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El objetivo de la formación de los LÍDERES RECREADORES, dentro de la concepción

que se le ha dado al programa de capacitación en recreación, va más allá de tener


espacios para el desarrollo de habilidades técnicas o prácticas en quienes serán los
responsables de los programas recreativos en su localidad.

En esta perspectiva, el desarrollo de habilidades es apenas uno de los componentes


requeridos para el desempeño del recreador, pues es necesario contemplar algunos
atributos complementarios referidos a la actitud propia de quien planea, gestiona y
mantiene permanente contacto con la comunidad y con sus dirigentes.

En concreto se considera que el proceso de formación ha de desarrollarse bajo


varios supuestos:

● Unos niveles de concertación mínimos en relación con las expectativas de


quienes coordinan administrativa y técnicamente los programas comunitarios.

● La construcción con los líderes recreadores, de un perfil de competencias básico


articulado a sus sueños y prospectiva tanto personal como del proyecto.

● Articulación al proceso de formación del proyecto de vida de los recreadores en


una búsqueda de sentido y de permanencia de los mismos en los programas de
orden comunitario.

Esta propuesta se constituye en la base para la auto-formulación de un plan de


formación a largo plazo, con el fin que los recreadores tengan la posibilidad de
cualificarse debidamente con miras a posicionar a la recreación como una opción
laboral.

Alcanzar un conjunto de competencias de una manera integral requiere del diseño y


puesta en marcha de un proceso de educación continuado, de tal manera que
permita no únicamente la continuidad en los procesos de formación sino también la
oportunidad para que se puedan realizar ajustes sistemáticos y de impacto

La implementación de programas recreativos implica la existencia de líderes


recreadores, es decir, de personas especializadas, que comprendan la
responsabilidad e impacto de los mismos en el desarrollo de la sociedad colombiana
y quienes reconozcan en las diferencias culturales la posibilidad de enriquecer
desde las características de su entorno local, la vivencia lúdico pedagógica del ser
humano y por consiguiente de la comunidad.

De esta manera, la construcción colectiva de un modelo de competencias para el


recreador, se constituye en un espacio para unificar criterios en torno a los
conocimientos, habilidades y responsabilidades que se requieren para garantizar la
calidad del servicio que se ofrece y, por ende, el logro de su visión, misión,
objetivos y expectativas de proyección.

Por lo anterior, se presenta el taller de construcción colectiva del perfil del


recreador, en el que, partiendo de las experiencias y el conocimiento del entorno,
se analizan y definen las competencias técnicas y humanas que deben tenerse,
entrenarse y adquirirse para el desempeño de su rol.

Objetivos

� Construir de manera colectiva el perfil de competencias técnicas y humanas del


recreador, que garanticen el cumplimiento de los propósitos y objetivos de los
programas a implementar, a través del análisis de dos niveles de
competencias: pedagógico y administrativo, en los que se contemplen las tres
dimensiones del desarrollo del ser humano: EL SER, EL SABER Y EL HACER.

� Reconocer la importancia de un proceso de autoformación que le permita al


líder recreador fortalecer los niveles de competencias y compartir con otros las
fortalezas que posee.

� Formular un plan de autoformación que permita suplir las necesidades


particulares de las personas y del contexto local, reconociendo en las fortalezas
de otros la posibilidad de apoyar el desarrollo de dichos programas.

Metodología

Para la construcción colectiva del perfil de competencias del recreador, se


implementa la metodología de taller, en la que se conjugan los fundamentos
teóricos con las actividades prácticas, de manera que partiendo de aclaraciones
conceptuales frente a los niveles y dimensiones, en las que se basa el enfoque que
se pretende dar al perfil, los participantes, organizados por grupos de trabajo
determinan a partir del diálogo y la concertación, las competencias requeridas
desde la mirada de este enfoque.

Utilizando la plenaria como mecanismo, se darán a conocer las conclusiones de los


grupos, a la vez que se irá consolidando la información de forma que finalizada la
plenaria, se entregue como resultado, el perfil ideal de competencias, para entrar a
reflexionar, de manera individual, frente a las debilidades, fortalezas y necesidades
de cada uno, con respecto al resultado del ejercicio anterior.

Por medio del desarrollo de la guía de trabajo, los estudiantes diseñan el plan de
autoformación, identificando las posibles fuentes que brinda el contexto para
fortalecer o desarrollar las competencias que se plantean en el perfil ideal.

