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Presentación:

Nombre del alumno: Didier Emmanuel


Rocha Rico
Numero de lista: #12
Docente: Víctor Manuel Aguilar Lechuga
Materia: historia
Tema: reformas borbónicas y el bajío
Grado y grupo: 2 B
Nombre de la escuela: telesecundaria
Cuauhtémoc
Clave: 30DTVO535A
Fecha de entrega: martes 21 de marzo del
2023
¿Qué son las reformas borbónicas? Y ¿En que
consistían?
El siglo XVIII se inició́ con un conflicto sucesorio de la Corona española donde,
entre 1701 y 1713, se enfrentaron la Casa de Borbón y la Casa de Austria por
la herencia de Carlos II. Esta pugna de poderes cesó en 1713 con la subida al
trono español de Felipe V, debido al reconocimiento internacional de su
acceso al trono español por la paz de Utrecht. A partir de entonces, se inició
una etapa de cambios y transformaciones a través de la implantación gradual
de una serie de planes y proyectos en las distintas esferas del imperio
hispánico a lo largo del siglo XVIII. Este proyecto de reorganización política y
económica no pretendía transformar completamente el orden estamental
vigente sino mejorarlo para un mejor gobierno y una mejor administración
de sus dilatados dominios.

Los actores de este reformismo borbónico buscaban renovar el aparato


estatal a través de una burocracia centralizada, que emanara de Madrid, para
restaurar el prestigio y la influencia de la monarquía. Y, para ello,
ambicionaban establecer un mayor control político, comercial y
administrativo dentro del imperio. La mayoría de los autores coinciden en
señalar dos etapas: una inicial de cambios moderados, originados a
comienzos del siglo XVIII, coincidiendo con los reinados de Felipe V y
Fernando VI, que sentaron las bases para la fase posterior, bajo el reinado de
Carlos III, mucho más intensa y ambiciosa.

El impulso a las reformas se produjo a partir de 1763. Esto es debido a que


los desastrosos resultados de la Guerra de los Siete Años, sobre todo a partir
de 1762 con la toma de Manila y La Habana por los ingleses y en 1763 con la
Paz de París, impulsaron la necesidad de reformas. Esto se debe a que la
monarquía adquirió conciencia de la importancia estratégica de las colonias
americanas, principalmente del Caribe, amenazadas por las potencias
extranjeras que las acechaban continuamente y mermaban el intento de
control que pretendía la Corona sobre ellas, causando obstáculos y peligros a
través del contrabando y de los conflictos bélicos. Por estas razones se
planteó instaurar un sólido plan de cambios que estabilizara y fortaleciera su
dominio en las Indias.
Las reformas buscaban mejorar las estructuras económica, administrativa,
educativa, judicial y militar de sus estados para aumentar el poder de la
monarquía. No obstante, estos proyectos reformistas tuvieron versiones
propias y diferentes en cada espacio geográfico de la Monarquía Hispánica ya
que suponía un ámbito compuesto de múltiples y diversas sociedades con
rasgos propios y dinámicas peculiares.

Las medidas económicas se centraron en aumentar los impuestos y controlar


las tasas aduaneras, implantar un proteccionismo en el sector manufacturero
que favoreciera la creación de manufacturas reales (como las Reales Fábricas
de Tapices, Cristales, etc.), aplicar estímulos que favorecieran el
desenvolvimiento de la agricultura y la minería, y liberar a la actividad
productiva de ciertas trabas que entorpecían su desarrollo como la liberación
del comercio de granos en la Península 1765 o la promulgación sistema del
libre comercio entre distintos puertos americanos y españoles iniciado con la
publicación del Decreto de Libre Comercio en 1765 y culminado con el
Reglamento y aranceles reales para el comercio libre de 1778. Esto supuso un
crecimiento del comercio colonial donde ciudades andaluzas gozaban de gran
relevancia, como era el caso de Cádiz, donde se había trasladado la Casa de la
Contratación y el Consulado desde Sevilla a esta ciudad en 1717, que siguió
manteniendo bajo su control la mayor parte del tráfico ultramarino.

Uno de los proyectos económicos, en este caso inacabado, fue la reforma de


la Hacienda, intentando mejorar los sistemas de recaudación de impuestos
que racionalizaran el sistema fiscal y acabaran con la desigualdad
contributiva: el Catastro de la Ensenada.

