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7 La orquesta de la escuela: otra propuesta institucional El Campamento: parte de la identidad

de la escuela plementan actividades para que pueda acceder a los contenidos que le faltan
para promocionar o puede rendir un examen complementario en febrero. Si el alumno a pesar
de estas acciones no logra los objetivos que se esperan de él no promociona al grado siguiente.
En los primeros años de escolaridad los chicos promocionan con contenidos mínimos. En la
mayoría de los casos logran acceder a ellos sin dificultad al año siguiente con el apoyo de las
maestras de recuperación que trabajan paralelamente con las maestras de grado. La no
promoción del grado es lo que comúnmente se llama fracaso escolar. Este es para mí un mal
llamado fracaso escolar. A veces un chico, simplemente, necesita más tiempo, de la misma
manera que no todos los chicos empiezan a caminar en el mismo momento, o hablar en el
mismo mes de vida, aunque pertenezcan a la misma familia. Por eso la no promoción no hay
que verla como fracaso escolar y hay que tratar de que el niño y su familia la vivan como un
camino a recorrer, y no como un castigo, porque generalmente al rehacer un alumno el grado
puede lograr lo que antes no podía y así, comienza a levantar su autoestima, a disfrutar sus
progresos, viene a la escuela distinto, con más ganas de aprender, y de esta manera se puede
revertir un El buen clima institucional es clave no sólo para evitar la deserción sino también
para un buen aprendizaje. proceso que aparentemente aparecía como negativo. Fracaso para
mí hay en los chicos que desertan o cuando el desertor regresa a la escuela pero no lo
podemos retener porque el afuera es más fuerte o llamativo que lo que le ofrece la escuela.
No es sólo éste un fracaso de la institución, es un fracaso mayor de toda una sociedad. Creo
que faltan instancias intermedias de seguimiento, de visita a los hogares, de una atención más
cuerpo a cuerpo, para que ese chico vuelva a la escuela y se quede y no termine siendo la calle
un lugar más atractivo. Para estos niños en edad avanzada que no han ido nunca a la escuela o
que la han iniciado pero han desertado, vamos a implementar a partir de este año lo que se
llama el grado de nivelación (en varios distritos de la ciudad de Buenos Aires se están abriendo
estos grados). Es para aquellos chicos que han permanecido en la calle durante muchos años y
que a lo mejor a la edad de 10, 11, 12, 13 años quieren realizar ahora su primer grado y
terminar la escuela primaria.

En primer lugar, hay que tratar de generar con ellos un buen vínculo con la escuela, con el
maestro, para que asistan regularmente, para que quieran la escuela y quieran aprender. En
este momento tenemos cinco inscriptos. La considero una propuesta interesante porque de
alguna manera intenta dar respuesta a la escolaridad de una franja de alumnos que no está en
edad de acceder a una escuela de adultos y a la problemática de los chicos de la calle. Espero
que logremos ayudarlos. Cada chico tiene diferentes potencialidades que habrá que estimular
como camino de acceso a las otras. 12(ntes): Varias veces mencionaste el tema del buen clima
institucional como un factor clave a la hora de evitar la deserción. A.V/

El buen clima institucional es clave no sólo para evitar la deserción sino también para un buen
aprendizaje y va de la mano del sentido de pertenencia a la escuela. Si tanto un adulto como
un chico quieren el lugar al que asisten y se sienten bien en él, ambos lo cuidan y no quieren
irse. En la escuela con los maestros tratamos de encarar una serie de proyectos tendientes a
crear este buen clima institucional y una relación fuerte de los alumnos con la escuela y con los
docentes. Por ejemplo, además del proyecto de talleres, tenemos el proyecto de la orquesta
de la Escuela 18. Este proyecto funciona a continuación del horario escolar cuatro veces por
semana. Los chicos meriendan en la escuela y se quedan a las clases de música. Lo venimos
llevando a cabo desde mediados del año pasado. Está abierto a todos los alumnos interesados
de 2 a 7 grado. En este momento hay 60 chicos participando. Tienen profesores de Flauta,
Percusión y Coro. Ya algunos alumnos han realizado varias presentaciones y es increíble ver
