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Libro Casos Aeca
Libro Casos Aeca
Preparación
de información
financiera desde
el Marco
Conceptual
DIRECTORES
Rafael Bautista Mesa
Horacio Molina Sánchez
PRÓLOGO
Leandro Cañibano Calvo
LIBRO DE CASOS
Preparación de
información financiera
desde el Marco
Conceptual
DIRECTORES
aeca
Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas
Reservados todos los derechos.
Realización gráfica:
Rumor Printing & Design
ISBN: 978-84-15467-91-5
Índice
Prólogo ............................................................................................................................................................. 7
Introducción................................................................................................................................................9
La presente obra surge como fruto maduro de un proyecto previo lanzado por AECA
en el año 2006: la revista digital Actualidad Contable, que ya ha traspasado la
frontera de los primeros noventa números, acumulando en sus páginas un fondo de
conocimiento más que notable.
La citada revista es una importante fuente de noticias sobre las novedades y la regu-
lación contable nacional e internacional, buscando no sólo la transmisión de la no-
ticia en sí, sino profundizando en muchas de ellas, en las más complejas sobre todo,
mediante entrevistas a reputados profesionales, presentación de casos mediante la
información contenida en la memoria de las cuentas anuales de diferentes empresas
y proponiendo y solucionando casos sobre transacciones de indudable complejidad,
a la luz de lo dispuesto en la normativa contable nacional e internacional, teniendo
en cuenta a su vez el marco conceptual de información financiera en que se desen-
vuelven las respectivas regulaciones contables.
El citado marco conceptual de información financiera tiene una especial relevancia,
no sólo para los órganos reguladores que tienen que emitir nuevas normas conta-
bles, sino también para la correcta aplicación de las normas ya existentes toda vez
que, al tratarse más de principios que de estrictas reglas, su eventual interpretación
tiene que discurrir por cauces que encuentren cabida dentro del marco conceptual.
A dicho efecto, conviene señalar la multiplicidad de consultas dirigidas al ICAC, en
cuyas respuestas se invoca como fundamento no sólo algunas normas contables pre-
cisas, sino también el marco conceptual de la contabilidad, que forma parte del Plan
General de Contabilidad. Otro tanto puede decirse de las interpretaciones IFRIC
emanadas del ámbito internacional, que encuentran como soporte de las mismas no
solo las NIC/NIIF, sino también el Marco Conceptual del IASB.
De la importancia de contar con un marco conceptual ha dado buena prueba AECA,
pues en su ya larga trayectoria como entidad emisora de principios y normas de con-
tabilidad, en la esfera profesional, después de haber publicado un amplio conjunto
de ellas desde su creación en 1979, en 1999 publicó su Marco Conceptual para
la Información Financiera, siendo con ello pionera en España en la tendencia que
7
intenta apoyar la regulación contable en un soporte conceptual adecuado, util para
elaborar, interpretar y aplicar correctamente las normas contables. De la repercusión
que tuvo esta iniciativa constituye una buena muestra la obra compiladora de traba-
jos provenientes de diferentes y reputados autores, coordinada por Jorge Tua un año
después, la cual fue publicada también por AECA1.
El antedicho Documento sobre el Marco Conceptual de AECA fue revisado en 2012,
tras la profunda reforma del ordenamiento contable que se produjo en los años prece-
dentes y la promulgación de un nuevo Plan General de Contabilidad que, asimismo,
contenía en su primera parte un Marco Conceptual de la Contabilidad. El actual
Marco Conceptual de AECA, al ofrecer mayores detalles, suministra una extensa
explicación del contenido en el PGC, prestando con ello una buena guía profesional
al experto contable sobre los fundamentos conceptuales que sirven de base a la in-
formación financiera.
Pues bien, los editores de la obra a la que va dirigida este prólogo, co-directores
ambos de Actualidad Contable, han seleccionado un conjunto de casos prácticos
muy apropiados al enfoque de esta obra para la que, además, han escrito una Intro-
ducción que versa sobre el significado y la utilidad de un marco conceptual para la
preparación de la información contable-financiera.
Los autores de los diferentes trabajos contenidos en la obra cuentan con los suficien-
tes conocimientos y experiencia, habiéndose distinguido por sus habituales publica-
ciones en el ámbito nacional e internacional, razón por la cual desde AECA nos sen-
timos muy honrados con su colaboración en las diferentes revistas de nuestro fondo
editorial, la ya citada Actualidad Contable y las demás que componen el mismo.
Asimismo, no podemos por menos que referirnos a las entidades profesionales pa-
trocinadores de Actualidad Contable, que suponen un importante apoyo para la
Asociación al permitirnos ligar su imagen a la de AECA, al igual que a los lectores
de la revista que, como usuarios de la misma, vienen soportando su contenido a lo
largo de los años durante los que se ha publicado la misma, aparte de sus siempre in-
teresantes comentarios y sugerencias, que son muy bienvenidos. Este agradecimiento
se extiende a todos nuestros socios, cuya fidelidad e identificación con los objetivos
de nuestra Asociación permiten que AECA continue profundizando por la senda de
la innovación que le caracteriza.
Leandro Cañibano
Catedrático Emérito de la Universidad Autónoma de Madrid
Presidente de AECA
1 Tua Pereda (Ed.), 2000, El Marco Conceptual para la Información Financiera: Análisis y co-
mentarios. AECA, Madrid.
8
Introducción
9
donde un sólido conocimiento del marco conceptual permite mantener un
posicionamiento crítico y, en el caso de los más noveles en la disciplina,
la comprensión más rápida de los nuevos pronunciamientos. La regulación
contable es lógico-deductiva y, si se manejan adecuadamente los conceptos,
el esfuerzo intelectual requerido para su dominio se reduce sensiblemente.
10
fiabilidad) y como características cualitativas de refuerzo: la comparabilidad,
la verificabilidad, la oportunidad y la comprensibilidad. La consecución de
estas características tiene presente a la otra parte de la relación en la informa-
ción, el preparador de la misma, a través de la restricción coste-beneficio; no
imponiéndole una sobrecarga que no se vea justificada en un claro beneficio
informativo para el usuario. Este entramado constituye la superestructura
conceptual que ayuda fundamentalmente al emisor de normas en su labor
regulatoria. En esta función, la contribución de trabajos académicos que
midan la utilidad de la información para los inversores (en instrumentos de
pasivo o de patrimonio del emisor) está siendo especialmente útil.
11
En segundo lugar, se identifican los elementos y su relación con las defini-
ciones previstas en el marco conceptual. La tercera cuestión que responde-
mos es cuándo reconocer los elementos. Las decisiones de reconocimiento
requieren el cumplimiento de la definición como primera condición, para
después imponer dos adicionales referidas a la probabilidad de que los flu-
jos de efectivo asociados tengan lugar y a la fiabilidad de la medición del
elemento y de otros elementos asociados que le afectan (por ejemplo, los
gastos asociados a un ingreso). Cuando estas condiciones adicionales no
sean relevantes, el problema de reconocimiento es equivalente a observar el
cumplimiento de la definición, por lo que en algunos casos se tratan simul-
táneamente ambas fases.
Por otra parte, el modelo contable definido por el marco conceptual pone
el acento en la definición de los elementos del balance, por lo que las deci-
siones de reconocimiento de los gastos e ingresos se supeditan al reconoci-
miento o baja de los elementos del balance de situación. La elección de un
modelo de resultados atendería más nítidamente al objetivo de rendición
de cuentas de los administradores (Tua, 2006)4; sin embargo, el modelo de
balance pone el acento en la capacidad de los estados financieros para esti-
mar los flujos de efectivo futuros que sirvan a los inversores en su toma de
decisiones. Los flujos de efectivo procederán de los recursos controlados por
la entidad –sus activos– y serán empleados en la cancelación de las obliga-
ciones contraídas por ésta, sus pasivos.
La definición de pasivo permite trazar una línea nítida que distingue los
instrumentos de financiación que son pasivos o patrimonio neto: la capaci-
4 Tua, J. (2006): “Ante la reforma de nuestro ordenamiento: nuevas normas, nuevos con-
ceptos: un ensayo”. Revista de Contabilidad, 18, pp. 145-175.
12
dad para rechazar el pago de principal o intereses. Cuando la entidad puede
evitar ambos, el instrumento es de patrimonio neto, cuando no puede evitar
ninguno es un pasivo y cuando sólo puede evitar uno de ellos el instru-
mento es compuesto. Cuestión bien distinta es que este criterio sea el más
relevante para estimar los desembolsos de efectivo en el futuro, y que ha
llevado incluso al emisor de normas a considerar como pasivos determi-
nados pagos que podría evitar jurídicamente, pero sobre los que existe una
intención inequívoca de afrontarlos y que se han denominado como obli-
gaciones implícitas (en inglés, constructive obligations). En esta misma línea
se situarían las obligaciones que se reconocen como pasivo, porque existe
un fuerte incentivo a asumirlas y que se ha denominado en inglés como el
economic compulsion. Por otra parte, la distinción entre pasivo y patrimonio
también genera dificultades en su implementación, dado que los contratos
que dan lugar a los instrumentos se articulan combinando características de
ambos tipos, siendo compleja su delimitación.
13
del mismo. La medición de los elementos gana relevancia cuando atiende
a la intención de los gestores como han señalado Leisenring et al. (2012)6.
14
El tratamiento contable de los derechos derivados de los mercados de ac-
tivos de carbono en general, así como del oro y de las artes gráficas, se ca-
racteriza por encontrarse en la actualidad sin un referente regulatorio en
el IASB. Estos casos son paradigmáticos de la necesidad de desarrollar un
criterio consistente con el marco conceptual. En el caso de los CERS, la obra
propone su tratamiento como inventario y su valoración inicial a valor razo-
nable. En relación con las inversiones alternativas en oro y en artes gráficas,
la solución plantea la aplicación por analogía de los criterios contenidos en
las NIC 39 y 40, respectivamente.
Una vez reconocidos los activos, tangibles o intangibles, éstos deberán supe-
rar el test de deterioro correspondiente en su valoración posterior. La cues-
tión planteada por los casos profundiza en el concepto de unidad genera-
dora de efectivo, como agrupación mínima de activos con capacidad para
generar flujos de efectivo para la empresa de forma independiente. Este caso
exige el manejo del concepto de unidad de cuenta, traído a debate en el pro-
ceso de modificación del Marco Conceptual iniciado por el IASB.
15
embargo, las normas son muy estrictas para la aplicación de este supuesto,
exigiendo el cumplimiento de unos minuciosos requisitos.
16
El momento de reconocimiento de los beneficios es, asimismo, una cues-
tión especialmente controvertida en el caso de los ingresos derivados de
concesiones de servicios públicos, resueltos en la normativa internacional a
través de la CNIIF 12 y que la obra plantea siguiendo el modelo del activo
intangible. La solución propuesta añade la problemática acerca del recono-
cimiento progresivo del margen de la construcción de la infraestructura de
la concesión; en estos casos, la Administración Pública recibe unos bienes
a cambio de ceder su uso, por lo que la valoración del derecho de uso, es-
tablecido por la concesión, es al valor razonable de los activos entregados y
no a su coste de construcción.
17
1. CERs autogenerados, ERPAs
y monetización
Constancio Zamora Ramírez
19
Los distintos costes administrativos y consultoría del proyecto se estiman en
40.000 USD.
- Por otro lado, una entidad financiera también le ofrece realizar un ERPA de
los CERs que Energy obtendrá del proyecto, pero entregando únicamente
y de forma anticipada una suma de 600.000 USD, la cual se redimirá me-
diante la entrega de la totalidad de los CERs que obtenga anualmente el
proyecto.
20
el incentivo que se obtenga como proyecto MDL sea determinante para su
viabilidad económica.
Los CERs que los promotores del proyecto reciben en su ejecución podrán
ser vendidos a inversores de carbono que, a su vez, lo pondrán a disposición
de otros agentes de mercado. Finalmente, alguna organización lo adquirirá
para la cancelación de emisiones producidas en su actividad.
21
ejecución del proyecto, la solicitud por parte del DOE o a la anotación en
la cuenta de registro de los CERs que anualmente se reciban.
3. Valoración, que vendrá determinada, en parte, por la naturaleza contable
que se haya atribuido a estos activos.
4. Presentación de los ingresos obtenidos por los CERs: ingresos adiciona-
les al proyecto, incrementando su cifra de negocio, menor coste de las
ventas o beneficios por la enajenación de intangibles.
5. Reflejo contable de las operaciones financieras planteadas, ya que pue-
de plantearse si deben tratarse como derivados financieros, préstamos u
otras operaciones.
2. Fundamentación
La regulación relativa a los mercados de activos de carbono en general, se
caracteriza porque en la actualidad no existe un referente regulatorio, ni en
el IASB ni en el FASB. Las empresas han tenido que desarrollar políticas y
criterios propios, lo que ha conducido a la aparición de diversas prácticas
contables, como lo han puesto de relieve diversos estudios7. En consecuen-
cia, este caso implicará una serie de elecciones de política contable, donde lo
esencial será una aplicación sistemática de los criterios de reconocimiento y
valoración adoptados en los ejercicios posteriores.
Las soluciones que a continuación se exponen se encontrarán vinculadas a
que la compañía no cambie el destino de los certificados o la forma de su
obtención, puesto que podría ser recomendable otra solución. Es decir, las
soluciones propuestas se encuentran vinculadas a que la empresa no co-
mience una actividad de compra-venta de CERs, lo que desde un punto de
vista global –como pueden ser unos estados financieros consolidados– es
muy posible, ya que otros componentes de la entidad sí podrían estar de-
sarrollando esa función. La argumentación se desarrollará a lo largo de las
cuestiones planteadas en el punto anterior.
a) Naturaleza
La primera cuestión estriba en la naturaleza contable de estos CERs como
activos. Naturalmente, es apropiada esa catalogación, puesto que supo-
nen la posibilidad de general beneficios económicos futuros.
7 Lovell, H., Sales de Aguiar, T. R., Bebbington, J., & Larrinaga-Gonzalez, C. (2010). Accoun-
ting for carbon. The Association of Chartered Certified Accountants.
PriceWaterhouseCoopers (2007). Trouble-Entry Accounting. Uncertainty in accounting for the EU
Emissions Trading Scheme and Certified Emission Reductions.
22
Los activos de carbono difícilmente podrían ser tratados como instru-
mentos financieros, puesto que aunque pueden considerarse un medio
de pago para cancelar las obligaciones por emisiones de la empresa, no
tienen naturaleza contractual, ni cuentan con la bilateralidad de la de-
finición de instrumento financiero, pues debe dar lugar «a un activo fi-
nanciero en una entidad y a un pasivo financiero o a un instrumento de
patrimonio en otra entidad» (NIC 32, párr. 11). En sí mismo, tampoco
cumple con la definición de activo financiero, pues no son efectivo, ni
instrumentos de neto, ni derechos a recibir efectivo o activos financieros,
ni contratos para intercambiar instrumentos financieros.
Una segunda posibilidad sería su tratamiento como inventarios. Según la
definición de la NIC 2 en su párr. 6, inventarios son aquellos activos: (a)
mantenidos para ser vendidos en el curso normal de la operación; (b) en
proceso de producción con vistas a esa venta; o (c) en forma de materia-
les o suministros, para ser consumidos en el proceso de producción o en
la prestación de servicios. En nuestro caso, se originan por la propia acti-
vidad de la empresa, al generarse de forma proporcional y directa confor-
me se preste el suministro eléctrico, luego cumplirían la condición (a).
Sin embargo, parece que el consenso se está decantando por considerar-
los elementos intangibles, dada la mayor acomodación de estos derechos
y créditos de emisión a la definición que de los mismos se realiza en la
NIC 38 en su párr. 8: «activo identificable, de carácter no monetario y sin
apariencia física»8.
