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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA


VICE RECTORADO ACADEMICO
DECANATO DE LA FACULTAD DE CIENCIAS ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES
ESCUELA DE ADMINISTRACION DE EMPRESAS
SAN JOAQUIN DE TURMERO – EDO ARAGUA

Unidad Curricular: Análisis y Expresión Verbal


Presentado por: Mario N. Monroy Piñango, C.I 20.066.992
Fecha: 10 de Noviembre 2021
Tema: Retos de la Educación Virtual en Venezuela

Introducción: El día 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud


(OMS) anunció que la enfermedad de COVID-19 podía caracterizarse como una
pandemia. A partir de aquel día, las rutinas y todo aquello que se conocía como
“normal” se convirtieron en lujos y pedazos de la vida que las personas de ahora solo
pueden recordar con nostalgia y soñar que regresen pronto. Todas las áreas de la vida
del ser humano se vieron bruscamente impactadas por una pandemia que nadie
esperaba, y entre esas áreas claramente también está la educación.

Las escuelas y universidades del mundo comenzaron a cerrar sus puertas con el
objetivo de preservar la salud de sus estudiantes y trabajadores, y por esta razón
millones de jóvenes y profesionales se vieron forzados a buscar cualquier aparato
electrónico en su posesión que les permitiera recibir y ofrecer el conocimiento
necesario y dar lo mejor de sí para salir adelante en estas circunstancias tan
atenuantes.

Los estudiantes tuvieron que adaptarse a lecciones a través de video llamadas,


comentarios en lugar de levantar la mano al momento de una duda, al concepto del
manejo de tiempo eficiente e incluso al autoaprendizaje. Los profesores tampoco la
tuvieron fácil, ya que muchos, especialmente aquellos de la vieja escuela, se vieron
obligados a aprender a manejar sistemas tecnológicos que antes no conocían y a
cambiar la forma de sus clases para lograr la mayor eficiencia posible en las
circunstancias existentes.
Venezuela, claramente, no fue una excepción a estos cambios, y a partir del 13
de marzo de 2020, cuando se declara Estado de Alarma con el objetivo de que el
Estado pudiera adoptar todas las medidas necesarias y efectivas para la preservación y
protección de la salud del pueblo venezolano en medio de la pandemia (Rodríguez y
Peleteiro, 2020), el estudiante venezolano tuvo que olvidar lo que era ver las caras de
sus compañeros y profesores de forma presencial, y acostumbrarse a verlos a través
de una pantalla o simplemente saber de ellos a través de mensajes y correos.

Ahora bien, a pesar de que la educación en línea tiene varios aspectos positivos,
es imposible negar que esta está llena de desafíos para todos los estudiantes,
especialmente para los estudiantes venezolanos que deben tratar de adecuarse a este
modo de aprendizaje y a eso añadir todas las condiciones extras que vienen con vivir
en Venezuela. Sin importar cuales fueron las instrucciones dadas por el Gobierno y
cuáles fueron las medidas tomadas por las instituciones para asegurar la adquisición
de conocimiento de los estudiantes, existen retos dentro y fuera de la educación virtual
que han impactado gravemente a la generación estudiantil y que deben ser estudiados
con el fin de poder ofrecer alguna solución a la situación.

Desarrollo: La educación se puede definir como un proceso de adquisición de


conocimiento, valores, habilidades y hábitos, que usualmente se desarrolla bajo la guía
de otros, pero que también puede ocurrir de forma autodidacta. De acuerdo con
Malhotra y Kumar (2013), el aprendizaje se puede entender como "un cambio en el
comportamiento, que se demuestra cuando las personas implementan conocimientos,
habilidades o prácticas derivadas de la educación" (p. 7), es decir que el aprendizaje
puede ser evaluado a partir de los cambios en las personas.

Estos dos autores también explican que "la educación se puede transformar
incorporando la tecnología en las aulas, y usarla en todo su potencial, con la ayuda de
diversas herramientas como pizarras digitales, DVD, proyectores LCD, entre otros" (p.
7), lo que muy bien se puede relacionar con todas las herramientas tecnológicas que
ofrece la educación virtual y lo mucho que estas se pueden aprovechar durante el
proceso del aprendizaje.
Sin embargo, es importante recordar que, para que el proceso de aprendizaje pueda
llegar a un punto donde se puede disfrutar todos los beneficios de la tecnología, es
crucial contar con las condiciones adecuadas y proveer un proceso de adaptación que
no sea traumático para ninguna de las partes involucradas. Algo que no ocurrió en la
actualidad debido a la pandemia y lo inesperada que fue para todo el mundo.

Algo que se puede observar claramente en el informe realizado por la UNESCO


(2020), el cual indicó que la pandemia ha afectado a casi el 68% de la población
estudiantil total del mundo, de acuerdo con datos tomados durante junio de 2020. Las
instituciones se vieron obligadas a cancelar sus actividades presenciales, y en su lugar,
estas optaron por ofrecer clases en línea como una solución para la situación. Y
aunque esto ha sido una decisión crucial que ha podido ayudar a preservar la salud de
millones de jóvenes, no significa que las clases virtuales no dieron lugar a obstáculos y
problemas que la mayoría de los estudiantes, e incluso profesores, nunca habían
experimentado antes.

Dicho informe de la UNESCO también señalaba que aspectos tales como:


interrupción del aprendizaje, insuficiente alimentación, falta de preparación de los
padres para la enseñanza a distancia o desde la casa, acceso desigual a las
plataformas de aprendizaje digital, insuficiencias en materia de cuidado de los niños,
costos económicos elevados, y tendencia al incremento de las tasas de abandono
escolar; son cuestiones que en muchas ocasiones solo afectan a algunos estudiantes y
de manera desigual, y que por esta razón deben ser tomados en cuenta si se quiere
ofrecer una educación de calidad a todas las personas por igual.