cómo algunos chicos con dificultades no sólo en el aprendizaje sino también en la aceptación
de normas, van encontrado en este sitio un lugar donde aprenden disfrutando no sólo la
música sino también de la disciplina de los músicos. Son pequeñas y a la vez grandes acciones
que van marcando un clima: los chicos se quedan felices más tiempo en la escuela. Les gusta lo
que hacen. Otro de los grandes e históricos proyectos que tiene la escuela es el de
Campamento: Escuela de Vida. Hace más de 10 años, los maestros de 6º y 7º grado junto con
el profesor de Educación Física decidieron organizar un campamento considerando la
población escolar con la cual trabajaban y las dificultades de las familias para que todos los
chicos accedieran a un viaje de egresados. Entonces pensaron en organizar un campamento
entendido como un viaje de estudios y modelo de vida que vale la pena ser vivido, tal como los
docentes expresan en el proyecto, que les permitiera a todos los chicos compartir la
finalización de su escolaridad primaria. A lo largo de los años el proyecto fue creciendo a tal
punto de ser el Campamento parte indiscutible de la identidad de esta escuela. Anualmente se
hacen dos: uno corto, de tres días, al que van los alumnos de 5, 6 y 7 grado a un lugar cercano,
por ejemplo Ezeiza, y uno largo, de 10 a 12 días a Bariloche (Colonia Suiza). Los ejes del
Campamento pasan por el contacto con la naturaleza, el compartir la experiencia como grupo,
ver que somos parte de un todo y que con esfuerzo y solidariamente se puede lograr concretar
muchos deseos. En el fogón de cierre cada niño pide su deseo para la vida. El Campamento es
otro de los proyectos con el que intentamos retener al alumnado y afirmarlo dentro de la
institución. 12(ntes): Cómo hacen para que el Campamento sea vivido como un proyecto de
toda la institución? A.V/ Para poder lograr el viaje a Bariloche para todos los alumnos de 6 y 7
se realiza un gran esfuerzo que involucra a toda la comunidad: los chicos saben que para
acceder a él hay que esforzarse en la realización de diferentes actividades y eventos y que este
esfuerzo tiene que ser sostenido y acompañado por las familias. Se organizan eventos
extraescolares los días sábados, que consisten en actividades deportivas y peñas, a las que
concurren alumnos de toda la escuela. En ellas los padres se encargan de la organización y de
vender comida y bebida. También se juntan diarios y cartones y se venden. La recaudación
pasa a formar parte de los fondos para el viaje. Desde hace varios años la Secretaría de
Educación se hace cargo del traslado de los alumnos y docentes. Todas las áreas curriculares
trabajan en la organización: desde Tecnología arman bolsas de dormir o hacen las remeras con
el logo del campamento; desde Plástica hacen los distintivos de las diferentes tribus (los chicos
están divididos en cuatro tribus y esto es así desde 1 grado); desde Inglés se hacen folletos en
ese idioma que los chicos reparten en Bariloche a los turistas, en donde cuentan de la Escuela
Nº 18; desde Música se organizan las canciones; en Matemática trabajan, por ejemplo, el tema
del presupuesto para el viaje; desde Lengua, cada tribu tiene un libro de viaje en el que relatan
toda la experiencia vivida y escriben sus lemas; desde Ciencias Sociales y Naturales se abordan
muchos contenidos relacionados con la historia, geografía y recursos de la zona, y desde
Educación Física, por ejemplo, se ejercita la resistencia física y la respiración para ascender a la
montaña. Este es otro de los proyectos con el que intentamos no sólo retener al alumnado
sino afirmarlo dentro de la institución. De hecho, cuando se realiza la muestra de campamento
después de cada viaje, es emocionante ver a los ex-alumnos de regreso en la escuela, muchos
ya hombres, y esta muestra de afecto hacia los maestros que les dieron la oportunidad de
realizar ese viaje es impagable y da fuerzas para seguir a pesar de los tropiezos. 7

8 El fracaso escolar en las sociedades complejas Por María de los Ángeles Sagastizabal Doctora
en Historia, Especialista en Sociología Política y Licenciada en Antropología. Investigadora
independiente del CONICET. Fue Subdirectora del Instituto Rosario de Investigaciones en Cs.
