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TALLER - GOBIERNO, DISCIPLINA E INDEPENDENCIA JUDICIAL

Prof. Carolina Coppo D.

7 MARZO

Temas generales.

1. Función judicial y la jurisdicción. Cuál es el concepto y los principios. Tanto el


sistema de nombramiento como el de remoción, evaluación, capacitación y carrera
judicial se relaciona con los principios de la jurisdicción.
2. Sistema de nombramientos y carrera judicial. La normativa aplicable, el sistema de
nombramiento de los jueces y ministros, como se ingresa al Poder Judicial, cómo se
produce la promoción de los miembros del Poder Judicial, normativa aplicable y las
formas que se utilizan (usos y costumbres de las cortes). Por ejemplo: los relatores,
que requieren el curso en la Academia Judicial. Capacitación de los jueces,
constituida por los cursos que provee la Academia Judicial.
3. Sistema de calificaciones. Son los superiores jerárquicos jurisdiccionales los que
califican el desempeño de los jueces.
4. Régimen disciplinario. Ámbito subjetivo (quienes están sujetos), y ámbito objetivo
(actos que pueden ser susceptibles de control disciplinario), así como también las
sanciones.

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Jurisdicción y función judicial.

Se confunden ambos términos porque de hecho la CPR que regula los poderes del Estado,
regula el PJUD a partir del art. 76, lo primero se refiere a los órganos que ejercen
jurisdicción. El poder judicial es el conjunto de órganos que ejercen jurisdicción.

Hay que tener claro conceptos: Poder Judicial, Jurisdicción, y Función Judicial. ¿En qué se
diferencia lo judicial de lo jurisdiccional? Lo judicial siempre debe ser relacionado con el
órgano, es decir, cada vez que se refiere a algo judicial, se debiera estar refiriendo al
órgano (órgano que la mayoría de las veces ejerce jurisdicción). En cambio cuando se habla
de lo jurisdiccional se refiere a la función de los órganos judiciales (es por ello que están
relacionados); se refiere a la función de declarar el derecho en casos concretos, resolver
conflictos de relevancia jurídica; el acto a través del cual se efectúa esta declaración es la
sentencia, un instrumento. Como el órgano jurisdiccional, resolviendo el conflicto de
relevancia jurídica a través de una sentencia, la cual es la culminación de un proceso o
juicio.

Por regla general, la función judicial es aquella que realizan los órganos de la jurisdicción,
pero no necesariamente toda función judicial es jurisdiccional.

El criterio orgánico no se puede aplicar de forma estricta, ya que hay oportunidades que
los órganos jurisdiccionales, realizan actos que no tienen naturaleza jurisdiccional (resolver

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conflictos de relevancia jurídica. A su vez, existen otros órganos que ejercen funciones
jurisdiccionales como el Senado o la Administración. Por ejemplo los autos acordados son
actos judiciales, pero NO son jurisdiccionales, ya que no se está resolviendo un conflicto.
Existen intromisiones de los distintos órganos que ejercen distintos poderes, y que se
entrometen en los otros. El órgano si es relevante para definir la función jurisdiccional,
pero no es un criterio absoluto.

En general se puede decir que los órganos judiciales pertenecen al Poder Judicial, y la
generalidad de los actos que lo identifican como órgano, son actos de naturaleza
jurisdiccional. Sin embargo, hay muchos actos de naturaleza administrativa que emanan de
este poder, pero no son lo que los caracteriza.

Hay ciertas instituciones como el principio de oportunidad, es que se discute si el órgano


(Ministerio Público) está tomando una decisión jurisdiccional, ya que es administrativa. Sin
embargo si se ve la naturaleza, forma y efectos que produce, se puede sostener que es en la
práctica una decisión jurisdiccional, ya que decide sobre el derecho.

El ejercicio de la jurisdicción está dado por diversas etapas, cada una de las cuales se lleva
a cabo ante distintos órganos jurisdiccionales y de diversa jerarquía. La estructura que
existe de los tribunales de nuestro país es diversa, y hay que entender que hay ciertos
tribunales que forman parte de la jerarquía, mientras que otros no; sin embargo esta
jerarquía se mantiene en que la Corte Suprema es la más grande, y las Cortes de
Apelaciones que son inferiores a la CS pero superiores jerárquicos de todos los tribunales
(civiles, jueces de garantía y tribunales orales en lo penal, aduaneros, del trabajo, de
familia, JPL, etc.). La mayoría de las causas se suscitan en primera instancia en alguno de
estos tribunales, y siempre el superior jerárquico es la CA, sin perjuicio que la misma tenga
competencia para conocer de otros asuntos, como por ejemplo recursos de reclamaciones
en contra de órganos administrativos. La función judicial que se ejerce a través de estos
órganos jurisdiccionales es jerarquizada de acuerdo a estos parámetros generales.

