemos a fondo en la conciencia de la sociedad
turben y enciendan la tempestad en la atmósfera civil; y vosotros moderna, busquemos la raíz del mal. ¿Dónde está? No queremos
mismos veréis cómo las nociones del bien y del mal, del derecho y ciertamente omitir la alabanza debida a la prudencia de aquellos
de la injusticia, pierden sus agudos contornos, se embotan, se con- gobernantes que, en beneficio del pueblo, o favorecieron siempre
funden y amenazan desaparecer. Quien, en virtud del ministerio o quisieron y supieron otorgar su puesto de honor a los valores de
pastoral, tiene el camino para penetrar en los corazones, sabe y ve la civilización cristiana en las buenas relaciones entre la Iglesia y el
qué cúmulo de dolores y de angustias inenarrables pesa y se extien- Estado, en la tutela de la santidad del matrimonio, en la educación
de sobre tantas almas, quitándoles el deseo y la alegría de trabajar religiosa de la juventud. Pero no podemos cerrar los ojos ante el
triste cuadro de la progresiva descristianización individual y social,
y de vivir; cómo ahoga los espíritus y los torna mudos e indolentes,
que de la relajación de las costumbres ha pasado al debilitamiento
suspicaces y casi sin esperanza frente a los acontecimientos y las
y a la abierta negación de verdades y de fuerzas destinadas a ilu-
necesidades; perturbaciones de alma que nadie puede tomar a la
minar las inteligencias acerca del bien y el" mal, a vigorizar la vida
ligera si tiene en su corazón el verdadero bien de los pueblos y desea familiar, la vida privada, la vida estatal y pública. Una anemia re-
promover un no lejano retorno a las condiciones normales y orde- ligiosa, cual contagio que se propaga, ha atacado así a muchos pue-
nadas de la vida y del trabajo. Ante tal visión del presente, nace una blos de Europa y del mundo y ha provocado en las almas tal vacío
amargura que invade el pecho, tanto más cuanto que no aparece moral, que ninguna ideología religiosa o mitología nacional e inter-
hoy abierto ningún sendero de inteligencia entre las partes belige- nacional es capaz de llenarlo. Con palabras y con hechos y con dis-
rantes, cuyos recíprocos fines y programas de guerra parecen estar posiciones, durante decenios y siglos, ¿qué se ha hecho, mejor o
en oposición irreconciliable. peor, sino arrancar de los corazones de los hombres, desde la in-
fancia hasta la vejez, la fe en Dios, creador y padre de todos, remu-
nerador del bien y castigador del mal, desnaturalizando la educa-
[I. L A AMPLITUD DEL DESASTRE ACTUAL Y sus CAUSAS] ción y la instrucción, combatiendo y oprimiendo con todas las artes
y medios, con la difusión de la palabra y de la prensa, con el abuso
[6]. Cuando se indagan las causas de las actuales ruinas, ante de la ciencia y del poder, la religión y la Iglesia de Cristo?
las cuales la humanidad, que las contempla, queda atónita, se oye a
veces afirmar que el cristianismo no ha estado a la altura de su mi- [8]. Arrastrado así el espíritu al abismo moral con el aleja-
sión. ¿De quién y de dónde viene semejante acusación? ¿Tal vez miento de Dios y de las prácticas cristianas, era consecuencia obli-
de aquellos apóstoles gloria de Cristo, de aquellos heroicos celado- gada que los pensamientos, ideales, directrices, valoración de las co-
res de la fe y de la justicia, de aquellos pastores y sacerdotes heral- sas, acción y trabajo de los hombres se dirigieran y orientaran al
dos del cristianismo, que en medio de persecuciones y martirios mundo material, afanándose y sudando por extenderse en el espa-
cio, por crecer como nunca más allá de todo límite en la conqiusta
civilizaron la barbarie y la rindieron devota ante el altar de Cristo,
de las riquezas y del poder, por competir en la velocidad de produ-
iniciaron la civilización cristiana, salvaron los restos de la sabiduría
cir más y mejor todo cuanto el adelanto o el progreso material pa-
y del arte de Atenas y de Roma, reunieron a los pueblos en el nom-
recían exigir. De aquí, en la política, el predominio de un impulso
bre de Cristo, difundieron el saber y la virtud, elevaron la cruz so- desenfrenado hacia la expansión y el mero crédito político despre-
bre los aéreos pináculos y las bóvedas de las catedrales, imágenes ocupado de la moral; en la economía, el dominio de las grandes y
del cielo, monumentos de la fe y de la piedad, que todavía yerguen gigantecas empresas y asociaciones; en la vida social, la afluencia
su venerada cabeza entre las ruinas de Europa? No. El cristianismo, y concentración de las masas del pueblo con gravoso exceso en las
cuya fuerza se deriva de Aquel que es camino, verdad y vida, y está grandes ciudades y en los centros de la industria y del comercio,
y estará con él hasta la consumación de los siglos, no ha faltado a con aquella inestabilidad que sigue y acompaña a una multitud de
su misión; son los hombres quienes se han. rebelado contra el cris- hombres que cambian de casa y residencia, de país y ofcio, de sen-
tianismo verdadero y fiel a Cristo y a su doctrina; se han forjado timientos y amistades.
un cristianismo a su gusto, un nuevo ídolo que no salva, que no [9]. De aquí nació también que las recíprocas relaciones de la
se opone a las pasiones de la concupiscencia de la carne, a la codi- vida social tomaran un carácter exclusivamente físico y mecánico.
cia del oro y de la plata que deslumhra la vista, a la soberbia de la Con el desprecio de todo razonable freno y límite, el imperio de
vida; una nueva religión sin alma o un alma sin religión, un dis-
5
Cf. el radiomensaje de Pío XII dirigido al mundo el 29 de junio de 1941 sobre La Pro-
I videncia divina en los acontecimientos humanos: AAS 33 (1941) 319-325; E [ (1941) 14,4-6.
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la violencia externa, la desnuda posesión del poder, se han sobre* en otros tiempos la bendición y la energía moral para el cumpli-
puesto a las normas del orden, regulador de la convivencia humana; miento de los propios deberes; a la fe que iluminaba a los indivi-
normas que, emanadas de Dios, establecen las relaciones naturales duos y a la sociedad y enseñaba los derechos y los deberes propios
y sobrenaturales que median entre el derecho y el amor hacia los de cada uno; a las sabias e inquebrantables normas de un orden
individuos y hacia la sociedad. La majestad y la dignidad de la per- social que, tanto en el terreno nacional como en el internacional,
sona humana y de las sociedades particulares ha quedado herida, levantan una eficaz barrera contra el abuso de la libertad no menos
envilecida y suprimida por la idea de la fuerza que crea el derecho; que contra el abuso del poder. Pero el llamamiento a estas benéficas
la propiedad privada llegó a ser para los unos un poder dirigido a fuentes debe resonar alto, persistente y universal en esta hora en
disfrutar el trabajo de los demás, y en los otros engendró celos, des-
que el viejo orden está para desaparecer y ceder el paso y el pues-
contento y odio; y la organización que de esta situación se siguió
to a uno nuevo.
acabó por convertirse en fuerte arma de lucha para hacer prevale-
cer los intereses de una parte. En algunos países, una concepción [13]. La futura reconstrucción podrá presentar y ofrecer pre-
atea o anticristiana del Estado, con sus vastos tentáculos, atrajo a sí ciosas posibilidades de promover el bien, no exentas tampoco de
de tal manera al individuo, que casi lo despojó de su independen- los peligros de caer en errores, y con ellos favorecer el mal; y exi-
cia tanto en la vida privada como en la pública. girá seriedad prudente y madura reflexión, no sólo por la gigantesca
[10]. ¿Quién podrá hoy maravillarse de que tan radical opo- dificultad de la obra, sino también por las graves consecuencias que,
sición a los principios de la doctrina cristiana haya acabado por si fallara, causaría en el campo material y en el espiritual; exigirá
transformarse en ardiente choque de tensiones internas y externas, inteligencias de amplia visión y voluntades de firmes propósitos,
hasta conducir al exterminio de vidas humanas' y destrucción de hombres valerosos y trabajadores, pero, sobre todo y ante todo,
bienes que estamos viendo, y que presenciamos con profunda pena? conciencias que en los proyectos, en las deliberaciones y en las accio-
Funesta consecuencia y fruto de las condiciones sociales descritas, nes estén animadas, movidas y sostenidas por un vivo sentido de
la guerra, lejos de detener el influjo y desarrollo de éstas, los pro- responsabilidad y no rehuyan inclinarse ante las santas leyes de
mueve, los acelera y los amplía, con tanta mayor ruina cuanto más Dios; porque, si a la energía plasmadora en el orden material no se
se prolonga la guerra, haciendo cada día más general la catástrofe. une suma ponderación y sincero propósito en el orden moral, se
[i i ]. De nuestra palabra contra el materialismo del último si- cumplirá, sin duda alguna, la sentencia de San Agustín: Bene cur-
glo y del tiempo presente, mal argumentaría quien dedujera de ella runt, sed in vía non currunt. Quanto plus currunt, plus errant, quia
una condenación del progreso técnico. N o ; Nos no condenamos lo que a via recedunt6.
es don de Dios, quien, así como nos hace surgir el pan del seno de [14]. No seria la primera vez que hombres que están espe-
la tierra, así en los días de la creación del mundo escondió en las rando ceñirse el laurel de las victorias guerreras soñasen con dar
entrañas más profundas del suelo tesoros de fuego, de metales, de al mundo un nuevo ordenamiento, abriéndole caminos conducentes,
piedras preciosas, que la mano del hombre había de excavar para <i su parecer, al bienestar, a la prosperidad y al progreso. Pero siem-
sus necesidades, para sus obras, para su progreso. La Iglesia, madre pre que cedieron a la tentación de imponer su propia construcción
de tantas universidades de Europa, que aun hoy enaltece y reúne contra el dictamen de la razón, de la moderación, de la justicia y de
a los más intrépidos maestros de las ciencias, investigadores de la la noble humanidad, se encontraron caídos y asombrados al contem-
naturaleza, no ignora, sin embargo, que de todo bien y de la misma plar las ruinas de sus esperanzas fallidas y de sus proyectos fracasa-
libertad puede hacerse un uso digno de alabanza y de premio o dos. Por eso, la historia enseña que los tratados de paz estipulados
bien de censura y de condena. Así ha sucedido que el espíritu y la con espíritu y condiciones opuestos ya a las normas morales, ya
tendencia con que muchas veces se ha utilizado el progreso técnico a una genuina prudencia política, nunca tuvieron vida, sino es mez-
hayan sido la causa de que, en el momento presente, la técnica quina y breve, poniendo así al descubierto y demostrando un error
tenga que expiar su error y ser casi la vengadora de sí misma, crean- de cálculo, humano sin duda, pero no por esto menos funesto.
do instrumentos de ruina que destruyen hoy lo que ayer ella misma
había edificado. [15]. Ahora bien, las ruinas de esta guerra son demasiado
enormes para añadirles también las de una paz frustrada e ilusoria;
por esto, para evitar desgracia tan grande, conviene que con since-
[II. ÚNICO REMEDIO, EL RETORNO A LOS ALTARES] ridad de voluntad y energía, con propósito de generosa coopera-
ción, colaboren para la paz no sólo este o aquel grupo, 10 sólo este
[12]. Frente a la amplitud del desastre originado por los erro- o aquel pueblo, sino todos los pueblos, incluso la humanidad en-
res indicados, no existe otro remedio que el retorno a los altares, al tera. Es una empresa universal de bien común, que requiere la co-
pie de los cuales innumerables generaciones de creyentes lograron b
íCorren bien, pero fuera del camino; cuanto más corren, más se apartan del camino»
SAN AGUSTÍN, Sermón 141,4: PL 38,777).
832 PIÓ XII
KELX'ALBA 833
laboración de la cristiandad, por los aspectos religiosos y morales 0
del nuevo edificio que se desea construir. '{26]. 2. En el campo de un nuevo orden fundado sobre
principios morales no hay lugar para la opresión abierta o encu-
. [16]. Hacemos, por consiguiente, uso de un derecho nuestro, bierta de las peculiaridades culturales y lingüísticas de las minorías
o mejor dicho, cumplimos un deber nuestro, cuando hoy, en la nacionales, para la obstaculización o reducción de su propia capaci-
víspera de la Navidad, aurora divina de esperanza y de paz para el dad económica, para la limitación o abolición de su natural fecun-
mundo, con la autoridad de nuestro ministerio apostólico y el ar- didad. Cuanto más a conciencia respete la autoridad competente
diente estímulo de nuestro corazón, llamamos de nuevo la atención del Estado los derechos de las minorías, tanto más seguramente y
y la meditación del universo entero sobre los peligros que acechan eficazmente podrá exigir de sus miembros el leal cumplimiento de
y amenazan a una paz que sea la base de un verdadero orden nuevo los deberes civiles comunes a los demás ciudadanos.
y responda a la esperanza y a los deseos de los pueblos por un por-
venir más tranquilo. [21]. 3 . 0 En el campo de un nuevo orden fundado sobre
[17]. Este nuevo orden que todos los pueblos anhelan ver rea- principios morales no hay lugar para los estrechos cálculos egoístas,
que tienden a acaparar para sí las fuentes económicas y las materias
lizado después de las pruebas y ruinas de esta guerra, ha de alzarse
de uso común, de forma que las naciones menos favorecidas por la
sobre la roca indestructible e inmutable de la ley moral, manifes-
naturaleza queden excluidas. A este propósito, nos sirve de gran
tada por el mismo Creador mediante el orden natural y esculpida consolación ver cómo se afirma la necesidad de una participación
por El en los corazones de'los hombres con caracteres indelebles; de todos en los bienes de la tierra, afirmación sostenida aun por
la ley moral, cuya observancia debe ser inculcada y promovida por aquellas naciones que en la realización de este principio pertene-
la opinión pública de todas las naciones y de todos los Estados con cerían a la categoría de aquellos «que dan» y no a la de aquellos «que
tal unanimidad de voz y de fuerza, que ninguno pueda atreverse reciben». Pero la equidad exige que una solución de esta cuestión,
a ponerla en duda o a debilitar su fuerza obligatoria. decisiva para la economía del mundo, se logre metódica y progresi-
vamente con las necesarias garantías y aproveche la lección de los
[III. PRESUPUESTOS ESENCIALES DE UN ORDEN errores y de las omisiones del pasado. Si en la futura paz no se
INTERNACIONAL NUEVO ] llegase a afrontar animosamente este punto, quedaría en las relacio-
nes entre los pueblos una honda y vasta raíz que sería fuente de
[18]. Como faro resplandeciente, la ley moral debe con los amargas desigualdades y exasperantes envidias, que terminarían
rayos de sus principios dirigir la ruta de la actividad de los hom- conduciendo a nuevos conflictos. Pero es necesario hacer notar '
bres y de los Estados, los cuales habrán de seguir sus amonestado- cómo la solución satisfactoria de este problema se halla estrecha-
ras, saludables y provechosas indicaciones si no quieren condenar mente unida con otra base fundamental del nuevo orden, de la que
a la tempestad y al naufragio todo trabajo y esfuerzo para establecer hablamos en el punto siguiente.
un orden nuevo. Resumiendo, pues, y completando lo que en otras [22]. 4. 0 En el campo de un nuevo orden fundado sobre los
ocasiones Nos ya hemos expuesto, insistimos también ahora sobre principios morales no hay lugar—una vez eliminados los focos más
algunos presupuestos esenciales de un orden internacional que, ase- peligrosos de conflictos armados—para una guerra total ni para
gurando a todos los pueblos una paz justa y duradera, sea fecundo una desenfrenada carrera de armamentos. No se debe permitir que
en bienestar y prosperidad. la tragedia de una guerra mundial, con sus ruinas económicas y
[19]. i.° En el campo de un nuevo orden fundado sobre los sociales y sus aberraciones y perturbaciones morales, caiga por ter-
principios morales no hay lugar para la lesión de la libertad, de la cera vez sobre la humanidad. Y para que ésta quede protegida de
integridad y de la seguridad de otras naciones, cualquiera que sea tal azote, es necesario que con seriedad y honradez se proceda a
su extensión territorial o su capacidad defensiva. Si es inevitable^ una limitación progresiva y adecuada de los armamentos. El des-
que los grandes Estados, por sus mayores posibilidades y su poderío, equilibrio entre un exagerado armamento de los Estados poderosos
tracen el camino para la constitución de grupos económicos entre y el deficiente armamento de los Estados débiles crea un peligro
ellos y las naciones más pequeñas y más débiles, es, sin embargo, para la conservación de la tranquilidad y de la paz de los pueblos
indiscutible—como para todos, en el marco del interés general— y aconseja descender a un límite amplio y proporcionado en la
el derecho de éstas al respeto de su libertad en el campo político, a fabricación y en la posesión de armas ofensivas.
la eficaz guarda de aquella neutralidad en los conflictos entre los [23]. Después, conforme a la medida en que se realice el"
Estados que les corresponde según el derecho natural y de gentes, desarme, habrán de establecerse medios apropiados, honrosos para
a la tutela de su propio desarrollo económico, pues tan sólo así todos y eficaces, para devolver a la norma pacta sunt servanda, «los
podrán conseguir adecuadamente el bien común, el bienestar mate- pactos deben ser observados», la función vital y moral que le co-
rial y espiritual del propio pueblo, rresponde en las relaciones jurídicas entre los Estados. Esta norma,
ri,.,-/» **n*tHf * 3T
834 PÍO XII,
NEI.L'AI.BA 83S
que ha sufrido en el pasado crisis preocupantes e innegables infrac- al servicio de la inteligencia entre los pueblos y de la paz, pueda
ciones, ha experimentado contra sí una desconfianza casi incurable
cooperar con su celo y con su amor al inmenso trabajo de restañar
entre los diversos pueblos y los respectivos gobernantes. Para que
las heridas de la guerra.
la recíproca confianza renazca, deben surgir instituciones que, ga-
nándose el respeto general, se dediquen al nobilísimo oficio de [26]. Nos resulta por esto inexplicable que, en algunas re-
garantizar el sincero cumplimiento de los tratados y de promover, giones, múltiples disposiciones obstaculicen el camino al mensaje
según los principios del derecho y de la equidad, las oportunas de la fe cristiana, mientras conceden amplio y libre paso a una pro-
correcciones o revisiones. paganda que la combate. Substraen la juventud a la bienhechora
influencia de la familia cristiana y la alejan de la Iglesia; la educan
[24]. No se nos oculta el cúmulo de dificultades que habrán en un espíritu contrario a Cristo, instilándole ideas, máximas y prác-
de superarse y la casi sobrehumana fuerza de buena voluntad exi- ticas anticristianas; hacen difícil e incluso perturban la obra de la
gida a todas las partes para que se pongan de acuerdo en dar una Iglesia en la cura de almas y en las obras de beneficencia; desconocen
feliz solución a la doble empresa aquí propuesta. Pero esta labor y rechazan su influjo moral sobre el individuo y la sociedad; deter-
común es tan esencial para una paz duradera, que nada debe retraer minaciones todas que, lejos de haberse mitigado o de haber sido
a los hombres de Estado responsables de emprenderla y de cooperar abolidas en el curso de la guerra, todavía en no pocos aspectos se
a ella con las fuerzas de una buena voluntad que, mirando el bien han ido exasperando más duramente. Que todo esto, y más aún,
futuro, venza los dolorosos recuerdos de las tentativas que fraca- pueda continuar en medio de los sufrimientos del momento presente,
saron en el pasado y no se amilane al advertir el gigantesco esfuerzo es un triste síntoma del espíritu con que los enemigos de la Iglesia
que se requiere para tal obra. imponen a los fieles, en medio de tantos otros sacrificios no ligeros,
[25]. 5.° En el campo de un nuevo orden fundado sobre también el peso angustioso de una amarga ansiedad que oprime las
principios morales no hay lugar para la persecución de la religión conciencias.
y de la Iglesia. De una fe viva en un Dios personal y trascendente [27]. Nos amamos, Dios nos es testigo, con igual afecto a to-
surge necesariamente una clara y resistente energía moral que in- dos los pueblos sin excepción alguna; y para evitar aun la sola apa-
forma todo el curso de la vida; porque la fe no es sólo una virtud, riencia de que nos mueva espíritu partidista, Nos hemos impuesto
sino la puerta divina por la cual entran en el templo del alma todas hasta ahora la máxima reserva; pero las disposiciones contra la
las virtudes y se forma aquel carácter fuerte y tenaz que jamás Iglesia y los fines que se proponen son tales, que nos sentimos
vacila en los cimientos de la razón y de la justicia. Esto es siempre obligados, en nombre de la verdad, a pronunciar una palabra incluso
verdad; pero mucho más ha de resplandecer cuando lo mismo al para evitar que aun entre los mismos fieles pueda surgir algún
hombre de Estado que al último de los ciudadanos se les exige el extravío.
máximo de valor y de energía moral para reconstruir la nueva Europa
y un mundo nuevo sobre las ruinas que el conflicto mundial, con su
violencia, con el odio y con la división de los espíritus, ha acumulado. [IV. CANTO A ROMA]
En cuanto a la cuestión social en particular, que al terminar la guerra
se presentará mucho más aguda, nuestros predecesores y Nos mis- [28]. Nos miramos hoy, amados hijos, al Hombre-Dios, na-
mo hemos señalado las normas de solución, las cuales, sin embargo, cido en una cueva para levantar de nuevo al hombre a aquella gran-
conviene considerar que solamente podrán observarse en su inte- deza de la que había caído por su culpa, para volverlo a colocar en
gridad y ser plenamente eficaces cuando los hombres de Estado y el trono de libertad, de justicia y de honor que los siglos de los dioses
los pueblos, los patronos y los obreros, estén animados por la fe falsos le habían negado. El fundamento de aquel trono será el Cal-
en un Dios personal, legislador y juez supremo, a quien deben res- vario ; su ornamento no será el oro o la plata, sino la sangre de Cristo,
ponder de sus acciones. Porque, mientras la incredulidad que se sangre divina que hace veinte siglos corre por el mundo y tiñe de
enfrenta con Dios, ordenador del universo, es el más peligroso púrpura las mejillas de su Esposa, la Iglesia, y, purificando, consa-
enemigo de un justo orden nuevo, todo hombre, en cambio, que grando, santificando, glorificando a sus hijos, se convierte en luz
cree en Dios, es un poderoso defensor y paladín de ese orden. del cielo.
Quien tiene fe en Cristo, en su divinidad, en su ley, en su obra [29]. ¡Oh Roma cristiana!, esa sangre es tu vida; por esa
•de amor y de hermandad entre los hombres, aportará elementos sangre tú eres grande e iluminas con tu grandeza aun los restos y
particularmente preciosos para la reconstrucción social; con mayor las ruinas de tu grandeza pagana, y purificas y consagras los códigos
razón los aportarán a ésta los hombres de Estado si se muestran dis- de la sabiduría jurídica de los pretores y de los cesares, j T ú eres
puestos a abrir las puertas y a allanar el camino a la Iglesia de Cristo madre de una justicia más alta y más humana, que te honra a ti
para que, libre y sin trabas, poniendo sus eríergías sobrenaturales misma, a tu cátedra y a quien te escucha! j T ú eres faro de cultura,
y la civilizada Europa y el mundo te deben cuanto de más sacro y
836 PÍO XH NEIX'AI.BA
tu
de más santo, cuanto de más sabio y más virtuoso realza a los pue- desgraciados y necesitados, que esperan una palabra amiga q u e ' ^
blos y embellece su historia! ¡ Tú eres madre de caridad: tus fastos, derrame en sus corazones fuerza, valor, dulzura de compasi<vk
tus monumentos, tus hospitales, tus monasterios y tus conventos, de ayuda fraterna. Descanse, por último, nuestra bendición SQJ* ^
tus héroes y tus heroínas, tus heraldos y tus misioneros, tus épocas y aquellas almas y aquellas manos piadosas que, con inagotable
tus siglos, con sus escuelas y sus universidades, ponen de relieve generoso sacrificio, nos han proporcionado medios con que SIK~ .
los triunfos de tu caridad, que todo lo abraza, todo lo sufre, todo la deficiencia de los nuestros para enjugar las lágrimas, suaviz^lj
lo espera, todo lo realiza por hacerse toda para todos, para consolar pobreza de muchos, especialmente de los más pobres y abandor^ J
y aliviar a todos, para sanar a todos y llamarlos a la libertad dada al entre las víctimas de la guerra, haciendo experimentar de esta suJ^v
hombre por Cristo, y tranquilizar a todos con aquella paz que her- cómo la bondad y la benignidad de Dios, cuya suma e inefable ^
mana a los pueblos y que de todos los hombres, bajo cualquier cielo, velación es el Niño del pesebre, que con su pobreza nos quiso h»V^
cualquier lengua y costumbre que los separan, hace una sola familia, ricos, no cesan jamás, en el sucederse de los tiempos y de las H \ ^
y del mundo una patria común! gracias, de ser vivas y operantes en la Iglesia. \
[30 ]. Desde esta Roma, centro, roca y maestra del cristianismo, A todos impartimos con profundo amor paternal de la plenk
ciudad eterna en el tiempo más por Cristo que por los cesares, Nos, de nuestro corazón la bendición apostólica. Vy
movido por el deseo ardiente y vivísimo del bien de cada uno de los
pueblos y de toda la humanidad, a todos dirigimos nuestra palabra,
rogando y conjurando que no se retrase el día en que en todos los lu-
gares donde la hostilidad contra Dios y su Cristo arrastra hoy a los
hombres a su ruina temporal y eterna prevalezcan mayores cono-
cimientos religiosos y nuevos ideales; el día en que sobre la cuna
del nuevo ordenamiento de los pueblos resplandezca la estrella de
Belén, anunciadora de un nuevo espíritu que mueva a cantar a los
ángeles: Gloria in excelsis Deo, y a proclamar ante todas las gentes,
como don al fin otorgado por el cielo, pax hominibus bonae volun-
tatis 7 . Después que haya amanecido la aurora de aquel día, ¡ con
qué gozo naciones y gobernantes, libre ya el espíritu de los temores
de amenazas y de renovación de conflictos, transformarán las espadas,
desgarradoras de pechos humanos, en arados que surquen, bajo el sol
de la bendición divina, el fecundo seno de la tierra para arrancarle
un pan, bañado, sí, con sudores, pero nunca más con sangre y
lágrimas!
[31]. Con esta esperanza y con esta anhelante oración en los
labios, enviamos nuestro saludo y nuestra bendición a todos nuestros
hijos del universo entero. Descienda nuestra bendición más efusiva
sobre todos cuantos—sacerdotes, religiosos y seglares—sufren penas
y angustias por su fe; descienda también sobre aquellos que, aun
sin pertenecer al cuerpo visible de la Iglesia católica, nos son alle-
gados por la fe en Dios y en Jesucristo y están acordes con Nos
sobre el ordenamiento y los fines fundamentales de la paz; descienda
con particular latido de afecto sobre cuantos gimen en la tristeza y
en la dura angustia de los sufrimientos de esta hora. Sea escudo para
cuantos militan bajo las armas; medicina para los enfermos y heridos;
consuelo para los prisioneros, para los expulsados de su tierra nativa,
para los alejados del hogar doméstico, para los deportados a tierras
extrañas, para los millones de desgraciados que luchan en todo
momento contra los espantosos mordiscos del hambre. Sea bálsamo
para todo dolor y desventura; sea sostén y consuelo para todos los
' Xa, 3,14*
CON _SEMPRE 839
CON SEMPRE
"' '•""' '' S U M A R I Ó
Los fundamentos del orden interno de los Estados I. En el luminoso mensaje de Jesús recién nacido está contenida la úni-
ca solución eficaz para los problemas del mundo actual. La Iglesia
—dentro de su esencial imparcialidad—no puede dejar de proclamar
los principios fundamentales de los que depende la estabilidad del
orden nuevo nacional e internacional.
II. Las relaciones internacionales y el orden interno de los Estados están
íntimamente unidos. Las normas fundamentales del orden interno de
los Estados constituyen el objeto de este radiomensaje navideño.
«En los precedentes mensajes fué nuestra intención exponer las nor- La paz en la vida social está integrada por un doble elemento:
mas y los presupuestos de una verdadera paz entre los pueblos, conforme, la convivencia en el orden y la convivencia en la tranquilidad.
por lo tanto, a la justicia, a la equidad y al. amor... Conscientes délas III. La convivencia en el arden.
estrechas y esenciales relaciones entre el equilibrio económico, social e El orden social implica una unidad interior, sin excluir las diver-
intelectual en cada uno de los Estados y la paz internacional, nuestro sidades naturales. Entre el genuino orden social y el genuino orde-
namiento jurídico se da una íntima conexión. El conocimiento de
radiomensaje de hoy se ocupará principalmente de las condiciones y de
las verdades fundamentales de la vida social por parte de los grupos
los fundamentos necesarios para una pacificación y para un verdadero dirigentes y, a través de éstos, por parte de las multitudes, es de im-
orden en el interior de las naciones* "í. Con estas palabras anunciaba portancia capital en el establecimiento de un nuevo orden social.
Pío XII al Sacro Colegio Cardenalicio el tema central del radiomensaje Dios es la causa primera y el fundamento último de toda vida
navideño de 1942, que venía así a constituir un complemento y una individual y social. De Dios arranca el carácter absoluto y la. auto-
prolongación del radiomensaje de la Navidad precedente. • ridad moral de la vida social. Por otra parte, el origen y el fin esencial
La convivencia en el orden y la convivencia en la tranquilidad son de la vida social es el desarrollo y el perfeccionamiento de la persona
los dos elementos fundamentales de una sana vida social en el interior . humana. De aquí que la vida social esté sometida a una doble subor-
de los Estados. Pero este orden y esta tranquilidad tienen que ajustarse dinación: a Dios y al hombre; y esté obligada a la realización del
bien común. Despojar la vida social de toda consideración religiosa
a las normas eternas de la ley natural y de la ley revelada 2 . De lo y ética equivale'a lanzarla al desorden y al extravío.
contrario, el mundo corre el riesgo de sustituir los errores pasados con
desviaciones nuevas y paliativos inútiles que pueden resultar peores IV. La vida social requiere, además, el apoyo protector de un recto or-
que los males anteriores. La oonvivencia en él orden exige, en virtud denamiento jurídico. Este ordenamiento jurídico, dotado del poder
coactivo, ejercido por una autoridad responsable, basado en las nor-
de las normas naturales y reveladas,- que el origen y el fin esencial de mas permanentes del orden natural, debe ser dirigido a la realización
la inda social queden situados en la dignidad de la persona humana. del bien común por medio de una regulación justa de las relaciones
Esta orientación implica, a su vez, la creación de un recto ordenamiento ' sociales.
jurídico, puesto al servicio de la persona humana, para favorecer el des- Es necesario hoy día el retorno a una concepción jurídica orgáni-
arrollo progresivo de ésta. Por lo que se refiere a la tranquilidad como ca, exenta de errores e iluminada por los principios éticos y religio-
factor fundamental del orden interno en el Estado, esta tranquilidad sos, que haga de los ordenamientos positivos un reflejo externo del
exige la solución de la cuestión obrera. Lo cual a su vez implica dos orden social querido por Dios. El amor y el derecho deben unirse y
consecuencias trascendentales que definen la esencia social del radio- . completarse mutuamente.
mensaje: no se debe obstaculizar el esfuerzo de los obreros por mejorar V. La convivencia en la tranquilidad.
su propia situación; es obligatorio hacer posible a todos un margen Tranquilidad no es sinónimo de aferramiento, indolencia o de-
suficiente de propiedad, porque ésta es, por voluntad expresa de Dios, serción. La tranquilidad incluye el trabajo, la acción y la lucha. Pero
una protección natural garantizadora de la dignidad de la persona el entusiasmo no basta. Se requiere la consagración al servicio del
bien y de la verdad. Es necesario, además, anclar hondo en el mar
humana y de la familia. de la tranquilidad de Dios. Es imprescindible, por último, coordi-
1
Pío XTI, sermón ante el Sacro Colegio en la víspera de Navidad, 24 de diciembre nar las energías impulsoras de la juventud con la experiencia modera-
de 1942:
2
AAS 35 (1043) 5-8. dora de los hombres maduros.
«Una sana concepción de la sociedad humana sólo puede apoyarse en el fundamento
indefectible de las normas eternas, escritas en la naturaleza del hombre, realzadas y perfec- En el mundo obrero, concretamente, reina hoy una aparente y
cionadas por la luz de la revelación dada por Cristo, infalible Maestro desde la cuna hasta transitoria calma impuesta por la guerra. La Iglesia ha condenado y
la cruz» (Pío XII, discurso al Sacro Colegio, 24 de diciembre de 1042: AAS 35 [1943] 5-8) condena el marxismo. Pero la Iglesia no condena el clamor de las
justas aspiraciones del obrero. En este campo, los ordenamientos ju-
rídicos deben procurar el acceso del obrero a la propiedad privada y
deben impedir la esclavitud económica del obrero. El derecho justo
840 pío:xti CON SEMPHF. 841
del orden nuevo debe evitar que el obrero sea esclavo, ya del capi- meros y puramente humanos; problemas que se presentan sangran-
talismo privado, ya del capitalismo de Estado. tes, exigiendo imperiosamente una respuesta, al pensamiento y al
VI. Cinco puntos fundamentales para la paz y el orden de la sociedad sentimiento de una humanidad amargada y exacerbada.
humana. [3 ]. El lema Misereor super turbam 3 es para Nos una consigna
Es la hora de la acción. Inconsistencia de todo ordenamiento so- sagrada, inviolable, válida y apremiante en todos los tiempos y en
cial humano desvinculado de Dios. La cruzada de la reconstrucción todas las vicisitudes humanas, como era la divisa de Jesús; y la
de un orden social nuevo. Normas fundamentales de este orden nue-
vo: dignidad y derechos de la persona humana; defensa de la unidad Iglesia se negaría a sí misma, dejando de ser madre, si se hiciera
social y particularmente de la familia; dignidad y prerrogativas del sorda ante el grito angustioso y filial que todas las clases de la hu-
trabajo; reintegración del ordenamiento jurídico; concepción del Es- manidad hacen llegar a sus oídos. La Iglesia no pretende tomar
tado según el espíritu cristiano. partido por una u otra de las formas particulares y concretas con
VII. La guerra mundial y la' renovación de la sociedad. Esta guerra mun- que los varios pueblos y Estados tienden a resolver los gigantescos
dial representa el derrumbamiento de un orden social corrompido e problemas de orden interior y de colaboración internacional, siem-
inepto. Sobre quiénes recae la responsabilidad colectiva de la falta de pre que respeten la ley divina; pero, por otra parte, la Iglesia, co-
altura moral en la sociedad actual. Hay que levantar un orden social lumna y fundamento de la verdad 4 y guardiana, por voluntad de Dios
nuevo que gravite alrededor de la ley divina y de la persona huma- y por misión de Cristo, del orden natural y sobrenatural, no puede
na. Lo exigen las víctimas de esta guerra.
Invocación al Redentor del mundo. renunciar a proclamar ante sus hijos y ante el mundo entero las
normas fundamentales e inquebrantables, salvándolas de toda ter-
giversación, obscuridad, impureza, falsa interpretación y error; tan-
to más cuanto que de su observancia, y no simplemente del esfuerzo
LA SANTA NAVIDAD Y LA HUMANIDAD ATORMENTADA de una voluntad noble e intrépida, depende la estabilidad definitiva
[ I ]. . Con siempre l nuevo frescor de alegría y de piedad, ama- de todo orden nuevo, nacional e internacional, invocado con tan
dos hijos de todo el mundo, cada año, al retornar la santa Navidad, ardiente anhelo por todos los pueblos. Pueblos cuyas dotes de valor
resuena desde el pesebre de Belén hasta el oído de los cristianos, y de sacrificio conocemos, así como también sus angustias y dolores,
reproduciéndose dulcemente e*n sus corazones, el mensaje de Je- y a todos los cuales, sin excepción alguna, en esta hora de indecibles
sús, luz en medio de las tinieblas; un mensaje que ilumina con el pruebas y luchas, nos sentimos unidos por un amor profundo, im-
esplendor de verdades celestiales un mundo obscurecido por trági- parcial e imperturbable y por el ansia inmensa de hacerles llegar
cos errores, infunde alegría exuberante y confiada a una humanidad todo el alivio y el socorro que de alguna manera esté a nuestro
angustiada por profunda y amarga tristeza, proclama la libertad de alcance.
los hijos de Adán, aherrojados con las cadenas del pecado y de la
culpa; promete misericordia, amor y paz a la infinita muchedumbre RELACIONES INTERNACIONALES Y ORDEN INTERNO DE LAS NACIONES
de los que sufren y de los atribulados, que ven desaparecida su
felicidad y rotas sus energías por el huracán de la lucha y de odios [4]. Nuestro último mensaje navideño exponía los principios,
en estos nuestros días borrascosos. inspirados en el pensamiento cristiano, para establecer un orden
[2]. Y las sagradas campanas que anuncian este mensaje por de convivencia y colaboración internacional conforme a las normas
todos los continentes, no sólo recuerdan el don divino otorgado a divinas. Hoy Nos queremos ocuparnos, seguros del asentimiento
la humanidad en el alba de la edad cristiana, sino que anuncian y del interés de todos los hombres honrados, con particular cuidado
y proclaman también una consoladora realidad presente, realidad y con igual imparcialidad, de las normas fundamentales del orden
tan eternamente joven como siempre viva y vivificante: la realidad interior de los Estados y de los pueblos. Las relaciones internacio-
de la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mun- nales y el orden interno están íntimamente unidos, porque el equili-
do 2 , y que no conoce ocaso. El Verbo eterno, camino, verdad y brio y la armonía entre las naciones dependen del equilibrio inter-
vida, al nacer en la estrechez de una cueva y al realzar de esta ma- no y de la madurez interior de cada uno de los Estados en el campó
nera y santificar la pobreza, daba así principio a su misión docente, material, social e intelectual. Ni es posibles realizar un sólido e im-
salvadora y redentora del género humano, y pronunciaba y consa- perturbado frente de paz en el exterior sin un frente de paz en el
graba una palahra que aun hoy día es palabra de vida eterna, capaz interior que inspire confianza. Por consiguiente, únicamente la as-
de resolver los problemas más atormentadores, no resueltos e inso- piración hacia una paz integral en los dos campos será capaz de libe-
luoles para quien pretenda resolverlos con criterios o medios efí- rar a los pueblos de la cruel amenaza de la guerra, de disminuir o su-
1
Pío XII, radiomensaje dirigido al mundo entero, 24 de diciembre de 1942: AAS 35 3 Me. 8,2.
(1943)
2 9-24; E 3 (1943) 1,53-59- Texto original en italiano. * l Tim. 3,15.
lo. 1,9.
842 pío xrí COK SEMPRE 843
- perar gradualmente las causas materiales y psicológicas de nuevos Dios, causa primera y fundamento último de la vida individual y social
desequilibrios y convulsiones.
[8]. De la vida individual y social hay que ascender hasta
DOBLE ELEMENTO DE LA PAZ EN LA VIDA SOCIAL Dios, causa primera y fundamento último, como Creador de la
primera sociedad conyugal, fuente de la sociedad familiar, de la
[5 ]• Toda convivencia social digna de este nombre, así como sociedad de los pueblos y de las naciones. Reflejando, aunque im-
tiene su origen en la voluntad de paz, así tiende también a la paz; perfectamente, a su Ejemplar, Dios uno y trino, que con el misterio
a aquella tranquila convivencia en el orden en la que Santo Tomás, de la encarnación redimió y ensalzó a la naturaleza humana, la vida
repitiendo la conocida frase de San Agustín 5 , ve la esencia de la paz. social en su ideal y en su fin posee, a la luz de la razón y de la reve-
Dos elementos primordiales rigen, pues, la vida social: la convi- lación, una autoridad moral y un carácter absoluto, que se hallan por
vencia en el orden, la convivencia en la tranquilidad. encima del cambiar de los tiempos, y una fuerza de atracción que,
lejos de quedar aniquilada o mermada por desilusiones, errores,
fracasos, mueve irresistiblemente a los espíritus más nobles y fieles
I. Convivencia en el orden al Señor para comenzar de nuevo, con renovada energía, con nuevos
conocimientos, con nuevos estudios, medios y métodos, lo que en
[6]. El orden, base de la vida social de los hombres, es decir,
vano se había intentado en otros tiempos y en otras circunstancias.
de seres intelectuales y morales, que tienden a realizar un fin con-
forme a su naturaleza, no es una mera yuxtaposición extrínseca de
Desarrollo y perfeccionamiento de la persona humana
partes numéricamente distintas; es más bien, y debe ser, la tenden-
cia y la realización cada vez más perfecta de una unidad interior, [9 ]. Origen y fin esencial de la vida social ha de ser la conser-
que no excluye las diferencias, fundadas en la realidad y sancionadas vación, el desarrollo y el perfeccionamiento de la persona humana,
por la voluntad del Creador-o por normas sobrenaturales. ayudándola a poner en práctica rectamente las normas y valores de
[7]. Una clara inteligencia de los fundamentos genuinos de la religión y de la cultura, señaladas por el Creador a cada hombre
toda vida social tiene una importancia capital hoy más que nunca, y a toda la humanidad, ya en su conjunto, ya en sus naturales rami-
cuando la humanidad, intoxicada por la virulencia de errores y ex- ficaciones.
travíos sociales, atormentada por la fiebre de la discordia de am-
[101. Una doctrina o construcción social que niegue esa in-
biciones, doctrinas e ideales, se debate angustiosamente en el des-
orden por ella misma creado y se resiente de los efectos de la fuerza terna y esencial conexión con Dios de todo cuanto se refiere al
destructora de ideas sociales erróneas, que olvidan las normas de hombre, o prescinda de ella, sigue un falso camino, y, ¿mientras
Dios o son contrarias a éstas. Y como el desorden no puede ser construye con una mano, prepara con la otra los medios que tarde
vencido sino por un orden que no sea meramente forzado y ficticio o temprano pondrán en peligro y destruirán su obra. Y cuando,
(lo mismo que la obscuridad, con sus pavorosos y deprimentes desconociendo el respeto debido a la persona y a su propia vida,
efectos, no puede ser disipada sino por la luz, y no por fuegos no le concede puesto, alguno en sus ordenamientos, en la actividad
fatuos), la salvación, la renovación y una progresiva mejora no pue- legislativa y ejecutiva, en vez de servir a la sociedad, le daña; lejos
den esperarse y originarse si no es a través del retorno de numerosos de promover y fomentar el pensamiento social y de realizar sus ideales
e influyentes grupos humanos a la recta ordenación social; retorno y esperanzas, le quita todo valor intrínseco, sirviéndose de él como
que requiere una extraordinaria gracia de Dios y una voluntad in- de una frase utilitaria, que encuentra resuelta y franca oposición en
quebrantable, pronta y presta al sacrificio, de las almas buenas y grupos cada vez más numerosos.
previsoras. Desde estos grupos más influyentes y más dispuestos [11]. Si la vida social exige de por sí unidad interior, no ex-
para comprender y considerar la atractiva belleza de las justas nor-
mas sociales, pasará y entrará después en las multitudes la convic- cluye, sin embargo, las diferencias causadas por la realidad y la
ción del origen verdadero, divino y espiritual, de la vida social, naturaleza. Pero, cuando se mantiene fiel a Dios, supremo regulador
allanando de esta suerte el camino al resurgimiento, al incremento de todo cuanto al hombre se refiere, tanto las semejanzas como las
y a la consolidación de aquellos principios morales sin los cuales aun diferencias de los hombres encuentran su lugar adecuado en el
las realidades más altas serán como una nueva Babel, cuyos habitan- orden absoluto del ser, de los valores y, por consiguiente, también
tes, aunque convivan juntos, hablan lenguas diversas y contradic- de la moralidad. Si, por el contrario, se sacude aquel fundamento,
torias. ábrese entre los diversos campos de la cultura una peligrosa discon-
tinuidad, aparece una incertidumbre y variabilidad en los contornos,
5 SANTO TOMÁS, Summa Theologica 2-2 q.29 a.i ad 1; SAN AGUSTÍN, De ávitate Dei XIX
13,1 : P L 41,640. límites y valores tan grande que sólo meros factores externos, y con
frecuencia ciegos instintos, vienen a determinar más tarde, según la
844 FÍO MI CON SEMPRE 845
tendencia dominante del momento, a quién habrá-de pertenecer el lamiente toda transgresión de las normas dictadas por Dios, recibirá
predominio de una de las dos orientaciones. su indefectible castigo y condenación.
[12]. A la dañosa economía de los pasados decenios, durante los [16]. Las últimas, profundas, lapidarias, fundamentales nor-
cuales toda vida social quedó subordinada al estímulo del interés, mas de la sociedad no pueden ser violadas por obra del ingenio
sucede ahora una concepción no menos perjudicial, que, al mismo humano; se podrán negar, ignorar, despreciar, quebrantar, pero
tiempo que lo considera todo y a todos en el aspecto político, excluye nunca se podrán abrogar con eficacia jurídica. Es cierto que, con el
toda consideración ética y religiosa. Confusión y extravío fatales, correr del tiempo, cambian las condiciones de vida; pero nunca se
saturados de consecuencias imprevisibles para la vida social, la cual da un vacío absoluto ni una perfecta discontinuidad entre el derecho
nunca está más próxima a la pérdida de sus más nobles prerrogativas de ayer y el de hoy, entre la desaparición de antiguos poderes y cons-
que cuando se hace la ilusión de poder renegar u olvidar impune- tituciones y el surgir de nuevos ordenamientos. De todas maneras,
mente la eterna fuente de su dignidad: Dios. en cualquier cambio o transformación, el fin de toda vida social
[13]. La razón, iluminada por la fe, asigna a cada persona y a permanece idéntico, sagrado y obligatorio: el desarrollo de los valo-
cada sociedad particular en la organización social un puesto deter- res personales del hombre como imagen de Dios; y permanece la
minado y digno, y sabe, para hablar sólo del más importante, que obligación de todo miembro de la familia humana de realizar sus
toda actividad del Estado, política y económica, está sometida a la inmutables fines, sea el que sea el legislador y la autoridad a quien
realización permanente del bien común; es decir, de aquellas condi- obedece. Subsiste, pues, siempre y no cesa por oposición alguna su
ciones externas que son necesarias al conjunto de los ciudadanos inalienable derecho, que ha de ser reconocido por amigos y enemigos,
para el desarrollo de sus cualidades y de sus oficios, de su vida a un ordenamiento y a una práctica jurídica que sientan y-compren-
material, intelectual y religiosa, en cuanto, por una parte, las fuerzas dan su esencial deber de servir al bien común.
y las energías de la familia y de otros organismos a los cuales corres-
ponde una natural precedencia no basten, y, por otra, ta voluntad [17]. El ordenamiento jurídico tiene, además, el alto y difícil
salvífica de Dios no haya determinado en la Iglesia otra sociedad fin de asegurar las armónicas relaciones ya entre los individuos,
universal al servicio de la persona humana y de la realización de sus ya entre las sociedades, ya también dentro de éstas. A lo cual, se
fines religiosos. llegará si los legisladores se abstienen de seguir aquellas peligrosas
teorías y prácticas, dañosas para la comunidad y para su cohesión,
[14]. En una concepción social impregnada y sancionada por que tienen su origen y difusión en una serie de postulados erróneos.
el pensamiento religioso, la laboriosidad de la economía y de todos Entre éstos hay que contar el positivismo jurídico, que atribuye una
los demás campos de la cultura representa una universal y nobilí- engañosa majestad a la promulgación de leyes puramente humanas
sima fragua de actividad, riquísima en su variedad, coherente en su y abre el camino hacia una funesta separación entre la ley y la morali-
armonía, en la que la igualdad intelectual y la diferencia funcional de dad ; igualmente, la concepción que reivindica para determinadas na-
los hombres consiguen su derecho y .tienen adecuada expresión; ciones, estirpes o clases el instinto jurídico, como último imperativo
en caso contrario, se deprime el trabajo y se rebaja al obrero. e inapelable norma; por último, aquellas diversas teorías que, dife-
rentes en sí mismas y procedentes de criterios ideológicamente opues-
El ordenamiento jurídico de la sociedad y sus fines
tos, concuerdan, sin embargo, en considerar al Estado o a la clase
[15]. Para que la vida social, según Dios la quiere, obtenga su que lo representa como una entidad absoluta y suprema, exenta de
fin, es esencial un ordenamiento jurídico que le sirva de apoyo control y de crítica, incluso cuando sus postulados teóricos y prác-
externo, de defensa y de protección; ordenamiento cuya" misión no ticos desembocan y tropiezan en la abierta negación de valores
es dominar, sino servir, tender al desarrollo y crecimiento de la vita- esenciales de la conciencia humana y cristiana.
lidad de la sociedad en la rica multiplicidad de sus fines, conduciendo
[18]. Quien considere con mirada limpia y penetrante la vital
hacia su perfeccionamiento a todas y cada una de las energías en pací-
conexión entre un genuino orden social y un genuino ordenamiento
fica cooperación y defendiéndolas, con medios apropiados y honestos,
jurídico y tenga presente que la unidad interna, en su multiformidad,
contra todo lo que es dañoso a su pleno desarrollo. Este ordena-
depende del predominio de las fuerzas espirituales, del respeto a la
miento, para garantizar el equilibrio, la seguridad y la armonía
dignidad humana en sí y en los demás, del amor a la sociedad y a
de la sociedad, posee también el poder de coacción contra aquellos
los fines que Dios le ha señalado, no puede maravillarse ante los
que sólo por esta vía pueden ser mantenidos dentro de la noble
tristes efectos de ciertas ideologías jurídicas, que, alejadas del camino
disciplina de la vida social; pero precisamente en el justo cumpli-
real de la verdad, avanzan por el terreno resbaladizo de postulados
miento de este derecho, una autoridad verdaderamente digna de
materialistas, sino que comprenderá inmediatamente la improrro-
tal nombre jamás dejará de sentir su angustiosa responsabilidad ante
gable necesidad de un retorno a una concepción espiritual y ética s e -
el eterno Juez, en cuyo tribunal toda falsa sentencia, y muy singu-
ria y profunda, templada por el calor de una verdadera hurrunidad
846 pío xu
CON SEMMíE 847
e iluminada por el esplendor de la fe cristiana, la cual hace admirar
en el ordenamiento una refracción externa del orden social querido niosamente para quien está penetrado de la belleza y necesidad del
por Dios, luminoso fruto del espíritu humano, que es también fondo espiritual de la sociedad y de la nobleza de su ideal. Y preci-
imagen del espíritu de Dios. samente a vosotros, jóvenes, inclinados a volver la espalda al pasado
y dirigir al futuro la mirada de las aspiraciones y esperanzas, os de-
[19]. Sobre esta concepción orgánica, la única vital en la que
cimos, movidos por vivo amor y por paterna solicitud: el entusias-
florecen armónicamente la más noble humanidad y el más genuino
mo y la audacia no bastan por sí solos si no se hallan puestos, como
espíritu cristiano, se encuentra esculpida la sentencia de la Escri-
es necesario, al servicio del bien y de una bandera inmaculada. Vano
tura comentada por el gran Aquinate: Opus iustitiae pax6, que se
es agitarse,' fatigarse y afanarse sin apoyarse en Dios y en su ley
aplica tanto al aspecto interno como al aspecto externo de la vida
eterna. Debéis estar animados del convencimiento de combatir por
social.
la verdad y de hacerle entrega de las propias simpatías y energías,
[20]. Esta concepción no admite ni oposición ni alternativa: de los anhelos y de los sacrificios; de combatir por las leyes eter-
amor o derecho, sino la síntesis fecunda: amor y derecho. nas de Dios, por la dignidad de la persona humana y por la conse-
[21 ]. En el uno y en el otro, irradiación ambos del mismo es- cución de los fines. Cuando los hombres maduros y los jóvenes,
píritu de Dios, se funda el programa y el carácter de la dignidad anclados siempre en el mar de la eternamente viva tranquilidad de
del espíritu humano; uno y otro se completan mutuamente, co- Dios, coordinan la diversidad de temperamentos y de actividad con
operan, se dan vida, se apoyan, se dan la mano en el camino de la un espíritu genuinamente cristiano, entonces, si el elemento propulsor
concordia y de la pacificación, mientras el derecho allana el camino se armoniza con el elemento moderador, la diferencia natural entre
al amor, el amor suaviza el derecho y lo sublima. Ambos elevan la las generaciones nunca llegará a ser peligrosa, sino que, por el con-
vida humana a aquella atmósfera social en la que, aun entre las trario, conducirá felizmente a la realización de las leyes eternas de
deficiencias, dificultades y durezas de esta vida, se hace posible una Dios en el mudable curso de los tiempos y de las condiciones de
fraterna convivencia. Pero haced que domine el malvado* espíritu de vida.
ideas materialistas; que el ansia del poder y del predominio con-
centre en sus rudas manos las riendas de los acontecimientos; veréis E¡ mundo obrero
entonces aumentar a diario sus efectos disgregadores, desaparecer el
amor y la justicia, triste presagio de amenazadoras catástrofes sobre [24]. En un campo particular de la vida social, en el que du-
una sociedad apóstata de Dios. rante un siglo surgieron movimientos y ásperos conflictos, se obser-
va hoy calma, al menos aparente; esto es, en el vasto y siempre cre-
II. Convivencia en la tranquilidad ciente mundo del trabajo, en el ejército inmenso de los obreros, de
los asalariados y de los empleados. Si se considera el presente, con
[22 ]. El segundo elemento fundamental de la paz, hacia el cual sus necesidades bélicas, como un hecho real, esta tranquilidad se
tiende casi instintivamente toda sociedad humana, es la tranquilidad. podrá llamar exigencia necesaria y fundada; pero, si se mira la si-
jOh feliz tranquilidad, tú no tienes nada de común con el aferrarse tuación actual desde el punto de vista de la justicia, de un legítimo
duro y obstinado, tenaz e infantilmente terco con lo que ya no exis- y regulado movimiento obrero, la tranquilidad no será más que apa-
te; i j con la repugnancia, hija de la pereza y del egoísmo, a aplicar rente mientras no se obtenga tal fin.
la mente a los problemas y a las cuestiones que el variar de los [25 ]. Movida siempre por motivos religiosos, la Iglesia ha con-
tiempos y el curso de las generaciones, con sus exigencias y con el denado los varios sistemas del socialismo marxista, y los condena
progreso, hacen madurar y traen consigo como improrrogable ne- también hoy, porque es su deber y derecho permanente preservar
cesidad del presente! Mas para un cristiano consciente de su res- a los hombres de corrientes e influencias que ponen en peligro su
ponsabilidad aun para con el más pequeño de sus hermanos, no eterna salvación. Pero la Iglesia no puede ignorar o dejar de ver
existen ni la tranquilidad indolente ni la huida, sino la lucha, el que el obrero, en su esfuerzo por mejorar de situación, tropieza
trabajo frente a toda inacción y deserción en la gran contienda es- con un ambiente que, lejos de ser conforme a la naturaleza, con-
piritual en la que está puesta en peligro la construcción, aun él trasta con el orden de Dios y con el fin que El ha señalado a los
alma misma, de la sociedad futura. bienes terrenos. Por falsos, condenables y peligrosos que hayan sido
Armonía entre tranquilidad y actividad y sean los caminos que se han seguido, ¿quién, sobre todo siendo
sacerdote o cristiano, podría permanecer sordo al grito que se alza
[23 ]. La tranquilidad en el sentido del Aquinate y la ardorosa de lo profundo, y que en el mundo de un Dios justo invoca justi-
actividad no se contraponen, sino que más bien se acoplan armo- cia y espíritu de fraternidad? Sería un silencio culpable e injustifi-
* SANTO TOMAS, Summa Theologica 2-2 q.29 a.3. cable ante Dios y contrario al iluminado sentir del Apóstol, quien,
si inculca que es necesario ser animosos contra el error, sabe tara-
848 PÍO xa -
COti SEMPkfc 84tí
bien que es menester estar llenos de consideración hacia los que
yerran y con ánimo abierto para escuchar sus aspiraciones, sus es- la falta de contacto con lo eterno y no la consideraban como un
peranzas y sus razones. defecto esencial de sus sistemas.
[26]. Dios, al bendecir a nuestros progenitores, les dijo: Cre- [30]. Lo que aparecía claro al cristiano que, profundamente
ced y multiplicaos y henchid la tierra y dominadla 7 . Y dijo después creyente, sufría por la ignorancia de los demás, nos lo presenta cla-
al primer jefe de familia: Mediante el sudor de tu rostro comerás el rísimo el fragor de la espantosa catástrofe del presente desquicia-
pan 8 . La dignidad de la persona humana exige, pues, normalmente, miento, que reviste la terrible solemnidad de un juicio universal
como fundamento natural para vivir, el derecho al uso de los bie- aun a los oídos de los tibios, de los indiferentes, de los despreocu-
nes de la tierra, al cual corresponde la obligación fundamental de pados: una verdad antigua que se manifiesta trágicamente en for-
otorgar a todos, en cuanto sea posible, una propiedad privada. Las mas siempre nuevas y que con fragor de trueno resuena de siglo
normas jurídicas positivas, reguladoras de la propiedad privada, pue- en siglo, de pueblo en pueblo, por boca del profeta: Todos los que
den modificar y conceder un uso más o menos limitado; pero, si te abandonan serán confundidos. Los que te dejan se cubrirán de ver-
quieren contribuir a la pacificación de la comunidad, deberán im- güenza, porque dejaron a la fuente de aguas vivas, a Yavé 9 .
pedir que el obrero que es o será padre de familia se vea condenado [31 ]. No lamentos, acción es la consigna de la hora; no lamen-
a una dependencia y esclavitud económica inconciliable con sus de- tos de lo que es o de lo que fué, sino reconstrucción de lo que sur-
rechos de persona. girá y debe surgir para bien de la sociedad. Animados por un en-
[27], Que esta esclavitud se derive del predominio del capital tusiasmo de cruzados, a los mejores y más selectos miembros de la
cristiandad toca reunirse en el espíritu de verdad, de justicia y de
privado o del poder del Estado, el efecto no cambia; más aún, bajo
amor al grito de «¡Dios lo quiere!», dispuestos a servir, a sacrificarse,
la presión del Estado, que lo domina todo y regula toda la vida pú-
como los antiguos cruzados. Si entonces se trataba de liberar la
blica y privada, invadiendo hasta el terreno de las ideas y convic- tierra santificada por la vida del Verbo de Dios encarnado, se trata
ciones y de la conciencia, esta falta de libertad puede tener conse- hoy, si podemos expresarnos así, de una nueva expedición para li-
cuencias aún más graves, como lo manifiesta y atestigua la expe- berar, superando el mar de los errores del día y de la época, la
riencia. tierra santa espiritual, destinada a ser la base y el fundamento de
normas y leyes inmutables para construcciones sociales dé sólida
CINCO PUNTOS FUNDAMENTALES PARA EL ORDEN Y LA PACIFÍCACIÓN consistencia interior.
DE LA SOCIEDAD HUMANA [32 ]. Para tan alto fin, desde el pesebre del Príncipe de la Paz»
confiados en que su gracia se difundirá en todos los corazones, Nos
[28]. Quien pondera a la luz de la razón y de la fe los funda- nos dirigimos a vosotros, amados hijos, que reconocéis y adoráis en
mentos y los fines de la vida social, que Nos hemos trazado en bre- Cristo a vuestro Salvador; a todos cuantos nos están unidos al me-
ves líneas, y los contempla en su pureza y altura moral y en sus nos con el vínculo espiritual de la fe en Dios, a todos, finalmente,
benéficos frutos en todos los campos, se convencerá necesariamente cuantos, ansiosos de luz y guía, suspiran por liberarse de las dudas
de los poderosos principios de orden y pacificación que las ener- y de los errores; y os exhortamos y os conjuramos con paterna in-
gías encauzadas hacia grandes ideales y resueltas a afrontar los obs- sistencia, no sólo a comprender íntimamente la angustiosa seriedad
táculos podrían comunicar, o, digamos mejor, restituir a un mundo de la hora actual, sino también a meditar sus posibles auroras bené-
interiormente desquiciado, una vez que hubieran abatido las ba- ficas y sobrenaturales y a uniros y trabajar juntos por la renovación
rreras intelectuales y jurídicas creadas por prejuicios, errores e in- de la sociedad en espíritu y en verdad.
diferencias y por un largo retroceso de secularización del pensa-
miento, del sentimiento, de la acción, cuyo resultado fué arrancar [33 ]• F i n esencial de esta cruzada necesaria y santa es que la
y apartar la ciudad terrena de la luz y fuerza de la ciudad de Dios. estrella de la paz, la estrella de Belén, brille de nuevo sobre toda la
humanidad con su fulgor rutilante, con su consuelo pacificador, cual
[29•]. Hoy más que nunca suena la hora de reparar, de sacu- promesa y augurio de un porvenir mejor, más feliz y más fecundp.
dir la conciencia del mundo del grave Jetargo en que le han hecho
[34]. Es verdad que el ¿amino, desde la noche hasta una lumi-
caer los tóxicos de falsas ideas ampliamente difundidas; tanto más
nosa mañana, será largo; pero son decisivos los primeros pasos en.
cuanto que, en esta hora de convulsión material y moral, el cono-
el sendero, que lleva sobre las primeras cinco piedras miliarias, es-
cimiento de la fragilidad y de la inconsistencia de todo ordenamien-
culpidas con cincel de bronce, las siguientes máximas:
to meramente humano está ya para desengañar incluso a aquellos
que, en días aparentemente felices, no sentían en sí y en la sociedad » Ier. 17,13.
' Gen. 1,28.