de la Educación.Autora de Diversidad cultural. Educación intercultural de la teoría a la práctica
(Noveduc). Docente universitaria de grado y posgrado (UNR, UCA, USAL y UTN). Dificultades de
la institución escolar para responder a las necesidades de la sociedad actual Nos referimos al
fracaso escolar entendido como las dificultades de la escuela para responder a los desafíos de
la sociedad compleja en la que vivimos. 8 Esta realidad compleja, postmoderna,
sobremoderna, globalizada, dinámica y cambiante no es fácil ni de comprender, ni de enseñar.
En este artículo deseamos presentar una nueva mirada sobre el fracaso escolar, concepto que
tiene una larga trayectoria en el análisis de nuestro sistema educativo. Desde estos análisis ha
tomado múltiples significados casi tan numerosos como la búsqueda de las causas o factores
que producen el fracaso escolar. De este modo transitamos -desde las investigaciones que lo
abordaron- por un fracaso escolar exclusivamente atribuido al alumno, estudiado desde
factores socioeconómicos y familiares, hasta un fracaso escolar centrado en el
docente/escuela, analizado desde los componentes didácticos, pedagógicos e institucionales,
para actualmente relacionarlo con la diversidad de la matrícula y con las políticas educativas.
Este tipo de fracaso escolar se caracteriza principalmente por generar repitencia y deserción
en los sectores menos favorecidos de nuestra población. Era y todavía lo es, un fracaso ligado
al grupo sociocultural, a la clase social, al género, a la región geográfica, en síntesis, a la
pobreza y la marginalidad. Sin desconocer los aportes que estas investigaciones han realizado
tanto desde la teoría como desde la práctica educativa, quisiéramos, dentro de los límites
espaciales que nos impone este artículo, presentar una perspectiva que posibilite integrar esta
visión del fracaso escolar, con otra que lo aborda como un problema de sociedad, debido a
que se extiende e involucra a la sociedad en su conjunto. Nos referimos al fracaso escolar
entendido como las dificultades de la escuela para responder a los desafíos de la sociedad
compleja en la que vivimos. Dificultad que se evidencia, mencionando sólo algunos
indicadores, en el desinterés de los alumnos por los contenidos curriculares, en el
desaprovechamiento de capacidades y competencias que se adquieren y manifiestan fuera del
ámbito escolar, como así también en el escaso lugar que ocupan las nuevas tecnologías, que -
por el contrario-, cada día están más presentes en el mundo laboral y de la vida cotidiana, o
por la discusión que genera incorporar a la enseñanza los acontecimientos socialmente
significativos, tales como el mundial de fútbol. No podemos evadir que enseñamos-
aprendemos-enseñamos en una sociedad que ha sido calificada como globalizada,
sobremoderna o postmoderna. Estas denominaciones aluden a las múltiples interrelaciones
dinámicas de los aspectos que la conforman. Esta realidad se manifiesta también en el proceso
de construcción y transmisión del conocimiento. La magnitud de los problemas que nos toca
afrontar reclama una nueva sabiduría que nos permita conciliar el sentido de la existencia, las
necesidades del bienestar colectivo, los cambios culturales, los desafíos ecológicos, los
conflictos sociales, los impactos de las ciencias y las tecnologías... La reforma del pensamiento
ya no es una cuestión de especialistas sino un problema de todo el mundo . (Pérez Lindo,
1998:9) Esta realidad compleja, postmoderna, sobremoderna, globalizada, dinámica y
cambiante no es fácil ni de comprender, ni de enseñar. Como se pregunta García Canclini
(2004:13)...cómo encajar en algo que parezca real, tan real como un mapa, esta madeja de
comunicaciones distantes e incertidumbres cotidianas, atracciones y desarraigos, que se
nombra como globalización. Setenta canales de televisión contratados por cable, acuerdos de
libre comercio que nuestros presidentes firman aquí y allá, migrantes y turistas cada vez más
multiculturales que llegan a esta ciudad, millones de argentinos, colombianos, ecuatorianos y
mexicanos que ahora viven en los Estados Unidos y Europa, programas de información, virus
multilingües y publicidades no pedidas que aparecen en el ordenador: dónde encontrar la