Para finalizar, cada uno de los grupos presenta las conclusiones del ejercicio y las
expectativas de apoyo requeridas.

Actividades

⮚ Momento I: Aclaraciones conceptuales y explicación de la


metodología
⮚ Momento II: Construcción del perfil de competencias (trabajo en grupos y
plenaria)
⮚ Momento III: Sensibilización y elaboración del plan de auto-formación
⮚ Momento IV: Plenaria y conclusiones
⮚ Momento V: Evaluación del taller

1. EL LÍDER RECREADOR DEBE...


PERFIL DE COMPETENCIAS DEL RECREADOR
PLAN DE AUTOFORMACIÓN

El propósito para el cual fue diseñada esta guía es, principalmente, el de descubrir
las debilidades y fortalezas del participante, desde una mirada individual y
autocrítica. A lo largo de la capacitación iremos observando y evaluando el proceso
de construcción y fortalecimiento del perfil del participante.

Por ser de carácter individual y totalmente personal, lo invitamos para que


desarrolle cada uno de los ítems de una manera crítica y analítica, ya que le
ayudarán a construir su propio plan de formación.

Mencione las fortalezas, desde EL SABER, con las cuales usted cuenta para el
cumplimiento del perfil de competencias:

Relacione las fortalezas que, desde EL SABER HACER, usted considera tener para el
desempeño de su labor como recreador:
s.
Enumere las fortalezas que, desde EL SER, usted considera tener para el
desempeño de su labor como recreador:
sponsable.

De acuerdo al análisis de las competencias requeridas para el desempeño de la


labor del recreador, mencione las fortalezas adicionales que, COMO PERSONA,
usted puede aportar al mismo:

Cuáles son los campos o aspectos en los cuales, según usted, requiere de
mejoramiento y / o profundización y que contribuirán notoriamente a hacerlo más
competente:

2. ORIENTACIONES GENERALES PARA EL DESEMPEÑO DEL LIDER


RECREADOR

A continuación esbozaremos algunos aspectos que deben ser tenidos en cuenta por
cada uno de los participantes del Programa de Formación Básica en Recreación, con
el propósito de que se apropien debidamente y sirvan como insumo para delinear
su perfil personal y laboral. Deben abordarse con criterios de apertura y siempre
considerando que tales condiciones son de suprema importancia para garantizar el
éxito de nuestra gestión y el impacto que podamos lograr en la población
beneficiaria.

El Recreador es Sujeto Político. Una persona dispuesta, sensibilizada y capaz de


re-crear y trasmitir valores positivos a su comunidad que se proyecten hacia el
mejoramiento de la calidad de vida, por tanto, solidario, tolerante, justo, reflexivo,
dinámico y creativo. Hace parte de un voluntariado que aspira a generar y orientar
cambios en el grupo a su cargo y por lo tanto cumple una función concientizadora
sobre la realidad, ya que a través de su accionar creativo fortalece los principios
democráticos de identidad y de participación, necesarios para la re–construcción de
una nueva sociedad.

El Recreador es un verdadero Líder. Pero este rol no es fruto solamente de la


imposición por habérsele asignado la orientación de un grupo; el liderazgo
contempla la aceptación por parte de este último y debe consolidarse
permanentemente por su eficiente dirección. Es, igualmente, forjador de lideres y
por lo tanto beberá saber motivar a los miembros del grupo a asumir dicho papel
promoviendo su continua participación, facilitando las herramientas y orientaciones
mínimas para que a partir de ellas desarrollen su propio proceso de construcción de
conocimientos acorde con sus intereses y expectativas. En este aspecto es
importante que no imponga sus propios criterios exclusivamente, sino que permita
y propicie la toma de decisiones libre y espontánea. El Recreador ha de ser un
líder con seguidores, no un jefe con subordinados.