Muñoz (2020) también explica que “los estudiantes luchan con el enorme nivel de
autonomía y gestión del tiempo requerido para completar un curso en línea.” (párr.10)
Al estar veinticuatros horas del día encerrados en un espacio con acceso a múltiples
distracciones, es normal que a los estudiantes les cueste más de lo normal enfocarse
durante una clase, lo que añade aún más dificultad al este modo de estudio.

No obstante, los estudiantes no son los únicos afectados por esta modalidad virtual.
Los profesores también han experimentados grandes cambios en su estilo de trabajo
que los ha llevado a recibir una mayor cargar de trabajo y de preparación, todo para
poder acoplarse a las nuevas tecnologías y los nuevos medios virtuales que ahora
deben saber manejar.

Además de esto, también existe el hecho de que, a partir de la pandemia, algunos


profesores han dejado de entablar dialogo pedagógico durante las lecciones en línea y
han limitado las interacciones con los estudiantes, a veces en busca de establecer algo
de control en medio de estas circunstancias, pero que al final del día solo termina
logrando que las inquietudes o dudas con respecto a cualquier contenido del curso
requieran un mayor tiempo de respuesta de lo normal y con ello un aumento en la
confusión y frustración del estudiante.

Ahora bien, estos son solo los retos que en general deben estar presentando todos
los estudiantes y profesores alrededor del mundo debido a la pandemia. Sin embargo,
la realidad de estudiante venezolano y es poco más difícil de lo que se ha explicado
hasta ahora.

En un país subdesarrollado como Venezuela, es imposible esperar buenos


resultados de las clases virtuales, cuando la mayoría de los estudiantes no puede
acceder a Internet ya sea por problemas técnicos, cortes de electricidad o simplemente
por problemas monetarios. La llegada de esta pandemia solo remarcó las
desigualdades y carencias que ya existían en el sistema educativo y redujo la calidad
de la educación venezolana mucho más que antes.

La mayoría de las instituciones educativas venezolanas no cuentan con las


competencias necesarias para adaptarse a las clases virtuales, los estudiantes tienen
acceso limitado o nulo a Internet y baja capacidad de banda ancha, por lo que su
proceso de aprendizaje se ve gravemente afectado, especialmente para aquellos que
viven en las áreas rurales, existe un gran número de cortes o racionamientos de
energía eléctrica que constantemente interrumpen el ritmo y el desarrollo de las clases
y evaluaciones de los jóvenes.

Esto también ha ocasionado que el envío y recepción de información se haga a


destiempo, por lo que las reuniones virtuales no siempre se pueden realizar y las
entregas de evaluaciones tengan que ser postergadas. Asimismo, un número
importante de estudiantes de bajos ingresos y también profesores carecen de
computadoras o tabletas.

Todas estas condiciones, más los desafíos que ya producen las clases virtuales en
su concepto más básico, no solo limitan las oportunidades de estudio de los
estudiantes venezolanos, sino que también afectan gravemente el estado de su salud
mental, sus expectativas académicas y personales y el sentido de autosuficiencia de
cada uno de ellos.

Para nadie es un secreto entonces, que el sistema educativo de Venezuela necesita


con urgencia hallar soluciones innovadoras y creativas que permitan cerrar las brechas
tecnológicas que se pueden ver en todo el país. Por lo que es necesario un llamado de
atención a todos aquellos actores educativos que pueden tener un impacto en el
mejoramiento del desarrollo de las clases virtuales, y más importante aún, en el
desarrollo de la igualdad de oportunidades para todo venezolano.

Conclusión: Frente a todos los retos y obstáculos que se describieron


previamente, es sencillo determinar que el mejorar el proceso de enseñanza actual,
aprovechar todo el potencial de las herramientas tecnológicas, y ofrecer las
condiciones necesarias para un aprendizaje de calidad, son las prioridades máximas
que debería tener el sistema educativo venezolano. Y si bien suena poco realista
esperar que un cambio de tal magnitud ocurra pronto, es importante tener algo de fe de
que las cosas pueden mejorar.

Asimismo, mientras se espera a que ese cambio ocurra, también se puede


contribuir al avance de la situación facilitando o preparando a los profesores con la
capacitación necesaria para trabajar en línea de forma correcta, y además ofrecer
plataformas colaborativas en línea que les permitan compartir sus recursos, así como
también dar y recibir comentarios de sus colegas que los puedan ayudar. Igualmente,
es importante seguir orientando la educación de los estudiantes hacia un currículo de
clases y asignaciones para los que estén bien preparados, y mantener el interés de los
jóvenes de forma constante para asegurar que todos estos involucrados en el proceso
de conocimiento, incluso si las circunstancias lo hacen difícil.
Referencias

 Malhotra, S., Kumar, A. (2013). Papel de la educación en línea en el sistema


educativo moderno. International Journal of Research in Management & IT. 1(1),
6-20.
 Muñoz, D. (2020). Educación virtual en pandemia: una perspectiva desde la
Venezuela actual. Revista Educare. 24(3).
 Organización Mundial de la Salud (OMS). (2020). Palabras de apertura del
Director General de la OMS en la conferencia de prensa sobre COVID-19, 11 de
marzo de 2020. Geneva, Switzerland.
 Rodríguez, M., Peleteiro, I. (2020). Antropolítica en Venezuela: un cuenco de
mendigo, más aún en tiempos de pandemia 2020. SUMMA. Revista disciplinaria
en ciencias económicas y sociales, 2(Especial), 117-139.
 UNESCO (2020). Monitoreo global de cierres escolares causados por COVID-
19.

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