Está en la página 1de 6

LA PANDEMIA Y SU INFLUENCIA EN LA EDUCACIÓN

Concepto

La pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19) ha provocado una crisis sin


precedentes en todos los ámbitos. En la esfera de la educación, esta emergencia ha dado
lugar al cierre masivo de las actividades presenciales de instituciones educativas en más
de 190 países con el fin de evitar la propagación del virus y mitigar su impacto. Según
datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura (UNESCO), a mediados de mayo de 2020 más de 1.200 millones de estudiantes
de todos los niveles de enseñanza, en todo el mundo, habían dejado de tener clases
presenciales en la escuela. De ellos, más de 160 millones eran estudiantes de América
Latina y el Caribe. Este es un enorme desafío de equidad educativa que puede tener
consecuencias que alteran la vida de los estudiantes vulnerables. Las emergencias, sean
del tipo que sean, impactan en la actividad escolar, en el acceso a centros educativos, en
la salud de docentes y estudiantes y en otros aspectos del día a día a día educativo.
Garantizar el derecho a la educación en situaciones excepcionales es un compromiso
básico, tanto en países en desarrollo como en países desarrollados.

CARACTERÍSTICAS

 En el ámbito educativo, gran parte de las medidas que los países de la región han
adoptado ante la crisis se relacionan con la suspensión de las clases presenciales en
todos los niveles.
 Ha dado origen a tres campos de acción principales: el despliegue de modalidades de
aprendizaje a distancia, mediante la utilización de una diversidad de formatos y
plataformas (con o sin uso de tecnología); el apoyo y la movilización del personal y las
comunidades educativas, y la atención a la salud y el bienestar integral de las y los
estudiantes.
 Entre las modalidades de aprendizaje a distancia en línea destaca el uso de plataformas
virtuales de aprendizaje asincrónico, utilizadas en 18 países, en tanto que solo 4 países
ofrecen clases en vivo.

ELEMENTOS QUE LO REPRESENTAN

 Equidad e inclusión
 Calidad y pertinencia
 Alianzas: cooperación y colaboración

Importancia
Esta pandemia se convierte en una oportunidad para recordarnos las habilidades que nuestros
estudiantes necesitan justo en crisis como estas, siendo así, la toma de decisiones informada,
resolución creativa de problemas y, sobre todo, adaptabilidad. Para garantizar que esas
habilidades sigan siendo una prioridad para todos los alumnos, la resiliencia también debe
integrarse en nuestros sistemas educativos.

VENTAJAS

 El uso de Internet ofrece una oportunidad única: la cantidad de recursos pedagógicos y


de conocimiento disponibles, así como las diferentes herramientas de comunicación
proveen plataformas privilegiadas para acercar la escuela y los procesos educativos a
los hogares y a los estudiantes en condiciones de confinamiento.
 Las actividades de educación a distancia han reafirmado la función formativa de la
evaluación.
 Permite a las y los docentes proporcionar retroalimentación a sus estudiantes y
modificar sus estrategias pedagógicas para que sean más efectivas.
 El desarrollo de instrumentos de evaluación formativa y de autoevaluación.
 La actual crisis ha favorecido la resignificación de nuestros vínculos sociales y, a partir
de ellos, la reconstrucción de identidades y del sentido de ciudadanía.
 Proteger la salud, la seguridad y la nutrición
 Evitar la pérdida de aprendizaje mediante el aprendizaje a distancia
 Aprovechar la educación terciaria.
 Acelerar el aprendizaje

DESVENTAJAS

 Cerrar escuelas e institutos y readaptar las clases al formato online. 


 70 % de los estudiantes vienen de familias de bajos ingresos, llevar la escuela a
casa significa enfrentarse a no poder ofrecer comidas adecuadas, y mucho
menos la tecnología o conectividad necesarias para el aprendizaje online.
 La realidad es que la mayoría de las escuelas no están preparadas para este
cambio que permite reconocer que el acceso desigual a internet es tan sólo
uno de los muchos problemas que enfrenta nuestro sistema educativo a nivel
global.
 sólo alrededor del 60 % de la población mundial tiene acceso a la red.
Generando que muchísimas instituciones busquen soluciones provisionales a
esta crisis. No tener suficientes ordenadores o dispositivos en casa y no contar
con acceso a la red 
 quienes viven en áreas rurales sin acceso a internet, o con zonas horarias
distintas.
 los ajustes curriculares y los recursos pedagógicos que se elaboren deben
considerar las necesidades de colectivos que tienen requerimientos específicos.
 desigualdades educativas imperantes y a un acceso desigual a la cobertura
curricular. replanificar y adaptar los procesos educativos, lo que incluye ajustes
de metodología, reorganización curricular, diseño de materiales y
diversificación de los medios, formatos y plataformas de trabajo,
 El acceso a computadoras de escritorio y tabletas es menor.
 dificulta la socialización y la inclusión en general.
 La disponibilidad de las TIC en los hogares de las y los estudiantes

 Interrupción del aprendizaje

 Aumento de la inequidad en el aprendizaje

 Reducción del apego a la escuela

 Agravamiento de la situación nutricional de los estudiantes

 Deterioro de la salud mental de los estudiantes

 Aumento en la vulnerabilidad de los estudiantes

 Menor calidad educativa

 Menor calidad de la enseñanza

 Cierre de escuelas privadas


Segunda evaluación
LA PANDEMIA Y SU INFLUENCIA EN LA EDUCACIÓN.

