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Los recipientes sujetos a presión son 

artefactos o aparatos construidos para


operar con fluidos o gases a presiones superiores a la atmosférica. Esta presión
se puede generar de fuentes externas o con la aplicación de calor de manera
directa, indirecta o ambas.

Cuando el diseño interno de un recipiente excede los 15 psig, se considera sujeto


a presión. Las principales partes de las que está compuesto este tipo de tanque
son:

 Soportes. Dispositivos de apoyo, normalmente en forma de silletas y


cunas.

 Cuerpo. Envoltura metálica que cubre el recipiente. Está conformada


por la carcasa y las tapas. 

 Cubierta. Formada por virolas (tuberías o chapas curvadas) soldadas


unas con otras. 

 Tapas. Con ella se cierra la carcasa. Estos cabezales pueden ser de


tipo hemiesférico, elíptico, toriesférico, cónico, toricónico o plano. 

 Conexiones. Abarcan la entrada y salida de fluido, pero también las


hay para conectar con instrumentos, como manómetros, termómetros,
indicadores o reguladores de nivel, válvulas de seguridad, y para
operaciones de drenaje, venteo y limpieza.

 Anillos atiesadores. Pueden estar al interior o exterior de un


recipiente, y ser atados al cabezal por soldadura.

 Accesorios externos. Fungen como soportes de instalación para


aislamiento, anclajes de aplicación en la protección contra incendios,
soportes de escalera, plataformas, tubería y pescantes.

Los tanques a presión o recipientes sujetos a presión son fundamentales en gran


parte de las industrias, como la textil, la celulosa y de papel, azucarera, alimentaria
y de bebidas, química, petroquímica, automotriz, siderúrgica, metalúrgica, calera y
cementera.

Este tipo de recipientes tienen la función de contener líquidos o gases que deben
ser almacenados, transportados y manejados, por lo que requieren condiciones
específicas de fabricación, operación y mantenimiento.

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