A la función judicial no le corresponde solucionar controversias que no sean dadas entre


particulares y entre particulares y el Estado. Es por ello que en el ejercicio de la jurisdicción
es muy relevante la actuación de las partes. Por ejemplo, en la mayoría de las materias de
competencia, si no hay intervención de parte que ejerza una acción, el tribunal no tiene
nada que conocer. El rol de las partes es absolutamente esencial por parte de la acción de
estos órganos del Estado.

Por ejemplo en derecho del trabajo, en la medida que no existan demandas, los tribunales
son tienen competencia para conocer de nada, si no existen particulares que concurran al
órgano jurisdiccional, los tribunales se quedan sin trabajo. Sin embargo, no es así en cuanto
a los otros poderes del Estado, los cuales funcionan sin perjuicio de las actitudes de los
particulares.

Otra característica de la función judicial es que la propia jurisdicción tiene sistemas de


revisión de sus propios actos a instancia de partes, mediante el cual se pueden enmendar sus
resoluciones; la propia jurisdicción provee a las partes de un proceso, revisar sus actos
jurisdiccionales con el objeto que sean enmendadas o invalidadas. Por otro lado, los actos

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de administración también pueden ser revisados, pero en definitiva su legalidad es revisada
por los órganos jurisdiccionales.

En Chile, la función judicial relativa al Poder Judicial, es ejercida por los órganos
jurisdiccionales. La CPR en los art. 76 no define al Poder Judicial, solamente señala que le
corresponde conocer las causas civiles y penales. Siempre este concepto ha sido entendido
como un concepto restringido de lo que es la jurisdicción, y a su vez cual es la función que
le corresponde al Poder Judicial, es decir, que le corresponde conocer, resolver y ejecutar lo
juzgado respecto de causas civiles y criminales.

Esto lleva a tratar de definir en qué consiste la función judicial, según algunos solo
consiste en la tarea de resolver juicios aplicando la Ley vigente. Según otros, esta función
que tiene por objeto resolver litigios, puede realizarse no solamente aplicando la legislación
vigente, sino que en general recurriendo a cualquier fuente del derecho.

Otra función de la función judicial es resguardad y conservar el derecho de las personas.


Es discutible ya que a través de las facultades conservadoras corresponde a los tribunales
conocer por ejemplo las acciones constitucionales, sin embargo, estas podrían ser conocidas
por otro órgano que no sea jurisdiccional. Por ejemplo en el recurso de protección, no
existe necesariamente un conflicto de relevancia jurídica que deba ser solucionado a través
de un acto declarativo que dice de quién es el derecho; en este recurso de protección,
efectivamente se dicta una sentencia, pero esta no declara el derecho de una persona, su
función primordial es reestablecer el imperio del derecho y asegurar al ofendido por el acto
u omisión arbitraria e ilegal, no sea vulnerado en su ejercicio legítimo. Existe una
diferencia entre declarar un derecho, que hacer un examen de un acto, y posteriormente
declarar si es arbitrario, o si infringe amenaza o perturba los derechos de una persona. Hay
una función, por tanto, judicial jurisdiccional, y una función judicial conservadora.

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La doctrina ha aceptado que la jurisdicción es un poder que tiene por objeto resolver
controversias. De todas las funciones de los poderes públicos, aquel que se encarga de
resolver conflictos y controversias, es el Poder Judicial. Esta resolución de conflictos se
realiza cuando las partes no pueden solucionar sus conflictos, le piden al Estado que
mediante la jurisdicción los ayude a solucionar el mismo, lo cual se realiza aplicando la ley.

El problema de esta distinción, es que existen otros órganos que pertenecen a otros poderes
que también resuelven controversias. Las decisiones que toma aplicando la ley y mediante
la cual resuelve los conflictos de los particulares, tienen un poder y fuerza que las hacen
efectivas, el efecto de cosa juzgada que producen; sin este efecto, la función judicial no
tendría efectividad ni aporte alguno a la sociedad.

Si la función judicial tiene por objetivo resolver conflictos, en la medida que estas
decisiones no tengan cosa juzgada, estos conflictos no se han resuelto. La cosa juzgada
tanto como acción o excepción importan un consenso en que la sociedad toda le otorga este
efecto mediante la ley.

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¿De qué manera la cosa juzgada afecta la resolución de conflictos? Sin la acción de cosa
juzgada, la jurisdicción de los tribunales no puede ser cumplidas de manera compulsiva. Es
decir, sin cosa juzgada las sentencias no sirven para nada. Sin la excepción de cosa juzgada,
las resoluciones tampoco servirían de nada. Sin este efecto, los conflictos se podrían
discutir por siempre.