•« Qtei. 3,191
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850 PÍO xa
gar en donde una vida doméstica sana material y moralmente llegue
i. • Dignidad y derechos de la persona humana a desarrollarse con toda su fuerza y valor; procure que los locales de
trabajo y Jos domicilios no estén tan separados que hagan del jefe
[3S]- i-" Quien desea que la estrella de la paz aparezca y se de familia y del educador de los hijos casi un extraño en su propia
detenga sobre la sociedad, contribuya por su parte a devolver a la casa; procure, sobre todo, que entre las escuelas públicas y la familia
persona humana la dignidad que Dios le concedió desde el prin- renazca aquel vínculo de confianza y de mutua ayuda que en otro
cipio; opóngase a la excesiva aglomeración de los hombres, casi tiempo produjo frutos tan benéficos, y que hoy ha sido sustituido
a manera de masas sin alma; a su inconsistencia económica, social, por la desconfianza allí donde la escuela, bajo el influjo o el dominio
política, intelectual y moral; a su falta de sólidos principios y de del espíritu materialista, envenena y destruye todo cuanto los pa-
fuertes convicciones; a su sobreabundancia de excitaciones instin- dres habían sembrado en las almas de los hijos.
tivas y sensibles y a su volubilidad;
[36] favorezca, con todos los medios lícitos, en todos los cam-
pos de la vida, formas sociales que posibiliten y garanticen una 3.0 Dignidad y prerrogativas del trabajo
plena responsabilidad personal tanto en el orden terreno como en a
[41 ]. 3 . Quien desea que la estrella de la paz aparezca y se
el eterno; detenga sobre la sociedad, dé al trabajo el puesto que Dios le señaló
[37] apoye el respeto y la práctica realización de los siguientes desde el principio. Como medio indispensable para el dominio del
derechos fundamentales de la persona: el derecho a mantener y des- mundo, querido por Dios para su gloria, todo trabajo posee una
arrollar la vida corporal, intelectual y moral, y particularmente el dignidad inalienable y, al mismo tiempo, un íntimo lazo con el per-
derecho a una formación y educación religiosa; él derecho al culto feccionamiento de la persona; noble dignidad y prerrogativa del
de Dios privado y público, incluida la acción caritativa religiosa; trabajo, en ningún modo envilecidas por el peso y la fatiga, que se
el derecho, en principio, al matrimonio ,y a la consecución de su han de soportar, como efecto del pecado original, en obediencia
propio fin, el derecho a la sociedad conyugal y doméstica; el dere- y sumisión a la voluntad de Dios.
cho de trabajar como medio indispensable para el mantenimiento
de la vida familiar; el derecho a la libre elección de estado; por [42]. El que conoce las grandes encíclicas de nuestros prede-
consiguiente, también del estado sacerdotal y religioso; el derecho cesores y nuestros anteriores mensajes, no ignora que la Iglesia no
a un uso de los bienes materiales consciente de sus deberes y de las duda en deducir las consecuencias prácticas que se derivan de la
limitaciones sociales. nobleza moral del trabajo y en apoyarlas con toda la fuerza de su
autoridad. Estas exigencias comprenden, además de un salario justo,
suficiente para las necesidades del obrero y de la familia, la conser-
2. ° Defensa de la unidad social y particularmente de la familia vación y el perfeccionamiento de un orden social que haga posible
[38]. 2. a Quien desea que la estrella de la paz aparezca y se una segura, aunque modesta propiedad privada a todas las clases
detenga sobre la sociedad, rechace toda forma de materialismo, que del pueblo; favorezca una formación superior para los hijos de las
no ve en el pueblo más que un rebaño de individuos que, divididos clases obreras particularmente dotados de inteligencia y buena vo-
y sin interna consistencia, son considerados como un objeto de do- luntad; promueva en las aldeas, en los pueblos, en la provincia, en
minio y de sumisión; el pueblo y en la nación el cuidado y la realización práctica del es-
píritu social que, suavizando las diferencias de intereses y de clases,
[39] procure concebir la sociedad como una unidad interna quita a los obreros el sentimiento del aislamiento con la experiencia
crecida y madurada bajo el gobierno de la Providencia; unidad que, confortadora de una solidaridad genuinamente humana y cristiana-
en el espacio a ella asignado y según sus peculiares condiciones, mente fraterna.
tiende, mediante la colaboración de las diferentes clases y profe-
siones, a los eternos y siempre nuevos fines de la civilización y de [43 ]. El progreso y el grado de las reformas sociales improrro-
la religión; gables depende de la potencia económica de cada nación. Sólo con
un intercambio de fuerzas, inteligente y generoso, entre los fuertes
[40] defienda la indisolubilidad clel matrimonio; dé a la fami- y los débiles, será posible llevar a cabo una pacificación universal
lia, célula insustituible del pueblo, espacio, luz, tranquilidad, para de forma que no queden focos de incendio y de infección, de los que
que pueda cumplir la misión de perpetuar la nueva vida y de educar podrían originarse nuevas catástrofes.
a Jos hijos en un espíritu conforme a sus propias y verdaderas con-
vicciones religiosas; conserve, fortifique o reconstituya, según sus [44]. Señales evidentes inducen a pensar que, en medio del
fuerzas, la propia unidad económica, espiritual, moral y jurídica; torbellino de todos los prejuicios y sentimientos de odio, inevitable,
procure que también los criados participen de las ventajas materiales pero triste parto de esta aguda psicosis bélica, no se ha apagado en
y espirituales de la familia; cuide de procurar a cada familia un ho- los pueblos la conciencia de su íntima recíproca dependencia en el
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bien y en el mal, sino que incluso se ha hecho más viva y activa. 5. 0 Concepción del Estado según el espíritu cristiano
¿Acaso no es verdad que profundos pensadores ven, cada vez con
mayor claridad, en la renuncia al egoísmo y al aislamiento nacional, a
[53 ]• 5- Quien desea que la estrella de la paz aparezca y
el camino de la salvación general, hallándose dispuestos a solicitar se detenga sobre la sociedad humana, coopere a formar una con-
de sus pueblos una parte gravosa de sacrificios, necesarios para la cepción y una práctica estatales fundadas sobre una disciplina ra-
pacificación social de otros pueblos? ¡Ojalá que este nuestro men- zonable, una noble humanidad y un responsable espíritu cristiano;
saje navideño, dirigido a todos los dotados de buena voluntad y ge-
[54]. ayude a conducir de nuevo al Estado y su poder al ser-
neroso corazón, anime y aumente los escuadrones de la cruzada
social en todas las naciones! ¡Y quiera Dios conceder a su pacífica vicio de la sociedad, al pleno respeto de la persona humana y de la
bandera la victoria de la que es merecedora su noble empresa! actividad de ésta para la consecución de sus fines eternos;
[55 ]. esfuércese y trabaje por disipar los errores que tienden
a desviar del sendero moral al Estado y su poder y a desatarlos
4. 0 Reintegración del ordenamiento jurídico del vínculo eminentemente ético que los une a la vida individual y
a
[45]. 4. Quien desea que la estrella de la paz aparezca y se social, y a hacerles rechazar o ignorar en la práctica la esencial de-
detenga, sobre la vida social, coopere a una profunda reintegración pendencia que los subordina a la voluntad del Creador;
del ordenamiento jurídico. [56]. promueva el reconocimiento y la difusión de la verdad,
[46]. El sentimiento jurídico de hoy ha sido frecuentemente que enseña, aun en la esfera terrena, cómo el sentido profundo y
alterado y sacudido por la proclamación y por la práctica de un po- la última legitimidad moral y universal del regnare es el serviré.
sitivismo y de un utilitarismo sumisos y vinculados al servicio de
determinados grupos, clases y movimientos, cuyos programas seña- CONSIDERACIONES SOBRE LA GUERRA MUNDIAL Y SOBRE
lan y determinan el camino a la legislación y a la práctica judicial. LA RENOVACIÓN DE LA SOCIEDAD
[47 ]. El saneamiento de esta situación puede obtenerse, cuan- [57]. ¡Amados hijos! Quiera Dios que, mientras nuestra voz
do se despierte la conciencia de un ordenamiento jurídico, fundada llega a vuestro oído, vuestro corazón se sienta hondamente impre-
en el supremo dominio de Dios y defendida de toda arbitrariedad sionado y conmovido por la profunda seriedad, por la ardiente
humana; conciencia de un ordenamiento que extienda su mano pro- solicitud, por el conjuro insistente con que Nos os inculcamos estas
tectora y vindicativa también sobre los inviolables derechos del ideas, que quieren ser un llamamiento a la conciencia universal y
hombre y los proteja contra los ataques de todo poder humano. un grito de alarma para todos cuantos se hallan dispuestos a pesar
[48]. Del ordenamiento jurídico querido por Dios deriva el y medir la grandeza de su misión y responsabilidad ante la ampli-
inalienable derecho del hombre a la seguridad jurídica, y con ello tud de la tragedia universal.
a una esfera concreta de derecho, protegida contra todo ataque [58]. Gran parte de la humanidad, y, no rehusamos decirlo,
arbitrario. aun no pocos de los que se llaman cristianos, están de algún modo
[49]. La relación entre hombre y hombre, del individuo con dentro de la responsabilidad colectiva del desarrollo erróneo, de
la sociedad, con la autoridad, con los deberes sociales; la relación los daños y de la falta de altura moral de la sociedad actual.
de la sociedad y de la autoridad con cada uno de los individuos, [59]. Esta guerra mundial y todo cuanto a ella se refiere, ya
deben cimentarse sobre un claro fundamento jurídico y estar pro- sean precedentes, remotos o próximos, ya sus procedimientos y
tegidas, si hay necesidad, por la autoridad judicial. Esto supone: efectos materiales, jurídicos y morales, ¿qué otra cosa representa
[50]. a) U n tribunal y u n juez que reciban sus normas di- sino el derrumbamiento, inesperado tal vez para los despreocupa-
rectivas de un derecho claramente formulado y circunscrito. dos, pero previsto y temido por quienes con su mirada penetraban
[51]. b) Normas jurídicas claras, que no puedan ser ter- hasta el fondo de un orden social que, bajo el engañoso rostro o la
giversadas con abusivas apelaciones a un supuesto sentimiento po- máscara de fórmulas convencionales, ocultaba su debilidad fatal y
pular y con meras razones de utilidad. su desenfrenado instinto de ganancia y de poder?
[52]. c) El reconocimiento del principio que afirma que tam- [60]. Lo que en tiempos de paz estaba reprimido, al estallar
bién el Estado y sus funcionarios y las organizaciones de él depen- la guerra ha explotado en una triste serie de actos contrarios al
dientes están obligados a la reparación y a la revocación de las me- espíritu humano y cristiano. Los acuerdos internacionales para ha-
didas lesivas de la libertad, de la propiedad, del honor, del mejora- cer menos inhumana la guerra, limitándola a los combatientes, para
miento y de la vida de los individuos. ' regular las normas de la ocupación y de la prisión de los vencidos,
han sido letra muerta en distintos países; y ¿quién es capaz dé
ver el fin de este progresivo empeoramiento?
854 pío x n CON SEMPRE 855
[61]. ¿Quieren tal vez los pueblos asistir impasibles a un el adorable misterio de la encarnación apareció el, nuevo Adán,
avance tan desastroso? ¿No deben más bien, sobre las ruinas de en cuyas fuentes de verdad y de gracia tiene la humanidad que bus-
un ordenamiento social que ha dado prueba tan trágica de su inep- car el agua salvadora si no quiere perecer en el desierto de esta
titud para el bien del pueblo, reunirse los corazones de todos los vida? De su plenitud hemos recibido todos u . Su plenitud de verdad
hombres magnánimos y honrados en el voto solemne de no darse y de gracia, como hace veinte siglos, se derrama también hoy sobre
descanso hasta que en todos los pueblos y naciones de la tierra el mundo con fuerza no disminuida; más poderosa que las tinieblas
sea legión el número de los que, decididos a llevar de nuevo la so- es su luz; el rayo de su amor es más vigoroso que el gélido egoísmo
ciedad al indefectible centro de gravedad de la ley divina, suspiran que a tantos hombres retrae de perfeccionarse y sobresalir en lo
por servir a la persona y a su comunidad ennoblecida por Dios? que tienen de mejor. Vosotros, cruzados voluntarios de una nueva
[62]. Este voto la humanidad lo debe a los innumerables y noble sociedad, alzad el nuevo lábaro de la regeneración moral y
muertos que yacen sepultados en los campos de batalla; el sacri- cristiana, declarad la lucha a las tinieblas de la apostasía de Dios,
ficio de su vida en el cumplimiento de su deber es holocausto para a la frialdad de la discordia fraterna; una lucha en nombre de una
un nuevo y mejor orden social. humanidad gravemente enferma y que hay que sanar en nombre
de la conciencia cristianamente levantada.
[63 ]. Este voto la humanidad lo debe al interminable y dolo-
roso cortejo de madres, de viudas y de huérfanos que se han visto [69 ]. Nuestra bendición y nuestro paterno auspicio y aliento
despojados de la luz y el consuelo y el apoyo de su vida. acompañe a vuestra generosa empresa y permanezca con todos cuan-
[64]. Este voto la humanidad lo debe a los innumerables tos no rehuyen los duros sacrificios, armas mucho más poderosas
desterrados que el huracán de la guerra ha arrancado de su patria que el hierro para combatir el mal que sufre la sociedad. Sobre
y ha dispersado por tierras extrañas; ellos podrían lamentarse con vuestra cruzada por un ideal social, humano y cristiano, resplan-
el profeta: Nuestra heredad ha pasado a manos extrañas; nuestras dezca consoladora e incitante la estrella que brilla sobre la cueva
de Belén, lucero anunciador y perenne de la era cristiana. De su
casas, a poder de desconocidos J °.
vista ha sacado, saca y sacará fuerzas todo corazón fiel: Aunque
[65 ]. Este voto la humanidad lo debe a los cientos de millares acampe contra mí un ejército..., estoy tranquilo 12 . Donde esta estrella
de personas que, sin culpa propia alguna, a veces sólo por razones resplandezca, allí está Cristo: Ipso ducente, non errabimus; per ipsum
de nacionalidad o de raza, se ven destinados a la muerte o a un ad ipsum eamus ut cum nato hodie puero in perpetuum gaudeamus 13.
progresivo aniquilamiento.
11 lo. 1,16.
[66]. Este voto la humanidad lo debe a los muchos millares 12 Ps. 27(26X3.
13
de no combatientes, mujeres, niños, enfermos y ancianos, a quienes «Bajo su dirección no nos extraviaremos; por medio de él vayamos a él, para regoci-
jarnos eternamente con el niño nacido hoy» (SAN AGUSTÍN, Serm. 180,4: PL 38,1007).
la guerra aérea—cuyos hojrrores Nos ya desde el principio repetidas
veces denunciamos—, sin discriminación o con insuficiente examen,
ha quitado vida, bienes, salud, casa, asilos de caridad y de oración.
[67]. Este voto la humanidad lo debe al torrente de lágrimas
y amarguras, al cúmulo de dolores y sufrimientos que proceden
de la ruina mortífera del descomunal conflicto y claman al cielo,
invocando la venida del Espíritu, que liberte al mundo del desbor-
damiento de la violencia y del terror.
EL PRIMADO DE LA IGLESIA S U M A R I O
ROMANA Y LA PAZ I. El conflicto mundial adquiere dimensiones cada vez más espantosas.
Han sido violadas las normas supremas del derecho y de la moral de
la guerra. La Urbe no debe ser convertida en teatro de guerra. La
situación presente llena el alma de graves ansiedades. La responsabi-
lidad del Pontificado romano es hoy mayor que nunca.
II. La Sede Apostólica no ha cesado jamás en su acción defensora de la
justicia y en su continuo esfuerzo por aliviar las necesidades de los
pueblos. El Papa socorre a todos sin distinción y coopera para el res-
tablecimiento de una paz segura. La situación de Roma es particular-
mente grave. La escasez es general. Existe la amenaza de un empobre-
cimiento de masas enteras. El número de refugiados crece sin cesar.
El pensamiento cristiano está llamado a realizar una función pri- Medidas de asistencia y protección realizadas por el Sumo Pontífice.
mordial en el establecimiento de las bases necesarias para un nuevo III. El Primado de la Iglesia romana. El deber supremo del Pontificado
orden nacional e internacional. Y es el Pontificado romano el deposi- romano es la obediencia al mandato pastoral de Cristo. Las separacio-
tario y el intérprete legitimo de ese pensamiento cristiano. Por esta nes de la Iglesia Madre han producido un triste balance pasivo en la
razón, el primado de la Iglesia romana constituye uno de los pilares historia de la cristiandad. El pensamiento cristiano está llamado a
fundamentales de la nueva paz segura que el mundo necesita. Las desempeñar un papel muy importante en el establecimiento de un
escisiones religiosas que dentro del cristianismo se han ido produciendo nuevo orden. Es la Iglesia católica la que posee el tesoro intacto de la
a lo largo de la historia han provocado una merma dolorosa de la verdad y de la gracia. Las divisiones religiosas del cristianismo mer-
eficacia social de este pensamiento cristiano. No hay más que un camino man considerablemente la eficacia del influjo social de la verdad cris-
tiana. Prueba elocuente de este hecho es la historia del racionalismo
para resarcir esta pérdida: el retorno a la unidad de fe y de jurisdicción, y del naturalismo en los dos últimos siglos.
la vuelta a la obediencia del Primado romano, que es la continua reali- El vínculo que existe entre Cristo y Pedro hunde s»us raíces en los
zación temporal de la promesa de asistencia perpetua hecha por Cristo designios eternos de Dios. La posición de Pedro en la Iglesia es pri-
a su Iglesia. vilegiada por voluntad del Padre realizada en el tiempo de Jesucristo.
Este discurso reitera así la tesis central de la encíclica de León XIII El primado pontificio es la realización temporal de la asistencia per-
Praeclara gratulationis y es al mismo tiempo un anticipo del radiomen- petua prometida por Cristo a su Iglesia. Ha sido Cristo' el que ha con-
saje navideño de 1951 sobre el contenido y la significación concreta fiado personalmente a Pedro el tesoro de la verdad y de la gracia. Así
lo ha reconocido y creído el Oriente y el Occidente. El Pontificado
de la aportación de la Iglesia a la paz. romano, por tanto, ha recibido de Dios una misión trascendental,
Con relación al problema de la paz, establece este documento una que debe realizar sin interrupción bajo el impulso sagrado del Espí-
distinción entre el tema de las responsabilidades bélicas y la cuestión ritu Santo.
del establecimiento de una nueva paz. Con relación a la primera, los IV. El problema de la paz. Contraste significativo entre el perfeccionamien-
pueblos en cuanto tales no suelen ser hoy día los responsables de las to de los medios destructivos y el ansia de una paz estable y un nuevo
guerras. Respecto de la segunda cuestión, hay que asentar, frente al orden seguro. Sin embargo, junto a las voces de la prudencia, no fal-
dilema injusto y desesperante de una destrucción completa o una vic- tan voces de violencia o venganza. Parece como si no hubiera otra
toria militar absoluta, la posibilidad y la conveniencia de soluciones alternativa que la victoria completa o la destrucción absoluta. Este
honrosas, duraderas y justas. dilema, como un espectro, ahoga toda reflexión serena e impulsa a la
desesperación.
La consolidación de la paz, como dice el Papa en otro discurso i ,
Hay que insistir, por tanto, en la necesidad de encontrar soluciones
exige como requisito previo indispensable una cuádruple victoria: sobre
honrosas. Los pueblos, considerados como tales, no son los responsa-
el odio fácil para los conflictos bélicos, sobre el principio de que el dere- bles de la guerra. El Sumo Pontífice ha expuesto ya las bases cristianas
cho es mera creación de la fuerza bruta, sobre el abuso de situaciones indispensables del nuevo orden nacional e internacional. Hay que dis-
privilegiadas en el campo económico y sobre una filosofía materialista tinguir dos cuestiones: las responsabilidades de la guerra y la configu-
y autosuficiente negadora de Dios y de la revelación divina. Estas vic- ración de la paz. Estos dos diversos aspectos han sido ya señalados
torias deben ganarlas los políticos, no los militares 2 . por algunos hombres de Estado. Y deben ser respetados en la hora de
la paz. La verdadera paz es una paz justa, no una paz impuesta nueva-
1
Discurso a un grupo de representantes del Congreso de los Estados Unidos, 27 de mente por la fuerza.
agosto
2
de 1945 : DER 7,161-162. Una política prudente sabe reconocer en la hora del triunfo al
Véanse también el discurso del Papa al Sacro Colegio, 2 de junio de 1043, sobre los
problemas de la guerra (AAS 35 [1943] 165-171; E 3 [1943] 1,557-559), y los discursos al vencido la seguridad de un puesto digno en la vida internacional.
legado de Finlandia, «6 de junio de 1943 (AAS 35 [1943] 256-258); al embajador de Francia, Responsabilidad solidaria de Tos cristianos en la solución del problema
10 de mayo de 1945 (AAS 37 [1945] 146-148; E 5 LiQ4S] 1,466), y al embajador de Argen- de la paz.
tina, 37 de noviembre de 1945 (AAS 37 [1945] 314-316).
858 PÍO XII EL PRIMADO BE LA IGLESIA ROMANA S LA PAZ 859
por todas partes nos rodea y reclama ayuda. No ya porque la Iglesia, insistente elevan las manos hacia el Padre común; no pocos de ellos
sobre todo en la hora presente, aspire de alguna manera a ventajas se ven hoy obligados a invocar aquella caridad de la cual ayer toda-
terrenas o a gloria humana, sino porque a una sola meta están diri- vía eran pródigos.
gidos de día y de noche nuestros pensamientos; a saber, cómo nos [10]. Hasta el último límite de nuestros medios y de nuestras
sea posible afrontar tan acerba prueba, socorriendo a todos sin fuerzas, apoyados y sostenidos por los ofrecimientos de almas ge-
distinción de nacionalidad y de raza, y cómo nos sea dado cooperar
nerosas, por la actividad organizadora de técnicos previsores e in-
para que a la humanidad, atormentada por la guerra, pueda al fin
dustriosos, por el aliento y por el espíritu de abnegación de honrados
serle devuelta la paz.
y valientes trabajadores, a todos los cuales deseamos que. llegue la
expresión de nuestro vivo agradecimiento, hemos con frecuencia
Solicitud por las graves condiciones de Roma podido hacer penetrar en la obscuridad de la más angustiosa miseria
y del más cruel abandono un confortante rayo luminoso de socorre-
[8], Porque, si actualmente nuestra preocupación se dirige de dor amor paterno, aunque con demasiada frecuencia no siempre
modo particular a Roma, esto nace de las desgraciadas condiciones adecuado a la amplitud de las necesidades y al íntimo impulso de
en que una gran parte de la población de la Urbe, que es también nuestro corazón.
nuestra diócesis, ha venido a encontrarse. Ciertamente no es ésta [11]. Sin retroceder ante cualquier sacrificio, sin desalentar-
la primera vez que la tempestad sacude la Ciudad Eterna. La Roma nos por repulsa alguna, sin temor ante cualquier violación de nues-
cristiana, en el largo curso de su historia, ha conocido otras adver- tro derecho, no hemos cesado de contribuir, según todas nuestras
sidades bien duras: ocupaciones y saqueos, desde Alarico hasta el posibilidades, a sostener la población de Roma y de las comarcas
horrendo Sacco de 1527; luchas intestinas de los partidos, como, circunvecinas al menos con los alimentos más necesarios y urgentes.
por ejemplo, en el siglo X; abandono, como en el período aviño- Hemos también tomado medidas para efectuar el transporte de ví-
nense y en la época del gran cisma de Occidente; pestes, como en los veres por vía marítima mediante naves pontificias. Pero se aguarda
calamitosos días del gran San Gregorio y bajo el Pontífice Sixto IV; todavía el consentimiento de las partes beligerantes para la realiza-
hambre y carestía por causas naturales, como, por ejemplo, durante
ción de esta empresa, que aportaría un remedio verdaderamente
el pontificado de Clemente XIII en los años 1763 y 1764 4 . En esta
eficaz a un mal tan grande. De todos modos, de nuestra parte no
última calamidad pública se refugiaron también en Roma multitu-
des hambrientas de todos los Estados de la Iglesia, e incluso de disminuiremos nuestros esfuerzos para superar obstáculos y vencer
Toscana y de Ñapóles, cuya asistencia, con alojamiento y alimenta- resistencias, a fin de que a nuestra ciudad natal y episcopal, la cual
ción, exigió los mayores esfuerzos. El Papa, con inexhausta y ge- hoy día más que en cualquier otro tiempo alberga dentro de sus
nerosa mano, logró impedir una catástrofe. Sin embargo, ¿qué eran murallas a hijos e hijas de todas las regiones de Italia, sea, en lo
los 6.000 refugiados de entonces, unidos a los 160.000 romanos posible, evitado, en uno de los más graves momentos de su historia,
—todo el Estado pontificio contaba poco más de dos millones de rica en glorias y en dolores, el que deba aplicarse a sí misma las
almas—; qué eran, decimos, si se comparan con las condiciones de palabras del profeta: Está todo su pueblo gimiendo y buscando pan...
hoy? ¿Con el número de los habitantes, con la escasez, los peligros, Los pequeños han pedido pan, y no había allí quien se lo diese 5 .
las angustias, las separaciones, los dolores.de todas clases por los
II. E L PRIMADO DE LA IGLESIA ROMANA
que tantos tiemblan y sufren?
El mandato divino
[9 ]. En pocos lugares del suelo italiano, por no decir del mun-
do, son en la hora presente tan grande como en Roma y en sus f 12 ]. Pero por encima de estas preocupaciones exteriores y de
alrededores la penuria de las cosas necesarias para la vida y el peli-' •las obligaciones particulares impuestas por las contingencias de
gro de que ésta llegue a convertirse en un casi inconmensurable tiempo y de lugar está, venerables hermanos, como nuestro deber
empobrecimiento de masas enteras del pueblo. Por otra parte, la central y supremo, de cuyo pleno y concienzudo cumplimiento nin-
fuerza de atracción que la Urbe ejerce sobre muchas víctimas de gún poder humano podría apartarnos, ninguna externa angustia
la guerra, las cuales buscan aquí refugio y auxilio, pone a aquellos separarnos, la absoluta obediencia a la orden del Señor: Pasee agnos
que se ocupan de proveer a su habitación y a su aprovisionamiento meosl Pasee oves meas! «¡Apacienta mis corderos! ¡Apacienta mis
ante problemas a veces casi insolubles. A pesar de las loables me- ovejas!» 6
didas de las autoridades públicas y de beneméritas asociaciones, el [13]. Este divino mandato, que desde el primer Pedro, a tra-
ejército de los pobres crece de día en día. Con ansiedad siempre vés de la larga serie de los Romanos Pontífices, ha llegado .hasta
creciente, estos infelices dirigen sus ojos, con súplica cada día más
' Lam. 1,11; 4,4-
' Gf. L. PASTOR. Ceschichie der Pápsti t.a p.579; t.16 p.i.» P.461-46J « lo. 2I.IS-17.
EL PRIMADO DE LA IGLESIA ROMANA Y LA PAZ 863
862 PÍO XII
Nos, su indigno sucesor, abarca, en el confuso y lacerado mundo vestido del primado, confirma fratres tuos "'', no puede ejercer y
desarrollar su acción protectora y preservadora, la cizaña del racio-
de hoy, un conjunto todavía más elevado de sagradas responsabili-
nalismo ha penetrado de mil maneras diversas, con sus tallos' y sus
dades, y encuentra obstáculos y oposiciones que exigen de la Iglesia,
frutos nocivos, en el pensamiento y en el sentimiento de muchas
en su Cabeza visible y en sus miembros, una creciente energía y almas que se dicen cristianas, y ha intoxicado lo que en ellas había
vigilancia. quedado de la divina semilla de la verdad, causando, sobre todo,
obscurecimiento, división y un creciente abandono de la fe en la
Funestas consecuencias de la separación de la madre Iglesia divinidad de Cristo.
Voctr. pontif- i 23
866 río XII EL PRIMADO IIP. LA ICt.KSlA ROMAN'A V LA PAZ 887
rantías para la defensa del derecho contra posibles atentados de la
tales de la conciencia humana y cristiana, acordándose siempre de
fuerza.
que, para cuantos se glorían del nombre cristiano, todo propósito
[27 ]. Estos dos diversos aspectos del formidable problema han de paz está siempre bajo la enseña indefectible: illa respuere, quae
encontrado amplio eco en la conciencia de los pueblos, y también en huic inimica sunt nomini, et ea, quae sunt apta, sectari.
declaraciones públicas de autoridades competentes se ha manifestado '
el propósito y la voluntad de dar al mundo, al final del conflicto [32]. Con el ferviente deseo de que la gracia del Omnipotente
armado, una paz para todas las naciones. Nos deseamos y esperamos haga surgir pronto sobre las colinas de la Ciudad Eterna y sobre
que la prolongación de la guerra, unida a la progresiva exacerbación todo el mundo la aurora de una paz semejante, os expresamos, ve-
de los métodos bélicos, y, por consiguiente, más agudizada tensión nerables hermanos, nuestra íntima gratitud por las felicitaciones
y exasperación de los ánimos, no acabe apagando y extinguiendo tan benévolamente ofrecidas a Nos por boca de vuestro eminente
estos sanos sentimientos, y con ellos la prontitud para subordinar cardenal subdecano, mientras impartimos de corazón a vosotros y
los instintos de la venganza y de la ira, quae est inimica consilio, a la a cuantos os están particularmente unidos en el Señor nuestra ben-
majestad de la justicia y de la ecuanimidad. dición apostólica.
• í '
872 PÍO XII BENIGNIIAS El HUMANITAS 873
II. El objeto de este llamamiento cu examinar las normas reguladoras de p o r q u e la N a v i d a d es la fiesta d e la d i g n i d a d h u m a n a , la fiesta del
una sana democracia, atendiendo principalmente al hombre, sujeto «admirable cambio p o r el cual el C r e a d o r del género h u m a n o , t o -
y fin de la vida social. Don paites, por tanto, el ciudadano y el gober-
m a n d o u n cuerpo vivo, se h a d i g n a d o nacer de la Virgen, y con su
nante, en un sano reyímen democrático.
venida nos h a c o m u n i c a d o su divinidad» 3.
III. La democracia y el EsUuio. El ciudadano en el régimen democrático
tiene derecho al dialogo con el gobierno. Es necesario, por tanto, ca- [3 ] . P e r o n u e s t r a m i r a d a se traslada e s p o n t á n e a m e n t e desde
pacitar al ciudadano para este diálogo. Porque una-democracia sana el l u m i n o s o N i ñ o del pesebre al m u n d o q u e nos rodea, y el doloroso
supone un pueblo auténtico, y un pueblo no es una masa irresponsable. suspiro del evangelista J u a n asciende a n u e s t r o s labios: Lux in tene-
Por consiguiente, el pueblo es el presupuesto necesario de la demo- bris lucet et tenebrae eam non comprehenderunt: la luz luce e n las
cracia sana. tinieblas, p e r o las tinieblas n o la a b r a z a r o n 4 .
El gobernante en el régimen democrático. La autoridad es necesaria
en la democracia con mayor razón que en otras formas de gobierno. [ 4 ] . P o r q u e , desgraciadamente, t a m b i é n en esta sexta vez la
Pero debe quedar sometida siempre al orden moral. Virtudes morales a u r o r a d e N a v i d a d se alza sobre c a m p o s d e batalla cada día m á s
e intelectuales y capacitación técnica del gobernante. Etopeya del le- extensos, sobre cementerios en q u e se a c u m u l a n cada vez m á s n u -
gislador consciente y responsable de una sana democracia. Condena- merosos los restos d e las víctimas, sobre tierras desiertas, d o n d e
ción del absolutismo del Estado. algunas pocas torres vacilantes p r e g o n a n con su silenciosa tristeza
la r u i n a de ciudades antes florecientes y prósperas y d o n d e las c a m -
IV. La democracia y la organización internacional de los Estados. La demo-
cracia exige de los ciudadanos una gran madurez moral. El porvenir p a n a s caídas o robadas n o d e s p i e r t a n ya a los habitantes con su
de la paz internacional depende del reconocimiento de este princi- jubiloso canto navideño. Son t o d o s ellos m u d o s testigos que d e n u n -
pio: el orden político está subordinado al orden moral absoluto. cian esta m a n c h a e n la historia de la h u m a n i d a d , la cual, voluntaria-
La tendencia democrática está penetrando también en la política m e n t e ciega ante la claridad d e A q u e l q u e es esplendor y luz del
internacional. Condiciones que garantizan la eficacia y rectitud de P a d r e , alejándose voluntariamente de Cristo, se h a sumergido hasta
esta penetración: reconocimiento político de la unidad del género hu- caer en la ruina y en la abdicación de su propia dignidad. H a s t a la
mano; proscripción definitiva de la guerra de agresión; creación de p e q u e ñ a lámpara se h a extinguido en m u c h o s templos majestuosos,
un órgano común para el mantenimiento de la paz: su función preven- e n m u c h a s modestas capillas, d o n d e j u n t o al tabernáculo había
tiva y espíritu de su estatuto; el castigo de los delitos.
m o n t a d o la guardia ante el H u é s p e d divino e n n o m b r e del m u n d o
V. La Iglesia y la democracia. El pretendido irrealismo de los principios a d o r m e c i d o . ¡ Q u é desolación! ¡ Q u é contraste! ¿No habrá, pues,
políticos de la doctrina de la Iglesia. La Iglesia es un factor esencial ya esperanza alguna p a r a la h u m a n i d a d ?
en la realización de la nueva democracia. El mensaje permanente que
la Iglesia anuncia al mundo, y que engrandece el sentido profundo
de una sana democracia, es el mensaje de la dignidad superior de la Aurora de esperanza
persona humana. [ 5 ] . ¡Bendito sea el Señor! E n t r e los lúgubres gemidos del
VI. Cruzada de caridad. Conclusión. dolor, del seno m i s m o de la desgarradora angustia de los individuos
y d e los países oprimidos se levanta u n a aurora de esperanza. E n
u n a selección siempre creciente de nobles espíritus surge un pensa-
J
A LOS PUEBLOS DEL MUNDO ENTERO m i e n t o , u n a voluntad cada día m á s clara y m á s firme: hacer d e esta
g u e r r a m u n d i a l , d e este t r a s t o r n o universal, el p u n t o d e a r r a n q u e
La sexta Navidad en guerra d e u n a era nueva para la renovación profunda, la reorganización
total del m u n d o . D e esta manera, m i e n t r a s los ejércitos continúan
[ i ] . Benignitas et humanitas apparuit Salvatoris nostri Dei2. deshaciéndose en luchas homicidas, con medios d e combate cada
Ya p o r sexta vez, desde el comienzo de esta horrible guerra, la santa vez m á s crueles, los h o m b r e s de gobierno, representantes responsa-
liturgia d e N a v i d a d saluda con estas palabras, q u e respiran serena bles d e las naciones, se r e ú n e n en coloquios, en conferencias, a fin
d e d e t e r m i n a r los derechos y deberes fundamentales sobre los q u e
paz, la venida e n t r e nosotros del Dios Salvador. L a h u m i l d e y p o b r e
d e b e r í a ser reconstituida u n a c o m u n i d a d de Estados y trazar el
c u n a de Belén hace converger hacia sí, con atractivo inefable, el
c a m i n o hacia u n p o r v e n i r mejor, m á s seguro, m á s digno d e l a
p e n s a m i e n t o de todos los c r e y e n t e s .
humanidad.
[ 2 ] . H a s t a el fondo d e los corazones entenebrecidos, afligidos,
abatidos, desciende y los i n v a d e p o r c o m p l e t o u n gran t o r r e n t e d e [ 6 ] . ¡Extraña antítesis esta coincidencia d e una guerra cuya
luz y de alegría. Las frentes humilladas vuelven a erigirse serenas, aspereza se e m p e ñ a p o r llegar al paroxismo y d e u n progreso t a n
1
n o t a b l e de aspiraciones y de propósitos hacia u n a inteligencia para
Pío XII, radiomensaje navideño dirigido a los pueblos del mundo entero, 24 de diciem -
bre de 1944: AAS 37 (1045) 10-23. Texto original en italiano. 3
2
Antífona i en las primeras vísperas de la Circuncisión del Señor.
Tit. 3.4- 4
lo. i,s.
874 PÍO xn BENIGMTAS ET HUMAXTTAS 875
una paz sólida y duradera! Sin duda se puede discutir con razón el cuales dependen de las aspiraciones peculiares de cada pueblo—
valor, la aplicación, la eficacia de este o de aquel proyecto. El juicio cuanto al hombre como tal, quien, lejos de ser el objeto y un elemen-
sobre éstos habrá de quedar en suspenso. Pero es un hecho real to puramente pasivo de la vida social, es, por el contrario, y debe
que el movimiento está en marcha. ser y permanecer, su sujeto, su fundamento y su fin.
[12]. Supuesta la afirmación previa de que la democracia, en-
El problema de la democracia tendida en un sentido amplio, admite distintas formas y puede tener
su realización tanto en las monarquías como en las repúblicas, dos
[7]. Además—y éste es tal vez el punto más importante—, cuestiones se presentan a nuestro examen:
bajo el siniestro resplandor de la guerra que les envuelve en el
ardor quemante del horno en que se ven aprisionados, los pueblos [13 ]. 1. a ¿Qué características deben distinguir a los hombres
parecen como si despertaran de un prolongado letargo. Frente al que viven en la democracia y bajo el régimen democrático? 2. a ¿Qué
Estado, frente a los gobernantes, los pueblos han tomado una acti- características deben distinguir a los hombres que en la democracia
tud nueva, interrogante, crítica, desconfiada. Aleccionados por una ejercen el poder público?
amarga experiencia, se oponen con mayor energía al monopolio
de un poder dictatorial incontrolable e intangible y exigen un sis- I. CARACTERÍSTICAS PROPIAS DE LOS CIUDADANOS EN EL
tema de gobierno que sea más compatible con la dignidad y la liber- RÉGIMEN DEMOCRÁTICO
tad de los ciudadanos.
[8], Estas multitudes, inquietas, agitadas por la guerra hasta [14]. Manifestar su propio parecer sobre los deberes y los sa-
en sus estratos más profundos, están invadidas hoy día por la per- crificios que le son impuestos, no estar obligado a obedecer sin
suasión—antes, tal vez, vaga y confusa, pero ahora incoercible— haber sido escuchado: he ahí dos derechos del ciudadano que ha-
llan en la democracia, como el mismo nombre indica, su expresión
de que, si no hubiera faltado esta posibilidad de controlar y corregir
natural. Por la solidez, por la armonía, por los felices resultados de
la actuación de los poderes públicos, el mundo no hubiese sido
este contacto entre los ciudadanos y el gobierno del Estado, se pue-
arrastrado por el torbellino desastroso de la guerra, y de que, para de comprobar si una democracia es en realidad sana y equilibrada
evitar en el futuro la repetición de semejante catástrofe, es necesario y cuál es su fuerza de vida y de desarrollo. En lo que toca a la ex-
crear en el mismo pueblo eficaces garantías. tensión y a la naturaleza de los sacrificios exigidos a todos los ciu-
[9]. Siendo ésta la disposición de los ánimos, ¿es de extrañar dadanos—en nuestros tiempos, en que tan vasta y decisiva es la
que la tendencia democrática se apodere de los pueblos y obtenga actividad del Estado—, la forma democrática de gobierno aparece
por todas partes la aprobación y el consentimiento de quienes aspi- a muchos como un postulado natural impuesto por la misma razón.
ran a colaborar con mayor eficacia en los destinos de los individuos Pero, cuando se pide «más democracia y mejor democracia», esta
y de la sociedad? exigencia no puede tener otro significado que el de colocar al ciu-
[10]. Casi no es necesario recordar que, según las enseñanzas dadano en condiciones cada vez mejores de tener su propia opinión
de la Iglesia, «no está prohibido en sí mismo preferir para el Estado personal y de expresarla y hacerla valer de una manera conforme
una forma de gobierno moderada de carácter popular, salva siempre al bien común.
la doctrina católica acerca del origen y ejercicio del poder público»,
y que «la Iglesia no reprueba forma alguna de gobierno, con tal Pueblo y umasa»
que sea apta por sí misma para la utilidad de los ciudadanos» 5 .
[11]. Si, pues, en esta solemnidad, que conmemora a un tiempo [15]. De esta exigencia se deriva una primera conclusión ne-
la benignidad del Verbo encarnado y la dignidad del hombre (digni- cesaria, con su consecuencia práctica. El Estado no abarca dentro
dad entendida no sólo en el aspecto personal, sino también en la de sí mismo y no reúne mecánicamente, en un determinado territo-
vida social), Nos dirigimos nuestra atención al problema de la demo- rio, un conglomerado amorfo de individuos. El Estado es, y debe
cracia para examinar las normas según las cuales deberá ser regulada, ser en realidad, la unidad orgánica y organizadora de un verdadero
de forma que pueda llamarse verdadera y sana democracia, adap- pueblo.
tada a las circunstancias del momento presente, este hecho indica [16]. Pueblo y multitud amorfa, o, como suele decirse, «masa»,
con claridad que la solícita preocupación de la Iglesia se dirige no son dos conceptos diferentes. El pueblo vive y se mueve por su
tanto a la estructura y organización exterior de la democracia—las vida propia; la masa es de por sí inerte y sólo puede ser movida
5
LEÓN XÍIÍ, encíclica Libertas praestantissimum [32], 21 de junio de 1888. Véase la desde fuera. El pueblo vive de la plenitud de vida de los hombres
carta de Pío XII dirigida a los redactores de la Civiltá Cattolica con motivo del primer cen- que lo componen, cada uno de los cuales—en su propio puesto
tenario de esta revista, 12 de marzo de 1950: AAS 42 (1950) 391-393, y según su manera propia—es una persona consciente de su propia
876 vio XII BKMGNI'IAS ET Hl'MAKlTAS 877
responsabilidad y de sus propias convicciones. La masa, por el con- con la libertad y la igualdad; y de otra parte, los explotadores más
trario, espera el impulso del exterior, fácil juguete en manos de q menos numerosos que han sabido, mediante la fuerza del dinero
cualquiera que explote sus instintos o sus impresiones, presta a se- o de la organización, asegurarse sobre los demás una posición pri-
guir sucesivamente hoy esta bandera, mañana otra distinta. De la vilegiada e incluso el mismo poder.
exuberancia de vida propia de un verdadero pueblo se difunde la
vida, abundante, rica, -por el Estado y por todos los organismos de II. CARACTERÍSTICAS DE LOS HOMBRES QUE EN LA DEMOCRACIA
éste, infundiéndoles, con un vigor renovado sin cesar, la conciencia EJERCEN EL PODER PÚBLICO
de su propia responsabilidad, el sentido verdadero del bien común.
El Estado, por el contrario, puede servirse también de la fuerza [20]. El Estado democrático, sea monárquico o republicano,
elemental de la masa, manejada y aprovechada con habilidad: en debe, como toda otra forma de gobierno, estar investido dej poder
las manos ambiciosas de uno solo o de muchos, reagrupados arti- de mandar con autoridad verdadera y eficaz. El mismo orden abso-
ficialmente por tendencias egoístas, el Estado mismo puede, con el luto de los seres y de los fines, que muestra al hombre como persona
apoyo de la masa, reducida a simple máquina, imponer su capricho autónoma, es decir, como sujeto de deberes y de derechos inviola-
a la parte mejor del verdadero pueblo; el interés común queda así bles, raíz y término de su propia vida social, abarca también al Es-
gravemente lesionado por largo tiempo, y la herida es con frecuen- tado como sociedad necesaria, revestida de autoridad, sin la cual
cia muy difícil de curar. no podría ni existir ni vivir. Si los hombres, valiéndose de su liber-
[17]. De esta distinción se deduce otra clara consecuencia: tad personal, negaran toda dependencia de una autoridad superior
la masa—tal como Nos ahora la hemos definido—es la enemiga dotada con el derecho de coacción, socavarían con esta desobedien-
capital de la verdadera democracia y de su ideal de libertad y de cia el fundamento de su propia dignidad y libertad, es decir, aquel
igualdad. orden absoluto de los seres y de los fines.
[18]. En un pueblo digno de este nombre, el ciudadano siente [21 ]. Establecidos sobre esta misma base, la persona, el Esta-
en sí mismo la conciencia de su personalidad, de sus deberes y de do, el poder público, con sus respectivos derechos, están tan ínti-
sus derechos, de su propia libertad unida al respeto de la libertad mamente unidos y vinculados entre sí, que o se conservan o se arrui-
y de la dignidad de los demás. En un pueblo digno de este nombre, nan al mismo tiempo.
todas las desigualdades, derivadas no del capricho, sino de la natu- [22]. Y como ese orden absoluto, a la luz de la sana razón,
raleza misma de las cosas, desigualdades de cultura, de riquezas, y más particularmente a la luz de la fe cristiana, no puede tener otro
de posición social—sin perjuicio, naturalmente, de la justicia y de origen que un Dios personal, Creador nuestro, sigúese que la dig-
la mutua caridad—, no son, en realidad, obstáculo alguno para que nidad del hombre es la dignidad de la imagen de Dios; la dignidad
exista y predomine un auténtico espíritu de comunidad y de fra- del Estado es la dignidad de la comunidad moral querida por Dios;
ternidad. Más aún, esas desigualdades naturales, lejos de menosca- la dignidad de la autoridad política es la dignidad de su participa-
bar en modo alguno la igualdad civil, confieren a ésta su legítimo ción en la autoridad de Dios.
significado, esto es, que, frente al Estado, cada ciudadano tiene el [23]. Ninguna forma política puede dejar dé tener en cuenta
derecho de vivir honradamente su propia vida personal en el puesto esta conexión íntima e indisoluble; menos que'ninguna otra, la de-
y en las coadiciones en que los designios y las disposiciones de la mocracia. Por lo tanto, si quien ejerce el poder público no ve esa
Providencia le han colocado.
vinculación, si la olvida más o menos, sacude las mismas bases de
[19]. En contraposición con este cuadro del ideal democrático su propia autoridad. De la misma manera, si no considera suficien-
de libertad y de igualdad en un pueblo gobernado por manos hon- temente esa relación y no ve en su cargo la misión de realizar el
radas y previsoras, ¡qué espectáculo ofrece un Estado democrático orden querido por Dios, surgirá el peligro de que el egoísmo del
abandonado al arbitrio de la masa! La libertad, que es un deber poder o de los intereses prevalezca sobre las exigencias esenciales
moral de la persona, queda transformada en una pretensión tiránica de la moral política y social y que las vanas apariencias de una de -
de dar libre curso a los impulsos y a los apetitos humanos, con daño mocracia de pura forma sirvan con frecuencia de disfraz a cuanto
para los demás. La igualdad degenera en una nivelación mecánica, en realidad hay en ella de menos democrático.
en una uniformidad monocroma; el sentimiento del honor verda- [24]. Solamente la clara visión de los fines señalados por Dios
dero, la actividad personal, el respeto a la tradición, la dignidad, en a toda sociedad humana, unida al sentimiento hondo de los sublimes
una palabra, todo aquello que da a la vida su valor, poco a poco deberes de la acción social, puede colocar a aquellos a quienes ha
se va hundiendo y desaparece. Sólo sobreviven, de una parte, las sido confiado el poder en situación de cumplir sus propias obliga-
víctimas engañadas por el espejismo aparente de una democracia, ciones, tanto en el orden legislativo como en el judicial o ejecutivo,
confundido ingenuamente con el espíritu mismo de la democracia, con aquella conciencia de la propia responsabilidad, con aquella
878 PÍO XII BENICKITAS Et HOMANITAS 879
objetividad, con aquella imparcialidad, con aquella lealtad, con aque- vienen a ocupar su puesto, para hacer de la actividad política el
lla generosidad, con aquella incorruptibilidad sin las cuales un go- campo de lucha de su ambición, una carrera de lucro para sí mis-
bierno democrático difícilmente lograría obtener el respeto, la con- mos, para su casta o para su clase social, mientras la caza de los
fianza y la adhesión de la parte mejor del pueblo. intereses particulares hace perder de vista y pone en peligro el ver-
[25]. El sentimiento profundo de los principios de un orden dadero bien común.
político y social sano y conforme a las normas del derecho y de la
justicia es de una particular importancia en aquellos que, en cual- El absolutismo de Estado
quier forma de régimen democrático, tienen como representantes del
pueblo, total o parcialmente, el poder legislativo. Y como el centro [28 ]. Una sana democracia, fundada sobre los inmutables prin-
de gravedad de una democracia normalmente constituida reside en cipios de la ley natural y de las verdades reveladas, será resuelta-
esta representación popular, de la cual se irradian las corrientes mente contraria a aquella corrupción que "atribuye a la legislación
políticas por todos los sectores de la vida pública—así para el bien del Estado un poder sin freno ni límites, y que hace también del
como para el mal—, la cuestión de la elevación moral, de la aptitud régimen democrático, a pesar de las contrarias, pero vanas aparien-
práctica, de la capacidad intelectual de los diputados en el parla- cias, un puro y simple sistema de absolutismo.
mento, es para todo pueblo organizado democráticamente una cues- [29]. El absolutismo de Estado (que no debe ser confundido,
tión de vida o de muerte, de prosperidad o de decadencia, de salud en cuanto tal, con la monarquía absoluta, de la cual no se trata
o de perpetua enfermedad. aquí) consiste de hecho en el erróneo principio de que la autoridad
[26]. Para realizar una acción fecunda, para conciliar la esti- del Estado es ilimitada y de que frente a ésta—incluso cuando da
mación y la confianza, todo cuerpo legislativo—como lo atestiguan libre curso a sus intenciones despóticas, sobrepasando los límites del
indubitables experiencias—tiene que reunir en su seno una selec- bien y del mal—no se admite apelación alguna a una ley superior
ción de hombres, espiritualmente eminentes y de firme carácter, moralmente obligatoria.
que se consideren como representantes de todo el pueblo y no como [30]. Un hombre penetrado de ideas rectas sobre el Estado y
mandatarios de una muchedumbre, a cuyos particulares intereses se sobre la autoridad y el poder de que está revestido como custodio
sacrifican, desgraciadamente con frecuencia, las verdaderas necesi- del orden social, nunca jamás pensará ofender la majestad de la ley
dades y las verdaderas exigencias del bien común. Una selección positiva dentro del campo de su natural competencia. Pero esta ma-
de hombres que no quede limitada a alguna profesión o condición jestad del derecho positivo humano es inapelable únicamente cuan-
determinadas, sino que sea la imagen de la múltiple vida de todo do ese derecho se conforma—o al menos no se opone—al orden
el pueblo. Una selección de hombres de sólidas convicciones cris- absoluto establecido por el Creador e iluminado con una nueva luz
tianas, de juicio justo y seguro, de sentido práctico y recto, conse- por la revelación del Evangelio. Esa majestad no puede subsistir sino
cuentes consigo mismos en todas las circunstancias; hombres de en la medida que respeta el fundamento sobre el cual se apoya la per-
doctrina clara y sana, de propósitos firmes y rectilíneos; hombres sona humana, así como el Estado y el poder público. Este es el cri-
sobre todo capaces, en virtud de la autoridad que brota de su pura terio fundamental de toda sana forma de gobierno, incluida la de-
mocracia; criterio con el cual ha de juzgarse el valor moral de toda
conciencia y se irradia ampliamente a su alrededor, de,ser guías y
ley particular.
jefes, especialmente en estos tiempos en que las apremiantes nece-
sidades sobreexcitan la impresionabilidad del pueblo y lo hacen más
fácil al desvío y a la perdición; hombres que en los períodos de tran- III. NATURALEZA Y CONDICIONES DE UNA ORGANIZACIÓN EFICAZ
sición, generalmente atormentados y lacerados por las pasiones, por PARA LA PAZ
la discrepancia de opiniones y por la' oposición de programas, se
sientan doblemente obligados a hacer circular por las venas del pue- La unidad del género humano y la sociedad de los pueblos
blo y del Estado, encendidas por mil fiebres, el antídoto espiritual [31 ]. Nos hemos querido, amados hijos e hijas, aprovechar la
de los criterios claros, de la bondad diligente, de la justicia igual- ocasión de la fiesta de Navidad para indicar por qué caminos una
mente favorable a todos, y la tendencia de la voluntad hacia la unión democracia que corresponda a la dignidad humana podrá, en armo-
y la concordia nacional dentro de un espíritu de sincera fraternidad. nía con la ley natural y con los designios de Dios, manifestados
[27]. Los pueblos cuyo temperamento espiritual y moral es por la revelación, llegar a beneficiosos resultados. Nos de hecho sen-
suficientemente sano y fecundo, encuentran en sí mismos y pueden timos profundamente la suma importancia de este problema para el
dar al mundo los heraldos y los instrumentos de la democracia que pacífico progreso de la familia humana; pero al mismo tiempo so-
viven en las disposiciones referidas y saben llevarlas realmente a la mos conscientes de las altas exigencias que esta forma de gobierno
práctica. Pero, por el contrario, donde faltan esos hombres, otros impone a la madurez moral de cada ciudadano; una madurez mo-
880 fío x n BENIGNITAS ET HUMANITAS 881
ral a la cual en vano se podría esperar llegar plena y seguramente profundo del alma, como la imagen de un infierno, cuyas puertas
si la luz de la gruta de Belén no iluminase el sendero obscuro por deberá ardientemente cerrar para siempre todo hombre que alber-
el cual los pueblos se encaminan desde este presente tempestuoso gue en su corazón sentimientos de humanidad.
hasta un porvenir que esperan más sereno.
[32]. Pero ¿hasta qué punto los representantes y los gastado- Formación de un órgano común para el mantenimiento de la paz
res de la democracia estarán dominados en sus deliberaciones por
la convicción de que el orden absoluto de los seres y de los fines, [36]. Las resoluciones hasta ahora conocidas de las comisiones
que Nos hemos recordado tantas veces, incluye también, como exi- internacionales permiten concluir que un punto esencial de todo
gencia moral y como coronamiento del desarrollo social, la unidad futuro arreglo del mundo sería la formación de un órgano para el
del género humano y de la familia de los pueblos? Del reconoci- mantenimiento de la paz, órgano investido de una suprema auto-
miento de este principio depende el porvenir de la paz. Ninguna ridad por consentimiento común, y cuyo oficio debería ser también
reforma mundial, ninguna garantía de paz puede prescindir de este el de sofocar en su raíz cualquier amenaza de agresión aislada o co-
principio sin debilitarse y negarse a sí misma. Si, por el contrario, lectiva. Nadie podría saludar con mayor gozo esta evolución que
esa misma exigencia moral encontrase su realización en una socie- quien desde hace largo tiempo ha defendido el principio de que la
dad de pueblos que supiese evitar los defectos de estructura y las teoría de la guerra, como medio apto y proporcionado para resolver
imperfecciones de las soluciones precedentes, entonces la majestad los conflictos internacionales, está ya sobrepasada. Nadie podría de-
de aquel orden regularía y dominaría por igual las deliberaciones sear a esta común colaboración, que se habrá de realizar con una
de esta sociedad y la aplicación de sus medios de sanción. seriedad de intenciones desconocida hasta ahora, pleno y feliz éxito
[33]- Por este mismo motivo se comprende cómo la autoridad con mayor ardor que quien a conciencia se ha consagrado a conducir
de esa sociedad de pueblos deberá ser verdadera y efectiva sobre la mentalidad cristiana y religiosa a la reprobación de la guerra mo-
los Estados que sean sus miembros, pero de tal forma que cada derna, con sus monstruosos medios de lucha.
uno de ellos conserve un derecho igual a su soberanía relativa. So- [37]. ¡Monstruosos medios de lucha! Sin duda alguna, el pro-
lamente de esta manera el espíritu de una sana democracia podrá greso de los inventos humanos, que debía señalar la realización de
penetrar también en el vasto y espinoso campo de la política ex- un mayor bienestar para toda la humanidad, ha sido dirigido, por
terior. el contrario, a destruir cuanto los siglos habían edificado. Pero, pre-
cisamente por esta inversión, ha aparecido cada vez más evidente la
inmoralidad de la llamada guerra de agresión. Si ahora al reconoci-
Contra la guerra de agresión como solución de las controversias
miento de esta inmoralidad se añade la amenaza de una interven-
internacionales
ción jurídica de las naciones y de un castigo impuesto al agresor
[34]. Un deber, ciertamente, obliga a todos, un deber que no por la sociedad de los Estados, de forma que la guerra se sienta
tolera ningún retardo ni ninguna dilación, ninguna vacilación, nin- siempre bajo la condena de la proscripción, siempre vigilada por una
guna tergiversación: el de hacer todo cuanto es posible para pros- acción preventiva, entonces la humanidad, saliendo de la noche obs-
cribir y desterrar de una vez para siempre la guerra Üe agresión cura en que ha estado durante tanto tiempo sumergida, podrá salu-
como solución legitima de las controversias internacionales y como dar la aurora de una nueva y mejor época de su historia.
instrumento de aspiraciones nacionales. En el pasado se han em-
prendido muchas tentativas con este objeto. Todas han fracasado. Su estatuto debe excluir toda injusta imposición
Y todas fracasarán siempre hasta que la parte más sana del género
humano tenga la firme voluntad, santamente obstinada, como una [38]. Pero con una condición: que la organización de la paz,
obligación de conciencia, de realizar por entero la misión que los a la cual las mutuas garantías y, en caso necesario, las sanciones
tiempos pasados habían iniciado sin suficiente seriedad y resolución. económicas y hasta la intervención armada habrían de dar vigor y
[35 ] . Si en algún tiempo una generación ha debido sentir en estabilidad, no consagre definitivamente injusticia alguna, no su-
el fondo de su conciencia el grito de «¡Guerra a la guerra!», ésa es ponga lesión alguna de un derecho con detrimento de algún pueblo
ciertamente la presente. Después de pasar a través de un océano (ya pertenezca éste al grupo de los vencedores, ya al de los vencidos
de sangre y de lágrimas como tal vez jamás conocieron los tiempos o de los neutrales), no perpetúe imposición alguna o medida de
pasados, la generación presente ha vivido con tal intensidad las in- excepción que puede ser permitida sólo temporalmente como repa-
decibles atrocidades de la guerra, que el recuerdo de tantos horro- ración de los daños de guerra.
res habrá de quedársele impreso en la memoria y hasta en lo más [39]- Q u e algunos pueblos, a cuyos gobiernos—o tal vez tam-
bién en parte a ellos mismos—se atribuye la responsabilidad de la
882 rfo XII
im.NiON'n'AS i:x HUMA.NITAS 883
guerra, tengan que soportar por algún tiempo los rigores de ciertas
medidas de seguridad, hasta que los vínculos de mutua confianza supuestas necesidades militares podían a lo sumo ofrecer un pre-
violentamente rotos sean poco a poco reanudados, es cosa tan gra- texto, nunca jamás una justificación. Pero si esta justicia preten-
vosa como difícilmente evitable. Sin embargo, también estos mis- diese juzgar y castigar, no ya a las personas individuales, sino co-
mos pueblos deberán tener la esperanza bien fundada—en la me- lectivamente a comunidades enteras, ¿quién dejaría de ver en tal
dida de su leal y efectiva colaboración a los esfuerzos para la futura procedimiento una violación de las normas que rigen todo proceso
restauración—de poder ser admitidos en la gran comunidad de las humano ?
naciones, junto con los demás Estados y con la misma considera-
ción y los mismos derechos. Quitarles esa esperanza sería contrario
IV. L A IGLESIA, TUTORÁ DE LA VERDADERA DIGNIDAD Y LIBERTAD
a una previsora prudencia, equivaldría a asumir la grave responsa-
HUMANAS
bilidad de cerrar el camino para una liberación general de todas las
desastrosas consecuencias materiales, morales, políticas, del gigan- [42]. En un tiempo en que los pueblos se encuentran frente
tesco cataclismo que ha sacudido hasta en sus bases más hondas a a deberes cuales tal vez jamás han encontrado en encrucijada alguna
la pobre familia humana, pero que al mismo tiempo le ha señalado
de su historia, los pueblos sienten hervir en sus corazones atormen-
el camino hacia nuevas metas.
tados el deseo impaciente y casi innato de tomar las riendas de su
propio destino con una mayor autonomía que en el pasado, espe-
Las austeras lecciones del dolor rando que de esta suerte les resultará más fácil defenderse contra
las periódicas irrupciones .del espíritu de la violencia, que, cual tor-
[40]. Nos no queremos renunciar a la esperanza de que todos rrente de lava abrasadora, nada perdona de cuanto les es querido
los pueblos que han pasado por la escuela del dolor habrán sabido y sagrado.
aprender sus austeras lecciones. Nos confirman en esta confianza
las palabras de los hombres que han experimentado con mayor in- [43 ]. Gracias a Dios, se pueden juzgar ya pasados los tiempos
tensidad los sufrimientos de la guerra y que han encontrado acen- en los cuales el llamamiento a los principios morales y evangélicos
tos generosos para expresar, junto con la afirmación de las propias para la vida de los Estados y de los pueblos era desdeñosamente
exigencias de seguridad contra toda futura agresión, su respeto a despreciado como pretensión irreal. Los acontecimientos de estos
los derechos vitales de los demás pueblos y su aversión contra toda años de guerra se han encargado de refutar, en la forma más dura
usurpación de los mismos derechos. Sería vano esperar que este que jamás hubiera podido pensarse, a los propagadores de seme-
juicio prudente, dictado por la experiencia de la historia y por un jantes doctrinas. El desdén que éstos manifestaban contra aquel pre-
alto sentido político, sea—mientras los ánimos están todavía incan- tendido irrealismo se ha convertido en una espantosa realidad: bru-
descentes—generalmente admitido por la opinión pública o incluso talidad, injusticia, destrucción, aniquilamiento.
solamente por la mayoría. El odio, la incapacidad de comprenderse [44]. Si el porvenir ha de pertenecer a la democracia, una parte
mutuamente, ha hecho surgir, entre los pueblos que han combatido esencial en su realización deberá corresponder a la religión de Cristo
unos contra otros, una niebla demasiado densa para poder esperar y a la Iglesia, mensajera de la palabra del Redentor y continuadora
que haya llegado ya la hora de que un haz de luz despunte para de su misión salvadora. La Iglesia de hecho enseña y defiende la
iluminar el trágico panorama a los dos lados de la obscura muralla. verdad, comunica las fuerzas sobrenaturales de la gracia, para reali-
Pero sabemos una cosa, y es que llegará un momento, tal vez antes zar el orden establecido por Dios de los seres y de los fines, último
de lo que se piensa, en que unos y otros reconocerán que en defini- fundamento y norma directiva de toda democracia.
tiva no hay más que un camino para salir de la espesa red en la [45]. Con su misma existencia, la Iglesia se levanta frente al
que la lucha y el odio han envuelto al mundo, esto es, el retorno mundo como un faro esplendente que recuerda sin cesar este orden
a una solidaridad demasiado tiempo olvidada, una solidaridad no
divino. Su historia refleja claramente su misión providencial. Las
restringida a estos o a aquellos pueblos, sino universal, fundada en
luchas que, obligada por el abuso de la fuerza, ha tenido que soste-
la íntima conexión de sus destinos y en los derechos que por igual
les corresponden a todos. ner para la defensa de la libertad que ha recibido de Dios, fueron
al mismo tiempo luchas por la verdadera libertad del hombre.
