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UNIDAD 1: “LA RAZÓN DE SER DE LA DSI Y SU PERSPECTIVA HISTÓRICA.

Introducción:

La Iglesia trata de iluminar la realidad con la luz del mensaje evangélico; ante los
problemas sociales señ ala los medios eficaces para solucionarlos.
La Iglesia estudia la realidad y prepara la acció n dando orientaciones a
través de la actividad de sus miembros (laicos, religiosos, sacerdotes, obispos) y con
declaraciones oficiales.

Problemas de la iglesia:

Desinterés por parte de la sociedad debido al tradicionalismo de los sacerdotes que no


evoluciona a la par, parece quedarse solo con lo teoló gico y lo teó rico. Algunas personas
se sienten rechazadas por la Iglesia.

Definiciones:

La DSI es un conjunto de declaraciones oficiales del magisterio de la iglesia acerca de las


relaciones sociales.
- Doctrina: Conjunto de enseñ anzas.
- Social: Relació n entre los seres humanos.

La DSI es una propuesta que trata de iluminar y conciliar las relaciones entre los
derechos de cada hombre y las exigencias sociales, para que la persona alcance sus
aspiraciones má s profundas y su realizació n integral.

- Magisterio: Poder de enseñ ar confiado por Jesú s a los apó stoles y a sus
sucesores: Papa y Obispos.
- Dogma: Doctrina que la Iglesia enseñ a como verdad revelada por Dios, y que los
cristianos deben creer.

¿Es obligatorio aceptar lo que enseña la DSI?


Es una propuesta que ofrece principios de reflexió n, criterios de juicio y directrices de
acció n dirigida a quienes eligen seguir a Dios.

Comienzos de la DSI:

La DSI comenzó como tal en el siglo XIX con la publicació n de la encíclica “Rerum
novarum” del Papa Leó n XIII en 1891; así surge una enseñ anza ordenada y específica
para los problemas sociales.

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La iglesia entiende que hay cuatro bloques geoculturales. Oleadas evangelizadoras:

- Mundo grecorromano-helenístico por San Pablo: Con él surge el cristianismo. Dio


impulso a la evangelizació n. En sus viajes escribió cartas para los pueblos con el
propó sito de dar a conocer el mensaje cristiano.
- Europa como continente con la caída del Imperio Romano: Surgen los principales
teó logos, los má s estudiosos que dieron las bases para entender la religió n.
- Descubrimiento de América: Desde Europa venían a colonizar. Enseñ aban la
doctrina cató lica.
- Revolució n Industrial: Se veía la realidad de los obreros. Se sistematizó la DSI y
se buscaba acercar a la Iglesia a todas las personas.

Ambiente socio-cultural durante los papados:

 León XII: Pontificado 1878-1903. Contexto histó rico: La Iglesia veía al


liberalismo como un movimiento que luchaba contra ella. El Papa se enfrentó con
el problema de la Revolució n industrial la cual desencadenó explotació n de los
trabajadores y condiciones laborales pésimas. Encíclica “Rerum Novarum”,
puntos fundamentales:
- Alienta al proletariado a buscar la justicia.
- Critica las falsas soluciones del liberalismo econó mico y del socialismo.
- Pide a los cató licos comprometerse contra la injusticia social y contra el
odio de clases.
- Afirma que la economía debe estar al servicio del hombre, y no al revés.

 Pío XI: Pontificado 1922-1939. Su preocupació n se basaba en el Estado. É poca


marcada por dos Guerras Mundiales e ideologías tales como el comunismo y el
marxismo. Condenó la guerra y defendió los DDHH y la democracia.
- Criticaba la concepció n totalitarista del estado fascista. Decía que el
Estado es lo primero a reformar para terminar con el individualismo.
- Encíclica “Mit brennender Sorge” contra el nazismo y en defensa del
derecho natural de los hombres y las sociedades por encima del Estado.
- Estaba en contra del comunismo y del socialismo.

 Pío XII: Pontificado 1939-1958. Excomulgó al comunismo. Su enseñ anza social la


realizó por medio de radiomensajes y discursos.
- Denunció la concepció n totalitaria del Estado y reconocía los derechos
morales jurídicamente imprescindibles.
- Previo a la promulgació n de los derechos del hombre, Pío XII ya los había
sugerido para su declaració n universal.
- Decía que la guerra era producto de un desorden moral y del abandono de
la ley de Dios.

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- Consideraba actos inmorales a los fusilamientos indiscriminados y a la
tortura.
- Apoya una distribució n má s justa de los bienes y defiende el derecho a la
propiedad privada, tanto de los bienes de consumo como de los medios de
producció n.

 Juan XXIII: Pontificado 1958-1963. Fue el papa de transició n, quien alivió la


tensió n que venía extiendo entre la Iglesia y el comunismo. Puso en marcha el
programa de reformas má s importante desde el Concilio de Trento (1545-1563).
- Encíclica “Mater et Magistra”: Manifiesta gran apertura al mundo de la
técnica y las ciencias, a la socializació n y al reencuentro entre los
hombres.
- Encíclica “Pacem in terris”: Preocupació n por la paz.
- Concilio Vaticano II: Juan XXIII lo convoca para lograr que la Iglesia se
capacite cada vez má s para solucionar los problemas del hombre
contemporá neo.
- Proceso de Aggiornamento: Deseo de que la Iglesia cató lica saliese
actualizada del Concilio Vaticano II. Es fomentar la vida cristiana entre los
fieles, adaptar mejor las necesidades de nuestro tiempo a las instituciones
susceptibles de cambio, promover todo lo que pueda ayudar a la unió n de
todos los creyentes en Cristo, y fortalecer lo que puede contribuir para
llamar a todos al seno de la Iglesia .

