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II.- VEAMOS LO QUE NOS DICE JESÚS EN EL EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 22, 16-21
"Le enviaron, pues, discípulos suyos junto con algunos partidarios de Herodes a decirle: «Maestro, sabemos que eres
honrado, y que enseñas con sinceridad el camino de Dios. No te preocupas por quién te escucha, ni te dejas influenciar
por nadie. 17. Danos, pues, tu parecer: ¿Está contra la Ley pagar el impuesto al César? ¿Debemos pagarlo o no?» 18.
Jesús se dio cuenta de sus malas intenciones y les contestó: « ¡Hipócritas! ¿Por qué me ponen trampas? 19.
Muéstrenme la moneda que se les cobra.» Y ellos le mostraron un denario. 20. Entonces Jesús preguntó: « ¿De quién
es esta cara y el nombre que lleva escrito?» Contestaron: «Del César. » 21. Jesús les replicó: «Devuelvan, pues, al
César las cosas del César, y a Dios lo que corresponde a Dios.»"
¿Qué quiso decir Jesús al decir que den al César lo que es del César y a Dios lo que corresponde a Dios?
LEAMOS CON ATENCIÓN LO QUE NOS DICE Mt. 25,31-46 Y EXTRAEMOS ENSEÑANZAS IMPORTANTES
Doctrina Social de la Iglesia es un conjunto de principios, de criterios y de normas de acción de la enseñanza social
cristiana.
Es el pensamiento y enseñanza social cristiano.
Decimos que es doctrina porque es un cuerpo sistemático de principios permanentes.
Decimos que es social porque se refiere a las relaciones que se dan entre los seres humanos (familia, educación,
economía, trabajo, política, relaciones internacionales).
Decimos que la Iglesia porque es fruto de toda la comunidad eclesial, en comunión con el Papa.
1.- A CONTINUACION LES DOY A CONOCER ALGUNAS ENCICLICAS ESCRITAS POR LOS PAPAS.
TOMA UNA DE ELLAS Y REALIZA UN AFICHE GRAFICO
“MATER ET MAGISTRA”
(La iglesia es madre nuestra) Escrita por Juan XXIII en 1961. Se presenta que los Papas hablan sobre los problemas
sociales cumpliendo la misión de la Iglesia. En su primera parte analiza los cambios operados en el campo científico,
económico, social y político. Por ello, la enseñanza de la iglesia es sobre la iniciativa privada y el poder público, la
socialización y el bien común, la remuneración del trabajo, las estructuras económicas y la dignidad de la persona, la
propiedad privada y pública. La tercera parte del documento descubre los nuevos problemas: a) a nivel nacional: los
desequilibrios entre los sectores económicos, el de la agricultura es el más postergado y existen desiguales desarrollos
en un mismo país. b) a nivel internacional: se aprecia el subdesarrollo y el problema demográfico, haciéndose urgente
una colaboración mundial. Su propuesta, en la última parte de la encíclica, es la reconstrucción de la convivencia
humana. Por ello señala los defectos y errores de las ideologías, subraya el valor perenne de la “doctrina social” que se
debe conocer y esta impulsaría una acción católica, y a que los cristianos tomen conciencia de su deber. El Papa
denuncia las desigualdades entre los sectores empresariales y los trabajadores, en los propios países, y entre los
pueblos desarrollados y subdesarrollados; denuncia el fenómeno de la superpoblación donde verifica el “éxodo a la
ciudad” y el subdesarrollo, invitando a ser responsables frente a las naciones subalimentadas.
“PACEM IN TERRIS”
(La paz en la Tierra) También de Juan XXIII, en 1963. En esta Encíclica pone la premisa que la: paz exige la
observancia del orden divino. Su primera parte nos habla de las bases de la convivencia humana señalando los
derechos y los deberes del hombre. A continuación establece las relaciones entre los poderes públicos y los
ciudadanos entre sí. De aquí afirma la necesidad y origen de la autoridad, la recta interrelación de los poderes que
miran a conseguir el bien común de todos y la participación de los ciudadanos en la vida pública. La tercera parte del
documento enfoca el problema de las relaciones entre los estados. Las relaciones internacionales deben basarse en la
verdad, la justicia y la solidaridad. El cuarto capítulo insiste en el establecimiento de una comunidad internacional que
sea guiada por una autoridad mundial que salvaguarde el bien común universal y a la vez mantenga la interdepen-
dencia de los pueblos. La encíclica finaliza recomendando al católico su deber de participar en la vida pública, de
acompañar su vida de fe con una conducta política y le sugiere criterios para la acción social. El Papa busca proponer
un lugar en que se encuentren las distintas ideologías. Este es la “paz” fundada en la justicia, la verdad y la solidaridad
(amor). El fundamento de las relaciones internacionales es el respeto de la dignidad a que todo hombre tiene derecho
(derechos humanos). La paz del mundo comienza por respetar a la persona, respetarse entre ciudadanos, entre países y
lograr un mundo ordenado y de convivencia fraterna.