teoría que organice las nuevas diversidades. Deseamos aportar desde aquí algunos conceptos
claves que nos permitan organizar las diversidades para afrontar más exitosamente la difícil
tarea de aprender-enseñar-aprender en la sociedad actual. La escuela como sistema abierto 1
Tradicionalmente la escuela ha sido enseñada a los docentes en ejercicio y actualmente a los
futuros docentes como un sistema cerrado: su tiempo y su espacio así lo han sido 2. Curso
lectivo con fechas inamovibles, tiempos escolares y tiempos sociales divorciados; espacios
edilicios cerrados, con grandes muros sin ventanas que la separan del entorno; espacios
curriculares múltiples, sucesivos y cortos; contenidos curriculares que evolucionan
cronológicamente muy distanciados de los cambios científicos y sociales y llegan a las aulas y a
los libros de texto varios años después que a los medios de comunicación. Cuando la escuela
ha sido objeto de estudio desde esta visión de sistema cerrado se lo ha hecho describiendo y
analizando cada uno de sus elementos constitutivos: los docentes, los alumnos, los padres de
los alumnos, la gestión directiva, el currículum, etc. etc. En esta mirada reduccionista de la
escuela como un análisis de cada una de sus partes, se pierde la interacción y las
interrelaciones de ellas surgidas entre todos sus componentes, se analizan los problemas
curriculares, o de gestión o de rendimiento de los alumnos, como objetos aislados uno de
otros. La idea de sistema cerrado, en lo referido a la escuela como un sistema autónomo,
aislado del medio, también genera el análisis de los problemas escolares y educativos como si
sólo se produjeran en este ámbito, y así nos preocupa la violencia en la escuela, la
drogadicción en la escuela, el desinterés de los padres de los alumnos por participar en la
escuela como si fueran fenómenos que exclusivamente se produjeran en la escuela, sin
ninguna relación no sólo para su análisis sino para posibles líneas de acción con el contexto
escolar. Del mismo modo opera un desconocimiento de la subcultura a la que pertenece el
alumno y su familia o de la existencia y actividades de otras instituciones presentes en el
medio que podrían colaborar en la tarea educativa. Desde esta perspectiva de la institución
escuela como sistema cerrado, cada nivel, modalidad, institución e incluso turno escolar, se
transforma en un universo en sí mismo y, en consecuencia, no existen interrelaciones
productivas entre los diversos niveles del sistema educativo. Desde el concepto de sistema
abierto debemos integrar no sólo los elementos constitutivos de la escuela entre sí para
conocerla y comprenderla, sino también ponerla en relación dialógica con otros sistemas. Así
la institución educativa debe ser pensada en relación con un sistema educativo conformador a
su vez de un sistema político y social. Sistema conformador y conformante de una sociedad
nacional participante en un sistema internacional. Esta visión de la escuela como un sistema de
sistemas con un contexto que no sólo la alimenta sino que es conformativo de esta
organización, se constituye en un posible criterio orientador para trabajar en contextos
complejos. Podremos así comprender que el medio, el ambiente en el cual desarrolla su
actividad la escuela no debe, y de hecho no lo hace, quedar afuera. A pesar de los esfuerzos de
algunas instituciones para poner barreras físicas o límites normativos al entorno sociocultural,
es imposible evitar que el mundo postmoderno complejo actual esté dentro de la escuela, con
todas sus manifestaciones, tanto las positivas como las negativas. Los docentes y los alumnos
vivimos en el mundo postmoderno, por lo tanto debemos aprender-enseñar-aprender como
un proceso recursivo, un proceso cuyo resultado lo retroalimenta para poder conocer,
comprender, revisar, analizar críticamente y actuar en consecuencia en esta realidad. Dejarla
afuera de la escuela, no verla, hacer que no pasa, intentar volver al pasado, genera
sentimientos y comportamientos contradictorios, conflictivos a nivel personal, institucional y
social. Esto se evidencia en cosas muy simples, por ejemplo las prohibiciones impuestas a los
alumnos para usar determinada vestimenta, peinado o adorno que sólo provocan

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