La realidad del COVID-19, con el cierre de centros educativos siendo una de las


primeras medidas que toman todas las naciones (llegando al confinamiento global para
detener la propagación descontrolada), está acelerando un proceso de transformación
digital que ha pasado de imparable, a totalmente necesario para evitar una disrupción en
las rutinas. La pandemia de coronavirus ha puesto a prueba la preparación de los centros
para afrontar una crisis que requiere medidas online y a distancia. 

El mes de marzo del 2020 se convirtió en un mes que América Latina no podrá
olvidar debido a la suspensión de clases que ocurrió en casi todo el mundo como
consecuencia directa de la cuarentena a resguardar por el COVID 19, donde el pánico
colectivo, el estrés generado por el confinamiento y el rol de las instituciones educativas
frente al uso de herramientas tecnológicas para crear ambientes de aprendizaje virtual
improvisados, nos lleva a replantearnos el modo y la forma en que la escuela educa en
tiempos de crisis.

En primer término, hay que considerar que el cierre de los centros educativos y la
sustitución de las clases presenciales por la formación on line y a distancia no tiene
alternativa posible. En la situación que nos encontramos de crisis sanitaria no hay otra
salida posible que la de cerrar los centros educativos y sustituir las clases presenciales
por la formación on line. Entre los efectos negativos del cierre de centro educativos se
encuentra que una parte del aprendizaje podría no recuperarse.

Es bien sabido que, el aprendizaje es mayor con las clases presenciales que en el
formato on line, sobre todo para alumnos rezagados que necesitan de más refuerzo
personal e individualizado. Además, aunque cada vez con menos intensidad, no todas
las familias tienen un buen acceso a internet y algunos ordenadores pueden ser
obsoletos.

Como por ejemplo, los estudiantes de familias desfavorecidas podrían tener menos
apoyo académico por parte de sus padres. Los recursos tecnológicos, las habilidades no
cognitivas y los conocimientos de los padres son diferentes: es difícil ayudar a un hijo
en una materia que no entiende el padre o la madre. La situación económica y laboral en
los hogares más afectados por esta crisis sanitaria también es transmitida al rendimiento
académico, la capacidad de estudio y concentración de los hijos. Lo que lleva a un
constante estrés familiar tanto en padres como en los hijos.

Cuando se habla de países desfavorecidos se pudiera poner el ejemplo de nuestro


país, a diferencia de otros países, muchos educadores no tienen computadoras o
teléfonos inteligentes, y muchos de los que disponen de estos equipos simplemente no
tienen Internet básico en sus casas. Tendrían que salir de sus casas para buscar una zona
Wi-Fi y actualmente es imposible; los cibercafés también están cerrados por no ser
lugares expendedores de alimentos.

Si salimos del mundo profesoral, encontramos en el alumnado una situación muy


superior en cuanto a las carencias de medios digitales (PC y celulares inteligentes), por
lo cual genera una angustia pensar en las posibilidades reales de pasar la educación
presencial a la educación en línea de forma masiva en Venezuela.

Como conclusión, sin duda alguna, la parte más oscura que nos mostró la pandemia
fue la gran desigualdad que existe a lo largo y ancho de nuestro país. Por un lado, se
pueden ver estudiantes con conectividad y computadoras, que vieron garantizada su
continuidad pedagógica a través de las clases virtuales. Por el otro, miles
de alumnos que, en condiciones completamente distintas a los anteriores, tuvieron
dificultades para sostener su continuidad en la construcción de aprendizajes.

De igual forma, la oscuridad de la desigualdad también alcanzó a


los docentes. Algunos, con una formación más sólida en tecnología, salieron de manera
contundente a dar respuesta a esta situación inédita; con coraje y empatía. Otros se
vieron desbordados por las circunstancias, ya sea por la falta de recursos materiales o
por sentirse poco formados en competencias tecnológicas.

En efecto, la pandemia visibilizó la necesidad imperiosa de educar


independientemente de las circunstancias, ajustándonos, aprendiendo, desaprendiendo y
reaprendiendo. Este escenario nos plantea un desafío más que interesante: la avenida de
la educación es muy angosta y necesitamos ensancharla para que muchos más estén
efectivamente incluidos. La educación es un derecho, no un privilegio. La calidad de la
educación de cada estudiante debe estar garantizada, no puede ser una cuestión de
suerte.

Para hacerle frente a la virtualidad del aprendizaje, algunos chicos necesitaron más
apoyo que otros. Los más grandes, ya acostumbrados a autogestionar sus aprendizajes,
pudieron avanzar a su ritmo. Los más pequeños necesitaron, y siguen necesitando, la
ayuda de los adultos para administrar el contenido que se envía desde las escuelas. La
gran oportunidad que nos plantea esta pandemia es la de desarrollar hábitos de estudio y
habilidades socioemocionales que les serán a los chicos de utilidad para toda su vida. Y
en esta epopeya, las familias se ubican en el centro de la escena: de actores de reparto
pasan a ser actores principales.

Con esta nueva realidad, se aprendio que no se podía, ni se debía reemplazar a los
docentes, pero sí acompañarlos. Algunos padres aprovecharon esta nueva situación de
estar en casa y ver cómo sus hijos aprendían, qué los motivaba y qué los frustraba.
Muchos comprendieron rápidamente que esta pandemia nos ofrecía oportunidades
únicas para desarrollar en los chicos habilidades relacionadas con la autodisciplina, el
poder planificar, priorizar tareas o pedir ayuda.

Y como reflexión final se puede decir, que para transformar la educación se necesita
de un compromiso profundo para generar y sostener cambios a lo largo del tiempo.
Mejorar la calidad de la educación requiere, ante todo, de una voluntad muy firme de
darlo todo. De trabajar de manera articulada entre todos los actores de la educación, y
fijar metas a corto, mediano y largo plazo.

También podría gustarte