Las soluciones que dan los tribunales de justicia pueden ser legalmente equivocadas, o en
algunos casos legalmente acertadas pero que llegan a una solución que no es justa. Además,
hay que considerar que muchas veces, particularmente en civil, estas decisiones respecto de
cómo se solucionan conflictos, se basan en un sustento fáctico que no necesariamente es el
real, ya que resuelve según los hechos probados por las partes. Como todo mecanismo de
resolución de conflictos, no está exento de problemas como estos.

Dada la relevancia que tiene la solución de conflictos entre particulares, es la importancia


de la función judicial (o jurisdicción). En primer término, se estima que esta necesidad de
los particulares de resolver conflictos es una necesidad pública, un bienestar al que aspiran
todas las personas; por ello es que la función judicial es un poder público. Se diferencia de
otros poderes públicos, ya que no representa a un grupo de personas, una persona o una
determinada ideología, sino que tanto los órganos que ejercen la función judicial como los
actos que estos realizan, deben estar siempre revestidos de imparcialidad. No se refiere al
igual trato a las personas, sino que siempre el poder ejecutivo va a representar una
ideología, lo que se traduce en las leyes, por ejemplo. Otra diferencia es que los órganos
que forman parte de la administración lo hacen en virtud de una delegación de poder; esto
no ocurre en la función jurisdiccional, estos órganos pertenecen a una organización
absolutamente jerarquizada de carácter piramidal, en el sentido que los órganos superiores
existen en menor cantidad que los órganos inferiores, pero a pesar de esta excesiva
jerarquización cada órgano jurisdiccional en cualquier estamento que se encuentre, ejerce
jurisdicción por si mismo. Finalmente, otra diferencia fundamental son los principios que lo
informan: al existir una delegación de funciones en los órganos administrativos, los órganos
de menor jerarquía responden ante el superior jerárquico, actuando en base a instrucciones,
si se asume una relación entre mandante y mandatario, el órgano inferior (mandatario) no
es independiente respecto de su mandante, le debe a éste, y debe atenerse a las
instrucciones que le han sido dadas, rindiendo cuenta de su gestión. En la función judicial, a
pesar de la estructura jerárquica manifestada en la disciplina o nombramiento, no se
manifiesta en las actuaciones de estos órganos jurisdiccionales, ya que, como ejercen una
jurisdicción propia, son independientes.

Otra diferencia tiene que ver con la discrecionalidad. Las normas de derecho público
otorgan cierta discrecionalidad, los actos de la administración se dictan en base a l poder
discrecional que la propia ley les otorga. En cambio los jueces no tienen mucho ámbito de
actuar de manera discrecional, son pocas las veces que la ley autoriza a un juez a utilizar un
criterio distinto; generalmente el órgano judicial debe aplicar la ley.

Como es la organización de los entes que ejercen la función jurisdiccional.

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Existe una estructura jerarquizada que se encuentra constituida por órganos que ejercen
jurisdicción; sin embargo, hay algunos que forman parte del Poder Judicial y otros que no.
Lo que caracteriza la estructura son los principios que la rigen, que regulan varios aspectos:

1. Regulan las relaciones poder, como se relacionan unos órganos con otros.
2. Regulan la forma en que deben actuar los órganos que ejercen la función judicial
con los demás órganos que ejercen otro poder público.

Este principio rige para todos los entes públicos, el principio de legalidad rige la actuación
de todos quienes ejercen poderes públicos, es decir, siempre debe prevalecer la ley, y todos
los órganos del Estado se encuentran sometidos en su actuar a la ley y las atribuciones que
ésta les da; es más los actos que van en contra de la ley se consideran nulos.

En cuanto a la función judicial, y en relación con los art. 6 y 7 CPR, los órganos que
ejercen esta función deben aplicar el principio de legalidad desde varios puntos de vista: no
puede existir un órgano que ejerza jurisdicción sin que previamente esté creado por una ley.
En segundo lugar, la competencia que ejerce cada uno de estos órganos jurisdiccionales,
también se encuentra establecida en la ley. En tercer lugar, los tribunales deben aplicar la
ley, velando por que ésta se aplique en forma igualitaria a todas las personas con el fin de
garantizar y no vulnerar la igualdad ante la ley.

Otro principio se refiere a la jerarquía. De acuerdo al COT, los tribunales de la República


se encuentran jerarquizados de acuerdo a lo que la propia norma señala, el código establece
la existencia de tribunales superiores e inferiores; esta distinción determina la estructura
piramidal jerarquizada. Aun cuando cada órgano jurisdiccional tiene independencia
respecto del otro, esta estructura es estricta, con consecuencias en la calificación de los
jueces, carrera judicial, y nombramiento de los jueces.

A mayor jerarquía de un tribunal, mayores son las facultades y obligaciones disciplinarias


respecto de los órganos inferiores. Asimismo, los tribunales de mayor jerarquía participan
activamente en la generación y el nombramiento de las personas que ejercen funciones en
los órganos de mayor jerarquía. Esta jerarquía no implica una falta de independencia en las
decisiones jurisdiccionales de los órganos inferiores; en los hechos, puede suceder que
órganos inferiores pueden fallar de una manera que no es concordante con los tribunales de
superior jerarquía.