[46]. La Iglesia tiene la misión de anunciar al mundo, ansioso
El castigo de los delitos d e mejores y más perfectas formas de democracia, el mensaje más
alto y más necesario que pueda existir, la dignidad del hombre, la
[41 ]. Nadie, ciertamente, piensa en desarmar la justicia frente vocación a la filiación divina. Es el anuncio potente que desde la
a quienes se hayan aprovechado de la guerra para cometer verda- cuna de Belén resuena en los oídos de los hombres hasta los últimos
deros y probados delitos contra el derecho común, a los cuales las confines de la tierra en un tiempo en que esta dignidad está más
dolorosamente rebajada.
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BENIGNITAS KT HUMANITAS 88f>
[47]. Ei misterio de la Navidad proclama esta inviolable dig-
nidad humana con un vigor y con una autoridad inapelable, que todavía los frutos de esta victoria del activo y magnánimo amor
supera infinitamente a la que podrían alcanzar todas las posibles de- sobre el veneno del egoísmo y de las enemistades.
claraciones de derechos del hombre. Navidad, la gran fiesta del Hijo [53]. A cuantos han participado en esta cruzada de caridad
de Dios aparecido en la carne, la fiesta en la cual el cielo se inclina sírvales de estímulo y de recompensa nuestra bendición apostólica
hacia la tierra con una gracia y benevolencia inefables, es también y el pensamiento de que, en la fiesta del amor, de innumerables
el día en que la cristiandad y la humanidad ante el Pesebre, en la corazones angustiados, pero que no son desagradecidos en medio
contemplación de la benignitas et humanitas Salvatoris nostri Del, de su angustia, asciende al cielo por ellos esta oración de gratitud:
adquieren una conciencia más íntima de la unidad estrecha que Dios Retribuere dignare, Domine, ómnibus nobis bona facientíbus propter
ha establecido entre ellas. La cuna del Salvador del mundo, del Res- nomen tuum, vitara aeternam.
taurador de la dignidad humana en toda su plenitud, es el punto
señalado por la alianza entre todos los hombres de buena voluntad.
Allí es donde a ese pobre mundo, herido por las discordias, divi-
dido por los egoísmos, envenenado por los odios, le será concedida
la luz, restituido el amor, y le será dado que pueda encaminarse, en
cordial armonía, hacia el fin común, para encontrar, finalmente, la
curación de sus heridas en la paz de Cristo.
V. CRUZADA DE CARIDAD
[34]. Las naciones, principalmente las medianas y pequeñas, [39]. Por esto, Nos de todo corazón dirigimos a nuestros hijos
reclaman que se les deje tomar las riendas de su propio destino. Se y a nuestras hijas del universo entero una calurosa invitación a la
les puede inducir a que, con plena aquiescencia, en interés del pro- plegaria: que ésta llegue a los oídos de cuantos reconocen en Dios
greso común, contraigan vínculos que modifiquen sus derechos el Padre amantísimo de todos los hombres creados a su imagen
soberanos. Pero después de haber contribuido con su parte, con su y semejanza, de cuantos saben que en el pecho de Cristo late un
larga parte, de sacrificios para destruir el sistema de la violencia corazón divino rico en misericordia, fuente profunda e inagotable
brutal, tienen derecho a no aceptar que se les imponga un nuevo de todo bien y de todo amor, de toda paz y de toda reconciliación.
sistema político o cultural que la gran mayoría de sus poblaciones [40]. Como no hace mucho avisábamos, el camino desde la
resueltamente rechaza. tregua de las armas a la paz verdadera y sincera será difícil y largo,
[3S]- Piensan, y con razón, que la obligación principal de los demasiado largo para las ansiosas aspiraciones de una humanidad
organizadores de la paz es la de acabar con el juego criminal de la hambrienta de orden y de calma. Pero es inevitable que sea así. Y tal
guerra y la de tutelar los derechos vitales y los deberes recíprocos vez es incluso mejor. Hay que dejar que se apacigüe primero la
entre grandes y pequeños, poderosos y débiles. tempestad de las pasiones sobreexcitadas: motos praestat componere
[36]. En el fondo de su conciencia, los pueblos comprenden fluctus n . Es necesario que el odio, la desconfianza, los incentivos
que sus gobernantes quedarían desacreditados si al loco delirio de de un nacionalismo extremo, cedan el puesto a la concepción de pru-
una hegemonía de la fuerza no sucediese la victoria del derecho. dentes consejos, al germinar de planes pacíficos, a la serenidad del
El pensamiento de una nueva organización de la paz ha surgido cambio de impresiones y a la mutua comprensión fraterna 12.
—nadie podría ponerlo en duda—de la más recta y leal voluntad. [41 ]. Dígnese el Espíritu Santo, luz de las inteligencias, dulce
Toda la humanidad sigue con ansia el desarrollo de tan noble em- Señor de los corazones, oír las plegarias de su Iglesia y guiar en su di-
presa. ¡Qué amarga desilusión sería si llegase a fallar, si resultasen fícil tarea a quienes, conforme a su elevada misión, se esfuerzan sin-
vanos tantos años de sufrimientos y de renuncias, dejando triunfar ceramente, a pesar de los obstáculos y de las contradicciones, por
nuevamente aquel espíritu de opresión, del que el mundo espera, llegar al fin tan umversalmente, tan ardientemente deseado: la paz,
finalmente, verse libre para siempre! ¡Pobre mundo, al que se po- la verdadera paz digna de este nombre. Una paz fundada y confir-
dría entonces aplicar la palabra de Jesús: que su nueva condición mada sobre la sinceridad y la lealtad, sobre la justicia y la realidad;
ha venido a ser peor que la antigua, de la que con tanta dificultad una paz de leal y resuelto esfuerzo por vencer o prevenir aquellas
había salido! 1 0 condiciones económicas y sociales que, como en el pasado, podrían
[37]. Las condiciones políticas y sociales nos ponen en los la- fácilmente también en el futuro llevar a nuevos conflictos armados;
bios estas palabras de aviso. Desgraciadamente hemos tenido que una paz que pueda ser aprobada por todas las almas rectas de cual-
deplorar en más de una región muertes de sacerdotes, deportacio- quier pueblo y de cualquier nación; una paz que las generaciones
nes de personas civiles, matanzas de ciudadanos sin proceso o por futuras puedan considerar con gratitud como el fruto feliz de un
venganza privada; ni son menos tristes las noticias que nos han tiempo desgraciado; una paz que señale en los siglos un cambio
llegado de Eslovenia y de Croacia. definitivo de dirección en la afirmación de la dignidad humana y del
[38]. Pero no queremos perder el ánimo.. Los discursos que orden en la libertad; una paz que sea como la magna charta que ha
durante estas últimas semanas han pronunciado hombres compe- clausurado la era obscura de la violencia; una paz que, bajo la guía
tentes y responsables dejan entender que tienen puesta la mirada misericordiosa de Dios, nos haga pasar a través de la prosperidad
en el triunfo del derecho, no sólo como fin político, sino también temporal de manera que no perdamos la felicidad eterna ] 3.
y más todavía como deber moral. [42], Pero, antes de conseguir esta paz, es también verdad
que millones de hombres, en el hogar doméstico o en la guerra, en
ve las fatales consecuencias d e u n error semejante? Lleva inevitablemente al gobierno des-
pótico de uno o d e pocos q u e sin piedad ni conciencia h a n sido capaces de apoderarse del las prisiones o en el destierro, deben gustar aún la amargura del
influjo y bloquear los canales naturales de la vida nacional de u n pueblo. L a verdadera liber- cáliz. ¡Cuánto anhelamos Nos ver el fin de sus sufrimientos y de sus
tad queda estancada y muere. M á s todavía, este intento d e p o d e r absoluto irresponsable para
el Estado deja a merced del m i s m o despotismo arbitrario la estabilidad d e las relaciones in- angustias, la realización de sus deseos! También por ellos, por toda
ternacionales, y los fundamentos d e toda paz d u r a d e r a son destruidos.
Nadie se admire, por tanto, d e q u e muchos hombres d e recto sentido vivan ansiosos res- la humanidad, que con ellos y en ellos sufre, se alce al Omnipotente
pecto del futuro y d e q u e las grandes esperanzas d e muchos pueblos del m u n d o comiencen nuestra humilde y ardiente oración.
a decaer. Es deber d e los dirigentes del pensamiento político y del G o b i e r n o sostener e n todas
las naciones a estos pueblos, alentarlos e n sus esfuerzos por salir de las ruinas d e u n des- 11
graciado pasado a una vida nacional nueva, mejor, m á s estable; sobre todo hacerles ver claro, V I R G I L I O , Eneida 1,135.
12
incluso a las minorías nacionales, que gozarán d e u n a completa y genuina libertad e n lo q u e Véase la carta dirigida a M r . Charles Flory, presidente de la Comisión directiva de
para ellos es m á s q u e r i d o : su vida religiosa y cultural» (del discurso al director general de las Semanas Sociales d e Francia, 10 d e julio de 1946, sobre Nación y nacionalizaciones: A A S 38
la U N R R A , 8 de julio de 1945: D E R 7,117-118). (1046)315-318.
ID Cf. Le. 11,24-26. 1 3 Cf- oración del domingo tercero después de Pentecostés,
S96 PÍO X I I
haber enseñado a todos que la política orientada hacia las eternas ver- Presupuestos fundamentales de una paz verdadera y durable:
dades y las leyes de Dios es la más real y concreta ds las políticas. Los 1. Es necesaria la colaboración de todos los pueblos. Las resolu-
pueblos realistas que piensan de.otra manera, no crean más que ruinas» 2 . ciones políticas y económicas deben tomarse con las debidas garantías
*• y deben estar orientadas al bien común de todas las naciones. La ver-
dadera garantía en este orden es la fuerza interior de los espíritus y
SUMARIO la tutela de los valores permanentes del hombre.
2. Es ilícito deformar a sabiendas la opinión pública. La gran
I. Por vez primera durante este pontificado, la humanidad celebra la Na- mayoría está formada por los hombres sanos de cada pueblo. No debe
vidad sin las estridencias del conflicto mundial. No se trata de la paz, exponerse el bienestar de la familia al juego peligroso de los conflictos
sino sólo de una posguerra. Esta Navidad es, por tanto, todavía una y de la política de ¡a fuerza conducida por los totalitarismos de cual-
Navidad de expectación y esperanza. quier clase.
II. Características del próximo consistorio. En cuanto al número de los 3. Hay que acabar con el totalitarismo, que es, por su misma
futuros cardenales, el Sacro Colegio vendrá a quedar completo. En esencia, contrario a la dignidad y al bienestar del género humano. El
cuanto a las naciones a las que aquéllos pertenecen, queda represan- señor del mundo no es el Estado ni son los grupos de intereses, sino
tado en el próximo consistorio el mayor número posible de razas y el hombre en medio de la familia y del trabajo. El totalitarismo es
lenguas. Roma aparecerá así como la ciudad Caput mundi. incompatible con una verdadera y sana democracia y representa un
continuo peligro de guerra.
III. La Iglesia católica es supranacional por su misma esencia. Doble sen-
tido de esta supranacionalidad. La Iglesia es madre de todos los pueblos; 4. Frente a este estado de cosas sólo queda una solución: el re-
por tanto, pertenece a todos por igual y no es ni puede ser extranjera torno a Dios y al orden establecido por Dios. El totalitarismo es el
en lugar alguno. La raíz de esta supranacionalidad es la indivisibilidad heredero de los sistemas negadores del pensamiento cristiano. Hay
y universalidad de la Iglesia. que volver a un verdadero cristianismo en el Estado y entre los Estados
La Iglesia es indivisible, porque constituye una totalidad con Cris- V. Triste situación de los prisioneros de guerra, todavía no devueltos a su
to: Cristo es cabeza del cuerpo místico, que es la Iglesia. Los ataques patria e incluso sometidos a humillantes vejaciones. Es de desear que
enemigos no pueden lograr destruir la indivisible integridad de aqué- pronto regresen a sus hogares, así como también los detenidos políti-
lla, que es una fuente permanente de unificación social. Por esto, todo cos, cuyo único delito han sido sus pasadas opiniones políticas.
intento de nacionalizar a la Iglesia constituye un sacrilego aten-
tado contra Dios y contra la humanidad. El individualismo liberal
ha querido crear una unidad desligada de la Iglesia. El totalitarismo Navidad de expectación y de plegaria
se ha encargado de acabar la obra de aquél. El resultado ha sido la [1 ]. E n los'últimos seis años. 1 , t o d o s nosotros, venerables h e r -
tumba de la libertad humana y la barbarie puesta al frente de la vida
nacional e internacional. • m a n o s y a m a d o s hijos, h e m o s tenido q u e saborear, en esta vigilia de
Hoy más que nunca, la Iglesia tiene que ser supranacional. Lo la N a v i d a d del Señor, el amargo contraste e n t r e los sentimientos
que interesa es penetrarse del espíritu de esta supranacionalidad y de santa alegría, de íntima y fraterna u n i ó n en el servicio del Señor,
obrar de acuerdo con este espíritu. q u e la amable fiesta navideña infunde en las almas, y los tristes r e n -
La Iglesia es, además, supranacional por su esencial universalidad. cores y las ansias de venganza i m p e r a n t e s en el m u n d o ; e n t r e los
Pertenece a todas las naciones y a todos los pueblos de derecho y de suaves acentos del Gloria in excelsis Deo et in térra pax homini-
hecho. Como un faro potente, proyecta su haz de luz en esta oscura bus y las voces'discordantes de odio e n los fragores de u n a guerra
época nuestra. fratricida; e n t r e la dulce claridad de Belén y el siniestro resplandor
IV. La obra de la paz. Se han iniciado los preparativos para el ordenamien- d e los i n c e n d i o s ; entre el suave esplendor irradiante del rostro d e l ,
to de la paz mundial. Empresa vasta y compleja. Grave responsabilidad divino N i ñ o y la marca de Caín, q u e quedará todavía por m u c h o
de los dirigentes. t i e m p o grabada sobre la frente d e nuestro siglo.
2
Pueden consultarse, como interpretación auténtica de este discurso y del citado, [ 2 ] . P o r esto, ¡ q u é suspiro de alivio salió de todos nuestros p e -
algunos documentos posteriores del Papa: discurso de 25 de febrero de 1946 al Cuerpo di- chos al saber q u e el sangriento conflicto había terminado, p r i m e r o
plomático acreditado cerca de la Santa Sede, con motivo de la reciente creación de cardena-
les: AAS 38 (1946) 152-155; discurso de 16 de marzo de 1946 a los párrocos y predicadores en E u r o p a , después en Asia! ¡ C u á n t a s súplicas fervorosas habían
de la Cuaresma en Roma, sobre la predicación y la vida pública: AAS 38 (1946) 182-189; subido en aquellos largos años de luchas hasta el trono del Altísimo
la epístola al obispo de Vich con motivo del centenario de Balmes, 7 de marzo de 1949:
AAS 41 (1949) 356-357; el discurso de 25 de septiembre de 1949 sobre Humanismo y ciencia para q u e abreviase los días de aflicción y detuviese la m a n o d e los
política, a ios participantes en el Congreso Internacional de Estudios Humanísticos: DER ángeles q u e llevan la copa de la ira de Dios por los pecados del m u n -
11,217-218; la alocución de 27 de octubre de 1949 a una Comisión del Senado de los Estados
Unidos sobre los ideales cristianos para la comunidad humana: DER 11,247, y la carta de 6 de d o ! A h o r a , p o r vez primera, la familia h u m a n a celebrará d e n u e v o ,
agosto de 1950 a los participantes en el XXI Congreso Internacional de Fax Romana, cele- p o r misericordia divina, u n a fiesta navideña, en la cual los terrores
brado en Amsterdam: AAS 42 (1950) 635-637. Véanse también la carta de Mons. Montini,
secretario de Estado, al obispo de Bérgamo, presidente de la XXII Semana Social Italiana de la guerra en la tierra, en el m a r y, sobre t o d o , en el aire, n o Ue-
sobre la intervención de los católicos en la resolución de los problemas internacionales:
E 8 (1948) 2,398, y la declaración colectiva de ía Asamblea plenaria del episcopado francés 1
Pío XII, sermón en la vigilia de Navidad a los cardenales, obispos y prelados de la Cu.
de 26-28 de abril de 1954, sobre La Iglesia en el mundo moderno: E 14 (1954) 1,508-572. ria romana, 24 de diciembre de 1945: AAS 38 (1946) 12-25. Texto original en italiano.
Sií
902 '•«'
NEGLI ÜXTIMI 903
narán ya tantos corazones con un temor y con una angustia mor-
tal. ¡Por este cambio de cosas, demos todos humildemente gracias no habrían estado obligados por tales disposiciones si hubieran
al Señor omnipotente! » juzgado oportuno auéientarlo o disminuirlo; sin embargo, no consta
[3 ]. ¿La paz de la tierra? ¿La verdadera paz? ¡No, sino sola- que jamás alguno haya derogado aquella constitución, la cual ha
mente la «posguerra», expresión dolorosa e incluso demasiado sig- tenido una explícita confirmación en el canon 231 del Código de
nificativa! ¡Cuánto tiempo, será necesario para curar el malestar Derecho canónico. El pleno del Sacro Colegio con setenta cardenales
moral y material, cuántos esfuerzos para cicatrizar tantas llagas! ha sido bastante frecuente en los siglos XVII y XVIII; no se encuen-
Ayer se sembraran sobre territorios inmensos las destrucciones, las tra, en cambio, jamás en el siglo XIX ni hasta hoy en el siglo XX.
calamidades, las miserias, y hoy, cuando se trata de reconstruir, los Para citar un solo ejemplo, recordaremos el consistorio secreto de
hombres apenas si comienzan a darse cuenta de cuánta perspicacia 17 de mayo de 1706, en el cual Clemente XI quiso crear tantos car-
y previsión, de cuánta rectitud y buena voluntad son necesarias denales, o sea veinte, cuantos faltaban para completar el número
para reconducir el mundo desde las devastaciones y desde las rui- de setenta: creare intendimus eos omnes, nempe viginti, qui ad septua-
nas físicas y espirituales al derecho, al orden y a la paz. genarium vestrum numerum complendum in praesens desunt, cardena-
les: [«queremos crear todos los cardenales, es decir, veinte, que faltan
[4 ]. Por esto también esta Navidad continúa siendo un tiempo actualmente para completar el número de setenta en vuestro cole-
de expectación, de esperanza y de oración al Hijo de Dios heého gio»] 4 ; y más todavía, habiendo uno de los recién nombrados, Ga-
hombre para que El, que es el Rex pacificus..., cuius vultum deside- briel Fiíippucci, renunciado a tan eminente dignidad, Clemente XI,
rat universa térra 2 , done al mundo su paz. en el siguiente consistorio de 7 de junio del mismo año, al mismo
tiempo que aceptaba aquella renuncia, nombró inmediatamente para
[I]. E L PRÓXIMO CONSISTORIO.—-SUS CARACTERÍSTICAS el puesto vacante a Miguel Ángel Conti, que fué después su inme-
diato sucesor con el nombre de Inocencio XIII 5 . Nos hemos que-
[5 ]. Como ya ha sido anunciado, por primera vez desde que rido volver a aquella antigua costumbre, la cual, mientras completa
el Señor, no obstante nuestra indignidad, quiso elevarnos al supre- el número de miembros del Sacro Colegio, respeta al mismo tiempo
mo pontificado, procederemos, si Dios quiere, a la creación de nue- el límite señalado por Sixto V. Sentimos que la observancia de este
vos miembros del Sacro Colegio. En nuestro discurso de Navidad límite nos haya impedido incluir en esta nuestra primera creación
del año pasado aludimos a las graves y múltiples dificultades que a no pocos otros prelados y religiosos, especialmente de la Curia
frecuentemente hasta entonces nos habían impedidlo proveer las no y del clero romano, los cuales, sobre todo por los prolongados ser-
pocas vacantes dolorosamente producidas en la Curia romana. ¡ Cuan vicios hechos a la Santa Sede, habrían sido muy dignos de esta
agradable será, por tanto, para Nos vernos muy pronto aquí rodea- elevación.
dos por un número tan considerable de nuevos cardenales, los cua- [7]. Nos ha parecido más conveniente no sobrepasar aquel
les por sus insignes virtudes y por sus señalados méritos nos han límite, porque jamás fué creado un número tan grande de nuevos
parecido particularmente dignos de ser elevados a la sagrada púr- cardenales, a saber, treinta y dos, en un mismo consistorio. Las dos
pura! El excepcional acontecimiento merece, en nuestra opinión, mayores creaciones tuvieron lugar hasta ahora en tiempo de los pa-
ser comentado con algunas especiales consideraciones. pas León X y Pío VII, los cuales en un solo consistorio crearon
treinta y un cardenales; es decir, León X, el cual, mientras en el
, a) En cuanto al número de los futuros cardenales consistorio de 26 de junio de 1517 había manifestado su propósito
de nombrar veintisiete cardenales, en el siguiente, 1 de julio del
[6]. Observaremos ante todo que, con esta promoción, el Sa- mismo año, creó treinta y u n o 6 ; y,Pío VII, quien, después de su
cro Colegio vendrá a estar completo. Es sabido que nuestro prede- regreso a Roma, habiendo dirigido sus preocupaciones al Sacro
cesor, de feliz memoria, Sixto V, con su constitución Postquam verus, Colegio, muy disminuido en número por los acerbísimos aconte-
del 3 de diciembre de 1586, después de haber indicado cómo en cimientos de aquel tiempo, en el consistorio secreto de 8 de marzo
los tiempos antiguos habla sido demasiado restringido el Sacro Co- de 1816 creó igualmente treinta y un cardenales, de los cuales, sin
legio, y en los más recientes, por el contrario, demasiado numeroso, embargo, veintiuno fueron publicados y diez reservados in pectore 7.
fijó en setenta el número de los cardenales, a semejanza de los se- 4
CLEMENTE XI, Orationes consistoriales p.32 (Roma 1722).
tenta ancianos de Israel 3 , prohibiendo con severísimas cláusulas ' O.c, p.38.
«7 Arch. Consist. Acta Vicecancell. 2, fol.30 y 40.
que por ningún motivo, por urgentísimo que fuera, se sobrepasara Gí". Pn VII, allocutio habita in Consist. Secr., 8 de marzo de 1816.
aquel número. Sin duda los Romanos Pontífices sucesores de aquél
2
Antífona 1.a en las primeras vísperas de la Natividad del Señor.
3 Cf. Ex. 24,i.Q.
90-i PÍO X I I
XEGI.I UI.T1MI !)0,'«
b) En cuanto a las naciones a las que pertenecen diñe Ecclesiae, en aquella plenitud de vida de la Iglesia, que une
todas las tierras y todos los tiempos de la humanidad redimida sin
[8]. Otra característica de esta creación será la variedad de excepción.
naciones a las que pertenecen los futuros cardenales, porque hemos [11]. Sólidamente establecida con tan profunda raíz, la Igle-
querido que estén en ella representados el mayor número posible sia, puesta como está en medio de toda la historia del género huma-
de razas y de pueblos, y que sean una imagen viva de la universali- no, en el campo agitado y revuelto de energías divergentes y de
dad de la Iglesia. De esta manera, así como en los años transcurridos contrarias tendencias, aunque expuesta a todos los asaltos dirigidos
de nuestro pontificado hemos visto confluir en la Ciudad Eterna, contra su indivisible integridad, está tan lejos de ser sacudida por
a pesar de la guerra, e incluso como consecuencia de la guerra, ellos, que de su propia vida de totalidad y de unidad irradia y di-
hombres de todas las naciones y de las más lejanas regiones, así funde siempre nuevas fuerzas sanantes y unificadoras en la huma-
también tendremos ahora, terminado el conflicto mundial, el con- nidad desgarrada y dividida, fuerzas de unificante gracia divina,
suelo—si el Señor lo quiere—de ver afluir en torno a Nos a los fuerzas del Espíritu unificador, de las que todos están hambrientos;
nuevos miembros del Sacro Colegio provenientes de las cinco partes verdades que siempre por todas partes valen, ideales que siempre
del mundo. Roma aparecerá de este modo verdaderamente como y por todas partes arden.
la Ciudad Eterna, la Ciudad universal, la Ciudad Caput mundi, la
Urbs por excelencia, la Ciudad de la que todos son ciudadanos, la [12]. De lo cual se concluye que era y es un sacrilego atentado
Ciudad sede del Vicario de Cristo, a la cijal se dirigen las miradas contra el totus Christus, Cristo en su integridad, y, al mismo tiempo,
de todo el mundo católico; no por ello quedará rebajada Italia, un golpe nefasto contra la unidad del género humano, siempre que
tierra bendita que acoge en su seno a esta Roma; antes brillará a se ha intentado o se intenta hacer a la Iglesia como prisionera o
los ojos de todos los pueblos como participante de esta grandeza esclava de este o de aquel pueblo particular, confinarla en los an-
y de esta universalidad. gostos límites de una nación o también quitarla de en medio. Ese
desmembramiento de la integridad de la Iglesia ha disminuido o
disminuye—tanto más cuanto más se prolonga—el bien de su real y
[II]. L A SUPRANACIONALIDAD DE LA IGLESIA plena vida, en los pueblos que son víctimas de él.
[9]. La Iglesia católica, cuyo centro es la Urbe, es suprana- [13]. Pero el individualismo nacional y estatal de los últimos
cional por su misma esencia. Esto tiene un doble sentido, uno ne- siglos no ha pretendido solamente vulnerar la integridad de la Igle-
sia, debilitar y obstaculizar sus fuerzas unidoras y unificantes, fuer-
gativo y uno positivo. La Iglesia es madre, Sancta Mater Ecclesia,
zas que, sin embargo, tuvieron en un tiempo una parte esencial en
una verdadera madre, la madre de todas las naciones y de todos los
la formación de la unidad del Occidente europeo. Un viejo libera-
pueblos, no menos que de todos y cada uno de los hombres, y pre- lismo quiso crear, sin la Iglesia y contra la Iglesia, la unidad me-
cisamente porque es madre, no pertenece ni puede pertenecer ex- diante la cultura laica y un humanismo secularizado. Aquí y allá,
clusivamente a este o a aquel pueblo, y tampoco a un pueblo más como fruto de su acción disolvente y, al mismo tiempo, como ene-
y a otros pueblos menos, sino a todos igualmente. Es madre, y, por migo suyo, le sucedió el totalitarismo. En una palabra, ¿cuál ha sido
consiguiente, no es ni puede ser extranjera en lugar alguno; vive, después de poco más de un siglo el resultado de todos aquellos
o al menos por su naturaleza debe vivir, en todos los pueblos. Ade- esfuerzos sin la Iglesia y frecuentemente contra la Iglesia? La tum-
más, mientras la madre, con su esposo y sus hijos, forma una fami- ba de la sana libertad humana; las organizaciones impuestas; un
lia, la Iglesia, en virtud de una unión incomparablemente más es- mundo que por la brutalidad y la barbarie, por las destrucciones y
trecha, constituye, más y mejor que una familia, el cuerpo místico las ruinas, pero, sobre todo, por la funesta desunión y por la falta
de Cristo. La Iglesia es, por tanto, supranacional, porque es un de seguridad, no había conocido igual.
todo indivisible y universal.
[14]. En un tiempo turbado, como es todavía el nuestro, la
Iglesia, por su bien propio y por el bien de la humanidad, debe
La indivisible unidad de la Iglesia hacer todo lo posible para hacer valer su indivisa e indivisible inte-
gridad. Hoy la Iglesia tiene que ser más supranacional que nunca.
[10]. La Iglesia es un todo indivisible, porque Cristo, con su Este espíritu debe penetrar e invadir a su Cabeza visible, al Sacro
Iglesia, es indiviso e indivisible. Cristo, como Cabeza de la Iglesia, Colegio, toda la actividad de la Santa Sede, sobre la cual especial-
es, usando un profundo pensamiento de San Agustín 8 , totus Chris- mente ahora gravitan importantes deberes referentes no sólo al pre-
tus, Cristo entero. Esta totalidad de Cristo, según el santo Doctor, sente, sino todavía más al futuro.
significa la indivisible unidad de la Cabeza y del cuerpo in plenitu-
s
[15]. Se trata aquí, principalmente, de un hecho del espíritu,
SAN AGUSTÍN, Sertn, 3.41,1: P L 39,1493, de tener ,el sentido justo de esta supranacionalidad, y no de medirla
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o determinarla según proporciones matemáticas o sobre bases esta- lo que es genuinamente humano y lo eleva a fuente de energía so-
dísticas rigurosas acerca de la nacionalidad de cada una de las per- brenatural dondequiera y como quiera que lo encuentre.
sonas. En los largos períodos de tiempo en que, por disposición de
la Providencia, la nación italiana, más que otras, ha dado a la Igle- [19]. Se cumple así cada vez más en la Iglesia de hoy lo que
sia su Cabeza y muchos colaboradores al gobierno central de la San Agustín elogiaba en su Ciudad de Dios. La Iglesia, escribía,
Santa Sede, la Iglesia en su conjunto ha conservado siempre intacto «llama de entre' todas las gentes a sus ciudadanos, y en todas las
su carácter supranacional. Más aún, no pocas circunstancias han lenguas reúne su comunidad peregrina en la tierra; no se preocupa
contribuido, precisamente por este camino, a preservarlo de peli- de lo que es diverso en las costumbres, en las leyes, en las institu-
gros que de otra manera habrían podido hacerse más sensibles. Pién- ' ciones; no rescinde ni destruye nada de esto, sino que más bien lo
sese, por citar un ejemplo, en las luchas por la hegemonía de los conserva y lo continúa. Incluso todo aquello que es diverso en las
Estados nacionales europeos y de las grandes dinastías durante los diversas naciones, es dirigido, sin embargo, al único y mismo fin
siglos pasados. de la paz terrena si no impide la religión del único v verdadero
Dios» 9.
[16]. Incluso después de la conciliación entre la Iglesia y el
Estado mediante los pactos de Letrán, el clero italiano, en su con- [20]. Como un faro potente, la Iglesia, con su universal inte-
junto, sin ningún perjuicio para el natural y legítimo amor de la gridad, proyecta su haz de luz en estos días obscuros que estamos
patria, ha continuado siendo un fiel apoyo y un defensor de la su- pasando. No menos tenebrosos eran aquellos en los que el gran
pranacionalidad de la Iglesia. Nos deseamos y rogamos que así per- Doctor de Hipona veía que aquel mundo que él amaba tanto co-
manezca, especialmente el clero joven, en Italia y en todo el mundo menzaba a sumergirse. Aquella luz le consolaba entonces, y en su
católico; de todos modos, las delicadas circunstancias presentes exi- claridad saludaba, como en una visión profética, la nueva aurora de
gen un particular cuidado y tutela de aquella supranacionalidad e un día más bello. Su amor a la Iglesia, que no era otro que su amor
indivisible unidad de la Iglesia. a Cristo, fué su consuelo y su felicidad. ¡Ojalá que todos cuantos
hoy, en los dolores y en los peligros de su patria, sufren penas se-
mejantes a las de Agustín, puedan, como él, encontrar alivio y auxi-
La universalidad de la Iglesia lio en el amor de la Iglesia, de esta casa universal que, según la pro-
mesa divina, permanecerá hasta el final de los tiempos!
[17]. Supranacional porque abraza con un mismo amor [21]. Por nuestra parte, Nos ansiamos hacer esta misma casa
a todas las naciones y a todos los pueblos, la Iglesia es también su- cada vez más sólida, cada vez más habitable para todos sin excep-
pranacional, como hemos ya señalado, porque en ningún lugar es ción. Por esto nada queremos omitir que pueda expresar visible-
extranjera. Vive y se desarrolla en todos los países del mundo, y mente la supranacionalidad de la Iglesia como señal de su amor a
todos los países del mundo contribuyen a su vida y a su desarrollo. Cristo, a quien ve y a quien sirve con la riqueza de sus miembros
En un tiempo, la vida eclesiástica, en cuanto es visible, se desarro- esparcidos por el mundo entero.
llaba vigorosa preferentemente en los países de la vieja Europa, de
donde se difundía, como río majestuoso, a la que podría llamarse
la periferia del mundo; hoy aparece, por el contrario, como un in- [III]. LA OBRA DE LA PAZ
tercambio de vida y de energías entre todos los miembros del Cuer-
po místico de Cristo sobre la tierra. No pocas regiones en otros [22]. En esta hora, en que celebramos el nacimiento de Aquel
continentes han sobrepasado desde hace mucho tiempo el período que vino para reconciliar a los hombres con Dios y entre sí mismos,
de la forma misionera de su organización eclesiástica, son regidas Ños no podemos dejar de decir una palabra sobre la obra de la paz
ya por una jerarquía propia y dan a toda la Iglesia bienes espiritua- que las clases directoras en el Estado, en la política y en la economía
les y materiales, mientras que antes solamente los recibían. lian comenzado a edificar.
[18]. ¿No se revela acaso en este progreso y enriquecimiento [23]. Con una riqueza tal vez desconocida hasta ahora, de ex-
de vida sobrenatural, e incluso natural, de la humanidad, el verda- periencia, de buena voluntad, de prudencia política y de potencia
dero sentido de la supranacionalidad de la Iglesia? La Iglesia no está organizadora, se han comenzado ya los preparativos para el ordena-
a causa de esta supranacionalidad, como suspendida en una inac- miento de la paz mundial. Jamás, tal vez, desde que el mundo es
cesible e intangible lejanía, por encima de las naciones, sino que, mundo, los regidores de la vida política se han encontrado ante una
así como Cristo estuvo en medio de los hombres, así también la empresa tan vasta y compleja por el número, la grandeza y la difi-
Iglesia, en la cual continúa El viviendo, se halla en medio de los cultad de las cuestiones que han de resolver, ni tan grave por sus
pueblos. Así cerno el Hijo de Dios asumió una verdadera natura- efectos en amplitud y en profundidad, para el bien o para el mal,
leza humana, asi también la Iglesia toma en sí la plenitud de todo 5
SAN AGUSTÍN, De civitate Dei XIX 17: PL 41,646.
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KEGLI ULTIMI 909
como la empresa de devolver hoy a la humanidad—después de tres
decenios de guerras mundiales, de catástrofes económicas y de un madres de familia honrados, que querrían proteger y defender el
desmesurado empobrecimiento—orden, paz y prosperidad. Muy alta, porvenir de sus propios hijos contra las pretensiones de toda polí-
formidable es la responsabilidad de quienes se aprestan a realizar tica de pura fuerza, contra las arbitrariedades del totalitarismo del
una obra tan gigantesca. Estado fuerte.
[24]. No es nuestra intención entrar en el examen de las solu- [27]. 3 . 0 ¡La fuerza del Estado totalitario! ¡Cruel y sangrien-
ciones prácticas que ellos podrán dar a problemas tan difíciles; juz- ta ironía! Toda la superficie del globo enrojecida por la sangre de-
gamos, sin embargo, propio de nuestro oficio, como continuación rramada en estos años terribles proclama altamente la tiranía de
de nuestros precedentes mensajes navideños durante la guerra, se- este Estado.
ñalar los presupuestos fundamentales de una verdadera y durable [28 ]. El edificio de la paz reposaría sobre una base lábil y ame-
paz; lo cual reduciremos a tres breves consideraciones: nazada siempre si no se pusiera fin a este totalitarismo, el cual re-
duce al hombre a no ser más que una ficha en el juego político,
Tres presupuestos fundamentales de una paz verdadera y durable un número en los cálculos económicos. Con un simple plumazo
cambia los límites de los Estados; con una decisión perentoria subs-
[25]. i.° La hora presente exige imperiosamente la colabo- trae la economía de un pueblo, que, sin embargo, es siempre una
ración, la buena voluntad, la recíproca confianza de todos los pue- parte de tdda la vida nacional, a sus naturales posibilidades; con
blos. Los motivos de odio, de venganza, de rivalidad, de antagonis- una mal disimulada crueldad arroja también a millones de hom-
mo, de desleal y deshonrosa competencia, deben quedar alejados bres, a centenares de millares de familias, y las desarraiga y las
de los debates y de las resoluciones políticas y económicas. ¿Quién arranca de una civilización y de una cultura en cuya formación ha-
puede decir—añadiremos con la Sagrada Escritura—: Tengo la con- bían trabajado generaciones enteras. Pone, además, arbitrarios lími-
ciencia limpia, estoy puro de culpa? Doble peso y doble medida, ambos tes a la necesidad y al derecho de emigración y al deseo de coloni-
son abominables ante Dios 1 °. Por tanto, quien exige la expiación de zación. Todo lo cual constituye un sistema contrario a la dignidad
las culpas con el justo castigo de los criminales por razón de los y al bien del género humano. Y, sin embargo, según la ordenación
delitos de éstos, debe tener sumo cuidado en no hacer él mismo lo divina, no es la voluntad y el poder de fortuitos y mudables grupos
que reprueba a los demás como culpa o delito. Quien quiere repa- de intereses, sino el hombre, en medio de la familia y de la sociedad
raciones, debe exigirlas sobre la base del orden moral, del respeto con su trabajo, el señor del mundo. De esta manera, el totalitarismo
a aquellos inviolables derechos de la naturaleza, que permanecen fracasa en lo que es la única medida del progreso, es decir, en el
aun en aquellos que se han rendido incondicionalmente al vencedor. crear condiciones públicas siempre mayores y mejores, para que la
Quien pide seguridad para el futuro, no debe olvidar que la única familia pueda existir y desarrollarse como una unidad económica,
verdadera garantía consiste en la propia fuerza interior, es decir, jurídica, moral y religiosa. .
en la tutela de la familia, de los hijos, del trabajo; en el amor fraterno,
[29]. En los confines de cada nación particular como en el
en la supresión de todo odio, de toda persecución injusta o vejación
seno de la gran familia de los pueblos, el totalitarismovdel Estado
de honrados ciudadanos; en la leal concordia entre Estado y Estado,
entre pueblo y pueblo. fuerte es incompatible con una verdadera y sana democracia. Como
un peligroso bacilo, envenena la comunidad de las naciones y la
[26]. 2. 0 Para este fin es necesario que en todas partes se incapacita para garantizar la seguridad de cada uno de los pueblos.
renuncie a crear artificiosamente, con el poder del dinero, de una Representa un continuo peligro de guerra. La futura obra - de la
arbitraria censura, de juicios unilaterales, de falsas afirmaciones, una paz quiere desterrar del mundo todo uso agresivo de la fuerza, toda
llamada opinión pública que mueve el pensamiento y la voluntad guerra ofensiva. ¿Quién podría no saludar de corazón tal propósito,
de los electores como cañas agitadas por el viento. Dése el debido y especialmente su eficaz realización? Pero, si esto ha de ser algo
valor a la verdadera y gran mayoría, formada por todos aquellos que más que un magnífico gesto, es necesario excluir toda opresión y
honrada y tranquilamente viven de su trabajo en medio de sus fa- toda arbitrariedad tanto de dentro como de fuera.
milias y quieren cumplir la voluntad de Dios. A sus ojos, las discu-
[30]. Frente a este innegable estado de cosas, una únicasohu
siones en torno a unas fronteras más favorables, la lucha por los
tesoros de la tierra, aunque no son necesariamente y a priori inmo- ción queda: el retorno a Dios y al orden establecido por Dios.
rales en sí mismas, constituyen, sin embargo, siempre un peligroso [31]. Cuanto más se levantan los velos sobre el origen y el
juego, que no se puede afrontar si no es con el riesgo de causar un crecimiento de las fuerzas que han desencadenado la guerra, tanto
cúmulo de ruinas y de muerte. Es la vasta mayoría de los padres y más claro aparece que eran las herederas, las portadoras y las con-
tinuadoras de errores, de los cuales un elemento esencial era la re-
10 Prov. 20,9-10. pulsa, la subversión, la negación y el desprecio del pensamiento y
de los principios cristianos.
910 PÍO xii NEGLl ULTIMI 911
[32]. Si, por tanto, aquí está la raíz del mal, no hay más que [37]. Y Nos estamos ciertos de interpretar la aspiración de
un solo remedio: volver al orden fijado por Dios también en las re- todos los hombres de buen sentido al extender este nuestro deseo
laciones entre los Estados y los pueblos; volver a un verdadero cris- a aquellos hombres, a aquellas mujeres y a aquellos adolescentes
tianismo en el Estado y entre los Estados. Y no se diga que ésta no detenidos políticos, expuestos tal vez a ásperos sufrimientos, a los
es una política realista. La experiencia debería haber enseñado a to-
cuales no se les puede acusar, a lo sumo, de otra cosa que de su
dos que la política orientada hacia las eternas verdades y las leyes
pasada opinión política, pero no de actividad criminal alguna ni de
de Dios es la más real y concreta de las políticas. Los pueblos rea-
listas que piensan de otra manera no crean más que ruinas. violación alguna de la ley. Nos mencionaremos aquí también con
conmovida solicitud a los misioneros y a los seglares, en el lejano
Oriente, que, como consecuencia de los graves acontecimientos, vi-
Los prisioneros de guerra y los detenidos políticos ven en la aflicción y en el peligro.' Es un manifiesto deber de natu-
raleza que todos estos infelices sean tratados humanamente; y aún
[33 ]• Y ahora, por último, nuestra mirada, después de haber más: estimamos que la deseada pacificación y concordia de los pue-
examinado, aunque fugazmente, las condiciones presentes del mun- blos y entre los pueblos no podría iniciarse mejor que con su libe-
do, no puede dejar de detenerse una vez más en las legiones, ingen- ración y, en cuanto sea posible, con su conveniente y justa rehabili-
tes todavía, de los prisioneros de guerra. ' tación.
[34]. Al prepararnos, de hechc, r i r a pasar en recogimiento e [38]. Con estos sentimientos y deseos en los labios y en el
interior alegría y en fervorosa oración la santa festividad de Navi- corazón, Nos invocamos sobre vosotros, venerables hermanos y ama-
dad, que, con secular y nunca extinguida armonía, consolida y enno- dos hijos, como también sobre todos nuestros amados hijos e hijas
blece los vínculos de la familia humana y convida al hogar domés- esparcidos por la tierra, la abundancia de las gracias celestiales del
tico, como a un sagrado lugar de reunión, hasta a quienes habitual- Salvador divino, de la cual es prenda la bendición apostólica que
mente viven lejos de él, Nos pensamos con profunda tristeza en os impartimos con paterno afecto.
todos aquellos que, no obstante haberse proclamado el fin de la
guerra, habrán de pasar también este año tan dulce festividad en
tierra extranjera y sentir en la noche de la alegría y de la paz el
tormento de su incierta situación y de su alejamiento de los padres,
de las esposas, de los hijos, de los hermanos y de todos sus seres
queridos.
[35]. Y mientras queremos tributar un justo reconocimiento
y elogio a las autoridades y a las obras y personas que se han cui-
dado y se cuidan de hacer menos dura y menos larga la penosa
situación de aquéllos, no podemos callar nuestra pena, cuando,
además de los sufrimientos inevitablemente producidos por la gue-
rra, hemos sabido de otros sufrimientos casi deliberadamente im-
puestos a los prisioneros y a los deportados; cuando, en algunos
casos, hemos visto prolongarse sin razón suficiente el tiempo de su
cautividad; cuando el yugo, ya por sí mismo oprimente, del cauti-
verio, ha sido agravado por el peso de trabajos fatigosos e indebi-
dos, o cuando, con un fácil desprecio de las normas establecidas
por convenciones internacionales y de las normas más inviolables
aun de la conciencia cristiana y civil, se les ha negado de modo in-
humano el tratamiento debido a los mismos vencidos.
[36]. A estos hijos constituidos todavía en cautiverio vaya, en
las alas de los ángeles de la Navidad, nuestro paterno mensaje, y
que les llegue, como portador de consuelo, de esperanza y de luz,
nuestro deseo, participado por todos cuantos tienen vivo el senti-
miento de la fraternidad humana, de verlos ordenadamente y solí-
citamente restituidos a sus angustiadas familias y a sus normales
ocupaciones de paz.
c/íNS'mueiÓN POLÍTICA Y ARISTOCRACIA 913
ilusiones, la muchedumbre no eabe ya asentar firmemente su pie que no es posible dejar de oírlo. También aquí, con toda vuestra
sobre la roca y consolidarse así para formar un verdadero pueblo, conducta, poneos a la cabeza del movimiento de reforma y de res-
es decir, un cuerpo viviente con sus miembros y sus órganos dife- tauración del hogar doméstico.—Entre las mismas tradiciones con-
renciados según sus formas y funciones respectivas, pero concurrien- táis, además, la de ser para el pueblo, en todas las funcioneN de 1»
do todos juntos a su actividad autónoma en el orden y en la unidad. vida pública, a las que podréis ser llamados, un ejemplo vivo de
[i i ]. Ya en otra ocasión Nos hemos hablado de las condiciones inflexible observancia del deber, hombres imparciáles y desintere-
necesarias para que un pueblo esté maduro para una sana democra- sados, que, libres de todo desordenado afán de ambición o de lucro,
5
cia . Pero ¿quién puede conducirlo y elevarlo hasta esta madurez ? no aceptan un puesto si no es para servir a la buena causa, hombre»
Sin duda alguna, la Iglesia podría extraer del tesoro de su experien- enérgicos, que ni temen la pérdida del favor de los de arriba ni w
cia y de su propia acción civilizadora muchas enseñanzas a este doblegan ante las amenazas de los de abajo.—Entre las mismas Ira •
respecto. Pero vuestra presencia aquí nos sugiere una observación diciones colocad, finalmente, la de una serena y constante adhesión
particular. El testimonio de la historia enseña que, donde está vi- a todo lo que la experiencia y la historia han sancionado y consagra-
gente una verdadera democracia, la vida del pueblo está como im- do, la de un espíritu inaccesible a la agitación inquieta y al ansia cie-
pregnada de sanas tradiciones, que no es lícito tirar por tierra. Re- ga de novedades que caracterizan nuestro tiempo, pero, al mismo
presentantes de estas tradiciones son, ante todo, las clases dirigentes, tiempo, ampliamente abierto a todas las necesidades sociales. Fuer-
o sea los grupos de hombres y mujeres o las asociaciones, que dan, temente convencidos de que solamente la doctrina de la Iglesia pue-
como suele decirse, el tono a un pueblo, a una ciudad, a una región de proporcionar un eficaz remedio a los males presentes, debéis
y a un país entero. procurar abrirle el camino, sin reservas o desconfianzas egoístas,
con la palabra y con la acción, de un modo particular constituyendo
[12]. De aquí, en todos los pueblos civilizados, la existencia y en la administración de vuestros bienes verdaderos modelos de em-
el influjo de instituciones eminentemente aristocráticas en el sentido presas, tanto desde el punto de vista económico como social. Un
más elevado de la palabra, como son algunas academias de extenso verdadero caballero jamás presta su concurso a empresas que no
y bien merecido renombre. También la nobleza pertenece a este pueden sostenerse y prosperar si no es con daño del bien común,
número: sin pretender privilegio o monopolio alguno, la nobleza con detrimento o con la ruina de las personas de condición modesta.
es, o debería ser, una de esas instituciones; instituciones tradicio- Todo lo contrario, pondrá su gloria en estar de parte de los peque-
nales fundadas sobre la continuidad de una antigua educación. Cier- ños, de los débiles, del pueblo, de aquellos que, ejerciendo un hon-
tamente, en una sociedad democrática como quiere ser la moderna, rado oficio, ganan el pan con el sudor de su frente. De esta manera
el simple título de nacimiento no es ya suficiente para conquistar seréis verdaderamente una élite; de esta manera cumpliréis vuestro
la autoridad y la confianza; para conservar, por tanto," dignamente deber religioso y cristiano; de esta manera serviréis a Dios y a vues-
vuestra elevada condición y vuestro grado social, para aumentarlo tro país.
y elevarlo todavía más, debéis ser verdaderamente una élite, debéis
cumplir las condiciones y corresponder a las exigencias indispensa- [14], ¡Ojalá podáis, queridos hijos e hijas, con vuestras grandes
bles en el tiempo en que hoy día vivimos. tradiciones, con el cuidado de vuestro progreso y de vuestra perfec-
[13 ]. ¿Una élite? Podéis serlo muy bien. Tenéis detrás de vos- ción personal, humana y cristiana, con vuestros amorosos servicios,
otros todo un pasado de tradiciones seculares, que representan valo- con la caridad y la sencillez de vuestras relaciones con todas las cla-
res fundamentales para la sana vida de un pueblo. Entre estas tradi- ses sociales, ayudar al pueblo a reafirmarse sobre la piedra funda-
ciones, de las que os sentís justamente orgullosos, contáis, en primer mental, a buscar el reino de Dios y su justicia! Es el deseo que para
lugar, con la religiosidad, la fe católica viva y operante. ¿Acaso la vosotros expresamos; es la plegaria que hacemos subir, por inter-
historia no ha demostrado ya cruelmente que toda sociedad huma- cesión del Corazón Inmaculado de María, hacia el Corazón divino
na sin base religiosa corre fatalmente hacia su disolución o termina de Cristo Rey, hasta el trono del soberano Señor tic los pueblos y de
en el terror? Émulos de vuestros mayores, debéis brillar, por tanto,- las naciones. Descienda copiosa sobre vosotros su gracia, en prenda
ante el pueblo con la luz de vuestra vida espiritual, con el esplendor de la cual os impartimos de corazón a todos vosotros, a vuestras
de vuestra inconmovible fidelidad a Cristo y a la Iglesia.—Entre es- familias, a todas las personas que os son queridas, nuestra paterna
tas tradiciones contáis también el honor inviolado de una vida con- bendición apostólica.
yugal y familiar profundamente cristiana. De todos los países, al
menos de los pertenecientes a la civilización occidental, brota el
grito de angustia del matrimonio y de la familia, tan desgarrador,
5
P í o XII, radiomensajc nivideño Benignitas et humanhas, 24 d e diciembre de 1044-
A A S 37 (ig4S) 10-23.
LA ELEVATEZZA S19
LA ELEVATEZZA el hombre, origen y fin de la vida social, el principio decisivo del equi-
librio de toda sociedad. La Iglesia no absorbe al individuo; solamente
La supranacionalidad de la Iglesia y la restauración dirige las posibilidades personales de éste dentro del marco de la
debida estructuia jeráiquica. Los imperialismos modernos, en cambio,
del mundo tienden al centralismo absoluto y a una creciente uniformidad.
La Iglesia proporciona, en tercer lugar, a la sociedad el sentido
exacto de la verdadera igualdad. La Iglesia coloca al hombre en el
centro de la vida social: no el hombre abstracto, sino el hombre com-
pleto, el hombre de la revelación y de la historia. Por esto la Iglesia
>t
no se enfeuda a pueblo alguno ni queda atada a un momento histórico
determinado. Siempre igual a sí misma, sabe adaptarse con justa me-
dida a las exigencfes nuevas de los tiempos y de las circunstancias.
Finalmente, en relación con el desarrollo normal de las naciones
en el tiempo y en el espacio, el llamamiento de la Iglesia a todos los
La alocución consistorial L a elevatezza—20 de febrero de 1946— pueblos no implica expatriaciones, ni abandonos de tradiciones legí-
desarrolla el tema de la supranacionalidad de la Iglesia, expuesto ya timas, ni la degeneración humillante de un pueblo en mera masa.
por el Papa en el discurso radiado de la Navidad del año 1945, Negli Las deportaciones de pueblos son fenómenos propios de los impe-
ultimi. En este sermón navideño se definen, en primer lugar, la supra- rialismos de todos los tiempos. La Iglesia reconoce y defiende la nece-
sidad de un territorio y de unas tradiciones para los pueblos. La his-
nacionalidad de la Iglesia y su doble fundamento: la universalidad y la
toria de la Iglesia confirma este hecho. Porque el territorio y las tradi-
unidad indivisible de la Iglesia, y se indican, en segundo lugar, los efec- ciones son elementos fundamentales de la comunidad humana.
tos de aquélla sobre el problema de la paz internacional. En la alocu- La Iglesia contribuye así, a través de su continua acción sobre el
ción presente, el Papa explica el influjo que esta supranacionalidad hombre todo—interior y exterior—, a consolidar, equilibrar, ampliar
ejerce sobre la convivencia social. Este influjo se ejercita sobre tres pun- y desarrollar los fundamentos básicos de la convivencia humana.
tos: el fundamento, la estructura y la dinámica de la sociedad humana. III. Las dos columnas principales de la sociedad humana son la familia
El objeto de la alocución que a continuación traducimos se limita al y el Estado. Ambos deben apoyarse siempre en el fundamento in-
desarrollo del primer punto. La Iglesia, por su esencial supranaciona- dicado. Sólo así podían cumplir con seguridad y perfección sus fines
lidad, contribuye a asentar el único fundamento estable de toda socie- propios. La familia como fuente y escuela de vida. El Estado como
dad humana, dando solidez a esta base, equilibrio a las estructuras so- tutor del derecho. Por desgracia, estas dos columnas de la sociedad,
al desviarse de su centro de gravedad, sé han separado también de
ciales, sentido de universalidad frente a todo injusto exclusivismo
su fundamento: Dios e Iglesia.
y viabilidad de desarrollo a las legítimas fuerzas sociales del hombre,
de la familia y del Estado. IV. Consecuencias para la Iglesia. La Iglesia no puede encerrarse en el
secreto de sus templos, renunciando así a su primordial misión cola-
La exposición presenta a lo largo de su desarrollo un enfrentamiento boradora en la constitución del sólido fundamento de la sociedad. D e -
dialéctico de la influencia social de la Iglesia sobre la sociedad con la finición de la Iglesia. Los seglares están en la línea avanzada de esta
concepción y la práctica radicalmente contraria de los imperialismos misión: ellos son la Iglesia misma bajo la dirección de la jerarquía.
modernos. Por tanto, el sentido principal de la supranacionalidad de la Iglesia
es configurar duraderamente el fundamento de la sociedad humana.
Empresa ardua sobre todo en nuestros días, de inversión conceptual,
S U M A R I O confusiones morales, olvido del pasado y mecanización de la sociedad.
Sólo la Iglesia puede reinstalar de nuevo en su puesto real el funda-
I. Saludo a los nuevos cardenales, representantes de las cinco partes mento de la convivencia humana. Eficacia oculta y poderosa que en
del mundo. Esta ocasión solemne es una nueva manifestación.del ca- orden a este fin posee el santo sacrificio de la misa. Es así la Iglesia la
rácter supranacional de la Iglesia y de su universal unidad, los cuales más alta defensora de los verdaderos valores del hombre y de la so-
ejercen un influjo decisivo sobre el fundamento, la estructura y la ciedad. Amemos a la Iglesia.
dinámica de la sociedad humana. Este discurso se limita a desarrollar ,
el primero de estos tres influjos.
II. La influencia de la Iglesia sobre el fundamento de la sociedad humana [1 ] . L a elevación 1 y la nobleza d e sentimientos q u e vuestro
proporciona a éste solidez y seguridad. La Iglesia no es un imperio.
e m i n e n t e i n t é r p r e t e n o s h a expresado e n vuestro n o m b r e , venera-
El imperialismo tiende a la amplitud, busca los bienes concretos. La
Iglesia progresa primero en profundidad, busca el alma del hombre y bles h e r m a n o s , los p r i m e r o s q u e N o s h e m o s inscrito e n el s e n a d o
prepara a éste para la sana y segura convivencia social. No divide, une. d e la Iglesia r o m a n a , h a n sido p a r t i c u l a r m e n t e gratas a nuestro c o r a -
En segundo lugar, da a la estructura de la sociedad civil cohesión 1
Pío XII, alocución consistorial pronunciada con motivo de la imposición del birrete
y equilibrio a través de su acción interior sobre el hombre. Porque es a lo(¡ 32 nuevos cardenales, 20 de febrero de 1946: AAS 38 (1946) 141-151 ; E 6 (1546) 1,229.
a32. Texto original en italiano.
920
pro x i i l.A l'XKVATli/.ZA 921
zón. Nuestra palabra se dirige ahora a vosotros—para usar en esta 7
s
levatum in nationes , que invita hacia sí -a los que aún no creen
°lernne circunstancia las palabras del gran Agustín—, a vosotros, y confirma a sus hijos en la fe que profesan 8, porque sin Dios no
gérmenes nuevos de santidad abiertos al soplo del Espíritu Santo, puede haber entre los hombres ninguna verdadera, sólida y se-
"ores de nuestro honor, frutos de nuestra elección 2 , coronados en gura unidad.
es
te momento por Nos con diadema que no resplandece por el
or
o y las piedras preciosas, sino con el color de llama y de sangre,
Porque en ja llama y en la sarfRre está toda la caridad de Cristo, [I]. INFLUJO DE LA IGLESIA EN U . FUNDAMENTO DE LA SOCIEDAD
que supera toda ciencia. Vuestros nombres, vuestras virtudes, vues- HUMANA POR LO QUE TOCA...
tros méritos,*las luchas sostenidas por no pocos de vosotros con he-
roico valor contra el opresor en defensa de la verdad y de la justicia, [4]. Si, pues, hoy tantos, de todas partes, se vuelven hacia la
son tan conocidos en el mundo entero, que nos creemos dispensa- Iglesia con ansiosa expectación y con palpitante esperanza y le pre-
dos de recordar particularmente lo que por todos fué saludado y aco- guntan cuál es su parte en la salvación de la sociedad humana, en
gido con aplauso. la consolidación de aquel bien inestimable, más precioso que todos
[2]. Nucst ra mirada descansa serenamente sobre vosotros los tesoros, que es una duradera paz interna y externa, la respuesta
y contempla en vosotros, reunidos de todas las partes del mundo, de la Iglesia puede ser múltiple y variada, como variadas son sus
|a Iglesia entera, esta «casa del Dios vivo», como la llama el concilio posibilidades. Sin embargo, la grande, la definitiva respuesta, de
Vaticano; esta casa paterna, «que acoge a todos los fieles unidos con la que se pueden deducir todas las demás, es siempre la unidad y la
el vínculo de la única fe y de la caridad») 3 . Vosotros habéis venido integridad de la Iglesia, fundada en Dios y en Jesucristo. De aquí
a
j °' e n e^ ^ u e ' s e S u n ' a s palabras del mismo concilio, el episco- la necesidad—en primer lugar, para los hijos mismos de la Iglesia,
pado y los fieles encuentran «el principio y el vínculo visible de pero también para la sociedad humana en general—de tener una
la unidad» 4 . noción clara y exacta del influjo prácticamente ejercido por aquella
unidad y aquella integridad. Este influjo se ejercita sobre el funda-
Manifestación de la supranacionálidad y universal mento, sobre la estructura y sobre la dinámica de la sociedad hu-
unidad de la Iglesia mana. La importancia principal del primero de estos tres puntos
nos invita a hacerlo, en unión con el citado discurso natalicio objeto
[3 ]- Cuando Nos en el discurso de la vigilia de Navidad anun- de las palabras que os dirigimos hoy, en esta solemne y extraordi-
ciamos al Sacro Colegio nuestra intención de elevaros a la sagrada naria ocasión, que reúne en torno a Nos a los nuevos miembros del
púrpura 5 , estábamos convencidos del profundo interés que una tal Sacro Colegio, dignos representantes de la universalidad de la
manifestación del carácter supranacional de la Iglesia y de su uni- Iglesia.
versal unidad habría de suscitar en el mundo. ¡Pobre mundo, que
en todas partes tiene hambre y sed de unidad y lucha de diversas
maneras por conseguirla! En nuestras palabras han hallado los fie- i.° A la solidez y la seguridad.—La Iglesia
les un nuevo motivo de consuelo y de estimulo; a los demás—que- y el imperialismo moderno
remos hablar de las personas honestas, no de los que son esclavos
del padre de la mentira 6—les han ofrecido materia de seria refle- [5 ]. La unidad y la integridad de la Iglesia, a la luz de la ma-
xión. La Iglesia, como entonces expusimos, posee en Dios, en el nifestación de su supranacionálidad, es de gran importancia para
Hombre-Dios, en Jesucristo, el invisible, pero inquebrantable prin- el fundamento de la vida social. No ya porque sea oficio de la Iglesia
cipio de su unidad y de su integridad; es decir, de la unidad de su abarcar, y en cierta manera abrazar, como en un gigantesco imperio
Cabeza y de sus miembros, en la entera plenitud de su propia vida, mundial, a toda la sociedad humana. Este concepto de la Iglesia
que abraza y santifica todo lo que es verdaderamente humano, y en- como imperio terreno y dominación mundial es fundamentalmente
dereza y ordena las múltiples aspiraciones y los fines particulares al falso; en ninguna época de la historia ha sido verdadero ni ha co-
fin total y común del hombre, que es la semejanza más perfecta po- rrespondido a la realidad, a no ser que se quiera transportar erró-
sible con Dios. Y esta Iglesia se eleva hoy, en medio del mundo lace- neamente las ideas y la terminología de nuestros tiempos a los si-
rado y dividido, como una señal que amonesta, como un signum glos pasados.
2 Cf. S w AGUSTÍN, Sem. 89,1: «Miscel. Agost.», vol.l p.330 (Roma, Tipografía Vati- [6]. La Iglesia—aun cumpliendo el mandato de su divino Fun-
dador de extenderse por todo el mundo y de conquistar para el
"""í" Omciiio Vaticano sess.4, Const. dogm. prima de Ecclesk Christi, Coll. Lac. t.7 p.482 ss.
Evangelio a todas las gentes 9 —no es un imperio, sobre todo en el
5 Vfese este documento en las páginas 901-911 de este volumen, sentido imperialista que se quiera dar a esta palabra. El camino que
ü lo. 8,44- 7
8
Is. n,i2.
Concilio Vaticano sess.3, Comt. dogm. de fide catholk-a. Col!. Lac. t.7 p.2íi.
' Cf. Me. 16,15.