 Pablo VI: Pontificado 1963-1978. Contexto histó rico: Momento atravesado por
cinco guerras internacionales. Buscó acercamiento con otras iglesias cristianas y
llamó a construir la Civilizació n del Amor.
- Líneas de acció n: Asistencia a los débiles mediante la creació n de un
fondo mundial. Incentiva así, a recibir a los inmigrantes y a invertir en los
países subdesarrollados.
- Encíclica “Humanae vitae”: Define favorable a la paternidad responsable,
pero rechaza la anticoncepció n, la esterilizació n y el aborto.

 Juan Pablo II: Pontificado 1978-2005. Renovó la vigencia de la DSI. Propone la


cuestió n social como el “problema del mundo” y pone acento en la prioridad del
trabajo sobre el capital.
- Prioridad del hombre sobre el producto y énfasis en los derechos del
trabajador. La huelga es legítima siempre que no sea usada en abuso ni en
contra del bien comú n.
- Rol social de la mujer: Ni exclusivamente esposa y madre, ni obligada a
trabajar fuera de casa. Habla del rol del padre, del machismo y de los
derechos de los niñ os y ancianos. Condena el anticoncepcionismo, la
esterilizació n y el aborto. “La familia es la célula primera y vital de la
sociedad”.

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- Describe la situació n social internacional donde existía un abismo entre
los
países desarrollados y subdesarrollados, el cual se agrandaba. Los DDHH
fueron reprimidos, había diferencias cada vez má s hondas entre pobres y
ricos.

 Benedicto XVI: Pontificado 2005-2013. Fue el primer papa en renunciar en má s


de 700 añ os debido a que ya no tenía má s la fortaleza física y mental para
afrontar las exigencias de su cargo.
- En su primer encíclica “Deus Caritas est” habla de la unidad del amor en la
creació n y en la historia de la salvació n, haciendo un aná lisis de los
significados de la palabra amor (entre el hombre y la mujer); por otro
lado hace una reflexió n sobre el ejercicio del amor por parte de la iglesia
como “comunidad de amor”, aquí señ ala que la caridad no es una
asistencia social, y que existe una relació n entre la caridad y la justicia.
- Promulgó el documento para luchar contra el blanqueo de dinero en las
instituciones financieras vaticanas, el primero decretado por un pontífice.

 Francisco: Pontificado 2013-actualidad. Dice que la Iglesia debe salir de sí e ir a


las periferias para dialogar, compartir y ayudar a los má s desfavorecidos de la
sociedad.
- Su encíclica “Evangelli Gaudium”, es un ejemplo de diá logo interreligioso
en donde llama a los “hermanos y hermanas mayores en la fe” a los
miembros de la comunidad judía debido a que expresa que todos
“viajamos por el mismo camino”. También expresa “si una persona es gay
y busca al Señ or y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?”.
Acá vemos que lo que importa es la persona. Se resalta la dignidad
humana y que nadie excepto Dios puede juzgarnos.
- En su Encíclica “Laudato sí” se centra en la ecología humana y la defensa
de la naturaleza y aboga en favor de las reformas energéticas. Ademá s
hace una dura crítica al consumismo. El eje central de su pontificado es
darle un mayor valor a la familia.

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UNIDAD 2: LA NATURALEZA DE LA ENSEÑANZA SOCIAL DE LA IGLESIA

Recopilando…
La DSI es un conjunto de enseñanzas que da la iglesia como institución, (basada
en el evangelio) acerca de la realidad social de cada época.

La doctrina tiene un método: VER - JUZGAR- ACTUAR. Ver una realidad donde cada uno
lo ve segú n su subjetivismo. La sociedad es un concepto diná mico por lo que las
relaciones sociales está n cambiando constantemente. La dignidad de la persona HOY es
distinta que hace 30 añ os atrá s. Dignificar significa desestructurar al otro.

1. El hombre es el camino de la iglesia visión cristiana del hombre:

El hombre se ilumina en Jesucristo, por esto la Iglesia reconoce en el hombre una


dignidad que radica en dos realidades bá sicas:
a) Es imagen de Dios: El hombre posee consciencia, inteligencia y voluntad, es decir,
no actuamos por instinto sino que podemos razonar. “Todo atropello a la dignidad del
hombre es un atropello a Dios mismo de quien es imagen.”
b) Es Hijo de Dios: La dignidad está en ser liberada por Cristo y elevada a la categoría
de Hijo de Dios.

Por estos principios la Iglesia coloca al hombre como centro de las instituciones y
esfuerzos sociales.

2. Finalidad e Inspiración de la Doctrina Social de la Iglesia Católica:

¿Qué es la doctrina social de la iglesia?


