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Apunte II

La DSI en nuestro tiempo: apuntes históricos:

El nombre de “Doctrina social de la Iglesia” fue utilizado por primera vez por Pío XI (en 1931, en la Encíclica
Quadragésimo anno) y designa el “corpus” doctrinal relativo a temas de relevancia social que, a partir de León XIII
(con su Rerum Novarum de 1892), se ha desarrollado en la Iglesia a través del Magisterio (enseñanza) de los Romanos
Pontífices y de los Obispos en comunión con ellos. No obstante, la preocupación social de la Iglesia no ha tenido
comienzo con la Rerum Novarum, si no desde sus comienzos.
La Iglesia tiene un rico patrimonio en materia social que hunde sus raíces en la Sagradas Escrituras,
especialmente en el Evangelio, en los escritos de los apostólicos, en los Santos Padres de la Iglesia y en los teólogos
del Medio Evo.

Rerum Novarum (León XIII- 1892) Los eventos de naturaleza económica que se produjeron en el siglo XIX
tuvieron consecuencias sociales, políticas y culturales devastadoras. Los acontecimientos vinculados a la
revolución industrial trastornaron estructuras sociales, ocasionando graves problemas de justicia y dando
lugar a la primera gran cuestión social, la cuestión obrera, causada por el conflicto entre capital y trabajo.
Estos acontecimientos nuevos (“res novae”) representaban un desafío para su enseñanza y motivaban una
especial solicitud pastoral hacia ingentes masas de hombres y mujeres. Era necesario un renovado
discernimiento de la situación, capaz de delinear soluciones apropiadas a problemas inusitados e
inexplorados.
Esta examina la condición de los trabajadores asalariados, especialmente penosa para los obreros de
la industria, afligidos por una indigna miseria. La cuestión obrera es tratada de acuerdo con su amplitud real:
es estudiada en todas sus articulaciones sociales y políticas, para ser evaluada adecuadamente a la luz de los
principios doctrinales fundados en la Revelación, en la ley y en la moral natural.
La « Rerum novarum » enumera los errores que provocan el mal social, excluye el socialismo como
remedio y expone, precisándola y actualizándola, la doctrina social sobre el trabajo, sobre el derecho de
propiedad, sobre el principio de colaboración contrapuesto a la lucha de clases como medio fundamental
para el cambio social, sobre el derecho de los débiles, sobre la dignidad de los pobres y sobre las
obligaciones de los ricos, sobre el perfeccionamiento de la justicia por la caridad, sobre el derecho a tener
asociaciones profesionales. El tema central de la encíclica es la instauración de un orden social justo, en
vista del cual se deben identificar los criterios de juicio que ayuden a valorar los ordenamientos socio-
políticos existentes y a proyectar líneas de acción para su oportuna transformación.

Quadragesimo Anno (Pío XI-1931). Este documento tuvo lugar poco tiempo después de la gran crisis de
1929. El nombre hace alusión a los 40 años de la Rerum Novarum. Contexto: período post-guerra en el que
se estaban afianzando en Europa los regímenes totalitarios (Comunismo, Fascismo y el Nacional
Socialismo), mientras que se exasperaba la lucha de clases. Además la industrialización se había unido a la
expansión del poder de los grupos financieros en el ámbito nacional e internacional.
La Encíclica advierte la falta de respeto a la libertad de asociación y confirma los principios de
solidaridad y de colaboración para superar las antinomias sociales. Las relaciones entre capital y trabajo
deben estar bajo el signo de la cooperación.
La « Quadragesimo anno » confirma el principio que el salario debe ser proporcionado no sólo a las
necesidades del trabajador, sino también a las de su familia. El Estado, en las relaciones con el sector
privado, debe aplicar el principio de subsidiaridad, principio que se convertirá en un elemento permanente
de la doctrina social. La Encíclica rechaza el liberalismo entendido como ilimitada competencia entre las
fuerzas económicas, a la vez que reafirma el valor de la propiedad privada, insistiendo en su función social.

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También se dejó oír la voz de la Iglesia en la “Non abbiamo bisogno” (1931) en la que se protesta
contra los atropellos del régimen fascista; la “Mit brennender Sorge” (1937) contra las medidas coercitivas y
represivas del Reich. En 1938 levantó su voz por las persecuciones a los judíos. Con la “Divini
Redemptoris” (1937), Pío XI criticó sistemáticamente al comunismo ateo, indicando los males que producía
en la sociedad.

Los Radiomensajes navideños de Pío XII. El Papa Pío XII (1939-1959) no escribió ningún documento
social, pero dejó su enseñanza social a través de radiomensajes. Su enseñanza profundiza la reflexión
magisterial sobre un nuevo orden social, gobernado por la moral y el derecho, y centrado en la justicia y en
la paz. Durante su Pontificado, Pío XII atravesó los años terribles de la Segunda Guerra Mundial y los
difíciles de la reconstrucción. El Papa insiste en la noción de derecho natural, como alma del ordenamiento
que debe instaurarse en el plano nacional e internacional. Son importantes sus enseñanzas acerca del peligro
que constituyen las democracias cuando no están fundadas sobre los valores perennes de la ley moral.