J 2 2
P Í O .XII U RtliVATK/ZA 323
traza en su progreso y-en su expansión es contrario al que sigue de paso incierto en el seno de la sociedad humana. Nuestro prede-
el imperialismo moderno. La Iglesia progresa, ante todo, en pro- cesor, de feliz memoria, Pío XI, en su encíclica sobre el orden social,
fundidad; después, en extensión y en amplitud. Busca, en primer Quadragesimo anno, deducía de este mismo pensamiento una con-
lugar, al hombre mismo; se dedica a formar al hombre, a modelar clusión práctica cuando enunciaba un principio de valor universal,
y perfeccionar en él la semejanza divina. Su trabajo se realiza en el es a saber: que aquello que los individuos particulares pueden hacer
fondo del corazón de cada uno, pero tiene su repercusión sobre por sí mismos y com sus propias fuerzas no se les debe quitar y
toda la duración de la vida, en%dos los campos de la actividad de entregar a la comunidad; principio que tiene igual valor cuando
cada uno. Con hombres así formados, la Iglesia prepara a la sociedad se trata de sociedades o agrupaciones menores y de orden inferior
humana una base sobre la que ésta pueda descansar con seguridad. respecto de las mayores y más elevadas. Porque—así proseguía el
El imperialismo moderno, en cambio, sigue un camino opuesto. Pro- sabio Pontífice—toda actividad social es por naturaleza subsidiaria;
cede en extensión y en amplitud. No busca al hombre en cuanto tal, debe servir de sostén a los miembros del cuerpo social, y no des-
sino las cosas y las fuerzas a las que le hace servir; con lo cual lleva truirlos y absorberlos 11 . Palabras en verdad luminosas, aplicables
en sí mismo gérmenes que ponen en peligro el fundamento de la a la vida social en todos sus grados y también a la vida de la Iglesia,
convivencia humana. En semejantes condiciones, ¿puede, acaso, sin perjuicio de su estructura jerárquica.
causar admiración el ansia creciente de los pueblos por su recíproca
seguridad? Ansia que deriva de la desmesurada tendencia a la ex- [10]. Comparad ahora, venerables hermanos, con esta doc-
pansión, que lleva dentro de sí el gusano roedor de la continua in- trina y con esta práctica de la Iglesia, las tendencias imperialistas
quietud y hace que a una necesidad de seguridad suceda sin inte- en toda su realidad. Aquí no halláis principio alguno de equilibrio
rrupción otra, tal vez incluso más urgente. interno, y así la solidez de la humana convivencia sufre un nuevo e
inmenso daño. Efectivamente, si estos gigantescos organismos no
tienen algún real fundamento moral, evolucionan necesariamente
2.° A la cohesión y al equilibrio.—Acción de la Iglesia hacia un siempre creciente centralismo y hacia una siempre creciente
en lo íntimo del hombre estrecha uniformidad. Por esto su equilibrio, su misma cohesión,
se mantienen únicamente con la fuerza y con la coacción exterior
[7]. Pero, además, sería vana la solidez de la base si la cons- de las condiciones materiales y del aparato jurídico, de los sucesos
trucción careciese de cohesión y de equilibrio. Ahora bien, la Igle- y de las instituciones, y no en virtud de la íntima adhesión de los
sia contribuye también a la cohesión y al equilibrio de todos los
hombres, de su aptitud y presteza en tomar iniciativas y aceptar
múltiples y complejos elementos del edificio social. También aquí
su acción es ante todo interior. Los puntales, los contrafuertes apli- responsabilidades. El llamado orden interno se reduce casi a una
cados por fuera a un edificio que vacila, no son más que un precario simple tregua entre los varios grupos, con la constante amenaza
paliativo y sólo pueden retardar íín poco el derrumbamiento total. de la ruptura de su equilibrio por todo cambio, ya de los intereses
Si las injurias del tiempo, que no han perdonado tantos monumen- en juego, ya de la proporción entre las respectivas fuerzas. Siendo
tos de fecha más reciente, han respetado las magníficas catedrales tan frágiles e inestables en su constitución interna, estos organismos
del siglo XIII; si éstas han podido seguir irguiéndose serenas por están mucho más expuestos a convertirse en un peligro, incluso
encima de las ruinas que las circundan, es porque sus arbotantes para la entera comunidad de los Estados.
no hacen más que dar una ayuda preciosa, sí, pero accesoria y por
de fuera, a la potencia intrínseca del organismo ojival, de una arqui-
3.0 A la igualdad.—El hombre completo en el centro del orden social
tectura genial, no menos firme y precisa que audaz y ligera.
[8]. Lo mismo la Iglesia; actúa en lo más íntimo del hombre, [1 I ]. Muy diverso, sin duda, es el caso de un imperio fundado
en su dignidad personal de criatura libre, en su dignidad infi- sobre una base cuyo carácter espiritual está establecido y reforzado
nitamente superior de hijo de Dios. La Iglesia forma y educa en el curso de la historia, y que halla su apoyo en la conciencia de
a este hombre, porque sólo él, completo en la armonía de su vida una gran mayoría de ciudadanos. Pero ¿no queda acaso también
natural y sobrenatural, en el ordenadb desarrollo de sus instintos este imperio expuesto a un peligro de otra índole, esto es, de atri-
y de sus inclinaciones, de sus ricas cualidades y de sus variadas apti- buir una estima exagerada, una atención exclusiva a todo lo que le
tudes, es al mismo tiempo el origen y el fin de la vida social, y, por es propio, y no saber apreciar o al menos solamente conocer lo que
lo mismo, también el principio de su equilibrio. le es extraño? Y he aquí otra vez la unidad e integridad de la socie-
[9]. He aquí por qué el Apóstol de las Gentes, hablando de dad humana amenazada por la brecha abierta en sus cimientos en
los cristianos, proclama q u e no son ya como niños que fluctúan '0, un punto esencial; he aquí vulnerado el sagrado principio de la
igualdad y de la paridad entre los hombres.
10 Eph, 4 J4-
i-a misteriosa virtud del santo sacrificio de la misa pat Amemos a la Iglesia
la sociedad humana
[25 ]. Amemos a la Iglesia, a esta Iglesia santa, amorosa y fuerte;
[23 ]. Sólo la Iglesia puede volver a c o n g al * ^ ¿ J ? ¿ a esta Iglesia verdaderamente supranacional. Hagamos que sea ama-
estas tinieblas a la luz; sólo ella puede devolverte'- ¿ ^ por_ da por todos los pueblos y por todos los hombres. Seamos nosotros
un vigoroso pasado, el dominio del presente, la seg ^ irnperio mismos el fundamento estable de la sociedad; que ella resulte efec-
venir. Pero su supranacionalidad no actúa a manera j m i r a de tivamente aquella una gens de que habla el gran Obispo de Hipona:
Que extiende sus tentáculos en todas ^ d i r e c c i o n e s a » ^ t o d o s Una gens, quia una fides, quia una spes, quia una caritas, quia una
una dominación mundial. Como una madre de í a m i ^ •re expectatio 20 .
os días en la intimidad a todos sus hijos, esparcidos por e.™
los recoge en la unidad de su principio vital divino- ¿ÍN [26]. Por tanto, para que todos aquellos a quienes la gracia
acaso, todos los días sobre nuestros innumerables altares coi ^ del Señor ha llamado a su Iglesia de todas las tribus, y lenguas, y
to, Víctima divina, con sus brazos, extendidos de un e * ™ , pueblos, y naciones 21 , sean conscientes, en la grave hora presente, de
otro del mundo, abraza y. contiene, al mismo tiempo en su pasaao, su sagrado deber de irradiar de su fe viva y operante el espíritu y
en su presente y en su porvenir a toda la sociedad h u m a * a \ ™ ' el amor de Cristo sobre la sociedad humana; y para que, a su vez,
santa misa aquel sacrificio incruento instituido por el Kedentor cu todos los pueblos y todos los hombres cercanos a la Iglesia, y aun
la última Cena, quo cruentum illud semel in Cruce peragendumre- los alejados de ésta, reconozcan que ella es la salvación de Dios
Praesentaretur eiusque memoria infinem usque saecuh permaneret, atque hasta el confín de la tierra 22 , impartimos de todo corazón a vosotros,
dlius salutaris virtus in remissionem eorum, quae a nobis quotidis com- venerables hermanos; a los obispos y a los sacerdotes que colaboran
mittuntur, peccatorum applicaretur: «para que se representase el sa- con vosotros en el apostolado, a los fieles de vuestras diócesis, a
crificio cruento realizado una vez en la cruz y permaneciera su vuestras familias y a todas las personas e instituciones que os son
recuerdo hasta el final de los tiempos y se aplicase su saludable caras, a vuestras naciones, a vuestros pueblos, a toda la Iglesia y a
eficacia para perdonar los pecados que a diario cometemos» 18. Con toda la familia humana, con particular afecto nuestra paterna ben-
estas palabras lapidarias del concilio de Trento, esculpidas, para dición apostólica.
Perpetua memoria, en una de las horas más graves de la historia,
i» Cf. Mt. 1,11.
la Iglesia defiende y proclama sus mejores y más altos valores, que 20
SAN AGUSTÍN, Enarrat in Ps. 85,14: PL 37,1092.
21
son también los mejores y más altos valores para el bien de la so- 22
Apoc. 5,9.
Cf. Is. 49,6.
ciedad, los cuales unen indisolublemente su pasado, su presente y
su futuro, y arrojan una viva luz sobre los inquietantes enigmas de
nuestros tiempos. En la santa misa, los hombres se hacen cada vez
mas conscientes de su pasado culpable, y, al mismo tiempo, de los
inmensos beneficios divinos en el recuerdo del Gólgota, del acon-
tecimiento más grande- de la historia de la humanidad, reciben la
fuerza para librarse de la más profunda miseria del presente, la
miseria de los pecados diarios, mientras hasta los más abandonados
sienten una brisa del amor personal de Dios misericordioso; y su
mirada queda orientada hacia un seguro porvenir, hacia la consu-
'» Concilio Tridentino sess,22 c.i; ed. Goerres, t.8 (Acto'rum pare 5.») p.960,
Poptr. pontif. ?
NKt,r,A STORTA " 0.11
Hay que trabajar por una paz verdadera. Es necesario dar a la idea
NELLA ST0R1A del derecho el primado que le corresponde. Hay que lograr una paz
dotada de garantías seguras, que asocie a todos en una labor de re-
construcción. U n nuevo factor ha venido a aumentar el deseo de la
Triple invitación a los gobernantes paz: la potencia de las nuevas armas. El problema del desarme. La
deficiencia radical de los previsibles tratados de paz.
Hay que dejar abierto un camino que haga posibles las correccio-
nes que a su tiempo parezcan oportunas. Los proyectos deben acomo-
darse a la realidad.
IV. Para lograr una paz fundada en la justicia es necesario pasar por Be-
lén. El retorno al Evangelio es hoy necesario como nunca. Sin embar-
go, el contraste entre los principios evangélicos y la realidad que
presenciamos es acuciante. Nadie, menos un cristiano, puede quedar
A ! finalizar el año 1946, el panorama internacional ofrecía uno de ante el enemigo con los brazos cruzados. La táctica del enemigo es
los momentos más desolados de la posguerra. La convalecencia del siempre la misma. La Iglesia no teme. La Iglesia cuenta también hoy
mundo parecía derivar por los caminos de nuevas y peligrosas compli- con almas heroicas.
caciones. Las amenazas de conflicto en los Balcanes y en Irán; la ruptura V. El recuerdo de las necesidades derivadas de la grave situación alimen-
de relaciones diplomáticas de la ONU con España; las luchas sordas ticia y sanitaria de los pueblos castigados por la guerra. Hay que acudir
entre las potencias ocupantes de Corea, Austria y Alemania; los des- en su remedio. Se ha hecho mucho. Pero no se ha hecho lo suficiente.
órdenes internos y las luchas de partido en los pueblos liberados de la El azote del hambre se extiende sobre Europa. Hay que cerrar los
guerra; el fantasma de las armas nucleares. La guerra se presentaba oídos a las voces del egoísmo, olvidado de las necesidades del prójimo.
de nuevo en el horizonte de la política internacional. Llamamiento del Papa. Bendición.
En esta situación, Pío XII hace un nuevo llamamiento. Esta vez
sus palabras son una invitación directa a los gobernantes del mundo.
¿Qué ha quedado de la C a r t a del Atlántico? Las esperanzas de los L A voz DE LA CONCIENCIA
pueblos han quedado defraudadas. La paz no llega. Se vive todavía
en la posguerra. Tres puntos señala Pío XII en su discurso como ne- [ I ] . ¿ H u b o alguna vez 1 en la historia del género h u m a n o ,
cesarios para garantizar y acelerar la llegada de la paz: hay que acabar en la historia d e la Iglesia, u n a fiesta navideña y u n final d e año
con el actual estado de agitación e incertidumbre de los pueblos; hay en q u e m á s viva q u e al presente ardiese e n los corazones y se m a -
que crear una paz dotada de todas las garantías indispensables; hay nifestase el ansia d e ver desaparecer el contraste entre el pacífico
que hacer una paz que haga posible todas las correcciones que el correr mensaje d e Belén y las internas y externas agitaciones d e u n m u n d o
de los años imponga o aconseje. q u e t a n frecuentemente a b a n d o n a el recto camino de la verdad y de
la justicia?
SUMARIO [2 ] . L a h u m a n i d a d , recién salida d e los horrores d e u n a guerra
cruel, cuyas consecuencias la llenan todavía de angustia, c o n t e m -
I. Situación actual de los espíritus: la humanidad, asombrada ante el pla con estupor el abismo abierto e n t r e las esperanzas de ayer y las
abismo abierto entre las esperanzas de ayer y las realidades de hoy.
Las dificultades de la posguerra se manifiestan en toda su crudeza. realidades d e h o y ; abismo q u e incluso los esfuerzos m á s tenaces
Una cosa es indudable: persisten las divisiones. La Iglesia 110 puede p u e d e n difícilmente salvar, p o r q u e el h o m b r e , capaz d e destruir,
cerrar sus ojos a este espectáculo. Madre de todos, a todos debe ilumi- n o es siempre p o r sí solo i d ó n e o p a r a restaurar.
nar. Las preocupaciones del Papa. La Iglesia debe hablar, a pesar de [3 ]. H a c e ya casi dos años q u e está callado el tronar de los ca-
las torcidas interpretaciones que dan algunos a sus palabras, porque
pesa sobre ella el mandato de su divino Fundador. ñones. L o s acontecimientos militares en los campos d e batalla h a n
conducido a u n a indiscutible victoria d e u n a d e las partes beligeran-
'II. Se prolonga el anómalo estado de inestabilidad y de incertidumbre.
La elaboración d e la paz procede con gran lentitud entre graves dificul- tes y a u n a derrota sin precedentes de la otra.
tades. ¿Qué h a quedado de la Carta del Atlántico? Las cuatro liber- [ 4 ] . Raras veces e n la historia del m u n d o había trazado la
tades parecen mera sombra de ío que eran en el propósito de sus espada u n a t a n clara línea divisoria entre vencedores y vencidos.
promulgadores. Los esfuerzos de algunos gobernantes tropiezan con
serios obstáculos. Los pueblos se hallan en un estado de constante [ 5 ] . L a embriaguez alegre y exuberante d e la victoria se h a
agitación. desvanecido. L a s inevitables dificultades se h a n manifestado e n
III. Triple invitación a los gobernantes. t o d a su crudeza.
Hay que trabajar p a r a acabar con el actual estado de incertidum- 1
Pío XII, alocución pronunciada en la víspera de Navidad ante los cardenales, obispos y
bre de los pueblos. La resistencia de los pueblos es limitada, prelados de la Curia romana, 24 de diciembre de 1946: AAS 39 (1947) 7-17. Texto original
en italiano.
932 pío XII
NEIAA STORIA 933
[6 ]. ¿Cómo ? Por encima de todos los planes y ordenamientos
tenciones corren el riesgo de ser mal interpretadas o desfiguradas con
humanos está la palabra del Señor: Ex fructibus eorum cognoscetis
eos 2 . fines de propaganda política.
[7]. Una cosa queda fuera de toda duda: los frutos de la vic- [15 ]. Pero la posibilidad de estos erróneos o malévolos comen-
toria y sus repercusiones han sido hasta ahora no sólo de una inde- tarios no podría cerrar nuestra boca. Nos nos juzgaríamos indignos
cible amargura para los vencidos, sino que se han hecho sentir como de nuestro oficio, de la cruz que el Señor ha colocado sobre nuestras
una fuente de múltiples preocupaciones y de peligrosas divisiones débiles espaldas; creeríamos traicionar a las almas que esperan de
incluso entre los vencedores. Nos la luz de la verdad y una segura guía, si, por evitar siniestras
interpretaciones, dudásemos, en una hora tan crítica, de hacer todo
[8]. Los reflejos de estas divisiones han ido creciendo en el cuanto nos es posible para despertar las conciencias dormidas y
pasado hasta tal punto, que ningún verdadero amante de la huma- llamarlas de nuevo a los deberes de la santa milicia de Jesucristo.
nidad—y menos aún de la Iglesia de Cristo, siempre solícita de
corresponder a su misión—ha podido cerrar los ojos a la vista de [16]. Ningún derecho de veto, venga de donde viniere, podría
semejante espectáculo. prevalecer contra el precepto de Jesucristo: Id y enseñad 4 . Con una
obediencia inquebrantable al divino Fundador de la Iglesia, Nos
[9]. La Iglesia, que por el divino Salvador ha sido enviada a nos consagramos y continuaremos consagrándonos, hasta el límite
todos los pueblos para conducirlos a su eterna salvación, no pre- extremo de nuestras fuerzas, a cumplir nuestra misión de defensor
tende intervenir ni tomar partido en controversias sobre materias de la verdad, de tutor del derecho, de propugnador de los eternos
exclusivamente terrenas. principios de la humanidad y del amor. En el ejercicio de este
[10]. La Iglesia es madre. No pidáis a una madre que favo- nuestro deber podremos encontrar seguramente resistencias e in-
rezca o que combata la parte de uno o de otro de sus hijos. Todos comprensiones. Pero nos conforta el pensamiento de la suerte que
deben hallar y experimentar igualmente en ella aquel amor clarivi- tocó al mismo Redentor y a cuantos han seguido sus huellas, y vie-
dente y generoso, aquella profunda e inalterable ternura que da nen a nuestra mente las humildes pero confiadas palabras del após-
a sus hijos fieles fuerza para caminar con paso más firme por el tol San Pablo: Muy poco me importa el ser juzgado... por los hombres...;
camino real de la verdad y de la luz, y a los extraviados y a los erran- quien me juzga es el Señor 5 .
tes inspira el deseo de acogerse de nuevo a su dirección maternal.
[11 ]. Nunca, tal vez, la Iglesia de Cristo, nunca sus ministros I. U N LARGO Y PENOSO CAMINO
y sus fieles de toda clase y condición tuvieron tanta necesidad de
este amor iluminado, pronto para el sacrificio y que no conoce nin- [17 ]. Era muy de temer, en las condiciones ruinosas y confusas
gún límite terreno ni ningún prejuicio humano, como entre las en que el feroz conflicto dejaba al mundo, que el camino, desde el
angustias del tiempo presente, en comparación de las cuales parecen fin de la guerra hasta la conclusión de la paz, habría de ser largo y
palidecer las dclorosas vicisitudes del pasado. penoso. Pero la duración de este camino, a la que actualmente
asistimos, sin poder todavía prever, a pesar de algunos notables
[12]. Solamente, pues, el espíritu de caridad, el sagrado deber progresos ya conseguidos, cuándo ni cómo llegará a su término;
de nuestro ministerio apostólico hoy, víspera de la santa Navidad, esta prolongación indefinida de un estado anormal de inestabilidad
nos hacen desplegar los labios; sólo ellos nos inducen a dirigirnos y de incertidumbre es claro síntoma de un mal que constituye la
al mundo entero, a confiar a las ondas etéreas, para que la lleven triste característica de nuestra época.
hasta los últimos confines de la tierra, la expresión de nuestras pre-
ocupaciones y de nuestros temores, de nuestras oraciones y de nues- [18]. La humanidad, que ha sido testigo de una prodigiosa
tras más ardientes esperanzas—en la seguridad de que muchos co- actividad en todos los campos de la potencia militar, formidable
razones nobles y comprensivos, aun fuera de la comunión católica, por la precisión y la amplitud en la preparación y en la organización,
harán eco a este nuestro grito y nos prestarán su eficaz colaboración. fulminante por la rapidez y la improvisación en su continuo acótilo
damiento a las circunstancias y a las necesidades, ve ahora cómo
[13]. No pretendemos criticar, sino estimular. No acusar, sino
se desarrolla la elaboración y la formación de la paz con uiw utiux
socorrer. Designios de paz y no de aflicción 3 mueven nuestro corazón,
lentitud y entre diferencias todavía no superadas en l¡i (L'lvrmirm-
y querríamos despertarlos en el fondo de las almas de aquellos que
nos escuchan. ción de los fines y de los métodos.
[14]. Nos sabemos bien que nuestras palabras y nuestras in- [19]. Cuando la Carta atlántica se conoció por prinimi vez,
los pueblos todos la escucharon; por fin Re respiraba.
2
M t . 7,20.
3
Ier. 29,11. * M t . 28,19.
' i Cor. 4,4.
934 I'10 XII NELLA STORIA 935
[20]. Pero ¿qué ha quedado de aquel mensaje y de sus dispo- tencia. Pero esta fuerza es limitada; para millones de seres huma-
siciones ? nos, este límite ha sido alcanzado; la cuerda está ya demasiado
[21 ]. Incluso en algunos de los Estados que—o por su propia tensa; cualquier cosa bastaría para romperla, y la ruptura podría
elección o bajo la égida de otras potencias mayores—gustan de pre- tener consecuencias irremediables.
sentarse ante la humanidad de hoy como abanderados de un nuevo [28]. La humanidad quiere poder esperar de nuevo.
y verdadero progreso, las «cuatro libertades», antes saludadas con Por la rápida y completa conclusión de la paz tienen un verda-
entusiasmo por muchos, no parecen ya sino una sombra o una fal- dero y vivo interés todos aquellos que saben que solamente un pron-
sificación de lo que eran en el pensamiento y en las intenciones de to retorno a las normales relaciones económicas, jurídicas y espiri-
sus más leales promulgadores. tuales entre los pueblos puede preservar al mundo de incalculables
[22]. Nos reconocemos gustosamente los incesantes esfuer- conmociones y de desórdenes, que favorecerían únicamente a las
zos de insignes hombres de Estado, que desde hace casi un año, en obscuras fuerzas del mal.
una serie ininterrumpida de laboriosas conferencias, se han consa- [29]. Por esto, haced que el año que ya toca a su fin sea el
grado a obtener lo que los hombres honestos de todo el mundo último de la vana e insatisfecha expectación; obrad de forma que
deseaban o a lo que ardientemente aspiraban. el nuevo año vea la realización de la paz.
[23]. Desgraciadamente, las diferencias de opiniones, la des-
confianza y la svispicacia recíprocas, el valor discutible, de hecho [Una paz fundada en la justicia y el derecho]
y de derecho, de no pocas decisiones ya tomadas o que están para
» acordarse, han hecho muy incierta y frágil la consistencia y la vita- [30]. 2. a ¡El año de la realización! Este pensamiento con-
lidad de los compromisos y de las soluciones fundadas en la fuerza duce a la segunda invocación que todo espíritu recto dirige a los
o en el prestigio de la potencia política, y que dejan en el fondo de regidores de los pueblos:
muchos corazones la desilusión y el descontento.
[31]. Vosotros deseáis con razón—¿cómo podría ser de otro
[24]. En vez de encaminarse hacia una real pacificación, en modo?—que vuestros nombres sean escritos con letras de oro por
vastos territorios del globo terráqueo, en grandes regiones singu- la historia en los dípticos de los bienhechores del género humano;
larmente de Europa, los pueblos se encuentran en un estado de la sola duda de que puedan, por el contrario, un día, aun sin culpa
constante agitación, del que en un tiempo más o menos cercano voluntaria por vuestra parte, ser puestos en la picota entre los auto-
podrían surgir las llamas de nuevos conflictos. res de su ruina, os horroriza. Consagrad, pues, todas las fuerzas
de vuestra voluntad y capacidad a dar a vuestra labor de paz el sello
II. T R I P L E INVITACIÓN A LOS REGIDORES DE LOS PUEBLOS de una verdadera justicia, de una previsora prudencia, de un since-
ro servicio a los intereses solidarios de toda la familia humana.
[25 ]. Quien ve y medita todo esto, queda íntimamente con-
vencido de la gravedad de la hora presente y experimenta la necesi- [32]. El profundo envilecimiento en que la horrible guerra ha
dad de invitar a los regidores de los pueblos, en cuyas manos están sumido a la humanidad exige imperiosamente ser superado y cu-
los destinos del mundo y de cuyas deliberaciones dependen el éxito rado por medio de una paz moralmente elevada e indiscutible, que
y el progreso o el fracaso de la paz, a una triple consideración: enseñe a las futuras generaciones a desterrar todo espíritu de vio-
lencia brutal y a dar a la idea del derecho el primado que inicua-
mente le había sido arrebatado.
[Que cese la incertidumbré]
[33]- Nos apreciamos justamente el arduo, pero noble trabajo
a
[26]. 1. La primera condición para corresponder a la ex- de aquellos hombres de Estado que, sordos a las voces engañosas
pectación de los pueblos, para atenuar y gradualmente disipar las de la venganza y del odio, se han consagrado y se consagran todavía
perturbaciones que padecen en el interior, para alejar las peligrosas sin tregua a la consecución de tan alto ideal. Pero, a pesar de sus
tensiones internacionales, es que todas vuestras energías y toda generosos esfuerzos, ¿quién podría afirmar que de las discusiones
vuestra buena voluntad se dirijan a hacer cesar el intolerable estado y de las negociaciones del año que corre a su ocaso haya resultado
presente de incertidumbré, a acelerar lo más posible—no obstante un diseño claro, lógicamente ordenado en sus grandes líneas, apto
las dificultades que ningún espíritu sereno puede desconocer—el para despertar en todos los pueblos la confianza en un porvenir in-
advenimiento de una paz definitiva entre todos los Estados. tranquilidad y de justicia?
[27]. La naturaleza humana, durante los largos años de la [34]. Sin duda, una tan funesta guerra, desencadenada, por UII.I
guerra y de la postguerra, víctima de innumerables e indecibles injusta agresión y continuada por encima de los límites de lo lidio,
sufrimientos, ha dado pruebas de una increíble capacidad de resis- gsto es, cuando ya se veía irremediablemente perdida, no podría
936 río XII
terminar simplemente con una paz carente de garantías, que impi- XKUA SÍOKIA 937
dan la repetición de semejantes violencias.
[35]- Pero todas las disposiciones represivas y preventivas de- [Posibilidad abierta de correcciones]
ben conservar su carácter de medios y permanecer, por consiguien-
te, subordinadas al elevado y último fin de una verdadera paz, el U 1 ] . 3- a Esta consideración lleva naturalmente a la tercer»
cual consiste en asociar gradualmente, con todas las necesarias ga- invitación dirigida a los regidores de los pueblos.
rantías, a los vencedores y a los vencidos en una obra de reconstruc- [42]. Si queréis dar a vuestra labor para el nuevo ordenamien-
ción, para utilidad no menos de toda la familia de las naciones que to y la seguridad de la paz íntima estabilidad y duración, si queréis
, de cada uno de sus miembros. impedir que tarde o temprano se quiebre por sus propias durezas,
por la dificultad práctica de su realización, por sus radicales defectos
[36]. Todo observador ecuánime deberá reconocer que estos y faltas, por sus lejanos efectos reales o psíquicos, que no es posible
principios indiscutibles han hecho en el año pasado, incluso como ahora calcular, tened cuidado de dejar libre de obstáculos la posi-
consecuencia de las dolorosas repercusiones en los intereses vitales bilidad de correcciones, según un procedimiento claramente de-
de los mismos Estados vencedores, reales progresos en no pocos terminado, tan pronto como la mayoría de los pueblos, la voz de la
espíritus.
razón y de la equidad muestren aquellas modificaciones oportunas
[37]. Sirve también de satisfacción observar cómo voces auto- y deseables o tal vez incluso obligatorias.
rizadas y competentes se alzan cada vez más contra un ilimitado [43 ]. Una máquina puede aparecer, en el proyecto, con una
aprovecharse de las presentes condiciones por parte de alguno de perfección indiscutible por su precisión rigurosamente matemática,
los Estados vencedores y contra una excesiva restricción del tenor pero después manifestarse gravemente defectuosa en la prueba real
de vida y de la recuperación económica de los vencidos. cuando se encuentra fácilmente expuesta a una cantidad de inciden-
[38 ]. El inmediato contacto con la indecible miseria de la post- tes técnicamente imprevistos. ¡Cuánto más, en el orden moral, so-
guerra en algunas zonas ha despertado en muchos corazones la cial, político, un proyecto puede parecer excelente en el papel, fru-
conciencia de una corresponsabilidad solidaria para la efectiva mi- to de laboriosas discusiones, pero puede luego sucumbir en la prueba
tigación y definitiva superación de tan gran mal; sentimiento este del tiempo y de la experiencia, donde los factores psicológicos tienen
tan honroso para los unos como alentador para los otros. un puesto de primera importancia! Cierto no se puede prever todo.
Pero es prudente dejar una puerta abierta a futuros retoques, a
[39]- Un nuevo factor ha venido en los últimos tiempos a es- eventuales acomodaciones.
timular el deseo de la paz y la decisión de promoverla más eficaz-
mente. La potencia de los nuevos instrumentos de destrucción, que [44]. Al obrar así, os mostraréis fieles a las palabras pronun-
la técnica moderna ha intensificado e intensifica cada vez más hasta ciadas en memorables circunstancias por intérpretes autorizados de
presentarlos a los ojos de la humanidad horrorizada como espectros la opinión pública; estaréis seguros de no ocasionar perjuicio alguno
infernales, ha colocado en el centro de las discusiones internacio- a vuestro interés bien entendido, y daréis a toda la familia humana
nales, con aspectos completamente nuevos y con impulsos nunca un luminoso ejemplo para demostrar que no hay otro camino más
sentidos hasta ahora, el problema del desarme, suscitando así la seguro hacia la deseada paz que aquel que procede de la reeduca-
esperanza de realizar lo que en vano habían deseado los tiempos ción de la humanidad en el espíritu de solidaridad fraterna.
pasados.
[40]. A pesar de estos bien fundados motivos de esperanza, de III. L A LUZ DE BELÉN
los cuales nadie puede alegrarse más que la Iglesia, parece, en el
estado presente de las cosas, preverse con gran probabilidad que los t4Sl- Aun sabiendo que se va por el camino seguro, jes tan
futuros tratados de paz no serán sino un opus imperfectum, en el cual hermoso caminar en la luz! ¡La luz! ¡Miradla vosotros todos, los
no pocos de sus mismos autores reconocerán más bien el resultado que estáis unidos por la misma fe en el Salvador del mundo! Para
de compromisos entre las tendencias o las pretensiones de las di- iluminar el sendero, la luz desciende de la estrella que brilla encima
versas fuerzas políticas que la expresión de sus ideas personales de Belén.
apoyadas en los verdaderos y justos conceptos del derecho y de la [46]. Si se desea volver a los grandes principios de la justicia
equidad, de la humanidad y de la prudencia. que conducen a la paz, es menestar pasar por Belén, es necesario
recordar el ejemplo y la doctrina de Aquel que, desde la cuna hasta
la cruz, no conoció más alta misión que cumplir la voluntad del
Padre celestial, sacar al mundo de la noche del terror y del fango
de la culpa, donde yacía entonces miserablemente; despertar en él
la conciencia de su sujeción a la majestad de la ley divina como
938 PÍO XII
' N1ÍI.LA STORIA 93H
norma del recto pensar, como impulso de voluntad fuerte, como [54]. Desde entonces, otras falanges de sacerdotes y de fieles,
medida de sana y concienzuda acción. soldados de Cristo todavía desconocidos, le han rendido y le rin-
[47]. El «gran retorno» a las máximas del Evangelio no ha sido den el mismo testimonio. Llegará un día, no lo dudamos, que los
nunca como hoy tan necesario al mundo. hará salir de la sombra y aparecer gloriosos, cuando la historia de
[48]. Y, sin embargo, rara vez se ha manifestado tan doloro- nuestro tiempo vea por fin caer el pesado telón que la oculta y la
samente entre los hombres el contraste entre los preceptos de aquel obscurece.
divino mensaje y la realidad que hoy presenciamos. [55]- ¡Pueda el ejemplo de su valor y de su fidelidad, despre-
[49]. ¿Queréis tal vez vosotros, amados hijos e hijas, desani- ciadora de la muerte, inflamar los corazones de nuestros queridos
maros aterrorizados por este contraste? ¿Querréis también vosotros hijos e hijas e infundirles aquellos mismos sentimientos de forta-
aumentar el número de aquellos que, -desconcertados por la ines- leza y de confianza que asegurarán a la bandera de Cristo su pací-
tabilidad de los tiempos, vacilan personalmente, y de esta manera, fica victoria para el mayor bien de toda la humanidad!
más o menos conscientemente, hacen el juego a los adversarios de
Cristo? ¿Querréis dar pruebas de pusilanimidad ante la marea IV. E L AZOTE DEL HAMBRE
creciente del orgullo y de la violencia anticristiana?
[50]. Ningún cristiano tiene el derecho de mostrarse cansado [56]. No podíamos terminar este nuestro mensaje navideño
en la lucha contra la oleada antirreligiosa de la hora presente. sin un recuerdo de los dolores y de las necesidades derivadas de
¡Poco importa cuáles sean las formas, los métodos, las armas, las la grave situación alimenticia y sanitaria de.las naciones castigadas
palabras suaves o amenazadoras, los disfraces con que se encubre por la guerra.
el enemigo! Nadie podría ser excusado de permanecer ante el [57]. Ya el 5 de abril de este mismo año, Nos lanzamos un
enemigo con los brazos cruzados, la frente baja, las rodillas temblo- llamamiento a los gobernantes y a los pueblos de aquellos países
rosas. que con sus reservas podían acudir en auxilio de las poblaciones ham-
brientas. En verdad es mucho lo hecho. Ante las trágicas desven-
[51]. Es siempre la misma táctica contra la Iglesia: Hiere al
turas que afligían especialmente a los débiles, a los ancianos, a los
pastor, y las ovejas quedarán dispersas6. Siempre la misma táctica
niños, el mundo civilizado no ha permanecido insensible ni inactivo,
incapaz de renovarse, siempre no menos vana que deshonrosa, se
y debe alabarse el sentimiento humano y cristiano de los hombres
repite en los lugares más diversos, y se aventura hasta los mismos
y de las naciones, que han dado medios para crear organizaciones
pies de la Sede de Pedro. La Iglesia no teme, aunque su corazón
muy diversas de socorro. Pisando de nuevo las rutas ensangrentadas
sangre, no por sí misma (ella tiene las promesas divinas), sino por
de los ejércitos, han llevado a las víctimas de la guerra auxilios de-
la pérdida de tantas almas; sus anales están ahí para recordarle
todas clases; han salvado el honor de la humanidad, tan torpemente
cuántas veces los asaltos más furiosos se han roto en espumas contra
pisoteado por la violencia y por el odio.
la roca firme y tranquila sobre la cual, segura de su inmortalidad,
descansa. Hoy como ayer, mañana como hoy, todos los esfuerzos [58]. ¡Quisiera el cielo que aquellos tesoros de energía y de
para vencerla y disgregarla tendrán que ceder y saltar hechos peda- medios, caritativamente empleados para asistir y librar de la última
zos ante la fuerza vital del vinculum caritatis que une al pastor con ruina a los más desgraciados, hubieran sido suficientes para las
su grey. necesidades! Desgraciadamente no es así; por esto nos vemos obli-
gados a renovar el llamamiento de la primavera pasada. Sobre dila-
[52]. Si en el arduo pero firme cumplimiento de nuestro deber tados territorios de Europa y del Extremo Oriente se presentan
hay algo que nos serena y nos anima, es, después de nuestra con- amenazadores los espectros de la más espantosa carestía y del ham
fianza en Aquel que elige las cosas débiles para confundir la arro- bre negra.
gancia de los fuertes, la convicción sólidamente fundada de poder
contar con la oración, con la fidelidad, con la vigilancia de una [59]. El pan—en el sentido literal de la palabra -falta a po-
acies ordinata 7 , cuya prontitud y experiencia han dado razón de blaciones enteras, que van por esto miserablemente languideciendo,
sí en las más duras pruebas. consumidas, debilitadas, víctimas de las enfermedades y de la mi
seria, peligrosamente agitadas por sordos estímulos de desesperados
[53]. Recientemente Nos hemos tenido el gozo de elevar a rencores y de profundas perturbaciones sociales,
los honores de los altares a un heroico grupo de mártires que, sellan-
[60]. Tal es el tremendo peligro que obscurece el alba del
do con su sangre la profesión de su fe, han iluminado la aurora de
nuevo año, peligro tanto más grave porque, según algunos síntomas
nuestro siglo.
que descubren incertidumbre y cansancio, aquella mann;'minva obi.i
6
Zac. 13,7. de solidaridad humana parece próxima a concluir antes todavía de
' Cant. 6,3. haber puesto remedio a los males que había venido a socorrer.
940 PÍO XII \
[61 ]. Humano es, en verdad, que aquellos a quienes la fortu-
na favorece se sientan inclinados a echarse a un lado, olvidando la i LA FESTIVITA
desgracia de los demás. Cerrando los ojos y el corazón ante las des-
gracias de un prójimo desconocido y lejano, estiman poder justificar Insinceridad y verdad en ia vida pública
ante su propia conciencia el aislamiento y el desinterés para con las
necesidades ajenas; las exigencias personales agotan los productos
que las artes de la caridad ahorraban, y los medios de auxilio son
defraudados a aquella acción de socorro a que la fraterna piedad los
habría destinado.
[62]. Por esto Nos repetimos a todos aquellos que pueden
alargar una mano para socorrer: ¡No se enfríe vuestro celo; vuestra
ayuda sea cada vez más pronta y generosa! Calle todo estrecho
egoísmo, toda mezquina vacilación, toda amargura, toda indiferen- El tema de este radiomensaje navideño dirigido al universo entero
cia, todo rencor. ¡Miren vuestros ojos solamente la miseria y, sobre es la paz. El motivo fundamental que se reitera sin cesar a lo largo
todo, la necesidad de millones de niños y de jóvenes entre los cuales de toda la serie de los discursos navideños del Papa cobra aquí un dolo-
el hambre hace estragos! De esta manera, al mismo tiempo que roso relieve. Los fautores de la revolución impiden todo progreso serio
dais, recibiréis el inefable don navideño: ¡Paz en la tierra a los hacia la paz. Se trata de una lucha entre dos espíritus opuestos: los
hombres de buena voluntad! seguidores del odio y los discípulos del amor. El fracaso de las confe-
rencias internacionales es debido en su mayor parte a la obstinación
[63]. Nada es, en realidad, tan apto para crear los indispensa- calculada de quienes profesan como táctica sistemática la insinceridad
bles presupuestos espirituales de la paz como el socorro liberal- más criminal e implacable. Estos hombres son maestros en el arte de
mente dispensado, de Estado a Estado, de pueblo a pueblo, por disfrazar sus designios para llegar después, cuando han conquistado el
encima de toda frontera nacional; así que, aplacados por todas partes poder, a la opresión más absoluta. La Iglesia no puede ni quiere tomar
los sentimientos de rivalidad y de venganza, refrenados los deseos una posición meramente política entre los dos campos opuestos. Pero
de dominio, desterrada la idea de un privilegiado aislamiento, los
tiene el deber de denunciar los errores ideológicos y las tácticas inmorales.
pueblos aprendan por sus mismas desventuras a conocerse, a tolerar-
se, a ayudarse, y sobre las ruinas de una civilización olvidadiza Este importante discurso tiene su prolongación complementaria en
de los preceptos evangélicos se reconstruya la ciudad cristiana, cuya los radiomensajes navideños de 1948, sobre la paz cristiana; 1951, so-
ley suprema es el amor. bre la aportación de la Iglesia a la paz, y 1955, sobre la coexistencia '.
[64]. Con este deseo Nos auguramos a cuantos nos escuchan, SUMARIO
en esta víspera de la santa Navidad, la paz de Dios que supera a
todo entendimiento 8, mientras que con efusión de corazón imparti- I. Europa y el mundo, en una grave encrucijada. Se encuentran hoy
mos a todos nuestros queridos hijos e hijas en el mundo entero, más alejados que nunca de una paz verdadera. Nuestra época es época
como prenda de las más preciosas gracias del Verbo de Dios hecho de densas tinieblas y de luz esplendente. Una lucha titánica entre dos
hombre, nuestra paterna bendición apostólica. espíritus opuestos que se disputan el mundo.
8 II. El estigma de nuestra época es la insinceridad convertida en sistema.
Phü. 4,7. Los peligros que esta insinceridad en la vida pública hace correr al
mundo. Voz de alerta. La insinceridad, cuando conquista el poder,
oprime al hombre.
La humanidad se halla escindida en dos grupos pudorosos y en-
frentados. Una muralla impide todo acercamiento a l;i verdadera p;iz.
Por esto fracasan las conferencias de las grandes potencias. Sólo rmv
una solución: el retorno a la práctica de una rectilínea veracidad. I ..1
verda'd es la que hace libres a los hombres.
1
P u e d e n consultarse también el discurso a u n grupo de periodista nortcamcrican i > -.
27 de abril de 1946, sobre la verdad de visión y la verdad de exposición: D E R 8,73-74: el
discurso al nuevo embajador del Líbano, 17 d e marzo de 1947, en el que se afirma ciue la s u -
premacía del derecho es la clave d e la cual depende la ascensión o la decadencia de los pueblos :
A A S 3Q (1947) 124-126; el discurso al embajador del Paraguay, 12 d e juliede 1949, sobre las
dificultades q u e se oponen al espíritu d e fraternidad: A A S 41 (1949) 3 0 H 7 1 ; la alocución
de 11 d e enero de 1949 dirigida a u n g r u p o de parlamentarios británicos:DER 10,341-342;
y el discurso al nuevo embajador d e España, 13 de noviembre de 1951, sobre la disparidad
entre los principios jurídicos y la realidad política como nota característica de nuestra é p o c a :
A A S 43 (1951) 792-794,
942 U KESTIVITA 943
n o xii
III. Hay que renunciar al espíritu de represalias y al instinto de vengan- [ 4 ] . T r a n s c u r r i d o otro año m á s d é postguerra, cargado d e
za. Durante la guerra, una política nihilista incurrió en excesos re- miserias y d e sufrimientos, d e desilusiones y d e privaciones, q u i e n
probables. Los hombres de la postguerra debían haber opuesto a esa tenga ojos p a r a ver y oídos p a r a oír, d e b e detenerse a la vista d e
decadencia su propia superioridad moral. No ha sido así. Es necesaria
una política de mayor altura moral. este h e c h o doloroso y h u m i l l a n t e : E u r o p a y el m u n d o — h a s t a la
remota y martirizada C h i n a — s e hallan h o y m á s q u e n u n c a alejados
Si no se supera la división, no hay manera de abrir un porvenir de
paz. Invitación al mundo entero. Está en peligro de morir el espíritu de la paz verdadera, de u n a completa y perfecta curación d e sus
de fraternidad. La Iglesia sigue con angustia el desarrollo de los con- males, d e la instauración d e u n nuevo o r d e n en la armonía, en el
flictos políticos. Sin fe en Dios es imposible la restauración del espíritu equilibrio y en la justicia.
de fraternidad. Sin fe en Dios crece la hipersensibilidad para todo [5 ] . L o s fautores de la negación y d e la discordia, con t o d a la
cuanto divide. Queda así abierto el camino para la lucha. La guerra
legión d e explotadores q u e les siguen, se alegran con el p e n s a m i e n t o
se ha extendido a la misma Palestina. Europa tiene todavía sin cica-
trizar las heridas de la guerra. La pacificación de Europa es condición o con la ilusión d e q u e su h o r a está cercana.
previa de la pacificación universal. Una Europa sana y clarividente [ 6 ] . L o s amigos d e la paz, los p r o m o t o r e s d e u n a reconcilia-
quedará inmune frente al contagio de las divisiones. ción estable entre los p u e b l o s , tienen, p o r el contrario, o p r i m i d o
IV. Los enemigos de Dios osan alzar su voz en el suelo de la misma Roma. su corazón y p r e o c u p a d o ante el contraste e n t r e la riqueza m o r a l y
El Papa habla de las doctrinas, no de los pueblos ni de las víctimas social d e la b u e n a nueva de Belén y la miseria d e u n m u n d o q u e se
de esas doctrinas. Una nube obscura se cierne sobre la Navidad de ha alejado d e Cristo.
hoy. Los pueblos desean la paz. Los gobernantes se muestran imposi-
bilitados para satisfacer este deseo. Es el ángel del abismo el que pro- [ 7 ] . P e r o los verdaderos cristianos, p a r a los cuales t o d a la
cura estorbar la fraternidad de los hombres. vida, su luz y su valor consiste en el sentiré cum Ecclesia, conocen
Ha llegado la hora de todos los hombres buenos. El Espíritu de y c o m p r e n d e n mejor q u e nadie el sentido y el valor d e épocas como
Dios está presente en todas partes. Lo puede todo. Pero exige vuestra la nuestra, épocas de densas tinieblas y, al m i s m o t i e m p o , d e luz
cooperación. Es traidor el que colabora con los enemigos de Dios. d e s l u m b r a d o r a , d o n d e el enemigo de Jesucristo recoge trágicamente
Augurio de un año nuevo de consolidación en la paz. Bendición a una a b u n d a n t e mies d e almas, pero d o n d e m u c h o s b u e n o s se hacen
todos los que sufren. mejores; d o n d e los corazones generosos se elevan haste el ápice
del heroísmo victorioso, p e r o d o n d e t a m b i é n otros m u c h o s , tibios
y pusilánimes esclavos del respeto h u m a n o , temerosos del sacrificio,
[ E U R O P A Y E L MUNDO E N UNA GRAVE ENCRUCIJADA]
decaen en la mediocridad, degeneran e n la vileza, semejantes' a
[ I ]. L a festividad navideña 1 y el ya p r ó x i m o a ñ o nuevo se aquellos «que n o fueron rebeldes ni fueron fieles a D i o s , sino q u e
anuncian con señales de aviso, indicios del porvenir. fueron para sí» 2 .
Las tradicionales felicitaciones q u e se intercambian e n esta oca- [ 8 ] . E n la lucha titánica e n t r e los dos espíritus opuestos qui-
sión y s u b e n al cielo en u n a n u b e de incienso y oración n o p u e d e n se d i s p u t a n el m u n d o , si el odio es suficiente para reunir e n t o r n o
y n o quieren, a pesar de la í n t i m a sinceridad del amor q u e las ins- al espíritu del m a l a h o m b r e s a quienes t o d o parecería d e b e r dividir
pira, hacer p e r d e r de vista las condiciones de la hora presente, en e n t r e sí, ¿qué n o llegaría a hacer el a m o r p a r a reunir e n u n a liga
la q u e E u r o p a y el m u n d o entero se e n c u e n t r a n en una encrucijada vasta como el m u n d o a t o d o s aquellos a quienes la altura d e miras,
d e su destino, cuya gravedad es i n d u d a b l e , cuyo desarrollo hacia la nobleza d e los sentimientos, la c o m u n i d a d d e los dolores, h a enla-
el bien o el mal es incalculable, cuyas consecuencias son i m p r e - zado con vínculos m u c h o m á s fuertes y estrechos q u e las diferencias
visibles. o divergencias q u e p u d i e r a n separarlos?
[ 2 ] . C u a n d o el pasado a ñ o , en esta m i s m a ocasión, N o s diri- [ 9 ] . A los millones d e h o m b r e s dispuestos a adherirse a esta
gíamos n u e s t r o mensaje navideño a todos los católicos y, al m i s m o liga m u n d i a l , cuya ley fundacional es el mensaje de Belén, cuyo
t i e m p o , a t o d o s los hombres sensatos y de b u e n a voluntad, ¿quien Jefe invisible es el R e y pacífico, aparecido e n el pesebre, tliri}(imo»
h u b i e r a sido capaz d e presagiar para la h u m a n i d a d , cansada d e la en este m o m e n t o n u e s t r a férvida exhortación.
guerra y h a m b r i e n t a de paz, lo que hoy es u n a dura e innegable
realidad ?
[I. La insinceridad en la vida pública y sus funestos efectos]
[3 ]. Las campanas de N a v i d a d continuarán s o n a n d o festivas
como desde hace siglos; pero para m u c h o s corazones cerrados, [ 1 0 ] . El estigma q u e lleva e s t a m p a d o sobre su frente nuestra
amargados, t u r b a d o s , repican e n desierto, d o n d e no suscitan ya época, y q u e es causa d e disgregación y de decadenciü, CH III ten-
n i n g ú n vivo eco. dencia cada vez m á s manifiesta a la «insinceridad». Falla de veruculiul,
1
Pío XII, radiomensaje dirigido a todo el universo en la víspera de Navidad, 24 de diciem- 2
bre de 1947: AAS 40 (194S) 8-16. Texto original en italiano. DANTE, La divina comedia: Infierno c.3,38-30.
944 PÍO XII > U l-'ESTIVtTA 945
que no es solamente un recurso ocasional, un procedimiento para I [16]. Nuestra posición entre los dos campos opuestos está
salir por el momento de imprevistas dificultades o de obstáculos texenta de todo prejuicio, de toda preferencia hacia un pueblo u
inesperados. No. Aparece hoy día como erigida en sistema, elevada jstro, hacia este o aquel bloque de naciones, como es ajena a toda con-
a categoría de estrategia, en la que la mentira, la deformación de las sideración de orden temporal. Estar con Cristo o contra Cristo
palabras y de los hechos, el engaño, se han convertido en clásicas ¿s toda la cuestión.
armas ofensivas, que algunos manejan con maestría, orgullosos de
su habilidad; hasta tal punto el olvido de todo sentido moral es a sus [17]. Bien comprenderéis por esto cuan doloroso nos es ver
ojos parte integrante de la técnica moderna en el arte de formar la 4ómo una propaganda hostil desnaturaliza nuestros pensamientos y
opinión pública, de dirigirla, de acomodarla al servicio de su polí- nuestras palabras, exacerba los espíritus, impide los pacíficos cam-
tica, resueltos como están a triunfar a toda costa en las luchas de bios de ideas, hace más profundo el foso que separa de Nos a tantas
intereses y de opiniones, de doctrinas y de hegemonías. almas, redimidas por la sangre y el amor del mismo divino Salvador.
En el fondo de esto se reconoce siempre la misma duplicidad, bus-
[ i i ] . No es nuestro propósito describir aquí específicamente
cada y fríamente empleada como el arma más penetrante contra la
las ruinas producidas por este torneo de «insinceridad» en la vida
justicia y la verdad, para impedir la aproximación, la reconciliación
pública; tenemos, sin embargo, el deber de abrir los ojos a los cató-
y la paz.
licos de todo el mundo—y también a cuantos tienen, común con
Nos, la fe en Jesucristo y en un Dios trascendente—sobre los peli- [18]. La inevitable consecuencia de tal estado de cosas es la
gros que este predominio de la falsedad hace correr a la Iglesia, a la escisión de la humanidad en poderosos y enfrentados grupos, cuya
civilización cristiana, a todo el patrimonio religioso y aun meramente ley suprema de vida y de acción es una fundamental e invencible
humano que desde hace dos mil años ha dado a los pueblos la subs- desconfianza, que es al mismo tiempo la trágica paradoja y la mal-
tancia de su vida espiritual y de su verdadera grandeza. dición de nuestro tiempo.
[12]. Como en otro tiempo Herodes, deseoso de matar al niño [19]. Cada una de las partes opuestas se cree obligada a esta
de Belén, ocultó su propósito bajo la máscara de devoción y trató desconfianza como a una necesidad de elemental cautela. Y he
de convertir a los Magos de recto corazón en espías inconscientes, aquí que, por el mismo hecho, una gigantesca muralla se alza para
así también ahora los modernos imitadores de aquél ponen todo su hacer vano todo esfuerzo por restituir a la agitada familia humana
esfuerzo en ocultar a los pueblos sus verdaderos designios y en ha- los beneficios de una verdadera paz.
cerlos ciegos instrumentos de sus propósitos. [20]. ¿Acaso no hemos tenido que tocar con la mano, aun en
[13]. Pero, una vez conquistado el poder y tan pronto como el curso de estas últimas semanas, los efectos de esta recíproca des-
sienten tener firmes en sus manos las riendas, dejan poco a poco confianza, al ver cómo una tan importante Conferencia de las Gran-
caer el velo y pasan progresivamente de la opresión de la dignidad des Potencias llegaba a su término sin haber conseguido aquellos
y de la libertad humana a la supresión de toda sana e independiente progresos esenciales y definitivos en el camino de la paz que con
actividad religiosa. tanta ansia se esperaban de ella?
[14]. Ahora Nos preguntamos a todos los hombres honrados: [21 ]. Para salir de estas angustias, a donde el culto de la «insin-
¿Cómo puede la humanidad recuperar la salud? ¿Cómo puede de ceridad» ha conducido al mundo, una sola salida es posible: el
los errores y de las agitaciones de la turbia hora presente surgir retorno al espíritu y a la práctica de una rectilínea veracidad.
un «nuevo orden» digno de este nombre, si se borran y desplazan [22]. Ninguno hoy—cualquiera que sea el campo o partido
los límites entre amigo y enemigo, entre el sí y el no, entre la fe social o político a que pertenezca—que intente hacer valer, en la
y la incredulidad? balanza del destino de los pueblos, para el presente o para el futuro,
[15]. La Iglesia, siempre llena de caridad y de bondad hacia el peso de sus convicciones y de sus actos, tiene derecho a enmas-
las personas de aquellos descarriados, pero fiel a la palabra de su carar su rostro, a aparecer como no es, a recurrir a la estrategia de
divino Fundador, que ha declarado: El que no está conmigo, está la mentira, de la presión, de la amenaza, para restringir, en el
contra mi3, no puede faltar a su deber de denunciar el error, de ejercicio de su justa libertad y de sus derechos civiles, a los ciudada-
arrancarles la máscara a los fabricantes de mentiras 4 , que se presen- nos honrados de todos los países.
tan como lobos con piel de corderos 5 , como precursores y adalides [23]. Por esto, amados hijos e hijas, Nos os decimos: Mañana
de una nueva era feliz, y de advertir a los fieles que no se dejen celebraremos la Navidad de Aquel de cuyos labios salió un día el
extraviar del recto camino ni engañar con falaces promesas. grito de Veritas liberabit vos6: ¡La verdad (que es su doctrina) os
3
M t . 12,30.
hará libres! Nunca quizás resonó tan poderoso como hoy este grito
* Iob. 13,4.
2 Cf. M t . 7,15. « l o . 8,32.
&46 Pfo £it
LA KEST1V1TA 947
en un mundo hambriento de paz, que siente pesar sobre sí el yugcí
de la mentira. I [31]- ¿Quién podría medir qué nuevas miserias morales, fa-
[24]. Y a El, que se ha encarnado a fin de ser para todos! miliares, sociales; qué daños al equilibrio cultural y económico de
camino, verdad y vida, responda la suplicante oración de toda la1 Europa, y no sólo de Europa, habrán de ocasionar las deportaciones
cristiandad para que la verdad vuelva a encontrar el camino en el forzosas y generalizadas de los pueblos? i Cuántas tristezas para el
corazón de los regidores de los pueblos, de quienes un sí o un no presente! ¡Cuántas angustias para el porvenir! ¡Sólo una más vasta
puede determinar el destino del mundo, y con la verdad resplan- amplitud de miras, una más prudente y más sagaz política por parte
dezca sobre la tierra no un engañoso espejismo, sino la estrella lumi- de los gobernantes que tienen en sus manos los destinos del mundo
nosa de la divina paz de Belén. podrán aportar una solución favorable a un problema de otra manera
insoluble!
[II. La política de represalias, enemiga de la paz] [32]. ¡Honor, por tanto, a aquellos que en todas las naciones
no rehuyen privación ni sufrimiento alguno para acelerar la conse-
[25 ]. Aquellos que a toda costa querían ganar la guerra esta- cución de tan noble empeño! ¡Que no se dejen perturbar por las
ban resueltos a todos los sacrificios, hasta el de la vida misma. contradicciones y por las resistencias, que no les podrán faltar, y
El que quiere sinceramente ganar la paz, debe estar dispuesto a que precisamente en estos días parecen crecer con mayor intensidad
sacrificios no menos generosos, porque a una humanidad maltra- para suscitar una nueva guerra de nervios, para atizar la discordia,
tada, exasperada, nada cuesta tanto como el renunciar a las repre- para aniquilar los esfuerzos de los campeones de la unión y de la
salias y a los rencores implacables. pacificación! Esperen que no esté lejos la hora en que—como Nos
[26]. Las injusticias y las crueldades cometidas por quienes confiamos y lo pedimos en nuestras oraciones—el Rey de la paz
desencadenaron la segunda guerra mundial levantaron oleadas de ha de conceder la victoria a quienes con pura intención y con armas
justa indignación, pero al mismo tiempo hicieron madurar, por pacíficas combaten por su causa.
desgracia, los gérmenes de una instintiva inclinación a la venganza.
[27]. La parte más sana de la humanidad—aun en las naciones
más comprometidas en el conflicto—reprobaba unánimemente los [III. Restauración del espíritu de fraternidad]
excesos y las atrocidades que una política caída en el nihilismo moral
[33 ]. La humanidad, por consiguiente, no podrá salir de la
no sólo practicaba en la guerra por ella misma provocada, sino que
crisis y de la desolación presentes, para encaminarse hacia un más
osaba incluso justificarlos doctrinalmente. Los hechos y los docu-
mentos dados a conocer posteriormente han podido solamente con- armónico porvenir, si no frena y domina las fuerzas de la división
firmar que los autores y ejecutores de aquella política son los pri- y de la discordia gracias a un sincero espíritu de fraternidad que
meros representantes de la miseria que hoy padece el mundo. junte en un mismo amor a todas las clases, a todas las razas y a
todas las naciones.
[28]. Los hombres de la postguerra habrían podido fácilmente
oponer a aquella decadencia su propia superioridad moral: desgra- [34]. Si hoy, en la víspera de Navidad, lanzamos Nos tal invi-
ciadamente, en no pocos casos han dejado escapar una tan oportuna tación al mundo entero, es porque vemos en peligro de morir y
ocasión. Es obligado reconocer que la historia de la humanidad extinguirse este espíritu de fraternidad; vemos cómo las pasiones
durante los días, semanas y meses que han sucedido al fin de la egoístas se sobreponen a la sana razón; los duros métodos de atro-
guerra está muy lejos de ser en todo gloriosa. pello y de violencia, a la leal comprensión y a los deberes recíprocos;
[29 ]. Los merecidos castigos infligidos a los grandes culpables el despectivo desprecio de los daños que de ello se derivan, al asiduo
habrían podido inspirar escenas de infierno a la pluma de Dante; cuidado del bien común.
pero el sumo Poeta se habría retirado ante las represalias ejercidas [35]. La Iglesia, cuyo corazón materno abraza con igual soli-
contra los inocentes. citud a todos los pueblos, sigue con angustia esta evolución en los
[30]. Las deportaciones forzosas, la sumisión a trabajos ago- conflictos nacionales e internacionales.
biantes, han aparecido a su tiempo como un desafío a las más ele- [36]. Cuando la fe en Dios, Padre de todos los hombres, co-
mentales leyes de humanidad, a la letra y al espíritu del derecho de mienza a desvanecerse, también el espíritu de la unión fraterna
gentes. ¿Quién, pues, podría entonces maravillarse de que la misma
pierde su base moral y su fuerza de cohesión; y cuando el sentido
conciencia que tan justamente se había indignado al ver perpetrar
tales actos por los unos, reaccione en igual modo si los ve cometer de una comunidad querida por Dios y que incluye derechos y debe-
también a los otros ? res recíprocos, regulados por determinadas normas, comienza a
perecer, en su lugar se introducen una morbosa hipersensibilidad
para todo cuando divide, una instintiva inclinación a afirmar exage-
radamente los propios derechos verdaderos o falsos, una a veces
948 río XII LA FESTIVITA 949
inconsciente, pero no por ello menos perniciosa, despreocupación [4Sl- ¿No hemos visto acaso Nos, sobre este sagrado suelo de
de las necesidades vitales del prójimo. Roma, donde la voluntad divina ha establecido la Cátedra de Pedro¿
[37 J. Entonces queda ya abierto el camino a la lucha de todos a los mensajeros de una concepción del mundo y de la sociedad
contra todos, lucha que no conoce otro derecho que el derecho del humana fundada en la incredulidad y en la violencia hacerse sem-
más fuerte. bradores de cizaña en la buena tierra de Roma y esforzarse por
persuadir a sus hijos que son precisamente ellos quienes han ideado
[38]. Nuestro tiempo ha dado, desgraciadamente, dolorosos y realizado una nueva cultura más digna del hombre que no la
ejemplos de guerras fratricidas, surgidas con implacable lógica de antigua y eternamente joven civilización cristiana?
la desaparición del espíritu fraterno.