La vinculación de los ingresos que los CERs generen a la actividad in-
trínseca de la empresa, de una forma totalmente proporcional y directa
al ciclo de explotación, hace que el tratamiento recomendado sea como
inventario. Si la empresa redujese su volumen de producción de electri-
cidad, ello conllevaría una reducción de los CERs asignados para ese pe-
riodo. Sería equivalente a una producción conjunta. Su naturaleza como
derecho, no impide, por ejemplo, que otros intangibles como derechos
sobre producciones audiovisuales figuren como existencias en determi-
nadas empresas bajo determinadas circunstancias.
Otro punto a considerar es el tratamiento de los gastos en los que se incu-
rre para que el proyecto tenga la consideración de MDL. Esta calificación
le confiere la condición de beneficiario de los CERs durante un periodo
de 10 años. Por ello, sería apropiada su activación como intangible con
8 El Institute of Chartered Accountants of India (ICAI) emitió en 2012 una Guidance Note
donde obligaba al tratamiento contable de los CERs autogenerados como inventarios.
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una vida útil de 10 años, debiendo decidir un criterio de amortización.
En este caso, si la planificación de la producción contemplase ejercicios
con diferencias en la reducción de emisiones sustanciales, podría ser re-
comendable una depreciación sistemática en función de la producción,
en lugar de la amortización lineal.
b) Reconocimiento
El momento del reconocimiento es otro asunto espinoso. Los propios
reguladores se han planteado la posibilidad de reconocer como activos
todas aquellas unidades de carbono que la empresa recibirá a lo largo de
los distintos años que forman un periodo de cumplimiento cuando la
empresa ha decidido formar parte de un mercado voluntario, con inde-
pendencia de que estas aún no hayan sido entregadas. Sin embargo, dado
que los créditos que se obtendrán se encuentran vinculados al proceso
productivo y conforme a su ejecución se obtendrán estos derechos, es
desaconsejable el reconocimiento del total de CERs a obtener a lo largo
de los 10 años. Si la empresa paralizase o redujese su actividad, implica-
ría una reducción en los CERs que se recibirían.
La cuestión donde la empresa puede tener más una clara opción contable
es si el reconocimiento de estos activos puede realizarse conforme se eje-
cuta el proyecto, explotando la central o, por el contrario, debería espe-
rarse a la emisión de estos créditos de carbono por parte de la UNFCCC
y su anotación en la cuenta de registro de Energy. Realmente, el punto
crítico para que surja el derecho ha sido superado desde que se reali-
za la producción de energía a un nivel reducido de emisiones, restando
un mero trámite administrativo. Es decir, la empresa desde entonces es
acreedora de los CERs. En cualquier caso, el criterio adoptado deberá ser
mantenido por la empresa en lo sucesivo.
c) Valoración
Tanto como intangible como como inventario, la valoración a coste de
los CERs implica una problemática compleja. Su determinación conlle-
varía un problema de producción conjunta. Como componentes directos
se podría considerar la amortización comentada anteriormente de los
costes iniciales. Dado que se cuenta con mercados activos para la deter-
minación de su valor razonable, este criterio resultaría más fiable. El re-
conocimiento por su valor razonable daría lugar al reconocimiento de un
ingreso diferido bajo el marco de la NIC 20. Su imputación al resultado
debería hacerse cuando los créditos se vendan o se entreguen bajo algu-
no de los acuerdos que puede cerrar la compañía. La desventaja de esta
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alternativa es que los costes de su generación no estarían compensados
con estos ingresos hasta que no se produzca la entrega de estos créditos.
Una posibilidad, aunque menos ortodoxa, sería reconocer el ingreso de
forma inmediata a su recepción aunque no se hayan entregado, de forma
análoga a los activos biológicos, según el tratamiento de la NIC 41. Su
ventaja es que compensaría los costes del ejercicio en que se generan, con
independencia de que estos no se puedan calcular de forma fiable. Debe
considerarse que se trata de una producción conjunta, con la diferencia
de que la electricidad se vende inmediatamente a su producción y el CER
no. Sin embargo, la existencia de mercados activos o contratos ERPAS
garantiza la realización de su ingreso.
En el caso de la existencia de ERPAs que garantizan su precio, el recono-
cimiento inicial se haría por el valor fijado en el contrato.
La valoración posterior debería hacerse a coste. De tratarse como intan-
gibles, podría aplicarse el modelo de revaloración previsto en la NIC 38.
No obstante, esta opción difícilmente se aplicaría en la práctica, pues su
entrega es obligada en el corto plazo por los contratos ERPA comentados
en el caso.
25
- Por la aplicación de la excepción del «uso propio»: la NIC 39 prescri-
be en su párr. 5 que se aplicará «a aquellos contratos de compra o venta
de partidas no financieras que se liquiden por el importe neto, en efectivo o
en otro instrumento financiero, o mediante el intercambio de instrumentos
financieros, como si dichos contratos fuesen instrumentos financieros, con la
excepción de los contratos que se celebraron y se mantienen con el objetivo
de recibir o entregar una partida no financiera, de acuerdo con las compras,
ventas o necesidades de utilización esperadas por la entidad». El tratamien-
to del ERPA puede considerarse meramente un compromiso de venta,
quedando fuera de balance, salvo que debiera provisionarse por otras
razones. En consecuencia, el ERPA supondría unos ingresos regulares
para esta empresa de 75.000 USD/año en el resultado del ejercicio.
- El contrato ofertado por la entidad financiera, con independencia de su
apariencia como un contrato de préstamo, básicamente consiste en la ad-
quisición con pago anticipado de dichos CERs, de elementos de la propia
actividad. La recepción anticipada del efectivo supone una entrega a cuen-
ta por la compra en el futuro de estos elementos. El importe de este pasivo
deberá ser actualizado bajo la tasa de interés apropiada, considerando el
valor razonable de estos activos9. Anualmente se dará de baja en función
del número de créditos entregados a la entidad financiera.
3. Conclusiones
Las cuestiones aquí tratadas deben considerarse circunscritas a las caracterís-
ticas del caso. La diversidad y complejidad de activos de carbono existente
y las operaciones que sobre ellos realizan los agentes del mercado pueden
implicar otras consideraciones contables.
El tratamiento que podría considerarse más consistente en el marco de las
NIIFs sería su tratamiento como inventario, valoración inicial a valor ra-
zonable, reconociéndose en el momento de la generación del ahorro de
emisiones. No obstante, el marco normativo permitiría otras alternativas.
En cualquier caso, la opción tomada deberá ser aplicada de forma uniforme
por parte de la entidad en los ejercicios sucesivos.
En cuanto a la operación ERPA con el fondo de inversión, se trataría de un
compromiso en firme no reconocido en balance. En el caso de que la en-
tidad decidiese monetizar los CERs, esta estructura contractual se reflejaría
como un pago anticipado por la entrega de estos elementos.
9 El valor adecuado no sería el spot, sino con un plazo de entrega similar al proyecto. El
precio ofertado por el fondo de inversión en el ERPA sería un buen referente.
26
2. Inversiones alternativas:
oro y obra gráfica
José Antonio Sánchez-Rodríguez y Enrique Villanueva García
27
b) Inversión en obra gráfica, en la que el artista crea una plancha, u otro tipo
de matriz, que luego es transferida al papel de distintas maneras: litogra-
fía, aguafuerte, etc. Las planchas son destruidas luego, y el artista pone en
circulación la serie limitada de obras estampadas.
2. Fundamentación
Seguidamente se fundamentan las políticas contables que resultarían apli-
cables a las inversiones en oro y en obra gráfica realizadas con fines finan-
cieros. Para ello, en primer lugar, se analiza la normativa aplicable, deta-
llándose a continuación los criterios de reconocimiento y valoración que se
derivan de dicha normativa.
28
2.1. Análisis de la normativa aplicable
2.1.1. Normativa aplicable a la inversión en oro
El oro no cumple la definición de activo financiero prevista en la NIC 32,
párr. 11, al no ser un derecho contractual a recibir tesorería u otro instru-
mento financiero. La propia guía de implementación de la NIC 39, en la sec-
ción B.1, confirma que el oro en lingotes no es un instrumento financiero.
El oro tampoco entraría en el ámbito de aplicación de la norma de inmovili-
zado material, ya que una condición para que un elemento sea considerado
inmovilizado material es que se utilice para la producción y suministro de
los bienes y servicios de la entidad (NIC 16, párr. 6). Igualmente, la norma
de existencias no resultaría de aplicación a la inversión en oro, al no ser un
activo adquirido para su venta en el curso normal de las operaciones (NIC
2, párr. 6).
Al no existir ninguna norma que sea aplicable específicamente al oro, la
política contable se habrá de determinar conforme a la jerarquía prevista en
la NIC 8 para operaciones para las que no existe regulación expresa (párr.
10 a 12).
Dada la similitud de la inversión en oro con los instrumentos financieros,
en términos de liquidez, existencia de precios de mercado fiables y propó-
sito de la inversión –y teniendo en cuenta el horizonte considerado para
la inversión–, parece lógico considerar que una política contable adecuada
sería aplicar de forma analógica los criterios de los «activos financieros dis-
ponibles para la venta».
29
Las razones que justificarían esta interpretación son:
- El propósito de esta inversión es similar a la de los inmuebles de inversión
y las inversiones financieras.
- Estos activos tienen, con carácter general, una menor liquidez que los ins-
trumentos financieros, siendo más próxima a la de los inmuebles.
- El valor razonable de estos activos es, con carácter general, menos fiable
que el de los instrumentos financieros, y cabe presumir que no se puede
obtener su valor razonable fiable de forma continuada.
30
3. Conclusión
No existe una norma o interpretación internacional de información finan-
ciera que regule de forma expresa cómo se han de contabilizar las inversio-
nes en lingotes de oro y obra gráfica realizadas como forma de inversión
alternativa.
Consecuentemente, la empresa ha de definir una política contable que pro-
porcione información relevante y fiable conforme a lo previsto en la NIC 8
para operaciones no reguladas.
En relación al oro, teniendo en cuenta su grado de liquidez, la fiabilidad de
su valor razonable y el propósito de la inversión, una alternativa apropiada
consistiría en aplicar por analogía los criterios previstos en la NIC 39 para
los activos financieros disponibles para la venta. Ello implicaría valorar el
oro al valor razonable, reconociendo los cambios de valor en «otro resulta-
do global», trasladando su importe a pérdidas y ganancias en el momento
de su enajenación.
En relación a la inversión en obra gráfica, una política apropiada sería apli-
car analógicamente los criterios de la NIC 40 para las inversiones inmobilia-
rias, presumiéndose que no podrá determinarse su valor razonable de forma
fiable. Esta política contable supone contabilizar la obra gráfica al coste,
menos los deterioros de valor acumulados. La aplicación de estos criterios
estaría justificada por la proximidad de las obras gráficas a los inmuebles
de inversión, en cuanto a la finalidad de la inversión y al grado de liquidez.
31
3. Reconocimiento de los derechos
sobre un jugador profesional
de fútbol y su posterior deterioro
Francisco Javier Sosa Álvarez y Enrique Rúa Alonso de Corrales
33
el rendimiento de Rodriguinho durante la temporada no ha sido el espera-
do y no contar el entrenador con sus servicios para el 200X+1.
- ¿Cómo deben registrarse los derechos de traspaso de los jugadores y las
comisiones pagadas?
- ¿Cómo debe calcularse el deterioro de los jugadores de un club de futbol,
jugador a jugador de forma individualizada o considerando a todo el equi-
po de futbol como una Unidad Generadora de Efectivo?
- ¿Qué impacto tendrá en las cuentas del 200X la decisión de venta de Ro-
driguinho?
2. Fundamentación
La discusión sobre las tres cuestiones antes planteadas podría llevarnos a las
siguientes conclusiones.
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Parece claro que los traspasos contratados pueden traer beneficios económi-
cos futuros al club de fútbol y, además, se trata de un activo con un coste que
puede determinarse con fiabilidad.
Quizás falta información para considerar el control que de acuerdo con el
párr. 49 de la NIC M, el club (Amarguras, C.F.) puede tener sobre estos fi-
chajes, pero la práctica habitual nos lleva a pensar que para cerrar estas ope-
raciones el jugador habrá firmado un contrato con una elevada «cláusula
de rescisión», de tal forma que el control se ejerce por la vía del pago que
tendría que realizar un tercero para quitar este activo del patrimonio del
Amarguras, C.F.
Cerrado pues el tema de que es un activo, nos ocupamos a continuación de
su naturaleza; tema peculiar en este supuesto, pues se trata de incluir en el
patrimonio de la entidad a personas.
No obstante, parece claro que estamos ante activos intangibles pues, como
bien señala la norma correspondiente (ver párr. 4 y 5 de la NIC 38), la
sustancia material del elemento es de importancia secundaria respecto a su
componente intangible que viene constituido –dice la norma de forma ex-
presa– por el conocimiento incorporado al activo en cuestión. Creemos que
lo que da verdadero valor desde el punto de vista económico es el derecho
que adquiere el Amarguras, C.F. sobre el jugador; derecho que puede utilizar
para ganar una competición y en consecuencia, vender más entradas u ob-
tener a su vez más derechos de explotación audiovisual, o por su posterior
venta a otro club. En este sentido, el tema de la identificabilidad del activo
intangible se cumple adecuadamente. A la vista de lo establecido en el párr.
12 de la NIC 38, el control puede revisarse a la luz de los párr. 13-16 y los
beneficios económicos se constatan con el análisis del párr. 17, igualmente
de la NIC 38.
En conclusión, los derechos de traspaso se deben reconocer en el activo in-
tangible en el patrimonio del Club Amarguras, C.F.
A efectos de su valoración inicial, nos parece que el coste debe ser de 75.000
miles de euros, pues la comisión pagada hay que entenderla como coste
directamente atribuible a la preparación del activo para su uso previsto (ver
párr. 27 de la NIC 38). Si tuviéramos información acerca de la «cláusula de
rescisión» (seguramente muy superior al valor de la transferencia pactada),
entendemos que ésta no debería ser incluida en el valor inicial, pues sería
un recurso que depende de un hecho posterior en el tiempo, de muy dudosa
realización y que la entidad no controla.
35
Para su valoración posterior, el club podría elegir entre el modelo de coste y
el de revalorización, pues parece que es un caso en el que podría existir un
mercado activo, tal y como lo define la norma para optar por esta segunda
alternativa. Esta última alternativa no está disponible si se aplica lo dispues-
to por el Plan General de Contabilidad en vigor en España, que permite sólo
el modelo de coste. Por último, para contabilizar el gasto por amortización
habría que analizar la vida útil tomando como techo el plazo por el que
el Club dispone en exclusiva –esto es, bajo el ejercicio de la cláusula de
rescisión– de los servicios del jugador. Con este límite superior, habría que
estimar si se va a utilizar en un horizonte temporal inferior o se va a agotar
el anterior plazo; cuestión esta que teóricamente puede plantearse, pero que
parece que no tiene cabida en la práctica tomando como vida útil el plazo
fijado en el contrato de traspaso.
Para la fijación propiamente dicha del valor razonable a los efectos específi-
cos de aplicar la norma anterior sería de aplicación la NIIF 13 Valoración del
valor razonable, que presenta guías adecuadas para resolver este problema.
36
2.3. Impacto en las cuentas del ejercicio actual por un hecho posterior
(decisión de venta de un jugador previamente reconocido como
activo intangible)
La cuestión parece que pasa por analizar si estamos ante hechos posteriores al
cierre (al balance en terminología de la NIC/NIIF) que implican ajuste o que
no implican ajuste.
