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Introducción:
La Iglesia trata de iluminar la realidad con la luz del mensaje evangélico; ante los
problemas sociales señ ala los medios eficaces para solucionarlos.
La Iglesia estudia la realidad y prepara la acció n dando orientaciones a
través de la actividad de sus miembros (laicos, religiosos, sacerdotes, obispos) y con
declaraciones oficiales.
Problemas de la iglesia:
Definiciones:
La DSI es una propuesta que trata de iluminar y conciliar las relaciones entre los
derechos de cada hombre y las exigencias sociales, para que la persona alcance sus
aspiraciones má s profundas y su realizació n integral.
- Magisterio: Poder de enseñ ar confiado por Jesú s a los apó stoles y a sus
sucesores: Papa y Obispos.
- Dogma: Doctrina que la Iglesia enseñ a como verdad revelada por Dios, y que los
cristianos deben creer.
Comienzos de la DSI:
La DSI comenzó como tal en el siglo XIX con la publicació n de la encíclica “Rerum
novarum” del Papa Leó n XIII en 1891; así surge una enseñ anza ordenada y específica
para los problemas sociales.
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La iglesia entiende que hay cuatro bloques geoculturales. Oleadas evangelizadoras:
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- Consideraba actos inmorales a los fusilamientos indiscriminados y a la
tortura.
- Apoya una distribució n má s justa de los bienes y defiende el derecho a la
propiedad privada, tanto de los bienes de consumo como de los medios de
producció n.
Pablo VI: Pontificado 1963-1978. Contexto histó rico: Momento atravesado por
cinco guerras internacionales. Buscó acercamiento con otras iglesias cristianas y
llamó a construir la Civilizació n del Amor.
- Líneas de acció n: Asistencia a los débiles mediante la creació n de un
fondo mundial. Incentiva así, a recibir a los inmigrantes y a invertir en los
países subdesarrollados.
- Encíclica “Humanae vitae”: Define favorable a la paternidad responsable,
pero rechaza la anticoncepció n, la esterilizació n y el aborto.
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- Describe la situació n social internacional donde existía un abismo entre
los
países desarrollados y subdesarrollados, el cual se agrandaba. Los DDHH
fueron reprimidos, había diferencias cada vez má s hondas entre pobres y
ricos.
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UNIDAD 2: LA NATURALEZA DE LA ENSEÑANZA SOCIAL DE LA IGLESIA
Recopilando…
La DSI es un conjunto de enseñanzas que da la iglesia como institución, (basada
en el evangelio) acerca de la realidad social de cada época.
La doctrina tiene un método: VER - JUZGAR- ACTUAR. Ver una realidad donde cada uno
lo ve segú n su subjetivismo. La sociedad es un concepto diná mico por lo que las
relaciones sociales está n cambiando constantemente. La dignidad de la persona HOY es
distinta que hace 30 añ os atrá s. Dignificar significa desestructurar al otro.
Por estos principios la Iglesia coloca al hombre como centro de las instituciones y
esfuerzos sociales.
El principio personal:
El hombre-persona es el ú nico principio vá lido contra todas las manipulaciones posibles
de la ciencia y de la técnica.
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La dimensión social del hombre:
La sociedad humana es objeto de la Doctrina social de la Iglesia que promueve tanto la
imagen de la dignidad propia de la persona, como su destinació n esencial a la sociedad.
La Iglesia cató lica fue fundada por Jesucristo y le confió una doble misió n, la de
engendrar hijos para sí y la de educarlos y dirigirlos. La iglesia se preocupa también de
las necesidades que la vida diaria plantea a los hombres a lo largo de las diferentes
épocas. Al realizar esta misió n, la Iglesia cumple el mandato de su Fundador, Cristo,
quien, si bien atendió principalmente a la salvació n eterna del hombre, demostró que se
preocupaba también de las necesidades materiales de los pueblos.
4. La misión de la iglesia:
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5. El mensaje social de la Iglesia:
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convierte en un sistema rígido sino en un Magisterio en condiciones de abrirse a las
cosas nuevas.
El Magisterio es la autoridad que Cristo ha conferido a los Apó stoles y a sus sucesores:
el Papa y los Obispos en comunió n con él.
