La hora de reinventarte

profesionalmente
5 PASOS PARA DESCUBRIR
TU PROPÓSITO
Reinventarse,
¿opción o necesidad?
Cada vez los cambios sociales son más
acelerados, y nos empezamos a dar cuenta de
que reinventarnos profesionalmente, conectar
con nuestra singularidad y dedicarnos a
aquello que nos apasiona y se nos da bien
ya no es un capricho, sino cuestión de pura
supervivencia.
En un mundo cada vez más globalizado y
digitalizado, cada día nos volvemos más
sustituibles por parte de los robots o de
personas de otros países que pueden hacer
nuestro mismo trabajo con un sueldo menor.
El resultado de esto es que si tu trabajo es
copiable o automatizable por otros, pronto
será sustituido. O, en el mejor de los casos, tu
sueldo cada vez será más bajo debido a que la
competencia será mayor.
No queremos ser alarmistas, pero pronto
mucha gente se va a encontrar en el paro
malviviendo con la renta mínima del Estado o
cobrando un sueldo ínfimo haciendo algo que
odia. Y sí, ya imagino que crees que esto no te
va a pasar a ti. Sin embargo, nadie piensa que
le pueda ocurrir hasta que le ocurre.
El gran punto de la nueva era en la que ya
estamos sumergidos es el siguiente: si no
haces lo que amas y que se te da bien, vas
a pasarlo mal. Es muy simple. Si no te gusta
lo que haces y tu motivación para trabajar
es únicamente llegar a fin de mes, es muy
probable que estés aportando poco valor
añadido a la empresa en la que trabajas. Por
tanto, ¿no crees que tu empresa va a optar
por sustituirte por una opción más barata?
No juzgues a las empresas, ponte en su
lugar para comprender sus acciones. En un
contexto rodeado de impuestos e inflación, las
compañías tomarán las decisiones oportunas
para sobrevivir.
Si no nos gusta nuestro trabajo. Si no creemos
en lo que hacemos. Si nuestra actividad
no tiene sentido y está deshumanizada.
Si nuestras tareas diarias son muy
mecánicas, carecen de creatividad y se
pueden automatizar o robotizar. Si nuestra
contribución no aporta un verdadero valor
añadido. Si nuestra función profesional
se puede externalizar a un país en vías
de desarrollo o la puede hacer alguien de
forma más barata. Si nuestra empresa ha
quedado obsoleta y sentimos que pronto
será reemplazada por una nueva propuesta
disruptiva... En todos estos casos es
fundamental que comprendamos que la
reinvención profesional no es una opción,
sino una necesidad de supervivencia para
adaptarnos y prosperar en la nueva era.
Desmitificando
el propósito
En un mundo donde la palabra propósito cada
vez está más prostituida, tenemos el deber
de explicar claramente en qué consiste. El
propósito está formado por dos partes. La
primera es totalmente interna, y tiene que
ver con descubrir lo que se nos da bien, nos
motiva, nos gusta y nos interesa. La segunda
parte, no menos importante, es la exterior.
Consiste en encajar nuestra vocación con
una necesidad social a la que podemos dar
solución e ingresar dinero por ello.
Seamos honestos, encontrar el propósito
no significa que vas a cambiar el mundo,
vas a vivir con pasión todo el día y te vas
a hacer millonario. O que el camino para
dedicarte a tu verdadera vocación va a ser
sencillo. Sin embargo, como vas a averiguar
a continuación, descubrir tu propósito va a
mejorar tu calidad de vida notablemente, ya
que dejarás de dedicar 8 horas al día a algo
que te quita energía y las vas a emplear en
algo que te llena de ella. Además, vas a estar
adaptado a los cambios del nuevo mercado
laboral.
Como ves, el propósito es algo totalmente
mundano y no es difícil de encontrar. Sin
embargo, debido a un sistema educativo
caduco y obsoleto, la mayoría de nosotros
llegamos a la edad adulta totalmente
desorientados a la hora de elegir una función
laboral que sea un reflejo de lo mejor que hay
en nosotros.