Otro de los planes con objetivos económicos fue la creación de las Nuevas
Poblaciones de Sierra Morena y Andalucía en 1767 que fue un proyecto
ilustrado del intendente Pablo de Olavide que pretendía una repoblación del
territorio a través de una colonización agraria. En total, hasta julio de 1769,
llegaron a Sierra Morena y Andalucía 7764 colonos. Los objetivos de este
proyecto, aunque con muchas dificultades, se cumplieron en gran medida
debido a que los desiertos demográficos de estas zonas se cubrieron con
pobladores; se pusieron en cultivo gran cantidad de tierras, trigo y olivo
fundamentalmente; y se creó una sociedad de medianos propietarios que
vivían de trabajar sus propias tierras.
En el ámbito administrativo, hubo una remodelación del aparato institucional
mediante la creación de organismos eficaces y operativos que desde la
Administración central o territorial fueran capaces de gobernar en aras de la
uniformización y centralización del poder en manos del monarca y poner al
mando de estos organismos a burócratas o funcionarios. Para ello, se
llevaron a cabo proyectos como los Decretos de Nueva Planta (1707-1716), la
creación de las Secretarías de Estado y del Despacho (1714) y de las
Intendencias de Provincias (1718). Además, con el fin de ajustar las piezas de
la maquinaria administrativa se institucionalizó en 1787 la Junta Suprema de
Estado, un órgano de liberador que reunía semanalmente a los secretarios
del Despacho bajo la presidencia del Secretario de Estado.

En el plano religioso, el regalismo fue el elemento esencial de la política


reformista, sobre todo con Carlos III. Se trataba de una política destinada a
hacer prevalecer las regalías o derechos inherentes a la soberanía del
monarca, sobre los derechos propios de la Santa Sede. La acción regalista de
Carlos III se centró en el control de la Iglesia española, y para lograrlo
desarrolló una amplia acción reformista en la cual destacó la expulsión de los
miembros de la Compañía de Jesús de todos los dominios de la Corona
española en 1767. Lo que tuvo profundas consecuencias en Andalucía ya que
la Compañía de Jesús se encontraba ahí en plena fase expansiva, y aunque
era muy estimada también había acumulado numerosos opositores debido a
la defensa de la ortodoxia doctrinal católica; obispos que no estaban de
acuerdo con la defensa de sus privilegios y exenciones como la de no pagar
diezmo; y otros adversarios que miraban con recelo su predominio en la
enseñanza y su cercanía al poder político. Tras la promulgación de la
Pragmática Sanción que ordenaba su destierro y expulsión, todos los jesuitas
de las casas de la provincia de Andalucía, un total de 559, se reunieron en El
Puerto de Santa María para de allí partir a los Estados Pontificios.

En materia militar, las decisiones se focalizaron en ampliar y modernizar la


infraestructura, tanto terrestre como marítima, con el aumento y mejora de
las fortificaciones peninsulares y americanas, así como los efectivos humanos
(los ejércitos dejan de ser mercenarios y se fijan diferentes sistemas de
reclutamiento nacional); la organización de los cuerpos militares en unidades
más operativas a las que se les dotó del equipamiento adecuado; la
introducción de conceptos como la disciplina, el honor y el valor como
elementos básicos de la milicia; sin olvidar la importancia de la carrera militar
como un nuevo medio de promoción social y servicio al Estado. En Andalucía
está medida tuvo especial repercusión, especialmente en Cádiz donde se
creó el Arsenal de la Carraca (1752) y el Real Instituto y Observatorio de la
Armada a finales del siglo XVIII.

El aspecto cultural en el siglo XVIII se basó fundamentalmente en el impacto


de la Ilustración y las ideas ilustradas que situaban a la razón en el centro de
todos los ámbitos del saber y la cultura, además de otros valores como
progreso, civilización, tolerancia y utilidad. El desarrollo de la Ilustración que
tuvo su particular versión en Andalucía donde dicho movimiento consiguió
logros importantes. Una de las instituciones más representativas del
reformismo ilustrado fueron las Sociedades Económicas de Amigos del País.
La primera de ellas se creó en la localidad de Vera en 1776 y de ahí se
difundió por toda la geografía andaluza donde prosperaron en algunos
lugares, como Écija, Constantina, Alcalá de los Gazules, Medina Sidonia, El
Puerto de Santa María, Montilla, etc. En otros lugares fue más tardío su
establecimiento como en Córdoba (1779), Málaga y Jaén (1790), y en otros
casos no tuvieron el éxito esperado.

Las ideas ilustradas fomentaron las iniciativas a favor de la reforma


universitaria donde destacó Pablo de Olavide que realizó un Plan de Estudios
para la Universidad de Sevilla (1769) que marcó las pautas de esta reforma
no sólo en Andalucía sino en toda la Península. Este plan se centró sobre
todo en una secularización de los estudios, la impartición de cursos regulares
y el control de la asistencia de los estudiantes a las clases. Sin embargo, no
supuso una auténtica modernización debido a las trabas de los sectores más
conservadores.

La difusión cultural se llevó a cabo a través de las tertulias, lugares de


discusión de las ideas más progresistas. La más famosa fue la que realizaba
Pablo de Olavide diariamente en el Alcázar y donde asistieron personajes tan
relevantes como Antonio de Ulloa o Gaspar Melchor de Jovellanos. Sobresale
igualmente la instauración de un movimiento académico reflejado en
Academias como la Real Academia de Buenas Letras (1773), la Real Academia
de Medicina o la Real Academia de Bellas Artes (1759) y la difusión de
bibliotecas, librerías e imprentas que, aunque en número no muy numerosas
se ponen de manifiesto en las esplendidas bibliotecas del abogado Vicente
Pulciani en Cádiz o la del comerciante Sebastián Martínez tanto en Cádiz
como en Madrid. Uno de los instrumentos más característicos de la
divulgación de la cultura ilustrada fue la prensa. Aparecieron publicaciones
periódicas en todas las capitales andaluzas como la Gacetilla Curiosa de
Granada (1764), el Semanario Malacitano (1765), la Pensadora
Gaditana (1763) y el Correo de Sevilla (1781).