A la vista de la NIC 10 parece claro que estamos en el primer supuesto, pues
concretamente el párr. 9 señala entre los supuestos típicos, la recepción de
información indicativa del deterioro –significativo, añadimos nosotros– en
el valor de un activo. Así pues, habría que dar entrada al deterioro por valor
de 2.000 miles de euros si la información sobre el valor de venta es fiable.
En otro caso, sería necesario determinar y dejar documentado el cálculo de
este valor razonable neto de gastos para la venta. Nótese que el resultado
del ejercicio pasaría por este ajuste de un beneficio de en torno a 100 miles
de euros a una pérdida de 1.900 miles de euros, por lo que, además, habría
que estudiar el impacto sobre el patrimonio neto de acuerdo con la legisla-
ción mercantil española y sobre la propia hipótesis de empresa en funcio-
namiento en terminología de la NIC/NIIF (ver párr. 14 y ss. de la NIC 10).
Por su parte, si el dato del valor de venta proviene de una transacción de los
correspondientes derechos que ya está contratada, habría que reclasificar
el activo conforme a la NIIF 5 Activos no corrientes mantenidos para la venta y
operaciones interrumpidas.
Si la decisión se conociese con posterioridad a la fecha de formulación de
Cuentas Anuales, pero antes de su aprobación en junta de socios, plantea
algunos problemas que no aparecen bien resueltos en la NIC/NIIF y que
son especialmente importantes de cara a, por ejemplo, fechar el informe de
auditoría.
3. Conclusiones
El problema planteado se centra inicialmente en el reconocimiento de un
pago como activo o como gasto, llegando a la conclusión, conforme el Mar-
co Conceptual, que por sus características estamos ante un activo de natura-
leza intangible. Este activo sufre un deterioro que se debe reconocer igual-
mente como un gasto en la cuenta de resultados del ejercicio. Finalmente,
el problema queda abierto para la discusión de si la decisión de venta es un
hecho posterior que modifica las cuentas anuales o si se trata de un hecho
37
que únicamente requiere facilitar información en las notas a los estados
financieros, debido a que su importe es material.
El caso se puede tomar como base para otros problemas interesantes desde
la óptica económica y financiera, como es el reconocimiento de los dere-
chos sobre los denominados «jugadores de cantera» o si la consecución del
título de Liga, que le permite participar en competiciones internacionales
generando mayores ingresos en el futuro inmediato, puede ser reconocido
en este momento o los ingresos derivados de los derechos que conforme a
los contratos pactados con los jugadores tenga el club sobre los productos
vendidos con sus nombres o sobre derechos televisivos, etc.
38
4. Deterioro del valor de las unidades
generadoras de efectivo
Beatriz García Osma, Ana Gisbert Clemente, Juana Aledo Martínez
y Juan Manuel García Lara
39
Si el satélite no hubiera quedado totalmente destruido, sino que simple-
mente el meteorito hubiera dañado el satélite reduciendo su vida útil a la
mitad, en el caso en el que los flujos de caja estimados fueran suficientes
para recuperar el valor de los activos, ¿debería reconocerse un deterioro?
2. Fundamentación
40
2.2. Si el satélite no hubiera quedado totalmente destruido, sino que
simplemente el meteorito hubiera dañado el satélite reduciendo su
vida útil a la mitad, en el caso en el que los flujos de caja estimados
fueran suficientes para recuperar el valor de los activos, ¿debería
reconocerse un deterioro?
La cuestión que surge aquí es: ¿Cuándo se reconoce un deterioro en la Uni-
dad Generadora de Efectivo? El daño físico que ha sufrido el satélite de forma
parcial es un indicio de deterioro y, por lo tanto, la empresa debería proceder
a cuantificar si existe o no deterioro de valor de la Unidad Generadora de Efec-
tivo. Sin embargo, por cuanto los flujos de caja estimados son superiores al
valor de los activos (el conjunto de satélites que conforman la Unidad Gene-
radora) en libros, podemos concluir que no cabe registro alguno por causa de
deterioro (NIC 36, párr. 104). Únicamente a partir del momento en el que el
satélite sufre el impacto y es actualizado al 50% el valor de su vida útil la em-
presa deberá recalcular las nuevas cuotas de amortización (en dicho caso por
cuantía superior) y proceder a su registro al igual que en el caso de un activo.
No obstante, cabe pensar que el daño sufrido por el meteorito puede afectar
a la proyección de flujos de caja previamente estimados para el conjunto de
la UGE, puesto que pone en duda, por ejemplo, la capacidad de la UGE para
incorporar nuevos clientes al sistema, con el uso de tan sólo 8 satélites en
lugar de 9. Por este motivo, no sería extraordinario pensar en un deterioro
de valor del conjunto de la UGE.
3. Conclusiones
La problemática de este caso se centra en el análisis del tratamiento del
deterioro de valor de las UGE’s y más concretamente, el tratamiento de un
elemento de la UGE que ha sufrido un daño físico que le impide contribuir
a la generación de beneficios económicos de la UGE.
La resolución del caso gira en torno al contenido de la NIC 36 y, en es-
pecial, al tratamiento del deterioro de valor de la UGE’s y los activos que
forman parte de ella. Si bien la UGE es capaz de mantener su capacidad de
generación de beneficios económicos, no podemos obviar que el satélite ha
quedado destruido y, por lo tanto, incapaz de continuar su contribución a
la generación de beneficios económicos. Este hecho hace necesario proceder
a su baja en cuentas, con el correspondiente reconocimiento de una pérdi-
da por deterioro de valor. La UGE en su conjunto no pierde valor, pero sí
lo hace uno de sus activos, que queda totalmente destruido. No obstante,
como ya se ha comentado previamente, cabe pensar que el daño sufrido por
41
el meteorito sí puede afectar a los flujos de caja futuros de la UGE, puesto
que pone en duda, por ejemplo, la capacidad de la UGE para aumentar sus
ingresos con un menor número de activos. Por este motivo, sería posible
pensar en un deterioro de valor del conjunto de la UGE.
Lo anteriormente expuesto sería igualmente aplicable al caso concreto en el
que el satélite sólo ha sido afectado parcialmente, reduciendo así a la mitad
su vida útil. En este caso, deberían actualizarse las cuotas de amortización
de este satélite concreto, considerando que la vida útil del satélite se ha re-
ducido a la mitad.
42
Si, bajo la hipótesis prevista en la Pregunta 2, el satélite no quedara ínte-
gramente destruido y su vida útil se viera mermada a la mitad, la empresa
debería en su lugar recalcular la dotación a la amortización anual corres-
pondiente a dicho elemento (manteniéndose en igual cuantía para los ocho
satélites restantes) y registrar:
Supuestos al cierre del ejercicio (31/diciembre de 2013):
Vida útil estimada para el satélite dañado (50%): 7,5 años.
Vida útil estimada para los 8 satélites restantes: 15 años.
Valor de los flujos de caja estimados > valor de los activos.
43
5. Cuotas contingentes en
arrendamientos. Cuotas por uso
del activo
Antonio Barral Rivada, Rafael Bautista Mesa y Horacio Molina Sánchez
45
se paga por el suministro y el mantenimiento) y en el segundo es contingen-
te en su totalidad, estando vinculado al uso del bien arrendado.
Ambos componentes (alquiler y servicios de suministro y mantenimiento)
deben ser separados en ambos contratos, pues son transacciones de natura-
leza diferente. El contrato de arrendamiento, bajo la normativa nacional e
internacional actualmente vigente, puede ser asimilado a una operación de
compraventa financiada o a un contrato pendiente de ejecutar, dependien-
do de si de las condiciones del contrato se desprende que se han transferido
los riesgos y ventajas sustanciales del bien arrendado.
La norma de valoración 8ª, Arrendamientos y otras operaciones de naturaleza
similar, del Plan General de Contabilidad, al igual que la NIC 17, clasifica
los arrendamientos en operativos si no se ha producido dicha transferencia,
mientras que los clasifica en financieros cuando entiende que se ha produ-
cido la misma. En el primer caso, el arrendatario ha recibido los riesgos y
ventajas sustanciales asociados a la fotocopiadora, se reconocería un activo
y un pasivo simultáneo. En el segundo caso, si se cataloga como contra-
to pendiente de ejecutar, se reconocería el gasto conforme se devengan las
cuotas de alquiler. Las obligaciones que surgen de los contratos pendientes
de ejecutar no se reconocen como pasivo, pues simultáneamente dan lugar
a un derecho, por igual o superior importe, que pone de manifiesto que la
obligación no es exigible por la otra parte hasta que no realice la actividad
contratada. Por tanto, hasta ese momento en el que se va cumpliendo el
contrato, no surgiría la obligación en un contrato pendiente de ejecutar.
Cuando el arrendamiento no supone la transferencia sustancial de riesgos
y ventajas, el arrendador presta un servicio al arrendatario, con un recurso
que forma parte de su activo y que consiste en cederle el uso del mismo.
Por el contrario, cuando el contrato supone la transferencia sustancial de
los riesgos y ventajas del bien arrendado, la cesión del bien supone el cum-
plimiento por parte del arrendador, dado que el contrato es, en su fondo
económico, una compraventa aplazada. Esta es la lógica en la normativa
actualmente vigente.
a) Primer contrato
Del análisis de las circunstancias que rodean al primer contrato entende-
mos que se ha producido dicha transferencia porque, aunque la duración
del contrato no es equivalente a la vida útil (la duración del contrato es
de 3 años y la vida útil de 5 años), sin embargo, el valor actual de los
pagos futuros, descontados al tipo de interés de mercado, es equivalente
46
a su valor razonable (el valor actual de los pagos futuros, en la Tabla 2, es
de 5.000 €, similar al valor razonable, de 5.000 €).
En conclusión, el arrendamiento es de naturaleza financiera, lo que da
lugar al reconocimiento del recurso y la obligación de pago de las cuotas.
El arrendatario tiene unas obligaciones de pago que no puede eludir des-
de el momento que recibe el recurso.
Por su parte, el suministro y mantenimiento que contiene el contrato
supone una obligación conforme la contraparte presta el servicio, por lo
que no existe obligación hasta la prestación de dicho servicio.
b) Segundo contrato
Del análisis de las circunstancias que rodean el segundo contrato enten-
demos que no se produce la transferencia sustancial de riesgos y ventajas.
La duración del contrato es inferior a la vida útil; el valor actual de los
pagos mínimos de alquiler es cero, porque todo son variables; el recurso
no es de un uso tal que sólo podría utilizar el arrendatario, ni este debe
indemnizar al arrendador por la pérdida de valor del recurso al término
del contrato.
En conclusión, el arrendamiento es de naturaleza operativa, reconocién-
dose un gasto conforme se devengue. El arrendatario en el momento ini-
cial no tiene una obligación, pues puede evitar realizar pagos con motivo
del contrato, simplemente no usando el recurso. Por su parte, el riesgo
tecnológico del arrendatario es menor, pues puede evitar las consecuen-
cias negativas de una pérdida de rentabilidad del recurso no utilizándolo,
y ello no le supone ningún quebranto. Por tanto, el hecho de ser cuotas
contingentes, controlables por el arrendatario, cambia sustancialmente
los riesgos y ventajas asumidos por el arrendatario que, en este caso, son
mínimos, pues dejando de utilizar el activo evita los pagos.
La norma 8ª del PGC y la NIC 17 prescriben en la actualidad que las cuo-
tas contingentes no forman parte de la valoración inicial de la obligación
de pago, por lo que siempre serán gasto.
47
a) Contrato 1
El contrato 1 supone la aparición del derecho de uso sobre un recurso
que cumple la definición de activo y cuyo valor se puede estimar con
fiabilidad. Por su parte, el suministro y mantenimiento contenido en el
contrato no da lugar a ningún tipo de reconocimiento en el momento
inicial, porque no existe ni obligación ni derecho de uso. Conforme se
vaya prestando el servicio de mantenimiento se reconoce el gasto en la
cuenta de pérdidas y ganancias.
b) Contrato 2
El contrato 2 supondrá el reconocimiento de un gasto conforme se reali-
zan las fotocopias, que es el momento en el que surge la obligación con
el suministrador.
48
caso de los arrendamientos, no circunscribiéndolo al bien físico, sino al haz
de servicios que presta. Por tanto, en un arrendamiento surge un activo por
los servicios que controla el arrendatario, en los que además puede excluir
al arrendador del disfrute de los mismos. Por otra parte, el arrendatario ad-
quiere una obligación que constituye un pasivo, pues el arrendador ha cum-
plido su compromiso, poniendo a disposición del arrendatario el recurso
objeto del contrato.
Este asunto también se ha planteado como consulta al IFRS Interpretations
Committee para el caso de las adquisiciones de inmovilizado material, reco-
nociendo la dificultad de la cuestión, al existir precedentes analógicos con-
tradictorios (Staff Paper, July IASB Meeting, 2013, pár. 40). De momento,
es un asunto pendiente de solución. La reforma de la norma de arrenda-
mientos también ha modificado el tratamiento de las cuotas contingentes.
En el primer borrador del proyecto (Exposure Draft 2010) se contemplaba la
capitalización de las rentas contingentes como mayor valor de los activos y
pasivos que se recogieran como consecuencia de un arrendamiento. El se-
gundo borrador del proyecto de reforma de arrendamientos (Exposure Draft
2013) considera que las cuotas contingentes bajo control de la entidad no
son pasivo, salvo que por el fondo económico del contrato sean equivalen-
tes a una cuota fija, tal y como ya comentaban Barral y Molina (2012)10 so-
bre este tema: «una de las claves la encontramos en la valoración del pasivo
contraído por la entidad, y este depende de los compromisos adquiridos
contractualmente. Si la entidad puede rechazar el pago, no tendría una obli-
gación». El principio general es que no constituyen una obligación, pues
la entidad puede rechazar el pago, en nuestro caso no usando la máquina
fotocopiadora. Sin embargo, ante la posibilidad de la estructuración de los
contratos para conseguir eludir el reconocimiento de pasivos, se debe anali-
zar el fondo económico de este tipo de cláusulas.
Si se conviniese que el fondo económico es el de una cuota fija, esa parte se
reconocería como pasivo desde el momento inicial.
La reforma de la norma de arrendamientos a nivel internacional se ha jus-
tificado en la estructuración de contratos de manera que se omitiese el re-
conocimiento de pasivos en contratos en los que era dudosa su calificación
como arrendamientos operativos. El cambio se ha producido reinterpre-
tando el concepto de activo, lo que ha permitido el reconocimiento en el
balance de cualquier tipo de arrendamiento. Al abordar la cuestión de las
10 Barral, A., Molina, H., Ramírez, J. (2012): “La reforma de las rentas contingentes en los
arrendamientos”. Partida Doble, Vol. 23, nº 243, pp. 22-38.
49
cuotas contingentes, si bien la intención inicial fue estimarlas y reconocerlas
siguiendo un enfoque integral, las discusiones en el organismo internacional
han llevado a la conclusión de su incompatibilidad con el concepto de obli-
gación, pues la entidad puede evitarlas en determinados casos (las referidas
a desempeño del activo o vinculadas al uso del recurso).
50
Tabla 2. Amortización según la opción 1
51
6. Acciones preferentes
Rosalía Miranda Martín, Aurora García Domonte y Javier Márquez Vigil
53
- Si La Verde Pradera decide distribuir dividendos adicionales a los anterior-
mente indicados, debe distribuirlos en igual proporción entre las acciones
normales y las acciones preferentes.
Superando las mejores expectativas iniciales, D. Carmelo consigue colocar
las 100.000 acciones preferentes en apenas una semana.
Por su parte, su principal cliente, el afamado restaurante «Vuelta y vuelta»,
adquiere el 10% de las acciones en el momento de la suscripción.