El grupo a su cargo

La identificación y el reconocimiento de las características, intereses y expectativas


del grupo que se orienta son elementos de suma importancia que influyen
notablemente en la identificación de los beneficios de la recreación y se relacionan
directamente con las aspiraciones del Recreador, pues este deberá identificarse
con el grupo y no esperar que suceda a la inversa; de allí la importancia de que la
asignación se haga por elección y no por imposición; en tal sentido, resulta
conveniente reconocer algunos rasgos particulares de ciertos grupos de personas,
sin pretender por ello tipificarlos en su generalidad. Presentamos algunos de ellos,
acompañados de ciertas sugerencias para su abordaje:

Niños estudiantes de Instituciones

El ambiente social de algunas instituciones se caracteriza por brindar modestas


oportunidades de interacción adecuadas al niño, sus compañeros y el maestro, lo
cual conduce a un cierto desfase en el proceso de socialización infantil. Socialización
básica y fundamental en los procesos de aprendizaje que debe conducir, como es
obvio, al desarrollo de conductas positivas de cooperativismo y que en ocasiones se
reduce únicamente al espacio del recreo. De allí que las manifestaciones de
“indisciplina” se deban reconocer como intentos o mecanismos del niño para
acercarse a los otros socialmente.

Podemos encontrar niños muy despiertos y motivados aunque su fluidez y


expresión verbal los hace ver como demasiado limitados. Como todos los infantes,
son ávidos de conocimiento y creativos cuando se les estimula y reconoce de
manera permanente; de tal manera, el líder recreador no solamente motivará la
participación sino que la estimulará dando la importancia merecida y adecuada a
toda intervención.

Niños no escolarizados

Su entorno social es similar al de los anteriores, pero a diferencia de aquellos, su


contacto formativo procede por lo general del hogar, donde usualmente sus padres
no dedican suficiente tiempo al desarrollo de sus habilidades, razón para vincularlos
decididamente a procesos creativos. Son fácilmente motivables al emplear la
narración de fábulas y cuentos cortos bien condimentados con imitaciones,
gesticulación y expresión corporal; no son muchas las cualidades histriónicas que
se requieren para ello y facilitan la identificación de roles. El lenguaje sencillo y la
demostración minuciosa de las instrucciones son elementos indispensables en el
desarrollo de las actividades; su tratamiento debe ser personalizado pues se
distraen con facilidad, por lo que se recomienda el trabajo con grupos reducidos;
piense que el Recreador es, quizás, SU PRIMER MAESTRO y que de ello depende
en gran medida su proyección en el sistema escolarizado.
Es
importante que el líder recreador perciba y oriente adecuadamente las habilidades
y experiencias de sus seguidores, las cuales, en muchas ocasiones, superan a las
de los niños escolares y son fruto de su actuar cotidiano: el niño hace mandados,
lleva cuentas, se responsabiliza por labores del hogar, cuida de sus hermanos
menores, etc.

Personas de la Tercera edad

Si bien es cierto que desde un principio se encuentran suficientemente motivados –


de lo contrario no estarían allí-, este elemento no se puede descuidar en ningún
momento. Como grupo, son bastante solidarios y cohesionados, pero su iniciativa
individual muchas veces depende de una adecuada orientación; para ello, se debe
evitar la imposición de órdenes rígidas y, mas bien, aprovechar al máximo las
experiencias de cada uno. Para algunos de ellos, el Recreador representa la imagen
afectiva de quien los escucha y los comprende y, sobre todo, de quien les dedica su
tiempo. Se pueden mostrar menos perfeccionistas que los grupos juveniles y, por
tanto, debe reconocerse que todos los intentos son válidos y dignos de aplaudir.

Grupos Juveniles

Parecería el grupo al cual el Recreador puede adaptarse con más facilidad por la
compatibilidad de edades y caracteres y por la comunidad de intereses. Sin
embargo, no es tan sencillo lograr prontamente la aceptación de un “extraño”
dentro de un grupo prácticamente cohesionado, y mucho menos si se considera que
entra a desplazar a los lideres reconocidos; por el contrario, será un tanto
complicado ganarse ese sitial. No obstante, el líder recreador tiene una gran
ventaja: está preparado; ha recibido una formación para tal y es consciente de que
debe apoyarse en aquellos para obtener dicha aceptación, sin dejarse envolver o
formar “cuadros de preferencia” que generen irritabilidad en los demás. Atenta
contra la cohesión del grupo.

“El estatus del líder está dentro del grupo y no fuera de él”. El líder no es inmune a
las acciones del grupo si se desvía demasiado de la conducta aceptable que
prevalece en aquel. La concepción de autoridad propia de esta etapa del ser
humano lo hará entender que el Recreador no es el maestro que se las sabe todas,
sino el amigo que puede orientar mejor un proceso, que tiene más recursos o que
da un mejor manejo a los recursos y aportes del grupo, los cuales deben ser tan o
más importantes que los suyos.