Citando a los obispos de puebla: “Conjunto de orientaciones doctrinales y criterios de
acció n que tienen su fuente en la Sagrada Escritura. Cuyo objeto primario es la dignidad
personal del hombre, imagen de Dios, y la tutela de sus derechos inalienables. Y siempre
con la finalidad de la promoció n y la liberació n integral de la persona humana en su
dimensió n terrenal y trascendente…”

Elementos esenciales de la doctrina social:


Una premisa de estos principios es la igualdad fundamental de los hombres creados a
imagen y semejanza de Dios con naturaleza, origen y destino igual. Cualquier que no
reconozca esta igualdad debe ser rechazado como contrario a la naturaleza y al designio
de Dios sobre la humanidad.

El principio personal:
El hombre-persona es el ú nico principio vá lido contra todas las manipulaciones posibles
de la ciencia y de la técnica.

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La dimensión social del hombre:
La sociedad humana es objeto de la Doctrina social de la Iglesia que promueve tanto la
imagen de la dignidad propia de la persona, como su destinació n esencial a la sociedad.

3. La iglesia como madre y maestra:

La Iglesia cató lica fue fundada por Jesucristo y le confió una doble misió n, la de
engendrar hijos para sí y la de educarlos y dirigirlos. La iglesia se preocupa también de
las necesidades que la vida diaria plantea a los hombres a lo largo de las diferentes
épocas. Al realizar esta misió n, la Iglesia cumple el mandato de su Fundador, Cristo,
quien, si bien atendió principalmente a la salvació n eterna del hombre, demostró que se
preocupaba también de las necesidades materiales de los pueblos.

4. La misión de la iglesia:

a) La iglesia, signo y salvaguardia de la trascendencia de la persona humana.


La Iglesia es signo e instrumento de la unió n íntima con Dios y de la unidad de
todo el género humano. Su misió n es:
 Anunciar y comunicar la salvació n realizada en Jesucristo, que É l llama Reino de
Dios
 Instaurar el reino en todos los pueblos, constituyendo en la tierra el principio de
ese reino.
 Corresponde a una finalidad de salvació n, que só lo en el siglo futuro podrá
alcanzar plenamente, por esto la Iglesia ofrece una contribució n mostrando al
hombre su vocació n integral y definitiva.

b) Iglesia, Reino de Dios y renovación de las relaciones sociales.


La transformació n de las relaciones sociales, segú n las exigencias del Reino de
Dios, se trata de una tarea confiada a la comunidad cristiana, que la debe
elaborar y realizar a través de la reflexió n y la praxis inspirada en el Evangelio.
Es el Espíritu del Señ or el que inspira soluciones nuevas. Jesucristo nos enseñ a
que la ley fundamental de la perfecció n humana, y, por tanto, de la
transformació n del mundo, es el mandamiento nuevo del amor.

c) Cielos nuevos y tierra nueva.


La promesa de Dios y la resurrecció n de Jesucristo promueven en los cristianos
la esperanza fundada que para todas las personas humanas está preparada una
morada nueva y eterna. Esta esperanza, en vez de debilitar, debe má s bien
estimular la solicitud en el trabajo relativo a la realidad presente.

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5. El mensaje social de la Iglesia:

a) Un conocimiento iluminado por la fe:


El objetivo principal de la DSI es interpretar examinando su conformidad o
diferencia con lo que el Evangelio enseñ a acerca del hombre y su vocació n
terrena para orientar la conducta cristiana.
La fe y la razó n constituyen las dos vías cognoscitivas de la doctrina social,
siendo dos las fuentes de las que se nutre: la Revelació n y la naturaleza humana.
La doctrina social es un conocimiento iluminado por la fe, que expresa una
mayor capacidad de entendimiento.

b) Un diálogo cordial con todos los saberes:


La doctrina social de la Iglesia entra en diá logo con las diversas disciplinas que se
ocupan del hombre. Gracias a éstas, la Iglesia puede comprender de forma má s
precisa al hombre en la sociedad.

c) Hacia una sociedad reconciliada en la justicia y en el amor:


La doctrina social realiza una tarea de:
- Anuncio: de una visió n global del hombre y de la humanidad en el nivel
teó rico y prá ctico.
- Denuncia: en presencia del pecado de injusticia y violencia que afecta la
sociedad.

La finalidad de la doctrina social es de orden:


- Religioso: porque la misió n evangelizadora de la Iglesia alcanza al hombre
en su ser personal y a la vez en su ser comunitario y social.
- Moral: porque la Iglesia mira a la liberació n de todo lo que oprime al
hombre y al desarrollo integral de todos los hombres.

d) Un mensaje para los hijos de la iglesia y para la humanidad:


La primera destinataria de la doctrina social es la comunidad eclesial. La doctrina
social implica también responsabilidades relativas a la sociedad: obligaciones
políticas, econó micas, administrativas, que pertenecen a los fieles laicos, quienes
mediante estas responsabilidades ponen en prá ctica la enseñ anza social y
cumplen la misió n secular de la Iglesia.

6. Dinámica interna de la Doctrina Social Católica:

La doctrina social de la Iglesia se caracteriza por la continuidad y por la renovació n.


En este nú cleo permanente, la doctrina social de la Iglesia recorre la historia sin sufrir
sus condicionamientos, ni correr el riesgo de la disolució n.
Por otra parte, en su constante atenció n a la historia, la doctrina social de la Iglesia
manifiesta una capacidad de renovació n continua. La firmeza en los principios no la

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convierte en un sistema rígido sino en un Magisterio en condiciones de abrirse a las
cosas nuevas.