Las dos gestorías que llevan la contabilidad de ambos negocios, poco ha-
bituadas a este tipo de transacciones, contratan sus servicios para que le
ayuden a dilucidar la forma más correcta para registrar estas operaciones: en
el caso de La Verde Pradera, la naturaleza y problemática contable de la emi-
sión de los títulos. En el caso de Vuelta y vuelta, la naturaleza y problemática
contable de la suscripción de dichos títulos.
Para realizar los diferentes cálculos financieros, se puede tomar el 7% como
tipo de interés de mercado para este tipo de instrumentos financieros. ¿Qué
cambios habría si tomamos el 6% ó el 5%, como intereses de mercado?
54
una inversión (al 6%) que la que obtendría en el mercado (7%), al tiempo
que no tiene garantizado el reembolso del principal del mismo, que no está
predeterminado y sólo tendría lugar en caso de liquidación de la entidad
emisora. En éste caso, además, sería reembolsado como el resto de los ac-
cionistas, una vez que hayan sido satisfechas todas las posiciones acreedoras
del pasivo. No obstante, la ventaja de esta operación para el suscriptor está
en la posibilidad de recibir dividendos añadidos, si la compañía obtiene
beneficios distribuibles.
2. Fundamentación
Las acciones preferentes son instrumentos financieros complejos en los que
los dividendos están predeterminados y, normalmente, condicionados a la
obtención de resultados positivos. Pueden ser acumulativos o no, es decir,
que en caso de obtenerse pérdidas en un ejercicio se pierda o no el derecho
a obtener el dividendo en ejercicios posteriores. En caso de liquidación del
emisor, el accionista preferente tiene prioridad en el cobro respecto al accio-
nista ordinario y posterior a los acreedores comunes. Algunas acciones pre-
ferentes pueden convertirse en acciones ordinarias e incluso pueden tener
amortizaciones anticipadas. Algunos tipos de acciones preferentes pueden
tener un valor prefijado de liquidación y otras que su valor de liquidación
esté condicionado concurrente con el resto de accionistas ordinarios. Este
tipo de acciones no cotizan en un mercado secundario organizado (no co-
tizan en bolsa), por lo que su liquidez es bastante limitada. La rentabilidad
que ofrecen estos instrumentos puede ser de tipo fijo o variable, o incluso
una combinación de ambas, según el caso, pero siempre están condiciona-
das a la obtención de beneficios por parte de la entidad emisora.
55
de recursos que incorporan beneficios económicos». Un instrumento de patri-
monio se describe como cualquier contrato que ponga de manifiesto una
participación residual en los activos de una entidad, después de deducir
todos sus pasivos (MC.4.4.c).
56
- En segundo lugar, porque no se paga un interés sobre la inversión, sino
que el rendimiento está condicionado a la obtención de beneficios por
parte de la entidad.
- Por último, en el caso que nos ocupa, las características de la emisión
permiten el reparto de un dividendo adicional al prefijado, en igual
proporción entre las acciones normales y las preferentes, lo que le otor-
ga ese componente de patrimonio neto, diferente al de los pasivos fi-
nancieros.
En estas condiciones, parece evidente que este instrumento está a caballo
entre las dos figuras, pues contiene elementos propios de los instrumen-
tos de patrimonio y de los pasivos financieros. Por eso, se registrará y se
valorará como un instrumento híbrido o compuesto, de acuerdo con los
párrafos 28 a 32 de la NIC 32.
b) Valoración
57
El inversor acepta una rentabilidad nominal inferior a la del merca-
do, dado que puede tener la expectativa de obtención de dividendos
adicionales. No obstante, y como se ha dicho anteriormente, la va-
loración de este pasivo financiero se realizará en función del tipo de
interés de mercado, de forma que si este fuera del 6% (igual que la
rentabilidad vía dividendo), todo sería pasivo financiero y no se daría
ningún componente de instrumento de patrimonio:
58
estas condiciones lo difícil sería valorar el título, pues hay muchas
variables que pueden incidir en dicha valoración:
- Por la parte de renta fija, influye el tipo de interés de mercado. Así,
en caso de que los tipos de interés de mercado se sitúen en el 7%,
esta parte se valoraría a un valor inferior al de emisión, debiéndose
reconocer el correspondiente ajuste negativo en el patrimonio neto.
Si se diera una bajada de tipos de interés de mercado, el valor del
título aumentaría, obligando a realizar ajustes positivos en el patri-
monio neto.
- Por la parte de renta variable, la valoración dependerá de la estima-
ción de que existan en el futuro dividendos adicionales al inicial-
mente estipulado de 0,60 euros por acción. En función de esta esti-
mación futura, el título valdrá más ante una estimación de elevados
dividendos adicionales y valdrá menos ante una menor estimación.
3. Conclusiones
La naturaleza de las acciones preferentes es compleja y está al límite entre
dos aguas: los instrumentos de patrimonio y los pasivos financieros. Hay
diversos tipos de acciones preferentes, con diferentes características que las
acercan más a un tipo u otro de instrumento.
Para la valoración y registro de este tipo de operaciones, habrá que estudiar
todas las características que deberán estar contenidas en el correspondiente
folleto informativo de la emisión.
En los instrumentos compuestos se deberán valorar por separado los com-
ponentes de pasivo financiero de los de patrimonio neto.
En el ejemplo que se propone y soluciona en este caso, la valoración de los pa-
sivos financieros para el emisor se hará descontando el dividendo preferente
como si fuera una renta perpetua. La diferencia con el valor de emisión será el
valor del patrimonio neto. Este cálculo varía dependiendo del tipo de interés
que se aplique en la operación.
Desde el punto de vista del suscriptor, el cálculo se complica todavía más,
sobre todo a la hora de estimar el valor razonable de este título a cierre del
ejercicio, comparando la parte fija del instrumento con los tipos de interés
de mercado y la parte variable con la estimación futura de dividendos adi-
cionales.
59
4. Anexo. Asientos contables y cálculos complejos
Emisión
1.000.000 Tesorería a Acciones o participaciones 857.142,86
a largo plazo consideradas
como pasivos financieros
a Capital Social 142.857,14
60
7. Registro de un derivado como
operación de cobertura
María Alvarado Riquelme y Laura Muro Royano
61
- Un contrato futuro de compra de maíz con vencimiento el 30 de septiembre
de 2013 sobre un subyacente de 20 toneladas de maíz. El Sr. Neorural ha
visto en internet que este futuro con vencimiento a seis meses cotiza a 3,2
EUR/KG y los gastos del contrato son muy poco significativos.
- El contrato quiere liquidarlo por diferencias de efectivo. Esto significa que
el 30 de septiembre de 2013 el Sr. Neorural pagará o recibirá la diferencia
con el precio que haya a dicha fecha. Es como si vendiera el subyacente al
precio de contado en dicho momento, de modo que si el precio de contado
es superior, recibirá la diferencia y si es inferior, pagará la diferencia.
2. Fundamentación
La NIC 39, instrumentos financieros, se aplicará a los contratos de compra
o venta de elementos no financieros que se liquiden por el neto en efectivo
(NIC 39, párr. 5); por tanto, el contrato de futuro de compra de maíz que ha
suscrito el Sr. Neorural es un instrumento financiero.
En concreto, estamos ante un futuro. El futuro le ofrece la oportunidad de
asegurar a fecha de hoy un precio que encaja con lo que es aceptable para él;
le asegura, por tanto, un margen mínimo y le protege de subidas de precio
no deseadas.
El contrato de futuro cumple las características (NIC 39, párr. 9) de un deri-
vado financiero:
1. Su valor se basa en el precio de otro activo (subyacente).
2. No requiere una inversión inicial neta.
3. Se liquidará en una fecha futura.
Aunque el subyacente es un elemento no financiero, como veíamos en el
punto 1 anterior, es un instrumento financiero, porque su liquidación se va
a realizar por diferencias (importe neto).
62
Si el contrato no se liquidase por diferencias, sino por entrega del activo
para su uso en el proceso de negocio por la entidad, no se consideraría un
instrumento financiero y quedaría fuera del alcance de la NIC 39.
Por último, esta operación es una clara cobertura económica que el Sr. Neu-
ronal ha diseñado para protegerse del riesgo de la subida del precio de maíz
a umbrales que harían que su negocio no fuese rentable. Pero una cobertura
económica no tiene por qué ser una cobertura contable. Veamos si en este
caso cumple los requisitos que marca la normativa internacional.
Para la NIC 39 (párr. 10) un «Instrumento de cobertura es un derivado designado
o bien (sólo para la cobertura del riesgo de tipo de cambio) un activo financiero o
un pasivo financiero no derivado cuyo valor razonable o flujos de efectivo generados
se espera que compensen los cambios en el valor razonable o los flujos de efectivo de
la partida cubierta, respectivamente».
En nuestro caso, el futuro es un instrumento derivado, tal y como hemos ex-
puesto previamente, cuyo objetivo es cubrir el riesgo de subida de los costes
de maíz por encima de los umbrales de rentabilidad del negocio.
Veamos qué entiende la NIC 39 por un derivado designado. El párrafo 88 de
la NIC 39 especifica los cinco requisitos que deberá cumplir una relación de
cobertura para poder acogerse a la contabilidad de coberturas. El primero de
ellos nos aclara qué se entiende por designación:
«En el momento de iniciar la cobertura, existe designación y documentación
formales de la relación de cobertura, así como del objetivo y de la estrategia
que la entidad asume con respecto a la cobertura. Esta documentación in-
cluirá la identificación del instrumento de cobertura, de la partida cubierta y
de la naturaleza del riesgo que se está cubriendo, e indicará cómo valorará la
entidad la eficacia del instrumento de cobertura al compensar la exposición a
los cambios de la partida cubierta, ya sea en el valor razonable o en los flujos
de efectivo, que se atribuyen al riesgo cubierto».
En el supuesto no se dice explícitamente que el derivado esté designado
desde el inicio de la operación para la cobertura de ésta, ni que se haya ela-
borado una documentación específica.
Al incumplirse uno de los cinco supuestos, no podríamos contabilizar este
derivado utilizando la contabilización especial de coberturas. En caso de
cumplirse los requisitos anteriores, la operación debería registrarse como
una cobertura de flujos de efectivo, reconociendo los cambios de valor del
derivado en otro resultado integral (NIC 39, párr. 95). Una vez registrada la
63
compra en septiembre de 2013, se darían de baja las ganancias o pérdidas
reconocidas en otro resultado integral, imputándolas a la cuenta de resulta-
dos según lo previsto en el párrafo 98 de la NIC 39.
A continuación formulamos el análisis conceptual de los elementos y los
criterios de reconocimiento y valoración que surgen en esta operación.
3. Conclusiones
El Sr. Neuronal ha contratado un derivado que constituye una cobertura
económica que elimina al 100% el riesgo de la subida del maíz por encima
de precios que harían que su negocio no fuese rentable, pero una cobertura
64
económica, aunque sea totalmente eficaz, no tiene porque ser una cobertura
contable.
30 de marzo de 2013
No procede anotación contable
30 de abril de 2013
8.000 PyG Gasto financiero a Derivado 8.000
(0,4 €/Kg * 20.000 Kg)
65
30 de septiembre de 2013
8.000 Derivado a
12.000 Bancos (0,6 * 20.000 Kg) a PyG Ingreso financiero (1 €/ 20.000
Kg * 20.000 Kg)
66
8. Reconocimiento de ingresos en el caso
de una compraventa condicionada
Aurora García Domonte, Javier Márquez Vigil, Rafael Muñoz Orcera
y Enrique Rúa Alonso de Corrales
67
coeficientes de valoración de cada tipo de suelo que a tal efecto establezca
el citado proyecto.
El precio de la compra se fija en 10.936.535,95 euros, resultado de multipli-
car la cifra de 63.224,28 m2 adquiridos por la cantidad de 172,98 euros/m2.
Dicha suma deberá ser abonada por Polígonos Unidos S.A. de la siguiente
forma:
- 6.585.000 euros mediante tres pagarés por importe 2.195.000 euros cada
uno con vencimientos el 30 de junio de 20X2, 30 de diciembre de 20X2 y
30 de junio de 20X3.
- 2.584.197,27 euros a la entrega de la superficie neta urbanizada adquirida.
- La cantidad restante, 1.767.338,68 euros, se la reserva Polígonos Unidos
S.A. para hacer frente a las hipotecas que gravan las fincas.
68
Desde el punto de vista de Terrenosa, la ventaja de condicionar la operación
es claramente de tipo comercial: consigue una venta a un precio unitario y
plazos de pago cerrados.
2. Fundamentación
En el caso que nos ocupa, los principales elementos que configuran la ope-
ración de compraventa entre Terrenosa (vendedora) y Polígonos Unidos
(compradora) son:
- El 5 de diciembre de 20X1 se firma en escritura pública el contrato de com-
praventa. Polígonos Unidos acepta tres pagarés con vencimiento a 6, 12 y
18 meses.
- Antes del 5 de diciembre de 20X2 el organismo público correspondiente
deberá haber aprobado el proyecto público de reparcelación. En caso de
no hacerlo, el contrato quedará automáticamente resuelto, con la consi-
guiente devolución por parte de Terrenosa de los importes cobrados, así
como los intereses correspondientes por el tiempo transcurrido.
- Una vez aprobado el proyecto de reparcelación, Terrenosa dispone de dos
años para entregar a Polígonos Unidos la superficie neta urbanizada pre-
vista en el contrato, con una desviación máxima en más o menos el 10%
sobre los metros previstos. Si se cumple la condición anterior, se realizará
el último pago por parte de Polígonos Unidos, y de no cumplirse dicha
condición, el contrato quedará automáticamente resuelto, procediéndose a
la devolución de las cuantías cobradas con sus intereses correspondientes.
69
En este sentido, el párrafo 14 de la NIC 18 Ingresos de actividades ordinarias
establece que «los ingresos ordinarios procedentes de la venta de bienes deben
ser reconocidos y registrados en los estados financieros cuando se cumplan todas
y cada una de las siguientes condiciones:
(a) La entidad ha transferido al comprador los riesgos y ventajas de tipo signifi-
cativo, derivados de la propiedad de los bienes.
(b) […].»
Además, en el párrafo 16 de la mencionada NIC se citan varios casos en
los que se presume que los riesgos no se transfieren y, por tanto, impi-
den el reconocimiento de ingresos por ventas. Uno de estos ejemplos es,
precisamente: «Cuando el comprador en virtud de una condición pactada en
el contrato, tiene el derecho de rescindir la operación y la entidad tiene incerti-
dumbre acerca de la probabilidad de que esto ocurra.»
En el caso que nos ocupa, el 5 de diciembre de 20X1, fecha de la firma de
escritura pública, no existe, todavía, transmisión de riesgos, pues, a la luz
de la normativa examinada, la realización de la venta está condicionada
a que se cumplan los dos puntos descritos anteriormente. Es decir, si no
se cumple alguna de las dos circunstancias, Polígonos Unidos tiene el
derecho de rescindir la operación, cumpliéndose, por tanto, lo previsto
en el párrafo 16 antes transcrito. Además, es claro que existe incertidum-
bre acerca de la probabilidad de que la administración apruebe o no el
desarrollo urbanístico, decisión que queda fuera del ámbito de decisión
de Terrenosa.
Por tanto, Terrenosa no se puede imputar el ingreso por ventas en la
cuenta de pérdidas y ganancias del ejercicio 20X1. Según el párrafo 4.46
del actual Marco Conceptual estamos ante un contrato ejecutorio, puesto
que ninguna de las partes ha incurrido en ninguna de sus obligaciones en
el momento de la firma. La propuesta en el discussion paper del IASB para
la reforma del marco conceptual clarifica en su párrafo 3.110 que en estos
casos se reconocerá un activo o un pasivo «si el contrato es ejecutable. Sin
embargo, si el contrato ha sido valorado en condiciones de mercado, la valora-
ción inicial del mismo sería generalmente igual a cero dado que los derechos de
una de las partes tienen el mismo valor que las obligaciones con la otra parte.