Es por esto que estudiamos carreras
universitarias que no tienen nada que ver
con nuestros intereses. Al no tener ni idea
de para qué servimos, nos aferramos a la
promesa de encontrar un trabajo seguro,
estable y cómodo. Más allá de que esta
promesa cada vez se cumple menos, esta
decisión inconsciente se vuelve desastrosa. A
lo largo de los años, nos vamos marchitando
en un profesión que, por nada del mundo,
ejerceríamos si no tuviéramos que trabajar.
Propósito: claridad,
seguridad y libertad
Descubrir nuestro propósito profesional tiene
múltiples ventajas. La primera de ellas es que
nos proporciona una enorme claridad acerca
de cómo queremos desarrollar nuestra vida
laboral. Saber con precisión aquello en lo que
somos excepcionales y únicos nos eleva la
autoestima y nos permite saber las acciones
necesarias para lograr lo que deseamos. Es un
gran paso para dejar de autopercibirnos como
víctimas de las circunstancias y empezar a
sentirnos dueños de nuestro destino.
El segundo factor del propósito es que nos
proporciona seguridad. Ese sentimiento
de certidumbre que normalmente -y
equivocadamente- buscamos fuera de
nosotros, lo empezamos a desarrollar por
dentro. Esto ocurre porque, al ser conscientes
de nuestro valor, nos empezamos a concebir
como lo que realmente somos: la oferta y no
la demanda. Al saber en qué somos buenos,
ganamos confianza en nosotros mismos,
nos sentimos con más opciones y dejamos
de sentir tanta necesidad. De esta manera,
ya no nos da tanto miedo que la empresa en
la que trabajamos quiebre o nos despidan,
porque somos conscientes de que podremos
desplegar nuestra labor de otras maneras.
El tercer factor es la libertad. Como
consecuencia de esta seguridad interior,
empezamos a sentirnos mucho más
abundantes. Experimentamos un cambio de
mentalidad que provoca que valoremos más
lo que nosotros podemos ofrecer al mercado
laboral que lo que podemos recibir. Ya no
dependemos de los títulos que aparecen en
nuestro currículum vitae, sino que vamos un
paso por delante y creamos nuestra propuesta
de valor única, totalmente insustituible. Al
ser abundantes, podemos ser selectivos. Y, en
consecuencia, gozamos de más poder para
elegir cómo llevamos a cabo nuestra labor
profesional y con quién.
La doble ganancia
del propósito
Así pues, hoy en día descubrir el propósito
se está convirtiendo en una necesidad
primordial para aquellas personas que desean
una profesión útil, con sentido y en la que
disfruten. Además, el propósito es también
la clave para estar bien adaptado al mercado
laboral. ¿Te das cuenta? Precisamente hacer
lo que te gusta y se te da bien es lo que te
permite sobrevivir y prosperar en la nueva era.
Ante las enormes transformaciones sociales
que estamos experimentando, hay personas
que se quejan porque han perdido su
trabajo o porque no cobran lo suficiente.
Sin embargo, podemos relacionarnos con la
realidad con más sabiduría, comprendiendo
profundamente el por qué y el para qué
de cada situación. ¿Y si la vida nos está
haciendo un favor para que, de una vez por
todas, honremos nuestra función profesional,
dejando de concebir el trabajo como
obligación y esclavitud? Solo estando entre la
espada y la pared podemos desvelar el coraje
que tenemos dentro para hacer un cambio
que transforme nuestro trabajo en fuente de
pasión, realización y verdadera abundancia.
Ser honesto
con uno mismo
Asumir que somos 100% co-creadores
y corresponsables de nuestra situación
laboral actual pasa por abandonar la postura
victimista frente a la vida, dejar de engañarnos
a nosotros mismos y asumir nuestra parte de
responsabilidad con respecto a los resultados
que cosechamos. En esencia, se trata de un
acto de profunda madurez.
A su vez, reinventarse requiere de mucha
honestidad, humildad y valentía. No en vano,
nos lleva a decir en voz alta que anhelamos
un cambio y a reconocer que éste depende
enteramente de nosotros. Esta declaración
de intenciones nos obliga a abandonar la
arrogancia de creer que lo sabemos todo
acerca de nosotros mismos y a asumir que
nuestra forma de pensar y de comprender la
vida puede ser errónea y limitada.