El tercer principio es la inamovilidad, en virtud del cual se garantiza la permanencia en el


cargo de las personas en el órgano jurisdiccional en el que desempeñan sus funciones. Esta
permanencia es en la medida que los jueces tengan buena conducta, habiendo razones para
remover a un juez en el ejercicio de sus funciones. Si un juez pudiese ser removido por el
superior porque no le gustan las resoluciones que dictan, el juez inferior no sería
independiente en sus decisiones. La inamovilidad está para que los jueces sean
independientes en el pronunciamiento de sus sentencias.

El principio de la responsabilidad. la inamovilidad no puede ser absoluta, teniendo como


contrapesa la responsabilidad, es decir, los jueces son sujetos a sanciones en la medida que
tengan un mal comportamiento, ya sea en el ejercicio de sus funciones o no. Este problema

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lo tienen los abogados integrantes, quienes son designados a partir de ternas que
confecciona la Corte Suprema, la CA hace una lista que requiere una x cantidad de
abogados integrantes que envía a la CS, se envía al Ministerio de Justicia y los elige el
presidente. Los integrantes duran 1 año, por ejemplo, si al ejecutivo no le gusta la forma en
que falla un determinado integrante, lo remueve, ya que no gozan de inamovilidad.

Existen distintos tipos de responsabilidad: hay una responsabilidad ministerial, aquella que
tiene que ver con el ejercicio de las funciones. Una responsabilidad política de los
miembros de los tribunales superiores de justicia (por notable abandono de deberes). Y
existe una responsabilidad disciplinaria, la cual se hace valer por los órganos superiores.
Por ejemplo, una jueza de tribunal de primera instancia que chocó en estado de ebriedad,
sin perjuicio de las responsabilidades civiles, fue sancionada disciplinariamente por su
tribunal superior, porque se estimaba que conducir en estado de ebriedad, sin perjuicio que
es un delito, que no corresponde que un juez tenga una conducta que contradiga la ley y los
buenos parámetros de conducta general. Esta responsabilidad hace que les exija más en su
conducta, tanto como personas civiles como en su conducta ministerial.

Principio de la independencia.

Se relaciona con la jerarquía, el principio de inamovilidad, pero este debe analizarse desde
una perspectiva de una independencia externa e interna.

1. La independencia interna tiene que ver con la independencia que cada órgano
jurisdiccional tiene respecto de los demás órganos que forman parte de la función
judicial, ya sean pares, superiores jerárquicos, o inferiores jerárquicos.
2. La independencia externa tiene que ver con la independencia que tienen los órganos
jurisdiccionales en general, en relación con los otros poderes o funciones públicas.
La independencia de los órganos que ejercen jurisdicción, respecto de la
administración y gobierno, y los órganos que ejercen el poder o función legislativa.

FALTA 21 MARZO

23 MARZO

Nombramiento y carrera judicial.

Normas aplicables: CPR, COT, y autos acordados de la Corte Suprema. Para entender el
sistema mixto de nombramiento que tenemos, es necesario ver que otros sistemas existen.
Hay sistemas de elección de jueces por elección popular, en algunos Estados de EEUU,
algunos de los tribunales estatales de primera instancia tienen elección popular, donde los
jueces son elegidos en forma directa por los ciudadanos; existen ventajas como por
ejemplo, que se rinde cuenta frente a la ciudadanía, la cual puede decidir reelegir o no a
algún juez. Sin embargo, se corren riesgos con este sistema, por ejemplo, que sean elegidos
jueces, que si bien cumplen con los requisitos que establece la Ley, carecen de los
conocimientos técnicos necesarios, de la capacitación, o destrezas que se requieran. Por
otro lado, esta preocupación de que para ser electo se requiere hacer campaña, para lo que
se necesitan medios, los que van a provenir de determinados entes; se tiene el temor de que

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exista compromiso con quienes provean de recursos para las campañas, además,
dependiendo de la duración en el cargo o de la posibilidad de ser reelecto, va a ser el actuar
de ellos, por ejemplo, pueden actuar con el solo objeto de dejar feliz a la gente por sobre la
aplicación de la justicia.

Otro sistema es la designación directa por otro órgano del Estado, como por ejemplo,
que el Poder Ejecutivo designe a los jueces, lo que le resta independencia de naturaleza
externa.

También existe un sistema de nombramiento hecho por el Poder Legislativo. Presenta


ventajas respecto de aquellos jueces que son designados por el Ejecutivo, ya que se
entiende que las fuerzas políticas del Legislativo son más controladas, pudiéndose estimar
que es mejor; de todas formas, las fuerzas del Legislativo son cambiantes. El poder
legislativo es el poder político por excelencia, pudiendo politizarse el Poder Judicial y el
ejercicio de la función jurisdiccional.