Aportará su experiencia, pero sin imponer “su autoridad”. Será necesario diseñar
actividades que generen análisis y contemplación de alternativas variadas buscando
un equilibrio adecuado entre la autoridad y la flexibilidad en la conducción del
grupo. Los jóvenes se muestran más insatisfechos, susceptibles y analíticos, de allí
que sea mas que conveniente tener muy en cuenta, y direccionar, sus sugerencias
en el desarrollo de las actividades, para que el proceso no se convierta
simplemente en la búsqueda de un resultado “a toda costa o por cualquier medio”.
Niños discapacitados

Para abordar el trabajo con esta clase de grupos, es imprescindible que el líder
recreador tenga no solamente voluntad de servicio o inclinación vocacional, sino
una formación adecuada en Educación Especial. En primera instancia, el grupo debe
ser tan reducido y homogéneo como sea posible, ya que la atención deberá ser
mucho mas personalizada que en cualquiera otro. El acto recreativo deberá estar
dirigido particularmente al desarrollo de las habilidades sico-motoras finas
(visuales, auditivas, táctiles) y cognitivas (grado de atención y concentración) que
le permitan al niño una mas afectiva aprehensión del medio. Se debe considerar
que la asimilación del entorno no es igual en un niño con deficiencia en el lenguaje
articulado que en otro con deficiencias auditivas, por solo citar un ejemplo. De ahí
la importancia de poseer cierto grado de especialización.

Es fundamental la participación de los padres del menor en todas las etapas y


actividades del proceso, quienes complementarán la labor del Recreador con su
afecto y apoyo decididos.

La definición de objetivos

Toda actividad que se realiza tiene de por sí una finalidad y debe perseguir un
objetivo especifico, educativo, formativo, lúdico, ilustrativo; nada se hace por el
simple hecho de hacerlo, aunque el juego y la recreación deberían estar
desprovistos de cualquier condicionamiento externo; por lo tanto, para adelantar
cualquier proyecto o evento deben fijarse propósitos claros y alcanzables, pero no
por ello limitados, pues no debemos olvidar que uno de los fundamentos que
sustentan nuestra labor es precisamente su CAPACIDAD DE TRASCENDENCIA. Esto
quiere decir que si bien los objetivos deben ser alcanzables, deben dejar la puerta
abierta para la definición de nuevas metas, a manera de peldaños que conservan
una continuidad.

La formulación de los objetivos debe contener aspectos claramente observables


pues su evaluación permanente resulta esencial para la re-afirmación o el re-
planteamiento de las estrategias y métodos empleados; por lo tanto no deben
sustraerse exclusivamente al campo de los resultados finales. En este sentido, el
diseño de los objetivos y de las actividades lúdicas con las cuales se pretende
alcanzarlos debe comprender criterios de complejidad gradual (ascendente) en una
dimensión tal que sean acordados por los miembros del grupo de acuerdo a sus
posibilidades, intereses y expectativas y que por lo tanto sean susceptibles de
adaptación. Las actividades y juegos, así mismo, habrán de perder su rigidez y dar
espacio a la flexibilización y modificación espontánea de su normatividad. Este es
un paso fundamental para dinamizar la construcción del juego libre, objetivo
especifico de la recreación.

Partiendo de lo anterior, se hace necesario relacionar, a manera de orientación,


algunos tipos de objetivos que son de fácil comprensión: actitudinales,
procedimentales y de resultados.

Los actitudinales se refieren propiamente a la respuesta que se espera obtener de


parte del grupo y en particular de cada uno de sus integrantes; deben perseguir la
motivación, el entusiasmo, la participación activa, el interés con respecto al tema
que se desarrolla o a la actividad que se realiza.

● Ejemplo 1. “Fomentar en el participante el interés por la conservación y el


cuidado del Medio Ambiente” (Mediante la consideración y apreciación del
entorno domestico o escolar, el auditorio construirá las conclusiones de
acuerdo a sus vivencias)
● Ejemplo 2.” Reconocer la capacidad de concentración y atención del
participante en el seguimiento de instrucciones”.

Los objetivos procedimentales plantearán metas que permitan evaluar las


estrategias, métodos y técnicas a utilizar, promoviendo el conocimiento y la
practica de los mismos, reconocibles a través de la participación, la iniciativa, la
imaginación y creatividad y la libre elección de alternativas, encaminando el
proceso hacia la toma de decisiones. Estos objetivos son los que mejor identifican
el espíritu y la filosofía del proyecto, por cuanto se centran en la actividad práctica
de aprender haciendo y fomentan la búsqueda de nuevas posibilidades de análisis
y resolución de problemas.