De acuerdo con ello, generalmente en estos casos ni una parte reconoce un acti-
vo ni la otra un pasivo a la firma del contrato.»
En el caso de que no se cumpla la primera condición, es decir, que en
los dos primeros años no se obtuviera la aprobación administrativa co-
70
rrespondiente, el contrato quedaría resuelto y se devolvería el importe
cobrado con los intereses legales correspondientes, cerrando a su vez la
cuenta de periodificación abierta el 5 de diciembre de 20X1. Los intereses
se calcularían en función del interés legal establecido de referencia y el
tiempo transcurrido desde la firma del contrato.
En el caso de que se aprobara dicho proyecto la operación continúa, pero
no puede reconocerse todavía el ingreso por ventas, pues aún falta por
cumplirse la última condición.
Una vez aprobado el proyecto, si no se cumpliera la segunda condición,
el contrato quedaría resuelto y el efecto patrimonial sería el mismo que
el indicado anteriormente, devolviéndose el importe acordado con los
gastos financieros correspondientes.
b) Valoración
En el caso de que también se cumpliera la segunda condición y se en-
tregara la superficie conforme a las condiciones estipuladas, en este mo-
mento se procedería al reconocimiento del ingreso (10.936.535,95 euros
o el valor resultante de calcular el precio unitario fijado por la superficie
finalmente entregada, dentro del límite de ±10%), cobrándose por ban-
cos la parte pendiente (2.584.197,27 euros ±10% de la variación) y can-
celando la hipoteca correspondiente (1.767.338,68 euros).
3. Conclusiones
El marco contable introducido por las NIIF da preferencia al fondo sobre
la forma en el reconocimiento contable de las operaciones mercantiles. En
este sentido, cobra especial importancia el requisito de la necesaria transfe-
rencia de riesgos para reconocer los ingresos derivados de las operaciones
de compraventa.
En el caso planteado se aplica claramente lo anterior, pues la venta del bien
no se perfecciona hasta que no se cumplan las dos condiciones establecidas
en el contrato de compraventa.
En consecuencia, sí sería correcto posponer el reconocimiento del ingreso
por parte de la empresa vendedora, pero no por las dos razones aducidas en
la consulta (diferimiento en los pagos y precio final aún no definitivo), sino
por la falta de transferencia de riesgos y ventajas del bien objeto de compra-
venta en el momento inicial de la firma del contrato.
71
No obstante, esta opción puede tener un efecto negativo, ya que se produce
una falta de correlación temporal entre la gestación de la operación y el re-
conocimiento del ingreso en la cuenta de pérdidas y ganancias (cuatro años
más tarde). Por lo que de esta operación habrá que dar la correspondiente
explicación en las Notas o Memoria.
72
9. Transacciones inmobiliarias
con pactos de recompra
César Antonio San Juan Pajares, Mónica Fernández González,
Marta de Vicente Lama y Rafael Bautista Mesa
73
III. Por último, el chalet 3 se vende de la siguiente forma: Neutrino cobra
un 2% de su precio total (1.000.000 euros) en el momento de la venta,
y el resto del precio se fracciona en pagos mensuales durante 10 años. Si
el comprador incumple sus compromisos de pago durante dos meses,
Inmobiliaria Neutrino recuperará el chalet y no devolverá importe
alguno de lo que haya cobrado hasta la fecha.
¿Cómo debe registrar Inmobiliaria Neutrino cada una de las ventas de los
tres chalets?
2. Fundamentación
Analizaremos independientemente las operaciones de cada uno de los tres
chalets.
2.1. Chalet 1
a) Identificación de los elementos
Se trata de un contrato de venta con pacto de recompra en el que el
vendedor debe determinar si las cantidades cobradas son o no ingresos
74
ordinarios. Serán ingresos ordinarios si cumplen todas y cada una de las
siguientes condiciones, según la NIC 18, 14:
«(a) la empresa ha transferido al comprador los riesgos y ventajas, de tipo
significativo, derivados de la propiedad de los bienes;
(b) la empresa no conserva para sí ninguna implicación en la gestión
corriente de los bienes vendidos, en el grado usualmente asociado con la
propiedad, ni retiene el control efectivo sobre los mismos;
(c) el importe de los ingresos ordinarios puede ser valorado con fiabilidad;
(d) es probable que la empresa reciba los beneficios económicos asociados
con la transacción;
(e) los costes incurridos, o por incurrir, en relación con la transacción
pueden ser valorados con fiabilidad».
Por el contrario, cuando se conservan los riesgos y ventajas, aun cuan-
do la titularidad legal haya sido transferida, el fondo económico de la
operación es el de una operación de financiación y debe reconocerse un
pasivo, no un ingreso (aplicando la NRV 14, a del PGC).
- Opción A. La empresa vendedora deberá reconocer un ingreso porque
se dan todas las condiciones enumeradas anteriormente, especialmente
la transmisión del riesgo de variación del valor razonable del bien, que
recae en el comprador. Además, el vendedor ha transferido el control
efectivo del inmueble vendido al comprador, quien puede optar por
requerir al vendedor su recompra o revenderlo a un tercero.
- Opción B. Aplicando la NRV 14 del PGC, se presume que no se produ-
ce la transferencia de riesgos y beneficios cuando el comprador posea
el derecho de vender los bienes a la empresa y esta la obligación de
recomprarlos por el precio de venta inicial más la rentabilidad normal
que obtendría un prestamista. En consecuencia, nos encontramos ante
una operación de financiación, por lo que debería reconocerse un pasi-
vo a largo plazo.
b) Reconocimiento y baja
- Opción A. En caso de que el inmueble se encontrara incluido en las
existencias, procedería reconocer un ingreso por ventas. En caso de es-
tar contabilizado como activo, debería ser dado de baja, registrando el
correspondiente beneficio o pérdida por la diferencia entre el valor de
75
venta y el valor contable. En ambos casos se produciría un flujo de caja
positivo.
- Opción B. En este caso el activo no debería darse de baja, registrándose la
entrada en tesorería y un pasivo a largo plazo. En los próximos dos años
deberían registrarse los intereses devengados como gastos financieros.
c) Valoración
- Opción A. En caso de que el bien figure como existencias, el ingreso por
ventas y la entrada en tesorería se registrarán por 500.000 euros. Si el
chalet figura como una inversión inmobiliaria, se dará de baja por su
valor contable, deducidos sus amortizaciones y deterioros. Si este valor
es diferente al cobro de 500.000 euros, procederá registrar una pérdida
(si el valor contable es mayor que 500.000 euros) o un beneficio (si el
valor contable es menor que 500.000 euros) procedente de inversiones
inmobiliarias.
- Opción B. El bien no se dará de baja, por lo que permanecerá en el ac-
tivo de la empresa como existencia o como inversión inmobiliaria. En
cambio, se producirá el reconocimiento de un pasivo a largo plazo por
500.000 euros, equivalente al incremento de tesorería. Los intereses de-
vengados serán registrados aplicando el Tipo de Interés Efectivo.
d) Presentación
- Opción A. Si el chalet estaba registrado como una existencia, el ingreso
debe registrarse como una venta en la cifra anual de negocio. En caso
de que estuviera contabilizado como una inversión inmobiliaria, se eli-
minará del activo no corriente.
- Opción B. El pasivo registrado se presentará en el pasivo no corriente
de la empresa. Los intereses generados se registrarán durante los dos
años siguientes como gastos financieros11.
11 Sirva como reflexión adicional que, para los casos en los que la venta se registrara como
una operación de financiación, cabría la posibilidad de plantearse la valoración económica del
uso del bien (que el vendedor cede al comprador temporalmente) y considerarla como parte del
coste de la financiación. Esto es, el registro contable que se propone parece no reflejar realmente el
coste total de la financiación, ya que los «intereses» reconocidos podrían estar compensados con
la teórica renta derivada de la cesión del uso del bien.
De acuerdo con esta reflexión adicional, según la cual podríamos separar los componentes
de ingreso de explotación y gasto financiero, el resultado final sería una reclasificación como re-
sultado financiero del gasto de explotación procedente de la amortización del bien, siempre que
el activo se encontrara registrado como inmovilizado en la empresa vendedora. No obstante, es
cierto que este resultado no sería el mismo en el caso en que el activo estuviera clasificado como
existencias, ya que en este caso no se habría registrado previamente su deterioro sistemático me-
diante la amortización.
76
2.2. Chalet 2
a) Identificación de los elementos
En este caso las dos partes tienen una opción: el comprador una opción
de venta y el vendedor una opción de compra. En línea con el borrador
del IASB para la modificación de la NIC 1812, es importante analizar los
incentivos económicos para ejercer la opción:
b) Reconocimiento y baja
En este caso el activo –existencias normalmente o inmovilizado– no de-
bería darse de baja, registrándose la entrada en tesorería y un pasivo a
corto plazo, al tratarse de una operación a un año.
c) Valoración
El bien no se dará de baja, por lo que permanecerá en el activo de la
empresa como existencia o como inversión inmobiliaria. En cambio, se
producirá el reconocimiento de un pasivo a corto plazo por 500.000 eu-
ros, equivalente al incremento de tesorería.
d) Presentación
El pasivo registrado se presentará en el pasivo corriente de la empresa, al
tratarse de una operación con vencimiento a un año.
12 International Accounting Standards Board (IASB), 2011. Revenue from Contracts with
Customers, London: IASB. Disponible en http://www.ifrs.org/Current-Projects/IASB-Projects/Re-
venue-Recognition/EDNov11/Documents/RevRec_EDII_Standard.pdf.
77
2.3. Chalet 3
b) Reconocimiento y baja
En este caso el activo no debería darse de baja en el momento inicial,
registrándose cada uno de los cobros en tesorería y un anticipo de clien-
tes, siguiendo la norma del PGC. En los próximos periodos, cuando se
consideren eliminadas las incertidumbres, se debe proceder a reconocer
la venta como un ingreso, cancelando cada uno de los anticipos. En este
momento el bien se deberá dar de baja del activo.
78
En el momento del reconocimiento de la venta se considerará un ingreso
por 1.000.00013 y se dará de baja el importe total de los anticipos, llevan-
do a clientes el saldo restante.
c) Presentación:
En el momento inicial, el anticipo se presentará en el pasivo corriente
de la empresa y posteriormente, si el chalet estaba registrado como una
existencia, el ingreso debe registrarse como una venta en la cifra anual
de negocio. En caso de que estuviera contabilizado como una inversión
inmobiliaria, se eliminará del activo no corriente.
3. Conclusiones
La problemática contable sobre la que versa este caso es el reconocimiento
de ingresos cuando existe un contrato de venta con algún tipo de pacto de
recompra. En particular, el caso plantea cuatro escenarios:
(1) Un contrato de venta donde el comprador tiene la opción de volver
a vender el inmueble al vendedor, pasado un determinado periodo
de tiempo, al valor razonable que tenga el inmueble al vencimiento
de la opción;
(2) Un contrato de venta donde el comprador tiene también una opción
de venta, esta vez al precio original de la venta más una rentabilidad
normal de mercado;
(3) Un contrato de venta donde el vendedor tiene la opción de recom-
prar el inmueble y el comprador la opción de volver a venderlo al
vendedor a un precio de venta por encima del original; y
(4) Un contrato de venta de un inmueble con pago aplazado que inclu-
ye como garantía de cumplimiento la recuperación del inmueble en
caso de determinadas condiciones de impago.
En esencia, el vendedor debe analizar la operación para determinar si se
han transferido los riesgos y ventajas de la propiedad al comprador (NIC
18.14.a y NRV 14.2.a). Si determina que se ha producido tal transferencia
y se cumplen los criterios de reconocimiento, esto es, es posible obtener
una estimación fiable de los ingresos y de los costes incurridos o a incurrir
y es probable que la empresa obtenga los beneficios derivados de la transac-
13 El importe de la venta deberá ser actualizado en el momento del reconocimiento del
ingreso, reconociendo la diferencia con el importe total como un ingreso financiero, siempre que
el efecto del descuento resulte significativo.
79
ción, el vendedor reconocerá el ingreso por ventas. Por el contrario, cuando
el vendedor conserva una parte significativa de los riesgos y ventajas, aún
cuando la titularidad legal haya sido transferida, el fondo económico de la
operación es el de una operación de financiación.
Adicionalmente, tanto en la NIC 18.14.b) como en la NRV 14.2.b) se añade
que, para poder reconocer un ingreso por ventas, además de asegurarnos de
que se produce la transferencia sustancial de riesgos y ventajas derivados de
dicho bien, la parte vendedora:
- No puede conservar la implicación en la gestión corriente del bien ven-
dido.
- Ni retener el control efectivo sobre el mismo.
Actualmente, el borrador revisado del proyecto de reconocimiento de ingre-
sos de 2011 repara además en un aspecto adicional que se debe evaluar en
las operaciones de venta con distintos tipos de pacto de recompra. Así, en el
borrador se considera que en caso de que el comprador tenga la capacidad
de obligar al vendedor a recomprar el activo, como ocurre en los escenarios
(1), (2) y (3), la entidad deberá además «evaluar si el cliente tiene un incentivo
económico importante para ejercer la opción» (IASB 2011, B43). Para ello, el
vendedor deberá considerar factores tales como la relación entre el precio
de recompra y el valor de mercado del activo al vencimiento de la opción.
En consecuencia, si se estima que el incentivo económico del comprador es
significativo se contabilizará como una operación de financiación14, mien-
tras que si no es significativo el vendedor reconocerá un ingreso por ventas.
Por su parte, cuando es el vendedor el que ostenta la opción de recompra, el
comprador no puede vender el activo a un tercero y «tiene limitada su capa-
cidad para decidir el uso del activo, así como de obtener todos los beneficios signi-
ficativos que se derivan del mismo» (IASB 2011, B40). En consecuencia, quien
mantiene el control efectivo es el vendedor y, por tanto, no se cumplirían las
condiciones para reconocer el ingreso por ventas.
80
10. Adquisición, venta y arrendamiento
posterior de aeronaves
Mercedes Ruiz de Palacios Villaverde, Enrique Villanueva García
y Lucía Mellado Bermejo
81
El 1 de enero de 200x+4, AIR-ME formaliza con una entidad financiera
la venta y alquiler de uno de los dos aviones que había adquirido. Esta
operación no había sido planificada en el momento en que AIR-ME había
suscrito el contrato de compraventa con el fabricante.
El precio al que AIR-ME vende el avión es 120 millones de €. Las condiciones
del arrendamiento son las siguientes:
Otra información:
- El precio de venta del avión a la entidad financiera y las cuotas de
arrendamiento se corresponden con su valor razonable.
- El tipo de interés incremental de AIR-ME (el tipo de interés que le cobrarían
en la financiación de una operación similar) es de 5,24%.
- Las aeronaves tienen una vida económica de 22 años y no tienen
características especiales, por lo que podrían ser utilizadas por otras líneas
aéreas.
82
Cuestiones a resolver (se prescinde de los efectos impositivos) relativas
a la contabilidad de AIR-ME, considerando que la normativa contable
que corresponde aplicar son las Normas Internacionales de Información
Financiera efectivas en la Unión Europea a 1 de enero de 2014:
Cuestión 1. Contabilidad del contrato en los años 200x al 200x+3.
Cuestión 2. Contabilidad en enero del 200x+4 de la venta y arrendamiento
posterior.
2. Fundamentación
2.1. Fundamentación del tratamiento a dar a la adquisición de los
aviones
Los aviones no se han de registrar hasta el momento en que la sociedad reci-
be su entrega, ya que hasta entonces no constituyen un activo de la empresa,
es decir, un recurso controlado (Marco Conceptual, párr. 4.4).