En la doctrina social de la Iglesia se pone en acto el Magisterio en todos sus
componentes y expresiones. En primer lugar, el Magisterio universal del Papa y del
Concilio: determina la direcció n y señ ala el desarrollo de la doctrina social. É ste, a su
vez, está integrado por el Magisterio episcopal, que traduce y actualiza la enseñ anza en
los aspectos concretos y peculiares de las mú ltiples y diversas situaciones locales.
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UNIDAD 3: LA DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA.
Cuando Juan XXIII convoca al Concilio Vaticano II pone como objetivo: lograr que la
Iglesia se capacite cada vez má s para solucionar los problemas del hombre
contemporá neo. De esta forma ubica al Concilio en ese gran esfuerzo de la Iglesia
por reevangelizar el mundo surgido de la crisis. En el siglo XX ya no existe
solamente una crisis entre la relació n de la Iglesia y el mundo, sino del hombre
mismo.
Documento (1965). Contenidos:
Estudio preliminar de cará cter socioló gico.
Tratado de antropología cristiana
Varios desarrollos de filosofía social cristiana.
Comienza a formular un nuevo sendero en la bú squeda de la misió n de la Iglesia en el
mundo.
Por haber sido creados a imagen y semejanza de Dios, el hombre tiene dignidad de
persona; no es algo sino alguien que puede conocerse, poseerse, darse libertad y
entrar en comunió n con otras personar y con Dios. Es la ú nica criatura en la tierra a
la que Dios ha amado por sí misma.
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El pecado:
Concepto: Falta contra la razó n, la verdad y la conciencia recta. Hiere la naturaleza del
hombre y atenta contra la solidaridad humana.
El hombre desde sus orígenes tiene la posibilidad de vivir la gracia de Dios como un
camino de paz y felicidad, pero cuando esto no sucede logra en el pecado alterar el
orden querido por Dios: Altera su orden interior, el orden de la sociedad y el orden de la
naturaleza.
La conciencia es el nú cleo má s secreto del hombre donde está a solas con Dios,
cuya voz resuena en lo má s íntimo. Esta voz distingue el bien del mal. El hombre
en su conciencia descubre una ley que debe obedecer.
3) Grandeza de la libertad:
Por su condició n de ser libre el hombre nace con dignidad. Ser libre es el poder,
radicado en la razó n y en la voluntad, de obrar o no obrar, de hacer esto o
aquello, de ejecutar por sí mismo acciones deliberadas. Alcanza su perfecció n
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cuando está orientada a Dios, nuestra bienaventuranza. La libertad la tenemos
para buscar el bien y requiere la ayuda de la gracia divina. En la medida en que el
hombre hace má s el bien, se va haciendo también má s libre. Ser libres nos
permite actuar sobre 3 planos inseparables:
- La relació n con el mundo, como señ or: sometido al mundo material
mediante el trabajo, la ciencia y la técnica.
- La relació n con las personas, como hermanos: vinculá ndonos con el amor
fraterno.
- La relació n con Dios, como hijo: donde se realiza plenamente nuestra
dignidad, frente al misterio de Dios que nos llama pero nos da la libertad
para rechazarlo.
El misterio de la muerte:
Enigma = la muerte.
El hombre detesta y rechaza la hipó tesis de una total ruina y de una definitiva
desaparició n de su personalidad.
Porque la prolongació n de vida desde el punto de vista bioló gico no puede satisfacer esa
hambre de vida ulterior que lleva en el corazó n.
La Iglesia dice que el hombre fue creado para un destino feliz, que sobrepasa las
fronteras de la vida terrestre. La muerte corporal terminará siendo vencida cuando al
hombre le restituye a su Salvador la salvació n que había perdido por su culpa.
La dignidad tiene una doble cara: la mía y la del otro. ¿Có mo unimos estos dos nexos?
Dignidad es entender que me respeten y respetar al otro entendiendo como
comunicarme. Respetar la dignidad del otro es entender que el disenso es natural.
La dignidad no es sentirse inferior y superior, ni que nadie te haga sentir así. La
dignidad es un concepto y una construcció n de vida.
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VISIONES:
Liberal: La felicidad se basa en los logros econó micos alcanzados aun a costa del
sufrimiento de otros hombres. La dignidad consiste en la eficacia econó mica. Hay
una visió n individualista del hombre: se privilegia la libertad individual
postergando las exigencias de la justicia social, y las prá cticas religiosas enfatizan
la salvació n individual.