7. Evangelización y enseñanza social de la Iglesia:

a) La iglesia, morada de Dios con los hombres:


La Iglesia es entre los hombres el lugar de encuentro con Dios de modo que no
esté solo y encuentre apoyo en el amor redentor de Cristo.

b) Fecundar y fermentar la sociedad con el Evangelio:


La Iglesia se hace cargo del anuncio que el Señ or le ha confiado, y anunciando el
Evangelio enseñ a al hombre, en nombre de Cristo, su dignidad propia y su
vocació n a la comunió n de las personas. Evangelizar en el á mbito social significa
infundir en el corazó n de los hombres la carga de significado y de liberació n del
Evangelio.

c) Doctrina social, evangelización y promoción humana:


La doctrina social se desarrolla en el encuentro siempre renovado entre el
mensaje evangélico y la historia humana. Por ello, para la Iglesia enseñ ar y
difundir la doctrina social pertenece a su misió n evangelizadora y forma parte
esencial del mensaje cristiano.

d) Derecho y deber de la Iglesia:


Con su doctrina social la Iglesia se propone ayudar al hombre en el camino de la
salvació n, no existen otras finalidades Esta misió n configura el derecho y el
deber de la Iglesia a elaborar una doctrina social propia y a renovar con ella la
sociedad y sus estructuras.

8. Magisterio: Universal, regional, nacional y local:

El Magisterio es la autoridad que Cristo ha conferido a los Apó stoles y a sus sucesores:
el Papa y los Obispos en comunió n con él.
En la doctrina social de la Iglesia se pone en acto el Magisterio en todos sus
componentes y expresiones. En primer lugar, el Magisterio universal del Papa y del
Concilio: determina la direcció n y señ ala el desarrollo de la doctrina social. É ste, a su
vez, está integrado por el Magisterio episcopal, que traduce y actualiza la enseñ anza en
los aspectos concretos y peculiares de las mú ltiples y diversas situaciones locales.

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UNIDAD 3: LA DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA.

VISIÓN DE LA “GAUDIUM ET SPES”:

Cuando Juan XXIII convoca al Concilio Vaticano II pone como objetivo: lograr que la
Iglesia se capacite cada vez má s para solucionar los problemas del hombre
contemporá neo. De esta forma ubica al Concilio en ese gran esfuerzo de la Iglesia
por reevangelizar el mundo surgido de la crisis. En el siglo XX ya no existe
solamente una crisis entre la relació n de la Iglesia y el mundo, sino del hombre
mismo.
Documento (1965). Contenidos:
 Estudio preliminar de cará cter socioló gico.
 Tratado de antropología cristiana
 Varios desarrollos de filosofía social cristiana.
Comienza a formular un nuevo sendero en la bú squeda de la misió n de la Iglesia en el
mundo.

El hombre imagen de Dios:

Por haber sido creados a imagen y semejanza de Dios, el hombre tiene dignidad de
persona; no es algo sino alguien que puede conocerse, poseerse, darse libertad y
entrar en comunió n con otras personar y con Dios. Es la ú nica criatura en la tierra a
la que Dios ha amado por sí misma.

El hombre ha sido creado como:


 Un ser a imagen de Dios: provisto de inteligencia, conciencia y libertad. Todo
hombre vale porque es hombre, jamá s puede ser tratado como una cosa o
utilizado como un objeto.
 Un ser ú nico e irrepetible: cada hombre es creació n ú nica de Dios
 Un ser social llamado a un destino trascendente: Dios siempre nos llama a
construir unidad entre nosotros y con É l. Dios creó al hombre y a la mujer =
primera forma de una comunidad de personas.
 Un ser con cuerpo y alma: al ser una unidad de cuerpo y alma, el hombre es ú nico
en la creació n y superior a la naturaleza.
 Un ser con inteligencia y sabiduría: para descubrir el sentido de la vida debe
poner en juego su inteligencia. Por ella consigue dominar y colocar a su servicio a
la naturaleza, y por medio de la sabiduría puede humanizar los nuevos
descubrimientos, evitando que se vuelvan en su contra.
 Un ser con conciencia moral: Dios ha escrito su ley de amor en el corazó n.
 Un ser libre: Dios nos da este don para que, actuando libremente, alcancemos la
felicidad eterna. Nadie puede limitar má s allá de la propia persona.

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El pecado:

Concepto: Falta contra la razó n, la verdad y la conciencia recta. Hiere la naturaleza del
hombre y atenta contra la solidaridad humana.

Pecado original: Es la desobediencia a Dios, la soberbia de querer ser como É l, querer


ser autosuficiente frente a É l y rechazar la situació n de gracia. La desobediencia de uno
afectó a todo el género humano. Estamos todos implicados en el pecado de Adam pero
también estamos llamados a la redenció n en Cristo. Es un ESTADO, no un ACTO; es
CONTRAÍDO, no COMETIDO.

El hombre desde sus orígenes tiene la posibilidad de vivir la gracia de Dios como un
camino de paz y felicidad, pero cuando esto no sucede logra en el pecado alterar el
orden querido por Dios: Altera su orden interior, el orden de la sociedad y el orden de la
naturaleza.

Constitución del hombre:

La persona humana es un ser espiritual y corporal a la vez. En su totalidad el hombre es


querido por Dios. El hombre está obligado a considerar su cuerpo como bueno y digno
de honor, ya que ha sido creado por Dios. Cuando reconoce en sí mismo la presencia de
un alma espiritual e inmortal toca una verdad profunda.

