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Informe Niñez
Informe Niñez
3. ESQUEMA DIACRÓNICO
ESQUEMA DIACRÓNICO
Comenzó a caminar 14 m
Pidió dormir en ropa interior como su
Control de esfínter 18 m hermano
24 m Se quebró el pie por patear pelota. 2 meses
de inmovilización
Preescolar, adaptación rápida. Natación
3a
6a Escolarización. Futbol
Expreso miedo por el viaje del hermano
8a Ultimo cumpleaños festejado con amigos
varones
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4. GENOGRAMA
Ejemplos de Codificación:
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5. INFORME
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Mauro es un niño de nueve años de cabello rubio y ojos claros, con un peso y una
talla acordes a su edad. Está en cuarto grado de la escuela primaria, y vive con su
mamá Ana, su papá Omar, y su hermano Manuel de trece años. Disfruta las
actividades al aire libre, jugar videojuegos en su computadora, y le gustan tanto
los animales que su madre debe pedirle que “no acaricie a cualquier perro que se
cruza por la calle.”
Le gusta ir a la escuela, pero de acuerdo con lo expresado por sus padres puede
inferirse que su motivación principal para ir es relacionarse con sus amigos:
“siempre le gusto, no quiere faltar, tiene muchos amigos dentro del curso y
también de otros cursos, y se lleva bien con todos [...] nunca manifestó alguna
(materia favorita) en particular. No le gusta hacer la tarea, intenta terminar todo
en clase. Cuando las tiene que hacer acá, suele quejarse”. Por lo tanto, para el
niño resulta más significativo el carácter socializador de la institución que el
relacionado con la adquisición de conocimientos.
Los padres de Mauro manifiestan que se lleva bien tanto con niños como con
niñas, aunque también cuentan que eligió festejar sus últimos cumpleaños en
canchas de fútbol, por lo que puede inferirse que hasta hace poco prefirió la
compañía de amigos varones. También, expresan un interés reciente en
relacionarse con nenas, al mencionar el próximo cumpleaños del niño (”Los
demás cumpleaños los hicimos en cancha de fútbol, con familiares, primos, y
amigos. Este año no se porque quizás quiere invitar a las nenas del colegio, así
que puede ser que lo festejemos en otro lado.”)
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Mauro es capaz de ejecutar tareas que requieren una óptima motricidad fina,
como por ejemplo, usar el joystick para jugar en la computadora. Además,
puede combinar diferentes movimientos simples para ejecutar una acción en
concreto.
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(“Batalla mucho con la ira, aunque ahora con la psicóloga está mejorando mucho.
Estamos intentando corregir que le pegue a objetos cuando está enojado".),
rebeldía ante figuras de autoridad (“una (maestra) suplente que tuvo el año
pasado no le agradaba mucho. Una vez, no lo dejó sentar con su compañero y le
discutió, le pedía que le explique por qué a él no lo dejaba pero a otras nenas sí”)
y baja tolerancia a la crítica externa (situación de la maestra, “siempre le digo
<¡Vos siempre tenés que quedarte con la última palabra!>. Así que tenga o no
tenga razón lo intenta, muchas veces lo tengo que frenar, hasta acá, porque no
tiene razón.”). Pero al mismo tiempo, sus padres informan que “dice que le cuesta
dormirse, últimamente está con muchos miedos. Nos cuenta que cuando duerme
sueña cosas feas”, y que lucha por controlar las malas palabras, lo cual se vio
durante la observación del niño, quien usualmente se interrumpía antes de
terminar de decir un insulto (“Corre, corree, ¡correé! ... ¡La pu...!”) Por otro lado,
Mauro presenta una de las características principales de la latencia tardía: la gran
importancia que toman sus amistades con niños de su propia edad.
Al mismo tiempo, podría decirse que el niño presenta ciertas conductas que
podrían ser atribuidas al inicio de la pubertad: inquietudes sin causa manifiesta
(“está con muchos miedos”), un incremento de la motricidad y pérdida de la
concentración (evidente en su predisposición a ejecutar varias actividades
simultáneamente - “Mauro busca un juego entre todos los que tiene en la
aplicación Steam, y se decide por uno similar al Grand Theft Auto (GTA). Lo abre,
y mientras espera a que cargue, mira el stream que se está reproduciendo en la
otra pantalla, y usa TikTok en el celular”, y a su movimiento constante “Baja las
escaleras corriendo, llevando el plato que había contenido el tostado. Al minuto
se lo escucha subir a toda velocidad: entra al cuarto, apoya en la bandeja el plato
con el pan, y cuando va a sentarse se tropieza con el cable de uno de los
joysticks y lo tira al piso. Recupera el equilibrio [...] y se agacha a levantarlo”).