Otro sistema es la designación de jueces por autogeneración, siendo el propio Poder


Judicial el que designa quienes van a ser miembros de la judicatura. Se omite cualquier
atisbo de vulneración a la independencia externa, se asegura esta independencia ya que
ningún otro poder puede ejercer presión sobre quienes integrarán la judicatura. Los órganos
superiores serían quienes proponen y designan, dentro de la misma organización jerárquica,
a quienes van a formar parte de la judicatura. El problema que se puede ver aquí, y en
Chile, es que se produce una suerte de secuestro del poder de designación de algunos, por
ejemplo en Chile, los miembros más influyentes de la Corte Suprema, o quienes mejores
relaciones tienen con ellos. De esta manera se va autogenerando la designación, pero en
base a la voluntad de algunos órganos del Poder Judicial, perdiendo un poco el sentido
democrático.

Por último, un sistema mixto en que participen más de un órgano del Estado. Cualquiera
sea este sistema y las relaciones de los órganos, lo que se trata es hacer participar a los otros
poderes, aprovechando la participación de éstos, pero a la vez contrarrestar los aspectos
negativos que tienen la participación de uno solo de ellos. En general en otros países existe
este sistema mixto para los tribunales superiores de justicia. En muchos países hay un
sistema de autogeneración para los tribunales de primera instancia.

En Chile existe un procedimiento mixto, y los órganos y poderes públicos que intervienen
en el nombramiento de los jueces varía dependiendo de la categoría de juez de que se trate.
De acuerdo a la CPR interviene más que un poder del Estado.

En general, la mayoría de los jueces de la República son designados confluyendo dos


poderes: el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo. Los jueces que forman parte del Poder
Judicial en general son designados por el Presidente de la Republica a propuesta en terna de
la Corte de Apelaciones respectiva (por ejemplo si se quiere nombrar un juez de letras de
Santiago, la terna la realiza la CA de Santiago, pasando posteriormente al Presidente de la
República) dentro de esa terna, la CA incluye a las personas que cumplen los requisitos; en
teoría, debería darle lo mismo los candidatos que se designen. La designación del

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presidente no debe ser fundamentada, sino que la terna se confecciona por la CA, y el
presidente designa simplemente.

En cuanto a los ministros de CA, también son designados por el Presidente de la República
de una terna que efectúa el pleno de la Corte Suprema. Generalmente siempre va el juez de
mayor antigüedad, más otros dos que tienen buenas calificaciones.

Tanto en la primera como segunda instancia, participan tanto el Poder Ejecutivo como el
Judicial.

Respecto a los miembros de la CS, también son designados por el Presidente de la


República, pero los candidatos son presentados en una quina (5 candidatos). Y la
designación que hace el Presidente, debe ser ratificada por el Senado. En este caso,
participan tres poderes, el Judicial que elabora la quina, el Ejecutivo que hace la
designación, y el Legislativo que la confirma.

Se supone que dada la alta magistratura que ejercen los miembros de la CS, es convenientes
que actúen los tres poderes, para evitar que alguno de ellos se apropie de las designaciones.
Sin embargo, dadas las mayorías que existen en el Congreso, se politiza la designación.

Críticas a este sistema de designación. En términos generales, respecto a los tres rangos
anteriormente expuestos. En relación a la intervención del Ejecutivo se señala que no es
bueno que tenga un rol tan preponderante en la designación de los jueces. Esto puede
atentar contra la designación de los más idóneos, ya que se puede elegir al que brinda más
simpatía. En segundo lugar, se estima que la idoneidad profesional es un filtro que se
verifica cuando se confecciona la lista, pero no con la verificación de la elección que da el
Presidente de la República.

Cuando es el Presidente quien designa los jueces, debe tener cuidado respecto de los
comentarios que realiza sobre la labor de los jueces. Existió un grave problema en el
gobierno de Piñera, quien daba entender que los jueces criminales eran demasiado
garantistas y pro imputado (sobre el tema de la puerta giratoria). Estos comentarios fueron
reiterados por el Ministro de Justicia de la época (Teodoro Rivera), sobre que los jueces de
garantía eran demasiado garantistas, responsabilizando a los jueces por el funcionamiento
del sistema procesal penal y la delincuencia.

La asociación nacional de magistrados determinó que esto era grave. Ya que la vez que le
tocara designar jueces de garantía, esos jueces iban a sentirse presionados para no fallar de
la manera en que el Presidente ya había criticado. De otro lado se iba a estimar que iba a
seleccionar a aquellos jueces con determinado concepto respecto de la delincuencia, que
significaba que no se aplicarían los principios garantistas del procedimiento penal.