● Ejemplo 1. “Fomentar en el participante el desarrollo de las habilidades


creativas mediante la manipulación libre de empaques de cartón ( o
plastilina, papel maché, etc.)¨.
● Ejemplo 2. “Reconocer en el individuo su actitud participativa en la
determinación y/o modificación de normas dentro del juego libre”.

Los objetivos de resultados están dirigidos principalmente a resaltar la aplicación


y la trascendencia de lo obtenido, por lo cual no se deben entender como objetivos
terminales, ya que deben comprender conductas y comportamientos proyectables
hacia el entorno.

● Ejemplo 1.”Desarrollar en el auditorio la conciencia reflexiva con respecto al


uso del agua en el hogar, la escuela y la comunidad”
● Ejemplo 2. “Desarrollar en el participante los criterios democráticos y de
tolerancia, necesarios para la convivencia y la resolución pacifica de
conflictos”.

El componente ludico–pedagógico

Son notorias e indiscutibles las posibilidades y ventajas de la pedagogía lúdica, de


la metodología recreativa bien aplicada, en los procesos educativos. El término
RECREACIÓN, para el caso, deberá entenderse como el medio con posibilidad de
generar nuevas realidades y no solamente de re-crear las mismas, a través de
actividades lúdicas. Actividades que, a decir de J. Dumazedier, “posean las
funciones principales de Descanso, Diversión y Desarrollo de la personalidad”,
contrarrestadoras del cansancio propio del trabajo impuesto, del aburrimiento y de
la alineación de un sistema consumista, también impuesto y condicionador; por
tanto se buscará ante todo desarrollar aprendizajes para el uso positivo y creativo
del tiempo libre y no solamente para su consumo.
Los talleres –importante herramienta metodológica- deben entenderse como
actividades de trabajo práctico que a través de información e instrucción generan
un producto especifico que pretende analizar y resolver problemas, vivenciar
procesos, desarrollar la creatividad y promover el interés por la cultura, la ciencia y
la técnica. Por ello, el producto (conocimiento) debe trascender y proyectarse (ser
ampliado y aplicado a la vida).

Es importante que el Recreador promueva en el grupo la participación intencional


con el fin de generar seres para la creación, individuos críticos, cuestionadores,
pero ante todo constructores, que asuman conscientemente su compromiso con la
tarea, con los compañeros y con la realidad toda, pero no considerada como una
imposición del medio sino como un instrumento de auto-formación y
enriquecimiento personal y social.

No es suficiente con que el Recreador maneje infinidad de recursos y técnicas


(Didáctica), es necesario que le pertenezcan, que haya sido protagonista de su
creación y selección y sepa por qué y para qué las implementa (Pedagogía). Debe
ser consciente de que no podrá lograr en otros lo que ÉL no es. De allí la
importancia de identificar no solo la clase de persona que quiere formar, sino qué
clase de persona requiere ser ÉL mismo para lograrlo. SU PROPIO PERFIL.

Las prácticas recreativas han de ser elegidas y placenteras y centrarse más en el


aprendizaje que en la enseñanza y enfatizar más en lo grupal que en lo individual,
resaltando que el hombre es un ser social, cooperativo, solidario, y no
exclusivamente competitivo.

La mejor forma de alcanzar esta meta consistirá en que los participantes (de su
grupo) logren hacerse cargo de todos los aspectos de organización y desarrollo de
las tareas, incluyendo la formulación de los objetivos. Solo así fomentaremos la
auto-gestión y daremos un gran paso que nos acerque al SUJETO POLÍTICO, auto-
reflexivo y proactivo; por tratarse de actividades electivas –libres de
condicionamientos externos-, los participantes asumirán conscientemente su
desarrollo y resultados.

El documento “EL SERVICIO SOCIAL: Semillero para la construcción de Una


Sociedad Civil”, editado por FUNLIBRE, ofrece algunas técnicas generales para
asumir la metodología de taller según los propósitos que se persigan, pero su
aplicación eficiente depende del manejo creativo y oportuno que se haga de ellas.
Son recursos que el Recreador debe conocer, interpretar, ensayar y evaluar para
evitar la improvisación y dar consistencia al proceso.