83
Antes de la entrega, el contrato supone un compromiso de compraventa
para las partes. Con carácter general, los activos y pasivos asociados compro-
misos de adquisición de inmovilizado no se reconocen, si bien la empresa
ha de informar de ellos en la memoria (NIC 16 párr. 74 c). A este respecto, el
Marco Conceptual para la Información Financiera (párr. 4.46) precisa que:
«En la práctica, las obligaciones derivadas de contratos, que están sin ejecu-
tar por ambas partes en la misma proporción (por ejemplo, las deudas por
inventarios encargados pero no recibidos todavía), no se reconocen general-
mente como tales obligaciones en los estados financieros. No obstante, tales
obligaciones pueden cumplir la definición de pasivos y, supuesto que satisfa-
gan los criterios para ser reconocidas en sus circunstancias particulares, pue-
den cumplir los requisitos para su reconocimiento en los estados financieros.
En tales circunstancias, el hecho de reconocer los pasivos impone también el
reconocimiento de los activos o gastos correspondientes».
Las anotaciones contables correspondientes son (en millones de €): (ver ta-
bla en pág. siguiente).
84
200x+1
2 Compra de otros a Acreedores comerciales 2
aprovisionamientos
200x+2
4 Compra de otros a Acreedores comerciales 4
aprovisionamientos
200x+3
1 Compra de otros a Acreedores comerciales 1
aprovisionamientos
200x+3 (31 de diciembre)
230 Inmovilizado material –
Aeronaves
7 Acreedores comerciales
13 Anticipos a proveedores a Tesorería 250
200x+5
2 Compra de otros
aprovisionamientos
11 Tesorería a Anticipos a proveedores 13
85
(c) el plazo del arrendamiento cubre la mayor parte de la vida económica
del activo incluso si la propiedad no se transfiere al final de la operación;
(d) al inicio del arrendamiento, el valor presente de los pagos mínimos por el
arrendamiento es al menos equivalente a la práctica totalidad del valor
razonable del activo objeto de la operación; y
(e) los activos arrendados son de una naturaleza tan especializada que sólo
el arrendatario tiene la posibilidad de usarlos sin realizar en ellos modi-
ficaciones importantes.
El párrafo 11 de la NIC 17 añade los siguientes indicadores adicionales de
que un arrendamiento es financiero:
(a) si el arrendatario puede cancelar el contrato de arrendamiento, y las
pérdidas sufridas por el arrendador a causa de tal cancelación fueran
asumidas por el arrendatario;
(b) las pérdidas o ganancias derivadas de las fluctuaciones en el valor razo-
nable del importe residual recaen sobre el arrendatario (por ejemplo en
la forma de un descuento por importe similar al valor en venta del activo
al final del arrendamiento); y
(c) el arrendatario tiene la posibilidad de prorrogar el arrendamiento du-
rante un segundo periodo, con unos pagos por arrendamiento que son
sustancialmente inferiores a los habituales del mercado.
Tal y como se detalla en la tabla siguiente, en el caso planteado no se daría
ninguno de los indicios de que el arrendamiento es financiero.
Salvo por el hecho de que el arrendador es una entidad financiera, no existe
otra circunstancia que indique que el arrendatario ha readquirido sustan-
cialmente todos los riesgos y beneficios del activo, es decir, que el arrenda-
miento es financiero. No obstante, dado que la contraparte es una entidad
financiera, habría que hacer un análisis más exhaustivo, tratando de verificar
si las motivaciones de las partes pudieran proporcionar evidencias adicio-
nales del grado de riesgos y beneficios del activo trasmitidos con el contrato
de arrendamiento.
Asumiendo que no hay otras evidencias o indicios de que el arrendamiento
es financiero, del análisis de los indicadores anteriores cabe concluir que,
aunque con el arrendamiento del avión se transfiere (readquiere) una parte
importante de los riesgos y beneficios asociados a la propiedad (el arrenda-
tario obtiene el uso durante algo más de la mitad de la vida económica del
activo), el importe total trasferido está lejos de poder ser considerado en sus-
86
tancia una transferencia plena de todos los riesgos y beneficios inherentes a
la propiedad del activo arrendado. En consecuencia, el arrendamiento se ha
de considerar operativo.
3. Conclusión
En la firma del contrato de adquisición de aeronaves no se registran activos
y pasivos, tratándose la operación como un mero compromiso de compra.
Las aeronaves no se contabilizan hasta que la sociedad adquiere la propie-
dad de las mismas. Los incentivos a la compra se contabilizan como un
menor coste de adquisición.
Al contabilizar la venta y arrendamiento posterior de la aeronave, se ha de
tener en cuenta que:
- Del análisis de las cláusulas del contrato de arrendamiento cabe concluir
que, aunque el mismo transfiere (readquiere) una parte importante de la
87
utilidad del activo, está transferencia no es, en esencia, de todos los riesgos
y beneficios. Por tanto, el arrendamiento ha de ser considerado un arren-
damiento operativo. No obstante, dado que la contraparte es una entidad
financiera, habría que hacer un análisis más exhaustivo, tratando de ve-
rificar si las motivaciones de las partes pudieran proporcionar evidencias
adicionales del grado de riesgos y beneficios del activo trasmitidos con el
contrato de arrendamiento.
- Dado que el arrendamiento es operativo, y la transacción ha sido realizada
a precios de mercado, la empresa ha de reconocer el ingreso de la venta.
El arrendamiento se contabiliza de acuerdo a los criterios generales de los
arrendamientos operativos.
88
11. Venta de activos arrendados
con opción de recompra
Rafael Bautista Mesa, Marta de Vicente Lama y Horacio Molina Sánchez
89
1. Descripción de los hechos y justificación económica y/o
financiera de la operación
La Sociedad A dispone de un activo que va a generar rentas durante 30 años;
sin embargo, necesita financiación y lo transfiere a un tercero, a la Sociedad
C, por un importe de 125 millones de euros, lo que le permite cancelar la
financiación del activo (65 millones), atender el coste de la remodelación
del edificio (35 millones) y obtener un remanente de tesorería.
La cesión del contrato es sin recurso por parte del adquirente por lo que
quien asume el riesgo de que la Sociedad B deje de pagar –el riesgo de crédi-
to– es la Sociedad C y no la Sociedad A. Además, la Sociedad A retiene la po-
sibilidad de recomprar el activo pasado el 50% del plazo del alquiler por 90
millones de euros. Claramente, la operación es ventajosa para la Sociedad A.
A colación de lo anterior, se podría cuestionar si realmente la Sociedad A
ha cedido a la Sociedad C el riesgo del contrato, ya que tiene la posibilidad
de readquirirlo con el ejercicio de la opción. No obstante, hemos de señalar
que el riesgo que retiene la Sociedad A no es el de crédito. En consecuencia,
existe una cesión de crédito.
2. Fundamentación
a) Identificación y reconocimiento de los elementos
Nuestro análisis se circunscribe a la sociedad A. El caso planteado incluye
dos transacciones; por un lado, el contrato de arrendamiento de A con B
y, por otro, la transferencia del inmueble de A con C.
90
se ha producido la transferencia sustancial de los riesgos y ventajas al
arrendatario y, en consecuencia, sería este quién controlaría el activo.
Entre estos criterios se encuentra que sustancialmente la operación
sea equivalente a una compraventa aplazada, es decir, el valor actual
de los pagos futuros por alquiler sea equivalente al valor razonable
del bien.
En el caso que analizamos, el bien arrendado es un activo con dos
componentes: el terreno y la construcción.
Los arrendamientos de terrenos nunca transfieren sustancialmente
los riesgos y ventajas al arrendatario, debido a que tienen una vida
útil indefinida.
Por su parte, el valor razonable de la construcción, puesto de mani-
fiesto en la transacción con la entidad C, es de 100 millones de euros
(125 millones del conjunto menos la estimación del valor del suelo,
que es de 25 millones de euros).
En los pagos futuros es preciso distinguir la parte correspondiente
a cada componente. Esta distribución la abordamos en función del
valor razonable de los componentes (terreno y construcción). Así, la
renta por alquiler del terreno sería:
(25/125) x 7,5= 1,5 millones de euros
El valor actual de los pagos futuros correspondientes a la construc-
ción, teniendo presente el tipo de endeudamiento incremental del
arrendatario del 4,75%, sería 95 millones de euros (véase Anexo 2).
Como el valor actual de los pagos futuros es equivalente al valor razo-
nable del componente construcción, el contrato supone la transferen-
cia sustancial de los riesgos y ventajas. Por tanto, la Sociedad A deja
de controlar un activo material (el componente construcción) y pasa
a controlar una cuenta a cobrar durante 30 años. La Sociedad A retie-
ne los riesgos y ventajas sustanciales del componente terreno, por lo
que se mantiene dentro de su balance como una inversión inmobi-
liaria, dado que los riesgos y ventajas que retiene son los propios de
este tipo de activos.
91
uso de la misma es retenido por la Sociedad B, arrendataria. Y es rete-
nida por un contrato que, en su fondo, supone controlar los riesgos y
ventajas que sustancialmente se derivarán de él. Por otra parte, la So-
ciedad A también transfiere una inversión inmobiliaria, en la que el
adquirente pasará a controlar sustancialmente los riesgos y ventajas,
dada su vida útil indefinida.
En consecuencia, la Sociedad C pasa a controlar un activo operativo
(el componente de terreno clasificado como inversión inmobiliaria)
y un activo financiero (el componente construcción, clasificado como
cuenta a cobrar). El análisis de la operación desde la otra parte de la
transacción ayuda a comprender si se ha producido la transferencia
de riesgos y ventajas y, derivado de ello, procede reconocer la baja.
Sin embargo, el contrato confiere una opción de recompra a la So-
ciedad A al cabo de 15 años. ¿Tiene la Sociedad A una obligación
por esta opción? La respuesta sólo puede ser negativa dado que la
Sociedad A tiene la capacidad de rechazar cualquier tipo de pago. Por
otra parte, los términos de la operación no implican que exista un
incentivo económico muy claro que lleve a pensar que se va a ejercer
la opción, en cuyo caso, la operación habría sido netamente de finan-
ciación, dado que el activo retornaría a la Sociedad A.
Por el contrario, ¿tiene la Sociedad A un activo? La opción a favor de
la Sociedad A constituye un derecho susceptible de valoración econó-
mica. Sin embargo, la inexistencia de un mercado líquido que permi-
ta la valoración de la misma dificulta la identificación de este com-
ponente en la compraventa. La posibilidad de que se pueda medir es,
precisamente, el requisito que no se cumple para el reconocimiento
de este activo.
El criterio de probabilidad de ejercicio de la opción no opera en este
caso, pues se referiría al activo subyacente, cuando el recurso que con-
trola la Sociedad A es el derecho que supone la opción de recompra y
los flujos de efectivo de ese derecho ya los controla.
92
análisis de la transferencia de riesgos y ventajas pasa por evaluar si los
valores intercambiados entre las partes implican dicha transferencia.
En nuestro caso, la asignación de rentas a cada componente es crítica,
porque tras la transacción ambos componentes se bifurcan en dos ele-
mentos patrimoniales. La asignación de las rentas atribuibles a cada com-
ponente se debe realizar sobre los valores razonables en el momento de
la transacción y no sobre los valores contables, pues la relación de valor
entre ambos puede haberse alterado desde la adquisición por parte de la
Sociedad A, y es precisamente este valor razonable actual el que subyace
a la hora de establecer la renta con la Sociedad B.
Una de las cuestiones más complejas es la estimación de los valores ra-
zonables de los componentes; para ello, lo más adecuado es estimar el
valor del conjunto y posteriormente estimar el valor del suelo para, por
diferencias, obtener el del componente construcción.
En cuanto a la tasa de descuento, en activos inmobiliarios es complejo
estimar la tasa implícita del contrato de arrendamiento. Esta tasa sería la
que igualaría el valor de los pagos futuros con el derecho de uso trans-
ferido. Dado que los valores residuales de los activos inmobiliarios son
difíciles de determinar, resulta complejo estimar el valor del derecho de
uso transferido. En estos casos deberemos recurrir a usar el tipo de interés
de endeudamiento incremental para el arrendatario.
En el anexo 2 presentamos el cálculo del valor actual de los pagos corres-
pondientes al componente construcción.
3. Conclusiones
El caso analizado muestra cómo la Sociedad A rehabilita un activo para que
sea explotable. Busca una entidad que esté dispuesta a explotarlo en la ac-
tividad de hostelería (Sociedad B) y, como requiere financiación, busca un
inversor (Sociedad C) que obtiene una rentabilidad mixta; por un lado, la
rentabilidad de una actividad crediticia, al tipo de interés de mercado según
los riesgos de crédito de la sociedad deudora (Sociedad B), y una actividad
93
de inversión en inmuebles con un coste que se sitúa un 10% por debajo de
su valor razonable.
La Sociedad A adicionalmente se reserva un derecho a readquirir en un futu-
ro el paquete de inversión de la Sociedad C.
El empleo del marco conceptual nos ayuda a interpretar el fondo econó-
mico y financiero de la operación y formular un juicio más preciso de los
riesgos y ventajas que retiene cada una de las partes intervinientes en ambas
operaciones.
94
60,00 (253) Créditos por a (771) Beneficios por 25,00
enajenación inmovilizado a l/p enajenación del inmovilizado
65,00 (572) Bancos e instituciones a (253) Créditos por 93,51
de crédito c/c enajenación inmovilizado a l/p
a (543) Créditos por 1,49
enajenación inmovilizado a c/p
a (220) Inversiones 5,00
inmobiliarias. Terrenos
En la operación surge una ganancia que toma su razón de ser en la renta del
suelo y en la enajenación de la nuda propiedad del suelo, la cual, al término
de la duración del contrato de arrendamiento, se consolidará con el uso. La
Sociedad C espera que el valor del suelo en ese momento sea en el mercado
al menos equivalente al pago neto realizado. Al cabo de 30 años los pagos
superan a los cobros, siendo el valor futuro de los cobros netos de (véase
detalle en Tabla 2):
95
4.2. Anexo 2. Cálculos complejos
96
Tabla 2.Flujos de efectivo a valores nominales y actualizados
Flujo neto
Años Cobros Pagos Flujo neto
actualizado
0 -65,00 -65,00 -65,000
1 7,50 -30,00 -22,50 -21,480
2 7,50 -30,00 -22,50 -20,506
3 7,50 7,50 6,525
4 7,50 7,50 6,229
5 7,50 7,50 5,947
6 7,50 7,50 5,677
7 7,50 7,50 5,420
8 7,50 7,50 5,174
9 7,50 7,50 4,939
10 7,50 7,50 4,715
11 7,50 7,50 4,502
12 7,50 7,50 4,297
13 7,50 7,50 4,103
14 7,50 7,50 3,917
15 7,50 7,50 3,739
16 7,50 7,50 3,569
17 7,50 7,50 3,408
18 7,50 7,50 3,253
19 7,50 7,50 3,106
20 7,50 7,50 2,965
21 7,50 7,50 2,830
22 7,50 7,50 2,702
23 7,50 7,50 2,579
24 7,50 7,50 2,462
25 7,50 7,50 2,351
26 7,50 7,50 2,244
27 7,50 7,50 2,142
28 7,50 7,50 2,045
29 7,50 7,50 1,953
30 7,50 7,50 1,864
Total 225,00 -125,00 100,00 -2,327
97
12. Titulización de derechos de crédito
futuros
Rafael Bautista Mesa y Horacio Molina Sánchez
99
derivados de la concesión, cuyo importe actualizado se cifra en 420 MM de
euros, reteniendo la concesionaria el excedente que pudiera resultar.