Esto dio cuenta que este tipo de nombramientos si afecta la independencia externa del juez.
Es decir, si la presidenta no efectuó este tipo de declaraciones, eso no significa que las
designaciones que efectúe, lo hagan en relación con las personas con que tiene mayor
simpatía. Por lo mismo, es importante que los jueces declaren sus resoluciones judiciales,

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no ventilen sus opiniones políticas, de manera que se evite que el Ejecutivo pueda designar
por estos motivos.

Cuando existen candidatos que postulan a estar en estas ternas (jueces y ministros de la
CA). Realizan el “besa mano”, una práctica antigua, que consiste en que los candidatos a
ser incluidos, hablan con cada uno de los ministros que tendrán derecho a voto para la
confección de la terna. Esto se da con todos los cargos en que interviene el Poder Judicial
elaborando las ternas, con excepción de los abogados integrantes.

También se da un cuestionamiento respecto a que las personas que se encuentran en las


ternas sean las más idóneas. La profe cree que los ministros se preocupan de incluir a las
ternas a las personas más idóneas para ser jueces, es una labor que se realiza en conciencia,
incluyendo a los mejores postulantes.

Esto tiene un problema respecto a la intervención de los superiores jerárquicos, lo que


influye en la independencia interna, porque la confección de las ternas siempre se hace por
los superiores jerárquicos y se teme por organizaciones de magistrados, que los órganos
superiores incluyan a las ternas, a aquellos jueces que fallan en conformidad a sus gustos.
La sumisión no debería ser jurisdiccional, ya que se quiere que sean independientes todos
los jueces de la República; la sumisión jerárquica no debe transformarse en una sumisión
jurisdiccional.

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Para los miembros de la CS, es la misma Corte quien realiza la terna. Se trata de una
autogeneración propia. Es complicado un sistema distinto porque en todos los demás casos,
el nombramiento de la judicatura se da en bases a una propuesta de un órgano superior, que
en el caso no existe.

Siempre en la quina debe ir el ministro de CA de mayor antigüedad del país, aun cuando
ese ministro no tenga ninguna posibilidad de ser designado. En relación a esto, los
ministros de la CS son las personas más aptas para designar a los ministros de la CA para
que formen parte de la CS.

Hay críticas a este sistema. En primer lugar, la crítica relativa a separar las funciones
jurisdiccionales de lo jurisdiccional, la designación de un nuevo miembro es una decisión
de carácter no jurisdiccional, en consecuencia, se termina produciendo que se quiere evitar,
es que las cortes realicen funciones no jurisdiccionales.

Se estima que la circunstancia que sean los propios ministros de corte que hacen las quinas,
permite que se produzca un lobby entre los ministros de la CA para efectos de ser incluidos
en la respectiva quina. Esto produce más perjuicio que beneficio, sea que se produzca o no
el besa mano, algún lobby o tráfico de influencia se produce para efectos de que
determinado ministro de la CA sea integrado a la quina que realiza la CS.

En Estados Unidos, los ministros de la CS son más importantes que en Chile, ya que son
menos. La Corte Suprema en Estados Unidos tiene miembros que pueden ejercer funciones

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de por vida (generalmente se retiran por renuncia), además la Corte, de acuerdo a las
normas de cada Estado, tiene la posibilidad de elegir qué casos va a ver y que casos no,
elige cuales asuntos conoce y cuáles no. En tercer lugar, es más relevante porque existen
precedentes, la interpretación que hace la CS, crea derecho nuevo, como fuente obligatoria
de derecho; en resumen, la CS de allá tiene los poderes de la CS de acá, más el Tribunal
Constitucional chileno.

De acuerdo a una reforma, la persona designada por el Presidente, debe ser confirmada por
el Senado. De los tres poderes públicos, el Ejecutivo se entiende que es elegido por la
gente, el poder legislativo también es elegido por la gente, y el Judicial no es elegido por la
gente. Entonces, no parece justo que la función judicial sea ejercida por miembros que no
son elegidos por el resto, por esto se instauró esta norma. Refuerza la legitimidad que
tienen los miembros de la CS.

El senado debe aprobarlo por 2/3 de los miembros en ejercicio. Si no se logra el quorum
correspondiente para la ratificación, debe hacerse una nueva quina, integrando a un nuevo
miembro y sacando al miembro que no fue ratificado.

En resumen, respecto al sistema de nombramientos: del nombramiento de los tribunales, el


que acarrea más problema, son las designaciones de los tribunales inferiores y de la CA, los
de la CS siempre van a ser problemáticos porque siempre estará presente la política y las
influencias.

Otro tema se refiere a los abogados integrantes, institución que no puede continuar como
está actualmente. Son nombrados por el Presidente en proposición en terna que realiza la
Corte Suprema. Postulan abogados a la CA, hace una lista que se presenta al pleno de la CS
quien “refina” la lista, enviando finalmente al presidente, una nueva lista. ¿Por qué debe ser
eliminada? Porque se encuentra fuertemente politizado, así también el trabajo que realizan
es muy precario, esto porque las designaciones se hacen cada un año; además, el recambio
que se puede producir, significa una inversión en personas que en definitiva no permanecen
en las labores. Así los abogados integrantes tienen las mismas limitaciones que los jueces,
no pudiendo ejercer otras actividades profesionales más que las actividades académicas.