Curiosamente, cuanto mayor es nuestro
miedo a la libertad, más larga es -a su vez-
nuestra lista de excusas y justificaciones
para no cambiar ni reinventarnos. Y es que
cuesta tanto, que muchos solamente nos
atrevemos a dar este primer paso después de
haber sido despedidos o de haber padecido
una saturación de sufrimiento. Más que
nada porque solo entonces sentimos que no
tenemos nada que perder.
Cinco pasos para
descubrir tu propósito:
1
Investiga
tus talentos
Estoy convencido de que todos nacemos
con grandes talentos naturales, y que
a medida que pasamos más tiempo en
el mundo perdemos el contacto con
muchos de ellos.
KEN ROBINSON
El primer paso para descubrir tu propósito
pasa por darte cuenta de lo que se te da bien
de manera natural, es decir, de tus talentos,
aptitudes y habilidades innatas. Aunque el
talento es una tendencia natural hacia que
algo se nos dé bien, esto no significa que no
se deba entrenar y desarrollar. De hecho, se
suele decir que las personas que no tienen
tanto talento pero le dedican muchas horas de
trabajo consiguen más que aquellas que son
extremadamente talentosas pero abandonan
sus dones.
Por eso, el propósito pasa por hacer un
proceso de introspección en el que te
permitas a ti mismo descubrir aquello en lo
que eres excepcionalmente bueno. En muchas
ocasiones, esto pasa desapercibido porque
en el sistema educativo nunca han puesto
énfasis en nuestras aptitudes, que se dan por
sentadas, sino más bien en nuestros defectos.
Esto genera falta de autoestima, es más,
que pensemos que no tenemos ningún don
especial para ofrecer al mundo.
Sin embargo, debes tomar consciencia de que
sí tienes aptitudes que están por encima de la
media o que te resultan fáciles ciertas cosas
que a la mayoría de gente le parecen mucho
más difíciles que a ti. Igual que tu huella
dactilar es irrepetible, tu “huella de talento”
averiguando qué tipos de inteligencia son
los que más predominan en nuestro interior.
Para ello tenemos que hacer un trabajo de
autoindagación en el que, probablemente,
tengamos también que afrontar nuestras
inseguridades, complejos y carencias. No en
vano, cuando aceptamos y sanamos nuestra
sombra es cuando nos permitimos empezar a
brillar con luz propia.

2
es el resultado de una combinación genética
singular sumada a una experiencia de vida
totalmente única.
Descubre tus
Las inteligencias pasiones
múltiples Trabajar duro en algo que no nos
En 1983 el psicólogo y pedagogo importa se llama estrés. Trabajar duro
estadounidense Howard Gardner revolucionó en algo que nos gusta se llama pasión.
el mundo de la psicología y la educación al SIMON SINEK
afirmar que “cada ser humano tiene una
combinación única de inteligencia”. En su
Una vez has descubierto en qué eres bueno,
investigación, Gardner descubrió que existen
el segundo paso para descubrir y desarrollar
8 grandes tipos de inteligencia, la mayoría de
tu propósito implica conocer qué te gusta,
las cuales no se tienen en cuenta a la hora de
te motiva, te genera curiosidad o te interesa.
medir el cociente intelectual.
Encontrar tus pasiones es importante por dos
motivos. Primero, porque si deseas dedicarte
Si toda tu vida has sentido que eras una
a algo por lo que resta de tu vida laboral, más
persona mediocre, inútil o limitada porque
te vale que sea algo que te guste. Si no es así,
no obtenías grandes resultados en el colegio,
lo más probable es que te vayas marchitando
permíteme decirte que puedes estar muy
poco a poco, convirtiéndote en un sucedáneo
equivocado. Gardner descubrió que la
de quien podrías haber sido. En segundo lugar,
teoría tradicional de la inteligencia única
la pasión es un factor primordial para que te
(en la que se basan la mayoría de sistemas
mantengas excitado para seguir aprendiendo
educativos) estaba equivocada, y que en
y aportando un valor enorme a la sociedad,
realidad los seres humanos tenemos distintas
con lo cual te harás más imprescindible
maneras de aprender y pensar, identificando
e insustituible, repercutiendo también en
ocho tipos de inteligencia: la lingüística, la
tu seguridad y libertad a nivel laboral y
lógico-matemática, la espacial, la musical,
económico.
la corporal-cinestésica, la intrapersonal, la
interpersonal y la naturalista.

