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Objetivos
Metodología
Por medio del desarrollo de la guía de trabajo, los estudiantes diseñan el plan de
autoformación, identificando las posibles fuentes que brinda el contexto para
fortalecer o desarrollar las competencias que se plantean en el perfil ideal.
Para finalizar, cada uno de los grupos presenta las conclusiones del ejercicio y las
expectativas de apoyo requeridas.
Actividades
El propósito para el cual fue diseñada esta guía es, principalmente, el de descubrir
las debilidades y fortalezas del participante, desde una mirada individual y
autocrítica. A lo largo de la capacitación iremos observando y evaluando el proceso
de construcción y fortalecimiento del perfil del participante.
Mencione las fortalezas, desde EL SABER, con las cuales usted cuenta para el
cumplimiento del perfil de competencias:
Relacione las fortalezas que, desde EL SABER HACER, usted considera tener para el
desempeño de su labor como recreador:
s.
Enumere las fortalezas que, desde EL SER, usted considera tener para el
desempeño de su labor como recreador:
sponsable.
Cuáles son los campos o aspectos en los cuales, según usted, requiere de
mejoramiento y / o profundización y que contribuirán notoriamente a hacerlo más
competente:
A continuación esbozaremos algunos aspectos que deben ser tenidos en cuenta por
cada uno de los participantes del Programa de Formación Básica en Recreación, con
el propósito de que se apropien debidamente y sirvan como insumo para delinear
su perfil personal y laboral. Deben abordarse con criterios de apertura y siempre
considerando que tales condiciones son de suprema importancia para garantizar el
éxito de nuestra gestión y el impacto que podamos lograr en la población
beneficiaria.
El grupo a su cargo
Niños no escolarizados
Grupos Juveniles
Parecería el grupo al cual el Recreador puede adaptarse con más facilidad por la
compatibilidad de edades y caracteres y por la comunidad de intereses. Sin
embargo, no es tan sencillo lograr prontamente la aceptación de un “extraño”
dentro de un grupo prácticamente cohesionado, y mucho menos si se considera que
entra a desplazar a los lideres reconocidos; por el contrario, será un tanto
complicado ganarse ese sitial. No obstante, el líder recreador tiene una gran
ventaja: está preparado; ha recibido una formación para tal y es consciente de que
debe apoyarse en aquellos para obtener dicha aceptación, sin dejarse envolver o
formar “cuadros de preferencia” que generen irritabilidad en los demás. Atenta
contra la cohesión del grupo.
“El estatus del líder está dentro del grupo y no fuera de él”. El líder no es inmune a
las acciones del grupo si se desvía demasiado de la conducta aceptable que
prevalece en aquel. La concepción de autoridad propia de esta etapa del ser
humano lo hará entender que el Recreador no es el maestro que se las sabe todas,
sino el amigo que puede orientar mejor un proceso, que tiene más recursos o que
da un mejor manejo a los recursos y aportes del grupo, los cuales deben ser tan o
más importantes que los suyos.
Aportará su experiencia, pero sin imponer “su autoridad”. Será necesario diseñar
actividades que generen análisis y contemplación de alternativas variadas buscando
un equilibrio adecuado entre la autoridad y la flexibilidad en la conducción del
grupo. Los jóvenes se muestran más insatisfechos, susceptibles y analíticos, de allí
que sea mas que conveniente tener muy en cuenta, y direccionar, sus sugerencias
en el desarrollo de las actividades, para que el proceso no se convierta
simplemente en la búsqueda de un resultado “a toda costa o por cualquier medio”.
Niños discapacitados
Para abordar el trabajo con esta clase de grupos, es imprescindible que el líder
recreador tenga no solamente voluntad de servicio o inclinación vocacional, sino
una formación adecuada en Educación Especial. En primera instancia, el grupo debe
ser tan reducido y homogéneo como sea posible, ya que la atención deberá ser
mucho mas personalizada que en cualquiera otro. El acto recreativo deberá estar
dirigido particularmente al desarrollo de las habilidades sico-motoras finas
(visuales, auditivas, táctiles) y cognitivas (grado de atención y concentración) que
le permitan al niño una mas afectiva aprehensión del medio. Se debe considerar
que la asimilación del entorno no es igual en un niño con deficiencia en el lenguaje
articulado que en otro con deficiencias auditivas, por solo citar un ejemplo. De ahí
la importancia de poseer cierto grado de especialización.
La definición de objetivos
Toda actividad que se realiza tiene de por sí una finalidad y debe perseguir un
objetivo especifico, educativo, formativo, lúdico, ilustrativo; nada se hace por el
simple hecho de hacerlo, aunque el juego y la recreación deberían estar
desprovistos de cualquier condicionamiento externo; por lo tanto, para adelantar
cualquier proyecto o evento deben fijarse propósitos claros y alcanzables, pero no
por ello limitados, pues no debemos olvidar que uno de los fundamentos que
sustentan nuestra labor es precisamente su CAPACIDAD DE TRASCENDENCIA. Esto
quiere decir que si bien los objetivos deben ser alcanzables, deben dejar la puerta
abierta para la definición de nuevas metas, a manera de peldaños que conservan
una continuidad.
El componente ludico–pedagógico
La mejor forma de alcanzar esta meta consistirá en que los participantes (de su
grupo) logren hacerse cargo de todos los aspectos de organización y desarrollo de
las tareas, incluyendo la formulación de los objetivos. Solo así fomentaremos la
auto-gestión y daremos un gran paso que nos acerque al SUJETO POLÍTICO, auto-
reflexivo y proactivo; por tratarse de actividades electivas –libres de
condicionamientos externos-, los participantes asumirán conscientemente su
desarrollo y resultados.