[46]. Llegadas ya las cosas a este punto, ha venido verdadera-
[39 ]. Hasta la tierra que había escuchado el canto de los ángeles mente el tiempo de que todos cuantos aman y tienen como sagrada
anunciando la paz a los hombres, que había visto resplandecer la la herencia Humana y espiritual de sus padres sacudan el sueño de
estrella del Salvador; la tierra donde el Redentor divino murió sus ojos y se armen de fe y de valor para preservar a la Urbe, madre
crucificado por nuestra salvación, aquella tierra santa por sus me- de la civilización, de caer en una situación religiosa, moral, social,
morias y por sus santuarios, amados sobre manera por todo corazón que haría bien difícil, con viva pena nuestra, la solemne celebración
cristiano, dividida ahora, se ha convertido en teatro de sangrientos del ya próximo Año Santo, que es el ardiente deseo de los católicos
conflictos. Y ¿no es acaso la misma Europa, centro de toda la gran del mundo entero.
familia católica, hoy un aviso y una prueba del estado al que la [47]. Por lo demás, si en la presente solemnidad nuestras cla-
desaparición del espíritu fraterno puede reducir a una parte del ras palabras van más allá de las fronteras, estas palabras no se diri-
mundo en otro tiempo tan hermosa y floreciente? gen más que a las doctrinas negadoras de la fe en Dios y en Cristo,
pero de ningún modo a los pueblos o grupos de pueblos que son
sus víctimas. Por éstos la Iglesia siente siempre un inmutable amor;
[La situación de Europa] más aún, con tanta mayor ternura cuanto mayores son sus sufri-
mientos. En los días de la prueba, mejor que en las horas serenas,
[40]. Lleva Europa en sí, todavía sin cicatrizar, las heridas es cuando los hombres de todas las naciones deben sentirse herma-
causadas por la última guerra, y ya comienza a brillar la luz siniestra nos, con aquella fraternidad cuyo sentido profundo, alta misión
de nuevos conflictos. y poder reconciliador nadie ha exaltado ni exaltará con tanta fuerza
[41]. ¡Ah, si todos los hombres honrados se unieran juntos, como el primogénito entre muchos hermanos 7 , que desde Belén ;il
cuan cercana estaría la victoria de la fraternidad humana, y con ello Gólgota predicó, más con su ejemplo que con sus palabras, aquella
mismo la salvación del mundo! Forman ellos ya una parte conside- grande y universal fraternidad.
rable de la opinión pública y dan pruebas de un sentir verdadera-
mente humano y de una prudencia también política.
[¡Ha llegado vuestra hora!]
[42]. Otros, en cambio, no menos numerosos, cuyo sí o cuyo
no tiene un peso tan notable en acelerar o retardar la pacificación de [48]. Sobre la Navidad de hoy se cierne una nube obncur.i
Europa, previa condición para los demás pasos hacia la pacificación Mientras el ansioso anhelo de paz se hace en los pueblo» ciuln v»v
universal, siguen el camino contrario. ¿Es que temen, acaso, que más intenso, en no menor grado se manifiesta en sus Kobi-rimnlr;.
una Europa restablecida, revigorizada, nuevamente consciente de la imposibilidad de satisfacerlo con los medios i-xi IUHÍVÍIIIHMII'
su misión, cristianamente inspirada, quiera expulsar de su organis- humanos.
mo los gérmenes venenosos del ateísmo y de la revolución, para [49]. Los sinceros esfuerzos de los unos pura nmm-miir UIM
vivir una vida propia y libre de malsanos influjos extraños? justa paz y el sistemático propósito de los otro» |>ur« culi H I mi un
[43 ]. Es claro que una Europa sacudida por los febriles esca- realización, ¿no suscitan tal vez en nosotros la iniaym <U- un |>rl¡uu 1
lofríos de las dificultades económicas y de las revoluciones sociales so juego de azar, del cual depende la fortuna o la lililí»?
se dejaría seducir más fácilmente por las ilusiones de un quimérico [50]. En las asambleas humanas se inlill.ru MU KI-IIHI rl c*»i >l
Estado ideal que no una Europa sana y clarividente. ritu del mal, el ángel del abismo 8, enemigo de U wiilml, lumrnt.i
dor de los odios, negador y destructor de todo tu-mimu-ntn lintel un,
[44]. Mientras tanto, los propagandistas de tan falaces pro-
pósitos se afanan por ganar prosélitos entre los exaltados y los sen- cree próxima ya su hora, y por ello hace cuuiitti |>nalc u lu» «l>-
cillos, para arrastrar también a sus pueblos por la senda de la ruina, acelerarla.
que ya otros han recorrido, no tanto por propia voluntad cuanto ' R o m . 8,29.
bajo la sistemática opresión de las libertades civiles y religiosas. 8 Apoc. 9,11.
950 río xil
U P15STIVITA 951
[51 ]. Esto no obstante, Nos queremos cerrar este nuestro men-
saje navideño con una incoercible exhortación a la esperanza y a la trabajo, a los hombres sin casa, a cuantos sufren el hambre y el
confianza.
frío; a aquellos que, habiendo perdido, o por las trágicas vicisitudes
[52]. Sí la fe en el divino Redentor mueve a los cristianos del cruel conflicto, o por injuria de los hombres, o incluso por los
a considerar todas las cosas a la luz de la verdad, siempre antigua propios errores y culpas pasados, la libertad, la familia, la patria, en
y siempre nueva, de las palabras que el anciano Simeón pronunció esta sagrada solemnidad sientan más aguda la mordedura de la an-
sobre el Niño Jesús presentado al templo: Mirad, este Niño está gustia y de la incomodidad; a los prisioneros de guerra todavía no
puesto para ruina y para resurrección de muchos... y para blanco de restituidos a sus familias; a los prófugos y a los dispersos; de modo
contradicción 9, sabemos que el número de aquellos que no se alejan particular a cuantos, especialmente sacerdotes, padecen persecucio-
de Cristo por la incredulidad, sino que se unen a El y se hallan dis- nes, cárcel, destierro, amenazas de tortura y de muerte por perma-
puestos a dar su vida por El, y que en El y en la resurrección ponen necer fieles a Dios, a Cristo, a la Iglesia, al cumplimiento de sus
su inquebrantable esperanza; sabemos que este número es grande, deberes.
que crece y se fortifica; vemos que irradian su energía y su be-
néfico influjo sobre todos los campos de la vida, y que otros hom-
bres de buena voluntad se unen a ellos.
[53 ]. A todos vosotros, por esto, amados hijos e hijas, Nos os
decimos: ¡Ha llegado vuestra hora!
En las reuniones de los hombres de Estado, otro invisible Espí-
ritu preside como Señor soberano, aquel Dios omnipotente a cuya
mirada nada se escapa y que en sus manos tiene los pensamientos
y los corazones para moverlos a su voluntad y en la hora de su elec-
ción ; aquel Dios cuyos impenetrables designios están dictados todos
por su amor paternal. Pero para realizarlos quiere valerse de vuestra
cooperación. En los días de lucha, vuestro puesto está en primera
línea, en el frente del combate. Los tímidos y los emboscados se
hallan muy cerca de convertirse en desertores y traidores.
[54 ]. Desertor y traidor sería quien quisiera prestar su colabo-
ración material, sus servicios, su capacidad, su ayuda, su voto, a par-
tidos y a poderes que niegan a Dios, que sustituyen el derecho por
la fuerza, la libertad por la amenaza y por el terror; que hacen de la
mentira, de las luchas, de la rebelión de las masas, otras tantas armas
de su política; que hacen imposible la paz interior y exterior.
[55]' Volvamos tres siglos atrás. En aquella Europa trastor-
nada por los horrores de la guerra de los Treinta Años, el año 1648
trajo, finalmente, el mensaje de la paz, la aurora de la restauración.
[56]. Rogad y trabajad para obtener del Señor que el año 1948
sea para la Europa herida, para los pueblos destrozados por las dis-
cordias, el año del renacimiento y de la paz, y que, expulsado el
espíritu de las tinieblas, el ángel del abismo, se levante sobre el
mundo el sol de la justicia, Jesucristo, Señor nuestro, a quien sea
honor y gloria en el tiempo y en la eternidad.
[57]- Y vaya ahora nuestra bendición apostólica, auspicio de
gracias y de auxilios divinos, a todos nuestros queridos hijos e hijas,
así de esta nuestra ciudad episcopal como de todo el mundo, pero
sobre todo a aquellos que mayormente gimen bajo el peso de la
miseria y del dolor: a los enfermos, a los pobres, a los obreros sin
9
í-c. 2,34.
CONSIDERACIONES KN TORNO A LA UNIÓN EUROPEA Ü53
I
¿Quiénes serán estos hombres? Muy difícilmente podrán serlo los
antiguos dirigentes de las viejas potencias europeas: han desapare-
cido o ya no tienen influencia. Menos todavía los elementos de una
masa tal como Nos la definimos en nuestro mensaje de Navidad
de 1944; la verdadera democracia con su ideal de sana libertad
e igualdad no tiene adversario más temible.
[13]. Debemos, pues, preguntarnos: ¿de dónde vendrá el lla-
mamiento más apremiante a la unidad europea? Vendrá de los
hombres que amen sinceramente la paz, de los hombres de orden
y de calma, de los hombres que—al menos en su intención y en su
voluntad—no están «desarraigados» y que encuentran en la vida de
familia honrada y feliz el primer objeto de su pensamiento y de su
dicha. He aquí los que levantarán sobre sus espaldas el edificio de
una Europa unida. Mientras no se dé oídos a su llamamiento, no
se hará nada durable, nada que esté a la medida de la crisis actual.
[14], Por fin, Nos nos hacemos esta pregunta: ¿se hallará
ÜRAVI 96T
Un doble deber sagrado indispensable para mejorar la situación pre-
sente. Fidelidad a la verdad revelada. Cumplimiento exacto de la jus-
GRAVl ticia y del amor.
El año transcurrido—1948—ha dado extensas muestras de fervor de
Dos obligaciones del cristiano en el mundo moderno vida. Ni la guerra ni las insidias son capaces de cerrar las fuentes de
vida de la Iglesia. Una vida nueva bulle sobre todo en la juventud
católica. Son millares los hombres que soportan las duras horas pre-
sentes con heroísmo sublime. Alabanza y agradecimiento por su des-
conocida, pero real entrega a Dios.
Sin embargo, hay que señalar también el hecho de muchos naufra-
gios dolorosos en la fe. La Iglesia espera—orando—la vuelta de los
que se han ido. Son injustos ciertos reproches lanzados contra la Iglesia
católica. La dolorosa situación de quienes se han visto separados a la
fuerza del seno de la Iglesia católica.
El décimo mensaje navideño de Pió XII prolonga el tema constante
de la paz. Presenta una parte introductoria dedicada al examen del El cristiano católico en el atormentado mundo moderno. La fidelidad
año transcurrido—1948—. Junto a las auténticas señales de un nuevo a la verdad revelada no implica indiferencia en el cristiano frente a los
y vigoroso fervor de vida y junto a los heroísmos sublimes de muchos deberes de la hora presente. Al contrario, el cristiano debe consagrarse
a la resolución de los problemas que la vida de hoy presenta en todos
católicos, el Papa señala el contraste doloroso de los naufragios en la
los campos.
fe y de las separaciones amargas provocadas por ciertas confesiones U n cristiano no puede encerrarse en un cómodo aislacionismo. El
ortodoxas subordinadas servilmente a los dictados de una concepción cristiano debe estimular los avances hacia una justa comunidad de los
social y política anticristiana. Y, por lo que toca al problema de la paz, pueblos. Hay que arrancar a los Estados de las estrecheces de una
el mundo permanece todavía en la misma encrucijada del año anterior. mentalidad egocéntrica.
Por esto el Papa recuerda a los cristianos católicos un doble deber:
fidelidad absoluta a la verdad revelada y cumplimiento exacto de los Frente a la amenaza de una nueva guerra, el cristiano debe albergar
en sí y fomentar en los demás una voluntad verdadera de paz. Dos
deberes de justicia y caridad.
posturas contrarias a la paz. Caracteres de la voluntad cristiana de paz.
El cristiano no debe retraerse del mundo, porque la situación de la La verdadera voluntad cristiana de la- paz viene de Dios. Tiene
humanidad exige a voces un remedio definitivo, y éste sólo puede ser también sus armas. Las principales son la oración y el amor.
proporcionado por los hijos fieles de la Iglesia. Por esto el cristiano debe Es fácilmente reconocible. Nunca convierte una cuestión de pres-
consagrarse en la medida de sus posibilidades a la resolución de los pro- tigio nacional en un caso de guerra. Nunca reivindica por la fuerza
blemas de hoy. El abstencionismo es ilícito. Frente a las fuerzas de la los legítimos derechos propios. Busca siempre la solidaridad inter-
disgregación social y política, todo hijo de la Iglesia debe apoyar con nacional. Todo violador del derecho debe ser desterrado de la sociedad
lealtad y energía los esfuerzos que se hacen por lograr el establecimiento civil.
de una comunidad de naciones. Frente a la amenaza de una nueva Es práctica y realista. Procura siempre remover o mitigar todo lo
guerra y la consiguiente psicosis prebélica producida por ella, el cris- que puede ser causa de conflicto bélico. Sobre todo en la cuestión de
los espacios vitales y en el problema de la escasez de materias primas
tiano debe fomentar en sí mismo y difundir a su alrededor una enér-
propugna una política realista de leal entendimiento.
gica y serenante atmósfera de voluntad cristiana de paz, de esta volun-
Es señal de fuerza, no de debilidad. Toda guerra de agresión es
tad cristiana de paz que viene de Dios, es fácilmente reconocible y es delito. Ante una agresión, ni el pueblo agredido ni la comunidad de
práctica, realista y vigorosa al mismo tiempo. Y frente al espíritu de Estados deben quedar en una indiferencia pasiva. La indiferencia ante
agresión hay que levantar, finalmente, la bandera de la solidaridad la guerra de agresión es sumamente nociva. No hace más que alentar
de los hombres y de los pueblos. El precepto de la paz es de derecho divino. a los fautores de la agresión. El cristiano aborrece la guerra por la ra-
dical injusticia de ésta."
SUMARIO El precepto de la paz es de derecho divino. La defensa contra la
agresión de ciertos bienes es plenamente legítima. A esta defensa está
I. El mandato de Jesucristo al supremo pastor de la Iglesia: enseñar a obligada la comunidad de las naciones. Así es como se evita la guerra
los fieles las normas que, substancialmente inmutables, deben adap- o se disminuyen al menos sus males.
tarse a las necesidades de los tiempos: nos urge con especial fuerza Los estímulos de la voluntad de paz. La mirada del Niño de Belén.
en este décimo año de nuestro pontificado.
Hay que derribar los prejuicios del nacionalismo y de la raza. Traba-
La situación presente de la humanidad. ¿Cómo avanzar por el es-
jad por la paz unidos a todos los que comulgan en este alto ideal.
pinoso sendero de la paz? El mundo se halla en una encrucijada. Es
hora de consolidar a todos en la verdad. El Señor está más cerca que Exhortación particular a la juventud católica. Lleváis sobre vues-
nunca de su Iglesia. tros hombros la responsabilidad del mañana. Procurad hacer del mun-
do una Domus Pacis. Palestina no parece todavía completamente ase-
95á PÍO Sil
GRAVI 959
gurada del peligro de la guerra. Necesidad de un régimen internacional
en los Santos Lugares. Imploración de la asistencia divina. Bendición su aurora, de profundas y muy justificadas esperanzas, aparece,hoy,
apostólica. en su ocaso, como una de aquellas encrucijadas en las que el camino
que antes descubría alegres perspectivas parece desembocar, por el
contrario, en el borde de un precipicio, cuyas insidias y cuyos pe-
«Confirma fratres tuos» ligros llenan de creciente ansiedad a todos los pueblos nobles y ge-
[i ]. Graves y a un tiempo tiernas 1, como testamento y adiós nerosos.
de despedida de un padre amantísimo, las palabras del divino Re- [7]. Y, sin embargo, más aún, precisamente por esto, queridos
dentor a su primer Vicario en la tierra: Confirma fratres tuos—«Con- hijos e hijas, cuando la pusilanimidad comienza a apoderarse aun
firma a tus hermanos» 2 —, no han cesado de resonar en nuestro de los espíritus valientes y las dudas asaltan a los espíritus más ilu-
espíritu y en nuestro corazón desde el día en que El en su inescru- minados y resueltos, Nos nos sentimos más obligados que nunca
table designio quiso confiar a nuestras débiles manos el timón de a corresponder al divino mandamiento: Confirma fratres tuos, y os
la navecilla de Pedro. enviamos a todos, hasta los últimos confines del mundo, como nues-
tro saludo navideño, aquellas palabras con las que el profeta anun-
[2 ]. Palabras inmortales, profundamente esculpidas en lo más
ciaba la obra de la redención y la definitiva victoria del reino de
íntimo de nuestra alma, se hacen todavía más penetrantes siempre
Cristo: Fortaleced las manos desfallecidas y robusteced las rodillas va-
que, en el ejercicio del ministerio apostólico, hemos de comunicar
cilantes. Decid a los pusilánimes: Valor, no temáis; mirad que vuestro
al episcopado y a los fieles del mundo las enseñanzas, las normas
Dios... vendrá y os salvará3.
y las exhortaciones que el pleno cumplimiento de la misión salva-
dora de la Iglesia requiere, y que, sin perjuicio de su inmutabilidad
substancial, deben, sin embargo, adaptarse oportunamente a las DOBLE DEBER SAGRADO
siempre mudables circunstancias y a la variedad de los tiempos
y de los lugares. [8]. Como sucesor de aquel a quien fué dirigida la divina pro-
[3 ]. Pero con particular emoción e intensidad experimentamos mesa : Yo he rogado por ti 4 , Ños sabemos muy bien que, cuando la
en Nos mismo aquella fuerza del divino mandato en este momento, lucha con los espíritus de las tinieblas es más dura y entra en fases
en que por décima vez os dirigimos nuestro mensaje navideño a vos- definitivas y, humanamente hablando, inquietantes, tanto más se
otros, amados hijos e hijas del mundo entero, al finalizar un decenio halla entonces el Señor cercano a su Iglesia y a sus fieles. Profunda-
que por sus acontecimientos y trastornos, por sus trabajos y preocu- mente convencidos y conscientes de esta divina asistencia, Nos re-
paciones, por sus amarguras y dolores, no tiene igual en los siglos cordamos a todos aquellos que se glorían del nombre de cristianos
de la historia humana. católicos un doble deber sagrado, indispensable para el mejoramien-
to de la presente situación de la sociedad humana:
[4]. Cuando, en la última Navidad, Nos os pedíamos en esta [9]. 1) Inquebrantable fidelidad al patrimonio de la verdad
ocasión vuestras oraciones y vuestra colaboración, expresábamos el que el Redentor ha traído al mundo.
anhelo de que el entonces incipiente año 1948 fuese para Europa
2) Concienzudo cumplimiento del precepto de la justicia y del
y para toda la sociedad de los pueblos, atormentados por tantas
amor, presupuesto necesario para el triunfo sobre la tierra de un or-
divisiones, un año de férvida reconstrucción, comienzo de un rá-
den social digno del divino Rey de la paz.
pido caminar hacia una verdadera paz.
[5 ]. Hoy, al terminar un año que se había abierto con tantas
I. FERVOR DE VIDA
esperanzas, nuestra voz paterna os invita de nuevo-a vosotros, es-
píritus rectos y reflexivos; a vosotros, cristianos convencidos, a con-
[10]. Nos pecaríamos de ingratitud para con el Omnipotente,
siderar cuál es actualmente la condición de la humanidad y de la
dador de todas las gracias y consumador de todos los bienes, si no
cristiandad, y cuál es el medio para avanzar con paso franco y se-
reconociéramos que el año ya casi acabado, a pesar de todas las
guro por el sendero que tanto la dura necesidad de los tiempos como preocupaciones y de todos los dolores, ha sido rico también en san-
vuestra propia conciencia os están señalando. tas alegrías y consuelos, en felices experiencias y alentadores éxitos.
[6]. Todo el que tenga clarividencia, fuerza moral y coraje Es decir, un año durante el cual en todos los pueblos y naciones, en
para mirar cara a cara la verdad, por muy penosa y humillante que todos los países y continentes, la Iglesia ha dado indudables y es-
ésta sea, debe reconocer, sin duda, que este año de 1948, objeto, en pléndidas señales de vitalidad, de vigor, de actividad, de resistencia,
1
Pío XII, radiomensaje a los cristianos de todo el mundo, 24 de diciembre de 1948:
de rápidos progresos, que no solamente corroboran las más lumino-
AAS2 41 (1949) 5-15. Texto original en italiano.
Le. 22,32. ' Is. 35,3-4-
4
Le, 23,3«.
960 rio XII GRAVI »ei
sas esperanzas en el campo espiritual, sino que también han produ-
cido manifiestos frutos en las gigantescas polémicas en que la hu- Naufragios dolorosos
manidad se encuentra envuelta en la lucha por su restablecimiento
y su pacificación. [13 ]. Sin embargo, si la constancia y la firmeza de tantos her-
[ i i ] . Una magnífica serie de solemnidades religiosas, de con- manos en la fe es para Nos fuente de alegría y de santo orgullo,
gresos eucarísticos y marianos, de importantes centenarios y de no podemos sustraernos a la obligación de mencionar también a
grandiosas asambleas han mostrado a todo observador imparcial que aquellos cuyos pensamientos y sentimientos llevan el sello del espí-
ni la guerra, ni la postguerra, ni la tenacidad de los enemigos de ritu y de las dificultades de la hora presente. ¡Cuántos han sufrido
Cristo, en sus propósitos disolventes y destructores, han sido capa- detrimento y hasta han naufragado en la fe y en la misma creencia
ces de alcanzar, para agotarlas o contaminarlas, las puras fuentes en Dios! ¡Cuántos, intoxicados por un ambiente de laicismo o de
de las que la Iglesia recibe desde hace casi veinte siglos su fuerza hostilidad hacia la Iglesia, han perdido la lozanía y la serenidad de
vital. Por todas partes nace y bulle una nueva vida que, especial- una fe que hasta ahora había sido el apoyo y la luz de su vida!
mente entre la juventud católica, se afana por llevar las verdades del Otros, bruscamente desarraigados y arrancados del suelo nativo,
Evangelio y la fuerza salutífera de su doctrina a todos los campos caminan a la ventura, expuestos, especialmente los jóvenes, a un
de la vida humana, para provecho y salvación incluso de aquellos decaimiento espiritual y moral, cuyo peligro no se puede suficiente-
que hasta ahora, con grave daño propio, habían cerrado su corazón mente valorar.
a tan benéfica actuación. [14]. La mirada materna de la Iglesia sigue a esas almas,
temporalmente perdidas o puestas en peligro, con amor vigilante
Heroísmos sublimes y con redoblada solicitud. La Iglesia no se irrita. La Iglesia ora.
La Iglesia espera: espera la vuelta de aquellos hijos, deseosa de
[12]. Las duras pruebas que la Iglesia ha sufrido a causa de encontrar los medios aptos para acelerar esta hora. Por esto no
la guerra y de la postguerra, las pérdidas dolorosas y los graves retrocede ante ningún sacrificio; ninguna pena le es demasiado
daños que la han afligido, no han hecho otra cosa que convertir en grave para tal fin. Está dispuesta a todo. A todo, menos a una cosa:
más confortante y vigorosa su energía y su fortaleza; combatida que no se le pida obtener el retorno de los hijos separados de ella
por las tempestades y por las olas, ha conservado intacta e inviola- —ya en tiempos pasados, ya recientemente—al precio de cualquier
ble su substancia vital, y en todos los pueblos, en los que profesar menoscabo o mancha en el depósito de la fe cristiana, confiado a
la fe católica equivale, en realidad, a sufrir persecuciones, se han su custodia.
encontrado y se encuentran siempre millares de valientes que, im-
pávidos en medio de los sacrificios, de las proscripciones y de los Amargas separaciones
tormentos; intrépidos ante las cadenas y la muerte, no doblan su
rodilla ante el Baal del poder y de la fuerza bruta 5 . El gran público [15 ]. Nos parece oportuno aclarar brevemente algunas ásperas
ignora las más de las veces sus nombres, pero están escritos con afirmaciones que han brotado de los labios de algunos disidentes
caracteres indelebles en los anales de la Iglesia. Es para Nos un contra la Iglesia católica y el Papado. Nuestro deber de caridad y
deber el glorificar a esos fieles y a esos fuertes, a esos infatigables amor no queda disminuido, ciertamente, ni por los ataques ni por
y a esos valientes, a esos elegidos y a esos bendecidos por Dios, para las injurias. Nos sabemos distinguir entre los pueblos, privados fre-
quienes las dificultades de los tiempos presentes, los dolores y las cuentemente de su libertad, y los sistemas que los gobiernan. Nos
lagrimas maternales de la Esposa de Cristo no son escándalo ni conocemos la servil dependencia que algunos representantes de la
locura, sino ocasión y estímulo poderoso para manifestar, no con confesión llamada «ortodoxa» manifiestan hacia una concepción cuyo
palabras, sino con hechos, la rectitud y el desinterés de sus senti- fin, repetidamente proclamado, es la eliminación de toda religión
mientos, su absoluta fidelidad, la sublime generosidad de sus cora- cristiana. Nos no ignoramos el amargo camino que han de recorrer
zones. Faltan palabras para reconocer dignamente y para ensalzar muchos de nuestros amados hijos e hijas, a los cuales un abierto
como se merece el heroísmo de estos fidelísimos entre los fieles. sistema de violencia ha arrastrado a separarse formalmente de la
A cada uno d e ellos llegue la expresión de nuestra alabanza y de Madre Iglesia, a la cual les unían sus más íntimas convicciones.
nuestra gratitud. El Señor, que ha prometido acordarse ante su Con corazón conmovido admiramos la heroica firmeza de unos;
Padre celestial de quienes le confesaren ante los hombres 6 , será con profundo dolor y con no menor amor paternal contemplamos
su eterna recompensa.
las angustias espirituales de otros, cuya fuerza exterior de resistencia
ha cedido bajo el exceso de una injusta presión y ha experimentado
5 Cf. 3 R e g . 19,18.
<s Cf. M t . 10,32. c
externamente una separación que su corazón aborrece y su concien-
cia reprueba.
Doctr. bontii. a 31
Wi'¿ PÍO XII
GRAVl 963
II. E L CRISTIANO CATÓLICO EN EL ATORMENTADO •tés oposiciones y obstáculos, pero que tienden a sacar a cada uno
MUNDO MODERNO de los Estados de las estrecheces de una mentalidad egocéntrica;
mentalidad que ha tenido una parte preponderante en la responsa-
[16]. La fidelidad del cristiano católico al divino patrirrionio bilidad de los conflictos del pasado y que, si no fuese, finalmente,
de la verdad, legado por Jesucristo al magisterio de la Iglesia» no lo vencida o a lo menos refrenada, podría conducir a nuevas confla-
condena en modo alguno:—como no pocos creen o muestran creer— graciones, tal vez mortales para la civilización humana.
a una desconfiada reserva o a una fría indiferencia frente a los graves
y urgentes deberes de la hora presente.
La amenaza de una nueva guerra
[17]. Por el contrario, el espíritu y el ejemplo del Señor, que
vino para buscar y salvar lo que estaba perdido; el precepto del amor, [21]. Nunca, desde que cesaron las hostilidades, los espíritus
y, en general, el sentido social que irradia de la buena nueva; la se han sentido tan oprimidos como hoy por la amenaza de una nueva
historia de la Iglesia, que demuestra cómo ésta ha sido siempre el guerra y por el ansia de la paz. Se mueven entre dos polos opuestos.
más firme y constante apoyo de todas las fuerzas del bien y de la Algunos repiten el antiguo refrán, no del todo falso, pero que se
paz; las enseñanzas y las exhortaciones de los Romanos Pontífices, presta a ser mal entendido y del que se ha abusado con frecuencia:
especialmente en el curso de los últimos decenios, sobre la conducta Si vis pacem, para bellum: «Si quieres la paz, prepara la guerra». Otros
de los cristianos para con el prójimo, la sociedad y el Estado; todo
creen encontrar la salvación en la fórmula ¡Paz a toda costa! Ambas
esto proclama la obligación del creyente de ocuparse, según su con-
partes quieren la paz, pero ambas la ponen en peligro; los unos,
dición y sus posibilidades, con desinterés y valor, en las cuestiones
que un mundo atormentado y agitado debe resolver en el campo porque despiertan la desconfianza; los otros, porque alientan la
de la justicia social, no menos que en el orden internacional del seguridad de quien prepara la agresión. Por esto, una y otra parte
derecho y de la paz. comprometen, aun sin quererlo, la causa de la paz, precisamente
en un tiempo en el que la humanidad, extenuada bajo el peso de los
[18]. Un cristiano convencido no puede encerrarse en un armamentos, angustiada por la previsión de nuevos y más graves
cómodo y egoísta «aislacionismo» cuando es testigo de las necesida- conflictos, tiembla ante el solo pensamiento de una futura catástrofe.
des y de las miserias de sus hermanos; cuando le llegan los gritos Por esto Nos querríamos indicar brevemente cuáles son los caracteres
de socorro de los económicamente débiles; cuando conoce las aspi- de una verdadera voluntad cristiana de paz.
raciones de las clases trabajadoras hacia unas más normales y justas
condiciones de vida; cuando se da cuenta de los abusos de una
concepción económica que pone el dinero por encima de todos los La verdadera voluntad cristiana de paz
deberes sociales; cuando no ignora las desviaciones de un intransi- 1) Viene de Dios
gente nacionalismo, que niega o conculca la solidaridad entre todos
los pueblos, solidaridad que impone a cada uno múltiples deberes [22]. La voluntad cristiana de paz viene de Dios. El es el
para con la gran familia de las naciones. Dios de la paz 7 ; Dios ha creado el mundo para que éste sea morada
de paz; Dios ha dado su precepto de paz, de aquella «tranquilidad
ha comunidad de los pueblos en el orden» de que habla San Agustín.
[23]. La voluntad cristiana de paz tiene también sus armas.
[19]. La doctrina católica sobre el Estado y la sociedad civil
Pero las principales son la oración y el amor: la oración constante
se ha fundado siempre en el principio de que, según la voluntad
divina, los pueblos forman todos ellos una comunidad que tiene al Padre celestial, Padre de todos nosotros; el amor fraterno entre
fin y deberes comunes. Incluso en un tiempo en el que la proclama- todos los hombres y todos los pueblos, como hijos todos del mismo
ción de este principio y de sus consecuencias prácticas levantaba Padre, que está en los cielos; el amor que con la paciencia logra
violentas reacciones, la Iglesia ha negado su consentimiento al erró- mantenerse siempre dispuesto y pronto para entenderse y para
neo concepto de una soberanía absolutamente autónoma y exenta ponerse de acuerdo con todos.
de las obligaciones sociales. [24]. Estas dos armas derivan de Dios, y donde faltan, donde
[20 ]. El cristiano católico, convencido de que todo hombre es solamente se sabe manejar armas materiales, no puede existir una
su prójimo y de que todo pueblo es miembro, con iguales derechos, verdadera voluntad de paz. Porque estos armamentos puramente
de la familia de las naciones, se asocia de todo corazón a aquellos materiales despiertan necesariamente la desconfianza y crean como
generosos esfuerzos, cuyos primeros resultados pueden ser bien un clima de guerra. ¿Quién no ve, por esto, cuan importante es
modestos y cuyas manifestaciones chocan frecuentemente con fuer-; 7
Rom. 15,33
964 PÍO XII GKAVI 966
para los pueblos conservar y consolidar la vida cristiana y cuan 4) Es señal de fuerza. La solidaridad de los pueblos,
grave es su responsabilidad en la elección y vigilancia de aquellos contra el espíritu de agresión
a quienes confían la inmediata disposición de los armamentos? [28]. La verdadera voluntad cristiana de paz es fuerza, no
debilidad o cansada resignación. Se identifica con la voluntad de
2) Es fácilmente reconocible
paz del eterno y omnipotente Dios. Toda guerra de agresión contra
[25]. La voluntad cristiana de paz es fácilmente reconocible. aquellos bienes que el ordenamiento divino de la paz obliga incon-
Obediente al divino precepto de la paz, no hace jamás, de una dicionalmente a respetar y a garantizar, y, por consiguiente, también
cuestión de prestigio o de honor nacional, un caso de guerra, ni a proteger y defender, es pecado, delito, atentado contra la majestad
siquiera solamente una amenaza de guerra. Guárdase bien de in- de Dios, creador y ordenador del mundo. Un pueblo amenazado
tentar por la fuerza de las armas la reivindicación de derechos que, o víctima ya de una injusta agresión, si quiere pensar y obrar cris-
por muy legítimos que sean, no compensan el riesgo de promover tianamente, no puede permanecer en una indiferencia pasiva; con
un incendio con todas sus tremendas consecuencias espirituales tanta mayor razón la solidaridad de la familia de los pueblos prohibe
y materiales. a los demás el comportarse como simples espectadores en una
[26]. Aquí igualmente se manifiesta la responsabilidad de los actitud de impasible neutralidad. ¿Quién podrá jamás valorar los
pueblos en los problemas capitales de la educación de la juventud, daños causados ya en el pasado por esta indiferencia, bien ajena del
de la formación de la opinión pública, que los métodos y los medios sentir cristiano, ante la guerra de agresión? ¡Cómo ha hecho probar
modernos hacen hoy día tan impresionable y mudable en todos más agudamente el sentido de la falta de seguridad entre los «gran-
los campos de la vida nacional. Ahora bien, esta acción debe ejerci- des», y sobre todo entre los «pequeños»! ¿Ha traído acaso esa indi-
tarse asiduamente para revalorizar la solidaridad de todos los Estados ferencia como compensación alguna otra ventaja? Al contrario, no
en la defensa de la paz. Todo violador del derecho debe ser colocado, ha hecho más que asegurar y alentar a los autores y a los fautores
como perturbador de la paz, en una infamante soledad lejos de la de la agresión, poniendo a cada uno de los pueblos, abandonados a
sociedad civil. ¡Ojalá que la Organización de las «Naciones Unidas» sí mismos, en la necesidad de aumentar indefinidamente sus ar-
pueda llegar a ser la plena y pura expresión de esta solidaridad mamentos.
internacional de la paz, borrando de sus instituciones y de sus esta- [29 ]. Apoyada, pues, en Dios y en el orden por El establecido,
tutos todo vestigio de su origen, que fué necesariamente una soli- la voluntad cristiana de paz es fuerte como el acero. Es de un temple
daridad de guerra! muy distinto al del simple sentimiento de humanidad, hecho las
más de las veces de una pura impresionabilidad, que no aborrece
3) Es práctica y realista la guerra más que por sus horrores y atrocidades, por sus destruc-
[27]. La voluntad cristiana de paz es práctica y realista. Su ciones y consecuencias, pero no también por su injusticia. A un
fin inmediato es remover, o al menos mitigar, las causas de las ten- sentimiento semejante, de carácter eudaimonístico y utilitario y de
siones que agravan moralmente y materialmente el peligro de gue- origen materialista, le falta la sólida base de una estricta e incondi-
rra. Estas causas son, entre otras, principalmente la relativa estrechez cional obligación. Es el creador de ese terreno en el que se alinean
del territorio nacional y la escasez de materias primas. Por consi- el engaño del estéril compromiso, la tendencia a salvarse a costa
guiente, en vez de enviar los alimentos, con grandísimos gastos, a de los demás y, en todo caso, el afortunado éxito del agresor.
las poblaciones prófugas, amontonadas sin criterio alguno en cual- [30]. Esto es tan verdadero, que ni la sola consideración de
quier lugar, ¿por qué no facilitar la emigración y la inmigración los dolores y de los males derivados de la guerra ni la cuidadosa
de las familias, dirigiéndolas hacia regiones donde encontrarán más dosificación de la acción y de la utilidad valen, finalmente, para
fácilmente los víveres que necesitan? Y en vez de restringir, frecuen- determinar si es moralmente lícito o incluso, en algunas circuns-
temente sin justos motivos, la producción, ¿por qué no dejar al
tancias concretas, obligatorio (siempre que haya probabilidad fun-
pueblo la posibilidad de producir según su normal potencialidad,
dada de éxito), rechazar con la fuerza al agresor.
y ganar asi el pan de cada día como fruto de su actividad, antes que
recibirlo como un donativo? Finalmente, en vez de alzar barreras
para impedirse recíprocamente el acceso a las materias primas, ¿por El precepto divino de la paz
qué no dejar el uso y el cambio de las mismas libre de todas las trabas
no necesarias, de aquellas sobre todo que crean una perjudicial [31]. Una cosa, sin embargo, es cierta: el precepto de la paz
desigualdad en las condiciones económicas? es de derecho divino. Su fin es la protección de los bienes de la
humanidad, en cuanto bienes del Creador. Ahora bien, entre estos
bienes hay algunos de tanta importancia para la humana convivencia,
que su defensa contra la injusta' agresión es, sin duda, plenamente
!«>(> PÍO X I I GRAVI mi
legítima. A esta defensa está obligada también la solidaridad de las os contentéis con edificar la Domus Pacis en la Vía Aurelia. Aquélla
naciones, que tiene el deber de no dejar abandonado al pueblo agre- será sólo el símbolo de vuestra voluntad de paz; pero ahora se trata
dido. La seguridad de que tal deber no ha de quedar sin cumplirse de poner en práctica todos vuestros tesoros de consagración y de
servirá para desalentar al agresor y, consiguientemente, para evitar tenacidad para hacer del mundo mismo una Domus Pacis, sobre la
la guerra o, al menos, en la peor hipótesis, para abreviar sus sufri- cual el espíritu y las promesas de Belén aleteen serenamente y
mientos. donde la atormentada humanidad encuentre, finalmente, la paz.
[32]. De esta manera es como queda mejorado el refrán Si vis [37 ]. Con esta esperanza invocamos la protección del Altísimo
pacem, para bellum, como también la fórmula «Paz a toda costa». sobre todos los pueblos y naciones, sobre aquellos que se hallan
Lo que importa es la sincera y cristiana voluntad de paz. A tenerla más expuestos que los otros a las amenazas de la guerra, a las agita-
nos impulsan, sin duda, el espectáculo de las ruinas de la última gue- ciones y a las devastaciones. Y en esta víspera de Navidad, ¿cómo no
rra, la silenciosa condena que sale de los grandes cementerios, donde ha de dirigirse nuestro pensamiento una vez más hacia aquella tierra
se alinean en filas interminables las tumbas de sus víctimas; la aún de Palestina, donde el Hijo de Dios hecho hombre pasó su vida
insatisfecha nostalgia de los prisioneros y de los prófugos, la angustia terrena; Palestina, donde, a pesar de la suspensión de las hostilida-
y el abandono de no pocos detenidos políticos, cansados de ser des, no aparece todavía un seguro fundamento de paz? ¡Ojalá que,
injustamente perseguidos. Pero aún más debe estimularnos la voz al fin, pueda encontrarse una feliz solución que, mientras acuda a
potente del precepto divino de la paz, la mirada dulcemente pe- socorrer las necesidades de tantos millares de desgraciados prófugos,
netrante del divino Niño del pesebre. satisfaga al mismo tiempo a los deseos de toda la cristiandad, ansiosa
de salvaguardar los Santos Lugares, haciéndolos libremente accesi-
[33 ]. Escuchad, resonando en la noche como las campanas de
bles y protegidos mediante la constitución de un régimen interna-
Navidad, las admirables palabras del Apóstol de las Gentes, esclavo
cional !
él mismo primeramente de los mezquinos prejuicios del orgullo
nacionalista y racista, derribados con él en el camino de Damasco: [38]. Nos imploramos igualmente la asistencia divina sobre
El [Jesucristo] es nuestra paz, El que hizo de los dos pueblos uno..., cuantos quieren consagrarse a la seguridad y al perfeccionamiento de
matando en sí toda enemistad... Y ha venido para anunciar la paz a la paz con sus oraciones y su activa colaboración: a los regidores de
vosotros, que estabais alejados, y a aquellos que estaban vecinos 8 . los pueblos, a cuantos puedan ejercitar un eficaz influjo sobre la
opinión pública, como en general a aquellos de quienes los pueblos
[34]. Por esto, Nos en esta hora, con toda la fuerza de nuestra
están más fácilmente dispuestos a acoger las sinceras invitaciones a
voz, os conjuramos, amados hijos e hijas del mundo entero: Trabajad
la paz; sobre las innumerables hileras de las víctimas de la guerra
por la paz según el corazón del Redentor. Juntamente con todas las
y sobre otros muchos, cuya mísera condición se hace cada día tanto
almas rectas que, aun sin militar en vuestras filas, están unidas a
más dolorosa, cuanto más se prolonga la intolerable espera de una
vosotros en la comunidad de este ideal, esforzaos por difundir y
definitiva paz, moralmente justa y duradera, exenta de todo prejui-
por hacer triunfar la voluntad cristiana de paz.
cio o superstición de raza y de sangre.
Exhortación a la juventud católica [39]. Entretanto, esperando de la gracia divínala realización
de estos ardientes deseos, impartimos de corazón a todos vosotros,
[35]. Pero con particular confianza nuestra llamada se dirige queridos hijos e hijas, unidos a Nos con el vínculo de la fe y del
a la juventud católica. Las inolvidables manifestaciones del pasado amor, nuestra paterna bendición apostólica.
septiembre reunieron en Roma, en una multitud sin precedentes, a
los representantes de la juventud católica llegados desde las más
diversas naciones. Con luminosa claridad" han demostrado su soli-
daridad en la voluntad de paz.
[36]. En aquella ocasión, desde la escalinata de nuestra pa-
triarcal Basílica Vaticana, en presencia de una juventud entusiasta,
bendijimos la primera piedra de la Domus Pacis que se va a cons-
truir: la casa de la paz, destinada a dar a la juventud del mundo
católico, frente a la cúpula de San Pedro, la conciencia de pertenecer
a una gran familia que abraza con igual amor a todos sus hijos.
A vosotros, jóvenes, que en la flor de vuestra edad lleváis la respon-
sabilidad de un mañana todavía tan incierto, Nos os decimos: No
8
E c h . 2,14.16.17.
PRENSA CATÓLICA Y OPINIÓN PÚBLICA 9(59
SUMARIO
[i ] . L a importancia de la prensa católica x , q u e representáis,
I. El objeto de este discurso es exponer algunos principios fundamen- amadísimos hijos, e n este C o n g r e s o internacional, y la g r a v e d a d
tales sobre la prensa católica en sus relaciones con la opinión pública. de los problemas q u e se p r o p o n e n a vuestro estudio, nos h a n llevado
II. La opinión pública es patrimonio de toda sociedad humana normal. a derogar, p a r a recibiros, la regla q u e N o s nos impusimos, m u y a
Una sociedad sin opinión pública es una sociedad enferma. Esta ca- pesar n u e s t r o , d e limitar, e incluso de s u p r i m i r d e ordinario, n u e s -
rencia puede ser debida a la acción exterior de un poder político tros discursos y nuestras alocuciones a lo largo del A ñ o Santo.
opresor o a la anemia interior de una determinada comunidad. P e r o esta vez N o s n o p o d e m o s dejar de d a r el apoyo d e n u e s t r a
III. La opinión pública es el eco de los hechos que se reflejan sobre la palabra al gran t e m a d e vuestra reunión. E s t e t e m a es t a n vasto
conciencia de los hombres responsables. Sin embargo, hoy día mu- c o m o sugestivo: la p r e n s a católica al servicio d e la verdad, d e l a
chas veces la llamada opinión pública es un simple nombre carente justicia y d e la p a z .
de contenido. Se ha perdido el sentido de la tradición. Se ha mecani-
zado al ciudadano. Se ha cortado toda espontaneidad. Es necesario, [ 2 ] . T e n i e n d o presente u n o de los aspectos capitales d e este
por tanto, buscar y formar a los hombres responsables y solidarios servicio, N o s j u z g a m o s o p o r t u n o presentar a vuestras meditaciones
que sepan ser muro sobre el que los sucesos, al chocar, se reflejen con algunos principios fundamentales relativos al papel de la p r e n s a
nitidez y espontaneidad. católica frente a la opinión pública. E s u n h e c h o q u e la prensa se
El hombre moderno padece una grave dolencia: la inconsistencia e n c u e n t r a e n t r e los principales factores q u e contribuyen a la forma-
de espíritu, la falta de carácter, la ausencia de una genuina inde-
pendencia. Hoy el instinto y la pasión son muchasveces los motivos ción y a la difusión d e ésta.
determinantes del juicio. La razón queda ál margen. Los formadores
de la opinión pública son de hecho los especialistas y los técnicos de [Concepto católico de la opinión pública}
mirada corta y horizonte estrecho. No son éstos los hombres que
pueden formar la verdadera opinión pública. [3 ] . L a opinión pública es, e n efecto, el patrimonio de t o d a
IV. La prensa católica, en su misión de servicio a la opinión pública, tro- sociedad n o r m a l c o m p u e s t a d e h o m b r e s q u e , conscientes d e s u
pieza con dificultades m u y graves, derivadas sobre todo de las viola- c o n d u c t a personal y social, están í n t i m a m e n t e ligados a la c o m u -
ciones que se infieren al orden social establecido por Dios. Ante estas nidad d e lá q u e forman parte. L a opinión pública es e n todas p a r t e s ,
dificultades, el publicista católico debe evitar el escollo de la pusila- e n definitiva, el eco natural, la resonancia c o m ú n , m á s o m e n o s e s -
nimidad y del abatimiento. La prensa católica debe oponerse a la pontánea, d e los sucesos y d e la situación actual e n sus espíritus y
desaparición progresiva d e las condiciones básicas de una sana opi- e n sus juicios.
nión pública y debe salvar lo que de aquéllas quede.
1
V. Sin embargo, la opinión pública no es infalible ni es siempre" total- Pío XII, discurso a los participantes en el I Congreso Internacional de Prensa Cató-
lica, 17 de febrero de 1950: AAS 42 (1950) 251-257; E 10 (1950) 1,201-203. Texto original
mente espontánea. Frente a los factores que tienden a mermar la en francés.
970 PÍO XII PRENSA CATÓLICA Y OPINIÓN PÚBLICA Vil
[4] Allí donde no apareciera manifestación alguna de la opi- fuerzas de las organizaciones gigantescas de masas que, encadenan-
nión pública, allí, sobre todo, donde hubiera que registrar su real do al hombre moderno en su complicado engranaje, ahogan a san-
inexistencia, sea la que sea la razón con que se explique su mutismo gre fría toda la espontaneidad de la opinión pública y la reducen
o su ausencia, se debería ver un vicio, una enfermedad, un mal de a un conformismo ciego y dócil de ideas y de juicios.
la vida social. [10]. ¿No habrá, pues, ya en estas desgraciadas naciones hom-
[5]. Dejamos aparte, evidentemente, el caso en que la opi- bres dignos de este nombre? ¿Hombres marcados con el sello de
nión pública se calla en un mundo de donde incluso la justa libertad una verdadera personalidad, capaces de hacer posible la vida inte-
está desterrada y donde, sola, la opinión de los partidos en el poder, rior de la sociedad? ¿Hombres que, a la luz de los principios cen-
la opinión de los jefes o de los dictadores, está autorizada a dejar trales de la vida, a la luz de sus fuertes convicciones, sepan contem-
oír su voz. Ahogar la voz de los ciudadanos, reducirla a un silencio plar a Dios, el mundo y todos los sucesos, grandes o pequeños,
forzado, es a los ojos de todo cristiano un atentado contra el derecho que en él se suceden? Estos hombres, al parecer, gracias a la recti-
natural del hombre, una violación del orden del mundo tal como tud de su juicio y de sus sentimientos, deberían poder edificar, pie-
dra a piedra, la sólida pared sobre la cual la voz de estos sucesos,
Dios lo ha establecido.
al chocar, se reflejaría en un eco espontáneo. ¡Sin duda alguna hay
[6]. ¿Quién no adivina las angustias, el desorden moral a todavía hombres de este temple, aunque, por desgracia, poco nu-
que este estado de cosas lanza la conciencia de los hombres de la merosos, y cada día más escasos, a medida que se ven suplantados
prensa? En verdad, Nos habíamos esperado que las experiencias por sujetos escépticos, hastiados, despreocupados, sin consistencia
demasiado duras del pasado habrían servido, al menos, como lec- ni carácter, fácilmente manejados por algunos «hacedores del juego»!
ción para librar definitivamente a la sociedad de una tiranía tan
escandalosa y acabar con un ultraje tan humillante para los perio- [11]. El hombre moderno adopta gustoso posturas indepen-
distas y para sus lectores. Sí, Nos lo habíamos esperado no menos dientes y desenvueltas. Estas no son, la mayoría de las veces, sino
vivamente que vosotros, y nuestra decepción no ha sido menos una fachada detrás de la cual se esconden pobres seres, vacíos, in-
amarga que la vuestra. consistentes, sin fuerza de espíritu para desenmascarar la mentira,
sin fuerza en el alma para resistir la violencia de los que con habili-
[7]. 1 Situación lamentable! Tan deplorable y tal vez más fu- dad saben poner en movimiento todos los resortes de la técnica
nesta todavía por sus consecuencias es la de los pueblos donde la moderna, todo el arte refinado de la persuasión para despojarlos
opinión pública permanece muda, no por haber sido amordazada de su libertad de pensamiento y hacerlos semejantes a las frágiles
por una fuerza exterior, sino porque le faltan aquellos presupuestos «cañas agitadas por el viento» 2 .
interiores que deben hallarse en todos los hombres que viven en
comunidad. [12]. ¿Se atrevería alguien a decir con seguridad que la ma-
yoría de los hombres es apta para juzgar, para apreciar los hechos
y las corrientes en su verdadero peso, de suerte que la opinión sea
[Los verdaderos formadores de la opinión pública ] guiada por la razón? Es ésta, sin embargo, una condición sine qua
[8]. Nos reconocemos en la opinión pública un eco natural, non de su valor y de su salud. ¿No se ve, en lugar de esto, cómo
una resonancia común, más o menos espontanea, de los hechos y de ^esta manera—la única legítima—de juzgar a los hombres y las cosas
las circunstancias en el espíritu y en los juicios de las personas que según reglas claras y justos principios es repudiada como un obs-
se sienten responsables y estrechamente ligadas a la suerte de su táculo de la espontaneidad y cómo, por el contrario, el impulso
comunidad. Nuestras palabras indican así otras tantas razones por y la reacción sensitivos del instinto y de la pasión son exaltados
las cuales la opinión pública se forma y se expresa tan difícilmente. como los únicos «oalores de la vida»? Bajo la acción de este prejui-
Lo que hoy día se llama opinión pública no es muchas veces más cio, lo que queda de la razón humana y de su fuerza de penetración
que el nombre, un nombre vacío de sentido, algo como un vago en el profundo dédalo de la realidad es poca cosa. Los hombres de
rumor, una impresión artificiosa y superficial; nada de un eco es- buen sentido no cuentan; quedan aquellos cuyo campo visual no
pontáneo despertado en la conciencia de la sociedad y dimanan- se extiende más allá de su estrecha especialidad ni más arriba del
te de ésta. poder puramente técnico. No es de estos hombres de quienes se
puede esperar ordinariamente la educación de la opinión pública
[9]. Pero ¿dónde encontrar a estos hombres profundamente ni la firmeza frente a la astuta propaganda que se arroga el privile-
penetrados del sentimiento de su responsabilidad y de su estrecha gio de moderarla a su gusto. En este terreno, los hombres de espíritu
solidaridad con el medio en que viven? Ya no hay tradiciones, ni cristiano, sencillo, recto, pero claro, aunque la mayor parte de las
hogar estable, ni seguridad de la vida, ni nada de todo lo que hu- veces no tengan muchos estudios, son muy superiores a aquéllos.
biera podido mantener a raya la obra de la disgregación y, con
demasiada frecuencia, de la destrucción. Añadid el abuso de las 2 Mt. 11,7.
t r i o XII
clarecer y guiar a la opinión pública se ven frecuentemente, los indispensable, en primer lugar, es el carácter. El carácter, es decir,
unos por su mala voluntad o por su insuficiencia, los otros por im- sencillamente, el amor profundo e inalterable al orden divino, que
posibilidad o por presión, en una mala postura para dedicarse a ello a b r a » y anima todos los dominios de la vida; amor y respeto que el
con libertad y con éxito. Esta situación desfavorable afecta particu- periodista católico no debe contentarse con sentir y nutrir en el secre-
larmente a la prensa católica en su actuación al servicio de la opi- to de su propio corazón, sino que debe cultivar en los de sus lectores.
nión pública. Porque todas las deficiencias, las incapacidades de En ciertos casos, la llama que así salta bastará para encender o para
que Nos acabamos de hablar, tienden a la violación de la organiza- reavivar en ellos la centellita casi muerta de las convicciones y de
ción natural de la sociedad humana tal como Dios la ha querido, los sentimientos dormidos en el fondo de su conciencia. En otros
a la mutilación del hombre, que, formado a imagen de su Creador casos, su amplitud de miras y de juicio podrá abrir sus ojos, fijados
y dotado por El de inteligencia, había sido colocado en el mundo con excesiva timidez en prejuicios tradicionales. En los unos como
para enseñorearlo, totalmente penetrado de la verdad y dócil a los en los otros, el periodista católico se guardará siempre de «hacer»
preceptos de la ley moral, del derecho natural y de la doctrina so- la opinión; más bien, ambicionará servirla.
brenatural contenida en la revelación de Cristo. [18]. Nos creemos que esta concepción católica de la opinión
[14]. En esta situación, el mal más temible para el publicista pública, de su funcionamiento y de los servicios que le presta la
católico sería la pusilanimidad y el abatimiento. Ved la Iglesia: des- prensa, es completamente justa, y que es necesaria para abrir a los
pués de casi dos milenios, a través de todas las dificultades, contra- hombres, con arreglo a vuestro ideal, el camino de la verdad, de la
dicciones, incomprensiones, persecuciones abiertas o solapadas, nun- justicia y de la paz.
ca se ha desanimado, nunca se ha dejado deprimir. Tomadla como
modelo. Ved, en las lamentables deficiencias que acabamos de se- [La opinión pública, el Estado totalitario y la paz-]
ñalar, el doble cuadro de lo que no debe ser y de lo que debe ser
la prensa católica. [19]. Así, por su actitud frente a la opinión pública, la Igle-
[15]. En toda su manera de ser y de obrar, la prensa católica sia se coloca como una barrera ante el totalitarismo, que, por su
debe oponer un obstáculo infranqueable al retroceso progresivo, a la misma naturaleza, es necesariamente enemigo de la verdadera y
desaparición de las condiciones fundamentales de una sana opinión libre opinión de los ciudadanos. De hecho, es por su misma natu-
pública y consolidar e incluso reforzar lo que de ella queda. Re- raleza por lo que el totalitarismo niega este orden divino y la relativa
nuncie de buena gana a los vanos provechos de un interés vulgar autonomía que éste reconoce a todos los dominios de la vida, en
o de una popularidad de mala ley; sepa mantenerse, con enérgica cuanto todos ellos tienen su origen en Dios.
y decidida dignidad, inaccesible a todos los intentos directos o in- [20]. Esta oposición se ha afirmado de nuevo manifiestamente
directos de corrupción. Tenga el valor—aun a costa de sacrificios con ocasión de dos discursos en que Nos nos dedicamos reciente-
pecuniarios—de alejar implacablemente de sus columnas todo anun- mente a aclarar la posición del juez ante la ley 3 . Nos hablábamos
cio, toda publicidad injuriosa para la fe o la honestidad. Al obrar entonces de las normas objetivas del derecho, del derecho divino
así, ganará en valor intrínseco, acabará por conquistar la estima natural, que garantiza a la vida jurídica de los hombres la autonomía
y luego la confianza y justificará la consigna tantas veces repetida: requerida por una viva y segura adaptación a las condiciones de
«En todo hogar católico, el periódico católico». cada tiempo. Que no nos hayan comprendido los totalitarios, para
[16]. Pero, aun suponiendo las mejores condiciones interiores quienes la ley y el derecho no son más que instrumentos en manos
y exteriores en que se desenvuelva y propague, la opinión pública de los círculos dominantes, Nos ciertamente lo esperábamos. ¡Pero
no es, sin embargo, infalible ni siempre absolutamente espontánea. comprobar las mismas incomprensiones por parte de ciertos medios
La complejidad y la novedad de los acontecimientos y de las situa- que, durante mucho tiempo, se habían proclamado como campeo-
ciones pueden ejercer una influencia decisiva en su formación, sin nes de la concepción liberal de la vida, que hablan condenado a
contar que no se libera fácilmente de los juicios preconcebidos, ni hombres por el solo pecado de su adhesión a leyes y preceptos con-
de la corriente dominante de las ideas, ni siquiera cuando la reac- trarios a la moral, he aquí algo que es muy para sorprendernos!
ción estuviese objetivamente justificada, ni siquiera en el caso de Porque, en definitiva, que el juez, al dictar una sentencia, se sienta
que lograra imponerse. Es entonces cuando la prensa tiene un papel ligado por la ley positiva y obligado a interpretarla fielmente, no
decisivo que realizar en la educación de la opinión, no para dictarla 3
Discurso sobre el concepto cristiano de! derecho y la aplicación de la ley injusta, diri-
o dirigirla, sino para servirla útilmente. gido al Congreso de Juristas Católicos Italianos, 6 de noviembre de 1949: AAS 41 (1949)
S97-604.
'J74 : PÍO XII
PRENSA CATÓLICA ¥ OPINIÓN PÚBUCA 975
tiene nada de incompatible con el reconocimiento del derecho na-
tural; más aún, es ésta una de sus exigencias. Pero lo que no se pe-, es decir, en el caso presente, hacia la Iglesia tal como ella es, no so-
dría legítimamente conceder es que este vínculo sea anudado exclu-. lamente en los designios eternos, sino tal como vive concretamente
sivamente por el acto del legislador humano de quien emana la ley.: aquí abajo en el espacio y en el tiempo, divina, sí, pero formada
Esto sería reconocer a la legislación positiva una seudqmajestad que por miembros y por órganos humanos.
no se diferenciaría en nada de la que el racismo o el nacionalismo [23]. Si posee este carácter, el publicista católico sabrá evitar
atribuía a la producción jurídica totalitaria, pisoteando los derechos tanto un servilismo mudo como una crítica descontrolada. Ayudará
naturales de las personas físicas y morales. Aquí también la prensa con una firme claridad a la formación de una opinión católica en la
católica tiene señalado su puesto para expresar con fórmulas claras Iglesia, precisamente cuando, como ahora, esta opinión oscila entre
el pensamiento del pueblo, confuso, vacilante, embarazado ante el, los dos polos, igualmente peligrosos, de un espiritualismo ilusorio
mecanismo moderno de la legislación positiva, mecanismo peligro-;
e irreal y de un realismo derrotista y materializante. Alejada de estos
so desde el momento en que se deja de ver en esta última una deri-
dos extremos, la prensa católica deberá ejercer entre los fieles su
vación del derecho divino natural.
influencia sobre la opinión pública en la Iglesia. Solamente así se
[21 ]. Esta concepción católica de la opinión pública y del ser- podrán eludir todas las ideas falsas, por exceso o por defecto, sobre
vicio que le rinde la prensa es también una sólida garantía de la paz. ! la misión y sobre las posibilidades de la Iglesia en el dominio tem-
La prensa toma una decidida posición, de hecho y de derecho, a poral y, en nuestros días, sobre todo en la cuestión social y el pro-
favor de la justa libertad de pensar y del derecho de los hombres blema de la paz.
a su juicio propio, pero los contempla a la luz de la ley divina. Que [24]. Nos no terminaremos sin dirigir nuestro pensamiento
es tanto como decir que quien quiere ponerse lealmente al servicio hacia tantos hombres verdaderamente grandes, honor y gloria del
de la opinión pública, sea la autoridad social o' la prensa misma, periodismo y de la prensa católica de los tiempos modernos. Hace
debe prohibirse absolutamente toda mentira y toda excitación. ¿Ño más de un siglo, esos hombres se alzan ante nosotros como modelos
es evidente que esta disposición de espíritu y de voluntad reacciona de actividad espiritual; más todavía: desde sus filas se han levan-
eficazmente contra el clima de guerra? Desde el momento, por el
tado hoy verdaderos mártires de la santa causa, confesores valerosos
contrario, en que la pretendida opinión pública es dictada, impuesta,
en medio de las dificultades espirituales y temporales de la existen-
de grado o por fuerza; desde que las mentiras, los prejuicios parcia-
les, los artificios del estilo, los efectos de voz y de gesto, la explota- cia. ¡Bendita sea su memoria! Que su recuerdo sea para vosotros
ción del sentimiento, vienen a hacer ilusorio el justo derecho de los un consuelo y un aliento en el cumplimiento de vuestro rudo, pero
hombres a su propio juicio, a sus propias convicciones, entonces se importante deber.
crea una atmófera pesada, malsana, ficticia, que, en el curso de los Confiando que, a ejemplo suyo, cumpliréis fielmente y fructuo-
acontecimientos, de repente, tan fatalmente como los odiosos pro- samente el vuestro, os damos de todo corazón, queridos hijos, nues-
cedimientos químicos hoy día demasiado conocidos, sofoca o ador- tra bendición apostólica 4 .
mece a los mismos hombres y les obliga a exponer sus bienes y su 4
Sobre el tema fundamental de la opinión pública y de la prensa como institución con-
sangre por la defensa y el triunfo de una causa falsa e injusta. En sagrada al servicio de aquélla, véanse los siguientes documentos: saludo a una delegación
de la prensa suiza, 14 de abril de 1946: DER 8,43-44; alocución a un grupo de periodistas
verdad, allí donde la opinión pública deja de funcionar libremente, norteamericanos sobre el justo concepto de la libertad de información, 11 de julio de 1946:
allí es donde está en peligro la paz. DER 8,171-172; alocución a un grupo de representantes de prensa estadounidense, 23 de
enero de 1950: DER 11,361-362; discurso al Congreso Internacional de Editores sobre la
misión del editor, 10 de diciembre de 1950: DER 12,357-358; alocución a una representa-
ción de prens-, radio y televisión norteamericanas sobre la opinión pública, 24 de marzo
[La opinión pública dentro de la Iglesia] de 1952: DER 14,31. Véase también el discurso del cardenal Cerejeira. patriarca de Lisboa,
sobre El concepto de ¡a prensa catótíea: E 3 (1943) 1,86. Cf. asimismo E 14 (1954) 2,551-552.
[22]. Finalmente, Nos querríamos todavía añadir una palabra
referente a la opinión pública en el seno mismo de la Iglesia (natu-
ralmente, en las materias dejadas a la libre discusión), Se extrañarán
de esto solamente quienes no conocen a la Iglesia o quienes la cono-
cen mal. Porque la Iglesia, después de todo, es un cuerpo vivo y le
faltaría algo a su vida si la opinión pública le faltase; falta cuya cen-
sura recaería sobre los pastores y sobre los fieles. Pero también aquí
la prensa católica puede hacer un servicio muy útil. A este servicio,
sin embargo, más que a cualquier otro, el periodista debe aportar
aquel carácter del que Nos hemos hablado, y que está formado por
un inalterable respeto y un amor profundo hacia el orden divino,
U VERDADERA NOCIÓN DEL ESIADO 977
LA VERDADERA NOCIÓN DEL ESTADO [i ]. A vosotros !, señores, nuestra más calurosa bienvenida.