3. En la tercera, la concesionaria suscribiría bonos de un tramo subordina-
do por un importe representativo del 20% del total de la financiación
recibida, para garantizar el riesgo de variación en los flujos de tráfico es-
timados. Por lo tanto, aseguraría a los inversores de la deuda senior una
parte de los flujos derivados de los peajes, después de lo cual obtendría
una rentabilidad financiera por los bonos suscritos, a un tipo de interés
superior al de la deuda senior. La diferencia entre los escenarios pesimis-
ta y optimista en la evolución del tráfico analizado arroja una variabili-
dad en los ingresos igual al 20%.
¿Cuál sería el impacto en las cuentas anuales de la concesionaria de cada
una de las alternativas anteriores?
100
(peaje en la sombra), o de ambos». En cualquier caso, su importe dependerá
de un número incierto de vehículos en circulación durante el periodo de
la concesión, lo que representa el principal riesgo de la operación para el
inversor.
Para mitigar este riesgo, es posible que el inversor exija algún tipo de garan-
tía a la concesionaria. Esta garantía permitirá la reducción del coste finan-
ciero de la operación, pero supondrá la obtención de una menor liquidez
por parte del grupo. En cuanto a la forma que puede adoptar esta garantía
encontramos, por un lado, la posibilidad de titulización únicamente de una
parte de los flujos futuros estimados y, por otra, la suscripción por parte de
la concesionaria de un tramo subordinado de deuda que asuma en primer
lugar las desviaciones producidas en el tráfico estimado (alternativa 3 en el
caso enunciado).
La suscripción de esta garantía por parte de la concesionaria asegura, por
otro lado, la calidad de los servicios prestados a los usuarios de la autopista
por parte de la concesionaria (Vergara-Alert y Argote, 2010).
En este tipo de operaciones es frecuente que la entidad concesionaria (ori-
ginadora de la titulización) venda sus ingresos futuros a una sociedad de
propósito especial, siendo esta última la que se encarga de la emisión de los
instrumentos de deuda para la obtención de la financiación. Los ingresos
obtenidos en el futuro servirán para atender los pagos derivados de la deuda
emitida. Según Ketkar y Ratha (2001), en ocasiones puede pactarse la entre-
ga de un máximo de ingresos al inversor, quedando el resto a disposición
del originador.
En resumen, la operación permite a la concesionaria la obtención de finan-
ciación específica para el proyecto sin el compromiso de otros recursos de
la compañía. Para los inversores en los títulos, la concesión de fondos por
importe superior al coste de los activos necesarios para producirlos (valor
en libros de los activos de la concesión), se justifica en la posibilidad de
obtención de unos retornos determinados que, en nuestro caso, podrían ser
superiores si la evolución del tráfico supera las expectativas iniciales.
2. Fundamentación
a) Identificación de los elementos
La cuestión que se plantea en primer lugar en cada una de las alternati-
vas es si la concesionaria debe seguir reflejando en su balance los activos
de la concesión o si, por el contrario, debe darlos de baja y reconocer el
101
correspondiente ingreso derivado de la transmisión de los derechos de
cobro futuros.
Según el Marco Conceptual de las Normas Internacionales de Contabi-
lidad (párr. 4.44.a) «un activo es un recurso controlado por la entidad como
resultado de sucesos pasados y del que se espera obtener beneficios económicos
futuros». En la primera alternativa, la entidad no tiene ninguna capacidad
de obtención de los recursos originados por los activos de la concesión,
por lo que no los puede seguir reconociendo en su balance.
El problema surge en las otras dos alternativas, en las que la entidad re-
tiene parte de los riesgos y ventajas asociadas a la concesión. En la alter-
nativa 2, la concesionaria mantiene la posibilidad de obtención de parte
de los ingresos procedentes de los peajes. En la alternativa 3, la entidad
adicionalmente retiene parte de los riesgos de la actividad, dado que los
ingresos obtenidos se destinarán, en primer lugar, a la atención de los
compromisos con los inversores en la deuda senior.
a) Reconocimiento y baja
En la primera alternativa, la entidad debe dar de baja los activos asocia-
dos a la concesión puesto que, como se ha anticipado, ya no cumplen
la definición de activo [en la misma línea se pronuncia Corona (2005:
392)19]. Este razonamiento parece seguirse por la NIC 18.14, «los ingresos
ordinarios procedentes de la venta de bienes deben ser reconocidos y registrados
en los estados financieros cuando se cumplen todas y cada una de las siguientes
condiciones: (a) la entidad ha transferido al comprador los riesgos y ventajas,
de tipo significativo, derivados de la propiedad de los bienes; (b) la entidad no
conserva para sí ninguna implicación en la gestión corriente de los bienes ven-
didos, en el grado usualmente asociado con la propiedad, ni retiene el control
efectivo sobre los mismos; (c) la cuantía que la modificación supone puede ser
valorada con suficiente fiabilidad; (d) es probable que la entidad obtenga los
beneficios económicos derivados de la transacción; y (e) los costes incurridos, o
por incurrir, en relación con la transacción pueden ser valorados con fiabilidad.»
En este caso, la concesionaria ha transferido íntegramente todos los ries-
gos y ventajas asociados a los activos. No obstante, podría existir alguna
duda derivada de su implicación en la gestión corriente o su control so-
bre el activo. En cuanto a la implicación en la gestión corriente, entende-
mos que la concesionaria no encuentra beneficio alguno en la gestión del
19 Corona, E. (2005). Aplicación de las normas internacionales de contabilidad: adoptadas por la
Unión Europea (NICes). Valencia: Editorial CISS.
102
mismo. Según la IFRS 9, incluso aunque tuviera la posibilidad de facturar
por la gestión de los activos, debería reconocer un activo (o pasivo) inde-
pendiente por el valor actualizado del margen de dicho servicio.
En relación con el concepto de control, la cuestión ha sido tratada con
mayor profundidad en el caso de los activos financieros (NIIF 9.3.2.16).
En el caso de la alternativa 1, la concesionaria no mantiene el control de
los activos, por cuanto es difícil pensar que mantenga la capacidad para
disponer de los mismos sin la autorización previa del inversor.
En las alternativas 2 y 3 consideramos que la concesionaria retiene ries-
gos y ventajas derivados de los activos de la concesión, por lo que su
baja debe ser analizada con mayor profundidad. En estos casos, también
la IFRS 9.3.2.7, aunque aplicada específicamente a activos financieros,
proporciona nuevamente mayor detalle: «la entidad ha retenido de manera
sustancial todos los riesgos y beneficios inherentes a la propiedad de un activo fi-
nanciero si su exposición a la variabilidad en el valor presente de los flujos netos
de efectivo futuros del activo (…) no cambia significativamente como resultado
de la transferencia».
Teniendo en consideración lo anterior, entendemos que la alternativa 3
supone que la entidad retiene de forma significativa todos los riesgos y
ventajas del activo, puesto que sigue expuesta a un riesgo similar después
de la operación, que es la variabilidad en la estimación del tráfico futuro.
En ese caso, la transacción no presenta diferencias significativas respecto
a una operación de financiación y supondría el reconocimiento de un
pasivo por la obligación con la sociedad vehicular (con los bonistas en
el caso de las cuentas consolidadas) y el mantenimiento de los activos
relacionados con la concesión.
En el caso de la alternativa 2, por su parte, la entidad puede seguir vién-
dose beneficiada de parte de los flujos futuros de la concesión, por lo que
debe mantener en su balance parte de los activos afectos a la concesión.
Por lo tanto, la entidad mantiene un activo por la parte de los recursos
que pueden contribuir a la generación de ingresos futuros. Nuevamen-
te, la IFRS 9.3.2.2.a.ii aporta mayor profundidad ante esta casuística, al
contemplar la posibilidad de baja parcial de los activos financieros en el
caso en que la parte transferida «comprenda únicamente una participación
proporcional completa (prorrata) de los flujos de efectivo de un activo financiero
(o un grupo de activos financieros similares). Por ejemplo, cuando una entidad
realice un acuerdo por el que la contraparte obtenga el derecho a una participa-
103
ción del 90 por ciento de todos los flujos de efectivo de un instrumento de deuda,
se aplican (los criterios de baja)20 al 90 por ciento de esos flujos de efectivo».
b) Valoración
En la alternativa 1, la concesionaria daría de baja los activos derivados
de la concesión por su valor en libros, reconociendo en el resultado del
ejercicio la correspondiente diferencia entre dicho valor y el importe re-
cibido como contraprestación.
En la alternativa 2, entendemos que la concesionaria mantiene el con-
trol sobre una parte de los activos relacionados con la concesión, por lo
que no puede proceder a la baja del total de los mismos. En este caso, se
procederá únicamente a la baja del porcentaje de los activos que repre-
sentan los flujos de futuros máximos a entregar a los inversores, sobre el
total de ingresos estimados. Es decir, un 84% (420MM / 500MM). Por
la diferencia entre el importe de activos dados de baja y el valor actual
de los flujos futuros comprometidos con los inversores se reconocería el
correspondiente ingreso en la cuenta de resultados.
En la alternativa 3, la concesionaria sigue asumiendo los riesgos princi-
pales de la operación, por lo que no puede dar de baja los activos asocia-
dos a la concesión. Por lo tanto, se reconocerá un pasivo por el importe
de la contraprestación recibida.
c) Presentación
En cuanto a la información a revelar en los estados financieros, mientras
la alternativa 1 supone la baja íntegra de los activos afectos a la conce-
sión, la alternativa 2 mantiene el reconocimiento entre los activos no
corrientes de parte de los recursos invertidos en la misma.
En cuanto a la alternativa 3, los activos afectos se mantendrán íntegra-
mente en el balance, reconociendo un pasivo por el importe recibido
por parte de la sociedad vehicular. La cuestión más controvertida surge
en relación a cómo reconocer el importe suscrito por la concesionaria
en forma de bonos subordinados. Evidentemente, esta cuestión no tiene
relevancia en los estados financieros consolidados, puesto que los saldos
entre la concesionaria y la sociedad vehículo especial serían eliminados.
Sin embargo, la cuestión es controvertida desde el punto de vista de las
cuentas anuales individuales.
20 Se introduce el paréntesis para sustituir los párrafos mencionados por la IFRS 9 en este
punto y aclarar su referencia a los principios de baja de los activos financieros.
104
En nuestra opinión, el reconocimiento de la inversión en bonos subordi-
nados supondría una sobrevaloración de los activos de la concesionaria
en sus estados financieros individuales, puesto que estos títulos también
representan la exposición a los mismos riesgos derivados de la actividad
relacionada con la autopista. Adicionalmente, supondría también la so-
brevaloración del pasivo por un importe del que, en última instancia, es
responsable también la propia concesionaria (este concepto de unidad
de empresa justifica el asiento de eliminación en el balance consolidado
del grupo). Por lo tanto, a efectos de presentación, el importe subor-
dinado suscrito deberá ser reconocido como una menor deuda por el
proyecto.
3. Conclusiones
La cesión de derechos sobre activos «actuales»21 de una empresa ha sido pro-
fundamente tratada por la IFRS 9 en el caso de los instrumentos financieros,
y se basa en el concepto de transferencia de los riesgos y ventajas asociados
a dichos activos. En el caso de la cesión de ingresos «futuros» consideramos
que el tratamiento debe ser similar, es decir, se deben dar de baja los activos
(materiales o no) que van a permitir la generación de dichos ingresos en el
futuro.
En la medida en que se retengan la exposición a la volatilidad de dichos
flujos futuros, se deberá mantener el reconocimiento del activo, hasta el
extremo en que se mantengan íntegramente en el balance de la concesio-
naria si como consecuencia de las garantías otorgadas por la misma en la
operación, su exposición al riesgo no haya variado como consecuencia de la
operación de cesión.
Alternativa 1
500 Efectivo a Activo diverso 400
a Beneficio por enajenación de 100
inmovilizado
105
En el segundo caso, la baja del activo se realizará sólo en la medida en la
que se haya producido la transferencia de los riesgos y ventajas asociados a
los mismos:
Alternativa 2
420 Efectivo a Activo diverso 336
a Beneficio por enajenación de 84
inmovilizado
Alternativa 3
500 Efectivo a Deudas a l/p 500
100 Deudas a l/p a Efectivo 100
106
13. Ventas brutas vs. Ventas netas
María Alvarado Riquelme y Laura Muro Royano
107
- Para ilustrar el caso, suponga una venta de coches por parte de Terrari a
Megavip de 1.000.000 de euros.
1. ¿Cómo debe registrar Terrari sus operaciones?
2. ¿Cómo debe registrar Megavip sus operaciones? ¿Registrando una venta
y el correspondiente coste de ventas o, por el contrario, registrando sim-
plemente un ingreso por el porcentaje cobrado?
2. Fundamentación
El caso presenta dos operaciones a analizar: por un lado, el efecto de este
tipo de transacciones en el fabricante y, por otro, la operación para el con-
cesionario.
Analizaremos por separado las operaciones:
108
de las condiciones que la NIC 18 (párr. 14) establece para analizar el registro
de un ingreso ordinario:
109
Las existencias son un activo controlado por el fabricante hasta la venta al
consumidor final, porque es un recurso cuyos flujos esperados de efecti-
vo son controlados por el fabricante. Las normas se refieren a que la enti-
dad retiene los riesgos y ventajas y a la gestión del activo como elementos
claves para determinar el control de los beneficios económicos futuros.
El dinero recibido por el concesionario por los coches pendientes de ven-
ta deberá tratarse como un anticipo en la contabilidad del fabricante; este
pasivo representa la obligación de entrega del control del coche si este se
vende a un tercero o el concesionario decidiese quedarse con él.
El ingreso viene determinado por la baja del activo.
b) Reconocimiento y baja
El fabricante mantendrá en existencias los coches hasta el momento en
que estos se vendan al usuario final; no deberá reconocer los ingresos
ordinarios hasta ese momento, que es cuando se transfieren los riesgos y
ventajas, ni la gestión del activo.
Una vez vendido el coche al usuario final, el fabricante registrará el ingre-
so por venta y dará de baja los coches de su activo.
Una vez transmitido el coche al usuario final o al concesionario (si no
fuese devuelto en los cuatro meses estipulados), el fabricante debería dar
de baja el coche y el anticipo recibido, a la vez que registraría el ingreso
ordinario.
c) Valoración
Hasta el momento de la venta al usuario final, los coches permanecerán
en el balance valorados a su coste histórico o a su valor neto de realiza-
ción, de ser éste menor. Cuando el coche se transmita al usuario final,
se darán de baja los activos de balance al valor contable y se registrará el
ingreso de venta por el valor razonable de la contraprestación recibida o
pendiente de recibir.
Los anticipos de clientes permanecerán valorados por el valor razonable
de la contraprestación recibida.
d) Presentación
Hasta el momento de la venta al usuario final, los coches se presentarán
en el activo corriente, en el epígrafe de existencias. Los anticipos recibidos
110
se presentarán en el pasivo corriente. Una vez realizada la venta, el ingre-
so se presentará como ingreso ordinario.
b) Reconocimiento y baja
El reconocimiento del ingreso por comisión se producirá cuando se rea-
liza la venta al usuario final; en ese momento se dará de baja el anticipo
a proveedores.
El activo (cuenta financiera a cobrar con el fabricante) se dará de baja
cuando el concesionario se quede con el coche o se produzca la venta al
usuario final.
c) Valoración
El ingreso por comisión se valorará por el valor razonable de la contra-
prestación recibida o pendiente de recibir. En el caso existe un rappel por
volumen de ventas que determina que, a partir de determinado volumen,
se incremente la comisión unitaria por vehículo, regularizándose las co-
misiones abonadas anteriormente.
111
Hasta que no se produzca la venta del décimo coche, la entidad no con-
trola el derecho a una comisión superior, por lo que no existe dicho in-
cremento de activos hasta ese décimo vehículo.