Además, los padres manifiestan un aumento del interés en las niñas en el último
tiempo: “…parece que esta nena había sido también antes su noviecita”, “no se si
querrá invitar a nenas a su cumpleaños.
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Según lo observado y lo relatado por los padres, reconozco que lo que hace
único a Mauro es su sensibilidad, su empatía (su padre lo describe de la siguiente
manera: “Observo que tiene el corazón descubierto, demasiado expuesto, le
llegan muchas cosas (...) Tiene todo muy a flor de piel, empático, es el mediador,
actúa como policía del no maltrato, siempre brillando en la búsqueda de
encontrar armonía. Se lo nota pelear internamente para que las cosas no le
afecten tanto.”), y su carisma (antes de iniciar la observación, Mauro nos dijo: “Si,
igual yo les aviso que no voy a estar haciendo nada productivo, ¡eh!”)
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los padres recuerdan que era muy difícil quitarle la sábana, lo cual es otra
característica del objeto transicional, pero que lograron quitársela para poder
lavarla, algo que Winnicott escribe que no suele suceder. En este caso, el apego
del niño se ve en que cuando recibía la sábana limpia, tenía un efecto “somnífero”.
De la misma manera, se ve el apego que el niño tenía por la sábana cuando, al no
tenerla durante un viaje en avión, lloró durante todo el trayecto.
Se puede leer, también, características de la identificación como descrita por
Freud de Mauro con respecto a su hermano. Por ejemplo, los padres relatan que
el niño dejó los pañales porque quería “dormir como su hermano”, es decir, según
sus palabras, “en calzones”. Se puede leer, a su vez, una instancia relativa al
complejo de Edipo, que se relaciona con el momento en que Mauro viene a la
casa después del parto, y duerme en la misma habitación que los padres, en una
cuna. Se puede leer celos por parte del hermano, al querer este también dormir en
la habitación de los padres. Esto desemboca en que los padres decidan dejarlo
dormir a Mauro con el hermano en una habitación separada.
A su vez, se puede ver una manifestación de una situación de duelo, en lo que los
padres relatan como “miedos” que tiene Mauro, y pesadillas en las que sueña con
“cosas feas”. Los padres cuentan que esta situación se inició cuando su hermano
mayor se fue de viaje de egresados. Esto se podría leer como un intento de
tramitación de un duelo, de la pérdida del hermano, objeto de amor y figura de
identificación. La capacidad para duelar un objeto es propia de los tiempos
posteriores a la resolución y sepultamiento del complejo de Edipo y formación del
súper-yo, ya que sin la elección de objeto que este desarrollo permite, el niño
tendría dificultad para entender la pérdida de un objeto. El caso de los objetos-
padres no es sentido como pérdida hasta después del sepultamiento del complejo
de Edipo, y obtura la posibilidad de duelar ya que acapara las investiduras
libidinales del niño. En ese sentido, se puede decir que Mauro está desarrollado
acorde a su edad en su aspecto psico-afectivo.
En una entrevista futura se podría indagar sobre la propensión a la ira de Mauro, y
si está relacionada con el advenimiento de la pubertad o con otros factores.
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Otra inferencia que se puede hacer está relacionada con el relato de los padres,
que relatan que, durante un viaje a Italia para ver a la familia, Mauro imita a un
pariente que fuma apoyado en la pared, para deleite de la familia que lo observa.
Esto sería un ejemplo de imitación diferida, en la que un niño puede imitar una
conducta que ha visto, pero en otro contexto, y con otra intención y significado. Es
un desarrollo propio de los 4-5 años aproximadamente, indicando nuevamente
desarrollo normal para su edad.
Finalmente, otros indicadores motrices y neurológicos, como la edad en la que
pudo levantar la cabeza solo, sentarse solo, caminar y hablar según sus padres,
son normales.
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6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Piaget, J. (1971). Las operaciones “concretas “del pensamiento y las relaciones
interindividuales. En Psicología del niño, Madrid: Morata. (1º Ed.1969
Pizzo, M. E. (2006). “El desarrollo de los niños en edad escolar”. Ficha Dto. De
Publicaciones, Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires
Urribarri, R. (2008): Planteando la Latencia. En: Estructuración psíquica y
subjetivación del niño de escolaridad primaria (95-108). Buenos Aires: Noveduc
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