Otras: Fatalista (el ídolo es la magia, fantasía), Pansexualista (el ídolo es el sexo),
Economicista (es el dinero), Colectivista-estatista (es el Estado y el abuso del
poder) y Cientifista (es la ciencia y la técnica).
DERECHOS HUMANOS:
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Es aquello que la persona tiene por el simple hecho de ser persona, y tener dignidad.
Características:
Clasificación:
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Derechos referentes a la cultura y a la educació n: como el derecho al debido
respeto a su persona, a la libertad, a la buena reputació n, a la participar de los
bienes de la cultura, a una instrucció n elemental, etc.
Derecho de honrar a Dios: a honrarlo segú n su propia conciencia, a seguir la
vocació n al sacerdocio o a la vida religiosa, etc.
Derechos relacionados con la familia: a crear una familia, a mantener y educar a
los hijos, etc.
Derechos econó micos y sociales: a la libre iniciativa en el campo econó mico, al
trabajo, a la propiedad privada, etc.
Derecho a la libertad de movimiento: de trasladarse y fijar su residencia en el
país, de emigrar a otros países, etc.
Derechos políticos: a formar parte activa en la vida política, a la defensa legal de
los propios derechos, etc.
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UNIDAD 4: LA FAMILIA.
Problemas de la actualidad:
La familia:
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- Indisoluble: Pero hay excepciones. La Iglesia al tener su propia legislació n,
puede anular un matrimonio. Ej.: casamiento porque la mujer estaba
embarazada, tiene una doble relació n.
- Filiación: Apertura a la vida. Aprender a ser hijo, padre, madre, etc.
La misión de la familia:
- Ley del aborto: La vida humana debe ser respetada y protegida de manera
absoluta desde su concepció n ya que desde un primer momento ese ser humano
tiene derechos. El aborto es una falta grave que se sanciona con una pena
canó nica de excomunió n.
- Eutanasia: Acto de provocar intencionadamente la muerte de una persona que
padece una enfermedad incurable para evitar que sufra. Es una grave ofensa a
Dios ya que no es lícito matar a un paciente aun cuando este le pida, ni tampoco
la facultad de decidir o provocar la muerte ya que toda vida merece ser vivida sin
poner fin aun en estado de enfermedad o moribundo.
- Encaminamiento terapéutico: La iglesia considera la interrupció n del
tratamiento médico, cuando se prolonga el tiempo de vida (con morfina) y no la
calidad de vida.
Dignidad de la mujer:
Igual dignidad entre varó n y mujer, lo que hace que tenga un rol social tan importante
como el del varó n con un reconocimiento expreso.
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UNIDAD 5: EL HOMBRE Y LA CULTURA.
Para la DSI la cultura es el resultado del esfuerzo creativo de cada uno de los hombres
en su lucha por perfeccionarse material y espiritualmente. La cultura así entendida
abarca la totalidad de la vida de un pueblo, teniendo en cuenta los valores que lo animan
como los desvalores que lo debilitan.
La cultura ademá s comprende aquellas formas mediante las cuales los valores y
desvalores se expresan y configuran, es decir, las costumbres, la lengua, las instituciones
y las estructuras de convivencia social.
No existe una ú nica cultura sino que existe una gran pluralidad y cada una está
influenciada por la historia del grupo social que la género y la recrea constantemente.
Cada una tiene rasgos y características que la hacen ú nica, original y orgá nica.
Cultura y nación:
Cultura y fe:
El concilio Vaticano II (Gaudium et spes) afirmó que hay innumerables relaciones entre
fe y cultura ¿Es lo mismo anunciarle el evangelio a una comunidad o a otra? No, ni una
es mejor que otra, pero para entablar una conversació n hay que entender de qué y con
quién estoy hablando, para que se entienda el mensaje.
La Iglesia puede entrar en contacto con diferentes culturas lo que lleva a un
enriquecimiento mutuo.
La fe cruza la cultura de un pueblo, ya sea que la ejerza o que no represente nada para la
persona. Por eso decimos que toda actividad humana tiene lugar dentro de la cultura por
eso se requiere participació n directa de todo hombre.
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Es fundamental la contribució n decisiva de la Iglesia en favor de la verdadera cultura,
predicando la verdad sobre la creació n del mundo.