El anticipo a proveedores por el valor razonable de la contraprestación
entregada.
d) Presentación
La cuenta financiera a cobrar se registrará en el activo corriente y los in-
gresos por comisión, cuando estén devengados, dentro de los ingresos
ordinarios en la cuenta de pérdidas y ganancias.
3. Conclusiones
La problemática contable de este caso está centrada en el reconocimiento de
los ingresos venta, comisión y la baja en las existencias de los coches.
Hemos concluido que el fabricante retiene los riesgos de los coches hasta
el momento de transmisión de estos a los usuarios finales o a los concesio-
narios. Por tanto, este registrará una obligación de enajenación en el pasivo
por el anticipo recibido del concesionario y no dará de baja los coches hasta
la transmisión definitiva de estos al usuario final o al concesionario (trans-
curridos los cuatro meses establecidos para la devolución de estos). En este
momento se registrará el ingreso ordinario por venta.
La obligación por prestación, aunque aparece de forma implícita en varias
normas internacionales, no está formalmente definida. El borrador de nor-
ma sobre ingresos de diciembre de 2008 (S17) propone definirlo como «una
promesa reflejada en un contrato de transferir un activo (como bienes o servicios) a
un cliente. El compromiso contractual puede ser explícito o implícito».
En este borrador (S25) se propone valorar inicialmente las obligaciones por
prestación al precio de la transacción, dado que entiende que ese es su valor
razonable. En el caso que nos ocupa, la política de cobro no debe determi-
nar el reconocimiento de ingresos, sino la correcta valoración de la obliga-
ción de prestación.
La forma de cobro responde a una estrategia de negocio, pero no determina
ni el proceso de ganancia ni la valoración correcta de las obligaciones –en
este caso de prestación– que surgen.
El ingreso normal del concesionario será por comisión, y éste se reconocerá
cuando la venta se formalice al usuario final.
112
4. Anexo. Asientos contables y cálculos complejos
4.1. Asientos contables del fabricante
a) Cuando recibe el anticipo del concesionario
113
14. Cuota anual para el uso y disfrute
de instalaciones de un gimnasio
y cuotas de acceso a otros servicios
María Alvarado Riquelme y Laura Muro Royano
115
derle la financiación, los estados financieros de la contabilidad del gimna-
sio. El único problema para los gestores es que la falta de crédito en la actual
crisis financiera le ha obligado a acudir a una entidad financiera extranjera,
que le pide esta información de acuerdo a NIIF.
En el supuesto de que el cierre de ejercicio de la contabilidad del gimnasio
sea el 31 de diciembre:
- ¿Cómo debe reflejar la cuota de inscripción de 400 euros?
- ¿Cómo deben reflejar los gestores la cuota anual de 600 euros?
- ¿Cómo debe reflejar el uso de las instalaciones de piscina?
2. Fundamentación
El caso presenta tres operaciones que deben ser analizadas independiente-
mente: la cuota anual de pertenencia, la cuota de inscripción y la cuota por
uso de la piscina.
Analizaremos por separado las operaciones:
116
los meses de abril a junio, dado que por la experiencia de la gerencia en un
95% de los casos los abonados que dejan el gimnasio en julio no regresan
de nuevo; (2) imputar los ingresos de forma lineal a lo largo de los 12 me-
ses que cubre la cuota anual; es decir, 1/12*600 € cada mes.
b) Reconocimiento y baja
El gimnasio, durante el periodo contratado, tendrá una obligación de
prestación cuyo valor irá decreciendo conforme se devengan los ingresos
que crecerán en la misma proporción, respetándose no sólo el registro de
la obligación de prestación, sino también la correlación entre los ingre-
sos y los gastos relacionados.
La cancelación de esa obligación habrá requerido el consumo de activos,
reconocidos como gastos, y aflorará el margen del servicio.
La circunstancia de que el cliente no se prevea que acuda al gimnasio no
implica que haya desaparecido la obligación, por muy improbable que
sea, dado que la entidad debe tener el gimnasio en funcionamiento para
prestar el servicio. La entidad cumple su obligación de servicio ofreciendo
la posibilidad de utilizar las instalaciones y, por tanto, el pasivo existe du-
rante todo el periodo que cubre la cuota anual, por lo que no cabría, bajo
una estimación razonable y muy segura, plantear un reconocimiento an-
ticipado de la baja del pasivo y el simultáneo reconocimiento del ingreso.
c) Valoración
El valor del pasivo será el importe de la cuota anual e irá decreciendo
conforme se generan los ingresos relacionados con el servicio a lo largo
de la vida del contrato, es decir, se devengarán de forma lineal. Como
117
hemos apuntado anteriormente, no cabe la posibilidad de un reconoci-
miento concentrado en el periodo que previsiblemente el cliente usará
las instalaciones, pues no es el uso del cliente, sino la disponibilidad de
las instalaciones y servicios para este lo que determina el pasivo. El pasi-
vo por prestación podrá valorarse inicialmente por el valor de la contra-
prestación recibida –en este caso, los 600 € recibidos– y posteriormente
por el valor del servicio pendiente de prestar. A su vez, el ingreso se va-
lorará como proporción lineal de dicho valor nominal a lo largo de los
doce meses de duración del contrato.
d) Presentación
118
En caso de ser equivalente, la cuota de inscripción es un incremento de ac-
tivos sin el consecuente incremento de pasivos y, por lo tanto, un ingreso.
Por el contrario, si la cuota anual es notablemente inferior al valor ra-
zonable de la obligación de prestación, parte del importe de la cuota
de inscripción genera una obligación de prestación y el remanente sería
ingreso.
Finalmente, si la cuota anual fuese notablemente superior al valor razo-
nable de la obligación de prestación, no se reconocería un ingreso de ma-
nera anticipada, correspondiente a años posteriores, dado que el cliente
puede dejar el gimnasio y la entidad no controlaría el derecho de cobro
que sería preciso reconocer.
b) Reconocimiento y baja
En el momento en que el cliente se adhiere se reconoce el ingreso que se
haya generado, así como la obligación de prestación; esto sucede cuando
el valor razonable de la obligación de prestación es superior a la cuota
de inscripción.
La obligación de prestación se cancelaría en el periodo medio estimado
de permanencia en el gimnasio.
c) Valoración
El importe del ingreso será la diferencia entre el importe recibido y la
obligación de prestación surgida, si hubiese aparecido.
La obligación de prestación se reconocerá inicialmente teniendo presen-
te el periodo medio de permanencia en el gimnasio y la parte que no va
a ser cobrada a través de cuotas anuales. Posteriormente se distribuye en
el periodo medio de permanencia del cliente en el gimnasio.
d) Presentación
El pasivo se presentará como no corriente y los ingresos dentro de la cifra
anual de negocios.
119
b) Valoración de los elementos
c) Presentación
3. Conclusiones
La problemática aparente de este caso está centrada en el reconocimiento
de los ingresos por la cuota anual del gimnasio y la cuota de inscripción. La
cuestión a resolver es qué parte del precio se ha devengado en el momento
inicial y cuál hay que diferir, pues se relaciona con la obligación de presta-
ción asociada al contrato.
La cuota anual de 600 € cubre el uso de las instalaciones, por lo que no exis-
ten ingresos adicionales por dicho uso.
Una vez más, debemos verificar que se cumplen todas las condiciones fija-
das en el párrafo 20 de la NIC 18:
120
(a) «la cuantía del ingreso puede ser valorada con suficiente fiabilidad;
(b) es probable que la entidad obtenga los beneficios económicos derivados
de la transacción;
(c) el grado de realización de la transacción, en la fecha del balance, pueda
ser valorado con fiabilidad; y
(d) los costes ya incurridos en la prestación, así como los que quedan por
incurrir hasta completarla, puedan ser valorados con fiabilidad».
En este caso, por tanto, deberán reconocerse a lo largo de los 12 meses y al
final del ejercicio se habría devengado 9/12 de los 600 €. Por tanto, a fecha
de cierre, el importe de los ingresos y la obligación pendiente de prestación
ascendería a:
121
4.3. Asientos contables por los ingresos de acceso a la piscina
Dado que se cumplen todas las condiciones fijadas en el párrafo 20 de la
NIC 18, cada día que el cliente disfrute del servicio, el gimnasio devengará
5 €:
122
15. Concesiones de servicios públicos
Beatriz García Osma, Ana Gisbert Clemente, Kurt Achiel Desender
y Juan Manuel García Lara
123
construcción, financiación y explotación de la infraestructura a través de un
derecho incondicional que le da acceso a recibir una cantidad de efectivo di-
rectamente del órgano concedente, el tratamiento contable de la concesión
se enmarca en el modelo de ACTIVO FINANCIERO propuesto por la IFRIC
12. Si, por el contrario, la empresa concesionaria recibe a cambio de sus
servicios de construcción, financiación y explotación de la infraestructura
una licencia que le permite cargar a los usuarios una tasa por el uso de la
infraestructura, el tratamiento contable está enmarcado en el modelo que
implica el reconocimiento de un ACTIVO INTANGIBLE.
En este caso concreto, se presume que la concesión obtenida puede enmar-
carse en el modelo de ACTIVO INTANGIBLE propuesto por la IFRIC 12, y
que, si bien no queda indicado en el enunciado, se presume que la empresa
cobrará por la explotación de la infraestructura una tasa a los usuarios por el
amarre de los barcos en las instalaciones portuarias.
Asimismo, es importante poner de manifiesto que la empresa concesiona-
ria no reconocerá la infraestructura objeto de concesión –el puerto– como
parte de sus activos materiales. La IFRIC 12 considera que en un acuerdo de
concesión, la empresa concesionaria no controla el uso de la infraestructura
(IFRIC 12, párr. 11), ya que es el organismo concedente quien regula y, en
definitiva, controla las condiciones del servicio prestado con la infraestruc-
tura objeto del contrato. Además, en algunos casos, al final del contrato de
concesión, la propiedad de la infraestructura pasa a manos del órgano con-
cedente, que tiene un interés residual sobre la misma. Por lo tanto, la em-
presa concesionaria es considerada por la IFRIC 12 (párr. 12) como un pro-
veedor de servicios de construcción, mejora, mantenimiento y explotación
de la infraestructura durante el plazo de tiempo estipulado en el contrato.
2. Fundamentación
De acuerdo al contenido de la IFRIC 12, y siguiendo el modelo de ACTIVO
INTANGIBLE, durante el periodo de construcción de la infraestructura la
empresa reconocerá el activo (intangible), así como los ingresos proceden-
tes de la fase de construcción.
¿Por qué valor se reconoce la infraestructura, así como los ingresos por la
prestación de este servicio de construcción? Según la IFRIC 12, durante la
fase de construcción la empresa reconocerá ingresos por el valor razonable
del servicio prestado. Este valor razonable podrá estimarse utilizando como
124
referencia el propio valor razonable de la contraprestación que se recibirá
a cambio de la prestación del servicio y que en el contexto del modelo de
reconocimiento de la concesión de «activo intangible», podrá estimarse a
través de los costes totales estimados de construcción más un margen de
beneficios (párr. 11 del anexo 1 de la NIC 18).
Una vez finalizado el reconocimiento del activo intangible (puerto náuti-
co), este quedará sujeto al contenido de la NIC 38 y, por lo tanto, deberá
amortizarse a lo largo de su vida útil, que no podrá superar el periodo de
duración del contrato (salvo por las excepciones recogidas en la IFRIC 12).
En el momento en el que la empresa obtiene la segunda concesión, relativa
a la ampliación del puerto, la empresa tiene reconocido en su balance un
activo intangible relacionado con la primera concesión, amortizado hasta
el momento por la parte correspondiente a los cinco primeros años de ex-
plotación.
La nueva concesión asociada a la ampliación del puerto implica, al igual
que en el caso anterior, el reconocimiento de un ingreso por la prestación
de los servicios de construcción, así como un nuevo activo intangible por la
mejora en la infraestructura. Tal y como se ha expuesto con anterioridad, el
ingreso deberá reconocerse de acuerdo a la NIC 11, en función del porcen-
taje de realización de la infraestructura, por el valor razonable del servicio
prestado que podrá estimarse, como ya se ha anticipado, a través de los cos-
tes totales estimados de construcción más un margen de beneficios.
Asimismo, en relación al tratamiento del coste de derrumbamiento del di-
que y la casa club, es necesario acudir a lo dispuesto en la NIC 11 (párr.
16-21) relativo a los costes del contrato. De acuerdo al contenido de este pá-
rrafo, y siguiendo también las directrices de la NIC 16 (párr. 15-22), el coste
de demolición puede calificarse como «coste de preparación del emplazamiento
físico» y, por lo tanto, un coste directo de construcción asociado al contrato
de ampliación de la infraestructura.
En cuanto a la antigua infraestructura demolida, su valor en libros debe darse
de baja siguiendo las indicaciones de la NIC 36 y no puede activarse como
parte del valor de la nueva infraestructura. En definitiva, se trata de una pér-
dida de valor del activo, ya que este ha sido demolido y, por lo tanto, ha per-
dido su capacidad de generación de beneficios. Tanto el club como el dique
han sido sustituidos por una nueva infraestructura y es el coste de construc-
ción de esta lo que debe reconocerse como parte de la nueva concesión.
125
3. Conclusiones
La problemática de este caso se centra en el análisis del tratamiento de una
ampliación de la infraestructura asociada a una concesión administrativa y,
más concretamente, al tratamiento de los costes de demolición y del valor
neto contable de la infraestructura demolida.
La resolución del caso gira en torno al contenido de la IFRIC 12, así como
a la NIC 16. La IFRIC 12 permite clasificar el tipo de concesión en el mo-
delo de activo intangible, mientras que la NIC 16 deja claro que los costes
de demolición pueden considerarse como parte del «coste de preparación del
emplazamiento físico» y, por lo tanto, un coste directo de construcción aso-
ciado al contrato de ampliación de la infraestructura. Este mismo criterio
no es aplicable al valor neto contable de la infraestructura demolida, que
al quedar demolida, debe darse de baja del valor del activo intangible que
representa la concesión de explotación del puerto náutico.
Año 1
5.500.000 Activos intangibles – a Prestaciones de servicios 5.500.000
concesiones (ANC) (Ing. Explotación)
Año 2
5.500.000 Activos intangibles – a Prestaciones de servicios 5.500.000
concesiones (ANC) (Ing. Explotación)
126
Por la amortización anual del activo intangible
550.000 Amortización Activos a Activos intangibles – 550.000
intangibles – concesiones concesiones (ANC)
(ANC)
Por el reconocimiento de los ingresos derivados de la explotación
800.000 Bancos/clientes a Prestaciones de servicios 800.000
(Ing. Explotación)
Año 1
3.300.000 Activos intangibles – a Prestaciones de servicios 3.300.000
concesiones (ANC) (Ing. Explotación)
Año 2
3.300.000 Activos intangibles – a Prestaciones de servicios 3.300.000
concesiones (ANC) (Ing. Explotación)
127
Índice de autores
D I RECTO RES
A U TO RES
Alvarado Riquelme, María. Universidad Rey Juan Carlos, Madrid .................................................. 61, 107, 115
García Domonte, Aurora. Universidad Pontificia de Comillas (ICADE), Madrid ...................................... 53, 67
García Lara, Juan Manuel. Universidad Carlos III, Madrid ..............................................................................39, 123
Márquez Vigil, Javier. Universidad Pontificia de Comillas (ICADE), Madrid .............................................. 53, 67
Muro Royano, Laura. Saint Louis University, Madrid .............................................................................. 61, 107, 115
Rúa Alonso de Corrales, Enrique. Universidad San Pablo CEU, Madrid ..................................................... 33, 67
Sosa Álvarez, Francisco Javier. Colegio Universitario de Estudios Financieros (CUNEF), Madrid...........33
129
Investigación
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9 788415 467908
años
Edita:
1979 2014
aeca
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y Administración de Empresas
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