Para encontrar nuestros dones y talentos

debemos ser honestos con nosotros mismos,
Del placer de
consumir a la dicha
de producir
En la sociedad en la que vivimos, desde
pequeños absorbemos la creencia de que el
gran placer de la vida es comprar y gastar.
Así pues, concebimos nuestro trabajo
como un medio para, en primer lugar, poder
sobrevivir y, en segundo lugar, para tener
dinero que después nos sirva para consumir.
Contemplamos al trabajo solamente como un
medio para conseguir un ingreso, perdiendo
la oportunidad de crear una profesión más
plena: con pasión, gozo y sentido.
El cambio de paradigma para descubrir
nuestro propósito pasa por empezar a
darnos cuenta de que crear, producir,
innovar e inventar puede ser mucho más
divertido que consumir. De hecho, en nuestra
sociedad acomodada consumista los niveles
de depresión no paran de crecer. De ahí
el aumento exponencial del consumo de
antidepresivos, el cual crece en España un
15% cada año, aproximadamente.
Esto nos indica claramente que seguimos
buscando la felicidad y la paz interior donde
no se encuentra, fuera de nosotros. Seguimos
viviendo de fuera hacia dentro, tratando
de llenar un vacío que resulta insaciable.
Lo revolucionario pasa por empezar a
desarrollar tus pasiones, dedicando tiempo
y energía a aquello que harías si no tuvieras
que trabajar. Se trata de preguntarte qué es
lo que verdaderamente te motiva, te hace
sentir bien y te llena de energía cuando lo
llevas a cabo. Y, a partir de aquí, desarrollar
una función profesional que honre lo máximo
posible aquello que te hace sentir bien. De
esta manera vivirás con mucha más plenitud…
Y claro que vas a seguir consumiendo, pero lo
harás de forma mucho más equilibrada, sabia
y consciente.
3
Encuentra lo que da
sentido a tu vida
Lo más importante en la vida
es que lo más importante
sea lo más importante.
STEPHEN COVEY
El tercer paso para descubrir nuestro
propósito pasa por reconocer los valores
intrínsecos que yacen dentro de nosotros.
Aunque pensemos que tenemos claros
nuestros valores, la realidad es que no es
así para la mayoría de personas. Y al no
tener claros los principios que dan sentido
a nuestra vida, perdemos la brújula que
nos indica el camino a seguir. Para ello,
es fundamental preguntarnos para qué
hacemos lo que hacemos en nuestra vida.
Plantearnos seriamente qué es lo que de
verdad consideramos importante y cuáles son
nuestras convicciones más fuertes.
El condicionamiento
sociocultural
Muchos de nosotros crecemos con una idea
equivocada de qué es lo verdaderamente
importante en nuestras vidas. En lugar de
preguntarnos a nosotros mismos qué es lo
que tiene sentido, le preguntamos al mundo.
Y este nos contesta con una visión del éxito
que, muy probablemente, no tendrá nada que
ver con lo que realmente deseamos. A raíz de
esto, muchos de nosotros corremos detrás
de lo que suponemos querer porque creemos
que esas son nuestras necesidades. Nos momentos cumbre, aquellos en los que has
resignamos a trabajos que destrozan nuestra experimentado una gran plenitud, te indican el
esencia o creamos proyectos con los que no camino a seguir.
resonamos en absoluto.