“POPULORUM PROGRESSIO”
(El progreso de los pueblos) Escrita por Pablo VI en 1967. Dos temas conducen la reflexión de Pablo VI que aspira a
convencer a los cristianos de la urgencia de la acción solidaria. * El desarrollo integral del hombre. *El desarrollo
solidario de la humanidad. El desarrollo es el “paso de condiciones de vida menos humanas a condiciones de vida más
humanas” y se señalan sus características: * las situaciones menos humanas: carencias materiales y morales, las
estructuras que oprimen al hombre. *las situaciones más humanas: la posesión de lo necesario, la adquisición de
conocimientos y cultura, respeto de la dignidad de los otros, reconocer los valores supremos y de Dios, la vida
cristiana.
Pablo VI nos ofrece así sus célebres frases: ”El desarrollo es el nuevo nombre de la paz” “El desarrollo integral del
hombre no puede darse sin el desarrollo integral de la humanidad”. La fraternidad humana y sobrenatural se presenta
bajo un triple aspecto: *deber de solidaridad, la ayuda entre todas las naciones. * deber de justicia social corrigiendo
las relaciones comerciales desiguales entre los pueblos. *Deber de caridad universal, por la promoción de un mundo
más humano para todos… el porvenir de la civilización depende de ello”.
“LABOREM EXERCENS”
(Ejerciendo el trabajo) Es la primera encíclica social escrita por Juan Pablo II, en 1981. Es una encíclica dedicada al
hombre en la línea de su otra encíclica “Redemtor Hominis” (Redentor del Hombre)
1.- Analiza el problema del trabajo, que es la clave esencial de la cuestión social para hacer “la vida humana más
humana”:
2.- La cita bíblica fundamental es la del Génesis 1,27-28: “Sometan la tierra”. El trabajo en sentido objetivo lo llevan
las industrias, la técnica y visto así es el conjunto de instrumentos con los que el hombre transforma el mundo. El
trabajo en sentido subjetivo es que el hombre es sujeto del trabajo. Esto le confiere dignidad, el mismo Jesús vivió
de su trabajo de obrero. Es el trabajo que está en función del hombre y no viceversa, no puede ser considerado
instrumento de producción. Además es el fundamento de la vida familiar.
3.- El trabajo tiene prioridad sobre el capital. El hombre está en prioridad frente a las cosas. Se evidencian los errores
del liberalismo: trabajo sólo por finalidad económica; del materialismo marxista: la materia está por encima de lo
espiritual, el hombre es resultante de las relaciones económicas. El Papa subraya el derecho a la propiedad privada
porque está subordinada al derecho de uno común de los bienes. Lo que gano lo uso en mi provecho personal y
familiar sin descuidar el bien común. Los medios de producción no son para poseer sino para servir al trabajo y al
bienestar de todos. La iglesia propone la copropiedad de los medios de producción.
4.- Se señalan los derechos de los trabajadores. Es necesario se les dé un salario justo que les ofrezca la posibilidad de
mantener a su familia, tener los medios y prestaciones sociales básicas. Los sindicatos son un derecho a defenderse
sin manipulaciones.
5.- El Papa delinea una espiritualidad del trabajo. Sometiendo el mundo, el hombre lo orienta hacia Dios, participa en
la obra de su Creador. El Génesis es el primer evangelio del trabajo ya que narra el trabajo del mismo Dios. Jesús
realizó el trabajo de la redención de los hombres. Toda fatiga humana cobra sentido pues se enlaza en la fatiga de
Jesús, de su misterio pascual, de morir y resucitar y la esperanza de la “tierra nueva” anima la “perfección de esta
tierra”: fruto de nuestro esfuerzo, unión fraterna y libertad. Finalmente, se exhorta a una distribución más justa no
solo de la renta, sino del trabajo. Se debe aceptar la sobriedad para favorecer la solidaridad en la distribución del
trabajo y disminuir el subempleo a nivel nacional e internacional.