La inculturació n es un proceso que tiene como fin encarnar la fuerza del mensaje
evangélico en el corazó n de cada cultura. Para que esto sea posible es necesario: que los
evangelizadores conozcan con la mayor profundidad posible, los componentes
esenciales
de las culturas donde llevan a cabo su labor; aprenden sus expresiones má s
significativas
y respeten sus valores y riquezas.
Juan Pablo II manifestó que había llegado el momento de suscitar una reflexió n en
profundidad acerca de los problemas fundamentales de la cultura en el mundo
contemporá neo…¿El hombre es el eje o el fin? o ¿En esta cultura lo importante es el ser
a partir de tener, o conseguir distintas cosas?
Ante las diferentes culturas, el desafío de la DSI es promover y transmitir una cultura
viva (porque la cultura de un pueblo nunca deja de desarrollarse, nunca se detiene sino
que siempre está en movimiento) capaz de favorecer la comunicació n y la fraternidad
entre los diferentes grupos y pueblos.
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UNIDAD 6: EL HOMBRE Y EL DESARROLLO.
La D.S.I. en su versió n moderna nació con la encíclica Rerum Novarum del Papa Leó n
XIII. La R.N. fue el primer pronunciamiento de la iglesia frente al mundo moderno,
caracterizado por el progreso tecnoló gico, las producciones masivas, la acumulació n de
capital, la estrecha interrelació n internacional, etc.
El desarrollo no se reduce al simple crecimiento econó mico. Para ser auténtico, el
desarrollo ha de ser integral, es decir, debe promover a todos los hombres y a todo el
hombre.
A raíz de las gravísimas dificultades que atravesaban los países de América Latina y
Á frica en la lucha con los problemas del desarrollo, contra el hambre, la miseria, la
ignorancia y las enfermedades endémicas, el Papa Pablo VI en su encíclica Popularum
Progresio hace un llamado a todas las naciones para que promuevan el desarrollo de los
pueblos, su progreso, para que favorezcan la justicia social entre las naciones, ofrezcan a
los que se hallan menos desarrollados una ayuda tal que les permita proveerse a sí
mismos y procurar su propio progreso. La encíclica tiene entonces un claro mensaje: la
promoción del desarrollo.
El desarrollo integral del hombre se puede lograr si se procura llevar a cabo ciertas
transformaciones audaces profundamente innovadoras. Ese desarrollo integral del
hombre no puede darse sin el desarrollo solidario de la humanidad.
El Papa Juan Pablo en sus escritos encíclicos propone una reestructuració n y revisió n de
las estructuras econó micas y una nueva distribució n o divisió n del trabajo, cuyo
propó sito sea descubrir nuevos significados al trabajo humano. Se debe evitar al
má ximo el incremento en el desempleo especializado y la disminució n del crecimiento
del bienestar de los países, generando por lo tanto una notable mejoría en la situació n
de los pobres.
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El auténtico desarrollo humano:
La D.S.I. invita a revisar el concepto de desarrollo. Señ ala en forma explícita que el
desarrollo econó mico es só lo parte del desarrollo global de la humanidad, el cual
involucra otras dimensiones: Social, cultural, política y espiritual del ser humano.
El verdadero desarrollo, segú n las exigencias propias del ser humano, hombre o mujer,
niñ o, adulto o anciano, implica una viva conciencia del valor de los derechos de todos y
de cada uno, así como de la necesidad de respetar el derecho de cada uno a la utilizació n
plena de los beneficios ofrecidos por la ciencia y la técnica.
El capítulo V de la encíclica Sollicitudo rei socialis, se dedica a una lectura teoló gica de
los problemas modernos. Dice allí el Papa que, no só lo por razones econó micas y
políticas no se ha dado el desarrollo de los pueblos, sino que hay causas de orden moral,
es decir, que tienen que ver con la conducta.
“El desarrollo es el nuevo nombre de la paz.” La paz no es solo la acció n de justicia, sino
también la acció n del amor, que sobrepasa todo lo que la justicia pueda realizar. Esa paz,
entendida como acció n de la justicia y amor, tiene su fuente en la paz de Cristo, siendo
ademá s un bien humano y un bien divino. Combatir la miseria y luchar contra la
injusticia es promover la paz que es el mayor bienestar, el progreso humano y espiritual
de instauració n de un orden querido por Dios.
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