Los años `60 abren nuevas oportunidades. El mundo se encuentra reconstruido después de la guerra
más violenta que jamás haya existido. Además se inicia el proceso de descolonización, y las primeras
señales de un acercamiento entre EEUU y la Unión Soviética. La cuestión social se universalizó y ahora
afecta a todos los países. Además se suma el problema del crecimiento demográfico, y se hace mucho más
clara la situación dramática en que se encuentran los países en vías de desarrollo o subdesarrollados.
Por estos años encontramos el magisterio social del Papa Juan XXIII (1958-1963).
“Mater et Magistra” (1961) Las palabras clave de la encíclica son comunidad y socialización: 166 la Iglesia
está llamada a colaborar con todos los hombres en la verdad, en la justicia y en el amor, para construir una
auténtica comunión. Por esta vía, el crecimiento económico no se limitará a satisfacer las necesidades de los
hombres, sino que podrá promover también su dignidad.
“Pacem in terris” (1963). Pone de relieve el tema de la paz en una época marcada por la carrera
armamentística nuclear. Contiene, además, la primera reflexión sobre los derechos humanos, dando mucha
importancia al tema de la dignidad de la persona. Propone a todos los hombres la necesidad de establecer un
nuevo orden fundado en la verdad, la justicia, la caridad y la libertad.

En 1962 tuvo lugar el Concilio Vaticano II (concluido en 1965). En la constitución “Gaudium et


spes” (1965) La Gaudium et spes estudia orgánicamente los temas de la cultura, de la vida económico-
social, del matrimonio y de la familia, de la comunidad política, de la paz y de la comunidad de los pueblos,
a la luz de la visión antropológica cristiana y de la misión de la Iglesia. Todo ello lo hace a partir de la
persona y en dirección a la persona, « única criatura terrestre a la que Dios ha amado por sí mismo.  La
sociedad, sus estructuras y su desarrollo deben estar finalizados a « consolidar y desarrollar las cualidades de
la persona humana. Otro documento importante del Concilio fue la “Dignitatis humanae” (1966) sobre la
libertad religiosa como derecho fundamental correspondiente a la dignidad de la persona.

En 1967, el Papa Pablo VI publica su “Popularum progressio”. Esta encíclica trata acerca del
verdadero concepto de progreso, que no puede centrarse sólo en el orden económico, sino que debe abarcar
todas las dimensiones de la persona humana. Es un llamado a todos los hombres a considerar el paso desde
unas condiciones de vida menos humana a unas condiciones de vida acordes a la dignidad de la persona
humana. A comienzos de los años Setenta, en un clima turbulento de contestación fuertemente ideológica,
Pablo VI retoma la enseñanza social de León XIII y la actualiza, con ocasión del octogésimo aniversario de
la «  Rerum novarum », en la Carta apostólica “Octogesima adveniens” (1971). El Papa reflexiona sobre la
sociedad post-industrial con todos sus complejos problemas, poniendo de relieve la insuficiencia de las
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ideologías para responder a estos desafíos: la urbanización, la condición juvenil, la situación de la mujer
(feminismo radical), la desocupación, las discriminaciones (racismo), la emigración (desordenada), el
incremento demográfico, el influjo (descontrolado) de los medios de comunicación social, el medio
ambiente.

El magisterio social de Juan Pablo II (1978-2005):


“Laborem exercens” (1981) cuyo tema fundamental es el del trabajo humano, como bien del hombre, y
factor primario de la actividad económica y clave de toda la cuestión social.
“Solicitudo rei socialis” (1988). Conmemoración de los 20 años de la Populorum progressio. Analiza la
situación del mundo en base a la noción de desarrollo establecida por la Populorum progressio, sobre todo
en lo referido al Tercer Mundo y esclarece las bases, condiciones y exigencias de un desarrollo digno del
hombre.
“Centesimus annus” (1991) a 100 años de la Rerum Novarum. Hace una resumen del recorrido hecho por
la Doctrina Social de la Iglesia.

En el 2009, Benedicto XVI escribió su “Caritas in veritate” retomando el tema del desarrollo
integral de la persona y la necesidad de fundarlo en la caridad y en la verdad. El Papa aborda el tema del
desarrollo en el contexto de la crisis financiera del 2005. Además afronta otros temas actuales como la
tecnocracia, los problemas demográficos, la creciente distancia entre países ricos y pobres, la concentración
de la riqueza mundial en pequeños grupos, etc. Sólo la caridad puede unir a los hombres y hacerlos
colaboradores de un verdadero desarrollo.
El Papa Francisco, en el 2015, publicó la encíclica “Laudato si” sobre el importante tema de la
ecología. Allí se refiere al cuidado de la tierra, como casa común de los hombres, ante los problemas de la
contaminación, cambios climáticos, desechos, el consumismo y la cultura del desperdiciar, el problema del
agua, la disminución de la calidad de vida humana, el deterioro de la sociedad y la desigualdad global.
También ensancha los límites de la ecología hablando de una “ecología humana”, de una ecología
económica y social, una ecología cultural, y ecología de la vida diaria.

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