Sin embargo, estas renovaciones se toparon con fuertes resistencias. Una de


las oposiciones más fuertes al reformismo borbónico, específicamente al de
Carlos III tuvo su máxima expresión con el denominado Motín de Esquilache
(1766). Los disturbios se originaron en Madrid a finales del mes de marzo de
1766 y se extendieron por toda la geografía peninsular, con un fuerte eco en
numerosas ciudades andaluzas como Sanlúcar de Barrameda, Sevilla, Jaén o
Granada. El motín canalizó las protestas de aquellos sectores de la elite
política que eran contrarios a la centralización del estado y que apostaban
por un férreo mantenimiento de la tradición. Contó también con el sostén
del pueblo llano que se quejaban de la alta presión fiscal, la subida de precios
y la prohibición de la vestimenta tradicional. Ambos grupos exigían la
deposición del ministro Esquilache del gobierno y el abandono de las
reformas radicales, lo que consiguieron en gran parte. Este tipo de
movimientos de oposición y resistencia a las reformas complicaron aún más
su ejecución y determinaron la modificación y adaptación de las medidas
reformistas ideadas desde el centro a las circunstancias e intereses locales.
Situación que ponía de manifiesto las fuerte limitaciones con las que se
toparon los esfuerzos de centralización por parte de la Monarquía que, en
vez de aumentar el poder en el centro, terminaron por incrementar la
soberanía local. Además, constituían asimismo una prueba elocuente de la
gran diferencia que había entre la reforma proyectada sobre el papel y su
aplicación en la realidad, es decir, entre la norma y la práctica de los planes
reformistas del siglo XVIII.
¿Por qué el bajío fue considerada como la zona mas rica
del virreinato?
El bajío es una región gráfica, histórica, económica y
cultural del centro norte-occidente de México.
Historia
Esta región ha sido protagonista de los principales sucesos que marcaron la
vida del país.
Los primeros pueblos que habitaron la región del Bajío fueron las
naciones chichimecas, nombre que daban los mexicas a un conjunto de
pueblos indígenas que habitaban el centro y norte del país.
El Bajío en la época colonial fue una región muy próspera, gracias a los
ranchos agrícolas-ganaderos y a su gran zona minera.
En septiembre de 1810, el Bajío se convirtió en la cuna del movimiento de la
Independencia de México. En Morelia, Michoacán nace José María
Morelos, Josefa Ortiz de Domínguez, entre otros personajes principales de la
independencia. El día 13 de septiembre, fue tomado prisionero Epigmenio
González, quien tenía un arsenal de armas destinado a la insurgencia. El día
15 se detuvo al corregidor de Querétaro, don Miguel Domínguez; y su
esposa, doña Josefa Ortiz de Domínguez. Algunos historiadores afirman que
ella logró enviar un mensaje al capitán Ignacio Allende y a Miguel Hidalgo, a
través de Ignacio Pérez, un miembro de su milicia que cabalgó a San Miguel
el Grande, hoy San Miguel de Allende, a comunicar a quienes iniciarían
la Guerra de Independencia de México que la conspiración había sido
descubierta. El hecho del que se hace más remembranza ocurrió la
madrugada del 16 de septiembre de 1810. En un pequeño pueblo llamado
Dolores (hoy Dolores Hidalgo, Cuna de la Independencia Nacional), donde el
cura Miguel Hidalgo y sus colegas independentistas se levantaron en armas
contra el régimen virreinal, lanzando el famoso Grito de Dolores. Siendo el
Padre de la Patria hijo guanajuatense, también, pues nació en Pénjamo.
En 1847, Querétaro fue nombrada capital de México, cuando fue invadido
por las fuerzas estadounidenses. El 30 de mayo de 1848 se firmó el Tratado
de Guadalupe Hidalgo, que puso fin a la invasión estadounidense y donde
México perdió la mitad norte de su territorio.
En 1867 se libraron dos batallas entre el ejército republicano y el imperial en
el Cerro de las Campanas, durante el Sitio de Querétaro. Maximiliano de
Habsburgo fue capturado, enjuiciado y sentenciado, siendo fusilado el 19 de
junio en el Cerro de las Campanas, junto con los generales mexicanos Miguel
Miramón y Tomás Mejía.
Los estados que conforman El Bajío son

Aguascalientes Guanajuato Jalisco Michoacán Querétaro San Zacatecas


Luis
Potos
í
Bibliografía:
Recuperado en:
http://www2.ual.es/ideimand/las-reformas-borbonicas/
https://es.wikipedia.org/wiki/Baj%C3%ADo_(M%C3%A9xico)

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