Estad seguros del vivísimo interés que Nos tenemos por vuestros
trabajos. Interés que puede medirse por el que la Iglesia siente por
el Estado en general. A sus ojos, ninguna institución social, después
de la familia, se impone tan fuerte y tan esencialmente como el
Estado. Este tiene sus raíces en el orden de la creación y es uno de
los elementos constitutivos del derecho natural.
[2]. Esto es lo que da a la cooperación en la constitución del
Estado, en la organización de sus funciones, una importancia de
En nuestro tiempo, los excesos del Estado se suceden casi sin inte- primer orden. Esta cooperación significa, ciertamente, una especial
rrupción. La causa de esta hipertrofia persistente consiste en el descono- y amplia contribución al bien de la humanidad; más aún, contribuye
cimiento, en el olvido o en el desprecio de la noción exacta del Estado eficazmente, si se hace como se debe y con recta intención, a promo-
y de sus límites esenciales. Los hombres que viven consagrados al servi- ver el honor de Dios, creador y ordenador de esta humanidad. Nos
cio del Estado deben poseer la capacitación técnica necesaria. Pero ésta os felicitamos, pues, por los buenos frutos de vuestra profesión.
es insuficiente. Lo primordial es la posesión consciente y actualizada del ¿No es ésta un llamamiento incesante a la conciencia para adaptar
sentido del Estado, de sus fines reales, de sus limitaciones infranqueables la vida del Estado a las condiciones siempre mudables de los tiempos,
y de su subordinación radical al orden moral y a la persona humana. de tal manera que pueda realizar las intenciones y los planes de la
El insistir en la preparación puramente técnica o jurídica, postergando sabiduría del Creador?
la capacidad personal de sentido y de visión del concepto genuino del [3 ]. ¡Cuan necesario es por esto vuestro trabajo! En todos los
Estado, constituye un error lamentable, que convierte la política y la tiempos ha habido que deplorar, aquí o allá, excesos en el poder
administración del Estado en una mayor o menor omnipotencia opresora del Estado. Pero, en el nuestro, estos casos de hipertrofia se suceden
de toda legítima autonomía. Esta es la llamada de atención, apremiante casi sin interrupción; con qué consecuencias, lo vemos demasiadas
y grave, que hace Pío XII al mundo de la política y de la administración veces.
pública en este discurso breve en dimensiones, pero denso en contenido.
[4]. Nos, naturalmente, hablamos de los excesos, porque na-
die pone en duda la necesidad para el Estado; en las actuales condi-
SUMARIO ciones, sobre todo sociales, del mundo, de ensanchar su campo
de acción, de intensificar también su poder. Esto podría hacerse
I. Interés de la Iglesia por el Estado en general. El Estado es uno de los sin ningún peligro si el claro conocimiento y la justa apreciación
elementos constitutivos del derecho natural. La cooperación en la de la importancia real del papel del Estado y de su fin hubieran
constitución del Estado es una contribución al bien común de la hu-
manidad y una obra que redunda en gloria de Dios si se hace como progresado en el mismo nivel. Con ello hubiera hallado el Estado
es debido. como un regulador, un control que le hubiera impedido extender
II. Hoy día son demasiado frecuentes los excesos del Estado. Este tiene sus poderes, en virtud de consideraciones bien diversas de las ne-
necesidad de ensanchar su campo de acción, pero en esta ampliación cesidades económicas y sociales, a los dominios, especialmente cul-
no debe perderse de vista el concepto y el fin verdaderos del Estado. turales, que hubiera sido mejor dejar a la libre iniciativa de los ciu-
Los hombres consagrados al servicio del Estado están obligados a dadanos.
mantener bien claros los límites de aquel concepto y el sentido de este
fin. El Estado no es una omnipotencia opresora de toda legitima auto- [5]. Y ¿qué es lo que ha pasado? Con demasiada frecuencia,
nomía. Ni el individuo ni la familia deben quedar absoibidos por el este conocimiento, esta apreciación, se han hallado, por el contra-
Estado. El Estado es un organismo moral fundado en el orden moral rio, en razón inversa del aumento de los poderes, y esto no solamente
del mundo. por parte de los que en el Estado no ven más que la fuente de sus
III. Hoy presenciamos una exuberante floración de planes y unificaciones, utilidades o de los que sufren a causa de él, sino también de parte
justificados dentro de sus debidos límites. Pero hay que evitar el gra- de los que tienen la misión de dar al Estado su constitución y su
ve peligro de que en esta materia tengan la última palabra los puros forma.
técnicos de la organización. La administración del Estado recae sobre
los asuntos del país, no sobre las personas. La administración pública [6]. Estos, sin embargo, deberían vivir en la justa idea del
no debe ahogar al ciudadano. Son los hombres dotados con una inte- Estado para poder inspirarse en ella. Es su deber primordial y, por
ligencia exacta de las exigenrias del derecho natural los que están decirlo así, es su razón de ser. ¿Cuál es, pues, la verdadera noción
llamados a infundir en la legislación positiva el sentido propio de los 1
límites que la naturaleza impone al Estado y a su administración. Pío XII, discurso a los participantes en el VIII Congreso Internacional de las Ciencias
Administrativas, 5 de agosto de 1950: DER 12,159-161; E 10 (1950) 2,173. Texto original
en francés.
I»7B PÍO xir t,A VJÍKDADKKA NOCIÓH DKI. ESTADO S>7í>
i leí Estado, sino la de un organismo moral fundado en el orden , [9]. Vosotros, ilustres representantes dé vuestras respectivas
moral del mundo? El Estado no es una omnipotencia opresora de \ naciones, habéis tratado en vuestro Congreso sobre todo de las cues-
toda legítima autonomía. Su función, su magnífica función, es 1 tiones prácticas de la administración. Nos hemos querido añadir
más bien favorecer, ayudar, promover la íntima coalición, la coope- I algunas consideraciones de principio, y vosotros, estamos ciertos,
ración activa, en el sentido de una unidad más alta, de los miem- 1 procuraréis transportar estos principios a la vida y al funcionamien-
bros que, respetando su subordinación al fin del Estado, cooperan j i to de la administración pública.
de la- mejor manera posible al bien de la comunidad, precisamente , [10]. De todo corazón, señores, confiamos a vosotros mismos
en cuanto que conservan y desarrollan su carácter particular y na- y vuestra actividad profesional a la Providencia y a la gracia del
tural. Ni el individuo ni la familia deben quedar absorbidos por Todopoderoso, invocando sobre vosotros, sobre vuestras familias y
el Estado. Cada uno conserva y debe conservar su libertad de mo- j sobre todos los que amáis su divina y paterna bendición 2 .
vimientos en la medida en que ésta no cause riesgo de perjuicio al 2
bien común. Además, hay ciertos derechos y libertades del indivi- ! Véase el discurso de 2 d e octubre d e 1948 sobre Finanzas públicas y política fiscal, diri-
gido a los participantes en ei Congreso del I n s t i t u t o . Internacional d e Finanzas Públicas
dúo—de cada individuo—o de la familia que el Estado debe siempre D E R 10,239-241; E 8 (1948) 2AS6.
proteger y que nunca puede violar o sacrificar a un pretendido bien
común. Nos referimos, para citar solamente algunos ejemplos, al
derecho al honor y a la buena reputación, al derecho y a la libertad
de venerar al verdadero Dios, al derecho originario de los padres
sobre sus hijos y su educación. El hecho de que algunas recientes
Constituciones hayan adoptado estas ideas es una promesa feliz,
que Nos saludamos con alegría, como la aurora de una renovación
en el respeto a los verdaderos derechos del hombre, tal como han
sido queridos y establecidos por Dios.
' [7]. La época presente asiste a una exuberante floración de
«planes» y de «unificaciones». Nos reconocemos con gusto que, en
sus justos límites, pueden ser deseables y aun exigidos por las cir-
cunstancias, y una vez más repetimos que lo que Nos rechazamos
no es más que el exceso de una apropiación del Estado. Pero ¿quién
no ve, en estas condiciones, el mal que resultaría del hecho de que
la última palabra en los asuntos del Estado quedara entregada a
•los puros técnicos de la organización? N o ; la última palabra per-
tenece a los que ven en el Estado una entidad viva, una emanación
normal de la naturaleza humana; a los que administran, en nombre
del Estado, no inmediatamente al hombre, sino los asuntos del país,
de manera que los individuos no vengan jamás, ni en su vida pri-
vada ni en su vida social, a encontrarse ahogados bajo el peso de la
administración del Estado. La última palabra corresponde a aque-
llos para quienes el derecho natural es algo distinto de una regla
puramente negativa, de una frontera cerrada para las usurpaciones
de la legislación positiva, de un simple ajuste técnico a las circuns-
tancias, sino que reverencian en el derecho natural el alma de esa
legislación positiva, alma que le da forma, sentido y vida. ¡Ojalá
que esta última palabra, la palabra decisiva en la administración de
la vida pública, sea el patrimonio de tales hombres!
[8]. Más que la energía para el trabajo, lo que estos hombres
necesitan es experiencia, fidelidad en mantener la noción exacta
para promover el verdadero fin del Estado, iniciativa y perseveran-
cia, objetividad y valeroso sentido de la responsabilidad.
LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA MUNDIAL 981
no permanecer escépticos y despectivos hacia la potencia pacifica- experiencia histórica—, formas de la unidad y del orden entre los
dora de la Iglesia? Pero los otros—¡y quiera Dios que sean la ma- hombresj necesarias para la vida humana y parte activa en su per-
yoría!—se darán cuenta, más o menos conscientemente, de que, a feccionamiento. Su mismo concepto dice tranquilidad en el orden,
substraer a la autoridad religiosa de la Iglesia los presupuestos ne- aquella tranquillitas ordinis, que es la definición que San Agustín
cesarios para una actuación eficaZi en pro de la paz, se ha hecho más da de la paz: son esencialmente una ordenación de la paz.
profunda la trágica situación del perturbado mundo moderno. [28]. Con esas sociedades, como ordenación de paz, Jesucristo,
[22]. A este casi intolerable exceso ha llevado la defección de Príncipe de la paz—y con El la Iglesia, en la cual continúa viviendo—,
no pocos de la fe cristiana. Y al delito del alejamiento de Cristo ha entrado en una nueva e íntima relación de elevación y confirma-
diríase que Dios ha respondido con el flagelo de una amenaza per- ción vital. Tal es el fundamento de la singular aportación que la
manente a la paz y de la angustiosa pesadilla de la guerra. Iglesia da a la paz por su propia naturaleza, es decir, cuando su exis-
[23 ]. Incomparable como su título jurídico para la obra de la tencia y su acción entre los hombres ocupan el puesto que les co-
paz es también el valor de la aportación que la Iglesia le presta. rresponde.
[29]. ¿Y cómo se realiza todo esto sino mediante el continuo,
Relaciones de lá Iglesih con los Estados iluminador y confortante influjo de la gracia de Cristo en la inteli-
gencia y en la voluntad de los ciudadanos y de sus gobernantes,
[24 ]. La Iglesia no es una sociedad política, sino religiosa; pero a fin de que. éstos reconozcan y procuren los fines señalados por
esto no le impide mantener con los Estados relaciones no sólo ex- el Creador en todos los campos de la convivencia humana, se afa-
ternas, sino también internas y vitales. La Iglesia, de hecho, ha nen por dirigir hacia estos fines la colaboración de los individuos
sido fundada por Cristo como sociedad visible, y, como tal, se en- y de los pueblos y ejerciten la justicia y la caridad social en el inte-
cuentra con los Estados en un mismo territorio, abraza con su soli- rior de los Estados y en las mutuas relaciones de éstos ?
citud a los mismos hombres, y en múltiples formas y bajo variados [30]. Si la humanidad, conformándose con la voluntad divina,
aspectos usa los mismos bienes y las mismas instituciones. aplica aquel seguro medio de salvación que es el perfecto orden cris-
[25 ]. A estas relaciones externas y casi naturales por causa de tiano en el mundo, muy pronto verá desvanecerse prácticamente
la convivencia humana se añaden otras, internas y vitales, que tie- hasta la posibilidad de la misma guerra justa, que ya no tendrá
nen su principio y su origen en la persona de Jesucristo, en cuanto razón alguna de ser desde el momento en que se halle garantizada
es Cabeza de la Iglesia. Porque el Hijo de Dios, al hacerse hombre, la actividad de la sociedad de los Estados como genuina ordena-
y verdadero hombre, entró por esto mismo en -una nueva relación ción de paz.
verdaderamente vital con el cuerpo social de la humanidad, con el
género humano en su unidad, que implica la igual dignidad personal III. CUÁL ES LA APORTACIÓN PRÁCTICA QUE LA IGLESIA
de todos los hombres, y en las múltiples sociedades particulares, ' DA A LA CAUSA DE LA PAZ
sobre todo en aquellas que, en el seno de esa unidad, son necesarias
para asegurar el orden externo y la buena organización o al menos El orden cristiano, fundamento y garantía de la paz
le dan un mayor perfeccionamiento natural. [31]. Nuestras últimas palabras demuestran claramente nues-
tro pensamiento sobre este problema. También hoy, como en otras
La Sociedad de los Estados ocasiones, ante el pesebre del divino Príncipe de la paz, nos vemos
en la necesidad de declarar: el mundo está muy lejos de aquel or-
[26]. A estas sociedades pertenecen en primer lugar la familia, den querido por Dios en Cristo, que garantiza una paz real y dura-
el Estado y también la Sociedad de los Estados, porque el bien co- dera. Se dirá tal vez que en este caso no valía la pena trazar las
mún, fin esencial de cada uno de ellos, no puede ni existir ni ser grandes líneas de ese orden y poner en ello la aportación fundamen-
concebido sin su relación intrínseca con la unidad del género hu- tal de la Iglesia a la obra de la paz. Se objetará que de ese modo
mano. Bajo este aspecto, la unión indisoluble de los Estados es un Nos no hacemos sino estimular el cinismo de los escépticos y agra-
postulado natural, es un hecho que se les impone y al cual ellos, aun- var el desaliento de los amigos de la paz, si ésta sólo puede ser de-
que a veces con vacilaciones, se someten como a la voz de la natu- fendida recurriendo a los valores eternos del hombre y de la hu-
raleza, esforzándose también por dar a su unión una regulación ex- manidad. Se nos opondrá, finalmente, que damos de hecho la razón
terior estable, una organización. a quienes en la «paz armada» ven la última y definitiva palabra en
[27]. El Estado, la Sociedad de los Estados, con su organiza- la causa de la paz; por consiguiente, en una solución deprimente
ción, son, consiguientemente—por su naturaleza, según la índole para las fuerzas económicas de los pueblos y apta para mantener
social del hombre y a pesar de todas las sombras, como atestigua la eft tensión sus nervios.
992 « o xil
LA DECIMATERZA 993
[32]. Nos estimamos, sin embargo, indispensable fijar la aten-
ción en el orden cristiano, hoy demasiado perdido de vista por mu- las cifras, y queda necesariamente limitada en el momento en que
chos, si se quiere ver el nudo del problema tal como hoy se presenta; el conflicto amenaza ya estallar. Es amigo de la paz, pero llegará
si se quiere no sólo teórica, sino también prácticamente, darse cuenta demasiado tarde para salvarla.
de la aportación que todos, y en primer lugar la Iglesia, pueden ver- [38]. Si de veras se quiere impedir la guerra, se debe ante todo
daderamente prestar, incluso en circunstancias desfavorables y a pe- procurar socorrer la anemia espiritual de los pueblos, la incons-
sar de los escépticos y de los pesimistas. ciencia de la propia responsabilidad ante Dios y ante los hombres
[33]. Ante todo, esta mirada convencerá a cualquier obser- por la falta del orden cristiano, único que puede asegurar la paz.
vador imparcial de que el nudo del problema de la paz es actualmente A esto van encaminados ahora los esfuerzos de la Iglesia.
de orden espiritual, es una falta o defecto espiritual. Es demasiado
escaso en el mundo de hoy el sentido profundamente cristiano; El orden cristiano, orden de libertad
son demasiado pocos los verdaderos y perfectos cristianos. De esta
manera, los hombres mismos ponen obstáculos a la realización del [39]. Pero la Iglesia tropieza aquí con una dificultad particu-
orden querido por Dios. lar, debida a la forma de las presentes circunstancias sociales: su
[34]. Es necesario que cada uno se persuada de este carácter exhortación en favor del orden cristiano, como factor principal de
espiritual inherente al peligro de la guerra. Inspirar tal persuasión pacificación, es, al mismo tiempo, un estímulo para el justo concepto
es; en primer lugar, deber de la Iglesia, y hoy su principal apor- de la verdadera libertad. Porque, en definitiva, el orden cristiano,
tación a la paz. en cuanto ordenamiento de paz, es esencialmente un orden de
libertad. El orden cristiano es el concurso solidario de los hombres
Las armas modernas y de los pueblos libres para la progresiva realización, en todos los
campos de la vida, de los fines señalados por Dios a la humanidad.
[35]. También Nos—y más que otro cualquiera—-deploramos Pero es un hecho doloroso que hoy no se estima o no se posee ya
la monstruosa crueldad de las armas modernas. La deploramos y la verdadera libertad. En estas condiciones, la convivencia humana,
no cesamos de rogar para que nunca lleguen a ser empleadas. Pero, como ordenamiento de la paz, se halla interiormente enervada y
por otra parte, ¿no es quizás una especie de materialismo práctico, exangüe, exteriormente expuesta a peligros en todo momento.
de sentimentalismo superficial, considerar en el problema de la [40]. Aquellos, por ejemplo, que en el campo económico o
paz únicamente o principalmente la existencia y la amenaza de social quieren que todo recaiga sobre la sociedad, incluso la direc-
esas armas, mientras no se da valor alguno a la ausencia del orden ción y la seguridad de su propia existencia, o que esperan hoy su
cristiano, que es la verdadera garantía de la paz? único alimento espiritual diario cada vez menos de sí mismos—es
[36]. De aquí, entre otros motivos, las discrepancias y aun decir, de sus propias convicciones y conocimientos—y cada vez más,
las inexactitudes sobre la licitud o ilicitud de la guerra moderna; ya preparado, de la prensa, de la radio, del cine y de la televisión,
de aquí igualmente la ilusión de algunos políticos, que dan una ¿cómo podrán concebir la verdadera libertad, cómo podrán esti-
importancia excesiva a la existencia o a la desaparición de dichas marla y desearla, si esa libertad no tiene puesto alguno en su vida?
armas. El terror que éstas inspiran va perdiendo con el tiempo su [41 ]. Así, esos hombres no son ya más que simples ruedas
eficacia, como cualquier otra causa de miedo; o por lo menos no en los diversos organismos sociales; no son ya hombres libres, capa-
bastaría, llegado el caso, para frenar el desencadenamiento de una ces de asumir y aceptar una parte de responsabilidad en las cosas
guerra, especialmente donde los sentimientos de los ciudadanos públicas. Por ello, cuando hoy gritan: ¡No más guerra!, ¿cómo
no tienen influjo suficiente en las determinaciones de sus gobiernos. será posible fiarse de ellos? No es en realidad su voz, es la voz
anónima del grupo social en que se hallan comprometidos *.
El desarme [42 ]. Esta es la situación dolorosa con la que tropieza también
la Iglesia en sus esfuerzos por la paz, en sus llamamientos a la con-
[37]' Por otra parte, el desarme, o sea la reducción simultánea ciencia de la verdadera libertad humana, elemento indispensable,
y recíproca de los armamentos, por Nos siempre deseada y defendida, según la concepción cristiana, del orden social, considerado como
es una garantía poco sólida de paz duradera si no se halla acompa- organización de paz. En vano multiplicaría la Iglesia sus invitaciones
ñada por la abolición de las armas del odio, de la codicia y del
6
inmoderado deseo de prestigio. E n otros términos, quien une de- Véase la carta de 14 de julio de 1945 dirigida a Mr. Charles Flory, presidente de las
Semanas Sociales de Francia: AAS 37 (1945) 210-211. Gf. también sobre el mismo tema de la
masiado estrechamente la cuestión de las armas materiales con la libertad y de la dignidad de la persona humana el radiomensaje dirigido al Congreso de los
cuestión de la paz, comete el error de descuidar el aspecto primario católicos suizos, 4 de septiembre de 1949: AAS 41 (1949) 454-458; y el discurso al embajador
de Gran Bretaña de 23 de junio de 1951: AAS 43 (1051) 552-553.
y espiritual de todo peligro de guerra. Su mirada no va más allá de
ÜPCtr- Pontif. i
mi rio X I I U\ DliClMATERZA y<)5
a hombres privados de esa conciencia, y más inútilmente aún los bres libres y de sus familias, y en el exterior la ordenación de paz
dirigiría a una sociedad reducida a un puro automatismo. # de los pueblos, de la que la Iglesia, en su campo de acción y según
[43]. Tal es, sin embargo, la debilidad demasiado extendida su oficio, se hace fiadora. Tal ha sido siempre el deseo de los hombres
de un mundo que con énfasis gusta llamarse «el mundo libre». grandes y sabios, incluso de fuera de la Iglesia, y últimamente
O se engaña o no se conoce a si mismo: su fuerza no se apoya en la todavía con ocasión del concilio Vaticano 7 .
verdadera libertad. Es un nuevo peligro que amenaza a la paz, y [48]. Entretanto, la Iglesia aporta su contribución a la paz
que es preciso denunciar a la luz del orden social cristiano. De aquí despertando y estimulando la inteligencia práctica del nudo espi-
proviene también, en no pocos hombres autorizados del llamado ritual del problema; fiel al espíritu de su divino Fundador y a su
«mundo libre», una aversión contra la Iglesia, contra esta amones- misión de caridad, procura, según sus posibilidades, ofrecer sus
tación importuna de algo que no se tiene, pero que se pretende buenos oficios doquiera ve surgir una amenaza de conflicto entre los
tener, y que, por una rara inversión de ideas, se le niega con in- pueblos. Esta Sede Apostólica, sobre todo, no se ha substraído
justicia precisamente a ella: nos referimos a la estima y al respeto nunca, ni jamás se substraerá, a semejante deber.
de la genuina libertad.
[44]. Pero la invitación de la Iglesia encuentra todavía menor La «Iglesia del silencio»
resonancia en el campo opuesto. Aquí es donde se pretende estar
en posesión de la verdadera libertad, porque la vida social no fluc- [49]. Nos sabemos muy bien y deploramos con corazón pro-
túa ya apoyada sobre la inconsistente quimera del individuo autó- fundamente afligido que nuestra invitación a la paz, en vastas re-
nomo ni hace al orden público lo más indiferente posible a los valo- giones del mundo, no llega sino amortiguada a una «Iglesia del
res presentados como absolutos, sino que todo se halla completa- silencio». Millones de hombres no pueden profesar abiertamente su
mente ligado y dirigido a la existencia y al desarrollo de una determi- responsabilidad delante de Dios en favor de la paz. En sus mismos
nada colectividad. hogares, en sus iglesias, hasta la antigua tradición de los belenes, tan
.íntima y tan familiar, ha sido exterminada por el despótico arbitrio
[45 ]• No obstante, el resultado del sistema de que ahora ha- de los dominadores. Millones de hombres no pueden ya ejercer su
blamos no ha sido feliz, ni ha hecho tampoco más fácil la acción de influjo cristiano en favor de la libertad moral, en favor de la paz,
la Iglesia, porque aquí se halla menos tutelado aún el verdadero porque estas palabras—libertad y paz—se han convertido en mono-
concepto de la libertad y de la responsabilidad personal. Y ¿cómo polio usurpado por los perturbadores de profesión y por los adora-
podría ser de otra manera, cuando Dios no tiene allí su puesto sobe- dores de la fuerza.
rano, ni la vida y actividad del mundo gravitan en torno a El, ni
tienen en El su centro? La sociedad no es más que una enorme má- [50]. A pesar de todo, aun con los brazos atados, con los la-
quina, cuyo orden es meramente aparente, porque ya no es el orden bios cerrados, la «Iglesia del silencio» responde excelsamente a nues-
de la vida, del espíritu, de la libertad, de la paz. Como en una má- tra invitación. Señala con su mirada los sepulcros todavía recientes
quina, su actividad se ejercita materialmente, destruyendo así la de sus mártires, las cadenas de sus confesores, con la esperanza de
dignidad y la libertad humana. que su mudo holocausto y sus sufrimientos habrán de ser el más
eficaz subsidio para la causa de la paz, porque son la más alta invo-
[46 ]. En una sociedad semejante, la aportación de la Iglesia a cación y el más poderoso título para obtener del Príncipe divino de
la paz y su exhortación al orden verdadero en la verdadera libertad la paz gracia y misericordia en el cumplimiento de su misión:
se encuentran en circunstancias muy desfavorables. Los pretendidos Da pacem, Domine, in diebus nostris!
valores sociales absolutos pueden, sin embargo, entusiasmar a una
cierta juventud en un momento importante de la vida, mientras ' Conc. Vatic. Postulata Patrum, de re militar! et bello Cali. Lac. t,7,o p.861 K66.
que, en el otro campo, no rara vez otra juventud prematuramente
desengañada por las amargas experiencias se hace escéptica, cansada
e incapaz de interesarse por la vida pública y social.
LA PAZ INTERNACIONAL Y LA báis de afirmar en Asís vuestra adhesión al espíritu de San Francisco,
en cuyas fuentes procuráis beber, y estáis ahora aquí ante Nos para
GUERRA FRÍA •« implorar sobre vuestro movimiento, sus fines, su trabajo, sus éxitos,
la bendición del Vicario de Cristo.
[2]. «Pax Christi», queridos hijos e hijas, es sobrenatural y,
a la vez, está muy presente a la realidad natural. Las fuerzas de paz
acumuladas en la Iglesia y en el mundo católico gracias a la unidad
sobrenatural de los católicos en Cristo, en la fe, en el acuerdo fun-
damental del pensamiento y de las ideas sociales, «Pax Christi»
El problema de la unificación europea ha sido tratado en repetidas quiere utilizarlas para procurar la atmósfera necesaria a las tenden-
ocasiones por Su Santidad Pío XII. En el discurso que aquí incluímos, cias que aspiran a la unificación económica y política de Europa,
dirigido al Congreso del movimiento católico denominado Pax Christi, primero, y más tarde tal vez de los territorios fuera de ella 2 .
la atención del Papa recae sobre los elementos necesarios para crear la
[3 ]. Nos apreciamos vivamente este carácter sobrenatural y
atmósfera propicia a esa gran labor de unificación, y sobre las garantías
natural a la vez de «Pax Christi». Un sobrenaturalismo que se aleje,
indispensables para, el aseguramiento de un porvenir pacífico en el
y sobre todo que aleje la religión, de las necesidades y de los
consorcio internacional.
deberes económicos y políticos, como si éstos no obligaran al cris-
El segundo tema desarrollado brevemente en este discurso es el
tiano y al católico, es cosa malsana, extraña al pensamiento de la
de la guerra fría, punto que el Papa analizará más adelante en el
Iglesia. «Pax Christi» no adopta esta actitud unilateral. Por el con-
radiomensaje navideño de 1954 sobre la coexistencia.
trario, Nos creemos poder expresarnos así, ha situado su punto de
SUMARIO partida en el corazón de las necesidades sociales y políticas.
[4]. Desde hace años, los pueblos, los Estados y los conti-
I. Bienvenida. Bendición del Vicario de Cristo. Naturaleza y fines del nentes enteros tratan de obtener la paz. ¡Qué no daría la Iglesia
movimiento Pax Christi. por procurarles la paz! Pero ella sola no puede conseguirlo, por
II. La Iglesia católica trabaja por la paz, pero ella sola no puede conse- la sencilla razón de que le falta poder para lograr tal resultado. La
guirla. La Iglesia católica no permanece indiferente ante los esfuerzos Iglesia podía obrar con mayor eficacia cuando los h.ombres y la
por la unificación europea y por la paz del mundo. No existe todavía
la atmósfera propicia para la reunificación de Europa. Pero hay que cultura de Occidente eran exclusivamente católicos; cuando gene-
formarla rápidamente. ralmente se estaba de acuerdo para reconocer al Papa como con-
El ambiente que hay que crear. Serenidad y realismo en los juicios ciliador y mediador de las diferencias entre los pueblos. No obstante,
históricos. Las generaciones actuales no son responsables del pasado. aun entonces, la Iglesia no siempre lograba el éxito en su actuación.
Hoy día el ciudadano no es responsable muchas veces de las decisio- Hoy día, por el contrario, las convicciones religiosas están con
nes estatales. Hay que distinguir entre los verdaderos culpables y el demasiada frecuencia confusas y divididas, y la laicización de la
pueblo en general. Los peligros de una psicosis colectiva. El odio a vida pública ha ido muy lejos. Lo que en estas circunstancias la
los pueblos es injusto y absurdo. Iglesia no puede aportar a la causa de la paz, lo que puede aportar
Las garantías para un porvenir pacífico: justicia objetiva; la mis- a ella, en qué consiste principalmente su papel, Nos lo liemos ex-
ma medida para lo nacional y para lo extranjero. Estima recíproca:
nada de menosprecios; respeto a los derechos de los demás pueblos. plicado ampliamente en nuestro último mensaje de Navidad.
Confianza con todos, nacionales y extranjeros. Unión de todos. [5 ]. En todo caso, si hoy personalidades políticas conscientes
III. La guerra fría. Aplicación por analogía del criterio sobre la guerra. de sus responsabilidades, si hombres de Estado trabajan por la
La guerra fría ofensiva está condenada por la moral. Los problemas unificación de Europa, por su paz y la paz del mundo, la Iglesia no
pueden y deben ser resueltos al margen de la guerra fría. permanece indiferente ante sus esfuerzos. Al contrario, los apoya
IV. El movimiento religioso y social suscitado en el siglo XIII por el Santo con toda la fuerza de sus plegarias. Tenéis, pues, mucha razón para
de Asís es un ejemplo y un estímulo para los problemas de hoy: la ver en este punto vuestro primer objetivo: orar por la comprensión
unión europea y la unión de los continentes. Son muchos los hombres mutua de los pueblos y por la paz.
dispuestos a trabajar por la paz del mundo. Invocación y bendición.
[6]. Cuando Nos seguimos los esfuerzos de esos hombres d e
Estado, Nos no podemos evitar un sentimiento de angustia: bajo
[1 ]. Os damos la bienvenida l, venerables hermanos, queridos la presión de la necesidad que exige la unificación de Europa, ellos
hijos e hijas, que representáis el movimiento de «Pax Christi». Aca- persiguen y comienzan a realizar sus fines políticos, que presuponen
1
Pío XII, discurso a los asistentes al Congreso Internacional de Pax Christi celebrado 2
Véase la alocución de 18 de marzo de 1945, dirigida al pueblo de Roma: A\S 37 0945)
en Asís, 13 de septiembre de 1952: AAS 44 (1952) 818-823. Texto original en francés. III -US.
998 PÍO XII LA TAZ INTIiRNACION'.M, Y l\ GUERRA FRÍA ÍIÜ'J
una nueva manera de considerar las relaciones entre los pueblos. [10]. Nos hemos insistido en este punto muchas veces: en
Esta presuposición, por desgracia, no se verifica o al menos no se cuanto sea posible, impútese la responsabilidad a los culpables,
cumple suficientemente. No existe todavía la atmósfera, sin la que pero que se distinga a éstos, con justicia y claridad, del pueblo
estas nuevas instituciones políticas no pueden a la larga mantenerse. en su conjunto. Se han producido psicosis de masa por ambos
Y si parece audaz querer salvaguardar la reorganización de Europa lados, preciso es reconocerlo. Es muy difícil al individuo substraerse
en medio de las dificultades del estado de transición entre la con- a ellas y no dejar así enajenada su propia libertad. Aquellos sobre
cepción antigua, demasiado unilateralmente nacional, y la nueva quienes la psicosis colectiva de otro pueblo se ha abatido como una
concepción, al menos debe alzarse ante los ojos de todos, como fatalidad terrible, que se pregunten siempre si este pueblo, en lo
un imperativo de esta hora, la obligación de suscitar con la mayor más profundo de sí mismo, no ha sido excitado hasta el furor por
rapidez posible esta atmósfera. agentes malvados de su propia nación. El odio a los pueblos, en
todo caso, es siempre de una injusticia cruel, absurda e indigna del
[7]. Colaborar en esta obra poniendo en juego precisamente hombre. Nos le oponemos la palabra de bendición de San Pablo:
las fuerzas de la unidad católica es, según nos parece, el fin esencial Dominus... dirigat corda vostra in chántate Dei et patientia Christi:
de vuestro movimiento «Pax Christi». «El Señor guíe vuestros corazones en la caridad de Dios y en la
Nos mismo hemos dicho recientemente una palabra sobre este paciencia de Cristo» 4 .
ambiente que hay que crear 3 . Nos querríamos en esta ocasión so-
lemne hablar de ello con una mayor amplitud. [1 I ]. He aquí, al parecer, en su esencia, cuando la mirada abar-
[8]. Para contribuir a esta atmósfera hay que emitir, cuando ca desde el pasado hasta el presente más inmediato, los componentes
se mira al pasado, un juicio sereno sobre la historia nacional, la de de la atmósfera en la que puede crecer la obra de unificación de las
la propia patria y también la de otro u otros países. Los resultados naciones. Es, para decirlo en breves palabras, la atmósfera de la
de una investigación histórica exacta, reconocidos por los especia- verdad, de la justicia y del amor en Cristo.
listas de ambas partes, deben ser la regla de ese juicio. Victorias o [12]. Así quedan preparadas, si no anticipadas, las garantías
derrotas, opresiones, violencias y crueldades—como probablemente requeridas para el porvenir. Para indicarlas brevemente, la garantía
se encuentran por una y otra parte en el curso de los siglos—son del porvenir exige:
hechos históricos y permanecen como tales. ¿Quién tomará a mal "La. justicia, que de una parte y de otra aplique una medida igual.
que una nación esté orgullosa de sus victorias? Que esa nación de- Lo que una nación, un Estado reivindique para sí por un sentimiento
plore sus derrotas como una desgracia es un sentimiento natural, elemental del derecho, aquello a lo que no renunciaría jamás, debe
fruto de un sano patriotismo. Que no se pida mutuamente lo impo- también concederlo sin condiciones a la otra nación, al otro Estado.
sible ni disposiciones irreales o falsas, sino que cada uno muestre ¿No es esto evidente? Sí, pero el amor propio nacional inclina
comprensión y respeto hacia los sentimientos de la otra nación. demasiado, y casi inconscientemente, a utilizar dos medidas. Es
menester movil:~?.r la inteligencia y la voluntad para permanecer
[9]. Se puede también condenar sin reserva la injusticia, la objetivo en el terreno escabroso en que se discuten los intereses
violencia y la crueldad, incluso cuando éstas son imputables a com- nacionales.
patriotas. Pero, ante todo, cada uno ha de persuadirse de que, trá-
tese de su propia nación o de otra, no hay que ser rigurosos con [13]. La estima recíproca en un doble sentido: nada de me-
las generaciones actuales por las faltas del pasado. Y por lo que nosprecio hacia una nación porque, por ejemplo, aparezca menos
respecta al desarrollo de la historia y aun a la temible coyuntura dotada que la nación propia. U n menosprecio motivado por esta
del tiempo presente, todos habéis visto y experimentáis a diario razón denotaría estrechez de espíritu. La comparación de las apti-
que los pueblos, como tales, no consienten que se les impute la tudes nacionales debe tener en cuenta los terrenos más diversos,
responsabilidad de toda su historia. Los pueblos deben, es cierto, y es preciso un conocimiento profundo y una larga experiencia
soportar su suerte colectiva; pero, en lo que toca a la responsabilidad, para poder intentarla.. En segundo lugar, respecto al derecho de
cada pueblo para ejercer su actividad. Este derecho no puede ser
la estructura de la máquina moderna del Estado, el encadenamiento
artificialmente limitado ni yugulado por medios opresivos.
casi inextricable de las relaciones económicas y políticas no permiten
al simple ciudadano intervenir eficazmente en las decisiones políti- [14]. La confianza: se concede la propia confianza a los que
cas. Todo lo más, con su voto libre puede tener alguna influencia pertenecen al propio pueblo, mientras no se hacen positivamente
en la dirección general, y aun esto en una medida limitada. indignos de ella. Se les trata como hermano y como hermana. Es
exactamente la misma actitud la que hay que tener hacia los her-
3
Discurso sobre la misión de los católicos en la vida internacional, dirigido a los parti- manos de otras naciones. Tampoco aquí existen dos pesos y dos
cipantes en el Congreso de Estudios organizado por la Acción Católica Italiana, 23 de julio
de 1952: AAS 44 (1952) 626-627; E 12 (1052) 1,145. Vóase también la carta de Mons. Mon- medidas.
tini, secretario de Estado, sobre Él cristiano en la vida internacional, de 4 de marzo de 1954: 4
E 14 (I9S4) 1,369. 2 Thess. 3,5.
LA PAZ INTERNACIONAL Y LA GUERRA FRÍA 1001
1000 l'IO XII
y que están igualmente dispuestos a los sacrificios que el éxito de
[15]. El amor a la patria no significa jamás desprecio de las la empresa impone en todas partes. Nó hay duda, su número es
otras naciones, desconfianza o enemistad hacia ellas. grande, amados hijos e hijas; pero ellos prefieren el silencio a las
[16]. Finalmente, sentirse unidos: es aquí, Nos lo hemos dicho tumultuosas declaraciones.
ya, donde las fuerzas católicas adquieren su máximum de eficacia. [21]. Nos os colocamos a vosotros y vuestro movimiento
He aquí la razón que os ha llevado a fundar «Pax Christi». Esta es bajo la tutela de la Virgen, «Reina de la Paz»; Nos imploramos la
la fuente de su poder, de sus siempre crecientes y vastas posibi- gracia, el amor y la fuerza de Jesús, el «Rey Pacífico», y desde el
lidades. fondo del corazón os concedemos, como prenda de éxito y de vic-
[17]. Gomo objeto de estudio para vuestro Congreso habéis toria, nuestra bendición apostólica.
escogido la «guerra fría». El juicio moral que ésta merece será el
mismo, analógicamente, que el que se aplique a la guerra según el
derecho natural e internacional. La ofensiva, cuando se trata de la
guerra fría, debe ser condenada absolutamente por la moral. Si
se produce, el atacado o los atacados pacíficos tienen no solamente
el derecho, sino también el deber de defenderse. Ningún Estado o
ningún grupo de Estados puede aceptar tranquilamente la esclavi-
tud política y la ruina económica. Por el bien común de sus pue-
blos deben asegurar su propia defensa. Esta tiende a mantener a
raya el ataque y a obtener que las medidas políticas y económicas se
adapten honesta y completamente al estado de paz que reina en un
sentido puramente jurídico entre el atacante y el atacado.
[18]. También en la cuestión de la guerra fría el pensamiento
del católico y de la Iglesia es realista. La Iglesia cree en la paz, y
no se cansará de recordar a los hombres de Estado responsables y
a los políticos que incluso las complicaciones políticas y económicas
actuales pueden resolverse en forma amistosa mediante la buena
voluntad de todas las partes interesadas. Por otra parte, la Iglesia
deb.e tener en cuenta los poderes obscuros, que han operado siempre
en la historia. Este es también el motivo por el que desconfía de
toda propaganda pacifista, en la que se abusa de la palabra paz
para ocultar fines inconfesados.
[1 o]. Al proclamar y vivir su ideal, el Santo de Asís suscitó
en el siglo XIII un movimiento religioso y social que, con relación
a Italia, enseñaba la sencillez cristiana en el tenor de vida y la paz
entre los partidos que desgarraban la vida pública. Desde Sicilia
hasta los Alpes, ese movimiento contaba partidarios, e incluso un
Federico II no se hubiera atrevido a ignorar su existencia.
[20]. Comparados con aquella época, los acontecimientos ac-
tuales han cobrado amplias proporciones y se han extendido a todo
el mundo. Y, sin embargo, el movimiento franciscano del siglo XIII
puede serviros de ejemplo y de estímulo. Vuestra bandera os señala
una meta profundamente cristiana y católica, a la cual ya deberían
haberse consagrado las generaciones pasadas: la unión de los cató-
licos de Europa, en primer lugar, y luego de los otros continentes,
para trabajar unidos en las tareas de la vida pública, unión basada
en la conciencia de un hecho: que la fe los reúne a todos. Cierto es
que las dificultades son muy numerosas y de mucho peso. Pero
mirad más bien a los hombres que en todo piensan como vosotros
El,' KSPÍRli'U KUROMiO 1003
EL ESPÍRITU EUROPEO profesores y estudiantes del Colegio de Europa nos proporciona un
vivo placer, y desearíamos manifestaros todo el interés que Nos
concedemos a vuestros trabajos.
[2]. Cuando después de la última guerra los dirigentes de
algunos países decidieron crear instituciones internacionales encar-
gadas de organizar la paz, la experiencia cruel de medio siglo pasado
pesaba en sus discusiones y no dejaba de recordarles que no basta
una idea generosa para asegurar las probabilidades de éxito. La reali-
zación práctica de la unidad europea, en particular, cuya urgencia
Sin la creación de un sano espíritu europeo no es posible la reali- todos presentían y hacia la cual instintivamente se orientaban, tro-
zación de la deseada unificación de Europa. Pero la formación y la pezaba con dos grandes obstáculos: uno, inherente a la estructura
aceptación de ese espíritu impone serios sacrificios, que sólo podrán del Estado; otro, psicológico y moral. El primero implica una serie
llevarse a cabo dentro del clima espiritual cristiano que ha dado unidad, de problemas económicos, sociales, militares y políticos. Los miem-
solidez y perpetuidad a la Europa cristiana de los pasados siglos. La bros que desean asociarse en encuentran en niveles diferentes,
misión providencial del continente europeo es la afirmación y la de- tanto en el plano de los recursos naturales y del desenvolvimiento
fensa de los valores espirituales que integran la civilización cristiana. industrial como en el de las realizaciones sociales; sólo podrán
Tesis ya indicada a fines del siglo XIX por León XIII en su encíclica alcanzar una vida común después de haber asegurado los medios de
Praeclara gratulationis. mantener el equilibrio del conjunto. Pero todavía más apremiante
se presenta la exigencia de lo que se llama el espíritu europeo, la
SUMARIO conciencia de unidad interna, basada no en la satisfacción de nece-
sidades económicas, sino en la percepción de valores espirituales
I. Saludo e interés del Sumo Pontífice, Dos obstáculos en la realización comunes, percepción suficientemente clara para mantener viva la
práctica de la unidad europea. Para ayudar a salvarlos se ha fundado voluntad firme de vivir unidos.
el Colegio de Europa. Fines particulares de esta importante obra.
II. El espíritu europeo y las condiciones de su realización. [3]. Para estudiar este doble problema ha sido fundado el
Son necesarios sacrificios serios de todos los países europeos. No Colegio de Europa, y 'a sola consideración del fin que se pretende
podrán ser compensados en breve plazo. Hay que formar la opinión alcanzar basta para evidenciar la significación real de vuestras acti-
pública. Hay que evitar los peligros del egoísmo y del aislamiento. vidades. Preparar hombres que sean capaces de afrontar esos pro-
La garantía para soportar estos sacrificios no puede ser la pers- blemas en el seno de los diversos organismos responsables, proponer
pectiva de ventajas materiales inmediatas. La única garantía eficaz es soluciones viables a pesar de las divergencias, a veces enormes, en
la que proporcionan los valores de orden espiritual. Esta garantía no tendencias y puntos de vista, capaces sobre todo de remontarse a
se crea en pocos años. Sin embargo, existe, aunque débil todavía. Hay las fuentes del espíritu europeo, de convertirse en sus propagandistas
que reavivarla y traducirla en realidades. cualificados, no es una tarea sencilla. Nos nos alegramos de que haya
La unidad europea no puede nacer del mero temor a los peligros habido hombres que se hayan atrevido a emprender esta empresa y
externos. Hay que buscarla por medio de elementos positivos. Los hay
ya en el campo económico y político. Pero el gran aglutinante de la proseguirla con la paciente esperanza que garantiza sus primeros
Europa dispersa es su misión histórica presente: la defensa de los va- resultados. Como no podernos detallar sus múltiples aspectos, de-
lores del espíritu; en otras palabras, la defensa de la fe cristiana. Sin searíamos al menos destacar uno de ellos, porque se relaciona de
esto no hay unidad europea firme. cerca con nuestras preocupaciones dominantes y los cuidados coti-
III. Alabanza de la histórica ciudad de Brujas, sede del Colegio de Europa. dianos de nuestra misión de Pastor de almas. Nos vamos a hablar
Invocación a Dios. del espíritu europeo. Nadie duda que éste debe constituir un obje-
tivo capital, sin el cual nada firme podrá construirse. Sóanos per-
mitido insistir sobre las condiciones de su realización.
[ i ] . Sabéis, señores 1, cómo acogemos siempre de buen grado [4]. Se reconoce, sin temor, que serán exigidas serias conce-
a los representantes del saber, y sobre todo a aquellos que, justa- siones a todos los miembros de una Europa unida. Transferencia
mente preocupados por los superiores intereses de la humanidad, de industrias, readaptación de la mano de obra, fluctuaciones y di-
consagran sus esfuerzos a la construcción de un mundo mejor y de ficultades locales en tal o cual sector de la producción: he aquí
una paz duradera. Por ello, el homenaje que hoy nos rinden los algunas de las eventualidades a las que tendrán que hacer frente
1
Pío XII, discurso a los profesores y alumnos del Colegio de Europa, de Brujas, 15 de los gobiernos y los pueblos. Estos males pueden ser pasajeros, pero
marzo de 1953: AAS 45 (1953) 181-184; E 13 (1953) 1,344-345 Texto original en francés. también pueden hacerse durables. No es cierto que vayan a ser
1004 EL KSl'IRITU BUUOPKO 1O05
i'ío XII
[8], En esta convicción arraigan el respeto al prójimo, el sen-
tido de su dignidad inalienable y del auxilio recíproco que es debido
para salvaguardar y promover aquellos bienes que todas las riquezas
de la tierra no podrían compensar. Estos sentimientos, hoy todavía
bastante confusos, hay que reavivarlos, esclarecerlos sobre todas las
incidencias, difundirlos entre la masa y permitir que se traduzcan
Seo d en gestos análogos a aquellos que más arriba hemos admirado tanto.
„f
n uT
e conservarse, a pesar
P
nV £,T 5 a q u e l l a s> inspirarle el
6 t o d o u m d a a la
a r ayudándolas. ' * otras, de conti- [9]. La voluntad de vivir unidos, que cimentará la Europa del
mañana, se guardará de desfallecer a la vista de los peligros externos
que la amenazan; pero, en lugar de dejarse arrastrar al objetivo un
**£ Í i s t í n c S t T n t l v o 1 1 an amt Uar d ell? b S e g ° Í S m O S > e l « P f e * * poco contra su voluntad, ¿no es preferible que cada uno sea atraído
o s a r i o s y de tod™ n ' P §rosa en manos de los ad-
CUyos hacia aquél por un elemento positivo?
T^^te^M * * • equívocos aprovechan
P ^ u a d i r s e desde^ e f n r n c f o i o T ' T ' * ? " * ^ P r
° ^siguiente, [10]. Elementos de este género los encontramos ya en el do-
ma
teriales no g r a n i z a r á 1? f e S t ? : i a P e r s P e c t i v a de ventajas minio económico y político. La Europa unida se propone garantizar
P ara
el éxito. M á í t a Í d f n I° 1 U n t a d d e sacrifi
á o s indispensable la existencia de cada uno de sus miembros y la del todo que éstos
y e constituyen, favorecer la prosperidad económica, de tal suerte que
. ngañosa. Se alearán ? * S t e T r a n ° ' a q u é l l a s e r e v e l a r á i l u s ° » a
Sln
duda el miedn^,enc.°n^S los lnte
e s e s de la defensa común: su poder político pueda hacerse respetar como conviene en el con-
«talmente b a s r w u facilmente
una reacción violenta, pero ge- cierto de las potencias mundiales. He aquí, sin duda, un fin positivo
SUs
eeptibl e r t l n r V des r
P ovista de fuerza constructiva, no apreciable de los esfuerzos presentes hacia una Europa unida.
un
mismo fin! a Ü Z a r y c o o r d m a r energías diversas al servicio de [11]. Lo que Nos ya hemos subrayado en otras circunstancias,
podemos repetirlo hoy ante vosotros, porque es una convicción
Países, a s í ' S e b u s c a n garantías sólidas para la colaboración entre que la experiencia robustece en Nos no sólo de año en año, sino,
pri
vado 0 u°^° P a r a t o d a colaboración humana, en el dominio por así decirlo, de mes en mes: por encima de esefineconómico y
lnte
rnacional M ' I G n círc
ulos restringidos como en el plano político, la Europa unida debe asumir como misión la afirmación
Ces
- sólo ést S
° • S Valores d e o r d e n
espiritual se revelarán efica- y la defensa de los valores espirituales, que en otro tiempo consti-
ta
n c i a s f or f •! p e r m i t l f á n triunfar en las vicisitudes que las circuns- tuían el fundamento y el apoyo de su existencia, que ella tenía
110
tardan e h °' u^ frecuentem
e n t e , la maldad de los hombres la vocación de transmitir a las restantes partes de la tierra y a los
du
° s , narl n j e i brotar. Entre las naciones como entre los indivi- otros pueblos y que Europa debe hoy, mediante un doloroso esfuer-
°a perdura sin una verdadera amistad. zo, salvar para salvarse a sí misma. Nos queremos decir la fe cristiana
auténtica como base de su propia civilización y de su propia cultura,
n
° s e c r e a U n Sentimi f nto de tal calidad, es preciso reconocerlo, pero también de todos los demás. Nos lo decimos claramente, porque
^ i ° s , este e n ^n?s a ñ o s n i P o r medios artificiales. Pero, gracias a tememos que Europa, sin esa fe, no posea la fuerza interna para con-
dern
asiado S - e n t l m i e . n t o e x i s t e ya, si bien un poco débil, aquí o allá, servar ante los adversarios más poderosos, no sólo la integridad de
Propios' re m c o n s c i e n t e de sí mismo, demasiado ignorante de sus sus ideales, sino incluso su independencia territorial y material.
ka de ell C U í S O S y d e s u Poder incomparable. Nos basta como prué- [12]. No sin motivo, el Colegio de Europa ha escogido para
bente di ° i es Pléndido testimonio de generosidad que reciente- sede una ciudad rica de historia, y, con gozo lo destacamos, de una
' n u ndaci(? g a ^ a *a afluencia de socorros para las víctimas de las historia cristiana. Que la paz de sus aguas tranquilas sea el símbolo
der
° des¡ n f S ' - Y q U e s a l u d a r c o n alegría esta señal de un verda- de aquella paz por cuya seguridad trabajáis, devolviendo a los hom-
VoIu
ritad n rf res " d e u n a verdadera comprensión mutua, de una bres de hoy la conciencia de sus afinidades, ayudándoles a consentir
Itler az d e
c a r i t ji colaboración en la defensa, no de ganancias a las necesarias renuncias gracias al atractivo de una vocación q- e
V s 6S S m d e autent
° °tros ' ° i c o s valores humanos. Os compete a les promete todavía inestimables conquistas.
Ca
Us a s V'T C O m o especialistas en cuestiones europeas, investigar las Que el Señor se digne proteger vuestras personas, vuestras fa-
qu
e , si pi T r e s o r t e s Psicológicos de esas actitudes. No se nos oculta milias y vuestros esfuerzos en el camino del bien.
de
Euron P e n o romano ha asentado las primeras bases jurídicas
a dl
model ^ vulgar la civilización sjreco-latina, el cristianismo
el alma
? Pesar d P r o f u n d a de los pueblos, ha marcado en ellos,
Pe
r s o r , e r u S d i f e r encias más acentuadas, los rasgos distintivos de
rjo solarrT ' S U J ' e t o absoluto de derecho y responsable ante Dios
la s o d 1 ^ 6 ! ^ S u d e s t i n o individual, sino también de la suerte
edad
a que pertenece.
COMUKIDAD INTKRNACIONAI, Y TOLERANCIA 1007
Una ley inmanente del desarrollo social impulsa a los pueblos a SUMARIO
crear comunidades jurídicas de radio cada vez más amplio. Es esta I. El acercamiento, cada día mayor, entre los pueblos y los Estados es
tendencia la que, sirviéndose del progreso moderno, lleva a la huma- el efecto de una ley inmanente del desarrollo social que debe ser fa-
nidad entera a crear una nueva comunidad supranacional que puede vorecida.
solucionar los numerosos problemas para cuya resolución resulta insu- II. La comunidad jurídica supranacional. Existe actualmente una acusada
ficiente el marco reducido del Estado tradicional. Pío XII recoge y tendencia general hacia el establecimiento de una comunidad jurídica
acepta en el discurso dirigido al I Congreso de los Juristas Católicos supranacional. La realización de esta tendencia no es una utopía.
Italianos la trayectoria del pensamiento y de la política contemporáneos En el camino hacia esta meta, la norma última no es la voluntad
orientados hacia la comunidad de los Estados. Pero recuerda al mismo de los Estados, sino las exigencias de la naturaleza, es decir, en última
tiempo la dependencia que liga al Estado con el derecho natural a instancia, la voluntad de Dios. Por tanto, en esta nueva comunidad
jurídica supranacional, el Estado debe quedar encuadrado dentro del
través de la subordinación debida al derecho internacional. La tesis
ordenamiento del derecho internacional, y con ello dentro del orden
de la soberanía absoluta del Estado ha sido y sigue siendo falsa. del derecho natural. Porque el Estado no es soberano en el sentido
Dos problemas examina el Papa en este importante discurso: la de una ausencia total de límites. Todo Estado está sujeto al derecho
regulación jurídica de la cuestión religiosa dentro de la comunidad de internacional. La constitución, el mantenimiento y la actividad de una
los Estados y el problema político y moral de la tolerancia. El primer comunidad de Estados suscitan numerosos y muy graves problemas.
problema debe ser resuelto de acuerdo con dos normas fundamentales: El principio fundamental para el tratamiento de estos problemas es el
fomento de todo lo que une y la negación de todo cuanto impide la
autonomía del Estado para regular la cuestión religiosa dentro de su
unión necesaria.
territorio de acuerdo con su propia situación e historia, y libertad para
ejercer el culto propio dentro del territorio de cualquier Estado de la III. La cuestión de la tolerancia. La comunidad internacional plantea un
comunidad, con la exclusiva condición de no perturbar la legislación grave problema en torno a la convivencia pacífica de la religión cató-
lica con las restantes confesiones religiosas. En esta materia es necesa-
propia del Estado en que se vive. ria una regulación jurídica que valga para todo el territorio de cada
La cuestión de la tolerancia aparece tratada en el plano interna- uno de los Estados miembros. Esta regulación pone al estadista cató-
cional. Los principios normativos del problema son los que ya expresó lico ante una doble cuestión: la cuestión teórica y la cuestión prác-
León XIII en la Immortale D e i y en la Libertas praestantissimum. tica. Esta segunda es la que ahora interesa.
Pero el campo de aplicación es distinto. Para León XIII, el radio de Para solucionar el problema práctico así planteado, hay que par-
aplicación de los principios era el estrictamente nacional. Pío XII tir de dos tesis complementarias: es ilícita la defensa del error (el
opera sobre un campo de acción más amplio: la comunidad supra- error no tiene derechos;) es lícita a veces la tolerancia del error (es
permisible ex suppositione el error). Dentro de esta segunda tesis de
nacional. la licitud condicionada de la tolerancia hay que subdistinguir, a su
La dificultad del problema de la tolerancia reside no en la quaestio vez, entre la quaestio iuris y la quaestio facti. La quaestio iuris debe ser
iuris, sino en la quaestio facti. Los principios acerca de la licitud con- resuelta afirmativamente: es lícito en determinadas circunstancias no
dicionada de la tolerancia son claros. Es la aplicación de estos princi- impedir el error, para lograr la obtención de un bien mayor. La quaes-
pios la que presenta una espinosa complejidad determinada—objetiva- tio facti, en cambio, se reduce a determinar si en un caso concreto se
mente—por la multiplicidad simultánea de los datos de una situación verifican las condiciones que justifican la tolerancia del error. Esta
comprobación es misión del estadista católico, quien deberá, sin em-
dada, y—-subjetivamente—por el casi insoslayable peligro de un exceso
bargo, solicitar el juicio de la Iglesia cuando la quaestio de malo tole-
o de un defecto en la apreciación personal de esos datos de situación rando esté relacionada con la religión y la moral.
por el estadista que los examina.
IV. La Iglesia católica y la tolerancia. Existe cierto paralelismo entre la
La labor del estadista católico en todo supuesto concreto requiere Iglesia y la comunidad supranacional de los Estados. La diferencia
una serie de operaciones prudenciales: primero, cálculo de los males
1008 PÍO XII COMUNIDAD INTERNACIÓN», Y TOLERANCIA 1009
reside en que el camino uníversalizador de la Iglesia es descendente: pasado o de nuestro tiempo, en los que razas, pueblos y Estados
viene de arriba abajo. En cambio, el proceso unificador de los Estados
es ascendente: sube desde una pluralidad de Estados hacia una más quedan fundidos, de grado o por fuerza, en un único conjunto
alta unidad. estatal. En el caso presente, por el contrario, los Estados, permane-
Por ío que toca a la negación incondicionada del error y del mal ciendo soberanos, se unen libremente en una comunidad jurídica.
moral, la Iglesia ha sido y es intransigente. Pero, por lo que se refiere [4]. Bajo este aspecto, la historia universal, que muestra una
a la tolerancia y permisión de ese error y de ese mal, la Iglesia ha esta- serie continua de luchas por el poder, podría, sin duda, presentar-
do y está atenta siempre a una razón suprema, ¡a del bien común de
la Iglesia, del Estado y de la comunidad de los Estados. nos casi como una utopía la instauración de una comunidad jurí-
Las normas expuestas presentan gran importancia para el análisis dica de Estados libres. Tales luchas han sido provocadas con de-
y valoración jurídica de los concordatos. Los concordatos son siempre masiada frecuencia por la voluntad de sojuzgar a otras naciones y
una expresión de la colaboración entre la Iglesia y el Estado. Pero el de extender el campo del propio poder o por la necesidad de defen-
sentido interior de cada concordato sólo puede ser conocido analizando der la propia libertad y la propia existencia independiente. Ahora,
la situación contractual de las partes firmantes y el conjunto de cláu- por el contrario, es precisamente la voluntad de prevenir amenaza-
sulas incorporadas al texto concordatario. doras escisiones la que impulsa hacia una comunidad jurídica supra-
nacional; las consideraciones utilitarias, que, ciertamente, tienen
también una notable importancia, están dirigidas hacia obras de
[i ]. Nos sirve i de gran satisfacción, queridos hijos de la Unión paz; y, en fin de cuentas, tal vez el mismo aproximamiento técnico
de Juristas Católicos Italianos, veros aquí reunidos en torno a Nos ha despertado la fe, latente en el espíritu y en el corazón de los indi-
y daros cordialmente la bienvenida. viduos, en una comunidad superior de los hombres, querida por
[2 ]. A primeros de octubre otro congreso de juristas se reunía el Creador y arraigada en la unidad de su origen, de su naturaleza
en nuestra residencia de verano, el de Derecho penal internacional 2 . y de su destino.
Vuestro Congreso tiene, es cierto, un carácter nacional; pero el tema
que trata, «Nación y comunidad internacional», toca de nuevo las [II. L A SOBERANÍA DEL ESTADO Y SUS LÍMITES]
relaciones entre los pueblos y los Estados soberanos. No sin causa
se multiplican los congresos para el estudio de las cuestiones inter- [5]. Estas consideraciones y otras semejantes demuestran que
nacionales, científicas, económicas e incluso políticas. El hecho ma- el camino hacia la Comunidad de los pueblos y su constitución
nifiesto de que las relaciones entre los individuos pertenecientes a no tiene como norma única y última la voluntad de los Estados,
diversos pueblos y entre los pueblos mismos crezcan en extensión sino más bien la naturaleza, es decir, el Creador. El derecho a la
y en profundidad, hace más urgente cada día una regulación de las existencia, el derecho al respeto y al buen nombre, el derecho a una
relaciones internacionales, privadas y públicas, tanto más cuanto manera de ser y a una cultura propias, el derecho al propio des-
que esta mutua aproximación está determinada no sólo por las posi- envolvimiento, el derecho a la observancia de los tratados interna-
bilidades técnicas, incomparablemente aumentadas, y por la libre cionales, y otros derechos equivalentes, son exigencias del derecho
elección, sino también por la más penetrante acción de una ley de gentes dictado por la naturaleza. El derecho positivo de los pue-
inmanente de desarrollo. No se debe, por tanto, coartar esta apro- blos, indispensable también en la Comunidad de los Estados, tiene
ximación, sino más bien favorecerla y promoverla. la misión de definir con mayor exactitud las exigencias de la natura-
leza y adaptarlas a las circunstancias concretas, y, además, la de
[I. L A COMUNIDAD JURÍDICA SUPRANACIONAL] adoptar, mediante una convención que, libremente contraída, se
convierta en obligatoria, otras disposiciones, ordenadas siempre al
[3]. En esta labor de ampliación, las comunidades de los Es- fin de la comunidad.
tados y de los pueblos, ora existan ya, ora no representen todavía [6]. En esta Comunidad de los pueblos, cada Estado está,
más que u n fin por conseguir y por realizar, tienen, naturalmente, por consiguiente, encuadrado dentro del ordenamiento del derecho
una particular importancia. Existen comunidades en las cuales Es- internacional, y con ello dentro del orden del derecho natural, que
tados soberanos, es decir, no subordinados a ningún otro Estado, se lo sostiene y corona todo. D e esta forma, el Estado no es ya—ni lo
unen en una comunidad jurídica para la consecución de determina- ha sido en realidad nunca—«soberano» en el sentido de una ausencia
dos fines jurídicos. Sería dar una falsa idea de estas comunidades total de límites. «Soberanía», en el verdadero sentido de la palabra,
jurídicas si se quisiera parangonarlas con imperios mundiales del significa autarquía y exclusiva competencia en relación a las cosas y
1 Pío XII, discurso dirigido al V Congreso Nacional de la Unión de Juristas Católicos al espacio, según la substancia y la forma de la actividad, aunque
Italianos,
2
6 de diciembre de 1953: AAS 45 (1QS3) 794-8C2. Texto original en italiano. dentro del ámbito del derecho internacional, pero sin dependencia
Véase el discurso del Papa de 3 de octubre de 1953 sobre el derecho penal internacio-
nal en \AS 45 (1953) 730-744. del ordenamiento jurídico propio de cualquier otro Estado. Todo
1010 PÍO XII
COMUNIDAD INTERNACIONAL V l'OLKRANCIA 1011
Estado está sujeto de manera inmediata al derecho internacional.