1) Dignidad de la inteligencia: Verdad y Sabiduría:

El hombre tiene razó n en creerse, por su inteligencia, superior al universo de las


cosas. Siempre supo buscar una verdad má s profunda, ya que su inteligencia es
capaz de alcanzar con certeza la realidad inteligible. La naturaleza intelectual del
hombre se perfecciona con la sabiduría, que atrae a la mente humana hacia la
bú squeda de la verdad y del bien. Por ella el hombre trasciende de lo visible a lo
invisible.

2) Dignidad de la conciencia moral:

La conciencia es el nú cleo má s secreto del hombre donde está a solas con Dios,
cuya voz resuena en lo má s íntimo. Esta voz distingue el bien del mal. El hombre
en su conciencia descubre una ley que debe obedecer.

3) Grandeza de la libertad:

Por su condició n de ser libre el hombre nace con dignidad. Ser libre es el poder,
radicado en la razó n y en la voluntad, de obrar o no obrar, de hacer esto o
aquello, de ejecutar por sí mismo acciones deliberadas. Alcanza su perfecció n

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cuando está orientada a Dios, nuestra bienaventuranza. La libertad la tenemos
para buscar el bien y requiere la ayuda de la gracia divina. En la medida en que el
hombre hace má s el bien, se va haciendo también má s libre. Ser libres nos
permite actuar sobre 3 planos inseparables:
- La relació n con el mundo, como señ or: sometido al mundo material
mediante el trabajo, la ciencia y la técnica.
- La relació n con las personas, como hermanos: vinculá ndonos con el amor
fraterno.
- La relació n con Dios, como hijo: donde se realiza plenamente nuestra
dignidad, frente al misterio de Dios que nos llama pero nos da la libertad
para rechazarlo.

El misterio de la muerte:

Enigma = la muerte.
El hombre detesta y rechaza la hipó tesis de una total ruina y de una definitiva
desaparició n de su personalidad.
Porque la prolongació n de vida desde el punto de vista bioló gico no puede satisfacer esa
hambre de vida ulterior que lleva en el corazó n.
La Iglesia dice que el hombre fue creado para un destino feliz, que sobrepasa las
fronteras de la vida terrestre. La muerte corporal terminará siendo vencida cuando al
hombre le restituye a su Salvador la salvació n que había perdido por su culpa.

Cristo: el hombre nuevo:


Porque es santo, justo y el hombre a imagen de Dios. En Cristo, Dios quiere revelarnos
có mo debemos ser sus hijos; por Cristo se aclara el misterio del hombre
Adá n era la figura de Cristo; Cristo es el nuevo Adá n

Dignidad del hombre: Visiones.

La dignidad tiene una doble cara: la mía y la del otro. ¿Có mo unimos estos dos nexos?
Dignidad es entender que me respeten y respetar al otro entendiendo como
comunicarme. Respetar la dignidad del otro es entender que el disenso es natural.
La dignidad no es sentirse inferior y superior, ni que nadie te haga sentir así. La
dignidad es un concepto y una construcció n de vida.

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VISIONES:

 Deterministas: Niega la libertad humana (por lo que no reconoce la totalidad de


la dignidad del hombre). Para ellos el hombre no es dueñ o de su conducta sino
víctima de fuerzas superiores o de la naturaleza, que no pueden dominarse.
Dicen que el destino del hombre ya está escrito. Ej.: horó scopos, ciencias
adivinatorias, sectas que practican ritos má gicos (magia negra), astrología,
reencarnació n, etc. También consideran que los hombres no son iguales, que hay
hombres superiores a otros. Ej.: ricos y pobres, racismo, etc. Cuando está s
decidiendo lo que otro quiere y no lo que vos querés está s perdiendo tu libertad.
Esta visió n se olvida de esta libertad.

 Psicologista: Presenta al hombre como un ser víctima de su instinto, con poca o


ninguna libertad ya que su conducta es una respuesta mecá nica de la psiquis a
los estímulos que recibe.

 Consumista: Para ellos la persona es un engranaje de una má quina que produce y


consume. Los valores espirituales son reemplazados por la posesió n de objetos
que suponen proporcionar placer y prestigio. La felicidad se mide en las cosas
que tiene.

 Liberal: La felicidad se basa en los logros econó micos alcanzados aun a costa del
sufrimiento de otros hombres. La dignidad consiste en la eficacia econó mica. Hay
una visió n individualista del hombre: se privilegia la libertad individual
postergando las exigencias de la justicia social, y las prá cticas religiosas enfatizan
la salvació n individual.

Esta es una visió n extrema. Encierra a la persona en sí misma. “Que me importa


los otros, total yo estoy bien”.

 Marxista: Enfatiza el interés colectivo y reduce al má ximo la libertad individual.


El interés del grupo está sobre el de sus miembros, de esta forma terminan
negando muchos derechos personales.

 Estatista: Ante el peligro, imaginario o real, de un ataque contra el Estado, se


limitan libertades y derechos individuales (derecho de reunió n, libertad de
expresió n, etc.). Se presenta el Estado como algo absoluto sobre las personas y
ven a estas segú n en el aspecto en que le sirven al país.