Por tanto, es fundamental que diseñes tu

propia definición de éxito en base a lo que
4
realmente valoras en tu vida, encontrando
la motivación profunda que subyace a tus
Vence el miedo
decisiones más importantes. Lo bueno
es que tus valores naturales no deben ser
Si tus sueños no te dan miedo
construidos, sino simplemente descubiertos.
es que no son suficientemente
Ya se encuentran dentro de ti, lo único que
grandes.
tienes que hacer es desprenderte de todo ELLEN JOHNSON
aquello que actúa como una barrera entre tú y
ellos. Una vez sabemos lo que se nos da bien,
lo que nos apasiona y lo que valoramos

¿Cuál es tu semilla? profundamente, ha llegado el momento de

atrevernos a probar cosas nuevas. Aunque
el trabajo interior es fundamental, no es
En el proceso de descubrir nuestros valores lo
suficiente. Una vez sabemos qué es lo que nos
más esencial es preguntarnos qué hacemos
mueve por dentro, debemos atrevernos a salir
en este mundo, por qué estamos aquí y para
de nuestra zona de confort, siendo y haciendo
qué hemos venido. Y esta no es una pregunta
cosas que nunca antes hemos probado.
que le tengas que hacer a ningún dios ni a
nada externo a ti, sino que te la debes formular
Aunque solo sea como un hobbie, debemos
a ti mismo, a la parte más profunda de tu ser.
empezar a incluir nuestros talentos y pasiones
Encuentra tu semilla, el potencial de lo que has
en nuestro día a día. Esto incluye ser valientes
venido a expresar en este mundo. Si consigues
para mostrarnos ante los demás, venciendo
mantenerte conectado a esta realidad interior
el miedo al fracaso, al ridículo y al rechazo,
y te mantienes inmune al ruido externo, las
confiando en nosotros mismos sin esperar
decisiones a todos los niveles, incluido el
el beneplácito de nadie más. Estamos
profesional, se volverán mucho más claras
acostumbrados a buscar la aprobación de
para ti, logrando más resultados en menos
nuestras decisiones en otras personas. Prueba
tiempo.
de ello es que muchos nos dejamos arrastrar
por la opinión de la mayoría, convirtiéndonos
En muchas ocasiones, nuestros valores se
en un sucedáneo de quienes verdaderamente
hacen más fuertes gracias a momentos
somos.
dolorosos que hemos vivido. Tus convicciones
a menudo proceden del deseo de que otras
Asimismo, muchas de las personas que
personas no sufran lo mismo que tú padeciste
nos quieren se van a sentir amenazadas
en su momento. En tu dolor, precisamente,
inconscientemente por la nueva versión
es donde puedes encontrar lo que da más
de nosotros mismos. Esto ocurre porque
sentido y significado a tu vida. Como decía
encontrar nuestra singularidad nos vuelve
el poeta sufí Rumi: “La herida es el lugar
personas más auténticas, libres y poderosas,
por donde la luz entra en ti”. Asimismo, los
lo que puede servir de espejo a otras
personas que aún no han iniciado su camino
de autoconocimiento. Por otro lado, nos
convertimos en personas con muchísima
más claridad sobre nuestro camino vital,
de manera que nos volvemos menos
manipulables y sabemos priorizarnos a
nosotros mismos.
El miedo como
consejero
En la medida en la que somos capaces de
sostener la emoción del miedo el tiempo
suficiente, nos damos cuenta de cuál es su
verdadera función en nuestra vida: advertirnos
de que estamos frente a un límite, un umbral
todavía inexplorado. Y que al otro lado se
encuentra algo nuevo y desconocido. Por muy
mala prensa que tenga, en realidad el miedo
es un buen compañero de viaje. Lo único que
pretende es protegernos y evitar que nos
pasen cosas desagradables. De ahí que intente
preservar el pequeño mundo en el que hemos
estado metidos y hacernos sentir que no vale
la pena salir de él.
Por ejemplo, si no existiera el miedo, no
sabríamos que estamos en peligro al
asomarnos por un precipicio. Esta es la razón
por la que sentimos vértigo. Del mismo modo,
el miedo aparece cuando nos planteamos la
posibilidad de dejar un contrato indefinido
para aventurarnos a emprender un proyecto
personal como autónomos. En este caso, al
tomar una decisión arriesgada y adentrarnos
en un entorno incierto, el miedo aparece para
que no saltemos a una piscina completamente
vacía. El quid de la cuestión es que tener
miedo no debe impedirnos saltar. Pero sí
volvernos lo suficientemente prudentes como
para verificar que hay algo de agua en dicha
piscina.
