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El propósito del plan de negocios

En la constitución de cualquier empresa, la fase inicial está marcada por una constante
inquietud. Después de todo, los fundadores tienen que tomar una gran cantidad de decisiones
y los cambios de última hora están a la orden del día. Al mismo tiempo, la dirección de la
empresa tiene que ocuparse de gestionar recursos limitados y escasos. Un plan de negocios es
la manera correcta de contrarrestar este ritmo frenético, proporcionando estructura y orden al
día a día de los negocios. El plan de negocios determina la ruta que ha de seguirse, marcando,
en definitiva, cuál será la dirección estratégica.

Además, el plan de negocios ayuda con la planificación del tiempo, lo que contribuye a
mantener un orden y una estructura. Los fundadores pueden ver qué medidas deben tomarse
en cada momento.

Uno de los puntos más importantes del plan de negocios es la definición de metas,
determinante tanto desde un punto de vista de eficiencia económica como desde una
perspectiva estratégica y organizativa. La dirección debe comprobar periódicamente si los
resultados obtenidos se ajustan a los objetivos marcados. De esta forma podrá saberse qué
medidas contribuyeron a alcanzar los objetivos y cuáles han sido las causas de los fallos.

El plan de negocios también juega un papel importante en la búsqueda de inversores


potenciales. Para conseguir préstamos e inversiones es imprescindible contar con un plan de
negocios detallado que, a través de diversas ideas y conceptos, motive a los patrocinadores a
hacer la inversión.

Plan de negocios: público objetivo

Dada su diversidad y la amplitud de un plan de negocios, el público objetivo puede variar


mucho de uno a otro. Esta audiencia se puede encontrar tanto dentro de la empresa como
fuera de ella. Los públicos objetivos más importantes de un plan de negocios son:

Fundadores o dirección

Ejecutivos y empleados

Prestamistas, bancos

Inversores, patrocinadores y accionistas

Organismos o autoridades públicas


División del contenido de un plan de negocios

El contenido y la estructura de un plan de negocios son factores decisivos para garantizar el


éxito. Las ideas y los conceptos que se presentan deben hacer referencia a cada una de las
áreas clave de la empresa y ofrecer respuestas claras a las preguntas que pudieran plantearse.
Debido al exhaustivo contenido de un plan de negocios, este debe dividirse en dos partes: una
cualitativa y otra cuantitativa. Estas constituyen la base de la correcta estructura de un plan de
negocios.

Contenidos cualitativos

Esta sección contiene toda la información que no puede ser formulada en cifras concretas.
Esto se aplica, por ejemplo, a cuestiones organizativas o a la orientación de las estrategias
económicas. En la parte cualitativa del plan de negocios se tratarán en particular los siguientes
puntos:

Objetivo de la empresa: ¿cuál es el objetivo de la dirección y qué objetivos estratégicos hay


que alcanzar en el camino?

Dirección: ¿quién es el jefe de la empresa?, ¿qué cualificaciones y habilidades tienen los


fundadores?, ¿la gerencia ya ha tenido experiencia con su propia empresa en el pasado?

Forma jurídica: ¿cuál es la forma jurídica de la empresa?, ¿de dónde procede el capital social?

Productos y servicios: ¿qué productos o servicios ofrece la empresa?, ¿qué son los
proveedores del servicio universal?

Público objetivo: ¿a quién quiere llegar la empresa con sus productos y servicios?

Producción: ¿qué materiales y compras se requieren para fabricar un producto?

Planificación de personal: ¿cuántos empleados deberían trabajar en la empresa?, ¿cuál es la


distribución exacta entre los distintos departamentos?

Marketing y publicidad: ¿qué medidas publicitarias deben utilizarse?, ¿cómo se pretende


aumentar la popularidad de la empresa y construir una imagen positiva?

Estructura: ¿cómo es la organización y la estructura de la empresa?


Contenidos cuantitativos

Después de que los fundadores hayan tratado en detalle y cuidadosamente los contenidos
cualitativos del plan de negocios, la segunda parte hace referencia a los contenidos
cuantitativos, que pueden registrarse en cifras concretas:

Inversiones: ¿qué inversiones se requieren?, ¿cuándo deben realizarse las inversiones?,


¿cuáles son los gastos?, ¿cuándo se pagan los gastos?

Gastos de constitución: ¿cuáles son los gastos de constitución oficial de la empresa (por
ejemplo, honorarios de abogados)?

Necesidad de capital: ¿cuánto capital tiene la empresa?, y ¿en qué áreas debe gastarse el
dinero?

Financiación: ¿de dónde procede el dinero para los gastos previstos?, y ¿qué costes adicionales
pueden venir aparejados?

Liquidez: ¿qué garantiza que la empresa puede pagar sus facturas en todo momento?, ¿cómo
podrá mantenerse la liquidez a largo plazo?

Facturación: ¿en qué momento y en qué cantidad se logran las ventas?, ¿cómo se
incrementarán gradualmente los ingresos?

Ganancias: ¿cuáles serán las ganancias?, ¿qué inversiones se deben hacer con los beneficios?

Balance: ¿cómo influyen las diferentes cifras en el balance de la empresa?, ¿cuáles son los
activos y pasivos?

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