30 MARZO

Proceso de nombramiento.

El proceso de nombramiento se encuentra en los art. 279 y siguientes del COT, en el que
siempre se debe colocar un aviso en el Diario Oficial. En la practica el conocimiento del
hecho que haya un cupo disponible, es anterior. Posterior se produce el periodo de
postulación donde la persona debe acompañar su CV y sus méritos. Luego se debe armar la
lista. En esta lista, el art. 181 establece requisitos obligatorios:

a. Debe tenerse en cuenta la lista calificatoria.


b. Orden de categoría.
c. Puntaje y calificación.
d. Antigüedad en el cargo.

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De esto se redactan listas, de los cuales salen los nombres para las respectivas ternas.

La Academia Judicial.

Actualmente existe la Academia Judicial, un ente educativo donde se forman jueces y se


dictan cursos que tienen por objeto especializar y capacitar a jueces con el objeto de ser
ministros.

En el fondo, la academia imparte dos tipos de cursos: un curso de formación general, aquel
que se hace para poder ser juez de la República, tiene una primera parte de clases respecto
de ciertos temas, sin embargo, se evalúa mediante evaluaciones periódicas de distintas
materias, que estudian por su propia cuenta. Hay una etapa de pasantías.

El proceso de selección consta de una prueba de conocimiento y caso teórico,


posteriormente hay una etapa psicológica.

Cuando salen tienen la obligación, y 3 posibilidades de postular a 3 cargos, generalmente la


gente postula en Santiago.

Paralelamente, se hacen distintos cursos de especialización y capacitación, los cuales se


licitan y salen publicados en los diarios. La academia señala los temas y posteriormente se
postula. Los jueces están obligados a asistir a uno o dos cursos al año. El interés es que los
cursos se vayan modernizando y variando.

Además de estos cursos hay otros cursos que se licitan que son los de habilitación. Por
ejemplo, un juez para ser ministro de Corte, debe pasar por el curso que lo habilita.

El abogado integrante que termina ejerciendo funciones jurisdiccionales como ministro de


Corte.

18 ABRIL

Sistema de calificaciones de jueces y ministros.

En todo órgano siempre debe existir un sistema de evaluar el trabajo que se realiza por las
personas que integran ese orden. Se fijan metas conjuntas para el año, por ejemplo; los
superiores van siendo calificados por sus respectivos superiores.

Debe ser efectivo en relación a evaluar la forma en que se realiza el trabajo, acerca si se
realiza de forma eficiente. En materia jurisdiccional es difícil ya que por un lado va con la
eficiencia de los jueces y ministros (numero de resoluciones que dictan). El aspecto
jurisdiccional del tribunal es difícil de evaluar, ya que el superior jerárquico, a quien le
corresponde revisar las resoluciones del inferior, dado que no existen precedentes, es difícil
que el superior califique al inferior, a no ser que se califique de acuerdo a parámetros
objetivos, como la forma de la sentencia, por ejemplo.

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Al interior del poder judicial es difícil un sistema de calificación eficiente y eficaz para la
labor que realizan. No se pueden aplicar las normas que se aplican generalmente en una
evaluación (como en las empresas).

Hay ciertas corrientes que pretenden eliminar la calificación de los jueces. La carrera
judicial se basa en las calificaciones. Desde el momento que un juez jura como tal, ya no es
necesario que sea sometido a calificaciones, salvo que cometa faltas o abusos graves que
impliquen su destitución.

El sistema de calificaciones chileno ha sido modificado con el objeto de que sea más
objetivo y lógico. Se estableció un sistema de listas, había funcionarios que tenían más
méritos que otros, lo que implicaba su inclusión en alguna lista

Anualmente, todos los miembros del Poder Judicial son calificados: califican el pleno de la
CS y el pleno de la CA califican a los ministros y a los jueces. Se establecen notas que no
son secretas, pero son reservadas. Este sistema es modificado por los autos acordados, las
propias cortes acuerdan las formas de calificación, es calificado dentro de si mismo y por si
mismo.

En primer lugar hay que ver aspectos objetivos como: cantidad de sentencias de
determinado ministro, cantidad de visitas que hace a los órganos que controla, por ejemplo.
La cantidad de sentencias, sumarios, etc. no son suficientes por si solas como parámetro de
calificación; debe ser necesariamente un proceso que incluya muchos elementos a calificar.
Además se agregó por otro auto acordado que un aspecto a considerar sería la
fundamentación de las sentencias.