 Otras: Fatalista (el ídolo es la magia, fantasía), Pansexualista (el ídolo es el sexo),
Economicista (es el dinero), Colectivista-estatista (es el Estado y el abuso del
poder) y Cientifista (es la ciencia y la técnica).
DERECHOS HUMANOS:

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Es aquello que la persona tiene por el simple hecho de ser persona, y tener dignidad.

Características:

- Naturales: Tienen su origen en Dios, por lo que nadie puede modificarlos ni


eliminarlos.
- Universales: Corresponden a todos los hombres, sin importar nacionalidad, raza
ni religió n.
- Inviolables: En caso de que se violen, debe ser condenada.
- Inalienables: No se puede renunciar a ellos.
- Imprescriptibles: No se ven afectados por el tiempo, no caducan ni pierden
valor.
- Objetivos: No dependen de las condiciones personales ni admiten diferentes
grados.
- Irrenunciables:

Clasificación:

- Primera Generación: Derechos civiles y políticos. El valor que se intenta


asegurar es la libertad individual frente al poder del Estado. Ej: derechos a la
libertad de expresió n, la libertad de movimiento, libertad religiosa, seguridad
jurídica e integridad personal, etc.
- Segunda Generación: Derechos económicos, sociales y culturales. Buscan
resguardar la igualdad social. Ej.: derecho a la salud, educació n, vivienda,
seguridad social, trabajo, etc.
- Tercera Generación: Derechos a la solidaridad, difusos o del pueblo. El
valor protegido es la fraternidad entre los hombres y el pueblo. Ej: derecho a la
paz, al desarrollo sustentable, a la preservació n del medio ambiente, a la
convivencia armoniosa entre las diferentes culturas, etc.

Principal derecho humano:

El principal derecho humano y el má s importante es el DERECHO A LA VIDA. Pero este


derecho es vulnerado constante y gravemente (ej.: pobreza, hambre, falta de vivienda
digna, falta de trabajo, falta de democracia, aborto, eutanasia, etc.). La DSI se ocupa de
estas violaciones al derecho.

El Papa Juan XXIII en “Pacem in Terris” enumera los derechos humanos:


 Derecho a la vida y a un nivel de vida digno: comprende derecho a la vida, a la
integridad personal y a los medios necesarios para un nivel de vida digno
(alimentació n, vivienda, ropa, atenció n médica, etc.).

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 Derechos referentes a la cultura y a la educació n: como el derecho al debido
respeto a su persona, a la libertad, a la buena reputació n, a la participar de los
bienes de la cultura, a una instrucció n elemental, etc.
 Derecho de honrar a Dios: a honrarlo segú n su propia conciencia, a seguir la
vocació n al sacerdocio o a la vida religiosa, etc.
 Derechos relacionados con la familia: a crear una familia, a mantener y educar a
los hijos, etc.
 Derechos econó micos y sociales: a la libre iniciativa en el campo econó mico, al
trabajo, a la propiedad privada, etc.
 Derecho a la libertad de movimiento: de trasladarse y fijar su residencia en el
país, de emigrar a otros países, etc.
 Derechos políticos: a formar parte activa en la vida política, a la defensa legal de
los propios derechos, etc.

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UNIDAD 4: LA FAMILIA.

Antes de la revolución industrial:


Familia plural de tipo, el padre era dueñ o de la vida de los integrantes. Los hijos estaban
para ayudar (mano de obra) al negocio familiar. Todos los días en la mesa había mínimo
tres generaciones. La familia era escuela (se enseñ aba), hospital (nacían y morían en
ella), iglesia (la madre les enseñ aba a rezar), y primera escuela de valores (respeto,
perdó n).

Después de la Revolución Industrial:


La familia cambia por las migraciones, sobre todo de jó venes hacia las ciudades
industrializadas. Solían ir padre, madre e hijos, las familias comenzaban a ser má s
chicas, tomando la modalidad que hoy conocemos. Buscaban una mejor vida, pero había
muchas horas de trabajo y salarios bajos.

Problemas de la actualidad:

- Urbanización: Organizar los grandes centros urbanos (agua corriente, luz,


cloacas), provoca que mucha gente quede afuera y otras dentro.

Proceso de Socialización: (ej. Escuela hace 20 añ os y la escuela ahora)

- Antes: No había escuela de doble escolaridad, en el club practicaban el deporte y


volvían a sus casas.
- Ahora: Má s guardería, má s aula. Quita tiempo para que los padres eduquen a
sus hijos. Cambió el proceso de socializació n. La “primera escuela” (familia) va
desapareciendo.

Origen e importancia de la familia:

- Origen: Desde el mismo momento de la creació n nace ante la sociedad una


institució n confirmada por la ley divina en la cual se adquiere conciencia de
unidad
- Importancia: Nace y se desarrollan 4 relaciones fundamentales en la vida de la
familia: la paternidad, la filiació n (hijo), la hermandad y la nupcialidad (novia).

La familia:

Nace a partir del “Matrimonio”: sacramento.


Hay que respetarla y tiene 4 características:
- Unidad.
- Fidelidad: No es un deber moral, fidelidad a la palabra, a todo, es una forma de
vida.

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- Indisoluble: Pero hay excepciones. La Iglesia al tener su propia legislació n,
puede anular un matrimonio. Ej.: casamiento porque la mujer estaba
embarazada, tiene una doble relació n.
- Filiación: Apertura a la vida. Aprender a ser hijo, padre, madre, etc.