Los talleres recreativos, además de servir de escenario para la ampliación de


conocimientos, conllevan al desarrollo de aptitudes y potencialidades y de las
habilidades comunicativas, estimulando notoriamente la capacidad creadora; estos
podrán asumirse ejercitando alguno(s) de los métodos señalados a continuación:

● Deductivo: Se llega a proponer conclusiones y alternativas de solución a


partir de una corta presentación teórica (Modelo Lógico).

A partir de la narración de un cuento corto o una fábula, se podrá llegar a


conclusiones valorativas especificas o, con base en la manipulación de
elementos de modelado se pueden deducir sus propiedades distintivas: textura,
maleabilidad, rigidez, etc.

● Inductivo: A partir de un ejercicio práctico se genera información que debe


ser analizada por los participantes llegando a un planteamiento teórico que
conduzca a la búsqueda de conclusiones y soluciones (Modelo Practico
Vivencial).

En la elaboración de un vivero, por ejemplo, se pueden introducir


progresivamente elementos diferentes identificando entre ellos relaciones cada
vez mas complejas hasta abarcar una totalidad, concluyendo en una afirmación
general sobre el comportamiento del ecosistema.

● Casuístico: A partir del análisis de casos particulares o problemas reales o


supuestos, se llegará a una formulación teórica y se propondrán soluciones
prácticas (Supuesto Vivencial Trascendente)

Proponemos para este caso la dinámica de pensamiento -aportada por Edward


De Bono en su obra “Aprender a pensar”- conocida como P. N. I. Donde, a
partir de una situación especifica, real o supuesta, se hacen juicios valorativos
Positivos, Negativos e Interesantes, respondiendo esta última a la posibilidad
de formular hipótesis del siguiente tipo: “sería interesante si...”, “qué sucedería
si...”, qué interesante sería que...”, etc.

La efectividad de la metodología a aplicar, como ya lo anotamos, depende de la


habilidad del Recreador para seleccionar la más conveniente, según cada caso,
aunque lo primordial no está tanto en el resultado final como en la participación de
los integrantes. De igual manera, la Pedagogía Lúdica debe comprender criterios
claros de selección y aplicación evitando la “dosificación sistemática”, ya que se
puede caer en la rutinización del proceso; por el contrario, el Recreador deberá ser
poseedor de un buen repertorio de recursos que le permitan motivar continuamente
la tarea, ya sea para distensionar o para estimular al grupo; deberá ser, por tanto,
variada y espontánea y dar cabida a las sugerencias de los participantes (flexible).

Es recomendable que tanto al inicio como al final de cada sesión recreativa se


hagan dinámicas grupales de reconocimiento y afianzamiento tal como las descritas
en el documento mencionado y reconocidas como actividades de Animación Socio
Cultural, una buena fuente de ellas se encuentra en la carpeta “Menú de
Recreación”, publicada por COLDEPORTES CUNDINAMARCA y que contiene
actividades recreativas de campo y de recinto cerrado, juegos de presentación, de
integración, de animación, de coordinación, juegos autóctonos, penitencias,
dinámicas de aplauso y otras que, a mas de divertir, procuran la agilidad mental, el
fortalecimiento de habilidades, la identificación cultural, el conocimiento del grupo,
el auto-dominio y la confianza.

Otros recursos didácticos que motivan notablemente la participación dialógica –no


pasiva- de la audiencia son los cuentos cortos y las fábulas, de los cuales se pueden
extraer conclusiones a manera de moralejas, principios éticos y de convivencia,
muy apropiados para grupos infantiles y juveniles. En términos generales, cuando
se estimulan ampliamente la imaginación y la creatividad, se puede sacar buen
partido de actividades sencillas para propósitos específicos, como formar en los
principios democráticos mediante juegos reglados populares tales como “el
maniquí”, “la lleva”, “las estatuas” o “el puente está quebrado”.

Finalmente, tengamos en cuenta que, en muchos casos no se cuenta con los


recursos necesarios para el desarrollo de las actividades, razón por la cual el
Recreador habrá de ejercitar toda su creatividad para aprovechar los recursos del
entorno o los que sean de fácil obtención o elaboración por los participantes,
motivando la utilización de materiales de desecho como cajas y empaques de
cartón, botellas y vasos plásticos desechables, pitillos, tapas de gaseosa y otros. De
igual manera, los espacios físicos disponibles deben ser utilizados en toda su
amplitud de ser posible; el efecto psicológico y la sensación de libertad que se
experimenta son un buen aliciente para las actividades.

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