El mayor freno para descubrir nuestra
vocación es el miedo a soltar lo que creemos
que tenemos. Sentir dicha incomodidad
nos confronta con todos nuestros miedos
inconscientes, empezando, como no, por el
miedo al fracaso. Para vencer este temor,
hemos de comprender que, en la medida
en que nos permitimos arriesgar y cometer
errores, vamos cosechando una serie de
aprendizajes que nos permiten crecer como
profesionales. En cambio, quienes no hacen
nada por miedo a equivocarse, cometen el
mayor error de todos: impedir y obstaculizar
su evolución, quedándose completamente
estancados en el mismo lugar físico y
psicológico.
5
Oriéntate
al bien común
La vida exige a todo individuo una
contribución y depende del individuo
descubrir en qué consiste.
VIKTOR FRANKL
El último paso para descubrir tu vocación
consiste en ir más allá de ti mismo. Dejar
por un momento de pensar en tus propias
necesidades y ponerte en los zapatos de los
demás. ¿Qué problemas tienen? ¿Cuáles son
las necesidades que no pueden cubrir? ¿Qué
puedo hacer yo para mejorar su vida? ¿Se
puede aportar valor añadido?
La clave está en unir lo que se te da bien,
te gusta y te motiva con algún problema
existente en la sociedad, volviéndote una
persona muy útil para los demás a través
del desarrollo de tu vocación o propósito. Es
aquí donde te das cuenta de que tu función
profesional es una gran oportunidad para
poner tus dones y talentos al servicio del
mundo.
Poner nuestro foco en la contribución implica
que el dinero no debería ser nuestro objetivo
principal cuando vamos a trabajar. En
primer lugar, debemos centrarnos en crear
riqueza para la sociedad, es decir, en aportar
los mejores bienes o servicios al menor
precio posible. Si conseguimos crear una
propuesta verdaderamente valiosa para las
demás personas y aprendemos a monetizar
nuestra vocación, el dinero llegará como
consecuencia.
Adopta una actitud
emprendedora
En la nueva era socioeconómica en la que
estamos inmersos, cada vez los empleos
convencionales van a ir a menos. Por ello, es
crucial adoptar una actitud emprendedora, es
decir, tener iniciativa y crear proactivamente
nuestra profesión sin esperar que sean
otros los que nos digan qué debemos hacer.
Cabe decir que la actitud emprendedora no
significa que la única opción sea emprender
un negocio, ya que podemos ser empleados
con esta actitud, aportando el máximo valor
posible a la compañía en la que trabajamos.
A la hora de empezar a construir tu propósito,
es importante aprovechar tu tiempo libre para
construir tu proyecto vocacional. Se trata
de ser valiente y tomar la determinación de
dejar de dedicar tanto tiempo a actividades
que no te llevan a ningún lado y utilizarlo
para construir una profesión que realmente
resuene contigo.
Si no te gusta tu trabajo actual, lo más
importante es que mantengas una mentalidad
positiva porque la queja, el victimismo y
la negatividad no hacen más que destruir
nuestro nivel de energía, favoreciendo que,
al llegar a casa, solo queramos evadirnos y
narcotizarnos. Esto genera un círculo vicioso
del que solo podremos salir si aceptamos
nuestra realidad laboral presente y la
exprimimos al máximo.
La bendición
de internet
Gracias a los grandes avances de las
tecnologías de la comunicación y la
información, es más fácil que nunca aportar
valor a otras personas. Esto te va a ayudar
mucho al principio, ya que puedes mejorar
tus habilidades de comunicación y testear las
necesidades de tu público sin la necesidad
de invertir nada de dinero. Lo ideal es que
empieces a ofrecer tu vocación a los demás de
forma gratuita y sin ponerte presión, dándote
tiempo para aprender y crecer.
Lo que es importante que entiendas es que,
hoy en día, crear tu propio propuesta es
más accesible que nunca. El propio proceso
de crear tu canal de Youtube, página de
Instagram, blog o lo que más te convenga para
tu proyecto, te va a ayudar en tu crecimiento
personal y en el desarrollo de tus talentos.
Así que concibe tu proyecto propio como si
fuera ese gimnasio en el que entrenas tus
habilidades, tu coraje, tu determinación y
gracias al cual puedes empezar a crear la
vocación profesional para la que has nacido.
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