La misión de la familia:

- Formación de la comunidad de personas: Ante una comunidad formada por


personas diversas su misió n es vivir, crecer y perfeccionarse. Es un lugar
privilegiado en el cual cada uno puede libremente desarrollarse ya que no es algo
privado.
- El servicio a la vida: Derecho a la vida → Base de todos los derechos humanos
que realiza la transmisió n de los valores propios.
Cada familia puede educar y formar a sus hijos, ya que la educació n es un
derecho como proceso de transmisió n pero también una obligació n, en cuanto a
ser ejemplo de lo que uno dice.
- Participar en el desarrollo de la sociedad: Entendiendo el desarrollo como la
posibilidad de que cada integrante de la familia pueda alcanzar su potencial. “La
familia es la célula bá sica de la sociedad. Todo se forma a partir de la familia.”
- Participación en la vida y misión de la Iglesia: La participació n se produce en
la cena familiar, siendo promotora de valores que permitan celebrar y anunciar
la dignidad de la persona sea cual fuera su elecció n de vida.

Carácter sagrado de la vida humana:

- Ley del aborto: La vida humana debe ser respetada y protegida de manera
absoluta desde su concepció n ya que desde un primer momento ese ser humano
tiene derechos. El aborto es una falta grave que se sanciona con una pena
canó nica de excomunió n.
- Eutanasia: Acto de provocar intencionadamente la muerte de una persona que
padece una enfermedad incurable para evitar que sufra. Es una grave ofensa a
Dios ya que no es lícito matar a un paciente aun cuando este le pida, ni tampoco
la facultad de decidir o provocar la muerte ya que toda vida merece ser vivida sin
poner fin aun en estado de enfermedad o moribundo.
- Encaminamiento terapéutico: La iglesia considera la interrupció n del
tratamiento médico, cuando se prolonga el tiempo de vida (con morfina) y no la
calidad de vida.

Dignidad de la mujer:

Igual dignidad entre varó n y mujer, lo que hace que tenga un rol social tan importante
como el del varó n con un reconocimiento expreso.

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UNIDAD 5: EL HOMBRE Y LA CULTURA.

¿Qué entendemos por cultura?

Cuando hablamos de cultura muchas veces utilizamos términos que la reducen o


deforman el concepto. Se suele definir que una persona es culta cuando tiene un
conocimiento en un nivel superior. Con esta concepció n la cultura se nos presenta como
una condició n individual a la que llegan unos pocos dotados.

Para la DSI la cultura es el resultado del esfuerzo creativo de cada uno de los hombres
en su lucha por perfeccionarse material y espiritualmente. La cultura así entendida
abarca la totalidad de la vida de un pueblo, teniendo en cuenta los valores que lo animan
como los desvalores que lo debilitan.

La cultura ademá s comprende aquellas formas mediante las cuales los valores y
desvalores se expresan y configuran, es decir, las costumbres, la lengua, las instituciones
y las estructuras de convivencia social.

No existe una ú nica cultura sino que existe una gran pluralidad y cada una está
influenciada por la historia del grupo social que la género y la recrea constantemente.
Cada una tiene rasgos y características que la hacen ú nica, original y orgá nica.

Cultura y nación:

La nació n es fundamentalmente la comunidad de hombres reunidos por diversos


aspectos, pero sobre todo por el vínculo de una misma cultura. Una nació n puede estar
constituida por diversas culturas.
Existe una relació n estrecha entre Nació n y Cultura, ya que la cultura le otorga a la
Nació n su propia identidad.

Cultura y fe:

El concilio Vaticano II (Gaudium et spes) afirmó que hay innumerables relaciones entre
fe y cultura ¿Es lo mismo anunciarle el evangelio a una comunidad o a otra? No, ni una
es mejor que otra, pero para entablar una conversació n hay que entender de qué y con
quién estoy hablando, para que se entienda el mensaje.
La Iglesia puede entrar en contacto con diferentes culturas lo que lleva a un
enriquecimiento mutuo.

La fe cruza la cultura de un pueblo, ya sea que la ejerza o que no represente nada para la
persona. Por eso decimos que toda actividad humana tiene lugar dentro de la cultura por
eso se requiere participació n directa de todo hombre.

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Es fundamental la contribució n decisiva de la Iglesia en favor de la verdadera cultura,
predicando la verdad sobre la creació n del mundo.

La evangelización de la cultura y la inculturación del evangelio:

La inculturació n es un proceso que tiene como fin encarnar la fuerza del mensaje
evangélico en el corazó n de cada cultura. Para que esto sea posible es necesario: que los
evangelizadores conozcan con la mayor profundidad posible, los componentes
esenciales
de las culturas donde llevan a cabo su labor; aprenden sus expresiones má s
significativas
y respeten sus valores y riquezas.

Mensaje de Juan Pablo II a la UNESCO en 1982:

Juan Pablo II manifestó que había llegado el momento de suscitar una reflexió n en
profundidad acerca de los problemas fundamentales de la cultura en el mundo
contemporá neo…¿El hombre es el eje o el fin? o ¿En esta cultura lo importante es el ser
a partir de tener, o conseguir distintas cosas?

El hombre es el centro, el eje al que se refiere y se dirige todo lo concerniente a la


cultura.
No es posible separar concepció n del hombre y promoció n cultural. Como tampoco lo
sería tener esta concepció n del hombre sin referirse a la dimensió n espiritual y moral
del
hombre mismo.