Los Estados a los que faltase esta plenitud de competencia o a los y tendencias: dentro de los límites de lo posible y de lo lícito, pro-
que el derecho internacional no garantizase la independencia res- mover lo que facilita y hace más eficaz la unión; rechazar lo que la
pecto a cualquier poder de otro Estado, no serían soberanos. Ningún perturba; soportar a veces lo que no es posible allanar y en gracia
Estado, sin embargo, podría promover querella por limitación de de lo cual, por otra parte, no se podría dejar naufragar a la Comuni-
su soberanía si se le negase la facultad de obrar arbitrariamente y sin dad de los pueblos, en razón precisamente del bien superior que
consideración hacia otros Estados. La soberanía no es la divinización de ésta se espera. La dificultad está en la aplicación de aquel prin-
o la omnipotencia del Estado, en el sentido de Hegel o a la ma- cipio.
nera de un positivismo jurídico absoluto.
[IV. COMUNIDAD INTERNACIONAL Y CONVIVENCIA RELIGIOSA ]
[III. LOS PROBLEMAS DE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL. [10]. A este propósito querríamos ahora detenernos ante vos-
PRINCIPIO DE SOLUCIÓN] otros—que hacéis con gusto profesión de juristas católicos—en
torno a una de las cuestiones que se ofrecen en una comunidad de
[7]. A vosotros, cultivadores del derecho, no tenemos nece- los pueblos; es decir, la convivencia práctica de las comunidades
sidad de explicaros cómo la constitución, el mantenimiento y la católicas con las no católicas.
acción de una verdadera Comunidad de Estados, en especial de una [11]. Según la confesión religiosa profesada por la gran ma-
que abarque a todos los pueblos, suscitan una serie de deberes y de yoría de los ciudadanos o sobre la base de una explícita declaración
problemas, algunos muy difíciles y complicados, que no se pueden de su Constitución, los pueblos y los Estados miembros de la Co-
resolver con un simple sí o no. Tales son la cuestión de las razas y munidad se dividirían en cristianos, no cristianos, religiosamente
de la sangre, con sus consecuencias biológicas, psíquicas y sociales; indiferentes o conscientemente «laicos», o incluso abiertamente ateos.
la cuestión de las lenguas; la cuestión de las familias con sus diver-
Los intereses religiosos y morales exigirán en toda la extensión de
sos caracteres, según las naciones; de las relaciones entre esposos,
la Comunidad una regulación bien definida que valga para todo el
padres y familias; la cuestión de la igualdad o de la equivalencia
de los derechos en lo que atañe a los bienes, los contratos y las per- territorio de cada uno de los Estados soberanos miembros de dicha
sonas, para los ciudadanos de un Estado soberano que se encuentran Comunidad de naciones. Según las probabilidades y las circunstan-
en el territorio de otro, donde residen temporalmente o sé establecen cias, es previsible que esta regulación de derecho positivo será enun-
conservando su propia nacionalidad; la cuestión del derecho de in- ciada así: Dentro de su territorio y para sus ciudadanos, cada Estado
migración o de emigración, y otras semejantes. regulará los asuntos religiosos y morales por medio de una ley pro-
pia ; igualmente, en todo el territorio de la Comunidad de los Estados
[8 ]. El jurista, el hombre político, el Estado particular como estará permitido a los ciudadanos de cada Estado-miembro el ejer-
la Comunidad de los Estados, deben tener aquí en cuenta todas las cicio de las propias creencias y prácticas éticas y religiosas, en cuanto
tendencias innatas de cada uno de los individuos y de las comuni- éstas no se opongan a las leyes penales del Estado en que habitan.
dades en sus contactos y relaciones recíprocas, cuales son la ten- [12]. Para el jurista, para el hombre político y para el Estado
dencia a la adaptación y a la asimilación, llevada con frecuencia católico surge aquí la pregunta: ¿puede dar su consentimiento a
hasta el extremo de la absorción; o, al contrario, la tendencia a la semejante regulación cuando se trata de entrar en la Comunidad
exclusión y a la destrucción de todo cuanto se presenta como no de los pueblos y de permanecer en ella?
asimilable; la tendencia a la expansión y, a su vez, como contraria
[13]. En este punto, con relación a los intereses religiosos y
suya, la tendencia al aislamiento y la separación; la tendencia a
morales se plantea una doble cuestión. La primera concierne a la
darse enteramente, renunciando a sí mismos, y en el extremo con-
verdad objetiva y a la obligación de la conciencia hacia lo que es
trario, el apego a sí mismo, con exclusión de toda entrega a otros; objetivamente verdadero y bueno; la segunda atañe a la conducta
el ansia del poder, la avidez de tener a otros bajo la propia tutela, etc. efectiva de la Comunidad de los pueblos con cada Estado soberano
Todos estos dinamismos de avance o de defensa están arraigados y de éste con la Comunidad de los pueblos en las materias de reli-
en la disposición natural de los individuos, de los pueblos, de las gión y de moral. La primera cuestión difícilmente puede ser objeto
razas y de las comunidades, en sus restricciones y limitaciones, en de una discusión y de una regulación entre los Estados particulares
las que nunca se encuentra reunido todo aquello que es bueno y y la Comunidad de Estados, especialmente en el caso de una plura-
justo. Dios solo, origen de todo ser, por razón de su infinitud, en- lidad de confesiones religiosas dentro de la misma Comunidad. La
cierra en sí todo lo bueno. segunda, en cambio, puede ser de máxima importancia y urgencia.
[9]. De todo cuanto hemos expuesto es fácil deducir el prin-
cipio teórico fundamental para el tratamiento de estas dificultades
1012 I'IO Xll COMUNIDAD TNriiRNAClONAI, V TOI.KKANCIA. 1013
SUMARIO
I. Felicitación. Origen y programa de las Semanas Sociales. Se han gana-
do la atención y confianza de amplios auditorios. Constituyen ya una
institución reconocida. Gratitud del Papa.
II. El tema de la presente Semana: crisis de poder y crisis de civismo.
Gravedad y actualidad de esta cuestión.
III., Estudio del tema a la luz de los principios cristianos sobre el poder
civil. La verdadera noción del Estado. Los errores del positivismo
jurídico. Vinculación mutua de la persona y el Estado.
Una crisis de poder es una crisis de civismo, es decir, una crisis
del hombre. Crisis confirmada por la experiencia. Hay que reaccionar
contra este estado de cosas. El incivismo individual se convierte fácil»
1018 PÍO XII
CKisrs ni; j'oniiK y ciaam m CIVISMO 1019
mente en incivismo colectivo. El problema planteado por la presión
política de las fuerzas colectivas anónimas es un aspecto de esta crisis. amplios auditorios, donde se mezclan cada año sacerdotes y seglares,
Deben existir estos cuerpos profesionales. Pero deben mantenerse hombres de estudio y hombres de acción. Por lo demás, su irradia-
dentro del derecho y de la justicia. El Estado debe actuar con firmeza ción ha franqueado, hace ya mucho tiempo, las fronteras de vuestra
e independencia de esos grupos. La doble tentación que acecha hoy patria, y, si las sesiones atraen participantes extranjeros cada vez
día al gobernante: de debilidad ante esa presión y de estatismo inva-
diendo la actividad privada. Límites exactos de la misión del Estado. más numerosos, podéis sobre todo congratularos de que las Semanas
La colaboración del poder público y de los grupos profesionales. Sociales hayan llegado a ser en muchos países una institución reco-
IV. Las raices morales de esta crisis de civismo. El orden jurídico moral y nocida, a la que el episcopado y la misma Santa Sede atribuyen
el orden jurídico utilitario. Necesidad de fuerzas sobrenaturales. In- justo valor.
vocación y bendición. [4]. Magnífica tarea, desarrollada con perseverancia a pesar
del trastorno profundo de las dos guerras mundiales, que interrum-
pieron durante algún tiempo vuestros trabajos. Repetidas veces
fi ]. Al inaugurarse l en Reims las próximas sesiones de las nuestros predecesores y Nos mismo hemos bendecido vuestra em-
Semanas Sociales de Francia no dejaréis de evocar con emoción y presa. Pero en este Año Jubilar deseamos expresaros nuestra gra-
reconocimiento la primera de estas asambleas, llamadas a una tan titud y el deseo que formulamos de ver a las Semanas Sociales de
amplia repercusión, que hace medio siglo reunía ya algunos cente- Francia proseguir con éxito una obra que cada vez demuestra me-
nares de oyentes en la gran ciudad de Lyón, siempre fecunda en jor su utilidad. ¡Cuántas amenazas pesan todavía sobre la sociedad,
iniciativas de caridad y sociales. Nos mismo queremos testimoniaros, cuántos errores se esfuerzan por minar sus fundamentos, cuántos
ante todo, nuestro gozo por las bodas de oro y expresaros cordial- espejismos seducen a los mejores! Hoy como ayer, las Semanas So-
mente con tal motivo nuestra paternal felicitación. ciales, firmes en la doctrina, animosas en la investigación, fraternales
en la colaboración de todos, deben ser para los católicos y sus diver-
[2]. Cuando en 1904 nacían las Semanas Sociales bajo el im- sos movimientos una viva «encrucijada» donde, a la luz de exposi-
pulso de un Mario Gonin, de un Adeodato Boissard y de algunos ciones substanciales, se confronten las experiencias, se forjen las
otros grandes cristianos nutridos con las enseñanzas de León XIII, convicciones y se maduren las iniciativas de acción 3 .
un doble propósito, doctrinal y apostólico, animaba a aquellos gene-
rosos pioneros. De una parte, declaraba Henri Lorin, su primer [5]. Tal será en particular—así lo creemos y esperamos—la
presidente, querían formarse ellos mismos «clara conciencia de lo presente sesión de Reims. Bajo la égida prudente y luminosa del
que requiere y de lo que entraña el catolicismo desde el punto de cardenal arzobispo de esa católica^ ciudad bretona, que acogía a
vista de las relaciones humanas»; y vueltos, de otra'parte, hacia el vuestros antecesores hace treinta años, deseáis celebrar este cincuen-
mundo del comercio y de la industria, pretendían «investigar, en tenario trabajando. Sólo el tema de la Semana, «Crisis de poder,
lo que a las relaciones sociales se refiere, las exigencias de la realidad crisis de civismo», prueba que no teméis tratar una grave y difícil
total, de aquella realidad—decía—que una fe plena nos revela y que cuestión, cuyo carácter de actualidad están concordes en reconocer
una observación escrupulosa nos suministra» 2 . todos los observadores.
[3 ]. Las Semanas Sociales han permanecido siempre fieles a [6]. Al abordar este tema, hecho aún más complejo por el
este programa, con un espíritu de filial docilidad al magisterio de juego de pasiones partidistas y de particulares intereses, los profe-
la Iglesia. Por la competencia de sus selectos colaboradores, agru- sores de la Semana Social procurarán afirmar su pensamiento sobre
pados, después de la muerte de Henri Lorin, en torno a Eugenio los principios cristianos concernientes al poder civil, tan frecuen-
Duthoit y más tarde a vos mismo; por el valor intelectual de sus temente reafirmados por los Pontífices Romanos, sobre todo desde
enseñanzas, recogidas en una preciosa colección; por razón también León XIII. Pues quien no tuviese una clara noción de estos princi-
de la prudencia de sus conclusiones, que proyectan sobre el tema pios correría el riesgo de dejarse engañar por una exposición total-
tratado una luz cristiana sin prejuzgar nada de las justas libertades mente especiosa de los nuevos problemas planteados al Estado mo-
de acción, vuestra universidad ambulante se ha impuesto poco a poco derno.
a la atención de los juristas, de los sociólogos, de los economistas, [7]. La misión del Estado, recordábamos Nos al comienzo de
para hacer penetrar el fermento de la doctrina católica en las mismas nuestro pontificado, es la de «vigilar, ayudar y ordenar las activida-
instituciones. Ha sabido, al mismo tiempo, ganar la confianza de des privadas e individuales de la vida nacional, para hacerlas con-
1
verger armoniosamente hacia el bien común; pero este bien común
Pió XII, carta dirigida al Prof. Charles Flory, presidente de las Semanas Sociales de no puede ser determinado por concepciones arbitrarias ni encon-
Francia, con motivo de la XLV Semana Social de los Católicos Franceses, 14 de julio de 1954:
AAS 46 C1954) 482-486. Texto original en francés. Las conclusiones de esta Semana Social 3
pueden leerse en E 14 (1954) 2,173-174. Véanse el discurso del Papa al Congreso de la Acción Católica Italiana, de 29 de abril
2 de 1945: DER 7,37-39: y la carta al Prof. Charles Flory, de 18 de julio de 1947: AAS 39
Semames $oáales 4e trance, 3.* ses. ^,9 (Pijon 1906),
1947) 444-447-
1020 PÍO XII CRISIS DE PODER Y CRISIS DE CIVISMO 1021
trar su ley primordial en la prosperidad material de la sociedac^ [11]. El católico debe dar ejemplo en la necesaria reacción
sino más bien en el desenvolvimiento armónico y en la perfección contra tal estado de cosas. Porque, «lejos de existir la menor incom-
natural del hombre, a la que el Creador ha destinado la sociedad patibilidad entre la fidelidad a la Iglesia y la consagración a los inte-
como medio» 4 . En una palabra, la verdadera noción del Estado e s reses y al bienestar del pueblo y del Estado, estos dos órdenes de
la de un organismo fundado sobre el orden moral del mundo; y 1^ deberes, que el verdadero cristiano debe tener siempre presentes
primera tarea de una enseñanza católica es la de disipar los errore s ante sus ojos, están íntimamente unidos en la más perfecta armo-
—en particular el del positivismo jurídico—que, despojando al po- nía» 8 . ¿No es esto lo que enseñaba el Príncipe de los Apóstoles al
der de su esencial dependencia de Dios, tienden a quebrantar e j decir: Por amor del Señor, estad sujetos a toda autoridad humana,..,
lazo eminentemente moral que le une a la vida individual y social s tal es la voluntad de Dios? 9
[8]. Por lo demás, sólo este orden soberano puede fundamen- [12]. El incivismo individual se convierte pronto en colectivo.
tar la «autoridad verdadera y efectiva» del Estado, cuya imperiosa Y la constitución de grupos de intereses poderosos y activos es quizá
necesidad Nos reiterábamos en nuestro último mensaje de Navi- el aspecto más grave de la crisis que analizáis. Tanto si se trata de
dad 6 . La persona, el Estado, la autoridad pública, con sus derechos sindicatos patronales u obreros, de «trusts» económicos, de agrupa-
y sus deberes respectivos, están indisolublemente ligados por este ciones profesionales o sociales—algunos de los cuales están también
lazo común: «La dignidad del hombre es la dignidad de la imagen al servicio directo del Estado—, estas organizaciones han adquirido
de Dios; la dignidad del Estado es la dignidad de la comunidad
un poderío que les permite pesar sobre el gobierno y la vida de la
moral querida por Dios; la dignidad de la autoridad política es la
nación. En lucha con estas fuerzas colectivas, frecuentemente anó-
dignidad de su participación en la autoridad de Dios» 7 . En virtud
de esta íntima conexión, el Estado no podrá violar las justas liber- nimas, que a veces, por un título o por otro, desbordan las fronteras
tades de la persona humana sin quebrantar su propia autoridad; del país, como también los límites de su competencia, el Estado
e inversamente, sería para el individuo arruinar su propia dignidad democrático salido de las normas liberales del siglo XIX difícil-
abusar de su libertad personal con menosprecio de su responsabili- mente llega a dominar los problemas cada día más vastos y más
dad frente al bien general. complejos.
[13]. Sin duda alguna, la enseñanza de la Iglesia recomienda
[9]. Si, por consiguiente, se deplora una crisis de civismo, exa- la existencia en el seno de la nación de algunos cuerpos intermedia-
mínese, ante todo, la fidelidad de unos y de otros a estas esenciales rios que coordinen los intereses profesionales y faciliten al Estado
exigencias de la moral política. Guando precisamente ciertas cis- la gestión de los asuntos del país. Sin embargo, «¿osarían, tal vez,
cunstancias hacen en nuestros días más difícil el ejercicio del Poder, lisonjearse de servir a la causa de la paz interna aquellas organiza-
no debe temerse denunciar esta deficiencia espiritual y moral. Una ciones que, para tutelar los intereses de sus miembros, no recurrie-
crisis de poder es, en gran medida, una crisis de civismo, es decir,
sen ya a las armas del derecho y del bien común, sino que se apoya-
en definitiva, una crisis del hombre.
sen en la fuerza del número organizado y en la debilidad de los
[10]. ¿No es esto, por otra parte, lo que confirma la experien- demás?» 10 También aquí se exige el mismo sentido cristiano de no
cia de cada día? buscar el propio interés en el servicio, de respetar los deberes de
Si es verdad que en un Estado democrático la vida cívica impone justicia y de caridad. Y si los responsables de estos organismos no
altas exigencias a la madurez moral de cada ciudadano, no se puede saben ensanchar sus horizontes hacia perspectivas nacionales, si no
dejar de reconocer que muchos de éstos, incluso de los que se dicen saben sacrificar su prestigio y eventualmente su ventaja inmediata
cristianos, tienen su parte de responsabilidad en el desorden actual al leal reconocimiento de lo que es justo, mantienen en el país un
de la sociedad. Ahí están los hechos, que exigen una verdadera estado de tensión nociva, paralizan el ejercicio del poder político
rectificación. Es, por no citar sino los más notorios, el desinterés de y comprometen, finalmente, la libertad de aquellos mismos a quienes
los asuntos públicos, que se traduce, entre otras cosas, en la absten- pretenden servir.
ción electoral, de tan graves consecuencias; es el fraude fiscal que
repercute sobre la vida moral, el equilibrio social y la economía [14]. Precisamente por esto, los poderes públicos, para pro-
del país; es la crítica estéril de la autoridad y la defensa egoísta de teger la libertad del ciudadano y a la vez servir al bien común por
los privilegios a costa del interés general. la activa cooperación de todas las fuerzas vivas de la nación, deben
ejercer su actividad con firmeza e independencia. Cosa que harán
4
Pío XII, encíclica Summi Pontificatus: AAS 31 (1939) 433. con una visión clara de su misión y de sus límites; cosa que liarán
5
Véase el discurso sobre el positivismo jurídico y el absolutismo de Estado, de 13 de no- «con aquella conciencia de su propia responsabilidad, con aquella
viembre de 1949: AAS 41 (i949) 604-608.
« Cf. AAS 46 (1954) IS- 8
Pío XII, radiomensaje navideño Un anno, 24 de diciembre de 1950: AAS 43 (1951)53.
7 5
Pío XII, radiomensaje navideño Benignitas et humanitas, sobre la democracia, 24 de 1 Petr. 2,13-15.
diciembre de 1944: AAS 37 (1945) 15. 10
Pío XII, radiomensaje navideño Un anno, 24 de diciembre de 1950: AAS 43 (1951) 5$<
1022 vio xií CRISIS DE l'ODlsR V CUIS1S Dl¡ CIVISMO 1023
objetividad, con aquella imparcialidad, con aquella lealtad, con aque- en vano trabajan los que la construyen; si el Señor no guarda la ciudad'
lla generosidad, con aquella incorruptibilidad, sin las cuales un go- en vano vigilan sus centinelas 12 . Para el logro de estos propósitos'
bierno democrático difícilmente lograría obtener el respeto, la con- invocamos de todo corazón sobre nuestros queridos hijos de Francia'
fianza y la adhesión de la parte más sana del pueblo» n . y en primer lugar sobre los oyentes de la Semana Social de Reims >
[15]. Además, la fidelidad de los gobernantes a este ideal será sus profesores y su tan infatigable presidente, una particular abun-
su mejor salvaguardia contra la doble tentación que les acecha ante dancia de gracias, en prenda de las cuales os damos en este Año
la amplitud creciente de su labor: tentación de debilidad, que les Jubilar nuestra más paternal bendición apostólica.
haría abdicar bajo la presión conjugada de los hombres y de los 12
Ps. 127(126),!.
acontecimientos; tentación inversa de estatismo, por la que los po-
deres públicos llegarían a sustituir indebidamente a la libre ini-
ciativa privada, para regir de forma inmediata la economía social y
los otros campos de la actividad humana. Ahora bien, si es cierto
que no se puede negar al Estado un derecho que le rehusaba el
liberalismo, no es menos cierto que su misión no es, en principio,
la de asumir directamente las funciones económicas, culturales y
sociales que pertenecen a otras competencias. Su misión es más
bien la de asegurar la verdadera independencia de su autoridad, de
forma que pueda otorgar a todo cuanto en el país represente un
poder efectivo y valioso una justa parte de responsabilidad, sin pe-
ligro para su propia misión de coordinar y de orientar todos los es-
fuerzos hacia un fin común superior. Y si para realizar una mejor
integración de ciertos organismos intermediarios en la comunidad
nacional pudiera a veces parecer oportuno llamarlos a una colabo-
ración más estrecha y más orgánica con los poderes públicos, esta
cuestión sería susceptible de constituir el objeto de nuevas y pruden-
tes investigaciones.
[16]. Pero, además, para concluir, queremos repetir que el
estudio de las instituciones y la búsqueda de remedios en el plano
de las estructuras políticas no deben hacer perder de vista las raíces
morales de toda crisis de civismo. Durante mucho tiempo, el sentido
jurídico ha estado viciado por la práctica de un utilitarismo partidista
al servicio de intereses particulares de individuos, de clases, de
grupos o de movimientos. Es necesario que el orden jurídico se
sienta de nuevo ligado al orden moral. ¡Y quiera Dios que tanto el
que manda como el que obedece nunca tengan ante sus ojos otra
cosa que la obediencia a las leyes eternas de la verdad y de la justicia!
[17]. Los profesores de la Semana Social de Reims pondrán
de relieve estas graves exigencias del deber ciudadano, sin dejar al
mismo tiempo de subrayar la fuerza sobrenatural que es necesario
recibir de Dios para permanecer fieles a este deber. Hombres de
gobierno enfrentados con pesadas responsabilidades, organizaciones
privadas representantes de vastos intereses colectivos, simples ciu-
dadanos justamente deseosos de servir al bien general, a todos va
dirigida la advertencia del Salmista: Si el Señor no edifica la casa,
11
Pío XII, radiomensaje navideño Benignitas et humanitas, 24 de diciembre de 1944:
AAS 37 (1945) 1S-16.
ECCE E(X) 1025
Consecuencia de esta revisión, iniciada por la Iglesia, ha sido la paz
ECCE EGO fría, que supone un paso efectivo hacia el reconocimiento de la m o -
ralidad de la guerra. La guerra es una cuestión de convivencia.
La actual coexistencia tiene ante sí un doble camino: o pasa a ser
La coexistencia paz fundada en el temor de Dios o desemboca inevitablemente en una
parálisis de la vida internacional y, a través de ésta, en una nueva
guerra.
IV. La coexistencia en el error.
El error de una fe ciega en la economía. Ritmo de vida intensa
en el campo económico. Pero han aparecido dos errores acerca de las
posibilidades de la economía; porque no existe de hecho la pretendida
libertad económica y porque la economía debe estar subordinada a la
moral y al derecho natural.
El radiomensaje navideño de 1954 constituye un análisis de la si-
El error político acerca de los principios fundamentales de la uni-
tuación internacional del momento, caracterizada por la hiriente esci- dad social. El anhelo de una fuerte unificación europea se ve estorbado
sión entre dos bloques sociales y políticos. Varias son las cuestiones por un recrudecimiento de la política nacionalista. Esta desviación
examinadas en este documento. En el orden económico, el poder trans- es debida a una confusión entre vida nacional y política nacionalista.
formador que la economía ejerce sobre las condiciones sociales, la ausen- La vida nacional es algo no político. La unificación europea debe
cia de una cabal libertad de comercio y la subordinación debida de la basarse en dos principios positivos: la libertad querida por Dios y la
economía a la moral. En el campo político, el Papa señala la revisión observancia del derecho natural.
teórico-práctica del problema de la guerra con él reconocimiento expreso Europa está perdiendo terreno en no pocas regiones. Es necesario
de la moralidad ineludible de ésta, la unificación europea, obstaculizada que despierte su conciencia cristiana. El retorno a Dios de la genuina
por el rebrote de ciertos nacionalismos exagerados; el carácter no polí- Europa.
tico del concepto de nación y la misión providencialista de Europa. V. La coexistencia en la verdad.
La 'última parte del discurso está dedicada a la política de unifica- Es posible todavía tender un puente de paz entre las dos orillas
ción. En ella se proclama la absoluta necesidad y la viable posibilidad opuestas, apoyándolo sobre los hombres, no sobre los sistemas so-
de tender un puente de unión levantado sobre los hombres, al margen ciales. Dos posturas inadmisibles en esta cuestión. El camino acertado
y por encima de los contrastes existentes. Después de señalar las carac- es el de la vuelta a Cristo.
terísticas de los hombres «pontificales» que están llamados a realizar Los hombres llamados a tender ese puente no son los escépticos,
esta gran labor unitiva, el Papa recuerda con graves palabras la seria ni los cínicos, ni los relativistas. Son los cristianos los llamados a cola-
responsabilidad de los católicos en materia social y política: «No cum- borar en la reconstrucción de la unidad internacional. La posesión de
la verdad es un talento del que hay que responder. Grave responsa-
plirían su deber los sacerdotes y los seglares que cerrasen voluntariamente
bilidad de los católicos en materia social y política.
los ojos y la boca ante las injusticias sociales de que son testigos, dando VI. Gratitud a Dios. Bendición para todos.
así ocasión a injustos ataques contra la capacidad de acción social
del cristianismo y contra la eficacia de la doctrina social de la Iglesia».
[ 1 ] . Ecce ego l declinabo super eam quasi fluvium parís: «He
SUMARIO aquí q u e y o d e r r a m a r é sobre ella c o m o u n río d e paz» 2 . Esta misma
promesa, a n u n c i a d a ya en el vaticinio mesiánico de Isaías y cumplida
1. Misión especial del Pontífice reinante: reconducir la humanidad al con significado místico p o r el encarnado V e r b o de Dios en la nueva
sendero de la paz. En la decimosexta Navidad de este pontificado vi-
vimos en la que algunos denominan paz fría, esto es, una mera co- Jerusalén, la Iglesia, N o s deseamos, a m a d o s hijos e hijas del orbe
existencia política sostenida por el mutuo temor, y que, en definitiva, católico, q u e resuene u n a vez m á s sobre t o d a la familia humana,
no es más que una pura calma provisoria. c o m o augurio de n u e s t r o corazón, e n la presente víspera de Navidad.
II. El objeto de este radiomensaje es examinar la actual situación inter- [ 2 ] . ¡ U n río d e paz sobre el m u n d o ! E s éste el deseo q u e
nacional, indicando sus radicales deficiencias. m á s c o n t i n u a m e n t e h e m o s alimentado en n u e s t r a alma, p o r el cual
III. La coexistencia en el temor. h a b í a m o s m á s fervorosamente orado y p o r el cual N o s hemos tra-
bxjado d e s d e el día en q u e la divina B o n d a d dispuso confiar a nuestra
La política actual incurre en la contradicción de confiar—por el
temor—en aquello que aborrece: la guerra. Sin embargo, ha sido plan- h u m i l d e persona el alto y t r e m e n d o oficio de P a d r e c o m ú n de los
teada la revisión total del problema de la paz y de la guerra como un 1
Pío XII, radiomensaje dirigido a todo el universo en la víspera de Navidad, 24 de
hecho de responsabilidad superior y cristiana ante Dios y la moral diciembre de 1954: AAS 47 0°55) 15-28. Texto original en italiano.
Desde este plano superior, la guerra es un hecho moral responsable 2 Is. 66,12.
ECCE EGO 1027
1026 PÍO XII
del temor, del cálculo oscilante de las fuerzas presentes, mientras
pueblos, propio del Vicario de Aquel a quien pertenecen en herencia que del «orden» justo, que supone una serie de relaciones conver-
las naciones 3 . gentes hacia un fin común justo y recto, no tiene nada. Excluyendo,
[3]. Abrazando con una mirada de conjunto los años transcu- además, todo vínculo de orden espiritual entre los pueblos que tan
rridos de nuestro pontificado en la parte del mandato que nos viene fragmentariamente coexisten, la paz fría está muy alejada de aquella
de la universal paternidad de que estamos revestido, nos parece que paz predicada y querida por el divino Maestro, es decir, fundada
la divina Providencia ha querido asignarnos la misión especial de sobre la unión de los espíritus en la misma verdad y en la caridad,
contribuir a conducir de nuevo, con paciente y casi extenuante ac- y que San Pablo definió pax Dei, la cual obliga ante todo a las inte-
ción, a la humanidad por los senderos de la paz. ligencias y los corazones 5 , y se ejercita por la armónica colaboración
[4]. Al aproximarse la fiesta de Navidad, mientras se agudi- de obras en todos los campos de la vida, sin excluir el político,
zaba en Nos el ansia de acudir a la cuna del Príncipe de la paz para social y económico.
ofrecerle, como el don más grato para él, la humanidad pacificada y [8 ]. Por esto Nos no osamos ofrecer esta paz fría al divino In-
reunida toda ella como en una sola familia, nos fué, en cambio, fante. No es la paz simple y solemne que cantaron los ángeles a los
reservada—en los primeros seis años—la amargura sin nombre de pastores en la noche santa; menos aún la pax Dei, que supera todo
ver en torno a Nos solamente pueblos en armas, arrebatados por el sentido y es fuente de íntimo y pleno gozo 6 ; pero ni siquiera es
insano furor de mutua destrucción. la paz soñada y anhelada por la humanidad actual, ya tan afligida.
[5]. Esperábamos—y con Nos esperaban muchos—que, apa- Deseamos, no obstante, examinar particularmente sus defectos, para
gada, finalmente, la excitación del odio y de la venganza, muy pron- que de su vacío y de su incierta duración surja imperioso el deseo,
to despuntaría el alba de un período de segura concordia. Ha per- en los regidores de los pueblos y en todos aquellos que pueden
durado, en cambio, aquel estado angustioso de malestar y de peli- ejercer algún influjo en este campo, de cambiarla lo antes posible
gro designado por la opinión pública con el nombre de «guerra en la paz verdadera, que es en realidad el mismo Cristo. Porque,
fría», porque, en realidad, poco o nada tenía de común con la paz si la paz es orden, y el orden es unidad, Cristo es el único qvie puede
verdadera y sí mucho con una tregua vacilante al menor golpe. y quiere unir los espíritus humanos en la verdad y en el amor. En
Nuestro retorno anual a la cuna del Redentor continuó consistiendo este sentido, la Iglesia lo señala a las gentes, con las palabras del
en una ofrenda triste de dolores y de ansias, con el intenso deseo profeta, como el que es en sí mismo la paz: Et erit Iste pax 7 .
de extraer de allí el ánimo necesario para no dejar de exhortar a los
hombres a la paz, indicándoles el justo camino para ella.
I. L A COEXISTENCIA EN EL TEMOR
[6]. ¿Podemos al menos ahora, en esta decimosexta Navidad
de nuestro pontificado, realizar ese deseo? Según aseguran muchos,
a la guerra fría ha sustituido lentamente un período de distensión [Contradicción de la política actual]
entre las partes enfrentadas, cual mutua concesión de un más am-
plio respiro; distensión a la que se le ha dado, no sin cierta ironía, [9]. Es impresión común, obtenida de la simple observación
el nombre de «paz fría». Y si bien reconocemos gustosos que tal de los hechos, que el principal fundamento sobre el que se apoya
distensión representa un cierto progreso en la fatigosa maduración el presente estado de calma relativa es el temor. Cada uno de los
de la paz propiamente dicha, sin embargo, no es todavía el don grupos en que está dividida la familia humana, tolera que exista
digno del misterio de Belén, donde apareció la benignidad v el amor el otro, porque no quiere perecer él mismo. Evitando de esta ma-
de Dios, nuestro Salvador, hacia los hombres 4 . Contrasta, de hecho, nera el riesgo fatal, ambos grupos no conviven, sino coexisten.
demasiado vivamente con el espíritu de cordialidad, de sinceridad y No es un estado de guerra, pero tampoco es paz; es una calma
de caridad que aletea en torno a la cuna del Redentor. fría. En cada uno de los dos grupos actúa acuciante el temor al
poderío militar y económico del otro; en ambos está vivo el recelo
[7]- ¿Qué cosa significa, de hecho, en el mundo de la polí- por los efectos catastróficos de las novísimas armas. Con atención
tica la paz fría, sino la mera coexistencia de pueblos diversos, sos- llena de angustia sigue cada uno el desarrollo técnico de los arma-
tenida por el mutuo temor y por el recíproco desengaño? Ahora mentos del otro y su capacidad de producción económica, mien-
bien, es claro que la mera coexistencia no merece el nombre de paz, tras confía a la propia propaganda el encargo de sacar partido del
que la tradición, cristiana, formada en la escuela de las altas inteli- temor ajeno, reforzando y exagerando su alcance. En el terreno
gencias de Agustín y Tomás de Aquino, aprendió a definir como concreto de la política, parece como si los hombres, arrastrados,
«tranquillitas ordinis». La paz fría es solamente una calma provi-
soria, cuya duración está condicionada por la sensación mudable 3 Cf. Phil. 4,7.
«7 Cf. ibid.
3 Cf. Ps. 2,8. Mich. 5,5. Cf. oficio litúrgico de la fiesta de Cristo Rey,passim,
4
Tit. 3,4.
1Ó2ÍJ fio xll ECCE EGO 1029
después de tantas desilusiones, por un extremo colapso de escep- tumbas y de ruinas para que se revelase la verdadera fisonomía de
ticismo, no contaran ya con otros principios racionales o morales. la guerra: no un juego más o menos afortunado de intereses, sino
[10]. El absurdo más evidente que surge de tan miserable la tragedia, más espiritual que material, de millones de hombres;
estado de cosas es éste: la actual práctica política, aunque teme la no el riesgo de algunos bienes, sino la pérdida de todo: un hecho
guerra como la mayor de las catástrofes, pone en ella toda su con- de enorme gravedad.
fianza, como si fuese el único medio para subsistir y la única regula- [14]. ¿Cómo es posible—se preguntaron entonces muchos con
dora de las relaciones internacionales. En cierto modo, se confía en la sencillez y la verdad del sentido común—que, mientras el hombre
aquello que sumamente se aborrece. siente en sí mismo el apremio de la responsabilidad moral de sus
propios actos más ordinarios, el horrible hecho de la guerra, que
[El problema de la guerra] también es fruto de la libre determinación del hombre, pueda subs-
traerse al dominio de la conciencia y no haya un juez a quien puedan
[i I ]. Sin embargo, esta práctica política ha llevado a muchos, acudir las víctimas inocentes? En aquel naciente clima de recupe-
aun entre los mismos gobernantes, a una revisión de todo el pro- ración del buen sentido, nuestro grito de «guerra a la guerra», con
blema de la paz y de la guerra y a preguntarse sinceramente si la el que en 1944 declaramos la lucha al puro formalismo de la acción
liberación de la guerra y la garantía de la paz no deben buscarse política y a aquellas doctrinas sobre la guerra que no tienen en
en regiones más elevadas y más humanas que la dominada exclusi- cuenta a Dios ni sus mandamientos, encontró un amplio asenti-
vamente por el terror. De este modo se han visto aumentadas las miento. Esta recuperación, lejos de disiparse, se ha profundizado
filas de los que se rebelan ante la idea de tenerse que contentar y extendido principalmente durante los años de la guerra fría, tal
con la mera coexistencia, renunciado a relaciones más vitales con vez porque una larga experiencia ha hecho resaltar más lo absurdo
el otro grupo, y de verse obligados a vivir todos los días de su exis- de una vida controlada por el temor. De esta manera, la paz fría,
tencia en un ambiente de enervante temor. Han vuelto así a consi- con sus mismas incoherencias y con sus molestias, parece dirigir
derar el problema de la paz y de la guerra como un hecho de res- sus primeros pasos hacia un orden moral auténtico y hacia el reco-
ponsabilidad superior y cristiana ante Dios y ante la ley moral. nocimiento de la alta doctrina de la Iglesia sobre la guerra justa e
Ciertamente, aun en este modo diverso de considerar el problema injusta, sobre la licitud e ilicitud del recurso a las armas.
entra el elemento «temor» como freno de la guerra y estímulo para
la paz; pero se trata del temor saludable de Dios, fiador y juez del [15 ]. A esta meta se llegará ciertamente si de una y otra parte
orden moral, y, por consiguiente, como enseña el salmista 8 , del se vuelve con ánimo sincero, casi religioso, a considerar la guerra
como materia del orden moral, cuya violación constituye realmente
principio de la sabiduría.
una culpa que no queda sin castigo. Se llegará si, en concreto, los
[12]. Trasladado el problema a este plano más elevado y única- hombres políticos, antes de sopesar las ventajas y los riesgos de
mente digno de seres racionales, ha reaparecido claro lo absurdo sus determinaciones, reconocen su personal sumisión a las eternas
de la doctrina que ha imperado en las escuelas políticas en los últi- leyes morales y tratan el problema de la guerra como una cuestión
mos decenios; esto es, que la guerra es una de tantas formas admi- de conciencia delante de Dios. No hay otro medio, en las condiciones
tidas de la acción política, el desenlace necesario, casi natural, de actuales, para liberar al mundo de esta pesadilla angustiosa, si no es
las incurables discusiones entre dos países; y que, por consiguiente, recurrir al temor de Dios, que no envilece a quien lo acoge en sí
la guerra es un hecho ajeno a toda responsabilidad moral. Absurdo mismo; le preserva más bien de la infamia de un crimen tan enorme
e inadmisible ha aparecido igualmente el principio, aceptado tam- como es la guerra no impuesta. Y ¿quién podría maravillarse si la
bién durante largo tiempo, según el' cual el gobernante que declara paz y la guerra se hallan tan estrechamente unidas con la verdad
una guerra incurriría solamente en un error político si ésta se per- religiosa? Toda la realidad pertenece a Dios; precisamente en se-
diese; pero no podría en ningún caso ser acusado de culpa moral y parar la realidad de su principio y fin está la raíz de todos los males.
de delito por no haber conservado, cuando podía, la paz.
[16]. De aquí resulta también evidente que u n esfuerzo o
[13]. Precisamente esta concepción absurda e inmoral de la una propaganda pacifista que provenga de quien niega la fe en Dios,
guerra hizo vanos, en las semanas fatales de 1939, nuestros esfuer- es siempre muy dudosa, incapaz de atenuar o eliminar la angustiosa
zos dirigidos a sostener en ambas partes la voluntad de continuar sensación de temor, a no ser que de propósito resulte un simple
las negociaciones. La guerra fué entonces considerada como un medio encaminado a provocar un efecto táctico de excitación y d e
dado, que había que jugar con mayor o menor cautela y destreza, confusión.
no como un hecho moral que obligaba a la conciencia y a responsa-
bilidades superiores. Fueron necesarias las interminables hileras de
« Cf. Ps. ni (no), 10.
1030 rio xn ECCE EGO 1031
[Un dilema] fia que, si el hombre ha demostrado un poder tan grande para crear
el maravilloso conjunto técnico-económico de que hoy se enorgu-
[17]. La actual coexistencia en el temor tiene, por tanto, sólo llece, tendrá también la capacidad de organizar la liberación de la
dos perspectivas ante sí: o se elevará a una coexistencia en el temor vida humana de todas las privaciones y todos los males que la aque-
de Dios y luego a una convivencia de paz verdadera, inspirada y jan y de realizar de esta manera una especie de autorredención. En
vigilada por el orden moral que Dios ha impuesto, o se irá redu- la otra parte, en cambio, gana terreno la concepción de que de la
ciendo cada vez más a una parálisis glacial de la vida internacional, economía, y en particular de una forma específica suya, que es el
cuyos graves peligros ya desde ahora son previsibles. Porque, al libre intercambio, se debe esperar la solución del problema de la paz.
frenar durante largo tiempo la natural expansión de la vida de los
pueblos, podría, finalmente, conducir a éstos al desesperado des- [20]. Hemos tenido ocasión otras veces de exponer la falta de
enlace que se quiere evitar: la guerra. Ningún pueblo, además, fundamento de tales doctrinas. Hace ahora casi cien años que los
soportaría indefinidamente la carrera de armamentos sin sentir sus seguidores del sistema del libre comercio se prometían maravillosos
desastrosos efectos en su desarrollo económico normal. Vanos serían resultados de éste, atribuyéndole un poder casi mágico. Uno de sus
los mismos acuerdos dirigidos a imponer una limitación a los ar- más ardientes prosélitos no dudaba en comparar el principio del
mamentos. Faltándoles el cimiento moral del temor de Dios, esos libre intercambio, en cuanto a la amplitud de sus efectos en el
acuerdos, aun realizados alguna vez, se convertirían en fuente de mundo moral, con el principio de la gravedad que rige en el mundo
nueva desconfianza recíproca 9 . físico, asignando a aquél, como efectos propios, el acercamiento de
los hombres, la desaparición de los antagonismos de raza, de fe y
[18]. No queda, pues, otro camino luminoso y deseable que de lengua, y la unidad de todos los seres humanos en una paz in-
el que, partiendo del temor de Dios, conduce con su ayuda a la alterable ü .
paz verdadera, que es sinceridad, calor, vida, digna, por tanto, de
[21]. El curso de los acontecimientos ha demostrado cuan
Aquel que nos ha sido dado para que los hombres tengamos en El,
engañosa es la ilusión de confiar la paz al mero libre intercambio.
y sobreabundantemente, la vida 1 °.
Lo mismo sucedería en el futuro si se insistiese en esta fe ciega
que confiere a la economía una imaginaria fuerza mística. Actual-
II. L A COEXISTENCIA EN EL ERROR mente, por lo demás, faltan los fundamentos de hecho que pudie-
ran garantizar de alguna manera esas esperanzas de excesivo color
[El error económico} de rosa, abrigadas aún hoy día por los partidarios de aquella doc-
trina. Porque mientras en una de las partes coexistentes en la paz
[19]. Aunque la «guerra fría»—y lo mismo se diga de la «paz fría, la libertad económica, tan exaltada, en realidad todavía no
fría»—mantiene al mundo en una dañosa escisión, ello no impide, existe, en la otra es rechazada como principio absurdo. Existe entre
sin embargo, que hasta este momento vibre en él un intenso ritmo ambas un contraste diametral en el concepto de los fundamentos
de vida. En realidad se trata de una vida que se desarrolla casi mismos de la vida; contraste que no puede ser superado por fuerzas
exclusivamente en el campo económico. Pero es innegable que la meramente económicas. Más todavía, si existen, como es en reali-
economía, valiéndose del incesante progreso de la técnica moderna, dad, relaciones de causa y de efecto entre el mundo moral y el
ha alcanzado con su actividad febril tan sorprendentes resultados, mundo económico, deben aquéllas ser ordenadas de modo que la
que hacen prever una transformación profunda de la vida de los primacía quede atribuida al primero; es decir, al mundo moral le
pueblos, incluso de aquellos que hasta ahora eran considerados como corresponde imbuir autorizadamente con su espíritu la misma eco-
algo atrasados. Sin duda no se le puede negar el tributo de admira- nomía social. Una vez que esté establecida esta jerarquía y se per-
ción por lo que ha realizado y por lo que promete. Sin embargo, la mita su efectiva realización, la propia economía consolidará, en
economía, con su capacidad aparentemente ilimitada de producir cuanto le es posible, el mundo moral reforzando los fundamentos
bienes innumerables y con la multiplicidad de sus relaciones, ejerce espirituales y las fuerzas de la paz.
sobre muchos contemporáneos una fascinación superior a sus posi-
bilidades y en campos extraños a ella. El error de tal confianza puesta [22]. Por otra parte, el factor económico podría oponer a ésta
en la moderna economía es común también a las dos partes en que serios obstáculos, particularmente a la paz fría, entendida como
el mundo de hoy está desmembrado. En una de estas partes se ense- equilibrio de grupos, si llegase a debilitar con erróneos sistemas a
una de las partes. Esto sucedería, sobre todo, allí donde los pueblos
9
Véanse la alocución consistorial al Sacro Colegio con motivo de la injusta condenación particulares de un mismo grupo se entregasen, sin discernimiento
del cardenal Mindszenty, 14 de febrero de 1940: AAS 41 (1949) 41-45; y la alocución pro- y sin tener en cuenta a los demás, a un incesante aumento de la
nunciada con la misma ocasión ante el Cuerpo diplomático acreditado cerca de la Santa Sede,
r6 de febrero de 1949: AAS 41 (1949) 73-74.
»o Cf. lo. 10,10. " Cf. RICHARD COBDEN, Speeches on questions of public Policy vol.t p.362-36j (London,
Macmillan, 1870),
1032 PÍO XII ECCE EGO 1033
productividad y a levantar constantemente el propio tenor de vida. substancia del error consiste en confundir la vida nacional en sen-
Sería inevitable en este caso el nacimiento de resentimientos y de tido propio con la política nacionalista: la primera, derecho y gloria
rivalidades entre pueblos contiguos, y, como consecuencia, la de- de un pueblo, puede y debe ser promovida; la segunda, como
bilitación de todo el grupo. germen de infinitos males, nunca se rechazará suficientemente 12,
[23 ]. Pero, prescindiendo de esta consideración particular, es ne- La vida nacional es, por sí misma, el conjunto operante de todos
cesario convencerse de que las relacione* económicas entre las nacio- aquellos valores de civilización que son propios y característicos
nes en tanto serán factores de paz en chanto obedezcan a las normas de un determinado grupo, de cuya espiritual unidad constituyen
del derecho natural, se inspiren en el amor, tengan en cuenta a los como el vínculo. Al mismo tiempo, esa vida enriquece, como con-
demás pueblos y sean fuentes de ayuda. Téngase por cierto que en tribución propia, la cultura de toda la humanidad. En su esencia,
las relaciones entre los hombres, aun en las meramente económicas, pues, la vida nacional es algo no-político; tan verdadera es esta
nada se produce por sí mismo, como sucede en la naturaleza, sujeta realidad, que, como demuestran la historia y la experiencia, esa
a las leyes necesarias; sino que todo, en definitiva, depende del vida puede desarrollarse al lado de'otras, dentro del mismo Estado,
espíritu. Solamente el espíritu, imagen de Dios y ejecutor de sus como también puede extenderse más allá de los confines políticos
designios, puede establecer sobre la tierra el orden y la armonía, de éste. La vida nacional no llegó a ser principio de disolución de
y los conseguirá en la medida en que se haga intérprete fiel y dócil la comunidad de los pueblos más que cuando comenzó a ser apro-
instrumento del único Salvador, Jesucristo, que es en sí mismo la paz. vechada como medio para los fines políticos, esto es, cuando el
Estado dominador y centralista hizo de la nacionalidad la base de
su fuerza de expansión. Entonces nació el Estado nacionalista, ger-
[El error político] men de rivalidades e incentivo de discordias.
[24]. También en otro campo, aún más delicado que el eco- [27]. Es claro que, si la comunidad europea se adentrase por
nómico, el error está coparticipado por las dos partes que coexisten este camino, su cohesión resultaría bien frágil en comparación con
la del grupo que tiene enfrente. Su debilidad se revelaría ciertamente
en la paz fría: este error se refiere a los principios que informan su
el día de una futura paz destinada a regular con previsión y justicia
respectiva unidad. Mientras una de las partes funda su fuerte co-
las cuestiones todavía pendientes. Ni se diga que, en las nuevas
hesión interna sobre una idea falsa, más aún, lesiva de los primarios circunstancias, el dinamismo del Estado nacionalista no representa
derechos humanos y divinos, pero ciertamente eficaz, la otra, olvi- ya un peligro para los demás pueblos, estando privado, en la mayo-
dándose de que posee en sí misma una idea verdadera, comprobada ría de los casos, de la efectiva fuerza económica y militar; porque
con buen éxito en el pasado, parece, en cambio, dirigirse hacia prin- también el dinamismo de una imaginaria potencia nacionalista, ex-
cipios políticos evidentemente destructores de la unidad. presado con sentimientos más que ejercitado con los hechos, dis-
[25]. En el último decenio, el de la postguerra, un gran an- gusta igualmente los ánimos, alimenta la desconfianza y el recelo
helo de renovación espiritual estimulaba los ánimos: unificar fuer- en las alianzas, impide la comprensión recíproca y, por consiguiente,
temente a Europa, partiendo de las condiciones naturales de vida la leal colaboración y la mutua ayuda, ni más ni menos que si estu-
de sus pueblos, a fin de poner término a las tradicionales rivali- viese dotada de un poder efectivo.
dades de unos con otros y asegurar la común defensa de su indepen-
dencia y de su pacífico desarrollo. Esta noble idea no ofrecía motivos [La misión providencial de Europa]
de queja y de desconfianza al mundo extraeuropeo en la medida
en que éste miraba con buenos ojos a Europa. Se tenía, además, la [28]. Y en tales condiciones, ¿qué sería del vínculo común
persuasión de que fácilmente Europa habría encontrado en sí misma que debería estrechar a los diversos Estados en una unidad? ¿Cuál
la idea animadora de su unidad. Pero los sucesos posteriores y los podría ser la idea grande y eficaz que los hiciera firmes en la defensa
recientes tratados, que, como se cree, han abierto el paso a la paz y activos en un común programa de civilización? Algunos quieren
fría, no tienen ya como base el ideal de una más amplia unificación verla en el rechazo concorde del género de vida contrario a la liber-
europea. Muchos, de hecho, creen que la alta política está a punto tad, propio del otro grupo. Sin duda, la aversión a la esclavitud es
de volver al tipo de Estado nacionalista, cerrado en sí mismo, cen- cosa importante, pero de valor negativo, porque carece de fuerza
tralizador de las fuerzas, preocupado por la elección de alianzas y, para estimular los ánimos a la acción con la misma eficacia que una
por consiguiente, no menos pernicioso que el que estuvo en auge idea positiva y absoluta. Esta, en cambio, podría ser el amor a la
durante el siglo pasado. libertad querida por Dios y que está en armonía con las exigencias
[26]. Demasiado pronto se ha olvidado el enorme cúmulo de del bien general, o también el ideal del derecho natural como base
sacrificios de vidas y de bienes nacidos de este tipo de Estado y los 12
Sobre el concepto de nación véase el discurso pronunciado ante una comisión senato-
agobiantes pesos económicos y espirituales por él impuestos. La rial de los Estados Unidos, 17 de noviembre de 1949: DER 11,281-282.
1034 PÍO XII
ECCE EGO 1035
de la organización del Estado y de los Estados l 3 . Sólo éstas y seme- [31]. Estos motivos deberían bastar a los hombres de buena
jantes ideas espirituales, incorporadas ya hace muchos siglos a la voluntad, en uno y otro campo, para desear, rogar y obrar a fin
tradición de la Europa cristiana, pueden sostener una comparación de que la humanidad quede liberada de la embriaguez del poder y
—e incluso superarla en la medida en que fuesen vividas—con la de la hegemonía y para que el Espíritu de Dios sea el soberano
idea falsa, pero concreta y vigorosa, que mantiene aparentemente, rector del mundo, donde un día el Omnipotente mismo no escogió
y no sin el auxilio de la violencia, la cohesión del otro grupo; es otro medio para salvar a los que amaba sino el hacerse niño en una
decir, la idea de un paraíso terrestre, realizable tan pronto como se pobre cuna. Parvulus enim natus est nobis, et filias datus est nobis,
llegase a establecer una determinada forma de organización social. et factús est principatus super humerum eius 14 .
Por muy ilusoria que sea, esta idea consigue crear, al menos exte-
riormente, una unidad compacta y dura y obtener la aceptación
de las masas ignorantes, excitar a sus miembros para la acción y III. L A COEXISTENCIA EN LA VERDAD
lanzarlos al sacrificio. La misma idea, dentro de la organización
[32]. Aunque sea tan triste reconocer que la presente fractura
política que la expresa, da a sus dirigentes un fuerte poder de seduc- de la familia humana se produjo, al principio, entre hombres que
ción y a los adeptos la audacia de penetrar como vanguardias entre conocían y adoraban al mismo Salvador Jesucristo, sin embargo,
las filas mismas del otro grupo. nos parece fundada la confianza de que en el nombre del mismo
1
[29]. Europa, en cambio, espera todavía el despertar de una Cristo se puede aún echar un puente de paz entre las opuestas orillas
propia conciencia. Entre tanto, en lo que Europa representa como y restablecer el vínculo común dolorosamente roto.
sabiduría y organización de vida social y como influjo de cultura,
parece que pierde terreno en no pocas regiones de la tierra. En ver- [Política de unificación ]
dad, este repliegue es debido a los fautores de la política nacionalista,
los cuales se ven obligados a retroceder ante adversarios que han [33]- Se espera, en efecto, que la actual coexistencia acerque
hecho propios los mismos métodos de aquéllos. Especialmente en- la humanidad a la paz. Pero, para justificar esta esperanza, debe
tre algunos pueblos considerados hasta ahora como coloniales, el ser en algún modo una coexistencia en la verdad. No se puede
proceso de maduración orgánica hacia la autonomía política que todavía construir en la verdad un puente entre estos dos mundos
separados si no es apoyándose en los hombres que viven en el uno
Europa habría debido guiar .con discreción y solicitud se ha trans-
y en el otro, y no sobre sus regímenes o sistemas sociales. Porque,
formado rápidamente en explosiones nacionalistas, ávidas de po-
mientras una de las dos partes se esfuerza todavía, consciente o in-
derío. Forzoso es reconocer que también estos incendios imprevis- conscientemente, por preservar el derecho natural, el sistema vigente
tos, dañosos al prestigio y a los intereses de Europa, son, al menos en la otra parte se ha separado completamente de esta base. Que un
en parte, el fruto del mal ejemplo de ésta. sobrenaturalismo unilateral no quiera en modo alguno tener en
[30]. ¿Se trata sólo de un momentáneo extravío de Europa? cuenta esa estructura, poniendo como motivo que vivimos en el
De todos modos, lo que debe quedar, y sin duda quedará, es la mundo de la redención, substraídos, por lo tanto, al orden de la
Europa genuina, es decir, el conjunto de todos los valores espiri- naturaleza, o que se pretenda reconocer como «verdad histórica»
tuales y civiles que el Occidente ha acumulado, reuniendo las ri- el carácter colectivista de aquel sistema, en el sentido de que tam-
quezas de cada una de las naciones, para distribuirlas al mundo bién él corresponde al querer divino, son errores estos que un cató-
entero. Europa, conforme a las disposiciones de la divina Providen- lico no puede en ningún caso aceptar. El camino recto es muy otro.
cia, podrá ser todavía vivero y dispensadora de aquellos valores si En ambos campos son millones los que han conservado, en grado
sabe adquirir de nuevo conciencia de su propio carácter espiritual más o menos activo, la huella de Cristo; ellos, no menos que los
y abjurar la divinización del poder. Así como en el pasado las fuentes fieles y fervorosos creyentes, deberían ser los llamados a colaborar
de su fuerza y de su cultura fueron eminentemente cristianas, así para volver a establecer una nueva base de unidad de la familia
Europa deberá imponerse un retorno a Dios y a los ideales cristianos, humana. Es verdad que, en una de las partes, la voz de los hombres
si quiere encontrar de nuevo la base de su unidad y de su verda- que están resueltamente por la verdad, por el amor, por el espíritu,
dera grandeza. Y si estas fuentes parecen en parte ya secas, si se halla ahogada por la presión de los poderes públicos, y que en
aquel vínculo amenaza romperse y el fundamento de su unidad la otra hay excesiva timidez en proclamar en alta voz los buenos
amenaza resquebrajarse, las responsabilidades históricas o presentes deseos; es deber, sin embargo, de la política de unificación animar a
recaen sobre las dos partes que se encuentran ahora frente a frente, los unos y hacerse eco de los otros. En aquella parte especialmente
con un angustioso y recíproco temor. donde no es delito combatir el error, los hombres de Estado deberían
poseer mayor confianza en sí mismos y demostrar a los otros u n
1 1
- Cf. el radiomensaje dirigido al LXXII Congreso de los católicos alemanes, 5 de sep-
tiembre de 1948: AAS 40 (1048) 417-420; E 8 (1948) 2,313-314. 14
Is. 9,6. Cf. el introito de la tercera misa de la Navidad del Señor.
10.-J6 pfo XII
ECCE EGO 1037
valor más firme en deshacer las maniobras de las fuerzas ocultas
que todavía tienden a instaurar hegemonías de poder, una mas [Responsabilidad de los católicos ]
activa sabiduría en conservar y acrecentar las filas de los hombres
[35]. Por esto, mientras esperamos confiados en la divina cle-
de buena voluntad, en primer lugar de los que creen en Dios, pues
la causa de la paz verdadera cuenta en todas partes con gran numero mencia que el puente espiritual y cristiano, ya existente de alguna
de defensores. Sería ciertamente una política equivocada de unifica- manera entre las dos orillas, adquiera una más amplia y eficaz
ción—por no decir una verdadera traición—sacrificar a los intereses consistencia, Nos querríamos exhortar primeramente a los cristianos
nacionalistas las minorías étnicas, que se hallan privadas de la fuerza de las naciones que aún gozan del divino don de la paz a hacer todo
para defender sus bienes supremos, su fe y su cultura cristiana. lo posible para acelerar la hora de su universal restablecimiento.
Los que así obrasen no serían dignos de confianza' y no obrarían Persuádanse, ante todo, de que la posesión de la verdad, si quedase
honestamente si después, en los casos en que lo exige el propio circunscrita a ellos mismos, como objeto de su contemplación para
interés, invocasen los valores de la religión y el respeto del derecho. sacar de ella espiritual consuelo, no serviría a la causa de la paz;
la verdad tiene que ser vivida, comunicada, aplicada en todos los
campos de la vida. También la verdad, especialmente la cristiana,
[Los hombres de la obra de la unidad] es un talento que Dios pone en las manos de sus siervos para que
[34]- Muchos se ofrecen a preparar la base de la unidad hu- con su trabajo fructifique en obras de bien común. A todos cuantos
mana. Pero, debiendo esta base o puente ser de naturaleza espiritual, se hallan en posesión de la verdad, Nos querríamos preguntar,
no están ciertamente cualificados para esta obra los escépticos y antes que lo haga el eterno Juez, si han hecho fructificar aquel ta-
los cínicos, que, en la escuela de un materialismo más o menos lento, de modo que merezcan la invitación del Señor a entrar en el
larvado, reducen aun las más augustas verdades y los más altos gozo de su paz. ¡Cuántos, tal vez también sacerdotes y católicos
valores espirituales a reacciones físicas o hablan de meras ideologías. seglares, deberían sentir el remordimiento de haber, por el contra-
No son tampoco aptos para este fin aquellos que no admiten ver- rio, enterrado en su propio corazón este y otros bienes espirituales
dades absolutas ni aceptan obligaciones morales en el terreno de la a causa de su indolencia o de su insensibilidad ante las miserias
vida social. Estos últimos, que ya en el pasado, con su abuso de la humanas! En particular se harían culpables si tolerasen que el pue-
libertad y con una crítica destructora e irracional, llegaron a preparar, blo quede casi sin pastores, mientras el enemigo de Dios, valiéndose.
con frecuencia inconscientemente, un clima favorable a la dictadura de su potente organización, hace estragos en las almas carentes de
y a la opresión, se presentan de nuevo para entorpecer la obra de una formación sólidamente suficiente en la verdad. De la misma
pacificación social y política emprendida bajo la inspiración cris- manera serían responsables estos sacerdotes y seglares si el pueblo
tiana. No es raro que aquí y allá levanten la voz contra aquellos que
no recibiese y no experimentase del amor cristiano la activa ayuda
conscientemente, como cristianos, se interesan con pleno derecho
por los problemas políticos y, en general, por la vida pública. que la voluntad divina prescribe. Ni cumplirían su deber los sacer-
A veces denigran también la seguridad y la fuerza que el cristiano dotes y los seglares que cerrasen voluntariamente los ojos y la boca
recibe de la posesión de la verdad absoluta y difunden, por el ante las injusticias sociales de que son testigos, dando así ocasión
contrario, la idea de que es un honor del hombre moderno y gloria a injustos ataques contra la capacidad de acción social del cristia-
de su educación no tener ideas o tendencias determinadas ni estar nismo y contra la eficacia de la doctrina social de la Iglesia, que,
ligado a mundo espiritual alguno. Se olvida, entre tanto, que precisa- por la divina gracia, ha dado de ello tantas y tan manifiestas pruebas
mente en estos principios han tenido su origen las confusiones y los también en estos últimos decenios. Donde esto sucediese, recaería
desórdenes modernos, y no se quiere recordar que precisamente también sobre ellos la responsabilidad de que grupos de jóvenes
las fuerzas cristianas, a las que ellos ahora combaten, sirvieron para y aun de pastores de almas se dejen arrastrar en algún caso a radi-
revalorizar en muchos países la libertad por ellos mismos disipada. calismos y progresismos erróneos.
Cierto, de tales hombres no puede surgir el puente de la verdad y [36]. Más graves consecuencias causaría al orden social, y tam-
la base común espiritual; por el contrario, es de temer que, llevados bién al político, la conducta de los cristianos—ya sean de condición
del oportunismo, no encuentren inconveniente en simpatizar con elevada o humilde, ya gocen de mayor o menor bienestar—que no
el falso sistema de la otra orilla, adaptándose para permanecer en se decidiesen a reconocer y observar las propias obligaciones sociales
él aun arrastrados si llegase a triunfar momentáneamente. en el manejo de sus negocios económicos. Todo el que noestá presto
a condicionar en el justo grado al bienestar común el usode los bie-
nes privados, ya sea libremente según la voz de la propia conciencia,
ya también mediante formas organizadas de carácter público, con-
tribuye, en cuanto está de su parte, a impedir la indispensable pre-
ponderancia del impulso y de la responsabilidad personal en la vida
social.