De acuerdo al COT, todos los funcionarios del escalafón primario deben ser evaluados
salvo algunos, la cual debe ser anual: se califica en primer lugar el desempeño, y la
conducta funcionaria. Generalmente el pleno de las CA designa ministros para ver las
personas a calificar, esta comisión hace una precalificación; esta es importante porque el
calificado puede reclamar ante la misma comisión acerca de su nota. Además, se reúnen
todos los antecedentes de la persona que se va a calificar, como las hojas de vida, opiniones
previas que terceros den respecto de la persona calificada.

La comisión pre calificadora envía los antecedentes al órgano calificador para efectos de
que al pleno (órgano calificador) se le presente cada caso. Si es 6,5 o mayor, la comisión
debe mantenerlo; de lo contrario, puede ser modificada, pero esta modificación debe ser
justificada.

El mismo COT señala como son las notas del 1 al 7, donde deficiente es menos de 3,
condicional es de 3 a 3,99; regular es de 4 a 4,99; satisfactoria, buena y sobresaliente
respectivamente. Cuando se pone una nota superior o inferior a 6,5, se debe justificar, por
lo cual les ponen esa nota a todos.

Críticas, algunas de ellas se han transformado en estas modificaciones anteriores, por


ejemplo, el hecho de calificar de acuerdo a la fundamentación de las sentencias y no
solamente al número de éstas.

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1. Forma de regulación del sistema de calificaciones, cuya base está en la ley, pero
todo el resto de la reglamentación se encuentra en los autos acordados, que
provienen de los órganos calificadores y calificados.
2. Uniformidad de las evaluaciones.
3. Falta de criterios objetivos. El número de sentencias, o la fundamentación de las
sentencias, son criterios que no son claros, precisos, ni objetivos, ya que el número
de sentencias puede variar de un tribunal a otro ya que existen algunos que no
tienen muchos casos. La fundamentación de las sentencias tampoco es un criterio
objetivo.
4. Se da mucha importancia a los números, al elemento cuantitativo, y no a la calidad
ni a la dificultad, ni a los recursos con que cuenta cada tribunal.
5. Generalmente es el jefe quien califica y evalúa, sin embargo en la judicatura no
existe este contacto directo entre el evaluador y el evaluado.
6. Las fundamentaciones que en la práctica se realizan para las calificaciones son un
copy paste.
7. Los mismos órganos calificadores deben calificar labores muy diversas, ya que no
son solo los jueces, sino que los auxiliares de la administración de justicia.
8. La calificación se realiza en un proceso acotado

Puede pensarse que de alguna manera es positivo que es el mismo órgano el cual califica, lo
cual permite que en el caso de los jueces de menor jerarquía, sean conocidos por la corte
por el trabajo que hacen durante el año. Ese conocimiento sirve porque de una u otra forma
se incorpora al proceso de calificación, el problema es que es una incorporación que se
realiza de manera informal y que puede deberse a opiniones subjetivas.

20 ABRIL

La regulación por auto acordados de esta materia no es positiva, hasta inconstitucional, ya


que se le determina a ciertos órganos que no están concebidas por ley, facultades que no
están dentro de su competencia, respecto al comité.

Ha habido distintas posiciones de la Corte Suprema, ya que distintos organismos han


reclamado por el actual sistema de calificaciones, los cuales han sido rechazados,
mencionando que ésta tiene la facultad de dictar auto acordados. En la medida que el auto
acordado sea necesario, nadie objeta su existencia, cuando no molesta a nadie.

La pregunta es de qué manera el sistema actual de calificaciones o evaluación de


desempeño, afecta la independencia o autonomía de los tribunales. Es inevitable que
existan evaluaciones, es propio de todo organismo tener un sistema de evaluación o
calificación.

Se pueden realizar preguntas como: en el evento en que se efectúen evaluaciones, a quienes


se evalúa, y qué es lo que se va a evaluar. Habría que determinar a qué funcionarios
deberían evaluar, jueces, ministros o funcionarios, en su calidad de tal en el cumplimiento
de su rol y no a la persona.

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En la evaluación del desempeño de un juez, no debería evaluarse nada que tuviera que ver
con su vida privada. Mientras que hay también hay que determinar si se van a evaluar
aspectos cuantitativos o cualitativos, debiendo ser una mixtura. Así también, la evaluación
no solo debe referirse a las sentencias, sino que también hay que ver la totalidad de las
actuaciones que realizan los jueces.

Quien va a evaluar, los pares, un órgano especializado, los superiores jerárquicos, etc.
Quien hace la evaluación depende de la respuesta anterior, depende del sujeto u órgano que
le corresponde realizar la evaluación.

En resumen, respecto de las calificaciones o evaluaciones de desempeño, analizando las


preguntas anteriores, se puede llegar a una solución que satisfaga parcialmente la necesidad
de realizar una evaluación de desempeño sin poner en riesgo la independencia interna de
los jueces.

25 ABRIL

Régimen disciplinario.

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