Desafío de la DSI frente a las distintas culturas:

Ante las diferentes culturas, el desafío de la DSI es promover y transmitir una cultura
viva (porque la cultura de un pueblo nunca deja de desarrollarse, nunca se detiene sino
que siempre está en movimiento) capaz de favorecer la comunicació n y la fraternidad
entre los diferentes grupos y pueblos.

Uno de los desafíos má s grandes es el encuentro entre la tradició n y lo moderno. Este


diá logo es decisivo para el futuro de las nuevas generaciones. Para poder lograr el
diá logo entre las diversas culturas es necesario que cada cultura respete a las demá s y
que puedan encontrar la presencia de Cristo en las demá s culturas.

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UNIDAD 6: EL HOMBRE Y EL DESARROLLO.

Novedad de la encíclica “popularum progressio”:

La D.S.I. en su versió n moderna nació con la encíclica Rerum Novarum del Papa Leó n
XIII. La R.N. fue el primer pronunciamiento de la iglesia frente al mundo moderno,
caracterizado por el progreso tecnoló gico, las producciones masivas, la acumulació n de
capital, la estrecha interrelació n internacional, etc.
El desarrollo no se reduce al simple crecimiento econó mico. Para ser auténtico, el
desarrollo ha de ser integral, es decir, debe promover a todos los hombres y a todo el
hombre.

A raíz de las gravísimas dificultades que atravesaban los países de América Latina y
Á frica en la lucha con los problemas del desarrollo, contra el hambre, la miseria, la
ignorancia y las enfermedades endémicas, el Papa Pablo VI en su encíclica Popularum
Progresio hace un llamado a todas las naciones para que promuevan el desarrollo de los
pueblos, su progreso, para que favorezcan la justicia social entre las naciones, ofrezcan a
los que se hallan menos desarrollados una ayuda tal que les permita proveerse a sí
mismos y procurar su propio progreso. La encíclica tiene entonces un claro mensaje: la
promoción del desarrollo.

Panorama del mundo contemporáneo:

La aspiració n de los hombres de hoy es verse libres de la miseria, hallar con má s


seguridad la propia subsistencia, la salud, participar todavía má s en las
responsabilidades, fuera de toda opresió n y al abrigo de situaciones que ofenden su
dignidad de hombres.

El desarrollo integral del hombre se puede lograr si se procura llevar a cabo ciertas
transformaciones audaces profundamente innovadoras. Ese desarrollo integral del
hombre no puede darse sin el desarrollo solidario de la humanidad.

El Papa Juan Pablo en sus escritos encíclicos propone una reestructuració n y revisió n de
las estructuras econó micas y una nueva distribució n o divisió n del trabajo, cuyo
propó sito sea descubrir nuevos significados al trabajo humano. Se debe evitar al
má ximo el incremento en el desempleo especializado y la disminució n del crecimiento
del bienestar de los países, generando por lo tanto una notable mejoría en la situació n
de los pobres.

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El auténtico desarrollo humano:

La D.S.I. invita a revisar el concepto de desarrollo. Señ ala en forma explícita que el
desarrollo econó mico es só lo parte del desarrollo global de la humanidad, el cual
involucra otras dimensiones: Social, cultural, política y espiritual del ser humano.

No sería verdaderamente digno del hombre un tipo de desarrollo que no respetara y


promoviera los derechos humanos, personales y sociales, econó micos y políticos,
incluidos los derechos de las Naciones y de los pueblos.

El verdadero desarrollo, segú n las exigencias propias del ser humano, hombre o mujer,
niñ o, adulto o anciano, implica una viva conciencia del valor de los derechos de todos y
de cada uno, así como de la necesidad de respetar el derecho de cada uno a la utilizació n
plena de los beneficios ofrecidos por la ciencia y la técnica.

Una lectura teológica de los problemas modernos:

El capítulo V de la encíclica Sollicitudo rei socialis, se dedica a una lectura teoló gica de
los problemas modernos. Dice allí el Papa que, no só lo por razones econó micas y
políticas no se ha dado el desarrollo de los pueblos, sino que hay causas de orden moral,
es decir, que tienen que ver con la conducta.

De manera que el desarrollo deficiente de los pueblos, no se debe só lo a fallas


puramente técnicas en el manejo de la economía, sino a las fallas de la voluntad humana.

Hacia un desarrollo solidario de la sociedad:

“El desarrollo es el nuevo nombre de la paz.” La paz no es solo la acció n de justicia, sino
también la acció n del amor, que sobrepasa todo lo que la justicia pueda realizar. Esa paz,
entendida como acció n de la justicia y amor, tiene su fuente en la paz de Cristo, siendo
ademá s un bien humano y un bien divino. Combatir la miseria y luchar contra la
injusticia es promover la paz que es el mayor bienestar, el progreso humano y espiritual
de instauració n de un orden querido por Dios.

Algunas orientaciones particulares.

La iglesia no tiene soluciones técnicas que ofrecer al problema del subdesarrollo. En


efecto, no propone sistemas o programas econó micos y políticos. La iglesia cumple su
misió n evangelizadora, ya que da su primera contribució n a la solució n del problema del
desarrollo cuando proclama la verdad sobre Cristo, sobre sí misma y sobre el hombre.

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