1038 PlO XII
SUMARIO
I. Origen, programa y fines del Centro de Estudios. La obra de la Iglesia
en pro de la pacificación de los pueblos. Dos partes en este discurso.
II. Desavenencias y conflictos entre los pueblos.
La misión de Europa y del Occidente cristiano consiste en revalo-
rizar en la vida nacional e internacional el contenido de su herencia
cristiana. Las relaciones internacionales presentan hoy día una ampli-
tud y eficacia desconocidas en el pasado.
La tendencia actual hacia la creación de una comunidad de pue-
blos emana de la naturaleza social del hombre. Obstáculos que se
oponen a ella y factores que la condicionan. Ha llegado la hora de pre-
guntarse si la humanidad debe suprimir para siempre la guerra del
cuadro institucional del Derecho.
III. Principios conciliadores de la Iglesia para la prevención de los con-
flictos.
El reconocimiento de la ley natural es el primer postulado de
toda acción pacificadora. La guerra brota, a pesar de la ley natural,
porque el hombre es libre y su libertad puede ser arrollada por las
pasiones. El derecho natural, aun permaneciendo siempre el mismo,
exige formas concretas adaptadas a las condiciones históricas.
Cuatro exigencias inmutables de la ley natural: La personalidad
del hombre y sus derechos fundamentales. La subordinación de hom-
1040 PÍO XII
I I PkOGÜAMMA 1041
bres y pueblos al bien común. La fuerza y el éxito no son fuentes cje.
derecho. El derecho natural debe informar todo derecho positiv0 midables acontecimientos habían roto. Permitid, pues, que el Padre
Sometimiento del derecho a la moral. común, que ninguna cosa ama más que la paz, os hable de la obra
El reconocimiento positivo de estas exigencias de la ley natur^j correspondiente, aunque distinta, de la Iglesia para el mismo fin
es garantía insustituible de paz entre los pueblos. Por esto la Iglesj^ de la concordia y de la pacificación entre las naciones.
no cesa de subrayar el valor pacificador de la ley natural.
IV. La razón de ser de la Iglesia es su misión de anunciar a todos el metí, [4], De dos partes constará nuestro discurso:
saje de Cristo: el llamamiento de Dios a la paz. Doble mensaje d e I. Desavenencias y conflictos de los pueblos.
Cristo: el de la palabra y doctrina, apoyado en la unidad; y el de l a II. Principios conciliadores de la Iglesia para allanarlos.
acción y la vida, realización del anterior por medio de la caridad.
La caridad es el instrumento que utiliza la Iglesia en la pacificación
de los pueblos. El peso de la caridad supera, o por lo menos compensa, I. DESAVENENCIAS Y CONFLICTOS DE LOS PUEBLOS
el peso de los egoísmos. La caridad enseña a amar a todos los pueblos,
superando todo egoísmo nacional. Es ella la que impulsa la labor de [La misión de Europa}
la Iglesia en la enseñanza, consagrada al servicio de la verdad, camino
seguro para la unidad. [5]. Algunos rasgos característicos de la actual condición de
La Iglesia realiza también el mensaje pacificador de Cristo al es- los pueblos en sus mutuas relaciones tratamos de describir en nues-
clarecer y solucionar la dificultosa cuestión social. tro último mensaje de Navidad bajo un triple aspecto: la coexisten-
V. Augurios de feliz éxito. Deseo de libertad para la Iglesia en su trabajo cia en el temor, la coexistencia en el error, la coexistencia o convi-
de pacificación de los pueblos. vencia en la verdad 2 . Llamamos entonces la atención de un modo
particular sobre la misión que Europa, el Occidente cristiano—como
herederos de una mentalidad y de una conducta de vida cristianas
[i ]. El programa l y la finalidad de vuestro benemérito Centro, formadas a lo largo de los siglos—, han de cumplir, y que hoy con-
la reconciliación y la pacífica colaboración internacional, responden viene refrescar mediante la consideración de la riqueza íntima y siem-
a la común aspiración de los pueblos, que, después de haber experi- pre presente de aquella herencia y revalorizando animosamente y ac-
mentado las graves sacudidas de dos guerras mundiales o sus con- tivamente su contenido en la vida nacional e internacional.
secuencias, ninguna cosa desean más ardientemente que una sere- [6]. Cuan profundas son las disensiones entre los pueblos
na y activa convivencia. Por el resumen histórico que cortésmente y cuan difícil se hace muchas veces encontrar un camino para solu-
nos habéis enviado, nos hemos informado de que los principios del cionarlas, se ha puesto de manifiesto en la Conferencia de Ginebra
Centro se remontan a los días tormentosos de agosto de 1943, pero del pasado mes de julio, que, sin embargo, despertó en el mundo
que propiamente se organizó dos años después, en 1945, bajo la tan grandes esperanzas al inaugurarse.
inspiración de su insigne secretario general permanente, como una
asociación libre de hombres deseosos de trabajar por el bien de la [7]. Hace falta, por tanto, dirigir la atención a los aspectos,
nación, de expertos en relaciones internacionales, dispuestos a llevar cada vez más amplios y profundos, de la psicología y de la natura-
a la práctica los postulados del manifiesto que los fundadores publi- leza de los pueblos, como también a los íntimos movimientos y di-
caron en el acto de su constitución. Vuestro Centro, completamente vergencias que en éstos aparecen, y al mismo tiempo a los conflictos
apolítico, no está atado a ningún partido, sino que ha procurado a que pueden conducir y de hecho conducen con demasiada fre-
y procura entablar relaciones con el mundo internacional, con insti- cuencia. Claro está que el estudio preliminar de estos problemas es
tutos similares de otras naciones, para realizar sus nobles propósitos. fundamental para la obra de la paz, como es sumamente provechosa
[2 ]. Una especial e importante actividad suya son las series de la observación de los cambios de pensamiento y de sentimientos
conferencias, y habéis tenido la bondad de enviarnos una colección a que están sujetos los pueblos.
de las ya pronunciadas por eminentes personajes, y de las cuales
nos hemos enterado con el más vivo interés. Por sus obras tan meri- [Los problemas de la comunidad de Estados]
torias, el Centro ha obtenido recientemente un reconocimiento bri-
llante y oficial con su erección como entidad moral. [8 ]. Es cierto que el semblante del mundo a lo largo de la pri-
mera mitad de este siglo se ha modificado profundamente en mu-
[3 ]. De este modo trabajáis animosamente por la reconcilia- chos aspectos, en el campo nacional, económico, social, cultural,
ción y la colaboración de los pueblos, para restaurar lo que dos ca- ideológico. El elemento internacional, por la creciente interdepen-
tástrofes mundiales habían devastado y para soldar lo que estos for- dencia mutua de los pueblos, ha venido adquiriendo cada vez mayor
1
Pío XII, discurso al Centro Italiano de Estudios para la Reconciliación Internacional, relieve; pero, al mismo tiempo, el sentimiento nacional se ha des-
13 de octubre de 1955: AAS 47 0955) 764-775; E 15 Ü955) 2,453-457- Texto original en pertado, en algunas partes con la intensidad de las primeras llama-
italiano.
2 Cf. AAS 47 (1955) 15-28.
1042 PÍO Xlt
LL PROGRXMMA 1043
radas, superando represiones y obstáculos. Otras veces el elemento
económico, y en íntima conexión con éste el sociológico, es el deter- que no se pueden resolver con un sencillo sí o no y exponiendo algu-
minante, construyendo ambos sobre teorías sólidas e ideologías ar- nos principios directivos para su interpretación y solución. Notamos
mónicamente desarrolladas; en estos casos, sin embargo, no se acaba entonces el hecho de la tendencia a formar comunidad de pueblos
de ver bien si es la ideología la que preferentemente modela la vida e hicimos resaltar cómo ésta no se debe, en última instancia, al enor-
o si es la vida la que configura a la ideología. Por otra parte, como me desarrollo de los medios de comunicación y de intercambio, sino
no rara vez la economía, la sociología, la ideología y la vida de un a un íntimo impulso derivado de la unidad de origen, de naturaleza
pueblo divergen de las de otro, la divergencia misma engendra y de fin, y que manifiestamente tiene que servir al pleno desarrollo,
a menudo ásperas tensiones entre ellos, impulsándolos a veces a bus- querido por el Creador, de cada individuo, de los pueblos, de toda
car una solución por medio de conflictos bélicos. En los pasados si- la familia humana, mediante una colaboración siempre creciente,
glos, las relaciones internacionales, pacíficas o contrarias a la paz, no pero respetuosa de los patrimonios culturales y morales de los di-
tenían todavía la extensión y el influjo de hoy. Era posible una vida versos grupos. Señalamos después los múltiples obstáculos que se
estrechamente circunscrita y autárquica de cada pueblo o de pe- oponen a una comunidad internacional de los pueblos, obstáculos
queños grupos de pueblos; en el contacto con los demás pueblos que aumentan al crecer su número. Tales son las disposiciones inna-
faltaba, además, con frecuencia, a los nacientes movimientos y di- tas o adquiridas, diversas y frecuentemente contrarias; disposicio-
sensiones, el libre desenvolvimiento de las propias energías; todo nes de naturaleza preferentemente espiritual o de carácter preferen-
quedaba entonces local y temporalmente más limitado. Los impe- temente somático, que operan en todo el campo del entendimiento,
rios mundiales anteriores a la era cristiana, y el mismo Imperio ro- del afecto, de la acción; asimismo, las cuestiones de las razas y de
mano, medidos con el conocimiento actual de la amplitud de la tierra la sangre, del territorio y del clima, de la habitación y de las costum-
y del género humano, quedarían también ellos por debajo de los im- bres, de la lengua, de la historia y de la cultura; todo aquello que
perios del mundo de hoy. Sin embargo, estos «Estados cósmicos» rodea y configura a cada hombre y a cada pueblo. Del mismo modo,
eran muy fecundos en conflictos bélicos, con las consiguientes rela- las condiciones de propiedad y de posesión, de libertad y de depen-
ciones recíprocas, que en la historia universal suelen repetirse con dencia económica en que un pueblo vive o se ve obligado a vivir,
semejanza substancial, de «vencedores y vencidos», de «subyugado- y que, aun no siendo la única causa determinante, ejercen, sin em-
res y subyugados»; estas relaciones variaban en cuanto a la dureza bargo, un gran influjo sobre todo su pensamiento, deseo y acción.
y perduraban durante un tiempo más o menos largo, pero después Añádense las numerosas tendencias naturales o pasiones, que tanta
la mayor parte de las veces acababan en un «modus vivendi», más parte tienen en la vida cotidiana de los particulares. Aunque tien-
o menos tolerable, especialmente cuando las nuevas generaciones, den a fines de suyo legítimos, no poseen en sí norma alguna de mo-
no afectadas por los personales sufrimientos en las guerras pasadas, deración y de discernimiento, sino que deben recibirla de un supe-
ocupaban el puesto de las antiguas, y sobre todo cuando la estrecha rior dominio del hombre mismo, para que no se conviertan en fuer-
convivencia y colaboración habían llevado a una gradual fusión social zas disgregadoras: tales son el apego a sí mismo, el deseo del poder,
e incluso familiar de «vencidos» y «vencedores». Este progresivo de- la tendencia a la expansión, a la asimilación, a la absorción.
crecer y amortiguarse de las tensiones psíquicas parece ser una de
las leyes de la psicología de los pueblos, aunque debe preverse, sin [10]. Entre los elementos que las comunidades de los Estados
embargo, la posibilidad de que broten nuevas disensiones. Pero, deben tener en cuenta, incluímos también la religión. La religión
desgraciadamente, no es éste el único epílogo de las guerras en el puede ejercer sobre las relaciones entre los Estados una acción alta-
pasado. No faltan en la historia ejemplos en los que no se llegó a una mente conciliadora y pacificadora, pero también a veces disgrega-
reconciliación o distensión, sino que el conflicto, acaso renovado dora y excitante. Las luchas de religión han tenido en la historia un
varias veces, sólo terminó con la aniquilación o la reducción a la sello propio. Inspiradas por una profunda religiosidad y un genuino
esclavitud o la total impotencia del enemigo. entusiasmo, podían conducir a inmolaciones heroicas; pero aquí
hay que considerar que el fin religioso no siempre se mantuvo del
todo puro; en no pocos casos se mezclaron aspiraciones bastante te-
[Principios directivos para su solución] rrenas; si, además, aquellas luchas eran encendidas por el odio, bajo
pretexto religioso, superaban en horrores, crueldad y devastaciones
[9]. En nuestros discursos al VI Congreso Internacional de a las demás guerras; el fanatismo, no la religión, era entonces el ver-
Derecho Penal, del 3 de octubre de 1953 3 , y al V Congreso Nacio- dadero elemento motor.
nal de la Unión de Juristas Católicos Italianos, del 6 de diciembre
de 1953 4 , hemos tocado estos y parecidos problemas, reconociendo [11]. Concluyendo este primer punto de nuestra exposición,
podemos decir: No obstante el esfuerzo natural y cada vez más vasto
» AAS 45 (1953) 730-744; DER 15,337 ss. y entusiasta por la consecución de amplias relaciones y leyes inter-
* AAS 45 (1953) 794-802; DER 15,483 ss,
nacionales, con su necesidad y sus altos fines, brotan de lo íntimo
1044 pío XII I I PEOGRAMMA 1045
de los hombres y de los pueblos, de sus sentimientos y quereres [14]. Pero ¿de dónde nacen estos conflictos y por qué? ¿Cómo
rectos, pero no raras veces también perversos; de sus ocultos fines, es posible que tengan lugar, existiendo una ley natural común a to-
del medio ambiente, de las condiciones externas, de la divergencia, dos y por todos fácilmente reconocible? Al asomarse a la existen-
a menudo profunda, de los intereses, brotan, decimos, diferencias, cia, los hombres reciben de la naturaleza una gran abundancia de
tensiones, choques y, finalmente, conflictos bélicos, con sus inevita- cualidades y de energías para configurar la vida tanto individual
bles consecuencias para los dos bandos beligerantes. Es el estado como social. Tales dones e impulsos de la naturaleza señalan los
de cosas que en el curso de la historia se ha venido repitiendo hasta fines, las direcciones y los caminos, como líneas maestras del orden
ahora. Por consiguiente, parece llegada la hora de que la humanidad, establecido por el Creador; pero el cómo, el cuándo, el dónde ac-
en su progreso, se pregunte francamente si debe resignarse a lo que tuarlos, el fijar un fin con preferencia a otro, el usar este medio
en el pasado pareció una dura ley de la historia o si, por el con- más bien que aquél, todo esto lo deia la naturaleza a la libre y razo-
trario, debe buscar nuevos caminos, realizar generosos esfuerzos en nable determinación de los particulares y de los grupos. La convi-
todos los campos de la vida, para librar al género humano de la pe- vencia, al igual que la conducta privada del individuo, no se esta-
sadilla reiterada de los conflictos bélicos. Esta debe ser, por tanto, blece, por tanto, automáticamente por sí misma, como la vida aso-
la viva preocupación de los poderes públicos responsables. En este ciada de las abejas, determinada por la fuerza del instinto, sino que,
punto, la Iglesia está pronta a asumir su parte, a prestar su trabajo, en último término, está fijada por la voluntad consciente de los mis-
por disposición misma de su divino Fundador, con su maternal so- mos pueblos, o mejor, de los hombres que los componen. Ahora
licitud por todo cuanto ayude a la inteligencia y pacificación de los bien, esa voluntad puede sufrir el influjo de dos fuerzas diferentes
pueblos. y contrarias, la de la razón y juicio sereno y la de los instintos cie-
gos y pasiones desenfrenadas. Sujetándose a la fuerza de la razón,
la acción de los pueblos sabrá sacar de la ley natural los medios
II. PRINCIPIOS CONCILIADORES DE LA IGLESIA PARA LA PREVENCIÓN con que resolver los conflictos y transformar la diversidad de las
DE LOS CONFLICTOS disposiciones naturales, de las condiciones externas, de los mismos
intereses—que de suyo no son causas inevitables de conflictos vio-
[12]. Repetidas veces hemos hablado de estos principios en lentos—en otras tantas fuentes de colaboración y de armonía; en
precedentes discursos, especialmente en la tercera parte del último cambio, si las pasiones arrollan a la voluntad, esas mismas diferen-
mensaje de Navidad. Hoy, pues, nos limitaremos a mencionar sólo cias producirán tensiones intolerables, cuya solución será confiada
dos: la ley natural y la doctrina de Cristo. a la preponderancia de las armas.
[15]. Pero ¿cómo podrán los pueblos y los individuos reco-
[La ley natural] nocer con certeza la dirección que deben dar a su actividad, en con-
formidad con el plan establecido por la naturaleza? En esta cuestión
[13]. 1. El primer postulado de toda acción pacificadora es es necesario evitar las simples suposiciones y conjeturas. Las gran-
el reconocimiento de la existencia de una ley natural común a todos des líneas directrices están dadas por el conocimiento claro y la
los hombres y a todos los pueblos, de la cual derivan las normas consideración de la naturaleza del hombre, de la naturaleza de las
del ser, del obrar y del deber, y cuya observancia facilita y asegura cosas y de las relaciones y exigencias que de ellas se derivan.
la convivencia pacífica y la colaboración mutua. Para los que recha-
zasen esta verdad, las relaciones entre los pueblos serían siempre [16]. A este fin es muy útil estudiar en los documentos y en
un enigma, tanto teórico como práctico; y si este rechazo llegase a los textos legislativos el pensamiento de los siglos; deberíamos más
ser doctrina común, el mismo curso de la historia humana se con- bien decir de los milenios pasados. Muestran aquéllos cómo las
vertiría en un vagar eterno por un mar proceloso y sin puertos. Por exigencias de la convivencia de los pueblos, en sus líneas funda-
el contrario, a la luz de este principio pueden todos fácilmente, al mentales, han sido siempre las mismas, porque la naturaleza hu-
menos en cuanto a las líneas generales, discernir lo justo de lo in- mana permanece substancialmente siempre la misma; manifiestan,
justo, el derecho del agravio; indicar los principios para la solución por otra parte, que siempre se repiten los mismos actos de justicia
de las desavenencias; comprender el magisterio genuino de la his- y de injusticia en la vida privada y pública, en la vida interna de
toria en orden a las relaciones entre los pueblos; caer en la cuenta las naciones y en las relaciones entre los Estados. No menos ins-
de la formación y del carácter obligatorio del derecho internacio- tructivo es ver cómo se ha reconocido siempre la necesidad de es-
cional. En una palabra, la ley natural es la sólida base común de tablecer, mediante tratados y convenios internacionales, lo que se-
todo derecho y todo deber, el lenguaje universal necesario para cual- gún los principios de la naturaleza no constaba con certeza y com-
quier acuerdo; es aquel tribunal supremo de apelación que la huma- pletar aquello acerca de lo cual la naturaleza callaba. Más aún: el
nidad ha deseado siempre para poner fin a los eventuales conflictos. estudio de la historia y de la evolución del derecho desde los tiem-
1046 i'lo xil IL PKOGRAMMA 104?
pos remotos enseña que, de un lado, una transformación de las con- notablemente reducidas las materias de conflicto? Y cuando los
diciones económicas y sociales (e incluso a veces políticas) exige contrastes y las tensiones queden así mitigados, ¿no se facilitará
también nuevas formas de los postulados del derecho natural, a lo» acaso el mutuo entendimiento si se interroga sinceramente a la na-
cuales los sistemas hasta ahora dominantes no prestan ya su adhe- turaleza sobre sus reales exigencias ? La experiencia demuestra qui-
sión; por otro lado, sin embargo, enseña que, en estos cambios, las no se necesita una larga enseñanza para convencer a los hombres y
exigencias fundamentales de la naturaleza retornan continuamente: a los pueblos de la justicia de esas exigencias. El que la enseña tie-
y se transmiten, con mayor o menor urgencia, de una generación a ne, por así decir, el más poderoso auxiliar en la misma naturaleza
otra. Aquí un atento observador encuentra el reconocimiento, que de humana y en la sana intuición del oyente. En confirmación de lo
alguna manera siempre reaparece, de la personalidad del hombre con dicho está también el hecho de que, cuando los hombres y los pue-
sus derechos fundamentales sobre los objetos materiales e inmate- blos prescinden en la vida de esas exigencias y sustituyen su con-
riales, y, como consecuencia, el indestructible rechazo a la absor- tenido con otro diametralmente opuesto, no renuncian, sin embar-
ción de la persona por parte de la comunidad y a la consiguiente go, en la práctica a conservar la letra de las mismas; llaman así li-
extinción de la actividad personal. Por el contrario, también se halla bertad a la esclavitud, derecho al capricho, disposición espontánea
igualmente la repulsa de la excesiva afirmación de cada individuo a la ejecución impuesta. Esto demuestra que es muy difícil poder
y de cada pueblo, que no sólo no deben substraerse al necesario ahogar del todo la voz profunda de la naturaleza. Obtener que esta
servicio de la comunidad, sino que están obligados a prestarlo de voz sea oída, comprendida y obedecida es un paso de gran valor
una manera positiva. Se encuentra también el principio básico de hacia la pacificación.
que la fuerza y el éxito no legitiman los abusos ni constituyen por [19]. Por esto ha sido siempre solicitud constante de la Igle-
sí mismos el derecho; que el derecho debe prevalecer sobre la fuer- sia el suscitar, mantener despierto, hacer eficaz el conocimiento y
za; que los violadores del derecho en la comunidad de los pueblos la conciencia del derecho natural; no de un falso y vago, sino de un
deben ser considerados como criminales y, como tales, deben ser claro y bien determinado derecho natural, como el que aquí hemos
llamados a rendir cuenta de sus acciones (circunstancia esta de la procurado describir. Y, mediante la clara y segura afirmación de
que ya hablamos en el discurso al Congreso Internacional de Dere- este principio, la Iglesia se ha esforzado por abrir a los pueblos un
cho Penal, de 3 de octubre de 1953)- camino hacia el mutuo acuerdo y la pacificación, no obstante los
[17 ]. De algunas de las exigencias del derecho natural que hoy conflictos de intereses, que, por desgracia, es muy difícil desterrar
del mundo.
día prevalecen en las relaciones internacionales de los pueblos, tra-
tamos en la alocución al V Congreso Nacional de Juristas Católicos,
de 6 de diciembre de 1953, que tenía como tema «Nación y comu- [La doctrina de Cristo]
nidad internacional». Destacamos, sobre todo, que las normas vi-
gentes no pueden sin más derivarse del arbitrio de los pueblos, por- [20]. 2. El segundo principio es el mensaje de Cristo.
que la unión de éstos hay que referirla a una exigencia y a un im- Anunciar a los hombres el mensaje de Cristo es la razón de ser
pulso de la misma naturaleza, y, por tanto, los elementos funda- de la Iglesia, su oficio primordial, que no puede descuidar sin ne-
mentales de tal unión revisten el carácter de necesidad moral, por garse a sí misma y sin defraudar a los que se acogen a ella movidos
tener su origen en la naturaleza misma. Indicamos incluso algunas; por el ansia de la vida eterna. La Iglesia, por tanto, vive, ha vivido
de estas exigencias en particular: el derecho a la existencia; el de- y seguirá viviendo para cumplir esta su misión. Ahora bien, el men-
recho al uso de los bienes de la tierra para la conservación de la vida; saje de Cristo, luminoso como el cielo, del cual desciende; univer-
el derecho al respeto y al buen nombre del propio pueblo; el dere- sal como la Iglesia, a la que se dirige, no es, en substancia, otra
cho a dar una impronta propia al carácter del pueblo; el derecho a cosa que el llamamiento divino a la reconciliación, en primer lugar,
su desarrollo y a su expansión; el derecho al cumplimiento de los entre Dios y los hombres, y luego, de éstos entre sí; en una palabra,
tratados internacionales y de otros convenios semejantes. Aun cuan- es el mensaje de la más elevada paz.
do el contenido de estos pactos es puramente de derecho positivo,; [21 ]. Trátase ahora, por consiguiente, de indagar la manera
sin embargo, la obligación de su cumplimiento (siempre que no con- con que la Iglesia, como pregonera del mensaje de Cristo, contri-
tengan nada contrario a la sana moral) es una emanación de la na- buye en concreto a la reconciliación de los pueblos, extendiendo y
turaleza y del derecho natural. De esta manera, el derecho natur- perpetuando el eco de este mensaje.
preside y corona todas las normas de derecho puramente positiv [22]. Existe un doble mensaje de Cristo: el mensaje de la pa-
vigentes entre los hombres y los pueblos. labra y de la doctrina y el mensaje de la acción y de la vida.
[18]. Si, pues, las normas de derecho natural hasta aquí indi-, [23]- Que el mensaje de la palabra y de la doctrina sea apto,
cadas regulan las relaciones entre los pueblos, ¿no quedarán tal vez para reunir a los hombres y a los pueblos no necesita especial de-
1048 PÍO XII II. PROGRAMMA 104a
claración. Es, en efecto, el anuncio del único origen y del único entero; y no sólo a un pueblo, sino a los hombres de todos los pue-
fin último de todos los hombres y pueblos, del único Dios y Padre blos, hermanos y hermanas, que profesan la misma fe en Cristo y
de todos, del único y unificante precepto del amor de Dios y del participan de la misma mesa eucarística; y no sólo los hermanos
prójimo, del único Redentor y de la Iglesia por El fundada para y hermanas de la misma Madre, la Iglesia, sino todos los hombres
todos los pueblos, a fin de que haya un solo rebaño y un solo pas- del mundo entero, quienes, según el precepto del mismo único Re-
tor. Este mensaje, que en su origen, en sus medios, en su fin, está dentor, merecen el respeto, la piedad y el amor. Este amor, sin el
inspirado por el concepto de la unidad de las criaturas en un único cual, como idea y como acción, no se puede concebir el verdadero
Dios, es evidentemente pacificador y unificador. cristiano, constituye una gran fuerza contra todo egoísmo nacional
[24]. Después, el mensaje de la acción y de la vida es la realiza- en pro de la paz del mundo. En las dos últimas guerras mundiales
ción del primero, tan multiforme como puede ser la acción y la vida estuvo también presente la caridad y trabajó muy activamente para
de una idea que lo domina todo. Es, en primer lugar, la caridad disminuir los males y los horrores del conflicto, pero no pudo im-
cristiana, es decir, la caridad de Cristo realizada y vivida, puesto pedir el curso de los acontecimientos. Una vez puesta en movimien-
que Cristo considera como hecho a sí mismo cuanto se hace en be- to la máquina de la guerra, sólo ésta podía determinar su desarrollo
neficio del prójimo por su amor. Es la caridad de Cristo en sus y fin.
múltiples formas: en los hospitales, en los sanatorios, en los asilos [27]. La fuerza de la caridad debe ser aplicada en tiempo de
de ancianos, en los jardines de infancia, en los refugios para los paz para asegurar la extensión y solidez de ésta. Debe estar hoy día
abandonados, los descarriados, los inválidos, los dementes. Es la viva y consciente en todo católico ya desde su primera juventud.
caridad de Cristo, la cual no espera a que la miseria venga a ella, Debe estar despierta en todas sus formas y alimentada en la fami-
sino que la busca, y no sólo en la propia patria, sino también en lia, en la escuela, en la educación, en el canto popular, en el libro,
tierra extranjera. La caridad, que en los conflictos bélicos no dis- en el film. Debe acercar entre sí a los católicos de los diversos paí-
tingue entre amigos o enemigos; que, en nombre de Cristo, mueve a ses y continentes y unirlos en una acción común por la paz, como
los enfermeros y enfermeras y a los médicos a inclinarse con solicitud ya se hace con notable resultado. La Iglesia no tiene en sus manos
de hermano sobre el herido, sea amigo o enemigo. La caridad, que la paz, pero no puede y no debe dejar inactiva esa fuerza poderosa
con igual prontitud presta sus servicios en el palacio del rico como de la caridad. El Señor de la Iglesia le dará el apoyo de su bendición
en el tugurio del pobre. Es verdad que también en el mundo laico para un fin tan elevado.
florece hoy día una extensa obra de asistencia, técnicamente exce-
lente. No hay duda alguna, pero no ha sido siempre así, y esto no
prueba que, en su estructura íntima, tal asistencia laica vaya diri- [El culto de la verdad]
gida por el mismo espíritu de ardor, de abnegación y de heroísmo,
prolongados muchas veces por toda una vida. Sin embargo, en al- [28]. A la caridad se puede también asimilar la actividad de
gunos lugares se ha llegado a excluir la caridad cristiana; más toda- la Iglesia en el campo de la enseñanza y de la ciencia, desde la simple
vía, a prohibirla. Deplorable, pero inútil empresa. Porque, si se escuela elemental hasta la enseñanza media y universitaria. Si, pres-
suprimen las formas externas de la caridad, quedan, sin embargo, cindiendo de su contenido, consideramos solamente la parte formal
los hombres que la ejercitan con su celo personal por amor de Cris- de la enseñanza y del trabajo científico, debemos señalar como ele-
to, cuyo divino mensaje ponen por obra. mento característico el servicio de la Verdad. Los que enseñan o vi-
ven consagrados al trabajo científico, quieren, ante todo, conducir
[25]. Pero ¿de qué modo llega a ser esta caridad un instru- al conocimiento y reconocimiento de la verdad. De aquí que los
mento eficaz para lograr el pacífico entendimiento entre los pueblos? alumnos y los oyentes deban ver reflejados y como personificados en
Ante todo, en virtud del peso conjunto de los innumerables actos el maestro el respeto, la lealtad, la fiel profesión de la verdad, a fin
de bondad, que, como en una balanza moral, sobrepujan la suma de que estos sentimientos se les transmitan a ellos mismos. Lo esen-
pasiva de los egoísmos o, al menos, impiden que éstos prevalezcan cial está en investigar, exponer, profundizar la verdad, ya agrade
para ruina común. Cuando entre los hombres de pueblos diversos o desagrade, ya sea aceptada o rechazada por cualquier persona.
se obra el bien en centenares y millares de casos, entrambas partes Esta actitud espiritual es contraria evidentemente a la apatía e in-
entretejen los hilos de un entendimiento concorde y se prepara la diferencia con respecto a la verdad, que en nuestros días deforma
renuncia a toda oposición hostil. no pocas mentes y que un día el escéptico Pilato enunció en la iró-
[26]. Con esto, sin embargo, no queda plenamente evidencia- nica interrogación: Quid est veritas? Revistió, por el contrario, carác-
•da la fuerza impulsora de la caridad cristiana. Esta fuerza consiste ter sublime en la conducta del Señor el que la verdad estuviera para
en que la Iglesia católica educa las conciencias para considerar como El por encima de todo. El daba testimonio de la verdad 5, y en rela-
prójimo no solamente a este o a aquel hombre, sino a un pueblo > Cf. lo. 18,37.
1050 PlO XII
ción con la verdad tenía validez su gran promesa: La verdad os ÍNDICE ALFABÉTICO DE DOCUMENTOS
hará libres 6.
[29]. Pero el culto de la verdad, promovido por la Iglesia con
su extensa actividad didáctica, se convierte en servicio de inestima-
ble valor para la reconciliación y el entendimiento, para la recíproca
comprensión y la colaboración de los pueblos y de los hombres. Si
todos los pueblos en realidad y con sinceridad quieren, buscan,
aceptan y reconocen solamente la verdad, entonces están verdade-
ramente en el camino que lleva, por su misma íntima naturaleza, al
entendimiento y a la unión. Porque la verdad (cualquiera que sea Acerba animi 604. L a Constitución, lev fundamen-
su contenido en cada caso particular) es solamente una, y, por tanto, Ad beatissimi 437. tal del Estado 897.
solamente puede ser uno también el querer universal y el deseo de Annum ingressi 343. La decimaterza 984.
Arcanum divinae 75. La elevatezza 918.
la verdad. En cambio, el error (por alejar de la verdad y de la reali- Au milieu des sollicitudes 295. La festivitá 941.
dad) es, por su misma naturaleza, división; el error separa, desune, Benignitas et humanitas 868. La Iglesia católica y el nacional-
Comunidad internacional y tole- socialismo 886.
divide, aun cuando sean muchos los que se encuentren en el mismo rancia 1006. La libertad de la Iglesia 424.
error; su encuentro es un encuentro fortuito, no es. ya efecto de un Con sempre 838. L a organización política mun-
sólido principio unitivo. Consideraciones en torno a la dial 980.
Unión Europea 952. L a paz internacional y la guerra
Constitución política y aristocra- fría 996.
[La doctrina social cristiana'] cia 912. La verdadera noción del Estado
Crisis de poder y crisis de civis- 976.
[30]. Existe también toda una serie de otras formas de realiza- mo 1017. Libertas praestantissimum 221.
Cum multa 127. Mit brennender Sorge 642.
ción del mensaje de Cristo para promover la conciliación y mutuo Des le debut 463. Negli ultimi 899.
acuerdo de los pueblos. Dichas formas tienen de común que reali- Dilectissima Nobis 622. Nell'alba 825.
Diuturnum illud 107. Nella storia 930.
zan en la acción y en la vida aquello a lo que el mensaje de Cristo Divini illius Magistri 524. Nobilissima Gallorum gens 139.
se encamina. Mencionaremos solamente una: la acción de la Iglesia Divini Redemptoris 666. Non abbiamo bisogno 578.
en el esclarecimiento y en la solución de la cuestión social. Ecce Ego 1024. Notre consolation 312.
El espíritu europeo 1002. Notre charge apostolique 401.
[31]. Existe, como es bien sabido, una doctrina social cris- El primado de la Iglesia romana Nous avons lu 518.
y la paz 856. Pacem Del 469.
tiana cuyos principios fundamentales han sido fijados por los mis- Firmissimam constantiam 724. Praeclara gratulationis 318.
mos Sumos Pontífices en documentos oficiales. Es por demás conoci- Gravi 956. Prensa católica y opinión públi-
do cuan profundamente influyen y han influido las condiciones sociales Grazie 814. ca 9C8.
Humanum genus 155. Quanta cura 3.
en la formación de la vida de los pueblos y de sus vicisitudes, y, asi- '¡ II grave dolore 429. Quas primas 491.
mismo, cuántas discordias han tenido su origen en dichas condicio- ' II programma 1039. Quod apostolici muneris 59.
Immortale Dei 18. Sapientiae christianae 261.
nes y cómo de continuo se manifiestan y actúan, extendiéndose tam- ; In h a c quidem 484. Summi pontificatus 749.
bien en el campo internacional. Colaborar, por tanto, en la solución m In questo giorno 803. Syllabus 19.
y alivio de las miserias y de las luchas sociales es una acción impor- 1 Inscrutabili Dei 41. Vehementer Nos 379.
tante para la reconciliación y la paz entre los pueblos. 'fl
[32]. Distinguidos señores, hemos llegado, siquiera sea con rá- 1
pido esbozo, a la conclusión de cuanto queríamos exponeros. .:•
[33 ]• Vuestro Centro continuará con fervor su obra, dirigida "
a un fin tan elevado, al que Nos auguramos el más feliz de los éxitos
para honor vuestro y en ventaja de los pueblos y de los Estados que
son objeto de vuestras preocupaciones. Y no dudamos de tener vues-
tro consentimiento si a nuestra vez os manifestamos la confianza de
que también a la Iglesia sea dado colaborar por sus caminos y con
sus medios en la realización de este mismo altísimo fin, a fin de que
la «coexistencia en el temor» y la «coexistencia en el error», ya por
Nos señaladas, lleguen a su fin y en su lugar triunfe la «coexistencia
y la convivencia en la verdad y en la caridad».
* Jo, 8,33,
ilililek UK MATiiÜiAs 1053
[Iglesia! [Iglesia)
Iglesia atiende a las circuns- ÍNDICE DE MATÍRIAS 1063
1013; s u p r a n a c i o n a l i d a d , d o b l e
s e n t i d o 904 920; n o p u e d e s e r t a n c i a s d e l m o m e n t o 252; los
f e u d o d e n a d i e 905 924 987; n o c o n c o r d a t o s 206; i n m u n i d a d e s
es u n i m p e r i o 921 926 986; s u eclesiásticas 27; la Iglesia, pre- ÍLey]
• L a i c a d o : n e c e s i d a d del a p o s t o - base de todo derecho positivo
c a b e z a , J e s u c r i s t o 78 276 330 d i c a d o r a del d e r e c h o n a t u r a l l a d o s e g l a r 152 398 729; a y u d a
1047; y d e n u n c i a d o r a del e r r o r 1044; d e l o r d e n n u e v o 783 838;
904; s u m a e s t r o s u p r e m o , el R o - providencial de Dios a la Igle- y d e l a s o c i e d a d d e los E s t a -
m a n o P o n t í f i c e 133 267 278 8 6 1 ; 944; h a c o n d e n a d o el n a t u r a l i s - s i a 790; p a r t i c i p a d e u n s a c e r - d o s 481.
s u m i s i ó n 55 273 276 332 426 477 m o 1 1 ; el S o c i a l i s m o 64 66; l a docio s a n t o y r e a l 7 3 1 ; c o l a b o - —positiva: ley n a t u r a l y ley po-
533 537 718 763 788 793 821 841 m a s o n e r í a 159 179; el m a r x i s - r a d o r d e l c l e r o y del e p i s c o p a d o s i t i v a 116; d o s c l a s e s d e l e -
883 927 1013; e s l a m a y o r f u e r - m o 847; el n a c i o n a l s o c i a l i s m o 373; e n l a l í n e a m á s a v a n z a d a y e s p o s i t i v a s 234; v a l o r c o n d i -
za m o r a l y religiosa de la his- 888; y el c o m u n i s m o 670; p a r a d e l a I g l e s i a 927; el l a i c a d o y c i o n a d o 879 974; á m b i t o p r o p i o
t o r i a 693 720 794; c u s t o d i o e s a l v a r l a c r i s i s m o d e r n a del l a p r e n s a c a t ó l i c a 373. 234; s u s a n c i ó n 235; l a n o v e d a d
i n t é r p r e t e de la revelación y de E s t a d o es n e c e s a r i a l a c o l a b o - Laicismo: enfermedad de nues- e n l a s l e y e s 898.
l a m o r a l 145 249 254 278 360 535; r a c i ó n d e l a I g l e s i a 129; a m e - t r a é p o c a 509; e f e c t o d e u n l a r - Liberalismo: sistema extendido
d e f e n s o r a d e l a a u t o r i d a d 125; m o s a l a I g l e s i a 929 932. g o p r o c e s o 509; a p o s t a s í a d e l a y p o d e r o s o 237; p r o y e c c i ó n s o -
y a m i g a de la libertad j u s t a I g u a l d a d : la i g u a l d a d c r i s t i a n a s o c i e d a d m o d e r n a 629; s u s cial y política del n a t u r a l i s m o
Í25 211 226 235 259 360 364 883; 66 182 236 360; d e o r i g e n , n a t u - a m a r g o s f r u t o s 510 694; s e p a - 238; s u r a í z , l a r e b e l i ó n c o n t r a
se h a situado siempre frente a r a l e z a y fin 176; i g u a l d a d l e g í - r a c i ó n e n t r e l a I g l e s i a y el E s - D i o s 255; i n c o n c i l i a b l e c o n l a
t o d o g o b i e r n o t i r á n i c o 212; con- t i m a e i g u a l d a d i l e g í t i m a 449 t a d o 628; e d u c a c i ó n l a i c a 522 doctrina c a t ó l i c a 38; porque
s a g r a d a a l b i e n c o m ú n 133; no 843 876; l a i g u a l d a d j u r í d i c a a b - 564; d i s o l u c i ó n d e l a f a m i l i a n i e g a los d e r e c h o s de la Igle-
es e n e m i g a d e l a j u s t a t o l e r a n - s o l u t a es f a l s a 176 204; l e g í t i - 55; n a c i o n a l i s m o exagerado s i a 426; c a p í t u l o s f u n d a m e n t a -
m a s d i f e r e n c i a s s o c i a l e s 360; 510; n u e v o p a g a n i s m o 766. l e s 272; v a r i a s f o r m a s 255; j u i -
c i a 211 253; h a o b r a d o s i e m p r e L a t i t u d i n a r i s m o : c o n d e n a c i ó n del
d e a c u e r d o con s u d o c t r i n a 693; la igualdad utópica predicada cio c r í t i c o s o b r e é s t a s 255; li-
el e l e m e n t o h u m a n o e n l a h i s - p o r el c o m u n i s m o 66 675. s i s t e m a 24. b e r a l i s m o d e p r i m e r g r a d o 238;
t o r i a d e l a I g l e s i a 653; fin d i - Indiferentismo r e l i g i o s o : gran Legislación: norma orientadora, c o n d e n a c i ó n 37 239 255; l i b e r a -
recto e inmediato de la Iglesia e r r o r d e n u e s t r o s t i e m p o s 168; el b i e n c o m ú n 200; e s c o m p e - lismo d e s e g u n d o g r a d o : dos
147 189 195 280 425 532 549 1047; p o s t u l a d o del E s t a d o l i b e r a l 205 t e n c i a del E s t a d o 283; s i n e x - e s p e c i e s 240 256; c o n d e n a c i ó n
infalibilidad de su magisterio 353; f r u t o d e l l a i c i s m o 509; s e t r a l i m i t a c i o n e s 284; s u b o r d i n a - 256; l i b e r a l i s m o d e t e r c e r g r a -
249 509 594; l a I g l e s i a y l a ci- i d e n t i f i c a en r e a l i d a d c o n el da a la religión y a la m o r a l d o : d o s f o r m a s 24 257; c r í t i c a
v i l i z a c i ó n 46 189 213 350 363 481 a t e í s m o 207 245; es p e c a d o 175 310; d e b e e v i t a r el p o s i t i v i s m o 257; l a s c o n q u i s t a s d e l l i b e r a -
538 661 774 796 828 1014; l a I g l e - 210; c o n d e n a d o p o r l a I g l e s i a . j u r í d i c o 845; y a j u s t a r s e a l a l i s m o 243; i n j u s t i c i a s d e l a eco-
24 209 416. n a t u r a l e z a h u m a n a 99 283; d i s - n o m í a l i b e r a l 702 844; d e s t r o z ó
s i a y l a c u l t u r a 212 363 534 552; el o r d e n c o r p o r a t i v o p r o f e s i o -
es p o t e n c i a de p a z 481 749 796 I n m o r t a l i d a d del a l m a h u m a n a : tinción entre régimen consti-
t u i d o y l e g i s l a c i ó n 307; f a c t o - n a l 694; s u f r a c a s o c o m o fór-
981 985 988; n o p u e d e q u e d a r m u l a d e c o n v i v e n c i a 644 905;
c o n f i n a d a en e] s a n t u a r i o 927; d e f i n i c i ó n 656. res que condicionan la bondad
I n s t i t u c i o n e s : n a t u r a l e s 93; con- o malicia de u n a legislación base racionalista 63; individua-
respeta y favorece las peculia- 307; l a I g l e s i a s e o p o n e a t o d a l i s m o e x c e s i v o 1046; n e g a c i ó n
r i d a d e s d e los p u e b l o s 7 7 1 ; d e - d i c i ó n d e s u e f i c a c i a 94. d e l a l i b e r t a d 240; a t e í s m o de
legislación c o n t r a r i a a la reli-
r e c h o p l e n o a l a l i b e r t a d 15 26 g i ó n 284; u n a l e g i s l a c i ó n c o n - E s t a d o 239; a t r i b u y e u n p o d e r
210 249 332 392 425 461 515 534 t r a r i a a l d e r e c h o n a t u r a l no es d e s p ó t i c o a é s t e 252; s u s s u c e -
720 740 792; d e r e c h o d e p r o p i e - J u s t i c i a : el p r i m a d o d e l a j u s t i -
cia, f u n d a m e n t o del E s t a d o 336 ; l e g i s l a c i ó n 308 316 333 415 658; s o r e s , el t o t a l i t a r i s m o 905; y el
d a d 392 426 631; d e r e c h o s e n es i l í c i t a t o d a a p r o b a c i ó n p o - c o m u n i s m o 679; c a u s a n t e d e l a
m a t e r i a e d u c a t i v a 30 145 534 s i n e l l a es i m p o s i b l e el r e c t o c r i s i s a c t u a l del E s t a d o 239 689.
g o b i e r n o d e é s t e 144 257; m a - sitiva de u n a legislación injus-
537 565 575 595 602 1049; p o d e r e s ta. 617; h a y q u e o p o n e r s e a ella, L i b e r t a d : definición de la liber-
en m a t e r i a m a t r i m o n i a l 35 86 d r e d e l a p a z 581 846; es s u p e - c o n e n e r g í a 277 308 316 354 366 t a d n a t u r a l 229 237; es e x c l u -
90 95 99; s u i n t e r é s p o r el E s - r i o r al n ú m e r o y a la fuerza 608; l a s l e g i s l a c i o n e s p e r s e c u - s i v a d e los s e r e s r a c i o n a l e s 225
t a d o en g e n e r a l 977; n o u s u r p a 3 6 1 ; es l a q u e e n g r a n d e c e a los t o r i a s s e d e r o g a n c o n el t i e m p o 227; e s e n c i a 228; s u b a s e , l a e s -
los d e r e c h o s de é s t e 178 189 302 p u e b l o s 337; q u i c i o del o r d e n 396; el d e s p r e c i o d e l a l e g i s l a - p i r i t u a l i d a d del a l m a 228; su
333 364 796; es l a m e j o r g a r a n - n u e v o 786; s u s b a s e s , l a r e l i - ción, e f e c t o d e l a s l i b e r t a d e s fin, D i o s 235; o b e d i e n c i a a u n a
t í a del E s t a d o 45 65 8 7 ; s u e s e n - g i ó n 9 144 353; y l a f i d e l i d a d m o d e r n a s 446; l a l e g i s l a c i ó n a u t o r i d a d s u p r e m a , D i o s 235;
cial i m p a r c i a l i d a d e n c u e s t i o n e s 822; es c o m p a t i b l e c o n t o d a s l a s p e r s e c u t o r i a del E s t a d o l i b e r a l e x i g e c o n o c i m i e n t o p r e v i o 229;
p u r a m e n t e p o l í t i c a s 282 821 945 f o r m a s d e g o b i e r n o 412; d e r e - 205; f r a n c é s 383; d e l a R e p ú - d e b e a p l i c a r s e a l b i e n y a la
987; l a I g l e s i a y l a s f o r m a s d e c h o s d e e s t r i c t a j u s t i c i a del b l i c a e s p a ñ o l a 622 628 638; d e v e r d a d 208; c a u s a d e r e s p o n s a -
o b r e r o 702; r e c o n o c i d o s p o r l a l a R e p ú b l i c a m e j i c a n a 604 607. b i l i d a d 227.
I g l e s i a c o m o t a l e s 703; r e d u c - L e y : d e f i n i c i ó n 231 269 308; s u — l i b e r t a d m o r a l : s u o b j e t o , el
g o b i e r n o 132 259 8 4 1 ; l a I g l e s i a b i e n c o n f o r m e a r a z ó n 229; el
y . l a l e g i s l a c i ó n p o s i t i v a 284; ción de la justicia a la c a r i d a d n e c e s i d a d 2 3 1 ; f u n c i ó n 232 233;
l e v y b i e n c o m ú n 233; o r i g e n p e c a d o y l a l i b e r t a d 230; n e c e -
c r i t e r i o s d e la I g l e s i a e n polí- 702; los p a r t i d o s p o l í t i c o s y l a s i d a d d e p r o t e c c i ó n : l a l e y 231;
j u s t i c i a 132 257; l a j u s t i c i a s e - 233.
t i c a 947 987; la I g l e s i a y l a co- — e t e r n a : d e f i n i c i ó n 169; r e g u l a - y la g r a c i a 232: J e s u c r i s t o , r e s -
m u n i d a d d e los E s t a d o s 1013; g ú n l a é t i c a n a t u r a l i s t a 34 171 d o r a d e l a l i b e r t a d h u m a n a 234. t a u r a d o r d e l a l i b e r t a d 225.
el p o d e r t e m p o r a l d e l a I g l e s i a 412; l a I g l e s i a , f u e n t e d e j u s t i - — n a t u r a l : d e f i n i c i ó n 232; s u f u n - — l i b e r t a d s o c i a l : d e f i n i c i ó n 234-
¿b; e í i c a c i a social d e l a I g l e - c i a 360. d a m e n t o , D i o s 764; c o n t e n i d o p r i n c i p i o n o r m a t i v o 675; s o m e -
s i a 71 339 3 6 1 ; l a I g l e s i a / l a - s o c i a l : s u e x i s t e n c i a 703; e s t á 1044; d a d o p o r l a n a t u r a l e z a t i m i e n t o a l a l e y e t e r n a 255
e c o n o m í a 692; la g u e r r a a c t u a l e x i g i d a p o r el b i e n c o m ú n 734; d e l h o m b r e 1045; á m b i t o 640 364; a l a l e y n a t u r a l y a l a ley
c o n t r a l a I g l e s i a 15 130 178 205 f u n c i ó n e s p e c í f i c a 703; b e n e f i - 8 2 1 ; lo p e r m a n e n t e e n ella 1045; r e v e l a d a 2 4 1 ; a l a v e r d a d 361;
271 347 430 454; los e m b a t e s d e c i o s o s e f e c t o s 703; e x i g e n c i a s l o v a r i a b l e 1046; l a I g l e s i a , s u v a l m a g i s t e r i o e c l e s i á s t i c o 250;
la persecución h a c e n crecer a d e la justicia social: salario fa- mejor y m á s c o n s t a n t e defen- l a l i b e r t a d c r i s t i a n a 182 251 660
l a I g l e s i a 370 372 396; p o r q u e m i l i a r 704; s e g u r o s s o c i a l e s 704; . s o r a 1047; s u r e c o n o c i m i e n t o , 1033; b a j o el i n f l u j o d e l a g r a -
instituciones necesarias para su postulado de toda acción paci- c i a 233 497; d e n t r o d e l o r d e n
w I 9° S o n n t . U n c a l a a b a n d o n a 55 284 c u m p l i m i e n t o 705; r e s t a u r a c i ó n f i c a d o r a 1044; r e g u l a d o r a d e t o - e s t a b l e c i d o p o r D i o s 1045; l a li-
¿72 396 453; s u l e y v i t a l d e d a s l a s r e l a c i o n e s s o c i a l e s 1044; b e r t a d , e l e m e n t o e s e n c i a l del
a d a p t a c i ó n c o n t i n u a 924- l a d e l a s c o r p o r a c i o n e s 705.
ÍNDICE DE MATERIAS 1065
1064 ÍNDlCK DK MATElttiVS
I Matrimonio] CMoralJ
[Libertad] I Magisterio] sociedad 88; benéficos efectos del derecho 33 776 822 848; fun-
o r d e n p o l í t i c o c r i s t i a n o 993; li- o p i n i ó n en l a s c o s a s d i s c u t i - 94 95: el matrimonio a la luz damento de la política 522 832;
b e r t a d p o l í t i c a v e r d a d e r a 212 b l e s 455. de la revelación 79; su autor, de la economía 684 1031; de la
. 338 364; c r i t e r i o d e c a l i f i c a c i ó n M a s a : es algo m u y d i s t i n t o de Dios 79 89; carácter sagrado , educación 555; de la enseñanza
258; l a c o n c i l i a c i ó n d e l a l i b e r - u n a u t é n t i c o p u e b l o 876; e n e - 89 90; el matrimonio cristiano 534; y del progreso 831; sepa-
t a d con la autoridad, esencia miga de la democracia s a n a es sacramento 34 54 69 83 90 rar la moral de la fe lleva a la
de la solución del p r o b l e m a po- 876; p r o d u c t o d e l a d e s c r i s t i a - 92 93: contrato y sacramento decadencia moral y social 171
l í t i c o 338 877; l a l i b e r t a d p o l í - n i z a c i ó n d e l a v i d a 829; p r e s a 92; fin primario y fines secun- 657 764 787; la moral, escuela
t i c a y l a m o r a l c i u d a d a n a 246; f á c i l d e l a d e m a g o g i a 915. darios 84 94; propiedades esen- de formación del carácter 658;
l i b e r t a d y t o l e r a n c i a 252; l a Masonería: enfermedad mortal ciales 95: unidad e indisolubili- el terrorismo, sustituto de la
Iglesia, defensora de la libertad d e l a s o c i e d a d m o d e r n a 366; n a - dad 35 80 84 104 850; separación moral en los países comunistas
p o l í t i c a j u s t a 125 211 225 228 t u r a l e z a y m é t o d o s 166; f i n ú l - corporal 104; el matrimonio y 684; la moral independiente 174
236 360 364; l a l i b e r t a d d e l a t i m o 163 165 167 367; e s c o n t r a - la religión 89 96 105; la Iglesia 208 409 756; fines y efectos 208:
Iglesia, s a l v a g u a r d i a del E s - ria a la justicia y a la moral y el matrimonio cristiano 85; inconsistencia r a d i c a l 88 169
t a d o 15 210 391 425 430 461 792 n a t u r a l 164 174 335; n i e g a el su regulación pertenece exclu- 170 239 353; necesidad de u n re-
835; lo m á s q u e r i d o d e D i o s e n o r d e n s o b r e n a t u r a l 169 171 174; sivamente a la Iglesia 35 90 torno a la moral cristiana 289.
este mundo, la libertad de su s u r a í z i d e o l ó g i c a , el n a t u r a - 200: d i s p o s i c i o n e s p a r a con-
I g l e s i a 430. l i s m o 165 335; e r r o r e s t e o l ó g i - traerlo 105; derechos y deberes
mutuos de los cónyuges 84; JN ación: es algo muy distinto de
—libertades públicas: libertad de c o s y m e t a f i s i c o s 166; m o r a l e s la política nacionalista 1033; en
e n s e ñ a n z a 247 248 427 553; l i - 169; s u p e r n i c i o s o i n f l u j o d o c - amor mutuo 83; derechos del
Estado sobre los efectos civiles su esencia es algo no político
b e r t a d d e e x p r e s i ó n 208 246 247 t r i n a l 162: r e s p o n s a b l e d e l a 1033; las naciones deben tomar
455; d e c u l t o s 8 243 245 427 659; actual decadencia de la moral del matrimonio 36 101 104; la
crisis del matrimonio moderno las riendas de su propio desti-
d e p r e n s a 427; d e c o n c i e n c i a 168 171 174; p o l í t i c a y l e g i s l a - no 894.
251; h a y q u e c o r t a r l o s a b u s o s ción m a s ó n i c a s 167 173 177 335 54; el matrimonio según el na-
366; l a m a s o n e r í a , e n e m i g a del turalismo 34 94 172 174; según Nacionalismo: exagerado 1041;
d e l a l i b e r t a d 258 8 3 1 ; o b s t á c u - el socialismo 62; y el comunis- individualismo colectivo desen-
los m o d e r n o s c o n t r a l a v e r d a - P o n t i f i c a d o 159 167 178 287 368; frenado 1046; fruto del laicis-
d e r a l i b e r t a d 993; l a s c u a t r o s e h a i n f i l t r a d o e n t o d o s los mo 676; ataques contra el ma-
ó r d e n e s del E s t a d o 161 178 366; trimonio: el matrimonio civil mo 510; sus orígenes históricos
l i b e r t a d e s de l a C a r t a del A t - 87; pretensiones regalistas 92; 1033; daños producidos por el
l á n t i c o 934: ¿ e s l i b r e el m u n d o a m b i c i o n e s m a s ó n i c a s 177 334; Estado nacionalista 1032: niega
d e h o y ? 994. l a m a s o n e r í a y el a t e í s m o d e el divorcio 96.
E s t a d o 173; el m o n o p o l i o e s t a - la solidaridad de los pueblos
—libertades m o d e r n a s : pretendi-
t a l d e l a e n s e ñ a n z a 172; r e s - —matrimonio civil: no es verda- 962; enemigo de la paz 547; fer-
d a s c o n q u i s t a s del l i b e r a l i s m o
p o n s a b l e del d e s p o j o del p o d e r dero matrimonio 104; efectos mento de desunión 905; peligro
243; b a s e d e l d e r e c h o c o n s t i t u -
t e m p o r a l p o n t i f i c i o 365 368; u t i - funestos 95 354: su origen, el de un rebrote de la política na-
c i o n a l n u e v o 204; c o n s t i t u y e n
liza la p r e n s a en g r a n escala naturalismo 88 89; y la masone- cionalista 1032.
u n a adulteración de la libertad
367; l a m a s o n e r í a y el m a t r i - ría 172; condenación del matri- Nacionalsocialismo: su nihilismo
226; s u r a í z 205; f u n d a m e n t o
m o n i o civil 172 174; y el d i v o r - monio civil 54. moral 946; o p o s i c i ó n radical
d e la c o n s t i t u c i ó n política li- —matrimonios mixtos: deben evi- con la doctrina católica 891;
b e r a l 226; lo b u e n o y lo m a l o cio 172; y l a e d u c a c i ó n l a i c a
170; y el d e r e c h o n u e v o 170 173; tarse en lo posible 105; peli- perseguidor de la Iglesia 888;
d e e s t a s l i b e r t a d e s 226; s u s gros que encierran 105. condenación 893.
e f e c t o s p e r n i c i o s o s 214 237 446: r e m e d i o s f r e n t e a e l l a 179 182
c o n d e n a d a s p o r l a I g l e s i a 209; 185: c o n d e n a c i ó n d e l a m a s o - Minorías: minorías dirigentes, su Naturalismo: sus errores metafi-
sin frenos, l a l i b e r t a d es liber- n e r í a 159; i l i c i t u d d e t o d a c o - carácter aristocrático 916; sus sicos 168 171: principio funda-
t i n a j e 37 47 211 357 982; c a u s a l a b o r a c i ó n con e l l a 1 8 1 ; d i s t i n - •valores 916; representantes de mental 166 271; niega la revela-
d e l a d e c a d e n c i a a c t u a l del E s - ción en orden a la r e s p o n s a b i - las sanas tradiciones 916; su ción 352; incompatibilidad con la
t a d o 252. l i d a d 165; h a y q u é e n f r e n t a r s e labor en la reconstrucción del doctrina católica 7 11 166 218;
c o n l a m a s o n e r í a 335. orden nuevo 842. su proyección social y política,
l i t u r g i a : l a l i t u r g i a y el m a g i s - ---minorías demagógicas: mane- el liberalismo 238; el naturalis-
t e r i o e c l e s i á s t i c o 507; s e n t i d o M a t e r i a l i s m o : efecto d e la des- jadoras de las masas 876; los mo y el Estado 8 173; la auto-
y eficacia de l a s festividades c r i s t i a n i z a c i ó n d e l a v i d a 829; grupos de presión 1021; el pe- ridad política 9 111: las liberta-
l i t ú r g i c a s 507: s u a s p e c t o e d u - y d e l a educación laica 721; ligro de las fuerzas anónimas des políticas 8; el derecho 9
c a t i v o 562; a r m a c o n t r a l a s h e - n i e g a l a r e v e l a c i ó n 352; e n e m i - • 1020; deben ser sometidas al 170; el matrimonio 88 94 98 172 ;
r e j í a s 508; l a f e s t i v i d a d d e C r i s - g o d e l a v e r d a d e r a p a z 850; i n - orden y al bien común 1021. la familia 10 172; la opinión
t o R e y y el l a i c i s m o c o n t e m p o - c a p a c i t a p a r a l a s o l u c i ó n d e los —minorías nacionales: deben ser pública 9; la educación 529;
r á n e o 509 514 515. p r o b l e m a s del m u n d o 1036; e n ' r e s p e t a d o s sus d e r e c h o s 810 falsedad del naturalismo peda-
la política, e c o n o m í a y sociolo- 833 1036. gógico 554 556 558; el naturalis-
g í a 829; d i s t i n c i ó n e n t r e m a t e -
Modernismo: s í n t e s i s de todas mo y la masonería 165; es fuen-
•Magisterio: el poder de magis- r i a l i s m o y p r o g r e s o t é c n i c o 830; 1 te de g r a v í s i m o s daños 93;
t e r i o d e l a I g l e s i a 249 477 533; m a t e r i a l i s m o m a r x i s t a 674; c o n - las herejías 457. condenación del naturalismo
e s el ú n i c o d a d o p o r D i o s 249 d e n a c i ó n 830. MO.TRI:
1
fundamento, la fe. en Dios 13 21.
425 509 594; i n t é r p r e t e a u t é n t i - 170 300 657; objetividad y unici-
co d e l a r e v e l a c i ó n 279; p e r t e - M a t e r i a s m i x t a s : e x i s t e n c i a 549; dad 658 843; sus capítulos fun-
nece exclusivamente a la je- d e f i n i c i ó n y n a t u r a l e z a 197; d o - damentales 169: sin religión es ^-'bediencia: necesidad 455 744:
r a r q u í a 455; s u e x t e n s i ó n e s t á b l e j u r i s d i c c i ó n 125 147; n e c e s i - imposible 301 353 765 811; la importancia extraordinaria 133
d a d a p o r C r i s t o 83 594 596; i n - dad de r e g u l a c i ó n concorde moralidad de las acciones hu- 278: es un obsequio razonable
f a l i b i l i d a d 533; el m a g i s t e r i o 125 147 210 385 549; p o l í t i c a d e l m a n a s 534; la Iglesia, maestra hecho a Dios 126; por el hom-
e c l e s i á s t i c o , r e g l a d e fe 432 507; E s t a d o l i b e r a l en m a t e r i a s m i x - incorrupta de la mor'al verda- bre y por el Estado 649; funda-
g a r a n t í a d e l p r o g r e s o 249 250; t a s 205; l a e d u c a c i ó n , m a t e r i a dera 208. 254 280 360 535; la fa- mento de la unidad social 133
n o d e b e s e r o b s t a c u l i z a d o 425; m i x t a 549; c o n c o r d a t o s 147. milia y la moral 55: la moral, 278; corrientes modernas de in-
necesidad de obediencia al m a - M a t r i m o n i o : i m p o r t a n c i a 106; base del Estado 246 266 300 767 subordinación e independencia
g i s t e r i o d e l a I g l e s i a 267 279 d o c t r i n a c a t ó l i c a 686; f u e n t e 853; del orden nuevo 832 841; y 459; no existe el deretho a la
322 455; e s l í c i t a l a l i b e r t a d d e p r i m e r a d e la f a m i l i a y d e l a
1066 ÍNDICE DE MATERIAS ÍNDICE DE MATERIAS 1067